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La burguesía de la región a través de sus medios de comunicación nos vino mostrando a Paraguay como un país que venía manejando con eficiencia la pandemia. El país con menos contagios desde que empezó a propagarse el virus del Covid 19, a finales de febrero del 2020.
Pero la realidad siempre rebasa las ilusorias cifras, las declaraciones triunfantes, rimbombantes, las proclamas tajantes, amenazadoras, que muestran solidez e integridad en las actuaciones políticas por parte de la burguesía y sus sátrapas regados en el abanico de partidos políticos que van desde la derecha conservadora, como el Partido Colorado y sus facciones hasta los llamados radicales de izquierda del Frente Guasu.
Todos gritan al unísono ‘’Democracia’’, ‘’Elecciones’’, ‘’Nación’’, ‘’Diálogo’’, ‘’A luchar contra la corrupción’’. Y este grito se escucha en todos lados, en el norte como en el sur, en occidente como en oriente. Es la misma clase putrefacta, enajenada y criminal de la burguesía, con diferentes rostros, arropadas con diferentes banderas, la que se aferra con uñas y dientes, al capitalismo decadente que vive su última etapa, la descomposición, mostrando sus efectos en todo el planeta: Hambrunas, pobreza extrema que ya no es propia de los países llamados del Tercer Mundo, ahora se extiende por Europa y Norteamérica, desempleo en constante crecimiento, catástrofes naturales (inundaciones, sequías), terror y terrorismo ya sea estatal o gansteril, un estado cada vez más policiaco, militarizado atravesado por la corrupción en todos sus estamentos, el incremento irracional en las agresiones al medio ambiente, agresión que sumado a todas las condiciones inhumanas en que se han desarrollado las megas ciudades junto a la altamente contaminante producción capitalista, han provocado tal daño a los ecosistemas que nos han otorgado una demostración más de lo poco que les importa la humanidad: el Covid 19[1].
Hemos dicho por todos nuestros medios que la pandemia del covid 19 es una expresión y una aceleración de la descomposición capitalista[2] y que desde que se desató la pandemia, hemos sido testigos de la conducta criminal e irresponsable de la burguesía, poniendo por delante sus intereses mezquinos, en detrimento de la población. He aquí, el porqué, conociendo de antemano, lo que se venía no hicieron nada para mejorar los presupuestos públicos en salud e investigación para mejorar los colapsados sistemas sanitarios descuidados por décadas[3].
Paraguay y su clase dominante no podía ser la excepción, totalmente fiel a su naturaleza la burguesía paraguaya: explotadora, represora, agresiva y criminal; para ella los intereses de la Nación pasan por el ritmo de la explotación y el incremento de sus ganancias a costilla de los proletarios paraguayos y de los sectores sociales no explotadores. La burguesía de Paraguay se comporta tan igual como la burguesía italiana, alemana, rusa, china, mexicana, salvadoreña, brasileña, etc. Y ese incremento de ganancias no importa cómo se dé, ya sea por la vía de la explotación directa del trabajador, por el asalto y pillaje de las arcas del Estado, o por las contrataciones (ventas y compras) de insumos para el Estado, expropiando con terror y sangre tierras de los campesinos precarios, o incursionando en negocios vinculados al narcotráfico y contrabando.
Aprovechando esta pandemia, su naturaleza gansteril la llevaría a lucrar despiadadamente sin ningún límite. Por ello, se escuchan en todos los medios, los relatos de corrupción en todos los gobiernos de América y del mundo, sin distingo político, ya sea de la derecha, centro o de la izquierda. En contraste se oye sobre la falta de Hospitales, de camas, de Unidades de Cuidados Intensivos, de medicamentos para mitigar los efectos del Covid 19, y con ello, cifras que van registrando cada vez más cientos de muertes por el virus y casos de contagios.
Este drama se vive en todos lados, solo cambian la ubicación de las víctimas, de Perú a Ecuador, de Chile a Argentina, de Brasil a México, de Bolivia a Paraguay... pero sigue siendo la misma clase social: La Burguesía, la que sigue controlando este macabro juego de la salud, las medicinas, los equipos y ahora las vacunas, todo apoyado en un sistema criminal y putrefacto como el Capitalismo y su aparato político.
La protesta social en Paraguay encadenada a la defensa de la democracia
Las protestas que se desataron a partir del 5 de marzo por la noche, tiene como antecedente una serie de manifestaciones de los trabajadores de la salud y de la educación por mejores condiciones laborales, recursos e insumos para enfrentar el pico de contagios y por el no retorno a clases presenciales, pero también el sector de la transportación junto a empresarios medianos y pequeños demandaban por alza en los pasajes los unos y los otros por ayuda estatal por el colapso en el comercio debido a la pandemia y sus efectos en la economía. Se sumaron más reclamos e indignación por el alza en los combustibles y por la falta de asistencia social por parte del Estado a los sectores sociales más golpeados por la pandemia y sus consecuencias.
La sociedad paraguaya era un hervidero, cual olla de presión explotó tras el incremento en la conducta cínica de los ocupantes del ‘’Palacio de López’’.
Las protestas iniciadas el 5 de marzo, fueron el marco para el juego parlamentario de la oposición burguesa al gobierno de turno, aprovechando la profunda indignación de la población, toda la oposición desde el Partido Liberal Radical Auténtico hasta los del Frente Gausú, se monta sobre las protestas empujando a los manifestantes por el recambio electoral democrático, atrapando a los manifestantes en el laberinto de la Democracia y las Elecciones. Nuevamente, actuando coordinadamente las fuerzas políticas de la burguesía (ya sea de derecha como el PLRA o de izquierda como el FG) conducen a los manifestantes al callejón sin salida de la democracia. Así ocurrió en marzo de 1999 y en marzo de 2017. Los trabajadores, campesinos precarios, sectores sociales pauperizados, desempleados, estudiantes, en fin, una masa heterogénea e indignada, fueron los que pusieron los muertos, los heridos y los encarcelados.
Contra la democracia y la dilución en el interclasismo ¡la lucha por la autonomía de clase del proletariado!
Desde la entrada del Capitalismo a su etapa de Decadencia, marcada por la I Guerra Mundial, el Capitalismo ingresaba por los senderos de un constante hundimiento en la Crisis Económica, la misma que se profundizó a finales de la década de los 60 del siglo pasado y se agudizó e intensificó sus consecuencias a partir de la década de los 90 del mismo siglo con la entrada del Capitalismo a su última fase: La Descomposición. La descomunal Deuda Soberana de los Estados, el Capitalismo de Estado presente con mayor intensidad y agudeza en todas las Naciones del planeta, son dos elementos significativos de estos tiempos que van acompañando todos los otros elementos antes descritos, propios de la fase de Descomposición capitalista. El capitalismo no podrá ser destruido por la vía de la Democracia y las Elecciones. No será barrido de la historia humana caminando atrás de los partidos políticos de la burguesía, aunque se proclamen de izquierda, o de extrema izquierda. Todos ellos actúan en función a su propio interés de clase dominante.
Entre los manifestantes que iniciaron la lucha por vivir en mejores condiciones está la clase obrera, pero esta no se ve como clase, no guarda su autonomía de clase frente al resto, están confundidos en el pueblo, en el ciudadano, y su confusión será su perdición, en esas revueltas populares interclasistas.
El camino que le toca transitar al proletariado paraguayo es largo, pero no es tardío, sus hermanos de clase ya vienen luchando en otros escenarios. En el 2020, con la pandemia encima salieron a protestar obreros italianos de la FIAT, obreros españoles de la fábrica de electrodomésticos Balay en Zaragoza o los de la Renault de Valladolid, la huelga salvaje (al margen de los sindicatos) de los conductores de transporte en Bélgica, las recientes movilizaciones de los obreros agroindustriales en Perú[4], o la de los trabajadores de la salud en Ecuador. Todos ellos luchando por mejoras en las condiciones de trabajo, en solidaridad con compañeros víctimas del virus y que, a pesar de ello, la burguesía los obliga a laborar sin ninguna protección sanitaria para evitar mayores contagios, luchan por salarios en plena crisis económica, una crisis que ha sido presionada por la aparición de la pandemia.
Es necesario comprender que estas luchas son aún muy débiles y limitadas y que existe un peligro muy serio de que los obreros -como ha ocurrido en Paraguay- se vean enredados en una lucha por objetivos burgueses. Las medidas de confinamiento y toda la presión social que se ha generado en torno a la pandemia reforzando la atomización, la dislocación y la fragmentación social, alzan nuevos obstáculos contra el desarrollo de la lucha obrera[5].
El proletariado tendrá que encontrarse como clase explotada en medio de esta confusión que impulsa la burguesía con su ideología democrática, deberá desarrollar su autonomía de clase frente a estas revueltas populares que la arrastran a terrenos ajenos a ella, solo imponiendo su identidad y autonomía de clase en sus propias luchas podrá ir recuperando su confianza y se podrá abrir una perspectiva mundial donde el proletariado como clase explotada vaya asumiendo el papel que le corresponde como la única fuerza social capaz de parar los fines de la burguesía mundial y sus Estados en el marco del capitalismo. La pandemia hoy juega en contra de este desarrollo de la consciencia de la clase y contra el desarrollo de su combate, pero la agudización de la crisis económica generará una mayor reflexión del papel que tiene la clase obrera con la humanidad.
Internacionalismo Ecuador -Sección de la CCI
[1].https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo.
[2] Ver https://es.internationalism.org/content/4630/informe-sobre-la-pandemia-de-covid-19-y-el-periodo-de-descomposicion-capitalista
[3].Ver nuestros análisis sobre las causas y consecuencias de la pandemia en: https://es.internationalism.org/content/4566/dossier-especial-covid19-el-verdadero-asesino-es-el-capitalismo.
[4] Ver Huelga de los obreros de la agroindustria en Perú https://es.internationalism.org/content/4632/huelga-de-los-obreros-de-la-agroindustria-en-peru
[5] Ver Resolución sobre la relación de fuerzas entre las clases (2019) https://es.internationalism.org/content/4444/resolucion-sobre-la-relacion-de-fuerzas-entre-las-clases-2019