Con la carrera presidencial en Estados Unidos y las elecciones europeas, las diferentes fracciones burguesas del aparato estatal han desarrollado una vasta campaña ideológica en defensa de la democracia y de sus instituciones “amenazadas” por el ascenso del populismo.

Una vez más nos llaman a las urnas. En ellas desaparece la división en clases de la sociedad, desaparecen los problemas reales (COVID, explotación, miseria creciente etc.) y lo único que aparecen son las promesas de un “mundo mejor”, de una “sociedad más justa” y demás palabrería. En las elecciones no somos ciudadanos libres e iguales que “deciden”. En las elecciones lo que se decide a través de falsas disyuntivas (la derecha violenta de Keiko o la izquierda “reformadora” de Castillo) es quien va a encargarse de mantener y reforzar la explotación obrera, de profundizar en la miseria, de dejar crecer el COVID, de reprimir cualquier lucha.