El 23 de diciembre, los obreros de SEAT tanto del turno de la mañana como del turno de la tarde han parado espontáneamente en solidaridad con 660 compañeros a quienes ese mismo día la empresa les entregaba la carta de despido.
Ha sido el principio de una respuesta a un criminal atentado contra sus condiciones de vida. Un atentado perpetrado con total premeditación y alevosía por parte del Triángulo Infernal formado por Patronal, Generalitat y Sindicatos. Un atentado que va más allá de los 660 despidos, pues a estos se suman los despidos disciplinarios de los trabajadores que participaron en las acciones de principios de Diciembre, así como los despidos encubiertos de 296 bajas “voluntarias”, los planes de intensificación de la explotación aumentando la producción, cobrándoles a los trabajadores su “deuda de horas”,… En definitiva, un ataque brutal que abre la puerta a nuevos ataques. No en vano el presidente de la compañía ha anunciado con descaro y provocativamente que « las medidas contempladas en el acuerdo no absorben todo el excedente de personal».
Los compañeros de SEAT y todos los trabajadores NECESITAMOS LUCHAR pero para poder luchar con fuerza hemos de sacar lecciones lo más rápidamente posible de la estrategia de manipulación y desmovilización que PATRONAL, GOBERNANTES y SINDICATOS han perpetrado contra los trabajadores.
Una estrategia calculada para la desmovilización de los trabajadores
Desde que a mediados de Agosto la empresa anunciara la “necesidad” de llevar a cabo una reducción de plantilla, “canjeable” eso sí por una reducción salarial del 10%, los empresarios, así como quienes se dicen nuestros “representantes”, o sea los Sindicatos y el Gobierno de “izquierdas” de la Generalitat, se han repartido los papeles para impedir que una verdadera lucha obrera pudiera impedir su aplicación.
Durante más de dos meses, desde Agosto hasta principios de Noviembre, los representantes sindicales se dedicaron a tratar de anestesiar la inquietud que cundía en los trabajadores ante la amenaza de los despidos, al indicar que estos no estarían justificados, puesto que “la empresa tenía beneficios”, la crisis de SEAT sería “coyuntural” o debida a una “mala política comercial”. Con semejantes falsedades - que denunciamos en nuestra hoja «SEAT: Salvar la empresa significa despidos y contratos basura. La respuesta es la lucha obrera»- hacían bajar la guardia de los trabajadores, haciéndoles creer que se trataba de una bravata de una insaciable Patronal, a la que los estudios económicos de los sindicatos o las presiones del Gobierno “progresista” y de “izquierdas” de la Generalitat acabarían por pararle los pies. La propia Patronal contribuyó a hacer efectivo este engaño, jugando al escondite durante semanas hasta que el 7 de Noviembre anunció el ERE (Expediente de Regulación de Empleo) para 1346 trabajadores.
Ese día los Sindicatos tenían previsto un paro parcial, que los trabajadores desbordan a través de manifestaciones que en la Zona Franca y en Martorell, cortan las carreteras. Ante tal situación la Plataforma Unitaria (donde participan UGT, CCOO y la CGT) convocan un paro de un día para el 10 de Noviembre, y una manifestación para “exigir” a la Generalitat que «se implique en el conflicto a favor de los trabajadores»(¿?). Los 3 sindicatos quieren con esta “acción” «que confiemos nuestra suerte a quienes son nuestros verdugos, a los maestros de las buenas palabras y la puñalada trapera. El Estado no es el representante del pueblo sino el defensor incondicional de los intereses del capital nacional. Todas las autoridades –desde el presidente del gobierno hasta el último alcalde- están ahí para velar por su defensa», como denunciamos en la hoja antes citada.
Tras esta patochada, los 3 sindicatos dieron largas al asunto y no volvieron a convocar nada ¡hasta el uno de diciembre!, es decir, 3 semanas en las que los trabajadores fueron mantenidos en la pasividad y a la expectativa, mareados por interminables “negociaciones” y después con la “mediación” del Señor Rañé, conseller de Trabajo. Una táctica en la que, como denunciamos en la hoja, « entre “presión” y “petición”, los obreros somos paseados y engañados».
La Plataforma Unitaria de los 3 sindicatos se comprometió a “volver a la carga” tras la semana del “puente” (del 5 al 10 de Diciembre). ¡Pero se trató de una mentira más! Aduciendo los límites legales que imponía el ERE, las presiones de la Generalitat que amenazaba con un laudo,… “olvidaron” las movilizaciones y el 15 de diciembre, CCOO y UGT (CGT se había descolgado el 13) firmaron los 660 despidos.
Pero lo peor estaba por venir: durante una semana entera mantuvieron el silencio sobre quienes serían las víctimas, dejando para el último día antes de vacaciones el “gordo” de las cartas de despidos que, en el colmo del cinismo y la humillación, trataban a los afectados de poco menos que “vagos y maleantes”. Ha sido una maniobra vil y cobarde que los pone en evidencia (¿no decían que habían firmado el “mejor acuerdo posible”?) pero también demuestra que NOS TEMEN pues sí se hubieran sentido seguros los habrían anunciado enseguida y no habrían multiplicado los vigilantes privados que custodiaban fuertemente las sedes de UGT y CCOO.
CGT se presenta como el “sindicato bueno” que está junto a los trabajadores. Es cierto que 145 de sus afiliados están entre los despedidos. Pero el sufrimiento de estos compañeros y la solidaridad con ellos, no puede tapar que no ha sido una alternativa a CCOO-UGT y, por el contrario, les ha ido a la zaga. ¿Por qué participó de la farsa de “negociación” y “lucha” de la Plataforma Unitaria de la que sólo se descolgó en la tardía fecha del 13 de diciembre? ¿Porqué cuando CCOO y UGT firmaron, la única “movilización” que convocó fue una concentración fuera de la factoría, de la que muy pocos trabajadores se enteraron, y a la que solo acudieron 200 personas? ¿Porqué la mañana del 23 ante los paros espontáneos « la CGT decidió limitar la protesta a unas horas» (Recopilación de Kaosenlared, 24-12-05) cuando era el momento de poner toda la carne en el asador y había fuerzas como se demostró con el turno de tarde que reunido en asamblea decidió parar toda la jornada? ¿Por qué toda su alternativa se reduce a “revisar caso por caso cada uno de los despidos y si es preciso recurrir ante los tribunales”?.
La lucha tiene que ser llevada por la ASAMBLEA DE TRABAJADORES
Hasta el 23, los trabajadores han sido víctimas de una DESMOVILIZACION, de una ESTRATEGIA PARA IMPEDIR SU RESPUESTA. Los Sindicatos no nos la juegan únicamente cuando firman los despidos, nos la juegan previamente cuando organizan sus “Planes de Lucha”. Su acción contra los obreros se concreta en 3 facetas íntimamente relacionadas:
sus pactos y acuerdos con la Patronal y el Gobierno
sus planes de “lucha” que son en realidad estrategias contra la lucha
su defensa incondicional del Interés de la Empresa y de la Economía Nacional que pretenden hacer coincidir con el de los trabajadores cuando en realidad son DIAMETRALMENTE.
Por eso la principal lección de la lucha de SEAT que empieza a ser sacada en la práctica por los obreros mismos con LOs paros espontáneos y las asambleas del 23 es que NO SE PUEDE CONFIAR LA LUCHA A LOS SINDICATOS.
El 23, los despedidos en lugar de marcharse a casa a rumiar en soledad la angustiosa perspectiva que supone el desempleo se han dirigido hacia sus compañeros y estos, en lugar del dejarse llevar por el falso alivio del “a mí no me ha tocado” o por la respuesta individualista de que “cada uno se las apañe como pueda”, han manifestado la solidaridad de la LUCHA. Ese terreno de la solidaridad, de la respuesta común de despedidos y de los que aún conservan el puesto de trabajo, de parados y activos, de precarios y fijos,… es la base de una respuesta efectiva a los inhumanos planes de los capitalistas
El año 2006 empieza con el drama de los 660 despidos de SEAT pero ¿alguien se cree que esos despidos serán los últimos? Todos sabemos que no. Que la puñalada de los despidos, que el crimen de los accidentes laborales, que la angustia de no poder pagar una vivienda digna, que las amenazas a las pensiones, que la “reforma” laboral que cocinan el trío infernal Gobierno – Patronal – Sindicatos, van a ser la fuente de nuevos sufrimientos. Que en el sector del automóvil, que en todos los países, van a continuar los ataques a las condiciones de vida obreras, que los males de la guerra, el hambre, la barbarie, que acompañan al capitalismo, como la guadaña acompaña a la muerte, van a continuar.
Por eso, hay que lanzarse a la lucha. Pero para que la lucha sea eficaz y sea fuerte es necesario que se desarrolle LA SOLIDARIDAD DE CLASE y esté ORGANIZADA Y CONTROLADA POR LOS OBREROS MISMOS.
Solidaridad de clase
El problema de SEAT no se reduce a los 660 despedidos es un problema de TODA LA PLANTILLA. Pero el problema no es solo de los obreros de SEAT sino de TODOS LOS TRABAJADORES, tanto funcionarios con “puesto asegurado” (¿hasta cuando?) como de la empresa privada, tanto sin papeles como con papeles, tanto de empresas con beneficios como de empresas con pérdidas. ¡Todos estamos o estaremos en la misma situación que los compañeros de SEAT!
Nuestra fuerza es la SOLIDARIDAD DE CLASE, luchar unidos. Una lucha limitada a SEAT y encerrada en SEAT sería una lucha perdida.
¿Pero en qué consiste la solidaridad? ¿Consiste en boicotear la compra de coches de la marca (¿es que acaso las otras marcas no despiden?)? ¿Consiste en acampadas a las puertas de la fábrica por parte de los despedidos? ¿Consiste en “declaraciones” de “apoyo” del “sector crítico” de CCOO o de EUA –que apoya indirectamente el Tripartito, partícipe de la canallada de SEAT? ¿Consiste en “actos ciudadanos” en barrios?
Esa “solidaridad” es tan falsa como falsos han sido los “planes de lucha” de la Plataforma Unitaria de SEAT ¡La única solidaridad efectiva es UNIRSE A LA LUCHA! Fundirse obreros de los diferentes sectores, de los diferentes barrios, en una MISMA LUCHA rompiendo esas barreras que tanto nos debilitan: la empresa, el sector, la nacionalidad, la raza, mediante la fuerza directa de delegaciones, asambleas y manifestaciones conjuntas.
Asambleas soberanas
La experiencia de SEAT es clara: ya sabemos lo que pasa cuando dejamos que sindicatos, comités de empresa o “plataformas unitarias” jueguen con nuestros destinos. La dirección de la lucha debe estar de principio a fin en las manos de los propios trabajadores. Son ellos quienes deben calibrar la fuerza con la que cuentan, las reivindicaciones a plantear, las posibilidades de extender la lucha. Su respuesta no puede ser marcada por las provocaciones de la empresa o por los “planes de lucha” de sus cómplices sindicales, sino por la decisión colectiva de los trabajadores organizados en Asambleas y Comités Elegidos y Revocables. Las negociaciones con la Patronal o con los Gobiernos han de hacerse a la vista de todos, como sucedió en Vitoria en 1976 en España o en Polonia en 1980. Han de ser las propias Asambleas las que asuman la búsqueda de la solidaridad, organizando delegaciones y manifestaciones.
Los tiempos de la resignación, la pasividad y la desorientación deben acabar. El margen de maniobra que durante años esa situación le proporcionó al Capital empieza a menguar. Es la hora de la lucha. La voz de la clase obrera debe hacerse oír cada vez con más fuerza.
Corriente Comunista Internacional 27-12-05
“Dirigentes mundiales”, “Terroristas internacionales”: ¡Todos ellos son responsables de la masacre de los trabajadores!
¿Quiénes han sido las primeras víctimas de los atentados en el centro de Londres el 7 de Julio de 2005? Al igual que sucediera en Nueva York en 2001 o en Madrid en 2004, las bombas se han dirigido intencionadamente contra obreros que se apretujan en el metro o en autobuses para ir al trabajo. Al Queda al reivindicar la autoría de esta matanza en masa dice que ha querido vengar “las masacres que el ejército británico ha perpetrado en Irak”. Pero la clase obrera de Gran Bretaña no tiene ninguna culpa de la inmensa carnicería que está sufriendo la población de Irak. Los responsables son en realidad las clases dominantes de Gran Bretaña y EEUU, sin olvidarnos de los terroristas de la llamada “Resistencia” que prodigan igualmente los asesinatos de trabajadores y de civiles indefensos en Bagdad y otras ciudades. Y mientras, los arquitectos de la guerra de Irak, los Bush y Blair, siguen estando sanos y salvos. Peor aún, ya que las atrocidades cometidas por los terroristas les ponen en bandeja la excusa para lanzarse a nuevas aventuras belicistas, como demostraron en Afganistán e Irak aprovechando los atentados del 11 de Septiembre.
Todo esto forma parte de la lógica de la guerra imperialista: guerras llevadas a cabo en interés de la clase capitalista, guerras por el dominio del mundo. La gran mayoría de las víctimas de esas guerras son los trabajadores, los oprimidos, los esclavos asalariados del capital. La lógica de la guerra imperialista exacerba los odios nacionales y raciales y hace de la población de tal país o región el “enemigo” a quien vejar, atacar o destruir. Esa lógica enfrenta a unos obreros contra otros y les impide defender sus intereses comunes. Y lo que aún es más terrible: apela a esos mismos trabajadores a que se alineen tras “su” bandera nacional, tras “su” Estado nacional, para marchar entusiastas a la guerra en defensa de unos intereses que no son los suyos, sino los de quienes les explotan.
En su declaración a propósito de los atentados de Londres, tras la reunión de la Cumbre de ricos y poderosos del G-8, Blair ha señalado que: “es importante que quienes practican el terrorismo sepan que nuestra determinación para defender nuestros valores y nuestra forma de vida es mayor que su determinación para sembrar la muerte y la destrucción entre la población inocente”.
Lo cierto es que los valores de Blair son exactamente los mismos que los de Bin Laden. Tanto uno como otro no tienen el menor reparo en sembrar la muerte y la destrucción entre la población inocente con tal de salvaguardar sus sórdidos intereses. Lo que les diferencia es que Blair es un gran gángster imperialista mientras que Bin Laden es más modesto. Debemos rechazar totalmente todos aquellos que nos llaman a tomar partido por uno u otro.
Todas las declaraciones con las que los “líderes mundiales” han expresado su solidaridad con las víctimas de los atentados de Londres son, pura y simplemente, hipocresía. El sistema social que ellos dirigen causó en el siglo pasado el exterminio de decenas de millones de seres humanos en dos terroríficas guerras mundiales y en innumerables conflictos desde Corea al Golfo, de Vietnam a Palestina. Son los dirigentes de un sistema que – en contra de la criminal ilusión que tratan de inculcarnos los Geldof, el cantante Bono, y compañía –, por su propia naturaleza no puede hacer realidad eso del “make poverty history”, hacer de la pobreza una reliquia histórica; sino que más bien condena a centenares de millones de personas a una creciente miseria, del mismo modo que envenena cada día más el planeta para obtener el sacrosanto beneficio. La solidaridad que proclaman los “líderes mundiales” es una falsa solidaridad pues es la unidad nacional entre las clases que les permitirá desencadenar nuevas guerras en el futuro.
La única solidaridad verdadera es la solidaridad internacional de la clase obrera basada en los intereses comunes de los explotados de todos los países. Una solidaridad que supera todas las divisiones raciales y religiosas, y que constituye la única fuerza capaz de oponerse a la lógica capitalista del militarismo y la guerra.
La historia ha demostrado la fuerza que supone esta solidaridad: en 1917-18 fueron los motines y las revoluciones en Rusia y Alemania las que pusieron fin a la carnicería de la 1ª Guerra Mundial. Pero también demuestra la historia el terrible precio que tuvo que pagar el proletariado cuando, en cambio, esta solidaridad de clase se vio reemplazada por el odio nacional y la lealtad a la clase dominante: el holocausto de la 2ª Guerra Mundial. Hoy el capitalismo expande nuevamente la guerra por todo el orbe. Para impedir ser engullidos por el caos y la destrucción debemos rechazar los llamamientos patrióticos de nuestros dirigentes, luchar en defensa de nuestros intereses como trabajadores, y unirnos contra esta sociedad moribunda que no puede ofrecernos más perspectiva que horror y muerte a una escala cada vez mayor.
Corriente Comunista Internacional, 7 de Julio de 2005.
Un lector que mantiene una discusión con nosotros y que ha participado en reuniones públicas y otras actividades nos envía una carta donde muestra sus divergencias. Aunque se manifiestan sobre diferentes cuestiones, su centro de gravedad es la cuestión ¿en qué consiste la lucha de clases del proletariado?. Para el lector acciones de violencia realizadas por minorías, revueltas sociales, saqueos o incluso los actos de guerrilla y sabotaje que grupos de la resistencia iraquí ejecutan contra el ejército americano, formarían parte de la lucha de clases del proletariado. En la primera parte se publica íntegra la carta del lector. En la segunda parte, desarrollamos nuestra respuesta. Ni que decir tiene, que todos los lectores están invitados a participar enviando sus comentarios y sus contribuciones más o menos desarrolladas.
Estimados compañeros:
Prosiguiendo con la discusión sobre la cuestión de la violencia revolucionaria y del terror rojo. Tuvimos amplias coincidencias sobre el carácter masivo y liberador de la violencia del proletariado, única clase que al abolirse a sí misma libera a la humanidad de la explotación, cuya fuerza reside en su toma de conciencia y su autoorganización autónoma dando una perspectiva a toda la humanidad, no pudiendo desarrollar relaciones de coerción sobre sí mismos y sobre otras clases no explotadoras sin degenerar en la creación de un poder burocrático con un aparato terrorista autónomo.
Pero también en la práctica los consejos obreros habrán de confrontar los problemas de la insurrección y de la resistencia armada de la burguesía, la guerra civil y la extensión internacional de la revolución poniendo en el orden del día la necesidad del terror rojo. Y no sólo durante y después de la insurrección si no ya antes. La constitución del proletariado en clase es un proceso (y la insurrección es indudablemente una fase en tal proceso), por lo que en éste proceso los proletarios deben pasar por acciones y objetivos parciales antes de la insurrección. En la práctica real la guerra de clases se caracteriza por la acción de grupos minoritarios de vanguardia en lucha contra el terror del capital y no por la acción de la clase en su conjunto. La vanguardia comunista a partir de un determinado nivel de enfrentamiento habrá de segregar un aparato clandestino específico, unos núcleos armados como lo tenían los bolcheviques, el KAPD (con Max Hölz, etc.), u a otro determinado nivel lo fue la FAI hasta julio de 1936.
Es más la guerra de clases genera y generará espoleada por la crisis histórica del capitalismo (como vemos en la Argentina, la Cabilia, en Irak...) la necesidad de contraponer al mundo de la mercancía y de la propiedad privada las propias necesidades del proletariado confrontando a la propiedad privada y a los aparatos estatales que la protegen. La denuncia de estos movimientos porque no se expresan con un programa comunista o de las acciones contra la propiedad y el estado como revueltas estériles y sin perspectiva, campo de batalla entre fracciones burguesas y manifestaciones de terrorismo, sólo conduce a posiciones indiferentistas y derrotistas y de complicidad con la represión. Ninguna revolución proletaria aparece “pura”, con un programa comunista claro, sin ideologías nacionalistas o burguesas, sin encuadramientos con la izquierda del capital, sin la presencia de lumpenes, ni de saqueadores ni destrucciones ni acciones de terror de minorías. La denuncia socialpacifista de esos movimientos porque no se ajustan a los parámetros de un movimiento ordenado y colectivo, resultado de las luchas preferiblemente reivindicativas del proletariado de los centros capitalistas a lo que lleva es a negar el movimiento real de afirmación del proletariado y a renunciar a actuar como vanguardia real. Se imponen la conclusión a la que llegó Plekhanov en la revolución de 1905: «No había que haber empuñado las armas». Por lo que la supuesta vanguardia se recluye en una torre de marfil siendo incapaz de ver los movimientos proletarios reales caracterizándolos de revueltas interclasistas estériles y sin futuro.
Ningún movimiento proletario ni tan sólo la revolución rusa han estado libres de ideologías burguesas ni de acciones de terror ni de destrucciones. Sino hay el ejemplo de la revolución rusa de 1905, comenzada en enero de 1905 implorando al zar reivindicaciones democráticas bajo la dirección de un provocador policial. O también habría que denunciar la revolución de 1917 por acciones que mancillarían la “pureza” de la clase obrera como la toma de rehenes entre la burguesía y otra serie de actos “indignos” propios de la descomposición capitalista en vez de esperar a la fraternización con la Guardia Blanca. ¿O es que se es tan ingenuo para pensar que el proletariado no va a recibir en herencia de la burguesía más que ruinas?
La CCI se escuda en pretextos “humanistas” para no llamar a la acción directa ni a su centralización y su sistematización. Así lo preferible sería una lucha perfectamente ordenada y colectiva, con programas claros y garantías de victoria. Esquema que lleva a la desconfianza hacia las acciones de vanguardia de la lucha proletaria, acusadas de conducir a derrotas parciales momentáneas, de favorecer las provocaciones y los ataques de la burguesía. Se rechaza organizar acciones de vanguardia. De lo que se trata de organizar un movimiento de educación por la propaganda, de construir un movimiento reivindicativo estructurado dentro del marco legal, con métodos pacíficos de progresión dentro del movimiento obrero y susceptible de conquistar las conciencias por la convicción ideológica.
Oponerse a la violencia de las minorías proletarias en nombre del antiterrorismo, de una mítica “violencia de la clase en su conjunto” es hacerse cómplice con la represión del Estado burgués. Observar el desarrollo de la lucha de clases y la agudización de la crisis capitalista limitándose a constatar las confrontaciones interburguesas y la ausencia de consignas programáticas comunistas en las luchas reales que desarrolla la clase obrera sin considerar que las luchas del proletariado lo son por su contenido y no por su “pureza” programática es complacerse en jugar un papel de teóricos elitistas, espectadores pasivos ante la lucha de clases, es la miseria de la teoría que no va acompañada de los actos de la crítica. Se sobre valoran las luchas economicistas en defensa del estado del bienestar en los países centrales, que como mucho dan lugar a formas de sindicalismo de base y que se mueven al nivel del valor de cambio del proletariado como capital variable fuera de los periodos revolucionarios. Y en cambio se niega el carácter proletario a movimientos donde se confronta directamente al Estado burgués, imponiendo la violencia de clase, el derrotismo revolucionario y sus propios órganos autónomos y el rechazo a las elecciones y el ataque simultáneo a todas las fracciones burguesas: gobierno, islamistas y nacionalistas como se hace en la Cabilia. Respecto a los acontecimientos argentinos la prueba de que no todo el movimiento piquetero está encuadrado por el Polo Obrero y la CTA y los planes de trabajo es que la burguesía envíe a Toni Negri y a los partidarios del subcomandante Marcos a difundir la ideología gestionista y de la no toma del poder entre las fracciones más radicales de los piqueteros: el MTD, del que el NCI no habla por cierto. En oriente Medio en donde la CCI no ve proletariado por ningún lado, negando que el capitalismo sea el único modo de producción a nivel mundial y que haya engendrado a sus sepultureros también en la región. Allí existe una afirmación proletaria real que se confronta con la fracción más agresiva de la burguesía mundial, tanto en Irak contra el ejército norteamericano y el israelí en Palestina, contando éstos con la solidaridad de las otras fracciones burguesas rivales recubiertas bajo la bandera del pacifismo y del humanitarismo. La guerra tiene por función primordial el aniquilamiento del proletariado a nivel físico e ideológico con la polarización entre las fracciones democráticas, nacionalistas e islamistas.
Las carencias evidentes de estas luchas a nivel de conciencia y de perspectiva internacional sólo podrá ser superada por la acción de las minorías revolucionarias que centralicen (y quizás desde el Centro) su acción internacional permitiendo dar a estas luchas una perspectiva, unificando las luchas del Primer y del Tercer Mundo.
Compartiendo con vosotros las posiciones fundamentales de la izquierda comunista y estando abierto a la discusión y a la colaboración con la CCI no por eso voy a dejar de rechazar los ataques sectarios que hacéis a UHP y de solidarizarme con sus posiciones políticas. También comparto los análisis sobre Argentina. Y tampoco estoy dispuesto a daros un cheque en blanco a vuestra forma de solventar las divergencias políticas o las rupturas orgánicas con la CCI, en que quien sale de la CCI se convierte en “parásito” que tiene que ser fulminado y aplastado. Es la táctica de quien no está conmigo está contra mí. No niego la existencia de auténticos aventureros políticos destructores como la FICCI. Pero no puedo abonar ataques sectarios a quien mantiene diferencias políticas con vosotros.
En fin deseando seguir la discusión, un cordial saludo
Hemos mantenido con este compañero discusiones sobre diferentes temas, entre otros ¿cuál es la naturaleza de la violencia revolucionaria de la clase obrera?; pero esta vez lo que nos plantea no concierne exclusivamente a la continuación de esa discusión[1]. Plantea otros temas entre los que destaca la tesis siguiente: «La guerra de clases genera y generará espoleada por la crisis histórica del capitalismo (como vemos en la Argentina, la Cabilia, en Irak...) la necesidad de contraponer al mundo de la mercancía y de la propiedad privada las propias necesidades del proletariado confrontando a la propiedad privada y a los aparatos estatales que la protegen. La denuncia de estos movimientos porque no se expresen con un programa comunista o de las acciones contra la propiedad y el estado como revueltas estériles y sin perspectivas, campo de batalla entre fracciones de la burguesía y manifestaciones del terrorismo, solo conduce a posiciones indiferentistas y derrotistas y de complicidad con la represión».
Esta tesis es más o menos similar a las defendidas por UHP-Arde, que hemos criticado en Acción Proletaria nº 178 y 180, cosa que nuestro lector no oculta, puesto que «se solidariza con sus posiciones políticas». Sin embargo, pese a que la carta contiene descalificaciones gratuitas de la CCI (nos tacha de “social-pacifistas”, “humanistas”, “vanguardia encerrada en una torre de marfil” para acabar con la acusación grave –que no demuestra en ningún momento- de que “calificaríamos de parásitos a todos los que rompen con nosotros”[2]) plantea no obstante una confrontación de posiciones que puede permitir una clarificación.
Queremos discutir con el compañero –y, por ende, con todos aquellos que comparten sus ideas de fondo- pese a que su carta se limita a enunciar sus críticas y a afirmar sus planteamientos sin exponer en ningún momento las argumentaciones que avalan lo uno y lo otro.
El compañero afirma « la necesidad de contraponer al mundo de la mercancía y de la propiedad privada las propias necesidades del proletariado confrontando a la propiedad privada y a los aparatos estatales que la protegen». Pero ¿qué quiere decir exactamente?. La fórmula es muy ambigua pues habla de la mercancía y de la propiedad privada vistas en general sin precisar a lo que se refiere.
Estos “matices” tienen mucha más importancia de la que parece. El capitalismo produce mercancías[3] pero lo hace a partir de la obtención de plusvalía explotando una mercancía especial: la fuerza de trabajo suministrada por los obreros. Esto es lo que distingue realmente al capitalismo y por ello las mercancías que vemos en los escaparates o en las estanterías de los hipermercados no son sino un resultado de un sistema cuyo fundamento es la explotación del trabajo asalariado. “Atacar la mercancía” consiste en atacar un símbolo: asaltar un MacDonalds, robar en un supermercado, saquear un comercio no supone ningún “golpe” al sistema capitalista pues lo que hace es cebarse sobre el resultado regular del régimen burgués.
Del mismo modo, no es lo mismo la “propiedad privada” en general que la propiedad privada de los medios de producción. Lo que caracteriza el capitalismo no es el título de propiedad jurídica sobre bienes, tierras, máquinas o instalaciones, sino una relación social que separa a los productores –los obreros- de todo medio de producción y de vida y les obliga a someterse a la extracción de plusvalía para ganarse la existencia. Hablamos de propiedad privada capitalista en el sentido de privación y exclusión de la gran mayoría del control y gestión de los medios de producción[4].
“Atacar la propiedad” resulta ser una fórmula tan ruidosa como vacía. En el mejor de los casos, ataca un efecto pero no la causa, enfrenta una ramificación pero no la raíz. En su polémica con Proudhon, Marx rebate esos radicalismos grandilocuentes «La propiedad constituye la última categoría en el sistema del señor Proudhon. En el mundo real, por el contrario, la división del trabajo y todas las demás categorías del señor Proudhon son las relaciones sociales que su conjunto forman lo que actualmente se llama propiedad; fuera de esas relaciones, la propiedad burguesa no es sino una ilusión metafísica y jurídica»[5]
Es iluso creer que se ataca el capitalismo porque se asalta un supermercado, se “ocupa” una vivienda[6] o, en el marco de una convulsión guerrera –como fue el caso de Irak-, se saquean viviendas, museos, ministerios... Nuestro lector ve tales acciones como «una ofensiva contra la propiedad privada a la que el proletariado opone sus necesidades». Francamente, ni constituyen una “ofensiva contra la propiedad” (son simplemente un cambio en los beneficiarios de la propiedad) ni suponen una satisfacción de las necesidades del proletariado, lo más que llegan es a la satisfacción temporal de las necesidades de un puñado de individuos.
De forma general, «es la posesión o la no posesión, de los medios producción, así como el modo de su puesta en práctica, lo que determina, en esencia, el lugar en la sociedad de sus miembros y su acceso a las riquezas, es decir, la pertenencia a una clase social y la existencia de intereses comunes con otros miembros de la misma clase. De forma general, el hecho de poseer medios de producción y ponerlos a trabajar individualmente determina la pertenencia a la pequeña burguesía (artesanos, explotaciones agrícolas, profesiones liberales, etc). El hecho de estar privado de medios de producción y de estar obligado, para vivir, a vender su fuerza de trabajo a los que los detentan y los utilizan en su proyecto para apropiarse de una plusvalía determina la pertenencia a la clase obrera. En fin, forman parte de la burguesía, los que detentan (en el sentido jurídico o en el sentido global de su control, de manera colectiva o individual) medios de producción que para ponerlos en marcha utilizan el trabajo asalariado y que viven de la explotación de este último bajo la forma de plusvalía que éste produce» (Revista Internacional nº 73: El proletariado es la clase revolucionaria)
Por eso, la apropiación de bienes de consumo, o su “expropiación”, como pomposamente la llaman ciertos grupos anarquistas, no significa ningún ataque a la propiedad privada capitalista. En todo caso es un cambio de manos de la propiedad y si la apropiación fuera suficientemente importante (lo cual está fuera de lugar en el caso de asaltos, etc y sólo lo planteamos para desarrollar el razonamiento hasta sus últimas consecuencias), podría incluso llegar a satisfacer las necesidades de algunos obreros, que entonces dejarían de serlo, para siempre; pero no podría significar nunca una solución para toda la clase obrera y para la humanidad. Si tratamos de imaginar una sociedad donde la consigna sea «expropiaos los unos a los otros» sólo tenemos que mirar alrededor, al capitalismo: «Los matices entre especulación comercial, de la bolsa, pseudo-negocios de ocasión, adulteración de alimentos, chantaje, peculado, robo, escalamientos y rapiñas se confunden tanto entre sí que desaparecen los límites que separaban a la honorable burguesía de la delincuencia. Se repite el mismo fenómeno que conduce regularmente a la rápida degradación de las aparentes virtudes de los burgueses, una vez trasplantados al terreno social extraño de las condiciones de las colonias de ultramar. Con el abandono de las barreras y de los soportes convencionales de la moral y del derecho, la sociedad burguesa, cuya ley íntima de existencia es la más profunda inmoralidad, la explotación del hombre por el hombre, recae directa y desenfrenadamente en la pura y simple delincuencia. La revolución proletaria deberá por tanto, luchar contra este enemigo (el lumpen, NdR) instrumento de la contrarrevolución» Rosa Luxemburgo: “La revolución rusa”, Ed Castilla SA, Madrid, 1975, pag. 68-9)
El proletariado moderno tampoco puede plantearse como perspectiva el reparto de los bienes y riquezas existentes por la sencilla razón de que –como demostró Marx frente a las teorías de Proudhon- la raíz de la explotación de los obreros y del hundimiento del capitalismo no está en el modo en que se reparte lo producido, sino en las relaciones sociales a través de las cuales se organiza la producción[7].
Nuestro lector coloca en el mismo plano de la “guerra de clases” cosas radicalmente diferentes como son las revueltas sociales de Argentina; los saqueos perpetrados por el lumpen en museos, mansiones o ministerios cuando las tropas americanas entraron en Bagdad; las “acciones de terror de minorías” y la “afirmación proletaria real” en confrontaciones imperialistas como las de Irak o Palestina.
Sin embargo lo único que no cabe en ese cajón de sastre es la verdadera lucha de clase del proletariado. Esta es rechazada por nuestro lector con todos los calificativos negativos posibles. Afirma perentoriamente que ««se sobre valoran las luchas economicistas en defensa del Estado del bienestar en los países centrales, que como mucho dan lugar a formas de sindicalismo de base y que se mueven al nivel del valor de cambio del proletariado como capital variable fuera de periodos revolucionarios», después dice que preconizaríamos «un movimiento ordenado y colectivo, resultado de luchas preferiblemente reivindicativas del proletariado», finalmente que trataríamos «de construir un movimiento reivindicativo estructurado dentro del marco legal, con métodos pacíficos de progresión dentro del movimiento obrero y susceptible de conquistar las conciencias por la convicción ideológica».
No sabemos de donde ha deducido el compañero esa visión nuestra de un “movimiento pacifista, legalista, economicista”. Desde luego una lectura, incluso superficial, de nuestra publicaciones no permite sacar tales conclusiones. Dejando eso de lado y yendo al meollo de la cuestión lo que nuestro lector entiende por lucha obrera es en realidad el sabotaje sindical de la misma. Es incapaz de distinguir entre el intento de los obreros por defenderse y la acción sindical para sabotearlos. Cuando los obreros intentan responder a los despidos, los sindicatos les imponen el corsé desmovilizador y capitalista de la defensa de la empresa. Cuando los obreros se movilizan contra el recorte de las pensiones los sindicatos tratan de entramparlos en el objetivo de luchar por el mantenimiento de un “Estado del bienestar” que no es sino el envoltorio atractivo del capitalismo de Estado[8].
Nuestro lector no comprende que una de las manifestaciones clave de la lucha de clases es la confrontación entre los obreros que intentan luchar y el policía del Estado en los centros de trabajo: los sindicatos. La burguesía es muy consciente del peligro que representa el proletariado y para ello emplea a los sindicatos, a los partidos de “izquierda” y “extrema izquierda”, para anticiparse a la lucha obrera, para llevarla a la derrota, para impedir que los obreros constituyan su propio terreno de clase, su autonomía política y social, diluyéndolos en un plano economicista, dividiéndolos, o desviándolos al terreno del capital. Los obreros tienen que hacer frente a los sindicatos, imponerles una relación de fuerzas y desde esa confrontación, junto con otras experiencias en el terreno social, político e ideológico, se irán fraguando las condiciones para poder pasar a luchas masivas, a grandes huelgas de masas que permitan a nuestra clase lanzar una ofensiva general contra el Estado capitalista[9].
Esta confrontación es bastante áspera, a veces pasa por episodios más o menos sonados como las huelgas salvajes pero la mayor parte del tiempo toma la forma de luchas dispersas, donde las tendencias obreras apenas se esbozan pues lo predominante es que son rápidamente apagadas por el bombero sindical. Este proceso, tan laborioso como difícil y penoso, la única vía posible para laborar el terreno social hasta ponerlo en condiciones del estallido internacional de huelgas de masas, decepciona a nuestro impaciente lector, llevándole a negar el pan y la sal a estas luchas considerándolas “valor de cambio del proletariado como capital variable” (¿), extravagante fórmula tan pedante como desprovista de sentido. Prefiere, como Santo Tomás, tocar inmediatamente las llagas del cuerpo de Cristo, quiere las cosas para ya, aquí y ahora, ahora o nunca. Por eso, las revueltas sociales satisfacen mejor sus expectativas de “lucha de clases”. En efecto, en ellas, como en Argentina, multitudes desfilan por las calles y toman por asalto el parlamento, los bancos son apedreados, los supermercados saqueados, las avenidas están jalonadas de barricadas, hay choques con la policía... Se trata de llamaradas de fuego espectaculares que sin embargo pasan pronto y no dejan el más mínimo rastro en el terreno social. Tras las explosiones más o menos ruidosas lo que queda es la apatía y la frustración, una vez pasada la tormenta el poder capitalista sale fuertemente reforzado –como podemos ver actualmente en Argentina[10]. Tal es la diferencia cardinal –junto a otras- entre las revueltas sociales y la huelga de masas proletaria. Las primeras estallan rápidamente pero como el fuego hecho a base de pajas, se apagan con la misma rapidez con la que se habían encendido. En cambio, la huelga de masas proletaria nace del fuego de un tronco que cuesta horrores encenderlo pero una vez ha prendido resulta muy difícil extinguirlo.
Nosotros somos solidarios con los sufrimientos terribles de las capas sociales protagonistas de esas revueltas y llamamos al proletariado a solidarizarse con ellas. Pero solidaridad no quiere decir comulgar con ruedas de molino aceptando como válidos combates sin perspectiva que no hacen sino reflejar el caos que reina en la sociedad capitalista.
Esta crítica provoca las iras de nuestro lector que nos acusa de “indiferencia” y “derrotismo” y de ponernos de lado con la represión. ¿No comprende que señalar las limitaciones insalvables de los movimientos de estas capas y darles como perspectiva unirse a la lucha del proletariado es lo único que dará una alternativa real a sus mejores elementos?. «De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía, sólo el proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria...Las capas medias –el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el artesano, el campesino-, todas ellas luchas contra la burguesía para salvar de la ruina su existencia como tales capas medias. No son, pues, revolucionarias, sino conservadoras. Más todavía, son reaccionarias, ya que pretenden volver atrás la rueda de la historia. Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado, defendiendo así no sus intereses presentes, sino sus intereses futuros, cuando abandonan sus puntos de vista para adoptar los del proletariado (...) El lumpenproletariado, ese producto pasivo de la putrefacción de las capas más bajas de la vieja sociedad, puede a veces ser arrastrado al movimiento por una revolución proletaria; sin embargo, en virtud de todas sus condiciones de vida está más bien dispuesto a venderse a la reacción para servir a sus maniobras» (Manifiesto Comunista)
El porvenir de la humanidad depende de que el proletariado sea capaz de afirmarse como clase autónoma e independiente, definiendo su propio terreno de clase, liberándose de los planteamientos ideológicos y políticos que lo atan a la burguesía pero, simultáneamente, no diluyéndose en los movimientos de otras capas sociales que, pese a sus sufrimientos terribles, no encierran ninguna alternativa.
Eso le obliga a distinguir. Distinguir entre su terreno de clase constituido por la unidad, la solidaridad, la defensa intransigente de sus reivindicaciones, el internacionalismo, y el terreno burgués de la Nación, la guerra, la defensa de la democracia... Distinguir entre su lucha coherente, aunque su proceso de desarrollo sea lento y penoso, y las explosiones súbitas pero sin continuidad ni futuro de las capas pequeño burguesas o marginadas. Distinguir en fin entre su lucha solidaria y responsable y las acciones de robo, saqueo y picaresca del lumpen. Nuestro lector no distingue, para él es oro todo lo que reluce, “tout ce qui bouge est rouge”,como dicen los franceses[11]. Con tal método está causando un perjuicio grave a la lucha por la autonomía de clase del proletariado.
Pero donde nuestro lector se mete en un terreno muy peligroso es cuando dice que: «En Oriente Medio en donde la CCI no ve proletariado por ningún lado, negando que el capitalismo sea el único modo de producción a nivel mundial y que haya engendrado a sus sepultureros también en esta región. Allí afirma una afirmación proletaria real que se confronta con la fracción más agresiva de la burguesía mundial, tanto en Irak contra el ejército norteamericano y el israelí en Palestina, contando estos con la solidaridad de las otras fracciones burguesas rivales recubiertas bajo la bandera del pacifismo y del humanitarismo».
¿Qué se desprende de esta embarullada frase? Empieza con un ingenioso sofisma: la CCI no ve proletarios en Oriente Medio de lo que deduce con admirable “lógica” que la CCI no ve que “el capitalismo sea el único modo de producción a nivel mundial y que haya engendrado a sus sepultureros también en esta región”. ¡Los escolásticos se relamerán de placer ante tan brillante silogismo!
El proletariado en Oriente Medio es débil, poco concentrado, sometido a la confrontación imperialista más brutal, a violentas ideologías nacionalistas y guerreras. Por ello no está presente como clase social autónoma. Pero eso no significa que en el futuro, al calor del desarrollo de la lucha revolucionaria del proletariado de los países centrales, no podrá reaparecer y ajustarle las cuentas a los diferentes verdugos que hoy lo machacan: sionistas, islamistas, palestinos etc.
Nuestro lector está dominado por el más lamentable inmediatismo: sí el proletariado no está presente cada día del año y en cada lugar del planeta, entonces habría desaparecido. ¿No es capaz de comprender que la existencia del proletariado es histórica y que ello va más allá de su ausencia o presencia en una época o en un país determinados?
La búsqueda desesperada por nuestro lector de un “proletariado” presente “urbi et orbi” le lleva a pensar que hay una “afirmación proletaria real” (¿??) en Irak[12] y Palestina. Tan alambicada frase quiere decir que la confrontación criminal entre bandidos imperialistas encerraría una “lucha de clases”. Es decir, está tomando partido en la guerra imperialista, eligiendo un bando frente al otro. Atrapado en esa dinámica encuentra «la fracción más agresiva de la burguesía mundial» en el bando formado por el imperialismo americano y el israelí, dando a entender que sus rivales de la “resistencia iraquí” o del bando palestino serían “menos agresivos”.
En este punto, nuestro lector coincide con la posición de ARDE-UHP[13] y la del GCI[14] tal y como él mismo reconoce. Esta posición la criticamos en Acción Proletaria nº 180 señalando que «Desde luego a los autores de Arde no ha debido “arderles” demasiado la cabeza para descubrir su innovadora teoría de “la lucha de clases en Irak”. Toda la extrema izquierda (desde el trotskismo hasta el anarquismo oficial) es una consumada especialista en vender como “movimiento de masas” con “dirección burguesa” las causas imperialistas de la burguesía. Pero Arde tiene otro maestro experto en esa “arte y ciencia”, no del zoquete, sino del enredo y el embaucamiento: el llamado G”C”I. Su especialidad, aparte de llamar al asesinato de militantes comunistas es “apoyar mediante hábiles subterfugios al Bloque Popular Revolucionario de El Salvador, el Zapatismo en México, a Sendero Luminoso en Perú. Estos subterfugios han consistido en presentar las acciones encuadradas por esas fuerzas burguesas como “movimientos de proletarios en armas” (en el caso de Sendero Luminoso como “defensa de proletarios prisioneros”) haciendo creer que serían ellos quienes llevarían la iniciativa independientemente de la “dirección formal” que sería, por supuesto, “burguesa” y que el G”C”I “no apoyaría en absoluto” (Acción Proletaria nº 131, los parásitos del G”C”I llaman al asesinato de nuestros camaradas en México)»
A esta tesis peligrosa aporta el granito de arena del argumento de suponer que determinados imperialismos representarían la parte más agresiva o más extrema del capitalismo mundial. Habría por así decirlo imperialismos “pata negra” y otros de menos monta. Habría que elegir y polarizarse contra los primeros. Es el mismo argumento que emplean muchos grupos trotskistas para elegir campo en cualquier guerra imperialista. ¡Siempre habría un imperialismo peor que otro!.
Este “argumento” niega que el capitalismo es un sistema mundial de cuyo engranaje forman parte todos los estados nacionales, sea cual sea su tamaño, sus alianzas, su régimen o la ideología oficial que profesen. Como dijo Rosa Luxemburgo «el imperialismo no es la creación de un estado o grupo de estados imperialistas. Es el producto de determinado grado de madurez en el proceso mundial del capitalismo, es una condición congénitamente internacional, una totalidad indivisible, que solo se puede reconocer en sus relaciones y del que ninguna nación se puede apartar a voluntad» (La crisis de la socialdemocracia, página 116 edición española).
Nuestro lector añade otro argumento de “peso pesado” pues lo repite varias veces. En primer lugar nos dice que «Ninguna revolución proletaria aparece “pura”, con un programa comunista claro, sin ideologías nacionalistas o burguesas sin encuadramientos con la izquierda del capital», después añade que «ningún movimiento proletario ni tan solo la revolución rusa han estado libres de ideologías burguesas ni de acciones de terror ni de destrucciones», para concluir triunfalmente «está el ejemplo de la revolución rusa de 1905, comenzada en enero de 1905 implorando alzar reivindicaciones democráticas bajo la dirección de un provocador policial. O también, habría que denunciar la revolución de 1917 por acciones que mancillarían la ‘pureza’ de la clase obrera».
Todo esto constituye una pésima demagogia. Nos atribuye la búsqueda desesperada del santo Grial de una “lucha obrera pura” aduciendo la perogrullada de que toda lucha obrera está infestada desde sus inicios por los miasmas de la ideología burguesa. ¡Pero el problema está en que lo que hoy ocurre en Irak nada tiene que ver con lo que ocurrió en Rusia 1905 o 1917!. ¡Son como el infierno y el cielo!. En Irak se ventila una confrontación imperialista, en Rusia se ventilaba una revolución social. ¿Cómo es posible que nuestro lector caiga en la ceguera manifiesta de confundir lo uno y lo otro?. En Irak lo que vemos son bombas, matanzas ciegas, choques militares, manifestaciones de chiitas, sunitas y demás sectas archí reaccionarias. En Irak vemos muerte, desolación, ruinas, la violencia más desbocada, la eclosión de la peor barbarie. En Rusia 1905 y 1917 lo que vimos eran Asambleas Generales, pensamiento libre y colectivo de las masas, debates apasionados, solidaridad, fraternización, esperanza ...
Poner en el mismo plano hechos tan diametralmente opuestos es el resultado del “método” de amalgamas y generalidades abusivas que recorre el texto del lector. Es verdad que una guerra imperialista y una lucha proletaria tienen en común la presencia de mistificaciones burguesas. No puede ser de otra manera puesto que la ideología dominante es la ideología burguesa y por definición su influencia está presente en todo acontecimiento social incluso en aquellos que se proponen destruir el sistema. De esta verdad de Perogrullo nuestro lector, en un silogismo barato, deduce que como en todo acontecimiento social está presente la ideología burguesa ¡todo acontecimiento social pertenece a la lucha de clases!. Sin embargo, la naturaleza y la lógica de esas mistificaciones es radicalmente diferente en cada una de ellas: en la guerra esas ideologías van en el sentido de su desarrollo, son su banderín de enganche. En cambio, en la lucha obrera son un peligroso obstáculo que esta tiene que superar.
El proletariado engendra en sus filas minorías más avanzadas que ven antes que el resto las perspectivas, los medios y los problemas del combate de clase. ¿Cuál es el papel de estas minorías más avanzadas? ¿Deben sustituir al conjunto de la clase luchando en su lugar en las largas épocas en las que esta no se manifiesta? ¿Deben ser los representantes autoproclamados de su combate que la dirigen como un general manda a la tropa?
Hace mucho tiempo que el movimiento obrero ha rechazado claramente esas visiones. Como dice el Manifiesto Comunista «todos los movimientos han sido hasta ahora realizados por minorías o en provecho de minorías. El movimiento proletario es un movimiento independiente de la inmensa mayoría en provecho de la inmensa mayoría». Dentro de ese movimiento, el papel de los compañeros más avanzados no es el de luchar en lugar del conjunto de la clase o el de conducirla como el pastor que conduce el rebaño, sino el de desarrollar su toma de conciencia, su unidad, su solidaridad, para que sea capaz de lanzarse victoriosamente contra el Estado capitalista. «¿Cuál es la posición de los comunistas con respecto a los proletarios en general? Los comunistas no forman un partido aparte opuesto a los otros partidos obreros. No tienen intereses que los separen del conjunto del proletariado. No proclaman principios especiales a los que quisieran amoldar el movimiento proletario. Los comunistas solo se distinguen de los demás partidos proletarios en que por una parte, en las diferentes luchas nacionales de los proletarios, destacan y hacen valer los intereses comunes a todo el proletariado, independientemente de la nacionalidad. Y, por otra parte, en que, en las diferentes fases de desarrollo por que pasa la lucha entre proletariado y burguesía, representan siempre los intereses del movimiento en su conjunto» (Manifiesto Comunista).
Sin embargo, para nuestro lector todo eso hay que echarlo al cubo de la basura pues «en la práctica real, la guerra de clases se caracteriza por la acción de grupos minoritarios de vanguardia en lucha contra el terror del capital y no por la acción de la clase en su conjunto».
¿En qué consiste esa “acción de grupos minoritarios de vanguardia en lucha contra el terror del capital”? A lo largo de la carta, nuestro lector nos proporciona algunas pistas: «la vanguardia comunista a partir de un determinado nivel de enfrentamiento habrá de segregar un aparato clandestino específico, unos núcleos armados como lo tenían los bolcheviques, el KAPD (con Max Holx etc.) o a otro determinado nivel lo fue la FAI hasta julio de 1936». Preconiza la necesidad de «acciones de terror», «violencia de minorías proletarias»...
Nuestro lector, como es la tónica en su carta, mezcla y embarulla las cuestiones. Una cosa es que en un periodo de preparación de la insurrección proletaria el partido revolucionario se dote de medios específicos para contribuir a su éxito. Otra muy diferente es la acción de Max Hölz y sus grupos minoritarios dentro del periodo revolucionario en Alemania (1919-23). Pero esas dos experiencias, de por si muy diferentes, no tienen nada que ver con la posición de dedicarse aquí y ahora a “acciones de terror”, “violencia de minorías proletarias”.
Esta última posición se asemeja a la de ciertas tendencias anarquistas que preconizan la acción de grupos minoritarios de afinidad que cada día deciden “libremente” qué van a hacer para oponerse al capital.
Aquí no podemos entrar en un análisis de los resultados nefastos que a lo largo de la historia del movimiento obrero han tenido esos “movimientos” de propaganda por el hecho, de acción directa de minorías, de enfrentamientos minoritarios con la policía o las bandas a servicio del capital. Volveremos sobre ello. Aquí solo queremos insistir en algo que nos parece muy importante: actualmente, el proletariado está generando en su seno una nueva generación de minorías revolucionarias. Es muy peligroso que sectores de esa generación se pierdan en el pozo de la acción de grupos minoritarios de vanguardia, pues sencillamente ello significa que se van a quemar tras una temporada de estéril activismo cayendo en la desmoralización y retirándose de toda actividad combativa. La energía, la convicción y el entusiasmo de estos compañeros no puede despilfarrarse en esas trampas sino que debe orientarse hacia el desarrollo de la conciencia, de la unidad, de la solidaridad, de la fuerza, de las luchas obreras. La tarea de las minorías de vanguardia no es la de perderse en esas acciones minoritarias que propone el compañero sino la de contribuir activa y pacientemente a la preparación de las condiciones de la huelga de masas. Es un camino duro y difícil, pero es el único posible.
Acción Proletaria 13-4-05
[1] Que por otra parte hemos desarrollado en una reunión pública sobre este tema (ver en Acción Proletaria nº 180, «la violencia terrorista es antagónica a la violencia de clase del proletariado»)
[2] En un encuentro con este compañero celebrado tras la escritura de la carta reconoció que no tenía ninguna prueba con la que justificar tal acusación: «Ante nuestra demanda de en qué pruebas basabas esas acusaciones tu respuesta fue que no la sustentas en ninguna. Ante nuestra reflexión de que en esas condiciones hay que abstenerse de hacer tales acusaciones gratuitas, mostraste tu acuerdo y compromiso en abstenerte de hacer tal tipo de afirmaciones» (Acta del Encuentro).
[3] Hay que precisar que la mercancía no es exclusiva del capitalismo: bajo el feudalismo y el esclavismo, existían los mercaderes, es decir, individuos que traficaban con mercancías. Del mismo modo, en el proceso de hundimiento del viejo orden feudal aparecieron formas de intercambio simple de mercancías, por ejemplo, entre granjeros y artesanos en las ciudades medievales o en las primeras etapas de desarrollo de las colonias que luego darían lugar a Estados Unidos.
[4] Por esta razón, y en continuidad con el marxismo, siempre hemos rechazado el “argumento” de los trotskistas que veían los regímenes existentes en Rusia (o Cuba) como “socialistas” o “comunistas” por el hecho abstracto de que la propiedad de los medios de producción está en manos del Estado y supuestamente se habría abolido la propiedad privada. La propiedad bajo el capitalismo, sea de titulación estatal o de titulación “privada”, supone siempre la expropiación de los productores: los obreros y la mayoría de la población explotada.
[5] Marx: La miseria de la filosofía página 154 edición española
[6] Sobre la cuestión específica de las ocupaciones de vivienda ver en Acción Proletaria nº 176 nuestro artículo a propósito de nuestra intervención en unas Jornadas sobre el problema de la vivienda celebradas en Madrid en abril 2004.
[7] La consigna de los proletarios de Roma, que popularizó el cristianismo, era el reparto de las riquezas. Pero ellos podían plantearse así la cuestión porque no jugaban ningún papel en la producción, que recaía enteramente en el trabajo de los esclavos: «Los proletarios romanos no vivían del trabajo, sino de las limosnas que les daba el gobierno. Por eso la demanda de los cristianos de propiedad colectiva no se refería a los medios de producción, sino a los medios de consumo. No pedían que la tierra, los talleres y las herramientas e instrumentos de trabajo fueran propiedad colectiva, sino que se dividiera todo entre ellos, casas, ropas, alimentos y otros productos necesarios para la vida. Las comunidades cristianas se cuidaban bien de no investigar el origen de esas riquezas. El trabajo de producción recaía siempre en los esclavos» (Rosa Luxembug: “Socialism and the churches”, tomado de Archivo de autores marxistas de Internet y traducido por nosotros)
[8] Siguiendo las aportaciones de los grupos de la Izquierda Comunista y lo que empezó a desarrollar la IC en su primer congreso, nosotros vemos que el capitalismo desde las primeras décadas del siglo XX (donde se inicia su periodo de decadencia) tiende en todos los países al capitalismo de Estado, tendencia que toma diferentes formas: en los países “socialistas” la de una estatización más o menos completa de todas la economía; en cambio, en los países occidentales es la de una combinación entre la intervención del Estado y la propiedad “privada” clásica.
[9] No podemos desarrollar aquí cómo es el proceso que lleva a la huelga de masas. Llamamos a nuestros lectores a tomar en consideración la serie de artículos sobre la revolución rusa de 1905 que hemos iniciado en la REVISTA INTERNACIONAL nº 120. Del mismo modo, éste va a ser el tema que abordaremos en las próximas Reuniones Públicas que celebraremos en el mes de mayo. Finalmente, recomendamos la lectura del libro de Rosa Luxemburgo Huelga de masas, partido y sindicatos.
[10] Ver nuestro artículo sobre los acontecimientos argentinos en REVISTA INTERNACIONAL nº 109
[11] Todo lo que se mueve es rojo
[12] En un Encuentro celebrado con posterioridad al envío de la carta que estamos debatiendo, el lector cambió de posición sobre la naturaleza de la situación en Irak. Como señalamos en un acta que realizamos de dicho Encuentro y que enviamos al compañero para su verificación: « En el encuentro tras una intensa discusión llegaste a la conclusión de que la actual confrontación que tiene lugar en Irak nada tiene que ver con la lucha de clases sino que se trata de una batalla imperialista entre dos bandos –el americano por un lado y el de la llamada “resistencia iraquí” del otro- que son igualmente enemigos del proletariado y de la humanidad. Esta decantación tuya nos parece importante por lo que supone de ruptura con los argumentos tramposos y sofísticos de izquierdistas y similares de “hay que golpear al bando imperialista más fuerte”, “hay que estar con los que luchan”, “no hay que hacer el juego al imperialismo” etc.». Esto honra al compañero. Sin embargo hemos mantenido la respuesta original pues de lo que se trata es de discutir una posición que –sea acertada o errónea- no pertenece a nadie sino que es una herramienta para comprender la realidad.
[13] Queremos precisar que ARDE-UHP no representa a todo UHP. Hay compañeros dentro de este medio que no comparten los puntos de vista de los señores de ARDE .
[14] Grupo “Comunista” Internacional. Grupo anarco-parásito que edita la publicación Comunismo, y por el que UHP-Arde siente un gran aprecio, y en el que encuentra “inspiración”
El pasado 24 de septiembre celebramos una reunión pública en Valencia bajo el título “El huracán Katrina: el capitalismo lleva la humanidad al desastre”.
En esta breve reseña no vamos a retomar la presentación que realizamos cuyos ejes se encuentran en el texto que hemos publicado sobre el tema y que aparece en nuestra Web. Nos vamos a ceñir al contenido de la discusión que fue muy animada y contó con la participación activa de los asistentes.
La crisis económica del capitalismo lleva a este a una frenética carrera por reducir los costes de producción. El principal coste es la fuerza de trabajo y por ello asistimos a continuas oleadas de despidos en todos los países que siembran la miseria y la zozobra en gran número de hogares obreros. Sin embargo, otro renglón de la reducción de costes es en el mantenimiento de las obras públicas, así en Nueva Orleáns los diques no se habían reparado desde hace años y ello constituyó un factor decisivo en las inundaciones.
Un compañero planteó sin embargo que “la crisis era poco visible para la mayoría, la gente se compra pisos y coches, los restaurantes están llenos, el nivel de vida se mantiene”. Otros asistentes respondieron con ejemplos concretos: el endeudamiento creciente de los hogares, el estado de abandono de servicios sociales como la sanidad, el hecho de que la carga de trabajo es cada vez mayor, por ejemplo, en este último sector.
Todo esto llevó la discusión a una clarificación sobre cómo podemos caracterizar la crisis histórica del capitalismo de la cual resumimos las ideas clave:
- el marxismo jamás ha dicho que la crisis de este sistema social –en realidad tampoco en ninguno de los que le precedieron- se manifieste bajo la forma de un hundimiento súbito y total. En realidad, toma la forma de un proceso de crecientes convulsiones, especialmente en el terreno de las guerras imperialistas, una dislocación del aparato económico, una miseria generalizada y, muy particularmente, una creciente falta de perspectivas: cada vez se percibe más que pese a todos los apaños y remiendos el modo de producción capitalista se entrampa en contradicciones irresolubles y la guerra, la barbarie, la destrucción medioambiental, la miseria, se van enseñoreando del planeta.
- en todos los países se desarrolla la tendencia al capitalismo de Estado, es decir, que el Estado intervenga cada vez más para mantener a flote la economía. Durante el periodo posterior a la 2ª Guerra Mundial esta tendencia tomó la forma en los países occidentales del “Keynesianismo”: el estado hace inversiones no rentables pero que mantienen un mercado y facilitan la actividad económica al conjunto de capitalistas. Estas políticas remediaron en parte las contradicciones del capitalismo pero las exacerbaron en grado sumo llevando a finales de los años 70 a una explosión inflacionaria de consecuencias muy graves. Esto obligó a un cambio general en la política de intervención del Estado en la economía que tomó la forma de “neo-liberalismo”. El Estado se desprendió de la propiedad de numerosas empresas públicas que resultaban gravosas para su presupuesto y trasladó a propietarios privados la responsabilidad de los cuantiosos despidos que conllevaba su liquidación. Asimismo, extendió el endeudamiento a las empresas y a los particulares propiciando el endeudamiento generalizado. Estas medidas no han supuesto un “menos Estado”, como falazmente nos dicen, sino otra forma de intervención del Estado: este lleva las riendas de la economía de forma “indirecta” a través de la política económica, las compras a las empresas privadas, las concesiones y licencias, las llamadas “políticas sociales” etc..
Este cambio en la acción del capitalismo de Estado se produce por el avance incontenible de la crisis que obliga a una reducción generalizada de costes y ha ir abandonando progresivamente partes enteras del aparato económico. La burguesía, particularmente su ala izquierda, quiere entramparnos en el dilema “más Estado”, que hacen equivaler a un Estado “social” que se ocuparía de las necesidades de la población, o “menos Estado” que supondría un “funesto neoliberalismo” de abandono de los más pobres. Ese dilema no existe en la realidad: el Estado siempre se ocupa del interés de los capitalistas y la fase llamada “social” o “keynesiana” corresponde a un periodo de la crisis capitalista que ha dado paso a otro peor y más grave. En el periodo actual, llamado “neo-liberal”, el Estado interviene todavía más en la economía, sólo que lo hace bajo otras formas diferentes del viejo modelo.
Esta necesidad de no enredarse en el falso dilema “empresa pública – empresa privada” fue señalada por una compañera: “No solo reduce costes la empresa privada, también la pública. Por ejemplo, en la Sanidad cada vez hay más gente afiliada pero cada vez hay menos trabajadores para atenderlos y cada vez menos medios”. Esto fue corroborado por otro compañero para el caso de la prevención y lucha contra los incendios que es una responsabilidad del Estado: “he participado a través del voluntariado social en la lucha contra los incendios. Es una estafa. Te dan una bici en estado penoso y un walki-talki y allá te las compongas. ¡Y dicen que con eso están solucionando el problema de los incendios!”.
- el criterio para identificar que un sistema social está en crisis histórica, en decadencia, no es tanto que haya pobreza. En realidad, esta plaga ha acompañado a todas las sociedades divididas en clases tanto en sus periodos ascendentes como decadentes. El criterio es que las fuerzas productivas desarrolladas choquen de forma repetida con las relaciones sociales propias de ese sistema llevando a convulsiones crecientes y cada vez más imposibles de superar. Para decirlo simplemente: el traje que el modo de producción impone a la fuerza productiva humana se hace cada vez más estrecho y provoca su ahogo progresivo dando lugar a tensiones crecientes.
- el capitalismo, sobre todo en los países más importantes y donde hay un proletariado muy concentrado, trata de dar una imagen de normalidad, de que “la economía va bien” (el “España va bien” de Aznar que ha seguido con el “España va más que bien” de Zapatero). Sin embargo, la economía se mantiene a flote de una forma cada vez más convulsa y aberrante lo que revela su crisis profunda: endeudamiento generalizado (las hipotecas para la vivienda son de 40 años lo que significa toda la vida laboral de un obrero ¡si la tiene!), huida ciega en la inversión inmobiliaria que provoca graves destrozos medioambientales, escalada de los precios del petróleo etc., como resumió un compañero “una cosa es la apariencia, otra cosa es la realidad que hemos de demostrar: hay una crisis cada vez más profunda”.
Un segundo capítulo de la discusión versó sobre cómo superar la atomización, el individualismo, que dominan a la gran mayoría de los obreros y de la población explotada. Esta preocupación fue claramente expresada por un compañero: “Yo creo que la gente percibe y siente la crisis en sus propias vidas. El problema es que la gente no se siente con fuerzas para luchar, está muy individualizada, va a la suya”.
La discusión clarificó que el individualismo es un pilar de la ideología burguesa y que esa es la ideología que prevalece en la gran mayoría de los miembros de la sociedad. La ideología democrática de la burguesía pretende que la sociedad está formada por una suma de individuos iguales y libres cuando la realidad es que la sociedad está dividida en clases con intereses opuestos.
Los capitalistas solo son capaces de unirse para luchar contra el proletariado. En todo lo demás son profundamente individualistas: su modo de vida es la competencia, la trampa contra el de al lado, la maniobra, en definitiva, la guerra de todos contra todos. Esta realidad la plasman ideológicamente en la idea del “individuo libre y soberano que tiene que triunfar”. “Sí triunfas es que eres muy bueno, si fracasas es que no vales para nada”. Esta ideología atenta profundamente a la naturaleza social de la humanidad. Hasta los científicos más contaminados por la ideología burguesa reconocen que la fuerza de los seres humanos es la cooperación, la acción común.
El proletariado es la clase social revolucionaria no solo porque sus intereses son antagónicos con los de la explotación capitalista sino porque la base misma de su existencia es el trabajo en común, la producción social. Los obreros tienen intereses unitarios y comunes. La perspectiva revolucionaria que lleva el proletariado en su seno es la de una comunidad humana mundial donde los individuos trabajan unidos aportando lo mejor de si mismos por la plena satisfacción de las necesidades de todos. En contra de las mentiras de la ideología burguesa que habla del comunismo como la negación del individuo, el comunismo proporciona la base social para el pleno desarrollo y realización de los individuos.
La última parte de la discusión se centró en ¿qué podemos hacer como compañeros que quieren luchar activamente contra esta sociedad? La clase revolucionaria de la sociedad es el proletariado, la contribución de los compañeros más activos es al desarrollo de la conciencia, la lucha, la solidaridad, del proletariado. Contribuir a que comprenda cuales son los fines y los medios de su lucha, quienes son sus amigos y quienes son sus enemigos.
Las Reuniones Públicas que celebra la CCI son cada dos meses, los asistentes plantearon la necesidad de discutir para aclararse y ver cómo se puede actuar, con más frecuencia. Ello llevó a acordar un Encuentro para el próximo 29 de octubre a las 6 de la tarde en el mismo lugar –Librería Sahiri c/Danzas 5- y se propuso como tema de discusión ¿Cuál es la función de los revolucionarios? Se adoptó como texto de a utilizar como punto de partida uno de nuestra organización titulada La Función de los Revolucionarios aparecido en la Revista Internacional nº 29 y que se colgará en nuestra Web: es.internationalism.org
Corriente Comunista Internacional 29-9-05
El pasado 26 de agosto tuvo lugar en Buenos Aires una reunión pública de la CCI sobre el tema: La experiencia de Zanón: La autogestión ¿solución a la miseria o gestión de la miseria?
En un anexo adjuntamos la presentación que hicimos. Vamos a dar cuenta de la discusión que fue muy animada y en la que participaron compañeros del Núcleo Comunista Internacionalista y del Colectivo Nuevo Proyecto Histórico.
Los compañeros de este último colectivo repartieron su texto –que contiene elementos de denuncia de la autogestión- titulado Empresas recuperadas: La autonomía empantanada e intervinieron activamente en la reunión. También otros compañeros plantearon diferentes cuestiones. Queremos destacar algunas de ellas haciendo una breve reflexión.
El alud de cierres de empresas es impresionante en Argentina, como lo es también en la mayoría de países, especialmente los industrializados. De un día para otro, el patrón cierra la fábrica o declara la quiebra y deja a los obreros sin ningún medio para comer, ellos y sus familias. Estos tienen que defenderse y la mejor defensa es crear una relación de fuerzas contra el Capital y su Estado. ¿Cómo conseguirla? Buscando la solidaridad y la movilización para la lucha de los demás obreros sin distinción de empresa, sector o región.
Esa capacidad de manifestarse como UNA SOLA CLASE adonde cualquier sector obrero siente el ataque a otros compañeros como un ataque a si mismo, está todavía lejos de ser alcanzada por nuestra clase. Desde hace 15 años predomina la situación opuesta de dispersión, de apatía, de dificultad para reconocerse siquiera como clase. Ante semejante situación, los obreros se agarran desesperadamente a medidas como la ocupación de la empresa cerrada para que sigua funcionando y ante la espantada del patrón ellos mismos la ponen en marcha.
Pero estas medidas lo más que consiguen es prolongar durante un cierto tiempo la agonía de la empresa a costa de terribles sacrificios por parte de los trabajadores: en la mayoría de los casos se ven obligados a bajarse los salarios trabajando muchas más horas y, más pronto o más tarde, hay que despedir a compañeros para mantener la empresa a flote. Es decir, los trabajadores toman a cargo su propia explotación, se convierten en funcionarios del capital, sometidos a las leyes del mercado y semejante transformación no les garantiza ni mucho menos un medio de vida.
Pero lo peor es que se ven obligados a atacar sus armas más preciadas, cuyo desarrollo es lo que de verdad les permitirá acabar con las causas de la miseria y la barbarie. Al tener que organizar la explotación, tienen que enfrentarse unos contra otros, tienen que tomar medidas como despedir compañeros, o sea, imponer la violencia dentro de la propia clase. Destruyen por tanto su UNIDAD COMO CLASE no solo al interior de la empresa sino respecto a los demás obreros que a sus ojos dejan de serlo para convertirse en los de la empresa tal o los de la empresa cual, es decir, son vistos como competidores.
La empresa “autogestionada” está sometida a las reglas del mercado y, por ello, la preocupación que inevitablemente se apodera de sus trabajadores es cómo hacerla competitiva, cómo hacerla productiva, como vencer a los rivales. Los obreros identifican sus intereses con el interés de la empresa, con el interés de la economía nacional. En vez de luchar contra el Capital y el Estado nacional, se someten a él y a sus leyes. Es decir, destruyen su CONCIENCIA DE CLASE.
Ante esta denuncia, que se acompañó por parte de dos asistentes de una crítica del movimiento piquetero, un asistente planteó “entonces ¿cómo luchar?”. Esto dio lugar a un debate que un compañero del colectivo NPH formuló así “o lucha antagónica contra el capital o lucha creando un contrapoder de los trabajadores dentro de la sociedad capitalista misma”.
Al hilo de esta cuestión, una compañera del mismo colectivo, planteó, junto a otras cuestiones interesantes, “¿es posible crear un espacio anti-capitalista dentro del propio capitalismo?”.
Respondimos que no. La burguesía pudo desarrollar un contra-poder económico al interior de la sociedad feudal porque era una clase explotadora que aspiraba a una nueva forma de explotación. El capitalismo se desarrolló al interior de la propia sociedad feudal. Sin embargo, eso no es posible para el proletariado: éste no aspira a instaurar una nueva explotación sino a abolir toda forma de explotación y no posee ningún poder económico previo al interior de la sociedad capitalista. Sus armas son su unidad, su conciencia, su solidaridad y su capacidad de auto-organización, factores que convergen en el asalto revolucionario contra el Estado burgués para establecer el poder mundial de los Consejos Obreros que abre el periodo de transición del capitalismo al comunismo.
Otra compañera planteó, junto con otro compañero que intervino en el mismo sentido, la terrible situación de los millones de personas que se debaten en las villas miseria del conurbano bonaerense, que no pueden encontrar trabajo, que apenas tienen de qué comer. ¿Cómo salir de esa situación? ¿Adquirir una cultura es una alternativa?
El capitalismo está en una crisis cada vez más grave, no solo en Argentina donde el cinturón de pobreza rayana en el hambre que constituye la mayoría del Gran Buenos Aires es un testimonio desgarrador, sino en todo el mundo. No tiene los medios para crear los puestos de trabajo que absorban esa ingente masa de desocupados pero, más aún, recorta despiadadamente los salarios hasta el extremo de que, como decía una enfermera del hospital Garrahan en huelga, «ni siquiera teniendo un trabajo se puede vivir». En ese sentido darse una formación para “ser competitivo y obtener un puesto de trabajo” es un engaño. Pero darse cultura es otra cosa. La lucha del proletariado no se basa en la ignorancia y la incultura. Se funda en una comprensión de los fines y los medios de su lucha como clase. En su conciencia revolucionaria se integra de forma crítica todo el desarrollo cultural de la humanidad durante siglos y que hoy se ve amenazado por la creciente barbarie, la degeneración moral, la degradación, que supura por todos sus poros el capitalismo en descomposición.
La discusión fue muy animada, apuntando numerosos temas que no se pudieron abordar por falta de tiempo, destacando la cuestión de ¿quién es el sujeto histórico de la revolución? y, más particularmente, los temas de la movimiento piquetero planteado por una compañera o de los comedores populares que mucha gente, no solo en la villas miseria del conurbano bonaerense sino en barrios de la propia capital federal (como San Bernardo o San Telmo), se ve obligada a organizar para sobrevivir.
Estas cuestiones pueden seguir discutiéndose bien a través de círculos de discusión que algunos de los asistentes se animaron a impulsar, bien a través de Internet. Nosotros participaremos en esos debates con el máximo interés.
En el balance de la primera reunión que nuestra Corriente organizó en Buenos Aires hace justo un año decíamos: « Varios asistentes expresaron su agradable sorpresa por la discusión viva y animada, con participación activa de los presentes. Lo veían en los antípodas de las reuniones de grupos de izquierda o extrema izquierda del capital, adonde un orador (o varios turnándose) sueltan discursos interminables que cansan a la gente que acaba yéndose a su casa desmoralizada. En contra de todo eso, se demostró palpablemente que la Reunión Pública de la CCI es un lugar donde se puede discutir, se pueden contraponer argumentos, todo ello en vistas a la clarificación, la claridad es un arma de la clase obrera, del fuego del debate nace la luz de la claridad.». En esta reunión eso volvió a comprobarse. Fue una discusión viva, directa, entre compañeros interesados apasionadamente en contribuir a la lucha por la liberación de la humanidad.
CCI
ANEXO: Presentación realizada en la Reunión Pública
La experiencia de Zanón: La autogestión ¿solución a la miseria o gestión de la miseria?
La toma de la fábrica Zanón desde hace 4 años ha tenido resonancia a nivel nacional e internacional. Son numerosas las páginas en Internet, así como los artículos en la prensa escrita, principalmente de izquierda, anarquista y del movimiento antiglobalización, que hablan de esta experiencia de los ceramistas de Neuquén.
Lo que comenzó siendo una lucha de resistencia de los trabajadores de esta fábrica ante los despidos inminentes debido a su cierre, ha terminado siendo un movimiento autogestionario; es decir, la fábrica ha sido puesta en funcionamiento por los propios trabajadores.
Los trabajadores, en su lucha por su emancipación de las cadenas del capital, deben hacer en todo momento una evaluación de las mismas: cuál es el balance de sus fuerzas y de la clase enemiga; y sobre todo evaluar si los medios de lucha utilizados y sus consecuencias fortalecen su organización y su conciencia, únicos medios de que dispone la clase obrera en su lucha histórica contra el capital.
En ese sentido, debemos preguntarnos si la autogestión fortalece o debilita la organización y la conciencia proletarias.
Consideramos que la autogestión, en vez de fortalecer al proletariado, lo debilita en su lucha contra el capital. ¿Por qué?
La autogestión, junto con el cooperativismo y la cogestión, son armas económicas del capital, tienen como fin hacer aceptar a los obreros las dificultades de las empresas golpeadas por la crisis y hacerles organizar las modalidades de su propia explotación.
El hecho que los trabajadores intervengan de alguna manera en la gestión de la empresa, o que ésta funcione bajo la modalidad de una cooperativa, o que asuman la figura jurídica de “socio”, en nada cambia las relaciones de producción, no elimina ni la ley del valor, ni la competencia, ni las leyes del mercado, que son las características fundamentales de la producción capitalista. No elimina tampoco, el hecho de que dicha empresa tendrá que funcionar bajo la exigencia de ciertos niveles de productividad, tal como ocurre con cualquier empresa capitalista del mundo. Ellas continuarán operando al interior de la economía nacional, independientemente que el Estado asuma o no el control de ciertos sectores de la economía a través de expropiaciones o nacionalizaciones, o que compre la totalidad de la producción de la empresa.
En cualquiera que sea la modalidad de gestión económica empleada, deben cumplirse las leyes del capital, las cuales obligan a una reducción de costos y a un incremento de los ritmos de explotación; la autogestión y cogestión, constituyen en este sentido, un terreno propicio para aceptar cualquier medida que afecte de manera negativa las condiciones de vida del proletariado; pero también, para que éste quede atrapado entre la necesidad de luchar para defender sus condiciones de vida o defender los intereses de “su” empresa.
En última instancia, la autogestión lleva a los trabajadores a defender los intereses nacionales, al tener que acompañar forzosamente a la burguesía en su lucha por intentar de hacerse un espacio en el mercado ante la crisis mundial que sacude al capitalismo.
La autogestión tiene como fin último “dividir a la clase obrera, encerrándola y aislándola fábrica a fábrica, barrio a barrio, ramo a ramo, atar a los obreros a las preocupaciones por la economía capitalista que ellos tienen como tarea destruir, desviar al proletariado de la primera tarea que hace posible su emancipación: la destrucción del aparato político del capital y la implantación de la dictadura del proletariado a escala mundial”.
Esta posición sobre la autogestión no se basa en un invento de la CCI, sino que se apoya en la experiencia del movimiento obrero: Marx y Engels en el siglo 19 confrontaron las utopías pequeño burguesas defendidas por los prudhonistas, que plantearon diversos mecanismos para que la clase obrera se hiciera con espacios de poder dentro del capitalismo (ver por ejemplo, Miseria de la Filosofía de Marx). Sin embargo, lo que en el siglo antepasado era pura ilusión utópica; a partir del siglo 20, cuando el capitalismo inicia su fase de decadencia, no es mas que pura mistificación capitalista. También la historia del movimiento obrero nos enseña cómo la burguesía, en períodos de crisis aguda y de debilidad de la lucha de clases, recurre a esta vieja trampa capitalista para embaucar a los trabajadores. Para sólo mencionar dos ejemplos:
-las colectividades de 1936 en España, promovidas por los anarquistas y la izquierda española, permitieron desviar las luchas obreras hacia la defensa de la economía nacional, lo que posteriormente facilitó la masacre de millares de obreros en la confrontación entre republicanos y franquistas.
-a comienzos de los años 70 varias fábricas en Europa pasan a ser gestionadas por los propios obreros; una de ellas fue la fábrica de relojes LIP en Francia (nuestra Corriente intervino e hizo una toma de posición defendiendo la posición marxista, cuando todo el espectro izquierdista saludaba tal iniciativa como expresión de “poder obrero”). Es importante detenerse brevemente en qué contexto se desarrollaba este movimiento autogestinario de los años 70:
-cuando comienza la quiebra de fábricas debido al reinicio de la crisis del capitalismo después de finalizada la reconstrucción de las economías de Europa y Japón destruidas durante la segunda guerra mundial;
-todavía las luchas obreras eran incipientes, aunque se habían dado luchas importantes como las de mayo 68 en Francia, Italia 69,etc; situación que llevó a varios intelectuales de izquierda como el francés Marcuse a proclamar que la revolución no la iba a desarrollar la clase obrera, sino los estudiantes, los desclasados y las masas excluidas del Tercer Mundo.
Hoy debemos preguntarnos por qué esa trascendencia mundial de Zanón y por qué la autogestión toma auge en varios países de América Latina y en el mundo.
Por una parte, se mantiene y se profundiza la crisis del capitalismo que se inició a finales de los 60, acrecentando el número de fábricas y empresas quebradas o en proceso de quiebra, con su secuela de desempleo y pauperización, más notable en los países de la periferia, pero también presente en los países centrales. Los planes de flexibilización laboral de cada burguesía nacional, basados en una precarización del empleo, no han sido suficientes para incrementar el empleo de manera significativa; mas bien vemos como la burguesía es capaz de crear empleo pero en un contexto de mayor pauperización.
Por otra parte, las luchas y la conciencia de clase de los proletarios no se han recuperado del duro golpe que recibieron después de 1989, cuando el derrumbe del bloque ruso fue presentado como el “fin de la lucha de clases”, “la desaparición del proletariado como sujeto histórico” (coincidencia con Marcuse) y la “muerte del marxismo”. Esta situación ha ocasionado que durante la década de los 90 y parte del nuevo siglo, el papel central del proletariado como única clase que puede desarrollar una lucha por la superación revolucionaria del capitalismo, haya quedado “invernando”. En este contexto han tomado fuerza movimientos interclasistas, como el de los Piqueteros en Argentina, MST en Brasil, bolivarianismo en Venezuela y la toma de fábricas a través de la autogestión; todas ellas trampas que sumergen al proletariado en luchas sin perspectiva, dejándolo a merced de las fuerzas de derecha e izquierda del capital, así como en manos de sindicatos y grupos y partidos izquierdistas, desviando la verdadera solidaridad de clase, hacia una falsa solidaridad que lo que promueve es la caridad y en muchos casos de manera abierta la hipocresía propia de la burguesía. Consideramos que éstas son armas que utiliza y utilizará la burguesía para desviar y confundir las luchas que desarrollará la clase obrera en su propio terreno, en la búsqueda de su debilitada identidad de clase; tal como lo vemos en las luchas de varios sectores del proletariado activo en Argentina (Garrahan, Subte, trabajadores públicos, etc.).
Manifestamos nuestra solidaridad con la lucha del proletariado y la lucha cotidiana que lleva por su supervivencia en el capitalismo; apoyamos las manifestaciones de solidaridad entre proletarios por darse ayuda material y moral ante los embates del capital. Pero denunciamos la autogestión como trampa del capital contra la clase, por que desarrolla ilusiones dentro de la clase de que es posible crear bastiones proletarios dentro del capitalismo, que es posible superar los efectos de la crisis capitalista; ilusiones que lo alejan de un proceso de toma de conciencia. Apoyar y defender la autogestión, es apoyar la preservación de las relaciones capitalistas de producción
La única y verdadera forma de que el proletariado logre un control sobre los medios de producción, es destruyendo el capitalismo como sistema social a través de la revolución proletaria, para utilizarlos en función de la satisfacción de las necesidades del conjunto de la sociedad; lo que permitirá pasar del reino de la precariedad al de la abundancia: la sociedad comunista.
- proporcionar comida a un cierto número de personas
- realizar actividades de enseñanza más o menos elemental
- crear un medio de reunión adonde los vecinos puedan discutir, desarrollar una solidaridad y poder reflexionar sobre cómo luchar contra la situación cada vez más insoportable que nos impone el capitalismo.
Apoyamos la voluntad de solidaridad y de lucha contra el capitalismo que hay en esa tentativa, sin embargo, debemos preguntarnos si la actividad de los Comedores Populares constituye o no un medio para concretar esa voluntad.
¿Por qué proliferan en Argentina –y en otros países- organizaciones de base del tipo Comedores, piqueteros, economía solidaria etc.?
En los últimos 10 años están proliferando una multitud de organizaciones de base: Comedores Populares, Piqueteros, Redes de Economía Solidaria, Redes de Empresas Autogestionadas etc. Las primeras organizaciones de este tipo han surgido de la iniciativa de gente de los barriales que apenas tienen de qué comer. También, han sido creadas por personas que apenas tienen ingresos y que como forma de supervivencia tratan de compartir con otros en su misma situación un mínimo de productos y servicios. Otro problema cada vez más frecuente, es que los obreros –especialmente de empresas pequeñas y medias- se encuentran con que al volver del descanso de fin de semana el dueño ha cerrado dejándolos a todos en la calle, lo cual les ha obligado a ocupar la fábrica para intentar mantener su trabajo.
El movimiento piquetero tiene un origen similar. En 1996-97 se produjeron en diferentes regiones argentinas cortes de carretera protagonizados por desocupados que luchaban por obtener un medio de vida. Estas primeras acciones expresaban una lucha proletaria genuina. Sin embargo, no pudieron extenderse, se quedaron aisladas, la gente empezó a desmoralizarse y a “buscarse la vida”. Una minoría trató de mantener a toda costa la organización primitiva. Pero esta fue poco a poco infiltrada y “organizada” por sindicalistas radicales, por grupos de extrema izquierda (principalmente trotskistas) dando lugar a lo que hoy conocemos como “movimiento piquetero” que ya no se parece en nada a la organización inicial. Es una estructura directamente vinculada al Estado a través del reparto de los bolsones de comida y los subsidios que otorga el gobierno. Además, sus miembros tienen que asistir obligatoriamente a las asambleas y a las movilizaciones convocadas. Sí no están convencidos corren el riesgo de perder esas ayudas. Los líderes piqueteros detraen una porción del dinero que les corresponde a los miembros. Lo que en un principio era una organización obrera vinculada directamente a la lucha, al hacerse permanente, al pretender mantenerse hubiera o no hubiera luchas, ha ido siendo absorbida por las estructuras del Estado.
El proceso es más o menos el mismo en las otras organizaciones. Tomemos el caso de los Comedores Populares. Los compañeros que los inician buscan responder al problema de cómo obtener un mínimo de comida. Reaccionan frente a una situación desesperada. Pero rápidamente, organizaciones políticas, sindicales, ONG’s, la propia Iglesia, les ofrecen sus “servicios”: la coordinación entre comedores, las gestiones ante los organismos de asistencia de la Provincia etc. En Capital Federal hay más de 100 comedores coordinados, se calcula que son más de 400 los comedores de la zona sur del Gran Buenos Aires… Poco a poco, se comprueba amargamente que, a cambio de unas subvenciones administradas con cuentagotas, de migajas que no calman el hambre, esas organizaciones escapan al control de los interesados y se transforman en estructuras a través de las cuales el Estado burgués los encuadra, los controla y los utiliza políticamente para sus fines.
¿Por qué son recuperadas por el Estado y transformadas en algo radicalmente contrario a las intenciones de sus iniciadores?
En el siglo XIX y principios del XX, en la época en que el capitalismo era un sistema progresista, el proletariado podía constituir organizaciones de masas permanentes: sindicatos, cooperativas de consumo, cooperativas de producción, asociaciones de mujeres y de jóvenes, universidades populares, casas del pueblo etc. Aunque esas organizaciones caían con frecuencia en graves desviaciones reformistas, en ilusiones de gestión cotidiana de la miseria, globalmente pertenecían al proletariado. Estas organizaciones podían existir sobre la base de un programa que no ponía en cuestión el conjunto del sistema capitalista pues éste tenía delante de si una perspectiva de crecimiento y desarrollo económico y social. Eran auténticas escuelas de lucha de los obreros donde éstos podían reunirse y desarrollar su solidaridad de clase.
La situación cambia radicalmente con la entrada del capitalismo en su fase histórica de decadencia. De forma global, el sistema no puede desarrollarse más allá de situaciones puntuales o parciales; ya no puede dar una perspectiva duradera y permanente de progresión de las condiciones de vida de la clase obrera y, en general, de las masas oprimidas. Con ello, las organizaciones de masas permanentes basada en la lucha contra aspectos parciales de la explotación, pierden su razón de ser, ya no tienen dinámica ni contenido. Su existencia, tras el impulso inicial de sus miembros más sinceros, solo puede garantizarse si se integran y vinculan al Estado Capitalista.
El caso más claro son los sindicatos. Se ha intentado formar a lo largo de todo el siglo XX toda clase de sindicatos: asamblearios, combativos, anarquistas, radicales, de base, unitarios etc. SIEMPRE HAN FRACASADO COMO ORGANISMOS OBREROS. Si durante más de 80 años los sindicatos siempre traicionan y se vuelven contra los obreros es porque no es posible en la decadencia del capitalismo una organización de masas permanente que tenga como objetivo la mejora de tal o cual aspecto parcial de la explotación. Además, en la decadencia del capitalismo el Estado se vuelve totalitario, tiende a absorber bajo sus garras el conjunto de la sociedad. No puede tolerar una organización masiva de los explotados y oprimidos, tiene que destruirla. Esta destrucción se hace por dos vías: la represión y la integración. La vía integradora es tanto más fácil por cuanto esas organizaciones han perdido todo el sentido que tenían en el pasado y ya no sirven realmente a los intereses obreros. Por un lado, el Estado, a través de múltiples agentes (comisiones parlamentarias, instituciones ministeriales diversas, sindicatos, Iglesia, partidos, ONG’s etc.) busca cómo fagocitar cualquier tentativa de expresión independiente de las masas. De otro lado, toda tentativa de organización permanente sobre una base que no ponga en cuestión el capitalismo facilita esa absorción.
Las causas del hambre y de la miseria
¿Cuál es la causa de la malnutrición rayana en el hambre de muchos niños del conurbano bonaerense, de numerosas provincias argentinas, de un buen número de países sudamericanos, africanos, asiáticos… y que empieza a afectar también a países europeos? ¿Es el mal gobierno? ¿Es la corrupción? ¿Es el mal reparto de las riquezas? ¿Injusticia? ¿Escasez de alimentos? En la última pregunta está la clave de la respuesta. Constatamos fácilmente que no hay escasez de alimentos. Por sólo limitarnos a Argentina vemos que sobra carne, trigo, soja, que las huertas de Tucumán rebosan de todo tipo de hortalizas y frutales, mientras allí es uno de los lugares de mayor índice de malnutrición infantil.
En todo el planeta sobran alimentos, los escaparates están repletos, muchos productos perecederos que no se venden son arrojados al mar…Aquí vemos una de las causas fundamentales del hambre o la malnutrición que afectan actualmente a gran parte del género humano: LA SOBREPRODUCCION. El Manifiesto Comunista, escrito en 1848, dice que “durante las crisis, una epidemia social, que en cualquier época anterior hubiera parecido absurda, se extiende sobre la sociedad: la epidemia de la sobreproducción”. El capitalismo es la primera sociedad de la historia humana en la que se pasa hambre no porque se produzca demasiado poco sino porque se produce demasiado.El capitalismo no entra en crisis por escasez de producción sino por exceso de producción. A diferencia de lo que ocurría en el feudalismo, no es por la sequía, ni por las malas cosechas, ni por las plagas de langosta, por lo que se produce el hambre y la miseria sino “porque la sociedad posee demasiada civilización, demasiada industria, demasiado comercio”, prosigue el Manifiesto Comunista, que concluye que tal absurdo “precipita en el desorden a toda la sociedad burguesa”.
La actividad de buscar comida en las sobras de empresas alimentarias o distribuidoras, de recabar subsidios de las instituciones asistenciales del gobierno, supone encerrar a un puñado de compañeros en un círculo cerrado que no sólo no puede solucionar las causas de la miseria, sino que tampoco palia los efectos de esas calamidades. Mientras que el número de bocas necesitadas de comida crece vertiginosamente los comedores apenas consiguen dar de malcomer (¡no de comer!) a un puñado de bocas.
Se trata de una actividad de gestión de la miseria. No se soluciona el hambre, lo que se hace es adaptarse a ella. Supone convertirse en auxiliares involuntarios del Estado en su tarea de perpetuar a los explotados y oprimidos dentro de las cárceles de la de miseria, el hambre y la desesperación. Millones de seres humanos son abandonados a su suerte por el Estado capitalista y los bolsones que reparten las organizaciones piqueteras y las sopas que organizan los comedores dan la impresión de que se está “haciendo algo”, de que el Estado “democrático” no se olvida de los más desfavorecidos, de que habría “solidaridad” con ellos… Cuando en realidad lo que se está haciendo es mantener y agravar la situación, dejarla encerrada como en un gueto dentro del barrial o del poblado.
La cultura y la formación son una necesidad humana pero no garantizan un puesto de trabajo
Con la organización de Comedores Populares se pretende, como decíamos al principio, un segundo fin: proporcionar cultura y formación a niños y adultos.
La cultura y la formación son necesidades de la clase obrera que se propone construir una sociedad sin explotación, sin fronteras, sin estados, en la cual todos los hombres puedan conocer y aplicar para su vida en común, todo lo que la historia de la humanidad ha aportado a sus conocimientos.
Observamos en todos los países –tanto los más desarrollados como en los menos- un abandono creciente por parte del Estado de servicios como la educación. Las instalaciones escolares se deterioran y no son renovadas, la enseñanza –salvo para una élite privilegiada- pierde calidad o es directamente abandonada en los barrios más pobres. Que asociaciones de los barrios más olvidados organicen cursos para darse cultura, pone en evidencia la voluntad de conocimiento, el ansia de dignidad, de esos millones de seres humanos que por vivir en el conurbano bonaerense son despreciados por las altas esferas tratándolos de “lúmpenes”, de la misma forma que en Francia Sarkozy ha llamado “canalla” a los jóvenes de los barrios de suburbios.
Ahora bien, ese intento, pese a su buena intención, no pone en cuestión el sistema capitalista ni se inscribe realmente en una dinámica de lucha contra él. Por ello, consideradas en sí mismas, son actividades que el Estado recupera y esteriliza, terminando por convertirlas en un medio auxiliar de su objetivo de control y encuadramiento de la población.
Por otra parte, la cultura y la formación no garantizan un puesto de trabajo. Al trabajador se le exigen cada vez mayores requisitos de formación y adiestramiento pero ni aún con eso puede conseguir un trabajo regular porque el problema del capitalismo es el desempleo galopante y su capacidad de crear empleos es muy inferior al número de los que destruye. Además, ni siquiera con un puesto de trabajo se pueden garantizar unos medios de vida suficientes pues los salarios van cayendo cada vez más hasta niveles que ni siquiera permiten vivir decentemente. ¡Recordemos lo que decía una trabajadora del hospital Garrahan: “ni siquiera tener un sueldo todos los meses te permite vivir”!
No es la incultura, la falta de preparación o de formación, lo que provoca que miles y miles de jóvenes no consigan un empleo sino que es la crisis sin salida del capitalismo la que hace que éste sea incapaz de integrar a la mayoría dentro de la actividad productiva condenándolos a la exclusión social: la legión de seres humanos apartados del proceso productivo, condenados a malvivir y en la más terrible inseguridad, crece dramáticamente en numerosos países.
¿Un lugar de reunión para discutir y organizarse?
Se podría decir que al menos la actividad del Comedor serviría para agrupar a la gente y plantearle los problemas que hay en la sociedad, cómo luchar contra ellos. En definitiva, serviría para ganar gente a la causa de la lucha revolucionaria. Compañeros que participan en esos organismos dan ese argumento: “la verdad es que lo que hacemos no sirve para nada, es reformista y le hace el caldo gordo al Estado, pero, al menos, logramos reunir a la gente, concienciarla y enseñarle a ser solidaria”.
Actualmente en Argentina, en organizaciones de base (piqueteros, comedores, empresas autogestionadas, redes de economía solidaria etc.) hay muchos miles de personas “organizadas”, que supuestamente “se reúnen”, “se conciencian”, “hacen algo” etc. En apariencia, esto representa una fuerza imponente, pero en la realidad, hay miles y miles de personas paralizadas, atadas de pies y manos por el Capital y su Estado. Esto se ha comprobado repetidas veces, la última fue cómo esas organizaciones de masas ahogaron a los trabajadores de Garrahan en una falsa solidaridad.
La actividad que domina esas organizaciones es la asistencia, el mantenimiento de la miseria, su utilización por el Estado para perpetuar la explotación. Todo eso se hace contra la voluntad y los deseos de la mayoría de sus miembros. No se puede discutir de cómo salir de la miseria cuando todo lo que se está haciendo gira alrededor de cómo mantenerse dentro de ella. Por ello, por mucha buena voluntad que se le ponga, por muchos intentos de persuasión que se hagan, no se podrá desarrollar una discusión y una actividad dirigidas a la lucha revolucionaria.
Sí hemos de organizarnos para la lucha contra la miseria hemos de asentar una actividad que vaya a sus causas. Sólo la lucha de la clase obrera puede acabar con las causas de la miseria. Sin embargo, su lucha es todavía muy limitada y va a tardar tiempo en tomar una fuerza revolucionaria que le permita levantarse contra el capitalismo. Entretanto, hay que contribuir con una actividad de discusión, de intervención en las luchas, de reagrupamiento internacional de los revolucionarios, de animación de círculos de discusión en torno a las posiciones comunistas. Es una actividad que parece “abstracta”, desligada de todo lo inmediato que nos rodea, pero cada vez que hay una lucha masiva de la clase obrera vemos la utilidad de que haya un puñado de revolucionarios que contribuyan con análisis, propuestas y orientaciones al avance de su lucha. Así vimos la oleada de huelgas que hubo en Argentina entre junio y agosto, adonde una intervención podría haber ayudado a ir más lejos, a sacar lecciones, a romper las trampas de la burguesía. Hace unos días, Chavez y Maradona montaron una farsa de “lucha anti-imperialista” en Mar del Plata. Hacía falta una voz revolucionaria que denunciara ese tinglado que va a desviarlos hacia un activismo inoperante y va hundirlos progresivamente en la confusión y la desmoralización.
Por eso, los compañeros más conscientes y combativos, más indignados contra la miseria y el hambre, deben canalizar esa voluntad y esos sentimientos hacia la clarificación de las posiciones revolucionarias del proletariado, hacia la intervención en su seno, hacia la lucha contra los engaños y las trampas que el Estado capitalista nos tiende.
CCI 19-11-05>
“Hemos ganado”, jaleaba la tarde del 29 de Mayo el “pueblo de izquierdas” en la Plaza de la Bastilla. “…Esta victoria es ante todo la victoria de los obreros, de los empleados, de los jóvenes, de los parados (que) se han unido en el camino hacia las urnas para rechazar esta camisola liberal….” declaraba Marie-George Buffet, secretaria nacional del Partido Comunista Francés (PCF), añadiendo: “…Esta victoria se ha construido (…) en una dinámica de reagrupamiento popular que recuerda los grandes momentos del Frente Popular o del Mayo de 1.968…”; “…es un triunfo de la Europa de los ciudadanos…”, proclamaba David Assouline, diputado del Partido Socialista (PS) partidario del NO; “…Es una victoria contra las elites político-mediáticas…”, añadía un responsable de ATTAC, mientras que Besancenot, líder de la organización trotskista LCR evocaba la existencia de un “…movimiento de revancha social…”; “…Es un Mayo de 1.968 en las urnas..”, remataba, dejándose llevar por la imaginación más calenturienta, un comentarista europeo.
La Izquierda se ha colocado en primera línea para presentar la victoria del NO al referéndum sobre la Constitución Europea como una “..gran victoria de la clase obrera…”. ¡MENTIRA!, ¡Pura estafa ideológica!. La clase obrera no ha ganado nada. Al contrario, ha caído en una trampa, ha sido empujada fuera de su terreno de clase hacia un callejón sin salida. La burguesía francesa ha jugado con el calendario electoral con objeto de pudrir la conciencia obrera, aprovechándose de las ilusiones, aún muy fuertes, que existen entre los proletarios a propósito de la democracia y el terreno electoral.
Los proletarios deben aprender a sacar lecciones de las amargas experiencias que han vivido sus mayores, de las anteriores generaciones obreras. Deben recordar que todo aquello que les ha sido presentado como “…grandes victorias obreras…”, han representado siempre históricamente las peores y más peligrosas derrotas para la clase obrera. Así, en 1.936, fue la llegada del Gobierno del Frente Popular (aún hoy presentado como una “gran victoria”) lo que permitió a la burguesía arrastrar a los obreros masivamente tras la bandera del anti-fascismo a los horrores y las masacres de la Segunda Guerra Mundial. En nombre de la gran mentira del “…triunfo de la dictadura del proletariado…”, “…de la victoria del socialismo en un solo país…” y de los “…avances en la construcción de una sociedad comunista…”, generaciones enteras de obreros han sido atados y sacrificados en el altar de la contra-revolución estalinista durante más de medio siglo tras la ideología de la “...defensa de la patria socialista..”, y también fueron explotados, masacrados, deportados y asesinados por la “..patria del socialismo…”. Algo más cercano al tiempo que vivimos, debemos guardar en la memoria, la engañosa euforia que siguió a la elección de Mitterrand en 1.981 ( y lo mismo cabria decir de los triunfos de los Gobiernos “socialistas” o “progresistas” de todo tipo que hemos sufrido en los últimos 25 años ).
Ante el referéndum sobre la Constitución Europea en Francia, los obreros han caído en la trampa que les presentaba esta consulta electoral como una cuestión crucial para la clase obrera. ¡Nada más falso!. La burguesía ha sido capaz de explotar esta situación para acentuar su ventaja en el terreno social e intoxicar la conciencia de los obreros, haciéndoles creer que la papeleta electoral sería mucho más eficaz que el desarrollo de la lucha de clases. Bien es cierto que los efectos de esta propaganda engañosa no puede tardar mucho en evaporarse, pero sin duda van a hacer daño a nuestra clase.
La enorme e incesante matraca electoral sobre el referéndum, que ha durado más de tres meses, no ha tenido mas que un objetivo: hacer creer a la clase obrera que el medio más eficaz para hacer retroceder a la burguesía y de hacer oír su voz, de expresar su hartazgo sobre la situación, no es el desarrollo de la lucha de clases, sino el voto en tal o cual elección.
Todas las fuerzas políticas, desde la extrema derecha a las organizaciones izquierdistas, la propaganda electoral, modulada y dramatizada a medida de las necesidades durante tres meses, ha intentando descaradamente implicar al máximo número de proletarios en el terreno electoral.
Y, de hecho, la burguesía ha conseguido sin duda alguna polarizar la atención de los obreros, sembrar las peores confusiones, y arrastrar a muchos obreros al terreno electoral. El referéndum ha estado presente, y de forma abrumadora, en todos los medios de comunicación. No ha sido posible escapar a virulentos debates, a polémicas apasionadas sobre los supuestos retos que se jugaban en este escrutinio. Esta matraca ideológica pretendía persuadir a cada “ciudadano”, sobre todo a cada proletario, de que esta consulta representaba una encrucijada absolutamente crucial y determinante. Todas las fracciones de la burguesía se han felicitado al haber conseguido lanzar y animar“…un gran debate democrático…” cuyo único objetivo era el de desorientar, sembrar el máximo de confusiones y de ilusiones en la cabeza de los obreros. Todos los medios de comunicación y ciertos responsables políticos lo han proclamado: “…votar si o votar no, pero votad…”. El principal veneno ideológico de esta campaña ha sido el de intentar hacer creer que tras la votación “…nada será como antes…”, que el aumento del No a lo largo de la campaña, alimentado por el descontento social hacia el Gobierno, habría obligado a la burguesía a colocar la preocupación social en el centro de su campaña. Esto es en parte cierto, pero el único objetivo de esta maniobra era lanzar a los obreros en los brazos de la trampa democrática, en la trampa electoral, en la medida en que, anteriormente, este tipo de campañas suscitaba, con toda razón, el enojo y el desinterés más completo en el seno de la clase obrera. Solo a partir del momento en el que la burguesía es capaz de canalizar el descontento social en torno al referéndum, cuando intenta hacer creer que podría hacer retroceder y retirar la directiva Bolkestein (de hecho para avivar esta sensación el Gobierno hizo ciertas mini concesiones en algunos conflictos sociales), es cuando consigue relanzar y dar un nuevo impulso a la mistificación democrática y al terreno electoral. Y tras ello, ahora, la burguesía quiere hacernos creer que en el post-referendum, sin duda, la prioridad, será la cuestión social. ¡Esto es, simplemente, mentira!. Más que nunca el futuro que nos reserva el capitalismo, es la intensificación de los ataques anti-obreros. Esta propaganda ideológica pretende que confundamos la gimnasia con la magnesia, hacer creer que la reacción “ciudadana” puede hacer cambiar el curso del capitalismo, debilitar a la burguesía y barrer de un plumazo al liberalismo y las deslocalizaciones. Sin embargo la realidad es y será que, la política gubernamental no va a cambiar ni un ápice.
El principal objetivo de la burguesía respecto de los obreros en cualquier tipo de elecciones es el intentar obligarlos a abandonar su terreno de clase, el terreno de la lucha colectiva de la lucha de clases para que se expresen como “ciudadanos”, atomizados, sin pertenencia alguna de clase, en la llamada “cabina de votación”, en un terreno podrido de antemano y que en modo alguno es el suyo, sino el de la burguesía. Para la clase obrera, el terreno electoral es una trampa ideológica destinada a sembrar las peores confusiones y a impedir el desarrollo de su conciencia de clase.
No siempre ha sido así. En el siglo XIX, los obreros luchaban y caían muertos en su lucha por conseguir el sufragio universal. Hoy día, inversamente, son los Gobiernos los que movilizan todos los medios de los que disponen para que el máximo número de ciudadanos vayan a votar. La cuestión es ¿Por qué sucede esto?.
Durante el periodo de ascendencia del capitalismo, los Parlamentos representaban el lugar donde, por excelencia, las diferentes fracciones de la burguesía se enfrentaban o se unían para defender sus intereses. A pesar de los peligros y las ilusiones que esta situación podía entrañar para la clase obrera, los obreros, en un periodo en el que la revolución proletaria no estaba aún a la orden del día, tenían interés en intervenir en ciertos enfrentamientos entre fracciones burguesas y, según las circunstancias, apoyar a alguna de ellas, con el objetivo de intentar mejorar su suerte dentro del sistema. De tal forma, los obreros en Inglaterra consiguieron la reducción de la jornada de trabajo a 10 horas en 1.848, que el derecho de sindicación se reconociera en Francia en 1.884, etc..
Pero la situación es completamente diferente después del inicio del siglo XX. La sociedad capitalista entra entonces en su fase de crisis histórica permanente y en su declive irreversible. El capitalismo ha conquistado el planeta y el reparto del mundo entre las grandes potencias ha terminado. Cada potencia imperialista tiene que ganar terreno a costa de las otras. La época que se abre, es una nueva “…era de guerras y revoluciones…”, como declaró la Internacional Comunista en 1.919, una era marcada por los hundimientos económicos como la crisis de 1.929, las dos Guerras Mundiales y la irrupción del proletariado en 1.905 en Rusia, de 1.917 a 1.923 en Rusia, Alemania, Hungría o Italia. Para hacer frente a sus dificultades crecientes, el capital está obligado a reforzar constantemente el poder de su Estado. Cada vez más, el Estado tiende a convertirse en el guía del conjunto de la vida social, y en primer lugar, en el terreno económico. Esta evolución del papel del Estado se acompaña de un debilitamiento del papel del legislativo a favor del Ejecutivo. Como dijo el Segundo Congreso de la Internacional Comunista: “…el centro de gravedad de la vida política actual ha salido completa y definitivamente del Parlamento…”.
Para los trabajadores, no se trata de buscar un lugar en el capitalismo sino de destruirlo en la medida en que este sistema no es capaz de ofrecerle ni reformas duraderas, ni de mejorar su suerte.
Para la burguesía, el Parlamento se ha convertido, a lo sumo, en una cámara que registra las decisiones que se han tomado previamente. Sin embargo, en estas circunstancias históricas, queda un papel ideológico determinante para el electoralismo. La función mistificadora de la institución parlamentaria existía ya en el siglo XIX pero se situaba en un segundo plano, por detrás de su función política.
Hoy día, la mistificación es la única función que queda para la burguesía: tiene por objetivo hacer creer que la democracia es el bien más precioso, que es la expresión de la soberanía del pueblo, que da la “libertad” de elegir a los explotadores. La democracia parlamentaria y sobre todo la mistificación ideológica democrática sigue siendo el mejor medio de envenenar la conciencia obrera y, por tanto, el arma ideológica más eficaz y peligrosa para intentar domesticar al proletariado.
Los ataques anti-obreros no han cesado de incrementarse a lo largo de los últimos años y meses. El día después de esta cita electoral, los proletarios verán deteriorarse sus condiciones de vida y trabajo aún más profunda y rápidamente de lo que lo han sufrido hasta ahora. La burguesía busca ganar tiempo para posponer, en la medida de lo posible, las fechas de las confrontaciones masivas con el proletariado.
Cada vez más esta obligada a buscar engaños ideológicos y a desarrollar el máximo de esfuerzos para frenar la toma de conciencia de la quiebra histórica del sistema capitalista en el seno de la clase obrera.
Como escribimos recientemente en nuestra prensa, “…el resultado de este voto no cambiara nada. La intensificación de los ataques anti-obreros desarrollados por las diferentes burguesías nacionales, la aceleración de la degradación de las condiciones de vida de los obreros, los despidos, las deslocalizaciones, el crecimiento del paro y de la eventualidad, la amputación de todos los presupuestos sociales o el desmantelamiento de la protección social. Todos ellos son productos de la crisis y manifestaciones del declive del sistema capitalista a nivel mundial y, en modo alguno el resultado de la política de tal o cual Gobierno de turno…”.
Ante la angustia que produce el futuro, algo que está en el centro de las preocupaciones obreras actuales, la respuesta no puede desarrollarse en el terreno electoral ni de la democracia, solo el desarrollo de la lucha de clases, es el único terreno sobre el que los obreros pueden responder a los ataques de la burguesía.
Corriente Comunista Internacional ( 30 de Mayo de 2.005)
El compañero Gus ha contribuido al Foro con un texto del grupo CRCI, de orientación trotskista, sobre las revueltas sociales que se han producido en Francia.
La compañera Kharma y los compañeros Ulrike y Prema han respondido de una manera muy seria, con argumentos que compartimos en gran medida. Son compañeros que no son miembros de la CCI y que, como es el caso de Ulrike, discrepan de nosotros en la cuestión de los Estados Unidos de Europa (sobre la que podríamos volver en el Foro). Pero ello no obsta para que compartan con nosotros en la defensa de posiciones proletarias y un método de análisis marxista de lo ocurrido.
Los acontecimientos de Francia y la respuesta que plantea el compañero Gus nos llevan a abordar dos cuestiones que nos parecen esenciales:
1ª ¿Todo movimiento social, sea cual sea su naturaleza, puede contribuir a la lucha revolucionaria contra el capitalismo?
2ª ¿Constituyen las revueltas de Francia un paso adelante en el desarrollo de la lucha proletaria o son, más bien, un obstáculo a su maduración y avance?
Lo que refuerza y lo que no refuerza la lucha revolucionaria del proletariado
La tesis central del documento del CRCI sobre las revueltas de Francia puede resumirse así:“La violencia de la insurrección de la juventud francesa no tiene, es cierto, el carácter de una violencia revolucionaria contra el Estado capitalista, ni el nivel de una lucha de clase del proletariado contra el capital. Es la violencia masiva de una juventud lumpenizada por el capitalismo. Se dirige contra las instituciones del Estado, como las comisarías, la policía y las municipalidades, pero también lo hace contra los bienes de otros trabajadores y vecinos o contra bienes comunitarios. Pero la tarea de los obreros luchadores y concientes no puede reducirse a caracterizar esta violencia contradictoria, a condenarla en abstracto o a darla derrotada por anticipado. La tarea de los obreros con conciencia de clase debe ser orientar esta revuelta hacia una perspectiva revolucionaria, en primer lugar interviniendo ellos mismos en la crisis con una posición política clara y una consigna precisa. No se trata de emitir un juicio sobre la juventud sino de llevarla, por medio de la acción, a una lucha eficaz, o sea decisiva”
¿Cómo puede conseguirse que una violencia masiva de una juventud lumpenizada por el capitalismo, que no tiene el carácter de una violencia revolucionaria contra el Estado capitalista ni alcanza el nivel de una lucha de clase del proletariado contra el capital se transforme en algo que se integra en una perspectiva revolucionaria? ¿Cómo es posible que se pueda llevar a una lucha eficaz a un movimiento que se dirige contra los bienes de otros trabajadores y vecinos o contra bienes comunitarios?
Semejante transmutación pertenece a una categoría de milagros muy superiores a los que la Iglesia Católica suele atribuir a su múltiple legión de santos. Nosotros, sin embargo, no creemos en los milagros, nos limitamos a creer en la lucha independiente del proletariado y desde esa perspectiva intentamos analizar los acontecimientos y contribuir con nuestra intervención al desarrollo de una perspectiva revolucionaria.
El CRCI, como otros grupos trotskistas, insiste una y otra vez en que lo importante es el “movimiento”, en que todo lo que “subvierta el orden establecido”, todo lo que signifique protesta o revuelta, constituye inmediatamente un eslabón en la lucha contra el capitalismo. Tan sólo le exigen como condición el que sea orientado con una posición política clara y una consigna precisa. Esto sería la varita mágica cuyo toque providencial convertiría a la juventud lumpenizada por el capitalismo en un poderoso agente de lucha contra él.
El compañero Prema señala justamente:“No es propio del proletariado aplaudir la violencia sólo porque sí, ni simplemente "hacerse parte de la insurrección" solo porque se ve que hay violencia. Importan las formas y también el contenido de las luchas. Es falso aquel axioma que pregona que "todas las luchas son válidas" y que la revolución sería la suma de múltiples luchas, así nada más, sin programa, sin principios, sin conciencia de clase...”. No todos los movimientos sociales contribuyen a la lucha contra el capitalismo. Hay movimientos que, por el contrario, aunque su origen no venga de una provocación o instigación del capital, pueden ser aprovechados por éste para reforzarse y marcar puntos contra el proletariado, contra su conciencia o su unidad. Un movimiento no es proletario por que esté compuesto mayoritariamente por obreros, ni porque cree “problemas” al capitalismo, ni porque sea muy violento o se levante contra injusticias patentes. Esas consideraciones sobre conceptos abstractos tales como la “violencia”, la “radicalidad”, la “oposición”, la “masividad” etc., eluden la cuestión esencial, el único criterio válido a la hora de analizar un movimiento y apoyarlo: ¿desarrolla y refuerza la unidad, la conciencia, la autonomía de clase, del proletariado? ¿Se sitúa aunque sea de forma elemental en su terreno de clase?
Se nos quiere apartar de ese criterio crucial acusándonos de “ver las cosas desde el balcón”, “mirar hacia otro lado”, “emitir juicios de valor”, “ser teóricos de salón” etc. Estas imprecaciones no nos impresionan. Acción no es lo mismo que activismo. Práctica no es igual a pragmatismo. Ser concretos no significa empirismo. Dar respuestas inmediatas a las situaciones no es equivalente a caer en el inmediatismo.
Los medios, las armas, la lógica de la lucha obrera, no tienen nada que ver con los medios, las armas, la lógica, de la clase burguesa. Para el proletariado y, por tanto, para la lucha por el comunismo no vale todo. Sí el proletariado internacional arrastra todavía enormes dificultades, si le queda aún un largo camino por recorrer es precisamente porque durante años sus mejores fuerzas han sido desviadas por fuerzas capitalistas al terreno pantanoso de “ir a lo práctico”, de dejar los principios a un lado como cosa de “teóricos”, de “lo primero es la acción” etc. Ulrike constata justamente que “corremos el riesgo de cometer errores de este tipo muy especialmente cuando la "realidad inmediata" se convierte en criterio absoluto para la práctica política, sustituyendo, así, a la Teoría Revolucionaria. Esto trae como resultado el que podemos ir más rápidos con nuestras suposiciones y "buenos deseos" que con el pensamiento o que con el conocimiento de la Memoria Histórica del proletariado”.
Cuando luchaba contra el feudalismo y era todavía una clase revolucionaria, la burguesía podía aprovechar cualquier lucha y ganar toda clase de aliados para su causa pues era una clase explotadora que no aspiraba a abolir la explotación sino a instaurar una nueva forma de explotación. Pero nada de eso es práctico para el proletariado. Este no posee ningún poder económico en la sociedad capitalista ni tiene como objetivo establecer una nueva explotación sino abolirla en todas sus formas. Por ello sus armas son la unidad, la conciencia, la auto-organización y la autonomía política de clase. Armas que se adquieren en la lucha ciertamente pero no en todas las luchas.
El peligro del enfrentamiento entre obreros
Es propio de la más ridícula superficialidad, del papanatismo más lamentable, el esperar de los movimientos de protesta que se han dado en Francia una contribución a la lucha revolucionaria contra el capitalismo. Estos actos no han sido provocados por la burguesía (aunque, desde luego, las brutales admoniciones de Monsieur Sarkozy, un individuo de inocultable cara de mafioso, han echado leña al fuego) pero no pertenecen ni de cerca ni de lejos a la lucha de la clase obrera sino que van directamente contra ella.
Las acciones que hemos visto en Francia estaban mayoritariamente inspiradas por la desesperación, por la falta de perspectivas, por un odio ciego e impotente. En cambio, la lucha obrera se basa en un mínimo de confianza en el porvenir, en un sentimiento de indignación contra la barbarie y el sufrimiento que causa el capitalismo. Como muy bien defiende Ulrike “aunque el sistema pueda generar resentimiento social y odio, estos conceptos no forman parte de la razón revolucionaria y es un error fundamentar en ellos las expectativas de lucha”.
Los activistas del “todo vale” confunden odio con indignación y desesperación con acción consciente. Mientras la indignación es un sentimiento positivo que alimenta la combatividad y la firmeza contra la explotación capitalista y su barbarie, el odio es un sentimiento puramente negativo que únicamente alimenta un ansia de destrucción total, caiga quien caiga. Mientras la desesperación puede provocar acciones brutales que no van a ninguna parte, la acción consciente logra desarrollar la lucha, a través de la crítica y la superación de los errores, hacia el combate revolucionario. Para los activistas todo sonido es un sonido, distinguir entre el gruñido de un cerdo y el canto de un jilguero es un ejercicio intelectual que sobrepasa de lejos sus ofuscadas entendederas.
Llama la atención el carácter minoritario y la forma de acciones comando dirigidas esencialmente a la quema de coches aparcados. Los choques con la policía pese al justificado odio que se le tiene por su insoportable y estudiada arrogancia, han sido relativamente limitados. Apenas ha habido movimientos de masas sino una suma heteróclita de acciones nocturnas realizadas por pequeños grupos.
Todo esto contrasta radicalmente con la lucha del proletariado. Esta es una lucha valiente, a cara descubierta, realizada masivamente, que afirma su fuerza a plena luz del día, sin picarescas nocturnas de pequeñas triquiñuelas de “guerrilla urbana”. Que muestra claramente sus objetivos y levanta ante toda la sociedad su propia bandera de lucha. Y aunque no busca ciegamente el choque frontal con el enemigo de clase no lo rehuye y se consagra pacientemente a prepararlo.
Pero sobre todo, en los movimientos en Francia hay un aspecto muy peligroso: el enfrentamiento dentro de las propias filas de la clase obrera. Lo principal de la violencia de estos jóvenes se ha dirigido contra otros obreros, compañeros de sus sufrimientos, de sus dudas acerca del porvenir que ofrece el capitalismo. Se han quemado los coches de sus hermanos de clase, se ha atacado a los bomberos, se ha rociado con gasolina o apedreado autobuses donde viajaban sus propios vecinos. Las revueltas de los campesinos en la Edad Media eran movimientos desesperados, sin embargo, se dirigían claramente contra los señores, asaltaban sus castillos, saqueaban sus ostentosos bienes… Un sector de la juventud, lumpenizada por la evolución actual del capitalismo, no ha ido a los Campos Elíseo, ni a las lujosas mansiones del Bois de Boulogne, sino que se ha cebado una y otra vez sobre sus propios vecinos de los barrios más miserables. Como muy bien señala Prema “La destrucción del capital no es la destrucción de automóviles de los mismos trabajadores y empleados que falsamente podrían ser identificados como la "propiedad privada".
La violencia de la clase obrera tiene como destinatario el capital y su Estado, jamás las propias filas del proletariado. La represión de Krondstadt en 1921 aceleró la degeneración de los bolcheviques y la derrota de la revolución rusa porque instauró la violencia dentro de las filas de la clase obrera.
Si jóvenes hijos de obreros se han dirigido contra sus hermanos de clase y han hecho de ello el santo y seña del “movimiento” es porque un fenómeno que se desarrolla dentro del capitalismo tiende a contaminar y debilitar a sectores de la propia clase obrera: la descomposición social de este sistema cada vez más podrido.
En unas Tesis sobre la Descomposición, escritas en 1990, preveíamos este peligro: “En realidad, hay que ser de lo más clarividente sobre el peligro que significa la descomposición en la capacidad del proletariado para ponerse a la altura de su tarea histórica. Del mismo modo que el estallido de la guerra imperialista en el corazón del mundo "civilizado" fue una "sangría que podía acabar por agotar mortalmente al movimiento obrero europeo", que "amenazaba con enterrar las perspectivas del socialismo bajo las ruinas amontonadas por la barbarie imperialista", "segando en los campos de batalla (...) a las mejores fuerzas (...) del socialismo internacional, las tropas de vanguardia del proletariado mundial entero" (Rosa Luxemburg, La Crisis de la socialdemocracia), la descomposición de la sociedad, que no hará sino agravarse, puede también segar, en los años venideros, las mejores fuerzas del proletariado, comprometiendo definitivamente la perspectiva del comunismo”.
Este pudrimiento de la sociedad, este derrumbe de sus mecanismos sociales más elementales, esta ausencia generalizada de perspectivas, contamina a todas las clases sociales, a la propia burguesía –en cuyas filas la corrupción, un vicio que siempre la ha acompañado, da un salto cualitativo en los últimos 20 años-, a la pequeña burguesía, pero también infecta a partes del proletariado con mayor o menor intensidad.
Particularmente, señalábamos que “uno de los factores que está agravando esa situación es evidentemente, que una gran proporción de jóvenes generaciones obreras está recibiendo en pleno rostro el latigazo del desempleo, incluso antes de que muchos hayan podido tener ocasión, en los lugares de producción, junto con los compañeros de trabajo y lucha, de hacer la experiencia de una vida colectiva de clase. De hecho, el desempleo, resultado directo de la crisis económica, aunque en sí no es una expresión de la descomposición, acaba teniendo, en esta fase particular de la decadencia, consecuencias que lo transforman es aspecto singular de la descomposición. Aunque en general sirve para poner al desnudo la incapacidad del capitalismo para asegurar un futuro a los proletarios, también es, hoy, un poderoso factor de "lumpenización" de ciertos sectores de la clase obrera, sobre todo entre los más jóvenes, lo que debilita de otro tanto las capacidades políticas actuales y futuras de ella, lo cual ha implicado, a lo largo de los años 80, que han conocido un aumento considerable del desempleo, una ausencia de movimientos significativos o de intentos reales de organización por parte de obreros sin empleo”.
Esa lumpenización ha incidido duramente en sectores jóvenes de la clase y les ha llevado a una lucha no sólo desesperada sino en gran medida suicida y autodestructiva.
¿Quiere eso decir que habría que caer en el fatalismo y la desesperación abrumados por estos acontecimientos negativos? La clase obrera tiene los medios para combatir esa situación pues, como señalábamos en dichas Tesis “Los diferentes factores que son la fuerza del proletariado chocan directamente con las diferentes facetas de la descomposición ideológica del capitalismo:
-la acción colectiva, la solidaridad, encuentran frente a ellas la atomización, el "sálvese quién pueda", el "arreglárselas por su cuenta" ;
-la necesidad de organización choca contra la descomposición social, la dislocación de las relaciones en que se basa cualquier vida en sociedad ;
- la confianza en el porvenir y en sus propias fuerzas se ve minada constantemente por la desesperanza general que invade la sociedad, el nihilismo, el "no future" ;
-la conciencia, la clarividencia, la coherencia y unidad de pensamiento, el gusto por la teoría, deben abrirse un difícil camino en medio de la huida hacia quimeras, drogas, sectas, misticismos, rechazo de la reflexión y destrucción del pensamiento que están definiendo a nuestra época”
Sí hemos polemizado enérgicamente contra la exaltación beata del “movimiento”, sí animamos a los compañeros que han tomado posición contra ello, es precisamente porque somos conscientes de que en la clase obrera actualmente tiene lugar un desarrollo de su conciencia y, muy penosamente, de sus luchas, que van en el sentido de generar anticuerpos contra la penetración de la descomposición capitalista en las propias filas obreras.
Sentimos una solidaridad profunda hacia esos jóvenes hijos de obreros que se han perdido en un movimiento suicida, destructivo y sin futuro. Pero “solidaridad” no consiste en aplaudir una forma de lucha que lleva hacia el abismo. La solidaridad incluye necesariamente una crítica dura. Esos jóvenes no son ni mucho menos enemigos de su clase. Podrán ser recuperados para la lucha con el desarrollo general de ésta y con la extensión de las posiciones revolucionarias, el debate, la crítica y la autocrítica.
Manifestamos una enérgica indignación contra la violencia policial del Estado capitalista, contra sus provocaciones canallas. Denunciamos con vigor la utilización que hace de los acontecimientos para ir colando medidas como el toque de queda cuyas verdaderos destinatarios son los obreros en lucha y sus minorías revolucionarias. Sin embargo, nada de eso nos puede llevar a cerrar filas ciegamente con una protesta cuya base misma puede ser aprovechada a placer por el Capital. Como señala Ulrike “Aquellos conflictos que de alguna manera contribuyen objetivamente al reforzamiento de la dominación del capital deben ser cuestionados en sentido revolucionario”.
La clase obrera va a cometer muchos errores, va a sufrir numerosas derrotas parciales. Todo ello será una contribución a su lucha revolucionaria si saca lecciones de ellos, si es capaz de una autocrítica dura que vaya al fondo de los problemas y que le permita profundizar y extender sus posiciones revolucionarias.
Ante los acontecimientos en Francia la respuesta no está ni en la exaltación ciega del “movimiento” ni en la desesperación ante la dureza del camino, la respuesta está en el análisis crítico, en la profundización en los principios políticos del proletariado, en el desarrollo de su teoría revolucionaria. Ni reír, ni llorar, ¡Comprender!
Corriente Comunista Internacional 20-11-05
La correspondencia que publicamos a continuación ha sido mantenida entre la CCI y los organizadores de la Mostra anarquista del libro de Barcelona. Pensamos que este correo no tiene nada de “privado”, no es un asunto particular entre la Mostra y nuestra organización, sino que concierne a una cuestión muy simple: ¿por qué no se permite la difusión de unas posiciones proletarias?
Pensamos que cada vez más se desarrolla un sector de compañeros que quieren luchar contra el capitalismo y que buscan respuestas a esa voluntad. Estos compañeros pueden empezar su reflexión en el campo libertario, en una simpatía hacia en marxismo, en otras posiciones de partida... Pero todos desean aclararse para luchar. Nosotros solicitamos permiso para exponer nuestras publicaciones (revistas, libros y folletos) en la Fira Anarquista de Valencia del pasado mes de abril y la gente interesada acudió a nuestro puesto –como a otros - sin que hubiera ningún problema, discutiendo, adquiriendo prensa, tomando contactos etc. Lo lógico y normal para formarse un criterio propio ante los problemas que plantea la situación actual del capitalismo.
Con la voluntad de poder seguir contribuyendo a ese proceso solicitamos permiso a los organizadores de la Mostra en Barcelona cuya celebración está prevista para el próximo 16-19 junio. Hemos recibido una negativa diciendo que somos “autoritarios”. No vamos a entrar en rebatir semejante “acusación”. No es eso lo que creemos importante. Lo importante es aclarar por qué se impide a los compañeros interesados que conozcan unas posiciones por sí mismos para que puedan juzgar con criterio propio su validez y decidan en consecuencia si deben rechazarlas, criticarlas, tomarlas en cuenta o adoptarlas.
Buenos días: Somos de Acción Proletaria (Corriente Comunista Internacional) y distribuimos libros, folletos y publicaciones de interés para el movimiento obrero y revolucionario. Desearíamos disponer de un puesto de difusión en la próxima Feria del Libro Anarquista en Barcelona a celebrar del 13 al 19 de junio.
En espera de vuestras noticias recibid saludos revolucionarios
CCI
23 de mayo del 2005.
Saludos;
Recibimos vuestra visita y también vuestro mensaje.
Hemos tratado vuestra petición en nuestro encuentro para la Mostra del LLibre anarquista BCN 2005 y a la conclusión que lleguemos es que no tenéis lugar dentro de la Mostra, ni con parada ni sin parada; es decir ni con mesa ni vendiendo vuestro material " a mano".
Nuestros postulados son totalmente opuestos y es verdad que dejamos abierta la participación " no solo lo específicamente anarquista sino las posturas antiautoritarias de las...", que sepamos y como hemos podido leer en vuestras publicaciones no sois anti-autoritari@s, sino que estáis por la dictadura del proletariado.
Sin mas un saludo Anárquico.
31 de mayo de 2005
De Acción Proletaria (Corriente Comunista Internacional)
A los organizadores de la Mostra del Llibre anarquista Barcelona 2005
Saludos:
Ante nuestra solicitud de poder colocar un puesto donde mostrar publicaciones (libros y folletos) en la Fira hemos recibido vuestro correo donde nos decís “no tenéis lugar dentro de la Mostra, ni con parada ni sin parada”. Dais como motivo de dicha exclusión “que no sois antiautoritario /as” ya que “estáis por la dictadura del proletariado”.
Jamás hemos ocultado que estamos por el poder mundial de los Consejos Obreros como medio para erradicar el capitalismo del planeta[1]. Sin embargo, esa no es, nos parece, la cuestión más determinante en el momento actual. Por tanto arguyendo esa motivación se está impidiendo a los compañeros que puedan acudir a la Fira poder tomar en consideración publicaciones y libros que defienden ...
· Que fascismo y democracia son las dos caras de una misma moneda formada por la Dictadura del Capital;
· Que los regímenes estalinistas son variantes del Capitalismo de Estado totalmente enemigos del proletariado y de la liberación de la humanidad;
· Que el capitalismo no tiene hoy ninguna posibilidad de reforma;
· Que la alternativa revolucionaria contra el sistema capitalista no pasa por la utilización de los mecanismos que “nos ofrece” el Estado burgués (elecciones, parlamento etc.) sino por su destrucción radical en todo el planeta;
· Esa Revolución es necesariamente mundial y se opone a todo nacionalismo, patria o bandera;
· Los análisis internacionalistas (es decir, que denunciaron a todos los bandos enfrentados durante la segunda guerra mundial) sobre las causas del aplastamiento del proletariado en la guerra de 1936 en España;
· La historia de las pequeñas minorías que defendieron tales análisis (perseguidas por la acción combinada de estalinistas, demócratas y fascistas) así como de aportaciones de militantes como Rosa Luxemburgo o Pannehoek...
Y desde luego, muchas más cuestiones pues nos hemos limitado a citar los contenidos de las publicaciones que más nos solicitaron en la Feria del Libro Anarquista de Valencia celebrada el pasado abril donde estuvimos presentes durante dos jornadas sin que surgiera ningún incidente. ¿Por qué ahora no?
Proscribir el conocimiento de estas posiciones –que lleva incluido su crítica más sistemática (podéis estar seguros de que aceptamos gustosos debatirla de manera argumentada)- priva a los compañeros interesados en la destrucción de este sistema social de opresión y barbarie de respuestas, argumentos, informaciones y experiencias históricas, que, equivocados o no, constituyen una aportación a su lucha.
Nosotros propugnamos una discusión abierta y a fondo, sin limitaciones ni cortapisas, pues estimamos que es clave para poder contribuir a una futura revolución social mundial.
En espera de vuestras noticias, recibid nuestros saludos revolucionarios
Acción Proletaria (Corriente Comunista Internacional)
NOTA: si deseas conocer nuestras publicaciones, libros y folletos, estamos en un puesto que hemos organizado en el Foro Social del Mediterráneo (Feria de Muestras de Barcelona, junto Montjuich) el viernes 17 y el sábado 18 entre las 12 y las 18 horas.
[1] Esta visión no tiene nada que ver con la dictadura de un partido o de una minoría y menos aún con la “dictadura del proletariado” que la contra-revolución estalinista implantó en Rusia y demás países “socialistas”.
Viernes 22 de julio, los policías han abatido con 5 balas de revólver, disparadas a bocajarro, a Jean Charles de Menezes, un electricista brasileño de 27 años. El “crimen” de este joven obrero consiste en que estuvo en un lugar inoportuno en un momento inoportuno y, quizá –pues hay razones para dudar de la versión oficial- el haberse dado a la fuga ante un grupo de policías que lo habían tomado por un “peligroso terrorista”. Todo esto no ocurre en una favela de Río de Janeiro y los pistoleros no pertenecen a un Escuadrón de la Muerte, que, en Brasil y en otros países del Tercer Mundo, gozan de carta blanca de las autoridades para “limpiar” los “asociales” (pequeños delincuentes u opositores políticos). Esto ocurre en Londres, la capital del país “más democrático del mundo”, cuyos policías son los famosos “bobbis”, reputados por su bonhomía, funcionarios de la policía más prestigiosa del mundo, Scotland Yard.
Evidentemente, este crimen ha provocado una cierta emoción entre los portavoces de la clase burguesa: el Financial Times habla de «un viraje potencialmente peligroso tomado por las fuerzas de seguridad»; desde luego, el jefe de la policía londinense, Sir Ian Blair, ha lamentado esta “torpeza” y ha presentado sus condolencias a la familia de la víctima. En fin, una encuesta ha sido abierta para “establecer la verdad”, incluso es posible que uno o dos policías sean sancionados por no saber distinguir entre un brasileño católico y un pakistaní musulmán. Sin embargo, los verdaderos responsables del crimen no son los pistoleros que han apretado el gatillo. Si han podido asesinar al joven Jean Charles es porque habían recibido la orden de “tirar a matar”.
Las explicaciones no faltarán, marcadas por la sutil hipocresía que caracteriza a la clase dominante británica. Según Sir Ian Blair, «no hay nada gratuito, no ha habido la menor ligereza. No hay una política de “tirar a matar”, lo que hay es “una política de tirar a matar para proteger”»[1]. Su predecesor, John Stevens, que no tiene ninguna necesidad de utilizar eufemismos, había dado la pauta hace unos meses: «no hay más que un medio seguro para detener a un kamikaze decidido a cumplir su misión: hay que quemarle la cabeza directamente y de forma total. Esto significa apuntar a la cabeza con una potencia devastadora, matarlo en el acto»[2]. Pero este discurso no es privativo de los policías, tenemos al “ultra-izquierdista” alcalde de Londres, Ken Livingstone, que justifica el asesinato en estos términos: «Si tenemos delante un kamikaze potencial que puede activar una carga de explosivos, la política que se aplica es la de tirar a matar»[3]
El argumento del “kamikaze decidido a cumplir su misión” es un pretexto falaz. Cuando las tropas británicas disparaban a irlandeses inocentes que habían tomado por terroristas, no era porque los verdaderos terroristas del IRA fueran kamikazes (la religión católica reprueba el suicidio). En realidad, para el Estado capitalista, en Gran Bretaña y en todos los países llamados “democráticos”, los actos terroristas, como los del 7 y 21 de julio, sirven siempre para reforzar las medidas de represión, para avanzar en la puesta en marcha de métodos que son propios de regímenes “totalitarios” y sobre todo para habituar a la población a tales métodos. Es lo que ha pasado en Estados Unidos después del 11-S del 2001. Y también en Francia en 1995 tras los atentados atribuidos a los “Grupos Islámicos Armados” procedentes de Argelia. Para la propaganda oficial de la clase dominante es preciso elegir: bien aceptar una presencia cada vez más agobiante de la policía en todos los momentos y en todos los lugares de nuestra vida, bien “hacerle el juego al terrorismo”.
Hoy, en Gran Bretaña, esta omnipotencia de la policía alcanza una de sus cotas más extremas: los agentes no solamente tienen el derecho sino la orden de matar a cualquiera que les parezca sospechoso a poco que no obedezca inmediatamente sus requerimientos. Y esto sucede en el país que ha inventado desde 1679 el “habeas corpus”, es decir, la prohibición de toda detención arbitraria.
Tradicionalmente, en Gran Bretaña, de la misma manera que en los países “democráticos”, no se podía meter en prisión a una persona sin antes haberla presentado ante un juez. Hoy, en este país, hay personas detenidas en la cárcel de Berlmash –cerca de Londres- y que han sido encarceladas sin proceso. Hoy, las personas pueden ser asesinadas directamente en la calle sin proceso alguno[4]
Por el momento, el blanco oficial de estas medidas son los “terroristas kamikazes”. Pero sería un terrible error creer que la burguesía, la clase que dirige la sociedad, se va a limitar a ellos. La historia ha demostrado repetidas veces que esta clase social cuando se siente amenazada no vacila en saltarse a la torera sus grandes principios “democráticos”. En el pasado, estos principios fueron el instrumento de su combate contra la arbitrariedad de la clase aristocrática. Después, cuando dominó la sociedad completamente sin verse amenazada, supo conservarlos como ornamentos para engañar a las masas explotadas y hacerles aceptar la explotación. Así, en el siglo XIX, la burguesía inglesa pudo pagarse el lujo de dejar entrar en Gran Bretaña a los refugiados de las revoluciones vencidas en el continente, como ocurrió con los obreros franceses víctimas del aplastamiento de la Comuna de París en 1871.
Hoy, no son los terroristas islámicos los que representan una amenaza para la burguesía. Las principales víctimas de este terrorismo criminal son los obreros y los empleados que toman el metro para dirigirse a sus trabajos o los que trabajaban en las oficinas de las Torres Gemelas. Además, el terrorismo, gracias al horror legítimo que inspira en la población, ha constituido un excelente pretexto para toda una serie de Estados para justificar aventuras imperialistas en Afganistán o Irak.
La única fuerza de la sociedad que puede amenazar a la burguesía es la clase obrera. Por el momento, los combates obreros están muy lejos de amenazar el orden burgués. Pero la clase dominante sabe que la crisis sin solución de su sistema y los cada vez más violentos ataques que esta última le obligará a adoptar contra los proletarios empujará a estos a llevar combates de cada vez mayor amplitud hasta el extremo de amenazar su dominación. Entonces no serán los “terroristas” los que serán tiroteados como conejos sino los obreros más combativos y los elementos revolucionarios, los comunistas (que serán tratados de “terroristas”) [5]. ¡Y todo esto se hará sin Habeas Corpus!
No estamos haciendo especulaciones o predicciones sacadas de una bola de cristal. Es la respuesta que siempre ha empleado la burguesía cada vez que ha sentido que sus intereses vitales estaban amenazados. El tratamiento que habitualmente reserva la burguesía de TODOS LOS PAISES “DEMOCRATICOS” a las poblaciones de las colonias o del llamado Tercer Mundo es aplicado también a los proletarios de esos países “privilegiados” cada vez que se levantan contra la explotación. Así, en Alemania 1919, en un país gobernado por el Partido Socialdemócrata, es decir, el partido de Gerhard Schröeder, primo hermano del de Tony Blair, fueron masacrados miles de obreros, que siguiendo la estela de la revolución de 1917 en Rusia, se habían levantado contra el orden burgués. Y los revolucionarios como Rosa Luxemburgo o Kart Liebchneck fueron asesinados por militares que los habían arrestado con el pretexto de que pretendían huir.
No podemos limitarnos a denunciar el repugnante asesinato del 22 de julio en Stockwell. Esto pueden hacerlo igualmente las numerosas plañideras que gimotean lamentando “los atentados a los derechos democráticos”. Deben servir a los proletarios de Gran Bretaña y de todos los países para comprender la verdadera naturaleza y los verdaderos métodos, de su enemigo de clase, la burguesía. Desde hoy, la burguesía prepara en todas partes auténticos escuadrones de la muerte que los proletarios deberán enfrentar mañana.
Corriente Comunista Internacional 24 de julio 2005
[1] Guardian.co.uk 24 de julio
[2] News of the World, domingo 6 de marzo, página 13, artículo titulado “Olvidar los derechos humanos, acabar con los fanáticos”.
[3] News24.com 22 de julio
[4] Esto está autorizado por las “leyes especiales” como las que se aplicaron en Irlanda del Norte durante años.
[5] En Francia, en el momento de las grandes huelgas de otoño 1995, el ministro del interior Pasqua comenzó a comparar a los obreros en huelga con los “terroristas” que habían hecho estallar una bomba en el metro unos meses antes.
Los que visiten nuestra página web, sabrán que recientemente la CCI ha tenido que hacer frente a una vergonzosa campaña de calumnias orquestada por la llamada Fracción Interna de la CCI (FICCI) y el Círculo de Comunistas Internacionalistas de Argentina. Para combatir esos ataques, la CCI ha esgrimido la única fuente de claridad y fuerza para cualquier organización revolucionaria; se ha situado firmemente en el terreno de los principios, la historia y las tradiciones del movimiento obrero.
Solo podemos deplorar el hecho de que el BIPR, que también es parte de la Izquierda Comunista, no haya hecho lo mismo, sino que haya elegido compartir la suerte de los detractores de la CCI, y haya abrazado sus métodos sórdidos y cínicos. Esto es una seria traición a todo lo que significa ser una parte del Medio Político Proletario. Más aún, esto se produce en una situación en que los otros grupos de la Izquierda Comunista se mantienen indiferentes a la amenaza de elementos cuyo único fin es la destrucción de las organizaciones proletarias, y con ellas, de la esperanza de una sociedad sin clases.
Pero aunque los otros grupos históricos del medio político proletario revelen su incapacidad para defender la organización revolucionaria, hay sin embargo elementos, que están en contacto con la CCI y con la Izquierda Comunista en general, que ven la importancia de esta batalla, y quieren tomar las armas ellos mismos para defender los principios y el futuro del proletariado revolucionario. Han escrito a la CCI para expresar su solidaridad y apoyo, y/o han enviado copias de las cartas que han escrito al BIPR para protestar por su comportamiento antiproletario y tratar de recuperarlos del borde del abismo.
Estas cartas abordan cuestiones que son vitales para la unidad de la clase obrera y sus elementos politizados, por esta razón publicamos extractos que animen la reflexión de otros que visiten nuestra página web. Hacemos pocos comentarios sobre su contenido, porque esencialmente las cartas hablan por sí mismas
El punto de partida de estas cartas es una reflexión sobre acontecimientos que surgen de la experiencia de los redactores como elementos en búsqueda de un marco que les permita comprender el mundo en que se ven obligados a vivir, e implicarse en un proceso para cambiarlo. Han encontrado el punto de referencia que necesitan en la Izquierda Comunista, y sienten profundamente que la campaña organizada por la FICCI y el Círculo de Argentina contra la CCI, también va contra ellos y contra toda la clase obrera. Esos ataques han sido una sacudida para ellos, y están indignados.
«Nosotros en la medida de nuestras posibilidades no vamos a tolerar que se tache a la CCI de estalinista ni a ningún grupo proletario que durante décadas ha luchado contra la contra-revolución más sanguinaria de la historia de la humanidad (...) No aceptamos que semejante calumnia se diga gratuitamente sin pruebas evidentes y mucho menos aún de grupos fantasmas de la trayectoria más dudosa como la FICCI» (carta firmada: “un grupo de trabajadores del país vasco”).
Muchos quieren mostrar su propia experiencia para defender a la CCI de las falsas acusaciones contra ella y para defender nuestro método de debate y la forma de tratar las cuestiones organizacionales.
«Las reuniones públicas a las que hemos asistido, las discusiones que a veces hemos llevado con vosotros sobre tantas cuestiones importantes para el movimiento obrero internacional, siempre se han llevado en una atmósfera de apertura y respeto mutuo. En particular, las divergencias políticas siempre se han discutido con una actitud autocrítica de solidaridad. A los nuevos participantes, que dudaban para tomar la palabra, o los que han planteado cuestiones controvertidas, siempre se les ha animado a participar plenamente en las discusiones.
Todo esto revela que las acusaciones lanzadas contra vosotros en la web del BIPR (Buró Internacional por el Partido Revolucionario, a través del “Círculo de Comunistas Internacionalistas” de Argentina, de que trabajáis y actuáis de forma estalinista, son pura denigración con intención de desacreditar a una organización revolucionaria presente en muchos países del mundo.
Apreciamos y damos la bienvenida a la apertura con la que habéis dado pasos para clarificar públicamente la orquestación de una campaña dirigida contra vosotros, y en última instancia contra nosotros también» (declaración adoptada por los participantes en una reunión pública de la CCI en Alemania a iniciativa de un simpatizante)
«...considero (a la CCI) una organización honesta, con una aportación inestimable a la clarificación en el medio político proletario, del que se considera –y puede considerarse- formar parte.
Es un grupo que siempre ha estimulado el debate de manera fraternal, respetuoso cuando ha habido discrepancias y algo que no había conocido anteriormente: ha proporcionado publicaciones de otras organizaciones del medio político proletario para su lectura.» (carta de AN, España)
«La CCI ha intentado clasificar un conjunto de comportamientos políticos bajo la definición de “parasitismo político”. Como alguien que ha manifestado muchas de esas actitudes aberrantes, puedo testificar que las “tesis sobre el parasitismo” de la CCI han sido un instrumento político indispensable para comprender las raíces y consecuencias de estos comportamientos. También puedo testificar que, a pesar de atacar a la CCI (¡aunque a un nivel mucho menor que otros parásitos!) nunca ha mostrado la mínima pizca de “estalinismo” hacia mí. En vez de eso, aunque sin abdicar de su derecho a defenderse, hizo todo lo posible para ayudarme a identificar lo que estaba haciendo y trabajar para superarlo, aunque aún quede mucho camino que recorrer. Ese no es el comportamiento de una organización que “no puede tolerar los desacuerdos” o que es “paranoica” o “alucina” ». (JB, Gran Bretaña)
«En ningún momento la CCI ha escamoteado o censurado los textos que han llegado a mis manos y debe recordarse que esta organización, por doloroso que ello sea, tuvo el coraje de sacar a la luz pública la crisis, dejó que corriese abiertamente el aire libre de la discusión evitando así cualquier tentación de resolverlo puertas adentro con maquinaciones chanchulleras, método ajeno al proletariado»(Rq España)
«Cuando han tenido problemas internos los han sacado a la luz para conocimiento de todos, esa actitud para nosotros les honra como una organización comunista auténtica y si hoy hay avances políticos, teóricos serios, se lo debemos a estos militantes revolucionarios que han resistido contra viento y marea contra todo intento de desnaturalizar el programa comunista desde el interior como del exterior.
También han tratado de sacar el debate a la arena internacional cuando ha habido conflictos tremendamente serios como las guerras que asolan el planeta, pero sabemos todos, por lo menos aquellos que hemos tenido un seguimiento, la respuesta de los demás grupos ante tales acontecimientos criminales. La CCI hizo llamamientos de unidad de acción contra la guerra imperialista, la respuesta ha sido siempre un total desprecio de los que se llaman a sí mismo internacionalistas y claro está, el partido único» (Trabajadores de Euzkadi.)
Dos de las cartas prestan atención al hecho de que las insidiosas maniobras del “Círculo de Comunistas Internacionalistas” y la FICCI han puesto específicamente al NCI en su línea de tiro. Tras esta preocupación por los camaradas del NCI subyace el apercibimiento de que este es un grupo –aunque sea en otro continente- que está haciendo el mismo esfuerzo concienzudo de clarificación que ellos; su preocupación es una expresión viva del carácter unificado internacional del proletariado y su lucha.
«...La CCI ha sido atacada y no solamente la CCI sino todos nosotros que tenemos la Izquierda Comunista como referencia política hemos sido atacados con maniobras que no son nada novedosas, sino que son artes criminales que utiliza la burguesía para destruir a los nuevos militantes o grupos proletarios. Y lo decimos así de claro porque hay pruebas evidentes de que, de la misma forma que la FICCI trató de destruir a la CCI desde el interior con todo tipo de maniobras, intrigas, etc., ha tratado de destruir a los compañeros de Argentina, generando todo tipo de dudas y sospechas que crearon confusión entre estos compañeros y la CCI.» (Trabajadores de Euzkadi)
«Expreso mi solidaridad a los compañeros del NCI en Argentina que pese a los manejos se han posicionado sobre esta crisis a través de varios escritos, valga por todos, la declaración de 27/10/04 y la de 7/11/04» (Rq , España)
«La vida en el seno de las organizaciones comunistas ha de ser un reflejo de lo que será la futura sociedad comunista» (AND, España)
Los simpatizantes lidian con un asunto que es de inmensa importancia para el conjunto del proletariado; la acción basada en los principios y la corrección es condición para asegurar la verdad, la solidaridad y la dignidad de la clase obrera. Es decir, estos aspectos son parte de la naturaleza de una clase interesada en destruir las divisiones que se le imponen, y que no tiene ninguna razón de abatir a sus hermanos de clase para plantear intereses personales o sectoriales. Al contrario, sólo puede alcanzar su objetivo final llevando a cabo su unidad internacional de clase. Más aún, sus organizaciones políticas sólo pueden expresar la naturaleza de la clase que las ha generado.
En su carta, JB (Gran Bretaña), retoma esta cuestión en el contexto de las dificultades para forjar una organización revolucionaria:
«La construcción de la organización comunista es un proyecto cargado de dificultad y contradicciones –puesto que sólo puede existir como un cuerpo extraño en la sociedad burguesa y está consecuentemente bajo ataque permanente a todos los niveles de su existencia.
Para combatir este continuo ataque de los anticuerpos del orden burgués, los revolucionarios tienen que adoptar la comprensión colectiva más rigurosa sobre cómo tiene que funcionar una organización comunista. Por esto todas las organizaciones adoptan normas de funcionamiento y una precisa metodología organizacional para abordar los inevitables debates y desacuerdos que surgen en su interior.
Sin esas estructuras y principios, las organizaciones revolucionarias no existirían. No es ninguna vergüenza que hayan desacuerdos entre revolucionarios, ni tampoco que los militantes individualmente, o agrupados, abandonen la organización cuando ya no estén de acuerdo con su plataforma y sus posiciones.
Pero sí es vergonzoso:
robar elementos del aparato interno de una organización para fines personales;
difundir mentiras y difamaciones sobre camaradas individuales en secreto, en una tentativa de destruirlos;
negarse a seguir los elementos más básicos de solidaridad comunista requerida a los militantes (por ej. el pago de las cuotas)
robar fondos y material de la organización para impulsar los intereses de un grupito particular y no de la organización o del movimiento obrero en su conjunto;
hacer de la elaboración de una cadena de las más viles difamaciones contra otra organización la clave de su existencia política
robar las direcciones de los contactos y usarlas de la forma más irresponsable –los camaradas que dan sus detalles personales a una organización revolucionaria, es porque expresan una gran confianza en ella y muestran su solidaridad hacia esa organización y el comportamiento de la FICCI respecto a esto es una infame traición de esa confianza;
hacer públicas las fechas de las reuniones internas de una organización proletaria, sometiendo así a esta organización, al riesgo de la intervención de las fuerzas de seguridad burguesas;
hacer un esfuerzo para poner unas contra otras las diferentes secciones nacionales de una organización a través de adulaciones y mentiras;
poner en peligro la seguridad personal de los militantes, intentando identificar sus contribuciones individuales a la prensa revolucionaria»
Igual que los contactos son conscientes de que el cuadro y principios del movimiento obrero son la base de su propia búsqueda de claridad y coherencia, también son conscientes de la responsabilidad que reside en las organizaciones que vienen de la tradición de la Izquierda comunista. O sea, del peso histórico de esos grupos cuya función es la salvaguarda y difusión del programa histórico y los principios secretados por la clase obrera. Las cartas al BIPR son extremadamente críticas acerca de la actitud de éste último en relación al ataque del Círculo y la FICCI contra la CCI.
«Los últimos meses, la FICCI y el Círculo han organizado una campaña de calumnias contra la CCI. Desafortunadamente la actitud del BIPR hacia la CCI en este asunto es absolutamente escandalosa. Esta actitud es incompatible con todo lo que representa la clase proletaria.
Para empezar, el BIPR colgó la “declaración de El Círculo” en su página web sin consultar a la CCI.
Además el BIPR ha mentido deliberadamente sobre el robo de la lista de direcciones de los suscriptores de la CCI, y ha usado esas direcciones en su propio interés. ¿Cómo llegaron las convocatorias del BIPR a enviarse a suscriptores de la CCI que sólo habían dado sus direcciones a la CCI?
Sobre el primer punto: nos preguntamos cómo una organización (el BIPR) cuyas bases son la tradición de la Izquierda Comunista y los principios proletarios, que conoce desde hace años a la CCI y considera que es una organización proletaria, puede tomar parte inmediatamente por El Círculo sin contactar ni siquiera a la CCI. Desde el punto de vista de los principios comunistas, el BIPR debería haber contactado primero a la CCI para preguntar su posición sobre la acusación (...)
Sobre el segundo punto, ¿Cómo puede una organización comunista, que se basa en principios como la confianza, la honestidad, la solidaridad, defender este robo y ocultar la verdad a sus propios militantes?
Mientras que el BIPR intenta acallar a la CCI diciendo que “con todo lo que pasa en el mundo, la CCI no tiene nada mejor que hacer que escribir ‘tomas de posición’ sobre sus disputas”, él mismo está plenamente implicado en el reagrupamiento con los parásitos. Esto es puro oportunismo.
Lo que el BIPR ha hecho en relación a los dos puntos mencionados antes y respecto a otras calumnias contra la CCI, va únicamente en el sentido de los intereses de la burguesía y contra los intereses del proletariado internacional.» (Dos simpatizantes de Amsterdam)
«Condenamos en los términos más enérgicos posibles que hayáis puesto vuestra página a disposición de esas inmundas campañas y hayáis permitido, sin el menor comentario, verificación o examen, que el Círculo de Comunistas Internacionalistas de Argentina insulte a la CCI tratándola de organización estalinista que emplea métodos nauseabundos.
Consideramos que, políticamente es perfectamente correcto y muy responsable, que la CCI excluya de la organización y de las reuniones a miembros que son culpables del robo de la lista de direcciones de suscriptores y que, con métodos burgueses de lo más escandaloso, sin ninguna prueba, hayan acusado a un miembro dirigente de la organización de ser un policía» (participantes en una reunión de la CCI en Alemania).
Un camarada de Francia recuerda al BIPR que la unidad en el campo proletario y el debate fraternal son indispensables para los revolucionarios:
«Dispersas y débiles, las pocas organizaciones revolucionarias que existen hoy, tienen que polemizar, discutir sistemáticamente las cuestiones históricas, así como por supuesto los hechos de actualidad. Y me parece que las contribuciones (regulares, argumentadas, lúcidas) de la CCI durante los últimos 30 años están lejos del “vacío político y metodológico” que denunciáis. Por supuesto que el debate por la claridad tiene que ser vivo y sin compromisos, pero también tiene, creo, que ser fraternal entre organizaciones de la Izquierda comunista. Porque si, como decís, hay tanto “trabajo que hacer para intentar comprender lo que pasa en el mundo”, también hay mucho que hacer para ACTUAR juntos (y qué fuerza aportaría) para distribuir JUNTOS, organizar reuniones COMUNES sobre las cuestiones esenciales, sobre lo que nos une: el internacionalismo, la lucha contra la guerra. ... Porque ‘La experiencia del pasado nos enseña cómo el olvido de los lazos fraternales que deben existir entre los trabajadores de los diferentes países y que deben incitarles a sostenerse unos a otros en todas sus luchas por la emancipación, es castigado con la derrota común de sus esfuerzos aislados.’(Marx, Manifiesto inaugural de la AIT, en Obras escogidas de Marx y Engels, T. I, Akal editor 1975, Madrid, pag. 96)».
Una carta dirigida al BIPR por “dos jóvenes simpatizantes de la Izquierda comunista” también suscita la necesidad de relaciones fraternales entre las organizaciones revolucionarias. Además señala que el apoyo del BIPR al Círculo de Argentina y a FICCI contra la CCI, empaña su imagen como organización comunista a los ojos de los que, como ellos mismos, miran la tradición de la Izquierda comunista como una guía:
«... estamos abiertos a todas las organizaciones comunistas revolucionarias y muy a favor de la discusión entre estos grupos, discusión que es muy importante para nuestra clarificación política. Es una vía necesaria e indispensable para el desarrollo de la conciencia y la unificación del campo proletario sobre la base de un acuerdo sólido (...)
... hemos visto que en vuestra página web, apoyada por la FICCI, habéis publicado un texto del Círculo de Comunistas Internacionalistas de Argentina, que acusa a la CCI de negarse sistemáticamente a cualquier discusión con grupos que tengan opiniones diferentes a las suyas. Podemos asumir que estáis de acuerdo con esta opinión puesto que la publicáis. Semejante acusación, hecha sin la argumentación apropiada y sin ninguna explicación válida, nos parece más bien falsa, a la vista de los esfuerzos de la CCI para impulsar la discusión y llegar a una clarificación (...).
Vuestra acusación es completamente falsa, dado que, por lo que sabemos, la CCI ha hecho referencia a menudo al medio político proletario (...) y os ha mencionado como una de sus partes componentes, pidiéndoos muchas veces que intervinierais conjuntamente con ella contra la guerra imperialista. Más aún, en vuestra actitud, en particular en la reunión pública en Berlín del 15.05.04 sobre las causas de la guerra imperialista, (...) en la conclusión a la discusión, el interviniente por el BIPR defendió la posición de que la discusión había mostrado que el debate entre el BIPR y la CCI era ‘inútil’. (...)
Por eso vemos que vuestra actitud se desvía apreciablemente de la imagen que tenemos de una organización comunista revolucionaria, lo que por fuerza nos decepciona, y queremos señalaros en esta carta.
Además, ¿No es la solidaridad entre las organizaciones comunistas el motor del combate que nos une? Esperemos que nuestras críticas no se perciban como animadas por oscuras intenciones hacia el BIPR, sino al contrario, que ayuden a animar un análisis mejor de un problema importante que ciertamente no ha sido el objeto de una profunda reflexión».
El grupo de trabajadores del país vasco también critica el rechazo del BIPR del debate:
«Hay una frase escrita donde se descubre toda la debilidad del BIPR, ‘Estamos hartos de discutir con la CCI’.
En primer lugar nuestros antepasados nunca se hartaron de discutir, sino que era un deber de todos buscar la máxima claridad posible. Esa posición por la teoría es lo que se ha perdido y se debe retomar. Pero el BIPR no quiere el debate abierto y entre todos, solo quiere pura y llanamente la adhesión a sus posiciones sin ningún tipo de discusión ni de cuestionamiento. La típica actitud izquierdista, lo quieran ustedes o no. Falta mucho por hacer y debatir cual va a ser el futuro partido de la clase obrera, en esta tarea no sólo estará la CCI, el BIPR sino muchos grupos proletarios que surgirán, por lo menos esa es nuestra esperanza.
Rehuir del debate demuestra a las claras la debilidad teórica del BIPR y así cuando con su rabieta incontenida nos dice ‘ni a la CCI ni a nadie tenemos que rendir cuentas de nuestro comportamiento’. He aquí el ‘derecho divino’ del LIDER, con derecho a pernada que puede hacer todo lo que le venga en gana, porque los líderes están por encima del BIEN y del MAL. En adelante nuestra referencia de la moral y de la ética está en las obras completas de los JESUITAS».
Muchas de las cartas que se han enviado al BIPR condenan su oportunismo como indigno de una organización proletaria. O sea, estigmatizan una política caracterizada por la deserción de los principios para emplear medios que son ajenos al proletariado para “ir en cabeza” en lo que parecen concebir como una carrera para ganar los corazones y las mentes de la nueva generación. Los contactos también son conscientes de lo muy autodestructiva que es la política de promiscuidad del Buró con la FICCI y el Cïrculo. Estos caballeros pretenden, no sólo la destrucción de la CCI por medio de sórdidas maniobras, sino también la anulación política del BIPR, aunque en este caso a través de lisonjas y cantos de sirena.
Como dice GW de Gran Bretaña al BIPR: “...la creación del BIPR de la CWO y BC estuvo fuertemente marcada por un antiCCIsmo y un salto oportunista. Ahora sin embargo creo que el desarrollo reciente muestra un descenso cualitativo en la actividad del BIPR que amenaza su existencia misma como fuerza revolucionaria. Ahora es aparente lo que ha estado implícito por algún tiempo: el BIPR se ve a sí mismo no como camaradas de la CCI, sino en competición con ella.. Esta actitud de tendero básicamente burguesa, si no se revierte radicalmente, puede firmar la sentencia de muerte del BIPR como expresión del proletariado (...) Esto es justamente lo opuesto de la solidaridad de la clase obrera, de la confianza en la clase obrera, y los hechos recientes confirman que entendéis y compartís muy poco de esos atributos fundamentales y esenciales de una clase revolucionaria. (...) Publicar y poner enlaces a cualquier página antiCCI, de fulano o mengano, muestra una desverguenza y una traición fundamental a los principios del movimiento obrero por vuestra parte. Excusáis flagrantemente el robo a una organización revolucionaria porque se haría en nombre de ‘los derechos de liderazgo’. Podriáis decir que es la esgrima de los negocios y la demolición de un rival. Al menos sería más honesto...”
El grupo de trabajadores del país vasco también dice al BIPR con términos que no dejan lugar a dudas, que sus métodos están contra todo por lo que lucha la clase obrera y que van a tolerarse:
«NO SEÑORES del BIPR, en nuestra clase no todo vale, nuestra moral proletaria es la antítesis de la moral burguesa, aquí todos tienen que rendir cuentas, incluso ustedes y con más motivo aún que nadie pues han salido en defensa de la FICCI, de sus métodos mafiosos o ¿pretenden acaso que aceptemos a pies juntillas su carta y las barbaridades que dicen en ella?
Ustedes han escrito esa carta vía Internet para máxima audencia, pues bien se deben a los que hemos leído. No aceptamos que se justifique el robo de algo tan sagrado como el fichero y el dinero de una organización proletaria y nos repugnan los argumentos tan vulgares como que son líderes o la vieja guardia. ¿Qué pretenden? ¿Llevar a la vía correcta a la CCI?, No tienen derechos adquiridos para hacer pillaje.
SI SEÑORES del BIPR, ustedes tienen que dar cuentas y no solamente a la CCI sino a todos nosotros. ¿Cuál es su moral, qué codigos de conducta y de comportamiento tienen? ¿Son parte de la clase obrera? En este tema también existen fronteras de clase».
Los contactos están pasmados de que una organización de la Izquierda comunista excuse el robo de la FICCI de la lista de direcciones de los contactos de la CCI. Están afrentados de que se defienda sobre la base de que los elementos que se marcharon para formar la FICCI fueran supuestamente “dirigentes” de nuestra organización (ver “Respuesta a las estúpidas acusaciones de una organización en vías de degeneración”, en la página web del BIPR). Los “dos jóvenes simpatizantes de la Izquierda Comunista” preguntan al BIPR, «¿realmente pensáis que los “dirigentes” de una organización comunista tienen más derechos y poder que el resto de militantes, específicamente en este caso, la propiedad exclusiva de documentos comunes?».
Una cuestión muy pertinente. Esperemos que el Buró se digne a responderla, porque contrariamente a su afirmación de que «no tenemos que dar cuentas a la CCI ni a nadie de nuestros actos políticos», estos elementos que buscan una dirección política en el movimiento de la Izquierda Comunista tienen todo el derecho (un deber incluso), a pedir que las organizaciones revolucionarias den cuenta de sus actos. Igualmente, esas organizaciones tienen la responsabilidad de explicar sus opciones políticas ante la clase obrera que las ha generado.
El “grupo de trabajadores vascos” también tiene algo que decir en este punto:
«Los términos que utiliza el BIPR como el de “la vieja guardia dirigente” nos generan un profundo ASCO pues refleja la concepción de partido típicamente burgués y no es pues por casualidad que los “dirigentes” se unan para manipular a su antojo a todos los militantes honrados que se acerquen a la Izquierda Comunista y qué mejor ejemplo que lo que ha pasado en Argentina; ni se puede perdonar tolerar que semejante actitud no sea denunciada a los cuatro vientos. Quien trate de destruir un grupo proletario no merece nuestro respeto sino el desprecio».
Un camarada de Suecia se refiere a la posición del BIPR de que el robo de la lista de direcciones no fue un robo puesto que esos “dirigentes” de la CCI querían reconducir al buen camino a los militantes de la CCI:
«La lógica para defender el robo es peor que el mismo robo. El BIPR plantea una posición religiosa o izquierdista sobre el papel dirigente del partido. Los militantes de la CCI no son idólatras religiosos que pueden ser dirigidos al buen camino, ni tampoco son soldados de a pie que pueden ser guiados por un mando. Mi opinión es que los militantes de la izquierda comunista (no sólo los de la CCI) contrariamente a los de la izquierda del capital, son capaces, inteligentes y analíticos, en pocas palabras, verdaderos revolucionarios».
Como se pregunta otro camarada que escribe de América, «¿En qué punto cruza el oportunismo la línea de clase? Adoptar tácticas burguesas es un primer escalón en dirección a adoptar la ideología burguesa, ¿No?» (IO).
Como dice GW, «los acontecimientos recientes muestran una pendiente cualitativa en la actividad del BIPR que amenaza su propia existencia como fuerza revolucionaria». Conscientes de las peligrosas aguas en las que está fondeando el BIPR, la preocupación de los contactos es rescatarlo del abismo al que parece que está dispuesto a saltar a instancias de la amable invitación de la FICCI.
Los dos camaradas de Amsterdam dicen, «condenamos esta actitud oportunista del BIPR hacia la CCI. Esperamos que, en interés de la lucha de clases y la unidad proletaria, el BIPR hará una autocrítica de su actitud en este asunto».
La declaración de los participantes en la reunión de la CCI en Alemania dice:
«Hacemos un llamamiento para que volváis al terreno de la forma y los principios proletarios de confrontación, lo que significa:
la publicación inmediata en vuestra prensa y vuestra página web de nuestra carta y del comunicado de la CCI sobre estos sucesos,
la creación, con vuestra participación, de una comisión independiente del campo de la Izquierda Comunista para examinar y clarificar las acusaciones contra la CCI.
La ruptura de cualquier colaboración con los antiguos elementos de la CCI que se han agrupado en la FICCI (la llamada “Fracción Interna de la CCI”) o su entorno.
Denunciar y combatir públicamente los métodos del robo de dinero y direcciones de contactos y las campañas de odio contra la CCI.
Deberiáis asumir por fin la responsabilidad colectiva que tenéis hacia el proletariado internacional. Sentaros a la mesa con la CCI y otros revolucionarios y discutid públicamente las cuestiones centrales del movimiento obrero, del capitalismo y su derrocamiento».
JB de Gran Bretaña, declara:
«La cuestión del parasitismo es de las que concierne a toda la Izquierda Comunista. Apoyo el llamamiento de la CCI para que las otras organizaciones proletarias y sus contactos y simpatizantes tomen posición sobre las tesis de la CCI sobre este fenómeno para:
explicar si creen o no que existen los modelos de “parasitismo” identificados por la CCI, y porqué
proveer explicaciones alternativas a este comportamiento si están en desacuerdo con la explicación de la CCI sobre su existencia
En pocas palabras, para desarrollar la discusión de la forma más amplia y rigurosa posible, puesto que incumbe al conjunto del movimiento obrero».
RQ, de España, subraya la responsabilidad general de los elementos políticos del campo proletario:
«El Medio Político Proletario debe asumir su responsabilidad. El desarrollo de los acontecimientos con la irrupción en la crisis del BIPR, reconociendo que mantiene y mantendrá la colaboración con la FICCI; la intervención de última hora de un turbio Círculo de Comunistas Internacionalistas en Argentina y el silencio de otras organizaciones que deberían haberse pronunciado contra la conducta de los elementos de la FICCI, pues ninguna organización proletaria que esté viva se encuentra a salvo de ellos, da la impresión que unos por acción y otros por omisión se haya organizado, en mi opinión, un especie de complot contra una organización revolucionaria como es la CCI».
IO de América nos pregunta: «tengo que preguntarme porqué prestáis tanta atención a la FICCI (...) Supongo que hablar sobre ellos es útil quizás como lección del parasitismo en acción, de otra forma, ¿No tendríamos que ignorarlos mayormente?» Si hemos dedicado tanto tiempo y esfuerzo en nuestro combate público contra la pérfida alianza del parasitismo y el oportunismo, representados por la FICCI y el BIPR, es porque –independientemente de las fuerzas en juego- estamos combatiendo para defender los principio de acción y organización en los que tiene que basarse un día el partido de la clase obrera. Estamos firmemente convencidos de que si no defendemos esos principios ahora, después fallaremos en nuestras tareas y estaremos comprometiendo el futuro desarrollo de todas las organizaciones revolucionarias.
La pasión y la convicción con la que nuestros contactos han entrado al combate en defensa de los principios proletarios, es suficiente para reconfortar las entretelas de cualquier corazón revolucionario. Prueba que la insistencia de la CCI de que los principios de comportamiento son una necesidad política no es una voz perdida en el desierto de la conveniencia, el cinismo y el oportunismo. Este simple acto de solidaridad es aún más importante puesto que la CCI ha recibido recientemente amenazas, por ejemplo de UHP-Arde[1], y otras anónimas.
Consciente de la gravedad de los hechos recientes, RQ (España) los vio inicialmente como un paso atrás para la clase obrera. Después de una mayor reflexión sin embargo, dice: «...creo que la CCI y el proletariado no afronta un retroceso, sino que por el contrario se trata de un avance por el método con el que se ha confrontado, que es el método del marxismo y por ende el de las organizaciones revolucionarias que consiste, como ya sucedió en la Primera Internacional contra los bakuninistas, en sacar a la luz del día ante los militantes y frente al proletariado entero el problema o la crisis con toda su aspereza, discutir e ir a sus raíces sin ninguna restricción».
Esta, como las otras cartas, muestra la indomable determinación de comprender y avanzar, por dura que pueda ser la batalla, este es el sello distintivo del proletariado como clase revolucionaria. Los simpatizantes reconocen que la lucha por el comunismo es más profunda y global que la búsqueda de una lista de posiciones correctas. El método marxista significa un cuestionamiento de cada aspecto de esta sociedad descompuesta y sólo él puede dar vida a reflexiones, cuestionamientos y la búsqueda de la verdad sin tapujos. Este es el guante que han recogido los redactores de estas cartas.
Dejamos la última palabra a los participantes de la reunión pública de la CCI en Alemania, que expresan un sentimiento que encierra la impagable solidaridad que nos han mostrado nuestros simpatizantes:
«!No os rindáis, apoyamos vuestra lucha!».
1. En un artículo de Internet titulado “la ciencia y arte del zoquete”, UHP-Arde acusa a la CCI de defender la política de la burguesía, nos llama imbéciles y concluye con estas palabras: «Contra las campañas de la burguesía para falsificar y reprimir nuestra lucha, y muerte a los imbéciles.
El FSE ha tenido una amplitud considerable. Unos 40.000 participantes, según los organizadores, llegados de todos los países de Europa, desde Portugal hasta los países de Europa central; un programa de casi 600 seminarios y talleres en locales de lo más variado (teatros, ayuntamientos, prestigiosos edificios del estado) repartidos en cuatro lugares en torno de París; y para concluir, una gran manifestación con 60 a 100.000 personas por las calles de París, con los impenitentes estalinistas de Rifondazione comunista de Italia delante y los anarquistas de la CNT atrás. Con menos cartel en los media, hubo otros dos "foros europeos" en el mismo período: uno para los diputados y otro para los sindicalistas europeos. Y por si tres "foros" no fueran suficiente, los anarquistas organizaron un "Foro Social Libertario" en las afueras de París, simultáneo con el FSE y presentado abiertamente como "alternativa" a éste.
"Otro mundo es posible". Este era uno de los grandes lemas del FSE. No cabe ninguna duda de que muchos de los manifestantes del 15 de noviembre, especialmente quizás entre los jóvenes que empiezan a politizarse, existe una verdadera y acuciante necesidad de luchar contra el capitalismo y por "otro mundo" diferente del mundo en que vivimos con su miseria sin fin y sus guerras tan horribles como interminables. Sin duda, algunos se habrán sentido inspirados por esa gran reunión unitaria. El problema es saber no solo que "otro mundo es posible" -y necesario-sino también, y sobre todo, de qué otro mundo se trata y cómo se logrará edificarlo.
¿El FSE da una respuesta seria a estas preguntas? Cuando se miran de cerca las ideas que propaga, nos damos cuenta que, primero, de nuevas no tienen nada y, segundo, de "anticapitalistas" menos todavía.
"El mundo no está en venta", tal ha sido uno de los eslóganes más repetidos en el FSE. Eslogan que se ha concretado con “la salud no está en venta” o “la educación no está en venta”...
Pero cuando uno se pone a mirar de cerca la realidad que hay detrás de esos lemas, pronto empieza a olerse la trampa. Para empezar, la propuesta no es acabar con la venta del mundo, sino solo de "limitarla": "Sacar los servicios sociales de la lógica mercantil". ¿Y qué quiere decir eso en concreto? Sabemos perfectamente que mientras exista el capitalismo, habrá que pagarlo todo, incluso los servicios como la salud y la educación. Esas partes de la vida social que los "altermundialistas" pretenden "sacar de la lógica mercantil" son de hecho parte del salario social del obrero, gestionado en general por el estado. El nivel de salario del obrero, la proporción de la producción que le corresponde a la clase obrera no solo no se puede "sustraer" de la lógica mercantil, sino que es el meollo mismo del problema del mercado y de la explotación capitalista. El capital pagará siempre su mano de obra lo menos posible, o sea, lo que es necesario para reproducir la fuerza de trabajo más la próxima generación de obreros. Ahora que el mundo se hunde en una crisis cada día más profunda, cada capital nacional necesita menos brazos, y a los que necesita debe pagarles menos, si no quiere ser eliminado por sus competidores en el mercado mundial. En tal situación, solo gracias a su propia lucha podrá la clase obrera resistir a las reducciones de salario -por muy "social" que este sea- y ni mucho menos haciendo llamadas al estado capitalista para que "sustraiga" los salarios de las leyes del mercado, de lo cual sería totalmente incapaz, incluso si, por no se sabe qué locura, le dieran ganas de hacerlo. (...)
"¡Comercio equitativo, no al librecambio!", ése es otro gran tema del FSE, con el decorado de pequeños campesinos franceses y sus productos "naturales". Y, en efecto, ¿quién no va a conmoverse con la esperanza de ver a los campesinos y artesanos del Tercer Mundo vivir decentemente del fruto de su trabajo? ¿Quién no va a querer parar de una vez la apisonadora del agrobusiness que expulsa a los campesino de sus tierras para que se amontonen por millones en villas miseria de México o Calcuta?
Para empezar, el movimiento del "comercio equitativo" no es nada nuevo. Las asociaciones de las llamadas obras de caridad (como la inglesa Oxfam, presente, claro está, en el FSE) practican el "comercio equitativo" vendiendo artesanía en sus tiendas de beneficencia desde hace más de 40 años, lo cual no ha impedido que se hundan en la miseria millones de seres humanos en África, Asia, Latinoamérica...
Además, esa consigna en boca de los altermundialistas es doblemente hipócrita. José Bové, por ejemplo, presidente del sindicato francés Confederación Campesina, podrá hacer de superestrella de la altermundialización echando pestes contra el agrobusiness y el malvado MacDonald. Eso no impide a los militantes de ese sindicato manifestarse para exigir que se mantengan las subvenciones de la Política agrícola común europea. La PAC, al bajar artificialmente los precios de los productos franceses, es precisamente uno de los medios principales que mantienen la desigualdad en el comercio en perjuicio de esos campesinos del Tercer Mundo a los que supuestamente se quiere favorecer. Ahí Bové no tiene nada de original, está haciendo lo mismo que los sindicalistas que se manifestaron en 1998 en Seattle durante la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC), para los cuales "comercio equitativo" significaba imponer aranceles a la importación de acero "extranjero" producido más barato por obreros de otros países. El comercio equitativo es, en definitiva y por muy buenas intenciones que se le eche, otra forma de guerra comercial (...)
El hilo que uno todos esos temas es éste: contra los "neoliberales" de las grandes empresas "transnacionales" (las malvadas "multinacionales" denunciadas en los años 70), se nos propone que tengamos confianza en el estado, más todavía, que lo fortalezcamos. Los "altermundialistas" pretenden que serían las empresas las que habrían "confiscado" el poder de un estado "democrático" para imponer su ley "mercantil" al mundo, de modo que el objetivo de la "resistencia ciudadana" debe ser recuperar el poder del estado y de los "servicios públicos".
¡Menudo embuste! La realidad muestra que la intervención del Estado en la economía –y no digamos en toda la vida social- es cada vez mayor, incluido en Estados Unidos, considerados la tierra de promisión del “liberalismo”. Es el estado el que regula los intercambios mundiales, fijando los tipos de interés, barreras aduaneras, etc. Ya es por sí solo un actor ineludible de la economía nacional, con un gasto público que alcanza el 30-50% del PIB según los países, y con déficit presupuestarios cada vez mayores. Cuando los obreros se empeñan de verdad en defender sus condiciones de vida ¿con quién se topan primero en su camino si no es con las policías del estado? Exigir, como hacen los altermundialistas, el fortalecimiento del estado para protegernos de los capitalistas es una patraña monumental: el estado burgués está para defender a la burguesía contra los obreros, y no lo contrario. (...)
¡Quien paga se aprovecha! Ha sido toda la burguesía francesa, de derechas como de izquierdas, la que ha financiado con liberalidad el FSE, la que le ha prestado sus locales. Y será toda la burguesía, de derechas como de izquierdas, la que piensa sacar tajada del éxito innegable del FSE, sobre todo en dos planos:
Primero, el FSE ha sido un medio para la izquierda del aparato político estatal de mudarse de piel, tras el desprestigio debido a los años en el gobierno arreando golpe tras golpe a las condiciones de vida de la clase obrera y asumiendo la responsabilidad de la política imperialista del capitalismo francés. (...) Toda la burguesía está interesada en que el frente social no esté desguarnecido y que las luchas obreras, y más generalmente que la aversión y los cuestionamientos que provoca la sociedad capitalista sean desviados hacia las viejas recetas reformistas cerrando el camino hacia una conciencia de la necesidad de derrocarla y acabar con las calamidades que genera.
Segundo, la burguesía francesa entera tiene el mayor interés en que se extienda y se refuerce el ambiente netamente antiamericano del FSE. Las destrucciones de las dos guerras mundiales, las terribles pérdidas humanas y además, y sobre todo, el resurgir de la lucha de clases y el fin de la contrarrevolución después de 1968, todo ello ha contribuido a desprestigiar el nacionalismo que la burguesía utilizó para meter a la población en la escabechina de 1.914 y, después, la de 1.939. Ahora que, aun no existiendo un "bloque europeo" y menos todavía una "nación europea" en los que enraizar un patriotismo "europeo" belicoso, las burguesías de algunos países europeos, especialmente la francesa y la alemana, tienen el mayor interés en jalear el sentimiento antiamericanocon el fin de presentar la defensa de sus propios intereses imperialistas contra el imperialismo americano como si fuera la defensa de una visión del mundo "diferente", incluso "altermundialista" si cabe. (...)
La gente del marketing moderno ya no intenta vendernos directamente los productos, sino que usan un método más sutil y eficaz: venden "una visión del mundo" a la que adosan los productos que la simbolizarían. Los organizadores del FSE han hecho exactamente igual: nos proponen una "visión del mundo" irreal, en la que el capitalismo ya no sería el capitalismo, en la que las naciones ya no serían imperialistas, en donde se puede conseguir "otro mundo" sin hacer ninguna revolución internacional comunista. Y en nombre de esa "visión" nos quieren vender una serie de viejos productos adulterados que son los partidos pretendidamente "socialistas" y "comunistas", disfrazados para la ocasión en "redes ciudadanas".
Teniendo en cuenta que ha sido la burguesía francesa la que, en esta ocasión, ha entregado los fondos, es lógico que sean sus partidos políticos los que saquen la primera tajada del FSE. No hay que creer, sin embargo, que el tinglado lo ha montado la burguesía francesa sola, ni mucho menos. De hecho, ese esfuerzo por dar nuevo prestigio a su ala izquierda, mediante los "foros sociales" favorece ampliamente a toda la burguesía mundial.
El "Foro social libertario" se presentaba deliberadamente como alternativa al Foro más "oficial" organizado por los grandes partidos burgueses. Podemos preguntarnos hasta qué punto la oposición entre ambos foros era real: al menos uno de los grupos principales que organizaron el FSL (Alternative Libertaire) participó también activamente en el FSE, y además la manifestación organizada por el FSL se unió, tras un corto recorrido "independiente", a la del foro mayor, el FSE. (...)
Empecemos por el "debate" sobre los "espacios autogestionados" (squatts -okupas-, comunas, redes de intercambio de servicios, cafés "alternativos", etc.). Si ponemos "debate" entre comillas, es porque los animadores hicieron todo lo que estuvo en su mano para limitarlo a unas cuantas reseñas descriptivas de sus "espacios" respectivos, evitando toda evaluación crítica, incluso las procedentes del campo anarquista. Nos dimos pronto cuenta que eso de la "autogestión" es algo muy relativo: un participante inglés explicó que tuvieron que comprar su "espacio liberado"... por la bonita cantidad de 350.000 libras (unos 500.000 euros). (...)
Otra característica del anarquismo, muy clara en todos los debates del FSL, es su visión profundamente elitista y educacionista. El anarquismo ni se imagina que "otro mundo" pudiera surgir de las entrañas mismas de las contradicciones del mundo actual. El paso del mundo actual al del futuro solo podrá pues hacerse mediante "el ejemplo" dado por los "espacios autogestionados", mediante una acción educativa sobre los quebrantos del "productivismo" actual. Pero, como lo decía ya Marx hace más de un siglo, si una nueva sociedad debe aparecer gracias a la educación del pueblo, lo que se plantea es saber quién va a educar a los educadores. Pues quienes se pretenden educadores están también ellos formados en y por la sociedad en la que vivimos, y sus ideas de "otro mundo" permanecen en realidad sólidamente amarradas al mundo actual.
En resumidas cuentas, ni el FSE ni su “alternativa radical”, el FSL, no ofrecieron ninguna alternativa válida para luchar contra este mundo de miseria y guerra sino que nos plantearon viejas ideas que ya revelaron hace mucho tiempo su inadecuación cuando no su carácter claramente contrarrevolucionario.
Es totalmente inevitable, en el capitalismo como en toda sociedad de clases, que las ideas dominantes de la sociedad sean las de la clase dominante. Si es posible comprender la necesidad y la posibilidad material de una revolución comunista, solo es porque en la sociedad capitalista existe una clase social que encarna ese porvenir revolucionario: la clase obrera. En cambio, si intentamos simplemente "imaginar" lo que podría ser una sociedad "mejor", basándonos en nuestros deseos e imaginaciones actuales tal como se han formado en y por la sociedad capitalista (y con el modelo de nuestros "educadores" anarquistas), lo único que podemos hacer es "reinventar" el mundo capitalista actual, cayendo ya sea en el sueño reaccionario del pequeño productor que no ve más allá de su "espacio autogestionado", ya sea en el “Gran Hermano” de un Estado “benefactor” mundial que “protege” a sus habitantes.
Para el marxismo, al contrario, se trata de descubrir en el seno mismo del mundo capitalista de hoy las premisas del mundo nuevo que la revolución comunista debe hacer surgir. Como lo decía el Manifiesto Comunista en 1848: "Las tesis de los comunistas no se basan ni mucho menos en ideas, principios inventados o descubiertos por este o aquel reformador del mundo. Solo son la expresión general de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está realizando ante nosotros".
Podemos distinguir tres elementos importantes, íntimamente relacionados en ese "movimiento histórico que se está realizando ante nosotros".
El primero es la transformación, ya realizada por el capitalismo del proceso productivo de toda la especie humana. El menor objeto de uso cotidiano ya no es obra de un artesano que se basta a sí mismo o de una producción local, sino del trabajo común de miles, cuando no de decenas de miles de mujeres y hombres que participan en una red que cubre el planeta entero. Librada por la revolución comunista mundial de las trabas que le imponen las relaciones capitalistas mercantiles de producción y apropiación privada de sus frutos, esa destrucción de todos los particularismos locales, regionales y nacionales, será la base para la constitución de una sola sociedad comunista humana a escala planetaria. (...)
El segundo factor de primera importancia, indisociable del anterior, es la existencia en el seno de la sociedad capitalista de una clase que encarna, y que expresa en el grado más alto, esa realidad del proceso productivo unificado e internacional. Esa clase es el proletariado internacional. El obrero, sea siderúrgico norteamericano, desempleado inglés, empleado de banca francés, mecánico alemán, programador indio o albañil chino, todos ellos tienen algo en común: estar explotados cada día más duramente por la clase capitalista y no poder quitarse de encima esa explotación si no es derribando el orden capitalista mismo. (...)
El tercer factor que vamos a exponer aquí lo describe bien la estadística: en todas las sociedades de clase que precedieron al capitalismo, el 95% de la población, más o menos, trabajaba la tierra y el excedente en alimentos que producía bastaba lo justo para alimentar al 5% restante (señores y religiosos, pero también artesanos, mercaderes, etc.). Hoy, esa proporción es la contraria. Y, en los países más desarrollados, una parte cada vez más baja de la población está directamente involucrada en la producción de los bienes materiales. Es decir que, potencialmente, a nivel de las capacidades físicas del proceso productivo, la humanidad ha alcanzado un estadio de abundancia prácticamente sin límites.
Ya ahora en el capitalismo, las capacidades productivas de la especie humana han creado una situación cualitativamente nueva en relación con toda la historia precedente: mientras que, antaño, la penuria que sufría la mayor parte de la población, por no hablar de los períodos de hambrunas, se debía sobre todo a los límites naturales de la producción (nivel bajo de la productividad de los suelos, malas cosechas, etc.), en el capitalismo, en cambio, la única causa de la penuria son las propias relaciones de producción capitalista. La crisis que echa a los obreros a la calle no es causada por la insuficiencia de producción, sino que es, al contrario, el resultado directo de que lo producido no puede ser vendido. (...)
Los comunistas no son unos utopistas... En ese sentido, el slogan de los altermundialistas "otro mundo es posible" (incluso "otros mundos son posibles") no es más que pura mistificación. Solo hay otro mundo posible: el comunismo.
Sin embargo, el nacimiento de ese nuevo mundo no es, ni mucho menos, algo indudable. En eso, el capitalismo es como las otras sociedades de clase que lo precedieron, en donde: "Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, maestros y oficiales, en suma, opresores y oprimidos siempre estuvieron opuestos entre sí, librando una lucha ininterrumpida, ora oculta, ora desembozada, una lucha que en todos los casos concluyó con una transformación revolucionaria de toda la sociedad o por la destrucción de las clases beligerantes" (Manifiesto Comunista). Así pues, la revolución comunista, por muy necesaria que sea, no por ello es irrevocable. El paso del capitalismo a un mundo nuevo no podrá evitar la violencia de la revolución proletaria, partera inevitable. La alternativa, en las condiciones actuales de la descomposición avanzada de la sociedad actual, sería no solo la destrucción de las dos clases en lucha, sino la de la humanidad entera. De ahí la inmensa responsabilidad que pesa sobre los hombros de la clase revolucionaria mundial.
Ante la situación actual, el desarrollo de la capacidad revolucionaria del proletariado podrá parecer un sueño tan lejano que grande es la tentación de ponerse a "hacer algo ya", aunque sea junto a esos viejos canallas socialistas y estalinistas, o sea junto al ala izquierda del aparato estatal de la burguesía. Para las minorías revolucionarias, el reformismo no es un mal menor, "a falta de algo mejor", sino la componenda mortal con el enemigo de clase. El camino hacia la revolución que podrá crear "otro mundo" será largo y difícil, pero es el único que existe.
Corriente Comunista Internacional
Las espeluznantes escenas que hemos visto en Estados Unidos lo han dejado más claro que nunca. Aquí ya no sirven las manidas y vagas “explicaciones” del subdesarrollo y la pobreza debida a la “globalización”. Esta catástrofe, cuya magnitud en muertos y estragos ocasionados es aún incalculable, ha ocurrido en el país más rico y más poderoso de la Tierra. Se demuestra con ello que el orden social actual, pese a todos sus recursos materiales y tecnológicos, no lleva a la humanidad más que a la ruina.
Punto por punto, el desastre desencadenado por el huracán Katrina supone una imputación de culpabilidad del capitalismo y de la sociedad dividida en clases.
ðPor los orígenes mismos del desastre. La catástrofe que prácticamente ha arrasado la ciudad de Nueva Orleáns - un exponente incomparable de lo mejor de la cultura americana -, estaba anunciada desde hace ya mucho tiempo. Un estudio medioambiental que se realizó sobre la destrucción de los pantanos que rodean a Nueva Orleans, y que podrían haberla protegido de las inundaciones que la han anegado, concluía que esta ciudad podría ser devastada por un huracán “normal”, no digamos pues de uno de “fuerza cinco”. En el año 2003, el gobierno norteamericano dio marcha atrás en su política de “protección” de los humedales, abriendo en cambio la puerta a un desarrollo masivo y frenético del negocio de la construcción. Se había alertado también del estado deplorable en que se encontraban los diques que protegían a la ciudad. También se hicieron estudios sobre esto pero, una vez más, el Estado tenía otras prioridades. Como informó un periódico de Nueva Orleáns, el Times Picayune, el 2 de Septiembre: «Este segundo estudio tardó cuatro años en completarse y costó 4 millones de dólares. Asimismo indicó que se propuso una inversión de 300 mil $ del presupuesto federal para el año fiscal 2005, y que el estado (Luisiana) se comprometió a aportar una cifra similar. Pero el coste de la guerra de Irak obligó a la administración Bush a ordenar a la oficina del distrito de Nueva Orleáns que no se pusiese en marcha ningún nuevo estudio, y el presupuesto de 2005 tampoco incluyó la asignación necesaria».
Y esto sin entrar en la cuestión del calentamiento global de la Tierra. Está más que demostrada la relación que existe entre la elevación de la temperatura de los océanos – resultante de la imperiosa necesidad capitalista de un desbocado “crecimiento económico” -, y la creciente alteración climática que sufre el conjunto del planeta. El gobierno norteamericano se niega incluso a reconocer que este problema siquiera existe, no digamos pues de tomar medidas para hacerle frente.
ðPor el fiasco de la “evacuación” antes del huracán. Se ha puesto de manifiesto la completa falta de planificación y la ausencia de recursos con los que atender a los sectores más pobres y más vulnerables de la sociedad. Todo lo que, tanto las autoridades locales como las nacionales, hicieron frente al huracán que se avecinaba fue decirle a la gente que escapara como pudiera. No se ofreció solución alguna a los pobres de Nueva Orleáns y del resto de la zona, que no podían salir de la ciudad al carecer de suficientes vehículos o del dinero necesario para un billete de tren o de autobús. Más aún: los hospitales y los asilos de ancianos quedaron abandonados a su suerte. Las imágenes de pacientes ancianos muriendo a la intemperie, rodeados de gente que apenas podían socorrerlos, han sido de las más desgarradoras de la catástrofe. Este es el precio de ser viejo y pobre en el siglo XXI.
ðPor la pantomima de “rescate” tras el huracán. Quienes quedaron abandonados en la ciudad han sufrido, día tras día, condiciones verdaderamente infernales en las calles, entre los escombros, en el Superdome donde se les dijo que encontrarían refugio; sin alimentos, sin agua, sin poder protegerse de un calor asfixiante, careciendo de asistencia sanitaria y medicamentos básicos. Mientras tanto las “superpoderosas autoridades” norteamericanas decían que eran incapaces de llegar a ellos ni por tierra, ni por mar,... La propia administración ha calificado de “inaceptable” este retraso pero sin dar más explicaciones. Una vez más se ha visto que la pertenencia a una u otra clase social es determinante para la supervivencia. Comparemos si no, las condiciones que sufrían los refugiados hacinados en el Superdome, y las del grupo de privilegiados hospedado en el Hotel Hyatt: «Gordon Russell, del Times Picayune, ha subrayado que estas infernales condiciones (se refiere a las del Superdome), “contrastan mucho con las de quienes estaban en zona de acceso restringido en Nueva Orleans Centre y en el Hotel Hyatt, donde los que podían acceder a ella disfrutaban de un relativo confort”. Un destacamento de la policía del estado, armada con fusiles de asalto, ahuyentaba de la entrada de estas instalaciones a muchedumbres de refugiados carentes de alojamiento». Y cuando se empezó la evacuación, estos mismos policías se encargaron de que tales VIP’s tuvieran preferencia sobre el resto de supervivientes. Resulta, además, que muchos de ellos eran altos cargos del Ayuntamiento presidido por Ray Nagin.
No se vio en cambio esa misma generosidad cuando llegó la hora de evacuar el Superdome. Según la web World Socialist: «Mientras Bush hacía su “tournée”, el numero de fallecidos en Nueva Orleáns continuaba aumentando. La evacuación en masa del Superdome de Luisiana, el mayor refugio de emergencia de los desplazados, empezó tras la llegada de un gran convoy de la Guardia Nacional que escoltaba camiones con alimentos, agua y cientos de autobuses. Pero esos autobuses dejaban a los refugiados sólo unas pocas millas más lejos, en un nudo de pasos elevados de la autopista interestatal 10, donde se hacinaban miles de personas sin techo y bajo un sol abrasador. Se ha informado de la muerte de al menos seis refugiados en ese nudo de la autopista» (03.09.2005).
ðPor las futuras consecuencias económicas y ecológicas de este desastre. Ahora se habla mucho de la “reconstrucción” de esta región (con una superficie equivalente a la mitad de España, y una de las zonas más pobres de Estados Unidos), pero los USA se adentraban, ya antes incluso del huracán, en una crisis económica abierta, y esta catástrofe anuncia un mayor empeoramiento de esa perspectiva. Basta ver el alza de los precios del petróleo resultante del impacto del huracán sobre el suministro de crudo, y los estragos causados tanto en las infraestructuras de producción (destrucción de 30 plataformas petrolíferas, desamarre de 20 más de ellas), como sobre la red de refinerías. Esta situación ha reportado sin embargo fulgurantes ganancias a las compañías petrolíferas cuya cotización se disparó desde el día siguiente al huracán. Pero los efectos a más largo plazo de esta alza de los precios del petróleo sobre el conjunto de la economía mundial, son algo que preocupa ya a los propios expertos económicos de la burguesía.
El huracán Katrina conlleva también futuras amenazas a la ecología. Toda esa zona costera ya era conocida antes incluso del ciclón como “la aliada del cáncer”, debido a la elevada concentración de industrias químicas y de refinerías. A esto hay que añadir ahora los efectos del huracán que puede hacer que zonas enteras de Nueva Orleáns y alrededores queden inhabitables. Los analistas comentan la presencia de un “brebaje infecto” de residuos tóxicos arrastrados por la inundación, que incrementa notablemente el riesgo de enfermedades para los supervivientes atrapados en la región.
ðPor desviar recursos sociales hacia la guerra. Las víctimas se preguntan una y otra vez: si Estados Unidos pueden enviar tropas a miles de millas de allí ¿por qué no pueden enviarlas para socorrer a otros norteamericanos? La prioridad que se otorga a la guerra por encima de la protección de la vida de las personas, se pone de manifiesto en el hecho de que los fondos destinados a la aventura en Irak se detrajeron del presupuesto necesario para mejorar la protección de Nueva Orleáns, y que muchos recursos humanos y de equipamiento de la Guardia Nacional también fueron desviados hacia Irak, lo que explica, en parte, la lentitud de las operaciones de rescate.
ðPor anteponer la propiedad privada a la vida. Y ¿cuántas de las tropas disponibles fueron enviadas para restaurar “la ley y el orden” en lugar de proporcionar ayuda a los que la necesitaban? Las fuerzas de represión llegaron desde luego mucho antes que las de socorro. Llegaron además acompañadas de una enorme campaña propagandística sobre los saqueos, los tiroteos y las violaciones. Es cierto que bandas criminales trataron de aprovecharse de la situación. Tampoco puede negarse que la desesperación ha podido empujar a algunos a cometer actos irracionales y destructivos. Pero el cinismo de la clase dominante se ha superado a sí mismo con esta terrible campaña mediática que busca desviar las miradas del absoluto fracaso del Estado, centrando en cambio la atención en los desesperados intentos por sobrevivir en las ruinas de Nueva Orleáns. Ahora resulta que son las víctimas quienes tienen la culpa de sus propios sufrimientos. Así la clase dominante encuentra la coartada adecuada para dedicarse a “cercar” Nueva Orleáns y posponer las operaciones de rescate; para enviar fusiles, vehículos artillados y tropas, en vez de alimentos y agua.
La verdad es que la mayoría de los “saqueadores” eran en realidad personas normales y corrientes, que trataban de evitar morir de hambre y de absoluta miseria cogiendo lo que podían de almacenes abandonados, y que, en muchos casos, compartían desinteresadamente lo que conseguían. Páginas web que han recogido testimonios de gentes en el lugar de la tragedia relatan innumerables actos de una elemental solidaridad humana, por parte de quienes habiéndolo perdido todo, ayudaron sin embargo a aquellos ancianos, enfermos, o heridos, que estaban aún peor que ellos. Y si el impacto de la catástrofe hacía cundir el caos, hemos visto también auténticos esfuerzos de la gente intentando organizar improvisadamente la ayuda en el escenario mismo de desastre. En la TV se han visto imágenes de “saqueadores” repartiendo comida. Un grupo de médicos que asistían a una conferencia sobre SIDA organizó una clínica en una de las áreas afectadas. En los hospitales los trabajadores sanitarios han tratado de mantener la asistencia en unas condiciones verdaderamente terribles. Se ha podido comprobar, una vez más, que mientras la clase dominante sólo “ofrece” represión y vulgares patrañas; los trabajadores y los desposeídos han sido quienes han antepuesto la solidaridad con quienes sufrían, a su propia seguridad.
El problema no es sólo Bush
Tanto dentro como fuera de Norteamérica se han cargado las tintas sobre la responsabilidad de Bush y sus compinches, por sus discursos rezumantes de ineptitud, sus gestos vacuos, su lenta y tardía respuesta ante el desastre. La nueva crisis supone, desde luego, un contratiempo más para una Administración que ya se encontraba en sus cotas más bajas de popularidad. Pero quedarse en una especie de “anti-Bushismo” supone una visión totalmente superficial y puede ser recuperada tanto por otros partidos políticos en Estados Unidos, como por los rivales imperialistas de éstos. Los desmanes de los actuales gerifaltes de la Casa Blanca – su incompetencia y su corrupción, su irracionalidad y su crueldad – son sólo un pálido reflejo de la realidad de fondo del capitalismo norteamericano en su conjunto: una superpotencia en declive que preside un “orden mundial” que se enfanga cada vez más en el caos. Y esta situación expresa, a su vez, la fase terminal de la decadencia del capitalismo como sistema social imperante en el planeta. Vivimos bajo un modo de producción cuya continuidad amenaza la supervivencia del género humano. Por mucho que se critique a Bush, lo cierto es que el resto de la clase dominante tampoco tiene ninguna alternativa al ciego curso a la destrucción plagado de guerras, hambrunas y desastres ecológicos. La humanidad no puede depositar sus esperanzas en ninguna fracción de la clase explotadora, sino en la clase explotada, el proletariado, que constituye siempre la primera víctima de las guerras y los desastres ocasionados por este sistema. Nuestra solidaridad, nuestra indignación, nuestra resistencia colectiva, nuestros esfuerzos por tomar conciencia de la verdadera naturaleza de este sistema, representan las semillas de una sociedad en la que el trabajo, la ciencia y la creatividad humana ya no estén al servicio de la guerra y los beneficios, sino de la vida y el pleno disfrute de ella.
World Revolution, sección de la Corriente Comunista Internacional en Gran Bretaña (03.09.2005).
Publicamos a continuación una contribución que nos ha enviado un lector, justamente indignado ante la publicación por parte de Celia Hart, una intelectual cubana-trotskysta-bolivariana, de un artículo titulado “El socialismo: ese único mundo mejor” que ha aparecido en la página web, www.alencontre.org [23],como balance de un Encuentro de Intelectuales celebrado en Caracas a finales del pasado año, apadrinado por el mismísimo Chaves.
Compartimos plenamente la denuncia que hace nuestro lector de la campaña propagandística de lo que se está empezando a acuñar como la “nueva izquierda latinoamericana” y que consiste en encumbrar a personajes y regímenes tan siniestros como el del propio Chaves o los Lula, Castro, Kirchner en Argentina, Tabaré en el primer gobierno de “izquierdas” de la historia de Uruguay.
Estos señores son presentados como “defensores de los más necesitados”, “baluartes contra el imperialismo,...”, etc, cuando en realidad no son más que los representantes de la defensa del interés nacional de las burguesías de esos países en su concurrencia contra los demás capitales nacionales, y sobre todo contra la clase obrera de su propio país (véase sino las medidas contra los trabajadores estatales y los jubilados del prototipo del gobierno “izquierdista”, el de Lula en Brasil).
Lo aparentemente novedoso de esta ideología de la “nueva izquierda latinoamericana” es que reivindica las mismas medidas de capitalismo de Estado que antes de la caída de los regímenes stalinistas nos quisieron presentar como “socialismo real”, pero que para “desmarcarse” del discurso clásico del estalinismo de los años 60-70, invoca nada menos que a Trotsky (asesinado por stalinistas), a Rosa Luxemburgo (asesinada por el PS alemán, y vilipendiada luego en su memoria por el régimen capitalista de Estado de la Alemania Oriental), o a Engels (traicionado por los que nos dijeron que los regímenes estalinistas eran “comunistas”, “el marxismo llevado a la práctica” y demás mentiras),... Es decir, las víctimas (Rosa Luxemburgo, Trotski) son humilladas doblemente al dar a entender que estarían de acuerdo con sus verdugos estalinistas o socialdemócratas.
¡En eso y nada más que en eso reside la “novedad” o la “aportación” de la “nueva izquierda latinoamericana” bolivariana y “progresista”: nuevos trajes para las mentiras de siempre.
Ante el surgimiento de nuevos elementos proletarios que reflexionan y luchan por una alternativa al capitalismo, reivindicar la continuidad histórica del movimiento obrero, la concatenación de eslabones de una generación de revolucionarios con las siguientes en lucha, precisamente, contra quienes traicionaron a la clase obrera, es una necesidad vital. Por ello es igualmente necesaria la denuncia de quienes tratan de tergiversar esa tradición revolucionaria, amalgamando criminalmente a las víctimas de la traición con sus verdugos.
Acción Proletaria (Corriente Comunista Internacional).
No me sorprende en absoluto que este artículo [1]sea considerado muy, muy, muy bueno. De hecho está en línea con la bazofia propagandística al uso. Conecta directamente con todas las campañas que con cierto éxito, la burguesía inocula en miles de jóvenes y no tan jóvenes que hoy cuestionan este “estado de cosas” y se esfuerzan, buscan y no encuentran fácilmente, una respuesta coherente, una comprensión de la caótica y extremadamente compleja situación que esta fase de descomposición del sistema capitalista nos muestra con crudeza día tras día.
La burguesía ha tratado y sigue tratando de identificar al estalinismo, al maoísmo, al trotskismo, al castrismo, y muchos otros “ismos” como los “salvadores”, los artífices de la “liberación” del proletariado. Es un frente más que tiene abierto y que conecta con otros, como son la pléyade o abanico de banderines de enganche para “luchar” por un “mundo mejor”; y ahí tenemos ONG’s, ecologistas, okupas, feministas, antiglobalizadores, movimientos gay’s/ lesbianas, carril-bicis, pacifistas, “papeles-para-todos”, independentistas, defensores de consumidores alternativos y unos cientos más.
No es nueva la práctica de utilizar a auténticos marxistas como avalistas de las más nefastas políticas contrarrevolucionarias y antiobreras. En nombre del “marxismo” se ha asesinado, torturado, calumniado, proscrito, perseguido a miles de revolucionarios (entre otros, a algunos que este artículo nombra, como Rosa Luxemburgo y Trotsky). El estalinismo invocó la “defensa de la patria socialista” para llevar a millones de seres humanos a la muerte, a campos de trabajo, al hambre, a humillaciones.
Hacer referencia a frases de Engels o Rosa Luxemburgo en absoluto hace a nadie revolucionario.
La Sra. Celia Hart, aunque ponga en su pluma frases de auténticos revolucionarios, en el conjunto de su escrito destapa su verdadera condición de contrarrevolucionaria y antiobrera, defensora de la ideología burguesa y además de su ala más chabacana y chusquera. Celia Hart nos hace un panegírico de personajes de la talla “ética”[2] como Hugo Chávez o Fidel Castro.
La verdad es que cada párrafo merece un comentario, lo que haría mi escrito aún más largo que el de esta cubana-trotskista-bolivariana. Pero adentrémonos un tanto en ese batiburrillo de incoherencias y estupideces que vierte sin cesar la Sra. Hart.
Las burguesías americanas (hay que decir criollos y nunca indígenas, mulatos, mestizos o negros, excepto en Haití) se sintieron con la fuerza y las ayudas externas suficientes (Inglaterra principalmente) para independizarse de la metrópolis española, muy debilitada desde la Guerra de Independencia y posteriores acontecimientos externos e internos (Tratado de Viena y el pronunciamiento de Riego). Pues bien, Celia Hart no ha tenido reparos en bautizar como “socialistas” a los Bolívar, San Martín y otros fundadores de las Patrias Americanas del siglo XIX. A finales del siglo XVIII, el general Washington, en el Norte, hizo lo mismo y no sé por qué, esta Sra. no lo menciona. Por cierto, a modo de “anécdota” y para saber del talante de quienes estamos hablando, hay que decir que Francisco de Miranda, iniciador del proceso independentista americano fue entregado a las tropas españolistas por Simón Bolivar cuando éste todavía era un joven aspirante a “Libertador”.
El demagogo Hugo Chávez levanta la bandera de la revolución bolivariana y accede al poder mediante unas elecciones con una fraseología populista y tras haberlo intentado, años antes, con un golpe militar frustrado. Presentar a tal personaje como alguien remotamente próximo al socialismo, a la clase obrera, a la tradición revolucionaria es, como mínimo, un insulto a la razón.
Venezuela es un país que vive una pobreza y una violencia crónicas, con una industria de extracción petrolífera importante, pero que, como el resto de Latinoamérica, está condenado a ser un país periférico y con una inestabilidad económica alarmante, como puede ser el caso de México, Brasil, Argentina, etc.
Las campañas de intoxicación permanentes dirigidas por Chávez hacia la mistificación de las “capas populares”, corren paralelas a las dirigidas por Fox, Lula, Kirchner, etc.
La situación social explosiva que viven estos estados es preocupante para la necesaria estabilidad en toda la región y esta necesidad está por encima de la competencia que se libra en esta zona entre las burguesías europeas y estadounidenses. La estrategia de dictaduras militares para esta zona ha sido desplazada por la de colocar en el poder a demagogos populistas de “izquierdas”, y no hay reparos en utilizar el clientelismo político y bandas de matones como elementos estabilizadores[3].
Y ¿qué decir del sátrapa Fidel y de la “revolución socialista cubana”?
Empecemos recordando que en el año 1959, año de la entrada triunfante de Fidel y su camarilla en La Habana, éste se declaraba “no comunista” y fue el marco político del momento, dividido en dos grandes zonas de influencia (USA versus URSS), lo que hizo que, entrando bajo el protectorado “soviético” (¿hay que recordárselo a la Sra. Hart?), un año más tarde se presentase como “comunista” y artífice de una revolución que erigiese otra “patria socialista”.
El “prestigio” de la “medicina cubana” no le viene tras la revolución castrista. Esta fama le precedía. En cuanto a tecnología, bueno es decir que algunas de las primeras centrales automáticas de Telefónica de España habían sido anteriormente instaladas en Cuba y trasladadas a aquí. (por cierto, algunas han hecho recientemente el camino inverso).
Si la Cuba de Batista era el casino de USA, ¿qué podremos decir de la Cuba de Fidel? El turismo sexual es una de las primeras fuentes de ingresos del régimen y de infinidad de familias cubanas, eso sí, hoy abierto a canadienses, estadounidenses, europeos y demás. Los maradonas, las marujita-díaz, las gémios, las saras-montiel, los jack-nicholson y miles de turistas que van por el comercio sexual, los puros habanos, las drogas (de las de mejor calidad del mundo), el ron y la “salsa”. Esos son los clientes de la “industria” cubana, esos son los logros económicos de la “revolución socialista” las tiendas vacías, un parque automovilístico vetusto, apagones de luz día sí, otro también, etc. etc. etc.
Y de la libertad, para qué hablar. Si algunos estalinistas antes adujeron ignorar lo que pasaba realmente más allá del telón de acero, hoy no podemos aceptar engaños sobre lo que, todos sabemos, está sucediendo en Cuba.
No, Sra. Hart, ni Fidel es comunista, ni la revolución socialista avanza en Cuba, ni nada que se le parezca. (por cierto, curiosamente la Sra. Hart niega el “socialismo en un solo país” a China, a la URSS y a todos los países del “Este”, pero no, a Cuba).
Sra. Hart, el peor golpe propiciado a León Trotsky es el que, día tras día, los mismos trotskistas asestan contra la clase obrera, participando en la confusión reinante con sus políticas antiobreras, apoyando todo lo que se “mueve”, alentando ilusiones en el marco del capitalismo con su defensa del sindicalismo, el parlamentarismo, el guerrillerismo, los nacionalismos, tomando partido en las guerras imperialistas, etc.
Los trotskistas han olvidado las enseñanzas del mejor Trotsky, para amplificar sus mayores errores. La Sra. Hart dice que “el derrumbe del socialismo real es imposible de analizar y de entender si no se lee a León Trotsky” y a los trotskystas. Pero ¿cuándo entendieron aquél y éstos la verdadera naturaleza del capitalismo de estado de la URSS, a la que consideraban “estado obrero degenerado”? No, Sra. Hart, ese apoyo crítico de los trotskistas, jamás nos permitirían entender “el socialismo real”.
Trotsky pudo equivocarse pero fue un revolucionario que hizo inestimables aportaciones a la lucha histórica del proletariado y nunca traicionó a la clase de la que se reclamaba.
En cuanto a su apología del terrorismo, Sra. Hart, hay que decir que envenena aún más su escrito, siendo que el terrorismo no está en el terreno de la clase obrera, sino que en todo caso es ella la principal víctima, tanto en el 11-S, en el 11-M, en el Tel-Aviv.
Ud. jalea a sus “hermanos” palestinos para que se autoinmolen en un autobús israelí, sumiendo en la desesperación y en el dolor a una población que el sistema tiene atrapados entre dos fuegos, ambos enemigos de una misma clase que no tiene patria, la clase de los obreros palestinos y de los obreros israelíes. Pero Ud. Sra. Hart, es incapaz de ver eso. Es Ud. una ”hermana” cobarde e irresponsable (culpable). Ud. exalta el terror como un lobo sediento de sangre; pues allá Ud.; pero no identifique la lucha secular de emancipación de una clase, la lucha hacia el socialismo como triunfo ante la barbarie, con la barbarie misma; pues eso, los comunistas no se lo vamos a permitir.
Un reducido número de socialistas, ante la masacre que se avecinaba, resolvieron oponerse a tomar partido por cualquiera de los bandos, y no escatimaron esfuerzos en el intento de convencer a la mayoría de sus, hasta entonces, correligionarios de la IIª Internacional, pero siguieron siendo minoría, y como uno de ellos (L. Trotsky) bromeaba, “en un taxi bien cabrían”.
La Iª Guerra Mundial es de una trascendencia enorme en la historia de la Humanidad y del movimiento obrero. Pero sepa Ud. Sra. Hart, ya para la historia, lo que separaba a esa minoría revolucionaria de la mayoría de esa IIª Internacional era mayor que el Rubicón, era la pertenencia a una clase revolucionaria o a la clase enemiga.
Sra. Hart, quede para Ud. y su queridísimo Hugo Chávez la “realización de su obra cristiana”, haciendo un sincretismo con los santones Fidel, el Che, Bolivar, San Martín, Arafat, Gadafi y tantos otros que están en la Tierra como en el Cielo[4].
En fin, Sra. Hart, sí, “otro mundo es posible... si nosotros lo hacemos posible”; pero no cualquier “otro mundo” es distinto de este mundo, y no cualquier bandera puede ser bienvenida a las filas del proletariado, la lucha por el socialismo, única alternativa a la barbarie no admite atajos. Es una lucha jalonada de derrotas, podemos equivocarnos y nos equivocaremos, pero es inadmisible el engaño, la traición, el aventurerismo, la confusión, el interclasismo, el mesianismo. De las derrotas se aprende y hemos aprendido a descubrir a nuestros enemigos aunque se oculten con ropajes “revolucionarios” y en eso estamos, dispuestos a señalar a toda la amplia gama de falsos compañeros de viaje, cuya misión no es otra que profundizar las derrotas e impedir que el proletariado de todos los países se clarifique, se una bajo una sola bandera, la de su autonomía y pueda, así, asumir el papel histórico que le corresponde: sacar de la ciénaga en la que el capitalismo ha arrastrado a toda la Humanidad, para llevarla hacia una sociedad más justa, más libre, más solidaria y en la que el hombre pueda desarrollarse en su plenitud, el comunismo.
And.
[1] Se refiere al mencionado texto “El socialismo: ese único mundo posible” (Nde la R de AP).
[2] En el documento de la tal Celia Hart se presenta a los gobernantes de Cuba y Venezuela como adalides del “porvenir ético del mundo” (sic). Como si la delación de los simplemente “insatisfechos” (una tarea a la que se dedican con fruición los Comités de Defensa de la Revolución en Cuba) o las “razzias” que protagonizan las milicias chavistas, tuvieran algo que ver con la ética revolucionaria. (N de la R de AP).
[3] Nuestros lectores pueden consultar nuestro análisis sobre la situación en Venezuela a través de la publicación en ese país: “Internacionalismo”, que puede consultarse a través de nuestra web. (N de la R. de AP).
[4] Con la idea probablemente de abarcar más mercado, la trotskysta Sra. Hart se apunta a la ideología populista de Chaves que se presenta como lugar de encuentro del “socialismo” y el cristianismo,... o sea como un Jose Antonio Primo de Rivera, eso sí tropical. (N de la R. de AP).
La burguesía utiliza las revueltas contra la clase obrera
Durante tres semanas, las revueltas en los barrios periféricos de Francia han sido la “estrella” de la actualidad. Miles de jóvenes, provenientes en su mayor parte de las capas más pobres de la población, han manifestado su cólera y su desesperación a golpes de cócteles Molotov y pedradas. Las primeras víctimas de su rabia y la destrucción que han ocasionado han sido los obreros. Sus vehículos han sido quemados. Sus centros de trabajo se han cerrado, llevando a centenares de ello a una situación de paro técnico. Un obrero entrevistado por un telediario de la noche ha resumido de forma magistral la absurdez de estos actos en los términos siguientes: “…Esta mañana he encontrado en el parabrisas de mi coche, calcinado, la pintada siguiente Jódete Sarkozy` (Ministro del Interior, ndr), pero ha quien realmente han fastidiado ha sido a mi y no a Sarkozy…”. Aunque se considere legítima la explosión de cólera de los jóvenes de esas barriadas, la situación social que se ha generado representa un verdadero peligro para la clase obrera. ¿Cómo reaccionar?; ¿Hay que colocarse del lado de las revueltas o tras el Estado “republicano” después de estos acontecimientos?. Para la clase obrera este planteamiento es una trampa y, sería un error elegir cualquiera de esas dos falsas opciones. La primera trampa consiste en creer que a través de las revueltas desesperadas de estos jóvenes hay el ejemplo de una lucha a apoyar y seguir. El proletariado no debe seguir, en modo alguno, este camino de auto-destrucción. Y la segunda “solución” ventilada a los cuatro vientos por la burguesía es, a todas luces, un callejón sin salida. Aprovechando el miedo que suscitan estos acontecimientos, la clase dominante, con su Gobierno, su Estado y su aparato represivo a la cabeza, se nos presentan como el único garante de la seguridad de la población, en particular en los barrios obreros. Pero detrás de esos bellos discursos que pretender dar “confianza” a la población, el mensaje que de verdad quieren hacer colar está lleno de peligros para la clase obrera: “Luchar contra el orden republicano, es decir contra el Estado capitalista, supone comportarse como ladrones, como chusma”. La burguesía utiliza el miedo para reforzar su arsenal represivo…. Incapaz de resolver los problemas de fondo, la gravedad de la crisis económica, la burguesía sin lugar a dudas prefiere ocultarla y explotar en su provecho los aspectos más impactantes de las revueltas: los destrozos y la violencia…Y, en ese sentido, denunciamos firmemente el sucio trabajo que han desarrollado todos los medios de comunicación con tal de alimentar esta propaganda del miedo. No han dudado en ir a buscar la “información” en el corazón de las ciudades, mostrando por doquier las imágenes de los vehículos quemados o calcinados, recogiendo los testimonios de todas las víctimas, realizando encuestas de los motivos del odio de los jóvenes contra la sociedad. Los reporteros se han recreado mostrando por las noches, las bandas de estos jóvenes, cubiertos de gorros o de pañuelos que les tapaban la cara. Se ha dado bombo y platillo a los múltiples enfrentamientos con cócteles Molotov y piedras contra las fuerzas del orden y, entre tanto, nos han mostrado entrevistas de los jóvenes protagonistas en medio de los altercados, expresando en directo su cólera: “…existimos, la prueba: los coches en llamas…” ( Le Monde, 6 de Noviembre) y añadiendo “…por fin hablan de nosotros…”. La burguesía ha explotado, de forma magistralmente interesada, la violencia desesperada de los jóvenes de los barrios deprimidos para crear un clima de terror. Sin duda, esto le ha dado una ocasión de oro para justificar el reforzamiento de su arsenal represivo. La policía ha podido, desde entonces, permitirse el lujo de aparecer como protectores de los obreros, el garante de su bienestar y de su seguridad. El debate entre el Partido Socialista y la derecha de la UMP en el Gobierno no ha existido puesto que sobre “el tema” estaban todos de acuerdo. Para la derecha, la solución evidentemente es dar muchos más medios a las fuerzas de seguridad y reforzar especialmente las unidades de intervención antidisturbios (CRS). Para la izquierda es lo mismo pero con otro embalaje. El PS ha propuesto el retorno de la policía de proximidad. Dicho de otro modo, ¡mucha más policía en los barrios!. Por esos motivos ambos partidos estaban de acuerdo con decretar el “estado de emergencia”. Todas estas medidas de reforzamiento del aparato represivo no podrán detener, ni poner fin a las revueltas en estos barrios. Al contrario, si quizás puedan ser relativamente eficaces a corto plazo y de manera inmediata, a largo plazo no pueden más que alimentar la tensión y el odio de estos jóvenes contra la policía. Y esto, los políticos lo saben muy bien. En realidad lo que intenta la burguesía con el reforzamiento del control policial en los barrios “sensibles”, no es controlar las bandas de adolescentes, sino a la clase obrera. Haciendo creer que el Estado republicano quiere “proteger” a los obreros contra los actos de vandalismo protagonizados por algunos de sus hijos o los de sus vecinos, la burguesía prepara en realidad la represión de las luchas obreras para cuando estas constituyan un verdadero peligro para el orden capitalista. La declaración del “estado de emergencia”, por ejemplo, trata de habituar a la población a banalizar el control permanente, la vigilancia intensiva y los registros en los barrios obreros. …y para dividir a la clase obrera La dimensión más repugnante de la propaganda actual es la que consiste en señalar a los inmigrantes como los chivos expiatorios de toda esta situación. Por el hecho de que los revoltosos son, en parte, jóvenes cuyo origen esta en la inmigración, los obreros inmigrantes han sido insidiosamente acusado de “amenazar el orden público” y la seguridad de las poblaciones puesto que serían incapaces de controlar a sus hijos y darles una “buena educación” al no transmitirles valores morales serios. Han sido estos padres, tachados de padres “irresponsables” o “desimplicados” los que han sido señalados con el dedo como los verdaderos responsables. El ministro delegado para el empleo se ha llevado el premio del racismo al afirmar que la poligamia entre los inmigrantes sería “una de las causas de la violencia urbana” ( Liberation, 17 de Noviembre ). Y como no, las fuerzas de izquierda han aportado su grano de arena, poniendo por delante con la excusa del humanismo, las dificultades de la sociedad francesa para integrar poblaciones de “diferentes horizontes culturales” (retomado sus propios términos). Los dos sociólogos más reputados sobre la cuestión de las “barriadas sensibles”, Didier Lapeyronie y Laurent Mucchilie , que se colocan a en la izquierda más radical del tablero político, insisten sobre el hecho de que a los ojos de los jóvenes salidos de la inmigración “…la promoción en las escuelas esta reservada para los ´blancos`, los servicios públicos no son ya vectores para la integración (..) y las palabras de la República (..) son percibidas como la máscara de una sociedad ´blanca`…”( Liberation, 15 de Noviembre). Según todo esto, los proletarios inmigrantes tendrían una problemática específica que nada tendría que ver con el resto de la clase obrera. Designando a los trabajadores inmigrantes como los verdaderos responsables de la violencia urbana, la burguesía intenta enfrentar a unos obreros con otros, crear una división entre franceses e inmigrantes. Explota la ciega revuelta de los jóvenes de las barriadas con el fin de ocultar la realidad: la pauperización creciente del conjunto de la clase obrera, sea cual sea su nacionalidad, sus orígenes o su color. El problema de la miseria, del desempleo, de la ausencia de perspectivas no sería, según la burguesía, el resultado de la insuperable crisis económica, sino que se reduciría a un problema de ¡ “mala integración” o de “cultura”!. Diabolizando a los padres de los jóvenes rebeldes de las barriadas marginales, la clase dominante mata dos pájaros de un tiro: ataca a los responsable de “crear y permitir los disturbios” hoy y, se prepara para atacar a toda la clase obrera mañana. Tal es el caso, por ejemplo, de la retirada de ayudas para las familias de los “delincuentes”, o de las medidas de expulsión de los extranjeros que hayan tomado parte en las revueltas. El Ministro del Interior, Nicolas Sarkozy ha pedido a los prefectos de policía expulsar “sin demora del territorio nacional” a los extranjeros condenados en el marco de los procesos por las revueltas urbanas de las noches pasadas “incluso a los que gocen de permiso de residencia…” (Liberaron, 9 de Noviembre). Ante esta situación, la clase obrera no debe hacerse ilusiones. Esta medida no esta reservada para los “golfos y la chusma”. Estas expulsiones territoriales por “perturbar el orden público”, el Estado no dudará en utilizarlas en el futuro contra el conjunto de la clase obrera cuando esta desarrolle sus luchas, por ejemplo, para romper una huelga y la unidad en las luchas, no dudará en amenazar a los obreros que tengan “carta de residencia” en que retomen el trabajo o de lo contrario que puedan verse expulsados a las fronteras.Contra la miseria capitalista: ¡Unidad y solidaridad de todos los obreros!
El problema del desempleo se encuentra en el centro de los problemas planteados por las revueltas en la periferia de las grandes ciudades francesas. Contrariamente a lo que nos dice la burguesía, sus medios de comunicación y sus políticos, este problema, el paro, no es algo que sufren específicamente los jóvenes que proceden de la inmigración. Durante semanas han intentado persuadirnos de que la cuestión del descontento manifestado en las revueltas es algo particular, limitado a los jóvenes de origen africano o magrebí que malviven en los ghettos de las ciudades francesas, aunque sin lugar a dudas el desempleo entre ellos alcanza tasas del 30 o 40%. Haciéndolo aparecer como un problema específico, de una categoría particular, la clase dominante, en Francia, como en multitud de países, pretende focalizar toda nuestra atención sobre esta categoría particular de la población, los jóvenes sin perspectiva de futuro, con el objetivo de enmascarar y evacuar el problema de fondo que verdaderamente plantea esta situación. El paro es un problema que concierne y amenaza al conjunto de la clase obrera. No pasa un solo día sin que conozcamos noticias de despidos masivos y, por tanto, de nuevos obreros que son lanzados a la ruina en los países llamados “desarrollados”, y en todos los países del mundo. En realidad, lo que la burguesía intenta ocultar es el significado profundo del desempleo masivo. Intenta impedir que podamos comprender la relación que existe entre lo que ha ocurrido en las barriadas francesas y los despidos que cotidianamente machacan a los obreros. Esta polarización sobre la parte más desfavorecida, la más frágil, vulnerable y descompuesta del proletariado, no es ninguna novedad: en los años 80, la aparición del desempleo masivo, el inicio del desmantelamiento de los sistemas de protección social y el brutal hundimiento en la pauperización de sectores cada vez mayores de la clase obrera se cargo en la cuenta de una nueva categoría sociológica bautizada como los “nuevos pobres”, para así poder marginalizarlos y aislarlos del resto de la población obrera. La burguesía ha intentado explotar siempre cínicamente la miseria y la desesperación que engendra el capitalismo. Los que han sido abandonados a su suerte, los que han perdido cualquier esperanza sobre el futuro, todos aquellos que han perdido cualquier perspectiva y todo punto de referencia y, que han sido deliberadamente ignorados y ninguneados durante décadas, se convierten de la noche a la mañana en el “centro del mundo”. Pretenden hacer que el árbol nos oculte el bosque de la miseria creciente que afecta cada vez a más y más obreros. De esta forma, la clase dominante intentado darnos toda una serie de falsas explicaciones sobre el origen y la naturaleza del problema: crisis de identidad de los jóvenes, integración insuficiente de los inmigrantes, desigualdad de oportunidades, problemas de discriminación en el trabajo, falta de educación ciudadana, creciente desarrollo del fracaso escolar, aumento del racismo y la xenofobia…. Todas estas “explicaciones”, superficiales y parciales, le sirven para poner por delante la mistificación de que habría “soluciones”, posibles reformas en el seno del capitalismo para poder mejorar la suerte de los jóvenes de las barriadas periféricas. Pero la realidad demuestra y, demostrará, que todas las medidas propuestas por los Gobiernos son totalmente incapaces de resolver el problema del desempleo: contratos de aprendizaje desde los 14 años, desbloqueo de los fondos y medios de los organismos asociativos, multiplicación de los cursos de formación, servicio civil voluntario, etc... Estas medidas no son más que una tentativa de ocultar la realidad creciente y brutal del desempleo, de la precariedad en el empleo y de la miseria creciente en la sociedad. Todo esto no es más que polvo en los ojos. Todas las fracciones de la burguesía, tanto la izquierda como la derecha no tienen nada que proponernos. Para lo único que sirven todos estos discursos es para extender el veneno ideológico entre la clase obrera con el fin de dividir a los explotados y oponer los intereses de unos contra otros obreros. La clase dominante justifica de este modo crear un abismo permanente entre generaciones obreras, entre obreros autóctonos y obreros inmigrantes, entre obreros en activo y obreros en paro. Así, intenta empujar a los parados a considerar a los obreros que aún conservan su empleo como privilegiado que no se preocupan ni pueden luchar por aumentos de salario, contra la disminución de las pensiones o contra el deterioro de sus condiciones de vida. Por otra parte, intenta presentar toda futura lucha de los parados ante el conjunto de la clase obrera como una emanación de la “chusma”, solamente capaz de desencadenar una rabia ciega, odio y autodestrucción. El profundo malestar social que han puesto de manifiesto las revueltas en las barriadas francesas es ante todo la expresión de la crisis económica mundial del capitalismo y una manifestación muy reveladora de la quiebra irreversible de este sistema agonizante. Precisamente por ello, las revueltas urbanas en Francia han creado una verdadera inquietud entre todas las burguesías europeas que, de una u otra forma, se enfrentan al mismo problema. Si bien es cierto que las revueltas de los jóvenes de los barrios de la periferia se han desarrollado bajo el signo del “no futuro”, que no son portadoras de ningún tipo de perspectiva puesto que son un reflejo pasivo y brutal del infierno capitalista son, sin embargo, reveladoras del profundo malestar y de la falta de perspectivas de un sistema capitalista en crisis que es totalmente incapaz de integrar a las nuevas generaciones en su aparato productivo. Esta manifestación, particularmente elocuente, de la quiebra del capitalismo plantea más que nunca la verdadera alternativa histórica: derrocamiento del orden burgués o hundimiento de toda la sociedad humana en el caos, la miseria y la barbarie. La única respuesta necesaria y posible al desempleo que amenaza cada vez más a los jóvenes obreros, es la movilización y la lucha, el desarrollo unitario y masivo de las luchas de resistencia de la clase obrera, contra los despidos y todos los ataques que sufre. Solo el desarrollo de la lucha de clases puede permitir a los obreros desempleados y a los que hoy se han visto implicados en las revueltas encontrar su lugar en la afirmación de una perspectiva revolucionaria e internacionalista. Contra el “no futuro” y la desesperación expresada en las revueltas de los barrios de la periferia en Francia, el proletariado es la única clase portadora de un futuro porque es la única fuerza social capaz de acabar con este sistema de explotación capitalista, de erradicar la miseria, el desempleo, de abolir el trabajo asalariado, el beneficio y las relaciones de concurrencia. Es la única clase que puede permitir la instauración de unas relaciones sociales a través de las cuales la humanidad podrá por fin desarrollar sus actividades en función de sus necesidades.Presentamos a continuación un texto remitido por un joven compañero adonde reflexiona sobre algunos problemas, esencialmente de tipo subjetivo, que sufren muchos trabajadores. Esos problemas son, como dice el compañero, despreciados y relegados como secundarios. Nosotros compartimos con él la importancia que tienen y que nuestra clase debe abordarlos para poder desarrollar su conciencia, su unidad y su lucha contra el capitalismo. En contra de lo que predican los seudo-marxistas, el marxismo jamás ha reducido la lucha proletaria a un mero determinismo economicista. Al contrario, siempre ha tenido muy en cuenta los factores subjetivos: la confianza, la solidaridad, la fraternidad, la integridad moral, el compañerismo, el combate contra la alienación y la atomización. Siguiendo esa tradición nosotros hemos contribuido con un Texto sobre la solidaridad y la confianza, publicado en REVISTA INTERNACIONAL números 111 y 112.
En primer lugar, publicamos la contribución del compañero y a continuación unos Comentarios nuestros que no se refieren tanto al contenido general del texto con el que estamos plenamente de acuerdo, sino a algunas cuestiones que sí bien no afectan a su contenido estimamos importante precisarlas.
Los problemas, dificultades, miserias, agobios, … que sufrimos los trabajadores no desembocan en la inmensa mayoría de nosotros en una conciencia de pertenecer a una clase social con intereses comunes enfrentados a la organización social presente. Esto es evidente e innegable. Contribuir al debate y a analizar y aclarar el porqué de esta situación, lo que en cierta medida es ya un paso para su superación, es el objetivo de estas palabras.
Un par de cosas sobre el texto. Primero, que es un “texto de trabajo”, con una redacción bastante mejorable, y con una exposición que puede resultar repetitiva y en algunos aspectos contradictoria. Y segundo, que peca “deliberadamente” de “localismo”, ya que está basado en percepciones personales de la realidad cercana, por lo que bastantes descripciones o análisis no serán válidos, en parte o en su totalidad, en otros sitios.
A los proletarios se nos presentan, desde pequeños, mil y un conflictos, mil y un problemas, la mayoría de las veces con proletarios mismos (en la escuela, en el curro, con familiares, vecinos, etc.), que desde luego no desemboca en una percepción de la polarización entre Capital y Trabajo. Los trabajadores, básicamente, no llegamos a captar e identificar nuestros problemas cotidianos como un producto del antagonismo de clases. Existe, sí, en gran parte de proletarios una sensación más o menos clara de estar puteados, explotados, en la base de la pirámide, pero que no deviene en la visión de formar parte ni de una comunidad de intereses ni de una comunidad de lucha, situación favorecida por las divisiones (superficiales pero reales) que existe en la clase obrera entre nacionales y extranjeros, con papeles y sin papeles, empleados y “obreros”, especializados y precarios, etc. Y esta ausencia de perspectiva (visión de formar parte de un movimiento social portador de un proyecto social) y conciencia de clase se explica en gran parte en que no hemos tenido “vida de clase”, y sin experiencia de clase no puede haber conciencia de clase. Puede haber, porque evidentemente nuestra condición explotada existe, otras cosas (sensación de puteo y asqueo; y/o búsqueda y apropiación de un referente teórico-histórico que se enfrente coherentemente al sistema social presente) pero conciencia no.
No hemos tenido, decía, experiencia de lucha y vida colectiva de clase. El colegio, la calle, el instituto, el curro, la universidad, no han sido ni son (en líneas generales) los espacios para el encuentro y el aprendizaje mutuo, para la comunicación, el compadreo o el esfuerzo compartido para superar dificultades, sino que en general son y están montados para fomentar el embrutecimiento, la incomunicación, la competitividad, la desconfianza, la disciplina y, en definitiva, para la “socialización” y “adaptación” a la sociedad burguesa. Obviamente para explicar los porqués de esta situación habría que abordar la situación de embrutecimiento, alienación y peso ideológico que la explotación capitalista ejerce sobre el proletariado, aspecto este que no es el objetivo principal de este escrito.
La falta y deterioro de unos verdaderos lazos sociales, de un tejido social, en medio de un mundo chungo, violento y triste en todos los sentidos, tiene como una de sus consecuencias principales que cada uno vayamos a salvar nuestro culo y nos volvamos más cerrados y desconfiados, lo que provoca a su vez más deterioro de las relaciones sociales, encontrándonos en un círculo vicioso. La sensación de desamparo, angustia y soledad se vuelven comunes. En esta situación es muy, muy complicado situar los amigos y los enemigos; los que son de los tuyos y comparten tus intereses y problemas y los que no, por lo que el conflicto social, la incapacidad de la organización social para satisfacernos, se nos presenta a los trabajadores (precisamente por la ausencia de “vida de clase”) diluido en un montón de problemas aparentemente particulares y sin ninguna relación ni solución colectiva, o con la única salida de acudir a “especialistas” y “mediadores” como psicólogos, sindicatos, abogados, asistentes sociales y demás, y ante una búsqueda de algo que nos llene como personas, que nos incremente la autoestima y nos cree sentimiento de pertenencia, el mercado tiene gran variedad de músicas, modas, ideología, cine, drogas, hobbys, …, para sentirse especial, perteneciente a algo e incluso militar.
Esta situación (la ausencia de una perspectiva y de una “vida de clase”) se da, principalmente, porque no hay luchas más o menos masivas en las que los proletarios podamos reconocernos y sentirnos parte de una fuerza social que realmente planteé por si misma una alternativa transformadora integral. Y esta aparente ausencia de luchas (que si existen con más o menos asiduidad y potencia las fuerzas burguesas nos la ocultan y falsifican) es también producto y productor de la falta de lazos de clase (aparte de servir de caldo de cultivo de ideologías y “movimientos” que irían a la basura con una clase obrera protagonista y visible. Y luego parece también como que la ausencia de luchas más o menos importantes que puedan hacernos a los trabajadores reconocernos como clase es también consecuencia de cómo si no pasasen “cosas gordas” que nos impulsen en una dirección más o menos clara, sino que las cosas parece que empeoran lenta pero seguramente, siéndonos muy difícil a los trabajadores encontrar culpables claros en esta situación. Y por supuesto la burguesía no pierde la ocasión para mostrarnos “culpables”: los políticos, los “moros”, el PP, Bush, el “terrorismo islamista”, ETA, los españoles, los chinos, los catalanes y aragoneses con el tema del agua por aquí, etc. El empeoramiento, reforma tras reforma, ley tras ley, de nuestras condiciones de vida las últimas décadas; o las guerras “localizadas” que como quien no quiere la cosa están convirtiendo zonas cada vez más extensas del planeta en auténticos infiernos (sin ir más lejos Yugoslavia, a menos de 2 horas de España, era un matadero hace apenas 10 años, y era bombardeada por la OTAN hace 6), situaciones ante las que los trabajadores nos sentimos impotentes, desconcertados, aterrados, sin ver ninguna salida, o peor aún, encontrando en “nuestro” Estado la única tabla de salvación, como está intentando la burguesía con todo el tema del “terrorismo islamista”, o con las “deslocalizaciones”.
Tomarse estas dificultades que se nos plantean a los trabajadores a la ligera, como “ya sabidas” o “secundarias” en relación al conflicto central burguesía-proletariado considero que es un error. Si se consideran “ya sabidas” o que “es lo que hay” (algo que es obvio) de lo que se trata es de actuar en consecuencia, de dirigir nuestra actividad militante a intentar superar estas dificultades (de las que, de más está decirlo, nosotros como proletarios ni mucho menos escapamos, por muy revolucionarias que sean nuestras posiciones), sabiendo la situación actual en la que nos encontramos los trabajadores. Y si se consideran estas cuestiones “secundarias” pues, no sé, como mínimo diría que se estará cayendo en una parcelación de la realidad, en un análisis de los problemas de forma descontextualizada: ¡cómo si la falta de perspectiva y conciencia de clase, y los motivos que la fomentan, fueran una cuestión “secundaria” o “aparte” del conflicto y de la organización social presente!. Claro que no es una cuestión aparte, y creo que es hacia su superación hacia donde debemos dirigirnos prioritariamente los trabajadores.
¿Soluciones? Evidentemente aquí no hay fórmulas mágicas, ni ningún iluminado puede encontrarlas solito, sino que sólo pueden comenzar a esbozarse dentro de un mismo proceso práctico de:
-lucha de los trabajadores contra nuestras condiciones de vida que pueda comenzar a poner sobre la mesa la polarización de clases y la existencia como movimiento visible y real a la clase trabajadora enfrentada a la sociedad burguesa, y cuestione de forma teórico-práctica la relación social capitalista.
-comunicación, confrontación de posiciones y conclusiones que seamos capaces de extraer los trabajadores acerca de nuestros problemas y luchas.
-y, en definitiva, de la reapropiación y concreción programática (de lo que somos dentro de la sociedad, de cómo está montada y funciona, de cómo tenemos que actuar, de quienes son nuestros enemigos, etc.) y de las experiencias acumuladas por la lucha proletaria contra la sociedad del capital, para que nos sirvan de ayuda y guía para nuestras luchas presentes y futuras.
Es dentro de este proceso práctico desde donde pueden venir los avances proletarios en materia de unidad, conciencia, autoorganización y autonomía de clase, y es desde luego donde debemos situarnos los trabajadores que planteamos una salida revolucionaria como única alternativa a esta sociedad.
¿Cómo se concretiza esto?
-la búsqueda y fomento de espacios de encuentro, debate y comunicación acerca de las luchas y problemas que se nos plantean como proletarios, participando en conflictos, contactando con trabajadores, intercambiando informaciones, etc. Creo que es únicamente en este proceso práctico donde los trabajadores podremos desarrollar una perspectiva y una conciencia revolucionaria.
-llevar a cabo un proceso, claro, franco y sin “verdades absolutas” (a ver: me refiero a “verdades” que no encuentran un reflejo en la realidad, no que los trabajadores no podamos afirmar cosas evidentes, o no tanto, de forma firme) pero con unos mínimos, de debate y clarificación para armarnos teóricamente.
- y establecer contacto con grupos y personas con las que puedan darse condiciones y sea interesante debatir, intercambiar informaciones o profundizar en aspectos organizativos o de colaboración.
Con lo comentado no quiero decir, ni mucho menos, que haya que renunciar a todo lo que se salga de la “conciencia media” de los currelas. Eso sería absurdo. Por supuesto que nuestra experiencia concreta como proletarios nos empuja y permite identificar y profundizar teóricamente sobre las contradicciones de la sociedad burguesa o sobre sus aparatos e ideologías. Lo que digo es que muchas cuestiones no encuentran un referente claro en nuestra vida cotidiana (la cuestión del poder, de unas relaciones sociales no mercantiles, le carácter descaradamente anti-obrero y represivo de sindicatos o incluso policías, etc.) sino que las hemos adquirido dentro de un proceso de apropiación teórica-histórica en oposición a lo existente, por lo que son débiles al no encontrar un referente práctico real, un movimiento que sea su expresión, o mejor dicho, estas expresión del movimiento. Por todo lo dicho creo que debemos centrarnos en lo que conocemos y controlamos en relación a nuestra experiencia como proletarios (a ver, sin claudicar ante las ideologías burguesas), y que aspectos si se quiere “más avanzados” dejar que el propio desarrollo de la lucha de clases las vaya poniendo sobre la mesa. Los trabajadores no necesitamos ningún impulso exterior a nosotros mismos para luchar, nuestra misma existencia supone un conflicto con la sociedad burguesa y un esfuerzo permanente por encontrar una salida a nuestra situación dentro de esta.
Como se ve, este texto no es ningún reproche izquierdista de la “poca conciencia de los trabajadores” o del “aburguesamiento de la clase obrera”, ni plantea nada nuevo, ni considero que sea ni pesimista ni optimista. Simplemente se limita a expresar o a recordar si se quiere dificultades y problemas que objetivamente se nos plantean a los trabajadores y que hay que tener muy en cuenta para superarlos.
NUESTRA RESPUESTA
El texto nos parece muy interesante y plantea de una forma muy certera las dificultades que sufren los trabajadores en su vida cotidiana. Lo primero que queremos decir es que compartimos plenamente la preocupación de la que surge: el peso asfixiante que tienen en la vida cotidiana de los trabajadores los sentimientos de aislamiento y atomización, de deterioro de las relaciones sociales, de falta de vida colectiva de clase,… El texto describe con sinceridad y autenticidad la percepción esencial que, de su propia vida, tienen muchos trabajadores en cualquier parte del mundo. No pensamos por tanto, que el texto sea «localista», sino, todo lo contrario, podría decirse que es «universal», como decía Marx que eran los sufrimientos de la propia clase obrera (La Ideología Alemana).
Del mismo modo, queremos destacar el planteamiento del texto cuando señala que « Contribuir al debate y a analizar y aclarar el porqué de esta situación, lo que en cierta medida es ya un paso para su superación, es el objetivo de estas palabras». Efectivamente, para la clase obrera el hecho de reconocer un problema como tal, tomar conciencia de su existencia, constituye el primer paso en el camino de su solución.
También queremos mostrar nuestro completo acuerdo con este pasaje: «Tomarse estas dificultades que se nos plantean a los trabajadores a la ligera, como “ya sabidas” o “secundarias” en relación al conflicto central burguesía-proletariado considero que es un error. Si se consideran “ya sabidas” o que “es lo que hay” (algo que es obvio) de lo que se trata es de actuar en consecuencia, de dirigir nuestra actividad militante a intentar superar estas dificultades (de las que, de más está decirlo, nosotros como proletarios ni mucho menos escapamos, por muy revolucionarias que sean nuestras posiciones), sabiendo la situación actual en la que nos encontramos los trabajadores. Y si se consideran estas cuestiones “secundarias” pues, no sé, como mínimo diría que se estará cayendo en una parcelación de la realidad, en un análisis de los problemas de forma descontextualizada: ¡cómo si la falta de perspectiva y conciencia de clase y los motivos que la fomentan, fueran una cuestión “secundaria” o “aparte” del conflicto y de la organización social presente! Claro que no es una cuestión aparte, y creo que es hacia su superación hacia donde debemos dirigirnos prioritariamente los trabajadores».
Finalmente, nos parece muy acertada la comprensión que hace el texto de cómo tiene lugar el proceso actual de deterioro de las condiciones de vida de la clase obrera: « El empeoramiento, reforma tras reforma, ley tras ley, de nuestras condiciones de vida las últimas décadas; o las guerras “localizadas” que como quien no quiere la cosa están convirtiendo zonas cada vez más extensas del planeta en auténticos infiernos (sin ir más lejos Yugoslavia, a menos de 2 horas de España, era un matadero hace apenas 10 años, y era bombardeada por la OTAN hace 6), situaciones ante las que los trabajadores nos sentimos impotentes, desconcertados, aterrados, sin ver ninguna salida, o peor aún, encontrando en “nuestro” Estado la única tabla de salvación, como está intentando la burguesía con todo el tema del “terrorismo islamista”, o con las “deslocalizaciones”».
Las condiciones actuales de la vida del proletariado y las dificultades para el desarrollo de sus luchas y su conciencia.
La CCI no ve como “secundarias” las cuestiones planteadas por el texto sino que las ve como fundamentales. Los problemas que evoca el texto son sin duda más acuciantes en el momento actual de la lucha de clases, en el que el crecimiento de la rabia ante la degradación de las condiciones de vida, de la inquietud ante el futuro de miseria y destrucción que comporta el mantenimiento del orden capitalista, se ve lastrado por el impacto de la descomposición de la sociedad capitalista en las filas obreras, engendrando entre los propios trabajadores sentimientos de “cada uno a la suya” («la falta y deterioro de unos verdaderos lazos sociales, de un tejido social, en medio de un mundo chungo, violento y triste en todos los sentidos tiene como una de sus consecuencias principales que cada uno vayamos a salvar nuestro culo y nos volvamos más cerrados y desconfiados, lo que provoca a su vez más deterioro de las relaciones sociales, encontrándonos en un círculo vicioso», como dice, “gráficamente”, el propio texto) opuestos a la solidaridad de clase; y generando respuestas nihilistas basadas en el “no future”, en lugar de la lucha basada en una confianza de la posibilidad de un futuro comunista para la humanidad.
Las revueltas que han sacudido recientemente barrios periféricos de las ciudades francesas (ver el artículo que se ha editado en la prensa territorial de la CCI, publicado en Acción Proletaria nº 185) son, desgraciadamente prueba de ello, pues toda la ira acumulada se ha descargado ciegamente no contra el Capital sino contra los propios obreros: contra otros trabajadores (como los bomberos), contra bienes de personas que comparten con ellos los mismos barrios degradados… Esas expresiones de rabia no desembocan sin embargo, como alerta el propio texto, en un fortalecimiento de la solidaridad o de la conciencia de clase. Al contrario parten precisamente de su negación: niegan la existencia de intereses comunes de todos los explotados, niegan que jóvenes o “veteranos”, parados o empleados, nativos o emigrantes, somos una misma clase explotada, opuesta al capitalismo. Por ello profundizan las divisiones y la desconfianza entre los propios trabajadores. Por ello también ahondan aún más en las propias filas obreras el sentimiento de una ausencia de perspectiva.
Por todo lo anterior nos parece muy justo lo que apunta el texto sobre la repercusión en el proletariado de ese sentimiento de falta de perspectivas, de esa pérdida de la identidad de clase: «Los trabajadores, básicamente, no llegamos a captar e identificar nuestros problemas cotidianos como un producto del antagonismo de clases. Existe, sí, en gran parte de proletarios una sensación, más o menos clara de estar puteados, explotados, en la base de la pirámide, pero que no deviene en la visión de formar parte de una comunidad de intereses, ni de una comunidad de lucha, situación favorecida por las divisiones (superficiales pero reales) que existe en la clase obrera entre nacionales y extranjeros, con papeles y sin papeles, empleados y “obreros”, especializados y precarios, etc.», destacando una de las principales causas de esa falta de perspectiva: «Y esa ausencia de perspectiva (visión de formar parte de un movimiento social portador de un proyecto social) y conciencia social se explica en gran parte en que no hemos tenido “vida de clase”, y sin experiencia de clase no puede haber conciencia de clase. Puede haber, porque evidentemente nuestra condición explotada existe, otras cosas (sensación de puteo y asqueo; y/o búsqueda y apropiación de un referente teórico-histórico que se enfrente coherentemente al sistema social presente) pero conciencia no».
Efectivamente, es la falta de perspectiva histórica lo que dificulta el desarrollo de luchas y de la toma de conciencia en la clase. Es importante distinguir entre descontento o malestar, combatividad obrera y conciencia proletaria, tres nociones que no se pueden confundir ni colocar en un mismo plano. Descontento equivale a lo que el texto califica de sensación, más o menos clara de estar puteados, explotados, pero eso no es lo mismo que combatividad que, como indica el texto, equivale a visión de formar parte de una comunidad de intereses. Por último, conciencia de clase es la comprensión activa de formar parte de una clase que tiene un porvenir histórico revolucionario.
Es cierto que la ausencia de “vida de clase”, es decir la ausencia durante más de 15 años de experiencias de lucha más o menos importantes, ha dificultado la adquisición de una conciencia de clase en la gran mayoría de trabajadores. Ahora bien, queremos precisar que la conciencia de clase no nace únicamente de las luchas inmediatas. La clase obrera es capaz de una reflexión sobre su propia existencia y sobre su porvenir revolucionario, sobre los fines y los medios de su combate, sobre quienes son sus amigos y quienes sus enemigos. Esta reflexión precede, acompaña o sigue a las propias luchas y no es un producto pasivo e inmediato de ellas.
Es verdad que en tiempos “normales”, cuando el orden capitalista no es verdaderamente puesto en cuestión, esa conciencia es muy minoritaria. Sin embargo, se transforma en mayoritaria en un periodo pre-revolucionario o ya directamente revolucionario, cuando, como decía Marx “la teoría revolucionaria se adueña de las masas” y la conciencia de clase tiende a ser la conciencia de la mayoría de la clase.
Tanto las experiencias directas de lucha como la reflexión de pequeñas minorías forman parte integrante de la lucha y la conciencia de la clase vista en su conjunto. La segunda no tiene, salvo en situaciones revolucionarias, una influencia directa sobre los acontecimientos. Sin embargo, su papel es vital pues contribuye a través de mil canales, a menudo “invisibles”, al proceso –difícil y tortuoso- de maduración de la conciencia en masas de la clase que progresivamente se van haciendo más amplias. La toma de conciencia contribuye al desarrollo de las luchas y, simultáneamente, el desarrollo de estas estimula y amplifica a aquella.
La vida de la clase es mucho más que las luchas inmediatas. Se compone de luchas masivas pero también de luchas ideológicas, denuncias, polémicas, clarificaciones, protagonizadas por pequeñas minorías que, aunque durante todo un tiempo están aisladas respecto a la mayoría de la clase, están vinculadas a su lucha histórica y a sus intereses históricos.
Un repaso, aunque sea superficial, de la historia nos muestra que por ejemplo, en el siglo XIX, en la época de la expansión capitalista y también del desarrollo del proletariado, la “vida de la clase” iba más allá de las luchas reivindicativas en las fábricas, y se plasmaba igualmente en multitud de asociaciones obreras de todo tipo (sindicatos, cooperativas, universidades obreras etc.), que servían como instrumento de integración al proletariado de muchos obreros recién salidos del campesinado o del artesanado. Esta situación cambia con la entrada del capitalismo en su etapa de decadencia, y el desarrollo monstruoso del control totalitario del Estado sobre toda la sociedad. En esta época histórica no ya los sindicatos, sino las asociaciones de vecinos, o los clubes juveniles son absorbidos por el Estado capitalista como apéndices de la gestión de la explotación, el urbanismo, el ocio, etc.,.. Otra de las consecuencias de la entrada del capitalismo en su fase de decadencia es la forma que toma el desarrollo de la lucha de clases, que en este período no es través de un “crescendo” lineal y continuo, sino a través de oleadas, seguidas de fases de reflujo más o menos prolongadas. Fuera de esas oleadas de luchas masivas es muy difícil que el conjunto de la clase obrera se reconozca a sí misma, más allá de un sentimiento común de sufrir la opresión del trabajo asalariado, del desempleo,… En cambio, en momentos de luchas abiertas, la sociedad se ve atravesada por un “océano de fenómenos”, como los llamaba Rosa Luxemburgo, que expresan la emergencia a plena luz del día de la vida de la clase (desde el ambiente que se respira en los barrios obreros, hasta el contagio de la combatividad a otros sectores sociales).
El texto en su pasaje final señala: «Con lo comentado no quiero decir, ni mucho menos, que haya que renunciar a todo lo que se salga de la “conciencia media” de los currelas. Eso sería absurdo. Por supuesto que nuestra experiencia concreta como proletarios nos empuja y permite identificar y profundizar teóricamente sobre las contradicciones de la sociedad burguesa o sobre sus aparatos e ideologías. Lo que digo es que muchas cuestiones no encuentran un referente claro en nuestra vida cotidiana (la cuestión del poder, de unas relaciones sociales no mercantiles, le carácter descaradamente anti-obrero y represivo de sindicatos o incluso policías, etc.) sino que las hemos adquirido dentro de un proceso de apropiación teórica-histórica en oposición a lo existente, por lo que son débiles al no encontrar un referente práctico real, un movimiento que sea su expresión, o mejor dicho, esta expresión del movimiento. Por todo lo dicho creo que debemos centrarnos en lo que conocemos y controlamos con relación a nuestra experiencia como proletarios (a ver, sin claudicar ante las ideologías burguesas), y que aspectos si se quiere “más avanzados” dejar que el propio desarrollo de la lucha de clases las vaya poniendo sobre la mesa. Los trabajadores no necesitamos ningún impulso exterior a nosotros mismos para luchar, nuestra misma existencia supone un conflicto con la sociedad burguesa y un esfuerzo permanente por encontrar una salida a nuestra situación dentro de esta».
Es totalmente cierto que muchas posiciones generales del proletariado no encuentran actualmente un referente claro en nuestra vida cotidiana. Ahora bien, ¿quiere eso decir que debamos limitarnos a lo que conocemos y controlamos con relación a nuestra experiencia como proletarios ), y que aspectos si se quiere “más avanzados” dejar que el propio desarrollo de la lucha de clases las vaya poniendo sobre la mesa?.
Nosotros pensamos que no.
1º) ¿Por qué esas cuestiones no encuentran un “referente claro en la vida cotidiana?” ¿Es acaso porque las condiciones objetivas impiden que dominen prácticamente la vida de los trabajadores? La respuesta es no. Objetivamente esas cuestiones influyen en la vida corriente de los obreros . El problema está en que el peso de la ideología dominante, de las campañas ideológicas de la burguesía y la acción de sus fuerzas sindicales y políticas, impiden, o al menos dificultan, que los obreros las reconozcan subjetivamente. Por eso es necesario que, mediante un combate contra la política de la burguesía, mostremos esas cuestiones a los trabajadores para que acaben por reconocerlas lo más masivamente posible.
2º) Esos aspectos “más avanzados” se ponen sobre la mesa, no solamente por el desarrollo de las luchas sino también por la intervención de las minorías conscientes de la clase. Esta intervención es una parte de la propia lucha de clases, no constituye ningún “impulso exterior”. Efectivamente, “nuestra misma existencia supone un conflicto con la sociedad burguesa” y la cuestión es que una parte del “esfuerzo permanente por encontrar una salida a nuestra situación dentro de esta” la constituyen la acción, el combate y la reflexión de esas minorías.
3º) Lo que se ha adquirido a través de la apropiación de la experiencia histórica y mundial del proletariado no es algo “débil” sino todo lo contrario, es la fuerza más preciosa del proletariado, aunque inmediatamente no se haga “carne mortal” en tal o cual sector de la clase obrera. Marx decía que «la cuestión no reside en que es lo que éste o aquel proletario, o incluso la totalidad del proletariado consideran en cada momento como objetivo suyo. La cuestión es qué es el proletariado y qué se verá obligado a hacer, consecuentemente con su ser. Su finalidad y su acción histórica vienen irrevocablemente y obviamente puestas de manifiesto por su propia situación vital tanto como por la global organización de la sociedad burguesa de hoy» (La Sagrada Familia). A diferencia de anteriores clases revolucionarias de la historia que podían extender su modo de producción en la vieja sociedad (y por tanto, los cambios ideológicos podían ser consecuencia o corolario del avance de su influencia social real), la clase obrera es también la clase explotada de la sociedad capitalista, y por tanto la conciencia no puede ser únicamente un reflejo pasivo de la realidad, sino un instrumento activo de su transformación. No se trata por tanto de aguardar sin más a que las luchas hagan suyos, por sí mismas, los postulados de la revolución, a que cómo dice el texto «el movimiento exprese las adquisiciones teórico-históricas». El movimiento obrero, si se considera históricamente, ya ha dejado claro por ejemplo porque los sindicatos se han convertido en agentes del Estado capitalista en todos los países. No debemos dejar que cada lucha, cada generación de trabajadores, cada sector, cada localidad, “redescubran por sí mismo” al precio, a menudo, de duras derrotas (como, por ejemplo, sucedió en la tentativa revolucionaria en Alemania en 1918-23), esa posición fundamental. Hay que defenderla aunque aparentemente caiga en saco roto pues es algo que progresivamente va ayudando a un número creciente de trabajadores a armarse más eficazmente ante nuevas luchas. Aunque están fraternalmente hermanadas por el sufrimiento de una explotación inhumana, proletariado, esclavos y siervos, no son clases idénticas. Mientras el proletariado es capaz de inscribir las luchas de sus sucesivas generaciones en una continuidad histórica y la lucha de sus diferentes sectores geográficos en una unidad mundial, las luchas de los esclavos y los siervos fueron explosiones aisladas que se agotaban en sí mismas y que empezaban siempre desde cero. El proletariado es una clase revolucionaria, y por tanto su pasado y su futuro (es decir la alternativa social que ofrece al conjunto del género humano) son armas esenciales para su lucha presente.
La situación actual del proletariado: el comienzo de una lenta y difícil recuperación de sus combates
El proletariado actual ha sufrido una de las fases de reflujo más persistentes que haya conocido en la historia. Nos referimos a la etapa que se abrió a finales de los años 80 con la caída de los regímenes estalinistas y que ha empezado a tocar fin con el giro que se ha producido en la lucha de clases desde mediados de 2003 (Ver la Revista Internacional nº 117 y 119). Estamos hablando de un período de más de 15 años (la mayor parte de la vida de la generación de obreros más jóvenes que hoy se incorporan precisamente a la clase y a sus luchas). La explicación de la extensa duración de ese reflujo no está tanto en la severidad de las derrotas de las luchas de los años 80 (Polonia, luchas contra las reconversiones en España, Francia, las luchas contra los cierres de las minas en Inglaterra), sino sobre todo en el retroceso en la conciencia en la clase obrera que supuso la campaña de la burguesía que identificó la caída de los regímenes estalinistas con el fin de la perspectiva comunista, (“el fin del comunismo”, el “fin del sentido revolucionario de la lucha de clases”,…). El impacto inmediato de estas campañas que atacaban precisamente el «proyecto histórico del proletariado» (por emplear los términos del propio texto) en la combatividad de la clase obrera en un momento en que arreciaban precisamente los ataques a sus condiciones de vida y trabajo (precariedad, despidos, desmantelamiento del llamado “Estado del bienestar), prueba el sentido “bidireccional” de la relación entre luchas masivas y confianza en una perspectiva revolucionaria. Es decir que no sólo la ausencia de luchas deviene en una pérdida de confianza en una perspectiva revolucionaria, sino que la pérdida de esa referencia histórica futura se convierte en un factor de intimidación para las luchas del presente, haciendo a los obreros más vulnerables a las mistificaciones de salvar la empresa o salvar la economía nacional.
Sin embargo este retroceso, por largo y difícil que haya sido no puede identificarse con una derrota del proletariado. Como hemos analizado muchas veces, pensamos que el curso histórico, es decir la perspectiva futura para el conjunto de la humanidad sigue estando abierto a los enfrentamientos de clase decisivos entre burguesía y proletariado. No podemos extendernos aquí en explicar todos y cada uno de los elementos que justifican este análisis (ver Revista Internacional nº 107 así como los citados artículos de los nº 117 y 119), desde la propia estrategia política de la burguesía hasta el rechazo del proletariado de las principales concentraciones obreras del mundo a alistarse en las guerras imperialistas, etc. Si queremos insistir, sin embargo en dos de ellos:
1.- La existencia de dos generaciones sucesivas de trabajadores no derrotadas.
La identidad de clase del proletariado, a diferencia de anteriores clases explotadas de la historia de la humanidad, se basa tanto en su situación común en la explotación, como en su, y seguimos retomando el término del propio texto, «proyecto histórico. Pero la comprensión de ese proyecto histórico es imposible sin el reconocimiento de la naturaleza histórica de su lucha, es decir vernos como los sucesivos eslabones de una cadena de más de 200 años de luchas del proletariado por su emancipación. De ahí la importancia de la continuidad histórica de sucesivas generaciones obreras.
En el mencionado Texto de Orientación sobre la Confianza y la Solidaridad en la Lucha Proletaria, analizamos las dificultades que supuso para la generación obrera que entró en lucha en los años 60-70 la ruptura de esa continuidad con la generación precedente marcada en cambio por la derrota y la contrarrevolución, y también hemos analizado la repercusión decisiva de esas dificultades en el agotamiento de las oleadas internacionales de luchas obreras que se sucedieron desde 1968 hasta finales de los años 80.
No es esa la situación actual de la lucha de clases. Lo que vemos en cambio es la presencia de dos generaciones no derrotadas de la clase obrera, como ha podido apreciarse en las manifestaciones en Francia en 2003, en las luchas en Alemania el año pasado, o en las recientes movilizaciones en SEAT. La unión en la lucha de ambas generaciones es fundamental. Para la “joven generación”, la aportación de los obreros “de los 70” que han acumulado experiencias valiosísimas por ejemplo de autoorganización y extensión de las luchas, es un bagaje imprescindible. Pero también para los “veteranos” que sufrieron el fracaso de una primera tentativa de asalto al capitalismo (insistimos en que fracaso no es derrota ni alistamiento tras las banderas de la burguesía), ver la incorporación al combate de la siguiente generación, (de sus “hijos”, por resumir), refuerza la idea capital de que “la lucha continúa”, que lo de “el fin de la lucha de clases” es un mito intencionadamente propagado por la burguesía, que el futuro sigue siendo el combate de clase contra el capitalismo.
2.- El surgimiento a escala internacional de un movimiento de toma de conciencia.
Que el conjunto de la clase obrera, en general, haya sufrido un retroceso en la conciencia, no significa la desaparición completa del esfuerzo de toma de conciencia del proletariado. Precisamente por su naturaleza histórica, aún en los peores momentos de retroceso de la conciencia general en la clase, sigue existiendo en su seno ese impulso de búsqueda de, y podemos retomar de nuevo los términos del propio texto, un referente teórico-histórico que se enfrente coherentemente al sistema social presente. Ya, en pleno auge de la campaña sobre el “fin del comunismo” pudimos ver el surgimiento, desde luego muy minoritario, de elementos obreros que tendían a cuestionar esa campaña, que se negaban a aceptar que la perspectiva histórica de más de 200 años de lucha desapareciera de la historia, y que el capitalismo se convirtiera en el “único mundo posible”. Pero precisamente el agotamiento de esa campaña, por el propio desarrollo de la crisis histórica del capitalismo ha hecho surgir y extenderse un movimiento de cuestionamiento del sistema capitalista, una búsqueda de alternativas a este orden de explotación y destrucción.
No podemos analizar aquí como la burguesía trata de contrarrestar ese cuestionamiento a través de múltiples instrumentos (desde el movimiento “antiglobalización” hasta la parcialización de las respuestas: la “okupación”, el “ecologismo”, la “autogestión” de la miseria,…), pero si nos interesa mostrar que si la burguesía despliega tal cantidad de medios es precisamente porque siente que el viejo topo proletario no sólo no está muerto sino que va horadando los cimientos de la sociedad de explotación. Es un proceso latente, subterráneo, imperceptible para incluso la gran mayoría de los trabajadores, pero se va extendiendo y ampliando. No hay más que ver la proliferación de debates que muestran los foros de Internet, el eco creciente (aunque aún sea desde luego muy modesto) de las posiciones revolucionarias, las caras nuevas que acuden a las Reuniones Públicas de las organizaciones que se reivindican del comunismo,…
Este proceso atraviesa todos los continentes y todos los sectores del proletariado. Vemos desde luego el “regreso” de antiguos compañeros de lucha que vuelven con ánimos redoblados tras un paréntesis de ostracismo y desconfianza en su propia clase. Y vemos sobre todo a jóvenes con una decidida voluntad de aclararse, de responder a la pregunta ¿cómo podemos acabar con el capitalismo?
Esa es una de las características más importantes de esta nueva generación de elementos engendrados por el esfuerzo de toma de conciencia del proletariado. Sus preocupaciones van más allá de lo inmediato de las luchas reivindicativas, y apuntan sobre todo a la perspectiva, a la alternativa histórica al capitalismo. Y esto es sumamente importante y positivo para el desarrollo de la perspectiva revolucionaria. Pensamos que el propio texto apunta en esa dirección, ya que en el apartado destinado a plantear alternativas a la situación que describe en el proletariado, indica:
«- Lucha de los trabajadores contra nuestras condiciones de vida que pueda comenzar a poner sobre la mesa la polarización de clases y la existencia de un movimiento visible y real a la clase trabajadora enfrentada a la sociedad burguesa y cuestione de forma teórico-práctica la relación social capitalista». Y añade a continuación:
«- Comunicación, confrontación de posiciones y conclusiones que seamos capaces de extraer los trabajadores acerca de nuestros problemas y luchas.
- Y en definitiva, de la reapropiación y concreción programática (de lo que somos dentro de la sociedad, de cómo está montada y funciona, de cómo tenemos que actuar, de quienes son nuestros enemigos, etc.) y de las experiencias acumuladas por la lucha proletaria contra la sociedad del capital, para que nos sirvan de ayuda y guía para nuestras luchas presentes y futuras».
Es especialmente sobre estos dos aspectos sobre los que podemos y debemos actuar los revolucionarios. Respecto al primero no es la tarea de los elementos más avanzados provocar u organizar la lucha de los trabajadores contra la explotación . El texto mismo recoge con sus propias palabras lo que es una de las contribuciones centrales de Rosa Luxemburgo sobre la huelga de masas: « nuestra misma existencia supone un conflicto con la sociedad burguesa y un esfuerzo permanente por encontrar una salida a nuestra situación dentro de ésta».
El texto incluye unas concreciones:
«- la búsqueda y fomento de espacios de encuentro, debate y comunicación acerca de las luchas y problemas que se nos plantean como proletarios, participando en conflictos, contactando con trabajadores, intercambiando informaciones, etc….
- llevar a cabo un proceso claro, franco y sin “verdades absolutas” (a ver: me refiero a “verdades que no encuentran un reflejo en la realidad, no que los trabajadores no podamos afirmar cosas evidentes, o no por tanto, de forma firme) pero con unos mínimos, de debate y clarificación para armarnos teóricamente.
- y establecer contacto con grupos y personas con las que puedan darse condiciones y sea interesante debatir, intercambiar informaciones o profundizar en aspectos organizativos o de colaboración»
… que nos parecen acertadas y que creemos que ponen de manifiesto una sincera voluntad de abrirse a otras experiencias de otros trabajadores, o sea al conjunto de la clase obrera. Lo que planteamos es que esa apertura a la clase obrera trascienda lo inmediato o lo próximo y tome en cambio como referente la lucha histórica del proletariado. A ello hemos tratado de contribuir de buena fe con estos comentarios.
Corriente Comunista Internacional 4-12-05
Hemos publicado en esta misma sección (CCI “on line”), la correspondencia que matuvimos con los organizadores de la fira del llibre anarquista de Barcelona, que rechazaron que la CCI pudiera estar presente en un punto de venta. Ahora podemos ver que se trata de una práctica extendida de los organizadores oficiales anarquistas de este tipo de eventos también en otros países. Lo que más resalta de este artículo sin embargo, es la carta de un elemento del medio anarquista que plantea porqué no está de acuerdo con esta actitud de los organizadores, que tratan de condenar al silencio las posiciones de la Izquierda Comunista, y que compara con la actitud similar que tuvo....¡Stalin!
Ya hace varios años que no se permite que la CCI tenga un puesto en la feria del libro anarquista de Gantes, ni tampoco en la lonja anarquista de Utrecht En distintas ocasiones, los organizadores han hecho como si nuestra solicitud hubiera llegado demasiado tarde, o no hubiera sitio. Ya les vale. Cuando hemos insistido, los organizasdores nos han respondido que no damos el perfil anarquista exigido. Naturalmente no se nos pasa por la cabeza lamentarnos de esta decisión, o pedir una mayor complacencia de parte de los organizadores. Lo que nos interesa es poner al desnudo las verdaderas razones del rechazo repetido de los organizadores de estas ferias del libro.
Tras sus escapatorias administrativas, los organizadores mienten conscientemente cuando justifican su rechazo por razones ideológicas (no dariamos el perfil). ¿Quién no ha advertido la presencia en estas ferias de puestos, de publicaciones, de asociaciones, que son abiertamente socialdemócratas, estalinistas o nacionalistas... y que no tienen para nada un «perfil anarquista»? ¿Porqué exdcluir entonces a la CCI, una organización que se reclama del internacionalismo proletario y que denuncia todas las ideologías nacionalistas sea cual sea su pretexto étnico, histórico o religioso, como un verdadero veneno para los proletarios?
La CCI no ha ocultado nunca sus posiciones marxistas ni sus divergencias de principio con el anarquismo. La CCI siempre ha denunciado las posiciones burguesas del anarquismo oficial, que acaban en la defensa del Estado democrático (como fue el caso de Kropotkine o la CGT francesa en 1914, o la CNT española en 1936) y apoyando el nacionalismo más arcaico (como el anarco-nacionalismo bretón o flamenco). Si a los organizadores les parece indeseable nuestra presencia, es porque a los elementos que buscan una ampliación y una profundización de su visión política, les interesan los análisis de la Izquierda Comunista, les interesan las cuestiones que planteamos y las respuestas políticas que aportamos sobre los problemas que preocupan a la clase obrera y que conciernen a la perspectiva que se plantea para la humanidad. Lo que los organizadores quieren en realidad es evitar que se produzca una confrontación honesta y abierta de posiciones políticas. A pesar de sus peroratas (falsamente) libertarias, prefieren confiar en sus vecinos estalinistas y de extrema izquierda (pro o antiestalinistas) antes que ver a la Izquierda Comunista tener un eco por la defensa de una clara perspectiva de clase internacionalista.
No nos extraña en absoluto esta actitud de los organizadores, que refuerzan así el totalitarisno ideológico del que son en realidad un engranaje, aunque modesto, indispensable sin embargo, para prevenir que los elementos que se plantean cuestiones, encuentren respuestas políticas sobre las que debatir. Rechazando nuestro puesto, el anarquismo oficial aporta su pequeña piedra al edificio del pensamiento único burgués.
Ciertos participantes a los que ha irritado este comportamiento ya han manifestado públicamente su solidaridad difundiendo nuestra prensa en su puesto, y no han dudado en quejarse verbalmente y por escrito de la actitud de los organizadores: «La CCI es en efecto muy crítica con el anarquismo, pero eso es evidente: son marxistas de cabo a rabo (...) Están abiertos a la discusión con quienes se interesan por sus posiciones. Sus reuniones son públicas y uno puede ir tranquilamente y exponer sus posiciones anarquistas, o incluso difundir volantes anarquistas a los visitantes. Esto me parece pues más democrático que una feria del libro anarquista en la que algunos organizadores deciden por su propia cuenta rechazar ciertos grupos. Para ciertos anarquistas puede ser interesante distinguir los desacuerdos y las convergencias, así es como se aprenden a formular y defender las posiciones de cada uno. Y si no se quiere tener una discusión con ellos, por ejemplo porque no son bastante anarquistas, vegetarianos, feministas, o pacifistas, o simplemente porque no corresponden a la imagen que te haces del mundo, pues simplemente no se discute... Otra cosa distinta es ofrecer una plataforma para toda la asquerosa propaganda de los estalinistas y de los trotskistas, que vienen a ¡“salvar almas”! (...) en el caso de la CCI, no veo hasta ahora razones suficientes para rechazar su participación en la feria del libro anarquista. Y no es mi intención en ningún caso abrir las puertas de par en par a toda la canalla trotskista y estalinista; según me parece, la CCI se distingue de ellos, incluso desde el punto de vista anarquista, en el buen sentido. Las corrientes históricas de las que se reclama fueron en su tiempo víctimas de la represión desencadenada por Trotsky y Stalin, igual que los anarquistas. Sería igualmente extraño que una cierta forma de pensar que prácticamente ha desaparecido de la superficie del globo por la acción de los estalinistas (y que indudablemente a mucha gente le parece anacrónica), fuera condenada ahora al silencio ¡por los anarquistas!» (1). Animamos a los que quieren ser políticamente consecuentes a enviarnos sus tomas de posición, que publicaremos igualmente.
Por nuestra parte, animamos a quien quiera desarrollar una confrontación de ideas y debatir sobre los problemas del mundo, de la lucha de clases y del poprvenir de la humanidad, a que participe en nuestras actividades públicas, tanto las permanencias, donde discutimos sobre lo que plantean los asistentes, como las reuniones públicas, donde se discute sobre la base de una presentación hecha por la CCI; también podéis encontrarnos en las ventas de nuestra prensa, en los lugares que anunciamos en nuestros periódicos, o en las manifestaciones y las luchas obreras.
Mayo 2005
(1)Ver: carta abierta de ediciones De Dolle Hond a los organizadores de la feria del libro anarquista de la feria del libro de Utrecht, en nuestro sitio web: www.internationalism.organizaci [26]ón/dutch; ver también, “Los organizadores de la feria anarquista del libro de Utrecht desvelan sus prácticas estalinistas”, en Wereldrevolutie nº 101
En el Foro Alasbarricadas, un compañero hace una sencilla pregunta ¿Por qué es malo el capitalismo?
Pensamos que la pregunta debe formularse de otra manera: ¿Por qué hay que acabar con el capitalismo? Esa es la primera pregunta que vamos a responder.
Sin embargo, creemos que la cuestión que plantea el compañero debe completarse respondiendo a dos preguntas más:
¿Ha sido siempre el capitalismo un peligro para la humanidad?
¿Quién puede destruir el capitalismo?
Cuando se hundió el bloque ruso –mentirosamente presentado como “comunista”- todos los ideólogos, políticos, sindicalistas etc., nos repitieron hasta la náusea que el capitalismo era el “único mundo posible”, el entonces presidente USA –el papá del actual- prometió “un nuevo orden de prosperidad y paz”. Hoy, un buen número de obreros y de jóvenes tienen dudas cada vez más fuertes sobre ese aserto y piensan que este sistema social entraña peligros cada vez más graves para la existencia humana.
El desempleo, la precariedad en el trabajo, el endurecimiento de las condiciones laborales, la pobreza, la vivienda imposible de pagar, la eliminación acelerada de las prestaciones sociales etc., se generalizan en todos los países. El capitalismo no lleva a un “nuevo orden de prosperidad” sino a un desorden espantoso de miseria, pobreza y sufrimientos.
La guerra imperialista golpea un buen número de países y su proyección –los atentados terroristas de masas- traslada sus estragos a las poblaciones de países centrales como Gran Bretaña, USA o España. La barbarie cotidiana de Irak desmiente el eslogan de un “nuevo orden de paz”, bajo el capitalismo la perspectiva es un caos sangriento de guerras sin fin.
La humanidad está sufriendo una fuerte destrucción medioambiental, producto de la crisis sin salida del capitalismo y del carácter irracional y anárquico de su régimen de producción. Pese a Protocolos como el de Kyoto o Conferencias “mundiales”, la política de los gobiernos, la búsqueda desesperada de ganancias, preparan desastres en cadena amenazando con arruinar las bases mismas de la producción humana.
Sí el Estado es en todos los países la dictadura del Capital, los países que ocultan tal dictadura bajo la máscara de la democracia se vuelven cada vez más represivos y no tienen reparos en justificar la tortura, el asesinato a sangre fría y el control policial.
El capitalismo provoca la destrucción cada vez más profunda de los lazos sociales entre los seres humanos, las tendencias cada vez más violentas al nihilismo suicida (encarnadas por esos kamikazes que hacen explotar las bombas que llevan al cinto para matar de forma indiscriminada decenas de semejantes), a los enfrentamientos irracionales, a los odios xenófobos, a toda clase de prácticas gangsteriles, pornográficas etc., todo lo cual muestra una sociedad que ha perdido la brújula. Bajo el capitalismo, como ya dijo en el siglo XVII Hobbes, “el hombre es un lobo para el hombre”, pero hoy, esas tendencias están llegando al paroxismo encerrando una amenaza grave para la convivencia humana.
Este pequeño resumen confirma claramente lo que ya dijo hace 85 años la Tercera Internacional: PARA QUE LA HUMANIDAD PUEDA VIVIR EL CAPITALISMO DEBE MORIR.
Se puede desarrollar más este tema aqui [28] [29]
Como dijo Carlos Marx “el capitalismo nació en el lodo y en la sangre”. Al ser una sociedad de clases y basarse en la explotación del hombre por el hombre supura por todos sus poros violencia, injusticia y opresión.
Sin embargo, el capitalismo tuvo una fase progresista en la cual contribuyó a que la humanidad se liberara del aislamiento localista, de las técnicas de producción arcaicas, del sometimiento a la arbitrariedad y el despotismo de príncipes, curas y reyes. El capitalismo forjó el mercado mundial, instauró técnicas de producción sociales y, sobre todo, formó en sus propias extrañas la clase explotada que puede derribarlo: el proletariado.
Esa fase progresista se acabó a principios del siglo XX cuando el sistema alcanzó sus límites históricos. El siglo XX ha sido el de las peores guerras de la historia humana, el de las expresiones más monstruosas de la dominación estatal, el del cinismo y la manipulación más descaradas, el del contraste más radical entre, por un lado, un desarrollo potencial de las capacidades productivas de la humanidad y, de otra parte, la explosión de las peores lacras de todo tipo: enfermedades, guerras, matanzas, hambrunas, miseria, degeneración moral, catástrofes ecológicas, climáticas, habitacionales… En el siglo XIX, el capitalismo –pese a los tremendos sufrimientos que causó- era un sistema social progresista; en los siglos XX y XXI se ha convertido en un sistema reaccionario que multiplica los sufrimientos y lleva la humanidad a la destrucción.
El capitalismo es reo de los crímenes más atroces contra la humanidad. Pero ¿quién puede ejecutar la sentencia de su destrucción?
Muchas respuestas se han dado a esta pregunta: una coalición de seres humanos armados de justicia y buena voluntad; el pueblo entendiendo por tal todos los ciudadanos excepto cuatro oligarcas que se mueven en las sombras; un frente unido de las clases “populares” etc.
Sin embargo, la historia ha demostrado que ninguna de esas respuestas es válida. Desde que desapareció el viejo comunismo primitivo, la humanidad se halla dividida en clases sociales antagónicas y su historia es la historia de la lucha de clases, como señaló el Manifiesto Comunista.
Bajo el régimen capitalista, el proletariado es la clase revolucionaria de la sociedad. Es quien produce lo esencial de las riquezas sociales, quien trabaja de forma unitaria y colectiva, a quien sus intereses le impulsan a defender sus necesidades como seres humanos contra la dictadura de las necesidades económicas, políticas y militares que impone la reproducción del Capital.
El proletariado representa los intereses de la inmensa mayoría de la población explotada y oprimida. Afirmando su lucha independiente debe ganar a ésta al combate por la destrucción del capitalismo.
Se puede desarrollar más este tema en: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm [30]
Corriente Comunista Internacional 20-12-05: es.internationalism.org
No pretendemos hacer una crítica de los aspectos cinematográficos (puesta en escena, efectos,…) de esta película recientemente estrenada sobre Salvador Puig Antic. Tampoco vamos a detenernos en analizar las intenciones que han llevado a instituciones tan alejadas de los ideales que perseguía el protagonista de la historia, a patrocinarla generosamente. Nos referimos, entre otras, a la Generalitat de Catalunya (en manos del PSC, ERC, y los ex estalinistas de IU) o a la propia Antena 3, en manos del Sr. Lara, amigo confeso de José María Aznar.
Si queremos denunciar, en cambio, la tergiversación que perpetra este film sobre el ambiente en que, supuestamente, se desarrollan los hechos. La película en ningún momento expresa lo que fueron las luchas obreras de principio de los setenta en Barcelona , sino al contrario es una grosera manipulación de esas luchas y, también hay que decirlo, de lo que fue el MIL. Se trata de una alabanza descarada del individualismo, de la estampa burguesa del héroe inconformista, al que después se idolatra por sus propios verdugos políticos como es el caso de la película. Se presenta los hechos como una violencia ejercida por un grupúsculo al margen de la lucha clases, aunque aparentemente aparezca muy radical y antisistema. La autonomía de algunas luchas de entonces como la de la empresa Harry Walker, la de las empresas que estaban construyendo la nueva central térmica de Sant Adria de Bésos (en una de ellas, COPISA, trabajaba el obrero asesinado Manuel Fernández), las de los barrios, etc, por citar solo las luchas de las que se habla en la película muy de refilón, está totalmente ausencia en la película, cuando constituía el hecho fundamental de aquella situación. Por supuesto, también está ausente de la película, la reflexión ante esta autonomía de clase, que llevó a la falsa creencia, por los que constituyeron el MIL, de que el proletariado necesitaba una organización política que aportaría desde el exterior de la clase obrera, la teoría y los medios económicos necesarios mediante la “expropiación” armada y selectiva de la burguesía en la que la clase se reconocería.
La verdadera autonomía de la clase consiste en su propia autoorganización y esto lleva incluido también la organización de la violencia que siempre será un elemento, importante, pero complementario respecto de la conciencia y de la organización. Los trabajadores, en el proceso de su lucha, identifican y hacen surgir quienes son sus elementos más avanzados y decididos, en los que tienen más confianza, es lo que más se parece a lo que llamaríamos una vanguardia revolucionaria, pero esta nunca puede ser autoproclamada como fue el caso del MIL.
La película en ningún momento es crítica con la violencia individualista y al margen del proletariado, como hemos dicho, y eso no es neutral sino que por omisión lanza el mensaje mistificador, que la violencia proletaria consiste en eso, que esas acciones y, por ejemplo, las de ETA, Sendero Luminoso, Hamas, la lucha de guerrillas en general, no se diferencian de lo que ha sido y será la violencia revolucionaria de la clase obrera, cuando precisamente esos tipos de luchas armadas o acciones terroristas ni pertenecen a la clase obrera y además son contrarias a las tradiciones de lucha del proletariado; y, por extensión, también hay que decir que esa violencia está próxima, y fácilmente puede desembocar en ello, con la tradición anarquista española, con los atentados como los de Mateo Morral contra el Rey Alfonso XII, el de Santiago Salvador en el teatro Liceo de Barcelona, los asesinatos de Eduardo Dato y Sagasta, el pistolerismo de Barcelona o provocaciones policiales como el incendio de la sala de fiesta la Scala en Barcelona, en el que murieron cuatro trabajadores afiliados a la CNT. Ahora bien, sobre todo, estas acciones individuales, se traducen en un freno de las luchas obreras y al contrario de lo que buscan -la toma de conciencia mediante el ejemplo- consiguen exactamente lo contrario, desmovilización y pesimismo al no identificarse la clase obrera con ese tipo de violencia, porque instintivamente sienten que no es su campo, que no es su violencia. Esos métodos de acción encajan más bien en el proceder de otras clases sociales: o bien son conflictos internos entre capitalistas, o se trata de clases sin porvenir histórico, como la pequeña burguesía, o de provocaciones para boicotear las verdaderas luchas obreras, desorganizarlas y justificar su represión.
Se puede argüir que la pretensión de la película es solo centrarse en la trayectoria y figura de Salvador Puig, lo que ocurre es que justamente en eso consiste el método de la ideología capitalista dominante (llevado al arte, en este caso al cine), que esencialmente es individualista, en disolver la guerra social, que siempre es de clase y colectiva, en individuos o figuras destacadas, como protagonistas de los cambios históricos.
Desde ese punto de vista, se da el mensaje implícito de que la trayectoria de Salvador Puig estaría en línea con la de Durruti, Ascaso, el Che (por cierto ahora se quiere hacer de Oriol Solé un Che catalán, hay un libro sobre el asunto) y tantos otros iconos producto de una idea personalista y burguesa de la historia, o sea falsa y mistificadora como se hace en el film.
No es nuestra intención hacer una critica o una alabanza personal de Salvador Puig, en todo caso lo justo sería hacerlo de sus ideas políticas inexistentes en la película, ya que la persona y el pensamiento de Salvador Puig, queda diluida entre las escenas violentas, sus vivencias individuales y el consejo de guerra que acabó trágicamente con su vida, pero ese es un debate más extenso que aquí no podemos abordar.
S. 17/10/06
El año 2006 ha marcado una aceleración en la confrontación entre las clases, entre los proletarios y la burguesía. El movimiento de la primavera en Francia[1], la lucha de los trabajadores del pequeño metal en Vigo[2], por ejemplo, lo han puesto claramente de manifiesto, no solo por la fuerte combatividad que han expresado, sino fundamentalmente porque se están forjando las armas con las que nuestra clase podrá librar los combates decisivos del futuro que acaben con el capitalismo: la conciencia, la unidad, la solidaridad, el ser capaces de esquivar las trampas que le tiende su enemigo de clase…
La burguesía lo sabe, y por eso no se queda de brazos cruzados, sino que pone todos los medios a su alcance (provocación patronal, sabotaje sindical, campañas de calumnias contra los trabajadores en lucha, amenaza de represión, etc) para atacar esa perspectiva. En el contexto de esa batalla se han encontrado, el 28 de Julio, los trabajadores de tierra de Iberia en el aeropuerto del Prat (Barcelona).
¿Qué lecciones sacar de este episodio de la confrontación entre las clases?
Razones para luchar hay más que de sobra. Eso lo saben muy bien los trabajadores. Lo saben muy bien los empleados de Iberia, el personal de vuelo y los trabajadores de tierra. Como también lo saben los trabajadores del aeropuerto del Prat que están amenazados de entre 600 y 900 despidos al perder Iberia la concesión del handling (servicios de asistencia a los aviones en rampa) en el aeropuerto; o, «en el mejor de los casos» recolocaciones sin antigüedad ni pluses, con una pérdida salarial de cerca del 30% si se les subroga en las otras empresas que obtengan el handling. Es decir un ataque en toda regla, es lo que está en el tapete el día 28. No es ninguna novedad, es lo que nos espera a todos lo trabajadores, en todos los sectores, en todos los países, jóvenes y mayores, con contrato fijo o precarios… Un futuro de paro, eventualidad y miseria es lo único que puede ofrecer el capitalismo.
Frente a esa misma realidad se enfrentaron los jóvenes franceses esta primavera o los trabajadores del Vigo. La fuerza que les permitió enfrentarse a ella, echar atrás el CPE en el caso de los primeros, o lograr aumentos salariales “no lineales” en el convenio del pequeño metal, lo que les permitió ganar en fuerza y en conciencia, fue BUSCAR LA SOLIDARIDAD de los demás trabajadores, ganarlos a sus manifestaciones y asambleas. En Vigo los trabajadores impusieron asambleas de ciudad abiertas a todos los trabajadores que quisieran participar. En Francia los trabajadores de los hospitales obtuvieron la solidaridad de los enfermos que les decían “dejar el trabajo, ir a las manifestaciones, nosotros nos podemos cuidar solos ese tiempo”…
En el Prat, el día 28, a las 9 de la mañana, el Comité de Empresa (CCOO y UGT) convocan una asamblea informativa, haciendo que los trabajadores abandonen el puesto de trabajo (tanto los mostradores de facturación como los puestos a pie de pista) en la que confirman que Iberia ha perdido el handling y no se sabe que va a pasar con los empleos. ¡La provocación está servida! Como reconoce un trabajador de Iberia en “kaosenlared” ya desde el día 26 «corre como la pólvora la noticia de que Iberia ha perdido la concesión del handling» y ante eso ¿qué hacen los sindicatos?, ¿Qué hace el Comité de empresa?, ¿Qué hace CGT?... dejar que corra la pólvora; ceban el descontento y la desorientación para que el 28 estalle en las peores condiciones para los trabajadores que, indignados por el toreo al que se les está sometiendo, rejoneados por la “asamblea informativa” que calienta aún más los ánimos, salen por la puerta de toriles, como un mihura, a ocupar las pistas.
Como dice cínicamente CGT, («afirmamos que no se puede llevar a los trabajadores a la locura y luego pedirles que actúen con cordura»), los trabajadores «son llevados a la locura»; después de varios meses de falsas promesas y engaños de recolocación en otras empresas, a última hora se deja caer la bomba de que no se van a mantener los empleos en el peor de los casos, ni las condiciones laborales en el mejor (pérdida de antigüedad y de montante salarial) y que la suerte está echada; y su respuesta frente a la amenaza de despidos o deterioro de sus condiciones laborales parte de una combatividad real, de un hartazgo de las mentiras y del toreo de la empresa y los sindicatos:
«Y entonces, cuando los trabajadores estamos allí, cansados de que nos mientan una vez más, sintiéndonos engañados, estafados y ninguneados, cansados de que la empresa nos deje solos… TODOS, trabajadores y sindicalistas nos saltamos la valla y nos encaminamos al centro de la pista» (Un trabajador del personal de tierra de Iberia en Kaosenlared)
Aún cuando los sindicatos, criminalmente, han previsto lo que puede ocurrir[3] y cuentan con que no se van a aceptar los despidos así como así, aún cuando juegan un papel central en la provocación, empujando a los trabajadores a luchar en las peores condiciones que ellos mismos (los sindicatos) habían contribuido a crear, el desbordamiento de los sindicatos, la iniciativa de luchar al margen de ellos, de confrontarse a sus acuerdos vendeobreros y sus programas de “des-movilizaciones”, expresan la voluntad de luchar, el coraje y la determinación de clase de los trabajadores. Alrededor del 80% del personal de tierra de Iberia del Prat son afiliados de CCOOy UGT, y menos de CGT y USO, pero la determinación de luchar frente a la imposición de la derrota que transmitían los sindicatos fue una iniciativa de los obreros, al margen de los sindicatos:
«…en un principio la plantilla fue a pedir explicaciones a AENA, no encontró ningún interlocutor de la empresa y tras un debate entre los trabajadores, estos optan por trasladar su protesta a las pistas del aeropuerto, quedando paralizado el tráfico aéreo. Esta actuación fue totalmente espontánea y no estaba preparada ni planificada por nadie» (comunicado de CGT en Kaosenlared)
Nosotros no vamos a sumarnos al coro de lapidadores que ponen en la picota a los obreros de tierra de Iberia, ni a los que plantean la falsa alternativa “radical” de ocupar las pistas; ni tampoco a los que propugnan la huelga sindical “responsable” que sea solidaria… ¡con las necesidades de las empresas y el capital nacional![4]
Nosotros denunciamos la provocación y la maniobra de la burguesía con la mediación de los sindicatos para atacar el terreno autónomo de la lucha obrera, desde la defensa de ese terreno, de la combatividad y las iniciativas de lucha de los trabajadores.
Pero apenas estalló y se expresó esa iniciativa, se encontró con el terreno trampeado que le habían preparado de antemano. De hecho los trabajadores ni siquiera pudieron tomar a cargo la asamblea y decidir cómo organizar la lucha; como en otras ocasiones en que no se ha podido afirmar el terreno de lucha del proletariado, se confundió la fuerza del movimiento con la radicalidad de sus acciones puntuales.
Ocupar las pistas y desocupar y desasistir las instalaciones del aeropuerto repletas de gente, población trabajadora en su mayor parte, era la trampa a la que empujaban a los obreros todos sus enemigos. Eso los dejó aislados fuera de juego, y permitió que en muy poco tiempo, verdaderamente “volando”, se desencadenara una campaña para culpabilizarlos. De hecho la burguesía no movió un dedo para acabar con esa situación, dejando que los obreros se cocieran en su propia salsa:
«Una carga policial no garantizaba que los huelguistas se pusieran luego a trabajar. Con el garrote se podía desalojar a la plantilla de las pistas, pero no ponerla a trabajar» (declaraciones del delegado del gobierno en Cataluña, Sr. Rangel, en una entrevista a EL PAIS, 04.08.06).
La burguesía, llevando a los trabajadores donde pretendía ha podido descargar toda su propaganda entorno a una campaña mediática que ha tenido como eje la denuncia y denigración de los trabajadores presentados como “egoístas e insolidarios". Así, pretende hacernos olvidar que, entre otros muchos ejemplos, en el hospital de San Pau, también un servicio público, los trabajadores sanitarios organizaron manifestaciones el otoño pasado en demanda de más personal con el apoyo de los pacientes; en la huelga de Polonia en 1980, las asambleas decidían y organizaban el mantenimiento de los servicios sanitarios e higiénicos y de los transportes, igual que en Rusia en 1905 y 1917. La fuerza de los obreros es su solidaridad, la búsqueda de la extensión y la unidad de clase.
Los obreros del aeropuerto del Prat tenían que haber buscado la solidaridad de los usuarios y organizar, bajo el mandato de la asamblea, los servicios del aeropuerto. Esa era la primera condición para la búsqueda de una solidaridad más amplia. Si no lo hicieron, no nos cabe la menor duda de que fue porque se encontraron atrapados en la trampa del aislamiento que les habían tendido.
A partir de ese momento, de la ocupación de las pistas, la burguesía tiene las manos libres para rematar la faena: dejar que el caos de instale en el aeropuerto para enfrentar a los obreros en huelga con los “usuarios”, en una gran parte también trabajadores, de vacaciones. AENA, Iberia, el Gobierno del PSOE, el de la Generalitat de Cataluña (por cierto ambos de “izquierdas”) abandonan a las miles de personas que transitan por el aeropuerto del Prat a su suerte, sin agua, sin alimentos, sin refrigeración, sin ropa para cambiarse, con un calor asfixiante… a su triste suerte. ¡Como en caso de catástrofe nacional, es la cruz roja quien reparte agua, alimentos, insulina a los diabéticos, biberones a los bebés…!. A la burguesía, y sus sirvientes (los sindicatos entre ellos) les importa un bledo la población, su sufrimiento es (como en las guerras) un “daño colateral” al servicio, en este caso, de desprestigiar la lucha obrera, de oponer a unos trabajadores a otros, los que “quieren disfrutar, insolidaria y egoístamente, de sus vacaciones” y “los que ponen en riesgo, también insolidaria y egoístamente, las vacaciones de otros trabajadores”.
La burguesía y sus plumíferos han puesto toda la carne en el asador para machacar esa idea: “los obreros son unos insolidarios y unos egoístas”. La campaña de inmundicias que se ha volcado sobre los trabajadores del Prat, culpabilizándolos de toda esa situación que en realidad es el producto del escenario previsto por la burguesía es realmente asquerosa. Se presenta la lucha autónoma consecuente contra los ataques a nuestras condiciones de vida, como egoísta e insolidaria, y a cambio se ofrece la “solidaridad” del buen funcionamiento de los servicios públicos, de las empresas, en una palabra, del Estado burgués (autonómico o centralista), del capital nacional; pero es precisamente el “buen funcionamiento del Estado y el capital” lo que exige los despidos y los ataques a las condiciones de vida obreras; en nombre de esa “solidaridad nacional”, los “usuarios” trabajadores cuando vuelvan de vacaciones se verán amenazados de despidos y de recortes salariales; en nombre de esa misma “defensa nacional”, la burguesía envía a los proletarios en uniforme a la guerra por la defensa de la patria. No, la verdadera solidaridad se construye en la lucha intransigente por la defensa de nuestras condiciones de vida, en esa lucha convergemos todos los obreros y se desarrolla nuestra unidad como clase; pero ese proceso no es espontáneo ni está libre de obstáculos. Para empezar la competencia misma a la que la necesidad de la venta de la fuerza de trabajo para poder vivir obliga a los obreros en el capitalismo y nos divide y enfrenta por ramos, sectores, empresas, etc; pero además como demuestra la experiencia del Prat, la burguesía va a desarrollar todo tipo de ataques y maniobras contra la solidaridad obrera. Por eso el desarrollo de la solidaridad exige una conciencia, una reflexión y sacar lecciones de las experiencias.
Y por eso también, la defensa aparentemente firme y decidida que hacen los sindicatos más radicales, CGT y la CNT, de la lucha del Prat, ninguneando la situación de la población que estaba desatendida en el aeropuerto, en realidad contribuye a la campaña de desprestigio de la solidaridad obrera, acuñando consignas para la antología de la insolidaridad, como «Roma puede esperar».
Esa es la excusa perfecta para desencadenar la represión, una vez que se han asegurado de impedir que el más mínimo reflejo de solidaridad pudiera existir entre “trabajadores usuarios” y “trabajadores del aeropuerto”: primero repartir hojas de reclamaciones (no alimentos, agua o medicinas) y alentar a que se reclame “contra todos”: Iberia, Aena y… los trabajadores que han ocupado la pista; segundo emprender acciones legales contra los trabajadores por “secuestro” (el secuestro aéreo está castigado penalmente[5]) o en el “mejor de los casos” poder sentenciarlos con multas de hasta los 4’5 millones de euros; tercero someter a los trabajadores a la intimidación de tener que trabajar vigilados por la policía y Guardia Civíl.
Ante tal panorama ¿Qué hacen los supuestos defensores de los trabajadores, los sindicatos para defender la lucha contra toda esta basura? : “Los sindicatos de Iberia optan por aplazar hasta septiembre las asambleas para rebajar la tensión” (El País, 5 de Agosto 2006). Para los trabajadores del Prat sin embargo, como para miles y miles de trabajadores de todos los sectores y países, las espadas siguen en alto: “El preacuerdo cerrado a ultima hora del jueves entre Iberia y los representantes sindicales del personal de tierra de la empresa no sirvió para tranquilizar plenamente a toda la plantilla, que ayer volvió a ocupar a primera hora de la mañana sus puestos de trabajo bajo la vigilancia de la Guardia Civil” (El País, 5 de Agosto 2006).
Ante esta realidad se imponen algunas lecciones:
- no repetir el error al que los sindicatos (todos los sindicatos, desde CCOO-UCG hasta CGT) llevaron a los obreros de SEAT entre el verano del 2005 y la ejecución de los despidos en Diciembre de 2005[6], de esperar a las negociaciones sindicales y a sus convocatorias, de inacción que sólo sirvió para llevarlos al matadero de los despidos. Por el contrario lo que se impone es discutir, sacar las lecciones y preparar los nuevos episodios de confrontación contra los planes de la burguesía.
- Retomar las enseñanzas de las luchas de Vigo o de los jóvenes en Francia: buscar la solidaridad de los demás trabajadores, hacer asambleas y manifestaciones abiertas de todos los obreros. Ahí es donde está la fuerza de la clase obrera. Desde ese fuerza es posible zafarse de las provocaciones que Patronal-Gobierno y sindicatos urden contra nosotros.
Alba, 07/08/06.
[1] ver Tesis sobre el movimiento de la primavera en Francia en rint/2006/125_tesis [31]
[2] ver articulo sobre Vigo en ccionline/2006/vigo.htm [32]
[3] «No se sabía previamente ni la modalidad de la movilización ni su intensidad, pero sí que algo iba a pasar. Y las autoridades también eran conscientes de ello» Joseph M. Álvarez, secretario general de UGT Cataluña, en la Vanguardia, 10.08.06, «Se podría haber evitado»
[4] «A diferencia de otros sindicalistas que daban prioridad a la defensa de los empleos sobre las vacaciones de los afectados, el dirigente de UGT se mostró preocupado por el efecto del paro ilegal sobre las vacaciones de miles de trabajadores» (El Periódico 02.08.2006: «Los sindicatos mayoritarios de Iberia se desmarcan de una nueva huelga», tomado de Kaosenlared)
[5] Este es un ejemplo palmario de cómo la burguesía puede utilizar contra los trabajadores medidas de represión que ha acuñado “contra el terrorismo”, en concreto las medidas penales contra los secuestros aéreos las implementó en los 70 con esa misma excusa y hoy trata de aplicarlas contra las luchas obreras. No es la primera vez, ni será la última.
El 3 de julio de 2006, el peor accidente de Metro de la historia de España y uno de los más graves de Europa se ha cobrado la vida de 41 personas en Valencia dejando malheridas a 40 más.
La fuerza de la solidaridad
Ante la catástrofe se ha desarrollado rápidamente una solidaridad espontánea: las víctimas en lugar de salir de estampida según el “sálvense quien pueda” se ayudaban mutuamente, trabajadores y vecinos acudían a prestar auxilio, movilización generosa de los bomberos, trabajadores sanitarios libres de servicio, donaciones masivas de sangre… Solidaridad que expresa un sentimiento profundo de preocupación por los demás que contrasta con el individualismo y la guerra de todos contra todos que destila por todos sus poros la sociedad actual. Solidaridad que desmiente rotundamente la imagen que los medios de comunicación, los políticos, los ideólogos, dan de nosotros: una multitud de egoístas que van a la suya y que solo se preocupan de consumir de forma insolidaria e irresponsable.
Esa solidaridad humana, social, es lo primero que queremos expresar a las víctimas y a sus familias. Solidaridad con su dolor y con su indignación.
Dolor, porque una vez más –como ya ocurrió en el accidente del metro Londres hace 3 años o como aconteció en Madrid cuando el atentado de Atocha- son los trabajadores los que sufren en carne propia las consecuencias de estas catástrofes. La mayoría de las víctimas procedían de Torrente, una ciudad dormitorio próxima a Valencia.
Indignación por la falsificación vergonzosa que han realizado de las causas del accidente. Todos los políticos –tanto del PP como del PSOE- así como los medios de comunicación lo han atribuido a un exceso de velocidad, echando las culpas al conductor –muerto él mismo en el accidente-.
El mensaje es claro: ERROR HUMANO, irresponsabilidad del trabajador, culpabilización, ¡qué malos y qué irresponsables somos el género humano!. No es la primera vez, la investigación del accidente ferroviario de Almansa acontecido hace 3 años y donde se pusieron en evidencia graves deficiencias de la infraestructura, la señalización y los sistemas de seguridad, se resolvió echando toda la culpa a un trabajador de RENFE, condenado a 3 años de cárcel.
Con esta política, el capitalismo y su estado se lavan las manos, se muestran como palomas inocentes que no tienen responsabilidad en nada y siembran la cizaña y el sentimiento de culpabilidad en los trabajadores, en la población.
Es cierto, el tren circulaba a 80 kilómetros por hora, el doble de lo permitido en ese punto. Así lo ha demostrado la caja negra de la máquina. Pero han presentado una verdad a medias, desprendida de una serie de consideraciones muy importantes cuyo análisis nos permite comprender que hay OTRA VERDAD sobre las causas del accidente.
Una tragedia consecuencia de la crisis del capitalismo
Lo primero que han silenciado es que el conductor tenía un contrato precario, no había sido contratado como maquinista sino como agente de estaciones y no había recibido la formación adecuada: «Su relación laboral con FGV estaba establecida a través de una empresa externa mediante una modalidad de contrato conocida como adscripción temporal. Sin embargo, Jorge Álvarez, del Sindicato Independiente Ferroviario, denuncia que el conductor hacía labores de maquinista desde mayo aunque no tenía una plaza fija. Su puesto era de agente de estaciones y tenía un contrato de mejora de empleo temporal de maquinista. "Le dieron 14 días de prácticas, cuando antes lo normal era estar al menos un año como ayudante de maquinista", afirma» (El Mundo 4-7-06).
Un trabajador precario, sin formación, es colocado en el disparadero de conducir todos los días un convoy. Esto constituye una pesada carga de responsabilidad, fuente indudable de tensiones, angustias y sufrimientos. Pero, al mismo tiempo, significa poner en peligro todos los días las vidas de cientos de miles de viajeros que dependen de que “todo vaya bien”, de que no se produzca ningún incidente o contratiempo que puede llevarlos a la tumba.
Se ha comentado la posibilidad de que el conductor sufriera una desvanecimiento. Esto nos lleva a la segunda irresponsabilidad grave de esas autoridades que tanto cacarean su “solidaridad”: desde hace unos años, como consecuencia de la política de despidos masivos y reducción de personal, los trenes son conducidos por un único conductor, ya no existe la conducción en dúo –maquinista y ayudante-. Sí al conductor le pasa algo y no puede controlar la situación, los viajeros se ven abandonados a su suerte.
Estos 41 muertos son el resultado de dos políticas que llevan a cabo todos los gobiernos y todas las empresas: PRECARIEDAD Y DESPIDOS MASIVOS.
El abandono y descomposición de las infraestructuras
Otro elemento muy importante del problema es el estado calamitoso de la línea 1, donde se ha producido el siniestro. Hace un año hubo un accidente en esta misma línea que reveló problemas de inseguridad, deterioro de material, fallos por falta de mantenimiento. ¡No se hizo absolutamente nada! Concretamente, «el tramo en que se produjo el accidente es una curva en malas condiciones. Es muy cerrada y a la entrada hay un pequeño bache, lo que se llama un garrote en el que la vía se desplaza y hace un pequeño zigzag» (testimonio de un sindicalista recogido en Levante 4-7-06).
Pero «esa curva, ya maldita, ningún ingeniero ha propuesto modificar su trazado, entre otras razones porque ello hubiera supuesto el cierre provisional de un transporte que desde el primer día ha sido vital para oxigenar el sistema cotidiano de la gran ciudad. La línea 1 es el principal sostén del gran éxito de público del metro valenciano, que ha sobrepasado el año pasado los 60 millones de usuarios» (Levante 4-7-06). La empresa del metro de Valencia es de propiedad pública, ha sido gestionada tanto por el PSOE (hasta 1995) como por el PP y en función de la sacrosanta rentabilidad capitalista no han corregido un problema grave poniendo en peligro diariamente la vida de cientos de miles de personas.
Por la maldita rentabilidad, por la política de reducción permanente de costes impuesta por la crisis, las infraestructuras están cada vez más abandonadas. No se renueva, no se invierte en su mantenimiento, y con ello, las condiciones para que se produzcan catástrofes como las de Valencia, están dadas. Tanto en los países industrializados como –de forma más extrema- en los países periféricos, se vienen repitiendo las tragedias –deformadas como “naturales”- en aviación, en barcos, en trenes, inundaciones, alteraciones climáticas etc.
El capitalismo es la catástrofe permanente
Este abandono de las infraestructuras, que se acompaña del abandono de los barrios obreros –o incluso de clase media- contrasta con las inversiones multimillonarias en edificios o complejos emblemáticos, o en eventos –en el caso de Valencia, la visita del Papa y en 2007 la fantasmal Copa de América-. La prensa de “izquierdas” fustiga al gobierno regional del PP por ese despilfarro y propone “más gasto para servicios públicos”.
Lo que sucede es que esa política suicida de fastos y construcciones faraónicas, de enloquecida especulación inmobiliaria, es la única que el capital puede llevar a cabo para mantener a flote una máquina económica cada vez más golpeada por una crisis sin salida. Y cómo es la única política posible, la practican tanto el gobierno central del Señor Zapatero que prometió acabar con la especulación inmobiliaria y la ha desbocado aún más que su predecesor, como sus barones municipales (Zaragoza y Barcelona, gobernadas por “socialistas”, sin olvidar el increíble despilfarro de la Expo de Sevilla, espejo en el que se miran los señoritos valencianos del PP). Esa misma política la vemos en lugares tan dispares como Londres, Dubai, Shanghai o Atenas, con gobiernos de la más variada coloración ideológica.
La tragedia de Valencia se suma a la larga lista de catástrofes, de atentados, de matanzas, por un lado, y a los sufrimientos cotidianos, esos millones de tragedias silenciosas e invisibles, que padecen muchos seres humanos como consecuencia de la precariedad, de la miseria, del desempleo, de los accidentes laborales y, al mismo tiempo, del deterioro de las relaciones sociales y humanas, que por todos los poros transpira este sistema social condenado por la historia y cuya supervivencia tantos males está causando.
Decir basta, rebelarse, luchar, es el único camino. Es el camino que empieza a emprender la clase obrera internacional como lo manifiestan luchas como la Primavera francesa de marzo 2006 o la huelga del metal de Vigo en mayo 2006. Su desarrollo, que va a costar muchos esfuerzos y tendrá que vencer obstáculos enormes, es el que permitirá erradicar del planeta las causas de tantas catástrofes, de tanta barbarie, de tanto sufrimiento.
Corriente Comunista Internacional 4-7-06
Aún ayer, patronal, Gobierno y sindicatos habían afirmado al unísono a los trabajadores de Volkswagen (VW) lo siguiente: si aceptáis más flexibilidad y una aceleración del ritmo de trabajo, podréis conservar vuestros empleos. Hoy podemos comprobar lo que valen tales promesas: 4.000 despidos directos y entre 8 y 10.000 indirectos.
¿Como responder a esta agresión social de una brutalidad hasta ahora desconocida? , ¿ Debemos quedarnos quietos y aceptar la lógica de los despidos como proponen los sindicatos?, ¿ Debemos tener confianza en las negaciones y apoyar las mascaradas de solidaridad formal que organizan los sindicatos?, ¿ Como podemos desarrollar una verdadera lucha, solidaria y colectiva?, ¿Tiene el capitalismo un futuro que ofrecernos?, ¿ Debemos creer en las nuevas promesas de recolocaciones, nuevos planes industriales, etc., o son simplemente vanas ilusiones para contener la cólera y la lucha de los trabajadores?. Tales son las cuestiones cruciales planteadas por el conflicto social de VW, a las que debemos encontrar una respuesta clara.
Desde hace varias semanas, a golpe de reportajes en directo y ediciones especiales, los medias burgueses no paran de hacerse eco de las lágrimas de cocodrilo que “derraman” los políticos al ver tirados en la calle a los obreros de VW como vulgares pañuelos de papel. El mensaje que nos quiere transmitir es claro y, va dirigido a el conjunto de la clase obrera: “….es terrible y debemos rechazarlo, pero no hay nada que hacer ante esta situación: son las leyes de la economía y las consecuencias de la mundialización. No sirve para nada oponer resistencia ya que la lógica de la concurrencia capitalista se impondrá de todos modos. La única manera de salir de esta situación es ser más competitivos y por ello, debemos aceptar más sacrificios, todos aquellos que nos pidan nuestros explotadores para poder defender y salvaguardar los intereses de la economía nacional…”. ¿Es esta la única perspectiva?, ¿Cuál es la realidad?
Tras los despidos masivos en Renault, Vilvorde, SNCB, SABENA, Ford Genk. DHL, Inbev o AFGA Gevaert, con los que puede haber mañana en Opel y, una vez más, en Correos, tras el “pacto de la generaciones” por la competitividad y el empleo, que ha reducido nuestros salarios y aumentado la flexibilidad hasta niveles insoportable ¿Qué perspectiva nos ofrece esta espiral de austeridad y competencia desenfrenada?. La experiencia de las semanas pasadas en VW confirman lo que cada vez más sentimos los trabajadores: la economía capitalista de mercado (con o sin regulación “social”) no puede ofrecernos más que la pauperización, la inseguridad y la miseria sin fin.
La supuesta sorpresa de la burguesía belga ante la brutalidad del ataque de VW y su “comprensión” ante la cólera de los trabajadores despedidos no son más que pura hipocresía. Acordémonos de cómo sacrifico cínicamente millares de empleos en DHL con la excusa de la “lucha contra el ruido ambiental” o, como “Estado-patrón”, como redujo a la mitad el empleo en los ferrocarriles de la SNCB y ahora en Correos. Es más, este seísmo social llega en el momento en que se debe concluir el nuevo acuerdo interprofesional que debe fijar la “moderación salarial” en el conjunto de la industria. No es ninguna casualidad que, varias semanas antes del anuncio de los despidos masivos, rumores, debidamente aireados, nos dieran pistas sobre los diferentes escenarios que podían tener los despidos. Así, desde que se conocen las cifras precisas de los despidos, la burguesía y sus sindicatos podían estar muy atentos para encuadrar la cólera obrera, dividir a los trabajadores y organizar una demostración de impotencia que lanzara un claro mensaje a toda la clase obrera:
El desarrollo de esta campaña política no es casual, ni inocente. Gobierno, patronal y sindicatos están inquietos ante el desarrollo de un sentimiento de cólera que recorre, aunque de forma desigual, a toda la clase obrera. Sentimiento que comienza a expresarse en el desarrollo de luchas en numerosos sectores. Para dificultar esta escalada de luchas y conflictos la burguesía intenta desarrollar ese sentimiento de impotencia y fatalidad.
Las organizaciones sindicales han conseguido evitar el desarrollo de la lucha en VW. Han pedido a los obreros que se quedaran en sus casas aislados, sin información o perspectivas, dependiendo de la “buena voluntad” de los patronos y de las negociaciones por llegar. Inmediatamente después, han impuesto la realización de una huelga, no activa y de lucha, sino una huelga interminable (anunciada en principio hasta el 15 de Diciembre, fecha de la notificación de la decisión oficial tomada por VW Alemania), pero siempre aislados y su casa. La única preocupación de los sindicatos es “ser dignos”, “preservar otros medios de lucha” y “no perder de vista” que “si no enfadamos a la patronal, esta considerará nuestra actitud responsable”. ¡Mentiras y más mentiras! Los sindicatos demuestran, una vez más, su verdadera naturaleza de defensores de los intereses del capitalismo contra los intereses de los obreros.
Por eso, para no aparecer descaradamente como lo que son, puros y simples saboteadores de las luchas, han “organizado” una mascarada de solidaridad en torno al caso de VW-Forest. Es una mascarada porque nada tiene que ver con una real solidaridad en la lucha para que, todos juntos, podamos hacer retroceder los planes de patronal y gobierno. Es una mascarada de solidaridad formal que se reduce a una manifestación nacional sin continuidad, el 2 de Diciembre, y el envío de algunas delegaciones sindicales a otras empresas del automóvil para que sus “homólogos” presten su “apoyo”. Es una verdadera y cínica mascarada porque todo este montaje se presenta como imprescindible para conseguir el objetivo de “negociar con los patronos las mejores condiciones para los despidos”, para apoyar al gobierno en su exigencia de conseguir un “nuevo proyecto industrial” que, como bien sabemos los trabajadores, no es más que una nueva y falsa ilusión sobre las “recolocaciones” de los miles de despidos, eso si bajo las condiciones de trabajo del “Pacto de generaciones”, es decir, con la obligación de aceptar no importa que tipo de trabajo en no importa que condiciones bajo la amenaza de que en caso contrario se perderá el derecho a recibir cualquier tipo de prestación. ¡Como bien sabemos todas estas falsas ilusiones no pueden conducir más que al fracaso!, y una vez más los sindicatos con su cínico juego culparan a los obreros de la situación por no haber sido lo bastante solidarios.
Toda la historia demuestra que quedarse encerrados en el corsé sindical no puede conducir más que a la derrota y la desmoralización. Y esto, no porque los delegados sindicales de VW o los secretarios nacionales de la central de los metalúrgicos sean unos vendidos: los sindicatos dividen a los obreros y defienden una gestión responsable de la economía capitalista en detrimento de los intereses de los explotados porque, hace ya mucho tiempo forman parte de las estructuras del Estado capitalista y defienden hasta sus últimas consecuencias la lógica del capital.
Toda la historia demuestra también que sólo la extensión de las luchas a otras fracciones de la clase obrera es capaz, aunque sólo sea temporalmente, de hacer retroceder a la burguesía. Y, vista la efervescencia entre el resto de trabajadores de numerosos sectores, tomando en cuenta las amenazas de despidos en otras fábricas, las posibilidades de extensión de la lucha no son imaginarias. Pero esto significa, ante todo, que la solidaridad obrera y la extensión de las luchas deben ser tomadas a cargo y desarrolladas por los trabajadores. Esto supone la realización de asambleas masivas y soberanas, dirigidas por los trabajadores a través de una participación masiva de todos y de todos los sectores implicados en la lucha. Y esto no puede realizarse más que enfrentándose al sabotaje sindical y bajo el control directo de los obreros en lucha.
Debemos tomar ejemplo de los combate más recientes de nuestra clase como son, las luchas contra el CPE en Francia, las huelgas del metro en Nueva-York o las de los obreros metalúrgico de Vigo en España, donde se han vuelto a expresar las trazas de una verdadera solidaridad obrera, las asambleas generales bajo el control de los obreros y la exigencia de negociar directamente, sin la mediación sindical.
Actualmente, la crisis del capitalismo, la calamidad omnipresente del desempleo y la barbarie generalizada de este sistema son más que evidentes. La gran oleada de simpatía de la población hacia los obreros de VW – mucho más clara y evidente que la que se produjo hace dos años ante los despidos en Ford Genk -, está directamente relacionada al reconocimiento que se hace poco a poco de la gravedad de la situación general y del problema fundamental que se plantea a la sociedad: ¿Qué perspectiva nos ofrece esta espiral de austeridad y de competencia desenfrenada? Los salarios y las condiciones de trabajo arrancadas al capital tras dos siglos de luchas están siendo brutalmente amenazadas y puestas en cuestión. La fuerza de trabajo humana, en tanto que fuente de riqueza de la sociedad, es cada vez más sobre explotada y despreciada. Todo esto no constituye, en modo alguno, el signo del nacimiento doloroso de un nuevo sistema social, sino muy al contrario, es la expresión de un capitalismo moribundo que se ha convertido en un obstáculo monstruoso para el progreso de la humanidad. Los esfuerzos balbuceantes hoy en día para el desarrollo de una resistencia obrera ante esta situación, hacia el retorno de la solidaridad, van acompañados con una reflexión en profundidad sobre la situación. Esto es lo único que puede conducir a poner en cuestión este bárbaro sistema, en la perspectiva de un sistema social superior, el comunismo.
Corriente Comunista Internacional (CCI), 24/ 11/ 2006
Hemos visto con satisfacción que habéis publicado en vuestra Web el balance de nuestra reunión pública en Buenos Aires de Agosto 2005. Como se plantea en este texto, en la reunión se discutió la imposibilidad de «crear un espacio anticapitalista dentro del propio capitalismo» y se desarrolló igualmente una crítica de todo el movimiento en torno a las fábricas ocupadas, MTD´s, los piqueteros, etc. que se presenta como «alternativa al capitalismo».
Lógicamente no se pudieron agotar todas las discusiones ni apurar bien todos los matices de lo que se dijo entonces; hemos leído el documento que llevasteis: «Empresas recuperadas, la autonomía empantanada» donde se desarrolla una crítica de la recuperación como cooperativas de las empresas ocupadas, y también el documento «Red de Redes», donde se expone “en positivo” lo que entendéis por «una red material, política y social anticapitalista».[1]
En el primer documento dejáis muy claro en qué se han convertido (o van camino de convertirse) realmente las empresas ocupadas: «Las propias ilusiones operarias de que siendo dueños de su unidad productiva se acabó con la explotación, van a resultar contrastadas con su propia práctica. No hay un mercado “bueno” del capitalismo obrero, contrapuesto a un mercado “malo” patronal. (…) Por supuesto algunos integrantes de empresas recuperadas ganarán más, porque sencillamente se explotarán más. Se reimplanta la ley del cambio del trabajo por su valor monetario; la “conquista del salario digno” y la lógica de producción de mercancías; en desmedro de la ley del uso sin valor de lo producido y la autogestión generalizada»...
...«Producto de la compraventa, el jugo de la energía obrera va a volver al capital dando un rodeo previo a través del comercio. Una nueva enajenación se cierne sobre los trabajadores: la ilusión de un mercado popular y solidario»..., etc., etc.
Sin embargo, en este mismo documento, y sobre todo en «Red de redes», se considera que en lugar de eso, sí podrían convertirse potencialmente en un área autónoma anticapitalista: «La lucha capital-trabajo precisa superar las dicotomías parciales del tipo: patrón fugado-obrero okupa. La oposición irreductible resulta: empresa okupada, locales asamblearios recuperados y piqueteros que producen, prefigurando la potencia material y subjetiva del poder constituyente de la multitud. Un entrelazamiento y mixtura de un conjunto de prácticas irreconciliables con el mercado. Territorios liberados de las condiciones del trabajo asalariado. Un contrapoder integrado por diferentes poderes populares. Un área autónoma material y subjetiva, del conjunto del movimiento. Y no el aislamiento de las empresas recuperadas, los talleres piqueteros y los locales asamblearios. Todos estos espacios “liberados” necesitan ser entendidos por el movimiento, no como exclusivas conquistas personales y grupales sino, como conquistas sociales» (“Empresas recuperadas: la autonomía empantanada”)
«Si esta red de redes se transforma en la forma de sociabilidad contrahegemónica, unificando autoorganización asamblearia con anticapitalismo, llegará el momento de confrontar definitivamente con el mundo del capital. Antes de esto y, si las masas no irrumpen en escena cambiando el rumbo de la historia, hay que resistir desarrollando nuevas iniciativas, o lo que es igual, ampliando la resistencia con una poderosa red que debe ser y, a un mismo tiempo: económica, política y afectiva. Es a esto a lo que denominamos gérmenes de un poder constituyente biopolítico afectivo, anti-poderes creados por lazos fraternales[2]. El descubrirse y reconocerse mutuamente en las diferentes experiencias antisistémicas: fábricas reapropiadas, MTD´s y asambleas. La rebeldía que reclama por la dignidad humana, permanentemente puesta en discusión por el capital y la potencia del hacer y hacer-[se] de los insumisos» (“Red de Redes”).
¿Qué es lo que convertiría, según las citas anteriores, unas experiencias “autogestionarias” en un medio potencialmente anticapitalista?
1º Que supondrían la abolición de los salarios, introducción de bonos de trabajo y producción de valores de uso, suprimiendo igualmente el intercambio mercantil;
2º Que darían lugar a una lucha permanente para extender el “área de la autonomía” y resistir a las presiones del capital;
3º Que en el “área autogestionaria” tendría que desarrollarse una claridad sobre los fines revolucionarios del movimiento.
Vamos a ver sí esas expectativas se cumplen realmente.
Decís que «Si la clase asalariada quiere dejar de ser dominada por la clase empresaria debe concluir con todo tipo de “asalariamiento” de su trabajo. Evitando reeditar la condena salarial desde la empresa tomada. Impidiendo quedar subsumida su energía del hacer en una nueva acumulación del capital» (“Empresas recuperadas”...). Para lograr esto preconizáis: «El ordenador colectivo de la red será el trabajo antisalarial. La abolición de la compraventa de saberes, cosas y servicios. La dignidad de una sociabilidad que no explota trabajo humano, no paga por producir, sino que devuelve, en medios de uso y consumo, en la misma proporción en que se brindó el trabajador al conjunto de la red»... «... mientras que el anticapitalismo no sea la forma dominante en toda la sociedad, cada uno de sus integrantes, recibirá para su consumo, una cantidad de bienes en función al tiempo de trabajo que le dedicó a la red» (“red de redes”)
En otras palabras, proponéis una comunidad de producción para el consumo, donde cada productor recibe de la comunidad una cantidad de bienes y servicios equivalente a lo que ha producido para ella. Es decir, se instituirían unos bonos de trabajo que sustituirían al dinero.
No es la primera vez que se plantea algo semejante, y no únicamente desde una perspectiva de “alternativa al capitalismo” (como Proudhom), sino incluso desde la filas de los mismos economistas burgueses, con la intención de “facilitar el intercambio”. Fue John Gray, un economista inglés, el primero en desarrollar sistemáticamente la teoría del tiempo de trabajo como unidad de medida inmediata de la moneda[3] que Rosa Luxemburgo critica así en su Introducción a la Economía política.
«El dinero oculta el verdadero origen de todas las riquezas, su procedencia del trabajo, provoca permanentes oscilaciones de precios y otorga de este modo, la posibilidad de los precios arbitrarios, de estafas y acumulación de riquezas a costa de otros. Así pues, ¡fuera el dinero! Este socialismo dirigido a la abolición del dinero surgió inicialmente en Inglaterra, siendo sus representantes en ese país, ya en los años veinte y treinta del siglo pasado, escritores muy talentosos como Thompson, Bray y otros; luego el junker conservador pomeranio y brillante economista Rodbertus reinventó esta suerte de socialismo en Prusia y, en tercer lugar, Proudhon reinventó este socialismo en Francia en 1849. Inclusive se emprendieron experiencias prácticas en esta dirección. Bajo la influencia del mencionado Gray se fundaron en Londres y en muchas otras ciudades de Inglaterra lo que se llamó “bazares para el intercambio equitativo”, a los cuales se llevaban las mercancías para ser intercambiadas sin la mediación del dinero, estrictamente según el tiempo de trabajo contenido en ellas. Proudhon propuso la fundación de su llamado “banco popular”, también con esta finalidad. Estos intentos, como la teoría misma, entraron pronto en bancarrota. En realidad, el intercambio es impensable sin dinero, y las oscilaciones de precios que se pretendía abolir son el único medio de indicar a los productores de mercancías si están produciendo demasiado o demasiado poco de una mercancía, si emplean en su producción menos o más trabajo que el necesario, si producen o no, las mercancías que deben. Si se elimina este único medio de entenderse que existe entre los aislados productores de mercancías en la economía anárquica, ellos quedan completamente perdidos, pues ya no son solamente sordomudos, sino además ciegos. Entonces la producción tiene que detenerse y la Torre de Babel capitalista se derrumba. Así pues, no hay más que una utopía en los planes socialistas que pretendían hacer de la producción mercantil capitalista, una socialista, por la simple eliminación del dinero.»
A menos que se considere que el “área autogestionada” permanece totalmente al margen del resto de la sociedad, la división del trabajo y la competencia obligan a un intercambio con el conjunto de la producción capitalista, que por otra parte determina las necesidades (en un sentido amplio y no estrictamente de supervivencia) del conjunto de la sociedad; como vosotros mismos reconocéis: «El desafío, de la red de redes, se compone por la tensión que provoca la mixtura, por un lado, entre un circuito donde se quiere instituir el valor de uso colectivo y superar el trabajo asalariado y por el otro, el dinero necesario para proveerse de los medios productivos de los que se carece» (Red de redes)
Ese intercambio inevitable con la producción capitalista permite al capitalismo recuperar las “áreas autogestionadas”. La competencia de sus bajos costes y la capacidad de abastecer las mercancías para las que existe una necesidad, es la fuente de la recuperación de las empresas ocupadas, igual que, en el siglo XIX, fueron las armas del capitalismo para transformar la economía precapitalista de las colonias integrándola a la producción capitalista: «Los bajos precios de sus productos son la artillería pesada con la que derriba todas las murallas chinas, con la que doblega la más terca xenofobia de los bárbaros hasta su capitulación. La burguesía obliga a todas las naciones a apropiarse del modo de producción burgués si no quieren sucumbir; las obliga a incorporar ellas mismas la llamada civilización, esto es, a convertirse en burguesas. En una palabra, crea un mundo a su imagen y semejanza» (El Manifiesto Comunista). Las empresas del “área autogestionada” se ven obligadas, sí quieren sobrevivir, a adoptar todas las prácticas propias del capitalismo (reducción de costes, aumento de la explotación, competencia desaforada) con lo cual la “Red de Redes” queda atrapada en las redes de la producción capitalista[4].
La única solución sería evitar todo intercambio con el capitalismo, y que se organizara una producción social, de valores de uso, al servicio de la comunidad, dirigida conscientemente por la participación colectiva de sus miembros; eso implicaría necesariamente una reorganización de todos los centros de producción “ocupados”, y la reorientación a una economía de subsistencia, que efectivamente no sería capitalista, sino anterior al capitalismo, y por tanto haría surgir relaciones de clase correspondiente a modos de producción previos. No sería pues, una superación del capitalismo, sino una vuelta atrás.
En las condiciones actuales de decadencia del capitalismo, de deshumanización, de irracionalidad y signos crecientes de barbarie, podría parecer que “una vuelta atrás”, a relaciones naturales, aunque sea sobre la base de autoexcluirse del conjunto de la sociedad, sería algo positivo, un paso adelante; pero es una falsa visión:
«Así la concepción de la antigüedad, en la que el hombre siempre aparece (cualquiera que sea su estrecha definición nacional, religiosa o política) como el fin de la producción, parece mucho más engrandecida que la del mundo moderno, en el que la producción es el fin del hombre, y la riqueza el fin de la producción. De hecho sin embargo, cuando se desconcha el caparazón burgués, ¿Qué es la riqueza sino la universalidad de las necesidades, capacidades, disfrutes, fuerzas productivas, etc. de los individuos, producto del intercambio universal? ¿Qué sino el pleno desarrollo del control humano sobre las fuerzas de la naturaleza -tanto las de su propia naturaleza humana como las de la llamada en general “naturaleza”-? ¿ Qué sino la absoluta elaboración de sus disposiciones creativas sin ninguna precondición más que la evolución histórica antecedente, que hace de la totalidad de esta evolución -es decir, de la evolución de todas las potencialidades humanas como tales, sin ninguna cortapisa de medida previamente establecida- un fin en sí mismo? ¿Y qué es esto sino una situación en la que el ser humano no se reproduce en una forma determinada, sino que produce su totalidad; que no busca conservar algo formado por el pasado, sino que es el movimiento absoluto del devenir? En la economía política burguesa, -y en la época de la producción a la que corresponde- esta completa elaboración de lo que yace en el ser humano, aparece como la alienación total, y la destrucción de todos los propósitos unilaterales que se plantea el ser humano, como el sacrificio del fin mismo a una compulsión externa. De ahí que, en cierto sentido, el mundo infantil de la antigüedad parece ser superior...» (Marx: Grudisse.).
Por una parte, esa vuelta atrás no significa otra cosa que la restauración de antiguas fuentes de explotación y, en consecuencia, de sufrimiento y enfrentamiento entre seres humanos, pero, por otro lado, lo que muestra la historia de la humanidad es que todo modo de producción social transforma de tal forma la relación del hombre con el medio natural que hace imposible una vuelta atrás a anteriores formas sociales. El dilema es o cambio revolucionario creando un nuevo modo de producción o hundimiento en la descomposición y la destrucción generalizada. Por eso, el Manifiesto Comunista habla de «Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas clases beligerantes».
Este dilema entre Revolución o hundimiento en la Barbarie es aún más claro bajo el capitalismo, el primer sistema social que es verdaderamente mundial, que tiene todo el planeta como teatro de operaciones[5]. El desarrollo de la producción a escala universal significa, de un lado, la universalización de las relaciones humanas “en extensión” (si puede decirse así); pero también “en profundidad” la liberación de los individuos de sus ataduras con la naturaleza y la comunidad natural; aunque ambas cuestiones aparezcan como negación en el seno del capitalismo, como “patriotismo” y “defensa de la nación”, y esclavitud asalariada. La superación de las relaciones de producción capitalistas sólo puede hacerse a escala igualmente universal, y no de forma unilateral, negando parcialmente algunos de los efectos más nocivos del capitalismo dentro de áreas sociales autónomas o independientes.
Por eso la revolución proletaria es el primer acto de la transformación de la sociedad, que no puede comenzar realmente más que a escala internacional. El proletariado es el enterrador del capitalismo precisamente porque no tiene ningún interés particular ni ningún área parcial que defender en su interior. A diferencia del sistema feudal, que pudo ir desarrollándose en el seno de la sociedad esclavista, e igualmente de la producción capitalista, que se desarrolló en el seno de la sociedad feudal, pues se trataba de la substitución de una clase explotadora por otra, el primer acto de la revolución contra el capitalismo es político y a partir de la toma del poder se va organizando la destrucción sistemática de las relaciones de producción capitalista.
«Todas las clases hasta hoy no han hecho mas que sustituir, en interés de sus privilegios, la dominación de otras clases por la suya propia. El desarrollo económico de las nuevas clases se hacía lentamente y durante mucho tiempo antes de instaurar su dominación política en el seno de la vieja sociedad. Puesto que sus intereses económicos coincidentes con el desarrollo de las fuerzas productivas no eran más que los intereses de una minoría, de una clase, su fuerza crecía en primer lugar económicamente en el seno de la vieja sociedad. Únicamente tras un cierto grado de desarrollo económico, después de haber suplantado económicamente y en parte reabsorbido a la antigua clase dominante, el poder político, el Estado, la dominación jurídica, viene a consagrar el nuevo estado de las cosas.
... El proletariado, a diferencia de las otras clases de la historia, no posee ninguna riqueza, ninguna propiedad material. No puede edificar ninguna economía, ningún punto de apoyo económico, en el seno de la sociedad capitalista... La necesidad objetiva de la sociedad socialista en tanto que solución dialéctica a las contradicciones internas del sistema capitalista, encuentra en el proletariado la única clase cuyos intereses se identifican con la evolución histórica. “El último de la fila” de la sociedad, la clase que no posee nada, que no tiene ningún privilegio que defender, se encuentra con la necesidad histórica de suprimir todos los privilegios. El proletariado es la única clase que puede cumplir esa tarea revolucionaria de suprimir todos los privilegios, la propiedad privada, permitiendo que se desarrollen las fuerzas productivas liberadas de las trabas del sistema capitalista en beneficio del interés de toda la humanidad...
...No hay ninguna economía de clase que edificar antes o después de la revolución. A diferencia de otras clases, y por primera vez en la historia, una revolución política precede y crea las condiciones de una transformación social y económica. La liberación económica del proletariado es la liberación de toda traba de interés de clase, la desaparición de las clases. Se libera, liberando a toda la humanidad, y disolviéndose en su seno...
... El Estado, principio de dominación y de opresión económica de clase, no puede ser conquistado en el sentido clásico por el proletariado. Al contrario, los primeros pasos hacia su emancipación consisten en la destrucción revolucionaria del Estado...» (“Tesis sobre la naturaleza del Estado y la revolución proletaria”, adoptadas por la Izquierda Comunista de Francia en 1946, publicadas en francés e inglés en nuestro folleto: El periodo de transición del capitalismo al socialismo)
Puesto que no puede tener ningún punto de apoyo en el capitalismo, la lucha de la clase explotada no puede mantenerse permanentemente y desarrollarse de manera gradual, como sí pudo hacerlo al interior del feudalismo el crecimiento de la producción mercantil sobre bases cada vez más capitalistas. Esta naturaleza de la lucha obrera ya fue reconocida por los comunistas del siglo XIX: «Las revoluciones burguesas, como las del siglo XVIII, avanzan arrolladoramente de éxito en éxito, sus efectos dramáticos se atropellan, los hombres y las cosas parecen iluminados por fuegos diamantinos, el éxtasis es el estado permanente de la sociedad; pero estas revoluciones son de corta vida, llegan en seguida a su apogeo y una larga depresión se apodera de la sociedad, antes de haber aprendido a asimilar serenamente los resultados de su período impetuoso y turbulento. En cambio, las revoluciones proletarias, como las del s XIX, se critican constantemente a sí mismas, se interrumpen continuamente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado, para comenzarlo de nuevo desde el principio, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos, parece que sólo derriban a su adversario para que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a ellas, retroceden constantemente aterradas ante la ilimitada inmensidad de sus propios fines, hasta que se crea una situación que no permite volverse atrás y las circunstancias mismas gritan: Hic Rhodas, hic salta[6]» (Marx, “El 18 Brumario de Luis Bonaparte»)
Sin embargo es cierto que durante el periodo de desarrollo del capitalismo, particularmente a finales del siglo XIX, la clase obrera contaba con organizaciones permanentes de masa, partidos socialdemócratas y sindicatos (y también cooperativas de producción y de consumo, universidades obreras, centros de recreo, organizaciones juveniles, femeninas etc.) que había ido construyendo fruto de sus combates contra el capital, y que expresaban una continuidad de su lucha. Aunque estas organizaciones eran “escuelas de comunismo”, donde se practicaba una solidaridad y una moral proletaria, y se adquiría una formación política de las posiciones de clase, no eran en absoluto “áreas de producción comunista” (en el sentido que se da en vuestros textos a las “áreas autónomas”), que se planteaban como una alternativa al capital que iba creciendo y desarrollándose en su seno (como el capitalismo en el régimen feudal).
Estas organizaciones podían existir por dos razones: por una parte, porque el capitalismo podía expandirse y desarrollar las fuerzas productivas; por otro lado, porque en el Estado burgués existía una lucha real entre fracciones progresistas, interesadas en llevar adelante la producción capitalista, y fracciones conservadoras o reaccionarias que ponían toda clase de trabas a su desarrollo. Sí el proletariado se organizaba al interior de la sociedad burguesa no era con el objetivo de desarrollar un poder autónomo o una sociedad “alternativa”, sino para empujar el desarrollo capitalista hasta sus últimas consecuencias, de tal forma que se crearan las condiciones para la lucha revolucionaria decisiva, la destrucción del capitalismo.
Desde el momento en que, con la entrada en decadencia del capitalismo, la perspectiva revolucionaria del proletariado se presenta como su sentencia de muerte, en que como decía Lenin, «cada huelga esconde la hidra de la revolución», las estructuras sindicales junto con todas las tentativas más o menos radicales de crear organizaciones de masas permanentes son recuperadas por el Estado burgués que se hace más y más totalitario.
En tales condiciones, podemos declarar una zona autónoma liberada de las relaciones capitalistas, pero inmediatamente estas penetran por diferentes canales: por un lado, la ideología dominante reproduce sin cesar el individualismo, la lucha de todos contra todos, la moral del “todo vale”, la atomización y la incomunicación; por otra parte, los imperativos del intercambio mercantil se acaban imponiendo en el seno mismo de las estructuras “liberadas”; en fin, el Estado burgués, omnipresente y totalitario, utiliza sucesivamente el palo y zanahoria, ora la seducción, ora la amenaza, ora la indiferencia, para acabar absorbiendo ese territorio inicialmente fuera de su control. El resultado no es la ampliación del “área de la autonomía” sino su progresivo aislamiento; no es la creación de una relación de fuerzas con el Estado y el Capital sino su absorción por estos a través de mecanismos “radicales” que confunden y desvían a la mayoría. No podemos analizar aquí las numerosas experiencias que desde hace mucho tiempo se han pretendido realizar, con la mejor voluntad, de crear “islotes liberados” en el océano del capitalismo: desde las colectividades anarquistas de 1936 -a las que ya nos hemos referido- a las numerosas comunidades “liberadas” que proliferaron al calor de una falsa interpretación del movimiento de 1968. Sin embargo, las lecciones de estas experiencias son vitales para no volver a caer en los mismos callejones sin salida.
El “proyecto autogestionario” es, en el mejor de los casos, una utopía. El concepto de utopía no tiene necesariamente una connotación negativa, algo que ahora no existe no significa que no pueda acabar existiendo, es ajeno al marxismo un materialismo vulgar que sólo reconoce como “real” aquello que se puede ver y tocar en el presente. El marxismo reconoció en los escritores utopistas que le precedieron, elementos positivos en su crítica del capitalismo: «Los inventores de estos sistemas ven, ciertamente, el antagonismo de las clases, al igual que la efectividad de los elementos disolventes contenidos en la misma sociedad dominante» (Manifiesto Comunista); e intuiciones sobre la perspectiva de una nueva sociedad, «sus tesis positivas sobre la sociedad futura, por ejemplo supresión del contraste entre la ciudad y el campo, supresión de la familia, de la ganancia privada,, del trabajo asalariado, o el anuncio de la armonía social, la transformación del Estado en mera administración de la producción» (Ídem). Pero al mismo tiempo, desveló su impotencia para descubrir las condiciones materiales que presiden y dirigen el antagonismo social: «no vislumbran ninguna acción histórica independiente por parte del proletariado, ningún movimiento político peculiarmente suyo. Como el desarrollo del antagonismo de clases va parejo al de la industria, no encuentran tampoco las condiciones materiales para la liberación del proletariado, y buscan una ciencia social, leyes sociales, que creen esas condiciones. En lugar de la actividad social, tiene que intervenir su personal actividad inventiva; en lugar de las condiciones históricas de la liberación, una organización fantástica, en lugar de la gradual organización del proletariado en clase, una organización de la sociedad imaginada para el caso. La futura historia mundial se reduce para ellos a la propaganda y la realización práctica de sus proyectos de sociedad...» (Ídem)
Esta actitud podía comprenderse en los albores del capitalismo, cuando los antagonismos de clase apenas estaban desarrollados, cuando costaba ver al proletariado como sujeto social revolucionario; hoy, la campaña del “fin de la lucha de clases”, del “fin del proletariado”, de la “globalización”, etc., presenta un capitalismo rejuvenecido y un proletariado que poco menos que está integrado y forma parte de él. Esto puede tener un impacto en compañeros que se plantean un combate revolucionario, llevándoles a buscar un “nuevo sujeto revolucionario” distinto del proletariado. No podemos desarrollar aquí nuestra argumentación de por qué el proletariado es la clase revolucionaria y lo sigue siendo[7], la cuestión es la siguiente ¿puede todo ese conjunto de organizaciones que podrían conformar según vosotros la “Red de Redes” constituir un vehículo de toma de conciencia y erigirse en cierta forma en un “nuevo sujeto revolucionario” vehículo de la multitud?
Podemos contribuir a la respuesta de esta pregunta con un pasaje de un reciente artículo de intervención en Argentina sobre los Comedores Populares[8]. En él señalamos: «Se podría decir que al menos la actividad del Comedor serviría para agrupar a la gente y plantearle los problemas que hay en la sociedad, cómo luchar contra ellos. En definitiva, serviría para ganar gente a la causa de la lucha revolucionaria. Compañeros que participan en esos organismos dan ese argumento: “la verdad es que lo que hacemos no sirve para nada, es reformista y le hace el caldo gordo al Estado, pero, al menos, logramos reunir a la gente, concienciarla y enseñarle a ser solidaria”. Actualmente en Argentina, en organizaciones de base (piqueteros, comedores, empresas autogestionadas, redes de economía solidaria etc.) hay muchos miles de personas “organizadas”, que supuestamente “se reúnen”, “se conciencian”, “hacen algo” etc. En apariencia, esto representa una fuerza imponente, pero en la realidad, hay miles y miles de personas paralizadas, atadas de pies y manos por el Capital y su Estado (…) La actividad que domina esas organizaciones es la asistencia, el mantenimiento de la miseria, su utilización por el Estado para perpetuar la explotación. Todo eso se hace contra la voluntad y los deseos de la mayoría de ellas. No se puede discutir de cómo salir de la miseria cuando todo lo que se está haciendo gira alrededor de cómo mantenerse dentro de ella. Por ello, por mucha buena voluntad que se le ponga, por muchos intentos de persuasión que se hagan, no se podrá desarrollar una discusión y una actividad dirigidas a la lucha revolucionaria».
Cada una de esas organizaciones no tiene como base atacar las causas de la miseria, de la explotación, de la atomización y el sufrimiento psicológico de los seres humanos, sino, en el mejor de los casos, proporcionar un paliativo más o menos temporal. De esta forma, la situación que ha motivado su surgimiento se perpetúa y se agrava. Esto no puede producir sino desilusión, desmoralización y conducir al abandono de cualquier actividad de lucha. Por otro lado, sí estas organizaciones no atacan las causas sino que, en el mejor de los casos, abordan tal o cual efecto, ¿qué conciencia pueden desarrollar? Realmente ninguna pues están desviando las energías, el entusiasmo, la entrega apasionada, de compañeros sinceramente revolucionarios hacia toda clase de cuestiones secundarias y de callejones sin salida.
Pero, al menos, ¿se podría desarrollar una solidaridad, una aptitud para la cooperación, en esos participantes? En estas organizaciones la experiencia muestra que si bien al principio hay un impulso sincero de solidaridad -lo que es muy laudable- este se va extinguiendo poco a poco, apagado por el agua de las actividades cotidianas dentro de esas organizaciones que no son otras que una acción encerrada de forma claustrofóbica en el barrio o la localidad, el desarrollo de una competencia, las maniobras y manipulaciones de los diversos “dirigentes”, “coordinadores” etc.
Sí hemos de organizarnos para la lucha contra la miseria física y moral que golpea a la gran mayoría de la humanidad hemos de darnos los principios, la organización y el tipo coherente de actividad que suponga una lucha real contra ella. Desarrollar esta cuestión nos llevaría mucho espacio por lo que preferimos referirnos al pasaje final del artículo antes citado: « Sólo la lucha de la clase obrera puede acabar con las causas de la miseria. Sin embargo, su lucha es todavía muy limitada y va a tardar tiempo en tomar una fuerza revolucionaria que le permita levantarse contra el capitalismo. Entretanto, hay que contribuir con una actividad de discusión, de intervención en las luchas, de reagrupamiento internacional de los revolucionarios, de animación de círculos de discusión en torno a las posiciones comunistas. Es una actividad que parece “abstracta”, desligada de todo lo inmediato que nos rodea, pero cada vez que hay una lucha masiva de la clase obrera vemos la utilidad de que haya un puñado de revolucionarios que contribuyan con análisis, propuestas y orientaciones al avance de su lucha».
Esperamos poder contribuir a la discusión que lleváis sobre estas cuestiones, y que se desarrolla igualmente en Argentina, a partir de las “empresas recuperadas” y la autogestión.
Saludos Comunistas
Corriente Comunista Internacional 2-1-06
[1]Por necesidades del debate consideramos vuestra toma de posición como algo acabado. Sin embargo, somos conscientes de que estáis en evolución y sois muy abiertos a argumentos, análisis y hechos que os puedan aclarar las cosas. Por eso mismo estamos abiertos a toda aclaración, precisión o rectificación que estiméis oportuna.
[2]En este pasaje expresáis una preocupación muy justa: se insiste en la necesidad de crear lazos de fraternidad, se da importancia a la afectividad como un elemento de la lucha contra el Capital. Nosotros hemos respondido a esta preocupación -que forma parte de las necesidades subjetivas de la revolución social- en un texto sobre la Confianza y la Solidaridad aparecido en REVISTA INTERNACIONAL números 111 y 112. Sin embargo, sí la preocupación es justa la cuestión a plantearse es: ¿encuentra en la construcción de “áreas anticapitalistas” el contenido y la dinámica adecuados para realizarse? Es lo que vamos a abordar a continuación.
[3]Escribió en 1848 “The social system”, y después de la revolución de Febrero en Francia, envió al gobierno provisional una propuesta de “organización del cambio”
[4]Podemos referirnos al caso famoso de Lip en Francia ( en Révolution Internationale vieja serie -en francés-; disponibles fotocopias); o «El mito de las colectividades anarquistas» en España 1936, en la Revista Internacional nº 15, reeditado en el libro: Franco y la República masacran al proletariado
[5]Esta existencia universal del capital no es un fenómeno de la globalización, o del pos-fordismo, pues ya estaba claramente planteada en el Manifiesto Comunista en 1848: «La necesidad de dar salida cada vez más amplia a sus productos, empuja a la burguesía a moverse por el globo entero. En todas partes tiene que anidar, en todas partes ampliarse, en todas partes crear conexiones. La burguesía, con su explotación del marcado mundial, ha configurado la producción y el consumo de todos los países a escala cosmopolita. Con gran pesar de los reaccionarios, ha sustraído a la industria el suelo nacional bajo sus pies. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas, y lo siguen siendo a diario. Quedan desplazadas por nuevas industrias, cuya introducción se convierte en una cuestión vital para todas las naciones civilizadas, por industrias que ya no emplean materias primas del lugar, sino que las elaboran procedentes de las zonas más alejadas, y sus productos no se consumen ya en el propio país, sino simultáneamente en todos los continentes. En lugar de las viejas necesidades, satisfechas con productos del campo, aparecen otras nuevas necesidades que requieren ser satisfechas con productos de los países y climas más lejanos. En lugar de la antigua autarquía y aislamiento locales, surge un intercambio universal, una interdependencia universal entre todas las naciones. Y no sólo en la producción material, sino también en la intelectual. Los productos intelectuales de cada nación se convierten en propiedad común. La peculiaridad y limitación nacionales se van tornando imposibles de día en día y de las muchas literaturas nacionales y locales se forma una literatura mundial»
[6]De una fábula de Esopo, donde un fanfarrón afirmaba que en Rodas había dado un salto prodigioso, los que le escuchaban le dijeron: “Aquí esta Rodas, salta aquí” (demuéstranoslo)
[7]Ver en la REVISTA INTERNACIONAL los números 73 y 74 el artículo “¿Quién puede cambiar el mundo?”; en REVISTA INTERNACIONAL números 103 y 104 el artículo “¿Por qué el proletariado no ha hecho todavía la revolución?”; la Serie aparecida en ACCION PROLETARIA números 145 a 152 “Respuesta a las dudas sobre la clase obrera” así como 3 artículos de intervención en debates recientes también aparecidos en ACCION PROLETARIA: “Hablan de autonomía obrera para mejor colar el mensaje del fin del proletariado”;”Foro de discusión sobre la «autonomía obrera»: ¿Quien puede acabar con el capitalismo?” y “A propósito de la carta de un lector: ¿En qué consiste la lucha de clases del proletariado?”.
[8]Ver en nuestra Web: ccionline/comedores.htm
Esta intervención en Brasil ha sido un "estreno" para la CCI, y solo fue posible gracias a las iniciativas de unos simpatizantes nuestros en ese país y a la colaboración con el grupo proletario brasileño llamado «Oposición obrera» (1), el cual se ha encargado de organizar las reuniones públicas. Para esta primera intervención pública en Brasil, la CCI escogió unos temas que le permitieran expresar lo mejor posible su visión histórica sobre la posibilidad y la necesidad de la revolución proletaria. Por eso, la exposición común de las tres reuniones públicas, que puede consultarse en nuestra página web en portugués, desarrollaba los aspectos siguientes:
1. al igual que los sistemas de explotación que lo han precedido, el capitalismo no es un sistema eterno;
2. la hora de su derrocamiento por el proletariado, única clase revolucionaria de la sociedad, ya ha sonado desde hace mucho tiempo. Si el proletariado no fuera capaz de cumplir con su tarea histórica, la situación actual llevaría al fin de la humanidad;
3. las perspectivas contenidas en la situación actual se definen por el desarrollo de la lucha de clases.
En una de esas reuniones públicas, la de Salvador, tras la presentación de la CCI, estaba prevista una presentación de la Oposición obrera que puso de relieve, en particular, el papel fundamental de la organización de la clase obrera en consejos obreros para el derrocamiento del capitalismo.
La presentación en la Universidad, por su parte, se basó esencialmente en el artículo de nuestra página WEB, «la Izquierda comunista y la tradición marxista», y tenía los ejes siguientes:
1. Qué distingue a las fracciones de izquierda de las demás organizaciones que se reivindican del marxismo;
2. La Izquierda comunista nunca fue una corriente única, sino que forman parte de ella diferentes expresiones correspondientes al esfuerzo histórico de la clase obrera para clarificarse teórica y políticamente;
3. La contribución de la Izquierda comunista en el desarrollo del patrimonio político-teórico del proletariado es muy importante e insustituible.
Para dar cuenta de esos cuatro eventos, nos ha parecido mejor no tratarlos por separado, sino referir las cuestiones y preocupaciones que mayoritariamente se expresaron y dieron lugar a debates. Pero antes creemos que es esencial hacer resaltar la importancia de esas reuniones tanto por su asistencia numerosa (muy numerosa a veces) como por el carácter animado y vivo de los debates que terminaron cada vez mucho más tarde de lo previsto, hasta horas que las circunstancias locales lo permitieran.
Ocurre que los propios revolucionarios se queden sorprendidos por el importante interés que sus posiciones suscitan en un momento dado, y eso que son esa parte del proletariado en la que está depositada la mayor confianza en las capacidades revolucionarias de su clase, incluso cuando ésta no está atravesada de manera inmediata por preocupaciones revolucionarias patentes. Hemos de reconocer que estuvimos agradablemente sorprendidos por la amplia participación en estas reuniones, al haberse superado en algunas de ellas la concurrencia que suele asistir a las reuniones públicas en las ciudades en donde interviene la CCI regularmente. Unas cien personas participaron en total en las tres reuniones públicas. Y a la ponencia sobre la Izquierda comunista en un anfiteatro de la Universidad acudieron unas 260 personas, durante toda la primera parte del debate. La reunión se prolongó durante dos horas más, participando todavía en ella unas 80 personas cuando hubo que terminar aunque no todas las preguntas habían podido ser contestadas.
Hay una serie de circunstancias favorables que explican esa concurrencia. La primera aparición pública de una organización revolucionaria internacional desconocida en Brasil es algo que evidentemente puede explicar el interés suscitado localmente por ella. Además, las reuniones públicas se beneficiaron de una propaganda eficaz de la que se encargó Oposición Obrera, sola o con nuestros simpatizantes según qué ciudades. Aunque también pueda mencionarse el interés académico y no solo político que haya animado a algunos estudiantes y profesores a participar en el debate sobre la historia de la Izquierda Comunista, hay que tener en cuenta que lo que se había anunciado en un principio, a causa del reglamento interno de la Universidad, como la ponencia de un historiador (2) acabó teniendo la forma de un mitin político presidido por uno de los organizadores del debate, Oposición Obrera y la CCI, y además había una mesa con publicaciones de la CCI a la entrada del paraninfo.
En realidad, el éxito de nuestras reuniones se debió en gran parte a que en Brasil hay un oído alerta hacia una crítica radical de la sociedad y de las instituciones democráticas, pues a la cabeza de esas instituciones está el gobierno de Lula, el gran «líder obrero» de izquierda a cuyo nombre están indisolublemente vinculados el del PT (Partido dos Trabalhadores, fundado en 1980) y de la CUT (Central Única dos Trabalhadores, 1er sindicato "independiente" desde el final de la dictadura, fundado en 1983). Hoy la alianza Gobierno, Lula, PT y CUT debe asumir abiertamente el papel de punta de lanza de los ataques contra la clase obrera que exige la defensa del capital nacional brasileño en el ruedo internacional, como lo harían cualquier gobierno y partido de derechas, lo cual permite que aparezca a las claras su verdadera naturaleza de enemigos de la clase obrera que siempre han sido. En Brasil, como en otras partes, la réplica de la clase obrera dista mucho de corresponder a la amplitud de los ataques capitalistas que sufre constantemente. Existe también en Brasil, sin embargo, y eso es precisamente lo que básicamente explica el indudable interés por esas reuniones públicas, una preocupación creciente por el porvenir ante la quiebra cada día más patente del capitalismo, lo cual se plasma en un incremento del interés por la perspectiva de una alternativa a la sociedad actual.
Los análisis de la historia de nuestra clase y las perspectivas de lucha política hacia una futura sociedad comunista, que nuestras ponencias e intervenciones contenían, no fueron, ni mucho menos, recibidos como dogmas, sino que suscitaron toda una serie de interrogantes y un entusiasmo, a veces también escepticismo, y marcas de simpatía que algunos quisieron expresarnos al término de las reuniones, además de cantidad de otras cuestiones que volvían a brotar y que no se habían podido plantear durante la sesión.
La importante participación en esas reuniones pudo sorprendernos, pero sobre todo confirmó la tendencia cada vez más fuerte de la juventud a estar en la primera fila de los cuestionamientos políticos ante el futuro. Tanto es así, que en una de las reuniones públicas, en Vitoria da Conquista, más de la mitad de la concurrencia eran jóvenes cuando no muy jóvenes.
Reseñamos aquí las principales cuestiones que se nos plantearon y las respuestas que les dimos. A menudo las preguntas y nuestras respuestas eran parecidas entre una y otra reunión, pero no por ello eran idénticas cada vez. Más que resumir por temas los problemas planteados en las preguntas, hemos optado, para cada tema, por centrarnos en una pregunta especialmente representativa para así intentar reflejar lo vivas que fueron las discusiones. En lo que a nuestras respuestas se refiere, las reseñamos con lo esencial de los argumentos que desarrollamos en el conjunto de las reuniones.
Somos muy conscientes de que esta reseña, ya larga, dejará de lado algunas cuestiones precisas muy interesantes. Para remediar en parte ese inconveniente, animamos a todos aquellos que tengan conocimiento de esta reseña a que no vacilen en decirnos por escrito todas las cuestiones y desacuerdos que no hayan obtenido una respuesta satisfactoria de nuestra parte. Se les darán respuestas individuales que, con su acuerdo, podrán en su caso servir para animar un debate público en la prensa de la CCI o en Internet. También animamos a los lectores de esta reseña a que hagan lo mismo respecto a Oposición Obrera que responderá también. A este respecto, queremos precisar que algunas respuestas aquí reseñadas no fueron dadas por nosotros sino por Oposición Obrera. Pero como correspondían perfectamente a lo que habríamos dicho nosotros, las asumimos como nuestras. Lo cual no significa que todas las respuestas dadas por una o por otra de nuestras organizaciones fueran compartidas por ambas.
"Cómo explicar el papel actual de los sindicatos? Mientras que sí hubo una época en la que eran verdaderas herramientas de la lucha de la clase obrera, hoy están claramente al servicio de los intereses de la clase burguesa, paralizando las reacciones obreras ante los ataques.”
No existe en efecto ni un solo país donde los sindicatos, todos los sindicatos, no sean defensores del orden burgués. Si es así es porque, por todas partes, se han convertido en órganos del estado burgués cuya función específica es encuadrar a la clase obrera para sabotear sus respuestas a los ataques y evitar que desemboquen en una puesta en entredicho del capitalismo en crisis.
Para comprender los factores profundos de esta situación, no hay que perder, efectivamente, de vista que en el siglo XIX los obreros luchaban por obtener el derecho a organizarse en sindicatos. Y fue mediante unas luchas importantes llevadas a cabo por sus sindicatos si los obreros lograron arrancar reformas duraderas que de verdad permitieron mejorar sus condiciones de vida en el capitalismo. De igual modo, incluso si las ideas reformistas, cuya finalidad era limitar los combates de clase a las luchas por reformas únicamente, estaban muy representadas en el seno del movimiento sindical, eso no quitaba que los sindicatos fueran también, en aquella época, un lugar privilegiado para la propaganda a favor de las ideas revolucionarias, una «escuela de comunismo», como decía Marx.
A principios del siglo XX se produjo un hecho de gran importancia, inédito en la vida del capitalismo, el estallido de la Primera Guerra mundial. En un tiempo relativamente breve, las contradicciones del capitalismo engendraron una destrucción considerable de fuerzas productivas, sin comparación alguna con las consecuencias de las guerras y de las crisis cíclicas que hasta entonces habían salpicado el crecimiento del capitalismo. Esas contradicciones eran la expresión de que, tras haber sido factor de progreso de la sociedad, el sistema se había vuelto una amenaza mortal para ella. Fue el desencadenamiento de tal barbarie y la amenaza para la existencia misma de la vida de la sociedad el fermento de la primera oleada revolucionaria del proletariado mundial.
Ante la irrupción de contradicciones desconocidas hasta entonces en la sociedad burguesa, el Estado adquirió un papel de una importancia desconocida hasta entonces bajo el capitalismo. Al Estado le incumbe mantener sometida al conjunto de la sociedad en una argolla de hierro para movilizar y canalizar todos los recursos para la defensa nacional. En ese contexto, los obreros ven cómo sus antiguos órganos de lucha que eran los sindicatos escapan a su control para convertirse en órganos encargados de hacer aceptar la militarización del trabajo. Ese proceso es irreversible y los sindicatos que, como la CNT española, no se verán sometidos a ese momento de la verdad, porque España no estuvo involucrada en la Iª Guerra mundial, acabarán siendo absorbidos posteriormente por el Estado. Desde entonces, los únicos órganos de masas y unitarios de defensa de los intereses de la clase obrera solo podrán surgir y mantenerse con la movilización de la clase mediante la lucha.
La vanguardia del proletariado mundial tomó conciencia de que con la Primera Guerra mundial y la primera oleada revolucionaria había nacido la época de las "guerras y las revoluciones", como lo proclamó la IIIª Internacional, planteando como centro de la lucha del proletariado la alternativa siguiente para la sociedad: "Socialismo o barbarie". La masividad de los hechos imponía esa comprensión. Era, en cambio, necesario poder disponer de una mayor distancia temporal para captar todo lo que implicaba en la vida de la sociedad (el desarrollo del capitalismo de Estado) y las condiciones de la lucha de clases: imposibilidad para la clase obrera de seguir utilizando para sus luchas el Parlamento (cuya única función acabó siendo la de la mistificación democrática) y los sindicatos. Sin embargo, todas las fracciones del proletariado mundial no estaban en las mismas condiciones en cuanto a su propia experiencia de enfrentamiento con los sindicatos. Y en esto, la situación del proletariado ruso era específica debido a que en ese país el Estado zarista, totalmente anacrónico, era incapaz de llevar a cabo una integración en el Estado de los sindicatos poco poderosos además y aparecidos tardíamente. De ahí viene la mayor dificultad de Lenin y de sus camaradas para entender plenamente la función de esos órganos en la nueva fase del capitalismo.
Esta es una pregunta importante puesto que esas palabras de Lenin antes de la Revolución de 1917, “… los soviets son la forma por fin descubierta de la dictadura del proletariado” no tenían un sentido limitado a la primera oleada revolucionaria sino una dimensión universal.
De este modo, en sus futuras luchas revolucionarias, el proletariado se organizará una vez más en “soviets” (palabra rusa que significa “consejo”. Estos nacieron por primera vez en la Revolución de 1905 en Rusia. Fueron la creación espontánea de la clase obrera que así descubrió por propia experiencia los medios que necesitaba para desarrollar su lucha en condiciones nuevas. ¿Cuál era entonces su función? La clase obrera en Rusia se encara al poder del Estado que se niega intransigentemente y a pesar de la movilización a ceder a las reivindicaciones de los obreros. Esa situación prefigura la situación general del capitalismo en su fase de decadencia en el que las contradicciones crecientes a las que está sometido, no solo le prohíben otorgar reformas duraderas a la clase obrera, como así era en el periodo ascendente, sino que le obligan a atacar permanentemente las condiciones de vida de los obreros. Es esas condiciones, la misma dinámica de la lucha conduce a los obreros a oponerse al Estado capitalista y a enfrentarlo de forma siempre más masiva. Por eso la lucha alcanza espontáneamente una dimensión política que se superpone a la dimensión económica siempre presente.
Los sindicatos ya no corresponden a las necesidades de esa nueva forma de lucha ni a sus retos, entonces solos son los soviets, capaces de reagrupar el conjunto de la clase obrera, los que se imponen. En adelante, los sindicatos ya no son órganos utilizables para la lucha de clase. Pero no se debilitan sino que se son recuperados por el Estado. Por otra parte, ese episodio es el resultado de un largo proceso de constitución del proletariado en clase en el que adquiere una madurez que le permite en adelante fabricar sus propios órganos de lucha en el fuego de la acción, dejando de ser dependientes para entrar en lucha de la existencia previa de sindicatos, como así fue durante el siglo XIX.
Los soviets no surgen en cualquier momento, independientemente del nivel de la lucha de clases. Surgen cuando la clase obrera es capaz de plantear el problema del enfrentamiento decisivo con el Estado capitalista. Son producto de una formidable movilización del proletariado, y desaparecen cuando esta refluye o al ser cercados por el Estado. Esto tiene como consecuencia que no le es posible a una minoría de la clase, mas avanzada, prefabricar la estructura de los soviets con vistas a apresurar la movilización obrera antes de que ésta se manifieste explícitamente.
¿Significa eso que fuera de los soviets no existe posibilidad para que se exprese la movilización obrera y la lucha de clases, teniendo en cuenta que los sindicatos ya no le sirven para nada? Claro que no. La experiencia viva de la clase muestra que una de las formas elementales de la movilización de los obreros es la asamblea general. Y no es una casualidad si los sindicatos hacen todo para que no ocurran o, cuando no las pueden impedir, para que no cumplan con la función de lugar de organización y de decisión de la lucha. Con el desarrollo de la lucha aparece la necesidad de su organización, de su centralización a través de la elección por las asambleas de delegados revocables. Ese modo de organización de la clase obrera, fuera de los periodos prerrevolucionarios, prefiguran la organización en soviets pero no es su embrión. No es sino una preparación indispensable en el sentido en que es a través ese tipo de organización que los obreros retoman confianza en si mismos y en su capacidad de organizarse.
Por otra parte, si los acontecimientos de 1905 muestran la capacidad de la clase obrera a autoorganizarse así como también su carácter clasista espontáneamente revolucionario, ello no disminuye el papel fundamental de la organización de revolucionarios y del partido. Hablando de los acontecimientos de 1905, Rosa Luxemburg pone en evidencia que la intervención de la socialdemocracia revolucionaria participó en preparar el terreno a la irrupción de la huelga de masas. En el mismo sentido, sin la intervención en 1917 del Partido bolchevique en los consejos obreros para luchar contra la influencia dominante de los partidos ligados a la burguesía, esos consejos no hubieran logrado volverse el instrumento de la revolución proletaria. Hoy también, es la responsabilidad de los revolucionarios recordar a su clase como se organizó en su pasado, poner en evidencia que para desarrollar su lucha no existe mas medio que el de tomar sus luchas en manos propias a través asambleas generales soberanas.
No sabemos exactamente lo que dice Jacques Courtois, pero es contrario a la realidad afirmar semejante cosa cuando los principales países del mundo, implicados en una guerra mundial, estaban adoptando medidas de militarización de la sociedad civil con vistas a imponer a la población y a los obreros en particular todos los sacrificios exigidos por la carnicería mundial, hasta el de sus vidas en los campos de batalla. Es precisamente contra esa barbarie que se desarrolló la oleada revolucionaria mundial cuyo puesto avanzado fue la toma del poder por el proletariado en Rusia en 1917.
Quizás Jacques Courtois sea un abogado de las tesis burguesas del menchevismo según cuales la Revolución de Octubre no fue sino un golpe que acabó con la obra democrática de la Revolución de febrero. Ese famoso refrán de los denigradores de la Revolución rusa también quiere ocultar la realidad de los hechos. Por que son las masas obreras, y tras ellas las masas campesinas, las que le quitaron el poder a la burguesía cuando ésta, subida al poder en febrero y siendo mayoritaria en los consejos obreros, al proseguir la guerra imperialista y manteniendo una política anti-obrera, demostraba en la práctica que era la digna representante de un sistema que se debía derrocar, por no producir mas que guerra y miseria.
Es necesario, para entender lo que significó la derrota de al Revolución rusa por medio de su degeneración, clarificarse lo que representó realmente esa revolución. ¿Un islote de socialismo en un mundo capitalista? Claro que no, en la medida en que la abolición del capitalismo no puede realizarse mas que a escala mundial, tras la victoria de la revolución mundial. Tras la toma de poder, todos los esfuerzos y las esperanzas del proletariado revolucionario en Rusia estaban dirigidos hacia la extensión de la revolución mundial, y particularmente hacia el país determinante para la evolución de la relación de fuerzas entre las clases a escala internacional, Alemania. El asalto revolucionario del proletariado en ese país fue vencido como es sabido en enero de 1919, y esta derrota abrió las puertas de par en par a una serie de derrotas mayores que acabaron con la oleada revolucionaria en ese país y a escala mundial. En esas circunstancias, aislado y exangüe por la guerra civil y el cerco impuesto por las principales potencias capitalistas, el poder proletario en Rusia degeneró.
Lo que cambió con la contrarrevolución en Rusia no fueron entonces las relaciones de producción, sino el que el poder dejó de ser proletario. La vuelta de la burguesía no se hizo con la vuelta de la antigua clase burguesa venida a menos, sino por la transformación en nueva clase explotadora de la burocracia en el mismo Estado.
En el plano político, la manifestación más significativa del cambio de carácter del poder en Rusia, encarnado en adelante por el estalinismo, fue el abandono del internacionalismo proletario con la adopción de la tesis del “socialismo en un solo país”. Lo más dramático de la derrota de la Revolución rusa fue la manera como se produjo, por una degeneración interna y no por su derrocamiento, permitiendo así a la burguesía mundial, de su ala de extrema derecha hasta su extrema izquierda, mantener la mentira del “socialismo en URSS”, mentira en nombre de la que estalinistas y trotskistas llamaron el proletariado del mundo entero a luchar y hacerse masacrar para la defensa del imperialismo ruso durante la Segunda Guerra mundial.
Compartimos con Lenin la concepción de un partido minoritario de vanguardia de la clase obrera, que tiene el papel de participar activamente en la toma de conciencia del conjunto del proletariado. Sin embargo, contrariamente a Lenin (y al conjunto de los marxistas antes del 17), consideramos que su papel no es el de tomar el poder en nombre de la clase obrera, tarea que le corresponde al conjunto de la clase organizada en consejos obreros. En lo que toca al modo de organización del partido, nos reivindicamos en lo esencial de la concepción defendida por Lenin en el Congreso de 1903 del Partido obrero socialdemócrata de Rusia (POSDR), tal como fue asumida por los bolcheviques y mas tarde por el KAPD (Partido comunista obrero de Alemania). Nos referimos claro está a la definición hecha en ese congreso de quien es un militante –Lenin escribió sobre este Congreso su famoso libro Un pasa adelante dos pasos hacia atrás– cualquiera que se compromete a militar para defender las posiciones del partido, en contra de la visión de los mencheviques para quienes para ser miembro del partido basta con compartir esas mismas posiciones. Pero también nos referimos a la lucha (no menos importante) llevada por Lenin a favor de un comportamiento militante animado por el espíritu de partido, contra el espíritu de círculo que entonces dominaba el POSDR debido a sus orígenes a partir de círculos aparecidos en Rusia y en la emigración a finales del siglo XIX. En particular, defendemos la idea de un congreso soberano cuyas decisiones deben ser aplicadas con disciplina por el conjunto de los militantes y rechazamos la posición de los mencheviques que consideraban que se podía uno librarse de ella si no estaba de acuerdo con esas decisiones.
No se trata de un olvido, si se hubiese hablado de Gramsci hubiese sido para definirlo como uno de los representantes en el Partido comunista de Italia de la política siempre mas oportunista de la Internacional comunista. Cuando en ese mismo partido, la Izquierda, encabezada por Bordiga, era ampliamente mayoritaria de 1921 a 1924 cara a la tendencia de derechas animada por Gramsci, éste fue colocado autoritariamente a la frente del partido para amordazar la izquierda. La demarcación con respecto al estalinismo que más tarde hizo Gramsci hace de él una referencia más respetable que Stalin, pero no por ello hace de él un revolucionario.
Trotski y la oposición de izquierda animaron durante los años 20 una reacción proletaria ante la degeneración de la Revolución rusa y al estalinismo. Sin embargo no fue la única, ni tampoco la más clara tanto en lo que concierne las implicaciones en la clase obrera de la derrota de la oleada revolucionaria, como en la fidelidad al marxismo cara al oportunismo en las filas de la Tercera internacional. La Izquierda comunista internacional luchó desde los años 20 contra las diversas manifestaciones de ese oportunismo, en particular contra la política de frente único con antiguos partidos obreros pasados al campo burgués con pretexto de no separarse de las masas obreras todavía influenciadas por éstos. También supo entender que lejos de poder lanzarse una vez mas en una nueva oleada revolucionaria, el proletariado estaba confrontado a un periodo de contrarrevolución que no le permitía oponerse al estallido de una Segunda Guerra mundial en la que sus varios sectores nacionales iban a ser alistados tras la defensa de uno u otro campo imperialista. Al contrario, Trotski sigue creyendo que la revolución sigue siendo posible en los años 30 y que solo le falta una dirección realmente revolucionaria, lo que le induce sin razón a ver en las movilizaciones de 1936 en Francia y en España las primicias de movimientos revolucionarios. Su Programa de transición, reintroduciendo reivindicaciones mínimas destinadas según él a ser la transición con el programa de la revolución socialista, acaba engañando las masas con la idea de que podría existir, en la época de las guerras y de las revoluciones, un programa de reformas en el capitalismo cuando el único programa realista, a pesar de no ser realizable en cualquier instante, es el de la revolución. Con la consigna de “Frente único obrero” con los partidos antiguamente proletarios, socialdemócratas y estalinistas que han traicionado la causa del proletariado, no hace sino desarmar a éste ante sus peores enemigos.
Existen acontecimientos mayores de la vida de la sociedad, como las guerras y las revoluciones, que zanjan en la práctica el carácter de clase de una organización, independientemente de como se consideren. Así es como al oponerse a la Revolución de octubre, los mencheviques firmaron su pertenencia al campo de la burguesía. Frente a la Primera Guerra mundial, la mayoría de los partidos socialdemócratas traicionaron el internacionalismo proletario, y por tanto la clase obrera, al apoyar la defensa del capital nacional. La historia ha demostrado que esas traiciones son irreversibles, o sea que en cuanto los partidos las hacen pasan al campo enemigo y seguirán en permanencia defendiendo una política burguesa. En el colmo de su degeneración oportunista, los PC pasaron a su vez al campo de la burguesía en los años 30, cuando ya no existió nadie en sus filas que se opusiera a la defensa nacionalista de un campo imperialista, preparando de esta forma el alistamiento del proletariado para la Segunda Guerra mundial. Esta Segunda Guerra mundial también hizo sonar la hora de la verdad para el trotskismo que entonces escogió su campo: no el del internacionalismo y del proletariado como lo hizo Lenin en 1914, sino el de la defensa del imperialismo ruso y de la democracia (a pesar de que en sus filas hubo reacciones de elementos que entonces rompieron con él). Este resultado trágico de la dinámica oportunista de un partido del proletariado es producto del método políticamente erróneo de Trotski a lo largo de los años 30. Dicho esto, los errores que cometió, por graves que sean, no permiten afirmar que hubiese mantenido su posición hasta el final del conflicto imperialista mundial. Si no lo hubiesen asesinado antes, quizás la guerra habría sido la prueba que le hubiese permitido cuestionar sus derivas oportunistas pasadas. Tras su muerte, su compañera, Natalia Sedova, que siempre había luchado a su lado, rechazó la política de defensa de la URSS y rompió con el movimiento trotskista. También los últimos escritos de Trotski anuncian la posibilidad de semejante cuestionamiento de sus posiciones anteriores.
El capitalismo de Estado es la respuesta del capitalismo a la irrupción de contradicciones insuperables que lo asaltan con la entrada en su fase de decadencia, en tres aspectos: el de la guerra, el de la lucha de clases y el de la crisis. La crisis del 29 impone a la burguesía reanudar con las medidas de capitalismo de Estado que se habían aflojado en cuanto se acabó la Primera Guerra mundial. Esas medidas seguirán reforzándose a lo largo de los años 30, en particular con las medidas keynesianas de inyección masiva de capital por parte de los Estados en las economías nacionales, medidas que se concretizaron en particular con las grandes obras públicas y con el desarrollo de la industria de armamentos en preparación de la Segunda Guerra mundial. Proseguirán y se intensificarán al terminar la guerra.
Incluso antes de que se agote el periodo de prosperidad que sucedió a la Segunda Guerra mundial, la burguesía recurrirá a políticas de endeudamiento siempre más masivo. Así logra aplazar a mañana la explosión de las contradicciones de su economía, aun agravándolas.
El periodo de decadencia no se manifiesta, como pensaba Trotski en el Programa de transición, por un bloqueo total de su crecimiento en el plan económico sino por un frenazo del desarrollo de las fuerzas productivas. Para verificar que la evolución económica durante la decadencia expresa esa tendencia al frenazo del desarrollo de las fuerzas productoras, es necesario considerar el conjunto de ese periodo y no una de sus fases específicas, como por ejemplo la fase particularmente próspera que sigue la Segunda Guerra mundial. Ahora bien, el desarrollo de las fuerzas productoras durante el periodo que cubre las siete primeras décadas del siglo XX se realiza a un ritmo inferior al de la segunda mitad del siglo precedente. La diferencia es aun más importante si se considera el conjunto del siglo XX.
El periodo próspero tras la Segunda Guerra mundial es un fenómeno desde luego excepcional durante la decadencia y ya no se reproducirá nunca más en la medida en que los factores que lo permitieron están ya agotados:
la utilización de un « tesoro de guerra » resultante de ciclos pasados de acumulación, las reservas de oro del Estado norteamericano, inyectado en gran parte en las economías de Europa occidental y de Japón con fines a reconstruir y desarrollar su aparato productivo, no por filantropía sino para sustraerles a las tentativas del imperialismo ruso de atraerlos en su esfera de influencia;
la explotación metódica y sistemática de los últimos mercados extracapitalistas, tanto en los países industrializados que conservaban todavía un amplio mercado agrícola precapitalista como en las ex colonias en vía de descolonización;
un comienzo de huida hacia delante en el endeudamiento por parte de los principales países industrializados, siendo entonces relativamente débil el nivel global de endeudamiento.
No existe la menor perspectiva de verdadera solución a la crisis abierta a finales de los años 60; muy al contrario, no puede sino agravarse sin fin. Sin embargo, hacer corresponder la fase de decadencia únicamente con ese periodo es evacuar un fenómeno mayor de la decadencia, la guerra mundial, de una amplitud y con destrucciones cuyas proporciones eran totalmente desconocidas durante las guerras de los periodos precedentes y que son un factor esencial del riesgo de destrucción de la sociedad.
La tendencia a la baja de la tasa de ganancias es efectivamente una contradicción del modo de producción capitalista, como Marx lo puso en evidencia en el libro III de el Capital. Sin embargo, no es la única ni tampoco necesariamente el más determinante. Como ya lo hemos dicho, la vanguardia revolucionaria era unánime, cuando la fundación de la IC en 1919, en reconocer la entrada del sistema en su fase de decadencia. Era mucho más heterogénea, también lo hemos visto, en lo que concierne a las implicaciones de esa modificación de la vida del capitalismo. Se puede ver claramente en el análisis de las causas económicas del cambio de periodo. Rosa Luxemburg y Lenin tenían dos análisis diferentes del imperialismo. El de Luxemburg toma más ampliamente en cuenta la dinámica del desarrollo del capitalismo en un mundo no capitalista y que necesita mercados extracapitalistas para poderse desarrollar. Cuando éstos ya resultan insuficientes cara a las necesidades enormes de la acumulación, entonces la maquina empieza a griparse. Es en ese marco donde según nuestro punto de vista, hay que tomar en cuenta la tendencia a la baja de la cuota de ganancias cuyos efectos negativos para la economía capitalista se conjugan con los de la saturación de mercados.
Esta cuestión se ha repetido en todas las reuniones. Por dos razones al menos: por un lado la propaganda mediática que se ha hecho en Brasil a estos acontecimientos, como en la mayoría de los países, y por otro por la perplejidad que provocan. No vamos a entrar aquí en los detalles de nuestro análisis que se pueden leer en el comunicado que hemos publicado, incluso en portugués, en nuestro sitio Internet. Hemos puesto en evidencia que esas revueltas estériles expresaban ante todo la desesperación y la total ausencia de perspectivas de esa parte de los hijos de los obreros que nunca han sido ni serán integrados al mundo del trabajo, sino como eventuales y en condiciones miserables. Hemos insistido en que no solo no son una expresión aun confusa de la lucha de clases sino que pueden perfectamente ser utilizados contra la clase obrera, particularmente por el reforzamiento que provocan del encuadramiento policial de los barrios obreros.
El auge del integrismo es una de las tantas manifestaciones de la ausencia total de perspectiva de esta sociedad que también lleva a aberraciones como son los atentados suicidas. Y aunque semejantes aberraciones sean el producto de su propio sistema, ello no impide que la burguesía los utilice como pretextos para desencadenar guerras por la defensa de sus intereses imperialistas. De hecho, ese fenómeno de pudrimiento de la sociedad capitalista es producto de la acumulación de las contradicciones del capitalismo, que pueden llevar a la misma destrucción de la humanidad si la clase obrera no es capaz de imponer su propia solución revolucionaria.
La sociedad de clases conlleva la opresión de las minorías, la discriminación racial, la desigualdad entre hombre y mujer… El capitalismo no hace excepción a la regla. Dicho esto, la lucha especifica para la emancipación de la mujer o contra el racismo no solo no tienen la menor posibilidad de triunfar mientras esté de pié la sociedad de clases, sino que además no pueden cambiar en nada la sociedad puesto que no cuestionan sus fundamentos. Todas estas cuestiones no encontrarán solución real más que cuando sea abolido el capitalismo, durante la transformación de la sociedad hacia relaciones comunistas en el conjunto del planeta. No existe pues ninguna alternativa a la lucha revolucionaria de la clase obrera para liberar la humanidad de las desigualdades y demás calamidades que actualmente la agobian.
La clase obrera es la única clase revolucionaria de la sociedad. Sin embargo, esto no implica que tenga que hacer la revolución en contra de toda la sociedad. Muy al contrario, tendrá que poder llevarse tras ella, en su lucha revolucionaria, a todas las capas no explotadoras de la sociedad, que objetivamente están interesadas por la caída del capitalismo. Pero para poder desempeñar ese papel, la clase obrera ha de ser capaz de afirmarse en su lucha como la clase revolucionaria de la sociedad, con su proyecto revolucionario de derrumbamiento del capitalismo y de instauración de otra sociedad. Lo peor que puede ocurrir es que la clase obrera, diluyéndose en los movimientos de revuelta de todas aquellas capas hundidas en la miseria por la crisis pero sin la menor perspectiva, sea incapaz de afirmarse como fuerza revolucionaria de esta sociedad. Semejante peligro existe realmente y fue evidenciado por ejemplo por las revueltas estériles de 2001 en Argentina, cuando muchos proletarios fueron acarreados por una multitud de elementos de todo tipo y en particular por la pequeña y mediana burguesía arruinada por la crisis.
Este ejemplo es una ilustración de la imposibilidad actual de hacer converger el movimiento de la clase obrera con el de los campesinos sin tierra mientras éstos no abandonan su especificidad. Es hoy sabido que ese movimiento está totalmente controlado por el Estado. ¿En qué sus reivindicaciones son conciliables con las de la clase obrera? ¡En nada! Mientras que la clase obrera se niega a sufrir los ataques impuestos por la crisis del capitalismo, lo cual ya es la base de la critica del orden capitalista, en cambio las reivindicaciones totalmente reaccionarias del Movimiento de los Sin tierra, que pueden resumirse al derecho de todos a la propiedad, no anuncian nada de semejante.
Varias intervenciones señalaron que la política del gobierno de izquierda de Lula no se diferenciaba con respecto a los gobiernos de derecha que lo precedieron, ya que se constata que se han incrementado los niveles de pauperización de la población en Brasil. Sin embargo, hubo muchas preguntas, dudas e incluso simpatías con respecto al gobierno de Chávez, planteando que éste sí orientaba los recursos del Estado hacia una valiente lucha contra el imperialismo americano, a diferencia de la tímida posición de la burguesía brasileña.
El hecho de que en Venezuela haya llegado al poder una fracción burguesa “radical” de izquierda obedece al alto grado de descomposición de la burguesía venezolana, que fue incapaz de colocar en el poder a sectores moderados de izquierda tal como lo pudo hacer en Brasil por ejemplo. Por ello que la fracción chavista del capital nacional, conformada por sectores de la burguesía y pequeña burguesía que en su mayoría fueron excluidos de los gobiernos anteriores, desarrolla una política de exclusión de los viejos sectores de la burguesía, que ocasiona una permanente confrontación entre ellas, a la cual ha sido arrastrado el proletariado venezolano.
El chavismo, con la asesoría del gobierno cubano y la pléyade de dirigentes e intelectuales de la izquierda latinoamericana y mundial, con el apoyo de los movimientos antiglobalización y altermundialistas, y sustentado en una montaña de dólares producto de las exportaciones petroleras (o sea de la explotación de la clase obrera venezolana), ha desarrollado un programa de gobierno llamado “revolución bolivariana”, cuyo fundamento es el programa nacionalista de capitalismo de Estado ideado por las fuerzas guerrilleras de los años 60. La llamada “revolución bolivariana” nada tiene que ver con la revolución proletaria; todo lo contrario, ésta se sustenta en la explotación de la clase obrera que somete a un ataque ideológico y físico, típico de los regímenes estalinistas y fascistas. El chavismo, al igual que los gobiernos de Lula en Brasil, Kirchner en Argentina, etc., lo mas que puede hacer es vender ilusiones al proletariado y redistribuir la miseria entre los pobres, tal como lo hace cualquier gobierno basado en la explotación de la clase obrera; de allí que los niveles de pobreza y pauperización crezcan en Venezuela, tal como sucede en el resto de los países capitalistas.
Con respecto al planteamiento “anti-imperialista”, en el capitalismo decadente todo Estado desarrolla necesariamente una política imperialista contra las otras naciones. Esta situación se debe fundamentalmente a que ante las crecientes contradicciones económicas, cada nación se ve obligada a incursionar en el militarismo y la guerra para intentar mantenerse en la arena imperialista mundial.
El mayor o menor impacto que tenga un país en la arena imperialista depende de su poderío económico, militar y de las condiciones geopolíticas; por ejemplo es evidente que EE.UU., primera potencia mundial, tiene la mayor capacidad para imponer su política imperialista a escala mundial.
El “anti-imperialismo” ensordecedor de Chávez contra Bush y EE.UU. no es sino una campaña ideológica vendida a nivel interno y externo para lograr el apoyo de la clase obrera y los explotados a la propia política imperialista que desarrolla la burguesía venezolana hacia sus áreas de influencia (El Caribe, Centro y parte de Suramérica). Esta campaña, a la cual dedica importantes recursos financieros el gobierno chavista para que los dirigentes, intelectuales y grupos de la izquierda “radical” de la región le sirvan de caja de resonancia, intenta aprovechar las dificultades que se le presentan al imperialismo americano en otras partes del mundo (principalmente en Irak), ya que en la medida en que éstas aumentan su impopularidad tendrá mayores dificultades para confrontar las veleidades imperialistas de la burguesía venezolana.
Las burguesías de la región, en particular sus fracciones de izquierda, comparten, apoyan y explotan a su favor la megalomanía de Chávez y su frenesí antiamericano, ya que el discurso chavista se alinea con sus intereses geopolíticos. En particular, la estrategia imperialista de la burguesía brasileña, menos ruidosa que la de Venezuela y ubicada en un terreno más diplomático, es más efectiva contra los intereses de EEUU. Esto se observa en el peso de Brasil en las negociaciones del ALCA, donde la burguesía brasileña hace uso de su carácter de primera potencia económica de la región con un peso geopolítico importante, que el gobierno de Lula ha explotado de manera muy inteligente.
El proletariado debe enfrentar y denunciar la ideología “antiimperialista”, ya que es utilizada para alistarlo tras las banderas e intereses de cada capital nacional. La lucha del proletariado contra el imperialismo está inscrita en su lucha cotidiana contra su propia burguesía, pues el imperialismo es el “modus vivendi” del capitalismo decadente.
La sociedad actual no es una sociedad de consumo para todo el mundo. No resulta muy difícil darse cuenta de ello. El capitalismo ha extendido y generalizado, como nunca ninguna sociedad lo había hecho hasta hoy, el reino de la mercancía. Todo en este mundo se compra, todo es mercancía. El capitalismo también es el sistema que ha sido capaz de desarrollar las fuerzas productivas como ninguno antes, hasta el punto de hacer perfectamente imaginable la posibilidad de la abundancia para todos en la Tierra. Lo único que lo impide es el propio sistema que produce no para satisfacer las necesidades del hombre sino para la ganancia y la acumulación. Una contradicción de este mundo está en que una proporción creciente de la humanidad y de la clase que produce las riquezas, la clase obrera, no accede más que a una parte cada vez más reducida de las mercancías fabricadas, aun cuando esas necesidades son vitales. Ese enorme contraste entre lo que podría ser la vida en la sociedad si la humanidad se beneficiara de todas las riquezas acumuladas y lo que es en realidad es un factor de toma de conciencia de la necesidad del derrumbamiento revolucionario del capitalismo.
La propaganda burguesa dice que la revolución es la peor cosa que puede ocurrir porque es antidemocrática. Pero en realidad ¿de qué se trata? Es el derrocamiento de una clase minoritaria, la burguesía, con vistas al bienestar de la inmensa mayoría, la clase obrera y el conjunto de las capas no explotadoras de la sociedad.
En cuanto a la democracia burguesa, no es sino la mascara hipócrita de la dictadura del capital. Y cuanto más se enfrente la clase obrera al capital, mejor aparecerá esa dictadura por lo que es.
Dejando de lado cierta propaganda interesada por esa mentira, ¿qué nos permite decir que la clase obrera estadounidense apoya a su propia burguesía? La clase obrera en Estados Unidos no tiene medios para oponerse a la guerra en Irak. Esta situación resulta de un nivel todavía insuficiente de la lucha de clases a nivel internacional y en el mismo país. Pero ¿significa que esa fracción del proletariado internacional se adhiere a esa guerra? Es evidente que no, como lo demuestran las dificultades del Estado norteamericano para reclutar nuevos efectivos. Como lo demuestran también las acciones de las madres al prohibir el acceso de las escuelas a los sargentos reclutadores. No estamos en un periodo en la que fracciones mayoritarias del proletariado en los países más importantes estén dispuestas a apoyar el esfuerzo de guerra de su propia burguesía, como ocurrió en los años 30. En aquel entonces, los proletarios norteamericanos, ingleses, alemanes, franceses, rusos, etc., se hacían masacrar por millones, y también masacraban, en los ejércitos regulares o de resistencia nacional, por intereses que no les correspondían sino que eran los de diversas fracciones nacionales de la burguesía mundial.
Los desempleados forman parte de la clase obrera y su lucha no es diferente de la de la clase en su conjunto. El estar privados de trabajo y de sus compañeros de lucha dificulta la movilización, en particular por el fenómeno de atomización creciente de la vida social. Por ello es importante que hagan lo posible para unirse a las movilizaciones que se produzcan de los obreros que aun tienen trabajo, y que éstos llamen a los desempleados a participar en sus manifestaciones.
Por otra parte, se ha de ser consciente que el Estado burgués no queda inactivo con respecto al potencial explosivo representado por la cantidad siempre mayor de parados. Por ello intenta enmarcarlos, en particular ocupándose de sus necesidades más vitales, distribuyendo comida, utilizando asociaciones, la iglesia, los partidos de izquierda, todas las organizaciones a su sueldo (por ejemplo, los “comedores” argentinos). Semejante asistencia no es neutral y tiene como objetivo mantener los obreros que la aprovechan en una situación de dependencia con respecto al Estado sin que reflexionen sobre cuales son los fundamentos de la miseria. Por otro lado, semejantes instituciones también son utilizadas para desviar la lucha de aquellos que tienen trabajo hacia una falsa solidaridad, opuesta a la solidaridad de clase (como ocurrió cuando la oleada de luchas en el verano 2005 en Argentina).
La clase obrera sigue hoy siendo la clase que produce lo esencial de las riquezas de la sociedad. Sigue siendo la clase explotada y sin ella no podría existir el capitalismo. Sean cuales fuesen las modificaciones sociológicas que se hayan podido producir, éstas no modifican en nada su carácter revolucionario. Si la proporción de obreros industriales en el conjunto de la clase obrera era mas importante cuando la oleada revolucionaria de 1917-23 que lo es hoy en día, no por ello no existen en su seno otros sectores diferentes de los obreros de industria capaces de una gran combatividad y de desarrollar una conciencia de clase. La movilización en el sector de la enseñanza en Italia en 1987 ya lo ha confirmó al ser ese sector la punta de lanza de la voluntad de organizarse fuera y en contra de los sindicatos. Los obreros en Rusia en 1917 tenían también esa fama de conocer bien la historia de su clase, a pesar de que, en general, no sabían leer, y particularmente la historia de la Comuna de Paris. Existe en ese plano una verdadera diferencia, puesto que hoy las nuevas generaciones se caracterizan por una ignorancia importante de la historia. Pero tenemos confianza en la capacidad del proletariado revolucionario para apropiarse de su propia historia a medida que lo exijan las condiciones. Para ello podrá contar con la intervención de las organizaciones revolucionarias para suscitar y acompañar ese esfuerzo.
La revolución sigue hoy más que nunca siendo una necesidad y sigue siendo posible. La primera oleada revolucionaria mundial se desarrolló en reacción al hundimiento brutal en la barbarie provocado por la Primera Guerra mundial. Hoy, la clase revolucionaria encargada de aplicar la sentencia de muerte que pronunció la historia contra el capitalismo dispone de enormes reservas de combatividad para desarrollar su lucha frente a una crisis económica insoluble que no puede sino profundizarse. Desde que reemprendió el camino histórico de su lucha en 1968, el proletariado ha conocido muchas dificultades, en particular la de un retroceso de más de un decenio de su conciencia y de su combatividad con las campañas sobre la “muerte del comunismo” que acompañaron el hundimiento de los regímenes estalinistas. Pero vuelve a ser hoy capaz de desarrollar, en su lucha, su conciencia y su confianza en sus capacidades revolucionarias.
La CCI saca un balance totalmente positivo de esas cuatro intervenciones públicas.
No solo fueron un “estreno” para la CCI al realizarse en Brasil, estas reuniones han sido una de las pocas ocasiones que ha tenido la CCI de intervenir en común con otra organización proletaria (3). Por nuestra parte, sacamos un balance positivo de esta experiencia tanto en lo que toca a la calidad de la colaboración con Oposición obrera como por el impacto que ha podido tener en el auditorio esa unidad de intervención. El que dos organizaciones distintas, con diferencias o divergencias entre ellas, se dirijan juntas a su clase prefigura la capacidad de los elementos que constituyen la vanguardia revolucionaria para luchar unida por la defensa de la causa que les es común, la victoria de la revolución. Sobre este tema, había quedado claro entre nuestras dos organizaciones que, en las intervenciones en las reuniones públicas, se daría la prioridad a la cuestión de la organización del proletariado mediante sus propios órganos, los consejos obreros, en su lucha revolucionaria, así como la denuncia de la mistificación democrática y parlamentaria y del papel contrarrevolucionario de los sindicatos. Pero también habíamos dejado claro que no íbamos a intentar ocultar nuestros enfoques a veces diferentes sobre qué explicaciones dar a tal o cual situación, y que efectivamente se expresaron en los argumentos de unos y de otros, e incluso en diferencias sobre tal o cual cuestión. También nuestras dos organizaciones convinieron que esas diferencias debían debatirse en profundidad para así captar mejor la realidad y las implicaciones de esas diferencias.
Por nuestra parte, estamos más que nunca dispuestos a repetir la experiencia. Una vez más, queremos agradecerles a nuestros simpatizantes por la calidad de su compromiso a nuestro lado y saludamos a Oposición obrera por su actitud abierta y solidaria, o sea, proletaria.
CCI (2 – 12 – 05)
1 Este grupo, con el que la CCI está estableciendo una relación de discusión y de colaboración políticas, pertenece claramente al campo proletario debido en particular a su compromiso en el combate internacionalista por la victoria del comunismo. Demuestra además una significativa claridad sobre la naturaleza de los sindicatos y la mistificación democrática y electoralista. Para consultar su página web: opop.sites.uol.com.br.
2 No obstante, la finalidad militante estaba claramente presente desde el principio en el título mismo de nuestra ponencia «el futuro pertenece a la lucha de clases».
3 Ya hubo un precedente con una reunión pública común con el CWO (Communist Workers Organisation), representante en Gran Bretaña del BIPR, con ocasión del 80º aniversario de la Revolución de 1917. Esa experiencia por desgracia no se repitió, puesto que la CWO y el BIPR consideraron imposible rehacerla debido al pretendido « idealismo » de la CCI, supuestamente ilustrado por su análisis de la existencia de un curso a enfrentamientos de clase.
En diferentes medios politizados se está dando un debate sobre lo que pasa en Oaxaca. Hay quienes incluso hablan de “revolución”. Queremos recoger aquí nuestra intervención en el Foro alasbarricadas
https://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?t=22008&postdays=0&postorder=asc&start=0 [39]
donde a partir de artículos nuestros colgados por un compañero –Ricardo Fuego- que tiene posiciones políticas muy diferentes de las nuestras se ha animado un debate muy dinámico.
OAXACA: PUGNA ENTRE FRACCIONES DE LA BURGUESÍA
Todos los participantes del Foro coinciden en que en Oaxaca no hay una revolución ni una insurrección ni nada que se les parezca. Ahora bien, la discusión no versa sobre eso sino sobre algo mucho más simple: ¿es Oaxaca una alternativa de lucha contra el capitalismo?
Rotundamente NO. En mayo 2006 hubo un intento de lucha obrera protagonizada por los maestros. Pero ésta fue rápidamente ahogada y desviada hacia el terreno de las pugnas entre fracciones de la burguesía. El objetivo central de las barricadas, de la ocupación del zócalo, de las manifestaciones, es reemplazar un dignatario del Estado –el Señor Ruiz- por otro dignatario del Estado. Se pide «restablecer la vigencia del Estado de Derecho» como reza el comunicado de la APPO del 28-11-06 a través del procedimiento típico de cualquier Estado que se precie: “quítate tú para ponerme yo”.
Se nos quiere hacer tragar esa enorme rueda de molino que es la defensa pura y dura del Estado burgués a través del caramelo de la “democracia de base” y la “movilización popular” que representaría la APPO. Es decir, una vulgar operación de política burguesa consistente en quitar a un gobernador para colocar a otro, en lugar de los métodos habituales –elecciones anticipadas, coaliciones o cambio de alianzas parlamentarias- se realiza mediante el disfraz radical de unas pretendidas “asambleas participativas”.
En el acta de constitución de la APPO figura la firma de 79 organizaciones “sociales” (una mezcolanza que va desde un partiducho “marxista-leninista” hasta organismos vinculados al PRD o incluso al propio PRI), 5 sindicatos (uno de ellos igualmente vinculado al PRI) y 10 organizaciones escolares. Este “frente” burocrático de organizaciones nada tiene que ver con una Asamblea Obrera que se constituye por el impulso y la decisión directa de los obreros en lucha. Tampoco tienen nada que ver con una reunión de campesinos o de vecinos de barrios pobres. La APPO es una fotocopia en papel radical de los parlamentos burgueses, y en ese sentido cuenta con portavoces que dan ruedas de prensa y líderes “reconocidos” como el Señor Sosa –antiguo diputado del PRD-, el Señor Rogelio Pensamiento con relaciones públicamente reconocidas con el PRI o el Señor Rueda Pacheco que recibió apoyos económicos del denostado Gobernador Ruiz.
Masas trabajadoras, campesinas, marginadas, están siendo atrapadas y utilizadas en el fuego cruzado de las pugnas inter-burguesas y el resultado para ellas no es otro que pagar los platos rotos de la represión desencadenada por el Estado central que ha costado un puñado de muertos y cientos de heridos, detenidos o desaparecidos.
Las masas movilizadas en ese terreno ni han aprendido a organizarse, ni se ha radicalizado, ni han acumulado mayor capacidad de lucha –como nos dicen los que apoyan esos tinglados a pesar que “de sobras saben lo que es la APPO”-, lo único que realmente han sacado es la humillación, los sufrimientos de la brutalidad represiva, la desorientación y la confusión, en suma, la doble derrota que significa el haberse movilizado por objetivos que no son los suyos y encima haber llevado la peor parte en la barbarie represiva.
En el Foro algunas intervenciones han repetido que los “marxistas” solo apoyan luchas proletarias puras. No sabemos de qué “marxistas” están hablando pero para aclarar un poco las cosas queremos recordar una frase del esclavo romano Terencio que decía: “nada de lo humano me es ajeno”, frase que Marx hizo suya y que repetía con mucha frecuencia. Nuestra causa es la de toda la humanidad oprimida y explotada. En las condiciones de existencia del proletariado se halla concentrada la quintaesencia de los sufrimientos y la explotación de todas las capas marginadas y oprimidas, la lucha del proletariado no busca una causa particular o corporativa sino la emancipación de toda la humanidad del yugo del capitalismo. El proletariado es la única clase social que si combate de forma autónoma e independiente puede ofrecer una plataforma de emancipación revolucionaria a toda la humanidad oprimida.
Nos sentimos identificados con la mayoría de post de Ricardo Fuego pese a las diferencias de posición que tenemos y que no es aquí el lugar para debatirlas. Muestran con hechos concretos lo que realmente está pasando en Oaxaca y quién es en realidad la APPO. Pero además –y esto nos parece muy importante- Ricardo presenta diferentes visiones críticas procedentes de distintos grupos. Nos han parecido muy interesantes los análisis aportados por compañeros anarquistas que él ha presentado.
CCI 30-11-06
En las Tesis sobre el movimiento de los estudiantes en Francia que hemos publicado en nuestra Web (ccionline/2006_tesis [41]) se hace un análisis detallado de esta importante experiencia de nuestra clase señalando que «Es de lo más importante que los actores de ese gran combate hagan fructificar ese tesoro sacando todas las lecciones de su experiencia, que identifiquen claramente cuáles ha sido las verdaderas fuerzas, pero también las debilidades de su lucha. Y sobre todo que despejen la perspectiva que se presenta a la sociedad, una perspectiva inscrita ya en la lucha que han llevado a cabo: contra los ataques cada vez más violentos que un capitalismo en crisis mortal va a aplicar inevitablemente contra la clase explotada, la única réplica posible que a ésta le queda es intensificar su combate de resistencia, preparándose así para el derrocamiento del sistema. Esta reflexión, como la lucha que se termina, debe ser llevada a cabo de manera colectiva, en debates, nuevas asambleas, círculos de discusión abiertos, como lo han sido las asambleas generales, a todos aquellos que quieran asociarse a esa reflexión, especialmente las organizaciones políticas que apoyan el combate de la clase obrera .
Esa reflexión colectiva solo podrá realizarse si se mantiene entre los actores de la lucha, la fraternidad, la unidad y la solidaridad que se han manifestado durante ella. Por eso, ahora que la gran mayoría de quienes han participado en la lucha se han dado cuenta de se ha terminado con la forma precedente, el momento ya no es para llevar a cabo combates de retaguardia, bloqueos ultraminoritarios y desesperados que están, de todas, condenados a la derrota y que podrían provocar divisiones y tensiones entre quienes, durante semanas, han llevado a cabo un combate de clase ejemplar».
Esta reflexión colectiva debe tener un carácter internacional pues las lecciones y experiencias del movimiento de los estudiantes interesan al proletariado de todos los países. Nuestra sección en España ha contribuido a ello publicando los sucesivos textos y hojas de intervención desarrollados por nuestra sección en Francia no solo en nuestra Web sino también en diversos foros (alasbarricadas, kaosenlared, indymedia…). En el mismo sentido de contribución a un debate ha organizado Reuniones Públicas en Barcelona y Valencia.
Recogemos aquí tanto dos debates suscitados por los foros que hemos animado como una síntesis de la discusión habida en las Reuniones Públicas.
LA GRAN MENTIRA DEL SIGLO XX SERA BARRIDA POR LA GRAN VERDAD DEL SIGLO XXI
En el Foro Kaosenlared y ante nuestro texto publicado sobre el movimiento de los estudiantes en Francia (kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=16346), un lector, que firma Francisco, cuelga el siguiente texto titulado ABAJO EL COMUNISMO:
¿Sinceramente creen que el capitalismo cayó, y que el comunismo es el futuro?
Díganme, ¿porque entonces la poderosa Unión Soviética, comunista, tuvo que caer ante el centro capitalista, EE.UU.? ¿Será porque el comunismo es un sistema QUE ELIMINA LAS LIBERTADES DE LOS PUEBLOS, mientras sus lideres se proclaman defensores del proletariado viven como verdaderos burgueses; esto es verdaderamente hipócrita y demuestra la falencia de los lideres de la llamada "revolución". Siempre hablan de revolución, nunca de progreso, de crecimiento para todos, de la necesidad de lideres eficaces y honestos; será, claro, porque sus propios lideres no son lo que proclaman ser, y porque la historia misma nos muestra como el comunismo cayó ante el mercado de capitales privados.
Fíjense en China, el principal referente comunista de hoy en día, donde la economía la movilizan los capitales extranjeros privados, fíjense si no han fracasado en su ideología de izquierda de economía controlada por el estado.
Fíjense en Corea del Norte, donde la pobreza es extrema y la producción solo alcanza para mantener un estado en decadencia que se preocupa mas por su imagen y apoyo popular que por su pueblo.
Por lo menos léanlo, ya se que no lo van a publicar, como es la filosofía comunista (censurar cualquier oposición sin dejar la libre expresión, mostrándole a la gente solo lo que quieren que ellos vean), a ver si por lo menos les queda algo de dignidad y honor y muestran lo que los demás piensan.
NUESTRA RESPUESTA
No podemos desarrollar una respuesta detallada, nos limitaremos a unos breves comentarios. Se puede ver nuestra posición argumentada en:
node/155 [42], taxonomy/term/28 [43], taxonomy/term/26 [44],
Estamos muy orgullosos de ser comunistas. Nos reclamamos de una corriente política –la Izquierda Comunista- que desde principio de los años 20 denunció que el régimen que se estaba imponiendo en Rusia no tenía nada que ver con el comunismo, era su enterrador, su peor enemigo. En 1917, como punta de lanza de un movimiento internacional de la clase obrera, los trabajadores tomaron el poder en Rusia como primer paso de la Revolución Mundial. El movimiento que duró hasta 1923 y tuvo su última expresión en la Comuna de Shangai en China (1926, aplastada por Chiang-Kai-Check con la complicidad abierta del régimen ruso y de la mayoría del partido comunista chino) fue vencido por la burguesía mundial. La expresión de esta victoria en Rusia no fue la restauración de los viejos poderes (Zarismo o República democrática) sino una contra-revolución capitalista realizada en nombre de la revolución de 1917, de los Soviet y bajo la bandera de algo totalmente incompatible con el comunismo: el socialismo en un solo país.
La URSS no tenía nada de comunista como tampoco tienen nada de comunistas los regímenes militarizados de China, Cuba o Corea del Norte. El comunismo sólo puede ser mundial.
Nos han hecho creer que comunismo es “propiedad privada de los medios de producción” y comunismo es “propiedad estatal”.
Sin embargo, el capitalismo es perfectamente compatible con la propiedad estatal de los medios de producción. En países importantes como Francia que jamás se han presentado como “comunistas” un buen número de empresas son de propiedad estatal. Un régimen furibundamente anti-comunista como el de Franco en España estatizó un buen número de empresas. Desde hace casi un siglo, el capitalismo es en realidad un capitalismo de Estado que adopta diferentes formas: desde la “liberal” hasta la basada en una estatización más o menos completa de la economía.
No puede haber comunismo sin abolición del Estado y del trabajo asalariado. Hace más de 150 años lo defendieron Marx y Engels. Se puede leer en Los Principios del Comunismo: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/47-princi.htm [45]
A lo largo del siglo XX y como respuesta a la derrota del primer intento revolucionario del proletariado en 1917-23, la burguesía ha levantado LA GRAN MENTIRA DEL SIGLO XX: la identificación de los regímenes estalinistas de Rusia, China, Cuba etc., con el comunismo. Goebbels –ministro de propaganda del régimen nazi- decía que una mentira repetida mil veces acaba convirtiéndose en verdad. La gran mentira del siglo XX ha sido repetida hasta la náusea desde todas las tribunas hasta convertirla en una “evidencia”: tanto Gobiernos como Oposición, tanto la extrema derecha como la extrema izquierda, tanto los intelectuales que proclaman las “bondades” de los paraísos “socialistas” como los que denuncian sus maldades (a menudo, estos roles son intercambiables: numerosos corifeos de los “padrecitos” Stalin, Mao o Castro se han convertido en furibundos anti-comunistas y viceversa).
Llama la atención que los reproches del lector vengan a cuento de un documento adonde no hablamos de comunismo sino de un movimiento de lucha protagonizado por los estudiantes –futuros trabajadores- de Francia. Aclaremos que el comunismo no es una receta inventada por unos cuantos genios ni una ideología impuesta a la mayoría por una minoría de fanáticos. Como ya expusieron Marx y Engels en 1845: «Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que ha de sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual» (ver en "Feuerbach Oposición entre las concepciones materialista e idealista (Primer Capitulo de La Ideología Alemana) [46]"). Solamente el desarrollo de la lucha internacional del proletariado, la progresión de su conciencia, de su capacidad de organización, de su unidad y solidaridad, podrá llevar a un enfrentamiento general con el capitalismo en todos los países que construya la COMUNIDAD HUMANA MUNDIAL, el comunismo.
Del desarrollo de las luchas actuales del proletariado y especialmente del compromiso de sus generaciones más jóvenes, nacerá la realidad de «un gran movimiento independiente de la inmensa mayoría en beneficio de la inmensa mayoría» (Manifiesto Comunista, 1848) que podrá afirmar la gran verdad del siglo XXI -la emancipación de la humanidad del yugo del capitalismo- contra la gran mentira del siglo XX.
Corriente Comunista Internacional 23-4-06
LAS ASAMBLEAS PULMON DEL MOVIMIENTO DE LOS ESTUDIANTES
Una persona que firma “Una que estuvo en Francia” ha colgado el siguiente comentario en respuesta a nuestros textos sobre el movimiento de Francia
[https://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=16605 [47]]
Macabro!: Una que estuvo en Francia
Ojo con estos tipejos que han colgado la información. Mientras en Francia ciertos revolucionarios hemos comprendido el terreno falso de las asambleas estos tipejos nos vienen con estas mentiras. En Francia las asambleas están valiendo para esto:
1 - Que los sindicatos se desenvuelvan como pez en el agua. En realidad son los amos y señores. Y si no da igual el sentimiento mayoritario en las asambleas es el de seguir pies juntillas a los sindicatos de estudiantes
2 - Que las asambleas constituyan servicios del orden para asegurar la manifestación pacífica
3 - Que se margine a los violentos.
4 - Que mientras en las calles hay luchas, se pierda el tiempo debatiendo horas y días de cuantos delegados elegir por asamblea, de que caminos seguir en las manifestaciones, discusiones interminables no para la acción sino meramente teóricas En fin, patético. Quien esté en Francia y no sea un imbécil o un sindicalista sabe en que lado están los revolucionarios.
NUESTRA RESPUESTA
La persona que ha escrito esta nota nos trata de “tipejos” y mentirosos. No nos vamos a poner a su altura. Nos vamos a limitar a defender de forma argumentada el papel de las Asambleas.
Según esta persona las Asambleas pierden el tiempo « debatiendo horas y días de cuantos delegados elegir por asamblea, de que caminos seguir en las manifestaciones, discusiones interminables no para la acción sino meramente teóricas». Es difícil saber en qué Asamblea ha podido estar pero su apreciación es claramente rebatida por multitud de testimonios que muestran que las Asambleas han sido el órgano de control colectivo y solidario del movimiento, que en ellas se han tomado las decisiones, que han sido el lugar de una discusión madura y reflexiva. Por poner sólo un testimonio: «Los sindicatos burgueses de estudiantes, se mandan circulares entre ellos con las instrucciones precisas para manipular las asambleas. Al menos, en Montpellier no lo están consiguiendo. Cada vez más, el movimiento se gestiona más asambleariamente. Son muchos los que están recibiendo sus primeras experiencias en estos campos. Tanto en el de la autoorganización como el de la movilización»
https://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?t=14455&postdays=0&postorder=asc&start=0 [48] )
La apreciación que damos en las "Tesis sobre el movimiento de los estudiantes de la primavera de 2006 en Francia [41]" ha sido ampliamente confirmada: «El carácter profundamente proletario del movimiento ha quedado también ilustrado en las formas que se ha dado, especialmente las asambleas generales soberanas en las que se expresa una vida real que no tiene nada que ver con las caricaturas de “asambleas generales” que suelen convocar los sindicatos en las empresas. En ese aspecto, hay, evidentemente, gran heterogeneidad entre unas y otras universidades. Algunas AG tenían mucho parecido con las asambleas sindicales, mientras que otras son el foco de una vida y reflexión intensas, expresando un alto nivel de implicación y de madurez de los participantes. Más allá, sin embargo, de esa heterogeneidad, es de lo más notable que muchas asambleas han logrado superar los escollos de los primeros días durante los cuales no paraban de dar vueltas y vueltas sobre cuestiones como “hay que votar sobre si hay que votar sobre tal o cual cuestión” (por ejemplo, la presencia o no presencia en la AG de personas ajenas a la Universidad, o la posibilidad de éstas tomen la palabra), lo que acarreaba la partida de bastantes estudiantes y que las decisiones últimas las tomaran miembros de los sindicatos estudiantiles o de organizaciones políticas. Durante las dos primeras semanas del movimiento, la tendencia dominante en las asambleas fue la presencia cada vez mayor de estudiantes, la participación cada vez más amplia en las intervenciones, y una reducción proporcional de las intervenciones de miembros de sindicatos o de organizaciones políticas. (…) en las asambleas mejor organizadas, hemos visto la renovación cotidiana de los equipos (de 3 miembros en general) encargados de organizar y animar la vida de la asamblea, mientras que las asambleas menos dinámicas y menos organizadas estaban más bien “dirigidas” todos los días por el mismo equipo, a menudo más pletórico que en aquéllas ».
Nuestra contradictora habla de que las Asambleas pierden el tiempo con “debates teóricos” mientras en la calle se lucha. En el movimiento de los estudiantes en Francia se ha dado una unidad evidente entre la reflexión colectiva y la lucha en la calle. La decisión de salir a la calle y manifestarse, de buscar la solidaridad de los trabajadores, de buscar la extensión del movimiento, ha surgido de animadas discusiones colectivas.
Al afirmar que «las asambleas constituyan servicios del orden para asegurar la manifestación pacífica», nuestra contradictora no dice la verdad, está mal informada o se basa en un ejemplo aislado. La decisión adoptada y aplicada por numerosas Asambleas ha sido la de colocar en los bloqueos o en las manifestaciones, equipos que tenían como primera misión discutir y convencer a la gente que se oponía a las manifestaciones o que trataba de agredir a los manifestantes. Esto no tiene nada que ver con un Servicio de Orden sindical o de grupos “izquierdistas”. Estos últimos actúan como auténticos remedos de la policía, buscan el enfrentamiento sin discusión con lo cual impiden ampliar y extender el movimiento, evitar que gane nuevas fuerzas, de esta forma contribuyen al objetivo esencial del Estado burgués consistente en aislar, dividir y atomizar las luchas obreras.
También se queja de que se “aislara a los violentos”. Efectivamente su “lamento” es fundado, la gran mayoría de los estudiantes no cayó en la estrategia de provocación empleada por el Gobierno De Villepin conchabado con los sindicatos y el PCF. Frente a ese intento, como afirmamos en las Tesis antes citadas «La profundidad del movimiento de los estudiantes se expresa también en su capacidad para no caer en la trampa de la violencia que la burguesía le ha tendido en varias ocasiones, incluido el uso de “reventadores”: ocupación policíaca de la Sorbona, ratonera al final de la manifestación del 16 de marzo, cargas policiales al final de la del 18 de marzo, violencias de los “reventadores” contra los manifestantes del 23 de marzo. Aunque una pequeña minoría de estudiantes, sobre todo los influidos por ideologías anarquizantes, se dejaron llevar a enfrentamientos con la policía, la gran mayoría lo hizo todo por evitar que se pudriera el movimiento en enfrentamientos repetitivos con las fuerzas represivas. En esto, el movimiento actual de los estudiantes ha dado pruebas de una mucho mayor madurez que el de 1968 ».
La mayor violencia que se puede ejercer sobre el Estado burgués es un movimiento cada vez más amplio y masivo, que se controla a sí mismo, que sabe lo que quiere, que mide cada paso que quiere dar. Esto puede parecer “pacífico” a todos aquellos que entienden por “lucha de clases” un carrusel de algaradas, choques aquí y allá, barricadas etc.
Finalmente, nuestra contradictora habla de que «los sindicatos se desenvuelvan como pez en el agua. En realidad son los amos y señores». Esta afirmación no se corresponde con la realidad.
En primer lugar, los sindicatos, cómplices evidentes del Gobierno, no movieron ni un dedo contra el CPE. Únicamente cuando vieron que los estudiantes luchaban cada vez más ampliamente y llamaban a los trabajadores a sumarse al movimiento, cogieron el tren en marcha y se pusieron a convocar manifestaciones y a prometer huelgas generales. Esta gesticulación radical la adoptaban como cobertura para impedir que nadie se moviera en los centros de trabajo.
Este juego consistente en prometer el oro y el moro y en la práctica intentar a toda costa mantener pasivos a los obreros en los centros de trabajo, ha empezado a ser cuestionado tanto por los trabajadores como por los estudiantes. En los primeros cundía un malestar evidente que estaba llevando a la aparición de los primeros brotes espontáneos de huelga, especialmente a partir del éxito de las manifestaciones del 28 de marzo y el 4 de abril. Este hecho ha obligado al Gobierno a retirar el CPE.
Los estudiantes, por su parte, han mostrado signos evidentes de desconfianza hacia los sindicatos. En numerosas asambleas se adoptaban acuerdos por los cuales la cabecera de las manifestaciones no debía ser de los sindicatos sino de los propios estudiantes con las consignas por ellos decididas. El 7 de marzo en París, los sindicatos se pusieron testarudos y quisieron imponer su cabecera, los estudiantes –que gozan de una mejor forma física que los bonzos sindicales- corrieron para ser ellos quienes encabezaran la manifestación dejándolos en ridículo, «los sindicatos han sido humillados», decía un periodista.
En cuanto a la UNEF –sindicatos de estudiantes próximo al PS- este se ha visto desbordado y desautorizado en numerosas asambleas. Su pretensión de ocupar la mesa de la Asamblea se ha visto contestada por la adopción de acuerdos muy mayoritarios que señalaban que ésta tenía que ser llevada por estudiantes no afiliados y debía renovarse cada día. La UNEF se ha opuesto a que gente “ajena a la Asamblea” (obreros, jubilados, militantes revolucionarios) pudiese hablar pero numerosas Asambleas han rechazado tal mordaza y han invitado a obreros, jubilados, padres de alumnos, revolucionarios a tomar la palabra y contar sus experiencias. Un pequeño ejemplo entre muchos: una Asamblea en Toulouse invitó a un militante de la CCI a participar en una comisión encargada de organizar charlas sobre la historia del movimiento obrero.
Podríamos seguir pero no queremos extendernos demasiado en esta respuesta cuyo objetivo esencial es defender la validez de una herramienta vital para las luchas futuras: las Asambleas Generales. Esta defensa no pretende cerrar los ojos a sus debilidades pero la crítica de estas sólo puede hacerse a partir de reconocer que son un arma imprescindible. Privar a la clase obrera del pulmón de las Asambleas Generales es condenarla a ser esclava del control de los sindicatos o bien de “minorías selectas” que, aunque rechacen formalmente a los sindicatos, actúan de forma sindicalista sometiendo a los obreros a una “autoridad externa” que los manipula teniéndolos ocupados a través de una cadena de propuestas de “acción” que lo que hacen es desgastarlos, dividirlos, aislarlos y con todo ello quebrar su espíritu de lucha.
Corriente Comunista Internacional 3-5-06
DEBATE INTERESANTE SOBRE EL MOVIMIENTO DE LOS ESTUDIANTES EN FRANCIA
Celebramos en Barcelona y Valencia a finales de marzo, Reuniones Públicas extraordinarias sobre el movimiento de los estudiantes en Francia. Damos cuenta aquí del debate, muy intenso y animado, que hubo en ambas reuniones[1].
No podemos abordar todas las cuestiones planteadas. Nos limitaremos a algunas de ellas, en nuestra opinión las más interesantes.
En ambas reuniones, los asistentes, poco numerosos pero muy interesados, se mostraron de acuerdo con algunas insistencias de nuestra presentación:
- se trata de un movimiento que pertenece enteramente a la lucha de la clase obrera tanto por que se trata de futuros obreros (que en su gran mayoría se verán golpeados por la precariedad o el desempleo) como porque las reivindicaciones y los métodos de lucha son los propios del combate del proletariado;
- denuncia de la falsificación y deformación que han hecho los llamados “medios de comunicación”: han presentado la lucha como un movimiento sindical y han silenciado totalmente las características proletarias del movimiento (asambleas, solidaridad, búsqueda de la extensión de la lucha etc.)
- se trata de un movimiento importante que muestra cómo la clase obrera tiende a desarrollar y reforzar su lucha a escala internacional, comenzando a salir del largo periodo de pasividad, desorientación y retroceso en el que se debatió después de 1989. En particular, significa la entrada en lucha, cada vez más masiva, de una nueva generación de obreros que aporta sangre nueva y aire fresco a la de lucha de las anteriores generaciones.
Uno de los puntos que más polarizó las discusiones fue precisamente la unidad entre las diferentes generaciones obreras. La lucha revolucionaria contra el capitalismo no puede ser acometida por una sola generación, necesita la solidaridad, la cooperación activa, la lucha común, de varias generaciones que intercambian mutuamente diferentes elementos: vitalidad, experiencia, reflexión, iniciativa, creatividad… Un asistente en Valencia insistió en algo que compartimos plenamente: esa unidad entre las diferentes generaciones se debe inscribir en la continuidad histórica del proletariado. Efectivamente: el proletariado es una clase histórica que lucha en función del porvenir revolucionario que encierra su combate el cual se levanta sobre la experiencia histórico-mundial de 200 años de luchas contra la explotación y la dominación capitalistas.
Otro punto en el que insistió un asistente en Valencia es el de la necesidad de comprender y difundir las experiencias de las luchas proletarias. Cada sector de la clase obrera está perdido sí no cuenta con las experiencias del resto de su clase. Tiene que comprender las maniobras de los sindicatos, de los gobernantes, de las patronales que suelen actuar de forma coordinada contra los trabajadores. Tiene que superar los obstáculos que hacen fracasar las luchas y eso sólo es posible mediante la acumulación de múltiples experiencias. En la lucha de SEAT en diciembre las Asambleas empezaron a desarrollarse pero no lograron afianzarse, en cambio, la experiencia de los estudiantes en Francia con una importante práctica de Asambleas masivas, bien organizadas, adonde se logra la unidad de todos los participantes y una reflexión muy viva, da respuestas a aquello en lo que la lucha de SEAT fracasó.
La cuestión de las Asambleas es muy importante y centró la discusión en las dos reuniones. ¿Cómo es posible que la burguesía que es una pequeña minoría dentro de la sociedad pueda mantener su dominio sobre toda la población? Lo logra por la división y por la inconsciencia de la clase obrera. Las Asambleas aportan respuesta a ambas cosas: en una Asamblea se puede ver prácticamente la unidad de la clase. En ella no nos vemos como una suma de individuos atomizados que cada cual va a la suya sino como un cuerpo unificado adonde todos aportan lo mejor de sí mismos. Pero al mismo tiempo, la Asamblea es la mejor herramienta para forjar la conciencia de clase: se discute colectivamente para tomar decisiones las cuales todos los presentes se comprometen a aplicar.
Se suele objetar: “las Asambleas pueden ser fácilmente manipuladas por sindicatos y partidos de izquierda”. Se recuerda siempre que los Consejos Obreros en Alemania fueron copados por la Socialdemocracia. Estos argumentos se emplean para desvalorizar a las Asambleas y privar con ello a la clase obrera de una de sus armas más eficaces. Pero esos argumentos olvidan una cosa: es en las propias asambleas, en la confrontación práctica y vigorosa contra los sindicatos y la Izquierda del Capital adonde los obreros aprenderán a reconocerlos como órganos de la burguesía con disfraz “obrero”, donde forjarán las armas para combatir sus trampas, donde los afiliados de buena fe a esas organizaciones comprenderán concretamente que deben romper con ellas. Es en las propias asambleas donde se verá el papel indispensable e insustituible que tienen las organizaciones revolucionarias. Es en ellas donde se verá que sus propuestas, su conducta, sus orientaciones, constituyen una aportación decisiva.
También se abordó la cuestión de la violencia. Toda lucha de clases es necesariamente violenta. Pero ¿en qué consiste la violencia del proletariado? ¿Es idéntica a la violencia de la burguesía o a la violencia de capas sociales desesperadas sin porvenir histórico como la pequeña burguesía o los marginados? A este respecto, el movimiento de Francia aportó respuesta muy valiosas:
- el gobierno francés, en complicidad con el P”C”F y los sindicatos, hizo todo lo posible para enredar a los estudiantes en una dinámica de enfrentamientos violentos minoritarios con la policía antidisturbios (los CRS). Los estudiantes evitaron en la mayor parte de los casos esa trampa. Mantuvieron manifestaciones y asambleas masivas. Evitaron dividirse y dispersarse. De esta forma lograron la verdadera fuerza contra el Estado burgués. Dispersos en una suma de choques minoritarios se volvían impotentes frente al Estado que posee todos los medios a su alcance y que está fuertemente coordinado. Unidos y organizados masivamente, el Estado se debilita y puede acabar perdiendo el control de la situación pues ya no tiene enfrente unos individuos dispersos sino una masa unida que aprende a saber lo que quiere.
- Los jóvenes de la periferia de las ciudades fueron azuzados para acudir a las manifestaciones a hacer destrozos e incluso –como sucedió el 23 de marzo- a golpear a los propios estudiantes. Estos reaccionaron con mucha sangre fría e inteligencia política y humana: en lugar de buscar el enfrentamiento cuerpo a cuerpo como los sindicatos querían, organizaron Delegaciones encargadas de discutir con los jóvenes de esas zonas para explicarles que tenían el mismo problema y que había que luchar unidos. De esta forma, aunque en un primer momento esta medida no dio resultados, estaban preparando el porvenir pues para derrotar al Estado burgués hay que ganar para la lucha del proletariado a todas las capas no explotadoras de la población convenciéndolas de que su verdadero interés como seres humanos está en unirse al combate revolucionario del proletariado.
Una asistente planteó que en su centro de trabajo la gente decía: “en Francia los trabajadores tienen fuerza porque los sindicatos están con ellos: organizan manifestaciones, se unen a los estudiantes etc.”. La discusión aclaró que en Francia los sindicatos guardaron durante más de un mes un silencio cómplice ante la imposición del CPE. Sólo se movilizaron tras una semana de luchas de los estudiantes. Vieron que debían “coger el tren en marcha” y decirse “solidarios” con ellos para controlar los centros de trabajo y evitar que el movimiento se contagiara a los obreros. Convocaron las manifestaciones para evitar que estas fueran impulsadas de forma espontánea por estudiantes y obreros. La burguesía tiene dos armas contra la lucha: la policía que actúa desde fuera del movimiento y los sindicatos que actúan desde dentro del mismo. Para realizar esta labor tienen que aparentar que están a su favor y ofrecer sus servicios de “especialistas” para tomar su dirección y sabotearlo progresivamente. Muchos detalles muestran esta labor de quinta columna: intentaron embaucar al movimiento con negociaciones trampa con el gobierno que fueron rechazadas por las Asambleas que se negaron a acudir a tales encuentros mientras aquel no retirara el CPE. Cuando delegaciones de estudiantes iban a las puertas de una fábrica los delegados sindicales salían a su encuentro evitando que hubiera una asamblea directa de obreros y estudiantes. Actuaban pues como policía que trata de impedir que los obreros se vean afectados por “malas influencias”. Pese a ello, en ciertas fábricas de los alrededores de París (Citroen, Snecma) los obreros decidieron desobedecerles y luchar por su propia cuenta.
Corriente Comunista Internacional 20-4-06
[1] Compañeros que no pudieron asistir nos han pedido la repetición de estas reuniones pues estaban muy interesados. Ahora que el movimiento se ha terminado con la retirada del CPE por parte del movimiento tenemos la distancia suficiente para reflexionar sobre sus lecciones y cómo extenderlas.
Hemos recibido la siguiente declaración de solidaridad con los jóvenes y obreros en lucha contra el CPE –que reproducimos a continuación- por parte de un Grupo de Discusión Comunista de Bengala (India).
Esta declaración testimonia que la significación de las luchas contra el CPE sobrepasa de lejos los límites de las fronteras francesas. Esta lucha no es un movimiento nacional sino una parte de la recuperación internacional de las luchas obreras contra –como dice el texto- “el pudrimiento del capitalismo”.
DECLARACION DE UN GRUPO DE DISCUSION DE BENGALA (INDIA)
Nosotros, participantes de un Grupo de Discusión en Bengala (India) hemos tomado conocimiento de los acontecimientos en Francia a partir de los documentos publicados en vuestro Sitio Web en inglés. Consideramos que el movimiento en Francia es un momento significativo de la lucha de la clase obrera, sobre todo en esta fase en que los ataques capitalistas toman un carácter cada vez más generalizado que llaman a una respuesta de la clase obrera cada vez más generalizada. Esperamos con impaciencia su desarrollo sobre un terreno enteramente proletario. Pensamos que es nuestro deber, en tanto que parte del movimiento obrero internacional, enviar nuestra solidaridad al movimiento. Esta carta debemos ser considerada como una declaración de solidaridad, por parte de los miembros del Grupo de Discusión, a todos los camaradas que luchan contra el CPE y contra el pudrimiento del capitalismo en general. Seremos muy felices sí podéis dar a conocer esta declaración de solidaridad a los camaradas en lucha.
A final de octubre una conferencia de organizaciones internacionalistas, grupos y militantes ha sido convocada por la SPA (Socialist Political Alliance) en las ciudades de Corea del Sur de Seúl y Ulsan. Pese al modesto número de miembros presentes, la SPA es la primera expresión organizada en el Extremo Oriente de los principios de la Izquierda Comunista (al menos en lo que nosotros conocemos) y esta conferencia ha sido la primera de ese tipo. Por todo ello, tiene una significación histórica y la CCI la ha apoyado lo más posible enviando una delegación a la sede de la Conferencia[1].
En los días que han precedido la conferencia, la importancia a largo plazo de sus objetivos, se ha visto ensombrecida por la dramática agudización de las tensiones imperialistas en la región causada por la explosión de la primera bomba nuclear de Corea del Norte y todas las maniobras que le han seguido protagonizadas por las diferentes potencias presentes en la región (USA, Japón, China, Rusia, Corea del Sur). La CCI considera vital que los internacionalistas presentes en Corea de Sur no se queden mudos ante semejante amenaza. Consecuentemente, esta cuestión ha sido ampliamente debatida en el curso de la Conferencia y ha dado lugar a la adopción por los participantes –cuyos nombres figuran abajo del texto de la Declaración siguiente:
Declaración Internacionalista contra la amenaza de guerra en Corea
Ante la noticia de las pruebas nucleares en Corea del Norte, nosotros, comunistas internacionalistas reunidos en Seúl y Ulsan:
Denunciamos el desarrollo de nuevas armas nucleares en manos de otro Estado Capitalista: la bomba nuclear es la expresión máxima de la guerra, su única función es el exterminio masivo de la población civil en general y de la clase obrera en particular.
Denunciamos sin reservas este nuevo paso hacia la guerra tomado por el Estado capitalista de Corea del Norte que demuestra de ese modo una vez más (sí ello fuera necesario) que no tiene absolutamente nada que ver con la clase obrera y el comunismo y que no es otra cosa que una de las más extremas y grotescas versiones de la tendencia general del capitalismo decadente hacia la barbarie militarista.
Denunciamos sin reservas la hipócrita campaña de Estados Unidos y sus aliados contra su enemigo norcoreano, lo que no es otra cosa que su preparación ideológica para lanzar –cuando tenga capacidad para ello- sus propias acciones preventivas de las cuales la clase trabajadora sería la principal víctima, como lo está siendo ahora en Irak. No debemos olvidar que Estados Unidos es la única potencia que ha utilizado armas nucleares en la guerra, cuando fueron aniquiladas las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki
Denunciamos sin reservas las supuestas “iniciativas de paz” que aparecen bajo el patronazgo de otros gángsteres imperialistas como China. Su preocupación no es la paz sino la defensa de sus propios intereses en la región. Los trabajadores no debemos tener ninguna confianza en la “intención de paz” de ningún Estado capitalista.
Denunciamos sin reservas todo intento de la burguesía de Corea del Sur de tomar medidas represivas contra la clase obrera o contra activistas en su defensa de los principios internacionalistas so pretexto de proteger la libertad nacional o la democracia
Declaramos nuestra completa solidaridad con los trabajadores de Corea del Sur y Corea del Norte, China, Japón o Rusia, que van a ser los primeros en sufrir las consecuencias si se producen acciones militares
Declaramos que sólo la lucha de los trabajadores a escala mundial puede detener la constante amenaza de barbarie, guerra imperialista y destrucción nuclear que pende sobre la humanidad bajo el capitalismo.
Esta Declaración ha sido firmada por las organizaciones siguientes:
Un cierto número de camaradas presentes en la Conferencia la han firmado a título individual:
[1] Escribiremos más adelante sobre los detalles de la Conferencia
La CCI (Corriente Comunista Internacional) y OPOP (Oposição Operária) en conjunto realizaron dos reuniones públicas a finales de mayo de 2006, una el día 27 en Salvador y la otra el día 31 en Vitoria da Conquista. En esta oportunidad el tema tratado en las reuniones fue: “El Movimiento de los Estudiantes Contra la Precariedad”, donde los compañeros de OPOP (sólo en Salvador) presentaron las movilizaciones del 2003 lideradas por los estudiantes de Salvador contra el aumento del pasaje (la llamada “Revuelta de Buzu”, en alusión al nombre que los habitantes de Salvador dan a los autobuses de transporte colectivo); la CCI presentó el movimiento de los estudiantes en Francia en la primavera (europea) de 2006 contra el Contrato de Primer Empleo (CPE).
Estas reuniones públicas, al igual que las realizadas en noviembre de 2005 (ver en nuestro sitio en Internet el artículo “Cuatro Intervenciones Públicas de la CCI en Brasil”) fueron organizadas de manera conjunta entre OPOP y la CCI. Sin embargo, en esta oportunidad las presentaciones de ambas organizaciones fueron decididas en común y cada una estuvo de acuerdo con su contenido y orientaciones. Aunque en la organización de estas reuniones participaron algunos contactos de la CCI en Brasil, es indudable que sin el importante trabajo de los compañeros de OPOP, las mismas no hubieran sido posible, ya que los compañeros: colocaron carteles en algunos sitios de Salvador; tanto en esta ciudad como en Vitoria repartieron hojas invitando a las reuniones, además de hacer invitaciones verbalmente. Es una muestra ineludible de cómo, dos organizaciones del campo proletario pueden unir sus fuerzas para realizar intervenciones en común, pese a las diferencias políticas que tenemos sobre algunas cuestiones. El aspecto central que nos une es el internacionalismo proletario, que nos lleva a desarrollar intervenciones en común como las aquí reseñadas, que se orientan en la dirección de fortalecer el debate en el seno de la clase obrera y el desarrollo de su conciencia.
Pese a la intensa lluvia en Salvador que entorpeció la participación – en relación a este tipo de reuniones – asistió un número razonable de personas, fuera de momentos con acontecimientos que impliquen movilizaciones importantes. En Vitoria la asistencia fue bastante más numerosa. En ambas reuniones fue notoria la asistencia de jóvenes (mayoritaria en el caso de Vitoria), aunque también tuvieron presencia significativa las viejas generaciones; principalmente elementos que han formado parte del « movimiento » que estuvo al origen de la formación / ruptura con el PT, y que parecen haber realizado una ruptura, mas o menos completa, con ese partido. Uno de ellos anima al grupo “Refundación Comunista” (que nada tiene que ver con el grupo de nombre similar en Italia). En el caso de Vitoria, la participación se vio beneficiada debido a que el mismo día de la reunión hubo una huelga de profesores de esa ciudad y de los profesores de la universidad regional. De esta manera, estuvieron presentes en la reunión profesores que se habían movilizado en una manifestación en horas de la tarde, así como estudiantes de la universidad que no tuvieron clase debido a la huelga de profesores.
Las reuniones celebradas fueron una oportunidad para que los asistentes conocieran los análisis de dos organizaciones marxistas, de las movilizaciones que realizan las nuevas generaciones de proletarios contra la precariedad que a toda costa intenta imponer el capital contra la clase obrera y el conjunto de la sociedad, en Francia, Brasil y todo el mundo. Esas reuniones son el mejor medio con que cuentan los grupos políticos proletarios para contrarrestar el “black out” y la tergiversación que hace la burguesía de las luchas que realiza la clase contra el capital.
Experiencias aunque aparentemente distintas, distantes en la geografía mundial y en el tiempo, tienen muchos elementos en común que las ubica de manera inequívoca como movimientos en el terreno de luchas del proletariado:
-Su origen es el mismo: la agudización de la crisis del capitalismo, la cual lleva de manera inevitable a cada burguesía a acentuar los ataques a las condiciones de vida contra el conjunto del proletariado (activos y desempleados, viejos y nuevos proletarios); incluso, como en el caso francés del CPE (Contrato de Primer Empleo), a atacar las condiciones de vida de los futuros proletarios.
-Son luchas que trascienden el marco de los movimientos estudiantiles y de meras reivindicaciones de este sector, ubicándose de plano en un marco más amplio de luchas contra los ataques a las condiciones de vida del proletariado.
-Son movimientos que expresan la reflexión que se está gestando a nivel de las nuevas generaciones de la clase aunque de manera incipiente, de que el capitalismo no puede ofrecer ninguna perspectiva a la sociedad; que ningún gobierno, sea de derecha como el de Chirac en Francia, o de izquierda, como el de Lula en Brasil, representa una salida a la pauperización que nos impone el capitalismo.
-Son luchas que tienden a darse de manera espontánea sus propios medios y métodos, fuera, e incluso enfrentando el control de los sindicatos tradicionales y de los gremios estudiantiles. En el caso de las luchas contra el CPE en Francia, el movimiento se basó en asambleas generales controladas por los propios estudiantes Las formas organizativas que se da el movimiento perduran sólo mientras éste expresa una vitalidad de lucha, y desaparecen con su reflujo.
En este contexto, los compañeros de OPOP expusieron el análisis y enseñanzas de las movilizaciones de agosto-septiembre de 2003 en Salvador contra el aumento del pasaje del transporte colectivo. Esas movilizaciones fueron lideradas por los jóvenes de esa ciudad, alumnos de secundaria en su mayoría, en la cual no participaron estudiantes universitarios. Aunque este movimiento fue poco divulgado fuera de Brasil, tuvo repercusiones importantes en otras ciudades de ese país: Fortaleza, Florianópolis, Río de Janeiro y Sao Paulo. Este movimiento ha sido descrito y analizado por OPOP en su artículo “Cuando “nuevos” personajes entran en escena”[1].
Desde sus inicios, el movimiento se ubicó como un movimiento de las masas trabajadoras en su conjunto, ya que el aumento de pasajes decretado por el gobierno local afectaba por igual a trabajadores activos o desempleados. El movimiento expresaba una lucha de las nuevas generaciones, la mayoría de ellos hijos de proletarios y ellos mismos futuros proletarios, contra la precariedad en que viven millones de brasileños. En su presentación, los compañeros de OPOP, mencionaron el dramático hecho de que, según declaraciones de las propias autoridades locales, cerca de 55 millones de brasileños tienen que transitar largas distancias a pie debido a que no tienen ingresos suficientes para pagar el costo del pasaje del transporte colectivo! En ese sentido, es perfectamente comprensible que en la medida que el movimiento se extendía y radicalizaba, eran mayores las expresiones de simpatía del conjunto de la población y de los trabajadores, quienes vieron identificados sus intereses con los de los jóvenes protagonistas del movimiento.
Otra característica de este movimiento fue que él mismo gestó de manera espontánea sus propios líderes y medios de lucha. Los jóvenes utilizaron como método de presión las manifestaciones de calle, el bloqueo de las principales vías de Salvador (una de las ciudades más importantes de Brasil – después de Sao Paulo, Río de Janeiro, etc.) y las estaciones de transferencia de los autobuses. Los jóvenes se organizaron en piquetes, que emergían desde las instituciones educativas hacia los diferentes sitios de la ciudad; éstos piquetes decidían la duración de los bloqueos y a cuáles vehículos se les permitía la circulación durante las acciones. Es indudable que en el movimiento estuvieron presentes los dirigentes de los gremios estudiantiles, principalmente de las grandes escuelas, pero los verdaderos líderes del movimiento emanaban del propio movimiento.
Obviamente, la burguesía tuvo que tomar medidas ante un movimiento que se prolongaba en el tiempo. En un primer momento intentó utilizar a las organizaciones estudiantiles, quienes convocaron una asamblea en el gimnasio de deportes de los trabajadores bancarios para plantear los acuerdos a que habían llegado con el gobierno, con la intención de hacer abortar el movimiento. La asamblea fue poco concurrida y saboteados los oradores adversarios; mientras que el movimiento continuó en las calles. Luego, el gobierno negoció ciertas “concesiones” con los gremios estudiantiles y patronos, pero sin echar atrás el aumento del pasaje, lo que permitió a la burguesía crear una matriz de opinión contraria al movimiento, lo que fue debilitándolo. Eso le permitió al gobierno recurrir al expediente de la represión, que no pudo utilizar cuando el movimiento estaba en plena efervescencia.
Aunque el movimiento no logró echar atrás la medida de aumento de pasaje, la “Revuelta de Buzu” del 2003 ha quedado como referencia de un movimiento liderado por los jóvenes, en su mayoría estudiantes de secundaria, futuros proletarios e incluso proletarios de “medio tiempo”, que sigue vivo para el conjunto de la clase obrera de Salvador y de todo Brasil.
El reciente movimiento de los estudiantes en Francia contra el CPE, el cual, teniendo una amplitud mayor que el de Buzu y ubicado en un país del llamado “primer mundo”, expresa que las nuevas generaciones de actuales y futuros proletarios, no están dispuestos a aceptar sin resistir las medidas de precarización que intenta imponer la burguesía en todos los países para descargar los efectos de la crisis capitalista sobre las espaldas de las viejas, nuevas y futuras generaciones de proletarios. Mencionamos a continuación los principales ejes de la presentación “Movimiento de los estudiantes en Francia de la primavera de 2006: Una rica experiencia para la lucha de clases internacional”, la cual puede ser leída en su totalidad en nuestro sitio en Internet.
En primer lugar denunciamos el trabajo de desinformación y tergiversación que desarrollaron los “medias” burgueses tanto en Francia como en el resto del mundo, para ocultar las verdaderas características de un movimiento, el cual representa la expresión mas importante de los últimos 15 años de la confrontación entre explotados y explotadores en ese país. Un movimiento que generó manifestaciones de hasta 3 millones de personas en un mismo día en todo el país, y que forzó a retroceder a la burguesía francesa debido a las crecientes manifestaciones de simpatía y solidaridad que se desarrollaron con los jóvenes en lucha, lo que abría posibilidades reales de que los trabajadores activos también entraran en lucha.
Las movilizaciones de los estudiantes en Francia se inscriben de manera inequívoca en las luchas del proletariado, ya que los estudiantes lucharon contra medidas que intentaban acentuar la precariedad sobre las nuevas generaciones de proletarios. En ese sentido, no se tratan de meras luchas estudiantiles, tal como las quiso presentar la burguesía a través de sus medias, sino que expresan la reflexión que se está dando dentro de las nuevas generaciones de que el capitalismo lo que nos ofrece como perspectiva es una mayor pauperización.
La presentación mostró como la fuerza de este movimiento estuvo en su capacidad de organizar Asambleas Generales (AG) donde se tomaban las decisiones trascendentales, a las cuales se invitó al conjunto de los trabajadores, de dentro y de fuera de las universidades y liceos. Las AG fueron el verdadero “pulmón” del movimiento: eligiendo delegados responsables ante ella y revocables, promoviendo y organizando el más amplio debate de las ideas, nombrando comisiones para extender el movimiento a otros sectores de estudiantes y a los trabajadores activos. El control de la lucha por los propios actores, es una de los aspectos claves que ubica de la manera mas clara a este movimiento en el campo proletario.
La presentación también analizó cómo el movimiento trató la cuestión de la violencia, tanto la generada por los cuerpos de represión, como la violencia hasta cierto punto permitida de algunos grupos (ultra minoritarios) de jóvenes de los barrios contra el movimiento. El tratamiento de esta cuestión fue de primer orden para el movimiento, pues trató concientemente de no caer en las provocaciones de violencia de los cuerpos de represión.
Los dos últimos aspectos desarrollados en la presentación estuvieron relacionados con las perspectivas que se abren para la lucha del proletariado después de este importante movimiento de los jóvenes hijos de la clase obrera: por una parte, no se trata de un movimiento aislado de las movilizaciones que la clase ha realizado desde el 2003 contra los ataques a la seguridad social y de luchas mas recientes, donde se han desarrollado elementos importantes de la solidaridad de clase. Por la otra, el movimiento de los estudiantes en Francia muestra un paso importante de las nuevas generaciones proletarias en el desarrollo de la conciencia de clase, con una puesta en cuestión, aunque de manera incipiente, de la capacidad del sistema capitalista para dar una salida a la creciente barbarie y pauperización.
Las discusiones fueron muy ricas; en ambas reuniones el tiempo fue corto para desarrollar la cantidad de cuestiones que plantearon los participantes. Un aspecto que sorprendió gratamente a los participantes fue que a través de la presentación que hizo la CCI, se percataron que el movimiento en Francia tenía una dimensión que los medias en Brasil (así como en el resto del mundo) habían tergiversado completamente al presentarlos prácticamente como una continuación de las revueltas que se habían dado en este país a finales del 2005, cuando mostraban las escenas de violencia y los destrozos ocasionados en los barrios periféricos de París y otras ciudades importante de Francia. Varios de los participantes dijeron que en los movimientos de los estudiantes contra el CPE, los medias presentaban con más énfasis las acciones de violencia de confrontación contra la policía.
Otro aspecto que llamó positivamente la atención de los asistentes fue que el marco que dieron ambas organizaciones para analizar los movimientos de Buzu y contra el CPE, les permitió percibir que estos movimientos, donde las nuevas generaciones de proletarios fueron la vanguardia, no eran acontecimientos aislados en el espacio y en el tiempo, sino que forman parte de un despertar lento pero persistente de ese “viejo topo” del cual hablaba Marx para referirse al movimiento que realiza el proletariado, muchas veces imperceptible, en la búsqueda de la superación revolucionaria del sistema capitalista .
En ese sentido, ambos movimientos, se inscriben dentro de los que desde el 2003 inició el proletariado en Francia y Austria contra los ataques a los sistemas de seguridad social, y las luchas de los trabajadores del sector público en Brasil contra los ataques del gobierno de izquierda de Lula a los mismos sistemas. Así como las huelgas de la Mercedes en el 2004 en Alemania, las del metro de Nueva York en el 2005 y la de los metalúrgicos de Vigo en mayo de 2006 en España, en las cuales se han destacado las expresiones de solidaridad de clase.
En las discusiones se plantearon diversas cuestiones de interés, las cuales fueron respondidas por miembros tanto de OPOP como de la CCI. Hacemos un resumen de las discusiones principales que desde nuestro punto de vista se presentaron:
En efecto, una de las características que tuvo el movimiento tanto de Buzu como el de las movilizaciones contra el CPE ha sido su carácter espontáneo; tanto desde el punto de vista de la forma como surgen, como de las formas organizativas que se da el propio movimiento. Éste surge de manera espontánea como respuesta de las jóvenes generaciones de futuros proletarios ante la precariedad que intenta imponer la burguesía a través de sus medidas para enfrentar la crisis económica. También de manera espontánea, el movimiento tiende a organizarse dándose sus propios medios de lucha. En el caso del movimiento de los estudiantes en Francia, se pudieron conformar AG soberanas con delegados elegidos y revocables por ésta; comités de huelga; etc., debido a la propia dinámica del movimiento y a la debilidad de las fuerzas de encuadramiento sindical en estos sectores, la cual obviamente es más fuerte en las sitios de trabajo. De esta manera el movimiento pudo contrarrestar la acción de los sindicatos y de las organizaciones estudiantiles, que tienden a mantener el movimiento dentro de los canales de la legalidad burguesa y a controlarlo para asfixiarlo.
La espontaneidad no es una novedad en las luchas del movimiento obrero. El proletariado desde que comienza a conformarse como clase, lucha de manera espontánea contra las condiciones de explotación que impone el capital. Como toda clase revolucionaria en la historia, tiende a organizarse para la defensa de sus intereses; es así como surgen los sindicatos en el siglo XIX. Sin embargo, al éstos órganos a integrarse al estado capitalista en el siglo XX (principalmente mediante el enrolamiento del proletariado a los frentes de guerra durante la primera guerra mundial), el proletariado tiende a darse espontáneamente los medios organizativos para defender sus intereses de clase, cuya máxima expresión en períodos de lucha revolucionaria son los consejos obreros, formados por primera vez en Rusia en 1905. Las AG autónomas (es decir, controladas por los propios obreros) que tienden a formar los trabajadores en su lucha cotidiana contra el capital, vienen a ser la prefiguración de esos consejos obreros que tenderá a formar la clase cuando su lucha revolucionaria la lleve a un enfrentamiento mas decidido contra el estado capitalista. En este sentido, los estudiantes en Francia, seguramente sin conocer esta experiencia organizativa de la clase, de manera espontánea asumieron formas organizativas de lucha genuinamente proletarias.
Ahora bien, el hecho de que las luchas sean espontáneas, no quiere decir que son luchas improvisadas, ni fáciles. El surgimiento de las luchas es el resultado de condiciones históricas, que tienen que ver con el nivel de la crisis capitalista y con el grado de “maduración subterránea” de la conciencia que se da en el seno de la clase obrera, de que el sistema capitalista no es capaz de ofrecer salida alguna a la humanidad. Por ejemplo, detrás de las reacciones de los estudiantes contra el CPE, no dejan de estar presente los ataques que desde hace años recibe el conjunto del proletariado francés (y mundial) contra la seguridad social, los salarios, las pensiones, etc. que tiene una incidencia sobre el conjunto de las familias proletarias. Por otra parte, ante el surgimiento de luchas con estas características, que tienden a quedar fuera del control de partidos y sindicatos, la burguesía utiliza todo su arsenal ideológico y político para intentar controlar el movimiento, tal como colocar a la cabeza del movimiento a partidos, grupos y sindicatos mas “radicales”; tales como los grupos trotskistas o tendencias de sindicalismo de base. También hacen su trabajo los “medias”, sindicatos y partidos tanto de derecha como de izquierda; quienes no dudan en calificar de “anárquica” toda lucha que tiende a quedar fuera de su control, e incluso llegan a estimular acciones violentas para desvirtuar el movimiento y justificar la represión. Situación que estuvo presente por ejemplo en el movimiento de Francia del 2006.
Cuestión muy importante que estuvo presente en ambas reuniones, que de alguna manera expresa una genuina preocupación de clase por conocer los avances organizativos que se puedan obtener de un movimiento de una envergadura y características como el de Francia, que generó manifestaciones de millones de personas, en las que participaron trabajadores de varias generaciones e incluso a futuros proletarios. Posiblemente le “aguamos la fiesta” a algunos de los participantes, al decirles que a pesar de que el movimiento hizo recular a la burguesía francesa, no quedó “como saldo” ninguna nueva organización, ni dentro ni fuera de los sindicatos u organizaciones estudiantiles.
En primer lugar hay que dejar claro que éste movimiento no se dio como objetivo “la revolución”, sino derrotar al CPE, lo que se logró por lo menos temporalmente.
Desde el punto de vista organizativo, el movimiento, al calor de las luchas, generó diversos medios y formas. Como dijimos, las AG fueron “el pulmón” del movimiento y en sus debates y decisiones se expresaba su vitalidad. Pero estas formas organizativas permanecieron mientras el movimiento se mantuvo con vida y pudo contrarrestar las maniobras del gobierno, partidos y sindicatos (de trabajadores y de estudiantes), en sus intentos por desbaratarlo. Ante la envergadura de las movilizaciones y ante la posibilidad real de que los trabajadores activos se sumaran al movimiento, la burguesía echó atrás el CPE, con lo cual el movimiento entró en reflujo hasta desaparecer y con él las AG y los lideres naturales del movimiento.
Quizás la expectativa que hay detrás de quienes formulan estas preguntas, sea que de alguna manera el movimiento haya podido gestar nuevas organizaciones de defensa de sus intereses de clase, diferentes a los sindicatos, que sean capaces de permanecer en el tiempo; ya que muchos de los presentes comparten nuestra posición de que los sindicatos son órganos del capital dentro de la clase. De la misma manera que los proletarios en lucha tienden a gestar sus organizaciones autónomas, éstas desaparecen con el reflujo de las luchas, tal como ha sucedido con el movimiento contra el CPE. Esto se debe en parte a la propia dinámica del movimiento, y a la presión que ejercen los sindicatos oficiales y no oficiales ya establecidos. Por otra parte, la experiencia del movimiento obrero muestra que las organizaciones de poder de la clase son capaces de permanecer en el tiempo, sólo en períodos pre-revolucionarios cuando el proletariado tiene la fuerza y conciencia capaz de retar el poder del estado burgués, tal como lo hicieron los consejos obreros en Rusia en 1905 y 1917, y los obreros en Alemania y otros países europeos durante la oleada revolucionaria que siguió a la Revolución Rusa. Fuera de estos momentos, cualquier organización de clase que permanezca en el tiempo, es inevitablemente integrada dentro del estado burgués.
Un ejemplo significativo de esta realidad fue el de los "Cobas" en Italia en 1987. "Cobas" significa comité de base. La lucha de los profesores en Italia, en 1987, fuera y contra los sindicatos, llevó a la constitución de Cobas que fueron reales órganos de lucha, constituidos de delegados electos por las asambleas de lucha. Bajo la influencia de organizaciones de extrema izquierda (como los trotskistas), una parte de ellos se mantuvieron como órganos representativos de los profesores después de haber acabado la movilización. Lo que sucedió fue que ellos pasaron a cumplir la función de un nuevo sindicato, más radical, al servicio del estado capitalista.
Esto no quiere decir que las luchas del proletariado, y en particular un movimiento de esta envergadura, no dejen ninguna huella en el seno de la clase. El “saldo” que dejó el movimiento es fundamentalmente político: cómo organizarse mejor para futuras luchas; cómo contrarrestar las maniobras del estado, principalmente a través de sus sindicatos y partidos, tanto de derecha como de izquierda. Pero el principal saldo positivo está a nivel de la conciencia de clase: de como un movimiento que se basa en sus propias fuerzas, que desde el comienzo se esfuerza por desarrollar la solidaridad de clase entre proletarios de diferentes sectores (activos, desempleados y futuros proletarios) y de varias generaciones, es capaz de desarrollar una fuerza tal que puede llegar a retar al estado burgués. La gran enseñanza del movimiento de los jóvenes en Francia es que las nuevas generaciones de proletarios no están dispuestas a soportar pasivamente la precariedad y la pauperización que impone el capital.
También un saldo en positivo de este movimiento son los círculos de discusión y las redes de elementos que se conformaron para sacar las lecciones del movimiento, cuyas repercusiones quizás no se perciban de inmediato tanto en Francia como a nivel mundial. Las organizaciones, grupos y elementos que luchamos por una perspectiva proletaria, debemos también desarrollar la reflexión y el debate sobre estos movimientos; tarea a la que la CCI se ha dedicado con el mayor entusiasmo, promoviendo, entre otras actividades, reuniones públicas en varios países, tal como las realizadas en Brasil.
Esta cuestión también fue planteada por varios de los participantes, y reviste mucha importancia debido a que tiene que ver con cuáles son los métodos de lucha del proletariado. A la base de ambos movimiento se encuentran la crisis del capitalismo, que lanza al desempleo, la precariedad y la exclusión social a millones de jóvenes; la desesperanza que el sistema capitalista ofrece a los hijos de la clase obrera; y la indignación que esta situación genera en ellos.
Sin embargo, hay dos aspectos que muestran una diferencia fundamental entre los dos movimientos: la cuestión de los métodos de lucha y la cuestión de la solidaridad. En este sentido, dijimos en la presentación:
“Sin embargo, las revueltas de los suburbios, debido a que expresan fundamentalmente una desesperación total ante esta situación, no pueden ser consideradas como una forma, aunque se aproximada, de la lucha de clases. En particular, los componentes esenciales de los movimientos del proletariado – la solidaridad, la organización, el control colectivo y conciente de la lucha en sus propias manos – no sólo estuvieron totalmente ausentes en las revueltas, sino que fueron negados.”
El movimiento de los estudiantes fue viva lección de como un movimiento que utiliza métodos proletarios de lucha puede trazar una perspectiva a los jóvenes y capas desesperadas de la población, que utilizan la revuelta para expresar su indignación. Así, los jóvenes de los suburbios que participaron en las manifestaciones, asumieron métodos de lucha totalmente contrarios a los de las revueltas de 2005.
Fueron algunos grupos de jóvenes de los barrios, probablemente manipulados por el estado, quienes participaron en acciones violentas de enfrentamiento contra la policía y que en algunas oportunidades llegaron a atacar a los manifestantes. Sin embargo, ante ellos la respuesta del movimiento no fue recurrir al “ojo por ojo; diente por diente”, sino mas bien el movimiento, en algunos lugares, decidió enviar delegaciones a los suburbios para explicar a los jóvenes que la lucha contra el CPE era también una lucha a su favor, pues atacaba las medidas que imponía el estado que a la larga acentúan el desempleo y la exclusión social.
La discusión permitió aclarar que el proletariado en su lucha no puede recurrir a cualquier método de lucha, que la revolución proletaria es sobre todo constructiva y que no puede utilizar el resentimiento social y el espíritu de venganza como motivaciones para la lucha. Se insistió en que todo movimiento de clase lo identifica la solidaridad y la no violencia en el seno de la propia clase obrera.
También esta cuestión fue planteada, en particular por algunos de los participantes que conocieron y fueron influenciados por los movimientos de mayo de 1968 en Francia.
Ambos movimientos son expresión de movimientos sociales que de alguna manera anuncian un cambio importante a nivel de la lucha de clases. Mayo del 68 abrió una dinámica de lucha de clases que se extendió hasta los años 80, a través de numerosos e importantes luchas en varios países: el otoño caliente de Italia en el 69, el Cordobazo en Argentina en el mismo año, las luchas en España y otros países de Europa en los años 70; la muy importante y significativo huelga de masas de los obreros polacos, etc. En ese sentido las repercusiones de las movilizaciones contra el CPE trascienden las fronteras de Francia (la presentación mencionó que como una consecuencia de las movilizaciones de los estudiantes en Francia, la burguesía alemana había decidido posponer la aplicación de medidas similares).
A la base de ambos movimientos está la crisis inexorable del capitalismo. Sin embargo, hay una diferencia importante entre uno y otro: en mayo 68 la crisis capitalista apenas hacía de nuevo su aparición después de las décadas de “bonanza” que siguieron a la II Guerra Mundial, mientras que el movimiento del 2006 se da en un contexto de varias décadas de crisis del capitalismo, que ha golpeado sin cesar las condiciones de vida de las familias proletarias y ha hecho crecer de manera exponencial las capas de sectores excluidos sociales. En ese sentido, los jóvenes que protestaban en el 68 no sentían el peso de la crisis tal como los jóvenes que hoy protestan contra el CPE; por eso no se consiguen en éste consignas un tanto fantasiosas, como “abajo la sociedad de consumo” o “paren el mundo que me quiero bajar”, que tuvieron mucha resonancia en el 68.
Movimientos como el de los estudiantes contra el CPE expresan un mayor grado de madurez de las nuevas generaciones de proletarios, quienes se plantean interrogantes sobre cuál futuro les ofrece esta sociedad. El hecho de que los jóvenes decidan “entrar a la escena” y oponerse a la precariedad es una característica significativa del período actual comparado con el 68. Es por ello que el movimiento de los estudiantes de Francia, al igual que el de Buzu, rompe con los esquemas de los “movimientos estudiantiles” tradicionales que en la mayoría de los casos defienden reivindicaciones meramente gremiales, inmersos en un medio interclasista e incluso nacionalista. Movimientos como los del 2006, a pesar de sus limitaciones, expresan un inequívoco carácter de clase al que hay que saludar.
Para poder comparar la actitud de los sindicatos en estos dos momentos particulares, es necesario analizar el contexto en que se dieron tales acontecimientos. Para eso hay que volver a la significación de mayo 68. Este acontecimiento expresó una ruptura en la dinámica mundial de la lucha de clases. Como ya dijimos, mayo 68 abrió un período de desarrollo de la lucha de clases. ¿Qué significa eso?, ¿Qué antes del 68 no había luchas obreras? De ninguna manera. La realidad muestra lo contrario. Lo que fue diferente antes y después del 68, fue la dinámica del desarrollo de la conciencia en la clase obrera. Después del 68, el desarrollo de la lucha de clases a nivel mundial, contribuyó con el profundizamiento de la conciencia de clase sobre varias cuestiones esenciales tales como: la naturaleza capitalista de los regímenes llamados socialistas, el papel de los sindicatos contra la lucha de la clase, la naturaleza burguesa de los partidos socialistas y comunistas, la función de las elecciones, etc. Era una dinámica de marcha hacia confrontaciones masivas entre las clases.
Todo lo contrario sucedió con la derrota de la ola revolucionaria mundial de 1917-23, que provocó un retroceso general de la conciencia en la clase obrera sobre cuestiones también esenciales, lo que quedó evidenciado con el alistamiento de los obreros en la Guerra mundial y su adhesión a los discursos nacionalistas de cada burguesía nacional. Contrariamente a lo que sucedió durante la Primera guerra mundial, la clase obrera no fue capaz, a través de su lucha revolucionaria, de poner un término a la Segunda; y después de esta última, continuó sufriendo una explotación acentuada, sin tener la capacidad de poner en cuestión, aunque de manera embrionaria, la explotación capitalista a través de sus luchas.
Era una dinámica de sometimiento creciente de los obreros al orden capitalista.
En ambos casos, el papel de los sindicatos fue de actuar a favor del orden capitalista: durante la contrarrevolución, para debilitar aún más la lucha y la conciencia de la clase obrera; después del 68, para intentar impedir su desarrollo. En las luchas de mayo del 36, los sindicatos consiguieron hacer lo que habría parecido inimaginable menos de 20 años atrás: qué las manifestaciones obreras desfilaran tras las banderas roja y de Francia! Los sindicatos celebraron los acuerdos de Grenelle como una gran victoria de la clase obrera mientras que este simulacro de victoria (poco tiempo después, las victorias fueron recuperadas por el capital) solo sirvió para llevar a los obreros a identificarse con el interés nacional, incluso para defenderlo en la Guerra mundial. Los sindicatos tuvieron un control perfecto de las luchas de mayo del 36, mientras el movimiento contra el CPE consiguió en muchos aspectos importantes mantenerse fuera de su control directo. Pero en ambos casos, los sindicatos actuaron como lo que son en realidad: enemigos de la clase obrera.
Aguda e interesante pregunta que fue planteada por uno de los participantes. Es indudable que un movimiento de estas dimensiones, que sorprendió a la propia burguesía francesa y puso al desnudo su torpeza y contradicciones, no podía dejarse a su libre desarrollo. Por ello, la burguesía a través de sus medias y sus órganos de control (sindicatos y partidos de derecha e izquierda) trató de explotar las debilidades de un movimiento, donde la mayoría de sus participantes era primara vez que se planteaban una lucha.
El movimiento tuvo muchas ilusiones con respecto al verdadero papel de los sindicatos. En su búsqueda de la solidaridad de los trabajadores activos, varias de las decisiones de las AG en este sentido fueron desvirtuadas en llamados a los sindicatos para que estos convocaran a los trabajadores a la lucha. También fueron desvirtuadas las aspiraciones de los estudiantes, a través de llamamientos de los sindicatos a la “huelga general”. Estas ilusiones estuvieron alimentadas por grupos supuestamente “radicales” a los ojos de los estudiantes, tales como los grupos trotskistas como la “Liga Comunista Revolucionaria”. Estos grupos, de manera bastante inteligente controlaron progresivamente los órganos de coordinación del movimiento, donde “filtraban” y manipulaban los acuerdos de las AG; situación que el movimiento no controlaba.
También hicieron los suyo los partidos de la izquierda tradicional francesa (PS, PCF, etc.), a quienes no les quedó otro camino que “apoyar” el movimiento: aparte de movilizar su maquinaria sindical para intentar controlar el movimiento, introdujeron el veneno de la ideología de la democracia burguesa, haciendo planteamientos alusivos a la incapacidad de Chirac y la derecha, proponiéndose como la mejor opción para formar gobierno ante las elecciones presidenciales de 2007.
También en las universidades estuvieron presentes las ideologías de los grupos altermundialistas[2], tales como ATTAC[3], denunciando a la globalización y a las políticas neoliberales como las causantes de la pobreza en el mundo, abriendo las puertas a la ilusión de que puede existir un capitalismo “bueno” con políticas económicas “mas humanas”. Tampoco dejaron de estar presentes intervenciones de quienes mostraban su apoyo a Chávez, Evo Morales y Lula, precisamente los responsables de llevar adelante los planes que pauperizan a los trabajadores y al conjunto de la población de sus respectivos países.
Estas ilusiones deberán ser sujetas a la crítica, como resultado de la reflexión y discusión de quienes participaron en el movimiento, y se plantean sacar un balance de este movimiento. También deben formar parte de la reflexión de los elementos y grupos mas politizados de la clase.
También en las discusiones fueron planteados otros aspectos no directamente ligados con el tema de discusión:
De ninguna manera. La crisis actual tiene su génesis en las propias contradicciones del modo de producción capitalista, y el chavismo es un gobierno burgués, tal como lo son los gobiernos de Chirac en Francia, el de Lula en Brasil o el de Bush en EEUU. Todos ellos son gobiernos que se sustentan en la explotación de la clase obrera. El proyecto chavista surgió como una necesidad de la burguesía venezolana, tras el agotamiento y descomposición de los partidos socialdemócratas y socialcristianos que gobernaron en Venezuela durante las 4 últimas décadas del siglo pasado. Este agotamiento de los partidos tradicionales de la burguesía, es lo que está a la base del ascenso de gobiernos de izquierda a nivel mundial, tales como el de Lula, Kirchner, etc., para sólo mencionar casos de América Latina.
La particularidad de la “revolución bolivariana” de Chávez radica en que es tal el grado de descomposición y debilidad de la burguesía venezolana, que no tuvo la capacidad de contrarrestar la conformación de un gobierno populista izquierdista de corte “radical”, que ha logrado colocar en el poder a una “nueva” burguesía, que intenta excluir a los sectores burgueses que gobernaron en el pasado, sustentada en el apoyo de las capas mas excluidas de la sociedad. Aunque el populismo es un recurso al que recurre cualquier burguesía bien sea de derecha o izquierda en momentos de crisis política y económica, los sectores mas concientes de la burguesía tienden a contrarrestar sus expresiones más “radicales”, ya que una burguesía nacional dividida queda debilitada para enfrentar la crisis capitalista. En la medida en que una burguesía es más fuerte, existen menos posibilidades de que emerjan gobiernos de corte populista radical. Se observa, por ejemplo, en los gobiernos de Lula y Kirchner, que aunque coquetean con el populismo, mantienen una cohesión en el seno de la burguesía. En este sentido, hay menos posibilidades de que surjan gobiernos de este corte en países como Francia o en otros países industrializados, donde las clases burguesas son históricamente más fuertes.
Otra particularidad del chavismo es su frenético “antiimperialismo”, fuente de admiración a nivel mundial de sectores de la izquierda, izquierdistas y altermundialistas. La burguesía chavista en el poder ha sabido explotar a su favor las debilidades y dificultades de EEUU en su política imperialista a nivel mundial, para desarrollar su propia política imperialista hacia su “patio trasero” (El Caribe, Centroamérica y algunos países suramericanos) sustentada en los altos ingresos petroleros. No nos sorprende este apoyo de izquierdistas y altermundialistas a la burguesía chavista, pues para ellos existe un único imperialismo, el de EEUU; por ello están dispuestos a apoyar a cualquier gobierno o sector que se oponga a Bush, así tenga las manos llenas de sangre tal como las tiene la burguesía americana. A ellos hay que decirles que el gobierno “antiBush” de Chávez nunca ha dejado de suministrar petróleo a EEUU ni de pagar la deuda externa, de la cual los bancos americanos son los principales acreedores. El “antiamericanismo” de Chávez es una trampa “caza bobos” para intentar confundir a los elementos y grupos que de manera honesta se oponen a la política imperialista de los EEUU, para intentar ocultar que en el capitalismo decadente, todo país en mayor o menor grado, tiende a desarrollar su propia política imperialista.
Otro punto “a favor” de la “revolución bolivariana” de Chávez son sus supuestos logros a favor de la eliminación de la pobreza. Mediante una política sustentada en la promoción y financiamiento del estado del cooperativismo, la cogestión y la autogestión, el chavismo desarrolla la precariedad y flexibilización laboral, pues estos modelos de gestión tan apreciados por anarquistas y altermundialistas, sirven para camuflar unas relaciones de explotación basadas en salarios de hambre y sin los trabajadores tener los beneficios que prevé la propia legalidad laboral. En este sentido el gobierno de Chávez desarrolla una política tan explotadora y “neoliberal” como la que realiza la burguesía norteamericana y las otras burguesías del mundo.
La actitud a adoptar delante de la degeneración de una organización del proletariado es una cuestión muy seria. De hecho, la responsabilidad de los revolucionarios es de llevar el combate hasta el fin contra la influencia creciente de la ideología de la burguesía dentro de una organización realmente proletaria. "Hasta el fin" puede significar, sea hasta la victoria contra el oportunismo; sea, por lo contrario, hasta que no exista ninguna vida obrera dentro del partido, es decir, ninguna posibilidad de llevar por buen camino al partido definitivamente pasado al campo del enemigo de clase. Fue un tal combate el que asumieron las fracciones de izquierda dentro de los partidos en degeneración, social-demócratas y después comunistas.
¿Será qué tal comportamiento se aplica también al PT? De hecho no; por la simple razón que éste nunca ha sido un partido de la clase obrera. Nació burgués y siempre lo será. Él no surgió como instrumento de la lucha del proletariado, como los partidos social-demócratas o comunistas antes de traicionar, sino como una mera creación del estado burgués con el objetivo de canalizar la lucha de la clase para debilitarla.
Estas fueron las palabras de uno de los participantes en la reunión pública; mas, era el espíritu que se sentía entre los participantes después de finalizadas las reuniones. Tanto la CCI como OPOP compartimos este espíritu y nos sentimos altamente motivados a seguir trabajando en conjunto para que estos “espacios proletarios” se mantengan y se desarrollen. A pesar de los aspectos pendientes por discutir entre ambas organizaciones, en lo fundamental se mostró un acuerdo con las respuestas que se dieron a los diversos puntos planteados por los asistentes.
Una vez mas la CCI agradece a los compañeros de OPOP su dedicación y entusiasmo en la organización de estas reuniones, sin los cuales no se hubieran podido realizar. Pero sobre todo agradecemos a los compañeros que respondieron a nuestro llamado, quienes mediante sus intervenciones contribuyen a tejer una perspectiva proletaria mundial. Les invitamos a que participen en las próximas reuniones que vamos a organizar y a que nos hagan llegar sus comentarios sobre este balance que hacemos de este importante encuentro del proletariado que se ha realizado en Brasil en mayo de 2006.
CCI
Julio 2006
[1] Este artículo será publicado próximamente en el site de la CCI, junto con otros artículos recientes de OPOP. Para conocer varios de sus artículos, visitar su site: https://sites.uol.com.br/opop [51]
[2] Corriente ideológica de cobertura mundial que se ha desarrollado desde finales de los años 90, que incluye a grupos, organizaciones, partidos, sindicatos, intelectuales y gobiernos, que tienen como bandera la lucha contra “el neoliberalismo”, “la globalización” y el “imperio del mal”, o sea, los EEUU. Tomó popularidad con el radicalismo de las manifestaciones de Seattle a finales del 99, con ocasión de la cumbre de la Organización mundial del comercio (OMC). Posteriormente, con el objetivo supuesto de crear un foro alternativo al Foro de Davos, varios de los pioneros del movimiento altermundialista (entre los que se cuenta Ignacio Ramonet, director del mensual francés le Monde diplomatique ), con el apoyo del PT de Brasil, iniciaron la celebración en la misma fecha que se celebra el de Davos, el Foro Social Mundial que se organizó las tres primeras veces en Puerto Alegre (en 2001, 2002 y 2003), ciudad símbolo de “la autogestión ciudadana”.
La altermundialización, es una reacción adaptada de la burguesía ante el desprestigio sufrido por los partidos comunistas y socialistas después del derrumbe del bloque ruso en 1989, frente al agotamiento de las campañas de “muerte del comunismo” y a los inicios de una toma de conciencia en la clase obrera. Aunque los partidos comunistas y socialistas participan del altermundialismo un poco tras bastidores, la burguesía ha tenido la inteligencia de agrupar a tendencias izquierdistas, anarquistas, postmodernistas, ecologistas, etc.; de tal manera que ningún movimiento social prácticamente escape a su influencia.
El altermundialismo de alguna manera ha venido a sustituir la ideología de la izquierda del capital de las “luchas de liberación nacional” de los años 60, que permitió a las burguesías de los países de la periferia llevar al proletariado y a la población a los frentes de guerra de las grandes potencias imperialistas de entonces (EEUU y la URSS). Hoy, el movimiento altermundialista de alguna manera contribuye ideológicamente al mismo objetivo, al dar su apoyo a la lucha de los “pueblos oprimidos” del Oriente Medio y Afganistán. También sirven de sustento al sometimiento y explotación del proletariado de los países bajo supuestos regímenes “revolucionarios” como los de Venezuela, Bolivia, Cuba, Corea del Norte, Irán, etc.
[3] Organización nacida en Francia, pionera del altermundialismo y que aparece como el “teórico” principal de esa corriente.
Esta organización (ATTAC, cuyas siglas en español significan: Asociación para el impuesto de las transacciones financieras y de ayuda a los ciudadanos) nació oficialmente en junio de 1998, tras una serie de contactos en torno a un editorial de Ignacio Ramonet de diciembre de 1997. Para ilustrar el éxito del movimiento altermundialista, ATTAC tenía ya más de 30 000 miembros a finales del 2000. Hay, entre ellos, más de 1000 personas morales (sindicatos, asociaciones, asambleas locales), unos cien diputados franceses, muchos funcionarios, sobre todo profesores, y cantidad de famosos, políticos o artistas, organizados en unos 250 comités locales. En la actualidad existe en alrededor de 50 países.
Ese poderoso instrumento ideológico se creó sobre la idea de la “tasa Tobin”, del nombre del premio Nóbel de economía, James Tobin, para quien un impuesto de 0,05% en las transacciones de cambio de divisas permitiría su regulación, evitando los excesos de la especulación. Para ATTAC, ese impuesto permitiría, sobre todo, recoger fondos que luego se dedicarían al desarrollo de los países más pobres.
Para un desarrollo mas completo de la posición de la CCI sobre el altermundialismo y ATACC ver en nuestro sitio el artículo de la Revista Internacional “La altermundialización: una trampa ideológica contra el proletariado”
Hemos publicado recientemente en nuestra web un artículo sobre la intervención del GCI (Grupo Comunista Internacionalista) en la lucha de los estudiantes en Francia. El GCI es un grupo que muchos consideran parte de la tradición de la Izquierda Comunista, pero como se ponía de manifiesto en nuestro artículo, eso es un fraude total. Bajo su bandera aparentemente radical, el volante del GCI reivindicaba métodos de lucha que se asimilan al sindicalismo, al tiempo que expresaba un completo desprecio por los esfuerzos de los jóvenes proletarios en Francia para tomar a cargo su organización, al margen de los sindicatos, llamándoles a «ROMPER el democretinismo de las AG (asambleas generales, NdR) “soberanas y masivas”, escupamos a los “delegados elegidos y revocables en permanencia”».
Del mismo modo, frente a la extensión de las masacres imperialistas por todo el mundo, el GCI, que se las da de enemigo de cualquier nacionalismo, escupe esta vez sobre el internacionalismo proletario.
Ya hemos mostrado esto en otro artículo, «¿Para qué sirve el GCI?», en la Revista Internacional nº 124. Allí señalábamos que para el GCI, que hace tiempo que está fascinado por los métodos del terrorismo y la lucha de guerrillas, la mayoría de las acciones armadas atribuidas a la “Resistencia” en Irak son de hecho expresiones de la lucha obrera. Citamos en particular este pasaje:
«todo el aparato, los servicios, los órganos, los representantes del Estado mundial, que se encuentran en el lugar, son sistemáticamente elegidos como objetivo. Lejos de ser actos ciegos, esta resistencia armada tiene una lógica si hacemos el esfuerzo de salir de estereotipos y de la falsa propaganda ideológica que los burgueses nos proponen como única explicación de lo que pasa en Irak. Detrás de los objetivos, así como en la guerrilla cotidiana dirigida contra las fuerzas de ocupación, se pueden percibir designados los contornos de un proletariado que intenta luchar, organizarse, contra todas las fracciones burguesas que han decidido imponer el orden y la seguridad capitalista en la región, aún si todavía es extremamente difícil juzgar el grado de autonomía de nuestra clase en relación con las fuerzas burguesas que intentan encuadrar la rabia de nuestra clase contra todo aquello que representa al Estado mundial. Los actos de sabotajes, atentados, manifestaciones, ocupaciones, huelgas... no son hechos de islamistas o de nacionalistas panárabes. Dicha interpretación es demasiado simplista y va en el sentido del discurso dominante que quiere encerrar nuestra comprensión en una lucha entre «el bien y el mal», entre «los buenos y los malos», un poco como en una película de cowboys, eliminando una vez más la contradicción mortal del capitalismo: el proletariado» (Communisme nº 55 “Algunas consideraciones sobre los acontecimientos que sacuden actualmente Irak”, febrero 2004)
De hecho, según el GCI, el nivel de la lucha de clases y de la conciencia de clase en Irak es tan alto, que el objetivo principal de la invasión de Irak era reprimir el movimiento de clase. La invasión habría sido principalmente una “intervención policial” desencadenada por lo que llaman «El Estado mundial» contra una fracción particularmente combativa del proletariado. Y en el caos y la carnicería que se ha generado tras la ocupación, el GCI continua viendo un movimiento de clase, tan avanzado, que habría llegado al terreno de la lucha armada.
Parece que esta delirante distorsión de la auténtica pesadilla que vive Irak, ha producido algunas reacciones incluso de los simpatizantes del GCI. En el nº 53 de su revista Comunismo, en español, dan el paso, hasta ahora sin precedentes, de publicar un debate entre el GCI y sus simpatizantes: «Discusión internacional acerca de la lucha del proletariado en Irak». El artículo comienza con una carta que expresa serias reservas sobre la reivindicación del GCI de la lucha armada y los atentados en Irak como expresiones de la lucha obrera:
«Vuestro artículo en torno a Irak en el último Comunismo pese a intentar situarse dentro de una perspectiva de clase, de la acción, de las dificultades y del nivel de autonomía del proletariado (característica, como ya os he comentado alguna vez, cualitativamente positiva de los análisis de vuestro grupo) cae en la amalgama y la homogeneización que hacen los análisis burgueses de la situación en Irak, identificando lo que sucede en Irak con sangrientos e indiscriminados atentados que nada tienen que ver con expresiones de lucha proletaria (que sí se están dando), y en este error caéis vosotros enumerando ciertos atentados sin duda perpetrados por fracciones burguesas (¿por la CIA, por saddamistas, por Siria, por Irán...?) tales como el atentado a Al Hakim, el de la ONU o el de la embajada de Jordania en verano de 2003 como expresiones de lucha proletaria.»
Le sigue un extenso texto –no está claro si de la misma autoría u otra, aunque se trata aparentemente del trabajo de un grupo- que expresa igualmente dudas sobre algunas de las afirmaciones del GCI sobre el avanzado nivel de la lucha de clases en Irak. El texto cuestiona los argumentos del GCI que defienden que la oleada de saqueos que se extendió por todo el país durante la invasión fue un movimiento proletario, señalando por ejemplo que no solo se saquearon las oficinas del gobierno y los palacios de Saddam, sino también muchos hospitales que quedaron sin suministros vitales. También cita una lista de otras acciones que están más claramente en un terreno de clase, como las manifestaciones de desempleados o las que reivindicaban el pago de atrasos. Y aunque parece que está de acuerdo con el GCI en que «las acciones armadas están bastante arraigadas entre la clase obrera en Irak», plantea sin embargo que es un tremendo error caer en la misma homogeneización que los medios burgueses aplauden alegremente:
«Si estos atentados son obra de sadamistas, de Siria e Irán interesados en enfangar a USA en Irak, de islamistas o de la CIA (si acaso no son la misma cosa estos dos últimos) no nos importa tanto, lo que sí parece claro es que pretenden dividir y aterrorizar al proletariado iraquí, y consideramos un tremendo error caer en la misma homogeneización de la que hacen gala los medios burgueses aplaudiendo estos atentados (como ha hecho el gci en su artículo sobre Irak, que pese a partir de una perspectiva de clase, tiene dosis de homogeneización y confusión; o los compañeros de Arde[1] que, a nuestro entender, precipitadamente y de forma poco argumentada hablaron de los atentados a la ONU o de los sabotajes como expresiones de avances proletarios)»
Frente a esta crítica, el GCI no se echa atrás; al contrario, expone su horrible amalgama aún más vergonzosamente. Por ejemplo, frente a las reservas respecto al atentado al cuartel general de la ONU, descrito como expresión del combate proletario, responde:
«El “atentado contra la ONU” que vosotros calificáis alegremente como burgués, con el insuficiente criterio de que murieron civiles (¡durante la historia hay muchísimos actos violentos del proletariado que han hecho víctimas civiles!). Precisamente ese atentado fue el más denunciado por todas las fracciones burguesas de oposición en Irak, muy especialmente incluidas las fracciones que se proclaman dirigiendo la “lucha armada de resistencia en Irak”.»
De hecho, muy probablemente, el atentado fue obra del grupo de Al Zarquawi, del que muchas de sus acciones han sido condenadas por un montón de organizaciones de la “resistencia”. En todo caso, el GCI está más que dispuesto a aplaudir este tipo de ataques al “Estado mundial”, aún cuando los proletarios que los llevan a cabo estén «atrapados por fuerzas burguesas» -o sea, cuando sean obra de Al Quaeda u otras bandas terroristas. De hecho el GCI justifica su deleite al contemplar el derrumbe de las Torres Gemelas con el mismo argumento:
«Nosotros expusimos claramente esta distinción en nuestro editorial de Comunismo número 48 “Capitalismo=terrorismo contra la humanidad; contra la guerra y la represión capitalistas” cuando comentamos los sucesos del 11 de septiembre. Al mismo tiempo que mostramos que el proletariado tiene interés en la destrucción de esos objetivos que representan y realizan perfectamente el terrorismo del capital mundial, en vez de llorar por los civiles muertos, como hacen todos los cómplices con la dictadura democrática, dejamos claro que ello no implica decir que es un atentado realizado por el proletariado como clase. Más todavía, explicamos claramente que, incluso cuando esas acciones sean realizadas por proletarios (en el sentido sociológico del termino), aunque destruyan centros de represión y comercio mundial y que lógicamente nosotros como los revolucionarios del mundo sentimos enorme simpatía por tales actos, nosotros no apoyamos las organizaciones que realizan tales acciones. Así no descartamos que dichas acciones hayan sido llevadas adelante por organizaciones islamistas, que definimos como centristas, es decir por organizaciones extremas de la socialdemocracia que constituyen la última y más férrea barrera contra la revolución».
Así, mientras los revolucionarios en todo el mundo denunciaban la masacre del 11 de Septiembre como un acto de guerra imperialista (que probablemente el Estado americano “dejó que ocurriera” para justificar sus planes de guerra); mientras expresamos nuestra solidaridad con los miles de proletarios inmolados en este crimen bárbaro, el GCI sólo podía sentir una “gran simpatía” por las acciones de Bin Laden y Al Quaeda, extrañamente definidos como “centristas” (término que tradicionalmente define una fracción confusa o indecisa del movimiento político proletario), y que en cualquier caso estarían acometiendo un acto –la destrucción de centros de represión y de comercio mundial- “en interés” del proletariado.
«Considerar que un atentado es correcto, o como decís vosotros aplaudirlo, porque se golpea al estado burgués internacional, no implica, para nosotros, apoyar a la organización que lo realiza». La lógica es típicamente trotskista. Igual que los trotskistas la emplean para apoyar proto-Estados nacionalistas como la OLP, Hezbollah, o el Ejército de Liberación de Kosovo, el GCI la ha empleado antes para justificar su apoyo a las acciones de Sendero Luminoso en Perú, o el Bloque Popular Revolucionario en El Salvador.
Y realmente para el GCI, para quien el súmmum de la acción proletaria es el trabajo de grupos violentos minoritarios y clandestinos, no cabe ninguna distinción entre los métodos del proletariado y los del terrorismo burgués. No es de extrañar que los simpatizantes críticos del GCI estén confusos. Quieren ser capaces de ver qué actos de sabotaje, qué atentados contra las fuerzas de la coalición, los cometen islamistas reaccionarios u oscuras fuerzas estatales, y cuales son llevados a cabo por “grupos de proletarios asociados”. Pero de lo que no se dan cuenta es de que las “iniciativas” armadas de minorías, sin conexión con la lucha de la clase por sus propias reivindicaciones y mediante sus propias formas de organización, sólo pueden ser recuperadas por la burguesía para volverlas contra los intereses de la clase obrera; incluso cuando inicialmente hayan sido obra de grupos que actúen más o menos espontáneamente.
Junto a la amalgama del GCI entre la violencia de clase y el terrorismo, su apoyo a la Resistencia en Irak se apoya en una atroz distorsión del internacionalismo proletario. Sazonando la respuesta del GCI a sus críticos hay citas del anarquista mexicano Ricardo Flores Magón. Magón fue ciertamente un militante del proletariado a comienzos del siglo XX, hasta que fue asesinado por el Estado norteamericano en 1921. Pero algunas de las citas que pone el GCI sobre la Iª Guerra mundial, muestran una gran confusión que lo separa de los internacionalistas más claros de su época. Así se recoge lo que dijo Magón en 1914:
«Cuando mueran los nuestros, debemos llorar; mientras mueran los imbéciles que van a luchar por el engrandecimiento de sus propios verdugos debemos reír: menos obstáculos encontraremos en nuestra lucha por la destrucción del actual sistema... No son nuestros hermanos los que perecen por millares en los campos de batalla de Europa, Asia, Africa y Oceanía. Son nuestros enemigos; son los que quieren que perdure este sistema que nos hace despreciados; son los lacayos del capital, la iglesia y la autoridad.» (Ricardo Flores Magón, Regeneración Nº 202 del 14 de noviembre de 1914)
Para dejar claro que el GCI está de acuerdo con este terrible pasaje, en su respuesta repiten: «Ricardo Flores Magón no tenía pelos en la lengua para alegrarse de los miles de militares que reventaban en el frente de la guerra imperialista del 14 al 19… porque sabía que morían como fuerzas del estado mundial del capital, porque quienes reventaban no eran nuestros compañeros sino nuestros enemigos, es decir los sumisos soldados que aceptaban morir y matar en el frente de batalla como agentes de sus “propios” burgueses»
La actitud de revolucionarios como Lenin o Rosa Luxemburg nunca fue tratar a los soldados enviados al frente como estúpidos esclavos, enemigos del proletariado. Al contrario, Luxemburg se refiere a ellos como la flor del proletariado europeo, arrancada en los campos de batalla. Esos proletarios, aún cuando cayeran «en el campo del deshonor, del fratricidio, de la autodestrucción» (Folleto de Junius), seguían siendo nuestros hermanos de clase, y sobre esa base los revolucionarios llamaron a la fraternización en las trincheras, a los motines, y a “transformar la guerra imperialista en guerra civil”. Los revolucionarios denunciaron la carnicería en ambos bandos; no se frotaban las manos con el convencimiento de que llevaría a la revolución. Al contrario, cuanto más durara la carnicería, mayor sería el riesgo de que la clase obrera no fuera capaz de hacer la revolución socialista y fuera arrastrada por la barbarie.
El GCI toma esa actitud hacia los soldados de “nuestro” campo como modelo para su versión del “derrotismo revolucionario” –que se parece como dos gotas de agua a la actitud de los troskistas, para quienes el “derrotismo” se aplica invariablemente sólo a uno de los campos de la guerra imperialista. Aunque argumentan que Magón no cometió en la guerra imperialista de 1914 el error de contar como aliado al ejército opuesto, esto está más que implícito en la actitud del GCI, cuando dice: «Nuestra posición es el derrotismo revolucionario, por eso todo golpe que acelere la derrota de nuestro estado, que está hoy mismo reprimiendo en Irak, es bienvenido, aunque muchas veces ese golpe sea dado por proletarios encuadrados por fuerzas burguesas.». Esta es la lógica clásica del antiimperialismo: apoyamos todo lo que debilita nuestra propia potencia imperialista. Pero no se toma en cuenta que, en este terreno, el debilitamiento de una potencia imperialista significa el reforzamiento de la contraria. Así, el GCI se hace cómplice directo de la guerra imperialista en Irak.
El GCI ha engañado a muchos elementos en búsqueda de posiciones políticas, particularmente a los que están influenciados por el anarquismo, con sus frases ultrarradicales y su exaltación de la violencia. Por nuestra parte hace tiempo que sostenemos que el GCI es una clara expresión del parasitismo político (ver «Tesis sobre el parasitismo» en Revista internacional nº 94), un grupo cuya verdadera razón de ser es jugar un papel destructivo respecto a las auténticas organizaciones revolucionarias –en el caso del GCI, hasta el extremo de llamar a ataques violentos e incluso asesinatos contra sus militantes. La posición del GCI sobre el movimiento de luchas en Francia y la guerra de Irak, debería llevar a los elementos influenciados por sus posiciones a reflexionar sobre la verdadera naturaleza de este grupo. Para nosotros no cabe duda de que, cada vez más a las claras, está haciendo el trabajo de la burguesía, sea o no manipulado por fuerzas del Estado.
En Francia, el proletariado da un gran paso adelante en la autoorganización de su lucha en asambleas, y ahí llega un grupo “internacionalista” y “comunista”, a decirle que abandone las asambleas, a escupir sobre el principio de los delegados elegidos y revocables y a llamar a acciones tipo comando típicamente sindicalistas. ¿Qué otra actitud sino esta podría estar mejor calculada para bloquear la unión de las minorías comunistas y el movimiento de masas?
En Irak, este grupo “Internacionalista” y “comunista” canta las alabanzas de los tiroteos sin fin, los atentados y los actos de sabotaje, que lejos de expresar el movimiento de clase del proletariado son una manifestación de la guerra imperialista en una fase de creciente caos y descomposición; son obra de gangsters burgueses que, cada vez más, se orientan, no a combatir las fuerzas de ocupación, sino a masacres sectarias indiscriminadas. Y lo que es más, al hacer esta revulsiva amalgama, el GCI establece una clara relación en los registros de las fuerzas de seguridad del Estado, entre los que se presentan como comunistas internacionalistas y los que se identifican con el terrorismo internacional. ¿Qué mejor excusa para llevar a cabo una vigilancia, investigaciones u otros ataques represivos contra los grupos revolucionarios?
Si añadimos a eso el record de amenazas violentas del GCI contra las organizaciones proletarias, debería quedar de sobra claro que este grupo, cualesquiera que sean sus motivos, es un peligro real para el movimiento revolucionario. Los que quieren discutir las posiciones políticas de la clase obrera y el internacionalismo proletario tienen que romper toda relación con ese grupo lo más pronto posible.
Amos
[1] Arde es un grupo en España, próximo al GCI (ver en nuestra web: ap/2005/180_Arde.html [52]). El pasaje continúa criticando a la CCI de hacer “meras transcripciones de la prensa burguesa” y hablar sólo de Sunnitas y Chiitas en Irak; pero no de clases. Esto es completamente falso. Hemos hablado de la situación del proletariado en Irak, y hemos escrito sobre algunos de sus esfuerzos para luchar; pero hemos reconocido que enfrenta terribles dificultades para afirmar sus intereses de clase y que realmente se encuentra en peligro de ser movilizado a una “guerra civil” burguesa.
Carta del compañero:
Ya tenemos aquí la normativa cínica de la ciudad de karcelona y gracias a ella ya no tendremos que soportar mas a las putas de calle, a los mendigos, a los músicos y artistas, a los que cuestionan de forma radical el sistema o tan solo algún aspecto de el, a los skaters, a los que se divierten en la calle y a los que cruzan mal la calle. Sobre esta norma se le suele echar la culpa al alcalde Joan Clos cuando, a pesar de ser bastante responsable, solo es un títere; detrás de la norma del civismo están quienes se benefician de que Barcelona sea la mayor tienda del mundo y un importante foco del negocio turístico, porque quieren una ciudad atractiva para los negocios y el turismo. La cuestión es que en su modelo de ciudad sobra la humanidad y las personas, ya no son ni siquiera capaces de permitir la existencia de ciertos lugares donde las personas actúen de una forma mínimamente no-consumista, para ellos las calles no son un espacio de sociabilidad donde se tejan relaciones humanas, sino un espacio para trasladarte de un centro de consumo a otro. O con los/as cívicos/as o con las personas normales y corrientes que quieren usar los espacios de su ciudad, tu eliges.
Las campañas del Fem-ho Be del ayuntamiento complementan la función de la ley del civismo señalando al ciudadano como responsable de todos los males de la ciudad; nos dicen que debemos apagar nuestra bombilla para no gastar energía mientras las empresas mantienen sus luces encendidas, aún cuando no hay nadie, mantienen las luces de sus escaparates encendidas aún cuando no están abiertos, ponen iluminación navideña EXCLUSIVAMENTE en las calles pobladas de centros de consumo(los que vivimos en calles sin comercios no tenemos derecho a disfrutar de ellas). Nos dicen que no debemos gastar demasiada agua, pero existen piscinas privadas y campos de golf....Hay mil ejemplos de la profunda hipocresía de sus argumentos demagógicos, aunque el mas sangrante es el del reciclaje, antes llevabas las botellas al supermercado y te daban un ticket que te descontaban de lo que comprases, ahora tienes que separar todo lo que reciclas en 3 bolsas, porque así no tienen que pagar a nadie para que separe los materiales reciclables, y no solo no ves ni un duro por el material entregado sino que además tienes que pagar por el material reciclado que compres.
El tema mas visible es el de la prostitución, no es que el ayuntamiento esté en contra de la prostitución, sino contra ejercer esta de forma independiente sin necesidad de chulos, proxenetas, ni un local que pague impuestos al ayuntamiento. El ayuntamiento no prohíbe la prostitución, solo quiere que esta le deje buenos impuestos. Si quisiese impedir la prostitución debería echar un ojo a ferias ,como el construmat, donde se reúnen los empresarios de la construcción que suelen traer bastantes mujeres de menor edad que ellos que, por supuesto, seguro que les ha enamorado algo mas que su cartera y yo soy un malpensado. Otro punto es dibujar a la prostituta como una mujer humillada por quien paga sus servicios, personalmente, no siento que se las humille por pagarles dinero por sus servicios si se las trata con el debido respeto; no veo diferencia alguna con quien paga a una limpiadora, a una abogada, a una camarera o a una secretaria, no hay humillación en ese acto y si lo hay cuando se insulta o se trata como seres inferiores a otras personas, independientemente de que se tenga una relación comercial o no.
Los mendigos son los que mas sobran en este modelo de ciudad, ya que no ofrecen nada positivo para su ciudad-comercio y afean la imagen de esta. Al margen de lo que pienso de que alguien tenga que vivir de la caridad de los demás en lugar de ser autosuficiente a través de la obtención de ingresos, de forma legal o ilegal, o de exhibir sus defectos físicos, como si de un circo urbano se tratase, los mendigos tienen el mismo derecho que el consumidor a usar los espacios públicos. Por otro lado el ayuntamiento y su cinismo solo ataca al mendigo, y deja indemnes a las mafias que les controlan y les explotan, demostrando claramente el nulo interés humanitario de sus normas cívicas. Las mendigas que son explotadas por mafias se pueden reconocer claramente en 2 modelos, el primero son las mujeres sentadas en la calle descalzas y son ropa negra y el modelo "elegante" es la mujer india con pañuelo en la cabeza con el complemento de un bebe para dar mas pena. El tema de los músicos hasta ahora había formado parte durante décadas de una característica bonita de Barcelona donde podías escuchar música en directo sin tener que pagar una carísima entrada de un local comercial. Ahora no está prohibida, pero si restringida para quien no obtenga el permiso de la autoridad ¿competente? Básicamente, es que en lugar de decidir tu donde tocas y cuando tocas ellos te dan el permiso si les da la gana. En principio esto parece bueno, ya que se puede hacer una programación de los espectáculos en la calle, pero es el primer paso para tener que pagar impuestos por hacer música en la calle y para eliminar al artista que sea molesto para esta ciudad mercantilizada. Por otro lado es una norma totalmente innecesaria ya que no se conoce ninguna queja por parte de los músicos ni de los habitantes de "la tienda mas grande del mundo". Acerca de los "antisistema" tienen sus políticas de tolerancia 0 y firmeza 10 a la vez que ellos nos acusan de intolerantes, entre varios piropos. Han procedido a retirar paradas que cuestionan aspectos del orden establecido, han decidido no dar permiso para fiestas alternativas y criminalizarlas cuando lo han dado, han exigido estrictísimo cumplimiento de la ley a la vez que fiestas coorganizadas por el ayuntamiento se la pasaban, literalmente, por el forro de los cojones. Luego cuando les boicoteas justificadísimamente sus actos, sacan a través de sus medios de manipulación e intoxicación mediática llamadas en defensa de la libertad de expresión (¿Que libertad de expresión?, será la suya porque los demás la tenemos a condición de no usarla), en contra de la intolerancia, en defensa del estado de derecho y demás demagogias democretinas.
En el asunto de los skaters, el problema no es que haya gente que se dedique a usar el monopatín o artilugios con ruedas, sino que no lo hacen en espacios específicos de entrenamiento y en espectáculos autorizados por el ayuntamiento donde saque sus beneficios económicos; el problema es que lo sacan gratuitamente a la calle convirtiéndolo en un bien social y en una cultura popular, que patinan por divertirse sin ánimo de lucro, que no se puede sacar ningún tipo de negocio de ello y, por lo tanto, en la ciudad-negocio no tiene sentido que eso exista.
La gente que se divierte en la calle es otro problema para el ayuntamiento, ya sean niños jugando a la pelota como se ha hecho toda la vida, ya sean personas consumiendo las mismas bebidas que se consumen, a un precio MUCHO mas alto, en los locales que pagan impuestos. Contra estos últimos usan el argumento de que mean en la calle considerando eso el problema, cuando la realidad es que el único problema es la inexistencia en Barcelona de lavabos que no pertenezcan a los locales comerciales; por lo tanto es imposible mear en algún lugar publico adecuado por culpa del cinismo del ayuntamiento. Además es falso que los que mean en los portales sean exclusivamente quienes practican el botellón(que ya les vale, teniendo inmobiliarias, comisarías, bancos, sedes de partidos... pues que meen en el portal de la gente), ya que estoy convencido de que los que consumen bebidas en los bares también mean fuera de esos locales.
Las multas están a la orden del día, ahora te pueden multar por extender la ropa y dar "mala imagen" a la ciudad, por pasar mal el semáforo, por aparcar en tu barrio o en el barrio vecino(menos mal que las zonas azules eran la solución a los problemas de aparcamiento como en su día se dijo), por salir a las fiestas legales y mear en la calle debido a que no has encontrado un lavabo y sufres de incontinencia urinaria, por ejercer la prostitución, por hacer música sin animo de lucro en la calle y sin pactar con el ayuntamiento(a Carlinhos Brown no le multarán)... realmente es que acababa antes diciendo lo que se puede hacer sin ser multado.
El tema que finalmente me saca de mis casillas es el metro; pese a ser un servicio publico pagado con los impuestos tienes que pagar tu billete; pero tus penalidades no acaban aquí, después de pagar el caro billete tienes que sufrir la violencia publicitaria de carteles iluminados permanentemente gastando energía, tienes que soportar la presencia de comercios, tienes que observar como existen maquinas que te dan bebida y comida a precios desorbitados para ser un espacio público, tienes que soportar ser filmado durante tu estancia en las estaciones con la excusa de "tu seguridad", tienes que ser tratado como si fueses un peligroso delincuente cuando un revisor acompañado de 2 seguratas y un perro(como mínimo) te pide el billete, tienes una fantástica televisión publica del metro donde no paran de meter publicidad y , por si eso fuera poco, tienen mucho avance tecnológico pero siguen habiendo goteras y ratas.
A modo de conclusión, mientras las empresas mantengan sus escaparates encendidos a todas las horas del día, mientras las empresas que reparten propaganda por la calle no sufran represión alguna, mientras no haya lavabos públicos, mientras no se permita a las prostitutas ejercer su oficio como les venga en gana, mientras el tram baix siga teniendo accidentes y matando gente, mientras el metro no sea gratis, mientras no se permita divertirse o usar los espacios públicos por la sociedad sin pedir permiso a nadie, mientras no pueda aparcar gratis en mi barrio.... Mientras en esta maldita ciudad las personas no tengamos capacidad para usar el espacio público libremente, me niego a ser un cívico de mierda como todos/as los/as defensores/as de una ciudad comercial y totalitaria.
Xabiel
Nuestra respuesta:
El texto responde a una reciente normativa, adoptada por el Ayuntamiento socialista de Barcelona, cuyo carácter represivo, totalitario y humillante para una buena parte de la población es realmente intolerable. De forma viva y mordaz ve en esas medidas –la más publicitada es la que supuestamente “regularía” la prostitución- elementos que caracterizan la actual evolución del capitalismo.
Pone de relieve la creciente deshumanización que impera en las relaciones sociales: «La cuestión es que en su modelo de ciudad sobra la humanidad y las personas (…) para ellos las calles no son un espacio de sociabilidad donde se tejan relaciones humanas, sino un espacio para trasladarte de un centro de consumo a otro»[1].
Desvela igualmente la hipocresía y la doble moral del Estado burgués democrático: «El ayuntamiento no prohíbe la prostitución, solo quiere que esta le deje buenos impuestos. Si quisiese impedir la prostitución debería echar un ojo a ferias, como el construmat, donde se reúnen los empresarios de la construcción que suelen traer bastantes mujeres de menor edad que ellos»[2].
El texto muestra, del mismo modo, la escalada en las medidas de represión, prohibición y control por parte del Ayuntamiento (expresión del Estado en la vida más cercana al “ciudadano”): «Las multas están a la orden del día, ahora te pueden multar por extender la ropa y dar "mala imagen" a la ciudad, por pasar mal el semáforo, por aparcar en tu barrio o en el barrio vecino(menos mal que las zonas azules eran la solución a los problemas de aparcamiento como en su día se dijo), por salir a las fiestas legales y mear en la calle debido a que no has encontrado un lavabo y sufres de incontinencia urinaria, por ejercer la prostitución, por hacer música sin animo de lucro en la calle y sin pactar con el ayuntamiento(a Carlinhos Brown no le multarán)... realmente es que acababa antes diciendo lo que se puede hacer sin ser multado».
A propósito de la manoseada cuestión de la “defensa del medio ambiente” el texto denuncia de forma certera la voluntad que tiene el Estado burgués y todos sus medios de “comunicación” de culpabilizar a la población y muy especialmente a la clase obrera de los males crecientes engendrados por el capitalismo en crisis. « nos dicen que debemos apagar nuestra bombilla para no gastar energía mientras las empresas mantienen sus luces encendidas, aún cuando no hay nadie (…) Nos dicen que no debemos gastar demasiada agua, pero existen piscinas privadas y campos de golf.... Hay mil ejemplos de la profunda hipocresía de sus argumentos demagógicos, aunque el mas sangrante es el del reciclaje, antes llevabas las botellas al supermercado y te daban un ticket que te descontaban de lo que comprases, ahora tienes que separar todo lo que reciclas en 3 bolsas, porque así no tienen que pagar a nadie para que separe los materiales reciclables, y no solo no ves ni un duro por el material entregado sino que además tienes que pagar por el material reciclado que compres»[3].
Este último elemento –culpabilizar- es un arma muy perniciosa y destructiva del Estado burgués[4]. Políticos, sindicalistas, partidos, ONG etc., actúan para que nos sintamos culpables de todos los males habidos o por haber. ¿Por qué hay sequía? ¡Pues –según ellos- porque tendríamos la maldita costumbre de ducharnos todos los días! ¿Por qué hay hambre en el mundo? ¡Pues porque tendríamos la “egoísta necesidad” de comer 3 veces al día para poder mantenernos como fuerza de trabajo! ¿Por qué hay contaminación? ¡Pues por nuestra “irresponsable voluntad” de ir en coche a un trabajo que está en el quinto pino y para el que no hay medios de transporte colectivo adaptados a los horarios cada vez más largos y encima más variables!
¿”Sociedad de consumo” o una sociedad que se consume en su descomposición?
El texto atribuye la causa de estas tendencias a que se quiere imponer un “modelo consumista”, un “modelo de ciudad para el negocio”. No negamos que ese aspecto juega su papel. Sin embargo, es necesario precisar. En primer lugar, la tendencia general del capitalismo actual no es hacia un mayor consumismo sino hacia una reducción de la capacidad de consumo de la inmensa mayoría. Esto es ya un espantosa realidad para dos tercios de la población mundial que viven en la extrema pobreza y cuya capacidad de consumo no alcanza siquiera al agua potable. Pero es también una tendencia creciente e imparable en las grandes metrópolis del capitalismo donde supuestamente reinaría la “sociedad del consumismo desaforado”. Cabe preguntarse en qué pecado “consumista” van a caer los despedidos de SEAT, de ONO, de RTVE y de tantas y tantas empresas con expedientes de despidos en curso. Habría que preguntarse qué consumismo pueden permitirse las innumerables víctimas de los contratos basura. Sería bueno aclarar qué irresistibles tentaciones consumistas pueden asaltar a los numerosos jóvenes “mileuristas”[5], podemos preguntarnos finalmente en qué canto de sirena consumista va a caer una familia obrera que todos los meses tiene que pagar la hipoteca por el piso de 90 m2 …
Hecha esta aclaración, es evidente que vender cómo sea es una necesidad imperiosa para un capitalismo cada vez más acogotado por la crisis de sobreproducción. Esto le obliga a buscar desesperadamente nuevos medios que pueden ser objeto de la mercantilización y la compraventa. Todo es transformado en una mercancía que puede lanzarse al mercado. Una ilustración de ello es lo que se llama la “industria del turismo”. Hasta el más recóndito ayuntamiento trata de vender sus atracciones turísticas: desde un plato típico hasta unas ruinas que no pasan de ser un montón de piedras. En este desesperado intento por rebanar en los bolsillos de posibles clientes rivalizan Ayuntamientos, Comunidades Autónomas etc., en una carrera desenfrenada por atraer incautos que gasten euros en guías turísticos pagados con contratos basura, restaurantes atendidos por emigrantes que apenas cobran 500 €, comercios donde jóvenes obreras tienen que lucir tallas al borde de la anorexia, ir supermaquilladas y ponerse un vestido nuevo cada día por un sueldo miserable etc. ¡Todo se convierte para el Capital en lujurioso objeto de deseo mercantil: desde un Museo hasta un riachuelo, pasando por el parque temático o una chimenea resto del naufragio de la industria pesada!
Para que el negocio turístico funcione bien, los Ayuntamientos se encargan de las tareas sucias. Hay que limpiar las calles involucradas en los trayectos turísticos o comerciales de todo lo que estropee su imagen: desde mendigos hasta prostitutas no homologadas e incluso músicos callejeros. Fuera de esas zonas privilegiadas, el abandono es patente: barrios obreros –o incluso de clase media- padecen la falta más absoluta de seguridad y de limpieza: por ejemplo, las meadas y las cagadas de perros –e incluso de humanos- reinan por doquier haciendo de pisar el suelo algo más complicado que transitar un campo de minas.
Pero las ciudades –fuera de esas zonas “turísticamente correctas”, auténticos gethos de un lujo de cartón piedra destinado a fascinar incautos- sufren algo mucho peor: el desastre urbanístico, la ausencia más extrema de servicios, el deterioro de las infraestructuras de todo tipo. Los Ayuntamientos limitan sus esfuerzos a un reducido número de calles y zonas “espectáculo” y a aquellas áreas de especulación urbanística desenfrenada cuya imagen impresionante de modernidad dará paso al cabo de los años a edificios ruinosos y barrios destartalados con jardines marchitos que sólo conservaron el verde mientras había que deslumbrar al comprador “inversor”.
Es verdad que en esa escalada represiva, en esa persecución encarnizada, que muy certeramente denuncia el texto, influye el ansía desesperada de beneficios mercantiles. Sin embargo ese no es el aspecto más importante. El factor central es una sociedad en descomposición, dominada por una tendencia creciente al individualismo, al todos contra todos, a la desarticulación general de las relaciones humanas. Frente a esa tendencia imparable, nacida de las propias relaciones capitalistas, el Estado, garante último de la cohesión mínima de esta sociedad, endurece sus mecanismos de control social. Como expresión de ello, no solo vemos como los Estados inglés, americano o francés refuerzan considerablemente su represión, sus mecanismos policiales, hasta el extremo de saltarse a la torera muchas de sus normas “democráticas”, sino que Ayuntamientos regidos por “socialistas” como el Señor Clos, multiplican sus reglamentos, sus multas, sus controles, sus exacciones policiales o recaudatorias rivalizando en celo represor con sus opositores del PP o sus predecesores del franquismo. Vemos con cada vez mayor frecuencia escenas desagradables en la calle o en estaciones de metro, adonde jóvenes, emigrantes o cualquier otro elemento “sospechoso” son humillados, sometidos a controles y cacheos ridículos, por toda clase de guardias, desde la urbana hasta las de empresas de seguridad.
El Estado “democrático” se vuelve cada vez más abiertamente represivo. El lenguaje “liberal” y “reformista” basado en persuadir, ser tolerantes o “reformar” las situaciones sociales -esas viejas y cínicas promesas que tanto abundaron en los años 70- es descaradamente sustituido por un lenguaje donde imperan el castigo, la persecución y la culpa. A este discurso duro y deshumanizador se apuntan todos los partidos, tanto de derechas como de izquierdas. Naturalmente, con su habitual desvergüenza, los políticos –principalmente los de izquierdas- justifican tal orientación diciendo que “se lo pide el electorado”. Es el truco habitual de los “demócratas”: envolver las necesidades que tienen el Estado y el Capital bajo la capa mentirosa de la “voluntad del pueblo”. De esta manera matan dos pájaros de un tiro: por una parte, dan una justificación “democrática”; por otro lado, culpabilizan a la población dando a entender que es ella quien grita “Vivan las cadenas”.
Para ilustrar este rumbo represivo podemos analizar un ejemplo de actualidad: el tráfico. Los accidentes de carretera crecen sin cesar y la “respuesta” que ofrece la “democracia”, con la intervención del “dialogante” Zapatero, es el palo y tentetieso. Se impone el carné por puntos, se habla de perseguir penalmente a los infractores de las normas de tráfico, se saca hasta el hastío el caso de un joven descerebrado que conduciendo a 140 por hora provoca varias muertes, para meter en el saco de la irresponsabilidad y la demencia criminal a muchos conductores que se ven forzados a llegar a toda prisa a sus trabajos, a pasarse jornadas enteras al volante para alcanzar el número de clientes exigido, a chóferes de camiones o autobuses sometidos a jornadas maratonianas.
Se trata de una tendencia imparable pues es la expresión de una sociedad en crisis, sin futuro ni perspectiva que naufraga en una creciente descomposición de sus relaciones sociales frente a lo cual no tiene más respuesta que el férreo control estatal, la represión y la culpabilización.
¿Cómo luchar contra esta situación?
El texto finaliza así: «A modo de conclusión, mientras las empresas mantengan sus escaparates encendidos a todas las horas del día, mientras las empresas que reparten propaganda por la calle no sufran represión alguna, mientras no haya lavabos públicos, mientras no se permita a las prostitutas ejercer su oficio como les venga en gana, mientras el tram baix siga teniendo accidentes y matando gente, mientras el metro no sea gratis, mientras no se permita divertirse o usar los espacios públicos por la sociedad sin pedir permiso a nadie, mientras no pueda aparcar gratis en mi barrio.... Mientras en esta maldita ciudad las personas no tengamos capacidad para usar el espacio público libremente, me niego a ser un cívico de mierda como todos/as los/as defensores/as de una ciudad comercial y totalitaria».
Aquí se está expresando un sentimiento de repulsa y hastío frente a una sociedad cada vez más inhumana, más opresiva y explotadora. Sin embargo, no se está planteando una alternativa que vaya más allá del rechazo individual. Para responder a ello debemos preguntarnos ¿cómo luchar contra esa situación? ¿Qué clase social puede encabezar la rebelión legítima contra ella? ¿Cuáles son los medios de ese combate?
El texto no se plantea responder a esas cuestiones. Probablemente porque se limita a alzar simplemente un grito de rebeldía contra esa situación insostenible. No obstante, todos los compañeros que queremos luchar por erradicarla nos debemos plantear esas preguntas.
En el ámbito limitado de estos comentarios no vamos a entrar en ello pues hemos publicado numerosos artículos aportando una respuesta. Lo único que queremos insistir aquí es que el problema no es municipal ni barcelonés sino que abarca todos los ámbitos de la existencia y las relaciones humanas y tiene una escala mundial. Por tanto, únicamente a través de la lucha global y mundial del proletariado podrá dársele una dinámica de respuesta.
Corriente Comunista Internacional 22-5-06
[1]Aquí, quisiéramos precisar, sin embargo, que no es el “modelo de ciudad” el que impide tejer relaciones humanas sino la sociedad toda entera con su creciente individualismo y atomización.
[2]Añadamos que no es sólo el Ayuntamiento barcelonés sino todo el Estado democrático quien practica la hipocresía moral más repugnante y no se limita al tema de la prostitución sino que se extiende a cualquier ángulo de las relaciones humanas. Basta con citar las cínicas campañas de “defensa de la mujer maltratada” que no solo no remedian absolutamente nada (la prueba es que hay cada vez más muertes) sino que atizan el odio entre sexos, la desconfianza generalizada, a la vez que en la publicidad se repite machaconamente la imagen de una mujer “objeto de deseo” que no hace sino echar leña al fuego de la atomización y a la frustración en las relaciones humanas.
[3] Los Ayuntamientos que tanto exigen al “ciudadano” en el respeto al medio ambiente son los primeros responsables de la descomunal catástrofe medioambiental que está causando la desmedida especulación urbanística. Terrenos agrarios son recalificados como suelo urbanizable buscando desesperadamente medios con los que financiar el déficit monumental contraído por los municipios. Esto, además de corruptelas varias, está haciendo que el agua escasee cada vez más, que se talen árboles y se desequilibre totalmente el medio que rodea no sólo a las grandes ciudades sino a poblaciones medias o pequeñas.
[4] La moral burguesa oscila sin cesar entre dos polos: de un lado, el hedonismo destructor e inmoral de “yo soy libre y hago lo que me da la gana” –lo que se llama el utilitarismo-, del otro lado, el sentimiento de culpabilidad y el sacrificio masoquista como únicas formas de tener un mínimo de respeto hacia el resto de la sociedad –que corresponde al imperativo moral kantiano o cristiano. Ambos polos destruyen y perturban seriamente a los individuos. Frente a ello, una auténtica moral revolucionaria se basa en la unidad de intereses que tiene el proletariado en todos los países y que permite una fraternidad y una solidaridad libremente queridas y deseadas.
[5] Para los lectores que no sean de España aclaremos que se llama “mileuristas” a los jóvenes entre 25 y 35 años que tras haber conseguido 2 y 3 títulos universitarios y haber pasado no se sabe cuantos master trabajan (sí tienen esa “suerte”) por salarios de 1000 € al mes o menos.
La terrible tragedia obrera de España 1936, que aún hoy se presenta cínicamente como «la revolución social española», o como «una gran experiencia revolucionaria», marcaba al contrario, a través del aplastamiento tanto ideológico como físico (más de un millón de muertos entre 1931 y 1939 en España) de las últimas fuerzas vivas del proletariado europeo, el triunfo de la contra-revolución. Esta masacre fue un ensayo general, que abría las puertas al desencadenamiento de la guerra imperialista mundial.
Los años 1930 a 39 son los años de la preparación de la guerra, que se lleva a cabo sobre las cenizas de la oleada revolucionaria que surgió contra la Iª Guerra mundial. En todo el mundo el proletariado es doblegado, derrotado, atenazado al capitalismo –que lo desvía de su terreno de clase a través de la falsa alternativa “fascismo-democracia”- y sometido a la histeria nacionalista que lo lleva inexorablemente a la guerra.
Al mismo tiempo, tras la muerte de la Internacional Comunista concretizada por la proclamación del “socialismo en un solo país”, prácticamente casi todas las organizaciones obreras en plena degeneración, pasan al campo de la burguesía o tienden a desagregarse completamente. Los “partidos comunistas” se convierten en correas de transmisión de “la defensa de la patria socialista” a las órdenes de la contra-revolución estalinista. Las únicas voces que se hacen oír a contracorriente y se mantienen firmemente en posiciones de clase, como “BILAN” (órgano entre 1933 y 1938 de la Izquierda Comunista de Italia en el extranjero) son las de un puñado de revolucionarios.
España, donde subsistía una fracción del proletariado mundial que aún no había sido aplastada porque este país no había participado en la Iª Guerra mundial, va a convertirse en el centro de una vasta maniobra de la burguesía unida para llevar a los obreros a abandonar su terreno de clase y desviarlos al terreno capitalista de una batalla exclusivamente militar e imperialista.
Por su situación geopolítica de puerta de Europa, cerrando por una parte un lado del Mediterráneo y abriendo las rutas del Atlántico y África de otro, España constituía el terreno ideal en que las tensiones imperialistas exacerbadas por la crisis iban a afirmarse, sobre todo de parte del imperialismo alemán y del italiano, que buscaban asegurarse una posición de fuerza en el Mediterráneo y acelerar el curso a la guerra.
Además, las estructuras arcaicas de este país, profundamente sacudidas por el desencadenamiento de la crisis económica mundial del capitalismo en los años 30, ofrecían un terreno favorable para desviar la lucha obrera. De esta forma se mantuvo el mito de una «revolución democrático burguesa» que los obreros tendrían que llevar a cabo, para embarcarlos tras la alternativa «república contra monarquía» que preparaba el terreno para la lucha «antifascismo contra fascismo».
Tras la dictadura militar de Primo de Rivera, instaurada en 1923 y que contaba con la colaboración activa del sindicato socialista, UGT, la burguesía española elaboró en agosto de 1930, el “Pacto de San Sebastián”, al que se asocian los dos grandes sindicatos, UGT y CNT, éste último dominado por los anarcosindicalistas, que establecía preventivamente las bases de una “alternativa republicana” al poder monárquico. Después, el 14 de Abril de 1931, se hizo abdicar al rey Alfonso XIII ante la amenaza de una huelga de ferrocarriles y se proclamó la república. Con las elecciones, una coalición republicano-socialista llegaría al poder. El nuevo gobierno “republicano y socialista” no tardó en mostrar su naturaleza antiobrera. Desencadenó violentamente la represión contra los movimientos de huelga que surgían frente al rápido aumento del paro y de los precios, causando centenas de muertos y de heridos entre los obreros, particularmente en Enero de 1933, en Casas Viejas, en Andalucía. En el curso de esta oleada de represión, el republicano “de izquierdas” Azaña, ordenó a la tropa: «¡Ni heridos, ni prisioneros, disparad a la barriga!».
Esta sanguinaria represión de las luchas obreras, desencadenada en nombre de la democracia y que duraría dos años, permitió organizarse a las fuerzas de derecha y llevó al hundimiento de la coalición gubernamental. En 1933, las elecciones van a dar la mayoría a la derecha. Una parte del Partido Socialista, caído en gran desconsideración debido a la represión que había llevado a cabo, va a aprovechar para dar un giro a la izquierda.
La preparación del frente de guerra imperialista, es decir la necesidad de desviar la lucha obrera en un momento en el que se desarrollan las huelgas obreras, es la realidad en el seno de la cual se articula la actividad de las organizaciones políticas de izquierda. En Abril-Mayo de 1934 es cuando las luchas tomaron mayor amplitud. Los obreros de la metalurgia en Barcelona, los de ferrocarriles, y sobre todo los de la construcción en Madrid, se lanzan a luchas muy duras. Frente a estas luchas, toda la propaganda de la izquierda y de la extrema izquierda toma el eje del antifascismo, para embarcar a los obreros en una política de “frente unido de todos los demócratas”, auténtica camisa de fuerza para el proletariado.
De 1934 a 1935, los obreros son sometidos a un verdadero machaconeo ideológico de cara a las elecciones, para poner en marcha un programa de Frente popular y para «enfrentar el peligro fascista».
En Octubre de 1934, empujados por las fuerzas de izquierda, los obreros de Asturias caen en la trampa de un enfrentamiento suicida con el Estado burgués que va a desangrarlos. Su insurrección, y después su heroica resistencia en las zonas mineras y en el cinturón industrial de Oviedo y de Gijón, queda completamente aislado por el PSOE y la UGT, que impiden por todos los medios que la lucha se extienda al resto de España, en particular a Madrid. El Gobierno despliega entonces en Asturias 30000 hombres, con tanques y aviones, para aplastar sin piedad a los obreros, abriendo un periodo de violenta represión en todo el país.
El 15 de Enero de 1935 el conjunto de organizaciones de izquierda, incluyendo los izquierdistas trotskistizantes del POUM, firman la alianza electoral del Frente popular. Los dirigentes anarquistas de la CNT y de la FAI, derogan sus “principios anti-electorales” para cubrir este asunto de un silencio cómplice que equivale claramente a un apoyo. En febrero de 1936 se elige el primer gobierno del Frente Popular. Entretanto se desarrolla una nueva oleada de huelgas y el gobierno lanza llamamientos a la calma, pide a los obreros que cesen las huelgas, planteando que hacen el juego al fascismo; el PCE llegará a decir que «los patronos provocan y animan las huelgas por razones políticas de sabotaje». En Madrid, donde estalla una huelga general el 1º de Junio, la CNT impide una confrontación directa con el Estado, lanzando sus famosas consignas de autogestión. Esta autogestión va a servir para encerrar a los obreros en “su” fábrica, “su” región, o “su” pueblo, particularmente en Cataluña o Aragón.
Sintiéndose lo suficientemente fuertes, los militares se lanzan en Julio a un “pronunciamiento” que parte de Marruecos y está dirigido por un tal Franco, que había llegado a general a las órdenes de la República dominada por los socialistas. La respuesta obrera es inmediata: el 19 de Julio de 1936, los obreros declaran la huelga contra el alzamiento de Franco y se dirigen en masa a los cuarteles para desarmar esa tentativa, sin preocuparse de las directivas en contra del Frente popular y del gobierno republicano. Uniendo la lucha reivindicativa a la lucha política, los obreros frenan con esta acción la mano asesina de Franco. Pero al mismo tiempo, los llamamientos a la calma del Frente popular - «El gobierno manda, el Frente popular obedece»- se respetan en otros sitios. En Sevilla por ejemplo, donde los obreros siguen las consignas del gobierno y esperan, serán masacrados por los militares en un horrible baño de sangre.
A partir de entonces, las fuerzas de izquierda del capital desplegarán plenamente sus maniobras de reclutamiento[1]. En 24 horas, el gobierno que negociaba con las tropas franquistas y organizaba con ellas la masacre de los obreros, cede el sitio al gobierno Giral, más “a la izquierda” y más “antifascista”, que se pone a la cabeza del sublevamiento obrero ¡para orientarlo hacia el enfrentamiento exclusivo con Franco en un terreno exclusivamente militar! A los obreros solo se les dan armas para enviarlos “al frente” contra las tropas de Franco, fuera de su terreno de clase. Más aún, la burguesía tiende la trampa criminal de una susodicha «desaparición del Estado capitalista republicano», mientras que éste se oculta tras un pseudo-“gobierno obrero” que desvía las luchas hacia una Unión Sagrada contra Franco a través de organismos como el Comité central de Milicias antifascistas y el Consejo central de economía. Se crea la ilusión de un “doble poder”, que entrega definitivamente a los obreros en manos de sus asesinos. Las masacres que se producen después en Aragón, Oviedo o Madrid, serán el resultado de la maniobra criminal de la burguesía republicana y de izquierdas que ha hecho abortar las reacciones obreras del 19 de Julio 1936. A partir de ese momento, cientos de miles de obreros se enrolan en las milicias anarquistas y poumistas para “defender la revolución social” y son enviados por el gobierno del Frente popular a que los maten en el frente imperialista “antifranquista”. Estas milicias van a militarizarse rápidamente, y los obreros más combativos, a partir de ese momento, servirán de carne de cañón para los intereses imperialistas que creían combatir.
Al haber abandonado su terreno de clase, el proletariado iba a sufrir el degüello en la guerra, y la explotación más salvaje en nombre de la economía de guerra “antifascista” en la retaguardia: disminución de los salarios, inflación, racionamiento, militarización del trabajo, prolongación de la jornada laboral y prohibición del derecho de huelga…
El proletariado de Barcelona se sublevó de nuevo en Mayo de 1937, pero a la desesperada; el Frente popular, con el PCE y su sucursal catalana, el PSUC, a la cabeza, masacraron a los obreros; mientras las tropas franquistas detenían voluntariamente su avance para permitir a los verdugos estalinistas hacer su faena:
«El 19 de Julio los proletarios de Barcelona, con solo sus puños desnudos, aplastaron el ataque de los batallones de Franco, armados hasta los dientes. Ahora, en las jornadas de Mayo de 1937, cuando sobre los adoquines han caído muchas más víctimas que cuando en Julio rechazaron a Franco, ha sido el gobierno antifascista –incluyendo a los anarquistas y del que el POUM es indirectamente solidario- quien ha desencadenado la chusma de las fuerzas represivas contra los trabajadores» Así escribía Bilan en 1938, en el artículo: «Plomo, metralla, cárcel…: Esa es la respuesta del Frente Popular a los obreros de Barcelona que han osado resistir el ataque capitalista».
En esta sangrienta tragedia, todas las organizaciones que se llamaban a sí mismo obreras, no solamente demostraron su integración al Estado burgués, sino que participaron en el aplastamiento del proletariado; unas como el PCE, el PSUC –consagrados como grandes partidos del orden burgués-, el PSOE y UGT, asumiendo directamente también ellas el papel de verdugos, otras, como CNT, FAI, o el POUM, empujando a los obreros a abandonar su terreno de clase en nombre del “frente antifascista” para arrojarlos en brazos de sus asesinos y a la guerra imperialista. La presencia de ministros anarquistas y cenetistas en el gobierno de Cataluña, y después en el gobierno central de Caballero fue un pujante factor que el Frente Popular rentabilizó para engañar a los obreros. Los anarquistas tuvieron un papel estelar en la maniobra de la burguesía, ocupándose de engañar a los obreros sobre la naturaleza de clase del gobierno y del Frente Popular:
«De siempre, por principio y convicción, la CNT ha sido enemiga antiestatal y enemiga de toda forma de gobierno.
Pero las circunstancias… han desfigurado la naturaleza del gobierno y del Estado español.
El gobierno en la hora actual, como instrumento regulador de los órganos del Estado, ha dejado de ser una fuerza de opresión contra la clase trabajadora, así como el Estado no representa ya el organismo que separa la sociedad en clases. Y ambos dejarán aún más de oprimir al pueblo con la intervención en ellos de elementos de la CNT» (Solidaridad Obrera, 4 de Noviembre 1936)[2] (subrayado nuestro)
Todos los organismos del Frente Popular, y en particular los estalinistas, que fueron su brazo armado, declararon una guerra feroz contra los elementos de las raras corrientes que, incluso en medio de una enorme confusión, luchaban por defender posiciones revolucionarias, enviándolos a las posiciones más expuestas del frente, dejándoles sin munición, haciéndolos encarcelar por la policía “republicana”, o pura y simplemente asesinándolos.
Los acontecimientos de España dieron la medida de lo que eran realmente los que se pretendían del lado de los obreros, demócratas en general, socialistas, “comunistas” o anarquistas, que, en la práctica, fueron defensores encarnizados del Estado burgués y del capital nacional, los peores enemigos de la clase obrera.
La guerra de España acabó con la victoria militar de Franco en 1939, cuando las otras fracciones del proletariado mundial, vencidas en todas partes por la contra-revolución, servían a su vez de carne de cañón en el enfrentamiento imperialista generalizado, tras sus burguesías nacionales respectivas.
C.B.
[1] La capacidad de adaptación de la burguesía española frente al proletariado puede ilustrarse por la trayectoria política de Largo Caballero: presidente del sindicato UGT desde 1914, diputado del PSOE, fue consejero de Estado del dictador Primo de Rivera y después ministro de Trabajo del primer gobierno republicano “de coalición” entre 1931 y 1933, después fue uno de los principales artesanos del Frente popular, antes de orientarse hacia posiciones “izquierdistas” que le permitirían llegar a ser jefe de gobierno entre septiembre 1936 y mayo 1937.
[2] Aunque se atribuye la cita a Federica Montseny, aquí hemos tomado la transcripción que hace Burnett Bolloten, La guerra civil española, Alianza Editorial, 2ª reimpresión 1997. En ella indica, inmediatamente antes de la cita : «Para vencer los escrúpulos de los puristas, desde el día en que se reorganizó el gobierno, el principal periódico anarcosindicalista, Solidaridad Obrera, intentó justificar la decisión minimizando la divergencia entre la teoría y la práctica». Después añade una nota, donde da la fecha del 4 de Noviembre de 1936, y cita que el artículo apareció en Solidaridad Obrera (Recuerdos de un cenetista, II pag. 213)
En las Tesis sobre Feuerbach, Marx y Engels dicen que «es en la práctica donde se comprueba la verdad de una teoría». La verdad del “socialismo del siglo XXI” que predica el Señor Chavez y al que se ha apuntado el Señor Morales, puede evaluarse a la luz de una noticia aparecida el 13 de junio, confirmada por numerosas agencias de prensa, que, extractada en sus pasajes esenciales, dice así « BOLIVIA: ABREN FUEGO SOBRE LOS SIN TECHO: Gobierno de Evo Morales advierte que usará la bala y el Ejército para defender la ley y la propiedad privada».
Líneas más abajo recoge: «El gobierno del presidente Evo Morales justificó la represión armada de militares y policías contra pobladores Sin Techo en la zona este de la ciudad de Oruro, que dejó como saldo un muerto a bala, varios heridos y detenidos. "La orden la di yo, y la asumo como ministra de Gobierno", dijo Alicia Muñoz, que fue respaldada en el cargo por Morales». Dicha señora añadía « Soy ministra de Gobierno y para eso me pusieron al cargo y al frente, para hacer respetar las leyes y para sentar el principio de autoridad», advirtiendo que «el gobierno usará la fuerza para defender la propiedad privada».
Estos sagrados principios capitalistas han sido defendidos de forma contundente: «Las tropas arrasaron y destruyeron las chozas y asentamientos muy precarias que habían levantado los centenares de vecinos, casi todos muy pobres y con muchos hijos, y que trataron de resistir con piedras y palos, la decisión de la Corte Superior de Distrito Judicial de Oruro ejecutada con armas de fuego, golpizas y bombas de gas lacrimógeno por las fuerzas del orden». Esta brutalidad no ha logrado impedir, sin embargo, que «tras la acción represiva, los Sin Techo y grupos de trabajadores mineros retomaron varios de los predios en disputa y volvieron a los asentamientos, esta vez armados con dinamita y dispuestos a defender los terrenos en los que quieren construir sus precarias viviendas».[1]
Esta noticia no nos sorprende. La historia del siglo XX está repleta de gobiernos autoproclamados como “populares” y “revolucionarios” que no dudaron en ametrallar a los explotados: Azaña, presidente de la República española dio la orden de “disparar a la barriga” en la masacre de jornaleros en Casas Viejas (Cádiz, enero de 1933); Allende, presidente “socialista” de Chile utilizó el ejército contra los mineros en huelga de El Teniente (1971) o contra los pobladores (ocupantes de terrenos para construirse pequeñas chabolas) en Santiago, 1972. Poco después, el ejército “revolucionario” portugués lanzaba sus tropas contra los huelguistas de la TAP, calumniados encima como “agentes de la reacción” (1975).
Los medios de “izquierda radical” nos venden la “alternativa” del Trío Bolivariano (Castro, Chavez y Morales[2]) frente al “Trío de las Azores” formado por los Señores Bush, Blair y Aznar. Sus gesticulaciones grandilocuentes contra “el imperialismo”, sus aparatosas medidas “contra las multinacionales”, sus llamamientos “incendiarios”, son jaleados como “revolucionarios”. Sin embargo, el Trío Bolivariano y el Trío de las Azores coinciden plenamente en la defensa de los principios sagrados de la “propiedad privada” y de la “autoridad” –como oportunamente recuerda la Señora Ministra. Esta coincidencia les lleva a una lucha a muerte contra el proletariado y contra toda la población oprimida para quienes su verdadero lenguaje consiste en «armas de fuego, golpizas y bombas de gas lacrimógeno», como hemos podido comprobar en Oruro.
Respecto al contenido “revolucionario”, al menos, “progresista” de las “reformas” del Señor Morales, vamos a ver dos de ellas, muy celebradas por la izquierda: la “reforma agraria” y las medidas de “nacionalización” tomadas contra las “multinacionales” del petróleo.
La primera ha consistido en «Sin tocar los grandes latifundios ni la propiedad de los grandes clanes familiares que son dueños y señores de la tierra en Bolivia, el presidente Evo Morales anunció este sábado la redistribución de 2,2 millones de hectáreas de tierras fiscales entre las comunidades indígenas y campesinas. No se confiscan ni se arrebatan las tierras de los terratenientes y hay, desde el gobierno, expresas garantías para ellos» (www.econoticiasbolivia.com [55], nota de 4-6-06). A los campesinos se les entrega tierras sin valor que no les asegura una mínima subsistencia, por lo que, como denuncia un grupo de ingenieros agrarios, «el éxodo a las grandes ciudades y a la emigración, va a continuar». James Petras, teórico de la izquierda americana, se ve obligado a reconocer que la “reforma” está basada «en la expropiación de tierras subutilizadas, que excluirá las grandes propiedades agroindustriales, productivas y provechosas, de los fértiles llanos de Santa Cruz. En cambio, se propone distribuir tierras estatales menos fértiles y alejadas de los mercados y las carreteras»[3]
Como pasó en España durante la República, donde las demagogias del gobierno sobre el reparto de tierras hicieron que grupos de campesinos emprendieran ocupaciones de tierras inmediatamente reprimidas a sangre y fuego por sus supuestos valedores, ahora en Bolivia ocurre lo mismo: «Miles de desposeídos, confundidos por el discurso anti latifundista del MAS, acuden a la acción directa para ocupar latifundios o terrenos baldíos, creyendo que tendrán el apoyo del gobierno. Pero el gobierno ordena reprimir a los ocupantes utilizando fuerzas policiales y militares, como ocurrió en Oruro la semana pasada, y tolera que los empresarios latifundistas arremetan contra los "avasalladores" en Santa Cruz. Un latifundista de profesión bioquímico reconoció haber rociado con bacterias a los ocupantes de sus tierras y el gobierno no se pronuncia frente a semejante acción criminal, denuncia la Unión Revolucionaria de Docentes de la Universidad Mayor de San Andrés (URDA) en su boletín semanal»[4]
En cuanto a la otra medida: las “nacionalizaciones” de empresas extranjeras conviene hacer una precisión. Las nacionalizaciones no tienen nada que ver con el socialismo ni suponen el más mínimo avance hacia él. Son, sencillamente, medidas de capitalismo de Estado que los diferentes gobiernos–tanto de derechas como de izquierdas- han tomado a lo largo del siglo XX.[5] Sí constituyeran una medida “socialista” habría que colocar en la galería de socialistas ilustres a señores como Hitler, De Gaulle, Franco, Mussolini, o Perón, que las practicaron abundantemente. No podemos olvidar que en las empresas nacionalizadas se explota a los obreros con tanta o más ferocidad que en las privadas pues están plenamente sometidas a las leyes del trabajo asalariado y del intercambio mercantil[6].
Sin embargo, lo que ha hecho el Señor Morales no tiene nada que ver con el paso a manos estatales de empresas privadas. Sus medidas “socialistas” consisten en un puro regateo para obtener un mayor porcentaje de plusvalía, en beneficio del Capital nacional y, particularmente, de los nuevos burócratas que revolotean alrededor del partido gobernante. Por eso mismo, Petras, en el artículo antes citado, se ve obligado a echar agua helada sobre los entusiasmos de muchos “izquierdistas” ante las supuestas audacias de Don Evo y de su mentor, Chavez: «Las normativas y las reformas propuestas pueden incrementar las reservas y la influencia del Estado, pero en ningún caso implican la transformación revolucionaria de la propiedad o de las relaciones sociales de producción. Los cambios propuestos son reformas que traen ecos de las políticas desarrolladas por los partidos socialdemócratas europeos entre 1946 y 1960, en la década de 1970, por los países productores de petróleo, entre otros las monarquías árabes y las repúblicas islámicas o seculares. De hecho, los anteriores gobiernos tanto de Venezuela, en 1976, como de Bolivia, en 1952 y 1968, adoptaron medidas mucho más radicales con la nacionalización del petróleo y de algunos sectores mineros» (artículo antes citado). Se trata de una pelea de gángsteres por el reparto de la comisión como aclara el propio Petras: «Los principales puntos de conflicto no son la aversión capitalista al socialismo, ni tampoco la oposición entre propiedad privada y propiedad nacionalizada, y mucho menos la revolución social conducente a una sociedad igualitaria. Los principales conflictos se concentran en 1) los incrementos de los impuestos, los precios y los pagos por regalías, 2) la conversión de las empresas en empresas conjuntas, 3) la representación en las juntas directivas, 4) la distribución accionarial entre los ejecutivos nombrados por las empresas extranjeras y los nombrados por el Estado boliviano, 5) el derecho legal a revisar los contratos, 6) los pagos compensatorios por supuestos activos, y 7) la gestión de la distribución y la exportación».
El discurso “anti-imperialista” y “anti-trasnacionales”, aparte de ser una alternativa nacionalista tan capitalista como la de sus rivales, tiene mucho de opereta. El “matamoros” de “trasnacionales”, Chavez, se conforma, en el reparto de los beneficios del petróleo, con porcentajes inferiores a los que imponen Estados como Canadá, emiratos de Oriente Medio o Nigeria, a las empresas establecidas en sus territorios. Por otra parte, «el gobierno del presidente Evo Morales entregó por 40 años el yacimiento de hierro del Mutún, el más grande del mundo, a la transnacional india Jindall Steel, que impuso sus condiciones económica-financieras. Los beneficios para el Estado serán menores a los inicialmente previstos por el gobierno»[7]
Mientras el circo mediático sobre Bolivia nos ofrece esas batallas de ficción entre caballeros “bolivarianos” y monstruos “neoliberales”, la realidad de ese país anda por caminos muy diferentes: represión de los que buscan tierras para construirse una miserable chabola, trabajo infantil que afecta a 300.000 niños (sobre una población de 9 millones) sin que el nuevo gobierno haya movido ni una pestaña. «Cada año, 15 mil niños menores de cinco años mueren en Bolivia por causas que pueden ser razonablemente prevenibles y relativamente superables como las diarreas, la desnutrición y la pobreza extrema. La quinta parte de las familias bolivianas subsisten con menos de medio dólar al día y están postradas en la indigencia y la marginalidad» (agencia antes citada).
Un informe oficial –fechado en abril de 2006- reconoce que « de cada 10 trabajadores, siete son sobreexplotados en empleos precarios y mal pagados, uno está desempleado y sin ingresos, y sólo dos cuentan con un empleo estable y digno». Estas últimas palabras son puro eufemismo: no hay empleo “estable” puesto que en cualquier momento un trabajador puede ser despedido según la Ley General del Trabajo que no ha sido revocada por el gobierno de Don Evo. En cuanto a la “dignidad” poca vida digna puede conseguirse con un salario medio de 100 dólares «en un país donde la canasta familiar mínima se calcula en por lo menos 400 dólares, según las estimaciones gubernamentales más modestas». El salario mínimo (55 dólares) que el Señor Morales había prometido doblar ha sido finalmente subido ¡en 5 dólares!.
Los trabajadores manifiestan cada vez más su impaciencia, la Central Obrera Boliviana ha tenido que mostrar su “enfado” al Gobierno presentándole un “pliego de reivindicaciones” y amenazando con la “huelga general” para tratar de controlar la combatividad que se expresa en luchas como las de los maestros y la Sanidad que desde abril se han lanzado a huelgas parciales en diversas localidades del país.
La lucha de los estudiantes en Francia –en marzo 2006-, confirmada por la huelga de metal en Vigo en mayo 2006, nos muestra que, la clase obrera internacional está desarrollando lenta pero cada vez con mayor amplitud, su lucha autónoma de clase. Forman parte de ese desarrollo un buen número de jóvenes que buscan una alternativa revolucionaria frente al capitalismo. Esta no puede venir de payasadas como el “socialismo bolivariano del siglo XXI”. La tozudez de los hechos junto con el análisis riguroso basado en la teoría revolucionaria del proletariado, ponen al desnudo su engaño. «El verdadero movimiento revolucionario del s XXI son las luchas de la clase obrera; es el movimiento de huelga de masas que avanza lentamente; que va a estallar (como en Francia) en movilizaciones masivas en diferentes países, pero que también puede manifestarse en luchas puntuales que expresan las preocupaciones de la clase, y también madura en profundidad, en la reflexión de los elementos de la clase que buscan posiciones revolucionarias, en la intervención y el trabajo de los grupos revolucionarios. Ese movimiento que la burguesía quiere ocultar y difamar a toda costa».[8]
[1]Se pueden leer las informaciones directas en diferentes sitios Web de periódicos y agencias de prensa (de estas últimas la que más datos ha proporcionado es www.econoticiasbolivia.com [55] de la que hemos tomado datos y declaraciones).
[2] Ver un análisis de lo que representan Chavez y sus compadres en “Un nuevo engaño recorre el mundo: el socialismo del siglo XXI de Chavez” en /accion-proletaria/200603/792/un-nuevo-engano-recorre-el-mundo-el-socialismo-del-siglo-xxi-de-chavez [56], así como “El socialismo chavista: una nueva forma de redistribución de la miseria” en /internacionalismo/200506/42/el-socialismo-chavista-nueva-forma-de-redistribucion-de-la-miseria [57]
[3] “Evo, Chavez y el imperialismo”, artículo especial para https://www.econoticiasbolivia.com/ [55]
[4] Tomado igualmente de https://www.econoticiasbolivia.com/ [55]
[5] En el artículo Propiedad privada y Propiedad Colectiva, aparecido en nuestra Revista Internacional nº 61 aportamos los argumentos históricos y teóricos que avalan esta posición.
[6] Nos dicen que la nacionalización “beneficia al pueblo”. En realidad a quien beneficia es a la Nación que es la finca privada del conjunto de los capitalistas. La situación de la clase obrera y de la gran mayoría del llamado “pueblo” no cambia para nada.
[7] Nota de agencia de 2-6-06 de la mencionada https://www.econoticiasbolivia.com/ [55]
[8] tomado de la editorial de Acción Proletaria nº 189 (/accion-proletaria/200605/930/de-donde-puede-surgir-una-alternativa-al-capitalismo [58] ). Ver también en Revolución Mundial nº 96 la interesante carta de un lector que compara la práctica de otros “alternativos” (los zapatistas) con el movimiento de Francia: https://es.internationalism.org/rm/2006/92_tl [59]
Las nuevas generaciones, universitarios y estudiantes de instituto, están siendo atacadas masivamente por el Gobierno Chirac/Villepin/Sarkozy que quiere imponer por la fuerza y con violencia el Contrato Primer Empleo (CPE) para generalizar de forma brutal la eventualidad en el trabajo. Los estudiantes que han protestado sin violencia en las manifestaciones del 7 y el 14 de Marzo no están luchando solo por ellos mismos. Se están manifestando masivamente para luchar por el futuro de TODA la sociedad, de todas las generaciones, de los obreros desempleados y los obreros con empleos precarios, intentando dar una perspectiva de lucha a los jóvenes de las barriadas más pobres en un intento de ayudarles a superar la desesperación que les empujó, en Noviembre pasado, a desarrollar una violencia ciega y sin perspectiva. ¡ Luchan contra la descomposición del tejido social, contra la competencia de todos contra todos, contra la criminal idea de “cada uno que se busque la vida” ¡.
¡ La única respuesta que han recibido ha sido la represión del Estado policial del Ministro del Interior Sr. Sarkozy ¡. El “orden republicano” que el Estado preserva es en realidad el “desorden” de una sociedad que condena al desempleo, a la precariedad y a la desesperación a un número cada vez mayor de jóvenes que ven cada vez más imposible poder tener una vida en condiciones. ¡ Es, igualmente, el “orden” de la intimidación y del palo ¡ Con la ayuda inestimable de la provocación de las bandas de extrema derecha y la ingenuidad de algunos pequeños grupos de inconscientes pretenden hacernos creer que se puede debilitar al Estado “bombardeando” a los Cuerpos Especiales de Seguridad Republicanos (CRS) con latas vacías o vallas metálicas para así, justificar el incremento de la represión sobre los estudiantes en lucha. Un “orden” que encuentra un aliado, fiel y potente, en la manipulación, el silencio ó la falsificación organizada por los medios de “comunicación”, en especial la televisión. Un “orden” que apoya a los sindicatos que no aceptan denunciar las mentiras y la manipulación de los telediarios, a pesar de sus declaraciones oficiales de “solidaridad” con los jóvenes y que, se niegan a convocar asambleas generales masivas en los centros de trabajo para decir la verdad de lo que está ocurriendo a los trabajadores. ¡ Bloqueando y falseando la información, los sindicatos impiden que los trabajadores puedan aportar inmediatamente su solidaridad activa y de lucha contra los ataques, impiden que los obreros puedan expresar su solidaridad contra la represión de los hijos de la clase obrera !.
¡ Contra las trampas y el
sabotaje de la extensión de la solidaridad a todos los sectores de la clase
obrera, nosotros, trabajadores y militantes de la clase obrera internacional,
llamamos a todos los trabajadores a movilizarse inmediatamente para defender el
futuro de nuestros hijos amenazados por la miseria y, a luchar contra la
barbarie y las mentiras del Gobierno y de todos sus cómplices!.¡
La solidaridad y el coraje que están mostrando los estudiantes en lucha son ejemplares. La libertad de expresión y la cultura de debate que se han visto en las asambleas generales de estudiantes, las decisiones y mociones adoptadas a mano alzada tras intensos debates con el objetivo de profundizar y organizar el movimiento, junto con la elección de delegados responsables ante las asambleas, han sido una demostración de lo que es la verdadera “democracia”, es decir, ¡ tomar a cargo de forma directa y responsable el desarrollo de la lucha ¡. Esto nada tiene que ver con lo que nos ofrece la clase dominante: quedarnos aislados en nuestro rincón para votar con intervalos regulares en una mascarada que nos “permita” elegir a sus “especialistas”, los políticos, para que defiendan en el Parlamento u otras instituciones sus privilegios contra los intereses de todos los explotados. ¡ La movilización y las asambleas de los estudiantes nos muestran el camino de la lucha!. ¡ Si los trabajadores nos quedamos pasivos, nos dejamos intimidar, paralizar o intoxicar por los medios de “comunicación” a las órdenes del Gobierno y todos sus cómplices, estaremos dejando las manos libres a la clase dirigente para golpear aún mucho más fuerte a los hijos de la clase obrera!.
El “orden democrático” impuesto por una minoría que dirige la sociedad, la clase burguesa, es en realidad el desorden social y el desencadenante del caos en un país situado en el corazón de la Europa “civilizada”. Es la amenaza del hundimiento de la moral y la civilización humana que la clase dirigente, y totalmente irresponsable, va camino de sacrificar en el altar de sus miserables privilegios en los que la única “lógica” que impera es la del beneficio capitalista.
Los estudiantes más conscientes y decididos no han ocupado las facultades o institutos para dedicarse a enfrentarse a la policía o a los fascistas. ¡ El señor Robien (director de la Sorbona) miente!. No han sido los estudiantes los que han destruidos sus útiles de trabajo (los libros), ni tampoco han saqueado el “monumento histórico” de la Sorbona ya que saben mejor que nadie que pertenece al patrimonio cultural de la humanidad.
¡ Los estudiantes no son ni vándalos, ni terroristas! ¡ La televisión y todos los medios de comunicación mienten!.
Denunciamos la duplicidad y la falsedad de todos esos profesionales del engaño y la mentira, de los cómplices del Gobierno Chirac/Villepin/Sarkozy. ¡ Son todos ellos los que han tomado como rehén con sus mentira la palabra de los estudiantes!.
Denunciamos la hipocresía de todos aquellos que nos presentan el CPE como una “medida social” para los jóvenes y, en particular, para los de las barriadas más pobres. ¡ Tras la represión y el palo, ahora intentan utilizar la zanahoria para intentar oponer a los jóvenes más desfavorecidos con los universitarios y estudiantes de instituto en lucha!.
Denunciamos los llamamientos para ir “a la caza de los estudiantes” lanzados por políticos y medios de “comunicación” argumentando falazmente que estamos ante una lucha de “vándalos excitados”, o de “irresponsables manipulados por peligrosos extremistas”.
Llamamos a todos los trabajadores, obreros, precarios, parados, jubilados a sumarse inmediatamente al movimiento de protesta general contra este “orden” que nos explota, nos lanza al paro y la miseria crecientes y, reprime cada vez más a los trabajadores, especialmente a los más jóvenes, pero también a sus mayores.
Llamamos a alzar la voz, a participar masivamente y en calma en la manifestación del Sábado 18 de Marzo contra el trabajo precario y el desempleo, contra la represión, contra las limitaciones al derecho de huelga. El derecho de huelga y la libertad de expresión son adquisiciones de la lucha de la clase obrera desde el siglo 19 que debemos defender.
¡ Nosotros, trabajadores y militantes de la corriente de la Izquierda Comunista ( que ha luchado contra las carnicerías de las dos Guerras Mundiales), llamamos a los trabajadores de todos los países a expresar su solidaridad con los hijos de la clase explotada víctimas de la brutalidad del Gobierno francés y de todos sus cómplices!.
¡ No a la falsificación de la verdad!, ¡ No a la liquidación de las adquisiciones de las luchas de la clase obrera!, ¡ No a la represión contra los estudiantes y los hijos de los trabajadores!.
¡ Solidaridad y unidad de todos los asalariados con los universitarios, estudiantes de instituto, parados y trabajadores precarios salvajemente atacados por el Gobierno de Villepin, Chirac y Sarkozy!.
Los trabajadores militantes o simpatizantes de las secciones de la Corriente Comunista Internacional ( Alemania, Bélgica, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Italia, Holanda, México, Suecia, Suiza, Venezuela ) llaman a todos los obreros y asalariados de la “república francesa” a manifestarse unidos, sin violencia pero con determinación, el sábado 18 de Marzo, tras una única consigna: ¡ retirada del CPE, contra la precariedad y los despidos, contra la escalada de la violencia ciega y la represión provocada por Sarkozy y sus amigos!.
Igualmente llamamos a los jóvenes de las barriadas más pobres a confiar en sus camaradas de lucha, universitarios y estudiantes. Los estudiantes más conscientes saben que la “rabia” ciega no lleva a ninguna parte. Los estudiantes no luchan para “vengar” la revueltas en las barriadas, luchan para ofrecer y conseguir una perspectiva de futuro, contra la exclusión del sistema escolar y del mundo del trabajo.
Corriente Comunista Internacional ( 16 Marzo 2006 )
Nuestra camarada Clara murió en el hospital Tenon, de Paris, el sábado 15 de Abril de 2.006, a los 88 años de edad.
Clara nació el 8 de Octubre de 1.917 en Paris. Su madre Rebecca era originaria de Rusia. Se vio obligada a ir a Francia puesto que en su ciudad de origen, Simféropol, en Crimen, no podía desarrollar sus estudios de medicina por ser de origen judío. Viviendo en Paris, pudo convertirse finalmente en enfermera. Desde muy joven, Rebecca fue militante del movimiento obrero y a temprana edad participó en la fundación de la sección del Partido Social-demócrata de Simféropol. El padre de Clara, Paul Geoffroy, era un obrero cualificado especializado en la confección de cofres para joyas. Antes de la Primera Guerra Mundial, fue miembro de la CGT (Confederación General del Trabajo) en el entorno anarco-sindicalista, y posteriormente se acercó al Partido Comunista tras la revolución de 1.917.
Por tanto, desde su más tierna infancia Clara se educó en la tradición del movimiento obrero. A los quince años se afilio a las Juventudes Comunistas (JJCC). En 1.934, realizo un viaje a Moscú para visitar a la hermana de su madre, esta había muerto cuando Clara tenía solo doce años. Lo que vio en Rusia, entre otras cosas el hecho de que los mejores alojamientos estuvieran reservados a una minoría de privilegiados y no a los trabajadores, le creo muchos interrogantes sobre la “patria del socialismo” y, a su regreso a Francia, rompió con las Juventudes Comunistas. En esta época, ya mantenía numerosas discusiones con nuestro camaradas Marc Chirik ( al que había conocido con sólo 9 años puesto que era el compañero sentimental de la mejor amiga de su madre ) a pesar de la oposición de su padre que, fiel a las orientaciones del Partido “Comunista”, no era nada partidario de que su hija frecuentara los ambientes “trotskystas”.
En 1.938, nada más cumplir la mayoría de edad, decidió convertirse oficialmente en la compañera sentimental de Marc.
En aquella época Marc era miembro de la Fracción de la Izquierda Comunista Italiana (FI) y Clara era simpatizante de dicho grupo. Durante la guerra Marc fue mivilizado por el ejército francés (aunque no era de nacionalidad francesa y contaba únicamente con una orden de no expulsión renovable cada dos semana como único documento de identidad “nacional”). Se encontraba, en esas circunstancias, en la ciudad de Angoulême, en el momento de la debacle del ejército francés. Junto a un camarada de la Fracción Italiana en Bélgica (que huía de la persecución de las tropas alemanas puesto que era judío), Clara salió de Paris en bicicleta para intentar encontrar a Marc en Angoulême. Cuando llegó, Marc (junto a otros soldados) había sido hecho prisionero por el ejército alemán que, afortunadamente, no sabía aún que era de origen judío. Clara consiguió, llevándole ropas de civil, que Marc junto a otro compañero judío pudieran evadirse del cuartel en el que se encontraban prisioneros. Marc y Clara consiguieron llegar a zona liberada y llegaron a Marsella en bicicleta en Septiembre de 1.940. En esta ciudad Marc impulso la reorganización de la Fracción Italiana que se había dislocado al comienzo de la guerra.
Sin ser formalmente miembro de la organización, Clara participó en el trabajo y las discusiones que permitieron el desarrollo de la Fracción Italiana reconstituida: a pesar de los peligros enormes que implicaba la ocupación del ejército alemán, consiguió transportar, de una ciudad a otra, documentos políticos a dirigidos a los diferentes camaradas de la Fracción Italiana. Durante este período, Clara participo igualmente en las actividades de la OSE (Organización de Ayuda a los Niños) que se encargaba básicamente de ocultar a niños judíos de la busca y captura de la GESTAPO.
Justamente fue en el momento de la “liberación” cuando Marc y Clara estuvieron más expuestos que nunca a la muerte porque, los “resistentes” estalinistas del Partido Comunista Fránces (PCF) los detuvieron en Marsella: los acusaron de ser traidores, unos cómplices de los “boches” (alemanes), porque encontraron tras un registro en su casa documentos escritos en alemán. En realidad, estos cuadernos eran los intrumentos de trabajo de Marc y Clara para el curso de alemán que recibieron de Voline (un anarquista ruso que había participado en la revolución de Octubre de 1.917). Voline a pesar de las condiciones terribles de miseria en las que estuvo condenado a vivir no quería recibir, sin más, ningún tipo de ayuda material. Marc y Clara le pidieron que les diera un curso de alemán para que, a partir de entonces, aceptar compartir con ellos las comidas. En este mismo registro, los estalinistas encontraron propaganda internacionalista redactada en francés y alemán dirigida a los soldados de los bandos en combate.
Gracias a un oficial gaullista que era el responsable de la prisión en la que los encarcelaron ( cuya mujer trabajo con Clara en la OSE), Clara y Marc pudieron escapar de las represalias que les había preparado el PCF. Este oficial consiguió, de entrada, que asesinaran a Marc y Clara (los estalinistas le habían dicho textualmente a Marc: “…Stalin no te ha conseguido tener, pero nosotros nos haremos con tu piel…”). El oficial, sorprendido por el hecho de que fueran acusados de “colaboradores”, quería “comprender” la posición política de Marc y Clara ya que no entendía porque hacían propaganda a favor de la fraternización de los soldados de ambos bandos. Rápidamente se dio cuenta de que sus posiciones nada tenían que ver con ningún tipo de “traición” a favor del régimen nazi. Por ello, personalmente les ayudo (con su vehículo particular) a abandonar la prisión y les recomendó que abandonaran Marsella antes de que los estalinistas les volvieran a encontrar.
Marc y Clara tomaron rumbo a Paris, ciudad en la que encontraros a otros camradas (y simpatizantes) de la Fracción Italiana y de la Fracción Francesa de la Izquierda Comunista. Clara siguió apoyando el trabajo de la Fracción de la Izquierda Comunista de Francia hasta 1.952, convertida entonces en la Izquierda Comunista de Francia (GCF).
En 1.952, ante la amenaza de una nueva Guerra Mundial, la Izquierda Comunista de Francia tomó la decisión de que algunos de sus militantes abandonaran Europa con el fin de preservar la continuidad de la organización en el caso de que el continente se viera de nuevo envuelto en una guerra. Marc partió hacia Venezuela en 1.952. Clara lo reencontró en Enero de 1.953, una vez hubo encontrado un trabajo estable en aquel país.
En Venezuela, Clara retomó su trabajo de profesora. En 1.955, con una colega, fundó en Caracas una escuela francesa, el colegio Jean-Jaques Rousseau, que comenzó con 12 alumnos, especialmente niñas que no podían asistir a las clases de otros colegios franceses dirigidos por curas. El Colegio, del cual Clara era la directora (y Marc, el intendente, jardinero y chofer escolar) acabó teniendo a más de un centenar de alumnos. Algunos de ellos, vista la eficacia de las grandes capacidades pedagógicas y humanas de Clara, han estado en contacto con ella prácticamente hasta el fin de sus días. Una de sus antiguas alumnas, residente en Estados Unidos, se desplazo en 2.004 a Francia para visitarla.
Tras la partida de Marc y otros camaradas la Izquierda Comunista Francesa se dislocó. Sólo a partir de 1.964, Marc pudo constituir un pequeño núcleo de elementos muy jóvenes con los que comenzó a editar la revista “Internacionalismo” en Venezuela. A lo largo de este período, Clara no estuvo implicada directamente en las actividades políticas de Internacionalismo pero su colegio facilitaba los medios materiales para que las reuniones y las actividades del grupo pudieran desarrollarse.
En 1.968, Marc volvió a Francia para participar en los movimientos sociales e intentar recuperar contactos con antiguos compañeros de la Izquierda Comunista. Durante su estancia en Francia, la policía de Venezuela organizó un registró en el colegio de Clara y descubrió material político clandestino. El colegio fue cerrado y derruido. Clara fue obligada a abandonar Venezuela precipitadamente y encontrar a Marc en Francia. Desde entonces se instalaron de nuevo en Paris.
A partir de 1.968, Marc participó activamente en el trabajo del grupo Revolution Internationale (RI) que se había constituido en Toulouse. A partir de 1.971, Clara se integro activamente a las actividades de RI que más tarde se convirtió en la sección de la CCI en Francia. Desde entonces ha sido una fiel militante de nuestra organización, participando en el conjunto de las actividades de la organización. Tras la muerte de Marc, en Diciembre de 1.990, ella continuo con su actividad militante en la CCI estando siempre muy ligada a su trabajo y actividades. Incluso, si es cierto que estuvo muy afectada personalmente por la marcha de antiguos camaradas que participaron tanto en la fundación de RI como de Internacionalismo, en ningún momento, puso en causa su pertenencia y militancia en la CCI.
Hasta sus últimos momentos, a pesar de sus problemas de salud y de su avanzada edad, siempre ha querido seguir siendo parte activa de la CCI. En particular, ella nunca ha dejado de aportar todos los meses su cotización militante y ha intentado seguir el desarrollo de las discusiones, incluso si bien es cierto que no podía asistir a todas las reuniones. Incluso cuando tenía graves problemas de visión, jamás dejó de leer en la medida de lo posible la prensa y los documentos internos de la CCI (nuestra organización editaba documentos escritos con gruesos caracteres para que pudiera leerlos). De igual modo, cuando un camarada la visitaba, le pedía que la pusiera al corriente del trabajo que se estaba desarrollando en tal o cual parte de la organización.
Clara era uno de los camaradas de la CCI en los que más desarrollados y fuertes eran los sentimientos de fraternidad y solidaridad. Todos los camaradas que la conocimos fuimos siempre acogidos de forma extraordinariamente calurosa. En el mismo sentido, siempre mantuvo unas relaciones muy afectuosas y cordiales con sus antiguos camaradas de la Izquierda Comunista, aportándoles su solidaridad ante pruebas como la enfermedad (como lo fue en el caso de Serge Bricianer, antiguo miembro de la GCF, o Jean Malaquais, simpatizante de la misma organización, al que fue a visitar a Ginebra en 1998 poco antes de su muerte). Tras la muerte de Marc, ella siguió transmitiendo a las nuevas generaciones de militantes, esta tradición de fraternidad y de solidaridad que caracterizan al movimiento obrero del pasado. Con mucha alegría vivió la solidaridad de la clase portadora del comunismo que de forma magistral ha hecho resurgir el movimiento de los estudiantes en Francia en la primavera de 2.006. Un movimiento que Clara saludo con entusiasmo antes de dejarnos.
A pesar de su debilitamiento físico y de las enormes dificultades que ha tenido que afrontar a causa de la enfermedad, con un valor remarcable, Clara nos ha dejado al mismo tiempo en el que una nueva generación comienza a luchar para abrir las puertas del futuro.
Clara ha sido un ejemplo de mujer que, durante toda su vida, ha combatido en el seno de la clase obrera haciendo prueba de un valor fuera de lo común ( especialmente al haber arriesgado su vida en los años de la contra-revolución en numerosas ocasiones ). Una mujer que ha sido profundamente fiel a los objetivos y las ideas de su combate revolucionario.
Desde el momento en el que los militantes y secciones de la CCI ha conocido su fallecimiento, se han enviado al órgano central de la CCI gran número de testimonios de respeto y cariño saludando su calor humano, su dedicación a la lucha revolucionaria y subrayando el enorme coraje y entrega de los que ha hecho gala a lo largo de toda su vida.
Clara ha sido inhumada el sábado 22 de Abril en el cementerio parisino de Ivry (en el mismo lugar fue enterrado el marido de Clara Zetkin, Ossip, el 31 de Enero de 1.889). Tras las exequias, la CCI organizó una reunión de homenaje a su memoria en la que participaron numerosas delegaciones internacionales de la CCI, numerosos simpatizantes que conocieron a Clara personalmente, y como no, miembros de su familia.
A su hijo Marc, a sus nietos Miriam y Yann-Daniel, enviamos nuestra solidaridad y afecto.
Publicamos a continuación, un largo extracto de la carta que la CCI ha dirigido a el hijo y la familia de nuestra camarada Clara.
CCI ( 25 de Abril de 2006)
La CCI
Al camarada Marc
Estimado camarada Marc,
Con estas líneas que siguen, queremos ante todo manifestarte nuestra solidaridad y nuestro apoyo tras la desaparición de tu madre, nuestra camarada. Igualmente queremos hacerte llegar la profunda emoción que siente el conjunto de camaradas de nuestra organización.
La mayor parte de nosotros hemos conocido personalmente a Clara, en principio como compañera de Marc, tu padre, que jugó un papel especialmente importante en el combate de la clase obrera, en particular en los peores momentos que ella atravesó, y también como principal artífice de la construcción de la CCI. En si mismo, esto ya es un motivo de profundo afecto y respeto hacia Clara: “la compañera de Marc , no puede ser más que una persona de bien”. El coraje y la dignidad que mostró en el momento de la desaparición de tu padre, a pesar del amor inmenso que le profesaba, ya nos confirno su gran fuerza de carácter, una cualidad que ya conocíamos y que no hemos dejado de ver y sentir hasta el fin de sus días. Es, entre otras cosas por esto, por lo que para los militantes de la CCI, Clara no era únicamente la compañera de Marc, lejos de ello, era un valor en si misma para todos nosotros. Ha sido una camarada fiel hasta el fin a sus convicciones, que ha continuado desarrollando participando en todos nuestros combates, y que ha tenido, a pesar de la edad y la enfermedad, una voluntad de seguir trabajando en la medida de sus posibilidades en el seno de la organización. Todos los camaradas nos hemos sentido impresionados por su voluntad de vivir y por la total lucidez que ha conservado hasta sus últimos instantes. Es por ello que nuestra admiración y respeto se han ido reforzando a lo largo de todos los años que hemos compartido con ella.
Poco antes de su muerte, tu padre nos hizo participes de la satisfacción que le aportaba la desaparición del estalinismo, ese enemigo atroz de la revolución y de la clase obrera . Al mismo tiempo, no nos ha ocultado la inquietud que le provocaba las consecuencias que este acontecimiento podría tener sobre la conciencia de la clase obrera y también sobre sus luchas. Clara, por haber conservado intactas sus convicciones revolucionarias, ha visto con alegría, en los últimos días de su vida, el desarrollo de los primeros combates de una nueva generación obrera. Esto es para nosotros, a pesar de nuestra pena, un motivo de enorme satisfacción.
Con Clara, desaparece una de las últimas personas que ha sido actor y testigo de unos años terribles en los que los revolucionarios se encontraron siendo una pequeña minoría para continuar defendiendo los principios internacionalistas del proletariado, un combate desarrollado por los militantes de la Izquierda Italiana, de la Izquierda Holandesa y de la Izquierda Comunista de Francia, combates sin los cuales la CCI no podría existir hoy día. Clara nos ha hablado en ocasiones de esos camaradas y hemos sentido en sus palabras toda la estima y el afecto que ella les tenía. En ese sentido, tras la desaparición de tu padre, Clara ha continuado siendo para nosotros un lazo vivo y firme con esta generación de comunistas que nosotros reivindicamos con gran orgullo. Es este vinculo histórico, que más allá de la persona de nuestra camarada Clara, perdemos hoy en día (…) Una vez más, querido camarada Marc, queremos manifestarte nuestra solidaridad y te pedimos que transmitas esta solidaridad a tus hijos y a los otros miembros de la familia.
CCI (17 de Abril de 2.006)
Queremos manifestar nuestro saludo y solidaridad con la lucha que están llevando los trabajadores del metal de Vigo iniciada el pasado día 3 de mayo. Los “medios de comunicación” y las Web de sindicatos y grupos políticos que se dicen “radicales” han guardado un silencio prácticamente total sobre esta huelga. Es importante que discutamos de sus experiencias, saquemos lecciones con espíritu crítico y las pongamos en práctica pues todos los trabajadores estamos afectados por los mismos problemas: precariedad, condiciones de trabajo cada vez más insoportables, precios por las nubes, despidos, anuncio de nuevos recortes en las pensiones, ataque a los funcionarios…
Una lucha contra la Reforma Laboral
En el mismo momento en que el trío infernal Gobierno – Patronal – Sindicatos firmaba la nueva Reforma Laboral que con la excusa de “luchar contra la precariedad” la extiende todavía más haciendo más barato el despido y proponiendo una eventualidad a fecha fija (2 años) ha estallado esta huelga masiva cuya principal motivación es luchar precisamente contra la precariedad, que en dicho sector alcanza hasta un 70%.
La lucha contra la nueva Reforma Laboral no pasa por las convocatorias y actos de protesta que han organizado numerosos sindicatos “radicales”, la lucha verdaderamente eficaz contra la precariedad es la lucha directa de los obreros, las huelgas que nacen de su decisión colectiva, son esas huelgas las que hay que apoyar y extender y es así como se puede reunir las fuerzas necesarias para plantar cara a los ataques constantes del Capital.
La fuerza de las Asambleas
La huelga del metal vigués ha sido muy masiva y se ha dado como forma de organización la Asamblea Pública en plena calle que por decisión de los trabajadores estaba abierta a todo aquel que quisiera dar su opinión, expresar su apoyo o plantear sus problemas o quejas. Más de 10.000 trabajadores se han reunido diariamente para organizar la lucha, decidir acciones a tomar, ver a qué empresas dirigirse para pedir la solidaridad de los trabajadores, escuchar qué se dice de la huelga en la radio, en los comentarios de la gente etc.
Es significativo que los obreros de Vigo hayan desarrollado el mismo método que los estudiantes de Francia en su reciente movimiento. Allí también las Asambleas eran abiertas a trabajadores en activo, a jubilados, a padres de alumnos. Allí también las Asambleas han sido el pulmón del movimiento. Es también significativo que ahora en 2006 los obreros de Vigo recuperen la práctica de la gran huelga de 1972 adonde se celebraban diariamente Asambleas Generales de Ciudad. La clase obrera es una clase internacional e histórica y en ello reside su fuerza.
La fuerza de la solidaridad
Desde el principio, los obreros se han planteado ganar la solidaridad de los demás trabajadores, principalmente de las grandes empresas metalúrgicas que tienen convenio especial y que, por tanto, “no estarían afectadas”. Han enviado delegaciones masivas a los astilleros, a Citroen y a las otras empresas grandes. En astilleros de forma unánime los obreros se han puesto en huelga solidaria desde el 4 de mayo. Para el cálculo frío y egoísta que inculca la ideología burguesa según la cual cada uno debe interesarse “por lo suyo”, esta acción es una “locura”, pero desde el punto de vista de la clase obrera es la mejor respuesta cara al presente y como preparación del futuro. Cara al presente pues cada sector obrero solo será fuerte si cuenta con la lucha común del conjunto de la clase. En vistas al futuro, pues la sociedad que aspira a instaurar el proletariado y permitirá a la humanidad salir del atolladero del capitalismo se basa en la solidaridad, en la comunidad humana mundial.
El día 5, unos 15.000 obreros del metal rodearon la factoría Citroen para intentar convencer a los compañeros para sumarse a la huelga. Sin embargo, había división entre ellos, unos eran partidarios de unirse a la huelga, otros querían trabajar. Al final, entraron todos a trabajar unidos. Sin embargo, parece que la semilla plantada por la delegación masiva el día 5 ha empezado a germinar: el martes 9, se han producido paros en Citroen y otras empresas grandes.
Solidaridad y extensión de la lucha han sido también los puntos de fuerza del movimiento de los estudiantes en Francia. De hecho, cuando a principios de abril empezaron a darse huelgas espontáneas en empresas grandes (Snecma, Citroen) en solidaridad con los estudiantes, el gobierno francés retiró el CPE. Pero la solidaridad y la extensión de la lucha fueron lo dominante en la huelga general de todo Vigo en 1972 que hizo retroceder la mano asesina de la dictadura franquista. También aquí vemos la fuerza internacional e histórica de la clase obrera.
La represión arma política de la burguesía
El 8 de mayo cuando unos 10.000 obreros se dirigen tras la Asamblea Pública a la estación de ferrocarril con objeto de informar a los viajeros, la policía les ataca por todos los lados con una violencia inaudita. Las cargas son brutales, los obreros se ven dispersados en pequeños grupos que son acorralados por fuerzas policiales que les atacan sin piedad. Hay numerosos heridos y 13 detenidos.
Esta represión dice mucho de lo que es la llamada “democracia” y sus bellas palabras sobre la “negociación”, la “libertad de manifestación”, la “representación de todos”. Cuando los obreros luchan en su terreno de clase, el capital no duda ni un instante en desencadenar la represión. Y ahí se ve el plumero a ese cínico campeón del “diálogo”, el Señor Zapatero. ¡Y tiene maestros! Su predecesor “socialista”, el Señor González, es responsable de la muerte de un obrero en la lucha del naval de Gijón (1984) y de un obrero en Reinosa en la lucha de 1987. Y otro ilustre, el republicano Azaña, muy citado por Aznar, fue quien dio instrucciones directas de “disparar a la barriga”en la masacre de jornaleros en Casas Viejas en 1933.
Pero la ratonera represiva de la estación de ferrocarril persigue una finalidad política: se trata de encerrar a los obreros en una pelea agotadora con las fuerzas represivas, empujarles a reemplazar las acciones masivas (manifestaciones, asambleas generales) por la dispersión en enfrentamientos con la fuerza pública. Se busca entramparles en batallas campales en inferioridad de condiciones que tienen el efecto de hacerles perder la simpatía de los demás trabajadores.
Es una política que siguió el gobierno francés con el movimiento de estudiantes: «La profundidad del movimiento de los estudiantes se expresa también en su capacidad para no caer en la trampa de la violencia que la burguesía le ha tendido en varias ocasiones, incluido el uso de “reventadores”: ocupación policíaca de la Sorbona, ratonera al final de la manifestación del 16 de marzo, cargas policiales al final de la del 18 de marzo, violencias de los “reventadores” contra los manifestantes del 23 de marzo. Aunque una pequeña minoría de estudiantes, sobre todo los influidos por ideologías anarquizantes, se dejaron llevar a enfrentamientos con la policía, la gran mayoría lo hizo todo por evitar que se pudriera el movimiento en enfrentamientos repetitivos con las fuerzas represivas » (Tesis sobre el movimiento de estudiantes en Francia, ver: ccionline/2006_tesis [41] )
Los trabajadores se han movilizado masivamente por la libertad de los detenidos con más de 10.000 de ellos concentrados el 9 de mayo para exigir su liberación cosa que ha sido finalmente conseguida.
Es significativo que los medios de “comunicación” de circulación nacional (El País, El Mundo, TVE etc.) que habían guardado un escrupuloso silencio sobre la lucha y que, sobre todo, no han dicho absolutamente nada sobre las Asambleas, las manifestaciones masivas y la solidaridad, ahora den todo el bombo posible a los choques violentos del día 8. El mensaje que nos quieren hacer colar es muy claro: “sí quieres hacerte notar y que te hagan caso monta choques violentos”. Es el capital el primer interesado en que los obreros se encierren y agoten en una dinámica de enfrentamientos estériles.
Las dilaciones y maniobras de los sindicatos
Hace mucho tiempo que los sindicatos dejaron de ser un arma de los trabajadores para convertirse en un escudo protector del Capital como se ve con su participación en las “Reformas Laborales” de 1988, 1992, 1994, 1997 y 2006 que tanta precariedad y tantos contratos basura nos han acarreado. Los 3 sindicatos (CCOO, UGT y CIG) han acompañado la huelga para no perder el control e intentar carcomerla desde dentro. Así, han tratado de oponerse al envío de delegaciones masivas a las otras empresas y aunque no lo han podido impedir han “ofrecido” a cambio llamar una huelga general del metal el 11 de mayo. Pero los obreros no han esperado y, sobre todo, no han aceptado el método sindicalista de parar un día D siguiendo las órdenes sindicales. Han desarrollado el método genuinamente obrero: el envío de delegaciones masivas, el contacto directo con los demás obreros, la acción colectiva y masiva.
Sin embargo, el 10 de mayo, tras 20 horas de negociaciones, han alcanzado un preacuerdo que, aunque no está claro, supone una puñalada trapera a los trabajadores, pues a cambio de algunos caramelos las reivindicaciones esenciales han sido escamoteadas. Un sector amplio de trabajadores ha manifestado su indignación y la votación ha sido postergada para mañana 11 de mayo.
De esta maniobra vendeobreros hay que sacar una clara lección: NO SE PUEDE DEJAR LAS NEGOCIACIONES EN MANOS DE LOS SINDICATOS. LAS NEGOCIACIONES DEBEN SER TOTALMENTE ASUMIDAS POR LA ASAMBLEA. Esta debe nombrar la comisión negociadora y hacer que todos los días rinda cuentas ante ella. Es lo que se hacía en las huelgas de los años 70 y que debemos recuperar para que no nos vendan.
Perspectivas
No sabemos cómo va a seguir la lucha. Pero cualquiera que sea su desenlace nos aporta experiencias vitales. El Capital en crisis no nos da tregua. Llevamos más de 20 años en todos los países con una caída en picado de las condiciones de vida obrera y los ataques van a ser cada vez peores. Por eso necesitamos luchar, necesitamos afirmar la fuerza de la clase obrera y en ello luchas como las de Vigo nos dan una lección fundamental: los métodos sindicales de “lucha” nos tienen hartos y hastiados pues comprobamos que nos llevan a la desmoralización y la impotencia. Los métodos de lucha proletarios que vemos en Vigo y que antes a mayor escala y más profundamente hemos visto en el movimiento de los estudiantes en Francia, nos dan la fuerza y la unidad que necesitamos. Con ellos dejamos de ser un número en manos de los dirigentes sindicales y nos convertimos en una masa que piensa, decide y lucha de forma unida y solidaria.
Corriente Comunista Internacional 10-5-06
A principios de Julio celebramos en Londres una Reunión Pública para discutir a propósito de la guerra que, hace 70 años, tuvo lugar en España. Hicimos una breve presentación para plantear la posición de la CCI: En la España de los años 30 estaban presentes tanto un proletariado con un nivel de combatividad muy alto, como una economía tan tremendamente atrasada que algunos vieron en caída de la monarquía y el advenimiento de la república una especie de revolución burguesa tardía. La República española muy pronto se significaría por su brutal represión de las luchas obreras como pudo verse en Asturias en 1934. Contra el golpe de Franco, en julio de 1936, la clase obrera respondió en su verdadero terreno de clase, pero lo hacía en unas condiciones sumamente difíciles, pues en ese momento histórico, como mostró Bilan (la publicación de la Izquierda Comunista italiana), la oleada revolucionaria del proletariado mundial que se inició en Octubre de 1917, había sido ya derrotada. En Julio del 36, los obreros no resultaron directamente derrotados, pero sí fueron desviados de su terreno de clase hacia el matadero de la lucha en los frentes militares entre el ejército franquista y el del gobierno del Frente Popular. La organización anarquista, CNT, se integró en el Estado, participando, a todos los niveles, en el gobierno del Frente Popular, igualmente apoyado por grupos izquierdistas como el POUM. Gran parte de las discusiones de esta Reunión Pública respondieron a cuestiones suscitadas por J., uno de los participantes en un Foro de Debates en Internet que se llama “libcom”. Sobre el papel de la CNT, J. señaló que le parecía injusto que se presentara a la CNT como paladines de la República, cuando nunca llamaron expresamente a los trabajadores a que la votaran. Sin embargo, lo que hizo CNT-FAI fue mucho más que renunciar a su tradicional llamamiento a la abstención en las elecciones, tal y como el propio García Oliver explicó inequívocamente: «Naturalmente, la clase obrera de España , que desde hacía muchos años había sido aconsejada por la CNT a que no votase, interpretó nuestra propaganda en el mismo sentido que deseábamos, eso es, que debía votar, pues que siempre resultaría mejor hacer frente a las derechas fascistas si ellas se sublevaban después de ser derrotadas y fuera del Gobierno» (citado en el libro de Agustín Guillamón: La Agrupación de los Amigos de Durruti, 1937-39). Se trata de algo muy parecido a lo que hacen hoy los izquierdistas, que alegan que ellos no apoyan al Partido Laborista en las elecciones, pero llaman a los trabajadores a impedir el triunfo de los conservadores, o a votar a los laboristas pero “sin ilusiones”. J: señaló también que dentro de la CNT se levantaron numerosas críticas contra su participación en los ministerios gubernamentales, y no sólo por parte de la Agrupación de los Amigos de Durruti, sino también, por ejemplo, por parte de su organización juvenil. Lo cierto es, sin embargo, que la participación de la CNT no consistió únicamente en la entrada de algunos de sus líderes en el gobierno, sino que el conjunto de la organización se implicó en los diferentes niveles del Estado. Con ello se completaba el proceso de traición de una organización obrera que se pasaba al campo de la burguesía, por lo que es natural que surgiera en su seno una reacción proletaria contra esa traición. Una vez que una organización ha traicionado se pierde definitivamente para la clase obrera. La CNT no puede recuperarse para el proletariado, como tampoco puede hacerse con el Partido Laborista, la socialdemocracia o los partidos estalinistas. No es lo mismo cuando hablamos de individuos. Los Amigos de Durruti eran todos ellos miembros de la CNT (la pertenencia a ésta, era una de las condiciones para formar parte del grupo), pero ellos no traicionaron a la revolución: «La CNT y la burguesía en general, intenta presentar este grupo como ejemplo de que, aún en los peores momentos de 1936-37, en la CNT ardía una llama revolucionaria. Sin embargo esa interpretación es completamente falsa. Lo que animaba la decantación revolucionaria de los Amigos de Durruti era precisamente su combate contra las posiciones de la CNT, apoyándose en la fuerza del proletariado, del que formaban parte y estaban en primera línea» (Revista Internacional nº 102: “Los Amigos de Durruti: Lecciones de una ruptura incompleta con el anarquismo”). Expresaron pues una sana reacción proletaria contra la integración de la CNT en el Estado burgués. Su militancia en dicha organización no les impidió denunciar con total precisión la “traición” de la CNT, como así hicieron en el Manifiesto que distribuyeron en las barricadas de Barcelona durante las jornadas de Mayo de 1937, aunque acabaran retirándose de éstas. La Agrupación de Los Amigos de Durruti representó una expresión política del movimiento de clase del 19 de Julio de 1936 cuando los obreros en lucha salieron a la calle masivamente, y del movimiento del 37 en Barcelona. A pesar de su procedencia anarquista, estos movimientos de la clase obrera les empujaron a converger con las posiciones de los Bolchevique-Leninistas, aglutinados en torno a Munis, y a comprender que una revolución es un acto autoritario, «reemplazando la teoría del comunismo libertario por la de la “Junta Revolucionaria” (el soviet), como verdadera encarnación del poder del proletariado» (Munis, citado por A. Guillamón). Todo esto les valió ser acusados de marxistas. Pero la fuerza del movimiento fue insuficiente para llevarles a una ruptura completa con el anarquismo, por lo que se mantuvieron en la confusión y, cuando el impulso de las luchas obreras se extinguió, recayeron en el anarquismo. Para J., el problema del anarco-sindicalismo reside en que se trata de un intento de organización de masas proletarias, no necesariamente revolucionaria, pero que al mismo tiempo pretende ser una organización revolucionaria que aspira a derrocar el capitalismo. Eso representaría un problema si no se eligiese un liderazgo revolucionario. Es cierto, como señaló la CCI, que la militancia de base de la CNT resultaba mucho más radical que sus líderes que se integraron en el Estado burgués, y que «entendimos [entendieron] que debía seguir Companys al frente de la Generalitat» (García Oliver, citado por A. Guillamón). La verdad es que en la actual época histórica, la clase obrera no puede mantener organizaciones de masas fuera de momentos revolucionarios o de importantes movimientos de masas. En momentos de retroceso o de derrota, como los de los años 1930, las organizaciones proletarias son, necesariamente, muy reducidas, como fue el caso de los Amigos de Durruti y los Bolchevique-Leninistas. En 1936, camino a la guerra; en 2006 a la lucha de clases. Para la CCI los acontecimientos de España en el 36 representan un paso muy importante en la preparación de la Segunda Guerra Mundial, pues prefiguran tanto la ideología como los campos imperialistas (los Aliados y el Eje) que más tarde se confrontarían en ella. Para J., en cambio, tanto Francia como Gran Bretaña se mantuvieron en una posición no-intervencionista, por lo que a pesar del respaldo de Alemania e Italia a Franco, y de Rusia a la República, no se puede hablar de los mismos alineamientos. En cuanto a Estados Unidos no empezaría a implicarse hasta mucho más tarde. Esto no impediría a las distintas potencias utilizar la guerra en España para consolidar sus alianzas imperialistas, e igualmente aprovecharla como banco de pruebas del armamento que, pocos años más tarde, causaría las masacres y destrucción de la guerra mundial. Lo cierto es que el antifascismo fue una de las ideologías empleadas para la movilización de la clase obrera hacia la guerra, tanto en España 1936, como en la Segunda Guerra Mundial. La clase dominante necesitaba aplastar a los sectores aún no derrotados del proletariado mundial, antes de lanzarse a una nueva carnicería imperialista, pues tenía muy presentes las lecciones de la Primera Guerra Mundial, cuando las revoluciones en Rusia, Alemania y Hungría, y una masiva oleada de luchas que sacudieron todos los continentes, puso fin a la matanza. A mediados de los años 30, sin embargo, dicha oleada revolucionaria había sido ya derrotada, como evidencian especialmente el aplastamiento del proletariado alemán primero por la socialdemocracia y luego por el Nazismo, y el del proletariado ruso por el Estalinismo. Es verdad que en ese momento aún surgían luchas obreras muy combativas (hasta el extremo que Trotsky vio en las huelgas en Francia el potencial para el desarrollo de una nueva lucha revolucionaria), pero la verdad es que los trabajadores fueron desviados hacia el apoyo al Frente Popular, a marchar en las manifestaciones ondeando la bandera tricolor, y acabar aceptando el sacrificio de sus condiciones de vida que exigía el desarrollo de la economía de guerra. En cuanto a los Estados Unidos, es cierto que hubo una serie de luchas muy masivas, pero fueron desviadas hacia la sindicalización, fortaleciendo con ello los instrumentos que jugarían un papel determinante en la movilización de los trabajadores para la carnicería imperialista. Los trabajadores españoles no estaban aún derrotados en 1936 y por ello pudieron reaccionar en su terreno de clase el 19 de Julio. Pero fueron desviados a la lucha en los frentes militares, como carne de cañón en apoyo del en apoyo al Estado democrático burgués. Su derrota fue tanto ideológica – haciéndoles creer que la defensa del Estado capitalista correspondía a sus intereses de clase – como física – masacrados y víctimas de la represión por ambos bandos y particularmente por los estalinistas -. El empleo de la ideología antifascista como banderín de enganche del estado democrático para la guerra imperialista se generalizó más allá de la Península Ibérica con los llamamientos a los trabajadores para que se sumaran a las Brigadas Internacionales o a que hicieran colectas en apoyo de la República, en lugar de luchar en su propio terreno de clase por sus propias reivindicaciones, allí donde sus intereses entraran en conflicto con los de la burguesía,…, cuando esta vía es la única que representa una verdadera solidaridad. Los asistentes que procedían del mencionado foro “libcom” tuvieron que abandonar la reunión antes de que esta finalizara. Su presencia ha supuesto, pensamos, un importante primer paso en la superación de una resistencia muy extendida en el medio “libertario” a discutir abiertamente con organizaciones de la izquierda comunista, y por ello esperamos que esta asistencia se repita en próximas Reuniones Públicas. El curso de ésta de la que estamos informando siguió abordando otros temas, sobre todo el de la propia importancia del sujeto que estábamos tratando, puesto que se trata de una experiencia muy importante de la clase obrera, cuyas lecciones siguen teniendo plena vigencia. El anarquismo y el anarco-sindicalismo han ganado en influencia sobre todo tras la campaña burguesa sobre «el fin del comunismo», a raíz del hundimiento del bloque imperialista “socialista” y de la propia Rusia. Hay, por tanto un creciente interés por la CNT y por la IWW. La historia de España y especialmente la “guerra civil” española muestran que el anarquismo ha tenido una importante influencia en la clase obrera y en acontecimientos históricos. El antifascismo que jugó un papel esencial para movilizar y encuadrar a los trabajadores para la guerra en España, sigue siendo hoy un arma ideológica muy importante contra la clase obrera. Lo vemos por ejemplo en las campañas que nos llaman a votar - a quien sea -, para evitar que triunfen Le Pen en Francia o el BNP en Gran Bretaña. La cuestión de cómo solidarizarnos con los obreros de otros países, no mediante colectas en apoyo de la “resistencia” irakí o yéndose de voluntario a los “campamentos humanitarios” de Palestina, sino a través de la lucha de clase contra nuestros propios explotadores, en defensa de nuestros intereses contra los del capital, sigue siendo tan vital hoy como en la época de las Brigadas Internacionales. Y finalmente, la fuerza de la clase obrera que impulsó a los Amigos de Durruti a cuestionarse las teorías anarquistas y a desarrollar la idea de “Juntas Revolucionarias” (Soviets), sigue estando muy presente hoy. Puede comprobarse en los esfuerzos de pequeñas minorías del proletariado que tratan de llevar a cabo una clarificación como vemos en Foros de Internet, en círculos de discusión, en grupos como el EKS de Turquía (ver WR nº 295). Pero a diferencia de lo que sucedía en los años 1930, hoy el proletariado internacional no está derrotado y vemos, en cambio, la incorporación a la lucha de una nueva generación obrera. Todo ello plantea unas condiciones mucho más favorables para que ese esfuerzo de frutos.
Lex 17/7/2006.
En el mes de noviembre y en varios días y locales se han celebrado en Valencia unas Jornadas Anti-Capitalistas convocadas por medios anarquistas.
Las jornadas se planteaban como una herramienta para recuperar la memoria histórica de la lucha contra el capitalismo principalmente centrada en las “luchas anti-capitalistas de los años 70”. Las charlas versaban sobre la actividad del MIL (Movimiento Ibérico de Liberación, el grupo al que perteneció Salvador Puig Antich), el GARI (grupo hispano – francés con ciertas afinidades con el MIL) y una charla final sobre las luchas obreras en España durante los años 70.
Este enfoque es evidentemente muy atractivo y por eso la asistencia, esencialmente constituida por jóvenes, fue bastante masiva. Como hemos expuesto en diferentes artículos[1], actualmente esta emergiendo una nueva generación de la clase obrera que por una parte reflexiona profundamente sobre el mundo en que vivimos y el futuro cada vez más negro que nos depara y, por otra, empieza a entrar en lucha como se vio en el movimiento de los estudiante que sacudió Francia en la primavera del 2006 o en Vigo en España (mayo 2006). En contra de los tópicos estúpidos que propagan sociólogos y otros “pensadores” sobre una juventud supuestamente “alienada” que solo piensa en el botellón, una franja creciente de jóvenes obreros busca respuestas a preguntas tales como ¿qué perspectiva nos ofrece la sociedad actual? ¿cómo luchar contra ella? ¿qué alternativas podemos oponerle? ¿quién puede encabezar esa lucha?...
Estos elementos jóvenes no se plantean empezar la lucha desde cero sino que tienen mucho interés en conocer cómo lucharon sus padres y sus abuelos. Por eso cuando se convocan charlas o debates sobre las experiencias de los años 70 un número significativo de jóvenes acuden a ellas.
En las Jornadas la pregunta que más flotaba en el ambiente era: ¿cómo luchar realmente, con fuerza y eficacia, contra el capitalismo?.
Nuestra aportación a esa pregunta se centró en plantear que sólo la lucha del proletariado puede desarrollar una fuerza colectiva capaz de destruir el capitalismo.
Esta defensa no se basa en no se sabe qué amor metafísico por el proletariado. En el libro La Sagrada Familia, Marx razona los fundamentos de su confianza en esa capacidad histórica del proletariado: «No vemos a los proletarios como dioses. ¡Todo lo contrario! El proletariado puede y debe necesariamente emanciparse a sí mismo, porque en él se ha consumado prácticamente la abstracción de toda humanidad, incluso de toda apariencia de humanidad, porque en las condiciones de vida del proletariado cobran su expresión más inhumana todas las condiciones de vida de la actual sociedad, porque el hombre en su seno se ha perdido a sí mismo, pero conquistando al mismo tiempo, no sólo la conciencia teórica de esta pérdida, sino también directamente, por imperio de una necesidad absolutamente coercitiva, imposible de esquivar, el deber y la decisión de alzarse contra esa situación inhumana. Pero el proletariado no puede emanciparse sin superar sus propias condiciones de vida. Y no puede superar sus propias condiciones de vida, sin superar al mismo tiempo, todas las condiciones inhumanas de vida de la sociedad que se cifran y compendian en su situación (…) El proletariado no hace más que ejecutar la sentencia que la propiedad privada decreta contra sí misma al engendrar el proletariado, como ejecuta también la que el trabajo asalariado decreta contra sí mismo al engendrar la riqueza ajena y la miseria propia».
Pero la lucha del proletariado no es un movimiento del pasado que hoy estaría superado como nos predican toda clase de “modernistas”. En los debates se puso en evidencia, por ejemplo, que el MIL –un grupo que existió al principio de los años 70- trató de desarrollar su actividad en relación con las múltiples luchas que emergiendo de la iniciativa autónoma de los propios obreros levantaban asambleas, salían a la calle, desafiando con una estimulante vitalidad la bota represiva del franquismo. El MIL trató de comprender las bases teóricas engendradas por la lucha del proletariado publicando en condiciones de censura y clandestinidad textos inéditos del movimiento obrero, por ejemplo de Pannehoek y otros militantes de la Izquierda Comunista.
Pero tampoco se trata de mirar con nostalgia aquellas luchas de los años 70 pensando que todo eso fue bonito mientras duró. Desde 2003 el proletariado, especialmente a través del compromiso en el combate y en el esfuerzo de toma de conciencia de una nueva generación, se está empezando a recuperar de pasados retrocesos y comienza a protagonizar luchas muy prometedoras de las cuales un exponente son las ya citadas de Francia o Vigo pero también –y por limitarse a lo más reciente- movimientos masivos en Bangla Desh, en Dubai, en el propio Irán de los bárbaros ayatollahs etc[2].
Frente a esta dinámica que nadie pretende glorificar ni considerar como infalible, se ofrecieron dos alternativas:
Una de ellas es la de los grupos autónomos. Se trata de que grupos de individuos que comparten posiciones más o menos afines para llevar una acción fuera de partidos y de sindicatos[3].
Estas propuestas se basan en una justificada desconfianza hacia los partidos burgueses y los sindicatos. En particular, temen que una organización grande acabe en la burocracia y en una defensa de políticas burguesas. Sin embargo, grupos pequeños, basados en la afinidad, no son tampoco ninguna solución. La ideología burguesa penetra sobre todos los individuos de la sociedad. Lo que puede proporcionar unos anticuerpos contra esa penetración es organizarse en grupos que se basen en las lecciones de la experiencia histórica y mundial de más de dos siglos de lucha del proletariado y que busquen organizarse a una escala unitaria e internacional que permitan que cada compañero y cada grupo local estén respaldados por esa fuerza colectiva.
La otra alternativa es la de la propaganda por el hecho. Se trataría de “despertar a la mayoría pasiva y aburguesada” mediante acciones ejemplares que alteraran el orden establecido. Lo que no comprende esta postura es, en primer lugar, que quién más altera el orden establecido provocando un caos cada vez más incontrolable es el propio capitalismo, las propias luchas internas entre fracciones de la burguesía. Para muestras bastaría recordar el caos que ha montado la invasión americana de Irak. El caos no “despierta a las masas” sino que las llena de temor, las empuja a la atomización y el sálvese quien pueda. Pero, en segundo lugar, las masas se tienen que liberar a si mismas, se tienen que educar a sí mismas, y todo esto lo hacen mediante la lucha común y la discusión lo más abierta posible. Las masas no necesitan grupos minoritarios que las “despierten” porque como decía la AIT «La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los propios trabajadores».
No se trata de negar la iniciativa y el esfuerzo de reflexión de individuos comprometidos –incluso aunque pertenezcan a otras capas sociales no proletarias-, de lo que se trata es de comprender que su reflexión, su iniciativa, su compromiso, adquirirán todo su sentido, toda su fuerza creadora, sí se inscriben en el proceso de desarrollo, de debate, de crítica, del movimiento independiente del proletariado y contribuyen activamente a su autonomía frente al Estado burgués, sus partidos y sindicatos y todas las ideologías que segregan.
La voluntad de debate de algunos “anti-autoritarios”
Como hemos dicho al principio, la última charla (que debería haberse seguido de un debate) sobre “El movimiento obrero asambleario en los años 70”, a cargo de Miguel Amorós[4]
Acudimos con la intención de poder llevar un debate sobre la experiencia de las huelgas masivas de estos años, sobre todo para que los jóvenes puedan sacar lecciones para las luchas actuales; estimulados por la experiencia de la discusión en unas «jornadas sobre la autonomía obrera de Barcelona»[5].
En su presentación, Amorós hizo un repaso exhaustivo, marcado por un cierto tono nostálgico, de las huelgas más emblemáticas de los años 70, sin entrar en una valoración del movimiento internacional de recuperación de la lucha proletaria tras 50 años de contrarrevolución en las que se inscribieron, para llegar fundamentalmente a la conclusión de que «la clase obrera ya no es lo que era» y de que en España no se llegó a una insurrección «porque no se tomaron las armas».
En una primera parte de nuestra intervención, argumentamos que las luchas en España formaban parte de una dinámica internacional de luchas desde la reanudación de la crisis tras la 2ª guerra mundial, que debutó con la huelga de masas de 10 millones de personas en Francia en Mayo de 1968; también defendimos que, aunque la dinámica de este primer asalto de la lucha de clases se había agotado, no ha habido sin embargo una derrota de la clase obrera.
Hasta aquí todo bien. Amorós respondió, con una lógica de Perogrullo que, puesto que la clase obrera no había ganado (no había hecho una revolución), había perdido, y por eso hablaba de derrota. Insistió por otra parte, en que la clase obrera actualmente era “consumista”, y no era solidaria ni combativa.
Nosotros planteamos que una derrota significa un aplastamiento del proletariado, de sus potencialidades revolucionarias, como la derrota de la oleada revolucionaria de 1917-26, que significó igualmente una ruptura generacional entre la generación que hizo la revolución en Rusia, Alemania, etc. y la generación del 68; mientras que ahora, en la sala había jóvenes que querían y podían discutir y sacar las lecciones de las luchas de los años 70 conjuntamente con los más mayores que vivieron esas luchas. Defendimos también que actualmente había luchas en las que se desarrollaba una dinámica de asambleas masivas y de búsqueda de la solidaridad, como la huelga del metal de Vigo, o la de los estudiantes en Francia contra el CPE. Finalmente intentamos (no nos dejaron) argumentar que también antes del estallido de luchas masivas del 68 y los 70 se decía que la clase obrera era consumista, o estaba “integrada”… En este punto, en el que comenzaban a aparecer claramente divergencias, Amorós no dejó que nuestros compañeros argumentaran porque no estaban de acuerdo con lo que él decía; espetando a un compañero “argumentos” del tipo: «A ti te tengo calado», o «como vengáis aquí a tocarme los cojones me lío a hostias».
Esto fue la señal para que, uno de los elementos presentes en la sala, seguidor habitual de Amorós, se lanzara en plan bulldog a recriminar a nuestros compañeros que fueran de una organización política[6] (razón por la cual, según parece, perderían cualquier derecho a hablar), a defender que “la charla la habían organizado ellos” y que si queríamos hablar, que organizáramos nuestras reuniones; y en nombre de la “lucha contra el democratismo”, a lanzar amenazas de que, en cuanto dijéramos algo que no les gustara, nos echaban. Una señora que dijo que era emigrante, trató de defender la necesidad de la discusión y se le respondió igualmente a cajas destempladas.
El ramalazo autoritario fue tan lejos, que hasta Amorós tuvo que hacerle desde la mesa señales a este elemento para que se callara; incluso otra persona –partidario de Amorós- intervino para aclarar que “el medio anarquista tiene que estar abierto a la discusión”
Nuestros compañeros no cayeron en la provocación, aguantaron el chaparrón y continuaron insistiendo en la necesidad de debatir sobre la experiencia de las luchas de los 70 y la situación acrual; Por esto, y sobre todo porque los asistentes no se dejaron arrastrar al ambiente verdaderamente progromista que se intentó desencadenar contra nuestros compañeros, fue por lo único que no se les pudo expulsar.
A pesar de esto, las ráfagas de ataques, insultos e insinuaciones, se desencadenó hasta 3 veces. Eso sirvió para bloquear completamente cualquier posibilidad de debate sobre el sujeto de la charla, de donde se deduce que para estos señores, el sentido de estas charlas está bien claro: “o se dice lo que me interesa, o más vale que no se diga nada”.
La necesidad de la Cultura del Debate
El debate, la clarificación de posiciones, y la construcción de la solidaridad, son fundamentales para que las diferentes generaciones puedan converger en la lucha por el desarrollo de luchas de masas. Lo que se siembra ahora con la reflexión y la discusión, se va a concretar en cómo se organizan las luchas, cómo hay que hacer para extenderlas, etc.
Ese debate es imposible sin una confrontación de posiciones, sin que se opongan diferentes modos de ver las luchas y sus lecciones. Y eso es imposible sin que se pongan las condiciones de un ambiente solidario y abierto a la discusión.
En el medio anarquista, por su propia naturaleza, pululan elementos muy diferentes, y desde luego no todos son (ni se parecen siquiera) a estos “antiautoritarios”; como lo prueban las jornadas sobre la autonomía de Barcelona, donde fue posible un debate entre elementos con distintas posiciones, donde cada cual pudo expresar si amenazas sus posiciones y oponerlas a las de los demás en un ambiente fraternal.
Esto no tiene nada que ver con el “democratismo”, según el cual, de acuerdo con el esquema parlamentario, cada grupo, en “representación” de sus seguidores, expone sus posiciones en una sucesión de discursos tediosos y absurdos que no cambia nada (lo que se parece como dos gotas de agua a la idea que nuestros “antiautoritarios” tienen de un debate); sino con la discusión abierta en las asambleas y en las reuniones obreras de siempre, donde cada uno dice lo que piensa, aporta lo que puede, y las posiciones se confrontan y se reflexionan, hasta llegar a una clarificación.
Corriente Comunista Internacional 3-12-06
[1] Ver en particular las Tesis sobre el movimiento de los estudiantes en Francia en la Revista Internacional nº 125: rint/2006/125_tesis [31]
[2] Se pueden ver nuestra publicaciones más recientes donde damos cuenta de estos movimientos: es.internationalism.org
[3] En un texto de 1885, la Revista Social (Barcelona) preconizaba que «los comunistas anárquicos no aceptan más que la organización de grupos y no tienen organizadas secciones de oficios, federaciones locales ni comarcales (…) La constitución de grupos aislados, tan completamente aislados como sus individuos, que muchas veces no estando conformes con la opinión de la mayoría, se retiran de un grupo para constituir otro»
[4] Con quien hemos polemizado en nuestra prensa (ver: ap/2006/189_primavera [63]), aunque por el momento no nos ha dado respuesta
[5] ver: ap/2006/192_jornadas [64]
[6] Nunca hemos ocultado nuestra militancia. Concretamente somos bien conocidos en el centro en el que se dio la charla, donde hemos acudido otras veces a discutir y a dejar publicaciones
La pretendida Fracción Interna de la CCI (FICCI) publicó el 20 de mayo en su sitio en Internet un comunicado titulado “Una nueva agresión violenta contra nuestros militantes” que ilustra una vez más hasta qué punto la mentira y la calumnia constituyen el único motor de esta pequeña banda de vándalos y soplones. ¿Qué dice el comunicado?
“Este sábado 20 de mayo, tres militantes de nuestra Fracción estaban encargados de difundir un volante a las puertas del lugar donde se lleva a cabo la reunión "pública" de la CCI, en París.
Nuevamente, una milicia de ese grupo -que nos excluyó en 2001- esperaba firmemente a nuestros camaradas para prohibirles el paso por la vía pública.
Nuevamente, nuestros camaradas sufrieron una cobarde agresión física; y ésta fue tanto más violenta porque no han querido "obedecer", porque intentaron defenderse.
Mencionemos que nuestros militantes eran tres (entre ellos una mujer) y que tuvieron que enfrentar a 6 o 7 "valientes" fortachones.
Si estos milicianos descerebrados dejaron de zarandearlos, y si nuestros camaradas resultaron solamente con algunos "moratones", fue debido únicamente a la intervención de varias personas, que pasaban por la calle, que acudieron en su ayuda.
Condenamos, una vez más y de la manera más firme, estas prácticas que nada tienen que ver con el proletariado, y sí mucho con el estalinismo de siniestra memoria. Cuando se rechaza el debate político, cuando se evita la confrontación de posiciones, la lógica de los hechos no puede conducir más que a darse los medios para hacer callar las voces disonantes. A esto ha llegado actualmente la CCI”.
Lo afirmamos con toda claridad: esta versión de los hechos, una vez más, ¡es una sarta de mentiras!
En nuestro artículo “Calumnia y soplonería, los dos abrevaderos de la política de la FICCI hacia la CCI” habíamos puesto los puntos sobre las íes en relación a otro comunicado similar de la FICCI fechado el 11 de marzo y titulado “Comunicado de la ‘Fracción Interna de la CCI’ a todos los grupos y militantes que se reivindican de la Izquierda comunista: ¡Esta vez sucedió! ¡Agredieron y golpearon físicamente a nuestros militantes!”. En nuestro texto denunciamos las mentiras de la FICCI que nos acusa de haber “golpeado en varias ocasiones” y de “seguir golpeando” a sus miembros, sobre eso precisamos que: “En ese sentido, podemos llamar a la calma a la persona que firma como “Bm” y que ha enviado un mensaje a la FICCI declarando “Lo primero es saber si están heridos y si requieren ayuda”. Si los elementos de la FICCI han exhibido heridas o moratones, éstos no han sido causados por militantes de la CCI”
En esta ocasión, no diremos lo mismo al compasivo “Bm”: un frasco de árnica con una caja de chocolates serán hoy bienvenidos por la FICCI. Efectivamente, si uno de los miembros de esta pequeña banda de lúmpenes, el ciudadano Juan, regresó a su casa con algunos moratones, los militantes de la CCI sí tuvieron algo que ver en ello. Dicho esto, el relato de la FICCI del episodio de donde salieron con sus “moratones” no tiene nada que ver con la realidad.
En nuestro artículo “Calumnias y soplonería, los dos abrevaderos de la política de la FICCI hacia la CCI”, hemos explicado por qué, de ahora en adelante, prohibimos a los miembros de aquélla acercarse donde se realizan nuestras reuniones públicas.
“…después de nuestra intervención en el seno de la movilización de estudiantes contra el CPE, esperábamos que vinieran nuevos elementos a nuestra reunión pública del 11 de marzo consagrada justamente a esta movilización (lo que efectivamente fue el caso en Paris y en otras ciudades) y no queríamos que la FICCI tuviera la oportunidad, ante y hacia esos nuevos elementos, de continuar su política que ha realizado durante años: calumnias, provocaciones y sobre todo un trabajo de soplones.
En efecto, los simpatizantes que ya venían con anterioridad a nuestras reuniones públicas eran conocidos desde hace mucho tiempo por los miembros de la FICCI. En ese sentido, el trabajo parasitario y policiaco del cual ésta ha hecho una especialidad no podía aplicárselo a ellos. En cambio, no podemos permitir que los nuevos elementos que se interesan por la política comunista sean inmediatamente “fichados” por la FICCI. En la medida en que la llegada de esos nuevos elementos se confirma y probablemente tenderá a amplificarse en el futuro, la CCI ha decidido prohibir, desde ahora, a los miembros de la FICCI, no solamente la entrada al lugar de nuestras reuniones públicas, sino también acercarse a las inmediaciones de éstas”[1]
En ocasión de nuestra reunión pública del 20 de mayo en Paris, dispusimos pues, a unos cincuenta metros alrededor del pórtico de la entrada al lugar donde ésta se realizaría, varios grupos de dos camaradas encargados de interceptar el paso a los miembros de la FICCI. Cuando vieron llegar a tres miembros de ésta, dos de nuestros camaradas les indicaron que dieran marcha atrás. Uno de nuestros camaradas, K, se puso delante de un miembro de la FICCI que se hace llamar “Pedúnculo” (el mismo que amenazó a uno de nuestros camaradas con “cortarle la garganta”) y el otro camarada, F, se puso delante de Juan, el miembro más eminente de la FICCI. Nuestro camarada F abrió los brazos diciendo “¡No se puede pasar!”. Es entonces cuando Juan, sin aviso y aprovechando el hecho de que la posición de nuestro camarada F le impedía protegerse, le asestó un violento puñetazo en el rostro y un rodillazo en el estómago antes de tomarlo por el cuello. Era tan evidente que Juan era el agresor que una señora mayor de origen asiático que se encontraba cerca, le tomó el brazo a Juan para impedir que siguiera golpeando. Incluso el señor Pedúnculo (el “degollador” de la FICCI) trató de calmar a Juan (¿fue por temor a represalias o porque había comprendido que su cómplice se había vuelto loco?). Después de la intervención del ciudadano Pedúnculo y de la señora, el “matón” de Juan lanzó entonces la consigna a sus cómplices, el “degollador” y su compañera Agalé: “¡Lanzémonos!”. Unos instantes después, otros camaradas de nuestro equipo llegaron al lugar y, constatando que nuestro camarada F había sido herido, decidieron ir tras el comando de la FICCI para notificarles que la CCI no tolerará tales acciones de dar “puñetazos” contra nuestros militantes. Cuando nuestros camaradas alcanzaron a los tres de la FICCI, uno de los nuestros, B, les dijo: “No se les puede dejar ir como si nada”. Entonces de nuevo Juan lanzó un puñetazo y una patada a nuestro camarada B que se defendió legítimamente devolviéndole varios puñetazos (relativamente suaves ya que, según los mismos términos de la FICCI, Juan sólo tenía “algunos moratones”). Varias personas se interpusieron pero era a todas luces tan evidente que, una vez más, había sido el señor Juan el que había desencadenado las hostilidades que una de esas personas (un hombre como de cuarenta años, igualmente de origen asiático) acompañó por unos cien metros a nuestros camaradas mientras regresaban al lugar de la reunión pública. Este testigo dijo que era evidente que eran “los otros” los agresores.
Tales son los hechos como realmente sucedieron.
Efectivamente, esta vez, uno de nuestros camaradas se vio forzado, para defenderse contra las exacciones del individuo Juan, a lanzar golpes a un miembro de la FICCI (contrariamente a lo que deja entender la FICCI, los otros dos, Pedúnculo y Agalé, no recibieron un solo golpe). Lo que el “comunicado” de la FICCI no dice es que la actitud de nuestro camarada se produjo después de dos agresiones sucesivas por parte de Juan. En efecto, es la primera vez que un miembro de la CCI golpea a un miembro de la FICCI (contrariamente a todo lo que mentirosamente cuentan en sus Boletines). Por el contrario, no es la primera vez que el señor Juan se lanza a golpes contra un militante de la CCI ya que, el 22 de abril del 2002, había ya dado una patada a uno de nuestros camaradas bajo el pretexto (claramente mentiroso) de que había “agredido” a otro miembro de la FICCI, Jonás (ver a este respecto la nota 10 de nuestro artículo” El PCI (Le Proletaire) a remolque de la “fracción” interna de la CCI” en Revolution Internationale no. 328).
Evidentemente, algunos podrían considerar que no hay razón para creer nuestra versión de los hechos más que la versión de la FICCI. En suma, sería “palabra contra palabra”.
A ello queremos oponer los siguientes hechos:
1.-Numerosos artículos publicados en nuestra prensa y en nuestro sitio Internet han ya denunciado y refutado, con el apoyo de pruebas y documentos, las mentiras más groseras de la FICCI (no hemos refutado todas y cada una de ellas ya que correríamos el riesgo de desequilibrar completamente nuestras publicaciones en detrimento de cuestiones políticas fundamentales que se plantean a la clase obrera). En particular, hemos desmentido al detalle la mentira, reiterada en el último comunicado de la FICCI, de que habríamos “excluido” a sus miembros en 2001.[2]
2.- El hecho de que los miembros de la FICCI se comporten como soplones puede ser fácilmente verificado con una simple consulta de su Boletín 14 que aún se encuentra en su sitio de Internet (principalmente los textos “La última maniobra de la CCI hacia nuestra fracción: una carta de Revolución Mundial” y “Actualización sobre el artículo de RI 328 de noviembre 2002 sobre el PCI-Le Proletaire”. Hemos refutado sus argucias sobre este tema en nuestros artículos Los métodos policíacos de la FICCI” (RI no. 330) y “Las reuniones públicas de la CCI prohibidas a los soplones” (Revolution Internationale no. 338).
3.-En lo que concierne a los acontecimientos del 22 de enero de 2005 (amenazas de muerte contra uno de nuestros militantes por parte del denominado Pedúnculo), el 11 de marzo del 2006 (la pretendida paliza a los miembros de la FICCI por nuestros militantes) y el 20 de mayo (pretendida “nueva agresión violenta de la CCI contra los militantes de la FICCI”), estamos plenamente dispuestos a una confrontación de nuestros militantes con los miembros de la FICCI delante de una comisión de miembros de organizaciones de la Izquierda comunista. No es la primera vez que hacemos este tipo de propuesta para constituir un Jurado de honor frente a las acusaciones de la FICCI. Sabiendo que una instancia como esa amenazaría con desenmascarar sus mentiras y su mala fe, la FICCI ha rechazado ese procedimiento, tal como lo acaba de hacer una vez más en su último Boletín con el texto “Sobre las nuevas tentativas de la CCI actual para corromper a camaradas para un jurado de honor”.
4.-Una última ilustración del método de la FICCI que consiste en retomar por su cuenta la divisa de Goebbels (jefe de la propaganda nazi): “Una mentira enorme es portadora de una fuerza que aleja la duda”; la encontramos recientemente en su artículo del Boletín 35 “Manifestaciones y huelgas en Francia: la nueva CCI afirma su solidaridad con los CRS y la policía antimotines” al cual hemos respondido en nuestro texto “la pretendida ‘solidaridad de la CCI con los CRS’: cómo la FICCI trata de ocultar sus propios comportamientos policíacos”.
Hasta hoy, la FICCI (aparte de una patada de Juan en el 2002) había limitado (si se puede decir así) sus comportamientos de banda de “matones” al robo, el chantaje, la calumnia, la soplonería y a las amenazas de muerte (¡pecata minuta!). Esta vez, uno de sus miembros agredió físicamente golpeando a dos de nuestros camaradas. Es claro que esta agresión es una prolongación de los comportamientos precedentes, tanto de la FICCI como del “matón” de Juan en particular. La única pasión que mueve a la FICCI no es, con toda seguridad, la de la defensa del combate de la clase obrera sino EL ODIO a la CCI, así como a sus militantes[3]. Estamos convencidos que los miembros de la FICCI no han terminado de expresar ese odio que los empuja a conducirse como salvajes, revelando así abiertamente su pertenencia al lumpen y no al medio político proletario. Como lo hemos puesto en evidencia varias veces (principalmente en nuestro artículo “Respuesta a las calumnias vergonzosas de una pequeña banda de malhechores”), las acciones de este trío mafioso están al servicio de las fuerzas de represión del Estado capitalista. ¿A quién quieren hacer creer estos señores que su preocupación es la “confrontación política”?. Los comportamientos repugnantes de Juan en plena vía pública el 20 de mayo (luego de los de su amigo “degollador”) nos han dado una percepción muy clara de la naturaleza de sus “argumentos” (sic!).
Nuestra organización no se dejará intimidar por los comportamientos de lúmpenes y otros actos de brutalidad del desquiciado Juan o de quien sea. Más que nunca, la entrada a nuestras reuniones públicas seguirá prohibida a los soplones, provocadores, “golpeadores” y “degollador” de la FICCI. Frente a las exacciones físicas de esta pequeña banda de degenerados, la CCI sabrá defenderse, defender sus principios y defender a cada uno de sus militantes y simpatizantes con la mayor determinación, tal como lo ha hecho el 20 de mayo. Es esto lo que hemos puesto en evidencia en el punto de información que hemos hecho en nuestra última reunión pública inmediatamente después de esos acontecimientos.
Corriente Comunista Internacional (2 de junio de 2006)
[1] La validez de nuestra preocupación de no permitir a la FICCI “fichar” a los nuevos asistentes a nuestras reuniones públicas se ha confirmado desde la reunión que realizamos el pasado 20 de mayo. En efecto, al término de la misma, un estudiante que había jugado un papel de primer plano en las asambleas generales de una de las universidades de la región parisina, nos dijo que en definitiva no era necesario que su presencia en nuestra RP fuese conocida ya que ello arriesgaba con “agravar su caso” respecto a algunos de sus maestros, por lo cual temía represalias después de su participación en la movilización contra el CPE. Somos concientes que las medidas que tomamos contra los soplones de la FICCI no impedirán a la policía enviar informantes a nuestras reuniones públicas. Ya hemos respondido a esta objeción: “Evidentemente, esto es perfectamente cierto. Sin embargo, ¿esto significa de debemos dejar hacer cuando las personas han demostrado ya que están dispuestas a publicar lo que sea, que han declarado que no tienen ninguna lealtad hacia la CCI ni hacia sus militantes (ni hacia sus simpatizantes, podemos agregar) de los cuales tienen un conocimiento detallado, que vienen a nuestras reuniones llenando sus cuadernillos de copiosas notas? En resumen, ¿debemos dejar entrar a soplones abiertos y declarados bajo el pretexto de que no podemos detectar a los soplones encubiertos?”. (“Las reuniones públicas de la CCI prohibidas a los soplones”, Revolution Internationale no. 338).
[2] La primera exclusión de un miembro de la FICCI, Jonás, se remonta a 2002 y hemos explicado en nuestra prensa los motivos de esta exclusión (ver el “Comunicado a nuestros lectores” en Revolution Internationale no. 321). En cuanto a los otros miembros de la FICCI, fue en la primavera del 2003 cuando se les excluyó por soplonería en nuestro XV Congreso internacional (ver principalmente “XV Congreso de la CCI: reforzar la organización frente a los retos del periodo” en Revolution Internationale no. 114). Es tan a todas luces cierto que los miembros de la FICCI no habían sido excluidos en el 2001 que dos de ellos estuvieron presentes en la reunión plenaria de nuestro órgano central internacional que se realizó en enero del 2002, tomaron conocimiento de los informes presentados en esa ocasión y tomaron parte en el voto de la resolución adoptada por esa reunión (hechos que son ampliamente confirmados por diferentes textos de la FICCI publicados en su Boletín no. 6).
[3] ¿A qué podemos atribuir la rabia histérica de Juan que anteriormente se contentaba con la risa sarcástica, y con provocar a nuestros camaradas (una de sus especialidades eran la de amenazar a uno o a otro el día que se los encontraba solos de “romperles el hocico”)? Se podría suponer que es debido a la publicación en nuestro sitio de Internet, unos días antes, de nuestra toma de posición “Calumnia y soplonería, los abrevaderos de la política de la FICCI hacia la CCI”, particularmente debido a que en ese texto ponemos en evidencia que la FICCI no tenía nada que decir sobre la movilización contra el CPE (lo que les obligaba a plagiar nuestras propias tomas de posición). Se puede igualmente pensar que nuestra intervención y el impacto de ésta en ese movimiento le hizo subir las tasas de adrenalina ya que ello ponía de relieve la total nulidad de la “intervención” de la FICCI. También se puede pensar que la publicación en nuestro sitio de una carta de A, quien apoya a la FICCI, le ha hecho perder los estribos ya que A anuncia que él está listo a denunciar ante la policía a los militantes de la CCI (La FICCI recibe el tipo de solidaridad que se merece”) A menos que la afirmación de A (“contrariamente a la FICCI, me defenderé físicamente de manera determinada”) no haya puesto el dedo en la llaga de Juan, pero conociendo a este personaje desde hace ya buen tiempo, no dudamos un solo instante que este héroe de caricatura tenga evidentemente necesidad de probar a sus seguidores que es un verdadero “cabecilla”. Los golpes perpetrados a nuestros camaradas por el “dulce” Juan habrán constituido una prueba de que él también (como A) “tiene los pantalones bien puestos”: esto estaría más acorde con la “lógica” de este pobre tipo (más que peligroso) que se pasa el tiempo inflando el pecho y jugando a matar moros como un niño de 5 años que quiere lucirse ante sus compañeritos del colegio.
Para la FICCI, ninguna mentira es demasiado grande para calumniar a nuestra organización. Por ello en su sitio de Internet (Boletín Comunista 35) se puede leer un texto titulado «Manifestaciones y huelgas en Francia: la nueva CCI afirma su solidaridad con los CRS y la policía antimotines!» que se da como objetivo el demostrar que la “nueva CCI” ha cometido una “traición abierta, evidente, a la verdadera posición de la CCI, de la Izquierda comunista y de toda la historia del movimiento obrero” puesto que “en la realidad de la lucha de clases, [ella] se solidariza con la policía, los CRS y la gendarmería”. ¿Cuáles son según la FICCI las “pruebas”de esta “traición” de la CCI?
“Nuevamente, la CCI actual liquida una de las posiciones de principio del movimiento obrero. Frente a la represión violenta de las manifestaciones estudiantiles y obreras en Francia por la policía burguesa, expresa su solidaridad con... los CRS:
“La asamblea general de Censier aprobó una moción ‘en apoyo a los estudiantes heridos, contra cualquier daño a los edificios, y en solidaridad hacia los CRS heridos’. El punto importante de ésta moción es que ella no estaba absolutamente en apoyo a la represión por la policía, sino que reconocía que los hijos de los policías antimotines quienes están mal pagados, también estaban afectados en los ataques del gobierno (como algunos estudiantes trataron de explicar a la policía antimotines durante confrontaciones no violentas) (...)”(“Notas sobre las luchas de estudiantes en Francia”, 19 de marzo de 2006 , únicamente publicado en su sitio de Internet en inglés. Traducido y subrayado por nosotros).
Aun cuando se trata de una moción adoptada (y conocida solamente por la CCI) en una asamblea, ello no cambia nada el hecho de que la CCI la apoye abiertamente, como ejemplo a seguir. La CCI de los liquidadores expresa así públicamente su "solidaridad" con la policía, los CRS y los guardias móviles. Y esto, incluso cuando precisamente estos últimos, durante la manifestación de la víspera, acababan de enviar a un obrero al hospital, quien se encuentra todavía en coma, debatiéndose entre la vida y la muerte. Y no se trata de un “resbalón” aislado, ligado a un simple y vulgar oportunismo frente a los estudiantes a los que no querría contradecir para mejor “acariciarles el lomo” y reclutarlos:
“Los estudiantes y los jóvenes en lucha no se hacen ninguna ilusión sobre el papel de las pretendidas ‘fuerzas del orden’ (...) Sin embargo, algunos (...) han intentado discutir con los guardias móviles (...) Los que han tratado de discutir con los guardias móviles no son ingenuos. Por el contrario, dan prueba de madurez y conciencia. Saben que detrás de sus escudos y macanas, estos hombres armados hasta los dientes son también seres humanos, padres de familia cuyos hijos también serán golpeados por la CPE (...)” (volante de la CCI fechado 11 de marzo. Subrayado nuestro).
“Aquí, la CCI llama a dialogar, a comprender y a solidarizarse con los CRS, la policía antidisturbios, antitrabajadora, bajo el pretexto que ellos son "seres humanos" y " padres de familia con bajos salarios"!
Más allá de esta denuncia de la traición de la CCI a los principios del movimiento obrero, sería necesario que la FICCI denunciara también la "traición" de Trotsky cuando él describe y aprueba la actitud de los obreros rusos en febrero de 1917 respecto a los cosacos de quienes no oculta, no obstante "que ellos estarían fuertemente penetrados de espíritu conservador" y que eran "perpetuos promotores de represión y expediciones punitivas". (Historia de la Revolución rusa, T.1, página 147)
¿Qué nos dice Trotsky? "Sin embargo, los Cosacos atacaban a la muchedumbre, aunque sin brutalidad (...); los manifestantes se lanzaban de un lado a otro, luego volvían a formar grupos apretados. Punto de miedo en la multitud. Un rumor corría de boca en boca: “los Cosacos habían prometido no tirar”. Sin duda alguna, los obreros habían conseguido ponerse de acuerdo con un cierto número de Cosacos. (Ibid página 145) (...) los cosacos se reflejaban a si mismo al responder individualmente a las preguntas de los obreros e igualmente tendrían con ellos breves conversaciones. (Ibíd. Página 147) (...) uno de los auténticos líderes en estos días, el obrero bolchevique Kaïourov, dice que los manifestantes huyeron, en determinado punto, bajo los golpes de nagaïka de la policía a caballo, en presencia de un pelotón de Cosacos; entonces él, Kaïourov, y algunos otros obreros que no habían seguido a los que huyeron, se quitaron el gorro, se acercaron a los Cosacos, gorro en mano: “¡Hermanos Cosacos, vengan a ayudar a los obreros en su lucha pacífica de reivindicaciones!” Vean cómo nos tratan, nosotros obreros muertos de hambre, estos faraones [los policías a caballo]. Ayúnenos!" ¡Este tono conscientemente obsequioso, estos gorros que se tienden en la mano, qué justo cálculo psicológico, qué gesto inimitable! Toda la historia de las combates callejeros y de las victorias revolucionarias pulula de similares improvisaciones." (Ibid página 150)
Los obreros rusos sabían perfectamente cuál era la función de los cosacos. Sabían que eran, para citar a la FICCI a propósito de los CRS: "un cuerpo institucional organizado y disciplinado, altamente implicado tanto físicamente como ideológicamente en el arte de romper sin remordimiento los cráneos de obreros y estudiantes. Es decir su único "trabajo", su única función, [sería] reprimir brutalmente los movimientos de las masas trabajadoras". Conocían a sus estados de servicio entre los cuales los asesinatos de obreros no se contaban más. Con todo, estos mismos obreros "se habían puesto de acuerdo con incierto número de Cosacos", discutían con ellos y les "planteaban cuestiones", "se quitaron el gorro" ante ellos y les hablaron "en un tono obsequioso". ¡Y lo peor, es que Trotsky saluda su actitud! ¡El traidor! No es pues sólo la CCI sino el mismo Trotsky que la FICCI debe acusar querer "ocultar el carácter represivo del Estado capitalista e inculcar la confianza en sus" instrumentos!" Esperamos con impaciencia tal posición adoptada por la FICCI que denuncie esta "traición indecente" cometida por Trotsky en su libro "la Revolución rusa". El hacerlo, será necesario que se alineen con los estalinistas que no perdieron nunca una ocasión para afirmar que toda la política de Trotsky durante la revolución de 1917 consistió en intentar sabotear la verdadera línea revolucionaria representada por Lenin y... Stalin. Será necesario que haga una crítica despiadada de las posiciones de la Izquierda comunista, en particular, la de Italia, que siempre ha saludado el papel de primer plan jugado por Trotsky en la victoria de esta revolución y la gran calidad política del libro que escribió al respecto.
Seriamente, no es necesario tener un profundo conocimiento de la historia del movimiento obrero para saber que una revolución sólo es posible hasta que una parte significativa de las fuerzas de "mantenimiento del orden burgués" o manifiesta su "neutralidad", es decir renuncia defender a los explotadores, o se pasa sencillamente del lado de la clase obrera. Queda claro que tal proceso no puede tener éxito hasta que estén dadas las principales condiciones de la revolución pero incluso en confrontaciones sociales que no son revolucionarias, el peligro de una falta de fiabilidad de las fuerzas de represión constituye una preocupación de la burguesía. Es así como en 1968 sucedió a varios lugares (en particular, en la fábrica de aviación de Marignane) que los obreros y los CRS se comprometen en una suerte de actos de "fraternización". Así pues, los CRS que estaban posicionados frentes de la fábrica de Marignane habían propuesto a los obreros que la ocupaban, ir a comer a su cantina lo que fue la ocasión de largos debates. Ni que decir tiene que esta compañía de CRS al cabo de una semana fue desplazada para ser instalada a varios centenares de km de allí.
Todo esto, los miembros de la FICCI deberían saberlo si les quedara el menor recuerdo de lo que habían aprendido cuando estaban en una organización revolucionaria, la nuestra. Pero en ellos las referencias a las adquisiciones del movimiento obrero solo están allí para dar el cambio a los que quieren aún creer a sus mentiras y para encubrir su verdadera traición a estas adquisiciones. Lo que los interesa sobre todo es "demoler a la CCI" a la que dedican un odio inexpugnable. Y para esto, todo es bueno, incluidas las mentiras más aberrantes.
Es así como la FICCI intenta hacer creer que la CCI quiere "ocultar" que "el Estado actual es el órgano de soberanía de la clase capitalista, soberanía que se basa en dos pilares:" la mistificación ideológica y la represión (...) que la policía antidisturbios, los CRS y los guardias móviles en Francia son uno de los principales instrumentos de represión a disposición del Estado capitalista. Querría "ocultar" que "la presencia de los CRS en las manifestaciones actuales no tiene por objeto enfrentarse a los grupos minoritarios violentos (a menudo dirigidos por la propia policía), ni proteger los escaparates de las tiendas (y aún menos" de proteger "la libertad de manifestación!)," sino sobre todo aterrorizar a las masas que quieren luchar, disuadirles intentar salir del marco del orden establecido e impuesto por la burguesía "."¿Y cual sería el objetivo de la CCI al hacer todos estos tapujos? La FICCI nos da la fina palabra de la historia: ¡"para ocultar el carácter represivo del Estado capitalista e inculcar la confianza en sus instrumentos!" (...) para ocultar que, tarde o temprano, en un próximo movimiento, cuando las masas trabajadoras se enfrentarán y romperán el control ideológico y político de los sindicatos y partidos de izquierda del capital, estas masas (y no los grupos minoritarios) deberán también enfrentarse y oponerse a la represión llevada por las instituciones especializadas del Estado que son los CRS y los guardias móviles!
En resumen, la voluntad de la CCI sería enviar a los obreros como tiro al blanco ocultándoles la represión que les espera. ¡Era necesario atreverse!
En realidad, es probablemente con este fin que escribimos en nuestros artículos y en nuestros recientes tractos:
"los estudiantes y los jóvenes en lucha no se hacen ninguna ilusión sobre el papel pretendidas de las "fuerzas del orden". Ellos son las "milicias del capital" (como lo subrayaban los estudiantes) que defienden, no los intereses de la "población" sino los privilegios de la clase burguesa. "El orden republicano", es el "desorden" de una sociedad que condena al desempleo, a la precariedad y de desesperación a masas crecientes de jóvenes que se “matan” para intentar tener una vida decente (...) A aquellos que se ataca con medidas innobles como el CPE y que desean utilizar las facultades como lugares de discusión y debate para organizar su respuesta, se envían la represión, las granadas lacrimógenas y los garrotes. He aquí el verdadero rostro de nuestra bella "democracia republicana". He aquí la verdadera cara de la famosa "Libertad, igualdad, fraternidad" resultante de la revolución burguesa de 1789!" (Nuestro volante del 10 de marzo: "los CRS en la Sorbona: no a la represión de los hijos de la clase obrera!", detrás del subtítulo "el orden" de los garrotes y granadas lacrimógenas)
"Los estudiantes y alumnos de enseñanza secundaria que protestaron sin violencia en las manifestaciones el 7 de marzo y aún el 14 de marzo no se baten solamente para ellos mismos. Ellos manifiestan masivamente para el futuro de TODA la sociedad, para todas las generaciones, para los desempleados y los trabajadores precarizados, para dar una perspectiva a los jóvenes de los suburbios y permitirles superar la desesperación que los empujó a una violencia ciega en noviembre pasado. ¡Ellos Luchan contra la descomposición del tejido social, contra la competencia de todos contra todos, contra "el cada uno para sí"! ¡La única respuesta que han recibido, es la represión del Estado policial del Sr. Sarkozy! "el orden republicano" que este Estado es considerado preservar, es el "desorden" de una sociedad que condena al desempleo, a la precariedad y de desesperación masas crecientes de jóvenes que se parte el alma para intentar tener una vida decente. ¡Es el orden de la intimidación y el garrote! Es la provocación de las bandas reaccionarias de la extrema derecha a las cuales aportan una contribución involuntaria algunos pequeños grupos de inconscientes que se imaginan poder debilitar el Estado en ¡bombardeando los CRS, bajo las cámaras de los medios de comunicación a los órdenes, de latas de cerveza o barreras metálicas! Un "orden" que encuentra un apoyo potente en la manipulación y el absoluto silencio organizado por los medios de comunicación, en particular, por la televisión. Un "orden" que apoyan también los sindicatos de asalariados que se niegan a denunciar las mentiras y las manipulaciones del noticiero televisivo, que rehúsan a pesar de sus declaraciones oficiales, a hacer volantes y a llamar a asambleas general masivas en las empresas para decir la verdad a los asalariados." (Nuestro volante del 16 de marzo "Solidaridad de todos los trabajadores asalariados con los estudiantes y alumnos de secundaria en lucha contra el CPE!")
"Ésta la clase obrera], en su combate contra el capitalismo, esta obligada a emplear la violencia. La caída del capitalismo será necesariamente una acción violenta puesto que la clase dominante, con todos los medios de represión de los que dispone, defenderá pico y uñas su poder y sus privilegios. La historia nos ha enseñado, en particular, desde La Comuna de París de 1871 entre mucho otros ejemplos, hasta qué punto la burguesía es capaz de torcer los pies a sus grandes principios de "democracia" y "libertad-igualdad-fraternidad" cuando se siente amenazada en una semana (la "semana sangrienta") fueron 30.000 obreros parisienses que fueron masacrados porque habían intentado tomar el poder entre sus manos. E incluso en la defensa de sus intereses inmediatos, en las luchas que no amenazan directamente el reino de la burguesía, la clase obrera a menudo se enfrenta a la represión del Estado burgués o las milicias patronales, represión a la cual ella opone su propia violencia de clase." ("Motines en los suburbios franceses: ante la desesperación, solamente la lucha de clase es portadora futuro" en Revolución Internacional n° 363).
"Para subvertir el capitalismo y construir la verdadera comunidad humana mundial, la clase obrera se verá obligada, en lo sucesivo, a defenderse también por la violencia contra la violencia del Estado capitalista y de todas las fuerzas complementario de su aparato represivo." Pero la violencia de clase del proletariado no tiene estrictamente nada que ver con los métodos del terrorismo o los motines de los suburbios (como quiere hacerlo creer la propaganda burguesa para justificar la continuación, de la represión policíaca de los trabajadores, de los estudiantes y por supuesto de los verdaderos militantes comunistas)." ("Saludo a las jóvenes generaciones de la clase obrera" en Revolución Internacional n° 367).
La FICCI quiere hacernos pasar por auxiliares de la represión policial. Para ello, "oculta" nuestras verdaderas posiciones. Pero lo que no consigue ocultar, es su voluntad de intentar devolver contra nuestra organización la acusación que le hacemos de hacer el juego a la represión policial a través de sus soplonerías. Y para sostener nuestra acusación, no tenemos necesidad de ocultar lo que sea. Al contrario, animamos a los lectores a leer atentamente los propios escritos públicos de la FICCI, y, en particular, su Boletín 14 así como nuestros artículos al respecto ("Los métodos policiales del ' FICCI” en Revolution Internationale n° 330 y "Las reuniones públicas de la CCI prohibidas a los soplones" en RI n° 338).
CCI (2 de junio de 2006)
La pequeña banda de ladrones y soplones[1] autoproclamada “Fracción Interna de la CCI” (FICCI) se ha dado como objetivo, con la excusa de defender las posiciones de la “verdadera CCI”, lanzar, en especial en su página de Internet, el máximo de calumnias y mentiras contra nuestra organización. En ninguno de sus 37 boletines han faltado, al menos, dos artículos dedicados a calumniar a la CCI o a sus militantes. Algunas veces, incluso, es la mitad de sus artículos, cuando no todo el boletín es que se consagra a tan sucia tarea.
El último publicado (el nº 37) del “Boletín Comunista” no es una excepción a la regla. En él podemos encontrar un largo artículo destinado a llenar de lodo las “Tesis sobre el movimiento de estudiantes de la primavera de 2006 en Francia” adoptadas por nuestra organización al calor de tales acontecimientos, texto que intentar extraer las principales lecciones de estas luchas. También podemos encontrar un pequeño artículo titulado “Ultima hora” en el que podemos leer que: “….la intensa campaña de prensa de la burguesía que gira en torno a los proyectos sobre la´ bomba coreana` (e igualmente sobre las ambiciones nucleares de Irán) y que intenta convertir este asunto en EL verdadero problema que amenaza la paz del mundo, ha encontrado eco en la CCI, (…) La actual CCI, en su lógica de degeneración esta contribuyendo a la expansión de las trampas más descaradas y peligrosas de la burguesía, trampas que solo pretenden atacar a la clase obrera..”.
¿Qué argumentos de la CCI ha encontrado la FICCI para plantear esta acusación?
“…En una pomposa ´ Declaración internacionalista contra la amenaza de guerra en Corea ` publicada recientemente en su página Web, este grupo que continua reivindicándose de la Izquierda Comunista ´ denuncia sin reservas el nuevo paso dado por el Estado capitalista de Corea del Norte ` y llega a minimizar, en cierto modo, la responsabilidad de primer orden de las grandes potencias en la agravación de la situación mundial, al acusarlas únicamente de…hipocresía. Cuando las campañas ideológicas actuales de la burguesía no hacen más que deformar la realidad, para confundir la conciencia de la clase obrera y desarmarla, podemos encontrar a algunos ´internacionalistas`, dispuestos a contribuir con sus banderas y medios a la extensión de tales patrañas…”.
En nuestra opinión vale la pena leer lo que realmente esta escrito en la citada Declaración, adoptada en el marco de una Conferencia que ha tenido lugar a finales de Octubre en Corea del Sur y en la que la CCI no es el único firmante ( hay un total de 10 firmas de grupos o elementos individuales ):
“…Ante la noticia de las pruebas nucleares en Corea del Norte, nosotros, comunistas internacionalistas reunidos en Seúl y Ulsan:
Denunciamos el desarrollo de nuevas armas nucleares en manos de otro Estado Capitalista: la bomba nuclear es la expresión máxima de la guerra, su única función es el exterminio masivo de la población civil en general y de la clase obrera en particular.
Denunciamos sin reservas este nuevo paso hacia la guerra tomado por el Estado capitalista de Corea del Norte que demuestra de ese modo una vez más (sí ello fuera necesario) que no tiene absolutamente nada que ver con la clase obrera y el comunismo y que no es otra cosa que una de las más extremas y grotescas versiones de la tendencia general del capitalismo decadente hacia la barbarie militarista.
Denunciamos sin reservas la hipócrita campaña de Estados Unidos y sus aliados contra su enemigo norcoreano, lo que no es otra cosa que su preparación ideológica para lanzar –cuando tenga capacidad para ello- sus propias acciones preventivas de las cuales la clase trabajadora sería la principal víctima, como lo está siendo ahora en Irak. No debemos olvidar que Estados Unidos es la única potencia que ha utilizado armas nucleares en la guerra, cuando fueron aniquiladas las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki (…) “.
Como puede observarse, la CCI, de igual manera que el resto de los firmantes de la Declaración, no sólo acusan a las grandes potencias, empezando por los Estados Unidos que se colocan a la cabeza de las campañas actuales, del simple pecado venial de hipocresía como quiere hacer creer la FICCI. La Declaración dice claramente que estas hipócritas campañas no son más que “…su preparación ideológica para lanzar – cuando tenga capacidad para ello – sus propias acciones preventivas de las cuales la clase trabajadora sería la principal víctima, como lo esta siendo ahora en Irak…”. Para cerrar la puerta a cualquier tipo de ambigüedad, la Declaración recuerda que “…Estados Unidos es la única potencia que ha utilizado armas nucleares en la guerra, cuando fueron aniquiladas las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki (…) “.
La FICCI quiere demostrar que la CCI va camino de traicionar el internacionalismo proletario. Para conseguirlo, no ha encontrado mejor manera que falsificar de forma descarada el verdadero contenido de la “Declaración”. Actuando así, demuestra dos cosas:
La mentira de la FICCI es más que grosera. Una vez más, como ya hemos constatado en tantas ocasiones anteriores, esta banda pone en práctica la divisa de Goebbels, jefe de la propaganda nazi: “…Una mentira enorme contiene una fuerza que aleja la duda…”.
Sin embargo, la FICCI no se contenta con realizar falsificaciones descaradas ya que es muy consciente de que incluso sus propios lectores pueden verificar fácilmente lo que realmente hemos escrito. Por eso, además de realizar estas burdas falsificaciones de las posiciones de la CCI, intenta presentar sus engaños de forma más sutil con objeto, como siempre, de lanzar fango y calumnias contra nuestra organización. Este hecho podemos constatarlo fácilmente si analizamos su denuncia de nuestras tesis sobre el movimiento de los estudiantes 2.006 en Francia.
En su denuncia, tratan de “probar” que la CCI “… (traiciona), (trasvierte) lo que siempre han sido las verdaderas posiciones de nuestra organización a propósito de una cuestión fundamental para la clase obrera como es la violencia de clase…” y que, haciendo esto, “… (participa) en lanzar (a la clase obrera) a los brazos armados de la clase enemiga…”. Pero como tampoco hay ninguna ambigüedad en nuestra posición sobre esta cuestión ya que, continuamos defendiendo la que el marxismo adoptó en el siglo XIX y que fue reafirmada tanto por la Internacional Comunista y por las Izquierdas Comunistas que lucharon contra su degeneración, la FICCI no puede evitar recurrir, una vez más, a sus métodos favoritos: la mentira y la falsificación. En el fondo, no hay ninguna diferencia cualitativa entre su breve artículo a propósito de la Conferencia de Corea del Sur y su extenso texto a propósito de nuestro análisis sobre el movimiento de los estudiantes. Pero en este último para conseguir sus objetivos, procede de una manera más sutil.
De entrada, preparan al lector haciéndole creer, a partir de una cita aislada y fuera de contexto, que la CCI estaría hoy día golpeada por el estigma de “…un alejamiento progresivo del marxismo y de una tendencia cada vez más clara a poner por delante (o a defender) valores burgueses y pequeño burgueses de moda (la problemática de la “juventud”, el “feminismo” y sobre todo la “no violencia”)…”. Más precisamente, tiene la desfachatez de pretender que “…para analizar y evaluar un movimiento de lucha , la CCI considera de entrada los criterios de sexo, de edades, es decir, criterios biológicos y psicológicos, en lugar de considerar criterios que caracterizan el terreno de clase, es decir, esencialmente criterios de organización y de conciencia política…”. ¿Cuál sería desde estas premisas la “prueba” del “abandono del marxismo” por parte de la CCI?. Simplemente el hecho de que escribimos lo siguiente: “…En ´tiempos normales` las mujeres proletarias, por el hecho de que sufren una presión aún más asfixiante que los proletarios hombres están, en general, menos implicadas en los movimientos sociales. Sólo en los momentos en los que los conflictos sociales alcanzan una gran profundidad, las capas más oprimidas del proletariado, sobre todo las obreras, se lanzan al combate y la reflexión de clase. La gran participación de universitarias y estudiantes de instituto en el movimiento actual, y el papel de primer orden que han jugado, constituye un índice suplementario no sólo de su naturaleza auténticamente proletaria, y también de su profundidad….”.
Evidentemente, la FICCI se abstiene de indicar que más de la mitad del citado texto está destinado a establecer sobre la base de “criterios de organización y de conciencia política” (la naturaleza de clase de las reivindicaciones, la solidaridad entre los estudiantes de las diferentes facultades, con los jóvenes de los institutos, con los asalariados, con los trabajadores de otras generaciones, su gran vitalidad, la apertura y la enorme calidad de la organización de las asambleas, la capacidad de evitar caer en toda una serie de trampas que ha tendido el Gobierno,….) el carácter de clase del movimiento contra el CPE, así como su profundidad. La cuestión de la amplitud de la participación de los estudiantes de los institutos esta señalada al final del texto como un INDICE SUPLEMENTARIO (lo queremos subrayar de nuevo aquí) de esta realidad. Sabemos de antemano que esto no preocupa en absoluto a la FICCI que ha decidido hacer de esto último nuestro “principal argumento”.
Una vez que han”preparado” de este modo al lector que no ha leído detenidamente el conjunto de nuestro documento, pasan a la etapa siguiente. Nos sirve unos pasajes llenos de omisiones sobre lo que realmente hemos escrito, acompañados de unos comentarios que pretenden hacer decir a nuestros textos aquello que no dicen:
“…¿ Como se posiciona la CCI actual en el momento en el que el Estado burgués envía masivamente a sus cuerpos de represión (CRS) y sus fuerzas antidisturbios contra los estudiantes en lucha en la primavera de 2.006, en el momento en el que estas hordas policiales han cargado y entrampado a los obreros y estudiantes, han atacado a los más aislados a golpes de porra, enviando a muchos de ellos al hospital, mientras otros tantos han sido puestos a disposición judicial ?. Pues bien, la CCI ha apoyado… las manifestaciones de “solidaridad con los CRS heridos” y ha saludado a todos aquellos que ´reconocen que los hijos de los CRS están también mal pagados y afectados igualmente por los ataques del Gobierno`, ha avalado, como una prueba de ´madurez y conciencia`(hecho que en el mejor de los casos no es más que prueba de una enorme ingenuidad) a estos jóvenes estudiantes que, según expresión de la CCI, ´saben que tras los cascos y las porras, estos hombres armados hasta los dientes (las fuerzas antidisturbios de los CRS¡¡) son también seres humanos, padres de familia..”. En otros términos, los brazos armados de la represión burguesa son ello mismos ´oprimidos` y ´explotados` que habría que comprender y defender. ¿Desde este punto de vista, los intereses de estos sectores no son los mismos que los del proletariado?...
Que este discurso falso y mistificador este disimulado, en cierto sentido, por algunas frases genéricas destinadas a disimular una denuncia ´radical` del Estado burgués y su represión, no cambia en nada la posición central del documento: lo que da a entender la CCI actual con su intervención se encuentra en las antípodas de lo que siempre ha defendido la CCI en continuidad de la tradición del movimiento obrero…”
Con este tipo de maniobra, la FICCI se propone plantear la cuestión de “…¿ cual ha sido, en circunstancias similares, la verdadera posición defendida por nuestra organización?...”.
En este sentido, tenemos derecho a retomar largos extractos de artículos publicados en el pasado por la CCI en los que hemos expresado nuestras posiciones sobre la represión y sobre la violencia de clase del proletariado contra la burguesía. Sin embargo es evidente que esto no preocupa en absoluto a la FICCI puesto que la “preparación” preliminar que hace de esta cuestión, no pretende ser ni objetiva, ni rigurosa, tan sólo pretende abonar la idea de que actualmente hemos abandonado nuestras posiciones clásicas para hacer el juego a la represión del Estado capitalista.
No es la primera vez que la FICCI nos acusa de hacer el juego a la represión a propósito del movimiento de la primavera de 2.006 en Francia. Ya lo hizo en su texto “ Manifestaciones y huelgas en Francia: la nueva CCI afirma su solidaridad con los CRS y la policía antidisturbios”, publicado en su boletín nº 35. Ante esta perversa acusación hemos respondido ya en nuestra página Web con el artículo “ La pretendida ´solidaridad de la CCI con los CRS`: como la FICCI intenta ocultar sus comportamientos policiales”. Remitimos a nuestros lectores a este artículo que rebate con particular precisión las acusaciones de la FICCI subrayando las falsificaciones tanto de lo que realmente hemos escrito sobre las posiciones clásicas del movimiento obrero (en particular a partir de las experiencias de la revolución rusa de 1.905) como, de la cuestión de la forma en la que el proletariado debe hacer frente a las fuerzas de represión. Evidentemente, el largo articulo de la FICCI sobre la primavera de 2.006 en Francia, publicado en su Boletín nº 37, no hace la menor referencia al citado artículo de la CCI.
Lo reafirmamos una vez más, la CCI no ha traicionado sus principios, ni sobre la cuestión de la violencia de clase, ni sobre el internacionalismo, ni sobre ninguna otra cuestión. Un estudio serio de nuestros documentos lo confirma. La verdadera traición a los principios comunistas, la protagonizan los miembros de la FICCI: la mentira, la calumnia, el robo, el chantaje, la delación nunca han formado parte de los métodos de las organizaciones proletarias, sino que siempre han pertenecido los métodos de las clases explotadoras.
Actualmente, cuando en diferentes partes del mundo se confirma la aparición de elementos o de reagrupamientos que se aproximan a las posiciones de la Izquierda Comunista o se reivindican de ellas, las calumnias y mentiras de la FICCI contra la CCI no tienen más sentido que desarrollar una desconfianza hacia nuestra organización. Y, como la FICCI constata la ineficacia de sus acciones en este sentido, es cada vez más incapaz de contener su rabia contra nuestra organización[2] : no es ninguna casualidad que haya reaccionado inmediatamente a la publicación de la Declaración Internacionalista adoptada a finales de Octubre en Corea. Pero, por muy ineficaz que sean sus sucias acciones, lanzando el descrédito sobre las posiciones de la Izquierda Comunista, su labor solo sirve a los intereses de la burguesía.
CCI ( 7 de Noviembre de 2.006)
[1] Evidentemente no calificamos a la ligera y de forma gratuita así a estos elementos. En muchos textos publicados por nuestra organización (tanto de forma impresa como en nuestra Web) hemos dado numerosos ejemplos de la naturaleza de las acciones que han realizado estos antiguos miembros de nuestra organización que fueron excluidos por el XV Congreso Internacional de la CCI realizado en 2.003. En particular nos referimos a los textos siguientes: “ XV Congreso de la CCI. Reforzar a la organización ante las exigencias del periodo histórico”, en la Revista Internacional nº 114. “Los métodos policiales de la FICCI” y “Defensa de la organización: Amenazas de muerte contra militantes de la CCI” (ver nuestra Web, apartado CCI Online).
[2] La FICCI esta cada vez más rabiosa puesto que cosecha fracaso tras fracaso en su empresa de trabajo común con el BIPR que esta presenta, sin embargo, como el único polo de reagrupamiento posible para la construcción del futuro partido del proletariado (tras la pretendida “degeneración” de la CCI). Este hecho lo podemos constatar, de nuevo, al leer el Boletín nº 37 en el que la FICCI se queja de que una carta que ha enviado recientemente al BIPR constituye “ ..un no recibo, la conclusión definitiva de una discusión en la que numerosos puntos estaban ( y están) en curso de elaboración y clarificación”. Se puede comprender la amargura de la FICCI que no ha cesado en estos últimos años de dorar el blasón del BIPR, mientras que este, ni siquiera ha considerado oportuno en ningún momento el colocar la dirección de la página Web de la FICCI en los enlaces de la página de su organización.
Mientras la gran lucha de los jóvenes proletarios en Francia contra el “CPE” se ganaba la simpatía e incluso el apoyo del resto de la clase obrera en ese país, la imagen que los “media” burgueses ofrecían sobre la situación social en la vecina Alemania parecía sacada de otro planeta. El agotamiento de la lucha de los basureros y otros trabajadores del sector público, de la huelga nacional de los médicos, y de las movilizaciones de preaviso de los trabajadores del metal, han puesto en bandeja a los voceros de los explotadores el discurso “lastimero” de que: «ya no existe solidaridad», que «el espíritu que reina en las filas obreras es que cada uno se preocupa de lo suyo», etc. Arguyen, para ello, que los trabajadores del sector público se han movilizado para mantener el privilegio de la jornada de 38 horas y media, que los médicos no han protestado por tener que hacer jornadas de 60 horas o más sino para se las paguen. Y así parece que lo único que les preocupa a los trabajadores del sector público es la cuantía de la reducción de sus ingresos, a los trabajadores del metal el aumento del 5% de sus salarios, y a los médicos hasta el 60%.
De creer lo que dicen estos comentaristas la situación social de ambos países se resumiría en que mientras la combatividad y la solidaridad que se ve al oeste del Rin sería una especie de “reliquia”, un residuo de un anticuado «romanticismo revolucionario» específico de una Francia que no se ha puesto al día; el corporativismo y el egoísmo que, supuestamente, prima en Alemania sería el signo distintivo del mundo presente y del futuro.
¿Qué tiene de cierto esta descripción aparentemente fundamentada en hechos tan “palpables”? Es verdad que la lucha de clases se desarrolla, por lo general, más explosivamente y con un carácter más abiertamente político en Francia que en Alemania. Esto es así por razones históricas ya que el arranque de la lucha de clases en Francia fue el resultado no tanto de la gran revolución burguesa de 1789 y sí de la lucha de masas del proletariado francés, desde las insurrecciones de Junio de 1848 y la Comuna de París en 1871 hasta las huelgas masivas de Mayo-Junio de 1968. También es innegable que, a corto plazo, el potencial de extensión de las actuales luchas obreras en Alemania es aún pequeño en comparación con lo que hemos visto en Francia. Efectivamente las recientes luchas en Alemania de los trabajadores del sector público, los médicos y los del sector del metal, se han quedado encerradas en la habitual y tradicional negociación salarial, cuidadosamente apadrinada y aislada por los sindicatos, mientras que la lucha de los jóvenes obreros en los institutos y las universidades en Francia tomó rápidamente el carácter de un movimiento de masas. Y es que mientras estos jóvenes intentaron durante semanas extender su lucha a los trabajadores de las fábricas y las oficinas, en el caso de Alemania ni siquiera en centros de trabajo donde distintos sectores planteaban sus reivindicaciones (como sucedía por ejemplo en los hospitales con los médicos y el personal de enfermería), existió un atisbo de una lucha común. También es verdad que mientras el movimiento en Francia, sobre todo al principio, ha estado autoorganizado; en Alemania no ha existido un movimiento de asambleas masivas autoorganizadas por los propios huelguistas.
Estos son los hechos. O, mejor dicho, algunos hechos. Pero ¿son los hechos más determinantes? No. Los hechos verdaderamente determinantes son la creciente bancarrota del capitalismo, la acentuación de los ataques contra la clase obrera en todos los países, y el resurgimiento internacional de las luchas de la clase obrera. Partiendo de estos hechos, sí puede comprenderse lo que de común hay en la situación social de Alemania y Francia. El resurgimiento actual de la lucha de clases se acompaña de una maduración subterránea de la conciencia, que ocasionalmente emerge a la superficie, y que reposa en gran medida en una nueva generación del proletariado. Ambos factores están contribuyendo a un proceso que anuncia y prepara la huelga de masas del futuro. El “secreto” de la actual situación tanto en Francia como en Alemania consiste en una maduración – aún embrionaria – de las condiciones de la huelga de masas, forma característica de la lucha del proletariado en la etapa de la decadencia capitalista.
La preparación de este movimiento aparece nítidamente en Francia a través de la naturaleza masiva de la luchas de los estudiantes de enseñanza media y de universidad, y su empuje por extender el movimiento al conjunto de la clase. Pero esa misma preparación se manifiesta igualmente en Alemania a través de la simultaneidad de luchas en diferentes sectores, así como la incorporación al combate de nuevos sectores (por ejemplo los médicos), y el papel central de los trabajadores de las grandes industrias en estas luchas. Pero, sin duda, lo más importante es la simultaneidad en la lucha de estos dos batallones centrales del proletariado de la Europa continental inscrita en una recuperación internacional de la lucha de la clase obrera.
Al mismo tiempo que se desarrollaban estas luchas en ambas orillas del Rin, cerca de un millón de empleados municipales británicos se han movilizado contra el recorte de sus pensiones. También trabajadores de correos católicos y protestantes han protestado juntos en las calles de Belfast. En Estados Unidos cientos de miles de trabajadores emigrantes se han manifestado contra su status de “ilegales”. El pasado año asistimos al gran movimiento de huelgas en Argentina, a la espectacular huelga de los trabajadores del metro en Nueva York como las de Estocolmo, y la del aeropuerto londinense de Heathrow. Y ya en este año hemos visto las luchas contra los despidos en la AEG de Nuremberg y en la SEAT de Barcelona, etc.
Una situación de este tipo ya se vivió a comienzos del siglo XX (la huelga de masas en Rusia en 1905), a finales de la 1ª Guerra Mundial, y en los años posteriores a 1968 cuando se puso punto final a la contrarrevolución estalinista. Podemos decir por tanto no sólo que la huelga de masas es siempre un fenómeno internacional, sino que se prepara siempre a nivel mundial, a través de una serie de escaramuzas más o menos significativas. Al contrario que la Huelga General tan publicitada por los sindicatos, y sobre todo por los anarquistas, en la que un día “D” todos juntos abandonarán el trabajo; la huelga de masas se va gestando a lo largo de todo un período y su preocupación no es sólo la paralización de la economía capitalista y el aparato político del poder, sino, al mismo tiempo, el mantenimiento de todos los servicios necesarios para el bienestar de la población o el desarrollo de la lucha.
Después de casi nueve semanas de huelga parece que, con el acuerdo en las negociaciones salariales en Baden-Württemberg, se ha terminado la que la sido la huelga más larga en el sector público alemán desde la 2ª Guerra Mundial. El resultado de ese acuerdo es que, a partir de Mayo, la jornada laboral de 220 mil empleados municipales del Sudoeste de Alemania, será de 39 horas en lugar de las 38’5 actuales. Cuando escribimos este artículo, aún no se ha firmado ese acuerdo para el conjunto de los Länder. Por ello los sindicatos tratan de escamotear este resultado e incluso de presentarlo como “una victoria” de los huelguistas. Esta claro sin embargo que, al menos en lo referente a la duración oficial de la jornada laboral, el capital ha abierto una brecha muy importante. De ahora en adelante los explotadores se afanarán en tratar de prolongar la jornada laboral, y a extender este tipo de medidas al conjunto de la clase trabajadora.
Lo más importante de esta lucha, sin embargo, ha sido el desinterés con que los trabajadores han acogido las convocatorias de huelga dictadas por el sindicato Ver.di. En las primeras semanas de lucha los basureros constituyeron la punta de lanza del movimiento. Pero cuando tras cinco semanas de huelga, comprobaron que nada indicaba que pudieran ganarla, estos trabajadores, que tienen bastante experiencia de lucha, comenzaron a volver progresivamente al trabajo. Muchos de ellos expresaron que sentían que se les estaba conduciendo directamente a una derrota y que, de continuar en huelga, sólo conseguirían que la derrota fuera aún más grave. A partir de entonces la huelga ha tenido un carácter más virtual que real, pudiéndose ver como se trabajaba normalmente en centros que los sindicalistas habían inundado de carteles que anunciaban “en huelga”. Es como si el sindicato Ver.di. quisiera esconder con tanto papel su incapacidad para movilizar a los trabajadores.
Desde un análisis simplista se diría que la falta de entusiasmo de los trabajadores por luchar beneficia a los capitalistas. Pero eso depende en realidad de los motivos que llevan a los trabajadores a rehusar la huelga. En este caso ha resultado fundamental el hecho de que el sindicato Ver.di pusiera la cuestión de la jornada laboral en el centro de las reivindicaciones, pero no como medio para limitar la duración de la explotación, sino instilando el veneno reformista de que así podría reducirse el desempleo masivo que asola a los trabajadores. Por ello los trabajadores acogían con frialdad los llamamientos sindicales que con toda su alma propagaban este reformismo ilusorio, ya que difícilmente se iban a movilizar por semejante patraña. No en vano la última reducción de jornada en el sector público se saldó con la eliminación de más de 1 millón de puestos de trabajo.
Para más INRI, uno de los objetivos principales de la burguesía en esta huelga era aumentar significativamente la implantación de los sindicatos en este sector, puesto que si, por ejemplo en el metal el índice de afiliación a los sindicatos supera el 80%, en cambio en el sector público este índice es, para los intereses de la burguesía, alarmantemente bajo. Es verdad que Ver.di. ha podrido implantarse en algún sector puntual, sobre todo presentándose como abanderado de la lucha contra la privatización de los servicios (una ilusión que pronto se desvanecerá). Pero precisamente en los sectores donde la presencia de la joven generación obrera es mayoritaria, tales como el personal de enfermería de los hospitales, lo cierto es que los agitadores sindicales fueron mirados con extrañeza y recelo. Aquí sí podemos apreciar un claro paralelismo con lo que se ha desarrollado en Francia. Allí la joven generación, aunque dada su escasa experiencia no reconocen aún el carácter antiproletario de los sindicatos, empieza sin embargo a verlos como algo del pasado, como dinosaurios.
Una preocupada burguesía alemana ha empezado ya a sacar consecuencias del este fracaso de Ver.di., y empieza a discutir abiertamente la necesidad de fragmentar a los trabajadores mediante sindicatos puramente corporativos de cada profesión, como la recién nacida Vereinigung Cockpit de los pilotos, o el sindicato de maquinistas ferroviarios. La clase dominante sabe, por experiencia, que muy frecuentemente en la historia, sectores de la clase obrera han desoído los llamamientos sindicales de huelga, pero han demostrado más tarde estar dispuestos a luchar por sí mismos.
Aquí podemos comprobar como uno de esos sindicatos marcadamente corporativos – en este caso el Marburger Bund – se basta para mantener “controlada” la situación en los hospitales. Hemos visto como la lucha no sólo ha quedado limitada al estamento médico sino también muy marcada por ilusiones reformistas, reivindicando por ejemplo que esta lucha beneficiaba al interés del capital nacional, pues se trataba de impedir que los médicos alemanes emigren a otros países en busca de mejores salarios.
La situación de los médicos desmiente rotundamente, sin embargo, la propaganda burguesa de que la cuantiosa reclamación salarial de éstos abriría aún más la disparidad salarial entre diferentes sectores obreros, lo que probaría la creciente “insolidaridad” entre los asalariados. Más bien todo lo contrario. Los hachazos a las condiciones de vida de los médicos en los últimos años han sido tales que ni siquiera un aumento salarial del 30% podrían compensarles de ellos. Muchos médicos auxiliares deben hacer tal cantidad de horas impagadas, que su salario por hora es muchas veces menor incluso que el del personal de enfermería.
Pero además del hecho de que este sector ha entrado en lucha por vez primera, lo más significativo de esta huelga ha sido como ha planteado la cuestión de la solidaridad, ya que aunque indudablemente ha supuesto un caos considerable y un aumento de la carga de trabajo para otros trabajadores hospitalarios, nadie, ni entre los pacientes, ni entre el resto del personal sanitario ha protestado contra la huelga de los médicos. Incluso algunos enfermeros han empezado a decir que habría que preparar una huelga por las mismas reivindicaciones que los médicos – incrementos salariales del 30% - y luchar junto a ellos. Para este sector el problema más acuciante no es tanto la duración de la jornada laboral, sino la prohibición de realizar horas extraordinarias, lo que ha hecho reducir sus ingresos más de un 25 %.
Sin embargo el sindicato Ver.di. decía que el hecho de que los médicos aceptasen trabajar tantas horas y que lucharan en cambio porque les fueran remuneradas, suponía una puñalada por la espalda a los trabajadores que defienden la jornada de 38’5 horas semanales. Pero esto es una más de sus despreciables mentiras. Si los médicos deben desarrollar estas jornadas de hasta 60 horas semanales es porque además de cuidar a los pacientes deben ocuparse de sus estudios e investigaciones. Por ello su reivindicación de que esa extensa jornada se vea pagada es plenamente proletaria, y por ello, también esta exigencia ha suscitado la comprensión y la simpatía en el conjunto de la población. El generoso corazón de los trabajadores ha sentido que sobre todo los médicos auxiliares, no sólo defienden sus propias condiciones de vida, sino también la situación sanitaria de la población en su conjunto. Aquí aparece un esbozo de una de las características de la futura lucha revolucionaria: la comprensión de que la lucha de la clase productiva de la sociedad actual es una lucha por los intereses del conjunto de la humanidad.
Contra esto no se ha hecho esperar la airada reacción que, en cambio, se dedican a sembrar cizaña entre unos trabajadores y otros. La “Hoja informativa” nº 25 del sindicato Ver.di. del Hospital Universitario de Colonia conminaba a los médicos: «Apoyamos en parte vuestras reivindicaciones pero sabéis, como sabemos todos, que en el hospital hay un solo pastel para repartir, así que no podéis pretender quedaros con la mitad de la tarta».
Es aún pronto para saber si estamos o no ante la mayor huelga de esta concentración clave del proletariado alemán y europeo. Lo que sí queda claro es que estos trabajadores han sufrido un brutal hachazo de sus salarios en los últimos años y que no están dispuestos a seguir aguantándolos más. Y, lo que es aún más significativo: la combatividad de los trabajadores de este sector es ya un factor muy importante de la situación social. Sólo en Baden-Württemberg, donde se encuentra la mayor parte de empresas de este sector y región que ha estado a la vanguardia de las luchas obreras en estos últimos años, hay más de un millón de estos muy cualificados trabajadores. Esta región, además, es fronteriza con Francia, por lo que la burguesía tiene realmente difícil escamotear los movimientos de masas que han tenido lugar al otro lado del Rin. Dado el gigantesco potencial del proletariado alemán, no es de extrañar que uno de los primeros resultados de las luchas en Francia sea que el gobierno alemán haya desistido, incluso antes de que lo retirara el francés, de poner en práctica un ataque a la protección por desempleo de los jóvenes muy similar al CPE auspiciado por la burguesía francesa.
Ya cuando el gobierno Kohl quiso degradar el salario que se percibe por enfermedad, las grandes empresas del metal encabezadas por la factoría Mercedes de Sttutgart, demostraron su disposición a luchar explícitamente en interés de todos los trabajadores. Esta idea resurgió en el verano de 2004 durante las luchas de la Mercedes en Sttutgart y Bremen.
Los elementos de las futuras luchas de la clase obrera como cuerpo unitario van madurando aunque aún se hallen en un estado muy embrionario. Por ello, una de las principales tareas del presente, es asimilar y ayudar a fructificar esas valiosísimas semillas.
Traducido de Weltrevolution (publicación de la C.C.I. en Alemania).
11/Abril/2006.
Esta primavera, cientos de miles de trabajadores inmigrantes, la mayoría de ellos “ilegales”, como les llama la burguesía, predominantemente de países latinoamericanos, han tomado las calles de las ciudades más importantes de Estados Unidos, de Los Angeles a Dallas, Chicago, Washington DC, o Nueva Cork, en protesta contra la amenaza de medidas legales enérgicas en su contra propuestas por el ala derecha del partido Republicano. Pareció como si el movimiento estallara de la noche a la mañana, surgiendo de ninguna parte ¿Qué significan estos acontecimientos y cual es la naturaleza de clase de este movimiento?
La legislación anti-inmigración que consiguió el visto bueno de la Cámara de Representantes y que provocó las manifestaciones, criminalizaría la inmigración ilegal, convirtiéndola por primera vez en un delito. Actualmente ser un emigrante ilegal supone una violación del derecho civil, pero no un delito criminal. Los inmigrantes ilegales serían, según esta ley, arrestados, juzgados, condenados y deportados, y perderían cualquier posibilidad de volver legalmente a Estados Unidos en el futuro. De hecho se anularían las leyes estatales que prohíben a las entidades estatales locales, comisarías de policía, colegios o servicios sociales, denunciar extranjeros ilegales a los oficiales de inmigración, y se sancionaría con multas a los empresarios que los contrataran. Con esta ley, más de 12 millones de inmigrantes se verían confrontados a la deportación. Esta extrema ley no cuenta con el apoyo de la fracción dominante de la burguesía, puesto que no se corresponde con los intereses globales del capitalismo de Estado americano, que claramente necesita trabajadores inmigrantes para cubrir empleos mal pagados, para servir como ejército de reserva de obreros desempleados y subempleados que presione a la baja los salarios de toda la clase obrera. Se oponen a esas medidas enérgicas la administración Bush, los dirigentes Republicanos del Senado, los Demócratas, los alcaldes de las grandes ciudades, los gobernadores, los empresarios de las grandes empresas que necesitan explotar un abundante suministro de trabajadores inmigrantes (en los restaurantes, las empresas de venta al pormenor, las de envasado de cárnicos, las de servicios del hogar, la agricultura, y la construcción), y los sindicatos, que sueñan con sacar cuotas de esos obreros indigentes. Esta variopinta tropeé de burgueses “defensores” de los obreros inmigrantes, está a favor de una legislación más moderada, que estreche la frontera, y reduzca drásticamente el número de nuevos inmigrantes; pero permita que los emigrantes ilegales que llevan en el país un cierto número de años puedan legalizar su situación, obligando al mismo tiempo a los que lleven menos de dos años a abandonar Estados Unidos, pero con la posibilidad de volver legalmente en el futuro. Se pondría en marcha una especie de programa para obreros “huéspedes”, que permitiera a los obreros de fuera encontrar trabajo temporal legal en USA y mantener así un suministro de mano de obra barata.
En este contexto político y social han estallado las manifestaciones de los obreros inmigrantes. Pisando los talones de las revueltas de los jóvenes inmigrantes desempleados del otoño pasado en Francia, y de la lucha contra el CPE esta primavera, o la huelga del transporte de NYC en Diciembre, las manifestaciones de los emigrantes han sido saludadas por los izquierdistas de todo pelaje, y también por muchos grupos anarquistas y libertarios. Es totalmente cierto que los emigrantes amenazados por esta ley son un sector de la clase obrera confrontado a una explotación dura y brutal, que padece unas horribles condiciones de vida, sin acceso a los servicios sociales ni sanitarios, y que su situación demanda la solidaridad y el apoyo de toda la clase obrera. Esta solidaridad es aún más necesaria puesto que tradicionalmente la burguesía utiliza el debate sobre el status legal de los inmigrantes para suscitar el racismo y el odio, para dividir al proletariado enfrentando a unos obreros con otros; mientras al mismo tiempo se beneficia de la explotación de los obreros inmigrantes. Podría haber sido una lucha en un terreno proletario, pero hay una gran diferencia entre lo que pudiera ser y lo que realmente sucede.
No hay que hacerse ilusiones que nos impidan ver la verdadera naturaleza de clase de las manifestaciones recientes; en gran medida han sido una manipulación burguesa. Sí, los obreros han salido a la calle, pero totalmente en el terreno de la burguesía, que ha tramado una provocación, que ha manipulado y controlado el movimiento y lo ha dirigido a las claras. Es cierto que han habido algunos ejemplos, como los paros espontáneos de los estudiantes mexicanos inmigrantes de los institutos en California –los hijos de la clase obrera- que implican ciertas similitudes con la situación en Francia, pero este movimiento no se ha organizado en un terreno proletario ni ha sido controlado por los propios obreros inmigrantes. Las manifestaciones, que movilizaron cientos de miles de personas, fueron convocadas por los media hispano parlantes, es decir, por la burguesía “latina”, con el apoyo de grandes empresas y políticos del “establishment”.
El nacionalismo ha envenenado el movimiento; nacionalismo latino que estalló en las manifestaciones, o el enfermizo aluvión de reafirmación americanista que siguió después, y aún nacionalismo racista en oposición a los inmigrantes, fomentado por los programas de radio y por el ala derecha de los republicanos. Cuando hubo quejas en los media de que muchos manifestantes inmigrantes en California llevaban banderas mexicanas y de que esto mostraría que serían más leales a su patria de origen que a la de adopción, los organizadores del movimiento suministraron miles de banderas americanas para hacerlas ondear en las manifestaciones que siguieron en otras ciudades, y reafirmar así la lealtad patria y el americanismo de las protestas. A finales de Abril, la radio emitió una versión del himno nacional grabada por estrellas hispanas del pop. Por supuesto los nacionalistas de derecha anti-inmigrantes se lanzaron contra esta versión en español del himno USA como una afrenta a la dignidad nacional. La solicitud de la ciudadanía, que es un rollo legal totalmente burgués, es otro ejemplo de un terreno no proletario de lucha. Esta ideología nacionalista putrefacta está diseñada para cortocircuitar completamente la posibilidad de que los obreros emigrantes y los nacidos en USA puedan reconocer su unidad de clase esencial.
Pero en ningún otro sitio se hizo tan evidente como en las manifestaciones masivas en NYC la naturaleza capitalista del movimiento; en Abril se concentraron 300000 inmigrantes ante el Ayuntamiento, donde recibieron el apoyo del alcalde, el Republicano Michael Bloomberg, y de los senadores Demócratas Charles Schumer y Hilary Clinton, que se dirigieron a la multitud y alabaron su lucha como ejemplo de americanismo y patriotismo.
Hace ya casi 20 años desde el último gran esfuerzo para reformar la inmigración, emprendido entonces por la administración de Reagan, que garantizaba la amnistía para los inmigrantes ilegales. Pero esa amnistía no sirvió para nada para contener la marea de inmigrantes ilegales, que ha continuado sin cesar las ultimas dos décadas, porque el capitalismo USA necesita un suministro constante de mano de obra barata y porque los efectos de la descomposición social del capitalismo en los países subdesarrollados han degradado tanto las condiciones de vida como para empujar a cada vez más trabajadores a buscar refugio en las metrópolis capitalistas relativamente más prósperas y estables.
Para la burguesía es hora de estabilizar la situación de nuevo, ya que cada vez se hace más difícil absorber el flujo de inmigrantes y tolerar una situación en la que millones de obreros no están integrados oficialmente en la economía o la sociedad, no pagan impuestos, y no están documentados, después de casi 20 años de status ilegal. Por una parte, esto ha llevado a la administración Bush a recurrir a toscas medidas para restringir la inmigración en l a frontera, por ejemplo militarizando la frontera con Mexico, construyendo literalmente un muro de Berlín que haga más difícil que los inmigrantes puedan cruzar la frontera. Por otra parte, la administración también ha favorecido la legalización de los trabajadores que llevan más de dos años en el país. Puesto que la economía USA, en una proporción importante, necesita un flujo constante de mano de obra barata, es muy poco probable que los millones de trabajadores que han estado menos de dos años en el país a los que se “pida” que se vayan lo hagan realmente. Seguramente se quedarán ilegalmente y serán la base para la futura mano de obra ilegal que la economía capitalista va a continuar precisando, como fuerza de trabajo barata y para presionas a la baja los salarios del resto de trabajadores.
La obstinación de la derecha en no aceptar esta realidad refleja la creciente irracionalidad generada por la descomposición social, que previamente se manifestó en la dificultad de la clase dominante en USA para conseguir los resultados deseados en las elecciones presidenciales. Cuesta de creer que la extrema derecha no se de cuenta de la imposibilidad de deportaciones de masas de 12 millones de personas y de la necesidad de estabilizar la situación. Es sólo una cuestión de tiempo que la fracción dominante de la burguesía acabe imponiendo su solución al problema y cedan las manifestaciones de masas, al tiempo que la burguesía va integrando a la población recientemente legalizada en el proceso político dominante.
Internationalism, Abril 2006
Desde principios de febrero y a pesar la dispersión debida al periodo de vacaciones escolares, los estudiantes universitarios y los de institutos de la mayoría de las grandes ciudades del país se han movilizado para expresar su cólera contra los ataques económicos del gobierno y de la patronal, contra el CPE (Contrato de Primer Empleo) La burguesía ha decidido ocultar sistemáticamente los acontecimientos. Ha preferido dirigir día tras día sus cámaras y sus artículos de prensa hacia los “éxitos” siniestros de la “banda de bárbaros”[1].
¡La cólera de los estudiantes es totalmente legítima!
Las instituciones de lo que es la educación nacional (escuelas primarias, institutos, universidades,...) se han transformado en fábricas de parados, en reservas de mano de obra barata. Que los estudiantes han comprendido bien esta cuestión lo demuestra entre otras cosas la decisión que ha tomado la asamblea de estudiantes de Caen de enviar delegaciones a las empresas próximas y a los jóvenes parados de los pueblos cercanos animándoles a que se solidaricen con su lucha.. El CPE es simplemente la precariedad organizada. Y la precariedad no afecta únicamente a los jóvenes. Muy al contrario el paro, la miseria, la precariedad afectan despiadadamente, directa o indirectamente a todas las generaciones obreras. Por eso en algunas universidades -Paris III Censier, es un ejemplo- los profesores, y el personal ATOS[2] se han puesto también en huelga en solidaridad con los estudiantes.
¡El CPE es una expresión del fracaso del capitalismo!
El pasado mes de noviembre, frente a los disturbios en los barrios, la burguesía, su gobierno, sus partidos políticos, impusieron el orden declarando el Estado de Sitio y expulsando del país a los jóvenes emigrantes que no respetan su “tierra de acogida”. Hoy los que nos gobiernan quieren continuar con su sucio trabajo de “librarse de la escoria” a costa de los hijos de la clase obrera. Y lo hacen, en esto el cinismo no puede ser mayor, en nombre de la “igualdad de oportunidades” que les prometen con el CPE. Con el CPE, los estudiantes que tropiecen con la “oportunidad” de encontrar un trabajo al terminar los estudios quedarán a merced de sus patronos; y a partir de ahí, ninguna posibilidad de encontrar vivienda, de fundar una familia, de alimentar a sus hijos. Eso significa ni más ni menos que cada día irán al trabajo con el miedo en el cuerpo, con la angustia de que les den la famosa “carta de recomendación” en la que aparece la siniestra sentencia: ¡DESPEDIDO! ¡He aquí la esclavitud asalariada! ¡He ahí el capitalismo!
La única “igualdad” que contiene el CPE es la igualdad en la miseria: encierro en barrios convertidos en verdaderos ghettos, trabajos precarios, paro, RMI[3], supervivencia diaria, aguantar el día como se pueda,...¡Este es el “radiante porvenir” que la clase dominante, la burguesía, y su Estado “democrático” prometen y garantizan a los hijos de la clase obrera!
Estos jóvenes cuyos padres se movilizaron en 2003 contra la reforma del sistema de pensiones y a quienes el predecesor de Villepin, señor Raffarin, tuvo la geta de decirles: ¡La calle no es quien gobierna!
Tras el duro golpe asestado a los “viejos” y futuros jubilados, los golpes van ahora contra los “jóvenes” y futuros parados. Con el CPE el capitalismo muestra abiertamente su verdadero rostro, la cara de un sistema decadente que no tiene ningún porvenir que ofrecerle a las nuevas generaciones. Un sistema gangrenado por una crisis económica insoluble. Un sistema que desde que terminó la segunda guerra mundial ha gastado sumas inmensas en la producción de armamentos cada vez más sofisticados, mortíferos y destructivos. Un sistema que desde la guerra del Golfo de 1991 no ha cesado de anegar de sangre el planeta. Es el mismo sistema fracasado, la misma clase capitalista contra las cuerdas quien arroja a millones de seres humanos a la miseria y al paro, la que siembra la muerte en Irak, en Oriente Medio, en Costa de Marfil,...
Un día tras otro el sistema capitalista que domina el mundo nos ofrece pruebas clarísimas de que debe ser derrocado. Y porque han comenzado a entenderlas es por lo que en la universidad de Paris Tolbiac, en una asamblea general, los estudiantes aceptaron una propuesta en la que se afirmaba que “es necesario acabar con el capitalismo”. Por lo mismo en Paris Censier, el viernes 3 de marzo, los estudiantes han invitado a una compañía de teatro a venir a cantar canciones revolucionarias. Ondean Banderas rojas y la Internacional es cantada por cientos de alumnos, profesores y personal ATOS. Distribuyen el “Manifiesto comunista” de Marx y Engels. En el recinto de la universidad pronuncian la palabra REVOLUCIÓN y la repiten sin descanso. Cerca de donde está el espectáculo se discute de la lucha de clases, se evoca la revolución rusa de 1917 y las grandes figuras del movimiento obrero, como Rosa Luxemburgo vilmente asesinada como su camarada Kart Liebknecht en 1919 durante la revolución alemana por asesinos a las órdenes del partido socialista que dirigía el gobierno.
Par enfrentar la “banda de los bárbaros” pero con elegante corbata, que nos gobierna, las jóvenes generaciones deben recordar la experiencia de sus predecesores. Rememorar especialmente lo que ocurrió en Mayo de 1968.
La huelga masiva de Mayo de 1968 nos muestra el camino
En la vorágine de movimientos que había alcanzado con anterioridad a las universidades de la mayoría de los grandes países desarrollados, en particular las de Estados Unidos y las de Alemania; los estudiantes de las universidades francesas se movilizaron masivamente también en mayo del 68. Pero esta movilización tomó otra dimensión cuando todos los sectores de la clase obrera entraron en lucha: ¡Nueve millones de trabajadores en lucha! Los estudiantes más conscientes y combativos superaron entonces sus reivindicaciones específicas para proclamar que su combate era el mismo que el de la clase obrera. Llamaron a los obreros a acudir a las universidades ocupadas para discutir de la situación y de sus perspectivas. Por todas partes se discutía de la Revolución, de la necesidad de destruir el capitalismo.
Mayo 68 no desembocó en la Revolución puesto que esta no era todavía posible ya que el capitalismo estaba en el comienzo de su crisis. Pero los burgueses pasaron un susto de muerte. Y sí el gobierno consiguió controlar la situación fue porque los sindicatos hicieron toda lo que estaba en su mano para que los obreros volvieran al trabajo y fue también porque los partido de Izquierda, esos que se presentan como los defensores de los trabajadores, llamaron a participar en las elecciones organizadas por el régimen de De Gaulle.
Mayo 68 ha mostrado que la Revolución no es una vieja y polvorienta pieza de museo, que ella no pertenece a un pasado ya superado sino que representa el único futuro posible para la sociedad. Además, este gran movimiento de la clase obrera, que fue seguido por numerosas luchas obreras en muchos otros países, ha mostrado a la clase dominante que no podía alistar a los explotados tras las banderas nacionales, que no tenía las manos libres para desencadenar una Tercera Guerra Mundial, como lo hizo en 1914 y 1939. Sí en nuestra época, contrariamente a la de los años 30, la crisis económica no ha desembocado en una masacre generalizada es precisamente gracias a las luchas de la clase obrera.
El porvenir está en manos de las jóvenes generaciones
El movimiento de la juventud contra el CPE muestra que los gérmenes de una nueva sociedad empiezan a madurar en las entrañas de la vieja sociedad capitalista agonizante. El porvenir está en las manos de la nueva generación. Los estudiantes de enseñanza media y los universitarios tienden a tomar conciencia de que, como futuros parados y futuros precarios, pertenecen, en su gran mayoría, a la clase obrera. Una clase explotada que el capitalismo tiende a excluir cada vez más de la producción. Una clase que no tendrá otra opción que desarrollar sus luchas para defender sus condiciones de vida y el porvenir de sus hijos. Una clase que no tendrá otra alternativa que destruir el capitalismo para acabar con la explotación, la miseria, el desempleo y la barbarie. Una clase que, sólo ella, puede construir un mundo nuevo, que no esté basado en la concurrencia, la explotación y la búsqueda del beneficio, sino en la satisfacción de todas las necesidades de la especie humana.
En 1914, los hijos de la clase obrera, cuya gran mayoría eran todavía adolescentes, fueron enviados a las trincheras para servir de carne de cañón. La hiena capitalista se revolcó en la sangre de los explotados, había segado las jóvenes generaciones que Rosa Luxemburgo llamó la “fina flor del proletariado”
Frente a este sistema capitalista, que mutiló y masacró a los hijos de la clase obrera enviados al frente en 1914 y que volvió a repetir lo mismo en 1939, la “fina flor del proletariado” del siglo XXI tendrá la responsabilidad de destruirlo desarrollando la lucha junto con toda la clase obrera, junto con todas sus generaciones.
Recientemente en Brasil, en la universidad Victoria de Conquista, los estudiantes han manifestado la voluntad de discutir la historia del movimiento obrero. Han comprendido que solo sumergiéndose en la experiencia de las generaciones del pasado, las nuevas generaciones podrán retomar la llama del combate que llevaron sus padres, sus abuelos, sus tatarabuelos. Estos estudiantes comprendieron que podían retomar este pasado, un pasado que deberá reapropiarse y que gracias al cual las jóvenes generaciones podrán construir el porvenir. Ellos han descubierto que la historia de la lucha de clase, la historia viva que no se aprende únicamente en los libros (y menos aún en los pupitres de la escuela) sino también en la acción. Ellos han osado hablar, plantear cuestiones, expresar desacuerdos, confrontar argumentos.
En las universidades de Francia, como en las de Brasil, hay que abrir los anfiteatros, las Asambleas Generales, a todos los que –obreros, parados, revolucionarios- quieren acabar con el capitalismo.
La única perspectiva: unidad y solidaridad de toda la clase explotada
Desde hace unos meses, en todos los países, el mundo del trabajo se ve sacudido por huelgas tanto en el sector público como en el sector privado: en Alemania, en España, en Estados Unidos, en India, en América Latina. Contra el desempleo y los despidos, por todas partes los huelguistas han puesto por delante la necesidad de la solidaridad entre generaciones, entre activos y parados.
Estudiantes universitarios y de la enseñanza media, vuestra cólera contra el CPE se quedaría en palos de ciego si os quedáis aislados, encerrados dentro de los muros de la universidad o del instituto. Excluidos de los lugares de producción, no tendréis ningún medio de presión sobre la burguesía paralizando la economía capitalista.
Trabajadores asalariados, desempleados, jubilados, es necesario movilizarse pues son ahora vuestros hijos quienes son atacados. Sois vosotros quienes habéis producido o producís todas las riquezas de la sociedad. Sois vosotros el motor de la lucha contra el capitalismo.
Jóvenes parados de las barriadas, vosotros no estáis solos ni excluidos. Hoy os tratan de “canallas” pero esto no es nuevo: en 1968 vuestros padres que se rebelaron contra la explotación capitalista eran tratados de “perros falderos”.
La única perspectiva, el único porvenir, no están en las violencias ciegas o los incendios de vehículos. El único porvenir está en la lucha solidaria y unida de toda la clase obrera, de todas las generaciones. Tenemos que expresar en las huelgas, en las Asambleas Generales, en las discusiones en los lugares de trabajo o de estudio, en las manifestaciones callejeras, TODOS UNIDOS, nuestra cólera contra el desempleo, el empleo precario y la miseria.
¡Abajo el CPE! ¡Abajo el capitalismo! La clase obrera no tiene nada que perder excepto sus cadenas. Ella tiene todo un mundo por ganar.
Corriente Comunista Internacional 6-3-06
[1] Se refiere a unos individuos que secuestraron y torturaron a un joven judío, tema sobre el cual los llamados “medios de comunicación” se han volcado morbosamente.
[2] Personal administrativo y de servicios
[3] Es un tipo de renta verdaderamente miserable para personas en situación de desempleo indefinido
La represión que el Estado ha lanzado en contra de la población de Oaxaca deja al descubierto el verdadero rostro feroz y sanguinario de la democracia. La ciudad de Oaxaca se encuentra de desde hace más de 5 meses como un polvorín donde la presencia de cuerpos policiacos y paramilitares han sido el brazo principal para extender el terror estatal. La invasión a domicilios, el secuestro y la tortura son los mecanismos que el Estado utiliza en Oaxaca para establecer el “orden y la paz”. El resultado de la incursión policíaca no tuvo un “saldo blanco”, como lo dice el gobierno, en realidad se produjo dejando decenas de “desaparecidos”, diversos presos y por lo menos 3 muertos (sin contar las cerca de 20 personas que fueron abatidas por las guardias blancas desde mayo a octubre de este año).
La clase dominante hace 6 años, divulgó que, con la llegada del gobierno de Fox se entraba a un “período de cambio”, pero la realidad puso al desnudo que el capitalismo por más cambios que haga de personajes o partidos en su gobierno no puede ofrecer ninguna mejora... como nunca ha quedado confirmado que lo único que puede ofrecer este sistema es mayor explotación, miseria y represión. Ante los acontecimientos que se vienen sucediendo en Oaxaca, el conjunto de la clase obrera debe hacer una reflexión profunda, reconociendo que la actuación brutal y represiva que se ejerce, no es propia de un gobierno o de un funcionario, sino es la naturaleza del capitalismo, al mismo tiempo se precisa reconocer las debilidades y dificultades en que los trabajadores se encuentran metidos. Se requiere hacer un balance general sobre el significado de estas movilizaciones, de manera que en la reflexión de los trabajadores se integren estas preocupaciones y se saquen las lecciones que les permita preparar adecuadamente los próximos combates.
Las manifestaciones presentes en Oaxaca son sin duda una expresión del descontento existente en los trabajadores contra la explotación y la ignominia del capitalismo. Las movilizaciones presentes en esa región sintetizan el descontento existente entre los explotados por la continua degradación de sus condiciones de vida, de manera que surgieron como resultado de un coraje real y revelaron una disposición a la lucha, no obstante, esa potencia ha sido entrampada por la burguesía logrando que los objetivos, los métodos y la conducción de las acciones quedaran fuera del control de los trabajadores.
Las pugnas que se desarrollan en el interior de la burguesía ha podido atrapar el descontento social y aprovecharlo en su beneficio, transformando lo que fue un combate por mejoras salariales en un movimiento sin perspectivas en tanto queda atorado entre el repudio a una fracción burguesa formada por viejos caciques y el apoyo a una fracción “democratizadora”. Pedir la destitución de Ulises Ruiz es un apoyo explicito al bando burgués que pretende relevarlo. En esa disyuntiva falsa los trabajadores pierden en cualquiera de los casos, y su fuerza de clase queda reducida a simple comparsa de la burguesía. La clase dominante desde antes de las manifestaciones de mayo, buscaba usar a las masas de explotados como “grupo de presión” para afectar a alguna de las fracciones burguesas en pugna. La intervención abierta de Esther Gordillo, de Murat, del mismo Ulises Ruiz, y otros, a través del sindicato de maestros (SNTE-CNTE, incluyendo los sectores “críticos” como el CCL) devela que los intereses de la burguesía, sobre todo la de los caciques de la región sureña, son los que han dominado y aprovechado el descontento. Una lucha que empezó empujada por la miseria y criticando la explotación capitalista, se transformó en una movilización que atribuye esa miseria a la “mala gestión” del bandido en turno, por lo que se conforma con la búsqueda de la democratización del sistema.
De frente a estas movilizaciones el sistema ha mostrado abiertamente su naturaleza sanguinaria, pero este uso del terror por parte Estado va más allá de la represión a los manifestantes de Oaxaca. La incursión de las fuerzas militares y policíacas en Oaxaca no ha tenido como objetivo principal el exterminio de la Asamblea Popular de Pueblo de Oaxaca (APPO), sino fundamentalmente busca extender el terror como mecanismo de advertencia y amenaza para el conjunto de los trabajadores. El terror de Estado se ha desatado mediante la combinación de fuerzas represivas del gobierno federal y estatal, poniendo en evidencia que aún cuando hay pugnas entre las diferentes pandillas de la burguesía, logran establecer acuerdos para llevar a cabo su tarea represiva, por eso suponer que es posible “dialogar” con un sector del gobierno, es alimentar la falsa esperanza de que existen sectores de la burguesía “progresista” o “abierta”. Justamente por ese hecho mantener como objetivo principal de las movilizaciones la salida de Ulises Ruíz del gobierno de Oaxaca, es ampliar la esperanza en que el sistema capitalista al democratizarse o cambiar de personajes puede mejorar. El limitar la reflexión y el desvío de la fuerza social hacia la impugnación de Ulises Ruíz, no ayuda al desarrollo de la conciencia, por el contrario extiende la confusión y alienta la confianza en la posibilidad de que los explotados puedan beneficiarse con un “mejor gobierno”.
Lo que ha hecho la APPO, con su consigna de “unificación” en contra de Ulises Ruiz, no es empujar a la reflexión colectiva y al accionar consciente, sino ha extendido la confusión y el sometimiento de la fuerza social a los intereses de algunas de las fracciones burguesas en pugna.
La demostración más clara de cómo el combate ha perdido la claridad de sus objetivos, y se desvía hacia el apoyo indirecto de alguna fracción de la clase dominante, es la colocación en segundo plano al problema del aumento salarial, dejando en primer lugar a la renuncia del gobernador. Esto permitió que el sindicato y el gobierno federal presentaran el problema del aumento salarial como un asunto técnico, de simple dotación adecuada de recursos a una región mediante la planificación de las finanzas públicas, a la vez que aísla el problema, presentando así al problema de bajos salarios como un problema “local”, sin importancia para el resto de los asalariados.
De la misma forma, los métodos de lucha usados: plantones, marchas desgastantes, bloqueos y enfrentamientos desesperados, no ayudan a alentar la solidaridad, por el contrario los aísla y los presenta como blanco fácil de la represión.
En el mismo sentido las “bombas propagandísticas” colocadas por la guerrilla, no ayuda en nada al desarrollo de la conciencia y menos aún debilita al sistema, por el contrario se coloca como expresión desesperada de desclasados, sino es que se trata de un simulacro que el mismo Estado ha construido para contar con un “pretexto” para arreciar la represión.
La composición social de la APPO (conformada por organizaciones “sociales” y sindicatos) revela que el control de ésta organización (y sus decisiones) no está en manos de los trabajadores. Esta estructura por estar dominada fundamentalmente por los sectores no asalariados (lo cual ya es una muestra de su debilidad) pero sobre todo, por ceder la discusión y la reflexión al dominio de sindicatos y grupos del aparato de izquierda del capital (enlazados de manera directa o indirecta a los intereses de fracciones de la burguesía), permite reconocer que su naturaleza no es proletaria. Eso hace que la fuerza potencial de los trabajadores que participan en ella se diluya. Esta fuerza no puede exponerse en una estructura en donde a pesar de presentar la forma de una organización orientada mediante pretendidas asambleas abiertas, hay, en la práctica la manifestación de su verdadera esencia, es decir, el de un frente interclasista que se conduce con la confusión y desesperación de las clases y estamentos medios. Este hecho queda demostrado con el llamado que ha hecho para transformarse en una estructura permanente (Asamblea Estatal de los Pueblos de Oaxaca), en su convocatoria (9-Nov-06) define a la Constitución creada por la burguesía mexicana en 1917 como un “documento histórico que refrenda la tradición emancipadora de nuestro pueblo...” por lo que llama a su defensa, así como al “... territorio y los recursos naturales...” Es decir, su radicalismo se reduce a la defensa de la ideología nacionalista, que es verdadero veneno contra los trabajadores. Más aún en una falsificación del internacionalismo proletario, definen en su convocatoria, la necesidad de “Establecer lazos de cooperación, solidaridad y fraternidad con todos los pueblos de la tierra para la construcción de una sociedad justa, libre y democrática; una sociedad verdaderamente humana...”, y para tal fin indican que pugnarán por “la democratización de la ONU...”.
La constitución de la APPO no significó un avance para el movimiento de los trabajadores, por el contrario, su creación está ligada al sometimiento del descontento genuino de los trabajadores. La APPO surgió como la “camisa de fuerza” para someter la combatividad proletaria. Las agrupaciones estalinistas, maoístas, trotskistas y sindicatos que la forman han sabido desnaturalizar el coraje y las expresiones solidarias, imponiendo una orientación y una actuación alejada de los intereses de los trabajadores y del resto de los explotados, por eso las comparaciones que hacen de la APPO con estructuras como el Soviet, o “embriones del poder obrero”, constituyen un ataque artero contra las verdaderas tradiciones del movimiento obrero.
La organización proletaria se distingue porque los objetivos que defiende están en referencia directa a sus intereses y sus necesidades como clase, es decir en la defensa de sus condiciones de vida. No persigue una defensa de la “economía nacional”, de empresas de estatales, ni mucho menos la democratización del sistema que lo explota; busca ante todo mantener una independencia política de la clase dominante, que le permita asumir el combate contra el capitalismo.
Por eso las luchas reivindicativas de los trabajadores representan la preparación de la crítica radical de la explotación, en tanto se presentan como una resistencia a las leyes económicas capitalistas, y es la radicalización de esta lo que abre el camino hacia la revolución. Son momentos que forman parte de la preparación de los combates revolucionarios que habrá de enfrentar el proletariado, eso las hace ser el germen de la lucha revolucionaria.
Los trabajadores, como una clase internacional e internacionalista requiere hacer suyas las experiencias de sus combates pasados, por eso es fundamental, para impulsar el desarrollo de la conciencia, recobrar las lecciones de las movilizaciones desarrolladas por estudiantes y trabajadores en Francia contra el Contrato de Primer Empleo (CPE) en la primavera del 2006. Lo fundamental de estas movilizaciones fue su capacidad de organización, que logra mantener un control tal que impide que sindicatos e izquierdistas desvíen su objetivo central contra el CPE. En el mismo sentido se encuentran las movilizaciones de los trabajadores de Vigo en España (mayo-2006), que logran enfrentar el sabotaje sindical, defendiendo su reivindicación salarial a través del control de sus asambleas y la extensión de su lucha.
La defensa de sus condiciones de vida, la independencia organizativa y la reflexión masiva que estos movimientos lograron, son lecciones que pertenecer al conjunto del proletariado y que debe de hacer valer en sus combates.
18-noviembre-2006
Una vez más, Oriente Medio está en llamas. Los aviones y los barcos israelíes están bombardeando sistemáticamente Beirut y otros lugares del norte y del sur del Líbano. Cientos de civiles han sido muertos o lisiados de por vida y las infraestructuras vitales han sido destruidas. Los refugiados huyen de las áreas más bombardeadas en número creciente. Cuando escribimos este texto se están dando los preparativos para algún tipo de invasión terrestre por parte del ejército israelí. En el sur, en Gaza, unos pocos meses después de la retirada de las fuerzas israelíes, toda el área se ha convertido de nuevo en un campo de batalla entre las tropas israelíes y las organizaciones palestinas armadas. El bloqueo israelí de ambas regiones está estrangulando la economía y causando incalculables sufrimientos a las poblaciones locales. Sin embargo, la población israelí se ve crecientemente presa del temor: los cohetes de Hizbollah han segado varias vidas en el norte donde 8 personas fueron muertas por los misiles terrestres en un depósito ferroviario de Haifa.
La razón declarada para esta enorme ofensiva del Estado israelí es el secuestro de soldados por Hamas en el sur y por Hizbollah en el norte. Pero esto no es más que un pretexto: Israel ha usado la crisis como una oportunidad para inutilizar o liquidar el régimen de Hamas en los territorios ocupados y para pedir que el Estado libanés desarme a Hizbollah (cosa que está por encima de sus posibilidades). Está intentando arrastrar Siria e Irán al conflicto, lanzando ruidosas amenazas a Siria, mientras que alega que uno de los objetivos del bombardeo del Líbano es evitar que los soldados secuestrados sean transferidos a Irán que es quien arma y apoya a Hizbollah.
Amenaza de guerra regional
El conflicto actual contiene la amenaza de una escalada que degenere en una guerra regional. Dado que Oriente Medio es una zona estratégica vital, cada guerra no involucra únicamente a Israel y sus vecinos árabes y palestinos sino también a las grandes potencias mundiales. En 1948, rusos y americanos apoyaron la formación del estado de Israel como medio de romper el control de las viejas potencias coloniales, Gran Bretaña y Francia, que habían dominado la región. La guerra de Suez en 1956 confirmó que USA era el nuevo patrón: humilló a Francia y Gran Bretaña pidiendo que cesaran su incursión contra el régimen de Nasser en Egipto. Las guerras de 1967, 1973 y 1982 se integraron en el conflicto global entre el bloque ruso y americano, con Estados Unidos apoyando a Israel y Rusia por su parte sosteniendo a la OLP y a los regímenes árabes.
Con el colapso del bloque ruso en 1989, se estableció un escenario de “Pax Americana” entre Israel y Palestina. Los Estados Unidos se convirtieron en los promotores de los acuerdos de Oslo de 1993. Su esperanza era que sí apaciguaban el conflicto Israel /Palestina ello les permitiría transformarse en dueños sin disputa de la región. Previamente, la enorme demostración de fuerza realizada por USA en Irak en 1991 había perseguido idéntico objetivo.
Pero todos los esfuerzos del imperialismo norteamericano para imponer un “Nuevo Orden” en Oriente Medio se han reducido a nada. Tras los acuerdos de Oslo, pero especialmente tras la Segunda intifada del 2000, ha habido un conflicto constante en Israel /Palestina –un interminable carrusel de bombas suicidas seguidos de brutales represalias israelíes que a su vez daban paso a nuevos atentados suicidas relevados por más represalias. Simultáneamente, los esfuerzos de USA para asegurar su dominio en Afganistán e Irak –lo que llaman la “guerra contra el terrorismo”- le han estallado en la cara creando dos nuevos Vietnam y zambullendo ambos países en un caos indescriptible. Al igual que la escalada actual en el Líbano, la población iraquí está siendo diariamente atormentada por horrorosas masacres sectarias, mientras que en Afganistán el gobierno sostenido conjuntamente por Estados Unidos y Gran Bretaña, ha perdido el control de la mayoría del país. Peor aún, los efectos de la pesadilla en Irak y Afganistán se proyectan sobre Israel – Palestina y viceversa. La postura provocadora de Israel respecto a Irán constituye la respuesta al callejón sin salida donde se ha metido Estados Unidos en su tentativa de detener el programa nuclear de Teherán, mientras que la progresión que experimenta el terrorismo islamista en Irak refuerza las acciones de Hamas y Hizbollah. En fin, las despiadadas matanzas perpetradas por bandas terroristas en Nueva York, Madrid y Londres, confirma que la guerra de Oriente Medio se proyecta irreversiblemente sobre el centro del sistema.
En resumidas cuentas, Oriente Medio está demostrando no tanto el control americano sobre la situación sino el desarrollo de un caos incontrolable. Esto es gráficamente mostrado por la actitud ultra-agresiva de Israel. No es Israel quien sigue las orientaciones norteamericanas sino que son estos quienes se ven arrastrados por las aventuras del Estado Sionista. Particularmente, los gestos provocadores de Israel hacia Irán parecen tener como objetivo empujar a USA hacia un conflicto abierto con Teherán, cuando Washington conoce muy bien que sus manos están atadas en Irak y Afganistán y que no está en buena posición para abrir un nuevo frente contra Irán.
Los rivales de USA se preparan para sacar ventaja
Las otras grandes potencias están agitando las banderas de la paz como hicieron anteriormente cuando la invasión de Irak. Francia y Rusia han condenado la “desproporcionada” operación militar de Israel en Líbano. Gran Bretaña ha adoptado una línea más independiente: ha lanzado agudas críticas a los “castigos colectivos” impuestos por Israel en Gaza y ha realizado una escandalosa exhibición enviando barcos de guerra para evacuar a sus súbditos de Líbano. Estas potencias, sin embargo, no están interesadas en la paz sino en el mantenimiento de sus propias esferas de influencia en la región. Tratan de sacar provecho de la debilidad americana, sin embargo, ninguna de ellas tiene la capacidad para tomar el relevo como gendarme mundial y sus conflictivos intereses imperialistas les impiden cualquier política común coherente. Tal es la razón por la que en la reunión del G8 las grandes potencias han tomado una “postura unida” sobre el Líbano a la que ha seguido inmediatamente un rosario de mutuas recriminaciones y desacuerdos.
Todos los Estados y fuerzas involucradas en este conflictos están muy ocupadas en poner en marcha planes militares y diplomáticos que correspondan a sus intereses particulares. Ciertamente, cada uno utiliza los métodos de cálculo más “racionales” para la consecución de sus propios planes, pero todos ellos se hayan atrapados en un proceso fundamentalmente irracional: el deslizamiento inexorable del sistema capitalista en una guerra imperialista, la cual está tomando de forma creciente un carácter de guerra todos contra todos. Incluso el poderoso Estados Unidos se ve completamente arrastrado a este abismo. En el pasado, cuando las civilizaciones estaban en sus etapas de agonía, se hundían en una dinámica de guerras interminables. El hecho de que el capitalismo se haya convertido en un sistema de guerra permanente constituye la prueba más clara de que hoy está en un estado de profunda decadencia y que la continuación de su supervivencia se ha convertido en un peligro mortal para la humanidad.
La lucha de clases es la única salida
¿Sí todos los planes de paz del capitalismo están condenados al fracaso qué alternativa existe frente al desorden imperialista que reina? Desde luego no la constituyen las varias pandillas nacional-religiosas que alardean de “resistencia” al imperialismo en Palestina, Irak o Afganistán –Hamas, OLP, Hizbollah, Al Qaeda …- Ellos están completamente integrados en la lógica del imperialismo tanto sí actúan por su propia cuenta como si lo hacen al servicio de alguno de los Estados capitalistas existentes. Sus objetivos-tanto el establecimiento de nuevos estados nacionales como el sueño de un Califato Islámico pan árabe en Oriente Medio- solo pueden ser el resultado de guerras imperialistas. En cuanto a sus métodos –que siempre conllevan la masacre indiscriminada de las poblaciones- son precisamente los de los Estados a los que dicen oponerse.
La única oposición al imperialismo es la resistencia de la clase obrera contra la explotación, porque solo ella puede ir creciendo hasta convertirse en una lucha abierta contra el sistema capitalista, una lucha para reemplazar este sistema moribundo de ganancias y de guerra por una sociedad únicamente orientada hacia la plena satisfacción de las necesidades humanas. Dados que todos los explotados del mundo tienen los mismos intereses, su lucha de clase es internacional y no tiene ningún interés en aliarse con ningún estado frente a otro. Sus métodos se oponen directamente a la agravación del odio entre grupos étnicos o nacionales, porque su necesidad es unir juntos a todos los proletarios de todas las naciones en una lucha común contra el Capital y el Estado.
En Oriente Medio, la espiral de conflictos nacionalistas ha hecho la lucha de clase muy difícil pero ella existe sin embargo –por ejemplo, en las manifestaciones de trabajadores palestinos en desempleo contra las autoridades palestinas, en las huelgas de trabajadores del sector público de Israel contra los presupuestos de austeridad del gobierno. Pero la fuente más viva capaz de crear una brecha en el muro de la guerra y del odio en Oriente Medio, está fuera de la región, en la lucha creciente de los trabajadores de los países capitalistas centrales. El mejor ejemplo de solidaridad de clase que podemos dar a las poblaciones que están sufriendo los horrores directos de la guerra imperialista en Oriente Medio, es el desarrollo de la lucha tal y como se vivió en los futuros trabajadores de las universidades y de los institutos franceses, o en el metal de Vigo en España, o en los trabajadores de Belfast o del aeropuerto de Londres.
Corriente Comunista Internacional 17-7-06
¿Por quién hemos de tomar partido?
¿Por los periódicos occidentales que han publicado ridículas caricaturas de Mahoma con el único objeto de provocar e insultar a un grupo minoritario, con el pretexto de la libertad de expresión?
¿O, por los manifestantes islámicos que desfilan por las calles llamando a que se repitan atentados como los del 11 de Septiembre, 11-M o los recientes de Londres, para castigar a “Gran Bretaña” o a “Europa”?
¿Con cuales de esos valores hemos de identificarnos; con los de la moderna democracia occidental o con los del Islam? ¿Cuál de ambas civilizaciones posee una moral más elevada o responde mejor a los problemas de la humanidad?
Para nosotros – comunistas, internacionalistas, militantes de la lucha de clases – la respuesta es: NINGUNA. El llamado “choque de civilizaciones” es una confrontación en el seno de una única civilización: el capitalismo. Y esta “civilización” se encuentra, en todo el mundo, en su etapa histórica de mayor decadencia.
Los “defensores de la libertad de expresión” se presentan como los depositarios del “progreso” y de la “ilustración” contrarios a las supersticiones medievales y a la censura religiosa. Pero hace mucho tiempo ya que el capitalismo, incluida su versión democrática, ha dejado de representar progreso alguno para la humanidad. Los discursos actuales de la burguesía en pro de la libertad y contra los prejuicios religiosos no tienen nada que ver con la lucha, revolucionaria en su momento, de sus antepasados contra el oscurantismo feudal, sino que se han convertido, pura y llanamente, en excusas para emprender en sus propios países sórdidas campañas racistas contra minorías étnicas, o para aventuras imperialistas en el exterior.
Pero tampoco podemos decir que la “comunidad musulmana” mundial suponga alternativa alguna al “decadente Occidente”. “Oriente” es igualmente decadente. El predominio de la religión en gran cantidad de esos países subdesarrollados, es la expresión ideológica, de un sistema que ha sojuzgado a sus leyes al conjunto del planeta, pero que nunca será verdaderamente capaz de unirlo y desarrollarlo. Si millones de personas se vuelcan hoy hacia la religión se debe a que el actual orden mundial no les ofrece más perspectiva que la miseria y la guerra.
Los “países islámicos” son igualmente naciones capitalistas, aunque figuren entre las más débiles y las menos competitivas. Y eso no cambiará por mucho que los regímenes musulmanes acaben convirtiéndose en un Califato fundamentalista. El Islam, como todas las religiones, no sólo no supera la división en clases de la sociedad, sino que sirve, en todo el mundo, precisamente para someter a los explotados a sus explotadores.
La clase obrera tiene la misión histórica de liberar a la humanidad de todo tipo de mistificación. El Islam y el Cristianismo son aún mitologías muy poderosas que sirven a la perpetuación del presente sistema social. Pero la democracia es la más poderosa de esas mitologías precisamente porque aparenta no serlo. Elegir entre una u otras únicamente puede beneficiar los intereses de la clase dominante, e impedirnos desarrollar nuestra propia perspectiva, que es la única perspectiva para la humanidad: el comunismo.
Amos, 4/2/2006.
Publicado por World Revolution, publicación de la Corriente Comunista Internacional en Gran Bretaña.
Cómo ya sabréis por los medios de “información”, ayer por la tarde los estudiantes de las universidades de la región parisina fueron a la Sorbonne, que desde hace varios días está ocupada por alrededor de cincuenta estudiantes de esta facultad situada en el centro de París. La asamblea general de estudiantes de ayer por la mañana de la facultad de Censier, había decidido enviar una delegación masiva para llevar comida a sus camaradas, cercados en la Sorbonne por un cordón de policías.
Cientos de estudiantes entraron por la fuerza en la Sorbonne por las ventanas; pero el movimiento de solidaridad con sus camaradas hechos rehenes es muy heterogéneo. Ciertos estudiantes, sobre todo los de Censier, han intentado discutir con los gendarmes. Algunos gritaban la consigna: «¡CRS[1] únete!», otros «¡el RMI[2] para Sarkozy!». Los antidisturbios no cargaron, aunque los más nerviosos dieron empujones y algún porrazo. A pesar de las escaramuzas, que sepamos no ha habido arrestos en ese momento. Parece evidente que las fuerzas del orden tenían la consigna de no cargar, lo que permitió que los estudiantes entraran en la Sorbonne forzando las puertas y las ventanas. Cientos de estudiantes caían así en una trampa.
Esa misma noche la situación cambió y hubieron enfrentamientos violentos entre los estudiantes y las fuerzas del orden. A las 4 de la madrugada, los CRS evacuaron la Sorbonne a trompazos y con bombas lacrimógenas. Muchos estudiantes fueron arrestados.
Los hijos de la clase obrera han sufrido pues la misma tragedia que la cabra del Sr. Seguin[3]. Han aguantado hasta la madrugada y luego el lobo se los ha comido.
Frente a la represión, los arrestos y la ocupación policial de las universidades, llenas de soplones y agentes especiales, la CCI denuncia rotundamente los ataques que el Estado “democrático” burgués ha desencadenado contra los hijos de la clase obrera. La CCI se declara solidaria con los hijos de la clase obrera, atacados con el CPE[4], golpeados y arrestados por la policía.
Hoy “el orden reina” en la Sorbonne. Los hijos de la clase obrera han perdido una batalla, pero el proletariado no ha perdido la guerra de clases.
La mejor solidaridad que la clase obrera puede aportar a las jóvenes generaciones frente a los ataques del capitalismo, es emprender desde ahora la lucha en todos los sectores contra el CPE, contra todos los ataques la burguesía y contra la represión. La clase obrera tiene que exigir la liberación de sus hijos capturados en los coches celulares.
Para eso hay que desarrollar en los centros de trabajo asambleas generales masivas, lugares de discusión. Hay que hacer manifestaciones masivas en la calle.
Pero antes de movilizarse es preciso reflexionar, discutir todos juntos sobre las perspectivas y los medios de lucha; puesto que el fin no justifica todos los medios. Los elementos más conscientes y más claros de la clase obrera, los elementos más conscientes de la juventud estudiantil tienen que jugar un papel de vanguardia para que la respuesta contra el CPE no sea una aventura sin futuro. Lo que ha pasado en la Sorbonne esta noche es sólo un episodio de un movimiento más amplio, un movimiento que en un momento u otro va a extenderse como una mancha de aceite más allá de las fronteras nacionales.
Pero volvamos ahora rápidamente a los acontecimientos de las últimas semanas.
A pesar del bloqueo de los medias burgueses, y particularmente de la TV, a pesar de la dispersión del periodo de vacaciones escolares, desde el principio del mes de Febrero, los universitarios, y en menor medida los estudiantes de institutos, se han movilizado en la mayoría de las universidades de las grandes ciudades del país para protestar contra el famoso CPE que acaba de adoptarse en la Asamblea nacional.
Desde que tuvimos eco de lo que pasaba en las facultades, y particularmente en Paris 3-Censier, movilizamos inmediatamente nuestras fuerzas para intentar comprender lo que pasaba y el significado de este movimiento.
Hoy podemos afirmar claramente que ese movimiento de jóvenes estudiantes no tiene nada que ver con una agitación interclasista, a pesar de que, evidentemente, en las facultades hay hijos de la burguesía y de la pequeña burguesía, la mayoría hostiles a la huelga y que se hacen muchas ilusiones sobre el porvenir que les promete el capitalismo. La lucha de los estudiantes contra el CPE, sea cual sea su resultado, no es sólo una llamarada, una revuelta sin porvenir. La CCI saluda vivamente este movimiento que se inscribe plenamente en el combate de la clase obrera.
¿Porqué?
Primero porque la revuelta de estudiantes es una respuesta legítima a un ataque económico directo, masivo y frontal contra el conjunto de la clase obrera. Con el «Contrat Première Embauche» las nuevas generaciones tendrán aún más precariedad y miseria cuando terminen su formación.
Luego porque los estudiantes se han movilizado inmediatamente en un terreno de clase, como han mostrado magistralmente en la manifestación del 7 de Marzo. Han sido capaces de dejar de lado sus reivindicaciones específicas (como la reforma del LMD[5] por ejemplo), para plantear reivindicaciones con las que se identifica toda la clase obrera.
En fin, porque por primera vez desde Mayo del 68 hemos visto a los estudiantes lanzar consignas llamando a la solidaridad y la unidad de toda la clase obrera: «¡Trabajadores, desempleados, universitarios y estudiantes de institutos, una misma lucha!».
En realidad han ido más lejos que en Mayo del 68: al contrario que la generación de Mayo del 68, que estaba fuertemente marcada por el espíritu contestatario y lo que entonces se llamaba «conflicto generacional», hoy los estudiantes han planteado la necesidad de luchar unidos, no sólo todos los sectores de la clase obrera, sino también las distintas generaciones, los que son atacados con el CPE y los jubilados y futuros jubilados que serán atacados con un contrato «dernière embauche» (de último empleo).
Si la nueva generación, en ciertos aspectos, es mucho más madura que la de finales de los años 60, es precisamente porque las condiciones objetivas han madurado: la crisis económica se ha profundizado y pone al descubierto hoy la quiebra irremediable del sistema capitalista.
Pero los estudiantes de hoy han ido aún más lejos que sus mayores de Mayo del 68 en la forma en que han tomado la lucha a su cargo, apropiándose sorprendentemente y notablemente de los métodos de lucha del movimiento obrero y haciendo vivir la solidaridad en la lucha. Y este método se ha visto claramente en las asambleas generales en Censier; no en el encierro de la Sorbonne.
Lo primero queremos evocar lo que ha pasado estos días en la facultad de París 3-Censier.
Todos los días, los estudiantes y los asalariados[6] en huelga ocupan los anfiteatros y celebran asambleas generales masivas.
Hemos sido testigos de lo que ha sucedido en estas asambleas de Censier y podemos afirmar rotundamente que funcionan según el modelo de los Consejos obreros. La riqueza de las discusiones, en las que todos pueden tomar la palabra y expresar su punto de vista, la forma en que la tribuna organiza los debates, las votaciones, la formación de diferentes comisiones, el nombramiento de delegados elegidos y revocables que tienen que rendir cuentas a las asambleas soberanas, toda esta dinámica, este método de lucha, son los que han surgido en los momentos más álgidos de la lucha de clases: en 1905 y 1917 en Rusia, en 1918 en Alemania, en Polonia durante la huelga de masas en agosto de 1980.
Para nosotros, está claro que el pulmón del movimiento, el epicentro del seísmo, no está en la Sorbonne, donde los estudiantes se han encerrado en la facultad, rodeada por los CRS. El epicentro del seísmo está en la facultad de Censier, y la burguesía lo sabe. Por eso los medias han hecho mutis total sobre las asambleas generales de Censier.
Los estudiantes de Censier han conseguido arrastrar a sus profesores y al personal administrativo a la huelga. Han conseguido desarrollar un movimiento solidario y unido, hasta tal punto que se ha decidido hacer asambleas comunes los estudiantes y los asalariados de la facultad.
¿Cómo estos jóvenes, algunos –incluyendo dirigentes del movimiento- en el primer año de facultad, han podido avanzar tan rápido y tomar decisiones como las que hemos visto desde la manifestación del 7 de Marzo?
Simplemente porque el rechazo del Sr. Villepin[7] a tomar en cuenta sus reivindicaciones después de la manifestación del 7 de Marzo ha empujado a los estudiantes a abrir sus asambleas generales a los asalariados y a darles la palabra. En 1968, fue precisamente el encierro de los trabajadores en las fábricas, preconizado por los sindicatos, lo que permitió a la burguesía llevar a la clase obrera a la derrota.
La mayoría de obreros ya no podían ir a discutir con sus camaradas de otras fábricas ni con los estudiantes, puesto que se dejaron encerrar tras los muros de sus centros de trabajo. Los jóvenes tienen que aprender de esta experiencia para impedir las maniobras y evitar las trampas que les tienden los saboteadores de todo pelaje que quieren enviarles a la derrota divididos y aislados.
Pero para volver a lo que ha pasado en Censier desde el 7 de Marzo:
Después de la manifestación, una pequeña minoría de obreros de otros sectores, militantes revolucionarios y padres de estudiantes en lucha fuimos a ver lo que pasaba en las facultades. Y lo que vimos y escuchamos en las asambleas generales de Censier nos llevó a reconocer en esta movilización estudiantil contra el CPE un combate que se integra plenamente en la lucha de la clase obrera. Una vez más tenemos que insistir que el porvenir de la sociedad humana está en manos de la nueva generación. El viejo topo de la historia, como decía Marx, ha trabajado bien; el marxismo, la teoría revolucionaria del proletariado, se ha verificado.
Los militantes de la CCI hemos intervenido en las asambleas generales como trabajadores y padres de estudiantes en lucha; pero lo que ha guiado el sentido general de nuestras intervenciones es el cuadro de análisis de la CCI, que es lo que puede dar una perspectiva para que la lucha de los estudiantes no quede aislada.
Desde que hemos comprendido lo que estaba pasando en Censier, hemos decidido combatir el trabajo sucio de los medias burgueses; por eso nuestra hoja de intervención se está traduciendo a otros idiomas (ya está en nuestra página web en inglés y en español, lo que quiere decir que la clase obrera y los universitarios de Europa y del continente americano pueden informarse de lo que pasa en Francia).
En las asambleas generales de estos dos últimos días, los profesores de la universidad de Censier y el personal administrativo han aportado un soplo de aire fresco al movimiento. Han hecho varias intervenciones para afirmar que participarían activamente en la extensión de la lucha en las facultades; han tratado de arrastrar a los estudiantes más vacilantes y hostiles a la lucha ofreciéndoles garantías de que no se penalizaría a los alumnos huelguistas en los exámenes o las becas.
En fin, para resumir, retomamos y hacemos nuestro esto que dijo un profesor de París 3 : «Los estudiantes de Censier han inventado algo nuevo, algo muy pujante que va a arrastrar tras ellos a otras universidades. Y eso lo hemos visto muy claramente en la manifestación del 7 de Marzo»
Efectivamente, ¿Qué pasó el 7 de Marzo?
Más de mil estudiantes se juntaron en el atrio de la facultad de Censier para ir juntos a la manifestación organizada por todos los sindicatos y partidos de izquierda. Cuando se dieron cuenta de que los cortejos sindicales, y particularmente el de CGT[8], se situaba a la cabeza de la manifestación, los estudiantes se dieron la vuelta, tomaron el metro para situarse delante de las cohortes sindicales arrastrando tras de sí a sus camaradas de otras facultades. De esta forma, los jóvenes estudiantes en lucha se unieron espontáneamente a la cabeza de la manifestación tras una única pancarta, gritando consignas unitarias, exigiendo la retirada pura y simple del CPE; mientras que el panfleto difundido por el PCF[9] ¡no dice ni una palabra de la retirada del CPE! (lo tenemos aquí y los camaradas pueden comprobarlo)
Gracias a este truco de sioux, de los estudiantes de Censier, el cortejo del viejo dinosaurio estalinista se quedó a la cola de los chicos del Mamut de la educación nacional[10]. La CGT se vio obligada a enganchar sus vagones herrumbrosos a la locomotora de esta joven generación, una generación que Rosa Luxemburgo llamaba con razón, ¡«la flor y nata del proletariado»!
Como en Mayo del 68, la clase dominante y sus fuerzas de encuadramiento en las filas obreras han sido sorprendidas y superadas por la situación. Y, tenemos que reconocerlo, en cierta medida, a la CCI también nos ha sorprendido la vitalidad y la creatividad de los estudiantes más lanzados.
Una prueba de que la CGT no había previsto el desplante que recibió es que, tras la manifestación del 7 de Marzo, en una entrevista televisada en la cadena LCI, el líder de la CGT, Bernard Thibault, declaró a los periodistas que: «Es verdad que en esta manifestación había una parte imprevista».
También debido a esta «parte imprevista», porque la situación les ha desbordado, las “fuerzas” del PCF nos agredieron en la manifestación, principalmente en nuestro puesto de venta. Uno de los “fuertes” nos dijo: «Me dan ganas de partiros la cara. No tenéis vergüenza de repartir vuestro folleto [Cómo pasó el PCF al terreno del capital] cuando ya no hay estalinistas en el PCF» (sic)
Vamos a detenernos aquí por lo que concierne a los hechos anecdóticos. Los camaradas, y sobre todo los estudiantes que están en la sala, podrán completar, rectificar o precisar esta presentación en el debate.
Pero sí queremos plantear brevemente un punto sobre el mutis de los medias.
Acordémonos que el otoño anterior, cuando se produjeron los disturbios en los barrios periféricos, la burguesía no se privó de dar la matraca ideológica a bombo y platillo, no sólo en Francia, sino en todos los rincones del planeta. En todas partes, en todos los países de todos los continentes, los disturbios en Francia fueron portada de los periódicos y los informativos de TV.
¿Qué pasa hoy con los medias? Hasta la manifestación del 7 de Marzo, punto en boca, día tras día nos han machacado con la gripe aviar, el sórdido asunto de la “banda de los bárbaros”[11] y otras cortinas de humo para entretener a la galería y sobre todo para no hablar de lo esencial, es decir, de la movilización de los estudiantes contra el CPE.
¿Porqué los medias a sueldo del capitalismo han guardado silencio sobre la huelga de estudiantes y sin embargo metieron tanto ruido sobre los disturbios en los suburbios? Sencillamente porque, al contrario de los altercados desesperados de los jóvenes de los suburbios, la lucha de los estudiantes no es un fogonazo que se extingue apenas prender, sino que es portadora de una perspectiva de futuro para la sociedad.
Y si hoy los medias rompen el muro de silencio es sólo para servir los intereses de la burguesía. Nos presentan a los estudiantes como simples revoltosos. Ese es el mensaje que quiere hacer colar Mr Tony Blair, como se puede comprobar en la portada del Times, que el día siguiente de la manifestación del 7 de Marzo ponía en titulares: «RIOTS…», es decir, revueltas, altercados, «en las universidades fracesas».
En cuanto a los medias franceses, ahora aportan su granito de arena al sabotaje de la lucha de clases. No únicamente los diarios de derechas, como Le Figaro, o Le Parisien, sino también los de izquierda, como Liberation, dirigido por el ex/sesentayochesco Serge July, que nunca se verá afectado por el paro.. Así la edición del 10 de Marzo de Liberation se distribuía gratuitamente en el hall de Censier, porque había un pequeño artículo ridículo sobre la huelga en esta facultad, titulado «un aire de Mayo del 68».
El mensaje es, si se nos perdona la expresión, muy puta. Un aire de Mayo del 68 quiere decir que los estudiantes se habrían dedicado exclusivamente a cantar canciones revolucionarias, invitando al grupo de teatro “Jolie môme” el 3 de Marzo al recinto de la facultad; pero no se dice ni una palabra sobre la dinámica de las asambleas generales, sobre la unidad y la solidaridad del movimiento, que ha arrastrado a los profesores y al personal administrativo a la huelga.
Y este silencio no se debe para nada a que los periodistas de Libé o de la TV no estuvieran al corriente, puesto que han ocupado la facultad con sus cámaras y entrevistas. El Estado francés puede acuñar una preciosa medalla para sus periodistas y sus imágenes tan artísticas.
Para la CCI está claro que el movimiento de la juventud universitaria da miedo a la clase dominante. Monsieur Villepin y sus colegas, de derechas y de izquierdas, simplemente tienen miedo de que la creatividad de los estudiantes de Censier de malas ideas al conjunto de la clase obrera.
El silencio de los medias, la falsificación de sus informaciones, los “retoques” de sus cámaras, de sus reportajes y de sus entrevistas, sólo significan una cosa: son una ilustración del canguelo de la burguesía. Y este miedo es tanto mayor, cuanto que son los estudiantes más conscientes los que están a la vanguardia del movimiento, Esta vanguardia es la que la burguesía francesa, con sus policías y brigadas especiales quiere desmoralizar y someter al silencio.
Los hijos de la clase obrera que se han movilizado contra el CPE, son los hijos de esos a los que Monsieur Raffarin, para imponer la reforma del sistema de pensiones, tuvo la poca vergüenza de decirles: «la calle no es quien gobierna».
Y la única respuesta de la burguesía a esta protesta contra la precariedad y el paro, es la represión. El CPE es una ilustración de la quiebra del sistema capitalista. La represión muestra hoy claramente el verdadero rostro de la democracia burguesa. La situación social actual tiende a poner de manifiesto que, poco a poco, los de arriba ya no pueden gobernar como antes, porque los de abajo ya no quieren vivir como antes.
Y por eso la burguesía francesa se dispone a emplear todas sus fuerzas en la batalla, para dividir y dispersar el movimiento, para encerrar a los estudiantes en las facultades y así poder «limpiar al Karcher (–a fondo-)»[12], como hizo anoche en la Sorbonne.
En todas las cadenas de TV hemos podido ver hoy las imágenes que la burguesía esperaba, con sus comentarios, como el de Claire Chazal[13]: «el movimiento ha dado un giro a la violencia». Evidentemente no se refería a la violencia de la policía, sino a la de los hijos de la clase obrera, presentados como camorristas, como chusma.
¿Porqué la mano derecha del Estado policial de nuestra bella democracia francesa, Monsieur Sarkozy, ha desencadenado una vez más la represión?
Porque los estudiantes no quieren la miseria capitalista, porque no quieren estar desempleados al final de sus estudios; porque entraron a la Sorbonne para portar su solidaridad y comida a sus camaradas que estaban a punto de desfallecer de hambre. Estos estudiantes han sido golpeados y arrestados sencillamente porque han dado un mal ejemplo de solidaridad en la lucha.
Pero para mantener el combate a largo plazo en la lucha de clases. Los batallones más conscientes del proletariado tienen que guardar en la memoria lo que Marx y Engels decían en El Manifiesto Comunista en 1848: «Los comunistas tienen sobre el resto del proletariado la ventaja de una comprensión clara de las condiciones, la marcha y los fines generales del movimiento proletario». No tienen que olvidar jamás que el arma más decisiva de la clase obrera es antes que nada su conciencia, al contrario de la violencia ciega de los jóvenes rebotados de los suburbios.
¡Frente a la violencia de las milicias del capital a las órdenes de Monsieur Sarkozy, hay que oponer la conciencia de clase en la lucha!
Los elementos más conscientes de la clase obrera tienen que acordarse también de lo que Marx y Rosa Luxemburgo decían: «Al contrario que las revoluciones del pasado, la revolución proletaria es la única revolución de la historia que no puede llegar a la victoria mas que tras toda una serie de derrotas». Precisamente porque la revolución proletaria «saca su poesía del futuro», los revolucionarios no tienen que ceder nunca a la desmoralización y la impaciencia.
[1] Compagnie Républicaine de Sécurité. Los CRS son los cuerpos represivos antidisturbios
[2] RMI: Revenue Minimum d’insertion (salario mínimo, actualmente 433€ por mes; menos de lo que cuesta un alquiler)
[3] Se refiere a un famoso cuento francés en el que una cabra busca su libertad en el monte, sabiendo que tendrá que enfrentarse al lobo –lo que hace durante toda la noche-; que sin embargo se la come por la mañana
[4] Contrat Première Embauche: nueva modalidad de contrato laboral que pretende imponer el gobierno a los jóvenes, por la cual, durante los dos primeros años de trabajo, se les puede despedir sin aviso ni justificación y sin derecho a indemnización. La retirada del CPE es la principal reivindicación del movimiento estudiantil
[5] Licence-Masters-Doctorat, la nueva titulación europea Standard.
[6] Los profesores, los administrativos y el personal de mantenimiento también se han unido al movimiento de huelga
[7] Primer ministro de Francia
[8] Confédération Générale du Travail. Sindicato controlado por los estalinistas
[9] PCF Partido Comunista francés, se trata de los estalinistas
[10] El sistema escolar se conoce habitualmente como “El Mamut”, como le llaman los “reformistas” de derechas e izquierdas –es una referencia a su naturaleza desfasada e inmovilista.
[11] Responsable de un secuestro y asesinato particularmente viles
[12] Una referencia al ministro del interior, Sarkozy, que durante los disturbios de noviembre pasado en los suburbios, declaró que había que limpiarlos «al Karcher» (una especie de aspiración a fondo)
[13] Una conocida periodista de los informativos en “prime time”
No pertenezco a la CCI pero soy un simpatizante, conozco su plataforma, leo su prensa, me comunico y discuto con su sección en España y, para los mal pensados, nadie me ha dicho que escriba estas líneas sino que es una respuesta directa a un escrito (por llamarlo de alguna manera porque ni siquiera tiene ese rango) que vi en la web de la CCI el 26/9/06 y que si no recibieron al día siguiente fue por problemas que tuve en la conexión con Internet. Por tanto lo envío tal como me salió del corazón y de la cabeza y no se, aunque tampoco me importa, cual de las dos cosas tiene mayor importancia porque la solidaridad no es solo cosa de neuronas.
“Con asombro e indignación leo un escrito de alguien que se hace llamar la “H muda” amenazando a los militantes de la CCI en México con darles una “putiza” expresión que no se emplea en España aunque es lo que aquí llamamos paliza. El texto de la amenaza, por el estilo y las expresiones, esta escrito con resentimiento pero sobre todo con la impotencia y el miedo que brota de la falta de argumentos políticos. Yo no quiero insultar al autor o autores, aunque la verdad es que la ocasión es apropiada para una réplica corrosiva que dejaría en un puro hazmerreír el texto de la amenaza, sino llamar su atención sobre que la tradición del movimiento obrero es absolutamente contraria a esos comportamientos de amenazas, de atentados, terrorismo, etc., propios de los explotadores y sus lacayos conscientes o no. La violencia de clase no tiene nada que ver y es opuesta a la del texto de la amenaza y, desde ahora, creo que los responsables de las amenazas deben quedar invitados a una discusión sobre el fondo de lo que denuncian, como también acerca del papel de la violencia; en tal caso, aunque las diferencias sean de gran calado, entenderé que se trata de gente honrada y borraré el primer pensamiento que acudió a mi cabeza cuando leí el escrito, y fue, aunque todo ello se movía en el mundo burgués, cuando en agosto de 1936, al inicio de la Guerra Civil española, en un acto en la Universidad de Salamanca, siendo rector Miguel de Unamuno, que había flirteado políticamente con todos (hasta con el marxismo) y estando presente el general franquista Millán Astray (fundador de la legión extranjera en España) este gritó ¡muera la inteligencia, viva la muerte! Esto no convierte, para mi, a los miembros de la CCI en una gente lista ni a los redactores del texto en unos tontos y potenciales asesinos, pero fue lo que pensé en ese instante. Pero plantear así la diferencia entre amenazados y amenazadores seria una frivolidad y lo coherente estriba en profundizar donde están las posiciones de unos y otros cosa que no concierne a esta toma de posición.
La amenaza de esta gente no debe quedar disuelta en el olvido que impone la tiranía mediática de la actualidad, hay que tenerla muy en cuenta porque es un grano más que se une a otros anteriores efectuadas por otros grupos o personas y pueden crear el ambiente adecuado para pasar de las palabras a los hechos, contra una organización proletaria que no se muerde la lengua a la hora de denunciar a los enemigos de la clase obrera pero, sobre todo, a los más peligrosos, a sus falsos amigos.
Esto no es un articulo sino una toma de posición, en caliente, de solidaridad internacionalista y proletaria contra unos militantes amenazados. Pues bien, sepan que aunque no nos conocemos ni siquiera a nivel de correspondencia y aunque hay miles de kilómetros de distancia (les escribo desde Barcelona) conozco bien sus posiciones y se que se caracterizan por su interés por la discusión y la crítica concebida como un arma del proletariado y que son de los pocos que tienen el coraje de expresar públicamente sus errores (¡otros no se equivocan nunca!) y todo eso tiene sus riesgos como son las amenazas que sufren en México, a pesar de ello, repito, su lucha, sus posiciones, su moral política es la de muchos proletarios anónimos y, en lo que me concierne, sepan que las amenazas hechas por elementos turbios, en tanto que no tienen el valor de dar la cara, tanto si se hacen realidad como si no, las entiendo hechas como contra mi mismo como simpatizante que soy. No están solos, los obreros honrados del mundo, estoy seguro, están a su lado. La amenaza, aunque se lleve a cabo, o el miedo nunca destruirán la conciencia revolucionaria. Hoy los medios de comunicación y transporte han hecho del mundo un lugar reducido y eso tiene sus ventajas para ejercer, no la hipócrita solidaridad burguesa que algunos practican en vuelos organizados (Chiapas, por cierto, es un lugar preferido por los llamados antiglobalizadores y demás izquierdistas españoles) sino la solidaridad internacionalista real, es decir, la que se traduce en hechos concretos y efectivos, hoy solo con la pluma pero si hace falta también con la espada, la clase obrera no dejara abandonado a sus mejores hombres. Por ahora yo solo soy un grano de arena de esa clase. Saludos fraternales y solidarios.”
Germán
Barcelona, 26 de septiembre de 2006
El portavoz de la policía británica que anunció el arresto de varios sospechosos relacionados con la preparación de atentados a los aviones, dijo que el grupo planeaba «asesinatos masivos a escala inimaginable y sin precedentes».
Si lo que preparaban realmente era la destrucción de aviones de transporte de pasajeros cuando sobrevolaran las ciudades americanas, se trata ciertamente de un plan de asesinatos masivos. Los métodos de Bin Laden y de los “yhaidistas” que lo admiran son métodos de barbarie. Las víctimas de sus ataques son en primer lugar y principalmente los explotados y los oprimidos, los trabajadores, los pobres. En Nueva York, Madrid, Londres, Mumbai, Beslan, y todos los días en Irak, la «resistencia islámica» masacra a los que van a trabajar, a los que intentan sobrevivir día a día en una sociedad hostil. De hecho, los métodos de los “yhaidistas” son los mismos que los de las potencias hostiles a los que dicen que se oponen –USA, GB, Israel, Rusia, etc.
Y así como los gobiernos occidentales tratan de fomentar la islamofobia y el racismo contra los musulmanes, la respuesta de los “yhaidistas” es predicar el racismo contra los “infieles”, y en particular contra los judíos, reviviendo las peores mentiras del Hitlerismo. Esas ideologías se usan para justificar verdaderas carnicerías de la población no-musulmana (en las que los musulmanes también mueren a miles, como en Irak). Los “yhaidistas” son realmente el reflejo en el espejo de Bush y Blair y su «guerra contra el terrorismo».
Las atrocidades terroristas contra inocentes ni son «inimaginables», ni «sin precedentes». Los que hoy desde el poder condenan esas recientes tentativas de cometer atrocidades, en realidad llevan a cabo otras mucho mayores; puesto que sus posibilidades son muy superiores. Son auténticos yhaidistas “democráticos” a cargo de los mayores Estados del mundo, responsables de masacres de civiles a escala mucho mayor –en Irak, Afganistán, Líbano, Chechenia… Las guerras desencadenadas por las potencias “democráticas” son el modelo supremo de terror. ¿De qué otra forma se puede catalogar el uso masivo de la fuerza militar para intimidar a la población en diferentes zonas? ¿Qué otra cosa puede ser la devastación de Líbano que Israel está llevando a cabo? ¿O la campaña USA «Shock and awe» (golpear e intimidar) del 2003? ¿Qué fue sino la operación «area bombing»[1] sobre Alemania, ordenada por Churchill al final de la 2ª guerra mundial?
La guerra imperialista es terror contra la humanidad, y los Estados que la practican son tan expertos en los tenebrosos métodos de los “terroristas” como en el terror masivo y diáfano de los bombardeos aéreos. ¿Quién sino la “democrática” América entrenó a Bin Laden para combatir a los rusos? ¿Quién utilizó los grupos protestantes para llevar a cabo asesinatos y atentados en el Ulster? : La “democrática” Gran Bretaña. ¿Qué país ensalza como sus “padres fundadores” antiguos terroristas como Menahem Begin?: el Estado “antiterrorista” de Israel. Y a través de sus espías e informadores, el Estado “democrático” también puede utilizar sutilmente los grupos terroristas, incluso cuando están “en el otro bando”. A pesar de las polémicas oficiales contra las “teorías conspirativas”, hay abundantes evidencias que sugieren que el Estado USA dejó hacer a Al Quaeda en septiembre de 2001; el objetivo –que ya ha sido abiertamente considerado por los teóricos “neocons”- era crear un nuevo Peral Harbour para justificar una amplia ofensiva imperialista en Afganistán e Irak. Y es igualmente capaz de fabricar complots terroristas cuando realmente no hay nada; Juan Carlos de Menezes dejó su vida en uno de estos montajes en Stockwell, y las redadas masivas en Forest Gate en Junio casi suponen otra muerte “accidental”. Porque sea real o inventada la amenaza, el Estado siempre usa las actividades de los terroristas para reforzar su arsenal de leyes represivas, su ingente aparato de informadores y de vigilancia.
Después del 11 de septiembre, Bush planteó una falsa alternativa: o con nosotros o con los terroristas. Hoy mucha gente ha visto las verdaderas intenciones de Bush; pero la mayoría no han podido escapar de ese falso dilema. A muchos jóvenes que ven que el mundo está siendo conducido a un desastre, se les engaña presentándoles el terrorismo como la única “alternativa”. Pero es una falsa alternativa, un callejón sin salida igualmente desastroso, que los convierte en agentes de reclutamiento en una marcha suicida a la guerra imperialista. Esto es evidente en la guerra que se extiende por Oriente Medio, guerra que está también repercutiendo en USA y Europa.
Pero ante la inexorable decadencia de la sociedad actual, que se hunde en la guerra y el caos, hay otra alternativa: la alternativa de la clase explotada, el proletariado, que somos la gran mayoría, y que no tiene ningún interés en dejarse arrastrar a conflictos fratricidas y masacres interimperialistas.
Frente a la aceleración del colapso del capitalismo, que en todas partes del globo ha demostrado que pone en peligro la supervivencia misma de la humanidad, sólo hay una guerra que vale la pena combatir: la guerra de clases, que una a los obreros de todos los países y razas contra los gangsters que gobiernan el planeta, pero que progresivamente están perdiendo el control.
La lucha de clases, que muchos daban por enterrada, estalla hoy de nuevo como puede verse en varios acontecimientos recientes:
- en las asambleas y manifestaciones de los estudiantes franceses, masivamente en huelga en los institutos y las universidades, todos juntos sin distinción de raza, o sexo, etc; un movimiento que, como en 1968, sacudió la arrogancia del Estado, sobre todo cuando cada vez más obreros comenzaron a sumarse al movimiento;
- en la huelga salvaje de los trabajadores de correos en Belfast: oficialmente “católicos” y “lealistas”, se manifestaron sin embargo conjuntamente por las calles de uno y otro “enemigo”, desafiando el cisma nacional y las bandas paramilitares de ambos lados;
- en la huelga de Heathrow el año pasado, donde los trabajadores del handling entraron en lucha en solidaridad con los obreros de Gate Gourmet (servicio de cafetería), uniéndose por encima de divisiones raciales y sexuales, en una indignación común contra la prepotencia tiránica de la patronal, y desafiando al mismo tiempo, al tomar esa iniciativa, la legislación sindical.
Estas expresiones de la solidaridad de la clase obrera son apuntes de la verdadera comunidad del género humano, una comunidad hecha de acción humana para seres humanos, no esclavizada por la religión o el Estado.
Traducido de World Revolution, publicación en GB de la CCI, 14.08.06
[1] Bombardeos sobre Dresde, donde se había refugiado gran parte de la población huyendo de la guerra, que devastaron completamente la ciudad, y que tenían en parte el objetivo de masacrar e intimidar a la población para evitar una respuesta del proletariado a la guerra
La movilización masiva de los estudiantes en Francia contra los ataques económicos del Gobierno Chirac/Villepin/Sarkozy que ha querido imponer su “Contrato Primer Empleo” (CPE) por la fuerza, se inscribe plenamente en la dinámica actual de desarrollo de la lucha de clases del proletariado mundial. Este movimiento nada tiene que ver con movimientos precedentes, interclasistas, de la juventud estudiantil. Es un combate de toda la clase obrera. Sin duda, este movimiento se sitúa en un terreno de clase, contra un ataque económico, contra el “no futuro” que el capitalismo depara a las nuevas generaciones. Y justamente por ello, los estudiantes en lucha ha sido capaces de dejar de lado sus reivindicaciones específicas ( tales como la reforma del sistema de diplomas LMD ) para poner por delante reivindicaciones comunes a toda la clase obrera: ¡ No al CPE, no a la precariedad, los despidos y el desempleo ¡.
Lo que ha dado fuerza a este movimiento ha sido ante todo el desarrollo y el reforzamiento de la SOLIDARIDAD activa en la lucha. Reforzando sus lazos, construyendo un tejido solidario, comprendiendo que la unión hace la fuerza, los universitarios ( y estudiantes de instituto ) han puesto en práctica una vieja consigna del movimiento obrero: ¡ “Todos para uno, uno para todos”!. Gracias a esta actitud, a esta decisión, los estudiantes han conseguido incorporar a su lucha a los trabajadores de la Universidad ( profesores y personal administrativo ) que han desarrollado como ellos numerosas asambleas generales. Es más, los estudiantes de las facultades de la I´lle de France han abierto las asambleas generales a sus propios padres-trabajadores, a otros obreros e incluso a jubilados ( en particular la de Paris 3- Censier ). Les han pedido, a todos ellos, tomar la palabra y darles “ideas”. El “buzón de ideas o sugerencias” ha circulado con gran velocidad por todas partes, en la calle, en las asambleas generales, en los supermercados, en los centros de trabajo, en las páginas de Internet, etc. ¡ Así es como los destacamentos más conscientes de la clase obrera siempre y ahora han dado vida a la solidaridad de nuestra clase para ampliar su lucha al conjunto de la clase obrera!.
Tras la manifestación del 7 de Marzo, en todas las facultades de París y de provincias, se han desarrollado Asambleas Generales masivas de estudiantes; el “hombre de hierro”, el Primer Ministro Villepin, ha mantenido su política de firmeza: el CPE debe ser votado en la Asamblea Nacional ( Parlamento francés ) ya que esta fuera de lugar el hecho de que “la calle gobierne” ( tal y como dijo en 2.003, el ex Primer Ministro Raffarin, al imponer la reforma del sistema de pensiones para lanzar a la miseria a los trabajadores mayores, tras haberlos explotado durante 40 años ). Los estudiantes no han cedido ante el brazo de hierro del Gobierno. Los anfiteatros de las facultades en los que han tenido lugar las Asambleas Generales han estado llenos a reventar. Las manifestaciones espontáneas se han multiplicado, en especial en la capital. Los estudiantes han intentando superar el silencio al que quieren someter su lucha obligando a algunos “medios de comunicación” a levantar la ley del silencio y la mentira.
Del 8 al 18 de Marzo, “diez días han sacudido el mundo” de la burguesía francesa. Los estudiantes se han organizado cada vez más y mejor, para extender su respuesta en un único sentido y dirección: SOLIDARIDAD y UNIDAD de toda la clase obrera. En la capital, esta dinámica ha partido de la facultad de Censier que se ha colocado a la vanguardia del movimiento hacia la extensión y la centralización de la respuesta.
En las Asambleas Generales, los trabajadores que “pasaban por allí” han sido recibidos con los brazos abiertos. Han sido invitados a participar en los debates, a aportar su experiencia. Todos los trabajadores que han asistido a las Asambleas Generales en París así como en otras ciudades de provincia (en especial en Toulouse ) se han quedado impresionados de la capacidad de esta nueva generación para colocar su imaginación creativa y su determinación al servicio de la lucha de clases. En la facultad de Censier, en especial, la riqueza de los debates, el sentido de r4esponsabilidad de los estudiantes elegidos en los Comités de Huelga, su capacidad para organizar el movimiento, mantener organizados los debates, distribuir los turnos de palabra a todos aquellos que querían expresarse, su capacidad para convencer y desenmascarar a los saboteadores a través de la confrontación de argumentos desarrollados en la discusión, toda esta dinámica ha verificado la profunda vitalidad y la pujanza de las jóvenes generaciones de la clase obrera.
Los estudiantes han defendido permanentemente el carácter soberano de las Asambleas Generales, con sus delegados elegidos y revocables ( sobre la base de un mandato y del rendimiento del mismo a la asamblea ), a través del voto a mano alzada. Todos los días, equipos diferentes han organizado los debates en el anfiteatro. En estos equipos ha habido representantes de estudiantes sindicados y no sindicados.
Para poder repartirse el trabajo, para centralizar, coordinar y guardar el control del movimiento, el Comité de Huelga de París 3- Cesnier ha decidido elegir diferentes comisiones: prensa, animación y reflexión, acogida e información, etc...
Gracias a esta verdadera “democracia” de las Asambleas Generales y a la centralización de la lucha los estudiantes han podido decidir las acciones a desarrollar, teniendo como principal preocupación la extensión de su movimiento a las empresas.
Los estudiantes han comprendido perfectamente que el posible éxito de su combate estaba en manos de los trabajadores asalariados ( tal y como dijo un estudiante en la reunión de coordinación del 8 de Marzo “ si nos quedamos aislados, nos lo harán comer todo crudo” ). Cuanto más se ha obstinado el Gobierno de Villepin en no ceder, más determinados se han mostrado los estudiantes. Cuanto más ha golpeado el Ministro del Interior, Sarkozy, más se ha reforzado la cólera de los asalariados y más ha hecho “rabiar” a sus “electores”.
Los trabajadores asalariados más determinados en desarrollar la lucha de clases ( y los sectores menos estúpidos de la clase política burguesa ) saben que este pulso contiene la amenaza de la huelga de masas ( que no tiene nada que ver con la “huelga general” preconizada por ciertos sindicatos y por los anarquistas ), si los estúpidos que gobiernan se encierran en su “lógica” irracional.
Y esta dinámica hacia la extensión del movimiento, hacia la huelga de masas, ha comenzado desde el inicio de la movilización de los estudiantes que han enviado por doquier, a los cuatro rincones del país, delegaciones masivas hacia los trabajadores de las empresas próximas a sus lugares de estudio. Ahí, se han enfrentado al “bloqueo” sindical: los obreros han estado encerrados en sus fábricas sin posibilidad de discutir con las delegaciones de los estudiantes. Los “pequeños sioux” de las facultades de París se han visto obligados a inventar algunos medios para superar el control y boicot sindical.
Para movilizar a los trabajadores, los estudiantes han hecho gala de su gran imaginación. Así, en Censier han fabricado una urna de cartón llamada “cajón de ideas”. En otras universidades ( como la de Jussieu en París ) se ha propuesto abordar a los viandantes por la calle para explicarles sin ningún tipo de agresividad las razones de su cólera. Han pedido a todos aquellos con los que han hablado si tenían ideas de cómo reforzar el movimiento puesto que “ todas las ideas deben tomarse en consideración para la lucha”. Gracias al respeto de los trabajadores que han encontrado o que han ido a expresarles su solidaridad, los estudiantes han podido recoger en sus “cajones de ideas” las mejores a poner en práctica. Gracias a esa puesta en común de las experiencias, han podido decidir lo que eran “buenas ideas” ( aquellas que han ido en el sentido de reforzar el movimiento ) y lo que eran “malas ideas” ( las que iban en el sentido de debilitarlos, de sabotearlos para dejarlos en manos de la represión, como hemos visto con la “ocupación de la Sorbona” ).
Los estudiantes de muchas facultades, en especial las más destacadas en el combate, han abierto sus Asambleas Generales, a los trabajadores asalariados y jubilados justamente para pedirles que les transmitieran sus experiencias en el mundo de trabajo. Han mostrado unas enormes ganas de aprender de las viejas generaciones. Y los “viejos” que han participado igualmente han querido aprender de los "jóvenes”. Mientras los “jóvenes” han ganado en madurez, los “viejos” han podido rejuvenecer. Ha sido esta osmosis, esta unión entre todas las generaciones de la clase obrera, la que ha dado un nuevo impulso al movimiento. ¡ La mayor fuerza de la lucha, las más bella victoria en este combate ha sido la existencia de la lucha!, ¡ la solidaridad y la unidad de la clase obrera, todos los sectores y todas las generaciones juntas!.
Y esta victoria no se ha ganado en el Parlamento, se ha ganado en los anfiteatros universitarios. Desgraciadamente, para ellos, los espías al servicio del Gobierno que han estado presentes en las Asambleas Generales no han comprendido nada. No han sido capaces de dar la más mínima idea al Señor Villepin. El trío infernal Villepin, Sarkozy, Chirac se han encontrando sin “ideas”. Y entonces, se han visto obligados a mostrar el verdadero rostro de la “Democracia” burguesa: la represión.
El movimiento de los estudiantes en Francia va mucho más allá de una protesta contra el CPE. Como ha dijo un profesor de la Universidad de Paris-Tolbiac, en la manifestación del 7 de Marzo: “..el CPE no es sólo un ataque económico real y puntual. Es también un símbolo..”. Efectivamente, es el símbolo de la quiebra de la economía capitalista.
Además, es también una respuesta implícita a las “brabuconadas” policiales ( como las de otoño de 2.005 que provocaron la muerte “accidental” de dos jóvenes inocentes denunciados como “camorristas” por un “ciudadano” y perseguidos hasta su muerte a manos de la policía ). Colocando al frente del Ministerio del Interior a un pirómano ( Sarzkozy ), la burguesía francesa demuestra que no ha sido capaz de sacar todas las lecciones de su historia: ha olvidado que las “brabuconadas” policiales ( entre otras la muerte de Malik Oussékine en 1.986 ) pueden ser un factor de radicalización de las luchas obreras. Hoy día, la represión de los estudiantes de la Sorbona que únicamente querían poder desarrollar sus Asambleas Generales ( y no destruir libros como ha afirmado de forma mentirosa el rector Sr. Robien ), no puede más que reforzar la determinación de los estudiantes.
Toda la burguesía y sus “medios de comunicación” (en especial la televisión )a sus órdenes no han cesado, hora tras hora, de hacer publicidad engañosa para hacer pasar a los estudiantes como “delincuentes” ( la “escoria de la sociedad” utilizando los términos empleados por el gentelman Sarkozy al referirse a los jóvenes de las barriadas más pobres de Francia ).
Pero la mentira es demasiado burda y gruesa. La clase obrera no ha mordido el anzuelo de los “guiñoles de la información”. Sólo la violencia de la burguesía y su Estado “democrático” nos puede hacer recordar la violencia de los delincuentes. Un sistema que expulsa literalmente a la calle a millones de obreros, que se ven hundidos en la miseria tras más de cuarenta años de explotación asalariada, un sistema que hace reinar el “orden” y el “derecho” con la vara de palo. Y aún así, continuado con los oídos sordos, el señor Villepin ha hecho el siguiente chiste “..la dictadura te obliga siempre a cerrar la boca. La democracia te dejar hablar siempre...”. Pero en realidad, el trío infernal Villepin/Sarkozy/Chirac ha hecho otra cosa. Ha respondido a los estudiantes “ ...quéjate siempre cerrando la boca...”.
Y para poder mantener el poder, estos Señores se benefician permanentemente de la “solidaridad” de los “medios de comunicación”, y sobre todo de su privilegiado instrumento de intoxicación ideológica, los “telediarios”. Lo que buscan las retorcidas imágenes de los “comunicadores”, no es ni más ni menos que la fascinación exhibicionista y morbosa de la violencia ciega, la manipulación de los hechos y, en suma, el pudrimiento de la conciencia. Pero cada vez que la televisión aumenta su dosis de mentiras y de necedad, sus cámaras y noticias dan más y más asco a la clase obrera ( e incluso al electorado de la Derecha ).
Justamente porque las nuevas generaciones de la clase obrera, y sus batallones más conscientes, tienen en sus manos las llaves y las claves del futuro, han rechazado y no han caído en las provocaciones del Estado policial ( y de sus fuerzas de encuadramiento sindical ). Han rechazado firmemente utilizar la violencia ciega y desesperada de la burguesía, de los jóvenes revoltosos de las barriadas periféricas, de ciertos grupos “anarquistas” o “izquierdistas” exaltados.
Los jóvenes de la clase obrera que están a la vanguardia del movimiento de estudiantes son los únicos que pueden abrir una perspectiva a toda la sociedad. Esta perspectiva, la clase obrera puede desarrollarla únicamente si desarrolla una visión histórica, gracias a la confianza en sus propias fuerzas, gracias a la paciencia y también al buen humor (como decía Lenin ). Justamente porque la burguesía es una clase sin futuro histórico, la camarilla Villepin se ofusca y no puede utilizar más que la violencia ciega, el “no futuro” de los jóvenes revoltosos.
La determinación del Sr. Villepin de no ceder ante las demandas de los estudiantes ( la retirada del CPE ), revela una cosa más: la burguesía mundial no dejara su poder bajo la presión de las “urnas”. Para acabar con el capitalismo y construir una verdadera comunidad humana mundial, la clase obrera se vera obligada, en el futuro, a defenderse también por la violencia contra la violencia del Estado capitalista y de todas las fuerzas de apoyo de sus aparatos represivos. Pero la violencia de clase de la clase obrera no tiene en absoluto nada que ver con los métodos terroristas o con la violencia de las revueltas de las barriadas de la periferia ( como quiere hacernos creer la propaganda de la burguesía para justificar el aumento del control policial, de la represión de los trabajadores, de los estudiantes y a buen seguro de los verdaderos militantes comunistas ).
Para intentar imponer todos sus ataques económicos y policiales, la burguesía ha minado el terreno de la respuesta anti-CPE. De entrada ha intentado jugar la baza de las vacaciones escolares para intentar dispersar la cólera de los estudiantes. Pero los estudiantes no son párvulos, ni tampoco niños del coro ( si bien es cierto que algunos de ellos van aún a la Iglesia ). A pesar de esa primera maniobra han mantenido sus movilizaciones y las han reforzado tras las vacaciones. Evidentemente, los sindicatos han estado presentes desde el principio del movimiento y han hecho todo lo posible para hacer fracasar esta batalla.
Pero no habían previsto que podían ser desbordados en la mayor parte de las ciudades universitarias.
Por ejemplo, en París, más de un millar de estudiantes se reagruparon en las inmediaciones de la facultad de Paris 3-Cesnier para ir juntos a la manifestación. Los estudiantes se dieron cuenta de que los sindicatos, con la CGT a la cabeza, desplegaban sus pancartas para colocarse a la cabeza de la manifestación y encuadrar así todo lo que sucediera. Inmediatamente, los estudiantes dieron media vuelta y, utilizando diferentes medios de transporte ( y como no, la vitalidad y potencia de sus piernas ), dieron respuesta a esta acción sindical. Tomaron de hecho la cabeza de la manifestación y desplegaron las pancartas que contenían propuestas unitarias. De hecho, en primera línea de la manifestación no se cansaron de corear ideas y consigan unitarias: “Universitarios, estudiantes de Instituto, parados, trabajadores precarios, del sector público o privado, un mismo combate contra el desempleo y la precariedad”
La CGT fue ridiculizada. Se encontraba a la cola de los estudiantes con multitud de pancartas diferentes: “CGT de la metalurgia”, “CGT de los ferrocarriles”, “CGT del hospital de la Pitié Salpêtrière”, “CGT de la ciudad de Pantin”, “CGT de la Seine Saint Denis”, etc.. Tras cada una de las enormes pancartas rojas de la CGT, unos cuantos puñados de militantes desorientados. Para animar a sus tropas, los cuadros del partido estalinista “renovado” de Maurice Thorez ( partido que pedía tras la Segunda Guerra Mundial a los mineros y a los obreros de Renault en huelga que retomaran el trabajo ya que la “huelga es el arma de las multinacionales y los trust” ) lanzaron entonces consignas “radicales”. Intentaron silenciar la voz de los estudiantes con sus megáfonos. Los cuadros de la CGT y del Partido “comunista” FRANCES animaron a sus vasallos a cantar La Internacional. El viejo dinosaurio estalinista se ridiculizaba un poco más. Muchos manifestantes o viandantes que paseaban por la aceras se rieron a más no poder, pudiendo oírse comentarios del estilo: “ aquí están los guiñoles de la info”.
La misma tarde en la que tuvo lugar la manifestación, el líder de la CGT Bernadr Thibault dijo en la televisión : “ es cierto, nos enfrentamos algunos hechos desconocidos”. Los sindicatos se desenmascararon por sus propias maniobras. Es lo que el Sr. de Robien no comprende cuando se “indigna” por los actos de vandalismo de la “estudiantes” de la Sorbona (exhibiendo algunos libros rasgados por los especialistas de la manipulación): “la revuelta de estudiantes la dirige una pequeña minoría”. El Sr. Robien se ha puesto al revés sus gafas de presbicia: efectivamente una “pequeña minoría” es quien dirige toda la sociedad, no el movimiento de estudiantes. Una minoría que no produce nada salvo explotación y represión contra la gran mayoría de la clase productiva.
Los sindicatos, con CGT y FO a la cabeza, no han asimilado el golpe que recibieron el 7 de marzo. De ahí que ciertos periodistas, al menos los más inteligentes, han declarado en la TV: “a los sindicatos los han humillado”. Humillados también el 14 de Marzo por las manifestaciones espontáneas de los estudiantes en las calles de París. Los sindicatos incapaces de refrenar su cólera contra quien les había “humillado”, contra los trabajadores que testimoniaban su solidaridad activa con los estudiantes y se sumaban a la manifestación del 16 de Marzo, acaban por mostrar abiertamente ante las cámaras su complejidad con las tropas del Sr. Sarkozy. En París, el “servicio de orden” de la CGT (ligada al partido estalinista) y de FO (fundada con el apoyo de la CIA tras la segunda guerra mundial) que estaba la cabeza de la manifestación, mano a mano con la policía, oportunamente se relajó al final de la manifestación para dejar hacer a los pequeños “kamikazes” infiltrados que se precipitaron hacia la Sorbona para jugar al gato y el ratón con la policía. Todo aquel que estaba en primera fila pudo ver que el “servicio de orden” de los sindicatos CGT/FO sirvió en bandeja a los Villepin/Sarkozy desatar de nuevo los golpes y la represión.
Las incesantes imágenes de enfrentamientos violentos en esa manifestación tienen un claro objetivo: sembrar el miedo ante la manifestación del 18 de Marzo. Muchos de los trabajadores y estudiantes que quieren participar en 18 tienen miedo a hacerlo por los actos violentos.
Los presentadores del telediario anuncian la buena nueva a sus telespectadores: “el movimiento se está pudriendo” (según los telediarios de la tarde del día 16).
Quien quiere “pudrir el movimiento” son las fuerzas sindicales de encuadramiento cómplices de Sarkozy. Y la clase obrera empieza a verlo. Tras sus discursos “radicales” e hipócritas, lo que quieren los sindicatos, es salvar al Gobierno. ¡Por el momento, han fracasado!.
El partido estalinista y su CGT siguen conservando su lugar en el gran panteón del Parque Jurásico (junto a los brontosaurios de la UMP, derecha). Si los sindicatos hasta el momento no han podido jugar su papel de bomberos sociales, es porque los pirómanos Sarkozy/Villepin han quemado sus banderas el 16 de Marzo.
Los trabajadores han apoyado a los estudiantes en lucha porque han visto que los sindicatos han apoyado, en las empresas, el silencio de los “medios de comunicación” sobre las asambleas generales de los estudiantes.
Tras la manifestación del 7 de Marzo los sindicatos han hecho todo tipo de contorsiones y maniobras para paralizar a los trabajadores asalariados. Han hecho todo tipo de maniobras para dividir, y para desviar la cólera de la clase obrera. Han intentado sabotear el movimiento de estudiantes. Han hecho su discurso más radical, y “exigen” con notable retraso la retirada del CPE como previo a la apertura de cualquier negociación (en realidad no han dejado de maniobrar a espaldas de la clase obrera desde el “principio de la negociación”). Han utilizado la amenaza de “huelga general” para hacer que el Gobierno se “doblegase”. En resumen ha aparecido abiertamente, a las claras, que no querían que los trabajadores se movilizaran en solidaridad con los estudiantes. Con la espalda contra la pared han acabado por sacarse de la manga “el as de picas”: utilizando a algunos jóvenes excitados para desencadenar aún más violencia.
La única salida a esta crisis política de la burguesía francesa es remozar la vieja fachada del estado republicano. Y la Izquierda Parlamentaria ha servido este regalo en bandeja de plata al Sr. Villepin: PS/PC/Verdes han presentado conjuntamente, ante el Consejo Constitucional, sus “recursos” contra el CPE. Finalmente puede ser que este golpe de mano del PS permita que Gobierno salga del callejón sin salida retirando el CPE, a demanda de “los 12 sabios”: así podrá hacer suya la fórmula de Raffarin “no es la calle quien gobierna” añadiendo “son los 12 sabios retirados del Consejo Constitucional”.
Queriendo “limpiar con cañones de agua” a los estudiantes de la Sorbona (y a sus camaradas que fueron a llevarles comida) el Sr. Sarkozy ha abierto la Caja de Pándora. En esta caja “con ideas negras” el Gobierno Villepin/Sarkozy ha saco a los “falsos amigos” de la clase obrera, los sindicatos. El proletariado mundial debe darle las gracias a la burguesía francesa. Agitando el fantasma de Le Pain en las ultimas elecciones presidenciales, la clase dominante tricolor ha conseguido colocar al frente del Gobierno a la derecha más estúpida del mundo. ¡ Una derecha que aplica un política de “república bananera”!.
Sean cuales sean los escenarios que nos depare el fin del movimiento, esta lucha de toda la clase obrera es ya una victoria. Gracias a las nuevas generaciones la clase obrera ha conseguido romper el “bloqueo” de la solidaridad desarrollado por los sindicatos. Todos los sectores de la clase obrera, y especialmente sus nuevas generaciones, han vivido una rica experiencia que va a dejar marcas muy profundas en su conciencia.
Esta experiencia pertenece al proletariado mundial. A pesar de la desinformación y el silencio de los “medios de comunicación oficiales”, los medios “alternativos”, algunas cámaras “salvajes”, algunas radios “libres”, y sobre todo la prensa de los revolucionarios, van a permitir a los proletarios del mundo entero apropiarse de esta experiencia. Esta lucha es un episodio más de la lucha de la clase obrera mundial. Se inscribe en la continuidad de toda una serie de luchas que se desarrollan en la mayor parte de países industrializados desde el 2003, luchas que confirman que la clase obrera ha superado el fuerte retroceso que siguió a todas las campañas desencadenadas por la burguesía inmediatamente después del hundimiento del bloque del Esta en 1989. Una de las características esenciales de estas luchas, es el resurgimiento de la solidaridad entre los trabajadores. Tanto es así que en dos de los piases más importantes del mundo capitalista, los USA y GB, ha sido la solidaridad lo que ha estado en el origen y en el centro de recientes luchas obreras. En los transportes de Nueva York, justo antes de las Navidades de 2005, los trabajadores se pusieron en huelga no por sus intereses inmediatos, sino para intentar que los jóvenes trabajadores cobraran en el futuro las jubilaciones que ellos puedan tener en el momento de retirarse. Del mismo modo, la huelga de los mozos de maletas que bloqueó durante varios días el aeropuerto de Heathrow en Londres, en Agosto de 2005, se desarrolló en solidaridad con los trabajadores del sector de la restauración, víctimas de un ataque brutal por parte de su patrón, Gate Gourmet.
Estas huelgas especialmente significativas se inscriben en una tendencia al desarrollo de las luchas que no ha dejado de confirmarse desde el 2003 con el movimiento por la defensa de las pensiones en Francia y con las manifestaciones más importantes desde la Segunda Guerra Mundial en Austria. Tendencia que se ha expresado particularmente en 2004 en Alemania con las luchas en el sector del automóvil (especialmente en Daimler-Chrysler y Opel), que ante la amenaza de despidos planteó claramente la cuestión de la solidaridad entre los obreros. Una tendencia que se ha confirmado nuevamente en España, en Diciembre de 2005, en la empresa SEAT de Barcelona en la que los obreros han desarrollado por un tiempo su lucha fuera y contra los sindicatos que había firmado a sus espaldas “acuerdos de vergüenza” que preveían el despidos de 600 de sus camaradas.
El movimiento de los estudiantes en Francia pertenece, sin ningún tipo de dudas, a una lucha que se desarrolla a escala histórica y cuya salida final permitirá a la especie humana salir del callejón sin salida de la barbarie capitalista. Las jóvenes generaciones, que han desarrollado su lucha en un terreno de clase abren aun más las puertas del futuro. Debemos confiar en ellos: en todos los países, van a seguir luchando por conseguir un mundo nuevo, libre de la concurrencia, del interés, del beneficio, de la explotación, y de la miseria y de un caos sangrante.
El camino que lleva a la destrucción del capitalismo es, evidentemente, aún muy largo y está lleno de peligros y trampas de todo tipo, pero hemos empezado a recorrerlo.
Corriente Comunista Internacional ( 17 Marzo 2006 ).
Suplemento a Revolution Internacionale número de Marzo, publicación de la CCI en Francia, distribuido en las manifestaciones del 18 de Marzo en toda Francia.
A pesar del cordón sanitario que la burguesía ha levantado en torno al movimiento de los estudiantes en Francia, un interés se ha suscitado en minorías de compañeros, principalmente jóvenes, que desean saber qué está sucediendo y, sobre todo, como pueden expresar su solidaridad y contribuir a extender el ejemplo y las lecciones del movimiento.
Testimonio de ello ha sido que la hoja de la CCI en Francia que hemos colgado en el Foro Alasbarricadas ha provocado un debate muy intenso con 4677 lecturas y 167 intervenciones (a fecha 10 abril 2006).
Publicamos una intervención nuestra a propósito de la preocupación que se ha expresado sobre la diferencia entre la lucha muy fuerte en Francia y la pasividad que, al menos en apariencia, reina entre obreros y estudiantes en España.
El debate se puede seguir en:
https://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?t=14455 [72]
A lo largo del Foro una cuestión ha aparecido de forma recurrente que podría resumirse en la siguiente interrogante: ¿por qué en Francia hay movilización y en España botellón?
Esta preocupación revela ganas de expresar una solidaridad activa con la lucha que tiene lugar en Francia, una voluntad de extender la movilización a otros países. Nos sentimos muy identificados con esas actitudes y la reflexión que debemos plantearnos es: ¿cómo podemos extender el “ejemplo francés” a los demás países?
Motivos no faltan. Por ceñirse únicamente a España vemos que la precariedad y los contratos basura constituyen una cruel realidad que golpea a más del 30% de los trabajadores desde 1988 con el famoso “Plan de Empleo Juvenil” de los “socialistas”. Vemos igualmente que el gobierno ZP plantea nuevas vueltas de tuerca en ese camino con la enésima “reforma laboral”. Vemos el aluvión de despidos que cae sobre numerosos trabajadores: tras SEAT ha venido ONO, RTVE, RENFE, empresas textiles etc. Del mismo modo, el gobierno “socialista” prepara dos nuevas andanadas contra los obreros: una nueva “reforma” de las pensiones que significa menos pensión y más dificultades para conseguirla y el Estatuto del Funcionario que permite rebajar el sueldo y cambiar el puesto según la voluntad discrecional de los jefes…
La situación contra la que luchan nuestros hermanos en Francia es la misma que padecemos en Alemania, en Gran Bretaña, en Japón, en Norteamérica etc.
Pero ¿por qué sí la situación es la misma la lucha no se desarrolla al mismo nivel? Para ver las causas hemos de remontarnos unos años atrás. En 1989 se cayeron los regímenes de falso “comunismo” (en realidad capitalismos de Estado profundamente anti-comunistas) y eso permitió a toda la burguesía mundial (con el apoyo de los estalinistas reconvertidos en “social-liberales”) lanzar una furibunda campaña alrededor de los temas machacones de “ha muerto el comunismo”, “la lucha de clases ha desaparecido para siempre” etc. Se repitió hasta la náusea que “la única sociedad posible es el capitalismo” y que este ofrecería un “nuevo orden de paz y prosperidad”. Esta campaña, repetida por todo dios –desde los medios de “comunicación” hasta los sindicatos pasando por toda la gama de partidos-, causó una profunda desorientación en las generaciones obreras de la época que sufrieron un fuerte retroceso de su combatividad y su conciencia. La clase obrera atravesó un desierto de pasividad, desorientación y apatía.
Solamente en los últimos años hemos empezado a salir del pozo y de una forma lenta, heterogénea y contradictoria. Eso explica que haya países donde en un momento dado la lucha es más fuerte mientras que en otros es mucho más débil e incluso inexistente. Por el momento, las luchas obreras no van al unísono en todos los países[1].
Por otra parte, la burguesía es la clase explotadora más inteligente de la historia. Esta preparada en todos los planos contra la amenaza que pueda representar el proletariado y ello se concreta en que dispone de un Estado Totalitario, enmascarado con la careta democrática, que tiene todo un panel de partidos, sindicatos, medios de “comunicación”, ideólogos etc., para controlar a los obreros, dividirlos, desviarlos hacia callejones sin salida etc.
Expresión de ese totalitarismo estatal es que la lucha de Francia ha sido silenciada y deformada por los medios de “comunicación”. Estos han ocultado convenientemente las características proletarias del movimiento (asambleas masivas, extensión de la lucha a los obreros etc.) y en cambio han sido deformadas hasta la caricatura como una combinación de movilizaciones sindicales y acciones violentas de la juventud. Esta imagen deformada ha buscado impedir que el movimiento en Francia fuera reconocido como una lucha de la clase obrera y ocultar las importantes lecciones que nos proporciona.
node/816 [73]
"La solidarité du mouvement des étudiants, un exemple pour toute la classe ouvrière [74]".
"Struggles in France: Greetings to the new generation of the working class! [75]".
¿Cómo podemos contribuir a extender la lucha de nuestros hermanos franceses? ¿cómo podemos expresar una solidaridad activa con el movimiento?
Se están proponiendo iniciativas tales como concentrarse ante el consulado francés o convocar tal o cual manifestación aquí o allá. La voluntad que hay detrás de estas propuestas es muy buena pero debemos ver sí son eficaces.
Esto nos lleva a plantearnos la cuestión siguiente: ¿la lucha obrera surge de una convocatoria sindical? ¿los obreros son meros soldados que responden como un robot al toque de silbato de la convocatoria de un sindicato o partido? ¿la lucha obrera se organiza a través de una huelga general un día D?
La respuesta que debemos dar a esas preguntas es negativa. Los obreros no son una masa ciega, una infantería de choque que maneja a placer un estado mayor que dicta desde sus alturas que tal día hay que concentrarse aquí, tal otro día hay que recorrer tales calles y finalmente, tras esa “gimnasia revolucionaria”, secundarían como un solo hombre una huelga general. Los obreros son una masa que trata de desarrollar una conciencia colectiva, que piensa, siente, comprende, busca. El movimiento de la clase obrera no se decreta sino que surge de toda una serie de esfuerzos, de un conjunto de confrontaciones, de una sucesión de tentativas espontáneas aparentemente fracasadas, hasta que mil hilos, al principio dispersos e inconexos, acaban confluyendo en grandes movimientos.
Las minorías de compañeros que ven más claro, que sienten antes que el resto la necesidad de luchar y de “hacer algo” no tienen que volcarse en el activismo estéril de convocatorias adonde van unos pocos sino que deben contribuir con lo que realmente prepara esos grandes movimientos. Lo que hará que nuestros hermanos de clase en Francia no se queden aislados es que planteamos discusiones, reuniones, encuentros, debates, a través de los cuales se saquen las lecciones auténticas de Francia, se plantee una verdadera solidaridad, se vea quienes son nuestros enemigos y quienes nuestros falsos amigos (como por ejemplo los sindicatos y la pareja PS-PCF), se comprenda cual es la dinámica del movimiento.
( rint/2004/119_bochum.html [76] )
[1] Queremos recordar, no obstante, que aquí en España hemos vivido a fines de 2005 la tentativa de lucha de los obreros de SEAT (ver ccionline/2005/solidaridad.htm [77] ). Del mismo modo, a finales de febrero de 2006 se producían en Gran Bretaña dos huelgas, pequeñas pero significativas: en Belfalst, obreros católicos y protestantes de correos luchaban juntos y se manifestaban juntos en la calle principal del barrio católico y en la calle principal del barrio protestante; en una Central eléctrica de Inglaterra, los obreros ingleses se ponían en huelga en solidaridad con los obreros húngaros a quienes luchaban por la subida de un sueldo que era la mitad del de sus hermanos ingleses.
El reciente conflicto entre Israel y Hezbola en el Líbano ha brindado una nueva ocasión, a un buen número de países, para levantar la voz contra el “imperialismo americano” como el principal causante, el único según todos ellos, en sembrar la guerra y la desestabilización. Todos los grupos izquierdistas del mundo se destacan por no perder ni una sola ocasión de tildar al imperialismo americano y, en este caso a su aliado israelí también conocido como el “expansionismo sionista”, de ser los únicos responsables de masacrar, destruir, ocupar y explotar a los “pueblos” y “naciones” oprimidas.
Sin embargo, debe quedar claro que la primera potencia mundial no detenta el monopolio del imperialismo. Muy al contrario, esta es una condición vital para la supervivencia de todas y cada una de las naciones en el capitalismo.
El periodo de decadencia del capitalismo, que comenzó hace algo más de un siglo, marca la entrada de este sistema social en la era del imperialismo generalizado fenómeno al que ninguna nación puede sustraerse. Este permanente enfrentamiento entre naciones implica que el horizonte es la guerra como perspectiva y el militarismo como modo de vida de todos los Estados, sean estos grandes, pequeños, fuertes, débiles, agresores o agredidos.
Para poder comprender el fenómeno histórico del imperialismo, es necesario dar una definición general de lo que representa. El imperialismo es la política de un país que intenta conservar o extender su dominación política, económica o militar sobre otros países o territorios, hecho que nos retrotrae a numerosos momentos en la historia de la Humanidad (véanse los ejemplos de los imperios asirios, romano u otomano ó las conquistas de Alejandro el Grande hasta nuestros días). Pero, únicamente en la sociedad capitalista, el fenómeno del imperialismo, tiene un sentido muy particular y concreto. Como escribió Rosa Luxemburgo “…la tendencia del capitalismo a la expansión constituye el elemento más importante, el trazo más significativo de la evolución de la sociedad moderna; de hecho la expansión ha acompañado todo el desarrollo histórico del capital, sin embargo en su fase final actual, el imperialismo, despliega una energía de destrucción impetuosa, capaz de poner en cuestión la existencia civilizada de la humanidad…” [1]. Es por tanto, muy importante, comprender que es el imperialismo en un sistema capitalista decadente, lo que engendra desde hace décadas conflictos bélicos por todo el planeta, lo que “…en su fase final actual (…) es capaz de poner en cuestión la existencia civilizada de la humanidad…” (ídem).
Desde que el mercado mundial se constituyo a principios del siglo XX y se repartieron las zonas comerciales y de influencia entre los Estados capitalistas avanzados, la intensificación y el desencadenamiento de la concurrencia que acarreó, condujo a la agravación de las tensiones militares y, a un desarrollo sin precedentes del armamento y la sumisión creciente del conjunto de la vida económica y social a los imperativos militares de la preparación permanente de la guerra.
Rosa Luxemburgo denuncio y demostró la mentira de la mistificación que hacia creer que solo un Estado, o un grupo particular de Estados que disponían de una cierta pujanza militar, eran los únicos responsables de la barbarie guerrera. Si bien es cierto que todos los Estados no disponen de los mismos medios, la realidad es que todos los Estados desarrollan la misma política. Si efectivamente las ambiciones de dominación mundial no pueden que estar en manos de unos pocos Estados, lo más potentes, no es menos cierto que también los pequeños Estados tienen los mismos apetitos imperialistas. Como sucede en las organizaciones mafiosas, solo un gran padrino puede dominar una ciudad entera, mientras que los matones de barrio, no pueden aspirar más que a dominar una pequeña parte de una calle. Es evidente que a nivel de aspiraciones y métodos en nada se distingue la mafia de los Estados capitalistas. Es por ello, por lo que los pequeños Estados ponen todas sus energías y medios para convertirse en una gran nación a costa de sus vecinos. En ese sentido, es imposible realizar una distinción entre Estados opresores y Estados oprimidos. En la relación de fuerzas que se establecen entre los Estados capitalistas, todos son concurrentes y enemigos en la arena mundial. El mito burgués del Estado agresor o el bloque de “agresores” y su militarismo visceral sirve para justificar la defensa de la guerra “defensiva”. La estigmatización del imperialismo más agresivo sirve para reforzar y desarrollar la propaganda de cada adversario para implicar a las diferentes poblaciones en la guerra.
El militarismo y el imperialismo constituyen una de las manifestaciones más abiertas y evidentes de la entrada del sistema capitalista en su época histórica de decadencia. Tal es así que, a principios del siglo XX provocaron un intenso y apasionado debate entre los revolucionarios.
Ante el fenómeno del imperialismo, se desarrollaron diferentes teorías en el seno del movimiento obrero para poder comprenderlo y explicarlo, en particular las de Lenin y Rosa Luxemburgo. Sus análisis se forjaron en los albores de la Primera Guerra Mundial contra la visión de Kaustky que defendía que el imperialismo era una opción entre las varias que podían elegir los Estados capitalistas. Una teoría que llevó a afirmar a Kaustky que podría llegar “…una fase de superimperialismo, de unión y no de lucha entre los imperialismos del mundo, una fase de fin de las guerras entre los Estados capitalistas y, una fase de explotación en común del universo por parte del capital financiero unido a escala internacional…” [2].
En el lado opuesto a esta teoría, el planteamiento marxista del fenómeno del imperialismo consideraba a este no solo como un producto de las leyes capitalistas, sino además como una necesidad histórica inherente a su época de declive. La teoría de Lenin reviste una importancia particular ya que permitió defender una política internacionalista intransigente ante la primera carnicería mundial, política que se convirtió rápidamente en la posición oficial de la Internacional Comunista. Sin embargo, Lenin abordó la cuestión del imperialismo de una forma excesivamente descriptiva sin llegar a explicar en profundidad el origen de la expansión imperialista. Para Lenin, esta se debe esencialmente a un movimiento de los países desarrollados que tiene como característica principal la explotación del capital de los países desarrollados en las colonias de las metrópolis, para conseguir “superbeneficios” aprovechándose del hecho de la existencia de mano de obra barata y materias primas abundantes.
En esta concepción, los países capitalistas avanzados son los parásitos de las colonias; la obtención de “superbeneficios” imprescindible para su supervivencia, explicaría el enfrentamiento mundial desencadenado para conservar o conquistar colonias. Tal visión tiene como consecuencia inevitable dividir el mundo entre países opresores de un lado y países oprimidos en las colonias de otro lado.
“…La insistencia de Lenin sobre el hecho de que las posesiones coloniales eran un elemento distintivo e incluso indispensable del imperialismo no ha soportado la prueba del tiempo. La hipótesis de que la perdida de colonias, precipitada por las revueltas nacionales en esas regiones, removería al imperialismo en sus fundamentos, no se ha verificado ya que de hecho, el imperialismo se ha adaptado muy fácilmente a la “descolonización”…(…). La descolonización (tras el año 1.945) ha expresado a las claras el declive de las antiguas potencias imperialistas y el triunfo de nuevos gigantes capitalistas que no estaban implicados en la explotación de un gran número de colonias en el momento de la Primera Guerra Mundial. Así, los Estados Unidos y la URSS pudieron desarrollar una cínica política “anti-colonial” para desarrollar sus propios intereses y objetivos imperialistas, apoyándose sobre los movimientos nacionales y transformarlos en guerra inter-imperialistas por medio de “pueblos” interpuestos…” [3].
Partiendo del análisis de conjunto del período histórico y de la evolución del capitalismo como sistema global, Rosa Luxemburgo llego a una comprensión más completa y profunda del fenómeno del imperialismo. Particularmente puso en evidencia la base histórica del imperialismo comprendiendo las contradicciones profundas del sistema capitalita. Mientras Lenin se polarizaba en destacar el fenómeno de la explotación de las colonias, Rosa Luxemburgo analizaba como las conquistas coloniales han acompañado constantemente el desarrollo capitalista alimentado la insaciable necesidad de expansión capitalista y, subrayaba al tiempo, la introducción de las relaciones capitalistas en zonas en las que aún no existían con la penetración en nuevos mercados: “…La acumulación capitalista es imposible en un medio exclusivamente capitalista. De ello resulta la necesidad perentoria del capital de desarrollar su expansión en países y capas no capitalistas, la ruina de los artesanos y los campesinos, la proletarización de las capas medias, al política colonial (es decir, la política de “apertura de mercados”), la exportación de capitales, entre otros medios. La existencia y el desarrollo del capitalismo desde sus orígenes ha sido posible por una expansión constante en los terrenos de la producción y de los nuevos países…” [4]. Por ello, el imperialismo se ha desarrollado sensiblemente en el primer cuarto del siglo XIX. “…El capitalismo, en su desenfrenada búsqueda de materias primas y compradores solventes que no fueran capitalistas o asalariados, ha diezmado y asesinado a las poblaciones coloniales. Hablamos de la época de penetración y de extensión de Inglaterra en Egipto, de Francia en Marruecos, en Túnez o Tonkin, de Italia en el Este de África, sobre las fronteras de Abisinia, de la Rusia zarista en Asia Central y Manchuria, de Alemania en África y Asia, de los Estados Unidos en Filipinas y en Cuba, en fin del Japón sobre el continente asiático…” [5].
Pero esta evolución del capitalismo lo encerrará, a término, en su contradicción fundamental: cuanto más extiende la producción capitalista su dominio sobre el conjunto del planeta, más estrechos son los límites del mercado creado para conseguir la realización del beneficio, en relación con las necesidades de la expansión capitalista. Más allá de la concurrencia por las colonias, Rosa Luxemburgo identificó en la saturación del mercado mundial y en la disminución de los mercados no capitalistas un giro crucial en la vida del capitalismo: la quiebra y el callejón sin salida en un sentido histórico de este sistema que “…no puede ya cumplir su función de vehículo histórico de desarrollo de las fuerzas productivas…”[6]. Esta es también, en última instancia, la causa de las guerras que caracterizan desde entonces el modo de vida del capitalismo decadente.
Una vez alcanzados los límites del globo terrestre por el mercado capitalista, la reducción de los mercados solventes y de los nuevos mercados abre la crisis permanente del sistema capitalista, en tanto que la necesidad de la expansión sigue siendo una cuestión vital para cada uno de los Estados. Sin embargo, esta expansión no puede realizarse más que en detrimento de los otros Estados en una lucha sin tregua por la repartición por medio de las armas del mercado mundial.
“…En la época del capitalismo ascendente las guerras (nacionales, coloniales y de conquistas imperialistas) expresaban la marcha ascendente, de fermentación, de extensión y expansión del sistema económico capitalista. La producción capitalista encontró en la guerra la continuación de su política económica por otros medios. Cada guerra se justificaba y pagaba sus gastos abriendo un nuevo campo de expansión, asegurando el desarrollo de una mayor producción capitalista (…). La guerra era el medio indispensable del capitalismo al abrirle posibilidades de un desarrollo ulterior, en la época en la que existían estas posibilidades y no podían ser más que desarrolladas por la violencia…” [7].
Desde entonces “…la guerra se ha convertido en un medio no para la solución a la crisis internacional, sino en el único medio por el cual cada imperialismo nacional intenta deshacerse de las dificultades que sufre, en detrimento de los Estados imperialistas rivales…” [8].
Esta nueva situación histórica impone a todos los países del mundo el desarrollo del capitalismo de Estado. Cada capital nacional esta condenado a la concurrencia imperialista y encuentra en la maquinaria del Estado la única estructura lo suficientemente fuerte para movilizar a toda la sociedad con el fin de enfrentar a sus rivales económicos en el plano militar. “…La crisis permanente plantea ineluctablemente, la inevitabilidad del ajuste de cuentas de los diferentes imperialismos por la lucha armada. La guerra y la amenaza de guerra son aspectos latentes o manifiestos de una situación de guerra permanente en la sociedad. La guerra moderna es una guerra material. En vistas de la guerra es necesaria una movilización monstruosa de todos los recursos técnicos y económicos de los países concernidos. La producción de guerra se convierte en el eje de la producción industrial y el principal campo económico del desarrollo de la sociedad…” [9]. Por ello, los progresos técnicos están enteramente condicionados por lo militar: la aviación es el resultado del desarrollo de este medio durante la Primera Guerra Mundial, el átomo utilizado como bomba en 1.945, la informática o Internet concebidos como útiles militares por la OTAN. El peso del sector militar en todos los países absorbe todas las fuerzas vivas de la economía nacional para poder desarrollar un armamento que utilizar contra las otras naciones.
Al comienzo de la decadencia, la guerra se concebía como un medio de reparto de los mercados. Pero con el paso del tiempo, la guerra imperialista pierde cada vez más su racionalidad económica. Desde el inicio de la decadencia, la dimensión estratégica toma el paso a las cuestiones estrictamente económicas. Se trata de conseguir las posiciones estratégicas en contra de todos los otros imperialismos en la lucha por la hegemonía, con el objetivo de imponerse como potencia y defender su rango y posición. En este periodo de decadencia del capitalismo, la guerra representa cada vez más un desastre económico y social. Esta ausencia de la racionalidad económica de la guerra no significa que cada capital nacional se abstenga de hacerse cargo de los pilares de las fuerzas productivas del capital nacional vencido. Pero esta “rapiña”, contrariamente a lo que pensaba Lenin, no constituye el principal objetivo de la guerra. Mientras que algunos siguen imaginándose, oficialmente por una supuesta fidelidad a Lenin, que la guerra puede estar motivada por apetitos económicos (el petróleo esta en primer lugar de la lista de objetivos en esta cuestión), la realidad se encarga de responderles. El balance económico de la guerra en Irak desarrollada por los Estados Unidos desde el 2.003 no tiene el aspecto de haber sido en absoluto “rentable”. Los ingresos por el petróleo iraquí, incluso los previstos para los próximos 100 años, van a compensar en una exigua parte los gastos colosales que ha efectuado el Estado americano para desarrollar esta guerra, sin que se vea cuando va a acabar este pozo sin fondo.
La entrada del capitalismo en su fase de descomposición lleva al paroxismo la gravedad de las contradicciones contenidas en el período de decadencia. Para todos los países, cada conflicto en el que se ven implicados supone costos mayores de los beneficios que eventualmente pueda conseguir. Las guerras, no tiene como resultado (sin entrar el desarrollar el coste de las masacres), más que destrucciones masivas que dejan exhaustos y prácticamente en ruinas a los países en los que se desarrollan y que, probablemente jamás serán reconstruidos. Pero ninguno de estos cálculos de perdidas o ganancias impiden que los Estados, todos los Estados, desarrollen incesantemente una política orientada a defender su posición imperialista en el mundo, una acción constante para sabotear las ambiciones de sus rivales o de incrementar sus presupuestos militares. Todos los Estados están encadenados en un engranaje irracional desde el punto de vista de la vida económica y la rentabilidad capitalista. Subestimar la irracionalidad de la burguesía supone subestimar la amenaza real de destrucción pura y simple que pesa sobre el futuro de la Humanidad.
Articulo publicado en el número 372 de Revolution Internationale, Octubre 2.006, publicación en Francia de la Corriente Comunista Internacional.
Notas:
[1]Rosa Luxemburgo, “La Acumulación del Capital”.
[2]Lenin, “El imperialismo estado superior del capitalismo”.
[3]Revista Internacional nº 19.
[4]Rosa Luxemburgo, “Crítica de las críticas, la Acumulación del Capital”. En este texto se demuestra que la totalidad de la plusvalía extraída a la clase obrera y no realizada en el seno de las relaciones capitalistas, ya que los obreros tienen un salario inferior a el valor creado por su fuerza de trabajo, no pueden comprar todas las mercancías que producen. La clase capitalista no puede consumir toda la plusvalía puesto que una parte de ella debe destinarse a la reproducción ampliada del capital y debe ser intercambiada. Por tanto, el capitalismo, considerado desde un punto de vista global, esta constantemente obligado a buscar compradores para sus mercancías fuera de las relaciones sociales capitalistas.
[5]Revista Internacional nº 19, “El problema de la guerra, Jehan, Izquierda Comunista Internacional, 1.935”.
Hemos recibido la siguiente carta de una compañera:
Ante todo agradecer la oportunidad y el espacio que se me ha brindado para expresar lo que muchos/as empleados/as y sus familias opinan sobre la PANACEA SEAT.
Soy mujer de un empleado de dicha empresa y estas navidades han sido algo difíciles para todos. No porque nos haya tocado la lotería del "DESPIDO", sino por los que lo han sido: AFORTUNADOS Y AGRACIADOS CON LA SUERTE.
Este escrito no son más que dudas, sensaciones, preguntas y pocas respuestas. Respuestas que espero que se puedan encontrar en un futuro no muy lejano.
1.- ¿Creéis firmemente en la labor del sindicato? ¿No se debe luchar más por el empleado y no por la empresa?
2.- ¿Realmente el trabajador se siente representado? ¿O por contra debería romper el carné de afiliado?
3.- Es incomprensible que hayan despedido tantas personas, pero por contra siguen habiendo contratos nuevos y no disponen de personal suficiente, ni capacitado para desarrollar diversos trabajos. ¿Sabéis cuanto tiempo y esfuerzo se está perdiendo? Si es así ¿por qué no se ponen a doblar el lomo, aquellos que dicen representar al trabajador y están liberados 4 horas?
4.-¿Qué criterios se ha tenido en cuenta para los despidos?¿Se han puesto en conocimiento de los empleados, o por contra ha estado bajo "secreto de sumario"?
Para nada la empresa ha sido objetiva, cuando perdemos algo (trabajo y todo lo que conlleva), nos encontramos en medio de un desierto, que parece no terminar nunca, congela de noche y abrasa de día anulando toda actividad. Y como todo desierto, también tiene sus espejismos en forma de días que amanecen mejor pero que se tornan insoportables conforme pasan los días. Así es SEAT y su política de empresa.
Para acabar decir que todos los empleados ex-empleados y sus familias, vamos a tener que encontrar todo lo que hemos perdido y crear un auténtico oasis: no turno de noche o por lo menos poder elegir, disponer de algún servicio de guardería, flexibilizar los grupos de trabajo...Así poco a poco iremos recuperando todo hasta llegar a conseguir lo que habíamos exiliado más allá de las arenas.
A G
Nuestra respuesta:
Estimada A.:
Nos sentimos solidarios frente a la situación que está afectando a cada vez más obreros en España y en el mundo. Perder el puesto de trabajo es una tragedia que desestabiliza a los trabajadores y sus familias. Se van al garete planes sobre viviendas, compras necesarias, estudios de los hijos etc.; para muchas familias la pérdida de ingresos puede significar la incapacidad para pagar una hipoteca. Se siente una angustia más o menos permanente pues el futuro queda envuelto en oscuros interrogantes.
Pero no pensemos que el trabajador que conserva el puesto de trabajo se queda mejor. Al contrario, sabe que los sueldos son aún más ajustados, que la presión en el trabajo es más intensa y encima pende sobre su cabeza la espada de Damocles de nuevos despidos. Ya no se trata únicamente de penuria y estrechez económica, es también la tensión nerviosa, la angustia, causadas tanto por la presión que se vive en el trabajo como por la incertidumbre sobre el empleo. Todo esto es lo que creemos que describes con una imagen que nos parece muy acertada: «cuando perdemos algo (trabajo y todo lo que conlleva), nos encontramos en medio de un desierto, que parece no terminar nunca, congela de noche y abrasa de día anulando toda actividad. Y como todo desierto, también tiene sus espejismos en forma de días que amanecen mejor pero que se tornan insoportables conforme pasan los días».
Esta situación no sólo se vive en SEAT, se vive también en toda España y en el mundo entero. No hay ningún lugar en el mundo que se libre de los efectos de la crisis histórica del capitalismo y todos los estragos que ésta causa: desempleo, guerras, hambrunas, destrucción medioambiental, miseria moral, violencia en las relaciones humanas etc.
Sin embargo, la lucha de los obreros de SEAT, aunque tímida y rápidamente acallada, es la punta del iceberg de una tendencia que lentamente se va desarrollando en las mentes y los corazones de obreros: el sentimiento de que para hacer frente a la miseria y la barbarie ya no podemos estar pasivos y a la expectativa, ya no podemos callarnos ni resignarnos, es necesario luchar, hay que buscar la unidad y la solidaridad.
Luchar es necesario pero no podemos luchar a tontas y a locas, no podemos reaccionar como sí fuéramos animales heridos, hemos de luchar de la forma que nos de la mayor fuerza posible. Y para ello tenemos que discutir sobre cuales son nuestros medios de lucha, cual nuestra organización, quienes son nuestros enemigos y nuestros falsos amigos.
En ese sentido las preguntas que planteas son muy útiles y pensamos que deben servir de base a una reflexión para preparar nuevas luchas. Con ese objeto vamos a aportar nuestra respuesta.
1.- ¿Creéis firmemente en la labor del sindicato? ¿No se debe luchar más por el empleado y no por la empresa?
Nosotros pensamos –basándonos en la experiencia histórica e internacional del proletariado- que desde hace mucho tiempo los sindicatos defienden a la empresa y el Capital Nacional contra de los trabajadores. Esto lo podemos argumentar de forma detallada[1] pero la lucha de SEAT ha sido una nueva confirmación: todos los sindicatos se aliaron para impedir la lucha en noviembre retrasando toda respuesta durante 45 días lo que sembró confusión y desmoralización en las filas obreras. Después el 15 de diciembre firmaron el acuerdo de la vergüenza y cuando los obreros empezaron a luchar el 23 siguieron oponiéndose a ellos. CGT aparentemente se puso a su favor pero volvió a sabotear toda verdadera lucha:
- retrasó cualquier acción hasta el día 3 de enero. Entre el 23 de diciembre y el 3 de enero hubo 11 días de inactividad, pasividad y expectativa lo que supuso arrojar un cubo de agua helada sobre las ganas de lucha y de solidaridad de los obreros. Estos no luchan en frío a partir de una convocatoria un día D sino cuando comprender colectivamente que tienen un mínimo de fuerza
- aisló a los despedidos del resto de sus compañeros cuando la fuerza de unos y de otros era luchar juntos
Como dijimos en la hoja que hemos repartido en SEAT: «Los Sindicatos no nos la juegan únicamente cuando firman los despidos, nos la juegan previamente cuando organizan sus “Planes de Lucha”. Su acción contra los obreros se concreta en 3 facetas íntimamente relacionadas:
- sus pactos y acuerdos con la Patronal y el Gobierno
- sus planes de “lucha” que son en realidad estrategias contra la lucha
- su defensa incondicional del Interés de la Empresa y de la Economía Nacional que pretenden hacer coincidir con el de los trabajadores cuando en realidad son DIAMETRALMENTE opuestos»
2.- ¿Realmente el trabajador se siente representado? ¿O por contra debería romper el carné de afiliado?
Los trabajadores no se sienten representados por los sindicatos. En la gran mayoría de países el grado de afiliación es muy bajo (alrededor del 10% en el caso de España). Los sindicalistas dicen con paternalismo que es porque los obreros son egoístas o pasan de todo. Pero la realidad es que muchos obreros se sienten decepcionados y salen asqueados de los sindicatos donde no ven más que puñaladas traperas contra los trabajadores.
Los sindicatos fueron una creación de los obreros en el siglo XIX. Entonces eran un instrumento válido para los trabajadores. Pero con el siglo XX y los cambios que significaron en la organización y la economía capitalista (lo que nosotros llamamos el periodo de decadencia del capitalismo) los sindicatos perdieron todo papel favorable para la clase obrera y fueron absorbidos por el Estado Capitalista.
Por ello, las luchas obreras más significativas que se han dado en el siglo XX y XXI se han dado fuera y en contra de los sindicatos. En SEAT las luchas de 1971 y 1974 –cuando todavía estaba el franquismo y su podrido sindicato vertical- llevaron a tensiones entre los obreros y las “opositoras” CCOO. En 1997 hubo una huelga obrera fuera de los sindicatos.
¿Pero existe alternativa a los sindicatos? Los obreros tienden a organizarse en Asambleas Generales y a coordinar estas mediante Comités Elegidos y Revocables. Esta forma de organización es directa, permite que todos los obreros vean la fuerza concreta que tienen, piensen y discutan juntos, se representen colectivamente sin depender de líderes autoproclamados que dicen ser sus “representantes”. Las Asambleas Generales prefiguran la organización general y unitaria de la clase obrera en una situación revolucionaria para derribar el capitalismo: los Consejos Obreros.
Los compañeros que comprenden el papel nefasto de los sindicatos y la necesidad de una lucha obrera autónoma deben organizarse para desarrollar la conciencia, la unidad y la solidaridad en su clase. Pero el sentido que deben dar a su actividad no es la de conseguir ser los “nuevos dirigentes de la clase obrera”, es decir, plantearse como competidores de los dirigentes sindicales. Su actividad debe ser otra muy diferente y que es la que realmente necesita la clase obrera: ayudar a que ésta tome confianza en sí misma, comprender realmente la situación que está viviendo, vea cuales son los medios de lucha y organización válidos, aprenda a ver quienes son sus enemigos y quienes sus falsos amigos.
3.- Es incomprensible que hayan despedido tantas personas, pero por contra siguen habiendo contratos nuevos y no disponen de personal suficiente, ni capacitado para desarrollar diversos trabajos.¿Sabéis cuanto tiempo y esfuerzo se está perdiendo? Si es así ¿por qué no se ponen a doblar el lomo, aquellos que dicen representar al trabajador y están liberados 4 horas?
El capitalismo es un sistema caótico, carece de una planificación consciente. Por ello se dan paradojas como la que señalas: se despide por un lado y se contrata por otro. Ahora bien, hay que ver a quién se despide y en qué condiciones se hacen los contratos nuevos.
Las empresas están despidiendo a trabajadores experimentados con buenos salarios y unas condiciones laborales demasiado favorables en comparación con la tendencia general que sigue el capitalismo. Por ello, las empresas –acogotadas por la crisis y frente a una competencia despiadada- eliminan a esa masa de trabajadores con lo que efectivamente se produce lo que tú dices: un despilfarro tremendo de tiempo y esfuerzo. Es decir, no solamente se causa un drama terrible a los despedidos y a sus próximos sino que además se echa a perder sus conocimientos técnicos y su capacidad laboral.
¿Con quien se sustituye? Pues con trabajadores muy jóvenes que no tienen ni formación ni experiencia a los que se impone contratos basura con salarios y condiciones laborales mucho peor que sus hermanos despedidos.
Pero no podemos engañarnos: el número total de trabajadores con puesto de trabajo disminuye a la vez que empeoran sustancialmente las condiciones laborales de todos. Es la marcha hacia el abismo del sistema capitalista.
4.- ¿Qué criterios se ha tenido en cuenta para los despidos? ¿Se han puesto en conocimiento de los empleados, o por contra ha estado bajo "secreto de sumario"?
Todo se ha hecho a escondidas de los trabajadores. Por ejemplo, los despidos se decidieron el 15 de diciembre pero no anunciaron los afectados hasta el 22 por la noche por miedo a que se produjera una respuesta obrera, es decir, actuaron con premeditación y alevosía. La dirección de la empresa, las autoridades laborales de la Generalitat y los sindicatos han conspirado contra los trabajadores. Pero esto es lo que pasa en las demás empresas tanto aquí con en el resto del mundo. El capitalismo dice ser una “democracia” pero en realidad las decisiones sobre los despidos, sobre la guerra, sobre todo lo que afecta a la salud, el porvenir, las vidas, de millones de seres humanos, son fríamente tomadas por gobernantes, empresarios, sindicalistas etc., en los despachos mullidamente alfombrados de los centros de poder.
No queríamos alargarnos y la respuesta es forzosamente esquemática. Podemos profundizar y detallar más sí así lo estimas oportuno y te animamos a que nos escribas nuevamente planteando sinceramente tanto lo que te sientas de acuerdo como aquello que no compartes. De la chispa de la discusión nace la luz de la claridad.
También, sí nos autorizas a ello, te podemos enviar las dos hojas que repartimos en SEAT así como nuestra publicación en España –Acción Proletaria- donde sacamos lecciones de esta lucha así como argumentamos sobre la cuestión del sindicalismo.
Finalmente, solicitamos tu permiso para publicar tu carta con nuestra respuesta pues, como te hemos dicho al principio, las preguntas que planteas se las están haciendo actualmente otros trabajadores y bueno es que sirvan para todos.
Recibe nuestros saludos comunistas
Corriente Comunista Internacional 7-2-06
[1] Aparte de numerosos artículos y hojas ante luchas concretas hemos elaborado un folleto titulado LOS SINDICATOS CONTRA LA CLASE OBRERA que te lo podemos enviar sí te interesa considerar la argumentación y la información allí contenida.
Hemos celebrado en Barcelona y Valencia sendas Reuniones Públicas sobre este tema que preocupa a muchos elementos activos de nuestra clase.
A partir de una presentación lo más breve posible[1] con objeto de dar el máxima de tiempo a la discusión de los asistentes, se desarrolló un debate muy dinámico.
ø En Valencia los asistentes expresaron un acuerdo muy profundo con las posiciones de la CCI insistiendo en que el proletariado debe emplear la violencia para destruir este orden social de explotación pero puntualizando que esta violencia nada tiene que ver ni con el terror y la guerra ni con el terrorismo, tres formas de violencia radicalmente ajenas y antagónicas con el proletariado. Para el proletariado, el fin no justifica los medios, a diferencia de las clases explotadoras donde todo vale para obtener sus fines ajenos a los del conjunto de la población.
En palabras de un asistente: «está claro. La elección no es entre ser pacíficos o entre ser violentos, sino entre la violencia de la clase explotadora y la violencia de la clase explotada».
Un asistente insistió en que el proletariado tiene una ética propia como clase y que esa ética le dicta su conducta respecto a la violencia: ésta excluye el sadismo o la venganza, no busca cebarse sobre las personas sino que pretende destruir las relaciones sociales que sustentan la explotación y la opresión. «el capitalismo es la guerra de todos contra todos, es la violencia erigida en principio de las relaciones sociales, el proletariado expresa en cambio la solidaridad que es el principio básico de una auténtica sociedad. Por instinto, los hombres tienden a la solidaridad».
Un aspecto que la discusión desarrolló es el tipo de coacción y chantaje moral que cotidianamente perpetran los sindicatos sobre los trabajadores, lo que constituye un obstáculo al desarrollo de la solidaridad entre ellos.
Un punto particular fue suscitado por un asistente: ¿la violencia de Elche contra almacenes chinos pertenece a la clase obrera? Se señaló que, aunque en el tumulto podrían haber participado trabajadores a título individual, ello no tenía nada que ver con la lucha de la clase obrera. Esta busca la unificación de todos los trabajadores rompiendo las cadenas de división basadas en la nación, la empresa, el sector, la raza etc. En concomitancia con ello, la clase obrera se niega a subordinarse a la competencia entre capitales nacionales (el calzado español contra el calzado chino, los astilleros españoles contra los astilleros coreanos) persiguiendo la abolición de la competencia reemplazándola por la comunidad humana mundial que trabaja para sí misma de forma unitaria y asociada[2].
En Barcelona, la discusión abordó las críticas de un asistente a las posiciones expresadas en la presentación a través de respuestas de otros asistentes y de los miembros de nuestra organización.
Para el compañero, aún reconociendo que la lucha masiva es la meta, entretanto acciones minoritarias de violencia practicadas por grupos especializados serían una contribución a ella. Por otro lado, la insurrección proletaria tendría que ser preparada por grupos especializados que se irían entrenando en el dominio de las armas e irían educando a las masas en las técnicas de la insurrección. El compañero piensa que los ataques a la propiedad privada, a sus símbolos y en general a los símbolos de la dominación capitalista, se inscriben en el proceso de toma de conciencia y lucha del proletariado.
No podemos resumir la riqueza de la discusión con todos los argumentos detallados que se opusieron a estas posiciones. En la medida en que el compañero las ha resumido en un texto escrito le responderemos de forma más detallada y amplia[3]. Aquí solo recogeremos algunos argumentos expuestos por otros asistentes.
Un compañero desarrolló la siguiente argumentación: “La violencia de la clase obrera consiste en establecer una relación de fuerzas contra el capital, en una primera etapa para combatir la explotación, en la etapa final, para abolir la explotación. ¿Se puede establecer esa relación de fuerzas con choques aislados y minoritarios? ¿Con pequeñas acciones de guerrilla urbana o de sabotaje? Esos actos fortalecen política y socialmente al capital y militarmente hablando ni le hacen cosquillas. Lo que de verdad debilita al capital es una lucha que rompe las divisiones por sector, categoría o nacionalidad y forja la unidad; lo que lo pone contra las cuerdas es que los obreros rompan la tutela sindical y se organicen por si mismos, lo que daña al capital es la autonomía de clase, obreros que luchan por sus propios intereses y no por intereses de alguna fracción de la burguesía. Los métodos que son válidos para la burguesía o para la pequeña burguesía no lo son para la clase obrera. Ahí está el quid de la cuestión”.
Otro asistente planteó: “Los especialistas no son válidos para la lucha de la clase obrera. De la misma forma que esta no puede confiar la dirección de su combate en especialistas de la política tampoco puede confiar en especialistas del armamento y la insurrección”.
Un tercer compañero señaló “el lazo indisoluble que hay entre nacionalismo y terrorismo, lazo que no puede darse en la lucha obrera que es internacionalista”.
Otro asistente abordó la cuestión siguiente: “se glorifica lo violento como radical y subversivo pero se olvida que es el mismo sistema quien fomenta la violencia minoritaria, brutal, destructora… Es un sistema social en descomposición donde se desarrolla la ideología del TODO VALE, del hombre un lobo para el hombre, y, por tanto, se glorifica una violencia minoritaria y ciega. En realidad no debemos caer en la trampa de elegir entre el legalismo y el pacifismo, por un lado, y la violencia radical minoritaria del otro. Los dos son ajenos a la clase trabajadora”.
De las conclusiones de la discusión queremos destacar 3 elementos:
[1] Ver en el Anexo el texto de la presentación
[2] Ver artículo en Acción Proletaria nº 179
[3] Nos proponemos publicar esta correspondencia en una Tribuna del Lector, conforme a nuestra política de discusión fraternal y abierta.
Presentación de la Reunión Pública
La RP que vamos a celebrar abordará el problema de la violencia.
Hoy proliferan en el mundo los atentados terroristas: Irak, Afganistán, el 11-M en Madrid, Indonesia... Esas acciones provocan matanzas y destrucciones en masa. Son un arma de la confrontación imperialista entre los Estados a la que echan mano todas las fracciones de la burguesía desde las más poderosas hasta las menos dotadas.
En Irak, los atentados se han convertido en una realidad cotidiana. Es una espiral sin fin: bombardeos, acciones de artillería, detenciones masivas de las fuerzas ocupantes, por un lado, los coches bomba, los asaltos a instalaciones civiles y militares, por el otro. La población vive aterrorizada atrapada en este laberinto de sangre y salvajismo. Las tropas USA y gubernamentales, por un lado, y las diferentes milicias insurgentes, por otro, la han tomado como rehén de un enfrentamiento sin salida.
Hemos visto que un grupo como el GCI llama a las acciones terroristas de la insurgencia iraquí “lucha de clases”. Mete en el mismo saco: las protestas de trabajadores parados contra las autoridades de ocupación, los motines más o menos espontáneos por las condiciones odiosas de existencia, los actos de sabotaje de oleoductos, los atentados con coche bomba, los asaltos a cuarteles..., todo es etiquetado por este grupo como "lucha de clases”.
Nosotros condenamos esta amalgama. Nosotros nos reivindicamos de la violencia de clase del proletariado pero queremos delimitarla respecto a la violencia de la clase dominante que incluye el terror, el terrorismo y la guerra. Son dos violencias totalmente diferentes, diametralmente opuestas.
La amalgama entre ambas no solo produce confusión y zozobra en las filas proletarias sino que en realidad echa agua al molino de la mistificación pacifista de la burguesía que condena “toda forma de violencia”, “venga de donde venga”.
El pacifismo es imposible en las sociedades de clases. En el mejor de los casos en la expresión impotente de un deseo bienintencionado. En el peor es una mistificación que utiliza la burguesía para destruir la lucha de clase del proletariado.
El dilema no es pues violencia o pacifismo sino violencia de la burguesía y violencia del proletariado. La sociedad dividida en clases implica necesariamente violencia, pues allí donde existe explotación del hombre por el hombre y división en clases sociales existe inevitablemente violencia en muchas de sus diferentes y variadas formas.
No todas las formas de violencia son iguales ni son lo mismo. Condenar en si toda forma de violencia constituye la trampa, el alegato pacifista de la burguesía, para mantener a los explotados sometidos a la explotación y a la opresión.
No es lo mismo la violencia de las clases reaccionarias que tratan de conservar un orden social caduco que la violencia de las clases revolucionarias que tratan de imponer uno nuevo y superior.
No es lo mismo la violencia de las clases explotadoras que la violencia de las clases explotadas. La primera está al servicio de la explotación del hombre por el hombre y de la división entre los seres humanos. La segunda constituye una forma de defenderse, más o menos consciente, contra la explotación y la opresión que han golpeado a la humanidad a lo largo de los últimos 10.000 años.
Tampoco se puede poner en mismo plano la violencia del proletariado, clase explotada y revolucionaria poseedora de una perspectiva revolucionaria propia, y la violencia de otras clases explotadas que le han precedido que aún siendo plenamente justificada no contenía ningún porvenir de liberación de la humanidad.
Dentro de la misma sociedad capitalista tampoco se puede identificar la violencia de la clase dominante, el terror del Estado más o menos abierto o encubierto, con la violencia de tipo terrorista.
¿Pueden ser iguales la violencia de clase del proletariado y la violencia de la burguesía que tiene 3 dimensiones: terror, terrorismo y guerra?
Rotundamente no.
Vamos a inspirarnos en esta presentación en las posiciones desarrolladas por la Resolución sobre el terror, el terrorismo y la violencia de clase que publicamos en la REVISTA INTERNACIONAL número 15.
En primer lugar, la dominación del Estado burgués sobre el proletariado y el conjunto de la sociedad se basa en el terror. El terror existe incluso en los Estados llamados “democráticos” donde se emplea de forma política, selectiva y según las circunstancias. «La burguesía ha desarrollado todo un arsenal de medios represivos: cárceles, deportaciones, asesinatos, campos de concentración, guerras de exterminio y genocidio, la tortura más refinada» y para ejercer este sistema de terror ha engendrado «todo un cuerpo social especializado en esa metodología: policía, guardia civil y gendarmerías especiales, ejército, aparato jurídico, torturadores con diploma, comandos superentrenados y grupos paramilitares».
El terror del Estado burgués:
Respecto al terrorismo su naturaleza es ciertamente más compleja. Puede ser expresión de capas pequeño burguesas desesperadas e impotentes cuyos actos de rebeldía por heroicos que sean no significan en el mejor de los casos que la picadura de mosquito sobre la piel del elefante estatal capitalista.
Sin embargo, el terrorismo con la decadencia del capitalismo, con la profundización de las guerras imperialistas, se ha convertido en un arma de la confrontación imperialista que es empleado por todos los Estados, grandes o pequeños e incluso por fracciones de Señores de la Guerra –como es el caso del terrorismo islámico- que no aspiran a formar un Estado propio.
La violencia terrorista tiene como características:
Concerniente a la guerra, forma suprema de la violencia destructiva del capitalismo, no vamos a insistir en esta presentación sobre su naturaleza aniquiladora y bárbara.
¿Puede asemejarse o compararse la violencia de clase del proletariado con estas formas de violencia que acabamos de describir?
Claramente no. Ni en los fines ni en los medios el proletariado puede ejercer una forma de violencia similar o comparable a las formas de violencia de la burguesía y de otras clases ajenas al proletariado.
El proletariado se propone abolir toda forma de explotación y no perpetuar la explotación. El proletariado lucha por la comunidad humana mundial y no por el mantenimiento y la profundización de las divisiones de clase, raza, frontera, religión, que desgarran a la humanidad. El proletariado trata de instaurar el control consciente de la producción y los medios de vida destruyendo el sometimiento ciego y fanático a fuerzas extrañas por encima de los individuos.
No se pueden oponer los fines a los medios. La doctrina jesuítica de “el fin justifica los medios” es ajena y antagónica al proletariado. Este no puede alcanzar la liberación de la humanidad del yugo capitalista con prácticas propias de este sistema como el terror, el terrorismo y la guerra.
La violencia del proletariado es ejercida colectivamente por las masas obreras en el curso de su propia lucha.
La violencia del proletariado no ataca a las personas sino que busca esencialmente derribar las relaciones sociales y las instituciones sociales que atenazan el desarrollo de la humanidad.
La violencia del proletariado es consciente buscando crear las condiciones que eliminen la violencia entre los hombres y no su perpetuación.
No se trata de especular cómo será o cómo puede ser la violencia del proletariado. De lo que se trata es de ver cómo el proletariado ha ejercido su violencia de clase en sus movimientos revolucionarios o en sus luchas más significativas. Esto no podemos desarrollarlo aquí aunque animamos a los asistentes a profundizar en ello estudiando las experiencias históricas de nuestra clase en ese terreno.
Hoy, hasta los gobernantes más "optimistas", como Zapatero que augura la salida del túnel para mediados de este año, tienen que reconocer la gravedad de la crisis actual del capitalismo. Hay economistas que dicen incluso que esta crisis es peor que la de 1929.
También hoy surge un coro, igualmente bastante unánime, que "lamenta" e incluso "condena" las salvajes atrocidades que está perpetrando el Estado de Israel sobre la población de Gaza atrapada en un ratonera. Hasta los aliados más fieles de Israel -como Estados Unidos- o bien miran hacia otro lado o bien presionan discretamente para que no vaya "demasiado lejos" (¿?)
Sin embargo, muy pocos hablan de la relación existente entre la agravación de la crisis y la agudización de la barbarie guerrera. La inmensa mayoría de analistas, gobernantes, grupos políticos etc., coinciden en ignorar toda relación entre una y otra, en verlas como dos fenómenos separados que pertenecerían a dos mundos distintos.
Sin embargo nosotros pensamos que la clave para comprender la situación actual de la sociedad mundial y para encontrar una vía de salida está, precisamente, en ver la relación estrecha e íntima que existe entre crisis capitalista y guerra imperialista.
Al establecer una muralla china entre las causas de la crisis y las causas de la guerra, ambos fenómenos se subestiman. La guerra sería así el producto de la barbarie de tal o cual Estado, pero no el producto de la confrontación entre todos los Estados que son todos imperialistas. Al contrario, habría, nos dicen, Estados "belicosos" e "imperialistas", pero la mayoría de Estados serían "pacíficos" y buscarían "calmar los ánimos" cuando surgen situaciones de tensión ofreciendo soluciones diplomáticas. La crisis, por su parte, constituiría un paréntesis, un momento de vacas flacas, del cual se saldría para alcanzar nuevos periodos de prosperidad.
Al separar crisis y guerra se puede echar la culpa de la guerra a un chivo expiatorio, a una causa particular y específica que permite insinuar que dentro de esta sociedad habría salidas pacíficas al problema de la guerra y los conflictos imperialistas. Del mismo modo, la causa de la crisis se puede igualmente particularizar y personalizar: sería la culpa de la ideología "neoliberal", la responsabilidad habría que atribuirla a banqueros, especuladores y compañía. Con esto se deja la puerta abierta a la ilusión de una salida mediante la intervención del Estado o de una política basada en "hacer pagar la crisis a los banqueros"...
Al separar crisis y guerra y verlas como fenómenos independientes y particulares es más fácil empujarnos a elegir campo ante la barbarie guerrera que se desencadena en Gaza. Habría que defender a Hamás frente a Israel o, los que se dan cuenta que el islamismo de Hamás es poco presentable, invocan el "derecho a la resistencia" del "pueblo palestino". En el mismo sentido, ante la crisis habría que elegir campo: por las políticas "sociales" de intervención estatal frente al "neoliberalismo" y demás.
Solo comprendiendo el lazo indisoluble entre crisis y guerra se puede comprender que la guerra no es el resultado de tal o cual Estado, de tal o cual política o de tal o cual ideología, sino que constituye el modo de vida del capitalismo decadente, la barbarie de la guerra es imputable a todo el sistema capitalista en su conjunto, a todos sus Estados y fracciones. Igualmente, solamente mediante el mismo planteamiento se puede comprender que la crisis no es un episodio "cíclico" al cual sucederá un periodo de "nuevas riquezas" sino que constituye un paso muy grave hacia el hundimiento en una miseria, un desempleo y una barbarie del cual no hay salida, bajo el capitalismo.
Solo comprendiendo la unidad entre crisis y guerra se puede comprender que no hay un culpable particular e individualizado de la guerra como tampoco lo hay de la crisis. ¡No hay chivos expiatorios que permiten al sistema salir de rositas y continuar con su barbarie y su iniquidad! El culpable es el capitalismo mundial, con todos sus gobiernos y todos los partidos e instituciones que lo defienden.
Solo comprendiendo que crisis y guerra tienen la misma raíz se puede comprender que hay que luchar contra todos los bandos guerreros y no elegir entre ellos. Durante los últimos 100 años el capitalismo ha arrastrado a la humanidad a 2 guerras mundiales e innumerables guerras regionales porque lograba que el proletariado eligiera campo entre los dos bandidos imperialistas: democracia contra fascismo, anti-terrorismo contra terrorismo, libertad contra totalitarismo, resistencia nacional contra las potencias ocupantes ... A través de estas elecciones tramposas el sistema ha conseguido reproducirse, reproduciendo con ello una espiral de matanzas, genocidios, holocaustos... En un trágico carrusel, los buenos de ayer se convierten en los malos de hoy, las "víctimas" de ayer en los verdugos de hoy.
Solo comprendiendo que crisis y guerra constituyen la emanación de un sistema en agonía se puede entender que no hay políticas económicas mejores ni gobiernos más "sociales". No se puede optar entre quienes, para salvaguardar el régimen de explotación capitalista, atacan despiadadamente al conjunto de los trabajadores y de la población mundial sembrando el planeta de cadáveres de niños hambrientos, de personas sometidas a la tortura lenta del desempleo, la miseria, pérdida de vivienda, etc.
Lo que hoy está en juego no es tal o cual política, tal o cual gobierno, tal o cual "modelo internacional de convivencia entre los pueblos", lo que hoy está en juego es la supervivencia de la humanidad: o el capitalismo es destruido o éste acabará destruyendo el planeta con todos sus habitantes.
Solamente el proletariado tiene la salida. Y es igualmente este "tema" sobre el cual tanto gobernantes como expertos o "formadores de opinión" guardan un espeso silencio. Para ellos -al menos de cara a la galería- el proletariado es la clase formada por individuos fracasados, cuya incapacidad para "aprovechar las oportunidades" y "triunfar" los ha relegado a "vulgares asalariados". Para ellos es impensable e imposible que el proletariado se erija en una clase que actúa unida, que es capaz de auto-organizarse, que piensa por si misma y logra tener su propia política fuera de todo el laberinto de falsas elecciones burguesas.
Sin embargo, el proletariado es capaz de una lucha propia e independiente por la liberación de la humanidad del yugo del capitalismo. Su lucha histórica así lo atestigua. Pero hoy, desde 2003, está volviendo a levantar cabeza aunque por el momento su lucha está dando los primeros pasos.
Somos conscientes de que la burguesía, a través de todas sus fracciones, opondrá todos los obstáculos imaginables contra el ascenso de las luchas obreras: maniobras ideológicas, campañas de calumnia y desprestigio, trampas políticas y la represión pura y dura.
Sin embargo, ese es el único camino y el proletariado puede recorrerlo. Las luchas obreras aunque todavía sean limitadas tienden a desarrollarse por todo el planeta. Hace un mes fue Grecia (ver artículo en este mismo número de AP). Actualmente son las movilizaciones en los países bálticos directamente motivadas por la crisis. Una nueva generación de jóvenes, en muchos caos aún estudiantes de instituto se está movilizando como se ha visto recientemente en Francia, Alemania y también en Italia, España y Grecia. En numerosos países surgen compañeros y grupos internacionalistas, todavía muy minoritarios y poco conocidos, pero que ante hechos como la barbarie de Gaza alzan su voz de manera clara - como hemos ido mostrando en el apartado "CCI on line" de nuestra "Web"-, denunciando los crímenes del capitalismo y defendiendo la única salida posible: la lucha independiente del proletariado, su unidad y solidaridad mundial por encima de razas y fronteras, en la perspectiva de la Revolución Mundial que acabe con el capitalismo en todos los países.
Acción Proletaria 19-1-09
Frente a la crisis económica que está asolando el planeta, el 15 de noviembre se celebró la famosa reunión internacional, tal y como se nos presentó originalmente, fue para cambiar el mundo y cambiar las reglas de operación del capitalismo: el G20 es la cumbre que reúne los miembros del G8 (Alemania, Francia, EUA, Japón, Canadá, Italia, Reino Unido y Rusia), además de Sudáfrica. Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México y Turquía, tal reunión debería sentar las bases para un nuevo capitalismo, no sólo saludable, sino también más humano. ¡Si recordamos! En septiembre, cuando un viento de pánico causó grandes estragos en los mercados de valores, todos los grandes del mundo, Bush, Merkel y otros, anunciaron con mucho bombo y platillo la celebración de una importante conferencia internacional. Nicolás Sarkozy, presidente de Francia y la Unión Europea, incluso ha desplegado un discurso «radical» el 23 septiembre en la tribuna de las Naciones Unidas, donde abogaba por un «capitalismo regulado» y «moralizado», sin vacilar en afirmar en la necesidad de «refundar el capitalismo».
La reunión tuvo lugar. ¿Cuál fue el Resultado? Prácticamente nada. Incluso la prensa internacional se vio obligada a reconocer que «la montaña ha dado a luz a un ratón». Por supuesto, nadie espera seriamente ver aparecer un «capitalismo más humano» que no existe, y los dirigentes del mundo hablando como padres a sus hijos acerca de Santa Claus. El capitalismo es y siempre será un sistema de explotación brutal y bárbaro. Pero incluso en términos de la lucha contra la crisis económica, los resultados de esta cumbre son particularmente magros. Veamos a que conclusiones llegan en una particular jerga incomprensible:
- La limitación de los «efectos cíclicos» (agravantes) de las reglas en vigor en los mercados financieros:
- La adaptación de las normas contables a nivel mundial, especialmente para los "productos financieros complejos":
- Mejorar la transparencia de los «mercados derivados» para reducir el «riesgo sistémico»;
- Mejorar las « prácticas de compensación»;
- Evaluación del mandato, el modo de gestión y las necesidades de los recursos de las instituciones financieras internacionales;
- Definir el campo de las instituciones que tienen una «importancia sistémica» - cuyo colapso amenazaría a todo el sistema financiero mundial y por lo tanto, requieren de una acción coordinada para evitar su fracaso.
En resumen, es jugar al bombero en servicio apoyando financieramente a la banca y los sectores estratégicos de la economía. Nada nuevo que no se haya hecho ya.
Es preciso reconocer una cosa. Es cierto que, a diferencia de 1929 (cuando los Estados, en un principio, no habían reaccionado habían dejado en el colapso a sectores enteros de la economía), toda las burguesías se han movilizado rápidamente. Con cañonazos de billones de dólares, que están tratando de salvar los centros vitales de sus economías, como los bancos y las grandes industrias... Y para ello se reencuentra tratando de taponar las grietas más grandes, tratando a veces de actuar en concierto, mientras que en 1929 habían hecho todo lo contrario (sin entender razones, cayeron en un proteccionismo sin límites, cerrando sus fronteras a los productos extranjeros que finalmente agravarían la crisis mundial). Esta movilización internacional ha evitado el violento colapso del sistema financiero y la quiebra de los bancos más grandes, como temían los economistas en los últimos meses.
Pero si la quiebra de todo el sector bancario, en particular, ha sido evitado, no hay solución real, y tampoco ninguna perspectiva de relanzamiento duradero pudo emerger de todas estas discusiones desde principios de septiembre, ya sea en el G7, G8, ni ahora el G20.
La burguesía es impotente, no puede resolver o regular la crisis histórica de su sistema, ya que esta tocada por una enfermedad mortal: la sobreproducción. Es por ello que el capitalismo entró en su fase de decadencia durante ya casi un siglo y esta atravesado por convulsiones irremediables que han hundido a la humanidad en una ininterrumpida ola de guerras (las dos guerras mundiales son el símbolo más fuerte) y en graves crisis económicas. El resultado del G20 es una demostración visible de la impotencia: mientras que la crisis hacía estragos, tanto como la hambruna amenaza a gran parte de la humanidad, y aun en la mayoría de los países desarrollados, el desempleo y la pobreza explotan, cualquier cosa que puedan hacer las mayores cumbres delplaneta no es más que votar sobre resoluciones vagas y "abstractas" "por normas más estrictas y un mejor control de los especuladores y los banqueros". Más ridículo aún, estas decisiones del G20 ni siquiera son de aplicación inmediata, sino que deben ser examinadas por un comité de expertos cuyas conclusiones será reexaminadas... ¡el 30 de abril 2009! Definitivamente no hay nada que esperar de todas estas cumbres.
Los economistas bien pueden apelar a un nuevo New Deal o de un nuevo Bretton Woods pero son incapaces de comprender el significado real de la situación actual. ¿Un nuevo New Deal? Sin embargo, el endeudamiento en 1933 y 1938, bajo el impulso de Roosevelt para aplicar una política de grandes obras y relanzar la economía ha sido ya realizado y centuplicado en las últimas décadas. Estados, empresas, hogares ya soportan el peso de una deuda insostenible y cada vez mayor. ¿No habrá un nuevo New Deal, ni un nuevo Bretton Woods, entonces? En 1944, la organización de un sistema financiero internacional basado en el dólar había ayudado a facilitar y estabilizar el intercambio sobre el cual el crecimiento económico se había basado. Pero hoy, no hay ninguna superpotencia que permita estabilizar el comercio mundial, por el contrario, somos testigos de la pérdida de crédito y la capacidad de los Estados Unidos para desempeñar su papel de locomotora de la economía mundial. Además, durante el G20 todos los demás potencias han desafiado el control de los EUA, empezando por Francia y su portavoz Nicolás Sarkozy. Y no hay ninguna nueva potencia emergente en el horizonte que pueda desempeñar este papel, ni siquiera la llamada Unión Europea, atravesada por la lucha para defender intereses nacionales contradictorios y totalmente opuestos entre unos y otros. No, no habrá un nuevo Bretton Woods. Por lo demás lo repetimos: las "medidas" se van a tomar solo para limitar los daños. Todo esto no hará más que en última instancia, extender la crisis en el tiempo y preparar un futuro aún más oscuro.
Las malas noticias económicas y anuncios de planes de despidos que están lloviendo en este momento indican lo que el mañana será un hecho. Todos los organismos internacionales, uno tras otro, prevén la recesión para 2009. Según la OCDE, la zona del euro debería ver un descenso en su actividad económica del 0,5%. ¡Gran Bretaña se vera afectada, con las previsiones -1,3%! Japón ya está en recesión a la altura de -0,1% y su economía debe seguir hundiéndose el próximo año. Para los Estados Unidos, la Reserva Federal (banco central de EUA) está considerando la posibilidad de un crecimiento negativo de -0,2%, pero Nouriel Roubini, el economista más escuchado hoy en Wall Street tras la exactitud de todas las previsiones los dos últimos años sobre el deterioro de la economía mundial, piensa en la posibilidad de lograr un escenario de pesadilla con una contracción de la actividad en el rango de 5% ¡durante dos años consecutivos en 2009 y 2010![1] No podemos saber que va a suceder, no es necesario hervir las ollas del futuro, pero el mero hecho de que uno de los más famosos economistas del mundo pueda considerar este tipo de escenario catastrófico revela la preocupación de la burguesía y la verdadera gravedad de la situación.
Aparte de los despidos, el sector bancario continuó su juego de masacre. Citigroup, uno de los mayores bancos del mundo, ha anunciado la supresión de 50 mil puestos de trabajo cuando ya ha destruido ¡23 mil desde principios de 2008! Aparte de este desastre, las noticias de la eliminación de 3200 puestos de trabajo en Goldman Sachs o el 10% de efectivos de Morgan Stanley son de repente pasados casi desapercibidos. Recordemos que la esfera de las finanzas, sin contar las últimas noticias, ya ha destruido más de 150 mil puestos de trabajo desde enero de 2008.
Otro sector especialmente afectado, es el de la industria automotriz. En Francia, Renault, el primer fabricante en el país, simplemente ha detenido su producción en noviembre; además ningún coche ha salido de sus talleres y esto, mientras que las cadenas ya estaban funcionando durante varios meses a un ritmo de orden del 54% de su capacidad en Europa[2]. PSA Peugeot-Citroen ha anunciado recortes de 3,350 puestos de trabajo y de nuevas medidas para implementar paros técnicos por un mes. Sin embargo, en el sector automotriz, una vez más, es en los Estados Unidos donde las noticias son más alarmantes, las famosas Tres Grandes de Detroit (General Motors, Ford y Chrysler) se encuentran al borde de la quiebra. Si el Estado no las rescata, entre 2.3 y 3 millones de puestos de trabajo se encuentran directamente amenazados (empleados temporales y de subcontratación son los primeros afectados). Y en tal caso, los trabajadores despedidos no sólo pierden su puesto de trabajo ¡sino también su seguro de salud y jubilación! Incluso si, como es más probable, los EUA sacan de su bolsillo un plan de financiamiento, y de reestructuración que será especialmente violento en los próximos meses, las carretadas de despidos se sucederán a un ritmo infernal.
El resultado esperado de estos ataques es, evidentemente, una explosión de la miseria. En Francia, el Socorro popular y organizaciones caritativas (Meaux) constatan ya para el mes de septiembre un aumentó en casi el 10% de las personas que sobreviven con sopa de cocina, y los jóvenes parecen especialmente afectados.
El futuro que nos espera no es un capitalismo más «humano» o más «moral» como nos quieren hacer creer todos estos charlatanes reunidos en el G7, G8 y G20, sino cada vez más un capitalismo salvaje, generador de una extensión de la miseria, la pobreza y el hambre.
Frente a la crisis y los ataques del capitalismo, sólo hay una solución: el desarrollo de las luchas de la clase obrera.
Pawel (noviembre 21)
[1] Fuente: https://contreinfo.info/article.php3?id_aiticle=2351 [82]
[2] A través de este ejemplo se refleja lo absurdo de cualquier economía capitalista. Por un lado, el desarrollo de la miseria, por otro ¡plantas funcionando a la mitad de su capacidad! La razón es simple: el capitalismo no produce para satisfacer las necesidades de la humanidad, sino para vender y realizar ganancias. Si una parte de la humanidad no tiene nada con que pagar, bien puede morir, ¡pues los capitalistas prefieren cerrar sus fábricas y destruir sus bienes no vendidos, antes que regalarlos!
Los comentaristas «oficiales» de la historia y los nostálgicos decepcionados de aquellos años gloriosos del «movimiento estudiantil» celebran los 20 años del Mayo francés de acuerdo sobre un punto: las «ilusiones revolucionarias del 68» habrían sido sólo eso: «ilusiones». La realidad de los 20 años que nos separan de aquella explosión social no sería sino la confirmación del carácter utópico de la idea de la revolución comunista, cuyas condiciones, en lugar de haber ido madurando, no habrían hecho sino alejarse.
Basta, sin embargo, con mirar sin los sucios anteojos de la ideología de la clase dominante para darse cuenta de que la dinámica profunda que ha atravesado estas dos décadas es expresión de una maduración, sin precedentes en la historia, de las condiciones de una revolución comunista mundial.
Nos es imposible aquí tratar con detalle estos 20 años de luchas de clases tan preñados de enseñanzas. Vamos sobre todo a intentar contestar a dos preguntas: ¿Qué fue y significó 1968?, ¿se han ido desarrollando desde entonces las condiciones de una revolución comunista mundial?
Aunque se desarrollaron en Francia, los acontecimientos de la primavera del 68 tuvieron, tanto por sus raíces como por sus consecuencias, una dimensión internacional. En el mundo entero las relaciones entre las clases empezaban a conocer un profundo cambio. Los acontecimientos no hicieron sino concretar de modo patente el proceso que se estaba desarrollando a escala planetaria, y a tal escala deben ser analizados.
La huelga de masas de 1968 en Francia, al igual que casi todas las grandes e importantes huelgas obreras se este siglo, fue, al principio, totalmente espontánea; no fueron, en absoluto, los sindicatos, quienes lanzaron el movimiento. Muy al contrario, éstos intentaron, en un principio, y en vano, detener por todos los medios a su alcance la movilización en cierne.
En lo inmediato, la movilización encontró al principio un formidable amplificador en la voluntad de responder a la represión brutal con que el Estado trataba las manifestaciones estudiantiles. Contra aquella represión, el 13 de mayo, París vivió una de las mayores manifestaciones de su historia. Luego, en unos cuantos días, por cientos de miles, en todas las ciudades de Francia, todos los sectores de la clase obrera entraron en lucha. Y tan rápidamente, el movimiento de huelga empezó a ser expresión del profundo descontento que estaba madurando en la clase trabajadora. 10 millones de trabajadores paralizaron el aparato productivo del capital francés.
La típica arrogancia de la clase dominante se mudó en sorpresa y desconcierto ante el despliegue de un proletariado que ella pretendía haber sometido y vencido definitivamente.
Tras haber sufrido la sangrienta derrota de aquellas magníficas insurrecciones obreras que habían marcado el final de la primera guerra mundial; tras haber tenido que soportar el triunfo de la contrarrevolución estalinista en Rusia; tras haber tenido que aguantar en los años 30 los efectos de una depresión económica sin poseer ya los medios para hacerles frente; tras haber sufrido una segunda guerra mundial cuyos horrores y barbarie eran apenas imaginables; tras haber soportado 20 años de reconstrucción económica, acompañada de la robotización y atomización de la vida social más inhumana; tras haber vivido cerca de 40 años bajo el control casi militar de los partidos políticos estalinistas, fascistas o democráticos; tras, para colmo, tener que haber oído durante años que se «estaba aburguesando» ; en resumen, tras años y años de aplastamiento, de sumisión y de desorientación, en Mayo de 1968, la clase obrera volvía a entrar por la puerta grande de la historia.
Si la agitación estudiantil que venía desarrollándose en Francia desde el principio de la primavera había quebrantado ya el ambiente social del país, con sus enfrentamientos repetidos con las fuerzas del Estado en barricadas en las que no sólo había estudiantes; si bien había habido ya unas primicias que anunciaban la cercana tormenta (en las factorías de Sud-Aviation, en Renault-Cleón), la entrada masiva en lucha de la clase obrera acabó por trastornarlo todo. La clase explotada levantaba la cabeza, provocando una sacudida en el orden social hasta sus más profundos cimientos.
«Comités de acción», de fábrica o de barrio, «comités de lucha», «grupos obreros», se formaban por todas partes, reuniendo a los elementos más combativos que querían comprender y agruparse para actuar con independencia de las estructuras sindicales. Las verdaderas y cabales ideas comunistas volvieron a encontrar en ellos su lugar.
La clase obrera, sin embargo, que fue sin duda la primera sorprendida por la amplitud de su propia fuerza, no estaba, en su conjunto, para plantearse si había que ir hasta el final en una tentativa revolucionaria. Ni mucho menos. La clase obrera estaba dando sus primeros pasos, sin experiencia y todavía llena de ilusiones.
La burguesía, una vez pasados los efectos de la sorpresa, no se quedó de brazos cruzados. Desplegando una cooperación sin falla entre todos sus sectores políticos, desde la derecha hasta la extrema izquierda y desde las fuerzas policíacas de represión hasta las estructuras sindicales, consiguió recuperar el control de la situación. Y hubo concesiones económicas acordadas con gran ruido de llamamientos a la vuelta al trabajo tras la «victoria de los acuerdos de Grenelle». Hubo anuncios de elecciones con el objetivo evidente de sacar las luchas de la calle y llevar a la gente a votar. Pero hubo sobre todo la conocida combinación entre la represión policíaca y el sabotaje de las luchas desde dentro por los sindicatos y las fuerzas de izquierda del capital.
Desde el principio los sindicatos orientan a los trabajadores hacia la ocupación de las fábricas, pero una ocupación que va a aparecer rápidamente como medio de encerrar a los obreros aislándolos a unos de otros, con el pretexto de «proteger la herramienta de trabajo de los estudiantes provocadores». A todo lo largo del movimiento, los sindicatos se dedican sin descanso a mantener la dispersión y el encierro de las fuerzas obreras. Los enfrentamientos directos entre obreros y responsables sindicales son frecuentes, a pesar del esfuerzo de éstos por no perder del todo su credibilidad. Tras la firma de los llamados «acuerdos de Grenelle», el responsable del principal sindicato, Georges Seguy ( secretario general de la CGT y miembro del buró político de PCF), que ha ido a la factoría de Renault-Billancourt para hacer votar la aceptación de dichos acuerdos y la vuelta al trabajo, se ve totalmente desaprobado por la asamblea general.
Será necesaria toda la capacidad maniobrera de los sindicatos para conseguir por fin que se vuelva al trabajo. Dos ejemplos concretos resumen lo que fue la labor final de «restablecimiento del orden»: el primero, cuando los sindicatos llaman a la vuelta al trabajo en los diferentes talleres del ferrocarril y de transportes de la capital, afirmando, y se trataba de una burda mentira, que otros talleres ya lo habían hecho; el segundo, cuando, en Sochaux (Peugeot), en la mayor fábrica de automóviles de Francia, relativamente aislada en el este del país, cuando se producen los violentísimos enfrentamientos provocados por las cargas de la policía para evacuar la fábrica –dos obreros son asesinados por la policía-, la CGT sabotea materialmente la organización de la resistencia en la fábrica, «para no ceder a la provocación», como decían siempre.
Muchos obreros volvieron al trabajo con la rabia en la garganta. Se rompieron muchos carnés sindicales. Incluso la prensa de derechas escribió elogios sobre el sentido de la responsabilidad de los sindicatos. La burguesía logró restablecer el orden, su orden.
Pero los acontecimientos de 1968 habían conseguido cambiar, de manera irreversible, la situación histórica. 10 millones de obreros, en el corazón del área más industrializada del mundo, habían cerrado una puerta de la historia: la de 40 años de aplastamiento ideológico del proletariado, 40 años de contrarrevolución triunfante. Así se iniciaba un nuevo período histórico.
Hoy, la burguesía ya no habla de 1968 con el odio que inculcaba a sus fuerzas policíacas cuando las barricadas o cuando reprimió la huelga en la factoría de Sochaux. Incluso, en sus medios de comunicación, toma a menudo un tonillo enternecedor para hablar de de las UTOPIAS de los jóvenes de aquel entonces. Mayo del 68 fue un hermoso sueño, pero irrealizable. Entiéndase: el capitalismo es eterno.
Es verdad que en Mayo de 1968, la cuestión de la revolución volvió a ser para millones de personas un tema de debate y reflexión. Cierto es que para una parte de los estudiantes, la revolución estaba al orden del día, inmediatamente. Se quería ¡todo y ya ¡ lo cual, también es verdad, era utópico.
La utopía no era, sin embargo, la idea general de la necesidad y la posibilidad de la revolución -como lo pretende la burguesía-, sino la ilusión de creer que era, hace 20 años, inmediatamente realizable.
Cabe hacer, primero, una salvedad. Para la parte de estudiantes que se reivindicaba de “la revolución” (una pequeña minoría, contrariamente a mucha leyenda que circula por ahí), esa palabra no significaba gran cosa. Antes de 1968, en Francia, como en la mayoría de los países, ya existía una agitación estudiantil. Muchos jóvenes estudiantes se interesaban por las llamadas luchas de liberación nacional de los países menos desarrollados, pues opinaban que no se podía esperar nada del proletariado “tan aburguesado” de los países industrializados; el nuevo ídolo era Che Guevara; muchos creían en el “socialismo” o en “el carácter obrero” de los regímenes de los países del Este…con sus preferencias, según las corrientes, por China, Cuba, Albania…; cuando la idea de revolución no se identificaba con la del capitalismo de Estado al modo estalinista, se perdía en una artística imprecisión que iba de las elucubraciones autogestionarias hasta las superadas utopías de los socialistas premarxistas; las tonterías de un Marcuse sobre la desaparición de la clase obrera y sobre la naturaleza revolucionaria de capas sociales como los estudiantes se granjeaban un éxito indudable.
Todo eso no quita que, independientemente de las confusiones universitarias, la realidad estaba planteando el problema de la perspectiva revolucionaria. El espectacular retorno de la fuerza del proletariado al ruedo social, el que éste demostrara en la práctica su capacidad para apoderarse del conjunto del aparato productivo social, el que la pesada losa del poder de las clases dominantes perdiera de repente su apariencia de eternidad, de algo inmutable e inevitable, todo eso daba lugar a que la cuestión de la revolución, aunque no fuera tratándola como realizable inmediatamente, volviera a obsesionar las mentes.
«Si se mira más de cerca, se verá siempre que las tareas surgen allí donde las condiciones materiales de su realización ya se han creado o se están creando». (K. MARX, Prólogo a la Crítica de la economía política).
Un nuevo desarrollo de las condiciones de la revolución “estaba creándose” en 1968. El proletariado que había sido capaz de lanzarse en varias ocasiones históricas al asalto revolucionario contra la sociedad de explotación, estaba volviendo y preparándose una vez más para empezar de nuevo. Pero entonces era el principio del proceso.
¿Cuáles son las condiciones de una situación revolucionaria?
Lenin definía las condiciones de una situación revolucionaria diciendo, en sustancia, que se necesitaba que «los de arriba no pudieran seguir gobernando como antes» y «los de abajo no quisieran seguir viviendo como hasta ahora». En efecto, una revolución social trae consigo un cambio de arriba abajo de las relaciones sociales existentes para intentar instaurar otras nuevas. Eso exige la voluntad revolucionaria de las masas, pero también un debilitamiento “objetivo” de las condiciones del poder de la clase dominante. Ahora bien, el poder de esta clase no descansa únicamente en las armas y la represión. (Contrariamente a lo que pretende el anarquismo). Ese poder tiene sus bases, en última instancia en la capacidad de la clase dominante para asegurar el funcionamiento de un modo de producción que permite la subsistencia material de la sociedad. Por lo tanto, no puede haber debilitamiento real del orden establecido sin crisis económica, ya tenga ésta la forma “pura” de la catástrofe económica o la forma “disfrazada” de una guerra.
Esta crisis es también una condición necesaria, aunque no suficiente, para el desarrollo de la voluntad revolucionaria de la clase obrera. La crisis, debido a la agravación de las condiciones de existencia que acarrea, obliga a la clase obrera a reaccionar y a unificarse mundialmente.
A esas condiciones “objetivas”, o sea independientes de la acción de la clase revolucionaria, hay que añadirles evidentemente las que rigen la extensión y la profundidad de la conciencia y la voluntad revolucionarias de dicha clase: liberación de la sumisión a la ideología dominante, asimilación de su propia experiencia histórica, confianza en sí, reapropiación de su programa histórico.
En 1968, esas condiciones estaban empezando a formarse y quedaba mucho para que su desarrollo llegase a su término.
En lo económico, el capitalismo estaba apenas saliendo del periodo de relativa prosperidad de la reconstrucción. La recesión de 1967, aunque ya era expresión del final de una época y del inicio de un nuevo periodo de crisis económica, fue todavía muy floja. El margen de maniobra de la burguesía empezaba otra vez a limitarse rápidamente, pero todavía le quedaban medios para capear los temporales de la máquina económica, aún a costa de manipulaciones económicas de los Estados que no hacían sino preparar nuevas y mayores dificultades en el futuro.
Para la clase obrera mundial, todo eso quedaba plasmado en ilusiones sobre la posibilidad de una nueva prosperidad. El carácter mundial de la crisis económica, que hoy parece tan evidente, no lo era entonces, ni mucho menos. Se creía todavía que las dificultades económicas eran algo nacional y que una mejor gestión de los asuntos públicos bastaría para restablecer la situación. Y en los países menos desarrollados funcionaba el mito de las llamadas “luchas de liberación nacional”.
El desempleo empezaba a aumentar, con su consiguiente desasosiego, pero sus cotas eran casi todavía las del “pleno empleo”, expresión que se empleaba entonces y que hoy ha caído evidentemente en desuso. En líneas generales, el nivel de vida, aunque ya empezaba a bajar no sufría todavía los bajones violentos que iba a conocer en las dos décadas siguientes. (Véase el artículo dedicado a “20 años de crisis económica”).
La inmadurez general se concretaba también en el grado de autonomía del proletariado respecto a las fuerzas sindicales del capital. Mayo del 68, al igual que todas las luchas de nuestra época, se caracterizó por el aumento de la oposición abierta entre obreros y organizaciones sindicales. En Mayo del 68 como en el 69 en Italia, la lucha obrera se vio a menudo violentamente enfrentada con ellas. Pero también en esto, sólo era el comienzo del proceso. Pese a la creciente desconfianza, seguía habiendo muchas ilusiones sobre la naturaleza de los sindicatos, considerados como “obreros a pesar de todo”.
Pero de lo que más adolecía la generación de proletarios de 1968 era de experiencia de luchas. Por impresionante que fue el despliegue de fuerzas proletarias en Mayo del 68, la clase obrera en su conjunto distaba mucho de comprender lo que de hecho estaba realizando y, menos todavía, ejercer un pleno control sobre ello. En general, su experiencia inmediata se limitaba entonces a las procesiones sindicales, a los entierros del Primero de Mayo, a las huelgas largas y aisladas.
Mayo del 68 distaba mucho de ser una verdadera situación revolucionaria. El conjunto de la clase obrera lo sabía o lo presentía. Y en esas condiciones, de nada servía toda aquella impaciencia de la pequeña burguesía intelectual en rebeldía que lo quería “todo y ya“ (1).
Veinte años de descomposición capitalista
Las condiciones de una situación revolucionaria a nivel mundial no han hecho sino desarrollarse y profundizarse durante los 20 últimos años. Quienes hoy niegan eso, son a menudo los mismos que creían que la revolución era inmediatamente realizable en 1968, y no es por casualidad, pues en ambos casos la relación entre crisis económica y lucha de clases es o ignorada o negada.
La evolución objetiva de la sociedad capitalista durante estos 20 últimos años puede resumirse en un balance tan catastrófico como amenazador. La miseria más espeluznante que la humanidad haya conocido se ha ido extendiendo como una plaga por las zonas menos desarrolladas del planeta pero también, cada día más, por los países centrales; la negación del más mínimo porvenir para una cantidad cada día mayor de desempleados y una agudización despiadada de las condiciones de explotación para quienes siguen teniendo trabajo; desarrollo permanente de la economía de guerra y agudización de las rivalidades comerciales y militares entre naciones: la evolución de la vida económica y política del capitalismo durante los últimos 20 años ha puesto en evidencia una vez más que la única “salida” en la que desemboca este sistema social decadente es una nueva guerra mundial. Desde la guerra de Vietnam hasta la de Irán-Irak, pasando por la destrucción de Líbano y la guerra de Afganistán, el capitalismo es una amenaza cada día mayor de transformar este planeta en un mar de sangre. (Véase en este número y el anterior el artículo dedicado a la evolución de los conflictos imperialistas). La evolución misma del capitalismo está destruyendo los cimientos en los que se basa el poder de la clase dominante.
Estos años han ido destruyendo muchas ilusiones en las conciencias obreras y han ido afirmando convicciones importantes:
Lo que es difícil de percibir no es tanto el desarrollo de la necesidad de la revolución y la conciencia que de esa necesidad adquiere el proletariado. Lo que más cuesta entender a ciertos enfoques superficiales es más bien el desarrollo de la posibilidad de la revolución, gracias a la acumulación de experiencias durante estos 20 años de combates obreros.
La lucha de clases durante estos años no ha tenido lugar de manera lineal. Su desarrollo ha sido, al contrario, entrechocado, complejo, con avances y retrocesos, con oleadas sucesivas interrumpidas por periodos de calma y contraofensiva de la burguesía. Si se miran globalmente estos 20 años de luchas a nivel mundial –único plano válido para comprender la dinámica de la lucha proletaria- pueden distinguirse tres grandes oleadas de luchas de la clase.
La primera la abrió mayo de 1968 y se extendió hasta 1974. Durante casi 5 años, en casi todos los países, tanto industrializados como menos desarrollados, del Este y del Oeste, las luchas conocieron un nuevo desarrollo. Desde 1969 en Italia (El otoño caliente) una fuerte oleada de huelgas, durante la cual se multiplicaron los enfrentamientos entre obreros y sindicatos, venía a confirmar que 1968 había sido el inicio de una nueva dinámica internacional de la lucha obrera; el mismo año en Argentina (Córdoba, Rosario), la clase obrera se echaba a la lucha masiva. En 1970, en Polonia, la lucha obrera alcanzaba nuevas cimas: enfrentamientos generalizados por las calles con la milicia; una clase obrera que obligó al gobierno a retroceder. Para los obreros de los países del Este, aquello fue la confirmación de que era posible luchar contra el totalitarismo estatal; para los obreros del mundo entero, el mito del carácter obrero de los países del Este sufría un nuevo golpe. Más tarde, en un contexto internacional de gran combatividad, se producen luchas muy significativas en España (Barcelona 1971), en Bélgica y Gran Bretaña (1972).
A partir de 1972, sin embargo, la movilización obrera va a empezar a menguar a nivel internacional. A pesar de las luchas importantes que lleva acabo la clase obrera en Portugal y España cuando la democratización de los regímenes políticos (1974-1977), a pesar de la nueva oleada de huelgas de 1976 en Polonia, en general y en particular en Europa Occidental, la movilización obrera se reduce fuertemente.
En 1978, una nueva oleada de luchas obreras estalla a nivel internacional. Más breve que la anterior, se observa entre 1978 y 1980, un nuevo despliegue de fuerzas proletarias, significativo por su simultaneidad internacional. Las huelgas masivas en el sector petrolífero en Irán en 1978, las de los metalúrgicos alemanes y brasileños de 1978 a 1980; las luchas de los mineros de Estados Unidos en 1979 y de los transportes de Nueva York en 1980; las violentas luchas de los siderúrgicos franceses en el 79 o las de los estibadores de Rótterdam ese mismo año; “el invierno de descontento” (1979-80) en Gran Bretaña que desembocó en la gran huelga de los siderúrgicos y acarreó la caída del gobierno laborista; las huelgas en Togliatigrado en la URSS, en 1980, así como las de Corea del Sur en la misma época…Todos esos combates vinieron a confirmar que la calma social de mediados de los 70 sólo había sido provisional.
Luego, en Agosto de 1980, en Polonia, estallaría la lucha obrera más importante desde los años 20. Sacando las lecciones de las experiencias del 70 y del 76, la clase obrera despliega y alcanza un grado extraordinario de combatividad, de organización y de dominio de sus propias fuerzas. Pero esa dinámica va a chocar con dos escollos asesinos: las ilusiones de los trabajadores de los países del Este sobre la “la democracia occidental” y, en particular, sobre el sindicalismo y, en segundo lugar, el marco nacional. Solidarnosc, el nuevo sindicato “democrático”, formado bajo la atenta vigilancia de las fuerzas “democráticas” occidentales, impregnado de -y propagandista activo- de la más insidiosa ideología nacionalista, supo inocular y cultivar sistemáticamente ese veneno. En la realidad de los hechos, el fracaso de la huelga de masas en Polonia que quedó rematado con el golpe de Jaruzelski en diciembre de 1981, planteó abiertamente la cuestión de la responsabilidad del proletariado de los países más centrales y con la mayor experiencia histórica, no sólo en cuanto a la internacionalización de la lucha obrera, sino también en cuanto a su contribución para superar las ilusiones sobre “las democracias occidentales” que pesan en el proletariado de los países del Este.
Después de un periodo de reflujo que internacionalmente se produjo en las luchas obreras tras el final del movimiento en Polonia, una tercera oleada de luchas se inicia a finales de 1983, con la huelga del sector público en Bélgica. En Alemania Occidental, en Hamburgo, es la ocupación de los astilleros. En 1984, Italia vive una potente ola de huelgas contra la desaparición de la escala móvil y que desemboca en una manifestación de un millón de trabajadores en Roma. En Gran Bretaña, fue la gran huelga de los mineros que duró un año y que, a pesar de lo ejemplar del valor y de la combatividad desplegada, dejó muy patente la ineficacia de las huelgas largas y aisladas en nuestra época. Durante ese mismo año se producen luchas importantes en India, en EEUU, en Túnez y en Marruecos. En 1985 fue la huelga masiva en Dinamarca; varias oleadas de huelgas espontáneas zarandean a ese otro “paraíso socialista” que es Suecia; se producen las primeras grandes huelgas en Japón (ferrocarriles), las huelgas en el área de Sao Paulo, Brasil, en plena transición “democrática”. En Argentina, Bolivia, Sudáfrica, Grecia, Yugoslavia, se viven luchas importantes. El año 1986 es sobre todo el año de la huelga masiva de Bélgica, en la primavera, huelga que paraliza el país, que se extiende por sí misma, pese a la labor contraria de los sindicatos. A finales del 86 y principios del 87, los ferroviarios de Francia despliegan un combate que se caracteriza por los intentos obreros por organizarse fuera de los sindicatos. En la primavera del 87, España conoce una serie de huelgas que se organizan en contra de los planes del gobierno socialista. Luego serán las luchas de los mineros de Sudáfrica, las de los trabajadores de la electricidad en México y una gran oleada de huelgas en Corea del Sur. El año 1987 estará marcado por las luchas de los trabajadores de la enseñanza escolar en Italia, los cuales consiguen organizar fuera y contra los sindicatos. Y, para terminar, la reciente movilización de los trabajadores del Ruhr en Alemania y la reanudación de las huelgas en Gran Bretaña en 1988 (véase el editorial de este número) vienen a confirmar que esta tercera oleada internacional de luchas obreras, que ya dura desde hace 4 años dista mucho de estar terminada, abriendo además perspectivas tanto más importantes por cuanto el capital mundial ha sufrido una nueva agravación de su crisis económica.
La simple comparación entre las características de las luchas de hace 20 años y las de hoy, ya permite darse cuenta de la amplitud de la evolución que se ha ido produciendo en la clase obrera. Su experiencia propia, añadida a la evolución catastrófica del sistema capitalista, le ha ido permitiendo tomar un enfoque mucho más lúcido de la realidad de su combate. Eso se ha plasmado en:
- la pérdida de ilusiones en las fuerzas políticas de la izquierda del capital, y en primer lugar de los sindicatos, ilusiones que se han ido cambiando en desconfianza y en una hostilidad que no ha hecho sino crecer día tras día.
- el abandono cada vez más evidente de las formas de movilización ineficaces, callejones sin salida en los que los sindicatos tanto han metido y gastado la combatividad obrera, tales como:
Pero la experiencia de estos 20 años de lucha no sólo ha dejado en la clase obrera enseñanzas “negativas” (lo que no hay que hacer), sino también, esa experiencia se ha plasmado en lecciones sobre cómo hay que hacer las cosas:
revocables (Francia a finales del 86, Italia 1987, principalmente).
En general, los obreros han utilizado menos la huelga como forma de lucha: cuando el combate se entabla tiende a ser masivo y “la calle”, o sea la acción política cobra cada día más patente la total incompatibilidad entre los interese obreros y los del orden social dominante.
Durante estos 20 años, lentamente, con altibajos, el proletariado mundial ha ido profundizando su conciencia perdiendo ilusiones, ganando experiencia y determinación.
La burguesía mundial también ha aprendido mucho de estos años. El problema del mantenimiento del orden social se ha vuelto prioritario. La burguesía ha desarrollado numerosos medios de represión: todos los gobiernos del mundo han creado o reforzado, en los últimos 20 años, sus policías “antidisturbios”, han inventado nuevas armas de “guerra civil”, han desarrollado sus policías políticas…Muchos gobiernos han utilizado a fondo la desesperación suicida de pequeños burgueses metidos a terroristas para reforzar el ambiente represivo. En las fábricas, el chantaje del desempleo se ha usado sistemáticamente como medio de represión.
Pero lo mejor ha aprendido la burguesía es a usar las fuerzas políticas y sindicales que trabajan dentro de la clase obrera: sindicatos, partidos “de izquierda”, organizaciones “izquierdistas”. También se ha dedicado a “democratizar” regímenes de algunos países (Portugal, España, en Latinoamérica, Filipinas, Corea del Sur…) no, desde luego, para aliviar el peso de su dictadura, sino para crear órganos sindicales y políticos capaces de completar la labor que el ejército y la policía eran incapaces de hacer solos. En los países de más antigua tradición “democrática”, frente al desgaste de los sindicatos oficiales y de los partidos de izquierda, la burguesía ha echado mano del “sindicalismo de base” o de sus fuerzas “extraparlamentarias” para encarrilar las luchas hacia el terreno sindical y “democrático”. Estamos lejos de la “sorpresa” que produjeron las luchas obreras a finales de los años 60. Pero ese “rearme” de la burguesía no es sino la expresión de la necesidad que tiene de recurrir a medios cada vez más extremos para encarar una situación cada día más difícil de controlar. Tras ese “reforzamiento” lo que aparece es el hundimiento de las bases reales de su poder.
Para la pequeña burguesía impaciente de los años 60 todo eso es demasiado largo, demasiado difícil, no va ninguna parte. Todo le parece retroceso con relación a los años 60. Para los marxistas, la evolución de estos años no ha hecho sino confirmar lo que ya Marx formuló en el siglo XIX, sobre lo que es la lucha de la única clase de la historia que es a la vez clase explotada y revolucionaria. En el combate revolucionario de la burguesía contra el feudalismo cada victoria se plasmaba en un desarrollo de su poder político real sobre la sociedad, a expensas de la nobleza; el combate revolucionario del proletariado, en cambio, no va adquiriendo ni acumulando poder en su desarrollo. Mientras el proletariado no haya alcanzado la victoria política final, o sea, la Revolución, sigue siendo una clase explotada, desposeída, reprimida. Por todo eso es por lo que sus luchas aparecen cual eterno volver a empezar.
“Las revoluciones proletarias, en cambio, como las del siglo XIX, se critican a sí mismas, interrumpen a cada instante su propio discurrir, regresan hacia lo que ya parecía cumplido para volver a empezarlo de nuevo, se burlan sin concesiones de las vacilaciones, las debilidades y las miserias de sus primeros intentos; dan la impresión de que derriban al adversario, pero para dejarle que recobre nuevas fuerzas en el suelo y se levante de nuevo con toda su fuerza contra ellas, retroceden una y otra vez ante lo inmenso e infinito de sus propias metas, hasta que se cree una situación que haga imposible toda vuelta atrás, hasta que las circunstancias mismas griten: “Hic Rhodus, hic salta” (2).” ( K. Marx, El 18 Brumario de Luis Bonaparte)
Quizá se hable con menos facilidad de revolución hoy en 1988 que en 1968. Pero cuando esa palabra es un grito en una manifestación que denuncia la naturaleza burguesa de los sindicatos en Roma o en una manifestación de desempleados en Bilbao, tiene un sentido mucho más concreto y profundo que en las asambleas enfebrecidas y llenas de falsas ilusiones de 1968.
1968 fue la afirmación del retorno del objetivo revolucionario. Durante 20 años, las condiciones de su realización no han parado de madurar. El hundimiento del capitalismo en su propio abismo, la situación cada día más insoportable que ese hundimiento crea entre las clases explotadas, la experiencia acumulada por la combatividad obrera, todo eso lleva a la situación de la que Marx hablaba, la situación que “hace imposible toda vuelta atrás”.
R.V.
Notas:
(1) Para una historia y un análisis revolucionarios de los acontecimientos de Mayo del 68, recomendamos el libro: Mai 68 et la question de la révolution, de P. Hempel (c/o Librairie “La Boulangerie”, 67, rue de Bagneux, 92000 Montrouge, Francia).
(2) Esa frase está sacada de una leyenda griega: un presuntuoso recorría las ciudades del mediterráneo diciendo que era capaz de saltar por encima del Coloso de Rodas, hasta que un día se encontró en la isla y le dijeron: “ En Rodas estás, aquí es donde debes saltar”.
En la guerra sin cuartel en la que desde hace una década se confrontan las facciones de la burguesía venezolana, los sectores opositores al chavismo se han anotado un importante avance en las elecciones de alcaldes y gobernadores de Estado del 23 de noviembre pasado: después de controlar 2 gobernaciones. ahora gobiernan 5; y aunque han perdido varias alcaldías, han ganado la «Joya de la Corona», la Alcaldía Mayor (gobierno local de Caracas) y también en 4 de las 5 alcaldías de la capital, arrebatando al oficialismo la alcaldía del Municipio Sucre, emblemática para el chavismo debido que en ésta habita un porcentaje importante de los pobres de Caracas, sector hacia donde el chavismo ha privilegiado sus campañas ideológicas. En Caracas y en los Estados que ahora gobierna la oposición son los Estados mas poblados, concentran el 45% de la población del país y la mitad del padrón electora1[1]
Después de este avance de la burguesía «traidora» y «pitiyanqui» (calificativo, entre otros, que el chavismo utiliza contra sus opositores) el chavismo se vio ante la cruda realidad de que su máximo líder tendrá que abandonar el poder dentro de 4 años, en un contexto nada favorable para la burguesía en su conjunto, pero mucho menos para la llamada «boliburguesia» en el poder:
- una pérdida progresiva de la popularidad del chavismo entre los sectores más depauperados de los principales centros urbanos: situación que se refleja en los resultados de estas elecciones y en las de diciembre de 2007 cuando fue derrotado en referéndum la propuesta oficialista de reforma de la constitución, que entre otros aspectos, contemplaba la reelección indefinida.
- un avance lento pero persistente de las fuerzas de oposición, quienes han cambiado su estrategia de confrontación «golpe a golpe» evitando caer en las provocaciones del chavismo, mientras éste se agota de manera progresiva a nivel interno y externo.
- un temor a la pérdida del poder y sus consecuencias: el chavismo sabe que de ser desplazado por las fuerzas opositoras, no solo perderá el control del Estado sino que éstas le pasarán factura para intentar aniquilar políticamente a Chávez e incluso enjuiciar a sus altos dirigentes por corrupción, entre otras acusaciones.
- la aceleración de la crisis mundial del capitalismo, que ha ocasionado que el precio de la cesta petrolera venezolana haya tenido un bajón espectacular de $126 a $34 en tan sólo 4 meses; lo que representa una importante disminución de los recursos necesarios para proseguir la política populista a nivel interno y los planes geopoliticos que se ha trazado la burguesía venezolana, que utiliza el suministro de petróleo como arma de penetración.
- el cambio de gobierno en USA, que le- puede dificultar a Chávez y a los gobernantes que comulgan con la ideología del «Socialismo del Siglo XXI», justificar la retórica «anati-imperialista» debido a la reorientación que puede sufrir la política americana hacia Al (sobre todo tratando de privilegiar el diálogo mostrando una careta de «apertura»).
- por último y no menos importante: el auge progresivo de las luchas del proletariado en su propio terreno de clase, que evidencian una tendencia a intentar romper con la polarización política en sus filas: y la aceleración de las protestas sociales, en su mayoría protagonizadas por simpatizantes del chavismo indignados por el incumplimiento de las promesas gubernamentales.
Ante este panorama, Chávez, de manera precipitada ha comenzado a movilizar su maquinaria política del Partido Socialista Unido de Venezuela y a presionar a las instituciones del Estado para promover una enmienda constitucional que le permitiría postularse a las próximas elecciones presidenciales y subsiguientes, lo que abriría la posibilidad para su reelección indefinida. Es tal la premura, que se ha propuesto el voto de la enmienda a la constitución en tiempo record para febrero de 2009. y ya la Asamblea Nacional, casi en su totalidad oficialista, está a punto de aprobar la convocatoria. Con esta campaña a favor de la enmienda tipo ‘«patria o muerte» y el frenesí que le ha puesto el propio Chávez, se expresa una situación de «huida hacia adelante», pues el oficialismo está dispuesto a jugárselo todo por permanecer en el poder. De ganar el oficialismo la enmienda, se acentuaría el acoso contra las facciones opositoras; pero sobre todo, tendría un aval para implantar las inevitables medidas impopulares para enfrentar el vendaval de la crisis capitalista.
Esta frenética campaña por la reelección ha sido acompañada por una aceleración de la confrontación política ofícialismo-oposicion. Aunque el Consejo Nacional Electoral y el propio Chávez han reconocido formalmente el triunfo de los opositores, hacen todo lo posible para impedirles que gobiernen: se les amenaza con no entregarles los recursos presupuestarios; el ejecutivo ha emitido decretos que les elimina competencias en materia de salud, educación, seguridad pública, etc.; prácticamente ha habido un saqueo de las gobernaciones y alcaldías antes de ser entregadas a la oposición y se ha movilizado a elementos radicalizados del chavismo para amedrentar a los nuevos gobernantes e incluso para impedirles que asuman el cargo.
Estos acontecimientos evidencian el alto grado de descomposición que reina en las filas de la burguesía venezolana, que es capaz de poner en riesgo la estabilidad de su Estado y su propia capacidad de gobernar, en beneficio de una u otra facción. Chávez. que llegó al poder como un garante de la gobernabilidad ante la descomposición de las facciones burguesas que le precedieron en el poder, sustentado en su ascendencia en la inmensa masa de pobres del país; después de una década en el poder, se ha transformado en uno de los factores mas activos de ingobernabilidad al querer jugar sus propias cartas excluyendo a varios sectores del capital nacional.
En esta lucha enconada y sin pausa enirc las facciones burguesas chavistas y opositoras, la carne de cañón la pone el proletariado y esas capas depauperadas que cifran sus esperanzas en unos u otros. De allí la incesante campaña por polarizar a los proletarios y la población a favor de uno u otro bando. Esa estrategia de la polarización no sólo ha llevado a los proletarios a confrontarse unos contra otros y a debilitar los lazos de solidaridad, sino que ha permitido que la burguesía en su conjunto acentúe las condiciones de explotación y miseria sobre el proletariado y el conjunto de la población; condiciones que se van a exacerbar con la agudización de la crisis capitalista mundial: los ataques al salario y a las condiciones de vida se van a acentuar; ya los discursos de la burguesía no pueden ocultar que la baja en los ingresos petroleros se va a sentir en nuestros bolsillos y nuestras espaldas; la burguesía no va a sacrificar sus intereses de clase y geopolíticos por los «desposeídos», tal como lo pregonan. La inflación, que este año superará el 30% la congelación de los salarios, las deudas saláriales y sociales pendientes, el retraso en los pagos de sueldos, salarios y pensiones; la escasez de alimentos, que dependen de un 70% de las importaciones: están a la orden del día.
Debido a las necesidades urgentes del capital nacional ante el avance inexorable de la crisis, tanto oficialistas como opositores exacerban las campañas para movilizar al proletariado tras las banderas que sólo benefician a las clases dominantes: «comunismo» vs. democracia; totalitarismo vs. democracia, centralismo vs. descentralización, nacionalización vs. empresa privada, etc.
De allí la necesidad de que el proletariado logré romper el corsé maldito de la polarización y se oriente a defender de manera combativa sus intereses de clase: lo que abrirá las vías para superar de forma positiva la barbarie en que nos sumerge día a día la clase burguesa y su sistema decadente y en descomposición.
Varios sectores del proletariado han iniciado este camino, aunque de manera tímida y dispersa: las luchas emprendidas por los obreros siderúrgicos de la región de Guayana desde comienzos de año, nos han mostrado que el proletariado es capaz de colocar en primer plano su lucha, pese a las campañas a favor o en contra de la nacionalización de la industria y a la polarización electoral. Así mismo los petroleros, los obreros de las industrias básicas de Guayana, trabajadores del Metro, los trabajadores de los tribunales y otros trabajadores del sector público se han manifestado en ese sentido.
Pero también está abierto el camino hacia la revuelta social como la de 1989, que en nada beneficia a la lucha del proletariado. Ya el chavismo está mostrando un agotamiento para responder a las necesidades de las masas excluidas sociales, que le sirvieron de sustento para su ascenso; las manifestaciones casi a diario de indignación de esas masas así lo indican. Sólo la figura de Chávez (que mantiene todavía cerca de un 50% de popularidad) logra mantener una relación afectiva con estas masas, que la crisis se encargará de debilitar.
La única salida para estas capas y para el conjunto de la sociedad es que los trabajadores, mediante su lucha persistente en su terreno de clase, puedan convertirse en un factor de fuerza ante las facciones de la burguesía, que no dudarán en ponerse de acuerdo para enfrentarlo.
Un factor a favor de la luchas es la agudización de la crisis capitalista, que inevitablemente forzará al proletariado de los países centrales a luchar contra sus respectivas burguesías, ;o que de seguro servirá de inspiración para el proletariado de la periferia.
Internacionalismo
17/12/2008
[1] El oficialismo ganó el 7 de 22 gobernaciones y 269 de 335 alcaldías; obtuvo 52% y la oposición 48% de un total de millones de votos
Publicamos más lejos una resolución sobre la situación internacional adoptada por la CCI en abril de este año de 1992. Desde entonces, los acontecimientos han venido ilustrando con creces los análisis en ella contenidos. Descomposición y caos, especialmente en lo que a enfrentamientos imperialistas se refiere, se agravan constantemente como así puede verse en las matanzas de Yugoslavia. La crisis económica mundial, por otra parte, mantiene su ritmo catastrófico, lo cual está poniendo las condiciones para que se reanuden los combates de clase contra los que ya se está preparando la burguesía activamente.
*
El desmoronamiento, en la segunda mitad del año 89, del bloque del Este sigue haciendo notar sus consecuencias. El llamado “nuevo orden mundial” que se anunciaba, como así lo pretendía el presidente Bush, es en realidad un desorden todavía mayor que el anterior, un caos sangriento en el que se amontonan un día tras otro las ruinas y los muertos, a la vez que los viejos antagonismos entre grandes potencias han dejado el sitio a nuevos antagonismos cada día más explosivos.
El desencadenamiento de los antagonismos imperialistas
No hay posibilidad de que se atenúen los conflictos entre las diferentes burguesías nacionales en el capitalismo decadente, y menos todavía cuando la crisis económica abierta pone clara y decisivamente al desnudo el atolladero en que está metido el sistema. Cuando ya no hay la menor salida a la economía capitalista, cuando todas las políticas destinadas a superar la crisis no han tenido otro efecto sino ponerlo todo todavía peor, cuando las pócimas han sido en realidad venenos que han agravado al enfermo, sólo le queda una alternativa a la burguesía, sean cuales sean sus medios y su poderío, y es la huida ciega en la guerra y los preparativos de ella. La desaparición, en 1989, de uno de los dos bloques militares que se habían repartido el mundo desde el final de la Segunda Guerra mundial, no ha abierto ni mucho menos la “nueva era de paz” que nos prometían los propagandistas de la burguesía. Lo que ha pasado es lo contrario: puesto que la amenaza del “imperio del mal” había dejado de cernerse sobre ellos, a los “aliados” de ayer, o sea a los principales países del bloque occidental, se les han subido los humos poniendo por delante sus intereses específicos frente al “gran hermano” norteamericano.
Las alianzas contraídas por las diferentes burguesías nacionales nunca son matrimonios de amor sino que son bodas de interés. A la vez que presenciamos “reconciliaciones” portentosas, en las que se descubre que el odio recíproco que los Estados habían inculcado durante décadas a las poblaciones deben dejar el sitio a “amistades inquebrantables”, también podemos ver que los mejores amiguetes de ayer “unidos para siempre en la historia” por sus “valores comunes”, por “las dificultades compartidas”, no vacilan en transformarse en enemigos irreconciliables en cuanto dejan de converger sus intereses. Así había ocurrido durante y después de la Segunda Guerra mundial con la URSS estalinista, la cual fue primero presentada por las llamadas democracias occidentales como secuaz del diablo hitleriano, luego como “heroica compañera de combate” y, después, otra vez, como la mismísima encarnación del demonio.
Hoy, aunque las estructuras básicas del bloque regentado por EEUU (OTAN, OCDE, FMI, etc.) subsisten formalmente, por mucho que los discursos de la clase dominante evoquen todavía la unión de las grandes “democracias”, en realidad la Alianza atlántica está muerta y bien muerta en la realidad de los hechos. Y todos los hechos que se han producido en los casi dos años últimos no hacen sino confirmar esa realidad: el hundimiento del bloque oriental tenía obligatoriamente que provocar la desaparición del bloque enemigo, el cual acababa de lograr la victoria en la guerra fría que los había enfrentado desde hacía más de 40 años. No sólo ha desaparecido hecha añicos la solidaridad de los principales países occidentales. Además, aunque sea de forma embrionaria, ya están dibujándose las tendencias a la formación de un nuevo sistema de alianzas que opondría por un lado a Estados Unidos y sus aliados y por otro a una coalición dirigida por Alemania. Como ya lo hemos puesto en múltiples ocasiones de relieve en nuestra prensa, la guerra del Golfo de principios del 91 se debió fundamentalmente a las tentativas americanas para poner freno al proceso de disgregación del bloque occidental, cortando de raíz la menor veleidad de formación de un nuevo sistema de alianzas. Los acontecimientos de Yugoslavia desde el verano de 1991 han demostrado que la enorme operación organizada por Washington ha tenido efectos limitados y en cuanto terminaron los combates en el Golfo y terminó la “solidaridad” exigida entre los coaligados, los antagonismos de fondo volvieron a surgir. La reanudación actual de los combates en lo que fue Yugoslavia, en Bosnia-Herzegovina esta vez, está confirmando, detrás de las apariencias, la agravación de las tensiones entre las grandes potencias que formaban el bloque del Oeste.
Mientras escribimos estas líneas la guerra sigue causando estragos en la ex-Yugoslavia. Después de meses y meses de matanzas en Croacia, cuando parecía que las cosas se calmaban en la zona, le toca ahora a Bosnia-Herzegovina el fuego y la sangre. En dos meses la cifra de muertos ha sobrepasado los 5.000. Heridos por decenas de miles a la vez que miles de personas se ven obligadas a abandonar las zonas de combate junto a la misión de la ONU en Sarajevo y otros organismos que pretendían aportar un mínimo de protección a esas poblaciones.
Hoy Serbia ha sido declarada “nación culpable”, como dicen los periódicos. El 30 de mayo, la ONU ha adoptado medidas rigurosas de embargo contra ese país, comparables a las impuestas a Irak antes de la guerra del Golfo, para obligarla a que cese, junto con las milicias serbias, su diluvio de hierro y de fuego en Bosnia. Y ha sido Estados Unidos quien encabeza esta campaña de gran envergadura contra Serbia a la vez que se proclama defensor de la “Bosnia democrática”.
Baker no vacilaba en evocar, el 23 de mayo, la posibilidad de una intervención militar para doblegar a Serbia. Bajo la fuerte presión norteamericana, los demás miembros del Consejo de Seguridad, que podían ser reticentes como Rusia y Francia, acabaron uniéndose a la moción “dura” de EEUU. De paso, este país no ha desaprovechado ninguna ocasión para hacer resaltar que el mantenimiento del orden en la antigua Yugoslavia incumbía fundamentalmente a los países de Europa y a la CEE y que ellos, los Estados Unidos, sólo se metían en el asunto, a causa de la impotencia de aquéllas.
Para quien haya seguido el juego de las grandes potencias desde el inicio de los enfrentamientos en Yugoslavia, la postura actual de la primera de entre ellas puede aparecer como un misterio. Durante meses, sobre todo tras la proclamación de la independencia de Eslovenia y de Croacia durante el verano de 1991, los Estados Unidos se portaron como auténticos aliados de Serbia, condenando el desmantelamiento de Yugoslavia que iba a provocar necesariamente la secesión de las dos repúblicas del Norte. En la CEE, los países tradicionalmente más cercanos a EEUU, Gran Bretaña y Holanda, lo hicieron todo para dejar las manos libres a Serbia en sus operaciones por dominar a Croacia o, al menos, quitarle un buen trozo de su territorio. Durante meses, los Estados Unidos no han parado de poner en evidencia la “impotencia europea” que habían contribuido ellos a agravar, para acabar apareciendo cual Supermán de las historietas para obtener, tras la acción del emisario de la ONU (el diplomático Cyrus Vance, estadounidense como por casualidad), el cese de los combates en Croacia cuando ya Serbia había alcanzado lo esencial de sus objetivos militares en la región.
Esa actuación de la diplomacia norteamericana se entiende perfectamente. En efecto, la independencia de Croacia fue espoleada por Alemania porque coincide con las nuevas ambiciones imperialistas de este país, cuya potencia y posición en Europa lo transforman en el pretendiente más serio para la función de jefe de una nueva coalición dirigida contra Estados Unidos, ahora que ha desparecido toda amenaza procedente del Este. Para la burguesía alemana, una Croacia independiente y “amiga” era la condición de la apertura de un acceso al Mediterráneo, lo cual es una carta indispensable para cualquier potencia que pretenda desempeñar un papel mundial. Y eso es lo que los Estados Unidos querían evitar a toda costa. Su apoyo a Serbia durante sus enfrentamientos con Croacia, que han causado tantos y considerables estragos en este país, permitía a EEUU dar claramente a entender tanto a Croacia como a Alemania lo mucho que cuesta hacer una política que vaya en contra de sus intereses. Y precisamente al no haber estado obligada la primera potencia mundial a “mojarse” directamente en 1991 y principios de 1992, dejando que apareciera claramente la impotencia de la CEE, ha podido últimamente organizar una aparatosa entrada en escena señalando con enérgico dedo a la nueva cabeza de turco, aliado de ayer, Serbia.
La reciente y repentina pasión de Estados Unidos por la independencia de Bosnia-Herzegovina no se debe desde luego a que las autoridades de esta república sean más “democráticas” que las de Croacia. Tan gánsteres son unos como otros los que gobiernan en Sarajevo, Zagreb, Belgrado y... Washington. En realidad, desde el punto de vista de EEUU, la gran superioridad de Bosnia respecto a Croacia, es que aquélla puede ser un punto de apoyo de primera importancia para contrarrestar la presencia alemana en la región. Por razones tanto geográficas como históricas, Alemania era, en un principio, el país mejor situado para integrar a la Croacia independiente en su zona de influencia. Por eso no ha intentado EEUU hacer una inmediata competencia a Alemania en Croacia, haciendo todo lo posible, en cambio, por entorpecer la independencia de este país. Pero después, la burguesía norteamericana ha tenido que volver a reafirmar su función de “gendarme” del mundo y por lo tanto tenía que volver enérgicamente a una región que depende más bien de los Estados europeos. El cinismo y la bestialidad del Estado serbio y de sus milicias le han dado una ocasión pintiparada. Tras declararse gran protector de la población de Bosnia-Herzegovina víctima de aquéllos, el Tío Sam se prepara ahora a sacar partido de la situación en varios planos:
- da la prueba, como cuando la guerra del Golfo y la conferencia de Madrid sobre Oriente Medio de finales del 91, que ningún problema importante en las relaciones internacionales podrá arreglarse sin la intervención washingtoniana;
- dirige un mensaje a las esferas dirigentes de los dos grandes vecinos de la ex Yugoslavia, Italia y Turquía, países de una importancia estratégica de primer orden, para convencerlos de que se mantengan fieles;
- reaviva las llagas que abrió la cuestión yugoslava en la alianza privilegiada entre Francia y Alemania (aunque estas dificultades no sean suficientes para poner en entredicho los intereses convergentes que existen en otros aspectos entre esos dos países, lo cual ha quedado plasmado en la decisión de formar un cuerpo de ejército común) ([1]);
- prepara su implantación en Bosnia-Herzegovina para así privar a Alemania de la libre disposición de los puertos croatas de las costas dálmatas.
Respecto a esto último, basta con mirar un mapa para comprobar que Dalmacia es una estrecha franja de tierra entre el mar y los montes de Herzegovina. Si Alemania, merced a su alianza con Croacia, soñara con instalar bases militares en los puertos de Zadar, Split o Dubrovnik como puntos de apoyo de una posible flota mediterránea, se vería ante el hecho de que esos puertos se encuentran respectivamente a 80, 40 y 10 km de la frontera “enemiga” (Dubrovnik tiene incluso la peculiaridad de estar cortado del resto de Croacia por la salida al mar de Herzegovina). En caso de crisis internacional, no sería difícil para la potencia norteamericana bloquear esos puertos, como así lo ha demostrado Serbia hasta ahora, cortando esas posibles avanzadillas alemanas de su retaguardia y haciéndolas inutilizables.
En cuanto al “mensaje” dirigido a Italia, adquiere toda su importancia en un momento en que al igual que las demás burguesías europeas (como la francesa, cuyo partido neogaullista, el RPR, está dividido entre partidarios y adversarios de una alianza más estrecha con Alemania en el seno de la CEE), la italiana está dividida en cuanto a alineamientos imperialistas, como lo demuestra muy bien la actual parálisis de su aparato político. Teniendo en cuenta la posición de primer plano de ese país en el Mediterráneo (control del paso entre el oriental y el occidental, presencia en Nápoles del mando de la VIa flota USA), los Estados Unidos están dispuestos a echar el resto para que Italia no tenga la tentación de unirse a la alianza franco-alemana.
También se entiende el aviso de EEUU a Turquía, ahora que este país intenta emparejar sus propias ambiciones regionales respecto a las repúblicas musulmanas de la exURSS (a las cuales Turquía espera separar de la influencia de una Rusia aliada hoy de EEUU) con una alianza con Alemania y un apoyo a las ambiciones imperialistas de este país en Oriente medio. Turquía ocupa también una posición estratégica de primera importancia pues controla el paso entre el Mar Negro y el Mediterráneo, de modo que su actual acercamiento a Alemania (evidenciado por el “escándalo” de la entrega de material bélico destinado a la represión de los kurdos, escándalo desvelado gracias a la “desinteresada labor” de Washington) es una amenaza muy seria para EEUU. Este país ya ha empezado a reaccionar apoyando a los nacionalistas kurdos y están dispuestos a emplear medios mucho más importantes para que cese ese acercamiento. En especial, la “protección” a la población musulmana de Bosnia-Herzegovina (mayoritaria en el país) que hoy le ofrece la primera potencia mundial aparece como una pedrada en el tejado de Turquía, la cual pretende ser la “gran retaguardia” protectora de los musulmanes de la región ([2]).
La situación actual en la ex Yugoslavia revela, detrás de los discursos sobre la vuelta a la paz y la protección de las poblaciones, la continuación de la agravación de los antagonismos entre las grandes potencias, alimentados por el caos engendrado por el hundimiento del estalinismo yugoslavo, caos que, a su vez, agravan esos antagonismos. Incluso si la presión y hasta la posible intervención directa de EEUU podrían calmar momentáneamente las cosas (obligando, por ejemplo, a Serbia a renunciar a algunas de sus pretensiones), el futuro de la ex Yugoslavia, como el de toda esta parte del mundo (Balcanes, Centroeuropa), será un futuro de nuevos antagonismos y enfrentamientos cada día más violentos a causa de la importancia estratégica que tiene para las grandes potencias. Ilustración del avance irreversible de la descomposición general de la sociedad capitalista, es un nuevo Líbano lo que se ha instalado a las puertas de las grandes metrópolis europeas.
Lo que, sin embargo, demuestran también las matanzas de Yugoslavia es que aunque el avance de la descomposición es un fenómeno que escapa al control de todos los sectores de la clase dominante mundial, incluidas las burguesías de los países más avanzados y poderosos, estos sectores no permanecen pasivos ante ese fenómeno. Al contrario de los dirigentes recién ascendidos en el antiguo bloque del Este (por no hablar de la situación en el llamado “tercer mundo”), completamente desbordados por la situación económica y política (en especial por la explosión de los nacionalismos y de los conflictos étnicos), los gobiernos de los países más desarrollados son todavía capaces de aprovecharse de la descomposición ambiente en defensa de los intereses de su capital nacional. Esto ha quedado muy bien demostrado a principios de mayo con las revueltas de Los Ángeles.
Como lo ha evidenciado la CCI ([3]), la descomposición general de la sociedad capitalista, tal como se está desarrollando hoy, pone al desnudo el atolladero histórico total en el que se encuentra ahora esta sociedad. Al igual que las crisis y las guerras, la descomposición no es una cuestión de buena o mala voluntad de la burguesía o de que estuviera haciendo una política errónea, sino que se le impone como algo insuperable e irreversible. El que la descomposición, del mismo modo que una eventual IIIª guerra mundial, no tenga otra salida dentro del capitalismo sino es la desaparición de la humanidad no cambia nada. Eso es lo que ha dejado muy patente la “cumbre” de Río de Janeiro sobre la protección de la Tierra celebrada a primeros de mayo. Como era de prever, la montaña ha parido un ratón, a pesar de la creciente gravedad de los problemas del medio ambiente que la mayoría de los científicos denuncian. Cuando, a causa del llamado efecto invernadero, se prevén terribles hambrunas, si no es la pura y simple desaparición de la especie humana, cada cual echa la patata caliente al otro para no hacer nada: el Norte contra el Sur, y viceversa, Europa contra Estados Unidos y así sucesivamente.
Sin embargo, aunque la burguesía es totalmente incapaz de instaurar cualquier política a largo plazo y a escala mundial, incluso cuando es su propia supervivencia, junto con la de la humanidad, la que está amenazada, sí que es capaz de reaccionar a corto plazo y en la defensa de sus intereses nacionales contra los efectos de la descomposición. Ha sido así como las revueltas de Los Ángeles han venido a poner de relieve todas las retorcidas capacidades maniobreras que poseen las burguesías más poderosas.
Los Ángeles es una especie de concentrado de todas las características de la sociedad norteamericana: opulencia y miseria, “high tech” y violencia. Símbolo del “sueño americano” se ha convertido también en la “pesadilla americana”. Como ya lo pusimos de relieve en nuestros textos sobre la descomposición, ésta, de igual modo que la crisis económica, surge del corazón del capitalismo aunque después tenga en la periferia sus formas más extremas y catastróficas. Y L.A., como dicen los enterados, es el corazón del corazón. Desde hace ya cantidad de años, la descomposición lleva causando en esa ciudad estragos y tragedias inmensas y especialmente en los guetos negros. En la mayoría de las ciudades estadounidenses, esos guetos se han convertido en auténticos infiernos, en los que reina la miseria más insoportable, en condiciones de alojamiento y sanidad propias del “tercer mundo” (por ejemplo, la mortalidad infantil alcanza cifras comparables a las de los países más atrasados, el SIDA golpea con espantosa dureza) y sobre todo, una desesperanza insondable arrastra a una alta proporción de jóvenes, desde la primera adolescencia, hacia la droga, la prostitución y el gansterismo. La violencia y el asesinato son lo cotidiano de esos barrios: la primera causa de muerte de los hombres negros de la franja de edad de 15 a 34 años es el asesinato, casi una cuarta parte de los hombres negros entre 20 y 29 años está en la cárcel o en libertad vigilada, el 45 % de la población en la cárcel es negra (los negros son el 12 % de la población total). Así, en Harlem, gueto negro de Nueva York, por asesinato, sobredosis o enfermedad, la esperanza de vida de un hombre es más corta que la de uno de Bengladesh.
Esta situación se fue agravando durante los años 80, pero la recesión actual, con la vertiginosa subida del desempleo, le ha dado proporciones todavía mayores. Por ello, desde hace meses, numerosos “especialistas” no han cesado de predecir revueltas inminentes y explosiones de violencia en esos barrios. Y ha sido precisamente contra esa amenaza contra lo que ha reaccionado la burguesía norteamericana. Antes que dejarse sorprender por una sucesión de explosiones espontáneas e incontrolables, ha preferido organizar un verdadero cortafuego que le permitiera escoger el lugar y el momento de tal surgimiento de violencia, previniendo así lo mejor posible los del futuro.
Lugar: Los Ángeles, verdadero paradigma del infierno urbano en EEUU, en donde más de 10.000 jóvenes viven del comercio la droga, con guetos surcados por cuadrillas armadas que se matan por controlar una calle o una esquina de venta de “caballo”.
Momento: en el inicio la campaña para las elecciones presidenciales, campaña así reactivada, pero con la antelación suficiente de la elección misma, de modo que tales disturbios, incontrolados, no vinieran a desprestigiar en el último momento al candidato Bush y sus sondeos de opinión tan poco favorables.
Medios: la organización en varias etapas de una provocación. Primero, una campaña mediática de gran envergadura en torno al juicio a los cuatro policías blancos filmados cuando estaban dando una brutal paliza a un automovilista negro: los telespectadores han podido ver esa indignante escena hasta la saciedad. Segundo, la absolución de los policías por un tribunal formado deliberadamente en un barrio conocido por su conservadurismo, su “amor por el orden” y sus simpatías hacia la policía. Tercero, en cuanto se produjeron, como era de prever, las primeras revueltas y las primeras multitudes, hubo una auténtica deserción por parte de las fuerzas de policía de los barrios “calientes”, dejando así que la revuelta cobrara gran amplitud. Las fuerzas de policía sí que estuvieron muy presentes en los barrios burgueses cercanos como Beverly Hill. Esta táctica tenía la ventaja de privar a los manifestantes de su enemigo tradicional, el policía, de modo que su cólera se canalizó todavía más hacia el saqueo de comercios, incendio de casas de otras comunidades e incluso a ajustes de cuentas entre bandas. Con esa táctica, los 58 muertos provocados por esa explosión, lo fueron menos por las fuerzas policiacas que a enfrentamientos entre habitantes de los guetos, especialmente entre jóvenes manifestantes y pequeños comerciantes que protegían sus tiendas armados.
Los medios y las condiciones de la vuelta al orden también formaban parte de la maniobra: han sido los mismos soldados que hace apenas año y medio defendían el “derecho” y la “democracia” en el Golfo, los que vinieron a participar en la pacificación de los barrios revoltosos. La represión, aunque no haya sido sangrienta, ha sido llevada a cabo a gran escala: cerca de 12.000 detenciones y, durante semanas, en la televisión, imágenes de cientos de juicios con penas de cárcel para los amotinados. El mensaje ha sido claro: aunque no se porte como un régimen cualquiera del “tercer mundo”, aunque haya procurado que no corriera la sangre de quienes perturban el orden público (y eso tanto más fácilmente porque, gracias a su provocación, las autoridades no se vieron nunca desbordadas por los acontecimientos), la “democracia americana” sabe dar pruebas de firmeza contra ellos. Quedan así avisados quienes, en el futuro, tuvieran la intención de volver a empezar nuevos desórdenes...
La “gestión” de las revueltas de Los Ángeles ha permitido al equipo dirigente de la burguesía norteamericana demostrar a todos los sectores de ésta que, a pesar de todas las dificultades que se han acumulado, a pesar de la invasión del cáncer de los guetos y la violencia urbana, está a la altura de sus responsabilidades. En un mundo sometido a convulsiones de todo tipo, la cuestión de la autoridad del poder, tanto en el exterior como en el interior, de la primera potencia del planeta es de la mayor importancia para la burguesía de este país. Con la provocación a Saddam Husein durante el verano de 1990 seguida de la “Tempestad del desierto” a principios del 91, Bush ha dado la prueba de que sabía manifestar ese tipo de autoridad a nivel internacional. Los Ángeles, con medios espectaculares, con montajes mediáticos que recuerdan los de la guerra del Golfo, ha demostrado que la administración actual era tan capaz de reaccionar en el plano “doméstico” y que por muy catastrófica que sea, la situación interna de Estados Unidos está “controlada”.
Las revueltas provocadas de Los Ángeles no son, sin embargo, los únicos medios de que dispone el Estado y el gobierno para afirmar su autoridad ante las diferentes expresiones de la descomposición. Han sido también un instrumento de una ofensiva a gran escala contra la clase obrera.
Como lo pone de relieve la resolución publicada: “la agravación considerable de la crisis capitalista, especialmente en los países más desarrollados, es un factor de primera importancia en la negación de todas las mentiras sobre el “triunfo” del capitalismo, incluso en ausencia de luchas abiertas. Asimismo, la acumulación del descontento provocado por la multiplicación y la intensificación de los ataques resultantes de esa agravación de la crisis, abrirá, al cabo, el camino a movimientos de gran amplitud que volverán a dar confianza a la clase obrera...Por ahora, las luchas obreras se sitúan en uno de los niveles más bajos desde la última guerra mundial. Lo que sí hay que saber con seguridad es que ya se están desplegando en profundidad las condiciones para el resurgir de las luchas...” (pto 16). En todos los países adelantados, la burguesía es muy consciente de esa situación, y, especialmente, la primera de ellas. Y por eso las revueltas de Los Ángeles han sido también un instrumento de esta burguesía para debilitar preventivamente los futuros combates obreros. Merced a las imágenes que han hecho aparecer a la gente de color en general como auténticos salvajes (como la de los jóvenes atacando a camioneros blancos), la clase dominante ha conseguido reforzar significativamente uno de los factores de debilidad de la clase obrera norteamericana : la división entre obreros blancos y obreros negros o de otras comunidades. Como lo declaraba un experto de la burguesía: “el nivel de simpatía que los blancos podían tener por los negros ha disminuido considerablemente a causa del miedo que aquéllos sienten ante el aumento constante de la criminalidad negra” (C. Murray, AEI, 6/5/92). Así, el “restablecimiento del orden contra las pandillas de delincuentes negros saqueadores de almacenes y “camellos””, pues ésa es la imagen que la burguesía quiere dar en general de ellos, ha sido recibida sin duda con lamentable satisfacción por una proporción nada desdeñable de obreros blancos, víctimas a menudo de la inseguridad urbana. En esta ocasión, la “eficacia” de las fuerzas del Estado federal (en contraste con la supuesta “ineficacia” de las fuerzas de policía local) no ha hecho sino reforzar la autoridad de las fuerzas represivas.
Además, esa subida del racismo ha sido explotada por los profesionales del antiracismo para lanzar nuevas campañas de diversión aclasistas, las cuales, lejos de favorecer la unidad de clase del proletariado, lo que intentan es diluirlo en el conjunto de la población y atarlo al carro de la “democracia”. Por otra parte, los sindicatos y el Partido Demócrata han aprovechado la situación para denunciar la política social de las administraciones republicanas desde principios de los años 80, acusadas de ser las únicas responsables de la miseria en los barrios pobres de las ciudades. Lo cual es lo mismo que decir que para que las cosas mejoren, hay que votar por el “buen candidato”, lo que permite de paso relanzar una campaña electoral que, hasta ahora, no interesaba mucho a la gente.
Las diferentes expresiones de la descomposición, como las revueltas urbanas tanto en el “Tercer mundo” como los países adelantados, serán utilizadas por la burguesía contra la clase obrera mientras ésta no sea capaz de proponer su propia perspectiva de clase por el derrocamiento del capitalismo. Y esos acontecimientos serán utilizados tanto si son espontáneos como provocados. Pero cuando además la burguesía tiene los medios para escoger el momento y las circunstancias de esas explosiones, ello le permite que sea más eficaz su impacto en favor de la defensa de su orden social. Las revueltas de Los Ángeles han venido pintiparadas como instrumento contra la clase obrera y eso lo confirma la serie de maniobras que la clase dominante está desplegando contra los explotados de los países avanzados. El ejemplo más significativo de esta política se nos ha dado recientemente en uno de los países más importantes del mundo capitalista, Alemania.
La importancia de ese país no se debe únicamente a su peso económico y a su papel estratégico creciente. Es también en él donde vive, trabaja y lucha uno de los proletariados más poderosos del mundo, un proletariado que, habida cuenta de su número y de su concentración en el corazón mismo de la Europa industrializada y de su experiencia histórica incomparable, tiene en sus manos una parte importante de la clave del futuro movimiento de la clase obrera hacia la revolución mundial. Por eso es por lo que la ofensiva política de la burguesía contra la clase obrera en Alemania no sólo iba dirigida contra la clase obrera de ese país. Esa ofensiva de la burguesía se centró en la huelga del sector público, la más importante desde hace 18 años, huelga manejada con gran maestría por los sindicatos. El importante eco que la huelga tuvo en los media de los países europeos (cuando en general las luchas obreras son objeto de un silencio casi total) demuestra que era al proletariado europeo a quien se dirigía esa ofensiva.
Las condiciones específicas de Alemania permiten comprender por qué una acción así ha tenido lugar en ese país. Pues, además de su importancia histórica y económica, elementos que son permanentes, además de que como todas las burguesías tiene que hacer frente a una nueva y considerable agravación de la crisis, la alemana está enfrentada actualmente al problema de la reunificación, que es, en realidad, el de la “digestión” del Este por el Oeste. La reunificación es un pozo sin fondo en el que se hunden miles de millones de marcos. El déficit del Estado ha alcanzado cumbres insospechadas en ese tan “virtuoso” país. Se trata pues para la burguesía de preparar a la clase obrera a ataques de un nivel sin precedentes para que ésta acepte el coste de la reunificación, para que entienda que se acabaron las “vacas gordas” y que desde ahora en adelante deberá hacer sacrificios muy importantes. De ahí que las propuestas salariales en el sector público (4,9 %) hayan sido inferiores a la inflación y eso cuando se han ido multiplicando impuestos y tasas de todo tipo. Éste fue el caballo de batalla que montaron los sindicatos alardeando de un radicalismo nunca visto desde hacía décadas, organizando huelgas alternas masivas (más de 100.000 obreros por día) que provocaron ciertos días un caos total en los transportes y servicios públicos, lo cual tuvo la consecuencia de aislar a los huelguistas de los demás sectores de la clase obrera). Después de reivindicar el 9 % de aumento salarial, los sindicatos rebajaron sus pretensiones al 5,4 %, presentando esta cantidad como una “victoria” para los trabajadores y una “derrota” para Kohl. La mayoría de los obreros consideró evidentemente que, después de tres semanas de huelga, eso era netamente insuficiente (0,5 % más que la propuesta de principio, más o menos 20 marcos por mes) de modo que incluso la popular y tan mediática Monika Mathies, presidenta del ÖTV (Sindicato de funcionarios), salió un poco desplumada. La burguesía había alcanzado, sin embargo, unos cuantos objetivos importantes:
- dejar patente que, a pesar de la masividad de la huelga y sus acciones “duras”, es imposible doblegar a la burguesía en su voluntad de limitar el alza de salarios;
- presentar a los sindicatos, que habían preparado minuciosamente todas las acciones manteniendo a los obreros en la más estricta pasividad, como verdaderos protagonistas de la lucha contra la patronal y al mismo tiempo como el necesario “seguro social” al que hay que afiliarse para que a uno le paguen los días de huelga (durante la huelga, lo trabajadores hacían cola para ir a recoger el carné sindical que los compromete por dos años);
- acentuar un poco más la división entre obreros del Este y del Oeste, al no comprender aquéllos que éstos reivindiquen aumentos cuando en el Oeste los salarios son netamente superiores y el desempleo más bajo, y no teniendo ganas éstos de pagar por los “ossies” (orientales), los cuales son insistentemente tildados de “holgazanes” e “inútiles”.
En los demás países, la imagen de la “modélica Alemania” ha quedado un poco ensombrecida por estas huelgas. Pero la burguesía se ha apresurado a asestar dos golpes contra la conciencia de la clase obrera:
- la mentira de que la huelga de los obreros alemanes “privilegiados” ha venido a agravar más todavía la situación financiera y económica de occidente;
- el mensaje de que es ilusorio el intentar llevar a cabo luchas contra la degradación de las condiciones de existencia, puesto que, a pesar de toda la fuerza que poseen, y especialmente la de “sus” sindicatos, y la prosperidad de su país, los obreros de Alemania no han podido obtener gran cosa.
Así la burguesía más poderosa de Europa ha marcado la pauta de la ofensiva política contra la clase obrera que ha de acompañar a ataques económicos de una brutalidad sin precedentes. Por ahora, la maniobra ha tenido éxito, pero su amplitud ha estado al nivel del temor que el proletariado inspira a la burguesía. Los acontecimientos de estos tres últimos años, y todas las campañas que los han acompañado, han debilitado significativamente la combatividad y la conciencia en la clase obrera. Pero ésta no ha dicho su última palabra. Ya antes de que haya vuelto por el camino de las luchas de gran envergadura y en su terreno de clase, todos los minuciosos preparativos de la clase dominante demuestran la importancia de esos combates venideros.
FM
14/6/92
[1] Como lo señala la Resolución, Alemania y Francia no ponen las mismas expectativas en su alianza. Francia cuenta con sus ventajas militares para compensar su inferioridad económica con relación a Alemania para no encontrarse en situación de vasallaje y poder reivindicar una especie de “codirección” de una alianza de los principales Estados europeos (exceptuando a Gran Bretaña, naturalmente). Por eso no está Francia en absoluto interesada en que Alemania esté presente en el Mediterráneo, lo cual desvaloraría muy sensiblemente la importancia de su propia flota en ese mar, privándola así de una baza muy importante en los regateos con su “amiga”.
[2] Tampoco hay que excluir que el apoyo de Estados Unidos a las poblaciones croatas de Bosnia-Herzegovina actualmente víctimas de Serbia logre “demostrar” un día a Croacia que tiene el mayor interés en cambiar el “protector” alemán, de una eficacia muy limitada, por el americano mucho mejor equipado en medios para hacerse respetar. Estas intenciones también están muy presentes en la diplomacia norteamericana.
[3] Ver los artículos en la Revista Internacional, nos 57 y 62.
Cuando estalla la Primera Guerra mundial se reunieron un puñado de socialistas en Berlín, la noche del 4 de agosto de 1914, para entablar el combate internacionalista: eran siete en el domicilio de Rosa Luxemburg. De esa reunión, cuya evocación nos recuerda que una de las cualidades más importantes de los revolucionarios es saber ir contracorriente, no debe concluirse que el partido proletario habría desempeñado un papel secundario en los acontecimientos que sacudieron el mundo en aquella época. Es todo lo contrario, como hemos querido demostrarlo en los dos artículos precedentes de esta serie con la que conmemoramos el 90º aniversario de las luchas revolucionarias en Alemania. En el primer artículo defendíamos la tesis de que la crisis de la Socialdemocracia, especialmente la del SPD de Alemania - partido líder de la IIª Internacional - fue uno de los factores más importantes que permitió que el imperialismo alistara al proletariado en la guerra. En el segundo artículo, mostrábamos lo crucial que fue la intervención de los revolucionarios para que la clase obrera volviera a encontrar, en plena guerra, sus principios internacionalistas y lograra poner fin a la carnicería imperialista por medios revolucionarios (la revolución de noviembre de 1918). Y así pusieron los revolucionarios las bases para la fundación de un nuevo partido y de una nueva Internacional.
Subrayábamos que durante esas dos fases, la capacidad de los revolucionarios para comprender cuáles eran las prioridades del momento era la condición previa para poder desempeñar ese papel activo y positivo. Tras el desplome de la Internacional frente a la guerra, la tarea del momento era comprender las razones de ese desastre y sacar sus lecciones. En la lucha contra la guerra, la responsabilidad de los verdaderos socialistas era, ante todo, la de izar los estandartes del internacionalismo, iluminar el camino hacia la revolución.
El levantamiento de los obreros del 9 de noviembre de 1918 precipita el fin de la guerra mundial a partir de la mañana del día siguiente. Cae la corona del Emperador alemán y, con ella, cantidad de pequeños "tronos" alemanes, a la vez que se iniciaba una nueva fase de la revolución. Aunque el levantamiento de noviembre fue realizado por los obreros, Rosa Luxemburg lo llamó la Revolución de los soldados, porque lo que predominaba era una profunda aspiración a la paz. Un deseo que les soldados, tras cuatro largos años en las trincheras, albergaban más que nadie. Fue lo que dio a aquella jornada inolvidable su color particular, su gloria, pero, también, lo que alimentó las ilusiones. Como a algunos sectores de la burguesía también les alivió el fin tan esperado de la guerra, el estado de ánimo del momento era de confraternización general. Incluso los dos protagonistas principales de la lucha social, la burguesía y el proletariado, se vieron arrastrados por los ilusiones del 9 de noviembre. La ilusión de la burguesía era que podría todavía utilizar a los soldados contra los obreros. Esta ilusión se desvaneció en unos cuantos días. Los soldados querían regresar a sus casas y no luchar contra los obreros. La ilusión del proletariado, era que los soldados estaban ya de su lado y que querían la revolución. Durante las primeras sesiones de los consejos obreros y de soldados elegidos en Berlín el 10 de noviembre, los delegados de los soldados estuvieron a punto de linchar a los revolucionarios que defendían la necesidad de proseguir la lucha de la clase y denunciaban al gobierno socialdemócrata como enemigo del pueblo.
En general, esos consejos de obreros y de soldados se caracterizaron por cierta inercia, una inercia que, curiosamente, marca el principio de las grandes insurrecciones sociales. En gran parte, los soldados eligieron a sus oficiales como delegados, y los obreros nombraron a los candidatos socialdemócratas por los que habían votado antes de la guerra. O sea, que los consejos no tenían otra cosa mejor que hacer que nombrar un gobierno dirigido por los belicistas del SPD y decidir ya su propio suicidio al pedir que se celebraran elecciones generales en un sistema parlamentario.
A pesar de lo totalmente inadaptado de esas primeras medidas, los consejos obreros eran el corazón de la revolución de noviembre. Como lo subrayó Rosa Luxemburg fue el propio surgimiento de esos órganos lo que expresó y encarnó el carácter fundamentalmente proletario de la insurrección. Pero, ahora, una nueva fase de la revolución se abría, y en ella, la cuestión ya no era la de los consejos, sino la del partido de clase. La fase de las ilusiones llegaba a su fin, llegaba el momento de la verdad, se acercaba el estallido de la guerra civil. Los consejos obreros, por su función y estructura mismas por ser órganos de las masas, son capaces de renovarse y revolucionarse de un día para otro. Ahora la pregunta clave es: la visión proletaria, revolucionaria ¿acabará imponiéndose en el seno de los consejos obreros, en la clase obrera?
Para ganar, la revolución proletaria necesita una vanguardia política centralizada y unida en la que tiene puesta su confianza la clase obrera en su conjunto. Esa era la lección más importante de la revolución de Octubre en Rusia del año anterior. Como lo había desarrollado Rosa Luxemburg en 1906 en su folleto sobre la huelga de masas, la tarea del partido no es organizar a las masas sino darles una dirección política y una confianza real en sus propias capacidades.
A finales de 1918, en Alemania, sin embargo, no existía un partido de esas características. Los socialistas que se habían opuesto a la política belicista del SPD, se encontraban sobre todo en el USPD, la antigua oposición que había sido excluida del SPD. El USPD era un agrupamiento heteróclito de decenas de miles de miembros, desde pacifistas y gente que quería reconciliarse con los belicistas, hasta verdaderos internacionalistas revolucionarios. La organización principal de éstos, Spartakusbund (la Liga Espartaco), era una fracción independiente en el seno del USPD. Otros grupos internacionalistas más pequeños, como los Comunistas internacionales de Alemania, los IKD (que venían de la oposición de izquierda de Bremen), estaban organizados fuera del USPD. Spartakusbund era muy conocida y respetada entre los obreros. Pero los dirigentes reconocidos de los movimientos de huelga contra la guerra no pertenecían a esos grupos políticos, sino a la estructura informal de los delegados de fábrica, los revolutionäre Obleute. En diciembre de 1918, la situación se vuelve dramática. Ya ha habido unas primeras escaramuzas hacia la guerra civil abierta. Pero los diferentes componentes del virtual partido de clase revolucionario -Espartaco, otros elementos de izquierda del USPD, los IKD, los Obleute seguían siendo entidades separadas y muy vacilantes.
Bajo la presión de los acontecimientos, la cuestión de la fundación del partido empezó a plantearse más concretamente. Al final acabó siendo tratada a toda prisa.
El Primer congreso nacional de Consejos de obreros y de soldados se reúne en Berlín el 16 de diciembre. 250 000 obreros radicales se manifiestan en el exterior para ejercer presión sobre los 489 delegados (entre los cuales solo había 10 representantes de Espartaco y 10 de los IKD); A Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht no se les permitió intervenir en la reunión, so pretexto de que no tenían mandato. Cuando el Congreso se concluye con la propuesta de entregar el poder en manos de un futuro sistema parlamentario, queda claro que los revolucionarios, ante semejante conclusión, tenían que dar una respuesta unida.
El 14 de diciembre de 1918, la Liga Espartaco publica una declaración programática de principios: ¿Qué quiere Espartaco? El 17 de diciembre, los IKD celebran una Conferencia nacional en Berlín que llama a la dictadura del proletariado y a la formación del partido mediante un proceso de agrupamiento. La Conferencia no logra alcanzar un acuerdo sobre si participar o no en las futuras elecciones a una Asamblea parlamentaria nacional.
Más o menos al mismo tiempo, dirigentes de izquierda del USPD, como Georg Ledebour, y delegados de fábrica como Richard Müller empiezan a plantearse la necesidad de un partido unido de los obreros.
Por las mismas fechas, se reúnen en Berlín los delegados del movimiento internacional de la juventud, y organizan una secretaría. El 18 de diciembre se celebra una Conferencia Internacional de la juventud, seguida de un mitin de masas en el barrio Neukölln de Berlín en el que intervienen Karl Liebknecht y Willi Münzenberg.
Fue en ese contexto cuando, el 29 de diciembre en Berlín, una reunión de delegados de Spartakusbund decide romper con el USPD y formar un partido separado. Tres delegados votaron contra esa decisión. La reunión convocó también una conferencia de Espartaco y de los IKD para el día siguiente, en la que participaron 127 delegados de 56 ciudades y secciones. La Conferencia pudo celebrarse en parte gracias a la mediación de Karl Radek, delegado de los bolcheviques. Muchos delegados no habían comprendido, antes de su llegada, que se les había convocado para formar un nuevo partido ([1]). No se invitó a los delegados de fábrica pues se tenía la impresión de que era todavía prematuro asociarlos a unas posiciones revolucionarias muy resueltas que defendía una mayoría de miembros y simpatizantes, a menudo muy jóvenes, de Espartaco y de los IKD. Lo que sí se esperaba, en cambio, es que los delegados de fábrica se unieran al partido una vez éste constituido ([2]).
Lo que iba a ser el Congreso de fundación del Partido comunista de Alemania (KPD) reunió a dirigentes de Bremen (incluido Karl Radek, aunque en esa reunión representara a los bolcheviques) que pensaban que la fundación del partido se había retrasado demasiado, y de Spartakusbund como Rosa Luxemburg y, sobre todo, Leo Jogisches, cuya mayor preocupación era que esa etapa era quizás prematura. Paradójicamente, ambas partes tenían buenos argumentos para justificar sus posiciones.
El Partido comunista de Rusia (bolchevique) mandó a seis delegados a la Conferencia; a dos de ellos la policía les impidió participar en ella ([3]).
Dos de las discusiones principales de lo que iba a acabar siendo el Congreso de fundación del KPD trataron sobre la cuestión de las elecciones parlamentarias y los sindicatos. Esas cuestiones ya habían sido importantes en los debates de antes de 1914, pero habían quedado postergadas durante la guerra. Y ahora volvían a ser centrales. Karl Liebknecht planteó de inmediato la cuestión parlamentaria en su ponencia de apertura sobre "La crisis del USPD". El primer Congreso nacional de Consejos obreros en Berlín ya había planteado la pregunta, que acabaría desembocando inevitablemente en una escisión del USPD: ¿Asamblea nacional o República de Consejos? Era responsabilidad de todos los revolucionarios denunciar las elecciones burguesas y el sistema parlamentario como contrarrevolucionarios, como fin y muerte de los consejos obreros. Pero la dirección del USPD se negó a oír los llamamientos de Spartakusbund y los Obleute para que se debatiera esa cuestión y se decidiera en un congreso extraordinario.
En su intervención en nombre de la delegación del Partido ruso, Karl Radek explicó que eran los acontecimientos históricos los que decidían no sólo si era necesario un congreso de fundación sino también su orden del día. Con el fin de la guerra, la lógica de la revolución en Alemania iba a ser necesariamente diferente a la de Rusia. La cuestión central ya no era la paz, sino el abastecimiento de alimentos, los precios y el desempleo.
Al poner la cuestión de la Asamblea nacional y de las "luchas económicas" al orden del día de los dos primeros días del Congreso, la dirección de Spartakusbund esperaba que se tomara una posición clara sobre los consejos obreros contra el sistema burgués parlamentario y contra la forma, superada ya, de la lucha sindical, como sólida base programática del nuevo partido. Pero los debates fueron más lejos. La mayoría de delegados se declaró contra todo tipo de participación en las elecciones burguesas, incluso como medio de agitación contra ellas, y contra el trabajo en los sindicatos. En esto, el Congreso fue uno de los momentos más importantes de la historia del movimiento obrero. Permitió formular, por primera vez en nombre de un partido revolucionario de clase, unas posiciones radicales correspondientes a la nueva época del capitalismo decadente. Esas ideas influirían fuertemente en el Manifiesto de la Internacional comunista, redactado unos meses más tarde por Trotski. Y habrían de ser las posiciones de base de la Izquierda comunista hasta nuestros días.
Las intervenciones de los delegados que defendían esas posiciones estaban marcadas, bastantes de ellas, por la impaciencia y cierta falta de argumentos; fueron criticadas por los militantes experimentados, incluida Rosa Luxemburg que no compartía las conclusiones más radicales. Pero las actas de la reunión ilustran de sobra que esas nuevas posiciones no eran cosa de unos individuos y sus debilidades, sino el resultado de un movimiento social profundo que implicaba a cientos de miles de obreros conscientes ([4]). Gelwitzki, delegado de Berlín, animó al Congreso a que, en lugar de participar en las elecciones, fueran a los cuarteles a convencer a los soldados de que "el gobierno del proletariado mundial" es la asamblea de los consejos, y, en cambio, la Asamblea nacional es el gobierno de la contrarrevolución. Eugen Leviné, delegado del Neukölln (Berlín), insiste en que la participación de los comunistas en las elecciones no haría más que reforzar las ilusiones de las masas ([5]). En el debate sobre las luchas económicas, Paul Frölich, delegado de Hamburgo, defendió que la antigua forma sindical de lucha estaba ya superada pues se basaba en una separación entre las dimensiones económica y política de la lucha de la clase obrera ([6]). Hammer, delegado de Essen, refirió que los mineros del Ruhr tiraban sus carnés sindicales. Y Rosa Luxemburg, que, por su parte, siempre había estado a favor de trabajar en los sindicatos por razones tácticas, declaró que la lucha del proletariado por su liberación implicaba luchar por la liquidación de los sindicatos.
Los debates programáticos del Congreso de fundación tuvieron una gran importancia histórica, más que nada por su proyección hacia el futuro.
Pero en el momento mismo en que se fundó el Partido, Rosa Luxemburg tenía profunda razón cuando decía que la cuestión de las elecciones parlamentarias o la de los sindicatos tenían una importancia secundaria. Por un lado, el problema del papel de esas instituciones en una época que se había convertido en la del imperialismo, de la guerra y de la revolución, era todavía demasiado nuevo para el movimiento obrero. Tanto el debate sobre el tema como la experiencia práctica eran todavía demasiado insuficientes para su plena clarificación. Por el momento, estar de acuerdo en que los órganos unitarios de masas de la clase obrera, los consejos obreros y no el parlamento o los sindicatos, eran los medios de la lucha obrera y de la dictadura del proletariado, era suficiente.
Por otro lado, esos debates tendían a que el Congreso se desviara de su tarea principal, o sea la de identificar las etapas siguientes de la clase en su camino hacia el poder. Por desgracia, el Congreso no logró esclarecer esto último. La discusión clave de esa cuestión la introdujo Rosa Luxemburg en una ponencia sobre "Nuestro programa" en la tarde del segundo día del Congreso (31 de diciembre de 1918). Rosa explora en esa presentación la naturaleza de lo que ella había nombrado "segunda fase de la revolución". La primera, decía, había sido política de entrada, pues estaba dirigida contra la guerra. Durante la revolución de noviembre, el problema de las reivindicaciones económicas específicas de los obreros se había dejado de lado. Esto explicaba a su vez el nivel relativamente bajo de conciencia de clase, un nivel que se había plasmado en el deseo de reconciliación y "reunificación" del "campo socialista". Para Rosa Luxemburg, la característica principal de la segunda fase de la revolución debía ser el retorno de las reivindicaciones económicas al primer plano.
No por eso se olvidaba ella de que la conquista del poder es ante todo un acto político. Pero ponía de relieve otra diferencia entre el proceso revolucionario en Rusia y en Alemania. En 1917, el proletariado ruso tomó el poder sin haber desplegado demasiado el arma de la huelga. Pero, subrayaba Rosa Luxemburg, eso fue así porque la revolución rusa no empezó en 1917 sino en 1905. En otras palabras, el proletariado ruso ya había vivido la experiencia de la huelga de masas antes de 1917.
En el Congreso, no repitió las ideas principales desarrolladas por la izquierda de la socialdemocracia sobre la huelga de masas después de 1905. Suponía, con razón, que los delegados las recordaban perfectamente. Recordémoslas nosotros brevemente: la huelga de masas es la condición previa indispensable a la toma del poder, precisamente porque anula la separación entre lucha económica y lucha política. Y, mientras que los sindicatos, incluso en los momentos más intensos como instrumentos de los obreros, sólo organizaban a minorías de la clase, la huelga de masas, en cambio, moviliza a "la masa compacta de los ilotas" del proletariado, las masas no organizadas, desprovistas de educación política. La lucha obrera no combate únicamente la miseria material. Es una insurrección contra la propia división del trabajo realizada por sus víctimas principales, los esclavos asalariados. El secreto de la huelga de masas es, sencillamente, el combate de los proletarios para convertirse en seres humanos plenamente. Last but not least, la huelga de masas es llevada a cabo por unos consejos obreros revitalizados, que dan a la clase los medios para centralizar su lucha por el poder.
Por eso Rosa Luxemburg, en su discurso ante el Congreso, insistió en que la insurrección armada era el último y no el primer acto de la lucha por el poder. La tarea del momento, decía ella, no es derribar al gobierno, sino minarlo. La diferencia principal con la revolución burguesa, defendía, es el carácter masivo de la proletaria, la fuerza que viene "de abajo" ([7]).
Pero eso fue precisamente lo que el Congreso no comprendió. Para muchos delegados, la siguiente fase de la revolución no se caracterizaba por movimientos de huelga de masas, sino por la lucha inmediata por el poder. Otto Rühle ([8]) expresó muy claramente esa confusión al declarar que era posible tomar el poder en dos semanas. Pero no era el único; el propio Karl Liebknecht, aún admitiendo la posibilidad de un curso más largo de la revolución, no quería excluir la posibilidad de "una victoria muy rápida" en "las semanas próximas" ([9]).
Tenemos todos los elementos para creer lo que refirieron los testigos presentes según los cuales a Rosa Luxemburg, especialmente, la dejaron sorprendida y alarmada los resultados del Congreso. A Leo Jogisches le pasó lo mismo, y se dice que su primera reacción fue aconsejar a Luxemburg y Liebknecht que dejaran Berlín y fueran a hacerse olvidar durante algún tiempo ([10]). Temía que el partido y el proletariado no estuvieran yendo de cabeza a la catástrofe.
Lo que más alarmaba a Rosa Luxemburg, no era, ni mucho menos, las posiciones programáticas adoptadas, sino la ceguera de la mayoría de los delegados ante el peligro que representaba la contrarrevolución y la inmadurez general con la que se habían realizado los debates. En muchas intervenciones se tomaban los deseos por la realidad, dando la impresión de que una mayoría de la clase ya estaba detrás del nuevo partido. La ponencia de Rosa Luxemburg fue saludada con gran júbilo y se adoptó inmediatamente una moción presentada por dieciséis delegados; ella pidió que se publicara su ponencia lo antes posible como "folleto de agitación". Pero el Congreso no la discutió seriamente. Prácticamente ninguna intervención retomó la idea principal de la ponencia de Rosa: la conquista del poder no estaba todavía al orden del día. Una excepción digna de mención fue la contribución de Ernst Meyer quien habló de su reciente visita a las provincias al este del Elba. Refirió que amplios sectores de la pequeña burguesía hablaban de la necesidad de dar una lección a Berlín. Y proseguía:
"Y me chocó más todavía que ni siquiera los obreros de las ciudades habían comprendido las necesidades de la situación. Por eso debemos desarrollar, con toda nuestra capacidad, nuestra agitación no solo en el campo sino también en las ciudades pequeñas y medianas."
Meyer contestó también a la idea de Paul Frölich de animar a la creación de repúblicas locales de consejos:
"Es perfectamente típico de la contrarrevolución el propagar la idea de la posibilidad de repúblicas independientes, lo cual no es sino la expresión del deseo de dividir a Alemania en zonas de diferenciación social, de alejar a las zonas atrasadas de la influencia de las regiones socialmente progresistas" ([11]).
La intervención de Fränkel, delegado de Königsberg, fue especialmente significativa: propuso que la ponencia no fuera discutida en absoluto: "Creo que una discusión sobre el magnífico discurso de la camarada Luxemburg no haría sino debilitarlo", declaró ([12]).
A esa intervención le siguió la de Bäumer, el cual afirmó que la posición proletaria contra cualquier participación en las elecciones era tan evidente que él incluso "lamentaba amargamente" que se hubiera discutido el tema ([13]).
Le incumbió a Rosa Luxemburg concluir la discusión. En fin de cuentas no hubo conclusión. El presidente anunció:
"la camarada Luxemburg, lamentablemente, no podrá hacer la conclusión, no se encuentra bien" ([14]).
Lo que más tarde Karl Radek describiría como la "inmadurez juvenil" del Congreso fundador ([15]) se caracterizaba por la impaciencia y la ingenuidad, pero también por una falta de cultura de debate. Rosa Luxemburg había mencionado ese problema el día anterior:
"Tengo la impresión de que os tomáis vuestro radicalismo demasiado a la ligera. El llamamiento a "votar rápidamente" lo demuestra. No es la madurez ni la seriedad lo que predomina en esta sala... Estamos llamados a cumplir las mayores tareas de la historia universal, y nunca seremos lo suficientemente maduros, lo suficientemente profundos cuando uno piensa en las etapas que nos esperan para alcanzar nuestras metas sin riesgos. Unas decisiones de tal importancia no deben tomarse a la ligera. Lo que aquí falta es una actitud reflexiva, una seriedad que en absoluto excluye el ímpetu revolucionario, sino que ambos deben ir emparejados" ([16]).
Los revolutionäre Obleute de Berlín mandaron una delegación al Congreso para negociar la posibilidad de adherirse al Partido. Una particularidad de esas negociaciones era que la mayoría de los siete delegados se consideraba representante de las fábricas en las que trabajaban y votaba sobre cuestiones específicas sobre la base de una especie de sistema proporcional, únicamente tras haber consultado a "su" fuerza de trabajo que, por lo visto, se habría reunido para ello. Liebknecht que llevaba las negociaciones en nombre de la Liga Espartaco, refirió al Congreso que, por ejemplo, sobre la cuestión de participar en las elecciones para la Asamblea nacional, había 26 votos a favor y 16 en contra. Liebknecht añadía: "pero en la minoría hay representantes de fábricas muy importantes en Spandau que tienen 60 000 obreros tras ellos." Däumig y Ledebour que representaban a la izquierda del USPD, y no a los Obleute, no participaron en la votación.
Otro litigio fue la demanda de los Obleute de una paridad en las comisiones para el programa y la organización nombradas por el Congreso. Esa demanda fue rechazada por el hecho de que si bien los delegados representaban a una gran parte de la clase obrera berlinesa, el KPD representaba a la clase en todo el país.
Pero la discrepancia principal que parece haber envenenado la atmósfera de unas negociaciones que habían empezado con ánimo muy constructivo, concernía la estrategia y la táctica en el período venidero, o sea la cuestión que debería haber sido central en las deliberaciones del Congreso. Richard Müller pidió que Spartakusbund abandonara lo que él llamaba su táctica golpista. Parece ahí referirse en particular a la táctica de las manifestaciones armadas cotidianas en Berlín, organizadas por Spartakusbund, en un momento en que, según Müller, la burguesía buscaba provocar un enfrentamiento prematuro con la vanguardia política en la capital. A lo que Liebknecht contestó: "diríase un portavoz del Vorwärts" ([17]) (diario contrarrevolucionario del SPD).
Según el relato que de esas negociaciones hizo Liebknecht ante el Congreso, fue entonces cuando parece haberse producido el giro negativo de aquéllas. Los Obleute que hasta entonces parecían estar satisfechos con cinco representantes en las comisiones mencionadas, empezaron a exigir 8, y así. Los delegados de fábrica amenazaron incluso con formar su propio partido.
El Congreso prosiguió adoptando una resolución de censura a "los elementos pseudoradicales del USPD en quiebra" por el fracaso de las negociaciones. Con diferentes "pretextos", esos elementos intentaban "capitalizar la influencia que tenían sobre los obreros revolucionarios" ([18]).
El artículo sobre el Congreso, aparecido en el Rote Fahne el 3 de enero de 1919 y escrito por Rosa Luxemburg, expresaba un estado de ánimo diferente. El artículo habla de inicio de negociaciones hacia la unificación con los Obleute y los delegados de las grandes fábricas de Berlín, comienzo de un proceso que:
"con toda evidencia llevará irresistiblemente a un proceso de unificación de todos los elementos verdaderamente proletarios y revolucionarios en un marco organizativo único. El que los Obleute revolucionarios del gran Berlín, representantes morales de la vanguardia del proletariado berlinés, acabarán aliándose con Spartakusbund es algo que han demostrado ya prueba ambas partes por su cooperación en todas las acciones revolucionarias de la clase obrera en Berlín hasta hoy" ([19]).
¿Cómo explicar esas debilidades en el nacimiento del KPD?
Tras la derrota de la revolución en Alemania, se dieron toda una serie de explicaciones tanto en el KPD como en la Internacional comunista, que insistían en las debilidades específicas del movimiento en Alemania, sobre todo al compararlo con el de Rusia. A Spartakusbund se le acusaba de defender una teoría "espontaneísta" y pretendidamente luxemburguista de la formación del partido. Ese sería el origen de todo, desde las pretendidas vacilaciones de los espartaquistas para romper con los belicistas del SPD hasta la pretendida indulgencia de Rosa Luxemburg hacia los jóvenes "radicales" del partido.
Esa supuesta "teoría espontaneísta" sobre el partido de parte de Rosa Luxemburg suele remontarse al folleto que ella escribió sobre la revolución de 1905 en Rusia - Huelga de masas, partido y sindicatos -, en la que habría presentado y llamado a la intervención de las masas contra el oportunismo y el reformismo de la Socialdemocracia, como una alternativa a la lucha política y organizativa en el partido mismo. En realidad, la tesis fundamental del movimiento marxista que considera que la progresión del partido de clase depende de una serie de factores "objetivos" y "subjetivos" de los cuales uno de los más importantes es la evolución de la lucha de la clase, es muy anterior a Rosa Luxemburg ([20]).
Además, Rosa Luxemburg propuso una lucha muy concreta en el seno del partido. La lucha para restablecer el control político del partido sobre los sindicatos socialdemócratas. Era una opinión común, entre los sindicalistas especialmente, que la forma organizativa del partido político estaba más predispuesta a capitular ante la lógica del capitalismo que los sindicatos que organizaban directamente a los obreros en lucha. Rosa Luxemburg había comprendido que lo cierto era lo contrario, pues los sindicatos reflejan la división del trabajo reinante, base principal de la sociedad de clases. Había comprendido que los sindicatos y no el SPD, eran los portadores principales de la ideología oportunista y reformista en la socialdemocracia de antes de la guerra y que, so pretexto de la consigna a favor de su "autonomía", los sindicatos, en realidad, estaban ocupando el lugar del partido político de los obreros. Es cierto que la estrategia propuesta por Rosa Luxemburg apareció insuficiente. Pero eso no significa que sea una teoría "espontaneista" o, incluso, anarcosindicalista como se ha llegado a pretender. Y la orientación de Espartaco durante la guerra de formar una oposición en el SPD primero y en USPD después, tampoco era la expresión de una subestimación del partido, sino, al contrario, de la determinación sin fisuras de luchar por el partido, de impedir que sus mejores elementos cayeran en manos de la burguesía.
En una intervención durante el IVo Congreso del KPD, en abril de 1920, Clara Zetkin dijo que en la última carta que recibió de Rosa Luxemburg, ésta le escribió que el Congreso no había tenido razón al no haber hecho de la aceptación de participar en las elecciones una condición de pertenencia al nuevo partido. No hay razón alguna para dudar de la sinceridad de Clara Zetkin en esa declaración. La capacidad de leer lo que los demás escriben, y no lo que uno desearía ver escrito, es, sin duda, más escasa de lo que suele creerse. La carta de Luxemburg a Zetkin, fechada el 11 de enero de 1919, sería publicada más tarde. Esto es lo que Rosa Luxemburg escribió:
"Pero, sobre todo, por lo que se refiere al tema de la no participación en las elecciones: tú le das demasiada importancia a esa decisión. Ningún "pro Rühle" estaba presente, Rühle no era un líder en la Conferencia. Nuestra "derrota" no fue más que el triunfo de un radicalismo indefectible un tanto inmaduro y pueril... Todos nosotros decidimos unánimemente no hacer de esa cuestión un asunto de más importancia, de no tomárnoslo en plan trágico. En realidad, la cuestión de la Asamblea nacional acabará directamente relegada a un segundo plano por la evolución tumultuosa, y si las cosas siguen como ahora, parece muy dudoso que haya algún día elecciones a la Asamblea nacional" ([21]).
El hecho de que fueran los delegados que mostraban más impaciencia e inmadurez los que solían defender las posiciones radicales, dio la impresión de que esa inmadurez era el producto del rechazo a participar en las elecciones burguesas o en los sindicatos. Esa impresión tendría consecuencias trágicas un año más tarde cuando la dirección del KPD, en la Conferencia de Heidelberg, excluyó a la mayoría a causa de su posición sobre las elecciones y sobre los sindicatos ([22]). No era ésa la comprensión de Rosa Luxemburg. Ella sabía que no había otra alternativa a la necesidad de que los revolucionarios transmitieran su experiencia a la generación siguiente y que no se puede fundar un partido de clase sin la nueva generación.
Tras haber sido excluidos del KPD los radicales, tras haber sido excluido después el KAPD de la Internacional comunista, se empezó a teorizar la idea de que el papel de los "radicales" en el seno de la juventud del partido era la expresión del peso de elementos "desarraigados" y "desclasados". Sin duda será cierto que entre los partidarios de Spartakusbund durante la guerra y, sobre todo, en el seno de los grupos de los "soldados rojos", de los desertores, de los inválidos, etc., hubiera corrientes que no soñaban sino con destrucciones y "terror revolucionario total". Algunos de esos elementos eran muy dudosos y los Obleute tenían razón en desconfiar de ellos. Otros eran unos cabezas locas o, sencillamente, jóvenes obreros que se había politizado con la guerra y no conocían otra forma de expresión que la de pelearse con fusiles y cuya aspiración era lanzarse a una especie de "guerrillas" como la que pronto iba a dirigir Max Hoelz ([23]).
Esa interpretación fue retomada en los años 1970 por autores como Fähnders y Rector, en su obra Linksradikalismus und Literatur ([24]). Éstos intentaron ilustrar su tesis sobre el vínculo entre el comunismo de izquierda y la "lumpenización" con el ejemplo de biografías de artistas radicales que, como el joven Máximo Gorki o Jack London, habían rechazado la sociedad existente situándose fuera de ella. A propósito de uno de los miembros más influyentes del KAPD, aquéllos escriben:
"Adam Scharrer era uno de los representantes más radicales de la revuelta internacional... lo que lo llevó a la posición extrema y rígida de la Izquierda comunista" ([25]).
En realidad, muchos jóvenes militantes del KPD y de la Izquierda comunista se habían politizado en el movimiento de las juventudes socialistas antes de 1914. Políticamente, no eran, ni mucho menos, los productos ni del "desarraigo" ni de la "lumpenización" causadas por la guerra. Lo que sí es verdad es que su politización giraba en torno al tema de la guerra. Contrariamente a la vieja generación de obreros socialistas que había vivido décadas de rutina política en una época de relativa estabilidad del capitalismo, la juventud socialista se había movilizado de entrada en contra del espectro de la guerra que se anunciaba, desarrollando una fuerte tradición "antimilitarista" ([26]). Y aún cuando la Izquierda marxista quedó reducida a una minoría aislada en la Socialdemocracia, su influencia, en cambio, en el seno de las organizaciones radicales de la juventud era mucho mayor ([27]).
La acusación, por otro lado, según la cual los "radicales" habrían sido unos vagabundos en su juventud, no tiene en cuenta que esos años de "vagabundeo" eran, en aquella época, algo bastante normal en la vida de los proletarios. Era, en parte, un vestigio de la vieja tradición del tiempo de aprendizaje del maestro artesano que caracterizó a las primeras organizaciones políticas en Alemania coma la Liga de los comunistas, una tradición que era ante todo el fruto de la lucha de los obreros para que se prohibiera el trabajo de los niños en las fábricas. Muchos jóvenes obreros se marchaban a "ver mundo" antes de someterse al yugo del trabajo asalariado. Se iban andando a explorar los países de lengua alemana, o a Italia, los Balcanes e incluso Oriente Medio. Los que estaban relacionados con el movimiento obrero encontraban alojamiento barato o gratuito en las Casas sindicales de las grandes ciudades, establecían contactos sociales y políticos, apoyaban las organizaciones juveniles locales. Y fue así como, en el mundo obrero, se fueron desarrollando centros internacionales de intercambio sobre cuestiones políticas, culturales, artísticas, científicas ([28]). Otros se embarcaron, aprendieron idiomas y establecieron vínculos socialistas por todo el planeta. ¡No hace falta preguntarse por qué una juventud así se convirtió en la vanguardia del internacionalismo proletario a través de toda Europa! ([29]).
La contrarrevolución acusó a los Obleute de ser agentes pagados por gobiernos extranjeros, por la Entente, y después por el "bolchevismo mundial". Son, en general, conocidos en la historia como una especie de corriente sindicalista de base, localista, centrada en la fábrica, antipartido. En los círculos obreristas se les solía admirar como una especie de conspiradores revolucionarios cuya finalidad era sabotear la guerra imperialista. Es así como se explica la manera con la que "infiltraron" sectores y factorías clave de la industria armamentística alemana.
Examinemos los hechos. Al principio, los Obleute, era un pequeño círculo de funcionarios del partido y de militantes socialdemócratas que se granjearon la confianza de sus colegas por su oposición sin concesiones a la guerra. Estaban fuertemente arraigados en la capital, Berlín, y en la industria metalúrgica, sobre todo entre los torneros. Pertenecían a los obreros educados, los más capaces, con los salarios más altos. Pero eran conocidos por su comportamiento de apoyo y solidaridad hacia los demás, hacia los sectores más frágiles de la clase obrera como las mujeres movilizadas para sustituir a los hombres enviados al frente. Durante la guerra, hubo toda una red de obreros politizados que creció en torno a ellos. No eran, ni mucho menos, una corriente antipartido, sino que en su práctica totalidad eran antiguos socialdemócratas, ahora miembros o simpatizantes del ala izquierda del USPD, incluido Spartakusbund. Participaron apasionadamente en todos los debates políticos que se produjeron en la clandestinidad durante la guerra.
En gran parte, la forma particular que tuvo esa politización se debió a las condiciones del trabajo clandestino, que hacían que las asambleas de masas clandestinas fueran muy escasas y las discusiones abiertas imposibles. En las fábricas, los obreros protegían de la represión a sus dirigentes, a menudo con un éxito notable. El tupido sistema de espionaje de los sindicatos y del SPD solía fracasar cuando querían dar con los nombres de los "cabecillas". En caso de arresto, cada delegado había nombrado un sustituto que cubría inmediatamente su ausencia.
El "secreto" de su capacidad para "infiltrar" los sectores clave de la industria era, pues, muy sencillo. Formaban parte de los "mejores" obreros, de modo que los capitalistas se los disputaban. De este modo, los propios patronos, sin saberlo, pusieron a esos internacionalistas revolucionarios en puestos neurálgicos de la economía de guerra.
El que las tres fuerzas antes mencionadas desempeñaran un papel crucial en la formación del partido de clase no es algo específico de la situación alemana. Una de las características del bolchevismo durante la revolución en Rusia fue cómo unificó esas mismas tres fuerzas que existían en el seno de la clase obrera: el partido de antes de la guerra que representaba el programa y la experiencia organizativa; los obreros avanzados, con conciencia de clase, de las fábricas y demás lugares de trabajo, que arraigaban al partido en la clase y tuvieron un papel decisivo en la resolución de diferentes crisis en la organización; y la juventud revolucionaria politizada por la lucha contra la guerra.
Lo que llama, comparativamente, la atención en Alemania es la ausencia de la misma unidad y de la misma confianza mutua entre esos componentes esenciales. Es eso y no una no se sabe qué calidad inferior de esos elementos mismos, lo que era crucial. Los bolcheviques poseían los medios para esclarecer las confusiones de unos y otros a la vez que mantenían y reforzaban su unidad. Y no era lo mismo en Alemania.
A la vanguardia revolucionaria en Alemania le faltaba unidad y confianza en su misión.
Una de las explicaciones principales es que la revolución alemana se enfrentaba a un enemigo mucho más poderoso. La burguesía alemana era sin lugar a dudas mucho más despiadada, si cabe, que la burguesía rusa. Además la fase inaugurada por la Guerra mundial le había aportado armas nuevas y poderosas. En efecto, antes de 1914, Alemania era el país con las mayores organizaciones obreras de todo el movimiento obrero mundial. Y cuando en el nuevo período, los sindicatos y los partidos socialdemócratas de masas dejaron de servir la causa del proletariado, esos instrumentos se transformaron en obstáculos ingentes. Aquí nos topamos con la dialéctica de la historia. Lo que había sido una fuerza de la clase obrera alemana en una época se convertía ahora en una desventaja.
Se necesita valor para encararse a una fortaleza semejante. Es grande la tentación de ignorar la fuerza enemiga para darse seguridad. Pero el problema no era únicamente la fuerza de la burguesía alemana. Cuando el proletariado ruso acabó con el Estado burgués en 1917, el capitalismo mundial estaba todavía dividido por la guerra imperialista. Es algo bien conocido que los militares alemanes ayudaron de hecho a Lenin y otros dirigentes bolcheviques a volver a Rusia, pues esperaban que eso debilitara la resistencia militar de su adversario en el frente del Este
Pero, ahora, la guerra había terminado y la burguesía mundial se unía contra el proletariado. Uno de los momentos fuertes del Congreso del KPD fue la adopción de una resolución que identificaba y denunciaba la colaboración del ejército británico y el ejército alemán con los propietarios de tierras de los Estados bálticos para poder entrenar en sus posesiones a unidades paramilitares contrarrevolucionarias dirigidas contra "la revolución rusa hoy" y "la revolución alemana mañana".
En tal situación, sólo una nueva Internacional habría podido dar a los revolucionarios y a todo el proletariado de Alemania la confianza, la seguridad y el aplomo necesarios. La revolución podía todavía salir victoriosa en Rusia sin que existiera un partido de clase mundial, porque la burguesía rusa era relativamente débil y aislada, pero no en Alemania. La Internacional comunista no se había fundado todavía cuando el enfrentamiento decisivo de la revolución alemana ya había ocurrido en Berlín. Solo una organización así, que reuniera las adquisiciones teóricas y la experiencia del conjunto del proletariado, habría podido encarar la tarea de llevar a cabo una revolución mundial.
Fue el estallido de la Gran guerra lo que hizo tomar conciencia a los revolucionarios de la necesidad de una oposición de izquierda internacional verdaderamente unida y centralizada. Pero en las condiciones de la guerra, era muy difícil mantener vínculos organizativos como tampoco esclarecer las divergencias políticas que separaban cada día más a las dos principales corrientes de la izquierda de la preguerra: los bolcheviques en torno a Lenin, y la izquierda alemana y la polaca en torno a Luxemburg. La ausencia de unidad antes de la guerra hizo más difícil todavía el transformar las capacidades políticas de las corrientes de los diferentes países en una herencia común de todos y atenuar las debilidades de cada uno.
El choque del hundimiento de la Internacional socialista no fue en ningún otro sitio tan fuerte como en Alemania. Aquí, la confianza en cualidades como la formación teórica, la dirección política, la centralización o la disciplina de partido fue duramente zarandeada. Las condiciones de la guerra, la crisis del movimiento obrero no facilitaron la restauración de la confianza ([30]).
En este artículo nos hemos centrado en las debilidades que aparecieron en el momento de la formación del Partido. Es necesario para comprender la derrota de principios de 1919, tema del artículo siguiente. Sin embargo, a pesar de esas debilidades, quienes se agruparon cuando la fundación del KPD eran los mejores representantes de su clase, de todo lo noble y generoso de la humanidad, los verdaderos representantes de un porvenir mejor. Volveremos sobre esto al final de la serie.
La unificación de las fuerzas revolucionarias, la formación de una dirección del proletariado digna de ese nombre se había vuelto un problema central de la revolución. Nadie comprendió mejor ese problema que la clase social directamente amenazada por ese proceso. A partir de la revolución del 9 de noviembre, el principal objetivo de la vida política de la burguesía fue la "liquidación" de Espartaco. El KPD se fundó en medio de ese ambiente de pogromo en que se preparaban los golpes decisivos contra la revolución qua iba llegando.
Ese será el tema del próximo artículo.
Steinklopfer
[1]) El orden del día de la invitación era:
1. La crisis del USPD
2. El programa de Spartakusbund
3. La Asamblea nacional
4. La Conferencia internacional
[2]) Contrariamente a esa posición, parece ser que una de las preocupaciones de Leo Jogiches era asociar a los Obleute a la fundación del partido.
[3]) Seis militantes presentes en la Conferencia fueron asesinados por las autoridades alemanas en los meses siguientes.
[4]) Der Gründungsparteitag der KPD, Protokoll und Materalien (Congreso de fundación del KPD, actas y documentos). publicado por Hermann Weber.
[5]) Eugen Leviné fue ejecutado unos meses más tarde por haber sido dirigente de la República de los Consejos de Baviera.
[6]) Frölich, conocido representante de la izquierda de Bremen, escribiría más tarde una célebre biografía de Rosa Luxemburg.
[7]) Ver las actas en alemán, op. cit. (nota 4), p. 196 à 199
[8]) Aunque poco después rechazara toda noción de partido de clase como burguesa y desarrollara una visión más bien individual del desarrollo de la conciencia de clase, Otto Rühle se mantuvo fiel al marxismo y a la clase obrera. Ya durante el Congreso, era partidario de los Einheitorganisationen (grupos politico-économicos) que debían, según él, sustituir a la vez al partido y a los sindicatos. En el debate sobre "Las luchas económicas", Luxemburg contesta a su idea diciendo que la alternativa a los sindicatos son los consejos obreros y los órganos de masas, y no los Einheitorganisationen.
[9]) Actas en alemán, op.cit., p. 222.
[10]) Según Clara Zetkin, Jogisches, en reacción a las discusiones, quería que el Congreso fracasara, o sea que se aplazara la fundación del partido.
[11]) Actas en alemán, op. cit., p. 214
[12]) Según las actas, esa sugestión fue acogida con exclamaciones como "¡Muy justo!". Felizmente no se adoptó la moción de Fränkel.
[13]) Op. cit., p. 209. El día anterior, por la misma razón, Gelwitzki, había dicho que se sentía "avergonzado" de haber discutido esa cuestión. Y cuando Fritz Heckert, que no tenía la misma fama revolucionaria que Luxemburg y Liebknecht, intentó defender la posición del comité central sobre la participación en las elecciones, fue interrumpido por una exclamación de Jakob: "¡Quien está hablando aquí es el espíritu de Noske!" (Op.cit., p. 117). Noske, ministro del ejército socialdemócrata del gobierno burgués del momento entró en la historia con el mote de "perro sangriento de la contrarrevolución"...
[14]) Op. cit., p. 224
[15]) "El Congreso ha demostrado con fuerza la juventud e inexperiencia del Partido. El vínculo con las masas era muy tenue. El Congreso ha adoptado una actitud irónica hacia los Independientes de izquierda. No he tenido la impresión deque, ante mí, existía ya un Partido" (Ídem, p. 47).
[16]) Ídem, p. 99-100.
[17]) Ídem, p. 271.
[18]) Ídem, p. 290.
[19]) Ídem, p. 302.
[20]) Ver los argumentos de Marx y Engels en el seno de la Liga de los Comunistas, tras la derrota de la Revolución de 1848-49.
[21]) Citado por Hermann Weber en los documentos sobre el Congreso de fundación, op.cit., p. 42, 43.
[22]) Una gran parte de los excluidos fundó el KAPD. Así, súbitamente, había dos Partidos comunistas en Alemania, ¡una trágica división de las fuerzas revolucionarias!
[23]) Max Hoelz era simpatizante del KPD y del KAPD; él y sus partidarios, armados, estuvieron activos en la Alemania central a principios de los años 20.
[24]) Walter Fähnders, Martin Rector, Linksradikalismus und Literatur, Untersuchungen zur Geschichte der sozialistischen Literatur in der Weimarer Republik ("Radicalismo de izquierda y literatura; estudios de historia de la literatura socialista en la república de Weimar").
[25]) P. 262. Adam Scharrer, gran figura del KAPD, siguió defendiendo la necesidad de un partido de clase revolucionario hasta el aplastamiento de las organizaciones comunistas de izquierda en 1933.
[26]) La primera aparición de un movimiento de jóvenes socialistas radicales ocurrió en Bélgica en los años 1860, cuando les jóvenes militantes hicieron agitación (con cierto éxito) ante los soldados en los cuarteles para impedir que fueran utilizados contra los obreros en huelga.
[27]) Ver la novela de Scharrer, Vaterlandslose Gesellen (que viene a significar algo así como "El granuja antipatriótico"), escrita en 1929, así como la biografía y el comentario de Arbeitskollektiv proletarisch-revolutionärer Romane, republicado por Oberbaumverlag, Berlin.
[28]) Uno de los testigos principales de ese capítulo de la historia es Willi Münzenberg, especialmente en su libro Die Dritte Front ("El tercer frente"): "Recuerdos de quince años en el movimiento proletario juvenil", publicado por primera vez en 1930.
[29]) El líder más conocido del movimiento de la juventud socialista antes de la guerra era, en Alemania, Karl Liebknecht y en Italia, Amadeo Bordiga.
[30]) El ejemplo de la maduración de la juventud socialista en Suiza gracias a las discusiones regulares con los bolcheviques durante la guerra mostró que eso era posible. "Con una gran capacidad psicológica, Lenin agrupó a los jóvenes en torno a él, participando en sus discusiones por la noche, animándolos, y criticándolos siempre con un espíritu de empatía. Ferdy Böhny lo recordaría más tarde: "la manera con la que discutía con nosotros se parecía a la del diálogo socrático"" (Babette Gross: Willi Münzenberg, Eine politische Biografie, p. 93).
Dos años y medio después del hundimiento del bloque del Este y de los regímenes estalinistas de Europa, la situación mundial sigue estando determinada en gran parte por ese considerable acontecimiento histórico, el cual ha sido, en particular, un factor agravante sin precedentes de la situación de descomposición del capitalismo sobre todo en el plano de unos antagonismos imperialistas cada día más marcados por el caos resultante de la descomposición. La crisis económica del modo de producción capitalista, con su fuerte agravación actual sobre todo en las metrópolis del capitalismo, está volviendo, sin embargo, a ser el centro de la situación. Porque destruye las ilusiones, propaladas con profusión, sobre la “superioridad del capitalismo”, porque va dejando en evidencia el atolladero en que se encuentra ese sistema, porque obliga a la clase obrera a movilizarse por defender sus intereses económicos frente a los ataques cada día más brutales que la burguesía está obligada a desencadenar, la crisis es una poderosa palanca para superar las dificultades encontradas por la clase obrera desde el hundimiento del bloque del Este.
*
1) La invasión de la vida del capitalismo en su conjunto por la descomposición es un proceso que aparece a principios de los años 80 e incluso a finales de los 70, una de cuyas expresiones es, por ejemplo, las convulsiones habidas en Irán que desembocaron en la constitución de una República “islámica” y la pérdida de control de ese país por parte de su bloque tutelar. La agonía y muerte de los regímenes de estalinistas y el desmoronamiento del bloque imperialista dominado por la URSS han sido una manifestación de ese proceso, pero además, esos hechos históricos de tanta importancia han provocado una fortísima aceleración del mismo. Por ello puede considerarse que revelan y marcan la entrada del capitalismo en una nueva fase de su período de decadencia, la de la descomposición, del mismo modo que la Primera Guerra mundial fue la primera convulsión de gran envergadura resultante de la entrada de esa sistema en su decadencia y que iba a dar una amplitud mucho más grande a sus diferentes manifestaciones.
Así, el hundimiento de los regímenes estalinistas de Europa ha abierto un período de convulsiones catastróficas en los países en que imperaban esos regímenes. Pero donde mejor quedan plasmadas las características del nuevo período es en los antagonismos imperialistas a escala mundial. La palabra que mejor define la situación actual en las relaciones imperialistas entre los Estados es: caos.
2) La guerra del Golfo de principios del 91 fue la primera manifestación de la gran nuevo “estado del mundo”:
- fue consecuencia de la desaparición del bloque del Este y de las primeras manifestaciones de su ineluctable consecuencia, la desaparición del bloque occidental mismo;3) La barbarie bélica que se ha desencadenado en Yugoslavia unos cuantos meses después del final de la guerra del Golfo es una ilustración indiscutible de lo afirmado antes. En particular, los acontecimientos que han originado esa barbarie, la proclamación de la independencia de Eslovenia y de Croacia, aunque ya de por sí son expresión del caos y de la agudización de los nacionalismos característicos de las zonas del mundo dominadas por regímenes estalinistas, sólo han podido realizarse porque esas naciones estaban aseguradas del apoyo de la primera potencia europea, Alemania. Mucho más que su indisciplina durante la crisis del Golfo (viaje de Brandt a Bagdad con el consentimiento de Kohl), la acción diplomática de la burguesía alemana en los Balcanes, que tenía el objetivo de abrirse un paso estratégico en el Mediterráneo mediante una Croacia “independiente” a sus órdenes, ha sido el primer acto decisivo en su candidatura para dirigir un nuevo bloque imperialista.
4) La enorme superioridad militar de Estados Unidos en el momento actual, para cuyo aparatoso y asesino alarde sirvió precisamente la guerra del Golfo, obliga evidentemente a la burguesía alemana a limitar considerablemente por ahora sus ambiciones. Maniatada todavía en el plano diplomático y militar (tratados que le prohíben intervenir fuera de sus fronteras, presencia de tropas USA en su territorio), desprovista del arma atómica y de una industria puntera de armamento, Alemania está todavía empezando el camino que podría llevarla a formar en torno suyo un nuevo bloque imperialista. Por otra parte, como hemos visto en Yugoslavia, la voluntad de Alemania en sus nuevas ambiciones imperialistas no puede sino conducir a que se acentúe la situación de inestabilidad en Europa y por lo tanto a agravar el caos en esta parte del mundo, lo cual, habida cuenta de su posición geográfica es, para ella, más que para los demás países occidentales, una amenaza de primer orden, sobre todo con la forma de una emigración masiva. Por eso Alemania sigue manteniendo su lugar en la estructura de la OTAN. Esta organización, como lo anunció ella misma en su cumbre de Roma del otoño 1991, ya no tiene el objetivo de hacer frente a una potencia rusa en pleno desmoronamiento, sino servir de protección contra las convulsiones en Europa del Este. La necesaria fidelidad de Alemania a la OTAN reduce mucho su margen de maniobra respecto a la potencia estadounidense que dirige esa organización.
5) Y, en fin, la
necesidad para Alemania de dotarse de aliados de primer plano en Europa
occidental, condición de su ascenso al rango de potencia mundial, choca de
momento con dificultades importantes. En la CEE, no podrá contar en ningún caso
con Gran Bretaña (el mejor aliado de EEUU) ni con Holanda, cuyos lazos
económicos con su gran vecino la incitan precisamente a inclinarse hacia EEUU y
Gran Bretaña para no acabar siendo una simple provincia alemana, siendo así la
cabeza de puente de esas potencias en el norte del continente europeo. De todos
los grandes de Europa, Francia es la más interesada en mantener lazos estrechos
con Alemania, al no poder ocupar la plaza de lugarteniente de EEUU en la esfera
europea, plaza que la comunidad de lengua y sobre todo la situación geográfica
han atribuido definitivamente a Gran Bretaña. Sin embargo, la alianza
franco-alemana no puede tener la misma solidez y estabilidad que la que existe
entre las dos potencias anglosajonas, en la medida en que:
- los dos
asociados no ponen las mismas expectativas en su alianza. Alemania aspira a una
posición dominante, mientras que Francia quisiera conservar un estatuto de
alter ego, pues su posesión del arma atómica y de posiciones imperialistas en
África compensaría su inferioridad económica. Esa diferencia puede desembocar
en posturas diplomáticas divergentes, como hemos visto respecto a Yugoslavia;
- la potencia
estadounidense ya se ha puesto manos a la obra para hacer pagar muy cara a
Francia su infidelidad: expulsión del Líbano, apoyo a las aventuras de Hissen
Habré en Chad, apoyo al FIS en Argelia, “affaire” Habache, etc., a ver si con
ello logra hacerla volver a “mejores inclinaciones”.
6) Sin embargo, ni su enorme atraso militar actual, ni las zancadillas que EEUU le va poner sin lugar a dudas, ni el riesgo de acentuar el caos podrían desviar a Alemania del camino en que ya se ha metido. La crisis capitalista hace inevitable la agravación de los antagonismos imperialistas. Y la tendencia de esos antagonismos es hacia un reparto del mundo en dos bloques imperialistas. La potencia económica de Alemania y su lugar en Europa no harán sino empujarla cada día más por ese camino, lo cual es, a su vez, un factor de inestabilidad suplementario en el mundo de hoy.
Más generalmente, incluso si la amenaza del caos es un factor que puede ser un freno en ciertos momentos a la afirmación por las grandes potencias de sus propios intereses imperialistas, la tendencia histórica dominante del mundo actual es a la agudización de sus antagonismos, por muy catastrófica que pueda acabar siendo esa agudización. En especial, la determinación de Estados Unidos, mostrada con la guerra del Golfo, de representar plenamente su papel de “gendarme del mundo” acabará desembocando en fin de cuentas en el empleo creciente de la fuerza militar y el chantaje con el caos, lo cual contribuirá a agravarlo todavía más, como así quedó ilustrado con el problema kurdo y la situación en Oriente medio después de esa guerra. Así, sean cuales sean los intentos de las grandes potencias por ponerle remedio, es el caos lo que imperará cada día más en las relaciones entre Estados en el mundo de hoy, un caos a la vez causa y consecuencia de los conflictos bélicos, caos que se verá incrementado por la crisis del modo de producción capitalista.
7) La recesión abierta en la que se ha hundido desde hace dos años la primera potencia mundial ha venido a echar por los suelos muchas ilusiones forjadas y propaladas por la burguesía durante la mayor parte de los años 80. Las famosas “reaganomics” que hicieron posible el período más largo, desde los años 60, de crecimiento continuo de las cifras consideradas como representativas de la riqueza de los países (como el PNB), aparecen ahora como un fracaso contundente que ha hecho de Estados Unidos el país más endeudado del planeta y que tienen cada día más dificultades para financiar sus deudas. El estado de salud de la economía norteamericana con sus deuda total de 10 billones (1 y trece ceros) de dólares, su caída de 4,7 % de las inversiones en 1991 a pesar de la baja histórica de los tipos de interés, su déficit presupuestario de 348.000 millones de dólares para 1992, son índices significativos de la situación catastrófica en la que se encuentra la economía mundial. Ésta, desde finales de los 60, sólo ha logrado hacer frente a la contracción ineluctable de los mercados solventes mediante la huida ciega en el endeudamiento generalizado. Fue así como la fuerte recesión mundial de 1974-75 sólo pudo ser superada mediante la inyección masiva de créditos a los países subdesarrollados y a los países del Este que les permitieron, durante un corto período, relanzar, con sus compras, la producción de los países industrializados, pero que los condujo rápidamente a la suspensión de pagos. La recesión de 81-82, consecuencia ineluctable de esta situación, tampoco pudo ser a su vez superada más que gracias a un nuevo relanzamiento de la deuda, no ya de los países periféricos, sino del más poderoso de todos. El déficit comercial de EEUU sirvió de nueva “locomotora” a la producción mundial y su “crecimiento” interno fue espoleado con déficits presupuestarios más y más gigantescos. Por eso es por lo que el callejón sin salida económico con el que se enfrenta la burguesía estadounidense ha cobrado ese carácter de gravedad para toda la economía mundial. Desde ahora, el tren capitalista ya no puede contar con la más floja “locomotora”. Asfixiado por el endeudamiento, no podrá evitar, tanto globalmente como en cada país, la consecuencia ineluctable de la crisis de sobreproducción: la caída constante de la producción, el abandono de sectores cada día más amplios del aparato productivo, la reducción drástica de la fuerza de trabajo, las quiebras en serie, especialmente en el sector financiero, a cuya comparación las de los últimos años aparecerán como menudencias.
8) Esa perspectiva no va a ser anulada ni mucho menos por los cambios habidos en la economía de los países antiguamente autoproclamados “socialistas”. Para esos países, las medidas de “liberalización” y de privatización lo único que van a lograr es añadir más desorganización y bajas mayores de la producción a una destartalada e improductiva economía, causa del hundimiento de los regímenes estalinistas. Ya hoy o a muy corto plazo, lo que amenaza a las poblaciones de muchos de esos países es sencillamente el hambre. Lo que les espera a la mayoría de esos países, y especialmente a los surgidos de la difunta URSS, en donde los choques étnicos y nacionalistas agravarán más aún las cosas, es una caída imparable en el tercer mundo. No han hecho falta ni dos años para que se disolvieran en la nada las ilusiones sobre los miríficos “mercados” que pretendidamente se iban a abrir en el Este. Estos países, endeudados ya hasta el pescuezo, poco van a poder comprar a los países más desarrollados, los cuales, enfrentados ya a una crisis de liquidez sin precedentes, van a otorgar créditos con la más extrema prudencia a economías que parecen más bien pozos sin fondo. No habrá “plan Marshall” ni cosa parecida para los países del Este, no habrá una verdadera reconstrucción de su economía que permitiría a los países más industrializados relanzar su producción.
9) La agravación considerable de la situación de la economía mundial va a plasmarse en una continuada intensificación, a niveles sin precedentes, de los ataques capitalistas contra la clase obrera de todos los países. Con el desencadenamiento de la guerra comercial, de la competencia por mercados cada día más restringidos, las bajas de los salarios reales y la agravación de las condiciones de trabajo (aumento de los ritmos, ahorros en la seguridad laboral, etc.) van a ir parejas con la reducción masiva de los subsidios sociales (educación, salud, pensiones, etc.) y de las plantillas. El desempleo, cuya curva estadística ha vuelto a torcerse bruscamente hacia arriba en los principales países industriales (1991: 28 millones de parados en la OCDE; 1990: 24,6) y acabará sobrepasando, y con mucho, los niveles más altos de principios de los años 80. Sobre la clase obrera se cierne la miseria más sórdida e insoportable, y no sólo en los países menos desarrollados, también en los más ricos. La desventura que hoy abruma a los obreros de los países ex “socialistas” indica a los obreros de las metrópolis de Occidente la dirección hacia la que dirigen sus condiciones de existencia. Sería, sin embargo, totalmente falso “no ver en la miseria más que la miseria”, como ya Marx se lo reprochaba a Prudhon. A pesar de la suma trágica de sufrimiento que significa para la clase obrera, y en gran parte a causa de ella, la agravación actual y futura de la crisis capitalista, también ésta es portadora de la reanudación de los combates de clase y de la progresión de la conciencia en las filas obreras.
10) El hundimiento del estalinismo, ese sistema que fue la punta de lanza de la contrarrevolución que siguió a la oleada revolucionaria de la primera posguerra, ha provocado, paradójicamente pero de modo perfectamente explicable y previsto, un retroceso muy sensible de la conciencia en la clase obrera. Este hundimiento abrió la posibilidad de que se desencadenaran campañas sin precedentes sobre el tema de la “muerte del comunismo”, de la “victoria del capitalismo” y de la “democracia”, lo cual no ha hecho sino acentuar la desorientación de la gran mayoría de los obreros sobre la perspectiva de sus combates. Esos hechos, sin embargo, sólo tuvieron un impacto limitado en duración y profundidad sobre la combatividad obrera, como así lo confirmaron las luchas de la primavera de 1990 en diferentes países. En cambio, a partir del verano de 1990, la crisis y la guerra del Golfo, al provocar un fuerte sentimiento de impotencia en las filas del proletariado de los países más avanzados (países que estaban todos, directa o indirectamente, implicados en la acción de la “coalición”) fueron un factor muy importante de parálisis de su combatividad. Al mismo tiempo, esos acontecimientos, al poner al desnudo las mentiras sobre el “nuevo orden mundial”, al desvelar el comportamiento criminal de las “grandes democracias” y de todos los defensores profesionales de los “derechos humanos”, han contribuido a la labor de zapa de parte del impacto en las conciencias obreras de las campañas anteriores. Por esta razón, los principales sectores de la burguesía han procurado tapar cuidadosamente sus “hazañas” con el tupido velo de las mentiras, las campañas mediáticas y nuevas operaciones “humanitarias” como la organizada en favor de unos kurdos que esos mismos sectores habían entregado maniatados a la represión del régimen de Saddam Husein.
11) El último
acto de toda esa serie de acontecimientos que han afectado las condiciones para
que se desarrolle la conciencia y la combatividad en la clase obrera se ha
representado a partir del verano de 1991 con las siguientes escenas:
- el golpe
fallido en la URSS, la desaparición de su partido dirigente y la dislocación de
ese país;
- la guerra civil
en Yugoslavia.
Estos dos últimos acontecimientos han acarreado un nuevo retroceso de la clase obrera, tanto en su combatividad como en su conciencia. Aunque no haya tenido tanto impacto como lo acontecido en la segunda mitad de 1989, el hundimiento del régimen pretendidamente “comunista” de la URSS y la dislocación del país que había conocido la primera revolución proletaria victoriosa, ha sido un ataque mucho más profundo todavía contra la perspectiva del comunismo en las conciencias obreras. Al mismo tiempo, las nuevas amenazas de enfrentamientos militares catastróficos (incluso a golpe de arma nuclear) resultantes de esa dislocación han acentuado también ese sentimiento de impotente inquietud. Este sentimiento se ha incrementado con la guerra civil en Yugoslavia, a unos cuantos cientos de kilómetros de las grandes concentraciones obreras de Europa occidental, en la medida en que el proletariado de éstas no ha podido hacer otra cosa que ser espectador de matanzas absurdas y que lo único que le queda es confiar en la buena fe de los gobiernos e instituciones internacionales (CEE, ONU) para acabar con ellas. Además, la conclusión (provisional) de ese conflicto, con el envío por las grandes potencias de una “misión de paz” bajo el estandarte de la ONU, ha servido para dar otra vez lustre al blasón, oxidado por la guerra del Golfo, de aquéllas y de ésta.
12) Los
acontecimientos de Yugoslavia han venido a poner de evidencia la complejidad
del lazo que existe entre la guerra y la toma de conciencia del proletariado.
Históricamente, la guerra ha sido siempre un poderoso factor tanto de la
movilización como de la toma de conciencia de la clase obrera. La Comuna de
París, la revolución de 1905 y la de 1917 en Rusia, la de 1918 en Alemania,
fueron resultados de esa guerra. Pero, a la vez, la guerra, como lo ha mostrado
la CCI, no crea las condiciones más favorables para la extensión de la
revolución a escala mundial. La Segunda Guerra mundial ha demostrado, además,
que desde entonces, era algo ilusorio el apostar por un surgimiento del
proletariado durante un conflicto imperialista generalizado y que éste era, al
contrario, un factor de precipitación de la clase en la contrarrevolución. Pero
la guerra imperialista no ha perdido por ello su capacidad para poner de
relieve ante los proletarios la naturaleza profundamente brutal del capitalismo
decadente y de los peligros que está haciendo correr a la humanidad, el
comportamiento gansteril de los “hombres de buena voluntad” que gobiernan el
mundo burgués y que la clase obrera es la principal víctima de sus fechorías.
Por eso fue por lo que la Guerra del Golfo pudo servir, parcialmente, de
antídoto al veneno ideológico inoculado durante el año 1989. Pero, hoy, para
que la guerra pueda tener ese impacto positivo en la conciencia de las masas
obreras, es necesario que aparezca claramente lo que está en juego ante los
proletarios, y esto supone:
- que éstos no
estén masivamente encuadrados tras las banderas nacionales (por esta razón es
por la que los diferentes conflictos que están desgarrando las regiones en las
que imperaba el estalinismo están acentuando el desconcierto de los obreros que
allí viven);
- que la
responsabilidad, en la barbarie y en las masacres, de los países avanzados sea
evidente y no ocultada por las circunstancias locales (conflictos étnicos,
odios ancestrales) o las operaciones “humanitarias” (como las “misiones de paz”
de la ONU).
En el período venidero, no va a ser de enfrentamientos como los de Yugoslavia o del Cáucaso de donde habrá que esperar un impulso de la toma de conciencia en las masas obreras. Pero la necesidad para las grandes potencias de implicarse cada día más y más directamente en los conflictos bélicos va a ser un factor importante de la toma de conciencia en las filas obreras, especialmente en los sectores decisivos del proletariado mundial que viven precisamente en esos grandes países.
13) Más generalmente, las diferentes consecuencias del atolladero histórico en que se encuentra el modo de producción capitalista no tienen todos los mismos signos desde el punto de vista de la toma de conciencia en la clase obrera. Por ejemplo, las características específicas de la fase de descomposición, especialmente la putrefacción de raíz de la sociedad y el caos, son por ahora un factor de confusión en la clase obrera. Así ocurre, por ejemplo, con las dramáticas convulsiones que afectan al aparato político de la burguesía en los países que acaban de salir del pretendido “socialismo real” o en algunos países musulmanes (el auge del integrismo). En los países adelantados también, los sobresaltos varios que sacuden el aparato político, a una menor escala claro está y sin que se salgan del control de las fuerzas burguesas dominantes (auge de los movimientos racistas en Francia, Bélgica, Este de Alemania, éxitos electorales de los partidos regionalistas en Italia, de los ecologistas en Francia o Bélgica), son utilizados con eficacia para atacar la conciencia de los obreros. En realidad, los únicos elementos que van a favor de la toma de conciencia de proletariado son los que pertenecen a la decadencia del capitalismo en su conjunto y no son específicos de su etapa de descomposición: la guerra imperialista con una participación directa de las metrópolis del capitalismo y la crisis de la economía capitalista.
14) Así como es importante distinguir el grado de contribución de los diferentes aspectos del trágico atolladero en el que se encuentra la sociedad para la conciencia del conjunto de la clase obrera, es necesario discernir las diferencias de cómo afecta esta situación a cada uno de sus sectores. Muy especialmente, debe estar claro que, como la CCI lo ha puesto de relieve desde principios de los 80, el proletariado de los países ex “socialistas” está enfrentado a dificultades enormes en su toma de conciencia. A pesar de las dificultades que ya ha soportado y que habrá de soportar más todavía, pese a las luchas, a veces de gran amplitud, que va a seguir llevando a cabo contra esos ataques, ese sector de la clase obrera mundial se distingue por su debilidad política que hace de él una presa bastante fácil para las maniobras demagógicas de los políticos burgueses. Sólo será la experiencia y el ejemplo de los combates de los sectores más avanzados de la clase, en especial los de Europa occidental, contra las más sofisticadas trampas que le tiende la burguesía, lo que permitirá a los obreros de Europa del Este dar pasos decisivos en el proceso de toma de conciencia.
15) Asimismo, en el seno del conjunto de la clase obrera mundial, es importante establecer también una clara distinción, en cómo se han percibido los grandes cambios habidos desde 1989, entre las minorías de vanguardia y las grandes masas del proletariado. Así, del mismo modo que en éstas ha hecho mella plenamente la sucesión de unas campañas de la burguesía que las ha llevado a dar la espalda a toda perspectiva de derrocamiento del capitalismo, las mismas campañas y los mismos acontecimientos han provocado, al contrario, una nueva movilización y un nuevo interés por las posiciones revolucionarias en las minorías, muy pequeñas, que se han negado a dejarse arrastrar y ensordecer por los discursos sobre la “muerte del comunismo”. Es ésta una nueva ilustración de que contra el escepticismo, el desconcierto y la desesperanza que los diferentes aspectos de la descomposición hacen pesar en el conjunto de la sociedad, y en particular en la clase obrera, el único antídoto es afirmar la perspectiva comunista. Ese incremento reciente de la audiencia de las posiciones revolucionarias es también la confirmación de la naturaleza del curso histórico tal como se ha desarrollado desde finales de los años 60, un curso hacia los enfrentamientos de clase y no hacia la contrarrevolución, un curso que los acontecimientos de los últimos años, por muy nefastos que hayan sido en general para la conciencia del proletariado, no han logrado cambiar de sentido.
16) Y es precisamente porque el curso histórico no ha sido trastornado, y la burguesía no ha logrado con sus múltiples campañas y maniobras asestar una derrota decisiva al proletariado de los países avanzados y encuadrarlo tras sus banderas, por lo que el retroceso sufrido por éste, tanto en su conciencia como en su combatividad, será necesariamente superado. Ya la agravación considerable de la crisis capitalista, especialmente en los países más desarrollados, es un factor de primera importancia en la negación de todas las mentiras sobre el “triunfo” del capitalismo, incluso en ausencia de luchas abiertas. Asimismo, la acumulación del descontento provocado por la multiplicación y la intensificación de los ataques resultantes de esa agravación de la crisis, abrirá, al cabo, el camino a movimientos de gran amplitud que volverán a dar confianza a la clase obrera, le recordarán que ella es, ya desde ahora, una fuerza considerable en la sociedad y permitirán a una masa cada día mayor de obreros volver a encarar la perspectiva del derrocamiento del capitalismo. Por ahora, las luchas obreras están en uno de los niveles más bajos desde la última guerra mundial. Lo que sí hay que saber es que ya se están desplegando en profundidad las condiciones para el resurgir de las luchas, lo cual debe incitar a los revolucionarios a una vigilancia creciente para que no les sorprenda ese surgimiento y estén preparados para intervenir en él para hacer avanzar la perspectiva comunista.
CCI, 29/3/1992
Con grandiosos oropeles está celebrando la clase dominante el 500º aniversario del descubrimiento de las Américas por Cristóbal Colón. La Exposición universal de Sevilla es el punto céntrico de estas celebraciones tan mediáticas. Pero el espectáculo no se para ahí. La mayor flota de veleros que haya atravesado nunca el Atlántico se ha lanzado al océano siguiendo los rumbos del augusto descubridor; se están filmando o se han filmado varias películas que refieren la epopeya de Colón; libros, novelas históricas y estudios universitarios han sido publicados sobre el descubrimiento, sus consecuencias y su significado; en las pantallas del mundo entero se dedican espacios a ese hecho histórico y la prensa ha publicado artículos en cantidad. Raras veces un acontecimiento histórico, que todos los niños estudian en las escuelas, habrá concentrado tantos medios para su celebración. No es casualidad.
La llegada de las tres carabelas a las costas del Nuevo Mundo abrió las puertas de un período que los historiadores de la clase dominante van a adornar con todas las virtudes, calificando ese período histórico que se inicia a mediados del siglo XV, como período de los descubrimientos, época del Renacimiento, pues es el período que verá al capitalismo imponerse en Europa e iniciar su conquista del mundo. Lo que celebra la clase dominante no es sólo el 500º aniversario de un hecho histórico de gran alcance; es también, simbólicamente, el de medio milenio de dominación del capitalismo.
En el siglo xv, los vientos que hinchan las velas de las carabelas lanzándolas hacia nuevos horizontes son los del capitalismo mercantil en búsqueda de nuevos derroteros comerciales hacia la India y Asia para allí intercambiar especias y sederías, “más valiosas que el oro”. Tan cierto es eso que Colón, hasta su muerte en 1506 estará convencido de que las orillas a las que han arribado sus navíos son las de Asia, de la India, adonde estaba empeñado en llegar para abrir un nuevo derrotero occidental. El nuevo continente que había él descubierto sin saberlo no habría de llevar su nombre, sino el del navegante Amérigo Vespucci que sería uno de los primeros en establecer, en la relación de sus viajes publicada en 1507, que las tierras recién descubiertas eran un nuevo continente.
Hoy está comprobado que varios siglos antes, los vikingos ya habían arribado a las costas de América del Norte; es incluso probable que en otros momentos de la historia humana, esforzados navegantes hubieran ya llevado a cabo la travesía de la mar oceana de Este a Oeste. Pero esos “descubrimientos”, al no corresponder a las necesidades del desarrollo económico, quedaron en el mayor olvido. No ocurre lo mismo con la expedición colombina. El descubrimiento de América por Colón no es fruto de la casualidad, de una simple aventura extraordinaria de un puñado de hombres. Colón no es un aventurero aislado, sino que es un navegante entre otros muchos que se lanzan a surcar los océanos. Es el producto de las necesidades del capitalismo que se desarrolla en Europa, se integra en un movimiento de conjunto que empuja a los navegantes a la búsqueda de nuevas rutas comerciales.
Ese movimiento de conjunto tiene su origen en los cambios económicos, culturales y sociales que trastornan a Europa con la decadencia del feudalismo y el auge del capitalismo mercantil.
Desde el siglo xii, las actividades comerciales, de la banca y las finanzas han florecido en las repúblicas italianas, las cuales poseen el monopolio del comercio hacia Oriente. “Desde el siglo xv, los burgueses de las ciudades se habían hecho más indispensables para la sociedad que la nobleza feudal. (...) Se habían incrementado las necesidades de la nobleza misma, se habían transformado hasta el punto que, incluso para ella, las ciudades se habían vuelto indispensables; ¿no sacaba ella de las ciudades el único instrumento de su producción, su coraza y sus armas? Las telas, los muebles y las joyas indígenas, las sedas de Italia, los encajes de Brabante, las pieles del Norte, los perfumes de Arabia, las frutas de Levante, las especias de la India, todo lo compraba a los habitantes de las ciudades... Se había desarrollado un cierto comercio mundial; los italianos surcaban el Mediterráneo y, más allá, hacia las costas del Atlántico hasta Flandes; pese a la competencia holandesa e inglesa, los mercaderes de la Hansa dominaban todavía los mares del Norte y el Báltico. (...) Mientras que la nobleza se volvía cada día más superflua e impedía siempre más la evolución, los burgueses de las ciudades, en cambio, se estaban convirtiendo en la clase que personificaba el progreso de la producción y del comercio, de la cultura y de las instituciones políticas y sociales” ([1]).
El siglo xv está marcado por el impulso de los conocimientos, inicio del Renacimiento, caracterizado no sólo por el redescubrimiento de los textos de la Antigüedad, sino también por las maravillas de Oriente, como la pólvora que introducen en Europa los comerciantes, y los nuevos descubrimientos como la imprenta, los progresos en las técnicas metalúrgicas, o de los telares, que permitió el desarrollo de la economía. Uno de los sectores en el que habrá más cambios a causa del desarrollo de los conocimientos es el de la navegación, sector central para el comercio, al ser su principal vehículo, con la invención de nuevos tipos de embarcaciones, más sólidas, mayores, mejor adaptadas a la navegación oceánica de altura, y con el desarrollo de un mejor conocimiento de la geografía y de las técnicas de navegación. « Además, la navegación era una industria netamente burguesa, e imprimió su carácter antifeudal a todas las flotas moderna” ([2]).
Al mismo tiempo, se crearon y se reforzaron los grandes Estados feudales. Sin embargo, ese movimiento no se plasmó en un reforzamiento del feudalismo, sino en su regresión, crisis y decadencia. “Es evidente que (...) la realeza era un elemento de progreso. Representaba el orden en el desorden, la nación en formación frente a la disgregación en estados vasallos rivales. Todos los elementos revolucionarios que se estaban formando bajo la superficie del feudalismo estaban tan obligados a apoyarse en la realeza como ésta lo estaba a apoyarse en ellos” ([3]).
La expansión de la dominación otomana en Oriente medio y en el Este de Europa, concretada en la toma de Constantinopla en 1453 desemboca en la guerra con la república de Venecia a partir de 1463, cortando las rutas comerciales tan fructíferas con Asia a los mercaderes italianos que disfrutaban de un monopolio casi total de ellas. La necesidad económica de abrir nuevas rutas comerciales hacia los tesoros de las míticas Indias, Cathay (China) y Cipango (Japón) y la perspectiva de apropiarse de las fuentes de riqueza de Génova y Venecia va a ser el estimulante que va a animar a los reinos de Portugal primero y de España después a patrocinar y financiar expediciones marítimas.
Y es así como durante el siglo xv se fueron reuniendo en Europa las condiciones y los medios que habrían de permitir el desarrollo de la exploración marítima del mundo:
- desarrollo de una clase mercantil e industrial, la burguesía;
- desarrollo de los conocimientos y de las técnicas, que se concreta particularmente en la navegación;
- formación de los Estados que van a apoyar las expediciones marítimas;
- situación de bloqueo del comercio tradicional con Asia, lo cual va a animar la búsqueda de nuevos derroteros.
Desde principios del siglo xv, Enrique el Navegante, rey de Portugal, financia expediciones del litoral africano, estableciendo en el Norte las primeras plazas (Ceuta en 1415). Serán poco después, los archipiélagos atlánticos: Madeira en 1419, Azores en 1431, Cabo Verde en 1457. Más tarde, bajo el reinado de Juan II, los navegantes portugueses alcanzan la desembocadura del Congo en 1482 y el cabo de la Buena Esperanza es doblado por Bartolomé Días, abriendo así la ruta de las Indias y de las especias, que Vasco de Gama seguirá en 1498. La expedición de Colón es pues una más entre muchas otras. En un principio, Colón ofreció sus servicios a los portugueses para explorar una ruta occidental hacia las Indias, pero éstos que quizás habían avistado Terranova en 1474, se lo negaron pues preferían otro camino, el que doblaba África por el sur. Del mismo modo que Colón se benefició de la experiencia de los navegantes portugueses, su propia experiencia va a servirle a Juan Caboto, quien, al servicio de Inglaterra, llega al Labrador en 1496. Yáñez Pinzón y Diego de Lepe, por cuenta de Castilla, descubren en 1499 la desembocadura del Orinoco. El portugués Cabral, que intentaba contornear África, alcanza, en 1500, las costas del Brasil. En 1513, Balboa llegará al océano Pacífico. Y en 1519, Magallanes y Elcano soltarán amarras para el primer viaje de circunnavegación de la Tierra.
“Y esa necesidad de partir hacia lejanas aventuras, a pesar de las formas feudales o semifeudales en las que se realizó al principio, era, ya en sus propias raíces, incompatible con el feudalismo cuyas bases eran la agricultura, cuyas guerras de conquista tenían el objetivo esencial de apropiarse de tierras” ([4]).
No son pues los grandes descubrimientos los que traen consigo el desarrollo del capitalismo, sino, al revés, es el desarrollo del capitalismo en Europa lo que permite esos descubrimientos, ya sea en el plano geográfico, ya sea en el de las técnicas. Colón, como Gutenberg, es el producto del desarrollo histórico del capital. Sin embargo, esos descubrimientos serán un poderoso factor de aceleración del desarrollo del capitalismo y de la clase que lleva consigo, la burguesía.
“El descubrimiento de América, la circunnavegación de África ofrecieron a la burguesía naciente un nuevo campo de acción. Los mercados de las Indias orientales y de la China, la colonización de América, los intercambios con las colonias, el incremento de los medios de intercambio y de las mercancías en general, dieron al comercio, a la navegación y a la industria un ímpetu hasta entonces desconocido ; y por eso mismo, aceleraron el desarrollo de los factores revolucionarios en el seno de una sociedad feudal en descomposición” ([5]).
“No cabe la menor duda –y es cabalmente este hecho el que ha engendrado concepciones completamente falsas– de que en los siglos xvi y xvii las grandes revoluciones producidas en el comercio con los descubrimientos geográficos y que imprimieron un rápido impulso al desarrollo del capital comercial, constituyen un factor fundamental en la obra de estimular el tránsito del régimen feudal de producción al régimen capitalista. La súbita expansión del mercado mundial, la multiplicación de las mercancías circulantes, la rivalidad entre las naciones europeas, en su afán de apoderarse de los productos de Asia y los tesoros de América, el sistema colonial, contribuyeron esencialmente a derribar las barreras feudales que se alzaban ante la producción. Sin embargo, el moderno régimen de producción, en su primer período, el período de la manufactura, sólo se desarrolló allí donde se habían gestado ya las condiciones propicias dentro de la Edad Media. No hay más que comparar, por ejemplo, el caso de Holanda con el de Portugal. Y si en el siglo xvi y en parte todavía en el xvii la súbita expansión del comercio y la creación de un nuevo mercado mundial ejercieron una influencia predominante sobre el colapso del viejo régimen de producción y el auge del régimen capitalista, esto se produjo, por el contrario, a base del régimen capitalista de producción ya creado. El mercado mundial constituye de por sí la base de este régimen de producción. Por otra parte, la necesidad inmanente a él de producir en escala cada vez mayor contribuye a la expansión constante del mercado mundial, de tal modo que no es el comercio el que revoluciona la industria, sino a la inversa, ésta la que revoluciona el comercio” ([6]).
“La expansión del comercio, tras el descubrimiento de América y de la ruta marítima de las Indias orientales, dio un impulso prodigioso a la manufactura y, de una manera general, al movimiento de la producción. Los nuevos productos importados de aquellas regiones y, en especial, las masas de oro y de plata puestas en circulación, modificaron radicalmente la posición mutua de las clases y asestaron un duro golpe a la propiedad rústica feudal y a los trabajadores; las expediciones de aventureros, la colonización y, ante todo, la posibilidad para los mercados de extenderse cada día, hasta alcanzar la amplitud de mercado mundial abrieron una nueva fase de la evolución histórica” ([7]).
De hecho, en 1492, con el descubrimiento de América una página de la historia de la humanidad es, simbólicamente, pasada. Una nueva época se abre, la época en que el capitalismo incia su marcha triunfal hacia la dominación del mundo. “El comercio mundial y el mercado mundial inauguran en el siglo xvi la biografía moderna del capitalismo”. “La historia moderna del capital data de la creación del comercio y del mercado de dos mundos en el siglo xvi”. “Aunque los primeros indicios de la producción capitalista se presentan ya, esporádicamente, en algunas ciudades del Mediterráneo durante los siglos xiv y xv, la era capitalista sólo data del siglo xvi” ([8]). La apertura de esta era nueva, la de su dominación, la del inicio de la construcción del marcado mundial capitalista, eso es lo que la burguesía celebra con tanta fastuosidad. “La gran industria ha hecho surgir un mercado mundial que el descubrimiento de América preparó. El mercado mundial ha dado un impulso enorme al comercio, a la navegación, a las vías de comunicación. Y ese desarrollo, a su vez, ha dado un nuevo impulso a la industria. Conforme fueron tomando amplitud el comercio, la navegación, el ferrocarril, la burguesía se fue desarrollando, multiplicando sus capitales y arrinconando a todos las clases heredadas de la Edad Media” ([9]).
Antes de los descubrimientos del xv y del xvi, no se conoce, evidentemente, ni a los Incas ni a los Aztecas, pero apenas si se conocen un poco más las civilizaciones de la China, del Japón, sino es rodeadas de toda una mitología en la que predomina la fábula y no lo real. El descubrimiento de América es el final de un período de la historia marcado por el desarrollo multipolar de civilizaciones que se ignoran o apenas si se comunican mediante un comercio muy restringido. No sólo serán exploradas nuevas rutas marítimas, sino que se abren a los mercaderes europeos nuevas vías comerciales. El desarrollo del comercio acabará acarreando el final de civilizaciones milenarias que habían florecido fuera de Europa. “Como consecuencia del perfeccionamiento rápido de los instrumentos de producción y gracias a la mejora incesante de las comunicaciones, la burguesía precipita en la civilización incluso a las civilizaciones más bárbaras. Los bajos precios de sus mercancías es la artillería pesada con la que destruye todas las murallas de China y logra la capitulación de los xenófobos más impenitentes” ([10]). “Explotando el mercado mundial, la burguesía ha dado una forma cosmopolita a la producción y el consumo de todos los países. (...) Los productos industriales no sólo se consumen en el propio país, sino por todas partes en el mundo. Las necesidades antiguas, satisfechas por los productos indígenas, dejan el sitio a otras nuevas que exigen satisfacerse con productos de los países y los climas más lejanos. El antiguo aislamiento y la autarquía local y nacional dejan el sitio a un tráfico universal, una interdependencia universal de las naciones. Y lo que es cierto en cuanto a la producción material, lo es tanto respecto a las producciones del espíritu. Las obras espirituales de las diferentes naciones se transforman en bien común. Las limitaciones y los particularismos nacionales se vuelven cada día menos posibles y las numerosas literaturas nacionales y locales hacen surgir una literatura universal” ([11]). Ése es el papel revolucionario que la burguesía desempeñó: la unificación del mundo. Al celebrar como lo hace hoy el descubrimiento de las Américas por Colón, primer paso significativo de esta unificación por la creación del mercado mundial, está celebrándose a sí misma.
La burguesía se complace en honrar ese siglo xvi que fue el de su afirmación en Europa, anunciador de su predominio mundial, siglo del Renacimiento, de los grandes descubrimientos, del florecimiento de las Artes y de los conocimientos. La clase dominante se complace en reconocerse en aquellos hombres del Renacimiento, símbolos anunciadores del prodigioso auge de una técnica que se plasmará en un tumultuoso desarrollo de las fuerzas productivas que el capitalismo va a permitir. En ellos, la burguesía honra la búsqueda de universalidad, su propia característica que ella impondrá a un mundo que conformará a su imagen. Y es, sin duda, una de las mejores imágenes que la clase dominante pueda dar de sí misma. Una de las que mejor define el progreso que ella encarnó en su tiempo para la humanidad.
Pero toda medalla tiene su revés, y en el reverso de la hermosa aventura de Colón descubridor del Nuevo Mundo, está la colonización bestial, el despiadado sometimiento de los indios, la realidad del capitalismo como sistema de explotación y de opresión. Los tesoros procedentes de las colonias que llegan a la metrópoli para en ella funcionar como capital, son extraídos “con el trabajo forzado de los indígenas reducidos a la esclavitud, la concusión, el saqueo y el asesinato” ([12]).
El capitalismo no sólo creó los medios técnicos y acumuló los conocimientos que hicieron posible el viaje de Colón y el descubrimiento de América. También proporcionó el nuevo dios, la ideología que iba a empujar hacia adelante a los aventureros que se lanzaron a la conquista de los mares.
No es el gusto del descubrimiento lo que anima a Colón, sino el afán de lucro, el cual declara que el oro es lo mejor del mundo y que puede incluso llevar las almas al paraíso o cuando Cortés afirmaba que los españoles sufrían de una enfermedad del corazón que sólo el oro podía curar.
“Era el oro lo que buscaban los portugueses en las costas africanas, en las Indias, en todo Extremo Oriente ; fue el oro la palabra mágica que empujó a los españoles a atravesar el Atlántico ; oro era lo primero que requería el blanco en cuanto pisaba una orilla recién descubierta” ([13]).
“Según la Relación de Colón, el Consejo de Castilla resolvió tomar posesión de un territorio cuyos habitantes eran incapaces de defenderse. El piadoso objetivo de convertir ese territorio santificó la injusticia del proyecto. Pero la esperanza de sacar tesoros de él fue el verdadero motivo de la empresa. (...) Todas las demás empresas de los españoles en el Nuevo Mundo posteriores a la de Colón parecen haber tenido el mismo motivo. Era la sed sacrílega del oro (...)” ([14]).
La gran obra civilizadora del capitalismo tomó primero la forma de un genocidio. En nombre de esa sed sacrílega del oro, las poblaciones indígenas se vieron sometidas al saqueo, al trabajo forzado, a la esclavitud en las minas, diezmadas por las enfermedades importadas por los conquistadores, sífilis, tuberculosis y demás. Bartolomé de Las Casas estimaba que entre 1495 y 1503, más de tres millones de hombres habían desaparecido en las islas, aplastados en las guerras, hechos esclavos, agotados en las minas o en otras labores : “¿Quién entre las generaciones futuras se creerá lo que está ocurriendo? Yo mismo que escribo estas líneas, que lo he visto con mis propios ojos y que de todo ello soy sabedor, difícilmente puedo creer que semejante cosa haya sido posible”. En poco más de un siglo, la población india va a reducirse 90 % en México, cayendo de 25 millones a 1 y medio, y 95 % en Perú. El tráfico de esclavos, va a desarrollarse para compensar la falta de mano de obra resultante de la masacre. A todo lo largo del siglo xvi, cientos de miles de negros van a ser deportados para repoblar las Américas. Y en los siglos siguientes va a intensificarse el movimiento. A ello hay que añadir el envío de miles de europeos condenados a trabajos forzados en las minas y plantaciones de América. “El descubrimiento de de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos “idílicos” representan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de acumulación originaria” ([15]).
Los miles de toneladas de oro y plata que se vierten en Europa procedentes de las colonias americanas, que van a servir a financiar el gigantesco auge del capitalismo europeo están manchados de la sangre de millones de esclavos. Esta violencia característica de la empresa colonial capitalista no se reserva, sin embargo, a la conquista de las tierras lejanas, sino que caracteriza al capitalismo en todos los aspectos de su desarrollo, incluida su tierra de elección, Europa.
Los mismos métodos usados sin freno en la explotación brutal de los indígenas de las colonias de América, África o Asia son empleados en Europa para arrancar a los campesinos de la tierra, y transformarlos en esclavos asalariados que la industria manufacturera en pleno auge necesita. El período del Renacimiento, y los siguientes, que tanto le gusta a la burguesía presentar bajo la hermosa luz de la multiplicación de los descubrimientos y del florecer artístico, es, para millones de campesinos y de trabajadores, el del terror y de la miseria.
El desarrollo del capitalismo se caracteriza en Europa por el proceso de expropiación de las tierras; millones de campesinos van a verse tirados a los caminos. “La expropiación del productor inmediato se lleva a cabo con el más despiadado vandalismo y bajo el acicate de las pasiones más infames, más sucias, más mezquinas y más odiosas” ([16]). Marx, en el capítulo sobre la “Acumulación originaria” describe magistralmente ese proceso tan violento y cruel, de latrocinios descarados, atrocidades sin cuento y sufrimientos que acompañaron la brutal expropiación de los campesinos desde el siglo xv hasta el siglo xviii, ese proceso que “abrió paso a la agricultura capitalista, se incorporó el capital a la tierra y se crearon los contingentes de proletarios libres y privados de medios de vida que necesitaba la industria de las ciudades” ([17]), mediante “la enajenación fraudulenta de las tierras del dominio público de los terrenos comunales, la metamorfosis, llevada a cabo por la usurpación y el terrorismo más inhumano, de la propiedad feudal y del patrimonio del clan en la moderna propiedad privada” ([18]).
“Y así ocurre que un glotón ansioso e insaciable, verdadera peste de su comarca, puede juntar miles de acres de tierra y cercarlos con una empalizada o un vallado, o mortificar de tal modo, a fuerza de violencias e injusticias, a sus poseedores, que éstos se vean obligados a vendérselo todo de un modo u otro, doblen o quiebren, no tienen más remedio que abandonar el campo, ¡pobres almas cándidas y míseras!. Hombres, mujeres, maridos, esposas, huérfanos, viudas llorosas con sus niños de pecho en brazos, pues la agricultura reclama muchos. Allá van, digo, arrastrándose lejos de los lugares familiares y acostumbrados, sin encontrar reposo en parte alguna; la venta de todo su ajuar, aunque su valor no sea grande, algo habría dado en otras circunstancias; pero, lanzados de pronto al arroyo, ¿qué han de hacer sino malbaratarlo todo?. Y después que han vagado hasta comer el último céntimo, ¿qué remedio sino robar para luego ser colgados, ¡vive Dios!, con todas las de la ley, o echarse a pedir limosna? Mas también, en este caso van a dar con sus huesos en la cárcel, como vagabundos, por andar por esos mundos de Dios rondando sin trabajar; ellos, a quienes nadie da trabajo, por mucho que se esfuercen en buscarlo” ([19]).
“Los contingentes expulsados de sus tierras al disolverse las huestes feudales y ser expropiados a empellones y por la fuerza de lo que poseían, formaban un proletariado libre y privado de medios de existencia, que no podía ser absorbido por las manufacturas con la misma rapidez con que se le arrojaba al arroyo (...) Y así, una masa de ellos fueron convirtiéndose en mendigos, salteadores y vagabundos (...) de aquí que, a fines del siglo xv y durante todo el xvi, se dictasen en toda Europa occidental una serie de leyes persiguiendo a sangre y fuego el vagabundaje. De este modo, los padres de la clase obrera moderna empezaron viéndose castigados por algo de lo que ellos mismos eran víctimas, por verse reducidos a vagabundos y mendigos” ([20]). Castigados, ¡y de qué modo! En Inglaterra, bajo el reinado de Enrique VIII (1509-1547), “para los vagabundos jóvenes y fuertes, azotes y reclusión (...) En caso de reincidencia, deberá azotarse de nuevo al culpable y cortarle media oreja”. A la tercera vez se le ahorcará como criminal peligroso y enemigo del Estado. Bajo ese reinado, 72.000 pobres de solemnidad fueron ejecutados. Bajo su sucesor, Eduardo VII, en 1547, un estatuto ordena que todo individuo refractario al trabajo sea asignado como esclavo a la persona que lo haya denunciado. Si el esclavo desparece durante 15 días o más, se le marcará a fuego en la frente o en un carrillo con una S y será esclavo de por vida. Si vuelve a escaparse, será ahorcado. En el reinado “tan virginal como materno de Isabel”, los vagabundos eran atados en fila; sin embargo, apenas pasaba un año sin que muriesen en la horca 300 ó 400.
En Francia, “todavía en los primeros años del reinado de Luis XVI (Ordenanza del 13 de julio de 1777), disponía la ley que se mandase a galeras a todas las personas de dieciséis a sesenta años que, gozando de salud, careciesen de medios de vida y no ejerciesen ninguna profesión. Normas semejantes se contenían en el estatuto dado por Carlos V, en octubre de 1537, para los Países Bajos, en el primer edicto de los Estados y ciudades de Holanda (19 de marzo de 1624), en el bando de las provincias unidas (1649), etc.”.
“Véase, pues, cómo después de ser violentamente expropiados y expulsados de sus tierras y convertidos en vagabundos, se encajaba a los antiguos campesinos, mediante leyes grotescamente terroristas, a fuerza de palos, de marcas a fuego y de tormentos, en la disciplina que exigía el sistema de trabajo asalariado” ([21]).
“En todos los países desarrollados, nunca había sido tan elevada la cantidad de vagabundos como en la primera mitad del siglo xvi. Unos se alistaban durante los períodos de guerra, en los ejércitos; otros recorrían el país mendigando; otros, en fin, se esforzaban por ganar miserablemente sus vidas en las ciudades con trabajos por jornada y empleos no acaparados por los gremios” ([22]). Los campesinos expoliados de sus tierras, tirados a los caminos no sólo se van a ver reducidos a la mendicidad u obligados a someterse a la esclavitud asalariada. Van a ser también empleados en abundancia como carne de cañón. Cañones, arcabuces y escopetas muchísimo más destructores que las espadas, lanzas, arcos y ballestas de las guerras feudales anteriores, y que exigen una masa cada día mayor de soldados que sacrificar en aras del apetito sangriento del capitalismo naciente; los progresos científicos y tecnológicos del Renacimiento van a ser utilizados ampliamente en el perfeccionamiento de las armas y de su producción cada día más masiva. El siglo xvi es un siglo de guerras constantes: “las guerras y las devastaciones eran algo cotidiano en la época” ([23]). Guerras de conquista colonial, pero también, y sobre todo, guerras en Europa misma: guerras “italianas” del rey de Francia Francisco Iº; la de los Habsburgo contra los turcos que sitian Viena en 1529 y serán derrotados por la armada española en la batalla de Lepanto en 1571; guerra de independencia de los Países Bajos contra la dominación española a partir de 1568; guerra entre España e Inglaterra que acaba con la destrucción por la marina inglesa de la Armada “Invencible” española, la mayor flota de guerra reunida hasta entonces ; guerras múltiples entre príncipes alemanes ; guerras de religión, etc. Esas guerras son el producto de los trastornos que sacuden a Europa con el desarrollo del capitalismo.
“Incluso en lo que se ha dado en llamar las guerras de religión del siglo xvi, se trataba ante todo de evidentes intereses materiales de clase, y esas guerras eran luchas de clases tanto como los enfrentamientos internos que se producirían más tarde en Inglaterra y Francia” ([24]). El encarnizamiento con que los Estados nacionales, recién salidos de la Edad Media, los príncipes feudales y las nuevas camarillas burguesas van a enfrentarse tras los estandartes de las religiones, sabrán dejarlo de lado cuando se trate de reprimir con la mayor ferocidad las revueltas campesinas que la miseria provoca. Frente a la guerra de los campesinos en Alemania, “burgueses y príncipes, nobleza y clero, Lutero y el Papa se unirán contra “las cuadrillas campesinas, saqueadoras y asesinas” ([25]). “¡Hay que hacerlos trizas, estrangularlos, en secreto y públicamente, como se remata a los perros rabiosos!”, clamaba Lutero”. “Por eso, muy señores míos, ¡pasadlos a cuchillo, abatidlos, estranguladlos, liberad acá, salvad allá! Y si sucumbís en la lucha, nunca habríais de obtener muerte más santa!” ([26]).
El siglo xvi no es el de una libertad naciente como pretende hacer creer la burguesía. Es el de una nueva opresión que se instala sobre los escombros de un feudalismo en decadencia, es el de las persecuciones religiosas y el de la represión sangrienta de las revueltas plebeyas. No es casualidad si fue en el mismo año en que es descubierto el Nuevo Mundo, en 1492, cuando toma su auge en España la Inquisición. Miles de judíos y de musulmanes serán cristianizados a la fuerza u obligados al éxodo para huir de las persecuciones cuando no de la hoguera. Pero esto no es típico de una España todavía marcada por el espíritu medieval y de reconquista, exaltada por un cristianismo intransigente renovado por la conquista del reino moro de Granada; en toda Europa, las matanzas religiosas, los pogromos son corrientes, la persecución de las minorías religiosas o raciales algo permanente y la opresión de las masas, la regla. Al horror de la Inquisición le responde como un eco, la rabia de Lutero contra los campesinos insurgentes de Alemania: “Los campesinos tienen la cabeza llena de paja de avena; no oyen la palabra de Dios, son unos estúpidos; por eso hay que hacerles oír el látigo, el arcabuz y eso les está bien merecido. Roguemos por ellos para que obedezcan. Si no, ¡sus y a ellos, sin piedad!”. Así hablaba el padre de la Reforma, la nueva ideología tras la cual avanzaba la burguesía en su lucha contra el catolicismo feudal.
A ese precio, por esos medios, impone el capitalismo su ley que le permite, minando las bases del orden feudal, liberar las fuerzas productivas, producir unas riquezas como nunca las había soñado la humanidad. Pero si bien el siglo xvi es un período de enriquecimiento gigantesco para los burgueses comerciantes y sus Estados, no ocurre lo mismo para los obreros. “En el siglo xvi, la situación de los obreros, como ya se sabe, había empeorado notablemente. El salario nominal había subido, pero en absoluto en relación con la desvalorización del dinero y del alza correspondiente de las mercancías. En realidad había bajado” ([27]).
En España, los precios se multiplicaron por tres o cuatro entre 1500 y 1600; en Italia, el precio del trigo se multiplicó por 3,3 entre 1550 y 1599; entre el primero y el último cuarto del siglo xvi, los precios se multiplicaron por 2,6 en Inglaterra y 2,2 en Francia. La baja del salario real resultante es estimada en ¡50 %! La burguesía mercantil y los príncipes reinantes se había encargado de concretar la idea de Maquiavelo según la cual “En un gobierno bien organizado, el Estado debe ser rico y el ciudadano pobre” ([28]).
“Tanta molis erat (Cuántas penas ha costado) dar rienda suelta a las “leyes naturales y eternas” del régimen de producción capitalista, para consumar el proceso de divorcio entre los obreros y las condiciones de trabajo, para transformar en uno de los polos, los medios sociales de producción y de vida en capital, y en el polo contrario la masa del pueblo en obreros asalariados, en “pobres trabajadores” y libres, este producto artificial de la historia moderna. Si el dinero, según Augier, “nace con manchas naturales de sangre en un carrillo”, el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza” ([29]).
“Las diversas etapas de la acumulación originaria tienen su centro, por orden cronológico más o menos preciso, en España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra. Es aquí, donde a fines del siglo xvii se resumen y sintetizan sistemáticamente en el sistema colonial, el sistema de la deuda pública, el moderno sistema tributario y el sistema proteccionista. En parte, estos métodos se basan, como ocurre en el sistema colonial, en la más avasalladora de las fuerzas. Pero todos ellos se valen del poder del Estado, de la fuerza concentrada y organizada de la sociedad, para acelerar a pasos agigantados el proceso de transformación del régimen feudal de producción en el régimen capitalista y acortar los intervalos. La violencia es la comadrona de toda sociedad vieja que lleva en sus entrañas otra nueva. es, por sí misma, una potencia económica” ([30]).
Rosa Luxemburg, a propósito de las relaciones entre el capital y los modos de producción no capitalistas, relaciones que tienen “al mundo entero por escenario”, constata: “Los métodos empleados son la política colonial, el sistema de empréstitos internacionales, la política de esferas de intereses, la guerra. La violencia, la estafa, la opresión, el saqueo se despliegan abiertamente, sin careta, y es difícil reconocer las leyes rigurosas del proceso económico en la maraña de violencias y de brutalidades políticas. La teología liberal burguesa sólo tiene en consideración el aspecto único de la “competencia pacífica”, de las maravillas de la técnica y del intercambio puro de mercancías; separa el dominio económico del capital del otro aspecto, el de los golpes de fuerza considerados como incidentes más o menos fortuitos de la política exterior. En realidad, la violencia política es, también ella, el instrumento y el vehículo del proceso económico: la dualidad de los aspectos de la acumulación cubre un mismo fenómeno orgánico, surgido de las condiciones de la reproducción capitalista. La carrera histórica del capital sólo puede ser apreciada en función de esos dos aspectos. El capital no sólo nace “chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza”, sino durante toda su marcha a través del mundo; y así es como prepara, en medio de convulsiones cada vez más violentas, su propio hundimiento” ([31]).
Los humanistas burgueses de hoy, que celebran con fervor y entusiasmo el descubrimiento de América, quisieran hacer creer que la brutalidad misma de la colonización que siguió sólo sería un exceso del capitalismo naciente, marcado por su forma mercantil y enmarañado en las redes del feudalismo brutal de un país como España, una especie de pecado juvenil. Esa violencia no fue ni mucho menos la especialidad de españoles y portugueses. Lo que iniciaron los conquistadores, los holandeses, los franceses, los ingleses, y la joven democracia norteamericana que nace de la guerra de la independencia contra el colonialismo inglés a finales del xviii, van a continuarlo: la esclavitud durará hasta mediados del siglo xix, y hasta finales del siglo pasado la matanza de indios en Norteamérica. Y como hemos visto, esa violencia no queda reservada a los dominios coloniales, sino que fue general, marcando con su hierro indeleble toda la vida del capital. Se perpetuó más allá de la fase mercantil del capitalismo en el desarrollo brutal de la gran industria. Los métodos experimentados en las colonias van a servir para intensificar la explotación en las metrópolis. “A la par que se implantaba en Inglaterra la esclavitud infantil, la industria algodonera servía de acicate para convertir el régimen más o menos patriarcal de esclavitud de los Estados Unidos en un régimen comercial de explotación. En general, la esclavitud encubierta de los obreros asalariados en Europa exigía, como pedestal, la esclavitud sin frases en el Nuevo Mundo” ([32]).
No son evidentemente esas hazañas, aquellas matanzas despiadadas, aquella criminal rapacidad, lo que la burguesía quiere celebrar en este año del 500 aniversario del descubrimiento de América. Esa realidad brutal del capitalismo, esa huella de “lodo y sangre” que marca al capitalismo desde sus orígenes, prefiere que quede en los desvanes de la historia, que se borre para que sólo aparezca la imagen más presentable de los grandes progresos, de los descubrimientos geográficos, tecnológicos y científicos, de la explosión artística y de los hermosos sonetos del Renacimiento.
Hoy, la clase dominante, al celebrar el descubrimiento de América, está entonando un himno a su propia gloria, usa ese hecho histórico para su propaganda ideológica, para justificar su propia existencia. Pero ¡ha llovido mucho y mucho han cambiado las cosas desde del descubrimiento de América, desde la época del Renacimiento!
La burguesía ya no es una clase revolucionaria que esté postulando para sustituir a un feudalismo decadente. Ya impuso hace mucho tiempo su poder en todos los rincones del planeta. Lo que anunciaba el descubrimiento de América por Colón, la creación del mercado mundial capitalista, quedó terminado desde finales del siglo xix. La dinámica de la colonización inaugurada en el Nuevo Mundo se extendió a la Tierra entera, las civilizaciones precapitalistas de Asia se desmoronaron, como las precolombinas de las Américas, bajo los golpes de ariete del intercambio capitalista. Desde principios del siglo xx ya no existe mercado precapitalista que no esté controlado o metido en las redes de una u otra potencia capitalista. La dinámica de colonización que permitió, con el saqueo y la explotación brutal de los indígenas, el enriquecimiento de la Europa mercantil y abrió nuevas salidas mercantiles a la industria capitalista, permitiendo así su tumultuoso desarrollo, acabó chocando contra los límites mismos del planeta. “Desde el punto de vista geográfico, el mercado es limitado : el mercado interno está restringido con relación a un mercado interno y externo, el cual lo está con relación al mercado mundial, el cual, aunque susceptible de extensión, lo está también en el tiempo” ([33]). Confrontado a ese límite objetivo del mercado desde hace cerca de un siglo, el capitalismo no logra ya encontrar salidas solventes a la medida de sus capacidades de producción y se hunde en una crisis inexorable de sobreproducción. “La sobreproducción es una consecuencia particular de la ley de la producción general del capital: producir en proporción de las fuerzas productivas (o sea según la posibilidad de explotar, con una masa de capital determinado, al máximo de masa de trabajo) sin tener en cuenta los límites reales del mercado ni de las necesidades solventes...” ([34]).
“En determinado grado de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan contra las relaciones de producción existentes, o con las relaciones de propiedad en cuyo seno se habían movido hasta entonces y que no son otra cosa sino su expresión jurídica. Ayer aún formas de desarrollo de las fuerzas productivas, esas condiciones se convierten en pesadas trabas” ([35]). Esta realidad, que en su tiempo determinó el final del sistema feudal y el necesario desarrollo del capitalismo como factor progresivo de liberación de las fuerzas productivas, se impone hoy al sistema capitalista mismo. Ya ha dejado de ser fuente de progreso, se ha convertido en traba para el desarrollo de las fuerzas productivas, ha entrado a su vez, en decadencia.
Las consecuencias de este estado de hecho son dramáticas para el conjunto de la humanidad. En la época de Colón, en la época del Renacimiento, y después hasta la terminación de la construcción del mercado mundial, a pesar de la barbarie y de la extrema violencia que caracterizaron en permanencia su desarrollo, el capitalismo es sinónimo de progreso pues se identifica con el crecimiento de las fuerzas productivas, con la increíble explosión de descubrimientos que de ella resultaron. Hoy, todo eso se ha terminado, el capitalismo se ha convertido en traba, en freno al desarrollo de las fuerzas productivas. Ya no es portador de progreso, ya sólo puede presentar su rostro bárbaro y cruel.
El siglo xx muestra ampliamente esa siniestra realidad: conflictos imperialistas permanentes con dos guerras mundiales, represiones masivas, hambrunas como nunca antes las había conocido la humanidad, han provocado más muertos en 80 años que varios siglos de desarrollo brutal. La crisis permanente ha hundido a la humanidad en la penuria alimenticia. Por todas partes en el mundo, la población está sufriendo un proceso de pauperización acelerada, una degradación trágica de sus condiciones de vida.
Es característico el hecho de que, mientras que el siglo xix estuvo marcado por el desarrollo de la medicina, el reflujo de las grandes epidemias, el aumento de la esperanza de vida, el último cuarto de nuestro siglo está viviendo el retorno virulento de las grandes epidemias : cólera, paludismo, y el SIDA. El incremento del cáncer es el símbolo de la impotencia del capitalismo. Como las grandes epidemias de peste de la Edad Media que eran síntomas de la decadencia del feudalismo, de la crisis de ese sistema, aquellas epidemias expresan hoy, dramáticamente, la decadencia del capitalismo, su incapacidad para hacer frente a las calamidades que hunden a la humanidad en el sufrimiento. En cuanto a la esperanza de vida, su crecimiento se ha frenado, está ahora estancándose en los países desarrollados y está retrocediendo desde hace años en los subdesarrollados.
Los descubrimientos, las innovaciones que sería necesario movilizar para hacer frente a esos males están cada día más frenados por las contradicciones de un sistema en crisis, con créditos reducidos al máximo bajo los recortes de presupuestos de austeridad que se imponen por todas partes. Lo esencial del potencial inventivo se pone a disposición de la investigación militar, se sacrifica en aras de la carrera de armamentos, se dedica a la fabricación de armas de destrucción cada día más sofisticadas, cada día más criminales. Las fuerzas de la vida son desviadas en beneficio de las fuerzas de la muerte.
Esta realidad de un capitalismo vuelto decadente, convertido en freno al progreso, se ilustra en todos los planos de la vida social. Y eso, la clase dominante lo debe ocultar a toda costa. Durante siglos, la demostración espectacular y concreta que hacía la burguesía de los progresos, las invenciones, de las realizaciones maravillosas que era capaz de realizar el sistema, era la base de su dominación ideológica sobre la masa de los explotados que ella sometía a la férrea y brutal ley de la ganancia. Hoy ya no logra realizar tales hazañas. Por ejemplo, por sólo tomar uno significativo, la conquista de la Luna, presentada hace 20 años como la moderna repetición de la aventura colombina, se ha quedado en nada, y la conquista espacial, nueva frontera que iba a hacer soñar a las generaciones actuales haciéndoles creer en las posibilidades siempre nuevas de la expansión capitalista, se ha ido apagando bajo el peso de la crisis económica y de los fracasos tecnológicos. Ahora aparece como utopía imposible. Las esperanzas de viajes hacia otros planetas y lejanos sistemas astrales, aquel gran proyecto, ha quedado reducido al rutinario y trabajoso uso mercantil y sobre todo militar, de la alta atmósfera terrestre. Aquel salto de la humanidad fuera de su terrestre jardín, el capitalismo es incapaz de realizarlo, pues, en el cercano espacio que nos rodea no hay ningún mercado que conquistar ni indígena alguno que reducir a la esclavitud. Ya no quedan Américas ni Colones.
El Nuevo Mundo se ha hecho viejísimo. Argentina, por ejemplo, tierra de emigración para los pobres del mundo mediterráneo, hogar libre para los perseguidos, está gangrenada por la hiperinflación, la deuda externa y el desempleo crónico, la miseria y la corrupción. América del Norte, que durante los últimos siglos fue para los oprimidos del mundo entero el mundo nuevo, la meta de quienes huían de la miseria y de las persecuciones, en donde todo parecía posible, aunque en gran parte fueran espejismos, se ha convertido ahora en símbolo de la putrefacta descomposición del mundo capitalista, de sus aberrantes contradicciones. América, América, símbolo por excelencia del capitalismo, es hoy un anhelo roto, un sueño que ha dejado paso a la pesadilla más espantosa.
La burguesía no tiene ya, en ninguna parte del mundo, la más mínima realización que presentar para justificar su dominación infame. Sólo puede, para justificar su barbarie actual, invocar ritualmente el pasado. Ése es el sentido de todo el ruido en torno al viaje de Colón de hace cinco siglos. Para dar lustre a su oxidado blasón, a la clase dominante no le queda por ofrecer sino el recuerdo de sus pasadas glorias, y, como ese pasado tampoco es tan magnífico, se dedica a embellecerlo y adornarlo con todas las virtudes. Cual anciano senil y chocho, la clase dominante vuelve la cara hacia sus recuerdos para olvidarse ella misma, y hacer olvidar que el presente la aterra, pues ya no tiene porvenir.
JJ, 1/6/1992
[1] Engels, “La decadencia del feudalismo y el auge de la burguesía”, en Las guerras campesinas.
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
[4] Ibíd.
[5] Marx-Engels, El Manifiesto comunista.
[6] Marx, El Capital, Tomo III, pág. 321, FCE, México.
[7] Marx-Engels, La ideología alemana.
[8] Marx, El Capital, Tomo I, “La llamada acumulación originaria”, FCE, México.
[9] Marx-Engels, El Manifiesto comunista.
[10] Ibíd.
[11] Ibíd.
[12] Marx, El Capital, Tomo I, “La llamada acumulación originaria”, FCE, México.
[13] Engels, La decadencia del feudalismo y el auge de la burguesía.
[14] Adam Smith, citado por Engels, ibidem.
[15] Marx, El Capital, Tomo I, “La llamada acumulación originaria”, FCE, México.
[16] Ibíd.
[17] Ibíd.
[18] Ibíd.
[19] Tomás Moro, Utopía (1516), citado por Marx en El Capital, Tomo I, “La llamada acumulación originaria”, FCE, México.
[20] Marx, El Capital, ibídem.
[21] Ibíd.
[22] Engels, La guerras campesinas, I.
[23] Ibíd., VII.
[24] Ibíd., II.
[25] Título de un panfleto de Lutero publicado en 1525 en plenas guerras campesinas, nota de Engels, ibíd.
[26] Engels, La guerras campesinas, I.
[27] Marx, El Capital, Tomo I, “La llamada acumulación originaria”, FCE, México.
[28] Maquiavelo, El Príncipe, 1514.
[29] Marx, El Capital, Tomo I, “La llamada acumulación originaria”, FCE, México.
[30] Ibíd.
[31] Rosa Luxemburg, La acumulación del capital.
[32] Marx, El Capital, Tomo I, “La llamada acumulación originaria”, FCE, México.
[33] Marx, Materiales para la economía, “Límites del mercado y crecimiento del consumo”.
[34] Ibid.
[35] Marx, Prólogo a la crítica de la economía política.
«Esbozados a grandes rasgos, los modos de producción Asiático, antiguo, feudal y burgués moderno, pueden ser designados como otras tantas épocas progresivas de la formación social económica» (Prefacio a la Contribución a la Crítica de la Economía política, ver referencia en Revista internacional nº 134)
Este breve pasaje, que abarca virtualmente toda la historia escrita, podría dar lugar a varios libros que trataran de interpretarlo. Pero nuestra intención es fijarnos en dos aspectos: la cuestión general del progreso histórico y las características de la ascendencia y la decadencia en las formaciones sociales anteriores al capitalismo.
Hemos señalado que uno de los efectos de las catástrofes del siglo XX ha sido un escepticismo general sobre la idea del progreso, una noción que parecía mucho más evidente en el siglo XIX. Esto ha llevado a algunos pensadores "radicales" a concluir que la visión marxista del progreso histórico es justamente una de esas ideologías del siglo XIX que sirve de apología de la explotación capitalista. Aunque habitualmente se presenten como nuevas, esas críticas sacan a menudo a relucir los tan gastados argumentos de Bakunin y los anarquistas, que proclamaban que la revolución era posible en cualquier momento histórico y acusaban a los marxistas de ser vulgares reformistas por argumentar que la época de la revolución aún no había amanecido, lo cual requería que la clase obrera se organizara a largo plazo para la defensa de sus condiciones de vida dentro del orden social existente. Los antiprogresistas suelen empezar como críticos "marxistas" de la noción de que el capitalismo es hoy decadente, insistiendo en que muy poco ha cambiado en la vida del capital desde los días en que Marx escribía sobre él -excepto quizás en el terreno puramente cuantitativo; economía más desarrollada, crisis más profundas, guerras más amplias. Pero los más consecuentes se deshacen rápidamente de una vez de toda la carga del materialismo histórico, insistiendo en que el comunismo podría haberse producido en cualquier época anterior de la historia. Realmente los más consecuentes de todos son los primitivistas, que argumentan que no ha habido en absoluto ningún progreso en la historia con la emergencia de la civilización, o más precisamente desde el descubrimiento de la agricultura que la hizo posible: esa evolución la ven como un terrible cambio de orientación equivocado, dado que la época más feliz de la vida humana sería, según ellos, el estadio de cazadores-recolectores nómadas. Esas corrientes sólo pueden lógicamente anhelar el colapso final de la civilización y el sacrificio de la humanidad, para que los pocos supervivientes puedan volver a la práctica de la caza y la recolección.
Marx fue muy firme sobre la idea de que sólo el capitalismo había allanado el camino para la superación de los antagonismos sociales y la creación de una sociedad que permitiera a la humanidad desarrollarse plenamente. Como plantea en el Prefacio: «Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso de producción social, no en el sentido de un antagonismo individual, sino en el de un antagonismo que nace de las condiciones sociales de existencia de los individuos; las fuerzas productoras que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa crean al mismo tiempo las condiciones materiales para resolver este antagonismo» (op. cit., pag. 44).
El capitalismo ha creado por primera vez las condiciones para una sociedad comunista mundial: unificando todo el globo en torno a su sistema de producción; revolucionando los instrumentos de producción hasta el punto que finalmente es posible una sociedad de abundancia; y haciendo surgir una clase cuya emancipación sólo puede hacerse mediante la emancipación del conjunto de la humanidad -el proletariado, la primera clase explotada de la historia que lleva en sí las semillas de una nueva sociedad. Para Marx era inconcebible que el género humano pudiera haber saltado esa etapa en la historia y haber instaurado una sociedad comunista duradera y global en la época del despotismo, el esclavismo o la servidumbre.
Pero el capitalismo no surgió de la nada: la sucesión de modos de producción anteriores al capitalismo había allanado a su vez el camino de éste, y en ese sentido, el desarrollo global de esos sistemas sociales antagónicos, es decir, divididos en clases, ha representado un movimiento progresivo en la historia humana, que ha desembocado, al final, en la posibilidad material de una comunidad mundial sin clases. No tendría sentido, pues, reivindicarse de la herencia de Marx y simultáneamente rechazar la noción de progreso como burguesa.
Sin embargo existe ciertamente una versión burguesa del progreso, y opuesta a ella, una marxista.
Para empezar, mientras que la burguesía tendió a ver que toda la historia llevaba inexorablemente al triunfo del capitalismo democrático en una marcha lineal ascendente, en la que todas las sociedades anteriores fueron en todos los aspectos inferiores al orden actual de las cosas, el marxismo afirmó el carácter dialéctico del movimiento histórico. De hecho la noción misma de ascendencia y declive de los modos de producción, significa que puede haber tanto regresiones como avances en el proceso histórico. En el Anti-Dühring, cuando habla de Fourier y su anticipación del materialismo histórico, Engels presta atención al vínculo entre la visión dialéctica de la historia y la noción de ascendencia y declive: «Pero lo más grande de Fourier es su concepción de la historia de la sociedad (...) Como se aprecia, Fourier maneja la dialéctica con la misma maestría que su contemporáneo Hegel. Con la misma dialéctica subraya contra la cháchara sobre la ilimitada capacidad de perfeccionamiento del hombre, que toda fase histórica tiene, junto con su rama ascendente, también una rama descendente, y aplica esta concepción también al futuro de toda la humanidad» (Obras de Marx y Engels -OME 35-, La subversión de la ciencia por el señor Eugen Dühring, Editorial crítica, Barcelona 1977, pags. 270-71)
Lo que Engels dice aquí es que no hay nada automático en el proceso de la evolución histórica. Como en el proceso de la evolución natural, el "perfeccionamiento humano" no está programado de antemano. Como veremos, puede haber de hecho vías muertas sociales, análogas a la extinción de los dinosaurios -sociedades que no sólo declinan, sino que desaparecen completamente, sin que su evolución origine nada nuevo.
Es más, incluso cuando hay progreso, éste tiene generalmente un carácter muy contradictorio. La destrucción de la producción artesana, en la que el productor obtiene satisfacción, tanto del proceso de producción como de su producto final, y su substitución por el sistema fabril, con sus rutinas implacablemente tediosas, es un ejemplo de esto. Pero Engels lo explica más contundentemente cuando describe la transición del comunismo primitivo a la sociedad de clases. En Los orígenes de la familia, la propiedad privada y el Estado, tras mostrar tanto las inmensas potencialidades como las limitaciones inherentes a la vida tribal, Engels llega a las siguientes conclusiones acerca de cómo deberíamos contemplar el advenimiento de la civilización:
«El poderío de esas comunidades primitivas tenía que quebrantarse, y se quebrantó. Pero se deshizo por influencias que desde un principio se nos aparecen como una degradación, como una caída desde la sencilla altura moral de la antigua sociedad de las gens. Los intereses más viles -la baja codicia, la brutal avidez por los goces, la sórdida avaricia, el robo egoísta de la propiedad común- inauguran la nueva sociedad civilizada, la sociedad de clases; los medios más vergonzosos -el robo, la violencia, la perfidia, la traición-, minan la antigua sociedad de las gens, sociedad sin clases, y la conducen a su perdición. Y la misma nueva sociedad, a través de los dos mil quinientos años de su existencia, no ha sido nunca más que el desarrollo de una ínfima minoría a expensas de una inmensa mayoría de explotados y oprimidos; y eso es hoy más que nunca» (En C. Marx y F. Engels, Obras escogidas T. III, Editorial Progreso, 1978, pag. 283)
Esta visión dialéctica también se refiere a la futura sociedad comunista, que en el hermoso pasaje de Marx, de los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844 se describe como un «retorno del hombre para sí en cuanto hombre social, es decir, humano; retorno pleno, consciente y efectuado dentro de toda la riqueza de la evolución humana hasta el presente» (Alianza editorial, Madrid 1972, pag. 143). De igual forma, el comunismo del futuro se ve como un renacimiento, a un nivel más alto, del comunismo del pasado. Así Engels concluye su libro sobre los orígenes del Estado con una elocuente frase tomada del antropólogo Lewis Morgan, anticipando un comunismo que «Será un renacimiento de la libertad, la igualdad y la fraternidad de las antiguas gens, pero bajo una forma superior» (Op. cit. Pag. 352).
Pero con todas esas condiciones, es evidente desde el Prefacio, que la noción de progreso, de "épocas progresivas", es fundamental para el pensamiento marxista. Según la grandiosa visión del marxismo, empezando (¡por lo menos!) por el surgimiento del género humano, y siguiendo por la aparición de la sociedad de clases, el desarrollo del capitalismo, y el gran salto al reino de la libertad que nos espera en el futuro, «el mundo no puede concebirse como un conjunto de objetos terminados, sino como un conjunto de procesos en el que las cosas que parecen estables, al igual que sus reflejos mentales en nuestras cabezas, los conceptos, pasan por una serie ininterrumpida de cambios, por un proceso de génesis y caducidad, a través de los cuales, pese a todo su aparente carácter fortuito y a todos los procesos momentáneos, se acaba imponiendo siempre una trayectoria progresiva» (Engels, "Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana", en C. Marx y F. Engels op. cit., págs. 381-2). Visto desde esta distancia, tal y como han sido las cosas, es evidente que hay un proceso real de desarrollo: en el terreno de la capacidad del ser humano para transformar la naturaleza por medio del desarrollo de herramientas más sofisticadas; en la comprensión subjetiva de sí mismo y del mundo a su alrededor; y por tanto en su capacidad para liberar sus potencialidades latentes y vivir una vida conforme a sus más profundas necesidades.
Cuando Marx da un "esbozo a grandes rasgos" de los principales modos de producción que se han sucedido en la historia, no pretende en absoluto ser exhaustivo. Para empezar, sólo menciona las formas sociales "antagónicas", es decir, las principales formas de la sociedad de clases, y no menciona las diferentes formas de sociedad no explotadora que las precedieron. Además, en tiempos de Marx, el estudio de las formas sociales precapitalistas estaba todavía en sus albores, de modo que, simplemente, no era posible tener una lista completa de todas las sociedades existentes hasta entonces. En realidad, incluso para el estado actual de los conocimientos históricos esa tarea es muy difícil de completar. En el largo periodo entre la disolución de las relaciones sociales comunistas primitivas, que tuvieron su expresión más clara entre los cazadores nómadas del paleolítico, y las sociedades de clase plenamente formadas, que constituyeron las civilizaciones históricas, hubo numerosas formas intermedias y de transición, y también formas que simplemente terminaron en una vía muerta histórica; y nuestro conocimiento de ellas es muy limitado[1].
Que en el Prefacio no se incluyeran las sociedades comunistas primitivas y las sociedades preclasistas no significa en absoluto que Marx no considerara importante estudiarlas; al contrario. Los fundadores del método materialista histórico reconocieron desde el principio que la historia humana no empieza con la propiedad privada, sino con la propiedad comunal: «La primera forma de la propiedad es la propiedad de la tribu. Esta forma de propiedad corresponde a la fase incipiente de la producción en que un pueblo se nutre de la caza y la pesca, de la ganadería o, a lo sumo, de la agricultura. En este último caso, la propiedad tribal presupone la existencia de una gran masa de tierras sin cultivar. En esta fase, la división del trabajo se halla todavía muy poco desarrollada y no es más que la extensión de la división natural del trabajo existente en el seno de la familia» (Marx y Engels, La ideología alemana, 1847, Barcelona, Ed. Grijalbo 1970, pag 21)
Cuando la investigación posterior confirmó esas apreciaciones -particularmente el trabajo de Lewis Henry Morgan sobre las tribus de Norteamérica- Marx se mostró extremadamente entusiasmado y dedicó mucho tiempo en sus últimos años a profundizar el problema de las relaciones sociales primitivas, específicamente sobre la cuestión que le planteaba el movimiento revolucionario en Rusia (ver el capítulo, "Comunismo del pasado y del futuro" en nuestro libro: El comunismo no es un bello ideal sino una necesidad material). Para Marx, Engels, y también para Rosa Luxemburgo, que escribió extensamente sobre esto en su Introducción a la Economía Política (1907), el descubrimiento de que las formas originarias de las relaciones humanas estaban basadas, no en el egoísmo y la competencia, sino en la solidaridad y la cooperación, y de que siglos, e incluso milenios después del advenimiento de la sociedad de clases siguiera existiendo un apego profundo y persistente hacia las formas sociales comunales, particularmente entre las clases oprimidas y explotadas, era para ellos una contundente confirmación de la visión comunista y un arma poderosa contra los engaños de la burguesía, para quien el ansia de poder y la propiedad son inherentes a la naturaleza humana.
En El origen de la familia, la propiedad Privada y el Estado, de Engels, en las Notas Etnográficas de Marx, y en la Introducción a la Economía Política de Luxemburgo, hay un profundo respeto por el valor, la moralidad y la creatividad artística de los pueblos "salvajes" y "bárbaros". Pero no hay ninguna idealización de esas sociedades. El comunismo que se practicaba en las primeras formas de sociedad humana no fue engendrado por la idea de la igualdad, sino por la necesidad. Era la única forma posible de organización social en condiciones en las que las fuerzas productivas del hombre aún no podían generar un excedente suficiente para mantener una élite privilegiada, una clase dominante.
Las relaciones comunistas primitivas surgieron con toda probabilidad con el desarrollo del género humano, una especie cuya capacidad para transformar su entorno en función de la satisfacción de sus necesidades materiales la distinguía de otras del reino animal; y permitieron a los seres humanos llegar a ser la especie dominante del planeta. Pero si se puede generalizar partiendo de lo que sabemos de las formas más arcaicas de comunismo primitivo, encontradas en los aborígenes de Australia, donde la forma de apropiación del producto social es completamente colectiva[2], también frenan el desarrollo de la productividad individual, con el resultado de que las fuerzas productivas permanecieron prácticamente estancadas durante milenios. En cualquier caso, los cambios en las condiciones materiales y medioambientales, como el crecimiento de la población, en algún momento hicieron insostenible el colectivismo extremo de las primeras formas de sociedad humana, que se convirtió en un obstáculo al desarrollo de técnicas de producción (como el pastoreo y la agricultura) que pudieran alimentar a una población más numerosa, o a la población que ahora vivía en unas condiciones sociales y medioambientales modificadas[3].
Como señala Marx, «La historia de la decadencia de las comunidades primitivas (sería erróneo colocarlas todas en un mismo plano; al igual que en las formaciones geológicas, en las históricas existe toda una serie de tipos primarios, secundarios, terciarios, etc.) está todavía por escribirse. Hasta ahora no hemos tenido más que unos pobres esbozos... (pero) las causas de su decadencia se desprenden de datos económicos que les impedían superar cierto grado de desarrollo» ("Primer esbozo de carta a Vera Zasulich", 1881). La superación del comunismo primitivo y el surgimiento de las divisiones de clases no escapa a las normas generales planteadas en el Prefacio: las relaciones que los seres humanos establecieron para satisfacer sus necesidades se vuelven cada vez más incapaces de cumplir su función original, y por tanto entran en una crisis básica cuyo resultado es que, o bien las comunidades que mantienen esas relaciones desaparecen completamente, o, si no, substituyen las viejas relaciones por otras nuevas más capaces de desarrollar la productividad del trabajo humano. Ya hemos visto que Engels insistía en que, en un determinado momento histórico, «El poderío de esas comunidades primitivas tenía que quebrantarse, y se quebrantó». ¿Por qué? Porque «La tribu era la frontera del hombre, lo mismo contra los extraños que para sí mismo: la tribu, la gens, y sus instituciones eran sagradas e inviolables, constituían un poder superior dado por la naturaleza, al cual cada individuo quedaba sometido sin reserva en sus sentimientos, ideas y actos. Por más imponentes que nos parezcan los hombres de esa época, apenas si se diferenciaban unos de otros; estaban aún sujetos, como dice Marx, al cordón umbilical de la comunidad primitiva» (El Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, op. cit, pág. 282-83)
Considerando los descubrimientos de la antropología, se podría contestar sin problema la afirmación de Engels sobre la falta total de individualidad en las sociedades tribales. Pero la visión que subyace en este pasaje sigue siendo plenamente válida: que en muchos de los momentos clave y de las regiones clave, los viejos métodos y relaciones comunales se convirtieron en una traba al desarrollo, y con todo lo contradictorio que pueda parecer, el surgimiento gradual de la propiedad privada, de la explotación de clase y de una nueva fase en la autoalienación de los seres humanos, se convirtieron en "factores de desarrollo".
El término "modo asiático de producción" es controvertido. Desgraciadamente Engels omite incluir este concepto en su trabajo primordial sobre el surgimiento de la sociedad de clases, El Origen de la familia..., aunque la obra de Marx ya contenía numerosas referencias a él. Después, el error de Engels fue agravado por los estalinistas, que prácticamente excomulgaron totalmente el concepto, introduciendo una visión de la historia extremadamente mecánica y lineal, que en todas partes recorría las fases de comunismo primitivo, esclavismo, feudalismo y comunismo. Este esquema tenía diferentes ventajas para la burocracia estalinista: por una parte, mucho después de que la revolución burguesa estuviera al orden del día de la historia, le permitía percibir el surgimiento de una burguesía progresista en países como India o China tras haberlos bautizado como "feudales"; y por otra parte, le permitía evitar embarazosas críticas sobre su propia forma de despotismo estatal, puesto que en el concepto de "despotismo asiático", es el Estado y no una clase de propietarios individuales, quien asegura directamente la explotación de la fuerza de trabajo: los paralelismos con el capitalismo de Estado estalinista son evidentes.
Sin embargo, investigadores serios argumentan, como Perry Anderson en un apéndice a su libro Lineages of the Absolutist State (1979), que la caracterización hecha por Marx de la India y otras sociedades contemporáneas como formas de un "modo asiático" definido de producción estaba basada en una falsa información y que, de todas formas, el concepto se ha hecho tan general, que carece de un significado preciso.
No hay duda de que el epíteto "asiático" es bastante confuso. Más o menos, todas las sociedades de clases originarias tomaron la forma analizada por Marx con ese nombre, ya fuera la sociedad sumeria, Egipto, India, China, o en regiones más remotas, como América Central y Sudamérica, África y el Pacífico. Está fundada en la comunidad rural heredada de la época anterior a la emergencia del Estado. El poder estatal, a menudo personificado por una casta sacerdotal, se basaba en el sobreproducto extraído de las comunidades rurales en forma de tributo, o, en el caso de la construcción de grandes proyectos (irrigación, templos, etc.), de jornadas de trabajo obligatorias ("corvee"[4]). Puede existir el esclavismo, pero no es la forma dominante de trabajo. Se podría argumentar que, si estas sociedades mostraban muchas diferencias significativas, tienen en común lo que es más crucial desde el punto de vista de la clasificación de los diferentes modos de producción con relaciones "antagónicas": las relaciones sociales a través de las que se extrae el plustrabajo de la clase explotada.
Cuando se examina el fenómeno de la decadencia en estas formas sociales hay, igual que en las sociedades "primitivas", ciertas características específicas para las que estas sociedades parecen mostrar una extraordinaria estabilidad, lo que se puede comprobar en que muy raramente (si es que ocurrió alguna vez) "evolucionaron" hacia un nuevo modo de producción sin ser derrotadas desde fuera. Sería sin embargo un error considerar que la sociedad asiática no tiene su propia historia. Hay una enorme diferencia entre las primeras formas despóticas que emergieron en Hawai o Sudamérica, que están más cerca de sus raíces tribales originarias, y los gigantescos imperios que se desarrollaron en India o China, que dieron lugar a formas culturales extremadamente sofisticadas.
Sin embargo subsisten unas características de base -la centralidad de la comunidad rural- que dan la clave de la naturaleza "invariable" de estas sociedades.
«Esas antiquísimas y pequeñas entidades comunitarias indias, por ejemplo, que en parte todavía perduran, se fundan en la posesión comunal del suelo, en la asociación directa entre la agricultura y el artesanado y en una división fija del trabajo, que sirve de plan y de esquema predeterminados cuando se establecen nuevas entidades comunitarias. Constituyen conjuntos de producción autosuficientes, con una superficie productiva que oscila entre cien acres y algunos miles. La masa principal de los productos se produce con destino al autoconsumo directo de la comunidad, no como mercancía y por tanto la producción misma es independiente de la división del trabajo establecida en el conjunto de la sociedad india, división que está mediada por el intercambio de mercancías. Sólo el excedente de los productos se transforma en mercancía, e incluso en el caso de una parte del mismo esa transformación no ocurre sino cuando llega a manos del Estado, al que desde tiempos inmemoriales afluye, bajo la forma de renta en especies, determinada cantidad de tales productos... El sencillo organismo productivo de estas entidades comunitarias autosuficientes que se reproducen siempre en la misma forma y que cuando son ocasionalmente destruidas se reconstruyen en el mismo lugar, con el mismo nombre, proporciona la clave que explica el misterio de la inmutabilidad de las sociedades asiáticas, tan sorprendentemente contrastada por la constante disolución y formación de estados asiáticos y el cambio incesante de las dinastías. Las tempestades en la región política de las nubes dejan indemne la estructura de los elementos fundamentales económicos de la sociedad» (Karl Marx, El Capital, Libro Iº, volumen 2, cap XII, pag 434-36, Ed. Siglo XXI, Madrid 1975)
En este modo de producción, las barreras al desarrollo de la producción de mercancías eran mucho más fuertes que en el imperio romano o el feudalismo, y esa es seguramente la razón por la que, en las regiones donde dominaba, el capitalismo aparece, no como fruto del viejo sistema, sino como invasor extranjero. Hay que destacar también que la única sociedad "oriental" que hasta cierto punto desarrolló su propio capitalismo independiente fue Japón, donde ya se había asentado un sistema feudal.
Así, en esta forma social, el conflicto entre las relaciones de producción y la evolución de las fuerzas productivas aparece como estancamiento más que como decadencia, puesto que, mientras las dinastías se suceden, consumiéndose en incesantes conflictos internos y aplastando la sociedad bajo el peso de enormes proyectos de Estado "faraónicos", la estructura social fundamental permanece inmutable; y si no emergieron nuevas relaciones de producción, entonces, estrictamente hablando, los periodos de decadencia de este modo de producción no constituyen realmente épocas de revolución social. Esto es bastante consistente con el método global de Marx, que no propone una vía de evolución unilateral o predeterminada para todas las formas de sociedad, sino que contempla la posibilidad de que algunas sociedades lleguen a un punto muerto a partir el cual no es posible ninguna evolución ulterior. También deberíamos recordar que algunas de las expresiones más aisladas de ese modo de producción se colapsaron completamente, a menudo debido a que alcanzaron los límites de crecimiento en un medio ambiente ecológico particular. Este parece haber sido el caso de la cultura Maya, que destruyó su propia base agrícola por una excesiva deforestación. En este caso hubo incluso una deliberada "regresión" impulsada por una gran parte de la población, que abandonó las ciudades y volvió a la caza y la recolección, aunque se preservaran asiduamente los viejos calendarios y tradiciones mayas. Otras culturas, como la de la isla de Pascua, parece que desaparecieron completamente, muy probablemente debido a conflictos de clase irresolubles, la violencia y el hambre.
Marx y Engels nunca negaron que su conocimiento de las formaciones sociales primitiva y asiática era muy limitado, debido al estado de los conocimientos contemporáneos. Se sentían con más confianza cuando escribían sobre la sociedad "antigua" (es decir, las sociedades esclavistas de Grecia y Roma) y el feudalismo europeo. Ciertamente el estudio de esas sociedades desempeñó un papel significativo en la elaboración de su teoría de la historia, puesto que suministraron ejemplos muy claros del proceso dinámico por el que un modo de producción sucedía a otro. Esto es evidente en los primeros escritos de Marx (La ideología alemana) donde ubica el surgimiento del feudalismo en las condiciones en las que desembocó la decadencia de Roma.
«La tercera forma es la de la propiedad feudal o por estamentos. Así como la Antigüedad partía de la ciudad y de su pequeña demarcación, la Edad Media tenía como punto de partida el campo. Este punto de arranque distinto hallábase condicionado por la población con que se encontró la Edad Media: una población escasa, diseminada en grandes áreas y a la que los conquistadores no aportaron gran incremento. De aquí que, al contrario de lo que había ocurrido en Grecia y en Roma, el desarrollo feudal se iniciara en un terreno mucho más extenso, preparado por las conquistas romanas y por la difusión de la agricultura, al comienzo relacionado con ellas. Los últimos siglos del Imperio Romano decadente y la conquista por los propios bárbaros destruyeron una gran cantidad de fuerzas productivas; la agricultura veíase postrada, la industria languideció por la falta de mercados, el comercio cayó en el sopor o se vio violentamente interrumpido y la población rural y urbana decreció. Estos factores preexistentes y el modo de organización de la conquista por ellos condicionado hicieron que se desarrollara, bajo la influencia de la estructura del ejército germánico, la propiedad feudal. También ésta se basa, como la propiedad de la tribu y la comunal, en una comunidad, pero a ésta no se enfrentan ahora, en cuanto clase directamente productora, los esclavos, como ocurría en la sociedad antigua, sino los pequeños campesinos siervos de la gleba» (La ideología alemana, op. cit, pág. 23-24)
El término mismo de decadencia suele evocar imágenes de los últimos tiempos del Imperio romano -de orgías y emperadores romanos ebrios de poder, de combates de gladiadores presenciados por grandes multitudes sedientas de sangre. Esas escenas tienden a focalizarse en los elementos "supraestructurales" de la sociedad romana, pero reflejan una realidad que se producía en los fundamentos mismos del sistema esclavista; y por eso revolucionarios como Engels y Rosa Luxemburg se tomaron la licencia de señalar la decadencia de Roma como una especie de presagio de lo que esperaba a la humanidad si el proletariado no conseguía derrocar el capitalismo: «el derrumbe de toda la civilización como en la antigua Roma, la despoblación, la desolación, la degeneración -un gran cementerio» (Folleto de Junius)
La antigua sociedad esclavista era una formación social mucho más dinámica que el modo asiático, aunque éste hiciera su propia contribución al surgimiento de la antigua cultura griega, y así al modo esclavista de producción en general (en particular a Egipto se le consideraba como un venerable depositario de la sabia inteligencia). Este dinamismo fluía en gran medida del hecho, como decía el chascarrillo de la época, de que «todo está a la venta en Roma»: la forma mercantil había avanzado hasta el punto de que las viejas comunidades agrarias eran cada vez más un bonito recuerdo de una edad de oro perdida, y una masa de seres humanos se habían convertido ellos mismos en mercancías que se podían comprar y vender en los mercados de esclavos. La producción a cargo de grandes ejércitos de esclavos, aunque quedaban grandes áreas de la economía donde el trabajo productivo se llevaba a cabo por pequeños campesinos o artesanos, asumía cada vez más un papal clave en los puntos centrales de la economía antigua -las grandes haciendas, las obras públicas y las minas. Ese gran "invento" del mundo antiguo fue, durante un considerable periodo de tiempo, una formidable "forma de desarrollo" que permitió a los ciudadanos libres organizarse en poderosos ejércitos que, conquistando nuevas tierras para el Imperio, suministraban nuevas reservas de trabajo esclavo. Pero por esas mismas razones, llegó claramente un punto en que el esclavismo se transformó en un firme obstáculo al desarrollo ulterior. Su naturaleza inherentemente improductiva yacía en el hecho de que no proporcionaba absolutamente ningún incentivo para que el productor entregara lo mejor de sus capacidades productivas, ni daba tampoco al propietario de esclavos ningún incentivo para que invirtiera en desarrollar mejores técnicas de producción, puesto que la obtención de nuevos esclavos era siempre la opción más barata. De ahí el desfase extraordinario entre los avances filosófico/científicos de los pensadores, cuyo tiempo libre estaba sostenido por el trabajo de los esclavos, y la aplicación práctica extremadamente limitada de los avances teóricos o técnicos. Este fue el caso, por ejemplo, con el molino de agua, que desempeñó un papel tan crucial en el desarrollo de la agricultura feudal. Realmente fue inventado en Palestina a comienzos del primer siglo d.c., pero su uso no se generalizó nunca en el Imperio romano. En un determinado punto por tanto, la incapacidad del modo esclavista de producción de aumentar radicalmente la productividad del trabajo hizo cada vez más imposible mantener los enormes ejércitos que se requerían para mantenerlo. Roma se vio desbordada, atrapada en una contradicción insoluble que se plasmaba en todos los aspectos conocidos de su decadencia.
En Passages from Antiquity to Feudalis (1974), el historiador Perry Anderson enumera algunas de las expresiones económicas, políticas y militares de ese estancamiento de las fuerzas productivas de la sociedad romana, un estancamiento causado por la relación esclavista, a principios del siglo III: «A mitad de siglo hubo un colapso completo de la acuñación en plata; mientras que a finales de siglo, los precios del grano se habían disparado a niveles 200 veces mayores que a comienzos del Principado[5]. La estabilidad política degeneró al mismo tiempo que la estabilidad monetaria. En los caóticos 50 años de 235 a 284, hubo no menos de 20 emperadores, 18 de los cuales murieron violentamente, uno fue hecho prisionero en el extranjero y otro víctima de una plaga - destinos todos ellos expresión de los tiempos que corrían. Las guerras civiles y las usurpaciones de poder se sucedieron prácticamente sin interrupción, desde Maximino el Tracio a Diocleciano. Y se vieron agravadas por una devastadora secuencia de invasiones bárbaras y ataques a lo largo de las fronteras, por las que penetraban ampliamente...Los disturbios políticos internos y las invasiones bárbaras provocarían pronto una serie de epidemias que debilitaron y mermaron la población del Imperio, ya afectada por la destrucción de la guerra. Las tierras quedaron desiertas y empezaron a faltar los suministros agrarios. El sistema tributario se desintegró con la depreciación de la moneda, y las tasas fiscales volvieron a pagarse mediante entregas en especie. La construcción en las ciudades se detuvo abruptamente como puede comprobarse arqueológicamente en todo el Imperio; en algunas regiones, los centros urbanos decayeron y se menguaron» (pag 83-84, traducido por nosotros).
Anderson continua mostrando cómo, en respuesta a esta profunda crisis, el poder del Estado romano, basado fundamentalmente en un ejército reorganizado y ampliado, creció enormemente y consiguió una cierta estabilidad que duró unos cien años. Pero puesto que «el crecimiento del Estado iba acompañado de una contracción de la economía...» (pág. 92), esta renovación simplemente allanó el camino a lo que él llama «la crisis final de la Antigüedad», imponiendo la necesidad de abandonar progresivamente la relación esclavista. Un factor igualmente clave en la desaparición del modo de producción esclavista fue la generalización de las revueltas de esclavos y de otras clases explotadas y oprimidas en todo el Imperio en el siglo quinto DC (como las de los llamados Bagaudas[6]), que se produjeron a una escala mucho más amplia que la rebelión de Espartaco en el siglo I -aunque esta última se recuerda muy justamente por su increíble audacia y profundo anhelo por un mundo mejor.
La decadencia de Roma, pues, correspondía precisamente a la fórmula de Marx, y tomó un carácter claramente catastrófico. A pesar de los esfuerzos recientes de los historiadores burgueses para presentarla como un proceso gradual e imperceptible, se manifestó como una crisis devastadora de subproducción en la que la sociedad era cada vez menos capaz de producir las necesidades básicas de la vida -una verdadera regresión de las fuerzas productivas, en la que numerosas áreas del saber y de la técnica fueron enterradas y perdidas durante siglos. Esto no tomó la forma de una pendiente de una sola dirección (como ya hemos señalado, a la gran crisis del tercer siglo le siguió un relativo resurgimiento que no terminó hasta la oleada final de invasiones bárbaras) pero era inexorable.
El colapso del sistema del Imperio romano fue la precondición para el surgimiento de nuevas relaciones de producción en las que una capa importante de propietarios de tierras dio el paso revolucionario de eliminar el trabajo esclavista substituyéndolo por el sistema de colonos -precursor de la servidumbre feudal y en el que el productor, aunque estaba obligado a trabajar para la clase de los terratenientes, recibía también su propia parcela de tierra para cultivar. El segundo ingrediente del feudalismo, mencionado por Marx en el pasaje que hemos citado de La Ideología alemana, fue el elemento bárbaro "germánico", que combinaba la jerarquía emergente de una aristocracia guerrera con los restos de la propiedad comunal, que fue obstinadamente mantenida por el campesinado. Siguió un largo periodo de transición, en el que las relaciones esclavistas no habían desaparecido completamente y el sistema feudal se afirmaba gradualmente, llegando a su verdadera implantación sólo a partir de los primeros siglos del nuevo milenio. Y aunque, como ya hemos señalado, en muchos aspectos (urbanización, relativa independencia de la religión del pensamiento artístico y filosófico, medicina, etc.) la ascendencia de la sociedad feudal significó una notable regresión respecto a los logros de la Antigüedad, las nuevas relaciones sociales, en cambio, suscitaron, tanto en el señor como en el siervo, un interés directo en el aumento del rendimiento de su parte de tierra, y permitieron la generalización de una serie importante de adelantos técnicos en la agricultura: el arado de hierro y el arnés de hierro, que permitió que fuera tirado por el caballo, el molino de agua, la rotación de cultivos (barbecho, sistema de tripartición del terreno), etc. El nuevo modo de producción permitió así el renacimiento de las ciudades y un nuevo florecimiento de la cultura cuya máxima expresión gráfica fueron las grandes catedrales y las universidades que surgieron en los siglos XII y XIII.
Pero como antes el sistema esclavista, el feudalismo también empezó a alcanzar sus límites "externos".
«Los cien años siguientes (del siglo XIII), una crisis general masiva golpeó todo el continente... El determinante más profundo de esta crisis general probablemente se encuentra... en una "convulsión" de los mecanismos de reproducción del sistema al llegar a un punto límite de sus capacidades. En particular parece claro que el motor básico de la recuperación rural, que había impulsado toda la economía feudal durante tres siglos, sobrepasó en un momento determinado los límites objetivos, tanto de la tierra como de la estructura social. La población continuaba creciendo mientras el rendimiento caía en las tierras marginales todavía disponibles para ser transformadas mediante los niveles técnicos existentes, y el suelo se deterioraba por el apresuramiento o el mal uso. Las últimas reservas de nueva tierra recuperada eran generalmente de mala calidad, de suelo húmedo o de poca profundidad, más difícil de labrar y en el que se sembraban cultivos de calidad inferior, como la cebada. Por otra parte, las tierras más antiguas, de arado, tendían a envejecer y al desgaste, por la misma antigüedad de su cultivo...» (Anderson, Passages from Antiquity..., op cit, pag 197, traducción nuestra)
A medida que la expansión de la economía feudal agraria tropezó contra esas barreras, se produjeron consecuencias desastrosas en la vida de la sociedad: falta de cultivos, hambrunas, hundimiento de los precios del grano combinado con aumentos galopantes de los precios de las mercancías producidas en los centros urbanos:
«Este proceso contradictorio afectó drásticamente a la nobleza, puesto que su modo de vida se había hecho cada vez más dependiente de las mercancías de lujo producidas en las ciudades... mientras que el cultivo de sus heredades y las tasas de servidumbre de sus feudos producían cada vez menos ingresos. El resultado fue una disminución de los recursos señoriales, que a su vez desencadenó una oleada sin precedentes de guerras, puesto que los caballeros en todas partes trataban de recuperar sus fortunas mediante el saqueo. En Alemania y en Italia, esta búsqueda de botines en tiempos de escasez, produjo el fenómeno de un bandidaje desorganizado y anárquico por parte de los señores feudales... En Francia sobre todo, la guerra de los Cien Años -una combinación asesina de guerra civil entre las casas de los Capetos y los de Borgoña, y un contencioso internacional entre Inglaterra y Francia, que también implicaba las potencias de Flandes y de España- hundió el país más rico de Europa en una miseria y desorden sin parangón. En Inglaterra, el epílogo de la derrota final continental en Francia fue el gangsterismo señorial de la Guerra de las Rosas...Para completar este panorama de desolación, a esa crisis estructural se añadió una catástrofe coyuntural: la invasión de la Peste Negra desde Asia en 1348» (Id.)
La peste negra, que aniquiló un tercio de la población europea, aceleró la desaparición final de la servidumbre. Produjo una escasez crónica de mano de obra en el campo, obligando a la nobleza a cambiar de la tradicional renta de trabajo feudal al pago de salarios; pero al mismo tiempo, los nobles trataron de volver atrás el reloj, imponiendo restricciones draconianas a los salarios y al movimiento de los trabajadores (una tendencia que se desarrolló en toda Europa y cuya codificación clásica es el Estatuto de los Trabajadores -1351-, decretado en Inglaterra inmediatamente después de la peste negra).Uno de los resultados ulteriores de esta reacción de la nobleza fue provocar una lucha de clases generalizada, una de cuyas más famosas expresiones se produjo igualmente en Inglaterra, con las grandes revueltas campesinas de 1381. Pero hubo alzamientos comparables por toda Europa en este periodo (Las "jaqueries" francesas, las revueltas de los pañeros en Flandes, la revuelta de los Ciompi en Florencia, etc.).
Como en la decadencia de la antigua Roma, las crecientes contradicciones del sistema feudal en el plano económico, tuvieron así sus repercusiones en el plano político (guerras, revueltas sociales) y en la relación entre los seres humanos y la naturaleza; y a su vez, todos estos elementos aceleraron y profundizaron la crisis general. Como en Roma, la decadencia general del feudalismo fue resultado de una crisis de subproducción, de la incapacidad de las viejas relaciones sociales para impulsar la producción de las necesidades básicas de la vida diaria. Es importante destacar que, aunque la lenta emergencia de las relaciones mercantiles en las ciudades actuó como un factor de disolución de los lazos feudales y fue acelerada por los efectos de la crisis general (guerras, hambrunas, la peste), las nuevas relaciones sociales no pudieron despegar realmente hasta que el viejo sistema hubo entrado en una estado de contradicción interna, que dio lugar a un grave declive de las fuerzas productivas:
«Una de las conclusiones más importantes que ofrece un examen del gran colapso del feudalismo europeo es que -contrariamente a la creencia ampliamente popular entre los marxistas-, el "modelo" característico de la crisis de un modo de producción no es el de unas fuerzas productivas (económicas) vigorosas que surgen triunfalmente en el seno de unas retrógradas relaciones (sociales) de producción, y que de inmediato establecen una mayor productividad y una sociedad superior sobre sus ruinas. Al contrario, las fuerzas productivas tienden a estancarse y retroceder en el seno de las relaciones de producción existentes; primero éstas tienen que ser radicalmente cambiadas y reordenadas antes de que unas nuevas fuerzas de producción puedan crearse y combinarse en un modo de producción globalmente nuevo. En otras palabras, las relaciones de producción generalmente cambian antes que las fuerzas productivas en una época de transición y no a la inversa» (id. pág 204). Como en la decadencia de Roma, un periodo de regresión del viejo sistema fue la precondición para el florecimiento de un nuevo modo de producción.
De nuevo, como en el periodo de la decadencia de Roma, la clase dominante trató de preservar su tambaleante sistema por medios cada vez más artificiales. La aprobación de leyes brutales para controlar la movilidad de la mano de obra y la tendencia de los trabajadores rurales de huir hacia las ciudades, la tentativa de gobernar las tendencias centrífugas de la aristocracia por medio de la centralización del poder monárquico, el uso de la inquisición para imponer un rígido control ideológico sobre todas las expresiones del pensamiento "heréticas" y disidentes, la corrupción y las trampas con las monedas para "solucionar" el problema del endeudamiento de la realeza... todas esas tendencias fueron intentos de un sistema moribundo de posponer su extinción final, pero no podían evitarla. A decir verdad, en gran medida los mismos medios usados para preservar el viejo sistema se transformaron en cabezas de puente del nuevo sistema: así fue, por ejemplo, con la monarquía centralista de los Tudor en Inglaterra, que en gran parte creó las condiciones necesarias para el surgimiento del estado-nación moderno.
Mucho más claramente que en la decadencia de Roma, la época de declive feudal fue también una época de revolución social, en el sentido de que de sus entrañas surgió una clase genuinamente nueva y revolucionaria, una clase con una visión del mundo que desafiaba las viejas instituciones e ideologías, y un modo de economía que veía en la relación feudal un obstáculo intolerable a su expansión. La revolución burguesa hizo su entrada triunfante en la historia en Inglaterra en 1640, aunque tuviera que esperar un siglo y medio antes de su victoria aún más espectacular en Francia en la década de1790. Este amplio marco temporal para la revolución burguesa fue posible porque se trata del punto culminante político de un largo proceso de desarrollo económico y social dentro del cascarón del viejo sistema, y también porque siguió ritmos diferentes en las diferentes naciones.
«Al considerar tales trastornos importa siempre distinguir entre el trastorno material de las condiciones económicas de producción -que se debe comprobar fielmente con ayuda de las ciencias físicas y naturales- y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas; en una palabra, las formas ideológicas, bajo las cuales los hombres adquieren conciencia de este conflicto y lo resuelven» (Marx, Prefacio a la Contribución a la Economía Política, Ed. Comunicación, Madrid, 1978, pág. 43).
Todas las sociedades de clase se mantienen por una combinación de represión sin tapujos y control ideológico, que la clase dominante ejerce por medio de sus numerosas instituciones: familia, religión educación, etc. La ideología no es nunca un puro reflejo pasivo de la base económica, sino que contiene su propia dinámica, que en ciertos momentos puede impactar activamente en las relaciones sociales subyacentes. En su afirmación de la concepción materialista de la historia, Marx se vio obligado a distinguir entre "el trastorno material de las condiciones económicas", y "las formas ideológicas, bajo las cuales los hombres adquieren conciencia de este conflicto", porque hasta la fecha, la forma dominante de estudiar la historia había puesto el énfasis en las últimas a expensas del primero.
Cuando se analizan las transformaciones ideológicas que se producen en una época de revolución social, es importante recordar que si en última instancia están determinadas por las condiciones económicas de producción, no es de una forma rígida y mecánica, y menos aún porque tales periodos no son nunca exclusivamente de puro declive o degradación, sino que están marcados por una creciente confrontación entre fuerzas sociales contradictorias. Lo característico de esas épocas es que la vieja ideología dominante, que corresponde cada vez menos a la realidad social cambiante, tiende a descomponerse y dar lugar a nuevas visiones del mundo que pueden servir para inspirar y movilizar activamente a las clases sociales opuestas al viejo orden. En el proceso de descomposición, las viejas ideologías -religiosa, filosófica, artística- ceden frecuentemente al pesimismo, el nihilismo y la obsesión por la muerte; mientras las ideologías de las clases ascendentes o rebeldes son más a menudo optimistas, vitalistas y anticipan el albor de un mundo radicalmente transformado.
Para poner un ejemplo: en el periodo dinámico del sistema esclavista, la filosofía tendía a expresar, dentro de los límites del periodo, los esfuerzos del género humano por "conocerse a sí mismo", según la frase que hizo inmortal Sócrates -para comprender la dinámica real de la naturaleza y la sociedad por medio del pensamiento racional, sin la intermediación de lo divino. En su periodo de decadencia, la filosofía tendía a retirarse a la justificación de la desesperación o de la irracionalidad, como en el neoplatonismo y sus vinculaciones a los numerosos cultos esotéricos que florecieron en las últimas décadas del Imperio.
Esta tendencia no puede comprenderse sin embargo, de forma unilateral: en los periodos de decadencia, las viejas religiones y filosofías también se enfrentaron al ascenso de nuevas clases revolucionarias, o la rebelión de los explotados, y éstas, generalmente, también tomaron una forma religiosa. Así, en la antigua Roma, la religión cristiana, aunque estaba ciertamente influenciada por cultos esotéricos orientales, empezó como un movimiento de protesta de los desposeídos contra el orden dominante, y más tarde, como un poder establecido por derecho propio, fue un marco para la preservación de muchas de las adquisiciones culturales del mundo antiguo. Esta dialéctica entre el viejo y el nuevo orden fue también una característica de las transformaciones ideológicas durante la decadencia del feudalismo. Por una parte:
«El periodo de estancamiento conoció el auge del misticismo en todas sus formas. La forma intelectual, con el "Tratado del arte de morir" -Ars moriendi S.XV-XVI-, y sobre todo, "La imitación de Cristo" (XIV-XV). La forma emocional, con las grandes expresiones de piedad popular, exacerbadas por la influencia de los elementos incontrolados del clero mendicante: los "flagelantes" deambulaban por las zonas rurales, lacerando sus cuerpos con látigos en las plazas de los pueblos para apelar a la sensibilidad humana y llamar a los cristianos a arrepentirse. Estas manifestaciones dieron lugar a una imaginería de dudoso gusto, como las fuentes de sangre, que simbolizaban al redentor. Muy rápidamente el movimiento osciló hacia la histeria, y la jerarquía eclesiástica tuvo que intervenir contra los elementos turbulentos, para impedir que sus prédicas hicieran aumentar el número de vagabundos... Se desarrolló el arte macabro... El texto sagrado preferido por las mentes más ilustradas era el Apocalipsis.» (J. Favier, De Marco Polo à Christophe Colomb, traducido del francés por nosotros).
Por otra parte, el hundimiento del feudalismo también conoció el ascenso de la burguesía y su visión del mundo, que se expresó en el magnífico florecimiento del arte y la ciencia en el periodo del Renacimiento. E incluso movimientos místicos y milenarios, como los anabaptistas estuvieron a menudo, como señaló Engels, íntimamente ligados a las aspiraciones comunistas de las clases explotadas. Esos movimientos aún no podían plantear una alternativa históricamente viable al viejo sistema de explotación y sus sueños milenarios se orientaban más hacia en un pasado primitivo que hacia un futuro más avanzado, pero, a pesar de todo, desempeñaron un papel clave en el camino que llevó a la destrucción de la jerarquía medieval decadente.
En una época decadente, el declive cultural general nunca es absoluto: en el plano artístico por ejemplo, el estancamiento de las viejas escuelas, también puede ser contrarrestado por nuevas formas que expresan sobre todo una protesta humana contra un orden cada vez más inhumano. Y lo mismo puede decirse del plano de la moral. Si la moral es en último extremo una expresión de la naturaleza social del ser humano, y si los periodos de decadencia son expresión de la quiebra de las relaciones sociales, entonces tenderán a caracterizarse por una quiebra concomitante de la moralidad, una tendencia al colapso de los lazos humanos básicos y al triunfo de los impulsos antisociales. La perversión y la prostitución del deseo sexual, el florecimiento del robo, el fraude y el asesinato gratuitos, y sobre todo la supresión del orden moral en la guerra, se ponen al orden del día. Pero ni siquiera esto tampoco debería verse de forma rígida y mecánica, y concluir que los periodos de ascendencia están marcados por un comportamiento humano superior, y los periodos de decadencia por una repentina pendiente de infamia y depravación. La socavación y el derrumbe de las viejas certezas morales pueden expresar igualmente el auge de un nuevo sistema de explotación, en comparación con el cual, el viejo orden puede parecer comparativamente benigno, como señala el Manifiesto Comunista respecto al ascenso del capitalismo:
«Dondequiera que se instauró, echó por los suelos todas las instituciones feudales, patriarcales e idílicas. Desgarró implacablemente los abigarrados lazos feudales que unían al hombre con sus superiores naturales y no dejó en pie más vínculo que el del interés escueto, el del dinero contante y sonante, que no tiene entrañas. Echó por encima del santo temor de Dios, de la devoción mística y piadosa, del ardor caballeresco y la tímida melancolía del buen burgués, el jarro de agua helada de sus cálculos egoístas. Enterró la dignidad personal bajo el dinero y redujo todas aquellas innumerables libertades escrituradas y bien adquiridas a una única libertad: la libertad ilimitada de comerciar.»
Y a pesar de eso, la comprensión de Marx y Engels de lo que Hegel llamaba "la astucia de la razón" era de tal envergadura, que fueron capaces de reconocer que este declive "moral", esta mercantilización del mundo, era de hecho una fuerza de progreso que colaboraba en erradicar el estático orden feudal tras ella y ante ella allanaba el camino para el orden moral genuinamente humano que se perfilaba en el horizonte.
Gerrard
[1] Por ejemplo, las sociedades sedentarias de cazadores, ya bastante jerarquizadas, que fueron capaces de almacenar amplias reservas de alimentos, las diferentes formas semi-comunistas de producción agraria, los "imperios tributarios" formados por pastores semi-bárbaros como los Hunos y los Mongoles.
[2] Entre las tribus australianas, cuando el modo de vida tradicional era todavía vigente, el cazador que traía la pieza no guardaba nada para sí, sino que inmediatamente entregaba el producto a la comunidad siguiendo la tradición que marcaban ciertas estructuras complejas de parentesco. Según el trabajo del antropólogo Alain Testart, Le Communisme Primitif, 1985, el término de comunismo primitivo sólo debería aplicarse a los australianos, a quienes él ve como la última reminiscencia de una relación social que probablemente fue la norma durante el periodo paleolítico. Esto es materia de debate. Ciertamente, incluso entre los pueblos nómadas de cazadores-recolectores hay amplias diferencias respecto a la forma como se distribuye el producto social, pero todos ellos dan prioridad al mantenimiento de la comunidad, y como señala Chris Knight en su trabajo Blood Relations, Menstruation and the origins of culture, 1991, lo que él llama "own-kill rule" (es decir, límites prescritos sobre lo que el cazador puede consumir de las piezas que ha matado) está ampliamente extendido entre los pueblos cazadores.
[3] Debe tenerse en cuenta que la disolución de las relaciones sociales primitivas no fue un acontecimiento que se produjo de una vez por todas a partir de un determinado momento, sino que siguió diferentes ritmos en diferentes partes del mundo; es un proceso que se desarrolla durante milenios y que sólo ahora está llegando a sus trágicos últimos capítulos en las regiones más remotas del planeta, como el Amazonas o la selva de Borneo.
[4] "Corvée" es trabajo, a menudo pero no siempre impagado, que las personas en el poder podían obligar a sus súbditos a realizar; a menos que lo conmutaran de alguna manera, como un pago al contado. Se diferencia del esclavismo en que el trabajador no es propiedad de nadie -siendo libre en diferentes aspectos aparte de la prestación de ese trabajo- y el trabajo obligatorio es habitualmente intermitente, requiriéndose típicamente sólo un cierto número de días "o meses" al año. Es una forma de trabajo obligatorio, no libre, en el que el trabajador no es compensado.
[5] El gobierno del Principatus o Principado es instaurado al ascender Octavio Augusto al poder (27 a. C.). Este sistema de gobierno se mantendrá durante todo el Alto Imperio Romano. Este tipo de gobierno es el resultado de la evolución de las instituciones republicanas, adaptándolas a las necesidades de un verdadero imperio. El gobierno es dividido, con el Príncipe, sus provincias imperiales y su propio tesoro (Fiscus), y los antiguos organismos con las provincias senatoriales y el Aerarium o tesoro público. Pero en la práctica el gobierno es un protectorado, donde el Principe ostenta todos los poderes (Auctoritas, Maiestas y Potestas) y vigila a las autoridades clásicas. El Principado se produce en el tercer período de Roma que abarca desde el año 27 a.C. con la llegada de Augusto al gobierno, hasta la llegada de Diocleciano en el 284 d.C. El Principado fue una monarquía colegiada, al cual luego le va a proceder el Dominado (cuarto período) que se va a caracterizar por ser una monarquía absoluta, sin asociados al gobierno; a diferencia del principado, que es una democracia autoritaria. (Wikipedia)
[6] El término bagauda, (bagaudae en latín [93]; en bretón bagad. En galo significaba «tropa»), se utiliza para designar a los integrantes de numerosas bandas que participaron en una larga serie de rebeliones, conocidas como las revueltas bagaudas, que se dieron en Galia [94] e Hispania [95] durante el Bajo Imperio [96], y que continuaron desarrollándose hasta el siglo V [97]. Sus integrantes eran principalmente campesinos o colonos evadidos de sus obligaciones fiscales, esclavos [98] huidos o indigentes (Wikipedia)
En los dos primeros artículos de esta serie (Revista Internacional, nos 68 y 69) empezamos refutando la idea de que el comunismo no sería sino la invención de unos cuantos “reformadores del mundo”, examinando el desarrollo de las ideas comunistas en la historia, mostrándolas como producto de las fuerzas materiales que hacen su labor en profundidad en la sociedad, y sobre todo como producto de la rebelión de las clases oprimidas y explotadas contra las condiciones de la dominación de clase. En el segundo artículo en particular, hemos demostrado que el concepto marxista del comunismo, lejos de ser un esquema salido del cerebro de Marx, es algo que se ha hecho posible sólo cuando el proletariado fue capaz de ganar a la lucha por su emancipación a hombres como Marx y Engels.
Los dos artículos siguientes tratan de las primeras definiciones de una sociedad comunista para Marx, y en especial de su visión del comunismo como superación de la alienación del hombre. El artículo que sigue está pues dedicado especialmente al concepto de alienación. A primera vista, eso parece alejarse del principal argumento de esta serie de artículos, o sea, que el comunismo es una necesidad material impuesta por las contradicciones inherentes al modo de producción capitalista. Superficialmente, la cuestión de la alienación puede parecer un factor puramente subjetivo, algo que se refiere a las ideas y los sentimientos, más que las bases materiales más sólidas de la sociedad. Pero, como lo desarrollamos en este artículo, fue el mérito y la fuerza de Marx el haber sacado el concepto de alienación de la especulación nebulosa para situar sus raíces en las relaciones sociales fundamentales entre los seres humanos. Y por ello mismo, Marx dejó perfectamente establecido que la sociedad que haya de permitir al hombre superar su alienación sólo podrá surgir a partir de una transformación total de esas relaciones sociales, o sea de la lucha revolucionaria de la clase obrera.
Se ha dicho a menudo que Marx no se interesó nunca por trazar planes para la sociedad comunista futura. Es cierto en la medida en que, a diferencia de los socialistas utópicos, que veían el comunismo como una pura invención de mentes esclarecidas, Marx era consciente de que sería infructuoso trazar planes detallados de la estructura y el modo de funcionamiento de la sociedad comunista, ya que ésta no podía ser más que la obra de un movimiento social de masas que tenía que encontrar soluciones prácticas a la tarea sin precedente de construir un orden social cualitativamente superior a todo lo que había existido hasta entonces.
Pero esta oposición, perfectamente válida, a cualquier tentativa de encerrar el movimiento real de la historia en la camisa de fuerza de los esquemas preestablecidos, no significaba en absoluto que Marx, ni la tradición marxista en general, no considerara interesante definir los fines últimos del movimiento. Al contrario: una de las funciones distintivas de la minoría comunista es que tiene “sobre el resto del proletariado la ventaja de su clara visión de las condiciones, de la marcha y de los resultados generales del movimiento proletario” (El Manifiesto comunista). Lo que distingue al comunismo de todas las clases de utopismo no es la ausencia de visión de “los resultados generales” últimos, sino que establece las conexiones reales entre esos fines y las “condiciones” y la “marcha” que conducen a ellos. En otros términos, basa su visión de la sociedad futura sobre un análisis completo de las condiciones de la sociedad existente ; de suerte que, por ejemplo, la reivindicación de la abolición de la economía de mercado no se deriva de una objeción puramente moral a la compra y la venta, sino del reconocimiento de que una sociedad fundada sobre una producción generalizada de mercancías está condenada a hundirse bajo el peso de sus contradicciones internas, planteando por esto la necesidad de una forma de organización social superior, basada en la producción para el uso. Al mismo tiempo, el marxismo funda su concepción del camino, de la línea de marcha hacia esta forma superior, en las experiencias reales de la lucha del proletariado contra el capitalismo. Así, mientras que la consigna de dictadura del proletariado aparece al principio del movimiento marxista, la forma que esta dictadura había de tomar se ha ido precisando con los grandes acontecimientos revolucionarios de la historia de la clase obrera, en particular la Comuna de París y la Revolución de Octubre.
Sin una visión general del tipo de sociedad a la que aspira, el movimiento comunista estaría ciego. En vez de ser la encarnación más alta de esa capacidad humana exclusiva de prever, de “erigir su estructura en la imaginación antes de erigirla en la realidad” ([1]) no sería nada más que una reacción instintiva a la miseria capitalista. En su batalla permanente contra la dominación de la ideología burguesa, no tendría ningún poder para convencer a los obreros y a todas las demás capas oprimidas de la sociedad de que su única esperanza reside en la revolución comunista, de que los problemas aparentemente insolubles planteados por la sociedad capitalista pueden encontrar soluciones prácticas en una sociedad comunista. Y una vez que la transformación revolucionaria hubiera empezado verdaderamente, no habría ninguna forma de medir sus progresos hacia el objetivo final.
Y sin embargo no debemos olvidar que hay que hacer una distinción entre esos resultados finales, los “objetivos generales” últimos, y la línea de “marcha” que conduce a ellos. Como ya hemos dicho, ésta última está sujeta a una clarificación constante por la experiencia práctica del movimiento de la clase: la Comuna de París dejó claro para Marx y Engels el hecho de que el proletariado tenía que destruir el antiguo aparato de Estado antes de erigir su propio aparato de poder; el surgimiento de los soviets en 1905 y 1917, convenció a Lenin y Trotski de que constituían “la forma por fin encontrada de la dictadura del proletariado”, y así sucesivamente. Por otra parte, si consideramos los fines supremos del comunismo, no podemos más que atenernos a las conclusiones muy generales basadas en la crítica de la sociedad capitalista hasta el momento en que el movimiento real empiece a ponerlos en práctica al orden del día. Esto es tanto más cierto cuanto que la revolución proletaria es por definición, primero, una revolución política, y después una transformación económica y social. Como los ejemplos auténticos de revolución de la clase obrera no han llegado hasta ahora más allá de la conquista del poder político en un país determinado, las lecciones que nos han aportado están ligadas fundamentalmente a los problemas políticos de las formas y los métodos de la dictadura del proletariado (relaciones entre partido, clase y Estado, etc.); solamente nos han dado orientaciones precisas sobre las medidas sociales y económicas que hay que tomar para establecer los fundamentos de la producción y distribución comunista de manera muy limitada, y en gran parte, en negativo (por ejemplo, que la estatización no es la socialización). Por lo que concierne a la sociedad comunista plenamente desarrollada que no emergerá más que después de un periodo de transición más o menos largo, la experiencia histórica de la clase obrera no ha podido, y no podía aportar clarificaciones cualitativas para que los comunistas pudieran describir tal sociedad.
Por eso no es una casualidad si las descripciones más inspiradas y que a su vez nos inspiran más respecto a los objetivos supremos del comunismo se hayan producido al principio de la vida política de Marx, coincidiendo con su adhesión a la causa del proletariado, con su identificación explícita como comunista en 1844 ([2]). Esas primeras descripciones de lo que podría ser la humanidad cuando se hayan destruido las trabas del capitalismo y las sociedades de clase precedentes, raramente se han mejorado en los escritos posteriores de Marx. Responderemos brevemente al argumento según el cual Marx habría abandonado esas primeras definiciones como simples locuras de juventud. Pero por el momento queremos decir simplemente que la forma en que Marx abordó ese problema es enteramente coherente con el conjunto de su método: sobre la base de una crítica profunda del empobrecimiento y la deformación de la actividad humana en las condiciones sociales existentes, dedujo lo que es necesario para negar y superar ese empobrecimiento. Pero una vez establecidos los fines últimos del comunismo, lo esencial era sumergirse en el movimiento proletario naciente, en la dureza y los retos de sus luchas económicas y políticas; las únicas que serían capaces de transformar en realidad esos objetivos lejanos.
Durante el verano de 1844 Marx vivía en París, rodeado de numerosos grupos comunistas que habían sido un factor importantísimo para ganarlo a la causa comunista. Allí escribió los Manuscritos económicos y filosóficos, hoy célebres, a los cuales se refirió después como un trabajo de base para los Grundrisse y el mismo Capital. En ellos intentó comprender la economía política desde el punto de vista de la clase explotada, haciendo sus primeras incursiones en cuestiones como los salarios, los beneficios, la renta de la tierra y la acumulación de capital, cuestiones que debían ocupar un lugar importantísimo en sus trabajos posteriores; aunque en sus precisiones en la introducción a Los Manuscritos, Marx anuncia el plan de una serie monumental de folletos de los que la parte económica no constituía más que el principio. En esas mismas libretas de notas encontramos también la tentativa más global de Marx de acabar con la filosofía idealista hegeliana, que en aquel momento ya había perdido su utilidad al haber sido “puesta en su sitio” por la emergencia de una teoría materialista de la evolución histórica. Pero Los Manuscritos son ciertamente mejor conocidos por la forma en que tratan de la alienación del trabajo y en menor medida por el esfuerzo de definir el tipo de actividad humana que lo sustituiría en la futura sociedad comunista.
Los Manuscritos económicos y filosóficos no se publicaron antes de 1927: eso significa que no se conocían durante el periodo revolucionario más crucial de la historia del movimiento obrero; su publicación coincidió con el último aliento de la oleada revolucionaria que sacudió el mundo capitalista durante la década que siguió a 1917. 1927 fue el año que vio al mismo tiempo la derrota de la revolución en China y la de la Oposición de Izquierdas en los partidos comunistas; un año más tarde, la Internacional comunista sellaba su propio fin adoptando la infame teoría del “socialismo en un sólo país”. El resultado de esta ironía de la historia es que ha sido la burguesía, y no el movimiento proletario, quien más ha cacareado sobre Los Manuscritos y su significado. En particular hubo una gran controversia en los círculos estériles de la “teoría” académica burguesa de izquierda sobre la supuesta ruptura entre el “joven Marx” y el “viejo Marx”. Como el propio Marx nunca publicó Los Manuscritos, y en ellos trató cuestiones que parecían poco desarrolladas en sus escritos posteriores, algunos han supuesto que Los Manuscritos representaban un Marx inmaduro, influenciado por Feuerbach, e incluso hegeliano, que habría sido rechazado después de manera decisiva por el Marx maduro y más científico. Los principales defensores de esa posición son... los estalinistas, y sobre todo Althusser, ese obscurantista empedernido. Según ellos, lo que Marx abandonó sobre todo fue la concepción de la naturaleza humana que encontramos en Los Manuscritos, y en particular la noción de alienación.
Es evidente que semejante punto de vista no puede considerarse separado de la naturaleza de clase del estalinismo. La crítica del trabajo alienado en Los Manuscritos está ligada íntimamente a la crítica del “comunismo cuartelario”, un comunismo en el cual la comunidad se convierte en capitalista abstracto que paga los salarios, la visión del comunismo que defendían las auténticas corrientes proletarias inmaduras como los blanquistas en su época ([3]). Marx condena sin rodeos semejantes visiones del comunismo en Los Manuscritos porque para él el comunismo no tenía sentido si no acababa con la supresión de todo lo que entorpece las capacidades creativas del hombre y transformaba la carga del trabajo en actividad libre y placentera. Por su parte, los estalinistas se definen por la noción de que el socialismo significa un régimen de indigencia y de explotación forzada personificado en las condiciones de trabajo en fábricas y campos de trabajo de los que se autodenominan países “socialistas”. En estos casos, ya no se trata sin embargo de una expresión inmadura del movimiento proletario, sino de la plena apología de la contrarrevolución capitalista. Puesto que lo que existía en el “socialismo realmente existente” del Este era claramente trabajo alienado, no es sorprendente que los estalinistas se encuentren a disgusto por lo que se refiere a esa noción en conjunto. Podríamos seguir: por ejemplo la visión de Marx en Los Manuscritos de las relaciones correctas entre el hombre y la naturaleza no cuadra muy bien con la catástrofe ecológica que aporta “la interpretación” estalinista de esta cuestión. Pero de todas formas, esto nos lleva al mismo punto : la visión del comunismo elaborada en Los Manuscritos debilita la impostura del “socialismo” estalinista.
En el otro extremo del espectro burgués, muchas variantes del humanismo liberal, incluidos los teólogos protestantes y la flor y nata de los sociólogos, también han intentado separar los “dos Marx”. En cambio ellos, contrariamente a los estalinistas, han preferido netamente al joven Marx romántico, idealista y generoso, respecto al autor frío y materialista de El Capital. Pero al menos semejantes interpretaciones no se reivindican del marxismo...
Los escritos de Bordiga en los años 1950 son de los pocos en el movimiento proletario que han intentado hacer algunos comentarios sobre Los Manuscritos, y rechazan claramente esta división artificial: “Otro lugar común muy corriente es que Marx es hegeliano en sus escritos de juventud, que solamente después fue el teórico del materialismo histórico, y que más viejo, fue un vulgar oportunista” ([4]). Contra semejantes clichés, Bordiga defendió de forma justa la continuidad del pensamiento de Marx a partir del momento en que adhirió claramente a la causa del proletariado. Pero al hacer esto, y en reacción a las diversas teorías del momento, que o bien proclamaban caduco el marxismo, o bien trataban de sazonarlo con diversos aditivos, como el existencialismo, Bordiga se equivocó sobre esta continuidad y la tomó por “el monolitismo de todo el sistema desde el nacimiento hasta la muerte de Marx, e incluso después de él (concepto fundamental de la invariabilidad; rechazo fundamental de la evolución por enriquecimiento de la doctrina del partido)” ([5]). Esta concepción reduce el marxismo a un dogma estático como el Islam –para el verdadero musulmán, el Coran es el verbo de Dios de forma precisa, porque no se ha cambiado un punto ni una coma desde que fue “dictado” por primera vez. Es una noción peligrosa que ha hecho olvidar a los bordiguistas los “enriquecimientos” reales aportados por la propia corriente de la que provienen –la Fracción italiana de la Izquierda comunista– y les ha hecho volver a posiciones que la época de declive del capitalismo ha hecho caducas. Respecto al tema que nos ocupa, Los Manuscritos, eso no tiene sentido. Si comparamos Los Manuscritos a los Grundrisse, que constituían si se quiere el segundo borrador del mismo gran trabajo, la continuidad es absolutamente clara: contrariamente a la idea de que Marx habría abandonado el concepto de alienación, el término y el concepto aparecen aún en ese trabajo del Marx “maduro”, igual que en El Capital. Pero los Grundrisse representan sin duda un enriquecimiento respecto a Los Manuscritos. Por ejemplo, clarifican ciertas cuestiones fundamentales como la distinción entre el trabajo y la fuerza de trabajo, y por tanto son capaces de descubrir el secreto de la plusvalía. En su análisis del fenómeno de la alienación, Marx es capaz de plantear el problema de forma más histórica que en sus trabajos precedentes, porque se basa en un estudio profundo de los modos de producción que han precedido al capitalismo. Para nosotros, plantear correctamente el problema significa afirmar al mismo tiempo la continuidad y el enriquecimiento progresivo de la “doctrina del partido”, porque el marxismo es al mismo tiempo una tradición profundamente histórica y un método vivo.
La idea de que el hombre se ha convertido en un extraño o alienado respecto a sus propias y verdaderas potencialidades es muy antigua. Precede ciertamente la emergencia de las sociedades de clase, porque la historia de la caída del hombre del paraíso original, de una condición en la que gozaba de poderes divinos, constituye un elemento central del mito y del ritual de las sociedades comunistas primitivas. Los aborígenes australianos, por ejemplo, creían que sus antepasados eran los prodigiosos seres creadores de una “edad de oro”, y que después de que terminara esa época mítica, los seres humanos habían perdido mucho de su poder y de sus conocimientos. De hecho en todas las sociedades que han precedido al capitalismo, esa idea de “haberse perdido” tomaba forzosamente formas míticas o religiosas.
Como la religión, que desciende de él, el mito es al mismo tiempo una protesta contra la alienación y una expresión de ésta; en el mito, como en la religión, el hombre proyecta poderes que son realmente suyos sobre seres sobrenaturales separados de él. En la comunidad primitiva, sin embargo, la alienación no existe más que en estado embrionario, a través de la dominación de la tribu sobre el individuo, no en tanto que relación de explotación de clase. Esto se refleja en el aspecto ideológico en el hecho de que el hombre primitivo guarda una creencia en su identidad secreta con los seres creadores todopoderosos de la época del sueño mítico.
Con la disolución de la sociedad primitiva por el desarrollo de las clases y las relaciones mercantiles, el alba de la alienación propiamente dicha se refleja en la emergencia de una concepción estrictamente religiosa de las relaciones entre los hombres y los poderes creadores. En la religión judeo-cristiana en particular, las concepciones míticas que se remontan al pasado de la sociedad primitiva son reemplazadas por la noción de que el drama de la caída del hombre y su redención es una progresión histórica a través del tiempo. Pero el precio de ese desarrollo que se aleja del mito ha sido establecer una fosa infranqueable entre el hombre y Dios. Si en los tiempos primitivos el hombre creía que nunca había perdido su estatuto divino original, para la religión judeo-cristiana, Dios ordenó al género humano dejar el Paraíso precisamente a causa del pecado de haber intentado elevarse al nivel de Dios.
En reacción a ese dualismo característico de una visión estrictamente religiosa, ciertas corrientes esotéricas, en particular los cabalistas y sus ramificaciones, han visto esa caída (del Edén), no como un castigo para el hombre por haber desobedecido a una figura alejada del Padre, sino como un proceso cósmico dinámico en el cual el Espíritu universal original se ha “olvidado” de sí mismo, y se ha sumergido en un mundo de división y de realidad aparente. Los iniciados de esas tradiciones estaban inspirados por la esperanza de recobrar la unidad perdida entre la creación y su origen divino, entre el hombre y Dios: al hacer esto, fueron acusados a menudo de herejías panteístas y ateas.
Existe una relación precisa, aunque raramente explorada, entre el pensamiento de Hegel y ciertas de esas tradiciones esotéricas, en particular en los trabajos del protestante radical, artesano visionario, al cual el propio Marx se refirió una vez como “el inspirado Jakob Boehme” ([6]). Pero Hegel era igualmente el teórico más avanzado de la burguesía revolucionaria, y por consiguiente el heredero de la filosofía racionalista de los antiguos griegos. Como tal hizo una grandiosa tentativa por desgajar el conjunto del problema de la alienación del terreno del mito y del misticismo, y de plantearlo de manera científica. Para Hegel, eso significaba que aquello que había sido esotérico en otro tiempo, encerrado en los rincones mentales secretos de algunos privilegiados, debía ser aprehendido consciente, clara y colectivamente: “Solamente lo que está perfectamente determinado en su forma es al mismo tiempo esotérico, comprensible y capaz de ser aprendido y poseído por todos. La inteligibilidad es la forma bajo la cual la ciencia se ofrece a cada uno y es la vía que se le abre para ser evidente para todos” ([7]). Con Hegel, pues, hay una tentativa de comprender la separación del hombre desde un punto de vista histórico y conscientemente dialéctico, y Marx reconoce incluso que aportó clarificaciones sobre el papel clave del trabajo en la autogénesis del hombre. Y sin embargo Marx, siguiendo a Feuerbach, señaló que el sistema hegeliano no había dado más que algunos pasos en el sentido de la ciencia antes de volver a caer en el misticismo. Se puede ver fácilmente que la noción hegeliana de la historia como “alienación de la Idea Absoluta” es una nueva forma de la versión cabalística de la caída cósmica original. Mientras que para Marx, la cuestión no era la historia de Dios, sino la historia “del devenir de la naturaleza por y para el hombre“ ([8]); no la caída de una Conciencia original en el reino vulgar de la materia, sino la ascensión material del ser inconsciente hacia el ser consciente.
En la medida en que Hegel trató la alienación en tanto que aspecto de la experiencia concreta humana, sus concepciones son inútiles y ahistóricas, ya que se planteó la alienación como categoría absoluta de la relación del hombre con el mundo exterior: según los términos de Marx, Hegel confundió la objetificación –la capacidad humana de separar el sujeto del objeto– con la alienación. En consecuencia, si alguna vez se pudiera superar esa separación entre el hombre y el mundo, sería a partir del mundo abstracto del pensamiento –el reino propio del filósofo, que para Marx no era en sí mismo más que un reflejo de la alienación.
Pero Marx no abandonó el concepto de alienación de los hegelianos. Al contrario, intentó restaurarlo sobre la base de sus fundamentos materiales, situando sus orígenes en la sociedad humana. Feuerbach había explicado que La Idea Absoluta, como todas las manifestaciones precedentes de Dios, era de hecho la proyección del hombre incapaz de realizar sus propias potencialidades, del hombre alienado a sí mismo. Pero Marx fue más lejos, al reconocer el hecho de que “si el entendimiento profano se desgaja de sí mismo y se sitúa en las nubes como un reino independiente, eso no puede explicarse sino por el desgarro de sí y por la contradicción consigo mismo de ese entendimiento profano” ([9]). El concepto de alienación es vital para Marx porque se convierte en un arma de su asalto contra la “base secular”, es decir, la sociedad burguesa, y sobre todo, la economía política burguesa.
Confrontado a la marcha triunfante de la sociedad burguesa, a todos los “milagros del progreso” que aportó, Marx utilizó el concepto de alienación para mostrar lo que significaba todo ese progreso para los verdaderos productores de la riqueza, los proletarios. Mostró que la riqueza creciente de la sociedad capitalista significaba el empobrecimiento creciente del obrero. No solamente su empobrecimiento físico, sino también el empobrecimiento de su vida interior: “... Cuanto más se vuelca el trabajador en su trabajo, tanto más poderoso es el mundo extraño, objetivo que crea frente a sí y tanto más pobres son él mismo y su mundo interior, tanto menos dueño de sí mismo es. Lo mismo sucede en la religión. Cuanto más pone el hombre en Dios, tanto menos guarda en sí mismo. El trabajador pone su vida en el objeto, pero a partir de entonces ya no le pertenece a él, sino al objeto. Cuanto mayor es la actividad, tanto más carece de objetos el trabajador. Lo que es el producto de su trabajo, no lo es él. Cuanto mayor es, pues, este producto, tanto más insignificante es el trabajador. La enajenación del trabajador en su producto significa no solamente que su trabajo se convierte en un objeto, en una existencia exterior, sino que existe fuera de él, independiente, extraño, que se convierte en un poder independiente frente a él; que la vida que ha prestado al objeto se le enfrenta como cosa extraña y hostil” ([10]). El planteamiento de Marx es evidente: contra las abstracciones de Hegel (que tomaron una forma caricaturesca en el trabajo de los jóvenes hegelianos en torno a Bruno Bauer), Marx arraigó el concepto de alienación en los “hechos económicos presentes” ([11]). El demostró que la alienación es un elemento irreductible del sistema de trabajo asalariado, que no tiene otro sentido que, cuanto más produce el obrero, menos se enriquece él mismo y más el capital, ese poder extraño que se sitúa por encima de él.
También, con Marx, la alienación deja de ser un simple estado de ánimo, un aspecto inherente de la relación del hombre con el mundo (en cuyo caso jamás podría superarse) y se convierte en un producto particular de la evolución histórica del hombre. Un producto que no comenzó con el capitalismo: como Marx señaló en los Grundrisse, el trabajo asalariado es simplemente la forma final y superior de la alienación. Pero precisamente porque es su forma más avanzada, descubre la clave de la comprensión de la historia de la alienación en general, del mismo modo que la aparición de la economía política burguesa permite el examen de los fundamentos de los modos de producción precedentes. Bajo las condiciones burguesas de producción quedan al desnudo las raíces de la alienación: no residen en las nubes o en la cabeza de los hombres, sino en el proceso de trabajo, en las relaciones prácticas y concretas entre los hombres y entre el hombre y la naturaleza. Después de abrir este boquete teórico es posible mostrar cómo se extiende la alienación del hombre en el acto de trabajo a todas sus otras actividades; igualmente, esto abre la posibilidad de investigar los orígenes de la alienación y su evolución a través de las sociedades humanas precedentes –aunque hay que decir que Marx y el movimiento marxista no han hecho más que establecer las premisas de tal investigación, ya que otras tareas han tomado prioridad necesariamente respecto de aquellas.
Aunque la teoría de Marx sobre la alienación no es, ni mucho menos, completa, su manera de abordarla en Los Manuscritos muestra hasta qué punto estaba preocupado porque no quedara incierta o vaga. En el capítulo sobre “el trabajo alienado” examina el problema de manera muy precisa, identificando cuatro aspectos distintos pero interconectados de la alienación.
El primer aspecto es el que se ha tratado en la cita precedente de Los Manuscritos, que se resume brevemente en otro pasaje: “1) la relación del trabajador con el producto del trabajo como con un objeto ajeno y que lo domina. Esta relación es, al mismo tiempo, la relación con el mundo exterior sensible, con los objetos naturales, como con un mundo extraño para él y que se le enfrenta con hostilidad” ([12]). Bajo las condiciones de la alienación, los productos de las propias manos de los hombres se vuelven contra ellos, y aunque esto se aplica a los modos de explotación de clase precedentes, llega a sus más altas cumbres bajo el capitalismo, que es una potencia completamente impersonal e inhumana, creada por el trabajo de los hombres pero que escapa completamente a su control, y que periódicamente sumerge al conjunto de la sociedad en crisis catastróficas. Esta definición se aplica evidentemente al acto inmediato de producción: el capital, bajo la forma de máquinas y de tecnología domina al obrero, y en vez de ampliar su tiempo libre, aumenta su agotamiento. Además, la crítica del trabajo asalariado en tanto que, por definición, trabajo alienado, desafía a todas las tentativas burguesas de separar ambos como por ejemplo los tópicos fraudulentos de los años 60 sobre la “satisfacción en el trabajo” atenuando la extrema especialización que caracteriza el trabajo en las fábricas, instituyendo equipos de trabajo, la “participación de los trabajadores” y demás necedades. Desde un punto de vista marxista, nada de eso altera el hecho de que los obreros crean objetos sobre los que no tienen ningún control y que sólo sirven para enriquecer a otros a costa de los trabajadores, aun cuando éstos se consideren “bien pagados”. Pero también puede hacerse una aplicación más amplia de toda esta problemática al proceso inmediato de producción. Cada vez está más claro, en particular en el período de decadencia del capitalismo, que la totalidad de la máquina política, burocrática y militar del capital ha desarrollado una vida propia (hipertrófica) que aplasta a los seres humanos como un enorme monstruo. La bomba atómica es el típico ejemplo de esta tendencia: en un sociedad regida por fuerzas inhumanas, las fuerzas del mercado y la concurrencia capitalistas, lo que el hombre produce ha escapado hasta tal punto a su control, que está amenazado de extinción. Puede decirse lo mismo respecto a las relaciones del hombre con la naturaleza, en el capitalismo: no es que éste haya generado por sí mismo la alienación entre el hombre y la naturaleza, que arranca de mucho antes, sino que la ha llevado hasta su punto final. Al “perfeccionar” la hostilidad entre el hombre y la naturaleza, al reducir el conjunto del mundo natural al status de mercancía, el desarrollo de la producción capitalista amenaza hoy destruir la propia fábrica de la vida planetaria ([13]).
La segunda dimensión de la alienación descrita por Marx es la relación del obrero en el “acto de la producción, dentro de la actividad productiva misma. ¿Cómo podría el trabajador enfrentarse con el producto de su actividad como con algo extraño si en el acto mismo de la producción no se hiciese ya ajeno a sí mismo?”. En ese proceso “el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en su trabajo, el trabajador no se afirma sino que se niega; no se siente feliz sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Está en lo suyo cuando no trabaja, y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es así, voluntario, sino obligado. Es trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. El carácter alienante del trabajo se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo, se huye del trabajo como de la peste” ([14]).
Cualquiera que tenga un empleo “normal” en la vida cotidiana capitalista, y sobre todo cualquiera que haya trabajado en una fábrica, podrá reconocerse y reconocer sus sentimientos en estos términos. En la sociedad capitalista que desde hace mucho tiempo ha establecido su dominación sobre el mundo, el hecho de que el trabajo se haya convertido en una experiencia detestable para la gran mayoría de la humanidad es presentado casi como una ley de la naturaleza. Pero para Marx y el marxismo nada hay de natural en ello. Las anteriores formas de producción (por ejemplo el trabajo comunal primitivo, el trabajo artesanal...) no llegaron a tal divorcio entre el acto de la producción y el disfrute. Ello es en realidad la prueba de que la separación total realizada por el capital es un producto histórico y no natural. Armado de esta comprensión, Marx fue capaz de denunciar la cualidad verdaderamente escandalosa de la situación aportada por el trabajo asalariado. Y ello le condujo al otro aspecto de la alienación: la alienación respecto a la vida de la especie.
Este tercer aspecto de la teoría de la alienación de Marx es ciertamente el más complejo, el más profundo y el menos conocido. En esta parte del mismo capítulo, Marx afirma que el hombre ha llegado a ser extraño a su naturaleza humana. Para Althusser y otros críticos del Marx joven tales ideas demuestran que Los Manuscritos de 1844 no suponen una ruptura radical con Feuerbach y en general la filosofía radical. No estamos de acuerdo. Lo que Marx rechazaba de Feuerbach era la noción de una naturaleza humana fija e inmutable. Dado que la naturaleza misma no es fija ni inmutable, el pensamiento de Feuerbach llevaría a un callejón sin salida desde el punto de vista teórico, y en la práctica a una forma de idolatría. La concepción de Marx sobre la naturaleza humana no es así, sino dialéctica: el hombre es siempre una parte de la naturaleza, la naturaleza es “el cuerpo inorgánico del hombre” como dice en un pasaje de Los Manuscritos; el hombre es siempre una criatura de instintos, como dice en otra parte de la misma obra ([15]). Pero el hombre se distingue del resto de criaturas naturales por su capacidad de transformar su cuerpo a través de la actividad creadora consciente, la naturaleza más esencial del hombre, su ser de especie, como dijo Marx, es la de crear, la de transformar la naturaleza.
Los críticos vulgares del marxismo proclaman a veces que Marx ha reducido el hombre a “homo faber”, una simple bestia de carga, una categoría económica. Pero esos críticos están en realidad ofuscados ante el trabajo asalariado, ante las condiciones de la producción capitalista. Al definir al hombre como productor consciente, Marx lo eleva de hecho a las puertas del paraíso: pues ¿quién es Dios sino la imagen extraña del hombre verdaderamente hombre –hombre creador? Para Marx el hombre no es verdaderamente hombre más que cuando produce en un estado de libertad. El animal “no produce sino bajo la imposición de una necesidad física inmediata (...) mientras que el hombre produce en tanto está liberado de toda necesidad física, y no produce verdaderamente, más que cuando está liberado” ([16]).
Esta es verdaderamente una de las tomas de posición más radicales de Marx. Mientras la ideología capitalista pretende como un hecho eterno de la naturaleza que el trabajo se presente como una suerte de tortura mental o física, Marx afirma que el hombre es hombre no cuando produce, sino cuando produce por el puro placer de producir, liberado por completo de la necesidad física inmediata. De otro modo el hombre viviría una existencia puramente animal. Engels planteó la misma cuestión algunos años más tarde, en la conclusión de Socialismo utópico o socialismo científico, cuando afirma que el hombre no se distinguirá verdaderamente del resto del género animal más que cuando haya entrado en el reino de la libertad, en los estadios más avanzados de la sociedad comunista.
Podría incluso decirse que el trabajo alienado reduce al hombre a un nivel inferior al de los animales: “al arrancar al hombre el objeto de su producción, le arranca su vida genérica, su real objetividad genérica, y transforma su ventaja respecto al animal en desventaja, pues se ve privado de su cuerpo inorgánico, de la naturaleza. Del mismo modo al degradar la actividad propia, la actividad libre, a la condición de medio, el trabajo alienado hace de la vida genérica del hombre, un medio para su existencia física” ([17]).
En otros términos, la capacidad del hombre para trabajar conscientemente es lo que le hace humano, lo que le separa del resto de criaturas. Pero bajo las condiciones de alienación, este avance se transforma en retroceso. Así, la capacidad del hombre de separar el sujeto del objeto, lo que constituye un elemento fundamental de la conciencia específicamente humana está deformada por una relación de hostilidad con la naturaleza, con el mundo “objetivo” de los sentidos. Además, el trabajo alienado y sobre todo el trabajo asalariado capitalista, han transformado la característica más esencial y más elevada del hombre –su actividad vital consciente, libre, espontánea– en un simple medio de subsistencia, la ha reducido de hecho a unas cuantas cosas que se compran y venden en el mercado. En resumen, la “normalidad” de trabajar bajo el capitalismo es el insulto más refinado al “ser de especie” del hombre.
La cuarta faceta de la alienación, deriva directamente de las tres precedentes: “Una consecuencia inmediata del hecho de estar enajenado el hombre del producto de su trabajo, de su actividad vital, de su ser genérico, es la alienación del hombre respecto al hombre. Si el hombre se enfrenta consigo mismo, se enfrenta también al otro” ([18]).
La alienación del trabajo globalmente implica una relación de explotación: la apropiación del excedente por la clase dominante. En las primeras sociedades de clases (en ese capítulo Marx menciona Egipto, India, Perú, ejemplos de lo que posteriormente llamará modo de producción asiático), aunque ese excedente normalmente sea consagrado a los dioses, la potencia extranjera real que reinaba sobre el trabajo de los explotados no eran por supuesto los dioses sino otros hombres: “El ser extraño al que pertenecen el trabajo y el producto del trabajo, a cuyo servicio está aquel y para cuyo placer sirve éste, solamente puede ser el hombre mismo” ([19]).
Esta división fundamental en el corazón de la vida social crea inevitablemente una separación fundamental entre los seres humanos. Desde el punto de vista de la clase dominante, en cualquier sociedad de clases, los productores de riqueza, los explotados, no son más que objetos, simples bienes que existen únicamente para su beneficio (bien es verdad que sólo bajo el capitalismo esta alienación ha llegado a ser completa, pues en este modo de producción, las relaciones de explotación pierden todo carácter personal y pasan a ser completamente inhumanas y mecánicas). Desde el punto de vista de la clase explotada, los dominadores de la sociedad aparecen enmascarados por un torbellino de mistificaciones, apareciendo unas veces como dioses y otras como demonios según las circunstancias; sólo cuando emerge la conciencia de clase proletaria, que es la negación de todas las formas ideológicas de percepción, la clase explotada puede ver a sus explotadores con claridad como lo que son: simples productos de las relaciones sociales e históricas ([20]).
Pero esta división no se reduce únicamente a la relación directa entre explotado y explotador. Para Marx el ser de la especie humana no es una esencia aislada, encerrada en cada individuo; sino la “gemeinwesen”, un término clave que implica que la naturaleza del hombre es social, que la existencia comunitaria es la única forma realmente humana de la existencia humana. El hombre no existe aislado, como productor individual. Es el trabajador social, el productor colectivo por definición. Y sin embargo –y este elemento está desarrollado en los Grundrisse en particular–, la historia del hombre desde los tiempos tribales puede ser vista como la de la disolución continua de las fronteras comunales originales que mantenían juntas las primeras sociedades humanas. Este proceso está íntimamente ligado al desarrollo de las relaciones mercantiles, ya que estas son ante todo el agente disolvente de la existencia comunitaria. Esto puede verse ya en la sociedad clásica donde el crecimiento sin precedentes de las relaciones mercantiles minó profundamente los antiguos lazos de las “gens” y tendió a crear ya una sociedad de “guerra de cada uno contra los demás”, algo que Marx ya constató en su tesis de doctorado sobre la filosofía griega. Pero la dominación de las relaciones mercantiles ha alcanzado sin duda su apogeo en el capitalismo, la primera sociedad que ha generalizado las relaciones mercantiles hasta en el corazón del organismo social, el proceso mismo de producción. Este aspecto de la sociedad capitalista, en tanto que sociedad del egoísmo universal, en la que la competencia y la separación ponen a todos los hombres en guerra unos contra otros, fue especialmente subrayado por Marx en su artículo La cuestión judía, en la que Marx realizó la primera crítica de la concepción burguesa de una emancipación puramente política: “Ninguno de los llamados derechos humanos trasciende por lo tanto el hombre egoísta, el hombre como miembro de la sociedad burguesa, es decir, el individuo replegado en sí mismo, en su interés privado y en su arbitrariedad privada y disociada de la comunidad. Lejos de concebir al hombre como ser genérico, estos derechos hacen aparecer por el contrario, la vida genérica misma, la sociedad, como un marco externo a los individuos, como una limitación de su independencia originaria” ([21]).
Esta atomización del hombre en la sociedad civil, es decir burguesa, es la clave indispensable para analizar todas las cuestiones sociales que existen fuera del proceso inmediato de producción: las relaciones entre los sexos y la institución de la familia; el fenómeno de la “soledad de las masas” que tanto ha intrigado a los sociólogos y que parece característica de la civilización del siglo xx; y en general a toda las esferas de las relaciones interpersonales. Pero tiene igualmente un significado muy directo para la lucha del proletariado, en tanto que explica la forma en que el capitalismo divide al propio proletariado, haciendo de cada obrero un competidor de su compañero, inhibiendo así la tendencia inherente del proletariado a unirse en defensa de sus intereses comunes contra la explotación capitalista.
El fenómeno de atomización está particularmente agudizado hoy en la fase final de la decadencia capitalista, la fase del hundimiento generalizado y de la descomposición de las relaciones sociales. Como ya hemos explicado en numerosos textos ([22]), esta fase se caracteriza sobre todo por el desarrollo del individualismo del “cada uno a la suya”, por la desesperación, el suicidio, la droga y las enfermedades mentales a una escala como nunca antes ha conocido la historia. Es la fase en que la consigna podría ser la frase de Thatcher: “no existe ya la sociedad, solamente individuos y su familia”. Es la fase, como confirman los acontecimientos sangrantes que vemos en la ex-URSS, del canibalismo individual, en la que masas de seres humanos son arrastrados a los conflictos más irracionales y mortíferos, a persecuciones, a luchas fratricidas, a guerras que amenazan siniestramente el futuro mismo de la humanidad. Evidentemente, las raíces de tal irracionalidad residen en las alienaciones fundamentales y centrales de la sociedad burguesa, y evidentemente también la solución sólo puede residir en el cambio de las relaciones sociales de producción.
Hay que recordar que Marx no desarrolló su teoría de la alienación para deplorar la miseria que veía a su alrededor, ni para presentar, como hacían por ejemplo diversas corrientes del socialismo “verdadero” y feudal, la historia humana simplemente como un retroceso desgraciado desde un estado original de plenitud. No. Para Marx, la alienación del hombre era el necesario producto de la evolución humana, y como tal contenía en germen su propia superación: “El ser humano tenía que ser reducido a esta absoluta pobreza para que pudiera alumbrar su riqueza interior” ([23]).
Pero la creación de esta vasta riqueza exterior, esta riqueza ajena a aquellos que la crean, hace igualmente posible que los seres humanos pasen de la alienación a la libertad. Como afirma Marx: “Se demostrará que la forma más extrema de la alienación, aquella en que el trabajo está en relación con el capital y el trabajo asalariado, y el trabajo, la actividad productiva está relacionado con sus propias contradicciones y su propio producto es un momento de transición necesario, y por lo tanto contiene en sí misma, en forma aún únicamente invertida, la disolución de todos los presupuestos limitados de la producción y además crea y produce los presupuestos incondicionales de la producción, y con ello, las condiciones materiales plenas para el desarrollo total, universal, de las fuerzas productivas de los individuos” ([24]).
Hay aquí dos aspectos: primeramente que a causa de la productividad sin precedentes del trabajo desarrollado bajo el modo de producción capitalista, el viejo sueño de una sociedad de la abundancia en la que todos los seres humanos, y no sólo algunos privilegiados, tengan a su disposición el dedicarse al “desarrollo total, universal” de su fuerza creadora, pueda dejar de ser un sueño para convertirse en realidad. Pero la posibilidad del comunismo no es únicamente una cuestión de tecnología, sino que por encima de todo depende de la existencia de una clase que tiene un interés material en instaurarlo. Y aquí también la teoría de la alienación de Marx muestra cómo a pesar y, precisamente, a causa de la alienación que sufre en la sociedad burguesa, el proletariado se verá impulsado a levantarse contra sus condiciones de existencia:
“La clase poseedora y la clase del proletariado representan la misma alienación. Pero la primera se complace y se siente confirmada en esta alienación de sí misma, sintiendo la alienación como su propia potencia, y encontrando en ella la apariencia de una existencia humana; la segunda se siente aniquilada en la alienación, viendo en ella su propia impotencia y la realidad de una existencia inhumana. Para emplear una expresión de Hegel, vive en la abyección, la revuelta contra esa abyección, revuelta a la que le empuja necesariamente el conflicto entre su naturaleza humana y su situación en la vida, que es la negación evidente, radical e integral de esa naturaleza” ([25]).
La teoría de la alienación se queda en nada si no se entiende pues, como una teoría de la revuelta de la clase obrera, una teoría de la revolución, de la lucha histórica por el comunismo. En el próximo capítulo, estudiaremos los primeros esbozos de la sociedad comunista que Marx “dedujo” de su crítica de la alienación capitalista.
CDW
(1) El Capital. En este pasaje del Marx “maduro”, se desarrolla una cuestión fundamental tratada en los Manuscritos: la distinción entre el trabajo humano y la “actividad vital” de los demás animales.
(2) Ver el artículo precedente de esta serie: “Cómo el proletariado se ganó a Marx para el Comunismo”, Revista Internacional, nº 69.
(3) Respecto a las críticas de Marx sobre “el comunismo vulgar”, ver el primer artículo de esta serie, Revista Internacional, nº 68.
(4) Bordiga, “Commentaires sur les Manuscrits de 1844”, en Bordiga et la passion du communisme, recopilados por J. Camatte, Editorial Spartacus, París 1974.
(5) Ibíd.
(6) Marx en el artículo editorial del nº 179 de La Gaceta de Colonia, publicado en La Gaceta renana, 1842.
(7) Hegel, La fenomenología del espíritu, 1807, prefacio.
(8) Manuscritos de Economía y Filosofía, Alianza Ed.
(9) Marx, Tesis sobre Feuerbach.
(10) Manuscritos de economía y filosofía, Alianza Ed., pág. 106.
(11) Ibídem.
(12) Ídem., pág. 109-110.
(13) Ver el artículo: « Es el capitalismo quien envenena la tierra » en Revista Internacional, nº 63.
(14) Manuscritos de Economía y Filosofía, Alianza Editorial, págs. 108-109.
(15) Ibídem.
(16) Ídem., pag 112.
(17) Ídem., pag. 113.
(18) Ibídem.
(19) Ídem., pág. 114.
[1] El Capital. En este pasaje del Marx “maduro”, se desarrolla una cuestión fundamental tratada en los Manuscritos: la distinción entre el trabajo humano y la “actividad vital” de los demás animales.
[2] Ver el artículo precedente de esta serie: “Cómo el proletariado se ganó a Marx para el Comunismo”, Revista Internacional, nº 69.
[3] Respecto a las críticas de Marx sobre “el comunismo vulgar”, ver el primer artículo de esta serie, Revista Internacional, nº 68.
[4] Bordiga, “Commentaires sur les Manuscrits de 1844”, en Bordiga et la passion du communisme, recopilados por J. Camatte, Editorial Spartacus, París 1974.
[5] Ibíd.
[6] Marx en el artículo editorial del nº 179 de La Gaceta de Colonia, publicado en La Gaceta renana, 1842.
[7] Hegel, La fenomenología del espíritu, 1807, prefacio.
[8] Manuscritos de Economía y Filosofía, Alianza Ed.
[10] Manuscritos de economía y filosofía, Alianza Ed., pág. 106.
[11] Ibídem.
[12] Ídem., pág. 109-110.
[13] Ver el artículo: « Es el capitalismo quien envenena la tierra » en Revista Internacional, nº 63.
[14] Manuscritos de Economía y Filosofía, Alianza Editorial, págs. 108-109.
[15] Ibídem.
[16] Ídem., pág. 112.
[17] Ídem., pág. 113.
[18] Ibídem.
[19] Ídem., pág. 114
[20] Sobre las especificidades de la conciencia proletaria, ver el libro de Lukács, Historia y Conciencia de clase y el folleto de nuestra Corriente Comunista Internacional: Organización comunista y conciencia de clase.
[21] “La Cuestión judía”, Anales Franco-Alemanes, Ed. Martinez Roca, pág. 244.
[22] Ver en particular « La descomposición, fase final de la decadencia del capitalismo » en la Revista Internacional, nº 62.
[23] Manuscritos, Alianza Editorial, pág. 148.
[24] Grundisse.
[25] Marx y Engels, La Sagrada familia.
“Las hambrunas aumentan en los países del tercer Mundo y pronto alcanzarán a los países que se pretendían “socialistas”, a la vez que en Europa occidental y en América del Norte se destruyen depósitos de productos agrícolas, se paga a los campesinos para que cultiven menos tierras, se les penaliza si producen más de los cupos estipulados. En Latinoamérica, epidemias, como el cólera por ejemplo, matan a miles de personas, y eso que esa plaga había sido erradicada hace tiempo. Por todas las partes del mundo, las inundaciones o los terremotos siguen matando a decenas de miles de seres humanos en unas cuantas horas y eso que la sociedad es ahora perfectamente capaz de construir diques y viviendas que podrían evitar esas hecatombes. Tampoco se puede evocar la “fatalidad” o los “caprichos de la naturaleza”, cuando, en Chernóbil, en 1986, la explosión de una central atómica mata a cientos (si no son miles) de personas y contamina varias provincias, cuando, en los países más desarrollados, se viven catástrofes asesinas en el mismo corazón de las grandes ciudades: 60 muertos en una estación parisina, más de 100 muertos en un incendio del metro de Londres, hace poco tiempo. Este sistema se revela además incapaz de hacer frente a la degradación del entorno, las lluvias ácidas, las contaminaciones de todo tipo y especialmente la nuclear, el efecto invernadero, la desertificación, que ponen en peligro la supervivencia misma de la especia humana” (1991, Revolución comunista o destrucción de la humanidad) [1]
El problema del medio ambiente siempre ha estado presente en la propaganda de los revolucionarios, desde la denuncia que hicieron Marx y Engels de las condiciones insoportables en el Londres de mediados del siglo xix, hasta la de Bordiga sobre los desastres medioambientales causados por la irresponsabilidad del capitalismo. Hoy esta cuestión es todavía más crucial y exige un esfuerzo creciente por parte de las organizaciones revolucionarias para mostrar hasta qué punto la alternativa histórica ante la que se encuentra la humanidad, socialismo o barbarie, opone la perspectiva del socialismo a la de la barbarie no sólo por las guerras locales o generales, sino que la barbarie incluye también la amenaza de una catástrofe ecológica y medioambiental que se perfila en el horizonte cada día más.
Con esta serie de artículos, la CCI quiere desarrollar el tema del medio ambiente abordando sucesivamente los aspectos siguientesEste primer artículo [2] levanta acta de la situación actual, procurando poner en evidencia la globalidad de los riesgos que se ciernen sobre la humanidad, especialmente los fenómenos más destructores que existen a nivel planetario como: – el incremento del efecto invernadero,– la gestión de los residuos,– la difusión que aumenta sin cesar de contaminantes y los procesos que la amplían a nivel biológico,– el agotamiento de los recursos naturales y/o su alteración por las contaminaciones.En un segundo artículo, intentaremos demostrar por qué los problemas del medio ambiente no pueden achacarse a individuos, por mucho que también existan responsabilidades individuales, pues es el capitalismo y su lógica de máxima ganancia los responsables verdaderos. A este respecto, habremos de ver cómo la propia evolución de la ciencia y de la investigación científica no se hace al azar, sino que está sometida al imperativo capitalista de la ganancia máxima.En el tercer artículo analizaremos las respuestas aportadas por los diferentes movimientos verdes, ecologistas, etc., para mostrar que por mucha buena fe y la mejor voluntad de muchos de quienes participan en ellos, no sólo son ineficaces sino que sirven para alimentar la ilusión de que existe una solución a esos problemas en el seno del capitalismo, cuando, en realidad, la única solución es la revolución comunista internacional.
Se habla cada día más de problemas medioambientales, aunque sólo sea porque en los últimos años, han aparecido en los diferentes países del mundo unos partidos en cuyos estandartes se ha inscrito la defensa del entorno. ¿Es esto algo tranquilizador? ¡Ni mucho menos! Todo el alboroto hecho al respecto no ha servido más que para enredar más las ideas. Por eso hemos decidido empezar describiendo unos fenómenos particulares que, combinados, arrastran cada día más a nuestra sociedad hacia la catástrofe medioambiental. Como habremos de ver, y contrariamente a lo que nos cuentan la televisión y revistas más o menos especializadas, la situación es mucho más grave y amenazadora que lo que quieren que nos creamos. Y no será tal o cual capitalista, insaciable e irresponsable, tal o cual mafioso o de la Camorra los responsables, sino todo el sistema capitalista como tal.
Del efecto invernadero todo el mundo habla, pero no siempre con conocimiento de causa. En primer lugar, hay que dejar claro que el efecto invernadero es un fenómeno benéfico para la vida en la Tierra – al menos para el tipo de vida que conocemos – pues permite que reine en la superficie de nuestro planeta una temperatura media (media global, que tiene en cuenta las cuatro estaciones y las diferentes latitudes) de unos 15 °C, en lugar de – 17 °C, temperatura estimada sin efecto invernadero. Puede uno imaginarse lo que sería un mundo cuya temperatura estaría siempre bajo 0 °C, con los mares y los ríos helados… ¿A qué se debe esa diferencia de más de 32 °C?, se debe al efecto invernadero: la luz del sol atraviesa las capas más bajas de la atmósfera sin ser absorbida (el sol no calienta el aire), alimentando la energía de la Tierra. Al estar compuesta de infrarrojos, la radiación que emana de ésta (como de cualquier astro), es entonces interceptada y abundantemente absorbida por ciertos componentes del aire como el anhídrido carbónico, el vapor de agua, el metano y otros compuestos de síntesis como los clorofluorocarbonos (CFC). De ello resulta que el balance térmico de la Tierra aprovecha ese calor producido en las capas bajas de la atmósfera, provocando un aumento de temperatura en la superficie de la tierra 32 °C. El problema no es, por lo tanto, el efecto invernadero en sí, sino que con el desarrollo de la sociedad industrial, se han ido introduciendo en la atmósfera muchas substancias “con efecto invernadero” cuya concentración aumenta sensiblemente y cuya consecuencia es, pues, hacer aumentar el efecto invernadero. Se ha demostrado, por ejemplo, gracias a estudios realizados sobre el aire encerrado en muestras de hielo polar de más 650 000 años, que la concentración actual en CO2, de 380 ppm (partes por millón o miligramos por decímetro cúbico) es la más alta de todo ese período, y quizás incluso de los últimos 20 millones de años. Además, las temperaturas registradas durante el siglo xx han sido las más elevadas desde hace 20 000 años. El recurso desenfrenado a los combustibles fósiles como fuente de energía y la deforestación creciente de la superficie terrestre han comprometido a partir de la era industrial, el equilibrio natural del gas carbónico en la atmósfera. Este equilibrio es el producto de la liberación de CO2 en la atmósfera por un lado, mediante la combustión y la degradación de la materia orgánica y, por otro, de la fijación de ese gas carbónico de la atmósfera mediante la fotosíntesis, proceso que lo transforma en glúcido y por lo tanto en materia orgánica compleja. El desequilibrio entre liberación (combustión) y fijación (fotosíntesis) de CO2, en favor de la liberación, es la razón del incremento actual del efecto invernadero. Como hemos dicho antes, no sólo entra en danza el gas carbónico sino también el vapor de agua y el metano. El vapor de agua es, a la vez, factor y producto del efecto invernadero puesto que, presente en la atmósfera, es tanto más abundante cuanto más elevada es la temperatura a causa del incremento de la evaporación de agua resultante. El aumento de metano en la atmósfera tiene su origen, por su parte, en toda una serie de fuentes naturales, pero también es el resultado del uso creciente de ese gas como combustible y de los múltiples escapes en los gasoductos diseminados por toda la superficie del globo. El metano, también llamado “gas de los pantanos”, es un tipo de gas procedente de la fermentación de la materia orgánica en ausencia de oxígeno. La inundación de valles frondosos para presas de agua de centrales hidroeléctricas origina una producción de metano local en aumento. El problema del metano, que ahora contribuye en un tercio del incremento del efecto invernadero, va mucho más allá en gravedad que ese aumento local. Ante todo, el metano tiene una capacidad de absorción de los infrarrojos 23 veces mayor que el CO2, que ya es mucho. ¡Pero podría ser mucho más grave! Ninguna previsión actual, bastante catastróficas ya, tiene en cuenta lo que podría suceder si se libera metano a partir del enorme depósito natural de la tierra. Este está formado por bolsas de gas atrapado en torno a 0 °C y a una presión de unas cuantas atmósferas, en unas estructuras particulares de hielo (gas hidratado), siendo un litro de cristal capaz de contener unos 50 litros de gas metano. Esos yacimientos se encuentran sobre todo en el mar, a lo largo del talud continental y dentro del permafrost [suelo permanentemente congelado], en diversas zonas de Siberia, Alaska y norte de Europa. Este es el sentimiento de algunos peritos en estos temas:
“Si el calentamiento global superara ciertos límites (3-4 °C) y si la temperatura de las aguas costeras y del permafrost se elevara, podría producirse una enorme emisión, en un tiempo corto (unas cuantas decenas de años), de metano liberado por los hidratos vueltos inestables, lo cual provocaría una aceleración catastrófica del efecto invernadero. (…) durante el último año, las emisiones de metano a partir del territorio sueco, al norte del círculo polar, han aumentado en 60 %, el aumento de temperatura en estos quince últimos años es limitado en término medio global, pero es mucho mayor (unos grados) en las zonas septentrionales de Eurasia y de Norteamérica (en verano, se ha abierto el mítico paso del noroeste que permite ir en barco desde el Atlántico al Pacifico)” ([3]).
Incluso sin esas “novedades”, las previsiones elaboradas por organismos reconocidos a nivel internacional como la Agencia IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) de la ONU y el MIT (Massachussets Institute of Technology) de Boston, anuncian ya para este siglo un aumento de la temperatura media entre un mínimo de 0,5 °C a un máximo de 4,5 °C, en la hipótesis de que no se haga nada significativo en contra, como está ocurriendo hasta ahora. Esas previsiones, además, ni siquiera incluyen las dos nuevas potencias industriales, insaciables en energía, China e India.
“Un calentamiento suplementario de unos cuantos grados centígrados provocaría una evaporación más intensa de las aguas oceánicas, pero los análisis más sofisticados sugieren que habría una disparidad acentuada de la pluviosidad en diferentes regiones. Se extenderían las zonas áridas y se volverían todavía más áridas. Las zonas oceánicas con temperaturas de superficie superiores a 27 °C, cota crítica para la formación de ciclones, aumentarían entre 30 y 40 %. Eso engendraría episodios meteorológicos catastróficos en continuidad con inundaciones y desastres recurrentes. El deshielo de una buena parte de los glaciares antárticos y de Groenlandia, el aumento de la temperatura de los océanos, harían subir su nivel (…) con entradas de agua salada en muchas zonas costeras fértiles y la sumersión de regiones enteras (Bengladesh en parte, muchas islas oceánicas)” ([4]).
No tenemos espacio aquí para desarrollar este tema, pero vale la pena recordar, al menos, que el cambio climático, provocado por el incremento del efecto invernadero, incluso sin llegar al efecto retroactivo producido por la liberación del metano de la tierra, podría causar multitud de catástrofes pues provocaría:– una mayor intensidad de los fenómenos meteorológicos, un efecto detergente mayor en las tierras a causa de unas lluvias mucho más fuertes, con una disminución de la fertilidad y un proceso de desertificación incluso en zonas de clima menos templado, como ya se está produciendo, por ejemplo, en el Piamonte italiano.– la aparición, en el Mediterráneo y otros mares antes templados, de condiciones medioambientales favorables a la supervivencia de especies marinas tropicales y, por lo tanto, a la migración de especies no autóctonas, lo que acarrearía perturbaciones en el equilibrio ecológico.– el retorno de enfermedades ya erradicadas como la malaria, por la aparición de condiciones climáticas favorables al crecimiento y diseminación de sus organismos vectores como los mosquitos, etc.
Un segundo tipo de problema, típico de esta fase de la sociedad capitalista, es la producción excesiva de desperdicios y la dificultad subsiguiente para tratarlos de modo adecuado. Si, recientemente, la noticia de la presencia de montones de basura por todas las calles de Nápoles y de su región (Campania) ha llenado pantallas y periódicos del mundo, eso sólo se debe a que esa región del mundo se la considera todavía, a pesar de todo, como parte de un país industrializado y, por ende, avanzado. Porque lo que es hoy una evidencia patente es que las periferias de cantidad de grandes ciudades del Tercer Mundo se han convertido desde hace tiempo en gigantescos basureros al aire libre. Esa acumulación enorme de desperdicios es el resultado de la lógica del capitalismo. Cierto, la humanidad ha producido siempre desperdicios, pero en tiempos pasados siempre se reintegraban, se recuperaban y volvían a utilizarse. Solo actualmente, bajo el capitalismo, los desperdicios se han convertido en un problema para los mecanismos específicos de funcionamiento de esta sociedad, unos engranajes que están todos basados en un principio fundamental: todo producto de la actividad humana es considerado como una mercancía, o sea algo destinado a la venta para realizar el máximo beneficio posible en un mercado cuya única ley es la competencia. Esto no puede tener sino una serie de consecuencias nefastas:1. La producción de mercancías no puede planificarse en el espacio y en el tiempo a causa de la competencia entre capitalistas; por eso sigue una lógica irracional, según la cual cada capitalista tiende a ampliar su propia producción para vender lo más barato y obtener su ganancia, lo que lleva a excedentes de mercancías no vendidas. Por otra parte es precisamente esa necesidad de vencer a la competencia bajando los precios de las mercancías lo que lleva a los productores a disminuir la calidad de los productos manufacturados, lo que hace que su duración se reduzca de manera drástica y se conviertan rápidamente en desperdicios;2. Una producción aberrante de embalajes y de condicionamientos, a menudo a partir de sustancias tóxicas, no biodegradables, se va acumulando en el entorno. Esos embalajes que a menudo no tienen la menor utilidad sino es la de hacer más atractivas las mercancías para los compradores eventuales, representan muy a menudo una parte predominante, a nivel de peso y de volumen, con relación al contenido de la mercancía vendida. Se estima que hoy, en las ciudades, el material procedente de los embalajes llena la mitad de la bolsa de basura. 3. La producción de desperdicios se acentúa con los nuevos estilos inherentes a la vida moderna. Comer fuera de casa, en un autoservicio, en platos de plástico, beber agua mineral en botellas de plástico, es desde hace tiempo lo cotidiano de cientos de millones de personas en el mundo entero. De igual modo, el uso de bolsas de plástico para hacer las compras es una comodidad que casi nadie puede evitar. Todo eso no arregla los problemas del medio ambiente, evidentemente, pero sí que arregla el bolsillo del gerente del autoservicio que se ahorra la mano de obra necesaria para limpiar lo no desechable. Al gerente de un supermercado, incluso al comerciante del barrio, todo eso le beneficia, pues el cliente puede comprar lo que quiere en todo momento, aunque no tuviera previsto hacerlo, pues siempre habrá una bolsa que le sirva de embalaje. En fin, todo lleva a un aumento considerable de la producción de deshechos en el mundo entero, cerca de un kilo por día y habitante, o sea, ¡millones y millones de toneladas de desperdicios de todo tipo por día! Se calcula que, ya solo en Italia, durante los 25 últimos años, con una población equivalente, la cantidad de basura se ha más que duplicado a causa de los embalajes. El problema de los desperdicios es uno de los que todos los políticos creen poder resolver, pero que, en realidad, encuentra obstáculos insuperables en el capitalismo. Esos obstáculos no se deben, ni mucho menos, a una falta de tecnología, sino que, al contrario, una vez más, se deben a la lógica con la que está gestionada esta sociedad. En realidad, la gestión de los desperdicios, para hacerlos desparecer o reducir su cantidad, también está sometida a la ley de la ganancia. Incluso cuando es posible el reciclado o la reutilización de materiales, mediante la selección, todo eso requiere medios y cierta capacidad política de coordinación, que suele estar ausente en las economías más débiles. Por eso es por lo que, en los países más pobres y allí donde las actividades de las empresas declinan a causa de la crisis galopante de las últimas décadas, gestionar los desperdicios es más que un gasto suplementario.Algunos podrán objetar: si en los países avanzados, la gestión de los desperdicios funciona, eso significa que se trata de un problema de buena voluntad, de sentido cívico y de aptitud a la gestión de la empresa. Lo que de verdad ocurre es que, como en todos los sectores de la producción, los países más fuertes dejan a los países más débiles (o en estos a las regiones más desfavorecidas económicamente) el peso de una parte de la gestión de sus desechos.
“Dos grupos de especialistas en medio ambiente estadounidenses, Basel Action Network y Silicon Valley Toxics, han publicado un informe reciente que afirma que entre 50 y 80 % de los desechos de la electrónica de los estados del oeste de Estados Unidos se cargan con contenedores en navíos que se dirigen a Asia (sobre todo India y China) donde los costes de eliminación son muchísimo menores y las leyes del medio ambiente menos severas. No se trata de un proyecto de ayuda, sino de un comercio de residuos tóxicos que los consumidores han decidido tirar. El informe de las dos asociaciones menciona, por ejemplo, el vertedero de Guiyu, adonde van a parar sobre todo pantallas e impresoras. Los obreros de Guiyu usan herramientas rudimentarias para sacar los componentes destinados a ser vendidos. Una cantidad impresionante de desechos electrónicos no es reciclada, sino sencillamente abandonada a cielo abierto en los campos, en las orillas de los ríos, en los lagos, marismas, ríos y acequias de riego. Entre quienes trabajan sin precaución alguna hay mujeres, hombres, niños” ([5]).
“En Italia (…), se estima que las ecomafias tienen un volumen de negocios de 26 mil millones de € por año, de entre los cuales 15 por el tráfico y la eliminación ilegal de desechos” (Informe Ecomafia 2007, de la “Lega Ambiente”). (…) El Servicio de Aduanas ha confiscado 286 contenedores con más de 9000 toneladas (t.) de desperdicios en 2006. El tratamiento legal de un contenedor de 15 t. de residuos peligrosos cuesta unos 60 000 euros; por la misma cantidad, el mercado ilegal en Oriente sólo pide 5000. Los destinos principales de los tráficos ilegales son muchos países de Asia en vías de desarrollo; los materiales exportados son, primero, trabajados y, luego, reintroducidos en Italia u otros países occidentales, como derivados de esos mismos residuos para ser destinados, en particular, a las fábricas de material plástico.
En junio de 1992, la FAO (Food and Agricultural Organisation) anunció que los Estados en vías de desarrollo, los africanos sobre todo, se habían convertido en un “basurero” a disposición de occidente. Somalia parece ser hoy uno de los Estados africanos con mayor “riesgo”, una verdadera encrucijada de intercambios y tráfico de ese tipo: en un informe reciente, la UNEP (United Nations Environment Programme) nota el aumento constante de la cantidad de capas freáticas contaminadas en Somalia, causa de enfermedades incurables en la población. El puerto de Lagos, en Nigeria, es la escala más importante del tráfico ilegal de componentes tecnológicos vetustos enviados a África” .
[...]Como ya hemos dicho arriba, trasladar el problema de las basuras hacia las regiones desfavorecidas es algo que ocurre dentro de un mismo país. Eso es lo que ocurre en Campania, la región italiana de Nápoles, que ha ocupado las crónicas internacionales con sus montones de inmundicias bordeando las calles durante meses. Poca gente sabe, sin embargo, que Campania, como, en el plano internacional, China, India o los países de África del Norte, es el basurero de todos los residuos tóxicos de industrias del norte que han transformado zonas agrícolas fértiles y placenteras, como la de Caserta, en una de las zonas más contaminadas del planeta. Por muchas denuncias y acciones de la justicia que se sucedan unas a otras, los estragos continúan sin freno. No es la Camorra, la mafia, el hampa, los que provocan esos estragos, sino la lógica misma del capitalismo. Mientras que el procedimiento oficial para eliminar correctamente un kilo de residuos tóxicos representa un gasto que puede superar los 60 céntimos de euro, ese mismo servicio cuesta unos diez céntimos cuando se usan medios ilegales. Y es así como cada año, cada gruta abandonada se transforma en vertedero. En un pueblecito de Campania, donde van a construir precisamente un incinerador, esos desechos tóxicos, mezclados con tierra para ocultarlos, sirvieron para construir el firme de un larga avenida “de tierra batida”. Como lo cuenta Saviano en su libro, que se ha convertido en un fenómeno de librería en Italia:
“si se juntaran los desperdicios ilegales gestionados por la Camorra se crearía una montaña de 14 600 metros de alto con una base de tres hectáreas: la montaña más grande que jamás haya existido en el mundo” ([6]).
Por otra parte, como lo veremos más detalladamente en el próximo artículo, el problema de los residuos está ante todo vinculado al tipo de producción que desarrolla la sociedad actual. Más allá de lo “desechable”, el problema está en los materiales utilizados para fabricar las cosas. El recurrir a materiales sintéticos, el plástico sobre todo, prácticamente indestructibles, plantea enormes problemas para la humanidad del mañana. Y en este caso, ya no se trata de países ricos o pobres, pues el plástico no es biodegradable en ningún lugar del mundo, como lo pone de relieve este extracto de un artículo:
“Se la llama Trash Vortex, la isla de los desperdicios del Océano Pacifico, de un diámetro de unos 25 000 km., uno profundidad de 30 metros, compuesta de 80 % de plástico, para lo restante, de otras basuras procedentes de todas partes. Es como si hubiera una isla inmensa en medio del Pacífico, formada de inmundicias en lugar de rocas. Estas últimas semanas, la densidad de ese material ha alcanzado tal nivel que el peso total de esta “isla” de residuos alcanza 3,5 millones de t., explica Chris Parry de la Comisión Costera Californiana de San Francisco (...) Este vertedero increíble y poco conocido se ha ido formando a partir de los años 50, como consecuencia de la existencia del Giro subtropical del Pacífico norte, una corriente oceánica lenta que se desplaza en el sentido de las agujas del reloj y en espiral, bajo el efecto de un sistema de corrientes de alta presión. (…). La mayor parte del plástico llega de los continentes, 80 % más o menos; sólo el resto procede de los barcos, de recreo, comerciales o pesqueros. En el mundo se producen unos 100 mil millones de kilos de plástico por año, del cual acaban en el mar en torno a un 10 %. El 70 % de este plástico acabará hundiéndose en el fondo de los mares, causando estragos entre los seres vivos de esos parajes. Y el resto seguirá flotando. La mayor parte de esos plásticos es poco biodegradable y acaba fragmentándose en trocitos que terminan en los estómagos de muchos animales marinos causándoles la muerte. Lo que queda acabaría descomponiéndose dentro de cientos de años, provocando estragos durante todo ese tiempo en la vida marina” ([7]).
¡Una masa de desechos con una extensión dos veces mayor que la de Estados Unidos!! ¿Y sólo ahora la habrían visto? ¡Ni mucho menos! En realidad fue descubierta en 1997 par un capitán de investigaciones oceanográficas y hoy nos enteramos que un informe de la ONU de 2006:“calculaba que un millón de aves marinas y más de 100 000 peces y mamíferos marinos mueren cada año a causa de los restos de plástico y que cada milla marina cuadrada del océano contiene al menos 46 000 fragmentos de plástico flotante” ([8]).¿Y qué han hecho quienes tienen las riendas de la sociedad durante estos diez años? Nada, absolutamente nada. Situaciones parecidas, por menos dramáticas que sean, son también lamentables en el Mediterráneo, en cuyas aguas se tiran cada año 6,5 millones de t. de basuras, de las cuales 80 % son plástico, y en cuyos fondos se llegan a contar unos 2000 trozos de plástico por km2 ([9]). Y sin embargo, ¡soluciones sí que hay! Cuando el plástico está fabricado con 85 % de almidón de maíz es totalmente biodegradable, por ejemplo. Y ya es hoy una realidad: hay bolsas, lápices y otros objetos fabricados con esa materia. El problema es que bajo el capitalismo, la industria difícilmente se mete por un camino si no es rentable, y como el plástico a base de almidón de maíz cuesta más caro, nadie quiere asumir unos precios más elevados con la materia biodegradable con el riesgo de verse expulsado del mercado ([10]). El problema es que los capitalistas se han acostumbrado a hacer balances económicos que excluyen sistemáticamente todo lo que no puede cifrarse, porque no pueden ni venderlo ni comprarlo, aunque se trate de la salud de la población y del medio ambiente. Cada vez que un industrial produce una materia que, al final de su recorrido acaba siendo basura, prácticamente jamás se prevén los gastos por la gestión de esos residuos y, sobre todo, lo que nunca se prevé son los estragos que implica la permanencia de esa materia en la tierra. [...]
Los contaminantes son substancias, naturales o sintéticas, que son tóxicas para el hombre y/o el mundo viviente. Junto a substancias naturales presentes desde siempre en nuestro planeta y usadas de diferentes modos por la tecnología industrial, y entre ellas, los metales pesados, el amianto, etc., la industria química ha producido miles de otros productos y en cantidades… industriales. La falta de conocimiento sobre la peligrosidad de toda una serie de substancias y, sobre todo, el cinismo del capitalismo, han provocado desastres inimaginables, creando una situación medioambiental que será difícil restaurar una vez que la clase dominante actual haya sido eliminada. Uno de los episodios más catastróficos de la industria química fue, sin lugar a dudas, el de Bhopal, en India, que ocurrió entre el 2 y el 3 de diciembre de 1984 en la factoría de la Union Carbide, multinacional química americana. Una nube tóxica de 40 t. de pesticidas mató, inmediatamente y en los años siguientes, a 16 000 personas al menos, causando daños corporales irremediables a un millón más. Las encuestas sucesivas revelaron que, contrariamente a la fábrica del mismo tipo situada en Virginia, en la de Bhopal no se había efectuado ninguna medida de presión, ni había sistemas de refrigeración. La torre de refrigeración estaba temporalmente cerrada, los sistemas de seguridad no correspondían al tamaño de la factoría. Pero la verdad es que la fábrica india, con su mano de obra muy barata, significaba para los dueños norteamericanos una inversión neta con una rentabilidad excepcional, que no necesitaba más que una inversión reducida en capital fijo y variable… Otro acontecimiento histórico fue, más tarde, el de la central nuclear de Chernóbil en 1986.
“Se ha calculado que las emisiones radioactivas del reactor 4 de Chernóbil fueron cerca de 200 veces mayores que las explosiones de Hiroshima y Nagasaki juntas. En total, hay zonas muy contaminadas en las que viven 9 millones de personas, entre Rusia, Ucrania y Bielorrusia, donde el 30 % del territorio está contaminado por el cesio 137. En esos tres países, fueron evacuadas unas 400 000 personas, y otras 270 000 viven en zonas en las que el consumo de alimentos producidos localmente está sometido a restricciones” ([11]).
Ha habido, ya se sabe, una multitud de desastres medioambientales causados por la mala gestión de las fábricas o por incidentes de todo tipo como las incontables mareas negras, entre las cuales la provocada por el petrolero Exxon Valdez el 24 de marzo de 1989, cuyo naufragio en la costa de Alaska provocó el escape de unas 30 000 t. de petróleo, o la primera Guerra del Golfo que terminó en incendio de los pozos de petróleo y en desastre ecológico causado por la dispersión del petróleo por el golfo Pérsico, el más grave de la historia hasta hoy. Más en general, se calcula, según la Academia nacional de ciencias de EE.UU, que la cantidad de hidrocarburos que se pierde en los mares cada año está en una media entre 3 y 4 millones de t., con una tendencia al aumento, a pesar de las diferentes intervenciones preventivas, debidas al incremento continuo de las necesidades. Además de la propia acción de los contaminantes que, cuando se encuentran a altas dosis en el entorno, provocan intoxicaciones agudas, hay otro mecanismo de intoxicación, más lento y discreto, el del envenenamiento crónico. De hecho, una sustancia tóxica absorbida lentamente y a pequeñas dosis, si es químicamente estable, puede acumularse en órganos y tejidos de los seres vivos, hasta alcanzar una concentración que acaba siendo letal. Es lo que en ecotoxicología se llama bioacumulación. Y también hay otro mecanismo en acción cuando una sustancia tóxica se transmite a lo largo de la cadena alimenticia (o cadena trófica), de unos estadios inferiores a otros estadios tróficos superiores, multiplicándose cada vez su concentración por dos o por tres. Para ser más claros, pongamos el ejemplo concreto de la que se produjo en 1953 en la bahía de Minamata en Japón, donde vivía una comunidad de pescadores pobres que se alimentaban sobre todo con lo que pescaban. […] A pesar de que a principios de los años 1960, el mundo científico se hizo consciente de que en materia de sustancias tóxicas, no basta con usar métodos de dilución en la naturaleza, porque, como se ha demostrado, los mecanismos biológicos son capaces de concentrar lo que el hombre diluye, la industria química siguió contaminando el planeta por todos los rincones y, esta vez, ya no sirve aquello de “no sabíamos lo que podría ocurrir”. Y así ha habido un segundo Minamata mucho más recientemente en Priolo (Sicilia), en una franja de tierra envenenada en de un radio de varios kilómetros, por al menos 5 refinerías, en donde se ha probado que la Enichem (la gran empresa química italiana) vierte ilegalmente el mercurio de la fábrica de producción de cloro y sosa. Entre 1991 y 2001, nacieron unos 1000 niños con deficiencias mentales graves y deformaciones muy serias, en el corazón o en el aparato urogenital, familias enteras con tumores y muchas mujeres desmoralizadas y obligadas a abortar para evitar dar a luz a unos niños monstruosos. ¡Y eso que lo ocurrido en Minamata ya había mostrado los peligros del mercurio para la salud humana! Priolo no es un fenómeno inesperado, un error trágico, sino un acto criminal sencilla y llanamente, perpetrado por el capitalismo italiano y más todavía, por el “capitalismo de Estado” que algunos quisieran hacernos pasar como “más de izquierdas” que el capitalismo privado. Se ha descubierto, en realidad, que la dirección de Enichem se comporta como la peor de las ecomafias: para ahorrar costes en “descontaminación” (se habla de varios millones de euros ahorrados), los residuos con mercurio se mezclaban con otras aguas sucias y vertidas en el mar, o enterradas. Además, con falsos certificados, utilizaban cisternas de doble fondo para ocultar el tráfico de residuos peligrosos y todo tipo de trapicheos del mismo jaez. Cuando la justicia empezó por fin a moverse deteniendo a los dirigentes de esa compañía, la responsabilidad era tan evidente que Enichem decidió pagar 11 000 euros par familia, cifra equivalente a la que habría debido pagar si hubiera sido condenada por los tribunales. Junto a las fuentes accidentales de contaminantes, es toda la sociedad la que, a causa de su modo de funcionamiento, produce contaminantes sin cesar, que se van acumulando en el aire, en las aguas y en el suelo y – como ya hemos dicho – en toda la biosfera, incluidos nosotros, los humanos. El uso masivo de detergentes y demás productos ha dado lugar a fenómenos de eutrofización (enriquecimiento excesivo) de los ríos, lagos y mares. En los años 90, el mar del Norte recibió entre 6000 y 11 000 t. de plomo, 22 000 a 28 000 de zinc, 4200 de cromo, 4000 de cobre, 1450 de níquel, 530 de cadmio, 1,5 millón de t. de nitrógeno combinado y unas 100 000 t. de fosfatos. Esos residuos, tan ricos en materia contaminante, son especialmente peligrosos en los mares con una extensa plataforma continental (o sea, poco profundos incluso lejos de la costa), como lo es precisamente el mar del Norte, pero también el Báltico, el Adriático, el mar Negro…. En efecto, la masa reducida de agua marina, combinada con la dificultad de mezcla entre las aguas dulces de los ríos y las marinas saladas y densas, no permite un dilución adecuada de los contaminantes. Productos de síntesis como el famoso insecticida DDT, prohibido en los países industrializados desde hace treinta años, o también los PCB (policloruros de bifenilo), utilizados antes en la industria eléctrica, cuya producción también está prohibida al no estar en conformidad con las normas actuales, pero todos ellos de una solidez química increíble, diseminados hoy un poco por todas partes, inalterados, en las aguas, lo suelos y… en los tejidos de los seres vivos. Merced a la bioacumulación, esas materias se han concentrado peligrosamente en algunas especies animales a las que acaban matando o perturbándoles la reproducción, acarreando el declive de su población. En ese contexto debe considerarse, evidentemente, lo referido antes sobre el tráfico de residuos peligrosos que, depositados muy a menudo de manera abusiva en lugares sin la menor protección, causan daños incalculables al ecosistema y a toda la población de la región. Para terminar esta parte – y es evidente que podríamos referir cientos y cientos de casos concretos a nivel mundial – cabe recordar que es esa contaminación difusa del suelo la responsable de un fenómeno nuevo y dramático: la aparición de regiones muertas, como la del triángulo entre Priolo, Mellili y Augusta en Sicilia (Italia), una zona donde el porcentaje de críos con malformaciones congénitas es 4 veces superior a la media nacional, o también el otro triángulo de la muerte cerca de Nápoles, entre Giuliano, Qualiano y Villaricca, zona donde la cantidad de tumores es irremediablemente superior a la media nacional.
El último ejemplo de fenómeno global que lleva al mundo a la catástrofe es el de los recursos naturales que, en parte, se están agotando y, por otro lado, están amenazados por la contaminación. Antes de entrar en detalle en ese tema, queremos subrayar que el género humano ya tuvo que encarar problemas de ese tipo, a una escala reducida y con consecuencias catastróficas. Si podemos todavía hablar aquí y ahora de este tema, es porque la región que se vio sometida a tal desastre sólo es una pequeña parte de la Tierra. Citemos aquí unos pasajes sacados de la obra de Jared Diamond, Colapso, sobre la historia de Rapa Nui, la isla de Pascua, famosa por sus gigantescas estatuas de piedra. Como se sabe, la isla fue descubierta por el explorador holandés Jacob Roggeveen en la Pascua de 1772 (de ahí el nombre) y hoy los científicos admiten que “estaba cubierta por un bosque tropical frondoso, rico en grandes árboles y árboles leñosos” abundante en aves y animales salvajes. Sin embargo, a la llegada de los colonizadores, la impresión fue muy diferente:
“Roggeveen se devanaba los sesos intentando comprender cómo se habían levantado aquellas estatuas enormes. Citando una vez más su diario: “las figuras de piedra nos extrañan sobremanera, porque no logramos entender cómo este pueblo, desprovisto de madera abundante y sólida necesaria para construir cualquier tipo de instrumento mecánico, completamente privado de cuerdas resistentes, había sido capaz de erigir unas efigies de piedra de 9 metros de alto (…). Al principio, a cierta distancia, creímos que la isla de Pascua era un desierto, después vimos que sólo había arena y hierba amarillenta, heno y arbustos secos y quemados (…)” ¿Qué había ocurrido con los árboles que sin duda había allí antaño? Para esculpir, transportar y erigir las estatuas, se necesitaba mucha gente, una gente que vivía en un lugar lo suficientemente rico como para vivir holgadamente (…) La historia de la isla de Pascua es el ejemplo más evidente de deforestación nunca vista en el Pacifico, por no decir en el mundo entero: todos los árboles fueron talados y todas las especies arbóreas se extinguieron” ([12]).
[...]“Debido a su aislamiento total, los habitantes de la isla de Pascua son un ejemplo patente de una sociedad que se autodestruye por haber explotado sus recursos de un modo excesivo. (…) El paralelo que puede hacerse entre Pascua y el mundo moderno es tan evidente que pone los pelos de punta. Gracias a la globalización, al comercio internacional, a los aviones a reacción y a Internet, todos los países del mundo comparten hoy sus recursos y se influyen y actúan mutuamente, como los doce clanes de la isla de Pascua, perdida en el Océano Pacifico, igual que la Tierra, perdida en el espacio. Cuando los indígenas se encontraron en dificultad, no pudieron ni huir ni buscar ayuda fuera de la isla, como tampoco nosotros, habitantes de la Tierra, podremos buscar auxilio en otro lugar si las cosas empeoraran. La quiebra de la isla de Pascua, según los más pesimistas, podría indicarnos cuál será el destino de la humanidad en el futuro cercano” ([13]). Esos datos, sacados todos del estudio de Diamond, nos alertan sobre la capacidad del ecosistema Tierra que no es ilimitado y que, como se comprobó en un momento dado, a la escala reducida de la isla de Pascua, algo similar podría reproducirse en un futuro no tan lejano si la humanidad no sabe administrar sus recursos adecuadamente. Podríamos ya hacer inmediatamente un paralelo en lo que a deforestación se refiere. Desde la comunidad primitiva hasta hoy, la deforestación se ha ido realizando a un nivel sostenido, pero, por desgracia, lo peor es que ahora se están destruyendo los últimos pulmones verdes del planeta, como la selva amazónica. Como se sabe, el mantenimiento de esas regiones verdes del globo es de grandísima importancia, no sólo para preservar especies animales y vegetales particulares, sino para asegurar un buen equilibrio entre el CO2 y el oxígeno (la vegetación se desarrolla consumiendo CO2 y produciendo glucosa y oxígeno).Como ya hemos visto respecto a la contaminación por mercurio, la burguesía conoce perfectamente los riesgos que se corren, como lo demuestra la digna intervención de un científico del siglo xix, Rudolf Julius Emmanuel Clausius, que ya entonces se expresó muy claramente sobre el problema de la energía y de los recursos, con un siglo de antelación sobre los discursos actuales de la clase dominante sobre su pretendida voluntad de preservar el entorno: “En la economía de una Nación, solo hay una ley válida: no hay que consumir durante un período más que lo que se ha producido durante ese mismo período. Para ello, no debemos consumir más combustible que el pueda reproducirse gracias al crecimiento de los árboles” ([14]).Si juzgamos por lo que hoy ocurre, puede decirse que se hace lo contrario de la preconizado por Clausius, o sea que vamos de cabeza hacia una situación fatal como la de la isla de Pascua. Para encarar el problema de los recursos adecuadamente, hay que tener en cuenta otra variable, la de los cambios habidos en la población mundial:
“Hasta 1600, el crecimiento de la población mundial era lentísimo: 2 a 3 % por siglo. Se necesitaron 16 siglos para pasar de unos 250 millones de habitantes a principios de la era cristiana a unos 500 millones. A partir de entonces el tiempo de duplicación de la población ha disminuido sin cesar hasta el punto de que en algunos países del mundo, se acerca al pretendido “límite biológico” a la velocidad del crecimiento de una población (3-4 % por año). Según la ONU, se superarán los 8000 millones de habitantes hacia 2025. (…) Hay que considerar las notables diferencias que hay hoy entre países adelantados, que han llegado casi al “punto cero” del crecimiento, y los países en vías de desarrollo, que hoy contribuyen en 90 % al crecimiento demográfico actual. (…) En 2025, según las previsiones de la ONU, Nigeria, por ejemplo, tendrá una población superior a la de Estados Unidos, y África triplicará en habitantes a Europa. La superpoblación, combinada con el atraso, el analfabetismo y la falta de estructuras higiénicas y de salud, es sin lugar a dudas un problema muy grave, y no sólo para África por las consecuencias inevitables que tendrá ese fenómeno a escala mundial. Aparece, de hecho, un desequilibrio entre demanda y oferta en recursos disponibles, que se debe también a la utilización de más o menos el 80 % de los recursos energéticos mundiales por los países industrializados.
La superpoblación acarrea una fuerte baja de las condiciones de vida, porque disminuye la productividad por trabajador y la disponibilidad, por cabeza, de alimentos, agua potable, servicios de salud y de medicamentos. La fuerte presión antrópica actual lleva a una degradación del entorno que, inevitablemente, repercute en los equilibrios del sistema-Tierra.
El desequilibrio ha ido incrementándose en los últimos años: la población sigue no solo creciendo sin homogeneidad, sino que además se hace cada día más densa en las zonas urbanas” ([15]).Como puede comprobarse con esas informaciones, el crecimiento de la población agudiza el problema del agotamiento de los recursos, y más todavía porque, como lo dice ese documento, faltan recursos precisamente allí donde la explosión demográfica es más fuerte, lo cual hace prever, en el futuro, más calamidades todavía para muchas más personas. Empecemos examinando el primer recurso natural por excelencia, el agua, un bien universalmente necesario y que hoy está muy amenazado por la acción irresponsable del capitalismo. El agua es abundante en la superficie de la Tierra (por no hablar de los océanos, los casquetes polares y las aguas subterráneas) pero sólo una pequeña parte es potable, la que está en capas subterráneas y en algunos ríos no contaminados. El desarrollo de la actividad industrial, sin el menor respeto por el entorno, y la propagación de residuos urbanos han contaminado partes importantes de las capas freáticas, reserva natural de las aguas potables de la colectividad. Eso ha conducido, por un lado, a la aparición en la población de cánceres y otras patologías y, por otro, a la desaparición creciente de fuentes de abastecimiento de tan preciado bien. “A mediados del siglo xxi, según las previsiones más pesimistas, siete mil millones de personas en 60 países no tendrán bastante agua. En el mejor de los casos, “sólo” habrá dos mil millones de personas en 48 países que sufrirán de falta de agua. (…) Pero los datos más preocupantes de ese documento de la ONU son sin duda los que se refieren a las muertes causadas por la aguas contaminadas y a las malas condiciones de higiene: 2,2 millones por año. Además, el agua es el vector de muchas enfermedades, la malaria entre ellas, que cada año mata a un millón de personas” ([16]).[...]Hay muchos otros recursos en vías de extinción y para terminar este primer artículo subrayaremos brevemente dos de ellos.Ni que decir tiene que el primero es el petróleo. Ya se sabe que se habla de agotamiento de las reservas naturales de petróleo desde los años 1970, pero hoy, en 2008, parece que hemos llegado de verdad a un vértice de producción de petróleo, al llamado pico o cenit de Hubbert, o sea el momento en que ya habremos agotado y consumido la mitad de los recursos naturales de petróleo estimados por las diferentes prospecciones geológicas. El petróleo representa hoy en torno al 40 % de la energía de base y más o menos el 90 % de la energía usada en los transportes; sus aplicaciones son también importantes en la industria química, especialmente en la fabricación de fertilizantes para la agricultura, plásticos, pegamentos, barnices, lubricantes y detergentes. Todo eso es posible porque el petróleo ha sido una fuente de débil costo y, en apariencia, sin límites. El cambio de perspectiva participa ya en el aumento de su precio, obligando al mundo capitalista a contemplar soluciones sustitutorias más baratas. Pero, una vez más, la recomendación de Clausius de no consumir en una generación más de lo que la naturaleza es capaz de reproducir no tiene el menor eco: el mundo capitalista se ha precipitado en una carrera desenfrenada al consumo de energía, países como China e India en cabeza, quemando todo lo que haya que quemar, volviendo al carbono fósil tóxico para producir energía, generando en todo su entorno una contaminación sin precedentes. Incluso el recurso “milagroso” del pretendido biodiésel se empieza a olvidar tras haber mostrado sus insuficiencias. Producir combustible a partir de la fermentación alcohólica de almidón de maíz o de productos vegetales oleaginosos, no sólo no permite cubrir las necesidades actuales del mercado en combustible, sino que, sobre todo, hace aumentar los precios de los alimentos, lo cual conduce a matar de hambre a más población pobre. Los únicos en sacar ventaja, una vez más, son las empresas capitalistas, como las alimenticias que se han convertido al negocio de los biocarburantes. Para los simples mortales, en cambio, eso significa la tala de millones y millones de hectáreas de selvas y zonas boscosas para los cultivos. La producción de biodiésel requiere efectivamente el uso de enromes extensiones de terreno. Para darse una idea del problema, basta con pensar que una hectárea de tierra cultivada de colza o girasol, u otros semioleaginosos, produce unos mil litros de biodiésel, o sea para que funcione un automóvil durante unos 10 000 km. Si en base a una hipótesis de que la media de consumo de los autos de un país hace recorrer 10 000 km por año, cada coche consumirá todo el biodiésel extraído de una hectárea de terreno. Lo que significa que para un país como Italia, donde circulan 34 millones de vehículos, si se extrajera todo el carburante a partir de la agricultura, se necesitaría una superficie cultivable de 34 millones de hectáreas. Si se añaden los 4 millones de camiones, con motores más potentes, el consumo sería el doble, o sea, en total, una superficie de unos 70 millones de hectáreas, una superficie de casi el doble de la península Itálica, con sus montañas, ciudades, etc., incluidas. Aunque no se hable tanto del tema, se plantea un problema parecido al de los combustibles fósiles respecto a otros recursos de tipo mineral, por ejemplo los minerales de los que se extraen los metales. Cierto es que, en este caso, el metal no lo destruye el uso, como así ocurre con el petróleo o el gas metano, pero la producción capitalista, en su incuria total, acaba dispersando en la superficie de la tierra y en los vertederos cantidades importantes de metales, lo que hace que el abastecimiento en metales acabará, tarde o temprano, agotándose también. El uso, entre otras cosas, de ciertas aleaciones y multicapas, hace todavía más ardua la eventual labor de recuperación de un metal “puro”. La amplitud del problema aparece en cálculos según los cuales, en unas cuantas décadas, los recursos siguientes se habrán agotado: uranio, platino, oro, plata, cobalto, plomo, manganeso, mercurio, molibdeno, níquel, estaño, tungsteno y zinc. Son metales totalmente indispensables para la industria moderna y su penuria será un enorme problema en el futuro próximo. Y hay otras materias que tampoco son inagotables: se ha calculado que siguen disponibles (en el sentido de que es posible extraerlas desde un punto de vista económico) 30 mil millones de toneladas de hierro, 220 millones de toneladas de cobre, 85 millones de zinc. Para darse una idea de lo significan esas cantidades, baste pensar que para llevar a los países pobres al nivel de los países adelantados, se necesitarían 30 mil millones de toneladas de hierro, 500 millones de cobre, 300 millones de zinc, o sea más de lo que el planeta Tierra podría ofrecernos. Ante la catástrofe anunciada, cabe preguntarse si el progreso y el desarrollo deben conjugarse necesariamente con la contaminación y la alteración del ecosistema Tierra. Cabe preguntarse si esos desastres deben atribuirse a la mala educación de los seres humanos o a otra razón. Eso es lo que veremos en el próximo artículo.Ezechiele (agosto de 2008)
[1]) Manifiesto adoptado por el IXº Congreso de la CCI en julio de 1991.
[2]) Tiene algunos cortes efectuados en la versión « larga » publicada en Internet.
[3]) G. Barone y otros, “Il metano e il futuro del clima”,en Biologi Italiani, no 8 (2005).
[4]) ídem.
[5]. G. Pellegri, Terzo mondo, nueva pattumiera creata dal buonismo tecnologico, voir http:/www.caritas-ticino.ch/rivista/elenco%20rivista/riv_0203/08%20-%20Terzo%m... [100]
[6]. Roberto Saviano, Gomorra, Viaggio nell’impero economico e nel sogno di dominio della camorra, Arnoldo Montaldi, 2006.
[7]) La Repubblica on-line (diario italiano) 29/10/2007.
[8]) La Repubblica, 6/02/2008. Solo en Estados Unidos se usan más de 100 mil millones de bolsas de plástico, casi dos mil millones de toneladas de petróleo son necesarias para producirlas, se tira la mayoría tardando años en descomponerse. La producción estadounidense de los casi 10 mil millones de bolsas de plástico requiere la tala de unos 15 millones de árboles.
[9]) Ver el artículo “Mediterraneo, un mare di plastica”, en La Repubblica del 19 de julio de 2007.
[10]) No hay que excluir naturalmente que encarecimiento vertiginoso del petróleo al que estamos asistiendo desde finales del año pasado lleve a discutir la posibilidad de usar esa materia prima para producir plástico sintético biodegradable, acarreando en el futuro próximo conversiones a la nueva fe ecológica de unos empresarios preocupados, sí, pero por sus propios intereses.
[11]) Ver el artículo en italiano: “Alcuni effetti collaterali dell’industria, La chimica, la diga e il nucleare”. http//archivio.carta.org/rivista/settimanale/2001/018/18industria.htm
[12]) Traducido de la edición italiana: Jared Diamond, Collasso, edizione Einaudi. En español Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen. Madrid, 2005.
[13]) Jared Diamond, Colasso, edizione Einaudi.
[14]) R.J.E Clausius (1885), nacido en Koslin (Prusia, hoy Polonia) en 1822 y muerto en Bonn en 1888.
[15]) Associazione Italiana Insegnanti Geografia, La crescita della popolazione.
https://www.aiig.it/Un%20quaderno%20per%l [101]’ambiente/offline/crescita-pop.htm.
[16]) G. Carchella, “Acqua : l’oro blu del terzo millenario”, en Lettera 22, associazione indipendente di giornalisti”. https://www.lettera22.it/showart.php?id=296&rubrica=9 [102].
La CCI celebró la IV reunión panamericana a mediados de noviembre del 2008 con la participación también de camaradas de otras secciones fuera de América. Este tipo de reuniones, como expresión de la clase obrera, se realizan con el objetivo de discutir lo más profundamente posible acerca de la situación actual del capitalismo, las condiciones en que se desarrolla la lucha de clases, la relación de fuerzas entre las clases, la preparación de las fuerzas revolucionarias que les permitan ser un factor activo en la vida de su clase. Como tales, deben rendir cuentas al conjunto de los trabajadores acerca de los trabajos hechos en estos momentos privilegiados en la vida de la organización revolucionaria, instancias que en la estructura y el funcionamiento de la CCI, como lo es el Congreso internacional -órgano fundamental de la organización-, tienen la tarea de hacer un balance de las actividades realizadas y se trazan orientaciones y resoluciones para el periodo venidero, constituyendo verdaderos jalones para su desarrollo, de ahí el valor de estas reuniones. Pero esta panamericana tuvo particularidades que realzan aún más su importancia, por ejemplo, además de las delegaciones presentes tuvimos una considerable asistencia de invitados que se sitúan en el terreno revolucionario, que participaron como grupos o a nivel individual, lo cual reanuda una práctica de la CCI desde sus orígenes en congruencia con su apertura a la discusión más amplia y profunda posible de las posiciones de clase y a su voluntad de contribuir al proceso de reagrupamiento de las fuerzas revolucionarias a nivel internacional.
Esta presencia reforzó aún más el carácter de la panamericana como un verdadero encuentro internacionalista de las fuerzas revolucionarias del proletariado que de entrada reviste una importancia histórica inédita en esta región del mundo y es una promesa para el futuro. El significado de este encuentro entre la CCI y estos grupos o elementos no organizados viene dado por la situación histórica actual caracterizada por la reanudación de los combates de clase y la emergencia de una nueva generación de elementos en búsqueda de una perspectiva política revolucionaria, después de casi quince años de retroceso de la conciencia y de la combatividad del proletariado producido por la caída del bloque estalinista de la ex URSS que la burguesía utilizó para atacar la conciencia de clase comunista identificando ese acontecimiento con la «quiebra del comunismo», con la «victoria definitiva del capitalismo liberal y democrático», con el «fin de la lucha de clases» y también con el fracaso y el fin de la clase obrera; un retroceso amplio en extensión y en profundidad que afectó a toda una generación que se vio desorientada y desmoralizada. Con el tiempo, después del desgaste de esas campañas, entre otras, y a partir del giro producido en la lucha de clases en el 2003 con ocasión de las grandes movilizaciones obreras contra los ataques a las jubilaciones y pensiones en Europa, sobre todo, los trabajadores empezaron a salir poco a poco de ese retroceso experimentado desde 1989; una tendencia contraria se ha ido afirmando desde entonces a la recuperación de la lucha y al desarrollo de la conciencia como así lo testimonian la serie de luchas obreras que se han sucedido de manera creciente en todos los continentes; un proceso que contiene también un movimiento de reflexión profunda protagonizado por nuevos elementos de la clase que se orientan hacia las posiciones de la izquierda comunista y, en general, hacia las posiciones y la práctica del internacionalismo proletario. En este contexto, los grupos y elementos que participaron en esta reunión, con su actitud abierta a la discusión, son una confirmación innegable de esta nueva etapa en el desarrollo del combate de la clase obrera a nivel mundial.
Pero además, esta reunión se produce en un contexto particularmente significativo cuando el sistema de producción capitalista experimenta la mayor crisis económica de su historia con las consecuencias abominables contra las condiciones de vida del proletariado, lo cual viene a confirmar por enésima vez la quiebra histórica del capitalismo. En este marco, al mismo tiempo que se realizaba esta reunión internacionalista por otro lado se reunía la burguesía (cumbre del G20 -»Grupo de los 20"): por un lado, la burguesía se reunió urgentemente en este esquema de bandidos donde impera la ley del más fuerte, intentando esconder sus propios antagonismos para buscar algunas medidas ante la debacle de la economía mundial, para preservar este sistema social que no ofrece ninguna alternativa positiva para la humanidad, alarmada por la magnitud del desastre y en particular preocupada por el peligro que representa esta situación que puede facilitar una toma de conciencia acerca de la quiebra histórica del capitalismo y la necesidad de buscar una alternativa proletaria a este mundo de miseria, explotación y muerte; por el otro lado, una reunión internacionalista diametralmente opuesta donde la clase obrera busca la mayor clarificación para desarrollar su lucha en las mejores condiciones que le permitan en un primer momento limitar los ataques del capital y, a plazo, desarrollar su ofensiva revolucionaria para derrocar al capitalismo e instaurar la sociedad comunista.
Aunque la agenda estaba saturada de puntos muy importantes todos, la reunión en el curso de los debates dio prioridad fundamentalmente a dos cuestiones: la lucha del proletariado en los años recientes, su porvenir y la cuestión del balance de la actividad revolucionaria de la CCI en general y, en particular, en la región. Obviamente no podemos en este artículo detallar las discusiones habidas cuya síntesis se puede apreciar en la resolución sobre la situación regional (publicada en esta misma edición). Veamos algunos aspectos:
- Frente a la agravación de la crisis capitalista la burguesía va a arreciar sus ataques contra los trabajadores quienes inevitablemente experimentarán un descontento mayor presentándose las condiciones para que la combatividad y la conciencia puedan desarrollarse, sobre todo si tenemos en cuenta que hay un claro desgaste de las ilusiones que antaño permitían a la burguesía engañar a la clase obrera con el cuento de que «mañana las cosas mejorarán». En los años recientes, los trabajadores han sufrido en carne propia el desengaño y al contrario se están convenciendo de que «mañana las cosas irán peor», y no sólo por el deterioro económico sino globalmente por el caos creciente provocado por la descomposición social generalizada, las amenazas cotidianas al ambiente, la barbarie bélica, el terrorismo, el terror estatal; factores que pueden politizar la lucha de la clase obrera. Una constatación que está en la base de la tendencia positiva al aumento de las huelgas, a las movilizaciones cada vez más frecuentes en todo el mundo, que incorporan cada vez más la cuestión de la solidaridad, clave para el desarrollo de las luchas y que están perfilando, a plazo, la posibilidad y necesidad de una simultaneidad y por consiguiente de la extensión y la unidad. Ante esto, la burguesía se está preparando a fondo para enfrentar las luchas proletarias a través especialmente de sus partidos políticos de izquierda y los sindicatos oficiales e «independientes» y también mediante campañas democráticas y nacionalistas de todo tipo.
- En cuanto a las actividades desarrolladas en estos dos últimos en la región de América Latina, la reunión ha hecho un balance muy positivo que se sustenta particularmente en los siguientes aspectos: la continuación del fortalecimiento teórico político para mejorar nuestra comprensión de las implicaciones del periodo de la descomposición del capitalismo en la lucha de la clase obrera y en la organización revolucionaria; la intervención hacia el medio de elementos en búsqueda, que ha sido central en el periodo pasado y que ha fortalecido a la CCI como un polo de referencia para las minorías que están buscando las posiciones proletarias en esta región del mundo; el seguimiento regular de la lucha de la clase obrera, sus avances y sus dificultades; una consolidación de la calidad incontestable de nuestra prensa en papel y de internet para responder a las preocupaciones actuales del proletariado; la capacidad política para aplicar siempre un marco teórico e histórico a la problemática presentada en la militancia y en el funcionamiento organizacional; en fin, como resultado de estos y otros avances logrados hemos desarrollado una confianza más profunda en las capacidades históricas e inmediatas de la clase obrera lo que ha redundado en una convicción creciente de la necesidad de ser un factor activo en el desarrollo de la lucha de clases en este nuevo periodo histórico marcada por una dramática agravación de la crisis del capitalismo mundial.
Desde el principio las discusiones dieron constancia de la capacidad de los revolucionarios para desarrollar una verdadera cultura de la discusión, a semejanza de la clase obrera que en sus verdaderas asambleas generales es mediante la discusión que logra sacar las lecciones de su propia experiencia y avanzar más lejos en la clarificación de la conciencia de sus objetivos históricos. Este método debe ser defendido siempre por el conjunto del proletariado como el único medio para desarrollar y profundizar las discusiones de manera colectiva, partiendo de posiciones compartidas y un objetivo en común, no perdiendo de vista jamás que avanzamos desde la confusión hacia la mayor claridad. Este marco aportó un ambiente fraterno y de camaradería entre los asistentes donde la vieja y la nueva generación dieron muestra de esa voluntad para hacer la conexión intergeneracional de la clase obrera, que es uno de los fundamentos actuales de su lucha.
Es con un elevado ánimo de combate y fundado entusiasmo por el devenir revolucionario que la reunión cierra con broche de oro haciendo patente que solamente el debate abierto y fraterno de las ideas proletarias puede contribuir a que los elementos y grupos que durante estos años han ido surgiendo puedan clarificarse para comprender cuál es la clase social y cómo puede cambiar este mundo que está conduciendo a la humanidad a la destrucción y a la barbarie. Una reunión importante que se termina pero queda muy viva su invitación a la discusión a todos los elementos y grupos revolucionarios; en cuanto a las formas prácticas hay que irlas construyendo juntos y siempre con criterios precisos de pertenencia al terreno internacionalista, columna vertebral del combate del proletariado.
Diciembre del 2008/RR
El medio político proletario lo integran una serie de organizaciones que, pese a sus confusiones y errores de análisis, en algunas ocasiones graves, representan un esfuerzo histórico de la clase obrera en su toma de conciencia. Sin embargo, al margen de este medio, hay toda una serie de grupúsculos que no se inscriben en auténtica continuidad con el esfuerzo de las corrientes históricas de la clase, cuya existencia está basada en el espíritu de capilla, cuando no en “cuestiones personales” y otras mezquindades. Esos grupos aparecen como parásitos de las verdaderas organizaciones revolucionarias. Su existencia no solo carece de fundamento desde el punto de vista de los intereses de la clase obrera sino que, además, contribuyen a desacreditar ante la clase las posiciones y la actividad de las organizaciones serias. La FECCI (fracción externa de la CCI) es un perfecto ejemplo de grupo parásito. Una ilustración caricaturesca de ello es la forma en que este grupo se ha confrontado a los considerables acontecimientos históricos que han sacudido el mundo en los dos últimos años. En los números 44 y 45/46 de nuestra Revista evocamos las circunstancias en las que se constituyó la FECCI. Aquí solo recordaremos, de pasada, esas circunstancias.
En noviembre de 1985, durante el VIº Congreso de la CCI, algunos antiguos militantes abandonaron voluntariamente nuestra organización para formar la FECCI. Meses antes, esos camaradas, habían formado una tendencia sobre la base de un documento que intentaba hacer una síntesis de diferentes puntos de vista contradictorios que se habían desarrollado en la organización contra las orientaciones de la misma. Pero más allá de su falta de homogeneidad y de su incoherencia, las posiciones expresadas en aquella época por estos compañeros, se distinguían por una falta de firmeza, por concesiones a posiciones consejistas, en resumen, por una actitud centrista con respecto al consejismo. Aunque posiciones así hubieran tenido consecuencias nefastas en caso de arrastrar al conjunto de la CCI hacia ellas, no motivaban en forma alguna una separación organizativa. Del mismo modo, consideramos esta escisión como una verdadera deserción marcada por la irresponsabilidad y el sectarismo. Además los propios escindidos eran perfectamente conscientes de lo injustificable de su actitud, por eso desde entonces hasta ahora propalan la patraña de que fueron excluidos de la CCI. No tenemos sitio aquí, en el marco de este artículo, para denunciar esas mentiras (ampliamente refutadas en la Revista Internacional 45/46). Al igual que las comunidades primitivas, las sectas necesitan en general construirse un mito fundador que justifique su existencia. Que fueron excluidos de la CCI es uno de los mitos fundadores de esa secta que lleva por nombre la FECCI.
La mentira no es, sin embargo, la única característica de la FECCI. Hay que añadirle la estupidez. Ella misma hace entrega del bastón para que la apaleen cuando confirma que no fue en absoluto excluida de la CCI, sino que la abandonó por decisión propia.
“Continuar en una organización que degenera como la CCI equivale a privarse de toda posibilidad de enfrentar y, eventualmente, superar la crisis del marxismo... Todo ello lo recubre la CCI con un fino barniz de respetabilidad cuando hace seis o siete años inventó el dogma cómodo de que los militantes deben quedarse en la organización mientras que ésta no haya franqueado la frontera de clase hacia el campo enemigo de la clase capitalista. Prisioneros de por vida. Como las mujeres maltratadas que proclaman patéticamente que “él me quiere”, los militantes de la CCI descubren el carácter sagrado del matrimonio” (Perspective Internationaliste, no 20, «Pour une pratique vivante de la théorie marxiste»). Los lectores podrán valorar en su justa medida la asimilación de la CCI con un marido brutal. La FECCI nos tiene acostumbrados desde su nacimiento a este tipo de calificativos. Puede, sin embargo, constatarse que la FECCI (¿se considera a sí misma una mujer maltratada?) reivindica vehementemente su divorcio de una CCI, a la vez que confirma claramente que ésta se oponía a él.
Una vez más, no tenemos mucho espacio aquí para mencionar el conjunto de acusaciones estúpidas y mentirosas, y son muchas las que lanza la FECCI a nuestra organización. Volveremos, si es necesario, en otro artículo, sobre uno de los caballos de batallas de la FECCI: el pretendido abandono por parte de la CCI de sus principios programáticos. Hay, sin embargo, una acusación cuya profunda estupidez se han encargado de demostrar paladinamente los acontecimientos de los últimos años: nuestro pretendido retroceso teórico.
Además de acusarnos de abandonar los principios, la FECCI ha decretado que “... la CCI no solo ha dejado de ser un laboratorio para el desarrollo de la teoría/práctica marxista (condición sine qua non de una organización revolucionaria) sino que además es incapaz de mantener las adquisiciones teóricas sobre las que se constituyó...” (“Por qué la Fracción”, PI, nº 3). Por su parte, la FECCI se da el objetivo de salvaguardar estas adquisiciones y enriquecerlas: “Para que una organización viva y se desarrolle no basta con que conserve su Plataforma en los archivos... la Historia avanza, plantea nuevos problemas, presenta bajo una nueva forma los viejos problemas, y todos aquellos que no logran situarse a la altura que exige la Historia se condenan a pedalear en el vacío sin avanzar” (“Las tareas de la fracción”, PI, nº 11). Evidentemente la FECCI no conoce el cuento del “cazador cazado”. Los cambios ocurridos después del otoño del 89 se han encargado de demostrarlo.
Como lo escribía la FECCI en diciembre del 89: “... los acontecimientos que sacuden la Europa del Este desde hace varios meses, requieren de los revolucionarios la elaboración de un análisis marxista claro que busque las causas y las consecuencias reales, tanto en el plano de las relaciones de fuerza interimperialistas, como de la lucha de clases...” (“Los cambios en Europa del Este”, suplemento a PI, nº 15). Efectivamente, la FECCI ha constatado que “... Rusia ya no tiene bloque. Por el momento ha dejado de ser un protagonista esencial en la escena mundial, un competidor del imperialismo USA (...) la división del mundo en dos bloques rivales, que no es solo la característica de la última mitad de este siglo, sino una condición necesaria para un conflicto mundial, ya no existe...”. ¡Bravo! Es casi exactamente lo que nosotros escribimos a partir de finales del verano del 89, es decir, dos meses antes de la caída del muro de Berlín ([1]). Solo un pequeño problema, el análisis de la FECCI no data de la misma fecha, aparece por primera vez en el PI nº 21 (“El futuro del imperialismo”) en el invierno 91-92, es decir más de dos años después de nosotros haber adoptado el nuestro.
Desde Marx sabemos que “en la práctica es donde el hombre debe probar la verdad, es decir la realidad y la potencia... de su pensamiento” (Tesis sobre Feurbach). Cuando la capacidad teórica de las organizaciones revolucionarias se ha puesto a prueba en la práctica hemos podido ver manos a la obra a la FECCI que se ha propuesto retomar la antorcha de la elaboración teórica que según sus palabras la CCI habría abandonado. He aquí lo que escribió el 16 de diciembre del 89 (más de un mes después de la caída del muro de Berlín): “... Los actuales acontecimientos en Europa del Este se inscriben en el marco de la política de la “perestroika” puesta en práctica desde hace cuatro años con ocasión de la llegada al poder de Gorbatchov. (...) Los objetivos de la perestroika son (...) en el plano militar e imperialista, detener la ofensiva (del bloque) occidental por medio de una contraofensiva ideológica que lo lleva a reducir sus gastos de armamento y a su división, para dotarse del potencial económico y tecnológico necesario para competir militarmente a medio plazo. (...) en el plano imperialista, Rusia no tiene más remedio que desestabilizar la escena europea intentando sacar provecho de ello. Europa siempre ha sido el teatro último de los conflictos imperialistas mundiales, y lo es hoy más que nunca para Rusia... Acelerando las reformas en los países del Este europeo, Rusia intenta modificar las bases del problema europeo, abrir la Comunidad Europea al Este para dividirla y neutralizarla. La destrucción del muro de Berlín, no es, ni mucho menos, un gesto de paz, es una bomba de relojería colocada en el corazón de Europa (...) Si la disolución del estalinismo como modo de dominación del capital en los países del Este de Europa es en última instancia una posibilidad que no se debe excluir ([2]) a causa de su pasado histórico y de la posibilidad de atracción para la órbita occidental, no es el caso para la propia Rusia...” (“Resolución de la FECCI sobre los trastornos en Europa del Este”, suplemento a PI nº 15). Afortunadamente el ridículo no mata, porque de lo contrario los miembros de la FECCI estarían hoy todos enterrados. No obstante hemos de reconocerles una cualidad: le echan valor. Porque efectivamente hay que tener una buena dosis de valor para seguir reivindicándose hoy de una organización que ha adoptado unas posiciones tan ineptas y que se ha equivocado de parte a parte en la comprensión de una situación histórica. En su conjunto, el medio político ha tenido grandes dificultades para producir un análisis correcto y lúcido de los acontecimientos de la segunda mitad de 1989 (véase nuestro artículo “Frente a los trastornos en el Este, una vanguardia con retraso”, Revista Internacional, nº 62). Pero hay que otorgarle a la FECCI la palma honorífica, y con qué diferencia, de los errores. También es cierto que no podemos colocarla realmente en el medio político hablando con propiedad.
De hecho, una ceguera como la de la FECCI tiene pocos equivalentes en la historia del medio político ([3]) : el único ejemplo comparable es el del FOR (Fomento Obrero Revolucionario) que, durante más de veinte años, ha negado la existencia de la crisis económica del capitalismo. Incluso cuando ha admitido (por la fuerza de las evidencias) su error de análisis inicial, la FECCI ha continuado sin comprender nada de lo que ha pasado. Así, cuando celebro su IVª Conferencia, en verano del 91, la FECCI no reconoció la desaparición del bloque del Este. La forma en la que trató esta cuestión en el nº 20 de PI es una expresión típica de su centrismo congénito: de un lado se constata “el hundimiento del Pacto de Varsovia y el COMECON” (que es lo mínimo que se puede reconocer tras su desaparición formal que confirma de hecho un hundimiento que tuvo lugar mucho antes), se descubre que “los acontecimientos de estos dos últimos años representan una verdadera revocación de los acuerdos de Yalta” (“Antagonismos interimperialistas: una orientación para los años 90”) ([4]), se pone en evidencia la pérdida por parte del imperialismo ruso de todas sus posiciones y de la influencia que conservaba (Europa central, Oriente Medio, Asia del Sureste, África, América Central y Cuba, etc.), pero, por otra parte, se niega a hablar explícitamente de la “desaparición” o incluso del “hundimiento del bloque del Este”. En este documento, se opone al “bloque americano” el imperialismo ruso» o su “potencial adversario ruso” sin, en ningún momento, decir claramente qué ha ocurrido y en qué se ha convertido el bloque ruso ([5]). Para el centrismo, hay cosas que no se deben pronunciar, como ésa, para evitar tener que tomar una posición clara y tajante. Y como lo propio de una posición centrista, es ser insostenible, hay, un día u otro, bajo la presión de la realidad, porque “los hechos son tozudos” (como decía Lenin), que tirarse al agua: y esto es lo que ha hecho con dos años de retraso en PI nº 21. Bello esfuerzo, ¡Bravo camaradas!
Evidentemente, las hazañas de la FECCI, respecto a los acontecimientos que han sacudido el mundo en el último período, no podía quedarse en la “elaboración” de un “análisis” tan erróneo que hay que revisar prácticamente cada mes. Debía seguir dando muestras de su estupidez y su ceguera en la crítica de las organizaciones revolucionarias, y particularmente de la CCI. Así, en PI nº 16 en encontramos un artículo con un titulo explicito: “La CCI y Europa del Este, el viraje de 180° de una organización degenerada”, artículo que se propone proceder a una “denuncia” de la visión de la CCI porque: “Hay que hablar de denuncia y no de polémica ante la confusión que representa esta organización frente a nuestra clase y ante la cobardía con la que cambia de posición, con una táctica bien conocida de las organizaciones estalinistas: sin debate abierto y de forma monolítica”. ¡Nada menos!
El artículo se escandaliza de que “la visión desarrollada por la CCI (sea) la de la desaparición del bloque del Este por la “implosión” bajo los efectos de la crisis económica”. Es ésta efectivamente, aunque a muy grandes rasgos, la concepción defendida por la CCI desde el principio y que no hemos puesto en cuestión en ningún momento. Pero para la FECCI : “... se trata de un análisis que abandona el marco marxista de la decadencia”, es “un retroceso teórico fundamental ya que se trata de la comprensión de uno de los mecanismos profundos del capitalismo y de su crisis”, es “renegar pura y simplemente del marco del imperialismo y de la naturaleza misma de la burguesía”, representa “acreditar la matraca ideológica burguesa en lugar de comprender la realidad con un marco de análisis marxista”, es “negar el carácter guerrero de los Estados imperialistas”, etc. No podemos evidentemente reproducir todas las acusaciones de este estilo, porque entendemos que sería tedioso para nuestros lectores. Queremos destacar ante todo que, lo que expresa este artículo fundamentalmente, es que para la FECCI, su marco de análisis (¿cuál?, habría que preguntarse) es más importante que la propia realidad. Y si esta última no se pliega a sus esquemas, pues, ¡simplemente no existe! Y todo ello en nombre del “marxismo”, por supuesto.
De hecho, no es suficiente con reproducir citas de Marx y Rosa Luxemburg, como hace el artículo, para desarrollar un pensamiento marxista (los estalinistas lo han demostrado desde hace décadas). Además hay que comprender lo que quieren decir y no hacer alardes de una nulidad teórica refinada confundiendo, por ejemplo imperialismo con bloques imperialistas. Y eso es lo que hacen en su artículo cuando consideran la afirmación plenamente justa de Rosa Luxemburg de que “la política imperialista no es obra de un país o grupo de países. Es el producto de la evolución mundial en un momento dado de su maduración. Es un fenómeno por naturaleza internacional... al que ningún Estado puede sustraerse”, demostraría el carácter permanente de la división del mundo en dos bloques imperialistas. Camaradas de la FECCI, tenéis que volver a la escuela primaria que es donde se aprende a leer ([6]).
El rigor teórico no es desde luego la fuerza de la FECCI, pero a ellos eso les importa un bledo. El objetivo principal de ese artículo, como se anuncia en su título e introducción, es denigrar a nuestra organización. Hay que ilustrar a toda costa la tesis de la “degeneración de la CCI”, que es uno de los mitos sobre los que se funda la FECCI. Vuelven con insistencia sobre esta cuestión “arrastrada y barrida por la ideología dominante, incapaz de analizar los acontecimientos cotidianos a través de los principios de clase y el método marxista, la CCI se hace portadora de la ideología de clase. (...) Esperamos que estos artículos (los de PI) alimentarán el debate en el seno del medio revolucionario y que provocaran un shock saludable en los elementos aún sanos de la CCI”. Los “elementos sanos de la CCI” agradecen tanta solicitud, y sobre todo... la demostración del absurdo de sus acusaciones contra la CCI.
En serio, si no se le puede pedir a la FECCI que realice su ambición de “profundización teórica” (hay que rendirse a la evidencia de que sus “análisis” de los últimos años demuestran cómo esa aspiración excede con mucho a sus capacidades) al menos debería, por dignidad en las relaciones entre los revolucionarios, cesar con sus ridículos pero repugnantes insultos sobre las supuestas “tácticas estalinistas” de la CCI. En el número 45 de esta Revista ya hicimos justicia a este tipo de acusaciones respecto a cómo la CCI había hecho frente a la aparición en su seno de la minoría que luego formaría la FECCI. No nos sorprende que las sucesivas tomas de posición de la FECCI hayan provocado numerosos desacuerdos en su propio seno (ver PI, nº 16, donde parece que hay tantas posiciones como miembros tiene la FECCI): sus posiciones están tan lejos de la realidad que es difícil alcanzar la unanimidad ni siquiera permitir un mínimo de homogeneidad en la organización. La FECCI sabe perfectamente que ha habido debates en el seno de la CCI al calor de los acontecimientos del último período. Pero también saben que esos debates no se repercuten hacia el exterior mientras no alcanzan un cierto grado de desarrollo, para permitir así una real clarificación en la clase; al menos estaban de acuerdo con ese principio cuando eran militantes de la CCI. Si es cierto que los análisis adoptados por la CCI a comienzos de octubre del 89 (discutidos a mediados de septiembre) sobre los acontecimientos del Este provocaron algunos desacuerdos en un primer momento, estos se fueron absorbiendo rápidamente y, día tras día, la realidad demuestra la justeza de ese análisis. ¿Es esto una prueba de la “degeneración de la CCI”, de su marco de análisis y de su comprensión del marxismo que le ha permitido captar el significado y las implicaciones de los acontecimientos el Este mucho más rápidamente que el resto de grupos del medio revolucionario?
Antes de acabar con las acusaciones de la FECCI contra la CCI a propósito de los acontecimientos del Este, hay que ver aún dos perlas (de entre las muchas que no podemos tratar por falta de espacio): nuestro supuesto “viraje de 180°” y el asunto del “superimperialismo”.
Incapaz de reconocer los cambios “de 180°” que se han producido en la escena internacional, la FECCI no ha sabido (o no ha querido) ver en los análisis de la CCI más que un repudio de su marco de análisis fundamental. De nuevo la crítica (o la “denuncia” siguiendo los términos de la propia FECCI) es tan imbécil como malintencionada. Más aún cuando la toma de posición que aparece en la Revista Internacional nº 60 sobre los acontecimientos del Este se apoya ampliamente en el análisis que la CCI había desarrollado a comienzos de los años 80 (a su vez basado en las aportaciones de la Izquierda comunista de Francia) sobre los regímenes estalinistas y el bloque del Este al calor de la instauración del estado de guerra en Polonia (ver la Revista Internacional, nº 34). En cambio no encontramos en ninguno de los múltiples y variables análisis que nos ha ofrecido la FECCI (mayoritarios, minoritarios, mayoría-minoritaria, minoría-mayoritaria) ninguna referencia a ese marco (ni siquiera para cuestionarlo) que los compañeros de la FECCI defendían cuando aún eran militantes de la CCI ([7]). Antes de volver a escribir de la CCI que “es incapaz de mantener sus adquisiciones teóricas” le aconsejamos a la FECCI que se mire al espejo.
Y lo mismo vale para cuando se le ocurra atribuirnos de nuevo (como hace en “Un mismo llamamiento contra la guerra imperialista”, PI nº 19) la posición típicamente burguesa del “superimperialismo”. Según esa tesis, elaborada por Kautski y los reformistas en vísperas de la primera guerra mundial, los sectores dominantes del capital mundial podrían unificarse para imponer su ley sobre el planeta, garantizando de ese modo la estabilidad y la paz entre ellos. La FECCI sabe perfectamente que desde el principio de los acontecimientos del Este hemos rechazado claramente esa tesis: “¿Significa esa desaparición del bloque del Este que el mundo, desde ahora en adelante, está dominado por un solo bloque imperialista o que el capitalismo ya no conocerá más enfrentamientos imperialistas? Esas hipótesis son totalmente ajenas al marxismo (...) Y no será, hoy, el hundimiento del bloque del Este lo que podrá volver a dar vida a semejante análisis (del “superimperialismo”); ese hundimiento lleva en sí el del bloque occidental (...) la agravación de las convulsiones de la economía mundial va a agudizar las peleas entre los diferentes Estados, incluso, y cada vez más, militarmente hablando (...) la desaparición de las dos constelaciones imperialistas surgidas de la Segunda Guerra mundial lleva inscrita la tendencia a la recomposición de dos nuevos bloques” (Revista Internacional nº 61, enero de 1990, “Tras el hundimiento del bloque del Este, inestabilidad y caos”).
Por el contrario, la concepción del “superimperialismo” recorre el PI nº 21: “Solo un bloque ha sobrevivido a la crisis. Ya no hay concurrencia en este momento. Y, por tanto, en contra de las predicciones de la CCI y otros, por el momento no hay signo alguno de desintegración. Su existencia no reposa ya sobre la rivalidad imperialista con Rusia, sino sobre la dominación del mundo según las necesidades de los capitales más potentes”. El editorial de este número de nuestra Revista hace justicia (después de muchos otros artículos) sobre la pretendida cohesión del bloque del Oeste: una vez más, la FECCI se niega a ver la realidad. Pero lo que es más grave todavía es que, haciendo esto, pone en cuestión una de las adquisiciones fundamentales del marxismo a lo largo de este siglo. Así, para mantener la idea de que potencias como Alemania y Japón no pueden hacer otra cosa más que mantenerse firmemente en el “bloque americano”, la FECCI afirma que “los Estados del bloque americano o occidental se han convertido en económicamente dependientes del funcionamiento de estas instituciones (Banco Mundial, FMI, GATT, etc.) y de la red de lazos comerciales y financieros que han creado” (“Antagonismos inter-imperialistas: una orientación para los años 90”, PI nº 20). Esto es una versión moderna de la concepción de los reformistas de principio de siglo (denunciada vigorosamente por los revolucionarios de la época) según la cual el desarrollo de lazos económicos, financieros y comerciales entre los países sería un freno a sus antagonismos imperialistas y debía descartarse la amenaza de guerra entre ellos. La FECCI está verdaderamente bien situada para hablar de «negaciones del marxismo» por la CCI y de su “capitulación” ante la ideología burguesa. De hecho ésta es una de las prácticas corrientes de la FECCI que, a fin de ocultar sus propios defectos, los atribuye generosamente a la CCI. Este es un proceder tan viejo como la política que nunca ha engrandecido a quienes lo han utilizado, particularmente si se trata de revolucionarios.
Si consideramos, como ella misma dice muy justamente que “los acontecimientos que sacuden a la Europa del Este... requieren la elaboración de parte de los revolucionarios, de un análisis marxista claro que comprenda y explique las causas y las consecuencias reales...” no es hacer prueba de la menor voluntad de denigración el hecho de constatar que la FECCI ha fracasado completamente en su tarea. Ella misma lo reconoce por otra parte: “Esta nueva realidad nos ha conducido a reconocer la insuficiencia de nuestro antiguo análisis, que en ciertos aspectos, estaba prisionero de tópicos sin valor” (PI nº 20, “Presentación de la IVª Conferencia de PI”), incluso si es para añadir un poco más adelante (hay que fanfarronear un poco y mantener la moral de los militantes): “considerando positiva nuestra capacidad de análisis de la situación... hemos decidido proseguir por la misma vía que hemos desarrollado precedentemente”.
De forma general, podemos constatar que la FECCI ha fracasado completamente en su objetivo de preservar y desarrollar las adquisiciones teóricas de la CCI, tarea, que según su versión, ésta habría abandonado. Cuando sus pretensiones se han visto confrontadas a la prueba de los hechos, lo menos que se puede decir es que no llega a la suela del zapato de la CCI. Nos han querido dar una lección de clarividencia teórica, ha fustigado nuestros análisis durante dos años con los adjetivos más infames, pero, para acabar, se ha visto obligada a aceptar, en lo esencial, aún sin reconocerlo, el punto de vista que hemos defendido desde el principio ([8]) y que ella presenta además como la prueba irrefutable de la “degeneración” de nuestra organización. La única diferencia que mantiene con nuestra comprensión, elaborada hace ya dos años y medio, es que ahora retoma por su cuenta la posición burguesa del “superimperialismo”, posición que nos ha querido atribuir de forma calumniosa. Así, toda su “demostración” de la “regresión de la CCI” se vuelve contra ella: no hay una regresión de la CCI, es la FECCI la que no comprende nada de la situación a pesar de armarse todo lo que quiera de su superioridad teórica auto-proclamada. Y si la incapacidad para comprender lo que está en juego alrededor de los acontecimientos del Este es una regresión, como ella misma afirma con razón, durante dos años no ha sido nuestra organización la que ha sufrido una regresión sino la mismísima FECCI.
A la cuestión de “¿Para qué sirve la FECCI?” se puede estar tentado de contestar: “Para nada”. Pero desgraciadamente no es el caso. Incluso si la influencia de la FECCI es insignificante, su capacidad de hacer daño no es nula. Y es por esa razón por lo que le consagramos este artículo. En efecto, en la medida en que su revista tiene un cierto número de lectores, en que ciertas personas asisten a sus reuniones públicas, en la medida en que interviene en el medio político, en tanto que se reivindica de la plataforma de la organización más importante del mismo, la CCI, la FECCI es un factor de confusión suplementario en el seno de la clase obrera. En particular sus tendencias consejistas y su falta de rigor teórico no pueden más que encontrar un eco en una parte del mundo como los Estados Unidos que se distingue por la debilidad de su medio político, por la ignorancia que manifiestan muchos de sus miembros y por la fuerte impregnación e influencia de las visiones consejista y libertaria. Con su actividad, un grupo como la FECCI contribuye incontestablemente a mantener y a hundir en el subdesarrollo al medio político de ese país.
Pero esencialmente, la función de la FECCI es la de desacreditar el trabajo revolucionario serio y en primer lugar, el marxismo.
Así, el hecho de que en nombre del “marxismo” durante dos años este grupo haya proferido tal cantidad de estupideces e inepcias, que haya hecho prueba de una ceguera sin límites, no puede conducir más que a un desprestigio del marxismo. Con esta práctica, la FECCI ha aportado su pequeño grano de arena a la campaña actual sobre la “muerte del marxismo”. Es cierto que PI nº 17 ha publicado un artículo, “¿Ha muerto el marxismo?” que denuncia estas mentiras y reafirma, a su manera, la plena validez del marxismo. Pero los revolucionarios deben dar la prueba, en la práctica, mediante la verificación de sus análisis, de la validez del marxismo. Y la FECCI está verdaderamente mal situada para llevar a cabo esta tarea.
Desgraciadamente, la contribución de la FECCI a las repugnantes campañas contra el marxismo, no sólo es de signo negativo, por la ausencia de defensa consecuente de la teoría revolucionaria, sino que participa deliberadamente en esas campañas, como lo demuestra el nº 20 de PI. Ya su primera página es ambigua: “El “comunismo” debe morir para que viva el comunismo”. Como si no hubiera bastante confusión ya entre comunismo y estalinismo, como si la agonía de este último se presentara como una “victoria” para la clase obrera, cuando en realidad se vuelve contra la clase obrera de manos de la burguesía “democrática”. Además, el editorial se regocija de “que caigan las estatuas” de Lenin. Si bien la clase obrera no tiene ninguna necesidad de estatuas de los revolucionarios (que han sido edificadas por la burguesía para convertirlos en “iconos inofensivos” como decía el mismo Lenin), no hay que confundirse sobre el significado de estas acciones en el período reciente: corresponden a un rechazo, promovido e impulsado por las fuerzas burguesas, de la idea misma de una revolución del proletariado. Este mismo editorial afirma que los revolucionarios “deben desembarazarse de la tendencia a considerar la revolución bolchevique como un modelo”. En las actuales circunstancias, el término “revolución bolchevique” es en sí mismo pernicioso porque da a entender, como repite una y otra vez la burguesía machaconamente, que la Revolución de Octubre fue un asunto particular de los bolcheviques, lo que no puede llevar más que a la idea de que fue un golpe de estado de Lenin y los suyos “contra la voluntad de la población” o contra la clase obrera. Y para rematar este tipo de confusión, el citado editorial está encabezado por un dibujo que representa a Stalin en cierto modo, como al heredero de Lenin. Repitámoslo una vez más, la Izquierda Comunista, y la CCI en particular, nunca han tenido miedo a poner de relieve los errores de los revolucionarios que facilitaron el trabajo de la contrarrevolución. Pero siempre hemos sabido donde están las prioridades del momento : hoy, esta prioridad no es ciertamente «danzar con los lobos» sino reivindicar, a contra corriente de las campañas burguesas, la experiencia esencialmente válida de la oleada revolucionaria de después de la Primera Guerra mundial. El resto es no es más que oportunismo.
En fin, ese mismo número de PI contiene un artículo (“Por una práctica viva de la teoría marxista”) que trata ampliamente el tema de la “crisis del marxismo”. Comprendemos que la FECCI empiece a encontrarse incomoda en su piel tras la puesta en evidencia de su incapacidad para comprender lo que estaba en juego tras los acontecimientos de los países del Este. Pero esto no es razón válida para afirmar perentoriamente que “nadie en este medio (revolucionario) ha previsto estos acontecimientos”. Estamos seguros de que tal previsión no podía haberla hecho la FECCI, lo sabemos, pero eso no significa que ella sea la única en el mundo, y tampoco significa, ni mucho menos, que nuestra organización tenga que sentirse aludida por tan altanera afirmación. En este sentido no es el marxismo desarrollado por las Izquierdas Comunistas y, continuado por la CCI, el que tiene la responsabilidad de la quiebra de los análisis de la FECCI. No hay que equivocarse de blanco: el marxismo no está en crisis, lo está la FECCI. Dicho esto, queremos precisar que este tipo de artículos en los que TODO el medio revolucionario está metido en el mismo saco, y donde se atribuye generosamente a todos los otros grupos la propia nulidad, no sirve más que para aportar el agua al molino de aquellos que pretenden que es el marxismo “en general” lo que está en quiebra.
Pero, la contribución de la FECCI a la confusión en las filas obreras y en su medio político no se detiene en esas divagaciones sobre la “crisis del marxismo”. La encontramos también en su acercamiento actual al “Communist Bulletin Group” (CBG) que actúa en Escocia. Este grupo surgió de la escisión, a finales de 1981, de la tendencia secreta que se formó alrededor de un elemento turbio llamado Chenier (el cual, algunos meses después de su exclusión portaba las banderolas del sindicato CFDT y que en la actualidad es un cuadro del Partido Socialista, que dirige el gobierno francés). En el momento de su partida, los miembros de esta “tendencia”, incluidos los que formaron el CBG, robaron a nuestra organización material y fondos. He aquí lo que escribió la CCI a propósito de este grupo en 1983, con el acuerdo pleno de los camaradas que más tarde constituirían la FECCI: “En los primeros números de The Bulletin, él (el CBG) se reivindica de ese comportamiento revolcándose en la propagación de cuentos viles y estúpidos contra la CCI ([9]). Actualmente (viendo que la actitud precedente no ha conseguido los resultados perseguidos), intenta lavarse las manos defendiendo hipócritamente la “necesidad de polémicas sanas”. (...) ¿Como osan hablar de “solidaridad” de “reconocimiento del medio político proletario” cuando su fundamento no existe? El CBG tiene la caradura de osar escribirnos: “la existencia de este medio engendra una comunidad de obligaciones y responsabilidades”. Pero esto se traducirá en robo el día en el que se esté en desacuerdo con el CBG y además justificará el robo como “anti-pequeño burgués”. Podríamos formularlo del siguiente modo: cuando se escisiona, se puede robar todo lo que se quiera, pero cuando se tiene un grupo propio... el acceso a la propiedad formaliza a los ladronzuelos. (...) ¿Cuales son las posiciones del CBG? ¡Las (más o menos) de la CCI! He aquí otro grupo de existencia parasitaria. ¿Qué representa ante el proletariado? Una versión provinciana de la Plataforma de la CCI, sin la coherencia más el robo. (...) La mayor parte de los pequeños círculos que se escinden sin haber previamente clarificado las posiciones comienzan por seguir el camino más fácil, adoptar la misma plataforma que el grupo de origen. Pero muy pronto, para justificar su existencia separada, descubren miles de cuestiones secundarias de divergencia y al final cambian los principios... el CBG toma ya ese camino rechazando la coherencia sobre la cuestión de la organización...” (Revista Internacional, nº 36, “Llamamiento del Vº Congreso de la CCI a los grupos políticos proletarios: respuesta a las respuestas”) ([10]).
He aquí igualmente los términos en los que la FECCI evocaba al CBG en 1986 (PI, nº 3 “Las incomprensiones frente a nuestra existencia”): “... los escisionistas de 1981 utilizaron el engaño para apropiarse de material de la CCI. Algunos de los que formaron ulteriormente el CBG agravaron aún más las cosas amenazando con llamar a la policía cuando miembros de la CCI querían recuperar el material robado (...). En las páginas del Communist Bulletin nº 5, el CBG ha condenado tales amenazas como “un comportamiento totalmente extraño a la práctica revolucionaria”. Además, afirma igualmente que “los escisionistas deberían devolver el material perteneciente al grupo y los fondos de la organización”. Esta autocrítica es cuando menos tímida. Por tanto, que nosotros sepamos, el CBG detenta aun los fondos sobre los que tenía responsabilidades cuando formaba parte de la CCI. En la práctica, el CBG en tanto que grupo no ha repudiado sin equívocos el comportamiento gansteril en el medio”.
Como vemos, al principio, la FECCI era más que reticente a las propuestas de apertura que el CBG le había lanzado. Pero ha llovido mucho desde entonces y el antes denostado CBG fue el invitado de honor de la IVª Conferencia de la FECCI porque entre ambas formaciones “se ha desarrollado, en el curso de precedentes discusiones y encuentros, una real identidad de principios” (PI ,nº 20). Es cierto que, entre tanto, el CBG nueve años después ha devuelto el material y el dinero que había robado a la CCI. La FECCI había hecho de esto una cuestión previa: “Ante nuestra insistencia y como precondición a la realización del encuentro, el CBG se declara de acuerdo en la restitución del material que aún posee de la CCI” (PI, nº 15 “Informe de un encuentro con el CBG”). Como se ve no ha sido por un acto de honradez del CBG por lo que hemos recuperado nuestro material y dinero robados. EL CBG ha comprado, en el sentido propio del término y en Libras Esterlinas su respetabilidad ante la FECCI, de la que se encuentra cada vez más cerca, para cerrar en su historial su “pasado gansteril” (como dice la propia FECCI). Así, la FECCI se ha comportado como una chica de familia bien que alardeando de ser virgen después de haber tenido numerosos fracasos sentimentales ([11]) se prepara para empezar nuevo noviazgo con un antiguo golfo. Pero, como tiene “sentido de la honra”, exige, antes de comprometerse, que su pretendiente restituya a las victimas el producto de sus hurtos. Decididamente la FECCI es un vivo ejemplo de la existencia del oportunismo en el período de decadencia aunque teóricamente estime que tal oportunismo no puede existir. Y esto es más patente si tenemos en cuenta que lo que reprocha la FECCI a la CCI (evidentemente sin razón) es la mancha de la tendencia del 81: “Muchos aspectos de la degeneración programática de la CCI en 1985 (la búsqueda de una influencia inmediata, la tendencia al substitucionismo, la ambigüedad sobre la naturaleza de clase del sindicalismo de base, etc.) son precisamente puntos que eran defendidos por Chenier y otros escisionistas en el 81” (PI, nº 3 “Las incomprensiones frente a nuestra existencia”).
Al fin y al cabo, no es casualidad si, hoy día, la FECCI desarrolla un reagrupamiento perfectamente oportunista con un grupo que toda la CCI (incluidos los camaradas de la futura FECCI) reconocían como “parásito”. La FECCI no se distingue fundamentalmente en nada del CBG (excepto en que ella sabe que no se debe robar el material de las organizaciones revolucionarias). Los dos son fundamentalmente grupos parásitos, que no corresponden a un esfuerzo histórico, por imperfecto que fuera, del proletariado y sus organizaciones políticas hacia la toma de conciencia, y cuya única razón de existencia es justamente “parasitar” (en el sentido propio de chupar la substancia de otros para debilitarlos) las verdaderas organizaciones del proletariado.
Una de las pruebas de que la FECCI no tiene una existencia autónoma, en tanto que grupo político, respecto a la CCI, es que su publicación como media dedica un tercio de sus artículos a denigrar a nuestra organización, cuando no la totalidad de los mismos ([12]). Esta actitud parasitaria permite comprender perfectamente las enormes dificultades que ha encontrado la FECCI para comprender lo que de verdad estaba en juego en torno a los acontecimientos del Este: como había de distinguirse a toda costa de la CCI no ha tenido más remedio que ir de mal en peor en la medida en que la CCI ha sido la primera organización del medio político que ha comprendido correctamente lo que estaba en juego. La única suerte que podía haber tenido la FECCI (y aún así) es que nosotros hubiéramos equivocado el camino. Lo que es mucho pedir. De hecho lo propio de los grupos parasitarios es mantener posiciones en la incoherencia y análisis aberrantes y esto, tanto más cuando la organización de referencia tiene posiciones correctas y coherentes. La oposición sistemática a la coherencia no puede sino llevar a la incoherencia ([13]).
Es más, el carácter parasitario de la FECCI aparece en su propio nombre. Para el obrero que esté poco informado de los arcanos del medio político, encontrar una publicación o una hoja firmada por una organización que se refiere a la CCI sin ser la CCI no puede sembrarle más que dudas. Las estupideces escritas por la FECCI corren el peligro de ser imputadas sin razón a nuestra organización y si la FECCI escribiera cosas correctas (lo que a veces sucede por tener la plataforma de la CCI) esto no puede llevar más que a la conclusión de que los revolucionarios son gente poco seria que encuentra placer sembrando la confusión.
Fundamentalmente, la función de tales grupos es menoscabar la acción de las organizaciones revolucionarias en la clase, desacreditar las ideas revolucionarias. Es por eso que hoy estimamos, como lo hacíamos en 1986 que “Como dijimos respecto al CBG hoy podemos escribir a propósito de la FECCI: “he aquí otro grupo cuya existencia es parásita”. Lo mejor que podemos desear para la clase obrera, igualmente que para los miembros que la componen, es la desaparición lo más rápida posible de la FECCI” (Revista Internacional, nº 45 “La Fracción Externa de la CCI”).
Y si la FECCI no está dispuesta a hacer ese servicio a la clase obrera, al menos debería soltarse de nuestros faldones y dejar de hacer referencia a nuestra organización: no tenemos ningún interés en que junto al nombre de la CCI se adose el descrédito y las estupideces oportunistas de la FECCI.
F.M.
Marzo de 1992
[1] “... Cualquiera que sea la evolución futura de la situación en los países del Este, los acontecimientos que hoy los están zarandeando son la confirmación de la crisis histórica, del desmoronamiento definitivo del estalinismo, de esa monstruosidad símbolo de la más terrible contrarrevolución que haya sufrido el proletariado. En esos países se ha abierto un periodo de inestabilidad, de sacudidas, de convulsiones, de caos sin precedentes, cuyas implicaciones irán mucho más allá de sus fronteras. En particular, el debilitamiento del bloque ruso que se va a acentuar aún más, abre las puertas a la desestabilización del sistema de relaciones internacionales, de las constelaciones imperialistas, que habían surgido de la IIª Guerra mundial con los acuerdos de Yalta (...). Los acontecimientos que hoy están agitando a los países llamados “socialistas”, la desaparición de hecho del bloque ruso (...) constituyen el hecho histórico más importante desde la Segunda Guerra mundial junto con el resurgimiento internacional del proletariado a finales de los años 60” (“Tesis sobre la crisis económica y política en los países del Este”, pág. 10, Revista Internacional, nº 60).
“Los acontecimientos que se desarrollaron durante la segunda mitad del año 89 han puesto en entredicho la configuración geopolítica en la cual vivía el mundo desde la Segunda Guerra mundial. Ya han dejado de existir los dos bloques imperialistas que se repartían el planeta. (...) hoy el curso hacia la guerra mundial resulta imposible: han dejado de existir los dos bloques imperialistas” (“Tras el hundimiento del bloque del Este, inestabilidad y caos”, Revista Internacional, nº 61).
[2] Hagamos memoria: ese texto se escribió cuando los únicos regímenes estalinistas que quedaban en Europa eran Albania y Rumania. A dos semanas de la caída de Ceaucescu. Sin comentarios.
[3] Sin embargo podemos decir que los sucesos del Este le han dado la razón a la FECCI en algunas cosas: como habíamos previsto desde un principio, estos sucesos provocaron la división del bloque occidental y de la CCE. Lo que resulta poco probable es que ésa fuera la intención de Gorbachov, a no ser que haga como el marido burlado que para culpabilizar a su mujer... se suicida. La FECCI puede reflexionar sobre esta hipótesis que casa bien con su teoría de la “esposa maltratada” como marco de “profundización del marxismo”.
[4] De vez en cuando la FECCI hace chistes sin querer. Teniendo en cuenta las veces que ha tenido que variar su análisis en los últimos dos años (tantas como publicaciones ha editado, sin que ello le permita lograr un análisis correcto) resulta delirante proponerse una orientación para todo un decenio. La presunción de la FECCI es tan gigantesca como raquítica su capacidad de análisis. En otras palabras, si tuviera un mínimo de sentido del ridículo, propondría una “orientación para el próximo trimestre” es decir, hasta que aparezca su próxima Revista. Con ello se ahorraría el penoso deber de invalidar (aunque sin reconocerlo) en PI nº 21 las previsiones a largo plazo del PI nº 20.
[5] Por no faltar a la verdad hay que decir que la FECCI evoca, en la presentación de su conferencia, los acontecimientos del Este: “el COMECON ha desaparecido como sistema de relaciones imperialistas entre el cabeza de bloque, la URSS, y sus satélites, que han dejado de ser simples vasallos”.
¡Al menos eso está claro! La FECCI quiere marear la perdiz. El COMECON ha desaparecido, cierto (solo hay que constatar lo que él mismo ha anunciado oficialmente), pero ¿subsiste otro “sistema de relaciones imperialistas entre la URSS y sus satélites”?. Misterio. ¿De qué bloque se trata? ¿Del que ha desaparecido o del que subsiste aún bajo otra formas? Que lo adivine el lector. ¿En qué se han tornado sus satélites? ¿Han pasado de únicamente vasallos a “no simples”?. ¿Cuándo dejará la FECCI de tomar a sus lectores por tontos?
[6] La ignorancia teórica y la nulidad de la FECCI no tienen límites (menos aún cuando se trata de echar mano a la CCI). En “Captar el significado de los acontecimientos de Europa del Este” (PI nº 17), se puede leer: “La teoría del capitalismo de Estado se basa en la existencia de bloques militares”. Tremenda idiotez. Ambos fenómenos tienen un origen común: el imperialismo y, más globalmente, la decadencia del capitalismo, lo que no significa que están ligados por una relación de causa-efecto. El sarampión produce a la vez fiebre y erupción de granos ¿hay que concluir que los granos son los causantes de la fiebre? En el mismo artículo la FECCI ironiza finamente “es extraño hacer conjeturas sobre el fin de un bloque imperialista entero sin que se dispare un solo tiro. Cada bloque dará saltos de alegría si el otro desaparece simplemente por efecto de la crisis, sin necesidad de utilizar ni un solo misil. ¡Cuánto tiempo y cuanta energía se podían haber ahorrado!”. Efectivamente es !extraño! sobre todo para los que escriben que “el avance histórico plantea nuevos problemas, presenta los viejos problemas con formas nuevas”. Pero, todo llega, incluso con dos años de retraso jalonados de esas buenas palabras, terminan por entenderlo. ¡Cuánto tiempo y cuánta energía nos habríamos ahorrado las organizaciones revolucionarias (y la clase obrera) si no nos molestasen parásitos estúpidos y pretenciosos como la FECCI, y particularmente el autor (JA) de esas líneas. De esa misma pluma sale otra pieza del mismo calibre “Algunos incluso nos cantan que la rivalidad entre el bloque USA y el ruso es algo del pasado. ¡El progreso no se para!” (“Por una práctica viva del marxismo”). Tres meses después, la propia FECCI nos canta la misma canción (¡más vale tarde que nunca!) ¿Pero entenderá la letra?
[7] Hay que notar que en los dos textos de diciembre del 89 (el de la FECCI y el de la minoría de entonces) que toman posición sobre los acontecimientos del Este (suplemento a PI, nº 15) no se hace referencia alguna al documento “Tesis sobre Gorbachov” publicado en PI nº 14, y que representaba el marco de comprensión sobre la “perestroika”. Tampoco es vano recordar lo del paso de la “dominación formal a la dominación real” (ver en nuestra Revista nº 60 nuestro artículo que refuta las elucubraciones de la FECCI y otros grupos sobre la misma cuestión) que lo presentan como una de sus grandes “aportaciones teóricas”. Evidentemente los “descubrimientos” de la FECCI no le son nada útiles para comprender el mundo de hoy en día. Por eso se conforma con recomponer sus pedazos y, sin mucha convicción, hacer alguna referencia.
[8] Evidentemente hay una diferencia fundamental entre la forma en que la FECCI ha terminado por comprender los retos y las implicaciones de los acontecimientos del Este, y la forma en que lo había hecho la CCI dos años y medio antes. La FECCI ha podido reconocer la realidad bajo el peso de los acontecimientos, de forma empírica. Si la CCI ha sido capaz de identificar esa nueva realidad histórica mientras que las manifestaciones de ella pasaban aún inadvertidas para el resto de observadores (tanto del campo burgués como del proletario) no ha sido por medio de una bola de cristal o gracias a las predicciones de Nostradamus. Lo ha conseguido apoyándose en su marco de análisis anterior y, en el método marxista cuando ha tenido que reconsiderar ciertos aspectos de ese cuadro. La verdadera distinción entre la CCI y la FECCI respecto a la reflexión teórica está en el abismo entre el método marxista y el empirismo.
[9] Para hacerse una idea del nivel de la «polémica» tal y como la entiende el CBG basta ver un extracto de su prosa de entonces “una sucesión de maniobras en las que X y su entonces compañera de cama, Y, tuvieron un papel preeminente” (“Carta abierta al medio proletario sobre el asunto Chenier”, The Bulletin, nº 1).
[10] Ironías del destino este artículo lo escribió JA, cuando aún defendía los principios de la CCI, que es hoy la pluma de la FECCI que más se destaca por su labor de fiscal anti-CCI en las columnas de PI. Le felicitamos gustosos, así como a los “chorizos” del CBG, al ver las estrechas relaciones que hoy mantienen la FECCI y el CBG.
[11] Ver en PI nº 13 (“Revista Internacional del Movimiento Comunista: los límites de una iniciativa”) sus esfuerzos por participar en un encuentro de acercamiento entre los grupos parásitos y confusos en 1987.
[12] (12) Por eso nos cuesta creerlo cuando escriben: “hemos agudizado nuestra critica a la forma de pensar y actuar de la CCI... no para saciar obsesivos rencores “anti-CCI” sino por inquietud revolucionaria” (PI, nº 10 “¿Qué lucha por los comités obreros ?).
[13] Este artículo, redactado en marzo de 1992, no pudo ser publicado en nuestra Revista Internacional anterior. Desde entonces, la FECCI ha publicado un nuevo número de PI que no podíamos evocar aquí sin alargar demasiado este artículo. Vale la pena, sin embargo, citar un texto de PI nº 22, redactado por un antiguo miembro de la FECCI, y que conoce muy bien la mentalidad que en ella predomina: “La Fracción no quiere utilizar la noción de descomposición, sin duda porque eso sería seguirle los pasos a la CCI (subrayado por nosotros). No se comprende bien por qué la fracción critica el empleo del término “descomposición” y acusa a la CCI de salirse del marco del marxismo cuando utiliza y desarrolla esa noción. Ocurre como si existiera una ortodoxia de la decadencia, una invariabilidad de la decadencia que sería del mal gusto poner en entredicho. De haber sido crítico, el pensamiento se vuelve inmovilista, una especie de ganzúa con la que se pretende abrir penosamente los enigmas... De este modo, nos estamos preparando y dirigiéndonos en línea recta hacia una situación análoga a la causada por nuestras insuficiencias de análisis sobre los acontecimientos del Este. Nos enteramos de la desaparición del bloque del Este con dos años de retraso; nos enteraremos de la realidad de la descomposición social con un retraso tan aplastante” (“Decadencia del capitalismo, descomposición social y revolución”). ¡Imposible decirlo más claro!
Publicamos, seguida de una corta respuesta, una carta con amenazas que nos fue enviada por un “partidario” de una pequeña asociación de malhechores autoproclamada “Fracción interna de la CCI” (compuesta por unos cuantos elementos que la CCI excluyó de sus filas por sus comportamientos de delatores).
Paris, 13 de marzo de 2006.
Brillaron por su desprecio a la confrontación política y también por la mínima decencia social.
Verdaderamente juegan un juego que mañana no podrá más que arruinar el poco crédito político que les queda entre los camaradas que los siguen, se transforman en un campo de entrenamiento para la acción militar tras haber sido el de la estupidez política.
No me afectan mucho sus intereses de estanquillo puesto que ya están arruinados definitivamente ante mis ojos, pero para las personas que los observan ingenuamente esperando de ustedes una ilustración de lo que es una política proletaria, ¡es un desastre! Ellos no pueden obtener más que una sórdida repetición de lo que era la política estalinista contra sus oponentes en esa siniestra parte del siglo XX, ¡hermoso ejemplo para la juventud!
Entiendan: si por desgracia uno de ustedes pone la mano en mi presencia sobre un compañero o sobre mí mismo, no dudaré un segundo en denunciarlos. No tengo ningún escrúpulo en eso y sería tenaz: ¡nada de misericordia para los cerdos! Estoy bien entrenado en esa cuestión. En otras palabras, contrariamente a la FICCI, me defendería físicamente muy seriamente.
Saludos, al buen entendedor.
A.
El correo de este simpatizante de la FICCI requiere algunos señalamientos.
1) A. se permite darnos una pequeña lección de “moral proletaria” y denuncia con virulencia nuestro interés en la “decencia social”. Cualquier lector cuyas neuronas no hayan sido destruidas por la putrefacción de la descomposición capitalista podrá hacerse una idea clara de lo que es la “decencia social” y la “política proletaria” preconizada por nuestro detractor.
2) A. comienza por afirmar que no tendrá “ningún escrúpulo” en “denunciar”, si uno de nuestros camaradas se atreviera a poner la mano sobre “uno de sus compañeros” (¡es decir sus compañeros de la FICCI ¡). La primera cosa que se debe constatar es que ese “partidario” aporta hoy públicamente y sin vergüenza ¡su bendición a la conducta de gángsters de la FICCI (robo, pandillerismo, calumnia, mentiras, groserías, amenazas de muerte contra nuestros camaradas)!
Pero la “política proletaria” según nuestro dador de lecciones no se queda allí. El señor A. no tiene “ningún escrúpulo” en afirmar alto y fuerte que no dudará en llamar a las fuerzas de represión del estado burgués contra nuestros camaradas. ¡Bravo! El señor Sarkozy puede contar con A. para limpiar a Kärcher los militantes de la CCI. ¡Puede así otorgar a los protagonistas de la FICCI la medalla de oro de la “decencia social”!
3) Esta política supuestamente “proletaria” pregonizada por A. no nos sorprende. Puesto que éste se trata con maleantes, no es raro que termine por… llamar a la policía al rescate. ¡Las cosas como son!
Por nuestra parte, hemos rechazado la política típicamente BURGUESA consistente en llamar a las fuerzas de represión del Estado capitalista cuando nuestra organización es atacada. La CCI no fue a “denunciar” a la comisaría cuando, en 1981, el molesto individuo Chenier y sus cómplices nos robaron el material. Nosotros mismos fuimos a recuperar el material. Es en continuidad con esta política (que siempre ha sido la del movimiento obrero), no hemos “denunciado” a los pequeños hampones de la FICCI cuando nos han robado dinero y material político (principalmente la lista de suscriptores de nuestra publicación en Francia).
Tenemos, a propósito de eso, que informar hoy a nuestros lectores que, en la primavera del 2002, una delegación de la CCI fue a recuperar una parte del material de la organización (los archivos del órgano central de la CCI) en la segunda residencia de un miembro de la FICCI, Olivier. Sabíamos que la alarma de esta casa estaba conectada directamente al cuartel de policía (a fin de proteger los objetos de valor contra los robos). Es por esto que esperamos a que Olivier estuviera presente para recuperar nuestros archivos que se apresuraba a “trasladar”. El ciudadano Olivier no puso resistencia y nos devolvió todos los documentos internos que estaban almacenados en ese lugar. Esta operación de recuperación de nuestro material político se llevó a cabo sin ningún escándalo y en el mayor respeto a las reglas de la “decencia social” (¡a tal punto que la compañera de Olivier que estaba presente y que fue testigo de la “escena” ¡nos propuso que también tomáramos un aperitivo!). Es por esto que Olivier no pudo llorar sobre los tejados diciendo que había sido maltratado por nuestros camaradas.
4) Esta carta de amenaza revela sobre todo que la “decencia social” de la que se reivindica su autor pertenece a las costumbres de los hooligans y gangters mafiosos y no a los métodos de la clase obrera: “yo me defendería físicamente muy seriamente”. Esas jactancias se sitúan en plena continuidad de las amenazas de muerte proferidas, ante varios testigos, por el “matón” de Pédoncule (“eminente” miembro de la FICCI) a uno de nuestros camaradas: “¡Te voy a rajar el cuello!”. ¡He aquí la “moral proletaria” de la que se reivindica este “partidario” de la FICCI! ¡Los hampones pueden contar con la lealtad indefectible y sin principios de ese precioso caballero de la “decencia social”!
Por su parte, la CCI no se dejará intimidar por las bravuconadas de A. y otras amenazas de muerte de sus “compañeros degolladores”. Continuaremos defendiendo los principios del movimiento obrero no permitiendo que elementos provocadores (cuya única “moral” es la del lumpen) vengan a sabotear nuestras reuniones públicas. No permitiremos que delatores infiltren las reuniones públicas de la CCI para intimidar a nuestros camaradas y a nuestros contactos.
En cuanto a nuestros pretendidos métodos “estalinistas”, no podemos más que aconsejar a A. que lea nuestro artículo “Respuesta a las vergonzosas calumnias de una pequeña asociación de malhechores” en la cual denunciamos, en otoño de 2005, la complicidad de la FICCI con un estalinista disfrazado en Argentina, el ciudadano B. Pero sobre esta sórdida cuestión, A. prefiere sin duda esconder la cabeza en la arena, como los avestruces ¡para permanecer fiel a sus “compañeros” de la FICCI! Evidentemente, el trato con sus “compañeros” le impregnado hasta el cuello. Si intenta saber realmente lo que significa la “moral proletaria”, no podemos más que aconsejarle que se aleje de ellos.
CCI
Publicamos a continuación el contenido de una hoja que toma posición sobre el movimiento de los estudiantes en Venezuela, hecha por un contacto cercano a la CCI en ese país. La misma fue preparada por el compañero en plena efervescencia del movimiento, y distribuida en la asamblea de estudiantes convocada el 22 de junio pasado en uno de los estadios de la Universidad Central de Venezuela.
Compartimos plenamente la toma de posición del compañero, en particular la perspectiva que plantea para el movimiento: “Es hacia los sectores proletarios hacia donde tienen que dirigirse las asambleas que hoy organizan los jóvenes en todo el país, es en las discusiones sobre el potencial revolucionario de esta clase que los jóvenes encontraran las mecanismos que les permitan un acercamiento que fortalezca su movimiento y lo oriente en el único curso en el que toda lucha tiene sentido: en el de la lucha de la clase obrera contra todas las desigualdades de la sociedad de clases que representa el capitalismo.”
Después de mas de dos meses de haberse iniciado el movimiento de los estudiantes, constatamos que el mismo ha perdido el ímpetu que tuvo en las primeras semanas, debido a la acción conjunta de las fuerzas burguesas oficialista y de la oposición, quienes han hecho lo imposible para intentar desvirtuar el movimiento, identificándolo como uno mas de la oposición; con este fin han movilizado a los dirigentes y gremios estudiantiles cuadrados con uno u otro bando. El riesgo de ser presa de la polarización no sólo lo corre este movimiento de los estudiantes, sino cualquier movimiento social en Venezuela que pretenda ubicarse fuera de la polarización política que, cual camisa de fuerza, intentan imponer chavistas y opositores.
Más, pese a la acción de opositores y oficialistas, el movimiento de los estudiantes no ha acabado, sino que está “en receso”, en parte debido al periodo vacacional. Las condiciones que lo han hecho surgir: el crecimiento de la pobreza, de la criminalidad, del alto costo de la vida, etc; no sólo siguen intactos, sino que mes tras mes se hacen mas insoportables
Mientras tanto, de manera lenta, hemos visto cómo comienzan a movilizarse los trabajadores en su propio terreno de clase: los trabajadores petroleros (tan maniatados por oficialistas como opositores) han realizado varias protestas contra el despido de mas de 1000 operarios de taladros y por el retraso en la discusión de la contratación colectiva; los empleados del sector público presionan también por la discusión de la contratación colectiva, en retraso desde el año pasado; los transportistas amenazan con una huelga general debido a que a diario son asesinados choferes y asaltados los pasajeros, etc.. Tal es el malestar laboral, que los sindicatos oficialistas como la Unión Nacional de Trabajadores y del sector petrolero, han tenido que comenzar a hacer “oposición” al gobierno, como una forma de canalizar el malestar obrero y social.
De esta manera se corrobora lo que decimos en nuestro artículo que analiza el movimiento de los estudiantes[1], que lo ubica como expresión del malestar social que existe en la sociedad venezolana. En este sentido, no hay que descartar que próximamente tengamos nuestro “otoño caliente” en pleno trópico, que comience a poner al desnudo la patraña burguesa inventada por el chavismo llamada “socialismo del siglo 21”.
La CCI, 20-08-07
Las protestas juveniles que han copado el escenario político y social del país en las ultimas semanas que ha tenido como protagonistas principales a estudiantes de las universidades (privadas y autónomas), así como a estudiantes del sector medio de la educación, configuran un importante movimiento político que, a pesar del pesado fardo que han elegido como bandera (defensa de la libertad de expresión y protesta contra el cierre de RCTV), abre las compuertas a un interesante escenario donde, a partir de ahora, se desarrollaran las luchas de la clase obrera contra los factores representativos del sistema capitalista.
Comencemos por poner en claro algunas cosas. En primer lugar, tenemos que saludar la espontaneidad, la frescura y la fortaleza que ha presentado este movimiento desde sus inicios, que claramente lo sitúa fuera de la influencia de los sectores políticos antagónicos sobre los que se apoya el capitalismo en Venezuela y que han dominado el escenario político durante los últimos ocho años.
Veamos como se configuran estos sectores del capitalismo. De una parte está el sector defensor de la orientación liberal del capitalismo donde concurren factores de la “izquierda critica”, rémoras del estalinismo que en su momento coquetearon con el chavismo y que hoy lo adversan, como es el caso del MAS, BR, Douglas Bravo, Pablo Medina, etc. Cohabitando con ellos nos encontramos a sectores recalcitrantes de la derecha: residuos de COPEI, la iglesia, Primero Justicia, militares en situación de retiro, etc. y de la centro derecha con un lejano pasado socialdemócrata: AD, Alianza Popular y su CNR, Un Nuevo Tiempo, etc. y un sector sindical matizado por diversas orientaciones; toda esta gente se declara opositora al régimen controlado por el chavismo.
Por otro lado, nos encontramos con lo que se conoce como el chavismo, un sector político variopinto, que asume la implantación del modelo capitalista de estado como alternativa a la crisis del capitalismo. En este sector anidan posturas nacionalistas recalcitrantes, matizadas por una ideología afincada en el bolivarianismo y en el militarismo. Es importante destacar el marco teórico que le sirve de soporte a este movimiento, configurado por aportes que le vienen de toda la tradición contrarevolucionaria del estalinismo, del movimiento guerrillero de la década del 60, de la experiencia de la “heroica revolución” cubana, que hoy está caricaturizado en el esnobismo antiimperialista de Chávez. Los retazos que terminan de configurar la colcha son aportados por los desperdicios mal olientes del trotkismo, del anarquismo, de la pedagogía del oprimido de Gramsci y su hegemonía comunicacional, de las mistificaciones sobre la afrodescendencia y el indigenismo, de la teología de la liberación y de los evangelistas, del guevarismo, del islamismo etc. Todo este vomitivo ideológico es el preámbulo de ese adefesio que se les ha dado por llamar el socialismo del siglo XXI.
Estos dos sectores del capitalismo han adoptado métodos diferentes para intentar un acercamiento al movimiento juvenil que hoy sacude la patria del dios Bolívar. La primera, la oposición pequeño burguesa y gimoteante, pretendió montarse en la cresta de la ola con el argumento de que la defensa de la libertad de opinión y de RCTV era su mías cara consigna, pero los jóvenes le metieron un freno advirtiéndoles que no tendían espacio en ese movimiento, que no tendían nada que compartir con la reacción y su métodos de lucha.
Los segundos, en un primer momento presa del pánico, hicieron un llamado en cadena nacional, en la voz de un Chávez lívido y amenazante, a los padres de los chicos para que los reprendieran y los llevaran al redil. Como la monserga no funcionó, recurrieron entonces a condenarlos sumariamente como peones del imperialismo, como carne de cañón del golpismo, como enemigos de la patria, como burguesitos de las universidades privadas que reciben sus instrucciones contrarrevolucionarias del imperio por Internet, !que bolas! Evidentemente, no están funcionando estas calificaciones, producto de toda la cultura reaccionaria que anida en el repertorio teórico de los ideólogos del socialismo del siglo XXI; tampoco están funcionando los consejos que Chávez fue a pedir desesperadamente al enclave reunido en Cuba integrado por la momia de Fidel y el chulo de Daniel Ortega, el mismo miserable que hace dos semanas fue traído por Chávez a Caracas para que hablara cochinadas de los jóvenes que están buscando un espacio político en el escenario de la lucha de clases.
El temor y la cobardía del régimen se puso de manifiesto en la actitud patética adoptada por Madame Cilia Flores y del mismísimo Chávez que rezongaron a rabiar una vez que los jóvenes abandonaron las instalaciones de la Asamblea Nacional al lograr su cometido de rechazar, mediante un derecho a replica, las acusaciones denigrantes y ruines de los tarados del parlamento chavista; de esta manera demostraban una vez mas su independencia, desmontando por añadidura la celada que se había montado para ellos con el concurso de los parlamentarios, de Chávez y de los “héroes” del sector estudiantil del chavismo que se prestaron para la encerrona. Se quedaron con los crespos hechos, resignándose al desgaste de sus calificativos arrojados sobre los jóvenes como agentes del imperialismo y del golpismo.
Vemos pues que tanto el chavismo como la oposición, en tanto que fuerzas militantes de la reacción, no han podido ponerle grilletes al movimiento de los jóvenes.
El carcelero de los jóvenes se encuentra al acecho en los predios que les son mas caros: el de las universidades. La Universidad, vista como institución del status, es el órgano donde se acrisola toda la ideología que amalgama las relaciones sociales y económicas que son el fundamento del capitalismo. La confrontación que hay entre las universidades autónomas y privadas, que se reduce al antagonismo entre dos visiones, por igual castrantes, entre la concepción profundamente gramsciana del chavismo sobre lo que debe ser la educación, particularmente la que se debe impartir en Universidad y, en otro lado, la concepción tradicional. Esto no es mas que una disputa entre gángsteres por territorios, por escenarios que les sirvan como parapeto para imponer sus concepciones capitalista: liberal o de Estado. La manifestación a la fiscalía convocada por los rectores de las Universidades autónomas y privadas constituye una maniobra cuyo propósito es, en primer lugar, grabar a cincelazos en la mente de los jóvenes las consignas burguesas de la libertad de opinión o de expresión y de la defensa del instrumento que por excelencia tiene el capitalismo para embrutecer a la sociedad: la televisión. Otro propósito es atarlos a la carreta sin ruedas de la defensa de la autonomía universitaria. La Universidad se muestra así como el instrumento ideal para sacar a los jóvenes del curso que instintivamente toma su movimiento hacia la lucha de clases, en la búsqueda de un contacto íntimo con la única clase internacional que tiene una perspectiva histórica revolucionaria: la clase obrera. Es hacia los sectores proletarios hacia donde tienen que dirigirse las asambleas que hoy organizan los jóvenes en todo el país, es en las discusiones sobre el potencial revolucionario de esta clase que los jóvenes encontraran las mecanismos que les permitan un acercamiento que fortalezca su movimiento y lo oriente en el único curso en el que toda lucha tiene sentido: en el de la lucha de la clase obrera contra todas las desigualdades de la sociedad de clases que representa el capitalismo; por la destrucción del Estado que es la expresión de esa sociedad no importa que a la cabeza de el se encuentre Chávez o cualquier burgués liberal; en definitiva, en el curso hacia la sociedad sin clases que es el comunismo, donde se realiza el verdadero socialismo.
Nos vemos En la Barricada.
mail:[email protected] [103]
[1] Movimiento estudiantes en Venezuela: los jóvenes intentan salir de la trampa de la polarización chavismo – oposición
ccionline/2007/estudiantes_venezuela.htm [104]
O dicho al revés, una derrota de los trabajadores que componían la plantilla de esta empresa.
Cualquier lucha que toman a cuenta los sindicatos como representantes legales de los trabajadores, es la crónica de una derrota anunciada, casi como el título de la novela de García Márquez, que se quiere disfrazar de victoria justificándola con que han sido los trabajadores en asamblea los que han decidido el acuerdo, ¿pero que clase de asambleas son estas? lo que nunca dicen los representantes sindicales, elegidos por leyes capitalistas, es que en estas asambleas están esterilizadas por la misma legalidad, encorsetadas, sin que jamás puedan tomar un acuerdo reivindicativo que prescinda del margen legal.
La alternativa que tiene la clase obrera en estas supuestas “luchas” es algo así como elegir si quieres morir fusilado o ahorcado. Los sindicatos ¡NUNCA! plantearan una asamblea o una lucha al margen de la legalidad, o teniendo en cuenta los intereses exclusivos de la obreros, sino que en sus planes de negociación entra la situación de la empresa, si esta es rentable o está en crisis, según la versión y la contabilidad que llevan los capitalistas. Es lo que ha pasado ahora en SAS y es el destino de otras muchas luchas que se dejan entrampar en las redes de los sindicatos y el sindicalismo.
Si los trabajadores no toman la lucha en sus manos directamente, de forma unida y solidaria, al margen y contra los sindicatos, teniendo en cuenta solo sus intereses, es decir lo mismo que hacen los patronos cuando cierran una empresa o rebajan las condiciones de trabajo que solo piensan en sus ganancias y para nada tienen en cuenta a la clase obrera. El capitalista puede legalmente cerrar su empresa o despedir cuando le de la gana, pero el obrero no puede legalmente impedirlo, al menos que su lucha no tenga para nada en cuenta la trampa de la legalidad sindical.
En el caso concreto de SAS en Abrera, como ejemplo de lo que decimos, resulta que tras la lucha de los trabajadores, que se inició a primeros de marzo a consecuencia del cierre de la empresa, el sindicato CGT, que ha llevado el “peso” de la negociación y de la “movilización” ha “conseguido” ratificado en asamblea por los trabajadores lo siguiente: de los 20 días de sueldo por año que ofrecía la empresa han logrado 60 días, más un pago de 1.100 euros, esto es lo único real que la empresa va a pagar. Lo demás consiste en recolocaciones y el plan social, puro humo, además de que los 11 trabajadores más antiguos de SAS podrán recolocarse en las dependencias que esta empresa tiene en la propia SEAT. A cambio los trabajadores han perdido su puesto de trabajo, la multinacional SAS ha conseguido su objetivo que es cerrar la empresa, porque SEAT no le adjudicó la fabricación del cuadro de mando del “Ibiza” y del “Córdoba” y a los obreros ¡que nos importa!, eso es política capitalista y nosotros tenemos que hacer política obrera, que consiste en exigir nuestra necesidades tanto si la empresa va bien como si va mal según los empresarios, aunque para estos la empresa siempre va mal de cara a las reivindicaciones. En realidad todos los trabajadores deberían haber sido recolocados en las mismas condiciones que los 11 compañeros más antiguos. Y después de esto la CGT de la ya ex -SAS, a través del Ex-presidente del ex-Comité de Empresa dice que es una salida “digna” que “el acuerdo ha sido positivo teniendo en cuenta las circunstancias”. (Las citas están tomadas del periódico “AL DIA” del “Baix Llobregat Nord”)
Esto es la palabrería usual de todos los sindicatos que califican de lucha lo que son derrotas y retrocesos que ya se ven venir en cuanto el capitalista mueve ficha.
La mecánica que utiliza el triplete Patronal - Sindicatos – Gobierno para sabotear la lucha y la tendencia a la solidaridad es la siguiente: cuando la lucha surge, dan la impresión que la iniciativa parte de ellos, que arrastran a los trabajadores, cuando en realidad lo que ocurre es que ellos (los sindicatos) olfatean el descontento, la voluntad de los trabajadores de oponerse y luchar contra los ataques de los capitalistas, pero los sindicatos deben tomar las riendas enseguida de la situación para sabotear la más mínima señal de solidaridad y de reflexión, diluyendo la lucha en la legalidad burguesa, incluido actos gratuitos de violencia que den la impresión que se ha llegado a lo máximo posible, incluso el enfrentamiento con la policía. Después de este primer acto se abre un proceso de calculado y escalonado debilitamiento de la lucha cubierto por la maraña de la legalidad, (reunión con el ministro o conseller del ramo, o con el presidente de la comunidad autónoma, como ha sido el caso del presidente de Andalucía Chaves, con los sindicatos de Delphi) el aislamiento en la empresa, y para todo ello los sindicatos tienen una experimentada técnica de hacerlo: de manera imperceptible para los obreros decaen las movilizaciones, se prolongan las negociaciones entre sindicatos y patronos, los trabajadores se desmoralizan y el conflicto termina de forma sórdida y discreta, sin divulgación, sin ni siquiera las banderas sindicales que ondeaban al comienzo y en los despachos de la patronal o de la administración, con la dispersión y la desmoralización de los obreros en los casos de cierres patronales o negociaciones salariales. Esta ocultación de hasta donde se ha llegado en la lucha (mejor dicho hasta donde se ha retrocedido) es un elemento más que demuestra que las luchas intervenidas por los sindicatos conducen a la derrota.
En la clase obrera, ciertamente, se está llevando a cabo una reflexión, todavía trabajosamente, sobre estas cuestiones.
¿Significa esto que la clase obrera ha de caer en un fatalismo inevitable y letal? ¡De ninguna manera! Los callejones sin salida a los que los sindicatos llevan todas las luchas van dejando pequeños sedimentos de reflexión y solidaridad en el fondo de la clase, que no se ven en la superficie ni en lo inmediato, pero que quedan en el ser colectivo del proletariado y se va acumulando a pesar del inmenso esfuerzo que hace la burguesía y sus servidores para hacerles ver que tienen que ser realistas y que eso supone tener en cuenta la situación de la economía nacional, la marcha de la empresa concreta en la que trabaja cada obrero, etc. Pero la clase obrera, los parados, jubilados, los estudiantes y jóvenes que se incorporan al trabajo en unas abusivas condiciones que abarca todos los aspectos esenciales de su vida diaria: salario, precariedad, presión laboral, vivienda, pensiones, medio ambiente etc. perciben que todos esos elementos concretos que forman parte de su vida diaria, se deterioran cada día mas, que nunca se produce un avance efectivo en sus condiciones de vida, sino recortes por todos lados, con el pretexto de que, según las circunstancias, es el mejor acuerdo posible, pero sin decir ni pío de que la otra parte, el capital, jamás sufre esos recortes.
Pongamos, sobre como se reparte la riqueza en la sociedad según los capitalistas, un ejemplo fácil sacado de las estadísticas burguesas: Como sabemos: “El valor de todo lo que se produce en un país –el PIB a precios de mercado en la jerga de los economistas- puede siempre reducirse a tres componentes: trabajo, capital y materias primas importadas.
Por ello, una vez deducidos de ese importe el valor de esas materias primas importadas, lo que queda se reparte entre beneficios y salarios antes de impuestos.
Tras eso, tres son los que compiten por la renta generada: el Estado con su derecho a la imposición, los asalariados con su derecho a la masa salarial y el capital con su derecho a los beneficios. Derechos todos respaldados en el poder jerárquico del Estado.
A lo largo del combate ideológico, salarios, beneficios e impuestos se han visto como rivales y se han presentado cada uno de ellos como insustituibles.” (Tomado del libro “Creadores de escasez” de David Anisi. Alianza Editorial, 1995; Pág. 58). Pues bien ¿que ha pasado en España con ese reparto en los últimos 10 años? Según el Instituto Nacional de Estadística “…en 1997 (gobernando el PP), los salarios consiguieron un 50 % de PIB, frente a un 41 % de los beneficios empresariales y un 9 % de los impuestos. Hoy, con un Gobierno socialista, los salarios han retrocedido en el reparto de la tarta 3,6 puntos (46,4 %), frente a un 42,1 % de los beneficios y un 11,5 % de los impuestos. Además, los salarios reales (salarios corregidos por la inflación) llevan perdiendo poder de compra al menos en los últimos ocho trimestres”) “El País 25/03/07: articulo de Joaquín Estefanía titulado: “La España de hoy: Salarios en regresión”. Eso lo dice la burguesía bienpensante, pero cual será la realidad si tenemos presente no solo los salarios sino otras cuestiones de los ataques del capital, como por ejemplo la forma de repartir el estado capitalista los impuestos. Pues bien, como decíamos los trabajadores no son ciegos ante esta realidad, van comprendiendo la incapacidad del sistema capitalista para solucionar los problemas que le afectan, no ven como representantes suyos los que dicen actuar en su interés y el manto de la sospecha y de la desconfianza sobre el triplete Patronal – Gobierno – Sindicatos se agudiza porque en sus manejos no ven mas que acuerdos que siempre favorecen a los mismos, que la sociedad capitalista, a diferencia de otras épocas, no puede ofrecer reforma ni soluciones efectivas, que nada se arregla por la burguesía y que los ataques al proletariado ya no se espacian sino que son continuos y el capital los necesita como el aire que respira.
Ahora bien, la incapacidad manifiesta de la burguesía para conceder reformas y la necesidad objetiva de atacar las condiciones de vida de los trabajadores, supone un desgaste para la burguesía y su fuerza de vanguardia, los sindicatos; este fenómeno se aprecia en el protagonismo creciente que tienen los sindicatos más “radicales” como CGT y de forma emergente CNT, dada la imposibilidad en muchos sectores de colocar en la avanzadilla de la “movilización” a CC.OO y UGT, que a veces han tenido que salir por piernas sus jefes (como si fuera el capitalista que les explota) perseguidos por los obreros como el caso de la petroquímica de Puerto llano, en Ciudad Real tras la muerte de varios trabajadores de una subcontrata por falta de medidas de seguridad.
Para acabar pensamos que el final del conflicto de SAS no tiene ninguna peculiaridad, sino al contrario, es la reproducción típica de cómo se combinan y reparten los papeles los diferentes poderes burgueses, esencialmente, patronal, sindicatos y gobierno. Pero en contra de la voluntad de estos, a pesar de las derrotas, las cosas no vuelven a ser como al principio, hay una acumulación de experiencias, los obreros reflexionan sobre el porvenir, intuyen que aislados no pueden avanzar y buscan la solidaridad, que todas las fuerzas están aliadas contra ellos aunque a veces parecen que se enfrentan, pero que hay tongo que solo es una cruel farsa destinada a ellos.
27/06/06 Germán
El arrollador triunfo de Chávez en las elecciones del 3 de diciembre pasado, quien obtuvo un 63% de los votos válidos, contra un 37% del candidato de la oposición, no sólo consolida y relegitima en el poder al sector chavista de la burguesía durante un período de 6 años, sino que representa un triunfo para la burguesía venezolana en su conjunto. En efecto, una vez mas, la confrontación política entre las fracciones de la burguesía, que ha dominado la escena política después del ascenso de Chávez al poder en 1999, logró polarizar a la población y llevarla a participar masivamente en la contienda electoral: según las cifras del Consejo Nacional Electoral (CNE), la abstención del 25% estuvo muy por debajo de los niveles históricos del orden del 40%.
La burguesía, mediante la vuelta al escenario electoral de los sectores opositores (quienes se habían abstenido de participar en las elecciones parlamentarias de 2005), ha logrado oxigenar la mistificación electoral y democrática, mecanismos ideológicos primordiales mediante los cuales las clases dominantes mantienen el sistema capitalista de explotación. Pero el mayor aporte hacia este objetivo lo ha hecho el chavismo, quien polarizó la contienda planteando que el candidato de la oposición era el candidato del “diablo Bush” y que de éste ganar estarían en peligro las misiones[1], mediante las cuales el gobierno ejecuta su política de “justicia social”, y los logros de la “revolución”. De esta manera, el proletariado así como las masas socialmente excluidas continúan atrapados en la trampa de la polarización interburguesa y cifrando sus esperanzas en un sector de la burguesía, que ha sabido explotar a su favor una política populista de izquierda orientada hacia las capas mas empobrecidas de la sociedad, sustentado en los altos ingresos petroleros; que lo que hace es administrar la precariedad, promoviendo un igualitarismo que intenta nivelar por abajo al conjunto de la sociedad, empobreciendo a sectores de las capas medias y haciendo mas pobres a los trabajadores y las capas excluidas. Esta es la receta del “socialismo del siglo 21”, que el chavismo exporta a Bolivia, Ecuador y Nicaragua, y que le sirve como caballo de batalla para fortalecerse en la geopolítica de la región.
El triunfo del chavismo y su popularidad son inobjetables. Este triunfo es el remate de una fase de un proceso político, que como dijimos consolida al sector de la burguesía venezolana que asumió el poder en el 99, después que los sectores que gobernaron hasta entonces (AD, socialdemócrata y COPEI, socialcristiano), debido al alto grado de descomposición en sus filas, no garantizaban la gobernabilidad que se expresaba en una alta inestabilidad política y social, que tuvo como precedente importante las revueltas sociales de 1989. Desde su ascenso al poder, el chavismo inició un asalto, lento pero sostenido, de las instituciones del estado burgués, que le ha permitido durante sus 8 años de gobierno debilitar progresivamente a sus opositores y llegar a la contienda electoral con las ventajas que le da el control casi totalitario del estado.
Pero el triunfo de Chávez no representa solamente el triunfo de un sector de la burguesía venezolana sobre otro; representa también la relegitimación del proyecto del “socialismo bolivariano”, modelo de gestión de estado que trasciende las fronteras de Venezuela, mediante el cual la burguesía venezolana pretende reafirmarse como potencia regional. Chávez, en el acto de su nueva proclamación, dijo que con su reelección Venezuela se encaminaba a ser “una potencia económica”; bien sabemos lo que esto significa y ha significado para el capitalismo desde comienzos del siglo pasado: desarrollar una política imperialista que inevitablemente lleva a la dominación de los países mas débiles y a la confrontación con los otros países o potencias que quieren preservar o hacerse de un espacio geopolítico. En este sentido, el sector chavista de la burguesía ha sabido aprovechar las dificultades del imperialismo norteamericano a nivel mundial, presentes después de la caída del exbloque ruso en 1989 y acentuadas después de las intervenciones de la administración Bush en Afganistán e Irak. El antiamericanismo “radical” de Chávez (que con tanto frenesí aplauden los movimientos antiglobalización), el apoyo a otros gobiernos de corte izquierdista como los de Bolivia, Ecuador y Nicaragua, así como la “ayuda” a varios países de la región a través de disminuciones en los pagos de la factura petrolera, son la expresión del uso del petróleo como arma de dominación en la región, en detrimento de los intereses de la burguesía norteamericana, que históricamente ha considerado a América Latina como su patio trasero.
El sector chavista de la burguesía, liderado por sectores militares y civiles de izquierda e izquierdistas, tiene como base social de sustentación a las masas explotadas, pero principalmente a las masas socialmente excluidas, que conforman los cinturones de miseria que rodean a Caracas y las principales ciudades del país, así como a la población pobre de los pueblos y comunidades de la provincia, masas a las cuales le ha sembrado la esperanza de que podrán superar su situación de pobreza... para el año 2021!!
La gran inteligencia de este sector de la burguesía ha sido que se ha identificado como un sector de extracción pobre, que está del lado de los pobres[2]. Esta condición de “pobres” le sirve de apoyo para victimizarse ante los “burgueses golpistas”, pero sobre todo ante “el imperialismo norteamericano”, que utiliza como la amenaza exterior que impide que la “revolución” pueda cumplir con sus planes para “salir de la pobreza”. Esta victimización permanente ha sido una de las mejores asesorías de la burguesía cubana a las nuevas elites del chavismo, ya que le ha permitido a aquella justificar la precariedad y explotación al proletariado y la población cubana por más de 40 años, en nombre de la “revolución”.
El gobierno de Chávez, desde mediados del 2003 reorientó el “gasto social” creando las llamadas misiones, planes sociales mediante los cuales el estado reparte migajas a la población, con dos objetivos principales: mantener la paz social (necesaria para que la máquina de explotación capitalista opere sin tropiezos) y fortalecer el control sobre las masas empobrecidas con el fin de contrarrestar la acción de los sectores burgueses que hasta entonces habían hecho varios intentos por sacar a Chávez del poder. Este “gasto social” (que realmente ha sido una inversión social obligatoria para la burguesía chavista) se ha acompañado de un manejo ideológico sin precedentes, que presenta la política capitalista de estado del chavismo, como la de un estado benefactor, que reparte de manera “equitativa” la riqueza, creando la ilusión en las masas empobrecidas de que los recursos del estado son infinitos, que sólo es cuestión de abrir el chorro de petrodólares, y que los sectores de la burguesía tienen un real interés en atender y solucionar sus problemas. A través de las misiones, las cooperativas, un sin fin de organizaciones políticas (dentro de ellas los círculos bolivarianos) y las instituciones del estado, el chavismo ha creado una red que ha penetrado hasta los lugares mas remotos del país que tiene como fin primordial, no sacar a la gente de la pobreza tal como lo pregona la propaganda gubernamental, sino controlar ideológica, política y socialmente a la población.
Con miras a arrasar en las elecciones presidenciales (en las que aspiraba sacar 10 millones de votos de un padrón electoral de 16 millones, de los cuales obtuvo 7 millones), el chavismo, al igual que lo hacían los gobiernos anteriores al suyo en periodos electorales, concentró el grueso del gasto público en el año 2006: incrementando la importación de alimentos los primeros meses del año para venderlos a precios subsidiados; inaugurando una gran cantidad de obras, algunas de ellas sin terminar[3]; decretando 2 incrementos del salario mínimo para los trabajadores formales (uno en mayo y otro en septiembre); acelerando el proceso de asignación de pensiones de vejez; pagando viejas deudas a los trabajadores y discutiendo algunos contratos colectivos vencidos, etc. Para rematar, a pocos días antes de celebrase las elecciones, pagaron bonificaciones extraordinarias a empleados públicos, pensionados y miembros de las misiones. El gobierno propició el gran festín, utilizando la botija petrolera para crear un espejismo de prosperidad en la población. Estos gastos, junto con los ocasionados por un crecimiento histórico de las importaciones, la compra de armamentos, las “ayudas” a otras naciones, etc., ocasionaron un incremento en el gasto público en el 2006 de un 58% con respecto al 2005, equivalente a un 35% del PIB; una bomba de tiempo que mas temprano que tarde se reflejará a nivel de la crisis económica.
Como vemos, detrás del triunfo y del apoyo popular a Chávez está el reparto de prebendas producto de la renta petrolera, estrategia demagógica y populista que la burguesía chavista asimiló de los sectores de la burguesía que hoy se le oponen; la diferencia es la carga ideológica que le ha aplicado el chavismo para confundir a los proletarios de que de esta manera se llega al “socialismo”. Según la empresa encuestadora Datanálisis, quien pronosticó ganador a Chávez con una diferencia de 20% a su favor, 2/3 de los sectores de la población que apoyan a Chávez los identifican como pertenecientes al “chavismo utilitario”, ya que de alguna manera se beneficia de las dádivas del gobierno.
Según la propaganda difundida por el chavismo a nivel interno e internacional (ésta última con el apoyo y asesoría de dirigentes e intelectuales de izquierda, así como destacados dirigentes del movimiento altermundialista, como el francés Ramonet ocupa un puesto estelar), Venezuela se encamina a la superación de la pobreza hacia el 2021, año que ha decretado el Mesías Chávez para tan trascendental acontecimiento. Los “logros sociales” de la “revolución bolivariana”, principalmente las misiones, apuntarían en esa dirección. Ahora, con la ratificación de Chávez para un nuevo período de gobierno, este objetivo estaría asegurado; sólo deberíamos esperar que surtan efecto las medidas de transición del “capitalismo salvaje” hacia el “socialismo bolivariano”.
Pero es otra la realidad que se observa tras la asfixiante publicidad del gobierno chavista; sólo basta con pasearse por los alrededores de las barriadas pobres del extremo este (Petare) y oeste (Catia) de Caracas, así como por el centro de la ciudad, para percibir la miseria real que se esconde detrás de esta cortina de humo: un sin número de indigentes, en su mayoría jóvenes, viviendo y durmiendo en las calles, debajo de puentes y a las orillas del río Guaire (gran cloaca a donde van a parar las aguas servidas de la ciudad); jóvenes y mujeres en las esquinas de calles y avenidas, pidiendo dinero a los automovilistas; jóvenes que practican la prostitución para sobrevivir; niños abandonados que viven en la calle; calles y avenidas repletas de basura que ha traído la proliferación de ratas y enfermedades; decenas de miles de vendedores en las calles y aceras (llamados buhoneros), que venden cualquier cosa para sobrevivir, que engrosan las filas de la llamada economía informal; una alta criminalidad, que ha hecho de Caracas una de las ciudades mas peligrosas de la región, y han llevado a Venezuela a ser el país con el mayor índice de criminalidad por cada 100 mil habitantes, por encima de Colombia, quien por años había sido el primero en este horrible rubro. A nivel nacional, se registra el crecimiento de casos de enfermedades como la malaria, el dengue, la mortalidad y desnutrición infantil y de las madres...y paramos de contar[4]. Este panorama no es exclusivo de Caracas, la capital, sino que se observa en las grandes ciudades y ha avanzado progresivamente en ciudades medianas y pequeñas. Aunque el gobierno toma medidas para tratar de ocultar esta miseria (por ejemplo, recogiendo a algunos niños de la calle y a los indigentes, persiguiendo a las prostitutas, reubicando a los buhoneros, etc.), o culpabiliza de ella a los golpistas opositores o al imperialismo norteamericano, las expresiones de la pauperización son inocultables.
Los sectores de oposición, haciendo uso de la más asquerosa hipocresía, hacen críticas al gobierno por estas manifestaciones de la pobreza, con el fin de presentarse ellos como la mejor opción de “defensa de los pobres”; cuando su verdadero interés es volver a controlar el aparato estatal para preservar este sistema que nos lleva a la miseria y la barbarie. Por su parte, los medios de comunicación del gobierno no divulgan o minimizan esta situación, que no son propias de las ciudades venezolanas, sino que es el común denominador en otras ciudades de los países de la periferia. Es la inhumanidad del capitalismo, que el chavismo intenta ocultar tras su ensordecedora propaganda supuestamente a favor de los pobres.
Al lado de estas expresiones visibles de una pobreza inminente, se encuentran otras menos visibles que acentúan la pauperización de las masas proletarias: mediante el cooperativismo impulsado por el estado se ha formalizado el empleo precario, ya que los trabajadores contratados no cuentan con los beneficios de los trabajadores formales y según denuncia de sindicatos y de los propios cooperativistas, no llegan a percibir el salario mínimo oficial[5]; la discusión de los contratos colectivos, sobre todo en el sector público, han sufrido retrasos importantes; los incrementos de salarios se dan a través de decretos y en su gran mayoría mediante bonificaciones que no tienen incidencia en los beneficios sociales, y cuando llegan a ser pagadas se hace con retrasos importantes; a través de las misiones y otros planes del gobierno se han creado órganos de servicios paralelos a los existentes formalmente en las áreas de salud y educación, entre otros, que se han utilizado para presionar a los trabajadores formales y desmejorar sus condiciones laborales. Como vemos, la precariedad, la flexibilidad laboral y el acoso al salario de los trabajadores, propios del “capitalismo salvaje” son inevitables para cada burguesía, así sea ésta la mas “antineoliberal”, tal como se cataloga la burguesía chavista.
También los asalariados y las propias masas excluidas pagan los costos del incesante gasto público que exige consolidar a la “nueva” burguesía chavista, a través de los altos niveles de inflación, que en los últimos 3 años han sido los mayores de América Latina (2004-19,2%; 2005-14,4; 2006-17%, según cifras oficiales). Este impuesto, ocasionado fundamentalmente por la política económica del estado, ha deteriorado las condiciones de vida del conjunto de la población, principalmente de las masas pobres, quienes dedican un 70% o mas de sus ingresos a la compra de alimentos, rubro en el cual la inflación acumulada en el período señalado ha sido del 152% (26% en el 2006), según las propias cifras del Banco Central de Venezuela. Las estimaciones para el 2007 no son nada gratas, ya que se espera una inflación superior al 20%; la de enero 2007 ha sido del 2%, también la mayor de la región. Al impuesto inflacionario se une el incremento de la carga tributaria (que tarde o temprano terminamos pagando los consumidores), en particular el Impuesto al Valor Agregado (en la actualidad del 14%), impuesto implantado abiertamente por el chavismo y que pecha a la mayoría de bienes y servicios.
Esta es la verdadera cara de la “revolución bonita”, la que no se ve por Telesur (televisora de cobertura internacional financiada casi en su totalidad por el gobierno venezolano), ni en la infinidad de periódicos financiados por el estado y ante la cual se hacen los ciegos los que apoyan al chavismo a nivel nacional e internacional.
La acentuación de la pauperización no se debe a un problema de mala gestión de tal o cual gobierno, sea de derecha o de izquierda, sino que es el camino inevitable al que lleva el capitalismo al proletariado y al conjunto de la sociedad; y el gobierno de Chávez, pese a toda su verborrea “revolucionaria” es un gobierno capitalista sustentado en la explotación de los trabajadores.
A pocos días después de las elecciones, dada la avalancha de votos del chavismo y su control sobre las instituciones del estado, se pensó que podría haber una baja en las confrontaciones políticas entre las fracciones de la burguesía nacional, e incluso se abrió la posibilidad de que mejoraran las relaciones con los EEUU. No había terminado el año, cuando el propio Chávez se encargó de echar a la basura estas aspiraciones de algunos sectores de la oposición: el gobierno ha acelerado un conjunto de medidas para reforzar su proyecto de “socialismo del siglo 21”, argumentando que con las elecciones, “el pueblo” le había dado su apoyo a tal proyecto.
Lo primero que ha hecho el gobierno, es mostrar su músculo ante los sectores burgueses adversos tanto del capital nacional como internacional, anunciando una serie de medidas de nacionalización en diversas áreas de la economía (telecomunicaciones, medios audiovisuales, energía, etc.), un control mayoritario de la explotación petrolera en manos de las transnacionales y un incremento de la carga impositiva. Estas medidas apuntan hacia el objetivo principal de la burguesía chavista: tener un mayor control del aparato económico nacional a través de medidas de corte radical de capitalismo de estado.
Pero la burguesía sabe que no es suficiente el control a nivel económico, son necesarias medidas para un mayor control político y social, ante las inminentes medidas impopulares que tendrá que tomar para enfrentar una crisis económica en ciernes, la cual asoma sus aristas a pesar de los altos ingresos petroleros. La burguesía sabe que tarde o temprano la crisis le pasará factura debido al excesivo gasto público que implica sostener un modelo político como el del chavismo, que tiene que atender el frente interno (malestar social, oposición, malestar dentro del propio chavismo) y externo (geopolítica frente a EEUU, Colombia, México, pero también frente a “aliados” como Brasil) a punta de petrodólares. Por ello, los llamados “motores de la revolución bolivariana”, contemplan medidas de mayor control político y social contra los trabajadores y la población en general a través del llamado Poder Popular y los Consejos Comunales.
A la par que se anuncia el fortalecimiento de estos órganos de control social, el gobierno ha iniciado el año tomando o anunciando medidas que atentan contra las condiciones de vida de los trabajadores y la población:
El gobierno, montado en su alta popularidad, está mostrando su verdadera cara de gobierno burgués: después de haber utilizado electoralmente a los trabajadores y capas excluidas, ahora está anunciando medidas de austeridad y represión. Para la burguesía chavista es una necesidad reducir sus gastos, mas aun cuando está anunciada una baja en los precios del petróleo para el 2007 (en lo que va del 2007 ha bajado en $6 el barril de crudo venezolano), lo que va a limitar la fuente de recursos para las exigentes necesidades de la burguesía bolivariana que requiere de un alto y creciente gasto público, que tarde o temprano se reflejará a nivel de una agudización de la crisis capitalista. Aquí la “cuerda revienta por lo mas delgado”, mediante una desmejora de las condiciones de vida de los trabajadores del privado y del sector público, que creció de manera acelerada durante el primer gobierno de Chávez, y seguramente de los propios beneficiarios de las misiones.
Ante este panorama nada halagador, los trabajadores en Venezuela, al igual que en el resto del mundo, no tenemos otro camino que desarrollar las luchas contra los ataques incesantes del capital. Sabemos que esta lucha no será fácil, debido en parte a las confusiones que introduce la ideología chavista, que ha desvirtuado y manipulado la idea misma del socialismo, es decir, la superación del reino de la precariedad a través de la lucha revolucionaria del proletariado.
Para confundirnos aún más dentro del chavismo es promovido el debate “abierto” y “democrático” sobre el socialismo, el comunismo, el partido, el control obrero, etc., siempre y cuando no se ponga en tela de juicio el carácter de clase del régimen.
Por otro lado, está el veneno del “antiimperialismo”. El chavismo, para su sobrevivencia interna y externa, requiere de la confrontación interna, pero sobre todo de la confrontación contra “el enemigo principal”, los EEUU (principal socio comercial de Venezuela). De allí la permanente retórica incendiaria “anti-yanqui”, para buscar el apoyo de los trabajadores a la política imperialista de la burguesía venezolana. Por ello también ha utilizado los escenarios de las recientes proclamaciones de los gobiernos de izquierda de Ortega en Nicaragua y Correa en Ecuador, para firmar una serie de acuerdos políticos y comerciales, con miras a ampliar el eje Cuba-Bolivia-Venezuela.
Este ataque ideológico contra la clase obrera no sólo se da desde el frente del chavismo, sino que la oposición ha acentuado su campaña de la necesidad de frenar “el comunismo” totalitario de Chávez y su gente. Ante la exigencia de varios sectores de la oposición (dentro de ellos la Iglesia) que le han pedido una explicación a Chávez acerca del “socialismo del siglo 21”, éste les ha respondido “léanse a Marx y allí encontraran la explicación”. Son frecuentes en el chavismo y en la oposición las referencias a verdaderos militantes de la nuestra clase, como Marx, Engels, Lenin, Trotsky e incluso Rosa Luxemburgo, para cada uno defender sus posiciones burguesas.
Aunque el gobierno ha tomado la delantera con una avalancha de medidas de corte económico, político y social, la oposición, aunque bastante debilitada, intenta “calentar la calle” pues no cuenta con representantes en el parlamento. De esta manera intentará canalizar el descontento social, lo que plantea la continuidad de la polarización interburguesa.
Como se puede apreciar, el proletariado está sujeto al “fuego cruzado” de las fracciones de la burguesía. Con el triunfo del chavismo se ha acentuado el ataque ideológico contra la clase obrera en Venezuela y en la región. Esta situación ha causado cierta confusión dentro de los elementos proletarios que iniciaban una crítica al chavismo desde un punto de vista de clase. Esta situación momentánea, si bien afecta la conciencia y la combatividad de la clase, no va a detener el proceso de reflexión en sus minorías, pues las elecciones no son el termómetro que mide la lucha de clases.
En perspectiva, de no responder a tiempo la clase obrera, no se descarta el estallido de revueltas sociales. Es posible que el gobierno sobrestime su control sobre las masas excluidas, quienes desde antes de las elecciones expresaban su descontento, muchas veces de manera violenta, culpando a los funcionarios y exculpando a Chávez de su situación. Este panorama hace más urgente la lucha de los trabajadores y el desmontaje de la ideología chavista desde el punto de vista marxista, ya que ésta, gracias al trabajo de los altermundialistas y la izquierda del capital, trasciende las fronteras de Venezuela y de América Latina.
CCI
18-02-07
[1] Mediante las llamadas misiones el estado “atiende” las áreas de distribución de alimentos, salud, educación, subsidios a madres sin trabajo, empleos temporales, etc. Desde el 2003 se han generado varias misiones, muchas de ellas no permanentes y en su mayoría para generar una fachada de preocupación por los pobres. Llevan nombres de héroes de las luchas de independencia contra el dominio español, o de las áreas que atienden: Barrio Adentro (salud), Mercal (distribución de alimentos), Madres del Barrio (ayuda a madres sin empleo), Ribas (educación), etc.
[2] Chávez en particular es hijo de maestros, aunque él es un oficial del ejército. No es la primera vez que un personaje de extracción pobre, asume tareas de jefe de estado, órgano garante de la preservación de la explotación del capital sobre el trabajo; están los casos de Lech Walesa en Polonia en los 80 y de Lula en Brasil, ambos obreros. El hecho de que una persona de extracción pobre o proletaria asuma un alto cargo dentro de la burocracia estatal, lo ubica inequívocamente en el campo de la burguesía, ya que el estado es el órgano de dominación de la clase burguesa.
[3] Una de las obras inauguradas fue el segundo puente sobre el río Orinoco, a la que asistió Lula debido a que la obra es construida con capital brasileño; en esa oportunidad Lula dio su apoyo público a Chávez; apoyo que muestra el interés económico del capital brasileño, pero sobre todo el geopolítico, ya que Brasil se colocaría como un país que puede controlar la influencia del “infant terrible” Chávez en la región. No es por casualidad que Bush visitará a Lula en su excepcional viaje a América Latina el próximo mes de marzo.
[4] Existen serias dificultades de las ONG para llevar estadísticas fiables sobre las manifestaciones de la pobreza. El gobierno, a través del control de las instituciones, en particular del Instituto Nacional de Estadísticas, manipula de la manera más burda las cifras para ajustarlas al discurso oficial. Ante un reclamo de Chávez al INE, éste ente logró la hazaña de bajar el índice de pobreza de 55,1% de finales de 2003 a 37,9% para finales de 2005. El año pasado hubo una fuerte polémica entre la FAO y el gobierno, cuando esa Organización reveló que entre 2001 y 2003, 4,5 millones de venezolanos (18% de la población) sufre de desnutrición; representantes del gobierno dijeron que ese organismo “no está calificado para medir el proceso revolucionario”. La manipulación estadística, que de alguna manera la hacen la mayoría de los gobiernos, evidencia la hipocresía de la burguesía que pretende ocultar lo inocultable.
[5] El salario mínimo oficial es equivalente a $232, es el segundo más alto de la región, calculado a la tasa de cambio controlada por el gobierno de Bs. 2150 por $; pero según la tasa no oficial, se reduciría a la mitad. El salario mínimo no lo reciben la totalidad de los trabajadores formales y mucho menos los informales, que representan casi la mitad de la fuerza laboral de 12 millones de trabajadores. La mayoría de los beneficiados por las misiones y de los trabajadores agrupados en las cooperativas reciben menos del salario mínimo oficial.
Un compañero de Lima que mantiene correspondencia y debate regular con nuestra organización nos transmitió recientemente un artículo que publicamos en Acción Proletaria nº 195 sobre la combativa huelga minera en ese país. Actualmente, sin haberse apagado totalmente los ecos de esta lucha, un movimiento de maestros se ha extendido por todo el país. El compañero nos ha enviado con gran rapidez –cosa que saludamos calurosamente- dos comunicaciones que agrupamos en el artículo siguiente.
Actualmente, el proletariado mundial se está recuperando penosamente y no sin dificultades del largo periodo de retroceso que sucedió a los acontecimientos de 1989 (caída del bloque ruso presentado falsamente como “comunista”) y a la gigantesca campaña anti-comunista que le sucedió. Una nueva generación de proletarios se lanza al combate con muchas menos ilusiones que sus mayores pues contempla un capitalismo que lleva años y años de precariedad, desempleo, pobreza, guerras, desastres climáticos… Las generaciones obreras que participaron en grandes luchas en los años 60-70 fueron tentadas por la ilusión que vendieron profusamente los gobiernos de “un mañana mejor”, las generaciones obreras actuales –tanto las más veteranas como las más jóvenes- comprueban amargamente que el “mañana no puede ser otra cosa que peor”. Las luchas tienden a desarrollarse pero, más importante aún, minorías de compañeros por todo el mundo animan una reflexión, se plantean un debate, participan en los primeros pasos de una gran debate internacional, sobre cómo luchar, qué perspectiva, como poder barrer al capitalismo de la faz de la tierra y poder empezar una nueva sociedad partiendo de la comunidad y la solidaridad mundial que el proletariado es portador.
Es importante que de forma rápida circulen experiencias, lecciones, informaciones, de las luchas obreras que van surgiendo en el mundo. Es importante que, pese a los medios de difusión limitados con los que contamos, se transmitan rápidamente lecciones, conclusiones, experiencias, para que todos los trabajadores del mundo puedan beneficiarse de su mayor riqueza: su carácter internacional, su solidaridad internacional, su conciencia internacional. Por eso la aportación del compañero es un ejemplo que animamos a desarrollar lo más posible.
Pero apreciamos igualmente la profundidad de su análisis. El compañero ha distinguido claramente entre la fuerza solidaria que animaba la huelga minera y, en cambio, las trampas nacionalistas y localistas que desde un principio han trabado a los compañeros de la enseñanza. No sólo hay que aprender de los puntos fuertes sino también –y quizá más aún- de las debilidades y las derrotas. No pretendemos traer “buenas noticias para animar”. Eso no lo necesita el proletariado. Pretendemos aportar la realidad tal cual es para que un análisis a fondo y crítico pueda contribuir a la conciencia y la fuerza necesarias para cambiarla.
Huelga de maestros en Perú
El día 19 de junio el dirigente magisterial Huaynalaya convocó a una huelga nacional que tuvo eco en todo el país. Desde ese día base tras base se ha ido sumando a la huelga. Huaynalaya es calificado por la prensa como pro-senderista frente a las posiciones mayoritarias del sindicato magisterial SUTEP que responden al partido Patria Roja que asume una línea pro-china.
Al tener convocatoria el llamado de Huaynalaya, el propio sindicato ha decidido plegarse a la huelga el día jueves 5 de julio. Los días anteriores, las periodistas que tienen programas políticos con mayor sintonía (Rosa María Palacios y Cecilia Valenzuela, autotituladas liberales y la primera, vinculada a la segunda mina de oro más grande del mundo –Yanacocha-) le han dedicado largos espacios a denigrar la huelga.
La posición de la prensa es clara. Los maestros son los culpables de su propia incapacidad intelectual y de su actitud huelguística que priva a los niños y adolescentes de todo el país de valiosas horas de clases. Hay que notar que este argumento en sí es contradictorio pues ¿qué se ganaría asistiendo a clases con maestros incapaces? En realidad lo que temen es a los escolares en las calles apoyando a sus maestros como lo hicieron en el año 77 y experiencia de la cual surgieron jóvenes militantes de los distintos partidos que luego se volcaron a la lucha armada.
La periodista palacios preguntó al ministro que el magisterio peruano tiene 250 mil maestros y que solo estarían en huelga 5 mil. La propia periodista desmintió aquello y el ministro nada pudo decir ante las evidencias. A su vez las movilizaciones están en todo el país: Juliaca, Puno, Ucayali, Ayacucho, Huanuco. No solo marchan maestros sino toda la población. Está sucediendo la misma circunstancia de hace dos meses cuando los mineros movilizaron a casi todo el país. El trabajo de coordinación y las posiciones más combativas que puedan realizar balances de estas experiencias aún es limitado. Los sindicatos siguen teniendo el principal papel y terminan volviéndose un freno ante las reivindicaciones que jamás concluyen por parte del proletariado.
Reflexión sobre las luchas actuales
Las luchas que se desarrollan actualmente en Perú, en casi todo el país (Ancash, Arequipa, Ayacucho, Huancavelica, Huanuco, Ica, Junín, Lambayeque, Lima, Loreto, Ucayali, Piura, Puno y San Martín), son el resultado de una confluencia de acontecimientos que tienen su origen en dos grandes fuentes de protesta. Por una parte los reclamos regionales sobre todo y con mucha potencia en Pucallpa en donde la ciudad fue tomada y aislada durante más de 15 días y por otra parte la huelga del sindicato de maestros del SUTEP iniciada el 19 de junio en provincias por maestros que están en contra de la dirigencia de Patria Roja (parte de la izquierda de la burguesía) y suscrita, posteriormente por el sindicato en conjunto y con la adhesión de la mayoría de los 320 mil maestros del Perú a partir del día jueves 5 de julio.
La movilización de los maestros por todo el país en confluencia con los reclamos regionales (disímiles y por su carácter, muy localistas) suscitó una reacción gigantesca de masas por todo el país. El número de heridos y detenidos no se conoce, la cantidad de locales tomados, incendiados y destruidos incluyendo choques con la policía se han dado prácticamente en casi todos los departamentos que están en lucha. La propia Defensoría del Pueblo ha señalado que actualmente existen 75 conflictos en el país sin resolver, es bastante probable que la cifra sea más alta.
Tomando en cuenta quienes canalizan estas luchas, por un lado los gobiernos regionales y por otro los sindicatos y gremios locales, se puede observar hacia donde derivará todo el proceso. Hacia la búsqueda de una solución a los conflictos guiados por los propios organismos de los gobiernos regionales, más los gremios y los sindicatos como intermediarios de la población ante el gobierno. El camino que sigue este proceso es el de un nuevo reordenamiento burgués que se oriente cada vez más hacia la izquierda del capital, con los típicos llamados a la conciliación de clases y a la defensa del país.
En la marcha del SUTEP del día viernes 6 de julio, marcharon del brazo las dos facciones del SUTEP, los congresistas de UPP y del Partido Nacionalista. Todos estos elementos señalan claramente como la maniobra de la burguesía es oponer el problema social a un problema entre posiciones de izquierda y derecha. La intención es buscar una salida que se acerque a las posiciones que Chávez está manejando en Venezuela, Ecuador y Bolivia. Todos están felices con la maniobra: maoístas, guevaristas (que ya militan allí), nacionalistas y todos aquellos que esperan una cuota de poder, dinero y de mantenimiento del orden actual.
El ala derecha del capital denuncia las ingerencias de Chávez en el Perú, señala como el ALBA se acerca a los comerciantes locales y cuestiona su ingerencia en Puno y señala lo extraño de que su presidente regional tenga una foto de Chávez tras su escritorio en lugar de la de García.
El eterno juego izquierda-derecha, democracia-dictadura tiene su nueva versión. El proletariado en el Perú ya conoce estas maniobras con claridad por lo menos desde el general Velasco Alvarado (1968-1975). La burguesía peruana necesita resistir pues gigantescos negocios le esperan, para ello cuenta con todas sus facciones.
En realidad el problema no surge desde las posiciones que oponen derecha-izquierda o democracia-dictadura. Las posiciones que regirán el destino del Perú y de todo el planeta son las que oponen proletariado a burguesía. Por eso hay que señalar que en estas luchas la posibilidad de una perspectiva autónoma para el proletariado aún es muy lejana, a diferencia de los embriones de lucha que cuestionaron a los sindicatos en la última huelga minera de abril-mayo, posiciones fundamentales para que el proletariado consiga su autonomía y luche por sus propios intereses.
Las luchas de ahora y pese a la violencia desatada no marcan una perspectiva autónoma para el proletariado en donde este luche por sus propios objetivos y por su propio programa. El proletariado está atado en estas luchas a los intereses de burguesías locales y de sus aliados pequeños burgueses de todo tipo (intelectuales, periodistas, etc.), pero a su vez los proletarios que intervienen en estas protestas deben constituir embriones que puedan extraer balances de estas intervenciones y que luego pugnen por su propio camino, el camino de la única clase que puede cambiar todo el panorama del planeta rodeado de miseria, muerte y destrucción, esta única clase es el proletariado.
Lima, 9 de julio del 2007.
Tras varias semanas de contorsiones de la dirección de Airbus y un encuentro entre Chirac y Merkel, ha caído la guillotina: 10 000 supresiones de empleo en Europa, cierre o venta de varias factorías.
La dirección, con la mano en el corazón, nos dice “no habrá despidos”, “todo se arreglará con prejubilaciones y renuncias voluntarias”.
No habrá despidos en Airbus, dicen, ¡pero si solo es la mitad de las plantillas afectadas!: a otros 5000, eventuales del propio Airbus o asalariados de empresas en subcontrata, se les dirá que se larguen con viento fresco. Y en cuanto a los asalariados de Airbus, ya sabemos lo que significará para ellos las “dimisiones voluntarias”: contramaestres y demás jefezuelos los someterán a un acoso permanente hasta quebrantarlos. Al cabo, más desempleo, sobre todo entre los jóvenes que tengan que buscar otro trabajo. Y para los que se quedan: ritmos más infernales si cabe, incremento de horarios por el mismo salario en el mejor de los casos.
Para explicar la crisis de Airbus y justificar semejantes medidas, cada uno canta su copla. Para Gallois, patrón de Airbus, la situación se debe ante todo al euro fuerte: los Airbus son aviones demasiado caros comparados con los fabricados por Boeing. Para los sindicatos, la causa es la mala gestión y la codicia de los accionistas. Para la patronal, la culpa es del Estado por meterse en políticas industriales que no es lo suyo: hay que dejar a los inversores privados que se las arreglen entre sí. Para los partidos de izquierda es porque el Estado no ha hecho bien su papel de accionista. Para la prensa francesa la culpa es del Estado alemán porque quiere llevarse el ascua a su sardina. Para la prensa alemana, y la burguesía que está detrás de ella, le es difícil devolver ese argumento en sentido inverso, pues, sin que los franceses tengan nada que ver en el asunto, se han anunciado 6100 supresiones de empleo en Bayer, gigante de la industria química, y la dirección de Deutsche Telekom ha decidido transferir a empresas en subcontrata a 50 000 de sus asalariados, lo cual es un medio para ir preparando su despido una vez que estén dispersos en múltiples pequeñas empresas. Y ya puestos a ello, quienes sigan en la empresa deberán trabajar 5 horas más por semana sin incremento salarial. A través de sus medios de comunicación, la burguesía alemana procura más bien consolar a los obreros de Airbus diciéndoles que podría haber sido peor para ellos, pues los más afectados son los franceses. Y en la prensa española, el mismo estribillo: no salimos mal parados porque somos más competitivos. Y, añadiendo un verso suplementario a la copla nacionalista, acusan a alemanes y franceses de cocinar sus garbanzos en sus fogones sin consultar para nada a los españoles.
Lo que, por su parte, predomina en la prensa británica es la discreción. También es verdad que en estos mismos días lo que está en el candelero son los ataques que están cayendo sobre cientos de miles de trabajadores de la salud con la congelación de unos salarios que ya eran ínfimos.
¿Qué nos proponen quienes rechazan las decisiones de la dirección de Airbus?
Para los sindicatos alemanes, las dificultades de Airbus son un ejemplo más de la mala gestión de los patronos, una mala gestión responsable también de las dificultades de Deutsch Telekom y Bayer. Y exigen participar en las gestión de las empresas…¡y eso que ya representan prácticamente el 50% de los consejos de administración y han participado en todas las decisiones sobre Airbus y otros sectores!. Y en ese marco, proponen que las medidas que se tomen para “garantizar el futuro de Airbus” se discutan localmente, fábrica por fábrica, entre sindicatos y patronal.
Los sindicatos franceses, por su parte, denuncian el mal “gobierno” de la dirección actual y proponen que el Estado se implique más en la gestión de Airbus, perspectiva que también apoyan el primer ministro francés y los candidatos de derechas y de centro a las próximas elecciones presidenciales, Sarkozy y Bayrou. La candidata socialista, Ségolène Royal, ha hecho además la propuesta de que las regiones puedan entrar en el capital de la empresa. O sea hacer lo mismo que lo que ya se hace en Alemania, en donde los Länder participan en el capital de Airbus… ¡con el gran éxito que estamos viendo!
Podrá haber algo de verdad en alguna de esas declaraciones. Es cierto que el euro fuerte es un obstáculo para la venta de aviones fabricados en Europa frente a la competencia de Boeing. Cierto es que ha habido problemas de gestión en Airbus. Es verdad, en particular, que la competencia entre el Estado alemán y el francés lo ha puesto peor. Cada cual podrá contar una parcelita de verdad, pero toda esa gente comparte la misma mentira: la de que los trabajadores que hoy ya están pagando las dificultades de Airbus, tendrían los mismos intereses que los patronos. En resumen, que deberían adherirse al objetivo de todos esos discursos: Airbus tiene que ser rentable comparado con Boeing. O sea, exactamente lo que los patronos estadounidenses dicen a los obreros estadounidenses y, por la misma razón, éstos han tenido que soportar decenas de miles de despidos durante los últimos años. Al fin y al cabo, lo que quieren los “responsables” que oigamos en sus discursos, ya sea el gobierno, los patronos o los sindicatos, es que los obreros norteamericanos serían los enemigos de los obreros europeos, y que los obreros franceses, alemanes, ingleses o españoles serían, a su vez, enemigos entre sí. Finalmente, en la guerra económica de hoy, lo que el conjunto de fuerzas de la burguesía quiere, es oponer a los obreros de los diferentes países entre ellos como lo hace en las guerras militares.
Que los Estados capitalistas estén en competencia unos con otros, es algo que no paran de decirnos, y es verdad. Las guerras del siglo XX nos demuestran que son los trabajadores quienes más tienen que perder en esas rivalidades entre naciones capitalistas y no tienen el más mínimo interés en someterse a las órdenes y a los intereses de sus burguesías nacionales. En la lógica del capitalismo, tanto los obreros americanos como los europeos tienen que hacer siempre más sacrificios. Si Airbus vuelve a ser rentable contra Boeing, los obreros norteamericanos deberán soportar nuevos ataques (y, por cierto, se está ya anunciando la supresión de 7000 empleos en esa empresa) y les tocará después a los obreros europeos volver a pagar las cuentas. Cada retroceso de los obreros ante las exigencias capitalistas, por todas partes, no hace sino preparar nuevos ataques y todavía más violentos que los anteriores. Y al capitalismo no le queda otra “opción”, pues es un sistema en crisis, una crisis insoluble. Y lo único que sabe oponer a esa crisis es siempre más supresiones de empleo, siempre más explotación para los obreros que tienen la “suerte” de conservar su empleo…por ahora.
A los trabajadores golpeados hoy por las medidas de la dirección de Airbus, no les queda otra alternativa que la de luchar. En varias factorías de Airbus, lo han comprendido inmediatamente: en cuanto se anunciaron los planes de la dirección, los 1000 obreros de la fábrica de Laupheim, en el Sur de Alemania, se pusieron espontáneamente en huelga, en el mismo momento en que los de Méaulte, en el Norte de Francia, cesaban el trabajo, al que volvieron cuando el sindicato les anunció que la factoría no sería vendida, lo cual es una mentira.
Los trabajadores de Airbus no son, sin embargo, los únicos concernidos por esta lucha. Son todos los explotados quienes deben sentirse solidarios ante los ataques que hoy caen sobre los trabajadores de la aeronáutica, unos ataques que mañana caerán una vez más sobre los del automóvil, los de telecomunicaciones, los de la química y demás sectores.
Por todas partes deberán reunirse los trabajadores en asamblea general soberana, en la que se discuten y deciden los objetivos y los medios de lucha. Una lucha que es cosa de los propios trabajadores. No es cosa de unos candidatos a las elecciones cuyas promesas serán olvidadas en cuanto lleguen al poder. No es cosa de los pretendidos “representantes” de los obreros, los sindicatos. Estos se pasan el tiempo cultivando la división entre los trabajadores, ya sea en el propio seno de la empresa o entre unidades de producción (como se ha podido ver estos días en Toulouse donde los discursos del sindicato principal, Force Ouvrière, intentan oponer los obreros “con mono” de las fábricas a los de “chaqueta” de la sede social, éstos también duramente golpeados). O entre un país y otro, pues son los sindicatos los primeros en agitar los trapos nacionalistas. Para los sindicatos franceses de Airbus, y a su cabeza el mencionado Force Ouvrière, hay que “luchar”, paralizando incluso la producción para obtener un “reparto mejor de los sacrificios”, o sea y dicho a las claras, para que los obreros alemanes sean más duramente golpeados. Y cuando un sindicato como el alemán IG Metall propone para mediados de marzo una jornada de acción común entre trabajadores de los países que tienen factorías de Airbus, lo único que está haciendo son maniobras para adelantarse a una toma de conciencia de los trabajadores de que sus intereses no son los de “su” capital nacional, a la vez que hace pasar sus declaraciones contra la huelga en nombre de la “responsabilidad”. Y es además un medio para cultivar una “solidaridad” entre obreros europeos de Airbus contra los obreros americanos de Boeing, los cuales, en otoño de 2005, sí que se pusieron masivamente en huelga contra los ataques patronales.
La necesaria solidaridad de todos los trabajadores ha empezado a expresarse, especialmente con paros espontáneos en fábricas relativamente poco afectadas como las de Hamburgo o Bremen, las más importantes de Alemania. Hace poco, en Andalucía, los obreros de Airbus, hoy atacados, aportaron su apoyo a las manifestaciones de las familias de los obreros de Delphi, que el cierre de la fábrica de Puerto Real va a tirar a la calle. Ese es el camino que deben tomar todos los trabajadores.
Contra los llamamientos de los patronos a aceptar las supresiones de empleo, las bajas de salario y la agravación de las condiciones de trabajo, solo hay una réplica: rechazo de unos sacrificios que lo único que hacen es abrir las puertas a ataques todavía peores ¡Solo la lucha paga!
Contra los intentos para dividir a los trabajadores por empresas o países, ¡solidaridad de toda la clase obrera!
Contra el aislamiento, que siempre es equivalente a derrota, ¡extensión de las luchas!. Las asambleas obreras deberán enviar delegaciones masivas a las demás empresas para que todos los trabajadores participen en un movimiento solidario.
Ante un sistema mundial en las últimas, que atacará con cada vez más brutalidad a todos los trabajadores, en todos los sectores y en todos los países, no queda otra alternativa para la clase obrera que entablar luchas cada vez más determinadas, más amplias y solidarias.
Es el único medio para impedir que se agrave la explotación, que las condiciones de vida y de trabajo sean cada día más inhumanas, y, también, para ir preparando el derrocamiento de este sistema que siembra miseria, guerra y barbarie.
Corriente Comunista Internacional (5 marzo 2007)
El apagón de Barcelona ha dejado sin suministro eléctrico a más de 100.000 personas durante 3 días. Actualmente, la “solución” que han dado –basada en una serie de generadores conectados- además de producir un ruido insoportable, provoca fallos intermitentes en el suministro de luz que resultan, sí cabe, aún más dañinos que el apagón general pues al afectar a frigoríficos, ordenadores, servicios de climatización etc., hacen que se echen a perder alimentos, trabajos o servicios.
Los medios de “comunicación” (más bien hay que llamarlos de incomunicación y deformación), los políticos, los jerifaltes empresariales, se han apresurado a dar sus explicaciones… Dos de ellas han destacado:
La primera ha sido la de buscar culpables a quien someter al linchamiento moral e ideológico. Los partidos de oposición han lanzado los dardos al gobierno central o al gobierno autonómico, el PSOE- que gobierna tanto en Madrid como en Barcelona- ha echado a los perros al empresariado de Endesa –la compañía suministradora, regentada por un ejecutivo vinculado al PP-, mientras que, por su parte, Endesa ha dirigido el dedo acusador a Red Eléctrica, empresa nacional bajo un cargo “socialista”…
Este cruce de acusaciones con el que cada cual busca eludir sus responsabilidades, responde sin embargo a una tendencia creciente en las “explicaciones” y “argumentaciones” de los gobernantes y los ideólogos del capitalismo: la búsqueda de chivos expiatorios. ¿Los accidentes ferroviarios? Serían la culpa de un conductor irresponsable; ¿Los incendios forestales? Culpa de un tenebroso pirómano; ¿La sequía y la falta de agua? Culpa del egoísmo de la gente que tiene la manía de ducharse todos los días… Esto muestra cómo ante su incapacidad creciente para aportar soluciones, los responsables políticos y económicos impiden cualquier posible debate que analice científicamente las raíces de los problemas oponiendo frente a ello la ideología bárbara e irracional de la búsqueda del chivo expiatorio y el sentimiento de culpa.
La segunda –invocada especialmente por parte de Esquerra Republicana y CIU- ha cargado las tintas en que “Cataluña está siendo discriminada”, “Cataluña da al pueblo español mucho más de lo que recibe”. Con estas monsergas pretenden oponer a los obreros y la población de Cataluña a sus hermanos del resto de la península. Tratan de fomentar el sentimiento egoísta de cada uno a la suya, de encerrar a cada cual en la mezquindad insolidaria del interés de “su” pequeña patria, cuando lo que los obreros y la humanidad necesitan es hacer saltar en pedazos el estrecho y destructor horizonte de las “patrias” –sea española o catalana- para abordar los problemas desde la única perspectiva válida: mundial e histórica.
Contra estas “explicaciones” que no explican nada y que únicamente buscan sembrar sentimientos destructores, debemos poner de relieve en primer lugar que los apagones son un fenómeno cada vez más frecuente en todo el mundo y que no se limitan a países en conflicto como Irak donde a duras penas puede disfrutarse de 2 horas diarias de electricidad. Por ejemplo, California –la región industrialmente más desarrollada de USA- ha sufrido numerosos y graves apagones en la última década.
La causa reiterada de estos problemas –como se ha puesto de relieve en publicaciones técnicas- es el creciente estado de abandono del cableado, la maquinaria, las subestaciones, los sistemas de transferencia, de las redes eléctricas de la gran mayoría de países. Se ahorra costes en revisiones, mantenimiento, reparaciones, actualización ante puntas de consumo, redes paralelas de sustitución… Con ello el suministro eléctrico es cada vez más vulnerable y la más mínima perturbación puede paralizarlo.
Pero no se trata de un fenómeno limitado al mundo de la electricidad. Lo podemos encontrar en el servicio de aguas potables, en los ferrocarriles, en la aviación, en los hospitales, en el mantenimiento de presas, obras públicas, edificios, transportes, grandes instalaciones etc.
El capitalismo mundial, sometido a una crisis sin salida, trata de paliar sus efectos REDUCIENDO MASIVAMENTE COSTES.
Hay dos costes fundamentales: por una parte, la fuerza de trabajo; de otro lado, el mantenimiento, reparación y conservación de las infraestructuras.
Respecto a la fuerza de trabajo podemos ver cómo está operando el capitalismo en los últimos 20 años: precariedad, reducción de salarios, reducción de pensiones, prolongación de la jornada de trabajo etc.
Respecto a las infraestructuras la multiplicación de accidentes, de inundaciones, de incendios, de catástrofes aéreas o ferroviarias, de apagones repetidos en el suministro eléctrico, constituyen el testimonio elocuente de esa reducción de costes destinada a paliar los efectos siempre crecientes de la crisis capitalista.
Hay un hilo que explica de forma coherente el apagón de Barcelona y los reiterados retrasos en esa misma metrópoli de los trenes de cercanías –que ha vuelto a darse cuando los efectos del apagón … todavía no se habían apagado-, pero igualmente las graves inundaciones en Gran Bretaña, la reciente catástrofe aérea de Sao Paulo etc. ES EL ABANDONO CRECIENTE DE LAS INFRAESTRUCTURAS.
Este abandono de las infraestructuras y este creciente ataque a la fuerza de trabajo que es la principal productora de las riquezas sociales muestran que el capitalismo es un sistema social sin futuro.
Y como no tiene futuro se dedica a sobrevivir día a día sin ninguna perspectiva, abandonando a su suerte las infraestructuras que permiten el funcionamiento coherente de la producción. La consecuencia es una multiplicación de retrasos, de paralizaciones, de accidentes, de catástrofes, los cuales añaden nuevos sufrimientos y problemas a los ya de por sí graves causados por el ataque a las condiciones de vida de los trabajadores, las guerras imperialistas y el creciente desastre medioambiental.
“El capitalismo se asemeja a un rascacielos que obligado a crecer sin cesar para paliar los efectos de su crisis histórica, construye nuevos pisos con los materiales excavados de sus cimientos. Cuanto más imponente es el edificio más frágiles y débiles son las bases que lo sustentan” (INTERNATIONALISME, 1952, Izquierda Comunista de Francia).
La oscuridad de los hogares provocada por el apagón nos revela otra oscuridad aún más preocupante: la oscuridad del futuro que nos depara el capitalismo.
A través del debate sobre las causas de todos estos problemas y sobre las perspectivas de lucha para salir de esta situación, los proletarios, todos los que luchamos contra este sistema que constituye una amenaza creciente para la humanidad, podremos aportar la luz de la claridad. Solo la lucha masiva, unida, solidaria, del proletariado a escala de todos los países, podrá iluminar la salida.
CCI 27-07-07
Numerosas son las cuestiones en las que hurga Amorós en su conferencia[1], publicada después como artículo, sin que por ello, a nuestro juicio, penetre en lo fundamental de la autonomía obrera. Es un texto demasiado disperso, lleno de alegatos en los que después no ahonda, que no desarrolla ni razona con la misma rotundidad con la que sermonea, unas veces insinuando y otras diciéndolo abiertamente: La desaparición de la clase obrera como sujeto histórico, por lo menos en España, a partir de que no culminaron con éxito los llamados “años de la autonomía obrera” y, por lo tanto, de ahí y para siempre la imposibilidad de que el proletariado destruya el Estado capitalista y abra la perspectiva de la sociedad comunista (aunque tampoco sabemos si el fin consiste en esto último). Amorós, cosa que francamente es de agradecer, ni siquiera emplea las argucias de otros partidarios del llamado “antagonismo difuso”, que si bien reconocen formalmente que la clase obrera existe, sin embargo rechazan que sea ya la clase revolucionaria[2]. Sin embargo semejante teoría, la del final de la clase obrera, resulta desmentida por la innegable realidad en la que vivimos, que es la de la sociedad capitalista, a la que es inseparable, como el hueso a la carne, la existencia mundial de dos clases fundamentales, como es la burguesía y el proletariado y la explotación forzosa de este por aquella, a fin de apoderarse de la ganancia capitalista que resulta del plus trabajo obrero y que es la razón de ser del sistema; estas son viejas verdades que no han sido refutadas por la realidad y de las que tal vez ni siquiera deberíamos hacer referencia, pero la hipótesis de Amorós a pesar de ser tosca, la realidad inmediata que nos muestra la propaganda de la clase dominante con toda su cohorte de izquierda parece darle la razón, motivo por el que no tenemos mas remedio que ocuparnos de ella, aclarando que para nada nos interesa la discusión erudita sino que solo nos guía la pretensión de avivar el debate, que llegue y despierte el interés de la clase y sus elementos más avanzados.
Amorós padece una especie de obcecación significativa que le incapacita para ver lo que está ante nuestros ojos, de lo que cualquier obrero se percata o por lo menos intuye, y es que no cae en la cuenta, al abordar este problema, que parte precisamente de la tesis sociológica de la desaparición del proletariado[3] o, como otros dicen en forma más docta y pomposa, “el fin de la centralidad obrera”, al hablar de la autonomía del proletariado como clase, cuando en realidad el método debe ser exactamente el contrario, es decir, tomarse la molestia de asimilar primero lo que es el proletariado y su lucha histórica contra el sistema capitalista y a partir de ahí, llegar a las conclusiones que revelen la supuesta desaparición de la clase obrera como sujeto histórico, pero no partir de un axioma construido a partir de un vistazo superficial en un momento y en un país dado.
Como resultado de lo anterior, Amorós no quiere o no sabe entender lo que significa la aparición de la burguesía y el proletariado en la escena mundial y por esa razón invierte lo que son hechos indiscutibles: Que el capitalismo nació en un concreto país (Inglaterra) y que a partir de ahí se fue extendiendo por todo el mundo y proletarizando cada vez más sectores de la población; él cree que las situaciones nacionales predominan sobre las internacionales y que hay una historia de lucha de clases específica en cada país: “Ni el proceso de aparición ni el desarrollo de las clases es el mismo en todos los lugares y en cualquier periodo de tiempo, dada la disparidad de condiciones históricas, por lo que el ascenso o la decadencia de la clase tiene su propia historia en cada país”.[4] O sea que depende de que país tratemos hoy podríamos hallar sociedades precapitalistas, capitalistas propiamente dichas, de las cuales unas estarían en ascenso hacia el capitalismo, al mismo tiempo que otras estarían inmersas en plena decadencia. Pero desde que el capitalismo constituyó el mercado mundial y se generalizaron las relaciones capitalistas de producción e intercambio, el proletariado es de la misma manera una clase explotada mundial y su investigación, como tal clase, requiere situarla en esta perspectiva planetaria, sin por ello dejar de tener presente sus rasgos nacionales, pero dejando bien sentado que existe un indiscutible sometimiento de los particularismos nacionales a la correlación de fuerzas internacionales entre burguesía y proletariado. Así pertenece al ABC de la lucha de clase y de su análisis, situarla en el marco internacional para entenderla en cada país y no verla como una derivación inmediata de la situación nacional. El texto que criticamos se ciñe a un período concreto de la lucha del movimiento obrero, finales de los 60 principios de los 70 del siglo XX, en un determinado país, España, y sobre un asunto específico, la autonomía obrera.
Para entender lo que fue la autonomía obrera en España en esa época, hay que fijarse que al final de los años 60 y principios de los 70 aparece de nuevo el proletariado en la escena histórica después de la derrota que sufrió tras del fracaso de la oleada revolucionaria que se desató a partir de 1917, que tuvo sus puntos culminantes en la revolución rusa que derribó el estado capitalista ruso y su contagio al proletariado alemán, que obligó a los bloques enfrentados en la Primera Guerra mundial a poner fin a esta. La Revolución rusa se arruinó velozmente debido a su aislamiento y la alemana sucumbió por las causas que hemos analizado con profundidad otro lugar[5]. Este proletariado, vencido decisivamente a finales de los años 20, sufrirá las condiciones para que el capitalismo prepare la “salida” a su crisis de decadencia: La Segunda Guerra mundial en la que la clase obrera será reclutada bajo la bandera del fascismo-antifascismo. Todo esto expresado en forma muy breve ya que el análisis del desarrollo de la lucha de clases a escala internacional requeriría un trabajo por separado.
Los momentos más sobresalientes, hasta ahora, de esta nueva irrupción del proletariado como clase será el mayo francés de 1968, el otoño caliente de Italia de 1969, el Cordobazo argentino de 1969, Polonia 1970.
El proletariado español fue derrotado durante la guerra de 1936-1939, era el único baluarte combativo que quedaba después de la derrota internacional de la revolución para dejar vía libre a la II Guerra Mundial; pero del mismo modo su aparición a finales de los años 60, coincidió con la del proletariado mundial. Esto es fundamental para entender por qué la emergencia del proletariado español se produce de manera generalizada y no accidental justamente en estos años y no, por ejemplo, en los años 50 o 90. Ahora bien, si hablamos de manera especifica de las luchas de los obreros españoles en los 60 y 70 que duda cabe que no son un reproducción de las francesas, al igual que las de Argentina tuvieron característica de aquellas o de las italianas; pero el hilo conductor de todas era la tendencia hacia la unidad, la solidaridad, la asamblea como órgano decisorio y las tentativas en la búsqueda de la independencia de clase.
Sobre este particular hay que hacer una reseña específica a la organización de la burguesía española, el aparato estatal, y la configuración y lucha del proletariado: Al terminar la II Guerra Mundial y con la formación de los bloques, España por su posición geoestratégica quedó subordinada al bloque occidental y más especialmente bajo el paraguas directo del jefe de bloque, los EE.UU. A pesar de la famosa autarquía, que tenia un fuerte componente mistificador a favor del franquismo, en los quince años que van de 1940 a 1955 se duplicó la producción industrial; en los cinco años comprendidos entre 1955 y 1960 tornó a doblarse y lo mismo pasaría en el quinquenio siguiente.
Esta elevada tasa de acumulación va a incentivar una oleada migratoria que cristalizará en la emergencia de una nueva y cuantiosa clase obrera que superará decisivamente la endémica debilidad numérica del proletariado industrial y la disminución análoga de la población campesina: Así “Entre 1950 y 1980 se produce un constante flujo migratorio de las regiones agrícolas hacia las regiones industriales. Cataluña pasa de tener 3.240.313 habitantes en el censo de 1950 a 5.959.208 en 1981; Madrid, que tenía en 1950 1.926.331 habitantes, contabiliza 4.726.986 en 1981. En ese mismo periodo, el País Vasco dobla su censo de población (de 1.061.240 pasa a 2.134.967 habitantes) y la Comunidad Valenciana eleva su cifra a 3.646.000 habitantes (contra poco más de 2.300.000 en 1950). Si atendemos a los saldos migratorios entre 1951 y 1970, resulta que de Andalucía emigraron en esos veinte años más de 1.400.000 personas; de Galicia emigraron 456.000; de Extremadura 553.000; de Castilla-León 815.000. De las regiones receptoras, Cataluña absorbió 1.190.000 personas; Madrid, 1.099.000, y Valencia 379.000”[6]
Este contexto de desarrollo capitalista que coincidía con lo que en la Europa occidental se dio en llamar los “treinta gloriosos”[7], chocaba frontalmente con la rigidez cuartelaría del franquismo de imponer los salarios mediante decreto y, al mismo tiempo, la necesidad burguesa de favorecer una elevada tasa de acumulación y beneficio; para superar estos límites fueron introducidos dos elementos: La Ley de Convenios Colectivos de 1958 y el Plan de estabilización de 1959. Ambas medidas políticas se combinaron con las primeras luchas sociales de donde brotarían las Comisiones Obreras, como expresión directa de las luchas obreras por mejorar sus condiciones de vida, que eran miserables en extremo. Estos conflictos provenían de un proletariado nuevo e inexperto, pero que tendió a hacer lo mismo que cualquier sector del proletariado en el periodo de decadencia: las luchas se organizaron en asambleas, que tenían como denominador común la unidad y la solidaridad entre los trabajadores, que tienden hacia su extensión y que sus delegados carecen de mandatos temporales siendo revocable en todo momento, además la brevedad de la representación obedecía, también, a la necesidad de protegerse contra la represión del régimen franquista. Estas son, pues, dos peculiaridades a tener en cuenta cuando se quiere hacer historia del movimiento obrero español de los años 60 y 70: Su juventud y su lucha en condiciones de falta de libertades formales y lo que estas representan: Mistificación parlamentaria, sindicalismo, que si se daba en otros países. Concretando aún más lo que fueron los mecanismos distintivos de España en esta época de resurgir del movimiento obrero internacional con respecto a los demás países habría que destacar tres elementos:
1) El impulso de las luchas obreras en España a finales de los años 60 principios de los 70, no es ninguna cosa exclusiva de este país, sino que es la expresión en España de la salida de del proletariado del túnel de la contrarrevolución que se inicia con el mayo francés del 68. Este resurgir internacional del proletariado se debe a la aparición de la crisis capitalista y al deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera. No hay ninguna particularidad nacional en lo que se refiere a las luchas obreras, salvo que la burguesía que tenía delante debía utilizar las fuerzas represivas frente a cualquier lucha.
2) No hay una explicación española para la crisis económica de los años de los años 70 basada en la rigidez del franquismo, sino que la crisis coincide con el final del auge económico habido tras la II Guerra mundial y afecta a la mayoría de los países. Los últimos años del franquismo y la muerte de Franco no son la causa ni el desencadenante de la crisis económica, esta tiene su propia lógica mundial y, eso sí, debido al atraso del capitalismo español tiene una repercusión mayor, agravada a su vez por la dureza de la organización política de la burguesía.
3) En la lucha del proletariado español frente a la crisis económica, la burguesía se vio obligada a emplear directamente la represión policial, con varios muertos y heridos, lo que acentuó todavía más el instinto de unidad y solidaridad de los obreros. Todos tuvieron que ponerse manos a la obra, los primeros de todo los estalinistas y los socialdemócratas, seguidos por toda una corte de grupos “izquierdistas” (maoístas, trotskistas) que se emplearon a fondo para debilitar el impulso de las luchas. Con el consejo y la tutela de la burguesía occidental se puso en marcha la formación de los aparatos mistificadores y amortiguadores que permitieran sobre todo engañar y dividir a la clase trabajadora, transformando sus reivindicaciones de mejores condiciones de vida en reivindicaciones de carácter burgués como elecciones, estatutos de autonomía, legalización de partidos y sindicatos y su encuadramiento en los mismos, en esa tarea todos se tuvieron que emplear a fondo y ahí, con cientos de trampas, terminaron con lo que había sido una verdadera lucha obrera.
Para ser objetivos hay que hablar también de las limitaciones de esta lucha y su organización que no adquirieron, ni de lejos, un carácter de embestida revolucionaria, ni siquiera fue conscientemente anticapitalista, no hubo consejos obreros ni partido revolucionario, etc. Solo una concepción superficial y deformadora de la historia como la que nos presenta Amorós en su panfleto, salida de una cabeza pequeño burguesa atiborrada de pesimismo proletario, de negación de la lucha de clases y sin método dialéctico de reflexión, puede decir cosas como estas:“Las asambleas, los piquetes y los comités de huelga eran los organismos unitarios adecuados. Lo que les faltaba para llegar a Consejos Obreros era una mayor y más estable coordinación y la conciencia de lo que estaban haciendo” [8]. A Amorós le aburre la lucha de clases, es cosa lenta, no es el mejor ambiente para el lucimiento personal, pero sobre todo carecen de la espectacularidad de los banlieu[9] franceses ¡¡ah, eso si que hace las delicias de Amorós!! que le ha dedicado un folleto[10] elogiándolo.
Se debe explicar en base a esta cita que los Consejos Obreros son órganos de doble poder, significa que se vive una crisis importante entre las dos clases principales de la sociedad la burguesía y el proletariado, y que se está frente a una situación revolucionaria. Esto no se dio en ningún país, incluida España, a finales de los años 60 ni durante los 70.
Por tanto es en este entorno histórico internacional y poniendo de relieve las circunstancias especificas de España, de donde hay que partir para hacerse una idea de lo que Amorós llama la autonomía obrera en España, o los años de la autonomía. Como hemos tratado de demostrar, y queremos insistir en ello, hay una coincidencia fundamental con la situación internacional tanto referida al desarrollo económico capitalista de posguerra como de la aparición del proletariado al final de los años 60 comienzo de los 70, con la peculiaridad, importante sin duda, del contexto histórico español, pero que con todo no deja de ser un hecho secundario en la nueva correlación de fuerzas internacionales entre proletariado y burguesía cuya palanca es la salida del proletariado del largo túnel de la contrarrevolución y que tiene su referente en el mayo francés del 68.
Con todo, lo más importante fue esa aparición del proletariado en la escena histórica. El signo más distintivo de esta aparición no fue tanto lo que se reivindicaba, sino como se manifestaba, precisamente, la tendencia del proletariado a organizarse en asambleas soberanas como clase independiente de la burguesía y de todos sus aparatos, tanto los característicos de la burguesía: la nación, el pueblo, los ciudadanos, la democracia, los sindicatos, etc como los de sus fracciones de izquierda, extrema izquierda, anarquistas y los de la autonomía obrera, estos dos últimos con su retórica individualista, antijerarquica, antiautoritaria, etc. Ahí, en esa tendencia a la unidad, la solidaridad, a focalizar la lucha en base en la asamblea y no en el mitin; pero se trató solo de una tendencia, que prueba la potencialidad del proletariado, pero que también nos enseña el peso de todos esos aparatos mistificadores de los que la “autonomía obrera”, según la entiende Amorós, es uno más.
No se logró a escala internacional una perspectiva de clase consciente de su papel histórico o en todo caso fue muy incipiente, pero se dieron los primeros pasos en ese sentido tanto por el esfuerzo que surgía del proletariado por ganar su independencia, como por las reivindicaciones y métodos de lucha que empleaba y que expresaba que esa lucha iba en el camino de las huelgas de masas que como la historia el movimiento obrero ha verificado muchas veces (Rusia 1905, Francia 1968, etc.) es en lo que consiste la autonomía obrera.
Como ejemplos de las reivindicaciones y tácticas de lucha que se da el proletariado cuando se organiza en asambleas unitarias que son espoleadas por la solidaridad y avanzan trabajosamente, porque han de enfrentarse a mil trampas en el trayecto tortuoso que le lleva a la toma de conciencia, que es un proceso y no un acto voluntarista y fortuito de sumas de fabricas que puede darse en cualquier momento, como piensa el impaciente Amorós, tomemos, en primer lugar, el caso de la empresa Roca Radiadores en Gavá, en la comarca del Baix Llobregat de Barcelona que en 1976, a finales de octubre, sus 4700 trabajadores se ponen en huelga durante 95 días; la asamblea elaborará una Plataforma reivindicativa de 33 puntos, entre los que hay reivindicaciones de carácter político y ello en una comarca que por esas fechas ya empezaba a estar controlada por el sindicalismo de CC.OO y U.G.T. que boicotearon la lucha de Roca pues era una amenaza directa contra ellos; en la Plataforma a la que hacíamos referencia se incluían reivindicaciones que hoy, con todas las trampas democráticas, podrían parecer alucinantes, pero ocurrió hace 30 años: Así la asamblea de Roca con sus delegados revocables pedían cosas como la amnistía laboral total, IRTP (entonces Impuesto sobre el Rendimiento del Trabajo Personal) y Seguridad Social a cargo de la empresa (esto significaba un ataque directo contra el Estado); en segundo lugar mencionaremos la huelga de estibadores del puerto de Barcelona, también en 1976 que surgió en el proceso de la lucha reivindicativa y partiendo de la base de la asamblea, en la que también intervenían elementos de los nuevos sindicatos, mostró en que consiste la solidaridad obrera, cuando despidieron a seis trabajadores y entre ellos había alguno de CC.OO que fueron abandonados por su sindicato que no controlaba la huelga, la asamblea exigió la readmisión de todos los trabajadores, incluidos los de CC.OO como compañeros que eran con independencia de su afiliación sindical ¡eso es un ejemplo de solidaridad obrera! Mientras duró la lucha la asamblea de estibadores decidió y así se puso en práctica hacer una bolsa común con todos los jornales cobrados y repartirlo por cabeza tanto entre los trabajadores en activo como con los despedidos ¡otro ejemplo de solidaridad! Cuando las empresas contrataron esquiroles protegidos por la policía para romper la huelga, los trabajadores decidieron incorporarse al trabajo y hacer la huelga las horas pares y trabajar las impares, rompiendo así el esquirolaje patronal ¡un ejemplo de cómo la clase obrera, de forma colectiva, posee capacidad creativa en las luchas![11] Fueron momentos culminantes de las luchas proletarias pero también de sus límites y que nada tiene que ver con la idea de autonomía obrera de Amorós y sus incondicionales que la ven como una línea que parte de un punto y ha de progresar hasta llegar a su final, que fueron precisamente la características de las revoluciones burguesas, sin comprender que el proletariado por el lugar que ocupa en la sociedad capitalista actúa en constantes avances y retrocesos hasta que llega el momento en que no pueda ya dar marcha atrás y no tenga mas remedio que encarar el célebre: “Hic Rhodus,hic salta!”[12] de Marx. Desprecian con todas sus fuerzas, porque no lo conciben, todo lo que encarna el proceso de lenta maduración de la conciencia y el trabajo a medio y largo plazo de las minorías revolucionarias, su trabajo paciente y tenaz. Pero Amorós no contrapone independencia de clase burguesía- proletariado, sino autonomía contra todo lo que huela a organización, quiere homologar a todos los obreros por abajo, no quiere darse cuenta que es el propio movimiento obrero quien segrega necesariamente organizaciones revolucionarias, porque tal como hemos insistido cientos de veces el proletariado, en la sociedad capitalista, solo dispone de su conciencia y organización independiente de la burguesía. Sin embargo para Amorós lo fundamental estriba en que autonomía obrera, no lo es respecto a la burguesía sino en relación a cualquier tipo de organización avanzada, presente o futura del proletariado que como escribió Marx en el Manifiesto Comunista:”Prácticamente, los comunistas son, pues, el sector más resuelto de los partidos obreros de todos los países, el sector que siempre impulsa adelante a los demás; teóricamente, tienen sobre el resto del proletariado la ventaja de su clara visión de las condiciones de la marcha y de los resultados generales del movimiento proletario”.. Amorós quiere que todo el proletariado marque el mismo paso al mismo tiempo.
Como el movimiento obrero en los “años de la autonomía” no triunfó, no destruyó el Estado capitalista particularmente en España, según Amorós, entonces “El movimiento Obrero se esfumó....”[13] o en otro texto suyo: “La clase obrera ha dejado de existir. La condición salarial se ha generalizado, pero no se puede constituir una comunidad de intereses por el simple hecho de cobrar un salario a cambio de su fuerza de trabajo”[14] . Aquí puede verse donde radica la base del martilleo sobre la desaparición de la clase obrera que no consiste en otra cosa que en la tosquedad de la concepción “marxista” de Amorós, que piensa que el salario pagado a cambio de la fuerza de trabajo es el elemento determinante de la revolución comunista, cuando tanto el uno como el otro son consecuencia de las relaciones capitalistas de producción y que la nueva sociedad que ha de alumbrar la revolución proletaria tiene como causa inmediata el papel que como clase tiene el proletariado en la sociedad y es que por primera vez en la historia nos encontramos frente a una clase explotada y revolucionaria a diferencia de las sociedades de clases que nos han precedido donde las revoluciones jamás tenían como objetivo, porque no podían tenerlo, la emancipación de la humanidad.
No solamente en el texto que criticamos sino en otros muchos artículos y folletos de Amorós, este despotrica contra la clase obrera como sujeto revolucionario y decreta su disolución, anda a la búsqueda de un nuevo sujeto; recojamos, por todos, una breve cita: “Y en consecuencia, la impropiamente llamada clase obrera dejaba de ser agente posible de la transformación histórica.” [15]. De lo que no habla para nada es que tipo de transformación histórica propone, de que programa se trata, es decir de que tipo de sociedad ha de organizarse que tras destruir el sistema de explotación capitalista y su Estado ¿tal vez el comunismo? Amorós siente aversión por este término y le repugnan los comunistas, lo asocia a lo que el llama “....el cadáver leninista...” eso sí se explaya en las denuncias de los males concretos que padece la sociedad, pero no ofrece alternativas, se queda en un vago anticapitalismo que lo suscriben toda la izquierda del capital y lo adereza todo con un lenguaje neosituacionista, que abarca la antijerarquia, la insubordinación imaginativa, etc. En todo esto lo que subyace en realidad es lo se llama “pesimismo antropológico”, puro nihilismo, porque es incapaz de establecer la relación dialéctica entre individuo y sociedad, quiere construir una nueva sociedad ¿cuál? a partir de los individuos alineados, atomizados, sin pasar por la toma de conciencia, la destrucción el Estado capitalista y la “Dictadura revolucionaria del proletariado”.
Como resultado del enfoque voluntarista y no histórico de Amorós es incapaz de ver las potencialidades de las situaciones, para el como la clase no existe, no puede entender que la nueva generación no parte de la nada, que posee cierta experiencia de generación que le precede, que vive en sus propias carnes los golpes de la crisis y de las mentiras, que tiene muy en cuenta, mas que nunca, la falta de perspectiva del capitalismo.
¿Y que propone Amorós ante la desaparición de la clase obrera y para que la nueva autonomía vuelva a campar por estos lares? Pues nos propone “...establecer líneas de resistencia....” [16] creando una especie de neoproletariado, formado por individuos antiautoritarios vengan de la clase que vengan y que formen grupos autónomos para acometer “....acciones concretas defensivas...” ¿Qué tipo de acciones? Amorós no tiene empacho en decirlo: “contra el TAV, los parque eólicos, las incineradoras, los campos de golf, los planes hidrológicos, los puertos deportivos, las autopistas, las líneas de alta tensión, las segundas residencias, las pistas de esquí, los centros comerciales, la especulación inmobiliaria, la precariedad, los productos transgénicos.” Por fin Amorós en la parte final de su trabajo dice con toda claridad cual es su programa de acción, pero suponemos que no debe estar informado que el mismo ya es practicado por la comunidad anabptista de los Amish, (eso si, pacíficamente) tal vez allí tendría un publico complaciente y ávido por conocer las denuncias medioambientales que hace la Encyclopédie des Nuisances.
Julio, 2007. Germán
[1] Charla dada en la nave ocupada La Rabia, el 23 de enero de 2005.
[2] A propósito de esta tendencia más refinada sobre que la clase obrera existe pero ya no es el sujeto revolucionario, ver el artículo publicado en Acción Proletaria, nº 182, “¿Quién puede acabar con el capitalismo?” que recoge la parte más importante de un debate que tuvo lugar en el foro www.alasbarricadas.org [109]. Sobre la autonomía obrera.
[3] La tesis de la desaparición de la clase obrera como sujeto revolucionario y su sustitución por otros “sujetos”, no es ninguna originalidad de Amorós; se trata de un antiguo y manoseado discurso cuyo representante más conocido es H. Marcuse.
[4] Miguel Amorós, “Las armas de la critica.” Colección: muturreco burutazioak, página 42
[5] Para una explicación de las causas del fracaso de ambas revoluciones y de la derrota del proletariado ver las Revistas Internacionales números 71, 72, 75, 80, 87 a 104..
[6] Los datos relativos a los flujos migratorios proceden de: España. Anuario Estadístico. Siglo XIX y XX. Fundación Banco Exterior, recogidos en el libro “Asalto a la fábrica” editado por aliKornio ediciones
[7] Se refiere, más o menos, a los treinta años posteriores al final de la II Guerra Mundial.
[8] Miguel Amorós: Golpes y contragolpes, Pág. 184. [pepitas de calabazas ed. & oxigeno dis.]
[9] Jóvenes del extrarradio de Paris que a finales de octubre de 2005, a consecuencia de la muerte de dos estudiantes que se electrocutaron mientras la policía los perseguía, incendiaron vehículos, saquearon comercios, etc.
[10] “La cólera del suburbio” puede consultarse en: Portal por la autogestión editorial. WWW.KLINAMEN.ORG [110].
[11] Los datos sobre la huelga del puerto de Barcelona estan tomados de unas jornadas que tuvieron lugar en junio de 1999 en Barcelona denominadas “De la autonomía obrera al antagonismo difuso” en las que estuvieron unos estibadores que participaron en las luchas. Citado en el libro de la nota 6, al igual que las referencias de la empresa Roca.
[12] Palabras de una fábula de Esopo que trata de un fanfarrón que, invocando testigos, afirmaba que en Rodas había dado un salto prodigioso. Quienes le escuchaban, contestaron: “¿ para qué necesitamos testigos? ¡Aquí está Rodas, salta aquí. C. Marx: “el 18 brumario de Luis Bonaparte”
[13] Golpes y contragolpes, página 191
[14] Miguel Amorós, “Las armas de la critica.” Colección: muturreco burutazioak, Pág. 52
[15] Obra citada en la anterior nota 4, página 49
[16] Golpes y contragolpes, página 194
A pocos días después de la huelga, el gobierno negó la validez del acuerdo firmado entre sus representantes y los huelguistas, que contemplaba la atención de las reivindicaciones. A través de un furioso pronunciamiento hecho a la prensa y a la población, el presidente Lula acusó a los controladores de “irresponsables” y “traidores” por haber irrespetado las instituciones y a la jerarquía militar: “la personas necesitan saber que, en el régimen democrático, el respeto a las instituciones y a la jerarquía es fundamental” (Folha Online, 5-4-07). Actitud semejante tuvo el representante del gobierno en las negociaciones, el Ministro de Relaciones Institucionales Paulo Bernardo, ex-sindicalista de la CUT – Central Única de Trabajadores. Pronunciamientos que prepararon el camino para el inicio de la represión abierta por parte del Comando Militar de la Aeronáutica, fortaleciendo así la intención de los órganos militares de la burguesía para la aplicación de penalizaciones, inclusive la prisión, contra los elementos mas combativos, como fue el caso al inicio del movimiento cuando dieciocho controladores fueron hechos presos. A su vez, los sindicatos y asociaciones, desde el inicio del movimiento, sabotearon los intentos de movilización de los controladores e hicieron todo para evitar la solidaridad activa con ellos de parte de otros trabajadores, y para desanimar futuras luchas de los trabajadores. Así, la Asociación Brasileña de Controladores de Tráfico Aéreo (ABCTA) en una nota dirigida a los Controladores pedía “paciencia y comprensión” y “juego político”; y, enseguida, en nota pública dirigida a la “sociedad”: “Pedimos perdón a la sociedad brasileña y paz para que volvamos a ejecutar con maestría nuestro trabajo”. De esta manera, intentaron apagar el carácter combativo de una lucha proletaria por la defensa de las condiciones de vida y por la dignidad, que fue ejemplar y demostró al conjunto del proletariado que es posible alzar la cabeza contra la opresión capitalista.
De parte de la CUT, en una clara actitud de que no tiene ningún compromiso en defender los intereses de los trabajadores, fue presentada la siguiente justificación : “La CUT niega tener algo que ver con las entidades representativas de los controladores, sean civiles (Sindicato Nacional de los Trabajadores de Protección de Vuelo), sean militares (Asociación Brasileña de los Controladores de Tráfico Aéreo). Ninguna de ellas está afiliada oficialmente a la CUT. Cerca del 80% de los Controladores son militares.” El presidente de la CUT, Artur Henrique por medio de su asesoría, informó “que no hablaría sobre el asunto porque la entidad no tenía relación alguna con los participantes de la crisis aérea nacional”.
Evidentemente para nosotros esto no representa sorpresa alguna, pues los gobiernos, sean de izquierda o de derecha, junto con los sindicatos, no son sino instrumentos utilizados por la burguesía para mantener sus intereses de clase explotadora.
Los proletarios, en Brasil y en cualquier lugar deben aprender a un precio muy alto que al contentarse con las supuestas libertades democráticas, con promesas, de patrones y gobernantes, dejan espacio a la burguesía no solamente para destruir sus movimientos de lucha contra el sistema, sino también para que se desarrolle una amplia ofensiva del capital, con el máximo de represión, represalias, despidos y violencia.
Otra lección de la huelga de los controladores es que la fuerza real del movimiento está en la capacidad de buscar y alcanzar la solidaridad de otros trabajadores, dentro y fuera del sector. Evitando caer en las falsas expresiones de “solidaridad”, tales como las de Conlutas, que las utiliza como trampolín electoral para transformarse mas adelante en lo que hoy son la CUT y el PT.
El proletariado para alcanzar sus verdaderos objetivos necesita sacar las lecciones de sus propias luchas, de las luchas del conjunto de la clase, eliminar toda y cualquier ilusión de que en una sociedad dividida en clases pueda encontrar una salida a la constante degradación de sus condiciones de vida.
Los controladores aéreos, a pesar de estar hoy sometidos a los peores vejámenes, no están solos, el conjunto del proletariado, que clama por una vida digna, está con ellos.
CCI
21-04-07
A continuación publicamos nuestra respuesta a una nota enviada por un lector de Brasil (T), quien pide nuestra opinión sobre un artículo que recibió del cual publicamos algunos extractos, que trata sobre las luchas y movilizaciones que realizaron trabajadores petroleros contra la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en septiembre pasado, por reivindicaciones salariales y otros beneficios contractuales. Así mismo, el compañero nos pide nuestros comentarios sobre la reducción de la jornada de trabajo, propuesta por el presidente Chávez en la reforma a la constitución, que será votada el próximo 2 de diciembre.
Nota del compañero T
Olá compañero…
Te repaso un mensaje que me envió un compañero acerca de
algo que pasó ahí en Venezuela, si me puedes comentar algo, y también te
pregunto como fue lo de la reducción de la jornada que habla Chávez, que esto ha
creado bastante discusión por acá.
Saludos
T
Debido a que el artículo recibido por el compañero está en ingles[1], a continuación publicamos algunos extractos traducidos por nosotros al español:
Trabajadores petroleros se enfrentan con la policía por el Contrato Colectivo
30 de septiembre de 2007
Venezuelanalysis.com
El Ministro de Energía y presidente de la estatal compañía petrolera PDVSA, Rafael Ramírez, aseguró que el contrato colectivo de los trabajadores petroleros, en negociación desde abril, podría firmarse en las próximas dos semanas, después de confrontaciones entre trabajadores petroleros y la policía en el estado Anzoátegui el jueves pasado que dejó un saldo de varias personas heridas.
Alrededor de 150 trabajadores de la refinería de Puerto La Cruz, junto con trabajadores del Complejo Industrial de Jose, marcharon a las oficinas de la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP) en el municipio Urbaneja para entregar un documento a Ramírez, quien estaba reunido con la comisión de negociación de la Federación Unitaria de Trabajadores de Petróleos de Venezuela (FUTPV), cuando fueron interceptados por el Grupo de Respuesta Inmediata de la policía de Anzoátegui.
En la confrontación, que duró tres horas, fueron arrestados 40 trabajadores, tres de ellos heridos, incluyendo a Richard Querecuto, quien recibió un tiro en la espalda… Al conocer la noticia de la represión policial, 4000 trabajadores de Petroanzoátegui, Petrocedeño, y del proyecto San Cristóbal, inmediatamente suspendieron sus labores.
…en una declaración en solidaridad con los trabajadores petroleros de Anzoátegui, repudiando la violencia policial, la Federación UNT - Zulia dijo:
«Consideramos que esta situación se ha generado debido a la intransigencia de PDVSA que ha extendido la discusión del contrato durante varios meses, ofreciendo unas condiciones por debajo de las aspiraciones de los trabajadores y de manera arbitraria impuso una junta (la comisión de negociación de la FUTPV) para discutir el contrato sin haber sido electa por los trabajadores».
C-CURA (Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma) hizo un llamado para un cambio en la comisión de negociación…, de lo contrario “radicalizarán” sus acciones. Sin embargo, llamados similares de C-CURA y Fedepetrol para acciones radicales y paros generales para “paralizar” la industria petrolera a la “hora cero” el 6 de agosto, movilizó a menos de 1500 trabajadores en todo el país
Después de divulgar y promover la “hora cero” por los medios de comunicación privados, la disputa tomó una dimensión política, cuando otros sectores de trabajadores petroleros y sectores pobres de la población se unieron en “defensa” de PDVSA.
Ayer, la Federación de Trabajadores de UNT-ZULIA, declaró
«Pensamos que algunas de la situaciones (en la industria petrolera) son el resultado de la maniobra de sectores de la derecha dentro del chavismo, para generar situaciones conflictivas en el país para desestabilizar el proceso de reforma constitucional»
Sin embargo, los trabajadores de Anzoátegui rechazaron estas acusaciones con una pancarta que decía “No somos guarimberos, somos trabajadores petroleros” (Una guarimba es una forma de protesta organizada con el fin de provocar violencia para alcanzar objetivos políticos)
Los trabajadores petroleros en Anzoátegui anunciaron que continuarán sus protestas en las calles y quedan en estado de alerta, a pesar de las promesas de Ramírez de una mejor contratación colectiva en las próximas dos semanas.
Nuestra respuesta
Estimado compañero T,
Saludamos el envío de tu correo, al cual respondemos brevemente y aprovechamos para hablarte de la situación de la lucha de clases en Venezuela.
Sobre la lucha de los trabajadores petroleros
El artículo que te enviaron describe parte de lo acontecido en una lucha, que entre septiembre y octubre pasados, realizaron los trabajadores petroleros de la empresa estatal PDVSA, la mas importante del país, que dejó un saldo de varios trabajadores heridos (uno de gravedad) y varios detenidos. La lucha se debió al retraso, de más de 8 meses, en la discusión de la contratación colectiva, que rige los salarios y beneficios de los trabajadores. Éstos hicieron paros y manifestaciones en las instalaciones de PDVSA en el oriente del país en el estado Anzoátegui y en occidente, en el estado Zulia, al sur del Lago de Maracaibo. La empresa, en componenda con los sindicatos, en su mayoría controlados por tendencias a favor del chavismo, retrasó la discusión de las cláusulas salariales. La lucha de los trabajadores presionó a varios dirigentes sindicales, como los de C-CURA (Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma) perteneciente a la UNT (Unión Unitaria de Trabajadores) o los de FEDEPETROL (Federación de Trabajadores Petroleros, Químicos y sus Similares de Venezuela), quienes se vieron forzados a “radicalizarse” en contra de PDVSA y el gobierno, para no quedar completamente desenmascarados ante los trabajadores.
Al final, los sindicatos y PDVSA lograron aprobar un miserable incremento salarial de Bs. 12.000 diarios, el cual fue rechazado por los trabajadores, quienes exigían un aumento de Bs. 30.000. De esta manera, el salario mensual de un obrero petrolero queda en aproximadamente Bs. 1.320.000 (equivalente a unos $610, según la tasa de cambio oficial, y a menos de $300, si usamos la tasa de cambio no oficial, la cual rige para definir el precio real de varios productos y servicios).
Para que tengas una referencia, este salario es equivalente a un poco mas del costo de una canasta básica de alimentos (octubre 2007) para una familia de 5 personas, que es del orden de un millón de bolívares. Aún sumando los bonos que reciben los trabajadores petroleros, éstos no ganan lo suficiente para llevar una vida digna; ya que a los bajos salarios se le debe añadir el incremento incesante en los precios de los alimentos (alrededor del 25% anual)[1] y la escasez, que según las propias cifras del Banco Central de Venezuela es del orden del 30% con respecto a los productos básicos. Y los trabajadores petroleros son unos de los que tienen mejores salarios en el país!!
Sin embargo, pensamos que esta lucha ha tenido una ganancia política y moral para los trabajadores petroleros y el proletariado venezolano en su conjunto:
-en primer lugar, los trabajadores petroleros han vuelto a retomar la lucha en su propio terreno de clase; después de haber sido uno de los sectores mas golpeado por la burguesía, al ser el centro de la polarización entre chavistas y opositores, lo que permitió al estado despedir a 20.000 empleados de PDVSA en el 2003 (siendo por lo menos la mitad obreros o empleados de bajo rango), sin ningún tipo de indemnización. Esta lucha tiene una significación mayor en momentos en que las facciones chavistas y opositoras imprimen fuerza a la polarización política, a través de la campaña a favor o en contra de una reforma a la constitución propuesta por el propio Chávez. Los trabajadores, por lo menos durante estas movilizaciones, se han logrado colocar en el terreno de sus reivindicaciones, pese a este acoso de la burguesía por colocar cualquier lucha obrera y social en el terreno de la polarización.
-la lucha ha puesto al desnudo el carácter burgués, antiobrero del gobierno de Chávez: al igual que los gobiernos que le precedieron (a los cuales el chavismo culpa de todos los males sociales), el de Chávez también responde con represión, bombas lacrimógenas, plomo y cárcel contra los trabajadores que “osan” luchar por una vida digna.
Un hecho importante: los obreros petroleros de Puerto La Cruz, al oriente del país, varios de ellos simpatizantes del chavismo, han denunciado los altos sueldos de los jerarcas “socialistas” de PDVSA que llegan a superar mensualmente los 50 salarios básicos (mucho mas superiores a los de los directivos de la industria durante gobiernos anteriores), mientras que a ellos les niegan aumentos que les permitan cubrir al menos la canasta básica (siendo la explotación de su fuerza de trabajo la fuente principal de los sueldos y prebendas de los altos burócratas del estado y de las ganancias de varios sectores de la burguesía nacional; eso lo añadimos nosotros).
-estas luchas, fueron precedidas por otras en mayo pasado, que movilizaron a los trabajadores petroleros para lograr el reenganche de mas de 1000 obreros de las empresas petroleras recién nacionalizadas, que el gobierno “socialista” de Chávez pretendía lanzar a la calle: genuina e importante expresión de solidaridad obrera, en la cual también participaron las familias de los trabajadores afectados.
-como dijimos, los trabajadores quedaron insatisfechos con este acuerdo. Queda latente un malestar, que puede despertar en cualquier momento.
Es importante añadir que la misma reacción de los trabajadores petroleros, se está comenzando a desarrollar con cierta fuerza en otros sectores. Los médicos, maestros y varios sectores de empleados públicos, han iniciado movilizaciones por reivindicaciones salariales; han realizado asambleas donde, aparte de exigir aumento de salarios, han denunciado el alto grado de deterioro de los servicios públicos. En una reciente asamblea de médicos en Caracas, adscritos al Ministerio para la Salud, éstos se han identificado como “proletarios de la salud”.
Es importante decir que oficialistas y opositores han intentado dividir y polarizar el movimiento, lográndolo en muchos casos. Además que el gobierno moviliza a sus organizaciones (círculos bolivarianos, consejos comunales, contraloría social y cuando es necesario, sus grupos armados) para amedrentar e incluso agredir físicamente a los trabajadores.
Otro aspecto, no menos importante, es que prácticamente a diario se presentan expresiones de indignación de las masas pauperizadas (en su mayoría simpatizantes o con una relación clientelar con el gobierno), protestando por la escasez de vivienda, la criminalidad, la falta de servicios, etc., y últimamente por la escasez de productos como la leche, azúcar, aceite comestible, etc. En algunos casos, han sido reprimidos. Situación que contrasta con los altos jerarcas del régimen (la llamada “boliburguesía”, o burguesía bolivariana), quienes muestran su opulencia[2] con el mayor descaro; hacen altas inversiones en armamentos, que mas temprano que tarde serán descargados contra los proletarios y las masas depauperadas; e invierten importantes recursos de la renta petrolera en el desarrollo de la política imperialista del estado venezolano hacia la región.
Esa es la verdadera cara del “socialismo del siglo 21” promovido por Chávez y aplaudido por la izquierda, izquierdistas y altermundialistas, que se “babean” viendo sus discursos a través de Tele Sur; que al igual que todo régimen burgués, se sustenta sobre la explotación de las masas trabajadoras. La única diferencia es la verborrea “revolucionaria”, para intentar confundir a los proletarios de dentro y fuera de Venezuela.
Sobre la “reducción” de la jornada laboral
La “reducción” de la jornada de trabajo de 8 a 6 horas diarias, está contemplada en la reforma constitucional propuesta por Chávez, al igual que otros “beneficios” laborales, como la seguridad social para los trabajadores de la economía informal (que al igual que en el resto de América Latina abarca a 50% o más de la fuerza laboral). Estas propuestas, antes que buscar una mejora real en las condiciones de vida de los trabajadores, son el “camelo”, la gran mentira, para intentar lograr el apoyo de los trabajadores a la propuesta oficialista por reformar la constitución.
El oficialismo no ha dicho cómo se concretará esta reducción de la jornada; pero se especula que las horas no laboradas se utilizarán para la “formación” política (adoctrinamiento) o también en la llamada “emulación socialista” que se inventó la burguesía cubana fidelista para explotar a los trabajadores por el estado, sin ningún pago. Por otra parte, uno de los objetivos de la burguesía (chavista o no) es ver cómo cargan impuestos a los trabajadores informales; al ofrecerles los beneficios de la seguridad social (que no brinda ninguna protección real a los trabajadores), el estado tendrá un mayor control sobre ellos y podrá pecharlos con cargas impositivas.
El objetivo principal de la reforma constitucional (cargada con una alta dosis de hipocresía, como todas las constituciones del mundo), es fortalecer el marco jurídico para un mayor control del estado sobre la sociedad, una mayor militarización, justificar legalmente la represión a los movimientos sociales y permitir la reelección indefinida de Chávez en la presidencia de la república, entre otras cosas.
No podemos perder de vista que el gobierno de Chávez es un gobierno burgués, donde imperan las necesidades y prioridades del capital; en este sentido, no podemos ser ilusos (que no creo sea tu caso), con respecto a que el régimen chavista busca “la mayor suma de felicidad social”, tal como dice el texto reformado de la constitución. Precisamente esta propaganda mentirosa es la que el chavismo lanza a través de sus campañas publicitarias a nivel interno e internacional, para que los trabajadores de Venezuela y otros países, se crean que en Venezuela hay una real mejora en las condiciones de vida de los trabajadores y la población; esta es la gran mentira sostenida a base de la propaganda chavista.
La crisis capitalista obliga de manera ineludible a cada burguesía, sea de derecha, centro o izquierda, a atacar las condiciones de vida de la clase obrera. En ninguno de los países donde se ha reducido la jornada laboral (Francia, Alemania, etc.; incluida Venezuela, donde a comienzos de los años 90 se redujo la jornada laboral de 44 a 40 horas semanales), ésta medida ha repercutido en una mejora de las condiciones de vida de la clase; todo lo contrario, el salario y los beneficios sociales han sido desmejorados, el empleo precario se ha incrementado.
La agudización de la crisis capitalista, obligará a la clase obrera de Venezuela, a luchar contra el estado, tal como lo han hecho los trabajadores petroleros, de la salud o de la educación. De esta manera, posicionado en su terreno de clase, el proletariado podrá salir de la trampa de la polarización política que lo mantiene maniatado, e incorporarse en la lucha del proletariado mundial por la construcción del verdadero socialismo.
Esperamos haber respondido a tus inquietudes.
La CCI.
19-11-07
[1] Venezuela tiene la mayor inflación de la región, con un promedio cercano al 20% anual en los últimos 3 años.
[2] En un reciente “Aló, Presidente”, show dominical que anima el propio Chávez, éste se vio en la necesidad de criticar a los “revolucionarios” que se desviven por vehículos Hummer (que sobrepasan los 100 millones de $), y consumen Whisky de 18 años de envejecimiento. Lo que no dice Chávez, es que él hace uso a discreción para él, familiares y allegados, de los altos ingresos petroleros. La “revolución bolivariana”, que se levantó como abanderada de la lucha contra la corrupción, toma baño en sus aguas.
El 25 de Junio de 2.007, murió Cajo Brendel a los 91 años de edad. Era el último de los representantes de los Comunistas de los Consejos holandeses. Cajo era un amigo y un compañero de lucha que defendía vigorosamente sus posiciones y además, era jovial y cariñoso con su entorno político y personal. Con ocasión de su 90 cumpleaños publicamos un artículo en nuestra prensa en holandés (ver Wereldrevolutie nº 107) pero, en el presente artículo queremos volver con más detalle sobre su vida y la relación que mantuvimos con él.
Cajo definía a la CCI como una corriente que se reclamaba de “posiciones atrasadas” como las del KAPD (Partido Obrero Comunista de Alemania) al comienzo de la década de 1.920, posiciones que en su opinión habían sido superadas por las del GIC (Grupo de los Comunistas Internacionalistas) y, por ejemplo, en 1.981 durante un debate público en Ámsterdam calificó de forma inequívoca nuestra posición sobre la decadencia como un “humbug” (engañabobos). Pero, debe quedar claro que ante todo Cajo era un internacionalista persistente y convencido, posición que compartíamos profundamente con él, razón por la que siempre le hemos guardado una profunda admiración y respeto. Siempre hemos tenido puntos de vista diferentes sobre diferentes cuestiones, entre ellas sobre los sindicatos, que según Cajo fueron “capitalistas” desde sus orígenes y también, sobre la cuestión nacional; según él a mediados del siglo XX se podían desarrollar “revoluciones burguesas”, entre las que incluía tanto la guerra civil en España en 1.936, como los cambios producidos en China bajo el gobierno de Mao Tse-Tung, e incluso la revolución proletaria de Octubre 1.917-1.923 en Rusia.
Si la actividad política era para su amigo Jaap Meulenkamp un “hobby de inspiración social” para Cajo, era mucho más que eso: una profunda convicción en la que se implicaba infatigablemente y que intentaba transmitir a otros por la fuerza de sus argumentos. Aunque junto con Otto Rühle defendió la idea de que “la revolución no es un asunto de partido”, esto jamás le impidió defender campañas en defensa de posiciones de la Izquierda Comunista, ni negar la notoriedad de estas posiciones en diferentes continentes. En numerosas ocasiones desarrollamos debates y polémicas apasionadas con él a partir de Mayo de 1.968 en París. Pero, mientras que otros compañeros del grupo Daad en Gedatche, como el citado Jaap Meulenkamp, rechazaban por “principio” debatir con organizaciones o grupos que se presentaran como la “vanguardia política” del proletariado, Cajo participó en 1.973 en múltiples Conferencias en Termonde y Langdorp en Bélgica junto al Communistenbond Spartacus, de la misma forma que lo hicieron los grupos que un año más tarde formarían la sección en Bélgica de la CCI y, además, estos debates tuvieron un eco importante en el grupo Daad en Gedatche entre 1.973 y 1.975.
Cajo nació en La Haya el 2 de Octubre de 1.915. Descendiente como él mismo decía de una “familia pequeño-burguesa” que sufrió grandes dificultades tras la crisis mundial de 1.929, muy pronto se interesó por las cuestiones sociales. Inicialmente fue simpatizante del trotskysmo pero, tras un debate con David Wijnkoop convertido en estalinista, entró en contacto con dos obreros de La Haya, Arie y Gees y poco después con Stientje. Todos ellos fueron miembros veteranos del Partido Obrero Comunista de los Paises Bajos (KAPN) y formaron en aquella época la sección de La Haya del GIC (Grupo de Comunistas Internacionalistas). En 1.933 comenzaron la publicación del periódico De Radencommunist (El Comunismo de Consejos). Con 19 años Cajo debatió durante meses, casi prácticamente a diario, hasta que en Septiembre de ese año adhirió a las posiciones del grupo. En alguna ocasión Cajo nos comentó que este período fue como “pasar directamente de la guardería a la Universidad”. Por medio de estos compañeros entro en contacto con la sección de Ámsterdam del GIC en la que Henk Canne Meijer y Jan Appel jugaban un papel muy importante además de tener una relación directa con Antón Pannekoek. En la misma época la influencia de escritores como Paul Mattick y Karl Korsch fue destacada en el joven Cajo que en aquellos terribles años de crisis siendo joven y pobre, señalo que su juventud en La Haya estuvo “plena de color”. En 1.935, tras la separación del GIC de los grupos de Leiden, La Haya y Groningen por considerarlo demasiado “teórico”, Cajo publicó con el grupo de La Haya el periódico Proletariër y, entre 1.937-1.938 el Proletarische Beschiuwingen (Consideraciones Proletarias). Entre finales de 1.938 y 1.939 escribió cada semana un artículo para el periódico anarquista De Vrije Socialist ( El Socialista Libre) de Gerhard Rijnders, a quién el marxismo de Cajo no planteaba ningún problema. Movilizado al Ejército en 1.940, Cajo difundió un panfleto internacionalista entre los soldados sin encontrar apenas eco alguno. Tras su traslado a Berlín como prisionero de guerra, volvió a los Países Bajos de forma clandestina. Tras la guerra trabajó como periodista en Utrecht, siendo esta época a nivel personal la más tranquila y feliz de su vida. En 1.952, Cajo se afilió al Communistenbond Spartacus, del que formaba parte de la redacción. En este mismo año conoció personalmente a Antón Pannekoek. En los doce años siguientes, escribió un gran número de artículos y folletos como por ejemplo De Opstand der arbeiders in Oost-Duistland (La resistencia obrera en Alemania del Este) y Lessen uit de Parijse Commune (Lecciones de la Comuna de París), ambos en 1.953. Durante el conflicto que vivió el grupo en 1.964, crisis que supuso la exclusión de algunos miembros del grupo como Theo Maassen antes excluido también del GIC, Cajo adoptó una actitud conciliadora en lugar de partir voluntariamente aunque, finalmente se unió al grupo escindido que publicó a partir de 1.965 el periódico Daad en Gedatche “consagrado a los problemas de la lucha obrera autónoma”.
La “consagración” política de Cajo llega cuando publicó Antón Pannekoek, Teoretikus vans het socialismo (Pannekoek, teórico del socialismo) en 1.970, un libro que tuvo una gran influencia en los Países Bajos en una generación de militantes en búsqueda de posiciones marxistas y que, en 2.001 se publicó en alemán con el título Pannekoek, Denker der revolución. En 1.970 existía un cierto interés a escala internacional por las posiciones de la Izquierda Comunista. En 1.974, año en el que murió Theo Maassen, apareció el libro Stellingen over Chinese Revolutie (Tesis sobre la revolución en China), y este mismo año también vio la luz el folleto en alemán Autonome Klassenkämpfe in England 1.945-1.972, texto que publicó en versión en francés y que le obligo a pasar varios meses en País de Gales entre los mineros. De gran interés es igualmente su voluminosa obra Revolutie en contrarevolutie in Spanje (Revolución y contrarrevolución en España), desgraciadamente aún no traducida del holandés. Cajo era políglota y a pesar de que la mayor parte de sus obras están editadas en holandés, también publico textos en alemán, inglés y francés y, sus obras han sido traducidas a más lenguas en muchos casos. Por ello, su influencia internacional creció en aquella época, pero especialmente relevante fue esta dimensión en su trabajo a través de sus contribuciones a la revista Echanges et Mouvements, editada en francés e inglés y, a su participación en las Conferencias Internacionales, como la de París en 1.978.
En 1.981 se organizo una conferencia de grupos internacionalista en Ámsterdam y, a pesar de que Daad en Gedatche decidió no participar como grupo las contribuciones de Cajo y Jaap fueron importantes y repercutidas por un miembro del grupo que participó a título personal. Igualmente en 1.981, durante la huelga de masas en Polonia, Cajo defendió ante una sala repleta de público que la línea de demarcación en tal situación “no se encuentra entre el Estado polaco de un lado y de los obreros y Solidaridad de otro, sino entre el Estado polaco y el sindicato Solidaridad y de otro parte los obreros”, punto sobre el que nosotros estábamos completamente de acuerdo. En 1.983, durante la presentación del libro Blaffende bonden bijten niet (Los sindicatos que ladran no muerden), lleno de citas de las publicaciones de la CCI, Cajo defendió ardientemente ante un publico hostil de elementos de la extrema izquierda del capital que la acusación de que se hacía “el juego a la Derecha” estaba totalmente injustificada, argumentando el interés mutuo entre la Derecha patronal y los sindicatos. Evidentemente, nosotros apoyamos el contenido de su intervención.
En 1.987, se produjo un hecho que evidenció una vez más que Cajo era ante todo un internacionalista convencido. Más o menos por error, la CCI y sus simpatizantes fueron invitados a participar en una Conferencia del grupo Daad en Gedatche. Nuestra delegación defendió la necesidad de colocar en el orden del día de la citada Conferencia la cuestión del internacionalismo proletario. Nos quedamos sorprendidos al comprobar que Cajo y Jaap tuvieron que defender junto a nosotros de forma enérgica este principio frente a todos los “jóvenes” del grupo favorables a defender el antifascismo y a un paso de tomar a cargo la defensa de la democracia burguesa. Publicamos en aquella época un resumen de la citada Conferencia en nuestra prensa señalando que esta cuestión de primera importancia se había convertido en secundaria para este grupo y que de seguir en esa dinámica la publicación caería en el academicismo periodístico más extremo y, probablemente, entrarían en un camino que los llevaría a la desaparición. Cajo y Jaap habían defendido siempre la necesidad de defender intransigentemente el internacionalismo y la denuncia de los campos fascista, estalinista y democrático con la misma fuerza; pero, parece ser que en el seno del grupo no estuvieron en condiciones de transmitir esta posición a la nueva generación. Los más jóvenes comenzaron a retirarse de la actividad política, tendencia que se vio agravada por el hundimiento del bloque del Este en 1.989 y, que les hizo rechazar todo lo que tuviera que ver con el marxismo.
En 1.990, con ocasión del 25º aniversario del grupo, apareció una “retrospectiva” que resumía el contexto y las posiciones de Daad en Gedatche. Pero muy al contrario de los perseguido, esta iniciativa no atrajo ni nuevos lectores y menos aún nuevos colaboradores. Lo que vimos ocurrir en 1.981 en el interior del Communistenbond Spartacus, es decir, que los “jóvenes” querían abandonar mientras que los “viejos” deseaban continuar, se repitió diez años más tarde en Daad en Gedatche. En 1.991, tras el hundimiento del bloque del Este, invitamos a Cajo para debatir con nosotros el Manifiesto de nuestro 9º Congreso a propósito del hundimiento del bloque del Este y del estalinismo, manifiesto publicado en siete lenguas. Intentamos que presentara una introducción a partir de este tema para una reunión Pública de la CCI. Estaba especialmente emocionado y conmovido al señalar “...Estoy totalmente en desacuerdo con vosotros, pero considero que es extraordinariamente importante que un documento de este tipo se difunda a escala internacional...”. En 1.992 adoptó la misma actitud cuando le pedimos de ayudarnos a publicar en holandés nuestro libro sobre la Izquierda Holandesa “...el único estudio que trata este asunto en su totalidad...”, libro para el que nos prestó una cantidad enorme de información y documentos, al tiempo que señalaba estar en desacuerdo con muchos de los puntos desarrollados en el libro. La publicación de la revista de Daad en Gedatche continuó hasta Julio de 1.997 con cada vez menos redactores y colaboradores. La estructura de una organización de grupo, en realidad de un círculo de amigos, hacía cada vez más difícil su cohesión. Tras la enfermedad y la muerte de Jaap, Cajo se encontró solo para asumir esta tarea. El llamamiento que realizamos para no abandonar la edición de la publicación puesto que significaría un enorme empobrecimiento para la difusión de las posiciones de la Izquierda Holandesa no obtuvo ninguna respuesta. En aquellos momentos escribíamos “....sean los que sean los análisis y posiciones que nos separan, consideramos a esta corriente como una parte fundamental de la herencia histórica del movimiento obrero, corriente que sin duda ha contribuido a su progreso teórico y práctico...” (Wereldrevolutie nº 85, Diciembre 1.998).
En Noviembre de 1.998, Cajo, a la edad de 83 años, dio una serie de Conferencias en Alemania, en las que estuvimos presentes y de las que nos hicimos eco en diferentes publicaciones territoriales (entre otras ver Wereltrevolution nº 92, Wereldrevolutie nº 92 y World Revolution nº 228). En sus actos no menos de 100 personas participaron en los debates. Nuestros camaradas en Alemania estuvieron impresionados por los precisos análisis de Cajo y sus enormes cualidades humanas. A lo largo de toda su vida este compañero dio Conferencias seguidas de animados debates y no solo en Holanda. También lo hizo en Francia, Gran Bretaña y los países escandinavos, Estados Unidos o Rusia y en Australia. En el año 2.000 invitamos a Cajo a una Reunión Pública en Ámsterdam sobre la cuestión “El Comunismo de Consejos: ¿un puente entre marxismo y anarquismo?”. Cajo no vino pero, ante las tentativas de amalgamar la Izquierda Holandesa con el anarquismo, nos escribió para señalar, como recogimos en nuestra prensa “...del método de Marx que aplicaba en todos sus análisis, de todo la dialéctica o real comprensión de lo que es el marxismo, los anarquistas no entienden absolutamente nada...” (Wereldrevolutie nº 91).
Visitamos por última vez a Cajo en 2.005, en su casa, y algunos meses más tarde en la casa de reposo a l que fue trasladado. No nos reconoció pero sabemos que a menudo aún hablaba de sus actividades, incluso si los nombres o lugares comenzaban a escapar de su memoria. Contrariamente a lo que señala alguna prensa anarquista, no murió “en el olvido”: en la institución donde residía estaba bien cuidado y sus hijos se ocupaban de él. Si que es cierto que no recibió muchas visitas de camaradas.
Los archivos de Cajo, una mina de oro de casi seis metros, están ubicados en el Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam. Pero sobre todo, son los más de setenta años en los que Cajo Brendel desarrollo, con todas sus facultades y fuerzas, la mayor parte del tiempo “contra corriente” la lucha por el internacionalismo proletario lo que hacen de él alguien excepcional en la historia de la Izquierda Holandesa, de la cual desgraciadamente ha sido el último representante.
Corriente Comunista Internacional (CCI).
Julio 2007.
Dicen que la economía española va como una moto, dicen que la economía mundial “tira p’alante”. Los gobernantes, los expertos, los economistas, los líderes empresariales y sindicales, nos presentan un “mundo” que no tiene nada que ver con el mundo real que sufrimos todos los días. En su mundo aparecen edificios deslumbrantes, tecnologías maravillosas, resultados económicos “formidables”…
Sin embargo, nuestro mundo, el mundo real, pasan cosas muy diferentes: despidos por doquier, contratos precarios, pensiones cada vez más reducidas y más difíciles de alcanzar, pobreza en aumento, imposibilidad acceder a una vivienda digna, pésimo funcionamiento de una sanidad siempre desbordada, caos en los transportes (por poner un ejemplo sangrante, el desastre de los trenes de cercanías de Barcelona…).
Este “mundo real” es sufrido por los trabajadores del mundo entero, por la inmensa mayoría de la humanidad. Limitándonos únicamente a la plaga de los despidos, recordemos que en Estados Unidos General Motors planea despedir 30.000 compañeros y Ford 10.000; en Alemania, Wolswagen otros 10000; en Alemania-Francia, Airbus 10.000 más con repercusiones probables en España. Estos son unos pocos casos dentro de una lista interminable de despidos que afecta a trabajadores de grandes y pequeñas empresas y de numerosos países.
Los Planes de Salvación de la Empresa: una trampa para acabar imponiendo los despidos
En Delphi, con el acuerdo de la Junta de Andalucía y de los sindicatos, se estableció un Plan Industrial que, a cambio de sacrificios importantes de los trabajadores, “garantizaría el empleo como mínimo hasta el 2010”. Fue el enésimo Plan de Salvación de la Empresa similar al de SEAT, astilleros y tantos otros.
El mecanismo es siempre el mismo: los gobernantes, la patronal y los sindicatos, nos proponen “Salvar la Empresa”. Para ello nos piden sacrificios (bajarnos los salarios, trabajar más horas, aceptar prejubiliaciones y despidos “voluntarios”) para tener un “Plan de Futuro”. Delphi es la enésima demostración de que esas promesas son únicamente papel mojado. Sacrificarse hoy lleva a más y peores sacrificios y el resultado final son los DESPIDOS MASIVOS.
En Alemania tenemos el mismo caso: en 2003 en Wolswagen Patronal y Sindicatos acordaron una plan draconiano (trabajar 48 horas semanales con 10% menos de sueldo) para “impedir los despidos”. El resultado ha sido que en 2006 y ahora en 2007, la Patronal ha planteado más de 16.000 despidos.
En SEAT en diciembre 2005 dijeron que los 660 despidos que lograron imponer con la complicidad descarada de los sindicatos serían “los últimos”. ¡Han tardado menos de un año para desdecirse y ahora la empresa plantea una nueva tanda de despidos y los sindicatos sólo dicen que son “inoportunos”…!
Hemos de preguntarnos ¿por qué siempre pasa lo mismo? ¿por qué los sacrificios solo traen nuevos sacrificios? ¿adonde vamos a ir a parar? ¿Sirven para algo los “planes de Futuro” que nos plantean patronal, sindicatos y fuerzas políticas? ¿No son esos “planes de futuro” el anzuelo con el cual llevarnos de sacrificio en sacrificio hasta el despido final de toda la plantilla? ¿son esos “planes de futuro” una alternativa realista o lo más realista es comprender que el capitalismo no tiene futuro?
El capitalismo como sistema mundial está en una situación cada vez más crítica. Testimonio de ello es el continuo cierre de empresas productivas, la interminable cascada de despidos, el funcionamiento cada vez más desastroso de las infraestructuras, el hecho de que para amortiguar los golpes de la crisis reduciendo costes trasladen partes importantes de la producción a China, India etc., países convertidos en el taller del mundo a precios de saldo pues allí las condiciones de trabajo son insoportables.
Políticos, sindicalistas y economistas se lamentan de que las multinacionales desmantelen las industrias para llevarlas a China. Pero ¿Cuál es la solución que plantean? Pues ¡aceptar rebajar nuestras condiciones de trabajo y vida hasta ponernos en situación de competir con los precios de China! ¡Ese es el futuro que nos ofrece el capitalismo! ¡Caer al nivel de nuestros compañeros en China que soportan hasta 70 horas de semana laboral, salarios de hambre, sin seguridad social ni pensión garantizada y alojamiento en barracones infectos!
El único futuro es la lucha masiva y solidaria de los trabajadores
El futuro que nos ofrece el capitalismo es la precariedad, el desempleo crónico, la pérdida de las pensiones, una vida de miseria indescriptible y, al mismo tiempo, guerras imperialistas, desastre de las infraestructuras, catástrofes medioambientales, barbarie moral… El futuro que plantea el capitalismo a la humanidad es la barbarie.
La única alternativa que tenemos los trabajadores es la lucha. La lucha masiva y solidaria. La solidaridad es vital. Ante la amenaza de despidos que pende sobre nuestros compañeros y sus familias en Puerto Real, todos los trabajadores debemos discutir en los centros de trabajo, en los barrios, en todo posible lugar de reunión, la necesidad de luchar, de desarrollar la solidaridad, de luchar juntos y unidos.
Hace un año, cuando los obreros de SEAT pararon espontáneamente en solidaridad con sus compañeros amenazados de despido, en una hoja donde pedimos la solidaridad de los demás trabajadores sin distinción de sector, región o raza decíamos «El problema de SEAT no se reduce a los 660 despedidos es un problema de TODA LA PLANTILLA. Pero el problema no es solo de los obreros de SEAT sino de TODOS LOS TRABAJADORES, tanto funcionarios con “puesto asegurado” (¿hasta cuando?) como de la empresa privada, tanto sin papeles como con papeles, tanto de empresas con beneficios como de empresas con pérdidas. ¡Todos estamos o estaremos en la misma situación que los compañeros de SEAT!».
La realidad muestra que TODOS ESTAMOS EN LA SITUACION DE LOS COMPAÑEROS DE DELPHI. Por eso la respuesta es la SOLIDARIDAD DE CLASE de todos los trabajadores, la solidaridad de todos los explotados.
Saludamos el comienzo de la lucha en Delphi y que hayan sido las mujeres y los familiares quienes de forma solidaria hayan tomado la iniciativa con manifestaciones diarias. Saludamos que en la factoría de Airbus y en Bazán se hayan empezado a dar muestras de solidaridad. El 1 de marzo en Cádiz se ha convocado una manifestación. Cuanto más trabajadores vayan a ella, tanto de Cádiz y Puerto Real como de otras regiones, de otras empresas, de otros sectores, MAS FUERZA TENDRAN LOS COMPAÑEROS DE DELPHI Y MAS FUERZA TENDREMOS TODOS.
La solidaridad es una cuestión de vida o muerte que hemos de discutir e impulsar en todas partes.
Solidaridad de clase y falsa solidaridad
Hemos de distinguir la FALSA SOLIDARIDAD, la “solidaridad” del verdugo y de sus cómplices, de la VERDADERA SOLIDARIDAD, que sólo puede ser la SOLIDARIDAD DE TODOS LOS TRABAJADORES, DE TODOS LOS EXPLOTADOS, expresada de forma directa y masiva.
FALSA SOLIDARIDAD es la de la Junta de Andalucía que se rasga las vestiduras porque la empresa “no le ha comunicado nada” cuando le ha dado subvenciones a manos llenas, le ha puesto una alfombra a costa de que los trabajadores rebajaran a tope sus salarios y sus condiciones laborales chantajeándoles con el eterno cuento de “sacrificarse para que se creen puestos de trabajo”.
FALSA SOLIDARIDAD es la del Gobierno PSOE, quien por boca de la Señora Fernández de la Vega, declara solemnemente que « trabaja con la Junta de Andalucía para ayudar en lo posible para que no haya ninguna familia que sufra las consecuencias de un proceso de esta naturaleza», lo que, traducido al lenguaje llano significa: hay que aceptar los despidos (eufemísticamente llamados “el proceso”) y conformarse con algún paño caliente. ¿Qué “solidaridad” podemos esperar de un Gobierno que acaba de subir el tope para tener derecho a pensión de 12 a 15 años y que fue el organizador de los despidos de 2005 en los astilleros?
FALSA SOLIDARIDAD es la de las organizaciones sindicales que en el silencio de los despachos firman todo lo que el Gobierno, la CEOE y los empresarios de turno les ponen sobre la mesa y luego cara la galería “protestan”, “se lamentan”, pero ¿qué alternativa ofrecen? Un nuevo “acuerdo” con nuevos sacrificios para “conservar el empleo”. Acuerdo que consiste en aceptar el despido de bastantes compañeros, la rebaja de las condiciones de los “afortunados” que se quedan y la prolongación de la agonía por un par de años más hasta que la Dirección, implacable y fortalecida por tanta bajada de pantalones, anuncie otra tanda de despidos quizá la definitiva.
FALSA SOLIDARIDAD es la de los partidos (PSOE, PP e IU), la de los alcaldes de la zona, que apelan a la “movilización ciudadana” con la que se quiere diluir y descafeinar una respuesta fuerte, unida y solidaria de los trabajadores.
La verdadera solidaridad está en la lucha masiva e independiente de los trabajadores a la que se pueden y se deben sumar toda la gente oprimida y explotada. Tenemos un ejemplo reciente en Vigo, en mayo 2006, los trabajadores del sector del metal no cayeron en esas trampas de falsa solidaridad y pusieron en práctica la verdadera solidaridad luchando masivamente, acudiendo en manifestaciones a las diferentes factorías, estableciendo el contacto directo y la lucha directa de los obreros mismos. Organizaron diariamente una ASAMBLEA GENERAL abierta a los demás trabajadores y a toda aquella persona que quisiera apoyar y participar en su lucha.
En Delphi se plantea la necesidad de permanecer en la factoría para evitar que cierran las instalaciones a traición, con nocturnidad y alevosía. Pero al mismo tiempo se plantea la necesidad aún más vital de ganar la solidaridad directa de los demás trabajadores, de Bazán, de Airbus, de la bahía de Cádiz…. Para responder a ambas necesidades hay que inspirarse en el ejemplo de los compañeros de Vigo: organizar Asambleas masivas a la puerta de la factoría donde puedan sumarse las mujeres, los familiares, otros trabajadores… todos tienen algo que aportar, todos unidos seremos fuertes para detener los despidos.
Corriente Comunista Internacional 25-2-07
Parece que últimamente en varios foros (también en Indymedia por ej.) hay quien anda interesado en confundir la posición internacionalista de la clase obrera con lo que dice la UCE. Dado el poco “apego” que suscita, lógicamente, la acción de este oscuro grupo político, se entiende que con tal identificación se trata precisamente de desacreditar el internacionalismo proletario. Pues bien, lo que, sin embargo, es bastante evidente es que la UCE tiene mucho más en común con cualquier tipo de nacionalismo (sea de patria grande o de patria chica; ya asentado en un Estado o aspirante a dotarse de tal maquinaria de opresión,…), que con el internacionalismo. Con los primeros comparte la necesidad de banderas, fronteras y patrias, en resumen la nación, a la que ven como salvaguarda de los intereses de los oprimidos y los explotados. Los internacionalistas en cambio defendemos que la patria es el coto privado del capital nacional, que esa amalgama interclasista a la que se llama “pueblo” no es más que el sojuzgamiento de los explotados de tal o cual región del mundo a sus “paisanos” explotadores,… en definitiva que, como señala el texto que abre este hilo, la nación corresponde a la burguesía y el internacionalismo al proletariado revolucionario y la futuro de la humanidad. Se puede ser “patriota” y defender el viejo mundo de banderas y patrias que conduce a la humanidad a la guerra y la destrucción, o se puede ser revolucionario y aspirar a abolir todas las divisiones que atenazan al género humano, para instaurar una verdadera comunidad humana mundial. Se puede ser, insisto, una cosa o la otra, pero no las dos a la vez. O con los “versalleses” o con la Comuna de París; o con Companys y la “Checa” o con Berneri y las barricadas de Mayo 37.
En cambio quien nos identifica con la UCE, aspira a todo lo contrario es decir a darle un barniz “proletario” y “revolucionario” a su patriotismo y para ello invoca el manido documento de Lenin sobre “El derecho de las naciones a la autodeterminación”. Sobre este extremo solo quiero insistir en dos cuestiones:
1.- Que ya es muy vieja la táctica de disfrazar una posición contrarrevolucionaria de principio proletario, recurriendo a tal o cual cita de Marx, o tal o cual texto de Lenin. Tan vieja, tan vieja como los esfuerzos de Stalin por presentar su teoría de la consecución del “socialismo en su sólo país” como quintaesencia del pensamiento “marxista”, cuando fue en realidad la bandera de la contrarrevolución estalinista. Quien lea con un mínimo de atención la trayectoria o los principales documentos de Lenin se dará cuenta que éste fue siempre un revolucionario internacionalista. Por ejemplo cuando ante la 1ª Guerra Mundial, la inmensa mayoría de los “socialistas” traicionaron el internacionalismo y llamaron a la defensa de la patria, Lenin fue de los pocos que defendió la «transformación de la guerra imperialista (es decir entre naciones) en guerra civil (es decir entre proletariado y burguesía)».
2.- No se trata de negar en absoluto la autoría del citado documento de Lenin, que supuso un gran error en una trayectoria internacionalista. Otros internacionalistas como Rosa Luxemburgo supieron entender la razón de ese error (sobre todo tratar de encontrar alivio en la presión que el imperialismo y los blancos ejercían contra la revolución de Octubre proletario), y criticarlo fraternalmente como se critica a un compañero que se equivoca. En todo caso quien demostró tener razón fue la propia Rosa Luxemburgo, y desgraciadamente en todas las “naciones” a las que la Rusia soviética concedió la “autodeterminación”, el proletariado se sometió a la burguesía nacional, y ésta al imperialismo, sumándose (Finlandia, Ucrania, etc,..) a la guerra contra los “rojos”.
La experiencia de aquellos años sirvió precisamente para dividir a los “socialpatriotas” que invocando “la paz y el socialismo” llevaban a los trabajadores al sacrificio en el altar del imperialismo y la defensa de la patria, de los verdaderos revolucionarios que se mantuvieron fieles al internacionalismo.
La aplicación de la “ley del ISSSTE”, en tanto contempla un incremento a las cotizaciones, una ampliación a los años de servicio laboral para tener posibilidad de jubilación, una limitación a la cobertura médica e incluso una reducción a los montos (de por si ya precarios) por jubilación, representa una reducción de los salarios y una ampliación de la explotación. Aunado a esto, los incrementos de precios de las mercancías que forman la canasta de consumo de los trabajadores, hacen ver que la magnitud que toma la crisis capitalista obliga a la burguesía a imponer programas económicos cada vez más agresivos; esas medidas han abierto el descontento de los trabajadores y, aunque con dificultades, ya empiezan a manifestar su combatividad. La magnitud de la crisis al expresarse en mayores ataques contra los trabajadores hace ver que toda aquella campaña escandalosa que se hizo por motivo de las elecciones presidenciales (y posterior a ella), en la que no se escatimaron recursos para imponer la idea entre los trabajadores que no hay más salida que la democracia y las instituciones del Estado, no son sino montañas de mentiras. Los aumentos en los precios, la “ley del ISSSTE”, los despidos y los incrementos de los ritmos de trabajo, hacen ver que los partidos tanto de derecha (PRI-PAN) como los de izquierda (PRD-PT), lo mismo que los procesos electorales, las instituciones y la democracia, son instrumentos del capital para asegurar su dominio y proteger las ganancias a costa del incremento de la miseria de millones de trabajadores.
Ese descontento que empieza a percibirse, trata de ser sometido o desviado, para lograrlo la clase dominante viene creando toda una campaña de desinformación, buscando que los trabajadores acepten mansamente las medidas e incluso las aplaudan como mejoras que ofrece el gobierno, para ello, hace uso del mejor instrumento para sabotear y controlar el descontento entre los trabajadores: el sindicato.
El descontento presente entre los trabajadores ha sido tomado en consideración por la burguesía, por eso pretende provocar mediante las acciones de su gobierno, además de confusión, un ambiente de miedo. Así, las pugnas presentes al interno de la clase dominante, (expresadas en la superficie como una pelea entre gobierno y grupos de narcotráfico) que ha desembocado en asesinatos y sanguinarios ajustes de cuentas, son aprovechadas por la burguesía para enviar un mensaje de advertencia e intimidación. El uso de la soldadesca para patrullar las ciudades e incluso tomar poblaciones (todo ello con la cobertura televisiva), no sólo lleva como objetivo reordenar el narcotráfico, sino amedrentar a los asalariados que van tomando conciencia de que la explotación, la miseria y la represión es el verdadero rostro del capitalismo. En ese mismo sentido es que la provocación que montó con los pobladores de Atenco, la sigue utilizando ahora como amenaza; el haber decretado 67 años de prisión en contra de líderes de los campesinos que en mayo-2006 fueron involucrados en una provocación, forma parte de ese escenario.
Ante el ambiente de miedo que viene creando, la clase trabajadora debe de tener claro que su fuerza se encuentra en su accionar masivo, pero sobre todo en su práctica conciente. Justamente la expresión de esa conciencia debe manifestarse en llevar a la reflexión las lecciones que dejan los acontecimientos de Atenco y de las acciones del APPO en Oaxaca (2006), y que consiste en reconocer que las provocaciones que el aparato de izquierda del capital y los mismos cuerpos de represión tienden, son con el fin de dispersar el coraje real existente entre los explotados y oprimidos, aislarlo y facilitar su derrota.
Es por ello fundamental que los trabajadores estén alertas y no permitan la provocación, que es tan peligrosa como las trampas que de forma más directa lanza el sindicato, ambas circunstancias tienen como objetivo someter el descontento alimentado por la degradación de las condiciones de vida que se sufre, y transformar toda combatividad en manifestaciones inofensivas que culminen, como sucedió con las movilizaciones de los trabajadores del IMSS en 2005: engordando las estructuras del Estado, al involucrarlos lo mismo en los procesos electoreros (de apoyo a Obrador) que en la búsqueda de la democratización del sindicato (encumbrando a nuevos liderzuelos para darle credibilidad al mismo instrumento que comanda su derrota).
La clase dominante no escatimará esfuerzos para hacer pasar sus medidas draconianas. El aplazamiento de la elevación de precios de la tortilla de maíz hasta el mes de agosto (cuando había anunciado lo haría a partir de mayo), muestra que el Estado es capaz incluso de “castigar” temporalmente a un grupo de capitalistas (como en este caso a los “maseros”) con el fin de impedir que asalariados de otros sectores tomen conciencia de que estos ataques afectan no sólo al grupo de trabajadores del “sector público”, sino es todo un encadenamiento de medidas que pretenden abaratar la fuerza de trabajo e intentar con ello relanzar la acumulación capitalista. Esta coordinación impuesta por el Estado, es fundamental para la clase dominante en tanto le facilita la actuación de los sindicatos y el aparato de izquierda en el control y sabotaje de la combatividad.
La estructura sindical es sin duda el mejor instrumento con que cuenta el capital para someter a los trabajadores, y la práctica que estos han llevado en el transcurso de este proceso lo evidencia: el mecanismo “más simple” que se usó, sobre todo al momento de la aprobación de la nueva ley, fue la de extender la mentira y la desinformación sobre lo que ésta representa. Pese a ello, el descontento se ha ido extendiendo y generalizando, lo que ha hecho necesario que la burguesía diseñe nuevas trampas para evitar que prosiga la dinámica de clarificación y combatividad.
Así, mientras el sindicato “oficial” busca abiertamente impedir la movilización, el sindicato “democrático” usando métodos más sutiles, se preocupa por impedir se dé la discusión y reflexión masiva, fingiendo llamados a movilizaciones, paros e incluso creando comités de huelga, en los que asegure su control total
El paro de actividades del 2 de mayo puso en claro que los trabajadores sienten desconfianza del sindicato. Esto fue muy evidente en sectores de la UNAM, donde el sindicato (STUNAM) se oponía abiertamente a su realización, pero cuando nota que el descontento tendía a desbordarse, procura evitar que se realicen Asambleas Generales (con presencia de trabajadores, maestros y estudiantes), convocando a expresarse en urnas, y aunque los trabajadores exponen su decisión de parar, evita así discusiones y reflexiones colectivas, porque son en estos encuentros donde se puede definir algo más que una decisión de parar o no; se encuentra la posibilidad de que se reconozcan como parte de un colectivo con intereses comunes y con capacidad de tomar en sus manos las decisiones y orientaciones de la movilización.
De forma similar la estructura sindical del magisterio (CNTE-SNTE) se ha adelantado a crear el comité nacional de huelga, sin embargo éste no está sustentado en ninguna Asamblea de masas, fue tan sólo una creación del mismo sindicato, logrando así apropiarse del control de las movilizaciones. Aunado a ello, el llamado de los sindicatos para ampararse jurídicamente contra la ley, se ha convertido en una importante trampa (sin hablar del gran negocio que representa para algunos), no sólo porque hace creer que usando las leyes de la misma burguesía es posible enfrentar al sistema, sino porque hace del descontento una expresión pasiva y mansa, a la vez que presenta a la agresión económica encabezada con esta ley, como un problema a enfrentar individualmente (aún si el amparo fuera “colectivo” como lo proponen algunos “radicales”), alentando así a la dispersión y la actuación egoísta. La experiencia de los trabajadores del IMSS en 2005, muestra que esperanzarse en la aceptación del amparo y demás juegos jurídicos, no lleva sino a la desactivación de la movilización.
Estas acciones del sindicato van secundadas por las estructuras de izquierda del capital que, lo mismo promueven la creación de coordinadoras sindicales y frentes, que actúan para desviar el descontento hacia consignas falsas, ya sea la democracia, la defensa de la nación, del petróleo o de la energía eléctrica… Tal como lo hicieron en Oaxaca con la APPO, en la que el descontento de los maestros se sometió a los designios de fracciones de la burguesía en pugna, y terminó esterilizado, implorando democracia y destitución al gobernador Ulises Ruiz, diversas agrupaciones de la izquierda del capital (entre otras, el PRD-CND y El Militante) pretenden que la combatividad de los asalariados quede ahogada en la impugnación al gobierno de Calderón, en un apoyo a Obrador y una defensa de la economía nacional. Este giro que buscan, aunque lo presentan como una acción radical, no es sino una manera de fortalecer la idea de que el capitalismo podría mejorar si tan sólo se quita a un “mal” gobernante, al tiempo que hacen que quede en el olvido la defensa que los trabajadores vienen haciendo de sus condiciones de vida.
Por eso, ante las trampas que el sindicato y el aparato de izquierda del capital preparan, los explotados no tienen más arma que la organización en Asambleas Generales masivas y abiertas en las que discutan y reflexionen sus problemas, pero también en las que tomen decisiones colectivas… es la única forma que impedirá que se lleven a cabo acciones de división, aislamiento o provocación.
La desconfianza que los trabajadores han mostrado hacia el sindicato pretende utilizarse por la propia burguesía para lanzar al relevo el “nuevo sindicalismo”, e incluso usando a trabajadores honestos, hartos del accionar tramposo y maniobrero del sindicato, son involucrados en una pretendida transformación de estas estructuras, aunque en realidad, aún sin desearlo, terminan fortaleciendo este instrumento de dominio.
Un discurso que se viene repitiendo continuamente entre las filas de los trabajadores, es que se debe de aprovechar este momento para “quitar” las carteras sindicales a las planillas dominantes y poner a “representantes honestos y combativos”, sin embargo el sindicato ha dejado de ser un arma de los trabajadores, es ya un engrane más de la maquinaria de dominio del capital, por lo que es imposible transformarlos, por el contrario los trabajadores en su combate contra el capital tiene forzosamente que enfrentar al sindicato.
La forma más efectiva para combatir el dominio sindical y su accionar de sabotaje, es haciendo uso de la fuerza de la masas concientes mediante Asambleas Generales.
Los paros o la misma huelga son acciones que los trabajadores deben de decidir en colectivo, pero aún más, esta reflexión y estas decisiones deben extenderse. El sindicato (sea oficial, “independiente”, “democrático” o “de base”) en sus llamados a la desmovilización e incluso con sus convocatorias a movilizarse, pretende capturar el descontento de los asalariados. Por eso no deben esperar al llamado sindical para movilizarse y los montajes sindicales, deben ser transformadas en acciones combativas: cada día de paro debe usarse para informar y discutir, empujar a todos los trabajadores a la reflexión, no importa si no están afiliados al ISSSTE o si son desempleados... pero eso sólo es posible si las Asambleas Generales toman en sus manos el control del movimiento y lo extienden… el sindicato espera someter el descontento con acciones que aíslen, cansen y desmoralicen, como los plantones o cierres de calles, ante ello, los trabajadores deben impulsar las Asambleas Generales y extender con brigadas informativas la reflexión y la movilización, se tiene que explicar que el golpe es en contra de las condiciones de vida de TODOS los trabajadores, por lo que no se tiene otro camino que el de la lucha.
17-mayo-2007
El domingo 11 de noviembre en un vagón del metro en Madrid un individuo perteneciente a bandas neonazis asesinó a Carlos, un joven de 16 años, e hirió a otro. El crimen se cometió en el marco de una convocatoria de un oscuro grupúsculo fascista –Democracia Nacional- a la que respondió una manifestación antifascista de unos 200 jóvenes.
Expresamos nuestro dolor ante la muerte de este joven. Sentimos una profunda solidaridad por su familia, destrozada por el crimen. Nos indigna este cobarde asesinato. Las ideologías fascistas y racistas, que han puesto en la mano del asesino el machete que ha segado la vida del joven Carlos, son un agregado de las ideologías más reaccionarias que ha ido segregando el capitalismo en sus casi 500 años de historia. Se han erigido en el catalizador de los sentimientos más irracionales de odio y búsqueda de chivos expiatorios.
En los 30 y 40, en regimenes como el de Franco, el fascismo recibió del capital un mandato de gobierno y lo ejerció con un terror y una barbarie que sus rivales demócratas y estalinistas se encargan a todas horas de recordar. Hoy, el fascismo, alejado del gobierno, sirve de cauce para respuestas irracionales y xenófobas a contradicciones del capitalismo tales como el desempleo, la emigración o la inseguridad. Frente a estas, esa ideología propugna el racismo, el encierro en lo identitario y el nacionalismo más extremo… Las ideologías fascistas, neo nazis, populistas, expresan de manera brutal y descarada el proceso de descomposición del capitalismo:
- «el aumento constante de la criminalidad, de la inseguridad, de la violencia urbana ;
- el aumento del nihilismo, del suicidio de los jóvenes, de la desesperanza, como así lo expresaba el "no future" de las revueltas urbanas en Gran Bretaña, del odio y de la xenofobia que animan a "skinheads" y "hooligans", para quienes los encuentros deportivos son una ocasión de desahogarse y sembrar el terror ;
- la imparable marea de la drogadicción, fenómeno hoy de masas, poderosa causa de la corrupción de los Estados y de los organismos financieros, que afecta a todas las partes del mundo y, en especial, a la juventud, un fenómeno que expresa cada vez menos la huida hacia mundos quiméricos, que se parece cada día más a la locura y al suicidio ;
- la profusión de sectas, el resurgir del espíritu religioso, incluidos algunos países avanzados, el rechazo hacia un pensamiento racional, coherente, construido, incluso en algunos ámbitos "científicos", y que ocupa en los media un lugar preponderante gracias a la embrutecedora publicidad y a sus emisiones estúpidas ;
- la invasión en esos mismos media del espectáculo de la violencia, del horror, de la sangre y de las matanzas, incluso en programas para niños ;
- la nulidad y la venalidad de la mayoría de las producciones "artísticas", literarias, musicales, de pintura y arquitectura, que no saben sino expresar la angustia, la desesperación, el estallido del pensamiento, la nada ;
- el "cada cual a lo suyo", la marginalización, la atomización de los individuos, la destrucción de las relaciones familiares, la exclusión de los ancianos, la aniquilación de lo afectivo y su sustitución por la pornografía, el deporte comercializado y mediatizado, las concentraciones de masas de jóvenes en plena histeria colectiva a modo de canción y baile, sustituto siniestro de una solidaridad y de unos lazos sociales totalmente ausentes.
Todas esas manifestaciones de la putrefacción social que, hoy, a una escala desconocida en la historia, invaden por todos sus poros a la sociedad humana, expresan no sólo la dislocación de la sociedad burguesa, sino y sobre todo la destrucción de todo principio de vida colectiva en el seno de una sociedad sin el menor proyecto, la menor perspectiva, incluso a corto plazo, incluso la más ilusoria» (Tesis sobre la descomposición del capitalismo[1])
La raíz del odio, de la xenofobia, de la exaltación nacional, no está en ideología fascista –ni tampoco en cualquier otra ideología- sino que pertenece enteramente al sistema capitalista en su conjunto y a todas las fuerzas políticas que lo defienden –sean fascistas, de derechas, de izquierda o de extrema izquierda-. Todas ellas fomentan esas expresiones de barbarie y crimen, unos de forma descarada –el fascismo-, otros de forma hipócrita y taimada –los que se presentan como demócratas y antifascistas.
El nacionalismo patrimonio común de todas las fracciones e ideologías del Capital
Se suele atribuir a los fascistas el monopolio del nacionalismo. Es una falacia total. Los demócratas y antifascistas del PSOE son quienes han organizado la histeria nacionalista, auténtica provocación al capital marroquí, desatada con la visita real a Ceuta y Melilla. Son ellos quienes desarrollan una campaña ensordecedora de exaltación nacional con toda la propaganda que tiene como coletilla “Gobierno de España”. Los dos grandes partidos democráticos – PP y PSOE-, apoyados discretamente por todos los demás, desarrollan una sobrepuja nacionalista sin precedentes intentando enrolarnos en la defensa de España. Los cachorros fascistas encuentran en ellos su fuente de inspiración. ¿No es acaso Rajoy quién azuza los miedos y los odios “a lo extranjero” cuando dice que «hay por ahí gentes que quieren el mal de los españoles»?
A la exaltación nacionalista española le corresponde la histeria nacionalista pro-catalana y pro-vasca desatada por partidos como Esquerra, Convergencia, PNV, Batasuna etc. Unos propiciando el nacionalismo gran español, otros lanzando el nacionalismo vasco y catalán, todos quieren atarnos a un clima de encierro en la “comunidad nacional”, de defensa de “lo nuestro”, de exclusión de “los otros”, de temor y odio a “lo extranjero”. Se pretende distinguir entre un nacionalismo “democrático” y “abierto” y un nacionalismo cerrado y excluyente. Es una diferencia falsa y demagógica. Todo nacionalismo lleva en sí mismo y por si mismo a la exclusión, al odio hacia el extranjero, a los sentimientos irracionales de victimismo y de buscar en “los otros” el chivo expiatorio a quien atribuir las propias desgracias.
Todas las ideologías y fracciones del Capital llevan al racismo y la xenofobia
Los grupúsculos nazis dirigen su odio a los emigrantes. Sobre ellos descargan los peores actos de barbarie como pudo verse con el video protagonizado sádicamente por un descerebrado catalán con una emigrante ecuatoriana.
Las autoridades y partidos democráticos “se indignan” con esas crueles gamberradas pero son precisamente ellas las que tratan a los emigrantes como ganado devolviéndolos a sus países de origen en inmundos aviones de carga. Fue precisamente el demócrata y antifascista ZP quien en 2005 organizó el asesinato de 5 emigrantes en las fronteras de Ceuta y Melilla. Es el gobierno del “diálogo” de ZP quien encarga el trabajo sucio de perseguir a los emigrantes a gobiernos como el de Marruecos o Senegal. Son los demócratas y antifascistas del PSOE y de IU los que desde las autonomías o ayuntamientos que gobiernan consienten en que se contraten a emigrantes sin contrato legal, obligados a trabajar de sol a sol por sueldos miserables y hacinados en chabolas, casas abandonados o, sencillamente, a la intemperie.
Los fascistas protagonizan los insultos y las agresiones a los emigrantes, los demócratas de izquierda y de derecha organizan su selección y explotación feroz encargando a terceros –entre ellos las propias bandas de matones fascistas- los trabajos sucios y sórdidos. Los fascistas vociferan, los demócratas actúan.
Todas las fracciones del capital tienen las manos manchadas de sangre
Se suele atribuir únicamente al fascismo la represión o la guerra. Se resalta barbarie represiva del franquismo o se hace hincapié en las peores expresiones de la barbarie guerrera de los nazis. Sin embargo, se echa un tupido velo sobre la salvaje represión ejercida por los demócratas y sobre las atrocidades protagonizadas por éstos en las innumerables guerras que golpean a la humanidad.
Con esta hábil manipulación se falsea la verdad histórica ofreciéndonos a cambio una “memoria histórica” selectiva y deformada. Pero, al mismo tiempo, se oculta la comprensión de la cuestión esencial: es todo el capitalismo, en todas sus fracciones, quien es culpable de la represión y la guerra. Es el Estado Capitalista en todas sus formas –tanto dictatoriales como democráticas- quien tiene la responsabilidad de los más horrendos crímenes contra la humanidad.
Respecto a la represión ¿hay que recordar que la “muy democrática” y “muy antifascista” República española solamente en su primer año, entre abril y diciembre de 1931, asesinó a más de 500 obreros en la represión de las luchas de trabajadores, jornaleros y campesinos? ¿Hay que recordar que el gobierno socialdemócrata alemán ahogó en sangre la tentativa revolucionaria del proletariado entre 1918-23 causando más de 100 mil muertos? ¿Hay que recordar que numerosos jerarcas del nazismo empezaron su carrera dentro de los Cuerpos Francos organizados por la socialdemocracia y los sindicatos para reprimir la revolución proletaria? ¿Hay que recordar que Franco fue uno de los encargados por la República para reprimir la insurrección obrera de Asturias en octubre de 1934? ¿Es preciso señalar que Pinochet fue un servidor del gobierno democrático de Allende y que éste hizo que fuera aplaudido por las masas en una concentración delante del Palacio de la Moneda?
En cuanto a las guerras, sí los nazis tienen sus campos de concentración, los demócratas tienen en su haber el cruel bombardeo de Dresde que causó en una sola noche 250 mil víctimas inocentes o el lanzamiento de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. ¡No hablemos de las hazañas bélicas de represión y barbarie en Irak, en Afganistán y tantos y tantos lugares!
En nombre del antifascismo nos imponen la explotación y la represión.
Durante el siglo XX, un siglo considerado como el más bárbaro de la historia, el capitalismo ha conseguido mantenerse y sobrevivir encerrando al proletariado en toda clase de falsos dilemas: mundo “libre” versus “comunismo” soviético; democracia o dictadura; izquierda o derecha; nacionalismo gran español o nacionalismo vasco o catalán… Su política ha consistido en hacerle elegir entre morir en la horca o morir fusilado, hacerle escoger plato en un menú envenenado, hacerle ir de Herodes a Pilatos.
Durante más de un siglo el capital, especialmente a través de sus fuerzas de “izquierda” ha empujado al proletariado a elegir el “mal menor”: la cantinela ha sido siempre la misma, es cierto que los demócratas no son de fiar pero el mal supremo, el demonio en persona, son los fascistas. En nombre de esta demagogia han hecho tragar las peores barbaries, la más salvaje explotación, las guerras más crueles.
Con estas elecciones trucadas, el Capital ha conseguido que el proletariado perdiera su autonomía de clase, convertirlo en juguete de sus contiendas políticas, transformarlo en carne de cañón de sus guerras.
El dilema más mortal, el que más daño ha hecho al proletariado a lo largo del siglo XX ha sido elegir entre fascismo y antifascismo. En nombre de esa trampa mortal la humanidad entera fue llevada al terrible holocausto constituido por los más de 60 millones de muertos de la 2ª Guerra Mundial. En nombre de ese dilema trucado un millón de muertos fueron inmolados en la bárbara contienda de 1936.
Cada vez que el proletariado toma partido por una de las fracciones del capital (extrema derecha, derecha, izquierda y extrema izquierda), cada vez que pierde su identidad de clase disuelto en la masa interclasista del “pueblo” o del “ciudadano”, el Capital consigue prolongar los sufrimientos, la explotación, la barbarie, que causa su sistema de explotación.
La razón es muy sencilla: sí el proletariado elige campo, sí desaparece como clase en la amalgama del “pueblo” o de la “ciudadanía”, entonces tanto los obreros como el conjunto de la población se convierten en rehenes de las guerras de familia a la que se libran los explotadores. Con ello el capital logra crear un clima social donde toda la población se transforma en una suma de autómatas que vocifera contra el chivo expiatorio que el Capital les señala; se convierten en soldados dispuestos a matar o morir por la Patria, por la democracia, por causas que siempre son las de la explotación capitalista.
El fascismo aspira a disponer de una masa embrutecida, incapaz de pensar, que actúa mediante impulsos irracionales, que atribuye sus males a individuos o categorías sociales convertidas en entes diabólicos. Sin embargo, quien consigue de verdad esos siniestros objetivos son sus compadres demócratas que, envueltos en frases bonitas de tolerancia, democracia y derechos humanos, inoculan de forma taimada y a traición los venenos que agitan de forma descarada sus rivales fascistas.
Solo la lucha independiente del proletariado puede sacarnos del atolladero histórico que representa el capitalismo
La única manera de luchar eficazmente contra el capital es la AUTONOMIA POLITICA del proletariado. Sólo sí este lucha por sus propios intereses, en su propio terreno, podrá crear una relación de fuerzas favorable contra el capital, sólo así podrá unir tras su combate liberador a todas las capas sociales oprimidas y explotadas.
La sociedad capitalista representa la división en naciones mientras que el proletariado representa la unión de toda la humanidad en una comunidad mundial donde las distinciones por raza, religión u origen social sean abolidas. Al nacionalismo –cualquiera que sea la envoltura que se presente- hay que oponer el internacionalismo.
La sociedad capitalista segrega el odio y la exclusión hacia el extranjero, el que es diferente. Solo el proletariado puede establecer una comunidad de seres humanos libres e iguales que trabajan colectivamente para sí mismos. A la división y el enfrentamiento entre seres humanos hay que oponer la fraternidad universal que expresa embrionariamente la lucha de clase del proletariado.
La sociedad capitalista está basada en la competencia entre empresas y naciones lo cual provoca necesariamente el cada uno para si, el quítate tú para que me ponga yo, el que cada hombre sea un lobo para los demás. Sólo el proletariado al unificar a la humanidad en una comunidad donde cada cual aporta lo mejor de si mismo recibiendo la plena satisfacción de sus necesidades, puede abolir las raíces de la barbarie del hombre sobre el hombre. A la competencia y al corporativismo, fuerzas destructoras y disgregadoras, hay que oponer la solidaridad y la unidad que encierran las luchas genuinas del proletariado.
El asesinato de Carlos tiene como raíz el capitalismo y su proceso de descomposición. No hay que mirar el brazo que lo ha ejecutado sino el sistema que lo ha engendrado. Solo la lucha de clase independiente del proletariado contra todas las fracciones del capital, contra el Estado en su conjunto, contra el capital en todas sus expresiones nacionales e ideológicas, podrá extirpar las condiciones que provocan junto con la explotación, la guerra y la barbarie cotidiana, actos como el crimen del metro en Madrid.
Corriente Comunista Internacional 12-11-07
El debate internacionalista sobre las experiencias históricas y actuales de la clase obrera se extiende a países donde nunca se había dado como por ejemplo República Dominicana. Hace 2 meses una delegación de la CCI animó un debate sobre el tema SOCIALISMO Y DECADENCIA DEL CAPITALISMO en dicho país (ver Acción Proletaria nº 197: Debate internacionalista en República Dominicana, /content/2046/debate-internacionalista-en-la-republica-dominicana [116] ). Hace un mes se celebró una reunión pública sobre el mismo tema en Lima - Perú (ver en nuestra Web: Hacia la construcción de un medio de debate y clarificación, https://es.internationalism.org/node/2107 [117] ). Ahora, gracias al esfuerzo y al entusiasmo de los compañeros del núcleo de discusión internacionalista de República Dominicana se ha celebrado una reunión sobre la experiencia de la Revolución Rusa de 1917.
El desarrollo de estas actividades aporta el viento fresco del debate proletario sobre los verdaderos problemas y las verdaderas alternativas de la situación mundial. En lugar de los temas que no conducen a ninguna parte (el nacionalismo, la revancha entre países, las reformas, la intervención del Estado) se empieza a hablar del internacionalismo, de la solidaridad, de las experiencias históricas y actuales de lucha de la clase obrera, de cómo luchar a nivel mundial por el socialismo etc. En lugar de "modelos nacionales de desarrollo" que la experiencia de los últimos 40 años nos ha mostrado que solo desarrollan la miseria, la opresión y la guerra; las discusiones empiezan a girar sobre la dimensión histórica e internacional de los problemas que aquejan a la humanidad, sobre el futuro que nos depara la sociedad capitalista mundial, sobre cómo desarrollar una solidaridad y una conciencia internacional del proletariado para salir del atolladero.
Estos debates internacionalistas no se dan únicamente en América del Sur, también tienen lugar en países tan alejados como Filipinas, India, Corea, Turquía... Poco a poco se van desarrollando las bases de un auténtico debate internacional sobre la lucha del proletariado, el internacionalismo, el combate por la liberación de la humanidad del yugo del capitalismo.
Señalamos a continuación a partir del informe de los compañeros del núcleo de discusión internacional las principales cuestiones que se discutieron.
Los compañeros utilizaron para lanzar la discusión la presentación común a escala internacional que hemos hecho en todas las reuniones públicas celebradas por las diferentes secciones de la CCI y en las que han colaborado simpatizantes en otros países.
Hubo coincidencia con la presentación en señalar que La revolución rusa se da en momento de la Primera guerra mundial, la revolución rusa fue una respuesta a la guerra.[1]
También hubo coincidencia en dos puntos que subrayaron los compañeros:
- la revolución rusa era socialista y no democrático burguesa.
- la base de la revolución fue la acción de la clase obrera agrupada en los Soviet (Consejos Obreros), es decir, la revolución socialista sólo puede ser realizada por los trabajadores mismos y nunca delegando su realización en el Estado a través de líderes "geniales" (la infame tradición de caudillos "socialistas" como Stalin, Castro o, actualmente, Chávez).
Un asistente subrayó que La revolución rusa, propagó al mundo entero los núcleos marxistas, en RD es a través de esa revolución es que llegan los primeros círculos marxistas, Lenin envía a La Vega a 4 rusos a organizar el partido democrático revolucionario dominicano, los cuales forman los primeros núcleo comunistas.
La Revolución Rusa provocó un enorme entusiasmo entre los explotados y oprimidos de todos los rincones del mundo, ello hizo que en todas partes se despertara el interés por las posiciones comunistas. Es evidente que no siempre hubo una total claridad. Así era una confusión, favorecida por los propios errores de los bolcheviques, el pensar que en los países semi coloniales, coloniales o con un insuficiente desarrollo del capitalismo, lo que estaba a la orden del día no era la revolución proletaria sino una revolución democrática burguesa (de ahí el impulsar un partido democrático revolucionario dominicano y no un genuino partido comunista)[2].
Un asistente planteó que La revolución rusa, demostró que en un país atrasado se podía hacer una revolución proletaria, contraria a lo que Marx establecía que en los países desarrollados era que iban a iniciar la revolución proletaria
Se ha repetido muchas veces que Marx se equivocó porque la revolución proletaria triunfó en un país atrasado y no en países desarrollados como Alemania o Gran Bretaña. En realidad, la revolución proletaria no se plantea a partir de la situación de tal o cual país tomado por separado y aisladamente sino a partir de la situación mundial del conjunto del capitalismo.
Con la primera guerra mundial lo que se demostró es que el capitalismo había formado el mercado mundial y había sometido a sus leyes a todos los países. Dentro de ese marco general había una enorme heterogeneidad: había países plenamente capitalistas, otros bajo el yugo colonial o semi colonial, la mayoría arrastraba importantes residuos feudales. Sin embargo, esas realidades nacionales, sin negar su peso, no eran determinantes. Lo determinante era que el capitalismo había llegado a sus límites históricos y que si sobrevivía lo único que causaría serían crisis, guerras y barbarie (como hemos podido comprobar en los últimos 100 años). Por tanto, independientemente de las múltiples y heterogéneas realidades de los distintos países, la evolución mundial del capitalismo llevaba a todos los pueblos de la Tierra a las guerras, la destrucción, la miseria, las hambrunas. Por tanto, la única solución posible era la lucha revolucionaria mundial por la destrucción del capitalismo y la creación de una sociedad nueva, el comunismo.
La Revolución Rusa no surgió en respuesta a las realidades particulares de Rusia (aunque los bolcheviques y los Soviet trataron de tomarlas en cuenta) sino en respuesta a la situación mundial creada por la primera Gran Guerra. Los Soviet y los Bolcheviques concibieron la Revolución Rusa como el primer paso en la lucha por la Revolución Mundial.
Los bolcheviques y los propios Consejos Obreros rusos dejaron bien claro desde el principio que la revolución iniciada en Rusia solo se salvaría si se extendía a los principales países desarrollados y especialmente a Alemania. Fue precisamente el aplastamiento de la tentativa de revolución proletaria en Alemania en 1919-23 (perpetrada por la Socialdemocracia y los Sindicatos) lo que impidió el desarrollo de la revolución mundial y significó la muerte de la revolución en Rusia.
En línea con esto último, los compañeros del núcleo defendieron en la discusión que "Precisamente la tesis del socialismo en un solo país fue el inicio de la derrota de la URSS", de lo que si hizo eco un asistente apoyando que ninguna revolución puede crecer ni sobrevivir sin una frontera solidaria.
Sobre los métodos de la revolución proletaria un asistente dijo que Marx estableció que la forma de llegar al poder es por las armas y no por el voto Precisamente la revolución rusa demostró que a través de los consejos obreros y la violencia de clase es que el proletariado toma el poder.
Sin embargo, la afirmación de otro asistente en el sentido de que No se puede descartar cualquier medio para la toma del poder, resulta ambigua y contradice la anterior.
No es cierto que cualquier medio valga. No valen ni las elecciones ni el parlamento. No vale la lucha guerrillera, la conspiración y el golpe de Estado. No valen el terror ni el terrorismo. Eso son medios propios de la burguesía y totalmente ajenos a la lucha revolucionaria del proletariado.
Frente al voto y el parlamento el proletariado ha desarrollado experiencias basadas en el poder colectivo de los Consejos Obreros.
Frente a las guerrillas y la conspiración el proletariado desarrolla la insurrección armada organizada masivamente por los Consejos Obreros.
No se puede asociar ni amalgamar la violencia colectiva y consciente del proletariado con la violencia minoritaria, ciega y brutal del terror y el terrorismo (se puede ver sobre este último punto el documento "Terror, terrorismo y violencia de clase [118]").
Por tanto hay que rechazar la máxima jesuítica de "el fin justifica los medios". La burguesía -y en general todas las clases explotadoras- utilizan cualquier medio para mantener su explotación y opresión. El proletariado solo puede utilizar medios coherentes con sus fines que son los de la liberación de toda la humanidad.
La última parte de la discusión versó sobre la actualidad y se centró en Chávez. Varios asistentes plantearon que Chávez es antiimperialista por ser antiyanquista, frente a ellos los compañeros del núcleo defendieron que las burguesías tanto de derecha como de izquierda utilizan el descontento contra los EEUU para sacrificar la clase obrera y que Chávez lo que quiere es formar su propio imperio
Rosa Luxemburgo demostró en su obra La Crisis de la Socialdemocracia (se puede encontrar en Internet en español en https://www.marxists.org/espanol/luxem/09El%20folletoJuniusLacrisisdelasocialdemocraciaalemana_0.pdf [119] ) que el imperialismo es un sistema mundial al cual ningún país se puede sustraer. El imperialismo no es una política especial de un país o de un grupo de países sino que todos los países participan en su engranaje. Todo Estado es imperialista.
Cada Estado juega con las armas de que dispone. USA tiene las suyas y opera a escala mundial. Otros Estados tienen ambiciones regionales. Pero no por eso son menos peligrosos o menos enemigos del proletariado y de la humanidad. El imperialismo es una espiral de barbarie que es alimentada por los conflictos, los enfrentamientos, de todos los Estados.
Es un engaño pretender que el capitalismo se caerá por que caiga la potencia imperialista de USA. Hoy USA con su aventura en Irak está muy debilitado pero la barbarie capitalista es desarrollada por él mismo y por todos sus rivales. Irán desarrolla la carrera a la bomba nuclear, en Oriente Medio desde Arabia Saudita hasta Egipto se lanzan a la posesión de armas atómicas, Chávez pretende también dar pasos en esa dirección. Esa brutal carrera hacia la posesión de armas nucleares imitando al Gran Hermano norteamericano es una expresión de barbarie, de puja imperialista y se hace a costa de la miseria y el sufrimiento de la mayoría.
El capitalismo solo puede ser derribado por el proletariado mundial que gane a su lucha a todos los explotados y oprimidos del mundo. Para que el proletariado pueda hacerlo debe defender ante todo su autonomía de clase que quiere decir no elegir campo entre los distintos Estados capitalistas que se pelean entre si y intentan seducir al proletariado para que se sume a su causa haciendo de carne de cañón. Contra todos los bandidos imperialistas el proletariado debe desarrollar su lucha independiente.
En el Foro Comunistas Internacionales[1], una persona que firma Cleto y que se presenta como “compañero adherido a las posiciones del BIPR”[2] ha dirigido una crítica a nuestro artículo Apuntes para una historia de la Izquierda Comunista (Revista Internacional nº 9[3]) que, amablemente, ha colgado el moderador del Foro[4].
En este artículo hacemos una reflexión sobre la primera época del Partido Comunista Internacional en el periodo 1943-48 donde esta organización que se reivindica de la Izquierda Comunista cometió lo que a nuestro juicio son dos graves errores: por una parte, trabar relaciones con los grupos partisanos[5] y, por otro lado, participar en las elecciones del 48 presentando una lista propia[6].
¿Mentiras y distorsiones o un análisis político diferente?
Cleto comienza acusándonos de «distorsiones y mentiras». Sin embargo, al leer su texto comprobamos que confirma completamente todo lo que decimos: reconoce que el PCI participó en los grupos partisanos, reconoce que una parte de la sección de Turín participó en la insurrección que organizó el Comité de Liberación Nacional donde se agrupaban todas las fuerzas burguesas italianas excepto los fascistas que no habían cambiado a tiempo de camisa; reconoce en fin que el PCI participó en las elecciones del 48.
Sí queremos llevar un debate fructífero debemos empezar distinguiendo entre lo que son los hechos y lo que es su interpretación y análisis político. Los hechos son claros y evidentes y Cleto no los puede negar. Otra cosa muy distinta es que él tiene un análisis y una interpretación diferentes. Pero eso no le autoriza a lanzarnos la acusación de “mentir y distorsionar”. ¿O es que no estar de acuerdo con su interpretación significa ser un mentiroso?
¿Es idealismo defender de forma intransigente los principios proletarios?
Entremos en la cuestión de fondo. Cleto afirma que estaríamos cegados por un “idealismo diletante”, que estaríamos encerrados en “fantasías” que nada tendrían que ver con “la lucha de clases verdadera”, viviríamos en un “castillo encantado” lo que nos llevaría a “no entender la dialéctica de los hechos históricos” y a “desacreditar la actividad de quienes interpusieron sus vidas en aras de la militancia comunista”.
Estalinistas y trotskistas suelen justificar sus políticas en nombre del “realismo” y del sacrosanto “estar con las masas”, descalificando toda posición revolucionaria como “infantilismo teórico”. Ellos se presentan como los más comunistas del mundo para añadir a continuación que “se ven obligados” a apoyar todo tipo de guerras imperialistas, de movimientos de “liberación nacional”, todo bando burgués, en suma, “debido a que hay que estar con las masas”.
Ahora bien, lo que es sorprendente es que un argumento de lógica similar proceda de alguien que se reclama de la Izquierda Comunista. En tal caso es necesario poner las cosas en su sitio, porque lo que diferencia radicalmente a la Izquierda Comunista de las corrientes políticas antes mencionadas es precisamente la coherencia entre los principios que se proclaman y las prácticas con los que se defienden.
Cleto se pregunta «Mientras las masas están derramando su sangre guiadas por una perspectiva política engañosa (el frente popular o la Resistencia) ¿Qué deben hacer los comunistas? ¿Deben permanecer cerrados en su círculo y escribir escolásticamente meticulosos análisis sobre los errores de las masas?».
Cuando los obreros toman partido por uno de los bandos en conflicto dentro de una guerra entre fracciones de la burguesía, pierden con ello toda su fuerza, se transforman en peones manejados a placer, dan su sangre por quienes les explotan y oprimen. Ante semejante situación, sólo los principios revolucionarios pueden ayudar a los obreros a recuperar su autonomía como clase y poder luchar con fuerza contra el capitalismo. En 1944-45 aceptar el terreno de la lucha partisana –un movimiento nacionalista e imperialista- so pretexto de “convencer a las masas” era contribuir a que siguieran encerradas en el círculo infernal de la guerra y la explotación capitalista. Solamente el “círculo cerrado” de los “meticulosos análisis” podía ayudar a los obreros a salir del “círculo vicioso” en el que se hallaban atrapados.
En 914, la primera guerra mundial pudo ser desencadenada porque el capitalismo, con el concurso activo de la mayoría de la socialdemocracia y los sindicatos, hizo creer a los obreros que debían aceptar la muerte en el frente y los sacrificios en la retaguardia para defender una causa “justa” de geometría variable. ¡En el bando alemán se trataba de acabar con la barbarie zarista mientras que en el bando aliado –que contaba en sus filas el siniestro régimen del Zar- el objetivo era acabar con la dictadura germánica del Kaiser!.
¿Qué hicieron los revolucionarios? ¿Aceptaron el terreno de la defensa nacional so pretexto de estar con las masas? ¡Rotundamente no! Su batalla fue defender los principios internacionalistas, declararon la guerra a la guerra imperialista, preconizaron la lucha intransigente por la Revolución Proletaria Mundial. La minoría internacionalista (Lenin, Rosa Luxemburgo, Trotski, Bordiga…) “se apartó de las masas”, “permaneció encerrada en su círculo” y escribió “meticulosos análisis” sobre los errores de las masas. Con esa actividad contribuyó a que éstas pudieran salir de su error, ayudó a que fueran encontrando su fuerza, su solidaridad, y, de esta forma preparó las condiciones de la oleada revolucionaria mundial que se inició en 1917.
¿Fue Lenin un idealista?
En abril de 1917 cuando Lenin vuelve a Rusia defendiendo la necesidad de orientar la revolución iniciada en febrero hacia la toma del poder y la lucha por el socialismo, se encuentra con una fuerte oposición por parte del comité central del Partido bolchevique –dirigido en ese momento por Stalin, Kamenev y Molotov- que apoya al Gobierno Provisional, cuyos objetivos declarados son la continuación de la guerra y encerrar la revolución en la camisa de fuerza de la democracia burguesa. En la polémica que se origina en el Partido contra las posiciones de Lenin, Kamenev acusa a éste de “idealismo” y de “separarse de las masas”. Lenin le responde: «El camarada Kamenev contrapone “el partido de las masas” a “un grupo de propagandistas”. Pero las masas se han dejado llevar precisamente ahora por la embriaguez del defensismo “revolucionario”[7]. ¿No será más decoroso también para los internacionalistas saber oponerse en un momento como este a la embriaguez “masiva” que querer seguir con las masas, es decir, contagiarse de la epidemia general? ¿Es que no hemos visto en todos los países beligerantes como se justificaban los chovinistas con el deseo de “seguir con las masas”?¿No es precisamente el trabajo de los propagandistas en el momento actual el punto central para liberar la línea proletaria de la embriaguez defensista y pequeño burguesa masiva?»[8]
En otro documento de la misma época[9], Lenin rebate la manida acusación de idealismo contra su posición arguyendo que «aparentemente esto no es más que una labor de mera propaganda. Pero, en realidad, es la labor revolucionaria más práctica[10], pues imposible impulsar una revolución que se ha estancado, que se ahoga entre frases y se dedica a marcar el paso sin moverse del sitio»
Quizá Cleto piense que Lenin también fue un “idealista”, que “desdeñaba descender a las masas porque no son comunistas puras”. Nosotros pensamos que esa aportación de Lenin es esencial para inspirar la actividad de los revolucionarios. Lenin, en la respuesta a Kamenev antes citada recuerda que «la burguesía se mantiene no solo por los medios de violencia sino también gracias a la falta de conciencia, la rutina, la ignorancia y la falta de organización de las masas».
La clase obrera es la clase portadora del comunismo[11] pero es también una clase explotada que permanece durante la mayor parte del tiempo sometida al imperio de la ideología dominante. Su naturaleza comunista se expresa, entre otros aspectos, en uno muy importante: es capaz de segregar en su seno minorías comunistas que tratan de expresar sus principios y metas así como los medios para alcanzarlos.
Estas minorías no tienen como fin ir corriendo detrás de las masas siguiéndolas en las múltiples y contradictorias situaciones por las que pasan. Hay que estar con el proletariado como clase revolucionaria y no con el “proletariado sociológico” que puede pasar por diferentes estados de conciencia. En el texto antes citado Lenin recordaba que «Antes quedarnos solos, como Liebchneck –y quedarse solos así significa quedarse con el proletariado revolucionario[12]- que abrigar ni por un minuto la idea de una unión con el Comité de Organización[13]»
La clase obrera no es una masa ciega a la que habría que administrar sin que se de cuenta las recetas comunistas. Ese tacticismo pragmático encierra en el fondo una visión manipuladora, un desprecio profundo de la clase obrera. Los obreros no tienen miedo a que se critiquen sus errores. Rosa Luxemburgo decía del proletariado «tan gigantescos como sus problemas son sus errores (…) su vía dolorosa hacia la libertad está jalonada no sólo de sufrimientos inenarrables, sino también de incontables errores. La meta del viaje, la liberación definitiva, depende por entero del proletariado, de sí este aprende de sus propios errores. La autocrítica, la crítica cruel e implacable que va hasta la raíz del mal, es vida y aliento para el proletariado»[14]
¿Cuál fue la postura de nuestros padres políticos?
Cleto menciona la postura de la Izquierda Comunista Italiana ante el Frente Popular y la guerra en España de 1936 diciendo: « El problema que nuestros padres políticos se planteaban –tanto que lo que respecta a España como a la lucha partisana- es lo de siempre la CCI (y sus derivados) no se plantea nunca, porque le es totalmente extraño a su método (idealista) y a su modo de entender la militancia comunista: ¿Cómo hacer para encontrar los principios con las masas en movimiento, dispuestas a una lucha sin cuartel y a los más grandes sacrificios?».
En este pasaje parece dar a entender que Bilan sostuvo la misma postura ante 1936 que la del PCI en 1944-48. ¡Nada más lejos de la realidad!. Se puede consultar nuestro libro 1936: Franco y la República masacran a los trabajadores[15] que tiene como eje los textos de Bilan donde puede comprobarse que siguió una política “idealista” de defensa intransigente de los principios.
Unos años antes, Bilan había polemizado con la Oposición de Izquierdas[16] que también invocaba –como desgraciadamente hicieron en 1948 los “padres políticos” de Cleto- la necesidad de “no aislarse de las masas”. El artículo se titulaba significativamente Los Principios armas de la Revolución y denunciaba que «el militante que expone una posición de principio en una situación dada, se apresura a añadir que esta posición sería válida sí todos los obreros fueran comunistas, que sería muy feliz de poderla aplicar, pero que se ve forzado a tener en cuenta las situaciones concretas y sobre todo la mentalidad de los obreros»[17]. Pone al desnudo los “argumentos” con el que se avala semejante capitulación: «En cada ocasión, el problema se planteará de forma interrogativa: ¿hay en juego una cuestión de principio? Al responder por la negativa habría que dejarse llevar por las sugestiones de la situación, librarse a conjeturas sobre las ventajas que se podría sacar de la lucha pues, en definitiva, tanto Marx como Lenin, por muy intransigentes que hayan sido sobre las cuestiones de principio, ¿no dudaban en arrojarse a la lucha para realizar el mayor número posible de aliados, sin tener en cuenta su naturaleza, sin establecer previamente sí su naturaleza social les permitiría aportar un verdadero apoyo a la lucha revolucionaria?».
Frente a estas posturas, Bilan defiende que: «El partido debe permanecer escrupulosamente fiel a las tesis políticas que ha elaborado, pues si no procede así se prohibirá avanzar en la lucha revolucionaria», concluyendo categóricamente que «para preparar la victoria proletaria actúan a la vez los antagonismos sociales y la obra consciente de las fracciones de izquierda: el proletariado retomará su lucha únicamente sobre la base de sus principios y de su programa».
1948: la regresión del PCI en la cuestión electoral y parlamentaria
Fue la predecesora de la Izquierda Comunista Italiana, la Fracción Comunista Abstencionista, constituida en octubre 1919, la que denunció la mistificación electoral y parlamentaria. Fue uno de sus militantes más destacados –Bordiga- quien hizo aportaciones muy claras sobre esta cuestión[18] y libró una batalla tenaz contra la degeneración de la Internacional Comunista combatiendo uno de sus más graves errores: el “parlamentarismo revolucionario”.
Por ello, constituyó una regresión que en 1948, el Partido Comunista Internacional echara por la borda ese patrimonio y preconizara la participación en la farsa electoral destinada a avalar la configuración política del Estado democrático italiano alrededor de un gobierno basado en la Democracia Cristiana y una oposición constituida por el partido estalinista.
Cleto defiende esta participación con argumentos muy poco convincentes: «!¿Qué decir sobre las elecciones de 1948? Simplemente que fue un intento de insertarse en la gran excitación política en la cual había caído presa el proletariado, para dar a conocer mejor nuestras posiciones, aprovechando el escaparate que ofrecía la propaganda electoral; pero ninguno se ilusionaba en hacer resucitar el parlamentarismo revolucionario: quien diga lo contrario miente o no sabe lo que dice. El partido, en sus manifiestos, en su prensa, invitaba a la abstención, motivándola políticamente y agregaba "si no pueden hacer nada más que votar, entonces voten por nosotros"».
Proponer a las masas abstenerse y votar al mismo tiempo no les aporta la más mínima claridad y lo único que demuestra es la propia confusión del Partido.
Dar como tarea al Partido “insertarse en la gran excitación política en la que había caído presa el proletariado” (una “excitación” creada por la burguesía para que todo el mundo avalara su Estado democrático) confirma todo lo que venimos diciendo: una organización revolucionaria no puede ir a remolque de esa “excitación” sino aportar distancia y conciencia a las masas para ayudarlas a liberarse de ella.
Del mismo modo, Cleto argumenta que habría que “aprovechar el escaparate que ofrecía la propaganda electoral” y proclama arrogantemente que “eso no es parlamentarismo revolucionario” tachando al que diga lo contrario de mentiroso e ignorante. Parece ser que nuestro censor no conoce bien la Resolución sobre “El Partido Comunista y el Parlamento” que adoptó el 2º Congreso de la Internacional Comunista en marzo de 1920 donde se proclamó el “parlamentarismo revolucionario”. En ella se dice que «la participación en las campañas electorales y la propaganda revolucionaria en la tribuna parlamentaria tienen una significación particular para la conquista política de los medios obreros que, al igual que las masas trabajadoras rurales, permanecieron hasta ahora al margen del movimiento revolucionario y de la política»[19] ¿Qué diferencia hay entre esta postura y la que invoca Cleto? ¿Qué diferencia hay entre la postura de Cleto y la que defienden los trotskistas para justificar su participación en el engaño electoral? Sinceramente ninguna.
El argumento sentimental
«Nuestros compañeros entraron en contacto con bandas partisanas, corriendo peligros mortales, por tratar de hacerles entender el error político en el cual habían caído; organizaron y participaron en las huelgas contra la guerra -¡en plena guerra!- y no pocos pagaron con su vida si militancia revolucionaria, puesto que fueron deportados a los campos de exterminio nazi o fueron fusilados. ¿Cómo se permite la CCI externar semejantes aberraciones sobre la dificilísima experiencia de nuestros compañeros?».
Lo que ponemos en causa, en nuestra crítica, no es evidentemente la organización y la participación en las huelgas. Lo que rechazamos categóricamente es la política (púdicamente bautizada por Cleto como “entrar en contacto con los grupos partisanos”) consistente en prácticas el “entrismo” dentro de una organización militar contrarrevolucionaria de la peor especie, constituida directamente bajo el control de los Aliados y, sobre el terreno, del PC y del PS. Una organización militar burguesa que no ofrece ningún terreno propicio para la difusión de los principios y las tácticas revolucionarias pues lo que la distingue del ejército oficial donde los obreros son movilizados a la fuerza es que se basa en el voluntariado. Por ello el heroísmo de los militantes o las persecuciones de los que han sido víctimas, no constituyen ningún argumento a favor de una política. Esta debe ser analizada únicamente a partir del criterio de sí responde a la situación existente y de sí es coherente o no con los principios y los medios de lucha del proletariado. Mezclar las cosas solo sirve para introducir la confusión.
Cleto debería reflexionar sobre el hecho de que los grupos de extrema izquierda del Capital avalan sus políticas de antifascismo, de liberación nacional, de sostén a un bando imperialista, invocando los muertos, los torturados, los detenidos, en esas causas burguesas. La oposición chilena a Pinochet habló largo y tendido de sus muertos y encarcelados. Lo mismo hicieron peronistas, montoneros, trotskistas con los desaparecidos y torturados por la dictadura argentina. Manejaron durante años esa sangre derramada como capital del cual hoy están sacando los réditos para imponer una política de miseria y represión a los obreros y explotados como puede verse con Bachelet y con la pareja Kirchner. El partido estalinista francés se presentaba tras la posguerra de 1945 como “el partido de los 100 mil fusilados”. Con ese chantaje emocional pudo sabotear la huelga de Renault en 1947 proclamando que la “huelga es un arma de los trust”, los 100.000 fusilados fueron utilizados por su jefe de entonces, Maurice Thorez, para pedir a los obreros franceses “que se arremangaran por sacar adelante la economía nacional”.
Los principios armas de la revolución
La burguesía estigmatiza una actitud de defensa intransigente de los principios como fanatismo y fundamentalismo. Ella por el contrario es la clase del pragmatismo, las componendas y la maniobra maquiavélica… La política burguesa se ha convertido en un espectáculo denigrante de alianzas contra natura, donde el ventajismo y las contorsiones ideológicas más delirantes abundan por doquier. Ello ha provocado el aborrecimiento general de la “política”.
El proletariado por el contrario no tiene ninguna necesidad de ocultar –ni de ocultarse a sí mismo- sus principios y los medios de lucha para conseguirlos. Para él no hay contradicción entre sus intereses históricos y sus intereses inmediatos, entre los principios y la lucha cotidiana. La aportación de los revolucionarios es una política clara donde principios y práctica sean coherentes y no se contradigan a cada paso. Para el proletariado lo práctico es la defensa intransigente de sus principios de clase pues son ellos los que le dan una perspectiva para salir del atolladero en que el capitalismo sume a la humanidad, son ellos la guía que orienta sus luchas inmediatas hacia la perspectiva revolucionaria. Como decían nuestros antepasados de Bilan los principios son armas de la revolución.
CCI 28-10-07
ANEXO: TEXTO DE CLETO
Saludos a todos.
Los compañeros adheridos a las posiciones políticas del Buró Internacional por el Partido Revolucionario (BIPR https://www.ibrp.org [121]) están, desde hace tiempo, habituados a las distorsiones, por no decir las mentiras, difundidas por la CCI, sin embargo, en está ocasión he decidido que no se pueden dejar pasar impunemente los comentarios vertidos por la CCI al final de su reseña "Apuntes para una historia de la Izquierda Comunista", publicada en esta lista de discusión el pasado 26 de septiembre. Naturalmente, espero la contrarréplica de la CCI, pero me disculpo con los miembros de esta lista por no haber respondido con anterioridad, dado que no tengo mucho tiempo disponible y el poco que tengo prefiero dedicarlo a la lucha de clases verdadera y no a las fantasías de la CCI. La CCI proyecta hacia el pasado su idealismo diletante, distorsionando la historia, justificando su idealismo característico y, lo peor de todo, desacreditando la actividad de quienes interpusieron sus vidas en aras de la militancia comunista.
Cegada por su idealismo, la CCI no es ni siquiera capaz de leer lo que está escrito claramente y mucho menos de entender la dialéctica de los hechos históricos. ¿Cómo puede decir que nuestros compañeros en 1943-45 tenían la misma posición de la minoría que fue a España? Nuestros compañeros buscaban poner en práctica un marxismo vivo y no un marxismo tipo recetario de cocina, intentando llevar a los partisanos (en gran parte proletarios, convencidos –ilusoriamente- de combatir al nazi-fascismo para preparar la vía de la revolución proletaria) sobre posiciones de clase, por lo que no derramaron su sangre por una causa burguesa; por otro lado, esto lo hicieron en condiciones dificilísimas, cuidándose las espaldas de los fascistas y de los estalinistas. El problema que nuestros padres políticos se planteaban –tanto que lo que respecta a España como a la lucha partisana- es lo de siempre la CCI (y sus derivados) no se plantea nunca, porque le es totalmente extraño a su método (idealista) y a su modo de entender la militancia comunista: ¿Cómo hacer para encontrar los principios con las masas en movimiento, dispuestas a una lucha sin cuartel y a los más grandes sacrificios? Mientras las masas están derramando su sangre guiadas por una perspectiva política engañosa (el frente popular o la Resistencia) ¿Qué deben hacer los comunistas? Deben permanecer cerrados en su círculo y escribir escolásticamente meticulosos análisis sobre los errores de las masas, desdeñando el descender a la lucha porque las masas no son… comunistas puras (y si ya fuesen comunistas, ¿Qué necesidad habría del partido y/o de la simple propaganda… cciísta), o bien deben buscar traducir los principios en acción, a fin de que sean entendidos y asumidos como propios por las masas mismas?
Naturalmente, esto puede comportar errores, pero son los errores de quien vive en la verdadera vida, no en la libresca propia del castillo encantado donde todo es justo porque, por tanto, nunca sería verificado por la realidad.
Nuestros compañeros entraron en contacto con bandas partisanas, corriendo peligros mortales, por tratar de hacerles entender el error político en el cual habían caído; organizaron y participaron en las huelgas contra la guerra -¡en plena guerra!- y no pocos pagaron con su vida si militancia revolucionaria, puesto que fueron deportados a los campos de exterminio nazi o fueron fusilados. ¿Cómo se permite la CCI externar semejantes aberraciones sobre la dificilísima experiencia de nuestros compañeros?
En cuanto a Turín, en abril de 1945, el proletariado participó en la insurrección, y una parte de la sección de Turín participó en la misma, pero en total independencia del CLN (Comitato di Liberazione Nazionale), sin ninguna intención de frentismo o ilusión de condicionar la lucha partisana, además de que la guerra se acercaba a su fin con los aliados tocando las puertas de Turín. ¿Fue un error? Quizá el tipo de error que comete quien vive en la lucha de clases, es decir, ¡el tipo de errores que la CCI! no cometerá nunca!¿Qué decir sobre las elecciones de 1948? Simplemente que fue un intento de insertarse en la gran excitación política en la cual había caído presa el proletariado, para dar a conocer mejor nuestras posiciones, aprovechando el escaparate que ofrecía la propaganda electoral; pero ninguno se ilusionaba en hacer resucitar el parlamentarismo revolucionario: quien diga lo contrario miente o no sabe lo que dice. El partido, en sus manifiestos, en su prensa, invitaba a la abstención, motivándola políticamente y agregaba "si no pueden hacer nada más que votar, entonces voten por nosotros".
[1] Se puede acceder a través de: https://www.yahoo.com/ [122]
[2] Buró Internacional del Partido Revolucionario: www.leftcom.org [123] . Sobre el origen del BIPR y el de nuestra organización y sobre como concibe cada grupo la continuidad con la Izquierda Comunista Italiana se puede consultar: Polémica sobre los orígenes de la CCI y del BIPR en Revista Internacional números 90 y 91. Ver "Polémica: hacia los orígenes de la CCI y del BIPR, I - La Fracción italiana y la Izquierda comunista de Francia [124]" y "Polémica: hacia los orígenes de la CCI y del BIPR, II - La formación del Partito comunista internazionalista [125]".
[3] Ver https://es.internationalism.org/node/2051 [126]
[4] Ver en el Anexo el texto de crítica de Cleto a nuestro artículo
[5] Que eran organizaciones guerrilleras impulsadas por el partido estalinista para hostigar a los ejércitos nazi-fascistas a cuenta del bando rival, el estalinista-democrático.
[6] En la Revista Internacional nº 36-37 publicamos el análisis del 2º Congreso del PCI (1948) que hizo en Internationalisme órgano de la Izquierda Comunista de Francia, nuestro grupo predecesor.
[7] Aclaración por nuestra parte: el “defensivo revolucionario” preconizado abiertamente por mencheviques y social revolucionarios –y sostenido indirectamente por el Comité Central bolchevique- consistió en continuar la participación de Rusia en la guerra imperialista en nombre de que “ahora la situación había cambiado y Rusia tenía una democracia”.
[8] Lenin: Cartas sobre la táctica, página 151 del tomo 31 de sus Obras Completas, edición en español.
[9] Las tareas del proletariado en nuestra revolución (más conocido como Tesis de Abril). En Obras Escogidas tomo 2 página 50 de la edición en español.
[10] Subrayado en el original
[11] Lo que no quiere decir que todos los obreros tengan que declararse “comunistas puros” y que para hacer posible la revolución cada uno de ellos tenga que adoctrinarse en el “comunismo”.
[12] Subrayado en el original
[13] Centro organizador del partido menchevique
[14] Rosa Luxemburgo Obras Escogidas tomo II página 62 edición española.
[15] Hemos sacado una cuarta edición. Se puede encontrar en formato electrónico en /cci/200602/539/espana-1936-franco-y-la-republica-masacran-al-proletariado [127]
[16] Que daría finalmente lugar en su degeneración a lo que se ha llamado la corriente “trotskista”.
[17] Ver Bilan nº 5: Los principios armas de la revolución.
[18] Ver, por ejemplo, El Principio Democrático.
[19] Ver el libro Los Cuatro Primeros Congresos de la Internacional Comunista tomo I página 178 edición española.
Muchas corrientes que reivindican la lucha por el comunismo asumen sin reservas una postura de defensa del nacionalismo y por tanto de la patria. Otras intentan disimular la cuestión en nombre de una lucha en defensa de la independencia y contra el imperialismo. ¿Será que estas dos orientaciones –lucha por el comunismo y defensa de la patria- se complementan a nivel teórico y práctico y se fortalecen mutuamente o, por el contrario, se excluyen? En la historia de la lucha revolucionaria por su emancipación, el proletariado ya confrontó esta cuestión y le costó mucho la falta de claridad frente al nacionalismo.
Esta breve toma de posición fue motivada por la discusión con elementos que mostrando un interés por nuestra perspectiva, reivindicaban al mismo tiempo el nacionalismo.[1] Consideramos necesario poner claramente en evidencia frente a ellos cómo, a lo largo de la historia, la burguesía utilizó el nacionalismo para corromper la conciencia del proletariado y llevarlos así a la derrota. De igual modo, esta crítica considera también a otros pretendidos internacionalistas, como los trotskistas.
Un documento que, desde el punto de vista teórico, fundó la perspectiva del comunismo y que tiene todavía completa validez en muchos de sus aspectos, el Manifiesto Comunista de Marx y Engels de 1848, es claro sobre esta cuestión cuando afirma: “Los proletarios no tienen patria” y cuando concluye con la consigna: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”. No es nada casual que el llamamiento inaugural de la AIT de 1864 contenga la misma consigna.[2]
Por su situación, el proletariado en cada país tiene la obligación de desarrollar su lucha en el lugar en que trabaja y vive. Pero no por ello tiene que defender cualquier reivindicación que coincida con el interés nacional de tal o cual país en particular. “Por la forma y no así por su contenido, la lucha del proletariado comienza por ser una lucha nacional. El proletariado de cada uno de los países tiene naturalmente que comenzar resolviendo los problemas frente a su propia burguesía” (Manifiesto Comunista). Estas frases fueron escritas en un momento en que las interpelaciones internacionales eran mucho menos desarrolladas que hoy en día. Eso significa que no perdieron validez, sino al contrario.
La escena de la revolución mundial. A pesar de diversas divergencias entre ellos, Rosa Luxemburgo y Lenin estaban totalmente en sintonía al considerar el carácter decisivo de la extensión de la revolución rusa: “… la revolución rusa sólo ha confirmado la enseñanza fundamental de toda gran revolución cuya ley vital se formula así: se debe avanzar rápido y resueltamente, derribar con mano férrea todos los obstáculos, y definir sus objetivos siempre altos, si no quiere ser devuelta rápidamente a su frágil punto de partida y quedar abatida por la contrarrevolución (…) El futuro de la revolución en Rusia dependía íntegramente de los acontecimientos internacionales. Al haber apostado decididamente a la revolución mundial del proletariado, los bolcheviques suministran la flamante prueba de su inteligencia política, de su solidez en cuanto a los principios, de la audacia de su política” (Rosa Luxemburgo, La revolución rusa; retraducido del portugués – subrayado nuestro.)
La revolución –la lucha del proletariado mundial contra la burguesía mundial- al extenderse hacia nuevos países deberá de manera prioritaria abolir las fronteras nacionales, dando fin así a la división del mundo entre naciones.
El comunismo, la construcción de la comunidad humana mundial, que significa necesariamente el fin de la división del mundo entre clases sociales, solo puede realizarse a escala mundial, pues las relaciones sociales de producción, que se basan en la explotación del trabajo asalariado, no pueden ser abolidas más que a esta escala.
Dado que el socialismo sólo se puede construir a escala mundial y no en cada país de manera separada, la lucha por el comunismo y la defensa del proyecto de la revolución proletaria son, en nuestra época, totalmente antagónicos con cualquier tarea de defensa de la nación y de la patria, por parte del proletariado.
De ahí resulta que cualquier pretensión de cambiar las relaciones sociales de producción en el ámbito de un país constituye una auto-mistificación, es decir, una tentativa de engañar al proletariado. La revolución rusa ilustró trágicamente esta realidad. En la Rusia soviética aislada no había posibilidad alguna de construir el socialismo. Sólo el peor representante de la contrarrevolución, el estalinismo, podía afirmar lo contrario con su teoría del socialismo en un solo país. Este aislamiento condenó al estado que surgió después de la revolución a degenerar y a convertirse en vanguardia de la contrarrevolución mundial.
Es por eso que el desarrollo del sentimiento nacionalista es totalmente antagónico al desarrollo de la conciencia en la clase obrera de las necesidades de su proyecto revolucionario.
Siguiendo lo expuesto resumidamente, la defensa de la patria y la perspectiva de la revolución proletaria mundial son antagonistas. Además, de manera práctica, la propaganda nacionalista constituye uno de los peores venenos ideológicos para someter al proletariado a los intereses de la burguesía.
La burguesía mundial está dividida en fracciones nacionales que entran en concurrencia económica e imperialista. Son las necesidades de esta concurrencia, cada vez más agudas provocadas por el agravamiento de la crisis, las que obligan a intensificar la explotación del proletariado por parte de la burguesía. Para conseguir la adhesión de los proletarios a estas necesidades, para hacerlos aceptar los sacrificios, la burguesía intenta inyectar el nacionalismo en las filas obreras.
El sacrificio supremo del proletariado a las necesidades del capitalismo se presenta cuando es alistado tras las banderas nacionales en las guerras imperialistas, en las cuales llega al grado de tolerar el dar su propia vida para una causa que no es la suya.
De este modo, podemos decir que el nacionalismo es una de las formas ideológicas más peligrosas de la dominación de la burguesía sobre la sociedad.
Los ejemplos más dramáticos de esto los constituyen las dos guerras mundiales en las cuales el proletariado existía sólo como carne de cañón incapaz de oponer su propia perspectiva a la barbarie de la burguesía. Hoy en día, si la burguesía lograra arrastrar a los principales batallones del proletariado mundial al nacionalismo y en la defensa de la patria, significaría el hundimiento de la humanidad, sin posibilidad de retorno, en una barbarie que implicaría probablemente su regresión trágica y quizás su desaparición. Es por ello que la primera responsabilidad de una organización que reivindica el proyecto histórico del proletariado es la defensa intransigente del internacionalismo y la denuncia, sin treguas, de cualquier forma de nacionalismo.
Terminamos esta ilustración de la nocividad del nacionalismo con un ejemplo del peligro del nacionalismo de las “naciones oprimidas” en las filas obreras: el caso de Polonia y del proletariado polaco en dos momentos sucesivos y diferentes de su historia. La independencia de Polonia contra la opresión zarista era una de las reivindicaciones centrales de las 1ª y 2ª internacionales. Sin embargo, desde finales del siglo XIX, Rosa Luxemburgo y sus camaradas polacos cuestionaron esta reivindicación poniendo en evidencia, de manera notable, que la reivindicación de los socialistas amenazaba con debilitar al proletariado de este país. La realidad comprobó eso. En 1905, el proletariado polaco había constituido la vanguardia de la revolución contra el régimen zarista. Sin embargo, en 1917 y después no mantuvo esa dinámica, por el contrario: el medio más importante encontrado por las burguesías inglesa y francesa para paralizar y derrotar al proletariado polaco fue el de conceder la independencia de Polonia. Los obreros de este país fueron así arrastrados por un torbellino nacionalista que los llevó a dar la espalda a la revolución que se estaba desarrollando del otro lado de la frontera oriental, e incluso, hasta el enrolamiento de algunos de ellos en las tropas que combatieron esta revolución. El hecho de que la mayoría de los obreros polacos hayan seguido las banderas nacionalistas después de 1917 tuvo trágicas consecuencias. Su no-participación, e incluso su hostilidad frente a ella, impidieron la conexión geográfica de la revolución rusa y la revolución alemana. Si esa conjunción hubiera acontecido, es probable que la revolución mundial habría sido capaz de vencer, preservando así a la humanidad de toda la barbarie del siglo XX que continúa hasta hoy.
Por su reivindicación abierta de su proyecto nacionalista, incompatible con el programa de la revolución comunista, las corrientes que reivindican el nacional-comunismo, el nacional socialismo, el nacional-bolchevismo nunca constituirán organizaciones revolucionarias proletarias. Nadie iría a contradecir eso considerando al nacional-socialismo; pues fue muy evidente el papel de defensa del capital nacional que el NSDAP (Partido Obrero Nacional Socialista Alemán – partido nazista de Hitler) asumió contra la clase obrera de Alemania antes y después de haber sido llamado a asumir la dirección del Estado burgués. Volveremos al asunto del nacional-bolchevismo, el más “izquierdista” y “obrero” de los partidos nacionales, después de haber examinado el caso de otras organizaciones proclamadas “obreras” e incluso “revolucionarias” o “comunistas” en relación a la cuestión del nacionalismo y del internacionalismo.
Se trata de organizaciones que fueron obreras e internacionalistas antes de convertirse en órganos del Estado capitalista:
La traición de la socialdemocracia frente a la guerra de 1914 constituyó un evento de mayor importancia porque, por primera vez, en esta circunstancia, organizaciones que se reclamaban del socialismo, e inclusive de Marx y Engels se encontraban en lados distintos de las barricadas:
Este método empleado por Lenin y Rosa Luxemburgo durante la Primera Guerra mundial, es implacable en cuanto a la caracterización de los partidos de la clase obrera que, de la misma manera que la socialdemocracia en 1814 y bajo pretextos diversos, traicionaron el internacionalismo en el transcurso de otros conflictos imperialistas. Todos estos partidos se convirtieron en partidos al servicio del orden burgués:
Solamente un análisis no materialista donde la Segunda Guerra mundial sería diferente de la Primera, es decir, no imperialista y el producto de una “lucha entre el bien y el mal”, puede permitirse negar esta caracterización de las corrientes y partidos comunistas, anarquistas oficiales y trotskistas que “pasaron definitivamente al campo de la burguesía”. Toda la actuación de éstos desde entonces confirmó ampliamente esta realidad, y ninguno demostró el carácter no imperialista de la Segunda Guerra mundial.
Los argumentos que los trotskistas utilizaron en la Segunda Guerra mundial, como en todos los conflictos que acontecieron después, apoyando tal o cual campo contra el otro,[4] son fundamentalmente del mismo tipo que los de los socialpatriotas de la Primera Guerra mundial, o sea, aquellos sectores de la socialdemocracia “socialistas de palabra y chovinistas en los hechos” (Lenin) que tanto ayudaron a la burguesía alistando al proletariado en la matanza mundial.
A pesar de ser considerados muchas veces como parte de campos diferentes, e incluso opuestos, al grado de combatirse, todas las fracciones nacionalistas convergen finalmente en la defensa del capital nacional. Ilustraremos eso a través de algunos episodios escogidos y significativos que tuvieron lugar entre la Primera Guerra mundial y los años 30.
El primer político que tuvo la osadía de reivindicar abiertamente el internacionalismo y la defensa de la patria, no fue un nacional-socialista o un nacional-comunista, sino un miembro eminente de la Socialdemocracia alemana, es decir, situado entre el ala derecha —abiertamente reformista y social-chovinista— y el ala izquierda marxista. Fue el centrista Kautsky [5] (el centro era tan peligroso como la derecha social-chovinista del partido, como decía Lenin) que, para justificar su traición al internacionalismo proletario en la Primera Guerra mundial, declaraba ser:
Todos los socialchovinistas fueron defensores del capital y de la burguesía nacionales en la guerra imperialista y estandartes para la guerra contra los intereses de clase del proletariado.
Pero no fueron los únicos.
Durante la Guerra, los nacional-bolcheviques, que se hacían llamar «comunistas de izquierda» distribuían en Hamburgo folletos anti-semitas contra la dirección de Spartacus (el grupo encabezado por Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, Die Internationale, que recibió el nombre de Spartacusbund en 1916) a causa de su postura internacionalista.
Los nacional-bolcheviques ingresaron al KAPD (Partido Obrero Comunista de Alemania) en el momento de su formación en abril de 1920, que siguió a la exclusión de la mayoría de los miembros del KPD (Partido Comunista de Alemania, fundado en diciembre de 1918) por la dirección de éste. Fue un error enorme por parte del KAPD haber aceptado la presencia de los nacional-bolcheviques en su seno y finalmente fueron expulsados poco después. Pero no fue ése el fin del nacional-bolchevismo y del nacionalismo, más bien lo contrario.
Aunque la IC (Internacional Comunista) se hubiese dividido frente a la exclusión de los nacional-bolcheviques, su actitud en relación al nacional-bolchevismo comenzó a cambiar con su dinámica oportunista incluyendo concesiones cada vez mayores e importantes al nacionalismo. Esta política fue prolongada en Alemania por el KPD totalmente oportunista y por Radek, el representante de la IC en Alemania. Con la finalidad de servir, no a la lucha internacional por el comunismo, sino a la defensa del Estado ruso que cada vez tenía menos que ver con la dictadura del proletariado, Radek promovió la necesidad del apoyo, por parte del KPD, de una política nacionalista: “La Unión Soviética está en una situación peligrosa. Todas las tareas deben ser sometidas a la defensa de la Unión Soviética, pues, siguiendo este análisis, un movimiento revolucionario en Alemania sería peligroso y debilitaría los intereses de la Unión Soviética”. Haciendo eco a esta declaración, Die Rote Fahne, el periódico del KPD escribe en abril de 1923: “…hoy, el nacional-bolchevismo significa que todo está impregnado del sentimiento de que los únicos que pueden salvarnos son los comunistas. Hoy día somos la única salida. La gran insistencia en la nación, en Alemania, es un acto revolucionario como lo es la insistencia sobre la nación en las colonias» (Traducción nuestra, subrayado por nosotros). Los ejemplos se pueden multiplicar. Ahora es Talheimer (secretario general del KPD) quien declara el 18 de Abril en Die Internationale: «La tarea principal de la revolución proletaria sigue siendo no solo liberar a Alemania, sino terminar la obra de Bismarck integrando a Austria en el Reich. El proletariado tiene que cumplir esta tarea aliándose con la pequeña burguesía» (traducción y subrayado nuestros).
Quién puede negar la semejanza con el discurso nacional-socialista de Hitler. De cierto modo, esta política del KPD constituyó el trampolín para que un gran número de obreros embriagados por el nacionalismo ingresaran al partido nazi. El KAPD, refiriéndose al KPD, señalaba que: “hizo de la demagogia un principio, y sólo fue superado por el maestro de la demagogia: Hitler”. El resultado de eso fue que “una gran proporción de los defensores del KPD pasaran a ser adeptos de Hitler” (Folleto del KAPD, El movimiento de la industria capitalista, 1932).
Después de todo eso, cómo sorprenderse por este pasaje del Manifiesto por la salvación de Italia y la reconciliación del pueblo italiano, redactado por la propia mano del propio Palmiro Togliatti (secretario del Partido Comunista Italiano) y aprobado en septiembre de 1936 por el comité central de ese partido y publicado en Lo Stato Operario nº 8, del año 1936: “Nosotros, comunistas, adoptamos el programa fascista de 1919, programa de paz, de libertad y de defensa de los intereses obreros. Camisas Negras y Veteranos del África, llamamos a ustedes para unirnos en este programa. Proclamamos que estamos listos para combatir a su lado, Fascistas de la Vieja Guardia y Juventud Fascista, para realizar el programa fascista de 1919.”
Podríamos multiplicar los ejemplos, en varios países, de la convergencia entre el estalinismo y el fascismo, unidos por el nacionalismo. Pero sería un error pensar que el nacionalismo fue exclusivo de estas corrientes políticas. En realidad todos los sectores de la burguesía, incluida la democrática, utilizan el veneno del nacionalismo para arrastrar al proletariado a la guerra.
Ahora sólo queda elegir con toda conciencia de los perjuicios causados por el nacionalismo en la historia de la lucha de clases contra la causa revolucionaria: internacionalismo sin concesión alguna o patriotismo.
CCI
Traducido de: https://pt.internationalism.org/icconline/2007_nacionalismo_Internacionalismo.htm [129]
[2] Tenemos que señalar, sin embargo, que en el siglo XIX los revolucionarios apoyaron algunos movimientos de liberación nacional con la condición de que estos pudieran favorecer el desenvolvimiento de las fuerzas productivas –con el proletariado en primer lugar-, y acelerar así la maduración de las condiciones objetivas de la revolución.
[3] La precisión de “oficial” es necesaria para identificar a aquellas corrientes del anarquismo que reivindican o pretextan la participación en la guerra imperialista, en la central de Madrid y de Cataluña, pues existen corrientes del anarquismo que las condenan.
[4] Vale la pena señalar a qué nivel no solamente de traición sino también de absurdo conduce esta problemática trotskista que consiste en buscar siempre, en cada conflicto, un campo que no sea imperialista para apoyarlo. Un ejemplo de esto fue dado en la reciente guerra en los Balcanes (1998-99) cuando una parte de las organizaciones trotskistas apoyaron al UCK (Frente de liberación de Kosovo), por ser perseguido por Serbia, mientras otra parte de estas organizaciones apoyó a Serbia debido a los remanentes de una economía estatizada y planificada (calificados como “adquisiciones obreras”) que aún subsistían en ese país.
[5] Llamado el papa del marxismo antes de su traición por su notoriedad internacional sobre las cuestiones teóricas del marxismo.
A finales de octubre y principios de noviembre el huracán Noel ha afectado duramente a República Dominicana, Haití y otros países del Caribe. En República Dominicana un tercio de la población se quedó sin servicio eléctrico durante 2 días, murieron 85 personas según el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), que elevó a 48 los desaparecidos[1], unas 60000 personas perdieron su casa debido a inundaciones y deslizamientos de tierra, se perdió el 95% de la cosecha de plátano, prácticamente la totalidad de la de tomates, de otros rubros e igualmente se ha producido como consecuencia una epidemia de leptopirosis.
A primera vista podemos decir que estamos ante una desgracia provocada por la madre naturaleza. Es verdad que los huracanes forman parte de ciclos naturales frente a los cuales poco alcanza la mano del hombre. Sin embargo, debemos analizar más a fondo el problema:
q No se toman medidas de prevención y de preparación de la población siendo así que los organismos científicos tienen muy estudiados estos fenómenos y pueden predecirlos con bastante antelación con lo que los gobiernos podrían fácilmente alertar a la población y tomar una serie de medidas de protección. Todo esto no se hace y el culpable es el Estado Capitalista tanto en República Dominicana como en Estados Unidos donde cuando ocurrió la catástrofe del huracán Katrina la población fue abandonada a su suerte. En el caso de Republica Dominicana, a sabiendas del fenómeno, las autoridades han dado prioridad a las labores propagandistas electorales
q La mayoría de la población habita viviendas totalmente frágiles que sucumben fácilmente a los efectos de inundaciones, corrimientos de tierra, velocidad del viento etc. Aquí vemos la consecuencia de la pobreza, de los salarios de hambre, de los depauperados ingresos de los campesinos. Es decir, los efectos del sistema social capitalista.
q Muchos edificios de viviendas están ubicados en zonas muy vulnerables (pantanosas, avenidas de los ríos, llanuras desprotegidas). Esto es debido a que las empresas y los organismos públicos solo se preocupan de la obtención de pingues beneficios sin tener en cuenta para nada las necesidades auténticas de la población. Estos dislates son pues consecuencia de la especulación urbanística.
q Las ayudas a las personas damnificadas o no les llegan o llegan en muy pequeñas cantidades y, a menudo, en objetos que no les hacen falta. ¿Por qué se produce esto? Porque hay instituciones y responsables estatales que se embolsan parte de las ayudas o desvían hacia el mercado productos que tienen una fácil venta (o la utilizan para promoverse haciendo los repartos y así concitar el favor electoral) dejando únicamente para los repartos aquellos que están caducados o estropeados.
q Las infraestructuras (puentes, presas, equipamiento frente a huracanes, servicios de socorro y prevención) están cada vez más abandonadas. El Estado se gasta cada vez menos en su mantenimiento y reposición por lo que muchas están averiadas o son inservibles. El resultado es que se agravan de manera considerable los efectos de huracanes, terremotos etc., golpeando sobre todo a la población trabajadora.
q Pero hay un fenómeno que cada vez es más grave y al cual se refieren con más frecuencia los periódicos, la TV, los políticos: el cambio climático. Este problema ha sido provocado por el capitalismo, debido a que es un sistema social dividido en Estados nacionales y en empresas que compiten a muerte entre ellos. Esta competencia provoca una tendencia a la producción a toda costa sin tener en cuenta para nada los efectos sobre el clima, la contaminación, la destrucción de bosques y recursos naturales etc. Las consecuencias son cada vez más evidentes y agravan considerablemente los efectos destructivos de los huracanes que azotan regularmente las tierras del Caribe.
Finalmente, cabe preguntarse: ¿cómo es posible que tantos recursos científicos y tecnológicos se dediquen a la guerra, a la industria, al funcionamiento burocrático del Estado y en cambio apenas se dediquen recursos a aquello que pudiera hacer la vida más fácil y humana o pudiera evitar efectos como los que anualmente provocan los huracanes?
La respuesta a esta última pregunta es clara: el sistema capitalista tiene sus prioridades que son la guerra, la producción y el Estado. Su última prioridad son los seres humanos, su vida, la satisfacción de sus necesidades.
Además, sí vemos los hechos recientes una pregunta salta a la vista ¿por qué se están multiplicando los desastres, las catástrofes etc., causando miles y miles de víctimas, provocando terribles desgracias a muchos trabajadores y campesinos? Contemporáneo a los sufrimientos de los trabajadores y campesinos dominicanos, sus hermanos en Tabasco (México) o en Bangla Desh sufrían también los efectos de graves catástrofes. Hoy esos desastres no se limitan a tales o cuales países sino que afectan con brutalidad a las poblaciones de todos los países, sean estos países “ricos” o países “pobres”. Por solo poner un ejemplo, el huracán Noel ha afectado a las poblaciones del Caribe al mismo tiempo que se estaban terminando los graves efectos del incendio en California y éste a su vez ha sucedido a las desgracias ocasionadas por los terremotos en Perú o en Chile.
Ahí la respuesta que se puede dar con toda seriedad es la decadencia y la descomposición del sistema capitalista que está cada vez más acogotado por la crisis, por las guerras, por la putrefacción de sus relaciones sociales, por abandono de las infraestructuras, por los efectos incontrolables que su sed insaciable de beneficios provocan en el equilibrio natural.
Una conclusión se desprende: no estamos ante desgracias “naturales” ni ante la mala suerte, sino ante las consecuencias de un sistema inhumano y decadente.
Sólo luchando unidos a escala internacional, los trabajadores y todos los oprimidos del mundo entero, nos podremos liberar de tales consecuencias y empezar a organizar una sociedad nueva donde podamos empezar a vivir humanamente.
19-11-07
Corriente Comunista Internacional
(Con la colaboración del Núcleo de Discusión Internacionalista en República Dominicana)
[1] De todas maneras el total de víctimas es mayor. Se oculta la cifra real de víctimas para así ocultar la ineficacia del Estado Capitalista.
Vamos a celebrar en todos los países donde hay presencia organizada de la Corriente Comunista Internacional así como en otros países donde simpatizantes próximos se han ofrecido a hacerlo, REUNIONES PUBLICAS simultáneas sobre la Revolución en Rusia 1917.
La burguesía de derecha -secundada por sectores del anarquismo- denigra la Revolución Rusa presentándola como un vulgar golpe de Estado bolchevique. Por su parte, la burguesía de izquierdas la ensalza y -en sectores estalinistas y otros- la presenta como el modelo a seguir.
Para el proletariado se trata de romper con ambas visiones que falsifican cínicamente el legado y las lecciones de la Revolución Rusa. El proletariado no mira jamás sus experiencias ni con el desprecio denigrador ni con la exaltación ciega, las analiza críticamente, con espíritu de avanzar y sacar lecciones. Rosa Luxemburgo decía del proletariado: «tan gigantescos como sus problemas son sus errores. Ningún plan firmemente elaborado, ningún ritual ortodoxo válido para todos los tiempos le muestra el camino a seguir. La experiencia histórica es su único maestro, su vía dolorosa hacia la libertad está jalonada no solo de sufrimientos inenarrables sino de también de incontables errores. La meta del viaje, la liberación definitiva, depende por entero del proletariado, de sí este aprende de sus propios errores. La autocrítica, la crítica cruel e implacable que va hasta la raíz del mal, es vida y aliento para el proletariado».
Con ese espíritu deseamos realizar estas reuniones: para que haya un debate que vaya hasta el fondo de lo que pasó en 1917, que saque lecciones, que ponga al descubierto tanto los puntos fuertes como las debilidades y errores que llevaron aquella experiencia a su derrota. Solo de esta forma podremos contribuir a ir preparando las armas para el éxito de nuevos intentos revolucionarios.
Os invitamos a acudir a las reuniones. También invitamos a quien no pueda acudir a que envíe sus contribuciones para que las leamos en el curso de la reunión. A este respecto adjuntamos la presentación común con la que vamos a introducir el debate.
Igualmente si alguien desea organizar en su país o en su ciudad una Reunión Pública sobre la experiencia rusa nos puede contactar por si desea nuestra colaboración.
Se puede igualmente impulsar un debate en los foros de Internet para lo que os animamos a colgar esta presentación así como las contribuciones que nos vayan llegando y que daremos a conocer.
TEXTO DE LA INTRODUCCION A LA DISCUSION
Estimados asistentes:
La presentación se propone aportar algunos elementos para desarrollar un debate. Este es el objetivo más importante que podemos pretender de las reuniones públicas que estamos celebrando simultáneamente en los países donde está presente la CCI y el mejor homenaje que podemos hacer a la Revolución de 1917.
La fuerza principal de esta Revolución fue un gigantesco debate de masas. Miles y miles de obreros, de campesinos, de jóvenes, de mujeres, participaron ávidamente, de forma cotidiana, en discusiones apasionadas: el centro fueron los Soviet (Consejos Obreros) pero a su alrededor el debate floreció en cualquier sitio: en los centros de trabajo, en la calle, en teatros y circos, en los tranvías... Los libros, los folletos, los manifiestos, circulaban por Rusia en cantidades jamás vistas. Este debate permitió a los trabajadores pensar y decidir juntos, tomar en sus manos su propio destino, hacer realidad la consigna de la Primera Internacional: LA EMANCIPACION DE LOS TRABAJADORES SERA OBRA DE LOS PROPIOS TRABAJADORES.
Hoy estamos asistiendo a un debate incipiente, en el que se van involucrando minorías de un número cada vez mayor de países. El eje de este debate es la preocupación por el futuro cada vez más inquietante que nos depara el capitalismo mundial. Se acumulan los materiales que provocan la preocupación por el porvenir así como la indignación contra este sistema social. Los jóvenes viven una situación sin salida constituida por la precariedad, el desempleo y la imposibilidad de obtener una vivienda; los trabajadores mayores se ven condenados al desempleo y a una jubilación sin subsidios o con subsidios de hambre; las perturbaciones bursátiles, financieras e inmobiliarias muestran la agravación de la crisis capitalista cuyas consecuencias vemos bajo la forma de llamarada inflacionaria y de nuevas oleadas de despidos; las guerras imperialistas como las de Irak o Afganistán se radicalizan, a la vez que todo Oriente Medio tiende a convertirse en un gigantesco polvorín nuclear; es cada vez más claro el desastre ecológico que amenaza el planeta; se multiplican los accidentes, las catástrofes, en los que se manifiesta la incuria y la incapacidad total de los Estados; el desquiciamiento de la sociedad, la pérdida de toda referencia moral es evidente...
Frente a esta situación se abre camino un debate: ¿cómo podría ser una nueva sociedad? ¿Cómo llegar hasta ella? ¿Qué fuerzas sociales la pueden llevar a cabo? ¿Qué pasó con revoluciones anteriores?
Esto hace volver los ojos hacia la Revolución de Octubre 1917. ¿Qué pasó? ¿A qué causas respondió? ¿Por qué fracasó? Hoy 90 años después, no se trata de conmemorar un aniversario sino de sacar lecciones del pasado para luchar por el porvenir.
En esta introducción no podemos desarrollar un análisis detallado de esta experiencia ni pasar revista a las múltiples teorías con las que ha sido explicada. Nos limitaremos a exponer sus causas fundamentales y sus rasgos más característicos. El debate que podamos llevar aquí, las discusiones posteriores, el estudio crítico de lo mucho que se ha escrito sobre ella, permitirá profundizar en todo ello.
La Revolución Rusa fue sobre todo una respuesta a la guerra. Concretamente, a la primera guerra mundial que asoló Europa –y afectó al planeta entero- desde 1914. Es cierto que influyó la situación particular de Rusia. Sin embargo, la causa determinante se situó a escala mundial. La Primera Guerra Mundial marcó la entrada del sistema capitalista en su época de decadencia y planteó al proletariado internacional una clara disyuntiva: Revolución Proletaria Mundial o hundimiento en la barbarie, como había anunciado Engels 40 años antes.
Los obreros rusos fueron los primeros en comprender esta disyuntiva y lanzarse por la vía revolucionaria. En febrero 1917 derribaron el trono del Zar, aparecieron por todas partes los Soviet o Consejos Obreros y la burguesía proclamó el Gobierno Provisional que prometió una República Democrática. Entre febrero y octubre los hechos se sucedieron de forma trepidante. Las masas, a través de un debate apasionado, dilucidaron las cuestiones esenciales del momento: ¿Cómo acabar con la guerra? ¿Se podía confiar en el Gobierno Provisional sostenido por fuerzas como los mencheviques y los social revolucionarios? O, por el contrario, ¿todo el poder debía ser tomado por los Soviet de Obreros, soldados y campesinos? ¿Cuál era la naturaleza de la Revolución que se estaba viviendo? ¿Era una revolución democrático – burguesa o se trataba del primer episodio de una Revolución Mundial, Socialista y Proletaria?
Las respuestas fueron halladas a través de la experiencia, de la lucha y de la intervención activa del Partido bolchevique. Pero sobre todo porque la clase obrera no era una suma de individuos atomizados como ocurre normalmente. Se constituyó por todas partes en Consejos Obreros, lo que le permitió seguir día a día la evolución de la situación, adoptar colectivamente decisiones, ganar para su causa a otras capas sociales que no son proletarias pero que tampoco son burguesas, aislar a la burguesía dominante.
Durante años, los militantes proletarios habían discutido sobre cómo el proletariado tomaría y ejercería el poder. Ese dilema quedó resuelto con la experiencia de 1917: los Soviet o Consejos Obreros son, en palabras de Lenin, «la forma al fin encontrada de la Dictadura del Proletariado».
Pero los Consejos Obreros no son una fórmula mágica sino una experiencia viva, la Revolución de 1917 aprendió de las experiencias de la primera revolución rusa de 1905, de la misma manera que las generaciones actuales tendrán que aprender, tanto de las características de la actual situación histórica como de las lecciones de los Soviet del periodo de 1917-21.
En el fuego de la situación, los Soviet aprendieron y se renovaron. Comprendieron tras las jornadas de julio y la tentativa fallida de golpe de Estado del general Kornilov en septiembre (hecha en connivencia secreta con el jefe del Gobierno Provisional, Kerenski) que tanto frente a los problemas insolubles de la situación rusa como frente a la gravedad de la situación mundial dominada por la guerra, solamente había una salida: tomar el poder, derribar el poder del Estado burgués, representado por el Gobierno Provisional. La intervención de Lenin y los bolcheviques fue decisiva planteando y clarificando la necesidad de la insurrección y la toma del poder.
La ideología dominante en sus diferentes variantes concibe la insurrección y la toma del poder como una tenebrosa conspiración, una sucesión de matanzas, provocaciones y atentados sangrientos. La experiencia viva del octubre ruso nos muestra algo completamente diferente: como producto de la auto-actividad y el debate vivo de grandes masas obreras ¡La mayoría de sus pasos se dieron a plena luz del día! No podemos entrar en un análisis detallado de la insurrección de octubre, solo podemos resumir su esencia con esta frase de Trotski: «fue la primera insurrección de la historia en la cual todo el mundo sabía la fecha y la hora de su realización». Las masas obreras superaron unidas todos los obstáculos opuestos por el poder burgués: la represión, las campañas ideológicas, las provocaciones…
Y ahora tenemos que señalar otro rasgo fundamental de la Revolución de 1917 sin el cual sería totalmente incomprensible: fue el primer paso de una tentativa revolucionaria mundial en la que se comprometieron amplios sectores del proletariado internacional.
La Revolución de Octubre fue la señal de una oleada revolucionaria mundial que se extendió hasta 1923 y cuyos ecos aún subsistieron con las Comunas Obreras de Shangai y Cantón en China (1926).
La historia de esta oleada ha sido muy silenciada y es poco conocida. Aquí no podemos hacer una exposición de todo lo que ocurrió en los diferentes países aunque invitamos vivamente a que se conozcan y se debatan esos acontecimientos esenciales cara sacar lecciones para futuras tentativas revolucionarias. Simplemente recordaremos que los principales acontecimientos se dieron en Alemania (1918-23), Austria (1918-19), Hungría (1919), Finlandia (1918) y que hubo movimientos más limitados en otros países, destacando Bulgaria (1923), España (1919-20), Italia (1919-20), Argentina (1919), produciéndose igualmente insurrecciones muy localizadas en Canadá (Winnipeg) y Estados Unidos (Seattle).
Fue precisamente la derrota de estas tentativas, su debilidad y dificultad de extensión y, principalmente, el aplastamiento de la revolución en Alemania donde la Socialdemocracia y los sindicatos fueron los grandes verdugos de la clase obrera, lo que sumió al bastión proletario en Rusia en un aislamiento fatal.
Aquí entramos en el último punto que nos proponemos abordar en esta breve introducción: ¿Por qué fracasó la Revolución Rusa?
Esta cuestión, que ha provocado desde los años 20 numerosos debates en las sucesivas generaciones obreras, no podemos abordarla en toda su profundidad y extensión, nos limitaremos a aportar algunos elementos de reflexión.
Al quedarse aislado el bastión proletario ruso en medio de un mundo dominado por las relaciones capitalistas de producción, la revolución no podía sobrevivir. Inevitablemente, el territorio ruso fue absorbido por el capitalismo y con ello, el Estado nacido de la revolución y el partido bolchevique que tanto contribuyó a su triunfo, degeneraron y se transformaron en herramientas de la contra-revolución.
La Revolución Rusa provocó una inmensa ola de entusiasmo y esperanza en las masas obreras y explotadas del mundo entero. Sin embargo, la forma en que se produjo su degeneración y derrota, provocó los sentimientos contrarios: los verdugos de la revolución no fueron, como esperaba Trotski, los rusos blancos y los mencheviques –fuerzas abiertamente burguesas- sino el Partido bolchevique degenerado que tomó la forma del estalinismo. Esto ha provocado una enorme confusión, un terrible desarraigo, ante la experiencia rusa. Es necesario dejar claro que no hay nada que defender en el régimen de la URSS que pretendió erigirse en el heredero de Octubre. La URSS no fue un Estado obrero con “deformaciones burocráticas” sino un Estado Capitalista más, con sus propios planes imperialistas y donde la clase obrera fue explotada por la burguesía instalada en el Partido-Estado.
Y esta es la gran lección de la derrota de la Revolución Rusa, confirmación clara del marxismo: el “socialismo en un solo país” es el dogma de la contra-revolución, es la gran mentira del siglo XX. La Revolución solo podrá triunfar sí se extiende a escala mundial. El comunismo solo puede construirse a escala mundial. La vida de los pueblos –sin negar el peso de factores nacionales- está determinada por la realidad mundial del capitalismo. Las guerras, las crisis, el mercado mundial, han formado una madeja de la cual ningún proletariado puede salir por su propia cuenta. Solo la lucha unida de todo el proletariado mundial podrá lograr la destrucción del capitalismo.
Estimados asistentes:
Agradecemos de antemano vuestra participación y deseamos vivamente que el debate que se abra sea el punto de partida de una clarificación sobre estas cuestionesDesde finales de octubre y principios de noviembre la población del sureste mexicano, pero sobre todo las masas explotadas, han sido sometidas a una dramática situación: por un lado un accidente en plataformas petroleras que provoca la muerte de 28 obreros, las inundaciones en Tabasco que han provocado un millón de damnificados y el 80% del estado está bajo el agua (según cifras oficiales), en Chiapas se deslavan los cerros sepultando comunidades enteras y los ríos arrasan con poblaciones asentadas en sus riveras. Una tragedia ha sucedido a la otra…
Por todo el planeta se hace evidente que el capitalismo en su crisis agónica abandona primero todos los gastos que signifiquen prevención social, reduce a un mínimo las normas de seguridad laboral y ahorra todo lo que puede en el mantenimiento de las ya vetustas infraestructuras hidráulicas y fluviales. Este fenómenos lo vemos desde la primera potencia mundial con el caso del huracán Katrina en Nueva Orleáns, las caída de puentes en EUA, inundaciones en Europa, incendios voraces en California, hasta las economías “periféricas” como, en el caso más reciente, con los temblores en Perú, etc. En todos estos casos siempre la clase trabajadora pone las víctimas, siempre los más afectados son los desposeídos. Más allá de los discursos de la burguesía que intentan justificar estas catástrofes detrás del “calentamiento global” hay que afirmar que tal fenómeno es responsabilidad del mismo capitalismo, decenas de años de contaminación industrial empiezan a cobrar factura. Además, endilgarle la responsabilidad a la naturaleza es esconder el carácter destructivo del capitalismo, y en particular, las actuaciones del grupo burgués en turno en el poder, que han contribuido a construir estas grandes tragedias.
Por ejemplo, para nadie es ya un secreto que el accidente en pasta de Conchos se debió a las negligencias de empresarios, gobierno y sindicato, todos coludidos para atentar contra las condiciones de trabajo cada vez más inseguras. Recientemente en las plataformas de PEMEX, ante la amenaza de cambios climáticos, se evacua a ultima hora a los trabajadores, pero además se hace con equipo y condiciones materiales precarias, no es raro que terminara en una tragedia, en la que está por demás señalar la complicidad del gobierno, las empresas concesionarias y el sindicato.
En lo que se refiere a las inundaciones en Tabasco, estas son el producto directo de una lenta degradación del entorno natural. Desde principios de los años 60, durante el mandato de Carlos A. Madrazo (padre del ex candidato a la presidencia por el PRI, Roberto Madrazo), se empezaron a tapar los vasos reguladores naturales que había en Tabasco, al vender y dar en concesión dichas extensiones para fraccionar y edificar. De tal forma que se robó el cauce a los ríos para construcciones, y las tareas de desasolve y prevención simplemente las olvidaron, porque para el capital representa un costo que no está dispuesto a cubrir, más aún cuando la agudización de la crisis lo obliga a desaparecer cualquier gasto de seguridad o prevención. Las presas, como en este caso Peñitas, en vez de jugar un papel de factor de progreso existen simplemente como lucro y como espada de Damocles sobre las poblaciones que habitan río abajo. Es la crisis misma del capitalismo la que obliga al Estado a “ahorrar” en gasto social de prevención y de mantenimiento de la infraestructura social, es por ello que no podemos hablar de una catástrofe “natural sino de una verdadera catástrofe social engendrada por el sistema capitalista.
Todos los medios de difusión derraman lágrimas por los damnificados, todos claman por la “solidaridad del pueblo mexicano”… son los mismos medios que cubren la espalda a la burguesía cuando ésta ataca sin piedad las condiciones de vida y de trabajo de todos los oprimidos. Toda la burguesía, desde el gobierno y sus partidos, desde los púlpitos pasando por sus medios de difusión se presentan ahora como los campeones de la solidaridad, como la encarnación de cooperación y como la quintaesencia de la salvación humana… ¡hipócritas! Todos callan que más de 50 millones de mexicanos están en la miseria absoluta, que los salarios son de hambre y que el desempleo amenaza con excluir a miles de personas de una oportunidad de sobrevivir. Es esa misma burguesía, la que ahora pide al proletariado que “aporte dinero y ayuda material” para socorrer a sus hermanos. Lo que la burguesía gasta en mantener su podrida democracia sería de gran alivio para prevenir tragedias como éstas, pero el capitalismo sabe que los gastos que sostienen campañas políticas, partidos, cámaras de senadores y diputados y demás instituciones, son necesarios para mantener su dominio, en cambio no recibe ninguna ganancia si gasta en mejorar los servicios necesarios que pudieran aliviar un poco la vida de sus esclavos asalariados... esa es la lógica de este sistema de explotación, no se trata de apelar a la “ética” o a la “conciencia” de los explotadores, ellos siempre velaran por sus intereses, y estos son antagónicos con los explotados.
Así, cada quien trata ahora de llevar agua a su molino, el PRD del DF manda despensas preferentemente a los dos municipios de Tabasco donde gobierna el PRD, los bufones, actores, cantantes y demás “estrellas” del espectáculo, ofrecen apoyo, pero siempre que su nombre vaya escrito en grandes letras en los camiones que transportan la ayuda, ya hay denuncias de que la iglesia acapara la ayuda y que otros más la condicionan... no será nada extraño que muchos de esos recursos terminen engordando los bolsillos de algún miembro prominente del Estado (como sucedió en el temblor de 1985). A ello habrá que agregar que los saqueos, producto de la desesperación de la población, son acciones que impiden realizar una reflexión sobre el cómo enfrentar las tragedias sociales. Tampoco podemos olvidar que en ocasiones es el mismo ejército, al que los medios de divulgación presentan como “defensor del pueblo” el que ha atacado a la población y organizado “discretamente” la rapiña.
Los gestos de ayuda solidaria hacia los damnificados está ahora acompañada por una desconfianza en las autoridades, desconfianza bien fundamentada en la corrupción que cubre a todas las esferas del poder. Todo mundo sabe que en otras ocasiones las donaciones de la población terminaron alimentando las campañas electorales y algunos partidos políticos desviaron esos recursos a sus campañas… ¡la burguesía no tiene escrúpulos!
Para la clase obrera estos dramas lamentables no deben ser un terreno de mera impotencia, en estas tragedias tenemos que ver la agonía de un sistema de explotación que sólo nos conduce a un abismo sin fondo. La tragedia en Tabasco y Chiapas aún está en sus inicios, las aguas tardarán meses en secar y la situación sanitaria agravará el panorama de manera indecible. Los llamados a la “unidad como hermanos” que hoy lanza la burguesía debemos sustituirlo por una unidad de los explotados contra los explotadores, la solidaridad verdadera del proletariado está en la unidad de sus luchas para enfrentar a un capitalismo decadente que sólo nos ofrece miseria y desempleo y una explotación cada vez más terrible.
5/noviembre/2007
Un compañero de Perú nos envía una corta nota relatando las últimas manifestaciones de lucha proletaria en ese país.
En primer lugar queremos manifestar nuestra solidaridad con los trabajadores en lucha.
En segundo lugar queremos saludar la iniciativa de este compañero y llamar a que cunda el ejemplo. Es muy importante que tengamos una apreciación ajustada de la realidad de la combatividad obrera y esta apreciación no podemos esperarla de los llamados medios de comunicación de la burguesía (en realidad medios de incomunicación entre seres humanos y de desinformación) que silencian las luchas obreras auténticas y cuando hablan de ellas es para deformarlas y calumniarlas de forma sibilina o de forma descarada. Solamente, a través de iniciativas directas de compañeros, de obreros en lucha, a través de medios directos de comunicación entre internacionalistas, podremos tener información viva y eficaz para poder hacernos una idea. ¡Nada podremos esperar de los media burguesas tanto sí son gubernamentales como de oposición!
Por último, recalcar que la lucha obrera es internacional y únicamente desarrollando la solidaridad y la unidad internacional del proletariado es cómo se podrá hacer frente al Capitalismo que con su competencia a muerte siembra la miseria y la hambruna a escala mundial, sus violentas rivalidades imperialistas provocan guerras y armamentismo que amenazan a la humanidad en todos los países y, por último, el desastre ecológico que está provocando tiene dimensiones mundiales. ¡Solamente con la solidaridad mundial del proletariado el capitalismo podrá ser vencido!
El día 11 de abril se inició un paro de agricultores de la zona del Santa, departamento de Ancash. Se bloquearon carreteras y según la prensa el pedido de los agricultores es por la continuación de obras del proyecto Chinecas de irrigación por parte del gobierno regional y no por parte del estado. La policía reprimió duramente, perdiendo la vida un trabajador.
El día 12 continúan los bloqueos de carreteras en Chimbote, Casma y Huarmey. La primera de estas ciudades es un puerto importante del país y en la década del 70 fue un emporio de producción de harina de pescado para la exportación. Actualmente existen decenas de miles de trabajadores desocupados con las consecuencias que ello genera. Muchos de esos desocupados están ingresando a luchar con los agricultores, como se evidenció esta mañana en el entierro del joven agricultor que convocó una movilización de 3 mil personas desde Chimbote (puerto) hasta el Santa (parte agrícola). Se debe señalar que los bloqueos de carreteras en el Perú es un delito y está penado con hasta 7 años de carcelería.
El día 12 de abril, obreros mineros de la empresa china Shougang (dedicada al hierro) en la zona de Marcona, sur del Perú, iniciaron una huelga indefinida pidiendo la reincorporación de 9 trabajadores despedidos así como el reparto de las ganancias que les corresponde. Esta es una empresa muy importante con cientos de obreros muy combativos. Esta lucha es un gesto importantísimo de solidaridad proletaria.
Un compañero de Lima, 12 de Abril del 2007.
Ayer 24 de junio de 2007, 6 soldados del contingente español en Líbano morían en un atentado terrorista. Todas las fuerzas políticas de derecha e izquierda se han apresurado a declarar que estos soldados han muerto “por la paz”, que estaban allí en una “misión de pacificación”, bendecida por la ONU.
Para PSOE e IU, para numerosos medios de “comunicación”, para toda una serie de intelectuales de “izquierda”, habría que trazar una raya entre las tropas enviadas a Irak que serían fuerzas de ocupación y las desplegadas en Líbano, Afganistán o Haití que cumplirían una misión de “interposición” en “beneficio” de la población.
Esta distinción no tiene ninguna base seria, es un engaño demagógico cuya función es hacernos aceptar la guerra con todas sus consecuencias: sufrimientos para las poblaciones afectadas; muertes, invalidez, para los soldados allí destacados –en su mayoría procedentes de familias obreras o de capas sociales desfavorecidas- y recortes sociales, cargas fiscales etc., impuestos a los trabajadores para pagar el enorme gasto que representan.
Irak, Afganistán y Líbano constituyen junto con Israel – Palestina, los puntos más álgidos de la violenta convulsión imperialista que sacude toda la zona que va desde el Mediterráneo a Asia Central, una región estratégica fundamental tanto desde el punto de vista militar como por las reservas de petróleo que posee.
En esta contienda hay actores que aparecen continuamente en el escenario mientras que hay otros que se mueven entre bambalinas y cuyos siniestros designios se encubren tras los cortinajes de la diplomacia, las tropas de “paz” y las misiones de “mediación”.
Estados Unidos –secundado por Gran Bretaña- e Israel están directamente implicados. Sus tropas, su aviación, causan cotidianamente, lotes intolerables de dolor y destrucción. Junto a ellos hay toda una serie de gángsteres de barrio, a menudo aspirantes a ocupar un Estado que nada tiene que envidiar a aquellos en barbarie y atrocidades contra la población: Hamás y Al Fatah, enzarzados en una salvaje guerra que aterroriza a la población palestina de la que supuestamente serían sus “liberadores”; Hizbollah, aliado de Irán en Líbano, muy ensalzado por los sedicentes “izquierdistas” que impone a la población la cruel ley islámica; el reciente Fatah al Islam, que se enfrenta al ejército libanés y que es, con toda probabilidad, un comanditario del régimen sirio…
Francia, Irán, Alemania, Rusia, aparecen como actores respetables con intenciones desinteresadas. Pero tras esa careta amable se oculta el rostro repugnante de sus apetitos imperialistas: aprovechan como buitres el declive histórico de Estados Unidos para reforzar sus posiciones y avanzar sus peones, un declive que se ha hecho patente en Irak y se está acelerando a pasos agigantados:. « La situación en Irak no es sino el epicentro de un proceso de desintegración y de caos militarizados que se extiende por Palestina, Somalia, Sudan, Líbano hasta Afganistán que amenaza constantemente con tragarse a nuevas regiones del planeta entre las que no hay que excluir, ni mucho menos, a las metrópolis capitalistas centrales, como lo han demostrado los atentados terroristas de Nueva York, Madrid y Londres durante esta primera década del nuevo siglo. Lejos de construir un nuevo orden mundial en Oriente Medio, el poder militar norteamericano no ha hecho más que propagar un caos militar sin límites» (Editorial Revista Internacional nº 129, ).
Este caos ha convertido la vida de los millones de personas en un infierno: hambre, desempleo total, muertes diarias, epidemias, inválidos de por vida, secuestrados, torturados, detenidos, alistados… En ese ambiente completamente irracional, las tropas de la OTAN (en el caso de Afganistán) o los cascos azules (en el caso de Líbano) se ven llevados a acciones militares tan estúpidas como estériles como ha ocurrido recientemente con el bombardeo de una escuela en Afganistán. De ahí que todas las chácharas sobre la misión “humanitaria” o “civilizadora” con la que nos obsequian Zapatero y su fiel escudero, Llamazares, sean una mentira deliberada. En la asignatura de la Barbarie los “bonachones” soldados de la ONU nada tienen que aprender de los “antipáticos” marines americanos destacados en Irak.
¿Cuál es el papel del Capital Español en esta telaraña sangrienta? Enviando tropas a Líbano defiende su pretensión de ser una potencia “mediterránea” con “algo que decir” en Oriente Medio, enviando tropas a Afganistán busca no quedarse fuera de una batalla crucial para el control de Asia Central, vientre estratégico del planeta. Irak era una apuesta perdedora y por eso ZP se retiró revocando la orientación anterior de Aznar. Afganistán y Líbano serían, por el contrario, apuestas más ventajosas…
Pero tales cálculos “optimistas” de esos expertos en cuentos de la lechera que son ZP y Moratinos están destinados a ser progresivamente desmentidos. Por un lado, Afganistán se encamina hacia una guerra de desgaste muy similar a la iraquí con las tropas de la OTAN empantanadas en un engranaje infernal de provocaciones, matanzas y atentados. La situación libanesa es aún más peligrosa pues cada día parece más inevitable el estallido de una guerra abierta de todos contra todos donde las tropas de la ONU se verán obligadas a intervenir causando muertos y sufriendo bajas en sus filas. Todo empuja en esa dirección: el contagio del caos que viene tanto de Palestina como de Irak, las presiones de USA y Francia –por el momento aliadas pero abocadas a enfrentarse-, la tentativa de Siria para recuperar su influencia perdida, la larga mano de Irán…
Los 6 soldados no han muerto en misión de paz sino dentro de una política de guerra. Es cierto que, como gangster de segunda división, el Capital español puede disimular sus designios imperialistas con grandilocuencias como la “Alianza de las Civilizaciones”, hazmerreír de las cancillerías. Pero su política aporta la cuota de sangre, barbarie y destrucción a todas las poblaciones de la zona y ha llevado la tragedia a 6 familias, 3 de ellas emigrantes.
Zapatero y Llamazares gustan de santificar sus operaciones guerreras con la bendición de la ONU. Pero las acciones amparadas por la ONU son tan imperialistas como las que emprende por cuenta propia Estados Unidos en Irak. Las Resoluciones de la ONU dieron el visto bueno a la primera guerra del Golfo (1991) que causó medio millón de muertos o muchos episodios bárbaros en Yugoslavia (1991-95), Ruanda (un millón de muertos) etc. Tanto las Resoluciones destinadas a cumplirse como aquellas hechas expresamente para incumplirse (en general las adoptadas contra Israel) son actos de guerra. La ONU es-como dijo Lenin de su antecesora, la Sociedad de Naciones- una cueva de forajidos, armados hasta los dientes.
Con la situación imperialista resultante del hundimiento del antiguo bloque ruso, la ONU se ha convertido en un instrumento que los rivales de Estados Unidos utilizan para frenar su apabullante hegemonía: «Desde 1989, Washington lo comprendió perfectamente: la ONU se había vuelto una tribuna para atajar los proyectos norteamericanos, un lugar donde sus rivales menos poderosos podían retrasar, diluir y hasta imponer un veto a la política de EEUU para impedir que se debilitaran sus propias posiciones» (Revista Internacional 129, antes citada). Alemania, Francia, Rusia, China y figurones como el Capital español se aferran a la ONU como palanca para sabotear las iniciativas políticas y militares norteamericanas. Eso les permite presentarse como “Estados pacifistas” y como partidarios del multilateralismo y la “cooperación internacional”.
Oriente Medio es uno de los muchos cánceres que ha sembrado el capitalismo decadente. Su metástasis amenaza todo el planeta. Tras 70 años de guerra permanente en Palestina, tras la erupción de volcán libanés, tras la incorporación de Irak y Afganistán a la hoguera imperialista ¿es realista creer en los recurrentes planes de paz que lanzan los gobernantes? ¿Es sensato pensar que la ONU o la sobada cooperación internacional van a remediar algo?
Ni el Sheriff mundial –que, a imagen de su actual presidente, aparece cada vez más como un bruto decrépito e incompetente- ni el sindicato de criminales asociados en la ONU, ni las múltiples bandas islámicas que se enzarzan entre si, no tienen ni la voluntad ni la capacidad de aportar la más mínima solución. Ellos no forman parte de la solución sino que son EL PROBLEMA. El problema para la humanidad es el sistema capitalista que se ha convertido en un engranaje infernal de BARBARIE. Una barbarie cuyo rostro aparece todos los días en Oriente Medio pero que asoma cada vez con mayor frecuencia en el resto del mundo.
Solamente el proletariado tiene la solución aunque el camino hacia el desarrollo de su conciencia y de su lucha sea todavía muy largo y erizado de enormes dificultades. Pero no existe ningún otro. La lucha que tenga como horizonte la formación de una comunidad humana mundial sin Estados, sin fronteras, sin intercambio mercantil, sin explotación asalariada, es la que nos permitirá recorrer el camino. Al Frente Capitalista formado por todos los Estados, desde el Gran Bárbaro –USA- hasta los pequeños bárbaros aspirantes a dominar un Estado -Al Fatah; Fatah Al Islam, Talibanes, Al Qaeda etc- el proletariado debe oponer el frente internacional e internacionalista de la lucha de clases por la Revolución Mundial.
Acción Proletaria – Corriente Comunista Internacional, 25-6-07
El 28 de mayo se iniciaron en Caracas movilizaciones de los estudiantes, las cuales se extendieron rápidamente a varias ciudades del país [1]; el motivo aparente: la decisión del gobierno de cerrar el canal de televisión Radio Caracas Televisión (RCTV), hasta esa fecha una de las principales trincheras mediáticas de los sectores del capital nacional que se oponen al gobierno de Chávez. Medida que sirvió de detonante al malestar social que anida en el seno de las masas asalariadas y del conjunto de la población, expresado esta vez a través de las movilizaciones de los estudiantes.
Debido a las protestas, el propio Chávez convocó el día 29 a los habitantes de los cerros a “defender la revolución”; poco después, diputados “radicales” de la Asamblea Nacional (integrada en su totalidad por diputados que apoyan el proyecto de la llamada “revolución bolivariana”), secundaron a su líder máximo llamando a los habitantes de los barrios a manifestarse contra el movimiento. Pero los habitantes de los cerros y barrios pobres, donde supuestamente domina el chavismo, no se movilizaron ni lo han hecho hasta ahora, lo que expresa que existe cierta simpatía con algunas de las consignas del movimiento que los medios de comunicación han tratado de poner en segundo plano, tales como la necesidad de enfrentar los problemas del desempleo, la delincuencia, la salud y de la pobreza en general [2]; mas aún, la no movilización de estos sectores ante los llamados belicosos del “comandante”, puede expresar que el discurso mentiroso de Chávez de “defensa de los pobres” ya no está calando como antes en esa población que cifró en él sus esperanzas, debido a que sienten en carne propia el peso de la creciente pauperización mientras que el presidente, sus familiares y acólitos viven como verdaderos ricos beneficiándose del poder, tal como lo hicieron los gobernantes anteriores [3].
A la par que Chávez y sus secuaces hacían esta convocatoria, movilizaron sus cuerpos represivos y bandas armadas para intimidar y reprimir a los estudiantes y a las personas que desde sus casas y apartamentos le brindaban apoyo; lo que dejó un saldo inicial de mas de 200 estudiantes presos y varios heridos, varios de ellos menores de edad; mientras que, cual jauría, atacaban la protesta, criminalizándola y calificando a los estudiantes de “lacayos del imperio”, “traidores a la patria”, “niños bien”, etc.; ataques a los que se unió Daniel Ortega, mandatario “revolucionario” de Nicaragua quien de visita a la Asamblea Nacional acusó a los estudiantes en protesta de pertenecer a las clases mas ricas de Venezuela y de servir de “señuelo para calentar las calles”.
Sin embargo, la represión y la denigración, antes que intimidar a los estudiantes, les sirvió de excusa para radicalizar y extender el movimiento.
¿Cómo entender esta movilización de los estudiantes?
Para intentar caracterizar este movimiento, nos debemos plantear las siguientes preguntas: ¿son estas movilizaciones una expresión más de la confrontación entre las facciones burguesas del chavismo y de la oposición, las cuales han dominado la escena política durante los 8 años de gobierno de Chávez?, ¿representan éstas, meras protestas estudiantiles de tipo gremialista?
Pensamos que la respuesta es negativa para ambas preguntas. Esta movilización de una parte importante del sector estudiantil, que ha sorprendido por igual a oficialistas y opositores, presenta unas características que la ubica en una tendencia a romper el cerco estéril de la polarización política inducida por las facciones de la burguesía en pugna, y es expresión de un malestar social que hasta ahora ha quedado asfixiado en esa polarización, por lo tanto trasciende el marco meramente estudiantil. Veamos por qué:
-es indudable que las fuerzas políticas del oficialismo y la oposición intentan capitalizar el movimiento a su favor: los primeros planteándolo como resultado de una mera manipulación de las fuerzas políticas contrarias al gobierno, incluyendo al imperialismo norteamericano; los segundos, asimilándolo como un movimiento político de la oposición, ya que éste comparte consignas tales como la lucha por la “libertad de expresión” y contra el “totalitarismo estatal”, banderas burguesas defendidas por las fuerzas de oposición que intentan desplazar a Chávez del poder. Sin embargo, el movimiento ha tratado de deslindarse de los dirigentes y las fuerzas políticas, tanto oficialistas como de oposición. Los estudiantes no han ocultado el carácter político de la protesta, pero sí han aclarado que no obedece a la politiquería de oficio de los dirigentes oficialistas y opositores. Las declaraciones de los dirigentes espontáneos del movimiento han dejado en claro este aspecto: “los políticos tienen su agenda, nosotros tenemos la nuestra”.
-con este fin, el movimiento se ha dado formas organizativas propias, tales como las asambleas donde se debate, se nombran comisiones y se deciden las acciones a realizar, tanto a nivel de una ciudad como a nivel nacional. Fue en estas asambleas, realizadas en varias universidades, donde se debatieron los objetivos del movimiento y se prepararon las primeras acciones, las cuales eran transmitidas al resto de los estudiantes. Por otra parte, los estudiantes se han organizado para tratar de cubrir los gastos de las movilizaciones con sus propios medios, a través de colectas entre los estudiantes y entre el público.
-otra característica importante del movimiento es que desde sus inicios, ha propuesto la necesidad del diálogo y el debate de los principales problemas sociales que aquejan a la sociedad: desempleo, inseguridad, etc., solidarizándose con los sectores más necesitados. Con este fin los estudiantes han convocado indistintamente a todo el estudiantado y a la población en su conjunto, chavistas o no, a un diálogo abierto que tenga como escenario las universidades, los barrios y la calle, fuera de las instituciones y órganos controlados por el oficialismo, así como de los escenarios dominados por la oposición. En este sentido, los estudiantes de supieron salir de la trampa promovida por los oficialistas, cuando les propusieron debatir con estudiantes adeptos al chavismo en la Asamblea Nacional; donde les “salió el tiro por la culata”: los estudiantes movilizados, en una acción de creatividad y audacia, después de leer un documento donde acusaban a los propios diputados de la Asamblea de criminalizar el movimiento, denunciar que ese no era un escenario imparcial para el debate y plantear sus reivindicaciones, abandonaron el recinto, ante la ira y estupor de diputados y estudiantes chavistas [4].
-las banderas del movimiento toman cada vez un perfil mas político: aunque los medios, principalmente los controlados por la oposición, han colocado como banderas centrales del movimiento la “lucha por la libertad de expresión” y “no al cierre de RCTV”, o, la “defensa de la autonomía universitaria”; los estudiantes, desde el inicio del movimiento han defendido banderas abiertamente políticas: cese a la represión, libertad para los estudiantes detenidos o en régimen de presentación, solidaridad con los 3000 trabajadores de RCTV, contra la criminalidad, contra la pobreza, por la necesidad de “crear un mundo mejor”, etc.
En este sentido, el movimiento de los estudiantes que a la fecha está en estado “latente”, debido en parte a las acciones de oficialistas y opositores por controlarlo y contenerlo, rompe con los esquemas de los movimientos estudiantiles del pasado y expresa un contenido social, influenciado por tendencias en su seno que expresan los intereses de los asalariados.
¿De dónde surgen estas características de este nuevo movimiento de los estudiantes?
La génesis de este movimiento no es otra que la agudización de la crisis económica y política que sacude al país. Crisis económica que el chavismo ha intentado ocultar detrás de los ingentes recursos del maná petrolero, que sólo han servido para tratar de atornillar a las nuevas elites “revolucionarias” en el poder, mientras que el conjunto de la población progresivamente se hace mas pobre, pese a las migajas que reparte el estado a través de sus “misiones”. Una de las mayores expresiones de la crisis se evidencia en el incesante crecimiento de la inflación, que según las nada confiables cifras oficiales, en los últimos 3 años promedia un 17% (la mas alta de América Latina), que vuelve “sal y agua” los salarios y los pingues aumentos del salario mínimo decretados por el gobierno, debido al incesante aumento de precios de alimentos, bienes y servicios. El tan publicitado crecimiento económico que promedia cerca del 10% del PIB en el mismo período, se ha basado fundamentalmente en una acentuación de la explotación, un crecimiento del empleo precario e informal (camuflado en parte detrás del cooperativismo y las “misiones” del gobierno), el cual afecta a cerca de un 70% de la población económicamente activa si incluimos a los desempleados; que ocasiona que la mayoría de los asalariados no cuentan con los beneficios sociales de ley y un alto porcentaje no llegue a ganar el salario mínimo oficial. Esta crisis económica, resultado de la crisis que sacude al sistema capitalista en su conjunto, que existe desde mucho antes del gobierno de Chávez pero se ha exacerbado durante sus 8 años de gobierno, ocasiona una pauperización progresiva de la sociedad [5].
Al incesante aumento del costo de la vida y crecimiento del empleo precario o subempleo, se le unen problemas como la escasez de alimentos, falta de viviendas, alta criminalidad que en 2006 acabó con la vida de mas de 17000 venezolanos en su gran mayoría jóvenes de los sectores mas pobres, resurgimiento de enfermedades como la malaria y el dengue como resultado de la insalubridad, deterioro de los servicios públicos y… sigue un largo etcétera.
Esta situación lo que hace es expresar que el modelo capitalista de estado del chavismo, no tiene otro camino que proseguir los ataques contra las condiciones de vida de los asalariados y del conjunto de la población, tal como lo hicieron los gobiernos que le antecedieron, acentuando la precariedad y la pauperización, esta vez en nombre del “socialismo”.
Obviamente los estudiantes no son ignorantes de esta situación, ya que la mayoría pertenecen a familias proletarias o depauperadas por la crisis. Por otra parte, muchos de los estudiantes de las universidades públicas y privadas viven en carne propia la explotación pues tienen que trabajar formal o informalmente para cubrir los gastos de sus estudios o parte de los mismos, o ayudar a los ingresos familiares. Tampoco los estudiantes son ignorantes del futuro nada halagador que les espera: la mayoría de los pocos profesionales que han egresado de las universidades en las últimas décadas, progresivamente se han proletarizado, como lo atestiguan decenas de miles de profesionales de la salud, la educación, ingenieros, etc. cuyos salarios difícilmente llegan a superar los 2 salarios mínimos oficiales [6] y ven como se deteriora el salario social (seguridad social, bonificaciones, HCM, etc.), lo que les impide llevar una vida digna, aun siendo unos “privilegiados” tal como lo dicen los altos jerarcas del gobierno.
Así mismo, buena parte de esos jóvenes que hoy protestan en las calles han sido testigos de los estragos que ha ocasionado en sus familias, en su entorno y en la sociedad, la polarización política inducida por las cúpulas chavistas y de la oposición, en su afán por tener el control del poder. Han sido víctimas de la división de la sociedad y de un debilitamiento de los lazos de solidaridad; muchos de ellos y sus padres han quedado atrapados en las redes de la polarización política, llegando incluso a fanatizarse tras una u otra facción, perdiendo toda perspectiva. También han evidenciado que las clases dirigentes en pugna, que utilizan la máxima de “el fin justifica los medios”, manipulan y engañan sin el menor escrúpulo, expresando toda la podredumbre de la moral burguesa.
Entonces, el movimiento de los estudiantes, aunque ha surgido de manera espontánea, no es el resultado de un “sarampión juvenil” ni de unos lideres iluminados, ni mucho menos surge de la cabeza hueca de los líderes de la oposición o de la enigmática CIA, tal como lo repiten como loros Chávez y sus secuaces. Es el resultado de una reflexión que se viene gestando desde hace varios años en el seno de la sociedad, y en particular en las nuevas generaciones acerca de cuál futuro les espera en una sociedad que le cierra las posibilidades de tener una vida digna. En este sentido, no es casual que la protesta de los estudiantes se plantee consignas con un claro contenido social: luchar contra el desempleo, la criminalidad, la niñez y madres abandonadas, la pobreza; mas también, contra la mentira, la intransigencia, la inmoralidad e inhumanidad que campea en la sociedad.
Por sus características, el movimiento trasciende la oposición a un gobierno y contiene los gérmenes de una puesta en cuestión del sistema capitalista de explotación en su conjunto, así que se inscribe de manera inequívoca en la lucha de los asalariados, del proletariado. Por los medios y métodos que se ha dado para la lucha (asambleas, elección de delegados responsables ante ésta, tendencia a la unificación, convocatoria al debate fuera de las universidades, etc.), propios del proletariado cuando lucha en el terreno de la defensa de sus intereses, en este movimiento existe, aunque de seguro de manera minoritaria e inconciente, tendencias que expresan los intereses de los asalariados, que lo impulsa hacia adelante.
Un aspecto a resaltar es que en los últimos años se han dado movimientos de los estudiantes con mas o menos el mismo perfil en otras partes del mundo, como en Brasil, Chile y Francia. En este último país hubo protestas y manifestaciones lideradas por los estudiantes en mayo de 2006, contra el gobierno que intentaba imponer planes precarios de empleo, que movilizaron millones de personas en toda Francia [7]. No se descarta que el movimiento de los estudiantes en Venezuela se haya nutrido de elementos presentes en esos acontecimientos. Estos movimientos nos indican que el de los estudiantes en Venezuela no es un hecho aislado, sino que expresa una reflexión que se está dando en las nuevas generaciones en búsqueda de una perspectiva, ya que la sociedad actual no ofrece ningún futuro.
Amenazas y…
El movimiento de los estudiantes se desarrolla en una situación de fragilidad e incertidumbre. Las presiones de las fuerzas de la burguesía para controlarlo y acabarlo, son extremadamente fuertes. Tanto oficialistas como opositores cuentan con sus maquinarias partidistas, medios materiales y mediáticos. Por otra parte, la polarización y división que han logrado oficialistas y opositores en toda la sociedad, tiene un peso importante que no se debe subestimar. Tampoco hay que descartar acciones de amedrentamiento y represión, no sólo de los cuerpos represivos del estado, sino de las bandas conformadas por el chavismo
Sin embargo, uno de los mayores peligros para el movimiento son las ilusiones democráticas. Consignas tales como la lucha por la “libertad de expresión” o “los derechos civiles”, entre otras, si bien en boca de los estudiantes pueden significar la necesidad de enfrentar a las instituciones del estado que les impiden luchar, en el fondo expresan la ilusión de que es posible bajo el capitalismo expresarse libremente o tener “derechos”; que es posible (quizás con otros gobernantes) perfeccionar la democracia para que ésta realmente se transforme en un modelo que permita superar los problemas que aquejan a la sociedad. La democracia, con sus instituciones, partidos y mecanismos (principalmente los electorales), es el sistema que ha perfeccionado la burguesía para mantener su sistema de dominación de una minoría sobre la mayoría de la sociedad. La “libertad de expresión” forma parta de ese conjunto de “libertades democráticas” que proclama la burguesía desde mucho antes de la Revolución Francesa de finales del siglo XVIII, que sólo han servido para mistificar a las masas explotadas mientras aquella mantiene su dominación de clase. Todos los “derechos” no son mas que la codificación de esas ilusiones. Todo régimen burgués, permite toda “libertad” y “derecho”, mientras no se atente contra el orden capitalista o el estado que le sirve de órgano de sustentación. En ese sentido no es por pura casualidad, que en la confrontación entre los gángsters del oficialismo y la oposición, unos y otros se presentan como los verdaderos defensores del orden democrático.
Inscrita dentro de las ilusiones democráticas, está la lucha por la “autonomía universitaria”, vieja consigna del ámbito universitario que defiende la quimera de tener instituciones sin la intervención del estado, pretendiendo ignorar que las universidades y las instituciones de educación en su conjunto, son las principales vías mediante las cuales la clase dominante (se oriente políticamente a la derecha o la izquierda) transmite su ideología a las nuevas generaciones y forma los cuadros de reemplazo para sostener el orden existente. Esta bandera, promovida principalmente por las federaciones estudiantiles y las autoridades universitarias, pretende encerrar el movimiento en una lucha gremialista dentro de las 4 paredes de las universidades, aislándolo del conjunto de la sociedad [8].
Otro peligro del movimiento es su cercanía con las banderas de lucha de la oposición, lo que unido al interés de estas fuerzas en penetrarlo y controlarlo, le da argumentos al oficialismo para identificarlo como un movimiento de la oposición. El movimiento debe deslindarse y enfrentar a las fuerzas políticas opositoras, con la misma claridad y vehemencia con que lo hace de las oficialistas. De no hacerlo, puede quedar sumido dentro de movimientos que se han dado en otros países [9], que sólo han servido para colocar en el gobierno a las fuerzas opositoras, mientras la situación de fondo (el sistema de explotación capitalista) ha quedado intacto. Los estudiantes deben tener en cuenta que tanto oficialistas como opositores son responsables de la situación que vivimos; que la oposición tendió la alfombra para el ascenso de Chávez, y que de ésta volver al poder atacará las condiciones de vida de las masas asalariadas tanto o mas como hoy lo hace el chavismo, ya que ambos son fuerzas burguesas que defienden el orden existente.
… Perspectivas
Este movimiento de los estudiantes, el cual hay que saludar y apoyar, ha tenido la gran virtud de intentar romper el círculo vicioso y nefasto de la polarización, proponiendo el dialogo y el debate a través de asambleas donde se decida qué se debate y en qué condiciones. Esa es una ganancia para los propios estudiantes, para los asalariados y para la sociedad en su conjunto; ya que fortalece los verdaderos lazos de solidaridad social.
Sin embargo, sería ilusorio pensar que la lucha de los estudiantes, por más valientes y esclarecidos que sean algunos, va a poder cambiar el actual estado de cosas. Este movimiento tendrá verdaderos frutos si los factores proletarios que anidan en su seno logran acercarlo, no sólo a los barrios, sino principalmente a los asalariados de las fábricas y empresas del sector público y privado. Este acercamiento debe buscarse, no a través de los sindicatos y partidos políticos, sino a través de las asambleas donde sean invitados los trabajadores de todos los sectores y desempleados. De esta manera los trabajadores podrán percibir la vena proletaria que existe en el movimiento, impulsando a su vez la reflexión y, por qué no, la lucha de los trabajadores, cuya acción es insustituible para enfrentar al estado y poder atacar de raíz las causas de la barbarie que vivimos: el sistema capitalista de explotación, e implantar el verdadero socialismo basado en el poder de los consejos obreros. De lo contrario, el movimiento quedará como un movimiento efímero, sumido en la lucha interburguesa y la impotencia, sin haber dejado su huella para el futuro.
Los elementos mas esclarecidos del movimiento, deben tratar de agruparse en círculos de discusión, para hacer un balance del mismo hasta los momentos y buscar cómo fortalecer los elementos proletarios de un movimiento que apenas se está iniciando, ya que las causas que lo han hecho surgir, no sólo están presentes sino que se profundizan con la crisis económica y social.
Independientemente del futuro de este movimiento, hay algo que ya ha logrado que es altamente positivo para el futuro de la lucha de clases: la apertura de un proceso de reflexión y de debate.
La CCI
08-07-07
[1] Según el Ministro de Interior y Justicia Pedro Carreño, el primer día hubo 94 movilizaciones en todo el país.
[2] “No deseamos luchar en contra de nuestros hermanos”, así declaró un miembro de un consejo comunal de un barrio de Petare, al este de Caracas, refiriéndose a la convocatoria del presidente Chávez de movilizar los barrios contra los estudiantes.
[3] “Ser rico es malo” repite Chávez sin cesar en sus frecuentes presentaciones mediáticas, para que los proletarios y sus seguidores (en su mayoría de los sectores mas pobres de la población) se acostumbren a vivir en la precariedad, objetivo real del “socialismo del siglo XXI”. Pero, tanto él como sus familiares y los altos burócratas del estado no practican esta máxima. Para ilustrarlo, el periódico francés Le Monde publicó en junio pasado una serie de artículos sobre Chávez y su gobierno, entre ellos uno titulado “Les bonnes affaires de la famille Chavez” (Los buenos negocios de la familia Chávez), donde describen la forma como viven los nuevos ricos de la llamada “boliburguesía” (burguesía bolivariana). Estos artículos muestran que Chávez ha dejado de ser objeto de interés de parte de la burguesía francesa, quien pretendía explotar a su favor la “revolución bolivariana” y su frenético “antiamericanismo”.
[4] Los estudiantes tuvieron que ser escoltados por la policía para entrar y salir de la Asamblea, pues las bandas chavistas los asediaban en los alrededores.
[5] Según cifras oficiales, el gobierno ha logrado la proeza de bajar los índices de pobreza de 54% en 2003 a 32% en 2006. Detrás de estas cifras hay una manipulación estadística (principalmente con los precios de la canasta básica alimentaria), para que el discurso del régimen de acabar con la pobreza para el 2021 se corresponda con la “realidad” de las cifras. Mientras tanto crece el número de “buhoneros” (vendedores en calles y avenidas), la indigencia, la insalubridad, etc. El crecimiento del consumo registrado en 2006 debido al incremento del gasto público con fines electorales, no disminuye la situación de pobreza. La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), que hace un seguimiento de la pobreza desde hace varios años, la ubica en un 58% para 2005.
[6] Del orden de $300 según la tasa de cambio oficial de Bs. 2150 por $; que llega a ser menos de 150$ al utilizar la tasa de cambio del mercado negro de divisas.
[7] Al respecto ver “Tesis sobre el movimiento de los estudiantes de la primavera de 2006 en Francia”
rint/2006/125_tesis
[8] Una muestra de ello fue la “asamblea” realizada el 22 de junio en el estadio de béisbol de la Universidad Central de Venezuela, promovida por la Federación de Centros Universitarios, con el apoyo de las autoridades universitarias y de seguro fuerzas de oposición; la cual realmente fue un show montado que desvirtúa las verdaderas asambleas que se habían dado hasta esa fecha. Por este motivo algunos estudiantes decían la consigna “no queremos show, queremos asamblea”.
[9] Al respecto ver entre otros artículo “Sobre la “revolución naranja” en Ucrania - La cárcel del autoritarismo y la trampa de la democracia”
rint126-ucrania
Los ataques de la burguesía son contra todos los trabajadores...
No hay otro camino: ¡la movilización masiva y conciente!
La modificación a las condiciones de jubilación y pensión, concretados a partir de la “Ley del ISSSTE”, no hace sino acelerar la degradación de las condiciones de vida de los trabajadores. Y aunque la puesta en vigencia de esta ley representa un serio golpe en contra los trabajadores, no puede considerarse como el único. El incremento de precios de las mercancías de consumo diario por los trabajadores, como la tortilla de maíz (que tuvo un incremento en los últimos meses de 6.50 a 8 pesos y ya se amenaza, a partir de mayo, con llevarlo a 10 pesos o más), la limitación a los salarios y la aceleración de los ritmos de trabajo, mediante la denominada “flexibilización laboral”, dejan ver que el golpeteo contra las condiciones de vida de los asalariados es continua y generalizada. Es falso pensar que esta ley (y demás medidas referidas) afectan sólo a algunos sectores de trabajadores, la agresión que se viene poniendo en acción es generalizada, no hay ningún sector en el que los trabajadores no sufran los embates del capital, es por ello que para enfrentarlas se requiere de una respuesta masiva y con clara conciencia. Los trabajadores no tienen más fuerzas que su conciencia y organización para potenciar su masividad, no puede esperar que algún personaje mesiánico (como López Obrador), o un liderzuelo sindical le solucione sus problemas, sólo la extensión de la lucha y la actuación solidaria que teja fuertes lazos entre los explotados podrá permitir que su combate detenga el ataque directo que se hace a sus condiciones de vida.
Patrones, gobierno, sindicatos y partidos preparan trampas para anular la combatividad de los trabajadores
La clase dominante suele llevar los ataques en momentos adecuados para su accionar político (como el período vacacional) con el fin de asegurar la distracción, y que así el descontento se diluya o disperse, de la misma forma, antes de cada agresión prepara una campaña para ganar “receptividad” o imponer temor que congele e impida se exprese el descontento... pero sobre todo, pone atención en dosificar las medidas y conducir los golpes hacia algunos núcleos de la población asalariada, de manera que se genere un aislamiento y confusión, que impida la unidad y la extensión de la lucha.
En el presente, la profundización de la crisis ha obligado a la burguesía a poner en acción leyes y planes tan brutales que maximizan, a niveles no creíbles, la explotación y miseria de todos los trabajadores. La misma burguesía sabiendo el tamaño del golpe, preparó con sumo cuidado el momento y el escenario para imponer esta ley: primero, alentó o provocó movimientos sociales aislados ante los que actuó violentamente, queriendo marcar con esto una lección de terror, que extendiera el temor, y, enseguida, empuja una campaña ensordecedora para alimentar esperanzas en las elecciones y la democracia. En ese sentido es que lleva a cabo provocaciones, como las de Atenco, Sicartsa y Oaxaca, obteniendo así el pretexto de “mostrar su fuerza”, y enseguida completa su campaña alentando la idea de que no hay otro camino que el de las elecciones y la democracia, procurando imponer la idea entre los trabajadores de que si hay una actuación agresiva o sanguinaria por parte del gobierno la única (o mejor) forma de responder es mediante el “castigo que ofrece el voto”.
Por ello, aunque en la instauración de la ley del ISSSTE al PRD le ha tocado jugar el papel de mártir y presentarse como la víctima que no fue escuchada y terminó siendo aplastada por la mayoría dominante en las cámaras legislativas (PRI-PAN), no puede olvidarse el papel central que ocupa en el encuadramiento de amplias masas obreras hacia la vana esperanza de la democracia y las instituciones burguesas, por ello, no es nada extraño que ahora, el mismo PRD busque desmantelar cualquier posibilidad de que la clase trabajadora tome conciencia de los ataques y exprese su enojo y combatividad en la lucha, al fomentar (a coro con la estructura sindical) como una “gran medida” el uso de los amparos jurídicos contra la ley del ISSSTE, queriendo enredar a los trabajadores con el mismo truco que la estructura sindical presentara en 2005 cuando se impuso la modificación al sistema de retiro para los trabajadores del IMSS, y que le fue muy útil para desmovilizar.
Esta maniobra en 2005 fue presentada de idéntica forma como hoy lo hace el PRD y los sindicatos: hay que usar, dicen, “todas las formas de lucha”... pero la trampa consiste en que ponen a esto como centro de la preocupación y la reflexión, alentando con ello la esperanza en la constitución, las leyes y las instituciones “legales”, buscando así, además de golpear directamente en la conciencia de los proletarios, diluir el coraje, y sobre todo impedir la manifestación de la solidaridad entre los trabajadores. Por ello es, en los hechos, el complemento de las campañas llevadas en los medios de divulgación que sostienen que sólo a los nuevos trabajadores les aplicará de forma completa la nueva ley. Los sindicatos, mediante los amparos están impulsando esa misma separación en sectores, por diferencias de condiciones de antigüedad o prestaciones particulares de cada caso... Alentar esta forma de lucha ajena a los trabajadores tiene como objetivo asegurar la derrota y potenciarla, dado que busca extender un sentimiento de impotencia, que la burguesía puede aprovechar después, para renovar su campaña sobre la necesidad de la reforma del Estado y de que es útil “ganar”, mediante el voto, los puestos de dirección del gobierno.
La otra vertiente que la clase dominante prepara para someter la combatividad, es mediante el desvío del descontento hacia consignas falsas y ajenas a los trabajadores, tales como la defensa de la “soberanía nacional”. Para atizar esta maniobra el FMI ha “recomendado”, que se complete el “paquete de reformas” con la privatización de la industria eléctrica y petrolera. La burguesía sabe bien que su aparato de izquierda y sindical utiliza de manera sistemática el nacionalismo para atar a los trabajadores a preocupaciones falsas. Pero los intereses de la nación, o de la economía nacional no son los de un trabajador. La clase capitalista utilizó en su momento a las empresas estatales para proteger su ganancia, y ahora con la privatización su objetivo es el mismo, es decir, darle un espacio de valorización a su capital y asegurar una ganancia; en cambio la condición de explotado de un trabajador no se modifica si la empresa es estatal o privada. Por eso es la burguesía la única que gana cuando se desvía el coraje y la reflexión de los trabajadores hacia la defensa de la “soberanía”, de la empresa o de instituciones del Estado.
Ante las trampas que ya se empiezan a tejer para desviar el descontento, los trabajadores deben de tener presente que los intereses de la “nación” son los intereses de la burguesía y no los de ellos, y que para detener los ataques no tiene más armas que su conciencia y organización.
El capitalismo sólo ofrece explotación y miseria
Por todas partes del mundo los ataques de la burguesía vienen incrementándose: En Alemania, el gobierno socialdemócrata amplió la jornada de trabajo en el sector público, en Brasil, el gobierno de izquierda de Lula, ha ampliado el tiempo de trabajo para la obtener la jubilación, lo mismo que en Inglaterra, en EUA el gobierno pretende criminalizar a los trabajadores sin papeles... estos ataques, sin contar el peso del desempleo que se extiende, son expresión de la magnitud de la crisis que vive el capitalismo, y para proteger la ganancia, los gobierno de todo el mundo, lo mismo los de izquierda como los de derecha, no dudan en arreciar los ataques en contra de los trabajadores. La burguesía tiene la desfachatez de presentar estos ataques como “reformas” que buscan mejorar la vida de la población, pero un sistema decadente como el capitalismo, ya no puede ofrecer mejoras. Las medidas que viene poniendo en práctica, no son reformas en sentido estricto, tan sólo son programas de defensa de la ganancia capitalista, la ley del ISSSTE, por ejemplo, tan sólo busca reducir el valor de la fuerza de trabajo. Es por ello que medidas como estas demuestran claramente que para la burguesía los trabajadores no son sino una mercancía más a la que busca abaratar, y más aún, cuando esta ya deja de serle útil se convierte en una carga a la que debe desechar.
En ese sentido los trabajadores no pueden estar esperanzados en que un cambio de gobierno puede limitar sus penurias, deben de tomar conciencia de que el capitalismo sólo le ofrece explotación y miseria, y para enfrentarlo requiere de tomar en sus manos la lucha y extenderla; tienen que hacer ver a sus hermanos de clase que la degradación de las condiciones de vida, por efecto de la ley del ISSSTE no viene sola, sino está acompañada de un incremento de precios y una oleada de desempleo, por eso los golpes no son sólo para los trabajadores del Estado, es un ataque generalizado que sólo podrá enfrentarse con la unidad de todos los trabajadores, sin importar el sector a que pertenezca, o si están desempleados.
¡No hay más camino que la lucha!
Los trabajadores no deben de permitir que los sindicatos y el aparato de izquierda del capital los dirija a una derrota, deben tomar en sus manos la lucha, impulsar las Asambleas Generales masivas y abiertas, en las que puedan discutir y reflexionar en colectivo todos los trabajadores sin importar al gremio que pertenecen, y en las que se designen responsables que entreguen cuentas a la misma Asamblea y puedan ser revocados en cualquier momento. La ley del ISSSTE y los incrementos de precios, son ataques en contra de todos, e incluso contra las generaciones de trabajadores que aún no están en activo, por eso se requiere una respuesta masiva.
La organización de los trabajadores por encima de los llamados sindicales no es un loco sueño, la experiencia de estudiantes y trabajadores de Francia en 2006 contra el Contrato de Primer Empleo, demuestra que es posible. Por eso los llamados sindicales a “faltas colectivas” o simulación de “paros”, deben ser transformados en verdaderas jornadas de lucha, deben ser momentos de reflexión colectiva, en los que piquetes de trabajadores salgan a explicar a sus hermanos de clase (aún cuando no estén afiliados al ISSSTE) que hay un ataque general, y que no hay más camino que la lucha.
Pero también deben de estar alertas a no dejarse arrastrar por las maniobras del aparato de izquierda del capital y del sindicato que pretende aislar las expresiones de descontento o llevarlas a enfrentamientos desesperados y sin objetivo. Los cierres de calles y carreteras no hacen sino encerar a los trabajadores e impedir que tome vida la solidaridad y la reflexión colectiva. Los Comités de huelga que en diversos lugares de trabajo se están creando, si se mantienen como simple apéndice del sindicato no serán sino instrumentos huecos... los Comités de huelga y la huelga misma deben ser producto de la reflexión colectiva y no una mascarada que sirva para encubrir las trampas del sindicato y facilitar que pasen los ataques en contra de los trabajadores.
30-abril-2007
¡Proletarios de todos los países, uníos!
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Mientras las declaraciones de los voceros de los gobiernos no dejan de afirmar que todo va bien en la economía, cada día que pasa las condiciones de vida de la clase trabajadora se degrada más y más. Desde fines de la década de los sesenta del siglo XX se abrió la crisis capitalista que se ha extendido hasta el presente y ninguna de las políticas y planes de gobierno –en ninguna parte del planeta– ha logrado ponerle fin, por el contrario ésta se agudiza y con ello los ataques contra los explotados y oprimidos. La burguesía a través de todos los gobiernos no ha dejado de golpear la condición de los asalariados haciendo caer en sus espaldas el peso de la crisis, por todas partes del planeta, lo mismo en los países de mayor industrialización como en los de menor desarrollo, los trabajadores (lo mismo en fábricas, minas, oficinas, hospitales o escuelas) vienen siendo enfrentados a mayores ritmos de labor y a una pauperización continua.
En ese sentido la aceleración de los ataques contra los trabajadores de México, mediante los incrementos de precios, la congelación de salarios y la degradación de sus condiciones de jubilación (con la creación de las AFORES en 1997, complementada con la actual “ley del ISSSTE”) debe entenderse como una manifestación de la crisis capitalista. No es en si producto particular de un gobierno, no se trata sólo de un ataque de un “gobierno de derecha”, o de un personaje particular (como Esther Gordillo), es un ataque generalizado. Aún cuando estas políticas sean encabezadas por determinados personajes, los trabajadores deben de tener claro que el problema se encuentra en la existencia del capitalismo. Por ello la solución no es cambiar a un gobierno o atacar a un personaje o funcionario, se podrá cambiar a un funcionario o a un gobierno, pero mientras el sistema capitalista esté en pié, los trabajadores no tendrán más futuro que la miseria y la explotación. La realidad muestra que todos los gobiernos, tanto de derecha como de izquierda (aún los que se presentan más “radicales” como el de Cuba, Venezuela o Bolivia) son enemigos declarados de los trabajadores y fieles protectores de la ganancia capitalista, baste recordar que fue el gobierno de izquierda de Brasil el que a unos meses de llegar (con Lula a la cabeza) muestra su carácter antiproletario al imponer una medida similar a la “ley del ISSSTE”.
La aplicación del plan, conocido como “Ley del ISSSTE”, es el complemento a la conformación de las AFORES (impuesto en 1997), que consiste en primera instancia en individualizar el fondo de pensión y ampliar los descuentos obligatorios (pasando de una cotización del 3.75% del salario al 6.125%), lo que es un despojo directo al salario. Pero además, se amplían los años de trabajo para tener oportunidad al retiro (pasando de 50 años en hombre y 48 en mujeres a 60 y 58 años respectivamente) y se limita la cobertura médica (limitando la atención a los hijos hasta los 16 años). Este mecanismo se dice es por el crecimiento de la “esperanza de vida” de la población que hace se distraigan recursos que afectan “las finanzas internas”, pero el hecho es que los trabajadores para la burguesía no son sino una mercancía más a la que buscan abaratar. El gobierno señala que la “manutención” del ISSSTE le representa un “déficit” de 42 mil millones de pesos, por eso al aplicar esta ley, el Estado tendrá la oportunidad de apropiarse de esa masa de recursos y dirigirlos al apuntalamiento de la ganancia capitalista.
Esta ley asegura la acentuación de los niveles de explotación de los trabajadores, en tanto es un golpe directo a sus salarios. Los servicios médicos y la jubilación no son, como los sindicatos y el aparato de la izquierda del capital difunden, un “derecho” que la democracia y las bondades del capital ofrecen, es simplemente una parte del salario (en tanto son servicios sostenidos por retenciones del salario a lo largo del tiempo), por eso al afectarla lo que en realidad hacen es degradar el salario a niveles superiores.
Si mediante los incrementos a los precios de mercancías de sustento básico (como la tortilla de maíz) la burguesía aplastó de forma directa al salario, con la “ley del ISSSTE” (sumado al sistema de AFORES que rige ya en los trabajadores afiliados al IMSS) se acrecienta y generaliza el golpe, acelerando los niveles de opresión, a tal grado que podemos valorarlos como la mayor agresión a las condiciones de vida del proletariado de los últimos 10 años.
Este mecanismo de jubilación y pensión, es el mismo que hace más de 25 años el gobierno de Chile puso en práctica como una medida “anti-crisis”. Las promesas y alabanzas dadas en ese entonces por el gobierno de Pinochet eran las mismas que hoy se presentan en México para esta ley, no obstante la realidad ha revelado que al empezar a jubilarse las primeras generaciones de trabajadores chilenos regidos bajo este sistema se encontraron con el hecho de que las instituciones financieras que se hicieron cargo de sus pensiones se declaran prácticamente en quiebra, lo que hace que el Estado intervenga para su “rescate”. Esto demuestra que el capitalismo no tiene salida para su crisis y ni aún los programas más severos en contra de los trabajadores les ofrece una solución duradera, por eso el único camino que los trabajadores tienen es la destrucción del capitalismo.
La burguesía para hacer pasar sus ataques echa mano de todas sus fuerzas, desde sus partidos de derecha (PRI-PAN), hasta sus estructuras sindicales (UNT, FSTSE, SNTE-CNTE...) y aparato de izquierda (PRD y su complemento “radical” formado por trotskistas y estalinistas)... En una estrategia burda, la burguesía mandata a sus estructuras más “quemadas e impopulares”: PRI, PAN y sus fuerzas sindicales FSTSE, SNTE, para impulsar la ley, colocando en una actitud de mártir al PRD, al que hace pasar como impotente ante la “mayoría” de la cámara de diputados, lo mismo que a las fuerzas sindicales como la UNT, STUNAM, STUAM, CNTE, que toman la oportunidad para sacar su careta radical y llamar a movilizaciones. A la par de esto el gobierno mediante sus voceros a sueldo en radio y TV no se cansan de repetir la mentira de que esta “solución” no afecta a la generación actual y sólo se aplicará para los futuros trabajadores, buscando así dividir a la clase.
Detrás de los discursos oficiales y la radicalidad de sindicatos e izquierda del capital se esconde la intención de evitar que el coraje de los asalariados se exprese. Por eso los sindicatos y el PRD se adelantan llamando a movilizarse, pero buscando siempre sabotear la combatividad. El PRD, lo mismo que la estructura sindical presentan este plan como una simple “mala acción” de Felipe Calderón, con la que paga los favores recibidos de Gordillo y otros personajes, de la misma forma buscan hacer creer que el problema reside en la defensa de las instituciones y de la economía nacional. Por eso previendo que la combatividad lleve a la claridad de que el capitalismo es el verdadero problema, buscan confundir presentando al Estado mexicano como representante neutral de los trabajadores, por lo que llaman a fortalecer su papel como “garante de los derechos sociales”, al tiempo que invocan una “Reforma del Estado” (desplegado de la UNT-STUNAM, 24-03-07).
En este combate los trabajadores no pueden confiar en el sindicato y el aparato de izquierda, estos son instrumentos del capital infiltrados en las filas obreras para asegurar la derrota y la extensión de la desmoralización. La verdadera fuerza de los trabajadores se encuentra en su masividad y su conciencia. Ante los llamados para desviar el combate por la defensa de las condiciones de vida, supliéndolo por la defensa del ISSSTE, la reorientación del papel del Estado capitalista, o los lloriqueos invocando la democracia, los trabajadores no deben permitir caer en la trampa y tomar en sus manos el combate. Hoy más que nunca las lecciones de los combates de los trabajadores y estudiantes franceses de 2006 contra el proyecto “Contrato de primer empleo” (CPE) deben de estar más presentes que nunca:
- Los trabajadores deben rechazar el intento de la burguesía por dividirlos generacionalmente, aduciendo que la ley les afectará en menor medida a los “viejos”. Las jóvenes generaciones de proletarios en Francia pudieron parar la embestida del gobierno porque unificaron sus fuerzas y preocupaciones sin importar ni el sector al que pertenecían ni la edad.
- La toma en manos de la discusión y las decisiones es fundamental para detener el sabotaje sindical y de la izquierda del capital. Las Asambleas Generales en las que de forma abierta se delibere y asuman las responsabilidades es la única forma de asegurar el control de la lucha.
- Ante el sabotaje sindical que busca cansar y desmoralizar con acciones aisladas o movilizaciones vanas, llenando la calle con simples procesiones en las que lo fundamental es “pasar lista”, los trabajadores deben transformar tales actos controlados en lugares de encuentro y discusión con sus hermanos de clase, no importa a que sector, fábrica o región pertenezcan, el ataque es generalizado y la respuesta debe tener la misma dimensión.
- Para impulsar la movilización en defensa de las condiciones de vida, es evidente que los trabajadores deben colocarse por encima y en contra de las maniobras sindicales, para tal fin es necesario impulsar la formación de Comités de lucha y Círculos de discusión, que impulsen, fomenten y extiendan la reflexión de la clase.
La clase obrera a nivel internacional esta siendo atacada con gran ferocidad por los programas de austeridad y recorte, lo que hace ver que el capitalismo no puede ofrecer sino explotación y miseria, por eso el único camino que los trabajadores tienen es el de la lucha, sólo la expresión masiva y conciente podrá detener esta embestida, y al mismo tiempo ser parte de la preparación de los combates finales, que pongan fin a este sistema de explotación.
Revolución Mundial, sección en México dela Corriente Comunista Internacional
24-marzo-2007
¡
Estimados compañeros:
Nos han pedido para su clarificación una exposición sobre la cuestión religiosa. Hemos expuesto unas reflexiones sobre qué es la religión y qué papel juega contra la toma de conciencia del proletariado en un artículo sobre el islamismo de la REVISTA INTERNACIONAL nº 109:rint/2002/109_islamismo.htm [133]
El capitalismo tiende a abolir las bases de la religión. La religión ha jugado un papel central en todas las sociedades de clase que han precedido al capitalismo: esclavismo, feudalismo, despotismo asiático / incaico…El capitalismo, con el fantástico desarrollo de las fuerzas productivas que supone, pone las bases para la superación y erradicación definitiva de la religión. ¿Por qué? Por que la religión tiene dos pilares para mantener su influencia sobre los hombres. El primer pilar es la larga época de la historia humana en el que los hombres tenían un control extremadamente limitado del medio natural que les rodea. Ello hace al hombre dependiente de fuerzas de la naturaleza imponentes frente a las cuales se siente absolutamente impotente. Por ejemplo: el campesino que se afana durante meses en un primoroso cuidado de su cultivo y ve que todo ese esfuerzo se derrumba ante una granizada, unas inundaciones o simplemente una helada repentina… La mayoría de fenómenos de la vida natural permanecieron durante muchos siglos como secretos inexplicables frente a los cuales el hombre se sentía impotente y desamparado. Esa ha sido durante una larga época de la historia humana la base de la fuerza de la religión: la explicación sobrenatural, la idea de que hay fuerzas superiores que comandarían el movimiento de las sociedades y de la naturaleza en general.
A este primer pilar de la religión el capitalismo le dio un golpe decisivo. Al desarrollar de forma fantástica las fuerzas productivas de la humanidad, al dar a la producción un carácter mundial, el capitalismo puso las bases para que el hombre se emancipara de su dependencia del medio natural. Los ideólogos de la burguesía revolucionaria pusieron el acento en este aspecto: consideraban la religión como la defensora del oscurantismo, de las explicaciones mágicas y sobrenaturales. Opusieron el ateismo como palanca contra la religión. Tenían parcialmente razón y en ello el movimiento marxista les apoyó.
Desde un punto de vista mecánico, de un materialismo vulgar, la lucha contra la religión se resumiría en una simple prédica del ateismo, en la abolición por decreto de la religión, en la persecución “intransigente” de la religión. Sin embargo, la realidad no es tan simplista
¿Por qué a pesar de haber sido erradicadas las bases económico – sociales que daban pábulo a la religión, ésta ha seguido atenazando las mentes y los corazones de los hombres?
Hay 2 razones:1ª La burguesía ante el ascenso del proletariado tiende a aliarse con los sectores reaccionarios que antes había combatido. Utiliza a los clérigos y las iglesias como armas para mantener a las masas obreras y oprimidas en la ignorancia y el embrutecimiento.
Este aspecto es real y por eso Lenin dijo que «El marxismo considera siempre que todas las religiones e iglesias modernas, todas y cada una de las organizaciones religiosas, son órganos de la reacción burguesa llamados a defender la explotación y a embrutecer a la clase obrera».
2ª Con la entrada del capitalismo en su época histórica de decadencia, la burguesía empieza a perder confianza en sí misma, tiende a refugiarse en la religión ante un mundo que no va por el camino que ella habría deseado sino que se hunde en toda clase de cataclismos: guerras imperialistas, crisis económicas devastadoras, hambrunas, catástrofes ecológicas…
Esta segunda razón es muy importante y es completamente justa. El libro El ABC del comunismo (escrito en 1919 por Bujarin y Preobrahenski por mandato de la Internacional Comunista) señala muy justamente que «si la clase burguesa empieza a creer en Dios y en la vida eterna será sencillamente porque empieza a darse cuenta de que su vida en este mundo está llegando a su fin».
En el mismo sentido, Pannehoek (miembro de la Izquierda Comunista germano-holandesa) escribe en 1938 en su libro Lenin filósofo: «Mientras la burguesía pudo creer que su sociedad de propiedad privada, de libertad personal, de libre competencia, podía resolver, mediante el desarrollo de la industria, de las ciencias y la técnica, todos los problemas materiales de la humanidad, podía también creer de igual modo que los problemas teóricos podrían resolverse con la ciencia, sin necesidad de plantear hipótesis sobre la existencia de poderes sobrenaturales y espirituales. Por eso, en cuanto se comprobó que el capitalismo ya no podía resolver los problemas materiales de las masas, como lo demostró el auge de la lucha de clase del proletariado, desapareció la confianza en la filosofía racionalista. El mundo volvió a verse lleno de insolubles contradicciones e incertidumbres, fuerzas siniestras que amenazaban la civilización. Entonces la burguesía se volvió hacia diferentes creencias religiosas, y sus intelectuales y sabios se vieron sometidos a la influencia de tendencias místicas. No tardaron demasiado en descubrir las debilidades y los defectos de la filosofía materialista y a disertar sobre los límites de la ciencia y los enigmas insolubles del mundo».
En la decadencia del capitalismo la ideología burguesa sufre una importante transformación: ha perdido su fe en la ciencia y en la razón y tiende cada vez más al misticismo, naufraga en toda clase de filosofías irracionales. Ahí se está mostrando el fracaso histórico del capitalismo. La burguesía es cómo el hijo pródigo. Tras haber combatido al padre religioso, del hogar feudal de donde salió, vuelve al cabo del tiempo, amargado y cabizbajo, a la casa paterna.
La pretensión capitalista de desarrollo de las fuerzas productivas se ha convertido en la decadencia de este sistema en una pesadilla. Como decía el Manifiesto Comunista la burguesía es como el aprendiz de brujo. Las enormes fuerzas productivas que ha sido capaz de desarrollar –y que todavía logra desarrollar- se convierten en la decadencia del capitalismo en gran medida en poderosas fuerzas de destrucción.
El capitalismo es incapaz de realizar una transformación revolucionaria, armoniosa y coherente, del medio natural que rodea a los seres humanos. El desarrollo de las fuerzas productivas tiene lugar en su seno dentro de un marco contradictorio y caótico, de feroz competencia, de cada cual a la suya, de guerras imperialistas. En semejante marco el medio natural se descontrola, se liberan en su seno fuerzas destructivas que el capitalismo es incapaz de dominar o, peor aún, tiende a estimular con su caótico proceder.
Dos tendencias generales caracterizan la relación del capitalismo con el medio natural terráqueo: por un lado, la depredación de los recursos con consecuencias imprevisibles; por otro lado, la alteración de los equilibrios internos de las fuerzas de la naturaleza desencadenando procesos destructivos con consecuencias igualmente imprevisibles.
Estos fenómenos que son evidentes en la decadencia del capitalismo hunden a los ideólogos de la burguesía en el pesimismo. La burguesía ya no puede presumir de haber “vencido la naturaleza” y, por ello, de haber superado el primer pilar de la ideología religiosa –la existencia de fuerzas sobrenaturales-. En realidad, se ve perdida e indefensa frente a potencias extrañas e incontrolables, lo que le arroja todavía más a los brazos de toda clase de dioses.
Durante el siglo XX, una parte de la burguesía –concretamente, los regímenes que se dicen “comunistas” desde el chino al cubano- se han proclamado oficialmente ateos y eso lo han exhibido como una forma de “fidelidad” al marxismo.
Frente a esta pretensión Lenin recuerda que «Engels condenó al mismo tiempo más de una vez los intentos de quienes, con el deseo de ser "más izquierdistas" o "más revolucionarios" que la socialdemocracia, pretendían introducir en el programa del partido obrero el reconocimiento categórico del ateísmo como una declaración de guerra a la religión. Al referirse en 1874 al célebre manifiesto de los comuneros blanquistas emigrados en Londres, Engels calificaba de estupidez su vocinglera declaración de guerra a la religión, afirmando que semejante actitud era el medio mejor de avivar el interés por la religión y de dificultar la verdadera extinción de la misma».
Lenin recuerda que un príncipe feudal, Bismarck –el canciller de hierro que impulsó el desarrollo del capitalismo en Alemania- había organizado una furiosa guerra contra la religión –el famoso “kulturkampf”, lucha por la cultura-llegando hasta persecuciones religiosas: «Declarar como misión política del partido obrero la guerra a la religión es una frase anarquista. Y en 1877, al condenar sin piedad en el Anti-Dühring las más mínimas concesiones del filósofo Dühring al idealismo y a la religión, Engels condenaba con no menor energía la idea seudo revolucionaria de aquél sobre la prohibición de la religión en la sociedad socialista. Declarar semejante guerra a la religión, decía Engels, significaría "ser más bismarckista que Bismarck", es decir, repetir la necedad de su lucha contra los clericales Lo único que consiguió Bismarck con esta lucha fue fortalecer el clericalismo militante de los católicos y perjudicar a la causa de la verdadera cultura, pues colocó en primer plano las divisiones religiosas en lugar de las divisiones políticas, distrayendo así la atención de algunos sectores de la
clase obrera y de la democracia de las tareas esenciales de la lucha de clase y revolucionaria para orientarlos hacia el anticlericalismo burgués más superficial y engañoso. Al acusar a Dühring, que pretendía aparecer como ultra revolucionario, de querer repetir en otra forma la misma necedad de Bismarck, Engels requería del partido obrero que supiese trabajar con paciencia para organizar e ilustrar al proletariado, para realizar una obra que conduce a la extinción de la religión, y no lanzarse a las aventuras de una guerra política contra la religión».
Los regímenes “socialistas” en la exURSS y en otros países declararon nuevas “kulturkampf” bismarkianas y hoy vemos los resultados: en todos los países del Este, en la propia China, florecen como hongos toda clase de creencias religiosas cada cual más absurda e irracional.
Ateismo y religión no son sino dos conceptos simétricos que hunden sus raíces en el mismo sentimiento de impotencia, de desamparo, de miedo irracional ante un mundo, que el individuo percibe como extraño, hostil e incontrolable. Esto nos lleva a considerar el segundo pilar de la influencia de la ideología religiosa que es el decisivo y esencial. Este segundo pilar es el que ha descubierto el marxismo, superando y llevando al verdadero nivel de planteamiento, el enfoque todavía muy limitado de los ideólogos revolucionarios de la burguesía del siglo XVIII, los materialistas burgueses.
«El marxismo es materialismo. En calidad de tal, es tan implacable enemigo de la religión como el materialismo de los enciclopedistas del siglo XVIII o el materialismo de Feuerbach. Esto es indudable. Pero el materialismo dialéctico de Marx y Engels va más lejos que los enciclopedistas y que Feuerbach al aplicar la filosofía materialista a la historia y a las ciencias sociales. Debemos luchar contra la religión. Esto es el abecé de todo materialismo y, por tanto, del marxismo. Pero el marxismo no es un materialismo que se detenga en el abecé. El marxismo va más allá. Afirma: hay que saber luchar contra la religión, y para ello es necesario explicar desde el punto de vista materialista los orígenes de la fe y de la religión entre las masas. La lucha contra la religión no puede limitarse ni reducirse a la prédica ideológica abstracta; hay que vincular esta lucha a la actividad práctica concreta del movimiento de clases, que tiende a eliminar las raíces sociales de la religión. ¿Por qué persiste la religión entre los sectores atrasados del proletariado urbano, entre las vastas capas semi proletarias y entre la masa campesina? Por la ignorancia del pueblo, responderán el progresista burgués, el radical o el materialista burgués. En consecuencia, ¡abajo la religión y viva el ateísmo!, la difusión de las concepciones ateístas es nuestra tarea principal. El marxista dice: No es cierto. Semejante opinión es una ficción cultural superficial, burguesa, limitada. Semejante opinión no es profunda y explica las raíces de la religión de un modo no materialista, sino idealista» (Lenin)En la Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel, Marx señala que la religión es «la conciencia y el sentimiento propio del hombre que o no se ha encontrado todavía a sí mismo o se ha vuelto ya a perder a sí mismo», la religión es «una conciencia errónea del mundo… la realización fantasmagórica de la conciencia humana, al no tener la esencia humana una realidad verdadera». Es una falsa respuesta a un problema verdadero: «El desamparo religioso es, por un lado, la expresión del desamparo real y por otro, la protesta contra el desamparo real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, a la vez que es el espíritu de unas condiciones sociales de las que el espíritu está excluido. Es el opio del pueblo».
Ya hemos visto que el capitalismo puso las bases para emancipar a la humanidad de un medio ambiente natural percibido durante siglos como hostil, extraño e incontrolable. Hemos visto que solamente ha sido capaz de “poner las bases”, es decir, ha planteado un problema real, pero la solución que ha dado es mucho peor que el problema. Domina las fuerzas de la naturaleza de manera anárquica y contradictoria, con lo cual ha llevado a desarrollar no sus mejores y más creativas capacidades sino, todo lo contrario, a liberar sus factores más destructivos y catastróficos (como vemos actualmente con el peligro de destruir el medio ambiente terráqueo).Pero esa “liberación” se ha acompañado con el peor encadenamiento y opresión del trabajo humano. Los obreros, la principal fuerza productiva, son sometidos al trabajo asalariado y al mecanismo del mercado, con lo cual son prisioneros de fuerzas imponentes, incontrolables, de naturaleza estrictamente social, mucho peores y más incomprensibles que las fuerzas de la naturaleza.
El campesino podía identificar en una tormenta o en una helada la causa de su desgracia, en cambio, el obrero que se afana por trabajar hasta la extenuación, que se comporta de la forma más profesional, ve inexplicablemente como es despedido, como es pagado en una cantidad que no cubre sus necesidades humanas y todo por extrañas y caprichosas leyes que no dependen siquiera de su patrón individual sino de lejanos y extraños mecanismos vinculados al mercado mundial. El campesino sabía que una mala cosecha fruto de circunstancias naturales inesperadas (una sequía, una plaga de langosta, una inundación) provocaba el hambre. Sin embargo, el obrero se encuentra ante lo más absurdo que imaginarse pueda: ¡es la sobreproducción lo que le arrojan al desempleo, la miseria y el hambre!, ¡Es la cosecha pletórica lo que siembra la ruina en los jornaleros agrícolas!
En la sociedad capitalista cada individuo ha sido llevado al extremo de su atomización, es un individuo solo y aislado que se enfrenta al capital y al mercado y en condiciones de competencia feroz con sus semejantes. Esto es muy diferente del campesino que sufría el yugo brutal del señor feudal pero que, al menos, podía atenuar sus bestialidades, apoyándose en los demás miembros de la comunidad aldeana. Estas condiciones generales de individuos que “se han perdido a sí mismos”, que no encuentran ninguna “esencia humana” en la realidad de su existencia, de “desamparo”, de vivir cotidianamente en un “mundo sin corazón”, es el segundo pilar, mucho más importante, de la religión y la ideología religiosa.
Lenin recuerda con una enorme claridad que «En los países capitalistas contemporáneos, estas raíces [de la religión] son, principalmente, sociales. La raíz más profunda de la religión en nuestros tiempos es la opresión social de las masas trabajadoras, su aparente impotencia total frente a las fuerzas ciegas del capitalismo, que cada día, cada hora causa a los trabajadores sufrimientos y martirios mil veces más horrorosos y salvajes que cualquier acontecimiento extraordinario, como las guerras, los terremotos, etc. "El miedo creó a los dioses". El miedo a la fuerza ciega del capital - ciega porque no puede ser prevista por las masas del pueblo --, que a cada paso amenaza con aportar y aporta al proletario o al pequeño propietario la perdición, la ruina "inesperada", "repentina", "casual", convirtiéndolo en mendigo, en indigente, arrojándole a la prostitución, acarreándole la muerte por hambre: he ahí la raíz de la religión contemporánea que el materialista debe tener en cuenta antes que nada, y más que nada, si no quiere quedarse en aprendiz de materialista».
El miedo crea a los dioses, recuerda Lenin. El miedo a una naturaleza hostil e incontrolable es el primer pilar de la religión. Pero el segundo pilar, el más importante, es el miedo a una sociedad donde cada ser humano se enfrenta “sólo ante el mundo”, atomizado, individualizado, obligado a una competencia feroz con los demás. Ese sentimiento de miedo, de desamparo, de búsqueda desesperada de un corazón en un mundo sin corazón, engendra con más fuerza aún que el primer pilar, las condiciones para el influjo de la ideología religiosa. Por esa razón, Lenin siguiendo a Engels y a Marx, insiste en que la mejor y más clara forma de superar el peso de la religión en las masas obreras es despertando su capacidad de unión, de solidaridad, de pensamiento y acción colectivos, de lucha masiva. En ese terreno de unidad, de sentirse capaces de influir sobre la vida social, de ser dueños colectivos de su propio destino, es cuando los individuos obreros ya no se ven como átomos perdidos en un universo despiadado, sino que comienzan a superar miedos ancestrales, comienzan a confiar en sí mismos y en los demás, comienzan a sentirse parte de la verdadera humanidad porque están empezando a construirla. En esas condiciones sociales generales que son las de la lucha comunista del proletariado, los pilares de la religión comienzan de verdad a tambalearse.
Saludos comunistas CCI 18-7-07
Una vez más, a menos de un año del proceso electoral que reeligió a Chávez, la burguesía nacional, de la cual forman parte las cúpulas chavistas y de oposición, moviliza a los trabajadores y a la población a otra contienda electoral. En esta oportunidad convocan a un referéndum el 2 de diciembre para votar a favor o en contra de la reforma a la constitución propuesta por Chávez y ampliada por la Asamblea Nacional chavista.
Una vez más, Chávez aguza la polarización política, reformando una serie de artículos de la constitución vigente (aprobada en 1999 por la asamblea constituyente dominada por fuerzas políticas chavistas), que buscan fortalecer en el poder a las facciones chavistas de la burguesía, y por ende, atacar los intereses de las fuerzas opositoras de la burguesía y de la pequeña burguesía. Chávez sabe muy bien que estos sectores del capital nacional reaccionan como bestia herida cada vez que se promulgan leyes o decretos que afectan sus intereses; que su propia reacción, sirve como caja de resonancia a las medidas que él quiere asumir.
Mantener a las masas movilizadas es imprescindible para el proyecto chavista, de allí que durante sus 9 años de gobierno ha promovido, incluyendo éste, mas de 10 procesos eleccionarios. De esta manera, busca mantener sus fuerzas cohesionadas e ilusionadas con las supuestas bondades del “Socialismo del Siglo 21” o “socialismo bolivariano”, nombre con que ha bautizado la burguesía chavista a su modelo capitalista de estado; modelo que se sustenta en la explotación del proletariado venezolano.
El proletariado venezolano no tiene nada que ganar con esta nueva contienda electoral; mas bien, mucho que perder; no sólo desde el punto de vista de las ilusiones que le pintan en los modelos capitalistas que defienden las facciones burguesas en pugna, sino que acentúa la división y confrontación entre proletarios. Esta nueva contienda electoral se da en un marco de aceleración de la confrontación política entre las facciones oficialista y opositora, que se ha trasladado a las filas de los trabajadores con un saldo de varios trabajadores heridos y muertos (uno de ellos hace apenas una semana), y puede desembocar en situaciones de confrontación impredecibles, a las cuales sean arrastrados muchos otros proletarios.
Con este referéndum como con cualquier proceso eleccionario, la que gana es la burguesía, sea de izquierda o de derecha.
¿Por qué una reforma constitucional, cuando es archiconocido que el chavismo controla los poderes públicos, la Fuerza Armada y la totalidad de las instituciones del estado?
Es indudable que detrás de cada proceso eleccionario o plebiscitario, está la necesidad de mantener atado al proletariado al carro de la democracia burguesa: periódicamente la burguesía se ve en la necesidad de mantener viva la ilusión en la clase y la población, de que es posible mejorar sus condiciones de vida bajo el régimen capitalista. Mas, el objetivo fundamental de esta reforma constitucional, y la forma acelerada como el chavismo ha respondido para implementarla, obedece a la necesidad de darle una mayor sustentación jurídica al sector de la clase dominante que controla el estado después del ascenso del chavismo.
Es por ello que el articulado constitucional reformulado por el chavismo, busca darle mayor poder de decisión al Poder Ejecutivo (léase Chávez), con el fin de intentar controlar y atacar a dos enemigos fundamentales:
La reforma representa una huída hacia adelante de parte del chavismo, una tentativa de acelerar su proyecto antes de que sufra un desgaste mayor. La respuesta de los sectores opositores, ha sido cohesionarse, para intentar bloquear la reforma, que persigue una mayor concentración de poder en Chávez. Inevitablemente, sea cual sea el resultado, se exacerbará la conflictividad política y social, debido a la dinámica de descomposición política y social existente, que ocasiona que las acciones de las facciones de la burguesía en pugna acentúen esta dinámica.
En este sentido, el proletariado no debe caer en las ilusiones democráticas que le plantean oficialistas y opositores para intentar cuadrarlo con uno u otro bando; unos colocándose como los defensores de la “democracia participativa y protagónica”, los otros como defensores de la “democracia social” frente a las tendencias totalitarias y dictatoriales de Chávez. La democracia, independientemente de sus calificativos, no es más que el aparataje jurídico e ideológico que han perfeccionado por siglos las clases dominantes para mantener sometido al proletariado y la sociedad en su conjunto.
Los trabajadores deben rechazar de la manera mas firme las ilusiones inducidas por los sectores de la pequeña burguesía opositora, de que esta dinámica hacia el caos podrá ser revertida por “el libre juego democrático”, para volver a la “bonanza” de la añorada “Venezuela Saudita” de los años 70; así como tampoco, pensar que el proyecto chavista del “socialismo bolivariano” va a eliminar la pobreza creando “el máximo de felicidad posible” (tal reza la constitución reformulada). Tanto unos como otros, son defensores del sistema capitalista de explotación, el cual, en su período de decadencia en que vivimos, se sustenta sobre el crecimiento incesante de la pauperización; ya que sus propias leyes de funcionamiento (que no se superan con decretar el “socialismo”, tal como lo pretende el chavismo), polarizan la riqueza en manos de unos pocos y la pobreza de la inmensa mayoría de la sociedad.
La forma acelerada y atropellada como el chavismo pretende imponer la reforma constitucional, evidencia que el proyecto chavista está corriendo “contra reloj”, contra un proceso de agotamiento político y social; ya que por una parte, es mayor la presión de la burguesía opositora debido a que no ha sido capaz de cumplir con los objetivos del capital nacional en su conjunto; y por la otra, se ha generado un ambiente de malestar social, ante el cual se hace cada vez mas notoria su dificultad para controlarlo (uno de los puntos principales por los que la burguesía votó a favor de Chávez). Varios factores muestran las dificultades reales del proyecto chavista:
Las reacciones de las fuerzas opositoras, quienes progresivamente se han cohesionado en contra de la reforma, muestran que amplios sectores de la burguesía nacional también trabajan “contra reloj” para buscar un liderazgo alternativo. En esta oportunidad plantean una lucha a mediano y largo plazo contra el chavismo, que tendría como basamento la unidad alcanzada en torno al referendo. No se descarta que el General Baduel, que viene de las propias filas del chavismo, sea una de las figuras centrales en esta tendencia. Éste en recientes declaraciones a la prensa ha dicho que la reforma es inconstitucional, pues debió haberse hecho a través de una constituyente; y ha hecho llamados a la Fuerza Armada a hacer respetar los resultados electorales, de ganar el NO a la reforma, que según las últimas encuestas ha cobrado fuerza.
El mayor reto que confronta el chavismo es la perspectiva de una acentuación de las protestas sociales y de la lucha de los trabajadores.
A lo largo de este año han sido frecuente las expresiones de indignación de las masas (muchas de ellas simpatizantes del chavismo), debido a la falta de atención del estado a sus necesidades de servicios, vialidad y principalmente la falta de vivienda que se ha agravado con los damnificados por las lluvias (algunos de ellos viviendo en condiciones muy precarias desde las vaguadas de 1999). Sus protestas se han unido a la de taxistas y choferes del transporte público, quienes son asaltados e incluso asesinados casi a diario. Los cierres de vías y tomas de sedes de organismos públicos, se producen casi a diario en el país.
En mayo pasado se sucedieron luchas en el sector de los estudiantes, que rompían con la forma “tradicional” de lucha de este sector, tratando de expresarse en un terreno mas social y con métodos de luchas basado en asambleas y delegados elegidos por éstas. Lamentablemente el movimiento de los estudiantes ha perdido las cualidades que lo identificaban como movimiento de corte mas social, y ha sido absorbido por opositores y oficialistas, para encuadrarlo en las luchas de la burguesía y pequeña burguesía a favor o en contra de la reforma.
Un aspecto a destacar son las luchas de los trabajadores por sus reivindicaciones salariales y sociales. Destacan las luchas de los trabajadores petroleros, que se iniciaron en mayo pasado por el reenganche de los trabajadores de las empresas mixtas nacionalizadas, los cuales la empresa estatal PDVSA pretendía despedir. A finales de septiembre e inicios de octubre, los petroleros retoman las luchas esta vez por el retardo en la discusión de la contratación colectiva y la negativa de empresas (con el apoyo de los sindicatos oficialistas) en discutir las cláusulas salariales. Los trabajadores fueron reprimidos por la policía, dejando saldo de varios heridos, dentro de ellos un obrero de gravedad. En este sentido, los chavistas se dan la mano con sus pares adecos y copeyanos de los gobiernos que les precedieron, a la hora de reprimir y atacar las condiciones de vida de la clase (para mayores detalles ver artículo Correo del Lector: HUELGA DE TRABAJADORES DEL PETROLEO EN VENEZUELA https://es.internationalism.org/node/2095 [135]).
Ante esta perspectiva de movilización social y ante las dificultades cada vez mayores para mostrar su cara “popular” y “obrera”, al régimen chavista no le queda otro camino que fortalecer el control y la represión del estado, modificando para ello varios artículos de la constitución; por ejemplo, los que tratan sobre la implementación de los estados de excepción y la creación de las llamadas “milicias revolucionarias”, fuerzas represivas militarizadas, “guardia pretoriana” adscrita directamente a la presidencia de la república.
Se puede decir que las luchas sociales y de los trabajadores quedan en receso debido a la aturdidora campaña por la reforma. Sin embargo, hay un peligro real para la clase trabajadora, que es quedar atrapada en la polarización e incluso ser utilizados como carne de cañón por cualquiera de las facciones en el poder.
Como revolucionarios, como militantes de la clase, alertamos principalmente al proletariado ante este peligro inminente. Muchos proletarios se han dejado atrapar por la polarización, y se prestan a atacar a sus hermanos de clase; actuación que debe ser rechazada con la mayor firmeza, ya que debilita los lazos de solidaridad de clase. El proletariado venezolano vive una situación particular extremadamente peligrosa, y hasta ahora no ha tenido las fuerzas para oponerse de manera firme y masiva a la polarización.
La situación que se vive en Venezuela es la mejor expresión de que la burguesía en su conjunto no tiene la capacidad para gobernar: hace 9 años colocó a Chávez en el poder para intentar remediar la situación social y política que existía en los años 90, y resulta que ha sido “peor el remedio que la enfermedad”. Del lado de los trabajadores: el deterioro de los servicios públicos, el alto costo de la vida, el desempleo y empleo precario, la delincuencia y ahora la escasez de alimentos; nos alejan cada vez mas de ese “paraíso” que nos vendieron tanto la burguesía como la pequeña burguesía de izquierda, de que iban a mejorar nuestras condiciones de vida, e inclusive, a superarse la pobreza.
Los trabajadores no tienen otra opción que luchar con sus propias fuerzas por un mundo mejor, por tener una vida digna. Para lograrlo, hay que romper con las ilusiones democráticas, que no sólo lo alejan de las luchas en su propio terreno, sino que lo alejan de su lucha histórica por la superación de la barbarie a que nos somete el capitalismo. Sólo las masas trabajadoras, por el papel que ocupan en el capitalismo, tienen la capacidad de desarrollar una lucha unida y conciente contra el capital; y de esta manera tornarse en una referencia para las otras capas sociales oprimidas, para realizar una lucha por el verdadero socialismo. Para ello, es imprescindible que los trabajadores rompan las cadenas de la polarización y retomen las luchas en su propio terreno de clase, basados en genuinas asambleas de trabajadores, con delgados elegibles y revocables ante esta.
Así mismo, las minorías que luchamos a nivel de Venezuela y el mundo por superar la situación actual de dominio del capital sobre el trabajo, tenemos también una gran responsabilidad en debatir y divulgar las ideas socialistas que defendieron revolucionarios como Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Luxemburgo, etc., que son la antítesis de esa patraña llamada “socialismo del siglo 21”.
Internacionalismo 29-11-07
En el mes de octubre en la ciudad de Lima, la CCI realizó la primera Reunión Pública en este país. Es un acontecimiento importante ya que significa la oportunidad histórica para que simpatizantes del proyecto revolucionario del proletariado tomen contacto con las posiciones de la izquierda comunista. En un país donde los militantes sinceros a la causa obrera han tenido que soportar por décadas el peso terrible del estalinismo, del maoísmo (principalmente a través de Sendero Luminoso), del trotskismo etc., una región castigada por la represión brutal del Estado y por un aislamiento con el resto del proletariado mundial, que pesa como losa; en un a región así, es sumamente importante para la clase obrera que una minoría de militantes busque clarificar sus ideas sobre la revolución mundial y sobre el comunismo.
Es con este objetivo, el de abrir un espacio de discusión fraterna cuyo objetivo es la clarificación y no el reclutamiento forzado, con el que la CCI participó en este debate público. Queremos agradecer públicamente a nuestros simpatizantes en esa región por su ayuda logística, sin su apoyo la CCI difícilmente hubiera logrado hacer algo así: emprender una reflexión de fondo sobre el mundo actual, lo que el capitalismo ofrece a las personas y qué perspectivas se desprenden para la humanidad. Once personas estuvieron reunidas abordando temas cruciales para el desarrollo de la futura revolución. Con este balance que presentamos a los compañeros interesados de todo el mundo, queremos exponer las lecciones de tan prometedor encuentro. El tema anunciado en los carteles colocados en puntos de la ciudad de Lima era “qué es el socialismo y cómo luchar por él”, sin embargo, la avidez de los participantes y sus planteamientos honestos y profundos hizo que la reunión abordara diversos temas.
En las discusiones se expresaron posiciones de compañeros que habían estado vinculados al GCI[1] o que comparten actualmente más o menos algunas de sus posiciones. Otros compañeros se sentían identificados con el anarquismo. Igualmente participaron los militantes de la CCI y simpatizantes muy próximos a nuestra organización. No obstante, lo más relevante fue el ambiente de debate sincero y abierto.
Lucha obrera: contenido y forma del terreno de clase
Dado que los asistentes mostraron un tácito acuerdo con la necesidad de la revolución y con la perspectiva de derribar al capitalismo, la discusión se trasladó a cuestiones más “concretas”. De las primeras ideas que los asistentes abordaron fue la noción de la decadencia del capitalismo, para los asistentes bajo la influencia del GCI hay una cierta visión ahistórica del proceso que conduce a la transformación de la sociedad, incluso se llegó a introducir la idea de la existencia de un proletariado antes de la llegada de los españoles (“masacrar proletarios en la conquista no tenía nada de progresista”, dicho casi textual por un participante). Detrás de esta posición se dibujan las confusiones típicas que el GCI reparte a manos llenas.
Mas que entender los procesos históricos el GCI difunde el radical pero hueco método de “violencia reaccionaria contra violencia de los oprimidos” pero haciendo una omisión del contexto histórico. Ello conduce a una dificultad para poder explicar por qué la revolución mundial no era realizable en el siglo XIX y que ello daba un contenido y forma diferentes a la lucha proletaria y a sus organizaciones políticas (sindicatos, partidos de masas, lucha por el programa mínimo, etc.). Hubo otros asistentes que insistieron en desarrollar la explicación de la decadencia, es por ello que pensamos que es una interesante cuestión que deberemos abordar.
Se ha abierto un debate también sobre qué es el proletariado, su naturaleza y cómo lucha. Unos participantes vertieron la idea de que los acontecimientos en Argentina 2001 fueron movimientos plenamente proletarios y que habría que “defenderlos e imitarlos” así como los “soviet en Irak en 1991” (sic!). La CCI explicó su posición[2], se han dado elementos de reflexión que los participantes tomaron con seriedad. Así, han sido tres los ejes sobre los que la CCI ha insistido:
-rechazar la “violencia por la violencia”. Si bien la revolución que derrocará al capitalismo será un hecho violento porque una minoría que tiene en su poder el aparato estatal se va a resistir, tal violencia no es la esencia misma de la revolución, su esencia está en la capacidad del proletariado para desarrollar su lucha masiva y consiente, lo que distingue a la clase que hará la revolución no es la violencia sino su conciencia.
-las luchas obreras se articulan a través de organismos que la misma lucha va generando, desde las asambleas masivas, las delegaciones, los comités de lucha, hasta llegar a estadios más avanzados donde las formas de organización son más amplias y donde la situación exigirá la construcción de consejos obreros. Estamos aún en los inicios de las respuestas obreras a nivel mundial después del duro golpe que significó la enorme campaña de la “muerte del comunismo” y el retroceso que el proletariado mundial sufrió en su conciencia[3]. Rechazar las asambleas donde se expresa un esfuerzo del proletariado por tomar las luchas en sus manos es un error, lo mismo que privilegiar acciones desesperadas (quema de autos, bloqueos, enfrentamientos con la policía, etc.) en vez de sacar lecciones y discutir dónde y cómo la burguesía y su Estado entrampan las luchas obreras y la clarificación de sus minorías.
-las auténticas luchas obreras no son “puras” y la CCI no está esperando a que se den luchas sin la influencia de la ideología burguesa o luchas donde haya una ausencia total de los aparatos del estado (sindicatos de todo pelaje así como partidos abiertamente ligados al capital así como el brazo radical de la burguesía: el izquierdismo –sea este de corte maoísta, anarquismo oficial, etc.), no. Para la CCI una auténtica lucha obrera no se mide por la presencia de los factores antes señalados, sino por la existencia en toda lucha naciente de una dinámica donde los participantes puedan reconocerse como integrantes de una clase, como miembros que tienen la necesidad de ir a la lucha con los otros ya que comparten interese inmediatos comunes. Cuando se empieza a comprender que existe una identidad proletaria esa lucha ha dado pasos adelante y hay que generalizar esas lecciones. Cuando después de un evento queda la sensación de división, sectarismo, segregación, gremialismo, etc., entonces lo que hay que generalizar es dónde está la trampa o el error.
En lo referente a la lucha obrera sólo se han planteado los problemas y hay un largo camino de clarificación por delante.
La cuestión sindical
Hubo también está cuestión que atravesó una parte de la discusión. No se hizo esperar la clásica visión de ver en el sindicato un organismo rescatable para la clase obrera, está posición del anarquismo ve en la CNT un órgano a “rescatar” y se planteó abiertamente la cuestión de “¿es posible un sindicato revolucionario?”. Se estuvo de acuerdo que si bien la CNT traicionó durante los acontecimientos de España 1936, al menos “los amigos de Durruti se opusieron a la militarización del trabajo”[4]. Uno de los participantes aportó una respuesta clásica en el GCI: “el sindicato nunca ha sido y nunca será revolucionario”. Lo cual contiene una parte de verdad, ya que, efectivamente, los sindicatos no surgieron como órganos de la lucha revolucionaria del proletariado, sino como órganos para obtener mejoras y conquistas dentro del capitalismo; pero esta posición también regresaba sobre una falta de método, sobre la incapacidad para ver al sindicato como producto histórico y comprender que su surgimiento, que costó sangre al proletariado, estaba condicionado por un periodo histórico donde la revolución no estaba al orden del día. Esta idea coincide también con la vieja letanía del GCI de que la II internacional no tendría nada de proletaria!...recordemos rápidamente que la II internacional tiene el mérito de adoptar el marxismo como método para desarrollar la teoría revolucionaria, que separó las organizaciones proletarias en unitarias (sindicatos) y los partidos políticos, amen del combate de la socialdemocracia contra la francmasonería y el desarrollo de las discusiones sobre los orígenes del cristianismo e infinidad de artículos de fondo, que la segunda internacional haya traicionado al apoyar los créditos de guerra en 1914 no impide que reconozcamos su existencia como una eslabón más en la cadena de esfuerzos del proletariado por dotarse de un partido mundial.
Un asistente apoyó las posiciones de la CCI sobre la cuestión sindical mostrando cómo los sindicatos constituyen un medio de control del Estado y cómo el mismo Fujimori desarrolló una campaña de destrucción de los sindicatos para luego en alianza con la oposición a su gobierno hacer creer a los trabajadores en la “necesidad de luchar por sindicatos”.
Los sindicatos fueron un arma del proletariado en un periodo de la historia donde el capitalismo podía no sólo conceder reformas duraderas sino que además la revolución proletaria no estaba aún a la orden del día y el “programa mínimo” era una cuestión inmediata por la cual luchar. Sin embargo, los acontecimientos de 1905 y sobre todo 1917 en Rusia demostraron cómo la lucha da una respuesta a un problema de organización en la decadencia del capitalismo, la revolución no giró en torno a sindicatos sino en torno a los consejos obreros, “la forma al fin encontrada” diría Lenin “de la dictadura del proletariado”. Desde entonces, el desarrollo de las luchas obreras estará confrontado a organizarse fuera y contra los sindicatos. Sabemos que no todos los días se pueden instaurar consejos obreros ya que ello depende de las condiciones de generalización de las luchas hasta pleitear una situación prerrevolucionaria, pero los combates obreros no deben esperar hasta ese día para autorganizarse, desde que estalla la huelga en una fábrica se plantea el dilema de tomar el control de las decisiones a través de asambleas donde los trabajadores decidan el rumbo de su lucha. Entonces el buscar la solidaridad con otros explotados deviene una cuestión de vida o muerte para cada huelga (no hablamos de las farsas de “solidaridad” que orquestan los sindicatos), empezar a percibir que el aislamiento es la muerte de todo combate es una profunda lección que preparará las luchas decisivas contra el capital.
Luchar por una cultura del debate
Los asistentes han mostrado un espíritu abiertamente proletario: capacidad de apertura y voluntad de reflexión. Ambos aspectos hablan de un esfuerzo difícil pero alentador de las minorías de esta región que comparte la visión de que el capitalismo está conduciendo a la humanidad a la catástrofe. Aunque políticamente estamos concientes que hay divergencias y que vamos a luchar contra las aberraciones políticas del GCI, no podemos sino saludar ese espíritu de los participantes y les animamos a que defiendan con apertura sus ideas, que escuchen e integren nuevos argumentos para que a través de un debate contradictorio se vaya de la confusión a la clarificación.
En el ambiente de la ideología de la burguesía y del izquierdismo, un “debate” se plantea como una relación de fuerza donde una parte se impone, elimina y demuele a la otra, es la forma grotesca en que una fracción aplasta a la otra. En la vida diaria del capitalismo, los individuos se ven enfrentados a una competencia donde el otro es siempre un “enemigo”, tal competencia engendra la idea de que el que “sabe más sería el mejor”, la competencia laboral tiene su complemento en la competencia intelectual. Para la clase obrera, para el marxismo, el debate, la confrontación fraterna de ideas es el único medio a través del cual la conciencia supera sus deficiencias. En un debate proletario no se humilla, no se busca destrozar al otro, los adjetivos peyorativos son a excluir, una cultura de debate supone el método de convencer y no imponer. Es por ello que pensamos que en esta región del mundo tenemos que abrir un espacio para las discusiones, un espacio donde los elementos de la clase que quieran debatir, clarificarse ideas o exponer sus pensamientos, puedan encontrar un medio que permita la elaboración colectiva de ideas. Luchar por la construcción de un medio donde el debate proletario esté al centro de la vida política es una perspectiva que en Perú, como en el mundo, preparará la futura revolución mundial.
CCI
[1] GCI: Grupo Comunista Internacional, un grupo de verborrea radical pero de práctica coincidente con los grupos de “extrema izquierda” del Capital. Ver nuestra denuncia en Revista Internacional nº 124 ¿Para qué sirve el GCI?: /revista-internacional/200602/516/para-que-sirve-el-grupo-comunista-internacionalista-gci [136]
[2] Ver artículo antes citado sobre los de “los soviets en Irak” y sobre Argentina ver Revista Internacional nº 109: Revueltas en Argentina, solo la afirmación en su terreno podrá hacer retroceder a la burguesía: /revista-internacional/200510/231/revueltas-populares-en-argentina-solo-la-afirmacion-del-proletariad [137]
[3] Ver Dificultades crecientes para el proletariado en Revista Internacional nº 60 y Resolución sobre la lucha de clases en Revista Internacional nº 119: /revista-internacional/200510/183/resolucion-sobre-giro-en-la-lucha-de-clases [138]
[4] Ver nuestra Serie sobre la CNT en Revista Internacional números 128 a 131 en /revista-internacional/200703/1322/historia-del-movimiento-obrero-la-cnt-nacimiento-del-sindicalismo- [139] (para el primer artículo de la Serie). También nuestro libro ESPAÑA 1936 FRANCO Y LA REPUBLICA MASACRAN A LOS TRABAJADORES. En /cci/200602/539/espana-1936-franco-y-la-republica-masacran-al-proletariado [127] . Sobre el tema de los amigos de Durruti ver en Revista Internacional nº 102 Lecciones de una ruptura incompleta con el anarquismo en /revista-internacional/200007/772/anarquismo-y-comunismo-los-amigos-de-durruti-lecciones-de-una-ruptu [140]
En agosto de 1920, la prefiguración de lo que se iba a volver el movimiento de ocupación de las fábricas fue lo que se llamó el “obstruccionismo”. Este era generalmente aplicado en respuesta a todo lock-out patronal, una táctica que consistía en remplazar, según los estrategas de la FIOM (Federación de Obreros Metalúrgicos), la huelga, “que ya se había utilizado demasiado”, por una política de “producción propia”. Uno de los argumentos favoritos de la propaganda de los delegados consistía en decir que la crisis era mucho menos grave de lo que pretendían las sirenas del patronato. Puesto que la economía nacional podía aguantar aumentos de salarios por el hecho de que las mercancías podían venderse en un mercado que se estaba reconstruyendo, los obreros tenían que forzar las puertas de las fábricas, de manera de seguir produciendo. No menos de 280 establecimientos metalúrgicos de Milano fueron ocupados y testigos de una gestión obrera que le dio a los sindicalistas esperanzas de participar en el poder.
En esa circunstancia, los sindicalistas se mostraron hábiles propagandistas de la economía gradualista. Eso quería decir que los trabajadores tenían que dar pruebas de su sentido de responsabilidad: respetar escrupulosamente la propiedad “común”, aceptar por disciplina proletaria el apretarse el cinturón y arremangarse para producir a tope. Para producir a menor costo que bajo control patronal, la clase obrera debía armarse con conocimientos técnicos y administrativos, de manera que fuera capaz de reemplazar los técnicos quienes, bajo orden de la administración, se habían ido de los lugares de trabajo. En cierto modo, estaban llamando a la clase obrera a gobernar un estado que tenía que reflejar bien las estructura económica del país real.
En seguida, la izquierda empieza a luchar contra la ideología gestionaría que, en vez de plantear el problema a nivel político, lo encerraba, lo reducía y, en definitiva lo encastraba al puro nivel de la fábrica:
“Quisiéramos evitar que penetre en las masas obreras la convicción que basta con desarrollar la institución de los Consejos para apoderarse de las fábricas y eliminar a los capitalistas. Sería una ilusión extremadamente peligrosa (...) Si la conquista del poder político no se realiza, los Guardias Reales, los carabineros se encargaran de disipar toda ilusión, con todo el mecanismo de opresión. Toda la fuerza de la cual dispone la burguesía, el aparato político de su poder, caerá sobre los trabajadores”. (Amadeo Bordiga).
Ese aviso rigurosa y profético contra el ilusionismo gestionario atacaba la propaganda del “Ordino Nuevo[1] que ponía en primer plano el control obrero y la educación tecnológica del proletariado para permitirse dirigir las fábricas”. Según Ordine Nuovo “en la fábrica, el obrero puede forjarse una concepción comunista del mundo y de allí volcar el sistema económico-político burgués para sustituirle el estado de los Consejos Obreros. El sistema de Consejos es superior a la forma sindical y partidista pues hace de cada trabajador de la empresa, técnico o barrendero, un....elector de la Comisión Obrera” (informe de julio de 1920 al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista), y, además, prosigue dicho informe, “ese elector se expresa, no levantando la mano, sino en el secreto pequeño-burgués de la tarjeta de voto. ¿Ante la amplitud de su tarea, no deben los trabajadores dejar de un lado su egoísmo y aceptar innovaciones productivas puesto que éstas hacen aumentar sus capacidades productivas, y por consiguiente su peso en la nación? Los trabajadores deben cesar de actuar a tontas y locas como lo habían hecho en los últimos años. Ahora pueden lograr algo palpable, deben hacer funcionar las fábricas en una democracia obrera total, desde los reformistas hasta los anarquistas”. No habrá ruptura en la continuidad de ese grupo cuando, poco tiempo después, se encargará de aplicar medidas de bolchevización en el seno del joven Partido Comunista como portador de la contrarrevolución estilista.
Una vez más, la izquierda reafirmó su completa oposición al culturalismo tan apreciado por los viejos partidos de la II Internacional como por el joven “Ordine Nuovo”, el P.S.I. por su parte enarbolaba su bandera con el martillo, la hoz y un libro. Además en plena explosión revolucionaria, el Partido Socialista decidió participar en las elecciones al parlamento y dio a los trabajadores la consigna habitual de participar masivamente en el voto (16 de noviembre de 1919), convencido de que el voto por representación proporcional le garantizaría una mayoría confortable. Y, efectivamente, con 1.840.000 votos, los socialistas llegaron a tener 156 representantes en el parlamento y, algunos meses más tarde, 2.800 comunas. Lenin se mostró satisfecho por el “excelente trabajo” que eso representaba con relación a la situación internacional, esperando que el ejemplo sirviera para los comunistas alemanes (carta a Serraati del 29/10/19). La Internacional Comunista saludó el resultado como un gran éxito. Pero ¿Qué es lo que hacen los diputados y alcaldes socialistas para justificar tales elogios?. Como antes de la guerra se dedican a reclamarle al Estado trabajos públicos, a formar sindicatos y cooperativas, en fin, a administrar los asuntos de las ciudades. Así pues, Italia llevó a cabo, bajo la dirección de los socialistas, la revolución nacional que el Risorgimento había dejado inacabada. Se quiere a la vez la Constituyente y Soviets, la dictadura del proletariado y la lucha sobre el terreno electoral. Era una manera muy hábil de quedar bien con todo el mundo. El balance que hizo la Izquierda Comunista en Italia de este episodio fue que “en las horas decisivas, la burguesía se defiende de la revolución proletaria utilizando el método democrático”.
La primera ocupación de fábrica enarboló sobre la chimenea la bandera tricolor italiana. Tuvo lugar en una pequeña ciudad de la región de Dalmina, bajo el activo apoyo de Il Popolo d’Italia[2], que escribía en sus columnas: “La experiencia de Dalmina tiene un alto valor; indica la capacidad del proletariado para dirigir directamente la fábrica”.
Los partidos políticos, los sindicatos y los izquierdistas utilizaban frases análogas a las de su hermano enemigo par saludar la gestión obrera. Lejos de desaprobar entonces las reivindicaciones de los huelguistas, Mussolini fue en persona a la localidad para alentar la resistencia obrera a los “abusos patronales”. Los trabajadores de Gregorini-Franchi, durante tres días habían seguido asumiendo el buen funcionamiento de la empresa en todos sus departamentos, ante la negativa de la dirección de darles la semana inglesa. Para Mussolini, la clase obrera era digna de tomar el puesto de la burguesía en la gestión de la producción puesto que había abandonado la huelga tradicional, tan dañina para la nación.
Un año después, esta primera ocupación fue seguida por tentativas, generalmente efímeras de gestión obrera: en Sestri-Ponente, en las afueras de Génova, el 18 de febrero de 1920; en los astilleros de Ansaldo en Viareggio el día siguiente, en Ponte-Canavese y Torre Pellice el 28 de febrero, en los establecimientos madereros de Asti el 2 de marzo, en los establecimientos Spadaccini en Sesto el 4 de junio; en los talleres de mecánica Miami-Sivestri en Napoli; en el trust siderúrgico Ilva en Napoli, el 10 de junio. Esas huelgas con ocupación de fábrica, que se repetían regularmente, tenían una forma de organización, el Consejo Obrero, que unía a la mayor parte de los trabajadores – independientemente de su convicciones políticas – en la lucha contra el capitalismo. No obstante como ese movimiento no encontró nunca la fuerza suficiente para sobrepasar los límites del control de las fábricas aisladas, y enfrentarse al Estado; como sus protagonistas se dejaron deslumbrar por efímero y artificiales éxitos, el movimiento se pudrió sobre sí mismo. Por esa razón, sin disparar una sola bala, la burguesía pudo recuperar sus bienes; para desalojar a los ocupantes, usó la FIOM[3] que varias veces había declarado que su único objetivo era el control obrero de la producción, que no tenía intensiones de ir más lejos. El propio parlamento le reconoció ese derecho. Los dirigentes de la Banca Commerciale aseguraron a la FIOM una neutralidad cordial; el prefecto de Milano se ofreció para aclarar las discordias entre industrias y sindicalistas; Mussolini visitó al secretario de la FIOM, Buozzi, para declararle que las ocupaciones gozan de todo el apoyo de los fasci; el director de periódico más importante de la época, Corriere della Sera, se precipita a ver al camarada Turati para aconsejarle que los socialistas que se metan en el gobierno ; el presidente de la FIAT, Agnelli, solicitó que se diera un papel institucional importante a los sindicatos...
Sin embargo, los numerosos ejemplos de preparativos de armamento, de formación de grupos de combate, nos muestra que la fracción más consciente de la clase estaba decidida, no a hacer funcionar las fábricas como lo aconsejaba la C.G.I.L., sino a luchar con fusiles. En la Fiat de Torino, los jefes sindicales frenan los grupos que transformaron camiones en carros blindados con ametralladoras para organizar una demostración de fuerza obrera en la ciudad. Una vez que las armas que habían sido introducidas o fabricadas en las fábricas durante la ocupación, fueron descubiertas y tomadas por la policía, la FIOM tuvo las manos libres para firmar “su mejor acuerdo” El reconocimiento de las Comisiones Obreras. Finalmente llegó el momento de negociar la derrota de los trabajadores con el Confindustria. La C.G.I.L. aceptó la reducción de los horarios de trabajo para todas las categorías de trabajadores que se encontraron, sin embargo, con salarios muy reducidos.
Ahora la fruta estaba madura; la burguesía podía intervenir con toda tranquilidad.
En vez de cometer el error de utilizar la represión abierta- lo que deseaba la Confindustria y la Confragricultura-Giolotti actuó como un hombre sabio, como un diestro defensor de los intereses del capitalismo a largo plazo. Ante él se planteaban dos alternativas: o bien utilizar las fuerzas represivas y cañonear a los metalúrgicos piemontese, los tipógrafos romanos, los marineros y cargadores de Trieste y hasta a los maestros de escuela, o bien esperar que el hambre hiciera efecto. Y Giolotti tuvo sangre fría: contó con el hambre y con el trabajo de los sindicatos. Utilizando su vieja experiencia frente a la agitación social, su táctica fue dejar nuevamente que el movimiento se desarrollara y refluyera por sí solo. Al no haber utilizado inmediatamente la represión sistemática pudo aislar y dejar pudrir un movimiento encerrado en sí mismo y falto completamente de perspectivas.
Los Comités de fábrica probaron que el proletariado no podía surgir sobre el terreno económico, ni cambiar la sociedad entera a partir de las posiciones ocupadas en las fábricas, aunque éstas modificasen el derecho a la propiedad y la administración. La expropiación de los capitalistas será llevada solamente por una revolución proletaria. El proletariado debe pues constituirse en partido político, no dentro del horizonte burgués de la nación, sino internacionalmente. Desde el principio de su actividad revolucionaria, debe obrar por la formación del partido mundial, cuyo carácter intrínseco no se mide en realizaciones económicas; tiene que destruir el estado por las armas. Cuando se ha planteado así el problema podemos comprender porqué la Comuna de París, que solo pudo decretar a nivel social muy pocas cosas, en comparación con lo que llevó a cabo el capitalismo en su período ascendente, es una verdadera revolución proletaria,, la primera de la historia.
Solo la izquierda, que había empezado su trabajo como fracción desde los años 1912-1914 en la lucha contra el frentismo, la política de apoyo socialista a la burguesía italiana que se orientó hacia la denuncia del culto electoral, salió de la tormenta con la frente bien alta. Mil veces incitó al generoso proletariado de Italia a sobre-pasar los viejos jefes enmohecidos en sus tradicionales y peligrosos métodos de colaboración con la burguesía. Solo la izquierda, en contra de todos, llamó a las fuerzas conscientes y combatientes del proletariado a romper los criminales lazos que lo encarcelaban tras las rejas de las fábricas, a constituirse en partido de clase, pues era precisamente estancándose sobre el terreno aislado de las fábricas como la clase obrera de Italia preparaba su propia tumba. Contra las numerosas corrientes que vieron la posibilidad de apoderarse de los medios de producción y de intercambio sin proceder primero a la destrucción del aparato del Estado burgués, la izquierda evidenció que: “Según la sana concepción comunista, el control obrero sobre la producción no se realizará sino después de la destrucción del poder burgués si el control de la marcha de cada empresa pasa a manos de todo el proletariado unificado en el estado de los Consejos. La gestión comunista de la producción será asegurada por los órganos colectivos representando los intereses de todos los trabajadores asociados en la obra de la construcción del comunismo”. Tesis de la fracción Comunista Abstencionista del Partido Socialista Italiano. (Mayo 1920).
La izquierda se arriesgó, y era esa su tarea revolucionaria más urgente, a afrontar los “tabus” que estaban de moda; la huelga gestionaría expropiadora, para reafirmar la prioridad política: la constitución del proletariado en partido. Mientras que los endormecidos incitaban a los trabajadores en huelga a interesarse con aplicación en sus fábricas, en conocer el valor del capital invertido en la producción, en ver como se podía aumentar el rendimiento del trabajo, el lenguaje de la izquierda planteó el único problema verdadero: “¿Qué vamos a tomar? ¿el poder o las fábricas?”.
La enunciación de esta verdad primordial, hace a Gramsci y a su equipo echar espuma por la boca: “Vuestro partido es una concepción sectaria, jerárquica, de la revolución, nosotros le oponemos una visión unitaria, amplia y libertaria”. Tal fue la respuesta de los alabadores de la unidad, cuyo único temor era una división en el Partido Socialista. La unidad que ellos reverenciaban era la unidad con la mayoría unitaria de Seratti quien quiso hacer del parlamento y de las comunas centros activos de propaganda revolucionaria; unidad con los reformistas de Turatti, adversarios de los consejos de Torino y de la Internacional Comunista; unidad con los sindicalistas depurados de los elementos de extrema-derecha. De ahí viene el nombre al cotidiano del Partido Comunista, Unitá. Esta “búsqueda de la unidad” llevó a la apertura en dirección los católicos intelectuales organizados en el Partido Popular: “En Italia, en Roma, está el Vaticano, está el papa. El Estado liberal tuvo que encontrar un sistema de equilibrio con la potencia espiritual de la iglesia; el estado obrero tendrá también que encontrar su equilibrio”.
El esfuerzo de la izquierda por construir el partido puramente Comunista, partiendo de la renuncia a participar en las elecciones no era para Gramsci más que “particularismo alucinado”, él hubiera deseado el enderezamiento del P.S.I. que “de partido parlamentario pequeño-burgués debe convertirse en el partido revolucionario”. Los “nueve puntos “ publicados bajo el título “por una renovación del P.S.I.” en el Ordine Nuovo del 8 de mayo de 1920 correspondían a lo que deseaban los dirigentes de la Internacional Comunistas: una purga progresiva del ala derecha sí; una división, no. Antes de Livorno, Lenin había declarado: “Para dirigir victoriosamente a la Revolución y para defenderla, el partido italiano tiene todavía que dar cierto paso hacia la izquierda (sin atarse las manos) y sin olvidar que, después, las circunstancias podrán perfectamente exigir algunos pasos hacia la derecha”.
El paso a la izquierda fue dado en Livorno; las circunstancias de la lucha contra la ofensiva reaccionaria exigían “algunos pasos a la derecha”; en el IV congreso de la Internacional Comunista fue decidida la fusión del P.C.I. y del P.S.I.
R.C.
[1] Ordine Nouvo, órgano de una parte de la Izquierda del PSI que se inclinaba por posiciones autogestionarias y “culturalistas”. Encabezado por Antonio Gramsci, apoyaría a Stalin en la lucha contra la Izquierda Comunista dentro del partido italiano.
[2] Órgano del grupo de Mussolini como antes hemos señalado
[3] Sindicato metalúrgico
El Grupo Socialista Libertario[1] nos ha enviado una toma de posición en torno a la película de Luis Mandoki. Presentamos este texto porque nos parece sumamente importante ya que mientras la prensa burguesa al analizar el documental lo enmarca ora alabando a López Obrador, ora proclamando una defensa de Calderón; el GLS aborda el análisis de film reflexionando los sucesos en su marco histórico, de forma que las trampas del proceso, así como la respuesta de las masas son analizadas desde una óptica proletaria. Hay sin embargo algunos comentarios que deseamos hacer, sólo los puntualizaremos ya que a través de las páginas de RM hemos ampliado los argumentos, lo cual no significa que dejemos de saludar y expresar el acuerdo en lo general del planteamiento:
1. El fraude tramado para impedir la llegada de Obrador al gobierno no fue porque este fuera "... un individuo que prometía implementar ciertos programas de cobertura social que hicieran menos pesada la explotación burguesa..." como lo señala el texto. La disputa al interno de la burguesía no es por definir el "proyecto" ni por la elección de las políticas económicas que seguirán, en eso tanto la izquierda como la derecha mantienen una homogeneidad, el mismo GSL nos aclara más abajo cuando reconoce que tal diferencia es tan sólo de forma. La burguesía se ve obligada a usar el fraude como efecto de su fractura política interna, es decir la agudización de la crisis que arrecia la competencia y el ensanchamiento de la descomposición del capitalismo impide que los diferentes sectores de la burguesía puedan alcanzar un proceso de cohesión que permita llevar la dirección ordenada del gobierno.
2. Hay que entender la razón del porqué una película como ésta puede salir al público. Aún cuando se habla del saboteo que se hizo para impedir su presentación masiva y la continuación de esa dinámica aún ahora que está presente en las salas de cines, expresa sin duda la continuación de la disputa entre pandillas de la clase dominante, no obstante sabe también sacarle provecho, por una parte dando argumentos para enfilar el descontento de las masas hacia el camino institucional (como se infiere de los mismos argumentos del GSL), pero también su difusión es usada para demostrar que no hay más camino que la democracia, y que puede incluso darse la oportunidad de presentar ideas como las de Mandoki, de manera que en sí mismo este film no lo percibimos como un instrumento de impulso a la concientización, sino una expresión de la continuación de la disputa inter-burguesa, integrada a la vez en la campaña de sometimiento ideológico e impulso de la democracia.
RM
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El pasado 16 de noviembre se estrenó en diversas salas de cine del país la película-documental del director mexicano Luis Mandoki "Fraude: México 2006", con el que se pretende mostrar las miles de irregularidades que se vivieron previo, durante y después de la jornada electoral del 2 de julio del 2006, así como demostrar con videos verdaderamente sorprendentes las formas en que se efectuó el fraude electoral en contra de Andrés Manuel López Obrador.
El documental en sí mismo es bueno, tanto por las pruebas que aporta de cómo se maquinó el fraude, como por sus atributos meramente cinematográficos, sin embargo, lo que pretendemos en este trabajo es abordar la cuestión del fraude, tomando como referencia algunas partes esenciales de la película, desde una perspectiva proletaria y revolucionaria, la única perspectiva que puede aportar una salida real a la problemática de millones de explotados en México y el mundo, y para quienes el capitalismo, tanto en su versión ultra-liberal, como en su modalidad estatista-proteccionista solo puede significar opresión y explotación.
El documental comienza con una reflexión de López Obrador (AMLO) sobre el fraude electoral de 1988 que llevó a la presidencia a Salinas de Gortari y en la que hace una analogía con lo sucedido 18 años después. Mientras se escuchan las palabras de AMLO, el director nos muestra escenas análogas de ambos acontecimientos, de 1988 y 2006, con sus respectivas multitudinarias movilizaciones populares, que atraían la simpatía de las masas empobrecidas, que honestamente salían a las calles a defender lo que ellos creían representaría un verdadero cambio en sus formas de vida: el triunfo de candidatos de la izquierda del capital, en el primer caso el de Cuahutémoc Cárdenas y en el segundo, casi dos décadas después, el de López Obrador.
Las imágenes son tan aleccionadoras sobre el carácter evidentemente opresor y anti-democrático de las instituciones burguesas, que uno se pregunta como pueden seguir habiendo miles de personas que participan sincera y honestamente en el movimiento de AMLO, esas que desean hondamente transformar sus vidas, que creen que todavía hoy es posible lograr la transformación de la sociedad a través de la vía electoral. Las imágenes y la propia experiencia vivida, debería ser suficiente para que los miles y miles de explotados y oprimidos que han brindado su apoyo hasta ahora a la izquierda del capital, se dieran cuenta que para terminar con la desigualdad social y construir una sociedad verdaderamente justa, las instituciones del Estado no sólo no son el camino, sino un verdadero obstáculo para la liberación de los oprimidos.
No dudamos que haya personas que hayan logrado llegar a la conclusión de que no hay salida a la situación mientras se siga jugando bajo las reglas de los explotadores y en las instituciones de los explotadores, sin embargo, la inmensa mayoría sigue influenciada por la ideología burguesa del camino de la "legalidad y las instituciones", legalidad que ampara y legitima la explotación, e instituciones que tienen por misión mantener al sistema que mantiene en la miseria a millones de pobres. Los explotados, los marginados y todos los oprimidos, deben de llegar a la conclusión de que si la burguesía, esa clase compuesta de patrones explotadores y banqueros especuladores y parásitos no ha sido ni siquiera capaz de permitir la llegada de un individuo que prometía implementar ciertos programas de cobertura social que hicieran menos pesada la explotación burguesa, mucho menos permitirá que mediante sus estructuras electorales se genere un cambio verdaderamente profundo y radical, pues ese cambio significaría la desaparición de ella misma en tanto clase social privilegiada y dominante.
Los trabajadores deben de llegar al entendimiento de que la verdadera contradicción de la que depende seguir viviendo bajo la explotación o alcanzar una existencia humana plena en todos los sentidos, no es "izquierda o derecha" en las contiendas electorales, sino continuidad capitalista o revolución proletaria. O seguimos con un sistema económico basado en las ganancias personales para unos cuantos privilegiados o ponemos la producción a nuestro servicio, para satisfacer las necesidades y garantizar el desarrollo pleno del ser humano.
Otro momento aleccionador del documental, es cuando después de mostrar una buena cantidad de imágenes que mostraban lo sucio que fue el proceso electoral y la forma corrupta y degradante de actuar por parte de Calderón, el PAN, el IFE, Fox, gobernadores priístas, etc., el director muestra lo que fue el movimiento de "resistencia civil pacifica", sobre todo haciendo énfasis en el plantón de Paseo de la Reforma y el Zócalo capitalino. Algunas de las imágenes son conmovedoras, escenas donde mucha de esa gente del sector mas pobres de la sociedad aguanta inclemencias climáticas e incomodidades de todo tipo, escenas que muestran dolor, llanto e impotencia, pero también firmeza y determinación para luchar, en algunas otras la determinación va acompañada, por el contrario, de una alta dosis de alegría y creatividad, en medio de la convivencia popular, entre música, risa y baile.
Lo anterior demuestra que el largo sufrimiento de los proletarios genera una fuerte disposición para la lucha en su profundo anhelo de transformar sus vidas, pero esa determinación y esa fortaleza se ven desperdiciadas cuando no son administradas directamente por ellos mismos, en una lucha dirigida y determinada a partir de su propia actividad autónoma como clase. Esa disposición para la lucha se malgasta cuando está condicionada por un programa y por partidos burgueses, que por su propia naturaleza no podrían llevar más allá la lucha de esas masas. Eso queda claro cuando AMLO reconoce que él contuvo la lucha de las masas para evitar su radicalización y profundización. Esas palabras seguramente son del agrado de muchos pequeño-burgueses o de individuos pertenecientes a sectores "acomodados" del proletariado que se tranquilizan y se sacan de la cabeza la imagen absurda y malintencionada de un AMLO "violento y peligroso" que crearon los medios de comunicación, sin embargo, desde una posición revolucionaria, las palabras de AMLO demuestran la incapacidad de todos los programas burgueses para transformar la sociedad, aún de los que vienen acompañados de discursos a favor de las masas explotadas, puesto que la perspectiva de estos personajes, mas allá de si son honestos o no, no es la de destruir y enterrar para siempre al sistema capitalista, sino simplemente hacerlo "menos malo" para los oprimidos.
Además de contener la lucha y de encerrarla bajo un programa capitalista, igual que el de Calderón (distintos solo en la forma más no en el contenido), AMLO defiende la peligrosa idea (para las masas explotadas) de que la sociedad se puede transformar por medios pacíficos y legales, y mediante las mismas instituciones que hace apenas un año y medio a él mismo le robaron la elección.
Esto, por donde se le quiera ver, es un obstáculo para la toma de conciencia del proletariado, que solo puede acabar con su explotación destruyendo él mismo el sistema capitalista.
El documental de Luís Mandoki, desde nuestra perspectiva, puede jugar dos papeles al mismo tiempo, mientras en algunas personas puede ayudar a clarificar el estado de putrefacción de las instituciones del Estado capitalista mexicano, y pueden llevarlo al convencimiento pleno de que la construcción de una sociedad realmente justa e igualitaria solo puede construirse si se destruye al Estado y el proletariado toma en sus manos los medios de producción y de vida (estos serán indiscutiblemente los menos); en otros, aunque causará una sana indignación, al mismo tiempo ayudará a reforzar la ideología burguesa de la lucha "ciudadana y legal" y la subordinación proletaria a los partidos y los dirigentes burgueses.
La tarea de los revolucionarios, en el primero de los casos, sería la de atraer definitivamente a esos individuos honestos y radicalizados a la perspectiva anticapitalista y revolucionaria. En el caso de los segundos, la tarea es continuar señalando el peligro de seguir confiando en las instituciones burguesas, profundizar nuestra crítica sobre ellas (la misma película nos da elementos para fundamentar esa crítica) y ayudar a promover la reflexión que permita superar todas las perspectivas y programas burgueses, a fin de que esos individuos desarrollen, por ellos mismos, un pensamiento revolucionario, que los lleve a luchar por una sociedad verdaderamente igualitaria, sin explotadores ni explotados, sin gobernantes ni gobernados, de seres humanos libres e iguales...
*Grupo Socialista Libertario.*
Noviembre 2007.
[1] Hemos publicado grandes fragmentos de documentos del GSL en RM 100 y 101; el primero de ellos, sobre el movimiento encabezado por López Obrador y el segundo sobre la 6ª declaración del EZLN, en ambos textos se expresa una clara postura proletaria, en la que enmarca a dichos movimientos como expresiones ajenas a la clase obrera, invitamos a nuestros lectores a analizar estos textos presentes ya en nuestro sitio web
Esta toma de posición sobre el terremoto en Perú nos la ha enviado un contacto de allí. El texto traspira indignación frente a las consecuencias que se están produciendo para los obreros, y en general para los necesitados, mientras la burguesía por su parte despliega hipocresía y codicia. Compartimos plenamente la visión de que el capitalismo es el responsable de estas consecuencias y de que sólo su destrucción permitirá instaurar y desarrollar unas condiciones de vida plenamente humanas.
“Esto ha sido una prueba más que se nos envía desde el más allá, desde Dios”
Alan García Pérez, presidente de Perú.
Resulta del todo evidente que la “prueba divina” era una prueba dirigida en favor de la burguesía. En los últimos meses, la burguesía local tuvo que enfrentar el embate de millones de proletarios que luchaban por sus reivindicaciones y que tuvieron sus mejores ejemplos en la solidaridad proletaria que comenzó a gestarse sobre todo en el seno del proletariado minero.
En los últimos diez días, las burguesías de provincias, con intereses particulares pero similares a sus pares de Lima, amenazaban desde los gobiernos regionales con paralizar algunas regiones. Algunos policías también amenazaban con paralizar sus labores si es que no se les reconocía su sindicato y los médicos de ESSALUD (seguridad social) ya habían parado desde la mañana del miércoles. La jugada de Alan García[1] ,días antes, de enfrentarse a la Burguesía chilena no le arrojó buenos resultados salvo en su prensa adicta y en algunos intelectuales a sueldo del Estado. Una nueva oleada de luchas asomaba por distintas ventanas.
A las 6.40 p.m. del último miércoles a 60 Km. de la ciudad de Pisco que se encuentra a dos horas de la ciudad de Lima, la tierra retumbó con una potencia 7.5 en la escala de Richter. Cientos de miles de pobladores lo perdieron todo en 70 segundos sobre todo en Pisco, Chincha e Ica. Las ciudades quedaron completamente destruidas. En Lima, la onda causó daños sobre todo en los viejos solares que se derrumbaron. El problema real se centraba entonces al norte de Lima y en todo el departamento de Ica y en los departamentos aledaños a este.
La maquinaria estatal estaba desconcertada, pasaban las horas y no actuaba. García se presentó despachando en mangas de camisa, rompiendo su conocido protocolo al vestir, al lado de sus secuaces a quienes envió a evaluar la magnitud del desastre. Nadie pudo llegar por tierra puesto que la carretera Panamericana sur estaba rota en varios tramos, pero algunos periodistas se las arreglaron y llegaron hasta Chincha, Pisco e Ica, las principales ciudades afectadas e inmediatamente comenzaron a despachar sus reportes. En Ica se había derrumbado la iglesia del señor de Luren matando a decenas de fieles. En Tambo de Mora, el puerto de Chincha, los muros que rodeaban la cárcel habían caído por sus cuatro lados y para ello no se necesitaron las trompetas de Jericó, 600 presos escaparon inmediatamente. Al amanecer del jueves ya se contaban 500 muertos y más de mil heridos. En la misma mañana hizo su aparición Alan García conjuntamente con el primer ministro Jorge del Castillo, el ministro de guerra, Alan Wagner y el presidente del congreso Gonzáles Posada. Este último tenía como grito de campaña electoral la reconstrucción del aeropuerto de Ica, lo cual por supuesto no cumplió. La ayuda aún no llega a esa ciudad pues sólo es posible enviarla por aire.
Los primeros signos de descontento aparecieron en la población. En el caos informativo y pese a la manipulación de todos los canales se lograron filtrar algunos ejemplos de descontento y de las verdaderas razones del desastre: la pobreza. En los lugares en donde las ciudades se habían venido abajo, la población construye con adobe (ladrillos de barro) y sin guiarse de los mínimos requisitos para una construcción antisísmica, la población no es informada de los peligros de construir sin cimientos. Otra parte de la población vivía en casas muy antiguas que no resistieron el sismo. Un ejemplo claro de lo señalado es el siguiente.
En Pisco, una ciudad que tiene un puerto cercano y un balneario de millonarios llamado Paracas, en donde se encuentra la reserva del mismo nombre, el desastre fue desigual. En Paracas, las construcciones son de ladrillo y muchas casas de playa de los ricos resistieron el sismo, en Pisco tanto en la ciudad como en el puerto todo se vino abajo. La naturaleza no hace diferencias, quién las perpetúa es la división en clases. Esa persistencia es la que ha llevado a la catastrofe vivida a la magnitud que tiene en este momento y que sigue aumentando a cada hora., Es la miseria que genera la sociedad capitalista la que ha causado esta destrucción puesto que los pobres jamás podrán construir buenas casas, con material adecuado y siguiendo las reglas que guían la construcción en zonas sísmicas. Pero allí no ha quedado la perfidia capitalista, ella recién ha comenzado con el desastre y ahora se frota las manos pensando en cuanto ganará reconstruyendo al país.
Hasta este momento los militares que tienen maquinaría pesada y que cuentan con cientos de ingenieros expertos en construcción siguen en sus cuarteles pues la especulación financiera y de construcción ya comenzaron a hacer números. Las diversas facciones burguesas se encuentran en pugna en este momento tratando de ser los más influyentes. El caso más claro lo demostró la alianza entre la periodista Cecilia Valenzuela y la compañía de seguros La Positiva que desea reconstruir la región.
Los pasajes a la zona subieron en un 400% y Alan García se limitó a maldecirlos por televisión, pero las reglas del libre mercado mandan ante cualquier imprecación El Banco de Crédito y su propietario Dionisio Romero ya lanzó una cuenta para captar los fondos de ayuda a la región, un nuevo ingreso para ellos que siguen demostrando ser los banqueros más capaces de este país, tienen los negocios en la sangre. La Cooperación Española ya hizo su aparición de la misma manera que los Bomberos sin Fronteras, toda la maquinaria de ayuda social comienza a asomar por ello el gobierno central, los gobiernos regionales y los gobiernos locales dejan en manos privadas la reconstrucción. Como ya sabemos los proletarios, el Estado en la época capitalista sea cual sea su forma es el Estado de los capitalistas.
La ONU ya envió un millón de dólares y el BID, que le prestó 80 millones de dólares con aval de Fujimori a la corporación Wong, ha enviado solamente la pequeñez de 200 mil dólares. Cáritas no se quedó atrás y de manera tardía también abrió su cuentita. Los negocios no deben parar por supuesto y esta es la mejor lección que los burgueses locales extraen de la tragedia.
La gran lección que podemos extraer de la inmensa fuerza de la naturaleza es que ella por sí misma no causa ninguna desgracia. La verdadera potencia de destrucción se encuentra en las relaciones sociales en las cuales se encuentran sometidos millones de seres humanos por todo el planeta. Relaciones que los conducen a vivir de manera miserable, sin una mínima condición de habitabilidad. Sólo la destrucción de la sociedad capitalista y su desaparición a nivel mundial podrán asegurar condiciones de vida humanas a toda la población del planeta, es la única posibilidad de vida que tenemos en el futuro.
Héctor. Lima, 17 de agosto del 2007
[1] El Estado peruano había publicado un mapa en donde se señalaban sus pretensiones a nivel de posesión de mar territorial. La burguesía chilena inmediatamente siguió el juego y lanzó a su ejército a realizar maniobras militares en el norte de Chile, frontera con Perú. Una vez más se constata que las reivindicaciones nacionalistas por parte de los Estados sólo son maniobras para dilatar y mantener su estancia en el poder a costa de millones de trabajadores que eventualmente podrían ser enviados a pelear con sus hermanos del otro lado de la frontera. Los enemigos de los trabajadores peruanos son los burgueses peruanos de la misma manera que los enemigos de los trabajadores chilenos es la burguesía chilena.
Publicamos a continuación la crónica que nos ha enviado un compañero de una interesante experiencia protagonizada por trabajadores de una empresa. Como él mismo dice no se trata de una “gran lucha” sino de la manifestación de « una serie de comportamientos y prácticas de valentía, dignidad y solidaridad» que se trata de extender y generalizar frente a «una sociedad dominada por el cada uno a la suya, en el que la TV no nos habla más que de odios nacionales o religiosos, de violencia en la calle, en los colegios, en las familias, etc., el ver que gente de distinto sexo, procedencia, categoría laboral, etc. podemos unirnos y apoyarnos y dejar a un lado lo que nos separa, es importante».
Compartimos este juicio del compañero y añadimos que se trata de otra pequeña expresión de la maduración lenta y penosa de la toma de conciencia y de la voluntad de lucha que tiene lugar dentro del proletariado.
CCI 2-2-07
Creo que es importante que se conozca, que conozcan otros trabajadores de cualquier sitio, lo ocurrido a mediados de enero de 2007 en la empresa de autobuses urbanos de Benidorm (Alicante) LlorenteBus, del grupo Avanza.
No se ha tratado de un “conflicto” propiamente dicho, sino de una serie de comportamientos y prácticas de valentía, dignidad y solidaridad de una parte de los trabajadores de esta empresa que, hoy en día, que lo que predomina es el cada uno a la suya, la incomunicación y la deshumanización, es necesario dar a conocer.
Resumiendo, el tema es que 3 trabajadores decidieron quejarse al Gerente de la empresa del trato y el acoso del Inspector Jefe de los autobuses. Resulta que este tipo hacía y deshacía lo que quería en lo referente a los autobuses, los conductores o los inspectores (los que verifican el funcionamiento de las líneas, etc): quién entra y quién sale, a quién se le renueva o se hace indefinido y a quién no, etc.
Este tipo tenía, pues, mucho poder sobre mucha gente, y había conseguido, gracias al miedo a la no renovación o al despido, que ningún obrero no indefinido, si quería que se le renovase, hiciera uso habitual de los 2 días libres (sólo de 1), y, sobre todo, había impuesto un clima de tensión, de humillación y calumnias (“siempre estaba hablando de alguien mal delante de otros”), de división y de miedo entre los trabajadores (“si le ponías mala cara o le hacías frente, o incluso si te juntabas con alguien que lo hiciera, ya ibas bajando puntos en la empresa”; “… y a alguno lo tenía de allegado y de chivatillo con el caramelo de hacerlo indefinido). El Gerente delegaba en este tipo muchas funciones y, desde luego, hacía muy bien su trabajo: la gente currando lo máximo y librando lo mínimo (la existencia cuando la empresa lo requería de turnos y horarios agotadores: turnos partidos, jornadas de 10-11 horas, salir por la noche y entrar por la mañana temprano, etc.), el mayor número posible de trabajadores con contratos temporales durante años, y el personal atemorizado y dividido. Incluso había chanchullos entre la Empresa y este Jefe de Inspectores: este tiene, a través de su mujer, la empresa subcontratada que se encarga de limpiar los autobuses.
Sin embargo, la cosa no se quedaba ahí. La máxima expresión de ese poder y esa prepotencia del tipo eran el acoso sexual, las “insinuaciones”, las groserías y “bromas” que el tipo acostumbraba a hacer a las trabajadoras que él consideraba. El acoso sexual y las insinuaciones no las solía hacer abierta y claramente, sino que las iba dejando caer, dejando entrever su situación de poder, “y es que no lo puedes mandar directamente a la mierda, como lo harías con un compañero en la misma situación”.
A mediados de enero 2 trabajadoras pendientes de renovación, hartas del trato de este tipo, deciden ir a quejarse directamente al Gerente. Saben que con toda probabilidad irán a la calle, no pudiendo demostrar nada, y estando solas. Sin embargo, un inspector (con contrato indefinido y laboralmente “por encima” de las conductoras) decide apoyarlas ante el Gerente y contar el trato que él ha visto hacia trabajadoras y trabajadores por parte de este tipo. No se queda ahí la cosa. Cuando algunas compañeras se enteran de lo ocurrido (algunas pensando que eran las únicas a las que el tipo acosaba) suben a hablar también con el Gerente y a apoyar a sus compañeras. Va pasando de boca en boca lo ocurrido y se va extendiendo un sentimiento de apoyo, simpatía y solidaridad hacia las denunciantes. Multitud de trabajadores se reúnen en un bar cercano a las cocheras y deciden apoyar ante la Empresa a las compañeras y al compañero que se ha quejado del Jefe de Inspectores, y reclamar que el tipo en cuestión se marche (“si este tío vuelve no sale un autobús”). El sentimiento individual de hastío, tensión y asco por el trato y el clima impuesto por este Jefe se transforma en confianza y fuerza colectiva (“hasta gente con la que te hablabas lo mínimo nos apoyó”).
Los sindicatos han ido a remolque de lo ocurrido. Enterados desde hace tiempo del trato de este Jefe e incluso de los comentarios y las “bromitas”, no ha sido hasta que los trabajadores se han movido que ellos aconsejaron (“algunos del Comité son gente con confianza y amistad con el Gerente”) al Gerente que echaran al tipo para evitar que el tema del acoso sexual trascendiera a los medios y dañase la imagen de la empresa (el “presunto acoso sexual” ha salido hasta en un periódico local, Noticias Benidorm), aunque una vez iniciado todo el tema, los miembros del Comité, como la mayoría de compañeros, han apoyado a los denunciantes.
El caso es que el Jefe este no ha vuelto por la empresa y están en vías de echarlo, y el clima de compañerismo y el sentimiento de confianza y fuerza colectiva se nota en el ambiente: “el clima ha cambiado, ahora hasta tengo ganas de ir a trabajar”; los temporales empiezan a pedirse sus 2 días libres; la gente empieza a mirar con lupa sus turnos y días libres para evitar mamoneos y amiguismos, etc.
No se trata, ni mucho menos, de idealizar el tema: esto no ha sido ninguna “revolución”, pero sí ha mostrado cómo unas personas se jugaban el puesto de trabajo hartas de su situación, y cómo la mayoría de compañeros les ha apoyado. También es cierto que la sensación es que hay alguna gente que callaba cuando puteaban y acosaban a otros, “y ahora que hemos hecho lo más difícil nos llaman para felicitarnos y apoyarnos y decirnos que este era un tal o un cual”, pero, aún así, la sensación de dignidad, y de fuerza y confianza colectiva que queda es importante.
Y como se decía al principio, en una sociedad dominada por el cada uno a la suya, en el que la TV no nos habla más que de odios nacionales o religiosos, de violencia en la calle, en los colegios, en las familias, etc, el ver que gente de distinto sexo, procedencia, categoría laboral, etc podemos unirnos y apoyarnos y dejar a un lado lo que nos separa, es importante. Y si hay un alguna alternativa al desastre de sociedad actual pasa, sin lugar a dudas, por un movimiento social que tenga en la fuerza colectiva, en el apoyo mutuo, la comunicación y el compañerismo, y en la autoorganización y la solidaridad por encima de divisiones sexuales, de procedencia, étnicas, etc, y en su hastío y rebelión contra las condiciones de vida y las relaciones humanas imperantes, sus principales características. Y ese movimiento social no puede ser otro que el de la clase trabajadora.
Es muy importante que los trabajadores nos comuniquemos, debatamos y conozcamos experiencias, problemas y luchas de otros trabajadores para romper con el aislamiento y aprender y solidarizarnos unos con otros. Con este motivo se han escrito estas líneas.
Uno de por Alicante enterado de primero mano del tema. Finales de enero de 2007.
Los bolcheviques estuvieron a la vanguardia de la revolución en Rusia y de la tentativa revolucionaria mundial (1917-23).
Los bolcheviques lograron discutir con las tendencias revolucionarias que se oponían a la guerra imperialista y que animaban el combate por la revolución proletaria internacional. Discutieron con los espartaquistas, los tribunistas, los maximalistas italianos, con toda la tendencia de izquierda de la 2ª Internacional; pero también con anarquistas y sindicalistas revolucionarios. Estuvieron a la cabeza del proceso de constitución de la 3ª Internacional cuyo primer congreso, celebrado en Moscú en marzo de 1919, adoptó resoluciones, manifiestos y tesis que constituyen la expresión más elevada de la conciencia proletaria de la época.
Toda organización proletaria corre el riesgo de verse carcomida por el oportunismo pues la clase obrera –y, por tanto, también sus organizaciones revolucionarias- sufre el peso de la ideología burguesa. El oportunismo es la cristalización del peso de la ideología burguesa en las filas de las organizaciones políticas proletarias.
Los bolcheviques, que habían estado a la vanguardia de la revolución mundial y que le habían aportado una contribución decisiva, se vieron sometidos a un rápido proceso de degeneración oportunista: 1920, 1921, son los años decisivos en el desarrollo de esa tendencia. Algunos jalones: la adopción de las tesis sobre la cuestión sindical y nacional en el 2º Congreso de la IC; la llamada posición sobre el “parlamentarismo revolucionario” así como las tácticas del Frente Único y del Gobierno Obrero en el tercer congreso de esta; el 10º Congreso bolchevique que adoptó la prohibición de las fracciones dentro del partido; el Congreso de Bakú de los pueblos etc.
No podemos estudiar en detalle ese proceso pero el caso es que hacia 1922 el partido bolchevique se ha convertido en una caricatura de lo que fuera 5 años antes: los auténticos bolcheviques son arrinconados y marginados y en su lugar poco a poco escalan posiciones toda una tropa de arribistas e, incluso, de antiguos funcionarios zaristas. ¿Por qué? Porque el partido había sido atrapado por los engranajes del Estado ruso y cada vez más ponía los intereses nacionales de éste por encima de los intereses de la revolución mundial. Preconizaba la alianza con los socialdemócratas y la entrada en los sindicatos reaccionarios. Como un cáncer, el oportunismo había devorado progresivamente la sustancia y la vida proletaria del partido bolchevique. Hacia 1924, cuando muere Lenin, es prácticamente un partido-estado y las nuevas condiciones de su existencia son materializadas y expresadas por Stalin y toda una camarilla de funcionarios –cada vez más arrogantes- que poco a poco van marginando y después persiguiendo a los bolcheviques que habían protagonizado la revolución, los cuales, por otra parte, son cada vez más minoritarios.
En octubre de 1923 se constituye el grupo de los 46, germen de la Oposición de Izquierdas., , cuyo militante más destacado fue desde el primer momento Trotski. La lucha que la Oposición lleva contra el ascenso del estalinismo tiene mucho mérito y protagonizó episodios importantes como la lucha contra la nefasta política que la IC llevó en China. Sin embargo, es preciso reconocer que sus bases políticas son muy frágiles y débiles. Se reclama de los 4 primeros congresos de la IC y, concretamente, de aquellos que teorizaban y daban rienda suelta al oportunismo: Frente Único, Gobierno Obrero, posición sobre los sindicatos, la socialdemocracia y la liberación nacional, teoría del eslabón más débil etc.
Dicho de otra manera: la Oposición de Izquierdas pretende luchar contra el estalinismo usando los postulados políticos oportunistas que lo habían catapultado. Esta es la razón por la cual cuando en 1928 la tendencia de Stalin da un espectacular viraje “a la izquierda” adoptando las tesis erróneas de la Oposición de Izquierdas sobre la industrialización y la política hacia los campesinos, un buen número de miembros de ésta capitulan y se integran en el campo estalinista.
Muy diferente fue la postura de la Izquierda Comunista. Desde principios de los años 20 llevó una batalla mucho más clara y determinada contra la degeneración del partido bolchevique y del bastión proletario inicialmente conquistado en Rusia. Las fracciones de izquierda[1] hicieron una crítica a toda una serie de posiciones adoptadas a partir del 2º Congreso de la IC que habían hecho la cama al estalinismo: liberación nacional, cuestión sindical, participación en el parlamento etc.
Frente a la inconsistencia teórica y a las vacilaciones y contradicciones de la Oposición de Izquierda, la Izquierda Comunista defiende una posición mucho más coherente y dotada de un espíritu crítico que le llevó a hacer una balance de la experiencia de la oleada revolucionaria mundial (y del periodo posterior que le siguió: contra-revolución, ascenso del fascismo, guerra mundial)[2].
De manera necesariamente esquemática podemos resumir las diferencias entre la Izquierda Comunista y la Oposición de Izquierdas de la siguiente forma:
IZQUIERDA COMUNISTA |
OPOSICION DE IZQUIERDAS |
Se basa en el primer congreso de la IC y considera críticamente las aportaciones del 2º. Rechaza globalmente la mayoría de acuerdos del tercer y cuarto congreso |
Se basa en los 4 primeros congresos sin consideración crítica |
Mira críticamente lo que pasa en Rusia y llegará a la conclusión de que no se debe apoyar al bastión ruso pues ha caído en manos del capitalismo mundial |
Considera a Rusia como un Estado obrero en degeneración que debe ser apoyado a pesar de todo |
Rechaza trabajar en los sindicatos (Izquierda Comunista Germano-Holandesa) y acabará llegando a la conclusión de que los sindicatos se han transformado en órganos del Estado |
Preconiza los sindicatos como órganos obreros y considera necesario trabajar dentro de ellos |
Denuncia la liberación nacional |
Apoya la liberación nacional |
Denuncia el parlamentarismo y la participación en las elecciones |
Apoya la participación en las elecciones y el “parlamentarismo revolucionario” |
Ve necesario el trabajo de Fracción para sacar lecciones de la derrota y poner las bases de una futura reconstitución del Partido Mundial del proletariado |
Concibe un trabajo de “oposición” que puede llegar hasta el entrismo en los partidos socialdemócratas |
Ya en los años 30 y especialmente a través de BILAN –Izquierda Comunista Italiana- considera que la marcha del mundo es hacia la 2ª Guerra Mundial y que no se puede constituir el partido en tales condiciones sino que hay que sacar lecciones y preparar el futuro. Por eso BILAN dirá: “La consigna de la hora es no traicionar” |
En plena contra-revolución Trotski cree que están reunidas las condiciones para formar el partido y en 1938 se constituye la IV Internacional |
Denuncia la 2ª Guerra Mundial; condena a ambos bandos en conflicto y preconiza la revolución proletaria mundial |
Llama a elegir bando entre los contendientes de la 2ª Guerra Mundial abandonando el internacionalismo |
En 1938, la Oposición de Izquierdas se constituye en IVª Internacional. Es una aventura oportunista pues no se puede constituir un partido mundial en una situación de marcha hacia la guerra imperialista y, por lo tanto, de profunda derrota del proletariado. Los resultados serán desastrosos: en 1939-40, los grupos de la sedicente 4ª Internacional toman posición a favor de la guerra mundial arguyendo los más variados pretextos: la mayoría el apoyo a la “patria socialista” rusa pero hasta hubo una minoría que apoyó a la Francia de Pétain (satélite a su vez de los nazis).
Contra esta degeneración de las organizaciones trotskistas reaccionaron los últimos núcleos internacionalistas que todavía quedaban en su seno: especialmente la compañera de Trotski y el revolucionario de origen español Munis.
Desde entonces las organizaciones trotskistas se han convertido en agencias “radicales” del Capital que tratan de embaucar al proletariado con toda clase de “causas revolucionarias” que generalmente correspondencia fracciones “anti-imperialistas” de la burguesía (como actualmente el famoso sargento Chavez). Del mismo modo, recuperan a los obreros asqueados del juego electoral haciéndoles votar de forma “crítica” a los “socialistas” para, de esa manera, “cerrar el paso a la derecha” y otros engaños por el estilo. Finalmente, les ilusionan con “recuperar” los sindicatos a través de “candidaturas combativas” para los órganos de base de estos aparatos del Capital.
Frente a las organizaciones trotskistas nuestra postura es de denuncia y combate político de la misma forma que combatimos a la Derecha, a los “socialistas” y a los estalinistas (que tienen la caradura de llamarse “comunistas”).
Pero nosotros no vamos contra las personas. Hay compañeros que pueden estar atrapados dentro de la ideología y la organización trotskista pero que quieren luchar de manera honesta y sincera por la liberación de la humanidad y los intereses del proletariado. Ante ellos nuestra postura es de discusión sincera y a fondo con ánimo de ayudarles a encontrar una posición revolucionaria coherente.
En el momento actual existen grupos y compañeros que habiendo comenzado su trayectoria política dentro del campo trotskista formulan críticas muy serias a esta ideología y se plantean el desarrollo de una alternativa revolucionaria. Nuestra posición con ellos es de debate y clarificación.
Saludos comunistas
CCI 8-6-07
[1] Hubo numerosas fracciones de izquierda: en Rusia, Alemania, Holanda, Gran Bretaña, México, Bélgica…, sin embargo, la principal fue la fracción de Izquierda Comunista Italiana. Ver nuestro libro CONTRIBUCION A LA HISTORIA DE LA IZQUIERDA COMUNISTA ITALIANA.
[2] Es preciso señalar que la Izquierda Comunista –y, en especial, su principal grupo Bilan, perteneciente a la Izquierda Comunista Italiana- protagonizó múltiples intentos de debate con la Oposición de Izquierdas que aunque no tuvieron éxito frente al conjunto de esta organización ayudaron sin embargo a la clarificación de pequeños núcleos que abandonaron
Estimado compañero:
De acuerdo con tu pedido hemos elaborado una serie de preguntas y respuestas breves que os pudieran servir de base para discutir sobre esta cuestión. Donde nos sea posible nos referiremos a artículos o libros que hemos publicado bien en imprenta bien en la Web.
Saludos comunistas
CCI
1. ¿Es lo mismo socialismo que comunismo?
No nos referimos a corrientes políticas sino a sociedades. Desde ese punto de vista, comunismo y socialismo son términos sinónimos. Preferimos hablar de comunismo.
2. ¿Cómo podemos definir el comunismo?
El comunismo es la sociedad implantada por la lucha colectiva del proletariado mundial que destruye el capitalismo superando las contradicciones en las que este se halla atrapado. El comunismo es una comunidad humana mundial, sin fronteras, sin clases, sin explotación y sin Estado.
Ver: la Serie El comunismo entrada de la humanidad en su verdadera historia
El libro El comunismo no es una bella idea sino una necesidad material (en inglés)
3. ¿Cuáles son esas contradicciones del capitalismo?
El capitalismo no produce para la satisfacción de las necesidades humanas sino para obtener una ganancia, la cual procede de la plusvalía que se obtiene de la explotación de los trabajadores. Esta producción para el beneficio engendra toda una serie de contradicciones: entre Estados, plasmadas en guerras imperialistas, entre empresas, expresado en una competencia despiadada que lleva a despidos, caída de los salarios, precariedad; en definitiva, una sobreproducción que contrasta con la pobreza de la mayoría de la población mundial. El capitalismo es el primer sistema de producción que entra en crisis no por penuria de bienes sino por su exceso. Como dijo Marx, la sobreproducción tiene como contrapartida la miseria y el empobrecimiento de la mayoría. El capitalismo camina hacia su agonía debido a sus contradicciones:
- contradicción entre el carácter social y mundial de la producción y el carácter privado y nacional de su apropiación;
- contradicción entre una capacidad para producir por encima de todo límite debido al enorme desarrollo de la productividad del trabajo y una capacidad de consumo de la gran mayoría limitada por la relación salarial y mercantil que impone el capitalismo;
- contradicción, en resumen, entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción capitalistas cada vez más estrechas y contradictorias que tienden a frenar o a desviar ese desarrollo;
Ver la Serie Comprender la decadencia del capitalismo
El folleto La decadencia del capitalismo
4. ¿Se han manifestado siempre esas contradicciones?
Estas contradicciones las lleva el capitalismo en su propia estructura social y se han manifestado desde el principio de su desarrollo. En su periodo histórico de ascenso y desarrollo, la incorporación al mercado mundial de territorios precapitalistas permitía atenuar estas contradicciones, sin poder evitar, sin embargo, su manifestación más o menos periódica a través de crisis cíclicas. Sin embargo, con la entrada de este sistema en su época histórica de decadencia (iniciada con la 1ª Guerra Mundial de 1914, tal y como analizó la Internacional Comunista), esas contradicciones se han agravado hasta límites extremos provocando las guerras, la barbarie, la miseria y la hambruna, en suma, amenazando con llevar la humanidad a su destrucción
Ver los textos del Primer Congreso de la Internacional Comunista (en el libro Los 4 primeros congresos de la IC)
5. ¿Se puede implantar el comunismo en cualquier momento?
No. Esa es la idea que comparten tanto el anarquismo como corrientes activistas que pretenden sustituir la lucha de clases y los procesos históricos por la acción de minorías esclarecidas.
Para poder desarrollar el comunismo se requiere reunir:
- las condiciones objetivas: la entrada del capitalismo en su periodo histórico de decadencia;
- las condiciones subjetivas: la capacidad del proletariado para afirmar su conciencia, su solidaridad, su organización general en Consejos Obreros así como el agrupamiento de sus minorías más avanzadas en una Internacional, factores todos ellos necesarios unitariamente para establecer una relación de fuerzas que permita abatir los Estados burgueses
Esos factores únicamente se pueden establecer a escala mundial. Fue la entrada del capitalismo en su conjunto en su periodo de decadencia en 1914-17 lo que motivó la lucha revolucionaria directa por el comunismo y fueron las dificultades para extender la revolución rusa triunfante a escala internacional lo que determinó su aislamiento y derrota.
Ver nuestra Respuesta al GPRC (grupo actual de Rusia)
6. ¿Es lo mismo el comunismo primitivo que el comunismo?
La humanidad ha vivido la mayor parte de su historia en pequeñas comunidades igualitarias, sin clases ni Estados: el comunismo primitivo.
Con el desarrollo de las fuerzas productivas y de las facultades intelectuales de la humanidad, este modo de producción social se hizo demasiado estrecho y dio paso a las sociedades de clases basadas en la explotación del hombre por el hombre y donde la lucha de clases es el motor de la evolución histórica.
Desde el hundimiento del comunismo primitivo, la humanidad ha vivido bajo la férula de las sociedades de clase: los modos de producción esclavista, despotismo asiático, feudal y capitalista, se han sucedido a lo largo de la historia.
El capitalismo, primer sistema que extiende su dominación a escala mundial, es la última sociedad de clases posible. Tras él solo puede venir el comunismo o la destrucción de la humanidad, tal y como anunció Engels en 1890.
El comunismo no significa el regreso a las viejas comunidades primitivas donde el bajo nivel de las fuerzas productivas hacía a los hombres esclavos de una naturaleza implacable e indomable. El comunismo mundial parte del alto desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas organizándolas a partir del trabajo asociado de la humanidad unificada a escala mundial.
7. ¿El comunismo se basa en el reparto de las riquezas?
No. Ese régimen de “comunismo del consumo” es el que establecieron los primitivos cristianos en Roma para atender a la creciente miseria a la que llevaba la decadencia del imperio. El comunismo se basa en la planificación consciente y colectiva de la producción para lograr que la actividad humana pase, como decía Engels, del reino de la necesidad al reino de la libertad.
8. ¿El comunismo es una simple expropiación de la propiedad privada?
No. Sí bien es cierto que el comunismo se basa en la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, su tarea no es –en contra de lo que defiende el anarquismo- que cada colectividad produzca lo que quiera para después intercambiar con las demás (lo que no sería sino reproducir el capitalismo bajo una forma “colectivista”). Su misión es abolir la sumisión de los seres humanos a las leyes implacables aunque no escritas que les imponen el trabajo asalariado, la producción mercantil, es decir la producción capitalista de valores de cambio.
Frente a ello, el comunismo supone producir todo lo necesario para el pleno disfrute universal y la transformación revolucionaria del mundo.
Ver 5 preguntas obre el comunismo
9. ¿Es posible el socialismo en un solo país?
No. La tesis del socialismo en un solo país proclamada por Stalin en 1926 constituyó una traición a la lucha por el comunismo, como denunciaron los revolucionarios de la época.
El socialismo solo puede desarrollarse a escala mundial. La tarea de un bastión proletario (un país o conjunto de países donde el proletariado toma primero el poder) es extender la revolución a los demás, desarrollar con todas sus fuerzas la unidad y la solidaridad mundial del proletariado. Sí ese movimiento fracasa –como sucedió trágicamente en Rusia- el bastión proletario es recuperado inexorablemente por el capitalismo.
10. ¿Se puede implantar el socialismo / comunismo utilizando el Estado burgués?
Esta posición la defendió el revisionismo dentro de la Socialdemocracia y hoy la defienden toda una serie de falsos “socialistas” como Chavez con su “socialismo del siglo XXI”. El Estado es un órgano de dominación de la burguesía y solamente destruyéndolo de arriba abajo hasta que no quede de él “piedra sobre piedra” (Lenin) se podrá construir el socialismo. Esa fue la lección que sacó Marx de la experiencia de la Comuna de París y que Lenin rescató en El Estado y la Revolución de la ocultación a la que había sido sometida por el oportunismo en la socialdemocracia.
El proletariado tiene que destruir el Estado burgués en todos los países e implantar su Dictadura de Clase basada en el poder mundial de los Consejos Obreros.
Ver El Estado y la Revolución de Lenin, una brillante confirmación del marxismo
Comunismo contra “socialismo de estado” en rint78comunismo
11. ¿Puede una minoría implantar el comunismo?
No. El comunismo es la obra colectiva del conjunto del proletariado mundial como recordó el lema de la Primera Internacional: “la emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores”. En las revoluciones rusas de 1905 y 1917, en numerosas experiencias del proletariado desde entonces, se ha demostrado que esa consigna se concreta en la formación dentro de la lucha proletaria de Consejos Obreros, basados en Asambleas Generales que eligen comités revocables que se coordinan a escala local, nacional y mundial.
El comunismo no se puede construir mediante la vía parlamentaria como defienden tanto los partidos “socialistas” como los partidos estalinistas (que tienen la desfachatez de presentarse como “comunistas”). Tampoco puede implantarse mediante golpes de Estado ni por la acción de guerrillas (ejércitos encubiertos) por muy “revolucionarias” que se presenten.
12. ¿Puede ser el comunismo el fruto de una alianza de clases?
No. Esta fue la posición que, de forma demagógica, defendió el estalinismo en China en la situación convulsiva que atravesó este país en 1921-27 donde propugnó el “frente de las 4 clases” como una especie de “primera estación hacia el socialismo”. Lo que resultó de esta política es la derrota del proletariado chino aplastado por el “aliado” Chiang Kai Check en Shangai y Cantón (1926-27).
El comunismo solo puede nacer de la autonomía política del proletariado que debe rechazar todo tipo de “frentes” con “otras clases” pues lo que hay detrás de esas alianzas es someterlo a los intereses de la burguesía.
Desde su lucha autónoma de clase, el proletariado puede ganar para su causa a otras capas oprimidas y explotadas de la sociedad, haciendo que se incorporen a su combate o que, al menos, permanezcan neutrales en el inevitable enfrentamiento con el Capital.
Ver La política de los frentes: un arma de la burguesía contra el proletariado
13. ¿Existe alguna relación entre los regímenes que se llaman “comunistas” o “socialistas” y el comunismo / socialismo?
No. Las organizaciones estalinistas y trotskistas invocan el nombre del socialismo / comunismo para regímenes que nada tienen que ver con ellos como los que existieron en la antigua URSS y satélites o los que todavía perviven en Cuba, China, Vietnam o Corea del Norte.
La propiedad estatal de los medios de producción no tiene nada que ver con el socialismo que se basa no tanto en la propiedad social (que no se puede confundir con la propiedad estatal) sino en la abolición del trabajo asalariado y la mercancía, es decir, en la producción de valores de uso y no de valores de cambio. En esos regímenes de propiedad estatal (hay muchos países oficialmente “capitalistas” donde el Estado es propietario de muchas empresas y unidades productivas) el trabajador es un asalariado que sufre tanto o más explotación que en la empresa privada. La naturaleza del capitalismo no está determinada por el régimen de propiedad sino por las relaciones de producción salariales y mercantiles que someten todo la sociedad a la dictadura implacable de la ley del valor.
Tampoco el hecho de que en esos países no existan capitalistas privados (o tengan un peso muy reducido) no les da el más mínimo carácter socialista. La burocracia estatal se apropia colectivamente de la plusvalía extraída a los trabajadores.
Esas características no pertenecen al socialismo sino al capitalismo de Estado. Esta es una tendencia general del capitalismo decadente que toma diferentes formas según el grado de desarrollo, la tradición histórica etc., de cada país. Básicamente existen dos vías de desarrollo del capitalismo de Estado: la combinación entre la burguesía clásica que conserva la propiedad privada y la burocracia estatal (predominante en USA y la mayoría de países más desarrollados) y los regímenes de propiedad estatal de la mayor parte del sistema económico (lo que predominaba en la URSS debido fundamentalmente a la debilidad de la burguesía clásica).
Ver nuestro suplemento publicado en 1989 No muere el comunismo sino su peor enemigo: el estalinismo
14. ¿Dónde estamos hoy en la lucha por el comunismo?
El capitalismo actual encamina la humanidad hacia la catástrofe y la aniquilación: guerras imperialistas caóticas, degradación y pauperización creciente de los trabajadores en todos los países, hambrunas y miseria, extendidas a todos los continentes, crisis económicas más o menos crónicas, desempleo, precariedad…, destrucción medio ambiental, creciente degradación moral. Todo ello son los signos evidentes de una sociedad en declive cuyos esfuerzos por presentar una imagen de “normalidad” y “prosperidad” cada vez podrán ocultar menos esa evidencia.
El proletariado mundial no está derrotado aunque ha pasado por una larga fase de retroceso de su conciencia y combatividad a consecuencia del hundimiento del falso comunismo de los países del Este y de toda la campaña anti-comunista que la burguesía mundial organizó (con el apoyo directo de los viejos estalinistas reciclados como “socialdemócratas”).
Sin embargo, desde 2003 se percibe una recuperación de la lucha proletaria marcada tanto por luchas combativas como, sobre todo, por el desarrollo de minorías revolucionarias en todo el planeta. Una nueva generación del proletariado empieza a entrar en lucha y puede unir sus esfuerzos con la experiencia de la anterior generación que protagonizó numerosas luchas entre 1968-89. La convergencia de ambas generaciones, un debate mundial intenso que prepare la agrupación a escala internacional de las minorías revolucionarias, el desarrollo de las luchas en todos los países, pueden sentar las bases de un nuevo asalto revolucionario mundial contra la fortaleza capitalista.
Prepararlo y contribuir activamente a su desarrollo, sacando las lecciones de la derrota de la oleada revolucionaria mundial de 1917-23 y de todos los acontecimientos posteriores, es la tarea del momento.
Estimados asistentes:
No queremos imponer nuestra posición, no venimos aquí diciendo "He aquí la verdad, arrodíllate ante ella". Lo que pretendemos es animar un debate, no solo en este acto sino que pueda continuar por todos aquellos que estén interesados.
El tema, como ha sido expresado en la convocatoria, es Socialismo y Decadencia del Capitalismo.
Este debate actualmente se está planteando entre círculos de jóvenes, obreros, estudiantes, elementos interesados, en numerosos países. No sólo aquí en República Dominicana, también en otros países latinoamericanos, en Filipinas, en Alemania, en Corea, en Brasil...
¿Cuál es la razón de este interés? Existe el sentimiento -que se va extendiendo- de que el futuro que nos depara la sociedad capitalista mundial es cada vez más inquietante. Se mire por el lado que se mire, se acumulan los materiales que provocan la preocupación por el porvenir así como la indignación contra este sistema social. Los jóvenes se ven condenados a una situación sin salida de precariedad, de desempleo, de imposibilidad de obtener una vivienda; los trabajadores mayores se ven condenados al desempleo y a una jubilación sin subsidios o con subsidios de hambre; masas enormes de personas que huyen de la situación desesperada del campo se hacinan sin perspectivas en las grandes ciudades; las guerras imperialistas como la de Irak se radicalizan mostrando otro callejón sin salida; es cada vez más claro el desastre ecológico que amenaza el planeta; se multiplican por doquier los accidentes, las catástrofes, en los que se ve la incuria y la incapacidad total de los Estados; el desquiciamiento de la sociedad, la pérdida de toda referencia moral es cada vez más evidente...
En tales condiciones se hace necesaria una reflexión, un debate, sobre cómo podría ser una nueva sociedad, cómo llegar hasta ella, qué fuerzas sociales la pueden llevar a cabo, qué lecciones sacar de anteriores experiencias históricas de revoluciones o intentos revolucionarios.
Vamos a dar una respuesta histórica y dinámica: es la sociedad que supera y resuelve las contradicciones que llevan al caos y al desastre a la vieja sociedad capitalista.
Dos grandes contradicciones llevan al capitalismo a la ruina causando graves sufrimientos a la gran mayoría de la humanidad.
Por un lado, el capitalismo es un sistema donde la producción no está destinada a satisfacer necesidades humanas sino a la producción de plusvalía que se traduce en ganancias contantes y sonantes.
Por otro lado, bajo el capitalismo la producción adquiere un carácter cada vez más social y mundial sin embargo la organización y el régimen de producción tienen un carácter privado y nacional.
Estas dos contradicciones provocan, por una parte, una tendencia insalvable a la sobre producción -por primera vez en la historia de la humanidad, la gente se muere de hambre no por penuria de alimentos o medios de vida sino por su exceso exuberante-, por otro lado, a una guerra a muerte -el imperialismo- entre los diferentes capitales nacionales por el reparto del mundo.
El socialismo significa organizar la producción no en función del mercado o del trabajo asalariado sino en función de la plena y consciente satisfacción de los seres humanos. El socialismo solo puede ser una sociedad mundial, una comunidad humana mundial que trabaja colectiva y fraternalmente para sí misma.
Nuestra respuesta rotunda, que ha sido la que siempre ha dado el movimiento obrero, es que NO. El socialismo será mundial o no será.
Esta aseveración nos permite aclarar por qué pensamos que el régimen de la URSS que pretendía proclamarse el continuador de la revolución de octubre 1917 no era socialista ni estaba en "vías hacia el socialismo". Era una forma particular de capitalismo de Estado.
Tampoco pueden ser "socialistas" ni "comunistas" regímenes como los de China, Cuba, Corea del Norte etc., donde reina una dictadura feroz y militarizada sobre la clase obrera y el conjunto de la población.
Aquí tenemos que realizar una aclaración muy importante: no se puede confundir socialismo con capitalismo de Estado.
El capitalismo de Estado es una tendencia general que se da en todo el capitalismo mundial a lo largo del siglo XX. Esta tendencia se realiza de dos formas: la llamada "liberal" donde el Estado controla e interviene la economía de manera indirecta respetando la propiedad privada. Y la presentada demagógicamente como "socialista": el Estado controla la economía por la vía de las nacionalizaciones y la estatización abierta.
La gran mentira del siglo XX es presentar como "socialismo" regímenes de estatización más o menos completa de la economía y basados en un sistema de partido único, de tal forma que lo que cínicamente se ha llamado "dictadura del proletariado" es en realidad una dictadura estatal sobre el proletariado.
Hecha esta aclaración ¿qué es el socialismo?
Para responder tenemos que rescatar las ideas que fue desarrollando el movimiento obrero. Esta recuperación no consiste simplemente en una mera copia de fórmulas pasadas sino que debemos abordarlas de manera crítica comprendiendo la situación actual y su perspectiva futura.
1º Es un sistema mundial. El socialismo en un solo país es imposible. Ahí está a nuestro juicio la causa fundamental del fracaso y derrota de la revolución de 1917;
2º Se basa en la participación activa y consciente de las masas obreras y explotadas basada en los Consejos Obreros. El socialismo no se puede implantar de manera administrativa por decretos estatales sino mediante la fuerza colectiva del proletariado;
3º El socialismo no se construye desde el reforzamiento del Estado sino desde su progresiva extinción. Es cierto que una vez destruido el capitalismo todavía es imprescindible un Estado de transición pero éste se tiene que ir desmantelando gradualmente. Es un Estado al que se le pone fecha de caducidad.
Esta breve recapitulación sobre cómo se construye el socialismo nos lleva a poner el acento en que el socialismo solo puede resultar de la acción colectiva, organizada y consciente del proletariado del mundo entero secundando por todos los oprimidos y explotados de la Tierra. Un "socialismo" realizado desde el Estado, basado en un partido único, es un puro engaño. Eso no tiene nada que ver con el socialismo sino que es una de las formas del capitalismo de Estado.
La revolución rusa de 1917 fue el fruto de numerosas luchas no solo en ese país sino en Alemania, en Austria, en numerosos países de Europa, de Asia, de América... Fue la punta de lanza de grandes movimientos mundiales de masas obreras.
No somos idealistas ni pretendemos vender ilusiones. Sabemos que estamos todavía muy lejos de una situación donde la escena mundial esté dominada por la presencia generalizada de las luchas masivas del proletariado.
Sin embargo, pensamos que la situación actual se caracteriza por una maduración de las condiciones que pueden llevar a término a una situación revolucionaria como la que condujo a 1917.
¿En qué análisis nos basamos para fundamentar esta perspectiva?
Esencialmente en dos factores.
Por un lado en que las luchas tienden -todavía con un carácter muy limitado- a multiplicarse en numerosos países desde los europeos hasta Asia o América. Podemos citar movimientos significativos en un buen número de países: Francia 2006, Gran Bretaña 2005, España 2006, Dubai 2006, Bangla Desh 2006, Egipto 2007, Perú 2007, Alemania 2007... No podemos describir en detalle esos movimientos pero sí se analizan seriamente se puede ver el potencial que contienen.
El segundo factor es el proceso de toma de conciencia que actualmente está en curso. Minorías del proletariado se plantean muchas preguntas, buscan con ánimo y entusiasmo unas posiciones teóricas revolucionarias y, hermanada con ellas, una acción revolucionaria. Se desarrollan grupos internacionalistas que tienden a configurar posiciones revolucionarias en un buen número de países, ampliando y profundizando la acción de organizaciones internacionalistas como la nuestra. Podemos citar algunos países: Filipinas, Corea, Brasil, Turquía, Argentina, Checoslovaquia, Alemania etc.
El esfuerzo de estas minorías no podemos verlo como un fenómeno aislado. En realidad anuncia, a la vez que prepara, un cambio formidable en la mentalidad de las masas obreras, cambio que actualmente está en curso.
Concentrémonos en la reflexión y la acción de estas minorías. Cuando estas buscan una posición revolucionaria se encuentran con numerosos partidos, organizaciones, movimientos, que se reivindican del comunismo y del socialismo, de la clase obrera, de la revolución etc.
¿Cómo orientarse? ¿Cómo distinguir entre las corrientes genuinamente comunistas y las que se presentan como tales pero que en realidad constituye un engaño y una mistificación?
Responder a esto llevaría a un debate muy detallado sobre el que no podemos entrar. Sin embargo quisiéramos apuntar un principio de respuesta que se desprende de todo lo que hemos dicho sobre qué es el socialismo y como se construye.
Aquellas organizaciones políticas que pretenden que es posible el socialismo en un solo país y defienden la Nación; que aunque se presenten como "anti-imperialistas" defienden una acción nacional imperialista; que presentan como "socialismo" la estatización y nacionalización de la economía; que defienden el reforzamiento del Estado Capitalista bien sea mediante fórmulas democráticas o mediante fórmulas de partido único; esas organizaciones no tienen nada de socialistas ni de comunistas sino que defienden el capitalismo bajo un disfraz o una envoltura "socialista".
Esta realidad se impone más allá de la buena voluntad o la sinceridad de muchos de los militantes de estas organizaciones, frente a los cuales lo que promovemos es un debate sincero y profundo para comprender sí dentro de esos marcos, se está luchando realmente por el socialismo o, por el contrario, se le están poniendo toda clase de obstáculos.
Estimados asistentes, nuestra presentación, como decíamos al principio, no pretendía dar una respuesta acabada y sistemática, sino abrir un debate. Por eso se cierra aquí con el deseo de que a partir de este momento surjan las preguntas, las cuestiones, los planteamientos, y podamos acabar este encuentro con la idea de que hemos establecido un punto de partida hacia la clarificación sobre los problemas que hoy golpean a la humanidad.
Cada día se añaden nuevos atentados sangrientos a la indecente lista de muertos en este país que se hunde en una barbarie extrema. Solo en un fin de semana de finales de Enero se asesinó a más de 200 personas en Bagdad. En 2006 murieron más de 16 800 civiles. Y respecto a ese mismo periodo, el ejército americano reconoce la muerte de 3068 militares y personal asimilado. Cada día que pasa confirma la amplitud del desastre humano
Bagdad está paralizado por el miedo. Cada noche resuenan por esta ciudad martirizada disparos mortales. Manejar el carro (quien aún lo tiene) se convierte inmediatamente en un peligro mortal. Bandas armadas hasta los dientes pueden, en cualquier momento, parar el carro y freír a tiros con la mayor sangre fría a sus ocupantes. Cada día se añaden nuevos atentados sangrientos a la indecente lista de muertos en este país que se hunde en una barbarie extrema. Solo en un fin de semana de finales de Enero se asesinó a más de 200 personas en Bagdad. En 2006 murieron más de 16 800 civiles. Y respecto a ese mismo periodo, el ejército americano reconoce la muerte de 3068 militares y personal asimilado. Cada día que pasa confirma la amplitud del desastre humano. Los Chiitas han desaparecido del mapa en el barrio sunita de Al-Amariyah situado en la parte más occidental de la capital. El partido sunita Baas impone ley. Las pintas en muros medio derruidos claman amenazantes «¡Muerte a Mouqtada (Mouqtada al-Sadr, religioso nacionalista chiita) y a su ejercito de imbéciles!» Esto refleja perfectamente la situación que se vive en todo el país. En otros barrios de la capital, como Al-Hurriya, son los sunitas los que tienen que huir si no quieren perder su vida. El caos y la tensión campean a sus anchas por Bagdad. Se prevé una explosión generalizada de violencia. La mayoría de los sunitas esperan que en cualquier momento se desencadene una ofensiva de las bandas armadas chiitas de Mahdi, para echarlos de la ciudad. Todos los contendientes acumulan municiones y armas. Bagdad se está convirtiendo en un autentico polvorín. El ejército americano, cuatro años después de su intervención en Irak, no controla nada salvo algunas zonas fronterizas mientras el resto del país se hunde irremediablemente en la anarquía más sanguinaria.
La victoria de los Demócratas en las ultimas elecciones en el Congreso y Senado de Estados Unidos, desataron una ola de optimismo en los medios de comunicación burgueses. Optimismo reforzado por las propuestas del famoso plan Baker, consejero de Bush Junior. Ante la opinión pública americana, mayoritariamente contraria a la guerra, vendían el sueño de la retirada, en un tiempo razonable, de la vuelta a casa de las tropas y, hasta puede que el final de la guerra de Irak. ¡Puro fuego de artificio!. Los Demócratas no tienen ninguna política alternativa que ofrecer. La realidad se ha impuesto rápida y dramáticamente confirmando que no puede haber paz en esa región del mundo –como en tantas otras- bajo el régimen capitalista. Así, el proyecto de presupuesto de la Administración americana prevé aumentar los gastos militares. Al Pentágono le corresponderán 622 mil millones de dólares, de los cuales 142 son para Irak. El imperialismo americano, atrapado en el lodazal de Irak no tiene otro remedio para sobrevivir que huir hacia delante. Lo que supone, entre otras cosas, que 2 500 soldados más deben partir rápidamente hacia el terreno de operaciones. El ejército americano, en cooperación con la policía del Gobierno de Bagdad, se dispone a lanzar una ofensiva general sobre la capital. Ofensiva que oficialmente tiene como objetivo limpiar los sectores que actualmente están ocupados por milicias anti-americanas. Esta nueva ofensiva, como las que la han precedido en los últimos cuatro años, provocará masares aún mayores y un crecimiento aún mayor del caos. Empujará a las bandas armadas a llevar más lejos aún la sobrepuja de violencia. Hace poco se estrelló, en la provincia Sunita de Al-Anbar al Oeste de Bagdad, un helicóptero tipo CH-46 , provocando la muerte de siete de los marines que componían su tripulación. Oficialmente se reconoce que en menos de tres semanas seis aparatos de este tipo han sido abatidos. En esta guerra infame los medios de destrucción empleados son cada vez son más mortíferos. El ejército americano afirma que Irán suministra armas a los insurgentes irakies, lo cual es sin duda completamente cierto. Por eso refuerzan las fronteras en Irak con Siria e Irán. Pero como señala el Washington Post del 12 de Febrero « Ese tipo de afirmaciones y puesta en escena, como la historia de las armas de destrucción masiva, son las que precedieron y anunciaron la invasión americana de Irak antes de saberse que eran una manipulación”.
Irán enseña cada vez con mayor ferocidad sus dientes para demostrar que pretende ser la principal potencia en la región, en todas partes – Líbano, Irak- empuja con sus “peones chiitas”, y participa activamente en las guerras y masacres actuales. Estados Unidos, por su parte, se dispone a mandar al Golfo pérsico su segunda fuerza naval encabezada por el US-Stennis.
El crecimiento acelerado de la tensión imperialista en todo Oriente Medio alienta a la carrera nuclear del conjunto de países de la región. En Diciembre pasado, países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, como Arabia Saudita, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein u Omán, tras su cumbre anual anuncian que preparan un programa nuclear civil común. Estos países de Oriente Medio se reunieron con Jordania y Yemen en Enero pasado. Además se trata de países que poseen importantes reservas de petróleo y, por tanto, de energía civil. Pero como para Irán, tras la excusa nuclear civil se esconden en realidad programas nucleares militares. Para estos países árabes del Golfo el crecimiento de Irán como potencia es intolerable. Todo Oriente Medio, a guisa de Irak, se está escindiendo en dos. Cada vez, en todas partes, las comunidades Chiitas y Sunitas se ven enfrentadas, desgarradas por bandas rivales. El peligro ya no es sólo que Irak estalle sino que la guerra civil se propague por toda la región, como pasó hace 15 años con la ex Yugoslavia. Es hoy un peligro bien real. El capitalismo, en plena crisis de senilidad, es incapaz de frenar el desarrollo del caos y la barbarie. Es más, está concentrando en esta región del mundo lo que le espera a la casi totalidad de la población: su aniquilación.
Tino 17-02-07
Publicamos a continuación el correo recibido de un lector de Brasil, quien simpatiza con las políticas emprendidas por Chávez (y Lula) a favor de las capas mas necesitadas. Estas manifestaciones de simpatía hacia el chavismo son cada vez mas frecuentes, tal como lo observamos en nuestras reuniones públicas y en los foros donde intervenimos, tanto presenciales como en Internet. Ellas son la expresión de la preocupación genuina de este lector (así como de muchas otras personas en el mundo), por la situación de pauperización que viven los capas mas necesitadas, dentro de ellas millones de proletarios, y del rechazo a la horrorosa política imperialista de los Estados Unidos; quienes ven en Chávez y su “socialismo del siglo 21”, una vía para superar la pobreza y debilitar al “imperialismo yanqui”.
En nuestra respuesta, pretendemos mostrar al compañero, que los “fenómenos” Chávez, Lula, Evo Morales, Correa, etc. no son sino la expresión de la nueva burguesía emergente en varios países de la periferia, que ha podido capitalizar los “sueños de su gente” para acentuar la precariedad y pauperización.
Como ciudadano del continente sur-americano, veo con desconfianza tantas criticas al chavismo - sean aquellas desde la derecha, sean las de izquierda. Chávez (asi como Lula, en Brasil) es un lider oriundo de las clases económicas más bajas y viene demostrando, en su discurso y practica; desear una situación mejor para las camadas más necesitadas y medias de Venezuela. Ha enfrentado a un golpe de estado burgues y volvió, en los brazos del pueblo, al palacio de gobierno. Si es 'populista' o no, que importa, desde que realice los sueños de su gente? Hasta aqui, muchas de sus politicas han sido de extremada coherencia y coraje. Enfrentarse al gigante mundial es una lucha de David contra Golias, o sabeis, no es cosa facil. Otros lideres recientes del continente le dan la mano: Evo Morales y Raphael Correa. China aumentó considerablemente sus relaciones con Venezuela. Entonces ... saquen sus propias conclusiones.
Saludos!
F
Rio de Janeiro-Brasil
Estimado F,
Antes que nada queremos agradecerle el envío de su correo. Por medio de éste queremos exponerle brevemente cuáles son las bases de nuestra crítica al chavismo, para intentar ganar su confianza en nuestro punto de vista.
Es cierto que Chávez (al igual que otros jefes de estado como Lula, Morales, Correa, e incluso Bush, con respecto a sus nacionales) en su discurso dice “desear una situación mejor para las camadas (capas) más necesitadas y medias de Venezuela”; sin embargo, en la “práctica” observamos que hay un distanciamiento cada vez mayor entre el discurso y la realidad: detrás de la insidiosa propaganda del chavismo tanto dentro como fuera de Venezuela, que exalta los “logros” de la “revolución bolivariana” a favor de los pobres, lo que existe en realidad es una creciente pauperización de los proletarios y de las capas mas necesitadas, incluyendo a las capas medias; mientras las nuevas elites del chavismo perciben sueldos escandalosos (en algunos casos superiores a 10 mil dólares mensuales, hasta 50 veces el salario mínimo que percibe un trabajador) y hacen grandes negocios al disfrutar de las bondades de la renta petrolera ahora en sus manos[1].
Este distanciamiento entre el discurso y la realidad, no es una cualidad del chavismo, sino que es el comportamiento hipócrita que ha caracterizado a las clases dominantes para con las masas explotadas y oprimidas, a las que necesitan controlar y crearles esperanzas de que es posible que superen su situación de pobreza bajo el sistema capitalista de explotación. Con el chavismo, no ha desaparecido, sino que se ha reafirmado una tendencia innata del capitalismo a concentrar la riqueza en pocas manos y a condenar a una masa cada vez mayor de la población a vivir en la pauperización absoluta, ante la imposibilidad de poder conseguir un empleo que le permita las condiciones mínimas de sobrevivencia; expresión de que el capitalismo ha dejado de ser un sistema socialmente progresivo.
Es necesario aclarar el papel que juega Chávez como líder “oriundo de las clases económicas más bajas”: el hecho de que un líder o gobernante sea de extracción pobre, inclusive proletaria, no significa que éste no se integre a la clase dominante y desarrolle una política a favor de la burguesía. La historia esta plagada de casos de individuos de este perfil que le han sido de extrema utilidad a las clases dominantes, precisamente en momentos de crisis agudas: Lech Walesa en Polonia (en los 80) y Lula en Brasil, para sólo mencionar dos casos, ambos “lideres obreros” le han prestado y prestan un servicio insustituible a la burguesía de sus respectivos países. Chávez, hijo de maestros y oficial del ejército (mayor brazo armado de la clase dominante), también ha venido al auxilio de la burguesía Venezolana, ante la crisis de gobernabilidad que ésta padece desde finales de los 80. El hecho de que a la cabeza del estado se encuentre el hijo de un obrero o un hijo ilustrado de la burguesía mas rancia, son cuestiones secundarias; tanto uno como otro, al asumir la responsabilidad de jefe de estado, inevitablemente pasa a ser el más alto gerente del órgano de dominación del capital nacional (estatal y privado), y como tal él (y sus acólitos) pasa a formar parte de las clases explotadoras, es decir de las clases privilegiadas que viven de la explotación de la clase obrera.
El marxismo siempre ha insistido en que el capital es una relación social, a la cual son arrastrados sus actores principales, la burguesía y el proletariado, los opresores y los oprimidos, por un conjunto de hechos históricos, independiente de su voluntad. En este sentido, independientemente de su “buena voluntad”, Chávez forma parte de las clases dominantes que explotan el trabajo a favor de los intereses del capital nacional. También el marxismo nos ha enseñado que el gobierno del estado bajo el capitalismo, es el gobierno de la burguesía.
El surgimiento de los “fenómenos” Chávez, Lula, Kirchner y más recientemente Morales en Bolivia y Correa en Ecuador, se debe al agotamiento casi generalizado de los partidos socialdemócratas y socialcristianos que gobernaron hasta la década de los 90, quienes sumidos en la descomposición y la esclerosis política, tuvieron serias dificultades para controlar las crisis políticas, y generar nuevas formas ideológicas para controlar el malestar social. Estos líderes, apoyados en su carisma y su extracción popular, han capitalizado el malestar de los proletarios y excluidos sociales, desarrollando políticas populistas que les permiten canalizar los “sueños de su gente” a favor de los intereses del capital nacional. Estos nuevos líderes son los nuevos administradores de la precariedad.
Cuando hablamos de “políticas populistas” no lo hacemos en términos peyorativos, tal como lo hacen los sectores de la burguesía que se le oponen a estos nuevos lideres del capital; sino que nos referimos a los gobiernos que han surgido en América Latina y en otros países de la periferia, tales como el de Perón en Argentina (1946-1955), o el de Getulio Vargas en Brasil (1930-1954), entre otros, en los que se exacerban las ilusiones de los “descamisados”, precisamente en períodos de crisis agudas de gobernabilidad de la burguesía nacional.
Ninguno de estos gobiernos ha solucionado la situación de pobreza de las masas que depositan en ellos sus esperanzas, sino que al ser sustituidos por otros gobiernos burgueses, quedan más depauperadas a la espera de otro Mesías que reviva sus “sueños”. Este es y será el drama de las capas explotadas y depauperadas, hasta tanto el proletariado no se coloque a la cabeza de los movimientos sociales y a través de su lucha revolucionaria supere de raíz las causas de la pauperización y la precariedad, las cuales se encuentran en el propio funcionamiento del modo capitalista de explotación.
Es indudable que Chávez se enfrenta al “gigante mundial” y sabemos que no es “cosa fácil” esta lucha entre “David contra Goliat”. Pero esta lucha contra el imperialismo “gigante” de EEUU no es mas que la lucha para fortalecer al “pequeño” imperialismo venezolano en la región, quien hace uso del petróleo (de la misma manera que EEUU hace uso de su poder económico y militar) como arma de chantaje y presión, para fortalecerse a nivel geopolítico aprovechándose de las debilidades que se le presentan al imperialismo norteamericano en el mundo. De la misma manera que la política imperialista de EEUU se hace en detrimento del proletariado y la población norteamericana, la política imperialista de la burguesía venezolana (con el sector chavista a la cabeza), se hace en detrimento de las condiciones de vida de las capas sociales que supuestamente el chavismo dice defender: la parte del presupuesto nacional que se dedica a las fuerzas armadas, compra de armamentos (que tarde o temprano se utilizaran contra la población venezolana o de algún otro país de la región) y “ayudas” a otros países, es superior a la destinada al llamado “gasto social”.
El “anti-imperialismo yanqui” ha servido durante más de un siglo para encubrir a los sectores de las burguesías de la región que se oponen a la burguesía norteamericana, ya que ellos quieren ser los únicos explotadores de las fuerzas productivas de la región y de sus respectivas naciones. En este sentido, no son gratuitas las “asesorías” de la burguesía cubana a Chávez: el “anti-imperialismo yanqui” le ha servido a ésta para someter al proletariado y a la población cubana a la explotación y la precariedad por más de 40 años. Un hecho por lo menos contradictorio es que pese a la confrontación “radical” de Chávez contra EEUU, éste sigue siendo el principal socio comercial de Venezuela. Es la mejor evidencia de que la burguesía no tiene el menor escrúpulo en promover una permanente victimización, con el objetivo de engañar y confundir a los proletarios y la población (tanto de dentro como de fuera de Venezuela). El proletariado debe combatir todo imperialismo, sea grande o pequeño, combatiendo a su propia burguesía.
Con respecto al regreso de Chávez al poder después del “golpe de estado burgués”, hay que aclarar que éste regresó al poder no precisamente “en los brazos del pueblo”, sino en los brazos de los militares leales, después de ser liberado por los militares golpistas que lo derrocaron. Éstos decidieron claudicar, al observar la tremenda debilidad de los sectores de la burguesía que estaban a la cabeza del golpe contra Chávez, quien regresó al poder dos días después. El chavismo le ha sacado el mejor provecho a este acontecimiento, al presentarse no sólo como una víctima de los sectores golpistas, sino del gobierno norteamericano quién de alguna manera apoyó el golpe al no condenarlo. Si bien es cierto que parte del “pueblo” clamaba e incluso lloraba por el regreso de Chávez, la decisión de los acontecimientos estuvo en manos de las fuerzas armadas, quienes en última instancia deciden en momentos como estos a cuál fracción de la burguesía dejar en el poder. Lo del regreso de Chávez “en brazos del pueblo” es parte de la mitología que él mismo ha creado, para cubrirse de una aureola de apoyo masivo e incondicional del “pueblo” para engañar a las masas que cifran en él sus esperanzas; mitología que veneran y le hacen publicidad sectores altermundialistas, de izquierda e izquierdistas de la región y del mundo.
Por último, queremos aclararle, y a lo mejor lo ha observado a través de nuestra respuesta, que nuestra crítica no se ubica en el espectro de las que son hechas desde la óptica de la derecha o la izquierda, las cuales consideramos fuerzas políticas complementarias que defienden los intereses de la burguesía. Se ubica en otro terreno, el de la izquierda comunista, heredera del marxismo y que consideramos es la única que de manera objetiva puede hacer un análisis auténtico desde el punto de vista de la clase obrera.
Amigo F, le invitamos a debatir sobre los puntos aquí planteados, pues consideramos que es una forma de ganar confianza en la perspectiva del socialismo revolucionario.
Fraternalmente,
La CCI. 25-02-07
[1] Un magistrado del Tribunal Supremo de Justicia gana $13.953 mensuales; un Rector del Consejo Nacional Electoral, $11.628 (los sueldos en este organismo aumentaron en mas del 1000% en 3 años); un diputado de la Asamblea Nacional, $1.746; sin tomar en cuenta todos los beneficios del cargo. El presidente Chávez dice ganar un sueldo mensual equivalente a $1.400, pero tiene varias multimillonarias partidas del presupuesto nacional para los “gastos de la presidencia”. El salario mínimo oficial (que no ganan la mayoría de los trabajadores) es equivalente a $260. Calculados según la tasa de cambio oficial de 1$=Bs. 2.150.
Altos dirigentes del chavismo, a través de “intermediarios”, invierten en las áreas: financieras, medios de comunicación, agropecuaria, etc.
Desde comienzos de la década de 1990, la burguesía ha conseguido evitar una recesión abierta de la economía mundial, desarrollando un discurso sobre la “salud y el crecimiento de la economía” en los principales países, que hoy tiene como paradigma a China. Sin embargo ese crecimiento se basa sobre todo en una desenfrenada especulación financiera e inmobiliaria que ha convertido la economía mundial en un casino, fragilizando el sistema financiero. Por otro lado, ese “desarrollo” del que hacen gala, no ha evitado una continuación y una agravación ininterrumpida de los despidos. Hoy asistimos a una acumulación de signos de más graves convulsiones financieras al mismo tiempo que se suceden los mazazos de los ataques a las condiciones de vida obreras. ap/2007/194_crisis [153]
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No cabe ilusión alguna. En los próximos meses la humanidad va a vivir una bestial degradación de sus condiciones de vida en todo el planeta. El Fondo Monetario Internacional (FMI) lo dice bien claro en su último informe: "cincuenta países de aquí a principios del 2009" se van a sumar de la macabra lista de países que sufren hambrunas. Entre ellos numerosos países de África, América Latina, Caribe e incluso Asia. En Etiopia hay ya 12 millones de personas que mueren de hambre según cifras oficiales. En India y China, que nos han estado vendiendo como el nuevo Eldorado capitalista, centenares de millones de obreros se verán atrapados en la miseria más negra. En Europa y Estados Unidos una gran parte de la población sufrirá una miseria insoportable.
No hay ningún sector a salvo de la quema. Los despidos lloverán por millones en oficinas, bancos, fábricas, hospitales, en los servicios de alta tecnología como la electrónica, en el automóvil, la construcción o las empresas de servicios. ¡El paro va a crecer de forma exponencial!. Ya, desde principios de 2008 y solo en Estados Unidos casi un millón de trabajadores han ido la calle. Y esto es solo el principio. Esta ola de despidos hace que cada vez sea más difícil a las familias obreras costearse la alimentación básica y la sanidad. Para los jóvenes esto significa que el capitalismo ¡no puede ofrecerles ningún futuro!
Ni los dirigentes del mundo capitalista, ni los políticos, ni los periodistas a sueldo de la clase dominante se atreven a ocultarlo. ¿Cómo hacerlo?. Los mayores bancos del mundo están en quiebra, y solo se han mantenido a flote gracias a centenares de millones de dólares y euros inyectados por los Bancos Centrales, es decir por los Estados. Las Bolsas en América, Asía y Europa se hunden sin remisión y han perdido desde Enero de 2008, 25 billones de dólares, es decir el equivalente a ¡dos años de la producción total de los estados Unidos! Todo ello ilustra el verdadero pánico que sacude a la clase dominante en todo el planeta. Si hoy se hunden las Bolsas no es solo por la catastrófica situación de los Bancos, sino también porque los capitalistas se ven venir una caída vertiginosa de sus beneficios como resultado del retroceso masivo de la actividad económica, la multiplicación de quiebras de empresas y de una recesión mucho peor que las de los últimos cuarenta años.
Los principales dirigentes del mundo, los Bush, Merkel, Brown, Sarkozy, Hu Jiantao, encadenan encuentros y "Cumbres" (G4, G7, G16, G27, G40) para tratar de salvar los muebles, impedir lo peor. Planifican una nueva "Cumbre" a mediados de Noviembre para, según algunos, "refundar el capitalismo". La hiperactividad de los dirigentes mundiales sólo puede compararse a la de los "expertos" y periodistas: televisión, radio, periodismos... la crisis está en primera plana en todos los medios.
¿A qué viene tanto ruido?
La burguesía sabe que no puede ocultar el catastrófico estado de su economía pero trata de hacernos creer que pese a todo ello no hay que poner en cuestión el sistema capitalista, que de lo que se trata es simplemente de limitar sus "excesos" y evitar sus "patinazos". ¡La culpa es de los especuladores!, ¡Es culpa de los patronos sinvergüenzas!, ¡los paraísos fiscales son los culpables! Y, aún más radical: ¡La culpa de todo la tiene el "liberalismo"!
Todos los charlatanes profesionales nos largan sus letanías para que comulguemos con semejantes ruedas de molino. Esos mismos "especialistas" que afirmaban ayer que la economía gozaba de buena salud, que los bancos eran sólidos como robles... se precipitan hoy a los platos de televisión para contarnos nuevas mentiras. Aquellos que nos decían que el "liberalismo" era LA solución, que el Estado debía cuidarse muy mucho de intervenir en la economía, hoy reclaman que los Estados intervengan a tope.
¡Más Estado, más "moral" y el capitalismo podrá salir mejor de lo que entró! ¡Tal es la mentira que nos quieren que nos traguemos!.
La crisis que sacude hoy al capitalismo mundial no data del verano 2007 con la crisis inmobiliaria en USA. Hace más de 40 años que las recesiones se suceden unas a otras: 1967, 1974, 1981, 1991, 2001. Hace décadas que el paro se ha convertido en una lacra permanente en la sociedad y que los explotados sufrimos ataques cada vez más duros a nuestras condiciones de vida. ¿Por qué?
Porque el capitalismo es un sistema que produce para el mercado y el beneficio y no para satisfacer las necesidades humanas. Las necesidades humanas por satisfacer son inmensas pero los seres humanos que las sufren no son solventes, es decir la inmensa mayoría de la población mundial no tiene con que comprar las mercancías que se producen. Si el capitalismo está en crisis, si millones de seres humanos, y bien pronto millones, están sumidos en una miseria insoportable y sufren las peores hambrunas no es porque este sistema no produzca lo suficiente sino porque produce muchas más mercancías de las que puede vender. La burguesía ha salido temporalmente de esas recesiones recurriendo masivamente al crédito y con ello creando un mercado artificial. Por ello esos "relanzamientos" han conducido a despertares dolorosos ya que, a fin de cuantas, hay que devolver todos esos créditos, hay que hacer frente a todas esas deudas. Y eso es justo lo que pasa hoy día. Todo el "fabuloso crecimiento" de los últimos años se basaba única y exclusivamente en la deuda. La economía mundial ha vivido a crédito y ha llegado el momento de devolverlo. ¡Todo se hunde como en vulgar castillo de naipes!. Las actuales convulsiones de la economía capitalista no son el producto de una "mala gestión" de los dirigentes políticos, ni de la especulación de los "magos de las finanzas" ni del comportamiento irresponsable de los banqueros. Lo único que hacen todos esos personajillos es aplicar las leyes del capitalismo y son justamente esas leyes las que conducen al sistema a su perdición. Por eso, los miles de millones inyectados por todos los Estados y Bancos Centrales a los mercados no van a cambiar nada. Peor aún, van a añadir más y más endeudamiento, ¡es querer apagar el fuego con gasolina!.
La burguesía, con tales medidas estériles y desesperadas, demuestra su impotencia. Todos sus sesudos planes de salvamento están condenados, tarde o temprano, al fracaso. No va ha haber un verdadero relanzamiento de la economía capitalista. Ninguna política, ni de izquierdas ni de derechas, podrá salvar al capitalismo porque este sistema está corroído por una enfermedad mortal e incurable.
Por todas partes aparecen comparaciones con el crack del 29 y la Gran Depresión de los años 30. Aún resuena en nuestra memoria las imágenes de aquella época: colas interminables de parados esperando un trabajo, colas de pobres para obtener un plato de sopa de caridad, los edificios de las fábricas cerradas traduciendo la mayor de las desesperanzas... Pero, ¿la situación actual es igual a la de entonces?.La respuesta es claramente, NO. Hoy es mucho más grave, aunque el capitalismo con su experiencia ha logrado evitar un hundimiento brutal gracias a la intervención de los Estados y a una mejor coordinación internacional.
Pero esa no es la única diferencia. La terrible depresión de los años 30 desembocó en la Segunda Guerra Mundial. ¿La crisis actual puede desembocar en una Tercera Guerra Mundial? La huida hacia delante a la guerra imperialista es la única respuesta que la burguesía es capaz de dar a la crisis insalvable del capitalismo. Y la única fuerza que se puede oponer a ello es su enemigo irreducible: la clase obrera mundial. El proletariado en los años 30 había sufrido una derrota terrible como consecuencia del aislamiento de la revolución de 1917 en Rusia y se dejó alistar en la masacre imperialista. Pero el proletariado actual ha demostrado, desde los grandes combates que empezaron en 1968, que no está dispuesto a verter de nuevo su sangre por sus explotadores. En los últimos 40 años ha podido sufrir reveses dolorosos pero aún está en píe en todo el mundo, especialmente desde 2003, y se bate cada vez más. El recrudecimiento de la crisis del capitalismo provocará terribles sufrimientos en cientos de millones de trabajadores, no solo en los países subdesarrollados sino también en los más desarrollados, paro, miseria, hambre, pero también va a provocar necesariamente luchas de resistencia de los explotados.
Estas luchas son indispensables para limitar los ataques económicos de la burguesía, para impedir que nos hundan en la miseria absoluta. Pero está claro que no podrán impedir que el capitalismo siga hundiéndose cada vez más profundamente en su crisis. Aunque las luchas de resistencia de la clase obrera responden a una necesidad aún más importante. Permiten a los explotados desarrollar su fuerza colectiva, su unidad, su solidaridad, su conciencia, para plantear la única alternativa que puede ofrecer un porvenir a la humanidad: borrar de la faz de la tierra el sistema capitalista y crear una nueva sociedad sobre bases completamente diferentes. Una sociedad que no se base en el beneficio y la explotación, ni en la producción en función del mercado, sino en la que se produzca para satisfacer las necesidades humanas; una sociedad dirigida por los propios trabajadores y no por una minoría privilegiada: la sociedad comunista.
Durante ocho décadas todos los sectores de la burguesía, tanto de derechas como de izquierdas, nos han dicho que los regimenes que dominaban Europa del Este o China eran "comunistas", cuando en realidad no eran más que una forma especialmente bárbara de capitalismo de Estado. Y eso lo decían para convencernos a los explotados que era vano soñar con un mundo diferente, que no había nada salvo el capitalismo. Hoy el capitalismo muestra su quiebra histórica y la perspectiva de la sociedad comunista debe animar cada vez más las luchas del proletariado.
Frente a los ataques de un capitalismo acorralado; para acabar con la explotación, la miseria y la barbarie guerrera del capitalismo:
¡Viva la lucha de la clase obrera mundial!
¡Proletarios de todos los países, uníos!
El administrador del foro Comunistas Internacionales1 colgó amablemente nuestro texto de presentación de las Reuniones Públicas que realizamos sobre la Revolución Rusa al hilo del 90 aniversario de la misma2.
El compañero Marcos C. ha respondido con un texto señalando sus desacuerdos3. Es una contribución que se sitúa dentro del propósito que buscábamos con la publicación de la presentación de las reuniones públicas: animar un debate de alcance internacional.
Queremos saludar la voluntad de debate del compañero Marcos C., su espíritu abierto y su incansable búsqueda de la clarificación. En sus intervenciones en diferentes foros señala en todo momento tanto lo que acuerda como las discrepancias y no tiene inconveniente en dar a conocer textos nuestros a pesar de no compartir el conjunto de nuestras posiciones. Estas actitudes deben extenderse pues con ellas podremos armar un debate a escala internacional que nos permita abordar metódicamente las muchas y arduas cuestiones que conlleva la lucha por la liberación de la humanidad del yugo capitalista.
Una de ellas es reapropiarse de las experiencias pasadas de nuestra clase entre las cuales la Revolución Rusa ocupa un lugar preeminente. Sin embargo, ésta se ha visto manchada por el estigma del régimen que durante más de 60 años se ha presentado como su heredero y continuador: el estalinismo. La mayor mentira del siglo XX –consistente en identificar como “comunismo” los regimenes capitalistas de Estado que imperaban en la URSS o que todavía imponen su bota de hierro en países como China, Corea o Cuba- dificulta un análisis crítico y sereno de la Revolución de Octubre.
Para realizarlo es vital apoyarse en lo que dijeron otros revolucionarios de la época y, en particular, estudiar el análisis de una revolucionaria como Rosa Luxemburgo que siempre consideró a los bolcheviques como compañeros de combate4, lo que no le impidió –como ha sido siempre la tradición en el movimiento internacionalista- dirigirles críticas a menudo severas y que la historia ha verificado su validez. En un folleto escrito en 1918, Rosa encara así la experiencia rusa: «Lo que podrá sacar a luz los tesoros de las experiencias y las enseñanzas no será la apología acrítica sino la crítica penetrante y reflexiva. Nos vemos enfrentados al primer experimento de dictadura proletaria de la historia mundial (que además tiene lugar bajo las condiciones más difíciles que se pueda concebir, en medio de la conflagración mundial y la masacre imperialista, atrapado en las redes del poder militar más reaccionario de Europa, acompañado por la más completa deserción de la clase obrera internacional). Sería una loca idea pensar que todo lo que se hizo o se dejó de hacer en un experimento de dictadura del proletariado llevado a cabo en condiciones tan anormales representa el pináculo mismo de la perfección»5
Cara a ese esfuerzo de reflexión sobre la experiencia rusa, el compañero Marcos plantea numerosas cuestiones: ¿Estaba madura la atrasada Rusia para la revolución socialista? ¿Eran los bolcheviques un partido burgués jacobino? ¿Hay una continuidad entre Stalin y Lenin cuyo eslabón sería el “marxismo – leninismo” inventado por el primero? ¿Fue un golpe de Estado perpetrado por los bolcheviques? ¿Eran estos los continuadores del “bakuninismo – blanquismo” y no del marxismo, como afirma el compañero? ¿La concepción del partido que tenían los bolcheviques, basada en un partido de vanguardia, era completamente distinta a la de Marx y Engels?
En esta respuesta no queremos abordar tal cúmulo de cuestiones. Nos llevaría a realizar una especie de “tratado” que ahogaría el debate en lugar de favorecerlo, preferimos limitarnos a una cuestión y dejar que nuevas contribuciones, nuevas respuestas, lleven a abordar colectivamente las numerosas cuestiones evocadas por el compañero6.
Vamos a concentrarnos en la primera de ellas (¿estaba Rusia madura para el socialismo?). La respuesta que demos a esta cuestión y, sobre todo, la manera misma de plantearla es clave para entender lo que pasó en 1917.
¿Cómo se plantean las condiciones para el socialismo? ¿A nivel nacional o a nivel mundial?
Para el compañero la tragedia rusa fue el resultado de que Rusia no estaba madura para el socialismo, dado el peso enorme de su estructura social repleta de residuos feudales. De esta situación de inmadurez específica del territorio ruso, deduce el compañero que los bolcheviques eran un partido burgués jacobino y no podían instaurar más que un régimen capitalista.
Para avalar su tesis plantea varios argumentos de los cuales queremos analizar dos:
que Engels había señalado en 1894 que Rusia no podía saltar directamente al socialismo sin pasar previamente por una etapa capitalista;
que la consigna bolchevique de “paz, pan y tierra” era una consigna burguesa;
Antes que nada, debemos responder a una cuestión previa: ¿Cómo debemos plantearnos las condiciones de lucha por el comunismo? ¿Examinando país por país si se dan las condiciones para el comunismo o, por el contrario, viendo si el conjunto de las condiciones mundiales plantea o no la necesidad del comunismo?
Creemos que emplear el primer método nos lleva a un callejón sin salida. En 1914-18 la inmensa mayoría de países del mundo estaban preñados de residuos feudales y pre-capitalistas, en muchos de ellos el proletariado representaba un porcentaje reducido de la población. No solo estamos hablando de los continentes asiático y africano, sino igualmente de muchos países europeos. Su estructura interna “no estaba madura para el socialismo”. Pero es que, aún hoy, prácticamente 2/3 del mundo seguirían siendo territorios “no preparados para el socialismo” pues regímenes como el de Arabia Saudita, Irán, muchos africanos etc., son la expresión clara de la impronta de residuos pre-capitalistas sobre la estructura económica y social de esos países.
Del mismo modo, si hoy hiciéramos un análisis país por país de los 224 estados independientes que integran la ONU llegaríamos a la conclusión que al menos en la mitad de ellos el proletariado representa apenas un 10% de la población y que está sumergido en un mar de capas sociales campesinas y marginadas urbanas.
Si hemos de tomar como criterio para la revolución socialista la madurez de todos y cada uno de los países en el sentido de un desarrollo pleno de los mismos dentro del esquema capitalista ¡esas condiciones jamás se reunirán! La misma Rosa Luxemburgo hace una reflexión a este propósito muy acertada a nuestro juicio: «mucho antes de que se llegue a las últimas consecuencias del desarrollo económico, es decir, mucho antes de que se imponga en el mundo el régimen absoluto y uniforme de la producción capitalista, sobrevendrá la rebelión del proletariado internacional, que acabará necesariamente con el régimen capitalista»7.
La única forma científica de abordar las condiciones para el socialismo es plantearlas a nivel mundial. La Revolución Proletaria no es el producto de una suma de revoluciones nacionales sino el resultado de una lucha internacional del conjunto del proletariado. El comunismo, la revolución proletaria, no pueden plantearse más que como un fenómeno mundial, una lucha internacionalista de dimensión internacional desde su propio surgimiento en tal o cual país.
Creemos con ello seguir el método con el que en 1847, Engels en Los Principios del Comunismo empezó a encarar la cuestión: «Pregunta 19. ¿Es posible esta revolución en un solo país? No. La gran industria, al crear el mercado mundial, ha unido ya tan estrechamente todos los pueblos del globo terrestre, sobre todo los pueblos civilizados, que cada uno depende de lo que ocurre en la tierra del otro. Además, ha nivelado en todos los países civilizados el desarrollo social a tal punto que en todos estos países la burguesía y el proletariado se han erigido en las dos clases decisivas de la sociedad, y la lucha entre ellas se ha convertido en la principal lucha de nuestros días. Por consecuencia, la revolución comunista no será una revolución puramente nacional, sino que se producirá simultáneamente en todos los países civilizados, es decir, al menos en Inglaterra, en América, en Francia y en Alemania (…) Ejercerá igualmente una influencia considerable en los demás países del mundo, modificará de raíz y acelerará extraordinariamente su anterior marcha del desarrollo. Es una revolución universal y tendrá, por eso, un ámbito universal».
De este pasaje se desprende una clara perspectiva general:
1º Con el desarrollo del mercado mundial todos los pueblos de la tierra están estrechamente relacionados entre si formando parte de una mismo unidad que determina sus destinos;
2º La revolución proletaria será una revolución universal con un ámbito universal.
Hablar de una “revolución universal con un ámbito universal” no es ninguna utopía sino la respuesta más realista al marco global que el propio capitalismo ha legado: « La burguesía, al explotar el mercado mundial, da a la producción y al consumo de todos los países un sello cosmopolita. Entre los lamentos de los reaccionarios destruye los cimientos nacionales de la industria. Las viejas industrias nacionales se vienen abajo, arrolladas por otras nuevas, cuya instauración es problema vital para todas las naciones civilizadas; por industrias que ya no transforman como antes las materias primas del país, sino las traídas de los climas más lejanos y cuyos productos encuentran salida no sólo dentro de las fronteras, sino en todas las partes del mundo. Brotan necesidades nuevas que ya no pueden ser satisfechas, como en otro tiempo, con los frutos del país, sino que reclaman para su satisfacción los productos de tierras remotas. Ya no reina aquel mercado local y nacional que se bastaba a si mismo y donde no entraba nada de fuera; ahora, la red del comercio es universal y en ella entran, unidas por vínculos de interdependencia, todas las naciones. Y lo que acontece con la producción material, acontece también con la del espíritu. Los productos espirituales de las diferentes naciones vienen a formar un acervo común. Las limitaciones y peculiaridades del carácter nacional van pasando a segundo plano, y las literaturas locales y nacionales confluyen todas en una literatura universal»8.
El debate sobre la revolución en Rusia
Con este punto de vista, Marx y Engels llevaron el debate con los revolucionarios rusos de la década de 18709. En este debate se planteaba el siguiente dilema: ¿puede Rusia llegar al comunismo antes que los demás países o, por el contrario, tiene que alcanzar el mismo desarrollo capitalista que ellos para tener madurez para el socialismo?
Este debate, que hoy puede parecer absurdo, se planteó porque una corriente del pensamiento revolucionario ruso decía que la comuna agraria rusa que por aquellas fechas todavía subsistía podría constituir la base para la construcción del comunismo sin necesidad de esperar al desarrollo del capitalismo en dicho país. Lo que aquellos elementos pensaban era, por un lado, que se podía pasar directamente al comunismo “sin pasar por el capitalismo” y, por otro lado, que tal paso constituía un asunto específicamente ruso, una especie de “privilegio nacional de los pueblos eslavos”.
En un texto de 189410 Engels polemiza con un tal Tkachov que afirmaba que el “pueblo ruso” estaba “más adelantado para realizar el comunismo” que los “aburguesados obreros de Europa” debido a que tenía una institución comunista que era el Mir, la comuna agraria. Engels responde a esta pretensión absurda y de base nacionalista y racista, afirmando que el socialismo no puede instaurarse sin un desarrollo previo del capitalismo y con él de la clase proletaria. Pero Engels no habla para nada de que en Rusia tenga que haber un pleno desarrollo del capitalismo como condición para el paso de este país al socialismo, al contrario, admite que « no se puede negar la posibilidad de elevar esta forma social a otra superior11, si se conserva hasta que las condiciones maduren para ello y si es capaz de desarrollarse de modo que los campesinos no laboren la tierra por separado, sino colectivamente. Entonces, este paso a una forma superior se realizaría sin que los campesinos rusos pasasen por la fase intermedia de propiedad burguesa sobre sus parcelas. Pero ello únicamente podría ocurrir si en la Europa Occidental estallase, antes de que esta propiedad comunal se descompusiera por entero, una revolución proletaria victoriosa que ofreciese al campesino ruso las condiciones necesarias para este paso12». Frente a la distorsión que luego hicieron de esta polémica tanto mencheviques como socialdemócratas, es preciso señalar que Engels ve incluso la posibilidad de que sea la revolución rusa la que estimule el movimiento revolucionario internacional en Europa Occidental: «Pero en Rusia, al lado del florecimiento febril del fraude capitalista y de la propiedad territorial burguesa en vías de formación, más de la mitad de la tierra es posesión comunal de los campesinos. Cabe, entonces, la pregunta: ¿podría la comunidad rural rusa —forma por cierto ya muy desnaturalizada respecto de la primitiva propiedad común de la tierra— pasar directamente a la forma superior de la propiedad colectiva, a la forma comunista, o, por el contrario, deberá pasar primero por el mismo proceso de disolución que constituye el desarrollo histórico del Occidente? La única respuesta que se puede dar hoy a esta cuestión es la siguiente: si la revolución rusa da la señal para una revolución proletaria en el Occidente, de modo que ambas se completen, la actual propiedad común de la tierra en Rusia podrá servir de punto de partida a una evolución comunista13»
La lección que podemos desgajar de esta polémica es que Marx y Engels seguían viendo el proceso revolucionario desde una perspectiva internacional, no lo encaraban en absoluto –ni en Rusia ni en ninguna otra parte- como una suma de procesos dentro de cada país donde habría que juzgar en cada cual la madurez de su desarrollo capitalista. Es también notable subrayar que no negaban las particularidades de los distintos países –en el caso ruso, la supervivencia de la comunidad agraria-. Sin embargo, la forma de abordarlas no les llevaba a renunciar a la perspectiva internacional y al planteamiento autónomo del proletariado cayendo en fórmulas burguesas o de tipo híbrido. Les preocupaba en grado sumo las herencias precapitalistas del pasado –en la época que vivieron tenían un peso enorme- pero el método para resolverlas lo veían dentro de la propia revolución socialista internacional, a partir de la acción común y solidaria del proletariado internacional.
¿En 1917 la consigna “paz, pan y tierra” era una consigna de revolución burguesa?
A principios del siglo XX, el capitalismo había constituido el mercado mundial, las leyes económicas de la producción capitalista regían globalmente la marcha de todos los países de la tierra. Eso no quería decir, ni mucho menos, que todos los países eran plenamente capitalistas. En realidad, en la gran mayoría de ellos sobrevivían enormes restos feudales y pre-capitalistas. Sin embargo, el factor determinante de su evolución era la vida mundial del capitalismo mientras que los factores locales y nacionales habían pasado a ser secundarios14.
La primera guerra mundial (1914-18) arrastró a la mayoría de países –con distintos grados de intensidad- a un engranaje infernal de destrucción y matanzas. De este amasijo de ruinas y sangre en el que la barbarie capitalista había transformado el mundo no existía ninguna posibilidad satisfactoria de salir cada país por su lado, sólo podía salirse mediante una acción común y solidaria a escala internacional y esta empresa solo podía realizarla el proletariado mundial. Los revolucionarios de la época –no solamente los bolcheviques sino también los espartaquistas alemanes, los tribunistas holandeses, los maximalistas italianos, así como un amplio sector del sindicalismo revolucionario y del anarquismo- coincidían plenamente en ese criterio: la Revolución Proletaria Mundial era la única salida.
Un intenso debate de dimensión europea pero con ecos en otros países (USA, Japón, China, Argentina, México) se desarrolló en los medios proletarios: ¿Cómo entender esta terrible hecatombe? ¿Se podía concebir como un accidente en la marcha ascendente del capitalismo, como una nueva versión de las guerras napoleónicas que tras su terminación daría paso a una nueva etapa en su desarrollo?
Con diferentes grados de claridad, los revolucionarios entendieron que la Guerra Mundial marcaba el fin de la época ascendente del capitalismo y la entrada de este en una situación donde la única salida era la Revolución Mundial: « Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social.»15
En el folleto sobre La Revolución Rusa, Rosa Luxemburgo polemiza con el centro socialista (Kautsky, menchevismo etc.) que consideraba que la revolución mundial no estaba todavía a la orden del día porque, según ellos, la mayoría de países “no estaban maduros para el socialismo”. A estos argumentos Rosa responde: «para cualquier observador reflexivo estos hechos refutan de manera decisiva la teoría que Kautsky compartía con los socialdemócratas del gobierno, que suponía que Rusia, por ser un país económicamente atrasado y predominantemente agrario, no estaba maduro para la revolución social y la dictadura del proletariado. Esta teoría, que considera que la única revolución posible en Rusia es la burguesa, es también la del ala oportunista del movimiento obrero ruso, los llamados mencheviques, que están bajo la experta dirección de Axelrod y Dan. En esta concepción basan los socialistas rusos su táctica de alianza con el liberalismo burgués (…) Según estos tres grupos, la Revolución Rusa tendría que haberse detenido en la etapa que, según la mitología de la socialdemocracia alemana, constituía el noble objetivo por el que bregaba el imperialismo alemán al entrar en la guerra; es decir, tendría que haberse detenido con el derrocamiento del zarismo. Según ellos, si la revolución ha ido más allá, planteándose como tarea la dictadura del proletariado, eso se debe a un error del ala extrema del movimiento obrero ruso, los bolcheviques. Y presentan todas las dificultades con las que tropezó la revolución en su desarrollo ulterior, todos los desórdenes que sufrió, simplemente como un resultado de este error fatídico».
El compañero Marcos ve el carácter inevitablemente burgués de la revolución rusa en el hecho de que «El lema principal de los Bolcheviques era Pan, Tierra y Libertad, algo similar a los Jacobinos de Francia, no una sociedad sin clases, sin estado, sin sistema monetario, sin líderes, y la eliminación del trabajo asalariado, que es el objetivo principal del socialismo-comunismo».
En la situación mundial de 1917 marcada por la guerra generalizada pero al mismo tiempo por el enorme rayo de esperanza que significó el Octubre ruso, ¿Cuál era el hilo conductor que llevaba a la sociedad sin clases, sin estado, sin trabajo asalariado? Ese hilo empezaba concretamente con la finalización de la guerra mediante la acción revolucionaria internacional del proletariado. Por referirnos a la situación en Rusia, tenemos que la burguesía liberal –apoyada por mencheviques y social revolucionarios- daba largas al asunto de la paz –pues en realidad abrigaba sus propias ambiciones imperialistas- dejando que la gente siguiera muriendo en el frente y que en la retaguardia se viviera al borde de la hambruna. Frente a ello, los bolcheviques fueron los únicos que alertaron a los obreros de esta maniobra dilatoria y reclamaron valientemente una paz inmediata y sin condiciones. Del mismo modo –y como ya hemos visto antes- la revolución proletaria no se declara ajena e indiferente a los problemas de las demás capas no explotadas de la población. Todo lo contrario, trata de encontrar junto con ellas, una salida. Por eso, los soviets obreros –animados por los bolcheviques- encararon el problema de la tierra que afectaba a la inmensa mayoría de la población rusa. Y no actuaron –como hicieron los social revolucionarios- proclamando fórmulas ingeniosas tan vacías como engañosas, sino impulsando un debate en el que participaron numerosos campesinos, muchos de ellos soldados que habían sido movilizados para la guerra y que hartos de tanto sufrimiento apoyaron a los bolcheviques. Rosa Luxemburgo en el folleto sobre la Revolución Rusa señala: «Desde el primer momento la fuerza motriz de la revolución fue la masa del proletariado urbano. Sin embargo, sus reivindicaciones no se limitaban a la democracia política; atacaban esa cuestión tan candente que era la política internacional al exigir la paz inmediata. Al mismo tiempo, la revolución abarcó a la masa del ejército, que elevó la misma exigencia de paz inmediata, y a la gran masa campesina, que puso sobre el tapete la cuestión agraria, que desde 1905 constituía el eje de la revolución. Paz inmediata y tierra: estos dos objetivos provocarían inevitablemente la ruptura del frente revolucionario. La reivindicación de paz inmediata se oponía irreconciliablemente a las tendencias imperialistas de la burguesía liberal, cuyo vocero era Miliukov. Y el problema de la tierra se erguía como un espectro terrorífico ante la otra ala de la burguesía, los propietarios rurales. Además significaba un ataque al sagrado principio general de la propiedad privada, punto sensible de toda clase propietaria».
Honestamente, no vemos ningún “jacobinismo” en la lucha de los bolcheviques. Fueron ellos precisamente quienes –frente a la teoría oficial del “carácter democrático burgués de la revolución rusa”- plantearon la cuestión de la naturaleza socialista y mundial de la revolución en curso. Y esto tuvo que hacerse mediante un debate apasionante en el seno del propio partido bolchevique puesto que en marzo de 1917 el comité central –compuesto por Kamenev, Molotov y Stalin- preconizaba el sostén al Gobierno Provisional basado en el dogma del “carácter burgués” de la revolución. Contra esta tesis, reaccionó Lenin –al volver de Suiza- junto con otros sectores del partido –en especial los jóvenes- llamando a la toma del poder por los Soviets. Se pueden analizar las Tesis de Abril o el texto posterior El Estado y la Revolución, para comprender lo que pensaba realmente Lenin: naturaleza proletaria, socialista y mundial de la revolución; consecuentemente con ello, defensa de los Soviet Obreros como la «forma al fin encontrada de la dictadura del proletariado».
Rosa Luxemburgo afirma: «En esta situación, la tendencia bolchevique cumplió la misión histórica de proclamar desde el comienzo y seguir con férrea consecuencia las únicas tácticas que podían salvar la democracia e impulsar la revolución. Todo el poder a las masas obreras y campesinas, a los soviets: éste era, por cierto, el único camino que tenía la revolución para superar las dificultades; ésta fue la espada con la que cortó el nudo gordiano, sacó a la revolución de su estrecho callejón sin salida y le abrió un ancho cauce hacia los campos libres y abiertos. El partido de Lenin, en consecuencia, fue el único, en esta primera etapa, que comprendió cuál era el objetivo real de la revolución. Fue el elemento que impulsó la revolución, y por lo tanto el único partido que aplicó una verdadera política socialista».
En Rusia el problema solo podía plantearse, únicamente a nivel mundial podía resolverse
Para Rosa Luxemburgo la teoría de Kautsky y los mencheviques sobre “el carácter burgués” de la revolución rusa «refleja el intento de sacarse de encima toda responsabilidad por el proceso de la Revolución Rusa, en la medida en que esa responsabilidad afecta al proletariado internacional, y especialmente al alemán; y también de negar las conexiones internacionales de esta revolución. Los acontecimientos de la guerra y la Revolución Rusa no probaron la inmadurez de Rusia sino la inmadurez del proletariado alemán para la realización de sus tareas históricas. Un examen crítico de la Revolución Rusa debe tener como primer objetivo dejar esto perfectamente aclarado. El destino de la revolución en Rusia dependía totalmente de los acontecimientos internacionales. Lo que demuestra la visión política de los bolcheviques, su firmeza de principios y su amplia perspectiva es que hayan basado toda su política en la revolución proletaria mundial».
En este pasaje, Rosa fustiga el cinismo y la falta de responsabilidad de los auténticos defensores de la “revolución burguesa en Rusia” (Kautski y los mencheviques y no los “jacobinos bolcheviques”). Pero al mismo tiempo nos muestra el drama de la Revolución de Octubre: era el primer paso en la revolución proletaria mundial y ese primer paso sólo podía avanzar si el resto del proletariado mundial –y especialmente el alemán- se unía al combate.
Los bolcheviques tenían muy clara esta situación. Lenin insistió en las Tesis de Abril que el objetivo no era «la implantación del socialismo como nuestra tarea inmediata, sino pasar únicamente a la instauración inmediata del control de la producción social y de la distribución de los productos por los Soviets de diputados obreros». En 1918 durante el debate sobre la Paz de Brest-Litvosk, insistió en que «mientras no estalle la revolución socialista internacional, que abarque a varios países y tenga fuerza suficiente que le permita ayudar a vencer al imperialismo internacional, mientras no ocurra eso, el deber ineludible de los socialistas triunfantes en un solo país (y especialmente si es un país atrasado) consiste en no aceptar el combate con los gigantes del imperialismo, en tratar de regir el combate, de esperar a que la contienda entre los imperialistas debilite a estos más aún, acerque más aún la revolución en otros países»16
No se trataba de construir el socialismo en un solo país, no era posible –como pide el compañero Marcos- implantar en los estrechos límites de Rusia una sociedad sin clases, sin estado, sin sistema monetario, sin líderes, y la eliminación del trabajo asalariado, solo era posible tomar las medidas mínimas para sostener el bastión conquistado por el proletariado, consagrándose simultánea y prioritariamente a la extensión de la revolución a otros países.
Se puede considerar si las medidas adoptadas en Rusia fueron las más adecuadas (Rosa Luxemburgo destacó algunas que eran erróneas: la cuestión nacional, la relación con los campesinos, el problema del terror etc.). Sin embargo, esos errores –que reflejaban confusiones existentes en el todo el movimiento obrero internacional17- solo se podían corregir en el marco de un debate mundial al servicio de la lucha por la Revolución Mundial. No se podían corregir dentro de las fronteras rusas porque dentro de ellas no existían las condiciones para superarlos. Y el factor determinante de esta imposibilidad no era el retraso o la inmadurez de Rusia sino la asfixiante realidad de que la revolución todavía se hallaba confinada en los límites de un país18.
Rosa Luxemburgo cierra su folleto diciendo «en Rusia el problema solo podía plantearse. No podía resolverse». En los confines de cualquier país –añadimos nosotros- el problema solo podía plantearse pero jamás resolverse. La construcción del socialismo solo puede empezar a abordarse a escala mundial.
Esta es una diferencia esencial entre las revoluciones burguesas y las revoluciones proletarias. La Revolución Inglesa (1640), la Revolución Norteamericana (1776) o la Francesa (1789) fueron revoluciones nacionales que permitieron a sus respectivos países un lento y progresivo desarrollo del capitalismo rodeado por todas partes de regímenes feudales. La Gran Bretaña pudo ser durante más de un siglo un régimen capitalista pionero sin sucumbir por ello a la presión de las sociedades feudales.
Cada Revolución social tiene sus leyes, sus métodos, sus condiciones propias. No podemos aplicar a la revolución proletaria las leyes y condiciones de las revoluciones burguesas. Las revoluciones burguesas pudieron ser realizadas por minorías ilustradas actuando en nombre del pueblo, la revolución proletaria solo puede ser realizada por la acción colectiva y consciente del proletariado organizado en Consejos Obreros. Las revoluciones burguesas tenían en la nación su marco natural y coherente de desarrollo, la revolución proletaria solo puede tener el mundo entero como tierra nutricia y campo de acción. Si no es capaz de alcanzar ese marco se ve condenada a la derrota y la degeneración, tal y como aconteció en Rusia a partir de 1921 con el retroceso y la derrota definitiva de la oleada revolucionaria mundial.
El marco nacional no sirve para comprender la revolución rusa y sus lecciones –tanto positivas como negativas. «La Revolución social del siglo XIX –decía Marx- no puede sacar su poesía del pasado, sino solamente del porvenir», la poesía de la revolución proletaria solo puede tener como marco el escenario internacional pues ese es su porvenir: unificar a los seres humanos en una comunidad humana mundial.
CCI 23-1-08
COMENTARIOS DEL COMPAÑERO MARCOS C.:
¿Cual es el punto que van a presentar? ¿Que fue una revolución proletaria en un país semi-feudal donde la gran mayoría de los trabajadores eran campesinos? Esa es la revolución permanente de León Trotski. ¿Que la revolución se degenero después de la muerte de Lenin y la toma del poder por José Stalin? La pregunta seria como Stalin pudo tomar el poder completo del partido, y de toda la sociedad Rusa, y que plataforma política usó para tomar el poder, y porque Trotski no pudo tomar el poder y perdió la popularidad entre los obreros, y porque el poder estaba centralizado en figuras, y en liderazgo, y porque Trotski asesinó cientos de Anarquistas, porque en los inicios él y Lenin quisieron militarizar los sindicatos y ordenaron el fusilamiento de un montón de obreros que se opusieron al Nuevo Plan Económico, y también porque Lenin dijo que el capitalismo de estado era una etapa hacia el socialismo. La otra pregunta seria porque los campesinos no le dieron su apoyo a los bolcheviques, y porque el lema de los bolcheviques eran pan, tierra y libertad, y no una sociedad sin clases, sin estado, sin líderes, y sin sistema monetario, sin la ley del valor
Comentario: El propio Vladimiro Lenin presentó repetidos argumentos de que la revolución Rusa no tenia un carácter proletario, cuando él mismo presentaba argumentos negativos en contra del campesinado, y cuando él mismo presento el argumento de que el Capitalismo de estado era una etapa hacia el socialismo, lo cual es un reconocimiento de que en Rusia no existían las condiciones materiales para establecerse una nueva sociedad, cuando el socialismo solamente puede surgir de las entrañas del capitalismo, y tiene que haber las condiciones materiales e ideológicas para darse ese paso, y para haber socialismo tienen que haber socialistas primeros, y el no apoyo que recibieron los Bolcheviques de parte de la gran inmensidad de los campesinos, los cuales no tenían todavía la educación socialista para poder levantar una sociedad sin clases, sin estado, y sin propiedades,
El lema principal de los Bolcheviques era Pan, Tierra y Libertad, algo similar a los Jacobinos de Francia, no una sociedad sin clases, sin estado, sin sistema monetario, sin lideres, y la eliminación del trabajo asalariado, que es el objetivo principal del socialismo-comunismo o, el propio partido de vanguardia, que es una creación de Karl Kautsky, lo que hace es enarbolar el liderazgo, y Marx nunca enarbolaron el concepto de partido de vanguardia, eso es completamente falso, el socialismo siempre ha planteado que la liberación de los trabajadores será el producto mismo de la lucha de los trabajadores mismo, no que las ideas vienen de la intelectualidad burguesa, y de los intelectuales pequeños burgueses, de por si Marx, es un producto de las ideas de los trabajadores, porque los trabajadores fueron los maestros de Marx y de Engels , no lo contrario.,
Los Bolcheviques solo representaban un 5% de la población, en una sociedad donde la gran parte de los trabajadores estaban integrados a la pequeña producción, a la producción agrícola, de grandes terratenientes, y era un país semi-feudal, y el prefacio de Engels del 1894 a unas de sus obras lo explica claramente que el desarrollo capitalista era primordial en el establecimiento del socialismo.
Después de la implementación del 'Comunismo de guerra" ( nombre hasta contradictorio en medio de una sociedad semi-feudal, y económicamente atrasada es una simple consigna, algo característico de la izquierda ) los propios obreros urbanos se rebelaron en contra del dominio del nuevo estado burgués, y el propio Lenin y Trotski ordenaron el fusilamiento de los obreros que se rebelaron en contra de las nuevas medidas, y en contra de la militarización de los sindicatos, en vez de llamarse una revolución proletaria, y una sociedad democrática, mas bien debería llamarse La dictadura de los bolcheviques,
El que parte de la experiencia de los Bolcheviques y del Leninismo tiene que terminar con conclusiones incorrectas, porque la mismas apreciaciones de Lenin son ampliamente incorrectas y distorsionantes.
No creo que el decir que la revolución bolchevique fue un golpe de estado de los propios Bolchevique sea una consideración de la burguesía de derecha, cuando el Partido Socialista de Gran Bretaña, el Movimiento Socialista Mundial y sus partidos acompañantes, y el Partido Socialista Laboral de EEUU tienen la misma consideración, y han existido por un periodo de 100 años, y dijeron desde sus inicios que solo capitalismo era lo que se podía desarrollar en Rusia, y que el Leninismo era una total distorsión del socialismo, y nunca fueron miembros de la Tercera Internacional, y plantearon desde sus inicios el desplome del capitalismo de estado, y nunca le brindaron apoyo ni a la primera, ni a la segunda guerra mundial, ni le brindaron apoyo ni al Leninismo, ni al Stalimismo, ni al Trotskismo, ni al Maoísmo, ni al Blanquismo de la izquierda, ni fueron parte del llamado Bloque anti-imperialista del Estalinismo.
El llamado Marxismo-Leninismo creado por José Stalin para establecer una ligazón entre Marx y Lenin es una total distorsión, cuando se hacen comparaciones se puede ver que el Leninismo es una total aberración a las ideas del socialismo y una corriente peligrosa dentro del movimiento obrero, que solo conduce hacia el capitalismo de estado, al blanquismo, a la teoría conspirativa, y a una sociedad secreta de conspiradores, y en vez de llamarse marxismo-Leninismo, mas bien debería llamarse Blanquismo-Leninismo, porque está basado en la teoría conspirativa, que fue la lucha en la primera internacional en contra del Bakunismo-blanquista, y fue en medio de esta lucha fue que Engels creó el concepto de Marxista y Marxismo, por lo cual se podría considerar a Engels como el propio fundador del concepto de Marxismo, cuando el propio Marx no se llamaría ni Marxista, ni nunca fundo una corriente llamada Marxismo, el era un socialista revolucionario, no un reformista, ni nunca enarbolo una corriente de lucha de guerrilleros, y de grupitos armados conspirando.
El surgimiento de la URSS mas bien lo que hizo fue retrasar el surgimiento del verdadero socialismo y mas con la confusión universal que creo en medio de los trabajadores el propio Estalinismo, y la época de terror que creo en un periodo de mas de 30 anos en contra de la propia clase obrera, de hecho en el mundo no se propago la idea del socialismo, o del Marxismo, sino mas bien se propago el Leninismo, y el Estalinismo, que en nada conducen a el establecimiento de una nueva sociedad sin clases, sin estado, y sin lideres, es todo lo contrario, hacia la perpetuación del estado, y del absolutismo, y la propia consigna del anti-imperialismo de Lenin, es simple nacionalismo encubierto
1https://www.yahoo.com/ [122]
2 Ver https://es.internationalism.org/node/2079 [154]
3 Ver Apéndice
4 La relación entre los bolcheviques y Rosa Luxemburgo fue siempre de respeto mutuo y de colaboración fraternal. Formaban parte de la Izquierda revolucionaria que luchó incansablemente contra la degeneración de la socialdemocracia y colaboraron en numerosas ocasiones, especialmente en 1907 al lograr que el Congreso Internacional de Sttutgart adoptara una clara Resolución contra la guerra, en 1914 en la lucha contra la guerra imperialista y contra la traición de la socialdemocracia y, de forma aún más directa, desde 1918 en la lucha por la Revolución Mundial. Cuando llegó en enero de 1919 la noticia del vil asesinato de Rosa por los esbirros mandados por la Socialdemocracia, los bolcheviques organizaron inmediatamente una campaña de denuncia y solidaridad internacional.
5 La Revolución Rusa, ver https://www.marxists.org/espanol/luxem/11Larevolucionrusa_0.pdf [155] .
6 En todo caso el lector interesado puede consultar en nuestra Web un folleto sobre la Revolución Rusa así como los artículos aparecidos en la última Revista Internacional nº 131. Ver respectivamente: /cci/200602/738/octubre-del-17-inicio-de-la-revolucion-mundial-las-masas-obreras-se-apoderan-de-su-pr [156] y /revista-internacional/200711/2089/la-experiencia-rusa-propiedad-privada-y-propiedad-colectiva [157]
7 Rosa Luxemburgo: La Acumulación de Capital página 380 de la edición española
8 Manifiesto Comunista, ver https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm [30]
9 Creemos que el compañero Marcos se está refiriendo a este debate
10 Acerca de la cuestión social en Rusia (Engels 1894). Este texto contiene una recopilación de una respuesta de Marx y Engels a revolucionarios rusos fechada en 1875 a la que agrega unas “Palabras finales” escritas en 1894. Ver https://www.marxists.org/espanol/m-e/1890s/1894rusia.htm [158] .
11 Se refiere al Mir, la comuna campesina rusa.
12 El subrayado es nuestro
13 El subrayado es nuestro
14 Hay que observar que en la propia Rusia –como resultado de la evolución económica mundial- se había dado un fuerte desarrollo capitalista que la había llevado a ser quinta productora mundial, a tener la mayor fábrica de la época (con 40000 obreros) y a la desaparición casi completa de la primitiva comuna agraria.
15 Marx: Prefacio de la Contribución a la crítica de la economía política (1859). Se puede ver en: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/criteconpol.htm [159]
16 Obras Escogidas tomo II página 728 edición española.
17 Existe el mito –que carece de la más mínima base histórica documental- consistente en atribuir única y exclusivamente a los bolcheviques errores teóricos y políticos que en realidad eran compartidos en grados mayores o menores por los demás grupos revolucionarios de la época. Por ejemplo, se puede examinar el programa del partido comunista alemán –redactado en diciembre de 1918 por Rosa Luxemburgo- y se comprobará que contiene errores similares a los de los bolcheviques sobre que el partido toma el poder en nombre de la clase, el capitalismo de estado etc. Al señalar esto no queremos eximir a los bolcheviques de la responsabilidad de sus errores y menos aún de la necesidad de criticarlos a fondo, sino de comprender que los bolcheviques expresaban las dificultades y limitaciones del movimiento obrero de la época y que no eran de una naturaleza especial y distinta, por ejemplo, “revolucionarios jacobinos burgueses”.
18 En el caso de que la revolución hubiera comenzado en Gran Bretaña o en Alemania los problemas hubieran sido los mismos y su solución no se hubiera podido hallar dentro del país sino a nivel internacional.
Por la prensa hemos conocido la siguiente información: "Dos obreros de 20 y 21 años, que trabajaban en el interior de la mina de Larimar en la población Las Filipinas, murieron asfixiados, en la región sur-este del país.
Los muertos fueron identificados como los primos Kelvin Gómez de la Cruz, de 20 años y Samuel Trinidad de la Cruz, de 21, quienes residían en el distrito municipal de Baoruco.
Fueron llevados muertos a la morgue del hospital Jaime Mota, donde acudieron familiares, amigos y curiosos.
El médico legista Miguel A. García Ortiz dijo que Gómez de la Cruz y Trinidad de la Cruz murieron por sofocación en el interior de un hoyo de la mina de Larimar. Los cadáveres fueron extraídos del hoyo por compañeros de faenas, según explicaron miembros de la Cooperativa de Extractores y Procesadores de Larimar de Baoruco.
Parientes de Gómez de la Cruz informaron que éste tenía una hija pequeña."
Primero que nada queremos manifestar a la mujer y la hija de este trabajador así como a los familiares y amigos de su compañero, nuestra solidaridad más profunda.
Queremos también llamar a la reflexión sobre las causas de que estos accidentes se repitan con creciente frecuencia. Hace alrededor de año y medio, unos siete mineros murieron asfixiados cuando trabajaban en la extracción de la piedra igualmente en Larimar.
Los accidentes laborales se producen no solamente en República Dominicana sino en todos los países del mundo cualquiera que sea su posición en el tablero económico. A la misma hora que Kelvin y Samuel, 23 mineros morían en Kazajstán a muchos miles de kilómetros de distancia.
Indagando un poco sobre las condiciones de trabajo vemos que para ir a trabajar a la mina hay que subir por una pista donde un cuatro por cuatro apenas puede avanzar. Se necesitan 40 minutos de ida y otros 40 de vuelta. Se trabaja de sol a sol en condiciones de gran riesgo, sin prácticamente ninguna protección, se cavan hoyos y pozos con herramientas muy primitivas. A medida que se van agotando las vetas se tienen que hacer excavaciones de cada vez mayor profundidad con lo que aumentan los riesgos para la seguridad de los trabajadores.
«El trabajo es agotador y apenas tiene recompensa», dice un minero. Para el capitalismo, el trabajador es como un limón que se exprime hasta la última gota ahorrando a tope en protección, en salario, en gastos sociales, con el objetivo de obtener la máxima plusvalía. Si esta explotación produce accidentes, ocasiona enfermedades, provoca tragedias en familias enteras, ¡eso no importa!, porque el Capital ha conseguido su objetivo que es la ganancia y la acumulación para seguir reproduciéndose.
La crisis capitalista hace que las condiciones para obtener ganancias razonables y seguir desarrollando la acumulación se hagan cada vez más difíciles agudizando la competencia entre los diferentes capitales nacionales. Eso hace que cada capital nacional y, dentro de él, cada capitalista individual, aumenten la explotación por diferentes vías: pagando menos salarios, alargando la jornada de trabajo, disminuyen los gastos de protección y seguridad en el trabajo, pasando los puestos de trabajo de fijos a precarios etc. Bajo el capitalismo la vida humana se sacrifica a la producción. La vida no vale un peso para el capitalismo. Solamente luchando de forma unida y solidaria, los trabajadores y todos los explotados, podremos lograr una sociedad donde la vida no se sacrifique al dios insaciable de la producción capitalista, una sociedad donde la norma deje de ser "la vida para la producción" y pase a ser "la producción para vida".
14 de enero 2008
Corriente Comunista Internacional
con la colaboración del Núcleo de Discusión Internacionalista de la República Dominicana.
El pasado 26 de Mayo, un andamio de las obras de la construcción del nuevo estadio de fútbol en Valencia se desplomaba arrastrando a la muerte a dos trabajadores. El shock que sufrieron sus compañeros allí presentes fue brutal. Al terror de un escenario dantesco tras el desplome subsiguiente de un encofrado de cerca de 3 mil kilos, se sumó la impotencia de no poder socorrer a otros dos compañeros que se encontraban gravemente heridos y que, tras ser liberados por los bomberos, fallecieron desgraciadamente pocas horas después.
Pronto aparecieron por allí las diferentes instancias de la clase explotadora a manifestar, con el cinismo más repugnante, su consabida "solidaridad con las víctimas". Llegó el "amo", que presiona para acelerar el ritmo de las obras (y evitar que el desplome inmobiliario devalúe aún más sus operaciones urbanísticas) aunque quería ser el primero en dar el "pésame" a las familias de los fallecidos. Luego se acercó el contratista que no duda en abaratar costes subcontratando y "re-contra-subcontratando" (el 80% de los trabajadores en este caso), pero que alardea de cumplir la ley y tener ¡22 técnicos de seguridad en plantilla! Asomaron también su hedionda tez precisamente los representantes de la ley y la autoridad municipal, que no vacilaron en anunciar "investigaciones" y "sanciones", cuando lo cierto es que los vecinos se han hartado de denunciar por ejemplo la prolongación "ilegal" de los trabajos hasta primeras horas de la madrugada sin que ello haya servido para impedirlo, y en cuanto a las multas es bien sabido que el patrón se resarce indirectamente de ellas, sangrando aún más a los trabajadores.
Por último, aparecieron los Sindicatos, que dicen defendernos del patrón y del Estado al servicio del patrón. Pero de estos lacayos del patrón (que esa es su verdadera función), no se sabe que resulta más vomitivo: Su patética justificación de su habitual "hacer la vista gorda" («sabíamos lo del abuso de las subcontratas y lo de las jornadas de trabajo de más de 16 horas, pero no podemos hacer nada por que al tratarse de una obra no pública no estamos representados en el Comité de Seguridad en el Trabajo»); o sus "movilizaciones" - cinco minutos de silencio el día posterior al accidente, concentración de delegados sindicales ante la obra siete días después del crimen - destinadas a sembrar la impotencia y la resignación.
Sean cuales sean las causas o las circunstancias particulares de este accidente laboral, lo cierto es que año tras año, las condiciones laborales de la inmensa mayoría de los trabajadores se rige cada vez más explícitamente por el doble y criminal chantaje que describe la canción de Daniel Viglietti que hemos elegido para el título de este artículo: «Me matan si no trabajo,... y si trabajo me matan».
De lo segundo da buena cuenta el propio accidente de Valencia que es un eslabón más de una cadena cada vez más insoportable, la de la degradación de las condiciones de trabajo y de vida de los proletarios. En lo tocante a sus repercusiones en siniestralidad laboral, hay que decir que el capitalismo español aventaja dramáticamente a sus compinches europeos en el ranking de "crímenes laborales". A lo largo de los últimos años se vienen produciendo en España entre 1000 y 1200 muertos en accidente laboral, un 20% de todos los que se producen en la UE. Hasta ahora se achacaba esta "distancia" al mayor peso del sector de la construcción en la economía española. De hecho el parón del "ladrillo" hacía prever una disminución del número de accidentes laborales así como de su mortalidad. Pero no es así. Sólo en los dos primeros meses de este año se habían producido ya 178 accidentes mortales. Eso indica que las prácticas habituales de la construcción (subcontratación de personal sin preparación) se están extendiendo a otros sectores incluyendo los servicios (especialmente el transporte). Al mismo tiempo, en las obras se acentúan también los factores de riesgo para la seguridad, tales como las jornadas extenuantes o la ausencia de descansos semanales tanto para el personal como para la maquinaria.
Por mucho que los gobiernos traten de disimular estadísticamente la escalada de los accidentes de trabajo y las enfermedades laborales, como por ejemplo excluyendo de las estadísticas de accidentes "in itinere" (los que se producen yendo o volviendo del trabajo") o aquellos en los que se pueda imputar "temeridad" al trabajador, lo cierto es que trabajar resulta cada vez más mortífero. O te quedas seco de repente en uno de tantos accidentes laborales, o tienes la "suerte" de ver apagarse progresivamente la ya escasa salud que te va dejando una alimentación cada vez más empobrecida e insana o un medio ambiente cada vez más tóxico.
Recientemente, un estudio del Observatorio de Riesgos Psicosociales del sindicato UGT (citada en la edición digital de El País del 02/06/2008), ha establecido que cerca del 75% de los trabajadores sufren stress laboral y que tres cuartas partes de estos ven dañada su salud (fatiga, dolores en cuello y cabeza, irritabilidad, sensación de agobio, insomnio, problemas oculares,...) como consecuencia de ello. No nos resistimos a reseñar además la conclusión de tan sesudo estudio del sindicato "socialista": «El problema de fondo es que en las empresas siguen primando los intereses económicos a la satisfacción o el bienestar de los trabajadores».
¡Cuanta razón tenía Marx al denunciar en el Manifiesto Comunista el carácter hipócrita, reaccionario y mistificador de quienes defienden que el capitalismo sea capitalismo en beneficio de los trabajadores!
Por que para los trabajadores, para todos los trabajadores, el trabajo asalariado supone, como vemos un sacrificio de su propia vida, pero lo que define al proletariado es precisamente que se ve obligado a vender su fuerza de trabajo convertida en una mercancía cuyo "precio" es el salario, como único medio para lograr su supervivencia y la de su familia. El proletariado es, como analizaron Marx y Engels, la primera clase explotada de la historia que es "libre". Libre por cuanto nada le "obliga" a estar atado al amo esclavista o la tierra del señor feudal. Nadie, en efecto, le pone una pistola en el pecho para que trabaje. Es "libre" de hacerlo o de no hacerlo. Aunque, si renuncia "libremente" a trabajar debe atenerse a la consecuencias: enfermedades, penuria, hambre, marginación...
El proletariado está "libre" (o sea que carece) de otro medio de subsistencia que no sea la venta de su fuerza de trabajo. El capitalismo es el primer y único sistema social de la historia en que el explotado debe ir en búsqueda de su explotador. De ahí lo atinado no sólo del «y si trabajo me matan», si no también del «me matan si no trabajo».
Con la actual agravación de la crisis de la economía capitalista mundial, la clase explotadora trata de salvaguardar los - para ella - "sagrados" beneficios, a costa precisamente de los llamados costes laborales que incluyen desde luego los salarios que se ven degradados no solo de forma relativa perdiendo capacidad adquisitiva, sino también de forma absoluta al emplear mano de obra menos cualificada y por tanto más sensible a la concurrencia y al abaratamiento de la mercancía fuerza de trabajo. También le sirven para adelgazar el coste final de esa mercancía la disminución de los gastos de su reproducción lo que intenta a través por ejemplo de la reducción de inversiones en sanidad o educación, pero también reduciendo las inversiones en infraestructuras o seguridad laboral. Lo que la burguesía quiere meternos hoy en la cabeza con los discursos "fatalistas" con los que acompaña la carestía de los productos básicos, el aumento vertiginoso del desempleo, o la tendencia "in crescendo" de la siniestralidad laboral, es precisamente que nos resignemos al destino que puede depararnos esta sociedad cada vez más mortífera para el género humano y la vida misma sobre el planeta.
Pero no existe tal fatalidad si se erradica el capitalismo de la faz de la tierra; si se emancipa a la humanidad de las leyes inhumanas de la acumulación y la apropiación privada de lo que se produce socialmente; si se libera la actividad creativa y transformadora de los seres humanos de su tributo al beneficio y la alienación. Para que la humanidad pueda no sólo sobrevivir, sino darle pleno sentido a la palabra vivir; el sistema de explotación de unos seres humanos por otros debe morir.
Etsoem.2/6/2008.
La LCR (Ligue communiste révolutionnaire) es, junto con Lutte Ouvrière, una de las ramas del trotskismo en Francia. Últimamente, gracias a los éxitos electorales de su portavoz, Olivier Besancenot, la LCR aparece como la organización de extrema izquierda mejor situada para opositar a la plaza de "partido anticapitalista" que pretende reconstruir.
Para ello, la LCR ha vuelto a inflar la figura emblemática del Che Guevara[1], en quien, según afirma el propio Besancenot, la joven generación prefiere reconocerse más que en Trotski. Incluso en el último congreso de la LCR la banderola tradicional con la efigie de Trotski fue sustituida por la del famoso retrato del "Che".
Para remachar el clavo, la LCR, auténtica experta en marketing, ha publicado un libro escrito por O. Besancenot y M. Löwy [ByL], un especialista en América Latina, que ya está siendo un best-seller en los medios de la LCR, sus mítines y demás festividades (sobre todo las organizadas para promocionar el nuevo "partido anticapitalista"), sin olvidar las promociones en todos los canales de TV. Así, la figura del Che podrá sustituir con éxito la de un Trotski, que, a pesar haber tenido posiciones oportunistas respecto a la URSS al final de su vida, sí que pagó con ella su oposición a la contrarrevolución estalinista. Por eso, para que la sustitución sea eficaz, y más ahora que todo eso parece quedar tan lejos, tienen que hacer de Guevara un firme oponente al estalinismo y a la URSS ("rompe radicalmente con la versión ortodoxa y glacial del ‘socialismo real' de los países del Este", dicen ByL), algo que Guevara nunca fue. Podrán haber encontrado un discurso por aquí, unas declaraciones más o menos apócrifas por allá, no se sabe qué textos "heterodoxos" que la censura castrista impediría sacar a la luz...para construir el mito de la ruptura con la ortodoxia soviética. Podrán tejer y destejer en torno a la romántica efigie de Guevara, incluso decir que habría tenido "inclinaciones" trotskistas, pues debe servir de figura mítica y nueva para el altermundismo, el chavismo y demás variantes actuales de la ideología nacionalista de izquierdas.
"Para el Che, el internacionalismo revolucionario no era un tema edificante para discursos de 1º de Mayo. Como para los fundadores de la Internacional comunista en 1919, era a la vez modo de vida, ideal supremo, fe secular, imperativo categórico y patria espiritual" ... "Su interés por la dimensión mundial de la guerra contra el imperialismo se desarrolló ya desde sus primeros viajes ‘diplomáticos' por los países del tercer mundo (1959)" y los autores mencionan el "Mensaje a la Tricontinental", en el que, para Guevara "Hay que luchar contra el imperialismo en un enfrentamiento mundial, amplio y prolongado. Para luchar contra el enemigo común del género humano, el imperialismo americano, los países socialistas deben unir sus esfuerzos, a pesar de las divergencias". "El pensamiento del Che significa un retorno a los orígenes, a la Internacional comunista de los primeros años (1919-1924), antes de que se convirtiera en un instrumento al servicio de la política exterior de la URSS de Stalin".
Esas son algunas citas del inicio del capítulo sobre el pretendido internacionalismo del Che. La LCR nos toma por idiotas cuando se atreve a comparar al Che con los fundadores de la Internacional. Algunos podrán decir: "¿Qué mejor ejemplo que el de un argentino que arriesga su vida en Cuba, luego en el Congo para acabar en Bolivia?". Y ByL recuerdan la frase del Che sobre "la soledad del pueblo vietnamita" y el llamamiento a crear "dos, tres, muchos Vietnam". Pero el pueblo vietnamita no estaba "solo" ni mucho menos: había más bien demasiada gente en torno a él: por un lado, la aviación US y sus implacables bombardeos, y, en tierra, la brutalidad de los GI, pero, "detrás" estaban los ejércitos de "liberación nacional", apoyados directamente por los imperialismos ruso y chino, pues, para desgracia suya, el Vietnam era una baza importante en la lucha imperialista entre los dos bloques de aquella época de la "guerra fría". Decir que el Che era "internacionalista" es afirmar que el campo "soviético" era internacionalista, lo cual es una mentira completa.
La Primera guerra mundial fue la concreción del abismo en el que el capitalismo decadente había hundido a la humanidad, la expresión de esa fase de barbarie del capitalismo que el imperialismo es. La oleada revolucionaria de los años 1918-1923, con su máxima expresión, la Revolución rusa, se concretó en la fundación de la Internacional, porque "las contradicciones del sistema mundial...se han revelado con una fuerza inaudita en una explosión aterradora: la gran guerra imperialista mundial", (plataforma de la Internacional), entablándose una lucha contra los "socialpatriotas" que habían traicionado precisamente porque antepusieron la defensa de la "patria", del "pueblo" en peligro contra la "barbarie extranjera".
No es éste el lugar para entrar en los detalles del proceso de degeneración de la IIIª Internacional o Internacional Comunista (IC) tras el reflujo de la oleada revolucionaria y el ascenso del estalinismo en la URSS (con su consigna del "socialismo en un solo país", 1927). En efecto, como lo dicen ByL, la IC "se convirtió en instrumento al servicio de la política exterior de la URSS de Stalin", primero de sus intereses puramente nacionales y, después, de los imperialistas de esa potencia. En la URSS hubo una contrarrevolución y el capitalismo acabó siendo dominante. La URSS acabó siendo una potencia capitalista bajo una forma de capitalismo de Estado particularmente brutal y arcaica, para acabar convirtiéndose en potencia imperialista gracias y después de la IIª Guerra mundial. Ésa es la realidad, una realidad que los trotskistas de todas las marcas se han empeñado en negar siempre, usando el "apoyo crítico" al estalinismo como método de ocultación, designando a la URSS y a los países de su bloque como "Estados obreros degenerados", lo cual quiere decir que, por muy "degenerados" que fueran, debían ser apoyados "críticamente" tanto ellos como sus aventuras imperialistas. ByL añaden otra contorsión dialéctica, hablando de "la indiferencia de Moscú": "El Che deja en la Historia la huella de alguien que denunció la indiferencia de Moscú a las luchas de liberación nacional que intentaban librar a su país de la dominación capitalista". Es raro encontrar tantos bulos en una sola frase. ¿Qué quiere decir eso de "librar a su país"?. Y además, por parte de Moscú no hubo la menor "indiferencia" respecto a las llamadas "luchas de liberación nacional". Muy al contrario: fueron ésas el arma principal con la que el bloque imperialista "soviético" pudo retar al otro bloque, ya fuera en Asia o en África, apoyando cualquier lucha que pudiera hacer que una parte del mundo se inclinara hacia él, sobre todo desde el final de la IIª Guerra mundial y la guerra de Corea, especialmente en el Sureste asiático, lugar privilegiado (junto con Europa) del enfrentamiento entre el Este y el Oeste. En América Latina, considerada por EEUU como su coto de caza, la URSS lo tuvo muy difícil hasta el triunfo del castrismo en Cuba. Pero la "crisis de los misiles" en 1962 marcó el inicio del declive del apoyo de la URSS a las guerrillas no por "indiferencia", sino por realismo imperialista que se plasmó en la fórmula de la "coexistencia pacifica". En aquel contexto, el sino del Che, después de la desastrosa aventura del Congo y su retorno a América Latina (Bolivia, 1967), quedó sellado.[2]
En ese Mensaje, como en todos los textos, discursos y acciones del Che hay un solo enemigo y ese enemigo no es el imperialismo, sino el imperialismo americano, por mucho que en ocasiones contadas ponga en tela de juicio la "desunión" entre países "socialistas", la falta de ayuda, etc. Hacer pasar esa lucha a muerte contra Estados Unidos, o sea contra el "otro bloque" como si fuera un retorno a los orígenes y los valores de la Internacional comunista es una de las peores estafas que quiere colarnos el libro de ByL.
La base ideológica del Che es el nacionalismo. El "internacionalismo proletario" no es más que un adorno en el discurso que hay que poner de vez en cuando en medio de una marea de referencias permanentes a la "patria", al "amor de la patria", por no recordar la siniestra consigna castrista de "patria o muerte" con la que Guevara firmaba todos sus textos. Pero, sobre todo, ese nacionalismo corresponde a la política que Guevara llevó a cabo. Y es el nacionalismo de la "patria grande" una de las herencias principales que el Che ha dejado a la posteridad contrarrevolucionaria.[3]
Como ejemplo del pretendido internacionalismo del Che, ByL citan ese Mensaje a la Tricontinental ("gran acontecimiento internacionalista", dicen ellos) que el Che mandó a esa asamblea en 1967 cuando ya estaba en las sierras bolivianas. También en este mensaje aparece esa ideología nacionalista de la "gran patria" americana: "En este continente se habla prácticamente una lengua, salvo el caso excepcional del Brasil, con cuyo pueblo los de habla hispana pueden entenderse, dada la similitud entre ambos idiomas. Hay una identidad tan grande entre las clases de estos países que logran una identificación de tipo "internacional americano", mucho más completa que en otros continentes. Lengua, costumbres, religión, amo común[4], los unen. El grado y las formas de explotación son similares en sus efectos para explotadores y explotados de una buena parte de los países de nuestra América. Y la rebelión está madurando aceleradamente en ella.". Para ByL todo eso explica porqué el Che tenía razón en oponerse a la política de los partidos comunistas ortodoxos. Estos serían favorables al "etapismo" y, en cambio, Guevara sería favorable a "la revolución socialista" sin etapas. En realidad, esa diferencia entre estalinistas ortodoxos y guevaristas (pero también los maoístas) se debía sobre todo a los intereses inmediatos de la URSS en aquel entonces: para la URSS se trataba de frenar el empuje del bloque imperialista enemigo mediante la "coexistencia pacífica". En cambio, para Guevara y todos aquellos que se inspiraron de él, se trataba de llevar a cabo una lucha a muerte contra Estados Unidos.
Pretender que esa lucha a muerte contra los Estados Unidos, o sea contra "el otro bloque", es "internacionalismo", que sería como un retorno a los valores de origen de la Internacional Comunista es una de los timos que quiere hacernos tragar el libro de ByL.
Es cierto que desde el siglo XIX, prácticamente desde las independencias americanas, los USA no han cesado de considerar a la "otra" América como su patio trasero. Desde el siglo XIX, EEUU han mantenido una ingerencia permanente respecto a sus vecinos del Sur. Sería muy larga la lista de todos los desembarcos, los derrocamientos, el control de todo tipo que EEUU ha mantenido sobre América Latina. Eso creó un terreno fértil regado de "frustración nacional" que ha alimentado un odio inexpiable en el seno de amplias fracciones de la pequeña burguesía de los países latinoamericanos, estando la gran burguesía más bien vinculada la mayoría del tiempo a los intereses de la gran potencia del Norte.
La contrarrevolución estalinista se alimentó de esas frustraciones nacionales para encuadrar el movimiento obrero latinoamericano, fomentando entre otros, el antiguo mito de la "patria grande". Tras la caída del muro de Berlín y la desaparición del bloque estalinista, esa ideología de la "patria grande", con la brumosa ideología bolivariana o del "socialismo del siglo XXI" del presidente venezolano Chávez, todo ello adobado con la salsa de la crítica al neoliberalismo ("el adversario común", como dicen ByL) es la referencia para todos los ideólogos del capitalismo de Estado de hoy.
Quienes hoy se reivindican del Che levantan pancartas con Chávez, Castro y Morales con la consigna "Juntos por la patria grande", esa patria grande que Guevara en su tiempo y hoy los trotskistas de la LCR quieren hacer pasar por "internacionalismo", es una especie de mezcolanza de de reivindicación cultural y lingüística, a veces "hispánica o latina", otras veces, al contrario, "indigenista", un batiburrillo azucarado con romanticismo barato que sólo tiene un motor, el del odio implacable hacia los Estados Unidos, un odio ultranacionalista que el Che expresa en ese mismo Mensaje à la Tricontinental: "Al enfocar la destrucción del imperialismo, hay que identificar a su cabeza, la que no es otra que los Estados Unidos de Norteamérica. (...), el gran enemigo del género humano. (...) La gran enseñanza de la invencibilidad de la guerrilla prendiendo en las masas de los desposeídos es la galvanización del espíritu nacional, (...). El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal."[5]
En realidad, el nacionalismo de "patria pequeña", es y será el marco ideológico en el que se desenvuelve normalmente la dictadura de la burguesía. Lo de la "patria grande" no es más que un eslogan que sirve para encubrir los propios apetitos imperialistas de dirigentes como Chávez.
"Es sin duda cierto que el Che infravalora, por ejemplo, el papel de las ciudades, sobrevalorando el espacio político del campesinado. No por eso denigra, ni mucho menos, los combates obreros". Si esos autores de la LCR se sienten obligados a decir algo tan sorprendente como que Che "no despreciaba los combates obreros...", es porque, para Guevara, la clase obrera no era sino un peón más en su visión de la toma del poder. Una de las características de los diferentes avatares de la contrarrevolución estaliniana era la profunda desconfianza que tenían hacia la clase obrera, la cual para ellos no es, ni siquiera en su propaganda, el sujeto revolucionario. Todas las variantes del estalinismo, desde el maoísmo con todos sus estilos, hasta el castrismo y sus variantes "foquistas", todo ello vinculado a su ideología nacionalista, apostaron por un mítico campesinado revolucionario, un campesinado que, por lo demás, al igual que todos los grupos indígenas, no es para ellos sino una masa de maniobra y carne de cañón. Para los ideólogos del "foquismo", como recuerdan los autores de la LCR, "la guerrilla es un medio de desencadenar un movimiento amplio y mayoritario". En realidad, la guerrilla, el foco, no era el iniciador del movimiento, sino el movimiento mismo. ByL nos dicen que la "huelga general insurreccional del 1º de enero de 1959 fue un golpe de gracia a la dictadura militar que ninguna victoria militar habría podido suplantar. El Che lo sabe y se inscribe, una vez más, en la vieja tradición del movimiento obrero que otorga a la huelga general insurreccional una importancia estratégica crucial en la toma del poder por el pueblo: ‘un factor primordial de la guerra civil' la toma del poder representa, pues, para Guevara, una etapa necesaria que no se trata de emprender como un golpe de fuerza, sino, al contrario, a partir de un amplio movimiento revolucionario mayoritario, suscitado en las zonas rurales y también en las ciudades, a partir de la actividad armada de la guerrilla". Ese lenguaje de cuento para niños oculta difícilmente el hecho de que la clase obrera fue, en el mejor de los casos, un accesorio para la guerrilla nacionalista de Castro y la "huelga general insurreccional" no fue sino un medio para que triunfara el verdadero motor de la insurrección nacionalista, es decir la guerrilla misma. Por lo demás, la organización militar y el ejército castrista mismo han sido siempre la columna vertebral del régimen y del partido estalinista cubano. La guerrilla es la expresión política de una fracción capitalista que quiere ocupar el sitio de otra. La visión de un núcleo organizado, "consciente" que desencadena un movimiento revolucionario era la de algunas organizaciones en la infancia del movimiento obrero, a mediados del siglo XIX. Pero lo que hace más de un siglo podía considerarse como expresión de inmadurez del movimiento obrero, es, en la ideología del "foquismo" y más en general, en la ideología de la contrarrevolución estaliniana, la expresión militar de una fracción de la burguesía.
Uno de los temas preferidos de la admiración de la LCR por el Che es la crítica que éste habría hecho de la "burocracia". ByL hablan de la "guerra del Che contra el burocratismo". Durante años, cuando un estalinista, un neoestalinista o un izquierdista querían desmarcarse un poco del sistema imperante en la URSS, recurrían a la consabida "crítica de la burocracia". Para la LCR, la URSS y su imperio no eran capitalistas, sino unos países socialistas dirigidos por una "capa burocrática", una fórmula sinsentido que solo servía a justificar su "apoyo crítico". Así que con Guevara se volvieron a encontrar con alguien que iba en ese mismo sentido crítico. Fuera de contexto, algunas críticas de Guevara contra la burocracia podrían parecer las de alguien que, al criticar el aparato, corría riesgos. De eso nada: la crítica del burocratismo de Guevara era, en realidad, la de un responsable de Estado cubano (ministro de Industria) que no hacía sino echar hacia abajo los problemas que se le planteaban a él como responsable. Escribirá incluso un texto Contra el burocratismo (1963) que podría resumirse así: hay que cambiar los métodos de administración heredados de la guerrilla y sustituirlos por una organización con la que pueda inculcarse "el interés a los empleados..." con "medidas drásticas de eliminar al parásito,..." para volver a dar aquel "gran impulso patriótico y nacional de resistir al imperialismo que abarcó a la inmensa mayoría del pueblo de Cuba, y cada trabajador, a su nivel, se convirtió en un soldado de la economía dispuesto a resolver cualquier problema". Para ello, hay que pasar de la administración "artesana" de la guerrilla a una administración de tipo militar con ímpetu patriótico incorporado. Lo que propone Guevara es que la lucha contra la "burocratización" se organice desde las alturas mismas del Estado cubano, algo así como el alacrán mordiéndose a sí mismo. En realidad, ese tipo de argumentos de lucha contra la burocracia y demás son utilizados por la cumbre del Estado para quitarse de en medio a los elementos intermedios o presionarlos para que lleven a cabo tal o cual política. Esa fue la táctica utilizada por Mao Tse Tung en su "revolución cultural" en China. Esta táctica de echar la culpa a los de abajo se completa con la del "culto del jefe". Y en esto, Guevara llegó a ser un auténtico campeón del culto a la personalidad respecto al "líder máximo", Fidel Castro. Éste es para Guevara ejemplo, modelo permanente, fuente inagotable de inspiración: "La masa sigue sin vacilar a sus dirigentes, fundamentalmente a Fidel Castro" (...) "Vistas las cosas desde un punto de vista superficial, pudiera parecer que tienen razón aquellos que hablan de supeditación del individuo al Estado, la masa realiza con entusiasmo y disciplina sin iguales las tareas que el gobierno fija, ya sean de índole económica, cultural, de defensa, deportiva, etcétera. La iniciativa parte en general de Fidel o del alto mando de la revolución y es explicada al pueblo que la toma como suya".(El socialismo y el hombre en Cuba, 1965).
La hipertrofia de la burocracia es el resultado de la tendencia histórica universal hacia el capitalismo de Estado y no el resultado de una "degeneración" de la revolución que habría que eliminar.
Uno de los capítulos del libro parece proponerse encontrar huellas de "inclinaciones trotskistas" en Guevara, lo cual evidentemente, ayuda a quienes pretenden ser sucesores de Trotski a reivindicarse del Che. Hay algo de patético en esa búsqueda de un Guevara "trotskizante". Habría dicho esto, habría hecho tal comentario, en Bolivia, en la mochila, llevaba por lo visto un ejemplar de La Revolución rusa[6]. En su apoyo crítico al estalinismo, los trotskistas no han podido evitar nunca el inevitable masoquismo que semejante posición acarrea, una especie de "victimización" que sólo les sirve, políticamente hablando, para justificar esa posición (como si dijeran: "nosotros, precisamente porque el estalinismo nos ha perseguido tanto, podemos apoyarlo ‘críticamente'"). En esto, podemos recordarles las declaraciones de Guevara a los periodistas en la Universidad de Montevideo, en 1961 para que se den cuenta del gran amor perfectamente estalinista que por ellos aquél albergaba:
"Periodista: («El Heraldo» de Florida, Uruguay) Doctor Guevara: ¿me puede decir las razones por las cuales a los trotskistas de Cuba se les ha quitado los medios de expresión en Cuba, se les ha confiscado la imprenta?.
Ernesto Che Guevara: ¿A los
trotskistas? Mire, hubo una pequeña imprenta que publicaba un semanario que tuvo
algunos problemas con nosotros." Y añade con cínica sorna: "Tomamos algunas medidas administrativas,
porque no tenían ni papel, ni permiso para usar papel, ni imprenta, ni nada; y,
simplemente, resolvimos que no era prudente que siguiera el trotskismo llamando
a la subversión." Tras esto, Guevara, despectivo, habla de una connivencia
entre el trotskismo y Batista haciendo una oscura referencia a una huelga
aventurista de la que Batista estaba al corriente y a causa de la cual "fueron asesinados grandes compañeros
nuestros", y, en fin, acaba contestándole al periodista que el trotskismo
renace, "rara coincidencia" en
Guantánamo, ciudad "que dista unos pocos
minutos de la Base Naval
de Guantánamo" (de EEUU), de modo
que "nosotros sospechamos que podía haber
cierta relación entre esa ‘proximidad geográfica'. Por eso, nosotros tomamos
algunas medidas para que gente que no representaba nada y que no sabíamos de
dónde sacaba su dinero, siguiera desde las posiciones de extrema izquierda
molestando el desarrollo de nuestra Revolución".
Periodista: Aquí [en Uruguay] la apoyaron bien a la revolución cubana.
Ernesto Che Guevara: Bueno, pero estábamos en Cuba; ¡aquí no clausuramos ningún periódico, por supuesto! (risas)”
Este libro en honor y gloria del Che se inscribe en esta idea de la LCR de “modernizar” su imagen, metiendo en el armario a Trotski y enarbolando al Che, símbolo, para la LCR, de la “eterna juventud revolucionaria”. Para ello, tienen que despojar la imagen del Che de todo lo que de verdad fue políticamente y ensalzar al “héroe” (aunque eso sí, un hombre “con sus defectos”, como dicen los autores ByL), para que sirva de guía a las nuevas generaciones de militantes revolucionarios y acaben perdiéndose por esos vericuetos del “socialismo del siglo XXI”, el altermundismo y demás productos derivados de lo que es, ni más ni menos, que una nueva faceta de un capitalismo más o menos estatal e igual de reaccionario.
Es otra de las consecuencias de la ruptura dramática habida en el seno del movimiento obrero, hace tantos años, con la victoria de la contrarrevolución: los hay que, en nombre de la revolución se permiten fabricar, con los escombros de la contrarrevolución, unos ejemplos que seguir. Y no es fácil ir en contra esos mitos sin que le acusen a uno de hacer el juego de éste o aquél. Pero nosotros seguiremos con nuestra tarea, porque confiamos en las nuevas generaciones proletarias para que vuelvan a encontrar en el sentido auténtico del combate de su clase.
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El conflicto que opone a los productores agrarios de soja con la presidenta argentina a propósito de un aumento de los impuestos a la exportación ha tomado un amplio relieve mediático no solo en toda Sudamérica sino también en Europa y Estados Unidos.
Según nos lo presentan se trataría de una lucha entre "el campo" y el gobierno. El bando agrario dice defender los intereses de los pequeños campesinos perjudicados por la voracidad fiscal del gobierno. Por su parte, la facción oficialista dice defender los intereses "generales" para lograr una mayor justicia distributiva.
Hemos pedido la colaboración de lectores y grupos en contacto de este país que han enviado un total de 7 respuestas que van desde tomas de posición hasta noticias y blogs que contienen informaciones. Agradecemos profundamente a estos compañeros y compañeras su aportación. El texto siguiente se basa en largos pasajes de dos de los textos recibidos.
Los compañeros de la Agrupación Internacionalista de Obreros del Sur(AIOS) relatan lo que ha pasado:
«Con mas de 100 días de paro del campo y mas de 300 cortes en distintas ruta del país, (...) Lo que la prensa nos presenta como para agrario no es otra cosa que un lock out, encabezado por el sector sojero. Piquetes de pequeños productores de 300 hectáreas de soja, de campesinos de 4x4 de grandes máquinas de vivienda suntuosa y niños universitarios, de colegios privados.
Las organizaciones ruralistas (FAA, CRA, CONINAGRO, SRA) se paran desde una posición de representación del sector rural hasta con la intención de llegar a un juego maniqueo en la dualidad campo-ciudad. Ellos hablan de un campo de trabajo, de esfuerzo, de productividad, de alimento, que vendría a sustentar el consumismo urbano centrado en el usufructo de los servicios y del confort. Ahora bien, en ese análisis, que es precisamente el que ha generado la discusión en los medios de comunicación, se está negando la verdadera y profunda realidad de la situación actual: la del campo profundo y, si se quiere, de la ciudad marginada. (...) Hablamos de un campesino que comienza su jornada antes que el sol salga (...) Es el mismo que es perseguido, desalojado mediante la intimidación física y aun asesinados por los matones de los piqueteros oligarcas, en el norte de Córdoba, Santiago del Estero, el Chaco y en otras provincias del noroeste, como así las comunidades aborígenes que habitan la región chaqueña, justamente para cultivar soja, ante el silencio de la federación agraria y en algunos casos ante su complicidad en su afán de obtener mas tierra para sembradíos.
¿Por qué no se dice que los piqueteros fashion son responsables de haber depositado miles de campesinos en los bolsones de la pobreza urbana? Que el campo se muera no depende del aumento o la disminución de las retenciones, si no de una política de concentración cada vez mayor de tierra y capital, no solo en Argentina sino también en el Uruguay y Paraguay.
A la vez produciendo daños de carácter ecológico ya que con los desmontes desmedidos con el tiempo causa grandes inundaciones como la que produjeron en Salta y Jujuy o la que se produjo en Santa Fe ; ya que arrasaron con árboles y montes que adsorbían agua de las lluvias y esta se quedaron sin su natural contención y a la ves con los agrotóxicos que los sojeros lanzan sobre sus vecinos, y hasta sobre sí mismos, (en un claro ejemplo de barbarie) contaminan el suelo y el agua de los ríos causando el envenenamiento paulatino de gran proporción de la sociedad».
Pensamos que los compañeros de AIOS ponen el dedo en la llaga: no es un conflicto del "campo" contra el gobierno. Es un conflicto entre una fracción de la burguesía -la que se beneficia con el negocio de la soja- frente a una fracción que trata de reforzar el control del Estado y que, a su vez, tiene sus propios intereses.
Las organizaciones agrarias supuestamente "representativas" se constituyen en fuerza de choque del bando agro-sojero mientras que la maquinaria peronista y diversos aliados de la banda K como todo un sector de los piqueteros representan la infantería de la otra fracción.
Los compañeros denuncian de manera convincente la hipocresía de la principal organización agraria (la FAA) y la fracción agro - sojera que se oculta tras ella: «¿Qué han hecho y hacen esas entidades agropecuarias ante los asesinatos, cárceles, persecuciones, torturas y enfrentamiento con paramilitares y topadoras que sufren hoy miles y miles de familias de pueblos originarios y campesinos Dicen hacer el paro por el No a las retenciones y No a la desaparición de los pequeños y medianos productores, pero algunos empresarios y productores que han contratado matones para desalojar pequeños y medianos productores son miembros de esas entidades. Durante el largo ciclo de la convertibilidad y de la expansión de la sojización, la FAA miró para otro lado, dejando hacer al "mercado" y al modelo neoliberal que se cargó casi 300.000 productores pequeños y medianos, la mayoría de ellos afiliados a ella».
También dejan claro la situación durísima que sufren los trabajadores del campo que no han podido expresarse de manera independiente en este conflicto entre fracciones burguesas: «En todo el país sólo restan 330.000 explotaciones, las que sólo emplean a 310.000 trabajadores en blanco que ganan alrededor de $1200 mensuales, mientras hay algo más de 700.000 trabajadores en negro que viven miserablemente y trabajan sólo un período del año gracias al "poroto mágico". Ambos sectores prácticamente se han visto imposibilitados de defender sus derechos ante el achicamiento descomunal de las fuentes de trabajo que ha producido la sojización y la numerosa destrucción de establecimientos que la acompañaron. El nivel de ingresos del sector que ejerce el control sobre la propiedad de la tierra y por ende de la producción, es escandaloso y como siempre suntuario».
El gobierno del matrimonio K se ha presentado como defensor de los trabajadores pues alega que sus medidas tienden a reducir la inflación y a garantizar el abastecimiento de productos derivados de la soja. Estos argumentos cara la galería esconden el verdadero interés de controlar mejor el negocio de la soja mediante una mayor intervención estatal y avanzar en el pago de la deuda para estabilizar mínimamente las finanzas del capital argentino.
Esconde además el hecho de que el gobierno K sigue subsidiando a los grandes productores agrarios pese a que parezcan "enfrentados a muerte"[1]. Como dicen muy bien los compañeros de AIOS: «Y a donde van esta retenciones, por un lado a seguir subsidiando a parte sector agrario, el año pasado recibieron un total de 2.000 millones de pesos, mas el mejoramiento y la construcción de nuevos caminos que van hacia los distintos puertos, se sigue subsidiando a los trenes, micros de transporte, al sector tabaquero y la lista sigue, pero siempre hacia los dueños de la tierra y de las fabricas. Y sobre todo a la cancelación de la deuda externa que este año hay que pagar 14.000 millones (el 10% del total de deuda, que sigue creciendo), mientras los hospitales carecen de insumos, no se invierte en educación, no se hace nada para evitar enfermedades endémicas como el chagas, o para garantizar agua potable a la de la mayoría de la población».
El gobierno dice que sus pretensiones redundarán en un control de la inflación lo que es una falacia total puesto que «En esta pelea que es por ver que sector de la burguesía maneja la extraordinaria plusvalía, no nos beneficia, al cambio nos perjudica una vez mas ya que los alimento que unos se ufana por producir y otro por garantizar aumentaron en algunos caso hasta un 50% como el de los pollo y carnes. Ni hablar de las frutas y verduras que en algunos casos duplicaron o triplicaron su precio. Con la siguiente disminución del poder adquisitivo para los obreros».
En realidad tanto la exportación descontrolada que pretende la fracción agro - sojera como la política fiscal del gobierno redundan en agravar una inflación que no tiene su raíz en la situación particular de Argentina sino en la situación mundial derivada de un fuerte endeudamiento de toda la economía mundial y de una especulación catastrófica sobre los alimentos y las materias primas (principalmente el petróleo) a la que se entregan tanto capitalistas como gobiernos en un desesperado intento por mantener a flote sus ganancias.
El compañero Ricardo del CICA[2] en su texto incide sobre una posición esencial: «Esta es una pelea inter-capitalista. El capital transnacional representado por el gobierno contra el capital agrario nacional representado por las 4 entidades. Así que alinearse con cualquiera de los dos es convertirse en forro de capitalistas.
Descarto de plano la pelotudez oficialista de que el gobierno aplica las retenciones para "distribuir la riqueza" (el gobierno K se ha profundizado la concentración de la riqueza y la disminución de los asalariados en el PBI) y que los piquetes ruralistas son "piquetes dela abundancia", dirigidos por sectores golpistas, etc. También descarto de plano la pelotudez gorila de "ay esta Kristina yegua montonera de mierda" que pretende explicar la actitud del gobierno con un reduccionismo psicológico del matrimonio K o como producto de una concepción política autoritaria y verticalista.
Hay capitalistas peores que otros, pero no es alineándose detrás de los capitalistas "menos malos" que los trabajadores vamos a lograr algo. Eso siempre, SIEMPRE, S-I-E-M-P-R-E, fue garantía de derrota para los trabajadores. Siempre que aceptamos el ultimátum de con la burguesía democrática o con el fascismo, con los aliados o con los nazis, con los políticos o con los milicos, etc.,siempre nos cagaron y la sangre que se vertió fue la nuestra».
Aquí el compañero defiende una clara posición de clase: no hay que elegir bando, el proletariado tiene que desarrollar su lucha autónoma como clase contra todos los bandos de la burguesía en conflicto.[3]
Es un punto que comparten sin reservas los compañeros de AIOS que señalan que «en esta pelea gane un sector u otros los únicos perjudicados son los obreros y el pobrerio», lo que les lleva a denunciar con mucho vigor y claridad el papel jugado por la izquierda y la extrema izquierda del capital: «En esta puja se ha sumado tanto al bando oficialista, como al del campo grupos de izquierda, maoísta, trotskista, estalinista, guevarista y demás hierba, de un lado argumentando que esto es para lograr la distribución de la riqueza, y del otro que es un atropello a los campesinos, mientras que la clase obrera es la que realmente paga las consecuencia tras el constante aumento de los precios de los alimentos. El rol de la izquierda si no fuera lamentable, seria cómico ya ni siquiera se presenta como la izquierda del capital, una izquierda reformista, sino que en su seguidilla hacia un bando como otro han dejado de lado toda clase de propuesta, se han alineado con un sector u otro sirviéndole en mucho caso como fuerza de presión y de choque contra el otro sector».
[1] Los compañeros de AIOS muestran que en esos "choques violentos" ha habido mucho de teatro: «A la vez nos presenta una parodia de represión, con poses para las cámaras de tv donde los gendarmes desarmados solo algunos con escudos, pedían por favor que liberaran las rutas, mientras una semana antes fueron desalojados con gases lacrimógenos y balas de gomas un grupo de desocupados con sus familias niños de pecho incluido causando varios heridos, por pedir un aumento en los planes asistenciales de 150$ unos 30 euros que solo alcanza para comprar un kilo de pan por día» ¡El capital y su gobierno "representativo" sabe muy bien quiénes son los suyos y a quienes hay que tratar con mano de hierro!
[2] Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques
[3] Nosotros no compartimos la apreciación del compañero de que se trata de un enfrentamiento entre un capital nacional en retirada y un capital trasnacional que sería el futuro del capitalismo. Esto debería ser un tema muy necesario de debate pero esto lo podemos discutir a partir del terreno firme que nos une: la defensa de la autonomía política del proletariado contra todos los bandos del capital.
Publicamos a continuación una contribución que nos ha remitido un lector sobre las recientes movilizaciones en el sector del transporte. Queremos decir que compartimos prácticamente todos los extremos de esta toma de posición. Pero además de la justeza de lo que plantea este compañero queremos, sobre todo, saludar su capacidad de reacción para alertar a los trabajadores de la maniobra ideológica que el Estado capitalista trata de perpetrar contra las luchas y la conciencia obreras aprovechando «el caos y las huelgas en las carreteras». No es la primera vez que los explotadores aprovechan la rabia pero también la debilidad de estos sectores (donde, como muy bien señala la contribución de V., se mezclan asalariados con auto-patronos y dueños de pequeñas empresas) para tratar de desalentar o desautorizar la lucha de clases.
Por mucho eufemismo con que intente disimularlo, la burguesía sabe que la crisis va a suponer un ataque mortal a las condiciones de vida y trabajo del proletariado y de una inmensa mayoría de la población. Sabe, además, que la clase no va a aceptar resignadamente los sacrificios que quieren imponernos. Conoce, por el contrario, que en numerosos países, se van desatando luchas que, cada vez más, suscitan la simpatía de los demás trabajadores y en muchos casos su solidaridad activa. Los explotadores son conscientes de que esa creciente combatividad y solidaridad representa una amenaza para poder imponer los planes de miseria con que quieren afrontar la crisis. De ahí que trate de desactivar esa amenaza:
Como, con toda justeza, señala el compañero V., la evolución de la situación histórica no deja más salida que la lucha. Pero esa lucha no va a ser un camino de rosas. Además de nuestras propias dudas y vacilaciones, tendremos que afrontar un sinfín de trampas tendidas por nuestro enemigo de clase. De ahí la importancia de la denuncia de estas maniobras. De ahí la valía de contribuciones como la que publicamos a continuación. Animamos a los lectores a desarrollar estas iniciativas. Las paginas de nuestra publicación están, desde luego, abiertas a ello.
AP (CCI).
Desde principios del siglo pasado, la propia evolución del capitalismo marcó sus límites históricos. Comenzaba la etapa decadente del capitalismo marcada por fases abruptas de crisis y guerras imperialistas. Se daban las condiciones objetivas en las que la revolución no sólo era necesaria sino, también, imprescindible. El capitalismo y la clase dominante (la burguesía), únicamente podían aportar a la humanidad destrucción, miseria y barbarie, el siglo XX, ese "cambalache problemático y febril", está repleto de ejemplos.
Pero todo proceso histórico lleva su tiempo, no es instantáneo y el capital continua existiendo aunque sea acosta de una descomposición social galopante. Encontró trucos, paliativos, medidas para retrasar el colapso, aprendió de sus crisis y se adapto a su propia decadencia.
Tras "pinchar" hace año y medio, las ultimas burbujas especulativas, principalmente sustentadas en el ladrillo, el comienzo de 2008 marca el inicio más duro de la crisis que nos envuelve. La subida general de los precios, el parón en todos los sectores de la economía, por el efecto dominó del parón en la construcción, la ausencia deliberada de medidas de contención por parte del Estado, nos hacen ver a nivel nacional e internacional que la actual salida que encuentra el capitalismo a esta crisis, pasa por el empeoramiento de nuestras condiciones materiales de vida, pasa por un ataque sistemático y brutal contra la clase obrera.
Tras varios anuncios poco divulgados, el día 9 de junio parte del sector del transporte se lanza a la "huelga". En pocas horas han paralizado (o eso nos cuentan) el tránsito de mercancías y con ello la producción en otros sectores y el consumo masivo de bienes básicos. Otros colectivos les siguen de forma más discreta, agricultores, ganaderos, pescadores y taxistas. Sus reivindicaciones, teóricamente, coinciden: piden una bajada del precio del carburante tras su enésima subida.
La "radicalización" de las acciones, la durísima intervención de la pasma, la postura inflexible del gobierno y las divergencias entre los transportistas, son los componentes esenciales de la espectacular historia que nos cuentan los medios de comunicación para no contar nada real.
Para alcanzar a entender la cuestión es necesario entender ciertos aspectos:
El parón productivo exacerbado por el pinchazo inmobiliario y el descarrilamiento de la inflación provoca que todos los sectores deban ajustarse siguiendo una especie de efecto dominó.
En España y en general por todo el mundo, una de las salidas que el capital ofreció en los últimos años a buen número de trabajadores era convertirse en autónomos o pequeños empresarios. Ante la incapacidad del mercado de generar puestos de trabajo, el capital promocionaba estas acciones emprendedoras sin futuro y barnizadas de la ideología del "ascenso social". Se deja de ser un asalariado para ser "tu propio jefe", "tener tu propio negocio", aunque en realidad sería más justo decir que para explotarte tu mismo.
Estos sectores intermedios, con condiciones de trabajo y vida cercanas a las del proletariado, pero con una situación legal y una ideología más próxima a las de la pequeña y mediana burguesía, se descomponen al sufrir el choque de la crisis. A lo que estamos asistiendo es a las últimas y estériles resistencias a una descomposición irreversible.
En particular en el sector del transporte (y otros similares) la tendencia será la práctica desaparición de los autónomos y las pequeñas empresas, siendo absorbidos estos y sus empleados por las grandes empresas o teniendo que trasladarse, como asalariados, a otros sectores.
El desarrollo de la crisis llevará a todos estos sectores intermedios a la proletarización, a convertirse en asalariados o parados en competencia por un empleo, y a los trabajadores a la pauperización (empobrecimiento generalizado) cuyos indicios más inmediatos serán un aumento exponencial del paro para este otoño y un incremento brutal de la inflación que ya estamos sufriendo. Sin empleo y con los precios exorbitados, para muchos de nosotros el futuro más inmediato es la miseria... y la lucha.
Fruto de esa conciencia pequeño burguesa consustancial al "ascenso social" de estos trabajadores propietarios de sus medios de "autoexploración", la "lucha" de los transportistas, no podía contener elementos de confluencia con sectores de la clase obrera. Está se ha fundamentado en:
Esta "lucha" no tenía opciones de ganar:
Ante todo esto la clase obrera y las minorías conscientes que esta segrega, deben afilar sus armas: la unidad, el análisis desde la globalidad, la clarificación, el debate, la autoorganización y la extensión de las luchas concretas, la búsqueda de la solidaridad, el dotarnos de las herramientas organizativas útiles, lo que debe incluir, el dotarnos de los medios para la defensa de nuestra integridad frente a la previsible agresión directa por parte de los sicarios del Estado.
Sólo cabe una opción, luchar, pero hacerlo unidos y por nosotros mismos y tratando de hacer que cada lucha traspase las barreras del sector o del convenio, lugares comunes a los sindicatos, que nos dejan aislados a los trabajadores de la solidaridad de nuestra propia clase.
Trazar objetivos y reivindicaciones generales que agrupen al mayor número de trabajadores estén o no en conflicto. Reivindicaciones tan generales como la subida de los salarios para todos igual y la bajada de los precios, es decir, exigir lo necesario para una supervivencia digna, son hoy las únicas reivindicaciones que se van a adaptar a la realidad. Bien cierto que el capitalismo no puede darnos algo tan básico, lo que supone la evidencia práctica de que para conseguir lo básico tenemos que cuestionar y superar el estado de cosas actual.
La vía revolucionaria se convierte en necesidad real.
Esto no ha hecho más que empezar.
Por el comunismo.
V
(1) Se ha acusado a los huelguistas del transporte de dejar desabastecidos a pobrecitos pensionistas o amas de casa, cuando lo cierto es que las grandes cadenas de distribución han protagonizado un verdadero acaparamiento especulativo que ha aumentado los precios de los productos básicos de la cesta de la compra. Por lo visto tan imposibles son las "tarifas mínimas" que pedían los transportistas como establecer un máximo para el precio de las berenjenas por ejemplo. Al parecer los gritos de ZP en pro de la "libertad de mercado" han tapado los aullidos en ese mismo tono del "mandril" de la COPE. Por cierto que quien lleva meses organizando el desabastecimiento sistemático de nuestras despensas obreras es la inflación desenfrenada por el incontenible avance de la crisis del capitalismo mundial.
Los comentarios que los lectores cuelgan en nuestra Web son otro de los medios para animar un debate sobre los problemas que afectan al proletariado y a toda la humanidad. Hace 1 mes respondimos a comentarios que planteaban cuestiones referentes a la crisis económica y a la acción de los políticos[1]. Ahora proseguimos el debate, respondiendo a un comentario que recibimos con fecha 2 de julio 2008 y que reproducimos a continuación:
Yo tambien quisiera dejar mi comentario y no ceñirme tanto a lo que hace el gobierno. Estamos en una gran crísis pero el gobierno solo es la punta del iceberg.
Las inmobiliarias han especulado y han inchado el balón gracias a la mentalidad capitalista del pueblo español, que por otra parte ha sido inducida por gran manera por un gobierno (independientemente de sus siglas) que nos han vendido el caramelo del bienestar social desde la transición.
La mayoría de la sociedad española está empeñada en la compra de una vivienda, posesiones, capitalismo.
Los propios obreros en las vacas gordas que hemos vivido sobretodo en la década de los noventa, han sido en gran medida quien tambien han incentibado la situción que vivimos ahora.
Todo el que me esté leyendo puede darse cuenta que tengo razón. Muchos trabajadores en españa se quejaban en su empresa si esta no les permitía meter horas, AUTOEXPLOTACIÓN.
La sociedad de consumo ha hecho a la sociedad española esclaba de sí mismo.
Hay que comprar una casa, dos coches 24 válvulas, garajes, vacaciones todos los puentes del año,vacaciones y festividades navideñas.
¿Que ha sido de la lucha sindicalista de principios de los años ochenta y la transición?
¿Que han hecho los trabajadores españoles en defensa de sus propios derechos?
Yo voy a poner varios ejemplos a esta pregunta;
Cuando hay que solidarizarse con algún motivo social y hacer una reunión para manifestarse y hacer huelga, el trabajador español es egoísta, solo piensa "voy a perder un día de sueldo, hoy no voy a poder meter horas"
En vez de apoyarse los trabajadores entre sí en una misma empresa, en muchas ocasiones son ellos mismos que se traicionan a sí mismos.
Ansia de meter horas extras en la empresa, deseando que el empresario te pida que vayas los fines de semana o festivos a trabajar, para cobrar horas extras y el plus por festivo.
El mismo trabajador no piensa que si mete horas extras está quitando un posible puesto de trabajo para otra persona.
Esa es la mentalidad de la mayoría de trabajadores en esta sociedad.
Luego nos pilla el toro y es cuando empezamos a buscar responsabilidades. Pero no nos equivoquemos, no lo hacemos en un plan altruista, sino por nuestro propio egoísmo una vez mas.
No nos preocupemos de pensar que existía mas allá de nuestro propio ombligo. No nos importaba meter horas extras si eso iba a contribuír en que nos podíamos comprar un coche de 4 millones de las antiguas pesetas, a pesar de que así robábamos posibles puestos de trabajo.
En la década de los noventa nadie luchaba por nada, lo digo de forma generalizada. Nos ha importado todo un pimiento, solo nuestro propio bienestar y proveernos de muchas posesiones que no son básicas ni imprescindibles.
Hemos tenido mas de una década de vacas gordas y hemos dejado la lucha social de lado.
Ahora toca jodernos, hemos recogido lo que hemos sembrado.
Si hubieramos sido menos egoístas y tener una mentalidad mas solidaria, hubieramos conseguido mas derechos para los trabajadores y una sociedad mas estable económicamente.
Nos hemos dejado dar por culo por el gobierno por un caramelo que nos han ofrecido.
Ahora nos siguen dando por culo y no hay recompensa......ahora nos quejamos, a buenas horas!!!
Hemos aceptado el capitalismo la sociedad española por puro egoísmo de poseer mas cosas y por el entre comillas, bienestar social.
Recuerdo que todos los derechos de los trabajadores que se consiguió en el pasado ha sido a base de duras batallas, luego vino una generación conforme con todo lo que se le arrojaba, ahora nos quejamos.
Reflexionar por qué estamos así, ni zapatero ni aznar....egoísmo y mentalidad capitalista de la sociedad obrera española.
Quisiéramos responder a las preocupaciones profundas de este compañero más allá de cómo las formula. Se siente decepcionado con "la sociedad obrera española", considera que por el caramelo del bienestar material ésta habría abandonado el espíritu de lucha, la combatividad, la solidaridad, lo que -por emplear sus propias palabras- ha llevado a dejarnos "dar por culo por el gobierno por un caramelo que nos han ofrecido".
No nos parece adecuada la expresión "dar por culo", no solamente por su carácter grosero sino porque es un recipiente totalmente incapaz de contener los sufrimientos, la ansiedad, las inquietudes, que miles y miles de seres humanos hemos padecido durante ese periodo de los años 90 y el primer quinquenio de nuestro siglo, considerado por los media como de "vacas gordas".
Francamente, no caben para nada en tal expresión, ni la precariedad de miles y miles de jóvenes obreros; ni la situación de numerosos trabajadores de 35-45 años que fueron despedidos y no tuvieron más salida que convertirse en autónomos -una forma de precariedad revestida con el ropaje mistificador de "auto-empresario" o "profesional libre"-; ni la inquietud y las penurias de miles de familias obreras obligadas a mantenerse con la prejubilación del "cabeza de familia" y los trabajos esporádicos del "ama de casa"; ni la multiplicación de accidentes laborales producto de lo que nuestro interlocutor califica como "ansia de meter horas extras en la empresa, deseando que el empresario te pida que vayas los fines de semana o festivos a trabajar, para cobrar horas extras y el plus por festivo", cuando en realidad es un engranaje infernal al que muchos obreros no pueden escapar.
Esos hechos ponen en duda la pretendida "prosperidad" de las 2 décadas que han precedido al estallido de la actual situación de crisis abierta y plantean la necesidad de debatir si en los últimos 40 años hemos asistido a un carrusel de coyunturas buenas y malas dentro de un capitalismo sano o lo que sufríamos en realidad era una crisis permanente -disimulada mediante toda una serie de paliativos desarrollados por los Estados-[2].
Sin embargo, no vamos a centrar nuestra respuesta en esa cuestión sino en otra planteada por nuestro interlocutor cuando recuerda que "todos los derechos de los trabajadores que se consiguió en el pasado ha sido a base de duras batallas, luego vino una generación conforme con todo lo que se le arrojaba, ahora nos quejamos". Tiene nostalgia de las luchas obreras de los años 60-70 y comprueba que en los 90 y en parte de la primera década del nuevo milenio, esa situación desapareció completamente.
Ahora bien, ¿Cuáles son las causas de esa disgregación? ¿Qué ha producido la pérdida de la "mentalidad solidaria" que añora?
La respuesta por paradójica que pueda parecer está en la pregunta que él mismo formula: "¿Que ha sido de la lucha sindicalista de principios de los años ochenta y la transición?".
Fue precisamente esa "lucha sindicalista" la que logró liquidar los esfuerzos de acción común, solidaridad, autoorganización y combatividad que abundantemente se expresaron en las luchas de los años 60-70[3]. Los sindicatos fueron quienes sabotearon la gran mayoría de las luchas obreras de los años 70 y principios de los 80. Fueron quienes frente a los intentos de solidaridad de los trabajadores impusieron el egoísmo divisionista de luchar por la empresa, el sector y la región. Fueron quienes ante reivindicaciones unitarias de salario igual para todos impusieron la reivindicación de aumento por porcentajes que dividían y profundizaban las desigualdades. Los sindicatos y la lucha sindicalista llevan a los trabajadores a supeditarse al interés de la empresa y la economía nacional, a una mentalidad consistente en "pedir mejoras si la economía va bien" y a "sacrificarse por el interés de la empresa y la nación si la economía va mal", en definitiva, los sindicatos educan al obrero en el corporativismo, en el agravio comparativo, en el egoísmo más insolidario. No es el proletariado quien es capitalista sino que son los sindicatos los que tratan del moldearlo con una mentalidad capitalista.
Si queremos recuperar y llevar más lejos el espíritu de solidaridad y de fuerza obrera que se manifestó en los años 60-70 hay que partir de una premisa vital: no es volviendo a la "lucha sindicalista" sino rompiendo a fondo con ella, desarrollando la lucha autónoma del proletariado, liberada de las ataduras del planteamiento sindical.
Nuestro comunicante solamente habla de la "sociedad obrera española". Habla de la crisis únicamente en el entorno de España y de sus sucesivos gobiernos. Pero ¿podemos analizar los hechos cerrando puertas y ventanas dentro de esa celda llamada "sociedad española"?
Pensamos que no, que eso deforma la visión, la hace estrecha y sin perspectivas. La fuerza del proletariado es el internacionalismo y desde él podemos desarrollar una visión global e histórica que permite comprender la vida cotidiana, el futuro que se nos presenta, con una perspectiva y un horizonte que de otra forma es imposible comprender.
La cuestión que ha planteado el compañero (¿Cuáles son las causas de la desmovilización obrera?) se puede encarar de otra forma si se ven las cosas desde un prisma internacional e histórico.
Los años 90 están marcados por los acontecimientos de 1989: el hundimiento de los regímenes de Rusia y todo su bloque imperialista, unos regímenes que se basaban en la gran mentira del siglo XX: su pretendida naturaleza "comunista". Durante más de medio siglo las sucesivas generaciones obreras vivieron bajo el prisma deformante de la pretendida competición entre dos sistemas: el "socialista" y el "capitalista". El hundimiento del "sistema comunista" produjo el sentimiento -convenientemente amplificado por la enorme campaña anticomunista de toda la burguesía mundial- de que no era posible "otra sociedad", de que la "lucha de clases" y la misma "clase obrera" habían desaparecido para siempre jamás. Por ello nosotros planteamos que todo ello traía consigo un retroceso importante de la combatividad y de la conciencia de la gran mayoría de los trabajadores del mundo[4]
A nuestro juicio es ese retroceso político e ideológico del proletariado la principal causa de la ausencia de luchas durante los años 90 y principios del siglo XXI.
En cambio, para el compañero la causa de la desmovilización estaría en "el caramelo del bienestar material", en el ansia consumista que se habría apoderado de los obreros llevándolos a comprarse coches de 24 válvulas y tener una vivienda en propiedad.
Esta "explicación" está muy extendida en medios sindicalistas e "izquierdistas". Conviene debatirla para comprender cuales son los resortes de la lucha obrera y también cuales son las características de la nueva sociedad que aspira a desarrollar.
Empezando por este último tema parece desprenderse de la postura del compañero que el ideal de la futura sociedad sería la de una sobriedad espartana, lo de un mundo de renuncia franciscana a los bienes de este mundo. Francamente esa no es la sociedad a la que históricamente ha aspirado el movimiento obrero. El comunismo no es una sociedad de miseria donde se reparte igualitariamente la pobreza, es una comunidad humana mundial que pretende la plena satisfacción de las necesidades humanas en todos los planos[5].
Lo que el compañero está reflejando es un cliché ideológico legado por el capitalismo de Estado ruso, chino, cubano etc. Obligados a una militarización extrema, haciendo frente a una fuerte escasez, los partidos gobernantes de esos países disfrazaron como "comunismo" el racionamiento permanente de productos, la penuria crónica de los bienes más elementales, todo ello puesto al servicio de un Capital nacional y un bloque imperialista, empeñados en una guerra sin cuartel contra el bloque rival mucho más dotado económicamente[6].
En realidad, durante muchos años, la contra-revolución ha impuesto un "ideal" de "obrero" que no se corresponde en nada con el que ha desarrollado históricamente el proletariado. El estalinismo, los sindicatos, los izquierdistas, el anarquismo oficial, han vendido el prototipo de un obrero, austero y sobrio en su consumo[7], que es "solidario" con "causas" como el "anti-imperialismo", la "defensa del sector público" y la "democracia avanzada", que sigue disciplinadamente las convocatorias de los sindicatos, asiste a los actos de "la organización" y vota gregariamente a los partidos de "izquierda" o "progresistas".
Este "ideal" ha saltado en pedazos, en parte como fruto de las luchas obreras de los años 60-70 que, sin embargo, no fueron capaces de ir más allá de una resistencia a la explotación y al alistamiento para la guerra. Esto hizo que la generación que protagonizara esas luchas se encontrara con una especie de vacío pues rechazaba el "modelo" del estalinismo pero no era capaz al mismo tiempo de desarrollar una lucha colectiva propia e independiente, orientada hacia una perspectiva revolucionaria, con todos los elementos morales, culturales, teóricos, que conlleva.
Este vacío ha llevado a compañeros como nuestro comunicante a pensar que la clase obrera se habría "hecho capitalista", que habría claudicado ante el espejismo del consumo[8]. Desesperados porque los "fieles" ya no siguen las pautas de la Santa Iglesia sindical y estalinista, creen que los obreros solo piensan en acumular "propiedades" desde una vivienda hasta una moto de no se sabe cuantas cilindradas...
¡Qué visión más pobre y mezquina tienen de la clase obrera! La clase obrera es una clase explotada y por tanto la lucha reivindicativa forma parte integral de su lucha social. Sin embargo, eso no quiere decir que los obreros solo tengan como horizonte poseer toda clase de objetos de consumo. A pesar de los efectos destructivos que cotidianamente ejerce sobre ellos la ideología burguesa, que les empuja al individualismo y la competencia, vemos tentativas de solidaridad, de compañerismo, de firme reivindicación de su dignidad como seres humanos, que muestran igualmente una capacidad para discutir colectivamente, para organizarse, para pensar y actuar juntos.
Así por ejemplo en el largo periodo de 1989-2003 donde apenas ha habido luchas y un ambiente de desorientación reinaba en las filas obreras, hubo luchas esporádicas que mostraron las verdaderas tendencias que incuba en su interior la clase obrera: en 1992 estallaron movilizaciones masivas en Italia en respuesta espontánea -al margen y en contra de los sindicatos[9] -contra una serie de ataques que afectaban a la escala móvil de salarios, los impuestos, la jubilaciones etc.. Un año después los mineros del Ruhr alemán se ponían en huelga sin esperar la convocatoria sindical contra 8000 despidos anunciados, obreros de otras empresas no afectadas se sumaron activamente a la lucha. En 1997 en SEAT estalla los obreros reunidos espontáneamente en Asamblea rechazan un acuerdo empresa - sindicatos que supone -en palabras de un obrero- «trabajar más horas por menos salario» y se declaran en huelga[10].
Pero hoy la situación está cambiando. Desde 2003 una nueva generación para quien la supuesta "prosperidad" y el supuesto "consumismo" ni siquiera le han rozado pues desde sus primeros pasos en la vida laboral no ha conocido otra cosa que la precariedad sin futuro, la imposibilidad de obtener una vivienda, la inseguridad y la inestabilidad más manifiestas, está entrando en lucha, lo hace de forma tímida y padeciendo una fuerte inexperiencia y desorientación. Pero lo hace con el concurso de las generaciones anteriores que -pese a los desengaños sufridos- también tiende a recuperar el espíritu de lucha[11].
Es una nueva situación frente a la cual los tópicos y los clichés del pasado sobre lo que es o debería de ser el "obrero consciente" constituyen un obstáculo que debemos superar.
Acción Proletaria - Corriente Comunista Internacional 13 julio 2008.
[1] Ver Comentarios en la web: otro medio para el debate https://es.internationalism.org/node/2276 [165]
[2] Ver nuestro artículo en Acción Proletaria nº 199 titulado ¿Qué le pasa a la economía? ¿Hay una salida a la crisis? En https://es.internationalism.org/node/2160 [166]
[3] Estas luchas no se dieron únicamente en España sino que pertenecían a una tendencia internacional del proletariado que empezaba a salir de la larga noche de la contra-revolución. Ver en Revista Internacional nº 133: Mayo 68 y la perspectiva revolucionaria. /revista-internacional/200806/2281/mayo-del-68-y-la-perspectiva-revolucionaria-1a-parte-el-movimiento [167]
[4] Ver en Revista Internacional nº 60 Dificultades crecientes para el proletariado. Edición impresa publicada en enero 1990.
[5] Evidentemente esta satisfacción no tiene nada que ver con la "sociedad de consumo" con sus productos supuestamente deslumbrantes pero en realidad de pésima calidad tanto técnica como -¡ni hablemos de eso!- intelectual y moral.
[6] Esa austeridad brutal que sufrieron y todavía sufren los "ciudadanos de a pie" de estos "paraísos socialistas" contrasta clamorosamente con los dispendios y los excesos de la burguesía gobernante vertebrada alrededor del Partido - Estado que tiene la caradura de llamarse "comunista".
[7] En los Manuscritos Económico - Filosóficos, escritos en 1844, Marx denuncia la concepción de la vida del obrero que tiene la Economía Política burguesa: «La autorrenuncia, la renuncia a la vida y a toda humana necesidad es su dogma fundamental. Cuando menos comas y bebas, cuantos menos licores compres, cuanto menos vayas al teatro, al baile, a la taberna, cuanto menos pienses, ames, teorices, cantes, pintes, esgrimas etc., tanto más ahorras, tanto mayor se hace tu tesoro, al que ni polillas ni herrumbre devoran, tu capital. Cuanto menos eres, cuanto menos exteriorizas tu vida, tanto más tienes, tanto mayor es tu vida enajenada» (página 160, edición española). ¡Los sindicatos y los estalinistas han heredado la visión de la economía política burguesa!
[8] Ver una polémica sobre la cuestión del consumismo en Foro de discusión sobre la «autonomía obrera»: ¿Quien puede acabar con el capitalismo? /accion-proletaria/200506/11/foro-de-discusion-sobre-la-autonomia-obrera-quien-puede-acabar-con-el-ca [168]
[9] Un antiguo alcalde de Génova declaraba a la prensa: «Antes de morir me ha tocado ver lo increíble: los carabineros protegiendo a los sindicatos frente a los trabajadores».
[10] Para informarse sobre esas luchas ver Acción Proletaria números 107, 113 y 133. Edición impresa.
[11] Para hacerse una idea de la nueva situación de la lucha obrera creemos que podría ser útil consultar las Tesis sobre el movimiento de estudiantes en Francia en Revista Internacional nº 125 - https://es.internationalism.org/rint/2006/125_tesis [31] ; Revista Internacional nº 132 Una misma clase obrera, una misma lucha de clases /revista-internacional/200802/2193/por-el-mundo-entero-ante-los-ataques-del-capitalismo-en-crisis-una [169] ; Acción Proletaria nº 201: Amenazas de hambrunas por la inflación: crisis capitalista y respuesta obrera /content/2271/amenaza-de-hambrunas-por-la-inflacion-crisis-capitalista-y-respuesta-obrera [170]
La crisis política de Bolivia ha dejado en los últimos meses un saldo de por lo menos 30 muertos y cientos de heridos; principalmente en la localidad de El Porvenir, del departamento de Pando, donde la confrontación entre las fuerzas que apoyan al gobierno de Evo Morales y quienes se le oponen dejaron un saldo sangriento de 18 muertos y decenas de heridos el jueves 11 de septiembre.
Como siempre, entre las víctimas de uno y otro bando no se cuentan los altos dirigentes del gobierno central ni los prefectos que promueven la autonomía de varios de los departamentos bolivianos. Las víctimas han sido en su mayoría proletarios y campesinos empobrecidos que sirven de carne de cañón a uno u otro bando. Son víctimas de la polarización inducida por las facciones burguesas en pugna, quienes en su lucha por defender sus intereses de clase explotadora, no tienen el menor escrúpulo en enfrentar a sus fuerzas de choque.
El proletariado boliviano debe romper el cerco de la polarización, que lo lleva a confrontarse entre sí en aras de los intereses del capital nacional. Para hacerlo, necesariamente debe posicionarse en su terreno de clase, desarrollando una lucha contra la burguesía (oficialista y opositora) en la defensa de sus propios intereses. Así mismo, debe rechazar el indigenismo, trampa ideológica que lo mantiene atado a otras clases y capas sociales, y atenta contra su autonomía de clase.
La lucha sinfín de las facciones de la burguesía boliviana
Desde que llegó a la presidencia de Bolivia a comienzos del 2006, el presidente Evo Morales asume una de las estrategias que ha caracterizado el ascenso de los gobiernos izquierdistas de la región: crear una verdadera burguesía nacionalista, enfrentando de manera "radical" a las facciones del capital que han detentado el poder. Con este objetivo se desarrolla un ambiente de polarización política entre las "viejas" facciones del capital que pujan por preservar sus privilegios y las "nuevas" facciones de la burguesía en el poder, apoyándose éstas en las masas mas excluidas de la sociedad, las cuales debido a la miseria en que viven, depositan sus esperanzas en el nuevo líder carismático.
Para sustentar jurídicamente su "nuevo" proyecto, la nueva facción burguesa en el poder promueve una nueva constitución hecha a su medida, a través de una Asamblea Constituyente donde cuenta con la representación mayoritaria. En el plano económico, el proyecto se sustenta en una fuerte concentración de las empresas básicas (principalmente productoras de materias primas) en manos del estado, a través de un proceso de nacionalizaciones. Este es el libreto del llamado "socialismo del siglo 21" del cual Chávez es su mayor expresión, y al que varios sectores de izquierda e izquierdistas califican como "revolucionario", cuando en realidad es la expresión del reacomodo de los intereses del capital nacional a los nuevos tiempos en países con altos niveles de ingobernabilidad política y social.
Bolivia se encuentra inmersa en este proceso, que necesariamente conlleva a una confrontación con las clases dominantes de las regiones que detentan los mayores recursos del país, establecidas en 5 de los 9 departamentos que conforman la llamada Media Luna oriental (Pando, Beni, Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija), quienes se oponen a la nueva constitución y han promovido procesos electorales a favor de la autonomía de sus departamentos con respecto al gobierno central. Éste, como medida de presión, les ha cortado los beneficios del Impuesto Directo a los Hidrocarburos bajo el pretexto de utilizar los fondos para otorgar pensiones a los ancianos; medida que está a la base de los últimos conflictos. En respuesta, los grupos civilistas iniciaron una serie de bloqueos de carreteras y tomas de oficinas e instituciones del gobierno central (telecomunicaciones, transporte, hidrocarburos, etc.), principalmente en el departamento de Santa Cruz, el más importante del país; con la amenaza de anexarlas a los gobiernos departamentales. En algunos de esos enfrentamientos fueron enfrentados e incluso desarmados contingentes de la policía y el ejército.
Como reacción, el gobierno promovió la movilización de sus fuerzas de apoyo (en las que participan principalmente campesinos, pero también estudiantes, obreros, etc.), para enfrentar a los civilistas. Esta confrontación en El Porvenir dejó el saldo de 18 muertos, situación previsible pero no evitada ni por el gobierno ni por los opositores. En este sentido, no se descarta que el propio gobierno haya utilizado estos acontecimientos para fortalecer la represión del ejército contra los opositores y detener al prefecto de Pando Leopoldo Fernández, férreo opositor al régimen.
Debido al vertiginoso avance de la confrontación política, la recién creada Unión de Naciones Suramericana (UNASUR), a iniciativa de Brasil y Chile promueve una reunión de emergencia el 15 de septiembre para presionar el diálogo entre las partes, en la cual se le da un apoyo a Morales; situación que el gobierno utiliza para presionar al Consejo Nacional Democrático (CONALDE), organización que agrupa a los representantes de las provincias autonómicas, en la mesa de negociaciones y también a través de movilizaciones de calle. Es así como son movilizados decenas de miles de campesinos hacia Santa Cruz, centro del movimiento autonomista, quienes armados con palos, picos y armas de verdad amenazan con tomar la capital. Por su parte, el vicepresidente y los ministros hacen llamados a los trabajadores a defender las instalaciones del sector en manos de los opositores. La COB, quien en algunas oportunidades ha querido jugar a la "independencia" con respecto al gobierno, sin ningún tapujo llama a apoyarlo ante la amenaza de desintegración nacional promovida por los autonomistas.
Como se puede evidenciar, la polarización política, expresión de la descomposición de la burguesía, está llevando a una peligrosa confrontación donde el proletariado y la población empobrecida están siendo las principales víctimas.
Un callejón sin salidas
Con la intervención de UNASUR se ha pretendido detener la crisis, pero en realidad no se vislumbra una salida. La mesa de negociación compuesta con representantes de ese organismo no llegó a suscribir acuerdo alguno y la "solución" ha escalado al Congreso. Por otra parte, hay factores geopolíticos que complican la situación: gobiernos como el de Venezuela, que da su apoyo irrestricto a Morales, ha ejercido presiones sobre las Fuerzas Armadas Bolivianas y presiona por una salida violenta, la cual parece ser asumida por Morales, ya que no sólo mantiene la presión a través de las fuerzas represivas, sino que las fuerzas de choque sólo están esperando sus órdenes para entrar de nuevo en acción contra los opositores.
Al gobierno de Evo Morales, debido a presiones internas y externas (donde juegan un papel importante las presiones ejercidas por los EEUU) no le queda otro camino que arreciar su proyecto mediante la agudización de la polarización política. Es la manifestación del drama que vive la burguesía en muchos de los países de la periferia: coloca a gobernantes en el poder para enfrentar la ingobernabilidad, ya que tienen la mayor credibilidad para controlar el malestar social; pero a su vez se transforman en un factor activo contra la gobernabilidad, ya que la polarización, base del populismo al estilo evista o chavista, conlleva a mayores niveles de confrontación política. Es el impasse de un sistema y una clase dominante en descomposición, donde se agotan en corto tiempo los proyectos de gobierno.
La agudización de la crisis capitalista, aunque es un factor estimulante para la lucha proletaria, también exacerba los niveles de polarización política, debido a que la burguesía no tiene salidas reales para esa gran masa de pobres que son las mayorías de la población.
La perspectiva para estos regimenes es asumir posiciones totalitarias, a través de un marco legal sustentado en su apoyo popular y justificado por las acciones radicales de las fuerzas opositoras. Al final sirven para justificar cualquier acción represiva contra el proletariado y contra las propias masas que le sirven de sustento social.
Esta crisis es consecuencia inevitable de la crisis política de 2003 que ocasionó la renuncia del entonces presidente Sánchez de Losada, que fue presentada en su momento por varios grupos izquierdistas y altermundialistas como una "revolución", o como un momento con potencialidades revolucionarias por grupos del medio político proletario como Battaglia Comunista. También varios grupos y elementos ven como "progresivo" al movimiento indigenista aymara, que tuvo una participación de primer plano en dicha crisis, debido a que éste se propone el restablecimiento del Collasuyo (nombre del ámbito geohistórico aymara dentro del imperio incaico). Nada mas ahistórico y contrarrevolucionario que intentar retrotraer la sociedad actual a unas condiciones históricas basadas en la explotación, la precariedad y el despotismo incaico. La burguesía boliviana ha sabido sacarle buen provecho a este fundamentalismo indigenista, de la misma manera que lo hacen varias burguesía de la región con el bolivarianismo. De esta crisis salió fortalecido Evo Morales y su partido el Movimiento Al Socialismo (MAS)[1] [171].
En esa oportunidad fuimos duramente criticados cuando tomamos posición diciendo que el "movimiento de masas" boliviano de 2003 no era más que un movimiento interclasista donde el proletariado boliviano fue arrastrado junto con las otras capas hacia la confrontación interburguesa[2] [172].
Con la crisis actual vemos que la polarización se ha incrementado y el peso del interclasismo también. Buena parte del proletariado boliviano sigue atrapado en la división, máxime cuando ahora está en el poder un gobierno "indigenista" y "antiimperialista".
El proletariado boliviano ha hecho intentos por defender sus intereses de clase; como por ejemplo se observa en la lucha contra el ataque a las pensiones, que dejó un saldo de 2 obreros muertos y varios heridos debido a la represión policial en un cierre de carreteras en Oruro a comienzos del mes de agosto; o la de los jubilados, pidiendo que se deje sin efecto el descuento del 8% a sus rentas. Aun así, debemos preguntarnos si el proletariado boliviano tendrá la fuerza de sobreponerse a la polarización en un país donde la pauperización es grande y donde las capas empobrecidas no explotadoras o mas débiles de la clase tienen un peso enorme y son fácil presa de las políticas populistas.
¿Cuál perspectiva?
La perspectiva es hacia un mayor grado de confrontación, hacia el establecimiento de una situación de confrontación interburguesa permanente, a la que inevitablemente será arrastrado el proletariado boliviano si no saca fuerzas para romper este corsé infernal.
La situación en Bolivia es la expresión de que no hay salidas bajo el capitalismo para los depauperados del mundo; el evismo, el chavismo, el lulismo y todos estos "ismos", y el llamado "socialismo del siglo 21", no son mas que una mascarada ideológica para justificar a una fracción burguesa y pequeño burguesa del capital en el poder; en contraposición con la ideología democrática y "anti-totalitaria" defendida por las facciones burguesas opositoras.
La salida positiva depende de la lucha que pueda emprender el proletariado boliviano, pero sobre todo el proletariado de los países centrales y de la región, principalmente de Brasil, Argentina, Perú, Chile, etc.
Las minorías revolucionarias debemos denunciar de manera contundente estas ideologías que vienen al auxilio del capital y oscurecen el proceso de toma de conciencia del proletariado en lucha por su emancipación y la del conjunto de la humanidad.
Internacionalismo, sección en Venezuela de la CCI 08/10/2008
[1] [173] Al respecto ver el artículo "Evo al desnudo" https://es.internationalism.org/ap/2006/190_evo [174].
[2] [175] Al respecto ver el artículo "Revueltas populares en América Latina: La indispensable autonomía de clase del proletariado" https://es.internationalism.org/rint/2004/117_revu.html [176]
"Pan y circo". Con esta frase definía Juvenal la manera (reparto de trigo y acceso a los espectáculos circenses, gratuitos) con la que, en la decadencia del Imperio romano, los emperadores distraían al pueblo de Roma, a fin de mantenerlo adormecido y evitar que fiscalizara sus excesos.
Después de dos milenios, tal vez lo más apropiado, adaptándolo a un lenguaje más de hoy y a lo que es el tema de este comentario, sería decir: "Futbol y Pizzas". Lo demás tiene total actualidad.
En este caso no se trata solo de una ciudad y de su imperio circundante, hoy algo irrisorio si se compara con la extensión territorial del imperio mundial del capital y la capacidad mediática de éste, que en nuestros tiempos alcanza al mundo entero sobre todo cuando de lo que trata es de ocultar su crisis, su barbarie y su decadencia.
Con el triunfo de la selección española en la Eurocopa de naciones hemos asistido por unos días a una matraca insistente de manifestaciones ideológicas y de manejo propagandístico de los sentimientos más insanos que suele utilizar la burguesía: el del patrioterismo más aborrecible y el del triunfalismo más ilusorio; alentados ambos por el gobierno socialista y por todo el aparato del estado español en su conjunto, desde la leal Oposición del insípido Rajoy hasta los sindicatos y las puyas de los dirigentes nacionalistas periféricos; con el único objetivo de encubrir el miserable día a día de la población en general y particularmente de la clase obrera.
Dieciocho millones de personas siguieron por Televisión, además de los que lo hicieron por Radio, "la Final" entre Alemania y España. Los Medios españoles más que comentar el acontecimiento deportivo, empleaban un repugnante lenguaje nacionalista e incitaban al público con el eslogan "A por ellos..." como si de una guerra, en lugar de un partido de futbol, se tratara y acababan animándolo con el Himno nacional. Faltó, cosa rara, el "Suspiros de España".
No había ninguna diferencia con la Final de Copa -que ganó la selección española- en el Bernabéu en 1964: la emoción del Caudillo Franco no se diferenció en nada de la euforia de todos los partidos políticos -incluido el "alternativo" Llamazares- encabezados por el presidente Rodríguez Zapatero ("ZP") -si acaso la superaban. Éste último, en el informativo de Tele-5 del 1 de julio dijo literalmente, en el palacio de la Zarzuela ante el rey y la Selección, que "los españoles estamos satisfechos y unidos junto a nuestra bandera". Más claro imposible, sobre lo que en realidad venía a decir con su mensaje: "españoles todos: olvidad las dificultades diarias, estamos todos unidos bajo la misma bandera, la patria común es lo más importante. Pobres y ricos, abrazaos bajo el manto de nuestra insignia nacional. Olvidaos de las penalidades diarias, de llegar a final de mes sin deudas, del Euribor, de la inflación galopante y de los salarios de miseria, de la hipoteca impagable. De las duras condiciones de vida y trabajo, de la explotación diaria y la inseguridad futura.... Todos unidos tras la defensa del interés nacional. Unidos bajo un solo estandarte, el de la "Roja y Gualda" por nuestro triunfo y la derrota del enemigo exterior".
El tratamiento dado al campeonato de futbol ha sido el de enfrentar españoles contra rusos, italianos, alemanes,...,; hacerse sentir confrontadas unas poblaciones contra otras. Se ha utilizado el lenguaje televisivo para exacerbar los sentimientos más venenosos y criminales; aquellos que utiliza la burguesía para enfrentar a un bloque nacional con otro; a base de alegatos agresivos y nacionalistas; casi como si de una guerra imperialista se tratara, con la diferencia de que en lugar de utilizar tropas militares se ha usado una selección de jóvenes futbolistas, azuzada por el medio de la TV y la Radiodifusión.
Puede que La Eurocopa sea durante unos días el "Balón de oxígeno" que haga olvidar durante cierto tiempo los graves problemas a los que se enfrentan la clase obrera y los propios capitalistas; pero los hechos son testarudos y volverán tal cual a la realidad inmediata de una vida insoportable.
La burguesía española con su gobierno socialista a la cabeza no ha tenido inconveniente en utilizar este Campeonato para hacer de un evento deportivo un plataforma de manipulación ideológica y agitación nacionalista, igual que fue capaz de manipular el execrable atentado del 11 de marzo del 2004 para decirnos que todos somos ciudadanos, que todos tenemos los mismos derechos (del grado de su fortuna y del lugar que ocupa en la realidad social desde luego que nada dicen), que todos somos españoles y que la nación está por encima de las clases sociales; que el "triunfo de España en la Eurocopa" es un triunfo histórico y que de los verdaderos problemas... ¡en fin, ya veremos! Pues la crisis es cada vez más clara, los ataques serán cada vez más duros y sobre todo la precariedad laboral, los bajos salarios, la inflación galopante habría que relativizarlos porque los españoles son ya ¡Campeones de Europa!
No hay que olvidar que de manera análoga, aunque en otra situación, las olimpiadas chinas se van a utilizar para infiltrar en las masas el veneno nacionalista y el triunfalismo de los vencedores y de los organizadores; no solo con grandes inauguraciones y actos propagandísticos de las excelencias de la "naciente China, locomotora del mundo" sino con los propios acontecimientos deportivos.
El fútbol no sólo es una de las muchas religiones que han ganado y continúan ganando espacio en un mundo en descomposición, es un gran negocio multinacional con una ideología propia no exenta de connotaciones económicas y políticas claramente destructivas; un deporte-industria inserto en una cloaca mafiosa e impregnado de un nauseabundo aderezo localista y nacionalista. Lo que lo sitúa a años luz de la verdadera práctica del deporte, del disfrute del cuerpo y del logro de la satisfacción que supone juntarse para "echar un partido", charlar, tomar unas cervezas, hablar de la situación, hacer planes con los amigos y los compañeros,....
CCI 8-7-08
Desde hace dos meses nuestra Web incorpora una sección donde los lectores exponen sus comentarios ante los diferentes artículos publicados. La verdad es que esta sección se ha animado mucho y lo agradecemos de todo corazón no sólo por la confianza que expresa sino sobre todo porque los comentarios enviados son una contribución al debate necesario entre todas las personas comprometidas en luchar por la liberación de la humanidad del yugo, cada vez más insoportable, del capitalismo.
Ante la multiplicación de comentarios nosotros no disponemos de fuerzas para responder a cada uno. Preferimos -porque ello anima mucho más el debate- que entre los propios lectores se respondan -como así ha ocurrido. Ello no obsta para que -siempre que nos sea posible- intervengamos en las discusiones no tanto para sentar cátedra sino para aportar elementos de reflexión, pistas de acción y clarificación.
Ante una crítica que nos ha sido dirigida -« Sois cuatro gatos a la deriva total, vuestra línea se basa en renegar de todo, no merecéis el calificativo de residual, porque no tenéis ni esa presencia. Lenin ya os dio cera en su gran obra[1] (...) Vuestra cyber militancia seudo intelectual no asusta a la burguesía »-, un lector que firma El Quinto Gato responde:
«¿Habrá que explicarle a este señor que con insultos no ha hecho una sola aportación al debate? Si como este señor interpreta, "vuestra línea se basa en renegar de todo", ¿se trata entonces de aceptarlo todo sin la menor crítica? Y si continuamos con el razonamiento de este señor, ¿Lenin jamás se equivocó?
(...) Pero resulta todo lo contrario a sus acusaciones.
Esa actitud, que no he visto en ninguna otra organización, es producto de la existencia de una disposición a llevar el debate hacia un terreno fértil, que es el de la contribución colectiva. Y todo eso no se logra queriendo eliminar la lucha de clases viviente con las líneas de un solo libro, sino recuperando las experiencias pasadas y presentes en colectivo.
Puede que eso no le escandalice a la burguesía o a la izquierda del capital, pero es lo que menos importa, pues lo que REALMENTE vale la pena es la REFLEXIÓN que se está generando dentro de nuestra clase, la clase obrera.
Saludos a los compañeros que mantienen este espacio de discusión proletaria».
Agradecemos la confianza y el apoyo de este lector cuyas reflexiones nos estimulan para perseverar en el desarrollo de -como él mismo dice- UN ESPACIO DE DISCUSION PROLETARIA.
Numerosos comentarios inciden sobre la gravedad de la situación económica y el deterioro que está significando para las condiciones de vida de las familias obreras:
«A mí lo que más me preocupa de todo esto es que el ministro de economía, Pedro Solbes, o mejor dicho el gobierno socialista !CON LO OPTIMISTAS QUE SON!; afirman que el año que viene va a ser peor, ya que no hay crisis, sólo una pequeña desaceleración»
«cada día k pasa el precio de las gasolinas es mas aplastante, llegara un día k valdrá mas las gasolinas k el ir a trabajar y k el coche será un lujo k no nos podremos permitir igual k la vivienda»
«Creo que empezamos a ser conscientes de que España está viviendo una crisis económica, hasta ahora nos hemos limitado tanto políticos como ciudadanos, a criticar a un partido u otro, que si debéis votar al PSOE o al PP, que si Zapatero hizo esto y Rajoy lo otro...Señores, creo que deberíamos de dejar a un lado las diferencias (cada vez más superficiales) que nos pueden ofrecer un partido u otro, pierden el tiempo en discutir mientras nuestro país cae en picado»
«Esto no hay quien lo aguante, ya ni siquiera se llega a mitad de mes,¿como con un sueldo de 1000 € incluidas ya las pagas extras se puede sobrevivir?¿Como piensan que se puede mantener con 2000€ mes 2 coches, casa, luz, agua, alimentos básicos y baratos y un bebé o la pareja?»
En estos comentarios se expresa un malestar -incluso un rechazo- ante la política de los gobernantes -los ZP, Solbes y, desde luego, sus pares de la oposición encabezados por Rajoy-. Es evidente que los políticos burgueses están muy desprestigiados y que todas las políticas económicas y sociales que han aireado hasta la náusea frente a los problemas de la inmensa mayoría de la población se revelan o bien como un catálogo de buenas intenciones que no resuelve nada o como un engaño vil.
Sin embargo, la cuestión que debemos plantearnos es: ¿sirve para algo cambiar el gobierno? ¿los problemas humanos de la gran mayoría se resuelven poniendo a un equipo político en lugar de otro? En definitiva, la pregunta es: ¿es un problema de cambio de gobierno o un problema de cambio de sistema social?
Es evidente que según la respuesta que se de, variará la orientación y el enfoque de la lucha a seguir. Si hubiera posibilidad de solucionar los problemas -o al menos de dar un principio de solución- cambiando de gobierno habría que luchar por reformas sociales y políticas y apoyar unos gobiernos frente a otros. Si, por el contrario, el problema estuviera en el sistema capitalista mismo, en su estructura social, semejante orientación llevaría a darse de cabeza contra la pared, a ir de Herodes a Pilatos, a que siempre nos engañaran, los unos y los otros. Nosotros estamos convencidos de que es lo segundo y no lo primero, pero creemos que lo mejor es una discusión abierta y profunda para que se llegue a una clara convicción.
Del mismo modo, los comentarios expresan una inquietud, una preocupación profunda, acerca de qué nos va a deparar esta sociedad, ¿hacia adonde vamos? ¿Qué futuro nos espera? ¿Qué va a ser de las generaciones que vengan después?
Esto nos lleva a plantearnos preguntas sobre algo que está relacionado con la cuestión anterior pero que no es lo mismo: la naturaleza de la crisis económica actual que sacude el mundo. Hay que dilucidar si se trata de una crisis coyuntural o si se trata de una crisis estructural, del sistema capitalista mismo. Si el diagnóstico es el primero -una crisis coyuntural- eso significaría que el capitalismo tiene cuerda para rato y que habría que aceptar sacrificios para atravesar lo mejor posible esta etapa de "vacas flacas". Pero si el diagnóstico es el segundo -como nosotros pensamos y así lo hemos expresado en diferentes artículos[2]- la lucha debe encaminarse decididamente hacia la destrucción del sistema capitalista en todos los países y su sustitución por una sociedad nueva -para nosotros es el comunismo- que supere y resuelva las contradicciones que conducen el capitalismo al abismo.
Ahora bien, si el problema es del capitalismo todo entero, esto nos debe llevar a una tercera cuestión: ¿es un problema nacional con una solución nacional o es un problema mundial ante el que solo cabe una solución mundial?
Los comentarios revelan un planteamiento limitado a España. Nosotros pensamos que el problema es mundial y que ningún pueblo, ningún país, puede salir aisladamente de esta crisis que es de todo el sistema visto en su conjunto. Más aún, toda política nacional y estatal no es la solución sino QUE FORMA PARTE DEL PROBLEMA. El capitalismo es un sistema cuya base es la división en naciones y estados, los cuales luchan hasta la muerte por el reparto de las ganancias que depara un mercado mundial cada vez más estrecho y cada vez más saturado, lo cual endurece aún más la competencia y la lucha de "todos contra todos". El capitalismo es una sociedad de competencia de feroz, de "cada cual a la suya", de defensa del particularismo, la exclusividad -y por tanto la exclusión-, es en suma la negación de lo que más necesita la humanidad, de lo que se acomoda mejor a su naturaleza: la comunidad, la solidaridad y la cooperación social.
De ahí que la única fuerza social que puede plantear la perspectiva y el movimiento para solucionar el problema que hoy golpea a la humanidad sea el proletariado que es una clase mundial con los mismos intereses en todos los países. La lucha consciente, unida y solidaria del proletariado internacional es la que podrá abrir una vía de solución.
Dos comentarios plantean con una cierta angustia:
«No sé qué es lo que hay que hacer, eso lo dejo para mentes más espléndidas, sólo quedaros con esto: lo que hoy tenemos es la consecuencia de todo lo que permitimos ayer»
«Estamos de acuerdo todos en que estamos entrando en lo que parece ser una crisis de las más duras que hemos vivido según expertos economistas y analistas de dentro y fuera de nuestras fronteras. Ahora bien, ¿no es ya momento de empezar a ver reacciones por parte de nuestros dirigentes políticos? no digo esto con ningún ánimo partidista, esto lo quiero dejar claro, ni culpar a nadie tampoco. Solo quiero exponer que la sensación de desprotección y desamparo que nos producen la falta de cualquier tipo de acción por parte de nuestros gobernantes»
A lo que un lector responde -a nuestro juicio muy justamente-: «¿Y por que delegar la iniciativa de las acciones políticas justamente en quienes han sido uno de los principales factores de la crisis, los políticos? Las acciones debemos de ejercerlas nosotros mismos, los proletarios autoorganizados, contra el Estado y la burguesía. ¿Acción de los políticos? No, Acción Directa de los trabajadores»
Este debate está muy relacionado con el anterior. Si no podemos confiar en los políticos ni en los gobiernos ni en los Estados, los cuales -no lo olvidemos- no forman parte de la solución sino del PROBLEMA, solo podemos confiar en nosotros mismos, en lo que podamos hacer los trabajadores basándonos en el desarrollo de nuestra lucha, de nuestra toma de conciencia, de nuestra capacidad para unirnos, organizarnos colectivamente.
Las luchas obreras, su generalización, su autoorganización, su unidad a escala de todo un país y a nivel internacional, no vendrán de repente, inmediatamente, sino de un largo proceso de luchas, de reflexiones, de debates. Concretamente, debates apasionados, en los que participen cada vez más compañeros y compañeras, debates ligados a la lucha -por y para la lucha-, debates no académicos sino vinculados a la práctica y al combate, el desarrollo de una cultura del debate proletaria, será una palanca esencial, un hilo conductor clave, en esa perspectiva.
De ahí que el debate sea para nosotros un vehículo fundamental, una contribución práctica y viva a la lucha de clases.
CCI 12-6-08
[1] Se refiere a "El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo", obra especialmente errónea de Lenin y que expresa el proceso de degeneración creciente del bolchevismo y de la Internacional Comunista. Este tema no lo podemos abordar aquí pero estamos dispuestos a un debate sobre él.
[2] Ver ¿Hay una salida a la crisis económica? en https://es.internationalism.org/node/2160 [166] y Decadencia del capitalismo: la revolución es necesaria y posible desde hace un siglo en /revista-internacional/200807/2192/decadencia-del-capitalismo-i-la-revolucion-es-necesaria-y-posible- [178]
Hemos recibido desde Ecuador, una toma de posición sobre las tensiones guerreras con Colombia tras la incursión de tropas de este país en territorio ecuatoriano el 1º de marzo, que atacaron a las FARC. Publicamos aquí el texto completo seguido de nuestros comentarios para animar y contribuir a un debate internacionalista.
El pasado 1 de marzo, a media noche, las fuerzas armadas colombianas ingresan al territorio ecuatoriano, emboscando y matando a más de 23 guerrilleros, quedando tres mujeres heridas, entre los muertos se encuentra el número 2 de las FARC. De hecho todo acto de guerra, asesinato y masacres venga de donde venga es repudiable, esto ha desencadena una "crisis diplomática" entre los dos países; pero ¿Cuál es la verdad de fondo?; primero, para nadie es extraño que las FARC desde hace rato entra y salen de territorio ecuatoriano, la ciudad de Lago Agrio por ejemplo en territorio de Ecuador, prácticamente como dicen los habitantes, "es un lugar de descanso de guerrilleros y paramilitares", sin que hasta el momento esto se haya convertido en un lugar de conflicto; tampoco es extraño que las zonas que controlan las FARC en territorio colombiano no han podido ser recuperadas por el ejercito de ese país desde hace mucho tiempo, lugares que prácticamente son gobernadas por las FARC; de igual manera no es extraño que haya sectores colombianos y norteamericanos que viven del buen negocio de la guerra y del control del narcotráfico.
Para poder tener una idea de todo este conflicto que Colombia tiene, esta ligado y no puede ser de otra manera, a la enorme crisis del propio sistema capitalista en todo el mundo, la primera reacción a esta crisis, fue la sangrienta I guerra mundial, luego se extendió con la II, y posteriormente con un sin fin de guerras focalizadas que sumadas todas ellas sobrepasarían los costos y los muertos y desplazados de la I y II guerras mundiales juntas; la crisis no la han podido superar; entre estos actores afectados figuran inexorablemente los norteamericanos, es conocido que la economía de este país esta entrando en una fase de crisis de las cuales no ha tenido precedentes en la historia desde que se constituyo como nación; como suele ocurrir con las trampas que realizan los intereses capitalistas, las guerras son una salida, de esa manera, suele el capitalismo amortiguar de alguna forma su propia crisis a costa de fuego y sangre. Por eso es extraño ver, aunque no debería ser en realidad, el pronunciamientos de las tendencias de las izquierda del capital en bloque, pronunciarse a favor de una supuesta "soberanía nacional", "inviolabilidad del territorio", etc., como son izquierdas que no representan los intereses del proletariado sino a esas capas medias que oscilan entre los de arriba y los de abajo, siempre están coqueteando con esos elementos nauseabundos del carácter nacionalista de las luchas. Por el contrario los proletarios del mundo no tenemos patria ni naciones, nuestra soberanía como individuos es pisoteada todos los días por el capitalismos, oprimiéndonos, explotándonos, y no contento con ello deteriorando el medio ambiente de forma alarmante; en todo los lados los mismos mecanismos de opresión y los resultados, cada vez son nefastos: pobreza, desempleo, bajos salarios, etc.; así que no nos hacemos eco de esos pronunciamientos que cuartan la unidad del proletariado mundial. Para nuestros hermanos colombianos y colombianas, el enemigo es uno solo, la burguesía de Uribe es la misma burguesía de Correa, pero aclaremos algunas de sus diferencias, así como la postura de las FARC.
El proceso de derechización de los años ochenta extendido hasta los noventa, fue una estrategia violenta por imponer ciertos mecanismos que permitan al capitalismo en crisis salir de la misma, sin embargo, aquello que se dio en llamar neoliberalismo no funcionó, más, genero procesos de crisis lo que produjo reacciones multitudinarias de varios sectores de la sociedad, la expresión de aquellos sectores denominados "movimientos sociales" fue el más relevante; estos movimientos tenían como intención oponerse a la implementación del neoliberalismo que implicaba la privatización de todo y proceso de monopolización del comercio, la producción, circulación y servicios; a favor de los enormes emporios capitalistas del mundo. Estos movimientos sociales, de hecho nunca se expresaron "anticapitalistas", más bien se expresaron con mucha claridad desde una lógica más moderada de aplicación del sistema capitalista, nunca ha estado en duda el sistema como tal; el proceso de derechización de América Latina, significo un proceso de acumulación para ciertos sectores exclusivos de la burguesía, quedando fuera muchos sectores de esta misma clase, unos terminaron arruinados otros simplemente sobreviviendo con el margen de ganancia que el mercado les permitía, La ideología de estos sectores fueron calando cada vez más en el proceso de los movimientos sociales, con el discurso de "nueva democracia", "participación", "equidad", etc. Esto provocó que estos sectores "progresistas de la burguesía" se erijan en referentes políticos de muchos sectores excluidos de la sociedad y es así que se convirtieron en gobiernos, con características nacionalista, antiimperialista, de socialización de ciertos beneficios a la población, reactivación del aparato productivo, etc.; el objetivo es consolidar un mercado local y regional que permita a estos sectores burgueses desplazados, recuperar el proceso de acumulación, de ahí que el estado sigue siendo la herramienta legal para ello, las Asambleas Constituyentes son ese mecanismo: Venezuela, Ecuador, Bolivia, son el vivo ejemplo. En ninguno de estos países encontramos procesos de organización proletaria, más bien son evitados a toda costa, la organización del proletariado son cosas anacrónicas para estos sectores, la ideología dominante es la misma: burguesa, con la salvedad de que es diseñada, no por Washington, sino por los intelectuales orgánicos del sistema capitalista, revestidos de socialistas y progresistas. Estas burguesías nacionalistas y de "rostro humano" son las que están en vigencia en países como Ecuador y Correa es un representante de esta tendencia
Por su parte la extrema derecha ligada a los intereses imperialistas, esa derecha que ha dejado de tener todo vinculo humano, tiene que arrimarse, ante el temor de ser aniquilada o sustituida por los otros burgueses, se arma de un discurso apocalíptico y lo peor es que se arma de verdad con la mejor tecnología de asesinar, sin poder tampoco resolver los conflictos que estos caballeros de la muerte tiene que crear para poder dominar, sin embargo, la crisis de sus propias desproporciones está llegando a su termino, la guerra de Irak, Palestina, y todo el medio oriente, así como en Colombia no ha resulto nada, más bien se están hundiendo, a este sector de burgueses pertenece Uribe. Ante este panorama y a falta de la organización del proletariado se aprovechan ciertos sectores denominados de izquierda para "pronunciarse a nombre del proletariado":
Nunca el proletariado ha pedido que lo representen, la liberación será por obra y gracia de ellos mismos, o no será, la supuestas representaciones de la que el proletariado no tiene nada que ver a cuajado las formas más espantosas de burocratismo, de esa forma de capitalismo de estado, rancio y putrefacto como el mismo sistema capitalista.
Por tal razón los intereses pequeño burgueses de las FARC, no es una alternativa al proletariado colombiano ¿convertir el socialismo en nacional, en un solo país? eso ya fracaso; ¿con un jefe que se las pase como emperador gobernando Colombia hasta que se muera?; ¿con partido único y los que no estén de acuerdo pasarlos por las balas?; ¿pasar los medios de producción de manos privadas a manos privadas del estado?, etc. El espíritu del marxismo jamás ha sido, ni lo será, a pesar del falseamiento de la teoría revolucionaria, de estas supuestas iniciativas revolucionarias.
" ¡Proletarios de todos los países uníos!"
Sigue viva como ayer, hoy, y mañana
Queremos saludar y apoyar esta toma de posición rápida sobre los acontecimientos en la región, que se sitúa claramente en un terreno internacionalista proletario. El texto expresa el coraje de estos compañeros, que en plena orgía nacionalista de declaraciones e incluso movilizaciones de tropas a la frontera con Colombia, han combatido por la defensa de los intereses de la clase obrera, denunciando los discursos oficiales y los "de izquierdas" que llamaban a la defensa de la patria.
El internacionalismo es un principio básico del proletariado. A lo largo de la historia del movimiento obrero, su defensa o su negación han significado inscribirse en la perspectiva de la lucha revolucionaria o al contrario, hundirse en la traición. Los partidos socialdemócratas que, ante la primera guerra mundial, apoyaron las iniciativas belicistas de sus respectivas burguesías nacionales, así como los que, tras el pacifismo en abstracto defendieron la guerra en concreto, traicionaron la causa del proletariado incorporándose a las filas de la defensa del Estado burgués, a cuyo servicio masacraron después las luchas revolucionarias, por ejemplo, en Alemania. Como después harían los PC's estalinistas y el trotskismo (ya sin Trosky) frente a la segunda guerra mundial, alistando a los obreros a la guerra mundial en nombre de "la defensa de la URSS" y del antifascismo democrático de los frentes populares.
Frente a la traición de estas corrientes, las fracciones de izquierdas que se mantuvieron fieles al internacionalismo fueron, en el primer caso, las que impulsaron el programa revolucionario durante la oleada mundial de luchas de 1917-23, situándose a la cabeza del proletariado insurgente contra la guerra y por la revolución, formando la Internacional Comunista. Ante la muerte de ésta, convertida en instrumento de la política imperialista del Estado estalinista de la URSS, y la traición de los PC's, la Izquierda comunista se mantuvo fiel al internacionalismo, denunciando ambos bandos en la segunda guerra mundial y poniendo las bases programáticas para la perspectiva revolucionaria a través de un balance crítico de la degeneración de la revolución rusa.
No es de extrañar pues, que hoy en día el internacionalismo y la búsqueda de referencias en las posiciones de la izquierda comunista, sean un rasgo de carácter de los elementos que surgen en diferentes partes del mundo trabajando para plantear en nuestra época una perspectiva revolucionaria al capitalismo.
Los compañeros de Ecuador se inscriben claramente en la defensa del internacionalismo: « ...los proletarios del mundo no tenemos patria ni naciones, nuestra soberanía como individuos es pisoteada todos los días por el capitalismo, oprimiéndonos, explotándonos, y no contento con ello deteriorando el medio ambiente de forma alarmante; en todo los lados los mismos mecanismos de opresión y los resultados, cada vez son nefastos: pobreza, desempleo, bajos salarios, etc.; así que no nos hacemos eco de esos pronunciamientos que cuartan la unidad del proletariado mundial.»
Frente a los llamamientos a combatir a los proletarios en uniforme de la nación enemiga, los compañeros llaman, igual que Lenin y los bolcheviques en 1914, a volver los fusiles contra la burguesía nacional: « Para nuestros hermanos colombianos y colombianas, el enemigo es uno solo, la burguesía de Uribe es la misma burguesía de Correa ...».
En este caso, la defensa del internacionalismo tiene el mérito añadido de que los países que protestan de haber sido agredidos (Ecuador) o cuestionados (Venezuela) por el gobierno Uribe (apadrinado por USA), se presentan como expresiones de gobiernos "del pueblo", como el "socialismo del siglo XXI", razón de más para que los obreros les dieran apoyo en sus iniciativas guerreras contra el imperialismo USA. Frente a esto, los compañeros dejan claro lo que son en realidad: «En ninguno de estos países (se refiere explícitamente a Venezuela, Ecuador y Bolivia) encontramos procesos de organización proletaria, más bien son evitados a toda costa, la organización del proletariado son cosas anacrónicas para estos sectores, la ideología dominante es la misma: burguesa»
En el análisis que se hace en el texto sobre los acontecimientos, sus causas profundas y sus consecuencias, hay algunos elementos que pensamos que dan material para animar un debate, que son cuestiones sobre las que reflexionan los elementos y los grupos proletarios actualmente.
¿Es la guerra un alivio para la crisis capitalista?
La primera cuestión es sobre si la guerra imperialista tiene una racionalidad económica y puede servir al capitalismo en general, o algunos países en particular, para descargar o aminorar el peso de la crisis económica[1]. El texto de los compañeros de Ecuador plantea justamente la Iª, y Ilª guerras mundiales y los conflictos imperialistas localizados tras la última como expresiones de la crisis del sistema capitalista. Luego dice:
«Como suele ocurrir con las trampas que realizan los intereses capitalistas, las guerras son una salida, de esa manera, suele el capitalismo amortiguar de alguna forma su propia crisis a costa de fuego y sangre».
Para considerar si la guerra puede amortiguar la crisis, primero hay que ver de qué guerra estamos hablando, porque para el movimiento obrero no son iguales las guerras del siglo XIX, que las del siglo XX o las actuales. En el siglo XIX, las guerras podían cumplir la función de ampliar y consolidar el mercado mundial, impulsando así el desarrollo de las fuerzas productivas. Por eso los revolucionarios apoyaron en algunas guerras al beligerante que expresaba estas potencialidades, y así el Consejo General de la AIT escribió a través de Marx, una carta al presidente Lincoln, donde mostraba su apoyo al Norte frente al Sur en la guerra de secesión de los EEUU en 1864, o a favor de Alemania al inicio de la guerra con Francia en 1870[2].
Sin embargo, las guerras del siglo XX, que debuta con la Iª guerra mundial, expresan, al contrario, el estancamiento del capitalismo, y la pelea a muerte de los diferentes capitales nacionales por el mercado mundial. Por eso, la actitud de los revolucionarios frente a estas guerras, como ya hemos dicho antes, ha sido de denuncia y de combate por la transformación de la guerra imperialista en guerra de clases. Estas guerras son la expresión misma de la crisis sin salida del capitalismo, como reconoció la IC, que vio en la Iª guerra mundial la apertura de un periodo de decadencia del capitalismo, de guerras y revoluciones. No significan un alivio de la crisis, sino un paso delante de su agravación y profundidad. Este problema fue planteado en profundidad por la Izquierda comunista de Francia en su informe sobre la situación internacional de 1945, al terminar la IIª guerra mundial:
«En la época del capitalismo ascendente las guerras (nacionales, coloniales y las conquistas imperialistas) expresaron la marcha adelante, de ampliación y extensión del sistema económico capitalista. La producción capitalista encontró en la guerra la continuación de su política económica por otros medios. Cada guerra se justificaba y pagaba sus gastos abriendo un nuevo campo para una mayor expansión, asegurando el desarrollo de una mayor producción capitalista
En la época del capitalismo decadente, la guerra al igual que la paz expresan esa decadencia y participa poderosamente en su aceleración.
Sería erróneo ver en la guerra un fenómeno puramente negativo por definición, destructor y freno del desarrollo de la sociedad, en oposición a la paz, que sería el curso normal, positivo, del desarrollo continuo de la producción y de la sociedad. Esto supondría introducir un concepto moral en un curso objetivo, económicamente determinado.
La guerra fue indispensable al capitalismo para abrir nuevas posibilidades de desarrollo posterior, en la época en que estas posibilidades existían y no podían ser abiertas más que por la violencia. Del mismo modo, el hundimiento del mundo capitalista que ha agotado históricamente toda posibilidad de desarrollo, encuentra en la guerra moderna, la guerra, imperialista, la expresión de este hundimiento, que, sin abrir ninguna posibilidad de desarrollo posterior para la producción, no hace más que precipitar en el abismo a las fuerzas productivas y acumular a un ritmo acelerado ruinas sobre ruinas.
No existe oposición fundamental en el régimen capitalista entre guerra y paz, pero sí existe una diferencia entre las dos fases, ascendente y decadente, de la sociedad capitalista y por tanto una diferencia de la función de la guerra (en la relación entre la guerra y la paz), en las dos fases respectivas. Si en la primera fase la guerra tenía por función asegurar la ampliación del mercado, con vistas de una mayor producción de consumo, en la segunda fase es lo contrario, la producción está esencialmente centrada en la producción de medios de destrucción, es decir, es una producción para la guerra. La decadencia de la sociedad capitalista encuentra su expresión patente en el hecho de que las guerras cuya finalidad era el desarrollo económico -período ascendente- se convierten, al contrario, en finalidad de la actividad económica, la cual queda restringida esencialmente a la preparación de aquélla -período decadente-. Esto no significa que la guerra se haya convertido en el objetivo de la producción capitalista; el objetivo sigue siendo para el capitalismo la producción de plusvalía, pero sí que significa que la guerra, al haber tomado un carácter permanente se ha convertido en el modo de vida del capitalismo decadente.» ("Internationalisme 1945 - Las verdaderas causas de la Segunda Guerra Mundial [179]").
Estas guerras del periodo de decadencia no expresan ningún desarrollo de las fuerzas productivas, sino su destrucción pura y dura, empezando por la principal de ellas, la fuerza de trabajo, los proletarios en armas muertos en el frente, y los obreros de la retaguardia arrasados junto con las fábricas donde trabajaban y las casas donde vivían durante los bombardeos. Por no hablar de la destrucción del aparato productivo.
Si en la guerra de 1870 entre Alemania y Francia, la victoria de la primera fue la condición de su desarrollo a finales del siglo XIX hasta convertirse en una potencia mundial, la derrota de la segunda no impidió que asistiera las tres últimas décadas del siglo XIX a su desarrollo industrial más importante, como mostró la organización de las exposiciones universales de 1878,1889 y 1900 en París. En cambio en la Iª guerra mundial, más de un tercio de la población masculina murió o fue herida de gravedad, y la producción europea disminuyó un 30% y todo ello a pesar de que el teatro de operaciones bélicas fue relativamente pequeño, comparado con la IIª guerra mundial. En este guerra la cantidad de muertos fue casi cuatro veces mayor, unos 50 millones, con un aumento considerable de víctimas entre la población civil por los bombardeos sobre las ciudades (como Hiroshima o Dresde). Naciones enteras quedaron en ruinas, como Alemania, con todas las infraestructuras destruidas. De los países «vencedores», EEUU debe el privilegio de haberse ahorrado tasas de destrucción semejantes al hecho de hallarse a miles de kilómetros del frente, y la «URSS» pagó su «victoria» con 20 millones de muertos e importantes destrucciones materiales, que contribuyeron a su atraso económico que ha estado en el origen de su hundimiento como potencia mundial cabeza de bloque imperialista en 1989 frente a la agravación de la crisis.
La proliferación de guerras localizadas, en las que, en un primer tiempo, se han enfrentado tras la IIª guerra mundial los dos bloques imperialistas antagónicos, USA y URSS, mediante peones interpuestos, en Vietnam, Camboya, Oriente Medio, África... , no hacen sino confirmar lo anterior, e igualmente las guerras tras el hundimiento del bloque ruso y la desagregación consecuente del bloque contrario, donde se han sumado las diferentes potencias, mayores y menores, en litigio por sus intereses en una política de cada uno a la suya[3].
Por otra parte, contrariamente a lo que afirma Rosa Luxemburg en su anticrítica de la Acumulación del capital (y es una de las pocas críticas que se puede hacer a este libro), la producción y venta de armamentos no puede servir de estímulo para el desarrollo económico. A diferencia de cualquier otro producto, sea parte de la producción de bienes de equipo, o de bienes de consumo, que en el ciclo siguiente de producción se incorpora como capital constante o variable (reponiendo el desgaste de medios de producción, o de la fuerza de trabajo), el consumo de armamento da lugar simplemente a su desaparición, por lo que no contribuye a la acumulación de capital, sino a su destrucción. De esta forma, la producción de armamento no sólo no hace crecer el capital, aumentando la plusvalía, sino que, al contrario, desvía una parte del capital hacia su destrucción.
¿La izquierda del capital representa los intereses de las capas medias?
Los compañeros escriben:
« Por eso es extraño ver, aunque no debería ser en realidad, el pronunciamiento de las tendencias de las izquierda del capital en bloque, pronunciarse a favor de una supuesta "soberanía nacional", "inviolabilidad del territorio", etc., como son izquierdas que no representan los intereses del proletariado sino a esas capas medias que oscilan entre los de arriba y los de abajo, siempre están coqueteando con esos elementos nauseabundos del carácter nacionalista de las luchas.»
Es de destacar en primer lugar, que se pronuncian claramente al respecto de que la izquierda del capital no representa los intereses del proletariado; pero ¿qué consecuencias tiene afirmar que representa los intereses de las capas medias?
La actitud del proletariado ante estas capas no puede ser la misma que frente a la burguesía. La burguesía es el enemigo que se combate; el proletariado tiene que destruir el Estado burgués, no puede dar su confianza a ninguna de sus expresiones ni llegar a un terreno de entendimiento ni de colaboración con ellas so pena de dejarse arrastrar al terreno burgués.
Sin embargo, la cuestión de las capas medias es mucho más compleja. En primer lugar, pensamos que no hay realmente partidos que representen a las capas intermedias. En la decadencia del capitalismo los partidos[4] son expresión de conjunto de la burguesía y tienden a definirse clientelas dentro de las diferentes capas de la burguesía, de las capas medias y la pequeña burguesía de los que utilizan sus prejuicios para desarrollarlos y perpetuarlos y utilizarlos contra el proletariado.
Por otro lado, las capas medias no constituyen un cuerpo social homogéneo sino que se pueden distinguir en su seno numerosos estratos a menudos con intereses opuestos entre si. Hay una parte de estas capas que se decanta por la burguesía. En cambio, hay otras partes que tienden a caer en una situación de proletarización o cuyas condiciones se aproximan a las del proletariado
Esta parte no es enemiga del proletariado, aunque se resista a perder sus privilegios y ponga todo tipo de obstáculos al programa revolucionario. La dinámica de las relaciones sociales le empuja hacia el proletariado. Frente a ella, el proletariado tiene que hacer alarde de paciencia y manifestar una tolerancia, para tratar de convencerla y ganarla al terreno de la revolución, atraerla a sus posiciones.
Si la izquierda del capital representara las capas medias, entonces el proletariado no debería tener ningún temor de participar en revueltas como las de Bolivia 2003, Oaxaca 2006, dirigidas por diferentes expresiones de esta izquierda del capital con un discurso radical de reforma social y revuelta popular, para tratar de ponerse a la cabeza de estos movimientos y orientarlos en una perspectiva revolucionaria. Sin embargo el balance que se puede trazar de estos acontecimientos no es que la lucha obrera haya ganado a su terreno las movilizaciones populares, sino al contrario, que el proletariado ha sido arrastrado puntualmente a perder su autonomía de clase:
Y es que la izquierda del capital, que ha animado la participación y la entrega del proletariado en estas revueltas, no es expresión de las capas medias que han participado en ellas, sino del Estado burgués. Es la expresión de éste particularmente en las filas obreras y en general de la población. Aunque en muchos casos no sean aparentes vínculos directos con el Estado burgués, ni intereses particulares, la izquierda del capital es una expresión de la ideología burguesa, de la concepción burguesa de la clase obrera. Su integración al Estado burgués es el fruto de la traición a la causa obrera y de toda la degradación moral que conlleva, de cobardía, resentimiento y falsedad.
Al contrario, la vida del proletariado expresa la búsqueda de la claridad, la franqueza, la fraternidad y la voluntad de debatir. Por eso esperamos que estos comentarios sirvan de contribución para la discusión internacionalista que surge hoy en las filas del proletariado.
Compañeros de Ecuador, reciban todo nuestro caluroso apoyo. Saludos comunistas
CCI, 13.03.08
[1] Sobre este sujeto hay diferentes aproximaciones concretas. Algunos plantean que la guerra permitiría la venta de armamento de los principales países productores (las grandes potencias), que así podrían contrarrestar los efectos de la crisis; otros dicen que los países vencedores podrían disfrutar de beneficios económicos al tomar trozos de la economía del país vencido, o materias primas de su suelo, etc. Ambas explicaciones se han apuntado en el caso concreto de la guerra de Irak; Cheney y los neocon estarían a la cabeza de la industria militar y amasarían así beneficios, y USA podría tomar petróleo de las refinerías iraquíes. No vamos a entrar aquí a discutir sobre estas cuestiones concretas, sino sólo sobre el análisis general de la guerra imperialista y la crisis. Sobre esas otras cuestiones pueden verse en la web nuestros artículos sobre la guerra de Irak
[2] Como Marx y Engels habían analizado, la abolición de la esclavitud, por la que luchaba el Norte, significaba un gran impulso al desarrollo del capitalismo en EEUU y a escala mundial; por otra parte, la guerra de Alemania con Francia debería servir de impulso a la formación de la nación alemana
[3] No es el propósito de este artículo ilustrar toda la serie de destrucciones que han supuesto estas guerras, sino plantear el, problema general para dar pie al debate. Los interesados en datos concretos sobre estos conflictos bélicos y sus verdaderos «réditos» pueden consultar nuestro folleto: Nación o clase, y los artículos en la Web a través del buscador, introduciendo el nombre del conflicto.
[4] No hablamos aquí del partido del proletariado que se constituye en una situación prerrevolucionaria y se da una escala mundial
Acabamos de recibir el siguiente texto que nos han remitido los compañeros de la Agrupación Internacionalista de Obreros del Sur (Argentina). El análisis que defienden los compañeros lo compartimos sin reservas. Apreciamos mucho el esfuerzo de reflexión y de toma de posición pública que realizan los compañeros
Queremos señalar la importancia que están tomando las contribuciones de grupos y colectivos de la América en lengua hispana: en los últimos meses nuestra Web se ha hecho portavoz de contribuciones de compañeros de República Dominicana, Argentina, Ecuador, Nicaragua etc.
Pensamos que este esfuerzo expresa una toma de conciencia creciente que se desarrolla en las entrañas de nuestra clase y nos parece muy importante que frente a los análisis nacionalistas, capitalistas de Estado, populistas y pretendidamente "anti-imperialistas", se alcen voces y se lleve a cabo una actividad basada en una posición proletaria, internacionalista que se orienta en la perspectiva de la Revolución Mundial del proletariado.
Lo limites del populismo burgués se vio en estos últimos tiempos con dos ejemplos claros en América latina[1]: el conflicto entre los productores agropecuarios y gobierno, en Argentina ya comentado en dos notas anteriores y lo que está sucediendo en Bolivia
Por un lado, se sigue utilizando al imperialismo como causante de todos los males y se menciona a la burguesía local como simple instrumento de este, dándonos la vieja teoría de que si acabamos con el imperialismo se acaba la mayoría de nuestros males. No teniendo en cuenta que si bien las burguesías locales son socias del mismo, esta muchas veces es mas decidida y feroz al momento de defender sus ingresos[2] y no esperan órdenes de afuera para llevar a cabo los diferentes actos en contra cualquier gobierno que no satisfagan sus intereses.
Los distintos crímenes hacia campesinos y seguidores de Evo como los distintos complots que se están realizando en contra él, se nos presenta como una cuestión racial inducida desde Estados Unidos.
Pero los sectores capitalistas en su distinto estamento dentro de Bolivia, están formados no solo por criollos y gringos, sino también mestizos e indios que ven disminuido su poder, si bien las reformas son siempre dentro del sistema capitalista (aunque se los cuestiones en los discursos), en la realidad no hace mas que dar a elegir qué modo capitalista los explota: el privado o el estatal.
¿Pero es el capitalismo de estado mejor que el privado a la hora de resolver sus problemas? Tenemos el antecedente dramático de esto, lo sucedido el año pasado en las minas de cobre, en ese entonces la disputa era si la mina pasaba a ser estatal o a ser una cooperativa, ambos sectores dirimieron sus asuntos a los tiros, produciéndose varios muertos y heridos, aunque ambas propuestas son levantadas por los nacionalistas e izquierdistas de todo los colores, esta vez demostró que a la hora de ver quien se apropia de la plusvalía, el capital en cualquiera de sus variantes, resuelve sus litigios poniendo las balas y los obreros las victimas.
Volviendo a la actualidad los seguidores del MAS se movilizan hacia Santa Cruz de la Sierra, el gobierno de Morales llama a una tregua desde la sede de las Naciones Unidas, frenando dicha marcha, llamando a dialogar y poner paños fríos a la situación y llegar a un acuerdo con las provincias rebeldes, El ejercito vigila la zona, supuestamente para defender al gobierno nacional, entre tantos los prefectos de la regiones rebeldes siguen preparando las fuerzas reaccionarias al mejor estilo fascista, realizando razzias y palizas a los partidarios de Morales a la vista de todo el mundo. Y la vieja historia de la republica española (salvando la distancia) parece estar a punto de repetirse. Ya que el gobierno de la Paz parece tenerle mas miedo a las movilizaciones de los campesinos y obreros que al salvajismo de los prefectos rebeldes.
No nos cansamos de decir, aunque parezca repetitivo, la única alternativa a la barbarie capitalista en sus distintas variantes es el socialismo. Más aun hoy queda en claro ante la crisis financiera mundial seguidas de las caídas de las distintas bolsas, produciéndose recesión y desempleos en los países centrales, que debemos volver a levantar la vieja consigna, que por vieja no deja de ser actual mientras exista el capitalismo: "Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen en cambio, un mundo que ganar"
¡Proletarios de todos los países, uníos!
[1] Nota de la CCI: Ver Ante el conflicto del campo en Argentina, https://es.internationalism.org/node/2317 [180],
texto que está basado en la contribución de los compañeros.
[2] Nota de la CCI: respecto a Bolivia y la política del Señor Morales véase en Acción Proletaria nº 190 Evo al desnudo, /cci-online/200606/981/evo-al-desnudo [181]
Publicamos a continuación la convocatoria de una Asamblea Abierta de trabajadores en Alicante. Animamos a participar o al menos a enviar un texto para que pueda ser leído.
dirección:
[email protected] [183]
El pasado 27 de noviembre de 2008 se realizo la primera asamblea abierta de trabajadores/as en Alicante a instancias de los trabajadores de AFEMA que junto con familiares y usuarios, estamos en lucha por unas mejores condiciones de trabajo y de los servicios de salud mental.
El objetivo de la asamblea era compartir con otros/as trabajadores/as nuestros problemas, poner en común necesidades y buscar la forma de defendernos de los ataques constantes de que está siendo objeto la clase obrera.
A la asamblea acudió una veintena de compañeros/as. Algunos de nuestro sector, otros de la sanidad pública, la construcción, trabajadores desempleados, estudiantes, servicios, enseñanza,... todos trabajadores/as que perciben que las condiciones generales de vida de las personas están siendo empobrecidas: la privatización de la sanidad, el "barraconismo" de la enseñanza, "los planes Bolonia", el aumento del desempleo, los despido, los EREs masivos, la inflación galopante,... En definitiva todos/as entendíamos y compartíamos una creciente preocupación por el presente y el futuro y que este sistema tiene poco que aportarnos.
No sabemos cual es la solución a esta situación cada vez más angustiosa que sufrimos los trabajadores y las clases populares pero todos coincidimos en que este tipo de actos forma parte de un indicio y un principio de solución y que sólo mediante la unidad y la lucha se pueden encontrar respuestas.
Valorando positivamente la iniciativa acordamos:
1. Animar a toda la clase obrera y clases populares a promover iniciativas de este tipo, como espacios de encuentro y organización, donde exponer nuestros problemas y extraer las fuerzas para defender nuestros intereses y necesidades como personas. en definitiva, a unirse y luchar juntos para defendernos del ataque generalizado a nuestras condiciones de vida.
También creemos imprescindible valorar y analizar como enfrentarnos a esta situación, no sólo en lo inmediato y más cercano, sino en todo lo que se nos avecina. ¿Qué necesitamos para luchar y salir ganando?:
Si la crisis es general y todos los/as trabajadores/as y las clases populares estamos sufriendo sus ataques, la respuesta de la clase obrera también debe ser general.
2. Es por ello que hemos decidido convocar nuevas asambleas abiertas a todos los trabajadores de cualquier sector. En la próxima asamblea nos planteamos dos puntos, uno de ellos de reflexión general y otro práctico:
PRÓXIMA ASAMBLEA: SABADO 24 DE ENERO DE 2009 A LAS 10:00 HORAS,
SEDE UNIVERSITARIA DE ALICANTE (JUNTO AL PASEO CANALEJAS)
(Con posterior vermú proletario)
Asamblea Abierta de Trabajadores
Apoyamos la iniciativa de este colectivo de trabajadores y animamos a participar en la Asamblea convocada. Si no se puede asistir físicamente el envío de un mail expresando ideas, comentarios etc., sería muy estimulante.
Ante la crisis, el proletariado está empezando a responder aunque de forma todavía muy tímida y en medio de grandes dificultades y obstáculos. El principal obstáculo es la atomización y el aislamiento en el que se sienten la mayoría de trabajadores. Esta atomización y este aislamiento es conscientemente promovido por el Estado capitalista particularmente a través de los sindicatos que dicen "organizar la lucha" pero que en la práctica lo único que organizan es la división, la dispersión y el aislamiento de los trabajadores.
De ahí que iniciativas como la de la Asamblea Abierta constituyen medios concretos para luchar contra la atomización y el aislamiento que contribuyen a que los trabajadores empecemos a aglutinarnos, sentir la unidad y la solidaridad, ir desarrollando nuestra fuerza colectiva.
Otra necesidad que tenemos los trabajadores es la de adquirir una conciencia clara de en qué situación social e histórica estamos, cómo se van a ver afectadas nuestras vidas, cómo luchar, qué obstáculos impiden nuestra lucha, quiénes son nuestros amigos y quienes nuestros enemigos. Este conocimiento no lo vamos a alcanzar a través de líderes carismáticos sino mediante el debate colectivo, abierto y solidario. En ese sentido la discusión propuesta por la Asamblea Abierta nos parece de lo más necesaria.
La Asamblea Abierta no es una iniciativa aislada. Ya hubo una en el propio Alicante el pasado 27 de noviembre[1] pero hace 2 años en Vigo la huelga masiva de trabajadores del metal se dio como medio de organización una Asamblea General abierta a los demás trabajadores[2]. Del mismo modo los estudiantes en Francia en su movimiento de 2006 celebraban Asambleas Generales abiertas a trabajadores, profesores, empleados administrativos y de limpieza, padres etc.[3] Hace un par de días trabajadores griegos ocupaban la sede central de los sindicatos y organizaban una Asamblea general abierta[4].
Saludos solidarios
NOTA: quienes deseen contactar con los trabajadores que impulsan esta iniciativa pueden hacerlo a la dirección [email protected] [183]
[1] Ver Trabajadores en lucha de AFEMA (Alicante): una experiencia a retomar por los demás trabajadores en https://es.internationalism.org/node/2399 [184]
[2] Ver Huelga del metal en Vigo: los métodos proletarios de lucha /content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha [32]
[3] Ver Tesis sobre el movimiento de estudiantes en Francia https://es.internationalism.org/rint/2006/125_tesis [31]
[4] Ver Grecia: trabajadores ocupan la sede central de los sindicatos https://es.internationalism.org/node/2433 [185]
INTRODUCION DE LA CCI:
Un compañero ha colgado en la sección de comentarios de nuestra Web el texto que vamos a ver a continuación que contiene la información de una lucha de trabajadores en Argentina con tentativas de unión y solidaridad. Agradecemos la iniciativa del compañero y manifestamos nuestro apoyo a los trabajadores en lucha.
El texto muestra claramente la combatividad y voluntad de lucha de los trabajadores pero igualmente pone en evidencia la labor de zapa que realizan los sindicatos contra las reivindicaciones más elementales de los trabajadores, contra la lucha y especialmente contra la unidad y solidaridad entre ellos.
Los compañeros que han redactado el texto emplean el término "burocracia sindical" para referirse a los sindicatos, nuestra opinión -que estamos dispuestos a debatir sincera y fraternalmente- es que es la organización sindical en su conjunto, como estructura y planteamiento, la que va contra los trabajadores y no simplemente una parte de ella, constituida por la burocracia sindical. Los sindicatos y el sindicalismo no pueden hacer otra cosa que generar una burocracia sindical.
Evidentemente denunciar a los sindicatos no significa denunciar a los compañeros que de manera honrada militan en ellos creyendo defender los intereses de los trabajadores. Estos compañeros son prisioneros de los burócratas sindicales que como representantes cualificados del sindicato y del sindicalismo los utilizan como peones para su sucia labor de sabotaje de las reivindicaciones obreras y de su lucha misma. Por eso es muy importante que los compañeros honrados que permanecen dentro de la cárcel sindical discutan entre ellos y con otros compañeros no sindicados la mejor forma de defender la lucha obrera que se ve duramente trabada por la estructura sindical.
Introducción del compañero comunicante: El siguiente texto es de Resistencia Libertaria, una organización anarquista de aquel país, bastante interesante.
Los despidos en Firestone: La burocracia boicotea la lucha y entrega a los compañeros
Desde el mes de junio en el marco de las negociaciones paritarias, se expresa claramente la complicidad entre la patronal y la burocracia sindical, a partir de la necesidad de frenar las exigencias de los trabajadores por aumento de salarios, dentro de las tres grandes empresas del gremio
El jueves 24 de julio, los trabajadores de Firestone, fuerzan a la burocracia sindical a la realización de un paro de 48 horas, a partir del rechazo por parte de la empresa a otorgar el aumento salarial del 30% reclamado por los obreros.
Apostados en la puerta de la empresa, ubicada en Lavallol (partido de Lomas de Zamora), resistieron hasta el último turno del día viernes. Esa misma noche, cuando se disponían a ingresar, se encuentran con la noticia de que varios compañeros habían sido despedidos. Inmediatamente, los trabajadores deciden continuar con la medida por tiempo indeterminado.
Al reclamo del aumento del salario, se suma la exigencia de la reincorporación de los compañeros despedidos.
La misma situación se repetía en Fate y Pirelli, dejando en evidencia el acuerdo entre las patronales a la hora de actuar en respuesta a la lucha de los trabajadores.
Los despidos en Firestone, no fueron una sorpresa. Desde hace tiempo el hostigamiento dentro de la empresa, a los asistentes a las asambleas o a los compañeros más combativos era notorio. El maltrato, apercibimientos y el envío de cartas intimidatorias es algo común para cualquiera que se atreva a desafiar los atropellos de parte de la empresa.
Uno de los trabajadores con más años dentro de Firestone, nos comentó que esto suele ocurrir con los recién ingresados o los más jóvenes. Estos son los que por la necesidad de mantener el puesto de laburo, sacrifican su salud en poco tiempo. La hernia de disco y los problemas de columna se manifiestan en menos de dos años, siendo las enfermedades más características del sector y no reconocidas por las ART como enfermedades profesionales (frutos de las tareas realizadas en el trabajo).
Otro de los graves problemas dentro de la fábrica, es la total complicidad de la burocracia sindical con la patronal.
Desde que se hicieron notables las medidas de fuerza impulsadas por los trabajadores, los principales referentes del sindicato, intentaron por todos los medios, generar un ambiente hostil al acercamiento de otros sectores. Esto quedó más que claro el día domingo, cuando una delegación de Fate (fábrica en la que desde el año pasado se ha consolidado un fuerte movimiento combativo y de base) se acercó a la fábrica, para intentar la coordinación de los trabajadores de las tres empresas. Argumentando que los delegados de Fate "venían a hacer política", se los rechazó, impidiendo el fortalecimiento de la lucha que hubiera resultado de la unión de los trabajadores.
Las miradas y comentarios que recibimos por parte de los delegados de la burocracia, como el hecho de llamar por nombre y apellido al compañero (en un tono amenazante) que nos brindó una entrevista, fueron parte de la misma estrategia.
La convocatoria realizada el día miércoles, donde finalmente se juntaron las tres fabricas, permitió la relación directa de los trabajadores sin delegados de por medio y puso fin a muchos mitos y bolas que la patronal y la burocracia fomentaron para dividir y aislar a aquellos que querían verdaderamente salir a pelear. En palabras de Mariano, uno de los despedidos de Fate: "quiero destacar que lo que pasó acá es histórico. Muchachos, no nos engañemos, esto lo logramos nosotros, no lo logró nadie más. (...) estamos unidos siempre. A nosotros nos dividieron los dirigentes. ¡Siempre estuvimos juntos compañeros!(...) queremos una asamblea general y los felicito, esto es eterno compañeros".
La intención del secretario general del SUTNA, Pedro Wasiejko, es la de impedir esta asamblea reclamada por todos los trabajadores para evitar que el conflicto se le salga de las manos, volverlo al cauce de las paritarias y ponerle fin con un arreglo ligeramente mejor a la oferta inicial de las patronales. Pese a la conciliación obligatoria que la empresa no respetó (y que los dirigentes del Sindicato en clara complicidad aún después de eso insisten en acatarla) hoy hay más de 150 despedidos y le costará mucho a los traidores de siempre convencer a los trabajadores que abandonen esta lucha y a sus compañeros de todos los días durante muchos años dándola por perdida. Del mismo modo que los trabajadores se unieron para echar a la patota llevada a la marcha por la burocracia de CTA para evitar que se mezclen los personales y que los trabajadores corrieron a palazos, los compañeros encontrarán la manera de realizar su asamblea general y dar comienzo a una coordinación y un plan de lucha desde abajo sacándose de encima a burócratas que se cagan en la voluntad de los trabajadores y a traidores que le temen a la lucha más que la patronal misma.
¡SOLIDARIDAD CON LOS TRABAJADORES EN LUCHA!
¡CONTRA LA BUROCRACIA, POR LA UNIÓN DE LOS TRABAJADORES!
Entrevista a uno de los compañeros despedidos en el acampe en el portón de Firestone el fin de semana pasado
¿Como empezó puntualmente este conflicto?
Por un reclamo de aumento de sueldo.
Los trabajadores en asamblea pedíamos un 30% de aumento. El sindicato dijo que era mucho, pero tuvo que ir igual. La empresa dijo que no, que era mucho y en otra asamblea se decidimos que es el 30% o el paro. Se comenzó con el quite de horas extras. Así se llega al paro de 48hs, que fue jueves y viernes.
¿Por que se decide seguir con la medida hasta hoy domingo?
El viernes, cuando entra el turno noche, nos enteramos que hay 4 o 5 compañeros que no pueden entrar, que están despedidos. En ese momento decidimos seguir con el paro por tiempo indeterminado. Así estamos hasta el día de hoy.
¿Qué respuesta tuvieron de la empresa, además de los despidos?
La empresa hasta ahora no nos llamó para nada, ni siquiera para decir que hay despidos.
¿Se sabe la cantidad de trabajadores despedidos?
Hasta ahora dicen que hay una lista de 40 personas. Hasta ahora son 20, pero puede ser que el resto sean los que entran mañana, o que no lleguen los telegramas.
¿Como piensan seguir con la lucha?
Mañana por la mañana, se va a realizar una marcha con corte en Camino de cintura.
¿Tienen algún tipo de coordinación con las otras dos fábricas?
Hoy se acercaron unos 30 compañeros de Fate, con la propuesta de realizar una marcha junto a nosotros y Pirelli al Ministerio. Pero bueno, la marcha la van a hacer ellos y Pirelli. Nosotros hacemos el corte en camino de cintura. El miércoles vamos todos al ministerio.
¿Porque no marchar todos juntos mañana lunes?
(Los de la Burocracia) Están esperando que bajen la conciliación obligatoria. Si no tendríamos que ir mañana a la marcha, con los otros compañeros
www.redlibertaria.com.ar [186]
Hemos recibido una interesante correspondencia de un compañero que intenta dar forma escrita a reflexiones, interrogantes e ideas que circulan en los medios obreros: «Si os parece, relataremos las siguientes reflexiones en plural, dado que debe haber bastantes compañeros obreros que piensan igual, no obstante, no se expresan por escrito y, en ocasiones cuando lo pueden hacer, tampoco lo hacen oralmente, prefieren callarse para que hable otro por ellos». Plantea diferentes cuestiones sobre la crisis capitalista, el consumo y los salarios e igualmente sobre la ecología, tema que vamos a abordar a continuación.
El compañero plantea la cuestión ecológica de la siguiente forma: « ¿Cuánta verdad hay en todo este teatro mediático mundial montado con el cambio climático? ¿No hay intereses de por medio? Pensamos que deberíamos ver el tema desde otro modelo de análisis, por ejemplo: Conocemos la naturaleza depredadora de la bestia y, vivimos en carne propia su hedor. Sí que sabemos, con bastante seguridad, que no son suicidas y, no creemos posible que dejen la evolución del proceso hasta el descontrol total. Más bien antes, pueden sacar pingues beneficios.
El análisis podría ser: ¿dada la situación real mundial de destrucción del medio (¿Cuál es?, ¿Lo sabemos con certeza?.); (se puede) o (se debe), continuar con el nivel de consumo alcanzado por las masas?. ¿Puede el sistema cambiar de modelo de producción y consumo? ¿A quién afectará con más virulencia las catástrofes climáticas que se anuncian, al proletariado o a la burguesía? ¿Son inminentes? Sólo pretendemos aportar preguntas para una reflexión que se dirija en varias direcciones. Si los análisis que nos predicen los cambios climáticos son ciertos, este factor podría ser de enorme importancia para la debilidad ideológica del sistema capitalista en el futuro».
El compañero se pregunta si estamos ante un grave problema ecológico o, por el contrario, es un montaje mediático e ideológico para hacernos tragar medidas de miseria y austeridad so pretexto de "preservar el planeta". También sospecha si detrás de tanto ruido sobre el medio ambiente no habría un suculento negocio para toda una serie de "tribus capitalistas".
Es totalmente cierto que el capitalismo no tiene el más mínimo escrúpulo en utilizar cualquier pretexto para amasar pingues beneficios y si vestirse de verde engorda sus cuentas de resultados no lo dudará ni un instante[1]. Igualmente, es especialmente repugnante la tentativa que hacen los gobiernos -y muy especialmente los partidos de "izquierdas"- de hacernos sentir culpables por el deterioro del medio ambiente. Parecería que la mala costumbre de ir en coche al trabajo[2], de ducharse diariamente, de producir basuras etc., sería la "causa" de los males que aquejan al planeta.
Sin embargo, el núcleo del problema creemos que no está ahí sino en las preguntas que honestamente se hace el compañero sobre la realidad de la catástrofe climática. A ese respecto, nuestra convicción es que se trata de un problema real y muy grave que no podemos subestimar. Para forjarnos un criterio tenemos que ir más allá de los análisis interesados de la burguesía y de las limitaciones indiscutibles que tienen su ciencia y sus métodos de investigación. Hemos de buscar un análisis independiente que no sea tributario de lo que dice o deja de decir la burguesía. Nuestra posición no puede contaminarse por el natural sentimiento de desconfianza hacia todo lo que nos dicen gobernantes, políticos, expertos y demás defensores del sistema. No hemos de caer en visiones que se limitan simplemente a "llevar la contraria" a lo que nos dicen. Hemos de tener un criterio propio, proletario, sin temor a que tal o cual análisis pueda "coincidir" en apariencia con lo que digan señores como Al Gore que de repente se han convertido en apóstoles del más radical ecologismo.
Hemos contribuido con 2 artículos[3] al debate sobre la cuestión. La tesis central que exponemos es que el capitalismo está en trance de destruir de manera irreversible las bases de supervivencia del planeta y no hace falta que los expertos de la burguesía lo aireen a los cuatros vientos porque eso está en la base misma del análisis de Marx y Engels sobre la perspectiva catastrófica del capitalismo; a lo que posteriormente contribuyeron Lenin, Trotski y Rosa Luxemburgo y, en los años 50, Amadeo Bordiga.
Veamos las dimensiones de problema. En el artículo de la Revista Internacional nº 104 constatábamos que «A lo largo de los años 90, el saqueo del planeta ha proseguido con ritmo acelerado: deforestación, erosión del suelo, contaminación tóxica del aire que respiramos, de las corrientes subterráneas y de los mares y océanos, saqueo de los recursos fósiles naturales, diseminación de materias químicas o nucleares, destrucción de especies animales y vegetales, explosión de enfermedades infecciosas, y, en fin, subida continua del promedio de temperatura en la superficie del globo (7 de los años más cálidos ¡del milenio! pertenecen a la década de los 90). Los desastres ecológicos se combinan entre sí cada día más, son más globales, tomando a menudo un carácter irreversible, cuyas consecuencias a largo plazo son difícilmente previsibles».
En ese mismo artículo relatábamos los análisis de un informe reservado del año 2000 del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) sobre el cambio climático: «"La temperatura media de la superficie ha subido de 0,6 ºC desde 1860 [...]. Recientes análisis indican que el siglo XX ha sufrido probablemente en el hemisferio Norte el recalentamiento más importante de todos los siglos desde hace mil años [...]. La superficie del manto de nieve ha disminuido un 10 % desde finales de los 60 y el período de hielo de lagos y ríos ha disminuido en el hemisferio Norte en unas dos semanas durante el siglo XX [...]. Disminución de la capa de hielo en el Ártico en un 40 % [...]. El nivel de los mares ha subido un promedio de 10 a 20 centímetros durante el siglo XX [...]. El ritmo de aumento del nivel de los mares durante el siglo XX ha sido diez veces más importante que durante los pasados 3000 años [...]. Las precipitaciones han aumentado entre 0,5 y 1% por década durante el siglo XX para la mayoría de los continentes de latitud media o alta en el hemisferio Norte. Las lluvias han disminuido en la mayoría de tierras intertropicales».
Nuestro artículo cita a la revista francesa Manière de voir: « la capacidad reproductora e infecciosa de varios insectos y roedores, vectores de parásitos o de virus, depende de la temperatura y humedad del medio. En otros términos, una subida de la temperatura, por pequeña que sea, abre las puertas a una expansión de numerosos agentes patógenos tanto para el animal como para el hombre. Y así, enfermedades parasitarias tales como el paludismo, la esquistosomiasis o la enfermedad del sueño, infecciones vírales como el dengue, ciertas encefalitis y fiebres hemorrágicas, han ido ganando terreno estos años pasados. Han vuelto a zonas en que habían desaparecido, pero también afectan ahora a regiones que nunca habían estado afectadas [...]. Las proyecciones para el año 2050 muestran que 3 mil millones de seres humanos vivirán amenazados por el paludismo [...]. También del mismo modo se multiplican las enfermedades transmitidas por el agua. El recalentamiento de las aguas dulces favorece la proliferación de microbios. El de las aguas saladas - en particular cuando están enriquecidas por corrientes humanas - permite al fitoplancton, auténtico vivero de bacilos, reproducirse de forma acelerada. El cólera, que había desaparecido prácticamente de Latinoamérica a partir de los 60, mató a 1368053 personas entre 1991 y 1996. Al mismo tiempo, surgen nuevas infecciones o van más allá de los nidos ecológicos en que habían quedado relegadas [...]. La medicina está desarmada, a pesar de sus progresos, ante la explosión de varias patologías. La epidemiología de enfermedades infecciosas [...] puede tomar nuevos aspectos durante el siglo XXI, con la expansión en particular de zoonosis, infecciones transmisibles del animal vertebrado al hombre y viceversa».
Creemos que las preguntas que se hace el compañero sobre los peligros expresados por el cambio climático se pueden responder afirmativamente. También se puede responder por vía afirmativa que los trabajadores y las masas laboriosas serán los más afectados, pero el problema es mucho más global y profundo: se trata de una amenaza de destrucción del medio habitado por la humanidad, de aniquilación del "cuerpo inorgánico del hombre", que es como llamaba Marx al medio ambiente natural en el que vivimos.
Para abordar el problema debemos partir de una pregunta elemental: ¿Cuál es la relación entre el hombre y la naturaleza? Esta cuestión ha sido estudiada en el movimiento marxista. Podemos citar la obra de Engels, La Dialéctica de la Naturaleza, que precisa que mientras «el animal utiliza únicamente el entorno y ocasiona cambios con su sola presencia, el hombre con sus alteraciones lo adapta a sus fines, la transforma. Es la distinción final, esencial entre el hombre y la naturaleza»
Las sociedades humanas tratan de adaptar el medio natural a sus necesidades de supervivencia y, por otra parte, intentan explotar al máximo los recursos que dicho medio les ofrece. Las fuerzas productivas de la humanidad se desarrollan a medida que son capaces de transformar más profundamente el medio natural y de extraer con la mayor eficacia los recursos que éste ofrece. Entre humanidad y naturaleza se ha establecido a lo largo de la historia una doble relación: por un parte, de modificación - transformación, por otro lado, de depredación.
Bajo los modos de producción que han precedido al capitalismo -el comunismo primitivo, el esclavismo, el feudalismo- la naturaleza prevalecía de forma aplastante sobre el hombre y la capacidad de éste para modificar aquella era muy limitada. Los cambios que la acción humana provocaba en el medio natural eran tan insignificantes que la propia evolución de este último los superaba fácilmente.
Esta situación cambia radicalmente bajo el capitalismo. En primer lugar, las fuerzas productivas (máquinas, medios de transporte, procesos industriales y agrícolas) alcanzan una magnitud nunca vista. En segundo lugar, el capitalismo se expande por el mundo entero sometiendo todos los países al imperio de su modo de producción. En tercer lugar, la explotación de los recursos naturales (agricultura, pesca, minería, ganado etc.) se hace sistemática y extensiva alterando profundamente los ciclos y procesos naturales (climáticos, regeneración de la tierra de cultivo, bosques, cursos de agua etc.). Por primera vez en la historia, el hombre ha desarrollado fuerzas productivas que no solo pueden acabar agotando los recursos naturales existentes sino que actúan sobre el conjunto del medio natural en el sentido de modificarlo y transformarlo de manera irreversible.
Esta capacidad de la sociedad humana para transformar su medio natural y, por consiguiente, transformarse a sí misma[4], constituye un progreso histórico muy importante. Sin embargo, bajo el capitalismo tal progreso se manifiesta fundamentalmente a través de su lado negativo y destructor. La cara positiva, transformadora y revolucionaria de esa capacidad, permanece oculta y latente bajo el sistema capitalista.
Las modificaciones y alteraciones que el capitalismo realiza en la reproducción y la evolución del entorno natural operan de manera caótica y anárquica, trabajan en el corto plazo sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo, actúan sobre la epidermis de los fenómenos sin reparar en las leyes más profundas que los gobiernan. Esta manera de trabajar anárquica, inmediatista y empírica provoca destrozos y alteraciones en el sistema ecológico mundial cuyos resultados catastróficos empiezan a hacerse evidentes y anuncian una perspectiva aún más dramática y siniestra.
Como producto de una larga evolución histórica las fuerzas productivas bajo el capitalismo han adquirido un desarrollo fantástico pero este desarrollo es todavía depredador, inorgánico, antagónico, tanto hacia la humanidad como respecto al medio natural. Las fuerzas productivas humanas y naturales se desarrollan constreñidas por unas relaciones antagónicas de división de clases y de competencia feroz entre naciones y entre empresas. Engels recuerda en la obra antes citada que «hemos sometido a las fuerzas de la naturaleza, poniéndolas al servicio del hombre; gracias a ello hemos aumentado inconmensurablemente la producción, de modo que hoy un niño produce más que antes cien adultos. Pero, ¿cuáles han sido las consecuencias de este acrecentamiento de la producción? El aumento del trabajo agotador, una miseria creciente de las masas y un crac inmenso cada diez años». El cuerpo y la mente de los trabajadores sufren estragos aún mayores que el medio natural: destrucción física y sicológica, miseria material y moral, una cruel competencia, una atomización, una parcelación extrema de sus capacidades humanas, desarrolladas monstruosamente en unos aspectos hasta la hipertrofia y castradas no menos monstruosamente en otros hasta el límite de la hipófisis. Se produce una tremenda paradoja: «conforme la humanidad va dominando la naturaleza, el hombre parece estar más y más sometido a los demás hombres y a su propia infamia. Ni siquiera la pura claridad de la ciencia parece capaz de brillar si no es con un trasfondo de negra ignorancia. Parece como si todos nuestros inventos, todos nuestros progresos, acabaran dando como resultado el dotar a las fuerzas materiales de una vida intelectual y a deshumanizar la vida humana, reduciéndola a una mera fuerza material»[5]
El compañero se pregunta si el capitalismo será capaz de detener a tiempo la catástrofe que está generado. Creemos que las leyes y contradicciones internas del sistema no solamente le incapacitan para detenerla sino que lo convierten en su principal impulsor. La necesidad de producir para seguir produciendo, de acumular para seguir acumulando, lleva al capitalismo a empotrarse en contradicciones insolubles: «Azuzado por la competencia, por la anárquica rivalidad entre unidades capitalistas, que luchan entre sí por el control de los mercados, obligado a llevar sus fronteras a los límites más lejanos posibles y a mantener una marcha sin respiro hacia su propia autoexpansión; el capital no puede hacer un alto para tomar en consideración la salud o el bienestar de sus productores ni las consecuencias ecológicas de lo que produce y de cómo lo produce»[6]
Todo esto que está en la raíz misma del capitalismo desde su propio nacimiento, llega al paroxismo en su época de decadencia que abarca la mayor parte del siglo XX y, desde luego, preside la evolución durante el siglo XXI.
La decadencia del capitalismo arranca con la formación del mercado mundial que marca sus límites históricos: el capitalismo necesita producir sin descanso, acumular para seguir acumulando, pero esa fuerza interna que los impulsa se tropieza con la capacidad limitada de absorción del mercado que no puede comprar más allá de los límites marcados por las relaciones de trabajo asalariado y extracción de plusvalía. Cuando el grueso de los territorios del planeta ha sido incorporado al mercado mundial[7] esa contradicción de coyuntural y pasajera se convierte en estructural y crónica. El capitalismo tropieza una y otra vez contra el muro que impone una incapacidad del mercado para crecer al ritmo con el que crece su propia acumulación.
Esto exacerba la tendencia a tratar el mundo natural como territorio conquistado que debe ser sometido a las normas primitivas y toscas de una explotación exhaustiva y depredadora. La continuación de la acumulación capitalista es la fuente de periódicas catástrofes y de una erosión sin precedente de las bases mismas de la reproducción humana y medioambiental: «la destrucción del medio ambiente adquiere otra dimensión y otra cualidad Estamos en una época en la que todas las naciones capitalistas están obligadas a competir entre sí dentro de un mercado supersaturado, una época, en consecuencia, de permanente economía de guerra, con un crecimiento desproporcionado de la industria pesada. Una época caracterizada por la irracionalidad, por la multiplicación inútil de complejos industriales en cada unidad nacional, la aparición de megalópolis el desarrollo de tipos de agricultura que han sido tan dañinas ecológicamente como la mayoría de los tipos de industria, por el saqueo de los recursos naturales de cada nación»[8].
Ya en el capitalismo ascendente (siglo XIX), Marx y Engels llamaron la atención sobre el peligro que suponía las enormes ciudades industriales que entonces se estaban desarrollando. « Marx y Engels mostraron cómo las grandes ciudades industriales habían llegado a ser demasiado grandes para procurar las bases que hicieran viable la existencia de las comunidades humanas dejando claro que la abolición de la separación entre la ciudad y el campo debía integrarse en el programa comunista» (ídem.). Este problema se ha agravado dramáticamente en el capitalismo decadente donde vemos la proliferación de megalópolis de 10, 20 millones de seres humanos, que acarrean problemas gigantescos de contaminación, abastecimiento de aguas, eliminación de residuos, depuración de aguas residuales etc., todo lo cual significa nuevas fuentes de destrucción del equilibrio ecológico y de enfermedades, malformaciones etc., para los seres humanos.
Pero la decadencia del capitalismo provoca otro fenómeno cualitativamente nuevo. Durante muchos siglos la humanidad ha sufrido la lacra de la guerra pero las guerras del pasado no se pueden comparar a las guerras del siglo XX y XXI que los marxistas las calificamos con un término que refleja una cualidad históricamente nueva: la guerra imperialista. No podemos tratar en profundidad este tema[9], simplemente, queremos señalar que sus efectos sobre el medio ambiente son devastadores: destrucciones nucleares, desarrollo de agentes patógenos mediante guerras bacteriológicas y químicas, alteración brutal del equilibrio ecológico por el uso masivo de combustibles fósiles y de armamentos nucleares... El saldo de más de 100 años de guerras imperialistas en el plano medio ambiental está por evaluar puesto que la burguesía lo niega o lo subestima radicalmente.
«Los problemas ecológicos globales piden una solución global. Pero a pesar de todas las conferencias internacionales, a pesar de todos los deseos piadosos sobre la cooperación internacional, el capitalismo está irreductiblemente basado en la competencia entre economías nacionales. Su incapacidad para llevar a cabo el menor grado de cooperación global no hace sino agudizarse hoy por el hecho de que las viejas estructuras de bloque se hunden y el sistema se hunde en la guerra de todos contra todos. La profundización de la crisis económica mundial que ha puesto de rodillas al bloque ruso, va a agravar la competencia y las rivalidades nacionales; esto significa que cada fábrica, cada país, actuará aún con más irresponsabilidad en la carrera desenfrenada por la supervivencia económica»
Esto que escribíamos en 1990[10] se ha agravado considerablemente dos décadas después. Del capitalismo y de sus propuestas no podemos esperar absolutamente nada. Resulta significativo el libro de Al Gore -antiguo vicepresidente de uno de los Estados más contaminantes del mundo, Estados Unidos- que tras el "audaz" título de "Una verdad incómoda" propone medidas tan "eficientes" como consumir menos carne, lavar la vajilla a mano, utilizar colgadores para secar la ropa o trabajar desde casa (sic).
Ante un problema de dimensiones planetarias que, como hemos visto, se deriva de una relación entre la organización social y la organización natural, este señor revela la impotencia de los representantes del Capital que no pueden proponer más que un catálogo de "buenas costumbres ciudadanas" tan ridículas como inútiles[11].
Al Gore nos propone la impotencia de "tener una conducta irreprochablemente verde", con ello traslada toda la responsabilidad del problema sobre el "ciudadano", pretende que nos sintamos culpables de todo lo que está pasando y libera al sistema de la verdad incómoda de ser el culpable de los desastres que nos amenazan.
Contra Al Gore y otros papanatas del pensamiento "verde" debemos gritar bien alto una verdad incómoda para el capitalismo: «En la fase de descomposición avanzada, la clase dominante pierde cada vez más el control de su sistema social. La humanidad ya no puede permitirse por más tiempo dejar el planeta en sus manos. La crisis ecológica es una prueba más de que el capitalismo debe ser destruido antes de que arrastre al abismo al mundo entero».[12]
La primera tarea de la revolución proletaria mundial es regenerar el planeta poniendo las bases para que se recupere de los terribles desmanes sufridos bajo el capitalismo. La revolución proletaria al suprimir los Estados y de las fronteras nacionales, eliminar la división en clases de la sociedad, acabar con la producción mercantil y la explotación del hombre por el hombre, suprime simultáneamente las trabas que conducen tanto a la aniquilación del género humano como a la aniquilación del entorno ecológico del planeta.
La sociedad a la que aspira el proletariado se basa en una comunidad humana mundial que planifica de manera consciente la producción social lo que conlleva una relación orgánica y armoniosa con el medio natural de mutua y conjunta transformación. Las relaciones de fraternidad y solidaridad, de conciencia colectiva, que supone la comunidad humana mundial se extienden también a la relación con el entorno natural que ya no es de depredación y ocupación. Como decía Marx en los Manuscritos Económico - Filosóficos «la unidad del ser humano con la naturaleza, la verdadera resurrección de la naturaleza, la naturalización del hombre y la humanización de la naturaleza por fin realizadas».
CCI 24-2-08
[1] Lo Verde -así con mayúsculas- se ha convertido en la nueva religión de todos los gobiernos, sea cual sea su color político. Siguiendo su estela, las empresas exhiben su "publicidad verde" y sus "principios verdes". La hipocresía y el cinismo de toda esta parafernalia se puede comprobar analizando un caso entre muchos: el de la empresa española de electricidad Endesa que en su publicidad se declara respetuosa con la naturaleza pero que simultáneamente ha emprendido en Chile un gigantesco plan de centrales hidroeléctricas que amenaza con destruir de forma irreversible bosques, ríos, lagos y glaciares de la Patagonia chilena (ver Le Monde Diplomatique, edición española, nº correspondiente a febrero 2008)
[2] La mayoría de trabajadores utilizan el coche por obligación. Hay que desplazarse diariamente a lejanos polígonos industriales y los transportes públicos son malos, caros e inseguros.
[3] Revista Internacional nº 63: "Quien envenena la tierra es el capitalismo" y nº 104: "Conferencia mundial de La Haya: Sólo la revolución proletaria salvará a la especie humana".
[4] La humanidad constituye una parte integrante del medio natural y en manera alguna un elemento exterior o que "pasaba por allí": «A cada paso se nos recuerda que no reinamos en absoluto sobre la naturaleza como un conquistador sobre un pueblo extranjero, como alguien ajeno a la naturaleza - sino que nosotros, con nuestra carne, nuestra sangre y nuestro cerebro, pertenecemos a la naturaleza, existimos en ella, y que toda nuestra superioridad estriba en que tenemos la ventaja sobre las demás criaturas de ser capaces de entender sus leyes y aplicarlas correctamente» (Engels, op. cit.)
[5] Marx: Discurso en el aniversario del People's Paper, 1856.
[6] Artículo citado de la Revista Internacional nº 63
[7] Lo que no quiere decir -ni mucho menos- que todos los territorios se hayan transformado en plenamente capitalistas.
[8] Revista Internacional nº 63
[9]No podemos desarrollar éste análisis en el marco de esta contribución. Se puede leer el artículo Las verdaderas causas de la 2ª Guerra Mundial aparecido en Revista Internacional nº 59, ver: https://es.internationalism.org/node/2140 [179]
[10] Artículo de la Revista Internacional nº 63
[11] Es cierto que junto esa incapacidad para hacer propuestas mínimamente serias se manifiesta a dosis iguales un cinismo repugnante y una voluntad política de hacernos sentir culpables liberando de paso al capitalismo de toda responsabilidad, ¡cuando es este sistema social el principal causante de los problemas que padece el planeta!
[12] Artículo de la Revista Internacional nº 63
Abrimos un debate sobre la cuestión de la violencia a partir de un comentario enviado por un lector. Proseguiremos este debate en respuesta a un nuevo comentario de otro lector.
A propósito del artículo aparecido en nuestra Web en francés Sabotage des lignes SNCF : des actes stériles instrumentalisés par la bourgeoisie contre la classe ouvrière[1], un compañero ha dirigido 2 comentarios a nuestras Web en francés y en español[2] donde pide solidaridad para las personas detenidas por el Estado francés y plantea lo siguiente:
«Lo extraño es que la CCI, que tanto condena al aparato de izquierda del capital en este caso ha salido a decir EXACTAMENTE LO MISMO que el principal líder de la izquierda capitalista francesa, Besancenot, que de inmediato, IGUAL que la CCI, salió a decir que el sabotaje no es un método de lucha obrera y condenó a estos militantes proletarios que tan sinceramente combaten al capitalismo.
En fin.. Vaya coincidencia, la CCI y Besancenot opinan lo mismo.
Ojala reflexionen su posición.
Saludos.
Espero que no se lo tomen a mal, es un llamado en buenos términos a que reflexionen sobre la gran similitud de su condena a estos actos[publicada en francés] con las palabras expresadas por Besancenot y por los sindicatos, que para quedar bien con sus jefes de la burguesía han salido a decir justo lo que ésta quería, que se criminalice a quienes (independientemente de que estemos de acuerdo con sus tácticas o no) desprecian y combaten sinceramente a esta sociedad explotadora».
Estos 2 comentarios han provocado un debate muy activo donde de una manera honrada y abierta este comunicante y otro que firma "Un Compañero"-cuyas posiciones compartimos y saludamos- han intercambiado posiciones en pro de la clarificación[3].
Con ánimo de contribuir a este debate vamos a responder a las cuestiones planteadas.
Estamos de acuerdo con el compañero en la denuncia clara que hace del terrorismo del Estado. Nuestro comunicante afirma que la burguesía « tiende a ampliar su definición de "terrorismo" al menor acto que rompa con el orden democrático» y denuncia que con ello pretende «Ocultar la naturaleza fundamentalmente terrorista de su dominación, asimilando exclusivamente el terrorismo a las reacciones violentas del proletariado, amalgamando deliberadamente las acciones que se sitúan en un terreno de clase y las que se encuentran en terrenos aclasistas, reformistas, religiosos, de liberación nacional, etc.».
En realidad, la inculpación de los jóvenes que se han visto envueltos en este asunto, es un montaje del Estado con el objetivo de desarrollar una campaña ideológica contra todo lo que en Francia se denomina la "ultra-izquierda". Esta campaña se propone hacer de tal manera que todos los que están a la izquierda de Besancenot [4] sean asimilados a peligrosos terroristas.
No es la primera vez que tales campañas se dirigen contra "todos los que no se insertan en el juego democrático" porque hace unos años se organizaron unas campañas "anti-revisionistas" que trataban de desprestigiar de manera específica a la Izquierda Comunista. Para recordar lo que entonces ocurrió, estas campañas pretendían asimilar a los revisionistas (que negaban la existencia de cámaras de gas durante la Segunda Guerra Mundial) con los internacionalistas que denunciaban a los dos bandos -el democrático y el fascismo- como capitalistas e imperialistas.
Hay que denunciar la represión que se abate sobre los jóvenes inculpados y que, por lo que se sabe, no tienen nada que ver con los actos de los que se les acusa -actos que, cabría añadir, no se deben confundir con el terrorismo pues no se proponen poner en peligro la vida de los pasajeros. Todo esto suena a un montaje del Estado bastante chapucero y que no parece que van a estirarlo mucho.
Ahora bien, si es necesario denunciar la represión y no criminalizar a estos elementos tampoco debemos caer en la idea de que forman parte de la clase obrera. No son miembros de ella en el sentido sociológico del término pero lo más importante es comprender que no son militantes de la clase obrera -sea cual sea su origen sociológico.
Puede darse el caso que proletarios exasperados y desesperados se impliquen en actos individuales o minoritarios de sabotaje. Nosotros en manera alguna los condenaremos.
Sin embargo, conviene no mezclar las cosas: no condenarlos no significa aceptar los métodos que preconizan o ser ambiguos sobre ellos. Estos métodos basados en actos individuales o minoritarios de sabotaje no sirven ni para "concienciar a la clase obrera" ni para contribuir al desarrollo de su lucha. Al contrario, debilitan ambas.
Por ello, debemos poner en guardia a la clase obrera sobre tales métodos que no solamente no participan para nada en su combate como clase sino que además conducen a que elementos obreros se vean expuestos de manera inútil a la represión[5].
Cuando se produce de manera anónima un sabotaje o un acto de violencia contra una institución del capital (bomba arrojada a un edificio público, atentado contra un representante del sistema etc.) nos preguntamos siempre quién puede ser el autor: ¿se trata de un grupo que reivindica sinceramente la destrucción del capitalismo, o bien estamos ante un provocador de la policía o incluso un grupo de extrema derecha[6]? Este interrogante surge del hecho de que tales métodos pueden ser indistintamente utilizados por clases muy diferentes -proletarios, burgueses, pequeño burgueses- y por las tendencias políticas más variopintas.
Sin embargo esas cuestiones no se plantean cuando estamos ante acciones como huelgas por reivindicaciones de clase, asambleas generales, tentativas de extensión y unificación de movimientos de lucha etc. Ante ellas no cabe ninguna duda posible: se trata de acciones del proletariado que van en el sentido de la defensa de sus intereses. Este tipo de acciones -cualquiera que sean sus debilidades y limitaciones- favorecen el desarrollo de la conciencia de la clase obrera, su confianza en si misma, sus sentimientos de solidaridad y no pueden servir a los intereses de la burguesía.
En cambio, las acciones del primer tipo, además de que en si mismas son confusas pues pueden ser reivindicadas por las más variadas tendencias políticas e ideológicas y las más distintas capas sociales y especialmente por fracciones pertenecientes a la propia burguesía, no favorecen para nada la confianza en si del proletariado: ¿cómo pueden favorecer ésta si presuponen que una minoría clandestina sustituye a la clase en la tarea de la lucha contra el capital?
Otro argumento que emplea el compañero es que los términos de nuestra crítica a los métodos de sabotaje podrían ser semejantes a los que emplea Besancenot. Este argumento plantea un cierto número de consideraciones que se refieren al origen de los partidos de izquierda y extrema izquierda y a la función que actualmente tienen frente a la clase obrera.
La capacidad de engaño e influencia que estos partidos tienen en la clase obrera y que hace que sobre este plano sean más eficaces que sus congéneres de la derecha, se apoya en que tuvieron origen en el movimiento obrero y que en un momento dado de su existencia constituyeron una auténtica vanguardia de la clase obrera para posteriormente degenerar, traicionar y convertirse en engranajes del Estado capitalista.
Apoyados en esos orígenes remotos conservan en su discurso un cierto número de temas y de referencias que forman parte del patrimonio de la clase obrera. ¿Podemos renunciar a ellos porque esas organizaciones burguesas se los han apropiado y los utilizan para sus intereses espurios? Pensamos claramente que eso sería un error. Por ejemplo, no podemos renunciar a la perspectiva del socialismo por el hecho de que la extrema izquierda habla igualmente de "socialismo". Si estos partidos se llenan la boca con la "unidad de la clase obrera" no podemos renunciar a la lucha sincera y concreta por dicha unidad. De la misma forma, el proletariado tiene una larga experiencia acerca de las provocaciones policiales contra su lucha que forma parte del patrimonio de su combate histórico y que sus movimientos actuales deben reapropiarse especialmente cara al futuro. Que los partidos de izquierda o extrema izquierda hablen de "provocación policial" no puede impedir a los revolucionarios actuales reconocer que existe y defender frente a ella las posiciones clásicas del movimiento obrero.
El compañero hace la siguiente afirmación «Y como la mayoría de la clase obrera aún no es capaz de comprender estas acciones, como gracias a los medios burgueses perciben a sus propios hermanos de clase que enfrentan al Estado-capital como "delincuentes", "vándalos", "terroristas", ya que ellos están contaminados hasta la médula de la ideología ciudadana, condenemos a los que si se atreven, para que los "obreros-ciudadanos" no se asusten y puedan sumarse a nuestras bien portadas movilizaciones».
Si hemos entendido bien esta aseveración, nuestro comunicante cree que en aras a poder organizar "grandes movimientos de masas" propugnamos no "asustar" a los obreros más atrasados contaminados por la ideología ciudadana y por ello rechazaríamos las acciones violentas de los que "se enfrentan al capital".
Los movimientos de masas del proletariado no son el producto de la convocatoria de un puñado de revolucionarios[7]. Los movimientos de masas del proletariado son el producto de un proceso histórico en el que intervienen a la vez el desarrollo de las condiciones objetivas y la maduración subjetiva del proletariado. Precisamente desde el punto de vista de la contribución que podemos hacer a esa maduración subjetiva es crucial rechazar los métodos de acciones minoritarias de violencia. Pues tales métodos fomentan la pasividad y la delegación de la lucha colectiva en un grupo de "héroes anónimos", de "salvadores bienintencionados" que le darían estopa al capital. Y al mismo tiempo generan un sentimiento de impotencia y frustración pues cualquiera con dos dedos de frente comprende perfectamente que tales "audacias" no son otra cosa que "picaduras de mosquito en la piel de un elefante"[8].
Somos plenamente conscientes de que la lucha de clase y la confrontación con el Estado no son pacíficas y exponen a la clase obrera y a sus minorías revolucionarias a los golpes de la represión. Esa violencia forma parte inevitable del proceso revolucionario. En el curso de su desarrollo, las luchas de la clase obrera adoptan medidas de respuesta a la violencia del Estado burgués, responden a su terror y represión con la violencia de clase del proletariado[9].
La violencia no se reduce a choques con la policía, las acciones de ataque a la circulación de mercancías, los bloqueos a la producción, el ataque a instituciones de la propiedad privada (bancos, automóviles de lujo etc.). Esto sería una visión muy restrictiva y profundamente superficial. Rosa Luxemburgo señala en Huelga de masas, partido y sindicatos que «a diferencia de la policía que entiende por revolución simplemente la batalla callejera y la pelea, es decir, el "desorden", el socialismo científico ve antes que nada en la revolución una transformación interna profunda de las relaciones de clase»[10]. Para el proletariado la cuestión de la violencia es política y consiste en cómo establecer una relación de fuerzas favorable contra la burguesía y su Estado de tal manera que le permitan resistir a sus ataques y poder pasar a la ofensiva por su destrucción definitiva.
La violencia del Capital y su estado se expresa en las balas, los gases lacrimógenos, las cárceles y las cámaras de tortura, pero existe una violencia mucho más dañina y perniciosa que sirve mucho más eficazmente a la defensa de los intereses del capital: es el atentado permanente que la sociedad capitalista perpetra contra la unidad y la solidaridad de la clase obrera, el bombardeo que desde todos sus poros lanza en el sentido de la división, la atomización, la competencia, la pasividad y el sentimiento de culpa. El Estado democrático sin renunciar ni mucho menos a la violencia física y al más cínico terror, es un redomado experto en el desarrollo de esta violencia, insidiosa y profundamente destructiva.
El primer paso para enfrentar ambas clases de violencia lo constituyen las tentativas conscientes para romper la atomización, salir de la pasividad y del "cada cual a sus asuntos", superar el aislamiento y la división, desarrollar la solidaridad obrera rompiendo las cárceles de la empresa, el sector, la nacionalidad, la raza etc., debatir ampliamente y sin cortapisas sobre las necesidades y los problemas de la lucha general.
Todo esto puede parecer demasiado "pacífico", muy "ordenado" y "controlado", a quienes identifican unilateralmente la "lucha" con el desorden y el choque físico y no son capaces de comprender el potencial que encierran los movimientos genuinos del proletariado. Sus movimientos colectivos, el desarrollo de su capacidad para organizarlos enfrentando el control de los sindicatos y demás instituciones del Estado, constituyen la violencia más eficaz contra la dominación capitalista.
CCI 18-12-08
Solidaridad con los nueve "inculpados del 11 de noviembre" en Francia. ¡rompamos el aislamiento!
¡Proletarios, rechacemos someternos a la campaña antiterrorista del Estado!
¡el antiterrorismo es la idéologisa del terrorismo estatal!
En respuesta a la cadena de sabotajes contra trenes de alta velocidad en Francia, el Estado ha lanzado sus garras contra nueve proletarios (de los cuales cinco siguen detenidos), pretendiendo de forma triunfal haber capturado a una "asociación de malhechores con objetivos terroristas"
Al mismo tiempo, el terrorismo capitalista contra la humanidad se acelera a gran velocidad por todas partes en el mundo. El aumento del precio de los productos alimentarios, los despidos masivos y la reducción de las ayudas sociales, a raíz de la crisis capitalista actual, arrojan a la calle y privan de sus medios de supervivencia más elementales a cientos de millones de proletarios. El capital, según cifras de sus propios organismos, mata de hambre al día a 25.000 proletarios en el mundo, otros 5.000 son asesinados en el trabajo, otros millares de proletarios caen bajo los tiros y las bombas en Irak, en Afganistán y a través del mundo. Y esto sin hablar del envenenamiento generalizado de la raza humana, el agotamiento y la destrucción de la tierra por el capital.
¡Terrorista es la expropiación de nuestros medios de vida por el capital!
Al mismo tiempo, los Estados, sus justicias y sus policías, reprimen de forma cada vez mas dura al menor piquete, al menor bloqueo de la circulación, a la menor manifestación o acción que tiende a oponerse al empeoramiento exponencial de las condiciones de supervivencia bajo el capitalismo. A los proletarios que obstaculizan la santa sacro "libertad de circular, trabajar, vender, comprar..." se les acusa sistemáticamente de "tomar como rehén a víctimas inocentes" (refiriéndose a los ciudadanos que se someten al orden y a la legalidad burguesas) y de intimidarlos, aterrorizarlos.
Es la burguesía la que realmente se siente aterrorizada por el cuestionamiento de la propiedad y la libertad mercantil, y por ello tiende a ampliar su definición de "terrorismo" al menor acto que rompa con el orden democrático. Con ello pretende:
- Ocultar la naturaleza fundamentalmente terrorista de su dominación, asimilando exclusivamente el terrorismo a las reacciones violentas del proletariado, amalgamando deliberadamente las acciones que se sitúan en un terreno de clase y las que se encuentran en terrenos aclasistas, reformistas, religiosos, de liberación nacional, etc;
Contra estas maniobras burguesas, es esencial afirmar que:
¡No seamos cómplices del terrorismo del Estado!
¡Solidaridad con todos nuestros hermanos
de clase reprimidos en el mundo!
[email protected] [188]
Submitted by Un compañero (no verificado) on Diciembre 6, 2008 - 12:11pm.
Creo que es inadecuado el que no se sometan a crítica los métodos. Y aún más inadecuado, que se presenten los métodos individualistas como un "combate" al capitalismo. He leído lo suficiente acerca de lo que la CCI critica de los métodos de lucha, y me parece que no es justa la comparación que hace el compañero que escribió anteriormente. No puedo compartir esa condena.
Es la izquierda del capital la que hace apología de métodos que no son adecuados para la extensión de las luchas, como el sabotaje, por dar un ejemplo. Los maoístas son expertos en eso. Ahí donde el proletariado se arriesga infructuosamente, el izquierdismo inmediatamente aplaude. ¿Y por qué? Porque para ellos el carácter masivo de las luchas no significa nada, a menos que tengan esas luchas bajo control.
La solidaridad no consiste en aplaudir métodos en donde los compañeros se vuelvan presa fácil de la represión, sino señalar los errores como lo que son, como errores que no deben generalizarse, y además, de buscar los métodos más adecuados para enfrentar al capital y su aparato de Estado. Eso no es posible, me parece, más que reflexionando colectivamente y actuando masivamente.
Hay una frontera muy ancha entre lo que dice la burguesía a través de su aparato político y lo que dice la clase obrera a través de su experiencia: que nadie se libera solo. O luchamos todos o no hay desarrollo revolucionario.
Submitted by Anonymous (no verificado) on Diciembre 6, 2008 - 9:35pm.
Estoy de acuerdo en que hay que abrir el debate sobre los métodos y hacer críticas a los que creamos equivocados, pero de eso a condenar a los compañeros y prácticamente señalarlos como ajenos a nuestra clase, como "individualistas" que no tendrían ninguna relación con el proletariado, con la intención de deslindar esas acciones a las de la clase obrera, hay un abismo.
La CCI señala que estas acciones sólo sirven como pretexto a la burguesía para atacar y criminalizar a la propia clase obrera, por tanto, (tal parece que así pensara la CCI) hay que condenar toda expresión radical que se salga de los márgenes ciudadanistas y socialdemócratas en función de que la burguesía y sus medios no despotriquen contra la clase obrera, para no provocar a la burguesía y evitar sus ataques desinformativos que buscan dividir al proletariado, salgamos y condenemos a los "violentos" y digamos que no son combatientes anticapitalistas que detestan esta inmunda sociedad de clases, por el contrario, presentémoslos prácticamente como agentes del capital para dividir a la clase obrera.
Pero no basta con condenar los sabotajes, condenemos también toda acción que se salga de los márgenes de las libertades jurídicas burguesas, de ese terreno que los capitalistas nos conceden para expresar nuestro malestar, y condenemos los bloqueos a las vías de comunicación por las que transitan las mercancías capitalitas y gritemos a los cuatro vientos que son acciones provocadoras y de desgaste instrumentadas por la propia burguesía, hagamos una crítica demoledora si en alguna lucha los trabajadores emplean la violencia y se enfrentan a los perros guardianes del capital, porque también esta es una acción de provocación burguesa...
Y como la mayoría de la clase obrera aún no es capaz de comprender estas acciones, como gracias a los medios burgueses perciben a sus propios hermanos de clase que enfrentan al Estado-capital como "delincuentes", "bandalos", "terroristas", ya que ellos están contaminados hasta la médula de la ideología ciudadana, condenemos a los que si se atreven, para que los "obreros-ciudadanos" no se asusten y puedan sumarse a nuestras bien portadas movilizaciones.
La pregunta es ¿Quienes deberían de cambiar su postura, los proletarios radicales y decididos que ya enfrentan conscientemente al capitalismo volverse moderados ciudadanos bien portados, o los proletarios ciudadanizados convertirse en proletarios conscientes del papel histórico de su clase y pasar a combatir abiertamente a este podrido sistema de la mano de sus demás hermanos proletarios de todo el mundo?
No creo que ni estos compañeros ni ningún grupo de proletarios de los que bloquean rutas, que apedrean policías, etc., sean enemigos de la "movilización masiva y consciente", o que crean que cada quien se puede "liberar solo" (podría asegurar que sueñan con el día en que los proletarios conscientes y constituidos en clase inunden las calles y confronten a este sistema) sin embargo hoy por hoy no es esa la característica de las luchas, y eso no les hace quedarse cruzados de brazos hasta que la clase obrera en su conjunto salga en masa a las calles.
Y repito, creo que podemos criticar los métodos si estos no nos parecen correctos, pero no hacer un deslinde que deja en el aislamiento a estos compañeros que equivocados o no tienen el valor de llevar hasta sus últimas consecuencias su voluntad por destruir al capitalismo. Con estos deslindes solo le hacemos el trabajo a la burguesía, que busca que los propios revolucionarios seamos presas de la ideología tramposa e hipócrita de "la lucha contra el terrorismo", como dice el comunicado de los compañeros.
Acá dejo las palabras de Besancenot para que analicen el parecido del discurso de este repugnante izquierdista con el de la CCI (palabras que por cierto contradicen lo que dice el compañero del comentario anterior, pues lejos de hacer una apología de estos actos, los izquierdistas y los sindicatos han salido a condenarlos desde el primer minuto):
Olivier Besancenot, portavoz de la LCR (liga comunista revolucionaria - trotskista, grupo de extrema izquierda el más importante dentro de lo que es esa mierda hoy en Francia) no quiere de ninguna manera justificar los actos de vandalismo "que no les beneficia ni a los usuarios ni a los trabajadores en lucha". Olivier Besancenot publicó ayer un comunicado para tomar distancia con los sabotajes en contra de la SNCF. Mientras que 10 miembros del movimiento "ultra izquierda" fueron detenidos, el ex candidato a la presidencia que intenta poner en pie su nuevo partido anticapitalista explicó que "esos métodos nunca fueron, no son y nunca serán los nuestros". "Queremos más trenes, no menos trenes. Los trabajadores y los usuarios ya tienen bastantes problemas con los saboteadores de la dirección de la SNCF, del gobierno y de la unión europea que hacen retroceder el servicio público de los trenes." declaró y se preguntó " ¿A quién le beneficia el crimen?".
Submitted by Anonymous (no verificado) on Diciembre 7, 2008 - 1:44am.
Tio tu estas mas agilipollao que un bastardo, solo hace falta que la policia empieze a ametrallar a los proleterios y que hacen estos ametrallar a la policia, eso es lo que quieres tu cacho cabrón, heres de la GCI, DE BORDIGUITAS Y ANARQUITAS, MIERDA PARA VOSOTROS Y CUANDO SE REMUEBE HUELE PEOR.
Submitted by Un compañero (no verificado) on Diciembre 7, 2008 - 10:05am.
Compañeros. Me parece un error llevar a un terreno equivocado el debate. La CCI no está condenando a los compañeros, sino que está criticando los métodos. Pero hay un dato más: los compañeros de la CCI hablan en el artículo en francés de cómo el gobierno ha montado la represión sobre un grupo de jóvenes.
Me parece que lo que dice Besancenot no tiene nada que ver con lo que menciona el artículo de la CCI, y además no contribuye a ver el centro del argumento. Comparto algunas cosas que dices, pero no lo que sacas como conclusión: que la CCI criminaliza a los jóvenes. Las conclusiones sobre la criminalización de estos chicos las estás sacando tú y no la CCI. Es decir, le estás cargando a los compañeros una afirmación que ellos no están haciendo. Invito a los lectores a que lean el artículo con más atención ("Sabotage des lignes SNCF" https://fr.internationalism.org/ [189]) y vean que el argumento tiene la finalidad de reflexionar sobre los métodos empleados y no la intención de crear un clima de linchamiento sobre esos jóvenes.
El artículo escrito por la CCI denuncia que la burguesía tendió una trampa a estos chicos y que éstos han caido en la trampa que implica adoptar un método que no contribuye a la toma de consciencia del resto de la clase, y que además la burguesía lo aprovecha para arreciar la represión no sólo sobre estos chicos, sino sobre toda la clase obrera.
- no se pone en duda las buenas intenciones, sino lo que implican los métodos.
- el artículo no condena a los chicos, critica los métodos.
- no está planteando ningún método pacifista ni socialdemócrata, ni tampoco quedarse cruzados de brazos, sino que insiste en la necesidad de la acción masiva y consciente de la clase.
Saludos.
Submitted by Anonymous (no verificado) on Diciembre 7, 2008 - 12:38pm.
SEGUN VEO LO QUE TU QUIERES QUE LAS FUERZAS REPRESIVAS AMETRALLEN A LOS PROLETARIOS Y ESTOS AMETRALLEN A LAS FUERZAS REPRESIVAS , PERO DONDE VA A LOS PROLETARIOS LAS AMETRALLADORAS , LO CUAL SERIAN ASESINADOS, ESO LO QUE TE INTERESA Y A LOS TUYOS, HAUN NO ESTAMOS EN UN PROCESO PREREVOLUCIONARIO, LA UNICA SALIDA, ES LA UNION DE TODAS LAS MINORIAS PROLETARIAS INTERNACIONALISTAS E IR FORMANDO EL PARTIDO COMUNISTA MUNDIAL, VOSOTROS CREEIS QUE HOBRAIS EN FAVOR DE LA CLASE OBRERA Y LO QUE HACEIS ES USAR LOS MISMO METOOS QUE LA BURGUESIA, LA CUAL SIEMPRE LA TENEIS QUE PERDE,VOSOTROS DEL GRUPO COMUNISTA INTERNACIONALISTA.
LA UNICA LUCHA QUE RECONOCE LA CLASE OBRERA ES SU UNIDAD Y SOLIDARIDAD EN CONSEJOS OBREROS ES DECIR ASAMBLEAS GENERALES DONDE PUEDA PARTICIPAR TODOS LOS PROLETAS DE TODOS LOS SECTORES Y RAGUIONES O PAISES Y EN GENERAL TODA LA CLASE OBRERA DIGO TODA,COMO SI DE LA BURGUESIA SALIENSEN A MODO INDIVIDUAL DE ELLA Y ABRAZASEN LA CAUSA DEL COMUNISMO VOSOTROS DEl "GCI" OS CONSIDERAIS "ULTRA-IZQUIERDISTAS" y yo os digo que usais los mismos metodos de la burguesia para aliniar la mente de los proletasy y destrozarlos mentalmente esos no son metodos de la clse obrera, solo conozco una organizacion de la izquierda comunista la CCI,que saca lecciones del movimiento obrero y los publica en sus periodicos y Revista Internaconal publicada en 3 idiomas ingles,frances y español cada 3 meses y con mas distancia en otros 6 idiomas,por las asambleas generales que vosotros temeis tanto porque no teneis huevos de participar,por que vuestro"ultra-izquierdismo" no es otra variante del terrorismo.Revolucionarios de todos los paises¡unios! Proletarios de todos los paises ¡unios!.Por la construcción entre todas las minorias proletarias e internacionalistas del futuro Partido Comunista Mundial, que sea un partido centralizado donde todas las minorias se formen en untodo y los debates esclarecan a los mas dificiles de reflesionar para la futura Revolución Mundial y la construción del planeta del Comunismo Mundial.donde no haya explotación del hombre por el hombre.y a vosotrosde "gci" os digo que solo sois una variante del bordiguismo y del anarquismo y como a la mierda como vosotros se remueve huele peor mi solidaridad ,por estos militantes proletarios que se han hecho engañar por "gci" estoy orgulloso de simpatizar con una organización de la izquierda comunista la Corriente Comunista Internacional, saludos comunitas , SALUD.ADELANTE POR EL COMUNISMO MUNDIAL
Submitted by Anonymous (no verificado) on Diciembre 8, 2008 - 12:52am.
¿De donde saca este tipo visceral y paranoico que la declaración es del GCI? ¿Por que tanta fijación con el GCI, compañero? Tranquilizate y respirá profundo, me parece que lo necesitás.
Ahora si.
¿Los mismos métodos que la burguesía? Andá a preguntarle a la burguesía si le gusta mucho que los proletarios bloqueen las rutas por las que transitan sus putas mercancías (cada minuto de retraso puede representar ganancias millonarias)... Les gusta tanto que se ponen TREMENDAMENTE FURIOSOS y llaman de inmediato a sus policías a romper cráneos, a esos mismos policías a los que parece que nos invitas a ponerles la otra mejilla, en lugar de anteponerles la autodefensa de clase.
Al otro compañero: Estoy de acuerdo, como ya lo dije, que se hagan las criticas que sean pertinentes a los métodos, pero me sigue costando entender la forma en que la CCI suele expresar esas criticas (en el caso de las luchas estudiantiles en Francia también catalogaron de provocadores a los jóvenes que enfrentaban la (esta sí) provocación policíaca). Yo en lo personal no comparto las acciones violentas de manera incondicional y ante cualquier escenario (muchas veces es un suicidio estúpido) pero estoy lejos de catalogar de "provocadores", "agentes del Estado", o "elementos lumpenizados" a quienes las realizan, conceptos que SÍ han sido utilizados por la CCI en diferentes documentos para describir a quienes emplean la violencia contra el Estado.
Y también me cuesta mucho entender que digan una y otra vez que esas acciones son festejadas por el aparato de izquierda del capital, cuando son los primeros que salen no sólo a condenar, sino a señalar y entregar a los propios compañeros que repudian las procesiones aborregadas y pacifistas a las que convocan los sindicatos y los partidos de izquierda (el texto de los compañeros de Perú que publicó la CCI menciona un acto de delación del propio sindicato contra los trabajadores que apedrearon policías). Así que insisto, lejos de creer que festejen esas acciones, me parece que son los primeros en lamentarlas, pues enfurecen a sus amos burgueses, que les piden movilizaciones pacificas y ordenadas que no alteren la dinámica (ni por un minuto) de la explotación burguesa.
Submitted by Anonymous (no verificado) on Diciembre 8, 2008 - 3:11am.
Di de una puñetera vez de pies cojeas la unidad y la solidaridad son los unicos metodos que tiene la clase obrera el enfrentamiento fisico solo trae el descontento de los de mas proletarios, y ese enfrentamiento es lo que siempre busca los estados del todo el mundo con sus fuerzas represivas policia, ejercito,la iglesia y sus partidos derecha, izquierda y los sindicatos de todos los pelajes incluso en el que militan ciertos bordiguitas del El Comunista, los enfrentamientos con la policia son aprovechados por laburguesia para desprestiguiar a los proletarios, como sucedio en la huelga de los del metal de vigo, sus insignias heran unidad y solidaridad ,y eso lo demostrarón estos proletarios con sus asambleas soberanas de 10000 y hasta 15000 proletarios participaban estos proletarios en estas asambleas soberanas y ellos decidian que medidas habian de cojer, nadie imponia a nadie lo que se intentaba hacer si no un debate y una refrexión que madidas conjuntas habian hacer como llamar a las grandes muntinacionales que tienen conveno propio,ests es la lucha que hay que escoguer y no los entrentamientos con la policia que es lo que le interesa a la burguesia para desprestijiarlos delante de las TV y y que vean lo violentos que son los proletarios y no se conciencen que metos de lucha hay que escoguer, solo la unidad y la solidaridad con sus asambleas soberanas, estos son los metodos de la clase obrera y no caer en la provocación que les tiende la burguesia, para desmoralizar a la clase obrera y destruirlos mental mente y lugo fisicamente.si lo dicho atras tea ofendido perdona, pero todabia tienes que comer mucha sopa.un saludo para todos los proletarios.
Submitted by Anonymous (no verificado) on Diciembre 8, 2008 - 9:29am.
¿Y quien diablos ha dicho estar en contra de la unidad y la solidaridad? Nadie pone en duda la necesidad del proletariado de unificarse internacionalmente y combatir al capital de manera solidaria como una sola clase mundial, si he dicho lo contrario, demostralo.
"el enfrentamiento fisico solo trae el descontento de los de mas proletarios" Gracias por darme la razón... He dicho justamente que tal parece que todo se propone en función de no hacer enojar y no incomodar a los sectores más atrasados del proletariado (a los que no han roto con su conciencia de ciudadanos bien portados), si a esas vamos habría que oponeros a las huelgas en el transporte público, de los médicos, etc., porque disgustan de sobremanera a un sector del proletariado sin consciencia que no es capaz de percibir esas acciones como acciones de clase, sino acciones sin sentido realizadas por flojos y vagos que no se quieren poner a trabajar. (Pero si gustas te podes poner a idealizar las huelgas y decir que esas acciones si encuentran solidaridad generalizada y apoyo masivo).
"los enfrentamientos con la policia son aprovechados por laburguesia para desprestiguiar a los proletarios" Ya lo decia en un comentario anterior, entonces en función de no provocar a la burguesía y evitar que a través de sus medios despotrique contra el proletariado intentandolo dividir mediante la desinformación y la calumnia, no hagamos uso de la violencia de clase (cuando esto sea necesario y conveniente)no utilicemos la autoefensa, no, nunca jamás, pues esto sólo sirve para que otros proletarios nos perciban como "violentos" o "terroristas", tranquilicemos pues a este sector del proletariado y condenemos toda expresión de violencia obrera, a fin de que los bien portados nos vean con buenos ojos... No mi hermano, no hace falta que se arroje una piedra para que la burguesía deprestiguie a nuestra clase, eso lo hace todos los días y utiliza cualquier pretexto, con tal de dividir a nuestra clase calumnia hasta las movilizaciones más pacíficas y ciudadanizantes.
"ese enfrentamiento es lo que siempre busca los estados del todo el mundo con sus fuerzas represivas policia, ejercito,la iglesia y sus partidos derecha, izquierda y los sindicatos de todos los pelajes" Entonces explicame porque en Chile son los sindicatos y los partidos de izquierda los principales delatores (y hasta represores directos como en el caso de los parapolicias de la Juventud Comunista) de los miembros de los grupos que enfrentan a la policia violentamente, explicame porque ellos dicen lo mismo que vos, que son acciones provocadoras ejecutadas por el propio Estado, explicame porque en Peru han sido los propios sindicatos los que han delatado a los obreros que enfrentaron violentamente a la policia, explicame porque los partidos de izquierda y el sindicato de maestros en México fueron los que delataron a los grupos de jovenes radicales que se oponian a encuadrarse a las ordenes de la appo... Sencillamente esa teoría de que son esos grupos de la izquierda del capital los que promueven esas acciones no tiene ni pies ni cabeza, son ellos los primeros que salen a deslindarse de esas acciones y a entregar compañeros.
Submitted by Anonymous (no verificado) on Diciembre 8, 2008 - 11:41am.
C0mpañero termindo el debate y conociente mejor veo que heres un tio majo y con los pies en la tierra sin mas un saludo y que sigas trabajando para la clase obrera, por la revolucion proletaria mundial, por el COMUNISMO MUNDIAL.Compañero nos veremos en la misma trinchera ¡adelante!
[1] Ver la traducción en español en /cci-online/200812/2430/sabotaje-de-las-lineas-de-la-sncf-actos-esteriles-instrumentalizados-por-la-b [190]
[2] Estos dos comentarios junto con el debate que se ha desarrollado se publican en el Anexo I
[3] Ha intervenido un tercer participante que aunque ha defendido ideas justas empleaba un tono agresivo con el primer comunicante y lo amalgamaba con grupos o ideologías de los cuales éste no se reclama, lo cual no favorece un debate proletario.
[4] El líder carismático de la ex - Liga Comunista Revolucionaria -trotskista- hay convertida en el Nuevo Partido Anticapitalista
[5] Es importante comprender que la práctica de actos de sabotaje, de violencia minoritaria etc., presta un flanco fácil a la infiltración de los servicios del Estado que pueden incluso fomentarlos con el objetivo de utilizarlos contra la clase obrera o sus minorías revolucionarias. Poner en evidencia este problema no significa denunciar o culpabilizar a personas que de forma honesta se implican en este tipo de práctica. Denunciamos al culpable - El Estado burgués y sus servicios de inteligencia- no a la víctima.
[6] Como sucedió por ejemplo en Italia en los años 70 donde numerosos atentados ejecutados por la extrema derecha fueron atribuidos por la prensa y demás órganos del Estado a anarquistas cuando luego se demostró de forma incontrovertible que sus verdaderos autores eran elementos de extrema derecha
[7] De la misma manera que la tarea de los elementos más avanzados de la clase obrera no es despertarla con actos de heroísmo individual tampoco es su tarea erigirse en sus organizadores y dirigentes.
[8] El compañero señala que «me cuesta mucho entender que digan una y otra vez [se refiere a la CCI]que esas acciones son festejadas por el aparato de izquierda del capital, cuando son los primeros que salen no sólo a condenar, sino a señalar y entregar a los propios compañeros que repudian las procesiones aborregadas y pacifistas a las que convocan los sindicatos y los partidos de izquierda». En realidad no son contradictorias ambas actitudes. Tomando como ejemplo los sindicatos estos en unas ocasiones organizan manifestaciones - procesión pero en otras ocasiones, según sus necesidades de sabotaje de la lucha obrera, organizan manifestaciones violentas de choque con la policía o de destrucciones de escaparates, lanzamiento de petardos etc. La manifestación - procesión pacifista se usa para enterrar una lucha mientras que la manifestación - enfrentamiento se utiliza para desviar la lucha hacia un choque en el aislamiento. Por otro lado, los jerifaltes sindicales suelen ser muy cínicos y a la vez que empujan a los obreros a acciones desesperadas, son los primeros en denunciar ante la policía a esos compañeros, incluso siendo miembros del sindicato. Hay muchos ejemplos de ello.
[9] Ver los artículos aparecidos en Revista Internacional nº 14 y nº 15 sobre violencia de clase, terror y terrorismo. "Terror, terrorismo y violencia de clase [118]" y https://es.internationalism.org/node/2134 [191]
[10] Rosa Luxemburgo Huelga de masas, partido y sindicatos, Obras Escogidas Tomo II página 343 edición española.
Debate Público en Valencia Miércoles 19 de noviembre a las 18 horas Facultad de Filología, Traducción y Comunicación. VALENCIA
Dentro de la lucha de los estudiantes de Universidad en numerosos lugares de España contra la aplicación del Plan Bolonia, en la Asamblea de Estudiantes de Filología, Traducción y Comunicación celebrada el 10 de noviembre pasado con asistencia de 2 nuestros militantes se acordó celebrar un debate sobre el tema, la fecha y la hora arriba anunciados.
Se decidió este tema por el interés de conocer las experiencias de lucha anteriores y en particular la del movimiento de estudiantes de 2006 en Francia. Todo movimiento social solo puede tener fuerza si sabe apropiarse de las experiencias anteriores de lucha, si se concibe no tanto como un movimiento que parte de cero, sino como un eslabón más de la larga cadena de lucha de las clases explotadas y oprimidas por la liberación de la humanidad
No se trata de dar una conferencia y menos aún una "lección magistral". Se trata de animar un debate donde todos se sientan con ganas de participar. Por eso, primero haríamos una corta presentación resaltando las 3 características más importantes de esta lucha:
- Fue un movimiento asambleario
- Los estudiantes se concibieron como futuros miembros de la clase obrera y abrieron las asambleas y las manifestaciones a la participación de los trabajadores. Las manifestaciones llegaron a reunir hasta 4 millones de personas
- Obligó al gobierno a retirar el CPE
Y después dar el mayor tiempo posible a un debate que pueda sacar provecho a esta experiencia para darle más fuerza a la lucha actual contra el Plan Bolonia:
- ¿En qué es diferente y en qué es igual la situación económica y social actual y la situación de entonces?
- ¿En qué es diferente y en qué es igual el movimiento actual y el movimiento de 2006?
- ¿Se puede conseguir hacer retirar el Plan Bolonia de la misma manera que en 2006 se logró tirar abajo el CPE?
- ¿Se puede ganar como lo hicieron los estudiantes franceses la solidaridad activa de numerosos trabajadores?
Estas son algunas cuestiones pero seguro que entre todos sacaremos muchas más.
Para quienes quieran conocer una información detallada del movimiento de los estudiantes de Francia 2006 les remitimos a las Tesis que elaboramos entonces:
https://es.internationalism.org/rint/2006/125_tesis [31]
Corriente Comunista Internacional (para todo contacto: [email protected] [192] . Visita nuestra Web: es.internationalism.org ).
Los debates electorales están de moda. En USA, Obama y Clinton se miden cada día en justas oratorias retransmitidas a medio mundo; en Francia se dice que el bufón Sarkozy derrotó a Royal gracias a los errores que esta cometió en los cara a cara televisivos; en España se intenta animar una soporífera campaña electoral mediante la proliferación de debates como el protagonizado el pasado lunes por Zapatero y Rajoy.
Estos espectáculos producen el efecto de impedir un debate auténtico. Más aún: desprestigian y deforman la idea misma de debate. Para muchos, si el "debate" consiste en la gresca chapucera que aquellos protagonizaron lo mejor es estar callados y no discutir nada con nadie.
El debate Zapatero - Rajoy estaba preparado hasta en los más mínimos detalles, cómo tenían que sonreír, a quién tenían que mirar cada vez que hablaban, qué gestos tenían que hacer, qué cara tenían que poner cuando el otro soltaba su cháchara. Fuimos testigos de una gigantesca farsa, de una obra de teatro minuciosamente preparada donde se estaba interpretando un papel cara la galería. La frescura y la espontaneidad de ideas, la sinceridad -elementos imprescindibles de un auténtico debate- brillaron por su ausencia.
Los candidatos no expusieron el más mínimo análisis, no argumentaron lo que querían decir, cuando de vez en cuando echaban mano de un gráfico o de una estadística lo hacían como arma arrojadiza contra el rival[1]. Su discurso monocorde y aburrido consistió en decir que "yo lo haga muy bien" y "usted la hace (o lo hizo) fatal".
Cuando uno echaba en cara al otro tal o cual acción, la defensa siempre consistía en que "usted hizo lo mismo", con lo que se ponía en evidencia que ambos participaban de una misma política, que no representaban más alternativa que la defensa cerrada del interés de la minoría explotadora frente al interés de la gran mayoría.
La crisis económica, la situación mundial, la guerra, la emigración, la vivienda, la situación social, no fueron enfocadas como una realidad que había que analizar, comprender y trazar perspectivas, sino como una excusa descaradamente utilizada para presentar promesas electorales o para descalificar al contrario.
Ambos candidatos hablaban siempre en primera persona: "yo haré", "usted no ha hecho"..., como auténticos autócratas del siglo XXI, revestidos con el manto protector de la mascarada electoral, cada uno nos venía a decir que "El Estado soy yo". La actividad colectiva y unida, la decisión adoptada sobre la base de un esfuerzo común, elementos inseparablemente unidos al debate y que le dan sentido, fueron los grandes ausentes del plató.
La mentira más burda, la manipulación de los datos más grosera, el insulto y la calumnia más vergonzosos, recorrieron el "debate" de principio a fin. Conceptos como respeto mutuo, escuchar al interlocutor, empatía, honestidad... -elementos imprescindibles para un mínimo debate- habían sido radicalmente proscritos; la inmoralidad más absoluta, el todo vale, las trampas al contrario..., fueron los protagonistas estelares.
Viendo el "debate" Zapatero - Rajoy se llegaba a la conclusión que razonar y debatir son verbos antagónicos imposibles de conjugar. Ningún razonamiento apareció, lo único que mostraron fueron "argumentos" inverosímiles y pueriles, afirmaciones absurdas difíciles de tragar que ofendían la inteligencia y la sensibilidad de los espectadores, tomados como niños estúpidos a los que hay que engañar y manipular.
La única pregunta que no figuró en las innumerables encuestas que se hicieron durante y después del debate, era sobre la altura intelectual, el rigor analítico, de los contendientes. Si se hubiera hecho la respuesta hubiera sido un cero absoluto. Del "debate" pudo obtenerse un retrato bastante fiel de gran mayoría de los actuales gobernantes capitalistas: nulidades intelectuales cuyo único mérito es el aplomo en la mentira y la manipulación.
Ninguno de los dos contendientes pretendió aclarar nada ni analizar lo más mínimo, su única pretensión era apabullar, impresionar, mistificar y confundir. Se supone que estos "debates" son un medio de clarificación de los "ciudadanos", de proporcionarles los medios para que decidan su voto. Cualquiera que viera el espectáculo con un mínimo sentido crítico pudo comprobar fácilmente que ese no era el objetivo, que lo único que se buscaba era eludir los problemas, echar constantemente continuas cortinas de humo, culpar de todo el contrario y ofrecerse como el prestidigitador capaz de resolver todos los problemas habidos y por haber.
Pero lo que resultó más repugnante fue que allí no estábamos viendo un debate sino un combate de boxeo donde lo único que pretendía cada cual era noquear al contrario, aplastarlo moral y materialmente. En sus caras, en sus gestos, en sus declaraciones, los contendientes rezumaban pugilato, navajazos a la yugular, guerra despiadada. Tras el tenue maquillaje de bellas palabras aludiendo a la "solidaridad" o a la "dignidad", los dos aspirantes se retrataron a si mismos y retrataron a una sociedad basada en la competencia feroz, en la guerra de todos contra todos, en pisar al de al lado, en no tener el más mínimo escrúpulo en la carrera por "las oportunidades".
El debate proletario
Este "debate" y otros "debates" electorales que vemos por el mundo nos muestran lo que para la clase dominante es el debate: relaciones de fuerza, manipulación, maniobra, acusación, aplastamiento... Espectáculos como el que vimos conducen a odiar el debate, a verlo como un medio más de disgregación social, de infligirnos los unos a los otros los peores sufrimientos.
Sin embargo, no podemos caer en esa conclusión. El debate ha sido en la historia de la humanidad un medio de avanzar en el conocimiento, en la ciencia, en el desarrollo intelectual y moral. El debate es un arma fundamental para el proletariado, para el desarrollo de su solidaridad, su unidad y su toma de conciencia. El éxito de la lucha del proletariado va ligado al desarrollo en sus filas y progresivamente en las de toda la humanidad oprimida, de una amplia y profunda cultura del debate.
Pero el debate proletario no tiene absolutamente nada que ver con ese espectáculo denigrante que es el "debate" burgués y menos aún con esa farsa que son los debates electorales.
El debate proletario parte del intercambio sincero de ideas, argumentos, opiniones y análisis. No se basa en el teatro sino en la honradez, la sinceridad y la reflexión.
No pretende mistificar, engañar o engañarse, sino tratar de reconocer la realidad, aprehenderla de la forma más profunda posible, tratar de comprender su dinámica y evolución, para desde ahí desgajar perspectivas y propuestas de marcha.
Se fundamenta en el respeto mutuo, la confianza, la actitud fraternal, de todos los participantes. Cada cual intenta ponerse en lugar de los demás, desarrollar la empatía necesaria para que una clarificación colectiva tenga lugar. El debate mismo constituye un factor de desarrollo de la empatía mutua, la confianza, la solidaridad, la apertura hacia las ideas y hacia los demás.
El debate proletario busca la clarificación colectiva e individual. No se trata de imponer un punto de vista ni de lograr el triunfo sobre los otros. El debate proletario no es un campo de batalla sino una herramienta de clarificación y unificación. Se trata de hacer que tras el debate todos salgan más claros, todos concluyan más enriquecidos, tanto los que "tenían razón" como los que "se habían equivocado".
El debate proletario no es una relación de fuerzas, no es un pugilato, no es una contienda, es un medio unitario y colectivo de clarificación, de desarrollo de la unidad y de la fuerza común.
Frente al espectáculo de "debates" que nos ofrece la clase dominante, los trabajadores, los revolucionarios, hemos de desarrollar un verdadero debate que avance hacia la clarificación, la unidad, la lucha colectiva, el compañerismo. El debate proletario es un arma cargada de futuro, es una de las fuerzas clave en el alumbramiento de un nuevo mundo. Los debates electorales, los debates de los políticos, los denigrantes programas de cotilleos y choques de arpías y cotillas a los que nos tiene acostumbrada la TV, las tertulias de "expertos", constituyen una de las muchas inmundicias que exuda el viejo mundo por todos sus poros
CCI 27-2-08
[1] En El País del 27-2-08 se reconoce abiertamente que ambos candidatos utilizaron estadísticas convenientemente desfiguradas.
A continuación publicamos una toma de posición que los camaradas de Krass, un pequeño grupo del medio anarco-sindicalista en Rusia, han difundido desde los primeros momentos de la confrontación guerrera de este verano 2008. Aunque entre nuestras dos organizaciones hay gran número de desacuerdos, la CCI mantiene relaciones políticas fraternales con el Krass; relaciones basadas en las posiciones internacionalistas que ambas compartimos.
El lector podrá comprobar que la postura totalmente internacionalista que hoy defiende el Krass está en continuidad con la adoptada en guerras anteriores, en especial en el conflicto de Chechenia...
A continuación publicamos una toma de posición que los camaradas de Krass, un pequeño grupo del medio anarco-sindicalista en Rusia, han difundido desde los primeros momentos de la confrontación guerrera de este verano 2008. Aunque entre nuestras dos organizaciones hay gran número de desacuerdos, la CCI mantiene relaciones políticas fraternales con el Krass; relaciones basadas en las posiciones internacionalistas que ambas compartimos.
El lector podrá comprobar que la postura totalmente internacionalista que hoy defiende el Krass está en continuidad con la adoptada en guerras anteriores, en especial en el conflicto de Chechenia:
Por ello apoyamos plenamente lo esencial de esta toma de posición.
Sin embargo queremos precisar que si bien las consignas que al final de él se dirigen a los soldados (desobedecer las ordenes de los comandantes, volver las armas contra ellos,...) son totalmente justas desde el punto de vista de la perspectiva histórica (de hecho se llevaron a la practica en la Revolución Rusa de 1917 y en la alemana de 1918) hoy, de manera inmediata, no pueden estar al orden del día porque aún no hay una fuerza y una madurez suficiente en los combates de la clase obrera, ni en la zona ni a escala internacional, que lo permita.
Dicho esto, queremos felicitar a los camaradas de KRASS por su defensa intransigente del internacionalismo y por su coraje político del que hacen gala desde hace años en una condiciones especialmente difíciles, tanto desde el punto de vista de la represión policial como por el peso de las mistificaciones, en particular las nacionalistas, que siguen teniendo una influencia en la conciencia de los proletarios resultado de la capa de plomo de la contrarrevolución estalinista que reinó durante decenios en estos países.
La erupción de nuevas acciones militares entre Georgia y Osetia del Sur amenaza en convertirse en una guerra más amplia entre Georgia, apoyada por la OTAN; y el Estado ruso. Ya hay miles de muertos y heridos, la mayoría de ellos entre la población civil desarmada. Ciudades enteras e infraestructuras han sido literalmente borradas del mapa. La sociedad entera se ve arrastrada por el torrente de lodo del nacionalismo y de la histeria chauvinista.
Como siempre, como en todos los conflictos entre Estados, no hay ni puede haber nada de justo en esta nueva guerra del Cáucaso: todos son culpables. Durante años han estado soplando unas brasas que finalmente han prendido en un enfrentamiento militar. El régimen de Saakashvili ha sumido a dos tercios de la población georgiana en la miseria más negra, y cuanto más subía la cólera contra esa situación en el país, el régimen buscaba con mayor ahínco una escapatoria a ese impass a través de una "pequeña guerra victoriosa" con la esperanza de que eso hiciera olvidar todo lo demás.
Por su parte el gobierno ruso está totalmente decidido a mantener su hegemonía en el Cáucaso. Hoy se presenta como defensor de los débiles, pero su hipocresía es bien visible: de hecho lo que hace hoy Saakashvili es lo mismo que ha venido haciendo la soldadesca putiniana en Chechnia durante nueva años. Los círculos dominantes de Osetia y de Azerbaiyán aspiran a reforzar su papel de aliados exclusivos de Rusia en la región, y al mismo tiempo atraer a las poblaciones pauperizadas en torno a la llama del "ideal nacionalista" y del "apoyo al pueblo".
Los dirigentes de Estados Unidos, de los estados europeos y de la OTAN, por el contrario, buscan debilitar lo más posible la influencia de su rival ruso en la zona del Cáucaso para poder tomar el control de los recursos petroleros y de su distribución.
Así somos testigos y victimas de un nuevo punto de fijación del antagonismo imperial en la lucha por el control de la energía, el petróleo y el gas.
Estos combates no van a aportar nada a los trabajadores, ni a los georgianos, ni a los osetios, azerbayanos o rusos, solo sangre y lágrimas, desastres y privaciones incalculables. Queremos expresar nuestra profunda simpatía por los familiares y amigos de las victimas, por aquellos que han perdido su casa y sus medios de subsistencia por culpa de la guerra.
No debemos dejarnos influenciar por la demagogia nacionalista que nos llama a la unidad con "nuestro" gobierno agitando la bandera de la "defensa de la patria". El enemigo principal de la gente corriente no es el hermano o la hermana del otro lado de la frontera, o de otra nacionalidad. El enemigo son los dirigentes, los patronos de todo pelaje, los presidentes y ministros, los generales y los hombres de negocios, todos los que provocan las guerras para salvar su poder y sus riquezas. Llamamos a los trabajadores de Rusia, Osetia, Azerbaiyan y Georgia a rechazar el juego del nacionalismo y el patriotismo y dirigir su cólera contra los dirigentes y ricos estén en el lado de la frontera que sea.
Soldados rusos, georgianos, osetios y azerbayanos. ¡Desobedecer las ordenes de vuestros comandantes!. ¡Volver vuestras armas contra los quienes os mandan a la guerra!. ¡No disparéis contra los soldados "enemigos!, confraternizar con ellos!. ¡Enterrad vuestras bayonetas!.
Trabajadores de la retaguardia. ¡Sabotear el esfuerzo militar, salir del trabajo para ir a reuniones y manifestaciones contra la guerra! ¡organizaros y poneros vosotros mismo en huelga!
¡No a la guerra y a sus organizadores -dirigentes y ricos- . Si a la solidaridad obrera por encima de las fronteras y de los frentes de guerra!.
Federación por la Educación, la Ciencia y los obreros técnicos, KRASS-IWA.
Publicamos a continuación dos contribuciones de una compañera (que firma MIU MIU) sobre la crisis actual del capitalismo, en respuesta a sendos artículos nuestros[1]. Primero hacemos una corta introducción y al final haremos un comentario en respuesta a una pregunta formulada por la compañera.
Las reflexiones de la compañera van en el mismo sentido que nuestro combate y nuestra visión:
- análisis de la actual crisis como manifestación de la crisis histórica insoluble del capitalismo: «Es importante que no caigamos en la trampa burguesa de pensar que ante la perspectiva difícil que se abre para la clase, lo mejor sería un "mejoramiento" de la economía capitalista mundial, cosa que en principio es imposible y aunque lo fuera, en unos años las contradicciones insolubles del capitalismo nos volvería a poner en la situación actual, eso si el desastre ecológico ocasionado por el capitalismo nos permitiera seguir en este planeta».
- Denuncia de dicotomía tramposa en la que quieren envolvernos desde todos los partidos y organizaciones que defienden el orden (¡más bien desorden!) capitalista consistente en dar vueltas alrededor del círculo infernal neoliberalismo o el pretendido "socialismo" de la intervención estatal: «ahora podría darse un vuelco a nivel de discurso por parte de las burguesías de todos los estados para hacernos tragar la crisis de buena gana, pues ahora, el Estado estaría con nosotros, el Estado nos garantizaría que se hará cargo de todo y que volverán los tiempos dorados del keynesianismo, puesto que ahora sí, el Estado volverá a ser "fuerte" y protegerá a sus respectivos pueblos de la "sinrazón neoliberal". Y aquí compañeros, quiero decir una cosa: ESO ES IMPOSIBLE, no hay modo de que el capitalismo vuelva a ser lo que fue durante la segunda posguerra puesto que la historia avanza inexorable y su sentencia está ya dada, el capitalismo, como toda formación social anterior, perecerá bajo el peso de sus propias contradicciones».
- Defensa firme del papel crucial de la lucha de la clase obrera para liberarnos y contribuir a liberar a la humanidad entera de las cadenas del capitalismo que nos llevan al desastre en medio de sufrimientos infinitos: «La ÚNICA salida es la REVOLUCIÓN MUNDIAL, aquella que nos toca desarrollar, la que será producto de las masas conscientes y organizadas. Trabajemos por ella, nuestra tarea del día es clarificar el papel importantísimo de la clase trabajadora, exponer una y otra vez lo que esta crisis significa, los medio para resolverla en beneficio de todos y conseguir las condiciones subjetivas para alcanzar el fin histórico que nos está reservado, la revolución que nos llevará al comunismo».
- Rechazo de todo fatalismo pues una revolución proletaria no es inexorable e inevitable sino que solo puede surgir del esfuerzo de conciencia y lucha de millones de proletarios en todo el mundo que a su vez ganan el apoyo y la movilización de todos los desheredados del planeta: «el capitalismo de hoy está condenado y agonizante (lo que no niega que en su agonía y muerte, nos arrastre a todos, es decir, no hay fatalidad alguna en el fin del capitalismo, que es irrefutable, y el triunfo o siquiera la realidad, de la revolución; es un asunto de consciencia el que nos separa del desastre y exterminio mundiales o del inicio de la verdadera historia humana, del comunismo o de la barbarie».
- Finalmente, para alcanzar esa perspectiva defiende la necesidad de que haya, junto a las luchas de nuestra clase, el desarrollo de un debate abierto y fraternal base firme de la conciencia imprescindible para el avance de la lucha: «Y si bien nada asegura que las difíciles condiciones materiales de la clase obrera sean suficientes para desencadenar la revolución, sí es cierto que hoy más que nunca todos nos preguntamos "¿qué pasa?, ¿qué está mal?, ¿por qué está mal?, ¿cómo hacer que las cosas estén bien?". Preguntas cuya única respuesta pueden ser la reflexión colectiva y la apropiación consciente de un proyecto histórico: la revolución mundial, que sacará no sólo a la clase obrera, sino a toda la humanidad, de este terrible orden de cosas tan injusto y tan podrido»
Nos alegra mucho que una compañera -a la que desgraciadamente no conocemos- haya llegado por sus propios criterios y reflexión a unas conclusiones afines a las nuestras. Nosotros no defendemos una "doctrina particular" que habría salido de nuestras elucubraciones, defendemos posiciones que tratan de partir de la experiencia histórica y mundial del proletariado que intentan responder a la experiencia viva de la gran mayoría. «No nos enfrentamos al mundo doctrinalmente, esgrimiendo un nuevo principio y exclamando: "He aquí la verdad, arrodíllate ante ella". Brindamos al mundo, deducidos de los principios del mundo, nuevos principios. No le decimos: "déjate de tus luchas, es tiempo perdido, nosotros te daremos la bandera de la verdad". Nos limitamos a demostrarle aquello por lo que verdaderamente lucha» [2].
Estamos convencidos en que a través de un debate lo más amplio posible y firmemente vinculado a las luchas e iniciativas de nuestra clase, se irá desarrollando la conciencia, la solidaridad y la fuerza del proletariado que le permitirán lanzarse -en un determinado momento de maduración de su conciencia y su fuerza- a la enorme tarea de la revolución mundial.
El centro de nuestra actividad es animar y hacer vivir ese debate y esa lucha, para ello estamos abiertos a la colaboración y acción común con otros muchos compañeros y compañeras que -como dice la compañera- se preguntan sencillamente "¿qué pasa?, ¿qué está mal?, ¿por qué está mal?, ¿cómo hacer que las cosas estén bien?".
Submitted by Miu Miu (no verificado) on Octubre 7, 2008 - 5:39am.
Estoy de acuerdo con este análisis sobre la crisis y sólo quiero comentar que a pesar de lo difícil que será para la clase enfrentar en el día a día el encarecimiento de la vida y las terribles condiciones que se vienen, esto no debe dejar lugar a la desmoralización, sino al combate revolucionario, único medio de salir de este atolladero.
Es importante que no caigamos en la trampa burguesa de pensar que ante la perspectiva difícil que se abre para la clase, lo mejor sería un "mejoramiento" de la economía capitalista mundial, cosa que en principio es imposible y aunque lo fuera, en unos años las contradicciones insolubles del capitalismo nos volvería a poner en la situación actual, eso si el desastre ecológico ocasionado por el capitalismo nos permitiera seguir en este planeta.
Hay que ser claros en que el capitalismo es un sistema condenado por la historia y que esta crisis, como todas las otras, incluso las "clásicas" no son producto de la divina providencia, sino expresiones claras del desarrollo de las contradicciones del capitalismo como modo de producción, unas en su fase de expansión y otras, éstas, en su fase de claro quiebre...
Y si bien nada asegura que las difíciles condiciones materiales de la clase obrera sean suficientes para desencadenar la revolución, sí es cierto que hoy más que nunca todos nos preguntamos "¿qué pasa?, ¿qué está mal?, ¿por qué está mal?, ¿cómo hacer que las cosas estén bien?". Preguntas cuya única respuesta pueden ser la reflexión colectiva y la apropiación consciente de un proyecto histórico: la revolución mundial, que sacará no sólo a la clase obrera, sino a toda la humanidad, de este terrible orden de cosas tan injusto y tan podrido.
Respondernos por qué ésa es la única salida, es el trabajo que nos toca hacer al interior de nuestra clase pues sólo de esta manera podremos asumir nuestro papel como clase llamada a terminar con el capitalismo. Y respondiendo por qué, respondemos cómo y quién... de forma tal que podremos evadir las trampas burguesas que nos ponen enfrente: defensa de la economía nacional, defensa de un bloque imperialista en vez de otro, etcétera; mentiras todas encaminadas a desviar nuestra lucha que es contra todo capital y no contra tal o cual imperialismo o tal o cual modelo económico capitalista.
Exponer el fin y los medios es la finalidad del marxismo, nosotros, la clase trabajadora, somos los únicos que podemos poner en marcha los medios y conseguir el fin.
¡Sin miedo compañeros, no tenemos nada que perder salvo nuestra miseria cada vez creciente!
Submitted by Miu Miu (que es ella y no él) (no verificado) on Octubre 13, 2008 - 6:55pm.
Creo que es claro que la burguesía mundial tiene muy poco margen de maniobra y que justo su reacción va en el sentido de nacionalizar bancos, rescatar con recursos estatales otros y demás medidas que podríamos denominar keynesianas... y aunque es claro que no seguirán con su discurso neoliberal por un rato, también lo es que no les resolverán gran cosa las medidas neokeynesianas que llevan a cabo.
Opino que la gestión de la crisis es el pan de todos los días de la burguesía mundial desde que la crisis es abierta, hace al menos 4 décadas, y en este asunto han sido medidas estatales (tal vez no propiamente keynesianas, si consideramos que el keynesianismo y el fordismo fueron características de un periodo de crecimiento económico dirigido pro el estado, con consecuencias materiales directas sobre el nivel de vida de algunos sectores de la población, cosa hoy absolutamente imposible, salvo la necesidad de la intervención estatal) las que ha utilizado el capital para por un lado hacer que las pérdidas ocasionadas por la crisis sean menos duras para ellos y por otro, conseguir que el peso asesino de la crisis caiga sobre la gran masa de explotados y que éstos nos quedemos de brazos cruzados.
Entonces, creo que no es sorprendente que ahora, justo con esta crisis financiera, el Estado se ocupe de los "asuntos económicos", puesto que si ponemos atención a los hechos de la realidad, a pesar del discurso "desregulador", de "libre mercado", etc, etc. es el Estado capitalista, que sólo sabe intervenir, el que mueve los hilos de la economía y en general, de toda la vida social. En éstas últimas décadas, además de reprimir, violentar y mantener a toda costa el imperio mundial del capital, el Estado no hace más que intervenir.
Es decir, a pesar de que el Estado ha sido el principal actor de la economía, aunque la burguesía pretenda que no, ahora podría darse un vuelco a nivel de discurso por parte de las burguesías de todos los estados para hacernos tragar la crisis de buena gana, pues ahora, el Estado estaría con nosotros, el Estado nos garantizaría que se hará cargo de todo y que volverán los tiempos dorados del keynesianismo, puesto que ahora sí, el Estado volverá a ser "fuerte" y protegerá a sus respectivos pueblos de la "sinrazón neoliberal". Y aquí compañeros, quiero decir una cosa: ESO ES IMPOSIBLE, no hay modo de que el capitalismo vuelva a ser lo que fue durante la segunda posguerra puesto que la historia avanza inexorable y su sentencia está ya dada, el capitalismo, como toda formación social anterior, perecerá bajo el peso de sus propias contradicciones, el capitalismo de hoy está condenado y agonizante (lo que no niega que en su agonía y muerte, nos arrastre a todos, es decir, no hay fatalidad alguna en el fin del capitalismo, que es irrefutable, y el triunfo o siquiera la realidad, de la revolución; es un asunto de consciencia el que nos separa del desastre y exterminio mundiales o del inicio de la verdadera historia humana, del comunismo o de la barbarie. La crisis expresa sólo la realidad de las condiciones materiales para la revolución, pero la realización de ésta sólo estará dada por nuestro actuar consciente, es decir, estará dado por el desarrollo de nuestra consciencia de clase. La quiebra del capitalismo es inexorable, de eso no hay duda; cosa distinta es la revolución, que no es un asunto inexorable, sino fundamentalmente producto consciente de la humanidad y he ahí el problema, o hacemos la revolución o nos vamos todos a la mierda, arrastrados por el derrumbe del capitalismo).
Sin embargo, hay que mantenernos atentos pues una posible estrategia del capital es la de regresar al discurso del estado benefactor y con esa mentira, entramparnos en la defensa de nuestras economías nacionales y no dejarnos entender que éste no es un asunto del fracaso de modelos, de políticas económicas o de individuos ineptos, sino que es un asunto material, que se trata de una condena histórica sobre un modo de producción y que somos nosotros, la clase obrera internacional, los únicos que podremos sacar a la humanidad de este atolladero.
La ÚNICA salida es la REVOLUCIÓN MUNDIAL, aquella que nos toca desarrollar, la que será producto de las masas conscientes y organizadas.
Trabajemos por ella, nuestra tarea del día es clarificar el papel importantísimo de la clase trabajadora, exponer una y otra vez lo que esta crisis significa, los medio para resolverla en beneficio de todos y conseguir las condiciones subjetivas para alcanzar el fin histórico que nos está reservado, la revolución que nos llevará al comunismo.
Tengo una duda: si desde principios del siglo XX los revolucionarios cayeron en cuenta de que se entraba en la época de "las guerras y las revoluciones" y fue precisamente una guerra, la primera guerra mundial, la solución que vieron las distintas burguesías nacionales para no dejar que sea la crisis misma la que generara las condiciones para la revolución y tuvo que ser ésta producto de una reacción ante la guerra, ahora, aunque no estamos bajo amenaza abierta de guerra y la clase trabajadora no se encuentre derrotada, ¿es posible que se abra la posibilidad de guerra como salida del capital a esta crisis?
Saludos y a seguir discutiendo.
Estimada compañera:
El tema que planteas tiene mucha envergadura y no podemos responderlo de manera detallada y profunda. Más bien pensamos aquí proporcionar algunos elementos para un debate contigo y con todo aquel que esté interesado[3].
Rosa Luxemburgo en su importante obra La Acumulación de Capital, pensaba que el militarismo y la guerra eran una manera que tenía el capitalismo de poder proseguir la acumulación: «El militarismo es también, en lo puramente económico, para el capital, un medio de primer orden para realizar la realización de la plusvalía, esto es, un campo de acumulación»[4]
Aunque compartimos muchos de los análisis de Rosa Luxemburgo, en esta cuestión no estamos de acuerdo con ella[5]. Pensamos que la guerra no constituye un medio que tenga el capitalismo de salir -aunque sea momentáneamente- de la crisis profunda que lo corroe, sino una consecuencia de ella que no hace sino profundizar aún más dicha crisis, agudizando sus contradicciones y sus tendencias a la destrucción.
Para nosotros es válida la aportación de nuestros predecesores de la Izquierda Comunista de Francia que en 1944 escribían: «¿Qué es la guerra imperialista mundial? Es la lucha por medios violentos, a la que se ven obligados a librarse los diferentes grupos capitalistas, no para la conquista de nuevos mercados y fuentes de materias primas, sino para el reparto de los ya existentes, un reparto en beneficio de unos y en detrimento de otros. El curso de la guerra se abre, y tiene sus raíces, en la crisis económica general y permanente que estalla, marcando por ello el fin de las posibilidades de desarrollo al cual ha llegado el régimen capitalista (...) La ausencia de una clase revolucionaria que presente la posibilidad histórica de engendrar y presidir la instauración de un sistema económico en correspondencia con la necesidad histórica, conduce la sociedad y su civilización a un atolladero, donde el desplome, el hundimiento interno, son inevitables. Marx dio como ejemplo de ese atolladero histórico las civilizaciones de Grecia y de Roma en la antigüedad. Engels, aplicando esta tesis a la sociedad burguesa, llega a la conclusión de que la ausencia o la incapacidad del proletariado llamado a resolver, superándolas, las contradicciones antitéticas que surgen en la sociedad capitalista, sólo puede tener como desembocadura la vuelta a la barbarie»[6]
Desde nuestro punto de vista, la primera guerra mundial no fue una "solución" que el capitalismo mundial encontró para evitar el estallido de una crisis económica. La primera guerra mundial surgió más bien como consecuencia de un engranaje de tensiones imperialistas que progresivamente se fueron haciendo más y más incontrolables hasta el extremo de desbordar a las propias burguesías. El capitalismo estaba llegando a una saturación relativa de sus mercados -se puede decir que desde principios de siglo el mercado mundial estaba ya formado[7]- y ello espoleaba tensiones crecientes por la dominación estratégica del mundo. El imperialismo alemán -el último llegado al reparto colonial y con un vigoroso desarrollo industrial- se veía asfixiado por todos los lados[8] y desarrolló un programa naval enormemente ambicioso y una política de expansión imperialista que provocó la respuesta de Gran Bretaña y Francia -imperialismos ya "acomodados" que por supuesto no podían tolerar la escalada de su rival-. Básicamente esas fueron las causas de la terrible conflagración que una vez desatada superó todas las previsiones y llevó a destrucciones y enfrentamientos jamás vistos en la historia anterior. Rosa Luxemburgo, en su obra La Crisis de la Socialdemocracia llega a la conclusión que «Todos estos factores demuestran, antes de que se llegue a la victoria o derrota, cuál será el resultado de la guerra: la ruina económica de todas las naciones participantes y, en medida creciente, de las naciones formalmente neutrales, fenómenos no observados en las guerras anteriores de la era moderna. Cada mes de guerra que transcurre confirma y fortalece este efecto y quita así, por adelantado, los frutos que se espera dará la victoria militar»[9], lo cual, según nuestra interpretación, abunda en la naturaleza totalmente irracional y auto-destructiva que conlleva la guerra imperialista generalizada. Es importante comprender a este respecto que no es lo mismo el Capital Global que el Capital Nacional, de la misma manera que no es lo mismo el Capital Nacional que cada capital particular.
Sometido a una situación histórica de tendencia a la saturación y la exacerbación de las contradicciones, cada Capital Nacional se ve obligado a fiar todas sus esperanzas de solución de las contradicciones que el capitalismo mundial en su conjunto descarga sobre sus espaldas en la guerra contra los demás capitales nacionales, ello trae como consecuencia un engranaje que lleva a la destrucción general del Capital Global.
Esto no es sino la expresión de una de las contradicciones clave del capitalismo: la que opone la naturaleza social y mundial de su tendencia de producción al carácter privado y nacional de su apropiación y organización, contradicción que en el siglo XX -época de decadencia del capitalismo- ha llegado a la máxima expresión.
Bueno, compañera, hasta aquí algunos elementos de reflexión para el debate.
CCI 15-10-08
[1] ¿Crisis del neoliberalismo o crisis del capitalismo? https://es.internationalism.org/node/2380 [196] , ¿Vamos a volver a vivir un crack como el de 1929? /cci-online/200810/2379/vamos-a-volver-a-vivir-un-crack-como-el-de-1929 [197]
[2] Marx, Anales Franco alemanes, citado por Franz Mehring en su biografía de Marx, página 72 de la edición española
[3] Algunos textos donde hemos desarrollado nuestra posición sobre la cuestión: Las verdaderas causas de la segunda guerra mundial https://es.internationalism.org/node/2137 [198] ; "Polémica con “Programme communiste” sobre la guerra imperialista - Negar la noción de decadencia equivale a desmovilizar al proletariado frente a la guerra [199]" ; XIIIº Congreso de la CCI - Resolución sobre la situación internacional /revista-internacional/200612/1167/xiii-congreso-de-la-cci-resolucion-sobre-la-situacion-internaciona [200] ; "Respuesta al BIPR (I) - La naturaleza de la guerra imperialista [201]" ; Crisis y militarismo /revista-internacional/200608/1060/crisis-y-militarismo [202]
[4] Página 352 de la edición española, Capítulo XXXII, El militarismo como campo de la acumulación del capital.
[5] Sin embargo, dentro de nuestra organización hay un debate que hemos hecho público pues hay diferentes posturas y concretamente hay compañeros que piensan que la guerra permite a través de la reconstrucción posterior un relanzamiento aunque sea parcial de la economía capitalista. Ver Debate interno en la CCI: las causas de la prosperidad tras la 2ª Guerra Mundial, /revista-internacional/200806/2280/debate-interno-en-la-cci-las-causas-del-periodo-de-prosperidad-con [203]
[6] («El renegado Vercesi», mayo 1944, en el Boletín internacional de la Fracción italiana de la Izquierda comunista, nº 5). Este boletín solo está disponible en francés.
[7] Ello significaba que toda la economía mundial funcionaba según las leyes capitalistas, sin embargo, no quería decir ni mucho menos que en cada país -incluso en países importante- no hubiera territorios extra capitalistas o áreas aún insuficientemente integradas en la producción capitalista.
[8] Rosa Luxemburgo en su obra La Crisis de la Socialdemocracia hace la reflexión según la cual el principal motivo de asfixia del imperialismo alemán no era tanto económico -sus negocios prosperaban a un ritmo creciente en el mismo año de la guerra- sino que era fundamentalmente estratégico y militar. Sus rivales -principalmente Gran Bretaña- tenían ocupados los enclaves esenciales y copaban las rutas terrestres y marítimas más importantes.
[9] Obras Escogidas tomo II edición española página 133
Publicamos a continuación una serie de cuatro artículos traducidos del idioma turco por los camaradas de Enternasyonalist Komünist Sol (EKS – que en español se traduce como Izquierda Comunista Internacionalista -), dedicados a la reciente huelga de Türk Telecom. Los lectores recordarán que ya habíamos publicado, en nuestra website en inglés, un artículo de esta serie, concretamente el titulado “Victoria en Türk Telecom”, que aborda un balance final de la huelga que durante 44 días sostuvieron los 26 mil trabajadores de esta compañía y que acabaron obteniendo un aumento salarial del 10%. Ahora podemos, por fin, publicar la serie completa de artículos publicados por EKS sobre esta lucha. El primero de ellos fue escrito al principio de la huelga para analizar las fuerzas en presencia mientras el segundo, como decimos, se redactó, al final de una lucha que se considera como una victoria de los trabajadores.
Los artículos siguientes se publicaron como parte de un debate que se abrió en las propias filas de EKS sobre el verdadero significado de la finalización de la lucha. El camarada Temel sostiene que, pese a las apariencias, la lucha ha representado una derrota. El camarada Devrim le responde defendiendo la valoración original y critica algunas afirmaciones de Temel para concluir que, aún considerando sus debilidades, la lucha ha supuesto una victoria tanto en lo económico como en lo político.
Pensamos sinceramente que la discusión que se expresa en estos artículos es un debate importante para el proletariado en su conjunto. No sólo porque aborda criterios generales para comprender cuando podemos decir que una lucha ha significado una victoria y cuando no, sino que lo hace a partir de un cuadro de análisis general que debería llamar la atención de trabajadores y comunistas de todo el mundo. Para la mayoría de los trabajadores de las principales concentraciones obreras del planeta la guerra imperialista representa una especie de telón de fondo general de nuestras vidas - que nos recuerda día tras día la tremenda mentira de esa supuesta era de “paz y prosperidad” que nos anunciaron tras la caída del bloque del Este – pero no es una circunstancia que module cotidianamente nuestra existencia. Para los trabajadores turcos, en cambio, la cuestión de la guerra y la postura que hay que adoptar ante ella es de lo más candente, puesto que la burguesía turca está llevando a cabo, desde los años 80, una guerra más o menos permanente contra su propia población kurda. La operación militar autorizada en 2007 no ha sido en modo alguno la primera incursión del ejército turco en el norte de Irak (Kurdistán). Es más, a diferencia de lo que sucede con los soldados estadounidenses o británicos desplegados en la guerra de Irak, las tropas turcas proceden en gran parte del servicio militar obligatorio, por lo que el horror y la brutalidad de guerra representa un trauma cotidiano para los trabajadores cuyos hijos, hermanos, padres o esposos se encuentran matando y muriendo en esta guerra de la que tan poco se informa (véase el informe de EKS sobre la invasión e Irak, publicada igualmente en nuestra website en inglés). La actitud de los proletarios turcos en lucha es pues de la mayor importancia para los trabajadores y los comunistas de todo el mundo. De ahí que, para contribuir precisamente al debate, queramos añadir algunos comentarios a los argumentos contenidos en los diferentes artículos.
El compañero Temel se pregunta «… si se daba el clima necesario para el desarrollo de una lucha en Telekom». Esta cuestión es totalmente pertinente pues los revolucionarios deben tener una comprensión de la relación de fuerzas entre las dos clases, es decir si los trabajadores están en una posición de fuerza o de debilidad frente a los capitalistas, cuando se desencadena la lucha. Lo que se discute en este debate es precisamente como calibrar la fuerza con que contaban los trabajadores:
Estas cuestiones son problemas comunes a las que hoy se plantean en muchas otras luchas que surgen en los países industrializados. Lo descollante, al menos para nosotros, es la reacción de los trabajadores de Telekom ante la guerra. No se trata de abrir un falso debate. Es verdad es que los trabajadores de Telecom no opusieron directamente a la guerra. Desde nuestro punto de vista eso solo hubiera sido posible tras alcanzar un grado de combatividad y de conciencia que aún no existe hoy. Hemos de tener en cuenta lo que supondría para las masas obreras una lucha consciente contra las operaciones militares del Estado. Eso significaría que los obreros estarían poniendo en cuestión la dominación de la burguesía y eso sólo puede suceder ante una situación revolucionaria o pre-revolucionaria, pues eso plantea abiertamente la cuestión del poder. En la situación actual de Turquía, la cuestión reside en realidad en comprobar si los obreros están dispuestos o no a sacrificar la lucha por defender sus propios intereses en aras a las necesidades de la maquinaria de guerra de la burguesía. Estamos completamente de acuerdo con lo que se le responde a Temel: «Si se hubiera producido una vuelta espontánea de los trabajadores a sus puestos de trabajo en consideración a la necesidad de mantener el sistema de Telecom en tiempos de guerra, eso habría representado un absoluto desastre. Pero eso no sucedió. Lo que verdad pasó es que los trabajadores mantuvieron la huelga a pesar de las descalificaciones que les lanzaban los “media” así como diferentes representantes de la clase política que les acusaban de actuar en contra de los intereses de la nación. Y eso es digno de elogio».
Que los trabajadores continúen defendiendo sus intereses de clase a pesar de las frenéticas campañas de los medios de comunicación de la burguesía no basta, por sí mismo, para detener la guerra. Es cierto que el ejército turco invadió finalmente el Kurdistán. Pero también es innegable que actúa como un freno para un estallido generalizado de la guerra imperialista. Constituye además la base para el desarrollo de una conciencia más profunda en el seno del proletariado del antagonismo existente entre los intereses de la nación burguesa y los suyos propios.
Finalmente, queremos expresar nuestro acuerdo y nuestra más sincera felicitación con el tono y el clima en el que se ha desarrollado este debate por parte de los camaradas del EKS. Como se dice en uno de los textos: «las discusiones de los verdaderas problemas a los que hacen frente los trabajadores en las luchas, sólo pueden ayudar al desarrollo de las organizaciones comunistas». A lo que añadiríamos que esas discusiones contribuyen, más en general, al desarrollo de la propia conciencia del proletariado en su conjunto.
CCI
La lucha que actualmente mantienen 26 mil trabajadores de la empresa de telecomunicaciones Türk Telekom pone de manifiesto los verdaderos problemas a los que se enfrenta hoya la clase obrera en Turquía. Mientras que el Gobierno trata de focalizar la atención sobre el referéndum y su guerra permanente en el Sudeste; la clase obrera ha planteado con toda claridad que la cuestión más acuciante son los salarios.
Frente a esta cuestión, también los representantes de la burguesía han dejado clara su postura. Paul Doany, mandamás de Türk Telekom declaraba tajantemente: «Que ningún empleado espere un aumento superior a la inflación». Pero para los trabajadores que sus salarios crezcan por debajo de la inflación significa simplemente recorte salarial.
La cuestión central hoy es si los trabajadores logran organizarse y unirse para intentar detener la oleada de continuos ataques a sus condiciones de vida que llevan sufriendo los diez últimos años. Eso es lo más importante hoy para los comunistas y para todos los trabajadores.
No hay que esperar de la prensa burguesa otra cosa que no sean ataques a los trabajadores. Aún hoy siguen dando la matraca con historias como la de la lamentable muerte de Aysel Tosun(1). Una de las cosas más chocantes es ver como sus comentaristas políticos se rasgan las vestiduras por una muerte mientras apoyan con todo entusiasmo los preparativos para la guerra en el Sudeste.
Pero lo que quizás sí sorprenda a los trabajadores de Türk Telekom es lo que han dicho “sus” líderes sindicales. A Ali Akçan, presidente de Haber- Is(2), le faltó tiempo para sumarse a la Patronal para condenar los actos de sabotaje de los trabajadores: «Es una infamia. Nuestro sindicato no tiene nada que ver con esos incidentes. Que se encuentre a los causantes y castiguémosles luego juntos». Apenas habían transcurrido unos pocos días de huelga y ya andaban los sindicatos declarando su predisposición a actuar junto a la policía y contra los militantes obreros. Para nosotros, en cambio, la cosa está clara: apoyamos las luchas de la clase obrera en defensa de sus condiciones de vida y si para ello hay que cortar unos cuantos cables de teléfono pues se cortan. Quién corre a unirse a los patronos para condenar a los trabajadores demuestra de qué lado está.
Pero ¿hemos de sorprendernos de esa actitud de “nuestros” dirigentes sindicales? Después de un año de conversaciones la única propuesta de los miembros del KESK(3) ha sido un día “sin trabajo”. Los sindicatos demuestran que su papel es promover la paz social y la sumisión a los explotadores. Al poner fin a la huelga en la THY(4), Salih Kiliç declaró «Me siento honrado por poner mi firma en este convenio». Por su parte Oguz Satici, presidente del Consejo de Exportadores de Turquía, reflejaba con toda precisión el punto de vista de los capitalistas: «La inteligencia y la razón han ganado. Ha sido lo mejor para Turquía». Nosotros decimos, en cambio, que tras una década de aceptar sacrificios, ya basta de que los trabajadores antepongan los intereses de Turquía a sus propias condiciones de existencia. Cuando los patronos dicen “Es lo mejor para Turquía”, quieren decir en realidad: “Es lo mejor para la burguesía turca”. Y eso supone machacar a los trabajadores. Quien se siente “honrado” por firmar tales acuerdos demuestra ser un enemigo de clase de los trabajadores.
Si los trabajadores no pueden creer a sus “propios” sindicatos ¿en quién pueden confiar? La respuesta se parece al viejo proverbio de los nacionalistas. El único amigo de un trabajador es otro trabajador. Los trabajadores de Telekom deben formar comités para tomar el control de sus propias luchas y evitar dejarlas en manos de los sindicatos que se sentirán “honrados” por dejarles vendidos ante los explotadores. Muchos otros trabajadores en Turquía están deseando entrar en lucha. Los empleados de THY, así como los del sector público, han mostrado desde principios de año su predisposición a la lucha. Hoy la referencia de los trabajadores de Telekom está merecidamente en las mentes de todo el proletariado turco. Les incumbe pues no sólo a ellos, sino a todos los trabajadores, que estos compañeros no se queden solos. Nosotros manifestamos nuestro apoyo a los obreros de Telekom, y proclamamos que todos los trabajadores deben luchar, en todos las empresas y sectores, contra los recortes salariales.
Devrim
El siguiente artículo redactado por los camaradas de Enternasyonalist Komünist Sol (EKS) informando de una huelga muy importante que estaba teniendo lugar en Türk Telekom fue publicado originalmente en nuestra website en inglés en Diciembre de 2007. Lo republicamos ahora en el contexto del debate que ha tenido lugar en EKS a propósito del significado de esta lucha. Pero más allá de la importancia en sí de esta lucha y de las lecciones que de ella se puedan sacar, lo más destacable, como acertadamente subrayan los camaradas de EKS, es la trascendencia de un lucha mantenida en el contexto de un asfixiante clima de nacionalismo belicista, en la que se ha podido distinguir claramente el terreno patriotero del líder del sindicato Haber-Is, del terreno de la defensa decidida por parte de los trabajadores de sus condiciones de vida. La defensa de la nación y los intereses de los trabajadores son totalmente incompatibles.
CCI
La huelga masiva de los más de 26 mil trabajadores de Türk Telekom se ha acabado y tras 44 días, los obreros han vuelto al trabajo. Las más de 1’1 millones de jornadas de trabajo perdidas la convierten en la huelga obrera más importante de la historia de Turquía desde las luchas de la minería en 1991. Es el momento de sacar lecciones de esta experiencia.
Lo más importante que podemos aprender es que los trabajadores sí podemos defender nuestras condiciones de vida mediante la lucha. La oferta inicial de la empresa (un 4%) estaba muy por debajo incluso de las previsiones oficiales de inflación para este año (un 7’7%), por lo que suponía un drástico recorte salarial para sus trabajadores.
De ahí que pueda decirse que la consecución de un 10% para este año y de un 6’5% más la inflación para el siguiente constituye una auténtica victoria para los trabajadores. Poco después, bastó que los empleados de THY amenazaran lanzarse a la lucha para que también se les concediera una aumento del 10%. Con ello se pone de manifiesto una cuestión crucial: la única forma de proteger los salarios de las dentelladas de la inflación es a través de la acción masiva y unida.
Esto debe servir de ejemplo y acicate a los demás trabajadores y sobre todo a los empleados del sector público a quien el gobierno ha ofrecido un insultante 2% + 2%. Todo incremento de los sueldos que sea inferior a la inflación supone un verdadero recorte salarial. Y dado que, en gran medida, el sector público es el más importante del país, y que una gran mayoría de familias obreras tienen un miembro que trabaja para el Estado, no cabe duda que una victoria en este sector sería una victoria para todos los trabajadores de Turquía.
La segunda lección se refiere a los compañeros que han sido acusados de actos de sabotaje. Es muy positivo que todos los obreros despedidos durante la huelga hayan sido finalmente readmitidos. Pero a quienes se ha acusado de actos de sabotaje se les impide volver al trabajo hasta que no quede acreditada su inocencia. A diferencia de lo que dicen la empresa, los periódicos al servicio de la burguesía y los sindicatos, nosotros nos negamos a condenar a trabajadores que luchan en defensa de sus condiciones de existencia. Es sumamente importante que estos compañeros no queden ahora olvidados y que todos los trabajadores de Türk Telekom sigan discutiendo que hacer si estos trabajadores resultan finalmente condenados por sabotaje y despedidos.
Otra cuestión. La supuesta traición de los huelguistas. Ali Akcan, el jefe de Haber-Is proclamó en seguida que los trabajadores no podían ser considerados “traidores”, y que, si el país lo necesitaba para la guerra, no vacilarían en “cumplir con su deber”. Pero nosotros pensamos, por el contrario, que hace demasiado tiempo que los obreros de este país han puesto los intereses de la nación por encima de sus propias necesidades. La clase obrera ha pagado el estado de guerra en el Sudeste no sólo con años de inflación y austeridad, sino también con la sangre de sus propios hijos. Ya es hora de poner por delante los intereses de los trabajadores.
Y por último una enseñanza que implica al conjunto de la clase obrera. Los trabajadores de Türk Telekom han luchado aislados. Es verdad que se enviaron piquetes a los centros de trabajo, pero los oficinistas de las PTT seguían trabajando. Si la reivindicación de los trabajadores de Telekom - la defensa de los salarios frente a la inflación -, era algo que incumbe a toda la clase obrera, los sindicatos se han dedicado en cambio a encerrar a los trabajadores cada uno en su sector. Y si los obreros de Telekom consiguieron un 10% de aumento ¿Qué habrían logrado si se hubieran unido los compañeros de PTT? ¿Qué habrían podido obtener si se hubieran sumado a la lucha los trabajadores del sector público? Es necesario que los trabajadores eviten quedar aislados cada uno en su sector y establecer, en cambio, lazos de unión con el resto de la clase obrera. Si los trabajadores de Telekom se hubieran dirigido directamente a sus hermanos de PTT, y si les hubieran apelado a unirse a la lucha, la victoria habría sido no sólo más importante sino también más rápida.
La inflación no va a desaparecer. Ya incluso el propio banco central ha revisado al alza las previsiones. Por ello no sólo los trabajadores del sector público deberán luchar para defender sus salarios de las amenazas de recortes. Los propios obreros de Telekom habrán de volver al combate a corto o a medio plazo para defender la victoria obtenida en esta lucha. Y luchar juntos es la mejor forma de hacerlo.
EKS
Cuando los capitalistas turcos se despertaron el pasado 28 de Noviembre comprobaron que las cosas no iban como solían hacerlo. Las líneas telefónicas de la Bolsa de Estambul no funcionaban debido a un accidente en un edificio en construcción. Pero debido a la huelga de los trabajadores de la Telekom turca no pudieron enviar ningún técnico por lo que la sesión bursátil no pudo ni iniciarse. Esto enfureció enormemente a Ali Bahçucav, el presidente de la entidad que agrupa a los inversores bursátiles, es decir un representante del capital especulativo, que lanzó un duro y significativo exabrupto a los gestores de Telekom: «o solucionáis el problema o Telekom debe volver a ser nacionalizada». Por que si el grupo Oger(1) demostraba su incapacidad para hacer frente a estos problemas ¿Qué pasará en el futuro cuando tenga que hacer frente a los “serios problemas” del área de la “defensa”? De esa forma el resto de facciones de la burguesía turca presionaba a los dueños de Telekom dada, además, la importancia de este sector. Y como resultado de ello, lo que antes eran desacuerdos “insuperables” y reivindicaciones sindicales “inalcanzables”, se reconvirtieron en un acuerdo en el que, en versión del propio dirigente sindical, «no hubo vencedores ni vencidos», y en la que, por supuesto, actúo como mediador el Ministro de Comunicaciones. Tras largas negociaciones, los dueños de Telekom mostraron su reconocimiento a dicho ministro que, a su vez, felicitaba a los burócratas sindicales. Y ¿después qué? El diario “Hurriyet”(2) informaba el 30 de Noviembre que: «Tras el acuerdo alcanzado en las negociaciones, el Ministro de Comunicaciones (Binali Yildirim), el presidente de Turk-Is (Salih Kilic), Ali Akcan dirigente de Haber-Is así como el consejero del Comité de dirección de Türk Telekom (Paul Donay) se marcharon a comer juntos al Restaurante Beykoz».
Tenemos que tener siempre en cuenta que cuando los periódicos, los sindicatos o los burócratas del capital se ven en dificultades, tratan de reducir los problemas a una montaña de cifras y porcentajes procedentes de elaboradas estadísticas, confiando en que todo esto resulte incomprensible para los trabajadores. Durante la lucha de Telekom asistimos una vez más a esa pantomima. En la 7ª ronda de negociaciones, los sindicatos y el grupo Oger habían llegado a un acuerdo sobre cerca de 20 reivindicaciones y discrepaban en algo así como 90. Según los sindicatos, las diferencias estribaban, sobre todo, en la flexibilidad de la jornada, la subcontratación y las diferencias salariales entre obreros afiliados y no afiliados a los sindicatos. Estos explicaban estas dificultades como el resultado de una “agresión” del capitalismo internacional y extranjero. Pero analizándolo más a fondo el problema se ve mucho más simple. Turk-Is(3) ha sido siempre un sindicato que ha reflejado las divisiones existentes entre la clase dominante, entre el bloque en el poder y el sector más importante de la oposición burguesa. Esto se ve muy bien examinando el cambio que se ha producido en la dirección de Turk- Is, en el que una mayoría se ha decantado por apoyar al AKP en el gobierno, mientras la minoría se ha acercado a las tesis de la oposición nacionalista. Antes de este cambio en la dirección había tenido lugar una conferencia general de la confederación sindical en la que los sindicatos de la “oposición”, es decir Haber-Is(4), Petrol-Is, y algún otro, se dedicaron a acusar a los sindicatos proclives al AKP de “sumisión”. Así pues el trasfondo de las negociaciones en Telekom podría interpretarse como un ajuste de cuentas con los burócratas de los sindicatos nacionalistas.
No es de extrañar que la fracción sindical más proclive al AKP haya tomado las riendas la lucha de Telekom. En realidad los sindicatos alineados con la oposición (Haber-Is, Petrol-Is, Gida-Is(5)) están implantados sobre todo en empresas o sectores que o están privatizados o están próximos a serlo. Y, cuando no, se trata de sectores de desarrollo reciente como es el caso de Novamed. En el primer caso, los sindicatos se enfrentan al peligro de perder la posición que disfrutaban en el Estado. En Telekom se ha visto como la patronal ofrece algunos incentivos a los trabajadores que se desligan de los sindicatos, para tratar de liquidar el tradicional sindicalismo estatal. En el segundo caso los sindicatos de Turk-Is pugnan por implantarse, y para ello desafían, al menos en parte, la política gubernamental de bajos costes laborales en las zonas de libre comercio.
Así viendo en peligro su propia supervivencia, algunos sindicatos de la Turk-Is tratan de responder presionando al Estado con huelgas y movilizaciones. Esta estrategia puede entenderse mejor analizando la propia historia de Turk-Is.
Desde sus orígenes como confederación sindical Turk-Is fue terreno de disputa política entre el DP (Partido Democrático(6)) y el CHP (el Partido Republicano del Pueblo). Conquistar Turk-Is equivalía a tener el control de la clase obrera, por lo que la fracción de la burguesía que tenía la mayoría en el parlamento acababa haciéndose con el poder en Turk-Is. Y también por ello Turk-Is asumía el rol del más sólido caballo de Troya del que pudiera disponer la ideología burguesa dominante en las filas de la clase obrera. Y es que Turk-Is fue especialmente creada para ello, y ¡solo para ello!, por parte del imperialismo norteamericano, para lo que se inspiró en el modelo de la AFL-CIO estadounidense. Incluso los más recalcitrantes “antiimperialistas” que conforman hoy el ala nacionalista de Turk-Is, siempre reconocieron esto en el pasado, aunque hoy las cosas hayan cambiado desde luego.
Todo esto demuestra que Türk-Is se constituyó con el objeto de manipular el movimiento obrero que se desarrollaba en los años 1950 tras la contrarrevolución que se abatía desde finales de los años 1920. El conflicto imperialista bipolar llamado Guerra Fría, que se desató desde el final de la Segunda Guerra Mundial, exigía la existencia de países satélites conformados de una forma estatalista. Eso se hizo en nombre del “socialismo” en el caso de Rusia y sus satélites, mientras que en el caso de los estados dominados por USA se hacía invocando la “democracia”. Estos cambios forzaron al Estado turco en los años 50 a adoptar un ropaje “democrático y occidental” para hacer frente a la URSS. Y esta necesidad de adaptación se hizo también extensiva a los sindicatos. A mediados de los años 50, las necesidades de la burguesía y el Estado impusieron la creación de un aparato como Turk-Is, para sustituir el anticuado discurso rayano en la ideología del corporativismo fascista - basado en la intragable patraña de que el Estado representaba a todas las clases o incluso que las clases no existían en Turquía-, por el modelo clásico occidental que incluía las consabidas “libertad de expresión” y “de organización”, y el inicio de una legislación que regulaba los sindicatos y las huelgas. Sin embargo, irónicamente, fue en este período en el que se produjo la mayor y más rápida expansión de los sindicatos, en el que el derecho a la huelga resultó más severamente restringido y se cambiaron las normas de “arbitraje” para tratar de aumentar la legitimidad del Estado ante los obreros.
Todo esto dio lugar a Turk-Is y a los sindicatos que lo integran. La confederación sindical nació pues como pieza capital de la nueva, “democrática”, y anticomunista Turquía, integrada en el bloque imperialista norteamericano. Después, Turk-Is se ha convertido en un leal perro guardián contra la Izquierda estalinista y los sindicatos controlados por ella, como instrumento en el conflicto imperialista e instrumento central del sabotaje de las luchas obreras. Sin ser el único ejemplo, la actuación de Turk-Is durante el golpe de Estado de 1980, constituye una patente demostración de lo que decimos. Durante el golpe, Turk-Is, apoyó efectivamente a la Junta, e incluso el presidente del sindicato llegó a ser reclamado para que fuera el Ministro de Trabajo del gobierno provisional instituido por los militares. Esta situación se prolongó hasta la llamada “normalización” de finales de los años 80, precisamente con el resurgimiento de discrepancias entre las diferentes fracciones de la burguesía. A partir de entonces Turk-Is empezó a perder muy rápidamente su posición de privilegio. Como un ingrato amo que cuida a su perro guardián cuando se siente atemorizado pero que lo echa a patadas cuando se le pasa el susto, el Estado turco se desentendió de Turk-Is. En aquel momento la clase obrera había sido sangrientamente batida, y asistíamos al debilitamiento en todo el mundo, de las tendencias políticas que se proclamaban como “socialistas” así como del propio imperialismo ruso. Todo esto junto a otrsp factores llevó a Türk-Is a una posición casi marginal.
Por ello Türk-Is se ve obligada no sólo a mantener apaciguada a la clase obrera, tal y como dictan los intereses del Estado, pero también a recuperar su status en el seno del Estado y su legitimidad en las filas de la burguesía. Para ello se ha dedicado a encabezar una oposición “democrática” que intenta demostrar su fuerza ante el Estado exhibiendo su capacidad de convocatoria de los trabajadores. Las tácticas empleadas por Türk-Is en la huelga de Telekom recuerdan esas estrategias. Por supuesto tales tácticas se convirtieron en inefectivas frente al desarrollo de la ofensiva obrera de finales de los años 80, cuando Türk-Is se desprestigio a los ojos de la burguesía, pero esto excede desde luego los límites de este artículo. Lo que sí queremos dejar claro es que hace tiempo que Türk-Is emplea, ante situaciones en que se siente arrinconada, la táctica de presionar a ciertas fracciones de la burguesía con movilizaciones de los trabajadores, y que estas no llevan al proletariado a ningún lado.
Es verdad que no podemos sacar las verdaderas lecciones de las luchas si las examinamos únicamente desde la óptica de la burguesía y de sus instrumentos en el seno del proletariado. Pero la huelga de los trabajadores de Telekom tiene una gran importancia no solo para los trabajadores de esta empresa sino para toda la clase obrera. Esta huelga no solo ha fortalecido las ilusiones de que los sindicatos respaldan a los trabajadores, sino que también los ha encerrado en la cárcel del sector evitando la extensión de la lucha al resto de la clase obrera. La pregunta que en realidad debemos hacernos es ¿Cuándo podemos decir que una lucha ha sido una victoria? Hemos de cuestionarnos si en Telekom se daba el clima necesario para el desarrollo de una lucha. Ha quedado claro que incluso en esa empresa los obreros se han visto empujados, tanto por la Patronal como por los sindicatos, a enfrentarse unos a otros. Cuando los obreros afiliados a los sindicatos acusan a los que no lo están, o a quienes los han abandonado, de puro egoísmo, demuestran estar totalmente bajo la influencia de los sindicatos. Tampoco existió antes de la lucha un clima de discusión franca que permitiera a cada “lado” sentir la solidaridad de los otros. Por ello los sindicatos pudieron “señalar” a los trabajadores que se habían desafiliado para obtener mejoras salariales como si fueran verdaderos enemigos de sus propios hermanos y hermanas de clase.
Es más, los sindicatos incrementaban, ante cada calumnia de la prensa burguesa, la dosis de demagogia chauvinista y nacionalista, lo que aumentó aún más la confusión de los trabajadores. Así la venta de Telekom a un grupo foráneo fue presentada como un acto de “traición a la patria”, y plantearon como reivindicación obrera la nacionalización de la empresa. De ahí que en las negociaciones aceptaran el aumento salarial – el 10% - que ofrecía la Patronal y que hicieran de ello una prueba de patriotismo. Por ello el mismísimo jerifalte de Haber-Is, reconoció sin tapujos que «la huelga ha representado una derrota desde el punto de vista económico, pero una victoria política». Esto lo dijo en una conferencia en la Universidad Tecnológica de Oriente Medio. También es verdad que tras este alarde de sinceridad tuvo que escapar de las preguntas críticas de un reducido grupo de estudiantes.
Eso es lo que ha supuesto esta lucha para los trabajadores. Una huelga que ha durado más de un mes…, y que sin embargo no ha supuesto ninguna mejora del nivel de vida para los trabajadores, sino más bien una acentuación de la división en las filas obreras. Cuando el gobierno del AKP anunció el aumento del 10% de los salarios a finales de año, se alcanzó el colmo del cinismo cuando escuchamos a los sindicatos de la oposición denunciar hipócritamente a Türk-Is de “haberles vendido”
De igual forma que los comunistas revolucionarios necesitamos sacar todas las enseñanzas posibles de las victorias de la clase obrera, también hemos de ser capaces de hacerlo en las derrotas, para poder aplicarlas en otros momentos de la lucha de clases. Para ello es necesario que los comunistas sepan reconocer sus errores y sepan utilizar la crítica como un instrumento ante cada situación. La discusión es una de las principales herramientas no sólo para los comunistas sino también para la clase obrera en general. Hemos de aceptar que la huelga en Telekom no ha significado en absoluto una victoria para los trabajadores y ello por tres razones internas básicas:
Todo ello no significa en manera alguna que no apoyemos las luchas hasta el final, pero sí que hemos de asumir que la primera tarea de los comunistas en aquellas luchas que los sindicatos manipulan como instrumentos de sus objetivos políticos es, precisamente, propagar la necesidad de una muy activa solidaridad del resto de trabajadores con los trabajadores en lucha, precisamente para contribuir a romper las cadenas sindicalistas y lograr sus reivindicaciones. Sólo por ese camino pueden los trabajadores empezar a desengañarse de los sindicatos y comprender como conseguir pues verdaderas victorias. Para nosotros, comunistas, esta es una enseñanza que debemos defender y preservar. En ese sentido no cabe ninguna duda de que el debate originado por la lucha de Telekom en EKS tendrá consecuencias muy positivas.
Temel
El camarada Temel ha dicho que «la huelga en Telekom no ha significado en absoluto una victoria para los trabajadores». Esto ya supone por sí mismo una réplica al artículo de portada del Gece Notlari del mes anterior titulado precisamente “Victoria de los trabajadores de Türk Telekom”. En aquel momento nuestra publicación sostuvo que la lucha había constituido un triunfo para la clase obrera. Hoy seguimos pensando así, pero entendemos que la valoración de esta lucha debe ser objeto de un debate, por lo que llamamos a nuestros lectores a que nos envíen contribuciones sobre esta cuestión.
La justificación que esgrime Temel para tachar la lucha de fracaso reside en primer lugar, aunque no sea lo más importante, en razones de tipo económico, pues señala que el 10% de aumento salarial ya fue ofrecido por los patronos antes de la huelga y este aumento fue el que finalmente apareció en el acuerdo. Pero esto no se ajusta a la realidad. Antes de la lucha, la patronal ofreció exactamente un 4% de aumento. El acuerdo final recoge un incremento del 10% para este año y un 6’5% más la tasa de inflación para el siguiente. Como puede verse hay una disparidad en las cifras.
Temel se basa en informaciones periodísticas que han dicho que Türk Telekom habría estado dispuesta a aceptar un 10%. Quizás esto fuera así, pero lo cierto es que ofrecieron un 4%. Las empresas como Türk Telekom tienen planes económicos que presupuestan basados en lo que ellas creen que va a suceder. Eso no significa que no hubieran deseado cerrar el acuerdo con un aumento menor. Por supuesto los explotadores aspiran siempre a que los obreros obtengan los menores aumentos salariales posibles. Si hubieran conseguido que los trabajadores aceptaran un 4% se habrían sentido de lo más contento. Pero no pudieron. Y eso se debió, según nuestro punto de vista, a la lucha de los trabajadores. Esta claro que nadie puede saber exactamente que sucedió en las conversaciones entre Paul Doney y Salih Kiliç, pero todas las informaciones aparecidas tienden a corroborar esta versión.
Temel nos habla además de tres “razones internas básicas” que le llevan a pensar que la lucha ha significado un fracaso. La primera de ellas hace referencia a que «la huelga ha profundizado las divisiones en el seno de la clase obrera y acentuado la desconfianza entre obreros afiliados y no afiliados a los sindicatos». Se trata como muy bien dice Temel de divisiones creadas por la clase dominante. Sin embargo, por absurdo que pueda parecer, no es extraño ver en este país obreros que están trabajando mientras sus compañeros están en huelga. La vía más importante para desarrollar las luchas obreras es extenderla y sumar a otros trabajadores. Podemos sentirnos también razonablemente seguros de que esto no les interesa a los sindicatos, como se ha puesto igualmente de manifiesto en la lucha de Telekom.
Sin embargo echar abajo esas barreras que separan a los trabajadores no es tarea fácil. El camino para conseguirlo es apelar directamente a los trabajadores a que desarrollen acciones de solidaridad. No faltará quien nos diga que eso ya lo organizan los líderes sindicales. Pero ya hemos visto recientemente en qué consisten esas “acciones” que organizan los sindicatos: una especie de huelga simbólica de dos horas en las que incluso no participan todos los trabajadores. La clase obrera necesita tomar la iniciativa por sí misma sin esperar a este tipo de convocatorias.
Pero esto es mucho más fácil de decir que de hacer. La sujeción de los trabajadores a los sindicatos no es únicamente organizativa sino también ideológica. La Izquierda comunista propugna la celebración de asambleas abiertas en las que puedan participar trabajadores no sindicados o pertenecientes a cualquier sindicato, para discutir, precisamente, como organizar sus propias luchas. Y esto es válido incluso si los trabajadores deciden en esta asamblea seguir las propuestas de los dirigentes sindicales.
Al capitalismo le interesa crear divisiones en las filas obreras y los sindicatos juegan un papel capital en ello. En esta lucha de Telekom los trabajadores no han logrado superar la barrera del sector y extender la lucha a otros trabajadores. Pero ¿podíamos esperar eso? Por supuesto que no.
Muchas luchas se quedan encerradas en su sector. Pero eso no quiere decir que sea la lucha lo que ahonde las divisiones entre los que luchan y los que no lo hacen, sino que la clase obrera carece aún de la fuerza necesaria para superar tales divisiones.
El segundo argumento de Temel consiste en decir que la lucha de Telekom ha forzado a los trabajadores a sacrificar sus propios intereses en aras al interés nacional. Desde mi punto de vista ésta es una extraña interpretación de la situación. En mitad de la histeria masiva desatada con el tema de los Mártires y de Irak, los obreros de Telekom no podían abstraerse de ella durante la huelga. Recuerdo haber visto a escolares proclamando fanáticamente la defensa de los intereses nacionales. Los trabajadores de Telekom no son ni más ni menos nacionalistas que la inmensa mayoría de obreros de este país. Es verdad que empleados de Telekom hicieron comentarios nacionalistas, pero en aquel momento eso era algo común en todos los trabajadores.
Por ello si se hubiera producido una vuelta espontánea de los trabajadores a sus puestos de trabajo en consideración a la necesidad de mantener el sistema de Telecom en tiempos de guerra, eso sí habría representado un absoluto desastre. Pero eso no sucedió. Lo que verdad pasó es que los trabajadores mantuvieron la huelga a pesar de los insultos que les lanzaban tanto los “media” como muchos representantes de la clase política que les acusaban de actuar en contra de los intereses de la nación. Y eso es digno de elogio.
Es verdad que los trabajadores se declararon patriotas. Es cierto que protestaron contra el capital extranjero. Pero ¿son en esto diferentes del resto de los obreros? ¿Es que hay sectores obreros que han manifestado su rechazo tanto al capitalismo turco como al extranjero y han proclamado su internacionalismo? No. Desgraciadamente no.
Pero la huelga no se diluyó en una marea de nacionalismo. Eso sí habría representado una muy severa derrota. Pero no fue eso lo que sucedió.
El tercer argumento es que la lucha no había sido suficientemente preparada. Por supuesto que no lo estaba, pero eso es lo que suele suceder con las luchas. Temel añade que eso ha desmotivado a otros trabajadores para ponerse en lucha y que en cambio ha fortalecido las ilusiones en los sindicatos. Pero esto es algo extremadamente difícil de demostrar.
Respecto a la preparación previa de las luchas, hay que reconocer que la clase obrera no es suficientemente fuerte para llevarla a cabo de forma efectiva. Muchos sectores muy combativos de la clase obrera están aún presos de ilusiones sindicalistas. En nuestra opinión lo único que puede hacer que las masas obreras rompan con los sindicatos es el desarrollo de una confrontación con estos durante las luchas. Podemos ganar a algunos elementos aislados, o incluso pequeños grupos dispersos de militantes obreros, pero, a día de hoy, cuando estallan las luchas la inmensa mayoría de la clase obrera confía en los sindicatos. ¿Cómo pensamos que pueden preparar con antelación las luchas? Los únicos que pueden adelantarse en esa preparación son los sindicatos. Pero, y en eso estamos de acuerdo con Temel, los sindicatos no actúan defendiendo los intereses de la clase obrera.
El proletariado carece aún de fuerza necesaria que le haga capaz de afirmar rotundamente sus intereses. Si puede, sin embargo, desarrollar luchas mediante las cuales comenzar a liberarse de la ideología de otras clases y actuar por sí mismo. No tiene la fuerza que se requiere para preparar suficientemente sus luchas y por ello no lo hace. Y en cuanto a lo que se sugiere que esta lucha ha dilapidado la combatividad obrera, ya veremos lo que sucede.
Si se desarrolla un amplio movimiento de lucha contra la reforma de las pensiones eso confirmará que la lucha de Telekom ha servido en realidad de estímulo a la combatividad de los trabajadores. Por el momento aún hay muchas ilusiones puestas en los sindicatos. No esperemos una ruptura con ellos de la noche a la mañana o que pueda darse sin un combate. Si hay un impulso a la lucha, eso les llevará en definitiva a chocar con los sindicatos. Pero eso aún esta por ver.
Compartimos plenamente, sin embargo, el último párrafo que escribe Temel en su artículo. Apoyamos todas las luchas de los trabajadores en defensa de sus intereses de clase. Necesitamos seguir insistiendo para lograr la solidaridad entre distintos sectores obreros. Y las discusiones de los verdaderos problemas que enfrentan los trabajadores en sus luchas no pueden ser sino una contribución al desarrollo de las organizaciones comunistas.
Esto es lo que nos une en un sentido verdaderamente práctico y lo que buscamos con el desarrollo de este debate, y de otras discusiones que tendremos la posibilidad de mantener con ocasión de otras luchas, como la que actualmente tiene lugar a propósito de las pensiones.
Devrim
(1) Es el caso de una mujer que supuestamente falleció como consecuencia de la huelga
(2) Se trata del principal sindicato del sector de la telecomunicación
(3) Sindicato izquierdista de los empleados públicos.
(4) Líneas Aéreas de Turquía.
(1) Dueños de la Türk Telekom
(2) Traducido, quiere decir “Libertad”, uno de los principales periódicos burgueses.
(3) Traducido quiere decir Turquía y Trabajo y es la principal confederación sindical turca.
(4) Quiere decir más o menos “Noticias y Trabajo”, es el sindicato de los trabajadores del sector de las telecomunicaciones en el seno de Turk-Is. Ha sido además el sindicato implicado en esta huelga.
(5) Petróleo y Trabajo, Alimentación y Trabajo, son las ramas en estos sectores del Turk-Is.
(6) El antiguo “Partido Demócratico” se instaló en el poder en la década de los años 1950 tras ganar las elecciones al Partido Republicano del Pueblo. Fueron desalojados posteriormente por un golpe de Estado en el que Adnan Menderes, el líder del partido y a la vez primer ministro, fue ejecutado. Posteriormente este partido fue prohibido. Todas las principales corrientes de centro- derecha, así como los partidos parlamentarios islámicos de derecha siempre han estado vinculados a esta formación.
El gobierno burgués de Chávez -con el apoyo de la Oposición y de los sindicatos- desencadena la represión contra los trabajadores de la Zona del Hierro en Venezuela que están en lucha por sus necesidades más acuciantes. Aquí se ve la VERDAD DEL SEÑOR CHAVEZ Y DE SU PANTOMIMA DEL "SOCIALISMO DEL SIGLO XXI".
Difundimos la hoja de intervención que han realizado nuestros camaradas de INTERNACIONALISMO de Venezuela. Saludamos su esfuerzo hecho en condiciones muy difíciles de represión y chantaje chavista. Manifestamos nuestra solidaridad con los trabajadores de la Zona y con nuestros camaradas y llamamos a que se difunda y se discuta esta hoja de intervención. La lucha del proletariado es MUNDIAL y debe confrontarse a todas las formas del Estado burgués sean estas "liberales", dictatoriales o adopten la máscara del "socialismo" como en el caso del protagonista semanal de Aló Presidente.
El estado burgués de Chávez arremete contra los trabajadores del hierro
Después de más de 13 meses de discusión de la contratación colectiva, los trabajadores de la siderúrgica Ternium-SIDOR han dicho basta. Indignados, debido a los salarios de hambre que reciben (cercano al salario mínimo, en una de las regiones de Venezuela con los mayores índices de alza del costo de la vida) y debido a las condiciones laborales deplorables que han ocasionado la muerte de 18 trabajadores y decenas de enfermos ocupacionales en menos de una década, han decidido realizar varios paros de trabajo ante la negativa de la empresa de otorgarle las reivindicaciones salariales y laborales exigidas.
Varios medios de comunicación se han hecho eco de la campaña de la empresa que intenta victimizarse al plantear que los beneficios exigidos por los trabajadores superan las ventas anuales. Estas mentiras forman parte de "black out" informativo tanto de los medios de comunicación oficialistas como de oposición, sobre las verdaderas causas de la lucha de los trabajadores del hierro, quienes desde la década de los 90 han estado sujetos a políticas de recorte de beneficios salariales y laborales, a través de procesos de reestructuración, que han colocado sus beneficios por debajo de otros trabajadores de la región. Los trabajadores del hierro lo que hacen es luchar por tener un nivel de vida digno. Saben que si se aceptan las condiciones contractuales de la empresa[1], estarán amarrados por más de 2 años a aumentos de salario y beneficios miserables, mientras los precios de los alimentos y el costo de la vida se incrementan por encima de un 30% anual, según lo indican las nada confiables cifras del Banco Central de Venezuela. Otra importante reivindicación del movimiento, es pasar a los trabajadores contratados (que representan el 75% de la plantilla de más de 16000 obreros) a la nómina de trabajadores fijos, que cuentan con mejores beneficios que aquellos. En este sentido, la lucha de los sidoristas expresa el malestar y la incertidumbre que domina entre las masas trabajadoras de la región y del país, ante el incremento incesante del precio de los alimentos y del costo de la vida en general, y ante la precariedad en las condiciones de trabajo.
De igual manera, los trabajadores del hierro han dicho basta, al "peloteo" y la "mamadera de gallo" de los representantes de la empresa, el gobierno y los sindicatos; quienes han logrado desmejorar progresivamente las exigencias iniciales del movimiento (los sindicatos "exigen" hoy Bs. 50 diario, después de 80 al inicio de las negociaciones). Después de cumplir con todos los requisitos para poder ir a la huelga, vinieron con el cuento de conformar una comisión de alto nivel formada por ese nefasto triunvirato. Mientras ellos debatían puertas adentro a espaldas de los trabajadores, éstos, en asamblea en los portones de entrada a la acería han decidido realizar varios paros, siendo el más significativo el del 12 de marzo por 80 horas que mostró una radicalización del movimiento. La respuesta de la empresa y el estado no se hizo esperar: el día 14 se desata una feroz represión de parte de la Guardia Nacional y la policía que dejó más de 15 obreros heridos y 53 detenidos. Con esta acción represiva el gobierno de Chávez ha quedado desenmascarado ante los trabajadores: se quitó el uniforme de "obrero" y se colocó su verdadero uniforme, el de defensor de los intereses del capital nacional. No es la primera vez que el estado "obrero y socialista" arremete contra los trabajadores que luchan por sus reivindicaciones: para sólo mencionar un caso entre tantos, el año pasado, los trabajadores petroleros sintieron la represión en carne propia cuando luchaban por mejoras laborales.
Pero el sindicato SUTISS también es corresponsable de la represión contra los trabajadores (independientemente de que algunos dirigentes sindicales hayan sido reprimidos), ya que ha hecho su trabajo de "apaga fuegos" contra del movimiento. Intenta colocarse al frente del movimiento mientras negocia con la empresa y el estado la baja en la exigencia salarial, a la espera de que el movimiento se debilite.
Referéndum y nacionalización: nuevas trampas contra el movimiento
Debido a la intransigencia obrera, ahora se han sacado de la manga otra trampa: la realización de un referéndum para consultar a cada obrero sobre su acuerdo ó no con la propuesta de la empresa. Promovida por el Ministro chavista del Trabajo (trotskista o extrotskista), ya el sindicato SUTISS le ha dado su bendición; eso sí, con ciertos "condicionamientos". El instinto de clase ha llevado a varios trabajadores a rechazar esta trampa, mediante la cual se intenta escamotear las asambleas soberanas (donde se expresa la verdadera fuerza de la clase trabajadora) y se trata a cada obrero como un "ciudadano", quien de manera aislada "se enfrentará" contra la empresa y el estado a través de... las urnas electorales!! Ante esta acción, los trabajadores deben reafirmarse en sus asambleas soberanas.
Otra trampa contra el movimiento, propuesta por los sindicatos y varios sectores "revolucionarios" del chavismo, es la de volver a nacionalizar SIDOR, mayoritariamente en manos del capital argentino (el estado venezolano posee 20% de las acciones). Esta campaña lo que pretende es distraer la lucha de los trabajadores de sus verdaderos objetivos, ya que a éstos no les quedará otra opción que enfrentarse contra los capitalistas de la empresa, sean éstos argentinos o los burócratas del estado venezolano. La nacionalización de las empresas no significa la desaparición de las condiciones de explotación; el estado-patrón, aunque se disfrace de "obrero", no tiene otra opción que atentar de manera permanente contra el salario y las condiciones de vida de los trabajadores. Los izquierdistas y la izquierda del capital que ven en la concentración de empresas en manos del estado una vía expedita al "socialismo", pretenden ocultar una de las enseñanzas básicas del marxismo: que el estado es el gran representante de los intereses de cada burguesía nacional, por lo tanto enemigo del proletariado. La burguesía chavista hoy a la cabeza del estado lo que busca es incrementar su cuota de obtención de plusvalía y en nombre del "socialismo bolivariano" masificar la precariedad laboral a través de las misiones y empresas cogestionadas (que se lo pregunten a los trabajadores de Invepal o Inveval).
Estos "revolucionarios bolivarianos" pretenden borrar de la memoria de los trabajadores, que SIDOR desde que existe ha sido por muchos años una empresa del estado, y los obreros tuvieron que batirse varias veces contra los altos burócratas del estado que la administraban y sus cuerpos represivos, luchando por sus reivindicaciones; pero también contra los sindicatos (aliados del capital dentro de las fábricas), llegando incluso, a comienzos de los años 70 durante el primer gobierno de Caldera, a quemar parte de las instalaciones del edificio de la CTV en Caracas en rechazo por su acción antiobrera.
El estado en manos de los chavistas desde 1999, no ha perdido por arte de magia su carácter capitalista. Lo que ha habido es un cambio de ropaje, a través de una verborrea "socialista", pero sigue intacta su condición de órgano fundamental de defensa de los intereses del capital contra el trabajo. El hecho que Chávez se disfrace de "sidorista" o de "obrero" cuando le conviene, de ninguna manera debe confundirnos con respecto al carácter de clase del gobierno chavista, el cual fue implantado por los capitalistas para defender su sistema de explotación que nos sume día a día en la pauperización. Los trabajadores no somos tan ingenuos como creen estos "revolucionarios" que nos proponen la panacea de la "renacionalización", que viven cual burgueses, ganando sueldos que multiplican 30 veces o mas el salario mínimo oficial.
La única posibilidad de éxito: la verdadera solidaridad obrera y de la población
La opción del éxito que tiene el movimiento es la búsqueda de solidaridad. Inicialmente con los propios sidoristas tercerizados; el hecho que el movimiento reivindique incorporarlos como fijos es una de las principales expresiones de solidaridad. Es fundamental la solidaridad de trabajadores de otras ramas industriales tanto en la región como a nivel nacional, ya que todos por igual somos golpeados por la crisis económica (expresión local de la crisis mundial del capitalismo) que los capitalistas privados o públicos descargan sobre nosotros. También es necesaria la solidaridad de la población de Guayana, que se ve afectada por los ataques al salario del conjunto de la masa trabajadora, el desempleo, el alto costo de la vida; y por problemas que no resuelve el estado, como los de la delincuencia, la vivienda, etc. Pero esta no debe ser esa solidaridad armada a través de los sindicatos, ya que son órganos cuya principal función es controlar las luchas, crear división por ramas o sectores, y en última instancia, complementar la represión del estado; tampoco la solidaridad con la población la podemos buscar dejándola en manos de las organizaciones sociales creadas por el estado, tales como los consejos comunales. La solidaridad debe ser "gestionada" por los propios obreros, a través de asambleas abiertas a otros trabajadores.
La lucha de los trabajadores del hierro es nuestra lucha, ya que luchar por intentar tener una vida digna, beneficia al conjunto del proletariado. Pero el mayor beneficio, aparte de la mejora momentánea a nivel salarial, reside en la toma de conciencia de la fuerza que tiene entre sus manos el proletariado, que se expresa en las asambleas soberanas y en las formas en que se organiza para defender sus propios intereses, al margen de los sindicatos y otras instituciones inventadas por el estado para controlar el malestar social.
La burguesía nacional sabe que la situación en Guayana es un peligro latente para sus intereses. La concentración obrera que existe en la zona y la experiencia de luchas pasadas, la hace altamente explosiva, ya que a su vez concentra la acumulación del malestar laboral y social existente después de años de ataques contra el empleo y el nivel de vida de los trabajadores del país. En ese sentido la llamada Zona del Hierro tiene todo el potencial para transformarse en la referencia de las luchas obreras del país, tal como sucedió en los años 60-70.
Los trabajadores de SIDOR han tomado el único camino posible para enfrentar los ataques del capital, el de la lucha. La ampliación de ésta a otras ramas de la producción regional y nacional, así como la búsqueda de la solidaridad de la población en su conjunto, abrirá el camino para que el proletariado venezolano se encamine hacia una lucha mundial para el derrocamiento del capital y la instauración de las bases de la verdadera sociedad socialista.
25-03-2008
Internacionalismo. Sección en Venezuela de la Corriente Comunista Internacional (www.internationalism.org [206])
Email: [email protected] [207]
[1] Bs. 44 repartidos así: 20 a la firma, 10 en 2009 y 10 en 2010; mas 1,5% de aumento anual por mérito
La burguesía ecuatoriana ha dado por terminado la instalación de la Asamblea Constituyente quien ha entregado a la sociedad ecuatoriana un nuevo "Contrato Social" que lejos de constituir lo antes dicho se convierte en la antesala de un proyecto de sociedad denominado "Socialismo del Siglo XXI" que no es otra cosa que más Capitalismo de Estado
No es problema del proletariado el determinar cual de las dos constituciones burguesas (1998 o 2008) sea la mejor, bajo cualquier forma que asuma el estado capitalista el proletariado siempre será sujeto de explotación, siempre será esclavo del salario.
Los dos proyectos burgueses (el autonomista de Nebot o el centralista de Correa) se corresponden a dos caras de una misma moneda, dicha moneda es el Capitalismo en franca descomposición.
Desde la Primera Carnicería Mundial (1914-1918), el Capitalismo de Estado es la tendencia del capitalismo en decadencia. La característica principal de esta tendencia es la de intervenir directamente en el mercado por parte de la maquinaria estatal a través de la participación directa en la compra de infraestructura, en la emisión de billetes sin respaldo, en otorgar empréstitos directos a sectores de la economía claves para el sostenimiento del mercado, estatizando ramas enteras de la producción, control y racionamiento total del mercado interno, implementación de una economía de guerra y subyugación de esta a los intereses militares.
Las principales potencias imperialistas han aplicado y aplican políticas de Capitalismo de Estado para enmascarar, sus agonizantes economías; "El militarismo alemán de principios del siglo pasado, el estalinismo, el fascismo de los años 30 del siglo XX, las grandes obras del New Deal en los Estados Unidos tras la depresión económica de 1929, el Frente Popular en Francia en la misma época son otras tantas manifestaciones de un mismo movimiento de estatificación de la vida social" ([1]).
Por ejemplo, los USA considerados la primera potencia mundial y el abanderado del liberalismo económico en lo ideológico, en la práctica, en las últimas décadas, ha impulsado con mayor fuerza la intervención del Estado en la economía. "El capitalismo de Estado en su forma estadounidense, que integra al capital privado dentro de una estructura estatal y lo somete al control de ésta, el famoso modelo adecuadamente llamado «liberal», es mucho más eficaz, flexible, adaptable, implica una mayor sentido de responsabilidad en la gestión de la economía nacional y posee un mayor poder embaucador para estar mejor disfrazado" ([2])
El municipalismo autonomista a la usanza de Nebot es tan capitalismo de estado como el Correísmo; tomando como ejemplo de la injerencia en la vida de la sociedad por parte del municipalismo autonomista, vemos como este ha privatizado los parques o centros de libre esparcimiento, como intenta controlar los aeropuertos, las aduanas, los servicios públicos, de salud, registro civil, educación y transporte masivo, con fines de carácter político en el control social como así también en términos económicos al otorgar a dedo los proyectos de desarrollo urbano al círculo de amigos del alcalde, y en aspectos hasta de carácter cultural al introducir su propia visión histórica de los hechos sucedidos en la vida republicana del país.
El Capitalismo de Estado del Socialismo Siglo XXI del correísmo, lo apreciamos cuando este entrega las petroleras a la Armada, la reconstrucción vial y el ingenio azucarero AZTRA recientemente incautado a la familia Isaías (banqueros que como los otros se han beneficiado del status quo) al Ejército, asigna a dedo grandes obras como la Petroquímica a capitales venezolanos y con su nueva constitución intenta concentrar todas las decisiones trascendentales del país en manos del poder ejecutivo que en ultima instancia se resumiría en la decisión del buró político (la Nomemklatura) del partido Alianza País.
Ambas tendencias están dispuestas y listas en reprimir cualquier expresión de inconformidad de parte de la clase. En meses anteriores en Guayaquil los vendedores informales (desempleados que salen a las calles a vender cualquier cosa para poder sobrevivir) fueron duramente reprimidos por parte de las fuerzas represivas de la policía municipal; el mismo método emplea el Socialismo del Siglo XXI a la ecuatoriana a la hora de cualquier levantamiento popular, no olvidamos Dayuma, y la salvaje represión a la comunidad Shuar de Yamanunka que se movilizó porque pretenden construir un gaseoducto que pasaría por sus viviendas.
El capitalismo de estado significa mayor control y manipulación del conjunto social en todos los ordenes a sabiendas que el proletariado, producto de la profundización de la crisis, se enfrenta a mayores penurias; el control se ejerce tanto en lo militar (apología al guerrerismo, sociedades cada vez más militarizadas, represivas y policíacas; tenemos por ejemplo la ley anti inmigrante votada recientemente en la UE ), en lo social (injerencia en todos los aspectos cotidianos de la vida de la sociedad, por ejemplo la intervención en las comunicaciones personales, como la ley aprobada por el congreso norteamericano que autoriza a Bush ejecutar "pichazos" so pretexto a una supuesta lucha anti-terrorista), intervención en la economía manipulando la ley del valor; y es precisamente este juego y manoseo perverso el que cual espada de Damocles pende sobre la cabeza de la burguesía ya que la historia ha demostrado que este malabarismo económico lo único a donde conduce es a la profundización en la descomposición de todo el sistema; precisamente la caída de la URSS no fue la caída del "comunismo" como les gusta señalar a los plumíferos intelectuales de la burguesía, fue la forma stalinista del capitalismo de estado el que sucumbió ante el descontrol de las contradicciones agudas que se desataron por pretender torcer la ley del valor.
-El proletariado ecuatoriano no debe tomar partido ante la disyuntiva: SI o NO que nos plantean ambas pandillas burguesas (nebotsistas o correistas); bajo cualquiera de estas botas seremos explotados y reprimidos con la misma virulencia, nuestra tarea es enfrentarlos a ambos en el terreno de clase, las enseñanzas que nos da la historia de la lucha de clases es enorme: el proletariado ecuatoriano, chino, nepalés, hindú, angoleño, sudanés, británico, norteamericano, mexicano, panameño, chileno......; tiene como enemigo irreconciliable a la burguesía de todo el mundo; solo su unidad y solidaridad acrecentada con su conciencia de clases le permitirá romper las cadenas que le oprimen y sojuzgan, y emprender el camino hacia la sociedad comunista mundial. "Las clases dominantes pueden temblar ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen en cambio, un mundo que ganar" ([3]).
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Simpatizantes de la Corriente Comunista Internacional en Ecuador
Ecuador, Julio de 2008
[1] Crisis Económica Mundial - ¿Un poco más Estado? Revista Internacional Nº 72, internationalism.org Corriente Comunista Internacional. Ver /revista-internacional/200707/1989/crisis-economica-mundial-un-poco-mas-de-estado [208]
[2] La Crisis del Capitalismo de Estado. Revista Internacional Nº 61, ídem. Ver https://es.internationalism.org/node/2117 [209]
[3] Manifiesto Comunista. Carlos Marx y Federico Engels , 1848. Ver webs.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/47mpc/index.htm.
A principios de julio se llevó a cabo en Brasil lo que sus organizadores llamaron un "encuentro histórico latinoamericano de luchadores", el Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Trabajadores (ELAC). Este encuentro tiene características nuevas o al menos particulares que merecen ser analizadas con atención:
- el encuentro ha reunido por "primera vez en la historia a varias centenas de dirigentes obreros, populares y estudiantiles"([1]), principalmente de 14 países de América Latina y el Caribe, pero también de Estados Unidos, Suiza, Suecia, Rusia, Portugal, Irlanda, Sudáfrica y España.
- el encuentro se califica como internacionalista: "Esta presencia, con todos los esfuerzos hechos para lograrla, fue la concreción de la comprensión de la necesidad de avanzar en una concepción internacionalista de las luchas que libramos en cada país. Ahora tenemos que comenzar a concretar la tan necesaria unidad y solidaridad internacional"([2]), "Lo que estamos haciendo es rescatar el manifiesto comunista y la solidaridad internacionalista."([3]), "¡Abajo la represión a las luchas y organizaciones de los trabajadores, los despidos y las amenazas. Por la independencia de clase. Por organizaciones obreras independientes y autónomas del imperialismo, las burguesías, el Estado, los gobiernos y los partidos, ¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!, ¡VIVA LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES DE TODO EL MUNDO!"([4]).
- la convocatoria del encuentro denuncia los gobiernos que se engloban en el supuesto "Socialismo del siglo XXI" o progresistas: de Hugo Chávez en Venezuela, de Kirchner en Argentina, de Lula en Brasil, de Evo Morales en Bolivia, del Frente Amplio en Uruguay, de Rafael Correa en Ecuador, y de Fernando Lugo en Paraguay: "Ha pasado una década, pero la situación de los trabajadores no ha mejorado, más bien todo lo contrario. Argentina y Venezuela tienen la inflación más alta del continente (30%), los salarios de los empleados estatales están congelados desde hace años en Venezuela, en ambos países hay una enorme cantidad de trabajadores en negro ([5]) (40% en Argentina, donde el principal empleador en negro es el Estado)... En Argentina, la deuda externa es hoy mayor que durante el menemismo, se gasta más en el pago de la deuda que en salud y educación ([6])...bajo los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador... los trabajadores continúan recibiendo salarios miserables. En Ecuador la Asamblea Constituyente que se está gestando bajo la batuta de Correa, ha generado algunos mandatos que atentan gravemente contra los derechos laborales ([7]) ... el Gobierno destapa su verdadero rostro: continúan ... los ataques a trabajadores y sus organizaciones, a indígenas, a profesionales y a los movimientos sociales....La política laboral del régimen significa un retroceso de 70 años, desconociendo...derechos fundamentales como: la estabilidad, a la organización, a la contratación colectiva, a la huelga, al trabajo digno...El objetivo es la destrucción del movimiento laboral...En esta misma línea se inscribe el ataque a los colegios profesionales. La farsa de la reestructuración institucional disfraza el despido masivo e indiscriminado de trabajadores... ([8]) Al mismo tiempo el Gobierno de Correa, fue cómplice y agente de la represión, hacia los movimientos de las luchas mineras y petrolera. Además de permitir el enjuiciamiento de intelectuales por delito de opinión, más de 600 enjuiciados y 40 con orden de captura... También en el campo policíaco-militar, Correa ha actuado como un ejemplar Gobierno burgués. La despiadada represión a las poblaciones de Dayuma y Molleturo no nos dejan lugar a dudas, de que su gobierno es anti obrero..."([9]).
Los hechos arriba descritos, que hemos escogido de los documentos relativos al ELAC, son reales y muestran verdaderamente el carácter capitalista de los supuestos gobiernos socialistas o progresistas. Algunas consignas en estos documentos, como las que mostramos, podrían pertenecer a una organización internacionalista. ¿Será verdad entonces que este encuentro representa una alternativa proletaria que va en el sentido de luchar contra el capitalismo como lo dicen sus promotores?: "Por primera vez, representantes sindicales combativos de distintos países latinoamericanos nos reuniremos para discutir cuáles son las principales tareas del movimiento obrero, en pleno desarrollo del desprestigio y el comienzo de la crisis de los gobiernos de frente popular... La ruptura política con estos gobiernos avanza en toda América Latina. Esta es la explicación del éxito de la convocatoria del ELAC. Han madurado las condiciones para que, por primera vez desde que León Trotsky lo propusiera, se lleve adelante una convocatoria de estas características" ([10]). ¿Será que de verdad está surgiendo un sindicalismo de nuevo tipo que verdaderamente luche por los intereses de la clase trabajadora? El análisis marxista de la historia dice que esto no es posible.
Desde que el capitalismo entró en su fase de decadencia, marcada por la Primera Guerra Mundial en 1914, éste es incapaz de conceder mejoras duraderas a los trabajadores y por ello los viejos métodos de lucha parlamentaria y sindical dejan de ser una forma de la lucha proletaria y se convierten en armas del Estado en contra de ella. En relación con el caso que analizamos, los sindicatos se convierten en agente de la burguesía en los centros de trabajo y así, por ejemplo, tenemos que "el viejo aparato sindical y parlamentario de la II Internacional, roído hasta la médula por el cáncer del reformismo...se pasará, con armas y equipo, al campo del capital sirviéndole inmediatamente como banderín de enganche para su carnicería imperialista". En 1919 en Alemania los sindicatos participaron activamente en la represión sangrienta de la insurrección obrera en Berlín. La gran huelga de 1968 en mayo en Francia surgió contra la voluntad de los sindicatos. En 1973 en Venezuela, los trabajadores de la principal zona industrial del país tomaron como rehenes a los líderes sindicales que se oponían a su lucha y se enfrentaron violentamente a las fuerzas militares que llegaron a liberarlos. En los 80 el sindicato Solidarnosc entregó a los obreros de Polonia atados de pies y manos a la represión del gobierno de Jaruzelki. La respuesta masiva de los obreros en Italia durante el otoño de 1992 contra el plan de austeridad del gobierno de Amato, mostró nuevamente que en Italia como en todos los países, los obreros van a tener que enfrentarse permanentemente a los agentes del orden burgués en sus filas. ([11])
La función de los sindicatos queda clara cuando se les ve en cualquier movilización proletaria: impedir que los trabajadores se organicen por ellos mismos, evitar que tomen contacto con los trabajadores de diferentes fábricas y que extiendan la lucha, falsificar las reivindicaciones de los trabajadores, utilizar la mentira y la calumnia para lograr la vuelta al trabajo, etc. En resumen, su función es evitar y derrotar las verdaderas luchas proletarias impidiendo así que los trabajadores construyan su unidad y tomen conciencia de su objetivo histórico y los medios de alcanzarlo.
Puesto que el encuentro es convocado por organizaciones sindicalistas (junto con grupos de la extrema izquierda del capital e izquierdistas con funciones también de resguardo al sistema capitalista) tenemos que concluir que la función que tiene este encuentro es preparar nuevas armas contra el proletariado. ¿Por qué nuevas armas? La realidad imperialista de todos los Estados alrededor del mundo presenta dos caras de una misma moneda que no pueden ser ocultadas: el aumento de ataques cada vez más feroces contra la clase proletaria y otras capas explotadas, y la exacerbación de las pugnas entre las fracciones burguesas dentro de cada Estado. Estas dos caras son más difíciles de esconder en América Latina, incluso, como lo hemos visto, en los países con gobiernos supuestamente socialistas o progresistas. Ante estas circunstancias, con esta realidad que se muestra cada vez más desnuda y terrible, los sindicatos tienen que adaptarse para seguir cumpliendo su papel de sabotaje de las luchas obreras y seguir recibiendo así los respectivos pagos a sus servicios de las fracciones burguesas a las que pertenecen.
Dicho en otras palabras, lo que muestra la organización del ELAC es que los sindicatos se están preparando principalmente en dos planos:
- Se están cambiando la careta por una de más radical, para ser capaces de atraer a todos aquellos trabajadores que se han desilusionado por las políticas anti-obreras de sus gobiernos supuestamente de izquierda y de su sindicalismo "oficial".
- Se preparan para no quedar fuera en la repartición de beneficios al ver que arrecian las pugnas de las fracciones burguesas ante las dificultades que la crisis económica trae para la acumulación capitalista.
También hay muchos ejemplos en la historia sobre esta ‘radicalización' que encaran los sindicatos ante la pérdida de ilusiones de los trabajadores o el incremento del nivel de su lucha. La radicalización es un mecanismo que ahora desarrollan los sindicatos en America Latina para neutralizar la conciencia que se va desarrollando entre minorías de trabajadores sobre el verdadero carácter imperialista de todos los Estados en la región. De esta manera, la burguesía intenta cubrir el flanco que el peso de la crisis va revelando con el desempleo creciente, con el aumento de los precios y con la terrible miseria que se va adueñando del continente. Aquellos que reconozcan la patraña de los países con gobiernos progresistas o socialistas tendrán los llamados de un falso internacionalismo para ser conducidos a la trampa de un sindicalismo radical que cumplirá la misma función anti-obrera que cumple cualquier sindicalismo en la decadencia del capitalismo.
Que la función de este encuentro es preparar las armas contra el proletariado y la defensa del capitalismo lo confirman los verdaderos objetivos de este encuentro que se esconden en su manifiesto y propuestas tras las consignas hurtadas al movimiento obrero: "por la reforma agraria, contra las reformas neoliberales, por la nacionalización del comercio exterior de los alimentos, no a las empresas mixtas y por la renacionalización sin indemnización cien por ciento estatal, contra las privatizaciones de los servicios públicos y por la reestatización de las empresas privatizadas, por el no pago de las deudas externas e internas, contra los Tratados de Libre Comercio (TLC), no al MERCOSUR..."
Todas estas consignas muestran los intereses económicos de una fracción de la izquierda del capital que no quiere perder sus privilegios en la rebatinga que provoca la acelerada extinción de las áreas que aún permiten la extracción de plusvalía. Todas estas medidas propuestas corresponden a medidas propias de la decadencia del capitalismo o de reforzamiento del capitalismo de Estado que, al final, se traducen en cambios sólo en la forma de distribuir las ganancias entre los diversos grupos capitalistas pues en realidad no traen ninguna reactivación de la economía ni mucho menos mejoras para la clase trabajadora, sino que por el contrario, son la búsqueda de mecanismos para mejorar los sistemas de explotación para dar un respiro a la economía que se hunde cada vez más en la crisis, respiro pues, que se da a costa de los pulmones de los trabajadores.
"El Estado moderno es la organización que se da la burguesía para defender sus intereses colectivos, sus intereses de clase, contra los ataques de los obreros por un lado y de los capitalistas individuales por otro (en primer lugar contra aquellos capitalistas y compañías que no quieren sacrificar parte de sus intereses individuales en favor de la defensa de los intereses colectivos de toda la clase burguesa contra los trabajadores). Todas las actividades del Estado capitalista, aunque se llame "obrerista", sirven para un solo fin: el reforzamiento del régimen capitalista. En la fase de la expansión del capitalismo, el reforzamiento de éste tenía un carácter progresivo, a pesar de la opresión creciente que de ello resultó, porque en aquellos tiempos, la historia todavía no había puesto la revolución proletaria en el orden del día. El único progreso posible era el capitalista. Hoy. En su fase de descomposición, es decir en la fase imperialista que vivimos, el reforzamiento o la "reforma" del capitalismo tiene un carácter sumamente reaccionario y contrarrevolucionario, porque hoy solamente la destrucción del capitalismo puede salvar a la humanidad de la barbarie. El rol actual del Estado es defender al capitalismo contra la revolución proletaria. En la fase imperialista, el Estado capitalista, cualquiera que sea su forma, es la verdadera encarnación de la reacción y contrarrevolución. Hoy no hay ni puede haber un Estado capitalista progresivo. Todos son reaccionarios y contrarrevolucionarios. Reforzar el Estado equivale a prolongar la vida del bárbaro sistema capitalista aquellos que luchan por la destrucción del Estado capitalista están al lado del proletariado, de todos los explotados y oprimidos, luchando con ellos por su emancipación por medio de la revolución proletaria". Grupo de Trabajadores Marxistas, El carácter reaccionario de las nacionalizaciones en la fase imperialista del capitalismo (Texto de la Izquierda Comunista Mexicana).
Las consignas antiimperialistas como: "fuera las tropas extranjeras de Haití, fuera el imperialismo de Latinoamérica y el Caribe, de Irak, Palestina, Afganistán y de todos los lugares donde tiene presencia militar. No al bloqueo a Cuba, no al intento imperialista y de la oligarquía de dividir a Bolivia", lanzadas en este encuentro, esconden la naturaleza imperialista de todos los Estados del mundo, aún de los más pobres, en la fase de la decadencia capitalista y por lo tanto esconden los intereses particulares de la burguesía de un Estado imperialista o grupo de Estados imperialistas contra los intereses de la burguesía de los otros Estados. Las consignas antiimperialistas son así, consignas 100% burguesas que tratan de atraer a la clase trabajadora a tomar partido en las pugnas interburguesas y que la han llevado a las carnicerías guerreras en la defensa de un bando imperialista y a masacrarse contra sus hermanos de clase. En el contexto histórico actual, nacional quiere decir imperialista: "...Desde entonces el imperialismo ha enterrado por completo el viejo programa democrático burgués: la expansión más allá de las fronteras nacionales (cualesquiera que sean las condiciones nacionales de los países anexionados) se han convertido en plataforma de la burguesía en todos los países. Claro está, la fraseología nacional se ha mantenido, pero su contenido real y su función se ha convertido en todo lo contrario. Sólo sirve para tapar más o menos las aspiraciones imperialistas , si no es utilizada claramente como grito de guerra, en los conflictos imperialistas, como único y último medio ideológico para captar la adhesión de las masas populares y que así hagan de carne de cañón en las guerras imperialistas..." (Rosa Luxemburgo, "La crisis de la socialdemocracia").
De esta manera, las propuestas, el manifiesto y los objetivos del ELAC no sólo no van en defensa de los intereses de la clase trabajadora, sino que por el contrario, pisotean los principios internacionalistas y los objetivos revolucionarios del proletariado y los convierten en una trampa que esconde los verdaderos objetivos de este encuentro que están totalmente contra el proletariado: defensa de la nación, del estado, de los mercados, de la mercancía, de la explotación, de los intereses burgueses, y sus guardianes; en suma, defensa del capitalismo y de la explotación y destrucción que acarrea. El Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Trabajadores es un momento en que el sindicalismo se radicaliza para enfrentar a la clase trabajadora en esta región, es decir es un momento en que la burguesía prepara sus armas y como tal hay que denunciarlo.
Corriente Comunista Internacional
[1]. https://archivo.argentina.indymedia.org/news/2008/07/616496.php [213]
[2] . Dirceu Traverso de la Conlutas https://archivo.argentina.indymedia.org/news/2008/07/616496.php [213]
[3] Dirceu Traverso de la Conlutas https://luchainternacionalista.org/spip.php?article319 [214]
[4] Manifiesto de la ELAC. https://www.lahaine.org/mundo.php/brasil_se_realizo_el_encuentro_latinoame [215]
[5] . Precarios o informales: sin contrato, sin prestaciones, con sueldos menores al mínimo, etc.
[6] . Convocatoria al encuentro de la ELAC.
[7] . Militantes del Movimiento Al Socialismo en www.litci.org/MateriaES.aspx?MAT_ID=1308 [216].
[8] . Manifiesto de la CONAIE, sindicatos petroleros, eléctricos, telefónicos y una larga lista de firmantes, denominado "Al país, a la Asamblea Constituyente, Al Gobierno Nacional", publicado el 2 de junio, citado en "Desde Ecuador, Si vamos al ELAC" www.litci.org/MateriaES.aspx?MAT_ID=1308 [216]. Citado en
[9] . Militantes del Movimiento Al Socialismo en www.litci.org/MateriaES.aspx?MAT_ID=1308 [216].
[10] Convocatoria al ELAC.
[11] . Folleto: Los sindicatos contra la clase obrera, CCI.
Publicamos aquí un Informe de la reunión celebrada en la universidad de Bruselas (el 19 de diciembre de 2007) para discutir sobre las perspectivas de la lucha de los estudiantes. Este encuentro, convocado en la VUB por un círculo de discusión de estudiantes que desde hace algunos meses organiza regularmente debates sobre diferentes temas, se hizo tras las discusiones mantenidas con otros estudiantes en la manifestación del día 6 de diciembre, y en otra serie de actos, contra el Plan Vandenbroucke, un plan del ministro flamenco de enseñanza que prevé una
Publicamos aquí un Informe de la reunión celebrada en la universidad de Bruselas (el 19 de diciembre de 2007) para discutir sobre las perspectivas de la lucha de los estudiantes. Este encuentro, convocado en la VUB por un círculo de discusión de estudiantes que desde hace algunos meses organiza regularmente debates sobre diferentes temas, se hizo tras las discusiones mantenidas con otros estudiantes en la manifestación del día 6 de diciembre, y en otra serie de actos, contra el Plan Vandenbroucke, un plan del ministro flamenco de enseñanza que prevé una reestructuración del sistema de financiación de las universidades flamencas y que suscita mucho enojo entre los estudiantes.
Días antes de la manifestación, un compañero de otro círculo de estudiantes de Amberes hizo un llamamiento a participar en ella con las consignas: "¡No a la inseguridad! ¡Todos juntos contra la pobreza! ¡Por un futuro más seguro! ¡Juntos somos más fuertes!". Resaltaba la relación entre las medidas emprendidas contra los estudiantes, futuros trabajadores, y las tomadas contra los trabajadores; medidas que prometen un futuro de lo más incierto y precario para las condiciones de vida y de trabajo de todos: trabajadores y estudiantes.
Muchos compañeros de otros círculos habían asistido también, el 12 de diciembre, a una velada (debate sobre los planes financieros referentes a la enseñanza superior) convocada por las organizaciones oficiales de estudiantes de Amberes, tomando parte activamente en la discusión para comprender el significado real del Plan Vandenbroucke.
El Informe va a mostrar cómo la discusión del 19 de diciembre, abierta a todo el mundo, llega a extraer las lecciones más útiles de estos acontecimientos.
Saludamos efusivamente las iniciativas tomadas por estos estudiantes y les animamos a proseguir, ya que estas iniciativas forman parte del método con el que combatir el sistema capitalista que empuja, cada vez con más fuerza, a la humanidad a la miseria.
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El 19 de diciembre de 2007 se organizó una discusión en colaboración con "de Moieal" -periódico de los estudiantes de la VUB- sobre el tema "Manifestaciones de estudiantes". Esta discusión tenía su origen en la manifestación del 6 de diciembre de 2007 contra el Plan Vandenbroucke.
El artículo intentará dar un punto de vista sobre las posiciones allí expresadas.
La manifestación de estudiantes del día 6 de diciembre no es un fenómeno aislado. Cuando los estudiantes franceses en 2006 se manifestaban para denunciar su incierto futuro (lucha contra el decreto referente al Contrato de Primer Empleo -CPE), los estudiantes griegos protestaban durante meses contra medidas similares. Los jóvenes franceses consiguieron tirar abajo el decreto sobre el CPE. Hoy se manifiestan de nuevo en contra de otro decreto, encaminado a la constitución de universidades "basura". También en Los Países Bajos los estudiantes de enseñanza media se manifiestan contra el deterioro de la calidad de la enseñanza. Las restricciones presupuestarias del gobierno flamenco no alcanza sólo a los estudiantes; los trabajadores de los servicios públicos y los de las empresas ven también cómo su nivel de vida desciende rápidamente. En la parte valona (la de habla francesa) la enseñanza está peor aun que en Flandes. Está claro que la austeridad del Plan Vandenbroucke es parte de un problema global. ¿Qué hay realmente detrás del Plan Vandenbroucke?
El decreto es un galimatías de más de novecientas páginas de cuyas consecuencias reales es imposible hacer un balance preciso. Únicamente los especialistas del Ministerio de Enseñanza saben que, desde el punto de vista cuantitativo, se trata de una racionalización; es decir, de una reducción a fondo de los presupuestos. Para nosotros es simplemente un enigma.
Se pueden no obstante sacar ya algunas conclusiones generales: Las instituciones de enseñanza superior no se van a financiar según el número de estudiantes (financiación "input") sino en base a los resultados (financiación "output"). Es difícil predecir con exactitud las consecuencias pero se puede prever ya tanto una mayor rivalidad entre departamentos como una mayor presión sobre el personal y por supuesto un aumento de la incertidumbre. En la página Web de la VVS -"Asociación de Estudiante flamencos"- puede leerse el siguiente análisis: "El ministro quiere financiar las universidades y las escuelas superiores en base a los créditos y los diplomas obtenidos. Todo esto pone la calidad de la enseñanza bajo presión, haciendo financieramente menos atractivos a los grupos sociales más desfavorecidos. Frente a eso, los manifestantes exigen que todos los grupos concernidos sean reconocidos y reciban medios suplementarios: en particular los estudiantes extranjeros, los de familias poco formadas y los que provienen de la enseñanza técnica y profesional. Los fondos del Fomento de la Igualdad de Oportunidades sólo representan, con su 1 % del presupuesto, una gota en el océano. La negativa a financiar los créditos asignados va a obligar a las instituciones a aplicar la tolerancia cero y a rechazar las calificaciones más bajas, sin consideración. Vandenbroucke sólo financiará algunas carreras complementarias. Los derechos de inscripción en cursos post-grado (másteres) subirán desde 5.ooo hasta 25. 000 euros sin ninguna compensación social para los estudiantes becados o parados. Igualmente, los que no acaben sus estudios en los plazos previstos tendrán problemas: perderán el derecho de inscripción y tendrán que pagar el doble para poder reinscribirse .El nuevo decreto de financiación constituye igualmente una gran amenaza para la calidad de la enseñanza. Más de la mitad de la financiación básica estará fundamentada en los resultados de la investigación. Los profesores darán más importancia a la publicación de artículo lo que se traducirá en un detrimento de su labor docente. Definitivamente, el problema estructural de la falta de financiación de la enseñanza superior en general y de las escuelas superiores en particular no está resuelto. Las formaciones artísticas y las ciencias humanas ven amenazada su supervivencia.
La división y la competencia entre estudiantes se recrudecerán desde el momento en que se les atribuye un "peso" diferente dentro del modelo de financiación. Los estudiantes de Ciencias "inhumanas" (los científicos o los ingenieros) son tratados de manera distinta. Los estudiantes son aislados, compartimentados: por escalafones, según el origen social (autóctonos, extranjeros, estudios e ingresos familiares,...), en función de los resultados obtenidos en las evaluaciones (aprobados o no, con qué nota,...), de la universidad en que se inscriben, de la lengua, la región,...
En fin, que el gobierno flamenco lo que quiere es que sus universidades sean las mejor clasificadas en los "rankings" internacionales y que puedan competir mejor en el plano internacional con los "productos" que tiene.
En Francia el gobierno intenta, por el momento, colar un plan semejante: la constitución de algunas universidades de élite con el máximo de medios, por un lado y por otra parte universidades "basura"; organizar la selectividad de manera que únicamente los mejores estudiantes de enseñanza media puedan disfrutar de una enseñanza de calidad. La selectividad será dura y los gastos de matriculación elevados.
Las similitudes entre la situación francesa y la belga son sorprendentes; igual que en Flandes, se quiere financiar básicamente a las universidades y a los estudiantes más brillantes.
En los Países bajos hace tiempo que esta forma de gestión está en vigor en la enseñanza secundaria; la consecuencia más evidente es que hay escasez de profesores a causa de los bajos salarios. Desde hace años algunas escuelas no tienen profesor de matemáticas. Los estudiantes quieren cursos como deben ser, es decir, con más profesores y no con más horas de clase.
No hay nada de "democrático" en la enseñanza tal y como existe: mientras las personas con más dinero pueden estudiar en mejores centros y continuar sus estudios, los estudiantes de origen social no privilegiado tienen menos oportunidades. Su "tono" democrático es igualmente reducido: no basta con la motivación ni con disponer de condiciones sociales aceptables, es necesario además tener dinero. Igual que en Francia y en los Países Bajos los derechos de matrícula aumentan en Bélgica (en Francia cuestan ya 1.000 euros y en Bélgica han llegado al mismo precio).
En la manifestación pocas personas conocían el contenido del Plan Vandenbroucke. Esto no tienen nada de sorprendente: los medios de difusión dan una imagen confusa del Decreto y no organizan debates ni dan información a partir de los cuales se pueda tomar conciencia del problema. Pese a esto, a muchos manifestantes se les notaba inquietos.
Considerando las posibles consecuencias de ese decreto, la manifestación del 6 de diciembre aparecía como terriblemente "floja". ¿Cómo explicarlo? Evidentemente es difícil de comprender un decreto tan complicado, mascullándolo uno solo en su casa; en una discusión es más fácil entenderlo y formarse una idea coherente. Así es como cambian las opiniones y se forma la conciencia; la discusión entre individuos es un primer paso. Sin embargo es en el curso de una manifestación donde se da uno cuenta de cuantas personas comparten la misma opinión; donde uno descubre los estímulos que le refuerzan las convicciones; donde aparece también claramente que no se manifiesta sólo para satisfacerse a sí mismo. Puede que algunos manifestantes quieran sacar provecho del decreto, pero puede ser que no ocurra lo mismo con el que tiene a su lado en la manifestación, su hermano, hermana, colega, amigo o novia. La manifestación es también una oportunidad para contactar con otros, cambiar opiniones y organizar asambleas generales donde se discutirá como proseguir el movimiento. Un movimiento no se termina con una manifestación; continúa. La manifestación del 6 de diciembre estaba encuadrada. Comenzó y acabó el mismo día.
¿Por qué no se organizó ninguna discusión, ninguna sesión informativa? ¿Por qué se organizó tan tarde la manifestación? ¿Por qué se distribuyó cerveza y por qué se dividió? Durante la discusión se ha podido ir viendo claramente que los sindicatos y el gobierno habían saboteado un movimiento constructivo y masivo:
La conclusión es que los Sindicatos y el Gobierno son una "pareja infiel". Hace diez años los estudiantes se manifestaron también en contra de este Plan y pocas cosas han cambiado desde entonces ¿No es hora ya de manifestarse de otra manera? Un ejemplo de movimiento estudiantil exitoso es el Movimiento anti CPE en Francia en 2006.
En 2006 el Gobierno francés intentó imponer el Contrato de Primer Empleo. Para los estudiantes que se estrenaran en el mercado de trabajo este Contrato significaba una disminución del número de años de antigüedad (los primeros años de trabajo no contarían para el cálculo del salario base).
Los estudiantes organizaron asambleas generales en los auditorios para explicar las medidas y para discutir las acciones a emprender. Estas asambleas se organizaron en todas las universidades y se establecieron contactos entre ellas para emprender acciones conjuntas. Permitieron a los estudiantes decidir ellos mismos la manera de organizar las acciones y de implicar a otros estudiantes en el movimiento.
Los estudiantes franceses comprendieron rápidamente que un movimiento no podría triunfar si no contaba con el sostén del conjunto de la población; por eso fueron a las empresas y al sector público a explicar sus problemas y a pedir su apoyo. Los trabajadores comprendieron bien que estos estudiantes eran futuros trabajadores y que defendían los intereses de sus propios hijos; por esto, numerosos trabajadores decidieron participar en las manifestaciones. La participación masiva de estudiantes y trabajadores de precario futuro (manifestaciones del 18 de marzo, del 24 de marzo, del 4 de abril de 2006 con una media de setecientos mil manifestantes) sorprendió de tal manera al Gobierno francés que la totalidad del Decreto sobre el CPE fue retirado. El miedo había contaminado igualmente a los gobiernos en el plano internacional: en Alemania, por ejemplo, el Gobierno quería introducir leyes similares pero las reacciones en Francia fueron una advertencia disuasoria. El CPE alemán fue igualmente retirado sin que los estudiantes alemanes llegaran a manifestarse.
Al final de la discusión predomina un sentimiento de impotencia: los exámenes están próximos, la manifestación quedaba atrás y el decreto será aprobado por el parlamento flamenco en enero. Ya no es posible organizar algo. Ahora lo más importante es sacar las lecciones del fracaso y no olvidarlas. No se aprende del pasado si no se puede ir hacia adelante. Las conclusiones son fundamentalmente:
Hace dos años los estudiantes se manifestaron contra el Plan Vandenbroucke, como con la manifestación del 6 de diciembre, no se tuvo éxito.
Alguna cosa ha cambiado últimamente: ha venido gente a la discusión del 19 de diciembre y han expresado su descontento; entre todos hemos podido sacar conclusiones importantes que constituyen una base para la próxima vez. ¡Esto es lo nuevo!
La pauperización y la precariedad afectan brutalmente a todas las capas de la sociedad y en particular a las generaciones más jóvenes, que están aun en edad escolar. Frente a la muralla del paro y la falta de perspectivas que le tiene reservado el capitalismo en crisis a las jóvenes generaciones de proletarios, sobre todo en los institutos y escuelas de formación profesional donde las tres cuartas partes son hijos de obreros, los estudiantes se movilizan cada vez con mayor fuerza. Estos estudiantes y bachilleres se refieren cada vez con más frecuencia a las experiencias y a los métodos de sus mayores, de aquellos que se movilizaron masivamente contra el CPE (Contrato de Primer empleo) en 2006 y contra la LRU (Ley de Reforma universitaria) en 2007[1]. Además, la agitación no ha cesado en el curso de los últimos meses: las luchas contra las supresiones masivas de plazas en la Educación nacional (Enseñanza Pública), contra la supresión programada de las RASES (Redes de Ayuda a alumnos con dificultades),... Donde más significativamente se ha expresado este hartazgo y la creciente combatividad, a pesar de que el ministro Darcos se vio forzado a "recular" (aplazando un año su "reforma de los programas de las Enseñanzas medias") y a arrepentirse públicamente de la escandalosa declaración que se atrevió a hacer 48 horas antes (diciendo: "Jamás seré el ministro de la vacilación nacional"), es en que la movilización de los estudiantes de secundaria no se ha debilitado; al contrario, se ha ampliado. La jornada del 18 de diciembre, en la que unos 150 mil estudiantes salen a las calles de todo el país, justo al día siguiente de la reculada del Ministro, para reclamar la derogación pura y simple de la "reforma" es una clara expresión del estado de ánimo de los estudiantes. Éstos, que ya han paralizado numerosos centros escolares en Burdeos, Lille, Brest, Toulouse, París,..., antes de que empiecen las vacaciones, se comprometen a movilizarse a la vuelta y anuncian una huelga masiva para el 17 de enero en el sector. Esto provoca un nuevo paso atrás de Darcos -desde este momento obsesionado por el temor de "una agitación social que vaya más a allá de la reforma de los institutos"[2]- quien promete "partir de cero" y convocar "Estados Generales" para tratar lo de la Enseñanza a comienzos de 2009 (como su jefe Sarkozy o como lo hizo Luís XVI). Esta "reculada" ha sido dictada por Sarkozy, quien proclama a los cuatro vientos que ha evitado que se desencadene una "serie de enfrentamientos sociales, o lo que es lo mismo, de acontecimientos violentos en Francia". Toda la prensa burguesa se ha hecho eco de este miedo. Veamos algunas expresiones: "Ambiente tenso en los institutos, malestar y crisis entre los asalariados: la clase política se inquieta ante una posible agitación social, similar a la de Grecia", "¿Puede inflamarse Francia después de Grecia?" (Titulares de la 1ª página del Liberation del 12 de diciembre 2008); "Estado social, juventud, suburbios: Francia ganada por la inquietud; la derecha tanto como la izquierda escrutan atentamente los acontecimientos de Grecia" (cabecera del Le Monde del 13 diciembre de 2008); en el Editorial del Marianne: "¿Fuego de un lado al otro del mundo?", firmado por N. Domenach, puede leerse: ""-Bastaría una chispa", dicen alarmados e inquietos los candidatos electos, francamente angustiados los de la izquierda y tanto más intranquilos los de la derecha... Muchos saben que un mistral televisivo es capaz de propagar cualquier incendio social". En el PS, Julián Dray[3] ha proclamado explícitamente que "el síndrome griego amenaza al conjunto de países porque estamos en una crisis muy grave, con una explosión de desigualdades sociales". En efecto, las jóvenes generaciones en lucha se reconocen en la revuelta y la movilización actuales de los estudiantes en Grecia, hacia quienes desgajan un profundo sentimiento de solidaridad; como lo muestra la participación de numerosos estudiantes en las manifestaciones contra la represión en Grecia. Este temor de la burguesía es lo que está en la base de la actitud provocadora de las Fuerzas del orden para incitar al enfrentamiento, como ocurrió en Lyon el 18 de diciembre, y sus persistentes esfuerzos para desacreditar al movimiento estudiantil, comparando a los estudiantes con vulgares camorristas. Lo que está detrás de los Medios de comunicación que repiten sin parar historias macabras acerca de los jóvenes, a quienes relacionan con el incremento de la delincuencia, del consumo de drogas o del alcohol, y que montan una campaña en la que se ha difundido insidiosamente la ecuación jóvenes igual a revuelta igual a violencia ciega igual a camorristas en potencia y en la que se escenifican enfrentamientos homicidas entre bandas rivales, concretamente en París y barrios aledaños.
Se trata no sólo de agitar el espectro inminente de nuevos disturbios en los barrios periféricos (banlieues) sino de abrir una sima entre las nuevas generaciones y el resto de la clase obrera, de aislarlas en el mismo momento en que su movilización se empieza a transformar en solidaridad de clase entre todas las generaciones que hay en el seno de los movimientos sociales. Hoy por ejemplo, en provincias, estos estudiantes multiplican las iniciativas para preparar una movilización más amplia en las próximas semanas, toman decisiones para establecer lazos con otros asalariados e intentan crear comités de solidaridad con los estudiantes y los trabajadores griegos, víctimas de la represión.
Los planes sociales y los anuncios de despidos también "se multiplican a un ritmo jamás visto"[4], por efecto de la aceleración brutal de la crisis económica mundial, con un alza brutal del paro y la caída del poder adquisitivo. Hay que decir que a los ataques que ya se han llevado a cabo contra los centros escolares (con la supresión de unas tres mil plazas afectadas por las RASED -cuya desaparición pura y simple se programó a corto plazo-, la reforma de la enseñanza infantil[5] y primaria, la reducción de la posibilidad de cambio de categoría profesional en las IUT), hay que añadir las 13.500 supresiones de empleo previstas en la Enseñanza y que ya empiezan a padecer, tanto estudiantes como profesores. Al mismo tiempo, el conjunto de la Función pública y de los Servicios públicos, donde las reformas se suelen aplicar con suavidad, empieza a estar duramente tocado.
En cuanto al sector privado, la nueva legislación sobre el trabajo en días festivos en las grandes superficies y los grandes almacenes está ocasionando una limpieza de empleos importante; en Francia han sido destruidos alrededor de 50.000 empleos en un semestre (entre principios de abril y finales de setiembre). Aunque el INSEE (instituto nacional de estadística francés) habla de una pérdida de 147. 000 empleos (sin contar el sector de la distribución de productos agrícolas) a lo largo del segundo semestre de 2008 y prevé otros 214.000 para el semestre que viene. Sólo en la industria se constata la eliminación de 71.000 empleos este año y se prevén 81.000 desempleos para el primer semestre de 2009. El PIB cayó un 0,8% en el curso del cuarto trimestre de 2008. Como en todo el mundo, el sector del automóvil es el que está más tocado: muchas semanas en paro técnico en Renault, PSA-Peugeot/Citroen; Renault ha anunciado 4000 despidos en 2009; PSA va a tirar a 3.550 trabajadores (de los que 850 son de la factoría de Rennes); Equipamientos Valeo ha anunciados 5000 supresiones de empleo (1600 de ellos en Francia); Faurecia 1215 empleos, mínimo, de ahora a 2011 (700 en 2009), concretamente en las regiones de Essonne, Orne, Loire-Atlantique y Los Vosgos; Tyco Electronics, 520 despidos; numerosas empresas subcontratadas del sector están amenazadas de quiebra. En la siderurgia: Arcelor-Mittal ha anunciado la destrucción de 9.000 empleos, de los cuales, 1.400 "bajas voluntarias" se aplicarán en Francia; Alcatel-Lucent eliminará1.000 cargos ejecutivos y prevé igualmente "prescindir de los servicios" de cinco mil subcontratados (desde su fusión en 2006 estos dos grupos han suprimido en el mundo 16.500 empleos a lo largo de tres años. En la industria química y en la farmacéutica: Sanofi-Aventis anuncia 927 suspensiones de empleo; MBO 740; Pfizer France 700 -de los cuales 500 (de los 1250 que tienen) son visitadores médicos y el resto (200) empleados comerciales de las oficinas o sedes centrales. En este sector han puesto en marcha, desde comienzos de 2008, diecisiete Planes sociales para suprimir 4.350 puestos de trabajo en tres años; durante ese periodo deberán ser despedidos de 5.000 a 6.000 visitadores médicos, más del 20% de los efectivos de esta categoría profesional. La lista de todos los planes de despido ejecutados los dos últimos meses es mucho más larga de lo que aquí hemos expuesto.
Cuesta "comulgar con esa rueda de molino" de ‘320.000 millones de euros desbloqueados por los bancos', cuando al mismo tiempo se les está pidiendo a los obreros que se aprieten el cinturón (el 70% de los trabajadores han sufrido una brutal degradación de su poder adquisitivo a todo lo largo de este año).
Mientras que el Estado francés ejecuta estos ataques en toda regla, su Gobierno, armado de un cinismo sin límites, quiere que nos creamos que procura hacer todo lo posible para mejorar la suerte de los asalariados.
En el famoso Plan Sarkozy para reactivar la economía (un plan de 26.000 millones de euros, que dio lugar a que casi se duplicara el déficit presupuestario y que se va a tener que pagar al precio de muchos sacrificios y muy penosos) la única medida "social" que aparece en éste es una "prima de solidaridad activa" de 200 euros, a final del año, que no es otra cosa que una ridícula limosna para 3,7 millones de trabajadores pobres o beneficiarios de la RMI (Renta mínima de inserción). El resto es asignado a la "salvación" de las grandes empresas del automóvil o de Obra pública. En realidad la mayoría de esas medidas no son más que un puñado de arena a los ojos puesto que el incremento del número de préstamos concedidos al 0,0% de interés solo sirve para animar a los matrimonios recientes con pocos recursos, a las víctimas de los despidos,..., a endeudarse hasta el cuello y acabar en la misma situación en que están esos millones de americanos quienes de la noche a la mañna se han visto en la calle y sin medios. En cuanto a la "prima por desguace" en el sector automovilístico: únicamente quienes tienen medios para comprar un coche nuevo podrán cobrar esta prima. Los que quieran comprar un coche de ocasión barato no lo encontrarán por menos de ¡mil euros! En fin, no serán, tampoco esta vez, aquellos que menos tienen quienes podrán ¡beneficiarse de las "ventajas"!
Como lo está demostrando en Grecia con la precariedad, los despidos, el paro, los salarios de miseria que impone su crisis mundial,..., el Estado capitalista no puede llevar a cualquier rincón del planeta otra cosa que policía y represión. Únicamente el desarrollo internacional de la lucha y de la solidaridad de clase entre obreros, empleados, estudiantes, parados, precarios, implicando a todas las generaciones puede abrir la via a una perspectiva para abolir este sistema de explotación.
W. (20 de diciembre)
[1] Como lo muestra, por ejemplo, este extracto del Llamamiento de los estudiantes huelguistas de la universidad de Clermont-Ferrand, fechado el 19 de diciembre: "Los estudiantes de Clermont Gergovia-Carnot reunidos en Asamblea General (...) llaman al conjunto de universidades del país a combatir contra el desmantelamiento de la Enseñanza que el gobierno intenta imponernos por la fuerza, desde la guardería al doctorado. (...) Estamos en huelga con bloqueo, ni expectantes ni resignados, y decimos con decisión que ¡todos juntos podemos ganar!; el CPE nos lo mostró. Sin embargo, ¡si combatimos aislados perderemos!; la LRU nos lo mostró también, desdichadamente. Por tanto, ¡se ha acabado ya el tiempo de las lamentaciones! ¡Basta de doblar el espinazo! (...)¡Estudiantes en Francia, los italianos movilizados contra el desmantelamiento de la Enseñanza desde hace muchos meses, nos muestran el camino, los griegos lo confirman; es la misma vía que nosotros abrimos con nuestra resistencia histórica contra el CPE! Su consigna: "¡La Educación no pagará su crisis!", ha de ser la nuestra.
¡Todos al combate en huelga coordinada, desde enero, para obligar a este Gobierno y a su proyecto de sociedad a ceder! ¡Nosotros, aquí, no nos vamos a dejar arrebatar la comida de la boca!
[2] Declaración en la Web Europe 1.fr, el 16 de diciembre de 2008.
[3] Este dirigente socialista "puro y duro" está siendo investigado por un importante desvío de fondos, a título personal, procedentes del sindicato de estudiantes FIDL y de la asociación SOS-Racisme.
[4] Le Monde, el 16 de diciembre de 2008.
[5] Su provocadora arrogancia para justificar la eliminación de plazas en las escuelas de párvulos, donde él mismo redujo la función de los maestros a "cambiar pañales" está atravesada como una espina en la garganta de los profesores.
*O decidimos nuestra historia o dejamos que la decidan por nosotros
Nosotros, trabajadores manuales, empleados, parados, trabajadores temporales, locales o inmigrantes, no somos pasivos telespectadores. Desde el asesinato de Alexandros Grigoropoulos la noche del sábado hemos participado en las manifestaciones, en los enfrentamientos con la policía, las ocupaciones del centro y de los barrios. Una y otra vez hemos tenido que dejar el trabajo y nuestras obligaciones diarias para tomar las calles con los estudiantes, los universitarios y los demás proletarios en lucha.
HEMOS DECIDIDO OCUPAR LA SEDE DEL GSEE (Confederación General de Trabajadores de Grecia):
-Para convertirlo en un espacio de libre expresión y un punto de encuentro para los trabajadores
-Para desmentir la falacia extendida por los medios que nos sitúa a los trabajadores al margen de los enfrentamientos, y que define la rabia de estos días como el asunto de unos 500 "encapuchados", "hooligans" o cualquier otro cuento, mientras las pantallas de televisión nos presentan como víctimas del enfrentamiento, mientras la crisis capitalista en Grecia y en todo el mundo da lugar a incontables despidos que los medios y sus directivos tratan como un "fenómeno natural"
-Para despellejar y descubrir el rol de la burocracia sindical a la hora de menospreciar la insurrección, y no sólo ahí. El GSEE y todo el mecanismo sindical que lo ha apoyado durante décadas y décadas, menosprecia las luchas, negocia nuestra fuerza de trabajo por migajas y perpetúa el sistema de explotación y esclavitud asalariada. La postura del GSEE del pasado miércoles es bastante reveladora: el GSEE canceló la manifestación de trabajadores que estaba programada, parando en seco la organización de una pequeña reunión en la plaza de Syntagma, asegurándose de este modo que la gente se marchase cuanto antes de la plaza, ya que temían que los trabajadores nos viéramos infectados del virus de la insurrección.
-Para abrir este espacio por primera vez -como una continuación de la apertura social generada por la insurrección en sí-, un espacio construido con nuestras contribuciones, y del que hemos sido excluidos. Durante todos estos años hemos confiado nuestros destinos en salvadores de todo pelaje, y terminamos perdiendo nuestra dignidad. Como trabajadores debemos comenzar a asumir nuestras responsabilidades, y dejar de ceder nuestras esperanzas abuenos líderes o representantes "aptos". Debemos hacernos con nuestra propia voz, encontrarnos y reunirnos, hablar, decidir, y actuar. Contra el ataque generalizado que soportamos. La creación de resistencias colectivas "de base" es el único camino.
-Para propagar la idea de la auto-organización y la solidaridad en los puestos de trabajo, los comités de lucha y las prácticas colectivas desde abajo, aboliendo a los burócratas sindicalistas.
-Todos estos años hemos tragado con la miseria, la complacencia, la violencia en el trabajo. Llegamos a acostumbrarnos a contar los lisiados y nuestros muertos -los mal llamados "accidentes laborales". Nos acabamos acostumbrando a mirar a otro lado ante la muerte de los inmigrantes-nuestros compañeros de clase-. Estamos cansados de vivir con la ansiedad de tener que asegurarnos un sueldo, unos sellos fiscales, y una pensión que ahora parece un sueño lejano.
Igual que luchamos para no abandonar nuestras vidas en manos de los jefes y los representantes sindicales, de la misma manera no abandonaremos a los rebeldes arrestados en manos del estado y el sistema jurídico.
INMEDIATA LIBERACIÓN SIN CARGOS DE LOS DETENIDOS
AUTOORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES
HUELGA GENERAL
ASAMBLEA DE TRABAJADORES DEL EDIFICIO "LIBERADO" DEL GSEE
Miércoles, 17 de diciembre de 2008, a las 18 horas
Asamblea General de Trabajadores Insurgentes
COMENTARIO DE LA CCI:
El vil asesinato de un joven a manos de la policía del Estado burgués griego ha desencadenado una oleada de agitación social donde participan trabajadores, estudiantes, jóvenes, hartos del desempleo, la precariedad, la miseria creciente y la brutalidad y la arrogancia de un Estado democrático pero que en realidad es tan dictatorial como cuando estaban los coroneles.
En este contexto un amplio sector de trabajadores ha ocupado la sede central de los sindicatos griegos y lanzado el manifiesto que acabamos de transcribir.
Es una iniciativa muy estimulante que participa de largo y difícil proceso a través del cual la clase obrera internacional está tratando de encontrar su propio camino: sus medio de lucha, su autoorganización, su conciencia de clase.
El manifiesto aprobado no solamente es una denuncia clara de los sindicatos y de las escandalosas manipulaciones que los medios de "comunicación" están haciendo sobre los acontecimientos en Grecia, es también una afirmación rotunda de los medios de lucha de la clase obrera: la movilización masiva fuera de los cauces en los cuales la burguesía quiere aherrojar la lucha, las Asambleas Generales, las huelgas masivas, el levantamiento de espacios de discusión y encuentro para encontrar el calor de la unión y la solidaridad, la solidaridad con los compañeros detenidos...
La experiencia de los trabajadores y estudiantes griegos -que intentamos conocer y estudiar[1]- es una contribución más al largo y doloroso esfuerzo de la clase obrera mundial por afirmar su lucha colectiva y desarrollar a partir de ella las bases para acabar lanzando una ofensiva revolucionaria internacional contra el Estado capitalista en todos los países
[1] Nos proponemos realizar un artículo internacional sobre los acontecimientos en Grecia
Una vez más, el Cáucaso se ve sumido en el fuego y en la sangre. En el mismo momento en el que Bush y Putin degustaban pasteles en Pekín y asistían juntos a la ceremonia de apertura de unos Juegos Olímpicos, supuesto símbolo de la reconciliación y la paz entre los pueblos, el presidente Shakasvili, un protegido de la Casa Blanca, y la burguesía rusa, enviaban cada cual sus soldados para causar una espantosa masacre a las poblaciones de la zona. Esta guerra ha dado lugar una nueva depuración étnica más o menos velada perpetrada por cada uno de los contendientes y actualmente es imposible evaluar el número de víctimas (se habla de varios miles), la mayor parte población civil.
Cada campo acusa al rival de ser el responsable de la guerra o pretende justificarse porque habría sido puesto entre la espada y la pared. La población local -sea de origen ruso, osetio, azajo o georgiano, cuyas ciudades, pueblos y viviendas son bombardeados, quemados, saqueados, destruidos, ha sido tomada como rehén entre todas las fracciones nacionalistas burguesas y se ve sometida a las mismas masacres, a las mismas exacciones, a las mismas atrocidades. Los proletarios no tienen ningún campo a defender. No tienen que escoger entre sus explotadores. Deben continuar movilizándose en su terreno de clase y rechazar los eslóganes nacionalistas y guerreros de todo tipo que van desde el "defendamos nuestros hermanos rusos del Cáucaso", o "Defendamos el pueblo que confía en la ayuda rusa" o "¡Qué Dios salve la integridad territorial de Georgia!". Esas consignas están al servicio de una u otra banda de capitalistas y solamente buscan reducirlos a mera carne de cañón.
Una nueva demostración de la barbarie guerrera del capitalismo
La cosa comenzó con una serie de provocaciones de la burguesía rusa y de sus fracciones separatistas de Osetia, que llevaron a Shakasvili a aprovechar la ocasión y desencadenar -creyéndose impune- una brutal invasión de la minúscula provincia de Osetia del Sur: durante la noche del 7 al 8 de agosto, tropas georgianas redujeron a cenizas en un abrir y cerrar de ojos la ciudad de Tshinvali, "capital" de la provincia separatista pro-rusa.
Mientras que Moscú ha hecho entrar en escenas milicias a sus órdenes en el otro hogar separatista de Georgia, la Absajia, ocupando el valle de Kodori, las fuerzas rusas han replicado de manera igualmente feroz y bárbara bombardeando intensivamente varias ciudades georgianas (el puerto de Poti en el mar Negro ha sido totalmente destruido así como una base naval, pero sobre todo Gori -segunda ciudad del país- ha sido sometida a un bombardeo intensivo, obligando a huir a la mayoría de sus habitantes). De manera fulminante los tanques rusos han ocupado un tercio del territorio georgiano, amenazando incluso la capital pues los blindados se han plantado a apenas 40 kilómetros de Tbilisi sin que, pasados varios días tras el alto el fuego, hayan hecho el menor amago de retirarse. Por parte de ambos bandos se reproducen las mismas escenas de horror y de matanzas. La casi totalidad de la población de Tshinvali y sus alrededores -unas 30000 personas- se ha visto obligado a huir de la zona de combates. En el conjunto de Georgia el número de refugiados, aterrorizados y desprovistos de todo, se eleva a 115000 según el portavoz del Alto Comisariado de los Refugiados.
El conflicto maduraba desde hace tiempo. Osetia del Sur y la Absajia, regiones infestadas de contrabandistas y traficantes de todos los géneros, son pequeños confetis -repúblicas pro rusas autoproclamadas- sobre las cuales Rusia ejerce un control permanente. Desde la proclamación de la independencia de Georgia hace casi 20 años, las dos repúblicas han sido el teatro de guerras sucesivas, de maniobras de presión, de matanzas en fin. La instrumentalización de las minorías rusas de Georgia para justificar una política imperialista agresiva, recuerda la práctica política clásica de Alemania, no solamente cuando estaban los nazis en el poder con el famoso episodio de los Sujetes checoslovacos en 1938, sino también a lo largo del siglo XX. Como declaraba un especialista en Le Monde, el 10 de agosto, «Osetia del Sur no es ni un país ni un régimen. Es una sociedad mixta que ha sido constituida por los generales rusos y los bandidos osetios para hacerse ricos sobre el telón de fondo del conflicto con Georgia».
El recurso al nacionalismo más exacerbado y al aventurismo militar ha constituido siempre un medio favorito de la burguesía para arreglar sus problemas de política interior. Mientras que el presidente georgiano había sido triunfalmente elegido con el 95% de los votos tras la "revolución de las rosas" que en el otoño de 2003 había expulsado al antiguo ministro soviético Shevernadze, ha sido elegido con gran dificultad a comienzos de 2008, muy desacreditado por sus fraudes y su autocracia, pese al apoyo activo de Estados Unidos. Este partidario incondicional de Washington heredaba un Estado que desde su creación en 1991 ha sido mantenido artificialmente por USA como cabeza de puente del "nuevo orden mundial" que Bush padre pretendía instaurar en el mundo. Esto le ha conducido a sobre-estimar el apoyo que le podrían aportar las potencias occidentales, empezando por Estados Unidos. Si la Rusia de Putin, tendiendo una trampa en la que ha caído Shakasvili, ha aprovechado una ocasión formidable para exhibir sus músculos y restaurar su autoridad en el Cáucaso (que constituye una verdadera espina clavado en el talón de acero ruso), lo que está llevando a cabo es una respuesta al cerco que desde 1991 le someten las fuerzas de la OTAN. Este cerco había alcanzado un nivel inadmisible para Rusia con la reciente demanda de Ucrania y Georgia de unirse a la OTAN. Del mismo modo, y muy especialmente, Rusia no puede tolerar el programa de de despliegue de un escudo anti-misiles al que se están incorporando Polonia y la República Checa y que estima -no sin razón- que no va dirigido contra Irán sino contra la propia Rusia. Esta ha aprovechado que Estados Unidos están atrapados en el lodazal constituido por Irak y Afganistán y que por tanto tienen las manos atadas, para lazar una contra-ofensiva militar en el Cáucaso, una vez ha logrado restablecer su autoridad -no sin dificultades- en Chechenia a través de una guerra atroz.
Sin embargo, la responsabilidad de esta guerra y de las matanzas que conlleva no se limita a sus protagonistas directos. Todas las potencias imperialistas que lloriquean hipócritamente sobre la suerte de Georgia, tienen todas manchadas las manos de la sangre de las peores atrocidades, empezando por Estados Unidos en Irak, pasando por la responsabilidad claramente demostrada de Francia en Ruanda en 1994 o Alemania que fue la que empujó en 1991 a la terrible guerra balcánica.
¡Caen las máscaras!
Es evidente que el fin de la guerra fría y de la política de bloques no ha dado lugar en absoluto a una "era de paz y estabilidad" en el mundo, de África a Oriente Medio, pasando por los Balcanes y ahora en el Cáucaso. El desmantelamiento del antiguo imperio estaliniano ha desembocado en el desencadenamiento de nuevos apetitos imperialista y en un caos guerrero creciente.
Georgia constituye un enclave estratégico muy importante lo que ha conducido a que fuera cortejada de manera interesada en el curso de los últimos años. En la era estaliniana constituía un simple corredor de tránsito del petróleo ruso del Volga y el Ural, sin embargo, desde 1989, el Mar Negro se ha convertido en el pasaje clave para encaminar las riquezas -principalmente petrolíferas- que alberga el mar Caspio. En el justo centro de esta zona, Georgia se ha transformado en la encrucijada del petróleo y el gas del mar Caspio y propiedad de Azarbayán, Kazastán y Turmenistán. Desde 2005, el oleoducto BTC de 1800 kilómetros, construidos bajo el patronazgo americano, une el puerto azerí de Bakú con el terminal turco de Ceyhan pasando por Tbilisi, marginando completamente a Rusia en el tráfico del petróleo del Caspio. A su vez, la Unión Europea se frota las manos con un gasoducto de 330 kilómetros bautizado Tabuco que iría paralelo al oleoducto BTC y que llevaría el gas de Irán y Azerbaiyán directamente a Europa pasando por Georgia y Turquía. Rusia, de nuevo marginada y cuyo nuevo presidente -Medvedev- es el antiguo patrón de la Gazprom -la principal empresa energética rusa-, apuesta por un proyecto gigantesco para competir con todos esos proyectos, el cual atravesaría el mar Negro para comunicarse con Europa y cuyo coste se estima en 20000 millones de dólares.
¿Nos encaminamos hacia una nueva guerra fría?
Las dos excabezas de bloque, USA y Rusia, se vuelven a enfrentar peligrosamente de nuevo, sin embargo, el marco de las relaciones ínter imperialistas es completamente diferente del periodo de la guerra fría donde funcionaba sin fallos una disciplina de bloque. En aquella época, se nos hacía creer que el conflicto entre los dos grandes bloques era producto de una lucha ideológica: la batalla de las fuerzas de la libertad y la democracia contra el totalitarismo, asimilado al comunismo. Hoy podemos comprobar cómo todos aquellos que nos habían prometido una era de paz y estabilidad nos han engañado y que el conflicto tanto entonces como ahora encierra una competencia bestial y asesinada motivada por sórdidos intereses imperialistas.
Actualmente las relaciones entre las naciones están dominadas por el "cada uno a suya". En efecto, el alto el fuego firmado no ha hecho más que confirmar el triunfo de los dueños del Kremlin y la superioridad de Rusia en Georgia sobre el terreno militar, arrastrando una capitulación humillante de Georgia (cuya integridad territorial no es segura) ante las condiciones dictadas por Moscú. Así, esta parodia de fuerzas de paz instaladas en Osetia del Sur y Absajia y exclusivamente reservadas al ejército ruso, equivale a un reconocimiento oficial de la implantaciones permanente de auténticas fuerzas de ocupación rusas en pleno territorio georgiano. Rusia ha aprovechado además su ventaja militar para reinstalarse en Georgia con sus tropas desplegados en gran parte de ese territorio despreciando olímpicamente a la llamada "comunidad internacional".
El padrino americano acaba de sufrir un nuevo y ruidoso revés. Mientras Georgia tuvo que pagar un duro tributo por su alianza con los Estados Unidos (tuvo que enviar un contingente de 2000 hombres a Irak y Afganistán), en cambio el Tío Sam no le ha servido de gran cosa más allá de un apoyo moral y prodigar vanas condenas verbales contra Rusia sin poder levantar un dedo para defenderla. El aspecto más significativo de este debilitamiento es que la Casa Blanca no tenía un plan de recambio a proponer frente al acuerdo cojo y hecho de aquí y de allá de "alto el fuego" y no ha tenido más remedio que tragar con el "plan europeo", el cual para más INRI supone tragar con todas las condiciones dictadas por los rusos. El colmo de la humillación ha sido que Condolezza Rice ha debido desplazarse para forzar al presidente georgiano a que lo firme. Esto muestra de forma elocuente la impotencia y el declive de la primera potencia mundial. Esta nueva etapa en la manifestación de su debilitamiento no puede más que contribuir a desacreditarla a los ojos del mundo e inquietar sobremanera a los Estados que, como Polonia o Ucrania, se ven obligados a contar con su apoyo.
Si Estados Unidos muestran ante el mundo su impotencia, Europa pone de manifiesto el nivel que está alcanzado la tendencia del "cada uno a la suya". Así, ante la parálisis americana, la "diplomacia europea" ha entrado en acción. Pero resulta significativo que sea el presidente francés Sarkozy quien se haya erigido en su portavoz como presidente en ejercicio de la Unión Europea, cuando no suele más que representarse a si mismo, en sus proezas exhibicionistas, desprovistas de toda coherencia y campeonas en la navegación de cortas miras dentro de la escena internacional. Una vez más, Sarkozy ha corrido para poner su granito de arena en el conflicto con el objeto de obtener el máximo de gloria. Pero el famoso "plan de paz francés" (no ha podido mantener por mucho tiempo la ilusión de hacerlo pasar como un gran éxito diplomático nacional o europeo) no es más que un ridículo simulacro que apenas disimula que las condiciones han sido pura y simplemente impuestas por los rusos.
En cuanto a Europa es muy difícil esperar que haya sacado como tal algún provecho pues ella abriga los intereses y posiciones más diametralmente opuestas. ¿Qué unidad puede existir entre por ejemplo Polonia y los estados bálticos que por condicionamiento visceral anti-ruso son fervientes defensores de Georgia y, por otro lado, Alemania que en oposición al control americano en la región figura entre los oponentes más resueltos a la integración de Georgia y Ucrania en la OTAN? Si recientemente Angela Merkel ha dado una espectacular voltereta acudiendo a asegurar al presidente georgiano su apoyo a dicha candidatura, esto ha estado dictado por la creciente impopularidad de Rusia que se comporta en toda Georgia como en territorio conquistado, lo que suscita la "reprobación general" de la "comunidad internacional". Lo que se pone en evidencia es que Europa se asemeja a un cesto de cangrejos con una Francia que jugando al llanero solitario ha acabado por hacerle un servicio a Putin mientras que Gran Bretaña se erige en defensor incondicional de Georgia para mejor oponerse a su gran rival, Alemania.
En cuanto al beneficio que pueda sacar la propia Rusia éste es bastante limitado. Es verdad que refuerza a corto plazo su posición imperialista no solamente en el Cáucaso sino que además se hace respetar de nuevo en la escena internacional. La armada rusa se ha hecho la dueño de los mares regionales y amenaza con hundir a todos los barcos que no respeten sus designios. Aunque refuerce sus posiciones en el Cáucaso esta victoria militar es sin embargo insuficiente para disuadir el proyecto americano de un escudo antimisiles en suelo europeo. Al contrario, empuja a la Casa Blanca a acelerar dicho despliegue como lo prueba el acuerdo que acaba de firmar con Polonia. En represalia, el jefe adjunto del Estado Mayor ruso ha amenazado a Polonia designándola como blanco prioritario de su arsenal nuclear.
En realidad, el imperialismo ruso tiene muy poco interés en la independencia o anexión de Osetia del Sur o Absajia, lo que le interesa más bien es colocarse en una posición de fuerza en las negociaciones sobre el porvenir de Georgia. En el fondo, su actitud belicosa y la enormidad de los medios militares que ha puesto en juego en Georgia despiertas los viejos miedos que inspiraba a sus rivales imperialistas y en realidad se encuentra más aisladas que nunca para romper el cerco al que se ve sometida.
Ninguna potencia puede pretender hacerse dueña o controlar la situación y los continuos vaivenes y cambios de alianza a los que asistimos traducen bien una peligrosa desestabilización de las relaciones imperialistas.
La paz es imposible bajo el capitalismo
Lo que sin embargo no puede plantear la menor duda es que todas las potencias, grandes y pequeñas, manifiestan el mismo interés y la misma implicación para jugar un rol y ocupar una plaza sobre el terreno diplomático en una región del mundo que concentra importantes intereses geo-estratégicos. Esto subraya la responsabilidad de todas las potencias -cualquiera que sea su tamaño- en esta situación. Con el petróleo y el gas del Caspio o de los países de Asia Central, a menudo turcomanos, los intereses vitales de Turquía y de Irán se ven comprometidos en esta región del mundo a la vez que el mundo entero está implicado en el conflicto. Cada estado puede servirse de los hombres de carne de cañón en el Cáucaso porque esta región es un mosaico fuertemente entrelazado de de etnias: por ejemplo, los osetios son de origen iraní... Con ello es mucho más fácil para tal o cual potencia atizar el fuego guerrero del nacionalismo aprovechando semejante fragmentación. El pasado dominador de Rusia pesa fuertemente. Prefigura otras tensiones imperialistas más graves y más amplias en el futuro: hemos visto la inquietud de los estados bálticos y especialmente de Ucrania, una potencia militar con un arsenal nuclear de una envergadura mucho mayor que Georgia.
Esta guerra agudiza el riesgo de estallido y desestabilización no solamente a escala regional pero con consecuencias inevitables a nivel mundial sobre el equilibrio de fuerzas imperialistas en el porvenir. El plan de paz es puro camelo, pura pólvora arrojada a los ojos que concentra en realidad todos los ingredientes para una nueva y peligrosa escalada militar en el futuro, amenazando de abrir una cadena continua de hogares de guerra en el Cáucaso y en Oriente Medio.
Asistimos a una acumulación de riesgos explosivos en varias zonas muy pobladas del planeta: Cáucaso, Kurdistán, Pakistán, Oriente Medio etc. No solamente las potencias imperialistas evidencian su incapacidad para solucionar los problemas sino que además atizan los hogares de explosión de conflictos y cada conflicto abierto marca una dimensión superior de lo que está en juego y de los enfrentamientos. Esto demuestra una vez más que el capitalismo no tiene otra cosa que ofrecer que el desencadenamiento de la barbarie guerrera y de las matanzas en las cuales fracciones cada vez más grandes de población serán tomadas como rehenes y pagarán los platos rotos. El ballet de buitres que vemos en Georgia no es más que un eslabón de la cadena del sangriento y monstruoso sabbat guerrero que el capitalismo no cesa de danzar sobre el mundo.
Para acabar con esta situación no sirven para nada ni reclamar más democracia, ni pedir el respeto de los derechos humanos ni creer en los acuerdos entre bandidos imperialistas ni en sus convenciones internacionales. El único medio de poner fin a la guerra es poner fin al capitalismo. Y este es el combate del proletariado. Los únicos aliados de los proletarios son los otros proletarios, por encima de las fronteras, los pueblos y los frentes nacionalistas. La única manera que tenemos los proletarios del mundo de expresar nuestra solidaridad con nuestros hermanos de clase rusos, georgiano, osetios o abzajos, la única manera de ser solidarios con las víctimas de la guerras y masacres que pululan por todo el mundo, es unir nuestras fuerzas, desarrollar nuestras luchas encaminadas hacia la destrucción de este sistema. En contraposición al nacionalismo guerrero de la burguesía, el único grito de unión de los trabajadores es el del Manifiesto Comunista: "Los proletarios no tienen patria. Proletarios del mundo entero ¡Uníos!"
WIM 17-8-08
El día 24 de Abril, 250 mil maestros están llamados a participar en una jornada de lucha contra la última oferta salarial que les ha hecho el Gobierno. A ellos se sumaran otros trabajadores de la educación, funcionarios y empleados municipales. Para ese mismo día se han convocado manifestaciones y concentraciones en numerosas ciudades.
Sobran desde luego los motivos para una movilización no solo de estos sectores sino de toda la clase obrera:
* Oferta de subidas salariales por debajo de la inflación
* Aumento de precios de los bienes de primera necesidad como alimentos y combustible.
* Crecimiento del desempleo: al menos 6500 puestos de trabajo se ven amenazados en el recientemente nacionalizado banco Northern Rock.
* Hachazos a las pensiones y otras prestaciones sociales.
* Aumento escalofriante del endeudamiento de los trabajadores.
* Deterioro de los servicios públicos como sanidad y educación.
Toda esta masa de ataques a las condiciones de vida de la clase obrera están siendo supervisados o ejecutados directamente no por un capitalista particular sino por el Estado tanto en su variante nacional como local. Frente al imparable avance de una crisis económica que tiene un alcance claramente global, el Estado nacional aparece cada vez más como la única fuerza capaz de tratar de imponer la respuesta que necesita la clase explotadora, es decir, la reducción de los costes laborales para seguir siendo competitivos y para preservar los beneficios. Por ello el Estado que acude al rescate de bancos en quiebra tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos, no vacila en cambio en forzar a los trabajadores del sector público a que acepten rebajas salariales y pone en marcha recortes en la sanidad, los subsidios y la educación (es decir del salario social), aprueba leyes que reducen las pensiones y alargan la vida laboral. Y cuando la concurrencia económica desemboca en una competición militar (como lo que hoy está sucediendo en los Balcanes, Afganistán e Irak), es ese mismo Estado el que destina una parte muy importante de esa riqueza social a construir nuevas armas y guerras.
Estas políticas no son el resultado de la maldad de tal o cual gobernante particular o de tal o cual sector del gobierno. Los mandamases de derechas y de izquierdas llevan a cabo esencialmente las mismas políticas. En Norteamérica, el gobierno de Bush se dedica a ensalzar la "libre empresa" presidiendo sin embargo una economía en la que más de 28 millones de personas necesitan vales de beneficencia para alimentarse. En América del Sur, Chávez denuncia a Bush y promete el "socialismo del siglo XXI", mientras envía sus paramilitares de "revolucionarios bolivarianos" a cargarse la lucha de los trabajadores del acero.
Frente a este ataque centralizado y estatalizado a sus condiciones de vida y trabajo, los trabajadores tienen idénticos intereses en todo el mundo: resistir a las reducciones de salarios y de plantillas, reaccionar contra la usurpación de las prestaciones sociales. Pero no podrán hacerlo luchando desunidos, sector por sector, cada uno en su centro de trabajo. Frente al poderío del Estado capitalista, necesitan crear su propio poder basado en su unidad y su solidaridad por encima de las divisiones de sector, sindicato o nacionalidad.
Tras años de dispersión y desorientación, los trabajadores están empezando a redescubrir en la práctica el significado de la unidad y la solidaridad. Y han de aprovechar todas las oportunidades para llevar a la práctica esas nociones generales. Si los sindicatos llaman a luchar y a manifestarse por reivindicaciones que les implican directamente como es el caso del 24 de Abril, los trabajadores deben responder lo más masivamente posible, yendo a las reuniones generales, acudiendo a las manifestaciones, implicándose en los piquetes, discutiendo e intercambiando ideas y propuestas con trabajadores de otros centros de trabajo o de otros sectores.
Pero ¡ojo!, pues los sindicatos que se presentan a sí mismos como representantes de los trabajadores, se empeñan en cambio en mantenernos divididos.
Y en pocos sitios se ve más claro que en sector de la educación. La jornada del 24 de Abril afecta en principio a los miembros del sindicato NUT de las enseñanzas primaria y secundaria, pero no a los de los institutos que dependerían de otros "jefes". Tampoco se quiere implicar a los afiliados a otros sindicatos como los de NAS/UWT que dice que el problema no son los salarios sino la cantidad de trabajo. También se quiere dejar al margen a cientos de otros trabajadores de la enseñanza que no son maestros, como son los educadores asistentes, los administrativos, trabajadores de la limpieza, de los comedores, etc, y eso que estos también se están viendo atacados. Y aunque el NUT parece hoy que les llama a sumarse a la lucha, sigue recordándose como cuando muchos de estos empleados auxiliares de la enseñanza se pusieron en huelga en 2006, el NUT ordenó a sus afiliados que cruzaran los piquetes.
Y lo mismo puede suceder con los empleados de la administración, de los municipios, del metro y los ferrocarriles, y tantos otros sectores en lo que los trabajadores se encuentran divididos en distintas categorías y sindicatos. El Estado británico hace ya tiempo que ilegalizó las luchas de solidaridad de quienes dependen de distintos patrones. Los sindicatos se acogen a esas leyes para hacerle el trabajo sucio al Estado. Lo mismo cabe decir de las leyes que prohíben a los trabajadores decidir una lucha en una asamblea masiva. Los líos que montan los sindicatos para las votaciones individuales atan las manos a los trabajadores y les impiden tomar decisiones como la fuerza colectiva que son.
Por ello si queremos llegar a constituir una verdadera fuerza, hemos de empezar a tomar la lucha en nuestras propias manos, y no dejarlas encargadas a los "especialistas" sindicales. Los trabajadores municipales de Birmingham decidieron en asambleas masivas su incorporación a la lucha del 24 de Abril. Es un excelente ejemplo a seguir: llevar a cabo asambleas en cada centro de trabajo en las que todos los trabajadores, pertenezcan o no al sindicato, puedan tomar parte e implicarse en las decisiones. Y hemos de insistir en que esas decisiones de las asambleas sean vinculantes y no puedan ser echadas atrás por tal o cual votación o reunión particular de los jefecillos sindicales.
La unidad obrera en los centros de trabajo es inseparable de la construcción de la unidad con trabajadores de otros centros y otras empresas, por lo que hemos de enviar delegaciones a sus asambleas, así como a sus piquetes y unirnos con ellos en las concentraciones y manifestaciones.
Llamar a todos los trabajadores a reunirnos, luchar y manifestarnos unidos por reivindicaciones comunes, va a ser declarado efectivamente ilegal por un Estado que quiere dejar la verdadera solidaridad de clase fuera de la ley. Esto puede hacer que nos sintamos intimidados a la hora de dar este paso que nos parezca demasiado difícil. Pero precisamente tomando directamente a cargo la defensa de nuestras reivindicaciones y uniéndonos a los demás trabajadores será como podamos desarrollar la confianza en nuestras propias fuerzas y el coraje para llevar las luchas incluso más lejos.
Y, si tenemos en cuenta la cruda perspectiva que nos ofrece hoy el sistema capitalista - un futuro plagado de crisis, guerras y desastres medioambientales - está claro que esa lucha ha de ir más lejos. Ha de ir de la defensa de nuestras condiciones de vida más básicas, a la puesta en cuestión y el desafío total a este orden social.
Amos 5/4/2008
Desde el verano de 2007, el capitalismo ha entrado en una fase de recesión cada vez más clara. Una de las manifestaciones de esta nueva agravación de la crisis es el estallido de la inflación que afecta a los productos más básicos. El pan, la leche, el arroz y otros artículos de primera necesidad alcanzan precios cada vez más elevados.
Esta situación está colocando a millones de personas al borde del hambre. No lo decimos nosotros, lo dicen instituciones que defienden a ultranza el sistema capitalista: el Banco Mundial, el FMI y la FAO. El presidente del Banco Mundial «exhortó a que se tomen inmediatas medidas para enfrentar los crecientes precios de los alimentos, los cuales han causado hambre y violencia en varios países» (Agencias, 14-4-08), añadiendo que «al menos 33 países enfrentan protestas e inestabilidad debido a la carestía de la comida». El secretario general de la FAO, Jacques Diouf, afirmó que «en los últimos nueve meses el precio de los alimentos ha subido 80 por ciento en promedio alrededor del mundo, y que hay escasez de arroz, maíz y trigo». Por su parte, el jefe del FMI, Dominique Strauss-Kahn, advirtió, el sábado, que «los crecientes precios de los alimentos podrían tener graves consecuencias para la gente en los países en desarrollo».
Frente a esta situación insoportable -que también está golpeando duramente a los trabajadores y a la población de los países llamados "ricos"- se han producido numerosas protestas, revueltas y huelgas, de las cuales llegan algunas noticias. En una Web de nombre semana.com, aparece un artículo titulado Planeta con hambre donde se lee: «El hambre ataca, y la gente se levanta. Hay protestas en Guinea, Marruecos, Mauritania, Mozambique, Níger y Senegal. En Camerún causan 40 muertos. En Haití, cuatro. En Costa de Marfil y Burkina Faso las manifestaciones se convierten en saqueos y violencia, mientras en Egipto siete personas mueren en peleas por recibir pan subsidiado. Uzbekistán, Yemen, Bolivia e Indonesia viven algo parecido. Los altos precios de la comida la han puesto fuera del alcance de millones, y la situación no hace más que agravarse».[1]
En Egipto, al triplicarse los precios del trigo, los servicios de pan subsidiado del gobierno se vieron totalmente desabastecidos lo que provocó protestas e incidentes en las colas del pan durante marzo de 2008, en abril los obreros de la empresa textil de Malhalla al Kubra -vanguardia de los movimientos obreros de 2006 y 2007[2]- lanzaron el 7 de abril un llamamiento a la huelga en todo el país y se manifestaron el 7 y el 8 siendo duramente reprimidos por la policía. En el norte de Egipto murieron dos personas, una de ellas un niño. Un obrero de la empresa textil antes citada que ha abierto un blog en inglés titulado egyworkers.blogspot.com, declaraba: «Si no podemos parar hoy, pararemos mañana y si no la próxima semana. Los precios se han vuelto locos y nuestros hijos no pueden comer promesas».[3]
En este contexto mundial, en Haití «los alimentos básicos han triplicado su precio desde noviembre de 2007 aumentando dramáticamente los problemas de hambre, desnutrición y satisfacción de las necesidades elementales de la población»[4]
Un compañero del Núcleo de Discusión Internacionalista de República Dominicana nos ha enviado un mail urgente sobre los acontecimientos en Haití que reproducimos a continuación:
Los obreros haitianos, junto a las clases explotadas de el país mas empobrecido -no el mas pobre- del continente Americano, cansados de la carestía y la intervención multiimperiaslista de las tropas de los señores Bush, Evo, Lula, Etc., tomaron por más de 5 días las calles de la capital haitiana, haciendo temblar a la burguesía de allí. En esta lucha los obreros haitianos, demostraron que para exigir las reivindicaciones, no hay que porque contar con las convocatorias de sindicatos, ni entidades pseudos revolucionarias, al servicio de la burguesía, sino el decidido combate concienzudo y debatido de los obreros. La lucha que se libró en Puerto Príncipe fue tiroteada por las fuerzas interventoras del MINUSTAH, las cuales cumplieron con su papel de perros de presas de las clases explotadoras
No permitiendo que la movilización de obreros que iban a tomar el palacio presidencial haitiano.
Esta movilización de obreros y explotados haitianos obligó al gobierno de Preval, a rebajar los precios de los artículos de primera necesidad y la rebaja de los salarios funcionarios gubernamentales[5].
Esta lucha debió encontrar frontera solidaria en los obreros de todo el mundo, principalmente de los dominicanos, que comparten el mismo sistema de explotación, en una misma isla la cual la burguesía ha logrando dividir con el ropaje de la defensa a la patria, independencia y la cultura,
INTERNACIONALIZEMOS LA LUCHA DE TODOS LOS OBREROS
PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES UNIOS
Firmado: Vladimir
Saludamos con calor la nota del compañero. Los hechos que hemos podido recopilar muestran la amplitud de la revuelta. Esta comenzó el 3 de abril donde «De forma espontánea, la población de Cayes (Sur) salió por las calles para protestar contra la subida vertiginosa de los precios de los productos de la canasta básica, contra el "hambre" que la afecta y la política del gobierno que los manifestantes describieron como "ácido de batería" que corta las tripas de la gente. Los mismos bloquearon las calles quemando gomas, rompieron un sinnúmero de caros, saquearon almacenes de productos alimentarios incluso el buró de la MINUSTAH fue atacado por los manifestantes donde encendieron dos vehículos»[6]
«Al intentar relacionar las manifestaciones contra el alto coste de la vida en Cayes con el sector de la droga, el jefe de gobierno provoca aun más la ira de otras regiones y comunidades. Así el día 4 de abril, en Cayes (Sur) Gonaives (Artibonite), Jeremie (Grand-Anse) donde hubo 3 heridos y 5 interpelados por la policía, Petit- Goave (Oeste) la población manifestó, exigiendo la salida del gobierno por incapacidad de dar respuestas adecuadas a sus demandas, encendieron un puesto de control de la MINUSTAH»
El 7 de abril hay una huelga improvisada que afecta a todo el transporte de la capital, Puerto Príncipe. Surgen manifestaciones por todas partes. Un manifestante declara: «No podemos mas con esta situación, bloqueamos las calles hasta que nos escuchen y den respuestas positivas a nuestras demandas».
Manifestantes de todos los barrios pobres de la capital confluyeron hacia el palacio presidencial donde llamaron « al presidente Preval para estar al frente de la manifestación como lo prometió en uno de sus discursos. "Pero no apareció", dijo un manifestante, y continuó "su gobierno debe partir al igual que la MINUSTAH"». Los estudiantes se unieron a las protestas.
El 8 de abril, las manifestaciones se suceden y en los intentos de alcanzar el palacio presidencial las fuerzas de la MINUSTAH disparan contra los manifestantes produciéndose según las diversas fuentes entre 5 y 8 muertos. Parece claramente confirmado que el contingente uruguayo -enviado por el presidente de "izquierdas" Tabaré Vázquez- es el culpable de la muerte de 3 manifestantes.
En su nota, el compañero habla muy justamente del repudio a las tropas de la MINUSTAH que supuestamente están en misión de paz y de "garantía de los derechos humanos". Esto es una vil falacia pues esas tropas se comportan como fuerzas de ocupación. « La propia MINUSTAH ha tenido que repatriar recientemente a 114 soldados de Sri Lanka por encontrarlos culpables de abuso sexual y violaciones de mujeres y niñas en varias regiones del país». Dos expresiones de la barbarie capitalista se han reunido en Haití motivando las protestas: por un lado, la amenaza del hambre; por el otro, la guerra imperialista cuya presencia se manifiesta con el conglomerado multinacional de la MINUSTAH.
Las revueltas de Haití no podemos verlas de forma aislada sino en el contexto de la aceleración de la crisis capitalista con la explosión de una de sus consecuencias: la inflación. El propio Banco Mundial ha declarado que los precios de los alimentos van a seguir subiendo hasta 2015 reconociendo que un objetivo que se había dado -reducir el hambre para ese año- no va a ser alcanzado.
Pero hay otro aspecto que debe resaltarse: la amplitud de las protestas contra esta escalada. El mismo día 7 de abril mientras las manifestaciones se sucedían en Puerto Príncipe, los obreros egipcios salían a la calle en El Cairo y otras ciudades. Las actitudes de resignación y sumisión, de aceptación pasiva del sufrimiento, van dando paso a una postura de rebelión. En ese sentido cobra toda su importancia el llamamiento que hace el compañero al final de su nota: INTERNACIONALICEMOS LA LUCHA DE TODOS LOS OBREROS. Frente al crecimiento de la miseria mundial hemos de oponer la lucha unida y solidaria del proletariado mundial.
CCI 15-4-08
[1] www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=110991 [223].
[2] Ver nuestros artículos Luchas en Egipto: una expresión de la combatividad y la solidaridad obreras /accion-proletaria/200711/2101/luchas-en-egipto-una-expresion-de-la-solidaridad-y-la-combatividad-obr [224] y Egipto: el germen de la huelga de masas /content/1915/egipto-el-germen-de-la-huelga-de-masas [225]
[3] Datos tomados de BBC Mundo: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_7333000/7333656.stm [226]
[4] Artículo Emergencia en Haití tomado de https://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=32570 [227]
[5] Precisamos que se trata de funcionarios de alto rango con sueldos superiores a 750 USD a los que se les reduce el salario en un 10%
[6] Este y los siguientes testimonios han sido tomados de un artículo titulado Emergencia y solidaridad en Haití escrito por un haitiano (Oslaud Rosseau) y aparecido en https://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=32570 [227]
16 de Noviembre: la huelga actual de los maquinistas de tren en Alemania es un formidable ejemplo del aumento de la combatividad y la voluntad de luchar de la clase obrera. Desde hace siete meses, el conflicto se extiende a partir de las reivindicaciones salariales de los maquinistas y de una parte del personal ferroviario. Desde hace siete meses, la compañía de ferrocarriles (Deutsche Bahn), a través de las amenazas, las represalias y las demostraciones de fuerza, trata de intimidar al personal. Desde hace siete meses, los medios de comunicación hacen campaña contra los huelguistas. Desde hace siete meses, los tribunales y los políticos intentan prohibir la huelga a los que resisten, o disuadirlos. Desde hace siete meses, los sindicatos, que no participan en la huelga, despliegan una feroz campaña para denigrar a los huelguistas, y de tal manera, que la hostilidad y el desdén eclipsan todos los medios que los patronos y los políticos han empleado. Desde hace siete meses, el GDL (sindicato de los maquinistas) intenta frenar la combatividad de los maquinistas y limitarla a acciones simbólicas, que constituyen una ocasión para que el GDL se lamente de que no se trata de anteponer los aumentos salariales o las condiciones de vida de los maquinistas, sino de reivindicar el derecho del sindicato a firmar convenios colectivos independientes.
Pero los ferroviarios no se han dejado desanimar, y desde hace siete meses, llevan a cabo la mayor huelga de ferroviarios en Alemania después de la 2ª guerra mundial. Durante tres días, el tráfico de mercancías ha estado paralizado y durante dos días también el transporte de pasajeros en toda Alemania. Como consecuencia se han cancelado las salidas de un tercio de los trenes de larga distancia y la mitad de los trenes regionales. En el Este, solamente han circulado un 10% de los trenes. En los puertos, los contenedores han empezado a apilarse, y por ej. en Audi de Bruselas, las cadenas de producción se han parado porque las piezas fabricadas en Eslovaquia estaban bloqueadas en el Este de Alemania. Cierto que el «el gran caos» anunciado no se ha producido. ¡Nada sorprendente! El caos que se proclamaba implicaba a 6000 ferroviarios y compañía, mientras que a los miembros de otros sindicatos, en nombre de, según dicen, la defensa de sus intereses, se les ha mantenido al margen de la huelga; el personal ferroviario empleado por el Estado, temía graves represalias estatales si osaba participar en la huelga.
La lección más importante de esta huelga -de hecho de toda huelga- no es la medida del caos que se ha producido, sino en qué medida plantea una perspectiva contra el caos en el que el capitalismo precipita a la humanidad..
La huelga de ferroviarios en Alemania no sólo ha demostrado la combatividad de estos asalariados, ha hecho ver la combatividad de toda nuestra clase. Ha recordado a la sociedad entera que vivimos en una sociedad de clases, en la que todo depende del trabajo de la población obrera, privada de derechos y de propiedad. La situación desesperada de los ferroviarios, que los obliga a resistir, muestra claramente que esta clase en la sociedad, no es únicamente maltratada, sino también explotada. Al mismo tiempo, muestra igualmente la fuerza potencial de esta clase, por el hecho de que los asalariados llevan a espaldas toda la sociedad, debido a su trabajo. Además, estos productores no son independientes unos de otros, sino que están ligados por la producción, el transporte y la sociedad. Después de la caída del muro de Berlín, reinaba la idea de que la sociedad de clases, la lucha de clases, y el socialismo, habían surgido de las condiciones del movimiento obrero del siglo XIX, en pocas palabras: que las ideas del marxismo estarían muertas y enterradas, ¡Viva la sociedad del bienestar sin clases!
Hoy comienza a aparecer claramente para muchas personas que vivimos en una sociedad de clases. La lucha de clases está viva.
Por esta razón igualmente es tan importante el combate de clase de los ferroviarios. A causa de la dependencia de la sociedad moderna de sus medios de transporte, esta huelga no ha podido silenciarse. Todo el mundo se ha visto afectado. Todo el mundo se ha visto impulsado a tomar posición. Así, esta lucha amenaza con modificar la opinión social de forma nada despreciable. Además dos datos tienen una importancia particular.
En Alemania y en Francia ha habido una huelga simultánea en los ferrocarriles. Que se trate de las jubilaciones al Oeste del Rhin y de los salarios y las condiciones de trabajo en la otra orilla no hace mas que mostrar la amplitud de los ataques actuales del capital. Pero la simultaneidad de las huelgas muestra sobre todo que la lucha de la clase obrera es realmente internacional, como lo planteaba en su época el Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels, «Proletarios de todos los países, ¡Uníos!». En Alemania, el GDL ha intentado presentar la situación de los ferroviarios como una excepción. Los salarios de los maquinistas de los trenes alemanes serían increíblemente más bajos que en el resto de Europa. Y así pues, se podrían acordar para este sector algunos suplementos especiales sin poner en cuestión la necesidad general de que los asalariados se aprieten el cinturón. En Francia, al contrario, el gobierno SarKozy ha dicho que los ferroviarios franceses representan una minoría privilegiada, a la que se puede exigir sin complejos que trabaje más tiempo antes de jubilarse. Sólo el contexto internacional de la lucha de clases demuestra que todos los obreros del mundo se confrontan a las mismas medidas draconianas.
Por otra parte, la popularidad de la huelga de los ferroviarios alemanes es bien visible. Incluso los grandes medias están desconcertados. ¿Cómo es posible que un pequeño grupo, que además pertenece a una profesión particular, que según se ha presentado exigiría hasta 31% de aumento y que además organiza una huelga que afecta a la población obrera, sobre todo los que utilizan el tren como medio de transporte, sea objeto de tanta simpatía? El tercer día de la huelga, un sondeo encargado por ARD (radio y TV alemana) reflejaba que el 61% de las personas encuestadas se declaraban solidarias con la huelga, ¡a pesar de toda la propaganda de la clase dominante! Interrogado sobre este sujeto, el redactor jefe de la TV estatal ARD respondía: «La tendencia en la población se ha invertido estos últimos años. Hasta ahora, la necesidad de una "moderación salarial" se aceptaba, aunque fuera a regañadientes. Luego se ha desarrollado una exasperación general respecto a la brecha creciente entre ricos y pobres. Se aplaude la huelga de ferroviarios porque se ve como un combate de vanguardia que gustaría imitar. Mientras los políticos ya habían experimentado desde hace tiempo una reprobación general y creciente tras los ataques contra los subsidios de desempleo (que ahora se intentan corregir por pequeñas medidas anexas), hasta ahora se ha subestimado la amplitud del descontento, en particular respecto a la evolución salarial de los últimos años». Este buen hombre tiene razón. Ahí exactamente se encuentra el corazón de la huelga: lo que muchos comentaristas han llamado la paradoja de la huelga de los ferroviarios. El GDL, como organizador de la huelga, propaga abiertamente el abandono de la solidaridad en la clase obrera. Cada categoría profesional debería llevar la lucha por su cuenta. Hay una tendencia que es relativamente nueva en Alemania en la posguerra, pero que está muy expandida a escala internacional: la tendencia a una auténtica eclosión de sindicatos sectoriales. Después de la asociación Cockpit para pilotos y la unión de Marburg para los médicos, ahora llega el GDL con la promesa del paraíso terrenal para los maquinistas. Su consigna, proferida abiertamente es: «Lo que concierne a otras profesiones ¡no es nuestro problema!». Los sindicatos unitarios de la DGB (confederación de sindicatos alemanes), por su parte, denuncian, en nombre de la "unidad" y la "solidaridad" a los pilotos y a los médicos o los maquinistas en huelga, tratándolos de "privilegiados", de enemigos de los otros grupos profesionales. Esto es lo que se esconde tras los sindicatos sectoriales. Por una parte se intenta enganchar en sindicatos "alternativos" a los obreros que abandonan masivamente los sindicatos existentes, para evitar que la clase obrera no comience, como en los años que siguieron a 1968, a luchar de forma autónoma y autoorganizada. Al mismo tiempo, se quiere poner a los asalariados ante una falsa opción: dejarse encuadrar o en los sindicatos unitarios de la socialdemocracia, o en acciones aisladas y no solidarias bajo la dirección de sindicatos sectoriales. Que el SPD y la DGB reaccionen mal ante el nuevo poder de los sindicatos sectoriales, porque conducen a un debilitamiento de su propio poder y sus ventajas en el aparato de Estado, no cambia nada el hecho de que esa falsa elección entre dos formas sindicales sirve al conjunto de la clase dominante en su lucha contra la clase obrera. Al contrario, el malestar de los sindicatos unitarios, refuerza la credibilidad de esa falsa opción, y en particular por el momento, la credibilidad de los sindicatos sectoriales.
El hecho de que la clase dominante pueda conseguir cierto éxito adoptando esta actitud, demuestra la naturaleza del GDL. Si miramos más de cerca, nos damos cuenta de que la población trabajadora no sueña con grupos profesionales luchando independientemente unos de otros, lo que sería mas bien una pesadilla para los obreros. Detrás de la huelga de los ferroviarios se perfila un sentimiento creciente de solidaridad obrera. El simple hecho de que no sólo los maquinistas, sino personal de otras categorías profesionales que trabaja en los trenes se hayan pasado al sindicato de maquinistas, muestra que para estas personas no se trata de pretensiones profesionales, sino de la búsqueda de alternativas a los sindicatos existentes. Y la simpatía de la población por la huelga muestra lo mismo. Lo que la clase obrera busca tanteando y con dudas, no lo encontrará en un sindicato, sea cual sea, sino en la lucha común solidaria.
Esos tanteos y ese potencial que hay detrás de la resistencia contra los ataques capitalistas, no puede ocultar el hecho de que los sindicatos están llevando a una aislamiento táctico a los ferroviarios en lucha, que ahora tienen que luchar sin la gran mayoría de sus compañeros ferroviarios, separados y aislados de otras partes de su clase. Se trata ahora de desarrollar iniciativas para plantar cara a ese aislamiento, yendo a discutir con otros trabajadores de los ferrocarriles, no viendo a la población trabajadora como "clientes de los ferrocarriles" como hace el GDL, sino como compañeros de lucha que, como asalariados, tienen todos los mismos intereses. La simpatía espontánea de la población muestra hasta qué punto sería falso considerar la lucha contra los salarios de miseria y las malas condiciones de trabajo como una particularidad de los ferrocarriles. Si la clase dominante ha aprendido estas últimas semanas a tener miedo de la lucha de ferroviarios y ya no lanza amenazas de prohibir la huelga, es sobre todo porque sabe que detrás de esta huelga hay el descontento generalizado de la clase obrera.
Por encima de todo, hemos de estar vigilantes respecto a las soluciones que se traman de espaldas a los interesados.
Para la clase obrera en su conjunto, se trata de tomar ejemplo de la combatividad de los ferroviarios, para hacer surgir de una confrontación aislada, ujna lucha más general y solidaria.
16.11.2007
De Weltrevolution, publicación de la CCI en Alemania
Nuestros camaradas en Cataluña han participado activamente en asambleas y en la manifestación central de los trabajadores de la enseñanza que tuvo lugar el 14 de febrero de 2008. Para transmitir esta experiencia al conjunto de nuestra clase envían el siguiente informe.
¿Por qué los sindicatos convocan esta huelga en la enseñanza pública de Cataluña y llaman también a las escuelas concertadas a adherirse a la convocatoria?
Para entender las causas que les han conducido a convocarla y el hecho de que tanto la huelga como la manifestación hayan sido tan numerosas hay que retroceder a los últimos cursos en los que se han venido sucediendo los ataques cada vez más duros a nuestras condiciones de trabajo[1].
Empezaron con introducir la famosa "Sexta Hora" lo que significa añadir una hora diaria de clase sólo para alumnos pero que ha trastocado todo el horario laboral de los maestros haciéndolo demencial y totalmente surrealista.
Los cambios continuos de "Leyes de educación" que antes de ponerse en práctica son sustituidas por otras nuevas, con lo que supone de sobreesfuerzo administrativo y pedagógico para adaptarse a ellas tanto para los alumnos como para los maestros[2].
El goteo constante tanto de bajas como de altas de alumnos con diferentes lenguas y nacionalidades, con todo lo que supone su adaptación a la escuela sin que repercuta negativamente en el rendimiento escolar o en su adaptación social. A ello se une el incremento de alumnos con necesidades educativas especiales y la falta de medios técnicos y humanos para atenderles.
La repercusión negativa en la escuela de la descomposición, cada vez más profunda, del tejido social, con todo lo que ello provoca: agresiones a alumnos o a profesores que son grabadas con los móviles y colgadas en youtube; familias desestructuradas; falta de motivación y pasividad..., una situación producto de una sociedad enferma y que supone para enseñantes, alumnos y familias una pesada carga de tensión psicológica y social.
Con estos antecedentes, el "Patrón", la Conselleria de Educación[3], ha presentado las "Bases" de lo que será la enésima "Ley de educación". Esto ha precipitado que tanto malestar acumulado durante años haya producido el rechazo absoluto y se vea la necesidad de oponerse firmemente comprendiendo que el único modo de hacerlo es la lucha unida y solidaria. Esta ley "futura" no significa ni más ni menos que una reconversión total del sector; un intento de enmascarar el fracaso escolar y culpar del mismo a los enseñantes a tiempo que una medida económica para paliar los efectos profundos de la crisis sobre los presupuestos de educación: lo que supone que ellos gastan menos y nosotros debemos trabajar más. También promueve la competencia entre escuelas, destruye la solidaridad entre los trabajadores y crea diferencias sociales y salariales entre ellos.
Los sindicatos, forzados a convocar estas luchas, se han visto sorprendidos por una respuesta clara y contundente de los trabajadores: la mayoría de las escuelas sin maestros y prácticamente sin alumnos a pesar de los servicios mínimos obligados (un maestro por cada cuatro unidades escolares (clases), el director y personal no docente). Manifestaciones numerosas en todas las grandes ciudades, sólo en Barcelona hubo alrededor de 50.000 (más incluso que en las de SEAT contra los 600 despidos o las "maniprocesiones" del Primero de mayo), en las que se ha visto la clara solidaridad de los alumnos, maestros y familias que juntos se ven afectados por estas medidas y por este sistema del todo caótico, en lo que se refiere a la enseñanza, suma y sigue en todos los sectores públicos y privados.... Hay un claro temor de que lo que hay detrás del galimatías de esa prevista reforma es el recorte de presupuestos y tras de ello ataques a las condiciones de vida y trabajo de padres, profesores, alumnos y personal de servicios. Estos recortes significan un abandono progresivo de las instalaciones e infraestructuras, tanto de los colegios como de su entorno, menos servicios -por ejemplo de comedores y menos personal -tanto de enseñanza como de servicio.
Los trabajadores del sector de la enseñanza han mostrado su hartazgo por una política que les presiona para que cubran las carencias que se multiplican a base de "buena voluntad", "vocación" y echarle más y más horas. Una situación que no es privativa de la enseñanza sino que se puede ver en otros muchos sectores como sanidad, autobuses, justicia etc.
Está claro que las manifestaciones masivas que se han producido en Barcelona en las últimas semanas: las de maestros del día 14, las anteriores del personal sanitario (médicos y enfermería), de conductores de autobuses, los de la Nissan,...son reflejo del descontento de los trabajadores, de su desconfianza en las leyes que les afectan como tales, en la administración y en un futuro que ven cada vez más incierto.
Pero, al mismo tiempo, también muestran que los sindicatos[4] tratan de mantener el control sobre lo que puede venir con ese descontento generalizado que recorre la enseñanza como a tantos otros sectores y al mismo tiempo se anticipan para aislar unos de otros a trabajadores que cada día y con mayor frecuencia se preguntan ¿Hasta dónde vamos a aguantar? ¿Cuál es la realidad de las promesas sindicales, electorales y gubernamentales?
En la manifestación del día 14 aparecía gente que llevaba pancartas que no respondían a ninguna consigna de partido o sindicato y que expresaban un malestar y a la vez una reflexión. En una de ellas se podía leer "Es impensable una escuela como debe ser para enseñantes y alumnos bajo la lógica capitalista" y otra decía: "En la manifestación estamos pero tras los sindicatos no vamos".
Por ello, estas movilizaciones no podemos verlas como un fenómeno aislado y local, que habría que encerrar en terreno estrictamente económico y sectorial. Más bien forman parte de una maduración -que está todavía en sus primeros pasos- de luchas obreras desparramadas por el ancho mundo de un capitalismo que hace aguas por todas partes y que rebosa miseria, caos barbarie y descomposición social[5].
Los sindicatos eran oficialmente los convocantes y mantuvieron en todo momento el control de la situación. Sin embargo, es preciso ver un empuje, una iniciativa, una combatividad real, de los trabajadores. Ahora bien, estas tendencias tienen que ser asumidas colectivamente por éstos y transformadas en tentativas para tomar el control de su propia lucha, arrebatándoselo a los sindicatos que mientras mantengan el timón la desgastarán, la frenarán y acabarán traicionándola. El hartazgo, la solidaridad, la iniciativa, tienen que convertirse en lucha autónoma de los trabajadores, en asambleas y manifestaciones masivas donde se afirme la unidad y se forje una conciencia común y el control colectivo de la lucha.
¡Solidaridad con todos los trabajadores en lucha!
Barcelona 27 febrero 2008
[1] Estos ataques fueron negociados con la Administración por esos sindicatos que ahora llaman a la lucha y lo hicieron sin tan siquiera -y como es habitual- permitir la apertura de un debate entre los trabajadores. Ver por ejemplo, el PNE- Pacto Nacional de Educación
[2] Estos continuos cambios en las leyes educativas revelan el fracaso del sistema de enseñanza lo cual se evidencia en numerosos países con Estados Unidos y Gran Bretaña a la cabeza.
[3] Órgano de la Generalitat de Cataluña, gobierno autonómico.
[4] Estas acciones han sido convocadas por ellos
[5] Para reflexionar sobre la situación actual de la lucha obrera internacional ver la editorial de nuestra Revista Internacional nº 132: /revista-internacional/200802/2193/por-el-mundo-entero-ante-los-ataques-del-capitalismo-en-crisis-una [169]
El pasado día 23 hubo una manifestación en Barcelona contra la decisión de Nissan de presentar un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) que amenaza con llevar a la calle de forma definitiva a 1700 trabajadores, lo que representa más o menos el 40% de la plantilla y muchos más si tenemos en cuenta las empresas que dependen de la planta de Nissan, que se puede estimar de entre 3 o 4 trabajadores por cada uno de la multinacional japonesa en Barcelona.
A la manifestación acudieron unos 6000 trabajadores, un número nada espectacular si tenemos en cuenta la cantidad de afectados reales y potenciales, la importancia del sector con otro ERE (este temporal) en las puertas como es el de SEAT, los problemas de PIRELLI en Manresa, etc y en particular que los sindicatos estrellas fueron UGT y CC.OO. Como en toda estas romerías sindicales, la manifestación se inició en el centro y discurrió por una de las arterias principales para concentrarse frente al Palau de la Generalitat y pedirle al Gobierno capitalista de Catalunya, que arreglara el problema legalmente, por ejemplo no admitiendo el ERE o medidas análogas. Hasta aquí todo normal teniendo en cuenta a los convocantes principales. Pero ¿cuáles fueron las posiciones y consignas de la llamada "extrema izquierda" no ya solo frente al problema de Nissan sino de la crisis generalizada que es la causa? Haremos un muestreo a partir de las hojas que tres grupos distribuyeron durante la marcha y que se puede ampliar a los demás de la llamada extrema izquierda:
"¡NI UN EURO A LOS BANQUEROS!" "¡EL DINERO PARA DEFENDER A LA INDUSTRIA!" ¿Quién dice esto? ¿Acaso uno de los sindicatos convocantes, o tal vez alguna gente del entorno del ATTAC promovido por el mensual Le Monde Diplomatic? ¡NO! Estas consignas figuran en la hoja distribuida por el Comité de Barcelona del Partido Obrero Socialista Internacionalista (P.O.S.I.) de tendencia trotskista. Es escandaloso que unos que se llaman "internacionalistas" pidan el dinero ¡para la industria!, ojo, ¡no para las reivindicaciones obreras de salarios, no ser despedidos etc., sino para SALVAR A LOS CAPITALISTAS DE LA INDUSTRIA.¡Y estos señoritos tienen la cara dura de llamarse "obreros", "socialistas" e "internacionalistas"!
Vayamos ahora a lo que también dicen los entristas-trotskistas del "EL MILITANTE", esos aduladores y defensores del imperialismo chavista con su consigna "internacionalista" de "Manos fuera de Venezuela"; pues por una parte estos señores dicen ".....sin que la política falsamente "realista" (el entrecomillado es de ellos) de las direcciones de UGT y CC.OO haya logrado impedir en ningún caso la destrucción de miles de puestos de trabajo en el sector". Por lo tanto, si en lugar de "...la política falsamente realista" de estas centrales sindicales hubiesen llevado a término una política realista se hubiesen perdido menos puestos de trabajo en el sector. Esta gente quiere que no nos demos cuenta de que el sindicalismo, desde hace mucho tiempo, pertenece al capital, está institucionalizado, comprado y domado, forma parte del aparato constitucional y jamás podrá hacer otra política con los intereses de clase de los trabajadores que la que hace; es decir, entregarlo al enemigo de clase, a la burguesía y al Estado del que forma parte el sindicalismo. También "EL MILITANTE", en un arrebato anarquizante y pequeño burgués, arrojan su consigna más "belicosa", y ¿cuál es esta? Pues nada más y tampoco nada menos que: "NACIONALIZACIÓN SIN INDEMNIZACIÓN DE NISSAN BAJO CONTROL OBRERO". Aquí tenemos a estos chavistas, que en teoría condenan el socialismo en un solo país a la manera estalinista, que piden el control obrero sobre una empresa, en la que continuarán (en la hipótesis de un control obrero) con relaciones capitalistas de producción, el salario, etc.; o sea, que pasamos de la explotación a la autoexplotación, es un asunto importante que no podemos desarrollar aquí pero que está ampliamente tratado en la prensa de la CCI[1].
Finalmente vayamos a una hoja distribuida por el "COMITÉ DE CONVENIO DE TMB" y que lleva por titulo en grandes letras "QUE NO OS ENGAÑEN": "....Las decisiones de los trabajadores hay que tomarlas en ASAMBLEAS DE TRABAJADORES y hay que coordinarse con otras empresas en luchas contra los EREs.". Dos cuestiones queremos señalar sobre este llamamiento que, por cierto, no lo hace la asamblea de trabajadores de autobuses, en solidaridad con los obreros de Nissan, sino el "Comité de convenio de TMB". La primera es que habla de coordinarse con otras empresas pero para nada se refieren a la extensión de la lucha y a la unidad sino de coordinación lo que significa cada uno en su empresa y, a lo más, relacionarse en casos concretos. La segunda cuestión es una confirmación de la primera, cuando hace el llamamiento a coordinarse se refiere única y exclusivamente a los trabajadores afectados por EREs, los demás pueden dormir tranquilos hasta que le llegue su ERE particular, los trabajadores sin expedientes no deben movilizare por sus reivindicaciones y condiciones de vida, no deben solidarizarse con sus hermanos de clase explotados, según esto la clase obrera no es una clase única sino que se cataloga según los ataques concretos del capital y su Estado. Ahora sí, dicho esto, nosotros decimos a la clase trabajadora: ¡QUE NO OS ENGAÑEN!
CONCLUSIONES:
De todo lo anterior no hay más remedio que sacar la lección de lo que dicen, con unas formas de hablar o hacer más o menos radicales, esos que afirman pertenecer al campo del proletariado pero que no hacen sino confundir y entrampar a la clase obrera. Por lo tanto la clase obrera tiene que verse en su dimensión histórica, una clase que tiene un pasado que debemos contar necesariamente con él, con la experiencia que da ese pasado que tiene sus luces y sus sombras. Todo lo que nos presentan los llamados "representantes o vanguardias", como hemos visto, no son sino soluciones interclasistas, un campo en el que los trabajadores siempre tendrán las de perder como hemos visto no solo en los últimos años sino en la propia historia.
El proletariado, para luchar eficazmente, no puede hacerlo de la manera como nos proponen los sindicatos y los izquierdistas de todo pelaje, ni en la forma ni en el fondo lo que significa que no hay que aceptar ni sus consignas ni sus formas organizativas. En todas esas organizaciones la clase obrera no tiene amigos sino ENEMIGOS ENCUBIERTOS cómplices de Gobierno, Patronal, Derecha etc.. Los obreros no cuentan nada más que con su unidad y su conciencia por encima de empresas, sectores, EREs., y por encima de quienes dicen representarlos, esos que nos engañan metiéndonos en frentes y terrenos que no son de clase, tales como el pacifismo, el nacionalismo "progresista", la negociación colectiva, el feminismo, etc.
La crisis se agrava y frente a ella la clase obrera para defender sus condiciones de vida, no tendrá más remedio que plantearse el ¿cómo luchar? no solo por sus reivindicaciones inmediatas, sino cómo luchar contra el capitalismo; pero tal vez lo que por ahora queda claro es cómo no debe de hacerse, o sea en el aislamiento, empresa por empresa, con los métodos sindicales desde el más reformista al más radical... Ahí están los resultados de décadas de "luchas" en el marco legal y en los últimos años ejemplos destacados de cómo las empresas, ya sean nacionales o multinacionales, siempre se han salido con la suya invocando las razones más diversas, sobre todo la escasez de pedidos, para luego deslocalizar la empresa a zonas de bajos salarios (países de Este, Marruecos, China, etc.). Así, entre otros muchos, el caso de Delphi, SAS, y un número interminable de empresas, en la que no existe ni una sola excepción en que la manera de luchar que proponen toda la izquierda y la extrema izquierda hayan impedido, repetimos, ni una sola vez el triunfo del capital con el apoyo subrepticio o abierto, cuando ha sido necesario, del Estado.
En contra de lo que proponen la gente de "EL MILITANTE" la solución no está en las nacionalizaciones, las relaciones capitalistas no se quiebran por este hecho, así lo estamos viendo con la oleada de nacionalizaciones bancarias y de aseguradoras que la crisis está provocando.
SG 30/10/08
[1] Ver por ejemplo, Correspondencia con Nuevo Proyecto Histórico sobre la autogestión en /cci-online/200601/383/correspondencia-con-nuevo-proyecto-historico-sobre-la-autogestion [230]
En un comentario colgado en nuestra Web un comunicante nos pedía elementos para responder a una Web que denigra el comunismo confundiendo deliberadamente la revolución rusa con el régimen de capitalismo de Estado que acabó aplastándola y enterrándola. Hemos hecho una recopilación comentada de artículos que hemos escrito y colgado en nuestra Web sobre la revolución rusa. Los hemos organizado de forma temática. La exponemos a continuación para que puedan suscitar un debate.
Primero que nada damos un marco global e histórico
https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201710/4237/manifiesto... [233]
Abordamos a continuación el tema planteado por el compañero: la amalgama que se hace entre comunismo - nazismo etc., para como dice el compañero desarmar a los proletarios actuales
https://es.internationalism.org/revista-internacional/199201/1209/las-fa... [234]
Pensamos que este texto que escribimos en 1992 puede responder a las cuestiones que el compañero que nos ha enviado el comentario desea que se planteen.
Los siguientes artículos abordan los hechos de 1917-23 de la forma lo más objetiva posible tratando de mostrar lo que realmente pasó frente a los mitos, deformaciones y prejuicios que existen sobre aquella experiencia.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/197801/1066/octubr... [235]
https://es.internationalism.org/revista-internacional/197801/2362/octubr... [236]
Artículo en 2 partes escrito en 1978 donde analizamos el ambiente que había entre los revolucionarios de 1917-20 que no consideraban a los bolcheviques como "burgueses" etc., sino que los veían como una parte más del movimiento proletario.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200711/2090/octubr... [237]
Artículo de nuestra Revista Internacional nº 131 donde se argumenta que el principal protagonista de la revolución rusa fueron las grandes masas obreras capaces de debatir, organizarse y pensar por si mismas.
https://es.internationalism.org/cci/200602/744/introduccion [238]
https://es.internationalism.org/cci/200602/739/la-revolucion-proletaria-... [239]
Serie de dos artículos de nuestra Revista Internacional que forma parte un folleto que hemos publicado recientemente. Se muestra cómo fueron los Soviet y no el partido bolchevique quienes tomaron el poder en Rusia en 1917. Otra cosa es que con el aislamiento de la revolución, la terrible guerra civil y otros factores, todo ello unido a los errores de los propios bolcheviques, ocurriera que progresivamente los soviets fueran perdiendo el poder y este fuera siendo acaparado cada vez más, de manera sustituista, por el Partido bolchevique.
https://es.internationalism.org/cci/200602/749/el-aislamiento-es-la-muer... [240]
Artículo escrito en 1994 donde se analiza cómo el retroceso y las derrotas de las tentativas revolucionarias del proletariado mundial le fueron quitando progresivamente el oxígeno a la revolución rusa hasta que esta degeneró completamente.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200704/1829/leccio... [241]
Artículo escrito en 1995 donde intentamos informar de los movimientos revolucionarios, insurreccionales, de huelgas masivas, que protagonizó el proletariado internacional tratando de tomar el relevo de la revolución rusa.
https://es.internationalism.org/cci/200602/746/las-tesis-de-abril-faro-d... [242]
al principio el propio partido bolchevique sufría una deriva oportunista de apoyo "crítico" al gobierno provisional y muy confuso sobre la naturaleza de la revolución en curso. Con las Tesis de Abril se planteó un debate apasionado y apasionante con una clara conclusion que contribuyó al triunfo de la revolución: Todo el poder para los soviets, naturaleza proletaria, internacional y socialista de la revolución, rechazar todo apoyo al Gobierno Provisional
https://es.internationalism.org/revista-internacional/199707/1224/ii-191... [243]
En julio 1917, el gobierno provisional de Kerenski trata de llevar a una trampa a los obreros de la principal concentración industrial rusa -San Petersburgo-. Los bolcheviques contribuyen de manera decisiva a que el proletariado evite esa trampa y sean derrotados.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/199710/1216/iii-19... [244]
Estudio crítico y documentado de cómo transcurrió el acto culminante de la Revolución Rusa: la insurrección de las masas obreras y la toma del poder por los Soviet.
En los artículos siguientes se trata de ver cual era el programa, la actitud y la posición de los bolcheviques de forma realista y crítica rechazando las deformaciones laudatorias, por un lado, y la denigración calumniosa por el otro.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/199807/1194/iv-la-... [245]
¿Qué dijo realmente la Internacional Comunista fundada en 1919 como contribución a la extensión internacional de la revolución rusa? Publicamos aquí su documento fundacional con un breve comentario nuestro.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/199810/1187/v-1919... [246]
¿Qué programa adoptó el Partido bolchevique en 1919 cuando se llevaban 2 años de revolución? ¿Era adecuado? ¿Qué contribuciones aportó? ¿Qué errores tuvo?
https://es.internationalism.org/revista-internacional/199712/1217/ii-el-... [247]
En este texto se estudia de manera crítica la visión de Lenin sobre el Estado. Lenin plantea claramente la necesidad de destruir el Estado burgués y señala que en su lugar debe levantarse un nuevo poder basado en los Soviet de obreros y campesinos. Se analizan las aportaciones de Lenin a la vez que se toman en cuenta sus límites y errores.
https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200601/411/lenin-un-co... [248]
Defensa de la aportación de Lenin contra la campaña que lo asocia con Stalin y el estalinismo.
El estalinismo no es la obra de Stalin sino el resultado -a la vez que el factor activo- de la derrota y el aplastamiento de la revolución rusa. De las ruinas de la revolución surgió el Estado ruso -la URSS-, una forma particular de Capitalismo. Se trata de reflexionar sobre cómo surgió, se desarrolló y acabó imponiéndose.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200007/770/ix-1924... [249]
Reflexión sobre la situación en Rusia en los años 20 donde la revolución está muerta y se va consolidando el régimen estalinista que integra el Estado ruso dentro del capitalismo mundial.
https://es.internationalism.org/rm/2006/95_estalo [250]
Reflexión sobre los orígenes del estalinismo y cómo se fue desarrollando sobre las ruinas de la revolución rusa.
Desde 1918 se inició la reflexión sobre los problemas y peligros que amenazaban a la revolución rusa. Rosa Luxemburgo ya alertó de ellos desde una postura fraterna hacia los bolcheviques. Dentro del mismo partido hubo debates desde 1918. Del partido surgió el Grupo Obrero de Miasnakov, uno de los principales exponentes de la Izquierda Comunista en Rusia. La Izquierda Comunista Internacional reflexionó desde fecha muy temprana sobre los peligros que corría la revolución y posteriormente sacó lecciones de las causas de su derrota. Sus lecciones deben ser tomadas en cuenta por la generaciones actuales no tanto para considerarlas definitivas sino como una base para continuar la reflexión y preparar en mejores condiciones una nueva tentativa revolucionaria mundial.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/199912/1153/viii-l... [251]
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200007/3479/viii-l... [252]
En este texto damos cuenta de los debates que se dieron dentro del propio partido comunista ruso (bolchevique) sobre su experiencia de un año en el gobierno de los soviets. En un segundo artículo vemos como reaccionaron los revolucionarios en 1922-23 ante la evidente degeneración de la revolución.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/197507/940/las-ens... [253]
https://es.internationalism.org/content/4670/cien-anos-del-levantamiento... [254]
https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201103/3071/correo-del... [255]
En 1921, el gobierno bolchevique aplasta la insurrección de Krondstadt. Este acontecimiento significa un paso crucial en la degeneración de la revolución en Rusia. En este artículo escrito en 1975 se trata de sacar lecciones de esta tragedia. En un nuevo artículo, escrito en 2001, tratamos de profundizar en las lecciones de Krondstadt.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/197507/998/la-dege... [256]
Artículo de debate escrito en 1974 sobre cómo analizar las causas de la degeneración y enterramiento de la revolución rusa.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200612/1179/la-cue... [257]
La posición de Rusia y de la Internacional Comunista sobre los intentos revolucionarios de los obreros chinos en los años 20 fue muy significativa pues puso de manifiesto que se anteponían los intereses del Estado ruso a los de la revolución mundial.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200711/2089/la-exp... [157]
Nuestros predecesores de la Izquierda Comunista de Francia (1945-53) escribieron un artículo poniendo en evidencia que la propiedad estatal no tiene nada que ver con el socialismo y que constituye una de las variantes del capitalismo, en particular, es una herramienta del Capitalismo de Estado. Es una lección importante de la experiencia rusa.
1917 suscita, como es natural, numerosos debates entre los revolucionarios de nuestra época. Recogemos algunos de los que hemos llevado con compañeros, especialmente de lengua española.
https://es.internationalism.org/cci-online/200801/2161/debate-sobre-1917... [258]
En este artículo entramos en debate con un compañero que de manera muy sincera expone un criterio contrario al bolchevismo y a la revolución rusa. Aclaramos que nosotros no pretendemos glorificar al bolchevismo ni poner la revolución rusa como un modelo a copiar. Lo que pretendemos que se vean tanto al bolchevismo como a la revolución rusa como experiencias del proletariado de las cuales las generaciones actuales pueden sacar lecciones críticas.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200704/1874/a-prop... [259]
Debate con un lector que se reclama del consejismo sobre qué balance hacer de la revolución rusa. Un tema que se aborda en este debate es el siguiente: ¿se podía construir inmediatamente el comunismo dentro de Rusia? ¿Tuvo algo que ver con el comunismo o el avance hacia él el periodo llamado del "comunismo de guerra" entre 1918 y 1921?
https://es.internationalism.org/rm/2008/102_rerusa [260]
Debate en una reunión pública organizada por nuestra sección en México donde se plantearon diferentes cuestiones destacando ¿por qué fue derrotada la revolución de 1917?
https://es.internationalism.org/cci-online/200712/2125/hace-90-anos-la-r... [154]
Texto de la presentación que hicimos en las diferentes reuniones públicas que celebramos en octubre de 2007 con ocasión del aniversario de dicha experiencia del proletariado.
https://es.internationalism.org/cci-online/200712/2111/debate-sobre-la-r... [261]
Crónica del debate que hubo en Santiago de los Caballeros (segunda ciudad de la República Dominicana) a propósito de la revolución rusa. La principal cuestión de debate fue si la revolución proletaria se plantea a partir de la dinámica de cada país o a partir de una lucha y una dinámica mundial (lo que no niega tomar en cuenta las situaciones locales).
A pesar de la terrible losa que significa haber soportado más de 60 años de dictadura capitalista realizada en nombre del "comunismo", desde hace más de 15 años se ha ido formando un medio internacionalista en Rusia que debate con la CCI y con otros grupos y elementos revolucionarios. Recogemos los principales debates y también contribuciones de esos compañeros sobre 1917
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200612/1211/contri... [262]
Un compañero ruso escribió en 1992, recién caído el régimen estalinista, una reflexión sobre la cuestión de la burocracia.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200604/828/marxist... [263]
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200604/826/respues... [264]
Debate en 2002 con un grupo de Rusia que trata de reflexionar sobre lo que pasó en Rusia seguido de nuestra respuesta.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/190/respues... [265]
Debate en 2004 con un grupo proletario ruso de orientación anarquista.
https://es.internationalism.org/revista-internacional/200607/987/corresp... [266]
Correspondencia con un lector del Sur de Rusia que tuvo lugar en los años 2000-2001.
Publicamos una declaración sobre la crisis actual que nos ha remitido el Grupo de Lucha Proletaria de Perú la cual saludamos por su claridad y su espíritu militante Nuestra agrupación se pronuncia sobre la situación de crisis que atraviesa actualmente el Capital en todo el planeta:
el ataque a pedradas de los despedidos de Nissan. Aqui en el Perú el 2007 y este año han presenciado las fuertes huelgas mineras que se iniciaron en Casapalca y que la dirigencia de la Federación intentó frenar y que sin embargo, se fue generalizando de a pocos recibiendo la solidaridad de los pobladores de la zona e incluso de los estudiantes universitarios en un gesto de unidad proletaria que hace años no se veia. Otro tanto se dio en la huelga de los estibadores del Callao,en 2007,donde se desoyó la orden sindical de levantar la huelga y los trabajadores apedrearon a la odiada policía nacional y a la cual el sindicato le prometió "identificar con nombre y apellido a los revoltosos".
Pero no solo nuestra clase comienza a auto reconocerse en sus luchas sino también a través del resurgimiento de minorías, de vanguardias que retoman y discuten el programa histórico de nuestra clase y a plantearse el comunismo como objetivo. Después de décadas de contrarrevolución generalizada, de las mentiras del "fin de la historia",de la "democracia como único orden",se empieza a ver una perspectiva nueva que al fin destruya este modo de producción para construir sobre sus escombros no una "nueva democracia" o "post capitalismo" sino la dictadura de las necesidades y la comunidad humana mundial a través de la revolución .
Este es el fantasma rojo que vuelve a andar por el planeta, que hace temblar a la burguesía y todos sus Estados, partidos y sindicatos. El miedo al proletariado es tal que el propio Sarkozy, mandamás francés, ha advertido que "o refundamos el capitalismo o vendrá la Revolución mundial".
Es por todo ello que hacemos un llamado a los compañeros que nos leen a que esclarezcamos bien la causa de la crisis actual; apelamos al debate entre hermanos proletarios, para tomar partido contra este orden putrefacto que nos está reventando de hambre y miseria a todos. debemos agruparnos y denunciar la verdadera causa de esta crisis mundial señalando a su causante: el capital y llamando a destruirlo por su único verdugo y enterrador: el proletariado mundial.
¡un abrazo revolucionario!
Grupo de Lucha Proletaria.
Continuación del debate sobre la violencia. Respuesta por nuestra parte a un comentario de un lector que critica nuestro artículo sobre los sabotajes en las líneas férreas en Francia.
El 12 de diciembre un compañero escribía un comentario que reproducimos en Anexo en respuesta a nuestro artículo Sabotaje de las líneas de la SNCF: actos estériles instrumentalizados por la burguesía contra la clase obrera. El compañero piensa que la única motivación posible del artículo es « desmarcarse de las acciones, atacando a los represaliados y dirigiendo un mensaje alto y claro al Estado: nosotros no hemos sido, no somos terroristas, no nos vayan a "zurrar"» y que habríamos actuado como « un corro de viejas asustadas por el eco de las botas de los perros del Estado».
Contrariamente a lo que piensa el compañero, el objetivo del artículo no era "atacar a los represaliados" sino denunciar la asquerosa maniobra del Estado francés que ha utilizado a las 10 personas inculpadas para desencadenar una de sus habituales campañas contra la lucha obrera y la actividad de los revolucionarios. En particular, el artículo se proponía alertar sobre prácticas que se pueden realizar con toda la buena fe del mundo pero que la mano negra del Estado puede instrumentalizar para objetivos que contradicen las intenciones de quienes las promueven[1]
El compañero señala « No espero que la CCI prescinda de sus posiciones sobre la violencia, pero si que las exponga con claridad y esté dispuesta a debatirlas». Coincidimos plenamente con ese planteamiento y para ello vamos a exponer nuestra postura con ánimo de abrir un debate que no es un cara a cara con el compañero sino que está abierto a la participación de todos con el objetivo de desgajar una síntesis que nos permita erradicar las confusiones o insuficiencias que podamos tener.
El debate sobre la violencia es una cuestión candente. La lucha del proletariado es violenta pero ¿Cuáles son los medios de violencia que sirven a ella? ¿cómo se generan? ¿todas las formas de violencia son válidas?. De forma más concreta: ¿los actos de violencia minoritaria realizados por grupos aislados y especializados suponen una contribución a la lucha proletaria?[2]
La situación actual se caracteriza por una maduración lenta y difícil de la lucha obrera. Aunque estamos viviendo experiencias significativas de las que habrá que sacar lecciones -Grecia, Francia, Alemania- todavía no hemos asistido a movimientos masivos de lucha en los cuales se puedan dar experiencias concretas de violencia proletaria para poder pronunciarse realmente sobre ellas y poder distinguirlas de la violencia de otras capas sociales. Sin embargo, una contribución a la preparación de esos movimientos masivos y concretamente a que en ellos la violencia de clase se plantee correctamente es reapropiarse de la experiencia histórica del proletariado en ese terreno, debate al cual invitamos tanto al compañero como a todos los interesados[3].
Entre tanto, la combatividad obrera se va desplegando lenta y penosamente en medio de un enorme dispositivo de la burguesía -y principalmente de los Sindicatos- para sabotearla. De manera más concreta, estamos asistiendo a una tentativa ideológica de la burguesía para entrampar a los obreros en un falso dilema que podríamos formular así: "Si quieres luchar masivamente acude a las manifestaciones pacifistas y legalistas de los sindicatos, todas ellas situadas en un terreno reformista, de apoyo a alternativas burguesas de gestión de la crisis, de que esta la paguen los banqueros etc. Ahora bien, si te rebelas contra eso, tienes el medio de las acciones minoritarias radicales de enfrentamiento aislado con la policía".
Se podrá decir que es falso que la burguesía haya montado tal dilema puesto que se muestra muy "indignada" con los "actos de vandalismo" de los jóvenes griegos y los señala como enemigos peores que el terrorismo. Sin embargo, más allá de las reacciones subjetivas que tal o cual burgués pueda tener, ¿no es sospechoso que la burguesía cargue las tintas sobre los enfrentamientos minoritarios con la policía ocultando cuidadosamente el iceberg del que son la punta: la existencia de una agitación social expresada en manifestaciones masivas de trabajadores, jóvenes, estudiantes, profesores etc., las asambleas generales, las huelgas, las iniciativas espontáneas de grupos de obreros?
Pero más allá de lo que pretenda la burguesía ¿los obreros debemos elegir entre esos dos términos? ¿El dilema sería "manifestación pacífica masiva o acción radical minoritaria"? ¿No es una trampa que el proletariado tiene que hacer saltar por los aires para encontrar su propio camino de lucha que nada tiene que ver ni con el pacifismo socialdemócrata ni con la violencia minoritaria? [4]
Para comprender cómo y de qué manera el proletariado puede desarrollar su propia violencia de clase es necesario abordar la cuestión de la violencia. No pretendemos hacer aquí un análisis general -cosa que ya hemos hecho[5]-, simplemente expondremos algunas reflexiones que creemos necesarias para entablar un debate.
La violencia es un elemento básico de la sociedad de clases. Esta no puede funcionar sin violencia de la misma forma que no puede ser abolida más que por la violencia. La paz es imposible en las sociedades de clases. Cuando se habla de "paz social" de lo que en realidad se está hablando es de la sumisión y la atomización de los trabajadores rendidos a la violencia del Estado burgués y de las relaciones capitalistas de producción.
Sin embargo, de esta verdad válida para todas las sociedades de clases se saca a menudo una conclusión errónea: se eleva la violencia a una categoría abstracta, intangible, independiente de la historia y de las clases sociales. Como señalamos en la Revista Internacional nº 14 «Repetir esa tautología de "violencia = violencia", limitándose a demostrar que todas las clases la utilizan, para así afirmar su naturaleza idéntica, es tan "inteligente y genial" como decir que el acto de un cirujano en una cesárea que da nacimiento a la vida, y el acto de un asesino rajando a su víctima para asesinarla, son iguales por el simple hecho de que tanto uno como otro emplean instrumentos similares, actúan sobre la misma zona del cuerpo o con una técnica parecida».
Necesitamos distinguir y diferenciar. No es la misma la violencia de las clases explotadoras que la violencia de las clases explotadas. A lo largo de la historia, la violencia y sus formas han evolucionado, han tenido distintas manifestaciones. Una misma clase social adopta a lo largo de su trayectoria histórica diferentes medios y formas de violencia.
Hacer este análisis es vital para llevar el debate que nos ocupa. Pues de lo contrario nos enzarzaríamos en una discusión estéril y alejada completamente de los verdaderos problemas, del estilo "todo es violencia", "a la violencia hay que responder con la violencia", "si no estás por la violencia eres pacifista" y cosas así que no llevan a ninguna parte.
La violencia de la burguesía y la violencia del proletariado son radicalmente diferentes. No solamente no tienen los mismos fines sino que tampoco tienen los mismos medios ni las mismas formas y expresiones. Es un error identificarlas porque de ambas se podría aislar un mismo elemento químico en su composición: la violencia en general.
Tampoco son iguales ni equiparables la violencia del proletariado y la violencia de capas pequeño burguesas. El proletariado no identifica la violencia de esas capas con la violencia de la burguesía y, por otra parte, siente simpatía y solidaridad por ellas tratando de ganarlas para su causa. Sin embargo, ello no obsta para que rechace categóricamente sus formas y medios de violencia que no tienen nada que ver con su propia violencia de clase.
La violencia de la burguesía se basa en el terror. Es evidente que el terror de los Estados abiertamente dictatoriales no es el mismo que el terror de los Estados democráticos. En estos últimos, el Estado da primacía a los medios políticos y psicológicos para destruir y paralizar al proletariado sin renunciar sin embargo a un vasto arsenal de represión física tanto legal como ilegal, tanto encomendado a cuerpos estatales como a bandas "privadas". Además, la burguesía no renuncia al empleo del terrorismo como arma tanto en sus conflictos internos o imperialistas pero también como medio de intimidación y represión contra el proletariado. La violencia de la burguesía está encomendada a cuerpos especializados, es minoritaria, busca dividir y enfrentar a los proletarios, trata de provocar en ellos sentimientos de parálisis, sumisión y docilidad; promueve los sentimientos más destructivos e irracionales: nacionalismo, racismo, xenofobia, odio...
¿Puede tener la violencia del proletariado la misma naturaleza? El compañero señala que «¿Quiere decir esto que cualquier forma de violencia, aun cuando sea ejercida por proletarios, es en si misma buena? NO. La violencia como táctica debe responder al fin al que se debe. El fin de los revolucionarios es derrocar el Estado capitalista, y la única forma real de conseguirlo es facilitando un cambio en la relación de fuerzas entre clases. Para ello el proletariado debe, a través de su lucha, tomar conciencia de lo que es históricamente y actuar en consecuencia. Este proceso sólo se alcanza profundizando en la autoorganización y la unidad de la clase obrera. Toda táctica que contribuya a la autoorganización y la unidad de la clase obrera es por tanto revolucionaria. Pueden, por ejemplo, la huelga o el sabotaje, ser revolucionarias: sí, si contribuyen a tal fin, y no si lo bloquean».
El compañero reconoce que la violencia del proletariado no puede contradecir el fin revolucionario por el que lucha. Señala también que la violencia proletaria debe contribuir a su autoorganización y su unidad. En todo eso estamos plenamente de acuerdo. El problema reside sin embargo cuando el compañero reduce la violencia a una táctica y cuando pone en el mismo plano la huelga y el sabotaje.
Plantear la violencia como una táctica es convertirla en una especie de instrumento que podemos utilizar de manera facultativa, significa verla desde su lado más superficial: ver la pistola, el cuchillo, el choque físico, pero no ver quién los empuña, por qué los empuña y en qué contexto general los empuña. Esto último es la cuestión esencial porque es lo que permite comprender la naturaleza radicalmente diferente y completamente antagónica a la de las demás clases sociales de la violencia del proletariado: «La lucha del proletariado como toda lucha social es necesariamente violenta, pero la práctica de su violencia es tan diferente de la violencia de las demás clases como diferentes son su proyecto y sus metas. Su práctica, incluida la de la violencia, es acción de amplias masas y no de minorías; es liberadora, es el parto de una sociedad nueva y armoniosa, y no la perpetuación de un estado de guerra permanente de uno contra todos y todos contra uno. Su práctica no intenta perfeccionar y perpetuar la violencia, sino proscribir de la sociedad los actos criminales de la clase capitalista, inmovilizándola. (...) Su fuerza invencible no se basa tanto en la fuerza física y militar, y menos aún en la represión, y sí, en cambio, en su capacidad para la movilización de masas, para asociar a la mayoría de las capas y clases trabajadoras no proletarias a la lucha contra la barbarie capitalista. Su fuerza reside en su toma de conciencia y en su capacidad para organizarse de manera autónoma y unitaria; en la firmeza de sus convicciones y en el vigor de sus decisiones. Estas son las armas fundamentales de la práctica y de la violencia del proletariado».
Sabotaje y huelga no son lo mismo y parten de prácticas de clase diferentes[6]. La huelga contiene dos elementos que no son equiparables, Por un lado, tiene un potencial liberador que otorga al proletariado una fuerza considerable: la unión, la solidaridad, la iniciativa común, la superación de la competencia y la división entre obreros. Por otro lado, contiene el elemento de presión, de dañar la producción. Ese segundo elemento es inevitable y forma parte de la sociedad de clases de la que el proletariado no puede abstraerse.
Sin embargo, lo más importante es con mucho el primer elemento. El compañero critica la desvirtuación sindical de las huelgas y tiene toda la razón. Pero ¿Dónde reside esa desvirtuación? Precisamente en que niega y destruye el primer elemento, el que da fuerza al proletariado, y solo admite el segundo con lo cual la reducen a una mera paralización de la producción, a que los trabajadores no trabajen y se vayan atomizados a su casa o al bar. La convierten en un mero instrumento táctico destinado a "presionar" a los patronos. La burguesía otorga el "derecho de huelga" para adulterarla rebajándola a mera protesta, a mera presión contractual "entre socios que negocian".
Mediante esta amputación, la huelga acaba pareciéndose al sabotaje. Ambos son medios de presión. Pero la presión o el hacerse daño unos a otros no son medios revolucionarios ni liberadores sino rasgos de la vida cotidiana del capitalismo que participan activamente de su reproducción. Los Estados son maestros en el sabotaje de los rivales, las empresas perpetran todo tipo de golpes bajos. La violencia del proletariado supone fuerza, imposición, golpe, pero por otros medios radicalmente diferentes y que contienen en si mismos una perspectiva de liberación de la humanidad: es la violencia de la masividad, de la unidad, de la solidaridad, de la capacidad de decidir y pensar colectivamente, de actuar como una clase auto-organizada que impone con firmeza sus objetivos.
La concepción mecánica, totalmente superficial, solo encuentra violencia si hay choques físicos, cócteles molotov, asaltos, destrucciones ... En cambio, la masividad, la solidaridad de clase, la auto-organización no le parece "violencia" porque, en apariencia, son "pacíficas", serían una especie de "pacifismo a lo Gandhi".
Pero la violencia es mucho más que disparos, enfrentamientos o bombas, es esencialmente un cambio en la correlación de fuerzas entre las clases, la violencia para el proletariado es una cuestión política: ¿cómo establecer una relación de fuerzas contra la clase capitalista y su estado de tal manera que le permita resistir sus ataques y pasar a la ofensiva hasta su abolición definitiva?
Cuando los obreros logran unirse están superando la violencia del capital que les reduce a la atomización e imponiendo la violencia de su acción como clase unida. Cuando los obreros consiguen extender su lucha están venciendo la división con la que el capital los aherroja por empresa, sector, categoría y haciendo valer lo que más subvierte esta sociedad de competencia y de darse golpes los unos a los otros: la solidaridad. Cuando los obreros se organizan en Asambleas Generales y desarrollan sus propias redes de unificación hacen saltar por los aires la férreas estructuras sindicales que los mantienen pasivos, dispersos y desorganizados y plantean el desafío de una clase organizada. Cuando los obreros discuten, piensan y deciden colectivamente están venciendo la violencia cotidiana que los convierte en seres fracasados, gregarios, encerrados en sus problemas y levantan una fuerza que opone al Estado su propia alternativa.
Ese proceso no es pacífico. Primero porque supone iniciativas de enfrentamiento, de defensa y ataque, que requiere en cada momento los medios adecuados. En segundo lugar, porque tiene que enfrentar la represión del Estado burgués que emplea toda clase de medios, desde los gases lacrimógenos y las balas hasta las provocaciones y las trampas, pasando por los más temibles: las campañas de calumnia, de linchamiento moral y físico, el odio ...Frente a ello, la mayor violencia que el proletariado puede ejercer contra el capital es su capacidad para afirmarse como una masa unida, solidaria, consciente de su misión y de su fuerza, dispuesta a luchar hasta el final y a acoger en su seno a las demás clases no explotadoras de la sociedad. Esa determinación, esa firmeza, es la que crea las bases para afrontar la tarea de la destrucción del Estado en la cual la insurrección juega un papel decisivo.
En el proletariado no es la violencia la que produce la conciencia sino que es la conciencia la que utiliza y adopta los medios de violencia según el curso de evolución de la lucha.
La violencia del proletariado es consciente. El compañero cree que por advertir del peligro de provocaciones y de la presencia de los provocadores estaríamos negándole el "derecho a defenderse": «Si mañana mis compañeros de trabajo y yo salimos a protestar a la calle y respondemos a las provocaciones policiales o a su ataque directo, ¿seremos tildados por la CCI de provocadores policiales? ¿No tenemos acaso los obreros derecho a defendernos de los ataques del Estado burgués y sus policías? ¿No tenemos acaso derecho a contraatacar a nuestros enemigos? Por que si la CCI o cualquier otra organización nos niegan ese derecho, no hace si no entregarnos atados de pies y manos a la represión».[7]
¡Claro que hay que defenderse! ¡Y más aún, claro que hay que pasar a la ofensiva! Pero esto hay que hacerlo de manera consciente y no actuando como un toro que corre detrás de todos los trapos.
El compañero piensa que « No creo que debemos preocuparnos tanto por lo que el estado haga (ya sabemos como responderá) más debiéramos preocuparnos por lo que nuestra clase hace o deja de hacer». No coincidimos con esta apreciación: el proletariado necesita conocer la política de la burguesía y tener plena conciencia de sus maniobras, campañas etc., de tal forma que aprenda a anticiparse a ella y desmontarlas. ¡No podemos caer en las ratoneras en las que continuamente el Estado intenta meternos! Esa capacidad para comprender cómo actúa y maniobra la burguesía es uno de los componentes básicos de la acción consciente del proletariado. Este es una clase histórica y no es como sus hermanos que le precedieron en el sufrimiento de la explotación, los esclavos y los siervos, que eran capaces de rebelarse pero que no pudieron nunca realizar una lucha consciente.
La historia del proletariado está llena de provocaciones que ha tendido la burguesía a nuestra clase y que han sido un factor importante de derrota. En Austria 1919 cuando había una posibilidad de extender la revolución desde Hungría, donde ya había triunfado, la burguesía envió a un agente provocador que arrastró a una parte del joven partido comunista a una insurrección prematura y mal preparada que abortó la maduración en ciernes de una posible insurrección masiva. La burguesía alemana provocó al proletariado de Berlín en enero de 1919 para llevarlo a un enfrentamiento prematuro que le permitieron ir derrotando a los trabajadores paquete por paquete, primero Berlín, después Bremen, más tarde Hamburgo, a continuación Baviera etc.
Parafraseando al compañero, el proletariado tiene derecho a conocer y reapropiarse de su propia historia para evitar volver a caer en las trampas y provocaciones que le ha tendido la burguesía.
El proletariado convive con otras capas sociales: pequeña burguesía, marginados urbanos etc. ... Esas capas sociales no son sus enemigos y tiene que ganárselas a su causa pues ello redunda en la mayor violencia que puede oponer al Estado: su completo aislamiento social, precondición para su asalto y destrucción revolucionaria.
Ahora bien, para ganárselas la cuestión crucial es que el proletariado debe afirmar su propio terreno de clase, sus propios métodos de lucha, su propia organización y su propia perspectiva revolucionaria.
No es el proletariado quien tiene que rebajarse al terreno confuso, desesperado e interclasista de esas capas sociales sino que son esas capas sociales las que tienen que ser elevadas al terreno clasista, revolucionario y liberador propio del proletariado.
Esta posición no es solamente válida respecto a las reivindicaciones sociales o políticas sino también respecto a los métodos de violencia y acción de estas capas sociales. Las capas marginadas urbanas expresan su violencia mediante explosiones masivas de rabia y desesperación que son como llamaradas muy espectaculares que rápidamente se extinguen. En cambio, las capas pequeño burguesas desesperadas tienden a una actividad de sabotaje o terrorismo organizada en grupos minoritarios.
El proletariado no tiene que perderse en esos tipos de violencia estériles que son el modo de expresión de capas sociales sin porvenir histórico. Ha de hacer al revés: son esas capas sociales no explotadoras -o al menos sus sectores más esclarecidos- los que tienen que ser ganados a la violencia revolucionaria, masiva y consciente del proletariado.
El proletariado debe sentir simpatía y solidaridad tanto por las capas pequeño burguesas desesperadas como por los marginados urbanos. Sin embargo, ello no puede llevarle a aceptar y menos aún adoptar como propios los métodos de combate caóticos y sin porvenir a la que se entregan estos sectores sociales. Esto es especialmente importante cara a grupos y movimientos -como el "autónomo"- que se reclaman de unos difusos "principios" que en el mejor de los casos están en un pantano oscilante entre la burguesía y proletariado y que enarbolan como el "principio de los principios" la práctica de una violencia minoritaria radical[8].
Se suelen aducir tres argumentos para especular sobre una pretendida "contribución" a la lucha obrera de estos movimientos de violencia minoritaria:
Examinemos razonadamente estos argumentos.
El proletariado no tiene nada que esperar de la práctica -¡y menos aún de los principios, generalmente inexistentes!- de capas sociales sin porvenir. Es al revés, los componentes individuales de estas capas deben sumarse a la lucha del proletariado si quieren tener algún porvenir.
CCI 23-12-08
ANEXO:
Comentario del compañero:
SOBRE UN NEFASTO ARTÍCULO
Los acto de sabotaje en las líneas férreas en Francia, las detenciones producidas y la posición defendida por la CCI
Tremendo artículo por nefasto el que se han marcado los compañeros de la CCI. Lejos de clarificar algo sobre un tema crucial como es el de la violencia, tan sólo contribuyen a enfangar las cosas y desmarcarse apresuradamente (como también han hecho los sindicatos y los izquierdistas) de todo acto de "terrorismo". Con ello también dejan en evidencia y más vendidos si cabe, a los "terroristas", contra los que no escatiman descalificativos e insultos.
Sobre los hechos, la verdad, la crítica y el debate.
Recientemente eran detenidas 10 personas en Francia acusadas de sabotajes contra las líneas de alta velocidad, en un momento en que los trabajadores de los ferrocarriles se encuentran en conflicto con el Estado. La prensa burguesa ha tildado a los detenidos de "anarco-autónomos" y la ministra de interior ha "corrido" para urdir un montaje sobre una supuesta trama de "terroristas de ultra-izquierda".
Como sucede en estos casos poca es la información y muchas las dudas. No sabemos quienes son estos autónomos, que planteamientos tienen, si han hecho o dejado de hacer, si se trata de un montaje,... Y sin embargo ya hay quienes desde presupuestos revolucionarios los ensalzan o los denigran. El artículo de la CCI entra dentro de los denigradores y con ello tratan de enmendar la plana a cualquier táctica violenta que no sea la "violencia de clase", que por otro lado no definen de ninguna forma.
En todo esto parece importar poco los hechos y la verdad, que son tomados de la prensa burguesa sin más. Y esto es grave, ya que antes de argüir una crítica tan dura (y no exenta de descalificativos de evidente mal gusto) hacia gente que esta siendo duramente reprimida, al menos debiéramos preguntarnos quienes son estos autónomos.
¿Qué posiciones políticas tienen estos autónomos? ¿Son posiciones de clase? ¿Se definen del internacionalismo proletario? ¿Actúan en pos de la autoorganización y la unidad del proletariado? Por que si es así (que no lo se) lo que, al menos teóricamente, a la CCI le separa de ellos son cuestiones tácticas (que no es poco) No obstante si se comparten unas posiciones básicas comunes, la actitud de la CCI no puede ser tirar a estos "autónomos" por la ventana, si no contactar con ellos y establecer un debate necesario para el movimiento revolucionario.
Sin más información, sin saber "de que van" estos autónomos, responder como se ha hecho no contribuye a la clarificación, si no a otra cosa.
Por que, no todas las minorías que han usado tácticas violentes son ni mucho menos ajenas a la clase obrera. Y aquí hay que saber deslindar, o ¿consideraríamos en el mismo plano a ETA y al MIL, a Max Holzt y Michael Collins? Sinceramente no creo que nadie sea tan obtuso. Y supongo que hasta la CCI se hubiera sentado ha debatir de táctica con el MIL y Max Holzt, y hubiera puesto a los otros en el campo que les corresponde, el de la burguesía. De lo contrario (y parafraseando a la CCI) estarían "tirando al niño con el agua sucia".
La cuestión de las tácticas, la cuestión de la violencia.
¿Es ajeno el sabotaje y la violencia a las tácticas de la clase obrera? Directamente no. La historia nos demuestra que el movimiento obrero ha usado diversas tácticas para llevar a término su lucha de clases contra la burguesía y su Estado.
Durante las revolución rusa los revolucionarios no "asaltaron el palacio de invierno" con piruletas, ni durante la revolución alemana los obreros defendieron las barricada de Berlín con caramelos.
Pero no es necesario irse a las revoluciones obreras por excelencia para la izquierda comunistas. Las luchas históricas de la Clase están salpicadas de enfrentamientos con la policía, sabotajes, boicots,... Tácticas empleadas todas ellas por los obreros. ¿Quiere decir esto que cualquier forma de violencia, aun cuando sea ejercida por proletarios, es en si misma buena? NO
La violencia como táctica debe responder al fin al que se debe. El fin de los revolucionarios es derrocar el Estado capitalista, y la única forma real de conseguirlo es facilitando un cambio en la relación de fuerzas entre clases. Para ello el proletariado debe, a través de su lucha, tomar conciencia de lo que es históricamente y actuar en consecuencia. Este proceso sólo se alcanza profundizando en la autoorganización y la unidad de la clase obrera. Toda táctica que contribuya a la autoorganización y la unidad de la clase obrera es por tanto revolucionaria. Pueden, por ejemplo, la huelga o el sabotaje, ser revolucionarias: sí, si contribuyen a tal fin, y no si lo bloquean.
Un ejemplo, hace un par de años hubo en mi ciudad una huelga de trabajadores de los servicios de autobuses urbanos. La huelga fue convocada durante la negociación del convenio, por los sindicatos. Apenas si hubo simulacros de asambleas y desde luego nadie se encargo de dirigirse a los usuarios del autobús (en su mayoría trabajadores) para explicarles los motivos de la huelga y pedirles su apoyo. La huelga (que duró un par de semanas con paros intermitentes) tuvo un amplio seguimiento, y un más amplio rechazo por la mayoría de la población, que durante esos días llegó tarde a su trabajo, al cole de los niños,... En la parada del autobús se podía oír a los usuarios (trabajadores) despotricar contra los huelguistas y contra las huelgas en general, como algo que simplemente les perjudicaba. Los sindicatos se salieron con la suya, aislando a los trabajadores y enfrentándolos con otros trabajadores.
Sin embargo no me consta que la CCI publicara ningún artículo que se titulara: "LAS HUELGAS DE AUTOBUSES URBANOS: ACTOS ESTERILES INSTRUMENTALIZADOS POR LA BURGUESÍA CONTRA LA CLASE OBRERA"
Y es que la huelga, como táctica, debe responder a una finalidad de clase para ser útil al proletariado. Pero no por ello podemos rechazar categóricamente las huelgas por que en ocasiones (muchas) se usen en contra del movimiento obrero.
Otro ejemplo, hace aproximadamente un año, las trabajadoras de la limpieza del metro de Madrid se ponían en huelga. Algunos trabajadores solidarios las apoyaron dando un ejemplo a seguir para otros trabajadores y desde la conciencia de ser una misma clase con una misma lucha. Algunas de las muestras de apoyo consistieron en pequeños sabotajes al metro (principalmente ensuciándolo) El telediario presento a los solidarios como gamberros y vándalos. La CCI elogio ("con entusiasmo") la actitud de los solidarios y se hizo eco de su lucha, así como del dossier donde narran la huelga. Sin embargo en esta lucha donde los trabajadores utilizaron el sabotaje, nadie dijo, ENSUCIAR EL METRO DE MADRID: ACTOS ESTERILES INSTRUMENTALIZADOS POR LA BURGUESÍA CONTRA LA CLASE OBRERA". Claro no lo eran, y no creo que se trate de una cuestión de formas (son acciones más "blandas"), ni por que el Estado no tratará de criminalizar, seguramente si no lo hizo no fue por el "grado" de intensidad de la acciones, si no por que la lucha pudo ser ahogada por los sindicatos. Las acciones de sabotaje y solidaridad entraban de pleno en el campo de clase.
Y es que el sabotaje, como táctica, debe responder a una finalidad de clase para ser útil al proletariado. Pero no por ello podemos rechazar categóricamente los sabotajes por que en ocasiones (muchas) se usen en contra del movimiento obrero.
Sobre las advertencias de la CCI
La CCI nos advierte que el Estado se prepara para reprimir las luchas futuras del proletariado por todos los medios y que la burguesía introducirá provocadores en las manifestaciones para incitar disturbios y machacar a los trabajadores. Menuda novedad¡¡¡¡ ¿Que quiere decir con esto la CCI? Si mañana mis compañeros de trabajo y yo salimos a protestar a la calle y respondemos a las provocaciones policiales o ha su ataque directo, ¿seremos tildados por la CCI de provocadores policiales? ¿No tenemos acaso los obreros derecho a defendernos de los ataques del Estado burgués y sus policías? ¿No tenemos acaso derecho a contraatacar a nuestros enemigos? Por que si la CCI o cualquier otra organización nos niegan ese derecho, no hace si no entregarnos atados de pies y manos a la represión.
¿Cómo valora la CCI los "disturbios" de Grecia? ¿Es acoso una provocación policial?, sí, en el sentido de que fue la policía quien colmo, de forma sangrienta, la paciencia de la población asesinando a un estudiante de enseñanzas medias. La tele nos muestra encapuchados y piedras volando, pero tras ello hay asambleas multitudinarias, y un profundo malestar de la clase trabajadora, tan profundo que los sindicatos se han visto forzados a convocar una huelga general para ayudar al Estado a recuperar el control de la situación. Posiblemente esta no sea una "acción organizada del proletariado", y contenga graves errores y limitaciones y, obviamente, todo el desorden de la insurrección y la rabia. ¿Es esta violencia para la CCI, "la expresión de capas sociales sin porvenir"? ¿Es todo una manipulación del Estado?
Como bien sabe la CCI la represión del Estado no va ha estar en función de los actos que hagamos, si no del peligro que el movimiento le suponga al sistema. Claro que habrá provocaciones y terrorismo (de Estado) para justificar la represión a gran escala. ¿Pero espera la CCI que el Estado capitalista se quede quieto mientras ve avanzar a su enterrador? ¿O espera que si los trabajadores nos comportamos "cívicamente", el Estado capitalista nos vaya a respetar y no trate de macharnos por todos los medios? No creo que debemos preocuparnos tanto por lo que el estado haga (ya sabemos como responderá) más debiéramos preocuparnos por lo que nuestra clase hace o deja de hacer. Lo mismos vale para los apelativos que el Estado capitalista (y todos sus cómplices de derechas e izquierdas) nos den a los revolucionarios. No ha habido momento histórico en que los revolucionarios no hayan sido tildados por el Estado de terroristas, delincuentes,... lo cual no quiere decir que los terroristas o delincuentes sean revolucionarios, pero si que el Estado tratara siempre de desprestigiarnos. Igualmente no debe importarnos lo que el Estado diga de nosotros, si no lo que nuestra clase piense de nosotros.
Lenta pero firmemente la lucha de la clase obrera avanza a nivel mundial, su recrudecimiento hará que la misma palabra "lucha" cobre una dimensión más dura y práctica. Habrá que estar a la altura y demostrar con los hechos por que somos revolucionarios, precavidos pero sin temer, el lógico, ataque de nuestros enemigos.
Advertencias a la CCI
La CCI ha actuado, como poco, de forma irresponsable, apresurándose a defenestrar a los detenidos de Francia sin saber apenas de ellos (salvo lo que dice la prensa burguesa) De mal gusto es ya el tratamiento de estas gentes a las que se les tilda de: estúpidos, ingenuos, megalómanos, desclasados, hijos de familia acomodada (¿como Marx?) y rebotados. Supongo que no se trata de los términos ejemplares para "la cultura del debate".
Más allá pienso, que la CCI debe repasar sus posiciones sobre "tácticas" o explicarse mejor que repitiendo el dorso de su revista. La CCI es una organización que se ha caracterizado por su apertura al debate, no creo que estuviera de más que también aceptara debatir con eso "autónomos", a los que hoy simplemente insulta.
A mi parecer con este artículo la CCI se ha mostrado, en el fondo, como cualquier organización izquierdista: apresurándose (como hicieron los sindicatos de ferroviarios CGT y FO) a desmarcarse de las acciones, atacando a los represaliados y dirigiendo un mensaje alto y claro al Estado: nosotros no hemos sido, no somos terroristas, no nos vayan a "zurrar".
La CCI se sitúa en el terreno del proletariado, por sus posiciones teóricas y su legado histórico, es hoy día un referente para muchos revolucionarios a escala internacional. Esto supone una gran responsabilidad. No espero que la CCI prescinda de sus posiciones sobre la violencia, pero si que las exponga con claridad y este dispuesta a debatirlas (más allá del insulto) Y si espero que la CCI rectifique y deje de parecer lo que ahora parece ante mis ojos: un corro de viejas asustadas por el eco de las botas de los perros del Estado.
Respuestas
Submitted by omar ostia (no verificado) on Diciembre 15, 2008 - 12:28am.
Aunque los argumentos expuestos por algunos camaradas puedan parecer muy sólidos e incluso puedan serlo en gran medida se debe tener mucho cuidado cuando se trata de un tema como el de las armas adecuadas de la clase proletaria en su lucha contra la burguesía y su estado.
No se trata como algunos parecen creer que la CCI mantenga posiciones puristas (o por lo menos a mi no me lo parece)sino de saber como se debe actuar para la mejor defensa de los intereses de los trabajadores.
Utilizar el sabotaje como arma táctica en la lucha contra la burguesía es no solo aceptable sino inevitable. A fin de cuentas se trata de una guerra de proporciones mundiales. Pero el problema radica en la actuación de los grupos de la extrema izquierda que transforman esta forma de lucha coyuntural en la estrategia principal de su accionar. Como lo declaran claramente los camaradas de la CCI creer que un grupito de choque es capaz de transformar toda la realidad económica -social de el mundo capitalista es una locura y un franco acto de megalomanía por parte de quien lleva a cabo la acción.
Ninguna victoria perdurable de3 la clase trabajadora se ha logrado por el certero golpe de mano de vanguardias arriesgadas y aisladas sino por la lucha masiva y conciente del PROLETARIADO.
Saber esto no es querer purismos, ninguna lucha es pura y ni siquiera es de desear que lo sean; a fin de cuentas el proletariado triunfa es al aprender de sus errores, es comprender que por audaces que sean sus actos grupúsculos de iluminados no pueden ni podrán trastornar el orden o desorden imperante en el mundo moderno.
Y la CCI tiene perfecta razón cuando advierte que este tipo de operaciones le permiten a la burguesía encontrar pretextos para arremeter contra los trabajadores y los grupos revolucionarios. Atacar estos absurdos no es servir a los intereses del capital sino expresar una verdad tan evidente como la luz del sol. La burguesía ya ha aplastado al proletariado multitud de oportunidades con provocaciones por el estilo(recordar la comuna de Berlín 1919). Jamás el proletariado se va a encontrar 100% preparado antes del choque final contra la burguesía pero estos sabotajes y ataques terroristas solo sirven para retrasar aun mas la toma de conciencia general entre los trabajadores y le da armas a nuestros opresores.
Cuando estalle la lucha definitiva(inevitablemente violenta y cruenta) la única esperanza de victoria para las masas proletarias es tener una clara conciencia colectiva acerca de que se quiere conseguir y como puede lograrse su obtención. Para cuando esto se logre el estallido revolucionario va a resultar mucho menos anárquico de lo que se piensa y el caos y el desorden que la gente asocia al termino revolución resultaría insignificante en comparación a si le dejamos la tarea de enfrentar al sistema a grupos de alucinados vanguardistas sin conexión real con las masas obreras.
Un proletariado conciente y capaz de razonar y actuar por si mismo es la única fuerza capaz de imponer orden en este mundo desolado y la violencia que aplique para aplastar sus enemigos al ser el fruto de una actuación clara y responsable será menos propensa a cometer abusos y atropellos que aquella que ejerzan audaces desesperados.
Esta violencia será implacable y ejercida con dura determinación; pero por toda una clase revolucionaria que sabe adonde va y que es lo que quiere no por presuntos Mesías salvadores del orbe.
Submitted by Anonymous (no verificado) on Diciembre 13, 2008 - 8:24am.
Sueñan con revoluciones ordenadas, principios pulcramente elaborados, anarquía sin turbulencias. Cuando la realidad toma un giro diferente empiezan a gritar "provocación", vociferando hasta hacerse escuchar por la policía. (...)
Cuando decimos que no es el momento del ataque armado contra el Estado, estamos abriendo las puertas del manicomio a los compañeros que están llevando a cabo este ataque; cuando decimos que no es el momento para la revolución apretamos las correas de una camisa de fuerza; cuando decimos: estas acciones son objetivamente una provocación, nos ponemos las camisas blancas de los torturadores.
A. Bonanno
Submitted by Anonymous (no verificado) on Diciembre 13, 2008 - 1:01am.
SALUDO LA RESPUESTA DEL COMPAÑERO, QUE COMPARTO TOTALMENTE!!!!
SALUD.
Saludos compañeros.
Soy un compañero de Colombia, he querido intervenir en el debate(a pesar de mi poco conocimiento de los hechos de sabotaje mencionados) porque me parece supremamente importante que en este espacio de la comunidad obrera internacional se debata. Antes quisiera advertir que hay muchas posiciones que percibo en algunos compañeros que escriben y que me parecen altamente dañinas; porque en esencia se soslaya el fondo de la discusión, el fondo del debate compañeros es de orden ideológico, y lo menciono como dije anteriormente porque me parece que algunos compañeros de manera arbitraria centran en dar el debate en cuestiones de forma, y si bien es urgente y necesario dar el debate y avanzar en unidad respecto a las formas de lucha por ejemplo, es mas importante aun, que se sienten bases de unidad en torno a las bases ideológicas del movimiento proletario.
Las masas son las que hacen la historia compañeros, no los individuos, no los sujetos, hoy la clase obrera es la ultima clase de la historia, y tiene la misión histórica de borrar todo rastro de explotación y opresión, nuestra clase "esta condenada a vencer, es una hermosa condena"; por eso debemos rechazar con total contundencia todo acto individualista de "heroísmo" porque son actos que desconocen los principios marxistas de validez universal. No hay duda como dicen algunos compañeros que no se puede entrar a juzgar de manera apresurada a los compañeros, tales hechos nos debe llevar a profundos análisis y buscar el fondo ideológico de los actos, así por ejemplo si el acto de sabotaje fue aislado de las masas, podremos decir con toda confianza que se tratan de actos de personas que aunque materialmente pertenecientes a la clase obrera son instrumentos de la burguesía, inconscientemente, pero son instrumentos de burguesía, no porque provoquen la represiva respuesta de las fuerzas asesinas del estado, pues sabemos que esta respuesta es inherente a las fuerzas militares burguesas; sino porque actúan de una manera desarticulada con las masas y en determinado momento (no se si este es el caso),actúan de manera ajena a la voluntad de las masas por cuanto el acto podría ser poco estratégico en el momento determinado.
No dudo como dicen algunos compañeros de que los compañeros envueltos en el sabotaje deseen acabar con el orden burgués imperante, pero compañeros, para dar la lucha contra los opresores hace falta mas que deseos, hace falta pensar como marxistas, como proletarios, porque como lo decía el camarada Lenin: "de buenas intenciones esta empedrado el camino al infierno".
Por ultimo compañeros quiero dejar claro que lo que nos corresponde como revolucionarios comunistas es bregar por la organización y dirección de la revolución mundial, no debemos quedarnos a la cola del movimiento obrero espontáneo, y simplemente esperar que todos tengan "conciencia" porque no va a pasar, pero por otro lado no debemos lanzarnos de una manera aventurerista e izquierdistas, hoy podemos ver las consecuencias de esta posición antimarxista en las guerrillas latinoamericanas(excepto sendero luminosos del Perú), que al mejor estilo foguista y guerillerista en la practica se aislaban de las masas y es lo que hoy define su derrota, mas allá de la ofensivas militar del estado y el imperialismo.
En síntesis compañeros, debemos centrar en combatir las posiciones ideológicas en el seno del movimiento comunista internacional de carácter antimarxista que se expresan en aventurerismo por una parte, que es izquierdismo, y obedece a la lógica de realizar acciones alejadas de las masas, y por otro lado debemos combatir las posiciones de derecha que permiten que las formas de lucha del proletariado sean determinadas por la burguesía; esta ultima posición debe ser atacada principalmente porqué es la que predomina hoy en el movimiento internacional, y es revisionismo del puro, es la burguesía en las filas del proletariado, y su actitud es la de conciliar con las clase dominante y desconoce el principio marxista de que la clase obrera esta llamada a acabar con todo el viejo y caduco orden burgués.
¡A organizar y dirigir la ofensiva mundial proletaria!
¡Abajo el estado burgués asesino y represor!
¡Arriba la autonomía de clase!
Saludos comunistas desde Colombia.
Submitted by PISOTÓN (no verificado) on Diciembre 18, 2008 - 3:36pm.
Como lector de prensa de la CCI, veo que vosotros los del nefasto articulo y los que se autoprograman anarquistas, estáis tergiversando lo que la CCI dice, para empezar creo que vosotros confundís el tocino con la velocidad. La CCI nunca a dicho que este en contra de la violencia revolucionaria, pero quien tiene que ser es la clase obrera quien la ejerza, no un grupito de individuos que se dice revolucionario y no tiene contacto con la clase obrera
La clase obrera no necesita a nadie que le tenga que hacer la Revolución, la clase obrera sabe perfectamente quien le engaña y quien le miente, un grupito de individuos no es nadie para autoproclamarse defensora de la clase obrera,esta tiene que concienciarse, para la lucha colectiva e internacionalmente y eso es lo que a dicho siempre la CCI,
Eso es en lo que lucha por la unión de la clase obrera .Este grupito de 10 individuos han suplantado a la clase obrera, esta no necesita de nadie que venga a defenderla, ella ya sabe defenderse creando ,Asambleas Soberanas para toda la población proletaria trabajadores en ello incluyo a los de buzo, como a los de bata blanca, parados, estudiantes, pensionistas y jubilados y las amas de casa. La Revolución es un acto
colectivo e internacional, de la clase obrera, no de individuos s que se autoproclaman defensoras de ella y luego le meten la espada por la espalda. Nadie puede suplantar la lucha de la clase obrera, organizaciones proletarias, individuos aislados o grupúsculos. Los 10 detenidos, se han creído que tenían la verdad absoluta y que tenían que actuar, eso si en el nombre de la clase obrera, y lo único que se le hace a esta es traicionarla, eso si son muy "revolucionarios", pero le quitan la "R" y se quedan evolucionarios. Les pasa lo mismo al grupito de la situación griega, ellos dicen en lo ultimo plocama, ¡Solidaridad con el pueblo griego!,¡Solo el pueblo liberará al pueblo!, esto me huele a tufillo nacionalista, se decir que son mas patriotas, que la burguesía de sus países. Este grupúsculo se olvida que en el pueblo hay dos clases, la burguesía y la clase obrera, a que pueblo se refiere al de la burguesía o la clase obrera. Solo la clase obrera conseguirá la libertad del genero humano. Este grupúsculo y vuelvo a repetirlo veo que no distinguen entre productores y explotadores ,es este vuestro pueblo, pues si este es vuestro la manera de defender al pueblo, yo pertenezco al proletariado internacional. Yo no veo grupo "anarquista" no distinga lo que son los "pueblos",y lo que son productores es decir la clase obrera y su enemigo de clase, los explotadores es decir el capitalismo, estos explotadores son vuestro pueblo. Señores estáis anclados en el pasado, el pueblo se divide en dos clases, la clase obrera y la burguesía que con su capitalismo
represivo, y es este quien tiene el poder ,o lo destruimos de arriba a bajo o nos destruirá el a nosotros, la clase obrera.
Vosotros sois ciudadanos de primera y la clase obrera "ciudadanos" de segunda, la explotada y reprimida internacionalmente. Como os e dicho vosotros no tenéis nada de anarquismo, pues sois mas patriotas que el mismo Berluscone el primer ministro de Italia.
Yo admiro a los verdaderos Anarquistas Internacionalistas, con los que se puede debatir y su fuerza que les une a la clase obrera.
Como dijo Marx, el capitalismo ha creado a su propio sepulturero el proletariado moderno.
Luchemos contra viejos programas contra-revolucionarios. Como el de nefasto articulo anti CCI y los falsos revolucionarios como la cuestión griega.
REVOLUCIONARIOS DE TODOS LOS PAISES ¡UNIOS!
PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES ¡UNIOS!
POR LA REVOLUCIÓN PROLETARIA MUNDIAL.
Submitted by Anonymous (no verificado) on Diciembre 18, 2008 - 9:04pm.
Hola, soy el del nefasto artículo, (a partir de ahora firmare con un seudónimo). Quisiera aclarar algunas cosas.
1. Yo no soy anarquista. Me siento más afín a las posiciones históricas de la izquierda comunista.
2. Yo no tengo por que compartir los argumentos de los compañeros anarquistas que desde su posición política han respondido al artículo.
3. Yo no he atacado a la CCI, he criticado uno de sus artículos que hoy por hoy me sigue pareciendo nefasto, con la intención de desarrollar un debate clarificador para todos, sobre un tema tan crucial como es la violencia. Es más he señalado a la CCI como un referente internacional para los revolucionarios, es por ello que su responsabilidad es grande y esta le debe ser demandada de forma intransigente. Eso si, no soy un "fan" de la CCI.
Por otro lado las preguntas que planteé no han sido contestadas (seguramente no las plantee acertadamente), lo intentará de nuevo:
1. ¿Quien es ese grupo al que se "juzga" tan duramente? ¿Cuales son sus posiciones políticas? ¿Por que sabemos que no tienen nada que ver con la clase obrera?
2. ¿Que es violencia de clase y que no es violencia de clase? ¿Como se reconoce y como se mide?
3. ¿Es el sabotaje una herramienta de lucha del proletariado? ¿En que casos? ¿Que o quien lo decide?
4. ¿Como debemos los proletarios responder a las provocaciones policiales en las manifestaciones? ¿Tenemos o no derecho a defendernos?
5. ¿Cual es el papel de las minorías revolucionarias en todo este asunto de la violencia?
y una última, a tenor de la insistencia del compañero en que sólo el proletariado, por si mismo, sin más, y actuando en conjunto, es quien debe ejercer la violencia:
6. ¿Que sentido tiene la organización de las minorías revolucionarias? Si todo lo tiene que hacer el proletariado en solitario y en conjunto, ¿para que el "partido"? Supongo que para "apoyar" y "clarificar", ¿en el terreno teórico?, ¿por que no en el militar?. Es uno superior al otro o simplemente complementario en el momento adecuado. En definitiva, si las tareas de clarificación teórica pueden ser impulsadas por una minoría (como la CCI se atribuye y yo estoy de acuerdo) ¿por que ciertas tareas militares no puede hacerlas una minoría y tenemos que esperar a que toda la clase entera a la vez, se decida a llevar adelante acciones necesarias? Con esto último no quiero decir que los "autónomos" franceses estén ni de lejos dentro de esa minoría, no conozco a este grupo y estoy tan en contra de denigrarlos como de ensalzarlos sin más.
Un saludo y feliz solsticio de invierno.
El último de filipinas
Submitted by Anarco (no verificado) on Diciembre 19, 2008 - 7:49am.
tres cosas...
PRIMERO.
los compañeros anarquistas del ultimo post dicen perfectamente que la lucha de Grecia es una respuesta de nuestra clase y una muestra de la agudización de lucha de clases en Grecia y el mundo...
cito:
"Hay que tener siempre en cuenta que nuestra clase: la explotada, es una clase internacional, por lo cual el combate que se da en otros países es el nuestro también."
NACIONALISMO??? en donde???? hay que leer mas de las consignas, compañero.
SEGUNDO.
Lo que se dice es que no se puede decir, que por ser un grupo minoritario quien desarrolla parte de una acción violenta contra el estado, no es violencia de clase, por que según tu, para que sea violencia de clase, deberían ser millones los que la llevaran acabo... craso error de CCI y tuyo.
TERCERO.
Una respuesta seria, al comentario del compañero del "nefasto articulo" seria bastante saludable, ya que lo que principalmente se critica ahí, es el ataque rabioso de CCI ante un tema que no es muy claro, como bien dice el compañero, en vez de emprender un debate serio y fraternal sobre los métodos de lucha.
Submitted by Comunista Anarquico (no verificado) on Diciembre 19, 2008 - 11:17pm.
PISOTÓN: Eres tremendamente soberbio en tu comentario y además deshonesto, pues el comunicado de los compañeros anarquistas sobre la situación en Grecia es total y absolutamente INTERNACIONALISTA, como ya lo demostró el compañero del comentario anterior. Tu les quieres adjudicar un falso nacionalismo porque hablan del "pueblo", y puedes tener razón en la argumentación que das, que incluso comparto, de que el "pueblo" no es sólo el proletariado sino también otras clases, pero debes de tomar en cuenta que muchísimos revolucionarios sinceros utilizan como sinónimos la palabra "pueblo" y "proletariado". El concepto de "pueblo" siempre se ha utilizado para describir a los sectores más pauperizados de una sociedad, y para muestra está el llamado a la Asamblea Abierta de los compañeros de Alicante, que llaman a la clase obrera y a las "clases populares" ¿Denunciaremos también a estos compañeros de nacionalistas o de colaboracionistas de clase?
Estoy de acuerdo en que el empleo del término "pueblo" por revolucionarios internacionalistas honestos es un error, pero tan sólo eso, un error, por el cual no se les puede acusar de contrarrevolucionarios y/o falsos revolucionarios.
Lo siguiente quizás no tenga relación con el tema que se discute, pero me parece interesante señalarlo, dices: "la clase obrera sabe perfectamente quien le engaña y quien le miente". Hay que evitar idealizar el actual estado de conciencia de la clase obrera, a riesgo de caer en graves errores de análisis. ¿Realmente la clase obrera sabe quien le engaña y le miente?, ¿Entonces porque los obreros votan, defienden empresas estatales, sindicatos burgueses y movimientos de liberación nacional? ¿No son esos apoyos a las diversas corrientes y estructuras de la burguesía precisamente el producto del engaño histórico en el que se ha mantenido a la mayoría del proletariado mundial?
Saludos fraternales a todos.
Submitted by PISOTÓN (no verificado) on Diciembre 20, 2008 - 12:04pm.
Estimado compañero mi error es contestar dos comentarios en uno, y veo que hay que contestar uno a uno, y yo pensé de un tiro mato dos pájaros, lo cual hay que matar uno, hay que contestar uno a uno y no dos en uno, para empezar yo nunca pensé que fueras Anarquista, yo lo que hacia mal es dos comentarios en uno, en ello te metía a ti y a la vez a los de la situación griega, he aprendido la lección, ya te responderé con tiempo.
Saludos fraternos
Buenas fiestas.
[1] Los lectores pueden convencerse de ello leyendo la entrevista realizada a un experto en manipulaciones y provocaciones burguesas: il Signore Consiga, ex ministro del interior en el gobierno italiano, algunos de cuyos pasajes reproducimos en el artículo.
[2] Es necesario precisar que no son lo mismo enfrentamientos de grupos de trabajadores o de estudiantes con la policía -incluso aunque sean minoritarios- que la organización de actos de violencia por parte de grupos minoritarios especializados. No se pueden mezclar ambas cosas.
[3] El compañero afirma que «Durante las revolución rusa los revolucionarios no "asaltaron el palacio de invierno" con piruletas, ni durante la revolución alemana los obreros defendieron las barricada de Berlín con caramelos». Tiene toda la razón. Por ello le invitamos a considerar las diversas contribuciones en las que tratamos de analizar esas experiencias. Ver entre otras, "La conquista de los soviets por el proletariado [267]" en Revista Internacional nº 72 el apartado "La insurrección obra de los Soviets", así como "La revolución de octubre obra colectiva del proletariado [244]", y específicamente el apartado "El proletariado toma el camino de la insurrección", en Revista Internacional nº 91.
[4] Cuando se habla de manifestación masiva se piensa inmediatamente en algo legal, pacífico, ordenado, perfectamente controlado. Es falso, las auténticas manifestaciones obreras masivas requieren la ruptura del control sindical, la organización de piquetes de vigilancia y enfrentamiento con la policía si llega el caso, decisiones que nada tienen que ver con paz y legalismo. De la misma forma, una asamblea obrera no es una balsa de aceite: requiere enfrentarse a la policía sindical, acciones de defensa, toma de locales etc. La reciente iniciativa de un sector de obreros y estudiantes griegos está ahí para probarlo. Ver Grecia: trabajadores ocupan la sede central de los sindicatos, en https://es.internationalism.org/node/2433 [185]
[5] Ver en Revista Internacional nº 14 "Terror, terrorismo y violencia de clase [118]" y en Revista Internacional nº 15 Resolución sobre el terror, el terrorismo y la violencia de clase https://es.internationalism.org/node/2134 [191] En adelante -salvo que se exprese lo contrario- las citas proceden de ambos artículos
[6] Para evitar cualquier malentendido queremos hacer 3 aclaraciones previas respecto al sabotaje: 1ª que el sabotaje no tiene nada que ver con el terrorismo; 2ª que no excluimos que en determinados momentos de la lucha proletaria masiva sean necesarios determinadas medidas de sabotaje contra sus enemigos; 3ª que comprendemos que elementos obreros minoritarios puedan practicarlo como expresión de desesperación y rabia fundamentalmente individuales
[7] Recientemente -2007- los obreros egipcios nos dieron una muestra de defensa consciente contra la policía: habían ocupado una fábrica y avisados de que venía la policía a desalojarlos llamaron mediante móviles a trabajadores de otras fábricas, vecinos de sus barrios, mujeres etc. Una hora después de llegada la policía está se encontró con la sorpresa de que se veía rodeada de una enorme multitud que no hacía sino crecer... En la huelga del metal de Vigo en 2006, al saberse que unos compañeros estaban detenidos en los juzgados más de 10.000 obreros se concentraron a su alrededor amenazando con asaltarlos. Ver Egipto, el germen de la huelga de masas, /content/1915/egipto-el-germen-de-la-huelga-de-masas [225] y Huelga del metal de Vigo: los métodos proletarios de lucha, /content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha [32]
[8] El compañero afirma «hay que saber deslindar, o ¿consideraríamos en el mismo plano a ETA y al MIL, a Max Holzt y Michael Collins? Sinceramente no creo que nadie sea tan obtuso. Y supongo que hasta la CCI se hubiera sentado a debatir de táctica con el MIL y Max Holzt, y hubiera puesto a los otros en el campo que les corresponde, el de la burguesía». Para ceñirse al caso del MIL, Révolution InternationaleI, el grupo predecesor de la CCI, discutió con los compañeros del MIL y mostró su solidaridad con el asesinado Puig Antich. El MIL estaba animado por posiciones proletarias aunque estas se vieran contaminadas por posiciones erróneas como la de la violencia susticionista. Con el MIL cabía perfectamente el debate. Sin embargo, el compañero debe seguir deslindando: el MIL no tiene nada que ver con el medio "autónomo" o "radical"
[9] Se suele tener una visión profundamente restrictiva y reduccionista del sustitucionismo. Este se limitaría a la pretensión de la socialdemocracia de que el partido toma el poder en nombre de la clase y le inyecta la conciencia desde fuera. Sin embargo, hay otros sustitucionismos no menos dañinos: el de las minorías "armadas" que pretenden "despertar" a la clase o "preparar su combate armado" igualmente desde fuera.
Debate a partir del comentario de un lector sobre la transición del capitalismo al comunismo Los Comentarios, una opción de debate que inauguramos en abril de 2008, han tenido desde entonces una participación muy notable. Han dado lugar a varios artículos (dos de ellos fruto directo de los propios lectores)[1]. Agradecemos desde aquí esta participación tan activa y animamos a proseguirla pues estamos convencidos de su utilidad para el desarrollo de la conciencia y la clarificación en las filas proletarias.
En el último periodo los lectores han suscitado numerosos temas: la cuestión del Che Guevara[2], un intercambio de opiniones entre lectores a propósito de los acontecimiento de Argentina 2001[3]; comentarios del compañero ProletRev sobre nuestras reuniones públicas y su contribución al debate y una defensa de nuestra actividad por parte de este compañero frente a algunos insultos que nos han dirigido; comentarios de otro compañero -Luna Roja- sobre la cuestión sindical, unos compañeros acaban de pedir solidaridad por actos represivos del Estado francés (4-12-08)[4] etc.
En esta ocasión vamos a responder a lo que nos plantea un asiduo participante en nuestra sección, el compañero Luca Toni que escribe lo siguiente:
«He leído que consideráis la sociedad socialista y la comunista como sinónimos. Sin embargo Marx o Lenin en el "Estado y la Revolución" distinguen entre socialismo (fase inferior del comunismo) y comunismo pleno (o fase superior). Me podéis aclarar esta duda.
También entiendo que en la "fase inferior" queda abolido el asalariado y la moneda. Me lo podéis confirmar y darme alguna referencia bibliográfica de los clásicos.
Es una necesidad para confrontar con unos "maoístas" que afirmaban que en el "Socialismo" todavía subsisten las relaciones de producción burguesa y es en el fondo un "Capitalismo de Estado", si bien conducido por un "Partido con las ideas correctas". También decían que en el Socialismo el estado "acumula capital"».
Se está planteando en minorías del proletariado debates sobre qué es el comunismo, cómo podemos avanzar hacia él, ¿se puede pasar directamente del capitalismo al comunismo? La cuestión planteada por el compañero participa enteramente de este debate.
Para responder a ella quisiéramos referirnos a un artículo que escribimos dentro de la serie EL COMUNISMO NO ES UN BELLO IDEAL SINO UNA NECESIDAD MATERIAL, serie publicada en sucesivos artículos de la Revista Internacional y que hemos editado como libro en inglés[5]. Se trata de de El comunismo contra el "socialismo de Estado"[6] y que trata precisamente del folleto que Marx escribió sobre los errores que cometió el Congreso de Ghota de la socialdemocracia alemana de 1875.
Remitimos a los lectores a este artículo. Aquí solo vamos a hacer una breve reflexión sobre una cuestión: la necesidad de un periodo de transición entre el capitalismo y el comunismo.
El anarquismo pretende que se puede pasar directamente del capitalismo al comunismo, que la sociedad se podrá acostar capitalista por la noche y levantarse al día siguiente comunista. Esto es absurdo e idealista y conduce fatalmente a llamar "comunismo" a lo que está preñado de capitalismo en todos sus poros, a conformarse con medidas formales tales como abolir el dinero o suprimir el salario, sin darse cuenta de que estos reaparecen inmediatamente bajo otros nombres y otros ropajes.
Históricamente, el paso de un modo de producción a otro superior necesita de una revolución política donde la clase revolucionaria derroca a la clase reaccionaria. Con ello se barren los obstáculos que opone la vieja sociedad organizada en el Estado y la clase revolucionaria desarrolla su capacidad para realizar su obra de transformación revolucionaria de la sociedad. Se consigue pues el punto de partida, pero de ahí no emerge inmediata y mecánicamente la nueva sociedad sino que se abre un proceso de transición para erradicar las relaciones de producción antiguas e implantar las nuevas.
Esta necesidad es aún más aguda con el paso del capitalismo al comunismo. Las relaciones sociales capitalistas son las más absorbentes y totalitarias de la historia: la mercancía, el salariado, la ideología burguesa, penetran toda la vida social y condicionan hasta los aspectos más íntimos de los individuos. Desprenderse de todo ello, construir una nueva vida social basada en la comunidad mundial es un proceso muy difícil y complejo que no podrá hacerse de un día para otro y que no bastará el simplemente quererlo sino que necesitará un esfuerzo colectivo de debate, de toma de conciencia, de crítica y superación.
Pero hay otra razón aún más importante. Tanto la clase feudal como la clase burguesa desarrollaron las relaciones sociales de las que eran portadoras al interior de la vieja sociedad. La producción mercantil, la acumulación primitiva, el desarrollo progresivo del trabajo asalariado, -los pilares de la producción capitalista- se fueron fraguando desde el siglo XV y XVI dentro de la vieja sociedad feudal y sin reemplazar su dominación. Las revoluciones burguesas -las primeras se produjeron en Holanda y Gran Bretaña durante el siglo XVII- lo que hicieron fue rematar en el terreno político un largo proceso operado en el terreno económico. Cuando en 1789 la burguesía francesa derribaba el trono de Luís XVI lo que estaba haciendo era sancionar en el campo político un cambio social que ya se había producido desde hacía largo tiempo en el terreno económico. Por poner solamente un ejemplo: los lujos de la corte de Versalles o los gastos suntuarios de los nobles dependían enteramente de la financiación de los burgueses que controlaban prácticamente la mayoría de resortes económicos.
Las revoluciones burguesas se realizaron primero en el terreno económico y tuvieron un carácter en gran medida objetivo e inconsciente, solamente al final de ese proceso, la burguesía tomó conciencia de su fuerza y de sus objetivos y lo culminó mediante la revolución política. Esto fue así porque la burguesía era una clase explotadora y lo único que pretendía era sustituir el viejo modo de explotación por otro nuevo, una división de clases basada en las relaciones personales y en aparatosos reglamentos y símbolos por otra división de clases menos visible pero mucho más profunda e intensa basada en relaciones impersonales y objetivas.
Nada de esto sucede con el proletariado. Este es una clase explotada y no una clase explotadora. No aspira a implantar un nuevo régimen de explotación sino a abolir la explotación, no pretende erigirse en la nueva clase dominante sino abolir las clases.
Eso hace que el proletariado necesite primero que nada tomar el poder político, a través de la dictadura mundial de los Consejos Obreros, y desde ahí realizar una transformación social sistemática y global que lleve a la abolición completa de la explotación y de las divisiones de clase. Eso necesariamente lleva tiempo y no puede realizarse de la noche a la mañana.
Es cierto que, como señala el lector, la necesidad de ese proceso de transición puede ser utilizada como excusa por corrientes políticas burguesas como el maoísmo para envolver su programa de capitalismo de Estado como "transición al socialismo". Pero esta envoltura no nos puede ocultar diferencias abismales entre una cosa y otra.
Mientras el periodo de transición entre el capitalismo y el comunismo se basa en la dictadura mundial de los Consejos Obreros y, por tanto, en la participación y actividad crecientes del proletariado, el capitalismo de Estado se fundamenta en la dictadura del partido único y en el sojuzgamiento y la privación de cualquier capacidad de iniciativa de los trabajadores.
Mientras el periodo de transición entre el capitalismo y el comunismo se fundamentan en el progresivo desmantelamiento del Estado hasta su extinción total, el capitalismo de Estado se basa en el reforzamiento creciente del Estado, de un Estado totalitario y autócrata que nada tiene que ver con el semi-estado del periodo de transición entre el capitalismo y el comunismo.
Mientras en el periodo de transición entre el capitalismo y el comunismo se plantea la aminoración sistemática de la explotación que todavía sufre el proletariado y la desaparición de las últimas divisiones de clases, el capitalismo de Estado se alza sobre el reforzamiento sistemático de la explotación y la exacerbación de las divisiones de clases.
Otra cuestión que plantea el compañero es si ¿se podría considerar un "comunismo inferior" y un "comunismo superior"?
Esta es la idea que parece abrigar Marx -más como hipótesis que como algo terminante- en su folleto de Crítica del Programa de Ghota. Sin embargo, lo que estimamos hace Marx en este documento es razonar la necesidad inevitable de un periodo de transición donde aún estando en marcha el proceso revolucionario del proletariado persisten todavía residuos de la vieja sociedad que es preciso eliminar y superar definitivamente.
¿Cómo comprende Marx este periodo de transición que él llama "comunismo inferior"? «De lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino de una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede. Congruentemente con esto, en ella el productor individual obtiene de la sociedad -después de hechas las obligadas deducciones- exactamente lo que ha dado»[7], y estas condiciones nada tienen que ver con el comunismo todavía pues ««Aquí reina, evidentemente, el mismo principio que regula el intercambio de mercancías, por cuanto éste es intercambio de equivalentes. Han variado la forma y el contenido, porque bajo las nuevas condiciones nadie puede dar sino su trabajo, y porque, por otra parte, ahora nada puede pasar a ser propiedad del individuo, fuera de los medios individuales de consumo. Pero, en lo que se refiere a la distribución de éste entre los distintos productores, rige el mismo principio que en el intercambio de mercancías equivalentes: se cambia una cantidad de trabajo, bajo una forma, por otra cantidad igual de trabajo, bajo otra forma distinta. Por eso, el derecho igual sigue siendo aquí, en principio, el derecho burgués».
Esta persistencia de la vieja sociedad en el esfuerzo por alumbrar la nueva podrá decepcionar a los que abordan los problemas sociales con visiones idealistas y esquemas ilusorios pero si se examina con un criterio global e histórico, con un método materialista dialéctico, se puede entender que « estos defectos son inevitables en la primera fase de la sociedad comunista, tal y como brota de la sociedad capitalista después de un largo y doloroso alumbramiento. El derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado»
Esperamos haber respondido a la preocupación del compañero. No tanto en el sentido de haberle dado la "doctrina" sino de haber planteado elementos para proseguir un debate sobre todo lo que conlleva la lucha por una nueva sociedad.
Corriente Comunista Internacional 4-12-08
[1] Ver ¿Pudo ser evitada la crisis actual? https://es.internationalism.org/node/2327 [268] ; ¿Un proletariado con mentalidad capitalista? https://es.internationalism.org/node/2308 [269] ; Comentarios en la Web: otro medio para el debate https://es.internationalism.org/node/2276 [165] ; Crece la solidaridad de los trabajadores en lucha en Argentina https://es.internationalism.org/node/2330 [270] ; Dos contribuciones para el debate sobre la crisis actual /cci-online/200810/2382/dos-contribuciones-para-el-debate-sobre-la-crisis-actual [271]
[2] Para debatir sobre esta cuestión ver entre otros 2 artículos Algunos comentarios sobre el libro apologético de la LCR sobre Che Guevara /cci-online/200804/2238/algunos-comentarios-sobre-un-libro-apologetico-de-la-ligue-communiste-revolut [272] y El mito del Che Guevara https://es.internationalism.org/rm/2007/101_che [273]
[3] Sobre estos hechos ver Revueltas populares en Argentina: solo la afirmación del proletariado en su terreno podrá hacer retroceder a la burguesía /revista-internacional/200510/231/revueltas-populares-en-argentina-solo-la-afirmacion-del-proletariad [137]
[4] Sobre este tema responderemos próximamente.
[5] Un resumen de esta serie se puede encontrar en https://es.internationalism.org/series/228 [274].
[6] /revista-internacional/199412/1845/ix-comunismo-contra-socialismo-de-estado [275]
[7] Esta y las citas siguientes están tomadas de la publicación de dicho folleto en Internet: webs.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/oe3/mrxoe303.htm.
Los últimos cinco años hemos visto un desarrollo internacional de la lucha de clases. Las luchas se han producido en respuesta a la brutalidad de la crisis capitalista y al dramático empeoramiento de las condiciones de vida y de trabajo en todo el mundo. Hoy, al entrar en una nueva agravación de la crisis, anunciada por la crisis inmobiliaria en EEUU, cabe esperar una intensificación de estas luchas. En algunos de los países donde las condiciones obreras son más miserables -Egipto, Dubai, Bangla Desh- ya hemos visto los gérmenes de futuras huelgas de masas. En Europa reaparecieron en 2006, con las protestas de los estudiantes en Francia, un movimiento proletario de protesta con un carácter masivo y tendencias hacia la autoorganización.
En este momento en Alemania, asistimos al inicio de una nueva etapa de este desarrollo. En uno de los países industriales destacados de la cuna del viejo capitalismo, la simultaneidad de diferentes conflictos laborales amenaza con hacer bola de nieve y convertirse en una verdadera oleada de luchas obreras.
El año 2008 empezó mostrando cómo la compañía de ferrocarriles Deutsche Bahn (DB) se veía obligada a conceder el 11% de aumento salarial y una hora de reducción de la semana laboral de los conductores de tren. Esto ha sido el resultado de meses de fogoso conflicto que no han podido erosionar ni la ilegalización de las huelgas a escala nacional de los ferrocarriles, ni la división de la fuerza de trabajo de DB que han llevado a cabo los sindicatos. A esto le siguieron las movilizaciones en el área del Ruhr contra el cierre de la producción de teléfonos móviles Nokia. Durante una jornada de movilizaciones en Bochum, en solidaridad con los trabajadores de Nokia, se pudo ver manifestándose en la calle a obreros de diferentes sectores, así como el envío de delegaciones de diferentes partes de Alemania. En particular, los obreros de la fábrica de automóviles Opel en Bochum se pusieron en huelga durante esta jornada, en apoyo de los "Nokianer".
Para entonces, el ritual anual de las negociaciones salariales ya había comenzado. A la sucesión de huelgas de los obreros del metal les siguieron paros de decenas de miles de obreros del sector público en todo el país. Hacia mitad de Marzo, los médicos de los hospitales municipales también se manifestaron, reivindicando, como muchos otros trabajadores, un 12% de aumento salarial.
Pero sobre todo es la huelga total indefinida de los obreros del transporte en Berlín desde el final de la última semana de Marzo, la que ha mostrado que este año las luchas por la negociación salarial están desafiando directamente la ofensiva capitalista contra la clase obrera. Esta huelga de 10000 trabajadores -que de entrada es la más importante y más larga de su categoría desde la posguerra en la historia de Alemania- ha manifestado una combatividad y una determinación que inicialmente cogió a la burguesía por sorpresa. Este conflicto se agudizó precisamente en el momento en que la compañía de ferrocarriles trataba de hacer un último intento de retractarse de las concesiones que se había visto obligada a hacer, y cuando las negociaciones en el sector público estaban a punto de romperse. En este último sector, el Estado "ofrece" un 5% de "aumento" en dos años y pide a cambio ¡una ampliación de la jornada semanal en dos horas! En Berlín, donde todo el trasporte municipal está en huelga, excepto los trenes suburbanos (S-Bahn, propiedad de DB), de repente se abrió la perspectiva de que también estos últimos trabajadores, y la totalidad de los trabajadores del sector público, se pusieran en huelga, ¡no sólo en Berlín, sino en todo el país! La clase dominante tuvo que activar la parada de emergencia[1]. La compañía de ferrocarriles retrocedió en unas horas, antes de que se produjera una reanudación de la huelga nacional de conductores de tren. Al mismo tiempo, las instancias federales y municipales y el sindicato Verdi, llamaron a una mediación en el conflicto del sector público, lo que significaba que las huelgas en este sector serían ilegales en las siguientes semanas. De esta forma, el gobierno, los patronos y los sindicatos, aislaron la huelga de la compañía de transportes de Berlín (BVG).
Pero el potencial para que la simultaneidad de las luchas obreras plantee objetivamente su interrelación no viene únicamente del descontento general masivo por la caída de los salarios reales; también hay una acumulación de despidos masivos. Unos pocos días después de lo de Nokia, se impidió la bancarrota del banco semiestatal WestLB a costa de una operación estatal de salvamento de 2 billones de euros. El coste para los empleados: 2000 despidos, un tercio de la plantilla, y recortes salariales masivos para los que se quedan. El Estado, que ha desembolsado billones de euros para sostener esas y otras instituciones de crédito, como el IKB en Dusseldorf, o el banco provincial de Sajonia, les dice ahora a los obreros del sector público que ¡no hay fondos disponibles para satisfacer sus reivindicaciones salariales!
Pero además de las víctimas del actual cataclismo del mercado inmobiliario, las pasadas semanas varias compañías industriales -Siemens, BMW, Henkel (Persil)- han anunciado beneficios record y al mismo tiempo despidos masivos. La tradicional mentira que las empresas en dificultad cuentan a sus trabajadores -que restablecer la rentabilidad mediante "sacrificios" salvará sus empleos- ha quedado una vez más hecha añicos.
Estos ataques sin precedente han llevado no sólo a las primeras expresiones de resistencia este año: Nokia, y también las manifestaciones de los mineros en el Saar contra el cierre de minas[2]; sino también ayudan a erosionar la propaganda de la clase dominante. Tras la campaña de "unidad nacional" de los sindicatos y los políticos burgueses contra la compañía finlandesa Nokia, uno de los "gags" favoritos de los cómicos es quejarse de los ¡horribles capitalistas finlandeses que dirigen la Siemens y el WestLB!
Uno de los signos más significativos de la actual maduración de la situación es el principio de una politización más abierta y consciente de la lucha obrera. Los acontecimientos recientes nos dan tres importantes ejemplos:
1.- El papel de la factoría de automóviles Opel en Bochum en el reciente conflicto en Nokia. Lo cierto es que los trabajadores de Nokia se sintieron desmoralizados e intimidados por la provocativa brutalidad con la que se anunció el cierre de la fábrica. La masiva intervención de los obreros de Opel en Nokia, llamando a luchar y prometiendo unirse a cualquier eventual huelga, es lo que hizo posible la movilización que tuvo lugar. Ya en el 2004, una huelga salvaje de una semana en Opel en Bochum, impidió el cierre de su propia planta. Hoy los "Operaner" (obreros de la Opel) están determinados a generalizar esta lección ampliamente a los trabajadores: ¡la resistencia obrera y la solidaridad sirven de mucho! Lo que vemos aquí es la emergencia de vanguardias combatientes en grandes concentraciones obreras, que son conscientes de su peso en la lucha de clases, y que están dispuestos a ponerlo en juego en beneficio de todos los trabajadores. Otra de estas concentraciones es la de Mercedes-Daimler, que ya en los años 90, mediante una huelga a gran escala, previno el recorte del subsidio por enfermedad que quería llevar a cabo el gobierno Kohl. En el 2004, los obreros de Daimler, que tomaron las calles en Stuttgart y en Bremen contra los recortes de salarios y de subsidios, declararon que no luchaban sólo por ellos, sino por todos los trabajadores. También deberíamos recordar que Alemania aún es un país de grandes fábricas y concentraciones industriales, con millones y millones de obreros altamente cualificados.
2.- El principio de confrontaciones abiertas entre los trabajadores y los órganos de control de izquierda del capital se concretiza en la huelga del transporte de la BVG en Berlín. Esta huelga no es únicamente en reacción contra la actual pérdida de salario real ante la inflación creciente. Los trabajadores también se rebelan contra las consecuencias de los acuerdos salariales del 2005, que han dado como resultado reducciones salariales del 12%, un horrible empeoramiento de las condiciones de trabajo, y la "subcontratación" de plantilla en condiciones aún peores. Un acuerdo que Verdi, el principal sindicato del sector, aún defiende vehementemente. Consciente de que la nueva "oferta" salarial que la patronal iba a hacer sería una provocación para los obreros, Verdi organizó anticipadamente una jornada de protesta para un sábado a finales de Febrero, de modo que causara los menos desórdenes posibles. Pero cuando los obreros escucharon que sus salarios iban a congelarse a nivel de los de 2007, con aumentos sólo para los contratados a partir de 2005, fueron a la huelga 24 horas antes de la jornada prevista, sin esperar el permiso del sindicato. Tal es la indignación, no sólo respecto a las de hecho reducciones salariales, sino también frente al intento obvio de dividir a los trabajadores, que Verdi se ha visto obligado a abandonar su búsqueda de un "acuerdo cordial negociado" y a llamar a una huelga total. Esta huelga también ha llevado a una confrontación abierta con la coalición de izquierdas de la Socialdemocracia y el ala izquierda "Linkspartei" (coalición "Red-Red"), que gobierna Berlín. Este último partido, que surgió del partido estalinista SED, que gobernaba en Alemania del Este, y que ahora se está extendiendo por la antigua Alemania occidental con el apoyo del que antes fuera líder del SPD, Oskar Lafontaine, denuncia la huelga como expresión de ¡una "mentalidad de privilegiados", de "mimados" berlineses occidentales! Esto sucede en el momento en que poderosas fracciones de la burguesía alemana intentan establecer el partido de Lafontaine y Gysi como la quinta fuerza parlamentaria, capaz de reconvertir el descontento obrero al terreno electoral. ¡No importa que noche tras noche, las noticias de la TV se las arreglen para no mencionar siquiera una huelga que está creando el caos en la capital!
3.- Están apareciendo los primeros blogs de Internet donde por ejemplo los obreros ferroviarios expresan su admiración y su solidaridad con la huelga de la BVG. Esto es tanto más importante cuanto que, en sectores como los conductores de tren, los pilotos o los médicos hospitalarios, donde el peso del corporativismo es particularmente fuerte, la burguesía está respondiendo a la creciente insatisfacción con los sindicatos oficiales DGB, animando sindicatos seudo radicales pero estrictamente corporativos. Esto no es únicamente para contener la combatividad en un marco sindical y prevenir la autoorganización, sino también para tratar de contrarrestar la radicalización política. El sindicato de maquinistas de tren, el GDL, actualmente favorito del izquierdismo, es de hecho una caricatura de estrecho parroquianismo y de conformismo apolítico.
Durante décadas, la burguesía alemana ha estado orgullosa de su sistema de autonomía de negociación salarial, un marco legal estrictamente definido dentro del cual, sobre la base de la división sectorial y regional de los obreros, los patronos y los sindicatos imponen la voluntad del capital. Sin embargo 2008 no es la única vez en la Alemania de posguerra que la clase obrera ha empezado a poner en cuestión este marco burgués. Desde las huelgas de septiembre de 1969 a la lucha masiva en la Ford de Colonia en 1973, huelgas salvajes han contestado los "acuerdos" impuestos por sindicatos y patronos. Esta intervención autónoma de la clase fue provocada sobre todo por las consecuencias de la inflación. Tampoco es la primera vez que ha habido movilizaciones obreras y expresiones de solidaridad de clase en respuesta al cierre de fábricas. En particular la lucha de Krupp Rheinhausen en 1987 ha quedado en la memoria colectiva de la clase.
Pero hoy tenemos ambos fenómenos juntos. La inflación y la acumulación de los efectos de años de verdaderas reducciones salariales han llevado a un malestar generalizado. Los despidos y el desempleo masivo, que inicialmente han tenido a menudo un efecto intimidatorio sobre la combatividad, provocan una reflexión cada vez más profunda sobre la naturaleza del sistema capitalista.
Las luchas actuales son la continuación de las de los años 60, 70 y 80, de cuyas lecciones hay que apropiarse conscientemente. Pero no son sólo una continuación. También son una profundización de esta tradición de lucha. Después de 1968, Alemania participó en la reanudación internacional de la lucha de clases. Pero aún iba a la zaga de otros países, a cuenta de la particular brutalidad de la contrarrevolución y de la inicialmente mayor capacidad de Alemania para resistir a los peores efectos de la crisis capitalista.
En oposición a esto, el proletariado alemán está empezando actualmente a unirse a sus hermanas y hermanos en Francia y otros países, a la cabeza de la lucha de clases internacional.
Traducido de Welrevolution, prensa de la CCI en Alemania, 14 de Marzo de 2008
[1] En los años recientes, la rama del sector público en Berlín rompió con las negociaciones en común con otras provincias (Länder), para llevar a cabo las negociaciones salariales por su cuenta y así aislar a los trabajadores del Estado allí de sus colegas en otras partes. Como telón de fondo hay que considerar la especificad contemporánea alemana de que la capital no sólo es la mayor ciudad, sino también la más pobre de las grandes ciudades del país.
[2] Desde hace años, la excavación de minas en el Saar ha producido terremotos, ocasionando daños a otras propiedades. Hasta ahora esto nunca ha incomodado a la clase dominante. Ahora, de repente, esto provee un pretexto para cerrar todas las minas que quedan en la provincia.
A mediados del pasado mes de Noviembre los trabajadores de Dubai volvían al trabajo después de haber protagonizado una revuelta espontánea y masiva y , sin embargo, lo que la prensa y los telediarios llevaban a sus portadas era la formidable "primicia" de que el millonario príncipe Al-Waid Ibn Talal, sobrino del rey Abdallah, se acababa de comprar un Airbus 380 para su uso personal.
Ni una sola palabra en cambio referida a este masivo movimiento de huelgas, ni un solo segundo ni una sola línea mencionando la rebelión de cientos de miles de trabajadores sobrexplotados. La burguesía, siguiendo una vez más la conocida táctica del "black-out", de una auténtica conspiración del silencio, trata de poner en aislamiento las luchas obreras a través de una capa de plomo mediático internacional[1].
Frente a la inhumana y encarnecida explotación de la burguesía,...
Dubai se ha convertido en los últimos años en una especie de gigantesca urbanización en la que proliferan como hongos los rascacielos más increíbles. Este emirato constituía una de las "demostraciones" de la burguesía del llamado «milagro económico» de Oriente Medio. Pero tras ese escaparate se esconde una realidad que no es la de los turistas y los grandes hombres de negocios sino la de unos trabajadores a los que se les explota salvajemente para poner en pie tan "audaces" arquitecturas.
Del cerca de millón de habitantes de dicho emirato, más de un 80% lo constituyen trabajadores emigrados de otros países especialmente de India, Pakistán, Bangla Desh y también de China. Se trataría, al parecer, de trabajadores mucho más "manejables" que los obreros de origen árabe. Y es que se necesita tener mano de obra muy "manejable" para obligarle a trabajar casi 24 horas sobre 24 en las obras y a precios de ganga, pues los trabajadores ganan en estas de 100 a 150 euros mensuales. Es verdad que son ellos quienes construyen esos prodigiosos palacios y torres, como también lo es que ellos viven hacinados como chinches en insalubres barracones emplazados en medio del desierto y se trasladan en transportes para ganado a los que llaman "bus". Y, por descontado, todo eso sin cobertura sanitaria, ni jubilaciones. Para disuadir, por si acaso, cualquier veleidad de combatividad los patrones les quitan el pasaporte. Y desde luego que nada de atender a las necesidades de las familias que han debido quedarse en los países de origen, con las que los trabajadores no pueden reunirse más que cada 2 o 3 años dada la dificultad de ahorrar el importe del viaje.
Pero no es posible estrujar indefinida e impunemente a seres humanos como si fuesen trapos.
... ¡Viva la lucha masiva y unida del proletariado!
Ya en el verano de 2006 los trabajadores de Dubai mostraron su capacidad para luchar masiva y colectivamente (ver el artículo que publicamos en AP nº 190[2]). A pesar de la represión infligida a aquel movimiento, hoy hemos visto como los obreros se han levantado contra sus explotadores y torturadores. Y no sólo eso. En las últimas luchas han vuelto a demostrar su coraje, su enorme combatividad, pero también su capacidad de desarrollar la solidaridad y la unidad para luchar contra esta vida de miseria, para rechazar la esclavitud. Al igual que sus hermanos de clase en Egipto (ver artículo en AP nº 198[3]), los obreros de Dubai se han enfrentado al poder establecido y ello a pesar de los riesgos que eso supone, pues en los Emiratos las huelgas están prohibidas y la sanción es tajante: retirada del permiso de trabajo y expulsión inmediata y de por vida.
Pero a pesar de eso, y ante el retraso de varios meses en el pago de los salarios, «el sábado 27 de Octubre, más de 4 mil trabajadores de la construcción salieron a la calle y bloquearon las rutas de acceso a la zona industrial de Jebel Ali, rechazando a pedradas a los coches de la policía. Sus reivindicaciones incluían transportes a los centros de trabajo, alojamientos menos abarrotados y salarios que les permitan vivir dignamente» (Courrier International del 2 de Noviembre de 2007). Al sentirse identificados con esa lucha masiva, muchos otros obreros de otras empresas se unieron a los huelguistas.
Tal y como era de esperar, la burguesía y su Estado reaccionaron brutalmente, dispersando con cañones de agua a los manifestantes que ya se habían apoderado de algunos vehículos de las fuerzas del orden. «Denunciando "tan bárbaro comportamiento", el Ministerio de Trabajo les ofreció la siguiente alternativa: o volvían al trabajo o bien sufrían la cancelación de sus contratos y su expulsión perpetua del país sin derecho a percibir la indemnización por despido» (Le Maroc.org). Más ni la represión policial ni las amenazas del gobierno lograron impedir que el movimiento de huelga continuara extendiéndose a otras zonas industriales del país demostrando el alcance de la combatividad de esta parte del proletariado mundial. Según informó un despacho de la Associated Press del 5 de Noviembre, el número de huelguistas alcanzaba los 400 mil trabajadores.
Las amenazas de sanción y de represión motivaron el destrozo de algunos vehículos de la policía, lo que sin duda escandalizó a los defensores del orden burgués. Pero ¿cual de las dos partes ejerce en realidad la peor de las violencias?. La respuesta es evidente: quienes transforman la vida cotidiana de cientos de miles de trabajadores en un abyecto infierno.
¿Qué perspectiva tienen estas luchas?
En Dubai el proletariado ha mostrado su fuerza y su determinación para no dejarse aplastar. Eso ha hecho que, al menos momentáneamente, la burguesía haya debido recular aparcando por ahora su táctica exclusivamente represiva. Y así tras haber anunciado al comienzo del movimiento la expulsión de 4 mil trabajadores asiáticos, más tarde «el tono era, el pasado miércoles, más bien de apaciguamiento» (AFP). Indudablemente la masividad de la lucha ha tenido mucho que ver en que «se haya plegado el gobierno de Dubai, que ha ordenado a las empresas constructoras revisar los salarios e incluso plantearse la creación de una especie de salario mínimo». A pesar de esas promesas oficiales no cabe duda que la burguesía continuará las agresiones a los trabajadores como se comprueba en el mantenimiento, al parecer, de las sanciones. No hay que hacerse ilusiones: la burguesía seguirá ejerciendo con puño de hierro su explotación de esta parte de la clase obrera.
Y sin embargo, incluso frente a este proletariado más débil y sin experiencia de lucha, la clase dominante debe tomar en cuenta el desarrollo de una fuerte combatividad y que, por ello, deba reforzar su arsenal, sumando a la represión el instrumento del control ideológico. En este sentido su primera maniobra resultó tan caricaturesca como ineficaz, puesto que aduciendo la multiplicación de conflictos en los últimos años, «las autoridades han creado en el seno de la policía una comisión encargada de las cuestiones que afectan a los obreros, y ha puesto a disposición de los trabajadores un número de teléfono gratuito para que le trasmitan sus quejas que en gran parte tienen que ver con el impago de los salarios» (Le Berry.fr). Difícilmente se puede ser más provocador. Transmitir las reclamaciones directamente a las fuerzas de represión y verse inmediatamente en un charter de vuelta a casa, es todo uno Más perspicaz en cambio parece la iniciativa del gobierno de crear sindicatos en las empresas para que sirvan de "corta fuegos" desde dentro en las próximas luchas.
La cuestión no es la perspectiva de la lucha en un "mini-Estado" como es Dubai, sino más bien cómo se inserta esta lucha en un movimiento mucho más amplio como es la lucha internacional de la clase obrera. «Los obreros no tienen patria» proclamaban ya Marx y Engels en el Manifiesto Comunista. Las luchas actuales de los trabajadores están muy ligadas a una misma cadena de la explotación capitalista. Y constituyen también una cadena de solidaridad en un mismo combate. De la India a Dubai pasando por China. En Egipto y en Oriente Medio y el continente africano, pero también en América Latina como en Europa y Norteamérica, etc. la clase obrera desarrolla su combate. Este carácter internacional de la lucha de clases expresa una ejemplar combatividad y contiene elementos de solidaridad que permiten una cada vez mayor masividad de las luchas. Suponen un formidable aliento para que los trabajadores del mundo entero y especialmente los de los países desarrollados y sobre todo los de Europa, desarrollen sus luchas. Pues incumbe especialmente a estos, cuya experiencia de lucha es más vasta y más profunda, mostrar que la perspectiva es la erradicación de este sistema de explotación y transmitir esa experiencia histórica acumulada mostrando en la práctica como tomar la lucha en las propias manos y organizarla por los trabajadores mismos, y como esto no puede confiarse ni a los sindicatos ni a los partidos de izquierda.
Para impedir esta transmisión de experiencias y la consiguiente toma de conciencia, la burguesía y los medios de comunicación a su servicio tratan de impedir la difusión internacional de las informaciones de las luchas que estallan en diferentes rincones del planeta. Las luchas en Dubai y otros países son efectivamente la prueba de que en todas partes los trabajadores sufren las consecuencias devastadoras de la crisis económica y sobre todo y ante todo que, también, en todas partes, levanta progresivamente la cabeza y desarrolla su combatividad, su solidaridad y su conciencia.
Map (18 Noviembre 2007)
[1] Muy poca información puede encontrarse sobre este acontecimiento. Por limitarnos a la lengua española tenemos el periódico El Universo de Guayaquil que menciona una acción represiva del Gobierno (30-10-07) sin que posteriormente encontremos más información. Ver www.eluniverso.com/2007/10/30/0001/14/1F275957C33043FB81FFABDBDCAFF717.aspx [277] ; en un grupo de Noticias de Google también se menciona con un poco más de detalle: https://groups.google.com/group/Grup-de-Noticies/msg/4dddd27cfb355e68 [278] ; en un Servicio de Traducción de México hay escrito un artículo más analítico que presenta un historial de luchas anteriores y narra con más detenimiento la lucha: https://www.tlaxcala.es [279]
[2] Ver /accion-proletaria/200607/996/dubai-bangla-desh-la-clase-obrera-se-rebela-contra-la-explotacion-capit [280]
[3] /accion-proletaria/200711/2101/luchas-en-egipto-una-expresion-de-la-solidaridad-y-la-combatividad-obr [224]
Los compañeros de la Liga por la Emancipación de la Clase Obrera (LECO) que actúa en Nicaragua y Costa Rica, se han puesto en contacto con nosotros. Los compañeros editan una publicación llamada Gaceta Obrera y tienen un blog donde puede leerse su posición y contribuciones[1]. Estos compañeros defienden el internacionalismo y las luchas obreras y denuncian con firmeza el régimen sandinista cuyo mandamás es Ortega[2]
Estos compañeros constituyen una nueva expresión del esfuerzo de constitución de grupos o núcleos internacionalistas, en un buen número de países del mundo. En América hemos visto el surgimiento de estos colectivos en República Dominicana, Ecuador, Perú, Brasil, Argentina etc. Pero igualmente en Turquía, Filipinas, Japón, Corea, Eslovaquia, Rusia...
Estos compañeros proceden del trotskismo y han dado una serie de pasos teóricos y organizativos para deslindarse de esta ideología contra-revolucionaria. Los compañeros son conscientes del esfuerzo de clarificación teórica que hay que llevar a cabo al señalar con una gran honradez en uno de sus correos: «Notarán que hemos tenido que corregir y corregir muchas veces nuestras posiciones desde nuestra inauguración, partiendo que nacimos proclamando la Cuarta Internacional y el trotskismo y al fin rompimos con ese engendro».
Deseando llevar a cabo un debate fructífero que sirva a todo el medio internacionalista, en esta publicación queremos recoger la información que dan los compañeros de dos luchas obreras en 2008 en dos países de Centroamérica: Nicaragua y Panamá. Estas luchas forman parte de una tendencia que se ha visto a lo largo de 2008 al desarrollo de luchas en numerosos países tanto de las grandes metrópolis como de la llamada "periferia" mostrando la posibilidad de avanzar hacia una lucha internacional del proletariado[3].
por Federico H.
La pasada huelga nacional de transporte demostró que mediante el paro de los trabajadores de un sector como el transporte que incluye a los chóferes de los buses, los de carga pesada, los taxistas, etc. se puede desestabilizar a la burguesía.
Y así quedo demostrado en Nicaragua mediante la huelga nacional de transporte que finalizó el viernes 16 de mayo por acuerdos entre la coordinadora nacional de transporte. Quienes con las propuestas indecentes de Ortega de bajarle al galón de gasolina 1,30 dólar y sin congelar el precio se rindieron ante los pies del "comandante" Daniel.
Durante la huelga las exportaciones de las zonas francas disminuyeron considerablemente, la empresa Parmalat también dio aviso de sus pérdidas. Al ver la situación del país Ortega tuvo que salir a defender su discurso del pueblo presidente y arriba los pobres.
Arriba los pobres de Nicaragua preparémonos porque ya sabemos lo que Ortega usará contra nosotros (ak47, gas lacrimógeno, balas de gaucho, cientos de encarcelados, fuertes golpizas y muertos).
El discurso de caricatura que Ortega preparó en plena huelga no fue sino una sumatoria más para seguir ganándose la enemistad de la población nicaragüense.
En el recalcó su avance fascista con los consejos de poder ciudadano[4] y su alianza íntima con Chávez para segur reprimiendo cualquier movilización de los trabajadores.
En los 13 días de paro la policía actuó de forma represiva ante los bloqueos y plantones que se realizaban en los diferentes empalmes y carreteras del país.
Con el argumento de que había que garantizar el orden público y lo que mandaba la constitución la policía ensayó con los transportistas lo que se usará ante cualquier rebelión de las masas hambrientas en Nicaragua. Se pudo ver como los "agentes del orden" entraban a los bloqueos disparando sus AK47 al aire, lanzando gas lacrimógeno y dando garrote a quien fuera; como lo fue el señor de 70 años quien murió después de recibir una golpiza de los antimotines en la intervención de estos en León.
Hay que quitarle las máscaras a los que siguen el juego a los burócratas reformistas de Latinoamérica, como lo es el caso de Omar Cabezas "procurador de los derechos humanos" quien inmediatamente salió a defender a su "Comandante Ortega" diciendo a gritos partidos que la huelga nacional de transporte era promovida y patrocinada por los Estados Unidos para desestabilizar el gobierno sandinista. Individuos como estos que les pasa lo de las monas que aunque de seda se vistan monas se quedan, no son más que burgueses conciliadores.
El proletariado latinoamericano no debe confiar en el movimiento reformista burgués que hoy se maquilla del socialismo del siglo 21, "el pueblo presidente", etc. Que dicen defender los intereses del proletariado de boca y en los hechos es un perro guardián del orden burgués y conyugado del imperialismo yanqui.
El sindicato de constructores y afines SUTRACS, en Panamá estuvo en una huelga de más de una semana a mediados de febrero, que desató bloqueos de las principales vías de Panamá y que fue apoyado por otros sectores como los transportistas. Las movilizaciones y acciones fueron de enfrentamiento con la policía, con piedras, palos, palas y disparos. Alrededor de mil luchadores se procesaron sin derecho alguno, puesto que han aplicado la "modalidad" fascista de enjuiciarlos en los mismos cuarteles policiales, a los detenidos se les ha negado, abogado, inclusive verlos y dar alimentos.
Fue un sindicato de obreros de vanguardia el que levantó la lucha y amenazó con paralizar el país al gobierno. Las movilizaciones se han dado por la lucha contra el recorte de garantías sociales. Mueren decenas de obreros de la construcción cada año por "accidentes" laborales. También hubo allanamientos a dirigentes sin orden de juez y más de 50 obreros heridos. Un obrero joven resultó muerto de bala por la policía y muchos de los heridos, por perdigones, más todos los afectados por lacrimógenos.
Es una señal de que Panamá despierta y da el ejemplo de que no está aislado de la lucha centroamericana, que se están radicalizando los sectores obreros y así como los mecanismos represivos, además de que sectores que se han oprimido como los obreros más explotados están tomando en sus manos la lucha por el poder obrero, ejemplo del porqué no hay sindicatos, ni en la construcción, ni en la industria, ni en los chóferes, ni en el sector de trabajo doméstico, ni en los obreros del agro en Costa Rica, como mecanismo para que la dirigencia acomodada de los sindicatos acomodados del estado (los únicos que hay ) siga estableciendo sus alianzas con la burguesía y siga traicionando a las masas. En CR esos sectores son la mayoría de la clase trabajadora, la vanguardia que puede desplazar a la vieja dirigencia sindical pacifista y conciliadora, y la que menos goza de organización. Por eso la lucha de los trabajadores Panameños es un grito de amenaza al capital un grito por la unidad internacional obrera.
[1] Ver gacetaobrera.blogspot.com.
[2] Es bien sabido que Ortega es uno de los principales aliados de Chávez en su empresa del "socialismo del siglo XXI". El Señor Ortega tiene méritos tan "socialistas" como haber violado repetidamente a su hijastra y haber pactado para asegurarse el poder con el ultra-derechista y corrupto Alemán -anterior presidente- amnistiando sus tropelías
[3] Ver en Revista Internacional nº 132 Por el mundo entero, ante los ataques del capitalismo en crisis
¡Una misma clase obrera, la misma lucha de clases!, /revista-internacional/200802/2193/por-el-mundo-entero-ante-los-ataques-del-capitalismo-en-crisis-una [169] ; en Acción Proletaria nº 201, Amenaza de hambrunas por la inflación: Crisis capitalista y respuesta obrera, /content/2271/amenaza-de-hambrunas-por-la-inflacion-crisis-capitalista-y-respuesta-obrera [170] . Para acontecimientos más recientes ver: República Dominicana: como en los demás países capitalistas crisis económica y luchas obreras, https://es.internationalism.org/node/2329 [281] y Crece la solidaridad de los trabajadores en lucha en Argentina, https://es.internationalism.org/node/2330 [270]
[4] Los CPC, consejos de poder ciudadano. Son "organismos de poder ciudadano" que ha sido impuesto por rosario murillo, son nombrados al dedo por la burocracia sandinista y están subordinados a lo que el comandante Daniel y su esposa ordenen. Entre otras cosas se encargan de supervisar la ayuda venezolana y como última propuesta quieren que supervisen la policía nacional
De pronto, tras el secuestro y posterior asesinato del adolescente Fernando Martí, miembro de una de las familias de la burguesía mexicana, los medios de difusión del Estado capitalista (TV, radio, prensa escrita) se volcaron con una sincronización perfecta en una campaña de verdadera histeria criticando la situación alarmante de inseguridad social provocada por la delincuencia generalizada en el país, cuando apenas unos días antes las cifras de muertes eran presentadas como expresión de que las fuerzas del gobierno "iban ganando".
¿Por qué la burguesía mexicana ahora exige orden, eficiencia y justicia?
A nivel inmediato, es lógico que los capitalistas no toleren que el agua les llegue a los aparejos, de ahí su reacción aparentemente radical, exigiendo a su gobierno cumpla su deber, o si no que renuncie. Ese reclamo hace ver que la descomposición del sistema conduce a una desesperación de la clase dominante en tanto no puede asegurar que sus bienes y sus familias sean intocables.
La marcha convocada para el día 30 de agosto, haciendo gala del chantaje, pretende unir, sin distinción social, a la población para pedir al gobierno ofrezca seguridad. Pero los trabajadores no pueden olvidar que más allá de la manipulación sentimental está el hecho de que son ellos los que sufren cotidianamente la inseguridad, no sólo por los abusos de las policías municipales, estatales, federales o el ejército, los cuales parapetados tras "el combate contra la delincuencia" golpean, allanan, difaman, humillan, violan y asesinan, sino por la existencia misma del sistema que hace vivir en la incertidumbre a millones de asalariados y a sus familias por la espantosa inseguridad económica, que condena a soportar salarios de hambre, desempleo y una creciente miseria.
Los instrumentos como la policía, el ejército, las cárceles y jueces, aún cuando cumplen adecuadamente su papel de represión y vigilancia del sistema de explotación, expone dificultades para evitar que la ola expansiva de violencia haga víctima a la burguesía, por eso es que los voceros de esta clase al exigir la presencia de un orden mínimo en el control de la "delincuencia organizada", en realidad piden la construcción de un marco de disciplina donde los negocios de la mafia sean tolerables. Porque es sabido que esa "delincuencia organizada" es un producto orgánico del mismo Estado capitalista -en la que se involucran lo mismo gobernadores, que distinguidos políticos, militares y policías- lo cual da a estos grupos impunidad para secuestrar, violar, asesinar, traficar drogas, etc., la burguesía lo sabe muy bien; sin embargo, el grado al que ha llegado la pérdida del control de la situación le impide poner orden. Es esta desesperación e impotencia ante el avance de la descomposición que hace a los empresarios exigir a su propio gobierno resultados inmediatos.
La descomposición social generalizada del capitalismo
La situación actual de caos es el producto de una degradación inexorable producida por el fenómeno de la descomposición social generalizada del capitalismo que desde los años 80 del siglo XX ha venido carcomiendo sus cimientos, una tendencia del "sálvese quien pueda" y del "cada quien a lo suyo", lo cual ha impedido a las diferentes facciones de la clase dominante un acuerdo y que, al contrario, cada vez resalten más las pugnas, y la competencia encarnizada por los mayores beneficios en una situación de profundización de la crisis que hace que estas diferencias sean aún mayores. Los diferentes grupos de narcotraficantes, por ejemplo, que se están enfrentando y que controlan también el gran negocio del secuestro y otros rubros igualmente jugosos (como lo documentan la propia prensa burguesa cotidianamente), están directamente encarnadas a las diversas estructuras de la clase dominante y sus enfrentamientos sangrientos revelan la división más general del conjunto de la burguesía.
En este contexto, pese a sus dificultades la burguesía en su intento por frenar esta tendencia de la descomposición, revierte los efectos de contra el proletariado desde varias direcciones:
- Inculcándole preocupaciones ajenas a sus intereses como clase explotada, de manera que ante la angustiante inseguridad por los raquíticos sueldos, por la amenaza brutal del desempleo y la aceleración de la crisis capitalista que lo hunde en la más espantosa miseria, busca colocarlo en la histeria de la inseguridad y la delincuencia, o sumergirlo en la borrachera nacionalista en defensa de la economía nacional o de PEMEX;
- Llamándole a sumarse a la unidad nacional contra el "flagelo" de la delincuencia, por encima de los intereses de clase que lo oponen a la burguesía y su dictadura capitalista; encargando para tal fin a sus medios de difusión que machacan a cada minuto la necesidad de la unidad de todos los mexicanos,
- Chantajeando con ese espantajo para hacerle aceptar como necesarios mayores mecanismos de control policial y militar contra cualquier expresión de "desestabilización", por ejemplo las manifestaciones callejeras, las huelgas, etc., que se perfilan en el horizonte frente a la degradación inaudita de las condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera.
No a la unión con la burguesía, sí a la lucha de la clase
Esta situación es la manifestación palpable de que la sociedad burguesa está hundida en el fango y la barbarie producto de sus propias contradicciones internas que la llevan inexorablemente a la quiebra histórica. Pero la burguesía propone a los asalariados sumarse al esfuerzo "ciudadano" que mediante una marcha "blanca" (30 de agosto) por la paz, y con velitas encendidas se "ilumine" al país para hacer posible el milagro de acabar con la inseguridad y la delincuencia. Esta alternativa es impulsada desde las entrañas del Estado por algunas organizaciones "civiles" de la misma burguesía con desesperación pero con gran maña pues busca renovar la esperanza de los explotados de que es posible mejorar la situación si se olvidan las divisiones de clase y se asumen las responsabilidades como ciudadano, es decir, sólo como individuo aislado e impotente. Pero el proletariado tiene sólo una alternativa: luchar en la defensa de sus verdaderos intereses. No puede dejarse arrastrar por el ambiente de terror que están alimentando los medios de difusión y caer en la trampa de acogerse a la exigencia del saneamiento del aparato estatal, debe resistirse a ser enrolado en el interclasismo de las marchas ciudadanas y en la unidad nacional a la que se le está convocando. A pesar de los esfuerzos que a diario hace el estado por esconder los ataques económicos a la clase trabajadora, está obligada a luchar y, en este proceso, debe comprender que tiene preocupaciones propias muy diferentes de las de su enemigo de clase.
29-Agosto-2008
Revolución Mundial, sección en México de la Corriente Comunista Internacional
Y para poder hacerlo empecemos por recordar lo que realmente paso...
¿Qué pasó en 1968? Una breve cronología...
22 de Marzo de 1968:
142 estudiantes de la Universidad de Nanterre, en las afueras de París, ocupan la sede del Consejo de la Universidad en protesta contra la detención de varios de sus compañeros en una manifestación contra la guerra de Vietnam. Deciden formar el "Movimiento del 22 de Marzo", movimiento informal animado por trotskistas y anarquistas (entre ellos un tal Daniel Cohn-Bendit, estudiante de sociología y de nacionalidad alemana aunque nacido en Francia).
Del 23 de Marzo al 2 de Mayo:
En el campus de Nanterre se suceden los mítines y las jornadas de movilización convocadas por los M22, a los que la Universidad responde alternativamente cerrando sus puertas. Las consignas que gritaban los estudiantes era: "Profesores, estáis viejos, vuestra cultura también"; "Dejarnos vivir"; "Hagamos realidad nuestros deseos"; "No queremos ser los futuros cuadros de la explotación capitalista".
Durante todo este tiempo, el Partido Comunista Francés y la CGT (sindicato controlado por el PCF) denuncia sistemáticamente el movimiento tachando a los estudiantes (que se presentan a si mismos como "revolucionarios") de "hijos de papá" que desprecian a la clase obrera. Se acusa a los grupos de extrema izquierda, trotskistas, maoístas y anarquistas de estar al servicio de la policía; la extrema derecha descalifica a Cohn-Bendint como "judío alemán", de lo que el PCF se hace eco en su prensa llamándole "anarquista alemán".
3 de Mayo:
Se cierre Nanterre y la policía sitia la Universidad, algunos cientos de estudiantes de esa Facultad participan en un mitin en el patio de la Universidad de La Sorbona, en pleno centro del "Barrio latino" corazón de la zona universitaria en el centro de París. La policía anti-manifestaciones (los CRS) entra en La Sorbona y trinca a sus ocupantes: detiene sistemáticamente a los chavales. Varios cientos de estudiantes se juntan rápidamente a las puertas de La Sorbona, la policía trata de dispersarlos pero se vuelven a reunir unas calles más allá, son cada vez más numerosos y durante horas se dedican a hostigar a la policía: el saldo, 72 policías heridos y 400 detenidos.
Del 6 al 9 de Mayo:
Tras dos días de calma, el 6 vuelven las manifestaciones. Esta vez las consignas son "La Sorbona, de los estudiantes", "fuera la policía del Barrio latino", "libertad a nuestros compañeros" (a 4 de los estudiantes detenidos el 3 de Mayo les habían caído condenas de varios meses de cárcel).
El Gobierno no cede y las manifestaciones son cada vez más masivas: decenas de miles de manifestantes a los que por la tarde se juntan jóvenes obreros. Ante el Arco del Triunfo (símbolo nacionalista y guerrero por excelencia de la burguesía francesa) los manifestantes cantan la Internacional. Al mismo tiempo empiezan las manifestaciones en las principales ciudades de Francia.
Por su parte, el PCF y la CGT siguen tachando a los manifestantes de "provocadores".
10 de Mayo:
La manifestación finaliza en el Barrio latino cerca de La Sorbona que sigue cercada por la policía. Cohn-Bendit lanza por la radio la consigna de "Ya que ellos ocupan La Sorbona, ocupemos nosotros el Barrio latino". A las 9 de la noche ya hay decenas de barricadas; a las 2 de la madrugada la policía asalta las barricadas tras haber lanzado un infierno de gases lacrimógenos. Una feroz represión se desata hasta entrada la mañana: gases lacrimógenos, cargas policiales porras en mano que golpean a todo bicho viviente, incluso a los heridos a los que las ambulancias tratan de poner a salvo.
11 de Mayo:
La represión desata una enorme ola de indignación en toda Francia: se suceden manifestaciones espontáneas no solo de estudiantes universitarios, también de familiares, de estudiantes de institutos, de obreros; los manifestantes ocupan muchas Facultades; los sindicatos convocan una Jornada de huelga y manifestaciones el día 13. Esa tarde el Gobierno anuncia la liberación de los estudiantes detenidos y la reapertura de La Sornota. El Gobierno cede tratando de calmar las cosas pero... ya es demasiado tarde.
13 de Mayo:
La participación en la huelga de 24 horas convocada por los sindicatos no es excesivamente masiva: 1 millón de huelguistas en toda Francia. En cambio las manifestaciones reunieron tal marea de gente como no se había visto desde el final de la Segunda Guerra Mundial: 800.000 personas en París, por ejemplo. Las consignas principales que se gritan en esas manifestaciones: "Profesores, alumnos, trabajadores ¡Solidaridad!"; "Gobierno Popular (consigna promovida por el Partido Comunista Francés); y, sobre todo, "10 años, ya basta" (el General De Gaulle justamente hacia 10 años que había llegado al poder, el 13 de Mayo de 1958).
El enorme éxito de las manifestaciones del 13 de Mayo, junto al hecho de que el 11 de Mayo el Gobierno había cedido, creó un gran sentimiento de fuerza no solo entre los estudiantes sino también en las filas obreras.
14 de Mayo:
Esa mañana, los trabajadores de Woippy, una pequeña fábrica metalúrgica en Lorena, votan la huelga ilimitada por viejas reivindicaciones. No es la única: Sur-Aviación, en Nantes, una gran fábrica se lanza a la huelga ilimitada, los trabajadores ocupan la empresa y secuestran a la dirección. Los estudiantes de esa ciudad van a expresarles su solidaridad, se integran en el piquete de huelga confraternizando con ellos.
El movimiento lo lanzaron jóvenes obreros, de la misma edad que los estudiantes. Su razonamiento era simple "si los estudiantes, que no tienen el arma de la huelga, han tenido fuerza para hacer que el Gobierno ceda; los obreros también podemos hacerle ceder".
El 14 de Mayo hay ya 3100 huelguistas.
15 de Mayo:
La fábrica Renault de Cleon, en Normandia, se suma al movimiento, y junto a ella otras dos empresas de la región: huelga total; ocupación ilimitada; secuestro de la Dirección; banderas rojas en las rejas... Ya hay 11 000 huelguistas. La jornada de acción que habían organizado los sindicatos contra los ataques en la Seguridad Social del año pasado es un fiasco y pasa totalmente desapercibida.
16 de Mayo:
El resto de las fabricas Reanult se suman al movimiento, banderas rojas ondean en Flins, Sandouville, Le Mans y Billancourt. Aunque ese día aun solo hay, en total, 75 000 huelguistas, que Renault entre en lucha es muy significativo: la mayor empresa de Francia, con 35 000 obreros... Por eso hay un dicho "Si Renault estornuda, Francia se constipa".
17 de Mayo:
Los huelguistas ya son 215 000: la huelga empieza a afectar Francia entera, se extiende como reguero de pólvora por las provincias. El movimiento es totalmente espontáneo, por doquier los obreros jóvenes se ponen a la cabeza. Los sindicatos se suben al carro del movimiento. La fraternidad entre estudiantes y jóvenes obreros crece: estos van a las facultades ocupadas e invitan a los estudiantes a comer en sus comedores de empresa.
No hay reivindicaciones concretas, pero se expresa un gran hartazo. Las pintadas en las paredes, por ejemplo en Normandia, lo dejan bien claro: "¡Ya es hora de vivir con dignidad!".
La CGT teme verse "desbordada por la base", y también por la CFDT mucho más presente en las luchas desde el principio, y llama a la extensión de la huelga: por miedo a quedarse atrás se sube al carro, aunque su llamamiento se hace público al día siguiente...
18 de Mayo:
A medio día, antes de conocerse el llamamiento de la CGT, un millón de trabajadores están ya en huelga. Por la tarde son 2 millones.
Lunes 20 de Mayo:
Hay 4 millones de huelguistas.
21 de Mayo:
Son 6 millones y medio.
22 de Mayo:
8 millones y medios de trabajadores están en huelga indefinida. Es la mayor huelga de la historia del movimiento obrero internacional, mucho mas masiva que la "huelga general de Mayo 1926 en Gran Bretaña o que las huelgas de Mayo/Junio de 1936 en Francia.
En la huelga participan todos los sectores: la Industria, los transportes, la luz y el gas, los correos y las telecomunicaciones, la enseñanza, los funcionarios y empleados públicos (varios ministerios están totalmente paralizados), la prensa, radio y televisión (la televisión nacional se suma a la huelga y sus trabajadores denuncian la censura que les habían impuesto), los laboratorios de investigación, las funerarias (Mayo 68 era un mal momento para morir), los deportistas profesionales (la bandera roja ondea en la sede de la Federación francesa de Fútbol), los artistas (se suspende el Festival de Cannes a instancia de los realizadores de cine), etc...
Hay varias razones que explican que en pocos días la huelga se generalice hasta tal punto: el fuerte descontento que se ha ido acumulando; las meteduras de pata del Gobierno; el ejemplo de que la lucha paga que habían transmitido los estudiantes al hacer ceder al Gobierno; el hecho de que los sindicatos a partir del 20 de Mayo empujen a la huelga en todas las empresas (especialmente en las pequeñas) especialmente en aquellas en que los trabajadores no estaban por ir a la huelga (después explicaremos porqué).
La Asamblea Nacional, dominada por la derecha, rechaza una moción de censura propuesta dos semanas antes (el 8 de Mayo) por la izquierda: las instituciones oficiales de la Republica francesa parecen vivir en otro planeta, al igual que sus políticos: la derecha repite como un disco rallado que hay "un complot contra Francia" (en especial por parte del PCF al que atribuyen mucho más poder del que realmente tiene); la izquierda se dedica a hacer todo tipo de maniobras para "dar una salida política al movimiento" es decir evacuar del poder a la derecha para que gobierne la izquierda. En todo ese maremagno, el Gobierno impide la vuelta de Cohn-Bendint que está en Alemania.
24 de Mayo:
Se suceden las manifestaciones, especialmente contra la prohibición del regreso de Cohn-Bendit ("las fronteras nos la sudan", "Todos somos judíos alemanes"). Por la Izquierda, la CGT hace un cordón sanitario contra los "provocadores" y "aventureros", es decir contra los estudiantes "radicales" que se juntan con los jóvenes obreros. El General De Gaulle dirige un discurso a la nación en el que propone un referéndum para que los franceses se pronuncien sobre la "participación" (una especie de asociación capital-trabajo): un completo fiasco que muestra la desorientación del Gobierno y , más en general, de la burguesía francesa... pues en muchas ciudades los empleados municipales se niegan a organizar el referéndum, al tiempo que los trabajadores de la imprenta nacional que están en huelga se niegan a imprimir las papeletas de voto; por su parte los dueños de las imprentas privadas que no están en huelga no están por la labor de imprimir ellos las papeletas: no quieren buscarse más problemas con sus trabajadores.
La indignación de los manifestantes cuando oyen por los transistores el discurso es mayúscula, por todas partes gritan "nos la suda lo que diga", y durante toda la noche se suceden los enfrentamientos y las barricadas. La Bolsa de Paris arde.
En ese periodo:
En las facultades ocupadas hay discusiones políticas permanentes, a las que acuden muchos obreros es especial los jóvenes; algunos obreros piden a aquellos que defienden la idea de revolución que vayan a sus fabricas ocupadas para que hablen: en Toulouse algunos militantes del ¡PCF! invitan a dar una charla en una empresa al pequeño grupo que más tarde formaría la sección en Francia de la CCI.
Se suceden las discusiones espontáneas en las calles, en las aceras, todo el mundo tiene algo que decir. El ambiente es festivo.
Por doquier, en toda Francia, en los barrios, ciertas empresas grandes o en sus alrededores surgen "Comités de Acción" en los que se discute sobre como luchar, sobre la perspectiva revolucionaria. Aunque estos comités, en general, los promueven grupos izquierdistas o anarquistas, en ellos se junta mucha más gente que los miembros de dichas organizaciones.
25 de Mayo:
Comienza la negociación Gobierno, Patronal y Sindicatos en el Ministerio de Trabajo (sito en la Rue Grenelle). Desde el principio los patronos están dispuestos a dar mucho más de lo que piden los sindicatos. Está claro que la burguesía tiene miedo. El Primer Ministro, Pompidou que preside las negociaciones, se ve a solas durante una hora con el capo de la CGT Seguy (más tarde se sabrá que Chirac -entonces ministro de Asuntos Sociales, de vio a escondidas con el numero dos de ese mismo sindicato).
Noche del 26 al 27 de Mayo:
Se firman los "Acuerdos de Grenelle": 10% de aumento de sueldo para todos; aumento de un 25% en el salario mínimo; ligera reducción de la jornada de trabajo; retirada de los recortes en Seguridad Social de año anterior; reconocimiento de la actividad sindical dentro de las empresas.
27 de Mayo:
Las asambleas obreras rechazan unánimemente los "Acuerdos de Grenelle". En la factoría de Renault Billancout 10 000 obreros abuchean a Seguy cuando presenta los acuerdos. El número de huelguistas aumenta, llega a 9 millones.
Cohn-Bendit (conocido popularmente como "Dani el rojo" por el color de su pelo) reaparece, con el pelo teñido de negro, en un acto multitudinario, en el estadio de Charlety en París, convocado por el sindicato de estudiantes (UNFE), grupos izquierdistas y el sindicato CFDT (en sobrepuja con la CGT), y en el que se pueden ver a ciertos políticos socialdemócratas.
29 de Mayo:
EL PCF y la CGT convocan una gran manifestación para reclamar un gobierno socialdemócrata como alternativa, que pase a un "Gobierno popular". La derecha responde: "Complot comunista".
El general De Gaulle desaparece del mapa (de hecho se va a Alemania para asegurarse de la fidelidad del ejército).
30 de Mayo:
De Gaulle reaparece dando un discurso: "Me quedo". Disuelve la Asamblea Nacional y convoca elecciones para el 23 y 30 de Junio. Se organizan grandes manifestaciones en apoyo de De Gaulle tanto en París como en el resto de Francia (en las que participan incluso sus viejos enemigos de extrema derecha).
La CGT llama a los trabajadores a negociar sector por sector para "mejorar los acuerdos de Grenelle": es el mejor medio de dividir el movimiento.
A partir de esa fecha (que es un jueves) los trabajadores empiezan a volver al trabajo muy lentamente, pues aún hay 6 millones de huelguistas el 6 de Junio. La vuelta se hace en medio de una gran dispersión: el 31 de mayo lo hacen los siderúrgicos de Lorena y los trabajadores del textil del Norte; el 4 de Junio los arsenales y los de seguros; el 5 los de la electricidad y mineros del carbón; el 6 los carteros, las telecomunicaciones, el transporte (la CGT en París fuerza la vuelta al trabajo con mentiras: sus delegados sindicales dicen a los obreros en cada una de las cocheras que en las otras ya están trabajando, lo que es completamente falso); el 7 de Junio vuelven los maestros de primaria; el 10 la policía entra por la fuerza en la fábrica de Renault en Flins, en la carga policial un estudiante cae al Sena ahogándose; el 11 de Junio los CRS cargan contra los obreros de Peugeot en Sochaux, segunda fabrica de Francia, con un saldo de dos trabajadores muertos. Eso desata nuevas y violentas manifestaciones en las que se grita "han matado a nuestros compañeros", la determinación de los trabajadores es tal que la policía desaloja la fábrica. Los obreros solo volverán al trabajo 10 días después.
Los sindicatos (con la CGT a la cabeza) y los partidos de izquierda encabezados por el PCF temen que la indignación relance las huelgas (aun hay 3 millones de huelguistas) por eso llaman incesantemente a la vuelta al trabajo "para que las elecciones tengan lugar y se complete la victoria de la clase obrera". L' Humanité, el periódico del PCF, pone en primera plana: "Millones de obreros victoriosos vuelven con calma al trabajo".
Los llamamientos a la huelga que hacen sistemáticamente los sindicatos a partir del día 20 de Mayo tienen una explicación: hay que controlar el movimiento para hacer que los sectores menos combativos vuelvan al trabajo y desmoralizar al resto de sectores. Así, el 12 de Junio lo hace los profesores de secundaria, el 14 Air France y la marina mercante; el 17 la Renault de Billancourt; el día 23, primer turno de la elecciones hay una fuerte avance de la derecha; el 24 de Junio la Citroen de Javel, en pleno centro de París, vuelve al trabajo (el numero 2 de la CGT interviene en la asamblea general llamando a la vuelta al trabajo); el 26 lo hacen los trabajadores de Usinor en Dunquerque... El 30 de Junio: Victoria histórica de la derecha en el segundo turno de las elecciones.
CAUSAS Y SIGNIFICADO DE MAYO 1968
A nivel de Francia se produce la conjunción de dos movimientos:
- la propagación por la practica totalidad de los países occidentales del movimiento estudiantil que había surgido en Estados Unidos en el otoño del 64;
- el resurgir del movimiento de la clase obrera.
Este fenómeno llega más lejos que en cualquier otro lado por la torpeza con la que reacciona el Gobierno.
Hay varias razones que explican porqué el movimiento estudiantil, a nivel mundial, llega a su cenit en 1968 (Gran Bretaña, Italia, Alemania, Estados Unidos, etc. y sobretodo Francia):
- el ingrediente principal de la contestación estudiantil era la guerra de Vietnam llevada por los Estados Unidos. En Mayo de 1968 se abrieron las negociaciones entre USA y Vietnam del Norte, en París.
- la masificación en las aulas resultado de que esa generación de estudiantes se corresponde con el "baby boom" tras la guerra junto a hecho de que las perspectivas profesionales de los futuros diplomados empiezan a ser menos brillantes, favorecen la revuelta estudiantil.
A partir de entonces la burguesía aprende a lidiar "el descontento" de los estudiantes. Especialmente
integrando y transformando en productos de consumo muchos de los temas que los estudiantes habían
puesto por delante: contra el autoritarismo en las aulas; contra la discriminación racial en Estados Unidos; por la "liberación de la mujer"; por la "libertad sexual", etc.
Pero la razón fundamental para explicar los hechos del 68 es que la clase obrera vuelve a la carga en la lucha contra el orden capitalista.
Ya en el Mayo francés las huelgas obreras eclipsan al movimiento estudiantil, tanto en el plano político como en las discusiones que surgen por doquier. Además la clase obrera en otros países toma el relevo de los proletarios franceses:
En la primavera de 1969 hay luchas obreras masivas en Argentina conocidas como "el cordobazo": los obreros toman el control de la ciudad de Córdoba antes de que intervengan las tanquetas del ejército.
En el otoño de 1969, conocido como "el otoño caliente", en Italia los sindicatos se ven mucho más desbordados por los obreros que en Francia. A partir de ese momento y durante años Italia será el país donde se den más huelgas.
En el invierno de 1970 los obreros polacos del Báltico desatan un potente movimiento de luchas masivas, que la sangrienta represión del Gobierno no logra parar sino todo lo contrario: hacer que se extiendan por el país. Frente a tal movimiento y para calmarlo, por primera vez en un país gobernado por un partido estalinista, sustituyen al Primer Secretario del Partido (que había protagonizado una agria discusión con los obreros de los astilleros de Gdansk) al tiempo que el Gobierno hace concesiones económicas a los huelguistas. Los obreros polacos volverán a la carga con huelgas masivas en 1976 y, sobre todo, en 1980 frente a las cuales el Gobierno estalinista legaliza el "sindicato independiente" (Solidarnosc) a fin de que pueda hacer su trabajo: lograr que los obreros vuelvan al tajo.
A principios de los años 70, Gran Bretaña asiste a la movilización obrera más importante y masiva desde el final de la guerra. Para "calmar a los obreros" la Izquierda vuelve al Gobierno en 1974, que tiene nuevamente que abandonar en Mayo del 79 tras las fuertes movilizaciones obreras del invierno del 78-79.
Como se ve, la vuelta al trabajo de los obreros franceses en Junio del 68 no supuso el final del movimiento de la clase obrera mundial sino solamente el fin del primer episodio.
¿Cómo analizar este resurgir de la clase obrera mundial (que los programas televisivos sistemáticamente ningunean hablando solo del movimiento de estudiantes)?
No son cuestiones circunstanciales, como la torpeza de la burguesía francesa (aunque reaccionó con mucha), sino causas generales e internacionales lo que explica la amplitud del movimiento de huelgas en Mayo-Junio del 68 en Francia:
De hecho, Mayo del 68, rubrica que el periodo de contrarrevolución, que desde finales de los años 20 se abatió sobre el proletariado mundial y que se amplificó con la victoria de los aliados en 1945, ha terminado. Uno de los indicadores más significativos de esa nueva situación es que los sindicatos y los partidos de izquierda - en especial los estalinistas- ya no están a la cabeza de las movilizaciones obreras. Cada vez más se van obligados a "subirse al carro" de las movilizaciones obreras. Al mismo tiempo empieza a desarrollarse un interés, nuevo hasta entonces, por la historia del movimiento obrero, por la teoría revolucionaria: Marx, y también Rosa Luxemburgo, Pannekoek, Bordiga,...
En muchos países surgen pequeños grupos que quieren buscan las verdaderas posiciones revolucionarias, reencontrándolas en la Izquierda Comunista. En esa efervescencia nace la CCI.
Han pasado 40 años tras las inmensas huelgas de Mayo 68, y la revolución aún no se ha producido.
Muchos de sus afamados y "rebeldes" protagonistas están perfectamente integrados como respetables ciudadano en la sociedad: Fischer durante años ha sido Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania; Cohn-Bendit ha pasado de "Dani el rojo a Daniel Verde" y es hoy una "figura europea", y así un largo etcétera.
Contra las ilusiones que muchos se hicieron entonces, el 68 no abrió una "autopista a la revolución". El movimiento obrero se ha encontrado con múltiples obstáculos. Entre otros:
- la capacidad de la burguesía para ralentizar el ritmo de la crisis permanente del capitalismo y, con ello, crear ilusiones durante años de que "esto puede ir mejor" ...
- un sin fin de maniobras de la burguesía, tanto de la derecha como especialmente de la izquierda (con la inestimable contribución de los izquierdistas) para remachar la idea de que el capitalismo puede ser una sociedad más justa, más igualitaria, más social, más democrática ...
- el hundimiento del los regimenes estalinistas por el peso de la descomposición, y no de una ofensiva obrera, a finales de los años 80 dio paso a 15 años de retroceso de la clase obrera.
Pero las causas que originaron Mayo del 68 siguen no solo estando presentes sino que aún lo están más:
Por eso resulta muy significativa una de las consignas del 68: "Esto es solo el principio; continuaremos el combate".
Y EL COMBATE CONTINUA.
EL FUTURO ES DEL PROLETARIADO.
Ante la campaña desatada por la burguesía en torno a la privatización o no de PEMEX, grupos proletarios desarrollan la reflexión y exponen la denuncia, extendiendo las posturas internacionalistas que rechazan cualquier sumisión a la defensa de la patria, de la nación o de la economía nacional. Presentamos una toma de posición que nos han enviado los camaradas del Grupo Socialista Libertario [283]. Saludamos su contenido, y llamamos a ampliar la discusión.
RM. 12-junio-08
A raíz de la presentación de la propuesta de reforma energética del gobierno de Felipe Calderón, en la cual se pretende privatizar ciertas áreas de la cadena de extracción, exploración, refinación y distribución del petróleo, hoy exclusivamente en manos del Estado a través de PEMEX, ha iniciado en México toda una serie de campañas mediáticas a favor o en contra de la iniciativa de Calderón y su partido: el PAN.
De un lado, a favor de la privatización, se encuentran, como es lógico, el partido del presidente, el ultra-empresarial y derechista PAN, además del PRI y los empresarios de la alta jerarquía de la burguesía nacional, estos últimos dan su apoyo al suponer que puedan recibir una parte del pastel de concretarse la iniciativa, al quedarse con alguno de estos sectores o dando alguna especie de servicio a las empresas transnacionales que se dice están involucradas en el proyecto privatizador.
En el bando anti-privatizador, por su parte, se encuentra principalmente el "movimiento nacional en defensa del petróleo" que encabeza Andrés Manuel López Obrador y los partidos burgueses del Frente Amplio Progresista: PRD, PT y Convergencia. Pero además de estos partidos y movimientos puramente capitalistas en sus programas y propuestas, se encuentran dentro de éste campo a favor de la propiedad estatal de PEMEX una infinidad de organizaciones que se reivindican revolucionarias y dicen luchar contra el capitalismo.
Los mayores alegatos de quienes se oponen a la privatización y defienden la propiedad del Estado sobre el petróleo, son que "el petróleo le pertenece a los mexicanos", "el petróleo es de la nación", "hay que defender la soberanía del país", y demás cantaletas nacionalistas que impiden que la clase trabajadora desarrolle una visión clasista de la sociedad y se libere de todas las cadenas que le unen ideológicamente a su contraparte, la clase capitalista explotadora.
En el caso de las fracciones de la izquierda del capital abiertamente burguesas, como el PRD y sus partidos aliados (además de personajes identificados con el viejo régimen priísta como Manuel Bartlett), es perfectamente entendible que sean portavoces de este discurso nacionalista, pues el nacionalismo es una ideología puramente burguesa que se basa en la unidad de todos los sectores de la nación, burgueses y proletarios, explotadores y explotados por igual, en pos de un supuesto "interés supremo de la patria", este "interés supremo" hoy día es la "defensa patriótica" del petróleo, por tanto, esta defensa por parte de ellos no es de extrañar, pues es la manera perfecta en que se ganan el apoyo de las masas populares, al mismo tiempo que le roban toda radicalidad y clasismo a sus luchas, encauzándolas hacia la legalidad burguesa y la defensa del capitalismo.
¿Pero que hay de los pretendidos grupos anti-capitalistas que gritan a los cuatro vientos los mismos planteamientos y consignas nacionalistas que el ala izquierda de la burguesía? ¿Es que acaso es posible luchar por un movimiento autónomo de los trabajadores frente al Estado y la burguesía al mismo tiempo que se refuerzan los factores ideológicos que unen a los explotados a sus explotadores? Evidentemente esto es imposible, mientras se llama a los trabajadores a defender a la nación, por más radical que pretenda ser este llamamiento, se le esta llamando a hacer un frente con todas las fuerzas "nacionalistas","progresistas" o "anti-imperialistas" que estén decididas a "defender a la patria" de los "saqueadores extranjeros".
Hay quienes llaman a los trabajadores a defender a PEMEX de manera independiente a los partidos de la izquierda burguesa, sin embargo esto es mera demagogia, si ambos bandos plantean básicamente que hay que "defender el petróleo" de las "ambiciones extranjeras" ¿qué les impide llamar a luchar a los trabajadores en un frente con la burguesía nacionalista que también se opone a la privatización? Realmente nada, salvo una retórica forzada por pretender pasar como verdaderos defensores del anti-capitalismo.
Por tanto, quienes están a favor de la inversión de las empresas privadas en PEMEX, como quienes defienden la propiedad del Estado sobre el petróleo, representan simplemente dos visiones distintas de cómo sacar el mejor provecho comercial al petróleo para desarrollar de mejor manera a la sociedad de clases, el capitalismo.
La defensa de las empresas del Estado por parte de los explotados solo puede significar que éstos no han logrado romper con la cosmovisión burguesa sobre el Estado que nos inculca la educación desde muy temprano. Según las teorías burguesas clásicas, el Estado es el encargado de velar por el "bien común" de la población, de ahí que la burguesía explotadora y todo el aparato de izquierda que tiene a su servicio, hayan promovido que el Estado cumple con un papel social, y que por tanto las empresas que pertenecen al Estado tienen este rol social de producir riqueza que es traducida en bienestar social para la población. Toda esta visión burguesa es falsa, pues la burguesía construyó su Estado no para garantizar el bien común, sino para legalizar su sistema de explotación basado en el trabajo de los proletarios, el Estado es una estructura burocrática que existe para legalizar y defender a través de la jurisprudencia o de la violencia abierta y encarnizada la propiedad privada de los capitalistas, pero las empresas del Estado también son empresas capitalistas orientadas al lucro y la ganancia, donde se explota a los trabajadores y también permanecen privadas de la clase obrera como cualquier otra empresa de algún empresario convencional.
Defender las empresas estatales refuerza la idea fuertemente arraigada en las masas de que el Estado es el representante del bien común y el interés social, que tiene algún tipo de contradicción con los patrones y que puede estar al servicio de las masas trabajadoras. Difundir esta idea no solo es peligroso, sino que abiertamente contrarrevolucionario, pues la liberación de todos los explotados y oprimidos del mundo solo puede ser efectiva colectivizando los medios de producción y destruyendo todos los Estados del mundo, enemigos naturales de la emancipación de los oprimidos.
Un ejemplo concreto de que el Estado, al igual que las empresas privadas, no es un aliado (sino un enemigo) de los trabajadores, es que el mismo Cárdenas quien realizó la nacionalización de la industria petrolera fue quien llevó a cabo una campaña de reducción de salarios y despidos, y acusó de sabotaje a los trabajadores, imponiendo un control total del Estado sobre el sindicato, lo que echa por tierra el mito de que los ataques del capital solo vienen de parte de las empresas privadas.
Uno de los argumentos para defender la empresa estatal e identificarla como algo mejor a la empresa privada, es que la nacionalización representó una conquista de los trabajadores y un golpe al imperialismo anglo-estadounidense. Esto es otro gran mito, pues la nacionalización de PEMEX se efectuó luego de un conflicto entre el sindicato y las empresas transnacionales que duró casi un año entre huelgas, paro parciales y cierres patronales, lo que había generado un desabasto de petróleo para la industria nacional, lo que llevó a Cárdenas a verse obligado a salir del conflicto nacionalizando la industria petrolera para poder abastecer a la burguesía mexicana, la que incluso aplaudió de esta decisión. El régimen de Roosevelt, al contrario de las empresas, no vio del todo mal la nacionalización pensando en el abasto de petróleo para los conflictos bélicos venideros, en los cuales México, ante el bloqueo comercial de las empresas norteamericanas, tuvo que vender petróleo a la Alemania nazi, pero después, gracias a la buena relación de Cárdenas con Roosevelt terminaría abasteciendo a los Estados Unidos, en lo que Cárdenas consideraba un apoyo a los "países democráticos" frente al fascismo.
El padre de todos los mitos y que encadena por completo en la lógica burguesa al proletariado, es el de las finanzas de PEMEX. Se pretende hacer una defensa de PEMEX como empresa nacional porque se dice que cuatro de cada diez pesos que entran a las arcas del Estado mexicano provienen del petróleo y que luego estos recursos son empleados por el Estado como gasto social. Esta es la mentira más peligrosa de todas, pues si bien de los recursos con los que cuenta el Estado una parte va destinada a la salud y la educación, la mayor cantidad de recursos se destina a financiar a las diferentes policías, a militares, servicios de inteligencia, jueces, cárceles, partidos políticos, salarios exorbitantes de altos funcionarios, la farsa electoral... ¡Es decir, a financiar todo el aparato de Estado mediante el cual la burguesía finca su barbárico dominio inhumano y explotador! ¿Nos convendrá a los explotados y oprimidos seguir cuidándole las finanzas al aparato por el cual la clase explotadora nos mantiene con la bota en el cuello?
Grupo Socialista Libertario.
Nos dicen que "el pueblo ha hablado" y que "Washington ha escuchado", gracias a la "asombrosa" obra de las urnas. Incluso dicen que Norteamérica ha superado el racismo y se ha convertido en una tierra de verdadera fraternidad.
Obama ya es presidente; pero ¿Qué significa eso? Obama prometió conducir el cambio, pero esa promesa no es nada más que un engaño ideológico. Toda la campaña ha sido una mentira hipócrita, que ha catalizado las esperanzas de la población, y sobre todo de la clase obrera, que está cada vez más harta de la miseria y la guerra, pero que aún no tiene claridad sobre su propio rol en la sociedad y por el momento no es capaz de discernir las mistificaciones de la clase dirigente.
El verdadero ganador de estas elecciones no ha sido "Joe el fontanero" (representante del norteamericano medio), ni los afroamericanos que son parte de la clase obrera en EEUU, sino la clase dominante. Está claro que a los trabajadores se les va servir más de lo mismo y peor aún si cabe, aumentando la carga de miseria. Obama no es un candidato "de la paz". Sus críticas a Bush han sido que su política en Irak ha llevado a un verdadero barrizal y que desplegó demasiado tímidamente las tropas, dejando al imperialismo norteamericano incapaz de responder adecuadamente a los futuros retos a su dominación mundial. Obama planea enviar más tropas a Afganistán y está listo para devolver los golpes contra las amenazas a los intereses del imperialismo norteamericano. Este verano fue duramente crítico con la incapacidad de la administración Bush para responder a la invasión rusa de Georgia. ¡Todo un pacifista!
Durante los debates presidenciales, Obama explicó que él apoya un refuerzo de la educación en Norteamérica, porque una mano de obra educada es vital para tener una economía sólida, y ningún país puede sostenerse como potencia militar dominante sin una economía pujante. En otras palabras, ve los gastos en educación como una precondición de la dominación imperialista. ¡Todo un idealista!
Para la clase dominante estas elecciones han sido un éxito casi más rotundo que en sus mejores sueños. Han servido para rejuvenecer el electoralismo y el mito democrático, que habían recibido tantos varapalos desde el 2000, especialmente entre la población joven, dejando a mucha gente desencantada con el "sistema".
La euforia postelectoral -los bailes en las calles que han celebrado la victoria de Obama- es testimonio de la amplitud de esa victoria política. El impacto de la elección es comparable a la victoria ideológica que tuvo lugar inmediatamente después del 11 de septiembre, cuando la burguesía pudo sacar partido del brote de histeria nacionalista atando a la clase obrera al estado burgués. Hoy igualmente, la esperanza que genera la democracia, y la fe en un líder carismático, atan sectores amplios de la población al estado.
Esta euforia es particularmente intensa entre la población negra; hay actualmente una extendida creencia de que la minoría oprimida ha reforzado su potencial. Los medias burgueses celebran incluso la superación del racismo en Norteamérica; un reivindicación ridícula donde las haya. Casi de la noche a la mañana, la población negra en EEUU ha pasado de ser uno de los sectores de la población más alienado y desencantado, a posicionarse firmemente tras el estado a través de la persona del nuevo presidente electo.
En el plano internacional, la burguesía se ha beneficiado casi inmediatamente de un exitoso distanciamiento de la nueva administración de los fracasos del régimen de Bush en la política imperialista y de la apertura de posibilidades para reestablecer la autoridad política y el liderazgo norteamericano en la escena internacional.
En el terreno de la política económica, la capacidad de la nueva administración Obama para llevar a cabo las medidas de capitalismo de estado necesarias para apuntalar este sistema de opresión y explotación, tiene un amplio margen de confianza. Sin embargo, mientras que su retórica es la de proveer "alivio" frente a las consecuencias de la crisis, lo que ha aportado realmente es la mayor deuda de la historia de EEUU y un trillón de dólares de déficit presupuestario, que se cargan a espaldas de las futuras generaciones de la clase obrera. Mientras que los gobiernos locales y el de la nación ya están planeando recortar drásticamente los programas y servicios sociales, debido al impacto de la crisis económica, Obama aboga al mismo tiempo por más "achiques" para las principales empresas, los bancos y las aseguradoras, que se financiarán con el sudor de la clase obrera.
Casi asustada por su propio éxito, consciente de que no puede llevar a cabo los cambios que ha prometido en la campaña, la clase dominante ya está desarrollando una retórica que ayude a "templar el entusiasmo". Hemos escuchado cosas como que "Obama sólo puede enderezar la política torcida de Bush"; "hay un legado de errores"; "el cambio no vendrá inmediatamente"; "se necesitan sacrificios".
Frente a todo esto las posiciones históricas de nuestra clase son una referencia para la reflexión y la lucha:
- la democracia es la dictadura de la clase dominante;
- la clase obrera tiene que luchar y organizarse por sí mismo en la lucha por sus intereses de clase;
- sólo la revolución comunista mundial puede acabar con la opresión y la explotación capitalista.
La euforia no puede durar mucho. Los programas de austeridad que se avecinan, iniciados de forma descentralizada por los gobiernos locales y regionales, servirán de acicate a la clase obrera. El fracaso de la administración Obama para llevar a cabo el "cambio" a mejor, conducirá inevitablemente al desencanto y a un descontento creciente.
Internationalism, 11 Noviembre 2008
Dos compañeros que discuten con nosotros en Ecuador nos envían poesías donde recogen sus vivencias, sentimientos e impresiones.
La lucha del proletariado no es -como se nos quiere presentar de manera reduccionista y por tanto castradora- un movimiento únicamente político y reivindicativo, expresa igualmente sentimientos -sentimientos de solidaridad, de empatía, de compañerismo, de placer y felicidad- y emociones, pues, como decía el poeta romano -esclavo de nacimiento- nada de lo humano le es ajeno.
Con esa convicción damos a conocer las poesías de los compañeros.
CANTO DE ESPERANZA PARA MI HERMANO
Había creído que lo he visto todo
Unos dicen que si; otros que no
Al final todos coincidían en lo mismo
Todos parecen hechos del mismo material
De las mismas ideas, de los mismos métodos, de los mismos gustos; de los mismos deseos
Nos encontramos con el mismo circo, con los mismos payasos, con el mismo drama, con la misma podredumbre;
De día y de noche la misma cantaleta
Parece un cuento de nunca acabar
Todo parece lo mismo
El mismo sistema
La misma forma
Unos de rojo, otros de verde
Y no faltan los amarillos pero igual embadurnados de la misma mierda
Todos gritan como locos desaforados
44 años por la revolución
Otros 30, otros 20
Se enorgullecen como gorilas envilecidos al decir socialismo
Para desconsuelo de uno que otro
Solo es capitalismo de estado
Nada nuevo, solo decadencia
Al despertar el nuevo siglo
También lo hacen los que mueven el mundo con sus manos, con sus ideas, con sus sueños, con sus anhelos
Resurgen como el vino añejo
Más maduros, más calmados, más concientes
Vuelven a mirarse de frente,
Se reconocen, son seres humanos, trabajadores
Se ven en el espejo claro de la realidad
Solo con sus pellejos que cubre los huesos
El hambre que les queda grande en los estómagos
Los deseos solo prohibidos
La libertad un espejismo
Todo lo mismo.
Cuantos dolores nos ha costado la espera
Cuantos desterrados
Cuantos acribillados
Cuantos héroes inútiles
Míticos que decoran hoy camisetas, bolsos y hasta las botellas de coca cola
Cuantas mentiras
Cuantas traiciones
Cuantas, dímelo por dios o por lo que sea, cuantas?
Las puertas se están abriendo
Los libros se desempolvan
La historia recobrar su presencia,
Sin macula,
Sin misterio,
Con errores y acierto pero al fin y al cabo ellos mismos
La rabia comienza a tener sentido
El amor a la vida renace nuevamente
Basta ya de tragos amargos,
De lamentos,
De iras contenidas,
De brutalidades
Vamos hermano proletario,
Que el comunismo es inexorable
Palmiro Cocha
PROLETARIOS DEL MUNDO
A Johnan y Sixto
Y vinieron de otros lugares.
Eran pocos,
Pero de contextura fuerte
Y firmes convicciones.
Nos sentamos juntos,
como viejos camaradas,
en una mesa rústica.
Hablamos de las revueltas obreras
de nuestro octubre negro del 82
de la rebelión del hombre dominicano
de la combatividad del obrero boliviano,
de la aptitud heroica de los mineros ingleses
Y de las sorprendentes acciones
solidarias de la clase.
Auscultamos nuestra realidad
y se fueron
¡Qué gran día!
Vigoroso e interminable
Diciembre 25 de 1984
A Orley
Proletario del mundo,
Caído en Lisboa, marzo 1975
Ya nadie toca mi puerta
ni mira por la celosía
de mi cuarto,
donde me hallo suspendido
-de mi áspero cuello-
por el cordel
de mi soledad
y tu silencio
Marzo 1977
Hiroshima - Nagasaky
El 90% de los 13 km2
de la ciudad fueron arrasados
Restos de estructuras cayendo,
servían de base
para el gigantesco hongo
elevándose más allá de las nubes.
El destello del impacto
cegó a quienes llegaron a verlo.
Muchos ni siquiera lograron levantarse
de donde estaban.
Los que estuvieron cerca
no dejaron más que cenizas
esparcidas por la tumba general.
Por todas partes seres humanos
con la carne colgándose del cuerpo
despedazada
Ahora
Comprendo
por qué los pájaros
no se posan en mis manos
o descansan
a la altura de mi hombro
Un transeúnte sorprendido
Diciembre 1976
Siglo de violencia
Barricadas de París
Mayo 1968
Mujer
un día moriré
acribillado
por la violencia
de tu ternura
El último camino
Mujer,
de todos los caminos recorridos
solo me faltas tú
Camino delicado
dulce y tranquilo
Canción pequeña
A: Lorena
Pequeña criatura que me sorprendió
Mirando pasar mi propia sombra
Tierna
alegría urbana
Pequeña
espiga de ternura
Caracol que guardas
la música del mundo
Leve brizna
que mi corazón
de labriego espera
Agita tus manos:
¡y diez caballitos blancos
galoparán en el aire!
Sonríe:
¡y, un vuelo de palomas
se desprenderá
a la madrugada!
Salta, baila, brinca
¡y Nadie Comaneci
Se quedará sorprendida!
Enero 1 de 1978
Creedme
Cuando
se rompan
las cuerdas
de tu silencio,
un hombre
transitará
por tu ternura
Un transeúnte
Se le pueden encontrar muchos defectos a estas protestas si se quiere. Se ha señalado el ambiente festivo de las manifestaciones, o el hecho de que las chispas de la insubordinación sólo raramente se extendieron a profesores y estudiantes universitarios, que las protestas fueron convocadas por estructuras de representación de estudiantes oficiales o semi-oficiales o por iniciativas privadas como "Rompamos el bloqueo en la educación". Pero todas esas reservas no captan el punto central de estas protestas, que están lejos de ser una mera comparsa anectódica de la lucha de clases.
Estas acciones son parte de las luchas de la clase obrera como un todo, al mismo nivel que el movimiento internacional de protestas de los contemporáneos estudiantes de instituto y universidades, que comenzaron con los movimientos de protesta de esos sectores contra el "CPE" en Francia la primavera del 2006. Francia y Chile en 2006, Italia y España en el otoño de 2008, y ahora Alemania también. En todas partes la joven generación está volviendo a la escena de la lucha contra el empeoramiento de sus condiciones de vida, trabajo y aprendizaje. Se está incluso colocando al frente de las luchas obreras.
Es destacable que en todos esos movimientos los estudiantes de instituto han jugado un papel particularmente activo. En Alemania estos estudiantes han asumido incluso un papel de vanguardia. Fueron la fuerza impulsora detrás de las protestas, y no los universitarios, entre los cuales se había introducido una gran pasividad. Esto último se debe a su agotamiento en los últimos años en las protestas contra la introducción de tasas universitarias, que bajo la dirección de grupos izquierdistas los dispersó en el activismo y acciones de boicot.
Lo que también es destacable es la determinación con la que los protestantes expresaron su indignación. Dos episodios expresaron eso poderosamente. En Berlín, miles de estudiantes de instituto ocuparon brevemente la venerable Universidad de Humboldt, colocando banderas y slogans en las ventanas tales como "El capitalismo es la crisis".
Lo que pasó en Hannover fue todavía más espectacular. Allí las protestas rompieron el cordón policial del parlamento provincial de Baja Sajonia, asediaron la "santa casa de la democracia" e incluso intentaron asaltarlo. Esto resultó en enfrentamientos con los representantes uniformados del Estado, en cuyo transcurso algunos estudiantes conocieron el desagradable trato de la represión estatal.
Se podría pensar que los trabajadores de las cercanas plantas de Volkswagen podrían seguir este ejemplo para empezar a sentir el potencial explosivo de tales procedimientos. Por lo que nosotros sabemos, esta es la primera vez desde la II Guerra Mundial que en Alemania la clase obrera realiza este tipo de acción. Quedó para los estudiantes de Hannover -como trabajadores asalariados del futuro, parte de la clase obrera- el ser los primeros en atacar directamente el parlamento como símbolo de dominación en el capitalismo occidental, sin preocuparse lo más mínimo en romper este tabú. ¡Enhorabuena!
En efecto, los actuales movimientos mundiales de estudiantes pre-universitarios y universitarios se distinguen de sus predecesores de los 60 y 70 en la progresiva pérdida de ilusiones en las mistificaciones burguesas, en su sobriedad con respecto al sistema y sus perspectivas. El asunto hoy no es ya tener tu propio representante estudiantil, sino cuestiones básicas de la vida, reivindicaciones materiales concretas que el capitalismo es menos y menos capaz de satisfacer. El avanzado estado de crisis le está dando a las presentes acciones de estudiantes un carácter mucho más radical que en los 60 y 70.
Los actuales movimientos juveniles se distinguen también de la generación "no future" de los 80. El simple hecho de que la actual generación de forma creciente se defienda colectivamente, que levante reivindicaciones concretas, es una señal de cualquier cosa salvo resignación. Aquellos que luchan no han perdido aún la esperanza en el futuro.
Weltrevolution 26/11/08
Hemos recibido de Perú esta denuncia de la "cumbre social alternativa" organizada por los sindicatos, la izquierda y algunos grupos libertarios, en respuesta a la Vª cumbre UE-países Latinoamericanos y del Caribe del 16 de Mayo en Lima.
El texto denuncia, por supuesto, las "orgías mercantiles", escenario de las más sórdidas peleas imperialistas que son las cumbres que organiza la burguesía mundial; pero también descubre la naturaleza burguesa de las cumbres alternativas "de izquierdas" que pretenden ser una respuesta a los planes capitalistas. En realidad esta falsa alternativa al capitalismo, este pretendido socialismo, sólo busca, como dicen los compañeros, un capitalismo "de rostro humano". Es pues, un falso socialismo, un socialismo burgués, como ya denunciaba el Manifiesto comunista:
«Una parte d la burguesía desea remediar los males sociales con el fin de consolidar la sociedad burguesa.
A esta categoría pertenecen los economistas, los filántropos, los humanitarios, los que pretenden mejorar la suerte de las clases trabajadoras, los organizadores de la beneficencia, los protectores de animales, los fundadores de las sociedades de templanza, los reformadores domésticos de toda suerte...
Los burgueses socialistas quieren perpetuar las condiciones de vida de la sociedad moderna, pero sin las luchas y los peligros que surgen fatalmente de ellas. Quieren perpetuar la sociedad actual, pero sin los elementos que la revolucionan y la descomponen. Quieren la burguesía sin el proletariado...
Otra forma de este socialismo, menos sistemática, pero más práctica, intenta apartar a los obreros de todo movimiento revolucionario, demostrándoles que no es tal o cual cambio político el que podrá beneficiarles, sino solamente una transformación de las condiciones materiales de vida, de las relaciones económicas. Pero, por transformación de las condiciones materiales de vida, este socialismo no entiende, en modo alguno, la abolición de las relaciones de producción burguesas -lo que no es posible mas que por la vía revolucionaria-, sino únicamente reformas administrativas realizadas sobre la base de las mismas relaciones de producción burguesas, y que por tanto no afectan a las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado, sirviendo únicamente, en el mejor de los casos, para reducirle a la burguesía los gastos que requiere su dominio y para simplificarle la administración de su Estado...
El socialismo burgués se resume precisamente en esta afirmación: los burgueses son burgueses en interés de la clase obrera» (El Manifiesto Comunista, capítulo sobre el socialismo burgués)
(Corriente Comunista Internacional)
¡TODAS LAS CUMBRES SON CAPITALISTAS ¡
Somos testigos , una ves mas de la reunión de los mandamases del capitalismo latinoamericano con sus pares europeos y asiáticos(ALCUE- APEC) este espectáculo esta orgía mercantil tendrá su respuesta alternativa en la "cumbre social de los pueblos" integrada por toda la izquierda del capital ( ongs, sindicatos, frentes, partidos políticos, libertarios, etc. ) estos últimos pretenden ser una alternativa popular, la voz de los excluidos. Nuestra agrupación denuncia a todos estos filántropos burgueses a estos filisteos como lo que siempre han sido el lado bueno de la burguesía los buscadores de un capitalismo con rostro humano, que no pretende destruir para nada este sistema putrefacto sino mejorarlo o reformarlo para hacerlo mas tragable a los proletarios. Y si no veamos punto por punto que es lo que se esconde tras la agenda temática de esta primera reunión:
Los capitalistas de ALC-UE Y APEC pueden confiar en la cumbre social porque son el ala izquierda de la burguesía mundial. Todo su espectáculo popular de conversas sociales, banderitas, carteles y movilizaciones exige y reivindícalas consignas revisionistas, oportunistas, socialdemócratas de: un comercio justo mas ciudadanismo, ecologismo, respeto de los derechos humanos burgueses, etc. Nada de este paquete filantrópico burgués niega el capitalismo, por el contrario aspira a mejorarlo y mantenerlo.
La única salida para nuestra clase es la destrucción del modo de producción capitalista y la instauración de la dictadura proletaria, de las necesidades humanas.
¡Ninguna cumbre o anti-cumbre es contra el capitalismo!
¡Destrucción del modo de producción capitalista!
¡Comunismo es nuestra meta!
Proletarios internacionalistas
[email protected] [286]
A principios de mayo, la CCI celebró una reunión pública en Ecuador bajo el título: “El socialismo del siglo XXI sólo puede construirse sobre la base de las posiciones de la Izquierda Comunista”. Esta jornada de discusión sólo pudo ser posible gracias al arduo trabajo de un grupo de compañeros comprometidos en la defensa y difusión de las posiciones proletarias y que además está inmerso en un esfuerzo de clarificación, reagrupamiento e intervención al seno de la clase en esta parte del mundo. De esta manera, tanto la reunión pública como la existencia de este grupo de compañeros en Ecuador tienen un significado histórico importante debido a que son otra prueba más del periodo actual caracterizado por el surgimiento de minorías de la clase trabajadora a nivel internacional.
De frente a la campaña nacionalista que desataron las burguesías de todo el mundo -junto con sus partidos de izquierda y organizaciones izquierdistas- ante los acontecimientos guerreros entre los Estados de Colombia y Ecuador, sólo este pequeño grupo de internacionalistas y la CCI alzaron sus voces en este país para denunciar los verdaderos objetivos imperialistas de esta guerra y para plantear la alternativa proletaria. Los izquierdistas, bajo la ‘denuncia’ del imperialismo de los Estados Unidos ocultaron, como siempre, el carácter imperialista de la totalidad de los Estados en el mundo, incluidos los de los países más pobres, como Ecuador, o de los países que se autonombran socialistas, con el objetivo de someter a la clase trabajadora a la defensa de los intereses de su burguesía nacional y por tanto a la defensa del sistema capitalista en su totalidad y de su dinámica guerrera: “No lejos están los precedentes del accionar de Uribe en la captura de dirigentes de las FARC en territorio Venezolano y ecuatoriano,…en total violación a la soberanía de esos países…Es necesario, por tanto, la formación de un tribunal internacional, que juzgue los actos de terrorismo, genocidio, tortura, espionaje y crímenes a la humanidad, cometidos por el imperio norteamericano y el gobierno de Bush.”[1]
En medio del bombardeo ideológico de la izquierda del capital y de los izquierdistas, la reunión pública en Ecuador abrió un espacio de expresión de la verdadera vida proletaria donde se debatieron fraternalmente las ideas, cuestionamientos y preocupaciones presentados por los asistentes sobre este tema y se defendió el legado del movimiento obrero. La presentación e intervenciones de los asistentes giraron alrededor de dos posiciones fundamentales de la Izquierda Comunista:
- La defensa del internacionalismo proletario ante los llamados a la defensa de la patria.
- La falsedad de la tesis que defiende la posibilidad del Socialismo en un solo país.
Tras la presentación varias intervenciones mostraron su acuerdo sobre el carácter capitalista del gobierno de Correa y el carácter imperialista de la guerra Colombia-Ecuador “donde los más afectados son la población civil, especialmente las capas explotadas”. Dieron testimonios tanto de la situación a nivel mundial, como de la situación en Ecuador y otros países llamados ‘socialistas’ que se inscriben también en “una cultura de violencia y barbarie” que se extiende por el mundo desde hace casi 100 años en que la oleada revolucionaria de 1917-23 fue derrotada. Una intervención ratificó la relación estrecha y directa que existe entre el nacionalismo y las carnicerías imperialistas y cómo el discurso y las posiciones nacionalistas sólo refuerzan a la burguesía nacional. Otra participación recordó que los países que se autonombran ‘socialistas’ están en línea directa con la posición burguesa sobre la posibilidad de la existencia del socialismo en un solo país, idea que surgió tras la derrota de la oleada revolucionaria de 1917-23 y la degeneración de la Internacional Comunista. Otra toma de palabra dijo sobre este punto que la alternativa proletaria ante las guerras imperialistas es oponerse a la burguesía nacional desarrollando sus luchas, sus huelgas.
Aunque se reconocía que no era socialismo lo que existía en algunos países de América Latina llamados ‘socialistas’, también hubo intervenciones que trataban de hacer la diferencia entre el gobierno de Correa ‘semi-nacionalista liberal’ con “mejores reformas liberales y recursos”, de “iniciativas más democráticas que los anteriores” de un ‘nacionalismo más radical’; “ahora hay más libertad que en los años 90”. Varias intervenciones ratificaron entonces que el llamado “Socialismo del siglo XXI” hace parte de las criminales falsificaciones que elabora la burguesía utilizando fraudulentamente el legado del movimiento obrero, para entrampar a la clase trabajadora con un lenguaje supuestamente proletario y mantenerla atada al capital y que no hay diferencia entre éstos y cualquier otro estado imperialista.
Un asistente que muestra de forma clara una actitud abierta al debate, argumentó la diferencia que encuentra en el gobierno de Cuba, para defender la presencia de socialismo en ese país, pero también para preguntar el por qué la CCI lo considera como capitalista. El compañero dijo: “En Cuba no existen los poderes legislativo, judicial y ejecutivo como en los países capitalistas, la organización de la vida política parte de las asambleas populares de barrios. Así como hay variantes de capitalismo: el ‘semi-nacional’ de Correa o Chávez, la democracia parlamentaria, el fascismo, o el del tipo monárquico de España, pueden existir diferentes variantes de socialismo: donde no hay propiedad privada o donde los medios de producción están gestionados colectivamente. Existe también el socialismo burocrático que debe sufrir una transformación, una revolución de frente al Socialismo de Estado que frente a la globalización no se puede articular. Tampoco en Cuba la asamblea de barrios es la que decide, sino los altos mandos, entonces ese socialismo tiene que avanzar hacia una representación democrática, en ambos casos me parece que lo que hay es un periodo de transición”.
Unos asistentes y la CCI respondieron que en Cuba existe la explotación y por tanto el capitalismo. Para que haya periodo de transición el socialismo se debe dar a nivel mundial. En Cuba y en la URSS el capitalismo sigue existiendo independientemente de que no exista propiedad privada de los medios de producción. Esta apropiación también puede tener una forma colectiva por parte del Estado pero de la misma manera los trabajadores se mantienen separados de los medios de producción.
Se recordó que: en el seno de los grupos proletarios, surgió el debate para determinar si los obreros de la URSS tenían que participar en la guerra para defender al Estado Ruso. Trotsky y sus seguidores empezaron a defender al Estado ruso como ‘Estado obrero degenerado’ olvidando la posición marxista defendida por los bolcheviques que el socialismo tiene una base mundial. Como resultado de la contrarrevolución surgió la idea de Stalin según la cual es posible construir el socialismo en un sólo país, rematando con esta tesis la derrota de la revolución de 1917. Bajo el principio defendido por la Izquierda Comunista, no puede existir en ningún país el socialismo dentro de un mundo capitalista por ello, en la URSS y también en Cuba lo que existe es el capitalismo. En 1952 la Izquierda Comunista de Francia explicó el significado de la propiedad colectiva, la explotación y el capitalismo en la URSS[2]. Ante el aislamiento de la Revolución rusa, el partido bolchevique se funde con el Estado, hay separación entre el trabajo y los medios de producción y por tanto se mantiene la explotación de los trabajadores. El error de análisis de Trotsky repercutió en la posición defendida por la Oposición de Izquierdas y aunque Trotsky había muerto antes del estallido de la Segunda Guerra mundial, los trotskistas sí participaron en la guerra en defensa del Estado Ruso lo que significó el paso del trotskismo al terreno de la burguesía. La defensa de la URSS y de su bloque imperialista ha llevado también a que los trabajadores participen en numerosas guerras imperialistas bajo el mito de la ‘liberación nacional’.
Dos intervenciones pusieron énfasis en la pregunta de qué hacer en la postura del verdadero socialismo. “¿Cómo hacer para que en los grupos de izquierda se inicien los pasos para que el socialismo se de?, ¿dónde están los grupos de izquierda para preparar al pueblo para esos cambios, en este y otros países?, es necesario empezar a tomar posiciones para la revolución armada y proletaria”.
Varias intervenciones de los asistentes y de la CCI se desarrollaron alrededor de estos cuestionamientos.
Algunos asistentes intervinieron diciendo que no partimos de cero, que es necesario rescatar la experiencia de la clase trabajadora para no repetir los mismos errores. Hablaron de la importancia de “reconocer la revolución como un movimiento mundial y no local y que transformar la sociedad pasa por una toma de conciencia masiva porque la revolución proletaria es un proceso conciente y masivo”. “La revolución tendría que ser algo totalmente diferente a la supuesta revolución cubana que es un ejemplo de la falsa tesis del ‘socialismo en un solo país’. “La revolución mundial es posible porque la clase trabajadora se encuentra presente a nivel mundial y es necesario que ésta identifique y construya las organizaciones verdaderamente proletarias en vistas a formar el partido mundial”. Se dijo que había movilizaciones de trabajadores también en América Latina que se inscriben en la dinámica internacional y que están en búsqueda de la unidad de la clase trabajadora[3].
Algunas participaciones explicaron que era necesario también reconocer lo que no pertenece a la clase trabajadora y los esfuerzos de la burguesía por borrar al proletariado como el sujeto revolucionario. Que es necesario por ello, que el proletariado identifique los falsos procesos y las falsas organizaciones que tratan de mantenerlo en el marco de la burguesía como son los partidos de izquierda del capital y los grupos izquierdistas. “Es necesario tener claro que el Socialismo no es lo que hay en Sud América ni en Cuba y que el proletario no está listo aún para realizar una revolución. Los grupos como las FARC no derrotan al Estado ni hacen la revolución. Los cambios democráticos o la ‘revolución ciudadana’ no es lo mismo que la revolución social. Las movilizaciones que organiza el gobierno o los diputados, como las jornadas de abril, en las que nos unen como ciudadanos con los burgueses son para neutralizar el descontento de la clase trabajadora y atarnos al gobierno socialdemócrata, deberíamos de despuntar desde nuestras bases como trabajadores”. Una intervención enfatizó el esfuerzo del Gobierno de Correa y de los izquierdistas por diluir a la clase trabajadora en ‘el movimiento ciudadano’ entre las luchas indigenistas, de etnias, de mujeres, etc. pregonando un falso internacionalismo, oponiendo ‘la unidad de todos’ a la unidad de la clase trabajadora e insistió en que los trabajadores no deberían caer en la trampa de este leguaje pseudo-radical.
Otro asistente participó para ampliar la denuncia a la lucha guerrillera diciendo que ‘las guerrillas son la negación de la lucha de la clase trabajadora’. Que los años 70 habían vuelto a mostrar que la verdadera lucha revolucionaria era una lucha masiva y que había que preparar esa lucha masiva pero que no sabía cómo surgiría esta.
La respuesta de la CCI fue: “No hay recetas, el comunismo y el marxismo son un movimiento. Esta alternativa la tenemos que construir entre todos los trabajadores. Es necesario organizarnos pero saber sobre qué bases hacerlo, conocer las verdaderas posiciones de la clase trabajadora, si no esa organización sería una cáscara vacía. Para avanzar hacia la construcción de esa alternativa tenemos que mirar al pasado, reapropiarnos de la historia del movimiento obrero para no cometer errores y para avanzar de manera firme. Tener claras las experiencias de la oleada revolucionaria. Conocer las causas de la degeneración de la Revolución rusa, si se construyó o no el socialismo en Rusia, si realmente hubo una revolución proletaria en Cuba, si lo que existe en Cuba o lo que existió en la URSS es el periodo de transición como se dijo anteriormente. Conocer claramente por qué luchamos. La explotación que existe en Rusia y Cuba no es por lo que luchamos. Hay que tomar ejemplo de la Izquierda Comunista. La Izquierda Italiana supo ver la realidad sin miedo, supo sacar las lecciones de la derrota. De igual manera, Rosa Luxemburgo dijo que el proletariado debe sacar las lecciones de sus derrotas. Este debate en el seno del proletariado por recuperar las lecciones de su historia tiene que continuar, extenderse a todas parte, a los centros de trabajo, a las casas proletarias, etc.”.
Muchas otras cuestiones sólo quedaron planteadas a lo largo de la discusión: La caracterización del capitalismo de Estado, de los sindicatos como instrumentos del capital, la no participación en las elecciones, el carácter de clase del campesinado, el significado de la decadencia y de la descomposición del capitalismo, del desarrollo económico en China, del periodo actual de resurgimiento internacional de las luchas, del desarrollo subterráneo de la conciencia, de la tendencia internacional al reagrupamiento, etc. Todas éstas, y las que fueron discutidas en esta reunión pública, son cuestiones que se plantean actualmente las minorías de la clase trabajadora que están surgiendo por todo el mundo y que ponen en evidencia de manera clara y concreta la realidad de la existencia y desarrollo de un medio internacionalista a escala planetaria que se prepara para retomar sus tareas en las luchas por venir.
La reunión pública en Ecuador fue, por tanto, una expresión de la vida proletaria, del esfuerzo que realiza la clase trabajadora en su toma de conciencia de su objetivo y de los medios para lograrlo en las zonas más variadas del planeta; un momento del movimiento proletario que muestra que aún en condiciones muy difíciles, la clase trabajadora de esa región, y de otras semejantes, también está en marcha segregando las minorías llamadas a formar parte del futuro partido mundial del proletariado. Por ello, la saludamos fuertemente.
Corriente Comunista Internacional/mayo de 2008.
[1] Periódico Nueva Sociedad núm. 2, órganos de prensa del grupo Nueva Sociedad Revolucionaria, de Ecuador.
[2] Ver el artículo "La experiencia rusa [157]" en Revista Internacional nº 131.
[3] Cabe recordar a este respecto luchas en Argentina, Brasil, Perú etc. Ver por ejemplo Luchas proletarias en Perú https://es.internationalism.org/ccionline/2007/peru.htm [288]
En los últimos meses la crisis capitalista se agudiza con el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y con la inflación que provoca el hambre en muchos países. República Dominicana no es una excepción, ya que el capitalismo es mundial, su crisis y futura destrucción también lo son.
En República Dominicana el índice de precios al consumo subió un 9,31% los 7 primeros meses de 2008, las principales subidas fueron transportes públicos (11%) y alimentación, destacando arroz (4.45 %), huevos (9.67 %), plátanos verdes (6.56 %), tomates (17.59 %). Las panificadoras han subido el pan de 3 a 5 pesos lo que supone un duro golpe para las familias trabajadoras.
Sin embargo, los trabajadores en República Dominicana no son excepción, como sus hermanos en otros países (Alemania, Egipto, Francia, Dubai…), también empiezan a luchar. La crisis capitalista es mundial pero las luchas obreras tienden a desarrollar una respuesta mundial.
La movilización contra los apagones
Los vecinos de los barrios del norte de Santo Domingo, Santiago, Puerto Plata, Barahona, San Juan, Baní, San Cristóbal etc., sufren apagones que duran de 10 a 15 horas. Los embutidos, lácteos, verduras, se echan a perder. Los ventiladores no funcionan y el calor se hace insoportable para niños pequeños o ancianos, trabajadores de las oficinas son enviados a casa sin percibir su salario. Los pequeños negocios tienen pérdidas que no pueden soportar… En la capital la gente está enojada porque la compañía eléctrica mantiene el servicio sin interrupciones en los barrios privilegiados mientras que a ellos los cortes llegan hasta 22 horas seguidas.
Ante esta situación en Puerto Plata salieron a la calle moradores de los barrios de Cristo Rey, Avispero y Mirador del Sur quemando neumáticos. En la capital, San Martín, Madrigal, Pueblo Nuevo y otros barrios en la zona Norte, se manifestaron y decidieron salir a la calle todos los días hasta que el servicio funcione normalmente. En Santiago, miles de personas participaron en una marcha que recorrió varias calles de la ciudad y concluyó frente a las oficinas de la Empresa Distribuidora de Electricidad del Norte (Edenorte). Una comisión entregó un documento, que exige se instale un circuito privilegiado desde la presa de Hatillo para recibir un mejor servicio de electricidad.
La compañía eléctrica, las autoridades, hacen promesas, pero los cortes de electricidad son cada vez más frecuentes y duran más tiempo. Los apagones se producen porque las instalaciones están obsoletas, no tienen mantenimiento y la plantilla es mínima, con ello se están averiando constantemente o no producen la cantidad de electricidad prevista. Edenorte reconoció que “la principal generadora de la zona Norte está fuera de servicio, así como otras del parque energético”, lo mismo ocurre con la generadora de San Felipe en Puerto Plata. Además la sequía hace que las presas hidroeléctricas aporten 22 megavatios de los 221.8 que deberían aportar normalmente.
Falta de mantenimiento y de inversión son causadas por la crisis capitalista que hace que las empresas –sean trasnacionales o propiedad del Estado- no gasten para mantener. La sequía resulta de la destrucción del medio ambiente lo que es también causado por la crisis capitalista.
Las autoridades solo pueden ofrecer promesas que no se cumplirán. Los apagones serán cada vez mayores. Sólo el proletariado podrá tomar a cargo esta situación cada vez más insostenible con su lucha como clase.
Lucha de los médicos y en la minera Falcondo Xstrata Nickel.
Ante la inflación y el empeoramiento de las condiciones laborales, dos luchas manifiestan la combatividad de los trabajadores: los médicos y contra la empresa minera Falcondo Xstrata Nickel.
El Colegio Médico Dominicano convocó una huelga de 24 horas para el jueves 14 donde participó un 100 por 100 en los 167 hospitales públicos y del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS). Desde las primeras horas de la mañana, los médicos permanecían conversando en la parte frontal de los centros asistenciales y sólo se disponían atender las emergencias y a los pacientes internos en estado crítico. Una manifestación de médicos de Los Minas y Maternidad San Lorenzo, ambos en la capital, partió desde la avenida San Vicente de Paúl y recorrió las calles Juan Pablo Duarte, Marco del Rosario y Altagracia.
Falcondo Xstrata Nickel es una empresa minera tansnacional que explota yacimientos de Oro en la ciudad de Bonao así como de níquel y de hierro en la provincia de La Vega, aunque se dice que también extrae oro, plata y uranio, esta empresa mantiene unas duras condiciones sobre sus trabajadores: la libra de níquel se está obteniendo unos 23.56 dólares por libra equivalente a unos 900 pesos dominicanos y el obrero solo cobra unos 50 pesos por hora extrayendo en dicha hora unas 5 o 6 libras del mineral, o sea que produce 4,500 pesos dejándole al patrón 4,450 pesos y cuando se enferma, lo despiden sin seguro, es decir que lo tratan como un vaso desechable y recientemente la empresa anunció el despido del 10% de los obreros, por un supuesto cierre de su planta de producción.
Ante esta situación ha hecho que el jueves 14 de agosto varios centenares cesaron el trabajo y se concentraron delante de las instalaciones de procesos de minerales en Loma Peguera, Bonao, para piquetear la empresa en la entrada principal de la planta minera. Los dirigentes sindicales tomaron rápidamente la iniciativa y propusieron una compensación salarial que han anunciado van a presentar ante la Secretaría de Trabajo.
Además como parte de la maquinaria de explotación capitalista no solo destruye al hombre con el trabajo inhumano sino con la destrucción al medio ambiente, ya que la explotación a cielo abierto que ejecutan, así como el enterramiento de escoria debajo de la capa vegetal, están destruyendo el medio ambiente, aumentando el calor hasta 40 grados, por lo que el miércoles 6 hubo una gran manifestación de los barrios de La Vega, contra la contaminación capitalista de esta empresa
La actitud de los sindicatos ante las luchas
Los sindicatos dicen que la reclamación está justificada “pues ha ocurrido una situación imprevista, pues la Falcondo proyectó exportaciones de Níquel a US$6.00 mas o menos, con un costo promedio de US$ 4.50 y los precios de exportaciones se dispararon a más de US$ l4.00 (catorce dólares)”. Pero ¿y si no hubiera habido esa “situación imprevista” de mayores ganancias de la empresa? ¿Los trabajadores se tenían que haber aguantado y no reivindicar nada?
Para los sindicatos, los trabajadores solo tienen “derecho” a aumentos salariales si la empresa “va bien” ¿Pero qué pasa si va mal?. ¿Qué hacen los trabajadores si con la crisis la economía tiende a ir cada vez peor? ¿Callarse y aguantarse? El planteo sindical niega la lucha reivindicativa más elemental de los trabajadores pues estos tienen que hacer frente a sus necesidades haya crisis o no haya crisis, vaya la economía bien o vaya mal.
En cuanto al planteo del Colegio Médico Dominicano, su presidente declara “Le hacemos un llamado al Presidente de la República para que interponga y aunque muchos médicos me dicen que no tenga fe, yo tengo fe en el Presidente de la República, en que él le va a buscar la solución a este problema”. Los trabajadores no podemos tener fe en el Presidente de la República, sólo podemos tener fe en nosotros mismos, hemos de extender la lucha a los demás trabajadores, plantear una lucha conjunta. La lucha de los médicos está condenada a la derrota si es una lucha corporativa. ¿Es que acaso los demás trabajadores no tienen igualmente necesidad de un reclamo salarial? Para que la lucha sea fuerte y todos ganemos hay que unir a la lucha a enfermeras, a camilleros, a empleados administrativos, a trabajadores de otros gremios.
Para combatir el capitalismo y su crisis, no se necesita la decisión de un grupo “Popular” o de un sindicato, los trabajadores necesitamos luchar POR NOSOTROS MISMOS, organizando la lucha en Asambleas Generales y extendiendo la lucha a los demás trabajadores.
VLADIMIR
, Núcleo de Discusión Internacionalista de República Dominicana, en colaboración con Corriente Comunista Internacional.
Hemos recibido el siguiente artículo escrito por un compañero miembro del Núcleo de Discusión Internacionalista de República Dominicana. Saludamos su contribución. Es una denuncia de un régimen como el cubano que tras la caída de la URSS ha intentado continuar la gran mentira del siglo XX -identificar la barbarie estalinista como "socialismo"- y que en los últimos años se ha aliado con el régimen de Chávez para renovar esa mentira con el "Socialismo del siglo XXI".
La semana del 18 de febrero del 2008, el "presidente" cubano, Fidel Castro, anunció que declinaba aspirar a dirigir el estado capitalista cubano. Lo que ha motivado a que la burguesía de derecha, a través de sus bocinas, anuncie el final completo del comunismo y el fin de la revolución cubana. Así como lo hicieron con la caída del bloque de este, queriendo confundir a los obreros, sin darse cuenta que ellos mismos -los burgueses- están celebrando su entierro ya que con la posible desaparición del modelo cubano con la que especulan, no es el proletariado quien pierde sino el capitalismo
Como contrapartida a esto, la izquierda del capital, con el sargento Hugo Chávez al frente, asegura que la revolución continúa.
Ante estos desatinos que pretenden confundir a la clase obrera nos proponemos esclarecer algunos aspectos.
En enero de 1959 no hubo un triunfo de una revolución social en Cuba, sino un cambio de fracciones, con el ascenso de la revuelta rural castroguevarista y cienfueguista al poder derrocando al sargento Batista.
Hubo un viraje desde la derecha del capital, manifestada en la dictadura militar, a la izquierda del capital, que se abocó a desarrollar un conjunto de reformas, nacionalizaciones y estatalizaciones, que lejos de elevar el nivel de conciencia y lucha obrera, acomodó éstas al capitalismo. Por otra parte, las promesas de un cambio en la situación de la mayoría se quedaron en nada. Hubo una mejora relativa en educación y sanidad -que se hicieron en interés del capital cubano que hoy exporta a muchos países educadores y médicos- pero los racionamientos que persisten durante medio siglo muestran un desabastecimiento de artículos de primera necesidad realmente dramático. Quien quiere adquirir algo mínimamente decente tiene que pagarlo en las tiendas especiales para turistas a precios de oro o acudir al mercado negro. Los privilegios de una minoría explotadora persisten a un nivel incluso más ostentoso que en tiempos de Batista: los miembros del llamado Partido "Comunista", los militares de alta graduación etc., pueden disponer de toda clase de lujos que contrastan fuertemente con la privación y el sufrimiento de la mayoría.
En Cuba no hubo revolución alguna. El poder cambió de manos y la toma del poder en lugar de hacerse mediante la vía parlamentaria se hizo mediante la vía insurreccional. El capitalismo siguió siendo capitalismo. Cambiaron sus ropas: las vestimentas liberales de chaqueta y corbata fueron reemplazadas por el uniforme verde oliva de los barbudos.
Otro aspecto es el pretendido carácter antiimperialista del señor Castro, en primer lugar todo estado capitalista para poder sobrevivir necesariamente es imperialista porque necesita someter a otro y tiene que darse los medios militares, económicos, políticos, de influencia cultural e ideológica que le permitan defender sus intereses en la jungla imperialista mundial. Así tenemos que en Cuba la mayoría de los recursos del país son concentrados en el mantenimiento de un ejército muy poderoso que ha librado guerras en África (Angola por ejemplo) so pretexto de lucha "anti-imperialista". Del mismo modo, Cuba se ha promocionado como "país socialista" a través de un poderoso aparato de propaganda. Con estos medios -desde luego limitados pues se trata de un país pequeño- el régimen cubano ha tratado de hacerse un hueco en la lucha que libran las naciones entre si.
Lo otro es que Fidel ciertamente aprovechando el descontento de la humanidad frente a los EEUU, presentando a ese país como el gran imperio, debido a las contradicciones que tuvo con esa nación, pero al mismo tiempo que denunciaba el imperialismo estadounidense, se aliaba al social imperialismo soviético y actualmente impulsa el imperialismo bolivariano del sargento Chávez, dígame entonces si es que existe un imperialismo malo y otro bueno, seria algo así como que un terrorista se dedique a combatir el terrorismo.
Al principio de la "revolución cubana" -1959 y 1960- es el mismo Fidel Castro que en un famoso discurso en la ONU, confesó no ser comunista, pero sus tentativas de llegar a un acuerdo razonable con el poderoso vecino del norte fracasaron. Entonces cambió de chaqueta y se alió con el imperialismo ruso. Como consecuencia de ello el antiguo partido "comunista" cubano fue fusionado a la fuerza con el "movimiento 26 de Julio" y se constituyó un nuevo Partido "Comunista" que, desde entonces, ha reinado como partido único.
El régimen cubano se ha proclamado ruidosamente como "anti-imperialista" reduciendo el "imperialismo" única y exclusivamente a Estados Unidos. La humanidad está harta de la barbarie y los atropellos del imperialismo yanqui pero al imperialismo no se le combate a través de Estados supuestamente "anti-imperialistas" sino mediante la lucha independiente e internacionalista del proletariado. No hay un imperialismo "bueno" y otro "malo". No hay estados "buenos" que cumplirían con la ley y el "humanismo" y estados que tendrían el monopolio de la tiranía, el militarismo y la barbarie. Combatir al imperialismo mediante un Estado, como nos proponen Castro y el bolivariano Chávez sería como confiar la lucha contra el terrorismo a un terrorista.
Otra gran mentira que se ha presentado es el de Fidel "comunista" o Cuba socialista, lo primero es que hay que evaluar si en Cuba existe ley de valor, trabajo asalariado, propiedad privada y si puede existir en un mundo capitalista una isla socialista.
Nada de eso es verdad. En Cuba existe el trabajo asalariado y la explotación del hombre por el hombre. En lugar de haber una clase capitalista clásica lo que hay es una burocracia que administra el Estado contra la mayoría. Lo que ha ocurrido es un cambio jurídico de propiedad pasando de particular a burocrática, el título de propiedad ha pasado de los particulares al Estado pero sigue siendo propiedad privada pues la gran mayoría está privada de todo medio de existencia y para ganarse la vida debe aceptar trabajar todos los días en las condiciones que le impone el Patrón. La diferencia está que mientras en otros países el patrón es el Señor Tal o la compañía Cual, en Cuba el patrón es el Señor Estado.
Fidel Castro -y ahora Chávez, Morales etc.- reproducen la gran mentira del estalinismo: hacer creer que las nacionalizaciones y estatalizaciones eran un paso al socialismo, hacer creer que el socialismo en un solo país es socialismo o un paso hacia el socialismo cuando no es más que una variante del capitalismo: el capitalismo de Estado.
VLADIMIR
Antes de estos hechos, los banqueros, dentro de ellos el propio gobierno, ya habían iniciado otras acciones contra el movimiento de los bancarios, segmento de trabajadores actualmente en huelga, persiguiendo y despidiendo a los lideres del movimiento, en una tentativa por contener el avance de la huelga.
LA SOLIDARIDAD DE CLASE: UNA NECESIDAD
Es necesario dejar claro que esta lucha de los bancarios, va actualmente mas allá de los límites de las reivindicaciones económicas, siendo la búsqueda de la homogenización del trato a los empleados, uno de los puntos principales de este movimiento. Los bancos, sobre todo los bancos federales, crearon un abismo entre los trabajadores que ingresaron después de 1998 y los que ya laboraban para ese año, cuando eliminaron varias "conquistas" adquiridas a través de las luchas de los propios trabajadores bancarios. Mucho más que promover una mejora económica, se trata de un importante gesto de SOLIDARIDAD entre trabajadores, pues no es posible aceptar que sean sometidos a un trato diferenciado y sean tratados como si fuesen inferiores, quienes trabajan bajo el mismo techo, haciendo los mismos servicios, siendo sometidos a las mismas presiones.
Es necesario que también quede claro que todas nuestras "conquistas" han sido fruto de luchas desarrolladas por los trabajadores bancarios y lo que vale para unos debe valer para todos, independientemente de la fecha de contratación. De la misma manera, esta huelga también busca recuperar beneficios que nos fueron desmejorados, esta vez de todos, como los Planes de Cargos y Salarios anuales, jornada de trabajo de 6 horas, entre otras. Todas esas conquistas económicas han sido fruto de luchas de resistencia, que han sido eliminadas por los patrones, con la complicidad de sus "socios sindicales".
Queremos igualmente, mejores condiciones de trabajo, el fin del asedio moral y el fin de las metas impuestas por los bancos que ocasionan enfermedades de diverso tipo entre los trabajadores del ramo bancario. Repetimos que no queremos ser tratados de manera diferenciada entre unos y otros. Repetimos que lo que nos fue quitado fue fruto de nuestras "conquistas" y no debido a concesiones de los patrones públicos o privados y que, por lo tanto, no podemos permitir la eliminación de estos beneficios.
La reivindicación de similares condiciones de trabajo y remuneración para aquellos que entran ahora como empleados bancarios constituye un acto de solidaridad entre las diferentes generaciones de trabajadores bancarios. Y es esta misma solidaridad la que debemos demostrar en situaciones como las mencionadas, cuando los trabajadores fueron víctima de la represión del Estado. No podemos renunciar a la unión y solidaridad con todos aquellos que luchan por no dejarse aplastar por las necesidades del capitalismo en crisis, con todos a los que la burguesía reprime y va a querer reprimir por su implicación en las luchas.
Esas luchas y la represión estatal no constituye un asunto que sólo afecta a los bancarios, sino a al conjunto de los trabajadores, con o sin empleo.
Panfleto realizado en conjunto entre Oposição Operaria y la CCI, distribuido en Brasil el 20 de octubre en las asambleas generales de lucha de los trabajadores bancarios.
Próximo 16 de Mayo, será realizado el circo electoral de la democracia burguesa, la misma que al igual que la dictadura oprime a la clase trabajadora. Para confundir a los obreros se nos invita a votar por el menos malo o por el candidato de la izquierda, pero la verdad es que no existe menos malo y las candidaturas de izquierda son tan capitalistas como las de derechas.
Desde la muerte de Trujillo el control estatal se lo han disputado e intercambiado el PLD, PRD, PRSC, todos han hecho lo mismo oprimir al obrero y matar a militantes revolucionarios, unos como Balaguer abiertamente y otros como el PRD y Leonel, más disimuladamente.
Esta ha sido una campaña en la que se ha invertido grandes recursos económicos, en publicidad, compra de conciencias, compra de opositores, millones que han sido sustraídos de los bolsillos de los obreros, de los campesinos, de toda la población laboriosa.
Desde el inicio de la contienda electoral la burguesía ha logrado polarizar en 2 alternativas: el PRD y el PLD, el PLD partido del anticomunista Juan Bosch no tiene nada que ofertar al igual que el PRD al pueblo sino la continuación de la pobreza y explotación.
PLD, PRD, PRSC... todos defienden el interés del Capital
Con Balaguer tuvimos represión, fraudes y miseria, apenas disimuladas con los repartos para comprar votos de canastas populares. Con Hipólito Mejía tuvimos el mayor escándalo bancario de la historia del país, detonante de una crisis económica de grandes proporciones. Con Leonel Fernández para "sanear la economía" (en realidad para sanear los negocios capitalistas) se destruyeron 120.000 empleos en las zonas francas sumiendo a muchos familias en la indigencia. Hoy, mientras se gastan ríos de dinero en obras públicas de escaparate, mientras se reparten nóminas CB a los funcionarios del Partido gobernante, la gente se ve obligada a malvivir vendiendo en los semáforos, a hacer trabajos que apenas duran unos días. Hay muchas familias que sobreviven con las remesas de madres o padres, hijos o hijas, que tienen que realizar duros trabajos, muy mal pagados, en Estados Unidos, en España, y ahora encima esos países -golpeados por la crisis de la subprime- pretenden que los emigrantes se vuelvan a casa. Tras más de 20 años de gobiernos de unos y de otros, todos los cambios han sido a peor: miseria, desempleo, inflación, corrupción, catástrofes ecologicas...
La candidatura de la llamada izquierda
Un Conglomerado de Organizaciones que dicen ser revolucionarias, haciéndole el juego al capitalismo han decidido participar en estas elecciones con el triste cuento que en América Latina, la izquierda está tomando el poder por las elecciones. Llevan como cabeza de lista a un hombre de probada seriedad pero no socialista y prometen que habrá un "cambio de verdad".
Es verdad que en todos los países de América del Sur, gobiernos de izquierda toman el poder, el último el obispo Lago en Paraguay. Actualmente solo queda como gobierno de derecha el de Uribe en Colombia. Pero ¿Ha supuesto algún cambio positivo este ascenso arrollador de la Izquierda en el continente? Ni con los gobiernos de izquierda "moderada" de Lula, Bachelet o Alán García, ni con los gobiernos de izquierda "radical" de Chávez, Morales o Correa, la suerte de la gran mayoría ha mejorado lo más mínimo. Al contrario ha empeorado notablemente. Con la explosión de los precios de los alimentos básicos la situación de muchas familias es desesperada. Antes apenas podían malcomer dos veces al día, ahora si comen una vez es una suerte. En cuanto el trato de las huelgas obreras, la izquierda sigue con la misma arrogancia y brutalidad policial que la derecha: ahora Bachelet envía la policía a reprimir la huelga de los mineros de El Teniente en Chile; hace un par de meses Chávez hizo lo mismo ante los obreros siderúrgicos en huelga en la zona de la Guayana.
La candidatura de izquierdas nos vende dos ilusiones: una que podríamos conseguir un gobierno de los trabajadores por la vía electoral, cuando la experiencia demuestra que el Gobierno -incluso el que tiene las mejores intenciones- es el gestor de los intereses del conjunto del capital. La otra ilusión es que se podría cambiar la situación de un país de manera aislada, es decir, que en cada país se podría desarrollar una solución nacional a la crisis de la economía y de la sociedad. Pero eso no es verdad: la crisis es mundial y todos los países y pueblos de la tierra están atados por el mercado mundial, por el imperialismo, por la emigración, de tal manera que no hay solución en las fronteras de ningún país.
Algunos dentro de la "extrema izquierda" especulan con si hay un fraude electoral masivo para que siga el PLD o asuma el PRD, ese seria el caldo de cultivo ideal para iniciar un levantamiento armado que llevara a una revuelta como la de Abril del 65. Pero el quid de la cuestión es que si los obreros toman candela en un conflicto entre fracciones de la burguesía son utilizados como fuerza de choque de unos contra otros y ¡son ellos quienes se llevan la peor parte! ¡Son ellos quienes ponen los muertos, los encarcelados, los desaparecidos!. Tomar partido por unas elecciones limpias, luchar contra el fraude etc., es una lucha en el terreno de la defensa del Estado burgués, el órgano que utilizan para engañarnos, para oprimirnos y para mantenernos atados de pies y manos a la explotación.
La solución es la lucha de clases
La actual agudización de la crisis capitalista -cuyo epicentro son los Estados Unidos- nos muestra que la crisis es mundial, que el desempleo es mundial, que la miseria es mundial, que el hambre es mundial. No hay ninguna alternativa dentro de los partidos que nos piden el voto pues todos están comprometidos en la defensa de la nación, en la utopía reaccionaria de una "solución aislada" a los problemas.
La solución no está en el voto sino en la lucha obrera. Con el voto eliges a un señor que te promete todo durante la campaña electoral y que te lo quita todo durante los 4 años que gobierna. Cuando estaba en la oposición prometía lo que después en el gobierno nunca cumplió, mientras que cuando está en el gobierno hace cosas que siempre negó o criticó cuando estaba en la oposición.
La clase obrera mundial está luchando, tanto en los países industriales "ricos" como en los países "pobres". En 2007 y 2008 ha habido luchas que empiezan a ser masivas en Egipto, en Dubai, en Perú, en Francia, en Alemania, en Rusia, en Grecia, en Argentina... Las masas oprimidas han protagonizado junto con los trabajadores revueltas contra el hambre en Haití, en Mozambique, en Camerún, en Egipto, en Senegal... El Banco Mundial reconoce que en los tres primeros meses de 2008 ha habido protestas contra el hambre en 33 países.
La única solución es la lucha obrera internacional y solidaria. Reforzarla con luchas, con iniciativas de debate y organización, contribuir a que los obreros y todos los explotados sean conscientes de sus intereses propios y rechacen ser tomados como carne de cañón en los conflictos entre fracciones de la burguesía, es la mejor contribución que podemos hacer.
12 de mayo de 2008.Núcleo de Discusión Internacional de la República Dominicana en colaboración solidaria con la Corriente Comunista Internacional.
Están de moda los "debates" electorales, el cara a cara entre Zapatero y Rajoy donde se insultan, se acusan, se atacan a muerte. Estos espectáculos nada tienen que ver con un verdadero debate[1].
Frente a ello nuestra última Reunión Pública en Barcelona sobre el tema de la crisis fue una contribución al desarrollo de un verdadero debate. Un conjunto de compañeros se reunieron durante 4 horas y discutieron de forma abierta y fraternal, pudiendo cada cual expresar su punto de vista sobre las cuestiones sin ser interrumpido (al contrario del guirigay que armaban Zapatero y Rajoy), dándose respuestas unos a otros desde el respeto mutuo, la sinceridad y la voluntad de aclararse.
Esta reunión forma parte de un esfuerzo de debate en el que se están comprometiendo compañeros de un buen número de países y que tiene como medios tanto los foros de Internet como encuentros directos.
Queremos dar parte de las discusiones llevadas en la Reunión Pública. Recogemos las notas de las intervenciones realizadas por los asistentes. Estas notas intentan reflejar lo que se dijo no tanto en sentido literal sino en el contenido. Quizá haya habido algún error de trascripción o interpretación por lo que pedimos disculpas de antemano[2].
No recogemos en ellas las intervenciones de nuestros militantes ni vamos a responder a las ideas expresadas en la reunión. En primer lugar, porque nuestro punto de vista se puede conocer a través de nuestras publicaciones y, en segundo lugar, porque creemos que lo más importante es que prosiga el debate. En el curso mismo del debate intervendremos.
¿Cuál es la situación actual del capitalismo? ¿Tiene salida a la crisis actual?
La discusión se centró fundamentalmente sobre dos temas:
Respecto a la primera cuestión se expresaron básicamente 3 posturas.
Había una posición que no veía que el capitalismo estuviera en crisis. « Estáis exagerando sobre la crisis. Yo veo que más bien hay prosperidad. El capitalismo tiene cuerda para rato. La clase dominante puede ofrecer reformas para satisfacer las necesidades de la mayoría y los de abajo pueden acceder a las riquezas y a los cargos públicos».
Otros compañeros respondieron a esta visión con diferentes argumentos. «Yo no veo que las necesidades de la mayoría se vean satisfechas. Se dice que la gente está ahíta de tanto consumismo. Pero yo no veo el consumismo por ninguna parte. La gente se ve obligada a apretarse el cinturón. Pagar la hipoteca es una pesada carga que obliga a reducir el consumo hasta mínimos vitales. Las familias para llegar a fin de mes tienen que renunciar a muchas cosas. Pagar el coche y la hipoteca obliga a gastar menos en comida, en vestido, en muchas cosas básicas. Si las familias quieren mantener un consumo mínimo, se ven obligadas a endeudarse, tienen que engancharse en una cadena de créditos que les obliga a ir a que les reunifiquen las deudas y eso supone intereses usureros, una deuda cada vez mayor. Esa es la realidad y no todo ese ruido sobre el consumismo».
«Yo no veo una clase dominante que de respuesta las necesidades de la mayoría, yo veo una clase dominante sometida a la lógica de la competencia y eso le lleva a reducir los salarios, a echar gente al desempleo, a que las necesidades de la mayoría estén cada vez más insatisfechas. El capitalismo va hacia la barbarie y no cabe esperar nada de él».
«Hay una crisis muy fuerte. Además, la crisis no es solo económica, hay también crisis de las ideologías. Las ideologías de la burguesía para hacer atractivo el capitalismo se están desgastando. Hasta ahora todas las crisis del capitalismo tenían una salida. A esta no se le ve salida. Yo creo que no se le puede llamar simplemente crisis pues es algo peor».
Entre las dos posturas se expresó una posición que expresaba una serie de matices:
«Hay crisis económica pero el capitalismo tiene salidas. La crisis económica agudiza las contradicciones políticas y sociales, pero la verdad es que hay prosperidad y eso se ve en que los ricos son cada vez más ricos. El capitalismo está actualmente en un proceso de reestructuración. Se formarán nuevos bloques económicos (el bloque europeo, el bloque norteamericano, el bloque alrededor de Chávez etc.) y los que son cabeza de cada bloque tendrán mucho más margen de maniobra que los demás. El aumento de la productividad permite al capitalismo aumentar las ganancias y con ello salir de la crisis».
El debate manifestó una heterogeneidad de puntos de vista sobre la crisis del capitalismo. Mientras había compañeros que compartían claramente nuestro punto de vista, otros estimaban que el capitalismo "tiene cuerda para rato". Este debate es muy importante: si el capitalismo de verdad tuviera "cuerda para rato" y pudiera satisfacer mal que bien las necesidades de la mayoría entonces la lucha tendría que situarse en el terreno de las reformas y las mejoras del sistema. Por eso, creemos que el debate debería proseguir sobre la base de formularse una serie de preguntas:
- ¿Estamos ante una "crisis de reestructuración" como piensa uno de los que intervinieron? ¿Estaríamos ante un proceso en el que frente a unas potencias en declive otras potencias (¿China?) irían emergiendo? O, por el contrario, ¿no estaríamos ante un nuevo escalón en el descenso progresivo hacia el abismo que ha caracterizado los últimos 40 años? ¿No sería el actual crecimiento de China sino la expresión de un intento de paliar la crisis que puede acabar agravando todavía más los problemas de la economía mundial? ¿No estaríamos ante lo que uno de los participantes calificaba como "algo peor que una crisis"?
- Otra pregunta cabe formularse: ¿Qué "los ricos sean cada vez más ricos" es verdaderamente una expresión de la prosperidad del sistema? ¿No sería, más bien, la evidencia de su fracaso, la realidad de una tendencia a una fractura irremediable de la sociedad entre una minoría cada vez menor y más rica y una mayoría cada vez mayor y más pobre?
- Por último: ¿Constituye el aumento de la productividad una salida a la crisis? ¿No es el por el contrario un agravante de la crisis? ¿No es el problema de la saturación de los mercados el principal problema del capitalismo frente al cual el aumento de la productividad no puede sino agravarlo más allá de los alivios momentáneos que aporte?[3]
La continuación del debate -tanto por medio de Internet como mediante la celebración de nuevos encuentros- permitiría desarrollar respuestas más elaboradas a estas preguntas y con ello dilucidar la política a seguir por la clase obrera: no es lo mismo que el capitalismo tenga posibilidades de ofrecer reformas para satisfacer las necesidades de la mayoría -como señaló un participante- que vaya hacia la barbarie y no cabe esperar nada de él, como le respondió una compañera.
¿Hay una respuesta de la clase obrera? ¿Cómo podemos avanzar en su desarrollo?
Esta cuestión es que la más ocupó la reunión. Se desarrolló un debate muy animado donde se expresaron una serie de ideas.
Una posición no veía capacidad de lucha en la clase obrera: « El proletariado de los países opulentos pasa de todo. Yo no confío en el proletariado pues está aburguesado. Es más, si como decís la crisis se agrava entonces lo que vendrá es el fascismo, como pasó en los años 30. Mirad el discurso de la derecha sobre la emigración, eso apunta hacia el fascismo y no a ninguna toma de conciencia».
El tema del fascismo y de si éste constituiría el "mal supremo" frente al cual habría que elegir el "mal menor" de la democracia lo hemos tratado en numerosos artículos a los que nos remitimos[4]. En la reunión dicho tema no fue abordado por los demás participantes que se centraron más en exponer argumentos contra la tesis de que el "proletariado está aburguesado". Un participante dijo « Eso del aburguesamiento del proletariado lo llevan 50 años diciendo. No tiene bases objetivas. En realidad hablamos de aburguesamiento porque vemos a los sindicatos que se dicen los representantes de los obreros y todo lo que hacen está aburguesado. Pero lo que sucede es que no hay identidad entre sindicatos y obreros sino más bien oposición». Una participante añadió: «Yo donde veo aburguesamiento y alienación es en la lucha sindical pero en la lucha obrera lo que veo es lo contrario, un intento de ruptura con la alienación».
Otro asistente no acababa de ver una capacidad de respuesta en la clase obrera: « Los obreros están pasivos y a lo sumo son capaces de desarrollar luchas parciales». Esta dificultad de la clase obrera la atribuía a que «La burguesía desarrolla una ingeniería social contra las luchas obreras, contra la toma de conciencia de la clase obrera. La burguesía gasta millones de euros en la mistificación de los obreros: la mistificación electoral, la mistificación política, la mistificación ideológica. La burguesía se coordina internacionalmente contra la clase obrera».
Hubo otras intervenciones que trataban de ir más lejos de una simple fotografía de la situación de la clase obrera a nivel inmediato, intentaban ver sus luchas -por que confusas o erradas que fueran- dentro de una dinámica social e histórica. « Del mundo burgués no cabe esperar nada. La esperanza está en el desarrollo de las luchas de los obreros que apuntan elementos de toma de conciencia», señaló una participante.
Otro asistente planteó: «Hay luchas obreras, más de lo que nos pensamos. Lo que pasa es que no tienen apenas publicidad. Las huelgas no son noticia. No existen más que para los interesados. Pero son una escuela. La mayor aportación de las luchas no son las ganancias económicas que suelen ser pírricas sino las lecciones en cuanto a conciencia, unidad y solidaridad, el aprendizaje que suponen en la lucha por el comunismo.
No hay atajos para llegar a una revolución. Es la acumulación de experiencias, la conciencia que se va generando, lo que conduce a la revolución. Yo creo que hace mucho daño todo eso de los radicalismos de fachada: quemar neumáticos, hace una huelga que fastidia a los usuarios, tener broncas violentas con la policía... Radicalismo no es eso, ser radical es ir a las raíces. La lucha obrera es radical cuando se enfrenta decidida a la explotación capitalista, cuando frente a la competencia y división que siembran las relaciones de producción consigue unir a la mayoría de los obreros, cuando logra aislar políticamente al Estado y a los capitalistas».
Dentro de ese marco, otro asistente planteó cuestiones concretas sobre cómo puede avanzar el proletariado, cómo puede superar las debilidades y el carácter todavía muy embrionario de su lucha actual.
«Para mi lo más importante es la necesidad de una respuesta del proletariado. La pregunta que debemos hacernos es: ¿las condiciones objetivas económicas de crisis impulsan automáticamente la respuesta subjetiva del proletariado? Yo creo que no, que para desarrollar la respuesta subjetiva del proletariado éste necesita una toma de conciencia más global, lo que se une a las condiciones económica».
La respuesta del proletariado no es -como dice muy bien el compañero- un mero reflejo pasivo de la agudización de las condiciones objetivas, ni tampoco el producto inmediato y mecánico de las luchas, necesita que todo lo anterior sea fertilizado y guiado por un proceso de toma de conciencia - que es a su vez un poderoso factor impulsor de las propias luchas-. En ese sentido, el compañero prosiguió: «¿Es el proletariado consciente de los restos de la ideología que lleva en sus cabezas? El proletariado tiene dificultad para desarrollar la conciencia únicamente en las luchas, necesita de una reflexión, tomando más distancias, viendo todo lo que pasa en el mundo, viendo las cosas con el prisma de la historia».
La necesidad de continuar el debate
Una asistente expresó su satisfacción por la discusión: « Estoy desencantada de los sindicatos, de los políticos, de las luchas sindicales. Sin embargo esto me ha encantado pues hemos discutido con claridad».
La discusión debe proseguirse como herramienta para combatir ese sentimiento de desencanto y transformarlo en un sentimiento de solidaridad y lucha contra el capitalismo. Como dijo un asistente « Hemos venido aquí para algo que nos une a todos: la lucha contra el capitalismo».
Tanto el debate sobre la crisis como el debate sobre la situación de la lucha de clases son importantes. Otros temas -como el planteado por un asistente que no llegó a abordarse en la reunión (¿habría un peligro fascista?), por ejemplo- pueden ser abordados. En una carta que nos ha enviado un participante tras la reunión nos transmitía la siguiente reflexión: «Las reuniones públicas, cuando en las mismas participan personas que se les nota interesadas en los temas, se les ha de brindar la oportunidad de continuar las charlas de manera continúa, o bien, establecer un calendario de reuniones públicas más coherente con la realidad que demanda la participación de esos asistentes. Las reuniones de dos meses en dos meses se hace verdaderamente largo el espacio de tiempo entre ambas, lo cual, hace retroceder organizativamente, perdiendo todo o gran parte del significado y de la comprensión ideológica adquirida en las mismas. Los asistentes de una reunión, probablemente participarán en una segunda, si esta se realiza en un espacio corto o suficiente de tiempo (en la misma reunión se les puede convocar para la siguiente, recogiendo el sentir general de todos, a dos o tres semanas más adelante) como para que no decaiga el entusiasmo o la curiosidad nacida en la misma. Pasado un dilatado período de tiempo (5, 6,7 semanas), la fortaleza del entusiasmo o de la curiosidad, nacida en la primera reunión, se desvanecen, se pierden los contactos y, los esfuerzos realizados se convierten en inútiles».
Creemos que, como dice el compañero, existe un interés que no puede desperdiciarse por dispersión y atomización. De ahí que hayamos hecho una propuesta a los participantes de volver a reunirse y tratar los temas que vean más necesarios e interesantes. Esta propuesta la hacemos extensiva a quienes deseen sumarse a este esfuerzo que pueden contactarnos a nuestra dirección mail.
Acción Proletaria 5-3-08
[1] Ver en nuestra Web: Debates electorales, lo contrario de un verdadero debate: https://es.internationalism.org/node/2185 [290]
[2] Invitamos a todos los que quieran hacer precisiones, aclaraciones o rectificaciones a que nos escriban
[3] Para una reflexión más general sobre la situación actual del capitalismo y sus perspectivas ver -entre otros- Decadencia del capitalismo: la revolución es necesaria y posible desde hace un siglo. /revista-internacional/200807/2192/decadencia-del-capitalismo-i-la-revolucion-es-necesaria-y-posible- [178]
[4] Ver, entre otros, Orígenes económicos, políticos y sociales del fascismo en Revista Internacional nº 3: /revista-internacional/197704/111/origenes-economicos-politicos-y-sociales-del-fascismo [291] y también Crimen fascista en Madrid en Acción Proletaria https://es.internationalism.org/node/2070 [292]
Reunión Pública debate sobre la crisis
En el anuncio sobre una reunión pública - debate sobre la actual crisis que golpea el planeta proponíamos varios temas de discusión:
«Os invitamos a participar en estas Reuniones Públicas que se plantean como un debate abierto sobre:
Como material para llevar la discusión aportamos nuestro artículo acerca del tema que acabamos de publicar en Acción Proletaria nº 199».
Hemos recibido una serie de respuestas tanto de compañeros de España como de América con los contenidos que se publican en el apartado 3 de este texto.
Saludo la reunión. Aprovecho para agradecer me tengáis informado de las actividades y debates. Echo de menos participar más pero las dificultades a veces nos afectan de cierta manera, sin embargo son parte de la vida (y de la militancia) verdad?. Leer vuestro correo y seguir el debate me renueva.
Salud!
La crisis, el darse cuenta, la
organización...
Sin embargo, es necesario hacer algo para el futuro esté en nuestras manos. Si, por un lado la propia crisis es la prueba evidente de la irracionalidad del sistema ciertamente (y tal como puede ilustrarnos la memoria del movimiento). La sola crisis no lleva el peso de la acción. Incluso asumiendo que cualquier trabajador atando cabos de aquí y allá, de las formas menos a más sistemáticas de darse cuenta, pudiera en un momento dado de su reflexión política, dar con las regularidades o el resumen y ciencia que puede encontrarse, por ejemplo, en el manifiesto comunista. Teniendo en cuenta que, incluso el ciclo de las crisis y el descontento es un hecho conocido y gestionado por la burguesía para renovarse y perdurar (léase el ciclo Republicanos vs. Demócratas, Laboristas vs. Conservadores, Socialistas vs. Nacionalistas y/o Populistas, testaferros vs. Antiimperialistas de toda laya) llegando a pactar sin ningún pretexto, las medidas que sirven de respiradero. La clave siempre vuelve al santo y seña del movimiento, el darse cuenta (de la decadencia) y que este darse cuenta suceda como un fenómeno de masas (por oposición a la idea que sea un conocimiento en manos de una vanguardia, o su puñado de expertos).
Por tanto, saludo la reunión. Me gustaría que se discutieran los asuntos relacionados con la organización. O las formas en que puede afrontarse el asunto de la centralización, o aquello que tuviere que ver con la clave que describe el lema del movimiento, desde los días de la 1ª Internacional "Proletarios de todos los países uníos".
Otro tema que me gustaría discutir es el alcance de la idea de que vivimos bajo la dictadura de la burguesía. Donde incluso sus problemas de clase, es decir, el de la renta en hacerse renta, son tratados como si fueren el objeto de la economía-política de la sociedad. No la economía como ingeniería tal, que tuviere como objeto la producción de bienes para la satisfacción de las necesidades, la supervivencia de la humanidad y la calidad de su supervivencia. Sino la renta y la acumulación per se.
"En estos momentos de pánico puede ser bueno comprar algo y si es así que? Para los que quieran comprar algo les recomiendo un ETF negativo sobre el Dow Jones ( a medida que la bolsa baje su fondo de inversión subirá). También pueden comprar ORO, PLATA y FRANCOS SUIZOS... Todo lo que suene a refugio hay que tenerlo en cartera!!! BOLSA NO GRACIAS!!!! Me espero al 11.000. " Eduardo Bolinches analista de Bolsa 21/01/08
Antecedentes
Entre 1983 y el 2006 la parte de los salarios en el PIB de la Unión Europea ha
caído un 8,3%.
La caída es de tal magnitud que la alarma ha saltado incluso entre los baluartes de la defensa del capitalismo:
Banque des Reglaments Internationaux (Reunión mensual de los banqueros centrales en La Bâle, Suiza) Working Papers nº 23. Julio 2007: "La parte de los beneficios es inhabitualmente elevada en el presente (y la parte de los salarios inhabitualmente baja). De hecho la amplitud de esta evolución y el abanico de países implicados no tiene precedente en los últimos 45 años"
M. Alan Greespan: Financial Times Londres. 27 de septiembre de 2007: "El desacoplamiento entre la débil progresión de los salarios y de los beneficios de las empresas hace temer un aumento del resentimiento, tanto en EEUU como en otros países, contra el capitalismo de mercado"
Greespan fue el bombero que tras el crac de las punto.com orientó las inversiones al sector inmobiliario.
Raghuram Rajan (nuevo economista jefe del Fondo Monetario Internacional): "El mundo está invirtiendo demasiado poco. La inversión ha disminuido de golpe desde diez años, y sólo ha ido acompañada de una recuperación insegura."
Vamos que desde los mismos centros del poder capitalista reconocen que quizás se han pasado y empiezan a ver las orejas al lobo.
Salvo nuestro eufórico y senil Ramón Tamames con sus alusiones al "win- win"(según él con el capitalismo salvaje todos ganan) que se cree lo que dice, muchos economistas responden con evasivas a los preocupados accionistas y empiezan a vislumbrar que habrá que desempolvar los viejos manuales de economía política.
Estamos en situación técnica de crisis de sobreproducción. Empiezan a ser escasos los economistas sin antejos borrosos.
Para Michel Aglietta (Désordres dans le capitalisme mondial) la crisis de sobreproducción está ahí solapada desde hace años a causa de:
1. De los bajos sueldos de los chinos que han forzado a la baja los sueldos de los trabajadores del norte industrializado.
2. Del excesivo ahorro por parte de los chinos. La tasa anual de crecimiento de China, de un 8-10%, ha sido probablemente el principal estímulo para el crecimiento de la economía mundial durante los últimos diez años. Japón, Corea, Australia, Taiwan y otros países vecinos deben actual crecimiento a las exportaciones industriales hacia China. Sin embargo la inversión en China era el reverso de la desinversión en otros lugares.
Pero en el taller del planeta se pagan sueldos miserables por una producción que se exporta. Los chinos ricos no consumen (maldito Confucio) y sus enormes ahorros se invierten en los mercados financieros internacionales. (Philips, por ejemplo, posee 23 fábricas en China y produce bienes por valor de cerca de 5.000 millones de dólares, pero exporta dos tercios de su producción a otros países porque no hay mercado en China). Los chinos, pero también países exportadores de petróleo, a través de los fondos soberanos (sovereign-wealth funds) invierten sus enormes reservas de divisas en bancos y empresas de occidente, sin participar en la gestión de las mismas. (Con la reciente caída de las bolsas han entrado con más fuerza y van a exigir cuotas crecientes de control)
3. El crecimiento desbocado de China se ha cimentado de forma creciente en la capacidad del consumidor estadounidense de seguir consumiendo gran parte de los ingentes volúmenes producidos en China. Pero el elevado ritmo de consumo de EE.UU. depende de la capacidad de Pekín de seguir financiando a los sectores tanto privado como público estadounidenses a base del descomunal superávit comercial chino con Washington que nutre los mercados financieros.
3. Gracias a los préstamos los norteamericanos de a pie se han endeudado hasta las cejas para poder seguir consumiendo.
4. Financiarizar la crisis Ha sido esta enorme bola de crédito en que se han convertido los mercados financieros, la que ha venido ocultando el desajuste real que genera la crisis en el sistema capitalista.
La desproporción en la distribución de la riqueza ha generado una gran masa de "sin recursos" (individuos y países enteros) cuyo consumo solo es posible a base de endeudamiento mientras la manipulación de los índices de riesgo permite que se conceda saldo a un mundo plagado de insolventes.
¿Como
se consigue que los asustadizos poseedores de capital presten a insolventes?
A base de falsear la información. Los medios de comunicación se han puesto al
servicio del capital financiero para mantener a capa y espada la bondad de los
mercados y acudir a tapar las grietas que preludian el estallido. Reina la
opacidad. Paraísos fiscales, centros "offshore", técnicas contables
dudosas, sofisticados productos financieros,... hacen que la situación real de
la mayoría de las empresa de desconozca.
La opacidad financiera ha favorecido la impunidad, el crecimiento del crimen y las mafias. Las mafias controlan sectores económicos, gobiernos y estados. La ceguera financiera ha propiciado la sustitución de la burocracia por el crimen organizado en buena parte de los países estalinistas.
Los indicadores de riesgo de los mercados son sistemáticamente falseados para hacer creer a los ahorradores que sus fondos están seguros. Se generan continuamente multitud de nuevos "productos" financieros que sustituyen a las poco rentables inversiones en la economía real. Esto facilita la entrada de capital fresco en la bola financiera que sirve para ir cubriendo las insolvencias.
El paliativo de financiarizar la crisis ha funcionado hasta ahora y ha permitido a los medios de propaganda (economistas y periodistas) mantener la ilusión de que aquí no pasa nada.
¿Podrá
seguir manteniéndose esta ilusión? Se trata de un círculo vicioso. Recobrar la
confianza no hace más que retrasar el ajuste cíclico que a menudo requiere el
sistema capitalista, bien estudiado por los economistas clásicos. Sin reajuste
la sobreproducción seguirá aumentando y los mercados acabaran siendo incapaces
de suministrar el crédito
necesario para que siga consumiendo un planeta de insolventes.
Apaga fuegos (o apaga incendios)
Los beneficiados del sistema siguen emperrados en tapar las grietas de la crisis. La magnitud de la bola es tal que los emplastes y los parches son cada vez más espectaculares.
A finales del verano en Inglaterra se transforman los depósitos bancarios del Northern Rock en deuda pública. (El primer crack de un banco inglés desde 1866).
De forma conjunta (por primera vez en la historia) la Reserva federal, el banco central europeo y el de Japón, organismos públicos mantenidos con los impuestos que pagamos todos, aportaron a los bancos privados con problemas 500.000 millones de euros, aceptando como garantía, los bonos hipotecarios que ya sabemos lo que valen. Así se malversan los fondos que habría que empezar a preparar para la crisis en el sector real de la economía.
Promesas de Bush de impedir la quiebra de los bancos americanos a cualquier precio (de nuevo a cubrir las pérdidas privadas con fondos públicos). Compromiso de Bush de impedir la bancarrota de las aseguradoras que tienen como función especializada rembolsar a los bancos los créditos "malos" ligados a las subprime.
La Reserva Federal anuncian el 17 de enero el "remedio milagro" de dar a todos los hogares un cheque de 800 dólares
Bajadas continuadas de los tipos de interés en EEUU. La del verano calmó algo los ánimos pero hundió a la moneda americana. Pero ¿hasta donde pueden bajarse los tipos de interés cuando en términos reales son casi negativos?
La amenaza de crisis global es de tal magnitud que los EEUU no dudan en poner en peligro al dólar como moneda de referencia internacional.
Como se va a extender la crisis:
A fecha de hoy los mercados financieros son como una cámara vieja de bicicleta llena de parches. Tapas un pinchazo por un lado y revienta por otro: Crack del 1987, Crisis del Sistema Monetario Europeo en 1992; quiebra de México en 1994 y efecto Tequila; crisis asiática de 1997 con devaluaciones en cadena; suspensión de pagos de Rusia en 1998; pinchazo de las punto.com en el 2000 con la secuela del caso Enron y las compañías auditoras en el 2001; corralito en Argentina en 2001; hipotecas basura en 2007.
Pero esta vez los parches a base de despilfarro de fondos públicos, declaraciones de alto nivel, y campañas mediáticas de despiste o pura patraña no van a ser suficientes. Habrá que poner cámara nueva. Menos impunidad, menos opacidad financiera y paraísos fiscales y más control y transparencia.
¿Saldremos de la crisis del 2008 con más parches y remiendos o se tratará del último rebote del gato muerto?
La deriva de la especulación hacia el sector inmobiliario tras la debacle de las punto.com (aconsejada y apoyada por M. Alan Greespan) mantuvo el espejismo de la autoregulación del mercado. El dinero volvía a la economía real y generaba inversión y empleo. Parecía como si se hubiera vuelto a la senda correcta del crecimiento sostenido. Pero la demanda de inmuebles no venía de la gente que necesita casa sino mayoritariamente del capital que especulaba con el techo. Las parejas jóvenes seguían sin hijos y viviendo en casa de sus padres.
¿Si ha sido la especulación la que ha generado la demanda, en qué se va a especular ahora? Esta es la pregunta del millón.
Hemos entrado en el círculo vicioso de la gran depresión
El pinchazo de la burbuja inmobiliaria, arrastrará al resto de la economía real. Los precios de los inmuebles empiezan a bajar. No tardaran en desplomarse. Los bancos y la caja de ahorro están pilladas de lleno en el negocio de la hipotecas. Con intereses reales a menudo negativos tenían que vivir de las comisiones usureras vinculadas a las hipotecas. El riesgo que han acumulado en sus activos es tremendo. Del negocio de la hipotecas ya no se puede vivir. ¿De que van a vivir ahora las cajas y los bancos?. En los próximos años los veremos emular a las agencias inmobiliarias intentando desprenderse de los pisos desvalorizados acumulados por las insolvencias de sus clientes.
El hundimiento de las finanzas y del crédito provocará la bancarrota de empresas en EEUU en una primera fase y posteriormente en el resto de países. Será el sálvese quien pueda. Reducción de la producción, despidos masivos.
Europa con una euro cada vez más sobrevalorado ya está perdiendo mercados de exportación. Las tensiones generadas por la crisis pueden forzar la rotura de la UE. (Resistencia a bajar los tipos de interés por parte de Alemania y otros países nórdicos)
Los países exportadores de materias primas verán caer los precios de las mismas a causa de la desaceleración económica.
¿Volverán a subir las bolsas en condiciones de depresión?
Pueden estar tranquilos los inversores con aguante. La fase de depresión es la de la reconversión, la del canibalismo. Las absorciones y las fusiones se van a multiplicar por 100. Dentro de un par de meses cualquier cosa será buena en bolsa.
Hemos entrado en el círculo vicioso de la depresión. El reino del capital. Es en estas condiciones que el capital más agresivo hace fortuna. Los competidores flaquean y los mejor dotados crecen a sus expensas. Las fortunas de hoy van a parecer miseria para la concentración de capital que se avecina.(Microsoft ya ha presentado una opción de compra sobre Yahoo. Desde luego Microsoft es la bandera a seguir).
Pero esta nueva fase de hiperconcentración del capital significará más miseria obrera. A más paro más subirá la bolsa. Pero, ¿podrá el planeta aguantar más esta deriva añadiendo más y más pobres a los más de 3.000 millones actuales?
¿Qué hacer?
La crisis humana, medioambiental, energética, biológica,... confirma la irracionalidad capitalista (tan ensalzado por los neocon de derechas y de izquierdas contaminadas). El capitalismo es un cáncer en fase terminal y exige una respuesta global.
El actual nivel de globalización de la economía hace difícil una salida "nacional" a la crisis como las que se estilaron en los años 30 donde las empresas se amparaban del estado nacional para que las defendiera.
En un mundo global las empresas perdedoras serán fagocitadas rápidamente por las mejor situadas y más agresivas.
Los estados, antes utilizados por los capitalismos nacionales hoy ya no juegan ningún papel determinante para las empresas multinacionalizadas.
¿Que papel puede jugar el estado?
Cuando el Capital lo está desfondando porque ya no sirve a sus intereses, es el momento de tomarlo y reconvertirlo en un aparato de defensa contra el Capital.
Es lo que se está intentando en Venezuela, en Bolivia y en otros países latinoamericanos. Los estados frente a las multinacionales. Confederaciones de estados contra las multinacionales. Eso ex lo que más teme actualmente el Capital.
Pero la coexistencia con el Capital lleva a un callejón sin salida. No es posible coexistir con el capitalismo, la experiencia estalinista debería servir para algo. La toma de los aparatos estatales tiene que tener como objetivo la confederación de estados hasta abarcar la totalidad del planeta.
Las políticas de empleo, de horario laboral, de retribución del trabajo, de redistribución de las rentas, de inmigración, de ayuda a los parados, de reconversión industrial, de cambio climático, de crecimiento sostenible, ect., habrán de tomarse de forma conjunta e integrada a nivel planetario a través de confederaciones y agrupaciones de estados anticapitalistas y organismos internacionales de nuevo cuño.
Habrá que luchar para reconvertir o sustituir los organismos económicos internacionales (BM, FMI, OIC, etc) para romper con la deriva de la igualación a la baja, tan estimada por las multinacionales.
Sólo la extensión del poder de las confederaciones de estados anticapitalistas (control de materias primas, materias estratégicas, de foros sociales y otros organismos internacionales podrá doblegar al Capital imponiendo impuestos a la acumulación capitalista, a los movimientos de capital y forzando la disolución de los paraísos fiscales.
En Europa habrá que redactar una nueva constitución que ponga en primer término a los ciudadanos y no a las multinacionales (como fue el caso de la rechazada por referéndum y aprobada bajo mano y con ligeros retoques este verano en Lisboa).
En fin, no será suficiente con cambiar la cámara pinchada. El mundo habrá de empezar a pensar en cambiar de bicicleta.
Muchas personas están analizando la crisis de una manera opuesta, no es el sistema bancario el que ha causado la crisis, la crisis se ha reflejado en el sistema bancario, lo que ha producido la crisis es la super-producción, y la competencia inter-capitalista, donde los mercados de ellos mismos se han ido a lugares que son inalcanzables, el verdadero productor de la super-producción es el obrero, porque es el que produce la gran cantidad de mercancías, pero esas mercancías se abarrotaron en los mercados, y la cuota de ganancia tiende a descender, pero eso no es una indicación de que el capital se esta desplomando solo, es parte de sus leyes inherentes el entrar periódicamente en altas y bajas, así como de esta crisis, pueden también surgir una época de bonanzas entre ellos, cuando uno desplaza a el otro. Si la vasta mayoría de los trabajadores no están en condiciones ideológicas apropiadas y definido como sector social independiente es muy difícil que el capital se desplome el solo, el capital tiene que ser desplomado por los mismos trabajadores, son los trabajadores los únicos sepultureros del capital, así como también se esta haciendo algarabía de que en América Latina existe una situación pre-revolucionaria, eso es totalmente falso, en América Latina lo que se esta dando son pugilatos inter-clasistas, ente burguesías que han entrado en pugnas y quieren usar a la clase trabajadora como escudo para empujar sus programas burgueses, la clase obrera no gana nada poniéndose detrás de sus propias burguesías, al contrario, lo que podría es envolverse en el mismo carruaje del reformismo burgués y de la falsa consigna de la liberación nacional
Queridos amigos, no es necesario gastar demasiada tinta para confirmar que el capitalismo no tiene lamentablemente alternativa, que el tristísimo fracaso del ser humano, el único animal que presume de lo que no tiene, es cada día más notorio y que las crisis no son sino nuevos escenarios donde los líderes del mundo pueden seguir riéndose de todos nosotros.
Recibid un cordial saludo.
Estimados asistentes:
La preocupación por la actual situación de crisis económica mundial preocupa a muchos trabajadores y se hace necesario un debate sobre cuales son sus causas, qué salidas podría ofrecer el capitalismo, qué repercusiones va a tener sobre la vida de los trabajadores y qué respuesta podríamos desarrollar.
Ese debate YA HA EMPEZADO y lo ha hecho a escala internacional con contribuciones que nos han llegado vía Internet. Aquí pretendemos continuar la discusión. Hacemos primero una corta presentación donde sintetizamos nuestro punto de vista y una primera respuesta a las contribuciones recibidas.
Las malas noticias económicas se suceden: los índices de inflación se disparan (en Estados Unidos 2007 ha visto el peor dato desde 1990), el desempleo vuelve a remontar, los bancos anuncian pérdidas multimillonarias, las Bolsas se pegan un batacazo tras otro, los indicadores de crecimiento para 2008 son revisados a la baja...
Estos datos negativos tienen una traducción concreta en la vida cotidiana de los trabajadores: se plasman en tragedias como quedarse sin empleo, en desahucios por no poder hacer frente a las hipotecas, en nuevas presiones y amenazas en el trabajo, en pensiones que se desvalorizan y hacen de la vejez una etapa de nuevos sufrimientos... Millones de seres anónimos cuyos sentimientos, preocupaciones y angustias no son materia de noticia periodística, se ven duramente afectados.
¿Cómo comprender este nuevo episodio de convulsiones y turbulencias económicas?
¿Se trataría de una de las muchas crisis cíclicas por las que ha pasado el capitalismo a lo largo de su historia de la cual siempre lograría salir dando paso a nuevos momentos de prosperidad?
Para comprender este nuevo episodio hemos de partir de un análisis histórico y mundial y no tanto de conclusiones empíricas e inmediatas.
El siglo XIX es la época de expansión y crecimiento del capitalismo que se extiende como mancha de aceite por todo el globo terráqueo. Sin embargo, periódicamente entraba en crisis como ya lo puso en evidencia el Manifiesto Comunista Sin embargo, esas crisis cíclicas, como había nuevos territorios por conquistar, se superaban más pronto o más tarde, mediante una nueva expansión de la producción que llevaba a una extensión y profundización de las relaciones capitalistas, especialmente en los países centrales de Europa y Norteamérica. En esa época los momentos de crisis eran como los latidos de un corazón sano y las vacas flacas daban paso a una nueva etapa de prosperidad. Sin embargo, ya entonces Marx vio en esas crisis periódicas algo más que un ciclo eterno que siempre lleva a la prosperidad. Vio en ellas las manifestaciones de las contradicciones profundas que socavan al capitalismo en su propia raíz y lo precipitan en la ruina.
Con la llegada del siglo XX, el capitalismo llega a su apogeo, se ha extendido a toda la superficie de la Tierra, prácticamente todos los países se hallan bajo las leyes del trabajo asalariado y el intercambio mercantil. Con ello entró en su periodo de decadencia. Los rasgos esenciales de este periodo son, por un lado, la explosión de guerras imperialistas que manifiestan la lucha a muerte entre los diferentes Estados Capitalistas por repartirse la influencia y el control de un mercado mundial que se ha hecho cada vez más estrecho, que no puede dar salida a los apetitos de una plétora de rivales. Por otro lado, se ve una tendencia más o menos crónica a la sobreproducción multiplicándose las convulsiones y catástrofes económicas. Dicho de otra forma, lo que caracteriza globalmente el siglo XX y XXI es que la tendencia a la sobreproducción -que en el siglo XIX era temporal y se podía superar con relativa facilidad- se vuelve crónica, sometiendo con ello a la economía mundial a un riesgo más o menos permanente de inestabilidad y destrucción. De otro lado, la competencia -rasgo congénito del capitalismo- se hace extrema y al toparse con un mercado mundial que tiende constantemente a la saturación pierde su carácter de estimulo a la expansión para desarrollar únicamente su carácter negativo y destructivo de caos y enfrentamiento.
La guerra mundial de 1914-18 y la Gran Depresión de 1929 son las dos manifestaciones más espectaculares de la nueva época.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el capitalismo, al menos en las grandes metrópolis, logró una etapa más o menos larga de prosperidad. Esa fase se fue cerrando a partir de 1967. Primero con la devaluación de la libra esterlina, después con la crisis del dólar en 1971 y la primera crisis llamada "del petróleo" en 1973. A partir de la recesión de 1974-75 se abre una etapa donde las convulsiones se multiplican. Por hacer un resumen, podemos citar la crisis inflacionaria de 1979 afectando a los principales países industriales, la crisis de la deuda en 1982, el desplome de Wall Street de 1987 seguido de la recesión de 1989, la nueva recesión de 1992-93 que conlleva una desbandada de las monedas europeas, la crisis de los tigres y dragones asiáticos de 1997 y la crisis de la "Nueva Economía" de 2000-2001.
Esta sucesión de episodios convulsos ¿podemos explicarla metiéndole con calzador el esquema de las "crisis cíclicas"?
¡Rotundamente no! La enfermedad incurable del capitalismo es la escasez dramática de mercados solventes, problema que no ha cesado de agravarse a lo largo del siglo XX y que se ha puesto de manifiesto con una virulencia inusitada a partir de 1967. Pero, a diferencia de 1929, el capitalismo actual ha afrontado la situación armado con el mecanismo de la intervención masiva del Estado que trata de acompañar la crisis para evitar un hundimiento descontrolado.
¿Cuál es la principal herramienta que emplea el Estado para acompañar el caballo desbocado de la crisis que lo arrastra bajo sus pies e intentar suavizarla, aplazarla, evitar -al menos en los países centrales- sus efectos más catastróficos?
La experiencia nos ha mostrado que dicha herramienta es el recurso al crédito. Mediante un endeudamiento que, al cabo de los años se ha convertido en astronómico, los Estados capitalistas crean un mercado artificial para dar salida, mal que bien, a una sobreproducción que no cesa de aumentar.
Durante 40 años la economía mundial ha evitado un derrumbe estrepitoso recurriendo a dosis cada vez más masivas de endeudamiento. El endeudamiento es al capitalismo lo que la heroína es a un drogadicto. La droga del endeudamiento hace que el capitalismo siga en pie, apoyado en los brazos del monstruo Estado -sea éste "liberal" o "socialista"-. Con la droga alcanza momentos de euforia donde parece que estuviéramos en el mejor de los mundos posibles, sin embargo, cada vez con mayor frecuencia, surgen los periodos contrarios de convulsión y crisis, como lo estamos viendo ahora desde agosto.
A medida que se elevan las dosis, la droga tiene un efecto menor sobre el drogadicto. Hace falta una dosis cada vez más grande para lograr un estímulo cada vez más pequeño. ¡Eso mismo está pasando con el capitalismo actual! Tras 40 años de inyecciones de la droga crediticia sobre un cuerpo perforado por los pinchazos, la economía capitalista mundial tiene cada vez mayores dificultades para reaccionar y remontar el vuelo hacia una nueva euforia.
Es lo que está pasando actualmente. En agosto dijeron que todo estaría controlado con los préstamos de los bancos centrales a las entidades financieras. Desde entonces, se ha llegado a inyectar MEDIO BILLON de euros en 3 meses sin que se haya visto efecto alguno. La ineficacia de estas medidas ha acabado por sembrar el pánico y enero 2008 ha nacido con una caída permanente de las Bolsas mundiales. Para cortar la hemorragia, en Estados Unidos, Gobierno y Oposición mano a mano con la Reserva Federal anuncian el 17 de enero el "remedio milagro" de dar a todos los hogares un cheque de 800 dólares. Sin embargo, semejante medida -que en 1991 fue muy eficaz- provoca el lunes 21 de enero un batacazo de las bolsas mundiales tan grave como el colapso de 1987. El 21, de manera urgente y precipitada, la Reserva Federal reduce ¾ de punto el interés realizando la mayor reducción desde 1984. Sin embargo, el 23 -cuando escribimos este artículo- las bolsas mundiales, salvo Wall Street, vuelven a sufrir un nuevo desmoronamiento.
Hay un problema mucho más inquietante y que está recorriendo como un tsunami la economía mundial: el despertar de la inflación. Esta, que durante los años 70 golpeó duramente los hogares humildes, vuelve hoy con una fuerza inusitada. En realidad, las trampas con el crédito, las acciones del capitalismo de Estado, no la habían eliminado, la habían simplemente aplazado. Todo el mundo teme que ahora se desboque y que los préstamos gigantescos de los bancos centrales, las bonificaciones fiscales y las reducciones de los tipos de interés no logren otro efecto que dispararla sin conseguir el relanzamiento de la producción. El temor generalizado es que la economía mundial entre en una fase llamada de "estanflación", o sea, la peligrosa combinación de recesión e inflación, lo cual para la clase obrera y para la mayoría de las capas trabajadoras significa desempleo y miseria combinados con la carestía de los artículos básicos. A este drama se añade el de, por ejemplo, más de 2 millones de hogares en USA se han hundido en la insolvencia
Son los trabajadores del mundo entero los que están pagando los platos rotos de esta política que trata de prolongar desesperadamente la vida de un sistema en bancarrota.
¿Qué ha pasado en estos últimos 40 años a nivel de las condiciones laborales y de vida de todos los trabajadores? Cuando se miran las cosas con distancia y perspectiva el balance es aterrador. Hace 40 años la mayoría de los trabajadores, incluso los de los países menos ricos, tenían el puesto de trabajo fijo, hoy la tendencia dominante es la precariedad. Desde hace más de 20 años los salarios reales de los trabajadores de los países más ricos no hacen sino decrecer o como mucho estar estancados. ¡No digamos el de los países menos favorecidos donde el salario medio apenas llega a 100 dólares!. El desempleo se ha convertido en crónico. Lo más que han logrado los estados es estabilizarlo o, mejor aún, hacerlo invisible socialmente. A base de campañas sistemáticas sobre la "reducción del desempleo" y una política feroz de atomización e individualización de los desempleados han conseguido que estos vivan su situación como un estigma horrible, se encierren en su casa hundidos en la depresión, escondan su condición pues la prédica oficial es que son unos vagos, unos inútiles o unos fracasados incapaces de beneficiarse de las maravillosas oportunidades de empleo que según la propaganda les corresponderían. ¿Y qué podemos decir de las pensiones? Hoy la generación de trabajadores que tiene 50-60 años no sabe si cobrará la pensión y en todo caso ya no será de la cuantía -no demasiado lucida- de la de sus padres. En cambio la siguiente generación -la que está entre 25 y 35 años- es prácticamente seguro que no cobrará ninguna pensión.
Esta perspectiva catastrófica se viene planteando desde hace 40 años. Sin embargo, la capacidad del capitalismo a través del Estado para acompañar la marcha hacia el abismo tratando de hacerla gradual y escalonada, ha sembrado unas ilusiones y una idea de que "esto es un ciclo eterno de crisis - prosperidad" que ha dificultado ver que detrás de esa espesa capa no había otra cosa que un agujero negro de miseria, guerra y destrucción.
La experiencia de los últimos 4 meses es profundamente aleccionadora: los gobernantes mundiales -con toda su legión de expertos y magos de las finanzas- han ensayado todo el abanico de fórmulas para "salir de la crisis". Podemos afirmar que esos trapicheos están condenados al fracaso. El proletariado, los trabajadores de todo el mundo, no podemos confiar en ellos. ¡Sólo pueden confiar en sus propias fuerzas! Tenemos que desarrollar una experiencia de lucha, de solidaridad, de debate y conciencia, para lograr -en un esfuerzo que será muy duro y difícil- la capacidad para destruir el capitalismo que se ha convertido en el gran obstáculo para la supervivencia de la humanidad. Hoy es más actual que nunca el lema que acuñó la Internacional Comunista en 1919 ¡PARA QUE LA HUMANIDAD PUEDA VIVIR EL CAPITALISMO DEBE MORIR!
De las 4 contribuciones recibidas hasta ahora que agradecemos y saludamos se desprenden algunas cuestiones de debate para las reuniones a celebrar pero igualmente para dar lugar a nuevas contribuciones:
En particular la segunda contribución muestra una descripción muy correcta de la crisis actual.
La tercera contribución plantea un problema muy justo: EL CAPITALISMO NO SE CAERA POR SI SOLO. Solo la lucha consciente y mundial del proletariado podrá derribarlo.
En la primera contribución se plantea ¿cómo organizarse tanto el proletariado como sus minorías revolucionarias?
En la segunda contribución hay a nuestro juicio una ilusión que es peligrosa: creer que sería posible una Confederación de Estados anti-capitalistas a partir de la cual se podría implantar una política social y en beneficio del ser humano.
Pero hay otra ilusión más peligrosa aún: creer que el Estado puede ser una herramienta que el proletariado y la humanidad podrían utilizar a su favor. Por eso creemos que es muy válida la preocupación de la primera contribución que insiste en la necesidad de denunciar la dictadura de la burguesía.
En fin, la cuarta contribución plantea un problema más general: ¿no habría detrás de la crisis actual del capitalismo un problema más grave y profundo que sería la crisis de la propia humanidad, el fracaso del género humano? Nosotros pensamos que el proletariado puede contribuir con su lucha -que engloba tanto el plano económico como el político, el moral, el social etc.- a superar lo que es realmente una crisis histórica de la humanidad a la que ha sido llevada por la sucesión de modos de producción basados en la explotación del hombre por el hombre y la depredación del entorno natural y que ha llegado a su paroxismo con el capitalismo.
Saludos fraternos
CCI
La escucha ha sido atenta y respetuosa, a los argumentos se han respondido con argumentos sin caer nunca en el insulto y la descalificación. El interés de los asistentes era tal que se ha debido prolongar en una hora la discusión Hacia el final de la reunión los asistentes han orientado la discusión hacia cómo luchar y cómo contribuir al desarrollo de la conciencia y de la lucha obrera, lo cual ha llevado a plantear la necesidad de continuar las reuniones, como luego veremos. Ha sido una demostración viva de cultura del debate, de lo que es un debate proletario.
Tras una breve presentación[2], la discusión ha girado sobre la naturaleza de la crisis actual, sus causas y las perspectivas que plantea[3]. Un asistente ha planteado claramente "Gran Bretaña ha entrado en recesión, Holanda tiene serios problemas, el mundo va a caer en la recesión mundial"[4]
Las intervenciones han insistido en la naturaleza mundial de la crisis y aunque se han apuntado datos sobre la situación en Perú, el eje central ha sido la situación mundial y sus consecuencias, lo que manifiesta la visión internacionalista y proletaria en la que se han inscrito la mayoría de los participantes.
Se ha insistido en que la crisis actual es peor que la de 1929 y que LO PEOR DE LA CRISIS ESTA AUN POR LLEGAR.
Aunque una intervención ha planteado las consecuencias de la crisis para la economía peruana, la mayoría de intervenciones han centrado la cuestión en las consecuencias para la clase obrera puesto que ante la crisis la preocupación de los trabajadores no debe ser ¿que le va a pasar a la economía nacional?, sino ¿como afecta a todos los trabajadores y a todos los explotados del mundo entero? ¿como podemos dar una respuesta como clase mundial?
Si un asistente atribuía la crisis a la prepotencia del imperialismo yanqui y a los errores de Greenspan que habría causado el presente desastre, la mayoría de intervenciones han respondido que las causas de la crisis no están en la política económica de un Estado y menos aun en la torpeza de tal o cual personaje, "el asunto de fondo no son unos cuantos banqueros sinvergüenzas sino que estamos ante la peor crisis del capitalismo como sistema. El capitalismo por sus contradicciones revienta en una crisis y la peor parte la llevan los trabajadores", respondió un asistente, a lo que otro añadió: "el capitalismo tiene un limite histórico, llega un momento en que ese limite se hace patente. La sobreproducción y el endeudamiento han llegado a sus limites".
Como era de esperar, una parte importante de la discusión se ha dirigido a la cuestión: ¿cuales son los medios de lucha que tiene la clase obrera para luchar contra esta situación insoportable?
Ahí se ha entablado una polémica respetuosa entre, por una parte, dos asistentes, y por otro lado, una mayoría de asistentes principalmente jóvenes. Mientras los primeros insistían en alternativas nacionalistas, de intervención del Estado y salvar la economía nacional, los segundos ponían el énfasis en la lucha autónoma de los trabajadores en la perspectiva de la revolución mundial.
Mientras que los primeros decían: "hay que presionar para que aumente la demanda y así salir de la crisis. Luchar por que las empresas aumenten la productividad y el desarrollo tecnológico, pedir que se aumenten los créditos al consumo", los segundos respondían: "no hay que pedir a los capitalistas que hagan algo a favor de los trabajadores, hay que luchar por las necesidades de los trabajadores de manera autónoma sin confiar en lo que hagan el Estado y los capitalistas".
Mientras que los primeros insistían en buscar una salida para la economía peruana, otras intervenciones veían que eso era una trampa y constituía una utopía reaccionaria. Ningún país puede salir aisladamente de la crisis. No existen soluciones nacionales a la crisis. Solo hay una salida mundial a la crisis y esta solo puede ser llevada a cabo por la lucha revolucionaria de los trabajadores.
Sin embargo, un asistente expresó confianza en que el capitalismo podría dar una solución mundial a la crisis: "el 15 de noviembre se van a reunir líderes de todo el mundo para establecer una cooperación internacional que permita salir de la crisis". ¿Es posible un nuevo Bretton Woods[5] como dijo este asistente?¿Es posible como pidió un asistente una "refundación del capitalismo sobre bases progresistas y favorables a los trabajadores"? A estas ideas, varias intervenciones respondieron que el capitalismo no lleva ninguna dinámica de progreso sino que su dirección es la contraria: de barbarie y destrucción; que las cumbres de los dirigentes mundiales tomarán medidas para salvar bancos, empresas y estados de la quiebra A COSTA DE LOS TRABAJADORES Y DE LA GRAN MAYORIA DE LA POBLACION MUNDIAL[6].
Dos participantes insistieron en reclamar la intervención del Estado, en la necesidad de que este no se dedique a salvar bancos sino en tomar medidas de aumento de la demanda y de créditos a los hogares. En respuesta, se desarrolló un debate sobre el papel del Estado. Un participante dijo "El estado es de la gente que tiene la riqueza y va a tomar medidas para proteger a esta gente recortando subvenciones y pensiones", otro señaló: "Nos dicen que confiemos en el Estado pero el Estado no esta para defendernos sino para defender a los capitalistas. Hagamos nuestra lucha propia para hacer caer el Estado. No hay que salvar al Estado ni pedir que el Estado nos salve a nosotros".
Al llamamiento de un asistente a movilizarse "para salvar la patria peruana amenazada por la invasión de productos chilenos" un asistente respondió que la alternativa "no es salvar a la patria sino salvar a la humanidad".
Un asistente planteó que "una buena respuesta a la crisis es la toma de empresas para que los trabajadores las pusieran en funcionamiento demostrando que el capitalista no sirve para nada. En Argentina hay 185 empresas autogestionadas coordinadas en una red solidaria".
La respuesta de otros asistentes, principalmente jóvenes, fue muy clara: "la explotación es mundial, tomar la fabrica para gestionarla es someterse a la explotación. Recordemos lo que pasó en Rusia que se quedó aislada y fue tomada por el mercado mundial, ¿como va salir una empresa sola del mercado mundial?". Otro asistente dijo: "autogestión es auto-explotación de los trabajadores", "los trabajadores no pueden gestionar su propia explotación".
De manera sencilla y clara los asistentes demostraron que la autogestión es una medida para salvar las empresas capitalistas y no para salvar a los trabajadores. Los trabajadores le sacan las castañas del fuego al capital y este recupera la empresa para el interés de la economía nacional. No hay que demostrar que los capitalistas no sirven, lo que se está demostrando es que el capitalismo no sirve, que es un peligro para la humanidad y que no se trata de autogestionar la explotación sino de luchar contra la explotación en la perspectiva de abolirla a escala mundial[7].
Un asistente dijo "es necesario luchar contra el capitalismo, es necesario luchar como clase obrera, pero tengo tantas dudas, tengo tantas preguntas que a veces me explota la cabeza".
Esta sincera intervención motivó una discusión. La lucha obrera no es fácil, tiene que superar numerosos obstáculos, tiene que hacer frente a problemas gigantescos, se le plantean un cúmulo de cuestiones para las cuales no hay una respuesta de manual. Solamente mediante las experiencias vivas de las luchas pero sobre todo de debates lo mas amplios posible donde se hable con sinceridad, espíritu reflexivo, confianza y solidaridad, se podrán ir dando respuestas a los enormes problemas que hoy golpean a la humanidad.
Dos asistentes propusieron que continuaran las reuniones, que se quedara para un nuevo encuentro donde proseguir una discusión metódica y sistemática orientada a comprender las experiencias de lucha de la clase obrera, a ver a partir de ellas cuales son los medios de lucha de la clase obrera.
Esta decisión que contó con el apoyo del responsable del local que lo ofreció para una nueva reunión, es UN PASO DE GIGANTE. A menudo una reunión llega a buena conclusiones y la gente sale contenta pero ¿que pasa después? Pues que cada cual se dispersa, cae en la atomización de la vida cotidiana, va perdiendo el calor humano y la discusión viva que tanto le habían animado. Por eso es preciso darse los medios para reunirse regularmente, sentir el calor del encuentro y la discusión colectivos, irse aclarando, darse perspectivas que contribuyan a la lucha y a la conciencia de la clase obrera.
Los compañeros que en Perú han emprendido esta iniciativa NO ESTAN SOLOS. En otros países se desarrollan iniciativas similares. Progresivamente se esta fraguando un MEDIO INTERNACIONALISTA que se orienta hacia una discusión y una colaboración internacional que contribuya a la mejor arma que tiene el proletariado: SU UNIDAD Y SU CONCIENCIA A ESCALA MUNDIAL.
Desde aquí damos nuestro apoyo entusiasta a los compañeros. ¡Adelante!.
Corriente Comunista Internacional 30-10-08
ANEXO:
PRESENTACION SOBRE LA CRISIS ACTUAL
Estimados asistentes:
Les agradecemos su presencia. Aquí no pretendemos dar un mitin ni una conferencia. Lo que buscamos es animar un debate donde participemos todos.
Por eso haremos una breve presentación.
Todos los presentes estaremos al corriente de las convulsiones que están sacudiendo la economía mundial. Ya nadie oculta que la crisis actual es muy grave y se habla incluso que es peor que la de 1929.
La crisis no se reduce al campo financiero, es una crisis que afecta sobre todo a la industria y al comercio. Sus consecuencias son muy crueles para la inmensa mayoría de los trabajadores y de toda la humanidad oprimida y explotada: desempleo, salarios que caen en picado, ritmos aún más virulentos en los centros de trabajo, accidentes laborales que se multiplican, problemas crecientes de vivienda; pero también cada vez más el espectro del hambre afecta a más personas.
Estos problemas afectan a todos los trabajadores del mundo. Es muy difícil encontrar un país que se salve de la actual devastación. Obreros de las metrópolis industriales, obreros de los países más pobres, todos estamos siendo golpeados por la crisis.
Pero ¿por qué se producen las crisis?
No podemos extendernos. Aportamos algunas ideas muy básicas. El capitalismo es el primer sistema social en el cual el hambre, la miseria y la escasez se producen no por SUBPRODUCCION o penuria sino por SOBREPRODUCCION o exceso general de mercancías producidas.
En el régimen feudal las hambrunas eran la consecuencia de malas cosechas, de escasez dramática de alimentos etc. En el régimen capitalista las hambrunas son el resultado de la sobreproducción, de la plétora general de alimentos y mercancías.
¿Por qué?
Responder a esta pregunta nos lleva a analizar las contradicciones que llevan al capitalismo a la crisis y a la ruina.
Hay diferentes contradicciones pero queremos destacar dos de ellas.
La primera es la que el capitalismo no produce para satisfacer necesidades humanas sino para obtener una plusvalía. Esto provoca que el capitalismo tiende a producir siempre más allá de los límites de lo que el mercado puede absorber. La capacidad de consumo de la sociedad se halla limitada por el régimen de trabajo asalariado que dicta que lo que se le paga al trabajador no puede ir mucho más allá de lo que necesita para su reproducción social. Esta situación conduce al capitalismo a la sobreproducción.
La segunda es que si bien la producción tiende a tomar un carácter social y mundial la organización y la apropiación tienen un carácter privado y nacional. Esto provoca una competencia feroz entre capitalistas particulares y sobre todo entre capitales nacionales que se pelean a muerte por el reparto de los mercados existentes.
Este análisis nos puede servir para responder a ideas que nos dicen en los medios de comunicación y que propagan gobernantes, dirigentes sindicales, expertos económicos...
Nos dicen que no nos preocupemos, que las crisis son cíclicas. Es decir, que siempre habrá momentos de prosperidad y momentos de crisis. Por tanto, "saldremos de esta" como hemos salido de las anteriores.
Pensamos que no es así. En el siglo XIX y principios del siglo XX había efectivamente crisis cíclicas pero hoy no estamos en la misma época histórica. Entonces el capitalismo podía expansionarse, conquistar nuevos mercados y cada crisis se resolvía en una ampliación del campo de la producción, en una avance hacia la formación del mercado mundial.
Sin embargo, desde principios del siglo XX con la formación del mercado mundial el capitalismo tiende a la saturación, los mercados no son suficientes para garantizar la realización de la plusvalía de toda la plétora de competidores. El resultado es una tendencia por un lado a la crisis más o menos crónica y, por otra parte, a la competencia feroz y cada vez más destructiva entre los capitalistas del mundo entero.
La crisis actual se enmarca dentro de ese proceso histórico y no dará lugar más que a un empobrecimiento mucho más grave, a convulsiones crecientes, a mucho mayor miseria.
Otra cosa que nos dicen es que la crisis actual es la crisis del neoliberalismo pero no es propiamente la crisis del capitalismo.
Las políticas liberales de "dejar que el mercado actúe", de "eliminar las regulaciones", de "inhibición del Estado", habrían conducido al desastre actual. La solución estaría en la intervención del Estado en la economía, entonces se logrará una salida a la crisis, salida que sería "socialista" pues se haría en "beneficio" de la mayoría explotada y empobrecida.
Esa es la prédica del "socialismo del siglo XXI" de Chávez, de Correa etc.
Pensamos en primer lugar que liberalismo - estatismo es una falsa dicotomía. En realidad, el capitalismo funciona según la tendencia general al Capitalismo de Estado la cual opera en todos los países y tiene básicamente dos formas:
- intervención indirecta del Estado: a la que se llama "neoliberalismo"
- intervención abierta del Estado a la que le llaman falsamente "socialismo"
El Estado ha intervenido en la economía capitalistas desde hace muchos años. Hoy a lo que asistimos es al fracaso de todas las políticas estatales. Han fracasado las políticas neoliberales pero es porque antes fracasaron las políticas keynesianias y "socialistas".
Ninguna política capitalista nos sacará del atolladero. Toda política económica solo puede apoyarse en mucho más desempleo, mucha más miseria, mucha más hambruna.
La alternativa no es neoliberalismo o intervencionismo estatal "socialista", sino entre mantenimiento del capitalismo y hundimiento en la barbarie o lucha masiva del proletariado internacional por la revolución mundial, por la construcción de una nueva sociedad basada en la comunidad humana mundial.
Gracias por su atención y les animamos a que expongan todas las cuestiones que estimen necesarias. Será igualmente muy bueno que se respondan entre los presentes.
[1] Aprovechamos para agradecer la actitud de colaboración del responsable de la sala que además ha participado activamente en la discusión.
[2] Ver Anexo
[3] En lo que sigue no planteamos nuestra posición sino las que se expresaron por parte de los asistentes. Si el lector desea conocer nuestra posición sobre la crisis actual le remitimos a los siguientes documentos: El capitalismo es un sistema en bancarrota pero otro mundo es posible: el comunismo. /cci-online/200811/2384/1929-2008-el-capitalismo-es-un-sistema-en-bancarrota-pero-otro-mundo-es-posib [293] ; ¿Crisis del neoliberalismo o crisis del capitalismo? https://es.internationalism.org/node/2380 [196] ; ¿Vamos a volver a vivir un crack como el de 1929? /cci-online/200810/2379/vamos-a-volver-a-vivir-un-crack-como-el-de-1929 [197]
[4] Recogemos las notas manuales del debate. Creemos que son fieles a lo que se dijo. Si algún asistente considera que no ha sido bien interpretado le invitamos a que nos escriba para corregirlo.
[5] Los Acuerdos de Bretton Woods son las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, realizada en el complejo hotelero de Bretton Woods, (Nueva Hampshire [294]), entre el 1 [295] y el 22 de julio [296] de 1944 [297], donde se establecieron las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países más industrializados del mundo. En él se decidió la creación del Banco Mundial [298] y del Fondo Monetario Internacional [299] y el uso del dólar como moneda internacional. Esas organizaciones se volvieron operacionales en 1946 [300] (tomado de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Bretton_Woods [301] )
[6] Islandia es un país en quiebra y el FMI ha acudido en su ayuda pero ha exigido medidas de austeridad draconiana que afectan a los 600.000 habitantes de la isla. Hungría que también está en dificultades va a recibir un préstamo de 20.000 millones de € del FMI pero a cambio este exige medidas que se van a traducir en despidos, recortes sociales, eliminación de subvenciones, subida de impuestos etc.
[7] Los lectores interesados en conocer nuestra posición sobre la autogestión pueden consultar nuestro debate con el grupo argentino Nuevo Proyecto Histórico en /cci-online/200601/383/correspondencia-con-nuevo-proyecto-historico-sobre-la-autogestion [230]
Ya a a principios de Noviembre el Estado francés había avisado que iba a responder con la máxima dureza exigiendo a la policía una investigación rápida y que la justicia actuara con la mayor severidad. El 8 de Noviembre, por ejemplo, la ministra de Interior, Michèle Alliot-Marie exigió que «todos los medios y sobre todo los de la policía técnica y científica se pongan a disposición de las investigaciones», al mismo tiempo que la ministra de Justicia, Rachida Dati, daba «instrucciones a los fiscales para actuar con toda firmeza». Y,... ¡que casualidad! Apenas 48 horas después de estas declaraciones la policía echaba el guante a los "culpables", un grupo de 10 personas pertenecientes al medio "anarco-autónomo"(1) e instalado en Tarnac, en la región de Corrèze, o sea en lo más recóndito de la campiña francesa. Todo esto apesta a manipulación que tira de espaldas, sabiéndose además que dicho grupo estaba siendo vigilado desde hacía meses. El periódico Le Monde del 11 de Noviembre así lo reconocía: «Este grupo estaba siendo vigilado desde hacía meses por la Subdirección de la lucha antiterrorista de la policía judicial, siguiendo instrucciones de Michèle Alliot-Marie. Incluso desde Abril se había abierto una investigación preliminar por parte de los tribunales de París». Así pues todo el circo mediático-judicial actual en torno a estos presuntos "terroristas" es en realidad el resultado de una larga y premeditada preparación por parte de la burguesía. A la vista de estos recientes acontecimientos cobran todo su sentido las palabras pronunciadas el pasado mes de Febrero de 2008 por, ¡una vez más!, la ministra Michèle Alliot-Marie: «Hace ya muchos meses, cuando aún era ministra de Defensa, yo ya alerté del peligro de un resurgimiento violento de la extrema izquierda radical».
De lo que no cabe ninguna duda es que, sean o no verdaderamente culpables de los actos de que les acusa el Estado francés, estos "autónomos" han sido marionetas en las manos de la burguesía. La verdadera cuestión es pues para qué: ¿para qué les han dejado actuar durante meses? y ¿por qué han puesto en marcha hoy toda la parafernalia de su detención tratándoles como si fuesen los peores criminales?
Este pequeño grupo de "autónomos" va a ser triturado por la maquinaria judicial. La burguesía que, cínicamente, les ha tendido una trampa durante meses, se lanza ahora como hienas furiosas armadas con todo su arsenal represivo, contra estas presas fáciles. Y así por el hecho de haber, quizás, bloqueado los trenes y provocado unos cuantos desórdenes, este puñado de elementos desclasados (aunque de familias acomodadas como machaconamente insiste la propaganda para desprestigiarlos), se enfrentan hoy a acusaciones de "actos de terrorismo" y "asociación para la lucha armada" contra el Estado, que pueden comportar penas de prisión de ¡hasta 20 años!
Es posible que quienes hayan cometido tales acciones de sabotaje lo hayan hecho pensando que mediante estos actos, iban a despertar las conciencias y demostrar que el sistema resulta también vulnerable. Estos elementos expresan, en cierta forma, un sentimiento de rebeldía primario y desesperado contra la inhumanidad de este sistema, pero al perderse en este tipo de actos estériles que no representan si acaso más que una picadura de mosquito en la piel de un elefante, lo que en realidad evidencian es su propia impotencia. Se trata de elementos completamente desnortados movidos por una revuelta esencialmente individualista y que se dedican a acometer acciones absurdas. Tales actos no solo ponen de manifiesto su ingenuidad sino también su estupidez. En realidad tales acciones no van a despertar el más mínimo atisbo de conciencia en el seno de la clase obrera, sino exhibir la desesperación impotente y el aislamiento de sus autores. Confiar en que tales actos, obra de una ínfima minoría, podrían tener alguna relevancia en una lucha contra este sistema de explotación pone en realidad de manifiesto una buena dosis de megalomanía. Estos actos de sabotaje no tienen nada que ver con los métodos de lucha de la clase obrera. Estos métodos a la desesperada son, por completo, ajenos y se sitúan completamente en las antípodas de las luchas colectivas y solidarias de esta última.
Y por ello aunque denunciamos la represión del Estado burgués que se abate hoy contra estos desclasados vigilados y manipulados, rechazamos igualmente sus hipotéticos actos de sabotaje.
En definitiva estos elementos han acabado siendo útiles a la misma clase contra la que creían luchar. Sean quienes sean los actores de estas acciones sirven en realidad perfectamente a los intereses de la burguesía. Ello explica todo el circo mediático que se ha montado en todo a este asunto, y también que la policía les haya estado "consintiendo" durante meses. La burguesía ha manipulado a este pequeño grupo de "autónomos" con objeto de lanzar una vasta campaña ideológica dirigida, esta vez, contra toda la clase obrera.
Al identificar hoy la lucha obrera con el terrorismo y justificar así la implacable represión que se abate contra aquellos que pretendan luchar contra el sistema capitalista, los explotadores tratan en realidad de ir habituando a la gente para que acaben aceptando la represión de los futuros combates del proletariado. Tratara de rentabilizar el actual lavado de cerebro para poder tener las manos libres y reprimir a lo bestia las próximas luchas excusándose con cualquier disturbio que debe combatirse para mantener el orden público. Y si no aparecen los disturbios,... ¡ellos mismos los crearan! Asistiremos a la enésima reedición de la clásica maniobra consistente en infiltrar policías en las manifestaciones para que realicen actos de vandalismo y justificar así el envío de los "antidisturbios". Y si todavía hay quien no se lo cree, que lea con atención la confesión realizada por un viejo zorro de la burguesía italiana, "maestro" en este tipo de tretas, y que en el actual contexto de las luchas en aquel país(2), sobre todo en las universidades, ha declarado en una entrevista:
« - Presidente Consiga, ¿Piensa Ud que Berlusconi exagera al amenazar con el empleo de la fuerza pública contra los estudiantes.
- Eso depende, si se ve uno como el presidente de un Consejo de un Estado fuerte no. Ha hecho muy bien. Pero dado que Italia es un Estado débil y que en la oposición no se haya un partido de granito como el PCI, sino el evanescente PD, me temo que los hechos no acompañen a las palabras y que, en consecuencia, Berlusconi quede en ridículo.
- Y ¿que es lo que habría que hacer?
- Maroni (actual ministro del Interior del Gobierno de Berlusconi - N de la R de CCI -) debería estar haciendo ahora lo mismo que yo hice cuando fui ministro del Interior.
- ¿Es decir?
- Dejar hacer. Retirar la policía de las calles y de la universidad. Infiltrar el movimiento con agentes provocadores dispuestos a todo y promover que durante una decena de días las manifestaciones devasten los comercios, quemen automóviles y arrasen las ciudades.
- Y ¿después?
- Después, respaldado por la opinión pública, hacer que el ruido de las sirenas de las ambulancias tapara el de los coches de la policía y los carabineros.
- ¿A que se refiere?
- A que las fuerzas del orden deberían masacrar sin piedad alguna a los manifestantes hasta mandarlos a todos al hospital. No detenerlos para que luego los jueces los pongan en libertad, sino dejarlos maltrechos y también a esos profesores que les incitan.
- ¿A los profesores también?
- A esos sobre todo. No, desde luego, a los más viejos. Pero sí a los maestros jóvenes. ¿Se da cuenta de lo que está pasando? Son los profesores quienes adoctrinan a los estudiantes y les empujan a manifestarse en la calle. ¡Es criminal!».(3)
Y tales artimañas ¿no recuerdan sospechosamente lo ocurrido en Noviembre de 2007, cuando los ferroviarios luchaban contra la reforma de su sistema de jubilaciones, y unos falsos vándalos - en realidad verdaderos provocadores - se dedicaron también a sabotear las vías del tren, favoreciendo que los ferroviarios aparecieran como "terroristas" sedientos de sangre y destrucción, contrarestando la creciente simpatía de otros trabajadores hacia esa lucha?
La burguesía sabe de sobra que la perspectiva viene marcada por el desarrollo de las luchas, que con el avance de la crisis económica la clase obrera no va a aceptar sin rechistar los ataques y la miseria. Esta tendencia a la reanudación y el desarrollo de la lucha de clases inquieta desde luego a todos los gobiernos que se preparan contra ella, modernizando y reforzando especialmente los aparatos de vigilancia policial y represión, tanto en Francia y en Italia como en todas partes(4).
Pero la perfidia de esta campaña tan cuidadosamente orquestada va aún más lejos y sirve a la burguesía para amalgamar terroristas y revolucionarios. Pretende que aparezcan como "actos terroristas" las publicaciones y las organizaciones de todos aquellos que rechazan el Estado capitalista, el parlamentarismo burgués o el sindicalismo. Se mete así a terroristas y revolucionarios en un mismo saco bautizado como "ultraizquierda"(5). Así hemos visto como los titulares de periódicos y telediarios rezaban una y otra vez: «SNCF: el regreso de la ultraizquierda activista», «La ultraizquierda descarrila», «Sabotajes en la SNCF: diez detenciones entre ultraizquierdistas»(6). Y para remate la burguesía insiste machaconamente en esta campaña de calumnias sobre las vinculaciones internacionales de estos "terroristas de ultraizquierda", sugiriendo pues la tesis de un "complot terrorista internacional". Lo que pretende en realidad es poner barreras ideológicas a la toma de conciencia de los trabajadores sobre la naturaleza internacional de la lucha de clases y a cultivar la desconfianza más atroz hacia las, también necesariamente internacionales, organizaciones revolucionarias.
También en esto está preparando el terreno para posibles represiones en el futuro, pero lo que busca, en lo inmediato, es crear una especie de cordón sanitario ideológico con el que arrinconar las posiciones revolucionarias Si la burguesía agita hoy el terrorismo como un temible espantajo es para tratar de intimidar a los obreros y que estos no se acerquen a quienes, como nuestros militantes(7), exhiben en la calle publicaciones que evocan la revolución (como es el caso de Révolution Internationale, nombre de nuestro órgano de expresión en Francia).
Ese es el oscuro interés de la falaz amalgama en la nebulosa de la "ultraizquierda" de las posiciones de los revolucionarios internacionalistas que apoyan el desarrollo de la solidaridad y de las luchas obreras para poder, llegado el momento, echar abajo el capitalismo, y la "movida anarco-autónoma" integrada por "rebotados" que propugnan el sabotaje y la acción directa individualista. La burguesia quiere criminalizar de entrada y presentar como terroristas a todos aquellos que osen criticar la dominación capitalista y a desarrollar un combate contra ella. Se siembra desconfianza hacia ellos entre la población en general y en la clase obrera en particular. Es interesante destacar aquí como el Gobierno - en Francia la derecha pura y dura de Mr. Sarkozy -, pone en cambio mucho interés en deslindar esa ultraizquierda desalmada de la extrema izquierda democrática y respetable. En un informativo del 16 de Noviembre, Michèle Alliot-Marie (ella una vez más) cifraba en 300 personas las fuerzas de la ultraizquierda en Francia, pero insistía mucho en que Olivier Besancenot (el actual líder de la extrema izquierda francesa) no estaba incluido entre ellos puesto que EL sí aceptaba el "debate democrático". El mensaje está claro y podríamos subtitularlo así: «Obreros: si queréis luchar por vuestras condiciones de vida tened cuidado de no caer en las garras de los terroristas de la ‘ultraizquierda'. Encaminaos, mejor, hacia los partidos responsables como el NPA - Nuevo Partido Anticapitalista-». Digamos de paso que este respaldo cariñoso de la derecha pone de manifiesto el carácter de clase (burgués) de estas organizaciones de extrema izquierda, estas "primeras en oponerse a la política de Sarkozy".
El terrorismo no forma parte de los métodos de lucha de la clase obrera(8), pues es siempre un juguete en manos de la clase dominante para alimentar su propaganda mistificadora y justificar el reforzamiento de su arsenal represivo contra su verdaderom enemigo: el proletariado.
¡No al terrorismo!
¡Abajo el terror del Estado burgués!
¡Viva la lucha unida y solidaria de toda la clase obrera!
CCI, 17 de Noviembre de 2008.
(1) Este "medio de la autonomía" es un terreno político sumamente impreciso. Conoció una primera etapa de relativo éxito en Italia cuando durante las luchas de la primavera y el verano de 1977 florecieron multitud de "grupos autónomos" muy a menudo sobre las ruinas de los partidos estalinistas pro-maoístas, o en ruptura con el llamado "compromiso histórico" que impulsaban el PCI y las centrales sindicales. En Francia conoció también un auge en esa misma época, manifestándose sobre todo a través del movimiento "antinuclear" en oposición a la construcción de la central de Creys-Malville o cuando la ocupación del periódico Libération. Sin embargo donde esta movida activista se ha arraigado con más fuerza ha sido en el medio anarquista, propugnando los enfrentamientos violentos con la policía en las manifestaciones callejeras, y fundamentándose además en la teorización anarquista de las acciones de sabotaje destinadas a servir simbólicamente de ejemplo y para desafiar o perturbar los engranajes del Estado burgués. Una parte muy importante de esta nebulosa "autónoma" no ha clarificado sus ambiguas relaciones con los verdaderos grupos terroristas paramilitares de los años 70, marcados por el izquierdismo y el estalinismo, sea la RAF en Alemania, las Brigadas Rojas en Italia, los GARI en España, o grupos como NAPAP o Acción Directa en Francia, aunque rechacen hoy, categóricamente, el recurso al asesinato.
(2) Ver artículo en italiano en : it.internationalism.org/node/662
(3) Entrevista realizada a Consiga por Andrea Cangini el jueves 23 de Octubre de 2008. "Hay que pararles. El terrorismo sale también de las universidades" y publicada en Quotidiano Nazionale.
(4) Esta campaña tiene además un alcance internacional como puede comprobarse con la gran trascendencia que está teniendo en los medios un reciente film alemán sobre la banda "Baader"
(5) En Francia el libro de referencia para la definición de "ultraizquierda" es la Historia General de la Ultraizquierda escrito por Christophe Bourseiller. En un lugar destacado de ese infame "cajon de sastre" aparece, como no, la Izquierda Comunista y por tanto la Corriente Comunista Internacional. Además en un reciente programa televisivo de la 5, otro "especialista en la ultraizquierda", afirmó que el terrorismo actual de los autónomos tenía sus raíces en el bordiguismo de los años 1920, que como Izquierda italiana constituye una de las fracciones que se desgajaron de la Internacional Comunista gangrenada por la contrarrevolución estalinista. La CCI se reivindica de la herencia de esta fracción. Para comprender, en cambio, por que no tenemos absolutamente nada que ver con esa "movida" de la ultraizquierda recomendamos la lectura de nuestro artículo (en francés): ¡"A propósito del libro de Bourseiller: ‘Historia General de la Ultraizquierda'" en: fr.internationalism.org/ri344/livre_ultra-gauche.htm.
(6) Nos referimos respectivamente al diario Le Figaro del 14 de Noviembre, al telediario de la cadena de televisión M6 del 11 de Noviembre y al periódico Le Parisien de ese mismo 11 de Noviembre.
(7) En más de una ocasión cuando los media se han explayado en mostrar las imágenes de tal o cual acción terrorista, miembros de nuestra organización han debido responder (ante quienes se acercaban a nuestras intervenciones o ante compañeros de trabajo que conocen vagamente nuestras convicciones revolucionarias) a la pregunta: «¿Tenéis vosotros algo que ver con estos atentados?».
(8) Recordemos aquí esta posición de base que aparece en el dorso de todas nuestras publicaciones: «El terrorismo no tiene nada que ver con los medios de lucha de la clase obrera. Es una expresión de capas sociales sin porvenir histórico y de la descomposición de la pequeña burguesía y cuando no son emanación directa de la pugna que mantienen permanentemente los Estados entre sí; por ello ha sido siempre un terreno privilegiado para las manipulaciones de la burguesía. El terrorismo predica la acción directa de pequeñas minorías y por ello se sitúa en el extremo opuesto a la violencia de clase, la cual surge como acción de masas consciente y organizada del proletariado». .
Hemos recibido un texto de un compañero de Ecuador sobre la emigración desde este país (en España es una de las poblaciones migratorias más importantes[1]).
El texto defiende la posición, que compartimos plenamente, de que la emigración masiva de los últimos años es un producto de la crisis histórica y mundial del capitalismo, de su hundimiento en la barbarie, que condena a millones de proletarios y otras capas desheredadas de la población, a la miseria más absoluta, de la que tratan de huir buscando refugio en los países "desarrollados". Miseria que no se traduce únicamente en la falta de empleo y la escasez muchas veces de lo más imprescindible para vivir, sino en una auténtica descomposición del tejido social, con sus implicaciones respecto a la insalubridad, el desarrollo del gangsterismo, etc. Todo lo que implica una falta absoluta de perspectiva.
Esta toma de posición tiene además el mérito de mostrar cómo, concretamente, los efectos de la crisis económica en Ecuador han seguido las vicisitudes de la crisis mundial. Aunque los capitales nacionales más débiles, como los de la periferia del capitalismo cargan con la peor parte, el epicentro de la crisis histórica y mundial del capitalismo son los países centrales. De hecho, el espejismo de crecimiento económico de los años 70, que dio lugar a los llamados "países en vías de desarrollo", o como dice el compañero, a la política de industrialización de "substitución de importaciones" en Ecuador, es producto de la política de exportación de la crisis del centro a la periferia, a través de la concesión de créditos masivos a los países del llamado Tercer Mundo para que compraran mercancías europeas y americanas[2]. Esto se demostró con creces poco después con la crisis de la deuda en los años 80, que acabó de golpe con las políticas "desarrollistas" liquidando las mínimas condiciones de vida de la mayor parte de la población trabajadora de estos países. A su vez, esta crisis se saldó con una nueva inyección crediticia especulativa de dimensiones aún más espectaculares, pero que, como la droga en los adictos, que ya no produce ninguna euforia, sino que simplemente ataja la abstinencia, ponía parches con créditos para tapar agujeros de otros créditos en una burbuja especulativa que condujo a las quiebras financieras de los 90. Durante esta década, como señala el texto, la degradación de las condiciones de vida de la clase obrera y de la población no explotadora en general, se convierte en desesperanza, en ausencia de futuro; y eso es lo que está a la base de las oleadas de emigración masivas.
Pero no es sólo en Ecuador donde el capitalismo es incapaz de ofrecer una perspectiva de vida; es fundamentalmente en EEUU y en Europa, en el centro del capitalismo, donde se muestra esa falta de perspectiva. Si estos países representaron en algún momento incluso en la decadencia (reconstrucción de posguerra), una posibilidad de conseguir empleo y garantizar unas mínimas condiciones de vida ( a costa de sobreexplotación como pudieron comprobar los emigrantes españoles en Alemania y Suiza en los años 60), hoy acumulan desempleados y trabajadores precarios. Las empresas que cierran o "reestructuran" no son pequeños talleres, sino buques insignia del capitalismo, como General motors en EEUU, y las instituciones financieras que se hunden no son las bolsas de los tigres asiáticos, sino el Northern rock bank de Inglaterra. La exclusión de los trabajadores emigrantes, a los que el capitalismo condena a morir de hambre en los cinturones industriales de los países desarrollados es ya el futuro que reserva a los obreros autóctonos de estos países a los que condena al desempleo y la miseria.
La condición de ilegales y clandestinos o de "acogidos" de los obreros emigrantes es lo que permite al capitalismo apurar hasta el límite la degradación de sus condiciones de vida, amenazándolos con la expulsión o la marginación; pero es al mismo tiempo también lo que la burguesía utiliza para presionar a la baja las condiciones de los trabajadores "autóctonos". "Los obreros no tienen patria", la clase obrera está unida, por encima de la división en obreros emigrantes y "autóctonos", por su naturaleza de clase explotada, que se ve obligada a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir y no tiene otro recurso de vida, lo que le empuja a ser revolucionaria para reivindicar unas condiciones de vida humanas.
Las campañas ideológicas sobre la emigración tratan de ocultar al proletariado mundial el hundimiento del capitalismo, su incapacidad de ofrecer una perspectiva de vida para la mayoría de la población. A los obreros que emigran a los países más "ricos", se les intenta hacer creer que allí podrán encontrar una vida mejor; a los obreros de esos países que se quejan sin embargo de sus miserables condiciones de vida, se les dice que la causa son los emigrantes. El capitalismo se hunde en todo el mundo en una crisis que hoy toma la forma de putrefacción, arrastrando consigo a toda la humanidad a la barbarie. La única alternativa frente a esta situación es la perspectiva de su destrucción y la toma a cargo por el proletariado de la revolución mundial y la transformación comunista de la sociedad.
CCI
En el Ecuador, país de América del Sur que orbita en la periferia del capitalismo, eternamente dependiente del mercado norteamericano, miembro del patio trasero de esta potencia militar y económica, cuyo desarrollo capitalista ha estado marcado por la producción de materia prima, básicamente banano y petróleo (a inicios de los ochenta del siglo pasado la producción de camarón se sumó como elemento sustancial en los ingresos del estado). Gracias a la incorporación de la producción petrolera en la economía ecuatoriana y al fuerte endeudamiento en los años 70 del siglo pasado, al estado ecuatoriano le permitió desarrollar un proceso de industrialización llamado "sustitución de importaciones" iniciado por el gobierno "Revolucionario Nacionalista" del militar: Gen. Guillermo Rodríguez Lara, y continuado por el triunvirato militar conformado por los jefes de las tres ramas de las FF AA que gobernó el último lustro de esa década; esto generó un incremento en los puestos de trabajo y mejoró la calidad de vida de una creciente clase media; el espejismo provocado por el "boom" petrolero ocultó momentáneamente la crisis general del sistema capitalista desatada a inicios de los 60 y que de una u otra manera alertó a sectores de la burguesía nacional a dar paso a la intervención de las FF AA en la gestión del Estado para así mediatizar las posibles repercusiones de los vientos de insurgencias que se desataron por toda América Latina; los petrodólares no pudieron prolongar la mascarada, la crisis del sistema capitalista seguía su curso inexorable a la agudización, los trabajadores comenzaron a salir a las calles a protestar por mejor sueldo y mejoras en las condiciones de vida, manejados por los sindicatos fortalecidos desde el momentáneo "Estado de Bienestar", los conflictos se fueron profundizando dando paso a la salida orquestada desde el aparato estatal: "El retorno al régimen democrático" (1979), sellado por la muerte de más de cien zafreros -obreros agrícolas- del ingenio azucarero AZTRA.
Ni bien inaugurada la nueva democracia el proletariado ecuatoriano se desayunaba con las políticas de ajuste que recetaba el FMI para apalear las consecuencias de la crisis económica que sería el estribillo que usarían todos los gobiernos de turno sin importar de que color fueran; los logros de los 70 se fueron esfumando con la factura que el capitalismo en decadencia le pasaban a los países en la región, la crisis de México en los inicios de los 80, y las de Argentina y Brasil en los 90, dieron impulso a las políticas anti-obreras, recetas del FMI, provocando el cierre de puestos de trabajo, masas de proletarios pasaron a formar parte de la llamada "economía informal", a habitar en los cinturones de miseria de las grandes ciudades, ser parte del lumpe proletariado, carne para las pandillas organizadas de mafiosos vinculados en el narcotráfico, sicariato, tráfico humano, etc. Este cuadro ha sido el mayor motor para la masiva migración de trabajadores en la búsqueda de mejores condiciones de vida.
Después de la debacle bancaria de 1999 -en el medio ecuatoriano se lo conoce como el atraco del siglo-; crisis de las instituciones financieras que para los agoreros criollos de la economía ecuatoriana le atribuyeron, por un lado al desastre en la producción causado por la presencia del llamado "fenómeno del niño" que generó lluvias torrenciales provocando inundaciones, por otro lado, al mal manejo de los fondos por parte de los directores de las instituciones financieras que cayeron cual piezas de un dominó, manejo errado en la medida de que los directores de dichas instituciones utilizaron su posición para otorgarse créditos y a través de empresas fantasmas y vinculadas con ellos manejaron dichos montos para sus propios beneficios, es decir corrupción; esta conclusión que se ha convertido en la verdad esgrimida por todos los medios de información, los analistas económicos y los voceros de las instituciones del Estado ecuatoriano es una verdad a medias, en todo caso una verdad que oculta lo de fondo: la profunda crisis del sistema capitalista, ya que lo ocurrido en Ecuador en 1999 eran las consecuencias de las crisis desatadas en Argentina y Brasil sumadas al derrumbe de las economías "emergentes" del Pacífico del sur, los llamados "Tigres Asiáticos" (1997); el maremoto llegó al Ecuador para ese año y afectó precisamente al sector que está directamente entrelazado con el resto de las economías del orbe. Esta hecatombe financiera fue de tal magnitud que de la noche a la mañana miles se quedaron en la calle, decenas de medianas y grandes empresas cayeron como casas de papel, miles de millones de sucres se esfumaron, esto provocó, así mismo, la proletarización de grandes segmentos de la pequeño burguesía, anunciando una vez más la imposibilidad del sistema capitalista de salir del pantano en que se encuentra, conduciendo al conjunto de la sociedad a sufrir "una epidemia social, que en cualquier época anterior hubiera parecido absurda, se extiende sobre la sociedad: la epidemia de la superproducción. La sociedad se encuentra súbitamente retrotraída a un estado de barbarie momentánea";[3] y así se desató una marea migratoria sin precedentes en la historia ecuatoriana; millones salieron del Ecuador, Europa se sumó a la ruta preferida por los emigrantes -en décadas anteriores EE UU y Canadá eran las rutas preferidas-, concentrados mayoritariamente en España e Italia. Desde aquella época los deseos de miles de salir no ha cesado, los intentos persisten en la medida en que el estado capitalista ecuatoriano al igual que los demás estados de la periferia del capitalismo, no dan respuestas en materia de empleo, seguridad social, salud, etc., y llenos de ilusiones piensan que en los países "desarrollados" las cosas cambiarán; pero esta ilusión ha ido cobrando víctimas mortales, muchos se ahogan tras naufragar la embarcación en que viajan por exceso de personas intentando salir rumbo América Central, otros llegando a América Central mueren en las selvas guatemaltecas, en el desierto al norte de México frontera con los EE UU, o en los rieles del tren que los lleva al "gran sueño americano", los que escogen Europa apenas llegan a cualquier aeropuerto deberán tomar las debidas precauciones para no terminar ser tratados como vulgares delincuentes.
Los que vienen intentando salir rumbo a los EE.UU. lo hacen utilizando los servicios de los "coyoteros", estas empresas mafiosas cuyas ramificaciones llegan hasta las instituciones del estado capitalista ecuatoriano (esto último se demuestra cuando nunca a caído un pez gordo en las redadas que efectúa las fuerzas de seguridad y jamás explican cómo unos simples tripulantes obtienen los respectivos permisos para zarpar, y cuando capturan la embarcación después de un tiempo esta sale libre y "OH SORPRESA" vuelve a ser usado por los "coyoteros"), tras sacarles altas sumas de dinero someten a sus "clientes" en verdaderos esclavos vendidos principalmente en los EE UU (hay relatos de sobrevivientes de naufragios de estas verdaderas galeras de esclavos que cuando se ven amenazados los tripulantes socios de los coyoteros, abandonan la embarcación con todos los ocupantes), "Agosta 12 de 2 005. Se informó que hubo el naufragio de una embarcación con emigrantes frente a las costas colombianas rumbo a Centroamérica. 113 ecuatorianos viajaban en dicha embarcación 9 sobrevivieron"[4] Hemos regresado a la época de los barcos negreros que llenaron los mares en el siglo XVI y que por años fueron los suministradores de mano de obra esclava para el desarrollo de las colonias portuguesas, inglesas, holandesas, francesas, españolas, y de las plantaciones algodoneras de los estados del sur en los EE.UU.; todo por el bien de la acumulación originaria del capital. Así como en aquella época lejana que se pierde en relatos de historia, países como el nuestro se han convertido en exportador de mano de obra esclava, la misma que sometida bajo el yugo del salario miserable, es reprimida y oprimida bajo la sombra del estatus de ilegal, indocumentado, perseguido cual zorro por los aparatos represivos del estado y por grandes sectores de la sociedad manipulados por los ultraderechistas nacionalistas que para ganarse un espacio político y así poder disputar el control del estado levantan slogan nacionalistas llenos de xenofobia, ejemplo reciente las últimas elecciones presidenciales en España. Entre 1 999 y 2 006 897 411 personas han salido del Ecuador, 7% de la población en general, 20% de la población económica activa. Todos los que intentan, por cualquier medio, salir del país en su mayoría son hijos de la clase proletaria y del campesinado pobre; desde ya víctimas del capitalismo y que no dejan de serlo, por cuanto, si logran llegar a su objetivo solo servirá para que el capitalista de aquél país receptor se enriquezca mucho más a costa de la sobreexplotación de mano de obra barata, por otro lado, su condición no varía, seguirá siendo proletario y en cuanto el campesino pobre se proletarizará, y ambos subsistirán en peores condiciones que las de sus hermanos proletarios nativos. Hoy por hoy, después del petróleo el rubro de mayor ingreso para el fisco son las remesas de los emigrantes, esto significa que el estado capitalista ecuatoriano se nutre de manera sustancial de lo que generan los pulmones de millones de ecuatorianos en calidad de esclavos asalariados. "En el 2 001 la economía se apuntaló con las remesas de los emigrantes, con 1 430 millones de dólares (superior a las inversiones petroleras en ese año)" [5]"En el 2 000 las remesas de los emigrantes, con 1 364 millones de dólares, habrían sido superiores a las exportaciones sumadas de banano, camarón, café, cacao ($ 1 167 millones)"[6]; para el 2 001 esta suma era de $ 1 136 millones. En el 2 000 las exportaciones petroleras fueron de $ 1 913 millones, en el 2 001 fueron de $ 2 442.[7] El gobierno actual (Rafael Correa es el presidente) de manera demagógica y populista a invocado a todos los emigrantes a que vuelvan al país y que inviertan sus ahorros en pequeños negocios y así cambien su condición, su famoso "plan de retorno" con todo su oropel levantado -creo una secretaría de estado denominada "Del Emigrante"-, no deja de ser un acto de hipocresía mayúscula; el líder de la "revolución ciudadana" no cuestiona las condiciones de doble explotación en que se encuentran los emigrantes -la una por ser extranjeros reprimidos y sometidos con poco salario a un régimen de sobre explotación y segundo, por ser proletarios-, no dice nada con respecto al coyoterismo -Correa se limita a sugerir el endurecimiento de las penas a los implicados, es decir, se limita a la reforma superficial de las leyes y ordenanzas en las instituciones relacionadas con el tema, mas no profundiza en la búsqueda de soluciones definitivas, tal vez porque es conciente que no puede hacerlo sin irse contra el sustento mismo del capitalista, que es la explotación inmisericorde del proletariado de todas las formas posibles, que es la verdadera pasión de la burguesía-, el discurso ante la ONU donde declaró como un crimen contra la humanidad el trato despótico a los emigrantes no dejó de ser un acto propagandístico para ganarse para sí los votos de estos ante la convocatoria a elección a la Asamblea Constituyente, sino pregunten si la famosa secretaría del emigrante tiene fondos suficientes, un plan efectivo para la unificación familiar -con cada emigrante en el extranjero es una familia destruida: hijos al cuidado de vecinos, abuelos o tíos, esposos separados, toda una tragedia humana-. ¿Pudo actuar con libertad y se vio justificada su existencia cuando ocurrió el intento de expulsión a una madre y a su hija del estado Belga, en el segundo semestre del año pasado? Se evidencio su inoperancia y los límites de la política correísta con respecto a estos temas -ni la esposa de este que siendo de nacionalidad Belga pudo hacer algo a más de señalar lo horrorizada y avergonzada que se sintió por lo ocurrido-, límites impuestos por el propio mercado de la fuerza laboral, de la venta del proletariado, de la explotación de este por parte de un sistema social económico y político que vive exprimiendo la fuerza de trabajo hasta la muerte.
Este fenómeno social como gusta llamar los sociólogos y antropólogos a la emigración, sus orígenes, consecuencias y posibles soluciones; lo analizan de distintos ángulos, le dan las mil vueltas pero al final terminan recomendando a todos los gobiernos de cualquier ralea lo mismo de siempre: "que deben invertir más en educación, en promocionar tal o cual rubro o sector de la economía para la generación de empleos, la capacitación micro-empresarial con el respectivo paquete de créditos, etc.;" al final el resultado es el mismo, nada sustancioso; el destape de la crisis endémica del sistema capitalista (1960) arroja a la calle a miles de miles de trabajadores a diario producto del caos desatado por la libre concurrencia en el mercado donde el pez grande se come al chico, donde la saturación del mercado produce el traslado de corporaciones de toda naturaleza de un lado a otro buscando, ya no nuevos mercados que explotar, sino nichos donde la mano de obra sea súper barata, el estado sea súper corrupto y la sociedad en su conjunto este totalmente desesperada; permitiendo a los grandes capitalistas extraer mayor plus valor y seguir con su tren de vida, aunque este tren este completamente descarrilado y dirigiéndose al despeñadero; este es el origen de todo mal, una sociedad que tiene demasiado y al mismo tiempo padece males que no los puede resolver, una sociedad que hiede a podrida, esto es el capitalismo en descomposición Un solo camino para el cambio radical de esto y otras perlas que hacen del sistema capitalista una amenaza para la supervivencia de la especie humana; un solo sendero, el de la organización del proletariado en clase para si organizado en consejos obreros y que junto con la intervención de su vanguardia, el Partido Comunista Mundial, en la lucha de clase, asuma su rol ante la especie humana derribando el edificio del sistema capitalista desde sus bases y sobre sus ruinas construya el comunismo. Marzo de 2008, Jonás
[1] Según el Boletín estadístico de extranjería e inmigración, editado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales, que sólo contabiliza los emigrantes documentados, por nacionalidad de origen, en Diciembre de 2007 el colectivo ecuatoriano era el tercero en volumen, tras el marroquí y el rumano.
[2]«Entre 1974 y 1977 asistimos a la mayor oleada de préstamos de la historia hasta entonces: 78000 millones de dólares concedidos en créditos sólo a países del Tercer Mundo sin incluir a los del bloque ruso. Para darse una idea hay que recordar que los créditos concedidos por el plan Marshall a los países europeos, que ya entonces supusieron un récord espectacular, significaron entre 1948-53 un total de 15000 millones de dólares» («Treinta años de crisis del capitalismo», Revista Internacional nº 96, /revista-internacional/199901/1175/crisis-economica-i-treinta-anos-de-crisis-abierta-del-capitalismo [303]
[3] Manifiesto Comunista
[4] Comunicado de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador, difundido en aquellos días.
[5] Artículo elaborado por Alberto Acosta (Economista, Presidente de la Asamblea Constituyente, miembro del buró del movimiento político PAIS, actualmente gobernando) difundido en Wiki Learning.
[6] Ídem.
[7] Ídem.
Después del ataque de tropas colombianas a un campamento de las FARC el 1º de marzo pasado, ubicado en territorio ecuatoriano[1], todos los gobiernos involucrados en las tensiones insisten en declararse partidarios de la paz e incluso han preparado shows mediáticos en sus respectivos países para promover la "hermandad de los pueblos"; cada uno se presenta como el máximo defensor de los "derechos humanos", pero en realidad todos se preparan para la confrontación: incrementan la compra de armamentos, mantienen a sus tropas en alerta y hacen llamados a la población en pro de la defensa de la patria.
En efecto, a casi 6 meses de la acción del ejército colombiano se han dado una serie de acontecimientos que mantienen la situación de tensión e inestabilidad en la región:
-las continuas acusaciones entre los gobiernos de Ecuador y Colombia, que refleja el alto grado de descomposición que existe en las relaciones diplomáticas entre ambos países.
-las airadas reacciones de los gobiernos de Venezuela y Ecuador contra el de Colombia, ante la certificación de INTERPOL de la información almacenada en las computadoras incautados a las FARC durante las acciones, que comprometen a esos gobiernos en el apoyo material y estratégico a estas fuerzas guerrilleras.
-la reciente liberación de la rehén Ingrid Betancourt, 3 norteamericanos y 11 rehenes mas. Uno de los golpes más duros infligidos por el gobierno de Álvaro Uribe contra las FARC, debido a que la Betancourt y los norteamericanos formaban parte de los rehenes mas preciados por el grupo guerrillero en su puja contra el gobierno colombiano y le servían como factor de presión para la intervención de otros países. Aunque existe un debilitamiento de estas fuerzas guerrilleras (debido a la muerte del líder máximo Marulanda y las deserciones y bajas de varios de sus miembros importantes), de ninguna manera significa su desaparición, lo que se expresa en su rechazo al llamamiento de Chávez y el presidente de Ecuador Rafael Correa para que depongan las armas y liberen a los rehenes.
-el mayor involucramiento del gobierno de Nicaragua en el conflicto: mediante acusaciones al gobierno colombiano de intentar acciones contra un supuesto grupo de guerrilleras de las FARC, sobrevivientes de los ataques del 1º de marzo, asiladas en Nicaragua; y el intento del gobierno de Nicaragua por revivir el viejo litigio territorial con Colombia por el archipiélago de San Andrés y Providencia en el Caribe. Como una provocación, las FARC han propuesto al presidente de Nicaragua Daniel Ortega como mediador con el gobierno colombiano (situación que éste ha negado de manera contundente).
Una pelea entre caimanes del mismo caño
Estos acontecimientos, que se dan de manera acelerada, han fortalecido por ahora a Uribe y a la burguesía colombiana en la geopolítica de la región, con el evidente apoyo militar y de inteligencia de los EEUU; ante las intenciones nada ocultas de los sectores de la burguesía venezolana que lidera Chávez, de posicionarse como una potencia regional importante y las presiones hacia ese país de parte del estado ecuatoriano.
Estos pequeños bandidos se confrontan unos con otros y tratan de sacar el mejor provecho a las debilidades geopolíticas del gran bandido yanqui a nivel mundial, para intentar tener mayor influencia en parte del "patio trasero" que EEUU controló sin mayores problemas hasta el derrumbe del bloque ruso en 1989; hecho que marcó el inicio del fin del sistema de bloques imperialistas existente hasta entonces. Estas acciones geopolíticas tienen su causa profunda, no en la megalomanía de Uribe, Correa o Chávez, si no en las propias necesidades de las burguesías de Colombia, Ecuador y Venezuela, quienes para enfrentar la crisis económica (que se acentúa con la recesión de la economía americana y mundial), requieren mantener y posicionarse mejor en sus mercados naturales de Centro y Suramérica y del Caribe, en un período en el cual al "tío Sam" se le hace cuesta arriba mantener el control de sus áreas de influencia. Ahora, no sólo el imperialismo norteamericano interviene en la región, sino que emergen estos pequeños imperialismos que compiten con los otros estados e intentan someter a las economías más débiles de la región; lo que es harto evidente con el gobierno de Chávez, que hace uso de los ingentes ingresos petroleros de Venezuela para comprar apoyo a su proyecto geopolítico.
Después del ataque al campamento de las FARC, el gobierno colombiano dispone de un arma estratégica muy importante: la información almacenada en las computadoras del asesinado miembro del secretariado de esa organización Raúl Reyes, la cual ha sabido utilizar de manera dosificada, no sólo contra las propias fuerzas guerrilleras, sino contra quienes les apoyan a nivel regional y mundial; principalmente contra los gobiernos de Venezuela y Ecuador, quienes han pretendido crear un cerco geopolítico a Colombia.
El gobierno de Chávez, quien por ahora ha salido mal parado ante la ofensiva geopolítica de Colombia, se ha visto forzado a cambiar de estrategia[2]:
-por una parte, intenta jugar a la "paz": en un giro táctico de 180 grados hace un llamado a las FARC a deponer las armas y liberar a los rehenes; hace esfuerzos para controlarse y no emitir ataques verbales contra Uribe, con quien promovió un encuentro el 12 de Julio pasado en territorio venezolano, en el cual se vieron forzados a darse un nuevo abrazo para la galería, mientras cada uno medía sus fuerzas.
-por la otra, utiliza a los gobiernos de Ecuador y Nicaragua para mantener el acoso contra el gobierno de Colombia: se observa como el presidente Ortega de Nicaragua ha acentuado las acusaciones públicas contra el gobierno de Colombia, utilizando el lenguaje soez y provocador (al mismo estilo que Chávez) contra el presidente Uribe; característico de los gobernantes populistas. De parte del gobierno de Ecuador, prosiguen las acusaciones contra el de Colombia, que llevaron al presidente Correa a declarar que no habrá reanudación de las relaciones diplomáticas entre los dos países mientras Uribe, presidente "indecente", esté en el gobierno. No es casual que después de los incidentes de marzo, Venezuela ha incrementado los acuerdos de inversión y de "ayuda humanitaria" con ambos países.
Todos hablan de paz, pero se preparan para la guerra
Al unísono los gobernantes de los países involucrados en las tensiones se dicen partidarios de la paz. Pura retórica Cada uno fortalece sus planes guerreristas y mantienen viva en la población la posibilidad de una confrontación bélica.
Es bien conocido que Colombia, a través de la "ayuda" que le presta EEUU mediante el "Plan Colombia", ha incrementado y modernizado su equipamiento militar, y dispone de un ejército entrenado con una capacidad de movilización como ninguno en la región. La acción del 1º de marzo en territorio colombiano ha sido una manifestación de prueba de fuerza de la burguesía colombiana y el aviso a los vecinos que le acosan de que tiene la capacidad y disposición para intervenir en territorios extranjeros siempre que se vean amenazados sus intereses.
En el caso de Venezuela, Chávez y su Alto Mando militar nos repiten frecuentemente la máxima: "la mejor forma de garantizar la paz es prepararnos para la guerra". Sustentado en un "antiamericanismo" frenético, que le sirve como campaña ideológica para intentar conseguir apoyo a su proyecto político a nivel interno y externo; el chavismo, a través de una constante retórica guerrerista, intenta mantener viva en la población la amenaza de una inminente invasión de EEUU (con el apoyo de sus lacayos de la "oligarquía colombiana"); de esta manera justifica los miles de millones de dólares gastados en armamento en sus 10 años de gobierno. Después de marzo pasado el gobierno venezolano ha acelerado la compra de equipamiento militar ruso, su principal suplidor en este rubro: durante el viaje de Chávez a Rusia en julio pasado (el 6º durante su gobierno) se firmaron acuerdos por la compra de 1500 millones de dólares en armamento (que se suman a los 4000 ya gastados), y se planteó la posibilidad de instalar en territorio venezolano la infraestructura necesaria para suplir y dar mantenimiento al armamento ruso adquirido por Venezuela y que eventualmente puedan adquirir otros países de la región. En una reciente transmisión de su show dominical "Aló, Presidente", Chávez dijo que le daba la bienvenida a la flota rusa ante una eventual "visita" de ésta al mar Caribe y le dio su apoyo a las acciones de Rusia contra Georgia[3].
Aunque no se han realizado nuevas movilizaciones militares desde la de marzo pasado, la situación de tensión en la región continúa. Existe una especie de esquizofrenia en las relaciones entre los países involucrados: un día sus gobernantes se abrazan y al otro se apuñalean; lo que expresa la descomposición reinante en el seno de las clases dominantes. Ante esta situación de fragilidad no hay que descartar otro nuevo enfrentamiento, aunque sea por motivos aparentemente inocuos. La aceleración de la crisis económica y la necesidad de desviar las luchas de los proletarios y las expresiones de descontento de las masas, también serán factores de presión para que las burguesías intenten buscar las "salidas" guerreristas.
Sería un error ver puro teatro en estos juegos de guerra: la incursión del ejército colombiano en territorio ecuatoriano, así como las movilizaciones de tropas de Ecuador y Venezuela hacia la frontera con Colombia, aunque no llegaron a un enfrentamiento, son una muestra de lo que es capaz de hacer la burguesía en la defensa de sus intereses económicos y geopolíticos. Ya en el pasado reciente hubo enfrentamientos armados como los de Perú-Ecuador en 1995[4] y varios altercados diplomáticos entre Ecuador y Colombia en este nuevo siglo.
Pero esta situación de tensiones y enfrentamiento no es exclusiva de las burguesías "subdesarrolladas" de América Latina, sino que es expresión de la situación de caos y anarquía que reina a nivel mundial en las relaciones internacionales después de la caída del bloque ruso. Después de septiembre de 2001 observamos como los propios EEUU, en nombre de la lucha contra el terrorismo y por motivos "humanitarios" invaden Irak e intervienen en Afganistán junto con otras potencias occidentales, acentuando la barbarie y el caos en el Oriente Medio y Asia Central; vemos como el gobierno de Irán, simulando el comportamiento gangsteril de Bush y su pandilla, prosigue con su desarrollo de armas nucleares, mofándose de las grandes potencias; mas recientemente, Rusia ataca militarmente a Georgia como expresión de fuerza ante la decisión de EEUU de instalar un escudo antimisiles en la República Checa y Polonia, despertando los fantasmas de la guerra fría. En ese contexto, no es de sorprender que el pequeño "Napoleón del Caribe" Chávez, estreche alianzas con Irán y Rusia, y utilice sus petrodólares para ganar posicionamiento en las aguas revueltas del Caribe; o, que el gobierno de Uribe realice una acción militar en territorio ecuatoriano, violando las reglas de juego creadas por la propia burguesía para las relaciones internacionales.
Pero tal como sucede con los enfrentamientos que se dan en Asia Central o el Medio Oriente, quienes pagan las consecuencias de estos "juegos de guerra" no son los capitalistas (sean árabes o americanos; del sector privado o público) que compiten por un mejor posicionamiento geopolítico, sino los proletarios y el conjunto de la población civil.
El proletariado debe rechazar cualquier apoyo a los planes guerreristas de la burguesía
Después de los acontecimientos de marzo han arreciado las campañas de movilización de la población a favor de sus gobiernos respectivos. Es notorio el aumento de la popularidad de Uribe y Correa después de estos acontecimientos; el primero llegó a más de un 90% de aceptación. De su parte, tanto Chávez en Venezuela como Ortega en Nicaragua, mantienen una retórica guerrerista hacia la población en contra del "imperio" y uno de sus lacayos: la "oligarquía colombiana". A pesar del recato de Chávez en sus declaraciones contra Colombia, a los pocos días después de celebrarse la reunión Uribe-Chávez del 12 de julio, éste hizo duras declaraciones contra el Ministro de la Defensa colombiano Juan Manuel Santos, quien pidió que no se diera refugio a miembros de las FARC en territorio venezolano. Por su parte el presidente Correa, para mantener viva la campaña nacionalista, ha exigido para el 2009 la salida de la base militar que mantienen las fuerzas norteamericanas en territorio ecuatoriano en el puerto de Manta desde 1999. El desplazamiento de esta base militar a la región del Caribe, con la excusa de combatir el narcotráfico, será otro factor que aguzará las tensiones en la región.
Este mensaje guerrerista no sólo se realiza con la intención de mantener "motivadas" a las fuerzas armadas, sino a la población y los proletarios de los países involucrados para intentar ganar su apoyo a los planes de sus respectivas burguesías y desviar su atención de los graves problemas que padecen, de desempleo, alto costo de la vida, criminalidad, deterioro de los servicios públicos, etc. Mañana, sin el menor escrúpulo, en nombre de la "defensa de la patria" intentarán movilizar como carne de cañón a las masas depauperadas a las cuales dirigen sus planes populistas los Chávez, Correa, Ortega; o a las que piensan que con Uribe podrán salir de su situación de miseria. De igual manera intentarán movilizar a los proletarios en función de los sagrados intereses de la patria.
Los burgueses de las naciones de la región (así algunos se hagan llamar "revolucionarios" y "socialistas"), al igual que todos los burgueses del orbe, saben que la crisis del capitalismo es inexorable y que tienen que descargar sus efectos sobre las espaldas del proletariado y el conjunto de la población. Es así como en todos los países sin excepción, se incrementa la inflación que se traduce en aumento desmedido de los precios de los alimentos y servicios[5], escasez de alimentos, crecimiento del desempleo y del empleo precario, deterioro de los servicios públicos, incremento de la criminalidad, etc.; situación ante la cual los proletarios están dando muestras de que no se van a quedar de brazos cruzados: cada vez son mas frecuentes las luchas de los trabajadores exigiendo reivindicaciones salariales o sociales, que los lleva a enfrentamientos con el estado[6]. De igual manera las masas de los sectores mas empobrecidos de la población expresan su indignación ante el abandono por parte del estado.
La lucha de los proletarios en la defensa de sus condiciones de vida y sus intereses de clase es el mejor antídoto para contrarrestar los planes guerreristas de la burguesía. El proletariado, en caso de darse algún conflicto, no debe apoyar a ninguno de los bandos o participar en estos planes de guerra, donde el gran ganador es siempre la burguesía. Deben promover el "derrotismo revolucionario", que consiste en arreciar la lucha contra su propia burguesía, tal como lo hicieron Lenin y la izquierda de Zimmerwald durante la Primera Guerra Mundial: "El carácter reaccionario de esta guerra, las mentiras desvergonzadas de la burguesía de todos los países, que disimula sus objetivos de rapiña con una ideología "nacional", suscitan ineludiblemente, en la situación revolucionaria objetiva que se ha creado, un espíritu revolucionario entre las masas. Nuestro deber es ayudar a que las masas adquieran conciencia de ese espíritu, profundizarlo y darle forma. Esta tarea sólo la expresa certeramente la consigna de la transformación de la guerra imperialista en guerra civil, y toda lucha consecuente de clase durante la guerra, toda táctica de "acciones de masas", aplicada en serio, conduce de modo inevitable a dicha transformación."(V. I. Lenin, El Socialismo y la Guerra, 1915). Deben invocar al internacionalismo proletario llamando a la solidaridad de los proletarios del resto del mundo, rechazando cualquier apoyo a las fracciones burguesas en conflicto y levantar la bandera proletaria: ¡los proletarios no tienen patria ni intereses nacionales que defender!
Por su parte, los revolucionarios, grupos y elementos que luchamos por la superación del sistema capitalista de explotación por una verdadera sociedad socialista, debemos oponernos con todas nuestras fuerzas a los planes y acciones guerreristas de la burguesía, y junto con nuestra clase arreciar la lucha contra la burguesía en cada país y reivindicar el internacionalismo proletario. Es el único camino válido para acabar con las guerras y las hambrunas a que nos lleva la burguesía, que intenta preservar su sistema capitalista en agonía.
Internacionalismo
24/08/08
[1] Entre otros artículos, se analizan estos acontecimientos en "Vientos de guerra en Suramérica: Comunicado sobre las tensiones entre Colombia, Ecuador y Venezuela" /cci-online/200803/2234/vientos-de-guerra-en-suramerica-comunicado-sobre-las-tensiones-entre-colombia [305] y "Comunicado desde Ecuador. A todos los que no tenemos fronteras: al proletariado ecuatoriano y colombiano" https://es.internationalism.org/node/2208 [306]
[2] Este cambio táctico de Chávez obedece a situaciones internas y externas. En el plano interno, para dedicarse a la campaña electoral para la elección de gobernadores y alcaldes de noviembre próximo, ya que existe la posibilidad de que el chavismo salga debilitado. En lo externo, para quitarle peso a la denuncia de Colombia del apoyo del gobierno venezolano a las FARC; cuestión que han condenado incluso los candidatos a la presidencia de EEUU, Mc Cain y Obama.
[3] Según el diario venezolano El Nacional del 27/07/08, el periódico ruso Komsomolkaya Pravda público información relacionada con la eventual instalación de bases rusas en Cuba y Venezuela, si EEUU persiste en instalar el escudo antimisiles en Europa.
[4] Sobre este acontecimiento bélico ver el artículo "Correspondencia internacional: Guerra entre Perú y Ecuador"
https://es.internationalism.org/node/2180 [307]
[5] Un ejemplo patético es el de Venezuela, que en los últimos 3 años ha registrado los niveles de inflación más altos de América Latina y uno de los más altos del mundo. Se estima que la inflación de este año supere la del año pasado que fue del 22,5%. Según datos oficiales, la inflación de los últimos 12 meses en el renglón alimentos ha sido del 49%, lo que diluye como sal en el agua los sueldos y salarios. Esta es una clara manifestación de que los gastos de la geopolítica y la manutención de la burguesía chavista tiene un alto costo para los proletarios y el conjunto de la población.
[6] Como referencia a recientes luchas en la región ver los artículos "El estado burgués de Chávez arremete contra los trabajadores del hierro" https://es.internationalism.org/node/2230 [308] y "El proletariado ecuatoriano frente a otra constitución burguesa"
https://es.internationalism.org/node/2319 [309]
Excluyéndose de la negociación que era liderada por la CUT (central unitaria de trabajadores), han demostrado el carácter capitalista de esta organización sindical, paralizando todo el aparato estatal (se han adherido mas del 95% de los trabajadores fiscales, de 15 gremios distintos), llegando por ejemplo, a crear una fila de unos 10 kilómetros de largo en el paso fronterizo Los Libertadores, principal ruta que une Chile y Argentina, debido a la adhesión de los empleados fiscales del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) y Aduanas.
Su petitorio ha consistido en un reajuste salarial de un 14,5%, consecuencia de la disminución de su salario real por la crisis económica. ¡Ya vemos como afecta a los trabajadores chilenos esta gran crisis!
Esperada también ha sido la reacción de los distintos ministerios de Estado. Unos, indiferentes, hablan de extrañeza, pues se estaba llevando a cabo una negociación en una mesa de dialogo, liderada por la CUT, organización sindical capitalista. Otros, como Edmundo Pérez-Yoma, declaran que se deberían descontar las horas no trabajadas. En tanto a Velasco, la ANEF le pidió que respondiera el petitorio, ya que si fuera un empleador privado, estaría sancionado. "Entregue las cifras, si usted fuera un empleador del sector privado, estaría a lo menos, ya multado, por no haberlo respondido", dijo de la Puente, presidente de la ANEF.
El paro de la ANEF continuará mañana, miércoles 12 de noviembre, donde además tienen fijada otra reunión masiva en Plaza Italia, para las 12 del día.
NOTA de la CCI:
Saludamos la aportación del compañero. Consideramos que esta noticia confirma el desarrollo de la combatividad obrera en un número creciente de países. Durante 2008 se han producido movilizaciones obreras en más de 40 países. Aunque de manera todavía embrionaria estas luchas muestran la búsqueda de la solidaridad, de la unidad obrera y tentativas de tomar a cargo la lucha por los obreros mismos.
Es evidente que el camino es muy largo y difícil. Uno de los obstáculos más importante es en ello la cuestión sindical. Las centrales sindicales de fuerte implantación y con responsabilidades evidentes ante el Capital Nacional tienden a desenmascararse como es el caso de la CUT chileno que el compañero califica claramente de "organización capitalista".
Sin embargo, hemos de reflexionar sobre el papel de organizaciones sindicales alternativas a las grandes centrales que se presentan como más combativas o como una representación fiel de los trabajadores de un determinado ramo. ¿Pueden ser realmente una alternativa a los grandes sindicatos o son por el contrario MAS DE LO MISMO? ¿Pueden hallar dentro de ellas los trabajadores más conscientes y combativos un terreno donde contribuir a la lucha o son un complemento y un competidor de las grandes centrales que acaban por asquear y desmoralizar a esos compañeros?
Nosotros invitamos a un debate lo más amplio posible sobre estas cuestiones vitales.
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CONVOCATORIA A UNA ASAMBLEA GENERAL PARA EL 27 NOVIEMBRE
LOS TRABAJADORES / AS DE AFEMA ESTAMOS EN LUCHA POR LA DEFENSA DE NUESTRAS CONDICIONES DE VIDA Y POR UNOS SERVICIOS GRATUITOS Y DE CALIDAD
SABEMOS QUE ESTA SITUACIÓN ES UN PROBLEMA GENERAL DE TODA LA CLASE OBRERA QUE CADA DIA VE COMO SUS CONDICIONES DE VIDA SON DE UNA U OTRA FORMA ATACADAS Y EMPEORADAS
PARA NOSOTROS LA ÚNICA SOLUCIÓN PASA POR UNIRNOS Y EXTENDER NUESTRAS LUCHAS COMO UNA SOLA
POR ESO OS CONVOCAMOS A UNA ASAMBLEA GENERAL DE TRABAJADORES
PARA LA ASAMBLEA PROPONEMOS LOS SIGUIENTES PUNTOS (abiertos a vuestras propuestas):
-PRESENTACIÓN Y PUESTA EN COMÚN DE LAS SITUACIONES PARTICULARES DE CADA EMPRESA Y / O COMPAÑERO
-ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GENERAL
-PROPUESTAS DE ACTIVIDADES CONJUNTAS Y SOLIDARIAS
-CONTINUIDAD DE LA ASAMBLEA COMO ESPACIO DE ENCUENTRO ENTRE TRABAJADORES
-OTROS
OS ESPERAMOS A TODOS /AS EL JUEVES 27 DE NOVIEMBRE A LAS 18: 30 HORAS EN EL CENTRO LOYOLA (C/ Gravina, nº 4, 1º)
ESTA ASAMBLEA ES ABIERTA, OS INVITAMOS A QUE LA HAGAIS EXTENSIVA A OTROS TRABAJADORES Y COMPAÑEROS
PLATAFORMA DE TRABAJADORES DE SERVICIOS SOCIO - SANITARIOS
Nota: aunque esta invitación se ha enviado a diferentes organizaciones políticas y sindicales nuestra intención es unitaria, entendemos a la clase obrera como un todo que debe actuar conjuntamente en función de sus necesidades. Por ello creemos que este no es el espacio para la confrontación partidista o la exposición de programas particulares.
HOJA REPARTIDA POR LOS TRABAJADORES
LAS CONSELLERIAS VULNERAN LOS DERECHOS DE LOS USUARIOS Y TRABAJADORES DE LA SALUD MENTAL
Los usuarios (personas con enfermedad mental y sus familias) y los trabajadores de AFEMA también estamos en crisis.
Fruto de la pésima gestión que durante años han hecho los poderes públicos de la salud mental, nuestra situación actual es francamente difícil.
Como tantas otras asociaciones AFEMA es una ONG que gestiona servicios y centros subvencionados públicamente. Servicios destinados a la atención de personas con discapacidad. Las administraciones siempre han pagado poco, tarde y mal, pero en la actualidad la situación es escandalosa.
Lo retrasos en los pagos y la falta de subvenciones ponen los, ya de por si escasos, recursos para estas personas en riesgo de desaparecer y a los trabajadores en riesgo de perder sus empleos, si bien los trabajadores ya estamos sufriendo dificultades para cobrar nuestro sueldo regularmente con todas los problemas que ello nos acarrea.
Por todo, hemos decidido movilizarnos. No creemos que esta lucha sea exclusivamente nuestra. Nuestra situación es producto de la situación de crisis y bancarrota general a nivel internacional y de la mala gestión de las administraciones públicas en lo particular, y forma parte del ataque generalizado contra las condiciones de vida de los trabajadores y de las personas en general.
Por ello pensamos que esta lucha es de todos:
porque pone en peligro servicios socio-sanitarios necesarios para toda la población,
porque ataca por enésima vez las condiciones de los trabajadores.
TEXTO DEL CARTEL EDITADO POR LOS TRABAJADORES
LOS USUARIOS SIN RECURSOS LOS TRABAJADORES SIN COBRAR, LAS CONSELLERÍAS CULPABLES
USUARIOS Y TRABAJADORES DE AFEMA EN LUCHA
POR UNOS SERVICIOS GRATUITOS Y DE CALIDAD
ASOCIACIÓN DE FAMILIARES Y ENFERMOS MENTALES DE ALICANTE
PLATAFORMA DE TRABAJADORES DE SERVICIOS SOCIO - SANITARIOS
LAS CONSELLERIAS NO PAGAN Y DESATIENDEN LOS SERVICIOS DE SALUD MENTAL
USUARIOS Y FAMILIARES CORREN EL RIESGO DE QUEDARSE SIN RECURSOS
LOS TRABAJADORES NO COBRAMOS Y ESTAMOS EN RIESGO DE QUEDARNOS SIN EMPLEO
POR UNOS SERVICIOS GRATUITOS Y DE CALIDAD PARA LAS PERSONAS CON ENFERMEDAD MENTAL
POR LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES Y DE LOS USUARIOS DE LA SALUD MENTAL
APOYA LAS MOVILIZACIONES:
MIERCOLES 19 A LAS 19:00 H
Reunión informativa abierta para socios, familiares, amigos, trabajadores, profesionales,... en el salón de actos del CENTRO LOYOLA (C/ Gravina, nº 4, 1º)
VIERNES 21 A LAS 11:00 H
Concentración de protesta frente al edificio del PROP de la Rambla (Alicante)
VIERNES 28
MANIFESTACIÓN EN VALENCIA (por confirmar)
ASOCIACIÓN DE FAMILIARES Y ENFERMOS MENTALES DE ALICANTE
PLATAFORMA DE TRABAJADORES DE SERVICIOS SOCIO-SANITARIOS
COMENTARIO DE LA CCI
Todos somos conscientes de "la que está cayendo": la crisis se acelera y los despidos, el desempleo, los recortes salariales etc., se multiplican mostrando que ante la crisis, el capitalismo y sus Gobiernos -sean del color que sean- solamente tienen una respuesta: el ataque a muerte a las condiciones de vida de la clase obrera y de toda la población laboriosa.
Frente a esto cunde la inquietud, las ganas de lucha, la toma de conciencia, en sectores crecientes de trabajadores. Todo esto no se concreta en una lucha masiva o en movimientos generalizados. En parte porque los trabajadores no han alcanzado todavía una fuerza suficiente, en parte porque la burguesía a través de sus aparatos sindicales y políticos ocupa el terreno y trata de desviar, dividir y desorganizar toda posible respuesta de los trabajadores.
Dentro de esa situación surge la lucha de los trabajadores socio - sanitarios de AFEMA (Alicante) que, cualquiera que sea su dinámica posterior, constituye una aportación a la lucha de los demás trabajadores por las siguientes razones:
- Los compañeros se han unido con los familiares afectados por los impagos y demás trapacerías del Gobierno autonómico. No han luchado cada uno por su lado encerrados en el agujero del corporativismo respectivo sino que han sabido reconocer sus intereses comunes y plantear una misma lucha.
- Los compañeros no conciben su lucha como un asunto particular y específico de "su sector", sino que la ven como parte de la lucha general de los trabajadores. ¿Es que acaso la crisis distingue? ¿Es que hay algún trabajador que puede sentirse al abrigo de ella?. Si la crisis es general es necesario que la lucha de los trabajadores sea general.
- Los compañeros se han organizado en Asambleas Generales abiertas a quien quiera contribuir y plantear sus propios problemas. Han recuperado una práctica común de las luchas obreras del pasado pero también recientemente: en Vigo en 2006 los obreros del metal en lucha la controlaron y organizaron mediante Asambleas Generales abiertas a los demás trabajadores[1].
- Lo más importante de todo: los compañeros han decidido organizar una Asamblea General abierta a los demás trabajadores donde discutir los problemas de todos y ver cómo actuar conjuntamente. Este es un paso que puede inspirar a trabajadores en Barcelona donde en este momento hay planteados 400 Expedientes de Crisis y el 29 de noviembre hay convocada una manifestación de afectados. Habría que luchar por una Asamblea General conjunta aunque desde luego tal reivindicación va a chocar con la oposición frontal de esos falsos amigos de los trabajadores que son los sindicatos de todos los pelajes.
[1] Ver Huelga del metal en Vigo: los métodos proletarios de lucha. /content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha [32]
A finales de Agosto y principios de septiembre, Haití, país más empobrecido del continente americano, no el más pobre como se ha querido vender, fue afectada por las tormentas Gustav y Hanna con un resultado de más de mil muertos y millares de desaparecidos, damnificados, como siempre esta tragedia es utilizada por las burguesías para llamar a la conciliación de clases y a la ayuda "humanitaria".
A finales de Agosto y principios de septiembre, Haití, país más empobrecido del continente americano, no el más pobre como se ha querido vender, fue afectada por las tormentas Gustav y Hanna con un resultado de más de mil muertos y millares de desaparecidos, damnificados, como siempre esta tragedia es utilizada por las burguesías para llamar a la conciliación de clases y a la ayuda "humanitaria".
Por mas que se quiera decir, el único culpable de estas muertes, es el capitalismo, en primer lugar como autor material e intelectual al ser responsable de la crisis medioambiental (ver en Acción Proletaria «Crisis ecológica: ¿amenaza o mito?» https://es.internationalism.org/node/2184 [312] ), en el caso propio de Haití, víctima de los saqueos de las grandes potencias capitalistas, que han desforestado esa parte de la isla hispaniola secando los ríos, convirtiéndose los viejos cauces de los ríos, en solares donde los obreros y la población desamparada construye chozas y casuchas y cuando llegan los torrenciales aguaceros esos viejos causes se vuelven a convertir en ríos arrastrando todo lo que encuentre.
El capitalismo decadente en Haití se ha manifestado tan gravemente que las otras naciones han tenido que definirlo como un estado -capitalista- fallido, allí el proletariado se ha tenido que lanzar al mar o a este otro lado de la isla a vender su fuerza laboral, donde a veces llega a ser utilizado por la burguesía como esclavo o es víctima de concepciones xenófobas, nacionalistas y patrioteras y cuando el burgués no se conforma con robarle una gran parte de su trabajo, se lo roba todo y llama a las autoridades para que sean victima de las leyes migratorias y sacados del país donde se encuentran.
¿Como es posible que se inviertan tantos recursos para propiciar golpes de estados, guerrillas, e invasiones con tropas como la del Minustab donde hay tropas de los países mal llamados "socialistas" ,de Perú, Chile, Nicaragua y Brasil y no se destina esos recursos millonarios a evitar tragedias como la de las tormentas Gustav y Hanna?. Solo la acción colectiva del proletariado de todos los países y en este caso de la isla hispaniola completa, podrá salirle al frente al capitalismo que desde 1919 nos ofrece un mismo ciclo de crisis guerra y reconstrucción y ahora catástrofe climática.
PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES UNIOS!!!!!!!!!!!!
Vladimir
Núcleo de discusión internacionalista de la Rep. Dominicana
en coordinación con la Corriente Comunista Internacional CCI
En nuestras reuniones públicas, a través de correos electrónicos y foros (uno de ellos Revleft[1]), hemos recibido críticas, tanto en Venezuela como en el exterior, por nuestro saludo y apoyo al movimiento de los estudiantes en Venezuela de mayo de 2007[2]. Nos acusan de darle características proletarias a un movimiento propio de la pequeña burguesía que nada tiene que ver con una verdadera lucha proletaria; o, que apoyamos a los hijos de las clases ricas del país que se oponen al régimen chavista.
Ratificamos nuestra toma de posición por los motivos siguientes:
De ninguna manera negamos que el sector de los estudiantes, por sus características está fuertemente penetrado por la ideología pequeño burguesa. Pero ningún movimiento social, incluyendo las movilizaciones propias de los trabajadores, está exento de ser penetrado por la ideología burguesa o pequeño burguesa, que se expresa en Venezuela a través del veneno de la fuerte polarización política inducida por las facciones del capital, para desviar el malestar genuino de las masas hacia sus objetivos capitalistas. El futuro del movimiento de los estudiantes y de otros movimientos sociales, está en su capacidad de unirse a las luchas de los trabajadores.
Ante la ausencia de una situación de luchas obreras en Venezuela (que comienzan a manifestarse de manera incipiente), el movimiento de los estudiantes quedó diluido en la confrontación burguesa chavismo-oposición, tomando partido a favor o en contra de la reforma a la constitución propuesta por Chávez en el 2007. Hoy, varios de los dirigentes del movimiento son candidatos para las próximas elecciones de Alcaldes y Gobernadores a celebrarse en octubre de 2008.
Sin embargo, esto no niega las características que tuvo el movimiento de mayo de 2007, ni que puedan presentarse nuevos movimientos en el sector, pues la crisis económica y social que lo hizo surgir no solo se mantiene, sino que se agudiza de manera acelerada.
Internacionalismo. Sección en Venezuela de la Corriente Comunista Internacional
13-04-08
[1] Ver www.revleft.space/vb/venezuela-student-discussion [313].
[2] Antes de publicar nuestra toma de posición, fue distribuida una hoja de apoyo al movimiento por un simpatizante de la CCI, estudiante de la Universidad Central de Venezuela, la cual publicamos en nuestro site. Ver /cci-online/200708/2006/estudiantes-en-venezuela-la-perspectiva-de-lucha-proletaria-el-camino-para-su [314]
[3] Los medios de comunicación opositores resaltaban mas las consignas en contra del cierre del canal de televisión RCTV o por la libertad de expresión; mientras los medios oficialistas criminalizaban el movimiento, acusándolo como promovido por la "oligarquía" y "el imperialismo".
[4] Según cifras de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) del 2003.
[5] Habría que preguntarse en qué universidades estudian los hijos de la burguesía bolivariana. De seguro muchos de ellos estudian en las mejores universidades privadas del país o del exterior, ante el progresivo deterioro del nivel educativo de las universidades públicas.
Mediante el presente comunicado, Internacionalismo, sección de la CCI en Venezuela, analiza los acontecimientos que se están sucediendo en Suramérica, después de la incursión de tropas colombianas en territorio ecuatoriano.
El sábado 2 de marzo en horas de la madrugada el ejército colombiano bombardea un campamento de las FARC ubicado en territorio ecuatoriano, a pocos kilómetros de la frontera con Colombia. El objetivo de la acción fue aniquilar al guerrillero apodado Raúl Reyes, importante miembro del secretariado de las FARC, quien muere junto con otros 16 guerrilleros. El presidente de Colombia (Álvaro Uribe), quien siguió las operaciones durante toda la noche, avisó de la acción al presidente de Ecuador (Rafael Correa), quien al recibir la información reaccionó de manera moderada a las explicaciones dadas por el presidente colombiano.
El domingo, Correa cambia de actitud y decide expulsar al embajador de Colombia en Ecuador, ordenando fortalecer la presencia militar en la frontera con Colombia. El lunes Ecuador decide romper relaciones diplomáticas con Colombia, acusando al presidente Uribe de "guerrerista", después que el director de la policía colombiana declaró que documentos conseguidos en las computadoras que portaban los guerrilleros, evidenciaban los vínculos existentes entre las FARC y los gobiernos de Ecuador y Venezuela[1].
El domingo 3, Chávez, en su show mediático dominical llamado "Aló, Presidente", después de acusar a Uribe de "mafioso y lacayo del imperio", y amenazarlo con enviarle un cazabombardero ruso Sukhoi si se le ocurría realizar una acción similar en territorio venezolano, ordena el retiro del personal de la embajada en Bogotá y la movilización de 10 batallones militares hacia la frontera con Colombia. El lunes, el Canciller venezolano declara la expulsión del embajador de Colombia; también a partir de este día (aunque no oficializado) se ordena cerrar la frontera con Colombia[2].
Como es de explicarse, esta situación ha creado tensión en la región y preocupación entre la población, principalmente en la frontera colombo-venezolana.
La reacción del gobierno de Venezuela ha sido desproporcionada, pues Colombia no ha realizado acción militar alguna en territorio venezolano. Los comentaristas señalan que la reacción de Venezuela ha sido mayor que la de Ecuador, el país "invadido".
Se especula que Chávez, después de la primera reacción moderada de Correa (quien comparte el proyecto chavista de la "revolución bolivariana"), ejerció presión sobre éste para que rompiera relaciones con Colombia y mostrar un frente unido ante las agresiones de Uribe.
Esta reacción desmedida de Venezuela no debe sorprender. El gobierno izquierdista de Chávez ha desarrollado una geopolítica para posicionarse como potencia regional, basada en su poder petrolero, para lo cual explota un antiamericanismo exacerbado tratando de aprovecharse de los problemas políticos y sociales de los países de región y las dificultades geopolíticas de USA en el mundo. Este posicionamiento le ha llevado a apoyar política y financieramente a grupos y partidos izquierdistas en la región, algunos de los cuales han llegado al poder, como el caso de Evo Morales en Bolivia o Correa en Ecuador. La reacción de Chávez y su presión sobre Ecuador se deben a que la acción de Colombia puso al descubierto el apoyo de ambos países a la guerrilla colombiana, permitiéndole la instalación de campamentos en sus territorios para evadir la acción del ejército colombiano. La decisión del gobierno de Venezuela de movilizar tropas hacia la frontera con Colombia, fue en respuesta a la posibilidad real de que el ejército colombiano atacara campamentos guerrilleros en territorio venezolano.
Chávez ha tenido continuos roces políticos y diplomáticos con Colombia, que se ha transformado en la base militar más importante de USA en la región con la excusa de atacar la guerrilla y el narcotráfico, a través del Plan Colombia, implantado desde el año 2000.
Como una forma de intentar desestabilizar al gobierno colombiano, el chavismo ha dado un apoyo cada vez mas abierto a las organizaciones guerrilleras (FARC y ELN), oponiéndose a calificarlas de terroristas; así mismo da apoyo político (y quizás financiero) al Polo Democrático Alternativo, partido izquierdista colombiano que defiende el proyecto bolivariano frente al partido uribista en el poder.
La confrontación Chávez-Uribe se mantuvo mas o menos en equilibrio inestable hasta noviembre del año pasado, cuando Chávez fue descartado como mediador para el "canje humanitario" de varios rehenes en manos de las FARC[3], por militantes de esa organización. No hay que descartar que la inexplicable decisión del gobierno colombiano de colocar a Chávez como mediador para el canje de rehenes por militantes de las FARC obedezca a una estrategia de la burguesía colombiana y de USA para conocer mejor la movilización de las FARC y, desprestigiarlo y debilitarlo geopolíticamente, tal como está sucediendo.
Es un hecho que la guerrilla se ha debilitado debido a la acción contundente de Uribe[4]; situación que explica la insistencia de Chávez de defenderla como fuerza beligerante, lo que le abriría las puertas para transformarse en partido político. La reciente acción de Colombia en Ecuador puede obedecer a la necesidad bloquear esta opción y de abortar la entrega unilateral de rehenes a Chávez, y hacer públicos los vínculos entre el gobierno venezolano y la FARC. El gobierno colombiano, haciendo uso de información de inteligencia (apoyada en la alta tecnología militar norteamericana), ha denunciado en varias oportunidades la existencia de campamentos guerrilleros en los países fronterizos con Colombia, principalmente en Venezuela y Ecuador. De hecho, desde hace meses el presidente Uribe había denunciado que el líder guerrillero Raúl Reyes se escondía en territorio ecuatoriano. Parece ser que se buscó el momento apropiado para eliminarlo[5].
USA y la burguesía colombiana conocen del debilitamiento de Chávez a nivel interno, que se reflejó en la derrota del referéndum del 2 de diciembre del año pasado mediante el cual pretendía la reelección indefinida. Las masas que en él depositaron sus esperanzas, se están desesperanzando. De allí que el gobierno de Chávez hace lo imposible por embarcar a la población en una campaña guerrerista contra el enemigo exterior (USA y ahora Colombia), como una forma de desviar la atención de las masas de sus problemas reales cotidianos (desabastecimiento, delincuencia, desempleo, etc.).
La estrategia geopolítica de USA ha sido dejar que el chavismo se agote progresivamente, por ello ha evitado caer en sus continuas provocaciones; situación que ha llevado a Chávez a enfilar su artillería nacionalista contra Uribe. USA y las burguesías "mas concientes" de la región saben que los altos ingresos petroleros no serán suficientes para sostener la voracidad de la burguesía bolivariana (llamada la "boliburguesía") que necesita ingentes recursos para sus negocios lícitos e ilícitos (producto del alto grado de corrupción que reina en las filas bolivarianas); así mismo, sostener una geopolítica antiamericana (que en la época de los bloques era financiada por la Unión Soviética) cuesta muchos miles de $; de igual manera, mantener las políticas populistas implica mucho gasto, motivo por el cual éstas se han ido debilitando desde el 2006 (algo que la población mas empobrecida está sintiendo en carne propia).
Debido al malestar social[6] la confrontación con Colombia y las movilizaciones guerreristas no han tenido un apoyo de la población en Venezuela. Ante los llamados de Chávez, de la Asamblea Nacional y los altos dirigentes del chavismo para que la población se movilice hacia la frontera, la respuesta ha sido la indiferencia, la oposición a la guerra o decir que ambos gobiernos vean cómo solucionan sus conflictos. El gobierno ha recibido el apoyo de la lumpenizada dirigente Lina Ron, quien ha puesto a la orden del "comandante" sus 2000 efectivos !!; que forman parte de las huestes a sueldo que utiliza el chavismo para reprimir a opositores, así como a las masas o trabajadores que protestan o luchan por sus reivindicaciones. Por otro lado, mientras que la burguesía colombiana ha formado un frente unido al lado de Uribe; en el caso de Venezuela, los sectores de la burguesía opositora y sus partidos han cerrado filas contra Chávez.
Hay otro factor no menos importante que juega en contra de las tendencias guerreristas del chavismo: la división en el seno de las fuerzas armadas, reflejo de la división que las facciones de la burguesía han inducido a nivel de la población civil. Si bien ésta no se expresa de manera abierta, es evidente que hay sectores militares que están en desacuerdo con las relaciones del gobierno con la guerrilla, que ha atacado a las fuerzas militares venezolanas en varias oportunidades, dejando saldo de varios militares y civiles muertos. Según declaraciones del hasta hace poco ministro de la defensa Raúl Baduel, quien desde el año pasado pasó a engrosar las fuerzas opositoras a Chávez, y que tiene una ascendencia en las fuerzas armadas, el gobierno no cuenta con el apoyo de los mandos medios, los cuales tienen a su cargo el comando de las tropas.
A pesar de que varios países[7] y la propia OEA tratan de bajar las tensiones en la región, es evidente que a Venezuela le conviene prolongar la crisis. En este sentido va a continuar la presión sobre Ecuador: al momento que se escribe este comunicado, el presidente Correa termina una visita a Caracas, momento que aprovecharon él y Chávez para avivar la llama del conflicto. Luego Correa siguió a Nicaragua, momento que aprovechó el presidente Daniel Ortega para romper relaciones diplomáticas con Colombia.
Es posible que el conflicto no trascienda de las escaramuzas mediáticas de los bandos; sin embargo, existe un contexto de descomposición, que hace impredecible lo que pueda suceder:
-USA, a través del Plan Colombia, ha introducido factores de inestabilidad en la región que son irreversibles: Colombia ha sido equipada militarmente y cuenta con una fuerza armada altamente entrenada que según los especialistas cuadruplica a las de Venezuela y Ecuador juntas, apoyada por la más alta tecnología de guerra; situación que crea un desbalance militar en la región.
-con la decisión de Uribe de denunciar a Chávez ante la Corte Penal Internacional por financiamiento a grupos terroristas, es posible que Colombia se apoye en la actual coyuntura para llevar adelante la denuncia y desprestigio de Chávez a nivel internacional; por ejemplo, haciendo público el apoyo de éste a las FARC y mostrando pruebas de campamentos guerrilleros en territorio venezolano.
-por su parte el chavismo, en su huída hacia delante, puede recurrir a cualquier recurso para justificar un enfrentamiento militar con Colombia. En una de sus recientes declaraciones, Chávez amenazó con nacionalizar varias empresas colombianas
Internacionalismo
Marzo 08
NOTA: el viernes 7 de marzo, durante la reunión de mandatarios de varios países de AL en República Dominicana, Uribe, Chávez, Correa y Ortega terminaron abrazados; lo que supuestamente pone fin al conflicto. Bien sabemos que los gobernantes se abrazan, mientras que tienen guardado un puñal contra el adversario. Desde nuestro punto de vista, Uribe dejó al descubierto los planes de sus adversarios, a quienes no les quedó otra opción que abrazarlo. Es posible que las tensiones bajen momentáneamente, pero la situación de confrontación sigue presente. Chávez necesita a su enemigo externo; por su parte Ecuador ha decidido no reanudar de inmediato relaciones diplomáticas con Colombia.
[1] Entre otras, se consiguen pruebas de entrega por parte de Vzla de $300 millones y armamento a las FARC; también, que éstas dieron el equivalente a $50 mil a Chávez en 1992 cuando éste se hallaba en prisión después del intento de golpe de estado.
[2] Colombia es el segundo socio comercial de Vzla después de USA. A través de la frontera colombiana llega el 30% de las importaciones del país, entre ellas un porcentaje importante de alimentos. El cierre de la frontera agudizará la escasez de alimentos en el país, que se ha acentuado desde finales del 2007. Este hecho es una expresión de la irracionalidad y huída hacia adelante del chavismo.
[3] Lo del "canje humanitario" ha permitido un derroche de hipocresía de parte de las fuerzas burguesas en pugna que tratan de sacarle el mejor provecho a la situación de los rehenes (en particular, Chávez y las FARC); varios países se han unido a esta fiesta "humanitaria" (entre ellos Francia). A ninguno le importa lo mas mínimo la vida de los rehenes. Hay que mencionar que varios rehenes forman parte de instituciones burguesas (parlamento, partidos políticos, etc.). Debemos denunciar de la manera mas firme la explotación del sentimentalismo de las masas, a favor de los intereses geopolíticos de la burguesía.
[4] Los efectivos de las FARC han disminuido de 17000 a 11000 desde que Uribe llega al gobierno en 2002. Han sido muertos cerca de 7000 guerrilleros y se han desmovilizado más de 46000 entre las FARC, Ejército de Liberación Nacional (ELN) y Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Fuente El Nacional, 9-3-08.
[5] Según las últimas noticias, la ubicación exacta del guerrillero Raúl Reyes fue obtenida después de recibir una llamada telefónica de Chávez a su teléfono satelital.
[6] Las protestas de la población son cada vez mas frecuentes. Se han dado saqueos en algunas ciudades debido al desabastecimiento de alimentos. Las protestas contra los asesinatos son frecuentes. Desde el año pasado se han iniciado movilizaciones de los trabajadores (incluso controlados por sindicatos pro-chavistas) por reivindicaciones sociales y salariales: petróleo, hierro, fabricación de neumáticos, sector de la salud, etc.
[7] Uno de los países que puede jugar un papel importante es Brasil, ya que Lula es "amigo" de todos los países en conflicto, en particular de Chávez. Francia, que se ha visto involucrada por la rehén Betancourt, ha tenido una posición ambigua que le ha merecido criticas: en un primer momento lamentó el incidente, debido al papel que jugaba el guerrillero Reyes en la mediación por la liberación de los rehenes, expresando una actitud confusa frente a las FARC; posteriormente se vio en la necesidad de explicar que la relación con Reyes fue hacia mediados del año pasado. En recientes declaraciones "amenazó" a las FARC de acusarlas de fuerza terrorista si Ingrid Betancourt es afectada.
La explosión de cólera y la revuelta de las jóvenes generaciones obreras en Grecia no tienen nada de fenómeno aislado o particular, sino que hunden sus raíces en la crisis mundial del capitalismo. De igual modo su confrontación con una violenta represión, pone en evidencia la verdadera naturaleza de la burguesía y de su Terror de Estado. Estas movilizaciones de hoy se sitúan en plena continuidad con las movilizaciones de las jóvenes generaciones proletarias que se desarrollaron también en un terreno clasista, y que tuvieron lugar en Francia en la primavera de 2006 (contra el Contrato de Primer Empleo -CPE-) y contra la nueva legislación universitaria (LRU) en el año 2007, en las que universitarios y estudiantes de enseñanza media se veían a sí mismos, sobre todo, como proletarios que se rebelaban contra sus futuras condiciones de explotación. El conjunto de la burguesía de los principales países europeos ha sabido ver el riesgo de contagio de explosiones sociales similares frente a la agravación de la crisis. Resulta, por ejemplo, sumamente significativo que la burguesía francesa haya dado marcha atrás en la aplicación de su programa de reformas de los institutos de enseñanza media. Por otra parte, el carácter internacional de la contestación estudiantil, sobre todo la de los estudiantes de enseñanza media se ha expresado con toda rotundidad.
En Italia tuvieron lugar manifestaciones masivas tanto el 25 de Octubre como el 14 de Noviembre pasados con la consigna. «No queremos pagar la crisis», para luchar contra el llamado Decreto Gelmini que supone importantes recortes presupuestarios en Educación y sus consecuencias, especialmente la no renovación de los contratos de 87 mil docentes así como de otros 45 mil trabajadores auxiliares del sector de la enseñanza, así como la reducción de fondos públicos para la Universidad.
En Alemania el 12 de Noviembre (ver https://es.internationalism.org/node/2431 [321]), más de 120 mil estudiantes de bachiller se manifestaron en las calles de las principales ciudades (gritando consignas tales como: «El capitalismo es la crisis»), también en Berlín, llegando a cercar el parlamento provincial en Hannover.
En España, el 13 de Noviembre, también más de 200 mil estudiantes se manifestaron en más de 70 ciudades contra las nuevas directivas europeas (el llamado proceso de Bolonia) que afecta a la educación superior y universitaria y que generaliza la privatización de las facultades y amplía el "becariado" en las empresas.
Muchos de estos estudiantes ven como suyo el combate de los estudiantes en Grecia. De hecho se han producido numerosas manifestaciones y concentraciones en solidaridad con sus compañeros en Grecia y contra la violenta represión desatada contra estos en muchos países, movilizaciones estas que también han sido más o menos brutalmente contestadas por la policía.
La amplitud de esta movilización frente a las mismas medidas del Estado capitalista no debe sorprendernos. La reforma del sistema educativo que se ha emprendido a escala europea es la base de una hipoteca de las jóvenes generaciones obreras a un futuro abocado a la generalización del desempleo y la precariedad.
El rechazo y la revuelta de las nuevas generaciones de proletarios escolarizados frente a ese muro del desempleo y ese océano de precariedad que les destina el sistema capitalista en crisis, suscitan igualmente en todas partes la simpatía del resto de trabajadores de todas las generaciones.
Violencia minoritaria o lucha masiva contra la explotación y el terror del Estado
Los "media" que escriben al dictado de la falsaria propaganda del capital intentan constantemente deformar la realidad de lo que está pasando en Grecia tras la muerte, por un balazo de la policía, del joven Alexis Andreas Grigoropoulus de 15 años de edad, el pasado 6 de Diciembre. Han presentado los enfrentamientos con la policía como si fueran la obra de un puñado de autónomos anarquistas y de estudiantes de extrema izquierda nacidos en familias acomodadas o bien de alborotadores marginalizados. No han dejado de difundir, un día y otro, machaconamente, en la TV, las imágenes de los enfrentamientos violentos con la policía poniendo el acento sobre todo en las imágenes de la revuelta de los jóvenes encapuchados quemando los automóviles, rompiendo los escaparates de las tiendas o de las oficinas bancarias, e incluso las imágenes de pillaje en las tiendas.
Es exactamente el mismo método de falsificación de la realidad que emplearon cuando las movilizaciones contra el CPE en 2006 en Francia, tratando de vincularlas a las revueltas de los suburbios del año anterior. Este mismo método fue igualmente ensayado contra las luchas de los estudiantes contra la LRU en 2007, en que se llegó a asimilar a los estudiantes como "terroristas" e incluso con los "jémeres rojos".
Pero aunque el centro de los choques haya tenido como escenario el "Barrio latino" ateniense de Exarquía, hoy esa mentira es mucho más difícil de hacer tragar. Por que si estos levantamientos insurgentes fueran la obra de una banda de alborotadores o de una actividad anarquista ¿Cómo explicar entonces que se hayan extendido como un reguero de pólvora a las principales ciudades del país, a las islas (Samos, Quíos) así como a los principales centros turísticos como Corfú o Heraclion en Creta?.
Las razones de la cólera
Las condiciones para el hartazgo de una inmensa mayoría de jóvenes proletarios agobiados por la angustia y carentes de porvenir están dadas para su estallido en Grecia, que es una especie de concentrado del callejón sin salida que el capitalismo reserva a las jóvenes generaciones obreras: cuando los que se llaman «la generación de los 600 euros» se incorporan al mercado laboral se sienten completamente estafados. La mayoría de los estudiantes deben acumular dos empleos diarios para poder sobrevivir y proseguir sus estudios; que en la mayoría de los casos son empleos en la economía sumergida y subpagados, e incluso en el caso de que el salario sea algo más generoso no es declarado a Hacienda lo que les reduce sus derechos sociales. Muchos están privados de Seguridad Social y no les pagan las horas extraordinarias. Se ven además incapaces de salir del domicilio paterno hasta, a veces, los 35 años, pues carecen de los ingresos necesarios para conseguirse un alojamiento. El 23% de los desempleados en Grecia son jóvenes (la tasa de empleo oficial en la población entre 15 y 24 años es del 25'2%). Como indica un artículo editado recientemente en Francia(1): «Estos estudiantes no se sienten protegidos por nadie: la policía les mata a tiros, la educación les engaña, el trabajo les falla, el gobierno les miente». El paro juvenil y sus dificultades para incorporarse a la vida laboral han ido creando pues un clima de inquietud, de rabia y de incertidumbre generalizadas. La crisis mundial va a desencadenar nuevas y más bestiales oleadas de despidos. Para 2009 se prevé la pérdida de 100 mil empleos más, lo que supone un 5% más de desempleo. Al mismo tiempo el 40% de los trabajadores ganan menos de 1100 euros brutos al mes. Grecia tiene la tasa más alta de todos los 27 países de la UE en cuanto a trabajadores pobres: el 14%.
Porque no son solo los jóvenes los que se manifiestan en la calle, sino también los profesores mal pagados y muchos asalariados que comparten esos mismos problemas, la misma miseria y aniumados,también, por ese mismo sentimiento de revuelta. La brutal represión del movimiento en el que el crimen contra el joven de 15 años ha constituido el episodio más dramático no ha hecho más que amplificar esta solidaridad en el que se entremezcla un descontento social generalizado. Tal y como señalaba un estudiante, muchos padres de estudiantes se sintieron igualmente profundamente impactados e indignados: «Nuestros padres han descubierto que sus hijos pueden morir así en la calle, tiroteados por la policía»(2), y han tomado conciencia del pudrimiento de una sociedad en la que sus hijos tendrán peores condiciones de vida que ellos. Se han referido numerosos casos de manifestaciones en que se han producido violentas palizas, detenciones con total brutalidad, y disparos de armas de fuego de la policía antidisturbios (los MAT).
Si los ocupantes de la Escuela Politécnica uno de los centros más destacados de la contestación estudiantil en Atenas denuncian el terror del Estado, encontramos esta misma cólera contra la brutalidad de la represión en todas las manifestaciones en las que se han gritado eslóganes como: «Balas para los estudiantes, dinero para los banqueros». Con mayor claridad aún, un participante en el movimiento declaraba: «No tenemos curro, no tenemos dinero, el Estado está en bancarrota a causa de la crisis, y lo que único que obtenemos como respuesta es que le dan más armas a la policía».(3)
Esta rabia no es nueva. Los estudiantes griegos ya se movilizaron masivamente en Junio de 2006 contra la reforma de las universidades cuya privatización entraña la exclusión de los estudiantes provinentes de las familias con menos ingresos. La población también manifestó su indignación contra la desidia del gobierno ante la oleada de incendios que tuvo lugar en el verano de 2007 y que causó 67 muertos, un gobierno que aún no ha indemnizado a las numerosas víctimas que en esos incendios perdieron sus viviendas u otros bienes. Pero fueron sobre todo los asalariados los que se movilizaron en masa contra la reforma del sistema de pensiones a principios de este mismo año, con dos jornadas de huelga general que tuvieron lugar en el plazo de dos meses y acudiendo a manifestaciones que en ambas ocasiones congregaron a más de 1 millón de personas, contra la supresión de la jubilación anticipada para los trabajos con mayor penosidad y la tentativa de eliminar el derecho de los trabajadores a jubilarse a partir de los 50 años.
Frente a la rabia acumulada de los trabajadores, la huelga general del 10 de Diciembre encuadrada por los sindicatos, estaba sin embargo planeada para servir de contrafuego, para intentar desviar el movimiento. El PS y el PC a la cabeza de esta movilización han reclamado la dimisión del gobierno actual y la convocatoria anticipada de elecciones legislativas. Esta vez, en cambio, no han conseguido embridar la cólera y calmar la movilización, a pesar de las numerosas maniobras de los partidos de izquierda y los sindicatos para tratar de frenar la dinámica de extensión de la lucha y de los esfuerzos de toda la clase burguesa y de sus medios de comunicación por tratar de separar a los jóvenes de los trabajadores más veteranos y del conjunto de la clase obrera, empujándoles a enfrentamientos estériles con la policía. A lo largo de todos estos días y sus noches, los enfrentamientos son incesantes, y las brutales cargas policiales, los porrazos y el empleo de gases lacrimógenos a mansalva, acaban traduciéndose en detenciones y palizas bestiales.
Los obreros de las generaciones más jóvenes son quienes expresan más claramente el desengaño y la pérdida de ilusiones.en un aparato político ultracorrompido. Desde el final de la guerra mundial tres familias se reparten el poder, y en los últimos treinta años, las dinastías de los Caramanlis (la derecha) y los Papandreu (la Izquierda), reinan, alternándose en las poltronas del poder en las que proliferan los escándalos. Los conservadores llegaron, esta vez, al poder, en el año 2004, después de un período plagado de corruptelas de los "socialistas" desde el año 2000. Son muchos quienes rechazan el encuadramiento de un aparato político y sindical totalmente desprestigiado: «El fetichismo del dinero se ha adueñado de la sociedad. Lo que quieren los jóvenes es una ruptura con esta sociedad sin alma y sin perspectiva.»(4). Hoy, con el desarrollo de la crisis, esta generación de proletarios no sólo ha desarrollado su conciencia de la explotación capitalista que sufre en carne propia, sino que expresa igualmente una conciencia de la necesidad de un combate colectivo poniendo en práctica, espontáneamente, los métodos de lucha y una solidaridad DE CLASE. En lugar de rumiar la desesperación, saca confianza en sí misma de su convencimiento de ser portadora de un futuro diferente, y despliega toda su energía para rebelarse contra el pudrimiento de la sociedad que les rodea. Los manifestantes reivindican orgullosamente su movimiento: «Somos una imagen del futuro enfrentada a una muy sombría imagen del pasado».
Si la situación recuerda inevitablemente la de Mayo 68, la conciencia de lo que está en juego va más allá de lo que estuvo entonces.
La radicalización del movimiento
El 16 de Diciembre, los estudiantes invadían durante unos minutos los estudios de la cadena gubernamental de televisión NET y desplegaban ante las pantallas una pancarta que decía: «Dejad de ver la tele. ¡Todo el mundo a la calle!», y lanzaban el siguiente llamamiento: «El Estado asesina. Vuestro silencio les arma. ¡Ocupación de todos los edificios públicos!». La sede de la policía antidisturbios de Atenas se vio atacada y se quemó un furgón de esta policía. Estas acciones son inmediatamente denunciadas como una «tentativa de derrocar la democracia» tanto por el gobierno como por el PC griego (el KKE). El 17 de Diciembre, el edificio que aloja la sede central del principal sindicato del país (la Confederación General de los Trabajadores de Grecia - conocida por sus siglas GEEE-) en Atenas es ocupado (hemos publicado su declaración en https://es.internationalism.org/node/2433 [185]) por trabajadores que se proclaman insurgentes y que invitan a todos los proletarios a acudir a este local un lugar para asambleas generales abiertas a todos los asalariados, a los estudiantes y a los parados. Despliegan además una pancarta ante la Acrópolis llamando a participar en una manifestación masiva convocada para el día siguiente. Por la noche una cincuentena de bonzos y de forzudos sindicalistas tratan de "recuperar" el local pero deben largarse ante la llegada de refuerzos constituidos sobre todo por estudiantes, mayoritariamente anarquistas, provinentes de la Universidad de Economía, que se ha convertido, a su vez, en otro centro de reunión y discusión para todos los trabajadores y que acudieron en ayuda de los ocupantes de la sede sindical proclamando a voz en grito: «¡Solidaridad!». Por su parte la asociación de emigrantes albaneses difundía, al igual que otras, una declaración de solidaridad con el movimiento titulada «Estos momentos también son nuestros». Igualmente se multiplican los llamamientos de una huelga general indefinida a partir del día 18. Los sindicatos se ven obligados a llamar a los trabajadores de los servicios públicos a una huelga de tres horas para ese día.
En la mañana del día 18, otro estudiante de bachillerato que participa en una sentada en su instituto de un suburbio de Atenas resulta herido por una bala de la policía. Ese mismo día numerosas cadenas de radio y televisión son ocupadas por los manifestantes sobre todo en Trípoli, Chania y Tesalónica. En Patras, se ocupa el edificio de la Cámara de Comercio produciénse nuevos choques con la policía. La gigantesca manifestación en Atenas es bestialmente reprimida por una policía que emplea, por vez primera, un nuevo armamento contra los manifestantes (gases paralizantes y grandas que ensordecen). Se publica una hoja contra «el terror estatal» que va firmada por «las muchachas de la revuelta» y que ha circulado a partir de la Universidad de Economía. El movimiento percibe, aún con confusión, sus propios límites geográficos. Por ello acoge con entusiasmo las manifestaciones que en solidaridad con ellos se han desarrollado en Francia, en Berlín, en Roma, en Moscú, en Monteal o en Nueva Cork, y se hacen eco de ellas: «este apoyo es muy importante para nosotros». Los que ocupan la Escuela Politécnica quieren convocar, para el 20 de Diciembre una «jornada internacional de movilización contra los muertos por el Estado». Pero para superar el aislamiento de este levantamiento del proletariado en Grecia, la única vía, la única perspectiva, es el desarrollo de la solidaridad y de la lucha de clases, a escala internacional, lo que se expresa cada vez más claramente ante el avance de la crisis mundial.
Iannis (19 de Diciembre).
Cuando "colgamos" este artículo en CCI on line tomamos conocimiento del desarrollo de Asambleas Generales masivas que tienen lugar en las Universidades de Grecia, y en cuyos debates los estudiantes comparan su movimiento con el que tuvo lugare n Mayo de 1968 en Francia. Invitamos a nuestros lectores a que sigan nuestro sitio Web en el que daremos cuenta de la evolución de la situación.
(1) Revista Marianne nº 608 del 13 de Diciembre: "Grecia: las razones de una revuelta".
(2) Periódico Libération del 12/12/2008.
(3) Idem del día 10/12/2008.
(4) Marianne, artículo citado.
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Compañeros:
Con el imparable avance de la crisis del capitalismo asistimos a una violenta degradación de las condiciones de vida de los trabajadores en todo el mundo. La inflación devora nuestros salarios. En el caso de España se ha reconocido que la cesta básica de los alimentos, gas, etc., ha subido un 10 % anual, es decir ¡el triple del aumento de sueldos de los convenios para este año! A esto se suma la explosión del desempleo, que alcanza en nuestro país (aunque el fenómeno es desde luego mundial) los 2'6 millones de trabajadores, lo que constituye un hito histórico en cuanto a la velocidad con la que se propaga esta plaga: ¡un 45% más en un año, 100 parados más/hora! ¡Y aún vamos a ver como se acelera aún más con los planes de despidos masivos que se anuncian en todos los sectores: en el automóvil (Nissan, Ford en Valencia, SEAT, Santana, General Motors, en España, los 5000 de la Chrysler en Estados Unidos, p. ej.) y afines (los 1600 de Bridgestone, los 300 de Pirelli); en las telecomunicaciones (1300 en ONO, 1400 en Yahoo en todo el mundo,..) y en los transportes (a los de Spanair y Futura se suman ahora los 800 de Ryanair en el aeropuerto de Valencia, etc.); de la banca a los sectores más tecnológicos (3000 despidos en Xerox en USA); del turismo (despidos en la cadena hotelera Sheraton) a las compañías farmacéuticas (7200 compañeros de la Merck se van a la calle), de la alimentación al textil (cierres de Frigo en Barcelona y de Lois,...). Y estas son cifras que no incluyen los miles de despidos subsiguientes de las empresas auxiliares, subcontatas, etc. Además, a este drama del paro y la creciente pobreza no van a tardar en sumarse los cada vez más frecuentes desahucios, así como otras consecuencias de los recortes en las prestaciones sociales desde las ayudas a nuestros mayores y a otros sectores como emigrantes o desempleados, a las dotaciones para educación, sanidad,...
Compañeros:
Pero con la misma indecencia con que los gobernantes de las "democracias" más avanzadas anuncian los miles de millones de víctimas de la crisis del capitalismo, proclaman también a los cuatro vientos los billones de euros que están poniendo en los bolsillos de banqueros, constructores y empresarios. Y aún tienen el nauseabundo cinismo de llamarle a esto "refundación del capitalismo". Hace ya más de siglo y medio que el Manifiesto Comunista denunció que «los gobiernos de los Estados modernos son los consejos de administración de los intereses comunes de la clase burguesa».
Compañeros:
Ahora esos capitostes de la clase expoliadora van a reunirse en un sinfín de cumbres para "reformar el capitalismo", porque, nos dicen, la causa de tanta miseria es su "deformación neoliberal", por lo que bastaría limpiarlo de sus excesos especulativos y "desreguladores". Pero esto es una burda patraña que la experiencia de las sucesivas generaciones obreras deja patentemente en evidencia. Los obreros más veteranos vivimos los despidos de los años 80 (en España 1 millón de trabajadores fueron a la calle con las reconversiones dictadas por F. González), que entonces justificaron porque el Estado no podía amparar a los sectores que no eran competitivos en "el mercado". Por ello, por ejemplo, perdieron su empleo decenas de miles de obreras por ejemplo de las siderúrgicas de Sagunto, Avilés, Sestao, etc. Hoy SIDENOR y ACELOR anuncian nuevas regulaciones de empleo con una justificación diametralmente opuesta: porque, nos dicen, la economía ha sido prisionera de la "dictadura del mercado".
No es tal o cual variante del capitalismo, sino el sistema en su conjunto el que lleva décadas en crisis. Lo que han ido sucumbiendo han sido los distintos paliativos con que la burguesía ha intentado atajar la quiebra inexorable de su sistema. El precio, sin embargo, de cada uno de esos paliativos, ha sido un descenso cada vez mayor de los trabajadores al infierno del desempleo, la precariedad y la miseria. Cuando hace 25 años trabajaban en la SEAT de Barcelona 26 mil compañeros, dijeron que lo único que podía asegurar el futuro era la privatización. Cayeron la mitad de los puestos de trabajo. Hace tres años, la Volkswagen, dueña ya de la empresa, procedía al enésimo recorte de plantillas con más de 600 despidos y la dejaba en 8000 obreros, asegurando, "esta vez sí", el "futuro" de la fábrica y de los puestos de trabajo. Hoy toda la plantilla va a pasar por un ERE de 750 en 750. Otro tanto cabe decir de los compañeros de la Nissan que han visto en los cuatro últimos años dos regulaciones de empleo (sucesivamente 800 y 450 trabajadores) también bajo el chantaje de garantizar las inversiones y el porvenir de la empresa. Los compañeros que han quedado están hoy amenazados por 1700 despidos, el mayor ERE en Catalunya desde los 7500 despidos de la SEAT en la crisis de 1993. En la inhumana cadena de planes de "futuro" que han venido planteando la Patronal, el Gobierno y los Sindicatos en los últimos 30 años, se ha cumplido el criminal axioma: los sacrificios solo han conducido a... ¡nuevos y peores sacrificios!
Compañeros:
¿En quien podemos confiar para resistir a estos criminales ataques? ¿Podemos quedarnos tranquilos a la espera de que las autoridades "democráticas" nos protejan de la voracidad de los empresarios? Eso es lo que le dicen hoy por ejemplo a los compañeros de Renault de Valladolid: que confíen en los planes de "futuro" industrial que el Ministro de Industria pueda "arrancarle" a la patronal. Pero ¿en que han quedado, por ejemplo, los planes de recolocación para los despedidos del sector naval o de Delphi, por citar los ejemplos más recientes en España? Eso es lo que les dicen hoy también a los trabajadores de Nissan: que presionen a las autoridades para que se opongan al ERE. Pero ¿no fueron esas mismas autoridades las que, junto a UGT y CCOO pusieron su firma al final de la lista de despidos de la SEAT hace tres años? Y ¿Que han significado los innumerables "planes de viabilidad" o de "salvamento de tal empresa o sector o de cual industria o región? Más paro y más explotación para los que "conservan" su puesto de trabajo, más precariedad en el empleo y peores salarios.
Los gobiernos - por muy de izquierdas que se proclamen - y los sindicatos no sirven para organizar la resistencia efectiva de los trabajadores a los ataques capitalistas a las condiciones de vida obreras. Eso también está en la experiencia acumulada de las sucesivas generaciones obreras, y vuelve a ponerse en evidencia con los actuales planes de despidos, que en muchos casos cuentan con la aceptación de las autoridades y el acuerdo de los sindicatos, como en General Motors o Santana (donde el patrón es el propio gobierno "socialista" andaluz), o las prejubilaciones en Telefónica (con menos del 50% del salario regulador), etc. Los sindicatos son los primeros propagadores de la desmovilización al presentar los despidos y los ataques como algo meramente "coyuntural". Así por ejemplo han agachado la cabeza ante el ERE que afecta a 1000 compañeros de la FORD en Valencia, protestando únicamente por el recorte salarial que supone (recorte que no han tenido el más mínimo reparo en aceptar en otras partes como en GM o Santana) y cegando a los trabajadores con la engañifa de un ajuste temporal hasta "después de Navidades".
Y si, y sólo en Barcelona, los sindicatos han acabado convocando una manifestación unitaria, ha sido muy a su pesar de sus planes iniciales. El "plan A" consistía en movilizar a los trabajadores de la Nissan los jueves, y hacer parar a los de la SEAT los fines de semana, convocar la manifestación de los primeros el día 23 y a los de la Pirelli en el mismo sitio para el día siguiente,... Sin embargo la amplitud de los ataques que afectan a cada vez más trabajadores ha hecho crecer la solidaridad con los compañeros de Nissan, Ya el día 17, los bomberos salieron de su cuartel de Zona Franca para aplaudir la manifestación de sus compañeros de Nissan. Una semana más tarde a la manifestación de éstos acudieron no sólo los trabajadores de las subcontratas, sino también de otras empresas como SEAT, hasta congregar lo que los propios medios de comunicación de la burguesía, califican de la "mayor manifestación obrera de los últimos años en Barcelona". Los sindicatos han tenido que plantear un "plan B": convocatorias aparentemente unitarias, pero trabucando el cimiento de la unidad por el nacionalismo (la defensa del "tejido industrial en Catalunya") y, consecuentemente en la confianza en que sean los empresarios y los políticos catalanes quienes defiendan a los trabajadores de la cascada de ataques a la que deben hacer frente. Lo que se consigue así es esterilizar la combatividad obrera y suplantar la unidad obrera con el interclasismo.
Compañeros:
Por supuesto que necesitamos luchar. Pero dado lo mucho que nos jugamos, más importante que la necesidad de luchar es cómo hacerlo de forma verdaderamente efectiva.
Luchar no es seguir a ciegas y pasivamente las convocatorias de los sindicatos para "procesionar" delante de tal o cual autoridad, o para fomentar el boicot a las ventas de la empresa. Luchar es ganar fuerza y conciencia, evitando la atomización y la dispersión. No podemos consentir que los compañeros afectados por regulaciones de empleo temporales o definitivas se queden en casa rumiando en solitario la impotencia y la angustia. No podemos dejar que los compañeros de los contratos temporales o las subcontratas luchen cada uno en el rincón de su pequeña empresa. No podemos, cuando trabajadores de multitud de empresas y sectores estamos afectados por las mismas amenazas, luchar cada uno por su lado. Necesitamos unirnos en asambleas a las que invitemos a participar a todos esos compañeros, para contrarrestar el frío y el descorazonamiento que genera el aislamiento, con el calor de la solidaridad y el compañerismo. Unirnos también en manifestaciones masivas, superando las divisiones que son precisamente resultado de la economía capitalista (entre diferentes "marcas", entre diferentes regiones y países,...) y que por tanto nos someten a sus leyes y nos impiden defender nuestros intereses de clase.
Pero necesitamos también cabeza. Necesitamos tomar conciencia del verdadero significado de los ataques que nos llueven por todos lados. Pero también hemos de darnos los medios para recuperar las experiencias de luchas pasadas y para incorporar la determinación, el coraje y el espíritu críticos de las nuevas generaciones obreras. Hemos de reflexionar y discutir colectivamente sobre ello. Hemos de aprovechar las asambleas para hacerlas hogares vivo de esa reflexión y acción colectivas, y no dejar que los sindicatos hagan de ellas meros "telediarios" informativos donde al final se nos da la convocatoria a la que acudir pasivamente.
El desarrollo de la verdadera unidad de los trabajadores y no la unidad de estos a los "explotadores", así como de la verdadera conciencia de clase y no la creencia en las criminales ilusiones que nuevamente trata de inocularnos el capitalismo, puede parecer aparentemente menos efectivo y es desde luego mucho más difícil, pero es la única vía para desarrollar una respuesta verdaderamente proletaria a la crisis del capitalismo mundial.
Acción Proletaria (Corriente Comunista Internacional) 25 de Octubre de 2008.
Sarkozy proclama que "el capitalismo tiene que refundirse sobre bases éticas". Frau Merkel le echa la bronca a los especuladores. Zapatero apunta el dedo acusador contra los fundamentalistas del mercado que pretenden que este se regula por si solo sin intervención del estado.
Todos nos dicen que esta crisis supone el entierro del capitalismo "neoliberal" y que ahora la esperanza está en "otro capitalismo". Este "nuevo capitalismo" se basaría en la producción y no en las finanzas y se desprendería con mano firme de esa costra parásita de los tiburones financieros y especuladores que habrían florecido como hongos al amparo de la "desregulación", la "inhibición del Estado", la primacía del interés privado sobre el "interés público" etc.
Según ellos no ha fracasado el capitalismo, lo único que habría fracasado es una forma de capitalismo.
Los grupos supuestamente de "izquierdas" (estalinistas, anti-globalización, trotskistas etc.) están exultantes: "los hechos nos han dado la razón. Aquellos polvos neoliberales han traído estos lodos desastrosos", proclaman. Reivindican su oposición a la "globalización" y al "liberalismo desenfrenado" y llaman a la adopción de medidas de intervención del Estado para poner en cintura a las trasnacionales, los especuladores y demás sinvergüenzas que con su avaricia desmedida habrían provocado el desastre. La solución según ellos pasa por el "socialismo", el cual consistiría en que el Estado le pare los pies a los "capitalistas" en beneficio del "pueblo" y la "gente de a pie".
¿Son correctas esas explicaciones? ¿Es posible "otro capitalismo"? ¿Habría una salida dentro del capitalismo mediante una intervención "benefactora" del Estado? Vamos a intentar responder a esas preguntas de la más candente actualidad. Sin embargo, antes es preciso aclarar una cuestión vital:¿Socialismo es igual a Estado?
Chávez, el paladín del "socialismo del siglo XXI", ha hecho unas sorprendentes declaraciones «El camarada Bush está tomando algunas medidas propias del camarada Lenin. EEUU algún día irá al socialismo porque los pueblos no se suicidan».
Por una vez y sin que sirva de precedente estamos de acuerdo con Chávez. Primero en que Bush es su "camarada". En efecto, aunque mantengan una feroz pugna imperialista ambos son camaradas en la defensa del capitalismo y ambos son igualmente camaradas en la utilización del Estado como tabla de salvación del sistema.
También estamos de acuerdo con él en que "algún día Estados Unidos irán al socialismo" aunque desde luego dicho socialismo no se parecerá en nada al "socialismo" que predica el señor Chávez.
El socialismo no tiene nada que ver con el Estado. El socialismo es la negación del Estado. La construcción de una sociedad socialista necesita en primer lugar la destrucción del Estado en todos los países. Con ello se abre un periodo de transición del capitalismo al comunismo pues es imposible que una sociedad se acueste por la noche capitalista y se levante por la mañana comunista. En este periodo de transición todavía pesa la ley del valor capitalista, la burguesía no ha sido total y definitivamente extinguida y existen otras clases sociales no explotadoras pero distintas del proletariado: campesinos, marginados urbanos, pequeña burguesía[1] [324].
Como producto de esa situación de transición, el Estado es todavía necesario pero no es como los Estados que han existido en la historia, es, como decía Engels, un semi-estado, un Estado en vías de extinción. Para avanzar hacia el comunismo dentro de esa situación histórica de transición, compleja e inestable, llena de peligros y contradicciones, el proletariado debe asestar golpes a ese semi-estado, tiene que desmontarlo paso a paso. De lo contrario, el proceso revolucionario puede bloquearse y alejarse la perspectiva del comunismo o verse definitivamente perdida.
Uno de los autores que más ha abordado este tema dentro del movimiento obrero, Federico Engels, es muy claro al respecto: «Habría que abandonar toda esa charlatanería acerca del Estado, sobre todo después de la Comuna, que no era ya un Estado en el verdadero sentido de la palabra. Los anarquistas nos han echado en cara más de la cuenta esto del «Estado popular», a pesar de que ya la obra de Marx contra Proudhon, y luego el "Manifiesto Comunista" dicen claramente que, con la implantación del régimen social socialista, el Estado se disolverá por sí mismo y desaparecerá. Siendo el Estado una institución meramente transitoria, que se utiliza en la lucha, en la revolución, para someter por la violencia a los adversarios, es un absurdo hablar de Estado popular libre: mientras que el proletariado necesite todavía del Estado no lo necesitará en interés de la libertad, sino para someter a sus adversarios, y tan pronto como pueda hablarse de libertad, el Estado como tal dejará de existir»[2] [325]
La intervención del Estado para regular la economía, para ponerla al "servicio de los ciudadanos" etc., no tiene nada que ver con el socialismo. En primer lugar porque el Estado jamás estará al servicio de "todos los ciudadanos". El Estado es el órgano de de la clase dominante y está estructurado, organizado y configurado para defender a la clase dominante y para mantener el sistema de producción que la sustenta. El estado "más democrático del mundo" no deja de ser un Estado al servicio de la burguesía y que defiende con uñas y dientes el régimen de producción capitalista.
En segundo lugar, la intervención específica del Estado en el terreno económico no tiene otra finalidad que preservar los intereses generales de la reproducción del capitalismo y de la clase capitalista. Engels, en su obra el Anti-Düring, clarifica que «el Estado moderno no es más que la organización que se da la sociedad burguesa para sostener las condiciones generales externas del modo de producción capitalista contra ataques de los trabajadores o de los capitalistas individuales. El Estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina esencialmente capitalista, un Estado de los capitalistas: el capitalista colectivo ideal. Cuantas más fuerzas productivas asume en propio, tanto más se hace capitalista total, y tantos más ciudadanos explota. Los obreros siguen siendo asalariados, proletarios. No se supera la relación capitalista, sino que, más bien, se exacerba»[3] [326]
Durante el siglo XX con la entrada del capitalismo en su periodo histórico de decadencia[4] [327] el Estado ha constituido su máximo baluarte frente a la exacerbación de las contradicciones sociales, guerreras y económicas. El siglo XX y XXI se caracterizan por la tendencia universal al capitalismo de Estado. Esta tendencia opera en todos los países sea cual sea su régimen político. Básicamente existen dos vías de realización del capitalismo de Estado:
- La estatización más o menos completa de la economía: es la que existía en Rusia o existe actualmente en China, Cuba, Corea del Norte etc.
- La combinación entre la burocracia estatal y la gran burguesía privada.
En ambos casos es el Estado quien controla la economía. En el primer tipo, ostenta la propiedad de gran parte de los medios de producción y servicios. En el segundo tipo, el Estado interviene en la economía a través de una serie de mecanismos indirectos: presupuestos, fiscalidad, compras a las empresas[5] [328], fijación de los tipos de interés interbancario, regulación de precios, normas contables, agencias estatales de concertación, inspección, inversión[6] [329] etc.
Nos repiten hasta la nausea dos mentiras gemelas: la primera identificar socialismo con estado, la segunda identificar neoliberalismo con desregulación y libre mercado. El capitalismo en su periodo histórico de decadencia (siglos XX y XXI) no puede existir sin las muletas omnipresentes del Estado. El mercado "libre" está guiado, controlado, sostenido, por la mano de hierro del Estado. Adam Smith[7] [330] decía que el mercado estaba regulado por una "mano invisible". ¡Esa mano es el Estado![8] [331].
Cuando Bush acude a la salvación de bancos y compañías aseguradoras no está haciendo nada excepcional ni está tomando "medidas que tomaría el camarada Lenin". Simplemente está continuando la labor cotidiana de control y regulación de la economía que ejecuta el Estado.
En otros textos hemos expuesto nuestra posición sobre las causas de la crisis actual[9] [332]. Tras un periodo de prosperidad relativa en 1945-67, el capitalismo mundial volvió a caer en crisis recurrentes, los episodios convulsos se han venido sucediendo cual seísmos que ponían la economía mundial al borde del abismo. Recordemos la crisis de 1971 que obligó a desvincular al dólar del patrón oro; la de 1974-75 que desembocó en una inflación incontrolable de 2 dígitos; la crisis de la deuda de 1982 donde México y Argentina se declararon en suspensión de pagos; el batacazo de Wall Street de 1987; la crisis de 1992-93 que llevó al derrumbe de numerosas monedas europeas; la crisis de 1997-98 en la que cayeron los tigres asiáticos; la crisis del punto.com en 2001...
«Lo que caracteriza globalmente el siglo XX y XXI es que la tendencia a la sobreproducción -que en el siglo XIX era temporal y se podía superar con relativa facilidad- se vuelve crónica, sometiendo con ello a la economía mundial a un riesgo más o menos permanente de inestabilidad y destrucción. De otro lado, la competencia -rasgo congénito del capitalismo- se hace extrema y al toparse con un mercado mundial que tiende constantemente a la saturación pierde su carácter de estimulo a la expansión para desarrollar únicamente su carácter negativo y destructivo de caos y enfrentamiento»[10] [333]
Los sucesivos episodios de crisis que se han registrado a lo largo de los últimos 40 años son el resultado de la sobreproducción crónica y de la competencia exacerbada. Los Estados han intentado combatir sus efectos aplicando paliativos, aplazando para más adelante sus consecuencias más nefastas, descargando sus peores efectos sobre los países más débiles[11] [334]. El principal paliativo que han empleado ha sido el endeudamiento.
En los años 70 se adoptó una política clásica de endeudamiento estatal respaldado por una intervención abierta del Estado en la economía: nacionalizaciones, control de empresas, rígida supervisión del comercio exterior etc. Se trataba de una política "keynesiana" [12] [335]. Conviene recordar para los desmemoriados que quieren meternos en el falso dilema neoliberalismo - intervención del Estado, que entonces tanto los partidos de derecha como los de izquierda eran todos "keynesianos" y hablaban sin descanso de las bondades de un "socialismo en libertad" etc.
Esta política tuvo resultados desastrosos: la inflación se disparó y con ello la economía se desestabilizó y el comercio internacional tendió a bloquearse. Para remediarlo se instrumentó en los años 80 lo que se llamó retóricamente la "revolución neoliberal" cuyos mascarones de proa fueron la señora Thatcher en Gran Bretaña y el cowboy Reagan en Estados Unidos. Esa política estatal persiguió 2 objetivos:
- soltar lastre liquidando una parte importante del aparato productivo no rentable lo que acarreó una oleada de despidos sin precedentes organizada y planificada por el Estado y abrió un proceso de degradación irreversible de las condiciones de vida de los trabajadores: inicio de la precariedad, desmantelamiento de las prestaciones sociales etc.[13] [336].
- aliviar el endeudamiento que ahogaba al Estado mediante políticas de privatizaciones, subcontratación de servicios y funciones (la "externalización") y titulización sistemática de la deuda pública que era adquirida por "particulares": bancos, especuladores, otros estados etc.
Esta segunda rúbrica de la política "neoliberal" extendió el endeudamiento del Estado a la banca. El mercado financiero se vio inundado por toda clase de títulos, bonos etc., adquiriendo proporciones monstruosas, la especulación se disparó y la economía mundial se parece desde entonces a un inmenso casino donde gobernantes, banqueros y expertos brokers realizan complicadas operaciones que pueden proporcionar ganancias espectaculares pero que dejan una tremenda secuela de quiebras e inestabilidad.
En contra de las leyendas que nos cuentan sobre la "iniciativa privada" que promovería el neoliberalismo, estos mecanismos no nacieron espontáneamente del mercado sino que fueron el fruto y la consecuencia de una política económica estatal dirigida a intentar cortar la inflación. En realidad lo único que se hizo fue aplazarla pero pagando un enorme precio: a través de complicados mecanismos financieros las deudas se transformaban en títulos especulativos con altos intereses que al principio proporcionaban pingues beneficios pero que había que desprenderse lo más pronto posible de ellos pues más pronto o más tarde nadie podría pagarlos... Esos títulos eran al principio las estrellas más disputadas por bancos, especuladores, gobiernos..., pero pronto se transformaban en títulos basura completamente desvalorizados de los que había que huir como de la peste.
El fracaso de esta política se hizo patente con el brutal crack de Wall Street de 1987 y el hundimiento de las cajas de ahorro norteamericanas de 1989. En los años 90 esta política "neoliberal" fue continuada pero, dada la montaña de deudas que pesaba sobre la economía, hubo que aliviar los costes de producción mediante políticas de desarrollo de la productividad y de deslocalización: trasladar partes enteras de la producción a países como China con salarios de hambre y condiciones de trabajo inmisericordes, lo que redundó en un empeoramiento general de las condiciones de vida de todo el proletariado mundial. Junto a ello se desarrolló la llamada "globalización": los grandes Estados impusieron a los más débiles el derribo de sus barreras proteccionistas para inundarles con sus mercancías y así aliviar su sobreproducción crónica y, al mismo tiempo, obligarles a subastar sus empresas más rentables -las privatizaciones- para adueñarse de ellas.
Nuevamente estos remedios no hicieron sino agravar el mal y la crisis de los tigres asiáticos de 1997-98 mostró no solo la ineficacia de esas políticas sino los peligros que estaban incubando. Pero, como si el capitalismo tuviera aún conejos en su chistera, la década iniciada con el nuevo siglo trajo primero lo que se llamó la "nueva economía", el punto.com, una desbocada especulación con las empresas de informática e Internet. Todo eso acabó pronto -en 2001- en un tremendo batacazo[14] [337]. Pero a partir de 2003 el capitalismo remontó el vuelo mediante una desmadrada especulación inmobiliaria que ha llenado de rascacielos y viviendas vacías numerosos lugares del planeta acelerando los problemas medioambientales y provocando una terrible carestía de viviendas especialmente para los trabajadores jóvenes, y que ha desembocado en el fiasco actual.
La crisis actual se asemeja a un enorme y peligroso campo de minas. El primer bombazo fue la crisis de los subprime el verano de 2007 y pareció a primera vista que con el desembolso de miles de millones las cosas saldrían adelante. ¿No había pasado lo mismo con otros episodios similares?. Sin embargo, el derrumbe de instituciones bancarias desde finales de diciembre fue la nueva mina que echó por tierra esas ilusiones. El verano de 2008 ha sido de vértigo con la explosión de bancos en USA y Gran Bretaña. Llegamos a octubre y otro de los consuelos con los cuales querían acallar nuestras preocupaciones se ha venido abajo: nos decían que los problemas eran muy gordos en USA pero que la economía europea no tenía nada que temer. Bien, pues ahora las minas estallan en la economía europea empezando por su principal estado, Alemania, que contempla atónico el desmoronamiento de su primer banco hipotecario.
¿De donde proceden esas minas que cuando parece que todo está "tranquilo y controlado" estallan bruscamente? Pues son sencillamente el resultado de 40 años de acompañamiento de la crisis, de paliativos, que han logrado enmascarar los problemas y mantener más o menos en pie un sistema con problemas insolubles, pero que no solo no han resuelto nada sino que ha agravado las contradicciones del capitalismo hasta límites extremos y es ahora, con esta crisis, donde se están viendo las consecuencias una tras otra.
¿El capitalismo saldrá de esta como ha salido otras veces?
Pensamos que tal aforismo es un mal consuelo:
- los episodios anteriores de crisis se pudieron superar con el desembolso de unas cuantos miles de millones de dólares (unos 100.000 millones en el caso de la crisis de los tigres asiáticos de 1998). Hoy llevan invertidos 3 billones de dólares en año y medio (¡30 veces más que entonces!) y no se ve ninguna salida[15] [338].
- En los episodios anteriores, los peores efectos de la crisis quedaron circunscritos a países concretos (Sudeste Asiático, México y Argentina, Rusia), hoy el epicentro donde se concentran los peores estragos son los principales países del mundo: USA, Gran Bretaña, Alemania... irradiando desde ahí al resto del mundo.
- En los episodios anteriores en general -salvo el estancamiento del último quinquenio de los 70- las convulsiones eran muy cortas y en 6 meses o un año se salía del túnel. Hoy llevamos año y medio y no se vislumbra una salida clara.
Por otra parte, esta crisis ha dejado muy malherido al sistema bancario mundial. El mecanismo del crédito está paralizado debido a la desconfianza generalizada pues nadie sabe si los "activos" que los bancos (y las empresas) exhiben en sus balances no son otra cosa que faroles. Edificios, propiedades, instalaciones, están desvalorizados pese a los valores inflados con los que se contabilizan. En cuanto a los activos financieros son, como les ha llamado Bush, "activos tóxicos", papeles que representan deudas incobrables.
El capitalismo de Estado "liberal" no puede funcionar si no tiene unos bancos fuertes y sólidos, la economía capitalista se ha acostumbrado talmente a la droga del endeudamiento que si el sistema crediticio no es capaz de proporcionar un flujo adecuado de dinero, la producción se paraliza. El grifo del crédito está cerrado pese a las sumas ingentes que movilizan los gobiernos a través de los bancos centrales. No se ve claro cómo van a restablecer un sistema que hoy está lleno de agujeros y del que caen las piezas -los bancos- una tras otra.
La loca carrera que se ha desatado entre los Estados europeos para ver quién daba más garantía a los depósitos bancarios constituye un pésimo augurio que revela una búsqueda desesperada de fondos. Esa sobrepuja en las "garantías" revela precisamente que nada está garantizado.
Pero ¡vayamos a lo fundamental! La vida de millones y millones de personas, trabajadores, se está viendo duramente afectada. El desempleo llama a la puerta de numerosos hogares. 600.000 personas en menos de un año en España, 180.000 durante agosto de 2008 en Estados Unidos. La inflación afecta a los productos alimenticios básicos cuyos precios crecen sin descanso. Los recortes salariales, las suspensiones temporales de producción con su secuela de nuevos recortes, el peligro que corren las pensiones... Está fuera duda que esta crisis va repercutirse con una brutalidad nunca vista en la vida de millones de trabajadores. No sabemos si el capitalismo saldrá de esta pero lo que si sabemos es que habrá muchos seres humanos que no podrán salir, el hambre en el mundo está creciendo desde hace un año a un ritmo vertiginoso.
El "nuevo" capitalismo que "salga" de esta crisis será una sociedad mucho más empobrecida, con muchas más personas en el límite de la supervivencia, con mayor desorden y caos. Cada una de las convulsiones anteriores a lo largo de los últimos 40 años se ha saldado con un deterioro de las condiciones de vida obrera y con una amputación más o menos grande del aparato productivo, la nueva "salida", caso de haberla, agudizará a un nivel muy superior esas tendencias.
El capitalismo no va a tirar la toalla. Jamás una clase explotadora ha reconocido la realidad de su fracaso y ha cedido galantemente el poder a los que vengan detrás. Pero lo que vemos es que tras más de 100 años de catástrofes y convulsiones donde solo ha habido un periodo de relativa prosperidad de 30 años, tras 40 años de crisis más o menos abierta, todas las políticas económicas con las cuales el Estado capitalista ha intentado hacer frente a los problemas, no solo han fracasado sino que además han agravado los problemas. Por ello mismo no podemos esperar nada de los nuevos intentos del capitalismo de "salir de la crisis" pues podemos tener la certeza que solo traerán más sufrimientos, más miseria, más convulsiones.
Por eso es una utopía confiar en lo que pueda dar de si una hipotética "salida" del capitalismo a la crisis actual. Lo único realista es que el proletariado aprenda a confiar en si mismo, en la fuerza que puede darle su lucha como clase y vaya construyendo pacientemente a través de luchas, a través de debates, a través de esfuerzos de autoorganización, la fuerza social que le permita erigirse en una alternativa revolucionaria frente a la actual sociedad.
CCI 8-10-08
[1] [339] Todos estos temas no los podemos tratar aquí en detalle. Simplemente expondremos unas ideas breves y sintéticas. Para el lector que quiera profundizar críticamente le remitimos a ¿Qué es el socialismo? /cci-online/200705/1908/que-es-el-socialismo [340] , 5 preguntas sobre el comunismo, https://es.internationalism.org/ap/2005/185_preguntascom.htm [341] . En esos dos textos nos referimos a su vez a artículos más extensos donde hemos expuesto nuestra visión sobre el asunto. Consultar como referencia igualmente el libro El comunismo entrada de la humanidad en su verdadera historia, algunos capítulos están colgados en nuestra Web: https://es.internationalism.org/series/228 [274]
[2] [342] Engels: carta a August Bebel, 1875. Se puede encontrar en: https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/e18-3-75.htm [343]
[3] [344] Se puede encontrar en https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/anti-duhring/ad-seccion3.htm#311 [345]
[4] [346] La primera guerra mundial (1914) marca el fin del carácter progresivo del capitalismo y su transformación en un régimen que solo acarrea guerras, crisis y barbarie desbocada. Para profundizar sobre este tema ver: /revista-internacional/200808/2337/decadencia-del-capitalismo-ii-que-metodo-cientifico-debe-usarse-pa [347]
[5] [348] Para hacerse una idea, en la meca del neoliberalismo -Estados Unidos- el Estado es principal cliente de las empresas (más del 50% de su facturación) y las empresas informáticas están obligadas a enviar al Pentágono una copia de los programas que diseñan o de los componentes de hardware que fabrican.
[6] [349] Eso de que la economía norteamericana está desregulada, el Estado se inhibe etc., es un cuento de hadas: la bolsa es controlada por una agencia federal específica; la banca es regulada por el SEC; la Reserva Federal define la política económica a través de mecanismos como los tipos de interés.
[7] [350] Adam Smith (1723-1790): «fue un economista [351] y filósofo [352] escocés [353], uno de los máximos exponentes, si no el mayor, de la economía clásica. En 1776 publica: Ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, en la que sostiene que la riqueza procede del trabajo. El libro fue esencialmente un estudio acerca del proceso de creación y acumulación de la riqueza», tomado de Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Adam_Smith [354]
[8] [355] La lacra de la corrupción no es sino la prueba evidente de la omnipresencia del Estado. Tanto en USA como en España o como en China, el ABC de la cultura empresarial es que los negocios solo pueden prosperar si se pasa por los despachos de la burocracia estatal y se "engrasa" debidamente a los políticos de turno.
[9] [356] Ver en Revista Internacional nº 133: Estados Unidos, la locomotora de la economía mundial se precipita en el abismo, /revista-internacional/200806/2282/editorial-estados-unidos-la-locomotora-de-la-economia-mundial-se-p [357] ; ¿Hay una salida a la crisis? En Acción Proletaria nº 199: https://es.internationalism.org/node/2160 [358] ; ¿Pudo haberse evitado la crisis actual? https://es.internationalism.org/node/2327 [268] y ¿Vamos hacia un crack con el de 1929? /cci-online/200810/2379/vamos-a-volver-a-vivir-un-crack-como-el-de-1929 [197]
[10] [359] ¿Hay una salida a la crisis? En Acción Proletaria nº 199, https://es.internationalism.org/node/2160 [166]
[11] [360] En la serie 30 años de crisis capitalista aparecida en Revista Internacional números 96, 97 y 98, analizamos las técnicas y métodos a través de los cuales el capitalismo de Estado ha acompañado esa caída en el abismo haciendo que fuera más lento, logrando que se produjera en escalones sucesivos. Ver /revista-internacional/199901/1175/crisis-economica-i-treinta-anos-de-crisis-abierta-del-capitalismo [303] y siguientes.
[12] [361]Keynes: «Es particularmente recordado por su aliento a una política de intervencionismo [362] estatal, a través de la cual el estado utilizaría medidas fiscales y monetarias con el objetivo de mitigar los efectos adversos de los periodos recesionarios [363] de las fluctuaciones cíclicas [364] o Crisis cíclicas [365] de la actividad económica. Los economistas lo consideran uno de los principales fundadores de la macroeconomía [366] moderna» Tomado de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Keynes [367].
[13] [368] En contra de las mentiras que nos venden es preciso indicar que esta política no era el patrimonio de los gobiernos "neoliberales" sino que era compartida al cien por cien por gobiernos "socialistas" o "de progreso". En Francia el gobierno Mitterand sostenido por los "comunistas" hasta 1984, adoptó medidas tan duras como las de Reagan o Thatcher. En España el gobierno "socialista" del Señor González organizó una reconversión que supuso la pérdida de un millón de puestos de trabajo.
[14] [369] ¿Alguien se acuerda hoy de la "nueva economía"? ¿No nos decían que la "vieja" economía productiva desaparecía con ella y que se entraba en una nueva era donde incluso no habría ni trabajadores? ¡Esos despropósitos nos los contaban hace solo 7 años!
[15] [370] Es además estúpido pensar que ese diluvio de millones no va a tener ninguna consecuencia, sería por así decirlo algo "neutro". Más tarde o más temprano esa locura pasará factura. El escepticismo generalizado con que ha sido acogido el plan de rescate financiero más gigantesco de la historia (¡nada menos que 700.000 millones de dólares!) revela que el remedio está instalando nuevas minas en la maltrecha economía capitalista cuyo estallido será inevitable.
¡Compañeros!
Unos militantes nuestros participaron en vuestra asamblea del pasado 6 de noviembre para expresaros nuestro apoyo. Queremos agradeceros antes que nada vuestra acogida fraternal y abierta que son un signo de pertenencia a la clase social a la que la mayoría de vosotros os uniréis -si no formáis parte ya-: la clase obrera.
Lo que espera a muchos de vosotros no es ese futuro privilegiado que anuncian autoridades académicas, políticos y empresarios, sino la pesadilla del desempleo y la precariedad, los trabajos mal pagados que nada tienen que ver con los estudios realizados y que suponen un claro despilfarro de los conocimientos laboriosamente adquiridos.
Bolonia agrava ese proceso. El sistema de grados y postgrados promueve una enseñanza degradada orientada a formar personas maleables y flexibles adaptadas al máximo a las exigencias del mercado laboral; la sustitución de las becas tradicionales por becas - préstamo atrapa en el endeudamiento durante largos años al antiguo estudiante, lo que viene a sumarse al peso agobiante de la hipoteca de la vivienda[1]. Una característica destacada de Bolonia es una "tecnificación" de la enseñanza que es vaciada de contenidos humanistas y científicos -que ya de por si estaban bastante degradados-.
Aunque Bolonia viene de lejos, su actual implantación tiene lugar en medio de la agudización brutal de la crisis capitalista y está íntimamente relacionada con ella. Acorralados por la crisis, los Estados practican recortes sistemáticos en educación: despiden profesores y cancelan puestos de trabajo administrativos, aumentan la proporción de trabajadores precarios, dejan en el abandono más craso las instalaciones educativas, hacen más caros los estudios y más duras y difíciles las condiciones de los estudiantes.
Pero Bolonia y la degradación de la condición estudiantil no pueden verse como algo aislado y puramente universitario, sino en estrecha relación con la explosión del desempleo, la caída de los salarios, el avance de la pobreza., el recorte de las prestaciones sociales y la degradación inexorable de la enseñanza, la sanidad y los servicios sociales.
En vuestra lucha NO ESTAIS SOLOS. Un buen número de facultades en Valencia está movilizado. Hay también movilizaciones en Salamanca, Madrid, Burgos, Sevilla etc. Pero TAMPOCO ESTAIS SOLOS A NIVEL INTERNACIONAL. En la Asamblea del jueves 6 participó un estudiante italiano que informó de las luchas contra los planes del gobierno Berlusconi (despidos de maestros, cierre de escuelas, privatización de las universidades vía la constitución de Fundaciones etc.)[2]. Estos movimientos continúan los de Francia en 2006[3] y en 2007 que convergió con las luchas obreras[4] o los estudiantes de Barcelona en marzo 2008 que se unieron a la lucha de los trabajadores de los autobuses.
Por eso, lo fundamental para vuestra lucha actual y, sobre todo, para vuestro futuro es converger con los demás estudiantes y con la clase obrera. Lo que os dará fuerza es que abráis la lucha a los trabajadores, que concibáis vuestra lucha como parte y contribución de la lucha de la clase obrera.
Vivimos una época de crisis general. Ante ella no podemos encerrarnos en visiones corporativas y nacionales. Tales planteamientos nos llevan al fracaso y a la impotencia, hacen la movilización estéril y desmoralizante. Lo que puede darnos fuerza es un planteamiento que amplíe y extienda, que unifique y haga converger, que vea no el problema del estudiante sino el problema de toda la masa trabajadora y que a través de él vea el problema de la inmensa mayoría de la humanidad. Que no limite su prisma a la universidad y su estrecho mundillo académico sino que desde la universidad comprenda y asuma la lucha ante una situación general cada vez más degradada y sin futuro.
Sacar la lucha a la calle bajo la forma de manifestaciones masivas a las que puedan sumarse los trabajadores -como ocurrió en Francia en 2006-, es la mejor manera de crear una correlación de fuerzas que pueda hacer retroceder los planes del capital y su estado. El aislamiento y el corporativismo llevan a la derrota y la desmoralización. En cambio, la unificación de las luchas y la extensión a los trabajadores llevan a la conciencia, la solidaridad, y abren el camino hacia una futura solución de los graves problemas que el capitalismo está causando a la inmensa mayoría de la humanidad.
Vuestro movimiento se basa en las Asambleas. La mayoría de vosotros no conoceréis quizá el movimiento de los estudiantes franceses de 2006 que se basó igualmente en Asambleas Generales. Pero es muy notable y significativo que por vuestra iniciativa y sin conocer ese ejemplo hayáis seguido EL MISMO METODO: Asambleas soberanas que deciden las acciones a tomar, las consignas y las pancartas comunes y a cuyas decisiones todos se adhieren de manera libre y consciente. Esa es la columna vertebral de un movimiento fuerte y masivo. Asambleas que saben organizarse en Comisiones de información, lucha, formación, para desarrollar actividades durante los encierros y concentraciones.
Es la práctica de las luchas obreras cuando estas alcanzan un mínimo de fuerza e iniciativa: los trabajadores se organizan en Asambleas Generales donde éstos, tengan o no carné sindical, pelean por tomar la lucha en sus manos intentando vencer el sabotaje que practican sistemáticamente los sindicatos.
Asambleas Generales, apertura a la clase obrera, manifestaciones masivas, extensión y ampliación de la lucha, tales son las palancas sobre las que vuestro movimiento podrá avanzar y contribuirá a hacer avanzar la lucha general de la clase obrera y de la humanidad entera.
Recibid compañeros nuestra solidaridad y contad con nuestra disposición para contribuir activamente en todo lo que podamos.
Corriente Comunista Internacional 9-11-08
[1] Muchos estudiantes norteamericanos se ven atrapados por esos préstamos por estudios que les persigue durante largos años de vida laboral precaria.
[2] Ver el texto de nuestra sección en Italia titulado "Nosotros no pagamos la crisis" (es el eslogan más repetido en las manifestaciones): https://it.internationalism.org/node/662 [371]
[3] Ver nuestras Tesis sobre el movimiento de estudiantes en Revista Internacional nº 125: https://es.internationalism.org/rint/2006/125_tesis [31]
[4] Ver en Acción Proletaria nº 198: Luchas en Francia: ¡hay que luchar unidos! /accion-proletaria/200711/2100/luchas-en-francia-hay-que-luchar-unidos [372]
Este es el planteamiento general y demagógico de los grupos izquierdistas[1], utilizado como eslogan para iniciar movilizaciones ajenas a la realidad de la mayoría de la población. Escenificaciones de una protesta con supuestos tintes radicales, que no llega ni a ser populista.
Si rascamos tras estas consignas, veremos a los izquierdistas como lo que son, alumnos aplicados interpretando el papel que el sistema les tiene reservados: el de canalizadores del malestar general hacia ningún sitio y / o alternativa capitalista (de rostro humano) al capitalismo.
Veamos pues que contiene su propuesta:
Al igual que los liberales más recalcitrantes, los izquierdistas parecen creer que la actual crisis es producto de los excesos especulativos de unos cuantos señores que se han hecho ricos en los últimos años y de los banqueros que sin duda han tenido buenos dividendos. Así entendido la crisis no sería más que un desequilibrio pasajero que se puede corregir "castigando" a los malos capitalistas.
La incomprensión del funcionamiento del Modo de Producción Capitalista y del sentido de sus crisis es total. El capitalismo está inmerso en una crisis profunda desde hace más de 70 años al no poder revalorizar la plusvalía en mercados extracapitalistas, prácticamente inexistentes desde la primera mitad del siglo XX. A esta limitación objetiva impuesta por el propio desarrollo del capitalismo, este he respondido con dos guerras mundiales, crisis de repetición cada vez más profundas, degradación de las relaciones sociales, guerras locales enquistadas, destrucción acelerada del planeta, hambrunas y miserias cada vez más apocalípticas,... Dado que las condiciones no han sido aptas para el desarrollo de campañas belicistas que desencadenasen una nueva guerra a nivel planetario, desde hace más de treinta años el paliativo principal del capital en crisis, ha sido el endeudamiento. Su desarrollo a todos los niveles, incluido el familiar, nos conducen a la actual situación.
No se trata pues de una crisis financiera provocada por un puñado de tiburones de las finanzas, que han especulado más de la cuenta. Si no de la consecuencia última a la que nos conduce la crisis de decadencia del capitalismo.
Es ridículo, por falso e imposible, pedir que solucionen una crisis irresoluble a quienes sólo pueden formar parte del problema. Tan falso como creer que la crisis puede ser superada, sin superar el modo de producción al que es consustancial.
Pero, partiendo de la total ficción, ¿como pretenden los izquierdistas hacer para que la crisis la paguen los ricos y los bancos? Tan sólo hay una solución, aumentando la presión impositiva, es decir los impuestos, y nacionalizando ciertas porciones del capital privado (bancos, empresas, etc.), que no deja de ser un capital devaluado y deficitario que finalmente costaría mucho dinero público sanear. Es decir, una intervención paliativa del Estado capitalista que finalmente supondría un mayor endeudamiento público (que pagamos todos los trabajadores)
Y es que el izquierdista es un gran defensor del Estado capitalista en su forma de capitalismo de Estado. Desde mediados del siglo XX el capitalismo adopta la forma de capitalismo de Estado, característica del capitalismo decadente junto a las guerras imperialistas. La intervención del Estado en economía, hasta convertirse en el mayor de los empresarios, no expresa cambio alguno en la estructura del capitalismo, sino todo lo contrario, apuntala un capitalismo "enfermo" para que siga siendo capitalismo.
Los socialdemócratas de ayer y de hoy y todos los izquierdistas son grandes defensores del capitalismo de Estado. Tanto es así que son capaces de llamarle socialismo. Como llamaron socialismo a formas especialmente aberrantes de capitalismo de Estado como el estalinismo (URSS y satélites, China, Vietnam,...) y se lo siguen llamando a Venezuela o Cuba. En fin, si el intervencionismo en economía y la planificación económica estatal es socialismo, muy socialista debe ser la rancia burguesía británica y su Estado que se ha lanzado a intervenir, nada más y nada menos que, bancos. No sabemos si a esto es lo que llaman socialismo del siglo XXI.
La defensa del capitalismo de Estado por parte de la izquierda no es ninguna novedad. Como tampoco lo es autoerigirse en representantes del "pueblo" y valedores de su voluntad, para alcanzar sus objetivos.
Con todo ello los izquierdistas niegan el papel del proletariado, único límite real del capitalismo. Y esto no es así por que quede bonito o sea nuestro deseo. El proletariado es el límite objetivo y subjetivo del capitalismo por que es la primera y única clase explotada y revolucionaria de la historia, la única que puede manifestar en su seno la NECESIDAD y la POSIBILIDAD de realizar la revolución comunista (una sociedad cuyo objetivo sea la satisfacción de todas las necesidades humanas) Necesidad por ser clase explotada (como lo fueron esclavos y siervos), posibilidad por que:
- "es la inmensa mayoría que puede representar a una mayoría inmensa" y
- puede controlar los procesos de producción y distribución de riquezas (por lo que puede paralizar la "economía" y ponerla al servicio de sus intereses)
La necesidad del proletariado no es reformar el capitalismo a través de un Estado intervencionista. Su necesidad es superar el actual estado de cosas, que nos condena a una vida cada vez más insegura y miserable, destruyendo el Estado capitalista bajo todas sus formas, tomando el poder en sus manos para la construcción de la sociedad sin clases: el comunismo.
Pero históricamente la izquierda siempre ha operado sobre / contra el proletariado, negando de hecho que la emancipación de este debe ser obra suya. En la actualidad ni se molestan en ello, simplemente lo obvian. Para nuestros actuales izquierdistas, los proletarios no existimos ni como recurso ideológico.
PALABRAS FINALES
Hoy como ayer la actividad de las minorías revolucionarias consiste en apoyar y clarificar la acción consciente y autónoma de nuestra Clase, el proletariado. Ello pasa necesariamente por la unidad y extensión de sus luchas, por la autoorganización de su propio movimiento, por la profundización de su crítica teórica y práctica al sistema capitalista.
La única solución real a la crisis se dará a través de la unidad de la clase obrera, en sus propios órganos de lucha y organización: asambleas generales, consejos obreros, comités,... por encima de cualquier división por motivo de raza, nacionalidad, de tipo ideológico o sindical, y por supuesto, desoyendo y denunciando los cantos de sirena de los izquierdistas de todo pelaje.
Proletarios + Internacionalistas + Revolucionarios
[1] Los grupos que dicen situarse "más a la izquierda": trotskistas, maoístas, estalinistas, anarquistas oficiales...
En el apartado de Comentarios de nuestra Web, un lector afirma lo siguiente:
HOLA, EN LO QUE YO ME VENGO A REFERIR Y ESPERO OBTENER CONTEXTACION A ALGUNAS PREGUNTAS QUE ME HAGO, ES LO SIGUIENTE:
EN ESPAÑA, HEMOS VIVIDO 8 AÑOS MUY BUENOS, CON MUCHO TRABAJO Y BIENESTAR PARA TODOS, YO LO UNICO QUE PUEDO RECRIMINAR AL GOBIERNO Y AL SEÑOR AZNAR, ES QUE NO CONTROLARA, EL TEMA DE LA ESPECULACION DE TERRENOS Y VIVIENDAS, LA TUVO QUE CONTENER PARA QUE ESTO NO SE HUBIERA IDO DE LAS MANOS.
PERO AQUI LO QUE CUENTA ES EL QUE AHORA ESTA EN EL PODER, Y ES QUE ESTE GOBIERNO, QUE TANTO AYUDAS SOCIALES Y TANTO TALANTE, NO FUE CAPAZ, TAN EVIDENTE LA BURBUJA QUE SE HABIA CREADO CON LA CONSTRUCCION DE PREEVER, LAS CONSECUENCIAS, QUE DE ELLA DERIVARIAN, O ES QUE LAS ARCAS ESTABAN BIEN LLENAS A REVOSAR, DE DINERO DE LOS ESPAÑOLES, Y AHORA QUE SE TERMINO, EMPIEZAN CON LAS LAMENTACIONES.
SEÑORES A QUIEN HEMOS PUESTO PARA QUE NOS GOBIERNO, A UN GRUPO DE QUE.
GENTE QUE NO SABE PREEVER LOS DESASTRES CUANDO SE VIENE ENCIMA, GENTE QUE AHORA SOLO SABE DECIR, SEÑORES APRETAROS EL CINTURON QUE VIENE POR HAY EL DESASTRE.
QUIEN ES MAS CULPABLE, UNO POR CREAR BURBUJAS INMOBILIARIAS Y NO CONTROLAR LA ESPECULACION, PERO TODOS VIVIAMOS BIEN.
O EL SEÑOR SUPER ZP, POR TENER UN EQUIPO DE GOBIERNO QUE SOLO SABE DECIR QUE EL PP, ES UN DICTADOR, PERO QUE SOYS VOSOTROS, QUE NOS AVEIS ABOCADO A UN DESASTRE, SOYS TIRANOS.
GRACIAS SEÑOR ZP, MAÑANA EN MI CASA COMEREMOS TALANTE[1].
Los Comentarios de nuestra Web constituyen otro medio que todos los interesados en la lucha por la liberación de la humanidad o simplemente que se sienten inquietos o preocupados por todo lo que está pasando, disponen para expresar con entera libertad sus opiniones, sentimientos e inquietudes[2]. Como hemos dicho varias veces no podemos responder a cada comentario y preferimos -como así está sucediendo- que los lectores se respondan entre ellos. Solamente ante cuestiones importantes -por diferentes razones- intervenimos en función igualmente de nuestras fuerzas muy limitadas[3].
Vamos a responder a una afirmación que hace este lector. Dice que «En España, hemos vivido 8 años muy buenos, con mucho trabajo y bienestar para todos, yo lo único que puedo recriminar al gobierno y al señor Aznar, es que no controlara, el tema de la especulación de terrenos y viviendas, la tuvo que contener para que esto no se hubiera ido de las manos».
De ella se desprenden 2 ideas:
1ª Que habríamos vivido 8 años "con mucho trabajo y bienestar para todos"
2ª Que se podía haber controlado la especulación inmobiliaria evitando la crisis actual
¿8 años "muy buenos"?
Políticos, periodistas, "expertos", sindicalistas, hablan con nostalgia de la última década presentándola como una fase de prosperidad y bienestar. Se les olvida que el nuevo milenio comenzó con la crisis de la burbuja tecnológica y que sólo a partir de 2002 remontó la situación. Su memoria es tan corta que no se acuerdan ya de la crisis de 1997-98. Su amnesia no les permite acordarse de la fuerte crisis de 1992-93 ni de las de 1987 y 1989, ¡no digamos de las de 1982, 1979, 1975, 1971, 1967!
En realidad, la crisis actual no constituye ninguna novedad y se viene arrastrando desde hace 40 años[4]. A su vez, estos últimos 40 años no constituyen sino una fase dentro de la decadencia del capitalismo que se arrastra desde hace un siglo hundiendo a la humanidad en guerras, crisis y convulsiones sin cuento[5].
No vamos a analizar aquí la evolución económica del capitalismo, simplemente vamos a analizar como han sido "de buenos" los últimos 8 años para los trabajadores y toda la población oprimida y explotada.
Si empezamos con la inmensa mayoría de la población mundial, de África, Asia, América del Sur y Central etc., los últimos 8 años no han tenido absolutamente nada de buenos. La miseria se ha profundizado y se calcula -según datos del Banco Mundial- que más de 800 millones de personas han tenido que sobrevivir con ¡un dólar diario!
Veamos ahora cómo han vivido los últimos 8 años los trabajadores de los "opulentos" países de Europa, América de Norte y Japón, analizando el caso de España que se sitúa en un término medio dentro de estas áreas.
Entrando en materia: ¿El lector es consciente de la generalización y masificación de la precariedad laboral con sueldos de 600 o a lo sumo de 800 euros a la que hemos asistido en los últimos 10-15 años? ¿Conoce la gran cantidad de jóvenes parejas que no ha podido pagarse una vivienda y tiene que vivir realquilada en un cuartucho o en casa de sus padres? ¿Sabe de las penurias de muchos trabajadores que con 50 años han sido prejubilados y han tenido que apañarse con apenas 700-800 euros para sobrevivir? ¿Es consciente de la situación aún peor de los compañeros emigrantes cuyos sueldos oscilan entre 400 y 700 euros y que viven hacinados en pisos de 3 habitaciones? ¿Conoce los "pisos patera" (donde en 70 metros cuadrados se hacinan hasta 20 personas) o las "camas calientes" (camas que son usadas las 24 horas del día en turnos de 8 horas)?
Francamente: los últimos 8 años no han sido NADA BUENOS para la gran mayoría de los trabajadores, especialmente los más jóvenes. El lector puede leer el libro de una novelista -Espido Freire- que más allá de sus valores literarios no destaca por sus radicalismos, titulado Mileuristas donde expone los datos que caracterizan a la inmensa mayoría de la generación entre 25 y 35 años los cuales evidencian que el propio término de "mileurista" induce a error pues su media salarial para 2002-2005 es de 784,7 € en el caso de los hombres y de 573 en el caso de las mujeres.
Quizá nuestro lector se haya deslumbrado por la "escalada del consumismo" que habría caracterizado los últimos 8 años.¿Cuál ha sido la naturaleza de ese "consumismo"? Ha estado basado en el endeudamiento. Comerciales telefónicos, visitantes puerta a puerta, se han lanzado a la conquista de "clientes" que contrajeran un crédito, bien sea de "consumo" (hasta 3000 euros), bien sea las hipotecas para adquirir una vivienda que en numerosos casos se prolongaban hasta 50 años. Los bancos han eliminado las barreras para conceder un crédito y bastaba una nómina, incluso precaria, para que te dieran un préstamo. Este endeudamiento alucinante no tenía como fin ni mucho menos hacer que la población "satisficiera sus necesidades" sino mantener mínimamente a flote la economía. En realidad, lo que estaba sucediendo es que muchas familias tenían que recurrir a este endeudamiento para alcanzar un mínimo nivel de consumo. Es decir, en los últimos 8 años en España, en USA, en los países "opulentos", el salario no cubría las necesidades básicas, no aseguraba la reproducción elemental de la fuerza de trabajo y para compensar esta carencia se arrastraba a la gran mayoría de la población a la droga del endeudamiento.
La teoría de Marx de la tendencia a la pauperización absoluta de la clase obrera se ha ido realizando progresivamente en los últimos 20 años, aunque -se ha viso enmascarada y por tanto retardada en su manifestación plena mediante un endeudamiento descomunal de las familias obreras que en España ha alcanzado el 110% de sus ingresos reales y en USA ha llegado al 130%
Durante los últimos 40 años la caída en las condiciones de vida y trabajo de los obreros -al menos en los grandes países industrializados- no ha tenido lugar de manera brusca y rápida, sino a través de un proceso de caída en escalones sucesivos. Cuando se mira la evolución a lo largo de esos últimos 40 años y no día a día, los resultados son escalofriantes.
La generación que hoy tiene 80-90 años, que pasó años terribles con la guerra y la posguerra[6], tiene hoy una pensión más o menos apañada[7], tuvieron trabajo fijo (aunque en general bastante mal pagado), pudieron tener un piso en propiedad y hasta conseguir una segunda residencia (un chalecito en el campo construido en los ratos libres y legalizado por el ayuntamiento de turno tras cobrar un buen pico).
Pero ¿qué les ha sucedido a sus hijos, a la generación que hoy tiene entre 50-60 años? La inmensa mayoría empezó a trabajar -a veces en la misma empresa que los padres- con la ilusión de que tendría trabajo toda la vida. ¡Pero esta ilusión se desvaneció completamente en los años 80-90! Más de 4 millones de trabajadores han perdido su empleo en las interminables reconversiones, ERE, cierres, deslocalizaciones etc. Su nivel de vida se ha resentido: unos se han convertido en autónomos para hacer lo mismo que antes pero en condiciones peores y sin ninguna seguridad, otros han montado bares, video clubes o se hicieron camioneros, malviviendo a base de muchas horas de trabajo; otros en fin, han sido prejubilados con ingresos de 700-800 euros. Una minoría significativa ha entrada en la categoría vergonzante de "parados de larga duración" que sobreviven en condiciones ínfimas. Es cierto que, en general, esta generación consiguió -a base de pagar un préstamo bastante largo (una media de 10-15 años)- tener una vivienda propia, pero ¿Cuál es el futuro de sus pensiones? ¡Absolutamente oscuro!, pues es seguro que tendrá pensiones muy inferiores a las de sus padres[8].
Pero ¿qué pasa con la siguiente generación obrera, los hijos de la generación anterior que hoy están entre 25-35 años? Estos -pese a haber estudiado hasta dos carreras universitarias, tener masteres, idiomas etc.- no encuentra -salvo raras excepciones- un trabajo fijo y se ven obligados a aceptar empleos precarios que nada tienen que ver con los estudios realizados, dando tumbos de trabajo en trabajo. Para ellas -y para las que vendrán- el trabajo fijo se ha convertido en un objeto de museo y las consecuencias son terribles: no pueden tener el más mínimo proyecto vital, viven a salto de mata, todo lo cual genera una inseguridad, una ansiedad, un malestar profundo
Para esta generación la vivienda digna constituye otra pieza de museo. El hacinamiento de varias familias en un mismo piso, lacra que persiguió a sus abuelos durante los años 40-50, vuelve hoy con fuerza arrolladora.
Esta generación sabe muy bien que probablemente no tendrá siquiera pensiones de jubilación. Las escuelas para sus hijos tienden a ser barracones destartalados volviendo a la situación de los años 50, salvo que incurran en gastos imposibles llevándolos a colegios de pago. ¡No hablemos de la sanidad y otros servicios cuya decadencia es irreversible!
¿Pudo ser evitada la crisis actual?
El reproche que el lector dirige a Aznar y que prolonga a Zapatero es que « no controlara, el tema de la especulación de terrenos y viviendas, la tuvo que contener para que esto no se hubiera ido de las manos».
¿Cómo iban a cortar la endeble rama sobre la cual se sostenía la economía de países como España, USA, Gran Bretaña, Australia, Grecia etc., los cuales a su vez constituían mercados para las producciones de Alemania, China, India etc.?
La especulación urbanística ha sido la droga que desde 2002 ha mantenido a flote mínimamente esas economías. Ni Zapatero ni Aznar, ni Bush ni Blair, podían detener o controlar esa burbuja por la sencilla razón de que era el medio para mantener esos índices de "crecimiento" de los que tanto se vanagloriaban.
En la campaña electoral de 2004 Zapatero y Solbes criticaron severamente a Aznar por la burbuja inmobiliaria y prometieron medidas para ir deshinchándola progresivamente. ¡No hicieron nada de eso! Siguieron hinchando el globo que Aznar había hinchado.
El capitalismo lleva sobreviviendo a base de burbujas: el batacazo de 1997-98 fue "superado" con una gigantesca burbuja tecnológica que a su vez pinchó estrepitosamente en 2001-2002. La respuesta fue la burbuja inmobiliaria frente a la cual ya desde 2006 los bancos centrales lanzaban señales de alerta y propugnaban la ilusoria receta de un "aterrizaje suave". Este, como se ha demostrado, era imposible, puesto que cualquier tentativa de desmontar la loca carrera especulativa no podía hacer otra cosa que provocar un batacazo fenomenal. De hecho, el problema de las subprime que desencadenó la crisis justo hace un año, representaba apenas el 10% de todos los préstamos, pero precisamente, su manifestación pública reveló que toda la economía pendía de un hilo, su fragilidad quedó expuesta a la luz del día y el pánico, la restricción de créditos, el sálvese quien pueda de bancos, empresas, organismos públicos, precipitó la caída actual en el abismo.
La crisis histórica del capitalismo no permite una solución real a sus contradicciones, por ello toda receta, todo paliativo, alivian momentáneamente el mal, pero al precio de provocar una nueva recaída y de hacer que la situación sea mucho peor. Es la peor crisis desde hace 40 años[9].
[1] Ver comment-70
[2] Aprovechamos para agradecer el apoyo de 3 lectores a un artículo nuestro de denuncia del Encuentro Latinoamericano Caribeño de Trabajadores; del mismo modo respondemos a un lector que preguntaba por una obra de Trotski que puede encontrarla en: www.marxists.org [374]; igualmente aprovechamos esta tribuna para rechazar un comentario ofensivo contra nuestros hermanos, los trabajadores emigrantes y finalmente denunciamos un comentario xenófobo y aberrante que atribuye a los judíos los orígenes del marxismo al cual responde adecuadamente un lector.
[3] Los comentarios de nuestros lectores han dado pie a dos artículos que hemos publicado en esta misma sección de CCI ON LINE: Comentarios en la Web: otro medio para el debate, ver https://es.internationalism.org/node/2276 [165] y ¿Un proletariado con mentalidad capitalista? Ver https://es.internationalism.org/node/2308 [269]
[4] Ver nuestro artículo ¿Hay una salida a la crisis? https://es.internationalism.org/node/2160 [166]
[5] Ver en nuestra Revista Internacional el artículo Decadencia del capitalismo, la revolución es necesaria y posible desde hace un siglo /revista-internacional/200807/2192/decadencia-del-capitalismo-i-la-revolucion-es-necesaria-y-posible- [178]
[6] El equivalente en España fueron la guerra civil y la cruel posguerra de cuyo pozo apenas empezó a salirlos en los años 60.
[7] Aunque hay bastantes ancianos, en especial viudas, que tienen que arreglarse con 400 euros mensuales.
[8] Los gobiernos -tanto socialistas como populares- prepararon a esta generación ofreciéndoles el "chollo" de los planes de pensiones privados que constituyeron en gran negocio de bancos y cajas. Hoy resulta que esos planes de pensiones -cuyos fondos fueron invertidos en toda clase de fondos especulativos- retroceden sin cesar en su valor lo que significa un auténtico timo para miles y miles de trabajadores que confiaron en ellos.
[9] Ver en Acción Proletaria nº 202: Tras 40 años de crisis: ¿una crisis como las anteriores? /accion-proletaria/200807/2315/tras-40-anos-de-crisis-economica-una-crisis-como-las-anteriores [375]
Desde agosto, con el hundimiento de las hipotecas llamadas "subprime" estamos asistiendo a un nuevo episodio de convulsiones que afectan al conjunto del capitalismo mundial[1].
Las malas noticias económicas se suceden: los índices de inflación se disparan (en Estados Unidos 2007 ha visto el peor dato desde 1990), el desempleo vuelve a remontar, los bancos anuncian pérdidas multimillonarias, las Bolsas se pegan un batacazo tras otro, los indicadores de crecimiento para 2008 son revisados a la baja...
Estos datos negativos tienen una traducción concreta en la vida cotidiana de los trabajadores: se plasman en tragedias como quedarse sin empleo, en desahucios por no poder hacer frente a las hipotecas, en nuevas presiones y amenazas en el trabajo, en pensiones que se desvalorizan y hacen de la vejez una etapa de nuevos sufrimientos... Millones de seres anónimos cuyos sentimientos, preocupaciones y angustias no son materia de noticia periodística, se ven duramente afectados.
¿En qué época estamos dentro de la evolución histórica del capitalismo?
Ante la nueva erupción de la crisis ¿qué nos dicen los personajes e instituciones oficialmente presentadas como "expertos"?. Hay para todos los gustos: los hay catastrofistas que ven una debacle apocalíptica a la vuelta de la esquina; los hay optimistas que dicen que son cosas de la especulación, que la economía real va bien..., sin embargo, la explicación más extendida es que estaríamos ante una "crisis cíclica" de las muchas por las que ha pasado el capitalismo a lo largo de su historia. Por ello -nos aconsejan- deberíamos estar tranquilos, capear el temporal hasta que vengan las vacas gordas de una nueva prosperidad...
Esta "explicación" se basa una fotografía amarillenta que refleja de manera deformada lo que sucedía en el siglo XIX y principios del XX pero que no tiene ninguna aplicación en la realidad y las condiciones del capitalismo de la mayor parte del siglo XX y del siglo XXI.
El siglo XIX es la época de expansión y crecimiento del capitalismo que se extiende como mancha de aceite por todo el globo terráqueo. Sin embargo, periódicamente entraba en crisis como ya lo puso en evidencia el Manifiesto Comunista: « En esas crisis se desata una epidemia social que a cualquiera de las épocas anteriores hubiera parecido absurda e inconcebible: la epidemia de la superproducción. La sociedad se ve retrotraída repentinamente a un estado de barbarie momentánea; se diría que una plaga de hambre o una gran guerra aniquiladora la han dejado esquilmado, sin recursos para subsistir; la industria, el comercio están a punto de perecer. ¿Y todo por qué? Porque la sociedad posee demasiada civilización, demasiados recursos, demasiada industria, demasiado comercio. Las fuerzas productivas de que dispone no sirven ya para fomentar el régimen burgués de la propiedad; son ya demasiado poderosas para servir a este régimen, que embaraza su desarrollo».
La entrada periódica de la sociedad capitalista en fases de colapso, tenía dos causas principales que actualmente no han desaparecido: por un lado, la tendencia a la sobreproducción -como dice el Manifiesto- que provoca hambre, desempleo y miseria no tanto porque se ocasione una penuria de bienes (como sucedía en sociedades anteriores) sino ¡por todo lo contrario! ¡Por exceso de producción! ¡Por -cómo recuerda el Manifiesto- porque sobra demasiada industria, demasiado comercio, demasiados recursos! Por otro lado, el capitalismo funciona de manera anárquica a través de una competencia feroz que lanza a todos contra todos. Eso lleva necesariamente a la recurrencia de momentos de desorden y descontrol.
Sin embargo, esas crisis cíclicas, como había nuevos territorios por conquistar para el trabajo asalariado y la producción mercantil, se superaban más pronto o más tarde, mediante una nueva expansión de la producción que llevaba a una extensión y profundización de las relaciones capitalistas, especialmente en los países centrales de Europa y Norteamérica.
En esa época los momentos de crisis eran como los latidos de un corazón sano y las vacas flacas daban paso a una nueva etapa de prosperidad. Sin embargo, ya entonces Marx vio en esas crisis periódicas algo más que un ciclo eterno que siempre lleva a la prosperidad. Vio en ellas las manifestaciones de las contradicciones profundas que socavan al capitalismo en su propia raíz y lo precipitan en la ruina.
Con la llegada del siglo XX, el capitalismo llega a su apogeo, se ha extendido a toda la superficie de la Tierra, prácticamente todos los países se hallan bajo las leyes del trabajo asalariado y el intercambio mercantil. Con ello entró en su periodo de decadencia, « El origen de esta decadencia, como sucedió para otros sistemas económicos, es la creciente inadecuación entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Concretamente, en el caso del capitalismo cuyo desarrollo está condicionado por la conquista de los mercados extra capitalistas, la Primera Guerra mundial fue la primera manifestación significativa de su decadencia. En efecto, con el fin de la conquista colonial y económica del mundo por las metrópolis capitalistas, éstas se vieron obligadas a enfrentarse entre sí para disputarse sus respectivos mercados. El capitalismo entró desde entonces en un nuevo período de su historia, período que la Internacional comunista, en 1919, calificó como el de las guerras y las revoluciones»[2].
Los rasgos esenciales de este periodo son, por un lado, la explosión de guerras imperialistas que manifiestan la lucha a muerte entre los diferentes Estados Capitalistas por repartirse la influencia y el control de un mercado mundial que se ha hecho cada vez más estrecho, que no puede dar salida a los apetitos de una plétora de rivales. Por otro lado, se ve una tendencia más o menos crónica a la sobreproducción multiplicándose las convulsiones y catástrofes económicas. Dicho de otra forma, lo que caracteriza globalmente el siglo XX y XXI es que la tendencia a la sobreproducción -que en el siglo XIX era temporal y se podía superar con relativa facilidad- se vuelve crónica, sometiendo con ello a la economía mundial a un riesgo más o menos permanente de inestabilidad y destrucción. De otro lado, la competencia -rasgo congénito del capitalismo- se hace extrema y al toparse con un mercado mundial que tiende constantemente a la saturación pierde su carácter de estimulo a la expansión para desarrollar únicamente su carácter negativo y destructivo de caos y enfrentamiento.
La guerra mundial de 1914-18 y la Gran Depresión de 1929 son las dos manifestaciones más espectaculares de la nueva época. La primera acarreó más de 20 millones de muertos, causó horribles sufrimientos y provoca un trauma moral y psicológico que marcó a generaciones enteras. La segunda se expresó en un hundimiento brutal con tasas de desempleo del 20-30% y una miseria atroz que golpeó a las masas trabajadoras de los países llamados "ricos" con Estados Unidos a la cabeza.
La nueva situación del capitalismo en el terreno económico e imperialista trajo consigo cambios importantes en el terreno político. Para sujetar a una sociedad golpeada por la tendencia crónica a la sobreproducción y por asaltada por violentos conflictos imperialistas, el Estado, baluarte último de sistema, interviene masivamente en todos los aspectos de la vida social y especialmente en los más sensibles: la economía, la guerra y la lucha de clases. Todos los países se orientan hacia un Capitalismo de Estado que toma dos formas: la que se llama engañosamente "socialista" consistente en la estatización más o menos completa de la economía y la denominada "liberal" cuyo fundamento es una combinación más o menos abierta entre la burguesía privada clásica y la burocracia del Estado.
Este breve y esquemático recordatorio de las características generales de la actual época histórica del capitalismo debe servirnos para situar la crisis actual analizándola de manera reflexiva, lejos por igual del catastrofismo alarmista e inmediatista y, muy especialmente, de la demagogia optimista de la "crisis cíclica"[3].
40 años de crisis
Tras la Segunda Guerra Mundial, el capitalismo, al menos en las grandes metrópolis, logró una etapa más o menos larga de prosperidad. No es objeto de este breve artículo analizar sus causas[4], lo bien cierto es que esa fase -en contra de las prédicas de gobernantes, sindicalistas, economistas e incluso elementos que se llamaban "marxistas", que hablaban de un capitalismo que había superado definitivamente las crisis- se fue cerrando a partir de 1967. Primero con la devaluación de la libra esterlina, después con la crisis del dólar en 1971 y la primera crisis llamada "del petróleo" en 1973. A partir de la recesión de 1974-75 se abre una etapa donde las convulsiones se multiplican. Por hacer un resumen, podemos citar la crisis inflacionaria de 1979 afectando a los principales países industriales, la crisis de la deuda en 1982, el desplome de Wall Street de 1987 seguido de la recesión de 1989, la nueva recesión de 1992-93 que conlleva una desbandada de las monedas europeas, la crisis de los tigres y dragones asiáticos de 1997 y la crisis de la "Nueva Economía" de 2000-2001.
Esta sucesión de episodios convulsos ¿podemos explicarla metiéndole con calzador el esquema de las "crisis cíclicas"?
¡Rotundamente no! La enfermedad incurable del capitalismo es la escasez dramática de mercados solventes, problema que no ha cesado de agravarse a lo largo del siglo XX y que se ha puesto de manifiesto con una virulencia inusitada a partir de 1967. Pero, a diferencia de 1929, el capitalismo actual ha afrontado la situación armado con el mecanismo de la intervención masiva del Estado que trata de acompañar la crisis para evitar un hundimiento descontrolado.
¿Cuál es la principal herramienta que emplea el Estado para acompañar el caballo desbocado de la crisis que lo arrastra bajo sus pies e intentar suavizarla, aplazarla, evitar -al menos en los países centrales- sus efectos más catastróficos?
La experiencia nos ha mostrado que dicha herramienta es el recurso al crédito. Mediante un endeudamiento que, al cabo de los años se ha convertido en astronómico, los Estados capitalistas crean un mercado artificial para dar salida, mal que bien, a una sobreproducción que no cesa de aumentar.
Durante 40 años la economía mundial ha evitado un derrumbe estrepitoso recurriendo a dosis cada vez más masivas de endeudamiento. El endeudamiento es al capitalismo lo que la heroína es a un drogadicto. La droga del endeudamiento hace que el capitalismo siga en pie, apoyado en los brazos del monstruo Estado -sea éste "liberal" o "socialista"-. Con la droga alcanza momentos de euforia donde parece que estuviéramos en el mejor de los mundos posibles[5], sin embargo, cada vez con mayor frecuencia, surgen los periodos contrarios de convulsión y crisis, como lo estamos viendo ahora desde agosto.
A medida que se elevan las dosis, la droga tiene un efecto menor sobre el drogadicto. Hace falta una dosis cada vez más grande para lograr un estímulo cada vez más pequeño. ¡Eso mismo está pasando con el capitalismo actual! Tras 40 años de inyecciones de la droga crediticia sobre un cuerpo perforado por los pinchazos, la economía capitalista mundial tiene cada vez mayores dificultades para reaccionar y remontar el vuelo hacia una nueva euforia.
Es lo que está pasando actualmente. En agosto dijeron que todo estaría controlado con los préstamos de los bancos centrales a las entidades financieras. Desde entonces, se ha llegado a inyectar MEDIO BILLON de euros en 3 meses sin que se haya visto efecto alguno. La ineficacia de estas medidas ha acabado por sembrar el pánico y enero 2008 ha nacido con una caída permanente de las Bolsas mundiales[6]. Para cortar la hemorragia, en Estados Unidos, Gobierno y Oposición mano a mano con la Reserva Federal anuncian el 17 de enero el "remedio milagro" de dar a todos los hogares un cheque de 800 dólares. Sin embargo, semejante medida -que en 1991 fue muy eficaz- provoca el lunes 21 de enero un batacazo de las bolsas mundiales tan grave como el colapso de 1987. El 21, de manera urgente y precipitada, la Reserva Federal reduce ¾ de punto el interés realizando la mayor reducción desde 1984. Sin embargo, el 23 -cuando escribimos este artículo- las bolsas mundiales, salvo Wall Street, vuelven a sufrir un nuevo desmoronamiento.
¿Cuál es la causa de esta prolongación de las convulsiones pese al enorme esfuerzo crediticio realizado por los principales Estados desplegando todos los instrumentos de que disponen: los préstamos a los bancos entre agosto y noviembre, las reducciones de los tipos de interés, las bonificaciones fiscales? Los bancos -utilizados masivamente por los Estados como reclamos para comprometer a empresas y hogares en una espiral de deudas- se hallan en un estado lamentable, uno tras otro -empezando por los más grandes, como el Citigroup- anuncian pérdidas gigantescas. Se habla un fenómeno que puede agravar mucho más la situación: una serie de entidades aseguradoras que tienen como función especializada rembolsar a los bancos los créditos "malos" ligados a las subprime, parece ser que tienen grandes dificultades para poder hacerlo.
Pero hay un problema mucho más inquietante y que está recorriendo como un tsunami la economía mundial: el despertar de la inflación. Esta, que durante los años 70 golpeó duramente los hogares humildes, vuelve hoy con una fuerza inusitada. En realidad, las trampas con el crédito, las acciones del capitalismo de Estado, no la habían eliminado, la habían simplemente aplazado. Todo el mundo teme que ahora se desboque y que los préstamos gigantescos de los bancos centrales, las bonificaciones fiscales y las reducciones de los tipos de interés no logren otro efecto que dispararla sin conseguir el relanzamiento de la producción. El temor generalizado es que la economía mundial entre en una fase llamada de "estanflación", o sea, la peligrosa combinación de recesión e inflación, lo cual para la clase obrera y para la mayoría de las capas trabajadoras significa desempleo y miseria combinados con la carestía de los artículos básicos. A este drama se añade el de, por ejemplo, más de 2 millones de hogares en USA se han hundido en la insolvencia.
Como la droga, el recurso desesperado al crédito va minando y destruyendo paulatinamente las bases de la economía, haciéndola más frágil, provocando en su seno procesos de pudrimiento y descomposición cada vez más agudos.
De este breve análisis de la situación en los últimos meses, podemos deducir que estamos ante la peor y más prolongada convulsión del capitalismo en los últimos 40 años. Todo esto lo podemos comprobar si analizamos los últimos 4 meses no en si mismos -como suelen hacer los "experto" que no ven más allá de sus narices- sino en el marco de los últimos 40 años. En los años 70 el endeudamiento se cargó sobre todo a los países llamados del "Tercer Mundo" a los que se prestó dinero a manos llenas para que dieran una salida a las mercancías de los principales países industrializados. El sueño duró muy poco, en 1982 México y Argentina se declaraban insolventes. Una vía se cerraba para el capitalismo.
¿Cuál fue la nueva huida hacia delante? ¡El endeudamiento de Estados Unidos! Este, de ser un país acreedor pasó a partir de 1985 a ser un país deudor para acabar convirtiéndose en el primer deudor del mundo, desbancando de ese dudoso ranking a Argentina y México. Con esta maniobra el capitalismo logró de nuevo sobrevivir pero pagó por ello un alto precio: minar la solvencia y las bases económicas de la principal potencia del mundo.
Esa estrategia se reveló insostenible con las convulsiones que se sucedieron entre 1987 y 1991. Desde entonces la economía mundial se orientó hacia lo que se llamó la "deslocalización": para aliviar los elevados costes que ahogaban a las principales economías, partes enteras de la producción se trasladaron a los famosos "tigres y dragones asiáticos" con China a la cabeza. Las fuertes convulsiones de 1997-98 se saldaron con el hundimiento de esos países asiáticos que nos presentaban como la demostración de la prosperidad capitalista[7]. Solo China logró salvar los muebles emprendiendo una alocada carrera de crecimiento que le ha llevado no solo a fagocitar mediante sus salarios de hambre una multitud de producciones sino a convertirse en un competidor descarado de los principales países capitalistas. Esta carrera fulgurante de China "resolvió" una contradicción de la economía mundial -el peso de los costes que se había hecho insoportable- pero ha elevado la competencia a unos niveles de brutalidad aún más insoportables.
Durante los últimos años el capitalismo ha logrado darse un nuevo amago de "prosperidad" a través de una descomunal especulación inmobiliaria que ha afectado a Estados Unidos, Gran Bretaña, España y unos 40 países más. El boom del ladrillo es una expresión clamorosa del grado de aberración al que está llegando el sistema en su desesperado intento por mantenerse a flote. La finalidad de la construcción de viviendas no ha sido la de dar alojamiento a las personas. ¡Al contrario!, crecen sin cesar los llamados Sin Techo empezando por Estados Unidos. El objetivo es especular con las viviendas, con edificios que estropean el paisaje, alteran irreversiblemente el medio ambiente y no tienen más destino que quedarse vacíos. En Dubai, el desierto ha sido sembrado de rascacielos, jardines artificiales, autopistas etc., sin más fin que dar rienda suelta a los apetitos de los inversores intencionales desesperados por obtener altos beneficios comprando una vivienda y vendiéndola a los 3 meses. En España, las costas que estaban todavía vacías han sido pobladas de urbanizaciones, rascacielos y campos de golf, en un intento de mantener a flote los negocios del capital y cubrir el déficit de los ayuntamientos. Todo esto ha podido poblar los bolsillos de una minoría pero la mayoría de esas construcciones están dramáticamente despobladas. Una consecuencia canallesca de esta locura especulativa es que esta se ha hecho astronómicamente inaccesible para la mayoría de los jóvenes y no tan jóvenes. Millones de seres humanos han tenido que escoger entre la hipotecas que tienen duraciones de hasta 50 años para así acceder a la "dichosa" "propiedad privada" de la vivienda o echar ingentes cantidades de dinero al pozo sin fondo de los alquileres. En Gran Bretaña, en USA, en España y en otros países, el problema de la vivienda que nos decían que estaba definitivamente resuelto ha vuelto con una fuerza jamás vista: cientos de miles de parejas jóvenes tienen que vivir realquilados en un cuartucho o hacinados en la casa de sus padres.
Hoy, la burbuja ha estallado y una economía fragilizada donde todo estaba prendido con los alfileres de la especulación, los fraudes contables, el aplazamiento sine die de los pagos apalancados en un esotérico "mercado de futuros", se ha precipitado en convulsiones impredecibles.
La única respuesta del capitalismo: descargar la crisis sobre los trabajadores
Hace 10 años en el artículo antes citado de 30 años de crisis abierta del capitalismo trazábamos un balance de esta continua huida hacia delante, de este permanente encadenamiento a la droga del crédito con el que el capitalismo logra sobrevivir al precio de fragilizarse y pudrirse cada vez más: «Esa intervención del Estado para acompañar la crisis, tratar de adaptarse a ella y buscar su ralentización y aplazamiento, ha logrado evitar en los grandes países industrializados un hundimiento brutal, una desbandada general del aparato económico. Sin embargo, no ha conseguido ni solucionar la crisis ni solventar al menos algunas de sus expresiones más agudas como el desempleo o la inflación. Tras 30 años de esas políticas de paliativos su único logro es una especie de descenso organizado hacia el abismo, una suerte de caída planificada cuyo único resultado real ha sido prolongar de forma indefinida los sufrimientos, la incertidumbre y la desesperación de la clase obrera y de la inmensa mayoría de la población mundial. De un lado, la clase obrera de los grandes centros industriales ha sido sometida a un tratamiento sistemático de recorte sucesivo y gradual de sus salarios, sus empleos, sus condiciones de vida, su estabilidad laboral, su supervivencia misma. Por otra parte, la gran mayoría de la población mundial, la que malvive en la enorme periferia que rodea a los centros neurálgicos del capitalismo, ha sido, en su gran mayoría, sumida en una situación de barbarie, hambre y mortalidad que bien se puede calificar del mayor genocidio que jamás haya sufrido la humanidad».
Son los trabajadores del mundo entero los que están pagando los platos rotos de esta política que trata de prolongar desesperadamente la vida de un sistema en bancarrota.
¿Qué ha pasado en estos últimos 40 años a nivel de las condiciones laborales y de vida de todos los trabajadores? Cuando se miran las cosas con distancia y perspectiva el balance es aterrador. Hace 40 años la mayoría de los trabajadores, incluso los de los países menos ricos, tenían el puesto de trabajo fijo, hoy la tendencia dominante es la precariedad. Desde hace más de 20 años los salarios reales de los trabajadores de los países más ricos no hacen sino decrecer o como mucho estar estancados. ¡No digamos el de los países menos favorecidos donde el salario medio apenas llega a 100 dólares![8]. El desempleo se ha convertido en crónico. Lo más que han logrado los estados es estabilizarlo o, mejor aún, hacerlo invisible socialmente. A base de campañas sistemáticas sobre la "reducción del desempleo" y una política feroz de atomización e individualización de los desempleados han conseguido que estos vivan su situación como un estigma horrible, se encierren en su casa hundidos en la depresión, escondan su condición pues la prédica oficial es que son unos vagos, unos inútiles o unos fracasados incapaces de beneficiarse de las maravillosas oportunidades de empleo que según la propaganda les corresponderían. ¿Y qué podemos decir de las pensiones? Hoy la generación de trabajadores que tiene 50-60 años no sabe si cobrará la pensión y en todo caso ya no será de la cuantía -no demasiado lucida- de la de sus padres. En cambio la siguiente generación -la que está entre 25 y 35 años- es prácticamente seguro que no cobrará ninguna pensión.
Para que la humanidad pueda vivir el capitalismo debe morir
Esta perspectiva catastrófica se viene planteando desde hace 40 años. Sin embargo, la capacidad del capitalismo a través del Estado para acompañar la marcha hacia el abismo tratando de hacerla gradual y escalonada, ha sembrado unas ilusiones y una idea de que "esto es un ciclo eterno de crisis - prosperidad" que ha dificultado ver que detrás de esa espesa capa no había otra cosa que un agujero negro de miseria, guerra y destrucción.
Ahora bien, tras 40 años de convulsiones, el pudrimiento de las estructuras económicas, sociales y políticas es cada vez más agudo y la capacidad del Estado Capitalista para "acompañar y paliar" la crisis está cada vez más debilitada. Por ello, la nueva caída que se anuncia va a ser mucho más brutal y abrupta que las anteriores. Los ataques en los diferentes planos al proletariado y a la humanidad entera van a ser muchos más crueles y destructivos. Y eso tanto en el plano de la guerra imperialista, como en el de la destrucción medioambiental, como en el de los salarios, el desempleo, la precariedad, la miseria en suma.
Los gobernantes piden calma y dicen que todo está controlado, que tienen remedios para poner el vehículo de nuevo en marcha, la oposición participa del engaño pues aunque entone cantos de catástrofe -debida claro está a la pésima gestión del partido en el poder- promete una "nueva política" que cuando se analiza con un mínimo de seriedad resulta invariablemente anticuada y ridícula.
¡No podemos engañarnos! La experiencia de los últimos 4 meses es profundamente aleccionadora: los gobernantes mundiales -con toda su legión de expertos y magos de las finanzas- han ensayado todo el abanico de fórmulas para "salir de la crisis". Podemos afirmar que esos trapicheos están condenados al fracaso. El proletariado, los trabajadores de todo el mundo, no podemos confiar en ellos. ¡Sólo pueden confiar en sus propias fuerzas! Tenemos que desarrollar una experiencia de lucha, de solidaridad, de debate y conciencia, para lograr -en un esfuerzo que será muy duro y difícil- la capacidad para destruir el capitalismo que se ha convertido en el gran obstáculo para la supervivencia de la humanidad. Hoy es más actual que nunca el lema que acuñó la Internacional Comunista en 1919 ¡PARA QUE LA HUMANIDAD PUEDA VIVIR EL CAPITALISMO DEBE MORIR!
Smolni 23-1-08
[1] Ver para un análisis detallado la editorial de la Revista Internacional nº 131: /revista-internacional/200711/2091/crisis-financiera-de-la-crisis-de-liquidez-a-la-liquidacion-del-ca [376]
[2] XVII Congreso Internacional de la CCI, 2007. Resolución sobre la Situación Internacional [377], publicada en Revista Internacional nº 130.
[3] En la campaña electoral que estamos sufriendo en España los dos grandes contendientes rivalizan cada cual adoptando un papel diferente ante la crisis: por un lado, el PP enarbola el estandarte del catastrofismo; por la otra parte, el PSOE se apunta al "tranquilos, aquí no pasa nada". Los dos mienten y engañan y, también, posiblemente no saben realmente lo que está pasando.
[4] Ver la Resolución sobre la situación internacional antes citada.
[5] Esa sensación de euforia es convenientemente amplificada por todos los defensores del capitalismo, no sólo por políticos, patronos y sindicatos, sino especialmente por los llamados "creadores de opinión" -los medios de comunicación-. Se ensalzan y se subrayan unilateralmente los rasgos positivos mientras que se subestiman o se relegan los negativos, todo lo cual contribuye a propagar el sentimiento de euforia.
[6] Para hacerse una idea, en España -según datos del IESE- se han evaporado 89.000 millones de € en 20 días. Se calcula una caída media de las bolsas mundiales durante el mes de enero del 15% según las cifras más optimistas.
[7] Se puede consultar en Revista Internacional nº 96, 97 y 98 la serie de artículos 30 años de crisis capitalista. Ver "Crisis económica (I) - Treinta años de crisis abierta del capitalismo [303]" y siguientes.
[8] Ahí debemos incluir la situación de la inmensa mayoría de obreros supuestamente "beneficiados" por el "milagro chino".
El 24 de Septiembre de 2008, el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, pronunció, al parecer de los expertos y comentaristas del mundo entero, un discurso "inhabitual". Su alocución televisada anunciaba en efecto, sin rodeos, los tormentos que se cernían sobre "el pueblo americano": «Estamos ante una situación extraordinaria de la economía de los Estados Unidos. Desde hace varias semanas, muchos norteamericanos sufren angustia debido a su situación financiera y el porvenir. [...] Hemos asistido a grandes fluctuaciones en la Bolsa. Grandes instituciones financieras están al borde del abismo y algunas de ellas han quebrado. Ante el aumento de la incertidumbre muchos bancos han procedido a restringir los créditos. El mercado del crédito se haya bloqueado. Las familias y las empresas tienen cada vez más difícil la consecución de créditos. Estamos en medio de una grave crisis financiera [...] toda nuestra economía está en peligro. [...] Sectores clave del sistema financiero de los Estados Unidos sienten la amenaza del hundimiento [...] América podría verse arrastrada al pánico financiero y asistiríamos con ello a un escenario desolador. Muchos más bancos entrarían en quiebra, algunos de los cuales serían los de vuestra comunidad. El mercado bursátil se hundiría aún más lo que reduciría el valor de vuestros planes de pensiones. Caería el valor de vuestra vivienda y los embargos se multiplicarían. [...] Numerosas empresas tendrían que echar el cierre y millones de norteamericanos perderían su puesto de trabajo. Independientemente de vuestra solvencia os sería mucho más difícil obtener un préstamo con el que compraros un coche o enviar vuestros hijos a la universidad. En definitiva que nuestro país podría caer en una larga y dolorosa recesión».
La economía mundial sacudida por un seísmo financiero
Pero, en realidad, no es sólo la economía americana la que «podría caer en una larga y dolorosa recesión», sino toda la economía mundial. Los Estados Unidos que han sido la locomotora del crecimiento desde hace sesenta años,...¡conducen ahora la economía mundial al abismo!
La lista de los organismos financieros en muy graves dificultades crece día tras día:
- En Febrero el 8º banco inglés - el Northern Rock - debió ser nacionalizado para evitar su desaparición.
- En Marzo el Bear Stearns, el 5º banco de Wall Street, fue "salvado" al ser comprado por JP Morgan, el 3º banco norteamericano, mediante fondos de la Reserva Federal americana (la famosa FED).
- En Julio, Indymac, uno de los principales organismos de crédito hipotecario norteamericanos, tuvo que ser sometido a la tutela de las autoridades federales. Entonces representó el establecimiento bancario más importante que quebraba en los Estados Unidos en los últimos 24 años. Pero tal récord resultó efímero.
- A principios de Septiembre continuaba el "pim-pam-pum", puesto que Freddie Mac y Fannie Mae, dos instituciones de prestamos hipotecarios, con un volumen entre ambas de cerca de 850 mil millones de $, eludieron la quiebra por los pelos y gracias a una intervención de la FED.
- A los pocos días, Lehman Brothers, el 4º banco americano se declaró en quiebra sin que, en esta ocasión, la FED acuda en su ayuda. Las deudas totales de Lehman Brothers se elevaban a fecha del 31 de Mayo a 613 mil millones de $: "nuevo récord mundial". Hasta ese momento la mayor quiebra de un banco americano - el Continental Illinois en 1984 - había alcanzado una cifra 16 veces más modesta, es decir 40 mil millones de $. Patente ilustración de la gravedad de la situación.
- Y para huir de una suerte pareja, Merrill Lynch, otro estandarte de la banca norteamericana, debía aceptar deprisa y corriendo ser comprada por el Bank of America.
- Otro tanto cabe decir de la compra de HBOS por su compatriota y rival Lloyds TSB (respectivamente 2º y 1º bancos de Escocia).
- Pero dos semanas después de lo de Lehman Brothers las mayores aseguradoras del mundo también ha sido salvada por los pelos por el banco central estadounidense. De hecho las finanzas del Estado americano se empezaban a encontrar en serias dificultades, lo que explica que no acudieran en socorro de Lehman Brothers. Si se volcó con AIG es por que en caso de quiebra de este organismo la situación se habría vuelto totalmente incontrolable. Se batían de nuevo todos los récords, cuando le llegó el turno a Washington Mutual (WaMu), la caja de ahorros más importante de los Estados Unidos que se vio forzada a echar el cierre[1]
Además, inevitablemente, las Bolsas se encuentran también en el ojo del huracán. Tras cada uno de estos batacazos caen igualmente un 3, un 4 o hasta un 5%. La Bolsa de Moscú se vio obligada a cerrar sus puertas durante varios días a mediados de Septiembre como consecuencia de sucesivos desplomes superiores al 10%[2]
¿Vamos hacia un nuevo 1929?
Frente a esta avalancha de malas noticias hasta los más sesudos especialistas económicos se sienten desconcertados. Por ejemplo Alan Greenspan, hasta hace poco presidente de Reserva Federal norteamericana (y reconocido como un dirigente "mítico" por sus cofrades) declaró el pasado 15 de Septiembre a la cadena de televisión ABC que: «ha de reconocerse que se trata de un acontecimiento que sucede cada cincuenta años o incluso una vez al siglo [...] No tengo ninguna duda. No había visto nunca nada parecido y esto aún no se acabado. Es más: tardará bastante en hacerlo». Pero más significativa aún resulta la declaración del Premio Nóbel de economía, Joseph Stiglitz, que para "dar ánimos" expresó, con total torpeza, que la actual crisis financiera iba a ser menos grave que la de 1929, pero que había que precaverse de los excesos de confianza: «Podemos equivocarnos por supuesto, pero el punto de vista más generalizado es que hoy disponemos de medios [...] para evitar otra Gran Depresión[3]». Si la intención de este eminente economista, - pero funesto psicólogo -, era confortar a la gente, lo que produjo fue un desconcierto general, pues, aunque haya sido involuntariamente, ha dicho en voz alta lo que todos rumian para sus adentros: ¿vamos a un nuevo 29, hacia una nueva "depresión"?
A continuación se sucedieron las apariciones de los expertos en economía en los diferentes "platós" de TV para tratar de tranquilizar a la opinión pública diciéndonos que aunque la crisis actual es, efectivamente, muy grave, no tiene nada que ver con el crack de 1929, y que en todo caso ésta se acabará algún día. Todo eso no son más que verdades a medias. Durante la Gran Depresión en los Estados Unidos miles de bancos entraron en bancarrota y millones de personas se arruinaron. La tasa de desempleo subió hasta el 25% y la producción industrial se hundió hasta un 60%. En resumen que se produjo una paralización de la economía. Entonces, los dirigentes de los distintos Estados reaccionaron muy tardíamente y durante muchos meses dejaron abandonados a su suerte a los mercados. Peor aún: la única medida que tomaron fue cerrar las fronteras a las mercancías extranjeras (proteccionismo), lo que remató el bloqueo del sistema. Hoy el contexto es diferente. La burguesía ha sacado lecciones de aquel desastre económico, y se ha dotado de organismos internacionales y vigila estrechamente el curso de la crisis tomando medidas inmediatamente. Desde el verano de 2007, los distintos bancos centrales (principalmente la FED y el Banco Central Europeo - el BCE -), han inyectado más de 2 Billones de dólares para salvar a las instituciones en dificultad, evitando así el colapso completo del sistema financiero. La economía se va desacelerando muy deprisa pero no se bloquea. Por ejemplo en Alemania, para el año próximo aún se prevé un crecimiento del 0,5% (según el semanario alemán Der Spiegel). Pero a pesar de lo que tratan de inducirnos estos especialistas y otros doctores en ciencias, la crisis actual es más grave que la de 1929. El mercado mundial se encuentra totalmente saturado. De hecho el crecimiento de estas últimas décadas se ha basado en un endeudamiento bestial. El capitalismo se desploma hoy bajo el peso de una montaña de deudas[4]
Algunos políticos y dirigentes económicos mundiales nos dicen ahora que hay que "escarmentar" al mundo de las finanzas para impedir que vuelvan a cometer los excesos que han provocado la crisis actual y permitir que pueda volverse a un "capitalismo sano". Pero bien que se callan (o incluso no quieran ver) que el "crecimiento" de estos años atrás fue posible, precisamente, por esos "excesos", es decir gracias a que el capitalismo ha huido hacia adelante, hacia el abismo del endeudamiento[5]. No son los "excesos de los tiburones de las finanzas" los que han causado la crisis actual. Estos excesos y esta crisis financiera son exponentes de la crisis insoluble, del callejón sin salida en que está metido el sistema capitalista en su totalidad. Por ello no puede hablarse ciertamente de "salida del túnel". El capitalismo va a seguir hundiéndose inexorablemente. El Plan Bush de 700 mil millones de $ que, según la burguesía norteamericana, va a "sanear el sistema financiero", va a acabar forzosamente en un fracaso. Si el plan resulta aceptado[6], el gobierno americano va a comprar a los bancos sus "activos tóxicos", es decir los créditos de dudoso cobro, para liberar de estos los balances de los bancos y que estos puedan relanzar el crédito. En los primeros momentos tras el anuncio de este plan se produjo tal sensación de "alivio" en los círculos financieros que las Bolsas batieron récords de subida en un solo día. Pero en los días siguientes se han visto inmersas en una especie de "yo-yo", pues en definitiva nada se ha arreglado sustancialmente[7]. Las causas profundas de la crisis siguen estando ahí: el mercado se encuentra saturado y se almacenan montañas de mercancías invendibles, mientras los organismos financieros, las empresas, los Estados y los particulares se hunden bajo el peso de sus deudas.
Los billones de $ inyectados y por inyectar a los mercados financieros por parte de las diferentes bancas centrales del planeta no servirán para cambiar nada. Es más empeoran las cosas pues solo pueden significar un nuevo y mayor crecimiento del endeudamiento público y bancario. La burguesía se encuentra en un callejón sin salida o éstas son a cada cual peor. Eso es lo que explica las vacilaciones de la propia burguesía norteamericana para aplicar el plan Bush, ya que aunque a corto plazo pueda aplacar el pánico, sabe que en realidad se volverá posteriormente contra ella con nuevas y más brutales sacudidas. Para George Soros (uno de los inversores más célebres y prestigiosos del planeta),... «el riesgo de estallido del sistema financiero es más que patente».
Una oleada de empobrecimiento sin precedentes desde los años 30
Las condiciones de vida de la clase obrera y de la mayoría de la población mundial se van a ver brutalmente degradadas. Una oleada de despidos va a sacudir simultáneamente todos los rincones del planeta. Miles de fábricas van a verse obligadas a cerrar. En lo que queda del año 2008, y sólo en el sector financiero de Estados Unidos y Gran Bretaña, van a desaparecer 260 mil puestos de trabajo (según informa el diario francés Les Echos el 26 de Septiembre). Y un puesto de trabajo en este sector genera como media cuatro empleos directos. Así pues el hundimiento de los organismos financieros va a significar el desempleo para cientos de miles de familias obreras. Igualmente vamos a ver el aumento de los embargos inmobiliarios. En Estados Unidos 2'2 millones de personas han sido expulsadas de sus viviendas desde el verano de 2007, y de aquí a Navidad se prevé que vayan a serlo 1 millón más. Y este fenómeno empieza a extenderse por Europa, en particular en España y Gran Bretaña[8].
Desde hace poco más de un año la inflación ha reaparecido con fuerza. El precio de las materias primas y de los gastos en productos de primera necesidad se ha disparado, lo que ha provocado hambrunas y revueltas en muchos países[9]. Los billones de $ inyectados por la FED y por el BCE van a agravar aún más este fenómeno. Y eso supone un empobrecimiento de toda la clase obrera: alojarse, vestirse, alimentarse, el transporte, se van a hacer cada vez más difíciles para millones de trabajadores.
La burguesía no va a dejar de pasar la factura de la crisis a la clase obrera, y esa factura se llama disminución de salarios reales, recorte de ayudas y de subsidios para desempleados y para gastos sanitarios, retraso de la edad para conseguir la jubilación, aumento de impuestos y multiplicación de todo tipo de tasas. El mismísimo Georges W. Bush ya ha advertido que su plan va a ser financiado por los "contribuyentes". Es decir que las familias obreras deberán desembolsar pues varios miles de dólares cada una para tratar de reflotar a la banca, ¡en un momento en que muchas familias obreras no pueden ni siquiera permitirse disponer de una vivienda!
Si bien la crisis actual no presenta el aspecto súbito que tuvo el crack de 1929 si va a representar idénticos tormentos para los explotados del mundo entero. La verdadera diferencia no se sitúa tanto en el plano de la economía capitalista como en el de la combatividad y la conciencia de la clase obrera. Entonces, en 1929, acababa de producirse la derrota de la Revolución rusa de 1917, el aplastamiento de las revoluciones como la que tuvo lugar en Alemania entre 1919 y 1923 mientras estaba en pleno auge la contrarrevolución estalinista. El proletariado mundial se encontraba totalmente aplastado y resignado. La crisis desencadenó, es verdad, importantes movimientos de parados en los Estados Unidos, pero estas movilizaciones no pudieron ir más allá y el capitalismo pudo arrastrar a la humanidad a la barbarie de la Segunda Guerra Mundial que costó 60 millones de muertos. Hoy la situación no es esa en absoluto. Desde 1968, el proletariado se ha desquitado de la capa de plomo de la contrarrevolución, y si bien las campañas de 1989 sobre el fin del comunismo le infligieron un golpe muy duro, lo cierto es que a partir de 2003 la clase obrera está desarrollando su lucha y su conciencia. La crisis económica puede ser el terreno fértil en que germinen la solidaridad y la combatividad obreras.
1. Con el anuncio de todas estas quiebras en cadena no cabe otra cosa que indignarse ante las escandalosas sumas que se han embolsado los directivos de dichas entidades. Los de los cinco primeros bancos de Wall Street, por ejemplo, han cobrado más de 3 mil millones de $ en 5 años (según Bloomberg). Y hoy es la clase obrera la que sufre las consecuencias de su política. Si bien es cierto que no es lo descomunal de su salario lo que explica la crisis, sí muestra en toda su crudeza lo que es la burguesía: una clase de gángsteres sin la menor consideración por los trabajadores ¡esos mindundis!
2. Esta editorial se escribió el 27 de septiembre. Desde entonces, la quiebra de bancos ha continuado a un ritmo vertiginoso. Mientras en USA Morgan Stanley era salvada in extremis mediante la inyección de capital extranjero, en Gran Bretaña el Estado tenía que intervenir de nuevo para evitar la quiebra del Bradford & Bingley el octavo banco inglés, los gobiernos de Holanda, Bélgica y Francia tenían que actuar al unísono para impedir el hundimiento de Fortis entidad aseguradora y bancaria muy importante y el gobierno alemán tenía que hacer lo propio para que no cerrara el Hypo Real State, principal entidad hipotecaria del país (Nota de la Redacción de Acción Proletaria).
3. Gran Depresión: es el nombre con el se conoce la crisis de 1929 que iniciada en Estados Unidos afectó severamente a toda la economía mundial.
4. Los llamados "créditos dudosos" (o sea aquellos que muy probablemente no serán nunca reembolsados) se sitúan hoy a nivel mundial, según las evaluaciones, entre 3 y 40 Billones de $. La imprecisión de esta horquilla deriva del hecho de que los bancos se han vendido unos a otros estos créditos dudosos hasta el extremo de que son incapaces de cuantificarlos
5. Como dijo recientemente un periodista en la cadena francesa France 5. «Los Estados Unidos han jugado la prórroga gracias al crédito»
6. Lo que ha sucedido finalmente el sábado 4 de Octubre (Nota de la Redacción de Acción Proletaria)
7. El Plan Bush, sacado a flote en realidad por el partido de Obama, supone destinar OTRO BILLON de $ extraído de la explotación de la clase obrera a "recompensar" al sistema financiero. Además pone en un auténtico aprieto por ejemplo a los gobiernos europeos que se han reunido ayer para "no acordar nada" en un momento en que las sacudidas empiezan a llevarse más bancos del viejo continente, como hemos puesto de relieve en la nota 2, y a sabiendas de la cosa no acaba ahí pues las amenazas se ciernen sobre Unicredit en Italia y hay un run run incesante que se abate sobre la salud de muchas cajas de ahorro españolas. (Nota de la Redacción de Acción Proletaria, 5-10-2008)
8. Donde el número de desahucios inmobiliarios ha aumentado un 48% en el primer trimestre de 2008
9. Ver en Revista Internacional nº 134 "Crisis alimentaria, revueltas del hambre: Solo la lucha del proletariado puede acabar con las hambrunas" o /revista-internacional/200808/2340/crisis-alimentaria-revueltas-del-hambre-solo-la-lucha-de-clases-de [378]
Presentamos a continuación un texto que nos envía un grupo de discusión formado por compañeros de Chile y que reflexiona sobre el 36 aniversario del golpe de Estado de Pinochet. Defiende una posición claramente proletaria que compartimos plenamente aunque evidentemente hay formulaciones o análisis que a nuestro juicio requieren un debate más detallado que deseamos emprender y al que animamos a nuestros lectores. Sin embargo nos parece más importante los análisis y posiciones de fondo que realizan los compañeros que constituyen una nueva aportación al actual florecimiento de un medio internacionalista proletario en un buen número de países. «Cuanto más desarrollada, más ‘pura' es la democracia, más abierta y cruel es la lucha de clases, y más claramente se manifiesta la ‘pureza' de la opresión del capital y la dictadura de la burguesía» (Internacional Comunista, Tesis sobre la democracia burguesa y la dictadura proletaria, 1919).
Resulta imposible comprender tanto lo que fueron el régimen de la Unidad Popular y la dictadura liderada por Pinochet, sin referirse a la naturaleza de clase del reformismo de izquierda y al nuevo ciclo de agitación proletaria que se inició en todo el globo a partir de los últimos años de la década del 60 y la manera en que afectó la dominación capitalista global.
Si ya el mismo Marx había definido a la socialdemocracia como la unión entre sectores proletarios que limaban la punta de su programa socialista con sectores pequeño-burgueses que radicalizaban sus demandas democráticas, durante el siglo XX la socialdemocracia y sus variantes de izquierda (el "leninismo" -segunda gran deformación del marxismo- en todas sus formas) pasaron a desempeñar abiertamente el rol de contención y encuadre de los proletarios, poniéndolos al servicio del modo de producción capitalista (privado, de Estado o mixto). Contención: para evitar la ruptura comunista. Encuadre: haciendo que los trabajadores se sientan orgullosos de ser un engranaje del sistema capitalista, e integrándolos al mismo mediante sus partidos y sindicatos.
Si algo pudiera darnos nostalgia del período histórico abierto a fines de los 60 y que para nosotros en Chile se cerró violentamente en 1973, no se trata de los partidos de la izquierda estatalista de mierda que tuvimos durante la mayor parte del siglo XX, ni las bondades de un capitalismo diferente del actual, pero que esencialmente es lo mismo: un régimen de explotación y dominación de la mayoría a costa de unas cuantas familias.
Lo que se puede echar de menos de esa época son los niveles de conciencia de clase y auto-actividad proletaria por el socialismo desde abajo, que en el llamado "segundo asalto proletario contra la sociedad de clases" se empezaron a instaurar por todas partes, en las calles, fábricas, escuelas y cárceles. Esta oleada de comunismo en actos se hizo fuerte a partir de 1967/68 y duró casi una década. Luego de eso, el capitalismo tuvo profundas reestructuraciones que han implicado una verdadera "contra-revolución" donde se ha impuesto el modelo llamado "neoliberal".
Pero el capitalismo es, al mismo tiempo, en parte invariante, y en parte tremendamente flexible. Y dado que la nostalgia es reaccionaria, tenemos que sacar nuestra poesía del futuro, pero el conocimiento y valoración de las distintas etapas previas de la lucha de clases debe alimentar nuestras conversaciones, debates y reflexiones. Atacar toda mistificación, para reconocer en cada momento las fuerzas que en realidad estaban en pugna, asumiendo que en un sentido histórico hay sólo dos grandes bandos: los que quieren mantener el orden social clasista, y los que queremos derribarlo.
En el primer bando debemos inscribir a todos los partidos, sindicatos y organizaciones que representan la izquierda del capital, incluyendo por supuesto ahí a la llamada "Unidad Popular": una versión renovada de los frentes populares con los que la contra-revolución estalinista impuso la colaboración de clases a partir de los años 30. En el segundo bando, debemos rastrear por debajo de toda esa mierda reformista para encontrarnos con la autoactividad proletaria expresada en expropiaciones y luchas colectivas, y que se intentó organizar en cordones industriales y comandos comunales.
Lamentablemente, en estas experiencias de contrapoder proletario la clase se vio aislada y saboteada por los partidos que decían representarla: no podía ser de otra forma, y es por eso que llamamos "izquierda del capital" a toda esa bosta que ya era maloliente en 1970 y que reciclada ha llegado hasta nuestros tiempos encumbrándose en el poder estatal para administrar mejor el capitalismo total.
Pese a los esfuerzos de muchos militantes de base, el proletariado fue arrojado sin armas (ni materiales ni "ideológicas") al callejón sin salida de la reacción, confirmando una vez más la famosa sentencia conocida por todo movimiento revolucionario: "quienes hacen revoluciones a medias, cavan su propia tumba". Por eso, cuando se habla de "derrota", hay que distinguir: pese al fracaso de las ilusiones socialdemócratas sobre la llamada "vía chilena al socialismo", el reformismo en realidad no fracasó, puesto que su misión real que es la de administrar por la izquierda el funcionamiento del capitalismo.
Fue exitoso en su desarme del proletariado, y las consecuencias las sufrió toda la clase, no sólo en ese momento, sino que hasta el día de hoy. Al efecto, basta con recordar como en el Cordón Cerrillos el 11 en la mañana la resistencia espontánea y heroica de obreros y obreras que levantaron barricadas sin esperar órdenes de arriba no se vio acompañada de la entrega de armas por parte de los partidos y orgánicas que supuestamente se habían estado preparando para una situación de crisis.
Durante la dictadura, el reformismo siguió desarmando a los proletarios: ahora se trataba de luchar a favor de la democracia, contra Pinochet, y no contra el capitalismo.
La izquierda del capital se dedicó a castrar la lucha de masas contra la dictadura promoviendo el "antifascismo", en rigor una nefasta ideología secretada por el cerdo estalinista de Dimitrov para justificar la colaboración de clases. De ahí sus límites: fue una lucha "contra Pinochet" (una persona), por la "democracia" a secas. Y cuando esa palabra se usa sin apellido, se trata siempre de la democracia burguesa.
Por eso es que a 20 años de la "salida democrática" en que Pinochet le entregó el mando a uno de los principales golpistas del 73 (Patricio Aylwin), podemos comprobar que en democracia la dominación capitalista es más total, más invisible, más perfecta. Así, la democracia se ha mostrado en varios sentidos como más represiva que la dictadura. 2 ejemplos:
La dominación capitalista es siempre una mezcla de dictadura y democracia: necesita la democracia para legitimarse como una sociedad racional y dialogante; y la dictadura, porque el capitalismo nace del uso de la fuerza, primero una suma de "fuerzas privadas", y luego al crear su Estado, convierte esa violencia en "fuerza pública" y espectáculo punitivo.
En el momento actual, el nivel de insatisfacción ante la colonización destructiva de todo por el capital (dictadura del trabajo y el tiempo muerto), los gritos de protesta y los ataques difusos contra el sistema están empezando a incrementarse notablemente. Y a diferencia del lastre democrático burgués que operó en dictadura y hasta bien entrados los 90, ahora el antagonismo y los ataques contra el aparato represivo del Estado y el Capital no provienen de organizaciones "leninistas" que pretendían representarnos, sino que de individuos y colectivos organizados anárquicamente en torno o objetivos comunes que directamente enlazan con el programa comunista de abolición de todo tipo de poder separado y de sociedades de clases.
Mientras tanto, en el patio trasero del movimiento social, los reformistas actuales nos dicen que el problema son los restos de dictadura que aún quedan, y que debemos profundizar la democracia. De la misma forma, ayer decían que el problema no era el capital, sino el imperialismo. Que el problema no era el trabajo, sino la falta de planificación de la Economía. Pero ahora hacen evidentemente el ridículo.
Recordemos que el propio Lenin en 1919 decía que tenemos todo el derecho a usar la violencia para "derrocar a los explotadores y aplastar su resistencia". Es más, si queremos evitar la violencia que implica el funcionamiento "normal" de la economía autonomizada (30.000 niños muertos al día), la única manera es interrumpir el progreso, hacer que la sociedad del capital deje de funcionar.
Dado el incremento drástico de la criminalización de la lucha social, conducida por la prensa y TV burguesas y su policía fascista, es totalmente legítima toda respuesta enmarcada en la violencia proletaria -si bien en cada momento hay formas que son mejores que otras, y confiamos en que en el verdadero movimiento anticapitalista por el comunismo desde abajo esto es bien sabido-. Cada uno a lo suyo. Lo importante es empezar a golpear fuerte, y golpear juntos. Además de la "contra-represión" (nuestro derecho a defendernos a priori de la represión ejercida en nuestra contra por los proles desclasados que son los degolladores de verde y los de la PeDofIlia), ataques descentralizados en los barrios altos, irrupciones imprevistas en donde nadie nos espera, uso de artefactos adecuados para defenderse atacando (por ejemplo, grandes tiestos de pintura en las manifestaciones callejeras para ser usados contra quienes nos traten de disolver), etc. etc. etc. Pues el proletariado es por sobre todo creativo y emplea todas las formas de lucha, pero ahora ya.
Así que, ante un nuevo aniversario de una de las maniobras más violentas de la clase dominante en contra nuestra, recordamos a los luchadores caídos trayéndolos directamente a las luchas del presente.
«El curso general de la revolución proletaria es igual en todo el mundo: empieza a preparar inmediatamente la extinción completa de todo Estado» (Internacional Comunista, 1919).
CONTRA LA POLICÍA FASCISTA: PIQUETES COMUNISTAS
CONTRA LA DICTADURA DEMOCRÁTICA DEL CAPITAL Y POR EL COMUNISMO ANÁRQUICO: CREAR COMUNIDADES DE LUCHA, AMPLIANDO Y RADICALIZANDO LA NEGACIÓN EN ACTOS DE LA SOCIEDAD MERCANTIL Y AUTORITARIA.
Con amor y rabia,
Varios regionales del partido comunista difuso/
Redes por la Autonomía Proletaria.
Con motivo del bicentenario del nacimiento de Charles Darwin y los 150 años de la publicación de su obra El origen de las especies, los estantes de las librerías se han llenado de multitud de libros con títulos a cual más tentador. Muchos autores, más o menos eruditos, se han dejado llevar súbitamente por un entusiasmo por Darwin, con la esperanza de llevarse la palma del best-seller del año, tras el éxito espectacular del libro de Richard Dawkins, El espejismo de Dios (que ha vendido más de dos millones de ejemplares en el mundo). Para el «gran público» es difícil orientarse y elegir en esta feria de libros científicos. Por nuestra parte, hemos elegido sin duda el de Patrick Tort[1], El Efecto Darwin. Selección natural y nacimiento de la civilización (Ed. Seuil, sept. 2008), que da una explicación particularmente esclarecedora de la concepción materialista de la moral y la civilización que defendió Darwin.
Patrick Tort es, que sepamos, el único autor que, por encima de la polarización de los medios sobre El origen de las especies, presenta y explica la segunda gran obra (desconocida o a menudo malinterpretada) de Darwin, El origen del hombre, publicada en 1871.
El libro de Patrick Tort muestra claramente cómo los epígonos de Darwin se han apropiado la teoría de la descendencia modificada por selección natural, que fue desarrollada en El Origen de las especies, aprovechando el largo silencio de Darwin sobre los orígenes del hombre para justificar el eugenismo (teorizado por Galton) y el «darwinismo social» (cuyo iniciador fue Herbert Spencer).
Contrariamente a una idea que se ha impuesto durante mucho tiempo, Darwin no fue jamás partidario ideológico de la teoría malthusiana de la eliminación de los más débiles en la lucha social como consecuencia del crecimiento demográfico. En El origen de las especies, lo que hace es utilizar esa teoría como modelo para explicar los mecanismos de la evolución en el dominio de la naturaleza. Es una falsedad completa atribuir a Darwin la paternidad de todas las ideologías hiper-liberales que apoyan el individualismo, la concurrencia capitalista y «la ley del más fuerte».
En su obra fundamental, El origen del hombre, Darwin, al contrario, se opone categóricamente a cualquier aplicación mecánica y esquemática de la selección natural eliminatoria de la especie humana en el proceso de la «civilización». Patrick Tort nos explica de una forma particularmente argumentada y convincente, con el apoyo de citas, cómo concebía Darwin la aplicación de su ley de la evolución al ser humano y a los diferentes tipos de sociedades que fue desarrollando.
En primer lugar Darwin relaciona al ser humano filogenéticamente con la serie animal, y más particularmente con un ancestro común que debe compartir con los monos "Catarhinianos" o monos del viejo mundo. De esta forma amplía pues, en el dominio de la naturaleza, los cambios de la evolución a la especie humana, mostrando que la selección natural ha modulado igualmente su historia biológica. Sin embargo, según Darwin, la selección natural no ha seleccionado únicamente variantes orgánicas ventajosas en la cadena de la evolución de la serie animal, sino también instintos, y particularmente los instintos sociales. Estos instintos sociales han llegado a su culminación en la especie humana, fusionándose con el desarrollo de la inteligencia racional (y por tanto de la conciencia).
Esta evolución conjunta de los instintos sociales y de la inteligencia se ha acompañado en el ser humano con la «extensión ilimitada» de los sentimientos morales y la simpatía altruista. Los individuos y los grupos más altruistas y más solidarios disponen de una ventaja evolutiva sobre los otros grupos.
En cuanto al pretendido «racismo» del que se acusa aún hoy día a Darwin, podemos refutar su veracidad sólo con esta cita:
«Adelantando el hombre en civilización, y reuniéndose las pequeñas tribus en comunidades más grandes, la simple razón indica a cada individuo que debe extender sus instintos sociales y su simpatía a todos los miembros de la misma nación, aunque los desconozca personalmente. Llegado a este punto, solo una valla artificial se opone a que sus simpatías se hagan extensivas a los hombres de todas las naciones y razas. Desgraciadamente la experiencia nos demuestra cuánto tiempo se necesita para que lleguemos a considerar como semejantes nuestros a los hombres de otras razas, que presentan con la nuestra una inmensa diferencia de aspecto y de costumbres»[2]
Según Patrick Tort, Darwin nos da una explicación naturalista, y por tanto materialista, del origen de la moral y de la civilización.
Más particularmente respecto al origen de la moral, en los capítulos de El origen del hombre relativos a la selección sexual encontramos las apreciaciones más chocantes. Patrick Tort nos explica que, según Darwin, el primer vector del altruismo en numerosas especies animales (principalmente los mamíferos y las aves), reside en el instinto (indisociablemente natural y social) de la reproducción. Así, el desarrollo y el alarde ostentoso de sus caracteres sexuales secundarios (cornamenta, plumas nupciales y otras excrecencias ornamentales) destinado a atraer a las hembras en el cortejo, implica un «riesgo de muerte»: «Cubierto de su espléndido y pesado aderezo de bodas, el ave del paraíso resulta ciertamente irresistible, pero apenas puede volar y por eso corre un gran peligro ante los depredadores. Las hembras por su parte prodigarán sus cuidados a la progenie y pueden ponerse en peligro también a fin de defenderla. El instinto social tiene una historia evolutiva y comporta como eventualidad el sacrificio de sí mismo, que culmina en la moral humana. Darwin desarrolla así una genealogía de la moral sin la más mínima referencia a ninguna instancia extra-natural» (Patrick Tort, Darwin et la science de l'évolution, Paris, Gallimard, « Découvertes »,, traducido por nosotros al español).
En fin, contrariamente a las ideas que nos han intentado colar, según las cuales Darwin habría sido un ferviente promotor de la desigualdad entre los sexos y preconizado la ventaja del sexo «fuerte», lo cierto es todo lo contrario si nos situamos en la perspectiva de las tendencias evolutivas. Para Darwin (y en esto se suma a la visión de Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, y a la de August Bebel en su libro, La mujer y el socialismo) son las hembras (y por extensión las mujeres) las primeras portadoras del instinto altruista: en el reino animal, son las hembras las que eligen el macho reproductor y las que, por esto, hacen una «elección de objeto» (primera forma de reconocimiento de la alteridad), y también son ellas las que se exponen más a menudo a los depredadores para proteger a los pequeños.
Gracias a su notable conocimiento de la obra de Darwin y de la dialéctica, Patrick Tort ha desarrollado una teoría (que ya elaboró en 1983 en su libro La Pensée hiérachique et l'évolution, Aubier, París, 1983) sobre el «efecto reversivo de la evolución».
¿En qué consiste esta teoría?
Se podría resumir en una simple frase: «la selección natural, por la vía de los instintos sociales, selecciona la civilización, que se opone a la selección natural».
Para evitar las paráfrasis, citemos aquí un pasaje del libro de Patrick Tort:
«La selección natural, por medio de los instintos sociales ha seleccionado así, sin "salto" ni ruptura su contrario, vale decir: un conjunto de comportamientos sociales regido cada vez por más normas antieliminatorias (o sea antiselectivas en el sentido que el término selección tiene en la teoría del desarrollo del Origen de las Especies) y correlativamente, una ética antiselectiva (= anti-eliminatoria) traducida en principios, reglas de conducta y leyes. El surgimiento progresivo de la moral aparece pues como un fenómeno indisociable de la evolución, lo que es una simple consecuencia del materialismo de Darwin y de la inevitable extensión de la teoría de la selección natural a la explicación del devenir de las sociedades humanas. Muchísimos teóricos, engañados por la pantalla tejida alrededor de Darwin por la filosofía evolucionista de Spencer, interpretaron esa extensión a la ligera en base al modelo simplista y falso del "darwinismo social" liberal (aplicación a las sociedades humanas del principio de la eliminación de los menos aptos en el seno de una competencia vital generalizada). Pero tal extensión solo puede hacerse con rigor bajo la modalidad del efecto reversivo que obliga a concebir la inversión misma de la operación selectiva como base y condición del acceso a la "civilización" (...) La operación de reversión es la que en última instancia fundamenta correctamente la oposición naturaleza/cultura, evitando la trampa de una "ruptura" mágicamente instalada entre ambos términos: la continuidad evolutiva, a través de esa operación de inversión progresiva ligada al desarrollo (también seleccionado) de los instintos sociales, produce así no una ruptura efectiva sino un efecto de ruptura, proveniente de que la selección natural encontró en el transcurso mismo de la evolución, sometida ella misma a su propia ley, una nueva forma seleccionada que favorece la protección de los "débiles", superando porque es ventajosa a la anterior forma, que privilegiaba su eliminación. La nueva ventaja ya no es de orden biológico: se ha transformado en social.»[3]
El «efecto reversivo de la evolución» es pues, ese movimiento de cambio progresivo que produce un «efecto de ruptura» sin provocar por ello sin embargo una ruptura efectiva en el proceso de la selección natural[4]. Como explica muy acertadamente Patrick Tort, la ventaja obtenida por la selección natural de los instintos sociales ya no es de orden biológico para la especie humana, sino que se ha convertido en social.
En el pensamiento de Darwin hay una clara continuidad materialista de la relación entre los instintos sociales, combinados con los avances cognitivos y racionales, la moral y la civilización. Esta teoría del «efecto reversivo de la evolución», al dar una explicación científica de los orígenes de la moral y la civilización, tiene el mérito de poner fin al falso dilema entre naturaleza y cultura, continuidad y discontinuidad, biología y sociedad, innato y adquirido, etc.
En el artículo publicado en nuestra página Web, Darwin y el Movimiento Obrero[5], hemos recordado que los marxistas saludaron los trabajos de Darwin, particularmente su principal obra, El Origen de las especies. Desde la publicación del libro de Darwin, Marx y Engels reconocieron inmediatamente en su teoría un punto de partida análogo al del materialismo histórico. El 11 de Diciembre de 1859, Engels escribe una carta a Marx en la que afirma «Darwin, a quien acabo de leer, es magnífico. La Teleología no había sido demolida en ningún sentido, pero con esto ya se ha hecho. Por otra parte, nunca ha habido hasta ahora un intento de demostrar la evolución histórica en la naturaleza de manera tan espléndida, al menos con tanto éxito»
Un año más tarde, el 19 de Diciembre de 1860, Marx, después de leer El origen de las especies, escribe a Engels: «En este libro se encuentra el fundamento histórico-natural de nuestra concepción».
Sin embargo, poco tiempo después, en una carta a Engels del 18 de Junio de 1862, Marx revisa su punto de vista y hace esta crítica no justificada a Darwin: «Es remarcable ver cómo Darwin reconoce en los animales y las plantas su propia sociedad inglesa, con su división del trabajo, su competencia, sus aperturas de nuevos mercados, sus invenciones y su malthusiana lucha por la vida. Es el bellum omnium contra omnes de Hobbes, y recuerda a Hegel en la Fenomenología, donde la sociedad civil interviene en tanto que "reino animal del Espíritu", mientras que en Darwin, es el reino animal el que interviene en tanto que sociedad civil».
Engels retoma en parte por su cuenta esta crítica de Marx, en el Anti-Dühring (donde hace alusión a la «torpeza malthusiana» de Darwin) y en la Dialéctica de la naturaleza.
Debido al largo silencio de Darwin sobre la cuestión del origen del ser humano (no publicará El Origen del Hombre hasta 1871, más de 11 años después del Origen de las especies[6]), sus epígonos, particularmente Galton y Spencer, han explotado la teoría de la selección natural para aplicarla esquemáticamente a la sociedad contemporánea. El Origen de las Especies fue fácilmente asimilado a la defensa de la teoría malthusiana de la «ley del más fuerte» en la lucha por la existencia.
Desgraciadamente, ese largo silencio de Darwin sobre el origen del ser humano contribuyó a sembrar la confusión en Marx y Engels que, sin haber podido saber nada de la antropología darviniana (que no se desarrollará sino a partir de 1871[7]), confundieron el pensamiento de Darwin con el integrismo liberal o la obsesión depuradora de dos de sus epígonos.
La historia de las relaciones entre Marx y Darwin, entre el marxismo y el darwinismo, ha sido la de una «cita fallida» (según la expresión empleada por Patrick Tort en algunas de sus conferencias públicas). Sin embargo no es así completamente puesto que, a pesar de sus críticas de 1862, Marx continuará manteniendo una profunda estima por el materialismo de Darwin. Aunque no llegara a saber de El Origen del Hombre, Marx, en 1872, le regaló a Darwin un ejemplar de la edición alemana de su obra El Capital, con esta dedicatoria: «A Charles Darwin, de parte de un sincero admirador». Cuando se abre ese ejemplar (que se encuentra en la que fue la última residencia de Darwin) hoy, se puede constatar que sólo se han manoseado las primeras páginas. Darwin no prestó mucha atención a la teoría de Marx, ya que la economía le parecía demasiado alejada de sus competencias. Sin embargo un año más tarde, el 1 de Octubre de 1873, le testimonia su simpatía en una carta de agradecimiento: «Estimado Señor, le agradezco el honor que me hace enviándome su gran obra sobre el Capital; desearía sinceramente ser más digno de ser el destinatario y poderme orientar mejor en esta cuestión profunda e importante de la economía política. Aunque nuestros intereses científicos sean muy diferentes, estoy convencido de que los dos saludamos sinceramente la ampliación de los conocimientos y de que esta servirá en última instancia, al bienestar de la humanidad».
Así es como las dos corrientes, a pesar de la «cita fallida», pudieron en parte mezclar sus aguas.
Además, el movimiento obrero, después de Marx, no ha retomado la crítica formulada por éste último a Darwin en 1862; a pesar de que la gran mayoría de teóricos marxistas (incluyendo a Antón Pannekoek en su folleto Darwinismo y Marxismo), pasó por alto El Origen del Hombre.
Por supuesto Pannekoek, igual que Kautsky (en su libro La Ética y la concepción materialista de la historia) y Plejanov (en La Concepción monista de la historia), saludaron la teoría de los instintos sociales de Darwin. Pero comprendieron plenamente que Darwin había desarrollado una teoría de la genealogía de la moral y de la civilización y una visión materialista de sus orígenes. Una teoría que en muchos aspectos coincide con la concepción monista de la historia y aboca finalmente a la perspectiva del comunismo, es decir a la aspiración de la unificación de la humanidad en una comunidad humana mundial. Así era la ética de Darwin; aunque no era marxista ni tenía una concepción revolucionaria de la lucha de clases.
En cierta forma se podría afirmar hoy que si no hubiera habido esta «cita fallida» entre Marx y Darwin a finales del siglo XIX, es muy probable que Marx y Engels hubieran dado a El origen del Hombre la misma importancia que al trabajo de L.H. Morgan sobre el comunismo primitivo, La sociedad antigua (sobre el que se apoyó en gran parte Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado).
Ni Morgan ni Darwin eran marxistas, sin embargo su contribución (en el terreno de la etnología por parte del primero y de las ciencias naturales por parte del segundo) quedará como una aportación considerable para el movimiento obrero.
Hoy la especie humana se confronta a la tendencia sin freno al «cada uno a la suya», a «la guerra de todos contra todos», a la concurrencia exacerbada estimulada por la quiebra histórica del capitalismo.
Frente a la descomposición de este sistema decadente, la clase obrera mundial, la de los productores asociados, para desarrollar en su seno su conciencia de clase revolucionaria, tiene que favorecer más que nunca a través de su combate contra la barbarie capitalista, la extensión de los sentimientos sociales de la especie humana. Este es el único medio para que la humanidad pueda acceder a la etapa siguiente de la civilización: la sociedad comunista; es decir a una verdadera comunidad humana mundial, solidaria y unificada[8].
Sofiane (23 de Marzo 2009)
[1] Patrick Tort está asociado al Museo Nacional de Historia Natural de París. Es director de la publicación del monumental Diccionario del Darwinismo y de la evolución, editado por el Instituto Charles Darwin Internacional (www.charlesdarwin.fr [381]), que él mismo fundó y que dirige actualmente. Ha consagrado treinta años de su vida al estudio de la obra de Darwin, que se propone publicar íntegramente en lengua francesa bajo el patrocinio de su Instituto (hay previstos 35 volúmenes y ya se han publicado dos ISBN : 9-913165-02-8 Éditions Syllepse 69, rue des Rigoles 75020 PARIS. Ver www.charlesdarwin.fr [381]). En español ha publicado el libro Para leer a Darwin, Madrid Alianza Editorial 2001
[2] darwin-online.org.uk/content/frameset?viewtype=text&itemID=F1122b&pageseq=7 [382]
[3] https://www.herramienta.com.ar/varios/3/3-4.html [383]. Aunque la traducción al español nos parece mejorable, hemos respetado en lo esencial el texto tal y como aparece (excepto el cambio del término "reversible" por "reversivo", a pesar de que no existe como tal en español, por coherencia con el resto de nuestro artículo) presuponiendo que, puesto que se trata de una contribución del autor, de la cual circula una traducción en internet, ha sido revisada por alguno de sus colaboradores.
[4] Para ilustrar su teoría, Patrick Tort utiliza una metáfora topológica: la cinta de Moebius (https://es.wikipedia.org/wiki/Banda_de_M%C3%B6bius [384]), que permite comprender cómo, gracias al fenómeno del paso progresivo al revés, se pasa al otro lado de la cinta sin discontinuidad (ver la demostración de este «efecto de ruptura» sin ruptura puntual en El Efecto Darwin. Selección natural y nacimiento de la civilización, Paris, Seuil, 2008)
[5] /revolucion-mundial/200903/2500/darwin-y-el-movimiento-obrero [385]
[6] Darwin no quería provocar demasiado pronto un nuevo «shock» en la sociedad bienpensante de su época. Por eso prefirió esperar a que se fuera calmando el primer «shock» provocado por el Origen de las especies, antes de ir más lejos. No estaba claro en absoluto que la idea de que el hombre pudiera tener un ancestro común con los grandes simios fuera a aceptarse ni siquiera por sus iguales en el seno de la comunidad científica.
[7] Cuando Darwin se decidió a publicar en 1871 El Origen del Hombre, Marx y Engels no le prestaron atención, ya que estaban intensamente volcados en los sucesos de la Comuna de París y la lucha contra las dificultades organizacionales de la Asociación Internacional de los Trabajadores, que en esos momentos era objeto de las maniobras de Bakunin.
[8] Evidentemente esta sociedad comunista no tiene nada que ver con el estalinismo, con los regímenes de capitalismo de Estado que han dominado la URSS y los países del Este hasta 1989. Sus verdaderos trazos se esbozaron en El Manifiesto comunista de 1848, o en la Crítica del programa de Gotha (Marx 1875), particularmente en el pasaje siguiente: «En la fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea únicamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su bandera: ¡De cada cual según su capacidad; a cada cual según sus necesidades!».
Hoja de intervención que hemos distribuido ante los despidos en el automóvil. Adjuntamos la versión PDF para quien esté interesada en difundirla Cuanto más insiste el Gobierno Zapatero en su discurso de "defensa de los trabajadores contra los poderosos" más multiplica los golpes contra las condiciones de vida de estos: las pensiones subirán un miserable 1%, los funcionarios tendrán por 3 años una no menos miserable subida del 0,3%, los impuestos entre ellos el IVA van a subir en un 2%, y, sobre todo, los despidos se multiplican por todas partes. El desempleo alcanzará para fines de año el record histórico de los 4 millones y medio.
La plaga del desempleo está dando un salto cualitativo. Si durante el último año golpeó sobre todo a los trabajadores emigrantes y a los precarios, ahora ataca de lleno las concentraciones fundamentales de la industria especialmente en el sector del automóvil.
Los sufrimientos de los compañeros emigrantes y precarios se extienden ahora a los fijos, a esos quienes el Gobierno tilda de "privilegiados" que deberían sacrificarse por los "desheredados".
A principios de año nos dijeron que los ERE temporales resolverían los problemas y que tal medida "no traumática" -¡cuando en muchos casos supuso pérdidas salariales del 20%!- evitaría los despidos. Pero hoy se han quitado la careta y plantean despidos puros y duros: 600 en Nissan, 600 en Ford y 1700 en Opel. En Renault de Valladolid el director general amenaza con cerrar la factoría, en Citroën se habla de un nuevo expediente y en SEAT la "tranquilidad" es engañosa pues en los últimos 3 años 1400 puestos de trabajo han sido eliminados.
No es un problema del "automóvil". Es difícil encontrar un sector donde no haya despidos. Ni el comercio, ni el turismo, ni las nuevas tecnologías, ni la banca, se salvan del fuego abrasador del desempleo que arruina la vida de millones de familias obreras.
Y no se trata de un problema "español" sino de un problema mundial: en Estados Unidos el hundimiento de General Motors ha supuesto la pérdida inmediata de 40 mil puestos de trabajo y la amenaza para muchos más, en Alemania más de 20000 trabajadores fueron enviados al paro en el sector, Hungría, Bélgica, Japón, Polonia, Gran Bretaña, figuran entre los países donde se anuncian despidos masivos.
No se puede hablar de damnificados, desheredados, marginados, como si fuera un mal localizado y circunscrito. Se trata de un problema mundial, global, que afecta a TODOS los trabajadores -emigrantes y originarios, precarios y fijos, funcionarios y privados- y a la gran mayoría de la población del planeta.
En la asamblea del sábado pasado de la Ford hubo trabajadores que se preguntaban «¿Qué futuro vamos a dejar a nuestros hijos?».
Esta es la pregunta clave. Llevamos 40 años -tres generaciones- donde nos han prometido miles de veces que "saldríamos de la crisis", que "iríamos a mejor" ... Pero ¿qué hemos visto? Pues que los salarios se han degradado hasta el extremo que hoy hace falta el trabajo de dos para mantener a duras penas una familia; la vivienda es muy difícil de comprar y muchas parejas jóvenes tienen que hacinarse en casa de los padres; las pensiones están cada vez más amenazadas; el trabajo fijo se ha convertido en una pieza de museo para los más jóvenes reemplazado por un masiva precariedad.
¿Podemos creernos realmente los "brotes verdes" y los "indicios" de una "salida de la crisis"? Obama y otros gobernantes se han inventado una nueva modalidad de "recuperación económica": ¡Saldremos de la crisis pero con el paro aumentando a toda velocidad!
¡Esto es una vulgar engañifa! El capitalismo solo prospera si aumenta sin cesar la mano de obra que explota. Cuanto más se reduce ésta más se agrava el mal que lo ahoga: la sobreproducción. El capitalismo está atrapado en una contradicción sin solución: agobiado por la sobreproducción se ve obligado a agravar el desempleo y la miseria y con ello provoca más sobreproducción creando un círculo vicioso del que no puede salir. El futuro que ofrece en todo el mundo es el hundimiento en un agujero negro cuyos perfiles siniestros podemos verlos en el mayor desempleo desde 1945 y en que, como denuncia el Programa Mundial de Alimentos, por primera vez en la historia se ha cruzado la barrera de los mil millones de hambrientos en el mundo. Todo ello en el contexto de una escalada de la guerra - como la de Afganistán-, la destrucción medioambiental y la degeneración moral.
¿Y qué nos ofrecen el trío Gobierno - Sindicatos - Patronal como "solución"? Pues la repetición de una "fórmula" que durante muchos años nos decían que era "el futuro" y lo único que ha traído es agudizar los problemas y aumentar el paro y la miseria: MAS DESPIDOS Y MAS SACRIFICIOS.
¿Qué plantean las llamadas "fuerzas vivas" de Aragón ante los 1700 despidos de Opel y los 10000 que provocará en la industria auxiliar? Pues un "Plan Industrial" que tras una aparente oposición significa aceptar los despidos, todo ello aderezado con el veneno nacionalista. No proponen que todos los trabajadores afectados en los diversos países luchen unidos buscando la solidaridad de los demás trabajadores sino la guerra nacionalista para que despidan más en otro país. Alegan "argumentos" de que en Figueruelas son los más productivos y que sean los trabajadores alemanes los que se sacrifiquen. Quieren enredarnos en un enfrentamiento suicida entre trabajadores.
En cuanto a Ford nos envuelven en un falso dilema: mientras UGT -junto con la Patronal y el gobierno corrupto del Señor Camps- defiende los despidos, CCOO y los sindicatos minoritarios plantean sustituirlos por prejubilaciones.
Esto no es una "alternativa" sino el agua para tragar la píldora amarga de los despidos . El Gobierno "socialista" -a través de su doberman el ministro Corbacho- ha reducido a miseria los subsidios de prejubilación y, por otro lado, como se planteó en la asamblea, las 600 prejubilaciones de hoy significan 600 puestos de trabajo menos para los jóvenes que vengan. Encima un portavoz de uno de los sindicatos minoritarios tuvo la desfachatez de decir que ¡las prejubilaciones saldrían más baratas a la empresa! ¿Con quién están estos señores?
¡Tenemos que rechazar estos planes que nos condenan a nosotros y a nuestros hijos a un futuro terrible!. La única salida es la lucha masiva de la clase obrera.
Pero sabemos que aunque maduran el descontento y aquí y allá surgen luchas donde se ven esfuerzos de solidaridad y manifestaciones de conciencia, la lucha de la clase obrera es muy limitada y no está a la altura de la gravedad de la situación.
La conciencia creciente de que el sistema actual no ofrece ninguna perspectiva de reforma o mejora, provoca en un primer tiempo un sentimiento de miedo que hace más difícil lanzarse a lucha. Por otro lado, la amenaza del desempleo y del despidos supone un chantaje paralizante. En fin, esta sociedad basada en el individualismo y la competencia provoca sentimientos de repliegue y atomización, todo lo cual es fomentado por Gobierno , medios de comunicación, partidos y sindicatos, que so capa de "solidaridad" lo que hacen es fomentar la división y el enfrentamiento entre obreros.
A estos factores inhibidores se une el sentimiento de impotencia que provocan las movilizaciones que proponen los sindicatos para "luchar contra los despidos". Ni las "reivindicaciones" que suponen en realidad aceptarlos, ni los métodos de acción que siempre plantean luchas a la desesperada en el aislamiento más completo ni una organización donde no dejan ninguna participación y siempre te pueden clavar la puñalada por la espalda, favorecen el desarrollo de una respuesta obrera fuerte y unitaria.
Lo que necesitamos es una lucha de verdad donde podamos desarrollar la unidad y la solidaridad base de nuestra fuerza.
Una lucha de verdad es aquella donde las manifestaciones sean en horas donde puedan venir los demás trabajadores, su convocatoria sea difundida al máximo en empresas, centros de estudio, barrios ... Donde trabajadores de distintas procedencias puedan intercambiar experiencias, discutir, pensar en nuevas iniciativas, sentir solidaridad y crear unidad.
Una lucha de verdad es aquella que logra incorporar a la juventud trabajadora que hoy está formada por estudiantes que mañana en su mayoría serán parados o precarios. Los estudiantes y los obreros tienen una misma lucha por un futuro para la humanidad.
Una lucha de verdad es aquella que es preparada por el debate lo más amplio posible donde todos dan ideas, proponen iniciativas, se aglutinan, sienten el calor y la fuerza de ESTAR JUNTOS sintiendo y desarrollando la solidaridad y el compañerismo.
Una lucha de verdad es aquella donde las acciones a tomar, las decisiones a adoptar, las negociaciones a emprender, son controladas y llevadas por TODOS los trabajadores sin delegar en los "especialistas" que siempre acaban vendiéndonos. Asambleas Generales donde todos participen, piensen y decidan juntos. Asambleas abiertas a los demás trabajadores para que unan sus reivindicaciones y expresen su solidaridad.
Una lucha de verdad es aquella que comprende que las reivindicaciones inmediatas contra los despidos y la miseria están estrechamente unidas a la lucha por una nueva sociedad que supere las contradicciones de la sociedad actual que llevan a la humanidad a la catástrofe.
Corriente Comunista Internacional 22-9-09
Los compañeros de la Liga por la Emancipación de la Clase Obrera (LECO - Costa Rica) nos envían una apreciación de las convulsiones que afectan a Honduras basada en una posición proletaria e internacionalista, que hacemos llegar con gran gusto a los lectores.
CCI 21-12-09
El siguiente es un artículo sobre Honduras que a pesar de haberse escrito hace algunas semanas no pierde vigencia. EL juego de la izquierda de oponerse al golpe y no ver la razón de fondo que va más allá de éste, es una política contra la clase obrera. El proletariado no sólo debe denunciar las pretensiones tras estos hechos de la burguesía que representa Micheleti, sino también del sector de la Burguesía tras Zelaya. La miseria que vive el pueblo hondureño, que es la misma miseria de la humanidad actualmente, es resultado del capitalismo, quien en épocas como la actual frente a una crisis profundizada, se prepara a reprimir a los trabajadores en lucha y en toma de conciencia. No se trata de defender el mito de la democracia sino de plantear una alternativa para el proletariado. Los trabajadores y los sectores pobres son los que pagan en la pugna interburguesa de sus opresores.
El golpe de estado perpetrado en Honduras es resultado de las medidas de la burguesía para intentar salir adelante tras la crisis. No sólo un gobierno de facto cumplirá el papel represor sobre el proletariado sino que de igual manera lo cumpliría uno bajo cualquier máscara democrática llámesele socialismo del siglo XXI o como sea. Ante una desestabilización del régimen capitalista, diferentes sectores de la burguesía entran en pugna y utilizan un discurso en apariencia radical para tratar de asegurar el aplastamiento de la clase obrera y su unidad.
Este golpe de estado es una bifurcación en la política del capitalismo en la época de decadencia; por un lado están la consolidación de gobiernos y regímenes de "izquierda" liderados por Chaves, como Ortega en Nicaragua, Evo Morales, Correa etc., que mantienen una retorica antiyanqui como un medio para timar a las masas; y por otro lado sectores ultra-reaccionarios, que desean una pronta recuperación de la otrora total esfera de influencia de la política del gran garrote de EEUU peleada ahora por otro país imperialista como es Rusia.
El golpe de estado de Honduras es una expresión mas de la agudización de las contradicciones ínter oligarcas, en las que quien paga las consecuencias es el proletariado Hondureño poniendo los muertos y también el retroceso en la posibilidad de organizarse independientemente de sectores ajenos al objetivo de total independencia en la lucha clasista.
Todos los sectores de la izquierda que han luchado por la restitución de Manuel Zelaya capitulan ante una de las dos caras de la misma moneda del capitalismo, este fenómeno se inscribe en la política global de la rapiña ínter imperialista.
La clase obrera Hondureña debe ser fiel a la absoluta independencia de clase y no tomar partido por ningún bando de la burguesía, pues la maniobra de la burguesía, aunque pase por la restitución de Zelaya al poder no significa ni un pelo de triunfo por parte del proletariado Hondureño. Mas bien la preocupación de la OEA y demás organismos regionales por resolver la crisis a su estilo, creada o por la "imprudencia"de Micheletti o un mal cálculo en la política de EEUU a través del mismo gobernante de facto obedece al temor que en Honduras sea el inicio de una desestabilización a gran escala de la región.
Rod.
Publicamos a continuación un texto que nos envía la Agrupación Internacionalista de Obreros del Sur (AIOS), sobre el conflicto de Kraft-Terrabussi. Esta fábrica es una de las mayores de la región de Buenos Aires, y ante la gravedad del ataque a los trabajadores (despidos) y la brutal represión, con cargas a caballo y ocupación de la fábrica por la policía, la lucha ha tenido un impacto importante, tanto dentro, como fuera del país.
Muchos han insistido en que la huelga se ha tomado a cargo por los propios trabajadores, contra la oposición de los sindicatos. Y es cierto que los dos principales sindicatos implicados, el de alimentación STA y el de camioneros CGT, se opusieron a la lucha, que ha sido conducida por la llamada Comisión Interna, de delegados elegidos. También es cierto que ha habido asambleas que trataban de expresar la voluntad de combatividad y de organizar la lucha. Pero la Comisión Interna es ella misma un organismo de naturaleza sindical, que se rige por los fueros sindicales, y al cabo, la lucha se ha reconducido hacia la defensa de los derechos sindicales. La burguesía ha puesto todo de su parte para presentar la lucha en este sentido, la viceministra de trabajo Noemí Rial ha declarado: «Kraft no debe olvidar que existen sindicatos y comisiones internas con legalidad y legitimidad».
La otra carga de profundidad contra la lucha de los trabajadores ha sido el terrible peso del nacionalismo, puesto que se trata de una empresa norteamericana. Se ha tratado de llevar la lucha al terreno de la confrontación de intereses entre el capital argentino y el de USA, hasta el extremo que en el blog de la Comisión Interna se puede leer al pie de algunos comunicados la consigna de: «¡Viva la Patria!»
Los compañeros de AIOS escriben: «¿En qué se diferencia esta acción de los trabajadores de las anteriores que llevaron a estas medidas represivas? Justamente en que se trata de medida de lucha propia de los obreros en huelga y toma de fábrica, que es lo que en realidad afecta al capital pues son medidas que lo cuestionan, mientras que los cortes de ruta y marchas de las que hicieron uso y abuso los distintos grupos piqueteros en los últimos años, pasó a ser algo folklórico si bien no afectaban a la clase dominante»
Y en esta reflexión hay una percepción muy clara de que las luchas actuales son diferentes de los “movimientos ciudadanos” como los que vimos en 2001, de que aquí lo que va madurando es la voluntad de luchar de la clase obrera y la respuesta a los ataques que se están llevando a cabo. Y en ese sentido que en la clase obrera se va planteando la necesidad de dar una respuesta a la situación. Eso es lo que infunde temor a la burguesía y lo que da una gran repercusión a la lucha. Pero esto no quiere decir que las huelgas, el paro de la producción, sean la única arma de los obreros en su lucha contra la burguesía, y más en una situación como la actual, donde la amenaza de despidos y sanciones genera una vacilación en muchos compañeros. Las manifestaciones, las asambleas conjuntas, las concentraciones, como algunas de las que hemos visto en solidaridad con los de Kraft, también son medios de lucha y sobre todo para buscar la unidad. Las ocupaciones sin embargo, aunque algunas veces se justifiquen (retener el capital de la empresa como garantía frente al impago de salarios por ej.), tienden a aislar la lucha, a separar a los obreros de sus compañeros en otras fábricas y por tanto a debilitar la relación de fuerzas con la patronal y la burguesía.
Agradecemos a los compañeros de AIOS su toma de posición y la información que envían sobre la lucha.
El gobierno nacional y popular de Cristina ha demostrado una vez más de qué lado está, después de varios días de corte de ruta por parte de los trabajadores de la fábrica Kraft Food, ex Terrabussi. Y viendo que estas medidas no afectaban la decisión de la patronal de reincorporar a los trabajadores despedidos, estos deciden tomar la fábrica y he aquí donde se acaban las contemplaciones, el gobierno provincial con la venia del ministro de justicia Aníbal Fernández deciden reprimir dicha medida con más de una docena de heridos y 60 trabajadores detenidos a causa de bastonazos propiciados por la policía montada y por las balas de gomas de los policías que estaban apostados dentro de la fábrica, que tiraban a mansalva para impedir la toma. La Kraft utilizó además a la planta como una comisaría. Allí tomaron declaración a los obreros y actuaban libremente los funcionarios judiciales y del gobierno. A los abogados defensores, la empresa les negó el acceso por varias horas "porque era propiedad privada". Y en un acto de vandalismo robaron el fondo de huelga, así como efectos personales y dinero de los obreros.
El origen del conflicto en la planta Terrabusi -
Kraft de General Pacheco se desató a mediados de julio. A partir de una
movilización y medidas de fuerzas de sus trabajadores dentro del
establecimiento. Por esos días, a partir de la declaración de emergencia
sanitaria (por la gripe A), se cerraron todos los establecimientos educativos del
país. En ese marco, la gerencia de la empresa decidió cerrar la guardería para
los hijos de los trabajadores; quienes solicitaron se reconozcan las
inasistencias de las trabajadoras, tal como lo sugerían desde el ejecutivo
nacional. Además reclamaron mayores controles sanitarios y entrega por parte de
los dueños de elementos de higiene como jabón, alcohol en gel, etc. a cada
sector.
Un mes después los trabajadores fueron notificados, por medio de la fiscal
Laura Capra, de la Fiscalía
Nº 1 de Tigre, que la empresa había realizado una denuncia
por privación ilegítima de la libertad acusando a la Comisión Interna
y a todos aquellos que habían participado en las medidas del mes de julio,
efectivizando el despido de 160 trabajadores. Paradójicamente la causa alcanzaba
a la totalidad de los integrantes de la Comisión Interna,
así como a los cuatro trabajadores de Terrabussi que forman parte de la Comisión Directiva
del Sindicato de Trabajadores de Industria Alimenticia (STIA).
Ante la negativa de la patronal y la indiferencia del sindicato de la alimentación y de la centrales obreras, se fueron produciendo varios cortes de ruta en reclamo de la reincorporación de los obreros despedidos. La cual fue recibiendo la solidaridad de diferentes comisiones internas de distintos gremios y de los estudiantes universitarios, no solo con comunicados sino también mediante distintas marchas y cortes de calles sobre todo en estos últimos días.
Pero, ¿a qué se debe tal medida represiva, después de años de predicar que no se reprimiría ninguna manifestación o reclamo? ¿En qué se diferencia esta acción de los trabajadores de las anteriores que llevaron a estas medidas represivas?, justamente en que se trata de medidas de lucha propia de los obreros en huelga y tomas de fábrica, que es lo que en realidad afecta al capital pues son medidas que lo cuestionan, mientras que los cortes de ruta y marchas de las que hicieron uso y abuso los distintos grupos piqueteros en los últimos años, pasó a ser algo folklórico; si bien molestan no afectaban a la clase dominante.
¿Por qué tanta saña represiva con mas de 350 efectivos policiales?, ¿no será que con dicha medida tratan de frenar, cualquier medida similar que se pueda producir en el futuro ya que estos 160 despidos son la punta de lanza de un plan de ajuste de Kraft, que pretende turnos de 12 horas, y para llevarlo adelante, necesita sacarse de encima a la Comisión Interna y a los delegados elegidos?
Porque no sólo es la Kraft sino los demás establecimientos fabriles los que son afectados, ya que en lo que va del año ya se perdieron más de 300.000 fuentes de trabajo en blanco y por ello el temor de que la solidaridad obrera se vaya fortaleciendo y empiece a cuestionar no sólo a la patronal y a las direcciones sindicales, sino a crear verdadera conciencia obrera.
Por ahora dicha lucha es un pequeño paso en la reconstrucción del movimiento obrero de ahí que es primordial sacar las enseñanzas y empezar a crear lazos solidarios con esta y con otras luchas que de a poco se van llevando a cabo a lo largo del país. Antes de que el sindicalismo y la izquierda tradicional frenen y diluyan esta lucha como tantas otras.
AIOS
NUEVA HOJA DE LOS TRABAJADORES DE CENTROS SOCIO-SANITARIOS DE ALICANTE :
TRABAJADORES DE CENTROS Y PROGRAMAS PARA DISCAPACITADOS EN LUCHA
Las Consellerías incumplen sus compromisos y no pagan a tiempo sus propios recursos, lo que supone:
- Los trabajadores de Centros y Servicios que atienden a personas con discapacidad, estamos sin cobrar durante meses, encontrándonos en una situación insostenible.
- Se pierden y empeoran Servicios para personas discapacitadas y sus familiares, lo que supone un grave riesgo para la salud.
Reclamamos:
- Pago inmediato de los sueldos.
- Condiciones dignas de trabajo y dotación adecuada de los servicios.
- Firma de compromiso por escrito para la correcta subvención (en tiempo y forma) de los centros y servicios de discapacitados.
- Equiparación salarial de todos los trabajadores de centros y programas de discapacitados.
Sabemos que en esta situación hay muchos trabajadores (en paro, en riego de perder su trabajo, cobrando mal y tarde...) y muchas personas que no tienen cubiertas necesidades mínimas (de salud, educación, servicios sociales...)
Por ello llamamos a todos los trabajadores afectados por los muchos problemas que nos acucian a apoyar y participar en las movilizaciones y asambleas que CONVOCAMOS:
- ASAMBLEA GENERAL (trabajadores, usuarios, familiares, solidarios) EL 10 DE JUNIO A LAS 19 horas EN EL CENTRO LOYOLA (c/ Gravina nº 4). Alicante.
- 12 de JUNIO espacio abierto de encuentro y reivindicación en la calle (Plaza Calvo Sotelo) a las 19:00 horas. Alicante.
POR LA DEFENSA DE LOS INTERESES DE LOS TRABAJADORES Y UNAS CONDICIONES DE VIDA DIGNAS PARA TODOS
ASAMBLEA DE TRABAJADORES DE AFEMA(Alicante)
PLATAFORMA DE TRABAJADORES DE SERVICIOS SOCIO-SANITARIOS
Para contactar:
[email protected] [183]
CARTA DE LA CCI A LOS TRABAJADORES:
Estimados compañeros:
Queremos expresaros nuestra solidaridad con vuestra lucha y reiterar nuestra disponibilidad para participar en ella aportando todo lo que nos sea posible.
También, os queremos manifestar nuestra admiración porque de manera honrada y sencilla, defendéis vuestra dignidad como trabajadores, buscáis tener un criterio propio e independiente y, sobre todo, porque lleváis el control de vuestras movilizaciones de forma colectiva desarrollando la solidaridad y la apertura a los demás trabajadores.
Podría parecer sorprendente que "con todo lo que está cayendo" los trabajadores no salgan masivamente a la calle. Sin embargo, la gravedad de la crisis hace que las luchas se jueguen mucho más que antes y requieran una maduración y una reflexión que hace que tarden en aparecer. Los trabajadores no somos como un toro que sale corriendo detrás de todos los trapos, somos seres humanos de carne y hueso que tienen sentimientos, que les asaltan las dudas y el miedo, que les cuesta desarrollar la confianza en si mismos y en los demás.
Ante el aluvión del desempleo muchos trabajadores se encierran en si mismos pensando que "es mejor callarse y tragar pues el próximo en ir a la calle seré yo". Comprender la gravedad de la crisis provoca en un primer momento una sensación de desamparo, de angustia, de impotencia, ante la magnitud de los problemas que se alzan sobre cada cual. Una primera reacción es la de meter la cabeza en la arena como la avestruz en la espera vana de que "amaine el temporal" o la de agarrarse al clavo ardiendo de "esto acabará arreglándose".
Pero hay otro factor que coloca serios obstáculos a la unidad y la solidaridad de los trabajadores y, por tanto, a su lucha masiva. Es que la sociedad actual con su exaltación permanente del individualismo, de la competencia, de la lucha de todos contra todos, del "cada cual a la suya", nos empuja, incluso en contra de nuestra voluntad, a la rivalidad, a la desconfianza hacia los demás, a encerrarnos cada cual en nuestro rincón. Además, los sindicatos que oficialmente están para unirnos y organizarnos lo que hacen es justo lo contrario: dividirnos y desorganizarnos.
Ante esta situación, compañeros como vosotros cuya lucha es autónoma y solidaria, pueden sentirse bichos raros y creer que sería mejor "pasar por el aro" o dejarse llevar por el terreno sindical bien integrándose en algún sindicato "reconocido" o bien compitiendo para arrebatarles la "representatividad" de tal parte de los trabajadores. Sin embargo, como dijo uno de los participantes en la última Asamblea Abierta, «los sindicatos pequeños -se refería a la CGT- en cuanto tienen la misma fuerza hacen igual que los grandes».
Sin embargo, el planteamiento que dais a vuestra lucha de organización colectiva asamblearia, de apertura hacia los demás trabajadores, de buscar la unidad y la solidaridad anuncia de forma embrionaria lo que acabarán haciendo la mayoría de los trabajadores y lo que hoy -como germen del futuro- llevan a cabo sectores todavía minoritarios (Vigo 2006, Grecia, Gran Bretaña, Egipto)[1].
En vuestra última hoja reivindicativa habéis hecho un cambio que apoyamos fuertemente: ponéis en primer lugar la reclamación del pago inmediato de los salarios. Con esta reivindicación planteáis una respuesta a un problema que afecta a muchos trabajadores. En muchas pequeñas empresas los trabajadores sufren retrasos de meses en el cobro de sus salarios. Los parados se encuentran con la desagradable sorpresa del aplazamiento de la indemnización o del retraso en el cobro de las mensualidades. Muchos trabajadores pueden verse reconocidos en vuestra reivindicación y ello crea un terreno posible para la solidaridad y la unidad.
Igualmente, apoyamos la iniciativa que habéis tomado para «el día 12 a las 19 horas en la plaza Calvo Sotelo en Alicante realizaremos una concentración que concebimos como un espacio de encuentro en la calle, donde intercambiar experiencias, charlar y protestar al mismo tiempo».
Somos conscientes de que quizá venga poca gente pero si los que vienen se encuentran a gusto, ven que pueden discutir y desarrollar iniciativas, "respiran" un ambiente de apertura y solidaridad, seguro que se sentirán muy animados, la difundirán y quizá tomen nuevas iniciativas en el mismo sentido que la vuestra.
Queremos llamar la atención sobre la importancia que tiene la forma en que se haga la propaganda de la convocatoria del día 12.
Hay una forma que es la típica de los sindicatos y que para nosotros es puramente "ciudadana" y "electoral": se anuncia la convocatoria por radio, TV, prensa e Internet ... y el que quiera pues ya acudirá.
Esa manera fría e impersonal contrasta con la que han desarrollado los trabajadores en sus luchas más genuinas: organizarse en equipos que van directamente a centros de trabajo, oficinas de parados, hospitales, centros de enseñanza, universidad, mercados etc., y no se limitan a repartir la hoja de convocatoria sino que intentan hablar con la gente, explicarse y animar a que se expliquen, es decir, construyen ya antes de la convocatoria los cimientos de la movilización: el contacto directo, los lazos humanos, la visualización de lo que podría ser una acción unida y colectiva.
Es posible que mucha de esa gente contactada no venga después a la concentración pero se habrá popularizado vuestra lucha, conseguiréis que se sientan identificados con vosotros, que vean una forma diferente de luchar y quizá también que algunos tomen por su cuenta un camino similar al vuestro.
No olvidemos que la verdadera fuerza que tenemos ante los poderes -empresarial, autonómico o central- es, al menos, empezar a ganar la simpatía, un principio de solidaridad, en otros trabajadores. Y del mismo modo un planteamiento firme de autonomía obrera, de tomar la lucha a vuestro cargo, peleando contra el control sindical.
Compañeros: acudiremos a vuestra concentración del 12 a apoyar y participar. Integraremos nuestra colaboración en el marco que habéis creado de las «comisiones de trabajo abiertas (a todos aquellos que deseen participar) Desde estas comisiones deseamos continuar con las acciones encaminadas a extender y hacer confluir las luchas de los trabajadores de nuestro sector y de los trabajadores en general».
CCI 05-06-09
[1] La conspiración de silencio que los medios de "comunicación" trazan alrededor de las luchas obreras hacen que estas experiencias que mencionamos os resulten probablemente totalmente desconocidas. Estamos disponibles para explicarlas porque lo que nos hace fuertes es conocer las luchas de los trabajadores en todo el mundo
LA GENERALITAT ABANDONA A TRABAJADORES Y USUARIOS DE CENTROS Y PROGRAMAS PARA DISCAPACITADOS
Las Consellerías incumplen sus compromisos y no pagan a tiempo sus propios recursos, lo que supone:
Los trabajadores de Centros y Servicios que atienden a personas con discapacidad, estamos sin cobrar durante meses, encontrándonos en una situación insostenible.
Reclamamos:
Pago de las subvenciones y cumplimiento de compromisos con los centros y programas.
Sabemos que en esta situación hay muchos trabajadores (en paro, en riego de perder su trabajo, cobrando mal y tarde...) y muchas personas que no tienen cubiertas necesidades mínimas (de salud, educación, servicios sociales...) Por ello llamamos a todos los trabajadores y afectados por los muchos problemas que nos acucian a apoyar y participar en las movilizaciones y asambleas que CONVOCAMOS:
ASAMBLEA ABIERTA DE TRABAJADORES 22 DE MAYO A LAS 19 HORAS EN AFEMA (c/ Carratalá 31, Alicante)
POR LA DEFENSA DE NUESTROS DERECHOS Y UNAS CONDICIONES DIGNAS DE VIDA PARA TODOS
ASAMBLEA DE TRABAJADORES DE AFEMA
PLATAFORMA DE TRABAJADORES DE SERVICIOS SOCIO-SANITARIOS
RESPUESTA DE LA CCI:
Estimados compañeros:
Una vez más os expresamos nuestra más profunda solidaridad ante la situación que atravesáis y también la expresamos a los familiares afectados por la inacción consciente de los organismos gubernamentales concernidos (en este caso la Generalitat).
Nosotros vamos a enviar una Delegación a la Asamblea que contribuirá en todo lo que sea posible al desarrollo de vuestra lucha.
La Asamblea tiene como tarea analizar la situación creada y ver las medidas de organización y lucha a tomar.
Apoyamos las medidas de movilización que proponéis aunque pensamos que serán las Asambleas lo más frecuentes posible las que deberán ir valorando en función del estado de ánimo, las fuerzas con las que se cuenta, las simpatías y apoyos que se van despertando, los pasos a dar.
De todas maneras quisiéramos hacer una sugerencia: ¿no sería mejor transformar las concentraciones que proponéis en ASAMBLEAS ABIERTAS? Es una iniciativa que fue muy positiva en la huelga del metal de Vigo de 2006 (y que se ha intentado repetir en la lucha de 2009 pese al sabotaje sindical)[2]. En una Asamblea abierta en plena calle se puede invitar a gente que nos del ramo a que escuche, exprese su opinión y si lo siente así manifieste su solidaridad y aporte ideas e iniciativas. Esto especialmente sería bueno para primera concentración que dais para el 25-5
Referente a la hoja de convocatoria tenemos igualmente una proposición a añadir que sometemos a vuestro criterio colectivo:
1ª Decís que «Los trabajadores de Centros y Servicios que atienden a personas con discapacidad, estamos sin cobrar durante meses, encontrándonos en una situación insostenible». Ante eso ¿no sería necesario que la primera reivindicación en vuestra lista sea EL COBRO INMEDIATO DE LOS SALARIOS ATRASADOS?
Bueno, compañeros, recibid un fraternal saludo de la CCI
[2] Ver Huelga del metal de Vigo: los métodos proletarios de lucha en /content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha [32]
Queridos compañeros, han pasado un poco más de un mes desde que en la noche del 10 de Octubre, la burguesía mexicana en contubernio con las fuerzas de seguridad del estado capitalista y sus agentes de primera línea incrustados en el movimiento proletario encubiertos en el sindicato de todo color e intensidad; perpetrara la acción para la cual ellas existen: atropellar, pisotear y diluir sus fuerzas con el garrotazo de un tolete, con la carga de los caballos atónitos al ver blandir los sables clamando sangre proletaria, con el ardid de la negociación, con el ir y venir de los fervorosos y "sacrificados" dirigentes sindicales, con una y mil patrañas escondiendo su real intensión: "defender los intereses de sus amos la burguesía mexicana".
Actos como los del 10 de Octubre el proletariado lo ha vivido desde que este se ha levantado contra el frenesí deshumanizante de la burguesía por el beneficio, la ganancia, el dinero, la extracción del valor; recordemos el "Domingo Sangriento del 9 de Enero de 1905" por las calles de Petersburgo, de la Rusia zarista, antesala del glorioso "Octubre rojo de 1917"; así también en el Ecuador de principio del siglo pasado, el "15 de Noviembre de 1922" cientos de obreros que protestaban por mejoras en sus condiciones de vida fueron pasados por cuchillo y arrojados al río Guayas que baña el puerto de Guayaquil; y en tiempos modernos, 1979, la matanza de trabajadores agrícolas zafreros de la empresa azucarera AZTRA, La Troncal, provincia del Cañar, en donde más de doscientos fueron arrojados a los canales y allí acribillados por las fuerzas del orden con lo cual se dio inició a la "democracia" otra forma como la burguesía prolonga su dominación.
Si revisáramos minuciosamente la historia de la lucha de clases y anotáramos los combates que la clase ha desplegado a lo largo del tiempo la lista sería enorme como la necesidad que tiene la humanidad por días mejores. Pero no sacamos nada con solo recordar y lamentar esos hechos. Si actuáramos de esa manera estaríamos como los sindicalistas, los partidos de la izquierda del capital o esos izquierdistas de toda ralea que gustan de los actos pomposos de conmemoración de tal o cual fecha significativa de las luchas de la clase trabajadora. Estos agentes ideológicos u orgánicos del capital no conocen para nada la esencia del marxismo, no les interesa para nada sacar las lecciones de esas luchas, para ellos el marxismo es solo frases huecas, eslóganes para ser repetidos en los discursos, para ellos solo le sirve como macetero ideológico. Nosotros debemos remontar la desgracia, debemos de mirar los hechos y descarnarlos para poder entender, comprender y asimilar lo que nos deja como lección, como enseñanza. Debemos de ser valientes ante la adversidad y con tesón volver a la reflexión, el debate y la aclaración en medio de la comunidad de lucha, de los compañeros que se enfrentaron a los piquetes punitivos, entre los que perdieron su puesto de trabajo, con los otros trabajadores de otras plazas, de otras empresas, de otras ciudades, con compañeros de otros países.
Hermanos proletarios no están solos, por acá, en el mes de Septiembre se vivieron similares protestas a nivel nacional por lo mismo, por defender salarios, los puestos de trabajo, vida digna, justas indemnizaciones, etc.; pero los tránsfugas de los sindicalistas de profesión mañosamente condujeron a los trabajadores por los caminos del parlamento, las leyes, los abogados, etc., etc.; los problemas son los mismos, solo falta saltar el muro impuesto por la burguesía: el sindicato, los partidos de la izquierda del capital y los izquierdistas, el parlamento, las cortes, el gobierno central, y la nación.
Compañeros permítanme decirles de corazón que nosotros estamos unidos a ustedes en solidaridad; nos hemos planteado profundizar la reflexión sobre todos los elementos: teóricos y prácticos que la historia de lucha de la clase trabajadora en el mundo nos ha dejado cual legado, creemos que de esa manera, al comprender vuestro sufrimiento a luz de la experiencia de la lucha de clases podremos transmitir a vuestros compañeros proletarios en esta parte del planeta las enseñanzas sacadas. Compañeros desde la distancia les decimos que no desmayen, no se desanimen, el futuro es vuestro, el camino está lleno de espina pero juntos, solidariamente unidos en medio de la lucha de clases saldremos triunfante y con ello la humanidad gana un lugar en el tiempo. Parafraseando el "Manifiesto Comunista" elaborado por los camaradas Marx y Engels ante el pedido hecho por compañeros de la "Liga de los Comunistas" en noviembre de 1847,......"Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Las clases dominantes pueden temblar ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar"....En ese sentido nosotros estamos fielmente convencidos que solo la reflexión, el debate y la aclaración irá cuajando la fuerza suficiente para derribar los muros que nos levantan las fuerzas burguesas y así poderle entregar a la humanidad entera una sociedad humana:........ "EL COMUNISMO".
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES, UNIOS!
NDIE (Núcleo de discusión internacionalista de Ecuador)
Guayaquil, Noviembre de 2009
Acabamos de recibir la denuncia que hacen los compañeros del sector socio-sanitario de Alicante de un plan de 400 despidos afectando a los trabajadores de Centros Específicos para Enfermos Mentales. Publicamos a continuación su denuncia animando a que le demos la mayor difusión posible y enviemos mensajes de solidaridad y apoyo.
Al mismo tiempo que recibíamos la denuncia de los compañeros, un compañero ha colgado en nuestra Web el siguiente comentario[1]: «Estimados compañeros los sindicatos y todos los partidos derechas e izquierda, se han unido para que dentro de 18 meses en la factoría de la naval de Vigo, de los 7000 trabajadores, se que den la ridícula cantidad de 1000 trabajadores, esto todos despidos son aceptados por los sindicatos, y los partidos derecha e izquierda, tenemos que unirnos , y solidarizarnos con los 7000 trabajadores de la naval de Vigo, hay que hacer Asambleas Soberanas y que participen, toda la clase obrera los parados, los estudiantes y amas de casas , todos los trabajadores que no acepte las malas condiciones que nos pone el Estado capitalista, los sindicatos nos pondrán miles de trampas, dividirnos, por gremios y por categorías, trabajadores de la naval de Vigo, empezar a hacer Asambleas Soberanas , para todos los trabajadores, que el empresario de la cara y el sindicalista te clave la espada por la espalda, los sindicatos hay que destruirlos y formar comités de lucha.
Mientras exista el capitalismo existirá los despidos la subida de los precios, la bajada de los salarios, la casa que no podemos pagar, porque uno de la pareja, porque lo han despedido, en esta sociedad en decadencia somos los llamados consejos obreros los que destruyan al capitalismo de arriba abajo, y construir la sociedad de los hombres libres, Solidaricémonos con los compañeros de la naval de Vigo, porque 6000 trabajadores dentro de 18 meses, están en la calle si no remediamos luchando fuera de los sindicatos de todos los colores y partidos, unidad, unidad, y solidaridad, unidos jamás seremos vencidos, vivan los trabajadores del todo el mundo que luchan por mejores condiciones de vida, destruir al capitalismo, y se terminara la explotación del hombre por el hombre»
Estas denuncias ponen el dedo en la llaga: los despidos se multiplican por doquier y cada día que pasa mayor es el atentado y las amenazas a nuestras condiciones humanas. Hablan de que "estamos empezando a salir de la crisis" pero eso se ve desmentido por las colas en las oficinas de paro, por la multitud de personas que acuden a las casas de caridad, a los servicios sociales o a las casas de empeño y montes de piedad. Y eso no pasa únicamente en España, lo vemos igualmente en Estados Unidos, en Gran Bretaña, en Grecia, por poner algunos ejemplos.
En el caso concreto de los despidos las consecuencias son dramáticas:
1ª para los propios compañeros despedidos que pierden el sustento para ellos y sus familias y se ven abocados a la imposibilidad de pagar las hipotecas. Para los que no tienen algún familiar que pueda ayudarles el destino es la intemperie o a lo sumo un cuartucho de mala muerte.
2ª para los compañeros "afortunados" que todavía conservan el empleo que como el trabajo que antes hacían sus compañeros despedidos se reparte entre ellos con la consiguiente sobrecarga y su temibles consecuencias: estrés, agotamiento, enfermedades físicas y nerviosas ...
3ª para los productos y servicios que prestaban que disminuyen su calidad, baja el mantenimiento con el subsiguiente riesgo de accidentes y catástrofes y, como denuncian los compañeros de Alicante, vemos que los enfermos con estos despidos quedan desatendidos poniendo en la tesitura a sus familiares o de abandonarlos a su suerte o de cargar con los costes de buscarse una atención privada.
Mientras prensa, TV, partidos y sindicatos exhiben machaconamente su "indignación" y sus "campañas solidarias" ante lo que interesa al Capital nacional y a sus diferentes camarillas -la nacionalidad de Cataluña o los "derechos" del "pueblo saharaui" utilizados como moneda de presión en las sórdidas contiendas que libran España, Marruecos, Francia, Argelia y demás bandidos- sobre los despidos y el ascenso de la miseria apenas hablan, ni se indignan, ni piden solidaridad. Una espesa capa de silencio recubre y encubre ese avance irresistible de los sufrimientos para la gran mayoría.
Por eso los obreros tenemos que reaccionar y darnos nuestros propios medios de información, reflexión y denuncia por modestos que sean. De ahí que saludemos la iniciativa de los compañeros de Alicante y nos sumemos a ella con nuestros modestos medios.
Muchos trabajadores estamos atormentados por la siguiente pregunta: ¿cómo es posible que con todo lo que está cayendo los trabajadores no salgan a la calle y se movilicen masivamente?
Hemos de desarrollar un análisis realista:
- En un lado de la balanza vemos que hay una maduración lenta, difícil y contradictoria para el desarrollo de luchas masivas.
- Pero en el otro lado de la balanza pesan fuertes factores que contrarrestan esa tendencia:
o existe miedo e intimidación ante la magnitud de la crisis y ante la falta de salidas y alternativas, lo que inhibe la lucha
o la amenaza del desempleo es vivida como algo disuasorio sobre todo por la influencia de los planteamientos sindicalistas de lucha muy cerrados en la empresa y el sector
o entre los trabajadores pesa negativamente el espíritu de competencia, de desconfianza, de cada cual a la suya, que son los vectores de la ideología que nos domina
o la burguesía a través de sus campañas ideológicas, de la represión y de esa quinta columna dentro de los trabajadores que son los sindicatos, procura favorecer la división y la desmoralización en nuestras filas.
Está claro que por todo un tiempo la balanza se inclina más en el lado de las dificultades y los obstáculos.
Ante esto la cuestión no es lamentarnos ni tampoco plantearnos planes fantasiosos para "despertar a las masas". Ambas respuestas no sirven para nada y solo contribuyen a profundizar la desmoralización.
Lo que podemos hacer las minorías más activas y conscientes de nuestra clase es apoyar a los compañeros de Alicante, sumarse a su iniciativa, desarrollar en nuestros centros de trabajo, en las ciudades o áreas donde vivimos iniciativas aunque sean minoritarias que vayan en la misma dirección. Crear Redes de Solidaridad, de encuentro y debate, de desarrollo de iniciativas y propuestas dirigidas a nuestra clase.
Un paso concreto es desarrollar la solidaridad con los trabajadores amenazados por los despidos cuyo caso denuncian los compañeros. Ampliar esa solidaridad a otros casos que sin duda existirán. Esos casos deben ser objeto de denuncias que circulen y que se unan a las ya denunciadas.
Un ejemplo reciente que nos parece muy estimulante es el que se ha dado a nivel internacional ante una hoja de denuncia de los despidos en el sector eléctrico Luz y Fuerza de México realizada conjuntamente por nuestra sección en México con los compañeros de los grupos Grupo Socialista Libertario y Proyecto Anarquista Metropolitano. Ante esa hoja, compañeros de grupos proletarios de Perú y de Ecuador han realizado tomas de posición solidarias[2].
CCI 20-12-09
Alicante, 16 de diciembre de 2009
A los trabajadores, especialmente a los del sector sociosanitarios:
Nos ponemos en contacto con vosotros para denunciar una situación que nos afecta a todos y que cada vez es peor. Nuestra iniciativa parte de la necesidad de actuar de forma conjunta. Vamos por partes:
- La situación en general que nos rodea es alarmante para los trabajadores. En nuestro caso se manifiesta en retrasos importantes en el sueldo durante el último año. En otros se trata de expedientes de regulación de empleo, retirada de subvenciones, reducciones de personal, etc.. Ahora nos llega la noticia de que 400 compañeros de Centros Específicos para Enfermos Mentales (C.E.E.M.) se van a quedar sin trabajo. Este hecho afecta a 700 personas con enfermedad mental que se quedarán sin la atención hasta ahora percibida, lo que supone, que tendrán que apoyarles sus familias. En esta situación las víctimas, como siempre, son los trabajadores y las personas receptoras de servicios.
- Los actores de este escenario son el Estado y los sindicatos (que nos preguntamos dónde están ahora), por un lado, que no responde a las necesidades, y, por otro, los gestores de estos servicios. Ambos se van pasando la responsabilidad unos a otros, mientras los trabajadores nos quedamos sin nuestros puestos de trabajo o, los que aún lo conservamos, con unas condiciones cada vez más lamentables.
- La realidad actual, nos coloca en dos bandos, clarísimamente diferenciados. En uno, se encuentran los que ponen por delante las necesidades de las personas: trabajadores, usuarios de servicios sociosanitarios, familiares afectados; y en otro, están los que solo defienden beneficios económicos: el Estado y las empresas.
- Dada esta situación, que nos afecta a todos, hacemos un llamamiento a encontrarnos los trabajadores y las personas que tenemos necesidades, para fomentar un apoyo entre nosotros y defendernos de este abuso al que estamos sometidos. Desde nuestra experiencia, os podemos decir, que la unidad y la lucha nos ofrecen una alternativa real, algo que nos quieren hacer creer que no es posible.
Por todo ello, os animamos a que contactéis con nosotros, comprometiéndonos a convocar una asamblea donde poder encontrarnos y exponer nuestros problemas.
ASAMBLEA DE TRABAJADORES DE A.F.EM.A.
PLATAFORMA DE TRABAJADORES DE SERVCIOS SOCIOSANITARIOS DE ALICANTE
[email protected] [183]
Sí estas de acuerdo con este llamamiento, hazlo circular entre tus contactos.
[1] Ver: "Lecciones de la huelga de SEAT: No a las «movilizaciones» sindicales, Sí a la lucha obrera [33]".
[2] Ver "Liquidación de Luz y Fuerza: despidos y más ataques... ¡Hay que luchar pero no detrás de los sindicatos" en /revolucion-mundial/200911/2689/la-solidaridad-proletaria-es-una-potencialidad-cada-vez-mas-posible [391] ; ver los textos de solidaridad del Núcleo Proletario del Perú https://es.internationalism.org/node/2671 [392] , del Grupo de Lucha Proletaria, también de Perú, https://es.internationalism.org/node/2680 [393] , del Núcleo de Discusión Internacionalista del Ecuador /cci-online/200912/2719/solidaridad-desde-peru-y-ecuador-el-germen-de-la-verdadera-solidaridad-intern [394] , así como la carta de respuesta de nuestra sección en México a estos apoyos: https://es.internationalism.org/node/2719 [394]
Las circunstancias dadas de la próxima cumbre del G20 son históricamente sin precedentes. La crisis económica arruina el mundo, la burguesía parece estar al borde del colapso. Las masivas inyecciones de crédito en los mercados monetarios, el déficit de los presupuestos, y ahora la ultima ronda del "alargamiento cuantitativo" han permitido que la burguesía prevenga una implosión total del sistema financiero en la mayor parte de los países centrales, pero esto no ha resuelto la verdadera crisis.
Internacionalmente la burguesía ha sido obligada a admitir que el mundo esta viviendo su derrumbamiento más brutal desde la Gran Depresión de los 1930s. Países como Japón y Alemania están sufriendo del desplome en las exportaciones y en la producción industrial. Casi todo el este de Europa está prácticamente en bancarrota e Islandia, Grecia, Irlanda, Italia, y España no se quedan atrás. Los "mercados emergentes" también están comenzando a mostrar problemas graves -La tasa de desempleo en China está por los 10 millones - mientras que estas economías se encuentran atrapadas en los mismos tsunamis al igual que del resto de las economías en el mundo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional o FMI ahora predicen que la economía mundial como un todo se contraerá este año - algo que no se ha visto desde la Segunda Guerra Mundial.
40 años desde del final de la Reconstrucción de posguerra todas las políticas que la burguesía han usado para mantener a la crisis están a punto de fracasar. Décadas del intervencionismo (capitalismo de Estado) han dejado a la burguesía en el precipicio. El mecanismo principal para mantener la demanda frente a la sobreproducción crónica -dosis gigantescas de crédito- ha dejado últimamente a la economía como un paciente que ha abusado de sus antibióticos: la efectividad de la contra-medida se ha reducido virtualmente a cero. Aun peor, el crédito se ha convertido en una parte del problema: El conjunto del sistema está ahora, literalmente, en bancarrota.
El resultado de esto para la clase trabajadora ya está bien claro: un brutal asalto a los empleos, salarios y condiciones de vida que harán que los últimos 40 años se vean como un oasis de prosperidad.
¿Poniendo a las personas primero?
El impulso de salir a las calles, para reunirse y discutir con otras personas que se sienten de la misma manera sobre el estado de la sociedad, para mostrar nuestra indignación con la forma que se está manejando el mundo, todo esto es algo saludable. El problema con la protesta de hoy día es que la alternativa ofrecida por sus organizadores, "Poner a las personas primero" para nada cuestiona lo básico del sistema y a su maquina-estado.
Ellos argumentan que presionando al sistema actual de gobiernos y estados puede traer cambios en la sociedad.
- Demandan "un proceso transparente y responsable para reformar el sistema financiero internacional" porque "esto requerirá la consulta de todos los gobiernos, parlamentos, sindicatos, y sociedad civil, con las Naciones Unidas tomando una gran parte".
Insisten que "estas recomendaciones proporcionan un paquete unificado que ayude a los lideres del mundo trazar un camino que salga de la recesión", y que pueda abrir el paso a "un nuevo sistema que busque crear una economía que funcione para el pueblo y el planeta", con "un gobierno democrático de la economía", "trabajos decentes y servicio publico para todos" una "economía verde" etc.
Esparciendo ilusiones en el estado
Lo que estas campañas no reconocen es que ni el capitalismo ni el estado, el cual siempre ha expresado los intereses de quienes nos dominan, podrá ser reformados. 80 años después de la Gran Depresión los economistas burgueses de la Derecha e Izquierda han estado devanándose los sesos vanamente para encontrar la forma para que el Estado intervenga en la economía y la saque a flota. Esta es la lección mas obvia de la crisis actual: 40 años de intervención de estado han fracasado en solucionar los problemas inherentes a este sistema. Guerras, desempleo, pobreza y la destrucción del medio ambiente no son el resultado de "malos gobiernos". Son los productos directos de un sistema senil, un orden social que ha continuado a pesar de revelarse como una amenaza para toda la humanidad.
En vez de caer en esas ilusiones de que el capitalismo puede ser un poco mas democrático, un poco mas verde, gracias a la intervención del estado, necesitamos reconocer que relaciones sociales capitalistas son llana y sencillamente inhumanas. Son inseparables del ansia de obtener ganancia y esta ansia hace que las personas sean lo menos importante. Por eso es que las relaciones de producción existentes - basadas en el salario y la producción para el mercado - necesitan ser totalmente desarraigados y reemplazados por una nueva sociedad - comunismo, una comunidad mundial, sin estado y sin dinero donde toda la producción sirva para la necesidad del ser humano.
El aparato político global de los estados capitalistas, incluyendo a la ONU, esta ahí para preservar y defender las relaciones sociales capitalistas. Si queremos cambiar radicalmente esta sociedad hemos de destruir todos y cada uno de los Estados del mundo.
Hay una verdadera alternativa - la lucha de clases
La revolución no es una utopía. Está contenida como una posibilidad y una necesidad en la lucha de clases. Se están dando verdaderas luchas de clases en todo nuestro alrededor. Internacionalmente desde 2003 la clase trabajadora ha empezado a regresar al estrado social. Desde Nueva York hasta Nanjing los trabajadores han estado redescubriendo las relaciones de solidaridad que permiten superar las divisiones entre edad, religión y nación, mientras que flexionan su musculo colectivo para defender sus intereses. Las protestas y asambleas de los estudiantes en Francia e Italia, la revuelta que sacudió Grecia en diciembre 2008, las huelgas masivas en Egipto y Bangladesh, la lucha contra el desempleo por los trabajadores de refinería de petróleo en Inglaterra en enero 2009: aunque aún sean minoritarias y pocos las conozcan, todas ellas forman parte de un movimiento internacional que demuestra el interés común de los trabajadores en todos los países en esta crisis capitalista.
Estas son las luchas que deberíamos poner "primero", ya que son las únicas que tienen en ellas la perspectiva para verdaderamente cambiar la sociedad. Para hacer esto, los trabajadores tendrán que ir más allá de esos objetivos inmediatos y formar un movimiento que pueda plantearse el asalto contra el capitalismo. Campañas como "Pon a las personas primero" son obstáculos para el desarrollo de la conciencia y los trabajadores tendrán que sobrepasar esas ilusiones para poder formar esa alternativa real que no sea la barbarie del capitalismo.
World Revolution sección en Gran Bretaña de la CCI 20-3-09
Pung Nai es profesora del Centro de Investigación Social de la Universidad de Pekín y de la Universidad Politécnica de Hong Kong. Actualmente está de gira por cinco países europeos para presentar el libro "Dagongmei-mujeres obreras cuentan su historia desde las fábricas chinas" que ha publicado junto con su colega Li Wanwei del Instituto de Relaciones Industriales en Hong Kong[1]. El motivo de esta serie de charlas es la presentación del libro en alemán.
El 10 de octubre de 2008 Pung Ngai presentó su libro en Colonia. Dada la importancia del crecimiento del poder económico y militar chino las últimas décadas, y las cuestiones planteadas en relación al futuro de este "milagro económico" a la luz de las presentes dificultades del capitalismo mundial, no fue sorprendente que hubiera una gran asistencia.
El tema del estudio de Pung Ngai es la movilidad de la fuerza de trabajo dentro de China -la proletarización de 120 millones de campesinos durante los últimos 25 años-, en particular las condiciones de las "Dagongmei", literalmente las "hermanas trabajadoras". Pun Ngai y Li Wanwei presentan una serie de entrevistas con jóvenes mujeres obreras que han ido de zonas rurales a la ciudad industrial de Censen en el sudeste chino, una de las primeras zonas económicas especiales creadas por el Gobierno chino para atraer capital extranjero. En su presentación, Pun Ngai dio ejemplos a partir de la experiencia personal de esas trabajadoras.
Pero, sobre todo, la autora incidió en situar esta experiencia en un contexto más global, para "darle sentido" a estos procesos que, sin lugar a dudas, tienen una importancia mundial. Se señalaron 2 argumentos principales que están en el centro de su análisis de esos procesos en China.
Producción y reproducción de la fuerza de trabajo
Lo primero es la separación entre la esfera de la producción, que tiene lugar en las ciudades, y la esfera de la reproducción, en zonas rurales. Una gran parte de la fuerza de trabajo para las fábricas del "mercado mundial" se obtiene en el interior. Los costes de reproducción de esta fuerza de trabajo son soportados por las familias campesinas mismas, gracias a unas diminutas parcelas de tierra para la subsistencia. Esto explica en gran parte porqué los salarios en China pueden ser mucho más bajos que en los países capitalistas más avanzados de Occidente (donde los salarios tienen que cubrir no sólo los costes de reproducción de los trabajadores mismos, sino también de sus hijos, la futura generación de proletarios).
Sin embargo, como se señaló en la posterior discusión, este "secreto" del desarrollo capitalista no es específicamente chino, sino que proporciona las bases para desarrollos similares en cualquier parte de Asia o en otros continentes. Muchos de los que vinieron a esta charla buscaban una respuesta a la cuestión de porqué China parece haber tenido más éxito en este desarrollo que la mayoría de sus rivales.
Capitalismo de dormitorio
Aquí, la segunda idea principal señalada por Pun Ngai es de gran importancia. Esta es lo que ella llama el sistema dormitorio. En la China maoísta (como en la Rusia estalinista, podríamos añadir[2]) la libre circulación de la fuerza de trabajo dentro del país no estaba permitida. En particular, la población entera fue registrada para ser bien urbana bien rural. Un campesino necesitaba permiso para trasladarse a la ciudad y viceversa. Con las "reformas" económicas desde Deng en adelante, esta restricción de movimiento de la fuerza de trabajo se mantuvo. A primera vista esto es sorprendente, en vista de la necesidad del capital de libertad de movimiento de la fuerza de trabajo para crecer. Pero el mantenimiento de estas restricciones convierten a los inmigrantes en las ciudades "ilegales" en "su propio" país, sin derecho a seguros, sanidad ni educación. Ni tampoco tienen la oportunidad de formar vecindarios, comunidades o redes sociales con otros obreros inmigrantes en los centros urbanos. Están obligados a dormir en dormitorios propiedad de sus jefes, en los que están constantemente bajo control. Como Pun Ngai señaló, no pueden rechazar vender sus cuerpos sin riesgo a ser desalojados y enviados de vuelta a sus pueblos. Están en todo momento a disposición de la producción "express" que el mercado mundial requiere. Además, como víctimas de este sistema, ellos mismos dicen que son "desechables instantáneamente", "tirados a la calle", y enviados al interior tan pronto como no se les requiere o cuando su salud ha sido destrozada.
Chicas de 16 años aplicando pegamento tóxico con las manos descubiertas
Pun Ngai comparó este proceso de proletarización con el del primer país industrializado, Gran Bretaña, tal y como describió Friedrich Engels en su famoso estudio sobre las condiciones de la clase obrera en Inglaterra[3]. Aún señalando la existencia de un número de similitudes, también subrayó dos diferencias. En Inglaterra el punto de partida para el desarrollo del capitalismo moderno fue la violenta separación de los productores de sus medios de producción, de los campesinos de su tierra. En China, las reformas agrarias maoístas dejaron al campesinado con una diminuta parcela de tierra, suficiente para evitar el hambre, pero no para vivir decentemente. Por esta razón la emigración desde el interior es "voluntaria", oficialmente tiene lugar infringiendo la ley. Además, mujeres jóvenes en particular están motivadas por factores culturales (como fue señalado durante la discusión) en huir del mundo atrasado y patriarcal de sus aldeas y pueblos. En segundo lugar, como ya se ha señalado, hay una particularidad (Pun Ngai lo llamó un proceso incompleto) de esta proletarización, que es que a los obreros se les mantiene bajo la amenaza de ser deportados al interior. Ella señaló los traumas causados por la inseguridad de este "en tierra de nadie", que a largo plazo es insoportable.
En respuesta a esta cuestión, señaló que el Gobierno chino está actualmente considerando la posibilidad de una reforma agraria que facilite la adquisición de tierra privada. Pero el significado de esta "reforma" no permitiría al campesinado incrementar sus parcelas, que haría la subsistencia más viable, y por tanto poner freno a la emigración desde zonas rurales. Lo que se planea es esencialmente el impulsar la construcción de grandes urbanizaciones privadas, que avivarían las llamas de la emigración y proporcionaría nueva mano de obra barata a las ciudades.
Una nueva generación de trabajadores
Con respecto a los efectos de estos procesos históricos en la clase obrera, la autora distinguió entre la primera y la segunda generación de emigrantes. La primera generación todavía tuvo la esperanza de ahorrar dinero y volver a casa. Los hombres podían esperar modernizar sus parcelas de tierra, las mujeres montar pequeñas tiendas. Pero para la vasta mayoría esos sueños nunca se cumplieron, y muchos de aquellos que lo intentaron acabaron arruinados. A la primera generación esta experiencia la traumatizó, marcada por la desesperación y la interiorización de su ira.
Opuesto a esto, la motivación de la nueva generación es el "no arrepentimiento" de dejar sus pueblos. Están determinados a no volver nunca. La energía de estos trabajadores se dirige hacia el futuro y hacia fuera, expresándose así misma en acciones colectivas. Según las cifras oficiales, entre 1993 y 2005 el número de "incidentes colectivos" registrados por año se incrementó de 10.000 a 87.000. Protestas y peticiones se dirigen no sólo hacia los empresarios sino también hacia la administración estatal y el aparato de los sindicatos oficiales. Pung Ngai informó de discusiones donde minorías militantes de obreros decían: "¡Debemos buscar un gran ideal! ¡Necesitamos nuevos valores internos!"
Estas ideas, se dijo, se están extendiendo actualmente. También se informó de que las mujeres obreras en particular están en algunos casos empezando a transformar los dormitorios en lugares de contacto, cuestionamiento de la realidad y organización entre trabajadores. Los participantes también plantearon cuestiones más políticas. Alguien quería saber cuándo la autora pensaba que China se volvería una democracia. Ella contestó que eso no era realmente lo que le preocupaba, y que la democracia era algo que necesita definición. Su interés es el desarrollo de lo que ella llamó democracia de base en la clase obrera. En respuesta a la cuestión de si los trabajadores hoy aluden positivamente a lo que un asistente llamó "socialismo" de Mao, y si han aprendido algo positivo de esta educación "socialista" para su lucha actual, ella dijo que los obreros a veces usan citas de Mao para justificar legalmente sus reivindicaciones hacia el Estado. Sobre los intentos de estimular sentimientos patrióticos acerca de "la grandeza de China" (por ejemplo con ocasión de los Juegos Olímpicos) entre los trabajadores dijo que estos son promovidos tanto por Occidente (a través de su discurso agresivo) como por los dirigentes chinos mismos, y como un factor negativo contra la clase obrera.
Por supuesto todo el mundo quería saber cómo Pun Ngai esperaba que la actual crisis financiera mundial afectaría a China. Dijo que era probable que cause un gran desempleo y pobreza creciente, dada la dependencia del país de las exportaciones. Después de varios años de salarios crecientes, con la presión de la militancia obrera, sería probable que disminuyera el "poder negociador" de muchos sectores de la clase obrera.
Se plantearon tantas cuestiones que al final desafortunadamente no hubo tiempo para la discusión general prevista. Sin embargo se señaló que el sistema de hacer a la fuerza de trabajo ilegal pero tolerada, y por tanto especialmente barata y flexible, no es específicamente de China, sino que está creciendo en todo el mundo, incluyendo Europa y Estados Unidos. La particularidad de China es la escala con que este arma se emplea. Los dormitorios albergan regularmente entre 5.000 y 10.000 trabajadores por unidad. Las aglomeraciones de estos barracones en muchos casos cubren áreas tan grandes como ciudades europeas medias.
En conclusión podemos decir sin temor a equivocarnos que los que vinieron a la charla fueron profundamente influenciados por la presencia, combatividad y claridad de análisis de un representante de la clase obrera de China[4].
El capitalismo significa economía mundial. A través de una interconexión mundial y del desarrollo de la lucha de clase, el capitalismo, contra su propia voluntad, está creando las condiciones para la unificación de sus propios enterradores.
[1] En 1995 Pun Ngai ya publicó en inglés un libro llamado "Made in China". Li Wanwei ha publicado una tesis sobre "Las dinámicas de reestructuración y recolocación: el caso de la industria textil en Hong Kong".Ambas mujeres están involucradas en la "Red de Mujeres Trabajadoras Chinas" (www.cwwn.org [395])
[2] En la Sudáfrica del apartheid se adoptó un sistema no muy distinto, los "Bantustanes"
[3] Se trata de La situación de la clase obrera en Inglaterra que se puede encontrar en https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/situacion/index.htm [396]
[4] Se debe decir que, como resultado de la apertura de China al mercado mundial, intelectuales de izquierda están empezando a estar más al corriente de una mayor gama de literatura marxista, tales como las obras de Rosa Luxemburg
Apreciado JMI:
Primero que nada pedirte excusas por no responder antes a tu carta de diciembre de 2008. Han sido razones de trabajo militante lo que nos ha obligado a retrasar la contestación y no el que lo que planteas en la misma no tenga interés, al contrario, lo tiene y mucho
También queremos saludar, con esta primera carta de respuesta, la iniciativa de la discusión, del debate -vía, en este caso, Correo electrónico (e-mail)-, porque es la savia de la que tiene que brotar, trabajosamente, la claridad política de los proletarios, ya que la clase obrera no parte, como clase revolucionaria, de formulaciones acabadas, fijas, inmutables,...
Planteas en tu carta el problema del Periodo de Transición del capitalismo al comunismo, a partir de una lectura que hiciste del libro "La Izquierda comunista de Italia". Se trata de una cuestión esencial dentro de la lucha por la sociedad comunista. A diferencia de otros problemas, que la experiencia histórica ha planteado al proletariado y que éste a nuestro juicio, ha resuelto, por lo menos teóricamente, dentro de la sociedad capitalista, como puede ser el papel de los sindicatos, del parlamentarismo, el derecho a la autodeterminación, la relación partido clase, etc.; sobre el Período de transición las experiencias que tenemos son escasas y de corta duración: La Comuna de Paris de 1871, y la Revolución de octubre de 1917 en Rusia. Por tanto es un terreno sobre el que hay que avanzar y tomar posición a través de una paciente discusión porque, como escribía Rosa Luxemburgo en 1918 en relación con la Revolución Rusa: «Lejos de ser una suma de prescripciones preestablecidas que no hubiera más que poner en aplicación, la realización práctica del socialismo como sistema económico, social y jurídico es algo que reside en las nieblas del futuro. Lo que poseemos en nuestro programa no son sino algunos postes indicadores que muestran la dirección en la cual hay que buscar las medidas que habrá que tomar, indicaciones que, además, son fundamentalmente de carácter negativo (...) [El socialismo] tiene como condición previa, una serie de medidas violentas contra la propiedad, etc. Lo que es negativo -la destrucción- se puede decretar; lo que es positivo, la construcción, no. Son tierras vírgenes con problemas a millares. Sólo la experiencia es capaz de poner correctivos y de abrir caminos nuevos».
De la misma forma, en la actualidad nuestra respuesta sobre esta cuestión sólo puede ser una aproximación y nunca algo acabado; de ahí la importancia de que este debate continúe y se profundice, no únicamente entre los revolucionarios sino en el seno mismo de nuestra clase. Eso no quiere decir que las adquisiciones del movimiento obrero en general y en particular de la Izquierda comunista, no hayan dado ya respuestas y trazado un marco básico, unas cuestiones previas (posiciones de clase proletarias, revolucionarias) sin los que, la perspectiva del periodo de transición y el comunismo mismo serían una pura ilusión. Si bien, como decía Marx "no se pueden hacer recetas para las ollas del futuro", si que las adquisiciones de la lucha del proletariado y sus organizaciones de vanguardia han ido alimentando el fuego, y lo deberán seguir haciendo, en el que se van a poner a hervir.
Varias cosas previas o simultáneas, ello dependerá, hay que tener en cuanta acerca del periodo de transición:
Un primer punto que no hay que olvidar nunca es ¿cuáles son las condiciones en las que se dará la revolución proletaria?, es decir, la que abre el camino a ese Periodo de Transición. Todas las revoluciones que ha conocido hasta ahora la humanidad, y más claramente en las revoluciones burguesas, partían del hecho de que las nuevas clases revolucionarias, antes de formalizar su toma del poder político, antes de alumbrar sus códigos que no era otra cosa que un reflejo jurídico de lo que ya estaba pasando en la realidad social; repetimos, antes de todo eso, la nueva clase explotadora y revolucionaria ya poseía el poder económico, e incluso había conseguido situarse en ciertas áreas de poder. Este fenómeno no es puro, no existe un laboratorio de la historia, ni se da al mismo tiempo y con la misma intensidad en todas las naciones; empieza en países como Inglaterra, en la que se guardan las formas monárquicas aunque desprovistas de poder real a diferencia de Francia, donde la Revolución arrancó de cuajo las formas antiguas de dominación, etc.
A lo largo del siglo XIX y principios del XX el capitalismo extendió por todos los rincones del planeta el régimen de producción mercantil y el trabajo asalariado. Por la propia naturaleza del sistema capitalista de explotación mundial, basado en la extracción de plusvalía al proletariado, ésta clase explotada no puede construir su poder económico, previo, en el seno del capitalismo porque el sistema comunista se basa, entre otras cosas, en la desaparición de la explotación del hombre por el hombre, de las clases como fundamento de la sociedad; es decir, el proletariado no asienta su poder en la explotación de otra clase sino en la destrucción de todas, incluida la suya propia. Precisamente por eso, porque no tiene ningún poder económico que defender desde el punto de vista de la división de la sociedad en clases, no entra en su perspectiva histórica, como proletariado, explotar a otra clase, es por lo que la destrucción de las relaciones capitalistas de producción empieza con un acto revolucionario que no cuenta con ningún soporte de poder económico precedente sino únicamente con la fuerza de su unidad y el arma de su conciencia histórica sobre sus objetivos finales: la Revolución mundial y la apertura del camino hacia la sociedad comunista. Precisamente por eso tiene tanta importancia para la clase obrera la cuestión del periodo de transición y, contrariamente, no tuvo prácticamente ninguna en las revoluciones anteriores. Por lo tanto, si dejamos asentado el carácter nunca antes visto de la revolución proletaria, damos un paso importante en la dirección de entender por qué tiene que haber periodo de transición del capitalismo al comunismo.
Un segundo problema que se plantea, pero íntimamente ligado al anterior, es la naturaleza de este poder proletario, que se ejercita durante el periodo de transición. Debemos tener presente que durante un tiempo más o menos prolongado, y ello dependerá esencialmente de la extensión de la revolución mundial, las relaciones de producción del Periodo de transición no son todavía comunistas sino capitalistas, relaciones que no pueden ser completamente reemplazadas de la noche a la mañana. Por eso precisamente, entre ambas sociedades y durante ese periodo de transición, el proletariado ejerce lo que Marx llama "la dictadura revolucionaria del proletariado". ¿Cuál es su función? Principalmente la de eliminar todo el poder de la burguesía; inseparable de su poder económico e ideológico, la clase dominante tiene el poder político que se personifica en el Estado, como poseedor del monopolio de la violencia. Pues bien, el primer acto del proletariado no consiste ni puede consistir, en posesionarse de este monstruoso aparato, sino en destruirlo, derribarlo, porque comunismo y Estado son contrarios en su propio ser, más aún, los órganos del poder proletario y el partido de vanguardia deben tener vida independiente respecto al Estado, mirarlo con desconfianza, vigilarlo estrechamente y poner en práctica una de la lecciones de la Revolución rusa: evitar la asimilación por el Estado de los órganos de poder revolucionario (llámense estos consejos o de otra manera), y la mejor forma de hacerlo es que su definitiva extinción, en el tiempo, se haga lo más deprisa que se pueda. En el libro que has leído sobre la Izquierda comunista, sobre este asunto, página117, al final, y 118, primer párrafo, expresa esta actitud de estar vigilantes ante la cuestión del Estado: «1. El peligro del Estado. Partiendo de la visión marxista de que el Estado surge de una sociedad dividida en clases, en la que todavía reina la penuria y pretende autoconservarse, la Izquierda italiana va a considerar, siguiendo a Engels, al Estado como una calamidad heredada por el proletariado y precisará incluso, en un escrito de Vercesi, que "mantenemos una desconfianza hacia el Estado casi instintiva» (Bilan nº 26, enero 1936).
Otro problema central que nos parece muy importante es el de la violencia que debe emplear el proletariado contra la clase dominante. Debe quedar claro que la violencia, primero, no puede tener un carácter terrorista -como es la violencia de las clases explotadoras- y no puede dar lugar a actos de venganza individual; lo segundo, que en ningún caso se utilizará la violencia del poder proletario contra el propio proletariado y nos remitimos al ejemplo, que también viene en el libro, de la represión de los trabajadores y marineros de Kronstadt: «En todo caso "No es la fuerza ni la violencia la que impone el socialismo al proletariado» (subrayado por Octubre, nº2) Ob. Cit. Pg. 119)
La tercera cuestión es ¿cómo será el periodo transitorio desde el punto de vista concreto del ejercicio del poder? ¿cuáles han de ser los órganos concretos de poder? Mencionas, p. ej., que «los municipios deberían constituirse en comunas de delegados por rotación». Sobre esto pensamos, como más arriba decía Rosa Luxemburgo, que "son tierras vírgenes", que es muy difícil anticiparnos a cómo se llamarán los órganos que ejercerán la dictadura revolucionaria, no podemos ni debemos codificar normas para el periodo de transición, pero sobre lo que no debe quedar duda es que más importante que el nombre es la sustancia y una cosa que debe estar muy claro, se llamen como se llamen los órganos de poder, es que estos tienen que ser independientes desde el punto de vista de clase, independientes sobre todo del Estado, de la burguesía y sus infinitos aliados, pero también del partido, aunque no a la inversa; también decía la Izquierda comunista que el partido no era toda la garantía, que también podía degenerar, etc.
En tu planteamiento se ponen boca arriba unas preocupaciones que son importantes profundizar en las sucesivas comunicaciones y debates que tengamos, porque demuestran las formas laberínticas del pensamiento burgués y cómo pesan sobre nuestras cabezas; así, cuando hablas de los municipios-comunas, debemos percatarnos que estos órganos son de carácter interclasista y que además forman parte del aparato del Estado, con sus funcionarios, sus normas y sus policías. El Estado no es solo el Gobierno de Madrid ni la Monarquía, es mucho más que eso; son también las Comunidades Autónomas, el ejército, la policía, los jueces y, muy importante, tiene el monopolio de la violencia y la capacidad de dictar normas; el Estado hace la tarea esencial de aparecer como un ente cohesionador, que está por encima de las clases, que habla y actúa en interés de toda la sociedad y es esa función mistificadora uno de los aspectos más importantes. Por último, y en relación también con el Estado, queríamos señalar tu alusión a los poderes judiciales y legislativos y sus funciones. Sobre esto pensamos que dichos poderes forman parte del Estado que debe ser destruido, son poderes que crean la ilusión de que hay un real contrapeso de unos poderes por otros, pero estas instituciones de poder fueron creadas por los capitalistas para mistificar mejor la dominación del capital y la explotación del proletariado. Si que hubo un momento, cuando el capitalismo significó un paso adelante para la humanidad, que el poder legislativo ejercía un control sobre el gobierno, aunque era también la época del voto censitario. Pero ese ya es otro tema.
Confiamos que estas reflexiones sirvan para la claridad política de la que tan necesitados estamos.
Aprovechamos la correspondencia para remitirte e invitarte a la lectura-debate de las dos series de artículos sobre el comunismo que aparecen en nuestra Revista Internacional:
--"El comunismo no es un bello ideal sino una necesidad material": Varias Revistas Internacionales
--"El comunismo no es un bello ideal, está a la orden del día de la historia" Varias Revistas Internacionales.
--"Comunismo: entrada de la humanidad en su verdadera historia: Problemas del Periodo de transición,..." Varias revistas.
Estos textos -artículos- te los puedes descargar de nuestra WEB poco a poco; pero si lo consideras necesario y más útil o práctico podemos pasarte las Revistas o imprimírtelos según avanzamos en las discusiones mutuas que podemos mantener en encuentros físicos tanto en Barcelona como si tienes tiempo y lo deseas puedes debatir con los compañeros de otras secciones tanto en España como en otros países.
A la espera de tus noticias, saludos calurosos. CCI - 31/03/09
Varios jóvenes compañeros nos han escrito pidiendo algún documento que recogiera aportaciones sobre el periodo de transición entre el capitalismo y el comunismo y más concretamente sobre cómo debe abordar el proletariado la cuestión del Estado. Con objeto de satisfacer esa demanda que muestra un gran profundidad en las preocupaciones publicamos un debate entre militantes nuestros que tuvo lugar en los años 70. Animamos a que prosiga el debate con contribuciones de grupos y lectores interesados.
Antes de la experiencia de la Revolución en Rusia, los marxistas tenían una concepción de la relación entre proletariado y Estado durante el período de transición del capitalismo al comunismo que era relativamente simple en su esencia.
Se sabía que esta transición debía comenzar con la destrucción del poder político de la burguesía y que esta fase no hacía más que preceder, preparándola, a la sociedad comunista la cual, por su parte no tendría ni clases, ni poder político, ni Estado; se sabía que en el curso de ese movimiento, la clase obrera tendría que instaurar su dictadura sobre el resto de la sociedad; se sabía también que durante este período que contiene todavía todos los estigmas del capitalismo, en particular por la subsistencia de la penuria material y de las divisiones de la sociedad en clases, subsistiría inevitablemente un aparato de tipo estatal; se sabía en fin, sobre todo gracias a la experiencia de la Comuna de París de 1871, que este aparato no podría ser el Estado burgués "conquistado" por los obreros, sino que sería, en forma y contenido, una institución transitoria, esencialmente diferente de todos los Estados que hubieran existido hasta entonces.
Pero, con respecto al problema de la relación entre la dictadura del proletariado y este Estado, entre la clase obrera y esta institución producto de las herencias del pasado, se creía que se podía resolver el problema con una idea sencilla: dictadura del proletariado y Estado del período de transición son una única y misma cosa, clase obrera y Estado son idénticos. En cierto modo, se creía que, durante el período de su dictadura, el proletariado podría hacer suya la célebre fórmula de Luís XIV: "El Estado soy yo".
Así pues, en el Manifiesto Comunista se describe a este Estado como "el proletariado organizado en clase dominante"; asimismo, en la crítica del Programa de Gotha, Marx escribía:
"Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista, se sitúa el período de transformación revolucionaria de aquella a ésta. A este período corresponde igualmente, una fase de transición política en la cual el Estado no puede ser otra cosa que la dictadura del proletariado."
Más tarde, en vísperas de Octubre del 17, Lenin, en pleno combate contra la social democracia que se arrastraba en el fango de la primera carnicería mundial al participar en los gobiernos de los Estados burgueses beligerantes, volvía a defender con fuerza esta idea en "El Estado y la Revolución":
"(Los marxistas) proclaman la necesidad para el proletariado, después de haber conquistado el poder político, de destruir completamente la vieja máquina Estatal y substituirla por una nueva, que consiste en la organización de obreros armados..."
O también:
"La Revolución consiste en esto: el proletariado destruye el aparato administrativo y el aparato de Estado completamente para reemplazarlo por uno nuevo constituido por obreros armados."
De esta visión resultaba naturalmente que el Estado del período de transición no podía ser otra cosa que la expresión más acabada, más eficaz de la clase obrera y de su poder. Todo parecía bastante sencillo en la relación entre Estado y proletariado puesto que era una única y misma cosa.
¿La burocracia estatal?
No existiría o sería un problema sin mayor importancia puesto que los obreros mismos (hasta una cocinera, decía Lenin) asumirán su función.
¿Imaginar seriamente la posibilidad de un antagonismo, de una oposición entre clase obrera y Estado sobre el terreno económico? ¡Imposible!
¿Cómo podría el proletariado hacer huelga contra el Estado puesto que el Estado sería él mismo? ¿Cómo podría el Estado, por su parte, tratar de imponer algo contrario a los intereses económicos de la clase obrera puesto que es su emanación directa? Imaginar un antagonismo a nivel político parecía aún más inverosímil: ¿No debía el Estado ser el instrumento más acabado de la dictadura del proletariado? ¿Cómo podría expresar fuerzas contrarrevolucionarias puesto que, por definición, debía ser la punta de la lanza del combate del proletariado contra la contrarrevolución?
La Revolución Rusa desmiente mordazmente esta visión demasiado simple pero que inevitablemente predominaba en el movimiento obrero internacional que, con la excepción de la Comuna de París, no había enfrentado nunca realmente los problemas del período de transición con toda su complejidad.
Así pues, justo después de la toma del poder en Octubre del 17, se proclama el "Estado proletario"; los mejores obreros, los combatientes más experimentados fueron puestos a la cabeza de los principales órganos del Estado; se prohibieron las huelgas; se prometió aceptar todas las decisiones de los órganos del Estado como expresión de las necesidades globales del combate revolucionario; total, se inscribió en las leyes y en la carne propia de la revolución naciente la identidad tan proclamada entre Estado y clase obrera.
Pero de desde los primeros momentos, los imperativos de la subsistencia social empezaron a contradecir sistemáticamente los fundamentos de tal identificación. Ante las dificultades que tenía que enfrentar la revolución rusa progresivamente ahogada por su aislamiento internacional, el aparato de Estado resultó ser, no un cuerpo idéntico a los "obreros armados" ni la encarnación más global de la dictadura del proletariado, sino al contrario, un cuerpo de funcionarios muy distinto del proletariado, y una fuerza cuyas tendencias innatas no iban hacia la revolución comunista sino, al contrario, hacia el conservadurismo. La burocratización de los funcionarios encargados de la organización de la producción, la distribución, el mantenimiento del orden, etc. se desarrolló desde los primeros meses sin que nadie, ni aún los primeros responsables del partido Bolchevique a la cabeza del Estado -que sin embargo la combatieron-pudieran hacer algo contra ella, y, sobre todo, sin que se pudiera reconocer en esta burocracia estatal una fuerza contrarrevolucionaria puesto que era "el estado proletario".
A nivel económico como político se fue creando progresivamente una separación entre la clase obrera y lo que se suponía que era "su" Estado. Ya a finales del año 17, estallan huelgas económicas en Petrogrado, en 1919 corrientes obreras comunistas de izquierda empiezan a denunciar a la burocracia estatal y su oposición a los intereses de la clase obrera; en 1920, 1921, a finales de la guerra civil, esos antagonismos estallaron abiertamente en las huelgas de Petrogrado de 1920 y en la insurrección de Krondstadt de 1921, reprimida por el Ejército Rojo. Total, en el combate por el mantenimiento de su poder, el proletariado en Rusia no encontró en el Estado el instrumento que esperaba sino al contrario una fuerza de resistencia que se transformó rápidamente en el principal protagonista de la contrarrevolución.
La derrota de la revolución rusa fue, en última instancia, producto de la derrota de la revolución mundial y no de la acción del Estado. Pero en ese combate contra la contrarrevolución, la experiencia puso en evidencia que el aparato de Estado y su burocracia no eran ni el proletariado ni aún la punta de la lanza de su dictadura... aún menos una institución a la cual la clase obrera en armas tenía que someterse en nombre de una supuesta "naturaleza proletaria".
Es cierto que la experiencia del proletariado en Rusia se vio condenada a la derrota a partir del momento en que no logró extenderse mundialmente. Es justo decir que la potencia del antagonismo Estado-proletariado fue una manifestación de la debilidad del proletariado mundial y de la inexistencia de las condiciones naturales para un desarrollo verdadero de la dictadura del proletariado. Pero sería de nuevo hacerse ilusiones el creer que sólo la amplitud de esas dificultades explica este antagonismo y que, en mejores condiciones, la identificación: dictadura del proletariado-Estado del período de transición, sigue siendo válida. El período de transición es una fase en la cual el proletariado enfrenta una dificultad fundamental: la de establecer nuevas relaciones sociales a la vez que, por definición, las condiciones materiales para el desarrollo de aquellas se están solamente instaurando bajo la acción revolucionaria de los obreros en armas. Esta dificultad se desarrolló en Rusia bajo sus formas más extremas pero no por ello deja de ser esencialmente la misma que la que encontrará el proletariado mañana. La importancia de las barreras que encontró la dictadura del proletariado en Rusia no hace de esta experiencia una excepción que invalidaría la regla de la identidad proletariado-Estado del período de transición, sino al contrario, un factor que permitió poner en evidencia, bajo sus formas más agudas, la inevitabilidad y la naturaleza del antagonismo que opone la fuerza revolucionaria proletaria a la institución de mantenimiento del orden durante el período de transición.
Desde su constitución, la CCI, siguiendo los trabajos de la Izquierda Italiana ("Bilan") entre las dos guerras y los del grupo "Internationalisme" en los años 40, ha emprendido la compleja e indispensable tarea de reanudar, revisar y completar la comprensión revolucionaria de la relación entre Estado y proletariado durante el período de transición, a la luz de la experiencia rusa (ver los números 1, 2, 3, y 6 de la Revista Internacional).
Dentro del marco de este esfuerzo publicamos aquí, por una parte, la carta de un compañero que reacciona críticamente a las tesis desarrolladas sobre este tema en la resolución adoptada por el II Congreso de "Revolution Internationale", sección en Francia de la CCI (ver la Revista Internacional no. 6) y, por otra parte, una respuesta a las críticas de la carta.
El marxismo, en la medida en que es conocimiento científico de la sucesión de los modos y las formas sociales de producción en el pasado, es también previsión de las etapas y de las características fundamentales e imprescindibles de la última forma social -el comunismo- que sucederá a la que hoy vivimos.
Las formas económicas se transforman según un proceso ininterrumpido en la historia de la sociedad humana. Pero este proceso se traduce en períodos de convulsiones y de luchas, durante las cuales el enfrentamiento político y armado de las clases rompe las barreras que impiden el nacimiento y el desarrollo acelerado de la nueva forma; es el período de lucha por el poder, cuyo fin es una dictadura de la fuerza de mañana sobre la de hoy (o a la inversa, hasta una nueva crisis).
El revisionismo socialista de la penúltima guerra pretendía borrar la teoría de Marx y Engels sobre la dictadura. A Lenin le corresponde el mérito de haber vuelto a enderezarla en el "Estado y la Revolución", en donde, al restaurar completamente el marxismo, lleva hasta sus últimas consecuencias el deber teórico de la destrucción del Estado burgués. Lenin, en perfecta conformidad con la doctrina marxista, plantea, pues, el marco que permite distinguir las fases sucesivas en la transición del capitalismo al comunismo.
FASE INTERMEDIA
El proletariado ha conquistado el poder político y, como todas las demás clases en el pasado, impone su propia dictadura. Al no poder abolir de golpe a las demás clases, el proletariado las pone fuera de la ley. Lo cual quiere decir que el Estado proletario controla una economía que contiene, aunque en constante disminución, no sólo una distribución mercantil sino también formas de apropiación privada de los productos y de los medios de producción tanto individuales como asociados. A la vez, con sus intervenciones despóticas, abre el camino que lleva a la fase inferior del comunismo. Se puede, pues, comprobar que, contrariamente a lo que decía R. sobre una pretendida complejidad de la concepción del Estado y de su papel en la teoría de Lenin, la esencia de esta concepción es muy sencilla: el proletariado, al erigirse en clase dominante, crea su propio órgano de Estado, diferente de los precedentes por la forma, pero que conserva esencialmente la misma función: opresión de las demás clases, violencia concentrada contra ellas para que triunfen sus intereses históricos en tanto que clase dominante, aunque éstos coinciden a largo plazo con los de la humanidad.
COMUNISMO INFERIOR
En esta fase, la sociedad dispone ya de productos en general repartiéndolos entre sus miembros según un plan establecido. Para esto, ya no se necesita intercambio de equivalentes. En esta fase, el trabajo no solo es obligatorio, hay que contabilizar también el tiempo efectivamente realizado con certificados que lo comprueben: los conocidos "bonos de trabajo" tan discutidos que tienen la característica de no poder ser acumulados, de manera que cualquier intento de acumulación sólo pueda ser una pérdida, al no recibir una parte de trabajo equivalente. La ley del valor deja de existir porque "la sociedad no le atribuye ningún valor a los productos" (Engels). A esta segunda fase sucede el COMUNISMO SUPERIOR, sobre el cual no vamos a extendernos.
Como ya hemos visto, el marxismo plantea, al principio de la fase de transición y como premisa necesaria, la revolución política violenta de la que surge inevitablemente la dictadura de clase. Será ejerciendo esta dictadura con la intervención despótica y el monopolio de las fuerzas armadas, la manera como el proletariado actualizará las profundas "reformas" que destruirán hasta el último vestigio de la forma capitalista.
Hasta aquí, me parece que no hay ninguna divergencia. Las dificultades empiezan cuando se afirma que "el Estado tiene una naturaleza histórica anticomunista y antiproletaria" y "esencialmente conservadora". Que su "dictadura (la del proletariado) no puede encontrar en una institución conservadora por excelencia su propia expresión auténtica y total". (RI no. 17 p. 33).
Aquí el anarquismo (y perdonadme la brutalidad de las palabras), después de haber sido expulsado por la puerta, entra por la ventana. De hecho, se acepta la dictadura del proletariado, pero se olvida que Estado y dictadura, o poder exclusivo de una clase, son sinónimos. Antes de criticar más específicamente algunas afirmaciones del texto a que nos referimos, quiero recordar las líneas fundamentales de la teoría marxista sobre el Estado. Cada Estado se define, según Engels, por un territorio preciso y por la naturaleza de la clase dominante. Se define, pues, por un lugar, la capital en donde se reúne el gobierno, que para el marxismo, es el "comité de administración de los intereses de la clase dominante". En la fase que va del poder feudal al poder burgués, se forma la típica teoría de la mistificación burguesa que en todas las revoluciones históricas, ha disimulado la naturaleza del paso entre feudalismo y capitalismo. La burguesía en su conciencia mistificada afirma que destruye el poder de una clase no para substituirlo por el de otra clase, sino para construir un Estado que funda su propio poder sobre el orden y la armonía entre las exigencias de "todo un pueblo". Pero en todas las revoluciones, una serie de hechos han evidenciado la robustez de la dinámica revolucionaria marxista basada en las clases, puesto que la dictadura de una clase viene siempre acompañada de la violación de la libertad de las demás y también de violencias exacerbadas contra sus partidos, hasta llegar al terror, hecho que es también inseparable de las revoluciones puramente burguesas.
Uno de los primeros actos que hay que cumplir es la demolición del antiguo aparato de Estado que la clase que ha tomado el poder debe emprender sin titubeos. Son ésas las lecciones que sacó Marx de la Comuna de París, la cual, al instalarse en el "Hotel del Ville", opuso el Estado al Estado armado, ahogó en el terror -antes de que la ahogaran a ella a su vez- hasta a los individuos de la clase enemiga. Y "si hubo error no fue el de haber sido demasiado feroces, fue el de no haberlo sido lo suficiente".
De esta importante experiencia del proletariado, Marx sacó la enseñanza fundamental, a la que no podemos renunciar, de que las clases explotadoras necesitan la dominación política para mantener la explotación: y que el proletariado la necesita para suprimirla por completo. La destrucción de la burguesía no es realizable más que a través de la transformación del proletariado en clase dominante. Esto quiere decir que la emancipación de la clase trabajadora es imposible dentro de los límites del Estado burgués. Éste tiene que ser derrotado en la guerra civil, y su mecanismo destruído. Tras la victoria revolucionaria, tiene que surgir otra forma histórica, la dictadura del proletariado, que abrirá el camino al período histórico en el que surge la sociedad socialista y se extingue el Estado.
Después de esta breve reafirmación de las que son para mí las bases de la doctrina marxista del Estado y del paso de un sistema social a otro, y, más específicamente del capitalismo al comunismo, voy a detenerme en el texto de la resolución relativo al período de transición. Lo que salta a la vista de tal documento es ante todo el carácter contradictorio de ciertas afirmaciones.
Si por una parte se afirma (Parr. 2) "que la toma del poder político general en la sociedad por parte del proletariado precede, condiciona y garantiza la continuación de la transformación económica y social", no se tiene en cuenta el hecho de que tomar el poder político significa instaurar una dictadura sobre las demás clases y que el Estado es y fue siempre el órgano (con diferencias en sus características: funcionamiento, división de los poderes, representación, según el modo de producción y las clases cuyo dominio representa) de la dictadura de una clase sobre las demás.
Además cuando afirmais (Parr. 7, punto C.) que "toda esta organización estatal excluye categóricamente cualquier participación de las clases y las capas sociales explotadoras que se ven privadas de todo derecho político y cívico", no os dais cuenta de que todas las características justas de este Estado, expresadas en los demás puntos del mismo párrafo, y sobre todo, las características ya citadas sobre la representación política de una sola clase, no son simples diferencias formales, sino que destruyen todas las afirmaciones que sirven para identificar al Estado de la burguesía y, por eso, dan una base a la identidad "que tanto se trata de combatir" entre Estado y dictadura del proletariado.
Pero ¿sobre qué bases se llega a afirmar la necesidad absoluta para el proletariado de no identificar su propia dictadura y el Estado del período de transición? Ante todo porque se afirma (Parr. 8) que el Estado es una institución conservadora por excelencia. Esto raya en el anti-historicismo del anarquismo y su oposición de principio al Estado. Los anarquistas sacan su conclusión de la necesidad de liberarse de su Señoría "la autoridad". "Revolution Internationale" claro que no llega a ese punto, pero, exactamente como los anarquistas, juzga al Estado conservador y reaccionario en cualquier época social, en cualquier área geográfica, cualquiera que sea la dirección hacia la que se orienta, y por lo tanto, cualquiera que sea la dominación de clase, de que es expresión, independientemente del período histórico durante el cual esa dominación se ejerce.
Nada tiene que ver eso con el marxismo. Para el marxismo, el Estado es ante todo una institución diferente según las épocas históricas, tanto por sus características formales como por sus funciones propias. De hecho, el materialismo del marxismo nos enseña, si nos referimos a la historia, que en el pasado, durante las fases revolucionarias, inmediatamente después de que una clase había conquistado el poder, ésta estabilizaba el tipo de organización estatal que correspondía mejor a la defensa de sus intereses de clase: el Estado asumía entonces la función revolucionara que tenía la clase -entonces revolucionaria- que le había instituido. Es decir: facilitar, con sus intervenciones despóticas -despues de haber destruido por el terror la resistencia de las viejas clases- el desarrollo de las fuerzas productivas, barriendo los obstáculos que entorpecen su camino, estabilizando e imponiendo con el monopolio de las fuerzas armadas un marco de leyes y de relaciones de producción que favorecen ese desarrollo y responden a los intereses de la nueva clase en el poder. Por ejemplo, para citar solo uno, el Estado francés de 1793 asumió una función eminentemente revolucionaria.
Se expresa otra razón en el mismo párrafo del punto C: "el estado del período de transición conserva todavía todas las estigmas de una sociedad dividida en clases". Es esta una razón muy extraña, puesto que todo lo que sale de la sociedad capitalista conserva sus estigmas. No solamente el Estado, sino también el proletariado organizado en los Soviets, puesto que ha crecido y fue educado bajo la pesada influencia de la ideología conservadora del sistema capitalista. Sólo el partido, aunque no constituye una isla de comunismo dentro del capitalismo, está menos marcado por esos estigmas puesto que en él se funden "voluntad y conciencia que se convierten en premisas de la acción, como resultado de una elaboración general histórica" (Bordiga).
(Estas afirmaciones pueden parecer sumarias, pero las aclararé en otra ocasión.)
Para concluir quiero detenerme sobre la profunda contradicción a que conduce vuestra visión. En realidad, afirmais (Parr. 8, punto C): "su dominación (del proletariado) sobre la sociedad es tambien dominación sobre él".
Dos ideas sostienen esencialmente la crítica formulada por el compañero E.: la primera consiste en el rechazo de la afirmación de que "el Estado es una institución conservadora por excelencia"; la segunda, en la reafirmación de la identidad Estado y dictadura del proletariado durante el período de transición, puesto que el Estado es siempre Estado de la clase dominante. Veamos pues de más cerca el contenido de esos dos argumentos.
E. escribe: "...se afirma (en la resolución de RI) que el Estado es una institución conservadora por excelencia. Se toca aquí el anti-historicismo del anarquismo y sus oposiciones de principio al Estado. Los anarquistas sacan su conclusión de la necesidad de liberarse de su señoría "la autoridad". RI no llega hasta ese punto, claro, pero exactamente como los anarquistas, juzgan el Estado conservador y reaccionario en toda época social, en cualquier área geográfica, cualquiera que sea la dirección hacia la cual se oriente, y, por lo tanto, cualquiera que sea la dominación de clase de la que es expresión, independientemente del período histórico durante el cual esta dominación se ejerce".
Antes de ver por qué el Estado es efectivamente "una institución conservadora por excelencia" contestemos a este argumento polémico que consiste en asimilar nuestra posición a la de los anarquistas.
Nuestra concepción sufriría pues de un "anti-historicismo anarquista" porque destaca una característica de la institución estatal (su caracter conservador) independientemente del "área geográfica", "de la dominación de clase de la cual es la expresión", y "del período histórico durante el cual esta dominación se ejerce". Pero ¿en qué el destacar las características generales de una institución o de un fenómeno a través de la historia, independientemente de las formas específicas que ésta pueda conocer según el período, revelaría signos de un "anti-historicismo"? ¿Qué es pues saber utilizar la historia para comprender la realidad si no es ante todo saber destacar las leyes generales que se verifican a través de diferentes períodos y condiciones específicas? ¿Es acaso el marxismo "anti-histórico" cuando dice que desde que la sociedad esta dividida en clases "la lucha de clases es el motor de la historia", cualquiera que sea el período histórico y cuales quiera que sean las clases?
Se puede hacer resaltar la necesidad de distinguir en cada Estado de la historia (Estado feudal, Estado burgués, Estado del período de transición, etc.) lo que les es particular, específico. Pero ¿cómo se pueden comprender esas particularidades si no se sabe con respecto a qué generalidades se definen? El hecho de destacar las características generales de un fenómeno en el curso de la historia, a través de todas las formas particulares -por diferentes que sean- que haya podido tomar según los períodos, es no sólo el fundamento mismo de un análisis histórico sino también la condición principal para poder comprender en qué consisten las especificidades de cada expresión particular del fenómeno.
Desde un punto de vista Marxista se puede tener la tentación de poner en tela de juicio la veracidad de la ley general que destacamos sobre la naturaleza conservadora del Estado, pero de ningún modo atacar el hecho en sí de querer reconocer la característica histórica general de una institución. De lo contrario se niega la posibilidad de todo análisis histórico.
Se nos dice luego que nuestra posición se asimila a la del anarquismo por el hecho que constituye una "oposición de principio al Estado". Recordemos en qué consiste esta oposición de principio de los anarquistas al Estado: rechazando el análisis de la historia en términos de clase y el determinismo económico, los anarquistas no han comprendido jamás el Estado como producto de las necesidades de una sociedad dividida en clases, sino como un mal en sí que, al igual que la religión y el autoritarismo, está en la base de todos los males de la sociedad ("Estoy contra el Estado porque el estado es maldito", decía Louise Michel). Por las mismas razones, consideran que entre el capitalismo y el comunismo, no hay ninguna necesidad de período de transición y aún menos, de Estado: el Estado podrá y deberá ser "abolido", "prohibido" por decreto al día siguiente de la insurrección general.
¿Qué hay de común entre esta visión y la que afirma que el Estado, producto de la división en clases de la sociedad, tiene una esencia conservadora puesto que tiene como función el frenar y mantener el conflicto entre las clases dentro del orden y la estabilidad social? Si subrayamos el carácter conservador de esta institución no es para preconizar una indiferencia "apolítica" del proletariado con respecto a él o para propagar ilusiones sobre la posibilidad de hacer desaparecer la institución estatal con un decreto de prohibición mientas la división en clases subsista, sino para hacer resaltar por qué el proletariado, lejos de someterse incondicionalmente a la autoridad de ese Estado durante el período de transición como lo preconiza la idea que en el Estado ve la encarnación de la dictadura del proletariado, debe, al contrario, someter a ese aparato, en una relación de fuerza permanente, a su propia dictadura de clase. ¿Qué hay de común entre esta visión y la de los anarquistas que rechazan en bloque Estado, período de transición y sobre todo, la necesidad de la dictadura del proletariado?
Asimilar este análisis a la visión anarquista es hablar por hablar con argumentos de polémica irrisorios.
Pero lleguemos al problema de fondo: ¿Por qué el Estado es una institución conservadora por excelencia?
La palabra conservador significa por definición lo que -o aquel que- se opone a toda innovación, lo que -o aquel que- se resiste a todo cambio o trastorno del estado de cosas existente. Ahora bien, el Estado, cualquiera que sea, es una institución cuya función esencial no es más que la de mantener el orden, mantener el orden existente. Es el resultado de la necesidad en toda sociedad dividida en clases de dotarse de un órgano capaz de mantener por la fuerza un orden que no es capaz de existir de manera espontánea, armoniosa, por el hecho mismo de su propia división en grupos sociales, con intereses económicos antagonistas. Por eso constituye la fuerza a la cual tiene que oponerse toda acción que tiende a trastornar el orden social, y por lo tanto, toda acción revolucionaria.
"Así, pues, el Estado no es de ningún modo un poder impuesto desde fuera a la sociedad: tampoco es "la realidad" "de la idea moral", "ni la imagen y la realidad de la razón", como afirma Hegel. Es más bien un producto de la sociedad "cuando llega a un grado de desarrollo determinado"; es la confesión de que "esa sociedad se ha enredado en una irremediable contradicción consigo misma" y "está dividida por antagonismos irreconciliables", que es impotente para conjurar. Pero "a fin de que estos antagonismos, estas clases con intereses económicos en pugna no se devoren a sí mismas y no consuman a la sociedad en una lucha estéril, se hace necesario un poder situado aparentemente por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el choque, a mantenerlo en los límites del "orden". Y ese poder, nacido de la sociedad, pero que se pone por encima de ella y se divorcia de ella más y más, es "El Estado"". (Engels, subrayado por nosotros).
En la famosa Fórmula de Engels en "El Origen de la Familia, de la Propiedad privada y del Estado". Explicando a qué necesidad corresponde el Estado y la función que ella acarrea, se encuentra claramente afirmado este aspecto esencial del papel de esta institución: amortiguar el choque entre clases, mantenerlo en los límites del orden. Y, algunas páginas más lejos: "el Estado nació de la necesidad de refrenar los antagonismos de clase".
Cuando se sabe que la fuerza que crea los trastornos revolucionarios no es otra que la lucha de clases, es decir, ese "conflicto", esa "oposición" que el Estado tiene como función "amortiguar", es fácil comprender por qué el Estado es una institución esencialmente conservadora. En las sociedades de explotación en donde el Estado es abiertamente el guardián de los intereses de la clase económicamente dominante el papel conservador del Estado frente a todo movimiento que tienda a amenazar el orden económico existente y del cual el Estado es siempre, junto con la clase dominante, beneficiario, aparece bastante claro.
Sin embargo, esta característica conservadora no está menos presente en el Estado del período de transición al comunismo.
A cada paso dado por la revolución comunista (destrucción del poder político de la burguesía en uno o varios países, luego en el mundo entero, colectivización de nuevos sectores de la producción, desarrollo de la colectivización de la distribución en los centros industriales y luego en regiones agrícolas avanzadas, luego en las atrasadas etc.), a cada una de esas etapas, y mientras el desarrollo de las fuerzas productivas no haya alcanzado un grado de desarrollo suficiente como para permitir que cada ser humano pueda participar realmente en una producción colectivizada a escala mundial y recibir de la sociedad "según sus necesidades", mientras la humanidad no haya logrado ese estadio de riqueza que podrá permitirle deshacerse por fin de todos los sistemas de racionamiento de la distribución de los productos y unificarse en una comunidad humano sin divisiones, a cada paso pues, la sociedad deberá dotarse de reglas de vida, de leyes sociales estables y uniformes que le permitan vivir en acuerdo con las condiciones de producción existentes, sin verse por ello desgarrada por conflictos internos entre las clases que subsisten, mientras se espera el paso siguiente hacia adelante.
Por el hecho de que se trata de leyes que expresan todavía un estadio de penuria, es decir, un estadio en el cual el bienestar de unos tiende a hacerse a expensas de los demás se trata de leyes que -aún instaurando "la igualdad en la penuria" exigen, para ser aplicadas, un aparato de coerción y de administración que las imponga y las haga respetar por el conjunto de la sociedad. Este aparato es el Estado.
Si durante el período de transición, decidiéramos, por ejemplo, distribuír gratuitamente los bienes de consumo en lo que serían centros de distribución, mientras la penuria siguiera aún azotando a la sociedad, habría quizás algunos millares de personas que podrían, el primer día, servirse según sus necesidades, -los primeros que llegaran a los centros- pero, por lo menos otras tantas personas se verían reducidas a sufrir hambre. En período de escasez, distribuír, aunque sea de manera igualitaria, impone el instaurar reglas de racionamiento y, con ellas, lo "funcionario": El estado de "vigilantes y de contables" del que hablaba Lenin.
La Función de este Estado no es una función revolucionaria aunque el orden político existente sea el de la dictadura del proletariado. Su función intrínseca es en el mejor de los casos, la de estabilizar, regularizar, institucionalizar las relaciones sociales existentes. La mentalidad del burócrata del período de transición (pues no hay Estado sin burócratas) no se caracteriza por su audacia revolucionaria ni mucho menos. Su mentalidad tiende inevitablemente a ser la de todos los funcionarios. El mantenimiento del orden y la estabilidad de las leyes que se encarga de hacer aplicar... y, en la medida de lo posible, la defensa de sus intereses de privilegiado. Mientras más dure la penuria que vuelve indispensable la existencia de ese Estado, más aumentará la fuerza conservadora de ese aparato y asimismo la tendencia hacia un resurgimiento de todas las características de la vieja sociedad.
En el Manifiesto Comunista, Marx escribía:
"El desarrollo de las fuerzas productivas es prácticamente la primera condición absolutamente necesaria (del comunismo) por la razón que sin él, se socializaría la indigencia y con ésta volvería a empezar la lucha por lo necesario y, por consiguiente, resucitaría todo el viejo fárrago..."
La revolución rusa en donde el poder del proletariado se quedó aislado, condenado a la peor penuria, fue la trágica demostración por la práctica, de esta visión. Pero al mismo tiempo mostró que el "viejo fárrago" resucitaba primero y ante todo en el mismo lugar en donde se creía que se encontraba la encarnación de la dictadura del proletariado: en el Estado y su burocracia.
Citemos a un testigo de lo más significativo, puesto que fue uno de los principales defensores de la identidad entre dictadura revolucionaria del proletariado y Estado del período de transición: León Trotsky:
"La autoridad burocrática tiene como base la escasez de artículos de consumo y la lucha contra todo lo que resulta de ella. Cuando hay suficientes mercancías en una tienda, los clientes pueden venir en cualquier momento. Cuando hay poca Mercancía, los compradores se ven obligados a hacer cola a la puerta. Cuando la cola se vuelve muy larga, la presencia de un agente de policía se impone para mantener el orden. Ese es el punto de partida de la burocracia soviética. "Sabe" a quién darle y quién debe esperar..."
"(La burocracia) surge al principio como el órgano burgués de la clase obrera. Estableciendo y manteniendo los privilegios de la minoría, se atribuye naturalmente la mejor parte: aquel que distribuye los bienes no se ha perjudicado nunca a sí mismo. Así nace de la sociedad un órgano que, sobrepasando mucho su función social necesaria, se convierte en un factor autónomo y al mismo tiempo en la fuente de grandes peligros para todo el organismo social."
("La Revolución traicionada")
Claro, el próximo movimiento revolucionario no conocerá seguramente condiciones materiales tan desastrosas como fueron las de Rusia. Pero la necesidad de un período de transición, un periodo de lucha contra la indigencia y la penuria a escala mundial no será menos inevitable que la subsistencia de una estructura estatal. El hecho de disponer de un mayor potencial de fuerzas productivas para emprender la creación de las condiciones materiales de la sociedad comunista constituye un elemento fundamental para la debilitación del Estado y por lo tanto de su fuerza conservadora bajo la dictadura del proletariado. Pero no por ello se elimina esta característica. Así pues, sigue siendo de primordial importancia que el proletariado haya sabido asimilar las lecciones de la experiencia rusa y sepa ver en el Estado de este período no la encarnación suprema de su dictadura sino un órgano que deberá someter a su dictadura y con respecto al cual deberá mantener su autonomía organizativa.
UNA FUERZA DE ESTABILIZACIÓN, NO DE CAMBIO
Pero, se nos dice, la historia muestra que el Estado tiene una función revolucionaria cuando la clase que lo establece es también revolucionaria:
"En el pasado y en las fases revolucionarias apenas la clase se ha hecho con el poder, estabiliza el tipo de organización estatal que corresponde mejor a la defensa de sus intereses de clase: el Estado asumía entonces la función revolucionaria que tenía la clase entonces revolucionaria que lo había constituído. Es decir: facilitar con sus intervenciones despóticas -despues de haber destruido con el terror la resistencia de las viejas clases- el desarrollo de las fuerzas productivas, barriendo los obstáculos que se interponen en su camino, estableciendo e imponiendo con el monopolio de las fuerzas armadas un marco de leyes y de relaciones de producción que favorecen ese desarrollo y responden a los intereses de la nueva clase en el poder. Por ejemplo, para citar solo uno, el Estado francés de 1793 asumió una función eminentemente revolucionaria."
No se trata aquí de hacer juegos de palabras. "Asumir una función revolucionaria" por un lado y "estabilizar un marco de leyes y de relaciones que respondan a los intereses de la nueva clase en el poder" por el otro, no describen lo mismo. A partir del momento en que la lucha de una clase revolucionaria logra establecer una relación de fuerza en la sociedad en su favor, es evidente que el marco legal, la institución estatal que tiene como función la de estabilizar las relaciones de fuerza existentes en la sociedad, traduce obligatoriamente este nuevo estado de hecho en leyes y en intervenciones del ejecutivo para hacerlas aplicar. Toda acción política de envergadura en una sociedad dividida en clases tiene, pues, como corolario una estructura estatal y solo puede lograr su meta si tarde o temprano consigue concretizarse a nivel de leyes y de la acción del Estado, etc. Es así que el Estado de 1793 en Francia por ejemplo, legalizó medidas revolucionarias impuestas en los hechos por las fuerzas revolucionarias: ejecución del rey, ley sobre los sospechosos e instauración del Terror contra los elementos reaccionarios, requisiciones y racionamientos, confiscación y venta de los bienes de los emigrados, impuesto sobre los ricos, "descristianización" y cierre de las iglesias, etc... Asimismo, el Estado de los Soviets en Rusia tomó medidas revolucionarias tales como la instauración del poder de los Soviets y de la destrucción del poder político de la vieja clase, organización de la guerra civil contra los ejércitos blancos, etc.
Pero ¿se puede decir por esto que el Estado haya asumido la función revolucionaria de las clases que lo instauraron?
El problema que se plantea es el de saber si esos hechos demuestran que el Estado no es conservador más que cuando la clase dominante lo es también, y, a la inversa, revolucionario cuando esta última es revolucionaria. En otras palabras, el Estado no tendría ninguna tendencia conservadora o revolucionaria intríseca. Sería simplemente la encarnacion institucional de la voluntad de la clase dominante políticamente o, para repetir una fórmula de Bujarin sobre el Estado y el proletariado durante el peróodo de transición:
"La razón colectiva de la clase obrera (...) encuentra su encarnación material en la organización suprema y universal, la del aparato de Estado".
(Economía del período de transición).
Miremos, pues, esos acontecimientos de más cerca. Y comencemos por:
"El Estado francés de 93, el más radical por sus medidas, de todos los Estados burgueses de la historia" (trataremos de la Revolución Rusa en el punto siguiente).
El Estado de 93 es el de la Convención Nacional, instaurada a fines del 92 después de la destitución de la Monarquía por la Comuna Insurreccional de París y el terror impuesto por ésta; la Convencion sucedía al Estado de la Asamblea Legislativa que había "organizado" las guerras revolucionarias, pero cuya existencia se vio amenazada por la caída del trono y por el poder real de la Comuna Insurreccional a la que trató en vano de disolver (el 1º de Septiembre, la Legislativa proclamó la disolución de la Comuna pero tuvo que revisar su decisión esa misma noche).
La Legislativa por su parte sucedía a la Constituyente que, después de haber declarado abolidos los derechos señoriales y adoptado la declaración universal de los derechos humanos, se había negado a pronunciar la deposición del rey.
Antes de ver como fueron tomadas las famosas medidas radicales de 93, notemos ya que los acontecimientos que van desde la conquista del poder por la burguesía en 89 al advenimiento de la Convención tres años después (Septiembre del 92) no tienen nada que ver con la descripción simplista que nos ofrece el camarada E.
"En el pasado y en las fases revolucionarias, apenas una clase ha conquistado el poder, estabiliza (sic) el tipo de organización estatal que responde mejor a la defensa de sus intereses de clase".
En la realidad, apenas la burguesía ha conquistado el poder político en 89, comienza un proceso largo y complejo durante el cual la clase revolucionaria lejos de "estabilizar" el Estado que acaba de instaurar, se ve obligada a ponerlo constantemente en tela de juicio para poder llevar a cabo su misión revolucionaria.
Apenas que el Estado ha consagrado una nueva relación de fuerza instaurando por las fuerzas vivas de la sociedad (la abolición de los derechos señoriales por la Constituyente después de los acontecimientos de Julio del 89 en París, por ejemplo) que en seguida el marco institucional que se encuentra estabilizado por ese acto aparece insuficiente y se transforma en freno para los nuevos acontecimientos del cambio revolucionario (negativa de la Constituyente a pronunciar la deposición del rey y represión por ésta de los movimientos populares en este sentido).
Si de 89 a 93, la Revolución necesitó tres formas estatales (habiendo conocido cada una, diferentes gobiernos), es precisamente porque ninguno de esos Estados logró "asumir la función revolucionaria de la clase que lo instituyó". Cada nuevo paso adelante de la Revolución toma así la forma de una lucha, no sólo contra las clases del viejo régimen, sino también contra el Estado "Revolucionario" y su inercia legalista y conservadora.
Ni siquiera el año 93 marcó una "estabilización" del tipo de organización estatal que responde mejor a la defensa de los intereses de la burguesía. Corresponde, al contrario, el apogeo de la desestabilización de la institución estatal. Hay que esperar a Napoleón, a sus códigos jurídicos, a su reorganización de la administración y a sus "ciudadanos", para que la revolución quede fijada en los principios que la iniciaron; y ésta sea terminada para que verdaderamente se pueda empezar a hablar de estabilización.
¿Y cómo hubiera podido ser de otro modo? ¿Cómo una clase verdaderamente revolucionaria podría tratar, en el momento mismo del combate, al representante del "mantenimiento del orden" (aunque sea el suyo) sino a patadas para sacarlo de sus preocupaciones administrativas y sus formalidades jurídicas con que intenta, según la expresión de Engels, "amortiguar el choque (entre clases), mantenerlo dentro de los límites del orden"?
Creer que la institución estatal puede ser "la encarnación material" de la voluntad revolucionaria de una clase es tan absurdo como imaginarse que una revolución puede desarrollarse de manera ordenada. Es pedirle a un órgano cuya función esencial es la de asumir la estabilidad de la vida social, que encarne el espíritu de subversión al cual tiene precisamente como tarea ahogar en las fuerzas vivas de la sociedad; es pedirle a un cuerpo de burócratas que tengan el espíritu de una clase revolucionaria. Una revolución es la explosión formidable de las fuerzas vivas de la sociedad que toman directamente en mano el destino del cuerpo social, trastornando sin respeto ni titubeos toda institución (aún creada por ella) que frene su movimiento. La potencia de una revolución se mide así, en primer lugar, en la capacidad de la clase revolucionaria de no dejarse encerrar en la picota legal de sus primeras conquistas, en saber ser tan despiadada con las insuficiencias de sus propios primeros pasos como con las fuerzas del viejo régimen. La superioridad política de la revolución burguesa en Francia con respecto a la de la burguesía inglesa residió precisamente en su capacidad de no dejarse paralizar por el fetichismo del Estado y haber logrado trastornar incesantemente y sin piedad su propia institución estatal hasta sus últimas consecuencias.
Pero, lleguemos al famoso Estado Francés de 93 y a sus medidas, puesto que constituye precisamente, por un lado, el ejemplo propuesto por el camarada E. para demostrar las llamadas capacidades revolucionarias de la institución estatal y, por otro, una de las más evidentes ilustraciones de la impotencia de esta institución en ese terreno.
En realidad, las grandes medidas revolucionarias del período del 93 no fueron tomadas por iniciativa del Estado, sino contra él. Su realización se debe a la acción directa de las fracciones más radicales de la burguesía parisina, apoyadas y a menudo arrastradas por la enorme presión del proletariado de los suburbios de la capital.
La Comuna Insurreccional de París, ese cuerpo constituído durante los acontecimientos del 9-10 de Agosto del 92 por los elementos más radicales de la burguesía que disponían de la fuerza de burgueses armados de los suburbios, y que se apoyaban sobre todo en el impulso de las masas populares, ese cuerpo, pues, expresión directa del movimiento revolucionario que impuso a la Legislativa y luego a la Convención (cuya instauración provocó las elecciones de sufragio universal indirecto y 90% de abstenciones por parte de electores aterrorizados), provocó las medidas más radicales de la revolución. Fue ella quien provoco la caída del rey el 10 de Agosto del 92, quien metió presa a la familia real en el templo el 13, fue ella quien impidió su propia disolución por el Estado de la Legislativa, ella quien instauró directamente los tribunales revolucionarios y el Terror de los días de Septiembre del 92; fue ella quien, en 93, impone a la Convención la ejecución del rey, la ley sobre los sospechosos, la proscripción de los Girondinos, el cierre de las iglesias, la instauración oficial del Terror, etc. Y, como para poner en evidencia su carácter de fuerza viva distinta del Estado, impuso aún a la Convención la preeminencia de París como guía de la Nación y tutor de la Asamblea, el derecho de intervención directa del pueblo, si fuera necesario, contra "sus representantes" y, en fin, "el derecho a la insurrección".
El ejemplo de Cromwell en Inglaterra que disuelve por la fuerza a la Asamblea y manda poner un pasquín sobre la puerta de entrada: "Se alquila", traduce la misma necesidad.
Si los acontecimientos de 92-93 demuestran algo, no es, pues, que la institución estatal es tan revolucionaria como lo es la clase que la domina, sino al contrario que:
1º.) Cuanto más revolucionaria es esta clase, más se ve obligada a chocar con el carácter conservador del Estado.
2º.) Cuantas más medidas radicales necesita tomar, tanto más se ve obligada a negarse a someterse a la autoridad estatal para someter al contrario, esta institución a su dictadura.
Como dijimos al principio de este punto "asumir una función revolucionaria" y "estabilizar un marco de leyes y de relaciones que responden a los intereses de la nueva clase al poder" no quiere decir lo mismo. La diferencia entre ambas cosas, en las fases revolucionarias, la historia la resuelve con una relación de fuerza entre la verdadera fuerza revolucionaria, la clase real misma y su expresión jurídica, el Estado.
***
Hasta ahora hemos tratado la naturaleza conservadora del Estado quedándonos sobre un terreno del período de transición al comunismo, veremos hasta qué punto este antagonismo entre revolución e institución estatal, larvado o episódico en las revoluciones del pasado, toma en la revolución comunista un carácter mucho más profundo e irreconciliable.
El compañero E. nos dice:
"Las dificultades comienzan cuando se afirma que el Estado tiene una naturaleza histórica anti-comunista o anti-proletaria y esencialmente conservadora" y que por lo tanto "su dictadura (la del proletariado) no puede encontrar en una institución conservadora por excelencia su propia expresión auténtica y total" y que "el anarquismo (perdonadme la brutalidad de las palabras) echado por la puerta, vuelve a entrar por la ventana".
Dejemos a un lado el argumento polémico que consiste en tratar nuestra posición como anarquista: ya hemos hablado de eso. Y veamos por qué el proletariado no puede encontrar en una institución conservadora su "expresión auténtica y total".
Hemos visto cómo durante el curso de la revolución burguesa hay momentos en que, por la tendencia conservadora que se expresaba en las primeras formas de su propio Estado, la burguesía se vio obligada, a través de sus fracciones más radicales, a tomar una distancia real con respecto a esa institución e imponer su dictadura "despótica" no sólo sobre las otras clases de la sociedad sino también sobre el Estado que acababa de instaurar.
Sin embargo, esta oposición entre burguesía y Estado no podía ser más que momentánea. La meta de las revoluciones burguesas, por muy radicales y populares que sean, no puede jamás ser otra cosa que el refuerzo y la estabilización de un orden social del cual ella es la beneficiaria. Por grande que pueda ser su oposición a la vieja clase dominante, no desestabiliza a la sociedad y a la institución estatal sino para fijarla mejor más tarde, una vez afirmado su poder político en un nuevo orden estable en el cual pueda sin frenos desarrollar su fuerza de clase explotadora. Por eso al huracán revolucionario de 93 le siguió la sumisión de la Comuna Insurreccional de París al gobierno del Comité de Salud Pública de Robespierre; más tarde tuvo lugar la ejecución del mismo Robespierre por la "reacción de Thermidor" para acabar en el Estado fuerte de Napoleón, en el cual Estado y burguesía se volverán a encontrar fraternalmente enlazados en un deseo absoluto de orden y estabilidad.
De hecho, mientras más se consolida y se desarrolla el sistema de la burguesía. Más esta última se reconoce enteramente en su Estado, que le da absolutas garantías y le conserva sus privilegios. Cuanto más conservadora se vuelve la burguesía, más se identifica con su gendarme y administrador.
Muy diferentemente sucede con el proletariado. La meta de la clase obrera en el poder no es ni mantener su existencia como clase ni conservar el Estado, producto de la división de la sociedad en clases. Su objetivo declarado es la desaparición de las clases y, por consiguiente, del Estado. El período de transición al comunismo no es un movimiento hacia la estabilización del poder proletario, sino, al contrario, hacia su desaparición. De ello resulta, no que el proletariado no deba afirmar su dictadura sobre el conjunto de la sociedad, sino que utiliza esta dictadura para trastornar permanentemente el estado de cosas existente. Ese movimiento de trastorno lo quiere permanente hasta el comunismo: toda estabilización de la revolución proletaria constituye para él un retroceso y una amenaza de muerte. La famosa sentencia de Saint-Just: "los que hacen una revolución a medias, cavan su propia tumba" se aplica al proletariado por el hecho de su naturaleza de clase explotada, más que a toda clase revolucionaria de la historia.
Contrariamente a la idea de Trotsky quien -incapaz de reconocer en el desarrollo de la burocracia después de 17 la fuerza de la contrarrevolución- hablaba de un "Thermidor proletario", no hay "Thermidor" para la revolución proletaria. Thermidor fue para la burguesía una necesidad que correspondía a la búsqueda de una estabilización de su poder. Para el proletariado, toda estabilización constituye no una meta, un éxito, sino una debilidad, y a medio plazo, un retroceso de su obra revolucionaria.
El único momento en el cual la estabilización de las relaciones sociales podría corresponder con los intereses del proletariado, sería el de la sociedad sin clases, el Comunismo. Pero entonces ya no habrá ni proletariado, ni dictadura del proletariado, ni Estado. Es por esto que el proletariado no podrá encontrar jamás en esta institución, cuya función es la de "amortiguar el conflicto entre clases" y estabilizar el estado de cosas existentes, "su expresión auténtica y total".
Al contrario de lo que sucedía para la burguesía, el desarrollo de la revolución proletaria se mide no con el refuerzo de la institución estatal, sino al contrario con la disolución de ésta en la sociedad civil, la sociedad de productores.
Pero la actitud del proletariado en el curso de su dictadura con respecto al Estado -no identificación, organización autónoma con respecto a él y ejercicio de su dictadura sobre él- se distingue de la burguesía instalada, no sólo porque para el proletariado la disolución del aparato estatal es una necesidad sino también -y de otro modo esta necesidad no sería más que un deseo irrealizable- porque es una posibilidad.
Dividida por la propiedad privada y la competencia sobre las cuales funda su dominación económica, la burguesía no puede engendrar por mucho tiempo cuerpos organizados que encarnen sus intereses de clase fuera del Estado. El Estado es para la burguesía no sólo el defensor de su dominación con respecto a las demás clases, es también el único lazo de unificación de sus intereses. En la división en mil intereses privados y antagonistas de la burguesía, sólo el Estado constituye una fuerza capaz de expresar los intereses del conjunto de la clase. Es por esto que, si no podía evitar en ciertos momentos, la acción autónoma de sus fracciones más radicales contra el Estado -tanto en Francia como en Inglaterra-, no podía tampoco prolongar mucho tiempo este Estado de cosas sin toda la unidad politica y por consiguiente toda la fuerza (ver la suerte reservada a la Comuna Insurreccional de París y a sus dirigentes una vez que hubieron terminado su fulgurante acción revolucionaria).
El proletariado no conoce esta impotencia. Como no tiene intereses antagonistas en su seno y como encuentra en su unidad autónoma la principal fuerza de su acción, el proletariado puede existir unificado y potente sin tener que recurrir a un árbitro armado por encima de él. Su representación como clase la encuentra en sí mismo, en sus propios órganos unitarios: los Consejos Obreros.
Son esos consejos los que deben y pueden constituir el único y verdadero órgano de la dictadura del proletariado. Es en ellos y sólo en ellos en donde la clase obrera encuentra "su expresión auténtica y total".
EL PROLETARIADO COMO CLASE DOMINANTE
El compañero E. hace suyas las posiciones de Lenin en "El Estado y la Revolución", basadas, a su vez, en los escritos y la experiencia práctica pasada del movimiento proletario. Pero lo hace simplificando al extremo esta posición, olvidando el contexto político en el cual fue definida y evidentemente, dejando a un lado la experiencia más importante de la dictadura del proletariado: la Revolución Rusa.
Según E., el mayor y más rico momento de la historia del combate proletario no ha puesto en absoluto en entredicho las teorías de los revolucionarios de antes de Octubre. El resultado es una simplificación grosera de las inevitables insuficiencias de la teoría revolucionaria antes de 1917, en un terreno en donde la única experiencia existente hasta entonces había sido la de la Comuna de París.
E. escribe:
"La esencia de esta concepción (la concepción del Estado y de su papel según Lenin) es muy sencilla: el proletariado, al erigirse en clase dominante crea su propio órgano de Estado diferente de los precedentes (...), especialmente la misma función: opresión de las otras clases, violencia concentrada contra ellas para el triunfo de sus intereses históricos como clase dominante aunque éstos coincidan a largo plazo con los de la humanidad".
Es cierto que la esencia de la función del Estado ha sido siempre el mantenimiento de la opresión de las clases explotadas por la clase explotadora. Pero, cuando se trata de transponer esta idea al análisis del período de transición al Comunismo, esta simplicidad es más que insuficiente. Y esto por dos razones principales:
- Primero, porque la clase que ejerce la dictadura no es una clase explotadora sino explotada.
- Segundo, porque, por eso, así como por las razones que ya hemos visto, la relación entre proletariado y Estado no puede ser la misma que la que caracterizaba la dominación de las clases explotadoras.
En "El Estado y la Revolución", Lenin puso en primer plano esta concepción simple del Estado a causa de la polémica que tenía con la socialdemocracia. Esta última, para justificar su participación en el gobierno del Estado burgués, pretendía ver en el Estado (en el Estado burgués en particular) solamente un órgano de conciliación entre las clases: de ello deducía que al participar y al desarrollar la influencia electoral de los partidos obreros, podría convertirse en herramienta del proletariado para el advenimiento del socialismo. Lenin recordó con fuerza que el Estado en una sociedad dividida en clases había sido siempre el Estado de la clase dominante, el aparato del mantenimiento del poder de esta última, su fuerza armada contra las demás clases.
El pensamiento de una clase revolucionaria y, con mayor razón, la de una clase revolucionaria explotada, no puede desarrollarse nunca en un ambiente de investigación científica apacible. Como es el arma de un combate global, sólo puede expresarse en oposición violenta a la ideología dominante cuya falsedad trata, por lo que no se encontrará nunca un texto revolucionario que no tenga, de una u otra manera, la forma de una crítica o de una polémica. Aún los pasajes más "científicos" del Capital están redactados con ánimo de combate crítico contra las teorías económicas de la clase dominante. Por eso hay que saber, cuando se leen escritos revolucionarios, situarlos permanentemente dentro del combate en que se integran. Si es viva, la polémica conduce inevitablemente a polarizar el pensamiento sobre aspectos más importantes en tal o cual combate en particular. Pero lo que es esencial en una discusión no lo es automáticamente en otra. Repetir de manera idéntica las fórmulas y las preocupaciones expresadas en textos que tratan de un problema particular para aplicarlas, tal cual, sin volverlas a poner dentro de su contexto, a otros problemas fundamentalmente diferentes, conduce la mayoria de las veces, a cometer aberraciones; lo que podía ser una simplificación necesaria en una polémica, se transforma, transpuesta en otro contexto, en un absurdo teórico. Por eso, la exégesis es siempre un freno para la teoría revolucionaria.
Transponer tal cuales las lecciones sacadas del combate contra la participación de la Socialdemocracia en el Estado burgués y su rechazo de la dictadura del proletariado, a los problemas planteados por la relación entre la clase obrera y el Estado del período de transición hacia el comunismo, es un ejemplo de ese tipo de error. Error a menudo cometido tanto por Marx y Engels como por Lenin y todos los revolucionarios que forjaron su unión en el fuego del combate contra la traición de la socialdemocracia durante la primera guerra mundial. Si este error era comprensible antes de octubre del 17, hoy ya no lo es.
La experiencia de la revolución rusa puso en evidencia hasta qué punto la relación entre el proletariado en el poder y el Estado es diferente de la relación que existía con las clases explotadoras.
Al ejercer su dictadura, el proletariado se afirma como clase dominante en la sociedad. Pero, aquí, dominante no tiene nada que ver con el contenido que tenía este término en las sociedades. (...) Es clase dominante politicamente, pero no económicamente.
No sólo la clase obrera no puede explotar ninguna otra clase de la sociedad, sino que sigue siendo hasta cierto punto, clase explotada.
Explotar económicamente una clase, es sacar un provecho de su trabajo, en detrimento de su propia satisfacción. Es amputarle a una clase una parte del fruto de su trabajo, privándola asimismo de la posibilidad de gozarlo. Ahora bien, después de la toma del poder por el proletariado, la situación económica de la sociedad conoce las dos características siguientes:
1) Con respecto a las necesidades humanas (aún consideradas en su definición mínima: no sufrir de hambre ni de frío, ni de enfermedades curables) la penuria reina como dueña absoluta de casi dos tercios de la humanidad.
2) Lo esencial de la producción mundial está realizado en las regiones industrializadas por una fracción minoritaria de la poblacion: el proletariado.
En esas condiciones, la marcha hacia el comunismo implica un esfuerzo de producción enorme, de manera que se permita, por una parte, la mayor satisfacción posible de las necesidades humanas, y por otra parte (y en relación con la primera necesidad) la integración al proceso productivo (a sus niveles de tecnicidad más elevados) de la inmensa masa de la población que es improductiva, ya sea (en los países desarrollados) porque ocupaba funciones improductivas bajo el capitalismo, ya sea (y es el caso de la gran mayoría en el tercer mundo) porque el capitalismo no había podido integrarlas a la producción social. Ya se trate de aumentar la producción de bienes de consumo o de producir medios de producción que permitan integrar a las masas improductivas (el campesino indigente del Tercer Mundo no será integrado a la producción socializada con arados de madera o de acero sino con los medios industriales más avanzados... que habrá que crear), este esfuerzo, pues, recae esencialmente sobre el proletariado.
Mientras subsista la penuria en el mundo y mientras el proletariado siga siendo una fracción de la sociedad (es decir mientras su condición no se haya extendido a toda la población del planeta); el proletariado producirá un excedente de bienes (de consumo y de producción) del cual sólo se beneficiará a largo plazo, desde ese punto de vista, pues, el proletariado no sólo no es clase explotadora, sino que sigue siendo clase explotada.
En las sociedades pasadas, el Estado tendía a identificarse con la clase dominante y la defensa de sus privilegios en la medida en que esta clase era económicamente dominante, es decir que se beneficiaba del mantenimiento de las relaciones de producción existentes. La tarea del Estado de mantenimiento del orden es, en una sociedad de explotación, inevitablemente el mantenimiento de la explotación y por lo tanto de los privilegios del explotador.
Pero durante el período de transición al Comunismo, el mantenimiento de las relaciones económicas existentes, si puede constituir, en ciertos aspectos y a corto plazo, un medio para impedir un retroceso con respecto a los pasos ya dados por el proletariado (y en ese aspecto es que el Estado es inevitable durante el período de transición), representa al mismo tiempo el mantenimiento de una situación económica en la cual el proletariado soporta el peso de la subsistencia y del desarrollo del conjunto de la sociedad.
Al contrario de lo que sucedía en las sociedades en las cuales la clase políticamente dominante era una clase que se beneficiaba directamente del orden económico existente, en el curso de la dictadura del proletariado, la convergencia entre Estado y clase políticamente dominante pierde todo fundamento económico. Es más, como órgano que expresa las necesidades de coherencia de la sociedad y la necesidad de impedir que los antagonismos entre clases se desarrollen, el Estado tiende inevitablemente a oponerse, a nivel económico, a los intereses inmediatos de la clase obrera.
La experiencia rusa en la cual se vió al Estado exigirle al proletariado un esfuerzo de producción siempre mayor en nombre de la necesidad de satisfacer las exigencias del intercambio con los campesinos o con las potencias extranjeras, puso en evidencia, a través de la represión de las huelgas obreras (desde los primeros meses de la revolución) hasta qué punto ese antagonismo podía ser determinante en las relaciones entre proletariado y Estado. Es por eso también que el proletariado en el poder no puede reconocer en el Estado, como afirmaba Bujarin, "la encarnación material de su razón colectiva", sino un instrumento de la sociedad que no se someterá a su poder "automáticamente" -como era el caso para las clases explotadoras una vez que habían asegurado su dominación política definitivamente- sino que tendrá al contrario que someter sin tregua a su control y a su dictadura, si no quiere encontrárselo en frente, como en Rusia.
UNA DICTADURA SOBRE EL ESTADO
Pero, en el último argumento del camarada E., se nos dice que un Estado sometido a una dictadura que le es exterior no puede tener los medios para hacer su papel. Olvidaríamos que, si Estado y dictadura de una clase no son idénticos, no hay dictadura real.
"De hecho, se acepta la dictadura del proletariado pero se olvida que Estado y dictadura, o poder exclusivo de una clase son sinónimos. (...) No tiene pues ningún sentido el hablar de un Estado que esté sometido a una dictadura que le es exterior y que no puede entonces intervenir despóticamente en la realidad económica y social para orientarla hacia cierta dirección de clase".
La situación de dualidad de poder (el de una clase por una parte, el del Estado por otra -el primero ejerciéndose sobre el segundo) se ha producido ya -como lo hemos visto- en la historia, en particular durante las grandes revoluciones burguesas. Y, por todas las razones que hemos visto, se impondrá como una necesidad durante el período de la dictadura del proletariado. Lo cierto es que tal dualidad no puede eternizarse sin arrastrar a la sociedad dentro de una contradicción inextricable en la cual se consumiría a sí misma. Constituye una contradicción viva que debe resolverse inevitablemente. Pero la manera como se resuelve difiere fundamentalmente según si se trata de la revolución burguesa o de la revolución proletaria.
En el primer caso, esta dualidad de poder se resuelve rápidamente con una identificación del poder de la clase dominante con el poder de Estado que surge del proceso revolucionario, reforzado e investido con un poder supremo sobre el conjunto de la sociedad, incluso sobre la clase dominante. En el caso de la revolución proletaria, al contrario, se resuelve en la disolución del Estado y el apoderamiento de todos los destinos de la vida social por la sociedad misma.
Es esta una oposición fundamental que se traduce por características, en la relación entre clase dominante y Estado en la revolución proletaria, diferentes de las de la revolución burguesa, no solo por la forma sino también por el contenido.
Para entender mejor esas diferencias, es necesario tratar de representarse las líneas generales de las formas del poder del proletariado durante el período de transición tales y como pueden ser esbozadas a partir de la experiencia histórica del proletariado. Sin querer empeñarse en definir los detalles institucionales de tal período -porque una de las mayores características de los períodos revolucionarios es que todas las formas institucionales tienden a aparecer como conchas vacías que las fuerzas vivas de la sociedad llenan y trastornan según la necesidad de sus enfrentamientos-, es sin embargo posible destacar los ejes muy generales siguientes:
El órgano del poder directo del proletariado será constituído por organizaciones unitarias de esta clase, los Consejos obreros, asambleas de delegados elegidos y revocables por el conjunto de los trabajadores que producen de manera colectiva en el sector socializado (obreros de la vieja sociedad y trabajadores integrados a medida que se desarrolla la revolución en el sector colectivilizado). Armados de manera autónoma, tales son los instrumentos auténticos de la dictadura del proletariado.
La institución estatal estará constituída en su base por consejos que existen sobre una base no de clase, es decir no en función del lugar que se ocupa en la producción (el proletariado debe impedir toda organización de clase que no sea la suya) sino geográfica: asambleas de consejos de delegados de la población, por barrios, ciudades, regiones, etc. Culminando éstas en un consejo central (que constituye el órgano central del Estado).
Como emanación de estas instituciones, se erige todo el aparato de Estado con, por un lado los que se encargan de mantener el orden: "vigilantes" y ejército durante la guerra civil y, por otro, el cuerpo de funcionarios encargados de la administración y de la gestión de la producción y la distribución.
Este aparato de gendarmes y de funcionarios podrá ser más o menos importante, más o menos fundido con la población misma a medida que avanza el proceso revolucionario; pero sería ilusorio ignorar la inevitabilidad de su existencia en una sociedad que conoce todavía las clases y la penuria.
La dictadura del proletariado sobre el Estado del período de transición, es la capacidad de la clase obrera para mantener el armamento y la autonomía de sus Consejos con respecto al Estado y para imponerle a éste (a sus órganos centrales y a sus funcionarios) su voluntad.
La dualidad de poder que resulta tenderá a resolverse a medida que el conjunto de la población sea integrada en el proletariado y sus consejos y que la abundancia se desarrolle; la función de los gendarmes y otros funcionarios desaparecerá, "la administración de los hombres irá cediéndole el puesto a la administración de las cosas" por los productores mismos. El poder del proletariado se va desarrollando en el mismo movimiento que la disminución del poder de los funcionarios del Estado, y la absorción por el proletariado del conjunto de la humanidad transforma su poder de clase en acción consciente de la comunidad humana.
Sin embargo, para que este proceso se lleve a cabo, es necesario no sólo que las condiciones materiales de su desarrollo se encuentren reunidas (en particular la extensión mundial de la revolución, el desarrollo de las fuerzas productivas) sino también que el proletariado, fuerza motriz esencial de este proceso, sepa conservar y desarrollar la autonomía y la fuerza de su poder sobre el Estado.
Lejos de ser un absurdo, esta dictadura de los consejos obreros a la que está sometido el Estado y que "le es exterior", representa, de hecho el movimiento mismo. (...)
La Revolución Rusa no conoció las condiciones materiales de tal desarrollo, pero por las dificultades enormes con que tropezó, puso en evidencia el contenido de las tendencias intrísecas del aparato estatal, puesto que el papel de este último se fue ampliando hasta sus máximos límites a causa de esas mismas dificultades.
Justo después de Octubre del 17, existían en Rusia tanto los Consejos Obreros, protagonistas de Octubre, como los consejos de Estado, los Soviets y su aparato estatal en desarrollo. Pero, convencidos de que el Estado no podía ser distinto de la dictadura del proletariado, los Consejos Obreros se transformaron en institución estatal integrándose en el aparato de Estado. Con el desarrollo del poder de la burocracia, provocado por la ausencia de todas las condiciones materiales para el desarrollo de la revolución, la oposición entre Estado y proletariado no tardó en aparecer a la luz del día. Se creyó poder resolver el antagonismo colocando en el aparato de Estado, en lugar de funcionarios, al mayor número de obreros más combativos y más experimentados, a los miembros del partido. El resultado no fue una proletarización del Estado sino una burocratización de los revolucionarios. Al final de la guerra civil, el desarrollo del antagonismo entre clase obrera y Estado desembocó en la represión por el Estado de las huelgas de Petrogrado en 1920, luego de la insurrección de Kronstadt que reivindicaba, entre otras cosas, medidas contra la burocracia y la revocación de los delegados a los Soviets.
No se trata de deducir aquí que si el proletariado hubiera conservado la autonomía de sus Consejos con respecto al Estado y hubiera sabido imponerle su dictadura al Estado en vez de ver en este su "encarnación material", la revolución hubiera triunfado definitivamente en Rusia. No fue la incapacidad de resolver los problemas de sus relaciones con el Estado lo que provocó el ahogo de la revolución en Rusia sino la derrota de la revolución en los otros países que la condenó al aislamiento. Sin embargo, su experiencia con respecto a este problema crucial no fue ni inútil ni "un caso particular" sin significado para el conjunto del movimiento histórico. La experiencia rusa fue fundamental para este problema complejo, particularmente confuso en la teoría revolucionaria.
¡AHORA O NUNCA!
Hermano proletario, ya es hora de abrir los ojos, démonos cuenta de la realidad desastrosa y denigrante en la cual nos tiene sumergidos el sistema capitalista.
El capitalismo,
a lo largo de su historia, ha demostrado ser un sistema parasitario y
explotador que no satisface las necesidades de todos los seres humanos. Ha
creado una minoría privilegiada que vive a costas de la sangre y sudor de las
grandes masas trabajadoras y esto se demuestra, hoy más que nunca, con la
actual crisis capitalista que ha generado despidos masivos, hambre y miseria,
es por eso que en todo el mundo se están generando protestas, paros y huelgas
de los trabajadores.
Recuerda hermano proletario, que el mundo entero es creado por nosotros y a pesar de eso no somos dueños de nada. Es momento de asumir el papel revolucionario que la historia nos ha otorgado, debemos luchar por liberarnos y forjar la construcción de una nueva sociedad verdaderamente humana y justa a través de una revolución.
La burguesía tiembla ante una revolución proletaria, nosotros no tenemos nada que perder en ella más que nuestras cadenas, tenemos en cambio un mundo entero que ganar.
¡Viva la lucha del proletariado internacional!
1° de mayo de 2009 [email protected] [402]
TOMA DE POSICION ANTE LA MOVILIZACIÓN DEL 1 DE MAYO LIMA/PERÚ
Este balance se sacó al terminar la movilización del primero de mayo entre todos los compañeros de Sociedad y Ciencia. Estos son las posiciones que se esbozaron*:
- Hubieron muchas trabas producidas por el trabajo político que viene realizando la Burguesía para manipular al proletariado, razón por la cual creemos hubo poca concurrencia a la movilización. Los proletarios saben que las marchas convocadas por sindicatos y agrupaciones reformistas no llegan a nada más que el oportunismo de los dirigentes de dichas organizaciones.
-Comparando con años anteriores se puede notar el desanimo de la gente. Las masas explotadas no ven una solución clara, y ese trabajo debe ser nuestros, debemos de forjar las condiciones para esclarecer posiciones entre nosotros y entre el proletariado, ya que sólo como proletariado se puede luchar contra la dictadura del capital.
-Es necesario analizar la manipulación de la burguesía en todo su esplendor y el qué, debemos hacer nosotros.
-"La marcha fue muy escasa y pobre". Hubo poca gente en general.
-Como grupo, hemos hecho notar nuestro punto de vista que a la vista fue distinto a los demás grupos presentes. Con el pronunciamiento que sacamos.
-A pesar de la poca gente, esto demuestra que igual se nota la decadencia del sistema, aunque también la distorsión de los grupos electoreros y movimientistas o activistas.
-Hubieron pocos estudiantes y trabajadores, a pesar de que la lucha se debe fortalecer con el tiempo y la crisis actual.
-Se noto el mismo show de todos los años a los que convocan los sindicatos.
-De los Maoístas, se nota que ya perdieron campo en la lucha actual de proletariado, ahora piden ser legales y un acuerdo de paz (como sucedió en Nepal), comprendemos que la lucha del proletariado es autónoma.
-Debemos de trabajar para la organización de la clase proletaria autónoma.
-Ha habido errores como el decirnos los nombres reales frente a los grupos presentes en aquella movilización.
-El show de los sindicalistas, la poca gente, y el querer figurar de muchos grupos, puede generar el desanimo de mucha gente trabajadora que puede asistir por las ganas de hacer algo para cambiar el sistema.
-"Estamos empezando un proceso", debemos seguir luchando por el esclarecimiento, el debate y el trabajo con las masas trabajadoras... de las cuales nosotros somos parte.
-Algunos grupos hablan de la crisis y del comunismo como algo abierto.
*Hemos tratado de ser fieles a lo que los compañeros han mencionado.
Publicamos a continuación la Toma de Posición común adoptada por 7 grupos u organizaciones presentes en 8 países de América Latina[1] que da cuenta de los trabajos de un Encuentro Internacionalista celebrado recientemente[2].
Este Encuentro, cuyo proyecto había sido formulado hace un año, ha sido posible en primer lugar por la emergencia de estos grupos que, en su gran mayoría (aparte de OPOP y CCI) no existían hace 3 años. En segundo lugar, este Encuentro no hubiera sido posible sin la existencia de una voluntad común de todos los participantes de romper el aislamiento y desarrollar un trabajo conjunto[3].
La base de este trabajo ha sido la aceptación por los participantes de los criterios -expuestos en la Toma de Posición- que reconocen como constituyentes de una delimitación entre el campo del proletariado y el campo de la burguesía.
La primera actividad de este Encuentro era necesariamente la discusión política que permitiera lograr la claridad sobre las convergencias y divergencias existentes entre los participantes con objeto de elaborar un marco de discusiones que llevaran a una clarificación de los desacuerdos.
Saludamos con calor que este Encuentro haya tenido lugar y que haya sido capaz de plantear discusiones importantes como son la situación actual de la lucha de clases internacional y la naturaleza de la actual crisis que está sacudiendo el capitalismo. Tenemos plena confianza en que la continuación del debate podrá llevar a conclusiones fructíferas[4].
Somos conscientes de que el Encuentro ha significado un pequeño paso en el camino que lleva a la constitución de un polo internacional de referencia cuya existencia, debates públicos e intervención, pueda orientar a los compañeros, colectivos y grupos que están emergiendo en el mundo entero expresando la búsqueda de una respuesta proletaria internacionalista a la situación cada vez más grave en la que el capitalismo hunde a la humanidad.
Pero, si comparamos con experiencias pasadas -por ejemplo las Conferencias Internacionales de la Izquierda Comunista celebradas hace 30 años[5]- este Encuentro significa una superación de ciertas debilidades que se manifestaron entonces. Mientras las conferencias fueron incapaces de adoptar una toma de posición común ante la guerra de Afganistán que significó una grave amenaza, hoy la Toma de Posición concluida unánimemente por los participantes defiende con claridad las posiciones proletarias ante la crisis del capitalismo.
En particular queremos destacar la firme denuncia que la Toma de Posición realiza de las alternativas capitalistas de "Izquierdas" que hoy están en boga en todo el continente americano y que provocan no pocas ilusiones a escala mundial. Desde Estados Unidos con el fenómeno Obama hasta la Patagonia argentina, el continente se ve sacudido por gobiernos que dicen defender a los pobres, a los trabajadores, a los marginados y que se presentan como valedores de un capitalismo "social", "humano", o, en sus versiones más "radicales" -el caso de Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia y Correa en Ecuador- pretenden representar nada menos que el "socialismo del siglo XXI".
Nos parece de la mayor importancia que frente a estas engañifas se levante un polo unitario, fraternal y colectivo, de minorías internacionalistas que abre la vía para discutir y formular posiciones de solidaridad internacional, de lucha de clases intransigente, de combate por la revolución mundial, frente al capitalismo de Estado, el nacionalismo, la perpetuación de la explotación, representada por esos "nuevos profetas".
CCI 26-4-09
[1] México, República Dominicana, Brasil, Costa Rica, Nicaragua, Ecuador, Perú y Venezuela.
[2] Los asistentes fueron OPOP, CCI, LECO (Liga por la Emancipación de la Clase Obrera, Costa Rica - Nicaragua), Anarres (Brasil), GLP (Grupo de Lucha Proletaria, Perú), Grupo de Discusión Internacionalista de Ecuador, Núcleo de Discusión Internacionalista de la República Dominicana, así como compañeros a título individual.
[3] Hemos dado cuenta de esta efervescencia en América Latina en nuestro artículo Dos nuevas secciones de la CCI. Ver /cci-online/200902/2494/salud-a-las-nuevas-secciones-de-la-cci-en-turquia-y-filipinas [403]
[4] Una de las decisiones del encuentro fue la de crear un foro en Internet donde publicar la Toma de Posición común y los debates.
[5] Ver, por ejemplo, https://es.internationalism.org/node/2065 [404]
A continuación publicamos la Toma de Posición Común adoptada por el Encuentro Internacionalista. Próximamente iremos publicando las contribuciones realizadas por los distintos participantes en la preparación del Encuentro e igualmente una síntesis de las discusiones tenidas durante el Encuentro.
La lucha por el comunismo auténtico, es decir, por una sociedad sin clases, sin miseria y sin guerras, vuelve a suscitar un interés creciente por parte de minorías del mundo entero. Como testimonio de eso en marzo de 2009, a iniciativa de la Corriente Comunista Internacional y de Oposição Operaria (OPOP), se ha celebrado en América Latina un Encuentro de Discusión Internacionalista en el cual han participado diferentes grupos, círculos y camaradas individuales del continente que se sitúan claramente sobre las posiciones internacionalistas y proletarias. Además, de la CCI y OPOP, han participado los grupos siguientes:
Además, camaradas de Perú y de Brasil han participado igualmente en los trabajos de este Encuentro. Otros camaradas de otros países han manifestado su intención de participar igualmente pero no lo han podido hacer por razones materiales o administrativas. Todos los participantes se reconocen en los criterios que resumimos a continuación y que globalmente habían servido igualmente a la celebración de los conferencias de los grupos de la Izquierda Comunista de los años 1970 y 1980:
1. Reclamarse del carácter proletario de la Revolución de Octubre 1917 y de la IC, sometiendo a estas experiencias a un balance crítico que orienten nuevas tentativas revolucionarias del proletariado.
2. Rechazar sin reservas toda idea de que hoy existan en el mundo países con régimen socialista o con gobierno obrero, aunque sea con calificativos como "degenerado" ; rechazar de igual manera cualquier forma de gobierno capitalista de estado, tales como aquellos que se sustentan bajo la ideología del « socialismo del siglo XXI ».
3. Denunciar a los Partidos Socialistas y a los Partidos Comunistas y todos sus acólitos como partidos del capital.
4. Rechazar categóricamente la democracia burguesa, el parlamentarismo y los procesos electorales, armas con las que la burguesía ha logrado reiteradas veces encuadrar y desviar las luchas proletarias: elegir entre democracia y dictadura, fascismo - antifascismo.
5. Defender la necesidad de que los revolucionarios internacionalistas avancen hacia la formación de una organización internacional de la vanguardia proletaria, arma indispensable para la victoria de la Revolución Proletaria.
6. Defender el papel de los Consejos Obreros como órganos de poder proletario, así como la autonomía de la clase obrera con respecto a las otras clases y capas de la sociedad.
El orden del día de las discusiones ha sido el siguiente:
1. el papel del proletariado y su situación actual, la correlación de fuerzas entre las clases;
2. la situación del capitalismo [en el cual se desarrollan las luchas actuales], y como reflexión más global el concepto de decadencia del capitalismo y/o crisis estructural del capitalismo;
3. la creciente catástrofe medioambiental a la que nos aboca el sistema. Aunque este punto no se pudo discutir por falta de tiempo, se acordó realizar su discusión a través de Internet.
Sobre el punto 1, ejemplos relativos a América Latina se han utilizado para ilustrar los análisis sobre el estado actual de la lucha de clases pero la preocupación de la mayor parte de las intervenciones ha sido la de concebirlas como una parte de la situación general del combate proletario a escala internacional. Dicho esto, el Encuentro ha decidido expresar una insistencia particular en la denuncia de los diferentes gobiernos que se dicen "de izquierdas" que dirigen la mayor parte de los países de América Latina, como enemigos mortales del proletariado y de su combate; así mismo decidió denunciar a quienes apoyan aun "críticamente" a dichos gobiernos. De igual manera, el Encuentro denunció la criminalización de las luchas obreras por parte de estos gobiernos y planteó que la clase obrera no puede hacerse ilusiones con los métodos legalistas y democráticos, que sólo debe confiar en su propia lucha autónoma. Esta denuncia se aplica especialmente a los gobiernos siguientes:
Sobre el punto 2, todos los asistentes coincidimos sobre la gravedad de la crisis actual del capitalismo, la necesidad de comprenderla más profundamente desde una perspectiva teórica e histórica. Como conclusión, los participantes han acordado los puntos siguientes :
De manera más concreta, como primer paso de este esfuerzo, hemos decidido lo siguiente :
1. la apertura de un sitio Internet en lengua española y portuguesa bajo la responsabilidad colectiva de los grupos participantes en el Encuentro. Así mismo se planteó la posibilidad de publicar un folleto en lengua española basado en el contenido del sitio en Internet.
2. La publicación en este Sitio de:
1. La presente toma de posición (que será igualmente publicada en el Sitio de los grupos participantes)
2. Las contribuciones que han preparado este encuentro
3. Una síntesis de las actas de las diferentes discusiones que se han celebrado
4. Toda contribución de los grupos y elementos presentes así como de todo otro grupo o camarada que se reconozca en los principios y preocupaciones que han animado el Encuentro
Entre estas preocupaciones, el encuentro señala muy especialmente la necesidad de un debate abierto y fraternal entre revolucionarios y rechazo de todo sectarismo y espíritu de capilla.
Publicamos a continuación un texto firmado Aurora Despierta que llama la atención sobre uno de los aspectos de la actual crisis del capitalismo: el peligro de un colapso alimentario. Compartimos plenamente esta llamada de atención y muchos de los argumentos y análisis que emplea el texto.
El texto suministra argumentos, datos, análisis, de mucho interés para el debate actual en el medio internacionalista del proletariado. El colapso alimentario que plantea se liga a un posible crisis humanitaria planteada por la propagación rampante de la gripe A, a los efectos de la crisis económica que hoy están siendo banalizados pero que son muy graves en todos los terrenos y a una crisis ecológica cuya agudeza planteamos en el Punto 8 de la Resolución sobre la Situación Internacional de nuestro reciente Congreso[1].
El texto hace muy bien en plantear la raíz de la amenaza de colapso alimentario en la evolución reciente de la agricultura mundial con un sometimiento acelerado de las áreas campesinas a la producción capitalista lo que tiene un triple efecto:
- Ruina de las poblaciones campesinas y éxodo acelerado de las mismas hacia las grandes ciudades
- Orientación de la producción a gran escala hacia las semillas transgénicas, la producción de biocombustibles y otros cultivos industriales que trae como consecuencia el abandono de muchas especies perfectamente válidas no solo en una agricultura de subsistencia sino para una plena satisfacción de las necesidades alimentarías. El "progreso" del que alardea el capitalismo con estos proyectos es más destrucción, ruina y retroceso que auténtico desarrollo.
- Agravación de la crisis ecológica por deforestación, abandono del cuidado de acuíferos, bosques, entorno vegetal etc.
Si bien el texto plantea todas estas cuestiones con profundidad e interés, hay afirmaciones en él que estimamos requerir un debate cuidadoso al cual desde ahora animamos.
En primer lugar, el texto plantea la posibilidad de formular «exigencias concretas al capital para evitar el colapso alimentario, que sea de modo que se cuestione su lógica de funcionamiento, no subordinándonos a lo que es "realista", aceptable para él (sus beneficios y poder), sino que lo desenmascare a los ojos de las más amplias masas del mundo (trabajadores, técnicos, científicos) y que favorezca nuestras condiciones de vida cuando definitivamente sea suprimido». Hay en el planteamiento preocupaciones justas (ganar para la lucha del proletariado a sectores sociales más amplios de tal forma que se contribuya a aislar al Estado Capitalista) pero ¿es un medio adecuado el formular una especie de "reivindicaciones de transición" que se sabe que el capitalismo no puede conceder?
En segundo lugar, el texto parece plantear una suerte de "co-responsabilidad" del proletariado con la burguesía en el desastre al señalar: «Si la burguesía tiene culpa por representar al capital, nosotros debemos asumir nuestra responsabilidad por representar al trabajo alienado que lo produce, para no seguir sosteniendo esta civilización ni ninguna otra que siga coartando las potencialidades humanas de superación como especie e individuos».
Si la preocupación es animar al proletariado a asumir su responsabilidad histórica se trata de un propósito justo. Pero para ello no debemos caer en planteamientos que dan a entender que el proletariado también sería responsable de la presente situación histórica pues bajo el capitalismo actual el proletariado no está organizado ni tiene una voluntad colectiva. No tiene una presencia política permanente como clase, a pesar de la existencia de, hoy por hoy, pequeñas organizaciones y de minorías que expresan su esfuerzo histórico en ese sentido. No tiene ni partidos ni organizaciones que representaran su movimiento como clase. Es a través de la unificación de sus luchas y de la organización general que nace de ella -los Consejos Obreros- y en la que la formación de un Partido de Clase tiene un papel crucial, como el proletariado puede constituirse como una fuerza social que actúa con una voluntad propia. Pero tal salto social plantea una crisis revolucionaria.
Aurora Despierta
Una amenaza más cuyas consecuencias serían catastróficas, sobre todo para los más pobres del planeta, la mayoría. No podemos confiar en que la burguesía la evite. Nuestra responsabilidad.
No es tremendismo, sino la conclusión a la que ha llegado un experto como Lester R. Brown. «En seis de los nueve últimos años, la producción mundial de cereales ha sido inferior al consumo, lo cual ha conllevado una merma persistente de las reservas. Al iniciarse la cosecha de 2008, los excedentes equivalían a 62 días de consumo, casi un record de mínimos».
La Humanidad, autoalienada creando y sosteniendo a diario el capitalismo en su fase de decadencia, en este siglo no hará sido medio salir de un problema para meterse en otro más grave. La propia dinámica del capital los ha causado o cuando menos agravado. La crisis creciente del capitalismo y la conjunción de todos esos problemas, desembocará en el proceso de la Mega-Crisis: crisis por los límites del capitalismo (de la acumulación por la tendencia a la baja de la tasa de ganancia, del mercado por la ausencia de consumidores solventes fuera del mundo capitalista), energética (fin de la era del petróleo) climática, demográfica. Por no hablar de cómo afectará todo ello al planeta y los demás seres vivos. Y a esta cadena debemos añadir también la crisis alimentaria.
El crecimiento de la población mundial y de la capacidad adquisitiva en sectores de China e India, supone un gran aumento anual de la demanda de cereales de modo directo e indirecto, al desear carne y derivados (leche, huevos) de animales que se alimentan de cereales consumiendo un porcentaje gigantesco de su producción.
También representa una demanda enorme de cereales la producción de etanol para sustituir a los combustibles derivados del petróleo en los vehículos a motor. «La cuarta parte de la cosecha de este año en EEUU (suficiente para alimentar a 125 millones de estadounidenses o 500 millones de indios) se destinará a los automóviles. Sin embargo, aunque la cosecha de grano estadounidense se dedicara íntegramente a la producción de etanol, no llegaría a cubrir el 18 por ciento de las necesidades nacionales de automoción. Con el cereal necesario para llenar el depósito de 90 litros de un todo-terreno podría alimentarse una persona durante un año».
Es decir, ya hoy, existe para el capital una demanda con importante capacidad adquisitiva concretada en los propietarios de automóviles y los consumidores de los países ricos que podrán pagar el etanol, los cereales, la carne y derivados de los animales que de ellos se alimentan, frente a la mayoría de la población en Asia, África, y parte de Latinoamérica, que justo basan su alimentación directamente en los cereales. Si la producción de cereales además no puede cubrir satisfactoriamente toda esta diversidad de demandas, por la ley de la oferta y la demanda, aumentará su precio, por lo que la producción irá orientada a los bolsillos con más dinero, y la población con muy bajos recursos, que es la mayoría de la Humanidad, mal sobrevivirá en la carestía.
Si a esto añadimos los efectos de la mercantilización de la ingeniería genética con los alimentos transgénicos que convierte a los agricultores en totalmente dependientes de las semillas modificadas que les provean las empresas capitalistas del ramo, con sus precios, veremos que disminuye aun más la capacidad de auto-sustentación de los campesinos y por tanto de su capacidad también para proveer a las masas pobres, proletarias y semi-proletarias de su ámbito geográfico.
La industrialización capitalista de la producción agrícola, siempre con la meta de la máxima rentabilidad económica, está suponiendo también una auténtica hecatombe en la capacidad de alimentación de la especie al provocar que se dejen de utilizar y desaparezcan miles y miles de especies de todo tipo de vegetales que podrían hacer importantes aportaciones por su diversa capacidad de adaptación al clima, plagas, etc cuando a causa del cambio climático varíen las condiciones de la producción agrícola. Y no cabe esperar que los productos transgénicos consigan un gran salto en los rendimientos de las cosechas. Además de los riesgos que pueden suponer por contaminación de las demás especies o enfermedades humanas, que rompan los equilibrios del ecosistema y nos lleve a situaciones caóticas.
La satisfacción de la demanda de alimentos también está amenazada por tres importantes factores: las pérdidas de agua dulce y suelo fértil, y el cambio climático.
Hoy día ya estamos viviendo un gravísimo problema con la reducción de los recursos de agua dulce, en particular por el agotamiento de los acuíferos "fósiles" que contienen el agua almacenada hace millones de años en capas profundas del subsuelo y que no son renovables, ni siquiera a ritmo lento por el agua de lluvia. Este agua "fósil" es ya fundamental para el riego de gran parte de los campos del mundo, sobre todo para los cultivos de alto rendimiento.
La capa superior del suelo, fina capa fértil en la que se cultiva, ha necesitado eras geológicas para formarse, no se renueva si no en siglos y se pierde con facilidad debido al pastoreo, la sobreexplotación agrícola, la deforestación, la erosión de la lluvia y el viento. La desertización producida por estos factores y el avance de los desiertos debido al viento, reducirá aun más la tierra cultivable disponible. Cuando no es el cemento el que se lo come, por ejemplo para favorecer el tránsito de vehículos impulsados por etanol.
El aumento de las temperaturas por el cambio climático reducirá mucho las cosechas, tanto mayor cuanto más acusado sea.
Para evitar el desastre Brown propone varias medidas que menciono brevemente. Detener el crecimiento demográfico eliminando la necesidad de los más pobres de tener muchos hijos para que alguno sobreviva y pueda asegurar su vida (sobre todo la vejez), con medidas como asistencia sanitaria elemental, educación primaria y erradicación de la pobreza. Luchar contra el cambio climático con inversiones masivas en energías renovables. Eficiencia en el consumo de agua y medidas de protección del suelo.
Haciendo un paréntesis. Hay una propuesta concreta que Brown no hace aunque conoce el problema y que me parece muy necesaria. La producción de carne de vacuno destina mucha tierra de cultivo para el consumo animal, que podría orientarse directamente al humano, evitando de paso las enormes cantidades de gases de efecto invernadero que libera el ganado vacuno y dejando de sacrificar seres vivos que se estresan, sufren y son capaces de mantener ciertas relaciones sociales de grupo, al menos en condiciones más acordes con su naturaleza.
Sin entrar en mayores consideraciones de detalle para las que tampoco estoy cualificada, mi opinión sobre medidas de este tenor es que, aun siendo en teoría posibles en el capitalismo, en su época de decadencia y futuro próximo son, unas más que otras, muy difíciles de conseguir si no imposibles en la práctica, y lo que es fundamental, a tiempo, para evitar la catástrofe alimentaria, como también teme Brown.
El capitalismo en su conjunto y cada burgués en particular, se rigen por el criterio de satisfacer las necesidades humanas sólo en la medida y en la forma en que le permiten obtener el máximo beneficio posible (según la correlación de fuerzas con las clases subordinadas) para acumular capital. En cuanto que las necesidades humanas no lo permitan, las ignorará todo lo posible mientras asegure la reproducción de la fuerza de trabajo que necesita para explotar, aunque debe considerar también que haya quien pueda consumir sus mercancías (dos necesidades que pueden ser conflictivas para el capitalista individual). La burguesía se organiza por medio de los Estados, que se enfrentan por defender los intereses en conflicto de sus respectivas burguesías; y en cuanto a las masas trabajadoras o desprovistas de cualquier acceso a la producción, llegado el caso, se las abandona a la hambruna, el genocidio o las matanzas de la guerra, como tantas veces lo ha demostrado sobre todo desde el siglo XX.
Aunque haya sectores importantes de la burguesía más dinámicos, con una visión menos cortoplacista, más estratégica del capitalismo, siguen impelidos a lograr el rendimiento a corto plazo, y son frenados o entorpecidos por el peso de otros sectores del capital con intereses anclados en el actual modelo económico capitalista (energías fósiles, etc.), con más dificultades tecnológicas o financieras para reconvertirse, adaptarse competitivamente al cambio que se necesita.
Todo esto apunta a que el capitalismo pierda la carrera contra el tiempo para evitar el colapso alimentario y todos los conflictos inter-burgueses, inter-estatales y de lucha de clases que originará.
¿Y qué hay de los trabajadores/as del mundo?. Si el tiempo apremia para la burguesía, más aun para nosotros pues seremos los más afectados no sólo en los bolsillos, sino en los estómagos, si no en algo peor, sobre todo los de los países más pobres. Si la burguesía tiene medios pero no puede por el funcionamiento del capital y sus motivaciones como clase, los proletarios/as del mundo no tendremos los medios en tanto no expropiemos a la burguesía y desmantelemos sus estados, y sólo podremos si superamos todos los lastres políticos, ideológicos, organizativos y espirituales que nos atan a un movimiento obrero histórico fracasado por la integración en el capitalismo o planteamientos impotentes para suprimirlo.
Si avanzamos como seres humanos trabajadores/as en la vía de la autoliberación de todas las alienaciones que producimos y soportamos en lo material (trabajo asalariado), social (género, ciudadanos sometidos al Estado por el voto) y espiritual (valores, mentalidad, psicología, hábitos, aspiraciones, relaciones personales y con los demás seres...), tendremos que cuestionar nuestra misma condición de clase que nos degrada como seres humanos, produce el capital (plusvalía acumulada) y sostiene esta civilización que se vuelve contra nosotros y la Naturaleza entera. La superación de toda división social clasista del trabajo, del machaque de la Naturaleza, de nosotros como parte de ella y los demás seres, el hermanamiento de toda la especie, precisa del desarrollo de nuestra capacidad crítica y de todo nuestro potencial creativo, pues de lo contrario tampoco seremos capaces de resolver los problemas sociales que son la raíz de nuestra falta de armonía con la Naturaleza al punto de poner en peligro algo tan básico como nuestra seguridad alimentaria.
Este avance se manifestará en la capacidad de luchar los trabajadores/as de los países ricos contra el capital y sus estados, en apoyo de la lucha de las masas depauperadas de los países pobres a las que se les negará el acceso a la alimentación, pues su derrota sería el anuncio de la nuestra, al debilitar el frente mundial de los trabajadores/as ante un capital mundial cada vez más crecido y con necesidad de apretar las tuercas a sus servidores para superar su crisis senil.
No podemos lavarnos las manos como si no fuese con nosotros, cuando estaríamos siendo copartícipes de la dinámica del capital que prefiere satisfacer necesidades cuestionables (automóvil con etanol, más carne de la necesaria...) y negar lo más básico a millones de personas. Nuestra indiferencia y pasividad son co-creadoras del capitalismo que nos oprime, exprime y expulsa de la vida a las masas más pobres y débiles socialmente para enfrentarse a la mega-máquina del capita-Estado. No podemos seguir reproduciendo por supuestas "exigencias" o "imposibles" económicos la matanza de nuestros semejantes pues entonces tampoco seremos capaces de evitar la extinción de muchas más especies vegetales y animales. No podemos ser cómplices -por mirar a otro lado- de los genocidios que provocaría el colapso alimentario, pues estaríamos a la altura de quienes no movieron un dedo contra los genocidios tan abundantes en el pasado siglo. En la medida que dejemos que maten a nuestros semejantes estaremos matando en nosotros mismos nuestra humanidad, nuestra capacidad para rebelarnos contra este sistema y defendernos cuando nos llegue el turno de una u otra manera.
Si planteamos exigencias concretas al capital para evitar el colapso alimentario, que sea de modo que se cuestione su lógica de funcionamiento, no subordinándonos a lo que es "realista", aceptable para él (sus beneficios y poder), sino que lo desenmascare a los ojos de las más amplias masas del mundo (trabajadores, técnicos, científicos) y que favorezca nuestras condiciones de vida cuando definitivamente sea suprimido.
Brown dice: «El costo de este proyecto de supervivencia no ascendería a más de 200.000 millones de dólares anuales, la sexta parte del gasto militar actual en el mundo». Ya lo sabemos. Exijamos medidas contra el colapso alimentario, y si han sacado dinero debajo de las piedras para dárselo a la banca con esta crisis, que lo saquen para la alimentación no saqueando más nuestros bolsillos y exprimiéndonos en el trabajo, sino echando mano a las rentas de la burguesía y a los presupuestos represivos y militares de los estados, cuestionando así que pretendan resolverla unos a costa de otros, es decir, de las masas trabajadoras del propio o de otro país, que somos siempre las que pagamos los platos rotos.
Si la burguesía tiene culpa por representar al capital, nosotros debemos asumir nuestra responsabilidad por representar al trabajo alienado que lo produce, para no seguir sosteniendo esta civilización ni ninguna otra que siga coartando las potencialidades humanas de superación como especie e individuos.
Lectura de expertos recomendadas y fuente de las citas: "Crisis alimentarias. ¿Una amenaza para la civilización?" Lester R. Brown. Revista "Investigación y Ciencia" número de julio de 2009 (edición española de "Scientific American"). Otro, sobre la producción de carne de vacuno: "Alimentación y efecto invernadero" Nathan Fiala, "Investigación y Ciencia" número de abril de 2009.
Textos importantes: Roi Ferreiro "Capitalismo y ecología. Un enfoque integral". Roi Ferreiro "Un presente entre dos mundos". En www.geocities.com/cica_web [406]
Artículos míos relacionados publicados en Kaosenlared: "Sin petróleo, el socialismo ¿tendrá su oportunidad?. Mega-Crisis. Pronóstico, plazos y estrategia. Hacia 2030." (4-XII-2008). "Crisis. Otra víctima: aplazamiento lucha contra cambio climático. Más cerca Mega-Crisis capitalista. Futuros" (16-X-08). "Capitalismo en crisis pero ¡nosotros también!. Programa Transformaciones. Mega-crisis próxima. Cosmovisión." (10-X-08).
Para localizarlos y conocer otros sobre diversos temas que voy publicando en kaosenlared.net, con el buscador de kaosenlared por Aurora Despierta luego seleccionad por Autor y Procedencia, Ordenado por Fecha, y Durante los últimos Todo Kaos, Buscar. (en varias páginas, fijarse en la firma, no son míos todos los que aparecen, sí "Siglo XXI, perspectivas").
[1] Ver https://es.internationalism.org/node/2629 [407]
Los compañeros del Núcleo de Simpatizantes de la CCI en Ecuador han repartido una hoja de intervención donde denuncian la hipocresía del gobernante del "socialismo del siglo XXI" Señor Correa
Con el régimen de Correa, se anunció con bombos y platillos que éste país iniciaba una nueva era para hacer política, gobernar para los más "necesitados" victimas de las políticas neoliberales, el electorado ecuatoriano apostó por la propuesta de "revolución ciudadana", "socialismo del siglo XXI", "contra la partidocracia"; un gobierno aparentemente de corte democrático; sin embargo, han pasado dos años, suficientes para conocer que los representantes del gobierno actual es la continuidad del proyecto burgués; el capitalismo con o sin rostro humano sus efectos contra el proletariado es el mismo: más pobreza, más explotación, más represión, más impuestos, más desempleo, salarios bajos.
Una mezcla de dolor e impotencia dejan las imágenes destructoras de las bombas del gobierno israelí contra el pueblo de palestina; el gobierno del señor Correa se pronuncia contra esta actitud poco civilizada, luego de pocas horas de haber hecho esta declaración, manda a la policía con cuerpos de elite sofisticados a reprimir las protestas de los pobladores del sur del Ecuador; los pobladores no están de acuerdo con la nueva ley minera que aprobará el "congresillo" (nombre ridículo, sinónimo de autoritarismo); las concesiones que se otorgarán son a empresa mineras trasnacionales; según los afectados, no favorecerán ni a los habitantes, ni a los pobladores, ni a los sectores más empobrecidos del Ecuador, como si fuera poco, con un atenuante: la devastación del medio ambiente sobre todo la contaminación del agua; los únicos que se favorecerán, como no puede ser de otra manera, son las empresas capitalistas, con regalías ridículas para el estado, concesiones, que para los obtusos del nacionalismo patriotero de izquierda, solo agachan la cabeza como burros de carga haciéndose los giles.
En cadena nacional sorprende la perspicacia del gobierno, a demás de garrotear a los, trabajadores, mujeres jóvenes de la Provincia del Azuay (sector de Molleturo), los denigra, los acusa, y amenaza de que son culpables de los garrotazos; casi parecido dicen los funcionarios del estado israelí contra los pobladores de Palestina. Toda esta realidad fea y lacerante pone de manifiesto el carácter DECADENTE DEL ESTADO BURGUES EN TODAS PARTES DEL MUNDO. Por ello el proletariado no tiene nada que pedirle a este sistema que se hunde en su propia putrefacción, más bien está obligado a destruirlo y erigir una sociedad diferente a esta podredumbre.
Para los proletarios de nuestro país y del mundo, tomar conciencia de la decadencia del capitalismo, en sus diferentes manifestaciones, es de vital importancia, de esa manera evitaremos que nos arrastren a la absoluta barbarie: guerras desenfrenadas, asesinatos en masa, deterioro del medio ambiente, desolación total, a eso nos está conduciendo la sociedad burguesa; hay que superar el discurso caduco de bienestar, desarrollo, progreso, participación ciudadana. Resolver nuestra situación histórica está en nuestras manos, en la capacidad de reflexionar, discutir, dar soluciones; dejar atrás ese discurso pequeño burgués de querer ser simples representantes para tener prestigio o beneficios personales como lo han hecho sindicatos, organizaciones sociales, esa no es la política del proletariado, la intención siempre será: abolir el estado de cosas que ha hecho de nuestra existencia simples parias de la producción, viviendo casi como animales.
PROLETARIO DE TODOS LOS PAÍSES UNIOS
NUCLEO DE SIMPATIZANTES DE LA CORRIENTE COMUNISTA INTERNACIONAL (Ecuador)
Email: iz.[email protected] [408]
Presentamos a continuación un documento de intervención del Núcleo de Discusión Internacionalista de la República Dominicana que ha sido repartido en fábricas, barrios, centros estudiantiles etc. En el texto los compañeros combaten la campaña de ilusión democrática y de fomento de la participación electoral que la burguesía desarrolla. Los compañeros argumentan contra esos engaños pero al mismo tiempo proponen una alternativa de reflexión y lucha. Esta alternativa está basada en los trabajos del reciente Encuentro Internacionalista Latinoamericano que citan los compañeros.
Esto nos parece de la mayor importancia: cualquier iniciativa de agrupamiento de minorías revolucionarias y de la consiguiente intervención en la clase debe basarse no tanto en un esfuerzo "autónomo local" sino inscribirse en la fuerza que da el debate y unidad internacional de los revolucionarios proletarios.
CCI
El parlamentarismo: trampa para los trabajadores.
Delimitemos entre el campo del proletariado y el campo de la burguesía. Las elecciones y el parlamentarismo, en la decadencia del capitalismo no benefician en nada la lucha por una nueva sociedad, el socialismo y el comunismo.
La "izquierda", la denunciamos por tomar posición por alternativas capitalistas, que hoy están boga en todo el continente americano, que provocan falsas ilusiones a escala mundial, desde Estados Unidos con el fenómeno OBAMA hasta la Patagonia Argentina. El continente se ve sacudido por gobiernos que dicen defender a los pobres, a los trabajadores, a los marginados y que se presentan como escudo de un capitalismo social "humano", o en sus versiones más "radicales"- el caso Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia y Correa en Ecuador- pretendiendo representar nada menos que el "socialismo del siglo XX1".
Nos parece de la mayor importancia que frente a estas engañifas se levante un polo unitario, fraternal y colectivo, de minorías internacionalistas que abra la vía para discutir y formular posiciones de solidaridad internacional, de lucha de Clases intransigente, de combate por la revolución mundial frente al capitalismo de estado, el nacionalismo, la perpetuación de la explotación, representada por esos "nuevos profetas".
Programa de reflexión
Basado en el reciente Encuentro Internacionalista Latinoamericano celebrado el pasado mes de marzo[1]:
1) Rechazamos con firmeza la democracia burguesa, el parlamentarismo y los procesos electorales, armas con las que la burguesía ha logrado reiteradas veces encuadrar y desviar las luchas proletarias.
2) Nos reclamamos del carácter proletario de la revolución de octubre del año 1917 y de la intencional comunista (IC), sometiendo estas experiencias a un balance crítico que orienten nuevas tentativas revolucionarias del proletariado.
3) Rechazamos sin reserva toda idea de que hoy existan en el mundo países con régimen socialista o con gobiernos obreros, aunque sea con calificativos como "degenerado"; rechazamos de igual manera cualquier forma de gobierno capitalista de Estado, tales como aquellos que se sustentan bajo la ideología del "socialismo del siglo XX1".
4) Denunciamos a los partidos socialistas y a los partidos comunistas y todos sus acólitos como partidos de capital.
5) Defendemos la necesidad de que los revolucionarios internacionalistas avancen hacia la formación de una organización internacional de la vanguardia proletaria, arma indispensable para la victoria de la revolución proletaria.
6) Defendemos el papel de los consejos obreros como órganos de poder proletario, así como la autonomía de la clase obrera con respeto a las otras clases y capas de la sociedad.
Aprovechemos el tiempo actual discutiendo lo siguiente:
1) El papel del proletariado y su situación actual, la correlación de fuerzas entre las clases.
2) La situación del capitalismo (en el cual se desarrollan las luchas actuales), y como reflexión más global el concepto de decadencia del capitalismo y o crisis estructural del capitalismo.
3) La creciente catástrofe medioambiental a la que nos aboca el sistema.
Ante la situación actual no hay más alternativa que Socialismo o Barbarie
Proletarios del mundo uníos y luchar
Núcleo de discusión internacionalista de la Republica Dominicana
(NDIRD)
[1] Ver https://es.internationalism.org/node/2556 [409]
La burguesía vive con una obsesión: la obtención de ganancia, por eso los gobiernos de todo el mundo toman como norma general la reducción de todo gasto que no les reporta ganancia inmediata, que les parezca suntuario o que les permita reducir costos... y no es casual que todos estos recortes apunten a un solo objetivo, el abaratamiento de la fuerza de trabajo. Los mismos datos de la OIT exponen que cada año en el planeta se presentan 270 millones de accidentes laborales, dejando un saldo de más de 2 millones 160 mil trabajadores muertos. El derrumbe de la mina de Pasta de Conchos (Coahuila, México), que provocó la muerte de 65 mineros, no fue sino uno de los tantos "accidentes" que los trabajadores sufren como producto de la eliminación de gastos para crear las condiciones mínimas de seguridad. De la misma forma los "accidentes naturales" como inundaciones o terremotos, cobran presas entre la clase obrera de forma fácil por las condiciones tan frágiles en que viven grandes masas de asalariados.
Sin otra oportunidad, en amplias manchas urbanas se apretujan millones de trabajadores y sus familias, viviendo en condiciones precarias y peligrosas, que ante cualquier incidente de la naturaleza, como temblores de tierra o inundaciones se vuelve una tragedia de grandes dimensiones destruyendo miles de vidas (más grave aún cuando son explosiones, como las gaseras en 1984 en el barrio de San Juanico, en la ciudad de México), porque los avances técnicos y arquitectónicos que podrían ofrecer mayor resistencia a esos fenómenos, no son ni siquiera considerados como una opción para los barrios en que habitan los obreros.
La misma actitud de recorte se aplica sobre los gastos en salud. Y este golpe, que es un recorte directo al salario de los trabajadores, tiene graves consecuencias en tanto la aparición de enfermedades que se consideraban eliminadas y la extensión de epidemias, como la "influenza" van nuevamente a encontrar sus víctimas entre los trabajadores y sus familias... Pero las guerras, los "accidentes" y las epidemias no son condiciones irremediablemente a enfrentar, es el capitalismo el que impide se eliminen o enfrenten estos problemas de manera real.
Dominio de la enfermedad, la guerra y la miseria, expresión de la decadencia capitalista
Al surgir el capitalismo como modo de producción dominante, requerirá de la ciencia y la tecnología para dar soporte al proceso de explotación del trabajador asalariado y revolucionar así al sistema productivo, de esta manera, con el dominio del capital hay una aceleración del desarrollo de las fuerzas productivas, que significa indudablemente un aplastamiento de la vida de los obreros, pero también el pensamiento científico toma un impulso. La ciencia al desprenderse del control y las supercherías religiosas alcanza niveles nunca conocidos, mejorando por ejemplo la sanidad y la medicina, que da la posibilidad a que se puedan enfrentar algunas enfermedades que en la Edad Media eran motivo de muertes irremediables. Y aunque la burguesía no se marca como objetivo mejorar la vida de los explotados con la ciencia aplicada, si puede extender indirectamente esos beneficios, en tanto el mismo proceso productivo reclama la existencia de una salud adecuada de los obreros para que no abandonen la fábrica, a la vez que, cuando la burguesía se protege de las enfermedades se ve obligada a modificar el entorno, por lo que aún sin tener la intención, los resultados de la técnica y la ciencia iban a mejorar también la vida de los trabajadores. Federico Engels en su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra, describe esta situación: "Las repetidas visitas del cólera, el tifus, la viruela y otras epidemias, han impuesto al burgués británico, la urgente necesidad de sanear la ciudad, si el mismo no quería ser víctima, con su familia, de esas epidemias..." (Prefacio a la edición de 1892).
En esta medida es que es posible reconocer que el combate que la burguesía llevaba contra las viejas formas de producción, de pensamiento y vida, le daba un carácter revolucionario y progresista, no obstante, al avanzar el desarrollo de las fuerzas productivas y el afianzamiento del dominio del capital por todo el planeta, ese carácter progresista se esfuma completamente, encontrando así que aquel desarrollo que aportó beneficios a la humanidad, se transforma en un proceso destructivo, abriendo la fase de decadencia del capitalismo. Esta fase senil del sistema está marcada en 1914, justo con la apertura de la Primer Guerra Mundial; y si esta carnicería ponía ya al desnudo el carácter destructivo del capitalismo en tanto que para poder sobrevivir cobraba una cuota de 20 millones muertos, las secuelas inmediatas que engendra lo corrobora. Así en 1918, la epidemia de "gripe española" cobró entre 40 y 100 millones de vidas.
La forma de producción y las relaciones políticas entre la misma burguesía, ha conducido a que el sistema capitalista se convierta en sinónimo de guerra, contaminación y destrucción en general, donde la ciencia se muestra frágil ante los problemas que esta forma de vida decadente del sistema impone. Si en la Edad Media la ciencia se veía sometida por el oscurantismo religioso, ahora son los intereses capitalistas los que impiden que ésta se desarrolle y enfrente las necesidades de la humanidad. Por eso, en la fase de decadencia capitalista se hace evidente que la existencia de la burguesía representa un peligro para la humanidad. Pareciera paradójico que enfermedades como el paludismo, el dengue y la tuberculosis que parecían enfermedades exterminadas, renazcan en estas últimas décadas.
La influenza en México, producto de la decadencia capitalista
Sólo comprendiendo el significado decadente del sistema podemos entender porque hay un peligro permanente de epidemias como la que se vivió en Inglaterra con "las vacas locas", la "gripe aviar" y el SARS en países de Asia, o la que hoy se vive en México. Los argumentos muy difundidos en Internet, intentando explicar la epidemia mediante mitos y exageraciones, son entendibles sólo en la medida en que expresan un descontento con los argumentos oficiales -que refieren se trata de un "proceso natural", que responde a los ciclos de vida de los virus y a condiciones del azar- pero no ayudan a los trabajadores a comprender la realidad. No es extraño que ese mismo enojo sea aprovechado por el aparato de izquierda del capital y el sindicato (como el caso del SME) para confundir y encubrir el carácter destructivo del capitalismo a nivel mundial y buscar el origen del problema en el accionar perverso de un individuo o un país, afirmando que en México se vive una epidemia creada premeditadamente por los EUA, o bien que se trata de un truco publicitario de distracción para esconder el accionar secreto del gobierno en acuerdos comerciales y financieros... Por muy radical que suenen estos argumentos no hacen sino veladamente predicar que el capitalismo podría tener un "rostro humano" si existieran limites a algunos "Estados depredadores", si se aplicaran políticas adecuadas o si estuvieran en los gobiernos personeros de "buen corazón"...
Pero la afectación a la vida en el planeta no proviene de un complot, es producto del propio desarrollo del capitalismo que se ha convertido en destructivo, lo cual no es un simple calificativo, es el reconocimiento de que el ansia de ganancia y la aceleración de la concurrencia capitalista, conduce a formas de producción sustentadas en mecanismos de explotación más agobiantes, donde las condiciones de labor y la seguridad social son afectadas de forma severa; pero además, en su ansia por reducir costos se utilizan sistemas que son cada vez más contaminantes y nocivos a la vida. Esto sucede lo mismo en la producción industrial que en la agropecuaria y lo mismo acontece en los países de alta industrialización que en los de menor desarrollo, aun cuando en estos últimos se muestran de forma más dramática esta acción destructiva.
Ejemplo de ello son las condiciones de crianza tanto de aves como del ganado, las cuales se llevan a cabo bajo el abuso de anabólicos y antibióticos (para acelerar el proceso de crecimiento) y con un hacinamiento de ejemplares que crea altos niveles de desechos que al ser arrojados sin prevención alguna, crean focos de alta contaminación y peligrosidad. Es esta forma de producción la que ha llevado a que se presenten asuntos como el de las "vacas locas" y las diversas variantes de la influenza. Podemos asegurar que al igual que el calentamiento global, estas epidemias no son tampoco "accidentes naturales", su presencia sistemática hace ver que son producto de la forma de producción de este sistema decadente.
A lo anterior hay que añadir la afectación a los sistemas de salud y la falta de prevención, porque eso crea el medio ambiente social adecuado para que los virus afecten un número mayor de vidas. En México esto es posible corroborarlo cuando se ve el desmantelamiento continuo que se realiza del ISSSTE e IMSS, que son los principales centros de salud a los que tienen acceso los trabajadores. Así mismo la nula prevención de estos hechos lleva a que el peligro tome extensiones mayores. Hay informes que refieren que desde 2006 se estudiaba por el gobierno el peligro que representaría una epidemia en México (ver revista Proceso 1695, 26-04-09), e incluso se tenía conocimiento de que el virus conocido de la "influenza tipo A" podía infectar a aves y algunos mamíferos y con ello mutar y atacar al hombre, agravando el problema... y ante ello realizan proyectos que dejan en papel pero sin otorgar ningún presupuesto.
El desencadenamiento de la epidemia de influencia en México ha puesto al desnudo las condiciones precarias en que vive la clase trabajadora: altos niveles de explotación y miseria que se vuelven condiciones para que aniden las enfermedades y la amenaza a una muerte prematura. Pero a la carga que ya se encontraba sobre las espaldas de los asalariados hoy se le agrega la epidemia.
El capitalismo engendra la epidemia, los trabajadores sufren las consecuencias
Alguna información periodística ha mostrado que se tenía conocimiento de los efectos del virus desde el 16 de abril y el gobierno esperó siete días para dar la señal de alarma, lo que muestra una criminal indolencia, pero el problema va más allá, porque el anuncio de la noche del jueves 23 sobre la existencia de la epidemia de "influenza porcina" en México, no era el inicio de un problema sino el agravamiento de los pesares que la clase trabajadora enfrenta bajo el capitalismo. A pesar de las confusas y maquilladas cifras que presenta el secretario de Salud sobre los enfermos y muertos por el virus, se saca una cuenta fácil: las únicas victimas de esta epidemia son los trabajadores y su familia. Han sido asalariados y sus familias los que han muerto afectados por este mal, son también ellos los que tienen que andar rodando de hospital en hospital buscando ser atendidos o recibiendo el servicio médico en pasillos y sin la aplicación del antiviral, consumiendo un tiempo valioso que puede definir su salvación. Porque mientras los discursos oficiales presentaban a la epidemia como un asunto bajo su control la población trabajadora vivía la falta de dotación de medicamentos e instrumentos preventivos. Son también los trabajadores de la salud (médicos y enfermeras) los que enfrentaron jornadas extenuantes en condiciones precarias y peligrosas, lo cual incluso llevó a que médicos residentes del INER se manifestaran el 27 de abril para denunciar esos hechos (y a pesar de haber sido pequeña y muy breve la movilización, la prensa procuró ocultar este hecho).
Es muy ilustrativo de como se vivió el peligro de la epidemia durante las primeras semanas: el discurso de la burguesía y su Estado afirmaba que se trata de un asunto de "seguridad" que requiere de la unidad nacional, pero, mientras se deja a los trabajadores expuestos a la contaminación al verse obligados a usar el transporte de concentración masiva como el metro y los buses, la burguesía se protege adecuadamente, guardando una sola preocupación: cómo justificar los descuentos que harán a los trabajadores para resarcir las pérdidas que puede tener por el cierre obligatorio que han hecho de algunos restaurantes y hoteles.
Así pues aunque la epidemia es un problema creado por las condiciones de producción capitalista, la burguesía no deja de intentar utilizarla y sacar provecho de esta.
Campaña de pánico, otro virus contra los trabajadores
Indudablemente la burguesía a mediados del mes de abril se vio asombrada y espantada por la aparición de un virus mutado para el cual no hay vacuna, eso la lleva a tomar acciones desesperadas despertando el pánico entre el conjunto de la población, lo que hace ver que al inicio la clase dominante se vio desbordada por el pánico, pero pronto, este mismo temor lo utilizará en contra de los trabajadores. Así, por una parte usa a esta campaña como un medio para dar un rostro de eficiencia y fuerza al gobierno, y ganar así credibilidad; pero además al extender el temor alienta el individualismo, lo cual le permite crear un ambiente de sospecha generalizada, donde cada uno ve en el otro un posible agente de contagio, lo cual le sirve como una prevención en contra de la solidaridad que puede despertarse entre los explotados. Es entendible por ello porque Córdoba Villalobos (Secretario de Salud) justifica (y con ello alienta) las agresiones que habitantes del DF han sufrido en algunos estados del mismo país, al ser acusados de infestados; éste funcionario aduce que no son sino expresiones naturales propias de la "condición humana". La burguesía tiene un gran temor a la solidaridad entre los trabajadores y por eso aprovecha este asunto para vilipendiarlo mediante el impulso del patrioterismo y el localismo. Esta misma estrategia promotora del nacionalismo es la que el capital (lo mismo en China, Argentina o Cuba) utiliza para justificar los controles a la entrada y salida de sus fronteras.
La clase en el poder, al lanzar su campaña de miedo, quiere hacer sentir a la clase trabajadora impotente y hacerle llegar el mensaje de que el Estado es su "gran salvador", por ello ante la campaña de pánico que la burguesía construye, los trabajadores requieren oponer la reflexión serena que permita comprender que mientras el capitalismo tenga vida, lo único que puede esperar es mayor explotación, mayor miseria, más enfermedades y una muerte prematura. Hoy más que nunca se revela en toda su magnitud la necesidad de terminar con el capitalismo.
Mayo-2009
Revolución Mundial
Sección en México de la
Corriente Comunista Internacional
Publicamos a continuación la traducción de la toma de posición que apareció en nuestra "Web" en inglés el pasado día 31-12. Los acontecimientos han evolucionado desde entonces en el mismo sentido que denunciamos: el uso sistemático de un terror brutal contra la población bombardeada desde tierra mar y aire, y la entrada de las tropas israelíes en Gaza en la tarde de hoy mismo 3-1-2009. Pero hemos visto también, por otro lado, como entre la población mundial crece la indignación ante estas atrocidades y la hipocresía de las grandes potencias. Se desarrolla también un vehemente deseo de solidaridad con la población palestina que está sirviendo de rehén en este conflicto entre fracciones de la clase explotadora. Lo que los revolucionarios denunciamos - como ponen magníficamente de manifiesto las contribuciones de nuestros lectores que acabamos de publicar - es que se pretenda desviar esa solidaridad hacia el podrido terreno nacionalista de defensa de una patria contra otra, cuando la única alternativa que puede liberar a la humanidad del imperialismo, la guerra y la barbarie, es, por el contrario, el desarrollo del internacionalismo revolucionario hasta la abolición de todas las naciones y las fronteras y la edificación de una auténtica comunidad humana: el comunismo.
AP (CCI).
Tras dos años asfixiando la economía de Gaza (impidiendo la entrada de combustible y medicinas, bloqueando las exportaciones, negando a los trabajadores palestinos la posibilidad de ir a conseguir trabajo en el lado israelí de la frontera,...); y después de haber convertido Gaza en un inmenso campo de prisioneros del que los palestinos han tratado desesperadamente de escapar a través de la frontera con Egipto; la maquinaria militar israelí está sometiendo a este territorio enormemente hacinado y empobrecido a la salvajada de un bombardeo aéreo prácticamente constante. Cientos de personas ya han perdido la vida y los ya exhaustos hospitales no pueden dar abasto para atender una interminable riada de heridos. La propaganda de guerra israelí que afirma que están haciendo todo lo posible por evitar víctimas civiles es de un repugnante cinismo: Cuando los objetivos "militares" se sitúan al lado de bloques de viviendas e incluso las mezquitas y la Universidad islámica ha sido señalados como objetivos de guerra, distinguir entre lo civil y lo militar es un completo sinsentido, y acaba dando, como consecuencia inevitable, una tasa altísima de víctimas entre la población, muchos de ellos niños, muertos, mutilados, o, como sucede en un elevadísimo número de casos aterrorizados y traumatizados de por vida por la sucesión ininterrumpida de ataques. Cuando escribimos esta toma de posición, el primer ministro israelí Ehud Olmert ha señalado que esta ofensiva solo representa un primer paso. Los tanques se encuentran preparados en la frontera y no se descarta una operación terrestre a gran escala.
La excusa que ha puesto Israel para todas estas atrocidades - y que se ve respaldada por la administración Bush en Estados Unidos - es que Hamás no ha dejado de lanzar cohetes contra la población israelí a pesar del proclamado "alto el fuego". Ya adujo esa misma justificación para la invasión del sur del Líbano hace dos años. Es cierto que tanto Hezbollah como Hamás se escudan hipócritamente detrás de la población libanesa y palestina, con lo que estas quedan expuestas a la venganza israelí. Es cierto, también, que estas dos organizaciones quieren colar la patraña de que el asesinato de un puñado de civiles israelíes constituye un ejemplo de la "resistencia" ante la ocupación militar por parte de Israel. Pero la respuesta de Israel es la que siempre ha caracterizado a toda potencia ocupante: hacer pagar a toda la población por las acciones de una minoría de milicianos. Eso es lo que han venido haciendo con el bloqueo económico que se ha impuesto desde que Hamás expulsase de Gaza, eso es lo que ya hicieron en el Líbano, y eso es lo que están haciendo hoy con el bombardeo de Gaza. Esa es lógica de barbarie que preside todas las guerras imperialistas, en la que ambos bandos utilizan a la población como escudo y como objetivo, por lo que ésta acaba, casi invariablemente, poniendo muchísimas más víctimas que los propios soldados en uniforme.
Y como sucede en todas las guerras imperialistas, los sufrimientos que se inflingen a la población, la irracional destrucción de hospitales y escuelas, no lleva más que a preparar el terreno para nuevas oleadas de destrucción. El objetivo declarado de Israel es aplastar a Hamás y aupar al poder en Gaza a una fracción palestina más "moderada". Pero incluso los anteriores jefes de la Inteligencia israelí (al menos uno de los más,... inteligentes), reconocen la inutilidad de esta postura. A propósito del bloqueo económico, un antiguo oficial del Mossad, Yossi Alpher, declaraba: «El bloqueo económico de Gaza no ha conllevado ni uno solo de los objetivos políticos que se perseguían. No ha servido para hacer que los palestinos aborrecieran a Hamás, sino que ha resultado contraproducente. Es simplemente un inútil castigo colectivo». Y eso resulta aún más claro en cuanto a los ataques aéreos. Así el historiador israelí Tom Segev señala que: «Israel siempre ha creído que haciendo sufrir a la población civil palestina, ésta acabaría rebelándose contra sus dirigentes nacionales. Pero esta presunción ha demostrado ser equivocada una y otra vez» (extraído, como la cita anterior, del diario británico The Guardian, del 30-12-2008). Hezbollah salió reforzada en el Líbano por la invasión israelí de este país en el año 2006, y la ofensiva sobre Gaza puede ahora reportarle lo mismo a Hamás. Pero fortalecidas o debilitadas, no dudarán tampoco en atacar aún más a la población civil israelí, bien lanzando más y más cohetes, bien a través de una nueva oleada de atentados suicidas.
La "espiral de violencia" es una prueba de la decadencia del capitalismo.
Muchos líderes mundiales tales como el Papa, o Ban Ki-Moon, el secretario general de Naciones Unidas, han expresado repetidamente su "preocupación" por el hecho de que estas acciones de Israel sólo conducen a encender aún más los odios entre naciones y a acentuar la "espiral de violencia" en Oriente Próximo. Es cierto. El ciclo infernal de terrorismo y violencia en Israel/Palestina va embruteciendo a la población y a los combatientes de ambos bandos, con lo que se van creando nuevas generaciones de fanáticos y de "mártires". Pero lo que no señalan, ni el Vaticano ni la ONU, es que ese descenso a los infiernos de odios entre naciones es la resultante de un sistema social que, en todos lados, se encuentra en profunda decadencia. La historia no es muy diferente en Irak donde sunitas y chiítas se desangran mutuamente; en los Balcanes donde los serbios se abalanzan contra albaneses o croatas y viceversa; entre India y Pakistán, hindúes contra musulmanes; por no citar la situación en África donde se multiplican los choques étnicos y centenares de guerras arrasan ese continente. La explosión de estos conflictos en todo el planeta demuestra que la actual sociedad no puede ofrecer ningún futuro al género humano.
Y eso sin hablar de la implicación de las "compungidas" potencias democráticas, tan "humanitarias" ellas, pero que tanto hacen por remover esos conflictos, cuando convienen a sus intereses imperialistas. Así por ejemplo, la prensa británica no silenció la implicación francesa en las matanzas perpetradas por las milicias hutus en Ruanda en 1994. No es tan "comunicativa", en cambio, cuando se trata de dar a conocer la implicación de los servicios secretos británicos y norteamericanos para manipular la división entre sunitas y chiítas en Irak. En Oriente Próximo es bien sabido que detrás de Israel se encuentran los USA, como que Irán y Siria respaldan a Hezbollah y Hamás. Pero detrás del, supuestamente, más "imparcial" papel jugado por Francia, Alemania, Rusia y otras potencias, se esconde que en realidad éstas buscan defender sus intereses particulares.
El conflicto de Oriente Medio tiene, desde luego, sus aspectos y sus causas específicas, pero únicamente puede ser entendido en el contexto de una maquinaria capitalista mundial que se encuentra cada vez más fuera de control. La proliferación de conflictos bélicos a lo largo y ancho del planeta, el curso incontrolable de la crisis económica, y la aceleración de la catástrofe medioambiental ponen todos ellos en evidencia esta realidad. Pero si el capitalismo es incapaz de ofrecer la más mínima esperanza de paz y prosperidad, sí existe, en cambio, un motivo para confiar en el futuro: la revuelta de la clase explotada contra la brutalidad de este sistema, una revuelta que se expresa más abiertamente en Europa con los movimientos de las jóvenes generaciones obreras en Italia, Francia, Alemania y, sobre todo, en Grecia. Se trata de movilizaciones que dada su auténtica naturaleza proletaria ponen por delante la necesidad de una solidaridad de clase y la superación de toda división de carácter étnico o nacional. A pesar de su bisoñez estos movimientos proporcionan ya un ejemplo que, eventualmente, puede ser secundado por trabajadores de otras áreas del planeta donde si proliferan las divisiones en el seno de la clase explotada. No estamos hablando de una utopía. En los últimos años hemos visto las huelgas de los trabajadores del sector público en Gaza contra el impago de sus salarios (véase /accion-proletaria/200701/1242/israelpalestina-la-lucha-obrera-a-pesar-de-la-guerra [410]), que tenían lugar al mismo tiempo que sus hermanos de clase israelíes se ponían en lucha para protestar contra la austeridad, que es a su vez la consecuencia del descomunal peso de la economía de guerra en Israel. Es muy improbable que estos movimientos fueran conscientes uno del otro, pero sí ponen de manifiesto la comunidad objetiva de intereses que existe entre los trabajadores de ambos lados de la trinchera imperialista.
La solidaridad con las poblaciones que están soportando terribles sufrimientos en las zonas de guerra no debe implicar elegir el "mal menor", o apoyar a la banda capitalista "más débil" - en este caso Hezbollah o Hamás - frente a las potencias que como Israel demuestran más descaradamente su agresividad. Hamás ya ha demostrado ser una fuerza burguesa opresora de los trabajadores palestinos cuando actúo contra las huelgas de los trabajadores del sector público porque obraban contra "los intereses nacionales", o cuando, junto a Fatah, sometió a la población de Gaza a una sangrienta pelea de fracciones por el control de la zona. La solidaridad con quienes están atrapados en la guerra imperialista, significa rechazar tomar partido por ninguno de los bandos en conflicto, y sí en cambio desarrollar la lucha de clases contra todos los explotadores y opresores del mundo.
CCI.
Enfrentado con el movimiento de huelga que sacudió las islas Guadalupe, Martinica, y, a un menor grado, La Reunión, en las Antillas, el Estado francés finalmente retrocedió y concedió las demandas de casi todos los trabajadores.
En Guadalupe, el acuerdo de “Jacques Bino” (establecido después del asesinato del sindicalista comercial durante las revueltas a finales de febrero de 2009) firmado el 26 de febrero, y el texto publicado el 5 de marzo, contienen un aumento de 200 euros en los salarios mínimos e integran las 146 demandas del LKP[1] en el poder adquisitivo (precios del pan, empleo de profesores…). En Martinica, un acuerdo similar fue firmado el 10 de marzo, conteniendo un aumento en los salarios mínimos y el reconocimiento de las 62 demandas del “Colectivo 5 de febrero”[2]. En La Reunión, la situación es más fluida. A la hora en que escribimos esto, el acuerdo propuesto por el estado (150 euros para el salario mínimo y nada muy preciso con respecto a las 62 otras demandas) todavía no ha sido firmado por COSPAR[3]. Las discusiones todavía están en curso. Pero aunque estas negociaciones no consigan completamente sus objetivos, indican, aún así, ciertas concesiones por parte de la burguesía francesa.
¿Por qué la burguesía cedió? ¿De qué tenía temor? ¿Cómo hicieron los trabajadores para ganar estas demandas? ¿Cuál era la fuerza del movimiento? Contestar a estas preguntas nos ayudará a prepararnos para las luchas del futuro.
La fuerza del movimiento en las Antillas
Sin duda, la fuerza principal de la lucha en las Antillas fue la amplitud del movimiento. Por 44 días en Guadalupe y 38 días en Martinica, la clase obrera se movilizó masivamente, paralizando toda la economía: las empresas, los puertos, las tiendas… todo fue bloqueado[4].
Si una lucha tan larga e intensa fue posible, no es sólo porque fue conducida por la enorme cólera contra la pauperización creciente, sino también por un sentimiento profundo de solidaridad. La primera manifestación en Guadalupe, el 20 de enero, unió a 15,000 personas. ¡Tres semanas más adelante, había cerca de 100,000 manifestantes - casi la cuarta parte de la población! Esta fuerza cada vez mayor fue en gran medida el resultado de la búsqueda permanente de solidaridad por parte de los trabajadores. Los huelguistas hicieron todo lo que podría ampliar la lucha lo más rápido posible: desde el 29 de enero, grupos de huelguistas en constante movimiento circundaron regularmente el Punto-à-Pitre y sus alrededores, calle por calle, negocio por negocio, para llamar a partes cada vez mayores de la clase obrera y de la población a unirse al movimiento.
La segunda fuente de la fuerza fue la tendencia a que los trabajadores tomaran la lucha en sus propias manos. Es verdad que el LKP desempeñó un papel importante, que planteó la plataforma de demandas y que condujo todas las negociaciones. Pero esto fue lo que dijeron en los medios, todo fue presentado como si la clase obrera obedeciera ciegamente al LKP y no hiciera otra cosa que seguir a Elie Domota, el líder carismático del LKP. ¡Pero esto era absolutamente falso! El LKP fue colocado para controlar y canalizar el descontento y prevenir que la auto-organización de la lucha por los propios trabajadores fuera demasiado lejos. Así, uno de los elementos cruciales del movimiento en Guadalupe fue la difusión de las negociaciones entre el LKP y el Estado en radio y televisión. En la cronología de los acontecimientos escritos por el LKP[5], podemos leer: “Sábado 24 de enero: un gran flujo de gente en las calles de Pointe-à-Pitre – 25,000 manifestantes. Invitación a todos los partidos a asistir a las negociaciones a las 16:30 en el espacio del Word Trade Center … a la discusión abierta sobre los acuerdos que se tomarán. Presencia excepcional del canal 10 que registrará y luego difundirá los procedimientos” (el subrayado es nuestro). ¡El día siguiente, otro “gran flujo de gente” llegó a 40,000 personas! La difusión de las negociaciones movilizó a tanta gente porque sentía que ésta era su lucha y no debía estar sólo en las manos de algunos “expertos del sindicato” que negocian en secreto en las oficinas del Estado. La difusión pública directa de las negociaciones (en el canal 10, RFO y Radyo Tambou) fue sistematizada en la semana que siguió, hasta el 5 de febrero. En ese día, la secretaria de Estado Yves Jégo, viendo con sus propios ojos cómo se desplegaba la lucha, exigió que las difusiones pararan inmediatamente. El LKP protestó sólo muy débilmente porque este “colectivo” estaba, debido a su naturaleza sindical, mucho más acostumbrado a las negociaciones secretas entre “expertos” (lo que prueba que aceptó originalmente la difusión de las negociaciones sólo por la presión de los trabajadores).
Este movimiento por lo tanto tenía una fuerza intrínseca muy considerable; pero esto por sí solo no explica porqué el Estado francés cedió y aceptó 200 euros de aumento al salario mínimo. Lo que es más, la burguesía también hizo concesiones en La Reunión aun cuando el movimiento allí era mucho más débil. De hecho, los sindicatos, vía el colectivo COSPAR, habían tratado en parte de sabotear el movimiento llamando para la manifestación el 5 de marzo, el día en que la huelga general en Guadalupe terminaba, insistiendo que no estaba siguiendo el modelo del ‘movimiento de las Antillas’ (le Point, 4 de marzo). El colectivo, así, se aseguraba que la huelga estaría aislada. Y de hecho sin la locomotora de la lucha en Guadalupe, las manifestaciones del 5 y 10 de marzo en La Reunión casi fracasaron, con una participación mucho más pequeña que la esperada (alrededor 20,000 y 10,000 personas respectivamente). Pero, como hemos dicho, aquí también el Estado francés cedió. ¿Por qué?
La cólera y la militancia de los trabajadores se está desarrollando en todos los países
De hecho, las movilizaciones en las Antillas y en La Reunión ocurrieron en un contexto general de aumento de la militancia de los trabajadores.
En Gran Bretaña, por ejemplo, estuvieron las huelgas en las refinerías de petróleo a finales de enero. A pesar de todos los esfuerzos de la burguesía por crear división entre los trabajadores “Británicos” y los trabajadores “extranjeros”, los principios de una tendencia hacia la unidad entre los dos (por ejemplo, la unión de los trabajadores polacos a la huelga en Langage y el levantar las banderas internacionalistas en oposición a las nacionalistas que habían predominado al principio) convencieron a la clase dominante que debería finalizar la huelga rápidamente, anunciando la creación de 102 nuevos trabajos[6].
La burguesía, a nivel internacional, no tiene ningún deseo de ver que una lucha adquiera extensión y que de ideas a los trabajadores en otros países. Especialmente cuando la lucha utiliza métodos como las delegaciones masivas que van de lugar en lugar de trabajo llamando a la solidaridad, el control de la lucha por los propios trabajadores, el uso de la radio y TV para vigilar las negociaciones, etc….
Y éste fue también el caso en Francia. El Estado francés cedió rápidamente en La Reunión porque una gran manifestación estaba a punto de efectuarse en Francia el 19 de marzo. Era vital para la clase dominante poner fin a esta cuestión de la huelga general en las Antillas para evitar que tuviera una mala influencia en los trabajadores en la propia Francia. El periódico Libération expresó claramente este miedo de la burguesía francesa en un artículo escrito el 6 de marzo: "Contagio. En París, esta “revuelta” que se ha extendido a los departamentos de ultramar era subestimada por la clase gobernante. Excepto por Yves Jégo quien entendió muy rápidamente el punto. Pero por el miedo al contagio, Nicolas Sarkozy y Francois Fillon, después de indecisiones y de esperar que el movimiento se evaporara, terminaron por abrir las cajas de dinero del Estado"[7].
La victoria verdadera es la lucha en sí misma
Así, la lucha en las islas fue victoriosa. El aumento de 200 euros al salario mínimo no fue insignificante. Pero no hay que hacerse ilusiones. Las condiciones de vida de la clase obrera en las islas, como por todas partes, van a empeorarse inevitablemente.
La burguesía ya está intentando arrebatar algo de lo que ha dado. Del aumento de 200 euros, 100 vendrán del Estado central, 50 de las autoridades regionales y 50 de los patrones. Pero el Medef (organización de los patrones) ya anunció que dará solamente parte de los aumentos, y eso si los da a todos (y dependiendo de las diferentes ramas y sectores). Igual va con las autoridades regionales. En cuanto al Estado central, su compromiso es solamente por dos años. Como Charles Pasqua lo puso, “ las promesas fueron hechas solamente a los que estaban escuchando": el cinismo y la hipocresía de la clase dominante difícilmente podrían estar más desnudos.
Debajo de los golpes de la crisis, la pauperización va a aumentar. Los aumentos salariales, aunque significan cierta mejora por un corto tiempo, en un futuro próximo, serán eliminados por los aumentos de los precios. Ya, en Martinica, 10,000 trabajos están a punto de ser cortados.
¡La victoria verdadera del movimiento es la lucha en sí misma! Estas experiencias son un conjunto de valiosas lecciones para las luchas del futuro. Muestran a los explotados dónde está su verdadera fuerza: en su unidad, solidaridad, y confianza, en su capacidad de tomar el control de sus propias luchas.
Pawel / 26 de marzo de 2009.
1. El LKP (Lyannaj kont profitasyon - United against Superexploitation) era el colectivo que reagrupaba 49 organizaciones, sindicalistas, políticas, culturales y de otro tipo, que elaboraron el 20 de enero una plataforma de demandas.
2. Un colectivo establecido en el modelo del LKP al principio del movimiento en Martinica, el 5 de febrero. Reagrupó 25 organizaciones sindicalistas, políticas y culturales.
3. COSPAR: un colectivo similar en La Reunión.
4. Vea nuestro artículo ‘La lucha masiva nos muestra el camino: solidaridad con los trabajadores de las Antillas [412]', https://en.internationalism.org/icconline/2009/02/strikes-antilles [412]
5. Fuente: www.lkp-gwa.org/chronologie.htm [413]
6. Vea nuestro artículo ‘Huelgas de la refinería de petróleo y de la central eléctrica: Los trabajadores comienzan a desafiar el nacionalismo [414]’.
7. Fuente:http//www.liberation.fr/politiques/0101513929-la-societe-guadeloupeenne-entre-dans-l-apres-greve [415]/
Presentamos a continuación una hoja de un colectivo de trabajadores de Alicante que denuncia un convenio trampa firmado por la trinidad Sindicatos - Patronal - Gobierno autónomo a espaldas de los trabajadores y que supone una puñalada trapera contra ellos.
Los compañeros denuncia firmemente la división que siembra este Convenio. La burguesía hace lo imposible para DIVIDIRNOS Y ENFRENTARNOS LOS UNOS CONTRA LOS OTROS. La sociedad actual empuja a la atomización y la fragmentación y genera la destrucción de lazos sociales, pero, al mismo tiempo, la acción de Sindicatos, Gobierno, Patronal no hace sino echar más leña al fuego de la división, la fractura, el encerrarse cada cual en su casita desentendiéndose de los intereses generales como trabajadores.
Por eso resulta tan difícil luchar y movilizarse, porque el Capital y sus relaciones sociales actúan cotidianamente en el sentido de poner toda clase de trabas a la unidad, la solidaridad, el compañerismo, el pensar y decidir juntos.
¡Y por eso mismo son tan importantes iniciativas como las de estos compañeros que pueden parecer modestas e ínfimas pero que son una piedra que junto con otras muchas piedras acabarán haciendo pared en el esfuerzo consciente que hemos de hacer todos los trabajadores para romper la cadena de la atomización, la división, la competencia y la fractura social!
También nos parece clara la denuncia que hacen los compañeros de los sindicatos. Los sindicatos se presentan como los profesionales de la negociación y la organización de la lucha. En nombre de esos atributos nos piden que nos pongamos en sus manos y ¿qué ocurre? Que una y otra vez se ponen del lado de la patronal, del lado del gobierno, del lado de los poderosos, por mucho que de vez en cuando se pongan el traje de "radicales", se lancen a la calle y organicen simulacros de "lucha" que tienen como única intención que nos desahoguemos un poco y volvamos tranquilos a encerrarnos en nuestras casas creyendo que "hemos hecho algo".
Hemos de romper esa segunda cadena constituida por los sindicatos y para ello no nos hemos de quejar y lamentarnos o quedarnos en la simple denuncia, hemos de impulsar asambleas generales abiertas a todos los trabajadores en las cuales discutamos y decidamos juntos acciones controladas colectivamente.
En estas asambleas deben participar «trabajadores que con toda su buena fe militan en sindicatos y / o son delegados sindicales», como muy justamente dicen los compañeros. La experiencia concreta de la lucha obrera, de las asambleas obreras nos muestra dos cosas:
1ª Que los sindicatos nos venden, nos clavan puñaladas traperas, están siempre al servicio de la patronal
2ª Que hay compañeros honrados que son prisioneros de la actividad de los sindicatos y que despotrican contra ellos aunque sigan manteniendo el carné sindical.
Nosotros pensamos que hay una organización donde todos podemos trabajar juntos COMO TRABAJADORES sin divisiones entre nosotros por el carné o el color sindical: es la Asamblea General vinculada a la lucha, abierta a trabajadores de los demás sectores, regiones, razas y países. La Asamblea General nacida de la lucha, vinculada a ella, es nuestro MARCO DE UNIDAD.
Por eso la iniciativa de los compañeros de Alicante debe extenderse, debe tomarse a cargo por más trabajadores. Animamos a asistir a sus convocatorias y a tomar iniciativas en el mismo sentido.
CCI 20-2-09
UN NUEVO ATAQUE CONTRA LOS TRABAJADORES
Los trabajadores de centros y servicios de discapacitados suscritos al "Convenio Colectivo Laboral Autonómico de Centros y Servicios de Atención a Personas con Discapacidad de la Comunidad Valenciana" hemos sido engañados y mangoneados por la patronal, la consellería y los sindicatos.
Estos tres "agentes sociales" han firmado este año un convenio con una nueva tabla salarial: una para trabajadores de centros (servicios generales) con subida hasta la homologación y otra por programas (servicios específicos más pequeños) sin subida salarial.
Esto significa, en la práctica, que compañeros que trabajan en la misma empresa, con el mismo convenio y la misma categoría laboral pueden tener sueldos muy diferentes
En este sentido, la actuación de los sindicatos es muy clarificadora. Pocos trabajadores vemos a los "liberados sindicales" acudir a su centro de trabajo para saber de nuestros problemas reales y cotidianos, sólo acuden en elecciones a "pescar" delegados y cuando hay que convencernos de algo.
Se firman subidas salariales que dividen a los trabajadores en nuestro convenio (por ejemplo) y a la vez, el mismo sindicato firma 20 EREs y con ello el despido de muchos trabajadores.
Nosotros sabemos que esta forma de actuar es perjudicial para todos los trabajadores, por que cualquier día nosotros podemos trabajar en esos programas o empresas "perjudicadas", o por que en ellas trabajan nuestros familiares o amigos, trabajadores como nosotros.
Para encarar esta situación nos planteamos acciones que favorezcan la unidad de los trabajadores para poder defendernos. Nuestro llamamiento no sólo va dirigido a nuestro sector, son muchos los damnificados por los sindicatos, va dirigido a toda la clase obrera.
Pero también va dirigido a todos aquellos trabajadores que con toda su buena fe militan en sindicatos y / o son delegados sindicales. Nos consta que son muchos los compañeros honestos que creen que hacen lo mejor o lo único posible, militando en estas organizaciones y que realmente quieren defender los intereses de la clase trabajadora, con estos compañeros estaremos siempre abiertos a hablar y actuar conjuntamente.
OS PROPONEMOS:
1. Carta de denuncia sobre la firma del convenio de discapacitados, que hace hincapié en el papel de los sindicatos. Os pedimos que deis la mayor difusión posible a esta carta (adjunto 1)
2. Mails de protesta contra sindicatos, consejería y patronal de nuestro sector, igualmente o pedimos la mayor difusión (adjunto 2)
3. Asamblea de trabajadores de nuestro sector donde se informará de la situación y las acciones emprendidas y se podrán plantear nuevas acciones. Esta asamblea la planteamos abierta a cualquier compañero que esté interesado. Será el día 26 de marzo a las 19 horas en Alicante. El lugar está por determinar en función de la cantidad de compañeros que asistan, se comunicará con al menos una semana de anterioridad. Se precisa confirmación de asistencia al mail de la plataforma.
4. Asamblea abierta de trabajadores para primeros de mayo en Alicante. Esperamos hasta mediados de abril para recoger propuestas de fechas más adecuadas para la asamblea. Se comunicará fecha y lugar con al menos 15 días de antelación. Se precisa confirmación de asistencia al mail de la plataforma.
Nuestra propuesta es que la asamblea trate sobre las siguientes cuestiones:
Los trabajadores estamos en una situación vulnerable, cada vez nuestras condiciones de trabajo y vida empeoran, ¿Quiénes las empeoran y por que? ¿Cómo podemos defendernos? ¿Cómo podemos unirnos y organizarnos? ¿Por qué estamos tan desunidos y como podemos solucionarlo? ¿Qué papel juegan en todo esto los sindicatos?
ANTE LOS ATAQUES CONTINUOS QUE LOS TRABAJADORES SUFRIMOS ORGANIZACEMONOS POR NOSTROS MISMOS PARA DEFENDERNOS
Plataforma de Trabajadores de Servicios Socio-sanitarios de Alicante
Asamblea Abierta de Trabajadores
[email protected] [183]
Despidos masivos en la Zona Franca y el comercio :
ANTE LOS DESPIDOS MASIVOS NECESITAMOS UNA RESPUESTA MASIVA
El despido de miles de trabajadores de la zona franca de Santiago, es una demostración mas de que los trabajadores en el sistema capitalista de producción solo pueden esperar hambre y miseria
Después de haber sido sometidos a la explotación mas inhumana que se pueda imaginar, estos obreros son lanzados a las calles como deshechos. ¿Y por qué? No porque serían unos vagos. No porque sean poco productivos. No porque cobren demasiado. No. La causa de los despidos es una causa ciega e implacable que impone sus designios independientemente de la voluntad y el comportamiento de los trabajadores : LA CRISIS DEL SISTEMA CAPITALISTA MUNDIAL QUE AFECTA A TODOS LOS PAISES Y TAMBIEN AQUÍ EN LA REPUBLICA DOMINICANA.
La Clase obrera ante los abusos de la clase burguesa debe tomar conciencia de que solo su unidad puede crear la fortaleza que le permita librar el combate para destruir este sistema injusto e inhumano.
Pero ¿cómo puede luchar? ¿Tiene fuerza si lo hace detrás de los sindicatos? Las experiencias acumuladas repetidamente tanto en República Dominicana como en todo el mundo muestran que no: los sindicatos pactan con los patrones y el gobierno despidos o pérdida de derechos a escondidas de los trabajadores. Los sindicatos convocan movilizaciones que en lugar de animar la lucha la frenan y la debilitan porque dividen, desunen y desorganizan a los trabajadores.
La clase obrera debe seguir un camino independiente, no puede confiar en los sindicatos, ya que estos son órganos , desde que el capitalismo entró en su etapa de decadencia, que se han convertido en trampas para los trabajadores, ya que responden a los intereses de los patronos y del capital. La clase obrera solo puede salvarse ella misma.
Obreros de Santiago: no estáis solos. Actualmente, la clase obrera internacional está luchando. En Grecia en diciembre 2008. En Francia los jóvenes trabajadores. En Lituania, Islandia, Letonia, Bulgaria en enero de 2009. En China los desempleados contra el intento del régimen de devolverlos a las aldeas.
Obrero, tu eres el productor de toda la riqueza social, con tu fuerza y tu inteligencia creas todo lo útil para vivir feliz en comunidad. Obrero, mientras tu vive en la miseria, los burgueses viven como zánganos a costa de tu esfuerzo.
¡Solidaridad de clase con los trabajadores despedidos de la zona franca de Santiago!
Obrero cumple con el papel histórico que te corresponde: Destruir el sistema capitalista.
NUCLEO DE DISCUCION INTERNACIONALISTA DE LA REP DOM
Los paros y las manifestaciones de los trabajadores de las refinerías y de las centrales eléctricas contra el desempleo muestran el malestar profundo en la clase obrera confrontada a una marea de despidos a consecuencia de la crisis económica.
Esta oleada de despidos y reducciones de jornada no se limita a Gran Bretaña, sino que afecta a todo el globo. De EEUU a China, de Europa occidental a Rusia, ningún puesto de trabajo está a salvo; y para los que aún mantienen un empleo, los salarios se recortan y las condiciones laborales empeoran.
Pero por todo el mundo los trabajadores muestran que no están dispuestos a aceptar estos ataques: hay manifestaciones diarias en China; a finales de Enero, en Francia, 2,5 millones de obreros fueron a la huelga en protesta por el desempleo; los estudiantes y los jóvenes obreros en Italia, Francia, Alemania y sobre todo en Grecia, han salido a la calle para mostrar su rabia contra una sociedad que no les ofrece ningún futuro. El cabreo de los obreros de las refinerías no es específico de Gran Bretaña, sino que es parte de una respuesta internacional frente a la profundización del desastre económico.
Sin embargo, la consigna principal de estas huelgas del sector energético - «Los empleos británicos para los obreros británicos»- solo puede llevar a los obreros a un callejón sin salida.
La amenaza a los empleos de los trabajadores del sector energético o de cualquier otro sector, no viene de un cargamento de obreros italianos y portugueses usados por un entramado de firmas británicas, americanas e italianas para abaratar los costes salariales. Al capitalismo no le importa en absoluto la nacionalidad de los que explota. Sólo le preocupa cuánto beneficio puede sacar de ellos. Pero se pone más que contento cuando los obreros se enfrentan unos a otros, cuando están divididos en grupos nacionales que compiten entre sí. La idea de «empleos británicos para trabajadores británicos» está directamente en oposición a la capacidad de los trabajadores para defenderse ellos mismos. Y esto porque sólo pueden defender sus intereses si sus luchas se extienden tan ampliamente como sea posible, reuniendo a todos los trabajadores, sin tener en cuenta su nacionalidad, en una lucha de resistencia común frente a sus explotadores. Los trabajadores de Gran Bretaña no tienen ningún interés en común con los patronos británicos ni con el estado del Reino Unido, pero sí tienen todo en común con los llamados trabajadores "extranjeros", que se confrontan a las mismas amenazas de desempleo y miseria, porque la crisis del capitalismo es una crisis mundial.
La principal fuerza impulsora de la ilusión nacionalista en este conflicto han sido los sindicatos Unite y GMB, que han tomado a cargo la consigna de Gordon Brown, que a su vez es prestada del British Nacional Party[1], y la han situado en el centro del movimiento. Esta no es la primera vez que los sindicatos han intentado hacer moneda de cambio de la susodicha consigna «los empleos británicos para los obreros británicos». El año pasado un contratista despidió a los trabajadores de la obra que estaban construyendo una central eléctrica en Plymouth. Otros trabajadores pararon en solidaridad con sus compañeros. El sindicato intentó argumentar que los obreros de Polonia que trabajaban en esta obra estaban quitando empleos "británicos". Esto acabó sonando bien hueco cuando esos obreros polacos se sumaron a la huelga. El sindicato, que había protestado tan vehementemente por los despidos de obreros británicos, llegó sin embargo a un acuerdo con la patronal para que los huelguistas volvieran al trabajo y se mantuvieran los despidos.
Los medios de comunicación también han jugado un papel muy importante en la difusión del mensaje nacionalista. Normalmente están muy callados cuando los trabajadores emprenden acciones no oficiales o se embarcan en huelgas de solidaridad ilegales; pero esta vez han dado máxima publicidad a este conflicto, focalizándose constantemente en las pancartas y consignas "British".
Aunque no cabe ninguna duda de que los obreros de las refinerías petrolíferas han mordido el anzuelo nacionalista en cierta medida, la realidad es mucho más compleja, como se puede comprobar en esta declaración de un obrero desempleado en lucha a las puertas de una central eléctrica de Welsh: «Me despidieron del puesto de estibador hace dos semanas. He trabajado en los muelles de Cardiff y Barry durante 11 años y he venido aquí hoy con la esperanza de que podamos hacer tambalear al gobierno. Creo que todo el país debería ponerse en huelga, ya que se está perdiendo toda la industria británica. Pero no tengo nada contra los obreros extranjeros. No puedo culparles por acudir donde hay trabajo» (The Guardian On-line, 20.01.2009). Por su parte, otros obreros han aclarado que miles de trabajadores británicos del petróleo y la construcción están trabajando actualmente en el extranjero.
Frente a una crisis económica de proporciones devastadoras, no es sorprendente que los trabajadores muestren dificultades para encontrar la forma más efectiva de defenderse. Los obreros del sector de la energía han mostrado una voluntad real de organizarse por sí mismos, extender la lucha y manifestarse en apoyo de los compañeros en otras plantas y otras partes del país, pero la consigna nacionalista que han adoptado va a ser usada contra toda la clase obrera y su capacidad de unirse.
La clase dominante no tiene ninguna solución a la crisis, una crisis de sobreproducción que se ha ido acelerando durante décadas. Ya no puede alejarla con más inyecciones de crédito - la montaña de deudas acumuladas es, de hecho, una parte del problema. Y cerrar cada país tras barreras proteccionistas, que es la lógica que se desprende del «empleos británicos para obreros británicos», ya resultó ser, en los años 30, una forma de agudizar la competencia entre naciones y arrastrar a los obreros a la guerra.
La clase obrera no puede confiar en soluciones inmediatas o locales frente a la catástrofe económica. Pero puede defenderse contra los intentos del capitalismo de hacerle pagar la crisis. Al unirse en su autodefensa, por encima de todas las divisiones y fronteras, puede empezar a descubrir que tiene una respuesta histórica al colapso del capitalismo: una revolución internacional y la construcción de una nueva sociedad basada en la solidaridad humana y no en el beneficio capitalista.
Corriente Comunista Internacional, 31.01.09
[1] Partido de extrema derecha, con tintes racistas
Hace un par de semanas todos los medios de "comunicación"[1] lanzaron una machacona campaña presentando a los trabajadores británicos como xenófobos. Esta generalización abusiva la hacían partiendo del hecho real de que en una huelga en la refinería de Lindsdey los trabajadores habían comenzado su movilización cayendo en la trampa nacionalista al tomar a cargo el slogan electoral de Mr.Brown «empleos británicos para trabajadores británicos» en la lucha contra la contratación en condiciones muy inferiores a las existentes de 300 trabajadores italianos y portugueses.
Nuestros compañeros de la sección en Gran Bretaña de la CCI habían criticado ese error de este sector de los trabajadores mostrando a la vez el fondo de lucha contra el desempleo rampante y el empeoramiento de las condiciones de vida y denunciando el peligro que representa el veneno nacionalista[2].
Sin embargo una cosa es el error y otra muy distinta es la imagen que se ha repetido hasta la náusea presentando a los trabajadores ingleses como una horda de fanáticos xenófobos que serían unos fervientes partidarios del BNP[3]. En su delirio, algunos comentaristas han llegado a afirmar que "las protestas sociales contra la crisis derivarán en el más puro fascismo".
La burguesía aprovecha los errores del proletariado para montar estruendosas campañas de intoxicación. El proletariado, por su parte, aprende de sus errores. «Tan gigantescos como sus problemas son sus errores. Ningún plan firmemente elaborado, ningún ritual ortodoxo válido para todos los tiempos le muestra el camino a seguir. La experiencia histórica es su único maestro, su Vía Dolorosa hacia la libertad está jalonada no sólo de sufrimientos inenarrables, sino también de incontables errores. La meta del viaje, la liberación definitiva, depende por entero del proletariado, de si éste aprende de sus propios errores. La autocrítica, la crítica cruel e implacable que va hasta la raíz del mal, es vida y aliento para el proletariado»[4]. Esto es lo que ha sucedido en Gran Bretaña y lo que constituye el objeto del artículo que presentamos a continuación de nuestros camaradas británicos: el error nacionalista inicial ha empezado a ser enfrentado por un nuevo desarrollo de las luchas obreras.
¡Y aquí vemos el papel cínico e indignante de los medios de "comunicación" que se pavonean de "informar verazmente y con neutralidad"! Sobre este nuevo desarrollo de la lucha está reinando la más espesa conspiración del silencio. ¡Ni una palabra! ¡Cómo si no existiera!
Los trabajadores debemos darnos nuestros propios medios de información y comunicación para conocer la verdadera realidad de nuestras experiencias de lucha. Unos medios que no oculten nuestros errores inevitables pero que al mismo tiempo den a conocer las experiencias positivas que hacen avanzar a todo el proletariado mundial.
Acción Proletaria 12-02-09
La oleada de huelgas salvajes[5] iniciada por la lucha de los trabajadores de la construcción y el mantenimiento de la refinería de Lindsdey constituye una de las luchas más importantes que ha habido en Gran Bretaña en los últimos 20 años.
Miles de trabajadores de la construcción en otras refinerías y centrales eléctricas han parado en solidaridad. Se han celebrado reuniones masivas cotidianas. Trabajadores desempleados de la construcción, el metal, los puertos y otros sectores, se han unido a los piquetes y a las manifestaciones organizadas por los trabajadores de las refinerías. Los trabajadores no se han sentido intimidados por el carácter ilegal de sus acciones porque para ellos era más importante expresar la solidaridad con los compañeros amenazados de despido, lanzar a los cuatro vientos su rabia ante la escalada del desempleo y la inacción completa del gobierno. Cuando 200 trabajadores polacos se han unido expresamente a la lucha ésta ha alcanzado su momento más alto pues ello ha significado un desafío al nacionalismo que al principio ha envuelto el movimiento.
El despido de 300 trabajadores de las subcontratas de la refinería petrolera de Lindsdey, la propuesta de reemplazarlos por otra subcontrata que alquilaría a 300 compañeros italianos y portugueses (pero con condiciones laborales inferiores y salarios más baratos) así como el anuncio expreso de que no se contratarían trabajadores ingleses encendieron la pólvora del descontento entre los trabajadores de la construcción. En los últimos años era habitual traer contratas de trabajadores extranjeros con condiciones inferiores lo que daba como resultado una carrera a la baja en las condiciones de todos los trabajadores, ingleses o extranjeros. Esto, unido a la oleada de despidos tanto en la construcción como en los demás sectores, estimularon la combatividad obrera que se ha expresado en estas luchas.
Desde el principio, el movimiento tuvo que abordar una cuestión fundamental que afecta no solamente a los huelguistas actuales sino a toda clase obrera en el futuro: ¿es posible luchar contra el desempleo y otros ataques identificándose como "trabajadores británicos" y revolviéndose contra los "trabajadores extranjeros"? O, por el contrario, ¿tenemos que vernos como trabajadores con los mismos intereses sin importar de donde vengamos? Tal es la profunda cuestión política que el movimiento ha tenido que encarar.
En los comienzos, la lucha parecía dominada por el nacionalismo. La fotografía que ha dado la vuelta al mundo ha sido la de los trabajadores que exhibían carteles hechos a mano que proclamaban «Empleos británicos para los trabajadores británicos» y las federaciones sindicales llevaban sus pancartas más profesionalmente hechas con la misma consigna. Los dirigentes sindicales la defendían de manera más o menos explícita y los medios de comunicación hablaban profusamente de una lucha contra los trabajadores extranjeros y se esforzaban por encontrar trabajadores que expresaran esa opinión. El movimiento de huelga salvaje podía potencialmente ser fagocitado por el nacionalismo y evolucionar hacia una derrota, con trabajadores atacando a otros trabajadores, con los trabajadores gritando masivamente consignas nacionalistas y llamando a que los empleos fueran concedidos a los "británicos" y reclamando que italianos o portugueses perdieran sus empleos. Con ello la capacidad general de la clase obrera para lucha se hubiera visto seriamente dañada y la clase dominante habría reforzado su capacidad de ataque gracias a la creciente división de los obreros.
La cobertura de los media (y lo que algunos trabajadores decían) hacía fácil pensar que las demandas de los trabajadores de Lindsey se reducían a "Empleos británicos para trabajadores británicos". Pero las cosas no eran tan simples. Lo que se discutió y se votó en las Asambleas no tenían nada que ver con ese eslogan y no se vio en ellas hostilidad alguna hacia los trabajadores extranjeros. Es cierto que se expresaron ilusiones sobre la habilidad de los sindicatos para pararle los pies a los empresarios haciendo gestiones para que no contrataran a los trabajadores extranjeros, pero en ningún momento hubo un nacionalismo patente. Pese a ello, los carteles y las opiniones de algunos trabajadores y las declaraciones sindicales permitieron a los media dar la impresión de que los huelguistas se dirigían contra los trabajadores extranjeros.
El peso persistente del nacionalismo
El nacionalismo forma parte integral de la ideología capitalista. Cada burguesía nacional solamente puede sobrevivir compitiendo con sus rivales a nivel económico y militar. Su cultura, sus media, su educación, sus actividades de ocio y deportivas, propagan el veneno nacionalista a todas horas en orden a atar de pies y manos la clase obrera a la nación. La clase obrera no puede evitar el verse afectada por esa ideología. Pero lo que resulta crucial en el movimiento que estamos hablando es que el peso del nacionalismo, tras una desorientación inicial, ha empezado a ser desafiado por los trabajadores que han abordado la cuestión en el curso de la lucha misma.
El eslogan nacionalista "Empleos británicos para trabajadores británicos", tomado por Gordon Brown del BNP, generó mucho desasosiego entre los trabajadores tanto los huelguistas como la clase en general. Muchos huelguistas dejaron bien claro que ellos no eran racistas y que no apoyaban al BNP. Además, los intentos de éste de intervenir en la lucha fueron ampliamente rechazados por los trabajadores.
Es cierto que a pesar del rechazo del BNP muchos trabajadores entrevistados en la TV expresaban una reflexión no exenta de confusiones. Dejaban claro que no estaban contra los trabajadores extranjeros, precisaban que ellos mismos no eran de origen británico o aún siéndolo habían trabajado en el extranjero, pero al mismo tiempo decían que estaban desempleados y que querían que sus hijos tuvieran un empleo y que deberían tener preferencia respecto a los de fuera, que "el trabajo debía ser primero para los británicos". Semejantes puntos de vista partían de una visión que dividía a los trabajadores entre británicos y "el resto", que llevaba a creer que no tenían los mismos intereses y, por tanto, a caer en la trampa nacionalista.
Sin embargo, el proceso de reflexión se desarrollaba. Otros trabajadores subrayaban que los intereses eran comunes entre todos los trabajadores y que querían que todos tuvieran la oportunidad de encontrar un trabajo. «Fui despedido como estibador hace dos semanas. He trabajado en Cardiff y en Barry Docks durante 11 años y vengo aquí para ver como podemos sacudir el gobierno. Creo que todo el país se debería poner en huelga porque estamos perdiendo toda la industria británica. Pero no tenemos absolutamente nada contra los trabajadores extranjeros. No podemos culparles de ir a buscar el trabajo allí donde puede encontrarse» (Guardian On Line 20-1-2009). Hubo también trabajadores que argumentaron que el nacionalismo era un gran peligro. Un trabajador que había trabajado en el extranjero advirtió en un foro de trabajadores de la construcción de lo que suponía la utilización por los empresarios de las divisiones nacionales entre trabajadores: «Los medios corporativos han agitado a los elementos nacionalistas presentando a los manifestantes con la peor imagen posible. Lo último que quieren los empresarios y el gobierno es que los trabajadores británicos se unan con los del otro lado del Atlántico. Creen que nos pueden enfrentar a unos contra otros por los empleos. Un escalofrío les recorre el cuerpo cuando ven que nosotros no actuamos así». Otra intervención en el mismo foro señalaba que la lucha se relacionaba con las que había habido recientemente en Grecia y Francia y subrayaba la necesidad de lazos internacionales: «Las protestas masivas en Francia y en Grecia son el anuncio de lo que va a venir. Creo que construir contactos con esos trabajadores para impulsar amplias protestas en Europa es mejor que los partidos culpables que tenemos, los empresarios, los líderes sindicales vendidos y el Nuevo Laborismo que continúan aprovechándose de la clase trabajadora» (Thebearfacts.org). Trabajadores de otros sectores intervinieron igualmente para oponerse a los eslóganes nacionalistas.
Estas discusiones sobre el nacionalismo, tanto entre los huelguistas como entre trabajadores en general, alcanzaron una nueva fase cuando 200 trabajadores polacos se unieron a 400 trabajadores británicos, lanzándose todos a una huelga salvaje en solidaridad con los compañeros de Lindsey, en las obras de construcción de la central eléctrica de Langage en Plymouth. Los media hicieron todo lo posible para ocultar este acto de solidaridad internacional: la emisora local de la BBC no dijo nada y apenas se pudo ver alguna pequeña nota en algún periódico a nivel nacional.
La solidaridad de estos compañeros polacos era muy importante porque el año anterior se habían involucrado en una lucha similar. 18 trabajadores habían sido despedidos y los demás trabajadores se lanzaron a la huelga incluidos los de origen polaco. Los sindicatos intentaron transformar la lucha en una protesta contra la presencia de trabajadores extranjeros, sin embargo, la participación activa de los obreros polacos hizo fracasar la maniobra.
Los trabajadores de Langage tenían conciencia de que en Lindsey los sindicatos habían impuesto sus consignas nacionalistas. Por eso al día siguiente de su huelga de solidaridad, durante una asamblea de Lindsey aparecía una pancarta hecha a mano que decía «Central Eléctrica de Langage - Los trabajadores polacos se unen a la huelga: ¡Solidaridad!». Esto quería decir una de estas dos cosas: o bien, trabajadores de Langage habían hecho las 7 horas de viaje para estar presentes en la asamblea de Lindsey, o bien que algún trabajador del propio Lindsey quería subrayar su acción.
Al mismo tiempo, en el piquete de Lindsey apareció una pancarta que llamaba a los trabajadores italianos a unirse a la lucha. La pancarta estaba escrita en inglés y en italiano. También en el Guardian del 5-2-09 se informa que aparecieron algunos carteles que decían «¡Trabajadores del mundo uníos!». Vemos pues que se expresan los primeros pasos de un esfuerzo consciente de algunos trabajadores para poner por delante un genuino internacionalismo proletario, un paso que solamente puede llevar a más reflexión y discusión dentro de la clase.
Todo esto planteaba la necesidad de que la lucha avanzara hacia un nivel superior tratando de desafiar directamente el veneno nacionalista. El ejemplo de la solidaridad de los obreros polacos planteaba la perspectiva de que miles de trabajadores de los grandes centros de construcción de Gran Bretaña y en particular de las Olimpiadas en East London, pudieran unirse a la lucha. Se corría el peligro de que los media se vieran expuestos y no pudieran ocultar un aumento de los eslóganes internacionalistas. Como las barreras nacionalistas habían empezado a ser atacadas no fue una sorpresa que de repente a la burguesía le entrara una gran prisa para resolver la disputa. En 24 horas, sindicatos, empresarios y gobierno prometieron 102 empleos extra para trabajadores británicos, además de los 300 para italianos y portugueses. Muchos huelguistas se mostraron contentos porque no se habían perdido los 300 empleos de italianos y portugueses. De todas formas un huelguista se preguntaba ¿cómo es que tenemos que hacer una huelga para simplemente conseguir trabajo?
En el curso de una semana hemos visto la extensión de huelgas salvajes más grande en décadas con asambleas masivas y acciones ilegales de solidaridad. Una lucha que había empezado emponzoñada por el nacionalismo ha acabado poniéndolo en cuestión. Eso no significa que esté superado pues el nacionalismo es un peligro permanente, pero este movimiento proporciona a futuras luchas lecciones importantes. Desde luego, la aparición de un cartel diciendo "Trabajadores del mundo uníos" en un piquete que se suponía ser la vanguardia del "nacionalismo xenófobo" no dejará de preocupar a la clase dominante sobre lo que está por venir.
Phil 7-2-09
[1] El nombre que debería dárseles es el de "medios de incomunicación, desinformación y falsificación"
[2] Ver /cci-online/200902/2490/huelgas-en-las-refinerias-y-centrales-electricas-en-gran-bretana-la-lucha-de- [417]
[3] British Nationalisr Party, partido fascista inglés cuyos orígenes se remontan a los años 30
[4]Rosa Luxemburgo, La Crisis de la Socialdemocracia
[5] El término "huelga salvaje" viene de la época de 1968 y designa huelgas hechas por los trabajadores fuera de la convocatoria sindical
El viernes 5 de junio una guardería infantil se ha incendiado en la ciudad de Hermosillo Sonora, y hasta ahora son 44 niños de entre 1 a 4 años los que han muerto. Había en ese edificio 165 niños, que quedaron envueltos en humo y llamas. Más de 60 fueron rescatados por vecinos y cuerpos de rescates, el resto está hospitalizado con graves quemaduras. El ambiente está cargado de indignación, impotencia y rabia. Denunciamos ante la clase obrera mundial este lamentable acontecimiento donde hijos de trabajadores murieron atrapados en una "cámara de gas" en la que indefensos perecieron víctimas de negligencias, corrupción y hacinamiento.
La degradación de los servicios sociales significa un golpe a las condiciones de vida de los trabajadores
Para nadie es un secreto que el Estado gasta cada vez menos en seguridad social haciendo recortes al salario social, es decir, recortando esa parte del salario que el estado devuelve en forma de servicios a los trabajadores. Cada vez se gasta menos en educación, salud y transporte... quien asume las consecuencias de ello es la misma clase obrera que debe enfrentar un empeoramiento terrible de sus condiciones de vida y de trabajo. Aún están frescas en la memoria de los trabajadores los 65 mineros muertos en la mina Pasta de Conchos que, justamente, acababa de "aprobar una revisión de seguridad"; de igual manera las autoridades dicen que esta guardería acababa de aprobar una revisión de seguridad (sic!). Los accidentes de trabajo se multiplican y los servicios de salud empeoran. Las guarderías del IMSS (Instituto mexicano del seguro social) son ya, muchas de ellas, concesionadas a particulares, con ello el Estado se libera de "trabajadores en nómina" y abarata los costos del servicio. Sin embargo, no hay que engañarse, las guarderías bajo la administración del IMSS no se salvan de un empeoramiento en el servicio e incluso, viven también al filo de un accidente (epidemiológico por ejemplo). Estatal o concesionado, las condiciones en que se encuentran las guarderías son las mismas. Pero mientras se recortan los servicios sociales que reciben los trabajadores, la burguesía gasta insulsas fortunas en tratar de mantener una abollada democracia que le sirve para justificar la dictadura del capital sobre el trabajo asalariado. Así mientras los gastos electorales para darle brillo al sistema crece, la miseria se extiende y lacera a millones de trabajadores a lo largo del planeta. La lógica explicativa del capital es que las elecciones son una "inversión", mientras la salud y el cuidado de los niños de los trabajadores es un "gasto"... ¡esa es la lógica infernal de este sistema moribundo!
¡En las tragedias del capitalismo es siempre la clase obrera la que pone las víctimas!
Un accidente así sólo se puede entender como una suma de factores que han sido posibles por la corrupción, el abaratamiento de costos (¡divisa capitalista!) y la negligencia de autoridades cuya irresponsabilidad toca todos los planos de la situación. En el caso de la guardería de Sonora sabemos hoy que estaba instalada en el edificio de una vieja bodega que tenía un sistema eléctrico en mal estado, recubrimientos interiores de poliuretano inyectado (su combustión despide un gas venenoso) para ahorrar en instalaciones, salidas de emergencia disfrazadas o inexistentes, rodeada de instalaciones peligrosas, en fin, una verdadera trampa mortal cuyos resultados hoy saltan dramáticamente a la luz. Sólo un sistema que se pudre desde su raíz como el capitalismo es capaz de conjuntar todas estas condiciones que hacen de la vida un frágil destello. Pero aquí debemos subrayar un hecho cuidadosamente ocultado por todos los medios de comunicación y es que hasta en sus estertores el capitalismo sacrifica a los oprimidos; no son los hijos de los políticos o de los empresarios lo que han muerto, ¡no!, se trata de los hijos de los trabajadores. Ante la exigencia del trabajo, los asalariados no tienen más opción que hacer uso de esas guarderías, y la magnitud de la crisis que aplasta al capitalismo conduce a que los servicios que ofrecen vayan empeorándose vertiginosamente, por lo cual la condición de seguridad de los hijos de los trabajadores es cada vez más frágil (es esa situación la que hizo, en el caso de la influenza, reaccionar con gran pánico a la burguesía, el tamaño de su temor fue de la magnitud de su indolencia).
Ya circulan en Internet y en la prensa versiones que intentan explicar este hecho como "distractores del gobierno", ya que ese día se presentaría un libro que denuncia la corrupción del gobernador de Sonora, Eduardo Bours; otros más atizan la masacre para llamar a "votar en blanco" este 5 de julio. Para rematar, la prensa trata de tejer relaciones entre los dueños de las guarderías y la esposa del actual presidente de México, Felipe Calderón. Sin duda hay todo un tejido de corruptelas en el manejo de las concesiones de esas guarderías y del propio IMSS, y las diversas fracciones de la burguesía tratarán de sacar provecho de esta tragedia, pero un hecho evidente es que este suceso no es nuevo ni será el último, porque estos "accidentes" seguirán existiendo mientras subsista el capitalismo.
Ante estos hechos evidentes que desnudan el rostro bestial del capitalismo, la burguesía trata de desviar la atención, culpando a unos cuantos y así mostrando la "justicia" de la burguesía. Recordemos en el asunto de la Mina Pasta de Conchos, toda la indignación genuina de la clase obrera fue desviada hacia el linchamiento del pillo Napoleón Gómez Urrutia, cacique sindical que no ha vacilado en despojar a obreros para hacerse de una fortuna. La descomposición del capitalismo puede ser utilizada por la clase dominante contra la misma clase obrera, el mejor antídoto contra ello es tratar de entender los hechos, más a través de la conciencia que llevados por las emociones.
En momentos de tragedias como estas debemos hacer un esfuerzo colectivo para transformar esta rabia genuina en un momento de construcción de una respuesta más de largo plazo. Es importante transformar la impotencia en una reflexión que se base en una crítica del capitalismo mundial que se encuentra hundido en una crisis sin salida. Sólo en ese marco nuestro descontento podrá perfilarse hacia una perspectiva más mediata. El proletariado no basa su lucha en el odio o en la venganza, sino en la conciencia de que debemos cambiar este mundo de explotación y miseria donde los oprimidos son las víctimas de la quiebra de este sistema de explotación.
La solidaridad con las víctimas y sus familiares deberá transformarse en un compromiso de lucha por un mundo mejor, por un mundo donde la ganancia no sea el motor de las relaciones sociales.
Revolución Mundial
sección en México de la Corriente Comunista Internacional
7 de junio de 2009
RESPUESTA DE LA CCI:
Estimado compañero:
Agradecemos la confianza que depositas en nosotros y tu compromiso con el debate. Vamos a responder a la cuestión de una manera breve y con ánimo de contribuir a que se desarrolle una discusión donde tú mismo así como otros lectores podáis aportar vuestros puntos de vista.
La Izquierda del Capital ha dado una imagen deformada del fascismo identificándolo con toda forma del Estado Capitalista en la que están abolidas las libertades formales e impera un régimen de partido único.
La finalidad de semejante amalgama es presentar un antagonismo irreconciliable entre fascismo y democracia. La democracia sería un principio en si mismo, una especie de bien superior e irrenunciable que guardaría una oposición esencial y de principio respecto al fascismo.
La historia ha probado que no existe oposición sino continuidad entre los regímenes fascistas y los regímenes democráticos. Algunos ejemplos:
Hitler sube al poder por vías democráticas jaleado entre otros por campeones patentados del antifascismo como el Partido Comunista Alemán
Dos meses antes del golpe de Pinochet, Allende desde el balcón presidencial pide a la multitud que aplauda a aquel presentándolo como general "demócrata" y "constitucional" y llamando a la "unidad entre el pueblo y el ejército"
El régimen democrático actual vigente en Chile nació de un referéndum convocado por el propio Pinochet en 1988.
En España, fueron las propias cortes franquistas las que dieron paso al régimen democrático impulsadas por servidores incondicionales del régimen como Suárez o Fraga.
Fascismo y democracia se turnan en la gestión del Estado Capitalista según las necesidades que tiene la burguesía de afrontar la lucha de clases, la cohesión y organización del propio capital nacional y la confrontación imperialista.
Desde ese punto de vista lo que es necesario ver es que la Dictadura del Capital adoptará una forma democrática, una forma de partido único o toda una serie de formas intermedias e híbridas según determinantes que nada tienen que ver con "principios" o "ideologías". No era la repentina conversión a los ideales democráticos lo que llevó a ilustres próceres del régimen de Franco como Fraga a impulsar la "transición democrática" sino la comprensión de que el desarrollo de la lucha de clases hacía obsoletos y contraproducentes la respuesta brutal de la represión, el palo y tentetieso.
El fascismo no hay que verlo como una especie de mal absoluto en oposición a la democracia que sería el bien absoluto o al menos la "opción menos mala". Ambos regímenes que adopta el Estado Capitalista responden a condiciones históricas o situaciones determinadas y es a la luz de ellas como hay que verlos.
El fascismo corresponde a un periodo histórico muy determinado de la evolución del capitalismo en su etapa de decadencia. De manera precisa la ideología fascista es la adoptada por el régimen que desde 1922 se instaura en Italia y que es promovido por el capital nacional con dos fines fundamentales: rematar la derrota del proletariado tras el fracaso de sus tentativas de lucha masiva e instaurar un régimen de capitalismo de Estado que diera cauce a los intereses imperialistas de Italia bastante malparados por la superioridad de sus rivales ingleses, franceses o alemanes
Se puede ver la Serie Revolución y contra-revolución en Italia cuya primera parte [418] aparece en la Revista Internacional nº 2.
Las justificaciones ideológicas del fascismo fueron seguidas por otros regímenes de partido único como el de Franco en España o el de Salazar en Portugal e igualmente en América del Sur: Perón en Argentina o Getulio Vargas en Brasil, quien fue apoyado por el Partido "comunista" del Brasil que lo ensalzó como "libertador nacional y social".
El Nazismo es apoyado por el capital alemán con 3 finalidades muy precisas
Ver un análisis procedente de un miembro de la Izquierda Comunista Alemana de la época en nuestra Revista Internacional nº 3: Los orígenes económicos, políticos y sociales del fascismo en https://es.internationalism.org/rint/1975/3_fascismo [419] :
1ª Rematar la derrota del proletariado alemán que había sido lograda por la Socialdemocracia en 1918-23 a costa de 100 mil muertos en las filas obreras
Ver el quinto artículo de nuestra serie sobre la Revolución Alemana titulado precisamente El terror de la Socialdemocracia preparó el terreno al fascismo en Revista Internacional nº 137 https://es.internationalism.org/node/2566 [420] . El régimen nazi concluyó la sucia faena de sus colegas implantando un terror bárbaro.
2ª Desarrollar el sometimiento general de la economía a la intervención estatal
3ª Organizar una economía de guerra y una política imperialista que permitiera al capital alemán la revancha de la derrota sufrida en la primera Guerra Mundial y que conduciría a la segunda.
En el artículo Alza de la Extrema Derecha ¿Existe hoy un peligro fascista?
https://es.internationalism.org/rint/2002/110_extrema_derecha.htm [421] de la Revista Internacional nº 110 analizamos cómo las condiciones actuales no son las mismas que las que prevalecieron en los años 30 y que dieron lugar al fascismo y el nazismo. Las generaciones obreras actuales, pese a las dificultades todavía importantes que arrastran, no están en la situación de postración y alistamiento ideológico que sufrieron sus antepasados y que dieron manos libres a la burguesía a imponer un terror sistemático.
Por lo que concierne a la ideología islamista, la hemos analizado en Revista Internacional nº 109
Ver https://es.internationalism.org/rint/2002/109_islamismo.htm [422] como expresión del proceso de descomposición de las relaciones sociales capitalistas, fenómeno que es más agudo y extremo en países más débiles que soportan un mayor peso de contradicciones ligadas a supervivencias feudales o precapitalistas
Ver Tesis sobre la Descomposición republicadas en Revista Internacional nº 107 https://es.internationalism.org/rint/2001/107_descomposicion.htm [423] .
Detrás de dicha ideología se refugian todo tipo de regímenes que invocan las más variadas justificaciones y que son tratados por los "demócratas" y "antifascistas" de Occidente según dictados de conveniencia de lo más repugnantes. Podríamos abordar dos ejemplos: Irán y Arabia Saudita.
Ambos regímenes se reclaman oficialmente de la religión islámica. La Sharia o código legal islámico es la ley en dichos países permitiendo aplicar la pena de muerte por cualquier causa y sometiendo a la población al terror de castigos públicos retransmitidos por televisión.
Sin embargo, los antifascistas y demócratas tratan a ambos regímenes de manera muy diferente.
Frente a Arabia Saudita fuera de alguna proclamación platónica todos los partidos democráticos y antifascistas guardan el más espeso de los silencios. Es un régimen teocrático que no permite la más mínima libertad ni ningún partido. La población, en particular los trabajadores emigrantes, es sometida a una explotación extrema y a un tratamiento brutal. Las mujeres, especialmente las emigrantes, apenas pueden salir de casa y son azotadas por la más mínima causa. ¿Hemos visto que nuestros "antifascistas" lancen alguna gran campaña de indignación y movilización? ¡Ninguna!..
El caso de Irán es todavía más revelador de la hipocresía y la duplicidad de los demócratas y antifascistas. Los partidos mayoritarios denuncian de vez en cuando las "violaciones de derechos humanos" aunque suelen callar prudentemente cuando se trata de obtener del canallesco régimen de los ayatolás tal o cual tratado económico o estratégico. Pero no se les ha visto alzar la voz porque las mujeres sean atropelladas y sometidas al humillante chador ni han movido un dedo cuando el régimen reprimió sanguinariamente las huelgas obreras de 2008. Sus "principios democráticos" se orientan según la geometría variable de sus intereses nacionales.
Hay grupos trotskistas, maoístas, de extrema izquierda, que en nombre del "anti-imperialismo" del régimen iraní, cierran filas en su defensa, lo ven como "progresista", "nacional revolucionario" etc., y se cuidan mucho de etiquetarlo como "fascista" pese a que se trata de un régimen brutal que trata a palos a obreros, mujeres y jóvenes. Los antagonismos del régimen islámico con Estados Unidos -debidos a sus ambiciones imperialistas propias que tienen una extensión regional- les lleva a ser ciegos y mudos ante la tortura cotidiana, el terror, las humillaciones indignantes, que los clérigos infligen a sus súbditos.
Su cinismo es tan repugnante como el que profesan los grandes partidos democráticos
Saludos internacionalistas
CCI 8-12-09
Publicamos a continuación un artículo muy interesante de un compañero del grupo LECO (Liga por la Emancipación de la Clase Obrera), grupo de orientación internacionalista que debate y colabora fraternalmente con nosotros. Muestra con claridad cómo se está concretando la crisis en América Central, cómo es descargada sobre los trabajadores provocando muchas tragedias. Pero al mismo tiempo en sus propuestas de lucha expresa una visión de AUTONOMIA DE CLASE DEL PROLETARIADO denunciando claramente a los sindicatos y una visión INTERNACIONALISTA.
Expresamos a los compañeros nuestro saludo y solidaridad.
CCI
La crisis la pagan los trabajadores. El proceso de despidos en Costa Rica.
12/2/09
El pasado martes 3 de febrero la compañía Dominos Pizza cerró sus puertas en Costa Rica, dejando sin empleo a 130 empleados. Los representantes de la compañía el mismo día del cierre salieron del país, dejando a los trabajadores sin esperanzas de que se les de su liquidación, o cruzando los dedos para ver si les toca algo con que puedan subsistir y mantener a sus familias. Esto es sólo una muestra de la verdadera cara de la crisis capitalista, el proceso de despidos ha iniciado en todos los sectores productivos.
Este proceso viene agudizándose desde el año pasado cuando, por ejemplo, el "recorte" de otra transnacional BANDECO en Limón ha dejado sin empleo a 37 empleados, quienes protestaron por los despidos.
El capitalismo no tiene nada que garantizar a las desempleados y tampoco a los que aun tienen empleo, las jornadas laborales en estos meses han aumentado, siendo común para los obreros en fábricas y distintas industrias y sectores hoy, estar trabajando hasta más de 72 horas por semana por los salarios más miserables.
Para los trabajadores inmigrantes la situación es mucho peor, en Guanacaste donde se construyen grandes hoteles y centros turísticos existen miles de obreros de la construcción principalmente nicaragüenses que sufren las peores condiciones, viven en bodegas que las mismas empresas les dan, en condiciones de hacinamiento y soportando enfermedades. Recientemente murió un obrero inmigrante por las condiciones en que se encontraba, para dar muestra de la realidad que sufre la clase obrera que no tiene ninguna garantía y está siendo sometida en su conjunto a las condiciones más explotadas.
Es conocida también la situación de las empresas piñeras en este país, que exponen a los trabajadores a agroquímicos que están prohibidos que esterilizan y provocan muchas enfermedades. Los obreros de la piña no llegan a vivir muchos años a causa de sus condiciones y a eso de los 35 años pierden el empleo sin oportunidad de conseguir otro. La piña ha llegado a ser uno de los principales productos de exportación de Costa Rica, somete a más de 20 000 empleados y además de arrancarle su calidad y tiempo de vida, también afecta a las poblaciones que viven en sus alrededores. Además la actual producción piñera contribuye a la destrucción ambiental, provoca inundaciones, contamina el agua destinada al consumo, y actúa como mafia comercial que es, obligando a los propietarios locales a venderles las tierras. Esto es lo que las empresas piñeras vienen provocando a la población, enfermedades respiratorias, de la piel etc, es lo que verdaderamente traen Dole, Del Monte, Chiquita y demás empresas. El mismo camino abierto por la United Fruit Company de explotación y miseria que trajo el capitalismo desde el siglo pasado a este país, sigue siendo el mismo camino de explotación asalariada que se mantiene hoy, las mismas condiciones que se habían combatido con huelgas se vuelven a mostrar hoy; la gran diferencia es que el estado ahora tiene un capitalismo mucho más desarrollado para combatir y dominar las huelgas hoy, tiene mejores caudillos para engañar a los trabajadores. Ahora éstos no pueden contar con la ayuda de los sindicatos pues representan a la burguesía, no pueden confiar en los caudillos del parlamento que igualmente son piezas del capital por donde quiera que se les vea; los obreros de las piñeras, los inmigrantes y toda la clase obrera, hoy sólo puede confiar en sus propias fuerzas para enfrentar la masacre capitalista profundizada con la crisis, tienen su fortaleza en extender la lucha, en su unidad internacional como clase.
Los medios anuncian métodos de cómo evitar perder el empleo o de cómo conseguir uno nuevo. Como pueden evitar la quiebra las empresas etc, etc. Todo esto no es más que un discurso desesperado cuando ya las empresas más poderosas en todo el mundo se vienen abajo. El mismo grupo Nación que representa a los sectores más adinerados del país ha corrido con despidos. Así, que, ¿se trata de mejorar el servicio como empresa? (como dicen los patronos, para explotarnos más) ¿Se trata de saber conseguir un nuevo empleo?. Los empresarios como representantes burgueses, no hayan ya que hacer, mantienen su discurso de estabilidad sólo para ver si les da tiempo de descargar al máximo la crisis en la clase trabajadora, y si no pueden seguir, se declaran en quiebra y huyen con sus millones como lo hicieron los empresarios de Dominos. Ya hoy anuncian el cierre para el mes siguiente de la empresa Silvania ubicada en el barrio de Pavas en la capital, que dejará a 200 empleados más sin trabajo y esto es sólo el inicio.
La verdadera cara de la crisis hace evidente la necesidad de los trabajadores de organizarse ellos mismos para enfrentar la miseria, la necesidad de su unidad para poder enfrentar los duros golpes del capital e ir preparando el enfrentamiento directo contra el régimen capitalista. Ya ningún obrero promedio cree que la acción de los sindicatos le vaya a servir de escudo contra el golpe de la miseria, ningún obrero más o menos consciente puede creer que algo vaya a resultar para ellos del proceso parlamentario. La alternativa que nos queda como clase trabajadora es la de enfrentarnos unidos contra el capital, sea estatal o privado, la de ampliar la lucha y actuar como clase a nivel internacional. El capitalismo en su decadencia se ha quedado desde hace mucho sin nada que ofrecer a los trabajadores, por esto la clase trabajadora sólo ve como suya la lucha de los explotados contra la burguesía y todas las capas que la apoyan.
Al lado de la crisis, no sólo se está dando sino que debe fortalecerse, la unidad del proletariado internacional, por encima de la mezquindad de las luchas nacionales, debe levantarse con más fuerza que nunca y con más decisión, pues los combates que vienen por delante serán decisivos para la historia, sea para que la humanidad caiga en su degeneración más barbárica, o para que se empiece a desarrollar el verdadero curso histórico: el comunismo, la única alternativa que puede y debe sacar a la humanidad de la miseria, de la explotación de clases y que plantea un futuro de satisfacción para las siguientes generaciones.
J.
La huelga que se desarrolla desde el 20 de enero en Guadalupe, se ha extendido como una mancha de aceite en Martinica a partir del 5 de febrero y amenaza con extenderse próximamente a la isla de la Reunión y a Guyana, e incluso a los demás DOM (departamentos de ultramar). No tiene nada de exótico o de conflicto identitario. Es realmente una expresión de la recuperación internacional de la lucha de clases actualmente en curso, lo que demuestra un aumento general de la ira y la combatividad de los trabajadores frente a la vida cara y a la degradación de las condiciones de vida y de los salarios.
En las Antillas, los precios son en promedio de 35 a 50% más caros que en la metrópoli (las zanahorias el 164%, las endibias el 135%, los puerros el 107%, la carne de pollo más del 50% etc.), mientras que el desempleo alcanza oficialmente más de 24% de la población- y 56% entre los jóvenes de menos de 25 años - (este territorio cuenta también más de 52 000 RMIstes[1]). A pesar de la influencia nacionalista y sindicalista que sin duda ha pesado sobre el movimiento, los 146 reivindicaciones expuestas por los huelguistas están todas vinculadas a la cuestión de los ataques del nivel de vida: disminución inmediata del precio de los combustibles, reducción de los precios de todos los productos de primera necesidad, así como de los impuestos y gravámenes, congelación de los alquileres, aumento de los salarios de 200 euros neto para todos los trabajadores, así como para las pensiones y las prestaciones sociales mínimas, reducción del precio de agua y de los transportes públicos, titularizar los contratos para todos los empleos precarios tanto en el sector privado que en el sector público. La popularidad de esas reivindicaciones como la perseverancia de la lucha en hacer retroceder el Gobierno reflejan el alcance de la movilización y la combatividad de los trabajadores, lo que se une a las manifestaciones del 29 de enero en Francia, a las luchas de los trabajadores jóvenes en Grecia[2], las manifestaciones masivas en Islandia o las recientes huelgas obreras en Gran Bretaña[3]
A pesar de la propaganda difundida por los medios de comunicación poniendo por delante el folklore local animado por las asociaciones culturales (manifestaciones y cantos Rítmicos a base del tambor tradicional), y especialmente con toda la bulla alrededor de la reivindicación de la "creolidad" frente a los « békés » blancos y el tono nacionalista "anti-colonial" que ha querido darse al movimiento, estas características tradicionales del movimiento en las Antillas han sido constantemente relegadas a un segundo plano. El colectivo LKP (Lyannaj kont profitasyon, Unión contra los Superbeneficios) que reagrupa 49 organizaciones sindicales, políticas, culturales y asociativas con su líder Carismático Elie Domota a la cabeza, han buscado a canalizar la lucha que cuestionaba claramente las condiciones de explotación de los trabajadores.
Debemos encomiar el carácter masivo, unitario y solidario de la huelga que muestra la vía en la cual el conjunto de la clase trabajadora hoy debe comprometerse ante el deterioro general de sus condiciones de vida.
Desde el comienzo de la huelga, los autobuses no circulan, los establecimientos escolares, la universidad, los hipermercados, las administraciones y la mayoría de las empresas y comercios están cerrados. El puerto, el Centro comercial y la zona industrial de Pointe-à-Pitre están desiertos. Una vez más, frente a la escasez de alimentos o de gasolina, una verdadera solidaridad de clase se ha expresado, a todos los niveles, entre parientes, amigos o vecinos. Los movimientos de protesta contra la vida cara habían comenzado desde los dias 16 y 17 de diciembre de 2008 con manifestaciones en las calles de Pointe-à-Pitre y de Basse-Terre mientras que el prefecto había negado a recibir una delegación de huelguistas considerada demasiado numerosa y había impedido su acceso a la prefectura mediante el despliegue de numerosas fuerzas de policía.
En Guadalupe, la manifestación del 30 de enero de Pointe-à-Pitre empezó con varios miles de personas y poco a poco se le fueron sumando hasta 65000 personas que llegaron al centro de la ciudad. Fue la mayor manifestación jamás realizada en el archipiélago. En proporción a la población de la isla equivaldría a que 10 millones de personas desfilaran por las calles de París.
Un millar de secundaria y estudiantes se sumaron a los trabajadores en huelga.
El Palacio de la Mutualidad de Pointe-à-Pitre se ha convertido en un lugar de reunión, de expresión, de debates de muchos trabajadores y en particular las obreras han podido tomar la palabra para hablar de su ira o de su consternación por sus condiciones de existencia. En una de las primeras sesiones de negociaciones, el 26 de enero, periodistas y técnicos huelguistas de Radio-Francia ultramar (RFO) habían colocado las cámaras en el interior de las salas donde tenían lugar las negociaciones y altavoces para que todo el mundo las pudiera conocer y seguir en directo.
En Fort-de-France, el 9 de febrero desfilaron unas 20000 personas que planteaban las mismas reivindicaciones y consignas que los trabajadores de Guadalupe.
La llegada de Yves Jégo, Secretario de Estado de Ultramar, a la isla ha permitido la vuelta al trabajo de la mayoría de los 115 estaciones de combustible (cuyos pequeños empresarios también estaban en huelga) con la promesa la limitación de creación de nuevas estaciones de servicio automáticas en manos de los grandes grupos petroleros. El Viceministro ha multiplicado las promesas para tratar de resolver el conflicto (reducción de los impuestos sobre los productos derivados del petróleo, sobre los productos lácteos, reducción de los tipos del impuesto de vivienda y el impuesto territorial), comprometiéndose a favorecer la negociación ante el patronato de exenciones diversas equivalente a 130 euros por asalariado. Mientras que la negociación de los 200 euros de aumento salarial mensual estaba en curso entre patronos y sindicatos, bajo la égida del prefecto, Jégo era llamado al orden urgentemente desde París. Su salida precipitada, sus declaraciones contradictorias (al principio decía que no se inmiscuía en las negociaciones salariales puesto que según él solo eran de la incumbencia de patronal y sindicatos), su espectacular regreso a la isla, donde se vio "acompañado" por dos "mediadores" que no le dejaban hacer nada, su nueva salida de la isla sin haber resuelto nada, acabaron por atizar la ira de la población, indignada por el desprecio de que era objeto y las continuas mentiras.
Bajo la presión de la ira de los huelguistas y de la población en general, los sindicatos y el LKP se vieron obligados a radicalizar sus posiciones. Se celebraron Asambleas Generales en las empresas y se formaron "delegaciones volantes" que iban de una empresa a otra a dialogar con los trabajadores, se fortalecieron los piquetes de huelga. Para desactivar el conflicto el PS local lanzó la propuesta de pagar durante 3 meses una prima de 100 euros lo cual fue aceptado por el Gobierno regional pero fue vigorosamente rechazado por los huelguistas.
El 14 de febrero, se celebró una manifestación en La Moule con asistencia de más de 10.000 personas en conmemoración de los acontecimientos de 1952 donde los gendarmes habían disparado contra los manifestantes, matando 4 obreros que trabajaban en la caña de azúcar y hiriendo a 14 más, tras una huelga que había durado 3 meses y medio. Este lugar alberga aún la fábrica de caña de azúcar Gardel que, junto con una central térmica, da de comer a unas 9000 personas. En 1967 una represión aún más sangrienta de una manifestación de obreros de la construcción y de las Obras Públicas en Pointe-à-Pître había costado un centenar de muertos.
Durante semanas, los innumerables maniobras y las redes utilizadas para dividir a los huelguistas y desactivar el movimiento, tratando de encerrarlo en un terreno puramente nacionalista, no tuvieron éxito. El 16 de febrero, mientras que el LKP organizaba bloqueos en las carreteras para "denunciar el bloqueo de las negociaciones", el Gobierno francés alzaba el tono, declarando «intolerable la continuación de la situación » y la policía comenzó a cargar contra los manifestantes (hasta entonces no había intervenido), e hirieron a dos de ellos y procedieron a una cincuentena de detenciones aunque todos eran puestos en libertad 3 horas más tarde.
En las Antillas, como en la metrópoli, como en otros lugares, el vendaval social que tanto inquieta a los gobiernos, ha empezado a soplar. En muchos lugares, confrontándose a la dura experiencia de la agravación de la crisis y las manifestaciones de la quiebra del capitalismo, la clase obrera empieza a reapropiarse su identidad de clase y a desarrollar una lenta toma de conciencia a pesar de la multiplicación de trampas y de obstáculos que le tienden sus enemigos irreductibles. Se prepara para entrar en un periodo histórico donde nada será como antes, «donde los de arriba ya no pueden y los de abajo ya no quieren» -como decía Lenin hace un siglo.
W 17 febrero 2009
[1] Una especie de salario mínimo
[2] Ver en Revista Internacional nº 136 artículo sobre luchas en Grecia: /revista-internacional/200904/2483/las-revueltas-de-la-juventud-en-grecia-confirman-el-desarrollo-de- [424]
[3] Ver artículo en https://es.internationalism.org/node/2493 [425]
Mientras la Izquierda y la extrema izquierda del Capital redoblan sus esfuerzos para que elijamos campo entre los contendientes burgueses y nos encerremos en una visión nacionalista (apoyar la "resistencia palestina") o democrática (presionar para que la ONU y las "grandes democracias" hagan "entrar en razón" a Israel y Estados Unidos), esta vez se han multiplicado las posturas que defienden OTRA VISION, la visión internacionalista que denuncia la guerra como producto del capitalismo en su conjunto, que rechaza elegir campo entre los verdugos imperialista y que propone la única salida posible: la lucha solidaria de todos los trabajadores del mundo.
La masacre en Palestina sigue cobrando vidas: La única alternativa es la solidaridad internacionalista de los trabajadores por encima de las fronteras nacionales para enfrentar unidos los crímenes perpetrados por el capital.
La ciudad de Gaza, en Palestina, es hoy un horrendo escenario donde la guerra provoca día con día más y más victimas mortales, las cuales ya se cuentan por centenares (casi 800 muertes hasta el día de hoy) y miles de heridos. El Estado de Israel ha atacado indiscriminadamente desde el pasado 27 de diciembre a la población palestina; el pretexto para llevar adelante esta asesina ofensiva contra la población civil ha sido el ataque realizado por Hamas (grupo político-militar fundamentalista islámico que gobierna Palestina desde el 2006) con misiles caseros a ciudades israelíes.
Ambos gobiernos, el de Israel y el de Palestina, representan los respectivos intereses de los explotadores de cada uno de sus bandos, por lo que tomar un lado en esta guerra es tomar lado por uno de los bandos capitalistas que en función de defender sus intereses burgueses atacan indiscriminadamente a la población civil de ambos lados de la frontera. Estos dos gobiernos (como todos los gobiernos en general) son ajenos a los intereses de los proletarios de la región y del mundo, y al mismo tiempo que condenamos los crímenes contra la población civil provocados por el gobierno de Israel de un lado y por Hamas del otro, declaramos que la única salida que podrían encontrar en estos momentos los explotados palestinos, que están siendo cruelmente masacrados, es llamar a la confraternización con los proletarios de Israel, sus hermanos de clase y sus mejores aliados en estos duros momentos, para luchar unidos contra ambos gobiernos.
Todas las organizaciones izquierdistas del mundo que se oponen a la agresión de Israel en Gaza nos hablan de apoyar la "resistencia palestina", una falsa y peligrosa consigna que mezcla a los explotadores con los explotados palestinos, y que impide que el proletariado de Palestina se reconozca como clase y que los proletarios del resto del mundo, en lugar de solidarizarnos con nuestros hermanos explotados de esa región, brindemos nuestro apoyo a todo el "pueblo palestino", incluidas las reaccionarias y explotadoras organizaciones Palestinas como Hamas (que ha reprimido a los trabajadores palestinos que se han ido a huelga acusándolos de "traición a los intereses nacionales"), la OLP, entres otras, que siempre han tenido como objetivo la creación de un Estado palestino independiente, es decir, una nueva nación capitalista, una "propia" prisión nacional de los proletarios palestinos.
La única resistencia que podemos apoyar y defender es la que den los explotados de Palestina frente al Estado de Israel y frente a sus propios gobernantes que les explotan y les reprimen. Esta resistencia sólo puede representar los verdaderos intereses de los explotados si mantiene integra su autonomía de clase frente a las organizaciones burguesas de todo pelaje (Hamas, Yihad Islámica, OLP, FDLP, etc.) y sí adquiere un carácter internacionalista, llamando a los proletarios del otro lado de la frontera (y a los del mundo) a luchar de manera unida contra todas las barbaries perpetradas por el capitalismo. Quienes llaman a levantar una "resistencia nacional" en Palestina no hacen sino repetir el repugnante discurso de los reaccionarios gobernantes palestinos, que para encuadrar y someter a la clase obrera de Palestina le llaman a luchar por la "defensa nacional" frente al supuesto "enemigo común".
Otras de las confusiones promovidas por los izquierdistas es repetir una y otra vez que Israel es un "Estado asesino", mientras llaman a la "comunidad internacional", incluidos otros países y organismos capitalistas como la ONU a que frenen la criminal masacre en Gaza. Es cierto, el de Israel es un Estado asesino (y debemos de condenar los crímenes que comete y ha cometido contra la población), pero asesinos son todos y cada uno de los Estados del mundo, que existen para legalizar y mantener, mediante las leyes y mediante la violencia abierta, la explotación de una clase sobre otra, así que la única posición clara es afirmar que mientras existan los Estados (todos) existirán las guerras, la explotación y la miseria, y que hacer diferencias entre Estados "asesinos" y "no asesinos", como entre Estados "democráticos" y "totalitarios" es una falsa ilusión reaccionaria para los explotados de todo el mundo, para quienes su enemigo no es uno u otro Estado en particular, sino todos ellos.
Además de lo anterior, hay quienes hablan de luchar por una "Palestina Libre", esa consigna no significa más que el apoyo a la creación de un Estado-nación palestino, una falsa alternativa para los explotados. El proletariado es una clase mundial, no tiene nación, por tanto, su lucha no tiene, ni puede tener, un carácter nacional. El carácter de la lucha de la clase trabajadora es internacional, por la destrucción mundial del capitalismo y por la creación de una sociedad sin clases y sin fronteras.
Es necesario, además, que entendamos que la guerra es indispensable para el propio funcionamiento del capitalismo, pues ésta sirve para "resolver" las rivalidades político-económicas de las diferentes burguesías nacionales representadas por cada uno de los Estados del mundo, por tanto, para librarnos de las guerras, es preciso que nos deshagamos del capitalismo, para lograrlo se requiere de la lucha, la solidaridad y la organización de la clase trabajadora mundial, que tiene, gracias a su poder social, su número y su capacidad de organización, la fuerza para terminar con un sistema explotador y asesino como lo es éste en el que vivimos actualmente y construir una nueva sociedad, en la que la barbarie de la guerra no esté nunca más presente.
Grupo Socialista Libertario.
09/01/2009
En vísperas de la Segunda Guerra mundial; derrotada ya la oleada revolucionaria de los años 1920, y muerta la Revolución rusa asfixiada por su aislamiento y ejecutada por la burguesía mundial y el estalinismo; triunfante pues la contrarrevolución y el aplastamiento del proletariado, el anarquismo entrará en una encrucijada fatídica para su evolución.
Las burguesías de todos los países se veían inexorablemente empujadas al militarismo por las leyes ciegas del capitalismo y se preparan activamente para la guerra. Lo mismo daba que fueran Estados fascistas como democráticos o la URSS estalinista. El callejón sin salida que representa la crisis económica no deja más alternativa que esta huida hacia el abismo de un segundo holocausto mundial. Esta marcha hacia la guerra, que se convierte en el modo de vida del capitalismo decadente, es lo que engendra el fascismo, que ha podido imponerse en aquellos países en los que la clase obrera ha sufrido una derrota más aplastante, y en los que, por tanto, resulta superfluo mantener las instituciones democráticas que tienen precisamente como función mistificar a los trabajadores, para poder doblegarlos y derrotarlos. Es pues la forma idónea del capitalismo para lograr los preparativos que requiere la marcha acelerada hacia la guerra.
El alistamiento ideológico para la guerra imperialista en pro del fascismo, del nazismo, o en defensa del mito de la "patria socialista" en el caso del estalinismo, se llevó a cabo empleando un terror bestial. Pero en aquellos países que conservaron los regímenes democráticos, los trabajadores no habían sufrido un aplastamiento tan bestial de sus movimientos revolucionarios, por lo que su alistamiento para la guerra exigía a la burguesía el empleo de una mistificación particular: el antifascismo; que se justificaba ofreciendo a los obreros un supuesto terreno desde el que enfrentarse a los horrores del fascismo, pero que en realidad supuso un instrumento para enrolarlos como carne de cañón en la guerra, al servicio de un bando imperialista contra el otro, y en defensa del Estado democrático. Para poder conseguirlo, la burguesía, sobre todo en Francia y en España, se valió de los "frentes populares", y de la llegada al poder de los partidos de izquierda.
Al contrario que el internacionalismo proletario que constituyó el grito de guerra de la clase obrera para poner fin a la carnicería de la Primera Guerra mundial mediante la revolución proletaria, el antifascismo no significa, en absoluto, un terreno en el que el proletariado pueda defender verdaderamente sus intereses de clase. Al contrario, le ata de pies y manos a la burguesía democrática. Y si bien la contrarrevolución resultante de la derrota del proletariado imposibilitaba que este pudiera llevar a cabo cualquier levantamiento revolucionario, eso no significaba que hubiera que poner entre paréntesis los principios fundamentales del internacionalismo proletario ante la Segunda Guerra mundial. Tampoco ahora cabía elegir campo imperialista, sino que se trataba de combatir tanto a la burguesía del bando fascista como a la del bando democrático.
Pero dada su propensión a defender "la libertad" contra el "autoritarismo", el anarquismo capituló completamente ante el antifascismo. Ya antes de la guerra, las diferentes corrientes anarquistas figuraron entre las principales impulsoras del antifascismo, lo que llevó a que una inmensa mayoría de los anarquistas tomaran partido decididamente por los Aliados en la Segunda Guerra mundial. Careciendo de cualquier criterio clasista basado en las relaciones sociales que rigen realmente la sociedad capitalista, el anarquismo se vio conducido a someterse por completo a la defensa de la democracia, esa forma especialmente perniciosa de la dictadura del capital. Algunos como Rudolf Rocker que en 1914 mantuvieron posiciones internacionalistas, defendían ahora la participación en la guerra imperialista de 1940, argumentando que en esta ocasión lo que se oponían eran dos sistemas radicalmente diferentes, y que la lucha contra el fascismo bien valía el apoyo a los Estados democráticos. Esta postura llevó a muchos anarquistas a participar físicamente en la guerra, y en primer lugar en ese ejército imperialista sin uniforme que fueron los maquis de la resistencia (1) .
En Francia,... « Desde el principio de la guerra [el grupo de la CNT - la red de Vidal en los Pirineos], se puso al servicio de la Resistencia, colaborando con el Servicio de Inteligencia y el Buró Central de Información y Acción (BCRA) de De Gaulle, y también con la red Sabot y el grupo Combat. (...) Al carecer de una organización nacional para la resistencia, los anarquistas no aparecen mucho, aunque están muy presentes. Citemos, por ejemplo, el maquis de la Presa de las Águilas (...), un lugar destacado en la reconstrucción de la CNT en el exilio, y uno de los maquis más activos de la resistencia. Este maquis era casi al 100% confederal, como también el maquis de Bort -les-Orgues. En general, cabe señalar, que los maquis del Macizo Central francés, estaban compuestos en gran parte de anarquistas españoles (...) » (2) . « Presentes en los maquis del sur de Francia, en los grupos FFI, FTP, MUR, o en los grupos autónomos (el batallón Libertad en Cantal, el maquis Bidon 5 en Ariège, en la región de Languedoc-Rosillón) (...) [anarquistas], a cientos, prosiguieron en el suelo de Francia, la lucha que habían mantenido contra el fascismo español ». (3) . El batallón "Libertad",... « liberó el Lot y Cahors. (...). En Foix, fueron los maquis anarco-sindicalistas de la CNT-AIT quienes liberaron la villa el 19 de Agosto » (4) .
Y el mismo escenario puede describirse en Italia. Tras la rendición del 8 de Septiembre de 1943, las regiones del centro y del norte del país permanecieron en manos de los alemanes y de la República fascista de Saló. Entonces « los anarquistas se lanzaron a la lucha armada, estableciendo allí donde les fue posible (Carrara, Génova, Milán) formaciones autónomas, o, como sucedió en la mayoría de los casos, sumándose a otros grupos tales como las brigadas socialistas "Matteotti", las brigadas "Garibaldi" de los comunistas o las Unidades "Justicia y Libertad" del Partido de la Acción. » (5) . En muchos sitios, los libertarios se adhirieron al Comité de Liberación Nacional que agrupaba un amplio espectro de partidos antifascistas, u organizaron los llamados Grupos de Acción Patriótica (sic). En la 28ª Brigada Garibaldi que liberó Rávena eran muy numerosos los anarquistas. « En Génova, los grupos anarquistas de combate operaban con los nombres de Brigada "Pisacane", la formación "Malatesta", SAP-FCL, la SAP- FCL Sestri Ponente, así como los Escuadrones Anarquistas de Acción de Arenzano. (...) Sus actividades resultaban favorecidas por la Federación Comunista Libertaria (FCL) y por el sindicato anarco - sindicalista USI que afloraba de nuevo en las fábricas. (...). Los anarquistas fundan las brigadas "Malatesta" y "Bruzzi", que llegaron a contar hasta con 1300 partisanos. Los que actuaron bajo la égida de la formación "Matteotti" jugaron un papel muy destacado en la liberación de Milán » (6) .
Otros casos, como Bulgaria, donde, tras la invasión de la URSS en 1941, el PC organizó «maquis en los que participaron numerosos anarquistas» (7) , o la guerrilla anarquista que actúo en Corea contra los japoneses en 1920-30, ponen de manifiesto lo generalizado de la participación de los anarquistas en la guerra imperialista.
Muchos de ellos no le hicieron ascos siquiera al uniforme de los ejércitos imperialistas democráticos: « miles y miles de libertarios españoles (...) participaron en la resistencia al nazismo, y una parte de ellos prosiguieron la lucha, en los batallones de Francia Libre, hasta llegar a Alemania. » (8) . « Hubo compañeros que se enrolaron en los regimientos móviles de la Legión Extranjera y participaron, en primera línea, en todos los combates. » (9) «Fueron destinados tanto al África del Norte, como al África negra (Chad, Camerún). Estos últimos se unieron a las Fuerzas Francesas Libres a partir del año 1940, sirviendo a las órdenes del general Leclerc » (...). La famosa 2ª D.B. (División Blindada) no sólo estaba formada en un 60% por españoles, sino que en ella figuraban gran cantidad de anarco -sindicalistas, hasta el extremo de que una de sus compañías «estaba enteramente formada por anarquistas españoles » , que a bordo de blindados bautizados "Ascaso", "Durruti", "Casas Viejas", « serán los primeros en entrar en la capital el 24 de Agosto de 1944 », cuando la liberación de Paris (10) , ¡ y en izar la bandera tricolor en el Ayuntamiento!
La actitud de los anarquistas durante la Segunda Guerra mundial proviene, directamente, de la que adoptaron en el "ensayo general" que supuso la guerra de España. Ésta puso bien a las claras el papel jugado por el anarquismo en lo que no era ni una « guerra de clases », ni una « revolución », sino una guerra que enfrentaba a dos fracciones de la burguesía española, y que anticipó un conflicto imperialista mundial.
En Julio de 1936, y en virtud del pacto antifascista sellado con los partidos del Frente Popular, la CNT apoyó al Gobierno republicano para desviar hacia el terreno antifascista (11), la reacción del proletariado español contra el golpe de Franco. La CNT desnortó el combate que en lugar de concentrarse en una lucha social, económica y política del proletariado contra el conjunto de fuerzas políticas de la burguesía, se orientó hacia una confrontación militar únicamente contra Franco, enviando a los trabajadores a la masacre de los frentes militares encuadrados en las milicias antifascistas y sojuzgados por intereses que no eran los propios de la clase obrera.
La participación de los libertarios en los gobiernos republicanos, tanto en Cataluña como en Madrid puso de manifiesto la evolución del anarquismo hacia el apoyo al Estado burgués: « Tras la primera victoria sobre los generales facciosos, y ante la perspectiva de una larga e importante conflagración, llegamos a la conclusión de que no podíamos dar por finiquitada la función del Gobierno, del aparato estatal. Y del mismo modo que la guerra necesita un aparato adecuado - el ejército - para poder llevarla a buen fin; también es necesario un órgano de coordinación, de centralización de todos los recursos y todas las energías del país, es decir el mecanismo de un Estado. (...). Mientras la guerra dure, debemos implicarnos en ese combate sangriento, y participar, igualmente, en el gobierno. Este debe ser, efectivamente, un gobierno de guerra, para hacer la guerra y para ganarla. (...). Creemos que la guerra es lo primero, y que hay que ganarla como condición previa a cualquier otra nueva situación,... ». (12) . Cuando llega el levantamiento de los obreros de Barcelona en Mayo de 1937, La dirección de la CNT se hará cómplice de la represión que el Frente Popular y el gobierno de Cataluña (en el que participaban) desató contra los trabajadores, mientras las tropas franquistas suspendían momentáneamente las hostilidades para permitir que los partidos de izquierda pudiesen aplastar el movimiento.
Por su apoyo total a la guerra; por su contribución a la militarización del proletariado apoyándose en las colectividades anarquistas y las milicias antifascistas; por su proclamación de una Unión Sagrada con la burguesía republicana prohibiendo las huelgas;... por todo ello bien puede decirse que la CNT participó en el alistamiento del proletariado para una guerra que tomó netamente un carácter imperialista, con la implicación de las democracias y la URSS del lado de los republicanos, y de Alemania e Italia junto a los franquistas: « Hoy ya estamos ante una guerra civil, sino una guerra contra los invasores moros, alemanes e italianos. Ya no es un partido, una organización, o unos ideales los que están en peligro, si no la existencia misma de España, de un país que quiere ser el dueño de su propio destino y que corre hoy el riesgo de desaparecer. » (13) . El nacionalismo de la CNT le llevó incluso a apelar a una guerra mundial para salvar la "patria española". « La España libre cumplirá con su deber. Pero ante esta heroica actitud ¿Qué harán las democracias? Hay motivos para creer que lo inevitable no tardará mucho en producirse. La actitud provocadora y grosera de Alemania ya hace tiempo que resulta insoportable. (...). Unos y otros saben que, al final, las democracias tendrán que poner en marcha sus ejércitos y escuadras para cerrar el paso a esas hordas de descerebrados,...» (14) .
El abandono de las posiciones del proletariado, así como la actitud de la CNT hacia la guerra imperialista provocaron muy vivas reacciones de oposición en el medio anarquista (Berneri, Durruti). Pero estos fueron incapaces de desembarazarse de la idea de que la guerra se desarrollaba a la par que una revolución, lo que les condujo a ser víctimas de la política de derrota y encuadramiento del proletariado para la carnicería guerrera. Y eso explica por qué quienes intentaban luchar contra la guerra y por la revolución fueron incapaces de encontrar una plataforma para una lucha verdaderamente revolucionaria: el llamamiento a los obreros y a los campesinos (encuadrados por los dos campos, tanto el republicano como el franquista) a la deserción, a volver sus fusiles contra los oficiales, a marchar hacia la retaguardia y luchar en defensa de las huelgas y de las manifestaciones de los trabajadores; a combatir en un terreno de clase contra el capitalismo en su conjunto.
Y, sin embargo, cuando estalló la guerra mundial, y a contracorriente de la marejada belicista antifascista, sí surgieron algunas voces que, proviniendo del medio anarquista, se elevaron para rechazar las banderas del antifascismo y para proclamar, en cambio, la única posición verdaderamente revolucionaria: el internacionalismo. Así, por ejemplo, en 1939, la Glasgow Anarchist-Communist Federation declaró que: « la lucha actual opone a imperialismos rivales que protegen sus respectivos intereses seculares. Los obreros de todos los países pertenecen a la clase de los oprimidos, y no tienen nada en común con los intereses y las aspiraciones políticas de la clase dominante. Su trinchera no es la línea Maginot en la que serán desmoralizados y abatidos mientras sus amos amasan innobles fortunas ». (15) . También en ese momento en el sur de Francia actúa un minúsculo grupo en torno a Voline (16) , que interviene contra la guerra, partiendo de bases netamente internacionalistas: « El conflicto actual es obra de los acaudalados de cada nación, poderosos que viven exclusivamente e internacionalmente de la explotación del hombre por el hombre (...) Los jefes de Estado, los mandamases militares de todos los colores y de todos los matices, están en uno y otro campo, rompiendo tratados y firmando otros, y sirven tan pronto a la República como a la Dictadura, colaborando hoy con el enemigo de ayer, y viceversa y re-viceversa (...), el pueblo paga los platos rotos mientras que se le moviliza por las democracias y contra las democracias, por los fascistas y contra los fascistas. Pero, y lo mismo da que sea en África, en Asia, como en Europa, es el pueblo quien carga con el coste de estas "experiencias contradictorias" poniendo la cara para que se la partan. (...) No se trata de luchar únicamente contra el fascismo hitleriano, sino contra todos los fascismos, contra todas las tiranías, sean éstas de derechas, de centro o de izquierdas, monárquicas, democráticas o sociales; pues ninguna tiranía emancipará al trabajo, ni liberará al mundo ni organizará a la humanidad sobre unas bases verdaderamente nuevas. » (17) . Esta posición muestra claramente a estos anarquistas como expresión de la clase obrera. Es más. La clarividencia que demuestra es posible, precisamente, porque hicieron suyas las posiciones de clase del proletariado.
Pero el aislamiento respecto a los otros grupos que permanecieron en ese terreno internacionalista y respecto al conjunto de la clase en un momento en que la contrarrevolución había triunfado en las masas; así como la enorme presión antifascista (« nos confrontamos día tras día a los demás antifascistas ¿habría que aliarse con ellos, o permanecer contra corriente? Esta cuestión nos atormentaba frecuentemente en la práctica ») (18), constituyeron una prueba demasiado dura, y este tenue destello pronto desapareció, La muerte de Voline en Septiembre de 1945, y la incapacidad de los anarquistas para sacar lecciones de sus propias experiencias, condujeron a este grupo de vuelta al redil de la CNT, y a la adhesión momentánea a los Comités Antifascistas, y después finalmente a la reconstrucción de la Federación Anarquista francesa con bases políticas completamente burguesas.
Tras examinar la historia de la reacción del anarquismo frente a las dos guerras mundiales, podemos extraer dos tipos de conclusiones:
* el anarquismo no sólo ha puesto de manifiesto su incapacidad de ofrecer una alternativa viable y una perspectiva revolucionaria al proletariado, sino que ha constituido un medio directo de movilización de la clase obrera hacia la guerra imperialista. En 1936-37, la capitulación del anarquismo frente a la mistificación antifascista y la democracia burguesa, vistas como un "mal menor" frente al fascismo, le permitió al capitalismo ampliar el arsenal de fuerzas políticas, sumando a los anarquistas, que apelaban a la guerra imperialista. La guerra de España constituyó, tras la experiencia de la Primera Guerra mundial, el segundo acto decisivo que jalonaba la evolución del anarquismo hacia la defensa del Estado capitalista. Esta sumisión a la democracia burguesa se tradujo en la integración de las corrientes oficiales del anarquismo en el seno de las fuerzas políticas del Estado capitalista. Y así fue como en un proceso en dos tiempos - 1914 y la guerra de España en 1936-37 -, el anarquismo se convirtió en una ideología de defensa del orden y del Estado capitalista.
* pero en segundo lugar, hay también que tener en cuenta que el movimiento anarquista no se reduce a sus corrientes oficiales sino que continua siendo un medio sumamente heterogéneo. En las diferentes épocas, una parte de ese medio aspira sinceramente a la revolución y el socialismo, expresa una voluntad real de liquidar el capitalismo y se compromete en la abolición de la explotación. Pero el futuro político de estos elementos depende fundamentalmente de un proceso de decantación, cuyo sentido y amplitud varía en función de la relación de fuerzas entre las clases fundamentales: la burguesía y el proletariado.
Esta decantación llevará a la nada o incluso a las filas de la burguesía, en momentos como los años negros de la contrarrevolución en la década de 1940. En efecto, carentes de la brújula de la lucha de clase y privados del oxigeno que proporciona el debate entre revolucionarios que ésta produce, se ven atrapados por las contradicciones intrínsecas al anarquismo lo que les desarma y les encierra en el terreno del orden burgués.
En cambio se orientan más bien hacia la clase obrera, cuando esta se afirma como una fuerza revolucionaria. Podemos decir que fue el movimiento revolucionario de la propia clase obrera, el auge de la revolución mundial y de la insurrección proletaria en Rusia (con la destrucción del aparato estatal por los Soviets, y la detención unilateral - por parte del proletariado ruso y los bolcheviques - de la participación en la guerra imperialista), lo que hizo posible que los anarquistas que siguieron siendo internacionalistas en 1914-18, adoptaran una actitud internacionalista consecuente, sumándose al movimiento histórico de la clase obrera y aproximándose al movimiento comunista surgido de la izquierda de la Socialdemocracia y opuesto a la guerra: nos referimos a los bolcheviques y los espartaquistas, que fueron los únicos capaces de plantear la única alternativa válida: la transformación de la guerra imperialista en guerra civil y en revolución comunista mundial.
Scott.
(1) Las filias del anarquismo se repartieron, hay que decirlo, entre las diferentes fracciones de la clase dominante. Así algunos militantes seducidos por la Charte de Travail, (una legislación del régimen de Vichy que establecía una especie de sindicalismo vertical), o pacifistas confortados por el armisticio, colaboraron con el programa de la Revolución Nacional de Pétain y el gobierno de Vichy, como fue el caso de Louis Loréal, o incluso en instancias oficiales del Estado francés, como fue el caso den P. Besnard.
(2) Les Anarchistes Espagnols et la résistence, publicado en L'Affranchi nº 14, número de primavera-verano de 1997. Aparece en CNT-AIT.info.
(3) 1944: les Dossiers noirs d'une certaine resistence, E. Sarboni, Perpignan, Ed. du CES, 1984
(4) Les Anarchistes Espagnols et la résistence, publicado en L'Affranchi nº 14, número de primavera-verano de 1997. Aparece en CNT-AIT.info.
(5) 1943-1945: Anarchist partisans in the Italian Resistence, aparecido en la web www.libcom.com [426] (cita traducida por nosotros).
(6) Idem.
(7) Postfacio del libro de Max Nettlau, Historia de la Anarquía, p. 281. Hay una edición en castellano en Editorial Zafo, Barcelona, 1978.
(8) 1944: les Dossiers noirs d'une certaine resistence, E. Sarboni, Perpignan, Ed. du CES, 1984.
(9) Dans la résistence, l´apport du mouvement libertaire, Pépito Rosell.
(10) Véase Le Monde Diplomatique de Agosto de 2004.
(11) Véase la serie sobre la historia de la CNT que hemos publicado en la Revista Internacional del nº 128 al 133, y en particular los artículos: El fracaso del anarquismo para impedir la integración de la CNT en el Estado burgués (1931-1934) (/revista-internacional/200802/2189/historia-del-movimiento-obrero-el-fracaso-del-anarquismo-para-impe [427]) y El antifascismo, el camino a la traición de la CNT (1934-36) (/revista-internacional/200806/2278/historia-del-movimiento-obrero-el-antifascismo-el-camino-a-la-trai [428]) .
(12) Diego Abad de Santillán, en Solidaridad Obrera del 16 de Abril de 1937
(13) Diego Abad de Santillán, en Solidaridad Obrera del 21 de Abril de 1937
(14) Solidaridad Obrera del 6 de Abril de 1937, citado en La Révolution Prolétarienne nº 238 de Enero de 1937.
(15) Citado en el libro de P- Hempel. A bas la guerre.
(16) Vsevolod Mikhaïlovitch Eichenbaum, conocido como Voline (1882-1945) fue miembro del Partido Socialista Revolucionario durante la Revolución rusa de 1905, en la que participó en la fundación del Soviet de San Petersburgo. Posteriormente encarcelado, consiguió evadirse y llegar a Francia en 1907, donde evolucionó hacia el anarquismo. En 1915, el Gobierno francés le amenazó con encarcelarle por su oposición a la guerra, por lo que hubo de huir a los Estados Unidos. En 1917 volvió a Rusia militando en las filas del anarcosindicalismo. Posteriormente Voline entró en contacto con el movimiento maknovista donde llegó a ser el responsable de la sección de cultura y educación del ejército insurreccional, convirtiéndose en presidente de su Consejo Militar insurreccional en 1919. Fue detenido en numerosas ocasiones, por lo que abandonó Rusia en 1920, refugiándose en Alemania, y posteriormente de nuevo en Francia, donde a petición de la CNT española publicaba en francés la revista de ésta. Denunció la política de colaboración de clase de la CNT-FAI en España. En 1940 se encuentra en Marsella, donde acaba su obra La Revolución Desconocida. Las privaciones de todo tipo y las terribles condiciones de la clandestinidad minaron definitivamente su salud. Murió de tuberculosis en Paris en 1945.
(17) Extracto de la hoja titulada A tous les travailleurs de la pensée et des bras (A todos los trabajadores tanto intelectuales como manuales), difundido en 1943.
(18) Les Anarchistes et la résistence, CIRA, p. 33.
En contra de lo que se cree, el movimiento obrero jamás se ha limitado a lo "político" y lo "económico", su campo de lucha y reflexión es no solo el mundo entero sino todos los aspectos de la actividad humana. El movimiento obrero y con él Marx ha hecho suya la frase del esclavo romano Terencio «Nada de lo humano me es ajeno». Puesto que la liberación de la humanidad debe ser completa y no puede quedar limitada a meras formas económicas o políticas (como así aconteció con la liberación que la burguesía propició cuando era una clase revolucionaria), el campo de preocupación de los revolucionarios es la humanidad en todos sus aspectos.
En particular, los revolucionarios del pasado prestaron una sostenida atención al arte, la cultura, la ciencia etc. Por limitarse al capítulo de la literatura cabe resaltar los textos de Rosa Luxemburgo sobre poetas y novelistas rusos[1] o el escrito de Trotski Literatura y Revolución[2].
Esta tradición del movimiento obrero fue machacada y adulterada por el estalinismo que presentó como arte o literatura "proletarias" las asquerosas y patéticas producciones del "realismo socialista" y otras basuras al servicio del capitalismo de Estado ruso.
Hoy cuando florece un movimiento internacionalista en un buen puñado de países es necesario recuperar esa tradición del movimiento obrero y en ese sentido saludamos con calor la contribución del compañero de la República Dominicana.
CCI
Una de las características que tienen las mayorías de los biógrafos cuando escriben sobre un personaje, es sobredimensionarlo, haciéndolo inaccesible para el común de los mortales.Eso pasa con Marx, a quien nos los quieren presentar como una personalidad rígida, carente de sensibilidad hacia el arte, ajeno a la cotidianidad, conexa a todo ser humano viviente. Esa no es la verdad. Sabemos que Marx fue riguroso en la exposición de sus tesis científicas como lo demuestran sus obras, comenzando con los manuscritos de 1844, hasta la publicación de su obra cumbre: El capital. Marx sabia reconocer los meritos de otros, aún fueran sus contrincantes, sabía pagar todas las deudas contraídas con los que fueron sus antecesores.
Para los que han leído La sagrada familia[3] sé les hace difícil asimilar a un Marx haciendo el papel de un caballo para que sus nietos lo jinetearan por toda la casa con la algarabía de un día de fiesta, o ver al Marx que escribió Miseria de la filosofía, ir con las prendas de la familia a una casa de empeño para poder cubrir las necesidades del dia,pero lo mas difícil para quienes han leído su introducción general de la critica a la economía política de 1857,es ver a un Marx influenciando a los mejores poetas de su época y,el mismo escribiendo poesías.la primera relación de amistad que tuvo Marx con un poeta, fue con el mas universal de los poetas alemanes: Enrique Heine. Según el escritor alemán Heinrich Gemkow,la amistad de Marx significo mucho para la evolución estética de Heine.
De febrero de 1844 data una temprana confesión del poeta: «Mis versos (...) han de respirar una política mas alta». En esos meses de convivencia regular con Marx, Heine escribió una de las obras imperecederas de la literatura alemana: Alemania, cuento del invierno. En ella profetizaba "Una nueva generación" capaz de desterrar algún día, para siempre, la opresión y la miseria de la vida de los pueblos, es aquí algunos versos y la influencia que tuvo Marx sobre el poeta Heine:
¡Un canto nuevo, un mejor canto
Oh, amigos, compondre para
Vosotros!
Es aquí, en la tierra, donde queremos
Forjar el reino de los cielos.
Queremos ser felices en la tierra
Y no seguir languideciendo;
Que el vientre ocioso no vuelva
A devorar
El producto de esas manos
Laboriosas.
Marx siempre estuvo ligado a los poetas y, a la poesía.cuando fue deportado a Francia, siendo redactor de la nueva Gaceta Renana, siendo cerrado el periódico, su ultimo número se despidió con estos versos inmortales de Ferdinand Freiligrath:
Con el desafió y
El tembloroso desdén en los labios.
En el puño de la espalda radiante.
Exclamando agonizante!: La
Rebelión!
Así, con honor, he caído (...)
¡Adiós, adiós tu, mundo en la lucha!
¡Adiós, ejército combatiente!
¡Adiós tu, campo que la pólvora ennegreció
¡Adiós espadas y lanzas!
¡Adiós, adiós pero no para
Siempre,
Pues el espiritu, humano, no hay
Quien lo mate!
¡Pronto me veréis de nuevo,
Erguida!
¡Pronto volveré, como siempre combativa!
Después de haber publicado El capital, Marx no abandonó su sensibilidad por la poesía ni su solidaridad con los poetas, en 1871, huyendo de los esbirros de Thier, venia un joven comunero.Traía bajo el brazo unos versos compuestos por él. Este joven llamado Eugene Portier recibió la ayuda de Marx y, estos versos se convirtieron en el grito de guerra de todos los obreros del mundo:
Arriba los pobres del mundo
De pie los esclavos sin pan
Y gritemos todos unidos:
¡Viva la internacional!
Removamos todas las trabas
Que oprimen al proletariado
Cambiemos el mundo de faz
Hundiendo al imperio burgués.
Agrupémonos todos
En la lucha final
Y se alcen los pueblos con valor
¡Por la internacional!
En su juventud, Marx le dedicó mucho tiempo al canto popular aleman, Gemkow, en su biografía sobre Marx; habla de la gran admiración que sentía Marx por la lírica de Heine y Aderbert Von Chamisso.
Marx escribió varios cuadernos de poesía, todos dedicados a quien seria su futura esposa: Jenny Von Westphalen, Aunque estos cuadernos reflejaban la nostalgia de Marx por la ausencia de Jenny, los versos que transcribo a continuación y, que fueron escritos por Marx, nos muestran como la poesía fue en él un arma para el combate y una forma de plasmar sus inquietudes por un mundo mejor:
A jugarse el todo
Sin tregua ni descanso;
Sin guardar silencio apático,
Muerta la voluntad de acción.
No andar nunca caviloso y
Miedoso bajo un yugo servil.
Pues las ansias, los anhelos
Y la acción, nuestro son aún.
J.D.
[1] Se puede encontrar El espíritu de la literatura rusa en www.marxismo.org/files/10ElespiritudelaliteraturarusaLavidadeKorolenko_0... [430].
[2] https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1920s/literatura/indice2.htm [431]
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Independientemente de las cualidades que estas declaraciones reflejan respecto a los sujetos que las llevan a cabo, el hecho es que pueden utilizarse como un arma arrojadiza contra el desarrollo de un verdadero debate proletario que impulse un desarrollo de la conciencia. Y contra esos ataques estamos dispuestos a llevar una defensa intransigente.
Desde aquí hacemos igualmente un llamamiento a nuestros lectores, más o menos críticos o simpatizantes, a que se sumen a esta defensa y no toleren el sabotaje de este medio de discusión.
Acción Proletaria, Corriente Comunista Internacional
Introducción:
DOE RUN USA es lo mismo que DOE RUN PERU, sus operaciones tanto en USA como en Perú, han generado contaminación en el medio ambiente y el deterioro de la salud de las poblaciones cercanas a sus actividades. En USA esta empresa ha sido denunciada, multada, enjuiciada por casos de abusos y contaminación, pero a la fecha viene operando, sin mayor problema en aquel País. Aquí en la Oroya los pobladores de ese lugar, continuamente vienen protestando contra la contaminación de la minera. De una lista de 14 metales manipulados por la minera, 13 han sido encontrados en cantidades alarmantes en el ambiente de la Oroya. Entre ellos: plomo, cadmio y arsénico que como se sabe, están asociados a enfermedades cancerigenas. El maltrato a los trabajadores, la contaminación de las aguas del rio Mantaro y los casos de cáncer, sobre todo en niños van en aumento.
DOE RUN USA = DOE RUN PERU
Después de casi 12 años de incumplimientos por parte de Doe Run Peru, por el tema del PAMA (Programa de Adecuación y Manejo Ambiental) sigue haciendo lo que le viene en gana. Es que no le basta con contaminar a toda una ciudad con sus emisiones (las cuales vienen causando muerte y enfermedades sobre la población de dicha ciudad desde largo tiempo) intentando poner en la calle al 75% de sus trabajadores de un total de 3.500. Pero esta medida había sido dejada sin efecto debido a una fuerte movilización en protesta por parte de los trabajadores mineros. Ellos ingresaron al complejo Metalúrgico de La Oroya y a la marcha que realizaron por la tarde, que devino en la paralización del transito de la Carretera Central durante mas de tres horas. Esto había hecho reflexionar a la burguesía minera y las autoridades ya que ellos sabían que si ese clima de descontento se generalizaba por toda la zona, podría llegar a contagiar al resto de trabajadores mineros y pobladores en general, ya que ese lugar, es un polvorín, una bomba de tiempo, por que la población convive con las enfermedades y muertes causadas por la "bendita" actividad minera constantemente, además de las inhumanas condiciones laborales que sufren los trabajadores mineros en dichos centros mineros. Esta situación de precariedad y contaminación esta extendida por todas las zonas mineras del territorio, causando además muchos accidentes y muertes al año en los centros mineros. Las Empresas como DRP (Doe Run Peru) es una de las tantas empresas mineras grandes y pequeñas (YANACOCHA, ANTAMINA, BUENAVENTURA...) que vienen destruyendo, asesinando, contaminando a poblaciones enteras y medio ambiente en su conjunto. Y tenemos entendido que la misma empresa viene haciendo lo mismo en otros países como Estados Unidos, donde ha generado la misma situación de muerte, explotación y contaminación.
Aspectos de La lucha de los trabajadores en la Oroya
Estas movilizaciones de los trabajadores han venido siendo apoyadas por pobladores del lugar y de afueras, cosa que es muy importante mencionar aquí, podríamos decir que el resto de la población se ha solidarizado con la causa de los trabajadores mineros y su temporal despido así como tomando conciencia que es la misma empresa minera y su actividad, la que ha venido acabando con su salud y la vida de sus familiares. Es por eso que se han venido desarrollando múltiples movilizaciones de protesta contra la actividad minera en la Oroya y en diferentes zonas mineras del País. Esto podría ser quizás una primera característica de esta lucha.
Los sindicatos nunca faltan
Por supuesto que los tres sindicatos de La Oroya se reunieron con los funcionarios de la empresa, "interviniendo por los trabajadores afectados" (encuadrando y domesticando las iniciativas de los trabajadores. ) Los sindicatos han sido los perfectos negociadores del sufrimiento de los trabajadores mineros y la población en general. El papel del sindicalismo es defenderse y cuidar sus intereses y los de la empresa minera, en este caso. La intervención de los sindicatos una vez mas ha sido vital para la DRP, porque que han sabido contener a los trabajadores en sus luchas y decisiones. Si bien es cierto ha habido momentos en que los trabajadores han sabido superar las barreras del sindicato, estos finalmente, se terminaban imponiendo en sus luchas.
DRP pide la intervención del Estado
Hemos visto a nivel mundial en este escenario de crisis, un constante intervencionismo de los estados en las economías, a través de sus bancos centrales, inyectando miles de millones de dólares, a empresas y bancos para evitar sus quiebras. En este caso no fue la excepción DRP pidió intervenir al estado Peruano después de la perdida del crédito que tenia con el Banco de Crédito y el Paribas por US$ 75 millones, para llevar a cabo sus operaciones productivas y comerciales. Es por ese motivo que DRP decide suspender las actividades de refinación en La Oroya, lo que origino la amenaza de despidos a los trabajadores.
El "acuerdo fue entre privados" (sus acreedores) este prevé mecanismos de crédito para que la operación productiva y comercial se reanude. Pero para que se garantice el PAMA, el gobierno le ha planteado a DRP capitalice la deuda que DRP tiene con DOE RUN USA por US$ 156 millones y que se ponga en garantía el 100% de las acciones.
La contaminación Ambiental no es el único problema que generan las mineras
Este conflicto con DRP quiere mostrar solo una cara del problema. El problema de la contaminación ambiental, de manera aislada de la dinámica del sistema capitalista: «Lamento que el poder económico se muestre insensible frente a la contaminación» (Declaraciones del Arzobispo de Huancayo Pedro Barreto-citado por el diario El Comercio-el 16 de abril de 2009).
«no se prevé ampliar el plazo del programa de adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) a DRP» (Declaraciones del viceministro de minas Felipe Isasi -citado por el diario El Comercio-el 16 de abril de 2009)
«Es necesario complementar vacíos legales, hacer obligatorio contar con un sistema de gestión ambiental, revisar los procedimientos para el otorgamiento de las concesiones mineras y establecer las facultades y funciones en gestión ambiental» (Declaraciones de Cesar Rodríguez V. Especialista ambiental )
Todos los políticos, especialistas y empresarios quieren ver el problema como una simple "carencia de certificación", "incumplimientos", "una falta al PAMA", minimizando el problema real: Las deplorables condiciones de vida que sufren los trabajadores mineros. Y no es que la contaminación ambiental no sea un problema, lo que pasa, es que aquí se intenta ocultar, una vez mas la naturaleza voraz, depredadora y criminal del capitalismo, como modo de producción destructivo e irracional frente a la humanidad y el planeta en su conjunto.
El capitalismo jamás se señalará a sí mismo, jamás se mostrara responsable de las atrocidades que cometa, por eso siempre intenta polarizar, separar y dividir en este tipo de situaciones al proletariado , para mantener su dictadura mundial: su sistema de explotación.
Los compañeros del Núcleo Proletario de Perú nos han enviado una toma de posición denunciando la brutal matanza de indígenas perpetrada por el Estado peruano en un conflicto ligado a la expropiación de tierras de viejas comunidades amazónicas para supuestamente "traer el progreso", implantar explotaciones a gran escala de hipotéticos recursos ubicados en la zona.
Simultáneamente hemos recibido bajo la forma de un comentario en nuestra Web una hoja firmada por Anarquistas de Lima - Jóvenes Proletarios, que contiene igualmente apreciaciones muy valiosas.
Ambas hojas no son una mera toma de posición sino que han sido repartidas activamente en la manifestación que tuvo lugar en Lima el pasado 11 de junio.
Saludamos calurosamente ambas iniciativas. Apreciamos mucho el coraje y el compromiso proletarios que expresan. Ante acontecimientos como la matanza de Bagua es necesario que se hagan oír voces que expresan análisis y perspectivas proletarias en claro contraste con los planteamientos nacionalistas, de capitalismo de Estado, de interclasismo y "ciudadanía", de "lucha por la democracia", que propugnan Ollanta, los sindicatos y todos los adoradores del "socialismo del siglo XXI", el gran timo de Chávez y otros conspicuos .
Con ánimo de desarrollar un debate que nos refuerce a todos quisiéramos realizar dos observaciones tomando como referencia la hoja de los compañeros que firman Anarquistas de Lima.
Dicen los compañeros: «Pero el proletariado en lucha de Bagua sabe muy bien esto, y sobrepasan los juegos democráticos, saben que la mejor defensa es la ofensiva. Su lucha es la nuestra y nos solidarizamos con ella, pues forma parte de la comunidad de lucha mundial contra la bestia capitalista».
Estamos de acuerdo en la necesidad de que el proletariado sea solidario con la lucha de las comunidades indígenas de Bagua, el destino de estos seres humanos es la proletarización, condenados a amontonarse en los suburbios de las grandes ciudades en condiciones espantosas. Estos sectores sociales pueden y deben ser ganados por el proletariado en su lucha emancipadora.
Ahora bien, esto no debe confundirse con la idea de que esos sectores podrían protagonizar una lucha similar a la del proletariado o que todos formarían una masa indiferenciada de proletarios.
Solamente la lucha del proletariado[1] con sus reivindicaciones como clase, con sus métodos de clase, con la perspectiva que encierra, puede ofrecer un porvenir a los demás sectores sociales no explotadores y un marco en el cual pueden y deber integrar sus problemas y sus protestas.
En cambio, si tomamos las cosas al revés, si el punto de partida es una lucha indiferenciada donde el proletariado se diluye en otros sectores sociales, corremos el riesgo de que ni el proletariado sea fuerte ni tampoco esos sectores sociales, es decir, que ambos se debiliten y sean derrotados y aplastados.
Hay otro pasaje que creemos necesario matizar: «Su lucha demuestra una cosa: que resurge y se generaliza la lucha entre clases, que ha escala mundial se hace inocultable y que más temprano que tarde nos tocara tomar parte en el desarrollo de nuestra autoliberación como clase oprimida».
Nos parece vital que los compañeros se inscriban en una perspectiva de lucha de clases a escala mundial y estamos totalmente de acuerdo en que se desarrolla a nivel mundial. Sin embargo, estamos todavía en un estadio inicial, muy embrionario, donde las expresiones de solidaridad, las iniciativas autónomas de nuestra clase, son minoritarias y no alcanzan un grado de masividad y de generalización que les permita hacerse "inocultables". Para que influyamos positivamente en las luchas obreras haciendo propuesta de marcha realizables y que hagan avanzar la conciencia, la solidaridad y el sentimiento común de fuerza, es mejor ser consciente de donde estamos ahora y del largo camino que todavía nos queda por recorrer. Creemos que esa es la forma de avanzar hacia la perspectiva de su Autoliberación como clase oprimida, como muy bien dicen los compañeros.
CCI 16-06-09
¡AHORA O NUNCA!
Compañeros:
La muerte de proletarios en la Amazonía es un claro ejemplo de la destrucción a la que lleva este sistema capitalista. Cada día mueren de hambre, de frío y en la miseria, miles, millones de nuestros compañeros de clase en todo el mundo.
Compañeros, nosotros creamos toda la riqueza de la sociedad, la creamos socialmente, pero sólo unos cuantos se apropian de todo, existe una apropiación privada de la producción social. Y esto lo legaliza el Estado burgués. Nosotros no podemos seguir aguantando y tolerando más la explotación, démonos cuenta que sólo nosotros, las clases explotadas, el proletariado organizado, podrá combatir y luchar por un nuevo sistema. Nosotros debemos decidir qué hacer con lo que producimos, ya no aguantemos más explotación, ya no sigamos a líderes burócratas, organicémonos como clase internacional. Demos lucha a la burguesía con huelgas, paros, hasta tomar el poder para liberarnos.
Se debe acudir a una manifestación no para seguir pasivamente las consignas sindicales sino para discutir entre los trabajadores cómo desarrollar una lucha verdaderamente revolucionaria contra el capitalismo. Los paros, las huelgas, las manifestaciones y las acciones que asumimos (los trabajadores) deben servir para luchar por lo que nos pertenece y manifestar que este sistema caduco no puede satisfacer las necesidades de las grandes masas trabajadoras y sólo puede existir a costa de su explotación. Debemos buscar una organización autónoma fuera de los sindicatos burócratas. Las Asambleas Generales, las luchas que se extienden a otros trabajadores, manifestaciones abiertas donde estudiantes, desempleados, trabajadores de otras ramas puedan participar son las alternativas que debemos seguir.
La muerte en la Amazonía debe servir para darnos cuenta, que la lucha de clases, entre los explotados y explotadores, entre el proletariado y la burguesía está más viva que nunca. Los ricos nunca van a dejar de ser ricos, por más Ollanta, Chávez, Evo Morales que aparezcan; no queremos reformas, queremos revolución, no queremos migajas, queremos todo lo que nos pertenece. Construyamos una revolución de trabajadores en general, estudiantes, oprimidos, del proletariado en su conjunto. Las luchas reivindicativas son un medio para frenar la explotación, pero nuestro fin, debe ser abolirla por completo.
Somos los que creamos todo. ¿Queremos seguir viviendo de rodillas, esperando que llegue un presidente nuevo? ¿Cuándo podremos ser nosotros los que decidamos nuestro destino? Nuestra misión es destruir este sistema, destruir la explotación del hombre por el hombre, y no permitir que nuestro trabajo, sirva para que un burgués se haga rico. El trabajo debe servir para nuestra sociedad y para nosotros mismos. Marchemos compañeros rumbo a la nueva sociedad, tomemos el poder. Organicemos y gestemos el poder proletario.
¡Abajo el sistema capitalista genocida, explotador y opresor!
¡Viva la lucha del proletariado internacional!
Círculo Científico de Análisis Social
"Sociedad y Ciencia" [email protected] [402]
SIEMPRE NOS HAN DESTILADO MUERTE : ES LA CARA UNIVERSAL DEL CAPITALISMO.
"La violencia no es anónima, tiene nombre y dirección"
B. Brecht
"El Estado llama ley a su violencia y crimen al de los individuos".
Max Stirner
Ayer como hoy la puesta escénica de la represión del Estado y del capital no deslumbra a nadie, y relucen vistosamente a sus anchas.
Y es que las necesidades del capitalismo articulado universalmente, la prepotencia y soberbia de la burguesía y sus aparatos armados ( no es para sorprendernos), irán de tierra en tierra buscando mercados, recursos naturales y humanos, instaurando el terror y sumando nuevos Cadáveres a la larga lista de asesinados a balas, de hambre, en el trabajo, de cansancio, de miedo.
El 5 de junio Bagua fue el lugar "protagónico" de esta ferocidad, y vino a confirmar lo que decimos. Ha sido hoy por hoy uno de los tantos intentos de reapropiación del capital para devastar los recursos forestales valorizando su mercado en prejuicio de los oprimidos que habitan en el.
Pero el proletariado en lucha de Bagua sabe muy bien esto, y sobrepasan los juegos democráticos, saben que la mejor defensa es la ofensiva. Su lucha es la nuestra y nos solidarizamos con ella, pues forma parte de la comunidad de lucha mundial contra la bestia capitalista. Su resistencia a la sumisión es la nuestra y de todos los oprimidos del mundo. Pero si nuestra lucha no contiene un proyecto mayor que supere el orden existente, volverán a cagarse en nuestros hombros y la agudización de la crisis universal del capital nos reventara primero contra nosotros, sin piedad (como siempre) ¿Dudas de ello?.
CAPITALISMO Y HUMANIDAD son antagónicos, y la historia de la lucha de nuestro compañeros contra nuestros enemigos de clase son ejemplos claros y actualmente vivos.
Ya no nos engañamos por todos los oportunistas de siempre que se suben al carro y aprovechan tal situación sobre nuestros muertos, y proclaman su apoyo y representatividad, simplemente persiguiendo intereses burgueses (partidistas, electoreros, dinero).
Los compañeros en Bagua con sus limitaciones dan el coraje para seguir en lucha. Su lucha demuestra una cosa: que resurge y se generaliza la lucha entre clases, que ha escala mundial se hace inocultable y que más temprano que tarde nos tocara tomar parte en el desarrollo de nuestra autoliberación como clase oprimida.
¡CONTRA EL ESTADO Y EL CAPITALISMO!
¡LA EMANCIPACIÓN DE LOS OPRIMIDOS SERÁ OBRA DE LOS OPRIMIDOS MISMOS, O NO SERÁ!
¡POR LA AUTOORGANIZACION Y AUTONOMIA DE LOS OPRIMIDOS EN LUCHA!
Anarquistas de Lima
Jóvenes Proletarios
[1] Nosotros rechazamos la visión restrictiva y parcial del proletariado reducido a únicamente los obreros de las fábricas. El proletariado es una clase social que agrupa capas muy amplias tanto de la ciudad como del campo.
El pasado 18-03-09 se celebró en la fábrica de automóviles SEAT de Barcelona, propiedad de la multinacional Volkswagen, un referéndum convocado por la mayoría de la representación sindical con el objeto de que los trabajadores "decidieran" si aceptaban o no una congelación salarial de de dos años, es decir hasta el año 2011; a cambio, por parte de la empresa, se proponía un compromiso difuso y que en realidad a nada la obligaba, según reconocía el mismo Presidente del Comité de Empresa[1] (de la U.G.T.), a fabricar el modelo Audi Q3 a fin de aumentar la carga de trabajo y mantener los empleos. Hasta aquí el fondo del problema a decidir, según los llamados "representantes legales" de los trabajadores. Pero veamos más de cerca los hechos y lo que significan.
Los datos del referéndum[2]
La plantilla de la empresa es de 13.337 trabajadores, el voto a favor del SI ha sido de 5.499 (41'23%); la abstención se cifra en el 37%; en contra, es decir NO, el 18'9%; nulos y blancos 2%.
La representación sindical está repartida entre U.G.T., que tiene la mayoría con 21 delegados, y CC.OO y CGT que suman 24[3].
La composición del Comité Intercentros, tras las últimas elecciones sindicales de 2007, es: U.G.T. 6, CC.OO 4, C.G.T. 3
Examen del resultado
A la vista de los resultados se puede comprobar que, aproximadamente, el 59% de la plantilla se ha decidido por la abstención o ha votado no, correspondiendo el voto negativo (18%) al electorado sindical de C.G.T. y en menor medida a CC.OO. Así las cosas, hay que resaltar que el referéndum no ha conseguido el voto positivo de la mitad de los trabajadores, sino la mayoría sobre la participación habida. Desde el punto de vista rigurosamente electoral, el referéndum ha sido un sonoro fracaso teniendo presente que la UGT y más de la mitad de CC.OO, con el apoyo de la empresa, propiciaban abiertamente el sí[4].
Balance
En primer lugar están las posiciones que han mantenido los sindicatos frente al referéndum, tanto ante el procedimiento decisorio como en lo se refiere al contenido: UGT lo tenía claro desde el principio, ha propiciado el referéndum con el beneplácito de la empresa, aceptado la congelación salarial hasta el 2011, de acuerdo con las directrices de la patronal española CEOE, a cambio de que no se produzcan regulaciones de empleo, es decir despidos, y un ambiguo compromiso de la empresa de producir en la factoría de Martorell el modelo Q3 del Audi. CC.OO manifestó que defendía la misma postura que UGT, pero con el matiz de que proponía la recuperación IPC real en 2011, algo que la dirección de SEAT rechazó de plano; desde este sindicato se dijo también que aunque no estaban de acuerdo con el referéndum propugnado por UGT, ellos participarían y se vincularán al resultado. ¿Cuál es la posición de CGT que se reivindica, frente a los otros, como el verdadero sindicato de clase? Este sindicato, en su toma de posición sobre el referéndum, no lo rechaza frontalmente, sino que se opone a la forma de su convocatoria aludiendo a que han existido reuniones secretas (cosa que es verdad) entre el Gobierno catalán (representado por la consejera de trabajo Sra. Mar Serna), UGT, CC.OO y la dirección de SEAT; no se opone a que se consulte a los trabajadores siempre que antes haya un preacuerdo con la empresa, cosa que no ha sucedido; también muestra su acuerdo con la reclamación de CC.OO de que en 2011 se recupere el I.P.C. (el coste de la vida). En concreto, la tabla reivindicativa de CGT "en un esfuerzo de acercamiento a los demás sindicatos" se concreta en:
-"Recuperación del IPC real en 2011 en tablas o en una paga consolidada para el futuro, como salida unitaria que desbloqueará la división entre UGT y CC.OO."
-"Incremento del 2% en tablas para los oficiales auxiliares en 2009 y 2010."
-"Reducción de los 5 días a todo el personal objeto de la congelación salarial, y no solo a los que adeudan 35 días en su bolsa colectiva."
Siempre según CGT: "Estas propuestas no las quisieron tener en cuenta las direcciones de ambos sindicatos y votaron poner a consulta la propuesta de UGT". Lo que, en consecuencia, viene a decir es que si tales propuestas se hubiesen aceptado la CGT habría participado en el referéndum sobre la congelación salarial.
En segundo lugar, puede verse que cada sindicato asumió el papel que tiene que desempeñar ante los trabajadores y, básicamente, a pesar de que a veces da la sensación de que hay entre ellos enfrentamientos de calado, la sangre sindical nunca llega al rio. Las coincidencias fundamentales entre ellos diluyen cualquier discrepancia de fondo a pesar de las apariencias y a la hora de afrontar reivindicaciones el sindicalismo se encuentra impotente. ¿Por qué?: Primero, porque la lucha sindical está sujeta a la legalidad del capital y ésta no es posible romperla desde dentro; así, a título de ejemplo, cosas esenciales como la representación de los trabajadores se encuentra regulada de forma muy rigurosa por la normativa estatal; el proceso electoral, mediante el que se eligen los delegados sindicales, se verifica cada cuatro años y los elegidos no pueden ser revocados por los electores hasta las siguientes elecciones; además, la afiliación obrera ronda el exiguo porcentaje del 9%; ciertas huelgas fijan unos servicios mínimos que neutralizan la capacidad de presión de los trabajadores; las luchas por la extensión de las huelgas y en solidaridad con otros compañeros no están permitidas, sino que deben circunscribirse al ámbito de la empresa y del convenio en cuestión, etc. Ya solo con estos ejemplos vemos como las luchas por mejores condiciones de vida de la clase obrera es inviable en el marco de esos límites. Ahora bien, ¿quiere eso decir que la lucha reivindicativa, si no hubiese esos límites legales, podría ser viable sindicalmente? La respuesta a esta pregunta sobrepasa lo que estamos comentando, pero haremos una breve reflexión para que pueda servir para el debate.
Desde hace mucho tiempo, a lo largo del siglo XX, las Constituciones burguesas de los países con mayores concentraciones proletarias, incluyeron el sindicato como uno de los derechos fundamentales, al igual que los llamados derechos de reunión, asociación, etc. La importancia del sindicalismo, como representante de la "parte social" y como instrumento para legitimar los ataques a las condiciones de vida a los trabajadores a favor del capital y evitar así la intervención directa de estos, es tan importante para el Estado capitalista que hasta las dictaduras más violentas mantuvieron, transformaron o crearon sindicatos a su medida: Rusia, España, China, Argentina, etc. La visión que va tenerse de los sindicatos ya no será como antes, que eran verdaderas organizaciones reivindicativas y "escuelas de comunismo", la tendencia será a convertirlos en interlocutores sociales entre el capital y el trabajo, con la tutela del Estado y considerarlos como los legítimos negociadores dentro de un sistema dentro del que cada una de las partes, capitalistas y obreros, tienen su lugar y pueden defender sus intereses, criminalizando, el movimiento de lucha autónomo al margen de los sindicatos. Y precisamente ahí está la trampa en la que caen muchos obreros honestos que se afilian y trabajan en el sindicalismo, creerse la mistificación de que los intereses de los trabajadores son compatibles con el interés de la economía nacional y de la empresa, cuando precisamente son intereses que se oponen frontalmente el uno con el otro: el interés del obrero supone la negación del capitalista y viceversa. "La clave para que la lucha reivindicativa de los trabajadores defienda seriamente sus intereses más elementales es romper con todo planteamiento de defensa de la economía nacional y de salvación de la empresa"[5].
En este contexto general es donde tienen lugar las "negociaciones obrero-patronal", donde la "defensa" de los intereses de los trabajadores ya nace muerta y donde se teatraliza con golpes de efectos la supuesta negociación, que de haberla al final siempre se traduce en retrocesos. SEAT no es una excepción sino un ejemplo puro de lo que decimos: Aquí ha intervenido el sindicalismo con sus diferentes perfiles y matices pero ninguno, por lo que hemos visto y leído, cuestiona "que sean compatibles intereses de los obreros e interés de la empresa", están convencidos de ello y por eso actúan así. Al igual que sus socios en el Gobierno, los dirigentes sindicales de UGT y de CC.OO, la dirección de SEAT y el Gobierno catalán han mantenido reuniones secretas en Barcelona, y lo más normal es que de estas reuniones salgan acuerdos también secretos y ya sabemos, cuándo hay acuerdos de esta clase, quien gana y quien pierde.
Con la celebración del referéndum se ha intentado, todavía no podemos decir que lo hayan conseguido, salvar la cara de los sindicatos evitando el mayor descrédito que hubiera significado la firma de la congelación salarial directamente por los sindicatos; además, cuando las cosas se pongan feas y los trabajadores les increpen o les pidan cuentas siempre podrán contestar que han ido tan lejos como permitían las circunstancias y hasta donde los trabajadores han podido, que ellos no pueden ir más allá de donde los trabajadores quieren ir, y que por eso votaron un referéndum democrático, pero poniendo especial cuidado, todos los sindicatos, en no denunciar que la política sindical misma forma parte del Estado y aquí se encuentra su límite.
S. 30-03-09
[1] "...aunque puede salir que SI y que luego la empresa no conceda la fabricación del Q3, incluso que salga que NO y sea concedido".
[2] Parte de los datos están sacados de la web de CGT
[3] Esta representación se refiere al centro de Martorell que es donde se ubica la producción
[4] Según una reseña de la web kaosenlared, algunos trabajadores se presentaron frente a la urna con una pinza en la nariz.
[5] Acción Proletaria Nº 203, septiembre - noviembre 2008. "¿La lucha reivindicativa de los obreros, tiene que ser necesariamente sindical?"
En los últimos meses están surgiendo reuniones de parados en diferentes ciudades[1]. Estas tentativas expresan las primeras respuestas a una de las consecuencias más dolorosas de la actual crisis del capitalismo: el desempleo masivo[2].
En general han sido convocadas por sindicatos minoritarios situados "a la izquierda" de CCOO y UGT que les han llamado "Asambleas de Parados"[3].
La experiencia de más de 90 años de luchas obreras ha demostrado que los sindicatos -sean minoritarios o mayoritarios- actúan según una lógica que va a favor del Estado y de los capitalistas y en contra de los intereses obreros. Es, al fin y al cabo, la lógica sindical.
Sin embargo, eso no quiere decir que podamos esperar una lucha obrera pura, que se presente de golpe liberada del sabotaje sindical. Eso es imposible, ya que el Estado burgués ha integrado a los sindicatos en su estructura de dominación y los utiliza como un mecanismo permanente para controlar y sabotear las iniciativas obreras. Por ello, la clase obrera y sus minorías revolucionarias tienen que librar una batalla por tomar a cargo la lucha, liberarla del control sindical y lograr que responda plenamente a sus propios intereses y objetivos.
Además, hay que dejar claro que muchos militantes de los sindicatos son obreros que, pese a estar afiliados a esos organismos, desean luchar honradamente por sus intereses como clase, unidos e independientes del Estado y sus diferentes fracciones. El verdadero problema para una lucha obrera no es que haya afiliados sindicales dentro de ella. Tampoco lo es que los sindicatos hayan tomado la delantera y la convoquen antes de que surja de la iniciativa independiente de los trabajadores. El verdadero problema es conquistar el control colectivo de la lucha, romper el monopolio sindical de la negociación y de la "organización" de la lucha, hacer en definitiva que ésta desarrolle la unidad y la solidaridad entre los trabajadores. Conseguir esto lleva a una confrontación no solamente con los aparatos sindicales sino, lo que es más importante, con la lógica sindical, con la ideología sindicalista.
La lógica de la lucha obrera contra la lógica sindical
Participamos activamente en una reunión, celebrada el pasado 1 de abril en Barcelona, junto con un simpatizante muy próximo que ha llevado una actividad en diversas reuniones y grupos de parados[4].
Asistieron unas 50-60 personas. En ella se planteó la disyuntiva entre lógica sindical y lógica de la lucha obrera autónoma y lo queremos ilustrar con una serie de experiencias concretas que allí se dieron.
Lo primero que vimos es que la Mesa era auto-proclamada y desde el inicio fue marcando las pautas respecto a las movilizaciones, las reivindicaciones, los planteamientos políticos ("Que la crisis la paguen los ricos"[5]). Sin embargo, una vez se desarrolló el debate y a lo largo de éste, hubo participantes que dijeron que la mesa debía ser elegida y nombrada por la Asamblea; que todos tenían derecho a presentar sus propuestas y a ser elegidos para la Mesa, que las propuestas debían ser discutidas y votadas por el conjunto de los asistentes, incluidas cosas como la de los locales y los sitios donde hacer las asambleas.
Aquí tenemos la primera línea de confrontación entre la lógica sindical y la lógica obrera. Mientras los sindicatos intentan hacer de la asamblea una mera cámara de registro que acepta las propuestas, estrategias y discursos de los dirigentes de turno, la lógica obrera se basa en la discusión, participación y decisión colectivas. La Mesa debe ser elegida por los obreros y ha de ser revocable en cualquier momento.
¿Qué fuerza vamos a tener si concebimos la lucha como únicamente de los parados? ¿Afecta el paro únicamente a los compañeros que sufren hoy bajo sus garras?
¡No y mil veces no! El paro afecta a todos los trabajadores. Todos los trabajadores hoy activos son desempleados en potencia. Un precario es un parado que trabaja de vez en cuando y hoy ¡casi un 35% de la "mano de obra" está precarizada! Un autónomo es un parado que hace unos cuantos trabajos ocasionales y que aparece legalmente ¡como empresario! El paro es un factor de represión utilizado sobre quienes todavía conservan su empleo: muchos de ellos piensan: "me voy a callar, no voy a pedir nada pues me pueden tirar fácilmente a la calle".
El paro es un problema de toda la clase obrera y todos unidos como trabajadores debemos enfrentarlo.
¡Es un suicidio librar una lucha solamente como "parados"!. Si planteamos una lucha como parados, como un grupo social aislado, sin el arma de la huelga masiva, de la solidaridad general, mal lo tenemos. Encerrar la lucha en una problemática de "parados" es llevarla al aislamiento, la insolidaridad y por tanto a la derrota más amarga.
Cuando en las reuniones de parados lo que prevalece -como consecuencia no solamente de la acción saboteadora de los sindicatos sino de la lógica nefasta del sindicalismo- es una lucha de "parados", con reivindicaciones "solo para parados" y acciones "solo de los parados" el resultado es que la gente se desmoraliza y se desmoviliza y a las reuniones cada vez viene menos asistentes.
De nuevo, aquí se pudo ver la confrontación entre lógica sindical y lógica obrera. La lógica sindical se basa en el sector, la categoría, la particularidad. La empresa, el sector de actividad, la situación particular, son las coordenadas donde se mueve la lógica sindical y jamás las podrá poner en cuestión. Por eso la lógica sindical lleva -aún teniendo "las mejores intenciones"- a cortar el cuerpo obrero en múltiples trozos separados y aislados entre si: activos, parados, emigrantes, precarios, autónomos, jubilados... La lógica sindical, del sector, la categoría, la nacionalidad, etc., lo que hace es reproducir las estructuras propias del capitalismo. El capitalismo se basa en la COMPETENCIA y la DIVISION: individuos, sectores, categorías, naciones, etc., que compiten a muerte por su supervivencia. La lógica sindical reproduce la división y competencia propias del sistema capitalista.
Frente a la lógica sindical y capitalista de la división y la competencia se alza la lógica obrera de la UNIDAD Y LA SOLIDARIDAD, de las cuales pudimos ver algunas expresiones en la reunión de Barcelona. Un emigrante planteó «La Asamblea tiene que estar abierta a precarios, jubilados, activos, estudiantes», otro participante señaló «hemos de organizarnos activos y parados». Un tercero propuso que las asambleas y las manifestaciones que se celebren «han de estar abiertas a todos los trabajadores».
Parados, activos, emigrantes, estudiantes, jubilados, precarios... todos hemos de unirnos en una misma lucha, y una forma concreta y práctica de caminar hacia ello es pelear para que TODAS LAS ASAMBLEAS SEAN ABIERTAS A TODOS LOS TRABAJADORES SIN DISTINCION DE CATEGORIA, SECTOR O NACIONALIDAD.
La Mesa propuso, y además ya se ha anunciado públicamente (ver Kaosenlared), una concentración de presión en la Plaza de Sant Jaume (sede de la Generalitat). Aquí se ve un rasgo típico del planteamiento sindical (de la lógica sindicalista): la lucha obrera se concibe como presión a los gobernantes para que "gobiernen para el pueblo", para que "actúen según los intereses de los votantes". Con ello nos inoculan una peligrosa y desmovilizadora utopía: la ilusión de que los gobernantes han sido "elegidos por el pueblo", la ilusión de que el Estado Capitalista, del cual ellos son expresión, sería un órgano "para todos los ciudadanos". Son ilusiones que se ven desmentidas día tras día por las actuaciones concretas de esos señores, que solo responden a los intereses del Capital Nacional en su conjunto.
Frente a ello se alzaron voces que ponían en duda esa acción. Uno dijo: «no solo hay que ir al Ayuntamiento, hay que ir en manifestación a las oficinas de paro, a las fábricas, a convencer a la gente y recogerla». Otro señaló «hay que hacer asambleas que luego salgan en manifestación y hacerlo en barrios que pueda sumarse toda la población».
Ir a pedir a los gobernantes que "actúen como debe ser" nos debilita y nos aísla; ir a los barrios y a los polígonos industriales, a las oficinas de paro, para plantear una LUCHA COMUN, para gritar "somos como tú, únete", nos da la fuerza de la unidad y del desarrollo de la solidaridad y nos permite establecer una RELACION DE FUERZAS con el Estado que tiende a poner en evidencia que es un órgano egoísta de la minoría explotadora.
Un asistente planteó, justamente, el problema de ¿Dónde repartir hojas elaboradas por la Asamblea? Mientras unos hablaban de ir a las Ramblas, de sacar comunicados para la prensa, de hacer declaraciones ante periodistas, este compañero dijo «las hojas las hemos de difundir en los barrios, en la universidad, en las fábricas, en las oficinas de paro, ¡para que se enteren los verdaderos interesados!».
La lógica sindical plantea "soluciones concretas" a los problemas. Respecto al desempleo: compañeros sindicalistas, con toda la buena voluntad del mundo, hablaron de "reparto del trabajo existente"; también desde la mesa se señalaron medidas de nacionalización; hubo entre los asistentes quién dijo que el dinero repartido entre los bancos se debería exigir que se repartiera entre los parados.
Estas medidas no solucionan nada porque no ponen en cuestión la explotación sino que al contrario la refuerzan. ¿Por qué? Porque envueltas en gritos radicales están pidiendo que el capitalismo "sea bueno", "tome medidas a favor del pueblo", es decir, están pidiendo que la explotación siga siendo explotación. De estas engañifas ya dio buena cuenta hace más de siglo y medio el Manifiesto Comunista: «Otra forma de este socialismo, menos sistemática, pero más práctica, intenta apartar a los obreros de todo movimiento revolucionario, demostrándoles que no es tal o cual cambio político el que podrá beneficiarles, sino solamente una transformación de las condiciones materiales de vida, de las relaciones económicas. Pero, por transformación de las condiciones materiales de vida, este socialismo no entiende, en modo alguno, la abolición de las relaciones de producción burguesas -lo que no es posible más que por vía revolucionaria-, sino únicamente reformas administrativas realizadas sobre la base de las mismas relaciones de producción burguesas, y que, por tanto, no afectan a las relaciones entre el capital y el trabajo asalariado, sirviendo únicamente, en el mejor de los casos, para reducirle a la burguesía los gastos que requiere su domino y para simplificarle la administración de su Estado.
El socialismo burgués no alcanza su expresión adecuada sino cuando se convierte en simple figura retórica.
¡Libre cambio, en interés de la clase obrera! ¡Aranceles protectores, en interés de la clase obrera! ¡Prisiones celulares, en interés de la clase obrera! He ahí la última palabra del socialismo burgués, la única que ha dicho seriamente.
El socialismo burgués se resume precisamente en esta afirmación: los burgueses son burgueses en interés de la clase obrera».
Como dijo un compañero en la asamblea: «hay que lograr el fin del capitalismo». Y para avanzar en ese camino no se trata de pedir "reformas" de un sistema social cada vez más inhumano, y a la vez enredado en contradicciones explosivas, sino de unir las luchas inmediatas contra la explotación a la lucha general por la abolición de la explotación.
Acción Proletaria CCI 15-4-09
[1] Ver kaosenlared.net/especial/asambleadeparadosyparadas.
[2] Desde Acción Proletaria nº 204 hemos iniciado una serie sobre el Desempleo masivo. Ver /accion-proletaria/200903/2525/explosion-masiva-del-desempleo-en-2009-el-desempleo-expresa-la-quiebra [433]
[3] En una de estas reuniones un asistente señaló que «en estos momentos la asamblea de parados de Barcelona es un bluf».
[4] A quien agradecemos calurosamente su iniciativa y movilización.
[5] «Para intentar revertir esta situación se había convocado desde un grupo de parados de la campaña "Que la crisis la paguen los ricos" esta primera asamblea de parados», del "Informe de la assamblea" aparecido en Kaosenlared.
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¿Cómo luchar contra el desempleo? ¿Cómo impulsar Asambleas de Parados?
El desempleo toma un carácter masivo. La Organización Internacional del Trabajo habla de que en 2009 habrá 51 MILLONES DE PARADOS MAS y señala que el 45% de la población mundial tendrá que apañárselas para sobrevivir con ¡UN DÓLAR AL DIA!. En España se puede superar la barrera de los 4 millones y medio de parados.
Para muchos millones de trabajadores, sus hijos y sus familias, esos números se traducen en perder la vivienda, reducir drásticamente su nivel de consumo, pedir prestado y endeudarse con usureros, vender coche o enseres, renunciar a proyectos para los hijos o personales, recabar ayuda a familiares, vecinos, amigos, que probablemente estén tan mal como ellos..., todo lo cual genera angustia, discusiones familiares, estrés, sentimientos de duda, desesperación y humillación.
Ante esta situación está creciendo la indignación, la angustia, poco a poco maduran las ganas de luchar. Pero no podemos pensar que todo va a ser fácil. Hay muchos obstáculos para luchar y por eso queremos contribuir a superarlos animando un debate y una lucha.
¿El desempleo actual es un drama pasajero que se superará en un par de años?
Los gobernantes, los economistas, los empresarios, los sindicalistas, los partidos, nos dicen que la crisis es muy dura pero que "saldremos de ella" y entonces crearán nuevos empleos.
¿Tienen razón? Nosotros pensamos que no. Pensamos que el capitalismo se hunde en una crisis muy grave y que incluso aunque hubiera una salida temporal esta se haría con una cuota de desempleo más alta que las que ha habido en los últimos 40 años y con peores condiciones laborales: si hoy la inmensa mayoría de los empleos son precarios y como mucho de 800 €, la "salida" sería con empleos aún más miserables y precarios, sin pensiones etc. ¡Y esa "salida" no haría sino llevar a nuevas caídas aún más brutales que la actual!
Es vital que discutamos esta cuestión pues nuestra acción no puede ser la misma si pensamos que el paro es pasajero o si expresa una quiebra grave y definitiva del sistema capitalista.
¿Reclamar un empleo o reclamar subsidio indefinido?
Los políticos, economistas, empresarios y sindicalistas nos plantean esa disyuntiva. Por una parte, el gobierno dice que "no abandonará a los parados" y promete "prestaciones hasta salir del bache". Por otro lado, la derecha dice que "hay que crear empleos" y eliminar los subsidios que serían una carga para la economía y fomentarían la vagancia.
¡Unos y otros nos engañan! ¡Unos y otros quieren que pensemos en términos de ¿qué es lo mejor para la economía española?!. Pero nosotros tenemos que plantear nuestras reivindicaciones en función de OTRA PREGUNTA: ¿qué es lo mejor para nuestras necesidades como seres humanos, qué es lo mejor para nosotros y nuestras familias? Ahí una respuesta la daba la Asamblea de Parados de Angers en Francia: SI NO NOS DAN TRABAJO NOSOTROS NECESITAMOS COMER.
¿El paro es un problema que afecta solamente a los parados?
El Capital y su Estado se mantienen en el poder porque nos dividen y nos engañan. División porque hacen que luchemos cada cual en nuestro rincón: lucha como empresa, lucha como sector, lucha como parados, lucha como emigrantes, lucha como estudiantes ....
¡Pero el paro no afecta únicamente a los compañeros que se quedan sin empleo! ¡El paro es una amenaza, una espada que cada trabajador que todavía tiene empleo siente sobre su cuello dispuesta a un momento a otro caer sobre él! ¡El paro es el "futuro" para muchos estudiantes!
¡El paro es un problema de todos los trabajadores: parados, activos, estudiantes, emigrantes! Es vital organizar Asambleas Abiertas donde todos nos podamos unir y planteemos las reivindicaciones que necesitemos.
¿Por qué viene tan poco gente a las Asambleas de Parados?
En las reuniones de parados donde hemos intervenido había poca gente. Los asistentes se preguntan angustiados ¿por qué somos tan pocos?
¿La respuesta sería culpar a la gente de pasividad, de egoísmo, de falta total de responsabilidad? Hemos de intentar comprender para superar el problema:
- la gente desconfía de las organizaciones sindicales que hacen estas convocatorias. Han visto la cantidad de puñaladas traperas que les han clavado los sindicatos y en especial CCOO y UGT, que no quieren ser víctimas de un nuevo timo. Esto les lleva a la pasividad y a preferir quedarse en casa. Es vital luchar por Asambleas de Parados que sean controladas y dirigidas por los trabajadores mismos rechazando todo control sindical.
- En esta sociedad predomina el individualismo, la atomización, la competencia entre los seres humanos. Romper con ese modo de vida e imponer la SOLIDARIDAD, la UNIDAD, la LUCHA COMUN, no es fácil, requiere muchos esfuerzos, muchas experiencias.
- El Estado hace todo por dividirnos, por encerrarnos en nuestras casas: la ideología que todos los días sale de la TV, de los partidos, de los sindicatos que dicen estar "por la solidaridad". El Estado hace que cada cual haga las gestiones del paro en una hora diferente, por Internet etc.., para que no nos juntemos, no haya colas masivas y nos entre el "veneno" de UNIRNOS, ORGANIZARNOS.
¿Cómo organizar las Asambleas de Parados?
Hemos participado en diferentes reuniones de parados. Hay esfuerzos en diferentes ciudades por impulsar Asambleas de Parados: Madrid, Barcelona, Valencia, Granada ...
Se plantean muchas preguntas y nosotros quisiéramos contribuir con algunas propuestas:
- la Mesa debe ser elegida y no debe ser autoproclamada. Cualquier asistente tiene derecho y deber de ser elegido para la Mesa. Los componentes de la Mesa son revocables en cualquier momento.
- Las decisiones deben ser tomadas por discusión colectiva. ¡Nada de decisiones que se hacen a espaldas de la Asamblea y se imponen como hechos consumados!
- Las Asambleas deben ser abiertas a los demás trabajadores: precarios, activos, estudiantes, emigrantes ...
- Hay que ir a fábricas, a barrios, a oficinas de empleo etc., para ganar a más gente para decirles SOMOS CON TU ¡UNETE!
Como contribución a desarrollar estos planteamientos, a ampliarlos, a organizarnos y no estar dispersos, os animamos a participar en las reuniones que organizamos:
Valencia Librería Primado, c/Primado Reig nº 102 Metro líneas 3 y 5, parada Benimaclet. Viernes 8 de mayo a las 19 horas
Barcelona Centro Social Garcilaso, c/Garcilaso s/n, frente mercado de Felipe II. Metro parada Sagrera. Sábado 9 de mayo a las 17 horas
Corriente Comunista Internacional . Para todo contacto, discusión, críticas, propuestas... [email protected] [192] o escribir a Apartado de Correos 258 Valencia 46080. Consultar la Web: es.internationalism.org
1. El 6 de marzo de 1991, tras el hundimiento del bloque del Este y la victoria de la coalición en Irak, el presidente Georges Bush padre anunciaba, ante el congreso de EE.UU., el nacimiento de un "nuevo orden mundial", basado en el "respeto del derecho internacional". Este nuevo orden aportaría al planeta paz y prosperidad. El " fin del comunismo" significaba el "triunfo definitivo del capitalismo liberal". Algunos, como el "filosofo" Francis Fukuyama, predecían incluso el "fin de la historia". Pero la historia, la verdadera y no la de los discursos de propaganda, se apresuró a ridiculizar esas patrañas. Como paz, el año 91 iba a ser el principio de la guerra en la ex Yugoslavia qua acarreó cientos de miles de muertos en el corazón mismo de Europa, un continente que había evitado esta plaga desde hacia medio siglo. Igualmente, la recesión del 93 y luego el hundimiento de los "Tigres" y de los "Dragones" asiáticos en el 97, luego la nueva recesión de 2002, que puso fin a la euforia provocada por la "burbuja internet", arañaron sensiblemente las ilusiones sobre la prosperidad anunciada por Bush sénior. Pero lo típico de los discursos de la clase dominante hoy es olvidar los discursos de la víspera. Entre 2003 y 2007, el tono de los discursos oficiales de los sectores dominantes de la burguesía fue eufórico, celebrando el éxito del "modelo anglo-sajón" que permitía ganancias ejemplares, tasas de crecimiento vigorosas del PIB e incluso una baja significativa del desempleo. No había palabras bastante elogiosas para celebrar el triunfo de "la economía liberal" y los beneficios de la "desregulación". Pero desde el verano 2007 y sobre todo 2008, ese beato optimismo se derritió como nieve al sol. Desde ahora, en el centro de los discursos burgueses, las palabras "prosperidad", "crecimiento", "triunfo del liberalismo" han desaparecido discretamente. A la mesa del gran banquete de la economía capitalista se ha invitado alguien que parecía haber sido expulsado para siempre: la crisis, el espectro de una "nueva gran depresión" parecida a la de los años 30.
2. Según los propios responsables burgueses, todos los "especialistas" de la economía, incluidos los alabadores más incondicionales del capitalismo, la crisis actual es la más grave qua haya conocido el sistema desde la Gran Depresión que empezó en 1929. Según la OCDE: «La economía mundial es víctima de su recesión más profunda y mas sincronizada desde hace décadas» (Informe intermedio de marzo 2009). Algunos incluso no vacilan en considerar que es todavía más grave y que la razón por la que sus efectos no son tan catastróficos como los de los años 30 estriba en el hecho de que, desde aquel entonces, los dirigentes del mundo, muy experimentados, han aprendido a encarar ese tipo de situación, evitando, en particular, una desbandada (cada uno para sí) general: «Aunque se haya calificado a veces esta severa recesión mundial de "gran recesión", estamos lejos de una nueva "Gran depresión" como la de los años 30, gracias a la calidad y a la intensidad de las medidas que los gobiernos están tomando. La "gran depresión" se agravó por los terribles errores de política económica, desde las medidas monetarias restrictivas hasta la política de "cada uno para sí", con la forma de protecciones comerciales y devaluaciones competitivas. En cambio, la recesión actual ha suscitado generalmente buenas respuestas» (ídem).
Sin embargo, aunque todos los sectores de la burguesía constatan la gravedad de las convulsiones actuales de la economía capitalista, las explicaciones que dan, aun siendo a menudo divergentes entre sí, son evidentemente incapaces de captar el verdadero significado de esas convulsiones y la perspectiva que anuncian para toda la sociedad. Para algunos, la responsable de las dificultades agudas del capitalismo es la "desquiciada finanza", el que se hayan desarrollado desde principios de los años 2000 toda una serie de "productos financieros tóxicos" que han favorecido una explosión de créditos sin garantía suficiente para ser reembolsados. Otros afirman que el capitalismo sufre de un exceso de "desregulación" a escala internacional, orientación que se encuentra en el centro de la economía Reagan, instaurada desde finales de los años 80. Otros, por fin, representantes de la izquierda del capital en especial, piensan que la causa profunda estriba en una insuficiencia de las rentas salariales, que obligan a los asalariados, sobre todo en los países más desarrollados, a una huida ciega en los préstamos para ser capaces de satisfacer sus necesidades elementales. Sean cuales sean sus diferencias, sin embargo, lo que caracteriza a todas esas "interpretaciones", es que consideran que no es el capitalismo, en tanto que modo de producción, lo que debe cuestionarse, sino tal o cual forma del sistema. Y precisamente, es ese postulado de partida lo que impide que todas esas interpretaciones vayan al fondo para comprender las causas verdaderas de la crisis actual y lo que en ella se juega.
3. De hecho, solo una visión global e histórica del modo de producción capitalista permite comprender, medir y sacar las perspectivas de la crisis actual. Hoy, es algo que ocultan todos los "especialistas" de la economía, aparece abiertamente la realidad de las contradicciones que asaltan al capitalismo: la crisis de sobreproducción del sistema, su incapacidad para vender la masa de mercancías que produce. No hay sobreproducción con relación a las necesidades reales de la humanidad, que distan mucho de estar satisfechas, sino sobreproducción con relación a los mercados solventes, y a los medios de pago de esa producción. Los discursos oficiales, de igual modo que las medidas adoptadas por la mayoría de los gobiernos, se focalizan en la crisis financiera, en la quiebra de los bancos, pero en realidad, lo que los comentaristas llaman "economía real" (en oposición a economía "ficticia"), lo ilustra: no pasa un día sin que se anuncien cierres de fabricas, despidos masivos, quiebras de empresas industriales. El que General Motors, que durante décadas fue la primera empresa del mundo, deba únicamente su supervivencia a un apoyo masivo del Estado US, a la vez que Chrysler se ha declarado oficialmente en quiebra, y ha pasado bajo el control de la Fiat italiana, es significativo de los problemas de fondo que afectan a la economía capitalista. Asimismo, la caída del comercio mundial, la primera desde la Segunda Guerra mundial y que la OCDE ha evaluado en - 13,2 % para 2009, rubrica la incapacidad para las empresas de encontrar compradores para su producción.
Esta crisis de sobreproducción, evidente hoy, no es una simple consecuencia de la crisis financiera como pretenden hacérnoslo creer la mayoría de los "especialistas", sino que reside en los engranajes mismos de la economía capitalista, como lo ha puesto de relieve el marxismo desde hace siglo y medio. Mientras existía la conquista del mundo por las metrópolis capitalistas, los nuevos mercados permitieron superar las crisis momentáneas de sobreproducción. Con el final de esta conquista, a principios del siglo XX, a esas metrópolis, especialmente la que llegó con retraso al concierto de la colonización, Alemania, no les quedó más remedio que atacar las zonas de influencia de las demás, provocando la Primera Guerra mundial antes de que se expresara plenamente la crisis de sobreproducción. Ésta, en cambio, se manifestó claramente con el krach de 1929 y la Gran depresión de los años 30, arrastrando a los principales países capitalistas en la huida ciega del belicismo y en una Segunda Guerra mundial que superó con mucho a la Primera en masacres y barbarie. El conjunto de las disposiciones adoptadas por las grandes potencias tras esa guerra, especialmente la organización bajo tutela USA de los grandes componentes de la economía capitalista, tales como la moneda (Bretton Woods), la instauración por los Estados de políticas neo-keynesianas, y las repercusiones positivas de la descolonización en lo que a mercados se refiere, permitieron durante casi tres décadas al capitalismo mundial dar la ilusión de que por fin había superado sus contradicciones. Pero esa ilusión recibió un golpe de la primera importancia en 1974 con la aparición de una violenta recesión, sobre todo en la primera economía mundial. Esa recesión no fue el principio de las grandes dificultades del capitalismo, puesto que venía después de la de 1967 y las crisis sucesivas de la libra y del dólar, dos monedas fundamentales en el sistema de Bretton Woods. En realidad, fue ya desde finales de los 60 cuando el neo-keynesianismo dio la prueba de su fracaso histórico como lo subrayaron en aquel entonces los grupos que iban a formar la CCI. Pero para el conjunto de los comentaristas burgueses y para la mayoría de la clase obrera, fue el año 1974 el que marcó el inicio de un periodo nuevo en la vida del capitalismo de posguerra, sobre todo con la reaparición de un fenómeno que se creía definitivamente desaparecido en los países desarrollados, el desempleo masivo. Fue entonces también cuando el fenómeno de la huida ciega en el endeudamiento se aceleró muy sensiblemente: entonces fueron los países del tercer mundo los que se encontraron en el frente del endeudamiento y constituyeron durante un tiempo la "locomotora" del relanzamiento. Esta situación se acabó a principios de los años 80 con la crisis de la deuda, la incapacidad de los países del tercer mundo para reembolsar los préstamos que les habían permitido por cierto tiempo ser una salida mercantil para la producción de los grandes países industriales. Pero no por eso se terminó la huida en el endeudamiento. EE.UU. empezó a coger el relevo de "locomotora", pero a costa de un hundimiento considerable de su déficit comercial y sobre todo presupuestario, política que pudo llevar a cabo gracias al papel privilegiado de su moneda nacional como moneda mundial. El eslogan de Reagan era entonces "el Estado no es la solución, sino el problema" para justificar la liquidación del neo keynesianismo; pero el Estado federal US, con sus enormes déficits presupuestarios, siguió siendo el agente principal en la vida económica nacional e internacional. Sin embargo, la "reaganomics", cuya primera inspiradora era Margaret Thatcher en Gran Bretaña, era esencialmente un desmantelamiento del "Estado del bienestar", es decir ataques sin precedentes contra la clase obrera que contribuyeron a superar la inflación galopante que había afectado el capitalismo a finales de los años 70.
Durante los años 90, una de las "locomotoras" de la economía mundial fueron los "Tigres" y los "Dragones" asiáticos que tuvieron tasas de crecimiento espectaculares pero a costa de un endeudamiento considerable que los llevó a convulsiones espectaculares en 1997. En el mismo momento, la "nueva y democrática" Rusia, la cual también se encontró en suspensión de pagos, decepcionó cruelmente a quienes habían apostado por el "final del comunismo" para relanzar durablemente la economía mundial. A su vez, la "burbuja internet" de finales de los 90, que era en realidad una especulación desenfrenada sobre las empresas "high-tech", estalló en 2001-2002, acabando con el sueño de un relanzamiento de la economía mundial mediante el desarrollo de nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. Fue entonces cuando el endeudamiento conoció una nueva aceleración, sobre todo gracias al desarrollo espectacular de las hipotecas en la construcción en varios países, y en particular en EE.UU. Este país reforzó su papel de "locomotora" de la economía mundial pero a costa de un crecimiento abismal de las deudas -especialmente en la población norteamericana-, basadas en toda clase de "productos financieros" que pretendidamente debían servir para evitar la suspensión de pagos. En realidad, la dispersión de los débitos dudosos no hizo desaparecer ni mucho menos su carácter de espada de Damocles encima de la cabeza de la economía US y mundial. Muy al contrario, esa dispersión no hizo sino acumular en el capital de los bancos "activos tóxicos", origen de su hundimiento a partir de 2007.
4. No es pues la crisis financiera lo que ha originado la recesión actual. Muy al contrario, lo que hace la crisis financiera es ilustrar que la huida hacia adelante en el endeudamiento, que permitió superar la sobreproducción, no puede proseguir eternamente. Tarde o temprano, la "economía real" se desquita, o sea que la base de las contradicciones del capitalismo, la sobreproducción, la incapacidad de los mercados de absorber la totalidad de las mercancías fabricadas, vuelve a primera fila.
En ese sentido, las medidas que se decidieron en marzo del 2009 en el G20 de Londres, duplicar las reservas del Fondo Monetario Internacional, apoyar masivamente a Estados cuyo sistema bancario está en bancarrota, animarlos a éstos a aplicar políticas activas de relanzamiento de la economía a precio de un salto espectacular de los déficits presupuestarios, no resolverían en ningún caso la cuestión de fondo. La huida ciega en la deuda es uno de los ingredientes de la brutalidad de la recesión actual. La única "solución" que la burguesía es capaz de instaurar es... una nueva huida ciega en el endeudamiento. El G20 no ha podido inventar una solución a la crisis por la sencilla razón de que ésta no tiene solución. El G20 debía servir para evitar el cada uno a la suya que caracterizó los años 30. Se proponía también restablecer un poco de confianza entre los agentes económicos, porque esa confianza, en el capitalismo, es un factor esencial que se encuentra en el centro mismo de su funcionamiento, el crédito. Dicho lo cual, este ultimo hecho, la insistencia en la importancia de "la psicología" en las convulsiones económicas, la puesta en escena del discurso frente a las realidades materiales, rubrica el carácter fundamentalmente ilusorio de las medidas que podrá tomar el capitalismo ante la crisis histórica de su economía. En realidad, aunque el sistema capitalista no vaya a derrumbarse como un castillo de naipes, aunque la caída de la producción no vaya a continuar indefinidamente, la perspectiva es la de un hundimiento creciente en su atolladero histórico, es decir la vuelta a una escala cada vez mayor de las convulsiones que hoy le afectan. Desde hace cuatro décadas, la burguesía no ha podido impedir que se agrave continuamente la crisis. Hoy parte de una situación mucho mas degradada que la de finales de los años 60. A pesar de toda la experiencia adquirida durante décadas, no podrá hacerlo mejor, sino peor todavía. En especial, las medidas de inspiración neo-keynesianas propuestas por el G20 de Londres (que van hasta la nacionalización de algunos bancos en situación difícil) no podrán en ningún caso restablecer la más mínima "salud" del capitalismo, puesto que el principio de sus grandes dificultades, a finales de los 60, fue el resultado precisamente de la quiebra definitiva de las medidas neo-keynesianas adoptadas tras la Segunda Guerra mundial.
5. La agravación brutal de la crisis capitalista ha sorprendido fuertemente a la clase dominante, en cambio no ha sorprendido en absoluto a los revolucionarios. Como ponía de relieve la resolución adoptada por el precedente congreso internacional antes ya de que cundiera el pánico en del verano del 2007: «Hoy mismo (...), una acumulación de las amenazas que se ciernen sobre el sector inmobiliario en Estados Unidos que ha representado uno de los motores de la economía norteamericana, y que conllevan el riesgo de catastróficas quiebras bancarias, causando angustia e incertidumbre en los ámbitos económicos» (Punto 4).
Esta resolución también echaba por los suelos las grandes expectativas suscitadas por el "milagro chino": «lejos de representar un "nuevo impulso" de la economía capitalista, el "milagro chino" y el de otras economías del Tercer mundo, no es más que un nuevo aspecto de la decadencia del capitalismo. Además, la extrema dependencia de la economía china de sus exportaciones es un verdadero factor de fragilidad frente a la contracción de la demanda de sus clientes actuales, contracción que por otro lado no puede dejar de producirse, particularmente cuando la economía norteamericana se vea obligada a poner orden en el endeudamiento abismal que le permite actualmente hacer de "locomotora" de la demanda mundial. Así, igual que el "milagro" que representaban las tasas de crecimiento de dos cifras de los "tigres" y "dragones" asiáticos tuvo un doloroso final en 1997, el "milagro" chino actual, a pesar de que sus orígenes son diferentes y de disponer de mejores cartas, tendrá que enfrentarse tarde o temprano a la dura realidad del estancamiento histórico del modo de producción capitalista» (Punto 6). La baja de la tasa de crecimiento de la economía china, el estallido del paro que provoca, en particular con la vuelta forzada a sus pueblos de decenas de millones de campesinos alistados en los presidios industriales para intentar salvarse de una miseria insoportable vienen a confirmar totalmente esta previsión.
En realidad, la capacidad de la CCI para prever lo que iba a ocurrir no se basa en un mérito particular de nuestra organización. Su único "mérito" reside en el método marxista, en la voluntad de concretarlo permanentemente en los análisis de la realidad mundial, en su capacidad de resistir a las sirenas que proclaman la "quiebra definitiva del marxismo".
6. La confirmación de la validez del marxismo no solo concierne la vida económica de la sociedad. En el centro de las mistificaciones que se extendieron a principios de los años 90 estaba la apertura de un periodo de paz para el mundo entero. El fin de la "Guerra fría", la desaparición del bloque del Este, presentado en su tiempo por Reagan como el "Imperio del Mal" iban a poner fin a los conflictos militares a través de los cuales se había realizado el enfrentamiento entre los dos bloques imperialistas desde 1947. Frente a ese tipo de mistificaciones sobre la posibilidad de paz en el capitalismo, el marxismo siempre ha dicho que es imposible para los Estados burgueses superar sus rivalidades económicas y militares, especialmente en el periodo de decadencia. Por eso es por lo que, ya desde enero 1990, podíamos escribir:
«La desaparición del gendarme imperialista ruso, y lo que de ésa va a resultar para el gendarme norteamericano respecto a sus principales «socios» de ayer, abren de par en par las puertas a rivalidades más localizadas. Esas rivalidades y enfrentamientos no podrán, por ahora, degenerar en conflicto mundial, incluso suponiendo que el proletariado no fuera capaz de oponerse a él. En cambio, con la desaparición de la disciplina impuesta por la presencia de los bloques, esos conflictos podrían ser más violentos y numerosos y, en especial, claro está, en las áreas en las que el proletariado es más débil» (Revista internacional no 61, "Tras el hundimiento del bloque del Este, inestabilidad y caos"). El escenario mundial no iba tardar en confirmar ese análisis, sobre todo con la primera guerra del Golfo en enero de 1991 y la guerra en la antigua Yugoslavia a partir del otoño de ese mismo año. Desde entonces, los enfrentamientos sangrientos y barbaros no han cesado. No podemos enumerarlos todos pero sí podemos subrayar:
- la continuación de la guerra en la antigua Yugoslavia, con un alistamiento directo, bajo la dirección de la OTAN, de EE.UU. y de las principales potencias europeas en 1999;
- las dos guerras en Chechenia;
- numerosas guerras que no han cesado de hacer estragos en el continente africano (Ruanda, Somalia, Congo, Sudán, etc);
- las operaciones militares de Israel contra Líbano y, recientemente, la franja de Gaza;
- la guerra en Afganistán de 2001, que prosigue;
- la guerra en Irak de 2003, cuyas consecuencias siguen pesando dramáticamente en el país, pero también en el iniciador de esa guerra, la potencia norteamericana.
El sentido y las implicaciones de la política de esa potencia ya han sido analizadas desde hace mucho tiempo por la CCI: «el espectro de la guerra mundial ha dejado de amenazar el planeta, pero al mismo tiempo hemos asistido a un desencadenamiento de antagonismos imperialistas y de guerras locales en las que están implicadas directamente las grandes potencias, empezando por la primera y principal: Estados Unidos. A este país, que desde hace años se ha dado el papel de "gendarme mundial", le correspondía proseguir y reforzar ese papel ante el nuevo "desorden mundial" surgido al final de la guerra fría. En realidad, si EEUU se ha encargado de ese papel, no es, ni mucho menos, para contribuir a la estabilidad del planeta sino, sobre todo, para intentar restablecer su liderazgo mundial, puesto constantemente en entredicho, sobre todo por parte de sus antiguos aliados, debido a que ya desapareció la argamasa que aglutinaba cada uno de los bloques imperialistas, o sea, la amenaza del bloque adverso. Tras la desaparición total de la "amenaza soviética", el único medio que le queda a la potencia estadounidense para imponer su disciplina es hacer alarde de lo que constituye su fuerza principal: la enorme superioridad de su potencia militar. Y al hacer así, la política imperialista de Estados Unidos se ha convertido en uno de los principales factores de inestabilidad del mundo» ("Resolución sobre la situación internacional", XVIIo Congreso de la CCI, Punto 7).
7. La llegada del demócrata Barak Obama a la cabeza de la primera potencia mundial ha suscitado muchas ilusiones sobre un posible cambio de orientación de la estrategia de EE.UU., un cambio que permita la apertura de "una era de paz". Una de las bases de esas ilusiones es que Obama fue uno de los pocos senadores US en votar contra la intervención militar en Irak en 2003 y que, contrariamente a su competidor republicano Mc Cain, se comprometió a retirar de Irak a las fuerzas US. Sin embargo, esas ilusiones se han visto pronto enfrentadas con la realidad de los hechos. Obama previó retirar las fuerzas norteamericanas de Irak, pero ha sido para reforzar su alistamiento en Afganistán y en Pakistán. Por otra parte, la continuidad de la política militar de EE.UU. queda bien ilustrada en que la nueva administración ha reconducido en sus funciones al secretario de Defensa, Gates, que fue nombrado por Bush.
En realidad, la nueva orientación de la diplomacia US no pone en absoluto en entredicho el marco recordado más arriba. Sigue teniendo el objetivo de recuperar el liderazgo de EE.UU. en el planeta gracias a su superioridad militar. Así, la orientación de Obama a favor del incremento del papel de la diplomacia tiene, en gran parte, la finalidad de ganar tiempo y por lo tanto, aplazar el momento de las inevitables intervenciones imperialistas de las fuerzas militares US, que están hoy demasiado dispersas y demasiado agotadas para hacer simultáneamente las guerras en Irak y Afganistán.
Sin embargo, como lo ha subrayado a menudo la CCI, existen en el seno de la burguesía US dos opciones para alcanzar esos fines:
- la opción del Partido Demócrata, que pretende asociar lo más posible a otras potencias con ese fin;
- la opción mayoritaria entre los Republicanos, que consiste en tomar la iniciativa de las ofensivas militares e imponerlas a toda costa a las demás potencias.
La primera opción fue realizada a finales de los años 90 por la administración Clinton en la ex Yugoslavia en donde consiguió obtener que las potencias principales de Europa occidental, Alemania y Francia especialmente, cooperaran y participaran en los bombardeos de la OTAN en Serbia para obligar a este país a abandonar Kosovo.
La segunda opción es típicamente la del inicio de la guerra contra Irak en 2003, que se hizo en contra de la oposición muy decidida de Alemania y Francia asociadas en este caso con Rusia en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin embargo, ninguna de esas dos opciones ha sido capaz hasta ahora, de darle la vuelta al curso de la pérdida del liderazgo US. La política de "romper y pasar" que se ha ilustrado entre los dos mandatos de Georges Bush hijo, ha conducido no solo al caos iraquí, un caos que no está superado ni mucho menos, sino también a un aislamiento creciente de la diplomacia US ilustrado en particular en el hecho de que algunos países que lo apoyaron en 2003, como España o Italia, abandonaron el barco de la aventura iraquí en plena navegación (y eso sin contar con la distanciación más discreta del gobierno de Gordon Brown respecto al apoyo incondicional de Tony Blair a esa aventura). Por su parte, la política de "cooperación", la preferida de los Demócratas, no permite realmente asegurar una "fidelidad" de las potencias a las que se quiere asociar en las aventuras militares, sobre todo porque deja un margen de maniobra más importante a esas potencias para que hagan valer sus propios intereses.
Hoy, por ejemplo, la administración Obama ha decidido adoptar una política más conciliadora respecto a Irán y más firme respecto a Israel, dos orientaciones que van en el sentido de la mayoría de los países de la Unión Europea, Alemania y Francia en particular, dos países que desean recuperar una parte de la influencia que en sus tiempos tuvieron en Irán e Irak. Sin embargo, esa orientación no impedirá que siga habiendo conflictos de interés importantes entre esos dos países, Alemania y Francia y EE.UU., sobre todo en la esfera Este-Europea (donde Alemania intenta conservar relaciones "privilegiadas" con Rusia) o africana (donde las dos facciones que están poniendo a sangre y fuego al Congo están apoyadas una por Francia y la otra por Estados Unidos.
Más generalmente, la desaparición de la división del mundo en dos grandes bloques imperialistas rivales abrió la puerta a la emergencia de ambiciones imperialistas de segundo plano, nuevos protagonistas de la desestabilización de la situación internacional. Ese es el caso, por ejemplo, de Irán, que pretende conquistar una posición dominante en Oriente Medio tras las banderas de la "resistencia" al "gran Satán" US y del combate contra Israel. Con medios mucho mas importantes, China quiere extender su influencia hacia otros continentes, África en especial, donde su presencia económica en aumento debe servir para arraigar en esta zona del mundo una presencia diplomática y militar como ya está ocurriendo en la guerra en Sudan.
Así, la perspectiva para el planeta tras la elección de Obama a la cabeza de la primera potencia mundial no es muy diferente de la situación que ha prevalecido hasta ahora: continuación de los enfrentamientos entre potencias de primero o segundo plano, continuación de la barbarie bélica con consecuencias cada vez más trágicas (hambrunas, epidemias, desplazamientos masivos) para las poblaciones que viven en las zonas disputadas. Cabe incluso esperarse que la inestabilidad que provocará la agravación considerable de la crisis en todo una serie de países de la periferia vendrá a intensificar los enfrentamientos entre camarillas militares dentro de esos países con la participación, como siempre, de las potencias imperialistas. Ante esta situación, lo único que podrán hacer Obama y su administración es proseguir la política belicista de sus predecesores, como se está viendo en Afganistán, una política sinónimo de barbarie bélica creciente.
8. De igual modo que las "buenas disposiciones" declaradas por Obama en el plano diplomático no impedirán en nada que prosiga y se agrave el caos militar por el mundo, como tampoco impedirán que la nación que él dirige siga siendo un factor activo de ese caos, la reorientación norteamericana que anuncia hoy en lo que al medio ambiente se refiere no impedirá que éste siga degradándose. Esta degradación no es una cuestión de buena o mala voluntad de los gobiernos, por muy poderosos que sean. Cada día que pasa pone en evidencia más y más la verdadera catástrofe medioambiental que amenaza al planeta: tempestades cada vez más violentas en países que hasta ahora no las sufrían, sequias, canículas, inundaciones, deshielo de los casquetes polares, países amenazados de ser inundados por el mar... Las perspectivas son cada vez más sombrías. Esta degradación del medio ambiente contiene además la amenaza de agravación de los enfrentamientos bélicos, especialmente con el agotamiento de las reservas de agua potable, que van a ser lo que estará en juego en nuevos conflictos.
Como lo subrayaba la resolución adoptada por el congreso internacional anterior: «Así pues, como puso en evidencia la CCI hace más de 15 años, el capitalismo en descomposición supone o lleva en sí amenazas considerables para la supervivencia de la especie humana. La alternativa anunciada por Engels a finales del siglo XIX: "socialismo o barbarie", se ha convertido a lo largo del siglo XX en una siniestra realidad. Lo que el siglo XXI nos ofrece como perspectiva es, simplemente, socialismo o destrucción de la humanidad. Este es el verdadero reto al que se enfrenta la única fuerza social capaz de destruir el capitalismo, la clase obrera mundial» (punto 10).
9. Esta capacidad de la clase obrera para acabar con la barbarie engendrada por el capitalismo en descomposición, para sacar a la humanidad de su prehistoria y abrirle las puertas del "reino de la libertad", como dijo Engels, ya se va forjando desde ahora en las luchas cotidianas contra la explotación capitalista. Tras el hundimiento del bloque del Este y de los regímenes dizque (pretendidamente) "socialistas", las campañas ensordecedoras sobre "el fin del comunismo", cuando no "de la lucha de clases", dieron un golpe brutal a la conciencia y a la combatividad de la clase obrera. El proletariado sufrió entonces un profundo retroceso en ambos planos, que ha ido prolongándose durante más de diez años. Solo a partir de 2003, como la CCI lo ha puesto varias veces de relieve, la clase obrera mundial ha dado la prueba que había superado ese retroceso, que había vuelto al camino de las luchas contra los ataques capitalistas. Desde 2003, no se ha desmentido esa tendencia, los dos años que nos separan del congreso anterior han conocido una continuación en todas las partes del mundo. Se ha podido observar incluso, en ciertos momentos, una notable simultaneidad de los combates obreros a escala mundial. Por ejemplo, a principios del año 2008, varios países se vieron afectados al mismo tiempo por luchas obreras: Rusia, Irlanda, Bélgica, Suiza, Italia, Grecia, Rumania, Turquía, Israel, Irán, Emirato de Bahrein, Túnez, Argelia, Camerún, Swazilanda, Venezuela, México, Estados Unidos, Canadá y China.
También hemos asistido a luchas obreras muy significativas durante los dos años pasados. Sin pretender ser exhaustivos, podemos citar unos ejemplos:
- En Egipto, durante el verano 2007, con huelgas masivas en el textil que encontraron la solidaridad activa de numerosos sectores (estibadores, transportes, sanidad...);
- en Dubai, en noviembre del 2007, cuando los obreros de la construcción (esencialmente emigrados) se movilizaron masivamente;
- En Francia, en noviembre de 2007, cuando los ataques contra las pensiones de jubilación provocaron una huelga muy combativa en los ferrocarriles, con varios ejemplos de lazos de solidaridad con los estudiantes que entonces estaban movilizados en contra del intento del gobierno de acentuar la segregación social en la universidad, huelga que ha desvelado abiertamente el papel de saboteadores de las grandes centrales sindicales, especialmente la CGT y la CFDT, obligando a la burguesía a dar lustre a su aparato de encuadramiento de las luchas obreras;
- En Turquía, a finales de 2007, cuando las huelgas de más de un mes de 25 000 trabajadores de Türk Telecom fue la mayor movilización del proletariado en ese país desde 1991, y eso en el mismo momento en que el gobierno de ese país estaba comprometido en una operación militar en el Norte de Irak;
- En Rusia, en noviembre 2008, cuando hubo huelgas importantes en San Petersburgo (en la fabrica Ford por ejemplo) testimonio de la capacidad de los trabajadores para superar una intimidación policiaca muy presente, por parte del SB (antiguo KGB);
- En Grecia, a finales de 2008, en un clima de un enorme descontento que ya se había expresado antes con la movilización de estudiantes contra la represión que se benefició de una profunda solidaridad por parte de la clase obrera de la que algunos sectores han desbordado el sindicalismo oficial; una solidaridad que no se limitó al interior de las fronteras del país, pues ese movimiento ha encontrado un eco de simpatía muy significativo en muchos países europeos;
- en Gran Bretaña, donde la clase obrera había soportado una serie de derrotas crueles durante los años 80 y donde la huelga salvaje en la refinería Linsay, a principios de 2009, fue uno de los movimientos más significativos de la clase obrera de ese país desde hace dos décadas; este movimiento ha dado la prueba de la capacidad de la clase obrera de ampliar las luchas, en particular, y ha conocido el principio de un enfrentamiento contra el peso del nacionalismo con manifestaciones de solidaridad entre obreros británicos y obreros emigrados, polacos e italianos.
10. La agravación considerable de la crisis económica del capitalismo hoy, es, claro está, un factor de la primera importancia en el desarrollo de las luchas obreras. Desde ahora ya, en todos los países del mundo, los obreros están amenazados por despidos masivos, por el incremento masivo del desempleo. Muy concretamente, el proletariado ha de hacer la experiencia de la incapacidad del sistema capitalista de permitir un mínimo decente de vida a los trabajadores que explota. Más aun, resulta ser siempre más incapaz de darles el mal mínimo porvenir a las nuevas generaciones de la clase obrera, lo que es un auténtico factor de angustias y de desesperación no solo para ellas, sino también para las de sus padres. Así van madurando las condiciones para que la idea de la necesidad de derrumbar este sistema pueda desarrollarse significativamente en el mismo corazón del capitalismo. Pero para estar en capacidad de orientarse hacia una perspectiva revolucionaria, no le basta a la clase obrera percibir que el sistema capitalista está en un callejón sin salida, que tendría que dejar paso a otra sociedad. También tiene que tener la convicción de que esa perspectiva es posible y que tiene la capacidad de realizarla. Y es precisamente en ese terreno que la burguesía ha logrado marcar goles muy importantes contra la clase obrera tras el hundimiento del pretendido "socialismo real". Por un lado, ha logrado generalizar la idea de que la perspectiva comunista no es sino un sueño: «el comunismo no funciona: la prueba está en que ha sido abandonado en provecho del capitalismo por las poblaciones que lo vivían». Por otro lado, ha logrado hacer nacer entre la clase obrera un fuerte sentimiento de impotencia debido a la incapacidad de ésta a desarrollar luchas masivas. En este sentido, la situación hoy es muy diferente de la del surgimiento histórico de la clase a finales de los 60. En aquel entonces, con la inmensa huelga de mayo del 68 en Francia y el otoño caliente italiano del 69, el carácter masivo de las luchas obreras evidenció que la clase obrera podía ser une fuerza de primer plano en la vida de la sociedad y que la idea de que podría un día echar abajo el capitalismo no era un sueño irrealizable. Sin embargo, debido a que la crisis del capitalismo solo estaba en sus inicios, la necesidad imperiosa de derrumbar ese sistema no tenía todavía las bases materiales para poder extenderse entre los obreros. Puede resumirse esta situación así: a finales de los 60, la idea de que la revolución era posible podía estar relativamente extendida, pero la idea de que fuera indispensable no podía imponerse. Hoy, al contrario, la idea de que la revolución sea necesaria puede tener un eco nada desdeñable pero que sea posible está poco extendida.
11. Para que la posibilidad de la revolución comunista pueda ganar un terreno significativo en la clase obrera, es necesario que ésta pueda tomar confianza en sus propias fuerzas, y eso pasa por el desarrollo de sus luchas masivas. El enorme ataque que está sufriendo ya a escala internacional debería ser la base objetiva para esas luchas. Sin embargo, la forma principal que esta tomando hoy este ataque, los despidos masivos, no favorece, en un primer tiempo, la emergencia de tales movimientos. En general, y esto se ha comprobado frecuentemente en los últimos 40 años, las épocas de fuerte incremento del desempleo no son propicias para luchas más importantes. El desempleo, los despidos masivos, tienen tendencia a provocar cierta parálisis momentánea de la clase. Ésta se ve sometida a un chantaje por parte de la patronal: "si no estáis contentos, hay muchos obreros por ahí dispuestos a sustituiros". La burguesía puede utilizar esta situación para provocar una división, incluso una oposición entre quienes pierden su trabajo y quienes tienen el "privilegio" de conservarlo. Además, los patronos y los gobiernos se repliegan detrás de un argumento "decisivo": "No tenemos la culpa si el desempleo aumenta y si se os despide: la culpa es de la crisis". En fin, frente a los cierres de empresa, el arma de la huelga se vuelve inoperante, acentuándose así el sentimiento de impotencia de los trabajadores. En una situación histórica en la que el proletariado no ha sufrido una derrota decisiva, como así había sido en los años 30, los despidos masivos, que ya han empezado hoy, podrán provocar combates muy duros, incluso explosiones de violencia. Pero, en un primer tiempo, serán probablemente combates desesperados y relativamente aislados, aunque se beneficien de una simpatía real de otros sectores de la clase obrera. Por eso, si, en el periodo venidero no asistiéramos a una respuesta de envergadura frente a los ataques, no habría por ello que considerar que la clase ha renunciado a luchar por la defensa de sus intereses. En una segunda etapa, cuando sea capaz de resistir a los chantajes de la burguesía, cuando se imponga la idea de que solo la lucha unida y solidaria pueda frenar la brutalidad de los ataques de la clase dominante, sobre todo cuando ésta intente hacer pagar a todos los trabajadores los colosales déficits presupuestarios que se están acumulando ya a causa de los planes de salvamento de los bancos y de "relanzamiento" de la economía, será entonces cuando podrán desarrollarse mejor combates obreros de gran amplitud. Eso no quiere ni mucho menos decir que los revolucionarios se mantengan ausentes de las luchas actuales. Éstas forman parte de las experiencias que debe atravesar el proletariado para ser capaz de franquear una nueva etapa en su combate contra el capitalismo, y les incumbe a las organizaciones comunistas plantear, en las luchas mismas, la perspectiva general del combate proletario y de los pasos suplementarios que deberá dar en esa dirección.
12. El camino que conduce a los combates revolucionarios y al derrocamiento del capitalismo es todavía largo y difícil. Cada día que pasa da una prueba suplementaria de la necesidad de ese derrocamiento, pero la clase obrera tendrá todavía que atravesar etapas esenciales antes de ser capaz de realizar esa tarea:
- reconquistar su capacidad de apoderarse de sus luchas, puesto que hoy por hoy, la mayoría de ellas, sobre todo en los países desarrollados, siguen ampliamente sometidas al imperio sindical, contrariamente a lo que pudimos comprobar durante los años 80;
- desarrollar su aptitud para evitar las mistificaciones y las trampas burguesas que le cierran el camino hacia las luchas masivas y el restablecimiento de la confianza en sí misma puesto que, si el carácter masivo de las luchas de finales de los 60 puede en gran parte explicarse porque la burguesía fue sorprendida, tras decenios de contrarrevolución, evidentemente hoy ya no es así;
- politizar sus luchas, o sea su capacidad de inscribirlas en su dimensión histórica, de concebirlas como un momento del largo camino histórico del proletariado contra la explotación y abolición de esta.
Esa etapa es evidentemente la más difícil de franquear, debido a:
- la ruptura, provocada en el conjunto de la clase por la contrarrevolución, entre sus luchas del pasado y sus luchas actuales;
- la ruptura orgánica en las organizaciones revolucionarias a causa de esa situación;
- el retroceso de la conciencia en el conjunto de la clase tras el desmoronamiento del estalinismo;
- el peso deletéreo de la descomposición del capitalismo sobre la conciencia del proletariado;
- la aptitud de la clase dominante para hacer surgir organizaciones (tales como el Nouveau Parti Anticapitaliste en Francia y Die Linke en Alemania) cuya vocación es ocupar el sitio de los partidos estalinistas, hoy desaparecidos o moribundos, o de la socialdemocracia, desconsiderada por decenios de gestión de la crisis capitalista, y que, por ser nuevas, tienen la capacidad de alimentar mistificaciones importantes en la clase obrera.
De hecho, la politización de los combates del proletariado está enlazada con el desarrollo de la presencia en su mismo corazón de la minoría comunista. Las débiles fuerzas actuales del medio internacionalista es uno de los índices del camino que queda por recorrer antes de que la clase obrera pueda emprender sus luchas revolucionarias y hacer surgir su partido mundial, órgano esencial sin el que será imposible la victoria de la revolución.
El camino es largo y difícil, pero en nada puede ser un factor de desánimo para los revolucionarios, de parálisis de su compromiso en la lucha proletaria. ¡Muy al contrario!
El pasado agosto tuvo lugar en Lima una Reunión Pública de la CCI sobre el tema Ante la crisis del capitalismo la única alternativa es la lucha del proletariado.
Hubo una asistencia muy numerosa pero sobre todo el debate fue muy profundo y dinámico. Participaron dos grupos internacionalistas de Perú: el Núcleo Proletario de Perú (NPP) y el Grupo de Lucha Proletaria (GLP), también acudió un compañero delegado por los Núcleos Internacionalistas de Ecuador y Oposición Obrera de Brasil quería participar pero por diversos problemas no pudo finalmente asistir[1]. Esto dio -luego volveremos sobre ello- un carácter claramente internacionalista a la reunión[2].
Tras una corta presentación cuyo función no era "impartir doctrina" sino plantear el debate[3] se desarrollaron numerosas intervenciones sobre distintos temas que pasamos a sintetizar recogiendo lo que dijeron los propios participantes[4].
Hubo plena coincidencia en insistir sobre la gravedad de la crisis y el terrible coste humano para el proletariado y otras capas sociales no explotadoras. Así un compañero del NPP afirmó «Estamos ante la crisis más grande del capitalismo y jamás se vio en sistemas anteriores lo que se ve en capitalismo: hambre no por falta de producción sino por exceso de producción».
La crisis no se produce -como nos dicen- por "una mala gestión financiera" o por "la escasa intervención del Estado", sino porque el capitalismo al basarse en el trabajo asalariado y en la producción mercantil está abocado a una sobreproducción sin solución que provoca la barbarie, la destrucción y la miseria de la mayoría.
«La crisis es como un agujero negro que traga vidas e ilusiones», dijo un compañero, la crisis no puede reducirse a cifras macroeconómicas ni a cuentas de resultados, lo principal de la crisis lo vemos en el rostro de sufrimiento de millones de personas que, pese a sus méritos y pese a sus esfuerzos sobrehumanos, se ven arrastradas por un torbellino de miseria, marginación y destrucción. Baste un ejemplo: en Guatemala asistimos a una «severa crisis alimenticia que sufren más de 54.000 familias pobres de este país y que, desde enero, se ha cobrado la vida de 462 personas» (El País 9-9-09).
¿Son compatibles el internacionalismo y el nacionalismo?
Sin embargo, la mayor parte de la discusión no giró sobre la crisis y su naturaleza sino sobre cómo luchar contra ella, ¿es el proletariado la única clase revolucionaria capaz de dar una solución a la crisis del capitalismo? ¿Cuáles son los medios con los que cuenta para este combate? ¿a qué sociedad aspira?.
Pero ahí se planteaba una cuestión de principio sobre el que la discusión llevó un esfuerzo importante de clarificación: ¿es posible ser nacionalista e internacionalista a la vez?
Esto lo planteaba un compañero de orientación trotskista que participó activamente en la reunión. Por una parte señalaba que «el proletariado es una clase internacional y debe ser solidario con las luchas que se producen en el mundo», pero de otro lado dijo que «están vendiendo el Perú a la burguesía chilena», a lo que otro participante añadió «Perú está siendo invadido por el capital chileno».
Diferentes intervenciones respondieron diciendo que el proletariado en Perú tiene como hermano al proletariado en Chile[5], que solamente desde la solidaridad de clase por encima de fronteras, razas o sectores económicos, el proletariado tendrá la fuerza necesaria para luchar. Un compañero del NPP aportó un argumento vital: «El capitalismo es un sistema de producción mundial debido a que el trabajo del proletariado es una colectividad mundial».
Nacionalismo e internacionalismo no se pueden mezclar, son como el agua y el fuego. En los años 30 el símbolo más claro del triunfo de la contra-revolución se vio en las huelgas francesas de 1936 donde en las fábricas ocupadas ondeaban juntas la bandera tricolor de la "Francia eterna" y la bandera roja y los obreros cantaban al mismo tiempo La Marsellesa y la Internacional.
¿No sería una exageración hablar del proletariado como clase revolucionaria?
Junto a la clarificación sobre el internacionalismo, la discusión aportó un esfuerzo de argumentación sobre la naturaleza revolucionaria del proletariado.
Un compañero de orientación anarquista consideró que «no podemos caer en un fetichismo del proletariado pues este se ha reducido y ha sufrido grandes cambios que lo han reducido o han hecho que no tenga conciencia de clase».
Es verdad que a lo largo de más de 3 siglos de historia el proletariado ha cambiado en su composición sociológica, las formas de trabajo, el grado de concentración, la formación técnica y cultural etc. A mediados del siglo XIX el rasgo dominante en la mayoría de los trabajadores era el trabajo de oficios mientras que a finales del XIX y principios del XX predominaba el trabajo altamente mecanizado. Si en los años 70 del siglo XX lo más destacado eran las grandes fábricas hoy lo dominante es el trabajo asociado a escala mundial de tal forma que no se puede decir realmente de ningún producto que haya sido exclusivamente fabricado por los obreros de tal país o tal empresa. Lo importante es la naturaleza cooperativa mundial de la producción lo cual refuerza las bases objetivas para la unidad internacional del proletariado.
Los compañeros del NPP insistieron en que esos cambios no alteran lo esencial: «el proletariado es la clase productora de la plusvalía, es la clase explotada», pero añadieron un argumento suplementario: «¿Quién puede cambiar sociedad? Solo proletariado porque es la clase productora pero sobre todo porque es una clase con una historia». El proletariado es el productor colectivo de lo esencial de las riquezas mundiales. Pero no solo es la principal clase productora de la sociedad, es también una clase con una capacidad de toma de conciencia colectiva a lo largo de sus diferentes generaciones. Su lucha tiene una continuidad histórica que a través de las sucesivas generaciones le permite sacar lecciones de sus combates, aprender de sus errores, formular con más claridad y nitidez sus principios y objetivos. En esto se diferencia de las clases explotadas del pasado -los esclavos y los siervos- que eran también las clases productoras pero cuya lucha no tenía ni continuidad ni porvenir. El proletariado es la primera clase explotada de la historia que es a la vez la clase revolucionaria.
Los medios de lucha del proletariado
Ahora bien, la situación actual del proletariado no permite comprobar esa realidad de manera empírica e inmediata. Las luchas actuales muestran rasgos muy importantes de búsqueda de la solidaridad, de toma de conciencia, pero no alcanzan un carácter masivo y general que permita a los proletarios comprender la fuerza social e histórica de que disponen y al conjunto de la población percibir al proletariado como una clase con una perspectiva propia.
Eso provoca dudas sobre la capacidad del proletariado, los medios con los que cuenta, cómo va a conseguirlos etc., y esas dudas se expresaron con toda libertad en la reunión.
De forma muy directa un compañero planteó: «Si los obreros trabajan 12 y 14 horas ¿qué tiempo les queda para debate y movilización?». Cuando vemos a los obreros intimidados por la crisis, todavía muy atomizados, cuesta trabajo imaginarse que serán capaces de actuar colectiva y masivamente como una clase autónoma con una alternativa propia. Sin embargo, Rosa Luxemburgo, analizando la revolución rusa de 1905, señaló que en las condiciones generales de huelgas de masas «el prudente padre de familia cargado de hijos se transforma en una revolucionario romántico».
La discusión trató de comprender las vías que llevan a esa transformación psicológica que hoy puede antojársenos un milagro. Un medio es la unidad creciente entre lucha reivindicativa y lucha revolucionaria. Esta es una cuestión que no pudo ser profundizada en la reunión. En nuestra opinión no existe oposición entre ambas dimensiones de la lucha del proletariado: la lucha reivindicativa contra la explotación y la lucha revolucionaria por abolir la explotación[6].
Como un compañero de NPP señaló «La lucha de clases no es una lucha de minorías sino una lucha de masas» y a ello corresponde la necesidad de que el proletariado se de una organización masiva y general capaz de aglutinarlo, de servir de vehículo de debate y decisión. En la discusión se afirmó que esta organización históricamente -desde las experiencias de Rusia en 1905 y 1917- son los Consejos Obreros. Una compañera del GLP dijo de ellos que son «una organización unitaria donde todos pueden participar».
Pero aquí un compañero de orientación anarquista preguntó: «Sobre los consejos obreros ¿propugnan ustedes el modelo ruso?». La discusión pudo clarificar que no se trata de tomar los Consejos Obreros de 1905 y 1917 como un modelo infalible, como una especie de receta que habría que cocinar en las marmitas de las luchas futuras. Los Consejos Obreros de 1917-23 en Rusia -y en otros países de Europa y de América- son una experiencia que hay que analizar con el tamiz de la crítica viendo con claridad sus debilidades e insuficiencias, lecciones que son vitales para nuevas luchas que pueda desarrollar el proletariado.
De la misma forma, a la pregunta del mismo compañero sobre si «¿son ustedes partidarios del modelo leninista de Partido?», nuestra respuesta -y la de otros participantes- fue en el mismo sentido: no tenemos modelos a imitar, lo que poseemos son experiencias que nos proporcionan lecciones para la presente época histórica. El bolchevismo aportó un internacionalismo intransigente que le llevó a ponerse a la cabeza de la lucha contra la guerra y comprendió el papel de los Consejos Obreros como «la forma al fin encontrada de la dictadura del proletariado» lo que plasmó en la clara consigna de «Todo el poder para los Soviets». Pero tuvo posiciones erróneas -compartidas sin embargo por otras corrientes proletarias de entonces- como la de que el Partido ejerce el poder en nombre de la clase lo que contribuyó sin duda a la derrota y degeneración de la revolución rusa[7].
El comunismo y la perspectiva revolucionaria
Como dijo una compañera «¿Cual es el fin de la organización del proletariado? ¿cual es el fin de los Consejos Obreros? Creo que solo puede ser uno: comunismo». La reunión debatió sobre el objetivo histórico de la lucha proletaria y lo hizo en respuesta a una reflexión concreta planteada por el compañero de orientación anarquista: «Cuando existía la URSS existía un modelo. También existía el modelo de la lucha guerrillera que creaba zonas liberadas. Pero ahora todos esos modelos se han caído. Un nuevo modelo sería la autogestión, ella crearía verdaderas zonas -barrios, empresas- liberadas por los explotados».
La discusión esclareció que la URSS no era un modelo sino una de las formas que toma el capitalismo de Estado. La guerrilla tampoco lo es porque es una expresión de las contiendas sangrientas entre fracciones de la burguesía que toman como rehenes a proletarios y campesinos.
Pero mirando más profundamente ¿la meta del proletariado puede ser un "modelo de nuevo sociedad"? Diversas intervenciones insistieron en que el error está precisamente en tratar de buscar un "modelo" que por tanto no sería sino una imposición sectaria y doctrinaria al conjunto del proletariado. La Revolución Rusa y toda la oleada revolucionaria mundial que le siguió (1917-23) no fueron en manera alguna un "experimento social de laboratorio" sino la respuesta del proletariado a la situación terrible de barbarie y destrucción que supuso la Primera Guerra Mundial la cual significó la entrada del capitalismo en su época histórica de decadencia, es decir, la época en la cual se convierte en una traba al desarrollo social y de factor de crecimiento y progreso deviene en su contrario dialéctico: factor de destrucción y de barbarie, amenaza para la supervivencia misma de la humanidad[8].
El comunismo no es una arcadia feliz, un estado ideal. El comunismo se basa en superar y resolver las contradicciones que bajo el capitalismo llevan a la humanidad al hundimiento y la destrucción. Así, la sobreproducción que bajo el capitalismo lleva al hambre y el desempleo, bajo el comunismo es la base para la plena satisfacción de las necesidades de toda la humanidad. El carácter social y mundial de la producción que bajo el capitalismo espolea la competencia y la guerra entre naciones, bajo el comunismo es el fundamento para la cooperación fraterna de todos los trabajadores, para la organización de una comunidad humana mundial.
La discusión aclaró que el comunismo es mundial o no será. En ese sentido diferentes intervenciones rechazaron el modelo estalinista de "socialismo en un solo país" o el modelo guerrillero de las "zonas liberadas". Pero la discusión también planteó que la autogestión no se salía de ese esquema nacionalista: ni el "socialismo en una sola fábrica" ni el "socialismo en un solo barrio" son una alternativa al "socialismo en un solo país" del estalinismo[9].
La perspectiva de nuevos debates
Una compañera comentó que «el debate está muy bien. Sirve para que cada uno entienda lo que dice el otro pues cada cual habla con su propia jerga». Creemos que el intenso debate habido el reunión pública sirvió para comprenderse mejor, profundizar en las preocupaciones de cada cual y darles respuesta, superar los particularismos que nos encierran: las jergas, la desconfianza mutua, la incomprensión ...
Una compañera del NPP dio una orientación que compartimos: «Nuestra mayor tarea es desarrollar el debate, crear círculos de estudio. Esta es la función que tenemos a corto plazo. Se trata de medios para el cambio revolucionario. El cambio revolucionario no se puede forzar, deben darse las condiciones para él».
Pensamos que se hacen necesarias nuevas reuniones públicas abordando nuevos temas que profundicen en los diferentes hilos que ha dejado abiertos la discusión. El debate que hemos vivido en Perú forma parte de una tendencia al debate internacional que se va formando, al cual el reciente Encuentro de Comunistas Internacionalistas de Latinoamérica[10] ha dado un impulso y un cauce de expresión. En tal sentido la reunión pública en Perú y las nuevas discusiones que puedan desarrollarse, forman parte de ese medio internacional y constituyen una activa contribución al mismo. Como dijimos en la crónica de la primera Reunión Pública que hicimos en Perú (en 2007) «Luchar por la construcción de un medio donde el debate proletario esté al centro de la vida política es una perspectiva que en Perú, como en el mundo, preparará la futura revolución mundial».
CCI 10-9-09
ANEXO 1: Presentación
Primero que nada queremos agradecer su asistencia, que hayan robado tiempo de su asueto o su trabajo para participar en una discusión sobre la lucha por la liberación de la humanidad.
La presentación será lo más corta posible porque deseamos dar el mayor tiempo posible al debate. Nosotros no venimos aquí ni a dar lecciones ni a imponer una doctrina sino a contribuir a una lucha y un debate colectivo y fraterno.
No vamos a hablar de la crisis capitalista de la cual la vida cotidiana aporta a cada minuto que pasa testimonios elocuentes. Vamos a hablar de ¿cómo el proletariado debe luchar contra la crisis capitalista? ¿con qué objetivos? ¿con qué perspectiva?
Pero debemos empezar planteando una pregunta: ¿por qué ante la enorme magnitud de la crisis actual la respuesta del proletariado es por el momento bastante limitada y no se hace sentir con la fuerza que requiere la situación?
Quizá la respuesta a esta pregunta ocupe una parte del debate y en ese sentido vamos a aportar algunos elementos:
1º Pensamos que en un primer momento la crisis especialmente por la enorme cantidad de despidos que acarrea, por el desempleo considerable que provoca, tiene el efecto de producir miedo e intimidación en las filas de los trabajadores. Miedo a perder el puesto de trabajo y a perderlo todo. Pero también ante el desempleo y los despidos el arma de la huelga -sobre todo si se concibe como una presión sobre la empresa o sobre un sector económico determinado- apenas es eficaz.
2º La sociedad capitalista desde sus orígenes se ha caracterizado por el individualismo, la competencia feroz, el cada cual a la suya. Pero estos rasgos se han acentuado de forma brutal en la época actual. Eso dificulta la lucha de los trabajadores cuyos rasgos son precisamente los contrarios: la solidaridad, la confianza mutua, la cooperación y la acción colectiva.
3º La burguesía dispone además de la represión, de armas políticas e ideológicas para dividir a los obreros, confundirlos, desviarlos hacia terrenos donde van directos a la derrota. Con la mano derecha golpea represivamente y con la mano izquierda divide, siembra falsas ilusiones y conduce a la desmoralización y a la derrota.
Estos 3 factores y otros que podríamos apuntar son elementos que explican la lentitud y el proceso complejo que sigue la lucha obrera a escala internacional.
Sin embargo, estas dificultades no deben ocultar que la lucha obrera está avanzando y aquí y allá se ven signos de su combatividad, de su solidaridad, de sus ganas de luchar. De todo esto no hablan demasiado los medios de comunicación -la prensa, la TV, incluso las Webs más visitadas de Internet- pero si se siguen con atención las luchas obreras vemos hechos significativos que debemos conocer y de los cuales debemos sacar lecciones y popularizarlos en sectores mucho más amplios del proletariado.
No podemos extendernos aquí en una crónica de las luchas obreras más recientes. Pueden leer en nuestra prensa o en Internet informaciones más detalladas. Compañeros de Perú han informado de una lucha reciente en la minería. Podríamos aportar dos rápidas informaciones significativas porque vienen de dos viejos países de Europa: Gran Bretaña y Alemania.
En Gran Bretaña en junio la empresa de refinería de petróleo Total anunció el despido de 640 obreros de las obras de construcción de una central en Linsdey. Para reclamar la anulación de estos despidos trabajadores de más de 30 obras se declararon en huelga no oficial, decisión tomada por Asambleas masivas. La huelga se extendió mediante piquetes que fueron a comunicarse con otros trabajadores, a ganarlos para la lucha. Los sindicatos fingieron en algunos casos estar con los huelguistas pero en Sheffield tras 24 horas de paro desconvocaron la lucha, entonces un grupo de trabajadores tomó la iniciativa de llamar a una Asamblea, ésta decidió revocar la consigna sindical y se reincorporó a la huelga. Finalmente, ante la multiplicación de la lucha solidaria, la burguesía cedió y se anularon los despidos.
En Alemania también durante el mes de junio coincidieron una huelga de estudiantes -que no lo olvidemos son jóvenes que mañana serán desempleados o precarios- con una manifestación general de trabajadoras de las guarderías de todo el país. Los estudiantes reunidos en asamblea decidieron enviar una delegación a la manifestación de trabajadoras y leyeron un mensaje ante más de 30000 de ellas llamando a la lucha común y a unirse a su asamblea.
Son dos pequeños ejemplos que pueden unirse a otros que se vieron en 2008 y 2007 en numerosos países: Dubai, Grecia, Rusia, China, Bangla Desh, Francia etc.
A partir de esos datos que la propia discusión puede ampliar o precisar quisiéramos lanzar una segunda pregunta ¿Dónde está hoy la lucha obrera a escala mundial?
Desde luego estamos todavía lejos de una situación revolucionaria donde las masas obreras se sientan con la conciencia, politización, organización y fuerza necesarias como para plantear la perspectiva de una nueva sociedad que libere a la humanidad de la lacra capitalista.
Estamos en una situación donde lo que predomina en la inmensa mayoría es una conciencia que va creciendo de que ESTO NO PUEDE SEGUIR ASI, de que la sociedad actual hace aguas por todas partes, de que sería necesario cambiarla. Hoy existe una conciencia de la necesidad de cambiar la sociedad, de destruir el capitalismo.
Sin embargo, estar convencidos de la necesidad de destruir el capitalismo no quiere decir ni mucho menos estar convencidos de la posibilidad de hacerlo. Para que una revolución social pueda tener lugar se necesita la unión de las dos condiciones: conciencia de que la revolución es necesaria pero además conciencia de que la revolución es posible.
Esta convicción no existe más que en minorías muy pequeñas y muy dispersas por todo el mundo.
Desde luego que se hayan desarrollado estas pequeñas minorías es un paso muy importante y una muestra de que pese al largo camino que la clase obrera tiene que recorrer todavía, avanza por una buena vía.
Aquí en esta reunión nos hemos juntado un buen puñado de compañeros y compañeras en torno a posiciones internacionalistas y revolucionarias. Pero esto no es un fenómeno peruano. Lo vemos en otros países: en República Dominicana, en México, en Brasil, en Ecuador, en Japón, en Rusia, en Alemania, en Francia, en India, en Filipinas ...
Asistimos a un desarrollo de un medio internacionalista todavía muy minoritario en un buen número de países del planeta. Este desarrollo internacional, su clarificación, su solidaridad, su capacidad de cooperación, el que desarrolle su acción y presencia política, constituyen uno de los factores necesarios para el avance del proletariado hacia una perspectiva revolucionaria.
Esta cuestión nos lleva a plantear a los presentes una tercera pregunta ¿Cuáles son los requisitos necesarios para avanzar hacia una situación revolucionaria mundial?
Una vez más nos limitaremos a aportar algunas ideas con la esperanza de que el debate pueda ir más lejos.
Para que el proletariado pueda lanzarse a una lucha revolucionaria necesita desarrollar en su seno una organización general, masiva, unitaria. La experiencia de 1917 y otras experiencias ha puesto en evidencia que esta organización son los Consejos Obreros. No podemos entrar aquí en muchos detalles pero éstos son una organización abierta, elegida y revocable, basada en la unidad obrera por encima de sectores, razas, regiones ..., renovable, apoyada en el debate. Una organización donde los obreros piensan, discuten, deciden y actúan juntos. Una organización que se levanta sobre Asambleas Generales masivas y abiertas en centros de trabajo, barriadas, distritos ...
Pero esta capacidad de crear Consejos Obreros no viene de la nada ni es resultado de decisiones técnicas o jurídicas sobre formas de organización. Es el resultado de una politización creciente de las masas obreras, de una comprensión de la unidad entre la lucha reivindicativa inmediata y la lucha política general por el cambio de la sociedad. La politización de la lucha obrera, la politización de las masas, es pues otro de los requisitos de una situación revolucionaria.
Pero un factor vital de esta politización es que dentro de la clase obrera se acabe forjando un Partido mundial que sea capaz de mostrar la unidad y los objetivos comunes de sus luchas en los diferentes países; que contribuya activamente a la solidaridad y la convergencia fraternal de los obreros de todos los países; que desenmascare las trampas y ofensivas políticas, ideológicas y represivas que lanzará el capitalismo; en resumidas cuentas, que sea el partido de la lucha por la revolución mundial.
Las minorías actuales en sus debates, en su colaboración mutua, en su accionar, deben tener como norte esa perspectiva del partido de la revolución proletaria mundial.
Bueno, creemos haber expuesto algunos elementos sobre los cuales erguir una discusión fructífera. Lo esperamos todo de ella. Muchas gracias por su atención.
ANEXO 2: Saludo de Oposición Obrera - Brasil a la Reunión Pública
A los participantes de la Reunión Pública de Lima
Estimamos que son de gran importancia los esfuerzos que hacemos para desarrollar encuentros de las organizaciones que tienen un carácter proletario y que defienden el internacionalismo y las posiciones revolucionarias. Somos igualmente conscientes que nuestras organizaciones aunque no tienen una dimensión masiva tienen sin embargo voluntad y capacidad para enfrentar los grandes desafíos que se le presentan a los trabajadores del mundo entero.
Tenemos pues conciencia de que nuestro papel es decisivo para posibilitar que los trabajadores, incluso de manera minoritaria, desarrollan cada día, donde quiera que estén, formas de lucha y de organización, contra este sistema que nos oprime. Que desarrollan todas las posibilidades de agudizar aún más las contradicciones y las crisis que se van gestando y se manifiestan en el capitalismo.
Nuestros esfuerzos deben siempre dar prioridad igualmente a la profundización teórica y a los debates en el sentido del esclarecimiento de esas mismas contradicciones, de forma que nos faciliten los instrumentos y las armas para actuar sobre las fisuras que el sistema del capital contiene.
Lamentamos nuestra ausencia de la Reunión Pública a la que hemos sido invitados al tiempo que agradecemos la invitación la cual nos honra mucho. Esperamos pronto reunir las condiciones para participar en tales eventos que contribuyen a la toma de conciencia de la clase trabajadora y revisten una importancia aún mayor dada la situación actual de crisis y los ejemplos de descontento que vienen multiplicándose en el mundo. Deseamos que el evento esté marcado por el éxito, la camaradería, la solidaridad y la profundidad en las discusiones, como ha ocurrido en nuestra encuentros y como debe ser en nuestra clase.
Oposición Obrera Brasil 10-8-09
[1] Hubo varios encuentros con ambos grupos con la presencia del compañero de Ecuador donde se desarrollaron discusiones sobre sujetos muy importantes: los Consejos Obreros, el proletariado, el Partido Mundial, el periodo de transición entre el capitalismo y el comunismo. En estos encuentros se leyó la carta de los compañeros de Oposición Obrera de Brasil (ver Anexo 2).
[2] Con anterioridad, en 2007 y 2008, hemos celebrado sendas reuniones públicas en Perú. Ver Reunión Pública en Perú: hacia la construcción de un medio de debate y clarificación (https://es.internationalism.org/node/2107 [117]) y Reunión Pública en Perú sobre la crisis: un debate proletariado apasionado y apasionante (https://es.internationalism.org/node/2385 [436])
[3] Ver Anexo al final de este documento.
[4] Hemos intentado reflejar fielmente lo que dijeron los participantes pero si alguien considera que hubo tergiversación o interpretación incorrecta le invitamos a que nos escriba para rectificar si procede.
[5] En 1879 se produjo la guerra del Pacífico en la que Perú fue derrotada por su rival chileno cuyo ejército llegó incluso a Lima. Desde entonces, el nacionalismo peruano agita la bandera de la "invasión chilena". Sindicatos y partidos de izquierda son ferozmente anti-chilenos, más incluso que los de derechas. Frente a esa fobia nacionalista, el proletariado debe recordar que en Iquique en 1907 los obreros chilenos, peruanos y bolivianos lucharon juntos en una gran huelga solidaria aplastada por el Estado chileno con la complicidad de sus rivales de Perú y Bolivia.
[6] Para una mayor precisión, la lucha reivindicativa no tiene nada que ver con la lucha sindical la cual presenta una versión deformada y sometida a los imperativos del capital de las luchas económicas de los obreros.
[7] Para conocer nuestra posición sobre el Partido ver El Partido y sus lazos con la clase en /revista-internacional/200604/892/el-partido-y-sus-lazos-con-la-clase [437] y El partido desfigurado: el partido bordiguista en https://es.internationalism.org/node/2132 [438] . Sobre el bolchevismo ver ¿Nos habremos vuelto leninistas? en /revista-internacional/199901/1180/sobre-organizacion-i-nos-habremos-vuelto-leninistas [439]
[8] Como hoy podemos comprobar de manera dramática con la crisis, con las guerras -como las de Afganistán o el tremendo rearme al que se entregan la mayoría de gobiernos de Sudamérica- y con la gigantesca destrucción medio ambiental del que es un exponente la aniquilación de la selva amazónica
[9] No hubo tiempo para discutir la trágica experiencia de 1936 en España y el sentido real de las colectividades autogestionadas de las que se reclama el anarquismo.
[10] Ver en nuestra Web https://es.internationalism.org/node/2556 [409]
El pasado 25 de Junio se celebró una reunión pública en la ciudad de Santiago, segunda ciudad en importancia en República Dominicana, organizada por el Núcleo de Discusión Internacionalista de la República Dominicana (NDIRD). Es la segunda reunión pública que organiza el Núcleo a la cual es invitada la CCI como expositor, cuyo tema fue "Crisis y Decadencia del Capitalismo"[1].
La reunión fue introducida por los compañeros del NDIRD, en la que destacaron la importancia de este tipo de eventos para dar a conocer las posiciones de la izquierda comunista a través de un debate abierto y fraterno. Precisamente, para disponer del mayor tiempo posible para el debate, la presentación del tema por parte de la CCI sólo se limitó a 20 minutos.
La reunión contó con la presencia de más de 25 personas. Fue notable la cantidad de jóvenes participantes (casi la mitad de los asistentes), característica que observamos en reuniones públicas realizadas en otros países de América Latina en las cuales ha intervenido la CCI. Los participantes manifestaron un verdadero interés durante la presentación; y el debate que se dio a continuación, expresó una auténtica preocupación con respecto a las inquietudes que produce la crisis del capitalismo no sólo al proletariado sino al conjunto de la humanidad.
A continuación hacemos una breve reseña de algunas de las cuestiones planteadas durante el debate que siguió a la presentación:
¿Cómo se explica la creación de mercados artificiales por el endeudamiento?
Esta interesante pregunta de una joven asistente, se debió a que dijimos en la presentación que el capitalismo para poder desarrollarse requiere de mercados solventes; es decir, de sectores que tengan la capacidad real de consumir las mercancías producidas. Con la entrada del capitalismo en su fase de decadencia, período que se abre con la Primera Guerra Mundial, se produce un agotamiento progresivo de esos mercados solventes. Es así como "Para paliar este agotamiento de los mercados solventes exteriores a la esfera capitalista, la burguesía ha utilizado, como paliativo, el crédito; paliativo que es utilizado de manera masiva a partir de los años 60; en ese sentido el capitalismo decadente para sobrevivir había creado un mercado artificial basado en el crédito" (Presentación).
Precisamente es a partir de los años 70 que los países de la periferia, dentro de ellos los de América Latina, inician un masivo proceso de endeudamiento, en buena parte para adquirir los bienes y servicios producidos en los países centrales, prestamistas de esos créditos. Es así como durante las últimas 4 décadas del siglo pasado, los países de la periferia acumulan deudas prácticamente impagables que no paran de crecer, cuyo pago consume un porcentaje importante del PIB de esas naciones.
Dimos como ejemplo reciente de estos mercados artificiales, el crecimiento del sector inmobiliario en Estados Unidos, que se fundamentó en la venta a crédito de los inmuebles. La "burbuja inmobiliaria" estalla "Cuando los créditos no pudieron ser reembolsados por que la crisis se había desarrollado en el mundo, y las tasas de interés aumentaron, ese sistema de crédito explotó. Pero lo que explota, son las contradicciones internas de la economía capitalista; la de la saturación de los mercados solventes. Es al mismo tiempo la crisis del crédito como paliativo" (ídem).
¿Si después de la crisis de 1929 hubo una recuperación, por qué ahora no hay una reactivación como aquéllas que se vieron más tarde (durante los años 50 y 60)?
Respondimos que la crisis del 29 fue la primera gran crisis del capitalismo decadente, cuyos efectos se sintieron durante la década de los años 30 y tuvo como corolario el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Dijimos que después de esta crisis hubo una recuperación económica importante después de la Guerra, que se fundamentó en la aplicación de políticas keynesianas, aumento de la productividad del trabajo y una mejor explotación de las economías precapitalistas tanto de la periferia como de los vestigios precapitalistas en los países mas industrializados. Pero que precisamente esos mecanismos muestran su agotamiento a finales de los años 60, cuando el capitalismo entra de nuevo en crisis; para enfrentar esta nueva crisis la burguesía recurrió al uso masivo del paliativo del crédito, lo que permitió que el capitalismo pospusiera por mas de 40 años una caída brutal de la economía, tal como lo vemos con la crisis actual.
Planteamos que la crisis actual es más brutal que la del 29. Como lo dijimos en la presentación, la crisis actual es una crisis del crédito. La "salida" que consigue la burguesía mundial es un mayor endeudamiento, que inevitablemente prepara crisis de mayor envergadura para el futuro.
¿Cómo puede luchar el proletariado si más bien está desapareciendo con el desempleo?
Esta preocupación la planteó una de los presentes tomando como ejemplo la situación de la llamada "Zona Franca" de Santiago, una de las más importantes concentraciones de fábricas y empresas maquiladoras del país, donde se ha registrado un alto nivel de desempleo debido a la crisis. Le planteamos que en efecto, uno de los flagelos de la crisis del capitalismo es el crecimiento acelerado del desempleo; pero esto no significa la desaparición del proletariado, pues no se puede concebir una burguesía sin proletarios a quien explotar. Por una parte, un trabajador no pierde su condición de proletario por el hecho de estar desempleado; de hecho, ya comienzan a observarse movilizaciones de desempleados en algunos países. Por la otra, no sólo los trabajadores del sector fabril forman parte del proletariado, también se cuentan entre sus filas buena parte de los empleados del sector público; así como los maestros, trabajadores de la salud, etc.; sectores que tienen un peso cuantitativo importante en los países de América Latina.
Es indudable que la crisis golpea duro a los trabajadores, pues son quienes pagan la peor parte; sin embargo esta misma situación inevitablemente los impulsa a la lucha, tanto en República Dominicana como a nivel mundial.
¿Por qué, a nivel de las consecuencias de la crisis, la CCI habla del desarrollo de imperialismos regionales y locales?
En nuestra presentación dijimos que esta crisis, una etapa más en el hundimiento del capitalismo, tiene consecuencias no sólo a nivel económico y de la lucha del proletariado, sino también a nivel de los conflictos entre las naciones. En la historia del capitalismo, ha sido una constante la lucha entre naciones por los mercados; y la crisis actual no será la excepción. Por otra parte, esta crisis se da en un contexto donde han desaparecido los bloques imperialistas que existieron hasta finales de 80, que se evidencia en el derrumbe del bloque ruso y el debilitamiento progresivo del imperialismo norteamericano. Esta situación ha ocasionado una anarquía en las relaciones internacionales, que se expresa en la tendencia de que cada burguesía nacional trata de fortalecerse en la geopolítica regional y mundial. Estos comportamientos, para sólo mencionar dos de los mas recientes, se expresan de manera patética en Irán, que intenta erigirse como potencia en el Oriente Medio; y en Venezuela, que se fortalece a nivel de la geopolítica en América Latina, utilizando el petróleo y la ideología del Socialismo del Siglo 21 como armas de penetración.
La confrontación entre naciones que se ha desatado después de la caída del bloque ruso, inevitablemente se va a exacerbar con el avance de la crisis. El proletariado debe rechazar cualquier apoyo a las fracciones de la burguesía nacional o regional en estos conflictos que sólo benefician a las clases dominantes.
¿Ante la barbarie, cuáles son las perspectivas para la humanidad?
Esta pregunta expresa de la manera más diáfana lo que dijimos en la introducción de esta reseña: "una auténtica preocupación con respecto a las inquietudes que produce la crisis del capitalismo no sólo al proletariado sino al conjunto de la humanidad".
La CCI planteó que ahora mas que nunca el futuro de la humanidad está afectado por las propias contradicciones del capitalismo, lo que requiere la respuesta de la única clase revolucionaria: el proletariado. Aunque la crisis genera aún más miseria y pauperización, también empuja el proletariado a luchar. Cierto es que las condiciones de la lucha son hoy difíciles, cuando no queda claro cómo luchar o qué hacer cuando cierran las puertas de una fábrica. También es verdad que el proletariado sufre de dudas sobre sus propias capacidades. Pero el desarrollo de la crisis, en particular con los ataques a las condiciones de existencia de los proletarios, y que implican abiertamente al Estado, va a avivar la solidaridad y la lucha de clase en el conjunto del proletariado mundial. En esta dinámica, el proletariado va a desarrollar su reflexión y, poco a poco, retomar confianza en sus fuerzas.
La CCI, como organización revolucionaria, trabaja con toda su energía y posibilidades para acelerar esta dinámica de reflexión. Lo que está en juego es pura y simplemente, sociedad comunista o barbarie; barbarie que aniquilaría a la humanidad entera. Ante estos retos, grupos como el NDIRD que se desarrollan con una visión internacionalista, juegan un papel de primer orden para el proletariado dominicano y mundial. De la misma manera, todos aquellos que como los aquí presentes, se planteen dudas o preguntas en un terreno internacionalista deben debatir unos con otros.
Interés por debatir y escuchar
A pesar del poco tiempo que duró la reunión (aproximadamente una hora y media) debido a la necesidad de entregar el local, se pudo desarrollar un debate, el cual se extendió por unos pocos minutos, mientras disfrutábamos de una bebida autóctona de República Dominicana.
Varios de los participantes mostraron su entusiasmo e interés en participar en este tipo de reuniones. Tal como dijo uno de los compañeros del NDIRD, los participantes mostraron un real interés por debatir y escuchar las posiciones internacionalistas.
Saludamos calurosamente la celebración de esta reunión, así como la capacidad política y organizativa que mostró el NDIRD en su preparación. Los motivamos a proseguir con la organización de este tipo de reuniones, en las cuales la CCI prestará todo su apoyo.
Esta reunión ha sido un momento muy reconfortante, ya que es una muestra de que el internacionalismo tiene la capacidad de unir las fuerzas del proletariado en cualquier país por pequeño que sea.
La CCI
14-07-09
[1] Ver en nuestro site "Reunión Pública en República Dominicana: al encuentro de las posiciones de la Izquierda Comunista"
Como resultado del surgimiento, a nivel internacional, de minorías de la clase trabajadora que se dan a la tarea de buscar y discutir las posiciones revolucionarias para reapropiarse de las armas teóricas necesarias y así contribuir, de manera práctica, al avance del movimiento proletario, se ha formado un núcleo de discusión en la República Dominicana que entre sus actividades ha organizado una reunión pública a la que ha invitado a la CCI a presentar la historia de su surgimiento y las posiciones que defiende así como su análisis sobre el significado de la actual crisis del capitalismo.
La reunión se caracterizó por una confrontación de ideas en un ambiente de confianza, respeto, atención a todos los que se expresaban y particularmente en un marco solidario en el que se notaba el esfuerzo por avanzar en la comprensión de los argumentos de todos los participantes. También tuvo la característica que han adquirido las reuniones públicas desde hace algún tiempo, de agrupar a compañeros de las diferentes generaciones discutiendo bajo los mismos intereses de clase.
Las participaciones se dirigieron sobre todo, a conocer las posiciones de la CCI y a dar puntos de vista sobre estas - a favor y en contra- debido posiblemente a que las posiciones de la Izquierda Comunista son poco conocidas en esta región, como sucede actualmente en otras partes del mundo, y a que suscitaban el interés de una reunión en la que se expresaban intereses genuinamente proletarios.
El "Socialismo del Siglo XXI" y los viejos países supuestamente socialistas
Uno de los puntos que estuvo planteado por varios participantes fue en relación con el gobierno de Chávez. Se preguntó cómo caracterizaba la CCI el "proceso revolucionario en América del Sur", particularmente en Venezuela considerado por algunos como "La punta de la revolución en América Latina y de la revolución mundial" y hacia dónde desembocaba ese proceso. Antes de la respuesta de la CCI, un asistente afirmó que ese gobierno no era ni marxista, ni socialista, ni revolucionario porque seguía explotando a los trabajadores y era un gobierno que no provenía de una revolución sino de la contienda electoral burguesa.
Se dijo que efectivamente, el gobierno de Chávez, junto con todos los acompañantes del supuesto "Socialismo del siglo XXI" como el de Evo Morales, Correa, etc., representaba los intereses de una fracción de la burguesía y que se hacía llamar socialista para mantener atados a los trabajadores defendiendo los intereses de esa fracción de la clase explotadora. Que incluso en la propia Venezuela, los trabajadores empezaban a darse cuenta que ese régimen estaba en contra del proletariado puesto que ha reprimido huelgas y no ha cumplido las promesas de mejorar su situación; de allí la baja de popularidad de Chávez en los comicios.
Además se dijo que las expropiaciones no eran un indicador de socialismo, en contra de lo que afirmó un asistente, sino que éstas se dan según las necesidades de la burguesía para aumentar o tratar de mantener sus ganancias (como la expropiación petrolera que se dio en México para beneficiar a los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial).
La defensa del régimen Chavista también se expresó bajo la base de que "es un ejemplo de lucha porque se ha opuesto al imperialismo yanki y es parte del proceso bolivariano". Se recordó que desde principios de siglo Rosa Luxemburgo ya había proclamado la entrada de la era de las guerras y revoluciones y con ello, desde entonces todos los países por pequeños o débiles que fueran eran imperialistas. El combate a Bush es sólo la expresión de pugnas inter-imperialistas en las que cada burguesía defiende sus intereses regionales o nacionales. De esta forma, las alianzas momentáneas entre los gobiernos imperialistas de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Cuba, etc. son formas de defensa de intereses capitalistas y de ninguna manera benefician a los explotados, sino que al contrario los enrolan en la defensa de los intereses de sus propios explotadores.
Otro compañero insistió que en Venezuela no se daba un periodo de transición al comunismo, como una intervención apuntó, sino que era un régimen totalmente capitalista que se cubría de fraseología radical y proletaria para atraer a los trabajadores porque la clase trabajadora reconoce el socialismo como suyo y está en la búsqueda de una real perspectiva proletaria.
La discusión de lo que sucede en Venezuela se ligó a la caracterización de Cuba, China y la Unión Soviética cuando uno de los asistentes intervino reafirmando la posición de la CCI sobre los llamados países socialistas, frente a la defensa de la Unión Soviética, Cuba y sus ‘conquistas sociales' que expresaron otros participantes. La defensa de estos países como socialistas se basó en el argumento de que en Cuba el socialismo no se podía desarrollar por la presión que ejerce sobre ella Los Estados Unidos y que el carácter revolucionario de la Unión Soviética se mostraba en que en la Segunda Guerra Mundial estuvo contra el fascismo.
El compañero que respondió señaló que conforme al marxismo no es posible el socialismo en un solo país, ni en unos cuantos países, sino que para que triunfe la revolución ésta tiene que ser mundial. Por ello, tras la derrota de la oleada revolucionaria de 1917-23, en la Unión Soviética o en China no ha habido socialismo sino capitalismo de Estado y en Cuba nunca hubo revolución proletaria sino cambio de fracción burguesa en el poder. Que en todos esos países no se ha abolido la ley del valor, el capital, ni el trabajo asalariado, por lo tanto no se ha abolido la explotación. Un joven participante había dado cifras que dejaban claro el tremendo grado de explotación a que se encuentran sometidos los trabajadores en China poniendo nuevamente en cuestión el supuesto carácter socialista de ese país. Por otra parte, la participación de la URSS en la Guerra mostraba no su carácter socialista, sino imperialista, pues la defensa de la ‘patria socialista' o la democracia eran falsas alternativas en contra del fascismo que ataban al proletariado a los intereses de sus burguesías en la carnicería imperialista. Otro compañero recordó cómo fueron masacrados miles de trabajadores de los dos bandos, incluso alemanes, mostrando cómo en las guerras imperialistas se llama a masacrarse a los trabajadores entre sí para defender intereses que no son los suyos.
Las formas de lucha del proletariado
Sobre este tema también hubo mucha inquietud. Aunque para algunos estaba claro que la participación parlamentaria ya no era una forma de lucha de la clase trabajadora, otros plantearon dudas sobre este punto, argumentando que Lenin en sus obras llamaba a participar en el parlamento. Un asistente respondió que si bien en la ascendencia del capitalismo se podía utilizar esa tribuna para luchar por reformas, la entrada en la decadencia del capitalismo volvía imposible las mejoras duraderas y por ello tanto el parlamento como los sindicatos perdían su función y se convertían en apéndices del propio capital como lo mostró, por ejemplo, el que los sindicatos estuvieran a la cola del movimiento revolucionario desde 1917 y que poco después fueran los sindicatos los encargados de enrolar a los trabajadores en la preparación de la guerra imperialista.
Hubo varios compañeros que expresaron su interés en conocer: cómo lograr la unidad de la clase trabajadora, "cómo organizarla", cómo hacer para que los trabajadores identifiquen a los sindicatos como sus enemigos, "¿en dónde ha estado la falla para lograr avanzar hacia una nueva sociedad? Se recordaba como dificultades la ausencia de luchas en esa región y el temor a ser despedidos. Hubo participaciones que hablaron del carácter consciente de la revolución, que no se trataba de organizar a los trabajadores sino de contribuir a extender la conciencia del objetivo del proletariado y de los medios para lograrlo; que el desarrollo de la unidad y de la conciencia era un proceso difícil, de enfrentamiento con las fuerzas y la ideología de la burguesía que se daba inicialmente a través de luchas por aumento salarial, contra los despidos, etc. en donde los revolucionarios tenían un papel importante que jugar sacando las lecciones tanto de las victorias como de las derrotas para avanzar al logro cada vez de mayor unidad y conciencia hasta el asalto revolucionario.
De allí se desprendió el punto sobre el partido, un asistente preguntó "¿Por qué formar otro partido si ya hay muchos partidos comunistas?". Se aclaró que no hay que confundir a los partidos del ala izquierda de la burguesía que se autonombran socialistas y comunistas con el verdadero partido del proletariado que se deberá formar en el futuro cuando las luchas de los trabajadores estén en pleno auge y hayan llegado a un cierto grado de desarrollo.
Un asistente expresó su satisfacción de oír hablar de la toma del poder por el proletariado, de la dictadura del proletariado, de la revolución comunista, de socialismo y comunismo con una connotación realmente marxista, diferente a la que disemina la burguesía y que pretende borrar el verdadero significado de estos conceptos y se pronunció por reconstruir la Internacional Comunista.
La cuestión de la Guerra imperialista Israel-Palestina
El carácter proletario de la reunión se ratificó cuando un joven propuso firmar un comunicado denunciando la guerra Israel-Palestina que en esos momentos ya hacía estragos en la franja de Gaza. Es una propuesta que hay que saludar fuertemente pues se trata de un acontecimiento actual sobre el cual los presentes estaban interesados en tomar posición.
Esta propuesta abrió una ronda de participaciones en la que se recordó la posición proletaria de frente a las guerras imperialistas. No se podía denunciar la guerra condenando sólo a un bando, en este caso al imperialismo Israelí, en contra del ‘Pueblo de Palestina', por estar aliado al imperialismo de los Estados Unidos, sino que se debía condenar la guerra como guerra imperialista, en donde la burguesía palestina también tenía la responsabilidad de la masacre de cientos de personas de las capas explotadas. Se dijo que sólo la lucha del proletariado podría acabar con la barbarie guerrera como había quedado demostrado cuando la oleada revolucionaria puso fin a la Primera Guerra Mundial.
Aunque la lucha del proletariado es por un mundo sin guerras, la lucha del proletariado no es pacifista en el sentido de que no es una lucha que busca la paz en el capitalismo, lo que es imposible, pues en la fase de decadencia la guerra es la forma de vida del capitalismo, sino que la paz se concibe sólo tras la destrucción del capitalismo.
La falta de tiempo no permitió abordar con toda su amplitud este punto, por lo que se invitó a los participantes a seguir discutiendo sobre este y otros temas.
Varios de los asistentes se expresaron sobre la importancia que tuvo para ellos la asistencia a esta reunión pública y la necesidad de seguir contando con estos espacios de reflexión en los que se puede discutir solidariamente los temas que interesan a la clase trabajadora y que permiten la clarificación de aspectos que pueden contribuir con el avance de la lucha proletaria. Por ello, propusieron seguir con este tipo de discusiones y recibir las invitaciones cuando se fijen fechas para las siguientes reuniones públicas.
De la misma manera, nosotros saludamos el esfuerzo de los compañeros que han organizado este evento, pero sobre todo el ánimo militante que los ha movido brindando las condiciones para la realización de una reunión que ha sido ejemplo vivo de una de las armas que tiene la clase trabajadora para desarrollar su conciencia, su unidad y su lucha: debates lo más amplios posible en donde se manifiesta la cultura del debate, de características a todas luces proletarias como la sinceridad, el espíritu reflexivo, la confianza, el respeto y la solidaridad.
Repetimos a los compañeros de República Dominicana lo que se ha dicho a los camaradas de Perú: Los compañeros que han emprendido esta gran iniciativa NO ESTÁN SOLOS. En otros países se desarrollan iniciativas similares. Progresivamente se esta fraguando un MEDIO INTERNACIONALISTA que se orienta hacia una discusión y una colaboración internacional que contribuya a la mejor arma que tiene el proletariado: SU UNIDAD Y SU CONCIENCIA A ESCALA MUNDIAL[1].
Desde aquí también damos nuestro apoyo entusiasta a los compañeros. ¡Adelante!
CCI/ enero de 2009
[1] Ver Reunión Pública en Perú de la CCI: un debate proletario apasionado y apasionante, https://es.internationalism.org/node/2385 [436]
El País del 25-4-09 presenta la lucha de los trabajadores del astillero de Sestao con el siguiente titular de primera página «Los despidos originan en la Naval de Sestao el primer brote de tinte racista». Simultáneamente, en La Ser –emisora perteneciente al mismo grupo mediático que El País- en las noticias de las 8 de la mañana se especulaba sobre el peligro fascista que podría acarrear las reacciones ante la crisis e inmediatamente –como si fuera una casualidad- se hablaba de la «actitud racista de los trabajadores de La Naval de Sestao».
¿Han actuado los trabajadores de manera racista como les acusa El País y La Ser?
En La Naval de Sestao hay 400 trabajadores en plantilla y unos 1000 que lo hacen a través de empresas subcontratadas en condiciones de eventualidad. En las últimas semanas aquellas han despedido trabajadores al ritmo de unos 20 semanales. La inquietud había empezado a cundir. Pero esta se ha transformado en indignación cuando los despedidos eran sustituidos por compañeros polacos, rumanos y portugueses a los que se pagaban salarios muy inferiores a los establecidos por convenio.
Este fue el origen de la protesta que estalló el jueves 23 con una manifestación que recorrió Sestao y Baracaldo en la que participaron trabajadores de la plantilla que no estaban afectados. El viernes 24, los obreros cortaron los accesos a la factoría en una concentración masiva.
¿Qué reivindicaban? ¿La expulsión de los trabajadores extranjeros? ¿Qué se contratara solamente a españoles, como pretenden grupos xenófobos de la calaña de España 2000?
¡Rotundamente no!. «Los trabajadores subcontratados por la Naval en el País Vasco perciben una media de 14 euros por hora, frente a los entre 3,5 y 6 euros de portugueses y rumanos. El «abaratamiento» de la mano de obra y la «competencia desleal» han soliviantado a los afectados, que han decidido movilizarse para exigir que a los foráneos se les apliquen las mismas condiciones que a los empleados locales».[1]
La reivindicación de los obreros de Sestao es solidaria con sus compañeros de Portugal, Rumania o Polonia, piden que tengan las mismas condiciones, se oponen a que las empresas se aprovechen y apliquen un brutal abaratamiento de las condiciones laborales, lo que perjudica a todos. Los trabajadores de Sestao luchan por el interés común, tanto suyo como el de sus hermanos rumanos, polacos o portugueses ¿Dónde está el racismo con los que El País y La Ser los ha estigmatizado?
En la agencia de noticias Servimedia (26-4-09), Miguel Fonda Stefanescu, presidente de la Federación de Asociaciones Rumanas de España declara: «El problema aquí es que tenemos una clase empresarial que está dispuesta a utilizar la mano de obra inmigrante para hacer añicos horas de concertación social. Tienen toda la razón en protestar. Esto no tiene nada que ver con la xenofobia».
El lunes 27, todos los accesos a la factoría seguían cortados por los trabajadores reunidos en asamblea. Para evitar la continuación de la protesta «La dirección de La Naval, representantes sindicales y gestores de varias empresas subcontratistas que trabajan para el astillero vizcaíno han alcanzado esta mañana un principio de acuerdo sobre las condiciones de contratación de trabajadores extranjeros. En él, según han explicado fuentes sindicales, se recoge el compromiso de que los trabajadores extranjeros sean contratados no en las condiciones "de origen", sino en las de "destino", es decir, conforme al convenio del sector del metal de Vizcaya, por lo que tendrán las mismas condiciones que los demás empleados» (Agencia EFE 27-4-09)
Las razones de la calumnia y como combatirla
Los trabajadores de Sestao han sido vilmente calumniados por El País y La Ser que se presentan como muy diferentes de esos campeones de la demagogia y la deformación grosera que son Jiménez Losantos y la COPE.
Es necesario comprender que esta no es la primera vez. En enero, los trabajadores del sector energético de Gran Bretaña fueron igualmente presentados como xenófobos y racistas por haber adoptado al principio de su lucha el eslogan electoral del Mister Brown –primer ministro laborista- de “Empleos británicos para trabajadores británicos”[2]. Un gran revuelo mediático se armó contra este error de nuestros hermanos sometidos al mismo chantaje de la contratación de compañeros extranjeros en condiciones mucho peores. Sin embargo, la prensa que tanto escándalo había organizado –con una participación muy activa de El País y La Ser[3]- guardó un silencio sepulcral cuando los trabajadores reconocieron su error y lucharon junto a compañeros polacos en un movimiento solidario y el 5 de febrero las pancartas proclamaban “Trabajadores del mundo entero uníos”[4].
Otro caso paradigmático de calumnia y deformación ocurrió con las movilizaciones obreras y estudiantiles de Grecia a finales de 2008. La lucha fue sistemáticamente presentada como una acción minoritaria de “400 vándalos” dedicados a romper escaparates cuando en realidad hubo manifestaciones masivas de padres, estudiantes, jubilados etc., asambleas generales abiertas a toda la población, llamamientos a la solidaridad internacional … [5]
¿Por qué todos los medios de “comunicación” se entregan a tales calumnias?
El País, La Ser, la COPE y Jiménez Losantos, más allá de las diferencias de talante y de intereses que les separan, coinciden en la defensa incondicional del actual ¿orden? social, el capitalismo, un sistema basado en la explotación de la gran mayoría en beneficio de una minoría. Para mantener este sistema, el Estado y todos sus artilleros mediáticos no dudan en emplear los recursos más innobles entre los cuales la mentira y la calumnia figuran entre los más eficaces.
La repetición machacona de la acusación de racismo contra los trabajadores, la insinuación de que sus protestas podrían constituir el caldo del cultivo del fascismo, constituye una manera de desprestigiar su lucha, de crear el cortafuego de la sospecha y el aislamiento social a su alrededor. Es igualmente una forma de sembrar en las filas obreras un sentimiento de desconfianza en sus propias fuerzas, de inculcarles el virus destructor de la culpabilidad.
La lucha de los trabajadores no es el mero reflejo de las condiciones objetivas. Los trabajadores no son como el perro de Pavlov que reaccionan como resortes ante el aguijón de la crisis punzando dolorosamente sus carnes. Son seres humanos con sentimientos, dudas, miedos, sueños, deseos… El desarrollo de su lucha nace de una compleja fusión entre los factores objetivos (la crisis) y los factores subjetivos (la solidaridad, la voluntad de conquistar un futuro diferente, la combatividad).
Calumnias como la de Sestao –o anteriormente las de Gran Bretaña o Grecia- buscan entorpecer la maduración de las condiciones subjetivas. Vivimos en una sociedad donde la humanidad padece una terrible crisis de confianza en si misma. Hoy, muchos seres humanos piensan que el problema no es el capitalismo, sino LOS HOMBRES MISMOS, que –como decía Hobbes en el siglo XVII- “el hombre es un lobo para el hombre”. Los trabajadores padecen ese ambiente y ello repercute en el desarrollo de sus luchas que necesitan para extenderse y radicalizarse de los sentimientos liberadores de la solidaridad, la unidad, la conciencia, la confianza en el futuro. Las campañas de la prensa “democrática” –como El País- lanzando sobre los trabajadores el estigma infamante de racismo y xenofobia, buscan entorpecer ese proceso.
Para combatir estas mentiras la prensa proletaria es todavía muy minoritaria y tiene una escasa difusión. Evidentemente, hay que ampliarla y extenderla, que su tentativa de ofrecer una visión veraz y crítica llegue al mayor número posible de compañeros. Pero han de ser los trabajadores mismos los que en sus luchas deben preocuparse por crear canales de discusión e información autónomos e independientes. La primera preocupación de las luchas debe ser el que sean conocidas por otros trabajadores del mismo país y de otros países, extenderla para que se unan a ella.
¿Podemos contar para ello con la prensa? ¿La tarea es montar numeritos espectaculares para que la protesta social salga en los periódicos y en la TV? Pensamos que no, que eso es como confiar al zorro que cuide de las gallinas. Más allá de la buena voluntad de los periodistas enviados al terreno –a los que hay que tratar de ganárselos- los medios llamados de “comunicación” no están para una información imparcial sino para contribuir a las campañas y necesidades del poder establecido.
La alternativa es comunicarnos directamente con los demás trabajadores a través de Asambleas abiertas, a través del envío de delegaciones, creando medios de información y debate independientes, desarrollando redes de contacto, por Internet y mediante encuentros directos, que hagan circular las noticias, los análisis, las discusiones.
Para ello podemos inspirarnos en las experiencias históricas del proletariado. En 1905, durante la primera revolución rusa, los trabajadores levantaron Asambleas Generales que unían a todos los centros laborales de una ciudad, los Soviet. Una decisión del Soviet de San Petersburgo –entonces la capital política y económica del país- fue crear su propio órgano independiente de prensa: Izvestia, Las Noticias. En Grecia, en diciembre 2008, los trabajadores y los estudiantes –hartos de las manipulaciones del poder- ocuparon emisoras de radio desde donde emitían comunicados explicando los verdaderos motivos de su lucha. En el mismo sentido –preocupados por superar el aislamiento internacional- hicieron un llamamiento a los jóvenes de toda Europa. La creatividad y la iniciativa obrera nos dan pistas para resolver el problema de la calumnia y la mentira y plantear la verdad de nuestra lucha.
Acción Proletaria – Corriente Comunista Internacional 29-4-09
[2] Es significativo el cinismo y la deformación de la prensa. Culpa a los que son víctimas del slogan –los trabajadores- pero ninguna voz se alzó contra su instigador, el muy “demócrata” Mister Brown.
[3]Carlos Fancino, jefe del programa matutino de La Ser, repetía día tras día su condena de los “comportamientos xenófobos” de los trabajadores británicos.
[4] Ver https://es.internationalism.org/node/2493 [425]
Saludamos los 2 encuentros recientemente realizados (Latinoamericano y México) como un paso importante a la reconstrucción de un movimiento revolucionario internacional si bien estamos de acuerdo con la mayoría de las conclusiones de los camaradas como ser que la crisis económica en la que se encuentra el capitalismo a nivel mundial es la peor de la historia de la humanidad y que recién empieza a manifestarse y que lo único que nos augura es mas hambre , miseria y muerte para la mayoría de la población especialmente para la clase obrera y los sectores marginales de la humanidad. Y que como dice unos de los documentos "Esta situación está llamando al proletariado a luchar Sin embargo, esta respuesta no es mecánica ya que es necesario también un proceso de reflexión que ayude a clarificar los propios métodos de lucha, recuperando su experiencia, para poder ser capaz de enfrentar las múltiples trampas que le tienden los órganos de encuadramiento social del Estado capitalista". Ya que a pesar de estar en crisis el capitalismo este no esta cuestionado como sistema por la mayoría de la clase obrera.
Por eso consideramos el siguiente párrafo de vital importancia: "En la medida en que las luchas se hagan cada vez más masivas, se presentará la oportunidad para que la clase obrera recobre poco a poco la confianza en sí misma, que redescubra que efectivamente representa una fuerza social, económica y sobre todo política cuando basa su accionar en su unidad y su conciencia, en suma, que recobre su identidad como clase." Que como clase recobremos nuestra identidad y que con cada lucha vayamos recobrando la confianza en nosotros como clase, que dejemos de lado toda ilusión de un capitalismo productivo o mas humano o de alternativa nacionalista o el falso paradigma del socialismo del siglo XXI que lo único que ha hecho en estos años fue crear una nueva capa de burócratas. A continuación les enviamos dos reflexiones una sobre la crisis actual que nos llevó tiempo realizarla y quizás este desactualizada pero creemos que sirve para el debate y otra sobre la supuesta amenaza de la gripe porcina esperando poder de nuestra parte mantener una comunicación mas seguida.
Crisis económica.
La crisis mundial capitalista que lleva más de un año todavía no se ha manifestado en toda su magnitud si bien empezó como una crisis financiera, supuestamente como consecuencia de los créditos subprime, esta se va convirtiendo en una crisis económica sin magnitud como tal, en la historia del capitalismo.
Pero el origen de dicha crisis se encuentra por un lado en la dificultad creciente del capitalismo, en relación a las posibilidades técnicas, de expansión constante de su base económica, y de la resistencia del proletariado, aunque en forma fragmentaria a una mayor explotación.
Por lo que es necesario recurrir a trucos financieros cada vez más amplios para mantener su expansión. Por lo que el capitalismo se otorga simplemente créditos sin respaldo a si mismo y alentando a la población a hacer lo mismo invirtiendo en la bolsa con acciones sobrevaloradas o endeudándose en hipotecas bancarias para obtener su propia vivienda, lo cual produjo una burbuja financiera y una valorización ficticia de las acciones de las distintas empresas. Con lo cual fue creando un endeudamiento cada vez mayor y repitiendo la misma formula tratando de patear la pelota hacia delante o esperando una solución mágica, hasta que esta estalló y que recién estamos digiriendo la consecuencia de dicho estallido.
Pero veamos los comentarios de algunos medios "revolucionarios" que califican el derrumbe económico como una derrota del capitalismo, pero a esto nada agregan, o en lo mejor de los casos, sueñan con una intervención del estado, al mejor estilo keynesiano, para que volvamos a tener estabilidad o recuperar los empleos y el poder adquisitivo; o con el socialismo del siglo XXI estilo Chávez y el resto de la camarilla de presidentes "progresistas". En esto, como en tantas otras cosas, los "revolucionarios" están de espaldas a la revolución.
Para encuadrar adecuadamente el objeto de nuestro análisis debemos preguntarnos que clase de crisis nos afecta. La respuesta obvia nos dice poco: porque las anteriores también fueron crisis de la economía capitalista. Dejando de lado las crisis intermedias sobre las que nadie habla en la actualidad, comparemos la actual con la del 30 como hacen todos los demás. Dicha crisis produjo una gran calamidad para la clase obrera que no solo perdió posiciones logradas por largos años de lucha sino que en varios países la desocupación pasó a ser de mas del 30% y a la cual el capitalismo respondió por un lado con el new deal, el fascismo y el estalinismo, para aplacar a la clase obrera, la que culminó con el estallido de la segunda guerra mundial y mas de 60 millones de muertos.
La crisis actual se desarrolla en un mundo capitalizado en su mayor parte. Todos los grandes Estados tienen Gobiernos capitalistas. La Burguesía ha obtenido en las últimas décadas un colosal triunfo sobre la Clase Obrera. La Política "Neoliberal" que ha reforzado su dominio y ha aprendido de sus crisis anteriores con lo que a podido postergar por unos años una nueva crisis de gran envergadura pero lo que no ha podido es detenerla y en la actualidad nos encontramos en el inicio de ella.
Pasemos a las conclusiones.
La crisis no es financiera sino económica y originada (principalmente) por la debilidad de la economía de los EE.UU y de los países centrales, al ser imposible una expansión infinita y que se esta propagando al resto del planeta.
La capacidad de financiamiento "genuino", o sea con créditos cobrables, ha llegado o va llegando, a su fin con las actuales relaciones entre las clases. Si estas no cambian a favor del Capital, queda como recurso crediticio la emisión monetaria sin respaldo.
La emisión sin respaldo exige un sólido control político de parte de los emisores. Pero la propia inflación lo socava, como muestra el caso argentino. El dólar estadounidense, a diferencia del peso argentino, es la moneda mundial (por lo que EE.UU. exporta su inflación) y su circulación depende de su dominio mundial y este está menguando.
La política de intimidación, para superar por otros medios, está en curso; la invasión de Irak, las amenazas a Irán, Nort Corea y otros países y las advertencias de Guerra Mundial de nuevo tipo no tienen otro significado. Con los comienzos de la invasión a Irak mejora la circulación del dólar y es de sospechar que la impresión por esa muestra de energía (fuerza) fue la causa.
La posible apertura a Cuba con un mercado de 10 millones podría dar un respiro aunque leve a la salida de mercancía y circulación de dinero aunque esta sea una sociedad empobrecida.
El incremento de la inflación y la debilidad militar demostrada hasta hoy anulan todo efecto.
Para mejorar la posición del imperialismo norteamericano queda la intensificación de la explotación de su Clase Obrera. Naturalmente esta también está en curso: los cambios en la legislación lo evidencian bien. Y dicha medida se repite en el resto del mundo país tras país va siguiendo estos pasos con el aval de las centrales obrera, que negocian bajas en los salarios con tal de mantener los empleos, pero igual se pronostica que 50 millones de trabajadores se quedaran este año sin el, a lo que hay que sumar a los nuevos que entra en edad de conseguir su primer trabajo.
Volviendo a nuestro asunto Financiero- Económico. Nos dicen los grandes gurues de la economía burguesa que habrá: recesión, estabilidad y expansión económica combinadas ambas con todas las alternativas financieras posibles. Todo está afirmado por expertos.
Nosotros nos hayamos ante ellos en una posición parecida a la de los revolucionarios ante el estallido de la Primera Guerra Mundial. Los "expertos", entre ellos todos los Estados Mayores Militares, anunciaban y creían en una guerra breve. Nuestros camaradas, para nada expertos en cuestiones militares, la supusieron prolongada basado en la paridad entre las fuerzas enfrentadas. Tuvieron razón. No podían no tenerla.
Y esta crisis va para largo tiempo y si bien el capitalismo se puede recuperar como lo ha hecho en otras oportunidades, esta solo se hará sobre la miseria, el hambre y la muerte de ciento de miles de obreros a lo largo del planeta, lo que nos auspicia un futuro cada vez más negro.
Ante tal perspectiva no nos queda otra alternativa que la unidad y la lucha de la clase obrera en defensa de nuestros propios intereses, la emancipación como clase y la construcción del socialismo.
Volviendo a levantar las consignas de los primeros revolucionarios, "Proletarios del Mundo Uníos"
UNA REFLEXION SOLIDARIA
La verdad es que los estudiantes están cada vez más preocupados por su propia situación y cada vez más intrigados e indignados con el futuro que les depara la clase dominante. No es nada extraño, esa sensación crece por días y por todo el mundo (ver las movilizaciones de estudiantes y trabajadores en Francia, Grecia es un ejemplo[1]) sobre todo entre los proletarios y entre las clases más débiles de la sociedad, muchos de ellos padres o parientes de estos mismos estudiantes, afectados todos ellos por el avance imparable de la crisis que les va condenando cada vez con mayor saña a situaciones verdaderamente graves de existencia y empujándoles a reflexionar y a preguntarse sobre las salidas a lo que hay, acerca de si el capitalismo va a poder asegurarles algo más que miseria, caos y barbarie.
Pero además, cada día están "más calientes", aunque de momento mantienen fría -quiero decir, en su sitio- la cabeza. Crece su desconfianza en las "soluciones" que les proponen y sobre todo no parecen estar dispuestos a aceptar lo que no les interesa (un futuro incierto en lo que se refiere a encontrar trabajo una vez acabados los estudios; aceptar créditos que les hipotecarían para toda la vida ligándoles de por vida a la "formación permanente" y a la dependencia económica a un "benefactor" que les va a sacar la manteca a base de bien: empresas, , bancos, Estado,...).
Sobre todo, la indignación es enorme por la represión brutal perpetrada por los Mossos de Escuadra de la Generalitat comandada por el Tripartito y cuyo jefe directo es el Señor Saura, que está coaligado con la seudo-radical Izquierda Unida. La ferocidad de las medidas represivas contra los jóvenes -golpes, detenciones, expulsiones- muestra de manera fehaciente qué podemos esperar de cualquier Gobierno, sea de Derechas o se presente como "progresista" y "social".
Si los estudiantes se quedan encerrados en el ámbito de una "lucha universitaria", si luchan solos, el Estado burgués los tendrá acorralados y los mossos de escuadra del Tripartito podrán golpearlos impunemente con la complicidad de las autoridades académicas, de la prensa y de todo el "mundo oficial".
Pero si los estudiantes -como ya lo han empezado a hacer- extienden su lucha a profesores, a trabajadores de todos los sectores, a estudiantes de enseñanza secundaria, su fuerza -así como la de todos los explotados - será enorme y los gobernantes tendrán que retroceder.
Fue un paso positivo el que los estudiantes estuvieran presentes en la gran manifestación de la enseñanza que hubo en Barcelona el día 19 de Marzo (más de 30.000 asistentes) aunque no deberían haber participado separados de la manifestación sino integrándose claramente en ella.
La situación es difícil y eso va a costar aun mucho a unos y a otros, pero poco a poco ha ido creciendo su confianza en sí mismos y su determinación para enfrentar los ataques de la crisis y la del Estado que la gestiona: bien sea por el canal "Plan Bolonia" o por cualquier otro que les quieran poner por delante.
Tras el desalojo y la represión violenta del día 18 los estudiantes universitarios reaccionaron rápidamente en solidaridad con los compañeros agredidos asistiendo unas cinco mil persona. El Gobierno de la Generalitat se ha visto obligado a pedir disculpas y a forzar algunas dimisiones en Interior. Desde entonces siguen adelante haciendo sus asambleas, huelgas y ocupaciones, reuniones con colectivos sociales que les apoyan, debatiendo, intercambiando información con los de otras universidades y que han respondido manifestándose en solidaridad con ellos /Madrid, Valencia, Gerona,...)
Los estudiantes, que han manifestado claro y alto "que no son delincuentes, no son revoltosos sin perspectiva, ni quieren ser carne de cañón de mosos o burócratas", siguen empeñados en conseguir "a través de un amplio movimiento estudiantil, pues la unión hace la fuerza" "no sólo tirar para atrás los ataques del capital -Plan Bolonia o el Que sea" sino "una sociedad justa, tolerante, solidaria y libre" "pues nos sentimos con capacidad suficiente para cambiar la realidad en que vivimos". (De unas "Reflexiones... sobre los hechos del 18 de marzo en Barcelona" impresas que nos dieron en la manifestación del día 26).
Convocaron el 26 una manifestación, contaban con la solidaridad de quienes como ellos se enfrentan a la realidad del cada día peor sin perspectivas de mejora: de sus propios compañeros, de profesores, de los que compartíamos sus preocupaciones y sus esfuerzos de los que estamos de su lado y que sabemos que mañana deberán estar al lado nuestro y de toda la clase obrera. Enfrente tenían las más que decenas de "mosos" que les estaban esperando armas en mano "para lo que hiciera falta". También, la amplia propaganda que por todos los medios la Generalitat había difundido que "aquello" es ilegal y que se iba a empeñar en el asunto "como corresponde".
En la plaza universidad estábamos expectantes pero nos manteníamos firmes y veíamos que los estudiantes estaban seguros, que controlaban la situación. Los mosos nos cerraban el acceso al camino programado y los organizadores tuvieron el coraje de decidir un recorrido alternativo hacia un lugar más relajado: Sants.
Fue una manifestación que contrastaba con las procesiones folclóricas de los sindicatos; nada de pitos, colorines ni chirigotas; se podía hablar con el de al lado, abrir la respuesta a consignas imaginativas: contra el gobierno, contra los ejecutores del ministerio del interior, (los mosos armados hasta los dientes que les han corrido a palos dos días antes, a traición). Desde los balcones se oían gritos de solidaridad con los manifestantes, aplausos. Los locales de los partidos en el gobierno fueron pintados con denuncias a sus responsables.
Se fue sumando gente y al final éramos más de 10000 personas y cómo en Grecia habíamos de todas las generaciones: estudiantes, padres, trabajadores de distintas edades... Puede que no hayan echado atrás el Plan Bolonia, que de momento no vean realizados materialmente sus deseos, pero esa manifestación es una victoria importante: Salimos todos con la sensación de que nos van a llamar de nuevo a su lado a contribuir en su combate a debatir con ellos a que les expliquemos nuestras experiencias y ellos sus propuestas de marcha. A continuar un combate que no dan por acabado: se han tomado un necesario respiro aunque insisten en que se van a seguir viendo hasta vacaciones en algún Campus -asamblea en el Raval.
¿Está esta lucha inmersa en una perspectiva de luchas masivas en otros sectores, estudiantes, maestros, sectores industriales, funcionarios, sector servicios, activos, parados? Estamos convencidos que sí. Muchos de los presentes también lo estaban aunque no se oyeron, al menos los que escribimos esto no lo oímos, llamamientos, consignas en este sentido. Las condiciones se están consolidando las dinámicas impulsan hacia ello. La intervención de la clase obrera en el proceso, su experiencia, su solidaridad, son decisivas. Los estudiantes deben contar con ello. Al fin y al cabo ellos formarán parte de esa misma clase, algunos forman ya parte de ella.
Militantes de la CCI en Barcelona.
[1] Ver en nuestra REVISTA INTERNACIONAL nº 136: Las revueltas de la juventud en Grecia confirman el desarrollo de la lucha de clases en /revista-internacional/200904/2483/las-revueltas-de-la-juventud-en-grecia-confirman-el-desarrollo-de- [424]
Estimados camaradas del Núcleo Proletario en Perú, del Grupo de Lucha Proletaria y del Núcleo de Discusión Internacionalista de Ecuador:
Hemos recibido con gusto dos cartas vuestras de solidaridad con los trabajadores que han sido despedidos y atropellados por el sindicato de electricistas y demás instrumentos del aparato estatal mexicano. En ambos textos se expresa de manera concreta la solidaridad proletaria. Los hemos recibido con mucho agrado y los hemos distribuido entre los trabajadores en México con orgullo. Han de imaginar el impacto que causó entre los trabajadores, en medio de tanta basura nacionalista y de trampas sindicalistas, recibir un mensaje de trabajadores que desde otros países realmente se solidarizan con su situación de adversidad y desventaja ante la patronal, debido a que la burguesía mexicana, haciendo gala de la rapacidad que le caracteriza en todas partes del mundo, preparó con mucha anticipación no sólo el hachazo de los despidos sino una maniobra sindical y mediática que impidiera al conjunto de los trabajadores expresar consecuentemente su solidaridad hacia un importante sector del proletariado atrapado desde hace algún tiempo en las garras del sindicalismo.
Desgraciadamente, las esperanzas que pudiéramos haber tenido tanto ustedes como nosotros de que ante la situación de crisis y ataques generalizados contra todos los trabajadores del país, se pudiera expresar una lucha solidaria de otros sectores, no cuajaron y el gran descontento expresado en las manifestaciones masivas convocadas por los sindicatos, no logró en ningún momento confrontar con éxito la tenaza sindical. A la fecha, los trabajadores de Luz y Fuerza se han quedado aislados y están siendo movilizados por el sindicato para llevar lo más lejos posible el aplastamiento y extender entre el conjunto de los trabajadores la idea de que el sindicato es un instrumento de defensa de los trabajadores y que luchar no sirve de nada, por muy radical que parezca su "lucha".
Camaradas. Saludamos su iniciativa de tales expresiones de solidaridad proletaria. Saludamos también el método para denunciar a nuestros enemigos de clase y la forma tan clara de plantear la destrucción del capitalismo por la propia clase obrera como la única perspectiva sana a la situación de barbarie capitalista. "organización, solidaridad y lucha autónoma de nuestra clase ante todo es nuestra única esperanza contra el capital y sus secuaces" a decir de unos y "comprender que tiene armas para luchar contra aquella situación a que el capitalismo los empuja hoy en día; esas armas son su solidaridad de clase, su confianza en sí misma y en sus luchas a nivel local y mundial" en palabras de los otros.
Su envío es una muestra concreta de lo que significa la solidaridad proletaria. Es uno de los primeros pasos que el proletariado internacional da en este sentido en estos tiempos y estamos seguros que este tipo de muestras se irán multiplicando y extendiendo por todo el globo hasta que la solidaridad se cristalice en la unión de todos los proletarios del mundo en una misma lucha por su emancipación y la de toda la humanidad.
Os enviamos un saludo.
Revolución Mundial / Sección en México de la CCI
7/12/09
Estas tomas de posición proceden de los compañeros del grupo Democracia Comunista Luxemburguista, del compañero Marcos (de Estados Unidos - República Dominicana) así como de otros dos compañeros[1].
Ante la barbarie guerrera que se desencadena contra los trabajadores y la población de Gaza estas contribuciones desafían el concierto dominante que consiste en que elijamos campo dentro de los diferentes exponentes de la barbarie capitalista: los que se dicen de "izquierdas" nos piden que apoyemos a Hamas y a esa entidad falsa que llaman "pueblo palestino"[2] mientras que los gobiernos de la UE piden apoyo para Israel, denuncian a Hamas "por haber roto la tregua" y demás falsificaciones.
Para comprender lo que está sucediendo no podemos quedarnos en los diferentes protagonistas sino en el engranaje infernal que los mueve y los hace agentes de la barbarie y la destrucción. Este engranaje es el capitalismo mundial y en él participan todos, tanto el brutal Estado israelí con sus terribles medios de destrucción como la fracción burguesa alrededor de Hamas con sus misiles "caseros".
Todos ellos se pelean a muerte tomando como rehenes tanto a la población del rival como a la propia población. Con el mayor de los cinismos Israel proclama que solo quiere golpear a Hamas pero para ello ha convertido a los trabajadores y a la población de Gaza en las víctimas de un horrendo genocidio. Hamas, a la vez que hace a sus "ciudadanos" prisioneros y rehenes de su enfrentamiento sanguinario con el Estado israelí toma a los súbditos de éste como la diana de sus misiles.
No podemos tomar partido por alguno de los componentes de ese engranaje buscando al que sea "más débil", "menos malo", tenga "mayor respaldo popular" o "exhiba una ideología más progresista". Si elegimos así nos vemos atrapados en el engranaje de la muerte propio del capitalismo mundial y jamás saldremos de él. Hay que tomar partido por la lucha internacionalista, por el movimiento independiente del proletariado que va contra todos los Estados, todos los regímenes y todas las fracciones de la burguesía.
ANTE EL GENOCIDIO DEL PUEBLO PALESTINO EN GAZA
Submitted by Lucca Toni (no verificado) on Diciembre 30, 2008 - 7:23pm.
Aunque no tiene relación directa con el artículo os adjunto texto para pedir opinión.
ANTE EL GENOCIDIO DEL PUEBLO PALESTINO EN GAZA, LA ÚNICA SOLUCIÓN: UNIDAD DE LOS TRABAJADORES POR ENCIMA DE FRONTERAS
Unidad de los trabajadores israelitas y palestinos. Aunque algunos consideren que los primeros están irreversiblemente unidos a los intereses de su "estado", no dejen de ser proletarios. Que lleguen a un nivel de conciencia de clase internacionalista es difícil, somos concientes, pero ¿Desde cuando la revolución proletaria ha sido un tema fácil? O no es cierto que entre los trabajadores europeos, yankees o incluso del Tercer Mundo, no hay muchos que tienen falsas ilusiones en "su" estado y "sus" dirigentes.
El estado sionista es especialmente criminal y sediento de sangre, pero eso es un reflejo de sus condiciones en el sistema imperialista. Hay que apoyar todas las iniciativas que dentro de Israel surjan contra la barbarie de "su" estado (aunque sean débiles y embrionarias), como el movimiento de objeción de conciencia al ejército israelita. Seamos claros, en última instancia, los revolucionarios no apoyamos a ningún estado capitalista (no solo a Israel).
Los "dirigentes" del pueblo palestino se han mostrado incapaces de dar una solución a "su" propio pueblo. El terrorismo indiscriminado solo sirve de coartada a Israel para encerrar en un guetto a los palestinos. Los atentados y la represión del estado, entran en una dialéctica absurda que se retroalimenta. No dejan de ser una fracción de la burguesía con siniestros vínculos ideológicos y diplomáticos. Recordemos Al-Fatha, que perdió gran parte del apoyo de "su" pueblo debido a su extrema corrupción, despotismo e incapacidad para crear una alternativa creíble. Por otra parte, fue utilizada como fuerza de influencia política por el imperialismo soviético y los corruptos gobiernos árabes.
Por otra parte, integristas como Hamas y Hezbolá, envían a los jóvenes oprimidos a la muerte por la putrefacta causa de un Estado "Islamista", represor y opresor de los trabajadores y en particular de las mujeres, homosexuales y minorías étnicas como es su referente del régimen iraní.
¡ABAJO EL SIONISMO! ¡ABAJO EL INTEGRISMO "ISLÁMICO"! ¡ABAJO EL IMPERIALISMO CÓMPLICE!
¡SI QUIERES LA PAZ LUCHA POR EL SOCIALISMO¡
Democracia Comunista (Red Luxemburguista Internacional)
https://luxemburgism.forumr.net/forum.htm [441]
¡ Proletarios de todos los países, unámonos!
Toma de posición del compañero Marcos
Lo que habría que entender que este es un confrontamiento entre dos burguesías en pugnas, no es el enfrentamiento entre los trabajadores de Palestina y los trabajadores de Israel, la verdadera unidad debería ser entre ambos, no a llamar a ambos a irse a la guerra, no parcializarse ni con el gobierno de Israel, o con Hamas, o con Hezbollah, ninguno de los tres no representan para nada los intereses de ambos, también exaltar el nacionalismo burgués y divisor no es una consigna correcta, típica consigna del izquierdismo, los cuales nunca saben a quien darle apoyo, como tan falso y engañoso es la llamad consigna del anti-imperialismo, y la llamada liberación nacional. Tan criminales son los representantes de Hamas y Hezbollah como tan criminales son los representantes del gobierno de Israel
y los sionistas.
¿Y cuales son los gobiernos populares y revolucionarios del mundo ? Cual gobierno o estado en el mundo aboga por una nueva sociedad y la eliminación de esta actual ? Cual estado es popular y revolucionario ? Ningún estado, ni es popular, ni es revolucionario, al contrario, son contra-revolucionarios todos, y ¿qué es el pueblo Palestino?, los trabajadores, Hamas y Hezbolla unido en un solo conglomerado, ¿o son solos los desposeídos de esa región ? La llamada Naciones Unidas no es mas que un centro de gobierno burgueses y de conspiradores, los trabajadores del mundo no pueden contar con sus propios enemigos y con sus propios opresores, ni con los organismos de la clase burguesa, con lo que tienen que contar y el llamado correcto seria inclusive con la unidad de los mismos trabajadores de Israel y con los del mundo. El imperialismo no es solo EEUU, el imperialismo es el conglomerado total de todos los países capitalistas del mundo, el imperialismo no es un país, el imperialismo es la ley inherente de un sistema económico llamado capitalismo. Sionismo no es mas que nacionalismo burgués, una faceta mas del nacionalismo, similar a el que abogan todas las consignas nacionalistas y de liberación nacional, ¿Y en ese llamado a un frente mundial también están incluido los gobiernos burgueses del mundo ?
Parece que la historia no le ha enseñado nada a el capital de izquierda
Otras dos tomas de posición breves:
La fracción de la clase obrera mundial que se encuentra a ambos lados de la Franja de Gaza es la única victima del terrorismo capitalista desatado en estos días en la región por el sionismo, Hamas y Fatah. Las familias proletarias ensangrentadas por este conflicto no pueden dejarse arrastrar a tomar posición por cualquiera de los bandos
sino que por el contrario tienen que levantar la bandera proletaria del derrotismo revolucionario enfrentado a sus propias burguesías y confraternizar a ambos lados del frente de guerra para combatir al enemigo común que es el capitalismo decadente y la pesada loza del islamismo y el judaísmo milenario. Esta es la única salida a la
barbarie capitalista en el medio oriente.
Estos izquierdistas no aprenden, ahora, todo el apoyo se va hacia Hamas y Hezbolla, no he visto ni un solo mensaje llamando a la unidad de los obreros Palestinos y los Israelita. Señores el problema no es luchar por defender a Hezbollah ni a Israel es que los obreros de todo el mundo debe unirse a luchar contra su enemigo de clase. El obrero de palestina tiene los mismo intereses que el de Israel, esa es una lucha nacional para el capitalismo de cada país, tratar de controlar al otro...proletarios de todos los piases uníos
[1] Un material que podría resultar interesante para una reflexión sobre lo que son el sionismo en un bando y el islamismo en el otro, podría estar constituido por estos dos artículos que publicamos en nuestra Revista Internacional: - Conflictos imperialistas en Oriente Medio: la utilización del sionismo para sembrar la división en la clase obrera /revista-internacional/200510/163/conflictos-imperialistas-en-oriente-medio-ii-la-utilizacion-del-sio [442] - El resurgir del islamismo: síntoma de la descomposición de las relaciones capitalistas /revista-internacional/200510/229/islamismo-sintoma-de-la-descomposicion-de-las-relaciones-sociales-c [133]
[2] Su actual "representante", el gobierno de Al Fatah establecido en Cisjordania, colabora descaradamente con el Estado israelí en la masacre que está perpetrando
Hace apenas una semana publicamos en estas mismas páginas una emotiva muestra de solidaridad de los compañeros del Núcleo Proletario del Perú con los trabajadores de México.
Nos acaba de llegar también desde Péru un texto solidario de los compañeros del Grupo de Lucha Proletaria.
Es muy apreciable el esfuerzo de solidaridad internacionalista que los compañeros de los dos grupos hacen lo cual redundará en el desarrollo de la lucha y la conciencia de nuestra clase.
EL ESTADO MEXICANO ATACA A LOS TRABAJADORES DE LUZ Y FUERZA
El estado Burgués siempre que quiere vender, privatizar, liquidar o declarar en quiebra una empresa estatal, siempre pondrá por delante argumentos como: "era una empresa que generaba perdidas", "que no era eficiente","que era una carga para el estado"...en fin tantas patrañas que ha argumentado también en esta ocasión la Burguesía de turno Mexicana. Muchos especialistas mexicanos han dicho sin embargo todo lo contrario (Ver TV Azteca 22/10/09) otros además han confirmado lo primero argumentado, que la Empresa eléctrica "Luz y Fuerza" era una mera bola de perdidas para el Estado.
Lo cierto es que los trabajadores se llevaran la peor parte: El desempleo. Más de 44 mil puesto de trabajo se perderán por la liquidación de la empresa Eléctrica Luz y Fuerza. Todos los trabajadores se han visto amenazados por la lacra del desempleo, que solo el capitalismo hoy por hoy puede garantizar. El capitalismo en esta última crisis ha condenado ya a miles de trabajadores en todo el mundo al hambre, la miseria y el desempleo. Es que el capitalismo y la burguesía que se encuentran de turno en el estado mexicano se han visto presionados por la crisis mundial al realizar medidas de ajustes y recortes. Esto no es un hecho aislado, no solo esta sucediendo en México, lo estamos viendo en Perú y otras partes partes del mundo, hay una oleada, un ataque masivo y bien dirigido contra el proletariado a nivel mundial, empeorando y precarizando aun mas sus condiciones de trabajo y de vida. Todas las burguesías del mundo lo saben bien, saben que tienen que actuar de manera sistemática aplicando dichas medidas si quieren salir a flote de esta brutal crisis. Y la mejor forma es golpeando las condiciones de vida de los trabajadores en todo el planeta.
Lo que es cierto aquí, es que el Capitalismo ya no puede garantizar nada a la humanidad, así como lo demuestra hoy el estado capitalista en México contra los trabajadores de Luz y Fuerza.
Lo que los trabajadores no pueden olvidar es que los políticos y los sindicatos no son una solución, sino parte del problema, ellos son los que se encargaran que el sistema de explotación capitalista continué intacto, sus llamados a la defensa de la paz social, la democracia y la patria en fin el orden, no son los nuestros. Ellos jamás harán algo para ayudarnos, ellos están para cumplir con las directrices de la clase dominante. La lucha de los trabajadores tiene futuro fuera de la sindicatos y de cualquier oportunismo político. Solo el proletariado puede organizarse y mantener su unidad de clase para superar este momento que le ha tocado pasar en México.
Además lo que los trabajadores de México y el mundo deben tener claro aquí es que estos ataques contra sus condiciones de vida continuaran cada vez más seguidos e intensos hasta volverse en una situación insostenible. La clase trabajadora tiene que aprender y comprender que tiene armas para luchar contra aquella situación que el capitalismo los empuja hoy en día; esas armas son su solidaridad de clase, su confianza en si misma y en sus luchas a nivel local y mundial.
¡Proletarios de todos los países unidos!
GLP
(24/10/2009)
Publicamos a continuación un conjunto de documentos elaborados por los compañeros de la Liga por la Emancipación de la Clase Obrera (LECO), grupo proletario en contacto con la CCI y con el medio revolucionario internacionalista. Saludamos los textos porque nos parece combinan la toma de posición ante la situación inmediata (la campaña electoral en Costa Rica) y al mismo tiempo una reflexión en profundidad sobre el por qué hoy la participación en las elecciones y en el parlamento es un medio que tiene la clase dominante para amarrar a los obreros -y al conjunto de la población oprimida y explotada- al carro de una explotación cada vez más intensa y preñada de causas de sufrimiento.
En particular, nos parece del mayor interés que los compañeros recojan la toma de posición de otro grupo internacionalista -el Núcleo de Discusión Internacionalista de la República Dominicana (NDIRD)- y del reciente Encuentro Internacionalista Latinoamericano mostrando que su postura no es fruto de un pensamiento aislado sino de un esfuerzo de toma de conciencia que tiene lugar en minorías pertenecientes al conjunto del proletariado mundial.
CCI 21-12-09
El parlamentarismo no puede garantizar nada a los explotados. Desde que el capitalismo entró en su fase de decadencia con la primera guerra mundial, las luchas parlamentarias no han podido ser utilizadas por la clase obrera para su beneficio, por el contrario son una herramienta esencial de la burguesía para asegurar su dominación.
La clase obrera no tiene esperanzas participando en este circo. Todos los partidos que participan sea de manera "regular" o "crítica" sea llamando a voto crítico, voto nulo, voto en blanco, voto alternativo, etc. no son más que partidos de la burguesía, representan sus tendencias internas. La participación electoral busca preservar el capitalismo presentando falsas alternativas de capitalismo humanizable, o capitalismo solidario, todas enfrascadas en la defensa de la patria de la "paz" y la democracia, que igualmente se basan en la explotación de clases. No hay diferencia para los explotados entre el PLN el PAC, el Movimiento Libertario, el Frente Amplio, etc. Todos representan intereses capitalistas y servirán para seguir oprimiendo a la mayoría. No puede caer el proletariado en la falsa salida del "mal menor" y por lo tanto no debe caer en la elección de cuál será su verdugo, sino por el contrario sabiendo luchar contra todos los verdugos por igual podrá fortalecerse y avanzar en su unidad.
Hoy en las campañas electorales de gran parte del mundo figuran partidos que falsamente utilizan el nombre del socialismo, de la revolución y en general de alternativas y salidas locales (en particular ahora con la crisis), todo esto corresponde al intentar de la burguesía de recomponerse internamente, de presentar como alternativas al mismo capitalismo que ha llevado la humanidad al borde del desastre, pero ahora bajo la tónica de un rostro humano. El izquierdismo figura en este papel defendiendo los ideales de la opresión capitalista, la democracia que ha demostrado ser una forma de dictadura contra el proletariado y las capas pobres, así como el patriotismo, que busca la división de la clase obrera para poder someterla.
En Europa y los Estados Unidos se han presentados partidos llamados ecologistas o verdes, "socialistas" y anticapitalistas, detrás de los cuales va el conjunto de la izquierda del capital, estalinistas, maoístas, trotskistas, etc. Todos a apoyar las elecciones y negar una alternativa proletaria. Las elecciones parlamentarias son una carrera de la burguesía y sus agentes por las sillas en el gobierno, carrera en la que estos izquierdistas han hecho ya su experiencia y saben sacar sus privilegios de ella, buscando negarle al proletariado su lucha independiente como clase mundial.
Al igual que en distintas partes del mundo en Costa Rica las elecciones reflejan el discurso del rostro humano del capitalismo. Esto es evidente cuando hipócritamente las campañas van enfocadas en el supuesto cuido del ambiente, en las alternativas energéticas, en la solidaridad, el apoyo al trabajador, etc. Los partidos que se participan de este proceso utilizan este discurso para no dejar ver la realidad de fondo. El problema es el capitalismo y no hay forma de mejorarlo, este sólo va dirigido a destruir la humanidad misma, los intentos de mejorarlo no son más que campañas que buscan su parte en la ganancia, cuando la única alternativa es la destrucción del capitalismo antes de que el capitalismo nos destruya a todos.
La clase obrera mundial está recobrando sus fuerzas luego de décadas de desmoralización y atomización, evidenciado en las luchas de los últimos años principalmente de los estudiantes y los trabajadores en Grecia y Francia, donde fraternizaron trabajadores y estudiantes de distintos sectores. La burguesía conoce esta radicalización y toma de conciencia que empieza a surgir en el proletariado y por eso necesita del discurso en apariencia radical, en apariencia, socialistas o anticapitalistas, con el que busca confundir y dividir a la clase obrera.
El reducir la lucha por el socialismo a la lucha parlamentaria es reducir la causa del proletariado como portador de una sociedad futura sin clases, a un mero maquillador de la catástrofe capitalista. Ante nada puede caer el proletariado en vil engaño enteramente oportunista y enteramente burgués, ni debe dejar de denunciar su papel como veneno contra la clase obrera y los explotados.
La participación de organizaciones revolucionarias en el parlamentarismo tuvo su razón de ser en la etapa de ascendencia del capitalismo. Cuando este no había agotado el desarrollo de nuevos mercados. Esta ascendencia termina con la entrada en la primera guerra mundial. En el apogeo capitalista la clase obrera podía obtener pequeños triunfos desde el parlamento, triunfos poco importantes en cuanto a la mejoría de sus condiciones como clase explotada, pero que permitía el desarrollo de su lucha ampliándola a otros sectores proletarios. El capitalismo debía agotar su ascenso, y el proletariado crecer como clase mundial para poder abrir la posibilidad de la revolución mundial. Precisamente por esto antes de la primera guerra mundial la estrategia de la clase es distinta, y desde el parlamento así como desde los sindicatos la clase obrera podía fortalecerse, y arrancar reformas al capitalismo, como parte de su estrategia por la dictadura del proletariado. «El parlamento jamás ha sido un terreno predilecto para la acción obrera. La participación del proletariado en sus actividades, así como en las campañas electorales, significaban peligros muy graves que los revolucionarios del siglo pasado no dejaron jamás de denunciar. Sin embargo, en un periodo en que la revolución no estaba a la orden del día y el proletariado podía arrancar reformas favorables dentro del sistema, tal participación permitía, a la vez que hacer presión a favor de estas reformas, utilizar las campañas electorales como medio de propaganda y agitación alrededor del programa proletario y emplear el parlamento como tribuna de denuncia de la ignominia de la política burguesa» (Plataforma Política de la Corriente Comunista Internacional CCI, https://es.internationalism.org/node/145 [443] )
Actualmente y desde la entrada en la decadencia del capitalismo las organizaciones revolucionarias no pueden seguir la misma táctica que debieron asumir hace un siglo. La realidad ejemplifica como el discurso de la participación en el parlamento así como de los sindicatos, por parte de organizaciones que se dicen revolucionarias no es más que un discurso obsoleto y repodrido. Por más que justifiquen que esta participación se da como una tribuna de propaganda revolucionaria, la realidad ha demostrado que no es más que una tribuna para salvar los intereses del capital.
Ya la burguesía dejó de cumplir un papel revolucionario haciendo avanzar las fuerzas productivas y acabando con el feudalismo una vez que agotó el desarrollo de nuevos mercados. Con la entrada en la decadencia del capitalismo se abre la etapa de la revolución mundial, la clase obrera puede crear su unidad e impulsar este proceso, tal como lo hizo en su primer intento en 1917, en la revolución rusa. Esta experiencia refleja como el proletariado actualmente sólo puede luchar planteando su perspectiva revolucionaria mundial. Sólo basándose en su internacionalismo ésta puede ir avanzando en su toma de conciencia y no basándose en esquemas caducos que refuerzan la atomización entre el proletariado.
No sólo la LECO (Liga por la Emancipación de la Clase Obrera) se opone a la participación parlamentaria, sino que nuestra organización forma parte de distintos grupos que defienden esta posición y que la rescatan de la experiencia de la izquierda comunista y del medio proletario que ha sabido resistir la contra-revolución y sacar las experiencias de la lucha obrera de más de un siglo y medio.
En Marzo del 2009 se celebró un encuentro comunista latinoamericano donde la LECO participó junto a otras agrupaciones. En el encuentro se levantó una toma de posición común que denuncia los métodos parlamentarios, este pronunciamiento fue apoyado unánimemente por 7 grupos participantes. Al respecto señalamos en la toma de posición: «Rechazar categóricamente la democracia burguesa, el parlamentarismo y los procesos electorales, armas con las que la burguesía ha logrado reiteradas veces encuadrar y desviar las luchas proletarias: elegir entre democracia y dictadura, fascismo - antifascismo». El encuentro demostró que la posición antiparlamentaria no sólo es la que rescata realmente una postura proletaria sino que además esta posición crece dentro de las minorías revolucionarias que hemos ido clarificándonos en el proceso de debate fraterno e internacionalista. Una de estas agrupaciones participantes el NDIR (Núcleo de Discusión Internacionalista de República Dominicana) recientemente publicó un artículo de denuncia al parlamentarismo adjuntamos un extracto de su artículo:
"Delimitemos entre el campo del proletariado y el campo de la burguesía. Las elecciones y el parlamentarismo, en la decadencia del capitalismo no benefician en nada la lucha por una nueva sociedad, el socialismo y el comunismo.
La "izquierda", la denunciamos por tomar posición por alternativas capitalistas, que hoy están boga en todo el continente americano, que provocan falsas ilusiones a escala mundial, desde Estados Unidos con el fenómeno OBAMA hasta la Patagonia Argentina. El continente se ve sacudido por gobiernos que dicen defender a los pobres, a los trabajadores, a los marginados y que se presentan como escudo de un capitalismo social "humano", o en sus versiones más "radicales"- el caso Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia y Correa en Ecuador- pretendiendo representar nada menos que el "socialismo del siglo XX1".
Nos parece de la mayor importancia que frente a estas engañifas se levante un polo unitario, fraternal y colectivo, de minorías internacionalistas que abra la vía para discutir y formular posiciones de solidaridad internacional, de lucha de Clases intransigente, de combate por la revolución mundial frente al capitalismo de estado, el nacionalismo, la perpetuación de la explotación, representada por esos "nuevos profetas"." (Tomado de la página de la CCI. https://es.internationalism.org/node/2656 [444])
Los compañeros de la CCI desde sus inicios han mantenido esta posición rescatándola de la izquierda comunista quien supo sacar las lecciones históricas del proletariado. En su plataforma política denuncian claramente el papel mistificador de la izquierda con su participación en las elecciones: «La participación electoral y parlamentaria no comporta actualmente ninguna de las ventajas que tenía en el siglo pasado. Al contrario, acumula todos los inconvenientes y peligros ya señalados por los revolucionarios del siglo XIX y sobre todo mantiene viva la ilusión de la posibilidad de una "vía pacífica y progresiva al socialismo" a través de la conquista de la mayoría parlamentaria por los partidos llamados "obreros". La política de "destrucción desde dentro" del parlamento, a la cual se entregarían los diputados "revolucionarios", no lleva sino a la corrupción de las organizaciones políticas que la practican y a su absorción por el capitalismo. Finalmente, la utilización de las elecciones y los parlamentos como tribunas de agitación y propaganda, en la medida en que son esencialmente asunto de especialistas y privilegian el juego de los partidos políticos en detrimento de la actividad propia de los obreros, tiende a mantener los esquemas políticos de la sociedad burguesa y a estimular la pasividad de los trabajadores. Si tal inconveniente se podía aceptar cuando la revolución no estaba a la orden del día, se convierte en un obstáculo decisivo en el momento en que la única tarea para el proletariado es la destrucción del viejo orden social y la instauración de la sociedad comunista, que exigen la participación activa y consciente del conjunto de la clase. Si en su origen las tácticas del "parlamentarismo revolucionario" eran, sobre todo, la manifestación del peso del pasado en el seno de la clase y de sus organizaciones, éstas se han demostrado, después de una práctica con resultados catastróficos para la clase, como una política totalmente contrarrevolucionaria.»
La nueva generación empieza a tender los lazos necesarios para que la clase retome su unidad y pueda ir adquiriendo conciencia. Una generación más proletarizada como se ha visto con los universitarios en Francia y Europa ha podido solidarizarse con las huelgas obreras y viceversa, rompiendo con el tradicional espíritu pequeño-burgués que había caracterizado a los estudiantes décadas anteriores, todo esto es síntoma de cómo hay una recomposición de la clase luego de los duros golpes históricos de la contra-revolución. Al lado de esto una crisis que acelera este proceso llevando la miseria a todos los rincones del planeta lo que ha evidenciado la verdadera cara del capitalismo y la democracia y sus falsas ilusiones de prosperidad.
La izquierda del capital tiene una predilección particular por participar del circo electoral burgués. Particularmente en Costa Rica hemos visto la participación de cada vez más grupos en este proceso que se dicen de izquierda. La clase obrera ha ido perdiendo cada vez más la confianza en el parlamentarismo, y es cuando los izquierdistas cumplen su función salvando el régimen, y tratando de preservar las falsas esperanzas de que la clase obrera puede obtener alguna victoria participando de este circo.
Ya se demostró el papel de la izquierda del capital en las pasadas elecciones en Costa Rica y en el referéndum donde ambos procesos fueron los que ayudaron a desmovilizar las luchas incluyendo las que se daban contra el TLC, y que podían ampliarse y profundizarse. El referéndum fue una pieza clave de la burguesía para detener las movilizaciones, más tomando en cuenta la memoria de las luchas del combo (que empezaron a irse de las manos de los mismo sindicatos y fue un avance importante para la clase obrera.) En éste todo tipo de agrupaciones llamadas izquierdistas, ecologistas llamaron a votar con todas sus fuerzas, los trotskistas predicaron el "vote y luche" y en alianza con los sindicatos se contuvo un desarrollo de las movilizaciones que se venían dando. Desde el referéndum se detuvieron las movilizaciones de los últimos años, que venían cambiando el panorama para la lucha de la clase obrera, el mismo mecanismo de entrega fue utilizado por el conjunto de la izquierda en las pasadas elecciones nacionales. El "vote y luche" o el "en las urnas y en las calles" (discurso utilizado por el trotskismo) demostró cómo fue parte de la trampa puesta al proletariado para dividirlo y desgastarlo. El frasco del patriotismo y el democratismo ha sido el veneno para la clase obrera.
La participación electoral se apoya en los sectores más atrasados en su conciencia, en los más impregnados del patriotismo y el democratismo, para hacerlos enfrentarse a los obreros que van tomando conciencia, que plantean con su lucha una alternativa y que son quienes deben ayudar al conjunto de la clase a unirse bajo una política revolucionaria.
Hoy las elecciones vuelven a reclutar al "izquierdismo" servil. El "en las urnas y en las calles" vuelve al centro de mesa y es fundamental una alternativa de clase, levantar la vía de la lucha obrera y denunciar a sus enemigos que se disfrazan de revolucionarios.
Tal como desde nacida nuestra organización hoy denunciamos nuevamente la trampa de la burguesía y su pata izquierda contra los trabajadores, el parlamento y nos ponemos al lado del interés proletario, el de salvar a la humanidad de su destrucción.
Esta toma de conciencia del proletariado requiere de mucho esfuerzo, pero ese esfuerzo ha iniciado con las luchas obreras en los últimos años (las luchas contra el contrato de nuevo empleo en Francia, las luchas obreras recientes en Grecia, las manifestaciones internacionales contra la guerra en Irak, las miles de protestas masivas que se han dado en China en el último año, los pronunciamientos de unidad entre obreros ingleses e inmigrantes, etc. Ver Resolución Internacional XVIII Congreso de la CCI. Punto 9 Lucha de clases https://es.internationalism.org/node/2629 [445]), que marcan un avance importante, como lo ha sido por su solidaridad entre sectores proletarios y entre obreros de varios países. Hoy existe una nueva juventud proletarizada que ha apoyado las luchas proletarias y podrá dar nuevas fuerzas al avance revolucionario. Los primeros pasos han sido dados, pero la clase obrera necesitará de muchísimos más para que pueda irse liberando del freno de los sindicatos y de las aspiraciones burguesas dentro del mismo proletariado, como lo son el nacionalismo, el democratismo y pueda así ejercer su misión como clase a través de la fraternización de las luchas proletarias internacionalmente, dirigiéndolas hacia la revolución mundial. La clase obrera debe plantear claramente su papel histórico, su lucha hacia una sociedad sin opresión, sin diferencia de clases, la única que puede salvar a la humanidad de su destrucción, la lucha por el comunismo.
En. 8/12/09
Liga por la Emancipación de la Clase Obrera. LECO
Publicamos una nueva toma de posición internacionalista procedente de revolucionarios de Perú sobre los acontecimientos de Bagua.
Este escrito se une a otros dos de la misma orientación internacionalista que publicamos anteriormente y que procedían igualmente de compañeros de Perú:
Ver Perú: Voces proletarias contra la matanza de Bagua en https://es.internationalism.org/node/2584 [446]
El lazo común de los 3 documentos es encarar los acontecimientos desde la perspectiva del proletariado: ¿cómo desarrollar su lucha? ¿cómo expresar su solidaridad? ¿cómo mantener su autonomía de clase? ¿cómo denunciar no solo la bárbara represión del gobierno sino los engaños y las falsas vías de los partidos de oposición?
Lo que tienen en común los 3 documentos es en definitiva la defensa de las posiciones internacionalistas y proletarias y de manera concomitante la denuncia de las posiciones nacionalistas, capitalistas del Estado, interclasistas etc., que llevan consigo la división, la disolución y, en definitiva, la derrota, del proletariado y, por ende, de toda la humanidad.
Este marco común es lo más importante y es el que nos une a todos los internacionalistas.
Ahora bien, hay un tema que se plantea en los 3 textos y que entendemos debe ser objeto de un debate a nuestro juicio de gran interés.
El tema lo podríamos resumir así: ¿Cuál es la postura que el proletariado debe tener ante las luchas de otros sectores sociales que no son explotadores pero cuya condición social no es la proletaria?
Este problema se planteó de manera candente en Rusia 1917 donde había apenas 3-4 millones de proletarios inmersos en una masa heterogénea de 100 millones de campesinos. El proletariado logró ganar a su lucha a ese gigantesco sector social. Pensamos que logró hacerlo desde su propia base de clase: la lucha por terminar con la guerra imperialista, la revolución mundial, la lucha por que todo el poder pasara a los Soviets o Consejos Obreros Ahora bien, ante las reivindicaciones campesinas se produjo un debate muy amplio tanto dentro de los propios bolcheviques como en el movimiento revolucionario internacional, destacando la posición adoptada por Rosa Luxemburgo que criticó la política bolchevique hacia el campesinado.
Creemos que sería muy interesante retomar este debate para orientarnos en la situación actual que, sin embargo, no es la misma que entonces. Por ejemplo, el peso de la agricultura se ha reducido de manera brutal en los últimos 40 años en la mayoría de países, notablemente en América Latina donde mientras a principios de los años 60 la población campesina representaba más del 50% de la población total, hoy apenas alcanza el 20%.
Los campesinos han sido arrancados de sus viejas comunidades en la Sierra o la selva a causa de la voracidad capitalista. Esto se ha hecho vía la introducción de la producción mercantil principalmente a través del Estado. Este mediante una brutal carga impositiva y el desarrollo del cooperativismo[1], acaba obligándoles a abandonar la vida agraria que tenía la desventaja del atraso, el aislamiento y la pobreza pero que ofrecía la precaria ventaja de una cierta estabilidad.
¿Y cual es su destino? Pues o bien la emigración hacia Europa y Norteamérica o bien la huida desesperada a las grandes ciudades que se han visto inundadas de terribles cinturones de miseria donde se amontonan millones de personas en condiciones deplorables.
Este problema hemos de abordarlo mediante el debate formulándonos preguntas tales como ¿se puede detener el proceso de despoblamiento que sigue desarrollándose en las zonas agrarias espoleado por la agudización de la crisis capitalista? ¿habría reivindicaciones que garantizaran una mínima estabilidad a esas comunidades? ¿en qué terreno y sobre qué bases se puede expresar la solidaridad del proletariado?
CCI 23-7-09
Toma de posición desde Perú:
¡Bagua es Una muestra de la putrefacción del capital !
El capitalismo se encuentra en su peor momento y los acontecimientos de Bagua es una muestra de ello. Cuando el capitalismo manifiesta hechos como el de Bagua con su secuela de ríos de sangre por doquier, es un síntoma mas que manifiesta en su peor momento histórico de decadencia. Esta descomposición de la sociedad, es la característica mas importante y saltante de dicha de decadencia capitalista
Bagua, es una muestra de por qué el capitalismo atraviesa actualmente este proceso de hundimiento y los escenarios de matanzas y barbarie como consecuencias permanentes. Las guerras son una amenaza constantes, las grandes masacres como la de Bagua hoy, es solo una muestra de la barbarie capitalista que puede estar cerca y poner en peligro a toda la humanidad en cualquier momento.
Es posible, que esto no se vea claramente de buenas a primeras, muchos dirán que el capitalismo sigue siendo el todo poderoso con todo y crisis encima, un sistema de empuje. Pero ya no lo es, desde la primera guerra mundial el capitalismo entró en su periodo de decadencia y en esta nueva fase de decadencia capitalista, la fase de descomposición, entró en órbita a finales de los 80 (leer más en https://es.internationalism.org/rint/2001/107_descomposicion.htm [423]).
¿Cual fue la razón de la lucha en Bagua por las comunidades indígenas?
El indignes principal de la lucha fue la defensa de la pequeña propiedad (indígena, campesina) lo cual seria una justa reivindicación para estos sectores explotados, condenados a la miseria y marginación. Si bien es cierto que el carácter proletario no está presente en la pelea, es propio del proletariado como clase hacer lo posible de sumar a estos sectores, ya que muchas indígenas y campesinos están condenados a la proletarización solo como fuerza de trabajo. Estamos de acuerdo en la necesidad que el proletariado sea solidario con estas luchas de las comunidades indígenas de Bagua y de cualquier otra.
Estos sectores sociales por eso deben ser ganados por el proletariado en su lucha final contra el capital. No debemos mezclar la idea de que estos sectores podrían ser protagonistas de una lucha similar a la del proletariado o que todos somos una masa igual de proletarios. La única lucha del proletariado[2] con sus reivindicaciones como clase, con sus métodos de clase, con la perspectiva que encierra, puede ofrecer un porvenir, un futuro a los demás sectores sociales explotados y a la humanidad en su conjunto y para esto, el proletariado debe crear una plataforma en el cual las comunidades indígenas deben integrar sus problemas y protestas.
En cambio, si tomamos las cosas al revés, si el punto de partida es una lucha indiferenciada donde el proletariado se diluye en otros sectores sociales, corremos el riesgo de que ni el proletariado sea fuerte ni tampoco esos sectores sociales, es decir, que ambos se debiliten y sean derrotados y aplastados.
El antagonismo entre pequeña y gran propiedad, se pone en relieve aquí en que se impone esta última para extraer los recursos naturales de la zona arrebatándole « sus » tierras a los selvícolas o campesinos. Para el proletariado no se trata de defender la propiedad, sino de abolirla para poner todos los medios de vida al servicio de las necesidades.
La lucha por la derogación de los decretos por mas presupuestos, para escuelas, carreteras, agua, luz para el desarrollo del lugar, niega el problema de fondo: el capitalismo. Pero mas específicamente crea una falsa ilusión, que el capital a través del Estado puede ser todavía el agente del progreso, (no se trata aquí de una dicotomía Modernidad vs. Atraso como menciona García). No. Lo que estamos presenciando con lo acontecido en Bagua es la desesperación del capitalismo que lleva por un lado a la destrucción medioambiental y a grandes masacres de poblaciones cuyo destino no es el trabajo asalariado, sino la desaparición de viejas comunidades empujándolos a las grandes ciudades a amontonarlos en suburbios en condiciones miserables
Pero la ideología dominante del capital se hace presente aquí con « el Indigenismo » la cultura de lo ancestral, el nacionalismo, también cumplen un papel de desviación en los intentos proletarios en el momento de solidarizarse con las protestas de las comunidades indígenas y lo vimos cuando portaban banderas del tahuantinsuyo o el trapo bicolor por ejemplo. Tampoco se entiende que lo que hizo el gobierno de masacrarlos no fue un acto "autoritario", "genocida" o "antidemocrático"· sino fue precisamente LA PROPIA DEMOCRACIA LA QUE LOS MASACRO.
Ante los sucesos de la matanza de Bagua es necesario que se hagan oír voces que expresan análisis y perspectivas proletarias en claro contraste con los planteamientos nacionalistas, de capitalismo de Estado, de interclasismo, pacifismo y "ciudadanía", de "lucha por la democracia", que propugnan Ollanta, los sindicatos, las ONGs, los frentes y todos los adoradores del "socialismo del siglo XXI", el gran timo de Chávez y sus seguidores. Esto implica denunciar a la izquierda y extrema izquierda del capital a fondo.
Finalmente debemos tener en claro que mientras el capitalismo esté en este proceso de hundimiento, más serán las masacres, las guerras, las barbaries capitalistas propias de esta fase de descomposición que a traviesa el capitalismo hoy en día. El proletariado esta llamado a superar todo esto poniendo por delante, su perspectiva de futuro a toda la humanidad, ya que su fuerza se encuentra hoy por hoy en ascenso.
¡Socialismo o barbarie !
[1] O de proyectos monstruosos de "desarrollo" como el intento del Estado peruano en Bagua que lo vemos en otros muchos países. Por ejemplo, en Brasil y en Argentina el desarrollo de una producción "verde" de combustibles "ecológicos" está llevando a cultivos en extensiones gigantescas que no solo llevan a la emigración a las comunidades que habitan esas tierras sino que además provocan un tremendo daño ecológico.
[2] Nosotros rechazamos la visión restrictiva y parcial del proletariado reducido a únicamente los obreros de las fábricas. El proletariado es una clase social que agrupa capas muy amplias tanto de la ciudad como del campo
Hemos recibido un mail de trabajadores de Holcim (Jaén, Torredonjimeno). En el mail se nos pide que le demos la mayor difusión cosa que hacemos animando a los lectores a que manifiesten su solidaridad y reflexionen y saquen lecciones de esta experiencia.
[email protected] [447]
[España] encierro en la cementera holcim
LOS TRABAJADOR@S ENCERRADOS EN HOLCIM sent a message using the contact form at https://es.internationalism.org/contact [448].
INFORMAMOS DESDE TORREDONJIMENO DONDE 38 TRABAJADORES LLEVAMOS 10 DIAS ENCERRADOS EN LA FABRICA EN PROTESTA DE 38 DESPIDOS Y DEL CIERRE QUE DEJARA SIN TRABAJO A OTROS COMPAÑEROS Y DEJARA UN GRAN VACIO INDUSTRIAL EN LA COMARCA.
LA MULTINACIONAL SUIZA HA TENIDO GRANDES BENEFICIOS DURANTE AÑOS Y AHORA QUE VEN DESCENDER UN POCO ESOS BENEFICIOS, PORQUE LA FABRICA SIGUE SIENDO RENTABLE, Y APROVECHANDO LA CRISIS LA DESMANTELA PARA LLEVARSELA A LUGARES MAS RENTABLES, PORQUE LA EXPLOTACION DE LOS TRABAJADORES DE ESOS PAISES ES MUCHO MAS FACIL.
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MUCHAS GRACIAS COMPAÑEROS
NUESTROS COMENTARIOS:
Los trabajadores de esta empresa de fabricación de cementos piden solidaridad y tratan de utilizar los cauces que ofrece Internet para dar a conocer su lucha.
Como hemos expuesto en diferentes artículos en nuestras publicaciones, la clase obrera a nivel mundial está haciendo un esfuerzo enorme por desarrollar su lucha. Exponentes recientes de este esfuerzo son movilizaciones de la amplitud de Grecia y otras menos conocidas en Francia, Alemania etc.[1]
Pero al mismo tiempo hay otras luchas -menos conocidas y más limitadas a sectores y empresas concretos- donde vemos un esfuerzo por desarrollar la solidaridad, buscar la unidad como clase obrera, tomar a cargo la lucha mediante Asambleas Generales. Estos esfuerzos tropiezan con la labor sistemática de sabotaje que realizan especialmente los grandes sindicatos CCOO y UGT.
Esa labor de sabotaje, unida a las trampas que tienden Gobierno y Patronal, las campañas ideológicas contra las luchas, las maniobras que encierran a los obreros en el aislamiento, la dispersión y la desorganización, hacen que muchos de esos esfuerzos se desbaraten y tengamos la impresión superficial de que la clase obrera "no avanza", "siempre tropieza en las mismas piedras" etc.
Esto decepcionará a aquellos que esperan que la clase obrera salga un día D con una lucha magnífica, masiva y pura, para convencerles de que existe y es una clase en combate.
Nosotros diferimos radicalmente de esa visión externa que ve las cosas desde el balcón. Nosotros tratamos de contribuir a las luchas tal como son, con sus limitaciones y dificultades que son y serán enormes. Tratamos de contribuir a que se desarrolle la solidaridad de clase, a que se saquen lecciones de las luchas y a que los trabajadores mismos ,tengan o no tengan carné sindical, desarrollen su fuerza como clase independiente.
Lo primero que llamamos es a la solidaridad con los compañeros de Holcim. Por desgracia no hay todavía una fuerza masiva del proletariado de tal forma que estos 38 compañeros puedan contar con la fuerza que les daría el que miles y miles de sus hermanos de clase se movilizaran e hicieran suya la respuesta que han emprendido. Sin embargo, el dar a conocer esta lucha, el llamar a la solidaridad, el expresarla aunque por el momento sea de manera minoritaria, constituyen un paso necesario que hemos de dar.
Los compañeros de Holcim se enfrentan al problema de la deslocalización. Con la deslocalización el capital mata dos pájaros de un tiro: por un lado, reduce costes pues -como muy bien denuncian los compañeros- traslada partes de la producción a países o regiones donde los costes laborales son más bajos. Pero, por otro lado, ataca la unidad obrera sembrando la división entre trabajadores, buscando que los compañeros del país donde la producción se deslocaliza vean como enemigos y rivales a sus hermanos de los países adonde se desplaza la producción.
Por eso es vital comprender que la deslocalización es un arma del Capital contra todos los trabajadores tanto los del país "deslocalizado" como los del país "localizado". La deslocalización presiona hacia abajo las condiciones de vida y de trabajo de todos los obreros del mundo.
En el texto de los compañeros hay una afirmación que pensamos requiere una reflexión. Dicen «LA MULTINACIONAL SUIZA HA TENIDO GRANDES BENEFICIOS DURANTE AÑOS Y AHORA QUE VEN DESCENDER UN POCO ESOS BENEFICIOS, PORQUE LA FABRICA SIGUE SIENDO RENTABLE, Y APROVECHANDO LA CRISIS LA DESMANTELA PARA LLEVARSELA A LUGARES MAS RENTABLES, PORQUE LA EXPLOTACION DE LOS TRABAJADORES DE ESOS PAISES ES MUCHO MAS FACIL».
Los trabajadores tenemos que luchar por nuestras necesidades como seres humanos, por nuestros hijos, por nuestro futuro, es decir, por nuestros intereses como clase. Y esto lo tenemos que hacer sea la fábrica rentable o no rentable. ¿Es que si la fábrica no fuera rentable tendríamos que resignarnos a aceptar los despidos y a hundirnos en la miseria?
Nosotros hemos de luchar independientemente de que la empresa sea rentable o de que la economía nacional vaya bien o vaya mal. No tenemos que buscar la legitimidad de nuestras reivindicaciones en la rentabilidad o en la viabilidad de la empresa, en que los empresarios tengan beneficios lo que "justificaría que nos dieran algunas migajas". La legitimidad de nuestras reivindicaciones está en que necesitamos vivir, dar un futuro a nuestros hijos, satisfacer aunque sea básicamente nuestras necesidades.
Está claro que si planteamos así la lucha vamos al conflicto con el capital puesto que no podemos imponer nuestras necesidades como seres humanos luchando aislados en una empresa o incluso en una región. Eso es verdad, de ahí que necesitemos como el aire para respirar la solidaridad, la acción común lo más extensa posible de todos los trabajadores, la ruptura de las cárceles de la empresa, el sector, la nación, la raza etc. De ahí que igualmente tengamos que orientar nuestras luchas en una perspectiva revolucionaria puesto que para que la humanidad pueda vivir el capitalismo debe morir.
Es un camino largo y difícil pero hemos de ir dando pasos aunque sean pequeños en esa dirección.
Por eso apoyamos a los compañeros en su búsqueda de la solidaridad y animamos a juntar su lucha con la de otros trabajadores sin distinción de empresa, sector, región o raza. Una iniciativa que planteamos a estos compañeros y a otros compañeros en lucha o que deseen contribuir a la lucha autónoma de la clase obrera: ¿por qué no toman contacto con los compañeros de Alicante que han planteado una Asamblea Abierta (a todos los trabajadores de todos los sectores)? Ver https://es.internationalism.org/node/2434 [449] Podría ser un medio de ir aunando fuerzas y buscando una contribución al desarrollo de la lucha obrera.
[1] Ver entre otros Grecia: trabajadores ocupan sede central de los sindicatos, https://es.internationalism.org/node/2433 [185] , Francia: estudiantes, parados, trabajadores, es necesario que luchemos todos unidos /cci-online/200812/2437/francia-estudiantes-parados-trabajadores-es-necesario-que-luchemos-todos-unid [450] y Protestas de estudiantes de instituto en Alemania: la nueva generación vuelve a la lucha https://es.internationalism.org/node/2431 [321]
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Presentamos a continuación el Comunicado que ha sido adoptado por un Encuentro de debate que tenía dos grandes temas como eje:
- La actual crisis del capitalismo
- Cómo podemos luchar los trabajadores frente a una situación de miseria y degradación a todos los niveles, cada vez más insostenible.
En este Encuentro han participado militantes de la CCI con el espíritu de animar un debate y una actividad práctica concomitante. El Encuentro ha decidido crear un Blog y se ha dado un correo electrónico para poder contactar.
Esta iniciativa nos parece muy importante y participa de iniciativas similares que se dan en otros países (por citar algunos ejemplos Francia, Corea, Perú, México etc.) y que van en una triple dirección:
- Superar el aislamiento y la atomización que nos empuja a encerrarnos "cada uno en su rincón" y actuar "cada uno a la suya", todo lo cual dificulta el desarrollo de la lucha y la conciencia obreras, las cuales sólo pueden surgir como fruto de un debate y una acción eminentemente colectivas.
- Impulsar un debate entre elementos revolucionarios que contribuya a dar respuestas a las numerosas preguntas que plantea la lucha por una alternativa revolucionaria internacional de la clase obrera
- Delimitar el campo auténticamente revolucionario e internacionalista frente al campo que se dice "socialista" y "revolucionario" que nos pretende embaucar con viejas recetas tales como el "socialismo del siglo XXI", el "socialismo mediante la intervención del Estado" y otras zarandajas nacionalistas que no hacen sino reproducir el capitalismo bajo unas pretendidas "nuevas formas".
A nuestro entender, el esfuerzo de este Encuentro participa de un movimiento internacional e internacionalista que contribuirá poderosamente a que en las filas del proletariado emerja su alternativa propia frente a la telaraña de falsas respuestas burguesas de todas las tendencias y colores. Por ello, le damos todo nuestro apoyo y animamos a participar en ella.
CCI 20-2-09
ESPAREVOL: Espacio Revolucionario de Debate y Encuentro
Compañeros de distintas ciudades de España (Barcelona, Alicante, Granada, San Sebastián, Valencia[1]) nos hemos reunido en Barcelona durante el fin de semana de 31 enero - 1 febrero donde hemos discutido sobre:
- la crisis capitalista actual y sus perspectivas
- la lucha de los trabajadores frente a la crisis
- cómo podemos agruparnos y superar la atomización y el aislamiento todos los que queremos luchar contra este sistema social en crisis cada vez más inhumano, injusto y destructor.
En la reunión hemos llegado a una serie de conclusiones que queremos dar a conocer para que puedan servir de referencia e impulso a todos los que quieren luchar por cambiar esta sociedad.
La crisis:
La lucha de los trabajadores:
Un Espacio Revolucionario:
Os animamos a unirnos a nuestra iniciativa. Tomad contacto con nosotros en: [email protected] [452]
Hemos creado un Blog que os animamos a visitar:
groups.google.es/group/esparevol?hl=es.
[1] No han podido asistir compañeros de Sevilla y Madrid pero han dado su apoyo y han enviado textos de participación. Asistieron compañeras que participan en una iniciativa de similares características en Marsella (Francia), lo que ayudó a desarrollar el carácter internacional e internacionalista de la reunión. Compañeros de dos grupos políticos -la Corriente Comunista Internacional y Democracia Comunista Luxemburguista- han participado en el Encuentro. Los demás compañeros no pertenecen en este momento a ninguna organización política.
Publicamos a continuación la traducción de una toma de posición aparecida en nuestra Web en inglés.
Este artículo apareció inicialmente publicado en el "sitio" israelí de Indymedia, así como en la Web (también en inglés) Libcom.org [453] . Lo ha escrito un compañero en Israel que, a pesar de encontrarse en una posición extremadamente minoritaria, siente la necesidad de denunciar la fiebre patriótica que asola Israel/Palestina tras el ataque israelí en Gaza. Su decisión de dar a conocer finalmente esta declaración se debe, en parte, al hecho de que numerosos participantes en dicho foro Libcom (entre los que se cuentan el propio colectivo Libcom, la CCI, así como el EKS, grupo de la Izquierda comunista en Turquía) le hemos mostrado nuestra solidaridad y le hemos animado a hacerlo. Se trata, sin duda, de una modesta aunque significativa contribución, a la emergencia de una verdadera oposición al nefasto nacionalismo que habitualmente se adueña de todo el Oriente Medio.
WR, 10/1/09.
Mucha gente en Israel recordará una cosa de las protestas del sábado 3/1/2009: que los organizadores acudieron a la Corte Suprema para tener garantías de que se les permitía utilizar una bandera palestina.
Estoy desde luego a favor de que cualquiera pueda ir a todas partes con la bandera que quiera o sin bandera. Pero cabe preguntarse. ¿Por qué llevar la bandera de Palestina que es la que anteriormente utilizaba la OLP?
El objetivo de estas protestas es, presuntamente, el de que detener el ataque a Gaza. ¿Qué tiene que ver la bandera palestina con eso? Se nos dirá que: "Bueno. Es un apoyo a la Resistencia palestina" A esa respuesta yo le replicaría: "¿De que resistencia palestina estamos hablando?". En la franja de Gaza los palestinos más sensatos desean mandar al diablo la zona atacada, no resistir los incesantes bombardeos. Y ¿hasta donde habría que resistir esos bombardeos? ¿Hasta poder hacer señales a los combatientes que entran?
Esta bandera representa el nacionalismo palestino, de la misma forma que la bandera israelí representa el nacionalismo israelí. Ahora muchos de los lectores de esta "Web" asociaran probablemente el nacionalismo israelí con la violencia, la opresión, y con el delgado velo que utilizan los capitalistas para ocultar su dominación sobre nuestro país. Pero ¿por qué no aplicamos el mismo análisis al nacionalismo palestino?
Como decimos, los palestinos en Cisjordania están siendo brutalmente oprimidos y reprimidos cuando tratan de protestar contra esa misma guerra. ¿Por qué? Porque la Autoridad Palestina no quiere ni oír crítica alguna ni moverse lo más mínimo, porque ha sido subcontratada por Israel para el control de los Territorios Ocupados, y ha hecho de ello su auténtica razón de ser.
Hace apenas unos meses, esos mismos líderes de Hamás que ahora - escondidos en sus bunkers y complejos de seguridad-, apelan con sus discursos a la resistencia a "su" pueblo, se negaron entonces a pagar a los maestros, destruyeron los sindicatos palestinos, y sembraron las calles de víctimas palestinas inocentes cuando se enfrentaron contra sus competidores de Fatah. No dudan tampoco en enviar cohetes contra objetivos seleccionados en asentamientos civiles en lugar de destinar recursos a mejorar verdaderamente la situación de los palestinos sobreexplotados y desempleados.
Mientras protestamos contra el brutal bombardeo de Gaza por parte del nacionalismo israelí, debemos también recordar que el nacionalismo palestino es simplemente menos poderoso, pero no menos brutal. Desgraciadamente la polémica sobre la bandera contribuye a fortalecer el nacionalismo como un ideal, haciendo más fácil descalificar a quien se oponga al gobierno pues le convertiría automáticamente en un partidario del "enemigo".
Por supuesto esto es cínicamente utilizado para justificar el fracaso de tales protestas. Esta movilización había sido convocada por el frente Hadash(1) del Partido Comunista Israelí, para el día anterior del inicio oficial por parte de este partido de la campaña electoral. Y Hadash necesita complacer a su base electoral entre los votantes nacionalistas palestinos del interior de la Línea Verde(2) para mantener su presencia electoral en los próximos comicios frente a las amenazas que representan partidos como los Nacionalistas Seculares (Al-Tajmua3) y el Movimiento Musulmán. Esto, una vez más, nos lleva al terreno nacionalista que es, en definitiva, el terreno capitalista.
Y eso sólo puede conducir a una repetición de ciclos de más y más violencia que no podrán desaparecer hasta que comprendamos que esos nacionalismos no hacen más que nublarnos la conciencia e impedir que nos fijemos en la cuestión esencial: que estamos siendo enviados a matar y a morir, a enfrentarnos, para beneficiar a una gente que no sirve a nuestros intereses sino a los suyos propios. Y esto vale tanto para Israel como para Palestina. Desatad el nudo gordiano del nacionalismo y avanzaremos en la consecución de una mejor vida para todos.
(La versión en Indymedia de este artículo acaba con un "link" al artículo de la CCI sobre Gaza: ver https://es.internationalism.org/node/2442 [454] )
(1) Hadash es un partido político izquierdista israelí que se define como "Partido Judeo-Árabe". Muchos de sus votantes y líderes son ciudadanos árabe-israelíes en Israel. Tiene tres diputados en el parlamento israelí. Extraído de Wikipedia. Nota de la redacción de la página en español de la CCI.
(2) La Línea Verde separa a Israel de Cisjordania. Nota de la redacción de la página en español de la CCI.
Hace 3 años, los trabajadores del metal de Vigo protagonizaron una lucha que consiguió en parte sus reivindicaciones, en particular, logró un aumento lineal, una medida unitaria y solidaria que mejora los salarios de todos beneficiando al mismo tiempo a los compañeros que menos cobran.
El "secreto" de este éxito temporal se debió a que los trabajadores emplearon lo que podríamos llamar los métodos proletarios de lucha: la huelga que partió del pequeño metal buscó y logró la solidaridad activa de sus compañeros de las grandes empresas de astilleros y automovilismo. Esta solidaridad se llevó a cabo mediante manifestaciones masivas que acudían a las puertas de las fábricas, celebraban con los compañeros asambleas conjuntas donde decidían unirse y continuar la lucha común. Al mismo tiempo, la huelga era dirigida diariamente por Asambleas Abiertas con participación de unas 10.000 personas en las cuales otros trabajadores que no fueran del sector estaban invitados a dar su posición. La burguesía a través del gobierno central de ZP, campeón del "talante", empleó el sádico procedimiento de las porras, los gases de humo, las provocaciones policiales para intentar pudrir la lucha. Pero los compañeros no cayeron en la trampa. Cuando 2 trabajadores fueron encerrados en los calabozos de los juzgados más de 15000 personas se congregaron ante ellos obligando a su liberación[1].
Hoy, 3 años después los compañeros de Vigo reemprenden la lucha
Desde finales de abril, la lucha obrera vuelve a Vigo. Como hicimos entonces, nuestra primera preocupación es manifestar nuestra solidaridad a los trabajadores en lucha. Hoy, sin embargo, las condiciones son diferentes de 2006.
Primero a nivel de la crisis. En 2006 estábamos en plena borrachera del ladrillo y parecía que con tanta "prosperidad" se podrían obtener mejoras que aportaran a los trabajadores al menos algunas migajas de tan fastuoso festín. Hoy nos hemos despertado de un sueño loco que se ha transformado en una cruel pesadilla cuyos principales paganos son los trabajadores. Lo poquito que se obtuvo en 2006 ha sido barrido por el vendaval de la crisis. Un trabajador decía: «las cosas están muy mal. Es luchar o morir». La preocupación, la tensión, la ansiedad, se palpan en el ambiente, el futuro no está claro, «¿acabaré en el paro y entonces qué tendré para mis cuatro hijos?», se preguntaba otro trabajador.
Pero el principal cambio está en la política seguida por sindicatos.
En 2006, el impulso de una mayoría de jóvenes obreros sorprendió a los sindicatos. En las Asambleas éstos rechazaban las propuestas obreras lo que provocó indignación y rupturas de carnés. Las manifestaciones masivas no pudieron ser detenidas por los sindicatos pese a sus intentos de "reconvertirlas" en acciones violentas o en "paros de 24 horas" que les permiten controlar estrictamente el terreno e impedir las iniciativas autónomas y el contacto directo entre los obreros..
En 2009 los sindicatos han tomado la delantera. En lugar de una huelga que surge de las pequeñas empresas y que se extiende como un mancha de aceite hacia las grandes empresas, los sindicatos han impuesto la camisa de fuerza de "jornadas de lucha" que dosifican y convocan a conveniencia. Atrapados en esa camisa de fuerza, los trabajadores están teniendo grandes dificultades para desarrollar su iniciativa, su solidaridad, sus acciones.
El 5 de mayo hubo una jornada de lucha. «De distintas factorías de Vincios, Porriño, Mos y Ponteareas partieron los piquetes. La praza de España fue el punto de encuentro. Desde allí, miles de trabajadores recorrieron la Gran Vía hasta la praza de América, donde se reunieron con otros manifestantes de su sector»[2]. Volvían a reaparecer los métodos clásicos de la manifestación masiva y la convergencia entre trabajadores de las diferentes empresas. Al final los obreros se reagruparon en una Asamblea General en la Plaza do Rei. Pero a diferencia de 2006 con el pretexto de que hablaran los representantes de cada factoría, los sindicatos impidieron la expresión libre que existió en 2006 y solo hablaron los Comités de Empresa.
El 6 de mayo, la huelga continuó pero en lugar de ir a las grandes empresas la acción propuesta por los sindicatos fue ocupar la Feria de Muestras. Aparecía como algo espectacular que supuestamente tendría "mucha repercusión" pero en realidad se trataba de aislar a los obreros, impedir lo único que les puede dar fuerza y conquistar una verdadera resonancia social: lograr la incorporación a la lucha de sus hermanos de las grandes empresas.
El 7 de mayo, los sindicatos abrían negociaciones con la patronal. Estas no fueron otra cosa que un "mareo de la perdiz" por lo que la impaciencia y el nerviosismo empezaron a cundir entre los trabajadores. En varios polígonos surgieron asambleas espontáneas. Para evitar cualquier desbordamiento, los sindicatos convocaron una nueva jornada de lucha para el 20. Esta vez, los huelguistas se dirigieron hacia los astilleros a pedir solidaridad y los trabajadores de Vulcano se sumaron a ellos. La convocatoria estaba limitada a 2 jornadas de paro pero el 21 una salvaje carga policial contra una manifestación que se dirigía a los astilleros Barreras encendió los ánimos. Al día siguiente, los trabajadores decidieron continuar la huelga desbordando a los sindicatos que se vieron obligados a convocar "un paro de 4 horas"(¡¡¡). ABC, un diario de derechas al que no puede atribuirse la menor simpatía hacia los obreros, describía así los hechos en su edición del 23 de mayo: «Cerca de 5.000 manifestantes, con atuendo laboral, se echaban a las calles en repulsa por la carga policial de la jornada previa, a la que los sindicatos coincidieron en calificar de "desproporcionada". Al grito de "lume, queremos lume", "Vigo, el metal está en huelga", los concentrados recorrieron las principales calles pidiendo el apoyo de los vecinos. La de esta mañana ha sido la de mayor poder de convocatoria de la causa, a la que se unieron incluso trabajadores de algunas empresas que cuentan con convenio propio, que no dudaron en adherirse a la lucha».
En la asamblea que tuvo lugar en Plaza del Rei, los sindicatos propusieron una tregua de 4 días para que "la patronal haga una propuesta seria". Al final, lograron convencer a los congregados proponiendo una "huelga general e indefinida", radicalismo vacío que se oponía a la continuación concreta de la huelga ahora que había fuerzas, conciencia y ánimos.
Como era de esperar, no hubo ninguna oferta seria de la Patronal lo que obligó a los sindicatos a lanzar una nueva convocatoria de jornadas de lucha para el 3 y 4 de junio retrasando la "movilización general" para el 15 de junio si la patronal no respondía.
El 3 hubo movilización masiva e incorporación de trabajadores de Vulcano y Metalship. El 4 los sindicatos organizaron una de sus acciones - espectáculo consistente en acudir al Náutico de Vigo e impedir el acceso de los pasajeros al crucero Independent of The Sea. Desde un punto de vista superficial un acto de esas características aparece como el no va más del radicalismo "revolucionario" puesto que ¿no son los cruceros el símbolo más acrisolado de lujo capitalista? Pero analizada más seriamente se trata de una acción no solo inútil sino totalmente contraproducente. Los trabajadores se aíslan, se enfrentan con gentes que no conocen ni sus reivindicaciones y que no están en la mejor predisposición para entenderles, y, en definitiva, aportan el móvil para que la prensa y la TV los atacaran como vándalos y los acusaran nada menos que de "dañar el desarrollo turístico de Vigo". Mientras que el método proletario de lucha consiste en ganarse a los demás trabajadores mediante delegaciones masivas y asambleas conjuntas donde todos pueden discutir, comprender, simpatizar, aunar voluntades, y, por tanto, levantar una fuerza real y eficaz contra el Estado y el Capital, el método sindical consiste en actos en el vacío, que crean enfrentamiento, que los desprestigia con facilidad y los exponen, como así ocurrió a la brutal represión policial.
El show del crucero acabó en una salvaje carga policial que dispersó a los trabajadores. Pero en estos se corrió la voz de acudir a las puertas de Barreras -el mayor astillero vigués-. Unos 500 obreros lograron confluir en la plaza de entrada aunque rápidamente un número impresionante de furgones policiales tomó la plaza y empezaron a atacar violentamente la asamblea. En el otro lado, en un centro comercial, se concentraron de manera espontánea jóvenes de un instituto, los clientes del centro así como trabajadores que iban llegando. Los concentrados increpaban a la policía y jaleaban con aplausos las acciones defensivas de los trabajadores del otro lado. Esto motivó una violenta carga policial que un fotógrafo aficionado describe en su Blog así: «Esa fue la razón para que en un momento determinado fueran a por los que estábamos allí congregados, primero lanzándonos pelotas de goma que escuchamos silbar al lado de nuestros oídos y cargando a píe luego. Solo por no estar a favor de su actuación brutal, injustificada y desmedida. Nos fuimos a refugiar al garaje del centro comercial antes de entrar uno de los botes de humo cayó ardiendo sobre nuestras cabezas. Cundió el pánico y cerramos la verja del garaje por si les daba por descargar dentro. De repente abrieron la verja los antidisturbios y nos hicieron salir de allí y nos dejaron marchar a condición de que nos dispersáramos»[3]
La Asamblea pudo por fin celebrarse pues los trabajadores lograron romper el cerco policial y se conoce que alguna autoridad dio la orden de retirar los anti-disturbios. La Asamblea hizo un llamamiento a una manifestación general donde pidieron que todos los trabajadores, fueran del sector que fueran, acudieran con sus familias. Esta tuvo lugar al día siguiente con una asistencia de unas 7000 personas.
Para no hacer esta crónica demasiado larga[4] los días siguientes han transcurrido entre convocatorias de huelga, negociaciones infructuosas, tentativas de lograr la solidaridad de los trabajadores de las grandes empresas -conseguida en el caso de Barreras, Vulcano y de manera muy minoritaria en Citroen- . Hoy martes 16, cuando escribimos estas líneas, la situación sigue estacionaria, parece que los trabajadores están cansados porque su lucha se hunde en una falta total de perspectiva. Los sindicatos han hecho una complicada propuesta de movilizaciones, un verdadero sudoku: « La acción de los manifestantes y piquetes se centrará desde hoy en los concesionarios de coches, con el fin de paralizar las ventas (...) Las centrales han elaborado un programa de movilizaciones para esta semana que, con carácter general, consistirá en realizar paros "parciales" de cuatro horas de duración -entre las 09.00 y las 13.00 horas- en los turnos de mañana para las empresas de construcción naval. En los turnos de tarde y noche, el paro de cuatro horas se realizaría al final de la jornada. Sin embargo, los talleres de reparación de automóviles quedarían fuera de este programa y sus paros se aplicarían desde las 12.30 horas hasta el final de la jornada. Mientras, las empresas de instalación de gas, fontanería, calefacción y electricidad pararán toda la jornada»[5]
Los métodos sindicales de lucha conducen a la derrota
Una de las razones por las cuales los sindicatos justifican su existencia es la de que ellos son "profesionales de la lucha", tienen experiencia de organización, negociaciones, convocatorias etc. Frente a estos "expertos", los obreros serían supuestamente unos seres apáticos, que no saben cómo luchar, que se pelean entre ellos, que cada cual va a la suya etc.
Sin embargo, los hechos no concuerdan con ese tópico. En 2006, los obreros dando libre curso a su propia iniciativa fueron capaces de obtener una gran solidaridad lo cual les proporcionó un pequeño respiro en sus condiciones de vida. En cambio, lo que vemos hoy en 2009 donde los sindicatos han logrado imponer su sello de "profesionales consumados" es el cansancio, el callejón sin salida, la desilusión. Forzoso es concluir que el planteamiento sindical y los métodos sindicales no desarrollan la lucha obrera sino que la destruyen.
• Las Asambleas: en 2006, las asambleas abiertas permitían una discusión libre, amplia, de tal manera que los obreros podían pensar y decidir juntos contando con el aliento y la opinión de compañeros de otros sectores. En 2009, bajo la férula sindical, las asambleas son aburridas, hay que soportar largos discursos de los líderes, todo está cuadriculado para que solo hablen los delegados sindicales. No hay vida, las asambleas parecen un trasunto de la parodias del parlamento. Como en Vigo 2006, como en las Asambleas masivas de Grecia en diciembre 2008, los trabajadores necesitamos recuperar nuestra auténtica tradición de Asambleas Abiertas, con libre participación de todos, con discusiones sobre lo que nos interesa, intervenciones concretas y cortas. Recordemos lo que decía el himno de la Primera Internacional «Ni en dioses, reyes y tribunos está el supremo salvador nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor». Las Asambleas son el cauce concreto para que la emancipación de los trabajadores pueda ser obra de los propios trabajadores sin ningún "salvador" político o sindical.
• La Solidaridad: en 2006, los trabajadores acudían masivamente a las otras empresas, improvisaban una asamblea conjunta, se creaba un contacto directo entre trabajadores, podían hablar, establecer lazos humanos, superar la atomización y el aislamiento, aprender a comprenderse, a desarrollar la empatía, es decir, se ponían los medios para sentirse como parte de la clase obrera, vivirse y afirmarse como tal. ¿Qué tenemos en 2009 bajo las "manos expertas" de los sindicatos? Aunque ha habido numerosas tentativas de repescar los métodos de 2006, los sindicatos han privilegiado una acción, según ellos, "más eficaz": los cortes de tráfico. Los cortes de tráfico han tenido efectivamente un "gran éxito". Cada vez que había "jornada de lucha" Vigo quedaba totalmente colapsada, era imposible llegar a tiempo al trabajo, realizar suministros, realizar negocios, transportar mercancías. Parecería que se había asestado un duro golpe a la economía capitalista.
Sin embargo, los propios empresarios reconocen que su economía se ha visto muy poco afectada y las desbarajustes -más allá de las situaciones puntuales- han permitido liberar los enormes stocks e incluso han sido aprovechados para pedir a los trabajadores de pequeños negocios que se quedaran en casa sin cobrar "por culpa de los huelguistas".
Pero habría otra "gran ventaja" según la argumentación sindical: los demás trabajadores "se enteran del conflicto", la repercusión social es "tremenda" y "todo el mundo habla de lo que pasa en el metal de Vigo".
En un corte de tráfico te imponen manu militari la "solidaridad" con los huelguistas, no hay ni discusión ni contacto directo ni encuentro humano, lo que hay es miedo, enfado con los huelguistas, nervios, atomización, cada cual encerrado en "su coche", angustiado por que está llegando tarde al trabajo. Así no se desarrolla ninguna solidaridad sino más bien hostilidad hacia los huelguistas. Los automovilistas se "enteran" del conflicto pero lo hacen en condiciones que no pueden sino favorecer su antipatía y su repulsa. Puede que se hable "del metal de Vigo" pero como un asunto particular, como algo ajeno, de unos que quizá sean fuertes pero que no se sabe qué quieren ni qué reivindican.
Claramente: estos métodos no ayudan ni a la unidad ni a la solidaridad sino que provocan el enfrentamiento y la división entre trabajadores, aumentan aún más si cabe la atomización y el aislamiento característicos de esta sociedad.
• Las acciones de fuerza: en 2006, los trabajadores lograron una fuerza colectiva basada en la solidaridad, las manifestaciones y las asambleas masivas. Esto provocó cierta preocupación en el gobierno central que tras ensayar la vía de las provocaciones policiales con cargas brutales aconsejó finalmente conceder aumentos salariales para acabar rápidamente con el conflicto.
Hoy, cuando la lucha ha caído en las sabias manos de los sindicatos, vemos todo lo contrario: llevamos casi dos meses de lucha y no se vislumbran salidas, todo se está pudriendo. Mientras en 2006 la población de Vigo manifestaba una simpatía indudable, hoy cuando paradójicamente el conflicto es más conocido y encuentra eco en TV española[6], las actitudes que proliferan entre "los ciudadanos" es de hastío y antipatía hacia los huelguistas. Hoy cuando la lucha de Vigo ha logrado una cierta repercusión social los trabajadores están más aislados que en 2006 cuando su lucha apenas fue conocida.
Es preciso preguntarse por la causa de tal paradoja. Ahí juega un papel crucial la manera con la que el sindicalismo entiende plantear una relación de fuerzas con el Capital. Según los sindicatos los trabajadores se hacen fuertes contra el capital si protagonizan acciones espectaculares que "atacarían el sistema en su corazón" y "lograrían un fuerte impacto social". Tres muestras de este planteamiento han sido en Vigo la "ocupación" de la Feria de Muestras, el numerito ante el crucero de lujo y ahora ha programadas acciones de "fuerza" para que no se vendan coches en los concesionarios.
Se supone que todo esto es muy radical. Se atacan "templos del capitalismo" como serían las Ferias de Muestra y los cruceros, se interrumpe la venta de coches, símbolo por antonomasia del "capitalismo". Puede pensarse que antes tales acciones los burgueses "sienten miedo", la "circulación de mercancías" queda interrumpida, ¿podría imaginarse mayor ataque a los "cimientos" del sistema?
Puede que tal o cual burgués individual sienta miedo, puede igualmente que tal o cual jefe de concesionario pierda su comisión ante los estropicios causados, puede que tal o cual empresario vea frustrado un apetitoso negocio. Pero tales acciones no dejan ni un rasguño en la piel del elefante del mamut capitalista.
El capitalismo no se basa en una relación personal sino en una relación social. El capitalista individual es, como decía Marx, un funcionario del capital, lo que se ha acentuado enormemente en el siglo XX y XXI con la presencia omnipotente del Estado en todos los ámbitos. La sangre que alimenta esa relación social es la atomización, la división, la competencia entre los obreros. Si los obreros actúan cada cual encerrado en la cárcel de su empresa, de su sector, de su región; si cada lucha obrera no es vista como propia por los demás obreros, el Capital como sistema puede dormir muy tranquilo.
Las acciones espectaculares que montan los sindicatos no hacen a los obreros más fuertes sino que los debilitan.
Primero que nada porque trasladan a la sociedad una imagen penosa de los obreros. Cuando un grupo de obreros boicotea un crucero o un acto en una Feria de Muestras, aparece como una cuerda de niños enfadados que están pataleando, no se les ve como una clase social capaz de una iniciativa propia sino como unos gamberros que estropean una fiesta. Es un planteamiento humillante de la lucha de la clase obrera, algo que la conduce al ridículo y al desprestigio social, algo que facilita a los medios de comunicación sus brutales campañas que han proliferado en Vigo presentando a los obreros como "vándalos", como "anti-sociales", como los nuevos portadores de la "kale borroka".
Segundo porque los obreros son desviados de lo único que les puede dar fuerza: la solidaridad, la acción común de los demás obreros e igualmente la simpatía -o al menos la benévola neutralidad- de las capas sociales no explotadoras. La relación social capitalista, el funcionamiento del sistema, empieza a bloquearse realmente cuando emerge frente a él una fuerza social que es capaz de luchar de manera unitaria y solidaria y que con ello levanta una perspectiva muy diferente a la asquerosa realidad cotidiana del capitalismo.
Vigo 2006, Vigo 2009. Se repite hasta la náusea que los obreros están pasivos, no quieren luchar, cada cual va a la suya. ZP abona esa visión al proclamar que «los trabajadores son más responsables que el PP pues renuncian a la huelga general para dar margen al gobierno para salir de la crisis».
Tanto Vigo 2006 como Vigo 2009 demuestran todo lo contrario: la combatividad, la búsqueda de la solidaridad, maduran en sectores todavía minoritarios de la clase obrera constituyendo la punta del iceberg de un proceso más profundo que todavía no ha salido a la superficie. Para que todo lo que se está incubando acabe saliendo a la superficie es necesario romper con los métodos sindicales que ahogan e impiden la lucha y de los que Vigo 2009 ha sido un testimonio elocuente. Y hemos de retomar los métodos proletarios de lucha como Vigo 2006
Corriente Comunista Internacional 16-6-09
[1] Ver nuestra hoja de intervención sobre esta lucha: VIGO: LOS METODOS PROLETARIOS DE LUCHA en /content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha [32]
[2] Nota de la agencia EFE 6-5-09
[3] Crónica del metal en Vigo, la guerra empezó bien de mañana, (video-fotos-crónica) [455]
[4] Un dossier con noticias recogidas de diferentes periódicos así como de Blogs y de comentarios de la gente por Internet se halla publicado en el Blog de espacio de debate ESPAREVOL. Ver groups.google.es/group/esparevol/browse_thread/thread/c467fe8bc03bac78?hl=es.
[5] El Faro de Vigo 16-6-09
[6] En 2006 hubo una censura rigurosa, apenas salieron imágenes en la TV y la prensa de circulación nacional
Publicamos a continuación un artículo de Internacionalismo, nuestra sección en Venezuela, sobre la situación de la lucha de clases en ese país, el cual aunque fechado en marzo tiene plena vigencia. Tal como lo muestra éste artículo, el proletariado en Venezuela intenta retomar las luchas en su propio terreno, después de una década de estar entrampado en la polarización política entre las facciones burguesas chavistas y opositoras.
La respuesta obrera obedece a que el proletariado venezolano ya no soporta años de ataques en sus salarios, beneficios y condiciones de vida; ataques sobre los cuales la burguesía chavista o burguesía "bolivariana" ha montado el tinglado del llamado "socialismo del siglo XXI". También las protestas obreras obedecen a que, como en todos los países, la burguesía venezolana acentúa las medidas antiobreras para que sean los proletarios quienes paguemos los efectos de la crisis que sacude al capitalismo.
Por su parte, el Estado venezolano, con Chávez a la cabeza, responde a las luchas obreras como lo hace la burguesía en todo el mundo: con el amedrentamiento, la represión y la muerte.
Después de marzo de 2009, fecha en que se escribió este artículo, el gobierno "revolucionario" de Chávez ha continuado su arremetida contra los trabajadores en lucha: utilizando la represión a través de los cuerpos represivos del Estado y sus bandas armadas, con el despido indiscriminado, y criminalizando las luchas, abriendo juicios a decenas de trabajadores. Sin embargo, esta arremetida del Estado no ha detenido las luchas de los trabajadores, tal como lo mostraremos en próximos artículos.
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El pasado 29 de enero, mientras las fuerzas burguesas chavistas y opositoras hacían una aturdidora campaña a favor o en contra de la enmienda para la reelección de Chávez, fueron asesinados 2 obreros y hubo varios heridos, uno de gravedad en una acción represiva de las fuerzas policiales de elite del estado Anzoátegui al oriente del país, gobernado por Tarek William Saab, alto dirigente del chavismo. Los trabajadores asesinados y heridos realizaban una toma de la empresa MMC Automotriz (Mitsubishi), exigiendo reivindicaciones laborales y en solidaridad con 135 trabajadores despedidos de la empresa INDUSERVI, quien presta servicios a la Mitsubishi.
Haciendo gala de la hipocresía que caracteriza a la clase burguesa y para intentar resguardar el supuesto carácter "obrero" del gobierno de Chávez, el gobernador William Saab ordenó una "inmediata investigación" de los hechos, mediante la cual apresaron a varios policías que intervinieron en la acción, y solicitaron la destitución de los jueces que ordenaron la intervención de las fuerzas represivas. Vemos como, al igual que los gobiernos burgueses que le precedieron, el de Chávez también aplica la máxima: "disparen primero y averigüen después"; es decir, repriman y después arreglamos el asunto.
El sindicato de la empresa SINGETRAM, afecto al chavismo y con influencia de elementos "radicales", para mantener su cara "obrera" se une a la campaña hipócrita y de confusión, exigiendo "cumplir la ley", así como la destitución del secretario de gobierno, del comandante de la policía y los jueces que intervinieron en el caso. Pura farsa!!
La represión que dejó este saldo de sangre obrera, es la represión del estado burgués que intenta poner el orden a sangre y fuego ante las protestas obreras. Es indiferente si la represión la ejecuta la policía de un municipio o estado, el ejército o la Guardia Nacional; todos son representantes del brazo armado del estado que defiende los intereses del capital contra el trabajo. No se trata de sectorizar la represión, ni de denunciar los ataques de tal o cual funcionario del estado en tal o cual fábrica o sector obrero, materia en la cual los sindicatos son unos maestros; mediante tales acciones se intenta ocultar la política sistemática de amedrentamiento y represión del estado, de la cual los propios sindicatos son corresponsables.
La represión contra los trabajadores de la Mitsubishi no es gratuita; forma parte de la política de chantaje, amedrentamiento y terror que utiliza el chavismo contra los trabajadores desde que está en poder. En el 2001, fueron asesinados varios obreros petroleros por la Guardia Nacional cuando realizaban una protesta en el estado Anzoátegui; el año pasado fueron brutalmente reprimidos los trabajadores de Sidor, acería ahora nacionalizada[1] ; hace pocas semanas fueron reprimidos por la Guardia Nacional, jubilados de la empresa estatal de electrificación en Guayana, ante el reclamo de reivindicaciones laborales; ....Y en todos los casos, se repite el mismo guión: sacar el garrote o disparar y luego denunciar e investigar a tal o cual funcionario, mientras los sindicatos organizan movilizaciones aquí o allá con el fin de ahogar la ira de los trabajadores.
Más, el gobierno no sólo utiliza a sus fuerzas represivas contra las protestas obreras, sino que echa mano a sus bandas armadas, algunas de ellas conformadas por nuevos y viejos guerrilleros de los años 60. También utiliza a miembros de los Círculos Bolivarianos y de los Consejos Comunales (órganos creados por el chavismo inspirado en los Comité de Defensa de la Revolución cubanos) para presionar e intimidar las protestas de los trabajadores; así ha sucedido con los trabajadores de la salud al exigir mejoras salariales, cuando miembros de los Consejos Comunales los acusaron de estar más preocupados por su salario que por la "salud del pueblo"; de la misma manera han actuado contra los trabajadores del Metro de Caracas, quienes al paralizar el servicio como medida de presión contra el estado-patrón fueron confrontados y atacados por "los usuarios", que no son otros que miembros de estas organizaciones mantenidas por el estado: vemos como el chavismo ha aprendido bastante bien de los fasci de Mussolini.
Los sindicatos abonan el terreno para la represión
Pero son las fuerzas sindicales quienes abonan el terreno para que la burguesía asuma sus medidas anti-obreras y luego el estado intervenga con el garrote para reprimir las luchas obreras. Es con este fin que ha existido una especie de "división del trabajo" entre las fuerzas sindicales controladas por los partidos de oposición y las del oficialismo, quienes a lo largo del régimen chavista han logrado polarizar a los trabajadores tras una u otra opción burguesa. Debido al debilitamiento progresivo de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), controlada por partidos de oposición, el chavismo conformó varias organizaciones sindicales (entre ellas la Unión Nacional de Trabajadores, UNT o UNETE), que hacen su trabajo a la burguesía nacional para congelar la mayoría de las contrataciones colectivas, mediante las cuales se rigen los salarios y beneficios de los trabajadores. En la medida que crece el malestar laboral y ante el evidente carácter oficialista de la UNT, alrededor y en supuesta oposición a ésta, se han conformado varias organizaciones sindicales que hacen una especie de "apoyo crítico" al chavismo, ya que asumen acciones "radicales" de defensa de los intereses de los trabajadores pero sin dejar de apoyar al régimen, debido al supuesto carácter "obrero" y "progresista" del proyecto chavista. Se observa en estas tendencias la influencia del trotskismo, ya que defienden la bandera del "control obrero" de las fábricas y la nacionalización sin indemnización de las empresas privadas. Precisamente en esta tendencia se ubica el SINGETRAM de la Mitsubishi. De esta manera, la burguesía ha conformado nuevas fuerzas sindicales para intentar controlar el malestar laboral en ascenso ocasionado por la agudización de la crisis capitalista.
Después de finalizado el pasado vendaval electoral del 15F, han emergido una serie de protestas obreras, que en realidad ya se venían dando pero quedaron en segundo plano debido a las campañas electorales, que expresan el malestar e indignación del proletariado. Ya no son las movilizaciones de los estudiantes las que ocupan las primeras planas de la prensa, sino las movilizaciones de los trabajadores; quienes desde hace años sienten en carne propia como se deteriora el salario debido a los altos índices de inflación[2], a la pérdida progresiva de beneficios sociales, crecimiento del empleo precario, etc.; también sienten en carne propia las medidas que asume la burguesía para enfrentar la crisis a través de un incremento del desempleo y de la negativa del gobierno de discutir los contratos colectivos ya vencidos. Es por ello que en los primeros meses del 2009 se han manifestado los trabajadores del Metro, los petroleros, los trabajadores de la salud, del sector eléctrico, de la educación, etc.
Al gobierno chavista lo afecta una marea de luchas de los trabajadores, ante las cuales el propio Chávez ha respondido, cual "guapo de barrio", amenazándolos diciendo que "aquel que pare aquí una empresa del Estado se está metiendo con el jefe del Estado"; o con amenazas de militarizar el Metro de Caracas; o calificando de "voracidad grosera y corrupción del ser humano", las reivindicaciones salariales de los trabajadores; también, ante las luchas reivindicativas de los trabajadores de Guayana ha amenazado con movilizar a la población contra los trabajadores: "si alguien quiere prender un conflicto en Guayana, cuando yo levante el brazo más de 90% de guayaneses y guayanesas se vienen conmigo". Realmente Chávez está haciendo uso de todos los recursos anti-obreros como buen defensor del capital nacional. Sin embargo, los trabajadores no se han dejado amedrentar; por una parte han denunciado la tremenda hipocresía de la burguesía chavista, que niega aumentos de salarios mientras ellos tienen sueldos astronómicos y viven sumidos en el lujo y la corrupción, y han acentuando las protestas.
Ante las luchas de los trabajadores en todo el país y en diversos sectores, a la burguesía chavista le va a ser cuesta arriba aplicar despidos masivos tal como los hizo con los trabajadores petroleros en 2003: en aquella oportunidad los trabajadores estaban entrampados en la polarización interburguesa; hoy, a pesar de que muchos trabajadores simpatizan con el chavismo, intentan colocarse en el terreno de la lucha por sus propios intereses.
Con la agudización de la crisis, cuyos efectos la burguesía intenta descargar sobre las masas trabajadoras, se abre la posibilidad de luchas obreras importantes que marcan un cambio de rumbo en la lucha de clases en Venezuela. Las recientes luchas obreras muestran la indignación a nivel del conjunto de la clase, que abarca a trabajadores chavistas y no chavistas. En ese sentido, se abre la perspectiva de la emergencia de luchas generalizadas; las cuales la burguesía intentará desviar por todos los medios hacia la polarización política a favor de uno u otro bando. La respuesta del proletariado no puede ser otra que su lucha unificada y buscando en todo momento la solidaridad de clase. Es el único camino que nos permitirá superar la miseria y la barbarie a que nos somete el capitalismo, sea en su versión "socialista" o "neoliberal".
Internacionalismo
09/03/09
[1] Ver en nuestro sitio "El estado burgués de Chávez arremete contra los trabajadores del hierro" https://es.internationalism.org/node/2230 [308]
[2] La inflación en el 2008 fue de 30,9%, la mayor de América Latina. Se estima que en el 2009 supere el 40%.
En los últimos congresos de la CCI señalábamos una tendencia internacional al surgimiento de nuevos grupos y elementos que se orientan hacia las posiciones de la Izquierda Comunista, y destacábamos tanto la importancia de ese proceso, como la responsabilidad que impone a nuestra organización:
«Los trabajos de este XVIº congreso... han puesto en el centro de sus preocupaciones el examen de la reanudación de los combates de la clase obrera y las responsabilidades que esa reanudación acarrea para nuestra organización, especialmente frente a la aparición de una nueva generación que se está girando hacia una perspectiva política revolucionaria»[1]
«La responsabilidad de las organizaciones revolucionarias, y de la CCI en particular, es participar plenamente en la reflexión que ya se está desarrollando en el seno de la clase obrera, no solo interviniendo activamente en las luchas que están ya desarrollándose, sino también estimulando la posición de los grupos y elementos que se plantean sumarse a su combate»[2]
«El congreso también hizo un balance positivo de nuestra política hacia grupos e individuos cuya perspectiva es la defensa o el acercamiento a las posiciones de la Izquierda comunista (...) El aspecto más positivo de esa política ha sido, sin lugar a dudas, la capacidad de nuestra organización para establecer o reforzar lazos con otros grupos que se sitúan en el terreno revolucionario, cuya ilustración es la participación de cuatro entre ellos en el XVIIº congreso»[3]
Y fue así que nuestro último congreso internacional, por primera vez en un cuarto de siglo, dio la bienvenida a delegaciones de diferentes grupos que mantienen claramente posiciones internacionalistas (OPOP de Brasil, el SPA de Corea, EKS de Turquía y el grupo Internasyonalismo de Filipinas[4], aunque este último no pudo estar presente físicamente). Desde entonces han continuado los contactos y las discusiones con otros elementos y grupos de otras partes del mundo, especialmente en Latinoamérica, donde hemos hecho Reuniones Públicas en Perú, Ecuador y República Dominicana[5]. Las discusiones con los compañeros de EKS e Internasyonalismo les han llevado a plantear su candidatura para sumarse a la CCI dado el acuerdo con nuestras posiciones. Por todo un tiempo esas discusiones se han desarrollado en el marco de un proceso de integración, cuyas líneas generales se describen en el texto que se publica en nuestra página web: «¿Cómo hacerse militante de la CCI?»[6].
Durante este periodo, los compañeros han estado implicados en profundas discusiones de nuestra plataforma, manteniéndonos al día con informes de sus discusiones. Varias delegaciones de la CCI les han ido a visitar "en directo" y han podido comprobar por sí mismo su profunda convicción militante y la claridad de su acuerdo con nuestros principios organizacionales. Al concluir esas discusiones, la última sesión plenaria del órgano central de la CCI ha tomado la decisión de integrar ambos grupos como nuevas secciones de nuestra organización.
La mayoría de secciones de la CCI están en Europa[7], o en América[8], y hasta ahora, la única sección fuera de esos dos continentes era la de India. La integración de estas dos nuevas secciones en nuestra organización amplia considerablemente la extensión geográfica de la CCI.
Filipinas es un extenso país en una región del mundo que recientemente ha vivido un rápido crecimiento industrial, con el consiguiente aumento del número de obreros -por no mencionar la diáspora de 8 millones de trabajadores filipinos emigrantes por todo el mundo. Ese crecimiento ha alimentado los últimos años muchas ilusiones sobre un "nuevo aliento" del capitalismo; hoy, al contrario, está claro que los países "emergentes" no tienen más oportunidades de escapar a los estragos de la crisis que los "viejos" países capitalistas. Las contradicciones del capitalismo van pues a agudizarse violentamente los próximos años en esta región, y eso provocará inevitablemente movimientos sociales, que no van a limitarse a revueltas de hambre como las que vimos en la primavera de 2007, sino que incluirán también luchas de la clase obrera.
La formación de una sección en Turquía refuerza la presencia de la CCI en el continente asiático, más especialmente en una región próxima a uno de los puntos calientes más críticos de las tensiones imperialistas hoy día: Oriente Medio. En realidad los compañeros de EKS ya intervinieron por medio de un volante el año pasado para denunciar las maniobras militares de la burguesía turca en el norte de Irak (ver en inglés "EKS leaflet: against the Turkish army's latest ‘Operation' [456]").
La CCI ha sido acusada más de una vez de tener una visión "eurocentrista" del desarrollo de las luchas obreras y la perspectiva revolucionaria, porque ha insistido en el papel decisivo del proletariado en los países de Europa Occidental:
«Sólo cuando la lucha proletaria afecte al corazón económico y político del dispositivo capitalista, es decir cuando:
- Resulte por tanto imposible poner en marcha de un cordón sanitario económico, pues estarán afectadas las economías más ricas.
-No surta efecto el cordón sanitario político porque estaremos ante una confrontación entre el proletariado más desarrollado y la burguesía más poderosa.
Entonces, y sólo entonces, esta lucha dará la señal de la extensión revolucionaria mundial (...)
La historia ha situado, desde hace siglos, el corazón y el cerebro del mundo capitalista en Europa Occidental. Ahí donde el capitalismo dio sus primeros pasos, la revolución mundial dará los suyos, pues ambas cosas están estrechamente relacionadas. Ahí es donde están reunidas en su forma más avanzada todas las condiciones para la revolución que antes hemos enumerado (...)
Es pues en Europa Occidental, ahí donde el proletariado tiene una más larga experiencia de lucha; donde, desde hace décadas, se confronta directamente a los engaños antiobreros más elaborados, donde la clase obrera podrá desarrollar plenamente la conciencia política indispensable para su lucha por la revolución[9]».
Nuestra organización ya ha respondido a esta acusación de "eurocentrismo"
«No se trata, en manera alguna, de una visión "eurocentrista". El mundo burgués que se desarrolló a partir de Europa, generó el proletariado más antiguo y, por tanto, el que acumula una experiencia más vasta» (Id.).
Sobre todo, siempre hemos considerado que los revolucionarios tienen una parte vital que jugar en los países de la periferia del capitalismo:
«Lo anterior no quiere decir que la lucha de clases o la actividad de los revolucionarios, carezca de sentido en otras regiones del mundo. La clase obrera es una. La lucha de clases existe en todos los lugares donde se enfrentan proletarios y capital. Las enseñanzas de las diferentes manifestaciones de esta lucha, ocurran donde ocurran, son válidas para toda la clase. En particular la experiencia de las luchas en los países de la periferia influenciará la lucha en los países centrales. La revolución será, igualmente, mundial y afectará a todos los países. Las corrientes revolucionarias de la clase serán valiosísimas en todos los lugares donde el proletariado se enfrente con la burguesía, es decir, en todo el mundo» (Id).
Esto se aplica obviamente a países como Turquía o Filipinas.
En estos países, la lucha para defender las ideas comunistas es realmente difícil. Tiene que confrontar las mistificaciones clásicas que la clase dominante emplea para bloquear el desarrollo de la lucha y la conciencia de la clase obrera (ilusiones democráticas y electorales, sabotaje de las luchas obreras por el aparato sindical, veneno del nacionalismo). Pero más allá de eso, la lucha de la clase obrera y de los revolucionarios se confronta directa e inmediatamente, no sólo con las fuerzas oficiales de represión del gobierno, sino también con fuerzas armadas de oposición al gobierno, como el PKK en Turquía o los diferentes movimientos guerrilleros en Filipinas, cuya brutalidad y falta de escrúpulos es completamente igual que la del gobierno respectivo, por la simple razón de que también defienden el capitalismo; aunque bajo una apariencia diferente. Esta situación hace la actividad de las dos nuevas secciones de la CCI más peligrosa que en los países de Europa y Norteamérica.
Antes de su integración en la CCI, la sección en Filipinas ya tenía una página web en Tagalog (el idioma oficial del país) y en inglés (ampliamente empleado en Filipinas). Las condiciones presentes hacen imposible para los camaradas editar una prensa impresa regularmente (aparte de volantes ocasionales) y nuestra página web será el medio principal para difundir nuestras posiciones allí.
La sección en Turquía continuará publicando Dunya Devrimi, que se convierte ahora en la publicación de la CCI en ese país.
Como escribimos en la Revista Internacional nº 122: «Saludamos a estos camaradas que vienen hacia las posiciones comunistas y hacia nuestra organización. Nosotros les decimos: Habéis hecho una buena elección, la única elección posible si tenéis la perspectiva de integraros en el combate por le revolución proletaria. Pero no habéis elegido lo más fácil. No vais a ver éxitos rápidos, habréis de tener paciencia y tenacidad y no desmoralizaros cuando los resultados no estén a la altura de vuestras esperanzas. Pero no estaréis solos, los militantes actuales de la CCI estarán a vuestro lado y son conscientes de la responsabilidad que el paso que habéis dado representa para ellos» (XVIº congreso de la CCI, op. Cit.). Estas palabras se dirigían a todos los elementos y grupos que han elegido tomar a cargo la defensa de las posiciones de la Izquierda Comunista. Y se aplican primero y principal obviamente a las dos nuevas secciones que se han sumado a la organización.
A las dos nuevas secciones, a los camaradas que las forman, un sincero y fraternal saludo de bienvenida de toda la CCI.
CCI
[1] Revista Internacional nº 122, pag. 11, «Preparémonos para los combates de clase y el resurgir de nuevas fuerzas comunistas»
[2] Revista Internacional nº 130, «Resolución sobre la situación internacional»
[3] Revista Internacional nº 130, «Un fortalecimiento internacional del campo proletario»
[4] OPOP: Oposição Operária (Oposición obrera); SPA: Alianza Política Socialista; EKS: Enternasyonalist Komünist Sol (Izquierda Comunista Internacionalista); Internasyonalismo (Internacionalismo).
[5] Ver en nuestra página web: "Reunión Pública en República Dominicana: al encuentro de las posiciones de la Izquierda Comunista [457]", "Reunión Pública de la CCI en Perú: Hacia la construcción de un medio de debate y clarificación [117]" y "Reunion pública de la CCI en Ecuador: un momento del debate internacionalista [458]".
[6] «La CCI ha acogido siempre con entusiasmo a los nuevos elementos que quieren integrarse en sus filas (...)Sin embargo, este entusiasmo no significa que tengamos una política de reclutamiento por reclutamiento como las organizaciones trotskistas. Nuestra política tampoco es la de integraciones prematuras sobre bases oportunistas (...)La CCI no es un cajón de sastre. No está interesada en el proselitismo. Tampoco somos mercaderes de ilusiones. Por eso nuestros lectores que se plantean la cuestión: «¿Qué hay que hacer para ser de la CCI?» tienen que comprender que integrarse en la CCI lleva tiempo. Todo camarada que plantea su candidatura tiene que armarse de paciencia para emprender un proceso de integración en nuestra organización. Es primero un medio para que el candidato verifique él mismo la profundidad de su convicción para que la decisión de ser militante no se tome a la ligera, por un momento de "inspiración". Es también y sobre todo, la mejor garantía que podemos ofrecerle para que su voluntad de compromiso militante no se salde por un fracaso o una desmoralización.»;
[7] Alemania, Bélgica, España, Francia, Gran Bretaña, Italia, Holanda, Suecia, Suiza
[8] EEUU, Brasil, México, Venezuela
[9] Revista Internacional nº 31: «El proletariado de Europa Occidental en una posición central de la generalización de la lucha de clases»
En la sección de Comentarios de nuestra Web hemos recibido 2 comentarios donde una persona de la República Dominicana propone crear una Liga Revolucionaria que reagrupe a minorías interesadas[1].
Para plantear esta propuesta el autor se pregunta «¿Como debemos prepararnos para la lucha abierta clase contra clase?», a lo que responde muy atinadamente que «Lo primero que a mi juicio debemos determinar es el nivel en que se encuentra la lucha de clase internacional del proletariado y a partir de él preparar la Liga para impulsar los elementos de la lucha abierta de nuestra clase».
Concretamente, señala por una parte que «El capital está haciendo pagar al proletariado su propia incapacidad para superar sus límites históricos (...) Las condiciones económicas y sociales que nos impone la burguesía continúan empeorando nuestras condiciones de vida, y a pesar de todas las protestas que se han producido en todo el territorio nacional las fuerzas del orden no han resuelto un solo problema».
Sobre la capacidad de respuesta del proletariado reconoce que «los ataques del capital son cada vez más contundentes contra nuestra clase sin que todavía estemos en capacidad de responder adecuadamente», reconoce igualmente que «la correlación de fuerzas entre las clases todavía no está a nuestro favor», y señala que «la llamada realizada por el proletariado desde Atenas no encontró el respaldo de un número importante de la masa proletaria para intentar imponer el modo de producción comunista»[2], «Hubo subregiones y regiones, como el Caribe Latinoamericano, donde siquiera se hizo un intento serio por plasmar el internacionalismo proletario. Es decir, que hubo un no-reconocimiento de la batalla en Atenas como una acción de nuestra clase».
De estos análisis se podría deducir que la tarea de la Liga Revolucionaria sería darse unas posiciones programáticas sólidas y desarrollar un debate y una intervención en las luchas que contribuyera a que el proletariado lograra una disposición para "plasmar el internacionalismo proletario" y para que pudiera finalmente "imponer el modo de producción comunista".
Es lo que preconizó Lenin en las Tesis de Abril (1917) frente a una situación de desarrollo de la lucha de clases mucho más avanzada que la actual donde por un lado era necesario que los Soviets tomaran el poder para que se pudiera desarrollar un proceso revolucionario mundial pero de otro la gran mayoría de los obreros estaba todavía desviada y desorientada hacia el terreno guerrero y nacionalista[3].
En lugar de eso se nos propone « elaborar un plan de acción que contemple: *Crear unidades que pasen a la clandestinidad en ambas partes de la isla. *Establecer en cada región Comités para liderar las luchas comunitarias. *Instalar oficinas de coordinación en pueblos y ciudades estratégicas para intercambio de información y para facilitar la organización y el suministro. *Crear un Comité Revolucionario General (CRG) para dirigir los preparativos y la propia insurrección. El CRG tiene que asumir la tarea de establecer una fecha para el levantamiento en esta parte de la isla y llamar a la capa "haitiana" del proletariado a levantarse contra esta sociedad y su Estado »
Este "plan" entra en completa contradicción con el análisis de la situación que el propio autor expone. Desde el punto de vista de los principios la idea misma de que una minoría "organice" una insurrección es radicalmente extraña al movimiento revolucionario del proletariado que se basa en el principio de que «la emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores o no será» (lema de la Primera Internacional[4]) lo cual se concretó en Rusia 1917 con la toma del poder por los Soviets o Consejos Obreros.
Quisiéramos comprender la visión y la lógica teórica del autor no solamente por responder a sus comentarios sino sobre todo porque actualmente entre las minorías que buscan una posición revolucionaria existe una corriente que sostiene ideas similares.
Las lecciones de las revueltas de la juventud en Grecia
El autor trata de fundar su propuesta en un análisis bastante detallado de lo que ocurrió en las revueltas de diciembre 2008 en Grecia. Es muy positivo basar una orientación en la comprensión de las experiencias internacionales del proletariado. En el artículo de la Revista Internacional nº 136 titulado Las revueltas de la juventud en Grecia confirman el desarrollado de la lucha de clases[5] se expone una crónica de los acontecimientos, se recogen citas directas de sus protagonistas y se trata a partir de ahí de sacar algunas lecciones. Nos remitimos a él para no hacer demasiado larga esta respuesta.
Sin embargo, el autor saca conclusiones totalmente desbaratadas pues afirma que «el formidable ataque militar revolucionario contra la burguesía en Grecia y su extensión a otras partes del mundo muestra el camino a seguir para superar los efectos y límites históricos del modo de producción capitalista. También muestra a un proletariado revolucionario superando los niveles en que se encuentra la lucha de clase en la escala internacional»
Suponiendo que el autor entiende por insurrección proletaria un "ataque militar revolucionario" lo cual no es exacto[6], creer que con unos cuantos choques callejeros y unas ocupaciones de edificios se estaría perpetrando un "ataque revolucionario" al poder burgués, es ignorar todo lo que supone y conlleva dicho "ataque revolucionario".
Por otra parte, el proletariado en Grecia -como en cualquier otra parte del mundo- está muy lejos de manifestar un nivel de lucha revolucionaria. En Grecia ha habido iniciativas muy importantes como es la solidaridad entre generaciones obreras, las ocupaciones de locales sindicales y emisoras de radio etc., pero considerar que allí se muestra un proletariado revolucionario superando los niveles en que se encuentra la lucha de clase en la escala internacional constituye un exceso verbal que en nada nos ayuda a comprender lo que allí pasó y como contribuyó al avance concreto y modesto de la lucha de clases internacional.
La cuestión de la insurrección en la experiencia histórica del proletariado
Inspirarse en la experiencia griega es positivo pero para que lleve a conclusiones que sean útiles a la lucha proletaria hay que hacerlo con un método histórico - mundial que es el propio del proletariado.
El autor dice al principio de su contribución que «Esa preparación nos impone apropiar la experiencia inmediata del movimiento comunista». ¿Y la experiencia histórica? ¿No tiene el proletariado una experiencia de más de dos siglos de lucha a sus espaldas? ¿No ha pasado el movimiento comunista por numerosos debates, problemas, experiencias, que han ido forjando sus posiciones y su método? ¿Tenemos que dejar de lado ese bagaje histórico y partir solamente de lo "inmediato"?
Creemos francamente que ahí está una de las claves de las conclusiones erróneas de nuestro comunicante. Para afrontar las tareas del presente y del futuro que nos espera se hace necesario inscribir las experiencias actuales en la experiencia histórica del proletariado.
Hace más de siglo y medio que el movimiento obrero logró superar la tendencia blanquista consistente en que «toda revolución es obra de una pequeña minoría revolucionaria [de lo que] se desprende automáticamente la necesidad de una dictadura inmediatamente después del éxito de la insurrección, de una dictadura no de toda la clase revolucionaria, como es lógico, sino del contado número de personas que han llevado a cabo el golpe»[7]
En el debate sobre el programa del partido comunista alemán (diciembre 1918) Rosa Luxemburgo declaró que «la revolución proletaria no es un intento desesperado de una minoría para conformar el mundo de acuerdo a sus ideales, sino que es la acción de la gran masa de millones de personas, llamada a llevar a cabo la misión de la historia, a transformar en realidad la necesidad histórica»[8]
Pero esto no tiene nada de "teoría abstracta" o de un buen deseo, es la lección que puede sacarse de las tentativas revolucionarias del proletariado y de forma muy breve podemos deducirlo tanto de la Revolución Rusa de 1905 como de la Revolución de octubre 1917.
En la primera de ellas, Trotski en su libro Balance y Perspectivas, relata cómo en el juicio a los miembros del Soviet de Petersburgo la línea del fiscal era presentarles como conspiradores que habían urdido secretamente una insurrección[9]. De los muchos argumentos que recoge Trotski para desmontar tal planteamiento exponemos solamente uno y es la carta que los obreros de la fábrica Obujov dirigieron al fiscal: «los abajo firmantes al saber que el gobierno pretende llevar ante un tribunal arbitrariamente constituido al Soviet de Diputados Obreros y profundamente indignados al ver que este gobierno trata de presentar al Soviet como un grupo de conspiradores que persigue fines extraños por completo a la clase obrera, nosotros, obreros de la fábrica Obujov, declaramos que el soviet no está compuesto por un grupo de conspiradores sino por verdaderos representantes de todo el proletariado de Petersburgo. Protestamos contra la arbitrariedad del gobierno, que acusa a los camaradas elegidos por nosotros y que no han hecho más que ejecutar nuestras voluntades, y declaramos al gobierno que, si nuestro camarada P.A.Zlidnev es culpable, nosotros los somos también, lo cual certificamos con nuestras firmas»[10]
Respecto a la segunda experiencia hay un aspecto -también recogido por Trotski- que responde a la inquietud de nuestro comunicante cuando propone "dar a conocer la fecha del levantamiento unos días antes del mismo; para mantener todo en secreto y sorprender a la burguesía": «La insurrección fue determinada, por decirlo así, para una fecha fija: el 25 de octubre (6 de noviembre) y no fue fijada quizá en una sesión secreta, sino abierta y públicamente, y la revolución triunfante se hizo precisamente el 25 de octubre, como había sido establecido de antemano. La historia universal conoce un gran número de revueltas y revoluciones; pero buscaríamos en ella otra insurrección de una clase oprimida que hubiera sido fijada anticipada y públicamente para una fecha determinada, y que hubiera sido realizada victoriosamente en el día indicado de antemano»[11]
CCI 26-9-09
ANEXO: contenido de los comentarios colgados en nuestra Web
Submitted by Anonymous (no verificado) on Septiembre 12, 2009 - 1:58am.
Notas sobre la Construcción de una Liga para llamar al levantamiento de un Movimiento Revolucionario
¿Como debemos prepararnos para la lucha abierta clase contra clase?
Lo primero que a mi juicio debemos determinar es el nivel en que se encuentra la lucha de clase internacional del proletariado y a partir de él preparar la Liga para impulsar los elementos de la lucha abierta de nuestra clase. Esa preparación nos impone apropiar la experiencia inmediata del movimiento comunista. Entre los elementos a destacar y que indican el camino a seguir se encuentra la llamada desde Grecia para la formación de una nueva internacional:
«Los políticos y periodistas se burlan de nuestro movimiento, tratando de imponer en él su propia carencia de racionalidad. Según ellos, nos rebelamos porque nuestro gobierno es corrupto, o porque nos gustaría tener acceso a más dinero, más empleo. Destrozamos los bancos porque reconocemos el dinero como causa central de nuestras penas, si rompemos los vidrios de los escaparates no es porque la vida sea cara sino porque la mercancía nos impide vivir a cualquier precio. Si atacamos a la escoria policial, no es sólo en venganza por nuestros compañeros muertos sino porque entre este mundo y el que deseamos, siempre van a constituir un obstáculo». (Ver, https://www.solidariasgrecia.org [459])
Otro elemento revolucionario que nos permite consolidar y desarrollar los intereses de clase del movimiento internacionalista remite a la naturaleza y forma del discurso que responde a los intentos realizados por la burguesía para descalificar nuestras acciones desde el mismo inicio de la insurrección. Aún así, lo lograron dividirnos desde que ya existía una dirección revolucionaria y un proletariado que se reconocía como tal:
«De quien son las acciones que le mantienen y extienden la llama...Los anarquistas? Los estudiantes? Los inmigrantes? Los desempleados y humillados? La juventud de los suburbios ricos del norte y del sur? Los gitanos? Los ´hooligans¨? Los trabajadores? A todos ellos pertenecen las acciones que dan forma a la lava imparable del volcán que despertó cuando el impensable asesinato de Alexandros sacudió toda Grecia...» (Ver, Extracto traducido de Indymedia London de uno de los primeros volantes surgido de las asambleas y que muestra un gran nivel de espontaneidad e inocencia sobre los objetivos del movimiento....en Comunismo No. 59)
A pesar de los límites en esas primeras manifestaciones del discurso escrito, se pudo constatar en el transcurso del proceso la fuerza del movimiento en su extensión y generalización a todo el país y los propios comunicados que proclamaron el carácter proletario y revolucionario de las acciones, lo cual no dejaron lugar a dudas al resto de la clase, no solo en Grecia, sino en el nivel internacional.
Veamos ahora como en Diciembre del 2008 el proletariado, en el documento "Destruimos el presente porque venimos del futuro", emitido desde la facultad ocupada de la Universidad de Economia de Atenas, proclama con claridad y precisión los objetivos revolucionarios de su movimiento:
«Somos parte de la revuelta de la vida contra la muerte cotidiana que nos imponen las relaciones sociales existentes...Erigimos una barricada inquebrantable contra la repugnante normalidad del ciclo de producción y distribución. En la situación actual, nada es más importante que consolidar esta barricada frente al enemigo de clase. Incluso aunque nos repleguemos ante la presión de la escoria (para) estatal y la insuficiencia de la barricada, sabemos que ya nada volverá a ser igual en nuestras vidas...Vivimos además una situación histórica en la que se recompone un nuevo sujeto de clase, que porta desde hace mucho la responsabilidad de asumir el rol de enterrador del sistema capitalista. Creemos que el proletariado nunca ha sido una clase por su posición, sino que mas bien al contrario, se constituye como clase para sí misma en el enfrentamiento contra el capital, primero en la práctica para tan sólo después adquirir conciencia de sus propios actos».
Otro elemento revolucionario a destacar de la revuelta proletaria el Grecia remite a la consignas históricas proclamadas y escritas en las paredes de las calles griegas:
¡ Terrorismo es el trabajo asalariado ! ¡ Ninguna paz para los patrones !
Pero no todo será color de rosa. En el marco del proceso que conduce a la afirmación de la insurrección generalizada aparecen expresiones menos claras, modestas, turbias del movimiento. Aun así, se constata en esos documentos el rechazo, la negación, lo cual constituye el punto de partida de todo movimiento revolucionario. Desde nuestro punto de vista la Liga Revolucionaria tiene que plantearse superar todos los límites ideológicos heredados de las fuerzas a la izquierda del capital. Enfrentar los límites que necesariamente van a surgir con el movimiento, por ejemplo los limites reformistas, y desarrollar las afirmaciones de la negación de lo que existe. En ese sentido queremos señalar la necesidad de destruir el sistema de prisiones y liberar a todos los presos desde que las condiciones que impondrá la revolución social mundial liquida las relaciones sociales que lo generaron.
Otro elemento revolucionario que nosotros consideramos debe ser apropiado para construir la Liga Revolucionaria es el que no formula ninguna demanda hacia el poder, como dicen los proletarios en el documento "Destruimos el presente porque venimos del futuro": «La insurrección de diciembre no lleva consigo ninguna demanda concreta, precisamente porque los sujetos que en ella participan sufren día a día la negativa de la clase dominante a aceptar cualquier demanda, y por lo tanto la conocen a la perfección. Los susurros de la izquierda, que en un comienzo pedía la retirada del gobierno, se transformaron en un terror mudo y un intento desesperado por calmar la incontrolable ola insurreccional. La ausencia de demandas reformistas refleja una subyacente (aunque aún inconsciente) disposición a la subversión radical y a la superación de las relaciones mercantiles existentes, y la creación de relaciones cualitativamente nuevas».
Un aspecto importante de la fuerza del movimiento en Grecia remite a la imposibilidad burguesa, demostrada por sus aparatos, al no poder aislar a las capas del proletariado que, bastante antes de diciembre habían llevado luchas ejemplares que tuvieron repercusión en todo el país y también internacionalmente: «Nosotr@s lxs presxs en los centros de exterminio del Estado griego, cansados de las falsas promesas de todos los ministros de justicia de los últimos diez años sobre la mejora de las condiciones penitenciarias, decidimos movilizarnos y exigir nuestras justas reivindicaciones». (3 de Noviembre del 2008. Se informa que mas de 8000 presos y presas de las cárceles del Estado griego empezaron un ayuno masivo que culminó con una huelga de hambre que se han ido juntando mas de 7000 presxs).
Invitación
Liga para un Levantamiento Revolucionario
Compañer@s;
Las condiciones económicas y sociales que nos impone la burguesía continúan empeorando nuestras condiciones de vida, y a pesar de todas las protestas que se han producido en todo el territorio nacional las fuerzas del orden no han resuelto un solo problema. Todo lo contrario, los ataques del capital son cada vez más contundentes contra nuestra clase sin que todavía estemos en capacidad de responder adecuadamente. Ante esta situación de debilidad política que estamos viviendo te estamos invitando para juntos abrir un proceso al cual las minorías se puedan ir sumando hasta lograr la coordinación nacional de nuestras fuerzas en una Liga Revolucionaria.
Agenda
*Situación Actual: cada participante usará 5 minutos para explicar las condiciones económicas y sociales en su comunidad, el país o el mundo.
*¿Cómo debemos prepararnos para la lucha abierta en el nivel nacional?
*¿Qué forma organizativa se ajustaría con mayor facilidad para iniciar el proceso de transformación de la correlación entre las clases por el camino de la insurrección generalizada?
*La cuestión de la planificación simultánea de la insurrección.
*El armamento del proletariado.
Fecha: Domingo 13 de Septiembre de 10 a 12 del día
Punto de Encuentro: Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (UASD).
Esos y otros temas que ustedes podrán incluir en la agenda tienen la intención de ir forjando la dirección histórica de nuestro movimiento.
Con saludos revolucionarios,
John Hoyt
Santo Domingo República Dominicana
Hacen algunos días que les enviamos una invitación a través de esta misma página para que se sumaran a los trabajos de articulación de un cojunto de elementos revolucionarios dispersos para debatir la posibilidad de crear un Liga Revolucionaria, que fundamentada en las condiciones economicas y sociales que nos impone la burguesía se convierta en una organización dinámina, bien preparada para lanzar una insurrección generalizada que se extienda por toda la isla e invite al mundo a sumarse a la misma.
Ustedes saben que a pesar de todas las protestas que se han producido en todo el territorio nacional las fuerzas del orden no han resuelto un solo problema, ni lo van a resolver. Todo lo contrario, los ataques del capital contra las protestas que no se limitan a la conducta del buen ciudadano son cada vez mas contundentes, sin que todavía estemos en capicidad de responder adecuadamente a los mismos. Ante esta situación de debilidad política queremos reiterar la invitación para que se sumen al proceso de superación de esa debilidad política fraguando una Liga Revolucionaria.
Permítannos añadir algunos puntos a su agenda y algunas consideraciones por adelantado:
*¿Como debemos preparnos para la lucha abierta "nacional"?
*¿Qué forma organizativa se ajustaría con mayor facilidad para iniciar el proceso de transformacion de la correlación de fuerzas por el camino de la insurrección generalizada?
*La cuestión de la simultaneidad de la insurrección
*El armamento del proletariado
Proponemos que el punto de encuentro sea la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UASD o cualquier otro lugar que ustedes consideren pertinente....La hora podria ser a las 10 de la mañana del domingo 26 de septiembre del 2009 o cualquier otra fecha que ustedes consideren adecuada.
Se trata de articular un conjunto con elementos dispuestos a debatir la posibilidad de iniciar un proceso de ruptura teórica con toda la tradición "comunista" y social demócrata en ambas partes de la isla. Si nos adelantamos un poco, consideramos que logrado ese objetivo tenemos que poner en el orden del dia la cuestión del lanzamiento de una insurrección a gran escala.
Desde luego que el proceso es más complejo y comporta escuchar y discutir los informes con vista a los preparativos del levantamiento.... Determinar si los habitantes de las comunidades están preparados para un levantamiento a gran escala....Si logramos que una minoría esté, desde el punto de vista del centralismo orgánico, de acuerdo con la cuestió de la insurrección a gran escala. Entonces la cuestión de determinar la articulación de la Liga, y en el marco de su proceso de gestión, si esta constituye una organización dinámica, bién preparada y si el proletariado está adecuadamente armado para emprender la insurrección, son algunas de las cuestiones que hemos podido adelantar...Antes de comunicar nuestras acciones a los compañeros en el nivel internacional.
¡Estamos en Guerra!
El proceso de centralización del capital mundial continúa aumentando el desempleo y generalizando la represión contra la masa proletaria que se ha decidido a protestar, denunciar los delítos de Estado, que en cada una de sus gestiones es más escandaloso. Es decir, el capital está haciendo pagar al proletariado su propia incapacidad para superar sus límites históricos. Sin embargo, el formidable ataque militar revolucionario contra la burguesía en Grecia y su extensión a otras partes del mundo muestra el camino a seguir para superar los efectos y límites históricos del modo de producción capitalista. También muestra a un proletariado revolucionario superando los niveles en que se encuentra la lucha de clase en la escala internacional.
A pesar de que la llamada realizada por el proletariado desde Atenas no encontró el respaldo de un número importante de la masa proletaria para intentar imponer el modo de producción comunista, esas luchas superaron el apagón informático que se le impuso a los disturbios sociales violentos que emergieron desde Francia en noviembre del 2005.
La correlación de fuerzas entre las clases, aunque todavía no está a nuestro favor, las últimas acciones proletarias muestran a una clase revolucionaria, que a pesar de sus errores y derrotas, nunca ha dejado de luchar. Hoy con una mejor preparación teórica se decide suspender el ataque militar revolucionario después de constatar que las acciones en el nivel internacional no estuvieron a la altura del levantamiento revolucionario en Grecia. Hubo subregiones y regiones, como el Caribe Latinoamericano, donde siquiera se hizo un intento serio por plasmar el internacionalismo proletario. Es decir, que hubo un no-reconocimiento de la batalla en Atenas como una acción de nuestra clase.
¿Por qué no hubo una respuesta de clase desde las islas del Caribe?
A pesar de que en los últimos años se han escenificado batallas formidables en esta subregión Americana, todavía el movimiento del proletariado no comporta una conciencia revolucionaria y por ello continúa atrapado en estructuras que no les pertenecen. Otro elemento decisivo para hacer despertar a las masa proletaria y que adquiera su movimiento un caracter revolucionario es la existencia, en esta fase del proceso, de una minoria comunista con raices profundas en las luchas comunitarias en ruptura teorica con tdoa la tradiccion social democrata (y muy especialmente con su corriente de "izquierda").
Las luchas por reivindicaciones económicas en las comunidades y barriadas en todo el territorio nacional nunca han cesado. Lo que nosotros no hemos sabido explicar es el contenido histórico de las mismas, para que las próximas luchas comunitarias se desaten sin nada que reclamar.
Para alcanzar ese objetivo político a corto plazo hay que articular un conjunto de elementos revolucionarios que estén dispuestos a debatir la posibilidad de iniciar (¿O continuar?) un proceso de ruptura conceptual con toda la tradición "comunista" en ambas partes de la isla.
Logrado ese objetivo, poner en el orden del día la cuestión del lanzamiento de una insurrección a gran escala, a partir del nivel alcanzado por el ataque militar revolucionario contra la burguesía en Atenas.
Se trata de abrir un proceso revolucionario que comporta escuchar y discutir los informes desde cada región, con vista a los preparativos del levantamiento. Así nos daremos cuenta del grado de preparación existente en las comunidades y barriadas antes de determinar la fecha en que debemos hacer la llamada para un levantamiento a gran escala.
Esta forma de responder a las condiciones de agudización de la guerra económica contra el proletariado trae aparejada la cuestión de la esencia de las formas para enfrentar los efectos negativos de la centralización del capital mundial. Sugerimos entonces, para acelerar el curso de la lucha de clase, la creación de una organización dinámica, bién preparada para ayudar a los miembros de los barrios y comunidades a emprender la insurrección: una Liga Revolucionaria. Y esta Liga Revolucionaria tiene la responsabilidad de elaborar un plan de accion que contemple:
*Crear unidades que pasen a la clandestinidad en ambas partes de la isla.
*Establecer en cada región Comités para liderar las luchas comunitarias.
*Instalar oficinas de coordinación en pueblos y ciudades estratégicas para intercambio de información y para facilitar la organización y el suministro.
*Crear un Comité Revolucionario General (CRG) para dirigir los preparativos y la propia insurrección. El CRG tiene que asumir la tarea de establecer una fecha para el levantamiento en esta parte de la isla y llamar a la capa "haitiana" del proletariado a levantarse contra esta sociedad y su Estado.
*Dar a conocer la fecha del levantamiento unos días antes del mismo; para mantener todo en secreto y sorprender a la burguesía.
En ese momento, consideramos nosotros, es que se debe informar a las minorías comunistas en la escala internacional, de nuestras acciones para que su sumen a las mismas. Esta es nuestra mejor manera de combatir la guerra economica declarada por la burguesia mundial y de nosotros ser comunista.
[1] Ver Anexo
[2] Se refiere al movimiento de jóvenes y obreros que hubo en Grecia diciembre de 2008 sobre el que luego volveremos
[3] «Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra misión solo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas» (Obras Escogidas Tomo II página 36 edición española).
[4] La Primera Internacional llamada Asociación Internacional de los Trabajadores, fue la primera organización internacional que se dio el proletariado y existió entre 1864 y 1876.
[5] Ver /revista-internacional/200904/2483/las-revueltas-de-la-juventud-en-grecia-confirman-el-desarrollo-de- [424]
[6] Aquí no podemos exponer en qué consiste la insurrección proletaria y cómo se distingue de una mera acción militar (aunque tiene lógicamente un componente militar). Remitimos a un artículo donde tratamos de exponer nuestra visión a partir de un análisis de la experiencia histórica: "III - 1917: La insurrección de Octubre, una victoria de las masas obreras [244]" en Revista Internacional nº 91.
[7] Engels: El programa de los emigrados blanquistas de la Comuna, tomo II Obras Escogidas de Marx y Engels página 402 de la edición española.
[8] Citado por E.H.Carr en La Revolución Bolchevique tomo III página 119 de la edición española.
[9] Para un estudio de la revolución rusa de 1905 ver la serie que comienza en Revista Internacional nº 120 Hace 100 años la revolución rusa de 1905 en /revista-internacional/200501/204/i-hace-100-anos-la-revolucion-de-1905-en-rusia [460]
[10] Citado por Trotski en Balance y Perspectivas tomo II página 18 edición española
[11] Trotski: La Revolución de Noviembre dentro de la colección de artículos titulada El bolchevismo y la dictadura del proletariado, página 45 edición española.
La prensa burguesa en Europa publica en el "Le Monde Diplomatique" un artículo titulado "La nueva suramérica"[1] en este saludan la llegada al poder de la izquierda del capital en EL Salvador (Mauricio Funes del FMLN ganó las pasadas elecciones presidenciales) y así al conjunto de gobiernos encabezados por Chávez que mantienen un discurso "izquierdista". El conjunto de la izquierda del capital en el mundo, pretende decepcionar a las masas haciendo ver a estos gobiernos como una alternativa para los trabajadores. Claramente esto es una vil mentira típica de la burguesía y sus servidores "izquierdistas" para seguir sometiendo al conjunto del proletariado al yugo capitalista.
Ante la situación de crisis le conviene a la burguesía utilizar una "nueva" imagen, que de por si no es tan nueva, (sobre esto detallaremos adelante); para así buscar la "culpa" de la crisis mundial no en el conjunto del capitalismo como un sistema que está en decadencia y llevando a la barbarie a la humanidad, sino en un sector de la burguesía. Estos propagandistas del capital, aprovechan los ascensos de estos sectores burgueses provenientes de la "izquierda" para hacerlos ver como una alternativa. Como si la crisis fuera una crisis del llamado "neoliberalismo" y que volviendo a implementar o implementando de nuevas formas el modelo de capitalismo de estado, fueran a resolver un problema que es mucho más profundo, y que nace desde la raíz del capitalismo en cualquiera de sus expresiones. Llámesele "neo" es el mismo liberalismo de siempre. Ante una contradicción cada vez mayor de una sociedad dividida en clases. Estos gobiernos de "izquierda" son el arma de la burguesía mundial para adormecer a las masas, para desviarlas de su lucha autónoma por una verdadera revolución social, de la lucha conjunta del proletariado mundial. Esta izquierda que no es más que la izquierda del capital, es un nuevo garrote para reprimir a los trabajadores que cuestionen la opresión de clases y buscan su unidad internacional.
Los modelos de capitalismo basados en la planificación de la economía por parte del estado, de su intervención en salvar los intereses de las empresas, basados en la nacionalización de la explotación etc., no son sino variantes del mismo capitalismo, que pueden ser tan o mas opresoras que su variante de capitalismo privado. Para ejemplos ya conocimos el modelo del "New deal", la Unión Soviética estalinista, el fascismo y el nazisimo, etc, etc, todos modelos que han hecho un favor a la burguesía, defendiendo la relación de clases capitalista, nada distintos en esto a las políticas de Chávez, Lula, Morales etc.
Evidentemente el artículo mencionado es publicado en un periódico burgués, que dentro de una imagen de izquierda propagandiza su interés de clase. Mientras en Europa la izquierda se ha integrado al gobierno desde hace muchas décadas, para facilitarle a éste la opresión de los trabajadores, en América este proceso es relativamente nuevo. La burguesía más vieja del planeta busca revitalizar el discurso que ha utilizado para oprimir a la clase trabajadora, de que el capitalismo puede ser "humanizado". "La nueva Suramérica" no es más que la nueva forma de decir la misma mentira a los trabajadores, la misma que ya se utilizó, en Europa ahora en América, que busca crear confianza en las luchas nacionales, en la "reforma" del capitalismo, en los procesos electorales. En general buscan revitalizar la falsa idea de que los intereses del proletariado y los de la burguesía pueden ser compatibles[2].
Cuando a la burguesía solo le interesa seguir viviendo del trabajo de la clase obrera, y a la clase obrera solo le puede interesar liberarse del yugo del capitalismo, de la explotación del hombre por el hombre, llámesele "socialismo del siglo XXI", o como se le llame. El verdadero socialismo sólo es posible en un proceso revolucionario mundial, proceso donde la clase obrera debe hacer uso de su fuerza y su unidad, de su organización independiente de la burguesía, de su violencia revolucionaria.
"Suramérica se ha convertido en la región más progresista del planeta. Donde más cambios se están produciendo en favor de las clases populares y donde más reformas estructurales están siendo adoptadas para salir de la dependencia y del subdesarrollo." Este extracto del artículo refleja exactamente el discurso que necesita el capital para continuar con su explotación, para crear falsas esperanzas de que el capitalismo puede dar alguna mejoría de vida a los trabajadores. A este discurso se le suma el conjunto de la izquierda del capital, quienes apoyan aunque se diga críticamente a los gobiernos de Chávez y compañía como lo hace el trotskismo. Estos que le dan la espalda al proletariado y se esfuerzan por confundir a la clase obrera, por dividirla; necesitan utilizar un discurso aparentemente revolucionario, aparentemente socialista o comunista para borrarle las esperanzas a la clase explotada de alcanzar realmente una sociedad comunista. Esta sociedad que deberá formarse enfrentando e todos los enemigos del proletariado, al conjunto de la burguesía mundial, enfrentando a los Chávez y sus bases criticas y de toda índole. La base consciente y realmente proletaria sabrá ir rompiendo con estos falsificadores y fieles amigos de la decadencia, estos aduladores del parlamentarismo, de las luchas nacionales y de los sindicatos y sabrá irse armando contra las trampas que el capitalismo impone, para desembocar el proceso revolucionario mundial, único que puede dar salida a la crisis a las guerras y la miseria del capital.
Juan K. 19/4/09[1] ."La nueva Suramérica". Ignacio Ramonet. Publicado en: Le monde Diplomatique abril 2009
[2] ."Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado." (Manifiesto Comunista. Marx y Engels. Capitulo 1)
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[31] https://es.internationalism.org/rint/2006/125_tesis
[32] https://es.internationalism.org/content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha
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[90] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/movimiento-de-estudiantes-y-trabajadores-en-grecia
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[92] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/resoluciones-de-congresos
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[101] https://www.aiig.it/Un%20quaderno%20per%l
[102] https://www.lettera22.it/showart.php?id=296&rubrica=9
[103] mailto:[email protected]
[104] https://es.internationalism.org/cci-online/200707/1938/movimiento-estudiantes-en-venezuela-los-jovenes-intentan-salir-de-la-trampa-d
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[106] https://es.internationalism.org/en/tag/21/553/socialismo-del-siglo-xxi
[107] https://es.internationalism.org/en/tag/personalidades/hugo-chavez
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[109] https://www.alasbarricadas.org/
[110] https://klinamen.org/
[111] https://es.internationalism.org/en/tag/corrientes-politicas-y-referencias/comunismo-de-consejos
[112] https://es.internationalism.org/en/tag/2/33/la-cuestion-nacional
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[117] https://es.internationalism.org/content/2107/reunion-publica-de-la-cci-en-peru-hacia-la-construccion-de-un-medio-de-debate-y
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[124] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199707/1226/polemica-hacia-los-origenes-de-la-cci-y-del-bipr-i-la-fraccion-ita
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[135] https://es.internationalism.org/node/2095
[136] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200602/516/para-que-sirve-el-grupo-comunista-internacionalista-gci
[137] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/231/revueltas-populares-en-argentina-solo-la-afirmacion-del-proletariad
[138] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/183/resolucion-sobre-giro-en-la-lucha-de-clases
[139] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200703/1322/historia-del-movimiento-obrero-la-cnt-nacimiento-del-sindicalismo-
[140] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200007/772/anarquismo-y-comunismo-los-amigos-de-durruti-lecciones-de-una-ruptu
[141] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/italia
[142] https://es.internationalism.org/en/tag/20/446/mussolini
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[153] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200703/1803/la-crisis-economica-engendra-paro-y-miseria-en-todo-el-mundo
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[156] https://es.internationalism.org/cci/200602/738/octubre-del-17-inicio-de-la-revolucion-mundial-las-masas-obreras-se-apoderan-de-su-pr
[157] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200711/2089/la-experiencia-rusa-propiedad-privada-y-propiedad-colectiva
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[164] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/lucha-de-clases-1
[165] https://es.internationalism.org/content/2276/comentarios-en-la-web-otro-medio-para-el-debate
[166] https://es.internationalism.org/cci-online/200801/2160/que-le-pasa-a-la-economia-hay-una-salida-a-la-crisis
[167] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200806/2281/mayo-del-68-y-la-perspectiva-revolucionaria-1a-parte-el-movimiento
[168] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200506/11/foro-de-discusion-sobre-la-autonomia-obrera-quien-puede-acabar-con-el-ca
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[356] https://es.internationalism.org/cci-online/200810/2380/crisis-del-neoliberalismo-o-crisis-del-capitalismo#_ftnref9
[357] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200806/2282/editorial-estados-unidos-la-locomotora-de-la-economia-mundial-se-p
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[360] https://es.internationalism.org/cci-online/200810/2380/crisis-del-neoliberalismo-o-crisis-del-capitalismo#_ftnref11
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[445] https://es.internationalism.org/node/2629
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[448] https://es.internationalism.org/contact
[449] https://es.internationalism.org/cci-online/200812/2434/convocatoria-de-asamblea-abierta-de-trabajadores-en-alicante
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[451] https://es.internationalism.org/files/es/comunicado%20ESPAREVOL.pdf
[452] mailto:[email protected]
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[459] https://www.solidariasgrecia.org
[460] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200501/204/i-hace-100-anos-la-revolucion-de-1905-en-rusia