Los sindicatos contra la clase obrera (I)

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Introducción

            A raíz de discusiones con un grupo de compañeros de un país centroamericano hemos visto la necesidad de republicar nuestro folleto LOS SINDICATOS CONTRA LA CLASE OBRERA en varias entregas. La preocupación de los compañeros era ¿cómo defienden los obreros sus necesidades más inmediatas? La experiencia concreta de la clase obrera durante más de un siglo es que los sindicatos, que en el siglo XIX fueron una organización de combate para la lucha inmediata, se transformaron desde que la primera guerra mundial que abrió la decadencia del capitalismo en APARATOS DEL ESTADO BURGUÉS encargados de sabotear la lucha, imponer la división y la desorganización de los obreros y hacerles tragar todos los sacrificios que exige la explotación capitalista. Por ello, tanto la lucha revolucionaria como la lucha reivindicativa de la clase obrera solo puede llevarse a cabo FUERA Y EN CONTRA de los sindicatos, autoorganizándose en Asambleas Generales, Comités elegidos y revocables, y, en una situación revolucionaria, en Consejos Obreros.

            El folleto está compuesto de cinco apartados y una introducción, esta última publicada acá como una primera entrega. En las siguientes semanas irán apareciendo cada uno de siguientes apartados que analizan distintos aspectos de la función de los sindicatos en el periodo de ascendencia y decadencia del capitalismo.  Entre ellos, por qué hoy estos forman parte integral del Estado, y en algunas de sus formas más totalitarias de Capitalismo de Estado, llevan a la auto -explotación de los obreros – como ha pasado en los regímenes estalinistas; también, el folleto analiza la razón por la cual los sindicatos fueron parte del movimiento de obrero en el  periodo de ascendencia y el motivo por el cual estos pasaron al campo burgués en la decadencia; además, analiza por qué el sindicalismo revolucionario y el anarco -sindicalismo[1], así como la propuesta izquierdista con la tesis de la “doble función” de los sindicatos, con su supuesta “crítica” al reformismo, resulta un veneno para la toma de conciencia del proletariado al rescatar algo de los sindicatos. Como último apartado, el folleto realiza un análisis de las verdaderas formas de lucha del proletariado, que han adquirido una nueva forma en la decadencia del capitalismo, donde el combate contra la burguesía tiene un carácter explosivo, enfrentativo y directo.

            Los sindicatos, verdaderos saboteadores de las formas de lucha autónomas de la clase, siguen siendo uno de los principales mecanismos de la burguesía para minar la toma de conciencia y la lucha por su autonomía, por eso, para la CCI, el combate contra los sindicatos es fundamental en el periodo de decadencia, cuando la clase obrera se enfrenta de manera directa contra la burguesía. Esta siempre buscará el medio sindical para ahogar la solidaridad y la unidad de la clase cuando la lucha de clases adquiere un alto nivel de combatividad.

Las distintas fórmulas para mantener a los obreros atrapados en la trampa sindical

Suponemos que ya el título de este folleto sea de por sí una manera patente de dejar bien sentada nuestra postura respecto a la CUESTIÓN SINDICAL.

Es este un punto clave de la plataforma de la CCI[2]. No es una posición más, así, añadida no se sabe cómo a un montón de puntos heterogéneos. Decir claramente que los SINDICATOS, cualquier organización de tipo sindical, se llame como se llame, está CONTRA la clase obrera, sin excepciones o casos particulares, no es producto de una imaginación calenturienta o de un "purismo revolucionario" desconocedor de las realidades. Es fruto, al contrario, de la realidad más patente y cotidiana. Es fruto de las únicas lecciones que pueden sacar los revolucionarios de las experiencias del proletariado desde 1917. Sacar las lecciones de todo lo que ha implicado el cambio de periodo histórico en el capitalismo, del hecho de que la revolución se ha puesto al orden del día y de la terrible contrarrevolución de los años 30.

Desde entonces los sindicatos se han integrado en el Estado capitalista, sirviendo, en la mayoría de los casos, de "correas de transmisión", de alistadores eficaces de la clase obrera para los partidos socialdemócratas o estalinistas, es decir, de los partidos más aptos para acelerar el necesario proceso de capitalismo de Estado (pocas veces, los sindicatos están ligados a partidos de centro o derecha).

Sindicatos y Partidos Capitalistas en Medio Obrero

Así, todas las políticas sindicaleras, como las campañas "unitaristas" o "de libertad sindical", no son más que el reflejo de la lucha política del momento, más o menos exacerbada entre las diferentes fracciones del capital. El unitarismo italiano ha venido reflejando a nivel sindical el "compromiso histórico" entre el PC y la Democracia Cristiana. En cambio, en España, a pesar del "profundo deseo de unidad sindical", como dicen los bonzos sindicales, las dos centrales más fuertes, CCOO y UGT, han acabado por tirarse los trastos a la cabeza y sus dirigentes insultándose cual verduleras (y que estas nos perdonen) ante las cámaras de T.V., reflejando las tensiones en la izquierda española, y las pretensiones gubernamentales del P.S.O.E. (U.G.T.)

El Apéndice Izquierdista

Pero no basta con demostrar y afirmar el papel contrarrevolucionario de los sindicatos. Tan importante es denunciar el papel que el Izquierdismo tiene en el tinglado sindical. En los grandes aparatos sindicales, en donde predominan los grandes partidos de la izquierda del capital, socialistas y "comunistas", poco espacio político suelen dejar estos a los izquierdistas (maoístas, trotskistas, etc.). En periodos de relativa calma social, al izquierdismo poco le dejan hacer en el aparato sindical. Su particularidad consiste en desmarcarse respecto de la dirección pidiendo, por ejemplo, 3.000 pesetas más en lugar de 2.500.

El izquierdismo es, en el abanico de fuerzas del capital, la última muralla contra el avance de la conciencia proletaria. Es la muralla "radical". Como en otras cuestiones, la ideología izquierdista se manifiesta en la cuestión sindical con un doble lenguaje anti y pro -sindical. El izquierdismo mantiene de manera más o menos clara, las posiciones políticas de la III Internacional degenerada, de manera más radicalizada que la de sus hermanos mayores de los P.C.

Para el izquierdismo, la clase obrera solo puede llegar a una conciencia "economicista" de sus intereses. Los sindicatos son, pues, la expresión de ese "nivel ínfimo" de la conciencia de clase. Por esa regla de tres, los sindicatos son para los izquierdistas órganos de la clase obrera a pesar de todos sus defectos.

Sobre esa visión capitalista de lo que es la conciencia de clase, se basan prácticas sindicales diferentes, de contornos difíciles de precisar, a menudo intercambiables.

Hay izquierdistas que no ofrecen prácticamente ninguna variante respecto a los PC y a sus sindicatos. Para ellos el sindicato bajo la influencia del partido y encuadrado por él tiene que ser un medio de presión en las luchas inter -burguesas y a la vez un medio de vigilancia policíaca y de "asistencia social" sobre la clase obrera sobre todo cuando el partido está en el poder. Para estos izquierdistas, como los grupos maoístas O.R.T. y P.T.E. en España[3], su partido también tiene que "tener su sindicato" o, al menos, una fracción dentro de otro sindicato más poderoso, en donde el partido pueda ejercer su influencia como "aportador de la conciencia política" a la clase obrera. El papel de estas organizaciones izquierdistas, organizadas como fracción dentro de un sindicato, es el de servir de conciencia "radical" a la fracción mayoritaria y a la dirección. Servir de tope para los obreros más combativos, intentar amaestrarlos, sindicalizando su combatividad, castrarlos en el aparato. En el ejemplo expuesto, el PTE (Partido del Trabajo de España) y la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores) escisiones ambos del PC, después de haber cumplido esa función de perros guardianes con ladrido radical dentro de Comisiones Obreras durante los últimos años del franquismo, fueron expulsados sin miramientos por la fracción mayoritaria del PCE, sin ni siquiera agradecerles la fiel labor cumplida. Y ambos partidos tuvieron que irse con sus obreros a montar otros dos sindicatos con la ridícula pretensión de ser más "unitarios", más "nuevos", más "combativos" (la CSUT del PTE y el SU de la ORT). En fin, dos callejones sin salida más en el laberinto capitalista.

Para otras fracciones del izquierdismo, en particular el trotskismo, el problema no es analizar lo que HOY son las organizaciones sindicales, apéndices del capital, sino saber cómo es la "base", y si se puede cambiar la dirección "burocratizada". Lo de menos para los izquierdistas es saber por qué SIEMPRE las direcciones sindicales son burocráticas e inamovibles y por qué el aparato sindical CORROMPE SISTEMÁTICAMENTE la combatividad de la "base". Hay grupos, a menudo escisiones de escisiones del izquierdismo sobre política sindical, que en pleno desconcierto y desesperanza acabar por decir que "hay que entrar en los sindicatos para destruirlos desde dentro". Y siempre, quienes acaban siendo destruidos son ellos mismos.

El Apoliticismo

Por el hecho que "política" es una palabra que recubre en general la política burguesa, es decir, todas las maniobras y engaños que cotidianamente practican todos los partidos del capital nacional (desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda) por el hecho que esa política de los profesionales del engaño constituye uno de los aspectos más asquerosos de la vida de la sociedad capitalista, es frecuente que se desarrolle entre los trabajadores un desprecio visceral de "la política".

Sin embargo, el "apoliticismo" no es lo contrario de la política burguesa. La lucha contra el Estado capitalista y todos sus sirvientes, el combate por la instauración de un verdadero poder directo de los obreros a nivel internacional, no es una tarea "apolítica" sino el contenido real de la auténtica política obrera[4]. La lucha revolucionaria del proletariado es una lucha política en el sentido original de la palabra, decir algo que concierne el poder central de la sociedad. Como tal, los obreros deben asumir el carácter político de su lucha. Transformar el asco por la política burguesa en apolitismo no es en realidad dar prueba de lucidez ni de "radicalidad" sino caer en una de las numerosas trampas del poder del capital.

En fin, de cuentas, los anarco-sindicalistas y otros "autónomos" "antipolíticos" proponen a la clase obrera lo mismo que la izquierda y extrema izquierda: que la clase se quede confinada en sus fábricas o barrios, que no se ponga a la altura de su quehacer político. Para izquierda y extrema izquierda, la política es asunto de sus partidos. A los obreros, con su "conciencia economicista limitada", les basta con sus sindicatos, sus procesiones y sus "jornadas de lucha". Para la C.N.T. y los "autónomos", aunque poniéndose del otro lado, razonan de la misma manera: organicémonos en la base, en nuestras fábricas y barrios, de manera autónoma, y la política que la hagan... ellos, los políticos a quienes, en fin, de cuentas, respetan y dejan hacer. En los mítines y reuniones de autónomos, la Mesa se crispa cuando alguien habla de “política", y eso que, muy a menudo, sus "dirigentes" pertenecen a un grupo político y están allí disfrazados de apolíticos con lo cual se auto- embaucan e intentan embaucar a la clase obrera. Si para la izquierda y extrema izquierda la clase obrera es un rebaño que puede servir para presionar, para la CNT y los Autónomos, los trabajadores son niños chicos a los que hay que prohibir hacer política para que no se corrompan.

La clase obrera de España pagó muy caro el "apoliticismo" de la CNT, en los años de la guerra, como explica la nota al final de este folleto. La CNT actual, bastante más débil, procura recoger el descontento y el asco de los obreros por las centrales sindicales "políticas", para llevarlo al pozo sin fondo de su arcaica ideología pequeñoburguesa de apoliticismo, del "individualismo" y federalismo[5]. Pretende desarmar a la clase obrera de las únicas armas con que cuenta: su conciencia política de clase y su organización autónoma de clase, los consejos obreros.

Ante nuestra clase, no se trata de afirmar que "nosotros somos el poder" como lo hacen elementos del movimiento asambleario en España. Porque, por el momento, es, sencillamente, mentira. En nuestra clase, de lo que se trata es de decir, la verdad. De lo que se trata es de decir con palabras justas, claras y definitivas lo que hoy solo pueden ser los sindicatos. De lo que se trata es de quitar todas las ilusiones que en ellos aún tiene parte de nuestra clase, para poder alcanzar la lucidez que la lucha por la revolución proletaria mundial exige.

C.C.I., marzo de 1978

 

[1] Es necesario precisar que, en un primer momento, el sindicalismo revolucionario (y algunas tendencias anarco-sindicalistas) fueron a principios del siglo XX una reacción proletaria primaria, confusa e insuficiente a la creciente integración de los sindicatos en el capitalismo. Ver en nuestra Web la sección Anarquismo y Sindicalismo https://es.internationalism.org/go_deeper  

[3] Se trata de grupos izquierdistas que tuvieron un cierto peso en las postrimerías del franquismo, pero que hoy han desaparecido completamente.

[4] Ver Contra el espectáculo repugnante de la política burguesa existe una respuesta: la política revolucionaria del proletariado https://es.internationalism.org/content/4464/contra-el-espectaculo-repugnante-de-la-politica-burguesa-existe-una-respuesta-la

[5] Para un estudio histórico de la CNT ver nuestra Serie sobre la CNT: https://es.internationalism.org/revista-internacional/200703/1322/historia-del-movimiento-obrero-la-cnt-nacimiento-del-sindicalismo- , https://es.internationalism.org/revista-internacional/200705/1903/historia-del-movimiento-obrero-la-cnt-ante-la-guerra-y-la-revoluci , https://es.internationalism.org/revista-internacional/200708/2002/historia-del-movimiento-obrero-el-sindicalismo-frustra-la-orientac , https://es.internationalism.org/revista-internacional/200711/2068/historia-del-movimiento-obrero-la-contribucion-de-la-cnt-a-la-inst , https://es.internationalism.org/revista-internacional/200802/2189/historia-del-movimiento-obrero-el-fracaso-del-anarquismo-para-impe y https://es.internationalism.org/revista-internacional/200806/2278/historia-del-movimiento-obrero-el-antifascismo-el-camino-a-la-trai

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