“El ACG, Angry Workers (Trabajadores Furiosos), Plan C y la Communist Workers Organisation (Organización de Trabajadores Comunistas) discutirán las huelgas recientes y futuras en el Reino Unido y en otros lugares. Mucho tiempo para preguntas, respuestas y debates”.
Así anunció el Grupo Comunista Anarquista (ACG) su reunión pública del 12 de mayo de este año. La reunión tenía como objetivo “impulsar la idea de las organizaciones de base contra las maquinaciones de los burócratas sindicales, que obstaculizan y obstruyen las huelgas tanto aquí en el Reino Unido como en el extranjero”1.
El ACG se separó de la Federación Anarquista (AF) hace cinco años por la cuestión de las políticas de identidad, en un intento de poner más énfasis en la auténtica lucha de la clase trabajadora. Adoptó una postura básicamente internacionalista frente a la guerra de Ucrania, aunque con claras debilidades2.
The Angry Workers of the World (AWW, Trabajadores Furiosos del Mundo) es un grupo más “obrerista” que comenzó en el oeste de Londres, muy cercano al medio anarquista en sus ideas y métodos. Un año después del inicio de la guerra de Ucrania, el grupo aún no había formulado una posición colectiva al respecto. Y a pesar de una discusión reciente sobre el derrotismo revolucionario, todavía no defiende una posición claramente internacionalista3.
Plan C es una organización abiertamente izquierdista, incluso sin una ideología particular, tipificándose a sí misma como experimental y no dogmática. El 25 de junio de 2022 celebró una reunión en “solidaridad con la clase obrera ucraniana” (¡y no con la clase obrera rusa!), con oradores y una película sobre anarquistas en Ucrania ayudando a los vecinos y apoyando a los soldados combatientes.
Finalmente, la Communist Workers Organisation (CWO) es una organización del medio revolucionario afiliada a la Tendencia Comunista Internacionalista (TCI) y ha defendido una clara posición internacionalista frente a la guerra.
En octubre de 2022, antes de una reunión del ACG en Londres, la CCI recibió un correo electrónico del grupo que decía: “Si la CCI está pensando en asistir a la reunión pública de esta noche, piénselo de nuevo, ya que hemos decidido que su asistencia podría ser perjudicial”. Respondimos, pidiéndole al ACG una explicación. Pero no recibimos respuesta.
Tan pronto como llegamos a la reunión del ACG el 12 de mayo, fuimos reconocidos como CCI y se nos ordenó salir de la reunión. Protestamos contra esto, recordando al ACG que había sido excluido de la Feria del Libro Anarquista el otoño pasado porque se opone a la guerra en Ucrania. También rechazamos la excusa de que la CCI “habla demasiado”, ya que nuestra práctica es respetar las reglas de la organización anfitriona de la reunión. Nuestras objeciones fueron ignoradas y no tuvimos más remedio que repartir nuestros volantes y exhibir nuestra prensa afuera.
No sabemos qué motivó al ACG a organizar discusiones públicas con un grupo izquierdista como el Plan C, pero si cree que eso fortalecerá su capacidad para defender posiciones proletarias, se equivoca. Muchos ejemplos de la historia del movimiento obrero demuestran que la actividad conjunta entre una organización burguesa y una organización proletaria o en este caso, una organización que busca orientarse en torno a las posiciones proletarias es, en última instancia, siempre en detrimento de esta última.
El ejemplo más claro de esto fue la CNT, que había sido una organización revolucionaria del proletariado e incluso consideró postularse como miembro de la Comintern (Tercera Internacional). Pero a lo largo de la década de 1920 empezó a colaborar cada vez más con las organizaciones políticas burguesas, hasta que en 1936 decidió participar en los gobiernos de la Generalitat Catalana y de la República de Madrid. Este giro no fue casual, ya que durante la Segunda Guerra Mundial la CNT en Francia, atenazada por el antifascismo, combatió en los ejércitos oficiales de la ‘Liberación’ contra la ocupación alemana. La CNT se había convertido definitivamente en una organización burguesa4.
Y hoy, el ACG está muy feliz de reunirse con aquellos que se han mostrado incapaces de tomar una posición internacionalista clara y colectivamente consensuada, como el AWW, y, más grave aún, con un grupo como el Plan C, que ha demostrado estar en el campo de la burguesía.
Y al mismo tiempo el ACG excluye de su reunión a una organización que, como ellos, defiende el internacionalismo proletario y la perspectiva del comunismo. ¿Cómo explica el ACG esta inconsistencia?
Otra inconsistencia del ACG es el hecho de que formula públicamente un punto de vista sobre la lucha de clases, pero no quiere confrontarlo en un debate público como el de la CCI, aunque su posición sobre esta cuestión está lejos de ser antagónica a la de la CCI, como vemos, por ejemplo, en la siguiente cita de un artículo de ACG: “A medida que más y más trabajadores se ven obligados por necesidad a emprender acciones laborales, se vuelve cada vez más necesario crear nuevas formas de organización. Estas deberían permitir una lucha eficaz y unificada, pasando por alto a los burócratas sindicales y yendo más allá de los sindicatos”5. Como puede ver cualquiera que lea nuestra prensa, esta posición es cercana a la de la CCI, aunque probablemente se defienda con argumentos diferentes. Pero una discusión pública mostraría qué argumentos son los más claros. Entonces, las preguntas son: ¿por qué el ACG evita una confrontación política con la CCI y por qué piensa que un debate sobre la lucha de clases con la CCI es contraproducente para el desarrollo de una perspectiva proletaria?
La CWO es parte del mismo medio de las organizaciones revolucionarias de la Izquierda Comunista que la CCI. Este Medio se basa en ciertos principios que todas las organizaciones deberían respetar. Uno de estos principios es que un ataque a una organización es un ataque a toda la Izquierda Comunista. Por lo tanto, cuando un grupo en este medio es atacado, boicoteado o excluido, todas las organizaciones están bajo ataque y deben reaccionar como un todo unificado. Porque cada ataque a una organización revolucionaria encierra una amenaza para el proceso histórico de construcción del partido.
Por eso, la CCI brindó todo su apoyo cuando el bordiguista Partido Comunista Internacional fue atacado después de haber publicado el folleto Auschwitz o la gran coartada. En 2015 publicó un Comunicado de solidaridad con la TCI [1] cuando los militantes de esta organización fueron atacados por exmiembros de la sección de la TCI en Italia. Pero ¿Cuál es la respuesta de la CWO en el caso de que se excluya a la CCI de la reunión pública del ACG? La CCI ya había escrito a la CWO el 8 de noviembre del año pasado solicitando su posición sobre este tema, pero nunca recibimos una respuesta.
Cuando los camaradas de la CWO asistieron a una reunión pública de la CCI luego de la prohibición inicial del ACG, les pedimos que tomaran posición sobre el incidente, pero en lugar de hacerlo, los camaradas evitaron la pregunta, explicando por qué pensaban que el ACG había hecho esto, lo que los miembros del ACG les habían dicho al respecto, como si fueran sus apologistas. Pero el ACG puede hablar por sí mismo y la CWO tiene el deber de tomar una posición clara.
El camarada que representó a la CWO en esta reciente reunión del ACG explicó a su llegada que él no sabía que la CCI había sido expulsada de la reunión, tampoco sabía que la CWO fue mencionada en el anuncio de la reunión como uno de los grupos participantes. ¿Se dio cuenta de que estaba participando en un debate con una organización abiertamente izquierdista? La ignorancia es un mal argumento para esconderse, pero mientras tanto, la CCI le había informado sobre su exclusión de la reunión y, sin embargo, no tomó una posición clara.
Está claro, después de que la CWO ha abierto la puerta a grupos parásitos y soplones, como a través del comité de París No War But The Class War (No a la guerra, sí a la guerra de clases)6, ahora abre la puerta a organizaciones que defienden abiertamente las posiciones burguesas, como el Plan C. Pero las organizaciones revolucionarias no pueden entablar una discusión pública sobre la lucha de clases con organizaciones que no defienden una posición internacionalista. Tales organizaciones son esencialmente hostiles a los intereses históricos de la clase obrera. Pero la CWO, queriendo tener las dos cosas, no tiene las agallas para salir abiertamente y decir que está buscando un acercamiento con un grupo izquierdista "no dogmático" como el Plan C, en lugar de expresar su solidaridad o cooperar con la CCI.
En su política de “apertura”, la CWO no quiere que la CCI sea testigo de su “romance” con grupos anarquistas o izquierdistas. Por lo tanto, está dispuesto a barrer bajo la alfombra el principio de solidaridad dentro de la Izquierda Comunista y se niega a condenar la prohibición de la CCI por parte del ACG.
Al final, la CWO ha demostrado que está renunciando al principio de defender a otras organizaciones de la Izquierda Comunista contra los ataques del exterior. “Pero ninguna organización proletaria puede ignorar esta necesidad elemental [de la solidaridad] sin pagar un precio muy alto”7.
CCI, 2023-07-14
1All Out! The Current Strike Wave [2], (¡Todos a las calles! La ola actual de huelgas, 12 de mayo de 2023).
2Ver nuestro artículo en CCIonline: Los anarquistas y la guerra: entre el internacionalismo y la "defensa de la nación” [3] | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)
3Ver nuestro artículo en CCIonline: AWW and Ukraine war: There is no middle ground between internationalism and “national defence” [4](AWW y la guerra de Ucrania: No hay término medio entre el internacionalismo y la “defensa nacional”).
4Véase: Historia del movimiento obrero - La contribución de la CNT a la instauración de la República española (1923-31) [5] | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org), Revista Internacional núm. 131).
5Oil rig workers strike [6] (Huelga de trabajadores de plataformas petroleras), 9 de junio de 2023.
6A committee that leads its participants into a dead end [7] (Un comité que lleva a sus participantes a un callejón sin salida, World Revolution núm. 395
7Las Conferencias internacionales de la Izquierda Comunista (1976-1980): Lecciones de una experiencia para el Medio Proletario [8] | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) Revista Internacional núm. 122.
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Los últimos meses han confirmado la brutal aceleración en la descomposición del modo de producción capitalista, con la multiplicación de las tragedias que han azotado al mundo, particularmente a raíz de la guerra en Ucrania. La destrucción en curso, como la de la presa Kakhovka, y las acciones del grupo Wagner en Rusia1, a medio camino entre la rebelión y el golpe fallido, están alimentando una mayor desestabilización y caos.
Ahora al borde de la implosión, a pesar del "regreso a la calma" en Rostov y Moscú luego de negociaciones surrealistas, la camarilla de Putin se ha debilitado severamente. A largo plazo, otros señores de la guerra se sumarán a la preocupante inestabilidad de Rusia como potencia nuclear, sembrando el caos más allá de las fronteras de Europa y, a término, posiblemente conduciendo a la desintegración de la propia Federación Rusa. Tras el colapso de la URSS en 1990, esta es una nueva fase en el proceso de arrastrar al proletariado de Rusia a enfrentamientos mortales. Este último episodio desastroso destaca más claramente los crecientes peligros que plantea para el mundo la dinámica mortal del capitalismo en descomposición. Una dinámica destructiva que sigue creciendo.
La guerra en Ucrania está alimentando otros eventos dramáticos a escala global:
- Este conflicto está acelerando el empobrecimiento masivo del proletariado, incluso en los países más ricos, que están financiando la guerra y el armamento que llega a Ucrania. El acceso a los alimentos, la calefacción y una vivienda digna se ha vuelto cada vez más difícil para una proporción cada vez mayor de la clase trabajadora, en particular para los más precarios.
- La guerra es también uno de los factores que agravan considerablemente la degradación ambiental, directamente a través de la destrucción a gran escala (la presa de Kakhovka, explosiones en depósitos de armas y fábricas, etc.), e indirectamente a través de la creciente reticencia de los gobiernos involucrados en esta guerra a tomar la más mínima acción contra el cambio climático, que está poniendo en peligro sus economías en hemorragia, derivado de la creciente necesidad de armamento.
La destrucción a gran escala, la pérdida de vidas humanas en los campos de batalla y el terror de las poblaciones abandonadas a su suerte ya sea en zonas de conflicto o en 'zonas de paz', se están arraigando cada vez más. El número de refugiados que huyen de zonas de conflicto o de zonas que simplemente se han vuelto inhabitables está alcanzando cifras récord. Las personas se están transformando en espectros vivientes que languidecen en campamentos inhumanos, presa de las redes mafiosas y la brutalidad de los gobiernos. Otros chocan con paredes de alambre de púas o se ahogan por miles en aguas de todo el mundo. Con la creciente bunkerización de las fronteras "democráticas", los cadáveres siguen apareciendo o desapareciendo en el abismo.
Mientras las pandemias continúan amenazando y los gobiernos están demostrando ser cada vez menos capaces de hacer frente a un número cada vez mayor de desastres, las sequías sin precedentes de la primavera ahora están dando paso a monstruosos incendios, como en Canadá, donde Montreal se ha convertido en la ciudad más contaminada del mundo. En otras partes del mundo, inundaciones catastróficas han afectado recientemente a Nepal y Chile. Las temperaturas récord ya están exponiendo a las poblaciones a un golpe de calor mortal (como en Asia y América Latina). Con los ciclones y las tormentas acumulándose al sur de los Estados Unidos, el período de verano se augura aún peor.
Todos estos males forman parte de una espiral ligada al modo de producción capitalista en bancarrota, parte de una sociedad podrida en la que los productores son empujados a la pobreza y cada vez más expuestos a la muerte, presa de las preocupaciones, pero también, y sobre todo, de la ira legítima.
Esta ira es tanto más profunda cuanto que la crisis económica, amplificada por la inflación, es un poderoso estímulo para el desarrollo de la lucha de clases. Como lo atestiguan los continuos ataques a la clase obrera en todos los países, la crisis económica está preparando el terreno para nuevas respuestas del proletariado. De hecho, el desarrollo de luchas masivas en Gran Bretaña ha iniciado un fenómeno de "ruptura", un profundo cambio de mentalidad y una nueva oleada de combatividad dentro de la clase obrera mundial. Esta dinámica fue confirmada por las luchas en casi todo el mundo y, sobre todo, por las grandes manifestaciones contra la reforma de las pensiones en Francia2. Redescubrir nuestra propia identidad de clase en la lucha, retomar el contacto con nuestros propios métodos de lucha, es solo el primer paso, por frágil que sea.
Mientras continúan las huelgas en el Reino Unido, el final de las manifestaciones en Francia no significa desaliento o sentimiento de derrota. Por el contrario, la ira que aún está presente está alimentando la reflexión entre las minorías de la clase trabajadora sobre cómo continuar esta lucha. Si tenemos que sacar las primeras lecciones hoy, es porque tenemos que preparar las nuevas luchas que vendrán y hacer frente a todos los obstáculos y dificultades que se interponen en el camino, en particular los riesgos de ejercer una violencia estéril, como la del enfrentamiento con las fuerzas del orden, en la que se involucró un sector de la juventud precaria durante los espectaculares disturbios en Francia, y que se oponen radicalmente a los métodos de lucha del proletariado3.
Ante los enormes desafíos globales y la amenaza cada vez más palpable de la destrucción de la humanidad por parte del capitalismo, este necesario primer paso de la clase obrera no es suficiente. El proletariado tendrá que desarrollar su conciencia mucho más allá de lo que pudo producir durante las grandes huelgas de mayo del 68 en Francia y en todo el mundo, mucho más allá de la huelga de masas que pudo emprender en Polonia en 19804.
Las organizaciones revolucionarias juegan un papel esencial en este contexto. Tienen las armas políticas para hacer posible el enriquecimiento de la memoria obrera, para defender la perspectiva revolucionaria y el punto de vista internacionalista en las luchas obreras frente a la propaganda nacionalista y las políticas reaccionarias de la burguesía. Sobre la base de sólidas tradiciones, las de la Izquierda Comunista, las organizaciones revolucionarias tienen la responsabilidad de mantener vivo y transmitir un método, el método del marxismo, para defender los principios de la lucha proletaria.
Frente a la confusión y las dudas, frente a las campañas ideológicas que obstaculizan el desarrollo de la conciencia en la clase obrera, esta lucha heredada de las tradiciones del movimiento obrero debe permitir identificar perspectivas concretas y defender intransigentemente los principios y métodos de lucha de los trabajadores. Empezando por el internacionalismo proletario frente a la guerra de Ucrania y toda la propaganda militarista.
Frente a las insidiosas campañas ideológicas sobre el tema de la "defensa de la democracia", frente a la explotación ideológica de la indignación suscitada por los métodos de Putin y Prigozhin, frente a la explotación ideológica de los recientes disturbios y el despreciable comportamiento de la policía, la vigilancia y la lucha por la conciencia de clase del proletariado deben transitar por un camino difícil. Pero no hay otro camino a seguir. Las futuras luchas del proletariado deben, por tanto, politizarse paulatinamente para asumir, de manera clara, unida y consciente, la meta de la revolución mundial: una revolución destinada a derrocar al capitalismo y establecer una sociedad sin clases ni guerras.
WH, 8 de julio
1 Rusia: La rebelión del Grupo Wagner es un nuevo paso en la inestabilidad y el caos | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [11]
2 Balance del movimiento contra la reforma de las pensiones: ¡la lucha está por delante! | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [12]
3 Frente a la barbarie del Estado burgués, la violencia ciega es un callejón sin salida | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [13]
4 Reino Unido, Francia, Alemania, España, México, China... ¡Ir más lejos que en 1968! | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [14]
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La complicada situación en Argentina desde años ha venido golpeando duramente a los trabajadores en muchos aspectos, económica, social y políticamente. Ante la brutal situación de crisis económica la burguesía argentina no solo ha respondido con ataques a los salarios y la profundización de la precariedad de las condiciones de trabajo sino además ha dado cancha libre a todos los aparatos de contención inimaginables (cada cual más lumpenesco) con tal de mantener dispersada y controlada a la clase obrera. Desde sindicatos al por mayor (“oficialistas”, de “oposición”, kishneristas, peronistas, etc) comités, coordinadoras, comunidades originarias, organizaciones sociales hasta los inefables Piqueteros y otras organizaciones de carácter populista e izquierdista, que contribuyen a la confusión y al encuadramiento de los trabajadores y su combatividad, así como a bloquear el desarrollo de su conciencia.
En Argentina, los trabajadores vienen dando muestra de que no todo está perdido y que a pesar del bombardeo ideológico a que los tienen acostumbrados las burguesías de Izquierda y derecha, vienen abriéndose paso en medio de todo, los obreros tratan de zafarse del control y pelear por mejores condiciones de vida como lo han venido haciendo sus hermanos de Gran Bretaña, Francia y España.
Argentina es ya junto a Venezuela, el peor país de la región de América Latina en relación con el impacto de la crisis económica Mundial que se vive en todo el planeta. De ser considerado, hace algunas décadas, un país “modelo”, casi de “primer mundo”, los trabajadores en Argentina han venido presenciando un crecimiento exponencial de la precarización y la miseria. Ello se traduce en la práctica en una galopante inflación (¡150% en 2023 y va para mas!), un crecimiento en negativo, la caída en picada de los ingresos fiscales y del gasto , el creciente desempleo, quiebra de empresas. Casi la mitad de la población (18 millones) no le alcanza para comer y el hambre extrema se ha disparado. A esto sumémosle la precarización de los servicios públicos ( provocó una brutal saturación de hospitales para acoger a los 9 millones de contagiados durante la pandemia) así como los miserables salarios de profesores y trabajadores de salud. Esta crisis económica no es exclusiva de Argentina, no es un “problema argentino”. Todo lo contrario, es parte de la crisis histórica del capitalismo que ha venido creciendo como una ola y azotando a todos los países.
No es tampoco, la crisis, consecuencia de una“mala gestión” de presidentes como nos quieren hacer creer los medios burgueses. Mucho menos una cuestión de la derecha o izquierda porque ambos en el poder y fuera de él, siempre juegan ,como buenos gerentes del Estado, a preservar las ganancias y privilegios de la burguesía a costa de la clase obrera. Por ejemplo, al actual gobierno del peronista-kishnerista –izquierdista de Alberto Fernández (y su madrina Cristina) no le ha temblado la mano respaldar a la burguesía agro-exportadora con el “dólar-Soya” a fin de impulsar las exportaciones y así multiplicar las ganancias de esa fracción de la burguesía mientras con la otra mano firma acuerdos con el FMI, La misma que exige precisamente congelar o poner topes a los salarios y disminuir el gasto público. Mas ataques al salario de cada trabajador y al salario social. Características de los gobiernos izquierdistas que hoy pululan en América Latina desde Lula a Boric, de Ortega a Maduro, todos al servicio de la clase dominante.
También esta la dinámica destructiva del capitalismo sobre el medio ambiente, que también juega su papel en esta crisis que se agudiza en Argentina. El impacto de las sequías han provocado una caída en la producción de Soja y Maíz generando una presión negativa a sus exportaciones y la economía. Podríamos seguir mencionando otros indicadores, situaciones, datos o cifras que se manifiestan en la crisis económica Argentina, pero no es objeto de este artículo.
La burguesía nacional Argentina, junto a la burguesía internacional han empujado a los trabajadores de este país, a vivir cada vez mas en la precarización y la miseria sin limites. La maquinaria electoral ya está en marcha con una variopinta lista de candidatos que la burguesía ofrece a través de las diversas agrupaciones y partidos “oficialistas “ y de “oposición”: el gobiernista Frente de Todos, Frente Patria Grande, Juntos por el Cambio, Coalición Cívica, Unión Cívica Radical, Libertad Avanza, Peronismo Federal. No podía faltar la izquierda del Capital, con los trostkistas a la cabeza: Frente de Izquierda ( Partido de los Trabajadores por el Socialismo, ,Polo Obrero ,MST, Libres del Sur, sindicatos, entre otros) que en última instancia apuestan por el “mal menor” o sea apoyar al peronismo “contra la derecha”. Completan el abanico los partidos y frentes provinciales, que representan los intereses de las burguesías regionales opuestas al “centralismo del gran Bs As”. Sumados todos, se habla de unos… ¡16 aspirantes al sillón presidencial!, muestra de la fuerte fragmentación entre las diversas fracciones de la burguesía argentina que aspiran a la gestión del Estado y de los conflictos que afectan el interior de la propia clase dominante.
Sin embargo eso no significa que todos estos partidos y frentes burgueses no tengan claro contra quién cerraran filas, el enemigo a atacar: el proletariado. EL candidato oficialista, S. Massa dice que “Argentina” debe convertirse en un gran Mall de lo que pide el mundo y que gracias a eso “ los salarios le ganarán a la inflación”. El competidor de derecha, Rodríguez Larraeta, gobernador de Buenos Aires, no quiere quedarse atrás y saca del sombrero la promesa de “0 déficit fiscal, creación de empleo mediante empresas medianas y pequeñas y vivir sin inflación”(sic!). Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, ofrece “orden” y quitar impuestos a determinados sectores empresariales. Y el libertario Milei pide “menos Estado y que se vayan todos”. Medidas todas ellas que a fin de cuentas significarán para los trabajadores más sacrificios, más ajustes de cinturón, más “unidad de los argentinos”, más precariedad y sueldos de hambre con tal de sacar a flote el capital nacional. Los gobernadores regionales no se han querido quedar atrás y ya se adelantan a sus pares bonaerenses dando el ejemplo de cómo “meter en cintura” a los trabajadores que no acepten esas medidas económicas, imponiendo mano dura contra “huelguistas y parásitos” tal como se ha dado hace pocas semanas con la brutal represión de profesores y obreros de la salud en Jujuy y Salta.
La desestabilización política de la sociedad capitalista que vive todo el mundo se manifiesta cada vez más y de forma permanente. Lo vimos con Trump y el ataque al Congreso en USA; con Bolsonaro en Brasilia; con la caída y ascenso de gobiernos en Gran Bretaña y así un largo etc. Y Argentina no es la excepción, todos están más o menos contaminados por el caos e inestabilidad, con un Estado cada vez más ingobernable y difícil de controlar. Cada vez más el sálvese quien pueda y el cada uno a la suya se impone en el seno de la clase explotadora….
Argentina junto con a Brasil son territorios en Latinoamérica donde existe un proletariado, con una gran tradición de lucha . Argentina también tuvo desde fines del siglo XIX e inicios del XX un movimiento obrero con gran tradición de conciencia y combatividad. Basta recordar las grandes huelgas de 1905 encabezadas por la FORA y la “Semana Trágica” de 1919, muy influenciada por los ecos de la Revolución proletaria en Rusia. Argentina fue como un faro para el movimiento obrero en América Latina. Con un proletariado numeroso, centrado principalmente en la producción agrícola, ganadera e industrial, a partir de los años 30 las brutales dictaduras militares, la contra-revolución mundial y la nefasta influencia y encuadramiento ejercida por los sindicatos adheridos al peronismo hicieron decaer esas luchas. Sin embargo, los trabajadores argentinos fueron influenciados por la reaparición histórica de la clase obrera en 1968 y se desencadenó el celebre “Córdobazo” de 1969. Hoy, pese al creciente dominio de la descomposición social (pandillas, narcotráfico, barras bravas, mafias sindicales…) los trabajadores argentinos no han olvidado esas tradiciones y se han lanzado con gran decisión a la lucha no obstante todos los obstáculos y mecanismos de control-represión que la burguesía pone en su camino los limita.
Al momento de escribir estas líneas hay muchas huelgas de la clase obrera en Argentina. En ese sentido las huelgas de la clase obrera Argentina (a pesar de todas sus debilidades) se inscribe en la serie de luchas de sus hermanos de clase en Gran Bretaña, Francia, Italia, España, luchas desarrolladas recientemente.
Los trabajadores de la salud, los profesores, los estibadores y de transportes son los que han destacado por su combatividad a lo largo de este año. A fines de 2022 médicos y enfermeras de los hospitales tomaron las calles manifestándose contra los sueldos de miseria, la precariedad y contra la demagogia del gobierno peronista-izquierdista de los Fernández. En Mayo de 2023 se lanzan a la huelga los obreros estibadores de Buenos Aires y Puerto del Rosario contra la seguidilla de accidentes laborales y por aumento de sueldos. Los sindicatos agrupados en la FESIMAF corrieron a cercar y evitar la extensión de la huelga a otros puertos.
Ese mismo mes y para no perder protagonismo ante la seguidilla de huelgas y de paso canalizarlas por la vía electoral, toda la izquierda del capital encabezada por los Piqueteros, desarrolló una marcha-procesión en la capital a la que se sumaron el Movimiento de los sin Tierra(MST), Polo Obrero(PO), la Corriente Clasista Combativa, coordinadoras, organizaciones sociales de variopinto pelaje, sindicatos, partidos (con los infaltables vocingleros trotskistas llamando a un frente único electoral para “cerrarle el paso a la derecha”). Como siempre la izquierda enarboló junto a las banderas nacionales albicelestes las imágenes de Eva Perón y del Che.
Como respondiendo a la marcha electorera de Mayo, comienzan las luchas de los profesores primarios y de secundaria. Huelgas estallan en Salta, Jujuy, San Juan, La Rioja, Misiones y el propio Buenos Aires. Este destacamento de la clase obrera se ha distinguido los últimos años por su combatividad y por ello el Estado lo ha infiltrado con una profusión de sindicatos. Destacan el progobiernista CTERA, (adherida a la CGT Peronista) y su competidora ADEMYS (“opositora”) que llamó a su similar rompehuelgas a cortar sus acuerdos con el gobierno y juntos… ¡“realizar un gran paro”!. En Salta la persecución a los huelguistas es particularmente violenta en el marco de la “Ley antipiquetes”. Los sindicatos lanzaban desesperados llamados a levantar la huelga pero los profesores los desoyen frente a lo cual el gobernador regional suelta a los perros de la represión dejando una secuela de heridos y detenidos. La respuesta de ADEMYS con comunicados “condenando” la persecución y una marcha –procesión por Bs.As. pidiendo “salario digno”, “defensa de la escuela pública” y “condiciones dignas de trabajo”.
Mención aparte merece lo sucedido en Jujuy, donde las huelgas de profesores y obreros de salud se desnaturalizan y abandonan el terreno de clase al mezclarse los reclamos salariales con el movimiento reivindicativo de los “pueblos originarios” que se oponen a la explotación minera del litio. Este movimiento indigenista-nacionalista se dedicó a bloquear carreteras en defensa de los derechos burgueses reconocidos en la Constitución para finalmente ser recibidos sus representantes por Fernández en la Casa Rosada y por el Congreso en Buenos Aires. Otro tanto, hicieron los sindicatos en la llamada Intergremial que no fue sino la canalización de la combatividad de los trabajadores del norte argentino por las putrefactas vías del pacifismo y de formas de “lucha” ajenas a la tradición proletaria como cacerolazos, antorchas o festivales artísticos. El carácter burgués de las consignas y expresiones brillo en todo su esplendor, ahogando el carácter proletario de las huelgas, cercenando cualquier tipo de autonomía y arrancando la lucha del terreno de clase.
Finalmente, los trabajadores de los transportes inician la lucha casi en paralelo con los maestros. Sendos paros parciales y totales de obreros y empleados del Metro Subte de Bs As y el Tren de Sarmiento contra las empresas gestionadoras de esos servicios. El 7 de Julio se sumaron los colectiveros y chóferes de ómnibuses paralizando el tráfico en todo el Gran Buenos Aires.
Pese a lo difícil de la situación que a traviesa la clase obrera mundial es el proletariado argentino el que más luchas ha desarrollado en América Latina en lo que va del año 2023. Hemos presenciado huelgas en el sector salud, huelgas del metro, huelgas de maestros, entre otras importantes luchas que han intentado desarrollar los trabajadores… Debemos resaltar que los trabajadores se han lanzado a pelear contra el Estado y los capitalistas ,que no aceptan los ataques al salario ni a sus condiciones de vida. Eso es ya un gran paso.
Pero existen muchas debilidades también, empezando por el fuerte control sindical. Por lo menos, existen 3 o 4 sindicatos por sector.
El papel del sindicalismo es muy activo en argentina por la larga experiencia en la manipulación de los trabajadores. Una de sus más recientes maniobras ha sido unir los trabajadores de los sectores privado y público en eso que llaman la INTERGREMIAL, conglomerado, que aparentando unificar las luchas, evitar desbordes ya que el potencial de los trabajadores está intacto y eso para la burguesía representa siempre un peligro. Para esa sucia labor de sabotaje de la autonomía proletaria qué mejor que los sindicatos. La intergremial es mezclan reivindicaciones salariales con exigencias ciudadanas de naturaleza burguesa o pequeño- burguesa tales como “defensa de la escuela pública” o “no a la privatización”. Aún peor, se convierten en cómplices del papel asistencialista del Estado al exigir mayor presupuesto para las organizaciones de sobrevivencia” o “respeto a los derechos indígenas”, “verdadera democracia” entre otras exigencias descaradamente burguesas. Para coronar su hazaña contra la clase obrera esta Intergremial se ha dedicado a desviar la combatividad de los trabajadores hacia formas de “lucha” ajenas a la tradición proletaria promoviendo paseos de antorcha, plantones y festivales artísticos. Así, vemos cómo los sindicatos neutralizan o sabotean la formación de posibles asambleas de trabajadores, los debates abiertos y planteamientos de las necesidades inmediatas de los obreros y bloquean cualquier apertura a otros sectores como los desempleados, jubilados, estudiantes y otros elementos también de las capas no explotadoras involucrados. Está claro, entonces el nefasto papel que juegan los sindicatos en las luchas obreras y no por causa del manejo de “malos o burócratas dirigentes” como le gusta decir a los trotskistas del PST o de la web “World Socialist”, sino porque el sindicato es una herramienta del Estado burgués en las filas obreras para boicotear las luchas y destruir la autonomía de clase.
El proletariado argentino ha vivido por décadas bajo la influencia del modelo burgués del Estado asistencialista; en particular, de ideologías como el justicialismo, que ha tenido diferentes tendencias a través de los años. Esta situación ha hecho que su potencial combativo, haya estado permanentemente influido por las fuerzas políticas del capital.
Por todo ello, la defensa de la autonomía proletaria y la identidad de clase de los trabajadores debe forjarse en el calor de sus luchas y no es fácil por años de bombardeo ideológico ejercido por los grupos Peronistas, Troskistas y libertarios y otros que han pretendido siempre controlar a los trabajadores y dirigirlos a sus terrenos electorales. El proletariado Argentino esta tratando de generar luchas que se enfrentan a una serie de formulas ideológicas que lo confunde y lo distrae, que lo lleva al terreno de facciones interburguesas y que lo hace abandonar sus intereses y terreno de clase .
Sin embargo, las luchas acontecidas por ser predominantemente contra la precariedad, por mejores salarios se inscriben en el mismo terreno de luchas que vienen desarrollándose en otras partes del mundo. En ese sentido tienen un carácter internacional aunque sus participantes aun no lo reconozcan así. Estas luchas obreras son parte de un eslabón más de las luchas desarrolladas por los trabajadores en Gran Bretaña, Francia, España… Quizá las luchas en argentina no tienen un carácter masivo y unitario de clase como en los países antes mencionados, pero sí es cierto que parten de una misma motivación: la lucha por mejores condiciones de vida de la clase obrera.
La clase obrera Argentina, latinoamericana y mundial debe ver sus luchas como parte de una misma lucha, como una sola a nivel mundial. La clase obrera en Europa está señalando el camino de hoy y del futuro, los trabajadores de esta parte del planeta debemos asumir esos combates como propios, como una sola lucha contra el capitalismo, comprendiendo que la salida no está en las elecciones, nueva constitución ni en los frentes o agrupamientos interclasistas, luchas parciales (derechos de las mujeres o indigenistas) ni tampoco organizándose en sindicatos, menos en partidos de izquierda o derecha, mucho menos en coaliciones ciudadanas... la única salida está en la lucha activa dentro de su terreno de clase, defendiendo con uñas y dientes la autonomía de la clase obrera y promoviendo por todos los medios el desarrollo de la identidad y la conciencia de clase contra la precariedad, la explotación y la miseria que cada vez más le toca sufrir a los trabajadores de Argentina y del mundo entero.
¡Proletarios de todos los países Uníos!
Internacionalismo Perú, 1-08-2023
El pasado mes de mayo, la CCI organizó reuniones públicas en varios países sobre el tema: "Gran Bretaña, Francia, Alemania, España, México, China... ¡Ir más lejos que en 1968!". El objetivo era comprender mejor el significado político, mundial e histórico de estas luchas, las perspectivas que ofrecen, pero también las importantes debilidades que la clase obrera deberá superar para asumir las dimensiones económica y política de su lucha. La participación activa en los debates que tuvieron lugar es una ilustración de la lenta maduración de la conciencia que se está produciendo en profundidad en el seno de la clase obrera mundial, y que es particularmente evidente en las pequeñas minorías, a menudo pertenecientes a una nueva generación. De este modo, éstas están volviendo a conectar gradualmente con la experiencia del movimiento obrero y de la Izquierda Comunista.
Estas reuniones fueron animadas por una clara voluntad de clarificación a través de la confrontación de las diferentes posiciones en juego. Así, frente al análisis defendido por la CCI, se expresaron apoyos, matices, dudas y cuestionamientos, incluso desacuerdos. El propósito de este artículo es dar cuenta de estos con el fin de impulsar la continuación del debate.
A pesar de las dificultades para comprender la complejidad de la situación marcada por el caos creciente del modo de producción capitalista, acompasada por episodios dramáticos y destructivos como la guerra de Ucrania, con la perspectiva de una caída sin fin en la crisis económica, las intervenciones reconocieron en general el hecho esencial de que la clase obrera había vuelto masivamente a la escena, durante el último año, en la lucha contra el deterioro insoportable de sus condiciones de vida. Algunos participantes trazaron un paralelismo entre la situación actual y la de mayo del 681. En 1968, el regreso del desempleo (aunque a un nivel mucho más bajo que el actual) marcó el final del periodo conocido como los “Treinta Años Gloriosos”, y la reaparición de la crisis abierta, un periodo donde desde entonces se ha venido sucediendo el carrusel recesión – recuperación – recesión aún peor... Hoy, la brutal profundización de la crisis económica y el resurgimiento de la inflación son sin duda el principal resorte de la movilización de la clase obrera. Algunos camaradas señalaron que Mayo del 68 y el periodo actual tenían en común la irrupción de movilizaciones masivas de la clase obrera. Un camarada británico señaló que "la mayor diferencia con el 68 es la profundidad de la crisis económica actual".
Otro camarada reconoció que "Mayo del 68 abrió una nueva fase tras la contrarrevolución". En efecto, tras el fracaso de la oleada revolucionaria de 1917-1923 y bajo la placa de plomo estalinista que siguió a la derrota del proletariado mundial, Mayo del 68 inauguró el despertar de la clase obrera a escala internacional. En París, un camarada caracterizaba así las condiciones subjetivas de la lucha de la clase obrera en 1968 y las de hoy: “La referencia a Mayo del 68 es pertinente. Aquel acontecimiento coincidió con la llegada de una nueva generación de la clase obrera que, no había sufrido, como sus padres, el aplastamiento ideológico de la contrarrevolución y, en particular, la placa de plomo de la influencia estalinista. Hoy, ha sido necesaria una nueva generación para salir de la ideología de la ‘muerte del comunismo’”. Fue importante que en Brasil los participantes reconocieran, casi como una “evidencia”, que algo estaba ocurriendo a nivel de la lucha de clases y que era el proletariado de los países centrales del capitalismo, en Europa Occidental, el que estaba a la vanguardia de la movilización de la lucha obrera mundial. En relación con la situación actual, un camarada británico señaló “la importancia de las luchas actuales. Representan la posibilidad de un verdadero renacimiento de la lucha de clases”.
Pero esta misma intervención, como otras en otros lugares, en Brasil en particular, se preocupaba de “las debilidades de la clase obrera”, o de “las maniobras de la burguesía, que tiene el control, especialmente con los sindicatos”.
De hecho, algunas de las intervenciones tendían a querer aplicar la realidad de Mayo del 68 al periodo actual, mientras que otras oponían ambas situaciones. En resumen, todas mostraban una dificultad para comprender, más allá de las analogías y diferencias entre estos dos momentos históricos, lo que significa una "ruptura" en la dinámica de la lucha de clases, en 1968 y hoy respectivamente.
En 1968, el despertar de la clase obrera mundial puso fin a cuarenta años de contrarrevolución, correspondientes a una profunda derrota física e ideológica del proletariado tras el aplastamiento de la oleada revolucionaria de 1917-23. La ruptura de 2022, señalada por la movilización del proletariado en el Reino Unido, puso en movimiento a una clase obrera que no había sufrido una derrota física comparable a la que condujo a la contrarrevolución mundial, pero que, en cambio, había sufrido de lleno las campañas sobre la “muerte del comunismo”, sobre la “desaparición de la clase obrera”, etc.
Durante más de treinta años, la clase obrera mundial, desorientada y habiendo perdido su identidad de clase, se mostró incapaz de movilizarse a la altura de los ataques que estaba sufriendo. Fue necesario este largo periodo de ataques incesantes, profundos y cada vez más insoportables para que la clase obrera renovara su movilización a una escala que no se había visto en décadas (desde 1985 para los trabajadores del Reino Unido); una clara ruptura con la situación que había prevalecido desde 1989. Treinta años durante los cuales, precisamente porque la clase obrera no había sido derrotada, se estaba desarrollando en su seno un proceso de reflexión (la maduración subterránea de la conciencia), que conducía a una creciente pérdida de ilusiones sobre el futuro que el capitalismo nos tenía reservado, y luego la certeza de que la situación sólo podrá empeorar. Fue así como fermentó un profundo sentimiento de cólera, expresado en la actitud de “basta ya” de los huelguistas en Gran Bretaña.
La dinámica de los treinta años anteriores no se comprendía del todo, y el debate dio lugar a diversas interpretaciones erróneas. Así, un camarada de Toulouse, Francia, habló de una “continuidad” en la lucha durante estos treinta años, marcada por victorias y derrotas, en particular la movilización contra el CPE (Contrato del Primer Empleo en Francia 2006), contra la reforma de las pensiones Sarkozy-Fillon (2010) y también el movimiento Indignados (España 2011). Pero precisamente durante este periodo, no hubo tal continuidad (en que las luchas actuales hicieran eco de las luchas pasadas), ya que la clase obrera era incapaz de enlazar, en su memoria colectiva, las luchas pasadas con las pocas experiencias nuevas que estaba viviendo.
Lo mismo ocurre con la idea de “salto cualitativo” utilizada por algunos camaradas, en particular en Brasil, para caracterizar el estallido de las luchas en Gran Bretaña y Francia. Tal concepción que, en general tiende a reducir la conciencia a un simple producto o reflejo de la propia lucha inmediata, resta importancia a todas las demás dimensiones del proceso de toma de conciencia. La idea de “salto cualitativo” puede ser nociva al dejar entender que la clase trabajadora habría superado bruscamente un buen número de sus debilidades.
Por otra parte, las intervenciones en México tendían a diluir la lucha del proletariado llevándola a ámbitos como el de la protección del medio ambiente o el feminismo, lo que ha sido justamente criticado. En efecto, la ideología que las sustenta, favorecida a su vez por la pérdida de identidad de clase, representa una clara amenaza para la lucha autónoma del proletariado, la única capaz de resolver los problemas de la sociedad mediante el derrocamiento del capitalismo.
Si bien los participantes en las reuniones reconocieron la realidad de la masividad de las luchas actuales, hay que decir que, en general, no fueron capaces de tener en cuenta su importancia como elemento fundamental de la ruptura cualitativa. Millones de trabajadores concentrados en algunos países de Europa Occidental que se movilizan, a pesar del coste financiero que supone para ellos, que luchan solidariamente con sus camaradas para rechazar la miseria que el capitalismo quiere imponerles mediante la explotación y la división, eso constituye en sí mismo una victoria considerable.
Algunos camaradas criticaron lo que consideraban una sobrevaloración del movimiento por parte de la CCI. Así, en Gran Bretaña y Francia, por ejemplo, oímos:
- “Creo que la CCI sobrestima la secuencia de la lucha. No entiendo el método de maduración subterránea. Aquí hay una asociación de ideas, eso no es masivo, sólo deberíamos referirnos a minorías activas”.
- “Es cierto que al final de las manifestaciones hubo discusiones, por supuesto, ¡pero no hubo huelgas! Sin la huelga, el movimiento ha languidecido. El problema es que el arma del proletariado es la huelga general.2 En mayo del 68 hubo una huelga general, y ahora no es el caso [...]. No quiero empañar la imagen, pero amplificar la profundidad del movimiento (como lo está haciendo la CCI), no estoy seguro de que ayude”. En este caso, nos parece que se olvida que cuando cientos de miles, incluso millones, de trabajadores en Francia salieron a la calle para manifestarse, ¡estos estaban en huelga!
En varios lugares (en Nantes en Francia, en Brasil...) algunos participantes intentaron atenuar la realidad de la ruptura de la lucha de clases planteada por la CCI con el hecho de que los sindicatos no habían sido cuestionados. Algunos participantes en Nantes rebatieron esta objeción con el siguiente análisis: “Es cierto que los sindicatos no han sido cuestionados, que no ha habido autoorganización, pero el descontento sigue siendo muy fuerte y permanente, aunque no haya una nueva lucha espectacular. Así, que hay que ver de dónde viene la clase, sale de un periodo de treinta años de dificultades. De hecho, no ha habido ninguna derrota política. La clase está reuniendo sus fuerzas para ir más lejos”.
A esto añadimos que en Francia (pero no sólo allí), la burguesía había anticipado la cólera obrera y los sindicatos habían hecho todo lo posible para evitar ser cuestionados por los trabajadores. Ante la necesidad y el deseo de los trabajadores en lucha de unirse por encima de categorías y corporaciones, los sindicatos habían tomado la delantera manteniendo, de principio a fin, un frente sindical unido, lo más amplio posible, supuestamente “ferozmente opuesto” a la reforma de las pensiones.
Mientras que algunas intervenciones buscaron “pruebas” y “hechos” para intentar convencer a los demás o a sí mismos de la realidad de la “ruptura”, otros camaradas intentaron ilustrar el cambio de situación a través de la capacidad de los “sindicatos experimentados” (sobre todo en Francia) para “adherirse al movimiento”, a las “aspiraciones de unidad” utilizando “la trampa de la intersindical”. En la misma línea, estos camaradas destacaron la complicidad de diversas fracciones de la burguesía para aislar los diversos centros de lucha mediante un ocultamiento cuidadosamente calculado: “¿Por qué la burguesía oculta las huelgas en el extranjero? Es para que no se puedan crear lazos, la burguesía conoce muy bien a su enemigo de clase. Este es otro signo de la maduración. Debemos tener una visión global, internacional”. Algunos camaradas subrayaron con razón que no había que centrarse en un elemento aislado, sino que era preferible “ver un conjunto de indicios y saber interpretarlos”, refiriéndose en este sentido a la actitud de Marx, pero también a la de Lenin, que “tenían la capacidad de percibir los cambios en el estado de ánimo del proletariado”.
Cada vez, en un intento de clarificar las cosas, la CCI ha intentado ir más allá defendiendo la idea válida de un “proceso de maduración subterráneo”, de ruptura y no la de un “salto cualitativo”. Sobre todo, la CCI ha insistido en ampliar y presentar los problemas con método, como lo ilustra una de sus intervenciones en París: “Varias intervenciones pusieron de relieve debates que no habíamos visto en años. ¿Qué hacemos con esto? ¿Cómo lo analizamos? ¿Lo situamos en un contexto más amplio y global? En lugar de mirar las cosas con microscopio, tenemos que dar un paso atrás y mirar con telescopio; en otras palabras, adoptar un enfoque histórico e internacional. Estamos en un periodo en el que el capitalismo está llevando a la humanidad a su ruina. La clase obrera tiene el potencial para luchar y entrar en lucha, para ser capaz de hacer una revolución. A escala internacional, durante tres décadas, hemos asistido a un reflujo de las luchas y a un retraso de la conciencia. La clase ha perdido la conciencia de sí misma, su identidad. Pero el verano pasado hubo un gran movimiento en Gran Bretaña, ¡Como no habíamos visto en cuarenta años! ¿Fue sólo en Gran Bretaña? Esto testimonia que algo estaba cambiando profundamente a escala mundial. Es a partir de esto que dijimos que algo estaba cambiando. Vimos la capacidad de lucha frente al agravamiento de la crisis económica. Hemos visto luchas en muchos países. Es en este marco que se inscribe la confirmación de la lucha contra la reforma de las pensiones en Francia. Hemos visto tres meses de lucha y un espíritu combativo. Por otra parte, empezamos a ver eslóganes, una reflexión que no veíamos desde los años 1980s. Hay un sentimiento general de hartazgo, un intento de reapropiarse de la historia. Eso es lo que hay detrás del eslogan ‘tu nous mets 64 on te Mai 68’ (tú nos pones 64 años para el retiro, nosotros ponemos el Mayo del 68) [...]. Hay una tendencia a reapropiarse del pasado, como con el resurgimiento de la experiencia del CPE (lucha contra el Contrato de Primer Empleo) en 20063, sobre la que no habíamos vuelto a saber nada de ella. ¿Cómo explicar que este recuerdo haya resurgido? Hay otros aspectos expresados de forma más minoritaria sobre ¿cómo hacer la revolución? Algunos reflexionan sobre lo que es el comunismo. Hay un esfuerzo de clase. No es sólo la cuestión de: ¿se aprueba o no la reforma de las pensiones? Tenemos que sacar las lecciones. ¿Cómo podemos ir más lejos? ¿Con qué método de lucha? Eso es lo que está en juego”.
Así pues, debemos reconocer, como lección fundamental, la necesidad de tener en cuenta, para nuestros análisis, el contexto internacional e histórico: una aceleración de la descomposición de la sociedad capitalista, su “efecto torbellino” destructor, la gravedad y el peligro de la guerra, y al mismo tiempo la aceleración brutal de la crisis económica, con la inflación como poderoso impulsor para la lucha de clases. También debemos reconocer que, al luchar en su propio terreno de clase, a escala masiva, el proletariado empieza a ganar confianza en su propia fuerza, y va a adquirir una conciencia cada vez mayor de llevar a cabo una misma lucha más allá de las corporaciones y las fronteras4.
Las luchas de hoy son una primera victoria: la de la propia lucha.
WH, 26 de junio de 2023
1 Hay que señalar que la mayoría de estas reuniones tuvieron lugar en una fecha simbólica, la del aniversario de las manifestaciones masivas del 13 de mayo de 1968 en Francia. A este respecto, recomendamos a nuestros lectores nuestro folleto: 1968 y la perspectiva revolucionaria, publicado también en dos partes en los números 133 y 134 de la Revista Internacional. Ver Mayo del 68 y la perspectiva revolucionaria (1a parte) - El movimiento estudiantil en el mundo en los años sesenta | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [18] y Mayo del 68 y la perspectiva revolucionaria (2a parte) - Fin de la contrarrevolución, reanudación histórica del proletariado | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [19]
2 Por falta de tiempo, no pudimos tratar la cuestión de la diferencia entre una “huelga general” y una “huelga de masas”. Pero hemos subrayado nuestro desacuerdo con la equiparación de estos dos términos. La huelga general, si constituye una muestra del descontento en la clase, se refiere sin embargo a la organización (y por tanto al control) de la lucha por parte de los sindicatos. En este sentido, en manos de los sindicatos, también puede constituir un medio de agotar la lucha. A la huelga general, oponemos la huelga de masas, tal como se manifestó magistralmente en Rusia en 1905, dotándose de medios propios para centralizar la lucha, incluyendo tanto reivindicaciones económicas como políticas. Puede leerse el libro clásico de Rosa Luxemburgo Huelga de masas, partido y sindicatos.
3 Sobre esta lucha ver Tesis sobre el movimiento de los estudiantes de la primavera de 2006 en Francia | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [20]
4 De la misma forma que Marx frente a Proudhon dijo que no había que ver en la miseria más que la miseria, en la situación histórica actual de deslizamiento del capitalismo hacia la destrucción de la humanidad no hay que quedarse solamente en eso, hay que ver que hay dos polos: el polo capitalista hacia la destrucción y el polo proletario de la lucha de clases hacia la construcción mundial de una nueva sociedad. Ver Los años 20 del Siglo XXI: La aceleración de la descomposición capitalista plantea abiertamente la cuestión de la destrucción de la humanidad | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [21]
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A lo largo de los 5 años del actual gobierno en México, se repite por el aparato de izquierda del capital, que el poder que ejerce López Obrador es el resultado de las luchas del pasado. De esa manera la burguesía presenta a las urnas y a la democracia como procesos que han madurado en México, al grado de permitir “cambios” sociales como el que supuestamente representa el gobierno de la “4ª Transformación”. Y, por otra parte, con el ensanchamiento de los enfrentamientos entre algunos sectores de la burguesía y el gobierno, ayudan a reforzar la idea de que López Obrador y su partido son contrarios a la clase dominante y una alternativa para los explotados. Estos argumentos fomentan una visión mistificada sobre cuál es la razón de que se haya instaurado un gobierno de izquierda y esconden el verdadero significado político que tiene para la burguesía.
Así, el primer aspecto que habrá que analizar es por qué pudo llegar López Obrador al gobierno, si en las tres veces que compitió a la presidencia, hubo fuertes campañas en su contra, presentándolo “como un peligro para México”.
Es común que el ascenso de gobiernos de izquierda al poder se deba a que la burguesía busca detener algún descontento usando el asistencialismo. Los gobiernos de izquierda suelen relevar a los de derecha en el control, pero eso no nos explica el ascenso de AMLO. En 2018, cuando llega al gobierno López Obrador, había indudablemente un descontento social, sobre todo por la violencia y control ejercido por las mafias de la droga, por la desaparición de los estudiantes normalistas ocurrida en 2014 y por la pauperización masiva de la población. No obstante, había un rígido control ideológico y político.
Lo cierto es que ese descontento generaba una sensibilidad entre los explotados que los hizo muy receptivos a las promesas demagógicas, que los atrapó y reanimó su esperanza en las elecciones y la democracia. Pero esta situación, en mayor o menor grado, se venía repitiendo sexenio a sexenio y a pesar de ello la burguesía no había requerido colocar a su facción de izquierda en el gobierno. De forma que fue el avance del proceso de descomposición del sistema lo que permitió el triunfo electoral del partido Morena. Una de las características de la fase de descomposición capitalista es que la burguesía pierde el control político de sus instrumentos de actuación como son los partidos. En el caso de México, hemos visto desde inicios de la década de los noventa, una ruptura interna en todos los partidos burgueses (tanto de derecha como de izquierda).
La competencia política existente entre las diversas facciones de la burguesía es una característica que ha estado presente desde el origen del capitalismo, sin embargo, en la descomposición esta confrontación se vuelve más feroz y desordenada, justamente porque esta fase emerge del “bloqueo momentáneo de la sociedad, a causa de la ‘neutralización’ mutua de sus dos clases fundamentales, lo que impide que cada una de ellas aporte su respuesta decisiva a la crisis abierta de la economía capitalista,1” por tanto, la burguesía avanza sin perspectivas de largo plazo, sin motivos para asegurar alianzas duraderas y con la pérdida de control de su propia estrategia política.
Así, metidos en ese proceso hemos visto la fractura de partidos y la dispersión de las fuerzas del Estado, que se percibe en la aparición de grupos que establecen un “control paralelo”, como es el caso de las mafias de la droga2. La presencia de estas fuerzas políticas y económicas animan a la expansión del caos, en tanto se fusionan de forma desordenada con empresarios y sectores de la burguesía integrada en las instituciones del Estado, llevando a un escenario despiadado, en el que los asesinatos y la escalada creciente de corrupción se convierte en un detonante de mayores y más violentas rupturas que, incluso en algunos casos, se vuelve una traba para el mismo desarrollo de la acumulación capitalista.
En este marco de descomposición, la burguesía se encuentra fracturada, con una profunda grieta atravesando todas las estructuras en las que actúa, incluyendo a todos sus partidos, que además de rotos se encuentran desprestigiados y fue lo que permitió el ascenso de la llamada pomposamente “4T”, intentando ordenar las relaciones de la clase dominante, procurando empujar a su unidad, limitar la corrupción y vitalizar las fuerzas del Estado… Y es ese el camino sobre el que ha intentado caminar el gobierno de AMLO, pero si el gobierno actual surgió marcado por la descomposición, su avance no ha hecho sino sumergirlo más en ella, extendiendo el comportamiento caótico.
Aunque hay momentos en que el gobierno de López Obrador ha logrado cohesionar a la burguesía, solo ha sido de forma temporal. Por esa razón, en un intento de dar confianza al conjunto de la burguesía y al mismo tiempo protegerse, es que les ha otorgado a las fuerzas militares mayor poder de decisión política y de participación económica3. Y aunque López Obrador y su gobierno se han presentado como gestores del capital y han oxigenado al sistema en beneficio de la burguesía al nivel general, la tendencia dominante en la descomposición del “cada uno para sí” se impone, agrietando aún más el tejido social e imposibilitando la unidad burguesa. Precisamente con la preparación del circo electoral estas disputas se revelan más descarnadamente.
En 2018, inmediatamente después del ascenso de AMLO al poder, con la votación más alta de la historia de México (el 63.4% del padrón electoral), y con la que la burguesía remató su campaña democrático electoral de más de un año, denunciamos: “El triunfo electoral de López Obrador es un triunfo de la burguesía…”4 Como lo fue también el que llevó al PAN al gobierno, con Vicente Fox, o el de 2012, con todo y las movilizaciones anti-PRI, que se impulsaron por el movimiento #yosoy132. Es cierto que nunca las elecciones habían logrado tal ánimo como en 2018 y por ello, se evidenciaron como la gran estafa de la burguesía en contra del proletariado, en tanto le hace creer que el sufragio de los “ciudadanos”, decide a quién encumbrar al poder, no solo para que mejore sus condiciones de vida, sino para que cambie la sociedad actual, y en el colmo de la desfachatez, de que su voto vale lo mismo que el de los patrones que los explotan, queriendo encubrir con la demagógica y cínica “igualdad política” de la democracia burguesa, a la realidad de la división de la sociedad en clases. El conjunto de la burguesía maneja el mismo discurso, sin embargo, es su izquierda la que insiste en ese lenguaje progresista, manipulando las emociones para encuadrar a los trabajadores, como lo hacen, en el caso de México el partido Morena y AMLO.
Como en un espectáculo de circo, López Obrador a diario, a través de sus monólogos matutinos, hace malabares verbales para atrapar a los trabajadores en la idea de que el problema de los explotados está en evitar que, mediante el voto, los conservadores y la derecha retornen al poder y echen por tierra los “logros” del gobierno de la llamada 4T. Pero, para los trabajadores es indistinto que asuma el poder un empresario conservador o un progresista de izquierda, porque ambos han de procurar mantener con vida al capitalismo. Basta asomarse a la forma en que se estructuran los grupos de poder económico y político para darse cuenta de que, sea la izquierda o la derecha, tras de sí hay fracciones de la burguesía que compiten por la mayor tajada del pastel. Los votantes solo validan la mascarada electoral de la burguesía pues su Estado por múltiples canales de manipulación (marketing de Tv, radio, internet), y dependiendo de la relación de fuerzas entre sus facciones, logra inducir el voto mayoritario a tal o cual opción. Ese es el “libre albedrío de la ciudadanía” en la democracia.
Ese mecanismo que describimos ha tenido algunos problemas en los últimos años, debido a la tendencia a la pérdida de control del juego político del Estado capitalista causada por el avance de la descomposición, en tanto potencia las pugnas al interior de la burguesía, dificultando la estructuración de un abanico de fuerzas políticas aceptables para que su juego electoral sea eficaz para sus acomodos y reacomodos y, sobre todo, para su función ante los explotados. Por razones de espacio referiremos solo dos ejemplos:
- Por el lado de Morena, a pesar de que se quiso ofrecer la apariencia de un partido unido, lo cierto es que tiene riesgos muy claros de fracturarse, dadas las pugnas que también existen en su seno y de las cuales solo hemos visto pequeñas escaramuzas en los reclamos mutuos sobre el origen del dinero para financiar sus campañas.
- Por su parte, la llamada oposición de derecha: PRI, PAN, PRD, tienen muchas dificultades para estructurarse como opciones viables, debido a que sus cúpulas se aferran a sus feudos, desoyendo a sectores de la burguesía, que llaman a negociar un nuevo reparto de poder entre sus partidos. Hace unas semanas, iniciando el proceso de elección de precandidato, se adelantan, colocando a Xóchitl Gálvez, sin embargo, inmediatamente es impugnada por sectores del PAN y del PRI, considerándola “impropia” para asumir esa candidatura5.
En suma, hay un problema para la burguesía en general puesto que, por el lado de Morena hay “inconvenientes” serios para mantener su aureola de “independientes del poder económico” y, por la derecha, al querer mostrar que su candidata es de origen humilde e indígena y hasta con un pasado izquierdista, acaba ofreciendo una candidata promotora de un discurso similar al de Morena, descuidando su identidad en el abanico electoral que debe cubrir con amplitud los flancos políticos de los votantes.
Lo hemos analizado anteriormente, en general el proletariado todavía es muy sensible a los cantos de sirena de la democracia electoral, pero los trabajadores de países como México, son todavía más receptivos a esta mistificación, debido sobre todo al régimen de partido único que duró décadas.
Para poder clarificar acerca del significado de la democracia burguesa, los trabajadores necesitan recuperar las lecciones que ha dejado el movimiento obrero desde sus inicios. Lenin, expone con claridad que “la república burguesa, aun la más democrática, no es más que una máquina para la opresión de la clase obrera por la burguesía, de la masa de los trabajadores por un puñado de capitalistas.” Por ello, la democracia es la mejor forma de gobierno para la burguesía, pues no solo mantiene el engaño de que los gobiernos son puestos mediante una decisión colectiva, sino que fomenta la pasividad en los explotados esperando que con su voto mejorará su situación.
La burguesía tiene éxito cuando nos mantiene expectantes ante su circo electoral en lugar de que nos cuestionemos sobre cómo luchar ante los ataques a nuestras condiciones de vida y de trabajo y, más allá, por supuesto, para reconectar con la perspectiva de la destrucción del capitalismo mediante la revolución proletaria.
RM, 28-julio-2023
1 “TESIS SOBRE LA DESCOMPOSICION: La descomposición, fase última de la decadencia del capitalismo [25]”
2 Las mafias también se fracturaron. Desde el siglo XX la droga ha sido controlada por el Estado a partir del ejército y los jefezuelos de las mafias operaban según los lineamientos dictados desde las esferas del poder político. Al romperse la unidad de la burguesía se dispersan también esas fuerzas recrudeciéndose sus enfrentamientos y, en ese proceso, se fusionan con las facciones instaladas por la alternancia en las instituciones del Estado (incluyendo a todos los partidos). Por eso los grupos mafiosos continuamente asesinan personajes del gobierno que se encontraban asociados a una banda rival.
3 En el gobierno de AMLO, los militares, además de mantener el control de la seguridad (intentando también recuperar el control del “narcotráfico”), han recibido concesiones de construcción y administración de aeropuertos, el manejo de puertos y aduanas, además de proyectos de transporte, turismo e incluso bancos.
4 Votaciones en México: en las elecciones siempre gana la burguesía | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [26]
5 Por razones de espacio, dejamos para otra ocasión lo que sucede con la llamada “ultraderecha” que, cuestionando abiertamente a la “derechita cobarde” del PAN ha estado sugiriendo una posible candidatura independiente auspiciada por la Conferencia Política de Acción Conservadora.
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Ha fallecido nuestro camarada Miguel. Nacido en 1944 desde muy joven se rebeló contra esta sociedad de barbarie y explotación que es el capitalismo. Comprendió la necesidad de luchar por una nueva sociedad, pero al mismo tiempo lo que ocurría en la URSS, presentada como “Patria del Socialismo”, le provocó muchas dudas sobre ese pretendido “comunismo”. En aquella época estaban de moda otras “alternativas”. Una de ellas era la Yugoslavia de Tito, un país “no alineado”1 y que se presentaba como un “socialismo autogestionario”. Emigró allí, estudió y trabajó y pronto se dio cuenta que aquello de socialismo no tenía nada, que era otra de las numerosas variantes del capitalismo de Estado. De esta decepcionante experiencia nació su convicción de que ninguna de las “mecas del socialismo” (Rusia, Yugoslavia, Albania, China, Cuba etc.) eran comunismo ni estaban “en transición hacia él”, todos eran Estados capitalistas donde la explotación reinaba con la misma furia que en los países oficialmente capitalistas.
De vuelta a España trabajó en una empresa muy importante, Standard Eléctrica, fue un obrero consciente y combativo, que participó activamente en las múltiples huelgas que por entonces sacudían España, como parte del renacimiento histórico del proletariado cuya expresión más avanzada fue la gran huelga de mayo 68. Eran tiempos (1972-76) donde la dictadura franquista era incapaz de hacer frente a la enorme oleada de luchas y la burguesía se planteaba la famosa “transición”, pasar de la dictadura franquista a la dictadura democrática, es decir, el Estado Capitalista dejaba como trasto inútil el franquismo y su nacionalcatolicismo y se rodeaba del armamento democrático para mejor enfrentar a la clase obrera: sindicatos “obreros”, elecciones, “libertades” …
Pronto el compañero llegó a una segunda convicción: los sindicatos, tanto el viejo sindicato vertical del franquismo como los “sindicatos obreros” (CCOO, UGT y compañía) eran órganos del Estado burgués, servidores incondicionales del capital, dispuestos a sabotear las huelgas, dividir a los trabajadores, desviarlos hacia callejones sin salida. Miembro de la UGT acabó rompiendo el carné tras intervenir en una asamblea.
También esa época le proporcionó otra experiencia concluyente: afiliado a uno de los numerosos grupos trotskistas (la Liga Comunista) sufrió en sus carnes lo que es el izquierdismo, el encargado con un lenguaje radical obrerista de recoger a los militantes que rompen con el PC o con los sindicatos y buscan una auténtica alternativa proletaria internacionalista. Criticaban a la URSS, pero llamaban a defenderla como “estado obrero degenerado”; se decían “contra la guerra imperialista”, pero apoyaban la guerra en Vietnam y otras guerras imperialistas en nombre de la “liberación nacional”; ; criticaban a los sindicatos, pero llamaban a participar en ellos para “ganarlos para la clase”; criticaban las elecciones, pero llamaban a votar para “conseguir un gobierno obrero PC-PSOE”; hablaban de “democracia en la organización”, pero esta era una cesta de víboras donde las distintas pandillas se disputaban a muerte el control de la misma recurriendo a maniobras, calumnias y todas las bajezas imaginables.
Ni la pesadilla del “socialismo autogestionario” yugoslavo, ni el sabotaje sindical, ni la ratonera del izquierdismo, apartaron al camarada de la búsqueda de posiciones realmente comunistas. En esa búsqueda contactó con la CCI y emprendió una serie de discusiones muy exhaustivas, sacando lecciones de todas las experiencias vividas, decidiendo finalmente incorporarse en 1980.
Desde entonces ha sido un militante fiel a la causa del proletariado, que siempre reflexionaba e intervenía en las reuniones tratando de contribuir a la elaboración común de nuestras posiciones. Siempre estaba totalmente disponible para las actividades de la organización. Obligado por razones de trabajo a cambiar de residencia a nuevas ciudades, su primera preocupación era mantener la actividad militante en todos los planos, tanto la discusión y el análisis, como la intervención en las luchas, la difusión de la prensa etc.
Era sobre todo muy activo en las luchas de la clase, participando como trabajador en numerosas luchas (Telefónica, Standard), también en combates como Delphi, SEAT, reuniones de desempleados etc. No dudaba en intervenir en las asambleas, enfrentando las maniobras sindicales, proponiendo medidas de reforzamiento de la asamblea y de búsqueda de la extensión de la lucha para romper el aislamiento. Del mismo modo, acudía a reuniones donde pudieran darse discusiones de interés para la clarificación revolucionaria donde no dudaba en intervenir de forma clara y valiente defendiendo las posiciones de la CCI.
También realizó una gran contribución en la difusión de la prensa. Repartía con regularidad nuestras publicaciones en librerías, bibliotecas, buscaba sin descanso nuevos centros de difusión. En manifestaciones, asambleas, concentraciones etc., era el primero en difundir la prensa de la CCI con entusiasmo y una perseverancia realmente ejemplar.
Siempre estaba disponible para las actividades de la organización y llevó una entusiasta labor de recopilación de prensa y libros revolucionarios, pero también de todos los temas de interés para la lucha revolucionaria de la clase obrera. La biblioteca que logró reunir es un tesoro para la transmisión de las tradiciones y posiciones de las organizaciones comunistas.
Ha seguido siendo militante hasta el último minuto. Aquejado de una dolorosa enfermedad, preguntaba a todos los camaradas que le visitábamos cuales habían sido las discusiones, pedía que le leyéramos los textos internacionales de la organización, escuchaba ávido todo lo que le exponíamos. Era, sencillamente, UN MILITANTE COMUNISTA DEL PROLETARIADO. Con mucho dolor escribimos estas líneas, pero lo hacemos decididos y animados por su militancia, dispuestos a seguir luchando y por ganar a jóvenes que, actualmente, se estarán confrontando a las trampas que tuvo que superar y buscaran las respuestas que él encontró y que motivaron toda su vida.
Corriente Comunista Internacional 27-9-23
1 En aquella época existía el llamado “movimiento de no alineados” países que se decían al margen de los dos bloques imperialistas que dominaban el mundo: USA y URSS. Uno de los promotores era Tito presidente yugoslavo que fue una de las estrellas de la famosa conferencia de Bandung de 1955.
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Catorce días de acción contra la reforma de las pensiones, millones de personas en las calles. Al igual que sus hermanos de clase en el Reino Unido, Alemania y España, el proletariado en Francia ha gritado “ya basta”, negándose claramente a someterse pasivamente a los ataques de la burguesía1. Poco a poco, los obreros empezaron a reconocerse como una clase en lucha, cuya fuerza residía sobre todo en su capacidad de permanecer unida.
A los ojos de muchos trabajadores, los sindicatos parecían hacerse cargo de estas aspiraciones. Si hacemos caso a la prensa, los sindicatos han estado a la vanguardia de este movimiento, celebrando numerosas jornadas de acción, pareciendo encarnar la solidaridad durante las huelgas en las refinerías, en el sector del transporte o entre basureros en París, en los piquetes, a través de los fondos de huelga o frente a la represión. El llamamiento de la intersindical a movilizaciones masivas, incluso los sábados para permitir la participación de todos, pareció dar cuerpo al deseo expresado semana tras semana en las filas de los manifestantes: hay que luchar todos juntos.
Ante el auge del espíritu de lucha y el deseo de solidaridad de todos los sectores y generaciones, los sindicatos han convocado a una “huelga general”: “La coalición intersindical hace un llamamiento para que el 7 de marzo sea un día de "Francia paralizada.” “Una jornada de huelga general que debe permitir a toda la población secundar la movilización”. “Paralizar Francia”, seguimos oyendo decir a los sindicatos. ¿Cómo? Bloqueando los llamados “sectores estratégicos”, ¡por supuesto! De hecho, ya en febrero, los sindicatos convocaron toda una serie de bloqueos y huelgas renovables en la RATP2, las compañías aéreas, la SNCF3, los puertos, los basureros, las refinerías, etcétera.
Pero impulsaron la renovación de huelgas muy localizadas, cuidándose mucho de no favorecer su extensión: sin vínculos reales, sin delegaciones en otras empresas, sin verdaderas asambleas generales, huelguistas aislados de los demás trabajadores, en huelgas poco concurridas, protegiendo sus piquetes de los CRS4. A mediados de marzo, por ejemplo, la CGT5 impuso una huelga renovable a los recolectores de basura de París, exponiéndolos a la represión policial, supuestamente para “meter en problemas a los burgueses” ... antes de suspender el movimiento por falta de huelguistas (6% de los asalariados). Además, los sindicatos de las empresas nunca han dejado de colocar por delante reivindicaciones muy sectoriales, como si las cuestiones salariales, de la inflación, de las cadencias de trabajo y las mismas pensiones fueran específicas a cada sector.
No es la primera vez que los sindicatos plantean huelgas por delegaciones en sectores llamados “estratégicos”, empujando a trabajadores a menudo muy combativos y que pueden pesar en la balanza de la lucha, a movilizarse en huelgas desgastantes y corporativistas. En 2018, la CGT envió a los ferroviarios por su cuenta, solos, con “huelgas intermitentes”. También había sido la punta de lanza del “bloqueo de la economía” en 2015, centrándose en el sector de las refinerías. Fueron aparentes “grandes éxitos”, pero no bloquearon nada, ¡solo dividieron a la clase obrera! En cada ocasión, sin embargo, se llamaba a los trabajadores a la “solidaridad” ... pero una solidaridad platónica que consistía en engrosar los fondos de huelga que los sindicatos se apresuraban a pagar sólo a sus afiliados.
Pero esta vez, la trampa no funcionó según las expectativas de la burguesía. Las huelgas sindicales fueron a menudo minoritarias: no hubo colas interminables en las gasolineras, ni usuarios del transporte “hartos” sino comprensivos, ni huelgas corporatistas perdidas de antemano. La clase obrera, a pesar de sus debilidades, no ha caído en la trampa de las huelgas largas, en las que cada uno está por su cuenta. Las huelgas por delegación no se han puesto realmente de moda.
El primer día de acción, el 19 de enero de 2023, casi dos millones de trabajadores salieron a la calle, una movilización mucho más fuerte de lo esperado, expresando un sentimiento de rabia e injusticia, pero también de solidaridad y alegría por estar juntos. En los desfiles se palpaba el entusiasmo de reencontrarse, semana tras semana, en manifestaciones multitudinarias. Los sindicatos y los partidos de izquierda repetían una y otra vez que el número de manifestantes por sí solo era capaz de imponer una relación de fuerzas, de “presionar” unas veces al gobierno, otras al Parlamento. Pero a pesar de estas movilizaciones históricas, el gobierno no ha dado marcha atrás.
¿Por qué? Porque el número de manifestantes, sin que la propia clase obrera tome realmente las riendas de la lucha, no tiene ninguna posibilidad, por sí solo, de crear una verdadera relación de fuerzas. El carácter masivo de la lucha en Francia fue un paso muy importante en el retorno del espíritu de lucha del proletariado en todo el mundo. Pero, aunque es esencial reunirse en masa y sentir la fuerza colectiva de nuestra clase, ¡no basta con millones!
Durante el movimiento contra el CPE (Contrato de Primer Empleo) en 2006, había muchos menos estudiantes y jóvenes con contratos precarios, pero fueron capaces de ponerse a la cabeza de la lucha, a través de asambleas generales soberanas, y empezaban a extender el movimiento a trabajadores y pensionados. En resumen, la clase obrera empezaba a luchar con sus propias armas: las de su unidad. Fue esto, en su momento, lo que asustó al gobierno de Villepin haciéndole dar marcha atrás.
Incluso hoy, la burguesía ha hecho todo lo posible para impedir que los trabajadores tomen en sus manos la solidaridad y la extensión de la lucha. Centrándose casi exclusivamente en el número de manifestantes, convocando, desde hace varias semanas, jornadas de acción masivas, sin discusión, sin verdaderas asambleas abiertas a todos, los sindicatos se han limitado a ceñirse a las aspiraciones expresadas en el seno de nuestra clase, a la necesidad de unidad y solidaridad... ¡para desvirtuar y dispersar mejor las fuerzas!
Así que, en nombre de la “solidaridad con todos los que no tienen medios para hacer huelga y movilizarse durante la semana”, se organizaron unos días de acción los sábados. Los sindicatos alegaron que seríamos más, sin coste alguno para nosotros, con la presencia de familias y niños. Pero ¡así no se conseguía la expansión que necesitábamos! La solidaridad que necesitamos no se limita a nuestras familias o a nuestros amigos. ¡Debe extenderse a nuestra clase! A otros trabajadores susceptibles de unirse a nosotros en la lucha, ¡con los cuales discutir, debatir y decidir colectivamente! No hay nada tan favorable a la burguesía como las movilizaciones sindicales del sábado, con su misma lógica de división y dilución, cada uno detrás de su propia pancarta, ¡sin discusión ni decisión colectiva al final de la manifestación!
Sin embargo, la movilización continuó semana tras semana, para asombro de todos los implicados gubernamentales y sindicales. La intersindical tuvo que espaciar progresivamente los días de acción, pasando de unos pocos días al inicio del movimiento a más de un mes entre las manifestaciones del 1 de mayo y el 6 de junio, en un intento de desgastar y desanimar a los manifestantes. El resultado fue un jarro de agua fría: “Estoy enfadado con la estrategia intersindical... ¿Por qué, después de un 1° de mayo histórico, esperar tanto para movilizarse? Ha sido un error” (un sindicalista de Force Ouvriére en Rennes). “La intersindical debería haber sido más reivindicativa y combativa” (un huelguista de París del Institut National de Statistique et des Etudes Economiques). A pesar del enorme espíritu de lucha y de las movilizaciones siempre masivas, la ausencia de vínculos reales en el seno de las asambleas generales, de posibilidades de poner a prueba concretamente nuestra solidaridad entre cada manifestación acabó por agotar la lucha y destilar un sentimiento creciente de impotencia.
Ante el creciente escepticismo sobre los paseos sindicales, la burguesía pudo contar con la izquierda y los sindicatos para desviar al proletariado hacia el terreno podrido del apoyo a las instituciones burguesas.
Desde el principio, el objetivo de reducir la creación de una relación de fuerzas al número de manifestantes era desviar a la clase obrera de sus métodos de lucha, reducirla a la impotencia polarizando la atención en el terreno del juego democrático burgués: ¡presionando supuestamente para apoyar la “lucha parlamentaria”! Aunque el proletariado se hacía pocas ilusiones sobre las “instituciones republicanas”, no por ello estaba menos perturbado por esta cortina de humo ideológica.
Todo el alboroto en torno al 49.3 no tenía otro objetivo. Con el “grito de rabia” del 16 de marzo contra la “negación de la democracia” de Macron, cuidadosamente organizado por los partidos de izquierda en torno al Palais Bourbon, se nos ofreció como distracción una nueva movilización democrática. Esta mascarada fue el punto de partida de una explosión de cólera totalmente estéril y minoritaria. El Estado no dudó en reprimir violentamente estas manifestaciones “salvajes” durante varias noches, con el silencio cómplice de la intersindical, que aprovechó la ocasión para intentar devolver algo de credibilidad a sus paseos semanales.
La burguesía también utilizó la concentración en la votación del 8 de junio de la oposición en el Parlamento, que todo el mundo sabía que era una conclusión inevitable, para canalizar la ira. Después del 1 de mayo, se suponía que todo se reduciría a esta única fecha. Un mes de tregua, sin concentraciones para “hacernos oír por los diputados”. En cambio, fue un mes de “cacerolazos”, cortes de electricidad y movilizaciones puntuales localizadas para “poner en problemas” al presidente Macron y su camarilla. El énfasis en la “visibilidad” inherente a la mistificación democrática, al igual que la presión que supuestamente debía ejercer sobre el parlamento y el gobierno, sirvió, en realidad, para desviar la atención de las verdaderas armas del proletariado.
Los sindicatos no son en absoluto organizaciones “demasiado blandas” para la lucha, obstaculizadas por “direcciones traidoras” o multiplicadoras de errores e indecisiones en la acción. Son claramente órganos del Estado que, por su propia naturaleza, por sus acciones de maniobra contra la clase obrera, se han convertido en sus enemigos. En el siglo XIX, la forma sindical de lucha era un arma del proletariado, pero desde principios del siglo XX, ya no corresponde a las necesidades de la lucha. Desde que el capitalismo entró en su periodo de decadencia, los sindicatos se han integrado plenamente en el aparato estatal de la burguesía, con el papel de sabotear las luchas y tratar de mantener a la clase obrera, impotente y desesperada6.
Por eso, en el movimiento que acaba de terminar, los sindicatos trabajaron sistemáticamente para esterilizar la lucha y obstaculizar la marcha de la clase obrera. Frente al retorno del espíritu de lucha del proletariado a escala internacional, ¡seguirán trabajando para sabotear las luchas!
Stopio, 23 de junio de 2023
1 Ver el volante distribuido por la CCI durante la jornada de acción del 6 de junio: Reino Unido, Francia, Alemania, España, México, China... ¡Ir más lejos que en 1968! | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [14]
2 Régie Autonome des Transports Parisiens: Administración Autónoma de Transportes Parisinos
3 Société Nationale des Chemins de Fer Francais: Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses
4 Compagnies Republicaines de Sécurité: Compañías Republicanas de Seguridad, fuerza especializada en la represión de huelgas y manifestaciones
5 Confédération Générale du Travail: Confederación General del Trabajo, sindicato mayoritario junto con la CFDT, Confederación Francesa Democrática de Trabajadores
6 Ver nuestra Serie sobre los sindicatos: Los sindicatos contra la clase obrera (I) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [34]; Los sindicatos contra la clase obrera en la decadencia capitalista (II) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [35] ;Los sindicatos en el periodo ascendente del capitalismo (III) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [36]; Los Sindicatos órganos del Estado capitalista (IV) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [37] ; Los sindicatos contra la clase obrera (V): la táctica de los izquierdistas para hacerlos tragar a los trabajadores | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [38]; Los sindicatos contra la clase obrera (VI) CONTENIDO Y FORMAS DE LA LUCHA OBRERA EN EL CAPITALISMO DECADENTE | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [39] y La Intervención de los revolucionarios frente a los sindicatos (VII) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [40]
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Tras más de 30 años de casi completo silencio, los trabajadores en Gran Bretaña volvieron a la lucha desde el verano de 2022 seguidos de los de otros países de Europa occidental, lo que indicó una ruptura, un cambio en la dinámica de la clase trabajadora a escala internacional. Esto demuestra que el proletariado no ha sido derrotado como clase histórica, y que empieza a avanzar nuevamente para luchar contra la miseria que se desarrolla cada día más, contra las condiciones inhumanas en que sobreviven todos los explotados del mundo.
La clase trabajadora en Estados Unidos también está sometida a peores condiciones de vida y trabajo con aumentos en las cargas laborales y la disminución de su poder adquisitivo.
Ante la agravación de sus condiciones de trabajo y de vida, el proletariado en Estados Unidos también ha estado mostrando que no está dispuesto a soportar sobre sus espaldas una mayor carga impuesta por la crisis económica. Ya en 2021 se han producido un gran número de luchas en lo que se llamó striketober (de “strike”, huelga y “october”)1; se documentaron 346 huelgas concernientes a trabajadores de diversos sectores especialmente de la salud en demanda de aumento de salarios y mejores condiciones laborales. En octubre ya eran alrededor de 4.3 millones de obreros movilizados. Estas luchas continuaron en 2022, en paralelo con la reanudación de las luchas en Europa: se registraron 385 huelgas y éstas siguieron aumentando, concentrándose nuevamente en octubre, a un mes de las elecciones de mitad de mandato.
Algunas de las huelgas más importantes en 2022 fueron en el sector salud, con peticiones comunes contra una mayor explotación: aumento salarial, mejores prestaciones y aumento del número de personal (un sólo trabajador atiende lo que antes atendían de 8 a 12 trabajadores, obligados a cubrir horas extras), denunciando las peligrosas condiciones para los pacientes y personal, debido particularmente a la pandemia. Sólo como ejemplo, más de 55,000 trabajadores en servicios sociales de Los Ángeles, votaron a favor de la huelga el 6 de mayo y 15,000 enfermeras de Minnesota y Wisconsin del 12 al 15 de septiembre, realizaron la que se considera la huelga más grande de enfermeras del sector privado.
Las movilizaciones de protesta continuaron en este sector con demandas similares en enero de 2023 protagonizadas por más de 17,000 enfermeros, de los cuales 7,000 de los hospitales de Manhattan y el Bronx de Nueva York se fueron a huelga al rechazar el aumento ofrecido por los patrones que no consideran que, como se leía en sus pancartas: “los trabajadores están exhaustos y agotados”. El hecho que los sindicatos hayan impedido que los enfermeros de los otros hospitales los apoyaran debilitó la huelga del 9 al 12 de enero, por lo que al final tuvieron que aceptar el mismo aumento concedido en los otros hospitales, que no estaba a la altura de sus peticiones.
Muy importante fue el emplazamiento de una huelga en los ferrocarriles ya que amenazó con extenderse en todo el país afectando gravemente las cadenas de producción y la economía nacional a menos de dos meses de las elecciones de mitad de período. Más de 115,000 trabajadores ferroviarios de diversas empresas convocaron a la huelga el 16 de septiembre de 2022.
Las malas condiciones de trabajo en este sector han empeorado porque los principales ferrocarriles redujeron casi un tercio de su plantilla; unos 45,000 trabajadores fueron despedidos en los últimos seis años. También han recortado agresivamente los costos con menos trenes, pero más largos y disminuyendo también el número de trabajadores a bordo; especialmente los maquinistas y conductores trabajan hasta 24 horas continuas y apenas pueden tomarse tiempo libre por las estrictas normas de horarios de trabajo, que también les impiden acudir a citas médicas o faltar por problemas familiares porque sus salarios sufrirían recortes sustanciales. El descarrilamiento del tren en Ohio, el 3 de febrero, que provocó la quema de grandes cantidades de cloruro de vinilo, un elemento altamente tóxico y cancerígeno, poniendo en riesgo a millares de personas y la vida de los ferrocarrileros, muestra la asesina irresponsabilidad de las compañías ferrocarrileras que para obtener mayores ganancias aumentan la longitud y carga de los trenes.
La amenaza de huelga se produjo tras 3 años de conflicto y cuando las empresas están obteniendo ganancias récord a costa de imponer condiciones laborales que impulsan las renuncias de los trabajadores2. Los sindicatos secundaron a la Casa Blanca cuando ésta propuso que “estas tensiones deben resolverse sin poner en peligro la economía ni socavar el apoyo de los demócratas entre los trabajadores”. El presidente Biden ya había evitado la huelga en julio, al imponer un “período de reflexión”, que expiró el 9 de septiembre sin que los trabajadores cambiaran de posición. Por ello, en las negociaciones del 15 de septiembre, nuevamente intervino Biden formando una “Junta Presidencial de Emergencia” y chantajeó a los trabajadores para llegar a un acuerdo y evitando el supuesto daño que una huelga infligiría a todos. Con esto, los sindicatos lograron atrasar el estallido de la huelga dando tiempo a que la Cámara de Representantes y el Senado de EE. UU., demócratas y republicanos unidos, promulgaran una ley en dos días, firmada el 30 de noviembre, para evitar la paralización de la red de ferrocarriles por la huelga. Es decir, no sólo fue la intervención del demócrata Biden, sino sobre todo las acciones de sabotaje de la lucha y de sometimiento de los trabajadores por los sindicatos, lo que logró que las terribles condiciones de vida y trabajo de los ferrocarrileros continúen empeorando.
Es necesario sacar las lecciones de estas luchas y de las pasadas para aplicarlas en otras movilizaciones ya que el descontento sigue en aumento en diferentes sectores como en el de los trabajadores de la educación. El 14 de noviembre de 2022, cerca de 48,000 profesores iniciaron la que ha sido llamada “la huelga académica más grande de Estados Unidos” parando sus actividades durante cinco semanas para exigir un incremento de salarios y mejora de condiciones laborales en la Universidad de California, uno de los centros educativos públicos más importantes de Estados Unidos, que alberga 280,000 estudiantes de todo el mundo. La huelga fue convocada por los profesores ayudantes, los postdoctorales y los investigadores. Los investigadores y los académicos postdoctorales habían llegado a un acuerdo tentativo a principios de diciembre que mejoraba la situación de sus contratos, pero ambos grupos acordaron seguir la huelga hasta que existiera una solución para los profesores ayudantes, el grupo más vulnerable y sobre quienes pesaba la mayor carga laboral. Esta muestra de solidaridad entre trabajadores es una importante lección que los trabajadores de todo el mundo deben retomar.
Algunos meses después, alrededor de 65,000 trabajadores escolares y profesores de escuelas públicas protagonizaron la mayor huelga en Estados Unidos desde 2019. Decenas de miles de trabajadores se unieron a los piquetes y a una manifestación masiva el 21 de marzo de 2023, el primero de tres días de huelga extendida en toda la ciudad de los Ángeles. Los trabajadores que atienden a 420,000 alumnos de educación básica y especial exigían también aumento de salario y de personal para disminuir las cargas de trabajo. La huelga fue iniciada por los trabajadores peor pagados (trabajadores de comedores y oficinas, choferes, conserjes, asistentes de educación especial). Se unieron a ellos miles de profesores, una muestra importante de solidaridad y unidad hacia la cual las luchas deben dirigirse.
En la misma dinámica y por primera vez en 257 años de vida de la Universidad de Rutgers, alrededor de 9,000 trabajadores, que atienden 67,000 estudiantes, entraron en huelga el 10 de abril. Los educadores, investigadores, médicos y estudiantes de posgrado de los campus en New Brunswick, Newark y Camden demandan aumento de salarios, la igualdad salarial para los profesores adjuntos, así como rechazo a los contratos sólo por un semestre. En un mensaje electrónico los trabajadores dicen: “Estamos conmovidos y motivados por la enorme muestra de acción y apoyo de los miembros, estudiantes, compañeros de trabajo y socios en la comunidad. ¡JUNTOS SOMOS FUERTES Y GANAREMOS! Contrato justo ¡Ya! ¡A la huelga!”.
Las huelgas se siguen produciendo. Cerca de 11,500 guionistas de cine y TV, de estudios de Hollywood, comenzaron su primera huelga en 16 años, el 1º de mayo, para exigir aumentos salariales, la creación de un plan de pensiones y seguro de salud. A ellos se suman 160,000 actores que han declarado la huelga el jueves 13 de junio de 2023 que no se movilizaban desde 1980 y además se unen a los guionistas como no sucedía en más de 60 años3. También por aumento salarial y mejores condiciones de trabajo, alrededor de 600 conductores de autobuses del Sistema de Tránsito Metropolitano, iniciaron una huelga y manifestaciones a principios de mayo afectando varias rutas a lo largo del condado de San Diego. El 2 de junio 15,000 trabajadores de 41 hoteles del sur de California y Arizona iniciaron una huelga de 3 días y amenazan con más jornadas de acción para lograr sus demandas. Por otra parte, alrededor de 459,000 trabajadores de UPS (entrega de paquetes) se están preparando para una posible huelga el 1º de agosto.
El proletariado debe avanzar hacia su unidad y el desarrollo de su conciencia que lo pongan en condiciones de plantear la necesidad del derrocamiento del sistema capitalista y la construcción de una comunidad mundial sin fronteras ni otro tipo de divisiones, el comunismo.
La crisis económica seguirá impulsando a los trabajadores de todo el mundo a luchar y en este proceso, como hemos visto en las luchas en EE. UU., los sindicatos son el enemigo inmediato por enfrentar. La combatividad que está mostrando la clase trabajadora en Norteamérica actualmente, nos muestra que avanza reconociendo su condición de clase explotada, pero requiere unificar sus luchas y recuperar las experiencias pasadas y las que se desprenden de las movilizaciones por el proletariado en Europa.
Las recientes luchas en Gran Bretaña y Francia nos han recordado que: “Ser muchos no basta, hay que tomar el control de nuestras luchas con nuestras propias manos”; “Para prepararnos a luchar, debemos, siempre que podamos, reunirnos para debatir y aprender de las luchas pasadas. Es vital plantear los métodos de lucha que han hecho fuerte a la clase obrera y le han permitido, en determinados momentos de su historia, hacer tambalear a la burguesía y a su sistema:
- la búsqueda de apoyo y solidaridad más allá de la “propia” empresa, el “propio” sector de actividad, la “propia” ciudad, la “propia” región, el “propio” país;
- el debate más amplio posible sobre las necesidades de la lucha, sea cual sea la empresa, el sector de actividad o el país;
- la organización autónoma de la lucha, en particular a través de asambleas generales, sin dejar el control a los sindicatos o a cualquier otro órgano de control burgués. ¡La autonomía de la lucha, la unidad y la solidaridad son los elementos indispensables en la preparación de las luchas del mañana!4”. Hay que avanzar hacia la recuperación y puesta en práctica de todas estas lecciones; es la tarea inicial que tenemos en estos momentos para poder oponernos a la continuación de la destrucción capitalista.
Yosjaz, 28/07/2023
1 Luchas obreras en Estados Unidos, Irán, Italia, Corea... ¡Ni la pandemia ni la crisis económica han roto la combatividad del proletariado! | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [44]
2 Cfr. EE. UU.- La huelga ferroviaria convocada en EEUU preocupa al país ante la falta de acuerdos tangibles para desconvocarla (notimerica.com) [45]
3 https://elpais.com/cultura/2023-07-13/hollywood-se-asoma-al-abismo-los-actores-convocan-a-la-huelga-y-paralizan-la-industria-del-entretenimiento-en-ee-uu.html [46]
4 Ver volantes internacionales de la CCI ¿Cómo desarrollar un movimiento unido, masivo y solidario? | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [47]
La Tendencia Comunista Internacionalista ha publicado recientemente una declaración sobre su experiencia con los comités de No más guerra que la guerra de clases (NWBCW) que lanzaron al comienzo de la guerra en Ucrania1. Para la TCI, "No hay nada como una guerra imperialista para revelar la verdadera base de clase de un marco político, y la invasión de Ucrania ciertamente lo ha hecho", explicando que los estalinistas, trotskistas han demostrado una vez más que pertenecen al campo del capital - ya sea apoyando la independencia de Ucrania, o uniéndose a la propaganda rusa sobre la "desnazificación" de Ucrania, los izquierdistas están llamando abiertamente a la clase obrera a apoyar a uno u otro bando en una guerra capitalista que expresa las rivalidades cada vez más profundas entre los mayores tiburones imperialistas del planeta y, por lo tanto, amenaza con consecuencias catastróficas para toda la humanidad. El TCI también señala que el movimiento anarquista se ha dividido profundamente entre los que llaman a la defensa de Ucrania y los que han mantenido una posición internacionalista de rechazo a ambos bandos. En contraste con esto, el TCI dice que "la izquierda comunista de todo el mundo se ha mantenido sólidamente detrás de los intereses internacionales de la clase obrera y ha denunciado esta guerra por lo que es".
Hasta aquí todo correcto. Pero diferimos profundamente cuando luego argumentan que "Por nuestra parte, la TCI ha llevado la posición internacionalista un paso más allá intentando trabajar con otros internacionalistas que pueden ver los peligros para la clase obrera mundial si no se organiza. Por eso nos hemos sumado a la iniciativa de desarrollar comités a nivel local en todo el mundo para organizar una respuesta a lo que el capitalismo está preparando para los trabajadores de todo el mundo".
Para nosotros, el llamamiento de la TCI a la formación de los comités No más guerra que la guerra de clases es cualquier cosa menos una "etapa más" en el internacionalismo o un paso hacia un reagrupamiento sólido de las fuerzas comunistas internacionalistas. Ya hemos escrito varios artículos explicando nuestro punto de vista al respecto, pero el TCI no ha respondido a ninguno de ellos, una actitud justificada en la declaración del TCI que insiste en que no quieren entrar en "la misma vieja polémica" con quienes creen que han malinterpretado sus posiciones. Pero la tradición de la izquierda comunista, heredada de Marx y Lenin y continuada en las páginas de Bilan, es el reconocimiento de que la polémica entre elementos proletarios es indispensable para cualquier proceso de clarificación política. Y, de hecho, la declaración de la TCI es en realidad una polémica oculta, principalmente con la CCI - Pero por su propia naturaleza, tales polémicas ocultas, que eluden referirse a organizaciones específicas y a sus declaraciones escritas, nunca pueden conducir a una confrontación real y honesta de posiciones.
En su declaración sobre el NWBCW, la TCI afirma que su iniciativa está en continuidad con el planteamiento de la corriente de izquierdas en el proceso iniciado por la conferencia de Zimmerwald de 1915, habiendo hecho ya una afirmación similar en el artículo "El NWBCW y el verdadero Buró Internacional de 1915": "creemos que la iniciativa del NWBCW se ajusta a los principios de la Izquierda de Zimmerwald"2.
Pero la actividad de la Izquierda de Zimmerwald, y sobre todo de Lenin, se caracterizó por una implacable polémica dirigida a una decantación de las fuerzas revolucionarias. Zimmerwald reunió a diferentes tendencias del movimiento obrero en oposición a la guerra, y había divergencias considerables en una serie de cuestiones; la Izquierda era plenamente consciente de que una posición común contra la guerra, expresada en el Manifiesto de Zimmerwald, no era suficiente. Por esta razón, la Izquierda de Zimmerwald no ocultó sus divergencias con las demás corrientes en las conferencias de Zimmerwald y Kienthal, sino que criticó abiertamente a estas corrientes por no ser consecuentes en su lucha contra la guerra imperialista. En y a través de este debate, Lenin y quienes le rodeaban forjaron un núcleo que se convertiría en el embrión de la Internacional Comunista.
Como los lectores pueden ver por la publicación de nuestra correspondencia con la TCI en relación con el llamamiento de la CCI a una declaración conjunta de la izquierda comunista en respuesta a la guerra en Ucrania, la negativa de la TCI a firmar y su promoción de la NWBCW como una especie de proyecto "rival" debilitó gravemente la capacidad de la izquierda comunista para actuar unida en este momento crucial. Echó por tierra la posibilidad de reunir sus fuerzas por primera vez desde la disolución de las conferencias internacionales de la izquierda comunista a principios de los años ochenta. La TCI optó por interrumpir esta correspondencia3.
También hemos publicado un artículo que traza la historia real de NWBCW en el entorno anarquista en la década de 19904. Esto significaba que estos grupos contenían todo tipo de confusiones, pero en nuestra opinión expresaban algo real: la respuesta de una pequeña minoría crítica con las movilizaciones masivas contra las guerras en Oriente Medio y los Balcanes, movilizaciones que se situaban en un terreno claramente izquierdista y pacifista. Por esta razón, nos parecía importante que la izquierda comunista interviniera ante estas formaciones para defender en su seno posiciones internacionalistas claras. Por el contrario, hay muy pocas movilizaciones pacifistas de este tipo en respuesta a la guerra de Ucrania y el entorno anarquista, como ya hemos señalado, está profundamente dividido sobre la cuestión. Por lo tanto, vemos muy poco en los diversos grupos del NWBCW que nos haya hecho cuestionar nuestra conclusión del artículo: "La impresión que tenemos de los grupos de los que sabemos algo es que son principalmente 'duplicados' del TCI o de sus afiliados". En nuestra opinión, esta duplicación revela serios desacuerdos tanto sobre la función y el modo de funcionamiento de la organización política revolucionaria como sobre su relación con las minorías que se sitúan en un terreno proletario y, de hecho, con la clase en su conjunto. Este desacuerdo se remonta a todo el debate sobre los grupos de fábrica y los grupos de lucha, pero no pretendemos desarrollarlo en este artículo5.
Más importante -pero también relacionado con la cuestión de la diferencia entre un producto del movimiento real y las invenciones artificiales de minorías políticas- es la insistencia de nuestro artículo en que la iniciativa del NWBCW se basa en una evaluación errónea de la dinámica de la lucha de clases actual. En las condiciones actuales, no podemos esperar que el movimiento de clase se desarrolle directamente contra la guerra sino contra el impacto de la crisis económica - un análisis que pensamos ha sido ampliamente verificado por el renacimiento internacional de las luchas que fue desencadenado por el movimiento huelguístico en Gran Bretaña en el verano de 2022 y que, con inevitables altibajos, todavía no se ha agotado6. Este movimiento ha sido una respuesta directa a la "crisis del coste de la vida" y, aunque contiene las semillas de un cuestionamiento más profundo y generalizado del callejón sin salida del sistema y de su impulso hacia la guerra, todavía estamos muy lejos de ese punto. La idea de que los comités del NWBCW podrían ser en cierto sentido el punto de partida de una respuesta de clase directa a la guerra sólo puede conducir a una lectura errónea de la dinámica de las luchas actuales. Abre la puerta a una política activista que, a su vez, no podrá distinguirse de las posiciones del "haz algo ya" de la izquierda del capital. La declaración de la TCI insiste en que su iniciativa es ante todo política y que se opone al activismo y al inmediatismo y afirman que la dirección abiertamente activista adoptada por los grupos de la NWBCW en Portland y Roma se basa en un malentendido de la naturaleza real de la iniciativa. Según la declaración, "hubo quienes se apuntaron a la NWBCW sin entender de qué se trataba realmente, o más bien, quienes la vieron como la prolongación de su anterior actividad reformista radical. Esto ocurrió tanto en Portland como en Roma, donde ciertos elementos vieron en la NWBCW algo para movilizar inmediatamente a una clase que aún se estaba recuperando de cuatro décadas de retroceso, y que apenas empezaba a encontrar sus fuerzas en la lucha contra la inflación. Su perspectiva inmediatista y ultra activista sólo condujo a la desaparición de esos comités". Para nosotros, por el contrario, estos grupos locales comprendieron mejor que la TCI que una iniciativa lanzada en ausencia de un movimiento real contra la guerra -incluso entre pequeñas minorías- sólo puede caer en el activismo ciego de crear un movimiento de la nada.
Hemos mencionado que la Fracción Italiana de la Izquierda Comunista, que publicó Bilan, insistió en la necesidad de un debate público riguroso entre las organizaciones políticas proletarias. Este era un aspecto central de su enfoque principista hacia el reagrupamiento, oponiéndose en particular a los esfuerzos oportunistas de los trotskistas y ex trotskistas de la época por recurrir a fusiones y reagrupamientos que no se basaban en un debate serio en torno a los principios fundamentales. En nuestra opinión, la iniciativa del NWBCW se basa en una especie de lógica "frentista" que sólo puede conducir a alianzas sin principios e incluso destructivas.
La declaración admite que algunos grupos abiertamente izquierdistas se han apropiado del lema "No más guerra que la guerra de clases" para ocultar su apoyo esencial a uno u otro bando en el conflicto. La TCI insiste en que no puede impedir esas operaciones de "falsa bandera". Pero si lees nuestro artículo sobre la reunión inaugural del comité del NWBCW de París7, descubrirá no sólo que una parte considerable de los participantes defendían "acciones" abiertamente izquierdistas bajo la bandera del NWBCW, sino también que un grupo trotskista que defiende el derecho de Ucrania a la autodeterminación, Matière et Révolution, había sido invitado a la reunión. Del mismo modo, el grupo del NWBCW de Roma parece haberse basado en una alianza entre la filial del TCI en Italia (que publica Battaglia Comunista) y un grupo puramente izquierdista8.
Debemos añadir que el presídium de la reunión de París estaba formado por dos elementos que fueron expulsados de la CCI a principios de la década de 2000 por publicar material que expone a nuestros camaradas a la represión estatal, actividad que hemos denunciado como delación. Uno de estos elementos es miembro del Grupo Internacional de la Izquierda Comunista, un grupo que no sólo es una expresión típica del parasitismo político, sino que fue fundado sobre la base de este comportamiento policial y, por tanto, no debería tener cabida dentro del campo comunista internacionalista9. El otro elemento es actualmente el representante de la TCI en Francia. Cuando la TCI se negó a firmar la declaración común, argumentó que su definición de la izquierda comunista era demasiado estrecha, principalmente porque excluía a los grupos definidos por la CCI como parásitos. De hecho, se ha demostrado muy claramente que la TCI prefiere asociarse públicamente con grupos parásitos como la GIGC que con la CCI, y su política actual, a través de los comités NWBCW, no puede tener otro resultado que dar a esos grupos un certificado de respetabilidad y reforzar su esfuerzo de larga data por convertir a la CCI en una paria, precisamente por su defensa de los claros principios de comportamiento que han incumplido repetidamente.
En algunos casos, como en Glasgow, los grupos NWBCW parecen haberse basado en alianzas con grupos anarquistas como el Anarchist Communist Group, que han adoptado posiciones internacionalistas sobre la guerra de Ucrania, pero que están vinculados a grupos que están en un terreno burgués (por ejemplo, Plan C en el Reino Unido). Y recientemente el ACG ha demostrado que prefiere asociarse con tales izquierdistas que discutir con una organización internacionalista como la CCI, a la que excluyó de una reciente reunión en Londres sin provocar ninguna protesta de la CWO10. Esto no significa que no queramos discutir con anarquistas genuinamente internacionalistas, y en el caso de KRAS en Rusia, que tiene un historial probado de oposición a las guerras imperialistas, les pedimos que apoyaran la declaración conjunta de la manera que pudieran11. Pero el asunto del ACG es un ejemplo más de cómo la iniciativa del NWBCW recuerda la política oportunista del Frente Unido, en la que la Internacional Comunista expresó su voluntad de trabajar con los traidores de la socialdemocracia. Se trataba de una táctica que pretendía reforzar la influencia comunista en la clase obrera, pero su resultado real fue acelerar la degeneración de la IC y de sus partidos.
La Izquierda Comunista Italiana lanzó, a principios de los años 20, una dura crítica de esta política oportunista de la IC. Siguió adhiriéndose a la posición original de la IC, que era que los partidos socialdemócratas, al apoyar la guerra imperialista y oponerse activamente a la revolución proletaria, se habían convertido en partidos del capital12.
En su conclusión a la declaración del NWBCW, la TCI afirma que existe un precedente histórico para los comités del NWBCW en el movimiento revolucionario: el llamamiento por un Frente Proletario Unido lanzado por el Partido Comunista Internacionalista (PCInt) en Italia en 1945. Este llamamiento es fundamentalmente internacionalista en su contenido, pero ¿por qué habla de un "Frente Proletario Unido"? ¿Y qué significa la siguiente exigencia? "El momento actual exige la formación de un frente proletario unido, es decir, la unidad de todos los que están contra la guerra, sean fascistas o democráticos. ¡Obreros de todas las formaciones políticas proletarias y no partidistas! Uníos a nuestros trabajadores, discutid los problemas de clase a la luz de los acontecimientos de la guerra y formad juntos en cada fábrica, en cada centro, comités de frente único capaces de devolver la lucha del proletariado a su verdadero terreno de clase".
¿Quiénes eran estas "formaciones proletarias y sin partido"? ¿Se trataba en realidad de un llamamiento a las bases de los antiguos partidos obreros para que emprendieran una actividad política conjunta con los militantes del PCInt?
Sólo un año antes, el PCInt había publicado un "Llamamiento" de su comité de agitación dirigido explícitamente a los comités de agitación del Partido Socialista, del Partido Comunista Estalinista y de otras organizaciones de la izquierda burguesa, llamando a la acción conjunta en las fábricas. Publicamos un artículo al respecto en la Revista Internacional 3213. En la Revista Internacional 34 publicamos una carta del PCInt respondiendo a nuestras críticas al Llamamiento14. En esta carta escribían: "¿Fue de hecho un error? Sí, lo fue; lo admitimos. Fue el último intento de la izquierda italiana de aplicar la táctica del 'frente único en la base' defendida por el PC de Italia en 1921-23 contra la III Internacional. Como tal, lo categorizamos como un 'pecado venial' porque nuestros camaradas lo eliminaron más tarde tanto política como teóricamente con tal claridad que hoy estamos bien armados contra cualquiera en este punto".
A lo que respondimos:
"Si una propuesta de frente único con los carniceros estalinistas y socialdemócratas es sólo un pecado 'menor' ¿qué otra cosa podía haber hecho el PC Int en 1945 para caer en un error realmente grave... unirse al gobierno? Pero BC nos tranquiliza: ha corregido estos errores hace bastante tiempo sin esperar a la CCI y nunca ha tratado de ocultarlos.Posiblemente, pero en 1977, cuando sacamos a relucir en nuestra prensa los errores del PC Int en el periodo de guerra, Battaglia respondió con una carta indignada en la que admitía que había habido errores, pero afirmaba que eran culpa de los camaradas que se fueron en 1952 para fundar el PC Internazionale". Así que, después de todo, el llamamiento de 1944 no fue el último intento de aplicar la táctica del "Frente Unido desde abajo". El llamamiento de 1945 a un "Frente Proletario Unido" demostró que el PCInt no lo había "eliminado tanto política como teóricamente”. Y la táctica del "Frente Único desde abajo" de 1921-23 sigue siendo la inspiración del oportunista "movimiento" de la TCI NWBCW.
Por lo tanto, la TCI tiene razón en un punto sobre No más guerra que la guerra de clases: está en continuidad con el llamamiento oportunista a un "Frente Proletario Unido" por parte del PCint en 1945. Pero no es una continuidad de la que enorgullecerse, ya que esta táctica oscurece activamente la línea de clase que existe entre el internacionalismo de la Izquierda Comunista y el pretendido internacionalismo del izquierdismo, el parasitismo y el pantano anarquista. Además, el NWBCW pretendía ser una alternativa excluyente contra el internacionalismo intransigente de la Declaración Común de la Izquierda Comunista, debilitando así las fuerzas revolucionarias no sólo por el oportunismo de conciliar con el izquierdismo, etc., sino también por el sectarismo hacia otros grupos auténticos de la Izquierda Comunista.
Amos
1 The No War but the Class War Initiative [51], Revolutionary Perspectives 22
2 https://www.leftcom.org/en/articles/2022-07-22/nwbcw-and-the-real-intern... [52]
3 Correspondence on the Joint Statement of groups of the Communist Left on the war in Ukraine [53]
4 Sobre la historia de los grupos "No hay más guerra que la de clases" | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [54]
5 Ver por ejemplo, Reply to the Internationalist Communist Party (Battaglia Comunista) [55] in International Review 13; La organización del proletariado fuera de los periodos de luchas abiertas (grupos obreros, núcleos, círculos, comités) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [56]; también World Revolution 26, “Factory Groups and ICC intervention”
6 Ver Reino Unido, Francia, Alemania, España, México, China... ¡Ir más lejos que en 1968! | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [14] y sobre la incomprensión de la TCI de la dinámica actual de la lucha de clases Las ambigüedades de la TCI sobre el significado histórico de la ola de huelgas en el Reino Unido | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [57]
7 Un comité que lleva a los participantes a un callejón sin salida | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [58]
8 La declaración contiene un enlace a un artículo de Battaglia Comunista sobre el destino del comité de Roma, Sul Comitato di Roma NWBCW: un'intervista. En él se describe el resultado negativo de una alianza con un grupo llamado Società Incivile ("Sociedad Incivil"). Está escrito de una forma tan oscura que es muy difícil extraer mucho de él, pero si miras la página web de este grupo, son unos izquierdistas redomados, que cantan las alabanzas de los partisanos antifascistas y del estalinista Partido Comunista de Italia. Véase por ejemplo https://www.sitocomunista.it/canti/cantidilotta.html; [59] https://www.sitocomunista.it/resistence/resistenceindex.html; [60](https://www.sitocomunista.it/pci/pci.html [61] https://www.sitocomunista.it/resistence/resistenceindex.html [62] https://www.sitocomunista.it/pci/pci.html [61]),
9 Ver El parasitismo político no es un mito: el GIGC es una de sus más peligrosas expresiones | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [63] y Atacar a la CCI: la razón de ser del GIGC | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [64]
10 ACG expulsa a la CCI de sus reuniones públicas, la CWO traiciona la solidaridad entre organizaciones revolucionarias | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [65]
11 Una declaración internacionalista en Rusia contra la guerra de Ucrania | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [66]
12 Es cierto que su crítica de la táctica del Frente Único conservaba una ambigüedad: la idea del "Frente Único desde abajo", basada en el supuesto de que los sindicatos seguían siendo organizaciones proletarias y que era a este nivel donde los trabajadores comunistas y socialdemócratas podían luchar juntos.
13 El Partido Comunista Internacional (Programa Comunista) en sus orígenes, como pretende ser y como es en realidad | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [67]
14 Battaglia Comunista: Sobre los orígenes del Partido Comunista Internacional | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [68]
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El marxismo y la historia de la Primera Internacional atestiguan la validez del concepto de parasitismo para caracterizar comportamientos destructivos -en el seno de las organizaciones políticas del proletariado- totalmente ajenos a los métodos de la clase obrera.
Como destacamos en nuestras Tesis sobre el parasitismo[1] -de las que tomamos prestados muchos de los desarrollos que siguen-, el parasitismo surgió históricamente en respuesta a la fundación de la Primera Internacional, que Engels describió como "el medio de disolver y absorber gradualmente a todas las diversas pequeñas sectas”. ( Carta a Florence Kelly Vischnevetsky, 3 de febrero de 1886). La AIT era, en efecto, un instrumento que obligaba a los diversos componentes del movimiento obrero a emprender un proceso colectivo y público de clarificación y a someterse a una disciplina organizativa unificada, impersonal y proletaria. En efecto, "aprendidas las lecciones de las revoluciones de 1848, el proletariado ya no aceptaba ser dirigido por el ala radical de la burguesía y luchaba ahora por establecer su propia autonomía de clase. Pero para ello era necesario que el proletariado, en sus propias filas, superara las concepciones y las teorías organizativas de la pequeña burguesía, de los bohemios y de los elementos desclasados que aún subsistían en ella y seguían teniendo una influencia importante"[2].
Pero el avance de la lucha proletaria necesitaba de este movimiento, que implicaba la disolución y absorción a escala internacional de todas las particularidades y autonomías programáticas y organizativas no proletarias. Fue sobre todo en resistencia a este movimiento que el parasitismo declaró la guerra al movimiento revolucionario. Fue la AIT la primera en enfrentarse a esta amenaza para el movimiento proletario, la que la identificó y luchó contra ella. Fue la AIT, comenzando por Marx y Engels, la que caracterizó como parásitos a aquellos elementos politizados que, al tiempo que decían adherirse al programa y a las organizaciones del proletariado, concentraban sus esfuerzos en la lucha, no contra la clase dominante, sino contra las organizaciones de la clase revolucionaria. La esencia de su actividad es, de hecho, denigrar y maniobrar contra el campo comunista, al tiempo que afirman pertenecer a él y servirle.
Así lo resume Engels en su informe sobre la Alianza[3] al Congreso de La Haya: "Por primera vez en la historia de la lucha de clases, nos enfrentamos a una conspiración secreta en el seno de la clase obrera, destinada a sabotear no el régimen de explotación existente, sino la propia Asociación, que representa el enemigo acérrimo de ese régimen". En cuanto al remedio recomendado, es inequívoco: "Ya es hora, de una vez por todas, de poner fin a las luchas internas provocadas diariamente en nuestra Asociación por la presencia de este organismo parasitario."(Engels, "El Consejo General a todos los miembros de la Internacional", advertencia contra la Alianza de Bakunin[4]).
Como fue el caso de la Alianza en la AIT, sólo en los períodos en que el movimiento obrero pasa de una etapa de inmadurez fundamental a un nivel cualitativamente superior, específicamente comunista, el parasitismo se convierte en su principal oponente. En el período actual, esta inmadurez no es el producto de la juventud del movimiento obrero en su conjunto, como en la época de la AIT, sino sobre todo el resultado de los 50 años de contrarrevolución que siguieron a la derrota de la oleada revolucionaria de 1917-23. Hoy, es esta ruptura de la continuidad orgánica con las tradiciones de las generaciones pasadas de revolucionarios lo que explica, sobre todo, el peso de los reflejos y comportamientos anti organizativos pequeñoburgueses entre muchos elementos que se reclaman marxistas y comunistas de izquierda.
El parasitismo se dirige a elementos en busca de posiciones de clase que tienen dificultades para distinguir entre auténticas organizaciones revolucionarias y corrientes parasitarias. Por eso, desde los años 90 y sobre todo desde los 2000, el parasitismo se ha vuelto más destructivo. Actualmente nos enfrentamos a una multitud de agrupaciones informales, que a menudo operan en la sombra, que pretenden pertenecer al campo de la izquierda comunista, pero que dedican sus energías a luchar contra las organizaciones marxistas existentes y no contra el régimen burgués. Como en la época de Marx y Engels, la función de esta ola reaccionaria parasitaria es sabotear el desarrollo del debate abierto y la clarificación proletaria, e impedir el establecimiento de normas de conducta vinculantes para todos los miembros del campo proletario.
Fue alimentada significativamente por todas las rupturas que se produjeron en la historia de la CCI. Ni motivadas ni justificadas por diferencias políticas, fueron el resultado de comportamientos organizativos no marxistas y no proletarios, como el de Bakunin en la AIT y el de los mencheviques en el POSDR en 1903, que expresaban una resistencia a la disciplina organizativa y a los principios colectivos.
Frente a la clase obrera y al medio político proletario, la CCI nunca ha ocultado las dificultades que encontraba. A principios de los años 80, se expresaba en estos términos: "la exposición por las organizaciones revolucionarias de sus problemas y debates internos constituye un plato de elección para todas las tentativas de denigración de que son objeto por parte de sus adversarios. Esto es particularmente cierto en el caso de la CCI. Ciertamente, no es en la prensa burguesa donde se encuentran expresiones de júbilo cuando se informa de las dificultades que puede encontrar hoy nuestra organización. Todavía es demasiado modesta en tamaño e influencia entre las masas trabajadoras para que las agencias de propaganda burguesas tengan interés en hablar de ella para intentar desacreditarla. Para la burguesía es preferible construir un muro de silencio en torno a las posiciones y la existencia de las organizaciones revolucionarias. Es por ello que la labor de denigrarlas y sabotear su intervención es asumida por toda una serie de grupos y elementos parasitarios cuya función es alejar de las posiciones de clase a los elementos que se acercan a ellas, para repugnarles toda participación en la difícil labor de desarrollar un medio político proletario." (Resolución adoptada por el 5º Congreso Internacional de la CCI, Revista Internacional nº 35)
Todos los grupos comunistas se han enfrentado a las fechorías del parasitismo, pero corresponde a la CCI, por ser hoy la organización más importante del medio proletario, y también la más rigurosa en cuanto al respeto de los principios y de los estatutos, ser objeto de una atención particular por parte del movimiento parasitario. Este último incluía, y en algunos casos todavía incluye, grupos formados y todos ellos derivados de la CCI, como el "Groupe Communiste Internationaliste" (GCI) y sus escisiones (como "Contre le Courant"), el ya desaparecido "Communist Bulletin Group" (CBG) o la antigua "Fraction Externe du CCI" o la "Fraction Interne du CCI" que unos años más tarde se convirtió en el "Groupe International de la Gauche Communiste" (GIGC), todos ellos formados a partir de escisiones de la CCI.
Pero el parasitismo no se limita a estos grupos. También lo llevan elementos no organizados, o aquellos que se reúnen de vez en cuando en círculos de discusión efímeros, cuya principal preocupación es difundir todo tipo de chismes sobre nuestra organización. A menudo se trata de antiguos militantes que, cediendo a la presión de la ideología pequeñoburguesa, no tuvieron fuerzas para mantener su compromiso con la organización, que se sintieron frustrados porque ésta no "reconocía sus méritos" en la medida que ellos mismos habían imaginado, o que no soportaron las críticas de que fueron objeto. También hay antiguos simpatizantes a los que la organización no quiso integrar porque juzgó que no tenían suficiente claridad o que renunciaron a su compromiso por miedo a perder su "individualidad" en un marco colectivo (es el caso, por ejemplo, del desaparecido "colectivo Alptraum" en México o de "Kamunist Kranti" en la India). En todos los casos, se trata de elementos cuya frustración ante su propia falta de coraje, su falta de carácter y su impotencia se ha convertido en hostilidad sistemática hacia la organización. Es evidente que estos elementos son absolutamente incapaces de construir nada. Por otro lado, a menudo son muy eficaces, ya que utilizan su mezquina agitación y su palabrería de porteros para desacreditar y destruir lo que la organización está intentando construir.
Nos limitaremos aquí a los siguientes grupos: el Communist Bulletin Group (CBG), la Fraction Externe du CCI (FECCI) y la Fraction Interne du CCI (FICCI).
La lucha contra los clanes, que el XI Congreso de la CCI había apoyado unánimemente, es transformada por el CBG en una lucha entre clanes. Los órganos centrales son inevitablemente "monolíticos", y la identificación de la penetración de las influencias no proletarias, tarea primordial de los revolucionarios, se presenta como un medio de perseguir a los "adversarios". Los métodos de esclarecimiento de las organizaciones proletarias -debate abierto en toda la organización, publicación de sus resultados para informar a la clase obrera- se convierten en el método de "lavado de cerebro" de las sectas religiosas.
No es sólo la CCI la que está siendo atacada aquí: "No es sólo el conjunto del medio revolucionario actual el que está siendo atacado aquí de esta manera. Es toda la historia y las tradiciones del movimiento obrero lo que está siendo insultado. En realidad, las mentiras y calumnias de la CBG están totalmente en línea con la campaña de la burguesía mundial sobre la supuesta muerte del comunismo y del marxismo. En el centro de esta propaganda hay una sola idea que lleva en sí la mayor mentira de la historia: que el rigor organizativo de Lenin y los bolcheviques conduce necesariamente al estalinismo. En la versión de la CBG de esta propaganda, es el bolchevismo de la CCI lo que "necesariamente" conduce a su supuesto "estalinismo". Evidentemente, la CBG no sabe ni lo que es el medio revolucionario, ni lo que es el estalinismo"[5].
En un artículo de nuestra Revista Internacional escribíamos en 1986: "El medio político proletario, ya fuertemente marcado por el peso del sectarismo, como la CCI ha destacado y deplorado a menudo, acaba de "enriquecerse" con una nueva secta. Acaba de aparecer el nº 1 de una nueva publicación titulada Perspective Internationaliste, órgano de la "Fracción Exterior de la CCI" que "reivindica la continuidad del marco programático elaborado por la CCI". Este grupo está formado por camaradas pertenecientes a la "tendencia" que se había formado en nuestra organización y que la abandonó en su 6º Congreso[6] para "defender la plataforma de la CCI". Ya hemos encontrado y puesto de relieve muchas formas de sectarismo entre los revolucionarios de hoy, pero la creación de una CCI-bis con las mismas posiciones programáticas que la CCI constituye una cumbre en este ámbito, una cumbre nunca alcanzada”[7]
La Fracción Interna de la CCI (2001), que mutó en GIGC (Grupo Internacionalista de Izquierda Comunista) en 2013, es sin duda un paso más en la ignominia, que justifica que le dediquemos una parte importante de este texto.
Relatamos aquí parte de la cadena de acontecimientos que condujeron a la formación de la FICCI (Fracción Interna de la CCI), cristalización en el seno de la CCI de un cuerpo extraño, citando un comunicado dirigido a nuestros lectores en el que se informa de las acciones, dentro y fuera de nuestra organización, de sus miembros:
"lo que causó el problema fue que, con el pretexto de (...) desacuerdos, cierto número de militantes de la sección de Francia siguieron (...) una política de violación permanente de nuestras normas de organización. Basándose en una reacción de "autoestima herida", se lanzaron de lleno a actitudes anarquistas de violación de las decisiones del Congreso, denigración y calumnia, mala fe y mentiras. Tras varias faltas organizativas, algunos de ellos de extrema gravedad, que exigieron reacciones firmes por parte de la organización, estos camaradas celebraron reuniones en secreto durante el mes de agosto de 2001 (...) El acta de una de las reuniones de esta tendencia secreta llegó a la organización, en contra de la voluntad de sus participantes. Estas actas dejaron claro en el seno de la organización que estos camaradas, plenamente conscientes de la gravedad de sus actos, estaban en proceso de conspirar contra la organización, demostrando así una total deslealtad a la CCI, que se expresó en particular a través del establecimiento de una estrategia para engañar a la organización e imponer sus propias políticas; un planteamiento golpista/izquierdista que plantea los problemas políticos confrontados en términos de "recuperación de los medios de funcionamiento"; el establecimiento de vínculos que confieren "una solidaridad férrea" entre los participantes y contra los órganos centrales, dando así claramente la espalda a la disciplina libremente consentida en el seno de una organización política proletaria".(Comunicado a nuestros lectores - Un ataque parasitario destinado a desacreditar a la CCI, 21 de marzo de 2002[8]).
Desde su formación, la FICCI siempre se ha presentado como el mejor defensor de la plataforma y las posiciones de la CCI, con la excepción, sin embargo, del "análisis de la última fase de la decadencia, la de la descomposición", y de las "tesis sobre el parasitismo político". La primera excepción pretendía estar más en consonancia con otros grupos del MPP que no compartían el análisis de la descomposición. La segunda facilitaba al MPP la refutación del hecho de que él mismo era una agrupación parasitaria, a pesar de que sus miembros habían sido hasta entonces defensores convencidos de la necesidad de combatir el parasitismo.
Hagamos un recordatorio[9] de la hoja de servicios del grupo FICCI / GIGC
Los miembros de la FICCI se situaron deliberadamente fuera de nuestra organización como consecuencia de los siguientes comportamientos:
- Infracciones reiteradas de nuestros estatutos (en particular la negativa a pagar íntegramente sus cuotas) y su negativa a comprometerse a respetarlos en el futuro;
- Negativa a salir en defensa de su comportamiento en la organización ante nuestras críticas al respecto, a pesar de que la CCI había organizado una conferencia extraordinaria con este asunto específicamente en el orden del día;
- Robo de dinero y material del CCI (archivos de direcciones y documentos internos).
Al final, los miembros de la FICCI fueron expulsados de nuestra organización, no por su comportamiento intolerable, sino por sus actividades como chivatos policiales, que incluyeron varios actos de delación. Por ejemplo, publicaron en su página web la fecha de una conferencia de la CCI que se celebraría en México, a la que asistirían militantes de otros países. Este acto repugnante de la FICCI de facilitar el trabajo de las fuerzas de represión del Estado burgués contra los militantes revolucionarios es tanto más despreciable cuanto que los miembros de la FICCI sabían perfectamente que algunos de nuestros camaradas de México ya habían sido, en el pasado, víctimas directas de la represión y que algunos se habían visto obligados a huir de sus países de origen.
Pero el comportamiento de soplón de los miembros de la FICCI no se limita a este episodio. Antes y después de su exclusión de la CCI, espiaron sistemáticamente a nuestra organización e informaron regularmente de los resultados en sus boletines (véanse en particular los boletines nº 14, 18 y 19 de la FICCI).
Su sórdida recopilación de información es totalmente indicativa de la forma en que estas personas concebían su "trabajo como Fracción" (cotilleos, informes policiales). En efecto, el despliegue de tales informaciones se dirigía también al conjunto de la CCI, con el fin de presionar a sus militantes haciéndoles comprender que estaban "bajo vigilancia", que nada de lo que hicieran escaparía a la vigilancia de la "Facción Interna".
El hecho de que emane de las mentes enfermas de inquisidores obsesivos no significa que no debamos tomarnos en serio este tipo de trabajo para vigilar a nuestra organización y, más concretamente, a algunos de sus miembros.
Para concluir sobre los comportamientos policiales de la FICCI-GIGC cabe señalar la publicación por esta última de un texto de 118 páginas titulado "Historia del Secretariado Internacional de la CCI". Según su subtítulo, este texto pretende relatar "Cómo el oportunismo se impuso en los órganos centrales antes de contaminar e iniciar la destrucción de toda la organización...". Este documento ilustra una vez más el carácter policial de los planteamientos de la FICCI. En efecto, explica la supuesta "evolución oportunista" de la CCI por las "intrigas" de un cierto número de personajes malvados, en particular la "compañera del jefe" (presentada como una agente del Estado que ejerce su influencia sobre el "jefe"). Es como si la degeneración y la traición del Partido Bolchevique hubieran sido el resultado de las acciones del megalómano Stalin y no la consecuencia del fracaso de la revolución mundial y del aislamiento de la revolución en Rusia. Este texto es la quintaesencia de la concepción policial de la historia, que el marxismo siempre ha denunciado.
Pero lo más odioso de este texto es que revela numerosos detalles sobre el funcionamiento interno de nuestra organización, que son una bendición para la policía.
Al no haber logrado convencer a los militantes de la CCI de la necesidad de excluir al "líder" y a la "compañera del líder", este minúsculo grupo parasitario se fijó como objetivo arrastrar a los demás grupos de la izquierda comunista tras sus calumnias para establecer un cordón sanitario en torno a la CCI y desacreditarla (véanse más adelante los episodios del "mitin público del BIPR en París" y del "Círculo"). De hecho, fueron todos los lugares en los que actuaba la CCI (permanencias, reuniones públicas, etc.) los que la FICCI puso en el punto de mira, a pesar de que habíamos prohibido el acceso a sus miembros debido a sus actividades de soplones[10]. Mientras hacíamos cumplir nuestra decisión de mantenerlos alejados de esos lugares, a veces teníamos que hacer frente a las amenazas (incluida una muy sonada de degollar a uno de nuestros camaradas) y ataques de esos matones.
La FICCI se presenta como "la verdadera sucesora de la CCI", de la que se dice que ha sufrido una degeneración "oportunista" y "estalinista”. Declara continuar el trabajo, según ella abandonado por la CCI, de defender en la clase obrera las "verdaderas posiciones de esta organización", amenazadas por el desarrollo del oportunismo en su seno, que afecta principalmente a la cuestión de su funcionamiento. Vimos en la práctica de este grupo su propia concepción del respeto a los estatutos e incluso a las más elementales normas de comportamiento del movimiento obrero: "burlarse de ellos", pisotearlos con saña.
El método, que consistía en "sugerir" eludiendo el problema político de fondo, apelaba al "sentido común popular", a los métodos de caza de brujas practicados en la Edad Media.
Como resultado, la CCI ha sido objeto de otras numerosas acusaciones por parte de la FICCI, no mencionadas hasta ahora, entre las que se incluyen las siguientes la CCI ha sido estigmatizada por "un alejamiento progresivo del marxismo y una tendencia creciente a promover (y defender) valores burgueses y pequeñoburgueses de moda ('juvenilismo', feminismo y, sobre todo, 'no violencia')"; la CCI "hace el juego a la represión".
El 2 de octubre de 2004, el BIPR[11] fue objeto de una audaz maniobra de la FICCI para organizar en París una reunión pública en beneficio del grupo. En realidad, se trataba de una reunión pública concebida para servir a la reputación de la FICCI, en detrimento de la del BIPR, y con vistas a atacar a la CCI.
El anuncio de esta reunión por el BIPR indicaba que su tema era la guerra en Irak. En cambio, el anuncio de la FICCI subrayaba la importancia de su propia iniciativa: "A propuesta nuestra y con nuestro apoyo político y material, el BIPR va a organizar en París una reunión pública (que esperamos no sea la última) en la que llamamos a participar a todos nuestros lectores". Lo que se desprende de este llamamiento es que, sin la FICCI, esta organización de la izquierda comunista, que existe a escala internacional y es conocida desde hace décadas, ¡no habría podido tomar la iniciativa y organizar la reunión pública!
De hecho, este grupo parasitario utilizó al BIPR como "testaferro" de su propia publicidad para obtener un certificado de respetabilidad, el reconocimiento de su pertenencia a la Izquierda Comunista. Y no dudó en utilizar el fichero de direcciones de los contactos de la CCI (que había robado antes de abandonar la organización) para dar publicidad a su convocatoria de esta reunión pública.
En 2004, la CCI entabló una relación política con un pequeño grupo en búsqueda de posiciones revolucionarias de Argentina, el NCI (Núcleo comunista internacional). A finales de julio de 2004, un miembro del NCI, el Sr. B., intentó una audaz maniobra: exigió la integración inmediata del grupo en la CCI. Impuso esta exigencia a pesar de la resistencia de los demás camaradas del NCI que, aunque también se habían fijado el objetivo de integrarse en la CCI, consideraban necesario llevar a cabo primero todo un proceso profundo de clarificación y asimilación, ya que la militancia comunista sólo podía basarse en convicciones sólidas. La CCI rechazó esta exigencia en consonancia con nuestra política de oposición a las integraciones precipitadas e inmaduras, que pueden correr el riesgo de destruir a los militantes y son perjudiciales para la organización.
Paralelamente, se había forjado una alianza entre la FICCI y el aventurero B, ciertamente por iniciativa de B, al servicio de una maniobra contra la CCI utilizando a la NCI a espaldas de sus miembros. La maniobra consistía en hacer circular en el medio político proletario una denuncia de la CCI y de sus "métodos nauseabundos" que parecía emanar indirectamente de la NCI, ya que esta denuncia estaba firmada por un misterioso y ficticio "Círculo de comunistas internacionalistas" (¡o "CCI" para abreviar!), dirigido por el ciudadano B y que, según él, debía constituir la "superación política" de la NCI. Estas calumnias se difundieron mediante un folleto "Círculo" distribuido por la FICCI con ocasión de la reunión pública del BIPR en París el 2 de octubre de 2004. También se publicaron en línea en varios idiomas en el sitio web del BIPR. Además de apuntar directamente a la CCI, el folleto en cuestión defendía a la FICCI, poniendo totalmente en entredicho una posición adoptada por la NCI el 22 de mayo de 2004, que había denunciado a este grupo.
La forma en que el ciudadano B desarrolló su maniobra es típica de un aventurero, de sus ambiciones y de su total falta de escrúpulos y de preocupación por la causa del proletariado. La utilización por la FICCI de los servicios de un aventurero para satisfacer su odio a la CCI y tratar de establecer, mediante la denigración pública, el aislamiento político de nuestra organización es digna de los patéticos y despreciables personajes que pueblan el pequeño mundo de la pequeña burguesía y de la gran burguesía[12].
El GIGC, tras haber obtenido boletines internos de la CCI por un medio desconocido para nosotros, armó un gran alboroto sobre este suceso, considerándolo como la prueba de una crisis en la CCI. El mensaje que estos soplones patentados intentaban transmitir era muy claro:¡hay un 'topo' en la CCI que trabaja mano a mano con la ex-FICCI! Se trataba claramente de un trabajo policial sin otro objetivo que sembrar la sospecha generalizada, el malestar y la maldad dentro de nuestra organización. Estos fueron los mismos métodos utilizados por la Guepeu, la policía política de Stalin, para destruir el movimiento trotskista desde dentro en la década de 1930. Son los mismos métodos que utilizaron los miembros de la ex-FICCI (y en particular dos de ellos, Juan y Jonas, miembros fundadores del "GIGC") cuando hicieron viajes "especiales" a varias secciones de la CCI en 2001 para organizar reuniones secretas y difundir rumores de que una de nuestras camaradas (la "esposa del jefe de la CCI", como ellos decían) era "policía".
La CCI había denunciado un intento de falsificar los verdaderos orígenes de la Izquierda Comunista por parte de un blog llamado Nuevo Curso[13] y orquestado por un aventurero, Gaizka, cuyo objetivo no es en absoluto contribuir a clarificar y defender las posiciones de esta corriente, sino "hacerse un nombre" en el medio político proletario. Este ataque a la corriente histórica de la Izquierda Comunista pretende transformarla en un movimiento de contornos borrosos, despojado de los rigurosos principios proletarios que presidieron su formación, lo que constituye un obstáculo para la transmisión a las futuras generaciones de revolucionarios de las conquistas de la lucha de las fracciones de la izquierda contra el oportunismo y la degeneración de los partidos de la Internacional Comunista.
En cuanto al aventurero Gaizka, hemos proporcionado mucha información sobre él, que aún no ha sido refutada, acerca de sus relaciones con el mundo de los personajes políticos burgueses (principalmente de izquierdas, pero también de derechas) [14]. Es un comportamiento y un rasgo de su personalidad que comparte con los aventureros -aunque esté lejos de tener la talla de estos personajes- más conocidos en la historia como Ferdinand Lassalle y Jean Baptiste von Schweitzer que operaron en el seno del movimiento obrero en Alemania en el siglo XIX[15].
El GIGC acogió con gran entusiasmo, y servilismo, la entrada del blog Nuevo Curso en la escena política: "Todas las posiciones que defiende son muy claramente clasistas y se inscriben en el marco programático de la izquierda comunista (...)".Es más, una vez que nuestra organización había proporcionado a los lectores información suficiente para caracterizar a Gaizka (principal dirigente de Nuevo Curso) como un aventurero con la peculiaridad de haber mantenido relaciones, en 1992-94, con el partido más importante de la burguesía española de la época, el PSOE, ya no quedaban dudas sobre el sentido del planteamiento de Nuevo Curso dirigido a desvirtuar a la Izquierda Comunista. Sin embargo, no fue esta información puesta al alcance de todos (y desmentida por nadie, repetimos) la que impidió al GIGC volar en auxilio del aventurero Gaizka, ante la denuncia que le hicimos: "debemos subrayar que hasta la fecha no hemos constatado ninguna provocación, maniobra, denigración, calumnia o rumor, lanzada por miembros de Nuevo Curso, ni siquiera a título individual, ni ninguna política de destrucción contra otros grupos o militantes revolucionarios"[16].
Es muy revelador que, para descartar cualquier sospecha de aventurerismo en relación con Gaizka, el líder del GIGC utilice como criterio un conjunto de rasgos políticos que le caracterizan en primer lugar, pero no necesariamente a Gaizka en particular: provocador, maniobrero, denigrador, calumniador, destructor de reputaciones, ......En cuanto a Gaizka, aunque no es de la talla de un Lassalle o un Schweitzer, "intenta jugar en la corte de los grandes" e incluso ha conseguido el reconocimiento de algunos de ellos gracias a algunas de sus capacidades intelectuales, sin llegar a tratar de igual a igual con los grandes como hizo Lassalle con Bismarck.
A su pequeña escala, Gaizka imaginó que podría desempeñar un papel como representante de una rama de la Izquierda Comunista (la Izquierda Comunista Española), inventada por él mismo. Por su parte, la gran ambición del GIGC es cubrir de basura la CCI.
Para ilustrar nuestro análisis del fenómeno del parasitismo político, hemos utilizado principalmente el ejemplo del GIGC (antigua FICCI). El hecho de que esta organización constituya una especie de caricatura del parasitismo nos ha permitido tanto denunciar una vez más su canallada y su prevaricación como poner de manifiesto más claramente los grandes rasgos que caracterizan este fenómeno y que pueden encontrarse en otros grupos o elementos cuyas actividades se inscriben en un planteamiento parasitario, aunque sea de forma menos evidente y más sutil. Así, el GIGC-FICCI es, que sepamos, el único grupo que ha adoptado deliberadamente una actitud de chivato, de agente consciente de la represión capitalista. Sin embargo, al adoptar esta actitud de agente consciente (aunque no remunerado) del Estado burgués, este grupo no hace más que expresar de la manera más extrema la esencia y la función del parasitismo político (y que ya había sido analizado, como hemos visto, por Marx y Engels): librar, en nombre de la defensa del programa proletario, una lucha decidida contra las organizaciones reales de la clase obrera. Y esto, por supuesto, para mayor beneficio de su enemigo mortal, la burguesía. Y si ciertos grupos se abstienen de las tropelías del GIGC, prefiriendo practicar un parasitismo "suave", más sutil, no por ello son menos peligrosos, sino todo lo contrario.
Del mismo modo que las verdaderas organizaciones del proletariado sólo podrán asumir el papel que les ha confiado el movimiento obrero, como ha demostrado toda la historia del movimiento, librando una lucha decidida contra la gangrena oportunista, sólo podrán estar a la altura de su responsabilidad librando una lucha igualmente decidida contra la plaga del parasitismo. Marx y Engels lo comprendieron plenamente desde finales de la década de 1860, y en particular en el Congreso de La Haya de la Primera Internacional en 1872, aunque un gran número de marxistas que dirigían la lucha contra el oportunismo, como Franz Mehring, no comprendieron el significado y la importancia de la lucha contra la Alianza de Bakunin. Esta es probablemente una de las razones (junto a la ingenuidad y los virajes oportunistas) por las que la cuestión del parasitismo no se comprende en el medio político proletario. Pero no se puede utilizar la debilidad del movimiento obrero como argumento para negarse a ver y afrontar los peligros que amenazan la lucha histórica de nuestra clase. Es plenamente en el espíritu de las palabras de Engels, citadas al principio de este artículo, que afirmamos: "Ya es hora, de una vez por todas, de poner fin a las luchas internas provocadas diariamente en nuestra Asociación por la presencia de este cuerpo parasitario".
CCI 07-08-23
[1] Construcción de la organización revolucionaria - Tesis sobre el parasitismo | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [71]
[2] Cuestiones de organización, III – El Congreso de La Haya en 1872 – La lucha contra el parasitismo político | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [72]
[3] La "Alianza de la Democracia Socialista", fundada por Bakunin, que iba a encontrar un terreno fértil en importantes sectores de la Internacional a causa de las debilidades que aún pesaban sobre ella y que resultaban de la inmadurez política del proletariado de la época, un proletariado que aún no se había liberado completamente de los vestigios de la etapa precedente de su desarrollo, y en particular de los movimientos sectarios.
[4] "Antes de unirse a la AIT, Bakunin explicó a sus seguidores por qué la AIT no era una organización revolucionaria: los proudhonianos se habían convertido en reformistas, los blanquistas habían envejecido, y los alemanes y el Consejo General que supuestamente dominaban eran "autoritarios". Según Bakunin, lo que faltaba sobre todo era la "voluntad" revolucionaria. Esto es lo que la Alianza quería asegurar yendo más allá del programa y los estatutos y engañando a sus miembros.
Para Bakunin, la organización que el proletariado había forjado, que había construido durante años de duro trabajo, no valía nada. Lo que lo era todo para él eran las sectas conspirativas que él mismo había creado y controlado. No era la organización de clase lo que le interesaba, sino su propio estatus y reputación personales, su "libertad" anarquista o lo que ahora llamamos "autorrealización". Para Bakunin y los de su calaña, el movimiento obrero no era más que un vehículo para la realización de su yo y de sus proyectos individualistas." Cuestiones de organización, III – El Congreso de La Haya en 1872 – La lucha contra el parasitismo político | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [72]
[5] Parasitismo político - El CBG hace la faena de la burguesía | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [73]
[6] La Revista Internacional n°44, en el artículo dedicado al 6º Congreso de la CCI, informa sobre la marcha de estos camaradas y su constitución como "Fracción". Los lectores pueden remitirse a él, así como a los artículos publicados en las Revistas 40 a 43 que reflejan la evolución del debate en el seno de la CCI. Ver Debate: oportunismo y centrismo en la clase obrera y sus organizaciones | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [74] y Resolución: Oportunismo y centrismo en el período de decadencia | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [75]
[8] Documentos de la vida de la CCI - El combate por la defensa de los Principios Organizativos | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [77]
[9] La información publicada a continuación es un resumen de parte del artículo El aventurero Gaizka tiene los defensores que se merece: los matones del GIGC | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [78], en el que se da cuenta con más detalle de las molestias causadas por este grupo parasitario.
[10] La FICCI en acción: mentiras y comportamiento de “matones” | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [79]
[11] BIPR: Buró Internacional por el Partido Revolucionario. Fundado en 1984 por el Partito Communista Internazionalista (Battaglia Communista) y la Communist Workers Organization. A partir de 2009 cambió su nombre por el de Tendencia Comunista Internacionalista (TCI)
[12] Sobre este episodio ver 'Círculo de Comunistas Internacionalistas' (Argentina): Una nueva... y extraña aparición | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [80] y 'Círculo de Comunistas Internacionalistas' (Argentina): ¿Qué es y qué función cumple? | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [81]. También Reunion Publica del BIPR en París: el BIPR rehén de unos hampones | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [82]
[13] Nuevo Curso y una "Izquierda Comunista Española" ¿De dónde viene la Izquierda Comunista? | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [83]
[14] ¿Quién es quién en Nuevo Curso? | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [84]
[15] Lassalle y Schweitzer: La lucha contra los aventureros políticos en el movimiento obrero | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [85]
[16] Ver Nouvelle attaque du CCI contre le camp prolétarien international [86] (1er février 2020). Nuestra denuncia se puede encontrar en El aventurero Gaizka tiene los defensores que se merece: los matones del GIGC | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [78]
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Durante varias semanas los medios en México aturden con la campaña anticomunista con ocasión de los cuestionamientos de la oposición electoral a AMLO sobre los libros de texto de educación básica. El 1° de agosto TV Azteca inició con la cruzada diciendo que el “virus comunista que se creía erradicado” había resurgido con la “educación comunista” de la mano de “comunistas trasnochados” dentro de la Secretaría de Educación Pública1. Si bien, se trata de un ejemplo de la división de la burguesía donde las fracciones en pugna usan diferentes recursos para entorpecer a su adversario y ganar adeptos y votos como lo demostramos recientemente en Revolución Mundial 147 revelando cómo Morena y la derecha compiten para liderar la explotación de los trabajadores,2 resalta el hecho que no desperdician el momento para lanzar su ataque en contra del proletariado y su proyecto histórico.
Es obvio que no denunciamos a la burguesía por su odio de clase en contra del movimiento comunista ya que corresponde a su naturaleza burguesa pues tanto los partidos y grupos de derecha, así como los de la izquierda son emanación directa del Estado capitalista y se reparten el trabajo en el abanico de fuerzas políticas para controlar y someter a los trabajadores. Lo que interesa subrayar son sus ataques complementarios:
- Por un lado, el sector de la derecha (incluida la llamada ultraderecha) retorciéndose empinada de puntitas y haciendo muecas de asco contra el comunismo presentándolo como espantajo, como una momia arrumbada que amenaza con cobrar vida si engulle las vísceras de los niños, llama como lo hace por ejemplo el presidente del PAN, Marko Cortés, a que los libros se destruyan en su totalidad o que se mutilen hojas diciendo que se trata de adoctrinar con ellos.
- Por el otro, la izquierda de la burguesía cuyo máximo exponente es el partido Morena, hoy en el poder federal y en dos tercios de las entidades, para quien el comunismo es una “ideología anticuada” y a la que oponen el “humanismo”, esa careta hipócrita de la burguesía que siempre trata de esconder su función de explotación y opresión de la clase obrera. El presidente AMLO además remata con el sarcasmo de que “los conservadores ven comunismo por todos lados…como los ovnis” (La Jornada, 3/09/2023). Es evidente a pesar de que hay una fractura al interior de la burguesía, hay una coincidencia entre el gobierno y los empresarios y la derecha: su temor y odio al proletariado y el proyecto comunista.
Cuando a finales de los años 80 del siglo XX se produjo la caída estrepitosa de los regímenes estalinistas en la ex URSS, la burguesía lanzó una abrumadora campaña sobre la “muerte del comunismo” logrando asestar un duro golpe a la conciencia y la combatividad del proletariado a escala mundial con el mensaje de que su proyecto de clase había fracasado y que el capitalismo era el mejor de los mundos, sincronizando su veneno en todos los países identificando al comunismo con el estalinismo, que era el régimen económico, político y social del bloque del este, tan capitalista como el resto de los países de occidente y del mundo entero.
Desde entonces, la burguesía ha aprovechado la más mínima oportunidad para renovar esa campaña anti obrera como se ve actualmente en México, pero también en otros países como Argentina donde Javier Milei, candidato en las elecciones presidenciales en curso por el partido La Libertad Avanza (LLA), no solo refresca el viejo argumento de la burguesía de igualar al estalinismo con el marxismo, sino, además, considera a cualquier política económica, por ser dirigida por el Estado como una “manifestación socialista” y además causante de la quiebra económica de Argentina. Una mentira muy usada por la burguesía, desde su derecha y hasta su izquierda, en contra del marxismo es que es este un proyecto estatista. Por eso, más allá de las expresiones esquizofrénicas del personaje, lo que resalta es que el denominador común de todos los ataques es la igualación de comunismo con estalinismo (como en la ex URSS, China, Cuba, Nicaragua, Venezuela…) y a la estatización de la economía como una política del proletariado. Y en esta campaña también aporta su grano de arena la “defensa” que hacen algunos izquierdistas (ala radical de la izquierda del capital) de ese reino de la explotación y opresión que era la Unión Soviética con la apología de sus pretendidos logros educativos3.
La mayor mentira del siglo XX fue igualar estalinismo con comunismo; al contrario, aquel fue su principal verdugo después del aislamiento y derrota de la revolución rusa de 1917 y en la actualidad, la burguesía sigue utilizando al estalinismo para golpear la conciencia de los trabajadores4.
Como proyecto histórico de la clase obrera, el comunismo al concebirse como una sociedad sin clases y por lo tanto sin explotación, es la antítesis del capitalismo incluyendo el estalinista. Y, por supuesto, no tiene nada que ver con ideales trasnochados, sino que su programa no es más que “…la expresión de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos” (Manifiesto comunista)5. De ahí que la burguesía se afane periódicamente en echar basura sobre el verdadero significado del proyecto comunista y en esta tarea el estalinismo le sigue prestando un servicio inigualable. Además, esta campaña no es gratuita si vemos que en el mundo las luchas obreras están recordando que el verdadero proyecto comunista sigue más vigente que nunca.
En cuanto al adoctrinamiento que se reclama, hay que afirmar muy fuerte que la educación que se imparte bajo la sociedad capitalista en todo el mundo está diseñada precisamente para formar ideológicamente en los valores burgueses, deformando la historia e inculcando sumisión ante las leyes que garantizan la explotación asalariada, es decir cumple una función en la reproducción de la fuerza de trabajo.
La burguesía alterna sus gobiernos de derecha, centro o izquierda según sus necesidades y dependiendo de sus ropajes ideológicos implementa un tipo de reforma educativa que se acomode a sus estilos, sin embargo, lo que permanece inamovible es la concepción burguesa del mundo (por ejemplo, los programas de estudio de historia y educación cívica) para la cual el capitalismo y la democracia representativa es el mejor modelo de organización social que puede encontrarse y, además, se esfuerzan a toda costa de presentar a la sociedad como una suma de ciudadanos libres e iguales ante la ley intentando borrar toda noción de la existencia de clases sociales antagónicas con intereses irreconciliables, la burguesía y el proletariado enfrentados históricamente por la opresión y explotación asalariada.6
Este es el marco para entender los alaridos histéricos de la campaña en contra del comunismo sostenida por todas las fracciones de la burguesía.
RM, 18.09.2023
1 https://www.youtube.com/watch?v=ziL8XEwj8V4 [89]
2 https://es.internationalism.org/content/4973/revolucion-mundial-no-147 [90]
3 https://elmachete.mx/index.php/2023/08/04/sobre-las-declaraciones-de-que-la-sep-busca-imponer-una-educacion-comunista/ [91]
4 https://es.internationalism.org/revista-internacional/201208/3451/tesis-... [92]
5 Véanse en particular nuestras series sobre ¿Qué es el comunismo?: El comunismo no es un bello ideal, sino una necesidad material [93], El comunismo no es un bello ideal, sino que está al orden del día de la historia [94] y El comunismo, entrada de la humanidad en su verdadera historia [95]
6 https://es.internationalism.org/cci-online/201410/4054/la-falsificacion-de-la-historia-en-los-programas-escolares [96]
Invitamos a una Permanencia por Internet sobre el 50 aniversario del derrocamiento de Allende por el golpe militar conducido por Pinochet. Queremos animar un debate en torno a los puntos siguientes:
Estimados lectores:
Los animamos a participar aportando sus posturas, críticas, desacuerdos, propuestas … Los interesados pueden escribir a nuestros mails: [email protected] [97], [email protected] [98] o [email protected] [99] y les remitiremos el enlace para participar en la reunión 2 horas antes.
El 23 de marzo, al final del noveno día de protestas contra la reforma de las pensiones en Francia, estallaron enfrentamientos entre la policía y los bloques negros, cuando los manifestantes llegaban a la Plaza de la Ópera, en el corazón de un barrio acomodado de la capital. A lo largo de la noche, las cadenas de televisión continuaron mostrando escaparates rotos, tiendas destrozadas y contenedores de basura ardiendo...
Al día siguiente, los mismos medios de comunicación transmitían los temores de los vecinos y comerciantes: “Todo se ha quemado, las mercancías se han derretido... Es la primera vez que pasa. Las manifestaciones no suelen terminar aquí, así que nos hemos librado por los pelos”, decía asustado el encargado de un quiosco de prensa. Al decidir poner fin a la manifestación en un espacio reducido en pleno centro de París, en medio de unas obras, la Prefectura de Policía y el gobierno preparaban el terreno para que estallara la violencia. Y lo hicieron con el pleno consentimiento de los sindicatos, ¡que en ningún momento se opusieron a esta elección!
Una semana antes, el 16 de marzo, la reforma de las pensiones había sido aprobada con fórceps utilizando un subterfugio constitucional, el artículo 49.3. Este “paso a la fuerza”, esta “negación de la democracia”, según el decir de los partidos de la oposición y de los sindicatos, no sirvió para aplacar la cólera y la movilización. Al contrario, esa noche se produjeron manifestaciones en casi todas partes. En París, se dio orden de dispersar brutalmente a las 5,000 personas reunidas en la plaza de la Concordia cuando no había ningún peligro para el “orden público”.
En los días siguientes, las manifestaciones, “no declaradas” por los sindicatos, estallan todas las noches en muchas ciudades, sobre todo en las calles de París. Las concentraciones fueron tranquilas hasta que la situación degeneró en enfrentamientos entre algunos de los manifestantes y la policía. Vídeos y fotos de contenedores de basura y edificios públicos quemados dieron la vuelta al mundo, retratando la lucha que libraba la clase obrera en Francia como nada más que disturbios generadores de caos y anarquía. Por su parte, Macron y sus ministros, lejos de querer calmar los ánimos, no han dejado de echar leña al fuego denunciando a las “turbas sin legitimidad”, la “creación del caos” (bordélisation) y a los “facciosos”.
A pesar del riesgo de que las cosas se descontrolaran, esta situación fue ampliamente cultivada y explotada por el gobierno y las fuerzas del orden para legitimar el terror del Estado, en la imagen de las famosas Brigadas de Represión de la Acción Violenta Motorizada (BRAV-M) agrediendo a todo el que se encontraban a su paso, incluso pasando en moto por encima de manifestantes tirados en el suelo. Como de costumbre, todos los perros guardianes del orden capitalista (los medios de comunicación, los comentaristas y los intelectuales a sus órdenes) intentaron hacer creer que unos pocos policías habían cometido un desliz, que había habido algunos “errores”. Pero la represión simultánea en toda Francia no fue un accidente. Fue una política totalmente deliberada por parte del gobierno y de todos los portavoces del Estado policial. El objetivo era simple e incluso clásico:
- arrastrar a los jóvenes más enfadados a un enfrentamiento estéril con la policía;
- atemorizar a la mayoría de los manifestantes y disuadirlos de salir a la calle;
- Impedir toda posibilidad de discusión, estropeando sistemáticamente el final de las manifestaciones, momento que suele ser propicio para las reuniones y los debates;
- hacer impopular el movimiento, haciendo creer que toda lucha social degenera automáticamente en violencia ciega y caos, en tanto que las autoridades son las garantes del orden y la paz.
Así pues, el Estado y su gobierno han jugado a fondo la carta de la “escalada de violencia”. La confirmación de esta estrategia vino directamente de la boca de un antiguo gran servidor del orden burgués, Jean-Louis Debré: “¿Por qué, por ejemplo, aceptamos que una manifestación terminara en la Ópera, muy cerca de los ministerios y del Elíseo, sabiendo que el barrio está lleno de callejuelas? ¿Por qué no limpiaron y se llevaron toda la basura ese día? Era como si quisieran que las cosas se descontrolaran un poco. [...] ¿Hasta qué punto quiere este gobierno repetir 1968, enfrentar al orden público contra el desorden?” Estas preguntas falsamente ingenuas del antiguo ministro del Interior en la época del movimiento huelguístico contra la reforma de las pensiones en 1995 no hacen más que levantar el velo, ciertamente opaco, de la provocación fomentada por el gobierno. Al organizar el desorden, Macron y sus esbirros contaban con que una parte de la opinión pública se volvería favorable a la vuelta al orden social.
El paralelismo trazado por Jean-Louis Debré con el movimiento de Mayo del 68 demuestra también que este gobierno no se ha inventado nada. Las provocaciones policiales no son nada nuevo, ¡y el “partido del orden” tiene una larga historia! Durante el movimiento de Mayo del 68, las milicias gaullistas o la policía vestida de paisano se infiltraron deliberadamente en las manifestaciones para “avivar el fuego” y asustar a la población. Los agentes provocadores incitaban a los estudiantes a cometer actos violentos. Las impactantes imágenes de coches incendiados, escaparates rotos y adoquines lanzados contra los CRS contribuyeron a galvanizar a la “gente del miedo” y a cambiar el rumbo de la opinión pública. Las barricadas y la violencia se convertirían en uno de los elementos de la toma de control de la situación por parte de las distintas fuerzas de la burguesía, el gobierno y los sindicatos, socavando la gran simpatía que los estudiantes se habían granjeado inicialmente por parte de la población en su conjunto y de la clase obrera en particular.
En 2006, durante el movimiento contra el CPE (Contrato de Primer Empleo), la burguesía francesa utilizó los mismos pérfidos métodos para sabotear la lucha. En varias ocasiones, el Estado permitió deliberadamente que bandas de jóvenes de los suburbios1 vinieran a “golpear policías y destrozar escaparates”. Durante la manifestación del 23 de marzo de 2006, incluso con la bendición de la policía, los “matones” atacaron a los propios manifestantes, robándoles y golpeándoles hasta dejarlos sin sentido. Pero los estudiantes habían conseguido evitar esta trampa nombrando delegaciones en varios lugares para ir a hablar con los jóvenes de los barrios desfavorecidos, en particular para explicarles que la lucha de los estudiantes era también en nombre de esos jóvenes sumidos en la desesperación por el paro masivo y la exclusión2.
Ya en el siglo XIX la clase obrera tenía experiencia en esos procedimientos viles y astutos para golpear y matar las luchas. Como lo ha podido mostrar Marx en el 18 Brumario de Louis Bonaparte, la terrible represión del proletariado parisino por las tropas de Cavaignac, luego de las jornadas de junio 1848, había contribuido también a atemorizar a los burgueses, al cura y al tendero, ¡todos los cuales esperaban ardientemente la vuelta al orden por todos los medios!
En las zonas industriales de Estados Unidos, a finales del siglo XIX, la patronal había creado empresas privadas especializadas en el suministro de rompehuelgas, espías, provocadores e incluso asesinos. Las masacres que éstos perpetraban contra la clase obrera también permitían inclinar la “opinión” a favor de la vuelta al orden. Todo ello con el respaldo del Estado3.
La movilización ecologista contra el proyecto del mega estanque, del sábado 25 de marzo en Sainte-Soline fue otra oportunidad para utilizar la estrategia de la escalada de violencia. Ese día, varios miles de personas se concentraron en plena naturaleza, en medio de grandes descampados, para protestar contra la instalación de mega estanques destinados a servir de reservas de agua para la agricultura intensiva. La situación degeneró rápidamente en una batalla campal entre policías y manifestantes, filmada durante todo el día por las cadenas de información. Dos personas acabaron entre la vida y la muerte.
Las cosas podrían haber resultado muy distintas. ¿Qué interés podían tener que gendarmes y la policía vinieran a cargar contra miles de personas reunidas en un campo atravesado por grandes estanques? Ninguno. Salvo encender una nueva mecha para que el fuego de la violencia se extendiera. Una vez más, el gran burgués Jean-Louis Debré no deja de pensar: “¿Por qué no se registró a la gente de antemano? ¿Se quería permitir cierto desorden para poder mantener el orden después?”
Esa misma noche, Darmanin pudo denunciar la “violencia extrema” y el “terrorismo” de la “ultraizquierda” “que quiere destruir a la policía”. Igual que había hecho unos días antes, la noche de la manifestación del 23 de marzo.
Una vez más, esta campaña no tiene nada de casual. La ultraizquierda es una noción ajena al campo proletario y revolucionario4. Por el contrario, es un término acuñado por la burguesía, con el que le permite meter en el mismo saco a las auténticas organizaciones revolucionarias de la izquierda comunista con los intelectuales modernistas, los anarquistas radicales y, sobre todo, las agrupaciones “anti-Estado” que abogan por la violencia indiscriminada. Estos últimos fueron infiltrados y manipulados por la policía. Como resultado, los bloques negros y los “zadistas”5 son los idiotas útiles del Estado policial, lo que le permite justificar el refuerzo de su arsenal legal y represivo. Es lo que ha ocurrido recientemente con la aprobación de un decreto que autoriza el uso de drones equipados con cámaras durante las manifestaciones.
Pero más allá de eso, agitar el trapo de la ultraizquierda es sobre todo una forma de preparar el terreno para la criminalización de las organizaciones revolucionarias en el futuro. La burguesía está utilizando más o menos los mismos métodos utilizados en los años 70 en las gigantescas campañas antiterroristas que siguieron al caso Schleyer en Alemania y al caso Aldo Moro en Italia, que sirvieron de pretexto al Estado para reforzar su aparato de control y represión contra la clase obrera. Más tarde se demostró que la banda Baader y las Brigadas Rojas habían sido infiltradas por el servicio secreto de Alemania Oriental, la Stasi, y el servicio secreto del Estado italiano, respectivamente. En realidad, estos grupos terroristas no eran más que instrumentos de rivalidad entre camarillas burguesas.
Ya en el siglo XIX las acciones terroristas de los anarquistas habían sido utilizadas por la burguesía para reforzar su terror de Estado contra la clase obrera. Recordemos, por ejemplo, las “leyes canallas” aprobadas por la burguesía francesa tras el atentado terrorista del anarquista Auguste Vaillant que, el 9 de diciembre de 1893, arrojó una bomba en el hemiciclo de la Cámara de Diputados, hiriendo a unas cuarenta personas. El atentado había sido manipulado por el propio Estado. Vaillant había sido contactado por un agente del Ministerio del Interior que, haciéndose pasar por anarquista, le había prestado dinero y le había explicado cómo fabricar una bomba casera (con una maceta y clavos) que fuera explosiva y no demasiado mortífera. Es el mismo procedimiento el que utilizó el gobierno prusiano para aprobar las leyes antisocialistas en 1878, llevando a la clandestinidad a la socialdemocracia en Alemania.
En 1925, Victor Serge publicó Lo que todo revolucionario debe saber sobre la represión. Este folleto, escrito a partir de los archivos de la policía zarista (la Okhrana) que habían caído en manos de la clase obrera tras la Revolución de Octubre, permitió informar a toda la clase obrera de los métodos y procedimientos policiales utilizados contra los revolucionarios durante años. Serge también puso de relieve la estrecha colaboración de todas las fuerzas policiales de Europa para espiar, provocar, calumniar y reprimir al movimiento revolucionario de la época. Un siglo después sería ingenuo pensar que estos métodos han quedado relegados en la estantería de los accesorios olvidados. Al contrario, el terror del Estado burgués está destinado a reproducirse y perfeccionarse sin cesar y a extenderse a todas las relaciones existentes en el seno de la sociedad.
El proletariado debe aprender de todas estas experiencias de represión. Debe recordar que detrás de la máscara democrática que el Estado burgués asume cotidianamente, se esconde el verdadero rostro de un verdugo sanguinario que se despierta brutalmente cada vez que su orden es amenazado por los explotados.
Vincent, 16 de junio de 2023
1 Denominados en francés como “lascars”.
2 Tesis sobre el movimiento de los estudiantes de la primavera de 2006 en Francia | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [20]
3 Bernard Thomas, Les provocations policières (1972).
4 Para más precisión ver Nuevos ataques contra la Izquierda Comunista: Bourseiller se reinventa "la compleja historia de las Izquierdas Comunistas" (1ª parte) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [105] y Nuevos ataques a la Izquierda Comunista: Bourseiller inventa por segunda vez "la compleja historia de las izquierdas comunistas" (2ª parte) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [106].
5 Palabra que proviene del acrónimo de Zona A Defender: ZAD, por tanto, a los que se involucran en estas manifestaciones les llaman “zadistas”.
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En el último año, han estallado importantes luchas obreras en los países centrales del capitalismo y en todo el mundo. Esta serie de huelgas comenzó en el Reino Unido en el verano de 2022, y posteriormente los trabajadores de muchos otros países se han sumado a la lucha: Francia, Alemania, España, Países Bajos, Estados Unidos, Corea... En todas partes, la clase obrera levanta la cabeza ante el considerable deterioro de las condiciones de vida y de trabajo, la subida vertiginosa de los precios, la inseguridad sistemática y el desempleo masivo, provocados por la acentuación de la desestabilización económica, las limitaciones ecológicas y la intensificación del militarismo vinculado a la guerra bárbara de Ucrania.
Desde hace tres décadas, el mundo no había visto una ola de lucha simultánea en tantos países, ni durante un periodo tan largo. El hundimiento del bloque del Este en 1989 y las campañas sobre la supuesta “muerte del comunismo” habían provocado un profundo reflujo de la lucha de clases a escala mundial. Este gran acontecimiento, la implosión del bloque imperialista estalinista y de una de las dos mayores potencias mundiales, la URSS, fue la expresión más espectacular de la entrada del capitalismo en una nueva fase aún más destructiva de su decadencia, la de su descomposición[1]. La putrefacción de la sociedad, con su creciente violencia y caos a todos los niveles, el ambiente nihilista y desesperado, la tendencia al repliegue sobre uno mismo... todo ello ha tenido a su vez un impacto muy negativo en la lucha de clases. Así, hemos asistido a un debilitamiento considerable de la combatividad en comparación con el periodo anterior, desde 1968. La resignación que golpea a la clase obrera en Gran Bretaña desde hace más de tres décadas, un proletariado con una larga experiencia de lucha ilustra por sí sola la realidad de este retroceso. Enfrentados a los ataques de la burguesía, a “reformas” extremadamente brutales, a una desindustrialización masiva y a una caída considerable del nivel de vida, los trabajadores del país no han conocido ninguna movilización significativa desde la punzante derrota infligida a los mineros por Thatcher en 1985.
Si bien la clase obrera ha dado ocasionalmente muestras de combatividad y ha intentado reapropiarse de sus armas de lucha (la lucha contra el Contrato de Primer Empleo (CPE) en Francia en 2006, el movimiento de los Indignados en España en 2011[2], la primera movilización contra la reforma de las pensiones en Francia en 2019), demostrando que no ha sido en absoluto sacada del escenario de la historia, sus movilizaciones se han quedado en gran medida sin seguidores, incapaces de relanzar un movimiento más global. ¿Por qué? Porque los trabajadores no sólo han perdido su combatividad durante todos estos años, sino también han sufrido un profundo declive de la conciencia de clase en sus filas que tanto habían luchado por adquirir en los años 70 y 80, olvidando las lecciones de sus luchas, sus enfrentamientos con los sindicatos, las trampas tendidas por el Estado “democrático”, perdiendo la confianza en sí mismos, su capacidad para unirse y luchar en masa... Incluso habían olvidado en gran medida su identidad como clase antagónica a la burguesía y su perspectiva revolucionaria. En esta lógica, el comunismo parecía bien muerto con los horrores del estalinismo, y la clase obrera parecía haber dejado de existir.
Y, sin embargo, frente a la considerable aceleración del proceso de descomposición[3] desde la pandemia mundial de Covid-19, y más aún con las masacres de la guerra en Ucrania y las reacciones en cadena que ésta ha provocado a nivel económico, ecológico, social y político, la clase obrera levanta la cabeza por todas partes, emprende la lucha y se niega a aceptar sacrificios en nombre del llamado “bien común”. ¿Es una coincidencia? ¿Una reacción epidérmica puntual a los ataques de la burguesía? ¡No! la consigna “¡Basta ya!” en este contexto de desestabilización generalizada del sistema capitalista ilustra claramente que se está produciendo un verdadero cambio de mentalidad en el seno de la clase. Todas estas expresiones de combatividad forman parte de una nueva situación que se abre para la lucha de clases, una nueva fase que rompe con la pasividad, la desorientación y la desesperación de las tres últimas décadas.
La irrupción simultánea de las luchas en el último año no ha surgido de la nada. Son el producto de todo un proceso de reflexión en la clase a través de una serie de intentos previos de ensayo y error. Ya durante la primera movilización en Francia contra la “reforma” de las pensiones a finales de 2019, la CCI había identificado la expresión de una fuerte necesidad de solidaridad entre generaciones y diferentes sectores. Este movimiento también había sido acompañado por otras luchas obreras en todo el mundo, tanto en Estados Unidos como en Finlandia, pero se había apagado ante la explosión de la pandemia de Covid en marzo de 2020. Del mismo modo, en octubre de 2021 estallaron huelgas en Estados Unidos en diversos sectores, pero el impulso de la lucha se vio interrumpido, esta vez por el estallido de la guerra en Ucrania, que paralizó inicialmente a los trabajadores, sobre todo en Europa.
Este largo proceso de tanteo y maduración desembocó, a partir del verano de 2022, en una reacción decidida de los trabajadores en su propio terreno de clase frente a los ataques derivados de la desestabilización del capitalismo. Los trabajadores británicos han abierto un nuevo período en la lucha obrera internacional, en lo que se ha llamado el “verano de la ira”. La consigna “basta ya” se elevó a símbolo de toda la lucha proletaria en el Reino Unido. Esta consigna no expresaba reivindicaciones concretas que debían cumplirse, sino una profunda revuelta contra las condiciones de explotación. Mostraba que los trabajadores ya no estaban dispuestos a tragarse compromisos patéticos, sino que estaban dispuestos a continuar la lucha con determinación. El movimiento obrero británico es especialmente simbólico, ya que es la primera vez desde 1985 que este sector de la clase obrera ocupa un lugar central. Y mientras la inflación y la crisis se intensificaban en todo el mundo, muy agravadas por el conflicto ucraniano y la intensificación de la economía de guerra, los trabajadores de la sanidad en España y Estados Unidos también pasaron a la ofensiva, seguidos de una oleada de huelgas en los Países Bajos, un “megastreik” de los trabajadores del transporte en Alemania, más de 100 huelgas contra los atrasos salariales y los despidos en China, una huelga y manifestaciones tras un terrible accidente ferroviario en Grecia, profesores que exigen incremento salarial y mejores condiciones de trabajo en Portugal, 100,000 empleados que exigen mejores salarios en Canadá y, sobre todo, un movimiento masivo del proletariado en Francia contra la reforma de las pensiones.
El carácter altamente significativo de estas movilizaciones contra la austeridad capitalista reside también en el hecho de que, a largo plazo, incluyen también la oposición a la guerra. En efecto, si la movilización directa de los trabajadores contra la guerra era ilusoria, la CCI ya había señalado en febrero de 2022 que la reacción de los trabajadores se manifestaría en ataques a su poder adquisitivo, resultado de la intensificación e interconexión de las crisis y catástrofes, y que también iría en contra de las campañas que llamaban a aceptar sacrificios para apoyar la “resistencia heroica del pueblo ucraniano”. Esto es también lo que las luchas del año pasado llevan en germen, aunque los trabajadores aún no sean plenamente conscientes de ello: la negativa a sacrificarse cada vez más por los intereses de la clase dominante, la negativa a hacer sacrificios por la economía nacional y por el esfuerzo de guerra, la negativa a aceptar la lógica de este sistema que está llevando a la humanidad hacia una situación cada vez más catastrófica.
En estas luchas, la idea de que “todos estamos en el mismo barco” empezó a surgir en las mentes de los trabajadores. En los piquetes del Reino Unido, los huelguistas nos dijeron que sentían que luchaban por algo más grande que las reivindicaciones corporativistas de los sindicatos. La pancarta “Por todos nosotros” bajo la que se celebró la huelga en Alemania el 27 de marzo es especialmente significativa del sentimiento general que se está desarrollando en la clase: “todos luchamos por todos”. Pero fue en Francia donde se expresó más claramente la necesidad de luchar unidos. Los sindicatos intentaron dividir y pudrir el movimiento en la trampa de la “huelga por delegación” (grève par procuration) detrás de los llamados sectores “estratégicos” (como la energía o la recolección de basuras) para “paralizar a Francia”. Pero los trabajadores no cayeron en la trampa, decididos a luchar juntos.
Durante los trece días de movilización en Francia, la CCI distribuyó más de 150,000 octavillas: el interés por lo que estaba ocurriendo en el Reino Unido y en otros lugares nunca decayó. Para algunos manifestantes, el vínculo con la situación en el Reino Unido parecía obvio: “es lo mismo en todas partes, en todos los países”. No fue casualidad que los sindicatos del “Mobilier national” (agencia perteneciente al Ministerio de Cultura francés) tuvieran que hacerse cargo de la huelga durante la visita (cancelada) de Carlos III a París en nombre de la “solidaridad con los trabajadores británicos”. A pesar de la inflexibilidad del gobierno en Francia, a pesar de los fracasos para hacer retroceder a la burguesía o para obtener realmente mejores salarios en Gran Bretaña o en otros lugares, la mayor victoria de los trabajadores es la lucha misma y la toma de conciencia, sin duda todavía incipiente y muy confusa, de que formamos una sola fuerza, de que todos somos explotados que, atomizados, cada uno en su rincón, no podemos hacer nada contra el capital pero que, unidos en la lucha, nos convertimos en la mayor fuerza social de la historia.
Es cierto que los trabajadores aún no han recuperado la confianza en sus propias fuerzas, en su capacidad para tomar la lucha en sus manos. En todas partes, los sindicatos mantuvieron el control de los movimientos, hablando un lenguaje más combativo para esterilizar mejor la necesidad de unidad, al tiempo que mantenían una rígida separación entre los distintos sectores. En Gran Bretaña, los trabajadores permanecieron aislados tras los piquetes de sus empresas, aunque los sindicatos se vieron obligados a organizar algunas parodias de manifestaciones supuestamente “unitarias”. Del mismo modo, en Francia, cuando los trabajadores se reunían en manifestaciones gigantescas, era sistemáticamente bajo el control absoluto de los sindicatos, apiñados tras las banderas de sus empresas y sectores. En general, el encierro corporativista siguió siendo una constante en la mayoría de las luchas.
Durante las huelgas, la burguesía, en particular sus fracciones de izquierda, siguieron vertiendo sus campañas ideológicas en torno a la ecología, el antirracismo, la defensa de la democracia, etc., destinadas a mantener la cólera y la indignación en el terreno ilusorio de los “derechos” burgueses y a dividir a los explotados entre blancos/colores, hombres/mujeres, jóvenes/viejos... En Francia, en pleno movimiento contra la reforma de las pensiones, asistimos al desarrollo tanto de campañas ecologistas en torno al desarrollo de las “méga-bassines” (mega embalses de agua) como de campañas democráticas contra la represión policial. Aunque la mayoría de las luchas obreras se han mantenido en el terreno de clase, es decir, la defensa de las condiciones materiales de los trabajadores frente a la inflación, los despidos, las medidas de austeridad del gobierno, etc., el peligro que representan estas ideologías para la clase obrera sigue siendo considerable.
Por el momento, las luchas han disminuido en varios países, pero eso no significa que los trabajadores estén desanimados o derrotados. La oleada de huelgas en el Reino Unido se prolongó durante todo un año, mientras que las manifestaciones en Francia duraron cinco meses, a pesar de que la gran mayoría de los trabajadores eran conscientes desde el principio de que la burguesía no cedería inmediatamente a sus demandas. Semana tras semana en Holanda, mes tras mes en Francia y durante todo un año en el Reino Unido, los trabajadores se negaron a tirar la toalla. Estas movilizaciones obreras han demostrado claramente que los trabajadores están decididos a no aceptar un mayor deterioro de sus condiciones de vida. A pesar de todas las mentiras de la clase dominante, la crisis no va a detenerse: el costo de la vivienda, la calefacción y los alimentos no va a dejar de subir, los despidos y los contratos precarios van a continuar, y los gobiernos van a seguir con sus ataques...
Sin duda, esta nueva dinámica de lucha no ha hecho más que empezar y, para la clase obrera, “todas sus dificultades históricas persisten, su capacidad para organizar sus propias luchas y aún más para tomar conciencia de su proyecto revolucionario están todavía muy lejos, pero la combatividad creciente frente a los golpes brutales asestados por la burguesía a las condiciones de vida y de trabajo es el terreno fértil en el que el proletariado puede redescubrir su identidad de clase, volver a tomar conciencia de lo que es, de su fuerza cuando lucha, se solidariza y luego desarrolla su unidad. Es un proceso, una lucha que se reanuda tras años de estancamiento, un potencial que las huelgas actuales sugieren”[4]. Nadie sabe dónde ni cuándo surgirán nuevas luchas significativas. Pero es seguro que la clase obrera tendrá que seguir luchando en todas partes.
Millones de nosotros luchando, sintiendo la fuerza colectiva de nuestra clase al estar hombro con hombro en las calles, eso es esencial, pero de ninguna manera es suficiente. El gobierno francés se echó atrás en 2006, durante la lucha contra el CPE, no porque hubiera más estudiantes y jóvenes con contratos precarios en las calles, sino porque habían confiscado inmediatamente el movimiento a los sindicatos, a través de asambleas generales soberanas, abiertas a todos y masivas. Estas asambleas no eran lugares donde los trabajadores se recluían en su propio sector o empresa, sino lugares desde donde partían delegaciones masivas hacia las empresas más cercanas para buscar activamente la solidaridad. Hoy en día, la incapacidad de la clase obrera para hacerse cargo activamente de la lucha buscando extenderla a todos los sectores es la razón por la que la burguesía no ha retrocedido. Sin embargo, la recuperación de su identidad ha permitido a la clase obrera empezar a reivindicar su pasado. En las marchas de los manifestantes en Francia se han multiplicado las referencias a Mayo del 68 y a la lucha de 2006 contra el CPE. ¿Qué pasó en el 68? ¿Cómo conseguimos que el gobierno diera marcha atrás en 2006? En una minoría de la clase está en marcha un proceso de reflexión, que es un medio esencial para aprender las lecciones de los movimientos del año pasado y prepararse para futuras luchas que tendrán que ir aún más lejos que las de 1968 en Francia o las de 1980 en Polonia.
Del mismo modo que las luchas recientes son el producto de un proceso de maduración subterránea que se viene desarrollando desde hace tiempo, los esfuerzos de una minoría por aprender las lecciones de las luchas recientes darán sus frutos en las luchas más amplias que se avecinan. Los trabajadores reconocerán que la separación de las luchas impuesta por los sindicatos sólo puede superarse si redescubren formas autónomas de organización como las asambleas generales y los comités de huelga electos, y si toman la iniciativa de extender la lucha más allá de todas las divisiones corporativistas.
A & D, 13 de agosto de 2023
[1] TESIS SOBRE LA DESCOMPOSICION: La descomposición, fase última de la decadencia del capitalismo | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [25]
[2] Ver sobre el primero Tesis sobre el movimiento de los estudiantes de la primavera de 2006 en Francia | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [20] y sobre el segundo 2011: de la indignación a la esperanza | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [109] y Un balance crítico del movimiento de indignados (2011) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [110]
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Mientras la burguesía y sus medios siguen encubriendo la quiebra histórica del capitalismo, la burguesía, cuando reúne a los principales líderes del mundo en el Foro Económico Mundial de Davos y se habla a sí misma, no puede prescindir de cierta claridad. Las conclusiones del informe general presentado al Foro son particularmente edificantes: “Los primeros años de esta década anunciaron un período particularmente convulso en la historia de la humanidad. El regreso a una ‘nueva normalidad’ después de la pandemia de Covid-19 se vio rápidamente afectado por el estallido de la guerra en Ucrania, dando paso a una nueva ronda de crisis alimentaria y energética, desatando problemas que décadas de progreso habían intentado solucionar.
A medida que comienza 2023, el mundo enfrenta una serie de riesgos que son completamente nuevos y extrañamente familiares. Hemos visto el regreso de riesgos ‘antiguos’ (inflación, crisis del costo de vida, guerras comerciales, salidas de capitales de los mercados emergentes, malestar social generalizado, choques geopolíticos y el espectro de la guerra nuclear) que pocos líderes empresariales y gubernamentales de esta generación ha conocido. Estos fenómenos se ven amplificados por desarrollos relativamente nuevos en el panorama de riesgo global, incluidos niveles de deuda insostenibles, una nueva era de bajo crecimiento, inversión global reducida y desglobalización, una disminución en el desarrollo humano después de décadas de progreso, el desarrollo rápido y sin restricciones de tecnologías de doble uso (civil y militar), y la creciente presión de los impactos del cambio climático en una ventana de transición hacia un mundo con un aumento de 1.5°C, temperatura que necesariamente debería reducirse. Todos estos elementos convergen para dar forma a una década única, incierta y convulsa.
La próxima década se caracterizará por crisis ambientales y sociales, alimentadas por tendencias geopolíticas y económicas subyacentes. La ‘crisis del costo de vida’ se ubica como el riesgo global más grave para los próximos dos años, con un pico a corto plazo. La ‘pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas’ se considera uno de los riesgos globales de más rápido deterioro durante la próxima década, y los seis riesgos ambientales se encuentran entre los diez principales riesgos para los próximos diez años. Nueve riesgos figuran en los diez primeros clasificados de riesgo a corto y largo plazo, que incluyen ‘confrontación geoeconómica’ y ‘erosión de la cohesión social y polarización social’, así como dos recién llegados a esta clasificación”.1
Esta larga cita no proviene de una publicación de la CCI, es fruto del trabajo de uno de los “think tanks” mejor valorados entre los principales líderes políticos y económicos del planeta. De hecho, estas observaciones están en gran medida en línea con el texto adoptado por la CCI en octubre de 2022 sobre la aceleración de la descomposición capitalista: “Los años 20 del siglo XXI prometen ser uno de los períodos más convulsos de la historia y ya acumulan catástrofes y sufrimientos indescriptibles. Comenzaron con la pandemia de Covid-19 (que aún continúa) y una guerra en el corazón de Europa, que ya dura más de 9 meses y cuyo resultado nadie puede predecir. El capitalismo ha entrado en una fase de serias turbulencias en todos los frentes. Detrás de esta acumulación y entrelazamiento de convulsiones asoma la amenaza de la destrucción de la humanidad. […]
Con el inicio repentino de la pandemia de Covid, hemos destacado la existencia de cuatro características específicas de la fase de descomposición:
- La creciente gravedad de sus efectos […].
- La irrupción de los efectos de la descomposición a nivel económico […].
- La creciente interacción de sus efectos, que agrava las contradicciones del capitalismo a un nivel nunca antes alcanzado […].
- La creciente presencia de sus efectos en los países centrales […].
El año 2022 fue una vívida ilustración de estas cuatro características, a través de:
- El estallido de la guerra en Ucrania.
- La aparición de oleadas de refugiados sin precedentes.
- La continuación de la pandemia con los sistemas de salud al borde de la quiebra.
- Una creciente pérdida de control de la burguesía sobre su aparato político, de la que la crisis del Reino Unido fue una manifestación espectacular.
- Una crisis agrícola que conduce a la escasez de muchos productos alimenticios en un contexto de sobreproducción generalizada, lo que constituye un fenómeno relativamente nuevo para más de un siglo de decadencia
- Hambrunas aterradoras que golpean cada vez a más países
Sin embargo, la agregación e interacción de fenómenos destructivos conduce a un ‘efecto torbellino’ que concentra, cataliza y multiplica cada uno de sus efectos parciales provocando estragos aún más destructivos. […] este ‘efecto torbellino’ constituye un cambio cualitativo cuyas consecuencias serán cada vez más evidentes en el próximo período”2
En realidad, no fue solo por unos meses que el análisis de la CCI precedió al de los expertos más informados de la burguesía, sino por varias décadas, ya que las observaciones que se establecen en este texto son sólo una sorprendente confirmación de los pronósticos que ya teníamos planteados a fines de la década de 1980, en particular en nuestras Tesis sobre la descomposición3.
“El efecto torbellino”, mencionado en nuestro texto, destaca que basta que uno de estos fenómenos se agrave y estalle, para que se produzcan otras explosiones, mezclando todos los efectos, para que las crisis parciales se conviertan en un torbellino de desastres.
Global Risks Report [Informe de Riesgos Globales] cuando evoca la dinámica que lleva a lo que la burguesía llama “policrisis”, no evoca otra cosa que: “Los choques concomitantes, los riesgos profundamente interconectados y la erosión de la resiliencia aumentan el riesgo de policrisis, donde las crisis dispares interactúan de tal manera que el impacto general supera con creces la suma de cada parte. La erosión de la cooperación geopolítica tendrá efectos dominó en el panorama de riesgo global en el mediano plazo, incluida la contribución a una posible policrisis de riesgos ambientales, geopolíticos y socioeconómicos interrelacionados con la oferta y la demanda de recursos naturales. El informe describe cuatro posibles futuros centrados en la escasez de alimentos, agua, metales y minerales, todo lo cual podría desencadenar una crisis humanitaria y ecológica,”. La descripción muy precisa que hace el Informe de Riesgos Globales de “la interconexión entre los riesgos globales” es fundamental, sin ser realmente consciente de ello, el proceso que conduce a la barbarie total y a la destrucción de la humanidad.
Esta objetividad, en cambio, la abandonan los expertos de la burguesía cuando intentan explicar el origen de estos “riesgos”. Si bien no se fijan este objetivo, se puede inferir de las referencias que presentan que las raíces de los cataclismos se encuentran en una inadecuada toma de decisiones. De esta manera las soluciones que proponen se basan en un optimismo ingenuo, esperando “un cambio significativo en la política o la inversión”, en una feliz colaboración entre Estados, tanto como con los capitales privados.
Enredado en una visión burguesa de la situación histórica, el Informe de Riesgos Globales no comprenden que los fenómenos que logra describir son el resultado de la existencia misma del capitalismo, que la guerra, la destrucción ecológica o la crisis económica no tienen solución en este sistema. Aunque desde su origen el capitalismo ha sido un sistema basado en la explotación humana, en la depredación y destrucción de la naturaleza, el capitalismo fue un factor de desarrollo político y social en el momento de su auge (principalmente en el siglo XIX). Pero como todo modo de producción, terminó por llegar a su fase de decadencia, la que el desarrollo de las fuerzas productivas se opone cada vez más a las relaciones de producción que las constriñen. No es casualidad que fue la Primera Guerra Mundial la que abrió el proceso de decadencia del sistema, pues en adelante el militarismo y la guerra definieron la vida económica y política de la burguesía.
Reconociendo la decadencia capitalista, los revolucionarios de la Tercera Internacional la definieron en su plataforma programática como “la época de la desintegración del capitalismo, de su colapso interno. Época de la revolución comunista del proletariado”, de tal manera que en la decadencia se representan las condiciones materiales que posibilitan la maduración de las condiciones que posibilitan la revolución social.
Más de 100 años después de este cambio de época, el callejón sin salida en el que se encuentra el capitalismo, la barbarie atroz y la destrucción masiva que provoca se imponen cada día más a la humanidad.
Desde la implosión del bloque del Este en 1989, las contradicciones internas que caracterizaron la fase de decadencia del capitalismo realmente han estallado, poniendo de manifiesto la podredumbre del sistema. Este nuevo período, el de la descomposición del capitalismo, está marcado por un proceso de “todos contra todos” y de dislocación, que se ha convertido en el factor determinante de la evolución de la sociedad, aglutinando y agravando fenómenos destructivos y exponiendo el peligro que representa el capitalismo para la humanidad.
Desde hace 30 años, estas tendencias destructivas no solo se acentúan, sino que aparecen juntas y sobre todo interactúan entre sí. Así, al comienzo de la fase de descomposición, los diferentes Estados podían aún intervenir y aislar los efectos, de modo que cada catástrofe ocurriera sin estar vinculada a las demás.
Sin embargo, la pandemia y en especial la guerra de Ucrania han evidenciado un cambio cualitativo en la descomposición, no sólo porque sus efectos han sido mundiales y han causado millones de muertos y desplazados sino también porque han tenido un impacto agravante en los conflictos en varios campos poniendo de manifiesto tanto la incapacidad de la burguesía para contener los desastres de forma coordinada como su irracionalidad, por lo cual han paralizado la economía, acelerado la crisis sanitaria, agudizado las rivalidades comerciales e imperialistas, etc.
Es precisamente esta interacción de las contradicciones del capitalismo decadente, avanzando en forma de torbellino, la que aparece como la característica principal de esta fase de descomposición. Es en la historia de la decadencia del sistema capitalista donde podemos situar los cimientos de la actualidad y entender por qué los años 20 del siglo XXI se perfilan “como uno de los períodos más convulsos de la historia”. Al igual que los modos de producción que lo precedieron, el modo de producción capitalista no es eterno y similarmente a estos modos de producción del pasado, está destinado a ser reemplazado (si no destruye antes a la humanidad) por otro modo de producción superior correspondiente al desarrollo de las fuerzas productivas. Un modo de producción que abolirá las relaciones de mercado que están en el centro de la crisis histórica del capitalismo, donde ya no habrá lugar para una clase privilegiada que vive de la explotación de los productores.
Si la burguesía, con todos sus equipos de especialistas, puede describir los fenómenos, en el fondo no puede comprenderlos y mucho menos aportarles una solución. La única clase que puede presentar una alternativa a su barbarie es el proletariado, la clase explotada dentro del capitalismo que no tiene ningún interés que la ate a este. Además, la clase obrera es también la que lleva todo el peso de los ataques a sus condiciones de trabajo y de vida que se derivan directamente de la presión acentuada de la crisis, acentuada por todas las manifestaciones de descomposición.
A pesar de todos los ataques sufridos en las últimas décadas, hoy dos condiciones permiten a los trabajadores mantenerse como una fuerza histórica capaz de enfrentar al capital: la primera es que el proletariado no está derrotado y mantiene su combatividad. La segunda es precisamente la profundización de la crisis económica, que deja al desnudo las causas primarias de toda la barbarie que pesa sobre la sociedad, permitiendo así que el proletariado tome conciencia de la necesidad de cambiar radicalmente el sistema y no buscar ya simplemente una ilusoria mejora.
Precisamente en la actualidad, bajo el ímpetu de la crisis económica, el proletariado ha comenzado a desarrollar sus luchas, como lo demuestran las movilizaciones en Europa. Desde el verano de 2022, la clase trabajadora en Gran Bretaña ha salido a las calles para defender sus condiciones de vida. La misma combatividad se expresó luego durante movilizaciones en Francia, Alemania, España, Bélgica e incluso en las huelgas en Estados Unidos. Desde este punto de vista, la década que se abre se expresa también a través de la ruptura con la pasividad y la desorientación que el proletariado ha mostrado durante mucho tiempo.
Actualmente, la combatividad que se expresa en Europa subraya que se ha iniciado un proceso de maduración, que avanza hacia la reconquista de una verdadera identidad de clase y confianza en la fuerza del proletariado a nivel internacional. Este proceso es el terreno sobre el que puede desarrollarse la lucha histórica de la clase trabajadora en su perspectiva revolucionaria contra la barbarie del capitalismo en putrefacción.
MA, 15 de mayo de 2023
1 “Informe de Riesgos Globales, Principales conclusiones: algunos elementos”, presentado en el Foro Económico Mundial de Davos (enero de 2023).
2 “La aceleración de la descomposición capitalista plantea abiertamente la cuestión de la destrucción de la humanidad [114]”, Revista internacional n° 169 (2022)
3 TESIS SOBRE LA DESCOMPOSICION: La descomposición, fase última de la decadencia del capitalismo | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [25]
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Como ya hemos dicho en un artículo reciente1, en continuidad con la situación internacional de cambio de espíritu en las luchas obreras, durante los meses de junio y julio las luchas de los trabajadores en Vigo han mostrado una fuerte combatividad y una voluntad incipiente de unirse. Esta voluntad se ha expresado embrionariamente bajo la forma de una tendencia a la coincidencia de luchas en varios sectores: alimentación, ambulancias, transporte urbano, amarradores (incluso con cierta coincidencia física de trabajadores del metal y ambulancias a principios de julio2), animadas por las luchas en un sector más concentrado y con mayor experiencia de lucha como es el del metal. También hemos visto intentos de buscar activa y directamente la solidaridad de trabajadores de otras empresas, eso sí, frustrados por policía, sindicatos y el peso de la ideología sindicalista misma. Una de las manifestaciones, con un seguimiento masivo, se encaminaba a una fábrica de automoción de Stellantis que alegaba que “tiene otro convenio propio y el conflicto nos es ajeno”, cuando la policía cargó contra los trabajadores3.
Las luchas, como decíamos, “han demostrado que, como muchos otros sectores de nuestra clase, tampoco están dispuestos a aceptar pasivamente los brutales ataques que el capitalismo impone sobre nuestras condiciones de vida. Sin embargo, la lucha ha finalizado con una nueva derrota económica: una subida de salarios de 3% por año (unos 48.3 euros al mes), que está muy por debajo del aumento de la inflación”.
No es la primera vez que los trabajadores luchan en Vigo. Hace un año, la prensa burguesa vomitaba una cascada de deformaciones sobre la memoria de las luchas obreras en 1972. ¡Incluso se abrió una exposición en el centro de la ciudad! Según todo esto, habría sido esencialmente una lucha “contra la dictadura franquista y por la democracia” y, a su vez, una gran aportación meritoria del sindicalismo4.
Sin embargo, la clase obrera es una clase mundial, y la combatividad en Vigo no era entonces, ni lo es hoy, expresión de un “asunto español”, ni de una táctica de una genial dirección sindical. La raíz y el desarrollo de aquellas luchas pertenece al combate histórico de la clase obrera, mientras que el papel meritorio de los sindicatos no fue para nuestra clase sino para la burguesía española y su dictadura en versión democrática. La ola internacional de luchas obreras que comenzó con Mayo del 68 se contagió a los trabajadores de muchos otros países como en Italia, Argentina, Polonia, Portugal, Gran Bretaña, Senegal, etc., con expresiones en los años sucesivos, fue expresión del retorno del proletariado a su terreno de luchas tras una terrible contrarrevolución de cuatro décadas. Su expresión fundamental en el Vigo de entonces fueron la solidaridad, la extensión de la lucha y las asambleas generales abiertas a todos los trabajadores.
Más recientemente, en 2006, los trabajadores del metal de Vigo contribuyeron a una tendencia internacional del proletariado a intentar recuperar los medios proletarios de lucha tras casi dos décadas de retroceso: las asambleas y la extensión de la lucha, aunque aún lejos de la huelga política de masas como en el 68 o en Polonia en 1980. Esta tendencia la vimos también, pese a sus debilidades, por ejemplo, con las huelgas del metro de Nueva York en 2005, el movimiento contra el CPE en Francia en 2006, las huelgas en Grecia en 2008 o en el movimiento de Indignados de 20115. En aquel 2006, los trabajadores del metal se armaron en su lucha con el medio de las Asambleas Generales diarias, en plena calle, abiertas a la participación de los trabajadores de cualquier sector. “Más de 10.000 trabajadores se han reunido diariamente para organizar la lucha, decidir acciones a tomar, ver a qué empresas dirigirse para pedir la solidaridad de los trabajadores, escuchar qué se dice de la huelga en la radio, en los comentarios de la gente etc. (…) Es significativo que los obreros de Vigo hayan desarrollado el mismo método que los estudiantes de Francia en su reciente movimiento. Allí también las Asambleas eran abiertas a trabajadores en activo, a jubilados, a padres de alumnos. Allí también las Asambleas han sido el pulmón del movimiento (…) Desde el principio, los obreros se han planteado ganar la solidaridad de los demás trabajadores, principalmente de las grandes empresas metalúrgicas que tienen convenio especial y que, por tanto, “no estarían afectadas”. Han enviado delegaciones masivas a los astilleros, a Citroën y a las otras empresas grandes. En astilleros de forma unánime los obreros se han puesto en huelga solidaria desde el 4 de mayo. Para el cálculo frío y egoísta que inculca la ideología burguesa según la cual cada uno debe interesarse “por lo suyo”, esta acción es una “locura”, pero desde el punto de vista de la clase obrera es la mejor respuesta cara al presente y como preparación del futuro6.
La situación pilló más bien de sorpresa a los sindicatos, armas de la burguesía contra el proletariado, que reaccionaron, por ejemplo, intentando oponerse al envío de delegaciones masivas a las otras empresas “ofreciendo” a cambio convocar una huelga general del metal. Pero finalmente, tras imponerse como expertos negociadores y ofrecer sus promesas vacías y algunos caramelos, los sindicatos acabaron por dividir y sabotear el desarrollo de la lucha. En 2009, los pocos caramelos que se habían repartido durante el espejismo de la burbuja inmobiliaria se habían desecho ya e incluso empezado a formar caries más profundas. En este caso, los sindicatos estaban más preparados y tomaron la delantera con jornadas de lucha dosificadas, y las asambleas eran convertidas en un medio de control sindical a través de la “representación” y los discursos de los comités sindicales de empresa. Además, cuando aun así surgían asambleas espontáneas o las luchas desbordaban a los sindicatos, estos últimos convocaban paros esporádicos y prometían “consistentes” jornadas de lucha. Los sindicatos condujeron también a “acciones espectaculares” como ocupar la Feria de Muestras, o impedir el acceso de pasajeros a un lujoso crucero, acciones totalmente contraproducentes y destinadas a aislar, dividir y vandalizar a los trabajadores. Esto, unido a un sudoku de movilizaciones fragmentadas y espaciadas temporal y espacialmente, llevaron a los trabajadores al cansancio, la confusión y desorientación de su perspectiva. Además, en “la asamblea que tuvo lugar en Plaza del Rei, los sindicatos propusieron una tregua de 4 días para que "la patronal haga una propuesta seria". Al final, lograron convencer a los congregados proponiendo una "huelga general e indefinida", radicalismo vacío que se oponía a la continuación concreta de la huelga ahora que había fuerzas, conciencia y ánimos”7.
¿No resulta esto demasiado familiar? Hoy, en 2023, parece que los sindicatos han tomado en Vigo buena nota del manual que emplearon en 2009.
La burguesía española a través de la acción de los sindicatos ya había procurado durante 2022 y principios de 2023 un escalonamiento de los diferentes focos de combatividad en España, desfogando primero aquí y luego allá a distintos sectores de forma fragmentada. Del mismo modo han conseguido una separación entre las luchas en Vitoria8 de hace unos meses y luego en Vigo. Pero este escalonamiento se ha aplicado también en el propio Vigo, donde los sindicatos han procurado convocar en días, espacios y horarios distintos a los trabajadores de distintos sectores que tendían a coincidir (aunque aún no a unificarse sino como mucho a confluir parcialmente en un día, lo cual, pese al fuerte control sindical, es en sí mismo ya un signo de una búsqueda de solidaridad detrás del telón). Pero el manual de 2009 ha funcionado de manera muy explícita: bloqueo de la feria de muestras de Mindtech, promesa radicaloide de huelga indefinida si las “serias negociaciones” de los sindicatos y la patronal no cumplían las expectativas… Tanto la pareja UGT-CCOO como el sindicato galleguista CIG, han aplicado a los trabajadores un juego de agua fría – agua caliente para acabar con la lucha. Agua fría, en un llamado a la confianza en los sindicatos, a la esperanza de las negociaciones y en el voto democrático. Agua caliente, por otro lado, en aquel radicalismo vacío, que ya hemos visto que no es nuevo, y que promete un escenario de vuelta a la lucha de forma aparentemente más “dura” y “combativa”, pero que en realidad los trabajadores no pueden sino ver como una amenaza a su futuro, donde algunos no podrán permitirse prescindir de más días sin salario, otros se empeñarán en mantenerse firmes a toda costa, causando una terrible división. La huelga indefinida no es, en todo caso, un medio de lucha de los trabajadores sino una promesa radical de aislamiento del sector, de desgaste indefinido de la combatividad obrera. Esta maniobra ha permitido a la burguesía controlar la situación, al menos provisionalmente, evitando tener que seguir exponiendo abiertamente a unos sindicatos como CCOO y UGT cuya labor es muy incómoda de realizar en el marco del “gobierno de España más progresista de la historia”, pero que no tenían más remedio que hacer su función anti obrera ante expresiones tan contundentes de combatividad.
Las tentativas de recuperar los medios proletarios de lucha en el periodo 2003-2011 marcaron un paso en el desarrollo de las luchas futuras de nuestra clase, pese a sus grandes limitaciones especialmente el no reconocerse como proletarios por parte de los sectores más presentes en dichas movilizaciones, la falta de extensión a los centros de trabajo, y las fuertes ilusiones en la democracia. Estas debilidades no estuvieron tan presentes en el sector de nuestra clase que luchó en Vigo en 2006 ya que las luchas partieron de los centros de trabajo mismos. Hoy, y sobre todo lo han expresado la clase obrera en Gran Bretaña y Francia, la clase obrera ha demostrado su capacidad de expresarse abiertamente en su propio terreno y decir ¡basta ya! (“enough is enough”9) frente a los ataques a nuestras condiciones de vida con la profundización de la crisis crónica de un capitalismo que nos lleva progresiva pero ahora más aceleradamente a la destrucción de la humanidad10. Se ha lanzado a la lucha masivamente como una clase trabajadora donde “todos estamos en el mismo barco”, pese a los sabotajes constantes de los sindicatos y la pesada carga de las ideologías sindicalista y democrática. Nuestra clase ha roto, por tanto, con una pasividad y una falta de expresión en su propio terreno que dominaba el panorama desde finales de los años 80. Partir de estos fundamentos es el punto de partida necesario de las futuras luchas. En Vigo, los trabajadores han demostrado una voluntad de luchar, animados por la combatividad de sus hermanos del metal, y con tendencia a, al menos, coincidir en sus luchas. La búsqueda de una unidad real de las mismas tendrá que enfrentarse al continuo sabotaje de los sindicatos, sus estrategias para desmoralizarnos, confiar en su representación, en “hacer girar a la izquierda a sus direcciones” tal y como pretende la actual campaña en marcha de “Ganemos CCOO”, sindicato cuyos afiliados parece que votaron mayoritariamente contra la firma de este último convenio. Frente a esta repetitiva, y asquerosamente burlona perspectiva sindical, los trabajadores debemos luchar por extender la lucha desde el principio, y por asambleas generales abiertas a todos los trabajadores contra su control por los sindicatos. Es el único camino para hacer frente a estos falsos dilemas que nos plantean estos falsos “organismos de la lucha”: frío realismo capitalista y/o calentura idealista desmoralizante, si acaso con alguna que otra supuesta mejora sectorial rápidamente evaporada.
El camino a seguir no es ni la huelga general ni la huelga indefinida, sino aquellos medios que van apuntando a la huelga política de masas, y que forzosamente requerirán de avances y retrocesos, pero procurando mantener a salvo nuestra combatividad, y nuestra búsqueda de solidaridad y unidad como clase y sacando siempre lecciones de las luchas vividas.
Opero, septiembre de 2023
1 Polémica con Le Prolétaire: Hay que romper con toda ideología sindicalista | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [116]
2 Diario de Pontevedra | Las huelgas de las ambulancias y del metal se alían en Pontevedra [117]
3 El Español | La quinta jornada de huelga del metal de Pontevedra eleva la tensión frente a Stellantis [118]
4 Diario Público | Vigo 1972: historia, memoria y reconocimiento [119] ; Metropolitano.Gal | Vigo rinde homenaje a la histórica huelga de 1972 con una exposición en Príncipe [120]
5 Un balance crítico del movimiento de indignados (2011) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [110]
6 Huelga del metal de Vigo: Los métodos proletarios de lucha | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [121]
7 VIGO: LOS METODOS SINDICALES CONDUCEN A LA DERROTA | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [122]
8 Luchas en Vitoria: el sindicalismo y la democracia contra la clase obrera | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [123]
9 Ver nuestra hoja internacional: Por todas partes la misma pregunta: ¿Cómo desarrollar la lucha? ¿Cómo hacer retroceder a los gobiernos? | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [124]
10 Los años 20 del Siglo XXI: La aceleración de la descomposición capitalista plantea abiertamente la cuestión de la destrucción de la humanidad | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [21]
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/cci-online/201504/4101/comunicado-de-solidaridad-con-la-tci
[2] https://www.anarchistcommunism.org/2023/05/12/all-out-the-current-strike-wave-london-acg-public-meeting/
[3] https://es.internationalism.org/content/4856/los-anarquistas-y-la-guerra-entre-el-internacionalismo-y-la-defensa-de-la-nacion
[4] https://en.internationalism.org/content/17250/aww-and-ukraine-war-there-no-middle-ground-between-internationalism-and-national
[5] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200711/2068/historia-del-movimiento-obrero-la-contribucion-de-la-cnt-a-la-inst
[6] https://www.anarchistcommunism.org/2023/06/09/oil-rig-workers-strike/
[7] https://en.internationalism.org/content/17297/committee-leads-its-participants-dead-end
[8] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200509/119/las-conferencias-internacionales-de-la-izquierda-comunista1976-1980
[9] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/defensa-de-la-organizacion
[10] https://es.internationalism.org/files/es/ante_la_guerra_y_la_destruccion_capitalista_solo_una_salida_lucha_de_clases.pdf
[11] https://es.internationalism.org/content/4972/rusia-la-rebelion-del-grupo-wagner-es-un-nuevo-paso-en-la-inestabilidad-y-el-caos
[12] https://es.internationalism.org/content/4961/balance-del-movimiento-contra-la-reforma-de-las-pensiones-la-lucha-esta-por-delante
[13] https://es.internationalism.org/content/4965/frente-la-barbarie-del-estado-burgues-la-violencia-ciega-es-un-callejon-sin-salida
[14] https://es.internationalism.org/content/4950/reino-unido-francia-alemania-espana-mexico-china-ir-mas-lejos-que-en-1968
[15] https://es.internationalism.org/tag/2/29/la-lucha-del-proletariado
[16] https://es.internationalism.org/files/es/argentina_en_medio_de_la_crisis_los_trabajadores_retoman_el_camino_de_sus_luchas.pdf
[17] https://es.internationalism.org/tag/geografia/argentina
[18] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200806/2281/mayo-del-68-y-la-perspectiva-revolucionaria-1a-parte-el-movimiento
[19] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200808/2339/mayo-del-68-y-la-perspectiva-revolucionaria-2a-parte-fin-de-la-con
[20] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200
[21] https://es.internationalism.org/content/4897/los-anos-20-del-siglo-xxi-la-aceleracion-de-la-descomposicion-capitalista-plantea
[22] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/reuniones-publicas
[23] https://es.internationalism.org/tag/historia-del-movimiento-obrero/1968-mayo-frances
[24] https://es.internationalism.org/files/es/elecciones_en_mexico_morena_y_la_oposicion_compiten_para_liderar_la_explotacion_de_los_trabajadores.pdf
[25] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[26] https://es.internationalism.org/content/4342/votaciones-en-mexico-en-las-elecciones-siempre-gana-la-burguesia
[27] https://es.internationalism.org/tag/geografia/mexico
[28] https://es.internationalism.org/tag/2/25/la-decadencia-del-capitalismo
[29] https://es.internationalism.org/tag/3/45/descomposicion
[30] https://es.internationalism.org/tag/cuestiones-teoricas/parlamentarismo
[31] https://es.internationalism.org/files/es/en_memoria_de_nuestro_camarada_miguel.pdf
[32] https://es.internationalism.org/tag/desarrollo-de-la-conciencia-y-la-organizacion-proletaria/corriente-comunista-internacional
[33] https://es.internationalism.org/files/es/francia_lucha_contra_la_reforma_de_las_pensiones_se_puede_confiar_en_los_sindicatos.pdf
[34] https://es.internationalism.org/content/4575/los-sindicatos-contra-la-clase-obrera-i
[35] https://es.internationalism.org/content/4586/los-sindicatos-contra-la-clase-obrera-en-la-decadencia-capitalista-ii
[36] https://es.internationalism.org/content/4603/los-sindicatos-en-el-periodo-ascendente-del-capitalismo-iii
[37] https://es.internationalism.org/content/4620/los-sindicatos-organos-del-estado-capitalista-iv
[38] https://es.internationalism.org/content/4645/los-sindicatos-contra-la-clase-obrera-v-la-tactica-de-los-izquierdistas-para-hacerlos
[39] https://es.internationalism.org/content/4667/los-sindicatos-contra-la-clase-obrera-vi-contenido-y-formas-de-la-lucha-obrera-en-el
[40] https://es.internationalism.org/content/4706/la-intervencion-de-los-revolucionarios-frente-los-sindicatos-vii
[41] https://es.internationalism.org/tag/geografia/francia
[42] https://es.internationalism.org/tag/2/30/la-cuestion-sindical
[43] https://es.internationalism.org/files/es/huelgas_en_estados_unidos_confirmacion_del_retorno_internacional_del_proletariado.pdf
[44] https://es.internationalism.org/content/4736/luchas-obreras-en-estados-unidos-iran-italia-corea-ni-la-pandemia-ni-la-crisis
[45] https://www.notimerica.com/politica/noticia-eeuu-huelga-ferroviaria-convocada-eeuu-preocupa-pais-falta-acuerdos-tangibles-desconvocarla-20220912054109.html
[46] https://elpais.com/cultura/2023-07-13/hollywood-se-asoma-al-abismo-los-actores-convocan-a-la-huelga-y-paralizan-la-industria-del-entretenimiento-en-ee-uu.html
[47] https://es.internationalism.org/content/4907/como-desarrollar-un-movimiento-unido-masivo-y-solidario
[48] https://es.internationalism.org/content/4913/movimiento-contra-la-reforma-de-las-pensiones-ser-muchos-no-basta-hemos-de-tomar
[49] https://es.internationalism.org/tag/geografia/estados-unidos
[50] https://es.internationalism.org/files/es/la_tci_y_la_iniciativa_22no_mas_guerra_que_la_guerra_de_clases22_un_farol_oportunista_que_debilita_a_la_izquierda_comunista.pdf
[51] https://www.leftcom.org/en/articles/2023-07-05/the-no-war-but-the-class-war-initiative
[52] https://www.leftcom.org/en/articles/2022-07-22/nwbcw-and-the-real-international-bureau-of-1915
[53] https://en.internationalism.org/content/17240/correspondence-joint-statement-groups-communist-left-war-ukraine
[54] https://en.internationalism.org/content/17223/history-no-war-class-war-groups
[55] https://en.internationalism.org/content/2641/reply-internationalist-communist-party-battaglia-comunista
[56] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201211/3556/la-organizacion-del-proletariado-fuera-de-los-periodos-de-luchas-a
[57] https://es.internationalism.org/content/4955/las-ambiguedades-de-la-tci-sobre-el-significado-historico-de-la-ola-de-huelgas-en-el
[58] https://es.internationalism.org/content/4911/un-comite-que-lleva-los-participantes-un-callejon-sin-salida
[59] https://www.sitocomunista.it/canti/cantidilotta.html;
[60] https://www.sitocomunista.it/resistence/resistenceindex.html;
[61] https://www.sitocomunista.it/pci/pci.html
[62] https://www.sitocomunista.it/resistence/resistenceindex.html
[63] https://es.internationalism.org/content/4977/el-parasitismo-politico-no-es-un-mito-el-gigc-es-una-de-sus-mas-peligrosas-expresiones
[64] https://es.internationalism.org/content/4909/atacar-la-cci-la-razon-de-ser-del-gigc
[65] https://es.internationalism.org/content/4987/acg-expulsa-la-cci-de-sus-reuniones-publicas-la-cwo-traiciona-la-solidaridad-entre
[66] https://es.internationalism.org/content/4821/una-declaracion-internacionalista-en-rusia-contra-la-guerra-de-ucrania
[67] https://es.internationalism.org/content/4727/el-partido-comunista-internacional-programa-comunista-en-sus-origenes-como-pretende-ser
[68] https://es.internationalism.org/content/4747/battaglia-comunista-sobre-los-origenes-del-partido-comunista-internacional
[69] https://es.internationalism.org/tag/corrientes-politicas-y-referencias/tendencia-comunista-internacionalista-antes-bipr
[70] https://es.internationalism.org/files/es/fundamentos_marxistas_nocion_parasitismo.pdf
[71] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199807/1196/construccion-de-la-organizacion-revolucionaria-tesis-sobre-el-para
[72] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199610/3614/cuestiones-de-organizacion-iii-el-congreso-de-la-haya-en-1872-la-l
[73] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200703/1788/parasitismo-politico-el-cbg-hace-la-faena-de-la-burguesia
[74] https://es.internationalism.org/content/4749/debate-oportunismo-y-centrismo-en-la-clase-obrera-y-sus-organizaciones
[75] https://es.internationalism.org/content/4778/resolucion-oportunismo-y-centrismo-en-el-periodo-de-decadencia
[76] https://es.internationalism.org/content/4348/la-fraccion-externa-de-la-cci
[77] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200207/3276/documentos-de-la-vida-de-la-cci-el-combate-por-la-defensa-de-los-p
[78] https://es.internationalism.org/content/4656/el-aventurero-gaizka-tiene-los-defensores-que-se-merece-los-matones-del-gigc
[79] https://es.internationalism.org/cci-online/200606/976/la-ficci-en-accion-mentiras-y-comportamiento-de-matones
[80] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200602/476/circulo-de-comunistas-internacionalistas-argentina-una-nueva-y-extrana-
[81] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200602/471/circulo-de-comunistas-internacionalistas-argentina-que-es-y-que-funcion
[82] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200602/478/reunion-publica-del-bipr-en-paris-el-bipr-rehen-de-unos-hampones
[83] https://es.internationalism.org/content/4460/nuevo-curso-y-una-izquierda-comunista-espanola-de-donde-viene-la-izquierda-comunista
[84] https://es.internationalism.org/content/4519/quien-es-quien-en-nuevo-curso
[85] https://es.internationalism.org/content/4488/lassalle-y-schweitzer-la-lucha-contra-los-aventureros-politicos-en-el-movimiento-obrero
[86] https://igcl.org/Nouvelle-attaque-du-CCI-contre-le
[87] https://es.internationalism.org/tag/corrientes-politicas-y-referencias/parasitismo
[88] https://es.internationalism.org/files/es/mexico_libros_de_texto_comunistas._derecha_e_izquierda_complementan_la_campana_contra_el_comunismo.pdf
[89] https://www.youtube.com/watch?v=ziL8XEwj8V4
[90] https://es.internationalism.org/content/4973/revolucion-mundial-no-147
[91] https://elmachete.mx/index.php/2023/08/04/sobre-las-declaraciones-de-que-la-sep-busca-imponer-una-educacion-comunista/
[92] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201208/3451/tesis-sobre-la-crisis-economica-y-politica-en-los-paises-del-este
[93] https://es.internationalism.org/series/365
[94] https://es.internationalism.org/series/364
[95] https://es.internationalism.org/series/228
[96] https://es.internationalism.org/cci-online/201410/4054/la-falsificacion-de-la-historia-en-los-programas-escolares
[97] mailto:[email protected]
[98] mailto:[email protected]
[99] mailto:[email protected]
[100] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/chile
[101] https://es.internationalism.org/tag/4/403/chile
[102] https://es.internationalism.org/tag/2/31/el-engano-del-parlamentarismo
[103] https://es.internationalism.org/tag/acontecimientos-historicos/50-aniversario-de-la-caida-de-allende
[104] https://es.internationalism.org/tag/cuestiones-teoricas/antifascismo
[105] https://es.internationalism.org/content/4711/nuevos-ataques-contra-la-izquierda-comunista-bourseiller-se-reinventa-la-compleja
[106] https://es.internationalism.org/content/4726/nuevos-ataques-la-izquierda-comunista-bourseiller-inventa-por-segunda-vez-la-compleja
[107] https://es.internationalism.org/tag/2/36/los-falsos-partidos-obreros
[108] https://es.internationalism.org/files/es/tras_un_ano_de_movilizaciones_obreras_en_todo_el_mundo._la_lucha_esta_por_delante.pdf
[109] https://es.internationalism.org/content/3349/2011-de-la-indignacion-la-esperanza
[110] https://es.internationalism.org/content/4755/un-balance-critico-del-movimiento-de-indignados-2011
[111] https://es.internationalism.org/content/4982/informe-sobre-la-descomposicion-actualizacion-de-las-tesis-2023
[112] https://es.internationalism.org/content/4981/informe-sobre-la-lucha-de-clases-para-el-25o-congreso-de-la-cci
[113] https://es.internationalism.org/files/es/la_descomposicion_del_capitalismo_se_acelera.pdf
[114] https://fr.internationalism.org/content/10876/lacceleration-decomposition-capitaliste-pose-ouvertement-question-destruction
[115] https://es.internationalism.org/files/es/como_han_vencido_los_sindicatos_a_los_trabajadores_en_vigo_como_hemos_de_luchar.pdf
[116] https://es.internationalism.org/content/4975/polemica-con-le-proletaire-hay-que-romper-con-toda-ideologia-sindicalista
[117] https://www.diariodepontevedra.es/articulo/pontevedra/protestas-trabajadores-metal-ambulancias-confluyen-diputacion-vigo/202307061321281261228.html
[118] https://www.elespanol.com/treintayseis/articulos/actualidad/quinta-jornada-del-huelga-del-metal-de-pontevedra
[119] https://blogs.publico.es/verdad-justicia-reparacion/2022/09/10/vigo-1972-historia-memoria-y-reconocimiento/
[120] https://metropolitano.gal/enfoque/vigo-rinde-homenaje-a-la-historica-huelga-de-1972-con-una-exposicion-en-principe/
[121] https://es.internationalism.org/content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha
[122] https://es.internationalism.org/cci-online/200906/2585/vigo-los-metodos-sindicales-conducen-a-la-derrota
[123] https://es.internationalism.org/content/4967/luchas-en-vitoria-el-sindicalismo-y-la-democracia-contra-la-clase-obrera
[124] https://es.internationalism.org/content/4926/por-todas-partes-la-misma-pregunta-como-desarrollar-la-lucha-como-hacer-retroceder-los
[125] https://es.internationalism.org/tag/geografia/espana