CCI Online 2012
Estamos asistiendo a una crisis histórica del capitalismo que está trayendo graqves sufrimientos para la inmensa mayoría. ¡Para que la humanidad pueda vivir el capitalismo debe morir! Hay que derribarlo.
Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que a los revolucionarios se les trataba con escepticismo o burla cuando mantenían que el sistema capitalista se dirigía hacia la catástrofe. Hoy son los más acérrimos defensores de este sistema quienes lo reconocen. «El caos está ahí, justo delante de nosotros» (Jacques Attali, antiguo socio del ex-presidente francés Mitterand y ex-director del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo; en la actualidad consejero del presidente Sarkozy. Citado en el "Journal du Dimanche", 27-11-11). «Creo que usted no es consciente de que en un par de días, o en una semana, nuestro mundo podría desaparecer... estamos muy cerca de una gran revolución social» (Jean-Pierre Mustier, director bancario, anteriormente en la financiera "Societé Générale", www.chanllenges.fr./finance-et-marche [1]). No es con entusiasmo que estos defensores del capitalismo admiten que su ídolo se tambalea. Se encuentran en cambio profundamente preocupados por este hecho, y con más razón cuando ven que las soluciones que se proponen para salvar al sistema carecen de realismo. Como el periodista que entrevistó a Jean-Pierre Mustier añade: «por lo que respecta a las soluciones, el cajón está vacío». ¡Y no le falta razón!
Por mucha lucidez que tengan, aquellos que piensan que no hay ninguna otra sociedad posible son incapaces de poner sobre la mesa ninguna solución al desastre que actualmente amenaza a la humanidad. Y es que no hay soluciones a las contradicciones del capitalismo dentro del sistema. Las contradicciones a las que se enfrenta son insuperables porque no son el resultado de "una mala gestión" de este o aquel gobierno ni de la acción de "las finanzas internacionales", sino simplemente son el resultado de las leyes sobre las que se fundamenta el sistema. Tan sólo quebrando esas leyes, reemplazando el capitalismo por otra sociedad, la humanidad podrá superar la catástrofe que tenemos ante nosotros. Solamente situando las cosas en ese contexto puede entenderse la naturaleza de la actual crisis capitalista.
Al igual que otras sociedades que le precedieron, como el esclavismo y el feudalismo, el capitalismo no es un sistema eterno. El esclavismo predominó en la antigüedad porque correspondía con el nivel de las técnicas agrícolas que se encontraban disponibles. Cuando estas evolucionaron, requiriendo una mayor atención por parte de los productores, la sociedad entró en una profunda crisis - la decadencia de Roma. El esclavismo fue reemplazado por el feudalismo, en el que los siervos estaban vinculados a una parcela de terreno trabajando parte de su tiempo para el señor de la tierra o entregándole una parte de la cosecha. Al final de la Edad Media este sistema era ya obsoleto, llevando de nuevo a la sociedad a una crisis histórica. El sistema fue reemplazado por el capitalismo, que no se basaba ya en la pequeña producción agrícola sino en el comercio, en el trabajo asociado y en la gran industria, que a su vez fueron posibles por el progreso tecnológico (la máquina de vapor por ejemplo). Hoy en día, como resultado de sus propias leyes, el capitalismo se ha vuelto obsoleto y debe dejar paso a un sistema superior.
Pero, ¿dejar paso a qué? Aquí estriba la cuestión clave planteada por cada vez más gente consciente de que el actual sistema no presenta ningún futuro, que está arrastrando a la humanidad al abismo de la pobreza y la barbarie. No somos profetas que pretendan describir la sociedad futura con todo detalle, pero una cosa está clara: en primer lugar tenemos que abolir la producción dirigida al mercado y reemplazarla por la producción dirigida a satisfacer las necesidades humanas. Hoy nos encontramos ante un absurdo: en todos los países la pobreza extrema está creciendo, la mayoría de la población se ve forzada a arreglárselas con cada vez menos, no porque el sistema no produzca suficiente sino porque produce demasiado. Se paga a los agricultores para que reduzcan su producción, las empresas cierran, los salarios se reducen brutalmente, enormes cantidades de jóvenes están condenados al desempleo, incluyendo aquellos que se han pasado años estudiando, y en definitiva todos los explotados se ven forzados a apretarse el cinturón cada vez más. La miseria y la pobreza no son el resultado de la falta de fuerza de trabajo capaz de producir o de la falta de medios de producción, sino que son la consecuencia de un modo de producción que se ha vuelto una desgracia para la humanidad.
Únicamente rechazando de plano la producción destinada al mercado podrá el sistema que remplace al capitalismo mostrar en su bandera el principio «de cada uno según posibilidades, a cada uno según sus necesidades».
La cuestión que se plantea es esta: "¿cómo podemos llegar a esa sociedad? ¿Qué fuerza en el mundo es capaz de llevar a cabo una transformación de tal calibre?" Está claro que una transformación de ese tipo no puede venir de la propia clase capitalista o de los gobiernos existentes que, cualesquiera que sea su color, defienden siempre el actual sistema y los privilegios que les otorga. Sólo la clase explotada bajo el capitalismo, la clase de los trabajadores asalariados, el proletariado, puede llevar a cabo este cambio radical, aunque no sea la única clase que sufra pobreza, explotación y opresión.
Por ejemplo, en todo el mundo existen gran cantidad de campesinos pobres que también se encuentran explotados y a menudo sufren peores condiciones de vida que los obreros de sus mismos países. Pero su posición en la sociedad no les permite liderar la construcción de una nueva sociedad, incluso cuando tengan un interés real en un cambio radical. Cada vez más arruinados por el sistema capitalista, estos pequeños productores aspiran a hacer retroceder la rueda de la historia, a volver a los días en que podían vivir de su propio trabajo, cuando las grandes empresas agro-alimentarias aún no les empobrecían. La situación es diferente para los trabajadores asalariados bajo el capitalismo. Las bases de su explotación y pobreza están en el trabajado asalariado - el hecho de que los medios de producción estén en manos de la clase capitalista (ya sea bajo la forma de propietarios privados o bajo la de capitalismo de Estado), pudiendo ganarse la vida únicamente vendiendo su fuerza de trabajo. En otras palabras: la aspiración última de la clase de los productores, incluso si la mayoría de sus miembros no son conscientes aún, es abolir la separación entre productores y medios de producción que caracteriza al capitalismo, abolir las relaciones mercantiles por las que son explotados, y que sirven de permanente justificación para los ataques a sus condiciones de vida, repitiendo empresarios y gobiernos aquello de que "hay que ser competitivos".
Por tanto el proletariado debe expropiar a los capitalistas, tomar colectivamente el control de la producción mundial con el fin de satisfacer las necesidades de la especie humana. Esta revolución, porque de eso estamos hablando, inevitablemente chocará con los órganos que el capitalismo utiliza para mantener su dominio sobre la sociedad, en primer lugar los Estados, sus fuerzas de represión, pero también todo el aparato ideológico que sirve para convencer a los explotados, días tras día, de que el capitalismo es el único sistema posible. La clase dominante no dudará en tratar de parar por todos los medios posibles la "gran revolución social" que aterra al banquero arriba mencionado y a muchos de sus compañeros de clase.
La tarea resultará inmensa. Las luchas que ya han comenzado contra el empeoramiento de las condiciones de vida en países como Grecia y España son pasos necesarios en la preparación del derrocamiento del capitalismo. En estas luchas, en la solidaridad y unidad que contienen, en la conciencia que engendran sobre la posibilidad y necesidad de librarse de un sistema cuya bancarrota es cada día más evidente, los explotados forjarán las armas que necesitan para abolir el capitalismo e implantar una sociedad liberada finalmente de la explotación, la pobreza, el hambre y la guerra.
El camino es largo y difícil pero no hay otro. La catástrofe económica, que tanta intranquilidad crea en las filas de la burguesía, traerá un empeoramiento terrible de las condiciones de vida para todos los explotados, pero también les impulsará a comenzar el camino que les lleve a la revolución y a la liberación de la humanidad.
Fabienne 7-12-11
Publicamos un informe de nuestros compañeros de World Revolution, sección de la CCI en Gran Bretaña, sobre la lucha de los electricistas que muestra un esfuerzo de solidaridad, de apertura a otros sectores obreros y de pulsión por tomar la lucha a cargo pese al sabotaje de los sindicatos y a que todavia pesan las ilusiones y planteamientos sindicalistas
Los electricistas en Reino Unido llevan 4 meses protestando contra la amenaza de recortes salariales de un 35%. Ruidosas protestas han tenido lugar en Londres, Manchester, el Noreste inglés, Glasgow y otros sitios, con bloqueos y ocupaciones de obras con presencia de alguna de las 7 empresas que intentan llevar a cabo los recortes; una manifestación en Londres el pasado 9 de noviembre coincidiendo con la de estudiantes; y paros ilegales y bloqueos a obras el 7 de diciembre.
A pesar de su militancia y determinación, a pesar de que se les ha exigido que firmen los nuevos contratos (que incluirían las nuevas condiciones) para primeros de diciembre bajo amenaza de perder sus empleos (fecha pospuesta ahora hasta enero), el sindicato Unite1 no convocó una votación para una huelga hasta noviembre, y únicamente para los trabajadores de la empresa Balfour Beatty, que lleva la voz cantante en los recortes, y sólo para una huelga limitada. Incluso con una mayoría del 81% Unite impugnó la votación, repitiéndose esta, impidiendo la convocatoria de una huelga autorizada para el 7 de diciembre, pero no pudiendo impedir las huelgas ilegales y los bloqueos en Grangemouth, Immingham, Cardiff, Manchester, Londres y otros muchos sitios. En algunos sitios los trabajadores se negaron a cruzar los piquetes y pese a la fuerte presencia policial muchas obras fueron paralizadas.
Las huelgas y protestas que se llevan repitiendo desde que 8 empresas anunciaron que pretendían abandonar el Joint Industry Board (algo así como el convenio colectivo del sector vigente hasta el momento) e imponer salarios más bajos y peores condiciones a través de un nuevo tipo de convenio para esas empresas (BESNA)2 se han caracterizado por:
Repetidas huelgas ilegales.
Reuniones y concentraciones fuera de las obras para asegurarse de que todos los electricistas son informados de la amenaza de recortes salariales y para intentar involucrarlos en la lucha, y algunas veces breves ocupaciones y bloqueos. Estos encuentros se han convertido en una importante arma para los electricistas con la que mostrar su determinación a la lucha, y para que otros mostraran su solidaridad. Se han puesto a disposición de los presentes micrófonos abiertos para posibilitar una discusión real.
Una fuerte búsqueda de solidaridad dentro del sector de la construcción y más allá. Ha existido una comprensión de que es necesario que consigan la solidaridad de trabajadores de otros sectores, y de que ellos podrían ser los próximos si los recortes a los electricistas siguen adelante. Es necesario que obreros tanto dentro como fuera de los sindicatos participen. Y ha habido un esfuerzo importante por buscar la solidaridad de los trabajadores de otros sectores, expresado en las huelgas y manifestaciones del 9 de noviembre que coincidieron con la protesta estudiantil, y la propuesta de hacer lo mismo del día 30 junto con los trabajadores del sector público. El 16 de noviembre en Farringdon, aunque los piquetes eran menos numerosos, algunos obreros -incluyendo un grupo de polacos- se negaron a entrar a trabajar.
Miembros de "Occupy London" han sido bien recibidos, y varios cientos de electricistas marcharon a la catedral de San Pablo en Londres (donde se encuentran los "ocupantes") para mostrar su solidaridad con las protestas de estos.
Las protestas del 9 de noviembre en Londres mostraron todas estas tendencias, comenzando con una protesta de militantes de base fuera de Pinnacle, cerca de Liverpool street, que tras bloquear la calle marcharon hacia varias obras llevadas por empresas del BESNA y realizaron sesiones de micro abierto antes de unirse a la manifestación principal de Unite en Shard. Varios cientos de electricistas decidieron no unirse a la protesta sindical ante el parlamento y unirse a los estudiantes. Fueron rápidamente interceptados y pese a su resistencia la policía los contuvo y registró- salvo a unos pocos que escaparon por una cafetería. ¡La clase dominante está muy interesada en mantenernos separados!
El 7 de diciembre, a la vez que hacía un llamamiento a los electricistas para que se unieran a los paros, el piquete frente a la empresa Balfour Beatty en St Cath's Birkenhead se dirigió a trabajadores del NHS3 para explicarles el porqué de su protesta, obteniendo una actitud positiva por parte de estos.
Ha habido un auténtico silencio mediático sobre todo esto. Nada se ha dicho de los recortes salariales, ni de las protestas, bloqueos u ocupaciones. Prácticamente nada tampoco sobre la manifestación del 9 de noviembre, a pesar de la idea de que la protesta ante el parlamento atraería a los medios. Es algo habitual que los medios guarden silencio sobre una lucha que la clase dominante cree que puede ser un "mal ejemplo" para otros trabajadores. Y lo que los electricistas han hecho hasta ahora desde luego puede servir de "mal ejemplo".
Tampoco ha habido información a través de cauces sindicales, pese a las platónicas promesas de apoyo por parte de otros sindicatos aparte de Unite. Se les preguntó a los piquetes frente al Hospital de Great Ormond street el 30 de noviembre (protestando por los recortes en sanidad) y no sabían nada de los ataques a los electricistas, ni tampoco de su lucha. No nos sorprende.
Los puestos de trabajo escasean, los niveles de vida caen a medida que la inflación se come los salarios, y todos estos ataques se presentan como medidas dolorosas pero necesarias por los políticos y los medios de comunicación. Esta situación afecta a toda la clase obrera, pero en el sector de la construcción la situación es más difícil si cabe. Miles de los obreros más combativos y militantes han sido colocados en listas negras, y muchos de ellos se encuentran en paro, lo que supone una intimidación para todos los trabajadores. Es difícil conseguir trabajo con regularidad, muchos tienen que trabajar para subcontratas o para empresas de trabajo temporal bajo peores condiciones, lo que potencialmente tiene un efecto de división entre los obreros. No es de extrañar que muchos muestren dudas: «La mayoría de los chicos no están aún por acciones no legales, aunque algunos sí han ido a Londres... Empieza a tomar fuerza la idea de una huelga legal. La gente mira por sus puestos de trabajo, lo que es comprensible» (colgado en ElectriciansForum.co.uk).
La situación deja claro que los electricistas necesitan luchar mucho más allá de las 7 u 8 empresas de BESNA que quieren imponer recortes del 35% para el año que viene. Las subcontratas y empresas de trabajo temporal ya pagan menos, como también lo hacen un gran número que no forman parte del convenio JIB, y las que sí están en el convenio sólo cumplen sus normas cuando les interesa: «El convenio JIB no se aplica como debiera, ¡simple y llanamente!» (Colgado en el mismo foro).
Con la primera fecha tope para aceptar el acuerdo amenazando y sin ninguna protesta convocada, los trabajadores se muestran muy molestos con el sindicato: «En mi opinión un día de huelga no hará mucho daño, estas empresas tienen información de sobra sobre cuándo y cuántos... PODRÍA SER YA MUY TARDE», «la gente es reacia a unirse a un sindicato dirigido por blandengues que venderán a sus afiliados por beneficios personales», «No confío ni una pizca en que Unite consiga un acuerdo que nos satisfaga. Ya me conozco bastante bien sus dulces palabras en otros sectores. Es absolutamente necesario que los afiliados de base participen en cualquier negociación». Al sindicato se le ha descrito como "despreciable" por su inacción y ausencia de convocatorias de protesta. Sin embargo, otras opiniones mantienen que «el sindicato está lejos de ser perfecto pero es todo lo que tenemos, no puede haber militancia de base sin sindicato, y no puede haber sindicato sin militancia de base».
¿Por qué entonces los sindicatos siguen actuando así? Uno de los mayores defensores de Unite en el foro manifiesta: «parad ya de atacar al sindicato, son ellos lo que se van a sentar a negociar los acuerdos... todos jugamos nuestro papel de una forma u otra pero es Unite quien se va a encargar de lo más importante», y añade: «Unite está ahí para conseguir acuerdos con empresas con trabajadores relacionados con Unite, está ahí para servir a sus afiliados. No está ahí para representar a todo un sector o una empresa». Precisamente ese es el problema. Los sindicatos están ahí para negociar con los empresarios; los obreros juegan su papel, en las votaciones o en manifestaciones, pero la actividad principal de los sindicatos tiene lugar a espaldas de estos. Y se limitan a llegar a acuerdos con empresas con representación sindical. Los sindicatos limitan nuestra lucha, nos dividen por puesto de trabajo, por pertenencia a este o aquel sindicato, por esta o aquella empresa. Pero los electricistas se enfrentan a un recorte salarial del 35% en todo el sector, no sólo para trabajadores afiliados o no a un sindicato. Y este es sólo uno de los ataques a los que se enfrenta toda la clase obrera, que necesita unirse por encima de divisiones de puestos de trabajo, o de empresa, o entre afiliados o no a este o aquel sindicato.
La lucha hasta ahora ha estado organizada por el Grupo de Militantes de Base de Unite-Construcción, encabezada por un comité elegido en una reunión en Londres el pasado agosto y que ha organizado encuentros por todo el país. El grupo es de la visión de que «actualmente estamos ampliamente de acuerdo en que ni podemos ni vamos a esperar hasta que la votación tenga lugar, aunque nos alegraremos cuando se haga. Pero hasta entonces debemos intervenir realizando campañas para impulsar que se hagan todavía más acciones no autorizadas, marchas a centros de trabajo y acciones de solidaridad» (www.//siteworker.wordpress.com). En septiembre 1500 electricistas dejaron el trabajo en la refinería de Lindsey para sumarse a una manifestación de electricistas. Al igual que el Comité Nacional de delegados sindicales5, el Grupo de Militantes de Base adopta una postura muy marcada: unas veces sobrepasando ligeramente a los sindicatos, otras, mano a mano con ellos. «Luchamos por los mismos objetivos, tanto el Comité de Base como los sindicatos. Tenemos los mismos fines, y no vamos a dejar que nadie nos divida», manifestó Len McCluskey6 el 9 de noviembre en Shard, a pesar de que los líderes de Unite han brillado por su ausencia en la mayoría de protestas, dejando aparte algunas apariciones simbólicas, como en Blackfriars en octubre.
Los esfuerzos del Grupo de Base muestran la combatividad de los electricistas, la determinación de una minoría de resistir a los ataques. También muestra su adhesión a los sindicatos y a sus métodos de lucha, incluyendo la visión de que el motivo de la lucha es la negociación entre Unite y BESNA, y que convencer a los trabajadores para que luchen significa conseguir que se afilien al sindicato. La dinámica de la lucha, como hemos visto, va mucho más allá de los métodos sindicales e incluso se opone, como en los intentos de dirigirse a obreros de otros sectores, estuvieran o no en el sindicato, en vez de confinar la lucha a los afiliados de Unite y sus empresas. El rechazo total de los electricistas a los recortes salariales contrasta con las afirmaciones de Unite que asegura que están dispuestos a discutir la modernización del sector.
Asambleas generales que dirijan la lucha, encuentros masivos abiertos a todos los trabajadores sin importar su afiliación, son el camino para que los obreros puedan tomar la lucha en sus propias manos, y extenderla a otros trabajadores.
Alex 9-12-11
1 Unite (unir): Uno de los principales sindicatos en Reino Unido.
2 BESNA: Building Engineering Services National Agreement (Convenio Nacional para Servicios Técnicos en la Construcción). Nuevo convenio colectivo propuesto por algunas empresas del sector bajo el argumento de la necesidad de "modernizar el sector" y adaptarse al "difícil clima económico"
3 NHS: National Health Service (Servicio Nacional de Salud británico)
4 Parafraseando el eslogan sindical "You are the union" (tú eres el sindicato)
5 El comité de la "National Shop Stewards Network" (Red Nacional de Delegados Sindicales), caracterizada por una defensa del sindicalismo de base
6 Secretario General de Unite
Las discusiones en torno a la reivindicación "Ocupar Londres" se articulan sobre dos temas principales: uno, cómo "mejorar" la democracia parlamentaria, en el sentido de ganar terreno "en favor del pueblo" contra los ricos, los banqueros, las élites,..., y otro cómo lograr la justicia social, es decir, un reparto más equitativo en el capitalismo.
En la página Web "Ocupar Londres" (www.occupylsx.org [6]). Hemos podido leer la siguiente declaración:
"Los de Ocupar Londres coincidimos con la línea de ocupaciones que se están llevando a cabo en el mundo entero; formamos parte del "99%"; formamos un foro pacífico y no jerárquico; estamos de acuerdo con los que consideran que el sistema actual es antidemocrático y absurdo. Necesitamos nuevas alternativas, nuevas propuestas. Por todo esto os invitamos a participar y a desarrollar con nosotros un debate sobre: cómo crear un futuro mejor para todos."
Coincidimos , por ser totalmente cierto, que hay movimientos de ocupación por todo el mundo que se manifiestan a través de acciones que surgen en cientos de ciudades de Estados Unidos -que comenzaron por el movimiento "Ocupar World Street"- y en diversos lugares de toda Europa -Frankfurt, Glasgow,..., entre otras-. Son movimientos que, generalmente empiezan ocupando un espacio público y se continúan con discusiones, manifestaciones y acciones comunes. Las preocupaciones de las personas que participan en las ocupaciones están relacionadas con el interés por conocer el verdadero estado del mundo, de la economía y de la política. Todo esto es incontestable.
Un camarada de World Revolution que ha visitado recientemente dos espacios ocupados nos lo comunicaba con el siguiente testimonio: "Visité Finsbury Square donde he estado discutiendo con dos muchachas, un joven parado y algunos otros que tenían trabajo. Uno de ellos nos explicaba las razones que le han motivado a participar en la ocupación: en cierta medida el descontento frente al estado de cosas actual pero, además, porque las ocupaciones proporcionan una cosa que no abunda en Gran Bretaña y que es ni más ni menos que un espacio público donde las personas tienen libertad para acceder y discutir en asambleas generales, en un esfuerzo común para intentar comprender la situación actual del mundo. Estas personas vienen desde diferentes regiones del país, incluso desde otros países. Y acuden compañeros que aunque tienen trabajo han decidido participar en la protesta. Todos hacen propuestas, una de ellas consiste en enviar delegados a la lucha que están llevando los obreros de la electricidad. Esto está ocurriendo en un momento en que a lo largo de todo el país, a pesar del temor y la ira engendrada por la lluvia de medidas de austeridad que nos está cayendo encima, aparece algo que va en el sentido de una auténtica respuesta de los obreros. Como lo demuestran los acontecimientos recientes en España y en Grecia, las asambleas son el elemento vital de la autoorganización de los trabajadores; son el lugar donde la confrontación política, la clarificación y la reflexión pueden llevarse a cabo y desarrollarse. El mejor ejemplo son las intensas discusiones que hemos visto en España entre los defensores de la "democracia real"-de una institución democrática, ‘democracia gubernamental', mejorada- y quienes avanzan una perspectiva proletaria: ‘haya momentos de gran agitación en los que los intervinientes, muy excitados, hablan incluso de revolución, de denunciar el sistema, de ser radicales (en el sentido de ‘ir a la raíz del problema') como decía uno de ellos."[1]
Las discusiones en torno a la reivindicación "Ocupar Londres" se articulan sobre dos temas principales: uno, cómo "mejorar" la democracia parlamentaria, en el sentido de ganar terreno "en favor del pueblo" contra los ricos, los banqueros, las élites,..., y otro cómo lograr la justicia social, es decir, un reparto más equitativo en el capitalismo.
En su narración nuestro camarada nos sigue explicando: "Por fin pude encontrar, algo tarde ya, la reunión en la "Carpa de la Universidad", donde se mantenía una discusión sobre la democracia de la que me pareció entender que no es cierto que hubiese una verdadera democracia en España, habida cuenta de que hay allí toda una lista de partidos "proporcionalmente representados" sin que cada diputado tenga derecho al voto en tanto que individuo (es decir, en tanto que simple Miembro del Parlamento -MP), que los partidos son parte del Estado y que algunos de ellos son herederos directos de la dictadura franquista ... En la reunión se hacía a los políticos culpables de prácticamente todo. Había voces discordantes que intentaban plantear la discusión en el terreno de la economía señalando que la democracia en el Reino Unido no es mejor. Hubieron algunas contribuciones realmente chocantes en la discusión incluyendo la idea de que deberíamos hacer participar a la gente en la Administración Pública de la misma manera en que se le obliga a formar parte de un Jurado posiblemente con la idea de que esto podría desterrar el favoritismo político de la Cámara de los Lores..., o lograr que hubiese mejores dirigentes en el Gobierno, como en China... Uno pensaba que introducir mejoras en el sistema de voto para elegir los parlamentarios sería un buen medio para ampliar la experiencia parlamentaria. Pude hacer tres breves intervenciones durante la discusión: una, para decir que la manera de comportarse los políticos no viene determinada por el sistema de votación español, británico u otro sistema representativo, sino por el hecho de que todos defienden el capitalismo; otra, que la crisis no es un simple asunto de banqueros; otra para decir que había esperado oír hablar más sobre lo que son y deben ser las asambleas y mencioné una lista de experiencias históricas que incluían los Consejos obreros. Algunas manos se levantaron aprobando lo que dije pero la discusión general volvió a la búsqueda de medios para perfeccionar la democracia burguesa."
"Ocupar Londres" no es únicamente un movimiento más reducido que los de España o Estados Unidos, que le han inspirado, sino que las voces que se levantan a favor de la perspectiva de la lucha de la clase obrera son relativamente débiles y las que defienden la democracia parlamentaria relativamente fuertes. Por ejemplo, los esfuerzos para solidarizarse con las reivindicaciones de los trabajadores de la electricidad, enviándoles alguna "delegación", dada la proximidad de su lugar de concentración, fueron consideradas como una decisión totalmente individual y dejada a la iniciativa de los participantes; mientras que el movimiento "Ocupar Oakland" había llamado a una huelga general y a reuniones por la tarde para que los que estaban trabajando pudieran participar también (consultad la página Web: https://www.occupyoakland.org/ [7]). Esto ha dejado al movimiento "Ocupar Londres" muy vulnerable en relación a las maniobras relacionadas con la amenaza de desalojo o con la propuesta de una reducción a un periodo de dos meses del asentamiento de carpas y tiendas de campaña, y al circo mediático montado en torno a lo que está ocurriendo con la jerarquía religiosa de la catedral de St. Paul: dimisión primero del Canónigo y más tarde del Deán.
La reacción de los Media era bastante previsible y la hemos visto: desde los titulares del tipo: "¡Horror!", "¡Conflicto!", a los artículos en primera página, tanto en la prensa del ala izquierda como la de la liberal, argumentando que estas ocupaciones representan un "aliciente", un "revulsivo" para un sistema democrático demasiado formalista y encorsetado. En general la mayoría de periodistas, y la institución religiosa, han intentado adelantar un medio para hacer entender a los políticos que deberían saber "reaccionar" ante las "preocupaciones" que se expresan en las "legítimas protestas". Frente a la ausencia de una perspectiva que contemple, desde el movimiento de ocupaciones, la toma de contacto con el conjunto de la clase obrera, estos Media han usurpado, como se podía prever por la manera como ellos presentan en su prensa la ocupación, las fuerzas y las potencialidades de éste para convertirlo en un tema recurrente o dicho de otra forma, en una idea fija, reiterativa, un punto de fijación asumible por lectores, oyentes y televidentes.
En las asambleas, la amenaza de desalojo y el cómo defenderse de la represión y la violencia son, sin duda, cuestiones y preocupaciones recurrentes y tratadas como importantes. De la "respuesta" que a éstas dan los políticos electos en numerosos lugares de EEUU (la pura y dura represión) pueden dar testimonio tanto los 700 manifestantes que primero fueron embaucados y después arrestados cuando intentaban atravesar el puente de Brooklyn, donde fueron además apaleados, como otros detenidos, y aporreados en distintas ocupaciones[2]. En las asambleas generales en Finsbury Square, a las que suele asistir alguno de nuestros camaradas, donde se ha discutido (antes del ofrecimiento de que podían permanecer dos meses más, si se marchaban en la fecha convenida) de cómo reaccionar frente a la amenaza de expulsión de St. Paul, lo que más les preocupaba era, sin embargo, qué tratamiento iban a dar los Media a su respuesta. La propuesta de dirigirse directamente a los trabajadores, argumentada por nuestro camarada, haciéndose eco de la de otro de los que participaban -quien avanzaba que sus objetivos iban en el sentido de mantener indefinidamente la ocupación- y que no había sido retomada por nadie, no obtuvo respuesta. El hecho es que a ninguna de las dos propuestas se les dio la importancia que les atribuían los argumentos de los compañeros.
El mayor peligro sería ahora que "Ocupar Londres" se metiese en una dinámica desesperada, encerrándose en sí mismo, mientras la Iglesia y los Medias siguen haciendo con el movimiento lo que ellos quieren.
Este artículo ha sido publicado por primera vez en World Revolution (Órgano de prensa de la CCI en Reino Unido) nº 349 -noviembre de 2011. https://en.internationalism.org/worldrevolution/201111/4569/occupy-londo... [8].
[1] https://en.internationalism.org/icconline/2011/september/indignados [9]
[2] The Guardian ha informado que incluso el hijo del legendario blues-man Bo Diddley fue arrestado por intentar manifestar su apoyo a la ocupación en una plaza de Florida...que tiene el nombre de su propio padre (el 14 de octubre de 2011).
Attachment | Size |
---|---|
![]() | 72.99 KB |
A día de hoy 20 de febrero continuan las cargas brutales y las encerronas de la policía contra los estudiantes de institutos y universitarios y contra gente de otras edades que se solidarizan con ellos. Toma de posición denunciando la barbarie estatal y planteando un debate sobre sus causas y sobre cómo responder
El miércoles 15 la policía reprimió a los estudiantes que cortaron el tráfico en la calle Xátiva de Valencia en su protesta contra los recortes. Detuvieron a un menor. Desde entonces las manifestaciones y concentraciones de solidaridad se suceden respondiendo el Estado con una escalada represiva: 17 detenidos, que han sido tratados de forma humillante como a una chica a quien un policía dijo que «si fueras mi hija te daría dos hostias» y otra a quien dijeron «no llegas ni para puta». Una tercera fue arrastrada por el suelo y los concentrados ante el complejo policial de Zapadores fueron objeto de un encerrona e identificados uno a uno.
Ante estos hechos canallescos, queremos manifestar nuestra solidaridad con todos los detenidos, el apoyo a las numerosas manifestaciones solidarias que se han producido así como a la actitud de los vecinos de Zapadores que «han mostrado su apoyo a los concentrados bajando desde los balcones botellas de agua y refrescos, que han provocado los aplausos de los manifestantes»[1].
¿Por qué emplean una represión desproporcionada y provocadora contra jóvenes estudiantes?
Una primera pista es que esos métodos han sido reiteradamente empleados en otros países para enfrentar protestas sociales masivas. Los gobernantes españoles siguen "el manual". En Francia, durante las manifestaciones contra la reforma de las pensiones, la policía tendió una encerrona a 600 jóvenes en Lyon y los identificó uno a uno como ahora en Valencia. Lo mismo hizo el gobierno Cameron en Trafalgar Square cuando las movilizaciones contra el aumento de las tasas estudiantiles. El objetivo que perseguían era tomar a los jóvenes como cabeza de turco para dar un aviso a los numerosos manifestantes que ocupaban las calles. Eso es con toda seguridad lo que buscan en Valencia. No se atreven ante muchos miles de manifestantes y escogen a unos cientos de jóvenes.
Una segunda respuesta -que es complementaria a la primera- es que pretenden atraparnos en una especie de espiral de acción-reacción, con continúas detenciones, movilizaciones, más detenciones, de tal manera que el movimiento acabe agotado en ese juego y los objetivos centrales de la lucha contra los recortes y la reforma laboral queden en un segundo plano. En Grecia, el gobierno "socialista" de Papandreu lo empleó en numerosas ocasiones no dudando en utilizar provocadores policiales para organizar actos de vandalismo que a continuación eran empleados para "justificar" violentas cargas policiales y detenciones masivas.
Otro de los propósitos es crear un clima de tensión que nos empuje a respuestas improvisadas e inconscientes. Así, gracias al ambiente que han provocado se ha cancelado el encierro general abierto a los trabajadores y a los estudiantes de TODOS LOS SECTORES que estaba previsto para el lunes 20.
Finalmente, un objetivo de la represión tiene que ver con la Derecha española. Esta se ha distinguido históricamente por su arrogancia provocadora y su bestialidad represiva. El actual Gobierno de Derechas se revuelca sin ningún escrúpulo en esa actitud e incluso se regodea en ello. Ello viene muy bien al Estado y al Capital español tomados en su conjunto para desviarnos hacia la defensa de la Democracia -supuestamente amenazada por esta derecha- y hacia la lucha por alternativas "menos represivas y más sociales", cuando la única solución es LUCHAR CONTRA EL CAPITALISMO EN TODAS SUS FORMAS Y EN TODAS SUS COLORACIONES POLITICAS.
Un joven decía ante la vorágine represiva de Valencia, « ¡Esto es Siria!».
Tiene razón en un punto: el Estado -sea democrático o abiertamente dictatorial como el de la familia El Assad- no vacila ni un segundo en aplicar una represión brutal cuando están en juego los intereses de la clase capitalista. Ahora bien, existe una diferencia entre el Estado democrático y el Estado dictatorial. El primero es capaz de emplear la represión con inteligencia política, dando golpes represivos que se acompañan con maniobras políticas para desviar, dividir y desmovilizar. Eso lo hace más cínico y peligroso pues una represión acompañada con la maniobra, la división y las trampas políticas e ideológicas hace mucho más daño que una represión pura y dura.
La trampa de mostrar la represión como especialidad exclusiva de la Derecha tiene la gran ventaja de lavarle la cara al Estado y a quien está tras él, el Capital. ¿Es que acaso no hay una continuidad entre lo que hizo el gobierno PSOE tanto en materia de recortes sociales como en acciones represivas y lo que está haciendo el actual Gobierno? ¿Es que si miramos el resto de mundo no vemos que con todo tipo de gobiernos las cosas no hacen sino empeorar?
La trampa de cebarse con los jóvenes además de revelar una asquerosa cobardía tiene el objetivo político de crear una fractura entre generaciones, de dividirnos, a lo cual se han prestado algunos representantes políticos y sindicales diciendo de forma paternalista que los jóvenes «se han dejado llevar por el apasionamiento» o «han ido a la suya en las protestas».
El círculo se cierra con las "alternativas" de la leal oposición (los PSOE, IU etc.) que se lamentan de la "represión desproporcionada" lo que quiere decir que estos señores proponen una represión "proporcionada", "controlada", o sea, legitiman la represión. Además piden la dimisión de la Delegada del Gobierno creando la ilusión de que colocando en ese puesto burocrático a otro político no habría represión o sería más "suave".
Necesitamos rechazar estas trampas.
A la represión no podemos responder con "peticiones de dimisión" de tal o cual cargo ni con reclamaciones de "más democracia". Tampoco "moderando" las reivindicaciones como concesión. Todo eso envalentona y hace más fuerte al Estado.
A la represión hemos de responder haciendo MUCHO MAS MASIVAS las manifestaciones, las concentraciones y las Asambleas. Hemos de ir hacia una ASAMBLEA GENERAL de trabajadores, estudiantes, parados, que pida apoyo a los trabajadores del resto de España, de los demás países, que reivindique la retirada de la Reforma Laboral y la anulación de los Recortes junto con el rechazo de la actuación policial y la libertad SIN CARGOS de todos los detenidos.
Hemos de movilizarnos TODOS, jóvenes y mayores, parados y activos, empleados públicos privados, todas las generaciones unidas. La única posibilidad que tenemos de hacerles retroceder es una acción conjunta, masiva y solidaria. Pero cualquier retroceso que logremos imponerle será solamente temporal porque volverán a la carga con nuevas caras y nuevos métodos. Así hemos visto que han cambiado al PSOE por el PP para seguir dando aún más palos como en Grecia cambiaron al Partido "Socialista" por un Gobierno de Unión Nacional que incluye a neofascistas. Por ello, solamente si encaminamos la lucha a la transformación revolucionaria de esta sociedad podremos avanzar hacia una auténtica solución a los graves problemas que nos aquejan.
Corriente Comunista Internacional 19-2-12
1. Tomado de https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2012/02/17/seis-arrestados-nueve-heridos-dia-13003388.html [12]
Presentamos dos textos: una contribución de una compañera que firma Aurora Despierta y nuestra respuesta.
Se trata de un debate sobre la base de coincidencias importantes a partir de las cuales se puede abrir un intercambio para esclarecer cuestiones candentes sobre qué el capitalismo, en qué estadio está de su evolución, la actual crisis sistémica, la respuesta del proletariado, su situación y relación de fuerzas frente al capital etc.
Publicamos a continuación un largo texto que nos fue dirigido hace ya algún tiempo, por una compañera que firma Aurora Despierta con la que hemos intercambiado en algunas ocasiones en diferentes Foros, especialmente en Esparevol, hoy cerrado. Se trata de una contribución sincera, argumentada y apasionada que, en nuestra opinión, forma parte del esfuerzo de toma de conciencia de la clase obrera para romper sus cadenas y edificar otra sociedad liberada de la explotación y de todos los males que resultan de la agonía de la sociedad capitalista. Esta contribución, que busca reforzar el bagaje teórico de la clase obrera y trata en particular de los aspectos siguientes: las contradicciones que están en la raíz de la fase actual de la crisis económica mundial con objeto de determinar las perspectivas, esto en relación con el agotamiento previsible de las principales fuentes de materias primas y del desastre ecológico; la necesidad para el proletariado de pasar a un nivel de lucha que, de manera ofensiva, se de el objetivo de la abolición del trabajo asalariado y el capitalismo, pues si no lo hace así sus luchas contra los ataques actuales y venideros se saldarán con una derrota; la necesidad de comprender la dinámica de la relación de fuerzas entre las clases y ver aquello que puede reforzarla en favor del proletariado.
Saludamos el esfuerzo teórico de la camarada pero igualmente sus convicciones y su modestia en relación a su propia contribución: «Esta exposición del recorrido desde los distintos fenómenos económicos en los que se expresa la crisis hasta llegar a la raíz en el trabajo asalariado, deberá ser mejorada por los compañeros que dominen la economía. Pero creo que ésta es la orientación correcta, y así debiera divulgarse entre los trabajadores/as para que entiendan las causas de la crisis del capitalismo sobre todo como la crisis histórica del régimen de trabajo asalariado, los límites históricos a su explotación y a la conversión de la plusvalía en beneficio».
Queremos participar en este esfuerzo dando a conocer el análisis de la camarada, señalando, argumentando de manera sumaria, ciertos aspectos que bien no compartimos o, al menos, que necesitarían de una mayor precisión. Sí, como nosotros deseamos, el debate se desarrolla sobre estas cuestiones, volveremos a ellas más ampliamente.
No pretendemos "dominar la economía" pero, en función de lo que hemos comprendido a partir de los útiles que nos proporciona el marxismo para aprehender la realidad de la crisis, nos parece necesario aportar algunas precisiones respecto a las perspectivas de evolución de la fase actual de la crisis del capitalismo, tal y como las plantea la camarada. En su texto se evocan con razón las dos contradicciones fundamentales del capitalismo, a saber, la baja de la tasa de ganancia y la insuficiencia del mercado. La camarada subraya de manera absolutamente justa el lazo entre esta última contradicción y el endeudamiento: «Si el origen del endeudamiento y la especulación fueron las limitaciones del mercado en el régimen de trabajo asalariado [...], su hundimiento se debe a que esos límites ya no pueden ser forzados más con los trucos de la ingeniería financiera que ha caído en sus propias trampas». El problema, a nuestro juicio, consiste en que, para determinar las perspectivas actuales de la crisis, la camarada no toma explícitamente en cuenta este último punto que sin embargo expresa. No integra que la imposibilidad de mercados solventes y la imposibilidad de nuevos mercados artificiales en cantidad suficiente, están en la raíz misma de las contradicciones de la economía capitalista y no tanto, como señala, la tentativa de recuperar una tasa de ganancia adecuada: «La salida de la crisis consiste en la 'purga' de parte del capital (productivo, especulativo), eliminación del exceso de oferta de mercancías, la reducción de los costes salariales (empleo, salarios, gastos sociales del Estado), hasta que llegue un momento en que se recupere la tasa de ganancia y la demanda solvente (con capacidad de pago) absorba la oferta de mercancías».
La compañera caracteriza desde este ángulo lo que está en juego en los ataques contra la clase obrera: «La burguesía, como representante dominante y 'dirigente' de las relaciones sociales capitalistas, para sobrevivir como clase y 'sacar adelante' el capitalismo de la única forma posible, debe lanzar una ofensiva cada vez más profunda contra el proletariado y sectores no explotadores a fin de 'levantar la economía', cuya vara de medir es recuperar la tasa de ganancia, los beneficios empresariales, del capital productivo, del destructivo (armamento, nucleares...), del financiero, y del ficticio-especulativo, en la medida en que pueda hacerse ya una distinción entre ellos» (señalado por nosotros). Esta misma lógica lleva a considerar la posibilidad de una fase de recuperación de la economía capitalista, temporal desde luego, antes de que se manifieste, en los años 2030, la crisis de la energía: «Ahora estamos sufriendo el azote de esta crisis que no es coyuntural, sino expresión de la profunda decadencia, senilidad, de la civilización capitalista. La burguesía no sabe bien cómo salir de ella y enlazará, tal vez mediante algún período de alivio, con la crisis impulsada, que no causada, por la crisis de la energía (escasez y encarecimiento) que llegará hacia la década de 2030, y ésta, en poco, con la crisis medioambiental que ya está aquí y que se agudizará dramáticamente con el Cambio Climático que tiene también en el capitalismo sus orígenes y dificultades de superación, como se está comprobando una vez más en el desastre de la Cumbre del Clima de Durban (Sudáfrica)» (señalado por nosotros). Por nuestra parte, pensamos que la perspectiva que se nos presenta -y en la que la economía comienza a verse entrampada- es la de un curso general a la recesión (con desde luego oscilaciones alcistas y bajistas) que no esperará a la crisis de la energía para hacer grandes estragos en la vida social.
En estas condiciones, la conciencia de que es necesario desembarazarse del capitalismo, la cual empieza a desarrollarse ante nuestros ojos, no podrá más que reforzarse, aunque desde luego abriéndose paso a través de interrogantes a las que deberán encontrar respuesta: ¿reemplazar el capitalismo con cual sociedad? ¿Quién será el artesano de este cambio?
A esta última pregunta respondemos junto con la camarada que es la clase obrera a quien incumbe la responsabilidad histórica de esta tarea. Pero, al contrario de lo que piensa, no pensamos que esto dependa de que la clase obrera abandone su lucha defensiva en provecho de la lucha ofensiva: «Para ello, la lucha sindical y parlamentaria es inútil, al situarse en un terreno en el que la burguesía juega con ventaja porque no cuestiona las relaciones sociales capitalistas, sino que es parte de su gestión. Una lucha que pasase a la ofensiva y no se quedase en la defensiva, era lo que las circunstancias exigían." (señalado por nosotros).
Toda acción en el terreno parlamentario o electoral va contra el proletariado y, evidentemente, estamos de acuerdo en que es necesario que el proletariado pase a la ofensiva para derribar a la burguesía y destruir el Estado burgués. Tenemos un desacuerdo en lo concerniente a la relación entre lucha defensiva y lucha ofensiva. Hay que rechazar a los sindicatos pero no tanto porque impedirían el paso de lucha defensiva a la lucha ofensiva sino porque su función -como órganos del aparato estatal capitalista- es la de sabotear toda respuesta obrera, tanto sea defensiva como ofensiva.
Pensamos que para la clase obrera la tarea del momento, en reacción a los ataques de la burguesía, es el desarrollo de las luchas, que estas sean cada vez más masivas, unidas, solidarias y politizadas. Semejante dinámica de la lucha, a la vez que contiene la posibilidad de ir desarrollando la confianza en si misma de la clase obrera así como de su conciencia, no puede conducir, salvo en el caso de graves derrotas, que a una confrontación con el Estado Capitalista. En este proceso, el proletariado irá tomando conciencia de que es la fuerza social capaz de destruir el capitalismo (la revolución proletaria), para, a continuación, transformar las relaciones de producción salidos de las relaciones de producción capitalistas en relaciones liberadas del trabajo asalariado (periodo de transición) las cuales son las que corresponden a una sociedad de productores libremente asociados.
Para esta fase de transformación, la camarada propone que «La liberación de la alienación como productor, como ser humano y especie que depende de la salud del planeta para llevar una vida buena, sólo puede venir de liberarse de su condición de clase, pasando a ser trabajador colectivo libremente asociado, nunca el supuesto e imposible proletariado 'clase dominante'» (señalado por nosotros). Estamos de acuerdo en que el proletariado debe abolir la división en clases de la sociedad y por tanto, su propia condición de clase. Estamos igualmente de acuerdo en que su objetivo es una comunidad mundial de productores libremente asociados. Ahora bien, esto debe hacerlo, según nuestra visión, erigiéndose en clase dominante, políticamente dominante. Pero no será, en cambio, la clase económicamente dominante, porque desde el principio no explotará a nadie. Al contrario, será quien continuará asegurando la producción de las riquezas esenciales para la sociedad, comprendidas las capas sociales no explotadoras que serán todavía ampliamente mayoritarias en la sociedad al comienzo del periodo de transición. La comunidad de productores libremente asociados no será una realidad más que cuando haya integrado a todos los miembros de la sociedad.
Es esencial, como hace la camarada, evaluar la relación de fuerzas entre las clases y por ello observa justamente que «El proletariado no ha estado a la altura de las circunstancias en momentos cruciales y eso le ha costado a él y a la Humanidad grandes calamidades (crisis, guerras locales y mundiales, dictaduras, despilfarro, alienación humana, degradación del planeta) de los que es un amplio muestrario la historia del siglo XX y lo que llevamos del XXI. Si en la presente y las próximas citas falla, puede que ya no le queden más oportunidades ni a él ni a la Humanidad misma.»
Sin embargo, para explicar que el proletariado no ha triunfado todavía, la camarada dice: «Es esta realidad objetiva de la condición proletaria lo que debe considerarse a la hora de explicar el comportamiento del proletariado sobre todo en el siglo XX, lo que se ha llamado su integración en el capitalismo, su incapacidad para derribarlo a una escala amplia y de sostenerse en el poder. No puede explicarse sólo ni sobre todo por la traición de las direcciones políticas y sindicales, el peso de las dolorosas derrotas sufridas cuando se ha rebelad, y las campañas ideológicas de la burguesía". (señalado por nosotros). Pensamos, al contrario de la camarada, que las derrotas históricas del proletariado, como la que ha sufrido con el fracaso de la oleada revolucionaria de 1917-23, permite explicar por qué, durante el medio siglo que ha durado la contra-revolución, consecutiva a esta derrota, no haya sido capaz de engendrar una dinámica que plantee a término la revolución[1].
La camarada estima que el desencadenamiento de una dinámica revolucionaria está condicionado por la comprensión por parte del proletariado de que es una clase para el capital y debe convertirse en una clase para si. «Si no llega a fondo en el cuestionamiento de sí mismo como clase, no estará a la altura de las citas cruciales que le impone la historia (crisis, guerras...) porque representara el papel que la burguesía quiere (clase del capitalismo, subordinada a la economía nacional y la "patria")». Con esta postura, entendemos muy bien que la camarada plantee el diagnóstico siguiente del periodo actual: «Si persiste en el proletariado esta ignorancia y desorientación sobre las perspectivas y las causas, lo vamos a pagar pronto muy caro. El tiempo no perdona y corre que vuela en nuestra contra (por la debilidad de la que partimos). La correlación de fuerzas hoy es desfavorable al proletariado». (Señalado por nosotros). Entendemos que la relación de fuerzas entre las clases no se evalúa estáticamente en un momento dado puesto que siempre será favorable a la burguesía mientras que ésta no haya sido derrotada militarmente por el proletariado. Lo determinante a nuestro juicio es la dinámica. Pensamos que el proletariado ha salido de la contra-revolución consecutiva a la derrota de la oleada revolucionaria mundial. Mayo 68 constituyó el despertar del proletariado a escala internacional. Pese a dificultades importantes, consecutivas a las campañas de la burguesía desencadenadas en el momento del hundimiento de los regímenes estalinistas, la crisis del capitalismo, los ataques que provocan y las reacciones de la clase obrera a estos son propicias al desarrollo de su conciencia y su unidad a escala internacional. Desarrollo de la conciencia y desarrollo de la respuesta obrera a los ataques capitalistas, son dos facetas de un mismo proceso que se condicionan mutuamente. Por ello, creemos que no es justo exigir un prerrequisito en el nivel de la conciencia del proletariado -que se considere clase para si- para estimar que será capaz de poner en cuestión, tanto en actos como en pensamiento, la dominación capitalista.
La palabra la tiene la camarada Aurora.
CCI 10-2-12
Aurora Despierta
Perspectiva histórica y causas. Canción y eslóganes. Saludando el libro de Anselm Jappe "Crédito a muerte. La descomposición del capitalismo y sus críticos", Pepitas de calabaza, ed.
La denuncia del capitalismo se está extendiendo tanto, que ya es una mistificación cuando no hace que se tenga en mente ante todo el régimen de trabajo asalariado con su división social del trabajo, el consiguiente imperio de la mercancía y del dinero, y que este sistema ya está en total decadencia histórica, exigiendo su pronto desmantelamiento por el trabajador colectivo libremente asociado, no el Estado.
Con lo que nos jugamos en la ofensiva total de la burguesía, no estamos ya para medias tintas ni florituras.
Esa falta de precisión, de puesta en primer plano, nos llevará, y pronto, a la derrota.
Así que hablemos mucho más de esto, del régimen de trabajo asalariado, y menos del capitalismo, al que mejor sería que denominásemos "salarismo" o similar, para revelar su verdad profunda.
Para no perdernos en las ramas y caer en la trampa de las explicaciones y alternativas burguesas y pequeño burguesas a la crisis, ante cada fenómeno económico, debemos buscar el recorrido que nos lleve hasta la raíz de la plusvalía extorsionada en el trabajo asalariado.
Si los nazis terminaban siempre echando las culpas a los judíos, nosotros, machaconamente, debemos exponer a la luz las raíces, el régimen asalariado del trabajo.
El rechazo de los trabajadores/as a su condición proletaria, pero llevando el trabajo y los medios de producción hasta su más completa socialización, es además la mejor forma de ganar aliados para la lucha revolucionaria entre la pequeña burguesía en proceso de proletarización, que teme esa condición.
Cuanto más en cuestión esté el trabajo asalariado, más concesiones temporales hará la burguesía, pero con la intención de desactivar el movimiento y recuperar en otro momento el terreno perdido.
El tiempo de la lucha de clases se acelera de modo vertiginoso. La burguesía mundial, y más en concreto la europea y española, necesita y prepara una gran derrota del proletariado para poder imponernos sus medidas de supuesta "salida de la crisis". Esta derrota condicionará la capacidad de resistencia y respuesta alternativa del proletariado a las crisis aun mayores que se avecinan en muy pocas décadas (escasez y encarecimiento de la energía, cambio climático...).
El tiempo histórico se está acelerando en todo el mundo. El futuro Presidente del Estado Español, Mariano Rajoy, lo expresa a su manera al decir que "tenemos que ser rápidos y ágiles" en la toma de medidas que sabe serán impopulares, con más recortes que le harán merecedor del apodo de "manostijeras".
En un tiempo muy inferior al de una legislatura (cuatro años), la burguesía debe imponer medidas durísimas, contrarias a los intereses de los trabajadores/as y masas no explotadoras. Su aceptación, por resignación, por debilidad, como "mal menor", supondrá una gran derrota, un gran retroceso en las condiciones de trabajo y de vida, confianza en sí mismos de los trabajadores/as, desmoralización, aunque para la burguesía el coste sea que el sistema cada vez convenza menos. Pero lo que más le importa es vencer, no convencer. Tiene como último recurso la policía, tribunales, cárceles, ejército y tumbas.
Si 2011 poco se parece a 2006, en un espacio de sólo unos años se producirán cambios trascendentes de escenario. Lo que ocurra en poco tiempo condicionará el mundo, tal vez por una o más décadas.
Este ritmo histórico de catástrofes sociales es algo novedoso para la mayor parte de la gente y por tanto nos cuesta situarnos en circunstancias bastante parecidas a las que conocieron en su infancia o juventud los más mayores.
Los trabajadores/as y masas no explotadoras de los países más o menos ricos, aunque intuyen y saben cada vez más, tienen todavía una pobre perspectiva histórica, condicionados como están por el recuerdo de los "buenos tiempos", las derrotas del pasado, la identificación inconsciente con el sistema mercancía (compiten por el trabajo como si fuesen mercancías y las producen para el mercado), las mentiras y autoengaños de la burguesía, y el miedo a enfrentarse a las graves tesituras en las que nos va a poner esta civilización y a las cuales deberán responder si quieren estar a la altura de las circunstancias y no simplemente padecerlas.
No es lo mismo ser derrotado (sin llegar al aplastamiento) en una revolución, habiendo aprendido a luchar y autoorganizarse (asambleas generalizadas, Consejos de Trabajadores, enfrentamiento al Estado...), conseguido una alta confianza en sí mismos, identificado con bastante claridad a los enemigos y falsos amigos, desenmascarado al Estado burgués, que serlo en una situación muy alejada del proceso revolucionario. En el primer caso, si hay un tiempo de recuperación, se puede aprender lecciones que se retomarán para no cometer los mismos errores (Rusia 1905 como "ensayo" de 1917). En el segundo caso, lo que primará es la sensación de impotencia y la confusión política e ideológica, más si ni siquiera han existido planteamientos políticos revolucionarios, aunque minoritarios, accesibles a una parte notable del proletariado, por lo que "darle la vuelta" a la derrota, será mucho más difícil.
Antes de la crisis de 1929, al menos en EEUU, se vivieron los "locos 20" de euforia en los negocios y la especulación. En poco tiempo, la Gran Depresión arrasó con todo. Desde la crisis de 1929, bastaron menos de cuatro años (una legislatura en España) para que el proletariado alemán fuese definitivamente derrotado y Hitler ascendiese al poder, reuniéndose todas las condiciones para el estallido de la Segunda Guerra Imperialista Mundial.
Las debilidades del proletariado español y el contexto internacional permitieron la derrota en la guerra civil y los cuarenta años de franquismo como dictadura de la burguesía (lo que le permitía echar las culpas al franquismo).
Aunque no hay dos tiempos históricos iguales, debemos tener en cuenta estas lecciones.
Los trabajadores/as y masas no explotadoras pagan siempre su desorientación y la correlación de fuerzas desfavorable puede durar, en muchos casos, décadas.
Ahora estamos sufriendo el azote de esta crisis que no es coyuntural, sino expresión de la profunda decadencia, senilidad, de la civilización capitalista. La burguesía no sabe bien cómo salir de ella y enlazará, tal vez mediante algún período de alivio, con la crisis impulsada, que no causada, por la crisis de la energía (escasez y encarecimiento) que llegará hacia la década de 2030, y ésta, en poco, con la crisis medioambiental que ya está aquí y que se agudizará dramáticamente con el Cambio Climático que tiene también en el capitalismo sus orígenes y dificultades de superación, como se está comprobando una vez más en el desastre de la Cumbre del Clima de Durban (Sudáfrica).
Pero el capitalismo, por muy mal que esté, no caerá por sí sólo dando paso a la posibilidad de levantar en su lugar otra civilización que la supere eliminando la causa de sus lacras, socialmente más avanzada y humana, a la que llamamos socialismo-comunismo.
El futuro que nos depara el capitalismo es una mayor inhumanidad (explotación, miseria, guerras, alienación psicológica, destrucción medioambiental) y si no lo derribamos nosotros, tal vez acabe desintegrándose arrastrando a la Humanidad a un escenario de degradación social y humana incluso mayor.
La burguesía, como representante dominante y "dirigente" de las relaciones sociales capitalistas, para sobrevivir como clase y "sacar adelante" el capitalismo de la única forma posible, debe lanzar una ofensiva cada vez más profunda contra el proletariado y sectores no explotadores a fin de "levantar la economía", cuya vara de medir es recuperar la tasa de ganancia, los beneficios empresariales, del capital productivo, del destructivo (armamento, nucleares...), del financiero, y del ficticio-especulativo, en la medida en que pueda hacerse ya una distinción entre ellos.
La lucha de clases está -siempre lo ha estado de un modo más o menos evidente- más presente que nunca. La cuestión es si la burguesía dejará noqueado al proletariado o éste conseguirá aguantar e incluso derrotar a su enemigo.
Esto dependerá en gran parte de la capacidad de los trabajadores/as para comprender la situación que están viviendo, sus verdaderas causas y disponer de una perspectiva histórica propia (no los cuentos de la burguesía).
La perspectiva histórica nunca es un lujo propio de historiadores y de gente a la que le gusta hacer prospectiva, previsiones sobre el futuro. Cuando se carece de ella, según la situación, se puede pagar con la derrota y la guerra mundial imperialista. Por tanto la falta de perspectiva histórica es un lujo que no podemos permitirnos.
En la actual lucha de clases no nos jugamos sólo cómo salimos de esta crisis (derrotados y desmoralizados o aprendiendo a defendernos y parar los pies a la burguesía) sino también qué correlación de fuerzas se creará para abordar la segunda parte, la crisis de la década de los 30 por el déficit y encarecimiento energético. En esa crisis la burguesía deberán lanzar una ofensiva incomparablemente más dura que la correspondiente a ésta por la tendencia al descenso de la plusvalía relativa (ver mi texto "Capital, energía y plusvalía" pag. 28) y el resultado condicionará si se terminan por tomar medidas de urgencia frente al Cambio Climático (los plazos establecidos por el IPCC) o de no hacerlo -a consecuencia de la derrota del proletariado- la Humanidad seguirá sufriendo la más profunda degradación del capitalismo soportando las consecuencias medioambientales y económicas del cambio climático. Cuanto más debilitados y desorientados quedemos los trabajadores/as con la crisis actual, más fácil le resultará a la burguesía vencernos en la siguiente. A ello podrá contribuir el notable envejecimiento de la población en las próximas décadas, con su efecto de aversión al riesgo, mayor conservadurismo, reducción de las fuerzas proletarias jóvenes, cuando la burguesía podrá comprar juventud aunque sea en la forma de policías y militares, no faltándole candidatos por el nivel de desempleo.
Así que perspectiva histórica significa hoy algo que antes apenas se ha tenido y que sin embargo es más necesario que nunca: capacidad de previsión porque el futuro lo creamos en buena parte hoy y para tomar medidas preventivas contra los desastres que nos traerá el capitalismo (económico, social, energético, climático, medioambiental...) que necesariamente debieran ser anticapitalistas procomunistas.
El proletariado no ha estado a la altura de las circunstancias en momentos cruciales y eso le ha costado a él y a la Humanidad grandes calamidades (crisis, guerras locales y mundiales, dictaduras, despilfarro, alienación humana, degradación del planeta) de los que es un amplio muestrario la historia del siglo XX y lo que llevamos del XXI.
Si en la presente y las próximas citas falla, puede que ya no le queden más oportunidades ni a él ni a la Humanidad misma.
Y bien ¿en qué estado se encuentra el proletariado?
La respuesta a la actual crisis es muy desigual y débil. La desorientación sobre las perspectivas, grande. La comprensión de sus causas, escasa. En vez de ir a la raíz, se enreda por las ramas, en la crítica al neoliberalismo y otros fenómenos del capitalismo, cuando no se pierde entre las hojas de la mayor superficialidad. Él, pero sobre todo las capas no explotadoras, sueñan con que la solución pueda venir del marco nacional (fuera de la zona euro o de la Unión Europea, o dentro de Euskadi o Cataluña, o frente al imperialismo yanky, los inmigrantes, etc.) o al contrario, de "más Europa", y de una mayor democracia (reforma electoral, lucha contra la corrupción política, etc.), pero respetando lo substancial del Estado burgués y del capitalismo. Sin embargo, en poco tiempo podría darse un giro a la derecha ("Estado fuerte", fascistización con "rostro humano"...) de parte de la pequeña burguesía para disciplinar al proletariado por dificultar con su resistencia la "salida de la crisis" (a su costa), "preservar el empleo" nacional contra la inmigración, etc. La burguesía recurrirá cada vez más al chantaje del miedo "o se aceptan los sacrificios o un mayor caos económico". El ascenso en España del voto al Partido Popular es un indicio de todo ello.
Un proletariado confuso y debilitado, ante una ofensiva burguesa, es más fácil de influenciar por las ilusiones o mezquindades de la pequeña burguesía radicalizada.
La pequeña burguesía en trance de proletarización tiene miedo a caer en la condición proletaria y más incluso a que todas sus esperanzas de ascenso social se vengan abajo por una revolución en la que todos se vean condenados a la condición proletaria.
El rechazo de los trabajadores/as a su condición proletaria, pero llevando el trabajo y los medios de producción hasta su más completa socialización y no pretendiendo una regresión imposible hacia la pequeña propiedad y las profesiones liberales, es la mejor forma de ganar aliados para la lucha revolucionaria entre la pequeña burguesía en proceso de proletarización, que tendrán la esperanza de liberarse, pero a nuestro modo, de la condición proletaria.
Con la que está cayendo, la extremadamente débil respuesta del proletariado español dentro y fuera de las empresas, y que el movimiento más importante (el 15-M) se haya desarrollado en las plazas y calles de algunas ciudades con una mezcla importante de sectores proletarios con la pequeña burguesía en proceso de proletarización, no invita a creer que, sin más, ¡ahora sí! que va a responder con mucha fuerza y una claridad desconocida, desaparecido el obstáculo de enfrentarse a un partido "obrero" en el gobierno.
El proletariado sabe por experiencia que la burguesía se aprovecha de su trabajo, pero todavía no establece la relación entre su situación en la crisis con la decadencia histórica del régimen asalariado del trabajo, su imperio de la mercancía y del dinero, el futuro que nos prepara y la necesidad de abolirlo.
Si persiste en el proletariado esta ignorancia y desorientación sobre las perspectivas y las causas, lo vamos a pagar pronto muy caro. El tiempo no perdona y corre que vuela en nuestra contra (por la debilidad de la que partimos). La correlación de fuerzas hoy es desfavorable al proletariado. El "Estado de bienestar" corresponde sobre todo a otra época en la que el proletariado era más fuerte y la burguesía podía hacer más concesiones. La burguesía quiere "ajustar las cuentas" a la realidad de las fuerzas actuales de cada clase, que el salario global de los trabajadores/as se corresponda con lo que realmente es capaz de imponer con la necesidad de fuerza de trabajo en el mercado (escaso "ejército de reserva" en forma de parados) y con su resistencia. La burguesía va a aprovechar la debilidad del proletariado, más en situación de crisis, para lanzar su ofensiva general y estratégica e imponer una derrota que creará una correlación de fuerzas aun más desfavorable al proletariado, no sólo para el futuro inmediato, sino -los más inteligentes y previsores- cara a la década de los 30.
El proletariado alemán, ya debilitado por las derrotas de la década de los años 20 del siglo pasado, y desorientado por los condicionantes de su posición social (alienados por su condición subordinada, compitiendo por su supervivencia en la miseria de la crisis, "mercancía" humana productora para el mercado capitalista), la labor de la socialdemocracia y del estalinismo pasados al servicio del capital privado o estatal (en particular de la URSS), no comprendió que con la crisis de 1929, era evidente la decadencia histórica del régimen de trabajo asalariado, y que el capitalismo estaba más abocado todavía que en la década de los 10 (Iª Guerra Mundial en 1914), al sacrificio de las masas trabajadoras en la guerra imperialista mundial.
Por tanto la batalla no debía plantearse como tradicionalmente, en el terreno limitado de la lucha sindical, en la lucha parlamentaria, en si votar a unos u a otros, cuál era el voto útil, el mal menor, etc., ni siquiera en la estatalización de la economía, porque la pervivencia del capitalismo significaba el reforzamiento de la tendencia al Capitalismo de Estado (nazi-fascista, keynesiano, "socialista") y la destrucción de millones de vidas humanas ya que el capital alemán y mundial (lo que saco a los EEUU de la crisis no fue el keynesianismo del New Deal del presidente F.D. Roosevelt, sino la guerra) eran incapaces de encontrar otra "solución" a su crisis que un nuevo reparto militar del mundo, y esto sólo podía evitarse acabando con el capitalismo.
Para ello, la lucha sindical y parlamentaria es inútil, al situarse en un terreno en el que la burguesía juega con ventaja porque no cuestiona las relaciones sociales capitalistas, sino que es parte de su gestión. Una lucha que pasase a la ofensiva y no se quedase en la defensiva, era lo que las circunstancias exigían. Ni siquiera las democracias, británica y americana, eran un obstáculo para el imperialismo, la guerra, el uso de bombas, incendiarias, de napalm y atómicas, contra la población civil, porque ellas lo protagonizaron.
Esa debilidad y desorientación le hizo perder un tiempo precioso y crucial de cuatro años, el que necesitó el gran capital -apoyándose sobre todo en una pequeña burguesía radicalizada y ciega en su desesperación- para tener lista su alternativa. Hitler fue el ganador del casting -ante el capital y por apoyo popular-, como podría haber sido otro que respondiese a sus intereses fundamentales.
Entonces el terreno aparente de lucha estaba en la resistencia frente a los despidos, los subsidios, la libertad en la calle frente a los ataques de las fuerzas de choque nazis (las S.A.), el voto y las libertades. Pero como demostró la historia, esto era sólo la parte visible del iceberg. Y la solución no era la democracia, pues Hitler ganó gracias a las elecciones en la democracia burguesa.
Hoy nos parece que lo que nos jugamos es el "Estado de bienestar" (sanidad, educación, pensiones, subsidios...) y la defensa del empleo. Pero esto, si bien es muy real, es sólo la parte visible del iceberg. Plantearnos la batalla sólo a la defensiva es una garantía de derrota. ¿Por qué?
Pues porque significa ignorar las causas de fondo de ese ataque y por tanto lo necesitada que está la burguesía de llevarlo hasta el final para reanimar el capitalismo, y establecer una reglas del juego que ya no serán más las del fordismo-keynesiano en las que se extendió el "Estado de bienestar", sino un capitalismo mucho más feroz porque le cuesta más que nunca asegurarse la tasa de beneficios que no sea resultado de las peligrosas burbujas y la financiarización especulativas que lo acaban arrasando todo.
Por esa incomprensión de la época histórica que vivimos y la nueva que se abre, se cae tan fácilmente en supuestas alternativas de que en lugar de reducir los gastos sociales sean los políticos los que reduzcan sus ingresos, dando pie a maniobras demagógicas y lavados de cara, que pongan impuestos a la banca, reformas fiscales, la desaparición de los paraísos fiscales, etc., o de que se supere el problema de la demanda, aumentando los salarios, los gastos sociales, las inversiones del Estado, el crédito, etc., cuando precisamente de lo que se trata es de reducir el salario en todas sus formas y exprimir más plusvalía, aunque eso temporalmente agrave la crisis, pero para establecer unas nuevas reglas del juego con unos niveles salariales, de gastos sociales, etc., muy inferiores.
¿Y cuáles son esas causas? ¿Cómo es la parte oculta del iceberg?
Si esta pregunta se hubiese hecho en los primeros años de la década de 1970, habrían sido muchos los trabajadores/as jóvenes que habrían recurrido a la teoría marxista del valor, la plusvalía o parte del trabajo no pagado y apropiado por el capital como origen del beneficio, lo que da la vida al capitalismo, lo que permite su acumulación y el crecimiento capitalista, y que la crisis es esencialmente una crisis en la extracción de la plusvalía, en su realización como beneficio en la venta de la mercancía, y su magnitud en la tasa de ganancia, que por tanto la crisis de esta civilización es la crisis del imperio de la mercancía cuyo origen es el régimen asalariado del trabajo.
Esto sonará hoy a muchísimos como algo esotérico, cuando era la letra A del abc del saber proletario, de quienes se acercaban y constituían los grupos clandestinos en las empresas, el sector más radicalizado del estudiantado y en la llamada extrema izquierda. Por no referirnos a otros momentos de la historia en los que ese conocimiento estaba incomparablemente más extendido.
La "recuperación económica", la "salida de la crisis" es substancialmente una recuperación del beneficio, de la tasa de ganancia, por tanto de la extracción de plusvalía.
La salida de la crisis consiste en la "purga" de parte del capital (productivo, especulativo), eliminación del exceso de oferta de mercancías, la reducción de los costes salariales (empleo, salarios, gastos sociales del Estado), hasta que llegue un momento en que se recupere la tasa de ganancia y la demanda solvente (con capacidad de pago) absorba la oferta de mercancías. Lo llaman proceso "destructivo-creativo", pero no es exactamente como lo describen. A raíz de la crisis de 1929, el capitalismo tomó la vía (claramente destructiva) de la guerra mundial para conseguir esos objetivos que dio pie al periodo "creativo" de la reconstrucción y del mito de los "30 gloriosos". En la actualidad, dada la interdependencia mundial, la ausencia de bloques imperialistas enfrentados y las posibilidades destructivas (riesgo del uso del armamento nuclear), esa vía es poco probable (no imposible), sin descartar guerras más localizadas. Lo tiene mucho más complicado debido al volumen de la deuda tan difícil de cobrar a empresas y particulares por lo que no es tan sencillo el recurso de empobrecer a los trabajadores/as si les deben dinero. Así que la recuperación sólo sería posible mediante una sobreexplotación del proletariado, lo que en tanto crea graves problemas al capital al intensificar la reducción de la demanda solvente de sus mercancías y el riesgo de no devolución de los préstamos.
Los gastos sociales como sanidad y educación son salario indirecto. El subsidio de desempleo y las pensiones de jubilación son salario diferido. Todo eso forma parte del llamado "Estado de bienestar". Si la burguesía quiere desmantelarlo (pero no lo esencial del Estado, su aparato burocrático de gestión, el ejecutivo, la policía, el ejército, los servicios secretos...) llevando también al paro a los trabajadores/as de esos sectores (profesores, médicos...) es porque debe reducir el salario indirecto y diferido de los trabajadores/as, como la vía más fácil de recortar los costes salariales sin centrarse en exclusiva en el ataque al salario directo. De éste depende que los trabajadores/as puedan devolver los créditos a la banca y financiar los gastos del estado burgués con sus impuestos indirectos (IVA al consumo...). El capital financiero recurre a los desahucios de viviendas cuando los trabajadores/as no pueden devolver los créditos con sus intereses, muchas veces por pérdida del empleo, pero preferiría cobrarlos en lugar de quedarse con un parque de viviendas difícilmente vendibles. Aunque es imprescindible para el capital en su conjunto reducir costes salariales directos, también con los despidos; si puede en algo reducirlos y por otra parte completarlos mediante el recorte de los gastos salariales por vías indirectas, como son los gastos sociales del Estado Benefactor, tanto mejor.
Lo que las empresas no ingresen al "Estado de bienestar", más posibilidades de podérselo apropiar como plusvalía. Y que el Estado dedique recursos, en principio destinados a gastos sociales, al pago de sus deudas al capital financiero con intereses más elevados, mientras exige el "copago" (más bien repago) a los trabajadores/as por esos servicios.
El capital debe recuperar la tasa de ganancia y para ello gestionar cuánto reduce la oferta sin demanda solvente (mercancías que no se van a vender), los costes, aunque con ello sacrifique una parte de la demanda hasta ahora solvente y con ello las empresas que podrían servirla, hasta lograr un nuevo y frágil equilibrio.
No es un amago de la burguesía para ver "si cuela", sino un objetivo que debe conseguir a toda costa.
Veo dos indicios de una estrategia a largo plazo para recortar los costes salariales (directos, indirectos, diferidos) aunque eso perjudique incluso a determinados sectores del capital. La imposición por el Estado de los medicamentos genéricos reduce los costos de la Sanidad a pesar de que perjudica los intereses (mayor margen de ganancia) de algunas empresas farmacéuticas y supone el despido de muchísimos trabajadores del sector. Las vueltas que le están dando a imponer, como en otros países, que las fiestas extraordinarias (las que no son domingos) se celebren los lunes, o se reduzca su número, para evitar el fenómeno de los "puentes" y "acueductos" que parece que perjudican la productividad en algunos sectores, y todo ello a pesar del gran perjuicio que puede causar a un sector tan importante en España y en el empleo, como de la hostelería y el ocio. La razón fundamental no creo que sea la productividad sino una racionalización del capital en su conjunto, eliminando costes salariales superfluos aunque sea a costa de sacrificar a buena parte de la pequeña burguesía (empresas familiares de hostelería) y la burguesía pequeña o mediana. Si el capital financiero en particular y los Estados están buscando desesperadamente dinero, recursos para cubrir sus agujeros, deberán impedir que éstos deriven a otros sectores de mucha menor importancia estratégica para el mantenimiento del sistema.
Visto con perspectiva, si para la década de los 30 es muy probable que el capital se encuentre con un grave problema con la plusvalía, la plusvalía relativa en concreto, debe reducir todo lo posible los costes salariales. Si en la década de los 30 se iniciaría una crisis tan profunda que ya podríamos llamarla Decrecimiento, que provocaría no sólo el sacrificio de determinadas empresas y la concentración del capital en las ramas económicas, sino un empequeñecimiento de muchas ramas, empezando por las que son costes salariales prescindibles (ocio, turismo de vacaciones...), sería lógico que aprovechasen esta crisis para hacer un pequeño ensayo o preámbulo e ir creando mejores condiciones para abordar en su momento ese problema, además de reducir hoy en día ya los costes salariales y dejarlos así establecidos aunque se salga de la crisis. A esos sectores de los servicios también se les podrá empujar a la desaparición con otras medidas como la eliminación del crédito que iría destinado a apoyar a las empresas más importantes y ramas cruciales para el capital en su conjunto.
El capitalismo se ha desarrollado desde la extracción de materias primas y la transformación en la industria, que es donde se empieza a exprimir la plusvalía. Luego, con el aumento del consumo de la burguesía y las posibilidades de consumo del proletariado y la pequeña burguesía, se desarrolló el sector servicios hasta donde lo conocemos hoy. Puestos a sacrificar, el capitalismo no puede sobrevivir basado en el sector servicios sin la extracción y transformación, pero sí puede vivir con un sector servicios mucho más reducido, y así lo hemos conocido hasta el boom de la "sociedad de consumo" en la década de los 60.
No debemos subestimar la capacidad de previsión estratégica del capital cuando hoy se viene lanzando a la captura de tierras de cultivo por todo el mundo para asegurarse el suministro en buena parte cara al aumento de la población, el encarecimiento por la energía, y los efectos del cambio climático.
En tiempos de guerra, pero también de paz, el capital puede desarrollar el Capitalismo de Estado, con una capacidad de visión del conjunto de sus necesidades, de disciplina y sacrificio de sectores del mismo capital, que no conoce la economía de mercado.
Desde la izquierda y las corrientes afines al keynesianismo se critica la política económica dominante porque la austeridad, los recortes en todos los gastos salariales, en las inversiones públicas, van a impedir el crecimiento y la creación de empleo. Ocultan que aunque la burguesía necesita del crecimiento para el normal desarrollo del capitalismo, el objetivo de la burguesía no es el crecimiento y menos el pleno empleo. Su meta es la ganancia y en determinada tasa además, que puede exigir un importante volumen de "ejército de reserva" de la fuerza de trabajo (parados) que presione a la baja los salarios. Si el beneficio se va a acercar a 0 o ser negativo, incluso sin llegar a eso, es muy probable que no invierta en la producción, la retirará, la pondrá a resguardo en oro, alguna moneda fuerte o bonos de un estado seguro, y si puede la dedicará a la especulación. El objetivo hoy de la burguesía, sobre todo del gran capital que determina los procesos, es la recuperación de la tasa de ganancia teniendo en cuenta el enorme riesgo de pérdidas astronómicas que supone hoy la deuda tanto pública, como de las empresas y los particulares, y que el crecimiento no haría sino aumentar, porque el sistema ya se ha convertido en adicto al endeudamiento. Es precisamente que se les ha puesto delante de las narices el planeta "deuda" con el que pueden colisionar, por lo que se produjo la crisis en 2007, un frenazo a la generación de deuda. El problema que ha venido teniendo el capitalismo en las últimas décadas no es de falta de demanda solvente, sino de mucha demanda solvente creada artificialmente con el endeudamiento. Hoy fomentar la demanda solvente (la llaman demanda agregada) significaría mantener el salario global (dinero, indirecto, diferido) y es eso precisamente lo que la lógica capitalista necesita atacar sin compasión para recuperar su salud senil.
Las crisis no son procesos de crecimiento, pero el capital las ha necesitado siempre como modo de depuración, de "poda", que le permitiese recuperar el indicio de su vitalidad que no es otro para la burguesía que su tasa de ganancia. Si el capital necesita para su desarrollo normal el crecimiento, cuando éste se estanca, puede precisar de un "reseteo" (apagado y reinicio), que es un decrecimiento temporal, una depresión, para retomar en el futuro la vía del crecimiento con la tasa de ganancia atractiva gracias a alguna innovación tecnológica y haber puesto de rodillas al proletariado con una gran tasa de desempleo y el escarmiento a base de miseria y palos, situando el salario global en un nivel inferior al precedente.
Pero es el crecimiento capitalista mismo el que hoy es ya un problema pues nos ha traído esta situación y nos acabará llevando al Decrecimiento de la crisis de la energía (escasez, encarecimiento...) y de las consecuencias del cambio climático, por lo que también debemos ser muy críticos frente a él, en lugar de presentarlo como nuestra salvación.
El capitalismo, con crecimiento, depresión o decrecimiento, es un sistema caducado, cuya supresión exige la abolición del régimen de trabajo asalariado.
El principal objetivo del proletariado consciente no es preservar tales o cuales logros del pasado o conseguir algo más, sino evitar una derrota política e ideológica tal que nos expondrá a males todavía mayores en muy pocas décadas y a cerrar a la Humanidad otro horizonte que no sea la destrucción y desintegración de cualquier forma de civilización avanzada, o de la especie misma.
Se puede perder terreno en la lucha, pero si se gana en confianza en sí mismos, experiencia, conocimiento del enemigo, clarificación de los verdaderos objetivos a perseguir, se habrá avanzado y preparado las condiciones para una contraofensiva que puede llegar a ser victoriosa.
Por eso, lo más importante no es salvar tal o cual aspecto del "Estado de bienestar" -sin restarle importancia-, sino clarificar las causas y perspectivas del momento histórico. Es más, esa claridad es la que nos dotará de la inteligencia, voluntad y capacidad de sacrificio para resistir mejor la ofensiva de la burguesía, y retomar la lucha lo más pronto posible.
La participación en la lucha de sectores como los maestros o los médicos es importante. Pero si ellos pueden reclamar la satisfacción de sus necesidades humanas y la de los que necesitan de sus servicios, lo tienen más difícil para relacionar esto con las causas profundas de la crisis, con la raíz del trabajo asalariado y la plusvalía, para lo cual están en mejores condiciones objetivas los trabajadores/as de las empresas del sector primario y de transformación, que es de donde surge la plusvalía que permite la acumulación del capital, pues en los servicios de los gastos sociales hay un sobretrabajo no pagado del que se aprovecha el conjunto del capital y que facilita la producción de plusvalía al crear condiciones para la productividad de los trabajadores/as -con la educación o los cuidados médicos- (algo similar al papel del trabajo doméstico), pero no un valor-trabajo convertido en mercancía con una plusvalía que permita acumular beneficios. Por eso el capital se apresta a reducir los gastos sociales y despedir a su personal, pero prefiere exprimir más al proletariado si puede vender las mercancías y realizar como beneficio la plusvalía incorporada en ellas.
El personal médico y de enfermería podría dar una orientación a su lucha más profunda si relacionase los recortes a la sanidad y a sus ingresos y empleos, con los recortes al salario indirecto del conjunto de los trabajadores/as, como parte de la estrategia del capital de disminuir el salario global y aumentar la plusvalía, recuperar el beneficio.
Hoy la estrategia capitalista es, ante todo, reducir los costes salariales globales, y no tanto conseguir un beneficio vendiendo como mercancía servicios sanitarios. Una prueba me parece que es la implantación en la Seguridad Social de la obligatoriedad de recetar medicamentos genéricos a pesar de que esa medida perjudica a muchas empresas privadas farmacéuticas. Por eso, esta orientación es la que debiera seguir el personal sanitario y no la trampa de la izquierda de embellecer el capitalismo de Estado (cuando "lo público" les trata a patadas) frente a la sanidad privada, como si promocionar la medicina privada fuese el objetivo principal de la burguesía, lo que implicaría que o bien la sanidad ya no será igual para todos, lo que a fin de cuentas revelaría que el objetivo último es la reducción de los costes salariales indirectos, o que debiera pagar mayores salarios para que los trabajadores/as sufragasen un seguro médico privado completo, lo que es el caso.
La primera, mantenernos en el terreno de juego que ellos nos presentan (la punta del iceberg), es decir, pelear a la defensiva, en una guerra de desgaste rápido que el capital acabará ganando, porque, tiene toda la razón, pues si el capitalismo debe continuar y funcionar "bien" según sus reglas del juego, debe ser a costa de grandes sacrificios, si no es de la guerra, de la miseria de una gran parte de la población.
La segunda, cuestionar el terreno de juego y todo el iceberg, es decir, las relaciones sociales capitalistas, la misma existencia del capitalismo, la raíz de la que surge la plusvalía, el trabajo alienado por el régimen asalariado y la mercantilización de la existencia, poner por tanto a la burguesía a la defensiva (inicialmente en el campo ideológico) y tener una opción para liberarnos tanto de ella como de nuestra condición proletaria. Con ello poder ofrecer al siglo XXI la posibilidad de librarse de los desastres sociales, energéticos y medioambientales que el capitalismo acabará provocando.
El cuestionamiento por los trabajadores/as del régimen de trabajo asalariado como raíz del capitalismo, será lo que más presione a la burguesía para acceder a concesiones que de otra manera no haría. Pero con el objetivo de recuperar el movimiento y una vez debilitado lanzar la contraofensiva. Porque el futuro del capitalismo ya no se parecerá en nada a lo que tuvo delante a comienzos de los años 50 del siglo pasado, sino el de chocar más y más contra sus límites históricos y las consecuencias de dos siglos de existencia, por lo que la persecución de la tasa de ganancia será más feroz si cabe que en los peores momentos y partes del mundo más sacrificadas del siglo XX.
El recurso abusivo durante varias décadas al endeudamiento ha sido el truco de la burguesía para disponer de mercados "solventes" para una producción de mercancías que de otro modo no podrían adquirir las empresas, trabajadores/as, burguesía y sectores extra-capitalistas internos (pequeña-burguesía) o exteriores (terratenientes semifeudales, campesinos y artesanos del tercer mundo). Puede producirse más de lo que se necesita o de la capacidad de compra de los necesitados.
Ya se puede estar muriendo la gente de hambre que si no tiene dinero para pagar, antes se dejará de producir; y si hay exceso de producción, antes que distribuirla entre los necesitados, se puede llegar a quemarla para evitar el descenso de los precios.
Por tanto, la razón última de que la producción de los trabajadores/as no tenga compradores solventes está en el mismo régimen de trabajo asalariado que determina quién decide lo que se produce y cuanto (la propiedad capitalista), y la distribución de los ingresos en forma de salario para el trabajador (bien limitados) y de plusvalía para la burguesía.
Las causas de la crisis medioambiental, y por tanto del cambio climático, están también en la dinámica del beneficio capitalista, en el uso que hace de los recursos naturales y del trabajo con el objetivo no de satisfacer las necesidades humanas (lo que implica preservar el medio ambiente), sino de obtener el beneficio mercantil en forma de dinero.
Si el planeta, los ecosistemas y el clima, la biodiversidad, están en crisis, se debe básicamente al capitalismo. Por tanto lo que está en crisis, lo que supone una calamidad para la Humanidad, es la raíz del capitalismo, es decir, el trabajo asalariado con su extracción de plusvalía, motor y savia del capitalismo, origen de su crecimiento (acumulación de capital mediante el beneficio obtenido de la plusvalía) y del deterioro medioambiental que éste provoca. Si la burguesía tiene tantas dificultades para la transformación tecnológica imprescindible para evitar el cambio climático y el deterioro del planeta es porque necesita rentabilizar sus inversiones contaminantes y sólo invertirá si le permite obtener la tasa media de ganancia (plusvalía).
Es así como el trabajo asalariado, proveedor de la plusvalía, productor de mercancías, está en la raíz de todos los problemas de la civilización capitalista, porque es la esencia del capitalismo.
El trabajo asalariado se convierte en la condena de los trabajadores/as, en la alienación de su vida laboral o no (competencia, individualismo, subordinación a la jerarquía opresora, el consumismo como sucedáneo de una vida realizada), en la causa de las crisis, del imperialismo, de sus guerras, del deterioro del planeta, de la decadencia de esta civilización.
Este saber que más o menos lo teníamos claro una parte de la juventud de primeros de los 70 en el Estado Español, hoy, en una situación incomparablemente más trascendente para el futuro de los trabajadores/as y de la Humanidad, debe ser recuperado urgentemente si queremos que a tiempo podamos dar la respuesta debida a la ofensiva de la burguesía.
Es el imperio de la mercancía, que el tejido de las relaciones sociales se establezca a través del mercado condicionando la vida social (la última evidencia, el escandaloso poder de "los mercados" sobre la política económica de los gobiernos), lo que lleva a la mercantilización del trabajo, del trabajador/a mismo (fuerza de trabajo como si fuera una mercancía) y a que el valor de cambio basado en el trabajo abstracto que es capaz de transformarse en beneficio en forma de valor-dinero por mediación de una demanda solvente (con dinero), se imponga sobre lo que debiera ser el objetivo natural, el valor de uso de lo producido para la satisfacción de las necesidades humanas. Pero ese imperio de la mercancía y el dinero se debe al desarrollo histórico del capitalismo, a la expansión del régimen de trabajo asalariado, a la creciente extracción de plusvalía (plusvalía relativa) y su acumulación, extendiendo las relaciones mercantiles a todos los órdenes de la vida.
Aunque la burguesía sueñe con que la Mercancía y el Dinero sean capaces de crear una realidad liberada del mundo real, la "economía de casino" (financiero-especulativa) ha demostrado que depende en última instancia de la plusvalía extraída al trabajo vivo, de la riqueza real, no virtual; y el clima no obedece a los dictados de la cotización en el "mercado de carbono", sino del objetivo de satisfacer las necesidades humanas, o al contrario, de desconsiderarlas por el beneficio mercantil.
El movimiento del 15-M ha tenido un aspecto muy positivo, el desarrollo asambleario, convertir la calle en un foro de debate, de propuestas.
Sus muchas debilidades, desorientación, demuestran que si los trabajadores/as quieren encontrar su propio camino, si no desean debatir dentro de los límites del "sentido común" y del "saber" que las universidades, organismos de la burguesía, sindicatos que ni el 1º de Mayo cuestionan el capitalismo, partidos y medios de comunicación nos imponen, admitiendo los límites que los condenan a la lucha defensiva imposible de ganar, a propuestas utópicas o reformistas del capital, entonces deben apropiarse del abc más elemental de lo que ha sido la tradición proletaria anticapitalista y revolucionaria: la teoría marxista del valor-trabajo y de la plusvalía, de la decadencia del capitalismo.
Si el proletariado no lo recupera ¿qué clase de alternativas anticapitalistas, programa de transformaciones de la sociedad, va a ser capaz de elaborar?
La revolucionarización y autoliberación del proletariado no pasa porque se deje dirigir por ninguna vanguardia, sino porque sea capaz de autodirigirse, orientarse, elaborar sus propios objetivos, reivindicaciones y programas. Pero esto no podrá hacerlo si no recupera lo que desde hace siglo y medio era patrimonio suyo y que hoy parece más olvidado que nunca dada su necesidad y urgencia por lo que se nos viene encima ahora y dentro de pocos años.
Si los trabajadores/as no se apropian de este saber proletariado, es mucho más fácil que permanezcan en una actitud subordinada. No basta con echar pestes contra el capital, la banca, los especuladores, los empresarios que despiden, etc. Esto en realidad no termina de sacarnos de nuestro papel de víctimas. El problema estaría fuera de nosotros, en la burguesía, su gestión del sistema, los políticos, y a ellos correspondería al final arreglarlo y nuestras protestas, por mucho que nos refiriésemos grandilocuentemente a la revolución, irían fundamentalmente a crear presión y reformas. Como en Argentina podríamos llegar a decir "que se vayan todos" pero acabarían volviendo por no entender que la solución sólo la tenemos nosotros. A lo sumo pensaríamos que el problema reside en la propiedad privada, en la necesidad de dar "prioridad a la política", al Estado, lo que nos llevaría de cabeza a reforzar el Capitalismo de Estado, otra modalidad de explotación de los trabajadores/as aunque se disfrace de socialismo y comunismo.
No. La única vía que llevará a los trabajadores/as a comprender las raíces profundas de los problemas, es recuperar la teoría marxista del valor-trabajo y de la plusvalía. Bien entendida les permitirá comprender que no es la burguesía la que crea el capital, sino que es el régimen asalariado del trabajo con su consiguiente división social del trabajo. Si lo esencial de esto persiste, lo de menos es si la propiedad de los medios de producción es privada, estatal, cooperativa, autogestionaria...
Comprender la raíz del problema del capitalismo es comprender qué debe abolirse, de dónde parte también la solución y quien puede hacerlo.
Somos los trabajadores/as quienes damos vida al capital a través de la plusvalía que generamos en el régimen asalariado del trabajo.
Liberarnos y liberar a la Humanidad del capitalismo y sus terribles consecuencias presentes y futuras, está sólo en manos de los trabajadores/as que con nuestro trabajo alienado generamos cada día plusvalía y por tanto capital, por la división social del trabajo y porque el fruto de nuestra actividad no nos pertenece y se vuelve contra nosotros en forma de riqueza y poder crecientes del capital y su Estado, el imperio de la mercancía que se traduce en el predominio del valor de cambio sobre el de uso, el imperativo del beneficio sobre la satisfacción de la necesidad.
La recuperación del saber de la génesis del trabajo asalariado - plusvalía - capital es por tanto un requisito para que el proletariado asuma su responsabilidad en la génesis del capital y por tanto en su desmantelamiento.
Esto exige de aquellas organizaciones que se consideran marxistas y tienen una vocación revolucionaria por la abolición del trabajo asalariado bajo cualquier forma (privada, estatal, etc.) que reorienten rápidamente su intervención en el proletariado, enfocando las explicaciones, la propaganda y la agitación, a la raíz de toda la cuestión, el régimen asalariado del trabajo, la alienación del trabajo, la división social del trabajo determinada por ese régimen, la generación de plusvalía y su realización en forma de beneficio, el imperio de la mercancía y del dinero sobre nuestra vida y contra la vida.
La crisis del capitalismo es en última instancia la crisis del régimen asalariado del trabajo y de la plusvalía.
La próxima crisis energética será la crisis de la plusvalía, especialmente de la relativa.
La crisis medioambiental es la crisis provocada por un sistema social cuyo fin es extraer plusvalía, por lo que el trato dado a la naturaleza es un mero medio para ello, un coste medido en dinero (no en términos medioambientales reales), que debe ser el menor.
Cuestionar el capital hasta la raíz es cuestionar el trabajo asalariado y su división social del trabajo, generador de plusvalía-capital tanto en su forma privada como estatal, cooperativa o autogestionaria.
Cuestionar el trabajo asalariado es cuestionar al proletariado como clase para el capital.
El capital no es enemigo del proletariado, sino de los trabajadores/as, de su calidad de seres humanos cooperantes, creativos, libres y autodirigidos. Necesita del proletariado, es decir, de la clase social compuesta por personas obligadas, alienadas en su existencia (desde la producción a la política), en su psicología, por el régimen de asalariado, su división social del trabajo, la jerarquía, la competencia, el individualismo y la dedicación de su vida a la producción de mercancías y su consumo, generando capital. Teme que los trabajadores/as que lo constituyen no se atengan a representar al papel que las relaciones sociales capitalistas les tiene asignado como clase inseparable del capitalismo, que con él permanecerá o desaparecerá.
Y es lógico que lo teman porque ese papel se basa en una ficción, una relación social de poder, que impone una relación social desigual de entrada (el burgués domina los medios de producción, el trabajador compite por conseguir un puesto de trabajo) y una extorsión del trabajo del proletario, que no se paga.
Es la estafa del "como sí": Pretende que paga el trabajo como si pagase todo el trabajo; trata el trabajo como si fuese una mercancía, la fuerza de trabajo, pero no se limita a transferir su valor a la mercancía final (como hace con las materias primas, las máquinas), sino que obtiene un beneficio de ella (ver mi texto "Capital, energía y plusvalía" pág. 18).
Los trabajadores/as, se enfrentan, organizan y luchan contra esa estafa del capital, por lo que reclaman para sí parte de la plusvalía. Podrán hacerlo a fondo en la medida en que también se enfrenten a su propia condición de clase, a la relación social del trabajo asalariado, no sólo a la cuantía de la estafa (más o menos salario, menos o más plusvalía), sino a la estafa misma. Tanto por el objetivo futuro de su abolición, como para desvelar el condicionamiento, porque espontáneamente su condición proletaria les empuja a la competencia entre sí por el puesto de trabajo como una mercancía más en el mercado, a ver en las mercancías que producen una naturalidad que no tienen (en su origen y escala es un fenómeno exclusivo del capitalismo), o en la división social del trabajo (clasista) una neutralidad técnica que no es tal, y a cuestionar, sí, la apropiación de la plusvalía por el burgués, pero no su producción a partir del valor-trabajo, la producción de mercancías, esto es, uno modo en la creación de la riqueza que se traduce en la abstracción del beneficio mercantil y del dinero (divergente de la de producir directamente para la satisfacción de las necesidades) que, autonomizado como creación por encima de sus creadores, acaba imponiéndose contra las necesidades humanas, la vida y la misma naturaleza (el imperativo del beneficio y poderoso caballero es Don Dinero).
Este enfrentamiento a fondo contra su condición, a la vez que refuerzan su conciencia de colectivo y fuerza social, cooperación y solidaridad, implica una transformación psicológica, en el modo de estar en el mundo (pasivo, aceptando la farsa), en las identificaciones y sentido de pertenencia (la clase para el capital, la patria como dominio del capital, el Estado como instrumento del capital...), en su lugar en la comunidad humana (la división social del trabajo y el dominio efectivo de los medios de producción, le alejan de la gestión social), en la finalidad de su vida ("prostituirse" por el consumo, crear con su trabajo Mercancía y Dinero que domina y destruye a la Humanidad y el planeta).
Si no llega a fondo en el cuestionamiento de sí mismo como clase, no estará a la altura de las citas cruciales que le impone la historia (crisis, guerras...) porque representara el papel que la burguesía quiere (clase del capitalismo, subordinada a la economía nacional y la "patria"), o no será capaz de convertirse en alternativa al Capitalismo de Estado que suprime aparentemente la apropiación de la plusvalía (eliminación de la burguesía privada) pero sigue manteniendo el valor-trabajo porque no orienta la producción a la satisfacción de las necesidades humanas, sino a unos u otros criterios de utilidad (cumplimiento de los planes de la burocracia para desarrollo de la industria pesada y armamentista, etc.) o rentabilidad (el "socialismo" de mercado), además de la apropiación del sobre-trabajo por parte de la nueva burguesía tecno-burocrática.
Es esta realidad objetiva de la condición proletaria lo que debe considerarse a la hora de explicar el comportamiento del proletariado sobre todo en el siglo XX, lo que se ha llamado su integración en el capitalismo, su incapacidad para derribarlo a una escala amplia y de sostenerse en el poder. No puede explicarse sólo ni sobre todo por la traición de las direcciones políticas y sindicales, el peso de las dolorosas derrotas sufridas cuando se ha rebelad, y las campañas ideológicas de la burguesía.
Pero superar su condición de clase, dejar de identificarse (apegarse) en su condición de clase, exige que primero se reconozcan como clase para el capital. No hacerlo significa un nivel de incomprensión, de alienación, total, el proletariado como clase, pero atomizado, que se traga la ficción burguesa del contrato social, de la libertad e igualdad del individuo (proletario) frente al individuo (burgués), el estado ideal para la burguesía.
Los trabajadores/as deben empezar por reconocerse al menos como clase ante el capital, no como individuos con un contrato con la empresa, o que tienen en común una profesión, estilo de vida, etc.; pero en algún momento deberán pasar a tener conciencia de colectivo de trabajadores/as, fuerza social enfrentada a la burguesía y a su propia condición de clase, para constituirse más adelante como trabajador colectivo libremente asociado.
La situación hoy del proletariado es algo penosa en cuanto que muchos de sus miembros, sobre todo en los países ricos, dada la diversidad de contratos (fijos, precarios), estudios realizados, presencia en el mismo centro de trabajo de trabajadores/as de diferentes empresas (subcontratas...), competencia por el puesto de trabajo, comportamiento de la gran mayoría de los sindicatos y partidos declarados "obreros", ni siquiera tienen conciencia de ser parte de una clase social, y muchos, si su salario está un poco por encima del más corriente, tienden a considerarse como "clase media", sobre todo si provienen de la pequeña burguesía o tienen el cónyuge en una posición mejor. Pero la extensión de la pobreza, la proletarización creciente de la nueva pequeña burguesía urbana (de formación universitaria) les conducirá a reconocer lo que en principio no quieren, si es que no desean vivir en la alienación del aislamiento y la lucha de todos contra todos.
Los trabajadores/as no se autoliberarán si sólo cuestionan al capital, a la burguesía (entendido como se quiera), y no a su propia existencia como clase social, pues en cuanto que proletariado su futuro está atado a la existencia del capitalismo. Si los trabajadores/as sólo aspiran a vivir mejor como asalariados, deberán ilusionarse con que el capitalismo (privado o estatal), si no es hoy, en el futuro podrá permitírselo (el progreso en el futuro, la zanahoria para el burro). La liberación de la alienación como productor, como ser humano y especie que depende de la salud del planeta para llevar una vida buena, sólo puede venir de liberarse de su condición de clase, pasando a ser trabajador colectivo libremente asociado, nunca el supuesto e imposible proletariado "clase dominante". Y sólo se liberará de su condición de clase si supera el valor-trabajo y antepone a todo el trabajo en cooperación con el objetivo de satisfacer las necesidades, no ninguna especie de beneficio o rentabilidad, es decir, el valor de uso sobre el valor de cambio y el dinero.
Quienes se consideren más avanzados que la generalidad de los trabajadores/as, deben contribuir a que éstos recuperen su patrimonio histórico y sean capaces de elaborar las respuestas que la realidad les exige, dirigiendo por sí mismos la lucha, aprendiendo a gestionarse porque deberán hacerlo con toda una nueva civilización. No es misión de los más avanzados controlar y dirigir, sino aportar a la autodirección colectiva.
Existe una economía sumergida que basa parte de sus beneficios en omitir sus obligaciones con el Estado, la Seguridad Social. Esto es, la eliminación de los costes salariales indirectos y diferidos, lo que nos lleva al régimen del trabajo asalariado y la propiedad del capital.
Se ha venido dando una especulación bursátil de las acciones de grandes empresas debido al incremento repentino de sus expectativas de ganancias, no por innovaciones tecnológicas, nuevos productos, conquista de mercados, sino por reestructuraciones empresariales consistentes en la mayor especialización, eliminando divisiones poco rentables, reduciendo los puestos de trabajo. El beneficio bursátil tiene por tanto su base en la propiedad privada de los medios de producción representada por las acciones y su libre transmisión, y el trabajo asalariado como mercancía que se adquiere o se desecha según convenga.
Las burbujas especulativas (punto.com, inmobiliarias...) se dan sobre todo cuando hay una gran cantidad de capital-dinero disponible, lo que se manifiesta en la facilidad para obtener financiación barata de los bancos, lo que para el especulador supone un endeudamiento. Un dinero que se destina a la especulación porque no encuentra una adecuada rentabilidad en la explotación directa del trabajo asalariado ya que la tasa de ganancia (relación entre la inversión total y los beneficios) no es la deseada y no se puede lograr una mayor productividad y plusvalía, la inversión supondría un aumento de la oferta de mercancías y servicios para los que no hay demanda solvente (capaz de pagar la mercancía) suficiente a pesar del abuso del crédito para el consumo.
El recurso masivo al endeudamiento para crear un mercado con demanda solvente artificial o animar la especulación con las burbujas, exige buscar vías para seguir alimentando la demanda de endeudamiento. Los bancos necesitan fondos para continuar concediendo préstamos y a la vez quieren recudir su riesgo en caso de no serle devueltos. De aquí surge la "ingeniería" financiera de las llamadas titulaciones y los derivados. Con esto se crea toda una cadena de productos financieros que son objetos de especulación, originando una pirámide invertida que depende al final de que los prestamos sean devueltos. Toda esa pirámide exige beneficios. Lo que en principio se piensa que es una manera de diluir el riesgo, en realidad se convierte en un medio de transmisión del riesgo a todo el entramado financiero, tanto más peligroso cuanto es difícil saber dónde está exactamente, por lo que siembra la desconfianza pues todos son potenciales insolventes y quebrados, así que no se quiere arriesgar a dar préstamos, y se paraliza la circulación del crédito, vital para seguir alimentando la solvencia del mercado y las empresas basada en el endeudamiento. Los beneficios de la "economía de casino" pueden existir en su mundo virtual, los beneficios de la estafa piramidal surgen del desarrollo de la pirámide, pero al final deben remitirse a la riqueza real producida por el trabajo vivo, fuera de esa ficción mercantil. Si no fuese así, todos podríamos ser ricos con solo imprimir billetes. No hay riqueza real, plusvalía producida por los trabajadores/as, para distribuir entre tantos acreedores reclamantes.
El endeudamiento y todo el entramado especulativo y de financiarización se viene abajo cuando el salario de los trabajadores/as no puede devolver el préstamo ni los intereses que, en tanto, se han elevado (una forma de plusvalía sobre el trabajador/a, pues se le priva de una parte de su salario a cambio de nada), las empresas no pueden exprimir más plusvalía para devolver el principal y los intereses, la demanda artificialmente solvente se rebela insolvente por no poder devolver los créditos al consumo, la masa de deuda global es tan grande que todos se deben a todos y ya no hay manera ni de cumplir los plazos de devolución sin incurrir en nuevas deudas impagables. El frenazo final de los créditos por la banca, hace que los deudores no puedan pagar a sus acreedores, ni estos a los suyos, con lo que la quiebra por la insolvencia se extienda en red como una plaga. La culpa no es de la falta de crédito, sino que se ha vivido durante mucho tiempo del crédito, enmascarando la ausencia de una demanda realmente solvente.
Si el origen del endeudamiento y la especulación fueron las limitaciones del mercado en el régimen de trabajo asalariado y de la tasa de ganancia en la explotación del trabajo asalariado, su hundimiento se debe a que esos límites ya no pueden ser forzados más con los trucos de la ingeniería financiera que ha caído en sus propias trampas.
El gigantesco endeudamiento mundial, la financiarización, el capital ficticio-especulativo, han ocultado durante varias décadas, lo que ya en los años 70 salió a la luz: el capitalismo, tras la reconstrucción de la guerra mundial, una mayor explotación con la plusvalía relativa que permitió reducir el coste de los productos y aumentar el consumo de los trabajadores/as, el mayor aprovechamiento de los mercados extra-capitalistas al interior de los estados industriales, y su integración en el sistema capitalista (campesinos y artesanos proletarizados), volvió a encontrarse con sus límites en la explotación de los trabajadores y en la realización de la plusvalía, en la resistencia proletaria y en la falta de mercados solventes.
La globalización ha supuesto un salto en la sobreexplotación del trabajo y la integración de sectores pre-capitalistas en el capitalismo (el campesinado en la industrialización china, por ejemplo). Pero el mercado solvente, en buena parte se ha debido crear artificialmente gracias a un endeudamiento que un tiempo antes habría sido inimaginable, y el crecimiento del PIB encerraba en realidad mucha especulación (burbujas, sobre todo la inmobiliaria), como la vía más fácil para la ganancia que tenía sus vías naturales reducidas. El resultado final es el que sufrimos.
El capitalismo ha sobrevivido varias décadas gracias a peligrosos estimulantes y haciendo trampas en sus propias reglas del juego (demanda solvente, el beneficio desde la plusvalía del valor-trabajo), y la realidad, como la ley de la gravedad, acaba por poner las cosas en su sitio.
Esta exposición del recorrido desde los distintos fenómenos económicos en los que se expresa la crisis hasta llegar a la raíz en el trabajo asalariado, deberá ser mejorada por los compañer@s que dominen la economía. Pero creo que ésta es la orientación correcta, y así debiera divulgarse entre los trabajadores/as para que entiendan las causas de la crisis del capitalismo sobre todo como la crisis histórica del régimen de trabajo asalariado, los límites históricos a su explotación y a la conversión de la plusvalía en beneficio.
Cuando en el proletariado y en la pequeña burguesía proletarizada hay amplios sectores con más estudios que en ninguna otra generación en la historia, la comprensión de estas cuestiones teóricas no debiera entrañar más dificultad que la ofrecida por la resistencia, propia de la alienación, a cuestionar la visión del mundo inducida por el capitalismo, atreverse a ver la realidad tan cruda y extraña como es.
Sin esta orientación, sin un Marco consciente y explícito para la propaganda y agitación capaz de recoger las perspectivas y las causas, sin el avance de propuestas de Programa de Transformaciones Socialistas y su divulgación, lo tendremos muy difícil para salir de la defensiva y evitar ser derrotados.
Herramientas para la agitación
Algunos eslóganes y cortas reflexiones de propaganda y agitación, a añadir a los presentados en escritos anteriores, como un botón de muestra de lo que puede hacerse con esta orientación y de lo que el ingenio de muchos se podría lograr; ya es hora de superar tanta rutina:
Me he divertido componiendo una canción a partir de la tonadilla de aquella que decía algo así:
"Es una vaca lechera / no es una vaca cualquiera / nos da leche merengada / ¡ay que vaca tan salada! / ¡tolón, tolón! / ¡tolón, tolón!" (las dos primeras líneas se cantan igual; las dos siguientes igual entre ellas y el tono lo marca la cuarta; las dos últimas, ambas iguales)
No es una crisis cualquiera / es el final de una era / Para recuperar sus beneficios / exigen más sacrificios / ¡dolor, dolor! / ¡dolor, dolor!
Con el caos meten miedo / un clamor sube al cielo / traen miseria, sudor y sangre / niños muriendo de hambre / ¡horror, horror! / ¡horror, horror!
Preparan nuestra derrota / confusión, resistencia rota / Para sufrir en el futuro / energía cara, clima duro / ¡pavor, pavor! / ¡pavor, pavor!
Dividen por etnias y fronteras / pero somos clase obrera / Nacionales e inmigrantes / contra el capital, adelante / ¡unión, unión! / ¡unión, unión!
Régimen de trabajo asalariado / es lo que ha caducado / forjemos la solución / con su completa abolición / ¡revolución / ¡revolución!
La principal virtud de este juego es que muestra cómo con un poco de esfuerzo se pueden elaborar recursos propagandísticos de contenido complejo, pero accesibles, atractivos, fáciles de recordar y transmitir.
¡CON LA EXPLICACIÓN DE LA CRISIS, NO NOS ANDEMOS POR LAS RAMAS. LA SAVIA ES EL TRABAJO NO PAGADO O PLUSVALÍA, Y LAS RAÍCES EL TRABAJO ASALARIADO. SI EL ÁRBOL ESTÁ VIEJO Y ENFERMO ES PORQUE EL RÉGIMEN ASALARIADO NO DA MÁS DE SÍ. LA BURGUESÍA QUIERE UNA PODA Y MÁS ESFUERZO A LAS RAÍCES. NOSOTROS PROPONEMOS ARRANCAR EL RÉGIMEN ASALARIADO Y PLANTAR EL DEL TRABAJO EN COOPERACIÓN LIBRE A CUYAS RAMAS NUNCA PUEDA SUBIRSE LA BURGUESÍA NI NINGUNA OTRA CLASE EXPLOTADORA!
¡POR LA PATRIA O POR LA ECONOMÍA NACIONAL, SIEMPRE SACRIFICIOS, POR EL CAPITAL!
¡EL RÉGIMEN DE TRABAJO ASALARIADO, GARANTIZA DESTRUCCIÓN DE LA VIDA Y MISERIA AL PROLETARIADO!
¡POR EL TRABAJO AL SERVICIO NO DEL BENEFICIO SINO DE NUESTRAS NECESIDADES, ABOLICIÓN DEL RÉGIMEN ASALARIADO, EXTINCIÓN DEL PROLETARIADO!
¡RECUPERAR EL BENEFICIO, DE LOS POLÍTICOS EN EL ESTADO, EL OFICIO!
¡EL PROBLEMA NO ES LA PRESIÓN DE "LOS MERCADOS" SOBRE LA POLÍTICA, SINO EL IMPERIO DE LA MERCANCÍA SOBRE EL TRABAJO Y EL CONJUNTO DE LA VIDA SOCIAL Y PLANETARIA!
¡LA BURGUESÍA TIENE PRISA, SI NO ESPABILAMOS PRONTO, SE PARTIRÁ DE RISA!
¡SI NOS APLASTAN EN LA PRESENTE, MÁS FÁCIL LO TENDRÁN EN LA SIGUIENTE!
¡LA BURGUESÍA ESTÁ LOCA. QUIEREN QUE JUGUEMOS A LA OCA. DE ESTA CRISIS A LAS DE LA ENERGÍA Y DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y QUE PAGUE EL PROLETARIADO PORQUE, COMO SIEMPRE, LE TOCA! ¡IMPONGAMOS NUESTRAS REGLAS. SIN EL RÉGIMEN DEL TRABAJO ASALARIADO, TARJETA ROJA A LA BURGUESÍA!
¡LA MERCANCÍA Y EL DINERO SE HAN CONVERTIDO EN MEDIOS PARA DOMINAR Y DESTRUIR LA VIDA, DEBIDO A SU EXPANSIÓN GRACIAS AL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO, LA PLUSVALÍA Y EL CAPITAL!
¡EL CAPITALISMO DESTRUYE EL MEDIO AMBIENTE Y EXTINGUE ESPECIES. LOS TRABAJADORES HAREMOS QUE SE EXTINGA EL CAPITAL ABOLIENDO EL TRABAJO ASALARIADO!
¡EL TRABAJO ASALARIADO HA CADUCADO. ES HORA DE IMPLANTAR EL TRABAJO COLECTIVO LIBREMENTE ASOCIADO O COMUNISMO!
De otros textos míos, traigo algunos
¡EL CAPITAL ME AMENAZA CON MÁS TRABAJO Y CON MENOS SALARIO, CON EL DESPIDO Y CON QUE NO ME CONTRATA, CON LO MUCHO QUE CONSUMO Y CON QUE NO SOY NADIE SI NO LO HAGO, CON LA TELEVISIÓN BASURA DE LA "PRINCESA DEL PUEBLO" Y CON LOS INTELECTUALES DE ESTÓMAGO AGRADECIDO QUE PIENSAN DURANTE LA DIGESTIÓN, CON LA GUERRA Y CON LA PAZ QUE LA PREPARA, CON ARRUINAR LA NATURALEZA Y CON FORRARSE FINGIENDO EVITAR EL CAMBIO CLIMÁTICO, Y SI ME MOSQUEO, CON LA REPRESIÓN! ¡NI DESPUÉS DE MUERTO ME DEJARÁ EN PAZ. ME AMENAZA CON EL CIELO, CON EL INFIERNO O PEOR AUN, CON RENACER! ¡EL RALLAR SE VA A ACABAR! ¡SE LO VAMOS A PONER FATAL AL CAPITAL! ¡A TOPE LUCHA PROLETARIA POR LA LIBERACIÓN PLANETARIA!
¡EL RÉGIMEN ASALARIADO SÍ QUE REALIZA, NO AL TRABAJADOR, SINO EL BENEFICIO QUE LO ESCLAVIZA!
¡DEL METAL DEL SALARIO SON LAS CADENAS DEL PROLETARIO!
¡SI FUÉSEMOS COMO UNA MÁQUINA CUYA CAPACIDAD DE TRABAJO SE COMPRA TENDRÍAIS COSTE Y PRECIO PERO NO GANANCIA. LA OBTENÉIS PORQUE NO CAMBIÁIS SUELDO POR TODO NUESTRO TRABAJO, SINO QUE NOS EXPROPIÁIS DE PARTE DE ÉL EN VUESTRO BENEFICIO!
¡LOS "ALIENS" YA ESTÁN ENTRE NOSOTROS Y AMENAZAN LA TIERRA. SUS CRIADEROS ESTÁN EN FÁBRICAS Y EMPRESAS. NECESITAN LA ENERGÍA Y LOS CUERPOS HUMANOS. SU REINA MADRE SE LLAMA "ALIENACIÓN DEL TRABAJO ASALARIADO" Y SUS HIJAS "MERCANCÍA"! ¡LLAMAD A LOS TRABAJADORES A DESTRUIRLAS!
¡SISTEMA CAPITALISTA, PARA ABOLIR, LO PRIMERO DE LA LISTA!
¡TRABAJO ASALARIADO, ENEMIGO DEL PROLETARIADO!
¡TRABAJO ASALARIADO, RAÍZ DEL CAPITALISMO. TRABAJO LIBREMENTE ASOCIADO, PILAR DEL COMUNISMO!
¡"SALARISMO", VERDADERO NOMBRE DEL CAPITALISMO!
¡"SALARISMO", VIDA PROLETARIA Y PLANETARIA SACRIFICADAS AL CAPITAL Y SU BENEFICIO!
¡EL TRABAJO ASALARIADO, RAÍZ DE ESTA CIVILIZACIÓN. CUANDO SE PUDRE, LA LLEVA A SU DESCOMPOSICIÓN!
¡LA CRISIS DEL "SALARISMO" ES LA CRISIS DE LA PLUSVALÍA, Y ÉSTA LA DEL CAPITAL!
¡LA CRISIS DE LA PLUSVALÍA ES LA CRISIS DE LA BURGUESÍA!
¡VIVIR PELEANDO PARA TENER MÁS, ES CAPITALISMO. VIVIR COOPERANDO PARA VIVIR MEJOR, ES COMUNISMO!
¡AL CAPITALISMO SENIL NO LE REJUVENECE NI LOS BOTOX A LA IZQUIERDA!
¡NO QUEREMOS FRACASADOS NI PERDEDORES: EL CAPITALISMO SENIL, DE LOS PEORES!
¡EL CAPITAL PROMOCIONA A LOS TRIUNFADORES: CREADORES DE DESEMPLEO, PRODUCTORES DE ARMAS, DESTRUCTORES DE LA NATURALEZA!
¡EL CAPITALISMO SENIL NO NECESITA VIAGRA: "LA PLUSVALÍA ME PONE"!
¡D-M-D´ LA FORMULA DEL CAPITAL, DINERO-MERCANCÍA-DINERO´ O DAME-MAS-DINERO!
¡D-M-D´ MÁS DAÑINO QUE EL DDT Y DESTRUCTIVO QUE EL TNT!
¡D-M-D´ LA FÓRMULA DEL ETERNO PROGRESO. FECHA DE CADUCIDAD 1914!
¡TRABAJO ASALARIADO, CAPITAL Y PLUSVALÍA, SON LA MISMA PORQUERÍA!
¡CAPITAL, VAMPIRO PARA LOS HUMANOS, CÁNCER PARA EL PLANETA!
¡¿SIENTE UN VACÍO EN SU VIDA? ¿YA NO LE LLENA IR DE TIENDAS? NO SE LIMITE A COMPRAR MERCANCÍAS. VIVA NUEVAS EXPERIENCIAS. GRACIAS AL TRABAJO ASALARIADO PUEDE SENTIRSE COMO UNA Y PRODUCIRLAS. ADQUIERA ESTA CONDICIÓN EN EL CAPITALISTA MÁS PRÓXIMO!
¡SOMOS TRABAJADORES LIBRES PARA SOMETERNOS AL CAPITAL!
¡SI NO PUEDES VENDERTE AL CAPITAL, ESTÁS DE SOBRA!
¡SI YA NO TEMES QUE TE DESPIDAN ES PORQUE TEMES QUE NO TE CONTRATEN!
¡LOS CAPITALISTAS ESTÁN TRISTES. PONGA UNA SONRISA EN SU CARA. ACEPTE LAS CONDICIONES DE TRABAJO QUE LE OFREZCAN, Y SI NO PUEDEN OFRECERLE NADA, NO INCORDIE AL ESTADO, QUE BASTANTES IMPUESTOS PAGAN! ("Todos unidos contra el descenso de la ganancia!" Una campaña de ¡Qué Cruz!)
¡COMO EL TRABAJO ESCLAVO ERA LA RAÍZ DEL ESCLAVISMO, EL ASALARIADO ES LA RAÍZ DEL CAPITALISMO!
¡EL "SALARISMO" VERDADERA NATURALEZA DEL CAPITALISMO!
¡ARRIBA EN LA ESCALERA, NOS DICEN CON ENGAÑO, "DESCENDAMOS TODOS UN PELDAÑO", MIENTRAS SUBE LA MAREA! (inspirado en una ilustración de tal vez medio siglo o más).
¡SOLIDARIDAD BURGUESA: "REPARTID VUESTRA POBREZA, NO TOQUÉIS NUESTRA RIQUEZA"!
¡LEVANTAR ESTA ECONOMÍA ES PRODUCIR MÁS PLUSVALÍA!
¡DESDE EL PUENTE DICEN, "REFLOTEMOS EL BARCO, TRABAJADORES AL AGUA"! (de El Roto, creo)
¡EL BURGUÉS RECLAMANDO IMPUNIDAD: "NO TOQUÉIS MI LIBERTAD, NO SOY RESPONSABLE, NI EL CAPITALISMO CULPABLE"!
¡EL TRABAJADOR, EN SU CONDICIÓN DE ASALARIADO, PRODUCTOR DE PLUSVALÍA PARA EL CAPITAL, Y PARA LA NATURALEZA, LETAL!
¡LA LÓGICA DEL BENEFICIO NOS LLEVA AL PRECIPICIO!
¡DECIMOS LOS TRABAJADORES: PARA REFLOTAR LA NAVE PLANETARIA, POR LA BORDA EL CAPITAL Y LA CONDICIÓN PROLETARIA!
Un recurso. En las hojas, incluir la dirección web donde haya textos dedicados a la plusvalía.
*****
Últimos textos míos relacionados.
"Capital, energía y plusvalía. Por un ecologismo proletario. Comentarios a Ramón Fernández Durán. Llamamiento" Con muchos eslóganes. En Kaosenlared el 3 septiembre 2011.
"Horizonte 2050: Socialismo o Mega-Crisis. Recuperar nuestra vida y salvar la Tierra. Una propuesta de Marco" En Kaosenlared el 14 mayo 2011.
Para localizar y conocer otros artículos, ensayos y libros sobre diversos temas que voy publicando en Kaosenlared.net, con el buscador de kaosenlared por Aurora Despierta luego seleccionad por Autor y Procedencia, Ordenado por Fecha, y Durante los últimos Todo Kaos, Buscar (en varias páginas, fijarse en la firma, no son míos todos los que aparecen).
******
Para abundar en los argumentos que presento en el texto y conocer muchos más, os animo a leer el libro editado en noviembre, de Anselm Jappe "Crédito a muerte. La descomposición del capitalismo y sus críticos" Pepitas de calabaza, ed.
Ha sido su lectura la que me ha animado a esta reflexión.
Si alcanza buena difusión será un indicio de que se está recuperando, al menos entre una minoría, la centralidad del cuestionamiento comunista del valor-trabajo, de la plusvalía, del trabajo asalariado, la mercancía y el dinero, la orientación proletaria "antiproletaria" (contra su condición de clase, por su autoliberación).
[1] Ver sobre este sujeto el artículo ¿Por que el proletariado no ha hecho la revolución? en los números 103 y 104 de nuestra Revista Internacional. /revista-internacional/200602/752/al-inicio-del-siglo-xxi-por-que-el-proletariado-no-ha-acabado-aun-c [17]
Toma de posición del Círculo de Debate Proletario de Perú sobre los acontecimientos que se suceden en Conga por la instalación de empresas mineras
Publicamos a continuación una toma de posición sobre los acontecimientos en Conga (Perú) realizada por un círculo de debate proletario que desarrolla posiciones internacionalistas.
Como explica la toma de posición, el capital en una búsqueda desesperada de ganancias para compensar el impacto de la crisis, pone en explotación nuevos yacimientos de oro, cobre y otros minerales, sin importarle lo más mínimo ni las vidas humanas que aniquila o condena a la ruina ni tampoco las tremendas destrucciones ecológicas que provoca. Esta huida desesperada en la especulación con las materias primas NO ES PROGRESO sino la expresión de un sistema cada vez más podrido.
Podemos ver que si antes fue un gobierno de "centro-derecha" -Alán García- el que no tuvo reparos en reprimir y desestabilizar a poblaciones de la selva en Bagua[1], ahora es un gobierno de "centro-izquierda", de aires chavistas, el de Ollanta Humala, quien sigue la misma política de aniquilación.
Saludamos la toma de posición de los compañeros que denuncia con claridad todo lo anterior
Corriente Comunista Internacional
Hoy en plena Crisis profunda del capitalismo, a las burguesías no le queda otra vía que refugiarse y proteger su dinero en un metal precioso que les da cierta estabilidad en pleno desmoronamiento de su sistema. El oro es el metal que hasta ahora ha cumplido el papel de metal "refugio" para los capitalistas en naufragio. El capitalismo esta a la deriva y nadie lo puede negar, no es imposible ahora, darnos cuenta con facilidad y ver cada vez más su hundimiento. Este panorama de catástrofe Capitalista que ha traído consigo la devaluación internacional de monedas como el dólar y el Euro, está originando una fuerte especulación y sobrevaloración de los comodities/materias primas, como el oro.
Es por ello que el capitalismo ha puesto su interés en intensificar la explotación de dicho metal. Confirmando lo que hoy crecientemente viene ocurriendo en los terrenos extractivos, tales como Perú, y como hace varias décadas atrás, pasó con el Boom del caucho y el salitre, pues hoy los capitalistas generalizan y destruyen aun más las zonas cuya concentración de recursos naturales es significativa para hacer frente a su inexorable declive. Las minas de Cajamarca se conocen por sus grandes reservas acuíferas y sobre todo por las características polimetálicas de sus minas. Pero también por sus grandes manantiales, ojos negros, excelentes pastos, suelos y óptimos climas. Todo esto amenazado por la actividad destructiva de las empresas mineras.
El capitalismo decadente en su fase de descomposición nos empuja cada vez más a la extinción como naturaleza, como planeta, como humanidad. El desastre ambiental hoy en día es una muestra de ello (el desastre nuclear en Japón, la deforestación del amazonas...).Ya en Cajamarca hay muchas zonas con grandes problemas de contaminación de aguas, tierras y aires. Lugares donde la población sufre puntualmente enfermedades a la piel y enfermedades respiratorias; otras con problemas más crónicos y mortales. Existe también un registro de especies en extinción como las liebres, lagartijas, venados y zorros. Así como también contaminación de lagunas, ríos y manantiales. Todo esto es una forma más de como el capitalismo arremete contra las condiciones de vida.
Muchas veces escuchamos que la actividad y explotación minera mejora y cambia la vida a las poblaciones cercanas a los centros mineros, que les brinda progreso y desarrollo. Cuando los pobladores campesinos, en condiciones de miseria y pobreza pueden mantener con lo poco que les da sus tierras a sus familias, aparece la actividad minera como la panacea a todos sus males. La actividad minera los atrapa en su dinámica, haciéndolos abandonar los campos y cultivos por completo, hasta cambiarles la visión negativa que tenían de la minería. Por ello el caso de Conga y de muchos conflictos mineros en el Perú,
tienen ese grado de chantaje y condicionamiento que arrastra a poblaciones enteras a defender intereses de las Burguesías locales, nacionales o internacionales (Gobierno central, gobiernos regionales, Empresas mineras nacionales o extranjeras, etc.)
Lo que queremos dejar acentuado aquí es que la clase trabajadora no es la única clase que sufre pobreza, explotación y opresión, sino también el campesinado pobre de las diversas zonas del campo donde se desarrolla la actividad minera. Por ello las luchas de Conga aunque no defiendan ninguna bandera, ni objetivo de la clase obrera, son movimientos que nos deben hacer llamar a la reflexión y a nuestra conciencia, mostrándole toda nuestra solidaridad a todos los elementos del proletariado que allí se encuentran envueltos sin una identidad de clase y a todos los campesinos pobres que padecen la explotación más vil de un sistema decadente.
No podemos situar las luchas de Conga dentro de un territorio nacional, debemos situarla en un contexto de luchas a nivel internacional. Estos abusos inhumanos no solo se han dado en el Perú, la empresa minera (Newmont -Yanacocha) tiene proyectos por todas partes del mundo, pero no es la única empresa minera en el mundo, le siguen otras con la misma lógica de destrucción y muerte. Entonces, por eso la lucha es mundial y se inscribe en un proceso de maduración de la conciencia y de las luchas a escala internacional. No podemos ver la lucha de Conga como una lucha que se da solamente en Cajamarca de manera aislada del mundo; porque si es así, lo veríamos como una lucha ya perdida, sin porvenir.
Por ello la clase trabajadora, el proletariado por su combate y programa histórico y su situación bajo el capitalismo de vendedor de su fuerza de trabajo, son los únicos capaces de proyectar un porvenir a la humanidad entera. La solidaridad es un arma que tiene el proletariado en su combate y esta, es una fuerza social y material capaz de hacer frente a cualquier situación que se le presente al conjunto de la clase. Por ello la solidaridad a los proletarios y demás sectores de explotados bajo el capitalismo en Cajamarca y en cualquier rincón del planeta.
¡ANTE LOS ATAQUES DEL CAPITAL: RESPONDAMOS, CON SOLIDARIDAD, UNIDAD Y LUCHA!
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAISES UNIDOS!
CÍRCULO DE DEBATE PROLETARIO
[email protected] [18]
[1] Ver Voces proletarias contra la matanza de Bagua en https://es.internationalism.org/node/2584 [19] y Bagua es una muestra de la putrefacción del capital ver https://es.internationalism.org/node/2626 [20]
Publicamos a continuación dos tomas de posición de nuestra sección Internacionalismo (Ecuador) que muestran la verdadera cara (en los dos sentidos), de la "Revolución ciudadana"
-
Desde que se instauró el régimen correista los ataques a la clase obrera no han cesado, todo lo contrario, se han intensificado, es más el correismo ha sido más efectivo que los otros gobiernos de los cuales el jefe de la banda correista no deja de vituperar. En esencia el correismo es la continuación de todos los gobiernos que se han instauradoå desde 1979 cuando los militares junto con los partidos de la burguesía de izquierda y derecha, a puerta cerrada, repartieron los papeles en el nuevo escenario para gestionar de mejor manera la crisis del capitalismo desatada a finales de los 60 que en Ecuador se expresó a través de la Deuda Externa, crisis que hizo resurgir de manera brutal las contradicciones inherentes al sistema capitalista producto del agotamiento de los mercados extra capitalistas y se evidenciaba la agonía de la sociedad de clases tan solo por poseer "demasiada civilización" , demasiadas mercancías.
Ante este callejón sin salida que plantea un capitalismo en declive marcado por una descomposición galopante en donde el futuro es cada vez más incierto para los agoreros economistas, a la burguesía solo les queda regresar con loca pasión al agresivo endeudamiento y a la aplicación de políticas de ajustes y/o relanzamiento de la economía que solo significan hundir en la desesperación a la clase obrera. El Estado Ecuatoriano no escapa del vórtice de la descomposición, en los últimos tres años (2008, 2009, 2010) las exportaciones ecuatorianas (ventas al exterior) han tendido a decrecer. Las ventas en términos de peso han caído 1.5 millones TM en el lapso 2008 - 2011. Lo que genera el engaño en los montos del ingreso en dólares es el precio del barril de petróleo que aparentemente genera una expansión del ingreso en un 13%. Es un espejismo, y esto lo sabe el correismo, las reservas mundiales se agotan, la especulación se dispara, pero las medidas para palear estos tiempos inestables implican golpear los bolsillos de la sociedad civil (incremento de impuestos), reducir los gastos en salud, educación servicios sanitarios y por otro lado reducir la plantilla laboral, como lo hacen Obama, Sarkosy, Angela Merkel, Rajoy o cualquiera de los gobernantes en el mundo, y en esto el correismo no se queda atrás, encarnando los deseos fervientes de la burguesía ecuatoriana, que por todos los medios luchó, entre 1979 a 2007, para imponer políticas anti obreras como la: flexibilización laboral, despidos intempestivos sin el trauma de las protestas callejeras, congelamiento de los salarios, eliminación de los contratos colectivos en el sector estatal, reducción de los beneficios a los obreros, darle mayor efectividad al encuadramiento de los obreros a los designios de la burguesía nacional en contubernio con los sindicatos, y limitar la movilidad de estos en el estricto apego a los intereses del capital nacional: defensa de la democracia y del orden constituido, judicializando las protestas sociales que escapen de este marco; veamos:
Si a ello le sumamos los despidos efectuados por empresas como ERCO SA el 14 de Agosto de 2009 despide a 29 trabajadores, más 45 despedidos el 21 de Enero de 2010; VACHAGNON 440 son despedidos el 28 de Julio de 2009, a finales de Octubre de 2010, 300 quedan sin empleo tras cerrar la empresa, unos cuantos son reincorporados bajo otra nominación: CONSORCIO PUERTO LIMPIO; CEMENTOS GUAPAN el 2 de Diciembre de 2011 despide a 147 trabajadores. Del universo de la Población Económica Activa (PEA) 55.5% de la población ecuatoriana, el 57% del PEA no tiene un trabajo estable, es decir, deambulan en la informalidad (vendiendo cualquier cosa en las calles), en el trabajo precario, trabajo temporal, y en la desocupación abierta. Una perla, el sueldo de un trabajador "capacitado" -bachiller técnico o con alguna destreza- es de $ 280,00, el de un médico graduado de la universidad con siete años de estudios listo para salvar vidas llega a ganar un monto entre $ 500,00 y 700,00 aproximadamente dependiendo del establecimiento privado. Después del gran Show montado el 30 S por el correismo, en medio de una insubordinación policial protestando por sueldos y condiciones de jubilación que pretendían vulnerar; el correismo hace unos días atrás lanzó una cortina de humo alegando que pretendían desestabilizar al régimen con el "Plan Revancha" ejecutado por unos cuantos militares descontentos, queriendo reeditar otro 30 S; el correismo ni corto ni perezoso corrió a visitar los cuarteles en la frontera norte y confirmó un alza de sueldos y salarios de todo el personal entre el 5% al 25%; ahora un soldado raso que sale de los cuarteles de instrucción entrenado para matar a seres humanos se embolsica un sueldito de $ 900,00 aproximadamente.
Esta es la esencia del correismo, arropado en esa aberración llamada "Revolución Ciudadana" en marcada en la no menos despreciable y abominable ideología del "Socialismo del Siglo XXI"; el de la continuación de los anteriores gobiernos, al servicio de los intereses del capital, que empujados por el hundimiento del capitalismo en su conjunto en una crisis insalvable han tenido que fortalecer y profundizar el Capitalismo de Estado pretendiendo extender, aún más, la vida de este sistema putrefacto, nauseabundo, que excreta dolor, muerte, hambruna, violencia, pobreza, desempleo, miseria por doquier.
Hay un solo camino, el camino de lucha trazado por los miles de proletarios que desde 2 003 viene mostrando un cambio en la actitud de la clase obrera con las luchas en Francia y Austria contra los golpes a las pensiones jubilares, que en el 2006, 2007, 2008, 2009, 2010 y 2011 ha demostrado que no esta derrotado y que se encuentra en franco proceso de reencuentro con su tradición de solidaridad y confianza de su papel en la historia de la humanidad, echar abajo los cimientos de la sociedad capitalista, de que el futuro será erigido por el proletariado en el poder a nivel mundial y ese poder será ejercido a través de sus órganos como son los Consejos Obreros y las Asambleas Soberanas.
Internacionalismo (Ecuador)
El VIERNES 3 DE FEBRERO hubo
un hecho en Guayaquil que para muchos pasó a engrosar los actos de violencia social que se vive a diario, la
mayoría de los ciudadanos se enteraron por comentarios que unos u otros hacían
en diferentes sitios, ya por que uno lo vio en la TV, otro lo escuchó en la radio o el de allá tuvo
la suerte de escuchar el relato a través del amigo que vive en el emblemático barrio obrero llamado
desde tiempos lejanos BARRIO CUBA, el cual nació, creció y se alimentó a la ribera del Río
Guayas y del Camal Municipal, sitio de
acopio y faena del ganado que llega a la
urbe porteña; barrio en donde hombres, mujeres, ancianos y jóvenes defendieron
con dignidad sus modestos y precarios puestos de venta de vísceras que son
obtenidas, muchas de las veces como parte de pago en sus labores precarias dentro del Camal -matando y descuartizando las
reses y prepararlas para el consumo- precisamente
fueron familias enteras que defendieron con su vida la necesidad básica de subsistir
en medio de la debacle del sistema capitalista. El sol apenas lograba mostrar su presencia
en esa mañana de invierno húmedo, caluroso, algo nuboso, cuando las fuerzas
represivas del Municipio: la Policía
Metropolitana, empezaron a ejecutar la
orden impartida por el Alcalde Nebot: "desalojar
a los vendedores de las inmediaciones del Camal Municipal". La agresión contó con la participación de la Policía
Nacional como árbitros de la
refriega. Dicho por un periodista de un
noticiario local: "...los unos son gente
del Alcalde los otros responden a Correa..." (Refiriéndose al Presidente
del Ecuador). Lo dicho es vox pópuli
mas no refleja el fondo de la relación entre el Alcalde Nebot y Correa, ambos
son caras de una misma moneda, ambos defienden el capitalismo y protegen los
intereses de la burguesía y sus lacayos.
Desde que se posesionó el líder de la Revolución Ciudadana, las pugnas
con el Alcalde que expresa los intereses de una burguesía de derecha opuesta en
la forma en que el correismo gestiona la
conducción del Capital Nacional por las aguas turbulentas del mercado mundial
altamente saturado, han sido numerosas; para muestra basta un botón: En el
segundo trimestre del año
2008 en Guayaquil los vendedores informales (desempleados que salen a las
calles a vender cualquier cosa para poder sobrevivir) fueron duramente
reprimidos por parte de las fuerzas represivas del Municipio: La Policía
Metropolitana, el gobierno central tomó
partido en la reyerta y usó a la Policía Nacional para contrarrestar la acción
de los municipales a favor de los vendedores.
Pero esto que puede pensarse en una confrontación entre estos jefes de
banda, en momentos de golpear directamente a los trabajadores para defender los
intereses de los capitalistas, ambos se unen.
A finales de Julio del 2009, trabajadores de aseo de la ciudad del
Consorcio Canadiense Vachagnon protagonizaron protestas por los despidos
intempestivos sin justas liquidaciones, contra el maltrato de los jefes, por
malas condiciones sanitarias en el trabajo, por aumento salarial y por el
derecho contemplado en las leyes burguesas a la sindicalización, fueron
brutalmente reprimidos con saldo de un trabajador herido, en esa acción actuó la
Policía Nacional en coordinación con la Policía Municipal, en la semana del 28
de Julio del 2010 despidieron 400 trabajadores de dicha empresa canadiense. No olvidamos Dayuma, y la salvaje represión
a la comunidad Shuar a mediados del 2007, de Yamanunka cuya población se
movilizó porque pretendían construir un gaseoducto que pasaría por sus
viviendas y a inicios del 2008 la represión salvaje a las comunidades agrícolas
del austro ecuatoriano que se oponían a la ley minera por cuanto esta disponía
prácticas atentatorias al medio ambiente, es
decir, altamente contaminantes afectando de forma directa las áreas agrícolas.
La burguesía ya vestida de derecha o de izquierda a la hora de defender los intereses del capital nacional o extranjero, de aplicar políticas de austeridad o de relanzamiento de la economía, que siempre implica baja de salarios, reducciones en las prestaciones y servicios sociales como salud o educación, aumento en la edad de jubilación, reducción de las pensiones jubilares, aumento de las horas de trabajo, desalojo y reubicación de los sitios de trabajo para instalar las inversiones de los capitalistas, en definitiva garrotazos en las espaldas de la clase obrera y de las capas no explotadora.
El 17 de Diciembre de 2010 un hombre desempleado graduado en la Universidad que, así mismo, tenía un puesto de ventas de legumbres y frutas en la ciudad Sidi Buzid ubicado en Túnez; fue víctima de la agresión de la Policía Municipal de dicha ciudad, esta le confiscó sus frutas y legumbres, al verse desposeído del medio de subsistencia este se prendió fuego, se inmoló. Este acto de horror perpetrado por el terror del Estado tunecino a través de sus órganos de represión generó una ola de protestas que contó con la participación decidida de toda la población no explotadora e incluso con participación de la clase trabajadora entre los manifestantes. La ira acumulada por décadas de represión, miseria, exclusión y olvido por parte de la burguesía tunecina, transformó las manifestaciones de repudio ante tal acto criminal del Estado en multitudinarias protestas espontaneas de toda la población contra el alto costo de vida, el elevadísimo desempleo y el corrupto régimen de Ben Alí. El nivel de la movilización, muy a pesar de lo brutal de la represión del estado, se incrementó, la indignación de la sociedad fue general que terminó con la caída del gobierno.
Lo que hacen semejantes ambos acontecimientos esparcidos en el tiempo es la brutalidad con la que actuaron las fuerzas represivas del estado capitalista, no importa si son árabes, occidentales, chinas, tailandesas, africanas; el estado capitalista siempre protegerá los intereses de sus respectivas burguesías y para ello garroteará a trabajadores, campesinos arruinados, desempleados, jóvenes, mujeres o niños pauperizados por los planes económicos que sostienen la sociedad capitalista.
Lo ocurrido en Tunez, como en Egipto y que luego, cual reguero de pólvora se extendiera a otros países de la región, tiene su explicación en la tormentosa vida que transita, para millones de seres humanos pertenecientes a la clase obrera y las capas de la sociedad no explotadora, en la más pavorosa miseria bajo gobiernos extremadamente corruptos, represivos y excluyentes, todo ello en medio del hundimiento del capitalismo en la crisis del 2008, lo que convirtió en insostenible aquel tren de vida. La diferencia de los sucesos de Tunez con respecto a los del Barrio Cuba estriba precisamente en que en Tunez se extendió la lucha a sectores pauperizados e incluidos sectores medios en curso a proletarizarse por la crisis, contagiando al proletariado a pesar de su relativa debilidad; así mismo como en los movimientos en los países del Magreb como en los del Medio Oriente, la clase obrera no estuvo en la primera línea de fuego, no tuvo un protagonismo independiente, su presencia a veces se mezcló en el conjunto de la revuelta social o en otras ocasiones su acción tuvo situaciones definitorias en el conflicto como por ejemplo en Egipto, donde el proletariado es más concentrado y experimentado, las huelgas fueron más masivas y en la refriega lograron zafarse del encuadramiento sindical contribuyendo enormemente, y bajo la presión norteamericana, alinear a los militares con la salida de Hosni Mubarak. A más de ello, está el hecho cierto de que en todas las revueltas en dichas regiones la influencia de la clase obrera se manifestó de otra manera, en las consignas, en las formas de organización de los movimientos: tendencia al auto organización, la búsqueda de extender masivamente la lucha, el intento de centralizar la toma de decisiones, etc. Por otro lado, estas revueltas son un enorme paso hacia la toma de consciencia revolucionaria del proletariado mundial, no solo por el carácter masivo y extendido de las revueltas, comprometiendo a muchos países de una región determinada y que contagió de cierta manera a manifestaciones posteriores como las de España del 15 M, sino también en que por vez primera se liga aspectos económicos a los retos políticos; el desenlace a este problema que plantea la lucha tuvo sus límites en las ilusiones democráticas del conjunto de la sociedad e incluso del proletariado de la región, y es precisamente la debilidad en cuanto a su experiencia de lucha de este último contribuyó en gran medida las miras hacia ilusiones democráticas.
Los casos de agresión, como los vividos por los habitantes del Barrio Cuba, están presente a lo largo del planeta, estas agresiones efectuadas por los Estado y sus gobiernos en complicidad con todos los partidos políticos de todas las banderas del espectro faunístico de la burguesía se viven cotidianamente en tanto el capitalismo como sistema económico político y social esta viviendo su descomposición en el marco de su decadencia a consecuencia de un mercado mundial que tiende progresivamente y de manera acelerada hacia la saturación global, en dónde todos los países asumen el Capitalismo de Estado ejerciendo políticas imperialistas en lo económico y militar; y producto de ese mercado global saturado, con loca pasión, los Estados, emprenden una caída en picada hacia el endeudamiento generando, cada vez más, profundas distorsiones en todos los ordenes provocando situaciones altamente explosivas aferrándose a un vagón camino a la barbarie generalizada: mezcla de recesión pavorosa, miseria extrema, violencia, terror, catástrofes medio ambientales y carnicería guerrera. En tal virtud, bajo la bota del Capitalismo de Estado los gobiernos que ejecutan los designios de la burguesía deberán someter a sangre y fuego cualquier pretensión de protesta por parte de la sociedad en su conjunto y en particular de su enemigo histórico, el proletariado, la única clase capaz de enfrentarse en su terreno de clase y detener la espiral de muerte en que nos conduce este sistema moribundo.
El presente nos plantea un solo camino, el camino de los proletarios tunecinos, egipcios, españoles, franceses, griegos, ingleses, norteamericanos, holandeses, italianos, que han marcado hitos históricos desde 2006, 2009, 2010, 2011. El camino es hacia la construcción de una sociedad humana mundial en donde el Proletariado organizado en sus órganos de poder como las Asambleas Soberanas o los Consejos Obreros sean los que guíen la historia de la humanidad escrita dentro del Comunismo a escala planetaria.
Internacionalismo (Ecuador)
Febrero 9 de 2012
Attachment | Size |
---|---|
![]() | 30.37 KB |
Tras los duros ataques del PSOE, el PP en apenas 2 meses ha lanzado los peores golpes en más de 50 años:
Estas barbaridades tienen lugar en medio de una formidable escalada del paro, multiplicación de los despidos[1] y proliferación de impagos y atrasos salariales de hasta 6 meses etc.
Hay una fuerte indignación, la combatividad y las iniciativas "desde abajo", tienden a crecer. Sin embargo, es necesario comprender en qué condiciones tienen lugar, para lo que cabe hacerse algunas preguntas: ¿Cómo se posicionan Gobierno, Oposición y Sindicatos, frente a los trabajadores? ¿Cuál es la conciencia de éstos? ¿En qué medida las semillas puestas por el 15 M pueden favorecer su lucha?
La Comunidad Valenciana ha vivido 2 grandes manifestaciones: el 21 de enero (educación) con 80000 personas en Valencia y 40000 en Alicante y el 26 de enero (todo el sector público) con 100 mil en la primera, 50 mil en la segunda y 20000 en Castellón. Tras estas manifestaciones, la movilización ha continuado en colegios, institutos y barrios.
Sin embargo, aunque Valencia ha sido tomada temporalmente como la principal diana de los ataques; las luchas tienden a aumentar en las demás regiones. En Madrid protesta de los bomberos; manifestación de funcionarios y concentración contra la Reforma Laboral el mismo día de su aprobación; en Bilbao manifestación del sector público; 100 mil personas se manifiestan en Barcelona de todos los sectores; en esta misma ciudad los trabajadores de escuelas infantiles junto con padres y niños se concentran ante el gobierno regional; manifestación masiva del sector público en Toledo; 10 mil personas se manifiestan en Vigo en solidaridad con el sector naval; marcha de los trabajadores de Ferrol a La Coruña.
En contra de lo que se nos hace creer no somos ciudadanos iguales, la sociedad está dividida entre una clase minoritaria que posee no solamente los medios de producción sino también el Estado[2], y una inmensa mayoría que sólo contamos con nuestra conciencia, nuestra solidaridad, nuestra unidad y la fuerza del número.
Vamos hacia enfrentamientos cuya dimensión es difícil de predecir, lo que resulta evidente es que la minoría-el Capital y su Estado- ha preparado una ratonera político-ideológica donde atrapar la movilización de los trabajadores.
Por una parte, los ajustes se realizan de manera escalonada autonomía por autonomía, paquete por paquete: en enero 2011 empezó Murcia, desde junio Cataluña; en septiembre Madrid y ahora le toca el turno a Valencia; más adelante con toda probabilidad a Andalucía. Es decir, un ataque general es presentado como una sucesión de ataques regionales sin relación entre si, haciendo que los trabajadores luchen solos encerrados en cada autonomía[3].
Por otra parte, manipulan la tradicional división entre trabajadores del sector público y del sector privado. A los primeros se les presenta como privilegiados y se les hace creer que lo son, con lo cual los sindicatos les dicen que para "hacerse perdonar" deberían renunciar a reivindicaciones sobre salarios y condiciones de vida para concentrarse únicamente el carácter estatal de la educación y la sanidad.
Pero esa división entre trabajadores públicos y trabajadores privados es desmentida por la realidad: 40% de los trabajadores públicos son interinos, de tal forma que hay más precariedad en el sector público que en el privado. Trabajadores privados vía Reforma Laboral y trabajadores públicos vía Recortes comparten una misma rebaja de salarios, una amenaza generalizada de desempleo[4], una degradación de los puestos de trabajo. Los recortes son como un cuchillo de doble filo: con un filo cortan los salarios y las condiciones de los trabajadores públicos; con el otro filo reducen servicios indispensables y los degradan a un nivel mínimo. Recortes y Reforma Laboral no son hechos diferentes ligados a realidades distintas sino un ATAQUE GLOBAL a TODOS LOS TRABAJADORES.
En el movimiento 15 M se expresaron duras críticas a los sindicatos, especialmente hacia CCOO-UGT.
¡No es para menos! Por una parte, firman todo lo que Patronal o Gobierno les pone sobre la mesa, pero, por otro lado, y esto es lo peor de su labor, organizan luchas ficticias que provocan desmovilización y división en los trabajadores, llevándolos a la derrota.
El Capital y su Estado emplean las dos manos contra los trabajadores: con la derecha, Gobierno y Patronal lanzan los hachazos, mientras que con la izquierda, sindicatos y Oposición, les empujan a poner la cabeza bajo el hacha.
En Madrid, la mano derecha, la presidenta Aguirre atacó a los trabajadores de la enseñanza con 3000 despidos y más horas lectivas, mientras que la mano izquierda, el "pentasindicato" (una alianza de 5 sindicatos que va desde CCOO-UGT hasta sindicatos derechistas como CSIF o AMPE) hizo lo imposible para boicotear las asambleas de base, frustrando su coordinación, y desvió y agotó finalmente la lucha hacia la falsa dicotomía público-privado que permitió colar todo lo que el gobierno autonómico quería[5].
Ahora con las movilizaciones en Valencia tenemos más de lo mismo: la mano derecha, el Gobierno PP, lanza recortes durísimos, mientras que la mano izquierda, habla de corrupción y despilfarro, ocultando que la crisis es global y mundial con lo que nos aísla en las cuatro paredes de la autonomía, y pide renunciar a las reivindicaciones "egoístas".
Resulta significativo que ante la Reforma Laboral, los sindicatos adopten un perfil bajo, tratando de evitar por todos los medios que la necesidad de una lucha unitaria acabe por hacerse evidente. Su política es escalonar los "respuestas" de tal manera que estén lo más fragmentadas posible, que no se vea el lazo de unión entre los recortes sociales y la reforma laboral, entre estos y el paro desbocado, que no se comprenda que nos hallamos ante las manifestaciones de una misma y única crisis del sistema.
Prefieren que los trabajadores públicos en Valencia se vayan desgastando en el aislamiento -como antes lo sufrieron sus compañeros en Murcia, Madrid y Barcelona- y apuestan a que sean derrotados para entonces lanzar "una movilización general" contra la Reforma Laboral que se hará con el lastre de esa derrota previa.
Tras 5 años de crisis, los sufrimientos son cada vez más grandes y lo único que se ve en el horizonte son los ajustes, el desempleo, la miseria... La Derecha promete -como antes hizo el PSOE- una "salida" si se hacen duros sacrificios, la Izquierda y los Sindicatos hablan de "salida" si el Estado ata corto a "las finanzas" y "libera recursos" para crear empleo etc. Pero ¿podemos creer en tales "salidas" cuando vemos que tras los ajustes vienen los recortes y tras los recortes los tijeretazos en una cadena sin fin? ¿Es realista buscar "salidas" a un sistema que no las tiene?
¿Qué hacer? Las luchas, incluso las más masivas, no consiguen aliviar la situación. Pero no luchar es aun peor porque perdemos la dignidad, somos humillados.
¡Tenemos que luchar! La principal adquisición de la lucha es la lucha misma. La lucha es una escuela en la que ganamos conciencia de qué medios disponemos, quienes son nuestros enemigos y quienes nuestros falsos amigos, qué trampas utilizan contra nosotros. La lucha si es capaz de auto-organizarse en Asambleas masivas y abiertas permite desarrollar la comunicación, la empatía, la discusión y una toma de decisiones basada en la responsabilidad y el compromiso de todos. Frente a una sociedad que nos infiltra el veneno de la competencia entre nosotros, las Asambleas nos proporcionan el antídoto: aprender a actuar juntos, a tomar en nuestras manos los asuntos.
La lucha hace que multitudes tomen calles y plazas, haciéndonos descubrir la posibilidad de ACTUAR UNIDOS y si logramos hacerlo a escala internacional podemos visualizar que somos una fuerza capaz de transformar el mundo, OTRO MUNDO ES POSIBLE DISTINTO DEL CAPITALISMO, pues aunque son muy poderosos y tienen recursos temibles, son una minoría parásita que dependen de nuestro trabajo colectivo y asociado.
Junto a luchas que se dan en Italia, Grecia etc., vemos iniciativas, todavía minoritarias, que apuntan en esa dirección.
En Alicante varios colegios decidieron unirse en asamblea de zona, hacer pasacalles para concienciar y acudir unidos con pancarta propia a las manifestaciones; funciona una Asamblea Abierta que periódicamente celebra reuniones donde confluyen trabajadores de servicios socio-sanitarios, enseñanza, gas, limpieza etc.[6] En Castellón, el 15 M convoca una asamblea en la plaza central para luchar contra los recortes. Trabajadores de escuelas infantiles de Valencia han hecho una concentración junto con padres y niños delante del gobierno regional. Asambleas del 15 M de las poblaciones dormitorio del Sur de Valencia llaman a una manifestación conjunta para el 18 de febrero contra los recortes y contra la subida de impuestos municipales. En varios barrios y poblaciones de Valencia se han formado Asambleas de Zona que coordinan a escuelas e institutos. Denominada "Lunes al Sol" una iniciativa de agrupamiento de parados ha comenzado en Valencia -y en otros lugares de España- aunque todavía muy minoritaria. En varias ciudades de España ha habido concentraciones en solidaridad con los trabajadores en Grecia.
En una Asamblea general de profesores de Valencia con la mesa ocupada por los sindicatos hubo una tensión entre estos y los trabajadores. Una intervención dejó claro que había que organizarse en Asambleas horizontales. Varias intervenciones "advirtieron" a los sindicatos de que "no les traicionaran" y "no firmaran como han hecho en otras ocasiones".
Para el 20 de febrero estaba programada la realización de encierros en los centros, los delegados de dos institutos propusieron hacer un "único encierro central" en el Instituto Luis Vives (en el centro de Valencia) donde confluyera todo el mundo tanto trabajadores de la enseñanza como de sanidad, parados etc. Se propuso que fuera una ocupación para crear un espacio de debate, encuentro y unidad que se prolongara los días siguientes. Esta iniciativa fue resistida por los sindicatos aunque ¡tras 2 votaciones! fue aprobada.
Vemos una ocupación del terreno por los sindicatos pero simultáneamente un impulso, un desarrollo de iniciativas, por parte de los trabajadores que buscan llevar una lucha eficaz y tratan de tomarla en mano. Hay una fuerte aspiración de LUCHAR UNIDOS. Necesitamos Una misma lucha contra los Recortes Sociales, contra el desempleo y contra la Reforma Laboral; Una misma lucha por una Sanidad, una Educación y unos servicios sociales verdaderamente humanos y de calidad.
Nuestro movimiento es la vez inmediato y de futuro. Inmediato para resistir Recortes y Reformas. De futuro para responder a preguntas de cuya respuesta depende el porvenir: ¿qué sociedad necesitamos como alternativa a la que sufrimos actualmente? ¿Cómo podemos llegar a ella? ¿Cómo serán en ella la educación, la sanidad, los servicios sociales, culturales etc.?
Corriente Comunista Internacional 15-2-2012
Nos puedes contactar en [email protected] [24] ; nuestra Web es https://es.internationalism.org [25]
[1] Spanair y Air Nostrum han echado a unos 5000 trabajadores; los astilleros de Ferrol amenazan cierre con 6000 trabajadores directos y otros 10 mil indirectos
[2] El Estado no es de "todos" ni tampoco es neutral, es una máquina burocrática y represiva al servicio de la minoría dominante que se legitima cada 4 años con la farsa de las elecciones. Como se decía en el 15 M «le llaman democracia y no lo es», «es una dictadura y no se ve».
[3] Tomemos el ejemplo de Valencia. Es cierto que el gobierno valenciano es muy corrupto, pero, como se decía en una hoja de un Colectivo de Trabajadores de Valencia «Está claro que buena parte de la clase política es una pandilla grotesca de aprovechados con ínfulas de nuevos ricos (Gürtel, Emarsa, Brugal, Aerocas, ERE's de Andalucía...). Pero estos desmanes son la consecuencia de un sistema social que hace aguas por todo el mundo. Los recortes son generalizados: en Cataluña, en Madrid, en Castilla La Mancha, ¡en toda España! ¡Pero igualmente en Portugal, en Grecia, en USA, en Gran Bretaña! La crisis de la deuda ha puesto de manifiesto el fracaso de un sistema cuya única meta es el beneficio, lo que favorece la especulación y la inversión en sectores financieros e inmobiliarios acabando por crear una burbuja que al pinchar nos ha explotado a todos»
[4] En Grecia se ha procedido ya al despido de funcionarios con plaza segura. En Francia, Sarkozy habla tramposamente de instaurar el despido de funcionarios ¡a cambio de aumentarles el sueldo!
[5] En el artículo Solidaridad con los trabajadores de la enseñanza, se explica detalladamente estas maniobras. Ver /content/3219/solidaridad-con-la-lucha-de-los-trabajadores-de-la-ensenanza [26]
[6] Ver en Acción Proletaria 222 Alicante: asamblea abierta de trabajadores sociales /accion-proletaria/201111/3272/alicante-asamblea-abierta-de-trabajadores-sociales [27]
A propósito de la represión de los estudiantes en Valencia, las declaraciones de un Jefe de la Policía tratando a los manifestantes de enemigos son muy clarificadoras...
En una rueda de prensa, preguntado sobre el número de policías empleados en la represión de los estudiantes, el Jefe Superior de Policía de Valencia dijo «No es prudente, desde el punto de vista de la táctica y la fuerza policial, que yo le diga al enemigo cuales son mis fuerzas y debilidades»[1]
Hay que agradecer a este alto cargo la extraordinaria lección de marxismo que ha impartido: 1º nos consideran enemigos y 2º están en una guerra para la cual hay que emplear tácticas y ocultar las debilidades propias.
Políticos, sindicalistas, ideólogos, tertulianos etc., predican todo lo contrario. Según ellos, formaríamos parte de una comunidad de "ciudadanos libres e iguales" donde el Estado y sus diversas instituciones -entre ellas la policía- estarían al "servicio de todos". Cuando los máximos responsables del Estado se ven obligados a adoptar medidas muy duras, sería por "el bien de todos", así la Reforma Laboral sería para "beneficiar a los parados" y los recortes tratarían de preservar el "estado del bienestar".
Las declaraciones del Jefe Superior desmienten radicalmente tales discursos. Lo que se desprende de ellas, es, en primer lugar, que no somos ciudadanos libres e iguales sino que estamos divididos en una clase minoritaria que lo tiene todo y no produce nada, y, una clase mayoritaria que no tiene nada y lo produce todo. En segundo lugar, que la inmensa telaraña burocrática que es el Estado no está al "servicio de los ciudadanos" sino que es el patrimonio exclusivo y excluyente de esa minoría privilegiada por lo que considera enemigos a los manifestantes que luchan y concibe su actuación como una guerra contra la inmensa mayoría.
Se dirá que este alto cargo es de derechas y que la derecha tiene una concepción patrimonial del Estado y no oculta su egoísmo y venalidad. Sin embargo, cuando examinamos su carrera vemos que empezó en la Brigada Política social en las postrimerías del franquismo y fue nombrado en 2008 en su cargo actual por el entonces ministro del Interior el Señor Rubalcaba -que hoy como jefe de la oposición adopta incendiarios tonos radicales-. En ese destino estaba a las órdenes de un antiguo miembro del Partido "Comunista" y abogado laboralista de CCOO, el Señor Peralta, bajo cuyo mandato protagonizó un sonado episodio de represión contra manifestantes en el barrio marinero de El Cabañal[2]. Se trata pues de alguien que ha servido al Estado bajo gobiernos de todos los colores. Su actuación no es un "reflejo fascista de la derecha" sino un acto de Estado, el cual tiene una lógica y una continuidad más allá de la coloración política del partido que está en su cúspide.
Habría que recordar, por ceñirse al caso de España, que en los 35 años de Estado democrático, 21 de ellos el timón ha sido ocupado por el PSOE. ¡No hace falta hablar del mandato de 2004-2011 porque está fresca la memoria de sus actuaciones! Respecto al anterior gobierno "socialista", el del Señor González (1982-96), fue el responsable de 3 asesinatos de manifestantes obreros (Bilbao 1984, Gijón 1985 y Reinosa 1987) y de la destrucción de UN MILLON DE PUESTOS DE TRABAJO.
El actual ministro del Interior, el señor Fernández Díaz, ha intentado arreglar el desaguisado diciendo que se trataba de un lapsus. ¡La verdad es que ha empeorado aún más las cosas! Porque un lapsus consiste en decir involuntariamente lo que se piensa realmente.
La sociedad capitalista se caracteriza por la hipocresía y el cinismo más asquerosos y en ello la clase dominante se distingue especialmente. Como muestra las campañas electorales en las que se promete una cosa y se hace justo la contraria. En el secreto de los despachos los altos mandatarios de la clase minoritaria hablan tranquilamente de lo que luego negarán o tergiversarán ante los micrófonos de los periodistas. De vez en cuando un inoportuno lapsus se convierte en el ojo de la cerradura que nos permite observar lo que piensan y hacen realmente, sus maquinaciones contra la inmensa mayoría, sus enemigos a los que han declarado la guerra.
Corriente Comunista Internacional 23-2-12
[1] El País, 21-2-12, suplemento Comunidad Valenciana
[2] https://www.publico.es/espana/423346/el-enemigo-de-los-manifestantes [29]
Iniciamos una rúbrica que recogerá tanto propuestas e inicativas que surjan de grupos y colectivos de alternativa a los métodos sindicales de lucha -entre ellos la huelga general- como opiniones, reflexiones etc. Invitamos a participar.
Ante la convocatoria de huelga general se han producido iniciativas de grupos de trabajadores que no quieren que los sindicatos nos arrebaten nuestra movilización y oponen el desarrollo de los auténticos medios de lucha obrera. Publicamos a continuación 3 que nos han llegado, es posible que haya otras más y las acogeremos en nuestra página. Proponemos igualmente un debate sobre los medios de lucha alternativos a los falsos, divisionistas y desmovilizadores métodos que imponen los sindicatos tanto a los trabajadores en general como a sus propios afiliados. Iremos publicando las contribuciones que se vayan recibiendo.
Trabajadores, parados, jóvenes, estudiantes, jubilados, usuarios, TODOS... que participamos en iniciativas y luchas asamblearias nos hemos autoconvocado en el
BLOQUE CRÍTICO Y ASAMBLEARIO (de Alicante)
Nos planteamos generar un espacio participativo, crítico, unitario y de lucha por la derogación de la reforma laboral y contra toda forma de explotación, desde la autoorganización asamblearia.
Queremos aprovechar la "huelga general" para plantear acciones y actividades que vayan más allá de una convocatoria que consideramos insuficiente y desmovilizadora.
HAGAS HUELGA O NO, OS CONVOCAMOS EL DÍA 29-M.
- Por la mañana: ASAMBLEA GENERAL a las 11 horas en la Plaza de la Montanyeta de Alicante. Planteemos reflexiones y acciones alternativas para el 29.
- Mediodía: COMIDA POPULAR de sobaquillo con la intención de crear un espacio de reflexión y debate.
- Tarde: PARTICIPACIÓN COMO BLOQUE EN LA MANIFESTACIÓN de las 18 horas. Nos encontraras en la cola de la mani.
- Noche: ASAMBLEA ABIERTA de trabajadores, parados,... tras la manifestación en la Plaza de San Cristóbal. ¿Cómo continuamos la lucha tras el 29?
Participa en las asambleas, que nadie decida por ti.
Hemos pasado de la indignación a la acción.
Juntos podemos cambiarlo todo.
POR UNA HUELGA SIN INTERMEDIARIOS:
(Grupo de Trabajadores de Palencia)
Una vez más, la clase dominante nos ha recordado quien manda aquí;
esta vez con una Reforma Laboral que nos deja a l@s trabajador@s aún
más sometidos a la voluntad del empresario. A partir de ahora, el
conservar o no tu puesto de trabajo va a depender exclusivamente de los
intereses del patrón por obtener la máxima ganancia. Esto no es una
cosa de un gobierno o de otro, sino que es la expresión de que para el
Capital no somos más que mercancía. Ante este panorama, no nos
queda otra opción que la lucha. Pero, ¿cómo debe ser esta lucha?
¿cómo debemos actuar?
Los sindicatos mayoritarios nos ofrecen su modelo, ellos mandan,
nosotros obedecemos. Gritan y se escandalizan contra esta Reforma
Laboral, pero al mismo tiempo firman acuerdos que agreden a l@s
trabajador@s. En verdad, a ellos no les importan tus derechos. Para ellos
no eres más que un número que justifica su existencia y sus
subvenciones. ¡Qué les importa que seas explotado y esclavizado
mientras puedan continuar con su farsa! No son más que títeres al
servicio de los capitalistas. Su verdadera función, la que les hace seguir
vivos, es absorber, desviar y someter la verdadera lucha de la clase
obrera; impedir que llegue a ser alguna vez un peligro real para el
sistema y su clase dominante.
Ellos jamás criticarán al capitalismo, tampoco a los poderosos. Para
ellos, tanto la crisis como los recortes en los derechos de l@s
trabajador@s son consecuencia de los actos de ciertos gobiernos y
"especuladores avariciosos". Esto es falso, la crisis y sus efectos
son inherentes al sistema capitalista, no consecuencia directa de
los actos de "un@s poc@s desaprensiv@s". Las crisis vienen
sucediéndose unas tras otras desde los mismos inicios del sistema
capitalista, y cada vez serán más graves. Si salimos de esta crisis,
volveremos a caer en otra aún peor. El capitalismo es un sistema
económico en decadencia.
Por eso, no podemos seguir a los sindicatos mayoritarios ni sus
estrategias. Intentando anular toda lucha revolucionaria, han aceptado
hacer huelga con condiciones, los llamados "servicios mínimos" ¿Dónde
se ha visto en una guerra que se pacte con el enemigo para "no causarle
demasiados problemas"? El objetivo de una huelga es hacer daño,
obligar a los empresarios a doblarse ante nuestros intereses. Golpear
donde más les duele: en la economía. Esto no se consigue con una
huelga pactada y de un solo día: se consigue con una huelga salvaje e
indefinida.
No podemos confiar por más tiempo en sindicatos traidores y
oportunistas, en la Izquierda del Capital. Debemos organizarnos por
nuestra cuenta y sin intermediarios en asambleas, en consejos obreros.
Sólo mediante la acción decidida y sin condiciones podemos derrotar a
l@s explotador@s y sus sierv@s en todos los campos: desde parar la
reforma laboral hasta destruir el sistema capitalista.
CONTRA LOS RECORTES,
¡ORGANICÉMONOS SIN
INTERMEDIARIOS!
Manifestación 29 Marzo
19:30 horas Plaza España
Iniciativa de la Asamblea 15 M de Castellón
Os comento el plan que se consensuó para la manifestación del 29:
- 18h en plaza Las Aulas para agruparnos e ir todas juntas hacia Mª Agustina para situarnos donde creamos más conveniente.
- Durante la manifestación tal y como hablamos el miércoles llevaremos cacerolas, pitos, bocinas y todo aquello que meta ruido.
- Al final de la manifestación iremos a la Mª Agustina para tratar de que las personas que ayer se ofrecieron en la asamblea suban al escenario a leer el panfleto que os adjunto. Si esto no es posible se acordó lo siguiente:
o Empezar a gritar: "queremos hablar" durante un periodo de tiempo.
o Después gritar: "libertad de expresión".
o Finalmente, si persiste la negativa: despedida con una gran cacerolada gritando: "que no nos representan".
o Dirigirnos todas hacia Las Aulas.
Sobre este tema de hablar al final de la manifestación, tal y como se propuso el miércoles se va a comunicar por adelantado a los sindicatos mayoritarios haciéndoles llegar el lunes una carta en la que se les pregunta cuál es el orden de intervención en los parlamentos finales para saber en qué posición debemos intervenir.
Con respecto al tema de las condiciones que se habló en la reunión: como todo el mundo conoce, la posición de la asamblea siempre ha sido y sigue siendo el que no haya ni banderas ni siglas y os pedimos que lo tengáis en cuenta. También entendemos tal y como se habló ayer que hay muchos colectivos que convocan y apoyan la mani y, por tanto, es decisión de cada persona el llevar o no cualquier símbolo. Sin embargo, igual que entendemos esto, queremos haceros saber que participantes de la asamblea llevarán algún lema del tipo "vuestras banderas no nos representan" lo decimos para que no haya malentendidos de ningún tipo que empañen una jornada que debe ser de lucha y unión.
Finalmente, animaros a todas a que participéis de esta iniciativa y esperamos veros a todas el jueves 29.
Un saludo
Asamblea 15M Castelló.
Las pretendidas crisis económicas siempre han valido al sistema capitalista (entre otras cosas, por supuesto) para reestructurar las modalidades de la explotación, en algunos casos para configurar nuevos modelos de vínculo trabajo-trabajador/a así como también para reforzar la afirmación a un empleo mediante el miedo a perderlo, en l@s que están insert@s, o la loca carrera por conseguirlo a cualquier precio por parte de quienes aspiran a él.
Hace tiempo ya hemos abandonado la vieja modalidad fabril de organización del trabajo en la que la jerarquía estaba totalmente delimitada: estaba más que claro quién era quién. Hoy las nuevas modalidades proponen una organización del poder en forma de red, en la que éste se presenta de manera difusa; hay amplias posibilidades de no conocer jamás al ?responsable?, al que mueve los hilos y el/la trabajador/a debe asumir responsabilidades que dan la falsa sensación de que efectivamente es tomad@ en cuenta y forma parte de los resultados. El tan
escuchado lema de ?la empresa somos tod@s? es un reflejo de ésta realidad. La idea de que el funcionamiento se tambalea si en esa dinámica de red falla alguno de los sujetos genera una aprehensión que muchas veces conduce a la denuncia del ?inoperante? porque antes que ser nociv@ para la empresa lo es para sus ?compañer@s? de curro [de trabajo].
Tiempo atrás el sistema se vendía mediante la pretendida estabilidad y, hoy más que nunca, la constante es la ?flexibilización?. La incertidumbre en lo laboral, si bien siempre estuvo presente, se ve agudizada por el gran aumento del desempleo y las sucesivas reformas (para peor) de las condiciones del trabajo, siendo así que donde un@ no cumple todo lo que se le exige, hay otr@ dispuest@ a ocupar su lugar. Nada ha cambiado más que el envoltorio de la opresión, y a la vista de las últimas leyes laborales, tampoco tanto, retrotrayéndonos de nuevo a épocas pretéritas de explotación cruda. El capitalismo es el gestor de la miseria y va
cambiando sus formas, produciendo, eso sí, nuevas modalidades de relación. Éstas se traducen en diversos comportamientos que es preciso tener en cuenta, también, a la hora de atacar la dominación.
En circunstancias con gran potencial para el desarrollo de las tensiones que se viven cotidianamente en este sistema basado en la injusticia, el Estado garantiza la permanencia del orden a través de las ya conocidas estrategias de control y pacificación social, decantándose más últimamente por el adoctrinamiento mediático y político (vía medios de comunicación, trabajadores sociales, etc.) y aprovechando el papel de ?apagafuegos? de la socialdemocracia
o de la ?radicalidad? moderada (partidos, sindicatos, 15-M, incluso muchos grupúsculos extraparlamentarios), en detrimento de subvenciones, subsidios y demás dádivas aletargadoras (como era el caso hasta hace poco), que, si bien alivian situaciones jodidas en lo económico, no podemos perder de vista el papel anestesiante que cumplen a largo plazo. Esto es así porque en estos momentos de agravamiento de la pretendida crisis, el estado cuenta con menos dinero para salvar el culo de algunas dificultades técnicas a los poderes económicos, y por eso aplica también una serie de recortes (sanidad, educación, etc.) en una decrépita sociedad del ?bienestar? que, aunque siempre fue otra estrategia pacificadora y domesticadora basada en el adoctrinamiento y la fármaco-dependencia y el especialista (en los casos antes mencionados de salud y enseñanza sobretodo), ahora no hace sino agravar aún más las ya paupérrimas condiciones de quien menos tiene. Tengamos en cuenta también que las crisis operan como auténticas cortinas de humo, mientras el aparato de estado refuerza el control represivo (más redadas, más controles, más sanciones, etc.)
Es por todo lo dicho, que más que fallos de cálculo económico, las crisis son parte de la dinámica capitalista, algunas veces les toca la ?china? a un@s, otra a otr@s (ya sea a uno o más bloques económicos, países, empresas, personas, etc.): cuando le toca a un@s, es@s se joden y l@s otr@s están bien y viceversa. Esto es así porque para que algun@s puedan mandar y ser l@s dueñ@s, otr@s deberán obedecer y ser esclav@s.
El mundo vive en permanente crisis. El auténtico problema no es que ahora le haya tocado a Europa. En este mundo para que un@s cuant@s puedan trabajar en unas condiciones no excesivamente penosas y acceder con relativa facilidad a los bienes de consumo, otr@s tienen que estar padeciendo lo más crudo de la explotación y las más severas privaciones. Porque.... ¿Qué pasa cuando no nos toca a nosotr@s? Cuando no nos toca a nosotr@s creemos que lo podemos todo porque nos han enseñado que todo se puede comprar... Creemos que todo va bien así, porque la alienación producida por el trabajo se resuelve mediante el entretenimiento vacío... Creemos que si a nosotr@s nos va bien, al otr@ debería irle igual, y si no es así algo habrá hecho mal, será un vago, un inútil o un incompetente. Creemos que no hay nada de qué preocuparse. Creemos que estamos segur@s...
Es por esto que nos es vital trascender la lógica de la supervivencia impuesta por el sistema. Si bien hay una serie de necesidades que debemos cubrir dentro de este orden de cosas, no podemos olvidar los orígenes de la injusticia, y menos aun olvidarnos de combatir sus causas de raíz. Como anarquistas hemos decidido tomar el camino de la rebeldía y no el de la complicidad... el camino de la lucha y no el de las reformas legales (mera operación de maquillaje que sólo beneficia a l@s de siempre)... el camino del enfrentamiento y no el del
consenso.
Este 29 de marzo, como ya hicimos en otras ocasiones, y como volveremos a hacer,
saldremos a la calle a poner en evidencia los conflictos existentes en esta sociedad y no a reclamar más migajas. No somos l@s burócratas vende-obrer@s que establecen las condiciones en las que se protesta... No podemos andar dependiendo de lo que hagan esas maquinarias burocráticas de gestión de las sobras estatales, denominadas sindicatos. Ellos hacen lo que tienen que hacer: apaciguar. Es por esto que debemos dejar de lado las mediaciones. Debemos actuar en primera persona, y al mismo tiempo que peleamos por nuestra dignidad y nuestra vida, desbaratar la gran farsa sindical. Debemos desatar un verdadero conflicto, pasando por encima de quienes nos calman y nos llevan como
corderitos al matadero.
Creemos firmemente que nadie nos regalará nada... Ante ésta realidad y contra ella...
¡¡¡Acción Directa!!!
No reclamamos nada, salimos a la calle a luchar. Hagamos de nuestro día a día un
auténtico escenario de enfrentamiento... Hay que enterrar para siempre la pasividad. Hace ya mucho tiempo que es hora de salir a la calle para pelear... pelear por una vida que merezca la pena ser vivida. Se tiene que acabar el agachar la cabeza, el tragar con todo, el apartar la vista ante todas las humillaciones cotidianas, porque aceptando resignadamente lo malo nos
sumergiremos en lo peor.
No nos debemos contentar con un trabajo, o un mejor empleo, o una mejor pensión, o con una ?vida? más barata y cómoda, sino con una vida de verdad. Y ésta pasa por la completa destrucción del capitalismo, del Estado y de toda autoridad. Porque no es recibiendo golpes y afrentas como se ganan las batallas; y sin pelear, sin batallar seguiremos siendo esclav@s. Por eso, cada día, antes del 29-M, durante y después, tod@s: trabajador@s, parad@s, estudiantes, buscavidas, jubilad@s, ?inmigrantes?, ?marginad@s?,... tod@s hemos de tomar el camino de la lucha, el camino de la acción.
Por una verdadera huelga (y no sólo un paro de 24 horas), indefinida y salvaje. ¡A las barricadas!
Fuente: Valladolor - valladolorentodaspartes.blogspot.com [30]
Otra reforma laboral... Otro puñetazo más. ¿Cuántos llevamos? ¿Y cuántos hemos devuelto...? Y tu vida pasando mientras escuchas la misma monserga: estudia, trabaja, esfuérzate aún más, no protestes, cómprate un coche y una casa, sé alguien... ¿y ahora? Todo aquello para lo que te educaron se revela como una mentira, pero desprenderse totalmente de ellas en un mundo que se construye sobre la falsificación es una tarea titánica.
Y piensas qué hacer... quizás marchar a Alemania, a buscar en el «paraíso» europeo esa abundancia de mercancías y entretenimiento barato que nos vendieron durante años como la prosperidad y la felicidad (aderezadas con antidepresivos y otras drogas). Si aún crees en las oportunidades del capitalismo puedes matarte a trabajar y soportar todo lo que te echen (reformas, recortes, humillaciones) para aspirar a ser alguien. Pero hipotecas tu vida en vano. La sociedad del consumo es una ilusión que se nutre de una energía barata que empieza a escasear. Los de arriba lo saben y por eso se están blindando. Están dispuestos a quemar el mundo antes que renunciar a los beneficios. Humo es lo que queda.
Puedes consolarte repitiendo que las reglas del Mercado o las del Estado acabarán por
reconducir la situación. Solo te engañarás a ti mismo. Y golpe tras golpe quizás te encuentres de pronto en medio de un mundo en guerra declarada contra ti por ser pobre, parado, inmigrante o poco productivo. Ya está sucediendo.
Así pues, puedes seguir haciéndoles caso: tratar de ser más competitivo, esforzarte aún más, exigir más seguridad y mano dura, delatar a tus compañeros perezosos y a tus vecinos sedicentes, currar más horas extra gratis y chuparle la polla a un directivo si te lo piden... ¿y todo para qué? Al final solo eres lo que tienes, poca cosa... O puedes intentar recuperar tu vida: encontrar a gente que siente cosas parecidas a las que se te vienen a las tripas en los últimos tiempos, compartir rabia, experiencias, emociones y alternativas, organizarte y
luchar por tener una vida que puedas considerar libre. Es difícil combatir un sistema cuyos tentáculos llegan a cada rincón de la vida. Y más difícil aún es salir de él, pero cada parcela de libertad que recuperamos, por pequeña que sea, nos hace crecer y nos demuestra que podemos tomar las riendas de nuestras vidas en su totalidad.
El espacio público (en el sentido de común y compartido) es el espacio de la batalla por la vida que se puede librar en cualquier lugar y momento. Pero en ocasiones, la confluencia de gentes y sus pasiones y deseos pueden potenciar estallidos (grandes como revoluciones o más pequeños, pero valiosos siempre).
Existen momentos propicios en los que las experiencias comienzan a madurar y la rabia alcanza el punto de ebullición, la autoorganización y la acción autónoma abren el camino. La huelga general puede abrir esa válvula y permitir encontrarnos en las calles para negar lo existente y acercarnos a algo distinto.
Sabes que una huelga general no cambia nada de por sí. Y además la convocan los mismos que firmaron pacto tras pacto, colaboradores necesarios para la continuidad de lo existente, aquellos que también te decían que estudiases y te esforzases y así serías recompensado... ¿Qué dicen ahora? Da igual, todos mienten. Es posible que ni siquiera puedas hacer la huelga en tanto que trabajador (por ser parad@, am@ de casa, estudiante, currante sin contrato,
becari@...). Pero una huelga es algo más que no ir a trabajar un día. Lo importante es lo que se vive y lo que se crea, es el encuentro y las experiencias que surgen de él. Ahí radica el éxito o el fracaso de una huelga y no en las cifras de seguimiento o en la mani-desfile de la tarde. Es en la desobediencia, la solidaridad y el sabotaje colectivos donde podemos encontrarnos y romper la normalidad asfixiante. Ahí radica el punto de ruptura, donde una huelga general puede pasar de ser una pantomima a convertirse en una revuelta y abrir el camino lleno de mil vericuetos hacia una situación revolucionaria. Quizás suene lejano y nos llene de incertidumbre tan solo la palabra, pero es el único camino, la única alternativa a la barbarie
capitalista.
Hacer consciente la realidad de un mundo en quiebra. Tomar las calles, liberarlas de la mercancía y abrirlas a la comunicación y la acción colectivas. Te hablarán del derecho individual a ir a trabajar, del respeto a los que no hacen la huelga, de la libertad de elección... ¿qué libertad puede haber si todos vivimos sometidos a los imperativos del Dinero? La libertad se gana y son muchos años los que llevamos perdiendo. Quien está satisfecho con este mundo
está tan enfermo como él. Ahora eres tú quien decide cómo actuar y cómo organizarte, con tus colegas, con tus vecinos del barrio, con tus compañeros de curro... Las formas de acción son muchas y lo que hagas ese día solo te incumbe a ti y a los tuyos. Piensa, golpea y vuela para reaparecer más lejos y continuar golpeando. Coordínate con otros, habrá puntos de reunión y centros de información y organización en los barrios, allí puedes compartir experiencias, dudas e información.
Hay muchas formas de actuar. Una de ellas es la huelga de consumo. Hoy prácticamente todo es mercancía, nuestra pobreza no radica solo en que tengamos menos dinero que hace unos años, sino especialmente en que somos más dependientes que nunca de él porque todo se vende y se compra. Así nos obligan a empeñar nuestras vidas en un curro de mierda o a mendigarlo si no lo tenemos.
Somos esclavos. Rompamos ese círculo vicioso y pensemos en aquello que de verdad necesitamos (aún debemos indagar en ello), tomémoslo y compartámoslo, lo demás ya no nos consuela. La Economía condiciona y paraliza nuestras vidas, démosle la vuelta y mientras ellos calculan las pérdidas disfrutemos de la fiesta. En todos los barrios habrá comedores populares en los que compartir descanso, alimento, experiencias y prácticas. Y si hace falta algo, róbalo,
ellos te roban a diario la vida y no sufren remordimientos.
Si no puedes acudir a la huelga porque estás sin contrato y el cabrón de tu jefe te tiene fichado siempre puedes practicar el pequeño sabotaje (el día de la huelga y el resto del año): roba, deteriora material, no des ni clavo ese día, déjale mensajes insultantes a tu jefe o pínchale las ruedas del coche... Y, por supuesto, extenderlo más allá del trabajo.
La Economía nos jode la vida, jodamos un poco a la Economía. Y al que te largue el sermón de que con eso solo perjudicas la recuperación económica prueba a pincharle a ver si despierta de su sueño. El pasado no volverá y el futuro no existe y solo junt@s podemos tomar el presente.
Pero para que esto no sea solo una anécdota, un recuerdo, hay que construir alternativa. Hay que darle una continuidad a la lucha (¿y si siguiésemos con la huelga al día siguiente?) y a las prácticas autónomas. Hay que abrir grietas en este mundo. Que el dinero, al menos en algunos ámbitos, deje de ser rey y señor. Logremos parcelas de autonomía y autosuficiencia en barrios y pueblos ¿os imagináis un pueblo gestionando autónomamente el agua?, pues fue así durante siglos, tanto nos han robado... Huertos colectivos, cooperativas, trueques, iniciativas de autogestión de la salud, okupaciones... ¡adelante!
Pero no olvidemos que hay que quebrar los muros de la Ciudad (de la Economía), no basta con salirse de ellos. Los viejos anarquistas decían destruam et aedificabo... La tarea es doblemente dura: romper el cuello de la hidra y crear un mundo nuevo prácticamente de la nada. Pero nos va la vida, y algunos todavía la amamos.¡Por la extensión de la revuelta!
29 M ¡A la Huelga!
Grupo Salvaje
Fuente: nohabiafuturo.blogspot.com.
Quien cree aun que es mejor apretarse el cinturón y esperar tiempos buenos? Que vale más dejar??a lxs que saben??, confiar en las promesas de lxs políticxs de un color de otro, en los sindicatos y en los expertos de todo tipo?
Quien cree aun que es mejor no protestar, pasar desapercibido en el trabajo, decir que si a todo? Agradecer que tenemos trabajo o agradecer que cobramos el paro, que al menos tenemos casa o agradecer que no tenemos que pedir en la calle?
Quien cree aun que sus problemas solo son suyos? Que mirando solo por el, haciendo todo lo que le manden y pisando a quien sea, podrá salir de esta?
Quien cree aún que todo lo que está pasando es normal, un error técnico, una irregularidad que se solucionará en pocos años? Que los cambios que atacan brutalmente nuestras condiciones son temporales y no han venido para quedarse? Que volveremos a un pasado donde todo estaba bien?
Quien se cree aun que el pasado en el que todxs éramos iguales y había bienestar para todxs ha existido alguna vez?
Quien nos vendió la ilusión de las clases medias, de la felicidad a través del consumo, de las libertades democráticas dentro de un capitalismo amable?
Quien cree que a través del consumo, conseguiremos las libertades democráticas dentro de un capitalismo amable?
Quién cree que antes no había miseria y explotación, y no que ya había pero ha ido engrandeciéndose y extendiéndose con cada nueva vuelta de tuerca, con nuestra sumisión y nuestro ?? dejar de hacer?
Quien no ve que aunque no queramos, estamos en medio de una lucha salvaje?
En una lucha entre la riqueza económica de unxs y las necesidades económicas de otrxs?
En una lucha donde nos jugamos todo, en una lucha donde una parte ataca y la otra no se defiende.
El 29 de marzo saldremos a la calle e iremos a la huelga.
Pero no para seguir el juego de unos burócratas sindicales, que nos han traicionado una vez tras otra. Saldremos a la calle e iremos a la huelga para decir BASTA, para dejar claro que NO NOS DEJAREMOS PEGAR durante más tiempo y que LUCHAREMOS POR NUESTRAS VIDAS.
Fuente: Contra Info - es.contrainfo.espiv.net.
Se ha establecido un debate (https://libcom.org/article/account-march-29-spanish-general-strike-barcelona [32] ) sobre la pasada huelga del 29M en la web (principalmente de habla inglesa) libcom.org. "Libcom" es la abreviación de "comunismo libertario" . Se trata de una web bastante interesante por las noticias de luchas proletarias a nivel internacional, los análisis de luchas históricas, los textos y análisis de distintas tendencias revolucionarias, y por los debates. Para mí se trata de una expresión de la parte más avanzada y revolucionaria del anarquismo: el anarquismo de clase, comunista e internacionalista.
Se trata libcom de una web mucho más interesante que por ejemplo (por compararla con algunas en lengua española) lahaine o kaosenlared, las cuales, aparte de alguna noticia o dato de interés, están copadas por las variadas tendencias de la extrema izquierda del capital y por toda clase de social-patriotismos. También es bastante más interesante que otras webs más específicamente anarquistas, tipo alasbarricadas.org, centradas principalmente en el gueto anarquista y alternativo, y sus distintos -ismos y actividades.
Merece la pena echarle un vistazo a la página, y si no se domina el inglés, cualquier traductor (tipo google traductor, etc) puede facilitar mucho la lectura.
BUTTERS
Unas palabras desde España
Para aquellos interesados, ahí van algunas reflexiones sobre la "huelga general" en España la semana pasada:
- Se ha tratado básicamente de una maniobra de los sindicatos mayoritarios en España para, primero, fingir como que están haciendo algo por los trabajadores y parados, dado el creciente malestar y la cada vez más dramática situación de un creciente número de familias (desempleo masivo; miles de desahucios cada año; cifras record de personas -que pertenecían a la "clase media"- necesitando los servicios de organizaciones caritativas para no morirse de hambre), y segundo, para medir el nivel de malestar con el fin de adecuar futuras estrategias para contener y bloquear las luchas de clase. El leiv motiv de la huelga supuestamente era el parar una reforma laboral recientemente aprobada por el nuevo gobierno, que simplemente significaba más de lo mismo: peores condiciones de vida y trabajo para el proletariado. Esta ley expresa una continuidad perfecta con otras leyes y reformas aprobadas por gobiernos anteriores (casi siempre con el beneplácito de los sindicatos), por lo que se trata de una maniobra de distracción, tomando al nuevo gobierno derechista y la reforma laboral como cabezas de turco con el fin de justificar posteriores acuerdos entre gobierno, patronal y sindicatos, tapando el verdadero culpable: la clase dominante y el capitalismo como un todo.
- Todo el planteamiento de este tipo de huelgas es negativo: obedecer a los sindicatos sin ningún tipo de reflexión o discusión colectivas; acciones absurdas de los piquetes que en lugar de fortalecer la solidaridad, la unión y la autoconfianza en el seno de la clase obrera, se centran en que "nadie trabaje", con el único fin de añadir números para las cifras de los sindicatos; no se da ningún espacio para que los millones de parados, los estudiantes y los jubilados establezcan contacto y luchas comunes con los que aún tienen trabajo; etc. Resumiendo: una "lucha" cuyos medios y fines se encuentran lejos de incrementar la auto-organización, la solidaridad y la reflexión en la clase trabajadora.
- Los sindicatos mayoritarios poco a poco se comienzan a ver como lo que de verdad son: meros brazos del Estado capitalista para prevenir, controlar y llevar al fracaso cualquier lucha de clase. Es por eso que de vez en cuando los sindicatos tienen que disfrazarse de "defensores de la clase trabajadora" para poder seguir haciendo su labor. Pero los sindicatos pequeños no son mucho mejores. Cualesquiera sean sus colores, más allá de sus propuestas radicales o sus denuncia de los sindicatos mayoritarios, en el fondo no son más que el apéndice "radical" de los "sindicatos responsables". Han participado completamente en la "huelga" sin decir una palabra sobre la trampa que suponen estas "luchas". Al contrario, el único problema que ven es que los sindicatos más grandes no las convoquen más a menudo... No proponen nada a la clase obrera sino una versión supuestamente "honesta" y "radical" de los grandes.
- El único resultado de los disturbios que han aparecido en los medios es el identificar cualquier tipo de lucha de clase con la violencia absurda. Un caos para esconder el caos del capitalismo, y justificar la represión. No añaden ningún aspecto positivo a la lucha anticapitalista. No es pues sorprendente el porqué a veces son provocados o tolerados por la policía. www.kaosenlared.net/component/k2/item/13166-%C2%BFqui%C3%A9n-inicia-los-... [33].
- Con todo lo dicho, también es cierto que hechos como el gran número de gente que ha ido a las manifestaciones (no únicamente del "ghetto izquierdista", sino digamos "gente común", incluida mucha gente jóven que está tomando conciencia del "brillante" futuro que le espera bajo el capitalismo), con la oportunidad de establecer contacto y romper el cada uno a la suya de la vida diario bajo el capitalismo, son importantes en el camino de la lucha, por lo que es importante aprovechar las "luchas" convocadas por los sindicatos para tratar de fortalecer un movimiento de clase contra el capitalismo. En ese sentido algunas minorías han intentado aprovechar esta "huelga general" para contribuir realmente al desarrollo de un movimiento contra el capitalismo. https://es.internationalism.org/node/3367 [34] ; [34]https://es.internationalism.org/node/3365 [35] [34]
VAGA
Algunas palabras desde Cataluña
Para aquellos interesados, me gustaría señalar algunos puntos débiles (al menos en mi opinión) de las reflexiones de Butters:
- "Se ha tratado básicamente de una maniobra de los sindicatos mayoritarios en España para..."
La huelga general no ha sido una maniobra de los sindicatos mayoritarios, aunque el papel activo que han jugado en esta coincida con la descripción de Butters. De todas formas no se puede esperar ninguna acción revolucionaria de ellos, así que a quién le importa lo que hagan.
Estás olvidando el hecho de que el desacreditar a los sindicatos mayoritarios ha sido parte de las recientes movilizaciones de trabajadores, estudiantes y parados.
- "El leiv motiv de la huelga supuestamente era el parar una reforma laboral..."
Pienso que sería bastante difícil conseguir que mucha gente participara en una huelga bajo el slogan "Abajo el capitalismo, revolución ahora". Cualquier medida opresora desde el gobierno debería ser una razón para luchar.
- "Todo el planteamiento de este tipo de huelgas es negativo: obedecer a los sindicatos sin ningún tipo de reflexión o discusión colectivas; acciones absurdas de los piquetes que en lugar de fortalecer la solidaridad, la unión y la autoconfianza en el seno de la clase obrera, se centran en que "nadie trabaje", con el único fin de añadir números para las cifras de los sindicatos; no se da ningún espacio para que los millones de parados, los estudiantes y los jubilados establezcan contacto y luchas comunes con los que aún tienen trabajo; etc. Resumiendo: una "lucha" cuyos medios y fines se encuentran lejos de incrementar la auto-organización, la solidaridad y la reflexión en la clase trabajadora."
La huelga no es el problema; este está en la obediencia a los sindicatos. Está claro que los sindicatos mayoritarios no van a fomentar la auto-organización. Debe señalarse que el número de personas fortaleciendo lazos de solidaridad y unión en los trabajadores, los parados, estudiantes o jubilados está creciendo, y ha sido importante en varias iniciativas.
- "Pero los sindicatos pequeños no son mucho mejores. Cualesquiera sean sus colores, más allá de sus propuestas radicales o sus denuncia de los sindicatos mayoritarios, en el fondo no son más que el apéndice "radical" de los "sindicatos responsables". Han participado completamente en la "huelga" sin decir una palabra sobre la trampa que suponen estas "luchas". Al contrario, el único problema que ven es que los sindicatos más grandes no las convoquen más a menudo... No proponen nada a la clase obrera sino una versión supuestamente "honesta" y "radical" de los grandes."
Yo diría que sí hay sindicatos radicales que hablan de la necesidad de extender la lucha, aparte de la gente que lo hacen sin estar afiliados a cualquier sindicatos.
- "El único resultado de los disturbios que han aparecido en los medios es el identificar cualquier tipo de lucha de clase con la violencia absurda. Un caos para esconder el caos del capitalismo, y justificar la represión. No añaden ningún aspecto positivo a la lucha anticapitalista. No es pues sorprendente el porqué a veces son provocados o tolerados por la policía."
El único fin de los mass media es mentir. El gobierno, cuando se siente atacado, responde con represión. Nada sorprendente en este sentido. Esta no es razón para no que uno no se defienda.
No creo que la policía necesita provocar o tolerar disturbios. Estos suceden de todas formas. Yo creo que la policía más bien se infiltra en los disturbios para identificar sospechosos y posteriormente crear paranoia sobre "ESOS criminales encapuchados que están alterando NUESTRA bonita y pacífica manifestación".
- "...por lo que es importante aprovechar las "luchas" convocadas por los sindicatos para tratar de fortalecer un movimiento de clase contra el capitalismo. En ese sentido algunas minorías han intentado aprovechar esta "huelga general" para contribuir realmente al desarrollo de un movimiento contra el capitalismo."
Por lo tanto, todo el planteamiento de la huelga no era equivocado después de todo, ¿no?
BUTTERS
Reflexiones incompletas sobre la huelga general del 29 de marzo en España y respuesta a Vaga:
- En mi opinión, no hay duda de que se ha tratado de una especie de "huelga trampa"; una huelga no para ser el primer paso con el fin de iniciar la lucha sino para prevenirla y apagarla; no para romper con el aislamiento y la pasividad, sino para mantenerlo todo lo posible. ¿Cómo explicar de otra forma que tras la "exitosa e histórica movilización" (según los sindicatos y la izquierda), hace más de dos semanas, todo continúe igual en la calle, barrios y centros de trabajo? Tras los grandilocuentes discursos y comunicados, los líderes sindicales vuelven manos a la obra negociando y suplicando de rodillas al gobierno y empresarios que (supuestamente) cambie algunos aspectos de la reforma laboral; y, en pocas palabras, colaborando con la clase dominante, mirando hacia otro lado mientras la clase trabajadora sufre cada vez peores ataques a sus condiciones de vida.
- Los sindicatos son otro brazo del Estado capitalista, como los medios de comunicación, la policía y el ejército, la justicia, o la izquierda. Para llevar a cabo su labor (prevenir, controlar y en última instancia llevar a la derrota la lucha de clase) necesitan, como los políticos, representar una obra teatral: decir una cosa y hacer otra. Fingen que "hacen lo que pueden", que si no hacen más es porque los trabajadores no les apoyan lo suficiente, y al mismo tiempo representan un teatro de falsa lucha con empresarios y gobierno. Tampoco nos olvidemos que participan de muy buena gana alimentando toda clase de posiciones regionalistas, nacionalistas o racistas ("bote, bote, alemán el que no bote" cantaban algunos de estos "defensores obreros" en manifestaciones el día de la huelga, tomando a Merkel y al capital alemán como cabeza de turco, algo que hacen los sindicatos en Grecia también).
- Si, pese a todo y afortunadamente, las luchas y la voluntad de luchar están poco reapareciendo NO ES GRACIAS A LOS SINDICATOS SINO PESE A ELLOS. Cuando son incapaces de impedir que se produzcan luchas (bajo riesgo de perder la poca credibilidad que todavía les queda entre los trabajadores, desafortunadamente) se dedican a canalizarlas, sabotearlas y llevarlas a callejones sin salida y a la derrota, a través de inofensivos e inútiles métodos de lucha, como este tipo de "huelgas-trampa". Sería necesario un artículo más largo para añadir algún ejemplo de de esto el último siglo. Si el propósito de los sindicatos no fuera este, si -como dice Vega- esta huelga no ha sido una maniobra, ¿tenemos que pensar que, gracias a algún milagro de semana santa, pese a décadas de traición y colaboración con la clase dominante, los sindicatos se han vuelto defensores de los trabajadores de repente?
- No hay duda de que existen militantes de base honestos en las filas sindicales, pero toda la estructura, la dirección, la financiación, y sus métodos, hace de los sindicatos estructuras podridas para la lucha de clase.
- Sin embargo, el problema real no son los sindicatos, sino el sindicalismo como ideología y método. La ecuación "lucha por mejorar o defender condiciones de vida y trabajo = sindicalismo" es falsa. La tendencia general de las grandes luchas en el siglo XX es superar el marco sindical e incluso enfrentarse a él: asambleas masivas; huelga de masas; acción directa de masas; consejos obreros. De nuevo, llevaría un texto más largo analizar este proceso, pero puede resumirse en que los sindicatos han sido absorbidos por el Estado capitalista. Sus métodos son un obstáculo para el desarrollo de un movimiento anticapitalista fuerte y radical:
1. Limitan los conflictos laborales a una empresa o un sector particular, impidiendo y obstaculizando que la lucha se extienda al resto de proletarios.
2. Propagan una mentalidad individualista y meramente económica en los "ciudadanos trabajadores", "olvidando" y debilitando la reflexión sobre la dimensión política y colectiva de los problemas del proletariado.
3. Propagan la acción delegada e individual, socavando la posibilidad la auto-organización y la solidaridad.
- No veo que los sindicatos más pequeños o "radicales" usen métodos muy distintos: normalmente se centran conflictos particulares sin intentar de extenderlos más allá de ese marco. Puede que utilicen métodos más originales o alternativos, pero las diferencias con los mayoritarios son más cuantitativas que cualitativas, como hemos visto una vez más en esta huelga. Vega dice que "Yo diría que sí hay sindicatos radicales que hablan de la necesidad de extender la lucha, aparte de la gente que lo hacen sin estar afiliados a cualquier sindicatos.". Sería interesante y alentador saber más acerca de esas experiencias.
- La alternativa por supuesto no es quedarse en casa. De hecho, uno de los "daños colaterales" de este tipo de "luchas" es que no crean las condiciones adecuadas para estimular a los trabajadores hacia la lucha (acciones absurdas de piquetes, mera obediencia a los sindicatos, etc), el resultado es más división y rechazo a cualquier tipo de acción colectiva. Ha sido muy interesante lo que un grupo de trabajadores de Alicante en España decían en su panfleto: "Queremos aprovechar la "huelga general" para plantear acciones y actividades que vayan más allá de una convocatoria que consideramos insuficiente y desmovilizadora. HAGAS HUELGA O NO, OS CONVOCAMOS EL DÍA 29-M."
No hay luchas perfectas, y sólo a través de las experiencias pasadas y presentes podemos encontrar el camino para luchar contra la clase dominante, y estas nos dicen que seguir a los sindicatos y a la izquierda nos convierte en simples marionetas condenadas a la derrota y la impotencia.
VAGA
Algunas aclaraciones incompletas...
En general, estoy bastante de acuerdo con tus argumentos y mi conclusión va en la misma línea:
- "No hay luchas perfectas, y sólo a través de las experiencias pasadas y presentes podemos encontrar el camino para luchar contra la clase dominante, y estas nos dicen que seguir a los sindicatos y a la izquierda nos convierte en simples marionetas condenadas a la derrota y la impotencia."
Me gustaría saber lo que entiendes por "izquierda". Además, pienso que no se debe seguir a ningún líder. Espero que mucha gente consciente políticamente haya aprendido esta lección.
- "¿..todo continúe igual en la calle, barrios y centros de trabajo?"
Bien, si no hubiera sido así es que se habría liado muy gorda, lo que habría sido estupendo. Sin embargo, considero que bastante gente ha aprendido algo y que por tanto la próxima vez no todo continúe igual.
- "Si, pese a todo y afortunadamente, las luchas y la voluntad de luchar están poco reapareciendo NO ES GRACIAS A LOS SINDICATOS SINO PESE A ELLOS."
Y esto es porqué no veo la huelga como simplemente una maniobra de los sindicatos mayoritarios.
- "Cuando son incapaces de impedir que se produzcan luchas (bajo riesgo de perder la poca credibilidad que todavía les queda entre los trabajadores, desafortunadamente) se dedican a canalizarlas, sabotearlas y llevarlas a callejones sin salida y a la derrota, a través de inofensivos e inútiles métodos de lucha, como este tipo de "huelgas-trampa". Sería necesario un artículo más largo para añadir algún ejemplo de de esto el último siglo. Si el propósito de los sindicatos no fuera este, si -como dice Vega- esta huelga no ha sido una maniobra, ¿tenemos que pensar que, gracias a algún milagro de semana santa, pese a décadas de traición y colaboración con la clase dominante, los sindicatos se han vuelto defensores de los trabajadores de repente?"
Estoy plenamente de acuerdo con que el propósito de los sindicatos es hacer de las movilizaciones maniobras, y no espero que los sindicatos se conviertan el defensores de los trabajadores. La "contra-maniobra" consistiría en propaganda anti-sindical, asambleas vecinales que iniciaron piquetes auto-organizados y demás.
- "No hay duda de que existen militantes de base honestos en las filas sindicales, pero toda la estructura, la dirección, la financiación, y sus métodos, hace de los sindicatos estructuras podridas para la lucha de clase."
Sí, tu anti-sindicalismo ha quedado muy claro y apoyo tú crítica de todo corazón.
- "Sin embargo, el problema real no son los sindicatos, sino el sindicalismo como ideología y método. La ecuación "lucha por mejorar o defender condiciones de vida y trabajo = sindicalismo" es falsa. La tendencia general de las grandes luchas en el siglo XX es superar el marco sindical e incluso enfrentarse a él: asambleas masivas; huelga de masas; acción directa de masas; consejos obreros. De nuevo, llevaría un texto más largo analizar este proceso, pero puede resumirse en que los sindicatos han sido absorbidos por el Estado capitalista. Sus métodos son un obstáculo para el desarrollo de un movimiento anticapitalista fuerte y radical:
1. Limitan los conflictos laborales a una empresa o un sector particular, impidiendo y obstaculizando que la lucha se extienda al resto de proletarios.
2. Propagan una mentalidad individualista y meramente económica en los "ciudadanos trabajadores", "olvidando" y debilitando la reflexión sobre la dimensión política y colectiva de los problemas del proletariado.
3. Propagan la acción delegada e individual, socavando la posibilidad la auto-organización y la solidaridad."
Ahora ya se ha convertido en excesivo.
- "No veo que los sindicatos más pequeños o "radicales" usen métodos muy distintos: normalmente se centran conflictos particulares sin intentar de extenderlos más allá de ese marco. Puede que utilicen métodos más originales o alternativos, pero las diferencias con los mayoritarios son más cuantitativas que cualitativas, como hemos visto una vez más en esta huelga. Vega dice que "Yo diría que sí hay sindicatos radicales que hablan de la necesidad de extender la lucha, aparte de la gente que lo hacen sin estar afiliados a cualquier sindicatos.". Sería interesante y alentador saber más acerca de esas experiencias."
Me refería a CNT/CGT, que sí promueven la auto-organización y la solidaridad. Debo decir que soy crítico con ellos, ya que puedes encontrar individuos en sus filas que expresan posiciones bastante dogmáticas o reformistas. La división CNT/CGT es un asunto que se podría debatir más, pero no lo conozco lo suficiente, sólo diré esto: creo en el bien del anarcosindicalismo.
Simplemente pienso que hay una masa radical que tiene perfectamente claro lo de las organizaciones podridas y la necesidad de extender la lucha desde las manifestaciones a más acción directa, como en el movimiento de los indignados.
- "La alternativa por supuesto no es quedarse en casa."
Quedarse en casa es contraproducente en cualquier caso. De ahí la necesidad de movilizarse.
- "De hecho, uno de los "daños colaterales" de este tipo de "luchas" es que no crean las condiciones adecuadas para estimular a los trabajadores hacia la lucha (acciones absurdas de piquetes, mera obediencia a los sindicatos, etc), el resultado es más división y rechazo a cualquier tipo de acción colectiva."
¿Cuáles son las condiciones adecuadas para fomentar que los trabajadores vayan a la lucha? ¿Qué quieres decir con "acciones absurdas de piquetes"?
La obediencia a los sindicatos es siempre un problema, no sólo en estas luchas. Es un elemento sobre el que se necesita reflexionar. La eficacia de este enfoque seguramente depende del esfuerzo específico llevado a cabo para "liberar" al trabajador de su condición. Si por casualidad conoces un método infalible, dímelo por favor.
El deterioro cada vez más insoportable de las condiciones de vida de los proletarios avanza al ritmo frenético del proceso de producción y circulación mercantil. No hay ni un pedacito de planeta que escape a la lógica de la economía. Sangre, muerte, miseria, explotación, opresión, destrucción, alienación... esa es la base material de la que se alimenta el progreso, la civilización, el capitalismo.
Los incesantes y crueles latigazos que castigan nuestra maltrecha existencia en todos los ámbitos de nuestra vida son la expresión más cristalina de la esencia de esta sociedad. La salud de la economía, de la empresa, está por encima de la vida humana. La cuenta dineraria de los burgueses domina el mundo. Los esclavos asalariados deben sacrificarse para mantener en pie su propia esclavitud. La vida de la inmensa mayoría de la humanidad debe ser llevada más allá de cualquier límite para salvaguardar las arcas del capital, para evitar la bancarrota de este sistema moribundo. Los gobiernos de todo el mundo y de todos los colores, en tanto que representantes del mundo del dinero, aplican las mismas medidas terroristas que exige el capital por todos lados.
Frente a esto, los proletarios sólo tenemos, como siempre, dos alternativas: luchar o reventar. Organizarnos para defender nuestras necesidades frente a las de la economía capitalista, o agachar la cabeza y aceptar como corderitos los sacrificios que nos imponen y que nos coloca en el matadero mediante hambre, guerras, deterioro de salud, mediocridad cotidiana, destrucción del planeta...
Dejemos de engañarnos, dejemos la fe para los religiosos, no hay medias tintas. Las reformas, las diversas alternativas que nos ofrecen un capitalismo de rostro humano, con diferentes formas de producción y distribución, el gestionismo, el ciudadanismo, el decrecimiento, la antiglobalización, el recambio en el gobierno, las negociaciones sindicales y todas las demás variantes que pretenden cambiar el mundo sin revolución, son maniobras para enredarnos y
destruir toda tentativa de lucha. Son mecanismos y aparatos para colarnos todo lo que quieran.
Si hoy los sindicatos nos llaman a un paro general, que osan llamar huelga, y hablan de "salir a la calle" es precisamente para sabotear nuestra lucha. Para encuadrarnos, para controlarnos, para mantener la paz social mediante simulacros de oposición. Para que las respuestas a los ataques contra nuestras condiciones de vida transcurran por los cauces legales de la democracia, lo que significa que todo siga igual o peor aún. Recordemos el pasado paro del 29 de septiembre de hace dos años que ejemplifica esa parodia que canaliza el descontento social.
No es ningún descubrimiento afirmar la imposibilidad de luchar bajo el corsé del sindicato, o del partido. Nuestra historia, la historia de la lucha de clases, nos enseña con terribles derrotas
esta evidencia. Ignorarla permite reforzar los grilletes que nos mantiene sometidos a la dictadura democrática del capital. Allí donde acaban los aparatos del Estado y comienza la organización autónoma del proletariado para derribar al capital, comienza también la posibilidad de una vida humana. Asumir esta necesidad y estructurar nuestra lucha rompiendo toda separación sectorial, toda ideología, en tanto que falsa consciencia de la realidad, y todas las divisiones que nos imponen (parados/activos, temporales/fijos, autóctonos/inmigrantes,
estudiantes/trabajadores...) es hoy tan indispensable como respirar en un entorno sin polución.
Desde luego no será con un paro sindical, ni con firmas y suplicas de buenos ciudadanos pidiendo clemencia a sus amos, ni con pacíficos paseos por las calles, ni nada por el estilo como podamos hacer frente al deterioro de nuestra miserable vida. Será, como siempre, únicamente con la violencia organizada de nuestra clase tomando la calle, haciendo saltar por los aires a todo ese circo reformista, asumiendo de forma intransigente la lucha contra la dictadura de la economía para imponer las necesidades humanas, para defender la vida frente a la muerte, será así como conseguiremos oponernos realmente a los ataques del capital y plantear la supresión de todas las condiciones existentes.
- Impidamos la circulación de la mercancía. Cortemos las carreteras, las vías de tren...
- Bloqueemos la producción. Organicemos piquetes en fábricas, oficinas, colegios...
- Expropiemos la producción acumulada en supermercados, almacenes...
- Boicoteemos u ocupemos los medios de comunicación burgueses.
- Organicémonos para combatir la represión.
- Rechacemos todo sacrificio, toda defensa de la economía nacional.
LA ECONOMÍA ESTÁ EN CRISIS... ¡QUE REVIENTE!
CONTRA LA DICTADURA DEMOCRÁTICA DE LA ECONOMÍA...
...POR LA DICTADURA DE NUESTRAS NECESIDADES HUMANAS
Proletarios Internacionalistas
[email protected] [36]
https://proletariosinternacionalistas.wordpress.com/ [37]
Tras varios pasos en falso, declaraciones altisonantes y trapicheos en las altas esferas de los sindicatos del Estado capitalista (CCOO y UGT, el «Dúo dinámico» de los vende-obreros en España), por fin se ha hecho efectivo algo que para algunos estaba más que cantado: los sindicatos «mayoritarios» (?) anuncian la convocatoria de una Huelga General para el 29 de marzo como respuesta a la Reforma Laboral aprobada, al gusto del capital, por el Gobierno del PP.
A raíz de toda la polvareda mediática y social levantada por el anuncio de Huelga General, y ante la confusión reinante en las filas de muchos obreros llevados al absurdo antinatural de elegir entre el capital monopolista y la burocracia vende-obrera, considero imprescindible, para quienes nos situamos en las trincheras de la clase explotada, hacer un análisis y una contribución con el objetivo de que todos los proletarios conscientes podamos entender cuáles son los intereses y motivaciones reales de esta nueva pantomima y, lo que es más importante aún, cuáles deben ser los planteamientos y consignas a defender por los revolucionarios para esta nueva farsa de Huelga General y para el periodo político, social y económico en que nos encontramos.
El discurso oficial de CCOO y UGT frente a las motivaciones reales de la convocatoria de Huelga General
Desde hace días, en prensa, radio y televisión se nos bombardea de forma machacona con el discurso de las llamadas “centrales sindicales mayoritarias” en relación a la convocatoria de Huelga General. Los grandes medios del capital de la llamada «izquierda» (es decir, la socialdemocracia de El País, La Sexta, RTVE o Público que alienta las guerras imperialistas en Afganistán, Libia o Siria) reproducen diariamente las palabras de los ínclitos Toxo y Méndez, en un alarde de cinismo que nos recuerda que la democracia del capital solo puede funcionar, además de mediante la represión y el terror, haciendo uso de la mentira y la manipulación.
Pues bien, en sus discursos oficiales el tándem UGT-CCOO declara que esta Reforma Laboral «pretende instaurar un estado de excepción en las relaciones laborales». Es obvio que la Reforma Laboral –la enésima de una larga lista de decretos, reales decretos, leyes y reformas, en muchos casos aprobados con el sello de UGT y CCOO-, confeccionada por uno de los dos partidos políticos del gran capital en España, es sin duda el mayor y más brutal ataque contra el proletariado, no solamente porque abarata aún más el despido y precariza hasta el extremo las condiciones de trabajo de los obreros, sino porque además liquida completamente los Convenios Colectivos y el Derecho Laboral. Ahora bien, esta no es exactamente la reforma de «un Gobierno que ataca a trabajadores y sus derechos» (¡como si el PSOE no hubiera allanado el camino de esta reforma con leyes y reformas anteriores!), tópico al uso de sindicaleros, socialdemócratas y sus comparsas situadas a la izquierda; esta es una reforma hecha por y para la burguesía en un contexto de crisis internacional en la que, de manera inevitable, necesita soltar lastre de capital sobrante con el propósito de afrontar la recuperación de la tasa de ganancia del capital, para lo cual es imprescindible desvalorizar la mercancía más importante que existe: la fuerza de trabajo.
Tras el discurso oficial de CCOO y UGT (el lema
oficial para la huelga reza: «Quieren acabar con todo, con los derechos
laborales y sociales»), se esconden las motivaciones reales de ambas
organizaciones del Estado capitalista para la convocatoria de esta huelga. Solo
desde la ignorancia –o, peor aún, desde la defensa reaccionaria de unos
intereses ajenos a los de los explotados- se puede no entender cuáles son las
razones reales de esta convocatoria. Dos son los intereses reales que
mueven a CCOO-UGT a convocar esta Huelga General:
En primer lugar, estamos ante un lavado de cara a la desesperada de sus aparatos ante el descrédito lógico y creciente que sufren a ojos de la inmensa mayoría del proletariado, por haber actuado, durante años y años, como comparsas del capital y gestores copartícipes junto con la Patronal en las condiciones míseras de trabajo y de vida que padece nuestra clase. Aquí conviene aclarar que la inercia lógica de CCOO y UGT por defender ante la «opinión pública» la de idea de que aún representan a los «trabajadores» se acabará estrellando contra la realidad: nada pueden hacer por recuperar a unos obreros que perdieron para siempre por haberlos vendido al mejor postor.
En segundo lugar, no debemos olvidar que esta Reforma Laboral, como expresión de las necesidades del capital financiero fundamentalmente (bancos, grandes grupos industriales, de inversión, etc.) y, en menor medida, de la burguesía no monopolista (las PYMES, con Jesús Terciado a la cabeza como presidente de CEPYME, han saludado efusivamente la nueva ley), choca frontalmente con los intereses del entramado burocrático de CCOO y UGT, el cual forma una fracción dentro de la clase dominante que Marx, Engels y Lenin denominaron «aristocracia obrera». Es fundamental entender que este segmento social, incardinado históricamente en el aparato del Estado imperialista español, ve seriamente erosionados sus intereses y amenazadas sus prebendas como negociadores -siempre a la baja- de las condiciones de venta de la fuerza de trabajo con esta Reforma Laboral. Para entenderlo es necesario aclarar antes la naturaleza de clase de estos sindicatos del Estado burgués.
El carácter de clase de CCOO y UGT es de sobra conocido por todos los proletarios conscientes y revolucionarios. Ambos sindicatos no solo se dedican a gestionar cuantiosas subvenciones del Estado –a cambio de vender a la clase obrera y de subordinarla a los intereses del capital-, sino que además actúan directamente como patronos al participar en diferentes sociedades de capital (aseguradoras, agencias de viajes, asesorías jurídicas, fondos de pensiones o centros de «formación» forman parte del negocio sindical), o al estar presentes en Consejos de Administración de Cajas de Ahorros en comandita con sus colegas los capitalistas. Pero, debajo de este entramado de la alta dirección sindicalera, subyace toda una extensa red de cargos intermedios que funciona al más puro estilo clientelar y caciquil. Están incluidos aquí representantes de comités de empresa de cierta envergadura, secretarios generales de los dos sindicatos a nivel provincial o de Comunidades Autónomas, miles de liberados sindicales al servicio de la Patronal o insertados en la Administración del Estado, etc. Estos, junto con los asalariados directamente asociados a ellos y plegados al aparato sindical -por interés o por someterse al chantaje de la burocracia sindical- conforman la única y auténtica base social de UGT y CCOO. Esto no significa, evidentemente, que no haya entre las filas de estos dos sindicatos trabajadores honestos y combativos, pero tan tremendamente confundidos que llegan a formar parte de un entramado ajeno por completo a los intereses de su clase.
¿En qué sentido erosiona la última Reforma Laboral
los intereses de CCOO y UGT?
En una doble vertiente. En primer lugar, elimina de facto el poder de
negociación de estos dos sindicatos a la hora de fijar condiciones laborales y
salariales con la Patronal (pierden, por tanto, su capacidad para cogestionar
la explotación de la fuerza de trabajo a nivel de Convenios Colectivos
sectoriales o de ámbito provincial/estatal). A partir de ahora, por necesidades
del capital monopolista, la Patronal se deshace de un intermediario -necesario
para mantener la paz entre explotados y explotadores pero, al fin y al cabo,
costoso por entorpecer los procesos de decisión del capital- a la hora de
imponer a los obreros salarios y condiciones de trabajo cada día más
paupérrimas. En segundo lugar, el espíritu de esta Reforma encarna la nueva
exigencia del capital financiero de adelgazar el Estado administrativo a su
mínima expresión, hecho por el cual UGT y CCOO han visto –y verán aún más-
reducida una buena parte del dinero que reciben con cargo a los Presupuestos
del Estado. Los dirigentes sindicales que son accionistas y/o directivos de un
entramado empresarial muy amplio, lógicamente, no son los afectados, pero sí
sus correas de transmisión en los aparatos de ambos sindicatos.
Si este hecho resulta incomprendido, las explicaciones que se den sobre la naturaleza de clase de estos dos sindicatos serán falsas y desenfocadas por su subjetivismo: «han traicionado a la clase obrera» es una clara deformación de la realidad. Toxo y Méndez no pueden traicionar a la clase obrera porque ni forman parte de la clase obrera ni la representan. Las «cúpulas sindicales» no «traicionan» al proletariado movidos por una especial «perversidad» o por una «línea» equivocada, como sostienen muchos compañeros claramente errados; lo hacen porque son la cúspide de organizaciones del Estado capitalista, completamente ajenas a los intereses de la clase explotada.
Aquí es donde cobran sentido dos hechos capitales imprescindibles para entender el trasfondo material de todo este sainete sindical. Para empezar, la pérdida de poder de CCOO y UGT y de su base social -como fracción de la clase dominante-, frente al ímpetu arrollador del capital financiero, es la verdadera fuerza motriz y la razón fundamental y última para la convocatoria de esta Huelga General. Y, en segundo lugar, el otro aspecto que reviste especial importancia sobra la huelga del 29-M y CCOO-UGT es la ofensiva creciente y decidida de los arietes mediáticos ultraderechistas del capital (con El Mundo e Intereconomía compitiendo por ser los más furibundos opositores de la burocracia sindical). Con respecto a esto último, flaco favor le haríamos al proletariado si no nos diéramos cuenta de que, detrás de este ataque contra los Toxo y Méndez, se esconde un ataque por parte del capital con su careta fascista (que es la más idónea para tiempos de crisis económica y social) a las luchas de resistencia que la clase obrera, más temprano que tarde, protagonizará en el Estado español.
Ahora la pregunta es: ¿qué hacer ante este panorama? ¿Qué debemos hacer los proletarios conscientes y los comunistas, hoy dispersos en diferentes grupos e individualidades sin fuerza real sobre la clase obrera? La propuesta, en mi opinión, no puede ser otra que defender incondicionalmente los intereses del proletariado y, sobre todo, la necesidad de la Revolución Socialista.
Contra el seguidismo sindical, por la defensa incondicional de la lucha de clases y la reconstitución ideológica y política del Comunismo
Desde multitud de organizaciones e individualidades situadas a la izquierda del PCE-IU (ya se autodenominen comunistas, anarquistas o «anticapitalistas»; ya sean del PCPE, Anticapitalistas y demás organizaciones trotskistas, de pequeños sindicatos como CGT, CNT, etc.), se viene haciendo un seguidismo –aunque se disfrace de «crítico»- de la convocatoria de huelga lanzada por los infames Méndez y Toxo (cuando no escuchamos a determinados elementos «comunistas» felicitándose por la convocatoria o tratando de «presionar» a las direcciones de UGT y CCOO para que abandonen la política del «pacto social», ¡como si el pactismo fuera una decisión voluntaria de los buró-sindicatos y no una necesidad como fracción de la clase dominante!).
Esto, por otra parte, no sorprende a quienes venimos expresando la necesidad de reconstituir, antes de pasar a darles una dirección revolucionaria a las luchas de resistencia de los explotados, el Comunismo como teoría e ideología de vanguardia. Es obvio que, en la actualidad, ninguno de los llamados “Partidos Comunistas” a la izquierda del PCE son capaces de entender que, sin una vanguardia comunista depurada de oportunismo, no puede haber movimiento revolucionario ni Partido Comunista como producto de la fusión más elevada entre la vanguardia comunista y el movimiento obrero.
Fruto de esta línea marcadamente espontaneísta y economicista, muchos compañeros honestos van a remolque de una estrategia fracasada de intento de construcción artificial de un movimiento de masas (¡como si la inmensa mayoría de proletarios no fueran capaces, por sí mismos, de generar sus propios órganos de lucha independientes de la burguesía y sus aparatos sindicales!, ¡como si nos correspondiera a los proletarios comunistas el papel de crear las luchas de resistencia de la clase obrera!), demostrando en casos como este un seguidismo que perjudica seriamente los intereses de la clase obrera. Ante tanta pobreza de argumentos, no es de extrañar que, quienes osemos denunciar esta línea anticomunista, seamos tachados de «izquierdistas» por quienes manipulan a su antojo las palabras y la obra del camarada Lenin, rechazando de plano el espíritu del marxismo que llama a «analizar la situación concreta partiendo de la realidad concreta». La labor fundamental y determinante de los comunistas no es generar luchas inmediatas, sino constituirse en vanguardia sólida para tener la capacidad de dar una conducción revolucionaria a esas luchas.
Con respecto a la que debe ser la postura de los comunistas consecuentes en esta pantomima de huelga, a mi juicio los proletarios no podemos oponer a la pseudo-movilización de CCOO y UGT la desmovilización, por lo que, a pesar de que nosotros sí nos jugamos nuestro precario puesto de trabajo (a diferencia de los burócratas de turno y de sus correas de transmisión en las empresas y en el Estado), hemos de secundarla sin engañarnos sobre el propósito y el sentido de esta convocatoria. Por el hecho obvio de la agresión brutal de la Reforma Laboral –pero, sobre todo, porque el capitalismo avanza día tras día aplastándonos sistemáticamente y de forma creciente-, los proletarios no podemos hacer de esquiroles ese día. Pero hay que dejar una cosa clara: nada de “apoyo crítico” a los burócratas-burgueses de UGT y CCOO. Más aún que contra la Patronal, los proletarios que defiendan a su clase deben hacer propaganda ese día en contra de los mayores enemigos de la clase obrera –precisamente por hacerse pasar por sus defensores y representantes-, que son CCOO y UGT. Y, por supuesto, hay que dejar bien claro que esta huelga no responde a la iniciativa y al ímpetu de una clase obrera que aún no ha hablado en el Estado español de forma contundente y masiva.
Por último, hay que aclarar la cuestión de la magnificación de la Huelga General por parte de algunos elementos del oportunismo, que en un alarde de ciego espontaneísmo ven en la huelga el paso previo a la revolución o a la toma del poder. Nuestros hermanos de clase en Grecia llevan una docena de huelgas generales en dos años y, no solamente es que la oligarquía financiera no haya cedido lo más mínimo, sino que además se ha crecido y ha seguido imponiendo sus planes de miseria. Al final, se impone de nuevo la innegable realidad: la única alternativa, por muy utópica que pueda parecer a ojos de los revisionistas, sigue siendo la construcción de un Movimiento Comunista Internacional que derroque a la burguesía del poder. Hoy más que nunca para cambiar algo es imprescindible cambiarlo todo. «Salvo el poder, todo es ilusión» (Lenin).
En cualquier caso, incluso para la convocatoria de Huelga General, las tareas más importantes y acuciantes de quienes apostamos por la Revolución Proletaria siguen pasando por unificar y fortalecer a los diferentes destacamentos de vanguardia, hoy dispersos y enfrascados en disputas estériles y en luchas parciales que no van a ningún lado, para que vuelvan a levantar la alternativa del Comunismo ante los explotados. Mal que les pese a los espontaneístas varios y a los que pretenden “movilizar” a la clase obrera por reformas parciales, la primera y más importante labor de nuestros días sigue siendo de índole ideológica y teórica. Porque, desarmados de teoría revolucionaria, los revolucionarios no seremos capaces ni de articular la reconstitución del Partido Comunista ni de conducir a la clase obrera al triunfo.
Marzo de 2012
Mario Soler Enríquez, proletario por la reconstitución del Partido Comunista.
Correo de contacto: [email protected] [38]"Si hoy los sindicatos nos llaman a un paro general, que osan llamar huelga, y hablan de "salir a la calle" es precisamente para sabotear nuestra lucha. Para encuadrarnos, para controlarnos, para mantener la paz social mediante simulacros de oposición. Para que las respuestas a los ataques contra nuestras condiciones de vida transcurran por los cauces legales de la democracia, lo que significa que todo siga igual o peor aún"
Ante la convocatoria de huelga para el 29 M abrimos una rúbrica de debate en nuestra Web donde acogimos reflexiones de compañeros, hojas repartidas por diferentes colectivos, debates realizados etc.[1] Se trata de dar voz a las minorías más activas y conscientes que expresan el esfuerzo que bulle en la clase obrera para liberarse de las cadenas sindicales y levantar una alternativa de lucha que ligue la defensa contra los recortes con una perspectiva de destrucción del capitalismo y creación de una nueva sociedad.
La cita que encabeza este artículo tomada de una de las hojas que incluimos en la rúbrica[2] denuncia claramente lo que ha sido el 29 M: una estafa para desmovilizarnos.
Los métodos sindicales de lucha
Los sindicatos producen cada vez mayor desconfianza en las filas obreras, pero hemos de ir al fondo del asunto, el problema no son solo los sindicatos como organizaciones instaladas en las redes del Estado Capitalista, el problema es igualmente el sindicalismo, un planteamiento de la lucha, una manera de organizarse y unos métodos de acción que, pese a las mejores intenciones, nos lleva siempre a la derrota.
Como dice un compañero en el Debate en Libcom[3], el sindicalismo limita "los conflictos laborales a una empresa o un sector particular, impidiendo y obstaculizando que la lucha se extienda al resto de proletarios", propaga "una mentalidad individualista y meramente económica en los "ciudadanos trabajadores", "olvidando" y debilitando la reflexión sobre la dimensión política y colectiva de los problemas del proletariado" y "la acción delegada e individual, socavando la posibilidad la auto-organización y la solidaridad". Por ello, el planteamiento de las huelgas sindicales "es negativo: obedecer a los sindicatos sin ningún tipo de reflexión o discusión colectivas; acciones absurdas de los piquetes que en lugar de fortalecer la solidaridad, la unión y la autoconfianza en el seno de la clase obrera, se centran en que "nadie trabaje", con el único fin de añadir números para las cifras de los sindicatos; no se da ningún espacio para que los millones de parados, los estudiantes y los jubilados establezcan contacto y luchas comunes con los que aún tienen trabajo" (ídem.)
La huelga es un arma de la clase obrera que sirve para desarrollar su unidad, afirmar su conciencia, crear su propia organización; la huelga sindical sirve para todo lo contrario, de ahí que, los sindicatos "alternativos" (los CGT, CNT etc.) "Cualesquiera sean sus colores, más allá de sus propuestas o sus denuncia de los sindicatos mayoritarios, en el fondo no son más que el apéndice "radical" de los "sindicatos responsables". Han participado completamente en la "huelga" sin decir una palabra sobre la trampa que suponen estas "luchas". Al contrario, el único problema que ven es que los sindicatos más grandes no las convoquen más a menudo..." (ídem.)
En el debate de Libcom, uno de los interlocutores dice "Pienso que sería bastante difícil conseguir que mucha gente participara en una huelga bajo el slogan "Abajo el capitalismo, revolución ahora". Todo sindicato se opone desde luego a una lucha revolucionaria pues como tal su existencia está ligada a la conservación del capitalismo, pero además se opone igualmente a cualquier lucha reivindicativa genuina, pues como le responde el compañero " La ecuación "lucha por mejorar o defender condiciones de vida y trabajo = sindicalismo" es falsa"
Bajo el capitalismo no se puede vivir
La dinámica de recortes, desempleo desbocado, crisis generalizada, plantea una cuestión sencilla: ¿se puede vivir bajo el capitalismo?
Desde pequeños nos educan en que "todo depende de nosotros", "sí haces las cosas bien", tendrás "una vida estable y acomodada", te espera como recompensa hijos, casa, coche, segunda residencia, vacaciones en un crucero y otras maravillas consumistas. "... Creemos que si a nosotr@snos va bien, al otr@ debería irle igual, y si no es así algo habrá hecho mal, será un vago, un inútil o un incompetente" [4].
Tras muchos años de crisis y especialmente tras la aceleración de los últimos 5 años, esos cuentos de hadas se vienen abajo: "escuchas la misma monserga: estudia, trabaja, esfuérzate aún más, no protestes, cómprate un coche y una casa, sé alguien... ¿y ahora? Todo aquello para lo que te educaron se revela como una mentira"[5] ¡Por más títulos universitarios, experiencia profesional, méritos laborales, que acumules, el futuro es un pozo sin fondo repleto de precariedad, desempleo y miseria!
Estamos asistiendo al hundimiento paulatino de un sistema social que lleva un siglo de decadencia. ¡No es solo la crisis económica y social de por si muy grave! ¡Es igualmente la destrucción medioambiental, las guerras imperialistas, la barbarie moral más depravada! Por ello frente a la subestimación escandalosa de la crisis por parte de los sindicatos para hacernos creer que "otro capitalismo sería posible" debidamente "reformado" suscribimos lo que dicen los compañeros de Palencia denunciándolos:
"Para ellos, tanto la crisis como los recortes en los derechos de l@s trabajador@s son consecuencia de los actos de ciertos gobiernos y "especuladores avariciosos". Esto es falso, la crisis y sus efectos son inherentes al sistema capitalista, no consecuencia directa de los actos de "un@s poc@s desaprensiv@s". Las crisis vienen sucediéndose unas tras otras desde los mismos inicios del sistema capitalista, y cada vez serán más graves. Si salimos de esta crisis, volveremos a caer en otra aún peor. El capitalismo es un sistema económico en decadencia"
Todas las voces del mundo político, empresarial y sindical, incluyendo a los "nuevos radicales" de DRY, nos predican que "esto tiene arreglo". La derecha y los empresarios proponen como pócima recortes, flexibilización, sacrificios... La izquierda y los sindicatos propugnan otras medidas: nacionalizaciones, impuestos, auditorias de deudas y demás remiendos. Ambos quieren apartarnos de la lucha masiva contra este sistema de explotación y desviarnos hacia el callejón sin salida de sacrificarse para mantener en pie este sistema podrido. Por eso apoyamos este análisis de unos compañeros de Barcelona:
Las reformas, las diversas alternativas que nos ofrecen un capitalismo de rostro humano, con diferentes formas de producción y distribución, el gestionismo, el ciudadanismo, el decrecimiento, la antiglobalización, el recambio en el gobierno, las negociaciones sindicales y todas las demás variantes que pretenden cambiar el mundo sin revolución, son maniobras para enredarnos y destruir toda tentativa de lucha. Son mecanismos y aparatos para colarnos todo lo que quieran (ver nota 2)
Este sistema no se puede reformar y sus beneficiarios -la clase dominante- hará lo que sea, caiga quien caiga, para mantener sus privilegios:" La vida de la inmensa mayoría de la humanidad debe ser llevada más allá de cualquier límite para salvaguardar las arcas del capital, para evitar la bancarrota de este sistema moribundo. Los gobiernos de todo el mundo y de todos los colores, en tanto que representantes del mundo del dinero, aplican las mismas medidas terroristas que exige el capital por todos lados" (ídem.)
¿Cómo desarrollar una lucha contra los embates del capitalismo y que simultáneamente prepare las condiciones para un cambio revolucionario?
Si el capitalismo nos condena a un eterno sin vivir, si su Estado, sus políticos, sus sindicalistas, no hacen otra cosa que conducirnos al abismo, el unirnos, el organizarnos, el luchar, todos juntos, desde abajo, no es un bello ideal, sino una necesidad vital. "Juntos podemos cambiarlo todo" es el sencillo eslogan con el que acaban su convocatoria los compañeros de Alicante. "Se tiene que acabar el agachar la cabeza, el tragar con todo, el apartar la vista ante todas las humillaciones cotidianas, porque aceptando resignadamente lo malo nos sumergiremos en lo peor" (ver nota 4).
Es evidente que ese combate es difícil pues "desprenderse totalmente de las mentiras en un mundo que se construye sobre la falsificación es una tarea titánica (...) Es difícil combatir un sistema cuyos tentáculos llegan a cada rincón de la vida" (ver nota 5)
Pero para avanzar lo más importante es el desarrollo de la unidad, la solidaridad, la conciencia y la auto-organización en nuestras propias filas.
Frente a la "huelga sindical" que está pensada para triturarnos en una suma de individuos encerrados en sí mismos, "una huelga es algo más que no ir a trabajar un día. Lo importante es lo que se vive y lo que se crea, es el encuentro y las experiencias que surgen de él. Ahí radica el éxito o el fracaso de una huelga y no en las cifras de seguimiento o en la mani-desfile de la tarde" (ídem.).
Se trata de "Hacer consciente la realidad de un mundo en quiebra. Tomar las calles, liberarlas de la mercancía y abrirlas a la comunicación y la acción colectivas" (ídem.).
No se trata de "pasar" de convocatorias como la huelga del 29 M, a la vez que se denuncia hay que pelear por el desarrollo de las fuerzas del proletariado, como señala un compañero ""Salir de la normalidad" del cada uno a lo suyo y de la aceptación resignada y acrítica de todo lo que venga son pasos muy interesantes" [6]
Por ello es muy importante la iniciativa de los compañeros de Alicante:
Nos planteamos generar un espacio participativo, crítico, unitario y de lucha por la derogación de la reforma laboral y contra toda forma de explotación, desde la autoorganización asamblearia
En ese espacio "puedes intentar recuperar tu vida: encontrar a gente que siente cosas parecidas a las que se te vienen a las tripas en los últimos tiempos, compartir rabia, experiencias, emociones y alternativas, organizarte y luchar por tener una vida que puedas considerar libre" (ver nota 4)
No obstante, el camino es aún largo y lleno de obstáculos pues como señala un compañero si bien se va dando "Una mayor predisposición y aceptación de las críticas al sistema capitalista, y de las ideas que hablan de la necesidad de la protesta masiva. Los últimos 4 años de crisis (o del último brote de la enfermedad crónica del capitalismo), y lo que viene, están suponiendo un lento, subterráneo, pero cierto, cambio de mentalidad. Aún así sigue sin aparecer todavía una clara alternativa a nivel social y político" (ver nota 6)
Acción Proletaria 20-5-12
Nota: en un próximo artículo analizaremos diversas propuestas concretas que se ven en las hojas y textos de la rúbrica sobre la huelga del 29 M
[1] Ver Debate sobre la huelga general: https://es.internationalism.org/node/3365 [35]
[2] Ver https://es.internationalism.org/node/3374 [40]
[3] Ver https://es.internationalism.org/node/3381 [41]
[4] Ver https://es.internationalism.org/node/3376 [42]
Saludos. Todo bien en el reparto del panfleto[1]. La verdad es que la hoja estaba muy bien, decía lo que tenía que decir, sin grandilocuencias estériles ni oportunismos a la ideología dominante. ¿Habéis mandado la hoja a algún foro tipo kaos, la haine, etc?
En concreto sobre el panfleto no sé la aceptación, porque no me comentaron nada; quizá alguien pudiera escribir a vuestra dirección.
Bueno la manifestación muy similar a lo que viene siendo habitual: tirando a pasacalles y poco debate.
Aquí en Burgos parece ser que ha sido bastante multitudinaria para lo normal (15.000 aproximadamente). Algunas reflexiones generales:
* Una mayor predisposición y aceptación de las críticas al sistema capitalista, y de las ideas que hablan de la necesidad de la protesta masiva. Los últimos 4 años de crisis (o del último brote de la enfermedad crónica del capitalismo), y lo que viene, están suponiendo un lento, subterráneo, pero cierto, cambio de mentalidad. Aún así sigue sin aparecer todavía una clara alternativa a nivel social y político.
* Llamativa la presencia de cada vez más jóvenes, y no de ambientes "alternativos" únicamente.
* Esta "huelga general" sindical no es otra cosa que una estrategia sindical para lavarse un poco la cara y desmovilizar y confundir. El supuesto motivo de la huelga, "el mayor retroceso de derechos de los últimos 30 años", es una cortina de humo, porque no es sino más de lo mismo, con especial papel de la izquierda y los sindicatos en la desprotección creciente e imparable de los trabajadores. Los métodos y piquetes, en el contexto en el que se sitúan (toque de corneta en el que cada uno individualmente va a la huelga), son elementos, no ya estériles, sino que socavan la posibilidad de confianza, solidaridad y la lucha colectiva proletarias.
* Aún así, dado el malestar creciente, hay que aprovechar las movilizaciones y luchas donde se pueda intervenir y contactar con proletarios y minorías. "Salir de la normalidad" del cada uno a lo suyo y de la aceptación resignada y acrítica de todo lo que venga son pasos muy interesantes.
* Los sindicatos minoritarios, cualesquiera su ideología y motivo, no son sino apéndices "radicales" (junto con otros "radicales", apéndices de apéndices...) de los "mayoritarios", utilizando métodos, discurso y convocatorias cualitativamente similares a los otros. Algunos compañeros honestos se ven entrampados en estas estrategias. Por lo que puede no ser eficaz la confrontación sindicato sí/sindicatos no (tanto "mayoritarios" o "minoritarios"), sino más bien métodos eficaces/métodos estériles, donde será más fácil encontrar un camino común eficaz.
JL 01-04-12
[1] Ver nuestra hoja en https://es.internationalism.org/node/3363 [45]
Resumen del debate convocado ante la convocatoria de huelga general por el Colectivo de Trabajadores de Valencia y por Trabajadores Indignados de Alicante el sábado 24 de marzo de 2012 en Valencia.
Nos reunimos 14 trabajadores de los colectivos arriba citados y representantes del Bloque Crítico del 15M de Valencia. Fue un debate animado en el que intervinieron casi todos los presentes. Se expusieron las siguientes ideas:
Aunque hay dudas en los centros de trabajo sobre ir o no a la huelga, mucha gente la hará, algunos por conciencia de clase. Si no tiene seguimiento se desvirtuará la respuesta y en ese sentido es desmovilizadora. En realidad, la huelga la convoca el estado, es legal pero no sirve.
La huelga puede ser una derrota anunciada, excepto si sirve para hacer otras formas de lucha. No es probable que tenga resultados efectivos ya que en época de crisis, los gobiernos no tienen margen. En cuanto a los sindicatos, éstos tienen la función de negociar la venta de la mano de obra, es decir, forman parte del sistema.
Comparando con la huelga anterior del 29S 2010 las cosas han cambiado y ahora - aunque la huelga es una pantomima- hay que aprovechar para hacer algo diferente, como las acciones que han convocado el Bloque Crítico de Alicante. Es importante, pues, analizar qué ha sucedido entre estas dos convocatorias.
El sistema nos domina con la represión, el engaño y la división. Los sindicatos organizan pseudoluchas, y no dejan que los trabajadores luchen solos, sin embargo hay una necesidad de salir a la calle. ¿Cómo tomar una postura activa? luchando para que haya Asambleas, por ejemplo al final de las manifestaciones, de forma que se unifiquen las fuerzas, que haya unión. Los sindicatos han convertido la lucha en una decisión individual.
La actividad del 15M continúa, se ha visto en las "Intifallas". Se han reunido en Marinaleda y está prevista una gran movilización en 120 países para el 12 de mayo. Es muy importante la huelga de consumo que se propone para perjudicar al Capital. Para unificar posturas hay una Asamblea de todos los barrios el 27 de marzo, propondrán acciones para impedir el consumo. Forman parte del Bloque Crítico ante los sindicatos.
La mayoría de trabajadores que secundan la huelga lo hace con buena intención, habría que cuidar la crítica hacia los sindicatos, ya que si en los centros de trabajo se producen enfrentamientos, es negativo, hay que salir del terreno de la confrontación. Aunque estas situaciones se darán sin duda, ya que la costumbre es hacer lucha sindical, el cambio es difícil de dar pues se ve como un salto en el vacío.
Hay que crear una correlación de fuerzas, como en el 15M. La dicotomía se da entre huelga general - convocada desde arriba- y huelga de masas, que sí crea una correlación de fuerzas. En la huelga general no participamos los trabajadores y tiende a frenar, como pasa en sectores de educación y sanidad. Pero la gente tiene ganas de combatir, se han seguido masivamente las manifestaciones, ha habido tentativas de lucha. Las actividades tienen que tratar de mostrar que es posible tomar la lucha a cargo. La intervención sería acudir, tratar de formar reuniones, que vean que al día siguiente algo se ha hecho.
Hay que diferenciar entre los militantes y la cúpula de los sindicatos. Los trabajadores buscan la verdad, y algunos ya dicen, no importa tanto hacer o no la huelga, lo importante es no salir desmoralizados. Las diferencias desaparecen cuando se vive el compañerismo, llega un momento en que te posicionas como trabajador. En estos momentos hay mayor conciencia crítica, por ello se han preparado diversas acciones para el día de la huelga en Alicante: marchas, asambleas, espacios de convivencia.
Hay que tomar las lecciones del 15M, aunque de manera crítica. El legado del 15M es la apertura de un debate sobre la decadencia del sistema y la necesidad de buscar alternativas. Como contrapartida, la burguesía intenta frenar y constreñir los movimientos sociales. Pero el 29 M tiene que demostrar que no estamos pasivos, que siguen las movilizaciones, aunque sabemos que la correlación de fuerzas es difícil, y las minorías tendrán que pelear y actuar en la huelga, en la manifestación y en el debate.
Las acciones son también trasmitir lo que pensamos, los debates, las reuniones... Y hay que diferenciar entre una reunión y una Asamblea, donde hay una toma de decisiones y una horizontalidad.
Hay que plantearse qué tipo de sociedad queremos. Echar la culpa al estado ¿no es algo simplista? Los de abajo tenemos que proponer un programa, mejorar en análisis y conocimiento.
El 29M es una fecha que tenemos que aprovechar para el movimiento, para trabajar la conciencia. Hay que tener mucha paciencia, es a largo plazo. Además es importante no apropiarse de la representatividad de las Asambleas y reconocernos como minorías.
Hasta aquí lo que dio de si el debate. Hemos preferido recoger fielmente las ideas expresadas sabiendo que pueden ser contradictorias entre sí. Pero creemos que esto es lo mejor pues aporta un material para proseguir el debate.
_________________________
Publicamos una contribución de dos compañeros de España sobre el problema de la deuda acompañada de nuestra respuesta
Hemos recibido una contribución interesante por parte de unos compañeros de España (Yves JULIEN, Jérôme DUVAL) donde abordan el problema de la deuda del Estado español. Esta contribución es una clara constatación de que a los ojos de todo mundo "el modelo se hunde", la miseria se extiende y las clases dominantes se enriquecen escandalosamente a costillas de la inmensa mayoría de la sociedad. «La deuda del Estado español está en el punto de mira de toda Europa, ya que los mercados financieros (bancos de inversión, fondos buitres y aseguradoras) han estado y siguen especulando con ella, con un solo objetivo: llevarse jugosos beneficios. Y esto a costa del empobrecimiento de la población en su conjunto, porque toda esta especulación conlleva un aumento progresivo de los intereses a pagar, reduciendo, a su vez, otros gastos del Estado, como ahora: la educación, las prestaciones de jubilación, viudez y desempleo, justicia, sanidad o servicios sociales» (Contribución de Julien-Duval). En este párrafo podemos notar y acordar con los compañeros en la indignación ante la situación y, lo que es muy cierto, la burguesía enfrenta la crisis atacando las condiciones de vida de los trabajadores en general.
Existe un parte del salario de los trabajadores devengado como servicios (salud, educación, etc.), eso que Marx llamaba el "salario social". Es esta porción de la clase obrera la que es inmediatamente atacada bajo la forma de "recortes al gasto público", lo cual es un eufemismo de un ataque a los salarios. Este ataque a nuestros salarios y modo de vida (¡modo de supervivencia!) ¿es producto de la especulación?, más aún, ¿la crisis es causada por una "mala gestión"?
Desde finales de los 60, el capitalismo no ha tenido otra opción que recurrir al crédito para aplazar una recesión generalizada. El capitalismo no produce planificadamente para la satisfacción de las necesidades humanas, produce en la anarquía donde cada empresa, cada, sector, cada nación, compite contra todos los demás en el afán de vender su productos. Todos producen como si el mercado fuese ilimitado, todos inundan con sus mercancías el mundo entero y, paradójicamente, cada vez hay menos compradores, los mercados extracapitalistas se extinguen y la parte absorbida por los trabajadores es cada vez más pequeña (más aún cuando vivimos la congelación de salarios, aumento de desempleo, inflación, etc.). Aparece la sobreproducción como esa epidemia que se abate sobre la sociedad (Marx).
La burguesía había logrado aparentar que esa sobreproducción tenía una salida a través de la implementación masiva del crédito. Sobre todo desde finales de los 60 este recurso permitió postergar el estallido, se adelantaba un valor que no se iba a realizar y eso solo significaba preparar una caída más violenta. Se endeudaron los particulares (las familias de la primer potencia mundial, los EUA, son las más endeudadas del mundo), las empresas y los Estados, estos últimos para defender la competitividad de su nación frente a las otras a través de la creación de infraestructura, prestando a sus bancos y empresas, etc. Vamos rumbo a casi medio siglo de mantener artificialmente una salida a las mercancías a base de créditos. Pero los créditos se amontonan unos sobre otros y hoy apenas si los Estados pueden pagar los "servicios de la deuda". Recordemos que ya en los años 70 la deuda de América Latina era impagable y la burguesía terminó traficando con sus propias leyes al "renegociar" esa deuda ("Plan Brady" orquestado por los EUA y el FMI) implementando una eliminación de una parte de ésta ("una quita") y obligando a las burguesías de esta región a abrirse y vender ramas enteras de sus economías ahora bajo control de capitales acreedores. Esa situación permitió a la mayoría de países Latinoamericanos suponer que el problema de la deuda había pasado. Sin embargo, las contradicciones profundas del capitalismo siguen operando y hoy los niveles de deuda son aún mayores que en los 70. Lo grave de la situación actual es que no se trata ya de países de la periferia del capitalismo, hoy se trata de la quiebra de países de las potencias industrializadas y, cabe señalar, Grecia, España, Portugal o Italia son nimiedades frente al endeudamiento de los EUA, GB o Alemania. En los 60 la deuda mundial equivalía al 100% del PIB mundial, hoy equivale a 250%!
Ningún Estado, ninguna empresa, pudieron evadir el camino del crédito. Era el único medio para aplazar la recesión, no se trataba, como hoy nos machacan, de querer vivir como zánganos a expensas de otros (como hoy se acusa a los griegos o a los mismos españoles!). Insistimos, esa toxina del crédito ha permitido al capitalismo mantenerse en pie, pero cada vez con mayores dificultades. Desde la década de los 50 estas deudas están condenadas a no ser reembolsadas, su acumulación hoy se expresa en el hiper-endeudamiento de los Estados y estamos ante quiebras que amenazan con desencadenarse de manera violenta. El crédito ha mostrado ya su límite histórico como paliativo a la sobreproducción capitalista.
Los compañeros dicen: «en oposición con el discurso dominante, no son los gastos públicos los que han hecho que incrementara la deuda del Estado español. Al contrario, han sido medidas, cuyo beneficio para el conjunto de la población es más que dudoso, las que han provocado los déficit que han obligado un endeudamiento cada vez mayor. Por ejemplo, la baja de impuestos sobre sucesiones y donaciones, sobre el tramo superior del IRPF, y la supresión del impuesto sobre el patrimonio han beneficiado a los más ricos, cuyo patrimonio ha sido también protegido por el fraude fiscal, la bajada de impuestos sobre sociedades y las SICAV, como premio a su avidez y descontrol». Según esta afirmación, el endeudamiento generalizado de los Estados no sería para tratar de dar salida a las mercancías a base de promesa de pago, sería en cambio resultado de políticas de ayuda fiscal a los más ricos. Esta idea es presa de las campañas ideológicas de la burguesía, en los EUA Barack Obama ha prometido "aumentar los impuestos a los ricos", el medio altermundista propone a los cuatro vientos la consigan de "¡Qué la crisis la paguen los ricos!". Esta trampa introduce la idea de que se trataría no de eliminar la relación capital-trabajo sino de "armonizar" y hacer "equitativas" las relaciones entre ricos y pobres, es decir, no se trataría de acabar con la pobreza sino de humanizar a los ricos haciendo que paguen más.
Otra idea que está detrás de estas afirmaciones es que el estado sería "neutral", una especie de "juez social imparcial" que se estaría equivocando al beneficiar a la clase dominante. La historia confirma ampliamente la tesis marxista de que el estado surge como expresión de una sociedad con intereses irreconciliables y, para que no se consuma en una lucha estéril, el Estado surge como producto histórico que tiende a evitar esa debacle, sin embargo, el Estado tiende a identificarse y a defender a la clase económicamente dominante. La historia contemporánea está plagada de ejemplo de cómo los Estados legislan, reprimen y planean en función de apuntalar a la clase dominante. Hoy podemos ver cómo por toda Europa los planes de austeridad favorecen indefectiblemente al capital y atacan al trabajador. NO es eso un error inocente o una gestión errada de la economía, se trata llanamente de la expresión abierta del estado como defensor de las relaciones burguesas de producción. Pensar que un día en Estado podría desarrollar una "opción preferencial por los pobres" es una peligrosa ilusión del mismo calibre que pensar que bastaría con "fiscalizar" las cuentas del estado para que éste haga un trabajo "justo".
Los niveles de deuda alcanzados por los Estados son expresión de la gravedad misma del atolladero histórico en el que se encuentra este sistema decadente. Por más de 40 años la economía mundial ha funcionado a base de deudas, la producción de mercancías se ha sostenido sobre una montaña de deuda, la recesión solo se ha aplazado. Los planes de austeridad que se empiezan a convertir en el pan de cada día van a encoger la demanda de manera irremediable, es decir, van a agravar el problema. A Grecia le han condonado una parte importante de su deuda, sin embargo, eso no es garantía de que la situación vaya a mejorar. Los trabajadores están sometidos a una degradación implacable de sus condiciones de vida. Sus familias se verán orilladas a sobrevivir en condiciones indecibles que marcan hasta dónde ha llegado el "progreso democrático del capitalismo".
Constatar una realidad injusta es un ejercicio sencillo, buscar una solución radical implica comprender cabalmente las causas de estas injusticias. Por ejemplo, una vez que los compañeros en cuestión evidencian el problema de la deuda del estado español, se proponen como solución un vigilancia de las cuentas del Estado, así, «esta auditoria de la deuda pública española permitiría invertir la transferencia de riqueza operada por el servicio de la deuda en beneficio de los acaudalados tenedores de títulos de deuda hacia la población en su conjunto, para su bienestar». Evidentemente que no cuestionamos la sinceridad ni la honestidad de los compañeros al proponer esta "alternativa", sin embargo pensamos que es una muestra de las ilusiones que existen en el "estado democrático". En la organización de la vida social actual el Estado aparece como el rector y gestor eterno de la actividad humana, pensamos que esta idea sigue girando en torno a la defensa del sistema. Exigir al estado que "distribuya mejor la riqueza" implica mantener intacta la forma en que la riqueza se genera (sobre la explotación de la inmensa mayoría), implica mantener intacto el modo de producción de esa riqueza (producción social pero apropiación privada) para navegar en los terrenos fangosos del "derecho". Lo que tenemos que discutir y reflexionar juntos es saber si en el marco actual de las leyes y del Estado podemos encontrar una solución al dilema histórico actual o, como estamos convencidos, la solución está más allá de este sistema, es decir, la única solución al capitalismo está en su superación y no en su "mejoramiento". Por tanto, no se trataría de gastar energías en hacer que este sistema decadente mejore, al contrario, se trataría de eliminar las actuales relaciones de producción basadas en la explotación del trabajo asalariado. La revolución comunista mundial es una opción sobre la cual debemos reflexionar.
Fraternalmente,
CCI, 15-03-12.
La deuda del Estado español está en el punto de mira de toda Europa, ya que los mercados financieros (bancos de inversión, fondos buitres y aseguradoras) han estado y siguen especulando con ella, con un solo objetivo: llevarse jugosos beneficios. Y esto a costa del empobrecimiento de la población en su conjunto, porque toda esta especulación conlleva un aumento progresivo de los intereses a pagar, reduciendo, a su vez, otros gastos del Estado, como ahora: la educación, las prestaciones de jubilación, viudez y desempleo, justicia, sanidad o servicios sociales.
Todas estas medidas de austeridad, equivalentes a los planes de ajuste estructural llevadas a cabo en el sur del planeta a partir de los años 80, no hacen más que aumentar las desigualdades sociales, a través del empobrecimiento cada vez mayor de las personas, especialmente de las más vulnerables (mujeres, minorías étnicas, jóvenes, inmigrantes, personas en paro y jubiladas).
No obstante, y en oposición con el discurso dominante, no son los gastos públicos los que han hecho que incrementara la deuda del Estado español. Al contrario, han sido medidas, cuyo beneficio para el conjunto de la población es más que dudoso, las que han provocado el déficit que han obligado un endeudamiento cada vez mayor. Por ejemplo, la baja de impuestos sobre sucesiones y donaciones, sobre el tramo superior del IRPF, y la supresión del impuesto sobre el patrimonio han beneficiado a los más ricos, cuyo patrimonio ha sido también protegido por el fraude fiscal, la bajada de impuestos sobre sociedades y las SICAV, como premio a su avidez y descontrol.
Por lo tanto, la lógica imperante es de hacer pagar al conjunto de la población las ventajas económicas conseguidas por un pequeño número de personas adineradas a través de la deuda. Pero no resulta fácil conocer la proporción exacta del presupuesto dedicado a pagar la deuda. Esto se debe a una voluntad política deliberada de esconder estas cuestiones a la población, facilitada por el carácter peculiar del endeudamiento de los estados, muy diferente al entendimiento general de los préstamos a particulares o empresas. Para estos préstamos, el dinero prestado (llamado capital), así como los intereses, se reembolsan conjuntamente a lo largo del tiempo acordado. En el caso de un estado, solo los intereses de los préstamos (llamados letras, bonos u obligaciones del Estado, según sean a corto, medio o largo plazo) se van reembolsando a lo largo de su duración, mientras que el capital se debe devolver de golpe cuando acaba (vence) el préstamo. Por esta razón, el funcionamiento habitual de los Estados es de endeudarse más para pagar los vencimientos de las antiguas deudas, permitiendo a los estados esconder estos gastos, ya que se equilibran a nivel presupuestario: los gastos por pago de vencimientos equivalen a los ingresos por emisión de deuda nueva. No obstante, aumentando la deuda por el déficit resultando de una mala gestión presupuestaria, se incrementa cada vez más el pago, que a su vez necesita cada vez más emisiones. Además, esta nueva deuda puede ser emitida en condiciones diferentes, por ejemplo con tasas de interés más altas (lo que ha estado ocurriendo últimamente), que desembocan en el clásico *efecto bola de nieve* (aumento de la deuda por el efecto combinado de altas tasas de interés y nuevos préstamos para pagar endeudamientos anteriores).
El estudio minucioso de los presupuestos generales del estado (accesibles a través de la página Web del Ministerio de Economía y Hacienda) permite averiguar la cantidad de dinero gastada por el Estado español a título de reembolso de capital durante los últimos años (ver tabla). Por ejemplo, el reembolso de capital para el año 2010 es comparable al presupuesto total del Estado para ese año. Si sumamos intereses y capital reembolsados últimamente, vemos que *entre 2000 y 2010, el Estado español ha reembolsado más de 3 veces lo que debía en 2000, y sigue debiendo casi el doble*. Esta tabla también permite ver como los intereses y el capital reembolsados así como la deuda total no han parado de aumentar desde el año 2000, y con la actual especulación sobre la deuda del Estado español, esta tendencia no va a cambiar.
En conclusión, parece totalmente injusto ahorrar sobre los servicios públicos como educación y sanidad para rembolsar una deuda con el fin de aliviar un déficit que benefició a los más acomodados. Bajo presión popular, el Estado tiene que abrir todas las cuentas públicas de la deuda para que el pueblo, apoyado sobre el derecho nacional e internacional, pueda decidir si se debe rembolsar lo que ha sido pagado varias veces y que carece de legitimidad. Así, esta auditoria de la deuda pública española permitiría invertir la transferencia de riqueza operada por el servicio de la deuda en beneficio de los acaudalados tenedores de títulos de deuda hacia la población en su conjunto, para su bienestar.
Yves JULIEN, Jérôme DUVAL
Attachment | Size |
---|---|
![]() | 136.52 KB |
hoja que estamos repartiendo cara al 29 M, si piensas que es un buen instrumento para impulsar la lucha obrera aunque no compartas todo lo que en ella se dice ¡difundela!, adjuntamos el archivo para ser impreso
Cinco años después del principio de esta crisis las condiciones de vida de los trabajadores van de mal en peor. A los planes de austeridad de Zapatero-Rubalcaba y el PSOE, les suceden, triplicados en brutalidad, los de Rajoy y el PP: subida generalizada de impuestos (IRPF, IBI, y todo tipo de tasas que encarecen dramáticamente luz, agua, combustibles, etc.); enésima reforma laboral que supone un salvaje abaratamiento del despido que llevará la cifra del paro - según previsiones del propio gobierno - a los 6 millones de desempleados, y que persigue además chantajear a quienes "conserven" su empleo para que acepten rebajas de salarios, aumentos de la jornada, traslados, y todo tipo de arbitrariedades del empresario, sea éste privado o la propia Administración que está imponiendo por decreto hachazos también a los salarios de los empleados públicos, despidos de miles interinos, gravámenes como el copago sanitario, recortes y degradación en servicios públicos esenciales como la educación o la sanidad.
Y esto, como subrayó la propia vicepresidenta del Gobierno: "es tan solo el inicio del inicio". Efectivamente no hay más que ver lo que está pasando en Grecia, donde han fulminado a la tercera parte de los empleados públicos, y donde el salario mínimo se ha recortado hasta extremos imposibles; o en Portugal, donde también se suceden las "reformas laborales", la eliminación de pagas extras, los aumentos brutales de pagos por servicios sanitarios,... Pero fijémonos también en lo que está pasando en Francia, Inglaterra o Alemania, donde también se posterga la edad de jubilación y se recortan las pensiones (lo que en Francia dio lugar a un movimiento masivo de luchas en 2010); se extiende la precariedad laboral (los famosos "mini-jobs", y el empleo a tiempo parcial), y se generalizan los salarios de miseria: Así en la opulenta (¿?) Alemania, casi una cuarta parte de la población laboral gana menos de mil euros al mes, mientras en USA la tasa de pobreza bate todos los récords históricos (más de un 15% de la población), y el número de personas privadas de seguro médico, con su "reforma sanitaria de Obama" y todo, han aumentado el último año en casi 1 millón,...
Porque no se trata de la incompetencia de tal o cual gobierno, ni de la avaricia de tal o cual nación capitalista, ni de la abyección de tal o cual empresario o político. Se trata de una auténtica bancarrota, una verdadera crisis sistémica del capitalismo, que ya no puede ofrecer más que ataques cada vez más graves contra el proletariado mundial y las capas laboriosas de la población, entrando en una dinámica absurda e irracional, pues el mercado mundial solvente se va estrechando, hundiendo más y más en su propia ciénaga a la sociedad capitalista. Así llevamos más de 40 años, pero estos últimos 5 suponen un hundimiento cualitativo empujado por la irresoluble crisis de sobreproducción y agravado por el estallido del endeudamiento generalizado de estados, empresas y familias.
Por todo ello resultan nefastas las ilusiones de "otro capitalismo es posible". Se trata de un cuento de hadas que la ideología dominante repite "mil veces hasta transformarla en verdad", según el cual el estado democrático no sería la dictadura de la minoría privilegiada sobre la mayoría explotada, sino que todos seríamos "ciudadanos iguales ante la ley", y los "ciudadanos trabajadores" tendrían unos partidos de izquierda y unos sindicatos que los defenderían contra los excesos y abusos de patronos especuladores, poderes financieros, usurpadores de la "soberanía" nacional. Al contrario que en los cuentos, la dura realidad que viven los trabajadores en todos los países es que su "hada madrina", la izquierda del capital, cuando está en el gobierno se comporta como la madrastra de la derecha realizando los mismos planes de austeridad:. Por eso la alternativa no es hacer cambios en el sistema; sino cambiar de sistema, aboliendo la explotación y las clases sociales. ¿Sí, pero cómo hacerlo?
Ya hemos visto que no podemos confiar en quienes nos dicen "¡votadnos!", y luego se aprovechan de nuestra confianza para atacarnos despiadadamente. Tampoco podemos confiar en los sindicatos, que se autoproclaman "representantes de los trabajadores", cuando en realidad son la verdadera "quinta columna" de la burguesía dentro de las filas obreras. Siempre movilizan para engañar y desmovilizar. Que no se nos olvide que pocas semanas antes de la promulgación por Rajoy de su Reforma Laboral (y que anunciara ¡él mismo! la propia Huelga General), UGT y CCOO habían llegado a un acuerdo con la patronal, para flexibilizar salarios y aceptar "cláusulas de descuelgue" de los convenios, beneficiosas siempre para los explotadores si las necesitaban para la supervivencia de la empresa, etc.,... Hace ya muchos años que los sindicatos, ¡y en todo el mundo!, se han convertido en gestores del sistema capitalista, defensores de la economía nacional y de la viabilidad de la empresa, pero no de los explotados.
Y, como tal se demuestra en las "luchas" que organizan, donde reinan la división y la pasividad de los trabajadores, como se ha visto en las recientes movilizaciones de los empleados públicos en Murcia, Madrid, Cataluña o Valencia,... cada uno en su rincón, cada día en un sitio distinto para infundir la idea de que cada lucha es distinta, juntándose con sus hermanos de otros sectores sólo a toque de corneta de las convocatorias sindicales, donde además nos hacen vernos como "ciudadanos" preocupados por la propiedad estatal de la sanidad o la educación, y no por la defensa de nuestras legítimas necesidades como trabajadores; desviando la indignación hacia la corrupción o el despilfarro de este o aquel gobernante, para ocultar que, en última instancia, todos los gobiernos dentro de de este sistema capitalista suponen una gigantesca estafa pues dicen actuar para el bienestar de la población, cuando su única guía son las leyes capitalistas de la competitividad, le beneficio y la acumulación.
Por eso cada vez más trabajadores "huelen a algo podrido en los Sindicatos", y los ven como piezas de una "opereta" en la que junto a gobierno, patronal etc., representan un "paripé" engañoso y calculadamente inofensivo frente a la avalancha de ataques que impone la supervivencia del capitalismo. Por eso, para cada vez más trabajadores, si el 15-M acuñó el "nuestras necesidades no caben en vuestras urnas", los movimientos de los explotados contra los estragos de la crisis empiezan a intuir que "nuestra necesidad de parar los ataques capitalistas, nuestra voluntad de imponer nuestras necesidades a las exigencias de este sistema de explotación no caben en vuestras ‘huelgas generales'.
La propia forma de la "Huelga general" es un terreno trampeado. En primer lugar porque parar la producción para presionar a los capitalistas tiene cada vez menos sentido pues es hoy el propio capitalismo quien "para" la producción. En segundo lugar porque los propios requerimientos legales de dichas huelgas (exclusividad de su convocatoria por los sindicatos, descuento de salarios para quienes participan, pacto de unos servicios mínimos abusivos en los que los gobiernos del PSOE y del PP están, una vez más, de acuerdo, etc.) fomentan la atomización y la pasividad de los trabajadores. La propia cobertura mediática de las huelgas generales que miden su "eficacia" en tantos por ciento de seguimiento siempre discutidos, que polarizan la atención en torno a los consabidos y provocados incidentes de los piquetes, que ponen el foco en las cabeceras de las manifestaciones sindicales,... son otros tantos instrumentos para restar cualquier capacidad de iniciativa a los trabajadores y fomentar, en cambio, su disciplina obediente respecto a las órdenes de los gerifaltes sindicales. La Huelga general - ni ésta ni las anteriores- ni las 2 de este último año en Portugal, ni las más de 10 que llevan de Grecia, sirven para activar la combatividad, sino como dique para contenerla, para encauzarla hacia un cenagal de resignación e impotencia. La cuestión a la que nos enfrentamos es que necesitamos luchar de verdad, unidos y en nuestro terreno de clase, que no podemos delegar nuestra responsabilidad en unos supuestos representantes "democráticos" bien sean sindicalistas o diputados que la realidad nos ha demostrado hasta la saciedad que siempre nos engañan y nos venden ante gobiernos y capitalistas.
Frente a esto hay muchos compañeros que desconfían y optan por quedarse en casa. Pero ese es el principal "daño colateral" de las pantomimas sindicales: desmoralizar y aislar los que quieren luchar de verdad. También es verdad que muchos trabajadores acuden a estas convocatorias no porque crean en los sindicatos, sino impulsados por la necesidad de expresar todos juntos nuestra indignación, de sentir el calor de la unidad y la solidaridad de compañeros de todos los sectores y todos los rincones,... Precisamente por todo ello, no podemos dejar que los sindicatos dilapiden nuestra combatividad con sus estériles convocatorias.
Las luchas de los últimos años (Francia 2010 contra el recorte de las pensiones, estudiantes en Inglaterra contras las subidas de las tasas universitarias, primavera árabe, Grecia, movimiento de los indignados en España, pero también en Israel y USA, etc.), han puesto de manifiesto no el agotamiento de la combatividad de los trabajadores sino, al contrario, la aparición de fuerzas renovadas que avivan la llama de la lucha contra la explotación y la barbarie capitalistas. No sólo eso. Por muchas y serias que sean las dificultades que el proletariado aún demuestra, sí pueden verse en cambio tendencias de lo más esperanzadoras, como son:
Como hemos visto con las luchas y asambleas del 15M esto no es una utopía, este es el inicio de la verdadera lucha que nos llevará a retos mayores para tratar de defender nuestras condiciones de vida y trabajo como auténticos seres humanos y sembrar las semillas de la futura sociedad donde no haya ni explotados ni explotadores, donde por fin se pueda cumplir el principio comunista: "de cada uno según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades".
Corriente Comunista Internacional
24 de Marzo de 2012.
Como en el resto del mundo, la burguesía en México incrementa la explotación de los trabajadores pues no cuenta con otro instrumento para intentar enfrentar la crisis económica. La “reforma laboral” que se pretende imponer representa una cascada de brutales ataques, más intensos que los llevados a cabo en los años 80’s, periodo llamado la “década perdida” debido al proceso que se vivió de agudización de la crisis. Y ahora son los trabajadores de la educación a quienes la burguesía –mediante la “reforma a la ley de la educación” y la ACE (Alianza por la Calidad de la Educación)– ha elegido para iniciar esta nueva serie de golpes que tienen de fondo una más palpable agudización de la crisis capitalista. Ante esta situación no se han hecho esperar ni el descontento ni la combatividad del magisterio, mismos que se han expresado en diversas movilizaciones desde Enero de este año y que implican una perspectiva de próximas luchas dada la brutalidad de los ataques no sólo en este sino en los demás sectores de la clase trabajadora.
La CCI ha intervenido en las divesas manifestaciones que han tenido lugar desde inicios de año ([1]). En particular en el mes de Marzo hemos intervenido con una hoja-volante que se enfoca en la recuperación de la experiencia de luchas recientes de la clase trabajadora internacional, señalando a la unidad y la extensión de la lucha como las necesidades vitales para enfrentar los ataques. Este señalamiento de aquello que resulta vital para luchar en nuestro propio terreno –el del proletariado mundial– no puede dejar de lado la reflexión a favor de todo aquello que promueve y profundiza dicha unidad y autonomía de clase. De ahí la recurrente llamada a conformar Asambleas Generales donde este proceso tenga lugar pero también la necesidad de denunciar y combatir como ajenas y perniciosas todas las trampas que amenazan a los trabajadores, socavando su unidad y la extensión de su lucha. Dichas maniobras burguesas no han tardado mucho en ser servidas en bandeja de plata para intentar esterilizar el descontento creciente y por ello también es necesario traer a colación los episodios nefastos del uso de dichas trampas en el pasado reciente, para identificarlas como tales y sacar las lecciones pertinentes.
Lo que sucede ahora en México representa un “botón de muestra” de lo que ocurre en otras regiones del mundo, dados la agudización mundial de la crisis capitalista, los ataques brutales a la clase trabajadora y el consecuente descontento y combatividad proletarios, así como las trampas burguesas para contener, desviar y esterilizar. En este caso ya es notorio que el aparato sindical intenta desviar la atención de los explotados hacia trampas como la “democracia sindical”, la “defensa de la educación pública”, la “impugnación a Gordillo” o la ilusión de dejar todo en manos de los senadores…
Por ello reproducimos esta hoja-volante pues consideramos que sus argumentos son de interés general para el conjunto del proletariado. Llamamos a los trabajadores a su discusión y reproducción colectivas para así preparar la continuación de la lucha.
Para enfrentar los ataques, la unidad y la extensión de la lucha
La vida de los asalariados está marcada por la explotación y la miseria. Y cuando la crisis se acelera la clase dominante degrada aún más las condiciones de vida de los explotados, agrandando los sufrimientos y las penurias. Una muestra descarnada de esto son los ataques dirigidos en contra de los trabajadores de la educación. Se trata de una prueba más de las “respuestas” de la burguesía ante la crisis: los profesores diariamente en las aulas desarrollan duras faenas que consumen sus fuerzas y absorben su vida; y a cambio de ello reciben un salario directo e indirecto cada vez más degradado, una cascada de nuevos e inútiles trámites burocráticos y una escandalosa campaña acusándolos de “ineficientes y flojos”. La clase dominante afirma que estas violentas medidas se justifican por el “bien de la educación”… ¡Pero vemos que dichas medidas son similares a las que ya se aplican o se pretenden aplicar a trabajadores de otros sectores e incluso de otros países! Por ejemplo en Grecia se ha anunciado una reducción directa y general del salario en 22 %, y para los jóvenes menores de 25 años en 32 %. En Europa entera se ha impuesto el retraso de la jubilación. En los E.U.A., la tasa oficial de desempleo es de 8.5 %, pero si se añaden los miles de desempleados que no han tenido la oportunidad de encontrar trabajo y por tanto ya no pueden cobrar el seguro de desempleo, la tasa de desocupados se eleva hasta cerca del 20 %.
En México no sólo se agrede a los profesores, a los trabajadores del IMSS se les viene amenazando con “ajustar” el sistema de contratación para facilitar el despido… Cada plan o medida que los Estados aplican, dicen que es para mejorar la vida de los trabajadores… ¡Mentiras! Con desempleo, bajos salarios y altas cargas laborales el único objetivo es mejorar la ganancia capitalista.
“Evaluación Universal” = mayor explotación y menos salarios
Los ataques que se preparan contra los profesores son en realidad una continuación de los golpes dados en 2007 a través de la “Reforma a la Ley del ISSSTE”. En ese entonces, los trabajadores buscaron organizarse y expresaron su descontento mediante la movilización. Pero se les desunió y desmovilizó fomentando la esperanza en los amparos jurídicos y en los alegatos y “buenos oficios” de los diputados y abogados de todo tipo. Así, condujeron todo el descontento al impotente camino del amparo ante la ley burguesa donde cada trabajador está solo frente al Estado. ¡Estado que por otra parte no sólo legitima y administra sino que pone en marcha esos mismos ataques!
Si ese golpe logró pasar, fue porque la burguesía, a través de sus acólitos, logró imponer la desarticulación de la combatividad. Esa es una lección que debe estar presente entre los trabajadores que hoy están intentando expresar su descontento: una lucha aislada, donde cada uno se encuentra desnudo ante los ataques, está destinada al fracaso.
La “Evaluación Universal” no es sino un apéndice del proyecto “Alianza por la Calidad de la Educación” (ACE). Este proyecto no sólo pretende imponer un sistema de evaluación que lleva a los docentes a competir entre sí y restringir las plazas. Además busca incrementar cargas de trabajo, aplastar los salarios, adecuar las formas para asegurar despidos rápidos con “bajos costos” y afectar las jubilaciones.
El contenido general de esta medida forma parte del proyecto que se intenta aplicar a todos los asalariados mediante la “Reforma a la ley del trabajo”. Por eso no puede ser entendida como un problema gremial, ¡es un ataque general hacia todos los trabajadores y por eso requiere una respuesta de todos! La burguesía se adelanta para impedir esta unidad; por ello ha desatado una campaña de desprestigio en contra de los maestros, para dejarlos aislados e impedir la solidaridad y la unidad de los combates.
La burguesía siempre apuesta a dividir, siempre presenta un problema como exclusivo de una parte de los trabajadores. Recordemos cómo el golpe a los trabajadores de Luz y Fuerza lo justificó diciendo que estos eran “ineficientes y privilegiados”. Ahora esa campaña se repite diciendo lo mismo de los maestros. Y pronto esa cantaleta se reciclará y se usará contra otros sectores de la clase trabajadora. Así, la burguesía va atacando sector por sector para aislar, confundir y dividir, nulificando todo combate.
Para poder defendernos, ¡necesitamos luchar unidos!
El sector de los maestros es de los primeros en ser atacado. Pero la crisis es tan severa que exige a la burguesía implantar simultáneamente las mismas medidas en el sector privado o público; como ya lo está intentando con los trabajadores del IMSS. Y para enfrentar estos ataques requerimos de una respuesta unida. Dicha unidad sólo será posible si los trabajadores logran auto-organizarse y extender su lucha. El descontento y la lucha no deben quedarse en un solo sector, como el problema individual de un gremio. Si eso ocurre, los ataques pasarán, sector por sector.
Por eso es vital crear un solo movimiento en el que estén integrados todos los trabajadores sin importar el sector en el que laboren, sin importar si son jubilados o desempleados. De esa manera la masividad y la extensión harán que el descontento se unifique en una misma lucha. Los maestros o cualquier otro sector en lucha, deben dirigirse a sus hermanos de clase de otros sectores para discutir, reflexionar y organizar respuestas conjuntas. De esa manera el combate se extiende y no queda ahogado entre las paredes del gremio. No se trata sólo de sumar a “padres de familia” y quedarse encerrados en la estrechez de la escuela. Se trata de buscar la solidaridad y la unidad de todos los explotados para extender la lucha.
Las condiciones de miseria de los trabajadores son cada día mayores y el descontento va en aumento. Frente a eso el Estado y su aparato harán todo lo posible por crear la división. Su trampa más usada es imponer la separación en gremios, secciones o en siglas sindicales. Intentarán desviar el combate hacia senderos falsos, como “el juicio a Gordillo”, “la democracia sindical”, la “defensa de la economía nacional” o el apoyo a algún “candidato redentor”. La clase dominante buscará imponer estas consignas para desviar el descontento y hacer que pasen los golpes. Así mismo imponen voceros y negociadores que dicen hablar en nombre de los trabajadores, pero que sólo buscan colocar su punto de vista que es el de la burguesía y su Estado, impidiendo la solidaridad entre los explotados.
Asambleas Generales para reflexionar colectivamente y organizar la lucha
Para agrupar el descontento e impulsar nuestra lucha como trabajadores, requerimos ante todo un lugar de reflexión abierta y colectiva. Donde asistamos no para escuchar los discursos de los de siempre que al final imponen decisiones, impidiendo la discusión de todos. Se requieren Asambleas Generales abiertas a todos, en los centros de trabajo, en las plazas públicas. Asambleas en las que los trabajadores podamos hablar, debatir libremente y definir las orientaciones de nuestra lucha. Además, estas mismas Asambleas deben romper el aislamiento e informar sus resolutivos, buscando fomentar la extensión y articulación de las luchas y del descontento general.
Debemos reconocer y enfrentar como una trampa todo aquello que nos divida o nos lleve al alejamiento de los demás explotados. La unidad y solidaridad son la gran fuerza de los trabajadores, por eso la burguesía busca impedir que éstas se desarrollen.
Lo que permitirá la solidaridad y unidad de clase es el debate sobre los problemas que viven todos los trabajadores y la integración de sus diversos sectores en un mismo combate. La fuerza proletaria, sustentada en su unidad y solidaridad, nos recuerda que el futuro pertenece a la clase trabajadora. Pero no se trata del futuro ilusorio de las elecciones, de las mentiras del capitalismo que nos dice que su crisis tiene solución. Se trata de un futuro de lucha contra esta sociedad de explotación que si no es combatida, nos arrastrará a todos a una barbarie sin precedente.
¡A crear las Asambleas Generales para reflexionar colectivamente y preparar la lucha!
¡Qué todo el descontento se unifique
y que la lucha se extienda!
Proletarios de todos los países, ¡uníos!
Marzo de 2012
Revolución Mundial
Sección en México
de la Corriente Comunista Internacional
Invitación
A lo largo de América Latina, por varios años se vienen sosteniendo, discursos extraños al movimiento obrero internacional y al inexorable resquebrajamiento del sistema capitalista. Según dicen los argumentos provenientes de sectores denominados de izquierda, que la pobreza de nuestra región se debe a la implementación del neoliberalismo; a la falta de una "verdadera" democracia; qué el Estado viene siendo administrado por la "derecha" y por los neoliberales; que el imperialismo yanqui es el responsable de las desgracias populares, y que se debe tomar el poder del Estado en nombre del pueblo pobre para revolucionar las cosas.
Ante la crisis del capitalismo que viene azotando la región, los años noventa y los primeros años del siglo XXI, fueron escenarios de varias explosiones sociales; en el caso del Ecuador, desde 1997 varios gobiernos se sucedieron uno tras otro, dimitiendo ante el insostenible Estado en descomposición; alguna gente de izquierda, se jacta de haber sido los responsables, sin embargo, queda la sospecha de no ser tan cierto que digamos, el sistema está en podredumbre, y el ropaje que adquiere, es cuestión de perspectiva de las necesidades de la burguesía. Es más, se puede afirmar sin miedo a equivocación que se coadyuvó a esa necesidad de la burguesía ecuatoriana, boliviana, venezolana, nicaragüense en tratar de refrescar su ya decadente propuesta con el tan mentado Socialismo del siglo XXI.
Ante un sistema en decadencia, la propia ideología burguesa intenta sostener la viabilidad del capitalismo con el falso discurso de la "democracia", es así que en España, un país supuestamente perteneciente a la cuna del desarrollo democrático aparece el agrupamiento de Democracia Real Ya (DRY) enarbolando la democracia, como si en ese país no hubiera habido una verdadera democracia; es más, la gente que está detrás de DRY, provienen de aquellos movimientos altermundistas como ATTAC que repartían enormes cantidades de papel en América Latina en defensa de la democracia y por gobiernos como el del señor Chávez, Correa, Morales y Lula; ¿Cuáles son los resultados, aunque sean mínimos a favor del proletariado? Pues ninguno, los ataques contra el proletariado, si no han sido iguales, han sido el doble de brutales como cualquier gobierno de derecha o de ultraderecha. Entonces, ¿Es verdad que no existe democracia o es que el sistema capitalista ya no tiene vigencia? ¿Será que el discurso anti-neoliberal es una manera de ocultar la verdadera podredumbre del capitalismo? ¿Será suficiente ser antiimperialista yanqui para decir que se es revolucionario? ¿Es objetivamente cierto que un pequeño grupo de revolucionarios fuertemente disciplinados serán los que tomen el poder o es el proletariado mundial organizado conscientemente los destinados a esa tarea histórica? Son las interrogantes de esta invitación.
La perspectiva de la lucha de clases, por el momento empieza a tomar cuerpo a través del debate en las minorías revolucionarias en todas partes; para algunos el debate quizá resulte estéril, pero quienes somos segregados del proletariado no podemos caer en el error del inmediatismo, en vista que no se trata de cambiar un gobierno por otro, de una norma legislativa por otra; de un diputado por otro, etc. Ese no es el futuro del proletariado, ni de la humanidad entera; el futuro está en los procesos de esclarecimiento para la lucha de clases, para que el proletariado no vuelva a ser embaucado en falsas "revoluciones".
Continuando con las actividades históricas del proletariado, INTERNACIONALISMO, sección de la Corriente Comunista Internacional en Ecuador, os invita a la reunión pública con el tema "EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI".
FECHA: Sábado 7 de abril del 2012.
HORA: 2 PM termina 6 PM
CIUDAD: Quito
LUGAR: Plaza de San Blas (casa parroquial de San Blas) Caldas E1-102 y Guayaquil (espacio en el que se reúnen los compañeros de Cambio Radical)
TEMA: EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
¡Te esperamos, tus aportes serán importantes para el futuro de la humanidad!
Atentamente:
Corriente Comunista Internacional.
Marzo del 2012.
Una compañera nos envía un libro donde reflexiona sobre la situación del capitalismo, la situación del proletariado y la perspectiva revolucionaria. En cuanto nos sea posible haremos un comentario sobre dicho material
Recientemente hemos publicado un debate sobre la "Contribución de una compañera sobre la crisis y las perspectivas de la lucha de clases"[1], donde exponemos algunas cuestiones que nos plantean las reflexiones de esta compañera que firma Aurora despierta.
Ahora ella misma nos envía un libro que ha escrito y que dice que contiene muchas de las respuestas a las cuestiones que han surgido en el debate y nos pide que publiquemos la referencia; lo que hacemos a continuación para permitir que el debate pueda avanzar, aunque por el momento no hayamos podido ni siquiera leer el libro; cosa que la compañera asume: «Os voy a pedir un favor especial. Como es mucha tarea que lo leáis todos, lo discutáis, y hagáis un comentario ¿Podría ser que al menos uno le echase un vistazo por arriba y si le inspira suficiente confianza -teniendo en cuenta lo que ya conocéis de mí-, simplemente anunciáis su existencia, poniendo el enlace que os acompaño, pero haciendo la reserva de que todavía no habéis podido estudiarlo por lo que no es que deis la aprobación ni aseguréis de que estáis totalmente de acuerdo, pero para que se sepa y la gente pueda conocerlo a tiempo?»
Entre tanto, podría abrirse un debate con aportaciones de otros compañeros pues las cuestiones que plantea -más allá del acuerdo que pueda tenerse en sus diferentes apreciaciones- son absolutamente válidas y necesarias para la lucha del proletariado contra este sistema no solamente infame e inhumano sino igualmente hundido en una crisis cuya gravedad y consecuencias a nadie se le oculta.
[1] https://es.internationalism.org/node/3319 [53]
Aurora Despierta
Llamamiento a los trabajadores/as ante el fin de una era y el inicio de otra; cambiar de rumbo para evitar la derrota y las catástrofes que se avecinan con el capitalismo. Hacia una estrategia por la autoliberación integral. Guión para la lucha que hoy necesitamos sobre todo en los países ricos. Eslóganes.
Este libro es una respuesta y guía de urgencia en una situación que en poco tiempo puede ser crucial para el proletariado, en particular para el del Estado Español. Recoge información hasta el día 2 de marzo de 2012, quiere aportar líneas de orientación para este mismo mes (8 y 29 de marzo), pero también y sobre todo, a medio y largo plazo, para dotarnos de una comprensión panorámica de la realidad, entendiendo el pasado y con un horizonte hasta 2050 al menos. Es un libro de intervención inmediata, pero sobre todo de estudio y reflexión para un largo recorrido. Por eso reúne desde los sucesos más recientes, hasta multitud de eslóganes, pasando por una reflexión histórica y económica en términos que todos puedan entender. Porque lo que necesitaremos ahora y en adelante, requiere de todos estos planos de conocimiento y respuesta, pues los trabajadores/as debemos ser capaces de dominar medianamente todos, si es que aspiramos a un mundo muy diferente en el que seamos algo mucho mejor de lo que nos está tocando ser en esta civilización.
Página CAPÍTULO
2 1.- Saludos. Ellos son una clase y lo saben. Nosotros también lo somos, debemos recuperar nuestro saber y memoria o nos derrotarán. La verdadera naturaleza del ataque que estamos sufriendo. La "moderación" ya nos está conduciendo a una derrota histórica ¿aprenderemos a tiempo o lo dejaremos para cuando sea demasiado tarde?
5 2.- Carta abierta a la burguesía mundial de parte de unos trabajadores conscientes de su clase y de sus verdaderos intereses.
8 3.- Un tsunami social recorre el mundo. La placa de la burguesía sobre la del proletariado. Un sistema bulímico. El fin de una era del capitalismo, el gran riesgo de una derrota histórica en los próximos años, para someternos a un capitalismo futuro peor, ya planeado por la burguesía.
11 4.- El momento actual y la próxima era: El principio de A(r)químedés aplicado a los sindicatos. Reducir los gastos totales del mantenimiento del proletariado ("competitividad" y "déficit del Estado"), una ofensiva de la burguesía mundial, el "Estado de bienestar" y la "sociedad de consumo" como vestigios. La ley de reforma laboral en España. Las convocatorias de Huelga General. 8 de marzo, las mujeres trabajadoras. Los estudiantes. La importancia de una orientación internacionalista y su posibilidad real. Del déficit del 3% en 2013 (o 2014) al 0,5% desde 2020. Década de 2030 encarecimiento de la energía y prolongación del tiempo de trabajo. Los sindicatos subordinando el salario al coste del combustible desde hoy. Decrecimiento capitalista, consecuencias del Cambio Climático. La crisis en sus diversas facetas. El futuro de las mujeres.
32 5.- Las anteriores etapas del capitalismo. De la manufactura al toyotismo. Del libre mercado a la intervención del Estado. De las crisis de "juventud" a las de decadencia. Marx desenmascara el régimen asalariado del trabajo, el capitalismo. Guerras. Resistencias, revoluciones y derrotas proletarias. Armamentismo. Orígenes verdaderos de la actual crisis y sus manifestaciones en EEUU y España. De la "destrucción creativa" a la "destrucción y demencia". Crisis de sobreacumulación de capital, sobreproducción de mercancías, financiera.
47 6.- Algunas consideraciones sobre los actuales problemas financieros, las medidas tomadas y las perspectivas.
50 7.- La raíz del problema: ni el neoliberalismo, ni el capital financiero, sino el régimen asalariado del trabajo.
51 8.- ¿Por qué nos resulta tan difícil reconocer la raíz? La propaganda burguesa. Nuestro lugar en las relaciones sociales. La mercantilización de las conciencias que nos impide rebelarnos contra la estafa. El peso de las derrotas.
53 9.- "Salarismo", nombre secreto del capitalismo. Llamarlo por su nombre para mejor combatirlo.
54 10.- Las "clases medias" también atacadas. Asustadas pueden caer en brazos de los políticos más reaccionarios del gran capital. ¿Cómo evitarlo y ganarlas?
57 11.- Los límites históricos del capitalismo. Las tijeras del régimen asalariado (producción y realización de la plusvalía) amenazan con cortar los... beneficios al capital. Una jornada y un mundo finitos para su desgracia. El capital se pone a sí mismo la zancadilla. La mercantilización de la Naturaleza nos pasa la factura. Los límites al Crecimiento capitalista. Un sistema caducado. Década de los 30 ¿tocando techo? ¿Por quién doblan las campanas?
62 12.- El envejecimiento de la población, un factor nuevo que favorece nuestra derrota y nos obliga a tener el tiempo más en cuenta para aprovechar ahora el potencial de la juventud.
63 13.- ¿Habrá un período de recuperación económica que permita la de las fuerzas proletarias? La importancia de entender de qué va todo esto.
64 14.- Su moral nos esclaviza, la nuestra nos emancipa. Todo está sustentando en una estafa, en una inmoralidad, el trabajo no pagado. Levantar bien alto la teoría marxista de la plusvalía. La importancia crucial de la lucha moral. Hacia un tipo humano nuevo.
68 15.- El sentido de la vida, un problema de todos, cada vez más sentido. Vivir para trabajar, trabajar para vivir o vivir trabajando para realizar nuestra vida. Recuperar nuestra vida, recuperar nuestro trabajo, abolir el régimen asalariado. El capitalismo causa cada vez más frustración y sufrimiento psicológico. Otro mundo y otra vida son posibles.
71 16.- ¿QUÉ HACER? La defensa con una orientación ofensiva para debilitar la suya: el cerco deslegitimador. Luchar con el poder de decisión en las asambleas. Comprender la verdadera naturaleza del "Estado de bienestar". Un futuro capitalista peor, cuestionar el régimen asalariado del trabajo y el Estado burgués que lo defiende. Reforma electoral ¿para quién? Poner en el centro del debate social la naturaleza del capitalismo, su raíz en la estafa del trabajo no pagado. La imposible alianza estratégica con la burguesía baja y media pero la flexibilidad en su tratamiento. La enseñanza pública en todos los niveles, interés estratégico de los trabajadores/as contra la división clasista del trabajo. La juventud en primera línea de la lucha del proletariado y de la recuperación de su saber. Tener muy en cuenta el tiempo para evitar la derrota y que hay unos plazos para el Cambio Climático. La necesidad de proyectos provisionales de Programa de Transformaciones Socialistas.
83 17.- Por qué no podemos esperar a que se hunda el sistema. Una cita ineludible en la década de los 30.
85 18.- Pensar estratégicamente y actuar con un plan, o sucumbir. La burguesía y la realidad tienen una agenda ¿y nosotros? Horizonte 2050.
86 19.- Eslóganes (más de 175).
92 20.- Enlaces a artículos y su relación.
93 21.- Cinco webs y una editorial para aprender más.
*******
1.- Saludos. Ellos son una clase y lo saben. Nosotros también lo somos, debemos recuperar nuestro saber y memoria o nos derrotarán. La verdadera naturaleza del ataque que estamos sufriendo. La "moderación" ya nos está conduciendo a una derrota histórica ¿aprenderemos a tiempo o lo dejaremos para cuando sea demasiado tarde?
Trabajadores/as.
A quienes para vivir necesitáis vender vuestra capacidad de trabajo (intelectual y física) por un salario a los que dominan los medios de producción de bienes y servicios (empresas con sus máquinas, locales, cartera de clientes, etc.), o sea, la burguesía. A los funcionari@s del nivel inferior y otros trabajadores/as dependientes del Estado, que veis recortados vuestros salarios. A los falsos "autónomos" que dependéis para sobrevivir de una o dos empresas. A quienes lo fuisteis y ahora estáis jubilad@s.
Tod@s nosotr@s, con contrato fijo o eventual, empleados, subempleados o en el paro, dependiendo de una pensión de jubilación o de la ayuda de vuestros hijos o apoyándoles, etc., independientemente de la nacionalidad o religión, somos parte de la clase trabajadora mundial, del proletariado internacional. No somos una masa informe con intereses que pueden no coincidir en cuestiones importantes con la burguesía, sino una colectividad de seres humanos con intereses objetivos antagónicos a los de esa clase y a la permanencia del capitalismo.
Proletariado somos tod@s los que en el mundo estamos sometidos por el régimen asalariado del trabajo.
La burguesía, los que dominan los medios de producción, las finanzas, el comercio, el Estado, prefieren que no lo tengamos claro, para que nos sintamos más aislados y débiles, y así no tomemos plena conciencia de nuestra situación en la sociedad, de quiénes son contrarios a nuestros verdaderos intereses y del enorme potencial de transformación del mundo que tenemos el colectivo de los trabajadores/as. En su lugar buscan encaminarnos a competir los unos contra los otros por un trabajo cada vez más escaso, precario y mal pagado, por conservar "nuestro" empleo que no lo es porque siempre nos lo pueden arrebatar, por salvar "nuestra" empresa contra otra y sus trabajadores/as, por el "interés nacional" (la sagrada "competitividad") escondiendo tras ello los beneficios del capital a costa de nuestro trabajo, pobreza, y si es preciso, muerte en la guerra.
La burguesía nos dice que la conciencia de clase no tiene sentido o que es algo trasnochado, y más la lucha de clases, para ocultar que lo ya caduco es su papel, el capitalismo senil, el obsoleto régimen asalariado del trabajo, como lo demuestra una vez más la crisis actual. Porque ellos sí que tienen conciencia de clase y practican a diario la lucha de clases aunque no la nombren así sino indirectamente ("competitividad", ley y orden...), tarea en la que son expertos porque les conviene ocultar la verdad, aunque a veces alguno lo reconozca y se refiera a la "guerra de clases" (el multimillonario y especulador George Soros en la revista Newsweek). Por eso saben organizarse tan bien a través de las organizaciones patronales, sus partidos, los lobbys (grupos de presión que se trabajan a los políticos), los think tank (equipos -fundaciones- de pensamiento estratégico), otros comités más ocultos al público, las estrechas relaciones entre el gran capital, las instituciones más importantes y el Estado, la financiación por la burguesía de partidos y campañas electorales, el trasvase de dirigentes entre el mundo empresarial y el político (ilustrativo que los actuales presidentes de Italia y del Banco Central Europeo provengan de Goldman Sachs, banco significado por su responsabilidad en esta crisis, y que el Ministro español de Economía y Competitividad, D. Luis de Guindos venga de Lehman Brothers, otra "joya" de firma) y la labor propagandista de los medios de comunicación a su servicio (privados o estatales).
Les interesa que no nos reconozcamos como lo que somos, pues una clase sin conciencia de serlo y que ha perdido su memoria histórica, es una clase condenada a la derrota.
Como en crisis pasadas, el capitalismo mundial necesita sacar el mayor partido posible al cambio en la relación de fuerzas entre ella y el proletariado, y estabilizarla por mucho tiempo con todo un arsenal de leyes económicas, sociales, políticas, pues es necesario para asegurar su poder y beneficios ante el complicado y declinante panorama que se presenta al capitalismo en lo que resta de siglo.
Como la piedra que el legendario Sísifo levantaba y debía subir hasta la cumbre de la montaña, nuestros derechos cuestan mucho conquistarlos, elevarlos, pero es mucho más fácil y rápido que rueden montaña abajo cuando estamos debilitados, descuidados y la burguesía les da una patada.
Necesitan asestarnos una derrota histórica. Es lo que vienen planeando para cargar sobre nosotros aun más los costes de esta crisis del capitalismo y para que en las próximas que vendrán (como la energética en la cercana década de los 30) les resulte más fácil volver a hacerlo dada nuestra debilidad, desorientación y desmoralización. Querámoslo creer o no, lo cierto es que el futuro del capitalismo va a ser mucho peor que el pasado y por tanto lo que nos deparará a los trabajadores/as. Los indicios, cuando no pruebas, están a la vista de todos, si queremos verlo, en las medidas que van tomando y tienen previstas.
La burguesía mundial, desde las grandes empresas y sus principales instituciones, FMI, Unión Europea, Banco Mundial, OMC, etc., tienen sin duda una estrategia a medio y largo plazo. Claro está, no son tan tontos como para reconocerlo y explicárnosla porque entonces ya no tendrían la ventaja del ataque por sorpresa y no debe revelarse la estrategia propia al "enemigo" porque podría preparar su defensa y la contraofensiva. Pero se les ve venir en todo lo que están haciendo y a poco que conozcamos a grandes rasgos las tendencias del futuro. Eso no quiere decir que lo tengan todo controlado y medido, que sepan perfectamente lo que hacer, que no haya divergencias entre sus líderes, porque eso tampoco ocurre en la estrategia militar, ni entre los generales, pues se trata de grandes líneas maestras de actuación para ir moviéndose con un sentido y perspectiva de salir ganando.
Su objetivo, reducir los costes totales del proletariado que es de donde surge la plusvalía (beneficio), tanto directos (masa salarial) como indirectos (sanidad, educación, pensiones...), lo que significa además de rebajas salariales, mayor producción y despidos en el proletariado de la industria, banca y comercio, recortes, más trabajo y despidos entre los funcionarios, contratados del sector público, trabajadores/as de la sanidad y de la educación porque estos sectores forman parte de los costes de mantenimiento del conjunto de la población trabajadora.
La meta, recuperar la tasa de ganancia (reducir costes para aumentar trabajo no pagado, o sea, beneficio dividido entre la inversión total). Y hacer permanente este nuevo reparto porque no va a volver el crecimiento que hemos conocido. La "competitividad" y la "reducción del déficit del Estado", no son más que la forma que esto adopta para la burguesía y que, presentado así, sirve para desorientarnos sobre la naturaleza del asunto.
De aquí que debamos entender dos cosas:
1º El ataque va dirigido al conjunto de la población trabajadora para reducir nuestros costes totales de mantenimiento. Da lo mismo si se ataca a los trabajadores/es de una fábrica, a los funcionarios, o a los de los hospitales y escuelas, del sector privado o público, es parte del ataque contra todos. Por tanto, la respuesta debe ser de todos, sea quien sea el que en ese momento esté siendo golpeado. Y contra cualquier parte de la burguesía porque toda está, directa o indirectamente, implicada en el ataque, a través de sus organizaciones patronales y partidos, de las leyes que aplauden, de las medidas que toman y de su Estado.
2º Las medidas que se tomen ahora no son coyunturales. Los recortes y eliminación de derechos conquistados tras décadas de lucha, vendrán para quedarse hasta que ellos quieran, y de ser revisados lo serán a peor, salvo que los echemos abajo con la lucha.
Así empalmarán las nuevas condiciones de explotación del trabajo y la derrota infligida con lo que necesitan en un futuro, para el capitalismo, cada vez más oscuro y con nuevas grandes crisis.
Pero esta "salida" a la crisis no será una solución verdadera, porque socava la capacidad de demanda solvente de los trabajadores/as que no puede ser sustituida plenamente por una mayor competencia entre las potencias, para vender Europa lo que vienen vendiendo EEUU, Japón, México, Brasil, China..., porque todas hacen lo mismo y además hoy, las grandes empresas y sus alianzas están por todas partes y lo que se produce en España puede ser de propiedad norteamericana, y parte de lo que se produce en China, de propiedad alemana, etc.
La "moderación" no es la respuesta. Si la burguesía mundial, y en concreto la europea, y más específicamente la española, está hoy tan envalentonada lanzando una ofensiva histórica contra nuestros derechos, es en parte porque con nuestro miedo, querer evitar represalias, mirar cada uno para sí, a pesar del aumento de la pobreza y del paro, no hemos dado la respuesta posible, hemos reculado más y más, nos hemos debilitado en extremo y propiciado su sentimiento de seguridad, fuerza y determinación para atacarnos sin piedad.
Y en esto, los sindicatos, en especial los grandes (CCOO y UGT), tienen una enorme responsabilidad. Ni siquiera han hecho nada por ayudar a los parados a organizarse y defender sus derechos, cuando muchísimos ya han agotado el subsidio, o ni siquiera han podido acceder a él, cada vez son más las familias en las que todos sus miembros están en paro, los jubilados no pueden prestar más ayuda con sus pobres pensiones y ahorros, la perspectiva es un aumento del desempleo (tal vez 6 millones para final de 2012) y para muchos, el agotamiento de la prestación que todavía tienen.
Nos enseña que no podemos depender de ellos para lanzarnos a la lucha, como tampoco lo hicimos en otras ocasiones ni durante el franquismo, cuando no existían los sindicatos obreros legales y los organismos ilegales no eran más que unos pocos trabajadores/as decididos en cada empresa (ni siquiera en todas) que se reunían y coordinaban clandestinamente. Mucho más se hizo entonces con medios artesanales que hoy dan risa y con la policía político-social, guardia civil y "los grises" de la policía armada, encima de nosotros, a pesar de los muertos y de las palizas y torturas en comisarías y cuartelillos, que hoy con "tantas" libertades y enormes aparatos sindicales, porque no podíamos dejar nuestros asuntos en manos de nadie y por eso nos arremangábamos con las asambleas, delegados, piquetes ¡y lo conseguíamos!
No se calma la agresividad de una hiena quedándose quieto y ofreciendo el cuello; así sólo se sacia su hambre a nuestra costa. Aunque no nos movamos, la burguesía si lo hace, rápido y contra nosotros. Los sacrificios personales y colectivos que creamos ahorrarnos con nuestra "moderación" se ven premiados con creces con sacrificios incomparablemente mayores y el riesgo de una derrota histórica que nos postrará por lustros y décadas, llevándonos a niveles de pobreza e indefensión desde hace mucho tiempo desconocidos.
Miremos a Grecia, Portugal, lo que se le avecina a Italia, las dificultades crecientes en Francia, también en Alemania, lo que ocurre en los países del Este europeo, la pobreza en los EEUU, lo que hace sólo diez años ocurrió en Argentina (pudieron remontar porque todavía no había estallado la crisis mundial), etc.
¿Creemos que la situación de los trabajadores/as en Grecia no puede ser nuestro futuro? En España, con una tasa de desempleo del 23,3% y más de 5.300.000 parados, la evolución del capitalismo y la política económica de los gobiernos ya fijada incluso para la década de los 20 (el límite al déficit del Estado), las probabilidades son muchas. ¿Habríamos creído sólo hace cinco años, a comienzos del 2007, cuando todavía no había comenzado la crisis ni en EEUU, que hoy estaríamos así? Al que lo hubiese dicho probablemente le habríamos tomado por un chiflado y sin embargo había muchos motivos para pensar que esto era posible (sobreendeudamiento mundial, ausencia de nuevos mercados, burbujas inmobiliarias, "economía de casino"...). Y cuando ya hay muchos estudios que nos previenen de un futuro extremadamente duro para las próximas décadas ¿no les vamos a prestar atención? ¿Nos limitaremos al día a día, a reaccionar sobre la marcha y como podamos a lo que nos vayan echando encima, ellos siempre con varios pasos por delante de nosotros? ¿Creemos que así tenemos alguna oportunidad? ¿Organizaríamos así nuestra vida privada?
Si estamos así es también, en parte, porque hemos contribuido a ello con nuestra pasividad, apostando al "mientras a mí no me toque...", pero cuando te toque puede que ya no tengas en quién apoyarte. ¿Aprenderemos la lección o esperaremos a que nos hundan para entonces lamentarnos, y cuando nuestros hijos o nietos nos pregunten cómo pudimos ser tan cortos de visión, caer tan bajo, permitir eso, dejarles sin presente ni futuro, excusarnos con que no pudimos hacer nada por nuestra ignorancia (¿voluntaria?) y por "la correlación de fuerzas", que no es algo dado, sino que nosotros contribuimos a crear?
Hay dos maneras de mirar por uno mismo, la de los acomplejados e individualistas que lo hacen como miopes, sin visión a medio y largo plazo, sólo para ver cómo "ir tirando" y "salvar mi culo", o la de los que sabemos que juntos podemos conseguir mucho más, y que por tanto, debemos reflexionar, rectificar y cogernos del brazo, para no dar más pasos atrás y avanzar juntos, porque así nuestra fuerza puede ser capaz de remover el mundo y transformarlo. El egoísmo individualista, que se cree tan listo, haciendo balance, es la forma menos inteligente de mirar por el propio interés porque genera división, insolidaridad, aislamiento, debilidad, desorientación y derrota. A medio y largo plazo, nos pasa la factura a todos incluidos los que habían creído salvarse mirando sólo por sí. No es nada nuevo, es el divide y venderás de siempre, el arma psicológica de destrucción masiva más vieja del mundo. El "timo de la estampita" en el que tantos siguen picando. Como en las guerras, el "sálvese quien pueda", el pánico y la desbandada en la retirada, sólo sirve para la derrota más completa. Y lo que ha hecho la burguesía es declararnos una guerra social.
La unidad para luchar es nuestra fuerza. Por eso necesitan dividirnos, desorientarnos, atemorizarnos, desmoralizarnos, derrotarnos.
Nuestro principal problema es la falta de confianza en nosotros mismos. Sin embargo, la burguesía sabe mucho mejor que nosotros el potencial de resistencia y transformación social que tenemos si nos unimos, si somos de verdad un colectivo consciente y en lucha, si en vez de dejarnos arrastrar por la primera reacción de miedo, nos ponemos firmes, no damos un paso atrás y avanzamos. Ejemplos los hay a miles. Como el más reciente, baste la firme respuesta de la población de Valencia (22-2-2012) a la brutal represión policial a los estudiantes, para comprobar cómo podemos hacer que los que retrocedan sean ellos. Durante el franquismo fuimos capaces de llevar adelante en condiciones durísimas importantes luchas tanto en las empresas como en las poblaciones, que llevaron a la descomposición del régimen franquista. Lo que hoy tenemos delante es la crisis histórica del régimen asalariado del trabajo, y nuestra tarea durante las próximas décadas es desestabilizarlo y derribarlo para poder abolirlo y conseguir nuestra plena libertad como trabajadores/as y por tanto como verdaderos ciudadanos, no de tercera, como hoy.
No tenemos todo el tiempo del mundo para decidirnos a cambiar, al contrario, corre que vuela por la evolución del capitalismo, y la burguesía ya va lanzada. No podemos esperar a no se sabe cuándo porque entonces estaríamos más fuertes, pues lo más probable es que según pase el tiempo sin responder, estaremos más débiles, con más parados, desmoralizados, y la burguesía se sentirá más segura de sí, dispondrá de un mejor arsenal de leyes, medidas económicas y capacidad represiva contra nosotros. Si ahora nos resulta difícil defendernos, si lo dejamos para el futuro, incomparablemente más difícil será. Un agravamiento de la crisis no asegura una mayor respuesta social si previamente ya se ha sido derrotado.
Lo que está ocurriendo se veía venir. El capitalismo tiene sus exigencias: sacrificios a la población trabajadora, para poder generar beneficios. Y las medidas para ello estaban más a menos anunciadas porque las venían reclamando desde hacía tiempo organizaciones patronales, fundaciones de la burguesía, sus economistas, organismos internacionales, partidos políticos y las experiencias previas en uno u otros países. Pero a nosotros nos falta la capacidad de previsión y de lucha preventiva, y eso a medio y largo plazo nos costará lo que ni sabemos.
La burguesía, aunque con dificultades, está desarrollando todo un horizonte estratégico hasta pasado el 2050 y ya va tomando medidas (costes salariales y sociales, déficit del Estado, energía).
O aprendemos a mirar a la realidad de frente, la actual, la de la década de los 20 (déficit máximo 0,5%), de los 30 (crisis energética y decrecimiento) y hasta la de los 50 (cayendo la espada de Damocles del Cambio Climático y sus consecuencias económicas), en suma, a tener un horizonte estratégico, o no lo dudemos, estaremos perdidos.
No sería la primera vez que ocurriese y aunque no lo solemos recordar, sabemos el precio carísimo que se ha pagado en otras circunstancias históricas, como la extremada pobreza por las grandes crisis, represiones, guerras civiles y mundiales. Según los casos, de la normalidad a la derrota total, incluso con un proletariado fuerte, puede haber una diferencia de años mínima, ni un lustro (5 años), porque en circunstancias de crisis económica, social y política, el tiempo histórico se acelera. El futuro del capitalismo ya no es de prosperidad ni a medio plazo así que cada vez cabrá menos esperanza viviendo con él a nuestras espaldas.
Si con lo que está cayendo ahora en Grecia, Portugal, Italia y España no sirve para que empecemos a despabilar puede que para cuando queramos hacerlo sea demasiado tarde.
Todo depende de nosotr@s, de todos y cada uno, de si realmente queremos conocer la verdad, asumir nuestra responsabilidad y salvarnos juntos (la única manera), o preferimos mirar hacia otro lado, olvidarnos de lo que sabemos, refugiarnos en las rutinas y distracciones, fingir, amagar, esperando que algo nos rescate de nosotros mismos, deseando que todo sea una predicción pesimista y equivocada, y un mal sueño cuando empecemos a ser arrollados por la realidad (podemos ignorarla, pero no ella a nosotros). No será el fin del mundo supuestamente anunciado por el calendario maya, pero sí está al caer el fin de un mundo y la llegada de otro peor, mucho peor.
No tenemos motivos para vivir asustados. La burguesía es muy fuerte pero sabe que no las tiene todas consigo, no tiene clara la salida a la crisis, necesita aplicar unos recortes sociales brutales y teme a la calle, teme a un estallido social, generalizado y más aún, capaz de tender a la unidad superando las fronteras nacionales. Ahí está nuestra oportunidad.
2.- Carta abierta a la burguesía mundial de parte de unos trabajadores/as conscientes de su clase y de sus verdaderos intereses.
Como muestra de lo que queremos decir, supongamos que unos trabajadores/as, activos y parados, conscientes de pertenecer a su clase y de sus intereses antagónicos a los del capital dirigiesen en estas circunstancias una carta abierta a la burguesía. Sin duda podrían soltarle muchas verdades, así que una entre las muchas posibles misivas podría ser la siguiente.
"Capitalistas y dirigentes de la burguesía.
Acusáis a los parados de aprovecharse del subsidio, cuando vosotros venís practicando desde hace más de dos siglos una estafa, pues, aunque vuestras leyes lo disfracen y vuestros economistas se lo callen, el beneficio os viene de la parte del trabajo que no nos pagáis (la llamamos plusvalía), y eso os permite aumentar vuestras inversiones y vivir con privilegios.
Si los parados y los activos nos encontramos en esta situación es como consecuencia de lo que provocáis con vuestra estafa y de nuestra condición de asalariados.
Se dice que la avaricia rompe el saco. En la crisis sin duda participa la avaricia. La vuestra puede romper el saco porque está hecho de la estafa del trabajo no pagado en el régimen de asalariado. Y como un saco, vuestra estafa también tiene unos límites.
El ladrón no puede lanzarse sin más al robo. Debe considerar la cuantía del botín, los medios que necesita, sus costes, los riesgos, la vulnerabilidad de la víctima, cómo conseguir que no le pillen y, finalmente, que un perista le compre y blanquee lo robado.
Consideraciones muy parecidas debéis hacer vosotros para estafarnos y salir bien librados. Como todos los tipos de robos y estafas, tiene su nombre, y el suyo es régimen asalariado del trabajo, sobre el que se edifica todo vuestro tinglado de acumulación de capital o capitalismo.
Para que os salga bien la estafa, debéis cuidar que una gran inversión sea compensada por una buena tasa de ganancia, de modo que la parte del trabajo que no nos pagáis debe ser lo suficientemente elevada. Para que los trabajadores/as no podamos resistirnos a la estafa ni perseguiros por ella, disponéis en exclusiva de la propiedad de los medios de trabajo que necesitamos para poder trabajar, de leyes que disimulan lo que hacéis y de vuestro Estado que os protege. Para rematar la estafa necesitáis vender el producto obtenido con ella.
Como por el límite del salario no podemos comprar todo lo producido con el trabajo que nos habéis estafado, debéis recurrir a prestarnos dinero para devolverlo con intereses; en tanto la estafa llegue a buen fin, las empresas también acaban dependiendo del crédito más allá de lo asumible; también recurrís al Estado para que os ayude y adquiera la producción inútil en armamento, obligándonos a pagarlo todo con los impuestos, costeando el déficit público; y también a compradores fuera del sistema capitalista, como campesinos independientes y Estados de países atrasados.
Como todo se puede complicar, cuando tenéis dificultades para iniciar la estafa con buen pie (tasa de ganancia o valor del trabajo no pagado que pensáis os compense por la inversión total) o para llevarla hasta el final de la venta porque no hay compradores solventes, os deshacéis de nosotros lanzándonos al paro, presionando a la baja las condiciones laborales y reduciendo el salario, aumentando el tiempo de trabajo no pagado, en nombre de la "productividad" y "competitividad" (o sea mayores probabilidades de subir los beneficios), aunque a la vez aumentáis el riesgo de que luego no haya suficientes compradores solventes.
Por eso, todo esto no os basta, y como no podéis dejar sin utilizar el dinero que habéis ganado estafándonos, buscando la ganancia fácil y rápida, recurrís a vuestro casino particular, la economía financiera y especulativa. Os lanzáis a la creación de "productos financieros" tóxicos como las hipotecas supbrime, sus titulaciones y los derivados para que os den beneficios, la especulación en bolsa de acciones y bonos del Estado que aumentan el déficit público, en "el ladrillo" inmobiliario que sube como la espuma los precios de la vivienda, en los combustibles y la energía que lo encarecen todo, en los alimentos básicos, generando "burbujas", provocando carestía, y hasta hambrunas y muertes.
Por mucho que queráis engañaros pensando que vuestro dinero crea dinero, la verdad es que la riqueza la producimos nosotros y el único beneficio real está en el trabajo no pagado.
Como la estafa del trabajo no llega para daros a todos los beneficios esperados en vuestras estafas de papel, para pagar los desmedidos precios de acciones o inmuebles, ni todas las deudas contraídas sobre todo por las empresas y los especuladores, las "burbujas" no estallan como pompas de jabón, sino como bombas, y arrastran en su caída a toda la economía, por lo que volvemos a pagarlo nosotros en los salarios, los gastos sociales y el desempleo. De ahí sólo queda un paso para que muchos pierdan hasta su vivienda (en España, 151.369 desahucios entre 2008 y final de 2011, y otros 328.000 procedimientos abiertos).
Así que no nos vengáis con el cuento de vuestra gran función social, como si vuestra vocación y misión en la vida fuese la de crear empleo, porque lo ofrecéis y destruís sólo a vuestra conveniencia, en la medida en que podáis sacar beneficio a cuenta de estafarnos con el trabajo no pagado. Lo mismo que se generó empleo porque pensabais enriqueceros con el boom de la burbuja del "ladrillo", en España y otros países, lo destruís cuando estalla, y seguís destruyéndolo gracias a las contrarreformas laborales que vais imponiendo en todos los países porque no conocéis otra forma de recuperar vuestra tasa de ganancia.
Toda vuestra riqueza acumulada en medios de producción y financieros, y hasta la fortuna personal, es el trabajo que no nos habéis pagado. Si volviesen a nuestras manos esos recursos, todos tendríamos trabajo porque servirían para nuestro bienestar y no dependería su uso de si se nos estafaba o no lo suficiente. Pero para que esto no ocurra tenéis la protección del Estado.
El Estado es vuestro, y no el representante de la voluntad popular o del bien común. Lo demuestra que no persiga la estafa, la gran mentira, sobre la que se asienta esta sociedad, sino que al contrario, la consagre como vuestro derecho a la propiedad y al beneficio, la promocione con sus medidas económicas y laborales, y la proteja con sus leyes y cuerpos represivos. Su estructura burocrática lo hace inaccesible a una democracia popular de verdad, desde abajo. Por eso podéis moveros en el Estado como Pedro por su casa, pasando de la gran empresa privada a los órganos dirigentes del Estado y de estos a la empresa privada. Una división del trabajo entre vosotros. La democracia, con su limitada y ficticia participación popular, sirve para disfrazar esto y legitimar vuestros ataques porque supuestamente tendrían el respaldo de la voluntad popular expresada en las urnas, incluso aunque aumente la abstención. Los partidos de derecha, centro, e izquierda, se alternan en el gobierno, pero a pesar de sus diferencias, cada vez menores, siempre respetan los requerimientos fundamentales del capitalismo que hoy exigen nuestro sacrificio. Pretenden que pensemos sobre aquello, y en los términos en que a ellos les interesan, para que no pongamos nunca sobre la mesa los problemas de verdad como hacemos en esta carta.
Y seguimos picando el anzuelo, votando una y otra vez con la ilusa esperanza de que a través de vuestro Estado podremos cambiar algo trascendente de verdad y para siempre. Pero de un plumazo legal (o de un golpe de estado) podéis borrar derechos conseguidos con esfuerzo desde hace muchos años. Y cuando mostráis el feo rostro de la represión contra las luchas populares, se nota que es a vosotros a quienes protege el Estado.
Fingís que os escandalizáis por algo de mobiliario urbano roto durante las protestas contra vuestros ataques, y porque supuestamente vuestros gobiernos representan la voluntad popular, pero ¿qué hay más vandálico que saquear a la población, sembrar el temor, la angustia permanente por el presente y el futuro, condenar a mucha gente a "buscarse la vida" sin recursos, tener que dejarlo todo para emigrar al extranjero?, ¿qué representación puede dar el triunfo en base a unas campañas electorales diseñadas para persuadir y engañar como si se tratase de un moderno charlatán de feria para lo que encima hay que esperar a que nos convoquéis pasados varios años, si cuando llega la hora de la verdad imponéis vuestros ataques, y es la gente de verdad la que se moviliza, no un domingo para votar mientras pasea, sino a pesar de perder parte del salario en una huelga, quedar "fichado" por el patrón, arriesgarse a ser despedido, sufrir represalias académicas, los palos, detenciones y peticiones de cárcel, si no es un daño mayor o hasta perder la vida? Si además resulta que quien protesta es alguien que votó a ese gobierno ¿qué tiene más valor, su rechazo actual o el voto que le dio en su día? Efectivamente, ese voto bajo engaño es menos valioso que la protesta de miles de ciudadanos trabajadores/as, así que vuestra representatividad vale tanto como el respeto que tenéis por la democracia y la voluntad popular cuando no os conviene, como cuando tomáis por la vía rápida medidas trascendentes que nos perjudican sin posibilidad de debate ni de hacer valer nuestros intereses, cuando ensuciáis la imagen de las protestas y las criminalizáis por mucho que se sometan a vuestra legalidad, cuando infiltráis provocadores y vigilantes, procuráis que los medios de comunicación las silencien o no las den a conocer en su verdadera dimensión y naturaleza, cuando enviáis a golpearnos a los cuerpos represivos y protegéis su actuación, cuando limitáis las pocas libertades reales que tenemos todo lo que podéis (la negociación colectiva, la huelga, manifestación, asociación, expresión, defensa contra la represión) o la derribáis con el terror de vuestras armas. Si, os reconocemos una representatividad, la del sistema que nos estafa y oprime. En realidad estáis deseando que destrocemos algo porque ese dinero en daños os renta muchísimo en campañas para desviar la atención del meollo del asunto, desacreditarnos y en excusas para recrudecer la represión. Así como nos apuntáis con el dedo acusatoriamente, mirad el dedo que levantamos, va por vuestra representatividad y legitimidad.
Esto no puede cambiarlo ninguna "democratización" del Estado, ninguna reforma electoral, porque la burguesía podéis votar 4 veces:
Al financiar con grandes cantidades de dinero a vuestros partidos, sus campañas electorales y siendo propietarios de los principales medios de comunicación; en la urna electoral; dictando desde vuestros despachos de grandes empresas, bancos, organismos que representan vuestros intereses (FMI, OMC, Banco Mundial, Bancos Centrales...), organizaciones patronales y lobbys, las grandes y hasta menores líneas de actuación de los Gobiernos, y si no se someten, con el chantaje de "los mercados", la huida de capital, las deslocalizaciones, etc.; finalmente siempre podéis recurrir a votar con la bota (militar).
No gracias, no queremos participar en ese juego amañado. Ya disponemos de nuestras Asambleas y Delegados revocables en todo momento, una organización que iremos desarrollando hasta que se conviertan en Consejos de Trabajadores, capaces de cuestionar la autoridad de vuestro Estado hasta el punto de desmantelarlo.
En suma, vuestra democracia representativa es inevitablemente una estafa porque deriva de la estafa primordial del trabajo asalariado. Ni se paga todo nuestro trabajo ni somos realmente iguales políticamente porque el poder adquirido con vuestra estafa os garantiza el del Estado.
Ahora estamos en crisis porque se ha complicado mucho vuestro sistema de estafa y los trucos, como boomerangs, se han vuelto contra vosotros. El saco ha vuelto a romperse porque inevitablemente habéis traspasado los límites con los que funciona vuestra estafa. Por eso necesitáis restablecer las condiciones, y para ello derrotarnos para imponernos todo un conjunto de contrarreformas que os faciliten la estafa reduciendo la parte de trabajo pagado a base de disminuir el coste total de nuestro mantenimiento, bajando los salarios directos y recortando a tope gastos sociales del Estado (sanidad, educación, subsidios, pensiones...). Esto es lo que hay detrás de vuestra lucha por la "competitividad" y contra el "déficit del Estado", las contrarreformas laborales en tantos países y todo lo que estáis maquinando. Y pretendéis imponer esas condiciones por muchos años, más allá de lo que sería la salida de la crisis, porque dado lo complicado que se os ha puesto continuar con esta farsa, necesitáis que nosotros bajemos varios escalones para que la estafa os rinda lo que buscáis con objeto de seguir acumulando trabajo no pagado en forma de propiedades y privilegios personales.
La estafa del régimen asalariado del trabajo está en el origen de la crisis. Primero estafados, después sacrificados para poder seguir estafándonos.
Pero no lo solucionaréis. Los límites de vuestro saco (los del régimen asalariado del trabajo) permanecen y pronto volverá a romperse, porque además se os están acabando los trucos que hasta ahora habéis utilizado (endeudamiento moroso, armamentismo de déficit en escalada, financiarización de productos tóxicos, "economía de casino" que nos hace salir metidos en un barril, "burbujas" que estallan como armas de destrucción masiva...); y en unos años (década de los 30) se encarecerá tanto la energía (afectando al precio de todo) que será complicado conseguir el trabajo no pagado suficiente para obtener la tasa de ganancia que esperáis para compensar la inversión incrementada por su coste; pretenderéis aumentar las horas y días de trabajo, rebajar costes sociales liquidando lo que aún pueda quedar del "Estado de bienestar"; como querréis pagarnos como a proletarios chinos y la burguesía china ya habrá integrado en el circuito de la estafa y proletarizado a sus campesinos, se habrán reducido los compradores solventes por todo el mundo, salvo vuestro consumo de lujo; y luego vendrán las consecuencias económicas del Cambio Climático y la extinción de miles de especies, y su efecto en los recursos marítimos y terrestres.
Cuando las cosas se pongan muy feas y lleguéis "a las manos" por la parte que perseguís en el botín, pretenderéis una vez más que los trabajadores/as y campesinos de varios países estemos dispuestos a matarnos entre nosotros en las guerras por proteger y promocionar vuestra estafa en vuestro país y en el mundo, bajo excusas de siempre como la defensa de la patria, de la democracia, de la civilización occidental, de nuestro modo de vida, por las inexistentes "armas de destrucción masiva" del otro, y bla bla bla. ¡Que os den!
Ésta es la fea verdad que se esconde tras la fingida honorabilidad, suficiencia y desfachatez para señalarnos con el dedo. Diréis que os faltamos al respeto que merece vuestra posición social y vuestra autoridad. Nada que se levante sobre una estafa lo merece, y toda vuestra civilización se eleva sobre una estafa, el régimen asalariado del trabajo, sobre un crimen como en su día lo fue el esclavismo.
Estáis tan hinchados de arrogancia de clase que nos despreciáis cada vez más y para justificar vuestra intención (manifiesta en actuaciones, declaraciones y chismes) de ir negándonos hasta los más elementales derechos y de paso intentar culpabilizarnos, nos acusáis de hacer lo que vosotros, vivir como privilegiados. Tener trabajo durante una crisis no es un privilegio sino seguir siendo víctimas de una estafa, porque a vosotros os conviene. Es falso que los parados no queramos trabajar, incluso fuera del país, pero ojalá fuese verdad que no quisiésemos hacerlo bajo el régimen asalariado, en una sociedad capitalista, porque si esto fuese común a todo el proletariado, vuestro régimen social y político se hundiría, perderíais vuestras prebendas y arrogancia insultante, dejaríais de reíros a nuestra costa con chistes obscenos.
Queréis crear falsos problemas, como el del supuesto abuso de los parados con el subsidio (dice el presidente de la CEOE, Juan Rosell), como maniobras de distracción para desviar la atención del verdadero problema, vuestros beneficios. No lo que cobramos y su duración estando en paro, sino el trabajo no pagado que a diario os apropiáis, la razón de todas vuestras campañas sobre la "competitividad" "productividad" contra las condiciones laborales y salariales, y de "reducción del déficit público" mediante el recorte de los gastos sociales del Estado. No estamos hablando de un tiempo muy limitado de subsidio (dos años a lo sumo, con opción a más si se cumplen determinados requisitos), sino de dos siglos de acumulación de capital. Esa es la verdadera cuestión social de la que no os interesa hablar.
Así que dejad de atacar nuestros subsidios y hablemos de vuestros beneficios. Son tan escandalosos que ni siquiera hace falta hablar de la corrupción. Es a vosotros a quienes os conviene señalar la corrupción, porque así de paso pregonáis que existe algo legal y honrado que merece todo nuestro respeto, vuestra estafa diaria, y desviáis nuestra atención sobre ella.
Vuestros profesores en economía y "ciencias" políticas podrán decir que se nos paga todo el trabajo, que el Estado está a nuestro servicio, pero nada resiste a un análisis profundo de los hechos. Los esclavistas y la aristocracia feudal también tenían a quienes con aparente sabiduría justificaban su injusticia, pero no por eso pudieron salvarse.
Vuestra civilización lleva dos siglos y ya nos sobran su injusticia, incertidumbre, caos, guerras, miserias, dictaduras de verdad, democracias de cartón piedra y destrucción de la Naturaleza, para algo que habríamos conseguido mejor organizando la existencia a nuestro modo. Demasiados costes sólo para preservar vuestros privilegios.
No queremos que la refundáis ni pretendáis reformarla porque no se puede, ya que está basada en una gigantesca estafa y seguirá siendo una estafa, y por eso, como otras, caerá. Para evitar que lo haga sobre nosotros, antes haremos una demolición preventiva y controlada.
Efectivamente, somos anti-sistema porque los trabajadores/as que estimamos nuestra dignidad, no podemos ser otra cosa ante un "orden social" que, además de estafarnos, pretende humillarnos y sacrificarnos.
Así que ni se os ocurra acusarnos porque los culpables de nuestra situación y los estafadores, sois vosotros, a no ser que queráis que, como clase social en extinción, os preparemos una reserva en Laponia, ya que tanto le gusta como destino para nosotros al señor Feito, de la CEOE.
Y ahora, id metiendo la marcha atrás porque vamos a avanzar. Habéis lanzado un ataque internacional contra el proletariado mundial y demás sectores populares. Los ataques contra unos y otros, los recortes y los hachazos, todo forma parte de vuestra necesidad de abaratar el coste TOTAL de nuestro mantenimiento, del salario en la empresa a la sanidad y la enseñanza, por lo que debéis reducir también el costo en funcionarios y trabajadores/as de esos sectores, y despedirlos.
Os hemos calado. Según todos vayamos entendiendo que éste es un ataque a TODOS para rebajar el COSTE TOTAL de los trabajadores/as, para recuperar vuestra tasa de ganancia (menos costes directos e indirectos, más trabajo no pagado por la misma inversión productiva) iremos respondiendo con unidad y coordinación, de modo que os resultará más difícil vencernos por regiones y Estados. Y lo haremos mediante las Asambleas, procurando no caer en las trampas de los sindicatos que cada vez más se muestran como los "mansos" que conducen a los toros bravos a los toriles de la plaza, para que luego sean sacrificados en una fiesta que seguro os agrada.
Si el capitalismo no nos permite vivir como merecemos sino que al contrario, necesita sacrificarnos por el beneficio empresarial y vuestros privilegios, al que le toca ser sacrificado es al capitalismo. Cuando por medio hay una estafa de civilización y enormes riesgos para nuestra especie, no hay lugar para el tratamiento cortesano ni los eufemismos, sino para la acusación y la condena directa. Si el sistema y vuestra clase social no tienen salvación, procurad salvaros como seres humanos, pues es para lo único que tendremos consideración.
No nos esperéis en el Parlamento. Nos veremos donde de verdad se ganan nuestros derechos, luchando en los centros de trabajo, de estudio y en la calle."
¡Qué diferencia de contenido y de forma con el discurso al que nos tienen acostumbrados la izquierda y los sindicatos! Si no se responde con contundencia, la burguesía, hambrienta de plusvalía, como predadores ante una presa débil y herida, se hará cada vez más insolente, agresiva y despiadada.
En lo que sigue de este documento tenéis toda la información que podáis necesitar para comprender plenamente el contenido de esta "carta" que sirve como introducción al mismo.
3.- Un tsunami social recorre el mundo. La placa de la burguesía sobre la del proletariado. Un sistema bulímico. El fin de una era del capitalismo, el gran riesgo de una derrota histórica en los próximos años, para someternos a un capitalismo futuro peor, ya planeado por la burguesía.
El terremoto de la crisis capitalista ha extendido una ola por todo el mundo que rebaja los salarios, destruye los empleos, recorta los gastos sociales del Estado (sanidad, educación, pensiones de jubilación, subvenciones, etc.), aumenta los impuestos a la población trabajadora, expulsa a las familias de sus viviendas, extiende la pobreza, la miseria y amenaza con el hambre e incluso la muerte a más millones de personas.
Pero, a diferencia del verdadero tsunami, no es un fenómeno natural inevitable, o una especie de accidente o resultado de vicios humanos (la avaricia) como nos quieren hacer creer. Así como los tsunamis son el resultado de fuerzas ocultas y muy poderosas que corresponden a la dinámica del planeta, las crisis económicas, más allá de lo superficial y anecdótico, son el efecto de un sistema social que está basado en una estafa (la apropiación del trabajo no pagado o beneficio), que hace tiempo demostró que funciona muy mal, sirve peor a las verdaderas necesidades de la Humanidad y puede sustituirse por otro.
Se han liberado parte de las tensiones económicas que venía acumulando el capitalismo desde hace mucho tiempo, como las existentes en las placas tectónicas de la Tierra que chocan y ocasionan un terremoto que en el mar provoca un tsunami.
Esas tensiones son sobre todo las causadas por el interés del capital de obtener beneficios explotando nuestro trabajo en régimen de asalariado pagándolo lo menos posible, pero a la vez necesitándonos como compradores de sus productos-mercancía sin lo cual no puede realizar el beneficio en la venta; la tendencia a inversiones en bienes de equipo mayores y más costosas que requieren una mayor explotación del trabajo para mantener la misma tasa (porcentaje) de ganancia con respecto a la inversión total; su necesidad de someternos a la explotación, y nuestra resistencia a ello; su opción de compensar la reducción de la demanda solvente (con dinero) por los bajos salarios con un gran endeudamiento que afecta a particulares, empresas y Estado, que acaba por no poder reembolsarse; su necesidad de que aceptemos lo que le conviene producir y nuestra resistencia a admitir cualquier cosa (productos de mala calidad, contaminantes o superfluos, la energía de las centrales nucleares, el armamento a costa de los gastos sociales y la guerra para hacer negocio con ellos...); su necesidad de producir aquello y del modo que le dé más beneficio, pero encontrándose con la factura que nos pasa la Naturaleza por esquilmarla y degradarla.
Todo ello se puede resumir en una causa última: unas fuerzas productivas colosales acumuladas gracias al trabajo colectivo que precisan ser gestionadas por los productores/as y sin embargo son apropiadas (privada o estatalmente) por una minoría que vela ante todo por sus propios intereses, generando así un sistema (las relaciones sociales de producción capitalistas, el régimen asalariado del trabajo bajo propiedad privada o estatal), imposible de gobernar, inevitablemente caótico, desastroso y caduco, como lo demuestra una vez más esta crisis y lo que vendrá, y el pasado hundimiento de los países del Este ("socialistas"). Da lo mismo si esta contradicción se expresa en la economía orientada al mercado o en la planificada burocráticamente por el Estado, o cualquiera de las muchas combinaciones posibles entre ambas.
Y esto debe entenderse en su verdadera escala, mundial. La causa de los problemas no es que la zona euro se haya diseñado mal desde el principio, la torpeza de sus dirigentes, los intereses divergentes, o que no exista suficiente entendimiento y coordinación entre Europa, EEUU, China y Japón, que se hayan tomado medidas proteccionistas nacionales o por lo contrario, por culpa de la desregulación financiera, o porque la globalización necesite reformas, o a causa del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, o cualquiera otra historia que nos cuenten. Estos sólo son factores agravantes o atenuantes, síntomas del dominio minoritario y la persecución del beneficio cuanto antes.
La solución no está en salirse del euro o en "más Europa" capitalista. La solución pasa por un poder internacional protagonizado y dirigido por los trabajadores/as del mundo entero. Es más factible de lo que creemos dada la formación creciente de los trabajadores/as y las posibilidades tecnológicas, como la informática, que en vez de aplicarla a acelerar los movimientos del capital y la especulación en la bolsa, el armamento más sofisticado y la vigilancia de la población, sería orientada ante todo a la toma colectiva de decisiones y la planificación mundial de la economía.
Lo que está ocurriendo es como si la placa tectónica del capital quisiese hundir bajo ella a la del proletariado para imponerle el imperativo del beneficio en la mercancía. Pero esto no es del todo posible por los límites naturales y económicos a la explotación, por nuestra resistencia y los límites de la Naturaleza, por lo que se crea una tensión que acaba saltando y provocando el ineludible desastre. No conviene a la estabilidad del sistema a largo plazo, pero es inevitable; así como el salmón vuelve al río porque necesita reproducirse aunque eso le cueste la vida, la acumulación del capital, su ciclo vital, le conduce tarde o temprano a la crisis de sobreacumulación o sobreproducción.
Aunque aparentemente volviese a la normalidad, todavía queda mucha tensión acumulada y se generará más por lo que ocurrirán nuevas y mayores catástrofes.
Porque el régimen asalariado del trabajo o capitalismo orienta la actividad económica no a lo que debiera ser su objetivo lógico, la satisfacción de las necesidades humanas, sino a una perversión que es la acumulación de beneficio en forma de capital en la empresa o el Estado, y eso sólo puede hacerse con la dominación material y política sobre la población trabajadora, convertida en clase (proletariado) al servicio de otra clase (burguesía). Así como el bulímico no come para alimentarse, sino para pegarse un atracón y luego vomitar la comida, acabando por enfermar, aquí el atracón es de trabajo no pagado (plusvalía-beneficio), dinero, capital acumulado, vomitando explotación, dominación de clase, parados y pobreza, dejando la sociedad hecha unos zorros con desigualdades crecientes, ausencia de una democracia real (cuando no dictadura pura y dura), crisis mundiales e incluso guerras, y el medio ambiente, nuestra casa global, un asco.
La burguesía se esfuerza en ocultarlo, pero el capitalismo no tiene arreglo porque no lo tiene el régimen con el que somete al trabajo, el asalariado. El capitalismo siempre promete progreso, paz, abundancia, felicidad, pero le resulta imposible y es inevitable. No se puede basar un sistema en la estafa de no pagar todo el trabajo y apropiarse lo impagado (plusvalía) como beneficio, tratar el trabajo vivo como si fuese Mercancía (pero cobrarla en la venta por el trabajo total realizado), perseguir el Dinero, utilizar la Naturaleza como medio para ello, concentrar poder en unas pocas manos, bendecir todo esto con la "competitividad" y la "rentabilidad" como una especie de imperativo moral, y pretender que surja de ahí humanidad, felicidad y armonía. Y esa es la naturaleza intrínseca e inseparable del régimen asalariado del trabajo.
La propaganda burguesa nos quiere hacer creer que es posible la existencia de un capitalismo bueno, maravilloso para los trabajadores/as, y que lo existente sería una perversión del capitalismo. El análisis de la naturaleza del capitalismo, basado siempre en la estafa del trabajo no pagado como origen del beneficio, y su historia real, nos demuestran que la perversión es el capitalismo en sí. Además ni siquiera se ponen de acuerdo en el modelo de capitalismo bueno. Para unos es la idealización de la corta época dorada del "Estado de bienestar" (años 50 y 60, en unos pocos países), como si eso fuese un rasgo esencial del capitalismo y pudiese perdurar con él; para otros, un capitalismo todavía más neoliberal, de modo que un mercado puro e inmaculado que jamás ha existido e imposible con la dinámica de acumulación y concentración del poder del capitalismo en su desarrollo histórico, siendo su reguladora intangible, la mano invisible del mercado, la que repartiese con justicia los bienes, como si fuese la mano de un dios benefactor de la Humanidad.
Este régimen económico-social llamado capitalismo está basado en el régimen asalariado del trabajo y por eso mejor sería que nosotros lo llamásemos "salarismo" pues ayudaría a revelar su auténtica naturaleza y la de sus crisis, en lugar de "economía de mercado" y otros eufemismos que le gustan a la burguesía para disfrazarlo, incluso "capitalismo" pues da prioridad al capital (o con más simpleza, al dinero) y no remite directamente al trabajo y su explotación asalariada.
Si en su tiempo fracasaron y se hicieron inviables el esclavismo y posteriormente el feudalismo y los regímenes de tipo asiático, el fracaso histórico del capitalismo (desde la Iª Guerra Mundial, 1914-18) vuelve a hacerse más evidente.
Y ésta no es una crisis más, sino una crisis sistémica, del sistema mismo; no es una crisis cualquiera, sino el fin de una era.
La burguesía lo sabe muy bien y por eso está planeando una estrategia. Si no tiene claro cómo salir de la crisis, sí que debe descargar los daños sobre todo en la población trabajadora, y para imponerlo están diseñando toda una serie de medidas de gran calado que ya tiene fechas de implantación.
La matraca permanente con lograr más y más "competitividad" significa mayor producción y menos salario, y la lucha contra el "déficit del Estado" supone ante todo recortes en los salarios de los funcionarios, de los trabajadores/as de los servicios públicos y en los gastos sociales. En los dos casos, despidos y/o dejar de contratar en los sectores privado y público. Pero ambos no son más que diferentes facetas de lo mismo: reducir el conjunto de los costos de mantenimiento del proletariado, para aumentar los beneficios, con la vista puesta también en la próxima crisis de la energía (década de los 30) que aumentaría esos costes.
Si el futuro fuese nuestro, resultaría satisfactorio, pero la burguesía no nos lo va a regalar. Al contrario, está preparando ya la nueva era del capitalismo, mucho peor que lo conocido, pero para imponerla necesita causar una derrota histórica al proletariado, y los principales golpes debe asestarlos en un periodo de tiempo muy corto, tal vez inferior a una década, incluso a un lustro, dependiendo de los países.
Y lo logrará sin duda si los trabajadores/as no variamos a tiempo el rumbo de nuestro horizonte y lucha que nos expone a los cantos de sirena del capital (competitividad, etc.) y nos lleva directos a encallar en aguas aparentemente sin peligro (lucha a la defensiva, sindical y parlamentaria) donde sufriremos su asalto, derrota y saqueo despiadado. Nos dividirá, aislará y derrotará si no entendemos que el ataque a cualquier sector, como el de los trabajadores/as de los servicios sociales (sanidad, enseñanza...), es parte del ataque del conjunto de la burguesía (desde la microempresa a la gran empresa) a todos los trabajadores/as y nuestras condiciones de vida, directamente por el salario e indirectamente por los servicios sociales.
Que es un ataque del conjunto de la burguesía lo demuestra que todas las organizaciones patronales y grandes empresas y organismos internacionales (Europa, EEUU, etc.), estén a favor de la reducción del déficit del Estado a un 0,5% máximo estructural en 2020, que supone ya (lucha contra el déficit) y supondrá (con un déficit 0%) menos gastos y servicios sociales, en sus costes en material y en personal, porque a la vez exigen la reducción de los impuestos a sus empresas, con lo cual los gastos sociales caerán sobre nuestras espaldas y deberán ser recortados para cubrir otros gastos del Estado como ejército, policía, aparato burocrático, judicial y carcelario para sostener el Estado.
La respuesta la debemos dar en las fábricas, oficinas, centros sanitarios, universidades, comercios, la calle, contra el conjunto del capitalismo y su Estado que son quienes nos lanzan el ataque y los beneficiarios.
Ser conscientes de los grandes riesgos de derrota si seguimos el actual curso no debe llevarnos al derrotismo, sino a la previsión para evitarla desde ahora.
El futuro que nos depara el capitalismo no se parece en nada a Suecia en la década de los 60, sino que comienza con algo semejante a la Grecia actual, mucho peor de lo que nos explican los medios de comunicación. Y eso sólo será el principio.
El pleno empleo no volverá. A lo sumo tendremos su caricatura con una reducción de las estadísticas del paro gracias a empleos de media jornada con sueldos mínimos que no dan para vivir y mucho autoempleo (los "emprendedores").
La burguesía, con todos sus asesores, los economistas, políticos, sindicalistas, y el altavoz de sus medios de comunicación, dispone y difunde todo un arsenal de mentiras, algunas burdas, otras más sofisticadas (matemáticas, estadísticas, diagramas...), pero siempre falsedades para justificar la perpetuación del capitalismo, nuestro sometimiento y más sacrificios para nosotros. Es un auténtico lavado de cerebro el que están haciendo. Como decían los nazis, la mentira, cuanto mayor y más la repitas, más verdad acabará pareciendo. Así, a cualquier política, para que cuele mejor, le ponen el cartelón políticamente correcto de "objetivo: crear empleo" aunque sepan que va a provocar lo contrario.
Si creemos que las medidas de sacrificio de los gobiernos y empresas son necesarias para evitar males mayores y salir de ésta todos, es que ya nos han engañado tras meternos el miedo en el cuerpo. Males que anuncian para el futuro los traen al presente. No serán sacrificios temporales. El capitalismo ya sólo puede ofrecer un horizonte de mayor explotación del trabajo, empobrecimiento creciente y generalizado, un futuro de hambrunas, agotamiento de recursos naturales, encarecimiento energético y desastres medioambientales. Si no lo cuestionamos, estaremos derrotados y prestos a ser sacrificados. ¿Acaso desde hace unas décadas no han ido empeorando las cosas a pesar de sus promesas cuando una vez tras otra nos pedían "austeridad", "reestructuraciones", etc.? Pues en el próximo futuro la realidad capitalista será un descenso al infierno para cientos de miles de millones de personas (ya pasan hambre mil millones) como nos advierten numerosas predicciones científicas.
Si pensamos que se puede solucionar a base de tomar medidas contra los especuladores, el capital financiero, el fraude fiscal, defendiendo los gastos sociales del Estado y que con eso bastara, será como confundir la fiebre con la enfermedad degenerativa e incurable causada por el régimen asalariado con el que se somete y explota el trabajo. Como creer que es un plan de anexión de sólo una parte del "territorio" que antes ganamos con nuestra lucha, cuando se trata de todo un plan estratégico de conquista y ocupación a largo plazo de nuestro espacio. Como soñar que una simple trinchera puede detener una ofensiva con artillería, aviación y carros de combate, cuando hay que hundir el régimen que prepara la agresión, o al menos desestabilizarlo desde sus cimientos y desorganizar sus planes, esto es, cuestionar el régimen asalariado del trabajo.
La sociedad capitalista, tras todas sus instituciones (privadas, estatales) y mecanismos, en última instancia no es otra cosa que el régimen asalariado del trabajo que es el que la explica y sin el cual es imposible su existencia, crecimiento, crisis y guerras. Y mientras esto no lo veamos con total claridad, no apuntaremos a la diana correcta, ni daremos en el blanco, ni sabremos organizar una defensa efectiva que sólo lo es en la medida que afecte a lo que da fuerza a la burguesía, a través de su punto débil.
El régimen asalariado del trabajo es lo que da toda su fuerza al capital pero desgraciadamente para él constituye también su talón de Aquiles, pues en sí mismo está la causa de sus dificultades y depende de nuestro consentimiento y sumisión a ese régimen. En cuanto gritemos bien alto que el "rey está desnudo", que sabemos que se basa en una gran estafa (el beneficio originado en el trabajo no pagado), nos neguemos firme y activamente a seguir dándole vida con nuestro esfuerzo, y nos decidamos a desmantelarlo venciendo la resistencia feroz del capital, habrá acabado.
Que este régimen tenga un historial repleto de insatisfacción, despilfarro, miseria, hambre, muerte, sangre y degradación de la Naturaleza, cuando podrían los recursos existentes haber satisfecho hace tiempo las necesidades verdaderas de toda la Humanidad, y que nos amenace con males mayores, quiere decir que la Humanidad y el planeta están en crisis por su causa.
En tanto no pensemos en el régimen asalariado del trabajo como causa última y obstáculo a la solución de la crisis de la Humanidad y de la Tierra, estaremos facilitando nuestra derrota.
Por tanto, guardemos distancia con quienes critican a las instituciones del capital, como la banca, incluso al capitalismo, pero que no cuestionan la raíz de todo, el régimen asalariado del trabajo, donde se forma nuestra condición proletaria y se levanta esta planta de frutos envenenados, invasora y empobrecedora del medio.
No es la primera vez que termina una era del capitalismo y empieza otra y que el proletariado se encuentra en una disyuntiva histórica, pero hasta hoy nunca ha sido tan trascendente para nuestra especie y el planeta mismo. Debemos ser muy conscientes de lo que de verdad está en juego ahora y en los próximos años para poder hacerle frente y evitarlo o nuestro futuro será mucho peor de lo que nos imaginamos hoy.
Demos un breve repaso para comprender dónde estamos, a dónde nos conduce, y cuál es el camino recorrido por este sistema social. No es una mera lección de historia y prospectiva, sino un balance, comprensión de la verdadera amenaza, recuperación de nuestra memoria histórica y llamada a la resistencia colectiva.
4.- El momento actual y la próxima era: El principio de A(r)químedés aplicado a los sindicatos. Reducir los gastos totales del mantenimiento del proletariado ("competitividad" y "déficit del Estado"), una ofensiva de la burguesía mundial, el "Estado de bienestar" y la "sociedad de consumo" como vestigios. La ley de reforma laboral en España. Las convocatorias de Huelga General. 8 de marzo, las mujeres trabajadoras. Los estudiantes. La importancia de una orientación internacionalista y su posibilidad real. Del déficit del 3% en 2013 (o 2014) al 0,5% desde 2020. Década de 2030 encarecimiento de la energía y prolongación del tiempo de trabajo. Los sindicatos subordinando el salario al coste del combustible desde hoy. Decrecimiento capitalista, consecuencias del Cambio Climático. La crisis en sus diversas facetas. El futuro de las mujeres.
La actividad económica capitalista depende de la inversión directa o por medio del crédito. Si no hay suficiente perspectiva de beneficio en forma de dinero (volumen de ventas y margen de beneficio en relación a la inversión total), no se invierte y se retira lo invertido, no se crea empleo, sino que se destruye y se genera más pobreza y miseria, hasta que bajan los salarios lo suficiente, se abren mercados (tal vez en el extranjero), aumentan las perspectivas de beneficio, se vuelve a invertir y a contratar trabajadores..., tal vez se introduzca una innovación tecnológica que abarate la inversión y/o aumente la productividad. Esta peculiar dinámica de fines y medios tan extraña y retorcida es una perversión de lo que debiera ser el objetivo de la actividad económica: organizar los recursos materiales y el trabajo vivo con vistas a satisfacer las necesidades humanas en equilibrio con la Naturaleza. Si esto no ocurre es porque los recursos (empezando por su equivalente en dinero) no son de dominio colectivo, sino minoritario, privado, cuando la organización del trabajo vivo, las necesidades y consecuencias, sí son colectivas. Es la diferencia entre sistemas sociales basados en el régimen asalariado del trabajo o en los trabajadores libremente asociados.
En la crisis de 1973, la burguesía, para ocultar las causas de fondo propias del régimen asalariado del trabajo, echó la culpa por una parte a la subida del precio del petróleo ("los árabes"), que, entre otros motivos, se compensaban por la devaluación del dólar (moneda de cobro), y por otra a los trabajadores/as porque con nuestra resistencia en la década anterior habríamos provocado la inflación, cuando eran los salarios los que buscaban compensar la subida de precios además de los aumentos en la productividad.
La verdadera culpa estaba en un sistema, sea con el mercado o con el capital estatal, que no puede funcionar bien, porque su diseño y leyes de funcionamiento, debido al sometimiento del trabajo al régimen asalariado, está plagado de contradicciones que se agravan según envejece, por muchos cuidados, operaciones y cirugía estética que se apliquen.
Esta crisis es una demostración clara. No pueden echar la culpa al precio del petróleo ni de la energía en general y menos a la lucha de los trabajadores/as que ha retrocedido desgraciadamente en las últimas décadas. La causa es más bien la contraria. Precisamente porque la salida capitalista de las anteriores crisis exigía doblegar al proletariado, la burguesía ha tenido las manos lo suficientemente libres como para desplegar con menor freno las dinámicas del capitalismo abriendo con ello más la "caja de los truenos" (o de Pandora) que ha desembocado en esta crisis. Y la ausencia de la necesaria previsión energética porque todavía se podía aprovechar de los aún moderados precios del petróleo, terminará pronto con una gran crisis detonada por el impacto de la escasez y encarecimiento energético en una economía basada en el régimen asalariado del trabajo, porque no sería lo mismo en otra organizada por los trabajadores/as.
A pesar de lo que sabemos sobre el origen de esta crisis -las causas fundamentales procuran ocultarlas- todavía hay burgueses (economistas, organizaciones patronales, gobiernos...) que se atreven a decir que una gran responsabilidad de que padezcamos niveles de paro tan grandes no la tiene el capitalismo, sino lo que llaman la "rigidez del mercado de trabajo", el "marco de negociación colectiva", el "excesivo poder de los sindicatos", los "privilegios de los trabajadores de las grandes empresas", porque al no permitir o aceptar que nos rebajen los sueldos todo lo que ellos quieran (por la "competitividad" y la "rentabilidad" de las empresas), los empresarios no tienen más remedio que recurrir a los despidos. Pero si hubiésemos aceptado esos salarios ¿ese recorte de nuestros derechos sin culpa nuestra alguna no demostraría también que la responsabilidad toda de haber llegado a esta situación es del capitalismo? Sea con salarios miserables o cobrando o no del subsidio, las víctimas somos quienes no tenemos capacidad de decisión sobre la marcha de la economía y nos hemos limitado a trabajar como ellos nos han ordenado. A su pesar, su argumentación demuestra que no tenemos culpa alguna porque ¿qué clase de economía es la que cuanto más se produce más crisis y miseria genera y sólo puede salir del agujero sacrificando a los trabajadores/as, sea con salarios ínfimos o echándolos al paro como una mercancía inservible, es decir, o la sartén o el fuego?.
Que no nos confundan. Si hubiésemos empezado por aceptar salarios mucho más bajos, culparían de la miseria generalizada al egoísmo de los trabajadores "menos productivos" que con tal de quedarse con un empleo, sacrifican a todos; y no nos salvaría del paro, sino que lo disfrazarían con empleos que ni remotamente dan para vivir, similares a los "mini-jobs" (mini-empleos) implantados en Alemania que permiten maquillar sus estadísticas. La prueba del algodón está en la última ley del gobierno de España (pendiente del trámite formal de su confirmación parlamentaria), la contrarreforma laboral que además de flexibilizar a tope tanto en condiciones de trabajo como en salarios, facilita y abarata el despido sobremanera. Hagamos lo que hagamos siempre nos echarán alguna culpa, si no la principal, porque en realidad sólo se trata de buscar excusas para culpabilizarnos, para que aceptemos pagar gran parte de la factura de la crisis que ellos han generado y que durante el "boom" les ha beneficiado mucho más que a nosotros. Esa es la "ciencia" de los economistas burgueses.
Por otra parte, una gran porcentaje del paro se debe al derrumbe del sector de la construcción, tanto de infraestructuras viarias como sobre todo de la edificación, que ha arrastrado a otras empresas como la de las puertas para las viviendas, muebles, electrodomésticos y de ahí, como efecto dominó, sobre todo por la crisis bancaria tan ligada al endeudamiento en "el ladrillo" y su especulación, a muchos más. El sector de la construcción habría destruido igualmente empleo masivo porque debido a sus características, las grandes empresas no quieren tener plantillas fijas, se juega con la subcontratación a otras empresas y con los trabajadores/as con los contratos por obra, y si no se edifica, no se mantiene a la plantilla inactiva pero con menos salario (¡ja!), sino que se despide y no se contrata.
En España, la vía más fácil y rápida para hacer grandes negocios ha sido "el cemento" y el "ladrillo", las autopistas, aeropuertos, y las viviendas, y tanto unos como otros, allí donde se hacen, allí se quedan, pues a diferencia de los automóviles y otras mercancías, no se pueden montar en trenes ni meter en contenedores para venderlos en la otra parte del mundo si aquí no tienen salida, y si su producción cesa, el paro se queda en el país. En Alemania no registran tanto paro -aparte del disimulado gracias a los "mini-jobs"- porque tiene una industria muy poderosa, diversificada y de alta tecnología, lo que le permite competir en una gama de productos que no es la dominante en la producción china, por ejemplo, y dotarse de una gran movilidad por países tanto de la Unión Europea como de fuera de ella, pero también europeos, montando o desmontando plantas y encargando o dejando de encargar producción (por ejemplo de automóviles), según le convenga por la baratura y cualificación de la mano de obra, la calidad de las infraestructuras viarias y ferroviarias, y de telecomunicaciones del país, las ventajas fiscales, etc., y por tanto generando también paro, pero con la ventaja para ellos de que puede dejarlo en el país que abandona llevándose la producción a otro que le convenga más. Pero en España no se puede hacer eso ni con la construcción y ni con otro gran recurso de ingresos, el turismo que debe venir aquí. Así que el paro siempre se quedará dentro y cuando se reduzca la tasa de ganancia y la demanda solvente, o se hayan pasado de rosca con la sobreproducción, habrá muchísimos despidos aunque exista una posibilidad legal de mayor flexibilidad en las condiciones de trabajo y salariales.
Por tanto, sus justificaciones son en lo fundamental una mentira, porque lo que les interesa es hacer siempre aquello que más les conviene a ellos, si es despedir, despedir, si es la movilidad de la plantilla y el recorte de los sueldos, pues también. No se guían por criterios sociales (la famosa "responsabilidad corporativa"), sino por la tasa de ganancia y si alguno con especiales escrúpulos tiende a olvidarse, la dinámica perversa de la competencia, se lo recuerda poniendo en riesgo la supervivencia de la empresa. La contrarreforma laboral impuesta por el gobierno del PP les permite jugar con ambas soluciones y combinarlas. Así puedes despedir a una parte de la plantilla y con eso aterrorizar al resto de modo que no se les ocurra oponerse a su movilidad, empeoramiento de las condiciones de trabajo y disminución del sueldo. El sistema no está diseñado para servir a las personas, sino que es un mecanismo perverso para acumular una entidad llamada beneficio, y por ello deshumaniza a los trabajadores/as y a los empresarios, poniéndoselo difícil incluso a aquellos que quisieran tenernos en mayor consideración. No hay más solución que eliminarlo antes de que nos deshumanice más y acabe con nosotros.
Claro que, a fin de cuentas, si les hiciésemos caso, puede que si el sistema capitalista funciona ahora tan mal y se ve obligado a sacrificarnos de un modo u otro, sea por nuestra culpa. Según los neoliberales, el capitalismo funciona perfectamente si lo dejas "a su aire". Para ello el mercado de trabajo deber ser flexible como un chicle, adaptado a las necesidades del capital en cada circunstancia (trabajando o en paro), cobrando más o menos (mejor menos que más), y por tanto los trabajadores/as deberíamos renunciar a defendernos organizadamente porque eso "distorsiona el mercado". Dejando que el Mercado lo regule todo, o sea yendo "a su bola", y limitándose el Estado a controlar que se emita la cantidad justa de dinero, todo iría "de perlas" como demuestran unas fórmulas y diagramas en colores muy bonitos. No necesitamos forzar las cosas enfadándonos, luchando y organizándonos. Dejemos que el Mercado fluya y asigne sabiamente los recursos, y él nos proveerá del salario que nos merecemos, aunque en nuestra ignorancia y presunción humana no sepamos apreciarlo así. Pero claro, impacientes, agobiamos a los burgueses, creamos privilegios "corporativos", perdemos "flexibilidad" y eso se acaba volviendo, merecidamente, en nuestra contra. ¿Por qué se les ocurriría a los trabajadores/as del siglo XIX que trabajaban jornadas interminables por una miseria y veían hacerlo también a sus hijos desde los siete años, la pésima idea de organizarse colectivamente para "distorsionar el mercado"? Un poquito de paciencia por favor, y el Mercado lo habría resuelto todo, como ya lo estaba haciendo en realidad, aunque nuestro primitivo sentido de la justicia no sepa apreciar la grandeza de someterse a la belleza matemática del Mercado y a la justa masa monetaria en circulación. La cochina envidia y el oscuro resentimiento nos corroen. En vez de percibirnos como lo que somos, individuos que como los empresarios se encuentran en el Mercado, por ejemplo, la General Motors (una sola personalidad jurídica) y el parado que busca empleo (también una sola personalidad, salvo que sufra de personalidades múltiples y entonces ya distorsionaría el mercado), nos empeñamos en inventarnos una identidad de clase y en ver en ellos otra, caemos así en la paranoia de hallar por todas partes malas intenciones hacia nosotros, maniobras y maquiavelismos. En lugar de adorar al Mercado, lo maldecimos, y "la liamos parda": distorsionamos el mercado. La culpa de los males del capitalismo durante dos siglos sin duda la tuvieron aquellos proletari@s y los que les seguimos el mal ejemplo. El capitalismo, con lo bueno que es él en el fondo, el mejor invento que la Humanidad hará nunca, lo hemos echado a perder los trabajadores/as, sí sí, nosotr@s, por empeñarnos en "distorsionar el mercado". Si ahora sufrimos, es nuestra merecida penitencia impuesta por el Mercado en su infinita sabiduría.
Es lógico que piensen en esos términos mercantiles cuando nos consideran como si fuésemos una mercancía más (coste) a la hora de comprar nuestra fuerza de trabajo, pero a la hora de cobrar la producción que realizamos bien que se cuidan de que su valor de cambio (precio) refleje aproximadamente el valor de todo el trabajo que sale de nosotros, no sólo lo que cuesta producirnos y mantenernos, y eso no ocurre con las mercancías de verdad (maquinaria, etc.). ¿Y dónde se ha visto que una mercancía pelee por su precio y las condiciones de su utilización y mantenimiento, y hasta se levante en armas contra el Mercado?
Bromas aparte, semejante ideología muestra la pequeñez de espíritu, el raquitismo moral, la alienación de esos portavoces del capital empeñados en subordinar las necesidades y el desarrollo humano a una de sus creaciones que se ha acabado por convertir en un lastre que nos impide avanzar y amenaza con hundirnos; de ver la Humanidad a través del prisma de la mercancía y del dinero, como si la Mercancía nos hiciese a su imagen y semejanza. Que algunos de ellos hayan recibido el premio Nobel no hace sino dejar en mal lugar al galardón, también manchado por varios de sus Nobel de la Paz.
Volvamos a lo que realmente ha ocurrido.
El capital financiero que ha fomentando el endeudamiento como modo desesperado de crear una demanda artificial (la real le falta como el aire), y hacer negocio con los intereses y la especulación, y que con la financiarización especulativa se había acabado por creer que el dinero era capaz de crear dinero sin el trabajo no pagado de por medio, necesita ser salvado de las trampas en las que se ha metido porque no podía encontrar otra salida, y lo hace el Estado con los recursos extraídos a los trabajadores/as, las clases medias y las microempresas, pequeñas y medianas empresas que a su vez provienen de la extorsión de su proletariado (trabajo no pagado, plusvalía-beneficio). Así la banca, al menos en parte, consigue socializar sus pérdidas, su primer objetivo.
Las ayudas públicas recibidas por la banca europea entre 2008 y 2010 (no se incluye 2011) ascienden a 1,6 billones de euros. El endeudamiento de los Estados por el apoyo al sector financiero ha crecido en casi 650.000 millones de euros. Esto deja muy pequeños los 240.000 millones de euros prestados a Grecia, los 85.000 millones a Irlanda o los 78.000 millones a Portugal (El País, El dinero público y los bancos, Joaquín Estefanía, 27-2-2012).
En España las "ayudas que el sistema financiero español ha recibido hasta mediados de diciembre de 2011: 141.000 millones de euros. Corresponde a: 3.200 euros por habitante" (El Viejo Topo, febrero 2012, nº 289, A sangre fría, pag. 3).
El trasvase de dinero provoca o agudiza el déficit del Estado, el cual ya desde hace décadas había disminuido los impuestos al capital y la renta de la burguesía y ahora renuncia a aumentarlos en la medida precisa. Necesita por tanto de los préstamos de la banca a la que acaba de rescatar la cual aprovecha para presionar con la especulación y arrancar elevados tipos de interés. Estos no deberán pagarse en base a mayores impuestos al capital y la burguesía, sino retirando recursos de la inversión del Estado en infraestructuras, servicios públicos, gastos sociales, y aumentando los impuestos a las rentas del trabajo directamente o por incremento del impuesto al consumo, las tasas educativas, el "copago" de la sanidad y la enseñanza, etc., cumpliendo así con el segundo objetivo del gran capital, en particular el financiero, de reducir los gastos totales del mantenimiento del proletariado, porque lo que el capital ha debido pagar como salario (bajando) lo retira con mayores impuestos y entrega a cambio menos servicios sociales (salario indirecto -como sanidad- y diferido -como pensiones-).
Es cierto que así tratan de evitar que los Estados no puedan devolverles los préstamos con intereses porque hayan destinado recursos a gastos sociales habiendo disminuido ingresos fiscales por el estancamiento o recesión económica. Efectivamente, la banca se sirve de los créditos baratos de los bancos centrales para tapar sus propios agujeros y prestar con intereses a veces muy elevados al Estado; pero sigue cerrando el grifo del crédito a microempresas, pequeñas y medianas empresas sobre todo, y a los particulares. Las medidas de austeridad suponen un frenazo a la economía, adicional a la crisis que no se ha superado realmente. Ya está anunciada para España una recesión importante para este año y probablemente el próximo año al menos (las previsiones se vienen rectificando a peor cada dos por tres). Sigue latente la amenaza de mayor hundimiento en la depresión por toda la deuda pendiente de empresas, hogares e incluso, y es importante, bancos con otras entidades financieras (con nacionales o extranjeros), que necesitarán más ayudas del Estado o exprimirlo con los intereses de nuevos préstamos que tendremos que devolver nosotros.
El objetivo estratégico es recortar de forma permanente los gastos sociales aunque de momento deban ceder algo debido a la tasa de desempleo provocada por ellos y agudizada por sus medidas de austeridad, a fin de evitar el mal mayor de un estallido social. Pero como esto no puede prolongarse indefinidamente aunque persista la crisis, necesitan primero que los trabajadores/as costeemos unas ayudas mínimas que ni siquiera alcanzan a todos los compañeros que son desplazados por el sistema, pues incluso las ayudas se les agotan, y luego que aceptemos que recorten los gastos. Ello sólo puede lograrse con una derrota, es decir, anulando la resistencia en las ideas, la voluntad y la acción, lo que evitará una explosión social que los ponga a la defensiva y en peligro.
El gran capital sabe que no es tiempo de "reformillas", sino de grandes reformas (contrarreformas) aunque sea a costa de la "paz social" a corto plazo, y que deben ser rápidas sobre todo en los países que están más atrasados en esa línea o que por su debilidad, la rentabilidad del capital, la recuperación de sus pérdidas o menores ganancias, menos pueden soportar los actuales costes de mantenimiento de los trabajadores/as.
En los EEUU los aspirantes republicanos a la presidencia prometen reformas fiscales que aumentarán los impuestos a las rentas reducidas y los rebajarán a los ricos y muy ricos, favoreciéndoles con exenciones, a la vez que impondrán la disminución del gasto público con grandes recortes en el ya muy menguado sistema de "Estado de bienestar" norteamericano (miseria de sanidad y educación públicas).
La Unión Europea acordó en 1997 el objetivo de que el déficit del Estado, máximo estructural anual, no debería ser superior al 3% del PIB. Ese compromiso se ha incumplido por varios países en buena parte por los rescates a la banca y las deudas contraídas después con la misma por financiar el déficit. Con la crisis hay que acelerar las medidas de austeridad y se exige que los miembros de la UE se atengan al 3%. También porque ya han acordado el objetivo más ambicioso de un déficit máximo estructural anual del Estado del 0,5% del PIB a partir de 2020. Esto se traducirá, dada la política recaudatoria, el sistema impositivo de impuestos, en un recorte brutal del "Estado de bienestar". Este ataque, como es habitual, para disfrazarlo, lo denominan con un eufemismo: consolidación fiscal, en lugar de "acoso y derribo del Estado de bienestar".
El Estado Español tiene como meta -otra cosa es que pueda cumplirlo- en cumplimiento de los acuerdos con la Unión Europea, que no se debe traspasar un déficit público del 3% del PIB al cerrar el 2013 (o 2014 si lo tienen que revisar). Como a la vez hay que reducir los costes salariales (directos e indirectos) y no "desincentivar a los inversores" cargando de impuestos al capital y la burguesía, eso sólo puede significar menos gastos sociales en pago de mayores cargas fiscales para las clases populares. Se trata de reducir al máximo los "gastos no productivos" (por supuesto apenas se incluye aquí el lujo, las prebendas, los gastos policiales y militares, etc.). Y está decidido a imponerlo, incluso con duras sanciones a las administraciones transgresoras, quizás exigiendo responsabilidades civiles (patrimonio personal) e incluso, apuntan, penales (inhabilitaciones), en previsión sobre todo de que algún partido de izquierda no se haya enterado bien de su función en las instituciones y no tome las medidas drásticas que exige el capital.
La burguesía quiere salir del modelo de crecimiento que nos ha llevado a esta crisis, dando una vuelta de tuerca más, reduciendo nuevamente los costes salariales totales, a costa de los salarios directos, el empleo, los gastos sociales del Estado (el "Estado de bienestar"). El recurso masivo al crédito para generar una demanda solvente (con dinero), pero artificial, que permitiese comprar todo lo producido, creó una masa astronómica de endeudamiento de las empresas, bancos, particulares y Estados. Al ser ya imposible de pagar del todo, ha pasado a la historia como "solución", pues esa adicción amenaza con matar al capitalismo y está decidido a ir superándola.
No se puede seguir recurriendo a las sobredosis de endeudamiento porque al no corresponderse con una solvencia real se dispararía la inflación. El aumento de precios perjudicaría a la competitividad, y a los acreedores al devaluarse el tipo de interés real y el principal de la deuda, lo que no conviene sobre todo a los bancos. El crédito fácil alimentaría una vez más la sobreproducción y la especulación en sectores como el inmobiliario con sus catastróficas consecuencias a medio plazo. También animaría al Estado a seguir endeudándose por cubrir los gastos sociales (los prioritarios a pagar con los impuestos son siempre otros).
El tratamiento general decretado para los próximos años en la zona euro es la reducción del déficit público, a pesar de sus efectos secundarios dañinos para el crecimiento económico, pues conduce a la recesión, al menos durante unos años, sobre todo en los países más débiles. Esto preocupa a la burguesía, incluido del gran capital financiero, pues esa estrategia no está exenta de grandes riesgos. Para empezar, el estancamiento y retroceso crea mayores dificultades al Estado para obtener ingresos fiscales de las rentas del trabajo, de las empresas y del consumo, y aumentan los gastos del desempleo (subsidios), con lo cual crecen las posibilidades de que el Estado no pueda devolver en fecha los créditos e intereses, por lo que se extiende la sospecha a los balances de la banca que han comprado deuda pública y que se ven obligados a valorar esa deuda a precio de mercado, con la consiguiente pérdida contable que debe ser compensada con más provisión de capital, sacado de la circulación del crédito lo que contribuye a la recesión. La reducción de ingresos en el Estado tenderá a aumentar el déficit en lugar de a disminuirlo. Esto y el temor por la menor solvencia del Estado, harán que a éste le cueste más colocar en el mercado sus productos de deuda pública y que sea a cuenta de pagar más intereses, con lo que peligrará más la reducción del déficit.
La reducción del déficit significa que el Estado ya no contrata obras de todo tipo (viarias, construcción de escuelas, etc.), reduce los pedidos en material sanitario (máquinas, medicamentos genéricos...), rebaja los sueldos de sus empleados, despide, recorta las pensiones, los subsidios de los parados. Todo esto significa reducir directamente la demanda, tanto de las empresas que producen medios de producción (construcción, tecnología...) como de consumo (farmacéutica, el consumo de los trabajadores/as públicos, jubilados y parados) y afecta en cadena a todos los sectores productivos (menos ventas del sector de bienes de consumo que a su vez hace menos pedidos al sector de medios de producción) y a sus trabajadores/as que a su vez...
En lo que respecta al Estado Español, los objetivos pactados con Bruselas eran, desde el 9,3% (final de 2010), bajar a final de 2011 a 6%, a final de 2012 al 4,4% y a final de 2013 al 3%. La realidad, el 8,51% a final de 2011. Se distribuye así: Administración central (5,10) Comunidades Autónomas (2,94), entidades locales (0,38), Seguridad Social (déficit del 0,09).
Debido las consecuencias negativas para el crecimiento económico por el objetivo de la reducción drástica del déficit en tan poco tiempo, sin abandonar su estrategia, muchos gobiernos, en particular el español, se plantean darse unos plazos más largos. Cuestión de velocidades, no de meta. Pero lo tienen muy difícil dada la firmeza de las autoridades europeas y en particular de Alemania en perseguir el mínimo déficit. En España el propósito de bajar a final de 2012, del 8,5% al 4,4% (pactado con Bruselas), es misión imposible pero por el camino se impondrán más sacrificios a la población trabajadora, afectando en particular a los del sector público. España va a aprovechar que en otros países también se extiende la opinión de que hay que rebajar el ritmo con el déficit si no se quiere provocar una depresión cuando ya hay un estancamiento a la vista, para plantear como objetivo terminar 2012 con el 5,8% (poco antes con sólo unas décimas), pero las autoridades comunitarias, por ahora, sólo aceptarían como muchos unas décimas sobre el 4,4%.
Esto nos enseña que el capital mundial no tiene intención de ceder sólo porque lo tenga complicado y a una parte del mismo le duela la "terapia" de caballo. Que no podemos esperar nada de ahí, ni de las gestiones de ningún gobierno, que si van a aflojar la "lucha contra el déficit" o sea, los recortes de los gastos sociales, será sólo por nuestra lucha y porque el ejemplo se extienda a otros países y eso les asuste a todos y les recomiende un frenazo en la marcha, aunque sea temporal. Si es por ellos, no va a haber piedad, como no la vienen teniendo con la población trabajadora de Grecia.
El gobierno del PP entiende que estando así las cosas conseguir cerrar el 2013 con un 3% de déficit es una misión titánica, así que es probable que llegado el momento intente prolongar el plazo al 2014. Pero es muy consciente de que si en 2012 podría haber una cierta flexibilidad con el objetivo, el 3% para 2013 es, por ahora, absolutamente obligatorio.
¿Qué significa esto para nosotros?
El objetivo para el 2011 era que la contribución que hacen al déficit total del Estado las Comunidades Autónomas, fuese del 1,3% Sumando esto al 4,8% de la Administración Central, 0,3% de las entidades locales, la Seguridad Social, un superávit de 0,4, que por tanto se debe restar, debiera haber dado un 6%, el pactado con la Unión Europa.
Que el conjunto de las comunidades diese el 1,3% del PIB español, quiere decir que cada una con respecto al PIB de su Comunidad, debiera bajar a ese 1,3%. Sin embargo, la realidad, salvo para el caso de Madrid (1,13%) ha sido muy distinta. Y también para el conjunto del Estado, que en vez de ser el 6% ha sido del 8,51%.
En la comunidad autónoma de Catalunya, el gobierno nacionalista de la Generalitat, en 2011 ha efectuado unos recortes brutales en sanidad y educación y aun con todo, el déficit sólo ha bajado un 0,56 punto, del 4,28% al 3,72% de su PIB. Y en las comunidades de Castilla-La Mancha (6,07 al 7,30), Comunidad Valenciana (3,60 al 3,68), Asturias (2,73 al 3,64), Cantabria (3,01 al 4,04), Extremadura (2,51 al 4,59), Andalucía (3,12 al 3,22), País Vasco (2,49 a 2,56), las cosas han ido todavía peor a pesar de las medidas de austeridad, aunque haya alguna discusión sobre la interpretación de los datos. Teniendo en cuenta las pocas comunidades que sí han conseguido bajar el déficit, aunque sea un poco, y la única hasta el objetivo, el resultado de todas las comunidades es que si la parte que en 2010 les correspondía en el déficit total del Estado (9,3%, incluye también la administración central, locales y Seguridad Social) era de 2,94%, sigue siendo en 2011 la misma (2,94%). Y para el conjunto del Estado sólo ha bajado ¡0,8! (del 9,3% de 2010 a 8,51% en 2011) (El País, 28-2-2012). Esto quiere decir que la burguesía lo tiene muy difícil y sabe que empieza a tener y tendrá más contestación en la calle, en los centros de estudio y de trabajo.
Las Comunidades Autónomas son las que corren con los gastos en sanidad, educación, servicios sociales y la Administración Central con gastos como el desempleo, la deuda pública, parte de la burocracia, representación exterior, la Monarquía, y sobre todo, la policía nacional, guardia civil, servicios secretos y el ejército. La mayoría de las autonomías no tienen cuerpo policial propio. Donde se quieren más recortes, por ahora, es en los de sanidad y educación y otros servicios, por eso presionan a las comunidades autónomas. Aunque éstas suprimiesen todos los gastos que no son los de sanidad, educación y servicios sociales, el total con respeto al PIB español bajaría del 2,94 al 2,10%, muy por encima del 1,3%. Para cumplir los objetivos del déficit deberán proceder a verdaderas amputaciones en los gastos sociales (El País, 1-3-2012).
Hoy, 2 de marzo 2012, el presidente del gobierno español, Rajoy, en la Cumbre de Bruselas plantea un objetivo para 2012 del 5,8%, debiendo bajar las comunidades autónomas al 1,5% (en lugar del 1,3% que también se prevenía para 2012). Es decir 0,2 puntos lo que equivale a 2.000 millones de euros menos a rebajar (mil millones por décima), pero todavía tendrán que reducir 1,44 puntos (del 2,94 al 1,50) lo que equivale a 14.400 millones sólo por lo que respecta a las Comunidades Autónomas.
Significa también que si pretende cumplir con las obligaciones marcadas por la Unión Europea (3% al cierre de 2013) para evitar las duras sanciones que puede imponer y porque es el objetivo estratégico del gran capital, deberá lanzar una ofensiva como en muchas décadas no se ha conocido contra los gastos sociales y el empleo público. Si reducir sólo 0,8 décimas (del 9,3% al 8,51%) en Catalunya ha costado lo que llevamos visto, reducir para el conjunto del Estado 2,71 puntos (del 8,51 al 5,8) en un año será un recorte brutal, pero si Bruselas no lo acepta y tiene que ser de 4,11 puntos en un sólo año (del 8,51% al 4,4%) acabará destrozando el "Estado de bienestar" y no digamos llegar al 3% (otro 1,4 puntos menos). Y como veremos seguidamente con los cálculos efectuados por la Fundación Funcas, debido a la fase de recesión, al desplome de la recaudación, puede hacer que ¡por mucho recorte que se efectúe y también por ello, porque agrava la recesión, el déficit en vez de reducirse, se acabe disparando! Tendríamos los recortes y más déficit. Pero los recortes al menos ahí se quedarían y el capital todavía tendría la esperanza de ir superando el déficit si remontase la economía en la zona euro sobre todo. Luego algo tendría ganado, y nosotros eso perdido y con la carga de pagar una deuda mayor con respecto al PIB.
Las cuentas no son tan sencillas como una simple resta en los Presupuestos. Según la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), -calculados partiendo de un 8,2% de déficit-, si el gobierno de España toma las medidas necesarias para conseguir el déficit del 4,4% del PIB para final de año, recortando 41.000 millones de euros (3 mil millones menos de los que se establece con los últimos datos), lo que supondría subir otra vez el IVA e impuestos especiales en más de 10.000 millones, dado que estamos en recesión, se encontrará con el resultado paradójico de que la caída del PIB será del 1,7% en lugar de la prevista por la Comisión Europea del 1%, y terminará el año con ¡el 5,8% de déficit!, debido a que los ingresos públicos habrán disminuido al reducir la demanda global con los tijeretazos y los aumentos de impuestos, y porque al provocar más desempleo, algunos gastos habrán subido (subsidios a nuevos parados) (El País, 26-2-2012). Tal vez por eso, hoy, el día 2 de marzo, en Bruselas, Rajoy ya plantea el 5,8% para que se lo acepten como objetivo, y si no lo hacen, quedarse ahí si es que le exigen el 4,4%.
Este engorroso baile de cifras es importante porque puede darnos una idea aunque sea muy aproximada de lo que puede significar la pretensión de que desde inicio de 2014 el déficit más elevado sea el 3% y que incluso se reduzca porque a partir del 2020 quieren que el déficit del Estado sea como máximo el 0,5% del PIB. ¿Qué podrá quedar del "Estado de bienestar" si no se suben notablemente los impuestos al capital y a los ricos cuando irá envejeciendo la población, necesitando más pensiones de jubilación, cuidados médicos y apoyo a domicilio? ¿En qué van a quedar la sanidad, educación, pensiones públicas, etc.? ¿Dónde están las cuentas que aclaren esto? ¿Qué nos están ocultando?
El futuro para nosotros no es la salida del túnel, sino la entrada en otro mucho más largo al que no se le ve la salida. Pero no debemos desesperar. La burguesía también se ve obligada a reconsiderar, si no su estrategia, al menos sus ritmos, por los efectos en la economía y sobre todo, por la resistencia popular, por el descrédito de las instituciones, por lo que efectivamente, es ahí, dando fuerte en la espinilla (por ahora), por donde debemos proseguir, sin pausa.
El gran capital sabe de sobra los riesgos que se corren con una política de austeridad reduciendo la demanda, pero insiste. No se trata sobre todo de cabezonería, ni de dogmatismo con respecto a los objetivos del déficit, que también lo hay. Lo que ocurre es que tiene una estrategia a medio y largo plazo y ésta es la mejor manera de imponerla, sobre todo al proletariado, para derrotarlo cuanto antes, y también a las "clases medias" y a otras fracciones bajas, pequeñas y medianas de la burguesía, debilitándolas y favoreciendo la concentración del capital. Muchos de esos sectores saldrán muy perjudicados a la larga, pero en tanto consigue atraerles facilitándoles la política de agresión a los derechos de los trabajadores/as, como vemos que ocurre con las contrarreformas laborales.
Los diseñadores de esa estrategia se tienen que partir de risa cuando se les hacen críticas, generalmente desde un punto de vista de "clase media", sobre "la salida de la crisis que es mejor para todos", porque quienes las hacen desconocen cuál es la dinámica del capitalismo real y sus requisitos para seguir adelante cumpliendo con su misión en el mundo, que es obtener la máxima tasa de ganancia, y por tanto de sometimiento del proletariado mundial. Si esto se desconoce, todo lo que se diga es tan inútil como ir a un campo de exterminio nazi hablando de derechos humanos, de la legislación que los protegen, creyendo que así se detendrán; lo más probable es que entre risotadas te incluyan en la fila de los seleccionados para el exterminio en cosa de minutos.
¿Acaso no había muchas voces -aunque no les diesen megáfono para no advertir a la población trabajadora- que hace años ya avisaban que la estrategia desesperada de endeudamiento desaforado, la desregulación financiera, la especulación inmobiliaria, etc., acabaría provocando un desastre descomunal, y no conocían lo ocurrido recientemente en Japón y otras experiencias de la historia del capitalismo con todo el batallón de economistas y demás asesores? ¿Les importó? No, esperan salir ganando y que los platos rotos los paguen otros ("tonto el último") y los sectores populares ("socialización de las pérdidas"), y porque en ese momento, dadas las dificultades que ya atravesaban, era la mejor opción que tenían para aumentar las ganancias. La razón es que, desde que surgió, el capitalismo está históricamente condenado al desastre, y por el camino también los provoca, así que la cuestión no es impedirlos, sino aprovechar a tope los intermedios y prolongarlos lo más posibles, aunque eso mismo acabe agravando la siguiente crisis.
El neoliberalismo y la globalización no han sido el resultado casual, la confluencia de un conjunto de actos inconexos e improvisados, sino de una estrategia del capital que, claro está, no puede preverlo todo, pero sí trazar las líneas maestras de su movimiento. Una muestra es la creación de un organismo como la OMC (Organización Mundial del Comercio) en 1995. Que no pueda evitar las consecuencias que le ha traído esa estrategia, quiere decir que ninguna estrategia del capital puede superar las contradicciones básicas del sistema y evitar sus límites históricos.
Por eso el hecho de que tenga una estrategia no quiere decir que tenga una auténtica solución, sino un plan para sacar el mejor partido posible a una situación, a costa nuestra.
El gran capital entiende que él tiene la mayor capacidad de aguante, que son demasiado grandes para que los dejemos caer arrastrando en efecto dominó todo el sistema, que incluso una recesión por la lucha contra el déficit y la austeridad salarial, es un riesgo a correr si quiere dar un salto en la relación de fuerzas, imponerse aun más y hacer recaer todo el peso de la crisis y de la nueva era sobre el proletariado, la pequeña burguesía (clases medias) y sectores de la burguesía mediana.
Pero la reducción del déficit público no debe hacerse de cualquier manera. No simplemente mediante el aumento de los ingresos del Estado. No simplemente en base a aumentos de los impuestos a la burguesía y a las grandes empresas, porque eso va en contra de los beneficios y la apropiación privada de la plusvalía, razón de ser del capitalismo del que son los dueños. Tampoco simplemente sobre el proletariado y capas populares aumentando los impuestos al consumo, porque eso aumentaría los precios, lo cual provocaría la lucha por aumentos salariales, inflación y el aumento del tipo de interés bancario para compensarla. Con lo cual se iría en contra de la competitividad y del crecimiento. Por tanto, aunque deba incluirse entre las medidas, no debe ser la central pues no es el medio ideal de reducir los costes salariales. Para eso, si existen las condiciones económicas y de relación social de fuerzas (ahora las hay), es mucho mejor reducir los gastos del Estado, sobre todo los que forman parte del mantenimiento de la fuerza de trabajo (sanidad, educación, viviendas sociales, pensiones, etc.), aunque eso también aumente el paro (reducir el personal de esos servicios mediante despidos o la suspensión de nuevas contrataciones), porque ello presionará sobre los salarios a la baja y, al infundir temor al despido entre los empleados públicos, facilitará su sumisión y que acepten recortes a sus salarios y demás derechos, y como los empleados públicos ya no son "intocables" enviar el mensaje a todos de que los demás lo son menos.
La reducción de los gastos sociales del Estado crea un profundo malestar, sentimiento de injusticia, pero a diferencia del aumento de los precios, es más difícil que provoque huelgas proletarias entre trabajadores/as que no son afectados directamente por los ataques como los funcionarios, los de sanidad, educación, pues no percibimos a nuestro empresario como directamente responsable o que pueda resolver el problema (con un aumento del salario frente al aumento de precios). Vemos como culpables a los políticos, los partidos, el gobierno, pero no al capital en su conjunto porque no lo entendemos como un ataque del sistema capitalista a los COSTES TOTALES de mantenimiento de los trabajadores/as, que es lo que nos permitiría lanzar la lucha con huelgas contra todos los empresarios y el Estado. De paso resulta más fácil derrotar a los trabajadores/as atacados directamente con los recortes (funcionarios, de las sanidad, profesores...) al quedarse aislados del resto de la clase.
Sin una visión de conjunto, el resto de la clase a lo sumo enfocará su lucha como un gesto de solidaridad contra los despedidos y contra la agresión del gobierno (no del capital) a todos a través de los recortes a los gastos sociales (en provisión de fondos, material y personal a cargo), pero lo más probablemente fuera de la empresa, en manifestaciones en la calle.
Lo que corresponde no es un gesto de solidaridad y acudir a una manifestación en protesta por los recortes, sino una respuesta a la estrategia del conjunto del capital (liderado por el grande) y de su Estado: A corto plazo, de abaratamiento de los costes totales (directos e indirectos) del conjunto de los trabajadores/as. A medio plazo, de derrota del proletariado y trabajadores/as asalariados. A largo plazo, ya derrotado, seguir abaratándolo.
Es entonces cuando cobra pleno sentido que el ataque consiste en reducir TODO el coste que para el capital suponemos los trabajadores/as, tanto en salario como en gastos sociales y personal a cargo, que el ataque es de TODA la burguesía y su Estado, y que por tanto hay que hacer huelgas en todas las empresas, centros de estudios, universidades, contra esos ataques, directamente a nosotros o a través de otros compañeros.
De aquí la importancia de establecer esta relación del modo más explícito y claro posible.
¡LA BURGUESÍA Y SU ESTADO, PARA RECUPERAR LOS BENEFICIOS, QUIEREN QUE EL CONJUNTO DE LOS TRABAJADORES, EN ACTIVO, EN PARO O ESTUDIANDO, LES COSTEMOS MENOS, VÍA SALARIO, DESPIDOS, GASTOS SOCIALES Y TRABAJADORES DE SERVICIOS! ¡A ESTO LE LLAMAN "COMPETITIVIDAD" Y "REDUCCIÓN DEL DÉFICIT"! ¡EL ATAQUE ES CONTRA TODOS Y TODOS DEBEMOS RESPONDER DESDE LOS CENTROS DE TRABAJO SEAN FÁBRICAS U HOSPITALES, DE ESTUDIO, Y LA CALLE!
Y ello resulta más fácil cuando sabemos que tanto las patronales CEOE como CEPYME, es decir desde la grande a la microempresa, están a favor de la reducción del déficit público al 0,5% máximo estructural en 2020 mientras exigen que se les reduzcan los impuestos y gastos salariales, y a favor de la contrarreforma laboral del gobierno.
Para la burguesía, la reducción del déficit es un objetivo a un plazo muy corto (2013 en principio, salvo que en España y otros países sea imposible y deban retrasarlo a 2014), que deberá mantenerse. Pero no se conforman con eso.
Las subidas salariales sólo serán posibles si hay un aumento de la productividad, y en menor medida que éste, y no porque suban los precios (inflación). De este modo gracias a la inflación, aunque no se dispare, conseguirá una reducción del salario real que no podrá ser compensada con un aumento posterior.
En el Estado Español los sindicatos CCOO y UGT ya han preparando el terreno para ceder a lo que venga. Han aceptado (25-1-2012) con la patronal CEOE y CEPYME (micro, pequeña y mediana empresa) un pacto (II Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva) de contención salarial, de modo que los salarios aproximadamente suban un máximo del 25% de lo que suba la inflación y dependiendo también del crecimiento de PIB, reduciendo así los costes sobre todo de los productos industriales cara a la competencia en el exterior. Los sindicatos recomiendan a los trabajadores/as flexibilidad para adecuarse a las necesidades de cada empresa llegando a acuerdos que supongan un descuelgue a peor del convenio superior y aceptar ciertos aumentos de las horas de trabajo y movilidad de plantilla, y vincular el salario a la productividad y los resultados de la empresa. De este modo se someten a la lógica que impone el funcionamiento del capital y vienen a dar la razón a la burguesía cuando dice que la culpa de tanto paro es la rigidez del mercado de trabajo que dificulta medidas de austeridad y flexibilidad en la empresa que evitarían despidos. La incidencia en su disminución va a ser menor y no va a impedir que este año aumenten los despidos. El acuerdo manifiesta que "deberían" reinvertirse en la empresa los beneficios obtenidos gracias a este recorte de salarios y derechos de los trabajadores/as, para crear empleo y bla bla bla que sólo sirven para dar mejor imagen del pacto porque si se cede en cuestiones tan básicas no se le va a intentar imponer nada a la empresa en lo que de siempre es exclusiva decisión de la burguesía.
Esperaban así aplacar el ímpetu contrarreformista del gobierno, cuando no han hecho más que prepararle el camino, demostrando su voluntad de firmar esos convenios de descuelgue. Si los sindicatos han aceptado no es porque la correlación de fuerzas no dé para más -en todo caso la debilidad actual es también responsabilidad suya por su pasividad durante todo lo que llevamos de crisis-, sino por su permanente acomodación "realista" y sin lucha alguna, a las necesidades del capital nacional, "en interés de España". Si en el proletariado hay miedo, ellos no hacen nada por contrarrestarlo sino que fomentan la desorientación y la resignación. Los sindicatos presentan como un éxito el nuevo paso atrás, porque no han dado más. La gravedad del caso no es sólo que se retroceda como que forma parte de una dinámica inevitable e imparable de retirada porque no hay una crítica a fondo del capitalismo y por tanto se renuncia desde el principio a levantar una alternativa contra él, por lo que no cabe otra que adaptarse a sus exigencias de funcionamiento si no se quiere contribuir al caos. Este es el drama del sindicalismo en la época decadente del capitalismo y más en una fase de crisis y senilidad manifiesta: ineficaz para el proletariado, funcional a las necesidades del capital.
En este pacto hay un aspecto relativo a la subordinación del aumento de los salarios al encarecimiento del combustible muy relevante sobre todo cara al futuro, con una crisis detonada por el coste de la energía en la década de los 30, y que comentaremos más adelante.
Sin duda la burguesía les agradecerá los servicios prestados y el Estado seguirá financiando a los aparatos sindicales que cual funcionarios tan fielmente le sirven. Una vez más se cumple el famoso principio de A(r)químedés "un sindicato parcialmente sumergido en el proletariado, recibe del Estado un empuje hacia arriba igual al peso del volumen de los derechos y combatividad que desaloja".
La burguesía quiere un cambio rápido y de calado en el "mercado de trabajo" y en la "negociación colectiva", más trascendente incluso que el déficit porque marcará más la relación de fuerzas entre burguesía y proletariado en el terreno de la producción, por tanto de la extracción directa de la plusvalía por el trabajo no pagado.
En el Estado Español, el partido en el gobierno, el PP, está decidido a imponer rápidamente una legislación que empeorará la capacidad de resistencia de los trabajadores/as a la imposición de los intereses del capital. No es una iniciativa exclusiva de ese partido, pues con la boca grande o pequeña todos lo apoyan. Presiona a ello toda la patronal española, desde la micro a la gran empresa (representadas por la CEPYME y la CEOE), incluida claro está la banca. Pero no es una medida española. Detrás está todo el gran capital mundial. Lo exige la presión de "los mercados" en la negociación de la deuda pública, la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la banca internacional, las multinacionales, las agencias de calificación, economistas extranjeros... Por tanto, con esta medida estamos asistiendo a un ataque de la burguesía mundial contra el proletariado español.
Para debilitar más al proletariado, la burguesía impondrá ámbitos de negociación de los convenios laborales colectivos que nos fraccionen cada vez más, por empresas, aprovechándose de paso de la menor capacidad de resistencia y presión de los trabajadores/as de las pequeñas y medianas, para imponer rebajas en los salarios y condiciones de trabajo peores. Su ideal, que nos acerquemos cada vez más al contrato individual, el colmo de la desigualdad en la relación contractual (proletari@ que necesita trabajar para vivir y empresari@ que tiene muchos entre los que elegir).
Si hasta ahora tenían prevalencia los convenios colectivos de ámbito territorial (estatal, autonómico, provincial) o sectorial (la rama del metal, etc.) sobre los de la empresa de modo que el convenio de un ámbito inferior sólo era válido si mejoraba para los trabajadores/as las condiciones del de ámbito superior, ahora va a ser al contrario, el de empresa se impondrá sobre el de ámbito superior, siempre, lo que dada la correlación de fuerzas en las microempresas, pequeñas y medianas empresas, significa una mayor "flexibilidad" para adecuarse a las necesidades del capital, lo que en la práctica supone empeorar las condiciones salariales y de trabajo. Esto convertirá los convenios de ámbito superior en papel mojado. Las reticencias de los aparatos sindicales tiene que ver también con que dejará sin función a los hasta ahora encargados de negociación en esos ámbitos. Hay también por parte de algunos empresarios importantes reservas al descuelgue de las empresas, porque puede favorecer la "competencia desleal interimpresarial" al aprovecharse algunos pequeños y medianos de la menor capacidad de resistencia de sus trabajadores/as, frente a otras empresas con unas plantillas mayores y más curtidas porque eran las que venía de hecho imponiendo las líneas maestras de esos convenios.
El presidente del gobierno del PP, Mariano Rajoy, en conversación privada con el primer ministro de Finlandia le reconoció la dureza de la medida al decir "la reforma laboral me va a costar una huelga" (30-1-2012). Veremos si los sindicatos son capaces de convocarla aunque sólo sea para salvar la cara y ofrecer una válvula de escape a la indignación del proletariado. Pero son ellos los que más la temen. Cándido Méndez, secretario general de UGT, con la "combatividad" y discurso "encendido" que le caracterizan, haciendo por millonésima vez un "ejercicio de responsabilidad" con el interés "nacional", lamentaba que Rajoy diese mala imagen de los sindicatos españoles que han dado muestras más que sobradas de "responsabilidad" y por tanto se arriesgase a perjudicar la tan necesaria "confianza de los mercados", de Alemania y de Francia, y le estuviese convocando la huelga general poniéndole en un brete ante los trabajadores/as, dando a entender que eso sería lo último para el sindicato cuya razón de ser es el diálogo y la negociación (o muerte) (El País, 2-2-2012).
El jueves 9 de febrero 2012 el ministro español de economía, Luis de Guindos rendía cuentas al Comisario de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, "Mañana aprobamos la reforma del mercado laboral, vas a ver que será extremadamente agresiva" a lo que contestó el señor Olli Rehn "Eso sería fantástico, ok, ok".
El viernes 10 de febrero el gobierno del PP informa -ocultando aspectos importantes- del decreto de proyecto de ley de contrarreforma laboral que ha acordado, que ya es vigente, y tiene previsto ratificar en breve por vía parlamentaria al disponer de la mayoría absoluta. Una precarización generalizada del empleo, un brutal abaratamiento de la indemnización por despido, facilitar que sea incluso menor al aumentar los casos de despido procedente dejando como una minoría los improcedentes o sin justificación (dependerá del juez) ("el despido improcedente tiene que quedar como algo residual" dice Juan Rosell, presidente de la patronal CEOE, El País 12-2-2012), imponer rebajas del sueldo o modificación de las condiciones de trabajo a toda la plantilla o individualmente sin necesidad de que la empresa sufra pérdidas (por competitividad, productividad...) y el que no lo acepte será despedido con una indemnización de 20 días por año trabajado con un máximo de 9 mensualidades, facilitar a la empresa los despidos colectivos rápidos y baratos, a través de los ERE (Expediente de Regulación de Empleo), o si caen los ingresos de la empresa durante nueve meses, subvencionar empleo pero alargar a ¡un año! el periodo de prueba con lo que se despedirá gratis como despido "procedente" y en la práctica no tendrá que devolverse la subvención, en los pocos casos de despido improcedente (declarado por el juez), el empresario decidirá si readmite o paga la indemnización, y en caso de readmitir no deberá abonar los salarios no pagados hasta ese momento (salarios de tramitación, se llamaban), facilitar la contratación a tiempo parcial pero a la vez permitir la realización de horas extras (por encima de la jornada completa) por lo que les saldrá más barato y podrán aprovechar mejor el trabajo femenino, imponer a los parados que cobran subsidio "trabajos para la comunidad" de modo que harán de fuerza de trabajo gratuita impidiendo así que se creen puestos de trabajo y poniendo en riesgo el subsidio si no cumplen con esa obligación, se facilita el despido de mayores de 55 años. En cuanto a la negociación colectiva, el descuelgue de las empresas de los convenios sectoriales y territoriales por decisión unilateral de la patronal si en dos trimestres consecutivos hay una disminución de ingresos o ventas, si no llega a un acuerdo con los trabajadores/as podrá recurrir a una mediación y finalmente a la Comisión Consultiva Nacional de Convenios Colectivos compuesta por miembros de la patronal, sindicatos y Administración. Pero si no se llega a un acuerdo y hay un tercer trimestre a la baja, la empresa podrá poner en marcha despidos procedentes y ERE exprés con 20 días de indemnización. En el sector público, para los trabajadores/as que no sean funcionarios (unos 835.000), se podrá poner en marcha un ERE y despedir colectivamente con 20 días de indemnización por año trabajado, cuando se hayan dado noventa días de "insuficiencia presupuestaria" y teniendo en cuenta que el presupuesto en muchos organismos los asigna la autoridad superior basta con que lo escatime para que se creen las condiciones. La discriminación a los parados al propiciar su contratación dependiendo de que les quede cuanto más derecho de seguro de desempleo mejor. Y todavía queda mucho que analizar, mucho detalle que nos han querido escamotear en sus presentaciones de la ley (datos tomados sobre todo de El País).
La burguesía "resuelve" el problema de la falta de crédito a sus empresas y de la competitividad, abaratando al máximo en salarios y en empleo. Pronto alcanzaremos la cifra de los 6 millones de parados. Una prueba más de la eficiencia del régimen asalariado del trabajo.
La burguesía baja y media recibe así una valiosa arma contra el proletariado. Pero tampoco las salvará tanto como creen, pues ya no podrá alegar que no pueden bajar costes porque está el límite del convenio sectorial o provincial, de modo azuzará todavía más la competencia y ganará la que más consiga sacrificar a los trabajadores/as. Así que es también un regalo envenenado del gran capital que de esta manera propicia la concentración de capital con la desaparición de micro, pequeñas y medianas empresas. Por eso, algunos burgueses lúcidos, en el descuelgue de los convenios veían un riesgo de competencia desleal. La competencia entre las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas se va a agudizar como desde hace mucho no se conocía, vamos a retroceder décadas hacia un capitalismo más salvaje que avisa lo que será el futuro, la próxima década y la década de los 30 donde podremos hablar, debido a la crisis de la energía, de "canibalismo" entre los capitalistas.
Sin duda una contrarreforma histórica, que nos hace retroceder muchos años atrás. Gravísima porque se da en un contexto de crisis profunda y con difícil salida, agudizada por la política de austeridad fiscal del gobierno que contrae la demanda del Estado y de los particulares, por lo cual no servirá para crear empleo sino para destruirlo mucho más. Sin duda obedece a los intereses de la burguesía española, de la burguesía de la Unión Europea y de toda la burguesía mundial, en la medida que tira a la baja las condiciones de los trabajadores/as de todos los países ricos.
Una contrarreforma que viene para quedarse hasta que el capital decida imponer algo todavía peor.
La CEOE aspira a conseguir mucho más en próximas medidas, porque efectivamente todavía pueden conseguir que se nos ponga cara de japoneses pero sin los derechos que les reconoce el toyotismo, o de chinos que están más de moda, no tienen derechos que recortar y además son "comunistas", para que no tengamos más motivos de queja.
Esta es la política que daría prioridad a la creación de empleo, de no abaratar el despido y fomentar el trabajo indefinido, prometida por el PP en su campaña electoral. ¡Hacen todo lo contrario! Una prueba más de que no podemos confiar en sus promesas y compromisos, que si hoy nos dicen que el futuro dentro de unos años será mejor, cuando la investigación nos indica lo contrario, es que saben que será mucho peor y preparan las cuerdas y el cuchillo para ello, que el altar ya lo pone el Mercado y habrá sindicatos dispuestos a apaciguarnos mientras nos llevan al sacrificio.
La burguesía busca aumentar siempre su tasa de ganancia. Unas veces esto pasa por mayor empleo, pero en tiempo de crisis y con un futuro oscuro, por reducirlo. Como dice el gobierno "algo teníamos que hacer" porque no saben hacer otra cosa para salir de la crisis.
Todo sea por adaptarse con "flexibilidad" a la flexibilidad de la economía (Juan Rosell, CEOE). Eufemismos para presentar como algo positivo (suena mejor flexibilidad que rigidez), lo que en realidad es adaptar al trabajador como un equilibrista en la cuerda floja (¡huy, qué torpe, se ha caído!) a las realidades caóticas (no flexibles) del capitalismo.
Sin duda con esta contrarreforma, va a quedar en evidencia más si cabe, que si hay un sector que corra riesgos en esta sociedad no es el del burgués, sino el del proletario.
Los sindicatos mayoritarios a nivel estatal, CCOO y UGT, se enfadan pero no se pronuncian sobre la convocatoria ni pronto ni tarde de una huelga general, irán sondeando el cabreo del proletariado, su capacidad de respuesta desbordando a los sindicatos y la necesidad de no desacreditarse más. Ignacio F. Toxo, secretario general de CCOO, con aparente candidez dice "han instrumentalizado interesada y retorcidamente el reciente acuerdo sobre empleo y negociación colectivo que suscribimos con los empresarios el pasado 25 de enero" ¡Pero si el menos informado pero con instinto de clase sabía que eso no iba a calmar a la fiera sino preparar el terreno para su ataque, cuando era transparente que la reforma laboral era la "madre" de todas las reformas, no para crear empleo, sino para ayudar al capital a salir de su crisis de plusvalía! El mismo presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell lo dice comentando la ley del gobierno "También ha ayudado mucho el pacto que alcanzamos con los agentes sociales en enero sobre moderación salarial. Los sindicatos abrieron las puertas y facilitaron el paso." (El País, 12-2-2012). Toxo añade "conciben la crisis como una oportunidad para debilitar los derechos laborales y sociales de los trabajadores y trabajadoras" ¡Sorprendido como si fuese una novedad y algo que se pueda evitar sin una lucha de lo más decidida cuestionando el capitalismo! (Público, 12-2-2012).
Los sindicatos no rectificarán, es propio de su condición, pero nosotros ¿aprenderemos?
Los sindicalistas se quejan de que el gobierno no les haya tenido en cuenta a la hora de elaborar la ley, ni comunicado nada, cuando sí que ha habido una línea telefónica abierta con la patronal. El gobierno tiene tomada la medida a cada uno, sabe a quién sirve y qué lugar corresponde a sus intermediarios con el proletariado.
La contrarreforma laboral es una pieza fundamental para que el capital en su conjunto establezca unas reglas del juego acordes a lo que considera que es la actual relación de fuerzas en la lucha permanente, fría o caliente, con el proletariado, dándole mucho más poder del que tenía hasta ahora. La burguesía conoce la situación y prevé el futuro mejor que nosotros. Vivíamos engañados por los cuentos del "Estado de bienestar", el "Estado de derecho", los "derechos adquiridos", las "conquistas históricas". Todo eso no vale nada para el capitalismo cuando para seguir tirando adelante, como un viejo avaro senil, necesita sacrificarlo. Todo ese mundo se empieza a derrumbar ante nuestra mirada. Y no nos engañemos, es sólo el principio de lo que está por venir.
La burguesía mundial y europea, por boca de la OCDE, Comisión Europea, la señora Merkel y otros significados representantes, ya ha demostrado su satisfacción con la reforma porque va en la dirección correcta en la que, sin duda, según ello se deberá seguir profundizando.
Ahora los sindicatos CCOO y UGT van a probar si pueden llevar algunos artículos de la ley al Tribunal Constitucional. En sí no es erróneo, el peligro en manos de los sindicatos es que le den demasiada importancia a esta vía, que con ello sigan inculcando el respeto a leyes que por muy "sacrosantas" que sean pueden ser injustas, como lo es su origen social, el régimen asalariado del trabajo, y que condicionen los tiempos de lucha en las empresas y en la calle a la vía judicial. Lo que sea anticonstitucional, que lo quiten, y lo que respete la Constitución, ya que igualmente nos perjudica, también, al igual que el gobierno ha tumbado una ley anterior muy constitucional ella. Pero nosotros no vamos a depender de una sentencia judicial porque el factor que más va a decidir en el resultado, como siempre, va a ser el rechazo y la presión en las empresas y en la calle, porque la burguesía española e internacional apuestan mucho con esta ley, saben que está muchísimo en juego.
Los sindicatos CCOO y UGT, más que para calentar motores buscan tiempo para que se enfríe la indignación y empiece a cundir la resignación, porque de lo contrario, en vez de poner la convocatoria de huelga general en función de "lo que haga a partir de ahora el gobierno" (Toxo) (¿pretenden que se eche atrás por el miedo a la asistencia a las manifestaciones convocadas y a una huelga general que ya da por convocada, cuando dejan claro que sólo admitirán modificaciones en cuestiones técnicas, de detalle?) declararían su intención de convocarla cuanto antes y en tanto preparar a los trabajadores/as que por esa misma decisión se animarían a luchar, aunque la convocatoria sindical se quede como siempre corta y sea sobre todo un cortafuegos sindical a una lucha autónoma y de verdad. Toxo lo deja claro el 17 de febrero cuando en la sede de Izquierda Unidad dice que "el sindicalismo español no tiene como objetivo la convocatoria de una huelga general, y actuaremos según lo que haga el gobierno". ¿Qué agresión y situación del proletariado harían falta para que estos valientes defensores de la clase juzgasen necesaria y conveniente esa convocatoria? Méndez añade que la ley causará un gran perjuicio a las clases medias (¿?) ¿Será porque no afecta más al proletariado por lo que no hay que convocarla o ya no sabe ni distinguir entre las clases, armado de la sociología burguesa más barata? Izquierda Unida no sale al paso de tanta estupidez y les prestará su colaboración para presentar en el Congreso una impugnación de la ley por inconstitucionalidad.
Está claro, los trabajadores/as debemos ser capaces de aprovechar las convocatorias sindicales para desbordarlas e incluso tomar la iniciativa a nivel local y sectorial, organizándonos por nuestra cuenta, desde Asambleas, delegados, piquetes informativos. Si nos ponemos en sus manos, nos entregarán a la burguesía.
Debemos denunciar esta contrarreforma laboral y defendernos del ataque. Pero esta indefensión que crea debemos entenderla no como una vulneración de unas previas y justas relaciones laborales (Estatuto de los Trabajadores y sus reformas) como ahora nos quieren hacer creer con el discurso de que hasta esta ley, las relaciones entre patronal y trabajadores/as eran "equilibradas", "justas" etc. (PSOE), pues eso no ha existido ni existirá nunca con el capitalismo, sino como una vuelta de tuerca más en la estafa, régimen de explotación y opresión que en sí y siempre es el régimen asalariado del trabajo, y que sin su abolición, estaremos expuestos a más y más vueltas de tuerca a causa de la agravación de los problemas de capitalismo que no tiene otro modo de "ir tirando" que el de sacrificarnos.
En Euskadi y Navarra, los sindicatos de orientación nacionalista (ELA, LAB, ESK-CUIS, STEE-EILAS, ENNE...) anuncian convocatoria de huelga general para el 29 de marzo (día antes de que el Gobierno del PP presente los Presupuestos del Estado en el Congreso, sin duda con enormes recortes) .Veremos seguro alguna maniobra y desenfoque, pero al menos surge una iniciativa importante que se puede aprovechar para que el proletariado se exprese desbordando los límites que cualquier sindicato quiera imponer a la soberanía de las asambleas. Presionadas por sus bases, las direcciones de UGT y CCOO de Euskadi, han tenido que ceder y acordar que estudiarán unirse a la convocatoria del 29 de marzo. En Galicia, en sindicato CIGA, también ha convocado huelga general para el día 29 de marzo.
La iniciativa en Euskadi es un indicio de que el proletariado de Euskadi se encuentra más fuerte, gracias a su tradición de lucha, pero también a una situación económica más favorable, por una menor incidencia del desempleo y una importante capacidad exportadora de su industria, lo que significa una mayor carga de pedidos y que la burguesía se verá más afectada por un proceso de conflictos crecientes.
La alternativa al proletariado de Euskadi y Navarra de "protegernos" con un Marco Vasco de Relaciones Laborales y de Protección Social, que no dependa de Madrid, es una salida profundamente equivocada. El conjunto de la burguesía del Estado Español, la europea y mundial, tienen una estrategia, la de aprovechar la crisis para doblegar y abaratar al proletariado, de derrotarnos, para el futuro inmediato y por mucho tiempo. Esto debe hacerse entender esto al conjunto del proletariado (como intentamos en este documento). Pretender librarnos cada uno en su rincón porque -de momento- es algo menos desfavorable ahí la relación de fuerzas con la burguesía, es un autoengaño, pues se hace el juego al fraccionamiento del proletariado del Estado y mundial que busca la burguesía. Los griegos, los portugueses, los españoles, los italianos, luego los vascos, etc., cada uno por su lado cuando es una ofensiva contra todos y a la vez, aunque por tiempos. Luego irán más fácilmente a por los franceses que son "demasiado" fuertes por ahora, y finalmente a por los alemanes y también a los que falten, y posteriormente habrá una nueva ronda en cuanto les convenga y puedan. El divide y vencerás de toda la vida. Dejamos solos a los griegos, dejamos solos a los portugueses, nos quedamos solos y dejaremos solos a los italianos, y cada uno se encontrará solo. Como siempre, como ya lo vimos en momentos anteriores, por regiones o por ramas de la economía, por turnos, paquete por paquete, doblegar al proletariado. Por eso la solución es superar este aislamiento, y no, querer salvarse en un rincón, porque en la práctica, el resultado será como dejarse acorralar en la esquina del ring por el peso pesado de la burguesía mundial que presionará a la vasca (si vacila) como presiona a todas para que "cumpla" con la estrategia común a la burguesía alta y baja con liderazgo del gran capital, en especial alemán. Lo que ahora puede parecer una relación de fuerzas favorable, aislados del resto del proletariado del Estado, se convertirá en desfavorable. Lo que debe hacerse es difundir una estrategia de defensa con una orientación ofensiva (en la línea de lo que expondremos en este documento) lo más extensa posible, a todo el Estado y por encima de los estados.
No hay fuerzas para imponer ese Marco, por lo que el efecto real es facilitar la fragmentación del proletariado, esta vez por regiones o nacionalidades; y si las hubiese para eso, mejor destinarlas para la vía que de verdad nos va a fortalecer y unir. Si la convocatoria es un indicio de que el proletariado vasco es capaz de tomar la iniciativa adelantándose a los sindicatos de ámbito estatal, no debe ser con una orientación para "ir por su cuenta y separarse", sino para servir de referente al resto impulsándoles a luchar, juntos, como lo fue en gran medida el proletariado vasco-navarro en las luchas durante el franquismo.
Un modo de ser un referente es que está obligando a CCOO y UGT de Euskadi a sumarse a la convocatoria adelantada de Huelga General. Ese día 29 de marzo, si a CCOO y UGT del Estado todavía les quedase algo de sentido de la vergüenza ante quienes dicen representar y proteger (el oportunismo y las ganas de controlar y desinflar el movimiento se les supone), debiera ser el día de la Huelga General en todo el Estado, uniendo la lucha contra la contrarreforma laboral a toda la política del recortes del Estado, dado que esa fecha es la víspera de la presentación por el Gobierno del PP de los Presupuestos del Estado, lo cual también afecta a los estudiantes, por lo que conviene que se sumen a la huelga general con una nueva convocatoria del movimiento estudiantil, pues los recortes les afectan ya a ellos y la legislación laboral y el desempleo, para cuando quieran trabajar. Estas convocatorias y unida, permitirían dar un impulso a la resistencia a condición de no quedarse atadas a los sindicatos.
Esta es la única forma de protegernos. Si esto es pedir demasiado al sindicalismo, demostrará que todos son un obstáculo al verdadero progreso de nuestra lucha y nuestra unidad, únicas armas que tenemos para resistir y avanzar.
La burguesía nacionalista vasca representada sobre todo por el PNV ha pasado de las "reservas" a la ley, a la oposición (con enmiendas) porque abarata el despido y pone obstáculos a un marco de negociación vasco. Pero esa oposición sobre todo testimonial le resulta barata ya que así evita enconar a los sindicatos nacionalistas vascos sabiendo que el PP conseguirá convalidar la ley en el Parlamento. En tanto, las patronales vascas, apoyan la ley.
Es el mismo ataque el lanzado contra los vasco-navarros que contra los madrileños, catalanes, valencianos, gallegos, andaluces, etc., y contra los griegos, portugueses, italianos y de otros países europeos que también están sufriéndolos en una u otra medida, contra los trabajadores/as de la sanidad, los funcionarios, de la construcción, los jubilados, los estudiantes porque se juegan su futuro, etc. Su objetivo, el mismo, abaratar el coste para el capital del mantenimiento de la población trabajadora y aumentar la tasa de ganancia. No es tan difícil de comprender porque para más inri las medidas y los sectores atacados son en casi todas partes las mismas. Por tanto, no existe ninguna razón para luchar separados más que las que nos quieren imponer y todas para luchar unidos.
No terminamos de enterarnos de qué va esto, y cuanto más reducido es el mapa que manejamos, más se estrecha nuestra panorámica de la realidad. La salida no está en los "descuelgues" y en el nacionalismo entreguista por el "interés de España" de CCOO y UGT, pero tampoco en el pequeño nacionalismo como supuesta medida de "protección", sino como siempre, aunque parezca irreal, en la unidad de los trabajadores/as de todo el Estado, en el internacionalismo, contra los intereses internacionales y nacionales del conjunto de la burguesía, desde la alemana a la vasca o navarra ¡porque las burguesías sí que se están uniendo contra nosotros a pesar de su competencia y divergencias! Demuestran una capacidad de unión incomparablemente superior a la nuestra.
Cuando tenemos delante un frente unido de la burguesía mundial contra nosotros, decidido a derrotarnos y con las mismas armas, es cuando menos podemos permitirnos el lujo de ir separados a la lucha. Si no nos damos cuenta de esto, nos van a caer tantas, que no vamos a poder ni contarlas. Y si no quedamos sonados, nos daremos cuenta de lo sumamente idiotas que hemos sido, pero demasiado tarde. Así de claro porque nos jugamos es el presente y el futuro por muchos años.
El olvido del internacionalismo proletario en los hechos, ya nos condujo a derrotas anteriores y a terminar matándonos en la guerras mundiales; ahora abre las puertas a la ofensiva internacional de la burguesía.
Sin duda la vía internacionalista es complicada, pero más difícil la hacemos cuando de entrada se la descarta o rechaza, y en lugar de ir construyéndola con nuestro mensaje, orientación, propuestas, marchamos en la dirección contraria. ¿Cuántas pancartas o carteles -en inglés- de solidaridad con el proletariado griego, portugués, italiano y el que sea van a aparecer en las manifestaciones a cuenta de la reforma laboral? ¿Cuántas declaraciones de que nuestra lucha es la misma en todas partes, de que nuestros opresores son los mismos y de que las variantes de los ataques son mínimas? Empezar una vía internacionalista es tan fácil como esto, y de esas pequeñas iniciativas pueden surgir, con los medios de comunicación que hoy tan bien sabe aprovechar la juventud, grandes resultados. ¿Sabemos el impacto que puede tener en el proletariado griego o de otro país en lucha saber que en la otra parte del continente en manifestaciones de miles de trabajadores/as se han levantado un montón de carteles y pancartas acordándose de ellos, diciendo que somos hermanos de clase y que nuestra lucha es la misma? ¿Qué los manifestantes se han concentrado -sin tomar la iniciativa en violencias que sólo dan excusas a la represión- también ante la embajada griega -o del país que sea-, en señal de solidaridad por los ataques sociales y represivos? Ya no nos acordamos de lo que supuso en la lucha contra el régimen de Franco los actos de protesta en Francia, Italia y otros países contra los consejos de guerra del franquismo, como en diciembre de 1970, pero el efecto es muy real. La vía "fácil" que parece más realista es la menos realista cuando se comprende la dimensión de lo que está pasando y las posibilidades pequeñas o grandes que tenemos de ir en la buena dirección.
La venda que el nacionalismo de uno u otro signo es tan poderosa, que en el Estado Español, seguimos viviendo de espaldas a Portugal y mirando al resto de Europa. Pero los próximos en acusar una nueva ofensiva del capitalismo internacional pueden ser los trabajadores/as portugueses y deberíamos de mirar hacia allí, lo mismo que cuando, todavía bajo el franquismo, cayó la dictadura salazarista-caetanista (25 abril 1974) y dirigimos nuestra atención a la lucha del proletariado y campesinado portugués y ellos hicieron otro tanto cuando el franquismo pedía sangre en sus últimos consejos de guerra y reprimía al proletariado español.
Hoy los hombres se entusiasman por un partido de futbol. Podrá llegar el día en que sus corazones se inflamen porque mientras están luchando en la calle contra los ataques del capital y resistiendo las cargas policiales, en otro país, con un idioma diferente, hermanos de clase hacen lo mismo, también por ellos, y se comunican en directo alentándose mutuamente. Ese día, que no es para nada imposible, se habrá dado un salto en la humanidad que podrá cambiar el mundo. Hacia ahí debemos dirigirnos y no en la dirección contraria.
Que la reforma laboral forma parte de una estrategia internacional de la burguesía lo demuestra no sólo la reacción que ha tenido sino que en Italia también se disponga el gobierno a sacar adelante su propia reforma laboral y ya la hayan hecho en Portugal. Y todas tienen en común lo fundamental: facilitar y abaratar el despido y presionando así a la reducción de los costes salariales, echar debajo de un plumazo derechos conseguidos desde hace décadas e incluso desde la IIª Guerra Mundial, y que las "democracias" demuestran lo poco que realmente lo son, porque estas contrarreformas se toman a la carrera, sin la posibilidad de un debate social previo e incluso engañando sobre su contenido real como ha ocurrido en España. Son un "golpe de Estado" laboral.
Ahora el PSOE, en la oposición, juega a ponerse del lado de los trabajadores/as contra la contrarreforma laboral porque sabe que las medidas fundamentales y que reclama el capitalismo mundial, las puede imponer el PP, necesita ganar apoyo social para volver al gobierno, y espera hacer su labor a favor de la burguesía recuperando para el parlamentarismo, la vía judicial, y el sometimiento a los sindicatos, la protesta del proletariado.
Dejamos aquí la reforma laboral porque por los medios de comunicación y la campaña sindical, los trabajadores/as ya tendremos suficientes medios para enterarnos con bastante detalle de su contenido.
Retomando la reflexión sobre las convocatorias de Huelga General.
Debiera convocarse una Huelga General para todo el Estado el 29 de marzo, de trabajadores y estudiantes.
La Huelga General de trabajadores/as del sector público y privado y también de estudiantes, con la participación de los parados, el día 29 de marzo, debiera ser una huelga contra todos los ataques de la burguesía y el Estado, al salario, al empleo, al "Estado de bienestar" (educación, sanidad, subsidios, pensiones...) representados por todos los recortes y ataque sufridos hasta ahora, contra la contrarreforma laboral y los Presupuestos del Estado.
¡29 de marzo, Huelga General en todo el Estado. TRABAJADORES Y ESTUDIANTES, UNIDOS CONTRA TODOS LOS RECORTES EN DERECHOS Y EL PARO!
¡CONTRA EL ATAQUE GENERAL DE LA BURGUESÍA Y SU ESTADO, TODOS UNIDOS, TRABAJADORES Y ESTUDIANTES, DEL SECTOR PÚBLICO Y DEL PRIVADO, ACTIVOS Y EN PARO, DE TODOS LOS PUEBLOS DEL ESTADO!
¡NI UN PARADO SIN INGRESOS DEL ESTADO! ¡A QUIENES SE LES HA AGOTADO LA PRESTACIÓN, SU RENOVACIÓN HASTA QUE EXISTA UN EMPLEO PARA ELLOS!
¡CON NUESTROS SACRIFICIOS PRETENDÉIS REDUCIR LOS COSTES LABORALES, EDUCATIVOS Y SOCIALES PARA AUMENTAR LOS BENEFICIOS!
¡VUESTRA SALIDA A LA CRISIS ES RECUPERAR LOS BENEFICIOS A CUENTA DE NUESTROS SACRIFICIOS!
Independientemente de cuantas reivindicaciones se puedan conseguir, lo importante es que tengamos claro que no tenemos por qué sacrificar nuestras condiciones de vida y existencia, nuestros derechos adquiridos o pendientes, por una situación de la que es culpable el sistema capitalista y quienes están interesados en perpetuarlo, a nuestra costa. Si somos "realistas" al modo como ellos quieren, no tendremos más remedio que sacrificarnos.
Pero antes incluso que el 29 de marzo, tenemos otra cita.
El día 8 de marzo de 2012, día internacional de la mujer, pero ante todo, día internacional de la mujer trabajadora, debe tener más que nunca un contenido de clase proletario como lo tuvo en sus orígenes. Contra la discriminación de las mujeres, contra la violencia de género, contra las leyes y prácticas que pretenden condicionar el ejercicio de nuestra sexualidad a los intereses del dominio capitalista y masculino, contra la ofensiva de la burguesía mundial contra el proletariado que perjudicará en especial, como siempre, al sector más vulnerable, el de las mujeres, porque las necesidades de la reproducción y el cuidado de la vida son para el capital costes que pretenderá asumir lo menos posible, sobre todo en situación de crisis.
El 23 de febrero de 1917 (en nuestro calendario el 8 de marzo), las trabajadoras rusas, en plena Iª Guerra Mundial, se declararon en huelga por "el pan y la paz". Cuatro días después abdicaba el Zar y el Gobierno Provisional reconocía a las mujeres el derecho de voto, con lo que se puso en marcha el proceso que llevó a la revolución proletaria de octubre de 1917. Las mujeres hemos demostrado que podemos estar a la vanguardia del movimiento de los trabajadores/as, y cuando es tanto lo que nos jugamos, debemos estar en primera fila.
El próximo gran ataque ya se empieza a apuntar que será, lo solicita la "avanzada" burguesía catalana, el recorte del derecho de huelga. La reforma laboral ha abierto el apetito de la patronal, pide más, hasta cargarse el Estatuto de los Trabajadores, del que esta ley ya es una revisión. Ya están pensando en nuevas exigencias para tener derecho a la jubilación y sobre su cuantía. Y se oyen discursos feroces en las tribunas de las organizaciones patronales por parte de sus más destacados representantes contra las prestaciones por desempleo, para reducir su cuantía y tiempo, extremar los requisitos para obtenerla y facilitar su supresión a la primera oferta de empleo, "como si es en Laponia" y cobrando una miseria (José Luis Feito, presidente de la comisión económica de la CEOE, el 21-2-2012) y encima se lo toman a cachondeo cuando les hacen observaciones críticas. Los más mezquinos, insensibles, cínicos, desalmados y psicópatas de entre la burguesía empezarán a ver abierta la veda del proletario y buscarán ponerse a la cabeza de su clase.
Un hecho de actualidad nos da una idea de lo que podemos esperar, cuando tras la brutal represión policial contra una pacífica protesta de estudiantes (en su mayoría menores de 18 años, adolescentes e incluso niños) en Valencia, contra los recortes en la enseñanza y los impagos que les obligan a llevar mantas a clase porque no hay calefacción, y las previas actuaciones policiales, el jefe de la policía de Valencia, para justificarse, se refiere a ellos como "el enemigo" (¿se ha formado este señor en la Escuela de las Américas, en la doctrina del opositor al que aplicar el tratamiento militar como "enemigo interior"?), y los sindicatos policiales, en una típica reacción de "espíritu de cuerpo" represivo, cierran filas y obligan a las autoridades políticas, al ministro del Interior, que respaldaba en lo fundamental a la policía, a retractarse en cuanto a la existencia de posibles "excesos" policiales y explicar que en realidad se refería "de manera muy especial a los que cometen los radicales y violentos" (¡!), poniendo los requisitos legales por encima del derecho de manifestación espontánea y haciendo referencia como siempre al fantasma de la conspiración de los oponentes y subversivos violentos que en la sombra instigan, engañan y manipulan a los estudiantes ignorantes y descerebrados (El País, 22-2-2012). No mencionan que ellos sí son unos conspiradores, instigadores a la sumisión y sacrificio de la población, incluso con la violencia. Les hace falta muy poco para que se les salte el resorte de la porra mientras a las víctimas las acusan de violentas. Y encima con peticiones de prisión que van ¡de 1 a 3 años! Sin duda tienen de sobra merecida la repercusión internacional del caso y ningún motivo para ir de víctimas y defensores del "orden" para "garantizar los derechos ciudadanos", y bla bla bla. No habrá consideración si no la ganamos con nuestra resistencia, porque como ha demostrado este caso sólo así se consigue que den marcha atrás en la represión soltando a los detenidos y no reprimiendo con la misma intensidad, que el Gobierno central, y también el regional, se anden con más cuidado en evitación de males mayores para ellos. Al PP en el Gobierno central, que también ha tenido bajo su mandato a la Comunidad Valenciana desde 1995, a pesar de las acusaciones de corrupción y del desastre de las cuentas públicas, se le está rebelando la población durante mucho tiempo bastante pasiva. Pensaban que podrían actuar sin límite y el tiro les ha salido por la culata porque miles de personas ocupan las calles protestando contra los recortes, las autoridades del PP y la policía. Y ahí no ha terminado, porque los estudiantes han convocado una huelga general en toda España para el 29 de febrero, lo que ha dado lugar a grandes manifestaciones en la comunidad valencia, en Barcelona (más de 60.000 personas), Madrid, con una mayor participación de estudiantes de menor edad, de profesores y padres de alumnos, y con iniciativas como ocupar una emisora de radio (la SER en Barcelona) para leer un comunicado.
Esto nos demuestra también el gran potencial que tiene la lucha de los estudiantes, sobre todo si se unifica con la de todos los trabajadores/as, tanto del sector privado como público.
El PP en el Gobierno viene lanzando una campaña para presentar al PSOE como una fuerza que está detrás de la "agitación social" incluso con responsabilidad por la violencia en las calles. Si algún dirigente del PP se cree este discurso, sólo demuestra su pulsión dictatorial e inquisitorial, y ese punto paranoico y perseguidor propio de los reaccionarios más cegados por sus prejuicios e intereses. Los más cínicos y en contacto con la realidad saben que es mentira. Pero pretenden tres cosas: 1ª ante los sectores ideológicamente más atrasados de la población trabajadora, intimidarlos más, y demonizar al PSOE para que no se les ocurra votarle; 2ª lanzar el mensaje de que la calle no es un lugar legítimo para protestar y que todo debemos encauzarlo y dejarlo en manos del Parlamento donde, qué casualidad, el PP y sus aliados tienen la mayoría absoluta y por tanto todas las de ganar; 3ª y más importante, prestigiar al PSOE en la oposición para facilitarle la difícil tarea de intentar controlar y llevar a una vía muerta el movimiento de protesta estudiantil y proletario frente a los recortes.
La burguesía necesitaba que el PP y PSOE rinda a favor del capitalismo, cada uno en el papel que puede desempeñar mejor. En el gobierno debe haber un partido que no tema perder una base electoral proletaria, ese es el PP, porque no la tiene, aunque los haya que le voten. En la oposición, un partido con cierta influencia en los trabajadores/as, capaz de "radicalizar" su discurso para mejor ganar su confianza; este no podía ser el PP por mucho que desde la oposición se estuviese declarando últimamente "partido de los trabajadores" (la medida de su desvergüenza y señal de que hacía falta quien desde la oposición desempeñase ese papel), sino el PSOE. Con el PSOE en el gobierno y el PP en la oposición, el juego de "poli bueno y poli malo" no funciona bien, invertida las tornas, mejor.
El PSOE intenta prestigiarse después de haber atacado desde el gobierno y preparado el terreno para la subida del PP, porque no ha cumplido con todo lo que le exigía el capital, pero tampoco ha denunciado la ofensiva del capital internacional y lo que vendría con el PP, y le interesa aparecer en las protestas junto a los sindicatos de estudiantes y trabajadores, con vistas, sobre todo, a la alternancia en el gobierno cuando sea más útil a las necesidades del capital.
En los próximos Presupuestos del Estado habrá más recortes a cuenta de medidas drásticas de "austeridad presupuestaria". A este paso la suma de recortes va a equivaler a una amputación. Supondrán menos gastos sociales, empleo público, paro, descenso de la demanda solvente a cuenta de una reducción de los gastos de mantenimiento de la población trabajadora. El gobierno del PSOE se había comprometido con la Unión Europea a terminar 2011 con un déficit público del 6%, que claramente se ha incumplido. Cada décima del déficit equivale a 1.000 millones de euros. Los últimos datos (lunes 27 de febrero) revelan que el déficit real es del 8,5% (dos décimas por encima incluso por lo previsto por el PP en enero una vez en el gobierno). Para llegar al 4,4% deberían hacer un recorte de 44.000 millones de euros.
La reducción global de los costes salariales (directos, indirectos y diferidos) se logra con la política de austeridad en salarios, en inversiones del Estado (escuelas, hospitales, material sanitario...) y sus servicios públicos y gastos sociales (sanidad, educación, subsidios, jubilación...), que al reducir también la demanda solvente de la población trabajadora, provoca despidos en las micro, pequeñas y medianas empresas sobre todo, además de los que puedan darse en el sector público y en las grandes empresas, presionando más a la baja los salarios.
Sin embargo, la reducción de costes salariales no asegura mayor competitividad. Es muy difícil competir contra salarios como los que deben soportar el proletariado chino y de otros países asiáticos, norteafricanos, latinoamericanos o de los países del Este europeo. Salarios más bajos disminuyen además la demanda solvente interna, pero tanto a los productos nacionales como extranjeros. Si todos los países siguen la misma política para ser más competitivos en el mercado exterior, primero contraerán su mercado nacional, pero verán que el mercado de destino se ha contraído también por la reducción de los salarios en ese país. Si en todas partes se impone la austeridad en los salarios no hay a quien vender exportando. Incluso aunque alguna economía más fuerte, como la alemana, aumente su demanda interna (significaría subir salarios y costes, o el déficit del Estado), no sería suficiente para absorber lo de todos, y puede que las principales beneficiadas fuesen las grandes empresas alemanas que vía la producción en los países con salarios más bajos (por ejemplo, automóviles fabricados en España o países del Este y luego llevados a Alemania) sustituirían con el mercado interno unos mercados exteriores contraídos por el descenso de la demanda.
La Unión Europea absorbe el 40% de la oferta alemana, por lo cual, la recesión en Europa perjudicará la demanda de productos alemanes, pero el problema no será insuperable. Con la reducción de costes, a la industria alemana le va resultar más fácil vender en Brasil, China y otros países, por ejemplo, automóviles.
Alemania, a partir del 2000, tras los problemas creados por la unificación de las dos alemanias, se impuso una política de cierta austeridad en los salarios, aumento de impuestos al consumo para reducir el déficit (se había saltado el 3%), para lograr más competitividad beneficiándose de los bajos intereses del BCE que también impulsaban el consumo y la especulación en otros países europeos como los del Sur. Aunque redujese el consumo interno, podía exportar con tranquilidad y sus bancos beneficiarse de la especulación inmobiliaria en España a través de los créditos a la banca española y el circuito de las titulaciones de la especulación norteamericana. Pero ahora la situación es muy diferente y los demás países no pueden servirse de la receta alemana, porque Alemania también está amenazada por la recesión y no está interesada en financiar a otros países con su consumo privado y estatal, subiendo salarios, bajando impuestos o aumentando el gasto público. Hasta 2007 España tenía un bajo nivel de deuda, Alemania tardó cinco años en volver al 3% pero ahora presiona para que en un contexto internacional mucho peor los demás países hagan el esfuerzo -a costa de los trabajadores/as- con mucha mayor rapidez que ella tratándolos, ante su pueblo, de despilfarradores, cuando la deuda pública acumulada de Alemania supera el 80% del PIB mientras la española es del 70%.
Los países europeos de la zona euro, al no poder devaluar su propia moneda para lograr una ventaja competitiva por el tipo de cambio con otras favoreciendo así sus exportaciones, encareciendo las importaciones, fomentando el consumo de mercancías producidas en el propio país, forzosamente deben recurrir directamente a la reducción de los costes salariales. Eso es lo que pretende la ley de reforma laboral en España, una devaluación no de la moneda sino del valor de cambio del proletariado. Esta estrategia conviene sobre todo al gran capital internacionalizado, que así no sólo se hace más competitivo fuera, sino que internamente también reduce de verdad costos, no se pone dificultades cambiarias a la importación, y no se protege por el tipo de cambio a la burguesía media y pequeña que tiene en el consumo interno su principal o único mercado, con lo que favorece su eliminación por la reducción de la capacidad de consumo de los trabajadores/as, la competencia de la grandes empresas y con ello la concentración del capital.
Si actualmente hay una cierta especialización por países en los productos de mayor "valor añadido" (investigación, tecnología, trabajo cualificado), al orientarse todos hacia ese tipo de producción, porque la vía de únicamente reducir de costes salariales está perdida frente a potencias como China, India, Brasil, etc., se agudizará la competencia entre empresas y países y por tanto las tensiones entre Estados ricos. Esto es algo que no conviene a quienes tienen hoy la mayor ventaja competitiva, como es el caso, en la zona euro, de Alemania y otros países nórdicos. Que en España, los últimos gobiernos del PSOE y del PP hayan extendido el tijeretazo presupuestario al apoyo a la investigación científica y a la innovación empresarial sólo se entiende si se piensa en una presión ejercida por los países más poderosos para que España se resigne a su lugar en la actual división internacional del trabajo. División que se verá reforzada por la naciente y creciente tendencia en los jóvenes más cualificados a emigrar a países donde puedan ejercer con sus conocimientos y se les paguen salarios superiores a los españoles. Una visión que existe entre expertos alemanes es que España no debe volver a cometer la locura del "boom" inmobiliario, pero sí centrarse en aprovechar mejor sus posibilidades para el turismo. No hay que preocuparse, la bandeja ya nos la venderá su industria del metal. Con el socialismo habrá una especialización racional, pero nada que signifique generar una desigualdad social para que unos sean unos privilegiados.
En situación de crisis, con una reducción de la demanda privada (empresa y trabajadores/as) y con un presupuesto del Estado a la baja y una autolimitación del déficit por lo cual no puede utilizar los recursos keynesianos anti-cíclicos para estimular la demanda con sus inversiones y pedidos, seguro que se bajan los costes de mantenimiento de las masas trabajadoras, se hace más competitivo frente al resto del capitalismo mundial (EEUU, Japón, China...) e impulsa la concentración de capital, pero con un alto riesgo de lanzar el capitalismo por una pendiente sin freno al pasar de un largo ayuno a la anorexia.
La política de la zona euro de reducción drástica del déficit público, dado sus efectos secundarios indeseados para sectores importantes de la burguesía y más en unos países que en otros, debe entenderse también como el resultado de la relación de fuerzas entre el capital de los diferentes países, imponiéndose en este caso ante todo los intereses del gran capital alemán y un poco en segundo plano, el francés.
El cierre del grifo del crédito fácil y la reducción de costes salariales (interesa ante todo a grandes empresas dedicadas a la venta en el mercado externo) al reducir la demanda interna condenará sobre todo a microempresas, pequeñas y medianas empresas, salvándose las que con la reducción de costes se hayan hecho más competitivas. Eso provocará más paro con el consiguiente descenso de la demanda solvente que afectará en especial nuevamente a ese tipo de empresas, porque las grandes tienen más posibilidades de aguantar, tanto más si son ramas imprescindibles como la energía, alimentación, banca... La desaparición de empresas micro, pequeñas y medianas aumentará el poder de las grandes, la concentración del capital. Por ejemplo, en muy pocos años se está produciendo una gran concentración del sector de la industria agroalimentaria y de los grandes distribuidores de alimentos, a costa del proletariado agrícola y de la pequeña y mediana empresa.
La reducción de los costos salariales totales (en el sueldo directo, indirecto como sanidad y educación, diferido como el subsidio por desempleo o la pensión de jubilación) beneficia por tanto sobre todo al gran capital, es un medio para aumentar beneficios en especial si puede permitirse mantener precios altos por su posición casi de monopolio.
La reducción de los gastos sociales del Estado en servicios como educación, sanidad, pensiones, atención a personas dependientes, etc., la tendencia a su privatización, permitirá que el capital haga más negocio con esos servicios a la vez que reduce el salario total de los trabajadores/as. La suspensión de los servicios del Estado no aumentará sin embargo los salarios directos y con estos deberemos costearnos la enseñanza y seguro médico privados, planes de pensiones de la banca, etc. El resultado será que muchos no podremos hacerlo y deberemos conformarnos con servicios públicos de peor calidad que en la actualidad y los que puedan será pasando al capital una parte de su ya menguado salario, por un servicio que tampoco será mejor que hoy (véase el caso de los EEUU) pues la empresa que lo preste buscará ante todo el beneficio. Al obtener menos por nuestro salario, a cambio del mismo trabajo, de hecho se nos paga menos aunque se mantenga el mismo nominal, con lo cual ha aumentado la parte de trabajo no pagada, la plusvalía, aunque no haya una variación del beneficio nominal en la empresa que nos emplea, pero sí real porque si ahora nos pagase lo que corresponde, más para obtener lo mismo que antes, el beneficio sería menor. Significa a fin de cuenta que habrán disminuido los recursos destinados al proletariado por el capitalismo, que es de lo que se trataba. Otra desventaja es que nos dividirá, pues cada uno deberá "buscarse la vida" frente a las empresas de servicios (compañías de seguros médicos, bancos con fondos de pensiones, escuelas y universidades privadas, residencias de ancianos, etc.) y no podremos hacer frente común frente a la patronal y el Estado exigiendo unas mejores y mayores prestaciones sociales, fomentando de esta manera el individualismo y debilitándonos, lo que forma parte del plan de derrota.
Es una vuelta a la "economía real" que para el capital, necesitado de beneficios, sólo puede conseguirse, en última instancia, sacrificando los costes salariales totales, sea en el salario directo, en los gastos sociales, en todas las formas de mantener a los trabajadores/as.
La reducción de los gastos y personal en la educación, sanidad, servicios como hostelería, etc., disminuirá los costes salariales totales destinados por el capital a la población trabajadora. El aumento de la masa de parad@s presionará a la baja los salarios. Los recortes salariales y despidos en el sector público, el supuestamente privilegiado y seguro, deben abrir camino a todavía más sacrificios en el sector privado. El "Estado benefactor" y la "sociedad de consumo" para los trabajadores/s, quedarán reducidos a vestigios del pasado.
Pero a medio y largo plazo el efecto de estas medidas será la tendencia permanente del capitalismo a la sobreproducción que se agudizará al socavar la demanda solvente por el recorte a los costes salariales totales y al existir apenas mercados extra-capitalistas solventes (potencialmente quedaría algo del campesinado chino para la industria china, que también estando aprovechando África gracias a sus mercancías baratas), absolutamente incapaces de soportar una nueva fase expansiva del capitalismo como la que se conoció tras la II Guerra Mundial y no digamos, en el siglo XIX.
Si se diese un gran avance tecnológico que permitiese un aumento de la productividad, reduciendo los costes salariales, podría incluso hacer partícipe al proletariado, permitiendo que aumentase su consumo, pero persistiría en lo fundamental el problema de la demanda solvente porque todo el mundo está ya dominado por el capitalismo, no quedan mercados exteriores al mundo capitalista significativos, capaces de absorber el excedente de una producción mucho más elevada y que no pueden consumir las empresas, el Estado, la burguesía, el salario de los trabajadores/as y la pequeña burguesía integrada en el entramado del capitalismo. Ya veremos en otra sección de este texto como todos esos recursos ya los utilizó el capital entre el final de la IIª Guerra Mundial y la crisis de los 70, y los apuró al máximo con el endeudamiento y la globalización desde los 90 hasta esta crisis. Países que no hace mucho tiempo estaban muy subdesarrollados, debido a la expansión del capitalismo en busca de beneficios, han acabado por industrializarse y pasado a competir con las que han venido siendo primeras potencias industriales. Si no quiere padecer de la crisis de sobreproducción, padecerá de la crisis de sobreacumulación por un exceso de capacidad productiva, sin utilizar, que lastrará la tasa de ganancia. El capitalismo se ve condenado a fracasar por éxito.
El discurso sobre el pleno empleo ya ha pasado a la historia. Ya ni lo mencionan porque la perspectiva es a lo sumo la creación de empleo precario y de jornada reducida con un salario más reducido aun y con otra pérdida de derechos (ahí está el modelo alemán de los "mini-jobs" -mini empleos- que quieren exportar a todas partes para disfrazar las estadísticas de paro y abaratar el trabajo y que a la patronal CEOE le gustaría imponer en España). El uso creciente de maquinaria, la robotización y la informática, harán sobrante una mayor cantidad de capacidad de trabajo viva, tanto física como intelectual, cualificada.
La burguesía europea que exige crecientes sacrificios no olvida el discurso ritual sobre la creación de empleo con refritos de recetas de hace años (1997) que han servido para muy poco. En la cumbre europea del 30 de enero 2010 que acordó el déficit para 2020 que seguidamente comentaremos, se han hecho declaraciones de intenciones sobre la necesidad de fomentar el crecimiento y proyectos que por la prensa fiel han sido recibidos con bombo y platillo para crear falsas esperanzas, pero incluso algún comentarista nada sospechoso de radicalismo izquierdista las califica de tomadura de pelo y demagogia (Xavier Vidal-Folch, El País, 31 enero y 2 de febrero).
Con la capacidad productiva existente se podrían satisfacer las necesidades de todos, pudiendo destinar los esfuerzos humanos a la prestación de más servicios, como cuidados médicos, a los ancianos (envejecimiento de la población), etc. Con una buena planificación, conseguiríamos reducir del tiempo laboral anual sin disminución del nivel de vida. Esto sería una economía organizada y al servicio de los trabajadores/as.
Pero esto no es factible en el capitalismo pues su finalidad no es administrar la capacidad de trabajo existente para obtener los bienes y servicios necesarios para todos a la vez que se procura reducir el tiempo de trabajo, sino algo retorcido y perverso, conseguir beneficios, dinero, para obtener más beneficios, y eso exige una gestión de los recursos materiales y humanos muy diferente: unos trabajan más por menos, otros trabajan menos pero por mucho menos, y el resto sobrante empeora más y más sus condiciones de vida; con un conflicto permanente entre la necesidad reducir al máximo los costes de mantenimiento del trabajador (para producir trabajo no pagado o plusvalía) y tener consumidores solventes (para realizar, con la venta, la plusvalía en forma de beneficio).
Y esto es sólo el comienzo.
La burguesía de la zona euro, con visión estratégica, ha acordado (30-01-2012) aprobar en cada país miembro en muy poco tiempo (no en 2019) mediante reformas constitucionales, la llamada regla de oro del Tratado Intergubernamental, consistente en que el déficit estructural anual del Estado no sobrepase el 0,5% del PIB a partir de 2020, con sanciones muy importantes en caso de incumplimiento. Ya el 29 de agosto de 2011 en España, el PP y el PSOE (todavía en el gobierno) acordaron para la próxima reforma del artículo 135 de la Constitución, que ésta se remitiría a lo que acordase la Unión Europea, pero adelantándose lo fijaron en el 0,.4% del PIB, "déficit estructural global máximo" repartiéndose en un 0,26% para el gobierno central, 0,14% comunidades autónomas, y 0,0% entidades locales o ayuntamientos, y que para considerar ese saldo estructural no se tendría en cuenta "los ingresos y gastos públicos relacionados con las expansiones y recesiones normales de los ciclos económicos, garantizando así la sostenibilidad a largo plazo de los servicios públicos esenciales". Entiéndase que "servicios públicos esenciales" no es lo mismos que todos los gastos sociales. Pero una vez en el gobierno el PP quiere imponer el "equilibrio o superávit" es decir, déficit cero para todos, y el 0,4% será en caso muy excepcionales como reformas estructurales con efectos presupuestarios a largo plazo, catástrofes, recesiones económicas o emergencias, es decir, que ni siquiera una época expansiva permitiría llegar al 0,4%, ni siquiera para mantener servicios públicos, pues el déficit sería el 0,0%.
Discusiones menores aparte, aunque tengan su relevancia en la práctica, el PSOE y la socialdemocracia europea saben que con este acuerdo, sea el 0,5% o el 0,4% y se interprete como sea, han sentenciado el "Estado de bienestar" especialmente en los países más débiles de la UE, vistas las perspectivas de la crisis y del futuro a medio plazo, y la política fiscal imperante que cargará los impuestos sobre todo en los trabajadores/as y la pequeña burguesía. La socialdemocracia ya dejó de ser un peligro para el capitalismo desde principios del siglo XX como muy tarde. Después abandonó lo que le podía quedar de retórica marxista y se limitó a cultivar el "Estado de bienestar" pasando a sacrificarlo al "neoliberalismo" capitalista desde hace tiempo y más a partir de ahora.
El acuerdo de la burguesía de la zona euro tiene relación, aunque no lo digan, con las previsiones para las próximas décadas, porque ese déficit se conseguirá recortando los gastos sociales y con ello los gastos totales de mantenimiento de la población trabajadora, o lo que es lo mismo, el salario total (menos salario indirecto y diferido del Estado acompañado al inferior directo en las empresas).
Para la década de 2030 se avecina un aumento brutal de los costes energéticos, por su escasez y complejidad debido al final de la era del petróleo (próxima del gas natural y del carbón).
Se prevé que la electricidad (aportada ahora también por la energía eólica, solar y termosolar) tendrá un peso mucho mayor que hoy entre los recursos energéticos, pero para 2030 su coste habrá aumentado un 50% con respecto a 2005. Y hay previsiones de que para 2050 la subida del precio de la electricidad podría llegar a duplicarse (El País, "Bruselas busca la fuente de energía perfecta", lunes 12 diciembre 2011). A partir de 2050 el panorama del petróleo, gas natural, uranio, carbón, será desolador.
La crisis del petróleo de 1973 y 1979 (su encarecimiento) será recordada como un ligero constipado, con nostalgia. Entonces sirvió para desviar la atención de la verdadera crisis, la de sobreproducción de mercancías, agotamiento de mercados solventes, bajada de la tasa de ganancia, ya avistada en 1967, y para echar la culpa de sus consecuencias a los países de la OPEP, en particular, a los árabes. La especialidad de la burguesía, buscar cabezas de turco para desviar la atención de las verdaderas causas: el régimen asalariado del trabajo.
Y con la futura crisis, querrán culpar a las limitaciones de la Naturaleza, las dificultades técnicas, los costes, etc., en lugar de al sistema despilfarrador que nos conducirá a eso, porque percibe los combustibles como mercancías y meros costes en la tarea de explotar el trabajo vivo, en lugar de recursos que la Humanidad debe gestionar pensando también en su porvenir.
Esa futura crisis de la energía (escasez y encarecimiento) en los términos de las cuentas del capital se traducirá en un aumento de los costes de todo lo que depende de la energía y por tanto de los precios. En épocas previas importantes inversiones en mejoras en materias primas, energía, maquinaria, etc., se veían compensadas por una mayor productividad y por tanto explotación efectiva del trabajo vivo. Ello permitía un reparto desigual de las ventajas del aumento de la productividad, dando más beneficios al capital por el aumento del trabajo no pagado -plusvalía- pero también una mejora en el nivel de vida del proletariado por el abaratamiento de las mercancías. Incluso se llegaba a un abaratamiento de los medios de producción gracias a su mayor producción, a la extensión del aumento de la productividad que también afectaba a su generación.
En lo esencial, podemos decir que una jornada laboral se divide en tres partes: los costes de capital (pabellones, energía, materias primas, maquinaria...), los costes laborales (salario directo, indirecto y diferido) y el beneficio. El salario cubre el valor de lo que cuesta mantener al trabajador/a. Sin embargo su trabajo tiene un valor superior al de su mantenimiento. Pero este valor que excede no se le paga y corresponde -en este símil- a la tercera parte de la jornada, la del beneficio. Ese plusvalor no pagado, origen de la ganancia, se llama plusvalía. He aquí el secreto del beneficio que la burguesía está tan interesada en negar.
Si a causa de la crisis de la energía aumentan todos los costes (de capital y laborales) y se obtiene la misma producción, se reduce la parte de la jornada no pagada al proletariado y con ella el margen del beneficio. El capital deberá compensarlo con una disminución del salario y un aumento de la jornada e incluso de los días laborales, obteniendo así una mayor explotación del trabajo.
Para amortiguar el impacto de los costes sobre los beneficios, el capital necesita reducir los costes totales del mantenimiento del proletariado. No se puede conformar con disminuir cada vez más desde ahora el salario directo y aumentar los impuestos a los trabajadores/as. De ahí el interés por suprimir lo más posible desde ahora los gastos sociales del "Estado de bienestar" para llegar a la década de los 30 en mejores condiciones para el beneficio.
El pacto de contención salarial firmado en España entre los dos principales sindicatos y la patronal (25-1-2012) antes mencionado, tiene un aspecto muy interesante relativo al aumento del coste de la energía que parece un preludio de lo que vendrá en el futuro. Aceptan los sindicatos que si el coste de la vida sube más del 2%, pero el petróleo lo ha hecho en más de un 10% en el año, se reste al índice del coste de la vida lo que aportan los carburantes y los combustibles, de modo que el índice que se tomará como referencia para las revisiones salariales no será el real, sino el amañado al eliminar el aumento del coste en combustible. La revisión ya no será sólo por debajo de la inflación real, sino por referencia a una inflación falseada a la baja (El País, 25-01-2012).
Esto es un indicio más de que lo que ya está ocurriendo forma parte de un plan estratégico de la burguesía que también tiene en cuenta el escenario de la década de 2030 de la crisis energética con aumento de costes sin contrapartida en productividad. Y ya vemos el papel que están dispuestos a jugar los representantes sindicales. ¡Para que vayamos espabilando y teniendo una visión estratégica!
Para la década de los 30 debiera ser un residuo el "Estado de bienestar" generado durante los "30 gloriosos".
Esa época revelará claramente lo engañosa que es la impresión surgida sobre todo en los países ricos de que se ha superado la centralidad de la industria en el capitalismo, debido al desarrollo del sector servicios y a la deslocalización de la industria trasladada a otros países que permiten más beneficios. A grandes rasgos se puede decir que es en la industria donde se extrae la plusvalía y salvo el sector servicios que es auxiliar en esa explotación (financiero, administración, asesoramiento jurídico del capital, seguros, transporte de mercancías, cuerpos represivos...) el resto de los servicios corresponde sobre todo al coste en el mantenimiento de la fuerza de trabajo (desde la sanidad, hasta el ocio) y por ello es, para el capital, más prescindible o reducible. Recordemos el caso, excepcional por extremo, de la explotación por los nazis del trabajo esclavo en industrias clave para el esfuerzo militar, pura extracción de trabajo no pagado hasta la muerte por agotamiento de los trabajadores/as.
Pero eso agudizará el circulo vicioso de una menor capacidad de consumo de los trabajadores/as (menos salario real, menos tiempo libre para dedicar al consumo), mayores dificultades para la venta de toda la producción, que no se podrá compensar totalmente con el aumento del consumo de lujo por la burguesía; por tanto el germen de crisis repetidas y crecientes de sobreproducción de mercancías con respecto a la demanda solvente o de sobreacumulación de capital al que no se le saca todo el rendimiento, de dinero que no encuentra en la producción una inversión atractiva, lo que pretenderá eludir con la especulación, en particular de burbujas tecnológicas prometedoras de bajos costes en la energía y maravillosos aumentos de la productividad, que acabarán estallando y agravando la crisis latente.
Será la fase de Decrecimiento capitalista: escasez y encarecimiento de energía y materias primas, también del crédito ante unas malas perspectivas de futuro, reducción de salarios, cierre de pequeñas y medianas empresas, mercados solventes (con dinero) estrechándose, contracción del capitalismo, máxima concentración del capital (mucha menos pequeña y media burguesía), enorme tasa de desempleo o subempleo, miseria y hambrunas.
El futuro de las mujeres, con esta perspectiva de evolución del capitalismo, también puede empeorar notablemente. Lo mismo que se perderían derechos históricos del conjunto de proletariado, podríamos conocer un retroceso en particular de los femeninos. Con el capitalismo no hay garantías de conquistas para siempre. Ante el alto nivel de paro y subempleo, que castiga en especial a las mujeres, no sería la primera vez que se empujase a las mujeres a la "vuelta al hogar" o a conformarse con empleos a tiempo parcial y salarios mínimos con la excusa de "conciliar" la vida laboral y familiar. Esta división y discriminación dentro del proletariado contribuiría a su debilitamiento y derrota al desviar a esa "solución" del paro lo que debiera ser el cuestionamiento del régimen asalariado del trabajo y desviar el resentimiento social de los varones contra el capital hacia el dominio de las mujeres. El trabajo femenino doméstico, como trabajo no reconocido, facilitaría la reducción de los costes de mantenimiento del proletariado masculino y por tanto el aumento de la plusvalía. Además, el envejecimiento de la población podría llevar a presionar a las mujeres para tener más hijos y desde antes, sobre todo si se prevé en un horizonte de dos décadas una intensificación de las tensiones internacionales en la lucha por recursos y mercados, para disponer de hombres y mujeres jóvenes para la guerra. El peso que en algunos países occidentales pueda seguir teniendo el islam (Francia, Gran Bretaña, Alemania...), podría convertir algunas de sus pretensiones patriarcales no en algo trasnochado, sino funcional a los nuevos tiempos, apoyado por el cristianismo, en particular el católico, y su política sexual y familiar. El aborto puede ser prohibido. Dada la liquidación del Estado de bienestar, las viudas volverían a quedar amparadas sólo con una miseria y la protección de su descendencia. Si para el conjunto del proletariado el capital no garantiza la permanencia de las conquistas que ha costado décadas alcanzar, tampoco para su sector femenino.
Y esto no es lo peor.
Como la burguesía mundial viene demostrando una y otra vez, la última, el fracaso de la Cumbre del Clima de Durban (Sudáfrica), el imperativo del beneficio sobre las necesidades humanas y la vida en el planeta, hace imposible que sea capaz de enfrentar la crisis medioambiental del Cambio Climático, con las consecuencias que ello acarreará también sobre los recursos mundiales (agua dulce, agricultura, etc.), las consiguientes catástrofes económicas y sociales y el riesgo de guerra por la escasez de esos recursos.
Si estamos viviendo una gran crisis, el fin de una era, lo que se nos vendrá encima si no lo impedimos es la Mega-Crisis de la civilización capitalista.
Aunque ahora no lo parezca, ya tenemos un precedente reciente con la invasión de los EEUU en Irak motivada sobre todo por el petróleo y el afán hegemonista de los EEUU, y los múltiples casos en décadas anteriores, incluidas dos guerras mundiales, como para prever el aumento de tensiones entre países y potencias por asegurarse el abastecimiento de recursos energéticos, alimentos, agua dulce, minerales raros, mercados para su producción..., que se puede trasladar al plano militar, disponiendo de las armas de destrucción masiva que ya conocemos y las que puedan surgir en tanto (lo último, la posibilidad de convertir el virus aviar H5N1 en un agente pandémico mortífero, el arma biológica final que ni la ciencia-ficción había imaginado -El País, 5-2-2012-). Se empieza aceptando los recortes por la "competitividad" y se puede terminar aceptando que te sieguen la vida por la "rivalidad" armada. Para todo ello necesitan un grado importante de sometimiento de la población al "interés nacional" que permita arrastrarla a los esfuerzos y sacrificios, tanto económicos como de la guerra.
Los sectores más lúcidos y formados de la burguesía son conscientes de este horizonte y de la necesidad de empezar a asestar desde ahora al proletariado y las masas trabajadoras de todo el mundo una gran derrota para imponerlo y seguir ellos disfrutando de su posición privilegiada y de dominio. Lo hicieron con el "neoliberalismo" y la globalización. Esto no lo van a dejar a la improvisación sobre la marcha. Las pruebas más evidentes son la subordinación de los salarios a los costes de los combustibles, los planes de reducción del déficit del Estado (contra los gastos sociales) y las contrarreformas en el "mercado de trabajo" (salarios, productividad, flexibilidad, negociación colectiva, contratación, indemnizaciones...) para las que ya se dan unos plazos y que deben instaurarse en las constituciones y leyes en poco tiempo.
No nos dejemos engañar por los "expertos" y tecnócratas de la burguesía. Ellos, desde las grandes empresas, agencias de calificación, bancos centrales -incluido el BCEuropeo-, FMI, Banco Mundial, OCDE, gobiernos y premios Nobel de economía... nos han conducido hasta esto a pesar de las señales de alarma y avisos de muchos. Presos del imperativo del beneficio que impone la Mercancía e incentivados por su codicia, nos llevarán hasta donde nos tememos porque sólo se puede prolongar la decadencia del capitalismo senil a costa de vampirizar a la Humanidad y provocar la metástasis cancerosa para el planeta con la degradación medioambiental y el Cambio Climático.
En los años 90 los apologistas del capitalismo pretendían que con él ya había llegado el "fin de la historia" como si tuviésemos capitalismo por la eternidad. Hoy ya reconocen muchos que el capitalismo tiene los siglos contados. Muy malo sería nuestro futuro si tan largo se lo fiásemos. Ha demostrado hasta la saciedad, a costa de las penalidades de la mayoría de la Humanidad y sobre millones de muertos en represiones, guerras y hambrunas que es un sistema que debe tener los siglos contados, pero hacia atrás, porque con lo que nos puede causar en el presente siglo, no debe pasar de ahí, ni siquiera de la década de los 50, al menos en gran parte del planeta. Todavía la mayoría de la población no lo juzga así por falta de perspectiva histórica, pues apenas sentimos el coste que viene suponiendo el capitalismo para la Humanidad porque los muertos no pueden quejarse. Por eso es importante que recuperemos nuestra memoria histórica.
El capitalismo no tiene remedio porque por muchas reformas que se le hagan conserva lo substancial y que determina lo principal de su funcionamiento, es decir, el régimen asalariado del trabajo, el beneficio a partir del trabajo no pagado. Esto, que es a la vez la cualidad (acumulación genera crecimiento), el pecado original y el límite histórico a la existencia del capitalismo (insuficiente demanda solvente, tasa de ganancia que tiende a reducirse con inversiones crecientes, ausencia de planificación centralizada democrática que condena al caos del mercado o del burocratismo estatal), antes o después provoca crisis económicas que esencialmente son el mismo fenómeno, una crisis en la explotación del trabajo no pagado o plusvalía, pero que tiene diferentes facetas, según se observe y según destaque una de ellas, con muchas combinaciones posibles según el proceso histórico concreto. Estas facetas son: sobreacumulación, sobreproducción, financiera.
La sobreacumulación de capital, o nivel de inversiones que no consigue la tasa de ganancia (masa de beneficio por trabajo no pagado dividido entre la inversión total -medios de producción y salarios por trabajo vivo-) buscada y que está infrautilizado, por tanto es un capital acumulado excesivo para las posibilidades de revalorización del capital. El aumento de la inversión no suele ser tanto en trabajo vivo, como en plantas y maquinaria cada vez más sofisticada, muchas veces más cara, cuyas ventajas en aumento de productividad, aunque efectivamente incremente el trabajo no pagado (la masa de ganancia, al aumentar la tasa de plusvalía o sea la relación entre trabajo no pagado y sí, es decir, la tasa de explotación), pueden no ser suficientes para mantener o ascender la tasa (porcentaje) de ganancia (con respecto al total de la inversión). Sobre todo si los trabajadores/as consiguen con su presión aumentos de salario que recortan el trabajo no pagado extra logrado por el aumento de la productividad, de modo que incluso habiendo aumentado la tasa de explotación, la masa de ganancia, no se consigue mantener ni ascender la tasa de ganancia y compensar la mayor inversión total. O porque no se puede aprovechar toda la capacidad productiva existente debido a la situación de un mercado ya saturado o limitado para esa mercancía en concreto. El capital, no busca sólo aumentar la masa de sus ganancias, sino aumentar el porcentaje (tasa) de ganancia con respecto a la inversión total. Cuando esto no se logra, se desincentiva la inversión y se busca cómo obtener la tasa previa.
Esto lleva al cese de la inversión, lo cual se traduce en cese de la producción, despidos de trabajadores/as que a su vez desaparecen como demanda solvente lo que impide que se puedan vender todas las mercancías que ya se han producido (en el mercado se muestra como sobreproducción en relación a la demanda solvente), lo que a su vez provoca despidos de más trabajadores/as, que empresas y trabajadores/as no puedan pagar los préstamos a los bancos que dejan de dar crédito ante las perspectivas económicas (crisis financiera), que el Estado entre en déficit porque con la crisis no le entran ingresos y aumentan sus gastos (crisis fiscal), toda una reacción en cadena y generación de círculos viciosos. Cuando se ha eliminado suficiente competencia, abaratado los costes, en especial los salariales y se puede comprar a precio de saldo los medios de producción de la competencia e introducir innovaciones tecnológicas o en la organización del trabajo que favorezcan el incremento de la productividad, y a poder ser, se abre la posibilidad de vender en nuevos mercados exteriores gracias a una mayor competitividad en costes, se reúnen las condiciones para un relanzamiento.
Se da así la paradoja cruel nunca antes conocida por la Humanidad, de que cuando más recursos materiales existen (maquinaria, etc.), se destinan a la inactividad, los trabajadores/as no pueden utilizarlos y son condenados a empeorar grandemente sus condiciones de vida al no poder acceder por falta de salario ni a lo que ya está producido, por mucho que lo necesiten (alimentos, vestidos, vivienda...). En este sistema social la mayor escasez puede ser provocada por la mayor abundancia, a causa de que lo que da sentido a su existencia no es la satisfacción de las necesidades humanas con los recursos disponibles, sino conseguir ese subproducto que es el beneficio monetario. Afortunadamente el Mercado, nos dicen, escribe recto en renglones torcidos.
La crisis de sobreacumulación puede ser también expresión de una crisis de sobreproducción contenida. La sobreproducción se puede expresar en importantes stocks sin salida (mercancías almacenadas, viviendas terminadas y sin compradores suficientes...) o también, por ejemplo cuando se usa el sistema de "Justo a tiempo" que evita los stocks, en la ausencia de pedidos porque el mercado ya está saturado no quiere más. Lo que ocurre entonces es que existe una capacidad de producción que no se usa (exceso o infrautilización), tanto de maquinaria como de trabajo vivo, con lo cual bajará la tasa de ganancia, pues hay unos gastos fijos y sin embargo los beneficios se han reducido; se da por tanto una sobreacumulación de capital con respecto a los beneficios y las posibilidades de absorción del mercado.
La crisis de sobreacumulación también puede entenderse como la acumulación de capital que luchando contra la tendencia al descenso de la tasa de ganancia, para rentabilizarse aprovecha su capacidad productiva al punto que lo hace por encima de la demanda solvente, o crisis de sobreproducción, con lo cual no puede obtener el capital la tasa de ganancia prevista, por lo que existe una sobreacumulación de capital.
Aunque todas sean facetas más o menos acusadas del mismo fenómeno, si queremos diferenciarlas más podemos caracterizar cada una de ellas por lo siguiente.
La crisis de sobreacumulación es básicamente una crisis en la producción, extracción, de la plusvalía, de la tasa de ganancia. La crisis de sobreproducción, sin embargo, una vez obtenido el trabajo no pagado o plusvalía, es una crisis de realización de la misma, es decir, de conversión de un beneficio en estado latente, en un beneficio utilizable por el capital al transformarse en dinero gracias a la venta. La crisis financiera, es el resultado de responder a ambas crisis y lo específico es que se trata de una crisis en la circulación de la plusvalía, en forma de crédito y de su devolución, y de la pretensión de generación de más beneficio que sin embargo no tiene el respaldo de una plusvalía real.
Puede también decirse que en la esfera de la producción se manifiesta como sobreacumulación, en la del mercado como sobreproducción, y en la de la circulación del dinero, como financiera.
La sobreproducción de mercancías y servicios, a la que se llega por la detección de una sobreacumulación o porque no deteniéndose ahí, los diferentes capitales, con grandes inversiones que aumentan la productividad y que deben ser rentabilizadas con un incremento de la producción, compitiendo por aumentar la cuota de mercado y la tasa de ganancia, inunda el mercado que sin embargo no tiene una demanda solvente (con dinero) capaz de comprarlo todo, aunque puede que la población trabajadora tenga necesidad de ello. También puede ser por una desproporción entre los diferentes sectores (I y II) y ramas de la producción cuya razón puede ser un desajuste entre demanda y oferta por ausencia de una planificación, u obedecer a las urgencias de buscar beneficios, o al verse impulsado un sector por un proceso especulativo, como en el caso de las burbujas inmobiliarias ("el ladrillo") con la producción de viviendas, residencias, etc., que no tienen comprador solvente posible.
Sea cual sea la razón, la plusvalía, o trabajo no pagado, se produce durante el proceso de trabajo, pero es inútil para el capital si no se realiza en forma de dinero-beneficio con la venta; hay explotación en el trabajo, pero no hay beneficio al no venderse. Como al no venderse toda la producción no se recupera (completa o parcialmente) la parte del beneficio y tal vez ni toda la parte de los costes, no tiene sentido o ni siquiera se puede mantener el mismo volumen de producción, o para obtener un margen de beneficio hay que reducir la masa salarial, lo cual conduce a despidos en la plantilla. Por la imposibilidad de vender toda la producción se llega a un problema con la tasa de ganancia, inferior a la esperada, lo que desincentiva la inversión añadida y el uso de todo el potencial productivo (sobreacumulación). Al generalizarse esta "solución", el paro producido y los empleos nuevos que ya no se generan (los que terminan los estudios se convierten en demandantes de empleo), el paro reduce la demanda solvente generándose el círculo vicioso que lleva a nuevas restricciones de la producción y de los costes, que aumenta el paro que a su vez disminuye la demanda solvente y... Esto afecta también a la banca por los préstamos a las empresas, a los particulares y al Estado.
La incorporación de la mayor parte del planeta al sistema capitalista (la última fase, la globalización, China, India...) hace que se extingan los mercados exteriores al sistema (países semifeudales, como los propios de la época del imperialismo colonialista, campesinado independiente de los países desarrollados) que servían para absorber los excedentes de la producción invendible en los países capitalistas, con lo cual aumenta el riesgo latente y permanente de una crisis de sobreproducción. En el siglo XIX China se vio obligada por la fuerza de las armas incluso a comprar a los ingleses una droga como el opio que embrutecía a su población. Ahora es China la que invade el mundo (tanto Occidente como África) de mercancías competitivas y se dispone a aprovechar en lo posible su mercado interno campesino y proletario aunque para ello deba ceder algo a que aumenten sus ingresos.
La crisis financiera, bien como consecuencia de las anteriores o como factor inductor. Los bancos obtienen sus beneficios invirtiendo en empresas como otro accionista cualquiera y por tanto cobrando en los dividendos de los beneficios, plusvalía por el trabajo no pagado. Cuando prestan dinero a una empresa, lo hacen en buena parte con la plusvalía que permanece ingresada en el banco por sus clientes o por los ahorros de los trabajadores/as y clases medias. El interés que cobran es pagado por la empresa con la plusvalía de sus trabajadores/as. Si el prestatario es un trabajador/a para la compra de un vehículo o de una vivienda, el interés es una parte del salario, una forma de plusvalía. Otro tanto se pueden decir de las comisiones y otros cobros abusivos por diversos conceptos con los que los bancos cargan a sus clientes. También hay una parte no pagada del trabajo de sus propios empleados.
Por diversas causas que en última instancia remiten a la propiedad privada y la necesidad de explotar el trabajo vivo en un marco de competencia entre empresas capitalistas, los bancos pueden estar faltos de liquidez o de solvencia y por ello paralizarse el crédito a las empresas (no pueden cobrar por adelantado lo que les deben sus deudores, ni tomar a préstamo para pagar a sus proveedores, ni para abonar las nóminas de mes) y particulares, conduciendo a la crisis de la economía productiva.
Las crisis financieras también pueden provenir de un intento de evitar la de sobreproducción de bienes y servicios al aumentar la demanda solvente gracias al crédito a las empresas y los particulares; o de eludir la de sobreacumulación de capital desviando la inversión a mercados que ofrezcan la rentabilidad buscada.
El crédito a las empresas, a los particulares y al Estado alimenta la producción y el consumo. Llegado un punto, el crédito no es solicitado para una producción que no interesa comprar por su naturaleza o por excesiva, con lo cual no puede venderse o se hace a un precio inferior de tal modo que el capitalista no recupera ni el beneficio ni toda la inversión, por lo que no puede devolver el crédito. El trabajador/a o el pequeño burgués no pueden contraer más deudas ni devolver con sus ingresos todas las contraídas. Llega un momento en que la sobreproducción ya no puede ser ocultada por lo que ante la imposibilidad de los beneficios futuros previstos el sobreendeudamiento se hace evidente e insostenible. No existe el pago real, sino disfrazado tras un pago diferido, mediante la renegociación de las deudas, y esto a una escala monumental, como una gran burbuja del crédito. La ficción ya no se puede sostener más, los bancos dejan de dar crédito y se precipita la burbuja. O los salarios no pueden responder de la devolución de los préstamos y los intereses. Las empresas ya no pueden hacer frente a los vencimientos y la renegociación de las deudas se demuestra como una demora del impago, ganar tiempo al desastre que puede ser mayor por acumulación de deudas e intereses. El Estado endeudado (por mil motivos, como por ejemplo, la compra de armas) no puede devolver los préstamos y pagar intereses, con lo cual provoca pérdidas en los bancos. Si para pagar impone una política de austeridad, provoca la recesión económica al reducir los gastos productivos del Estado (contratos al sector de las infraestructuras, armamento, sector farmacéutico, etc.), la demanda solvente de funcionarios y trabajadores/as en sus salarios y por aumento de los impuestos, lo que puede acabar afectando a los bancos por el impago de los préstamos de los particulares y las empresas. Si los bancos no recuperan el dinero prestado, y aunque se queden con bienes en garantía, debido a su valor y desvalorización, entran en pérdidas. La desconfianza entre los bancos por su liquidez o solvencia paraliza el mercado de crédito interbancario. La situación general de la economía, los problemas de liquidez y de solvencia de los bancos, hace que se paralice el crédito a empresas y particulares, lo que lleva a una crisis manifiesta en el sector de la economía productiva.
Al apuntar el futuro a una crisis de sobreacumulación, tanto las empresas que no ven interesante reinvertir dada la tasa de ganancia que van a obtener, como los bancos, desvían la inversión a la especulación de determinados bienes (propiedad inmobiliaria, materias primas, alimentos...), derechos (acciones de sociedades, bonos del Estado) y productos financieros (la "ingeniería" financiera conocida con la actual crisis que ni los mismos banqueros entendían), generando burbujas de sobreproducción material (el "ladrillo") y/o de valoración (acciones, inmuebles, etc.). Todo parte de una sobrevaloración ficticia. Las acciones suben su valor por supuestas ganancias futuras por su "saneamiento" con reestructuraciones, eliminación de divisiones que generan pocos beneficios, o supuesto aumento de su competitividad con fusiones, o porque la demanda de su mercancía se supone al alza en mucho tiempo, como en las empresas del ladrillo durante el boom de una burbuja, o en las empresas con proyectos de innovación tecnológica, etc. Los que quieren ser especular con las accionistas piden prestado al banco con la intención de vender en poco tiempo con un buen beneficio. Pero la realidad acabará por imponerse. Nadie está dispuesto a pagar una locura por eso y empiezan a caer los precios según se produce la desbandada para no ser los últimos y quedarse sin recuperar la inversión; los activos financieros se revelan tóxicos, sin valor. El estallido de la burbuja causa estragos en toda la economía empezando a veces por los bancos que no recuperan los préstamos a los especuladores, o al generar una enorme desconfianza sobre el valor de los activos de cada banco que paraliza el crédito interbancario y la provisión de crédito en toda la economía (las empresas no reciben crédito para pagar los salarios, hacer sus pedidos, pagar sus deudas, bajan sus beneficios y recurren a los despidos...). En suma, la especulación en la economía productiva ("el ladrillo") y la llamada "economía de casino", que acaba hundiéndose porque al final se impone que el beneficio, en el mundo real, no en el juego del monopoly, para ser reconocido como tal por todos, no puede surgir de la caprichosa subida de precios, ni del valor-papel, ni de la máquina de imprimir billetes, sino de la riqueza real que sólo produce el trabajo, es decir, del no pagado o plusvalía. Si no hay trabajo no pagado suficiente para todos esos "inversores", la burbuja especulativa revienta, pero en el proceso arrastra también a la economía productiva, bien por estar implicada ("el ladrillo") o porque a través de los bancos, de la cadena de deudores y acreedores, vendedores y compradores, hay una relación que sólo con el tiempo se puede depurar y reparar, sobre todo a costa de la población trabajadora, es decir, del trabajo no pagado, volver a generar beneficios y compensar pérdidas.
Lo que tienen en común estas tres modalidades de la crisis y sus posibles combinaciones es que están provocadas por la búsqueda de beneficios, razón de ser del capitalismo, lo cual encuentra su potencial y sus límites en el régimen asalariado del trabajo, en la posibilidad de generar trabajo no pagado que dé suficiente beneficio a inversiones crecientes productivas y/o especulativas, y en la solvencia de los trabajadores/as como consumidores a quienes sólo se les ha pagado una parte de su trabajo. La salida de la crisis también está en poder aumentar ese trabajo no pagado gracias a la notable reducción de los costes salariales que permite la presión del ejército de parados, la inversión en otros países con una mano de obra más barata o incluso con inversiones menores en medios de producción, lo que permite una tasa de ganancia superior, y la conquista de nuevos mercados, bien por la desaparición de competidores en el mercado nacional o muchas veces en el extranjero, que provean de una demanda solvente.
La crisis del capitalismo es siempre, en última instancia, una crisis del régimen asalariado del trabajo, una crisis en la plusvalía, en su extracción y/o en su realización.
La crisis por tanto no es un problema de control de las inversiones (invertir demasiado) ni de la relación entre la oferta y demanda (sobreproducción), ni de una regularización insuficiente del sistema financiero (financiarización, "economía de casino"). Todo eso son síntomas inevitables, más o menos agudos, la superficie de un problema más de fondo que es el de la producción, realización y acumulación de la plusvalía, el régimen asalariado del trabajo. Es esto lo que hace que por mucho que después de una gran crisis la burguesía haga el mea culpa (si lo hace), en cuanto los negocios empiecen a ir bien, o si va mal pero ven perspectivas de que vayan mejor aunque sea por la vía de la especulación, se olvidarán de los desastres pasados, aflojarán las regulaciones, alimentarán una vez más una burbuja que estallará causando un desastre, porque la acumulación no puede detenerse si no quieren desaparecer en el mundo de la competencia. Y sus sesudos economistas, se olvidarán de las lecciones pasadas y sacaran los argumentos que hagan falta para justificar la nueva orientación hasta el siguiente desastre, porque lo suyo no es una ciencia auténtica, sino asesoramiento a los negocios, ocultamiento de la verdadera naturaleza del capitalismo y su justificación ideológica.
La crisis puede tomar muchas formas: una desproporción entre los sectores I (producción de medios de producción, como la maquinaria) y II (producción de bienes y servicios de consumo), en cuanto a la capacidad productiva utilizada, o en cuanto a la demanda efectiva para uno u otro, dependiendo del dinero circulante como demanda solvente y crédito. El sector II compra la maquinaria, etc. que produce el sector I. La burguesía y los trabajadores/as del sector I consumen lo que produce el sector II junto con la burguesía y trabajadores/as de ese sector, además de otras capas sociales y el Estado.
Como hay una tendencia a que la capacidad de producción total sobrepase la capacidad de consumo (solvente) de la población, el equilibrio entre los sectores I y II se logra bien porque el II compra todo lo que puede producir el I pero entonces el peligro está en una sobreproducción del sector II que acaba afectando a ambos (cese de pedidos al sector I, impago de deudas, despidos, menor consumo...); o bien no se da esa sobreproducción del II porque no compra todo lo que produce el I y entonces se da una sobreproducción del I, o si la evita, una infrautilización de la capacidad productiva del I que al reducir la tasa de ganancia conduce a una crisis de sobreacumulación del I que acaba afectando a ambos, porque los despidos en el sector I reducen la demanda de consumo del sector II, que a su vez hará menos pedidos al I...La intervención del sector financiero para eludir una u otra crisis, con el sobreendeudamiento y la desviación de la inversión a la especulación, no es una verdadera solución porque puede llevar a la crisis financiera.
También podríamos hablar de una crisis fiscal, del déficit del Estado, pero en sí no es una crisis capitalista, sino un subproducto de esa crisis.
La futura crisis de la década de 2030 tendrá un importante componente de crisis de sobreacumulación de capital porque resultará muy difícil mantener la misma tasa de ganancia cuando las inversiones crecientes sólo significan un aumento de los costes y no una mayor capacidad productiva por el mismo salario.
La burguesía, cuando se atisba una nueva crisis, por ejemplo por la generación de una burbuja especulativa, nos dice que "esta vez es distinto, no hay nada que temer" (siempre subirán los precios de los inmuebles, bla, bla, bla) y cuando padecemos una crisis, "sacrificándonos todos, saldremos de ésta, aprenderemos de los errores y el futuro será diferente, mucho mejor". Mentiras, siempre mentiras, porque al capitalismo no se le puede pedir lo que no es.
Con la llegada del Decrecimiento capitalista, tenemos una crisis del crecimiento, una pendiente de reducción de la producción por la escasez y carestía de recursos y, paradójicamente, sobreacumulación de capital y sobreproducción de mercancías en relación a la demanda solvente, feroz lucha entre los capitales por sobrevivir con recursos y mercados menguantes, mayor concentración del capital en unas cuantas empresas. El empobrecimiento de la población contrastará con el aumento del lujo de la burguesía que destinará a su consumo una parte mayor de la plusvalía dada su difícil rentabilización en la inversión.
Este fracaso del capitalismo es, como tantas veces, resultado de su éxito. Su dominio y expolio de la Naturaleza es tan brutal, que agota los recursos, deteriora el medio, produce efectos secundarios contraproducentes (las famosas externalidades de todo tipo) que se vuelven contra el sistema mismo, y lo que es peor, los seres humanos y el resto de la vida en el planeta.
Si este es el porvenir, no nos dejemos confundir por el embellecimiento del tiempo pasado que oculta cómo ha sido de verdad el capitalismo para engatusarnos con la promesa de un futuro supuestamente mejor.
5.- Las anteriores etapas del capitalismo. De la manufactura al toyotismo. Del libre mercado a la intervención del Estado. De las crisis de "juventud" a las de decadencia. Marx desenmascara el régimen asalariado del trabajo, el capitalismo. Guerras. Resistencias, revoluciones y derrotas proletarias. Armamentismo. Orígenes verdaderos de la actual crisis y sus manifestaciones en EEUU y España. De la "destrucción creativa" a la "destrucción y demencia". Crisis de sobreacumulación de capital, sobreproducción de mercancías, financiera.
Las diferentes etapas del capitalismo vienen caracterizadas por la relación entre la burguesía y el proletariado, la acumulación y concentración del capital, su expansión mundial, el grado de enfrentamiento con sus límites históricos y la resistencia proletaria. Es importante que conozcamos la historia de una nuestra clase, de cómo el capital ha luchado por someter a los trabajadores/as al régimen asalariado del trabajo, nuestra resistencia y lucha por liberarnos de nuestra condición de clase para el capital.
Desde la mitad del siglo XVI hasta el último tercio del XVIII la forma originaria de la producción capitalista fue la manufactura. En una primera fase consistía en agrupar en un taller a artesanos y trabajadores no cualificados bajo la dirección de un capitalista a cambio de un salario. Los artesanos realizaban su producto de principio a fin, por lo que controlaban el proceso de trabajo aunque fuese para un capitalista. En el tramo final del período, la burguesía a fin de controlar ella el proceso y aumentar la productividad, fraccionó las tareas de modo que el trabajador se dedicase a una de ellas. Esta tendencia fue llevada a sus últimas consecuencias en el último tercio del siglo XVIII con la revolución industrial en Inglaterra. El trabajador ya no se servía de una herramienta, sino que una máquina hacía la función de una o múltiples herramientas y el trabajador debía atenderla y ajustarse a sus necesidades de funcionamiento. Muchas tareas por tanto podían realizarlas trabajadores sin oficio por lo que se pudo utilizar a mujeres y niñ@s.
En este período el movimiento obrero empieza a dar sus primeros pasos y a buscar su camino. Aparece una resistencia y lucha contra el uso de las máquinas, el trabajo femenino e infantil. Se presentan diferentes propuestas de organización de una nueva sociedad (el llamado socialismo utópico). Empiezan a surgir organizaciones para conseguir mejores salarios y condiciones de trabajo, reformas legislativas y derechos políticos, electorales. Como el capitalismo estaba arrancando a diferentes velocidades en Europa y tenía pendientes la superación de los restos de la sociedad feudal, se da todavía momentos de alianza del proletariado con sectores radicalizados de la burguesía y pequeña burguesía. Los principales hitos son la limitación de la jornada laboral a 10 horas en Inglaterra (1847-8) si bien no en todas las ramas, y restricciones al trabajo infantil; la redacción y publicación por Marx y Engels del Manifiesto Comunista (1847-8) coincidiendo con las revoluciones democráticas radicales con protagonismo proletario de 1848 en varios países europeos, tras el estallido de la crisis económica de 1847; la jornada de 12 horas en Francia (gracias a la revolución de 1848).
Marx descubre la raíz del capitalismo en el régimen asalariado del trabajo y el beneficio del capital en la parte no pagada del trabajo realizado o plusvalía, que el salario no es el pago por el valor de todo el trabajo realizado, sino sólo por el que corresponde a lo que cuesta mantener al trabajador/a, demostrando así que toda esta civilización se sustenta en un gran engaño, en una estafa y en la violencia encubierta o descarada ejercida sobre todo por el Estado para asegurar que siga adelante, por lo que se revela ante todo como un instrumento del capital, no del supuesto bien común o expresión de la libre y verdadera voluntad popular.
Lo que en una sociedad de trabajadores/as sería no distribuir todo el fruto del trabajo realizado entre los partícipes, sino, según decisiones colectivas, ahorrar una parte para invertirla en más medios de trabajo para producir más bienes y servicios a la comunidad, en el capitalismo constituye el trabajo no pagado o plusvalía, el beneficio del que se apropia la burguesía para su consumo y para acumularlo al capital como inversión. Así el resultado del trabajo colectivo se convierte en propiedad de una minoría, sometido a sus criterios y conveniencia. La acumulación del trabajo colectivo expropiado, como capital, es la clave del crecimiento capitalista.
En su monumental obra, El Capital, desvela la verdadera naturaleza del capitalismo, su origen, evolución y límites históricos que lo condenan como civilización: la tendencia a la reducción del porcentaje de ganancia debido a las inversiones crecientes, y la reducción de los mercados solventes según todo el mundo se hace capitalista al desaparecer los mercados ajenos a esta civilización, lo que inevitablemente ocasionará crisis que se irán haciendo más profundas. Marx demuestra que el encargado de liquidarlo debe ser su principal víctima, sobre la que se sustenta, es decir, el proletariado. Desde entonces Marx se ha convertido en la pesadilla de la burguesía que se ha esforzado con múltiples teorías económicas y políticas por encubrir, disfrazar, la realidad puesta al descubierto por él. En la década de los 50 y 60 del siglo XX la burguesía creía que ya lo había enterrado con la "economía mixta" (mercado + Estado), pero estaba de vuelta con la crisis de los 70; pensó que lo había conseguido definitivamente con la globalización, pero ha retornado con más fuerza debido a esta enorme crisis, y no podrá quitárselo de encima nunca.
Desde 1848, los métodos de la revolución industrial se extienden desde Inglaterra a los principales países europeos, pero también se va a haciendo necesario un trabajador más cualificado. El proletariado va imponiendo reformas laborales y sociales, como reducir el trabajo infantil y obtener una escolarización aunque fuese muy elemental. La crisis de 1857-58 empuja a los trabajadores a la lucha. En 1864 se funda en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) o Primera Internacional, agrupando a sindicalistas, anarquistas, socialistas y marxistas de varios países. Aunque su influencia es menor de la que le atribuyen los policías y periodistas burgueses, va creciendo y juega un papel en la revolución centrada en París en 1871 que declara la Comuna (una organización del poder de obreros, artesanos y capas populares democrático radicales, que apuntaba a la desaparición del Estado previo desmantelamiento del Estado burgués) como reacción proletaria a la victoria alemana en la guerra (1870-1) que dio paso a un poder francés reaccionario de monárquicos y republicanos de derechas, representantes sobre todo de la alta burguesía (la Asamblea Nacional), que cargó sobre el pueblo las indemnizaciones a Alemania por la guerra y sus costos, llevándolo a la miseria, y exigió el desarme de la Guardia Nacional defensora de París (un ejército burgués transformado en milicia popular, algo similar a lo que en la revolución rusa de 1917 ocurriría con los Soviets de Soldados en el ejército). Fue aplastada con odio feroz en un baño de sangre por el resto del ejército francés con la colaboración del vencedor alemán (cediendo a prisioneros franceses), uniendo así a ambas burguesías frente al proletariado el cual sin embargo fue superando su inicial patriotismo y defensa del Estado burgués para pasar a demolerlo, como la Columna Vendome, monumento al chovinismo y militarismo francés, que la Comuna derribó y volvió a ser restaurada por la burguesía.
El capitalismo liberal, con la crisis de 1873, encontró sus límites en el mercado nacional y en el peligro revolucionario de los trabajadores/as demostrado por la Comuna. Por ello debió lanzarse definitivamente a la era del imperialismo colonialista, del reparto del mundo (África, Asia, influencia en Latinoamérica...), sus materias primas y mano de obra barata, mercados para su producción creciente, lo que constituyó una auténtica sangría de recursos naturales y humana para los pueblos objeto de esa "obra civilizadora". A partir de 1890 se desarrolla el capitalismo de los monopolios. La producción mecanizada y sin cualificación del trabajador/a coexiste con trabajadores con oficio, que aunque ya no eran como los artesanos de la manufactura, no habían sido sometidos totalmente por el maquinismo y por tanto conservaban una cierta autonomía en el proceso de producción frente a los encargados, jefes de taller y gerentes. Surgen nuevos empleos de técnicos, de administrativos en empresas privadas y como funcionarios del Estado, y en el comercio.
El aumento de la productividad gracias al maquinismo exigió de mayores mercados para absorberla. Permitió plantear la lucha por la jornada laboral de 8 horas, y otras reformas sociales y de derechos políticos. En 1889 se fundó la Segunda Internacional, de orientación social-demócrata. Venciendo numerosos obstáculos y persecuciones fue la edad dorada del sindicalismo, las cooperativas, círculos culturales y deportivos obreros, prensa obrera, lucha por derechos de asociación y representación política parlamentaria. Pero ya a finales de siglo apunta el declive del sindicalismo conforme se acerca una nueva época del capitalismo (la entrada en su decadencia) y de la lucha de clases lo que dio paso al anarcosindicalismo pero sobre todo a la invención de la organización asamblearia en soviets (consejos de trabajadores/as) que rivalizan en poder con el Estado y de la huelgas de masas sucesivas en la revolución rusa de 1905.
Pero esa superexplotación del trabajo, esos mercados y reparto del mundo se demostraron insuficientes y obsoletos cuando surgieron nuevas potencias económicas como Alemania y EEUU, que exigieron un nuevo reparto del trabajo no pagado, de los mercados. Al no poderse realizar esto pacíficamente, se hizo inevitable para todos ellos el recurso a la Iª Guerra Mundial (1914-18). Enfrentó como carne de cañón a los obreros, empleados y campesinos de gran parte del mundo y costó a la Humanidad entre 10 y 31 millones de personas si se tienen en cuenta los civiles. La degeneración burocrática y reformista de la IIª Internacional la llevó en la mayor parte de sus organizaciones a ponerse cada una del lado de su propio Estado, de su burguesía, con diversos pretextos, facilitando así la influencia del patrioterismo nacionalista en el proletariado. La mayoría del sindicalismo, también burocratizado, siguió la misma ruta de enfrentamiento entre el proletariado de los diversos países poniendo a los trabajadores/as en la retaguardia al servicio del esfuerzo de guerra. El internacionalismo proletario parecía definitivamente muerto. Pero el final de la Iª Guerra Mundial se aceleró gracias a la revoluciones rusas de febrero y octubre de 1917, basadas en la organización de obreros, campesinos y soldados en soviets y consejos de empresa, encabezada la última por los comunistas bolcheviques (opuestos a la guerra imperialista bajo cualquier bandera y excusa de "defensa de la patria"), y a las luchas proletarias en otros países, sobre todo Alemania e Italia, que dieron un nuevo aliento al internacionalismo proletario.
La revolución rusa de octubre (noviembre en nuestro calendario) de 1917, permitió al proletariado poner fin a la guerra imperialista. Dio el control de las empresas a los trabajadores, abolió la propiedad terrateniente entregando la tierra a los campesinos, reconoció a las nacionalidades oprimidas por el zarismo el derecho a independizarse, organizó el Estado en base a la organización democrática popular de los soviets. Pero la burguesía y los terratenientes provocaron la guerra civil, apoyados por los burgueses de las nacionalidades recién independizadas y las fuerzas invasoras de las potencias imperialistas. Las debilidades del proletariado, organizativas y de proyecto histórico, que era una pequeña minoría entre millones de campesinos, las concepciones erróneas y autoritarias de los bolcheviques sobre el papel del Partido y del Estado, pero sobre todo la sangría y catástrofe que supuso la guerra civil (el proletariado casi desapareció por su marcha al frente y las matanzas de la guerra, más el hundimiento de la industria), a lo que se añadió el aislamiento de la revolución en Rusia al no triunfar la revolución socialista en Alemania, Francia y otros países desarrollados, favoreció que en vez de avanzar en la transición al comunismo, retrocediese hacia la variante de Capitalismo de Estado, que acabó sometido al proletariado bajo el poder de un Partido Comunista bolchevique degenerado.
El capitalismo, al provocar una guerra mundial, la matanza y destrucción mayor jamás conocida en la historia, en el corazón mismo del sistema, entre los países más avanzados, anunciaba que definitivamente se había convertido en un obstáculo para la Humanidad y su futuro traería crisis y guerras cada vez peores. Las luchas revolucionarias del proletariado ponían de manifiesto que había empezado la era en la que al proletariado le correspondía derribar el capitalismo y el Estado que lo defiende si quería evitar los desastres que sin duda acarrearía y liberarse de él, junto con el resto de la Humanidad.
A consecuencia de esa matanza y destrucción, y de la necesidad de hacer frente al peligro proletario, el capitalismo empezó a dar un papel mayor al Estado para intentar regularse, en su propio beneficio, claro está. Esto se manifestó ya en la propia economía de guerra y también en el fascismo italiano y el desarrollo del Capitalismo de Estado en la URSS bajo el estalinismo, con un discurso en apariencia comunista que desorientó a los trabajadores/as de todo el mundo, tras degenerar la revolución rusa por su aislamiento y el autoritarismo del partido comunista bolchevique.
En los países más desarrollados, desde poco antes de la Iª GM, en las grandes industrias, se empieza a imponer una mayor explotación del trabajo gracias al incremento de la productividad al subordinarlo de forma más efectiva a la autoridad del capital, por medio de la división de tareas, control de movimientos y tiempos (cronometraje), descenso de salario y pago según rendimiento (primas). Esto fue el taylorismo (por su creador, F.W. Taylor), el inicio de la llamada "organización científica del trabajo", para disfrazar de neutralidad lo que es una estrategia de clase, pues dio un salto en la expropiación del saber obrero por el capital, en la división clasista del trabajo. Ahora se pasaba a la "mecanización" del trabajador/a mismo. Conociendo la empresa cuales son los procedimientos y tiempos necesarios, se reducen las posibilidades del trabajador de manipular en su beneficio el proceso de trabajo y de por tanto tener más fuerza en la negociación de sus condiciones laborales y salario. Y tareas que hasta entonces las realizaban los trabajadores con oficio, al fragmentarlas, estandarizarlas, simplificarlas, pueden efectuarlas productores con menos conocimientos profesionales. Todos tienen frente a ellos a los controladores (cronometradores, etc.) y los ingenieros.
Con la entrada del capitalismo en su fase de decadencia con la Iª Guerra Mundial y el final de ésta con luchas revolucionarias, lo que tiene delante el proletariado es la necesidad de una lucha por encima de la división de oficios, empresas y ramas, típica del sindicalismo y sus burocracias, con organizaciones asamblearias (consejos, soviets) con el fin de abolir el trabajo asalariado, como había mostrado la revolución rusa de 1917 retomando la experiencia soviética de la revolución de 1905. Esas luchas tienen su expresión más importante en Alemania, pero en sucesivas luchas hasta 1923, son derrotadas gracias a la colaboración de la burocracia de los sindicatos y de los socialdemócratas, que desde el gobierno hicieron el trabajo sucio a la burguesía al dirigir el baño de sangre contra el proletariado revolucionario, pasando así definitivamente al lado del capital (colaboración en la guerra y en la represión). La Tercera Internacional o Internacional Comunista, fundada en Moscú en 1919 con la intención de impulsar la revolución proletaria mundial y liberar a los pueblos oprimidos por el imperialismo, pronto vio condicionada su política por los intereses de la URSS, al degenerar el poder soviético controlado por los bolcheviques que habían impulsado la revolución, pero sobre todo por el estalinismo (llevando al extremo lo peor del bolchevismo y matando lo mejor) construyendo Capitalismo de Estado en lugar de socialismo.
Pero todo eso no fue suficiente para el capital. Tras la reconstrucción parcial que siguió a la guerra, sus crisis (en Alemania, hiperinflación, sobre todo entre 1921 y finales de 1923), en EEUU producción masiva de mercancías (fordismo), el aumento de sueldos y el crédito al consumo, que los trabajadores/as acaban por no poder comprar y la locura especulativa bursátil e inmobiliaria (nos recuerda a esta época), el capitalismo topó nuevamente con sus límites en la crisis de 1929. Ésta exigía más explotación del trabajo y un nuevo reparto de los mercados y del mundo, al resurgir el poderío económico alemán (orientado al armamentismo para activar la economía y conquistar Europa), una nueva potencia con Japón que quería controlar Asia contra los países occidentales (imperio británico, francés, holandés...), y los EEUU muy reforzados tras su victoria en la Iª Guerra Mundial de la que no sufrieron el impacto en su territorio y deseaban también suceder a los colonialistas en el control de Asia y predominar con su poder económico sobre Europa. La aplicación de nuevas políticas económicas en las que el Estado tenía un papel destacado (el New Deal en los EEUU, el nazismo en Alemania y fascismo en Italia, el imperialismo japonés), fue incapaz de sacar de la crisis y su principal virtud fue la de poder orientar la capacidad productiva hacia el armamentismo, porque estaba claro que los conflictos de intereses inter-imperialistas sólo podrían ser resueltos con un nuevo reparto del mundo, lo cual condujo a la IIª Guerra Mundial.
El objetivo de esta guerra era un nuevo reparto del mundo entre las potencias, apropiación de materias primas, mano de trabajo barata o esclavizada, la destrucción del potencial económico del competidor al privarle de esos factores y bombardeando sus empresas e infraestructuras. Y a ese fin servían las ideologías enfrentadas. Esta barbarie monstruosa fue aun peor que la anterior, porque no se detuvo la burguesía ante la explotación del trabajo esclavo de los presos de los campos de concentración, el exterminio de seres humanos ("sobrantes" para sus planes) por su condición de judíos (6 millones asesinados) o eslavos (especialmente polacos y de la URSS), el bombardeo de las ciudades alemanas con bombas incendiarias, de las japonesas con bombas de napalm y dos bombas (dos) atómicas. El eje nazi-fascista (Alemania, Italia, Japón, y sus satélites), las democracias y el estalinismo, todos variantes del régimen asalariado del trabajo en forma privada o estatal, compitieron en destructividad e inhumanidad. En la URSS se sacrificaron millones de personas en una guerra con orientación patriótica que no tenía intención de impulsar la revolución mundial, sino de transformar en Capitalismo de Estado a los países que cayesen bajo su influencia. Esto le costó a nuestra especie, entre 60 y 73 millones de personas, la mayor parte civiles. Muy pronto cada una de ellas no tendrá a nadie que las recuerde y quedarán reducidas a cifras, como las de la Iª GM. En esta ocasión el proletariado no pudo poder fin a la matanza, siendo enrolado en ella tras una u otra estrategia de la burguesía que también aprendió de la Iª GM y para prevenir las revueltas proletarias bombardeó en Alemania e Italia las principales ciudades industriales y zonas de potencial proletario de modo que los trabajadores/as tuviesen que estar centrados en la más básica supervivencia.
En julio de 1936, a causa del alzamiento militar contra la II República, para el proletariado español se abre y se cierra con rapidez una ventana de oportunidad de conquista del poder y demolición del Estado burgués. Pero gracias al estalinismo en la URSS, a la socialdemocracia y en parte al anarcosindicalismo, es recuperado pronto por la política antifascista que lo atrapa en la contradicción entre la burguesía liberal y la fascista, preludio del enfrentamiento inter-imperialista de la IIª Guerra Mundial que alistará al proletariado tras uno u otro bloque capitalista.
La primera mitad del siglo, había costado a la Humanidad, sólo contando las dos guerras mundiales y tomando las estimaciones mínimas, setenta millones de personas, víctimas de los efectos causados por este sistema social. Un régimen de trabajo clasista que en su funcionamiento es capaz de necesitar y producir semejante sangría humana sin contar los padecimientos de su marcha "pacífica", es un régimen que ya se ha convertido en una lacra para la Humanidad y no hay nada que pueda justificar su continuidad.
Se comprende que haya continuado porque la naturaleza humana es muy débil y poco sabia, es capaz de generar unas estructuras sociales enormes y sin embargo incapaz de controlarlas ni sus efectos sobre nosotros, y tampoco de rectificar a tiempo cuando se ve que eso no funciona como se necesita; tenemos un sentido demasiado individual y obtuso de los costes a la hora de decidirnos a poner fin a una situación, y los muertos, quienes más los habían pagado, ya no estaban para reclamar ningún cambio.
El período de tiempo que va entre 1914 y 1945 ha supuesto un retroceso histórico muy difícil de ser medido, por las crisis y las guerras, por el despilfarro y destrucción de bienes materiales, de la capacidad productiva de millones de trabajadores/as, por la degradación que ha supuesto en la psicología y la moralidad de las gentes, y porque a su vez generó un mundo que seguirá causando enormes problemas a la Humanidad. Y de esto no puede dar la medida el PIB ni la contabilidad burguesa que se orienta sobre todo a documentar los costes y beneficios y a ese fin es lo mismo tomar en consideración el precio de un tanque que de los alimentos, o como decía aquél, abrir un agujero que cerrarlo. Que un sistema social, en vez de ser un medio para progresar, se convierta en un vehículo para retroceder atropellando a la Humanidad y su humanidad, es muestra suficiente para considerarlo ya caduco, decadente, necesitado de sustitución por otro mejor.
Con el fin de la IIª Guerra Mundial, acompañando a numerosas guerras (como las de Corea, Israel, Vietnam), dictaduras feroces (en el Tercer Mundo, pero también en Portugal, España, Grecia...) y crisis, gracias a la reconstrucción, el aumento de la productividad (menos trabajo para la misma producción) y de la masa de productos (aumento de la producción) con el consiguiente abaratamiento de las mercancías, consiguió reducir el coste del mantenimiento del proletariado pero sin reducir su nivel de vida a la vez que aumentaba la parte del tiempo de trabajo no pagado. El incremento de la productividad y de la producción y su necesidad de venderla permitió aumentar los salarios (pero no hasta el punto de anular el aumento de la producción) y con el auge del crédito al consumo para facilitar la demanda solvente, se vivió una época en los países ricos que la burguesía idealiza como "los 30 gloriosos", que no fueron para tanto ni tantos ni en todas partes. En esta etapa el capitalismo hubo de recurrir más todavía al papel del Estado, bien en su versión del "Estado de bienestar" (también llamado "economía mixta") o del Capitalismo de Estado de los países "socialistas". En Occidente correspondió a lo que en los países ricos se conoció como la etapa del fordismo-keynesiano (por la fabricación en cadena de Ford, y por el economista Keynes que propugnaba una mayor intervención del Estado burgués en la economía para afrontar las crisis de sobreproducción o débil demanda solvente). El fordismo ya había surgido en EEUU a principios del siglo XX, pero fue a partir de la IIª Guerra Mundial cuando tuvo su época de esplendor. Su ventaja sobre el taylorismo, que persistía en empresas donde no era factible la producción en cadena, es que gracias a la cadena de montaje permitía evitar definitivamente los tiempos muertos y utilizar una mano de obra sin cualificación previa y fácilmente sustituible absorbiendo así a la fuerza de trabajo sobrante en el campo sobre todo debido a su mecanización, pero teniendo en cuenta a sus propios trabajadores/as como consumidores potenciales, gracias a la reducción de costos, de lo que era una producción en masa. En cuanto al keynesianismo, se refiere al papel del Estado en la economía, anticíclico y estabilizador para abreviar la fase descendente del ciclo económico reforzando la demanda mediante los pedidos del Estado (armamento), la financiación de infraestructuras, los gastos sociales, rebajar el tipo de interés, facilitar el crédito.
Dio lugar a una mayor capacidad de consumo de bienes duraderos (electrodomésticos, mobiliario, automóviles...) por los trabajadores/as ("sociedad de consumo") gracias al crédito ("pago a plazos") y a cubrir algunas de sus necesidades con lo que se ha venido en llamar el "Estado de bienestar" (prestación por desempleo, pensiones de jubilación, sanidad, subsidios a la vivienda, educación...) lo que constituye esencialmente una forma de salario indirecto y diferido.
El desarrollo tecnológico, la necesidad de trabajadores/as capaces de leer y escribir, aprender nuevas técnicas, y de ingenieros y técnicos, impulso como nunca la educación básica generalizada, la formación profesional y universitaria. Las universidades se convertirían en focos de conflicto social por las contradicciones de los estudiantes con la estructura autoritaria de las mismas, la masificación de la enseñanza, y por la presión del sistema de adecuar la educación a sus necesidades, con un abaratamiento de muchos profesionales.
El crecimiento de las clases medias debido a las necesidades de la circulación del dinero (empleados de bancos y cajas de ahorros), de las mercancías (transportistas como camionero autónomos, comercio al detalle, publicistas), la protección de los riesgos a la propiedad (empleados de compañías de seguros), de formación (maestros y profesores) y de mantenimiento de los trabajadores (médicos...), por la intervención del Estado en la economía (funcionarios, burócratas y técnicos de todo tipo), aumentó el número de consumidores de las mercancías producidas por la industria.
El capital también aprovechó todo lo que pudo el mercado interno del país pero exterior al capitalismo, formado por los campesinos independientes sobre todo (abundantes por ejemplo en Francia), antes de que se integrasen muchos como nuevo proletariado en las explotaciones agro-industriales o emigrasen a las zonas del país más industrializadas (típico de Italia y España).
Los precios bajos en las materias primas y en la energía (petróleo) obtenidas sobre todo en los países dependientes permitía mantener a raya el aumento del valor de las inversiones en capital de modo que no se pusiese el listón demasiado alto para el porcentaje de la ganancia (tasa de ganancia, igual a masa de ganancia dividida entre el total de la inversión).
Otro modo de luchar contra la tendencia al descenso de la tasa de ganancia fue la obsolescencia programada consistente en producir mercancías diseñadas para durar menos de lo posible y para perder su atractivo simbólico, cambiando los modelos, variando las modas...Si la inversión en capital fijo (pabellones, maquinaria...) eran muy altas y su amortización tardaba mucho en producirse por su lenta utilización, la tasa de ganancia anual sería baja. Lo mejor era producir más veces la mercancía debido a su duración recortada a sabiendas. Se producía un consumo mayor de capital circulante (materias primas, energía, salarios), pero se aprovechaba en menos tiempo la capacidad productiva del capital fijo. Si la tasa de ganancia tendía a disminuir, al menos se compensaba con la suma de las masas de ganancia obtenidas al repetir con más frecuencia el ciclo productivo. La multiplicación de turnos de trabajo, incluido el nocturno, sirvió para aprovechar cuanto antes el capital fijo y así también poder sustituirlo por otro más moderno y eficiente. A fin de sacar adelante esta estrategia se desarrolló todo el sector de la publicidad y el marketing que con todo su personal suponía también una parte de consumidores, pero un gasto social improductivo. El despilfarro que esto ha supuesto de recursos naturales y de esfuerzo humano es imposible de medir pero sin duda enorme.
El Estado burgués favoreció la tasa de ganancia del capital al hacerse cargo de aquellas actividades que siendo imprescindibles para su funcionamiento resultaban muy gravosas si las asumía el capital privado, como era el caso de empresas y sectores con muy poco beneficio e incluso pérdidas (ferrocarril, determinadas explotaciones mineras, etc.), la necesidad de dar una educación básica a los trabajadores (enseñanza primaria) y sanidad mínima para reparar la fuerza de trabajo. También recurría a sus fondos para obtener todo tipo de subvenciones. Es decir, servía para socializar las pérdidas y así asegurar la tasa de ganancia del capital.
El "Estado de bienestar" con sus medidas de protección para el proletariado, como las bajas por enfermedad y accidente laboral, y las vacaciones pagadas, el subsidio de desempleo, las ayudas para la compra de vivienda, la educación y sanidad pública, las pensiones de jubilación, etc., tuvieron un componente importante de iniciativa de la burguesía de mano de la izquierda, como medidas contra-cíclicas (aumento demanda) frente a las crisis. Una reacción parecida a la protección social ya iniciada en el siglo XIX por Bismarck en Alemania. La IIª Guerra Mundial había exigido sacrificios terribles al proletariado. Los supervivientes requerían como compensación, cambios. No era admisible volver a la misma situación que de pre-guerra, lo mismo que tras la Iª Guerra Mundial, ya no se sostenían los viejos poderes monárquicos acumulando gran poder, como en Rusia, Alemania, el Imperio Austro-Húngaro. La burguesía occidental también tenía miedo de que el capitalismo burocrático de la URSS, por medio de los partidos comunistas y los sindicatos que controlaban, se sirviese del proletariado en caso de conflicto militar, creando una quinta columna. Durante la pasada guerra, en Francia y sobre todo en Italia, también en Grecia, habían surgido grupos de partisanos importantes impulsados por los partidos comunistas. Con el debilitamiento de la URSS y su hundimiento, la burguesía se animará más a atacar al proletariado y socavar el "Estado de bienestar" porque ya no existe un Capitalismo de Estado que pueda aprovecharse de eso para atacarla desde dentro y arrastra el nombre del "comunismo" y del "socialismo" con su caída, por lo que el proletariado se siente definitivamente privado de todo resto de horizonte y por tanto le desanima también para ofrecer una resistencia al capitalismo sin alternativa real.
El desarrollo del armamentismo con la llamada "carrera de armamentos" ha venido teniendo una gran importancia dado su gran peso en países que a su vez han venido representando la mayor parte de la producción mundial capitalista y la más avanzada tecnológicamente, como EEUU, Gran Bretaña, Francia...A la hora de valorarlo hay que tener en cuenta diversos factores y niveles. Lo que puede ser un gran negocio para el fabricante de armas y un medio de ganarse la vida para sus trabajadores/as, visto a otra escala adquiere un cariz diferente.
El armamentismo permitió enmascarar la sobreacumulación de capital y la sobreproducción de mercancías durante mucho tiempo. El sector de fabricación de medios de producción (sector I) que tiene su cliente en el sector que produce los bienes y servicios de consumo (sector II), no habría podido venderle a éste todo lo que era capaz de producir, porque de utilizar luego toda esa capacidad productiva en el sector II, habría generado una crisis de sobreproducción de mercancías y servicios. Si el sector II, sufriendo o detectando el riesgo, hubiese limitado su demanda al sector I, éste se habría sumido en una crisis de sobreacumulación de capital al infrautilizar su capacidad productiva. La salida estaba en que el Estado absorbiese buena parte de la producción del sector I, que en vez de ser de tractores, aviones de pasajeros, barcos con destino civil (pesca, transporte mercancías y pasajeros), máquinas-herramientas, era de carros de combate, aviones de guerra, portaaviones y submarinos, misiles, ametralladoras y cañones; y en cuanto al sector II, ropa, calzado, alimentación, barracones, tiendas de campaña, etc. para el ejército. Esto suponía una producción para un gasto improductivo que por una parte tenía la ventaja de evitar los problemas inmediatos comentados, pero por otra era una clara esterilización de capacidad productiva por su corto recorrido en su contribución a acumular capital a diferencia de lo que potencialmente podría haber sido maquinaria para más producción y bienes de consumo para una fuerza de trabajo adicional, porque los tanques ni aran la tierra ni disparan piezas para una mercancía, y los soldados no las producen. Como el Estado además era generoso a la hora de pagar, se reducía la tendencia a unos beneficios reducidos por las grandes inversiones y/o una capacidad productiva infrautilizada.
A efectos del análisis podemos decir que la producción destinada por el sector I y II al armamentismo y a los ejércitos, constituirán un sector nuevo, el III, independientemente de si la empresa se dedica exclusivamente a ese tipo de producción o compatibiliza con otra civil. El sector III o armamentístico se dedica por tanto a medios (armamento) y servicios (a los militares) de destrucción.
Si bien esterilizaba capacidad productiva e impedía su retorno al circuito de acumulación del capital, lo que significa una pérdida clara para el capital en su conjunto, a corto plazo suponía una ventaja en la lucha del capital contra la tendencia de la tasa de ganancia a disminuir. Las inversiones enormes, con largo plazo e incierto resultado, que debían destinarse a la investigación de vanguardia, en lugar de correr totalmente de cuenta del capital y pesar en el total de la inversión sin un aumento de las ganancias que lo compensase a corto plazo (tasa de ganancia), corrían en gran parte a cargo del Estado con fines inicialmente militares, y sus resultados luego revertían en aplicaciones a la industria civil, que podían contribuir al lanzamiento de nuestros productos o a mejorar la productividad.
Que una sociedad, para avanzar tecnológicamente la industria civil, en vez de invertir en investigación orientada directamente a ella, deba recurrir al desvío despilfarrador y destructivo del armamentismo, y que para no chocar de frente con sus contradicciones (tendencia al descenso de la tasa de ganancia, sobreacumulación de capital, sobreproducción de mercancías) deba esterilizar de esa forma una parte muy notable de su capacidad productiva material y humana, muestra a qué grado de decadencia e irracionalidad está llegando.
El armamentismo era y es financiado sobre todo con los impuestos a las masas trabajadoras y populares (un consumo indirecto y forzado) y a las empresas que no se beneficiaban de ese comercio, y pagado mediante la acumulación de deuda por parte del Estado para poder distribuir la carga durante más años. Evitar una crisis era un buen negocio para todos aunque a cambio se originase inflación por la emisión de moneda o deuda para el pago sin un respaldo de riqueza real al ser el armamentismo, a fin de cuentas, un despilfarro monumental, y porque las empresas buscaban resarcirse del pago de los impuestos con aumento de precios. Este cúmulo de contradicciones e irracionalidades (desde el punto de vista de nuestras necesidades, no siempre del capital a corto plazo) está detrás de lo que con el sistema de contabilidad burgués se traducía en el esperado Crecimiento, en el aumento del Producto Interior Bruto (PIB).
El Estado crea un mercado que de otro modo no existiría, pero sigue siendo un mercado dentro del sistema capitalista, pues toma sus recursos de los impuestos a la burguesía, al proletariado y a las capas medias que genera el capitalismo. El consumo de los trabajadores/as del sector armamentístico o III (cada vez más reducido dado el uso de maquinaria que la precisa menos) si bien crea demanda de unos bienes (alimentos, vivienda, automóvil...) que tira de los sectores I y II, y que de otro modo tal vez no existiría (no se amplía la producción civil que en un circuito virtuoso -normal- de acumulación de capital teóricamente permitiría aumentarla más, contratando más y más trabajadores/as, si no hubiese un riesgo cada vez mayor de sobrepoducción), también detrae capacidad de consumo si con los impuestos, con los que a fin de cuentas se pagan, impide que los trabajadores/as de los sectores I y II consuman más bienes. Sólo supone un mercado totalmente nuevo si se consigue que no tengan que costearlo los impuestos del burgués (plusvalía que se retira de su bolsillo o que no puede acumularse en la inversión) y del proletario (detrayéndolo de su consumo inmediato o posterior mediante el ahorro) de los sectores I y II.
Esta salida es un mercado exterior al capitalismo en la medida en que esos impuestos se cargan sobre los campesinos independientes que no explotan fuerza de trabajo y artesanos, como si fuesen "compradores" obligados que "regalan" su compra al Estado, pagando así un gasto común a la burguesía, que ya no debería costearlo ni de su bolsillo ni restándolo a su acumulación de capital. Pero estos sectores están en total decadencia, si no prácticamente desaparecidos, en los países ricos. A escala mundial también van escaseando, sobre todo aquellos a quienes se puede exprimir también para costear el armamento.
Si existiesen esos sectores en abundancia, en vez de dedicarse sobre todo a hacerles pagar armamento, los utilizarían los sectores I y II para venderles bienes de consumo y algunos de infraestructura para facilitar sobre todo la expansión del comercio y la explotación de sus materias primas, etc. Es precisamente porque esos sectores extra-capitalistas solventes se reducen drásticamente para las necesidades que tiene en ese momento el capital, por lo que éste debe lanzarse a una escalada armamentista para pelearse por lo poco que queda y secundariamente para utilizarlos como consumidores forzados de lo que sólo para el capital tiene valor de uso.
Así que el armamentismo no puede resolver el problema de los mercados extra-capitalistas para satisfacer la necesidad del capital de inversiones con mayor tasa de ganancia al disponer de consumidores para absorber todas las mercancías que es capaz de producir. Sólo puede ser de ayuda al capitalismo en su conjunto cuando mediante la venta de armas a países poco desarrollados, son pagadas por impuestos a grandes masas de campesinos y artesanos, lo que por otra parte tampoco es sencillo si esos países no tienen el debido sistema recaudatorio y hay poco que sacar de masas demasiado pobres, salvo que lo haga indirectamente mediante los impuestos a las clases dominantes no capitalistas que previamente ya les extraen sobre trabajo no pagado.
La plusvalía producida por los trabajadores/as del sector I (medios de producción) se realiza por la venta al sector II y al sector III y a los Estados semi-feudales (infraestructuras...). La plusvalía producida por los trabajadores/as del sector II (bienes de consumo) se realiza con la venta a esos mismos trabajadores/as, a los del sector I y III, a la burguesía de los tres sectores y a los exteriores al capitalismo (campesinos independientes, artesanos, élites semi-feudales...), tanto nacionales como extranjeros. La plusvalía producida por los trabajadores/as del sector III (medios y servicios de destrucción) se realiza mediante las compras por el Estado con los impuestos a la burguesía y a trabajadores/as de los tres sectores, y de los exteriores al capitalismo, tanto nacionales como extranjeros.
En el caso de los medios de producción y bienes de consumo, eso forma parte del ciclo normal de reproducción del capital en su conjunto, del proceso de acumulación del capital. En el caso del armamentismo es como si el conjunto de la sociedad subvencionase la realización de la plusvalía en el sector III que de otro modo, aunque producida, no se podría realizar con la venta porque no sirve directamente al proceso continuado de acumulación de capital, salvo por medio de la "diplomacia de las cañoneras" (la presión de una potencia militar para obtener todo tipo de ventajas) y la guerra, pero con el riesgo de ser destruido el país capitalista que lo utilice.
¿Saca el capital en su conjunto alguna ganancia de plusvalía de todo esto? La realización del beneficio del sector III es posible gracias a una pérdida de plusvalía (como cuando compran para sus caprichos) que deben sacrificar los capitales del sector I y II (pérdida de ganancia presente y de la que podría generar en el futuro si la hubiesen invertido) a través de los impuestos. Haciendo un balance global, la ganancia real para el capital en su conjunto, está en el impuesto sobre los salarios de los trabajadores/as (de todos los sectores), porque eso es una forma indirecta de extracción de plusvalía, un fruto de su trabajo que se les extorsiona, y que por tanto en realidad el capital en su conjunto no llega a pagar aunque sí lo haya hecho la empresa que abonó el salario, y en la parte de la plusvalía de los trabajadores/as del sector III que sí llega a realizarse gracias a los impuestos a los sectores extra-capitalistas (campesinos independientes que no explotan fuerza de trabajo, artesanos) del propio país. La extorsión sobre estos productores (de los ingresos de su trabajo, al obligarles a pagar lo que no han solicitado) permite la realización de la explotación del proletariado del sector III. Así que se producen dos víctimas, a diferencia de las mercancías que sí son bienes y servicios útiles que sólo tienen la víctima (si no entramos en más detalles sobre el tipo de producción y consumo) en el trabajador/a que las produce y genera plusvalía.
Si las armas se venden al extranjero, se puede considerar que para el capital de la nación exportadora todo son ventajas, pero visto desde el capital en su conjunto, la situación es la misma que la expresada antes, si bien en este caso los capitalistas que tienen la pérdida son los que pagan los impuestos en el país comprador, y la realización de la plusvalía se logra gracias a sus trabajadores/as, campesinos y artesanos, que también pagan sin obtener nada útil a cambio.
Desde el punto de vista del proceso de acumulación del capital global, los gastos en armamento son gastos improductivos porque su valor de uso no permite una posterior acumulación de capital; una pérdida, aunque necesaria por muchos motivos. Tiene parecido con el consumo de lujo de la burguesía, tanto personal como en la presentación de la empresa, que es improductivo, puro despilfarro de plusvalía, pero necesario para dar una imagen de solvencia y liquidez, de confianza en sus propios negocios, que la inspire también a proveedores (mercancías y crédito) y clientes. La ventaja por tanto, está en hacer que parte de esa pérdida (cuanta más parte mejor), recaiga sobre la población trabajadora al interior del capitalismo o exterior a él. Vamos, que sus gastos colectivos como clase, no los paguen de sus beneficios (nuestra plusvalía) como ocurre con sus gastos personales, sino que esa nueva ronda la paguemos también nosotros, esta vez de nuestros ingresos a través de los impuestos.
Pero desde el punto de vista de la lucha de clases e inter-burguesa, el gasto armamentístico es necesario para el proceso de acumulación de capital debido a los intereses enfrentados entre los capitalistas de diferentes Estados y alianzas imperialistas, para asegurar su mercados de compra y venta o conseguir más, por la presión diplomática y/o la guerra, y también para disponer de un buen arsenal contra el proletariado y demás capas sociales explotadas y oprimidas.
Lo que ocurre es que la tendencia a rentabilizar a tope el valor de uso de esa inversión, con la guerra, pone en peligro a los que la intenten y hasta la existencia misma del capitalismo si se lleva hasta el extremo de una guerra mundial con uso de armamento nuclear.
Que el capitalismo necesite cada vez más del armamentismo del Estado para eludir al menos durante un tiempo sus crisis y para favorecer políticas imperialistas, demuestra que no puede existir el capitalismo "puro" del mercado, que la acumulación de capital depende de la esterilización de capital, que sus fuerzas productivas dan paso cada vez más a fuerzas destructivas, que la expansión del mundo de las mercancías tiene mucho de agresión, que la burguesía debe prepararse para la represión de sus conciudadanos (golpes de Estado, etc.) como si fuese una guerra contra el extranjero.
Si bien durante mucho tiempo el armamentismo puede evitar males mayores al capital, supone una detracción, un desvío de plusvalía, y esto a la larga crea problemas sobre todo si aumenta el gasto. Las empresas que se benefician directamente de ese gasto, ven compensados con creces los impuestos que puedan pagar al Estado, con sus ventas al mismo. Pero aquellas que no se benefician directamente de ese gasto, parte de la plusvalía que han obtenido (beneficios), en lugar de acumularla en su inversión, deben entregarla al Estado en forma de impuestos. Si ya pueden tener dificultades con su tasa de ganancia debido a inversiones crecientes (maquinaria, salarios...), la retirada de esa parte de la plusvalía obtenida, las aumenta. Por otra parte, los impuestos que paga el proletariado al Estado, salen de su sueldo. Con el impuesto, la burguesía en su conjunto recupera parte del salario conseguido por los trabajadores/as en la relación de fuerzas, para un valor de uso (armamento) que el trabajador/a no habría comprado y que sólo a ella interesa, es decir financia el consumo no privado sino común al conjunto de la burguesía a través de su Estado. El burgués individual tiene un cierto conflicto con los intereses de su clase. Así como le interesa pagar el mínimo de salario a sus trabajadores/as siempre que otros empresarios no hagan lo mismo y por tanto pueda haber compradores solventes para sus mercancías, tiene también un cierto conflicto con los gastos de armamento. Por una parte es un consumo común para la defensa de su clase y en la relación de fuerzas con otros capitales nacionales, que en gran parte se financia a costa de los salarios que la burguesía se ha visto obligada a ceder. Por otra, si no tuviese que financiarlo ni él ni el trabajador/a con sus impuestos o la cuantía fuese mucho menor, podría más fácilmente rebajar el salario argumentando que no habría un perjuicio real porque tampoco se paga impuesto, y aumentar la tasa de explotación, y con ello compensar más fácilmente el aumento en las inversiones, o de no bajar el salario real, que al menos no se ahorrase, sino que se dirigiese al consumo, a aumentar la demanda que absorba una mayor producción que ascienda con su beneficio la tasa de ganancia. La extorsión producida en los salarios de los trabajadores/as y de los extra-capitalistas a través de los impuestos es un beneficio para el fabricante de armas, pero una esterilización de plusvalía y trabajo no pagado. Al capital le podría haber convenido más que con esos impuestos el Estado le prestase otras ayudas que permitiesen un proceso de acumulación de capital que tuviese continuidad, sin esterilizarse. Y los impuestos que paga el capital, son también una pérdida de plusvalía.
Que el Estado se sirva de la emisión de deuda y de los préstamos de la banca que poco a poco y con intereses deberá pagar, alivia la presión impositiva sobre el capital y el trabajo, distribuyendo en el tiempo el peso de la carga. El capital financiero dará créditos al Estado para pagar el armamento y créditos al fabricante para lanzar la producción. El beneficio del banco no se diferencia en substancia del beneficio del empresario del sector III. En cualquier caso la plusvalía que obtenga la banca del cobro de los intereses, vendrá de los impuestos a otros capitalistas y a la población trabajadora, que es con lo que obtiene sus ingresos el Estado y con lo que se hace posible la realización de la plusvalía producida en el sector III. No proviene de una explotación como sería dar crédito para la producción de mercancías que logran venderse (maquinaria o bienes de consumo) que sirven a su vez para producir más mercancías (compradas por el sector II al I, o para mantener una fuerza de trabajo del I y del II que así podrá seguir generando plusvalía) y avanzar en el proceso de acumulación, a diferencia de la esterilización que implica el armamento cuya verdadera rentabilización sólo puede ser la destrucción del competidor en la guerra, pero con el riesgo de sufrirla también.
Cuanto más se desarrolla el armamentismo, más problemas acaba generando, el Estado tiene que recurrir a más créditos, aumenta su déficit, se pierde plusvalía y trabajo no pagado.
Por tanto, el armamentismo, que a escala mundial viene jugando un papel importantísimo en la intervención del Estado en la economía y su peso en ella, fue lo que sacó al capital de la crisis de 1929 pero no como "sector de la economía" sino mediante el valor de uso de su producción, o lo que es lo mismo, mediante la IIª Guerra Mundial, y como "keynesianismo militar", puede en algunas circunstancias atenuar los problemas inmediatos del capitalismo, pero es una expresión de su crisis latente y de su decadencia histórica y nunca podrá ser una solución a sus contradicciones fundamentales, la superación de la tendencia a las grandes crisis y los límites históricos del capitalismo, como lo demostró la crisis de 1973, las posteriores y la que venimos arrastrando desde 2007, a pesar del desarrollo del armamentismo durante la era de los presidentes norteamericanos Bush (padre e hijo).
En la medida en que la burguesía se concentra en él y lo considera una solución, agrava sus problemas y contribuye a sus crisis, como un sector I en permanente sobreproducción. Esta es una de las causas por las que se hundió la URSS. Y para la Humanidad es una amenaza y causa permanente de sufrimiento.
¿Cómo le va a la industria armamentista en esta crisis? Como cabía esperar, bien, mucho mejor que a otros (El País, 28-2-2012, "El mercado global de armas capea con éxito la crisis. La compras de los países emergentes impulsan un sector en expansión", con datos interesantes)
La inflación se fue convirtiendo en una condena en los años 60. El capital, con inversiones cada vez más costosas en plantas y bienes de equipo, no conseguía explotar al proletariado y vender mercancías lo suficiente para obtener un porcentaje de beneficio con respecto al total de la inversión igual al de años anteriores, y pretendía resolverlo con la trampa de la subida de precios, de la inflación, que devaluaba el salario de los trabajadores/as pero impulsaba a estos a nuevos aumentos para compensar su pérdida, y creaba dificultades a la competitividad por precios superiores.
En el siglo XIX los impuestos los pagaba el capital de la plusvalía. Pero en el XX cuando los trabajadores/as tienen mayores ingresos, también pagan directamente impuestos por sus rentas y por los impuestos al consumo. Sin embargo, el Estado tiene problemas fiscales porque debe cubrir muchos gastos, desde el armamento hasta los gastos sociales pasando por las subvenciones a las empresas y la educación y sanidad públicas.
En los años 60 se extendió la creencia de que el "Estado de bienestar" era irreversible, porque el capitalismo ya habría superado su época de depresiones económicas. Que con un poco de paciencia, el futuro para los trabajadores/as de todo el mundo y las siguientes generaciones, sólo podía ser cada vez mejor.
El Mayo del 68 francés y el 69 italiano nos muestran el agotamiento (aunque no el final) de un tipo de movimiento proletario (encuadramiento sindical y de izquierda) y el surgimiento de otro más adecuado a la realidad (desbordar a los sindicatos y partidos de izquierda, asambleas autónomas de los sindicatos y partidos...).
Pero una vez más el modelo de capitalismo entró en crisis, asomando en 1967 y ya claramente en los años 70 (acompañado por la "crisis del petróleo"), y en lo que se refiere al papel fundamental del Estado en los países "socialistas", con el estancamiento de los 70 y derrumbe en los 80. Las diferentes versiones del Capitalismo de Estado, sea la "economía mixta" keynesiana o el integral de los países "socialistas", había agotado sus posibilidades.
El Estado keynesiano había ayudado a mantener la tasa de ganancia del capital privado al asumir numerosos gastos e inversiones que de otro modo habían aumentado demasiado el capital invertido para la plusvalía obtenible. Pero según pasan los años, con el crecimiento de los gastos del Estado, en armamento y también en gastos sociales, se va convirtiendo en una carga pesada para el capital y la inflación impulsada por los gastos del Estado, dificultan la competitividad en el exterior.
En la versión privada del capitalismo, el incremento de las inversiones en tecnología a fin de competir en mejor condiciones, al aumentar el valor del capital invertido, exigía que para obtener la misma tasa (porcentaje) de ganancia con respecto a la inversión incrementada, se aumentase la explotación del trabajo, con una mayor productividad facilitada por esas innovaciones y la contención de los salarios por debajo del incremento en la productividad. Los costes laborales totales, tanto directos como a través de los gastos sociales del Estado, habían subido demasiado para los imperativos de beneficio del capital. La baja tasa de paro y la cobertura del desempleo por parte del Estado, habían dado "demasiada" fuerza negociadora a los trabajadores/as, lo que dificultaba reducir los costes totales. La inflación con su subida de precios dificultaba la competitividad en los mercados exteriores. El mercado de consumo ya había conocido su límite de saturación, con la sobreproducción. La reducción de la tasa de ganancia, disminuía la acumulación de capital al desincentivar la inversión y por tanto provocaba un crecimiento económico menguante. Se generó una imprevista combinación de estancamiento (no más crecimiento) e inflación a la que se llamó "estanflación".
Es decir, el problema no era de recursos disponibles para traer el bienestar, sino de que éste pasaba a un lugar muy secundario porque la finalidad del sistema económico es conseguir beneficios y por tanto la orientación de los recursos y la relación entre las instancias sociales, económicas y políticas, debe subordinarse a eso. El beneficio se basa en la economía del valor por el tiempo de trabajo, trabajo genérico (abstracto), para obtener un plusvalor a través del trabajo no pagado, logrando mercancías con valor de cambio, para obtener dinero con la venta para acumular capital. La satisfacción de las necesidades se basa en una economía de trabajo concreto, para obtener valores de uso (sirve para esto o lo otro) y de previsión para el futuro.
La burguesía exigía unas cargas fiscales inferiores para incentivar la inversión, pero esto era sólo una excusa para aumentar los beneficios ya que en plena crisis de sobreproducción no le interesaba aumentarla. Recurrió en EEUU a una mayor producción de armamento que no depende del deseo y capacidad de compra de los trabajadores/as para venderse, sino de la decisión del Estado que le destina recursos antes orientados a los gastos sociales, con la ventaja adicional de que las armas no sirven, a diferencia de las máquinas, para producir más mercancías con problema para venderse en un mercado saturado. El gran capital, claro está, no protesta contra este verdadero despilfarro del Estado, este "keynesianismo militar" financiado sobre todo con los impuestos a la población trabajadora, pues permite también que su Estado y las empresas cuyos intereses protege se hagan más fuertes en la esfera internacional. Pero tanto los gastos militares, como la reducción de cargas fiscales al capital y la burguesía, significaban que debían reducirse los gastos sociales del Estado. Necesitaba explotar todas las fuentes de beneficio posible, así que exigió que las empresas públicas, del Estado, que podían ser rentables, se privatizasen, y a la vez que se cerrasen aquellas que no lo eran si podía obtenerse sus recursos de un modo más competitivo en el exterior (el caso, por ejemplo, de la minería del carbón). El desempleo que esas medidas provocaron le facilitó el objetivo de disminuir los salarios y empeorar la legislación laboral y social. El capital financiero exigía a la vez su desregulación a fin de tener las manos libres para entrar en negocios de mayor riesgo y beneficio potencial.
Esta fue la etapa del "neoliberalismo" representada sobre todo por el presidente Ronald Reagan en EEUU y de Margaret Thatcher (la "Dama de Hierro") en el Reino Unido, en la década de los 80. Se significaron por su clara política de agresión al movimiento obrero hasta infligirle importantes derrotas para poder imponer su política. La "purga" económica del capital devaluado provocó el cierre de muchas empresas y un aumento inusitado del desempleo, para debilitar más a los trabajadores/as y empeorar sus condiciones de trabajo y salariales. Empezaron los recortes al "Estado de bienestar" allí donde lo había.
El "neoliberalismo" ya se había estrenado con un bautismo de sangre en la década de los 70 en el Chile del general golpista Pinochet y en la Argentina de la también golpista Junta Militar, imponiendo el imperio del "mercado" con la ayuda del terror de Estado. Porque como sus principales teóricos defienden, el capitalismo ideal sin asomo de oligopolios (el real está dominado por grandes empresas) regido el mercado por la competencia (la realidad tiene una competencia muy relativa debido al gran capital), necesita un movimiento obrero aplastado (esto sí que debe ser muy real) que no cuente siquiera con sindicatos con capacidad de negociación porque esos sí son "un monopolio que distorsiona el mercado" que debería relacionar a agentes sueltos de igual a igual, la empresa y el parado. No les preocupó que de su mercado ideal lo único real fuese la parte que tocaba al proletariado; para el caso (explotar) debe ser suficiente, tampoco hay que ser tan exigente con la adecuación de la realidad de la burguesía al ideal neoliberal. ¡Qué profundidad de pensamiento la de esos premios Nobel; cuánto interés de clase disfrazado de "ciencia" imparcial! Mientras ellos viajan en avión con pasaje de primera clase, los militares argentinos organizaban vuelos gratis a los opositores y sedados para que no se mareasen les hacían disfrutar del deporte de riesgo lanzándonos al mar sin paracaídas ni salvavidas. ¿Estarían de acuerdo estos alumnos aventajados de los Chicago boys? Evidentemente no, porque los vuelos y el entretenimiento, al ser gratuitos y a cargo del Estado, distorsionaban el mercado.
A fin de aprovechar el tirón del patrioterismo para dejar en segundo plano los problemas internos, la dictadura Argentina y la democracia de hierro del Reino Unido se enfrentaron en guerra por unas islas olvidadas, Las Malvinas o Falklands.
La lucha proletaria de aquella época tuvo sus máximos exponentes, en el Este europeo, en las luchas de los trabajadores/as polacos en 1980-1 que fueron recuperadas por el sindicalismo de Solidarnosc (con Lech Walesa a la cabeza) y las ilusiones en la democracia burguesa y el capitalismo privado frente al Capitalismo de Estado "socialista"; y en Occidente, en las de los mineros británico en 1984-5 que fueron derrotados por la "Dama de Hierro". Con anterioridad, en 1956 en Hungría, se dio una revuelta popular nacionalista con simpatías hacia el capitalismo occidental "democrático" contra el poder estalinista sometido a Moscú en la que también surgió una respuesta proletaria cuestionando con los Consejos Obreros el poder de la burguesía burocrática, pero fueron barridos por los tanques del Pacto de Varsovia. Estos repitieron la agresión en Checoslovaquia en 1968 cuando un sector de la tecno-burocracia quería reformas que diesen un mayor peso al mercado aflojando amarras con Moscú y una cierta apertura política para integrar mejor a los trabajadores/as y otras capas populares.
En los 80, el capital necesitaba un mayor margen de beneficio, dar salida a toda la producción, no podía regalarla ni siquiera venderla a costa de pagar mayores salarios. Sólo facilitaría el pago, con mayores créditos que deberían devolverse con intereses, a costa de un menor salario, y con una producción más barata. La solución no podía venir de pretender disminuir directamente los salarios nacionales, sino de plantear una estrategia de ámbito planetario de debilitamiento del proletariado, de aumento de su explotación. Había que eliminar las últimas barreras a la mundialización del capitalismo. Esta fue la tarea del "neoliberalismo" (desde los 70-80) asociado a la globalización (desde los 90), incorporando definitivamente a parte de Asia (los "tigres" asiáticos, China, India) y sacando más provecho de países próximos como México (ensamblaje de la producción con mano de obra barata, sobre todo femenina). Se vio facilitada por el desarrollo de la informática que hizo factible grandes y rápidos movimientos del capital y muchas aplicaciones en el tratamiento de la información posibilitando la organización del trabajo entre divisiones y filiales de la empresa situadas en lugares del mundo muy distantes o entre diferentes empresas cooperando aprovechando las ventajas de rentabilidad en diferentes países; también de las telecomunicaciones (satélites, internet, etc.) y de los medios y sistemas de transporte (como los contenedores para barcos y camiones).
Las nuevas posibilidades de explotación de mano de obra cualificada pero barata en los países del Este "ex-socialistas" y del nuevo proletariado en Asia, en particular en China e India, permitió trasladar empresas de bienes y servicios, generar paro en los países ricos, debilitar al movimiento obrero, reducir las cargas fiscales sobre las empresas ante el chantaje de su deslocalización y por la sagrada "competitividad", retroceder en la legislación laboral y social, y con todo ello presionar a la baja los salarios y las prestaciones sociales del Estado, aumentando así los beneficios.
Si ya en los años 80 con las "reestructuraciones" de sectores enteros de la economía, desmantelamiento de fábricas que afectó a varios países europeos como España y Gran Bretaña, lo que había sido durante décadas zonas proletarias que habían acumulado una gran experiencia de lucha y creado con mucho sacrificio un tejido social de relaciones cómplices y organizaciones, con un relevo generacional, incluso de padres a hijos en la misma empresa, se vino abajo (en España, recordemos por ejemplo la minería asturiano leonesa con un historial impresionante de luchas heroicas y de las más radicales de la historia de España, o la margen izquierda del Nervión en Vizcaya dependiente de los altos hornos y del sector naval y su papel como referente durante el franquismo...), con la globalización esto se agudizó por la facilidad de las empresas para "deslocalizarse". Se instalaron nuevas empresas en países del Este donde el proletariado apenas había podido mover un dedo durante el estalinismo, carecía de experiencias de lucha y organización autónoma, o a China, con un nuevo proletariado industrial recién salido del campo y que confundía comunismo con la dictadura del Partido y del nuevo patrón capitalista, muchas veces extranjero. Si este nuevo proletariado tendrá que ir aprendiendo según le golpee la crisis, en tanto se ha perdido el "capital" social costosamente acumulado en otros países, que aunque en muchos aspectos trasnochado tenía elementos valiosos, aunque fuesen simbólicos y de memoria histórica, que a su vez había perdido la continuidad con otras fases del proletariado, sobre todo de la década de los 20 y 30. Si esta crisis nuevamente está demostrando que no hay conquistas sociales garantizadas para el proletariado en el capitalismo, las sucesivas etapas por las que éste ha hecho pasar al proletariado, le han hecho perder las conquistas que trabajosamente había logrado en lo "intangible" pero tan valioso, que le ayuda a reconocerse como clase con una continuidad histórica, con unas experiencias que los más veteranos pueden traspasar a los recién ingresados al mundo del trabajo a la primera lucha que se presente.
En la década de los 90 se dan las guerras en la que fue Yugoslavia. Los conflictos nacionalistas, las matanzas, las "limpiezas étnicas", la violación sistemática de mujeres, los campos de concentración, mostraron el poder de la burguesía nacional e internacional (en particular Alemania) para alistar a la población tras sus objetivos, y la falsedad de un "socialismo" (Capitalismo de Estado), que había dejado tan desarmado ideológicamente al proletariado yugoslavo, dispuesto para ser víctima de maniobras que parecían retrotraer a la primera mitad del siglo. Que esto ocurriese con tanta impunidad a las puertas de Europa Occidental indicó también la desorientación y debilidad del proletariado de los principales países que no fue capaz de hacer nada, en particular el de Alemania, cuya burguesía estaba implicada en el azuzamiento de las tensiones yugoslavas, para abrir la zona a su influencia.
Algo similar cabe decir del proletariado de la antigua URSS, Alemania Oriental, y demás países del Este, totalmente desbordados por la burguesía, inicialmente por las ilusiones de mejorar su vida y de una mayor libertad, pero, en la ex-URSS, viendo como caían en picado sus condiciones de vida por la transformación de la tecno-burocracia "comunista" en una nueva burguesía oligopólica con rasgos de aristocracia mafiosa que llevó incluso a un descenso de la esperanza de vida de los rusos.
La lección es que sin un poder basado en los Consejos de Trabajadores y sin una lucha decidida contra la división clasista del trabajo, en las empresa, la educación, la administración pública, con una planificación democrática, estamos condenados a reproducir la sociedad de clases de explotación y el Estado opresor, pasando de un modelo a otro de capitalismo y sufriendo las peores lacras de esas sociedades, de los campos de trabajos forzados (gulag) a los campos de "limpiezas étnicas" y los poderes mafiosos.
La desaparición del bloque militar del Este "socialista" no impidió un relanzamiento del armamentismo, el surgimiento del fenómeno de los ejércitos privados de mercenarios al servicio del Estado (los "contratistas") y un imperialismo más agresivo (los presidentes Bush, padre y luego hijo, en los EEUU, y sus aliados).
La búsqueda desenfrenada de beneficios, ante los límites a la explotación del trabajo y de los mercados solventes, teniendo en cuenta que la burguesía los había limitado al cortar la relación que existía en el fordismo entre las mejoras de la productividad y los aumentos de salarios (siempre que no impidiesen el mantenimiento o ascenso de la tasa de ganancia), y disponiendo de una enorme cantidad de dinero inactivo por la sobreacumulación de capital en la inversión productiva, impuso la liberalización (desregulación) de los mercados financieros, lo cual condujo a la especulación desenfrenada (de acciones, inmobiliaria...), generando burbujas que sólo podían terminar estallando, y la "financiarización" (poder del capital financiero sobre la economía productiva y escalada de los productos financieros parasitarios y especulativos sobre los bienes y servicios reales).
La burguesía ha comprometido a parte de los trabajadores/as y "clases medias" en la financiarización. Al suprimir el sistema público de pensiones por privatización o porque ese sistema no puede asegurar una jubilación digna, o por ser reducida y para complementarla, hace que trabajadores/as, empleados y funcionarios inviertan en los fondos de pensiones que intervienen en la bolsa, con la compra de acciones y bonos del Estado. La burguesía busca así tres objetivos: 1º desentenderse del problema, reduciendo o eliminando su contribución a las pensiones; 2º implicarlos en la mentalidad burguesa de que "el dinero crea dinero", interesarlos por participar en la explotación y especulación bursátil, y, 3º jugar con ese capital en las maniobras internacionales especulativas y los diversos timos financieros, lo que puede llevar al final a que los inversores vean en grave peligro su pensión privada.
La burguesía estaba entusiasmada consigo misma, había logrado superar las crisis de los 70 y 80 y dado un gran "salto adelante", debilitando y desorientando a los trabajadores/as gracias también al hundimiento de los Estados "socialistas". No podía entender que no se trataba de un progreso real que abría un futuro aun mejor, que el capitalismo no se había superado a sí mismo, sino que seguía su declive iniciado a principios del siglo XX, aunque con una evolución en dientes de sierra, con tendencia descendente. Que no estaba abriendo nuevas fronteras, nuevos continentes como en el siglo XVIII y XIX, sino ante todo apurando los límites de su sistema, aprovechándolo al máximo y en ese afán, incluso forzando y haciendo trampas con sus leyes de funcionamiento, en particular la ley del valor basado en el trabajo genérico (abstracto), el trabajo no pagado como único origen auténtico y sostenible del beneficio.
La necesidad de favorecer una demanda solvente en las empresas, los particulares y los Estados, para absorber todo tipo de producción (máquinas, autopistas, automóviles, televisores, viviendas habituales y segundas residencias, trenes de alta velocidad, armamento...) y también de los productos financieros, llevó al abuso del crédito a niveles astronómicos, creando una demanda solvente, sí, pero artificial, sin una capacidad de pago global real. La necesidad de liquidez provocó el endeudamiento de unos bancos frente a otros. Los riegos que todo esto entrañaba llevaron a buscar la "seguridad" en las titulaciones de las hipotecas y los famosos "derivados", haciendo trampas para conseguir más beneficios, generando una pirámide especulativa ("economía de casino"), lo cual añadió más leña al fuego. Supuestamente este gigantesco endeudamiento tenía una base en la economía real: el valor de los inmuebles (viviendas, rascacielos de oficinas, etc.) o de las acciones, y su perspectiva de crecimiento. Pero esto no era real, sino resultado de la especulación. Burbujas sostenidas en burbujas, pirámides invertidas sostenidas en pirámides invertidas.
Esta gran burbuja de endeudamiento planetario y especulación, dada la imposibilidad de extraer del trabajo (la economía productiva), fuente última del beneficio real, todas las ganancias que reclamaba, terminó pichándose, como ocurre con las burbujas, por algo tan poca cosa, tan simple y a la vez revelador como la imposibilidad de pagar los préstamos (devolución e intereses) por parte de unos deudores norteamericanos insolventes (trabajadores/as de pocos recursos, bajos salarios, subempleados o sin empleo, o simplemente propietarios que no pueden hacer frente a una gran subida de los intereses), los subprime, como podía haberlo hecho por cualquier otro pequeño incidente pues ya se estaba insostenible, tanto por los factores financieros como por la sobreproducción de viviendas dadas las irreales expectativas de poder venderlas. Pero eso se desató además porque lo que supuestamente respaldaba su solvencia o era una garantía para el acreedor, el precio al alza de las viviendas, no era real, sino la sobrevaloración fruto de una burbuja especulativa que, como no podía ser de otra manera, estalló, viniéndose abajo los precios, la solvencia artificial y la garantía para los préstamos, tanto para los que ya no podían pagar como para los que todavía sí, pues seguían siendo de alto riesgo (subprime) y si también dejaban de pagar, el banco (en el sistema hipotecario de los EEUU diferente al de España) cobraría con una propiedad desvalorizada, tal vez incluso por debajo de la deuda pendiente. Muchos se encontraron en esa situación cuando al extenderse la crisis perdieron su empleo o vieron reducido su salario. Si su deuda pendiente era inferior al precio actual de la vivienda, al venderla podrían salvar algo, de lo contrario, si el valor de la vivienda era inferior a la deuda, podían cancelarla totalmente con la entrega del inmueble. De ahí que algunos deudores prefirieron, en lugar de seguir pagando, entregar la vivienda al banco, porque valía menos que la deuda pendiente, con lo que de hecho, a valores del mercado, es como si devolviesen por una deuda menor. La adjudicación de viviendas por debajo de su valor de tasación o por debajo de la deuda pendiente, creo un gravísimo problema en los balances de las entidades prestamistas. Los acreedores se lo buscaron porque esa burbuja fue propiciada por la banca como ofertante de préstamos, la base de su negocio (intereses y comisiones, titulaciones y derivados...), incluso con información engañosa. Por ello los subprime llegaron a ser una quinta parte de los préstamos hipotecarios.
La responsabilidad de las subprime recae totalmente sobre los bancos que ofrecieron y concedieron esos préstamos. Conocían muy bien la nula o dudosa solvencia de los deudores a quienes buscaban para ofrecérselos, y los riesgos de la operación. Pero tenían interés en concederlos porque estaban incentivados económicamente por las entidades que veían el verdadero negocio en las titulaciones y los derivados financieros que surgían de ahí. En cuanto al riesgo, con las titulaciones pasaban a otros la "patata caliente", y los efectos tóxicos de la operación querían creer que se diluirían en el proceso, cuando era todo lo contrario, al extender a todo el sistema la sombra de la duda. En tanto, la concesión de esos préstamos subprime daba salida a las viviendas recién construidas por las que habían concedido préstamos a los promotores, alimentaba la especulación de la burbuja inmobiliaria, la solvencia de los prestatarios que veían cómo su vivienda se revalorizaba y les permitía consumo a crédito (el "boom" de las tarjetas y de la financiación del consumo), la subida de precios de la vivienda y el negocio seguro que se podía hacer con otros prestatarios solventes al solicitar créditos más elevados, que a su vez se titulizaban y daban lugar a más derivados.
Sabían perfectamente lo que estaban haciendo, jugar con fuego, pero como todos los listos, creían que podrían escapar a tiempo con la jugada de las titulaciones y derivados. Y en último extremo, el rescate del Estado.
Es más, las principales entidades financieras del país, abusivamente, con el llamado "robo-signing", dieron órdenes ilícitas de embargo que privaron de sus viviendas a al menos 750.000 familias, que ahora serán compensadas por el acuerdo de muchos Estados de la Unión con dichas entidades que quieren librarse de la vía judicial (El País 10-2-2012).
Gracias al desastre de las hipotecas subprime, algunos tiburones financieros de Wall Street se forraron. Es el caso de John Paulson, el rey de los fondos de alto riesgo o hedge funds, que ganó miles de millones de dólares. Con este señor y otros de su estilo se ha reunido el lunes 27 de febrero en Nueva York el Ministro español de Economía y Competitividad, señor Luis de Guindos, para desayunar y "venderles, entre tostada y tostada, las bondades de las reformas del nuevo Gobierno" español del PP (El País, 26-2-2012).
El respaldo del valor en alza de sus viviendas facilitaba también a los norteamericanos el endeudamiento para el consumo de bienes duraderos y servicios (electrodomésticos, muebles, automóvil, seguro médico, escuela, universidad, vacaciones, etc.), una demanda "solvente" que tanto necesitaba la producción mundial de mercancías para que el conjunto del capital pudiese realizar el beneficio. Esto favoreció que una pieza del sistema arrastrase a tantas.
El asunto, si adquiría dimensiones importantes para los bancos afectados, se convirtió en una pesadilla mundial porque esos bancos, de forma tramposa, habían titulizado y con bancos de todo el mundo comercializado con derivados especulativos de todo tipo a partir de esas hipotecas. Así desembocamos en la crisis de 2007 que continúa, aunque cambiando en algo sus manifestaciones.
El Estado, desde el banco central (la Reserva Federal), impulsó el proceso con los tipos de interés iniciales bajos, e hizo la vista gorda porque el capital conseguía grandes negocios, el sector de la construcción hacía de locomotora de otros muchos sectores económicos, se obtuvo un crecimiento económico y mayor empleo, aunque más tarde todo esto se pagase caro, sobre todo por parte de los trabajadores/as. En tanto, se fomentaba la codicia especulativa en la pequeña burguesía y baja burguesía, el culto a la propiedad privada, el consumismo, el "modo de vida americano" y la realización del "sueño americano" incluso para los que estaban en el escalafón inferior. Algo imposible de generalizar a toda la Humanidad aunque sólo sea por su impacto insostenible en los recursos y en la Naturaleza.
Este fue el secreto de la elogiada "expansión de Bush", que con una industria nacional debilitada por la competencia de Japón, Europa, China, y la deslocalización de gran parte de la producción a México y Asia, tuvo que echar mano de la construcción como principal motor de la economía.
De todos modos la crisis también iba a estallar en España, y otros países como Irlanda, como anteriormente en Japón, detonada por la especulación con el precio de la vivienda, su sobreproducción por encima de la demanda solvente (con dinero), y aunque sin suprime propiamente dichas, por el altísimo endeudamiento de las familias trabajadoras y de la pequeña burguesía.
El endeudamiento con un crédito fácil e incluso barato no ha sido un regalo del capital, sino parte de su estrategia de empeoramiento general de las condiciones de vida del proletariado. Lo demuestra la creciente desigualdad social (ricos cada vez más ricos, acaparando un mayor porcentaje de la riqueza social) y datos como que en España el precio medio de una vivienda de 90 metros cuadrados equivalía en 1997 a 4,3 años de salario anual medio, y en 2007, a 9 años, y que entre 2002 y 2009 el salario medio creció un 13,7% en tanto la cesta diaria de la compra (sobre todo alimentación) un 48%, cuando el cuestionable índice oficial de precios (IPC) indica un 22,7%, siendo los productos tecnológicos lo único que ha ido bajando de precio, en algunos casos de forma muy notable (imagen y sonido) tanto por mejoras técnicas como por mano de obra más barata sobre todo en Asia. En tanto, el sector de bienes y servicios de lujo se ha disparado, dado el consumo ostentoso de la burguesía.
En España, la suma actual de la morosidad de inmobiliarias y constructoras asciende a 74.000 millones de euros y las de las familias por la vivienda a 17.700 millones. Si tenemos en cuenta los activos inmobiliarios que, por los impagos, ya se han adjudicado las entidades financieras, el 73% de la morosidad corresponde a promotores y constructores (con un 23% del crédito total), y el 8% de la morosidad es de los hogares (con un 35% del crédito hipotecario total).
Pero con el agravamiento de la crisis aumentará la de las empresas (menos ventas) y también la de las familias (menor salario, despido, agotamiento del subsidio de desempleo y de la indemnización, los ahorros, las ayudas de familiares...). La refinanciación de préstamos ha permitido posponer el problema con la esperanza de que mejore la situación, pero con la profundización de la crisis, va a resultar mucho más difícil y lo refinanciado se convertirá en morosidad.
La cifra total de morosidad entre todos los sectores roza los 134.000 millones de euros. Como la situación va a empeorar, hay que añadir, según diversos analistas, de 65.000 a 200.000 millones de euros con alto riesgo de impago (El País, 24-01-12).
Aquí se ve la mentira del capital cuando intenta culpabilizar a la población trabajadora de la crisis inmobiliaria ("vivir por encima de vuestras posibilidades") porque los morosos son, con enorme diferencia, las empresas, y ellas las que han creado el enorme agujero de la banca que procurará llenarlo con nuestros impuestos, es decir, que se culpabiliza a los que vamos a pagar por otros. Una deuda entre capitalistas que pagaremos los trabajadores/as y sectores populares.
Y luego nos soltarán discursos sobre la eficiencia del Mercado para asignar los recursos entre los diversos sectores, adecuar la oferta y la demanda, etc., y de la banca para hacer circular sabiamente el dinero según las necesidades del mercado. Se les olvida el requisito de que puedan echar mano a nuestro bolsillo a través del Estado para pagar su desastre. Ni bancos, ni bancos centrales, ni gobiernos, ni todo el personal de economistas burgueses, ni con toda su informática, matemáticas y diagramas en colores, han podido domar la fiera que ellos han criado y a la que han dado rienda suelta. Pero retribuyen su incompetencia con rentas de escándalo y jubilaciones doradas, en tanto dan una vuelta de tuerca a los ajustados ingresos de los trabajadores/as que no han hecho más que cumplir lo que les han ordenado los gestores del capital.
En España, con un tejido industrial siempre débil y poco competitivo en comparación con otros países europeos (Alemania, Francia, Italia, países nórdicos...), más debilitado a causa de las reestructuraciones y cierres a partir de la década de los 80 (naval, metalurgia, textil...), dependiente en buena parte de la inversión extranjera (sector automotriz y otros), con la amenaza de un aumento del paro, un recurso fácil para impulsar el crecimiento era el de la construcción inmobiliaria y en infraestructuras viarias, dadas sus exigencias tecnológicas, de cualificación de la fuerza de trabajo, la demanda en la población y para la circulación de mercancías (fabricar aquí productos de marcas foráneas y venderlos en otros países, importar productos de la zona euro, sobre todo de empresas alemanas, etc.). En particular la construcción de viviendas era un sector tractor por su demanda de material de construcción y energía para su producción, y para su equipamiento, del sector electrodoméstico, del mueble, iluminación, textil... Crearía empleo y con ello demanda solvente de vivienda. Y en España existía una fuerte demanda nacional de los trabajadores/as jóvenes sobre todo (aunque de complicada solvencia), de la burguesía media y parte de la pequeña burguesía como segunda residencia, y otra exterior, para los turistas, tanto para hoteles, como segundas residencias o para los jubilados con recursos de la zona euro que querían sol y playa, más una adicional de inmigrantes que venían a trabajar a España pensando en quedarse y traer a la familia o en vender con ganancia la vivienda cuando decidiesen el retorno a su país, y también de nacionales como inversión para especular. Esos mismos inmigrantes serían en muchos casos trabajadores de la construcción, sector de una alta siniestralidad (accidentes) laboral.
Sobre todo con la circulación del euro a partir del 1 de enero de 2002, la banca y las cajas de ahorro españolas vieron abaratar los créditos, así que terminaron endeudándose con la banca extranjera para financiar el "boom" inmobiliario español. La banca extranjera también buscaba las rentabilidades que le ofrecía España. Esto permitía una más fácil financiación a las empresas del sector y también a los compradores. Si el crédito hipotecario se abarataba, a pesar de la estabilización de los costes de producción, se podía subir el precio de la vivienda; "bastaba" con que el comprador pidiese un préstamo mayor a devolver (con intereses) en un plazo más prolongado. Con la subida de precios, las familias deben destinar cada año mayor parte de su renta al pago de la hipoteca. Ante la previsible subida de los precios por las empresas del sector y la fuerte demanda, surgieron especuladores (empresas y particulares) que gracias al crédito barato compraban viviendas sólo con el objeto de revenderlas con ganancia. Esa especulación provenía en parte de dinero que había sido ocultado al fisco, bien por la burguesía o también por negocios sucios y que así se podía blanquear. Incluso se dieron prácticas de "mobbing" sobre los inquilinos de rentas bajas para expulsarlos, derribar el viejo edificio y sobre el solar construir uno nuevo. Las tasas a la construcción aumentaban los ingresos a los gobiernos municipales (Ayuntamientos) por lo que le interesaba la recalificación de terrenos como urbanizables. Y al Estado le venía bien por los impuestos a la compra, a la vez que las estimulaba con desgravaciones por los préstamos, con lo cual había menos resistencia a pedirlos altos. Ese horizonte de negocio fácil hizo que también se especulase con el precio del suelo, lo que permitió fortunas rápidas, recayendo el sobrecoste en los compradores de viviendas y en consecuencia el pago de más intereses por un capital prestado mayor. Entre 1976 y 2003, en términos reales, el precio de las viviendas se duplico y siguió creciendo mucho más; en lugar descender, el aumento de la oferta iba acompañado por el aumento de los precios.
Así se generó una burbuja, especulativa en los precios y una asombrosa sobredimensión del sector con la oferta de un número de viviendas muy superior a la demanda solvente factible por mucho que estuviese bajo el tipo de interés. España se convirtió en el primer país de la Unión Europea en construcción de viviendas, siendo la cifra superior a la suma de todos los países. La deuda de las empresas se disparó por los nuevos proyectos de construcción. En 2006 ya empezaron a subir los tipos de interés, y la burbuja, que de todos modos iba estallar, lo hizo en 2008 porque con la crisis de las subprime, se cortó el crédito, ya no había compradores nacionales ni extranjeros, las perspectivas de futuro no aconsejaban comprar ni seguir construyendo. Los hogares que habían pedido grandes préstamos porque la banca y las cajas se los ofrecían al tasar muy alto las viviendas (suponiendo que aumentarían de precio) y con muchos años de plazo, vieron cómo al subir el tipo de interés se elevaba mucho la cuota a pagar por el préstamo que en los primeros años es sobre todo intereses por lo que no se amortiza apenas la deuda por la cantidad prestada.
Así que la banca y las cajas de ahorros españolas se encontraron con un enorme agujero provocado ante todo por las empresas del sector a las que había prestado pensando en hacer negocio con ellas y los compradores, y debiendo a su vez dinero a la banca extranjera. En tanto, los responsables políticos y económicos, como de momento se hacían buenos negocios, hicieron la vista gorda, o se limitaron a tímidas advertencias sin tomar medidas serias ante lo que se avecinaba, aunque fuese evidente para cualquiera bien informado que no estuviese completamente cegado por la mentalidad capitalista. Que en Suecia, en la década de los 90, hubiese estallado la burbuja inmobiliaria creando terribles dificultades al sistema financiero, ni que en Irlanda o en EEUU estuviese ocurriendo lo mismo a la par que en España, a menor escala en otros países, ni el desastre previo de la burbuja en Japón, sirvieron de aviso, sino de supuesta confirmación de que era la política correcta (lo hacen los americanos y el "tigre celta", los suecos han salido adelante -porque el contexto mundial era mejor y dado el peso de la economía sueca en el mundo-) y la atracción por el riesgo con promesas de grandes ganancias si sabes retirarte en el momento justo. Los más enterados apostaban por ganar tiempo para un "aterrizaje suave" y en tanto conseguir el máximo de beneficio. Pero no hubo tal suavidad, sino un choque a toda velocidad, porque fueron incapaces de ir deteniendo la compra de suelo, la promoción y producción, la concesión de préstamos (incluso cuando el estallido era evidente), a sabiendas de que la construcción necesita "distancias de seguridad" grandes porque trabaja con tiempos largos y desde mucho antes debería haberse pisado el freno. El resultado, los trabajadores/as a la calle y los bancos ejecutan a los promotores las garantías por los impagados, se quedan con suelo y viviendas, que van vendiendo con dificultad y poniendo algunas en alquiler. Ya vemos como se auto-regula el mercado, estrellándose, y cuanta eficiencia demuestra en aplastarnos a todos. Y este fenómeno se dio con los gobiernos sucesivos del PP y PSOE.
Al estallar la burbuja, la crisis ha sido monumental, ha arrastrado al sector de las construcción y de las agencias inmobiliarias, despido a sus trabajadores/as, a los sectores que dependen de él, a la banca y al cesar el crédito, a muchísimos más, amenazando con una caída mayor, creando un espiral descendente, un círculo vicioso.
El alto endeudamiento de las familias a causa del pago del préstamo hipotecario por la vivienda, hace que se reduzca su capacidad de consumo con la consiguiente reducción de la demanda para la industria y el sector servicios.
Que el capital en España, en los EEUU, en Irlanda y en menor medida de otros países y anteriormente en Suecia y Japón, se haya embarcado en burbujas inmobiliarias y financieras asociadas a ellas, es porque había latente ya una sobreproducción generalizada de otro tipo de mercancías, por lo que la búsqueda de beneficios fáciles les empuja a la especulación inmobiliaria que a su vez acaba en otra sobreproducción.
Una crisis combinada, de sobreproducción (sin demanda solvente, con dinero) y financiera. La capacidad productiva permite que exista una enorme oferta de viviendas que esperan que alguien las habite. Sobre todo los jóvenes siguen necesitando vivienda, aunque sean pequeñas, para poder independizarse y formar una familia, pero no pueden acceder a ellas por sus precios, porque el salario no da para comprarlas con los ahorros y ni siquiera con un crédito que te hipoteque de por vida, porque carecen de trabajo o de seguridad en el mismo. En tanto existe un parque enorme de viviendas de las empresas o bancos (para cobrarse las deudas impagadas de empresas y familias) sin vender o de particulares sin ocupar; y otras familias son expulsadas de las que habitan porque debido al paro ya no pueden pagar al banco, mientras miles de viviendas permanecen vacías. Aunque también es cierto que muchas de esas viviendas no se hayan situadas donde las necesita la población trabajadora, como las orientadas como segunda residencia turística o para los extranjeros jubilados. La abundancia y el despilfarro de recursos al lado de la carencia, todo al alcance de la mano, pero imposible de tocar porque la "mano invisible" del mercado asigna los recursos de modo ineficiente y sujeta la proletaria con las cadenas del régimen asalariado. El problema de la vivienda no es que no se puedan producir o no se hayan producido, sino que los trabajadores/as no pueden acceder a ellas por culpa del sistema basado en el asalariado.
En tanto, la burbuja inmobiliaria ha causado toda clase de desmanes en el medio ambiente, asfaltando zonas que debieran preservarse, destruyendo bellezas naturales, convirtiendo el litoral español en un continuo de cemento, y deteriorando aun más las condiciones para la vida salvaje.
En 1995, la deuda acumulada en España en relación al PIB era la siguiente: la de los hogares, un 32,2% del PIB; la de las empresas, un 46,7%; la deuda pública, un 63,3%. En el mismo año, en Alemania, respectivamente, 61,5%, 51,4%, 55,6%.
En 2010, en España: la de los hogares, 84,9%; la de las empresas, 140%; la deuda pública, 61%. En el mismo año, en Alemania, respectivamente, 61,6%, 65,4%, 83,2%. (El País, 31-12-2011)
La deuda pública acumulada prevista por el FMI para el pasado 2011 es de 70,1% del PIB para España y del 81,5% para Alemania; EEUU 102%, Francia 87%, Italia 121,4%. (El País, 25-01-2012).
Teniendo en cuenta que en España el aumento del endeudamiento de los hogares se debe sobre todo a la financiación de la vivienda encarecida por la especulación inmobiliario-bancaria, que el aumento de la deuda pública alemana corresponde en gran parte a la socialización de pérdidas de la banca, está claro que la responsabilidad del problema de la deuda no recae en la población trabajadora, sino en el capitalismo con su funcionamiento desastroso. Los datos de Alemania, donde permanece igual la deuda de los hogares, mientras crece el resto, son demostrativos de lo dicho. En España la deuda pública en 2010 incluso había descendido en comparación con 1995, lo que demuestra la falsedad de que el problema originario es de deuda pública, y que lo cierto es que el ascenso de 2010 a 2011 se debe a las ayudas a la banca, al aumento del tipo de interés pagado a ella por el endeudamiento provocado en gran parte por ayudarla, por el incremento de gastos en subsidios por desempleo, y reducción de los ingresos del Estado, y aun así es inferior a la de Alemania, Francia, Italia y EEUU.
Pero es un problema porque la deuda acumulada sólo puede aumentar dado el déficit anual y las negativas perspectivas de crecimiento económico y de los ingresos ordinarios del Estado. Teóricamente podría ocurrir que un Estado se declare en suspensión de pagos porque no obtuviese créditos para al menos pagar una deuda contrayendo otra. Es lo que está a punto de ocurrirle al Gobierno de la Comunidad Valenciana (del PP) en España. El 28 de febrero de 2012 la agencia de calificación Estándar & Poors ha rebajado la deuda de la Generalitat al equivalente a "bono basura" (de BBB- a BB), debido a las incertidumbre sobre el apoyo del gobierno central, por lo que esa comunidad prácticamente no puede buscar financiación externa y debe recurrir al Estado (El País, 29-2-2012).
Así que la única vía que encuentra el Estado, respetando los beneficios de las empresas y las rentas de la burguesía, es recortar los gastos sociales, el coste del mantenimiento de la población trabajadora, y poder destinar esos recursos a para responder a su deudas con el capital.
Existe efectivamente un problema muy serio de morosidad de las instituciones, autónomas y municipales, que crea graves dificultades sobre todo a las pequeñas empresas y a los autónomos, provocando la quiebra de muchos y llevando al paro a sus trabajadores/as. Pero esto no debe pagarse a costa de los gastos sociales, pues podría resolverse con una mayor racionalidad en los gastos (sin sacrificios para los trabajadores/as públicos y el pueblo), sin despilfarros ni corruptelas, y financiado con mayores impuestos a la burguesía y evitando el fraude fiscal de muchas empresas y burgueses; pero esto "no puede ser" porque atenta a fin de cuentas a su tasa de ganancia que es lo que persigue recuperar y aumentar. No se puede querer funcionar con las leyes del capitalismo y a la vez sacrificar sus metas.
La causa de la crisis mundial no son, por tanto, las hipotecas subprime, ni los culpables hay que buscarlos entre unos trabajadores/as insolventes y perezosos (negros e hispanos, please). Tampoco en la burbuja inmobiliaria. Ni siquiera la titulación bancaria y traspaso tramposo con derivados que han contaminado el sistema financiero mundial. Todo eso es simplemente, la manifestación más superficial, el síntoma, la colilla sin apagar que ha incendiado un campo seco desde hace mucho tiempo, que igualmente se habría incendiado por un rayo o cualquier otro incidente.
La raíz sin la cual no sería posible, donde se genera toda esta dinámica y donde se hallan sus límites, es el régimen de explotación del trabajo, el régimen asalariado, la propiedad privada, la quintaesencia del capitalismo.
La dificultad para explotar más a los trabajadores/as lleva al capital a prácticas demenciales que se encuentran con la horma de su zapato también en la insolvencia provocada de los trabajadores/as, en la imposibilidad de explotarles con la elevación del tipo de interés, porque el salario no da para ello o porque se carece de él. Como la existencia del salario y su reducción para obtener más beneficios tiene su vuelta en la incapacidad de los trabajadores/as como consumidores solventes de todas las mercancías existentes, lo cual impide realizar la ganancia (debe transformase en dinero) incorporada en las mercancías por el trabajo no pagado (plusvalía). Con la crisis de las subprime el círculo se cierra; todo un retrato de la contradicción insuperable del capitalismo que lo hace ya inviable, caduco.
Fueron esas raíces y límites los que llevaron a dar créditos de alto riesgo con tal de conseguir beneficios a una inversión de la propiedad privada; los que condujeron previamente a la globalización y la desregulación financiera con sus titulaciones y derivados, lo cual permitió que un incidente no crucial y localizado prendiese la crisis por todo el mundo; los que generaron un endeudamiento desbordado propiciado por el conjunto del capital, no sólo el financiero, sino también el productivo necesitado de vender todo tipo de mercancías aunque sea con una demanda solvente a cuenta de la garantía de un bien inmueble en alza sobrevalorada por la especulación impulsada por el capital. Toda una maraña que no debe hacernos olvidar su raíz.
Declarada la crisis, los inversores y especuladores se dirigieron a los mercados de materias primas y de alimentos, generando para ellos riqueza pero provocando el hambre (mil millones lo padecen) y la muerte por inanición de miles de personas, la mayoría niños; y luego al mercado de la deuda pública, del Estado, que estamos padeciendo ahora. El capitalismo se parece cada vez más a una plaga de langostas.
A raíz de la crisis del fordismo-keynesianismo, la burguesía ha querido extender a Occidente algunos aspectos del toyotismo (por Toyota, la empresa), un sistema con aplicado en Japón, pero que tampoco lo ha librado de la crisis. El toyotismo lo implantó el capital en los años 50 tras derrotar al movimiento obrero, rompiendo los sindicatos independientes, despidiendo y reprimiendo las protestas, imponiendo "sindicatos por empresa" (más bien "de la empresa"), correas de transmisión al proletariado de los intereses del capital. A cambio de estabilidad en el empleo, préstamos a la vivienda, y mayores salarios que para el resto, a una minoría de trabajadores/as (menos de 1/4), impuso en las grandes empresas un régimen laboral en el que compromete a los trabajadores/as en su explotación creciente bajo fórmulas de aparente participación y compromiso de fidelidad canina a la empresa (identificación con la empresa a través de la "cultura de empresa" o estilo particular, vocabulario, vestimenta, rituales, etc.), sistema de trabajo (objetivos y pagos) en equipo (responsabilidad colectiva) para que cada trabajador/a se convierta en el vigilante de su compañero, presionándose mutuamente a cumplir los criterios de la empresa (ahorrándose capataces, pero con control informático), realización de múltiples tareas, rotando en los puestos, pero manteniendo la división clasista del trabajo (o sea, flexibilidad) y para extraer la experiencia, sugerencias, iniciativas y creatividad obrera en beneficio de la patronal (expropiación del saber obrero, aumento de productividad y calidad -reduciendo costos y sin peligrar futuras ventas por una mayor duración del producto- a cambio de un plus salarial), incentivación para unos objetivos que una vez alcanzados se convierten en obligatorios y elevan más el listón para los trabajadores/as, un máximo de flexibilidad y disponibilidad de las plantillas en función de las necesidades de la empresa para cumplir con el sistema de "Justo a Tiempo" (evitar stocks, atención rápida de los pedidos...) para lo que es fundamental recurrir también en una enorme escala al trabajo precario y la subcontratación con empresas periféricas que son las que soportan las variaciones del mercado, despidiendo cuando les sobra el personal, ajustándose en el sistema toyotista la fuerza de trabajo a las necesidades del capital al evitarle los "tiempos muertos" o de bajo rendimiento forzoso y pagado. Se establecen relaciones entre equipos y secciones que tienen un componente competitivo y de presión mutua, para debilitar así el compañerismo y solidaridad frente a la empresa, y la mentalidad de ser competitivos contra el "oponente exterior", los trabajadores/as de otras empresas. Todo el poder de decisión queda en manos del capital (objetivos, organización, salarios, inversiones...). El resultado, entregarse en cuerpo y alma a la empresa, trabajar sin fin, horas extras no pagadas, apenas días de fiesta y vacaciones al año, sometimiento total, pocas horas de descanso al día, un altísimo estrés y el fenómeno típicamente japonés de la muerte súbita a causa del agotamiento crónico, nervioso y físico, en el trabajo (el Karoshi, que también se refiere a los que sobreviven a esos ataques cardiacos y cerebrales sobre todo, afecta al año a 10.000 trabajadores/as -alguna fuente dice que estos son los fallecidos-). Pero esto no es exclusivo de Japón ni del toyotismo. En Francia, en 2010 se hizo famosa la empresa France Telecom por la oleada de suicidios entre sus empleados.
Como tampoco era suficiente y aumentaba el rechazo al toyotismo sobre todo entre la juventud, para lograr una mayor competitividad, sustituyeron trabajo vivo por robotización (pintura, soldadura...), y trasladaron plantas a otros países asiáticos con menores costes salariales, obligando a hacer el mismo trabajo a menos empleados, presionando así a la baja los salarios en el propio Japón. Entre el resto de los trabajadores/as abundan los que están en condiciones parecidas e incluso peores pero sin los "privilegios" de los toyotistas. Este es el secreto del "milagro japonés" que ha extendido sus métodos de explotación sin las "ventajas" del toyotismo a otras partes de Asia, pero que no ha podido evitar la crisis de sobreacumulación de capital (capacidad productiva) por la sobreproducción (depende del estado del mercado mundial por mucho que "planifiquen" en la empresa con el "Justo a Tiempo") y la crisis desde los 90 por el estallido de la burbuja especulativa financiera e inmobiliaria (años 80) que ha mantenido a Japón en el estancamiento durante más de una década, a la que pronto toma el relevo la crisis mundial, repuntando para el próximo año en parte gracias a las necesidades de reconstrucción a causa del reciente tsunami (11 marzo 2011). ¡Y esto nos lo quieren vender como democratización y participación de los trabajadores/as en la empresa, garantía de prosperidad y mejoras para todos! ¡Régimen asalariado del trabajo puro y duro!
El resultado incuestionable de la época "neoliberal" y de la globalización es que ha aumentado enormemente la desigualdad entre las clases sociales, pues la burguesía, los más ricos, se han hecho muchísimo más ricos y poderosos, aunque haya disminuido la desigualdad entre muchos países porque la población trabajadora de los ricos se ha empobrecido y en tanto la de muchos países pobres ha podido sobresalir algo de la miseria (entre los millones de chinos e indios, por ejemplo), ha emergido una clase media y una burguesía de nuevos ricos con diferencias de escándalo con respecto a su proletariado. Es decir que, a escala mundial, entre las clases aumentan las diferencias (burguesía sube mucho más que el proletariado que baja y también parte de las "clases medias") y entre los trabajadores/as disminuyen (el de los países ricos baja y parte del de los más pobres sube algo), pero también ha empeorado la situación de muchos sectores que afectan a millones de personas, como el campesinado de muchos países pobres, arruinado por la importación de productos más baratos de las multinacionales subvencionadas por los Estados ricos o atrapados en la tenaza de los costes a su producción (fertilizantes, semillas, etc.) y el precio que se les paga por ella.
La jornada de trabajo se fue reduciendo notablemente en el siglo XIX, desde las que justo dejaban tiempo para dormir unas horas sin ni siquiera el domingo festivo, hasta que se planteó la lucha por la jornada de 8 horas. En los años 50 y 60, legalmente la jornada se redujo a 8 horas, pero en realidad se hacía más con el estímulo de una paga mayor por ser horas extras. Aunque la jornada fuese de 8 horas, la implantación en muchas empresas del turno de noche, empeoró el tiempo de trabajo dado que supone un mayor desgaste psíquico y físico (somos animales diurnos). La semana se fue normalizando en 40 horas, lo que significaba día y medio festivo. Cuando los trabajadores/as ya parecía que necesitamos recurrir menos a las horas extras porque conseguimos mayores aumentos salariales, debido a las crisis de los 70 y 80 volvió a invertirse la tendencia poco a poco, pero ya en forma de trabajo voluntario no pagado en las pequeñas empresas sobre todo, pero también en grandes con trabajo administrativo. A raíz de la implantación de la informática y la automatización con su consiguiente aumento de la productividad, se planteó la semana de 35 horas que se implantó en Francia desde finales de los 90 a 2008. Con la actual crisis, en muchas empresas, los trabajadores/as se ven presionados para hacer horas "voluntarias" que no se cobran. Cuando todavía no se había generalizado la posibilidad de comprar un automóvil, la empresa solía estar cerca de los barrios obreros incluso incrustada en ellos, por lo que el trayecto del trabajo a casa era corto, pero ahora ese tiempo, dadas las distancias y los atascos en la carretera, se puede prolongar hasta suponer ente ida y vuelta cerda de dos horas más. Todo esto demuestra la fragilidad de las conquistas del proletariado a pesar del aumento enorme de la productividad, debido al despilfarro de la obsolescencia programada (productos diseñados para que duren poco, los cambios innecesarios de modelos y de moda), artículos y servicios superfluos y de lujo, al enorme gasto en publicidad y comercialización, al gasto astronómico en armamento y las inmensas destrucciones provocadas por dos guerras mundiales. Se ha hecho evidente que ni esta cuestión tan básica podrá ser resuelta si no acabamos con el régimen asalariado del trabajo, pues se agudizará con la futura crisis de la década de los 30 en la que el capital deberá recurrir a la extracción de plusvalía absoluta mediante la intensificación y prolongación del tiempo de trabajo.
Las crisis del siglo XIX fueron por lo general de corta duración, muchas afectando sólo a algún país, y superadas con un relanzamiento o expansión mundial del capitalismo. Fueron crisis de la fase de crecimiento, de "juventud", típicas de la "destrucción creativa". El siglo XX, además de registrar muchas crisis cortas o localizadas, ha conocido otras que han convulsionado a todo el planeta con consecuencias terroríficas (1929, IIª Guerra Mundial), crisis implícitas por llegar a los límites de su expansión (nuevo reparto del mundo entre las potencias imperialistas con la Iª GM), o que han impulsado una huida hacia adelante que le ha llevado a agotar los mercados y los trucos para fomentar la demanda solvente (salida a la crisis de los 70 con el neoliberalismo, globalización y endeudamiento desaforado) cayendo en una crisis de la que no tiene claro cómo saldrá (la actual) y que enlazará con una crisis de la dinámica del Crecimiento capitalista de la mano de la energética en la futura década de los 30. Estas son crisis de decadencia y senilidad del capitalismo, de "destrucción y demencia".
El capitalismo, en su decadencia, no logra expansiones verdaderas como en el siglo XIX, cuando todavía disponía de casi todo el planeta por conquistar. En el siglo XX las salidas de las crisis no son soluciones a la crisis, sino huidas hacia adelante que en su expansión logra alivios importantes, atenúa sus conflictos pero a costa de generar más como auténticas bombas de relojería. Si para evitar un desastre recurren al endeudamiento, la globalización, la financiarización y más endeudamiento, atrasa el desastre pero lo hace mucho más grave para cuando llegue. El endeudamiento y la financiarización, que creían cabalgar como una ola, disfrutando de un crecimiento artificial, en realidad era la ola de un tsunami que iba creciendo y al llegar a su límite se ha ido convirtiendo en una ola gigante que sigue asolando el sistema tanto en su avance como en su retirada.
6.- Algunas consideraciones sobre los actuales problemas financieros, las medidas tomadas y las perspectivas.
La exigencia de los compradores de deuda pública de intereses mayores no se debe sólo al miedo a que por el déficit el Estado no pueda reembolsar los préstamos, sino a la situación de los bancos y a que el Estado deba asumir sus pérdidas y con ello agrave sus propias finanzas y capacidad de pago de la deuda. El 21 de diciembre de 2011 el BCEuropeo prestó casi 500.000 millones de euros a los bancos de la zona euro por plazo de tres años al interés del 1%. Eso les permite disponer de liquidez para hacer frente a los vencimientos de sus propias deudas con otros bancos, y para prestar al Estado por un interés mayor con lo que conseguirán beneficios para tapar sus propios agujeros, ya que no para hacer circular el crédito entre las empresas. Esos intereses se pagarán a través de los impuestos, pero la fuerte demanda por los bancos de la deuda pública para hacer negocio, ha facilitado también que el tipo de interés de la misma descienda algo desde el alto nivel anteriormente alcanzado. O sea, que la banca gana dinero y tiempo, se alivia el Estado y pagamos en última instancia nosotros. Vaya mejor o peor, siempre pagamos nosotros, menos o más. El crédito sigue sin llegar a las empresas e incluso no circula en el mercado interbancario, porque la banca necesita asegurarse (con la garantía del Estado) que se tapan los agujeros y el interés que le ofrece el Estado es más atractivo.
Con el objetivo centrado en disminuir la deuda pública, causando por ello el retroceso económico, manteniendo el cierre del crédito, dificultando la renegociación de las deudas, conseguirá agravar los problemas de las empresas y familias y por tanto los impagos, y con ello de rebote los de la banca con otros bancos.
Disminuyen para la banca las posibilidades de ser rescatada por un Estado con recursos claramente menguados por los rescates anteriores y los pocos ingresos por la austeridad, y eso hace que para las agencias de calificación deba bajar la nota de las entidades financieras. Y también la deuda de empresas y particulares (hipotecas a la vivienda) puede no cobrarse por ese empeoramiento. Y esto cuando los inmuebles con los que se ha quedado la banca por el impago de los préstamos van a desvalorizarse, perjudicando a sus balances, tanto más porque le resultará difícil venderlos sin una demanda solvente y apoyada en el crédito barato; mucho peor cuando lo que debiera vender son solares para edificar tasados muy alto pero ahora depreciados y sin mercado; o cuando (en la banca europea, no española) tienen productos financieros tóxicos, títulos con riesgos de grandes pérdidas, su magnitud es tal que los seguros de impago (CDS) que compraron son también incobrables, por lo que recurren a contratar seguros que les cubran de ese peligro con los CDS, pero su valor es sobre el de ganar tiempo maquillando los balances. Todo esto crea problemas no sólo de liquidez sino de solvencia a los bancos que para afrontar las pérdidas deben retener en sus arcas mayores cantidades de capital-dinero sin hacerlas circular, una tarea muy difícil por mucho que intenten ayudar los bancos centrales y organismos internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional) y que disminuye la confianza para los préstamos interbancarios, restringe el crédito a las empresas y particulares, echando más leña al fuego de la recesión. Ante esa perspectiva, los bancos se hacen más remisos a hacer circular el dinero. En tanto los bancos están necesitados de cantidades enormes para tapar los agujeros que ya tienen y cumplir con las exigencias de reservas, y no se saben bien de dónde podrán sacarlas (bancos, Estados) así que todos se piden ayudan pero procuran mirar para el otro lado cuando son los requeridos para darla.
El acuerdo por el segundo tramo del "rescate" a Grecia por su deuda pública con los bancos privados (206.000 millones de euros -de una deuda total de 352.319,4 de los cuales 55.000 son con el BCE-) supondrá para estos bancos una quita del 53.5%, la pérdida de 107.000 millones de euros, renunciado a reclamar a sus compañías de seguros. Los Estados europeos prestamistas renuncian a 1.400 millones en intereses, y los bancos centrales y el BCE a otros 1.800 millones en beneficios en bonos públicos griegos. La cuantía del préstamo asciende a 130.000 millones de euros. Le permitirá a Gracia pagar el vencimiento el 20 de marzo de una deuda de 14.500 millones de euros. A cambio, una nueva vuelta de tuerca de sacrificios brutales: eliminar para 2015, 150.000 empleos públicos (funcionarios) empezando por 15.000 este año, reducir las pensiones y el salario mínimo (22%, más del 30% en el caso de los menores de 30 años), recortes en sanidad, gasto municipal e incluso del ejército, aumento de las horas de trabajo, cuando a la vez suben los precios por el alza de los impuestos al consumo, con un paro oficial cercano al 20%, y una constante salida del capital del país (200.000 millones de euros a Suiza desde el comienzo de la crisis, más de 10.000 millones en los últimos meses; un 60% del PIB). La reducción en el sistema de salud será de 1.100 millones, y de 400 millones en el ejército cuando es Grecia el país que más presupuesto militar tiene en relación con el PIB, que aun con todo aumenta en 2012 en un 18,2% (con compras de armamento a Alemania y Francia, con la excusa de las tensiones con su otro socio en la OTAN, Turquía) ¿Pero no decían que para reducir el déficit del Estado había que suprimir "gastos improductivos"? Una vuelta de tuerca sumada a la duplicación del paro desde el primer "rescate", con una reducción de los sueldos entre el 20% y el 30%.
Los fondos de alto riesgo (hedge funds) puede que no acepten una quita "voluntaria" que les supone pérdidas, y que reclamen el cobro de sus seguros contra el impago de crédito (CDS) (El País, 26-2-2012).
El gobierno y los partidos griegos, con intereses encontrados, también con vistas a no quedar peor que el otro cara a las próximas elecciones, se han demorado en decir que sí a las exigencias de la parte prestamista y comprometerse a cumplirlas después de las elecciones. Pero la "troika" (Unión Europea, FMI, BCE) ya no se fía del gobierno y de los partidos griegos y sólo soltarán el dinero cuando empiecen a imponer las medidas acordadas. Y luego le impondrán un control del gasto tal que supone que Grecia entregue la llave de la caja, lo que se entienden como una pérdida de soberanía, para garantizar que la devolución de la deuda tenga la prioridad absoluta en el destino de la recaudación fiscal. Si todo sale "bien", Grecia teóricamente reducirá su deuda pública acumulada del 160% actual al 120,5% del PIB en 2020, lo que sigue siendo una barbaridad, pues significa que ni aunque se dedicase todo el PIB de un año sería suficiente para pagar las deudas. Con un futuro de profundización en la crisis, agravada en Grecia por una política de austeridad brutal, que impedirá que el Estado recaude todos los impuestos que necesita y ha subido, con un alto índice de evasión fiscal, el horizonte de crecimiento ni aparece y por tanto "es evidente que Grecia no podrá cumplir" "es una huída hacia adelante. Una vez más los europeos ganan tiempo, pero no resuelven" (El País, editorial "Agonía griega" 10-2-2012). El Gobierno griego, tras el acuerdo de "rescate" ya ha tenido que revisar al alza del déficit de 2012 por la recesión, del 5,5% al 6,7%; prepara otro tijeretazo para las pensiones, privatización del aeropuerto de Atenas y de las Loterías. La agencia de calificación Fitch recortó el 22 de febrero, después del acuerdo de la segunda parte del rescate, la nota de Grecia dejándola al borde de la insolvencia (El País 23-2-2012).
El gobierno griego demuestra que no es una simple víctima de la "troika" pues supera las medidas pactadas al reducir los días de vacaciones anuales, suprimir de días festivos y rebajar el pago de las horas extras.
El proletariado griego está sufriendo el ataque directo de su propia burguesía, pero también de la burguesía de la Unión Europea, del FMI y del Banco Central Europeo representados por "la troika" en la negociación exigiendo esos sacrificios o la negativa del crédito y la quiebra de Grecia.
Si las finanzas internacionales aceptan ahora pérdidas es porque de no hacerlo, los riegos serían muchísimo mayores para la eurozona y de ahí para el sistema financiero mundial.
La banca mundial y en particular la española, a pesar de los esfuerzos del FMI, tiene grandes dificultades para encontrar todo el dinero que necesitan para tapar sus agujeros, no habrá para todos, ni con la ayuda del Estado. Le resulta complicado conseguir los necesarios para asegurar la solvencia y la liquidez a pesar de todos los rescates, reestructuraciones y reformas en el sistema financiero. La necesidad de recapitalizar los bancos poniendo en más compromisos a los Estados, agrava las dudas sobre la solvencia de estos.
El día 21 de diciembre de 2011 el BCE lanzó la primera subasta ilimitada de liquidez a tres años al interés del 1%, que alcanzó la cifra de 489.190,75 millones de euros entre 523 bancos, correspondiendo a los españoles aproximadamente una cuarta parte. (
El 29 de febrero el BCE ha lanzado la segunda subasta ilimitada de liquidez a tres años al 1% de interés, que ha alcanzado la cifra de 530.000 millones de euros entre 800 bancos (más que en la anterior), bastantes de ellos, medianos y pequeños. Con este dinero, los bancos prestarán a sus Estados al interés del 3% lo que ayudará también a que en los casos como España e Italia baja el tipo de interés que debe pagar por colocar su deuda pública. La banca española ha pedido entre 120 y 150.000 millones de euros (más que en la anterior subasta). Con el dinero de ambas subastas los bancos aseguran el pago de los vencimientos a sus acreedores mayoristas en 2012 y 2013.
Entre las dos subastas, el BCE ha metido una inyección de al menos 1 billón 19 mil millones de euros. Y ni aún así se han resuelto los problemas.
Los expertos la califican de "alivio temporal, no una solución definitiva" "ganar tiempo" "anestesia". Pero en tres años habrá que devolver todo eso y para ello hace falta crecer, así que persiste el riesgo de entonces se declare una gran crisis. Y el BCE no puede utilizar este recurso indefinidamente por varias razones. Así que este puede ser su "último cartucho". Los bancos utilizan esos fondos sobre todo para resolver sus propios problemas. Los bancos no dan créditos y eso agudiza la recesión y las perspectivas de recesión y el alto endeudamiento que ya tienen empresas y familias, impide que haya una demanda solvente, lo que frena a los bancos a la hora de dar créditos por el riesgo para la inversión y la tasa de ganancia, por lo que se genera un círculo vicioso que puede acabar afectando a los resultados de la banca cara a dentro de tres años. En una fase recesiva no es tanto el crédito el que incentiva el crecimiento, como las perspectivas de crecimiento, sobre todo de la tasa de ganancia, las que desaniman o estimulan el crédito según sean malas o buenas (El País, 26-2-2012).
Para los bancos, tener que comprar los bonos del Estado tampoco es una operación exenta de riesgo dado los problemas que tienen y van a tener estados como el español e italiano para ingresar impuestos en un periodo de recesión y con protestas sociales que procurarán poner freno al recorte de los gastos sociales.
Para que los bancos con más problemas puedan acceder a este crédito barato del BCE al 1% de interés que luego pueden prestar al Estado español al 3%, el Estado debe venderles un aval (cobra dependiendo de la solvencia del banco entre un 0,75% y un 1,25%). El Estado así contrae riesgos que serán graves por ejemplo en el caso de que Portugal pueda caer y contagiar a la banca española si ésta no puede devolver los préstamos al BCE y entonces el Estado tendrá que responder con los avales (El País, 26-2-2012). Pero en tanto podrá aliviarse si los bancos le prestan dinero a un interés más barato de lo que habría tenido que pagar sin esa inyección de liquidez a bajo precio del BCE. Pero en cuanto se agote ese flujo, volverán a depender del crédito que exige un mayor rendimiento y si todavía tienen alto el déficit, el interés a pagar lo será también, tanto más si los prestamistas no se fían de la solvencia del Estado porque tiene dificultades para recortar y recaudar; por eso los Estados deben hacer muchos recortes para reducir el déficit o de lo contrario les costará por las tasa de interés y la reducción de ingresos a causa de la nueva recaída en la recesión.
El sector financiero español ya ha cerrado el 15% de las oficinas y otro tanto las plantillas, y prevé una reducción adicional del 20% en sucursales y empleados (El País 2-2-2012).
En fin, una dinámica de carambolas, reacciones en cadena y círculos viciosos, de la que es muy complicado salir.
En España, el gobierno del PP ha adoptado a primeros de febrero de 2012, aprobado por el Congreso el día 16, medidas para intentar desbloquear la situación de los bancos y cajas de ahorro. Deben bajar los precios de viviendas y solares para facilitar su venta; difícil objetivo si no circula el crédito. Como compensación a las pérdidas y riesgos de sus activos deben hacer, en un plazo que termina con el fin de este año (en caso de fusión, al finalizar 2013), provisiones mayores, 52.000 millones de euros, el doble de los beneficios por explotación que obtiene el sector en un año. Pero al menos la mitad podrá resolverse con reclasificaciones de partidas contables, pero unos 25.000 sin duda deberán ser nuevos. Y esto porque son potencialmente problemáticos 175.000 millones en activos inmobiliarios y créditos a promotores (88 mil en suelo y promociones, 87 mil en promociones terminadas y viviendas adjudicadas). Las entidades que necesiten ayuda recibirán créditos con intereses del Estado previa emisión de deuda pública (6.000 millones), de modo que no figuran como déficit de éste, aunque el Estado tenga el riesgo de impagado por la quiebra de la entidad y deba adquirir en compensación unas acciones muy devaluadas. Es por tanto, un riesgo de ayuda a cuenta de los impuestos, y el destino de ese crédito a los bancos significa que no se destina a otros objetivos. En este proceso se realizarán fusiones para poder salvar a las entidades que por sí mismas no pueden alcanzar la provisión necesaria, lo que llevarán a una mayor concentración del capital financiero. Con esto se espera aumentar la confianza en la banca extranjera para que den crédito a la española y ésta a su vez pueda darlo a las empresas y consumidores. Pero de momento las provisiones y las fusiones van a apartar más recursos al crédito. El paso del tiempo desvalorizará más los activos, por lo que la situación se puede poner más difícil con necesidad de más provisiones (El País 3 y 8 del 2-2012).
La medida de reducción de precios del parque de viviendas en manos de las entidades financieras perjudica a los desahuciados cuya vivienda tendrá menos valor por el abaratamiento de la oferta por el sector financiero y por tanto quedarán respondiendo de más parte de deuda (capital pendiente más intereses, etc.). Quienes por motivos de traslado por trabajo u otra necesidad deban cambiar de vivienda conseguirán un precio menor por ella que puede incluso ser inferior al que pagaron o a la deuda pendiente con el banco.
Y con mucha visión, ha reducido en torno a una media del 70% las remuneraciones de los altos directivos de las cajas de ahorros (no los bancos privados) ayudadas o intervenidas (participación del Estado), nacionalizadas de hecho. Algo que no se ha atrevido o querido hacer el gobierno de izquierda del PSOE, ni el Banco de España, lo hace el gobierno de derechas del PP. Toma el pulso a la indignación de la población y sabe que cuenta plenamente con la confianza estratégica del capital. Pero el sacrificio no es tan grande. El límite máximo de los altos directivos de las cajas ayudadas será de 600.000 euros brutos al año, lo que supone catorce pagas que rondarían los 22.000 euros netos (afortunado ya el trabajador que cobra netos mil euros al mes -el mileurista-), y para las intervenidas, los 300.000 brutos, lo que rondaría catorce pagas de unos 11.000 euros netos. Los consejeros, que ganaban menos, también sufren serios recortes: podrán cobrar un máximo de 100.000 brutos anuales en las ayudadas (14 de unos 4.500 netos) y 50.000 en las intervenidas (14 de unos 2.500 netos). El presidente y consejero de delegado de la caja con mayores retribuciones (BFA-Bankia) venía cobrando más de 2.250.000 euros brutos anuales (tal vez 14 pagas de 78.000 netos). En el caso expuesto supondría con relación al mileurista una escala de sueldo neto de 78 a 1. Teniendo en cuenta que el mileurista no podrá ahorrar nada y que el burgués sí, con el tiempo se producirá una diferencia de acumulación de bienes enorme. La medida del gobierno es una demostración también de que una crítica superficial al capitalismo es fácilmente recuperada por la burguesía para darse buena imagen (El País 4-2-2012). Pero ni siquiera esto nos da una idea de lo que pueden cobrar los directivos de los grandes bancos y empresas, para que lo que nos puede orientar mejor los 9.500.000 euros brutos que ganó en 2011 el presidente de la empresa del sector eléctrico Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. Se nos ha bloqueado la calculadora (El País, 26-2-2012).
La bancarización de las cajas de ahorros supondrá una limitación o sacrificio de lo que se llamaba su "obra social", que cuando era cierta consistía en inversiones y gastos sin finalidad de lucro que atendían necesidades mal cubiertas por el Estado o con un coste para el consumidor por el sector privado. Por tanto, es una vía más para reducir los "gastos no productivos" del capitalismo, es decir, lo que de un modo u otro revertía en el mantenimiento y nivel de vida del proletariado y sectores populares sobre todo, en la misma vía que los recortes a los gastos sociales del Estado.
7.- La raíz del problema: ni el neoliberalismo, ni el capital financiero, sino el régimen asalariado del trabajo.
La burguesía y sus economistas, políticos, y también sindicatos, quieren que veamos el pasado y el futuro, fragmentado, deteniéndonos en detalles insignificantes, culpando a unos u a otros, haciendo que nos perdamos por las ramas.
En Alemania, los nazis echaban la culpa de todo, a fin de cuentas, a las personas de origen o cultura judía. Semejante aberración buscaba una "cabeza de turco" para la ira popular y evitar así que apuntase al verdadero culpable, el sistema capitalista, y sus representantes, el conjunto de la burguesía y su defensor, el Estado burgués.
Hoy, cuando de derecha a izquierda nos explican la crisis, lo hacen de modo que nos culpabilice ("vivir por encima de nuestras posibilidades"), o achacándola a la mala política del presidente del gobierno de turno, o echando las culpas a la especulación, la avaricia y desregulación del capital financiero, etc.
Ya sabemos que el recurso al fomento artificial de la demanda solvente gracias al endeudamiento ha sido imprescindible para que el capital mundial, a trancas y barrancas, siguiese su huida hacia adelante y obtuviese beneficios enormes durante un tiempo, tanto por las ventas como por los intereses. La reducción neoliberal de los salarios globales (directos más gastos sociales del Estado) disminuía la demanda solvente, pero en lugar de subir los salarios provocando un descenso de los beneficios, nos daban créditos elevados que deberíamos ir devolviendo (con intereses) descontándolos de un salario escaso o la suma de varios (las parejas) y respondiendo también otros con sus bienes (el aval de los padres...). La ventaja adicional para el capital era en muchos casos estar encadenados de por vida a la banca, sabiendo que no deberíamos "meternos en líos" a riesgo de perder el empleo y enfrentarnos a las consecuencias de la insolvencia, no sólo para nosotros sino para otros (hijos, padres...).
Aquí vemos que la causa última no está en la banca, sino en el salario, en el régimen asalariado del trabajo. No es que hayamos vivido por encima de nuestras posibilidades, sino que el salario estaba por debajo de nuestras necesidades, y por eso hemos recurrido al endeudamiento que se han revelado por encima de nuestras posibilidades de devolución en cuanto han saltado las costuras del sistema por las contradicciones provocadas por el régimen asalariado del trabajo (explotarlo al máximo para obtener beneficio y a la vez necesitarlo como consumidor). Y entonces han subido los intereses, nos han reducido el salario, hemos perdido el empleo...
También han fomentado el endeudamiento por mero consumismo inducido por ellos, porque el capitalismo sólo existe para acumular beneficios vendiendo bienes y servicios, aunque sean superfluos, puro despilfarro de recursos o agresión a la naturaleza. Necesitaban vender todo eso y como con el sueldo no bastaba, se postergaba el pago definitivo por medio del crédito. Los proveedores ganaban con la venta, y la banca con los intereses de los préstamos.
Pero al capital financiero le asusta muy poco que le echemos las culpas. Tiene las espaldas muy anchas y no le importa con tal de que no dirijamos nuestra atención a la verdadera raíz del problema ¿Dónde está? Pues en el mismo origen que la necesidad del endeudamiento. Pero esto no es una peculiaridad de esta crisis.
Si hacemos un recorriendo por todas las eras del capitalismo, si no nos dejamos enredar por lo específico de cada una de ellas, veremos que existe un denominador común. ¿Cuál es?
Qué se produce y cuanto viene determinado no por las necesidades humanas sino por las expectativas de beneficio para el capital. Así ocurre que se tienen prioridad las armas si dan más dinero que los alimentos, o los productos programados para durar poco y pasar de moda, no se detiene ante el deterioro de la naturaleza considerada como mero coste a abaratar, etc. La exigencia de supervivencia del capital invertido en condiciones de competencia, impone pasar de consideraciones más elevadas, porque quien por ello aumenta sus costes, pierde.
La limitación del consumo de los trabajadores/as viene dada a fin de cuentas por el salario. Aunque obtenga un préstamo, ha de devolverlo con el salario y los intereses son una variante de la plusvalía, valor del trabajo que se apropia el acreedor. El régimen asalariado del trabajo impone a nuestros ingresos el límite de la parte del trabajo que no se nos paga y de la cual se apropia la burguesía para obtener con ella el beneficio para el capital que se acumula para obtener más beneficios con más mercancías. La satisfacción de necesidades humanas (en armonía con la naturaleza), cuando se da, es un efecto secundario, no la prioridad.
Esta es la madre del cordero de lo que llamamos capitalismo. El capitalismo no es el neoliberalismo (solo una era), ni el capital financiero (un sector). Estas sólo son facetas del capitalismo.
El origen del beneficio real y sostenible (no el de la especulación de la "economía de casino" que estalla como una burbuja) está por tanto en la explotación del trabajo vivo, humano. Y esta explotación sólo es posible por el trabajo no pagado (plusvalía) generado en el régimen asalariado del trabajo.
La verdadera raíz de este sistema, desde donde se levanta el tronco y sus diversas ramas, de donde extrae la savia que es el beneficio para el capital productivo, comercial, financiero, es el régimen asalariado del trabajo. Esto es lo que ha venido sosteniendo todo el sistema durante dos siglos.
Pero ahora el árbol del capitalismo está viejo, sufre de una enfermedad degenerativa e incurable. Las hojas y las ramas, el tronco, la savia (el beneficio) no pueden sostenerse con unas raíces que no dan para más de sí. Por mucho que se pode el árbol, eliminado empleo, reduciendo salarios, contrayendo ramas como la sanidad, la enseñanza, la hostelería, etc., la vitalidad del árbol se está terminando, tanto por su interior, como porque ha agotado el terreno en el que vive y envenado con sus hojas y secreciones su hábitat.
Ya demostró su senectud cuando con motivo de la Iª Guerra Mundial, en vez de sufrir las crisis de crecimiento propias de la juventud en el siglo XIX, hubo de sobrevivir a base de enormes sangrías y amputaciones en las zonas principales de su organismo (Europa). De ser un factor limitado de progreso, la Gran Guerra demostró que el capitalismo había empezado su época de decadencia, pasando una factura creciente a la Humanidad, hoy con la amenaza aún real de la guerra nuclear (ahí están, pueden usarlas cuando quieran, y la pueden desencadenar países de tercera fila, como India y Pakistan, Israel e Irán, las dos Corea...) y de la crisis de la vida en el planeta (sexta extinción de las especies en marcha, contaminación, cambio climático...).
De unas reglas del juego perversas, de unas relaciones sociales trenzadas no a través de la cooperación en la creación y satisfacción de las necesidades sociales, sino de la competencia en la producción de mercancías para obtener un beneficio en forma de dinero, de algo tan artificioso y ya contrario a la naturaleza, sólo puede acabar surgiendo la inhumanidad, el despilfarro, la destrucción, la abominación.
El problema no es si neoliberalismo o vuelta al keynesianismo. Ya se ha probado de todo y antes o después termina en fracaso y desastre que lleva la desgracia y la muerte a millones de personas, tanto en los países pobres como en los ricos. Porque el problema no es el modelo productivo de una época u otra, inventar otra variante que esta vez sí funcione bien, sino el mismo concepto básico de relaciones sociales que hace que todo esté de antemano condenado. El esclavismo y el feudalismo también tuvieron muchas variantes, pero el problema estaba en lo que era esencial a ellos mismos.
No necesitamos más etapas del capitalismo, más ensayos, más oportunidades para él, cuando además todo apunta a que será mucho peor.
La crisis sistémica de la civilización capitalista senil, es la crisis de su raíz, la crisis del régimen asalariado del trabajo.
La denuncia del capitalismo que hoy no se centre en el régimen asalariado del trabajo y su abolición, se queda corta, no ayuda al proletariado a asumir nuestra responsabilidad histórica, y por tanto facilita su recuperación por el capital y nuestra derrota.
8.- ¿Por qué nos resulta tan difícil reconocer la raíz? La propaganda burguesa. Nuestro lugar en las relaciones sociales. La mercantilización de las conciencias que nos impide rebelarnos contra la estafa. El peso de las derrotas.
Sin duda porque la burguesía, con la ayuda de sus economistas y demás ideólogos y "expertos" hacen todo lo posible por distraernos con cuentos más o menos burdos o sofisticados. Son los teólogos modernos (algunos santos en vida, como los premios Nobel de economía), del dios Dinero-Capital-Mercancía (su santísima trinidad, tres objetos distintos, unidos por el amor al beneficio que dan un solo dios verdadero), capaces de las tonterías más solemnes, incluso con la ayuda de las matemáticas, con tal de demostrar la inevitabilidad, eternidad y bondad del capitalismo, que todo lo que sufrimos por su causa es a fin de cuentas "por nuestro bien" en forma de Progreso (si no es para hoy, para mañana, nos dicen siempre, como siempre es "la última" guerra, la "última" gran crisis, etc.) y que la "mano invisible" del Mercado o la intervención del Estado, saben mejor que nosotr@s cómo deben hacerse las cosas. Son los sacerdotes que preparan el sacrificio de nuestras necesidades humanas en los altares del Capital y del Estado.
Para escamotear la realidad justifican el beneficio como pago al capital por su riesgo (el riesgo no crea valor, sólo el trabajo lo crea, y el beneficio es el plusvalor del trabajo no pagado, el beneficio es lo que motiva al riesgo, no la paga del riesgo ni está causado por el riesgo), y para algunos de ellos, el precio no tiene nada que ver con el valor-trabajo incorporado en la mercancía, sino simplemente con la oferta y la demanda, el "valor" que tenga para el comprador, explicando las crisis por cuestiones monetarias. La economía burguesa utiliza unos métodos de contabilidad y estadísticos, según la conveniencia del capital, oscureciendo la verdadera raíz del beneficio y la dinámica real del capitalismo. Recurre a un sinfín de argumentos variados y opuestos según las diferentes escuelas, que no ayudan apenas a comprender la realidad. El fracaso de su "ciencia" se evidencia cuando es impotente para evitar crisis como ésta e incluso para explicarlas debidamente, y queda sumida en el desconcierto a la hora de salir de ella sin causar grandes daños o incluso recaer en la recesión. Este discurso, superficial o con mayor profundidad, se difunde en las empresas en especial a la hora de la negociación colectiva, y en los medios de comunicación al explicar la situación económica, sobre todo en época de crisis. Siendo una cuestión de tantísima relevancia, la burguesía procura que sigamos siendo unos ignorantes o no enredemos en cuestiones secundarias o engañosas, gracias a un bombardeo de información superficial e inconexa y a unos debates dentro de los límites de lo discutible para el capital.
También afecta el lugar que cada uno ocupemos en las relaciones sociales. No tiene la misma perspectiva del capitalismo el trabajador/a de una gran industria multinacional que el de un pequeño comercio, del Ayuntamiento, de un banco, de la sanidad, etc. Cuando el capital reduce los salarios o despide en la industria metalúrgica es fácil establecer la relación con la extracción de plusvalía, la falta de competitividad o la sobreproducción. Pero cuando se despide a enfermeras y doctores en la sanidad pública no resulta tan evidente la relación con la reducción de los recursos totales que se dedican al mantenimiento del proletariado como estrategia de la burguesía de recuperar sus beneficios, es decir, con el régimen asalariado del trabajo (capitalismo), aunque se relacione con la deuda pública, el rescate de los bancos y la privatización de servicios.
Pero el principal obstáculo es que nuestra propia condición de trabajadores/as nos nubla juicio, nos lleva a identificarnos como raíces del sistema pero sin ver en ello ningún problema esencial que lleve a cuestionarlas y desear arrancarlas.
La civilización capitalista es la civilización en la que domina la Mercancía y el Dinero. El imperativo de la mercancía, de la competencia y del beneficio, lo llevamos en nuestra "sangre" proletaria, como la degeneración inoculada por un vampiro (el capital) a su víctima (el trabajador). Como el vampiro y su víctima, el trabajador y el capital han creado una relación perversa, que es el régimen del trabajo asalariado. Con el trabajo no pagado incorporado en las mercancías (bienes y servicios) que producimos, damos vida al capital a través del beneficio.
Es nuestra condición proletaria, la que nos conduce a comportamos como raíz del capitalismo y a pensar que eso es lo normal, nuestro inevitable destino en este orden "natural" o la mejor de las sociedades posibles. Cuando para poder vivir debemos vender nuestra capacidad de trabajo por un salario, ya entramos en su juego, nos comportamos como si fuésemos una mercancía más en competencia para poder venderse, y si no lo consigue se desecha y quedamos en el paro. Cuando trabajamos en el régimen asalariado, lo hacemos no para producir bienes y servicios con el objeto de satisfacer las necesidades colectivas, sino para producir mercancías, que aunque parezca lo mismo no lo es, pues la meta es cambiarlas por dinero dando beneficios al capital, aunque sean armas, productos perjudiciales para nuestra salud o el medio ambiente, objetos superfluos, supongan un despilfarro, etc. Si el mercado se satura, o con nuestra explotación no obtienen los beneficios que buscan, como otras mercancías, sobramos, y se nos lanza al paro. Nuestra reacción a esta subordinación y ausencia de dominio sobre nuestro trabajo, nos lleva también a desinteresarnos de la naturaleza y finalidad de esa producción (puede tratarse de armas u otros productos perjudiciales en algún sentido) porque lo que buscamos es sólo un medio para cobrar un sueldo, conseguir dinero para vivir comprando mercancías. Si queremos salvar el empleo, nuestra reacción es que la empresa quite la carga de trabajo en otra factoría, no en la que trabajamos, que "nuestra" empresa debe ser más competitiva, desalojar del mercado los productos y servicios de otras, y si es preciso, condenar a sus trabajadores/as al paro o al empeoramiento de sus condiciones de trabajo y vida para soportar el tirón, lo que a su vez provocará que nosotros debamos abaratarnos si no queremos acabar perdiendo la ventaja competitiva o por la presión a la baja de los salarios por la masa de parados. Una y otra vez, en el círculo infernal de la Mercancía y el Beneficio.
Somos como mercancías que a su vez producen mercancías que dan origen al beneficio en forma de dinero que se acumula como capital, el cual se hace más poderoso y puede dominarnos mejor extendiendo la producción mercantil, comprando más trabajadores que a su vez....Y así se extiende la plaga que domina el mundo: el dinero-capital-mercancía-dinero-capital-....
Les gustaría que viviéramos, sintiésemos y pensásemos como si fuéramos una mercancía más en el mundo Mercancía; orientados -como el capitalista- al Dinero y al consumo de mercancías que a ellos les interesa. Siendo como mercancía (trabajo) que produce mercancías y que se intercambia por otras mercancías (nuestro consumo).
Las relaciones de trabajo, orientadas a la mercancía y el beneficio, fomentan el individualismo, la falta de colaboración y solidaridad, el "cada a lo suyo", el "todos contra todos". La perspectiva del mundo como un mercado en el que adquirir mercancías distorsiona nuestra percepción de lo que es la vida y la Naturaleza. Oculta lo que son relaciones sociales, humanas, de explotación y dominio, como si fuesen relaciones en el Mercado entre mercancías (yo te doy mi trabajo-mercancía, tu mes das -mediante el salario- las mercancías que necesito para seguir proveyéndote mi mercancía). También podríamos decir que es como si estuviésemos poseídos por el dios de la Mercancía y su avatar universal, el Dinero.
Si la debilidad del hombre crea los mitos, nosotr@s, trabajadores/as, con el régimen asalariado del trabajo, somos los que producimos a la trinidad del dios capital (Mercancía- Dinero- Capital) que domina, degrada y destruye la vida en el planeta, empezando por la nuestra. Un dios que nos va formando a su imagen y semejanza, creando la "comunión" de los consumidores amando el dinero para adquirir mercancías a mayor gloria del Capital.
La fórmula para el prodigio "creativo-destructivo" capitalista no son las que nos ofrecen sus economistas, sino D-M-D´. ¿Qué quiere decir? Dinero- Mercancía- Dinero +. Es decir, que invirtiendo Dinero en Mercancía (materias primas, energía, maquinaria, pero sobre todo, trabajo vivo asalariado), se consigue recuperar el Dinero invertido y un plus, más, que es la plusvalía o trabajo no pagado, en lo que se basa el beneficio o ganancia del capital.
Ellos dominan los recursos, deciden y mandan, nosotros obedecemos y a lo sumo elegimos cada equis años a quiénes nos debemos someter. La división social del trabajo, supuestamente por razones técnicas y neutras, esconde una división clasista del trabajo necesaria para mantener el régimen asalariado del trabajo.
Estas características del régimen asalariado, esta mercantilización de las conciencias, cuando el régimen asalariado permite la apropiación del trabajo no pagado, hace que se asemeje más que a un robo en el que se violenta la voluntad e interviene la fuerza (que también), a una estafa, que se basa sobre todo en la voluntariedad y el engaño. Por eso se puede decir que esta civilización se sustenta en una estafa, en la gran mentira de que se paga todo el trabajo realizado.
Todo el derecho, el sistema de justicia, el reparto del trabajo y de los bienes, las creencias, las costumbres sociales, parten de esta estafa y la protegen.
El conocimiento de la estafa no lleva al enfrentamiento frontal contra el sistema si éste está en condiciones de ofrecer algo que los estafados valoren, de modo que les resulte la estafa un mal menor comparado con el esfuerzo y los riesgos de la lucha por eliminarla. Pero si la desigualdad entre las clases es más fácil de aceptar en un período de expansión en el que también hay posibilidades de mejorar para los de abajo, es más difícil de aceptar en un período de recesión, cuando el capital ofrece cada vez menos, retira lo que daba, y sólo promete mayores sacrificios para el futuro. Cuando la estafa se muestra con la mayor crudeza, entonces la menor utilidad para el estafado podrá unirse a la falta de la legitimidad que podrá pasar a un primer plano para dictar una sentencia condenatoria que lleve a la lucha por su abolición.
Ha habido momentos en la historia del proletariado en los que nuestros predecesores se sobrepusieron al condicionamiento de la condición proletaria como clase del capitalismo, y sí llegaron a un cuestionamiento muy importante de esta estafa y condición de clase, incluso al punto de insurreccionarse contra su protector, el Estado burgués, que había dado muestras sobradas de su hostilidad al proletariado. Por ejemplo en Alemania de 1918 a mediados de la década de los 20, en España en varias ocasiones, especialmente en la revolución de Asturias de octubre de 1934, y en julio de 1936 como defensa contra el golpe de estado militar. Pero al ser derrotadas, con la fractura creada por la IIª Guerra Mundial que alistó a los trabajadores/as en la matanza mutua tras distintas banderas del capital (democrático, fascista, "comunista"), se rompió la continuidad histórica del proletariado, la memoria de cuando fue capaz de llevar a la práctica ese cuestionamiento. Experiencias de nuestra clase que casi todos ignoramos, o creemos que no tienen nada que ver con nosotros, pues tampoco reciben el debido espacio y tratamiento en los libros de historia ni en el mundo del cine, tan dado a las guerras burguesas; tan lejanos que ni siquiera son "batallitas del abuelo".
Las luchas y la radicalización de finales de los años 60 y comienzos de los 70 no han aguantado como débil puente y lazo de unión con ese pasado, y se ha reforzado la mercantilización de las conciencias, tanto más cuando no parecía que pudiese existir una alternativa al régimen asalariado del trabajo, debido a las ilusiones creadas por la época de expansión que siguió a la guerra y las esperanzas puestas en el "Estado de bienestar" hasta los años 70, a la estafa del estalinismo (hundido a finales de los 80) que se ha asociado indebidamente al comunismo y a la crítica radical del régimen asalariado del trabajo, junto con el poderío demostrado por el capitalismo con la globalización a partir de los 90, a pesar de sus costes (crisis en México, dragones asiáticos, Rusia, Brasil, burbuja puntocom, Argentina...), disfrazados con el endeudamiento y las burbujas especulativas (dando ocasión de participar un poco en ellas incluso a fracciones de los trabajadores/as).
Pero seguimos siendo los trabajadores/as quienes damos vida al capital a través del régimen asalariado del trabajo y su división social del trabajo. Por eso, en nuestras manos y sólo en ellas, está la posibilidad de acabar con el capitalismo, liberándonos y a la vez a la Humanidad. No somos meras víctimas. Lo mismo que forjamos nuestras cadenas, podemos romperlas. Pero antes debemos reconocerlas y disponernos a actuar en consecuencia en vez de querer ignorar la verdad y pensar que por no enfrentarnos a la realidad ella va a ignorarnos también.
Es la abolición por nosotr@s de este régimen lo que erradicará al capital, como arrancar la raíz mata definitivamente al árbol.
Y para eso hay que empezar por hacer que "trabajo no pagado" se convierta en algo tan común como "competitividad", repitiéndolo mil veces en el discurso, en los lemas, en las pancartas, y llamando a todo esto "estafa". La lucha por las ideas es también una lucha por los términos y el lenguaje.
9.- "Salarismo", nombre secreto del capitalismo. Llamarlo por su nombre para mejor combatirlo.
El capitalismo se llama así porque el impulsor de las relaciones del trabajo asalariado es el capital, el dinero que se transforma en medios de producción, fuerza de trabajo comprada, y beneficio en base al trabajo no pagado.
Esa denominación al principio le gustaba a la burguesía, porque en la juventud del capitalismo, de su prodigioso ascenso en el siglo XIX, le daba todo el mérito al que ponía el dinero-capital, al burgués.
Cuando el capitalismo fue cada vez más criticado, demostró su rostro feroz y destructivo, aprovechando que hubo de echar mano cada vez más del Estado para poner algo de orden en su economía, prefirió ir cambiando su nombre, como "economía mixta" (durante los "30 gloriosos") y finalmente "economía de libre de mercado", "neoliberalismo", globalización de la economía, y otros eufemismos, siempre para ocultar la expansión del régimen de trabajo asalariado, de la mercancía y del dinero.
El nombre de esclavismo remite al propietario y explotador esclavista pero también al esclavo como propiedad viva explotada. Pero capitalismo sólo remite al Capital, que fácilmente se confunde con el Dinero y la Mercancía (de ahí "economía de mercado"), dejando en muy segundo plano lo fundamental, el dominio y propiedad de los medios de producción por una minoría y el trabajo sometido al régimen de asalariado para su explotación. La tendencia a confundir el Capital con el Dinero es hoy mayor dado el protagonismo del capital financiero y de la financiariación de la economía que hasta a la burguesía le ha creado la ilusión de que el dinero hace dinero sin estar respaldado por la explotación del trabajo asalariado.
El principal resultado es sobre todo que ha desviado la atención de su verdadera raíz, el régimen asalariado del trabajo que gracias a la explotación del trabajo vivo produce mercancías, plusvalía en forma de beneficio-dinero, capital.
Así hoy, la burguesía puede servirse con tanta facilidad del truco de echar las culpas a los especuladores, a la banca, etc. evitando que señalemos en la dirección correcta: el régimen asalariado del trabajo, el trabajo no pagado, la apropiación de la plusvalía. Y cuando se acerca, en vez de decir claramente que necesita explotar más trabajo no pagado, habla en términos de "productividad" "competitividad" "rentabilidad", etc. Sin duda es una experta en el uso de los eufemismos y el lenguaje que oculte lo que en verdad dice.
Cualquier precio es pequeño con tal de que no rebele su verdadera naturaleza, de que no lo mencionemos por su nombre secreto, "salarismo", porque eso podría ayudar a que cayese definitivamente el velo de nuestra conciencia, y por tanto, a su destrucción, por la abolición por los trabajadores/as de ese régimen, en lugar de pedir un mayor control de la banca o su nacionalización por el Estado, o Capitalismo de Estado. Esto sólo sería una vía de escape para el capital, para seguir explotando bajo otra forma el trabajo al persistir lo fundamental, el régimen de trabajo asalariado; porque los trabajadores/as deberíamos seguir prostituyéndonos a quienes dominan los medios de producción de bienes y servicios, sea el empresario privado, sea el Estado.
La teoría económica burguesa ha evolucionado en la misma vía. Al principio reconocía el valor del trabajo como pilar del valor de cambio de las mercancías. Lo quería destacar la burguesía industrial frente al poder de propiedad territorial, de la renta de la tierra. Pero cuando Marx demostró que el beneficio capitalista no es sino trabajo no pagado, los economistas burgueses ya no estaban interesados en destacar el trabajo, sino el carácter "productivo" del capital y se centraron en el mercado como si fuese la causa y no la expresión, en la relación oferta / demanda, inventándose un mercado puro, inmaculado y benefactor. Como eso nada tenía que ver con el mundo real, surgió otra corriente que destacaba al Estado y su intervención en la economía, incluso con una planificación total. Pero lo que tienen en común todas las teorías económicas burguesas (aunque se llamen a sí mismas "socialistas") es que no cuestionan hasta la raíz el régimen asalariado del trabajo, la subordinación a quienes dominan (sea la propiedad privada o estatal) los medios de producción, exprésese en el mercado o en la planificación burocrática o en cualquier combinación entre ambas.
Si la burguesía manipula los términos para escamotear la realidad, contribuye a la derrota que nosotros le hagamos el juego aceptándolos o permaneciendo anclados en una denominación que no es la más útil para desvelar la realidad y transformarla. La prueba está en que a la burguesía ya no le sale sarpullido por decir "capitalismo" mientras el régimen asalariado del trabajo, su raíz, no esté a la vista como tal raíz. Pero no ocurrirá lo mismo si con el nombre apuntamos directos al trabajo asalariado y la plusvalía. Si es necesaria una revolución cultural que acompañe a la revolución comunista, empecemos por llamar al capitalismo por el nombre que de verdad le corresponde: salarismo.
Ya esto es una forma de pasar a la ofensiva, al menos en el terreno de la ideología y el uso de la lengua, que condiciona la forma de ver el mundo, para desvelarlo en lugar de seguir ocultándolo. Llamarle salarismo es indicar de forma clara que nuestra visión del mundo es diferente, que no partimos de los intereses del capital, sino de los del trabajo explotado y que vemos en él el origen del capital. Que las diferencias y la lucha ya empiezan por el nombre que damos a la cosa.
Llamarle así ya supondrá un choque, un impacto, una llamada de atención que hará que otros se pregunten el por qué del cambio y permitirá explicárselo.
Si somos ahora tan timoratos como para no producir este cambio nominal que ayudará a acelerar el proceso de toma de conciencia, poco se podrá esperar de nosotros a la hora de la verdad, de transformar la realidad.
10.- Las "clases medias" también atacadas. Asustadas pueden caer en brazos de los políticos más reaccionarios del gran capital. ¿Cómo evitarlo y ganarlas?
El gran capital es el que lleva las riendas en esta transición a una nueva era del capitalismo, aunque no se puede decir que domine plenamente el proceso.
Durante décadas ha debido permitir que existan un conjunto de capas sociales, bien por su cualificación (técnicos, lo que antes fueron profesiones liberales) y relativa escasez, o por las dificultades prácticas e inconveniencia para convertirlas en trabajadores/as asalariados (campesinos de pequeña explotación familiar, ciertos autónomos), y para tener un sector social intermedio que le sirva de amortiguador en los enfrentamientos con el proletariado, porque participa en mayor medida que nosotros de la conciencia mercantilizada (comerciantes), de la idealización del carácter progresista del capitalismo (técnicos) y de la sumisión al Estado (en particular los funcionarios), tiene aspiraciones de ascenso social (escala de funcionarios, profesional, pasar a ser microempresa -siguiendo la clasificación de la UE-, o que lo logre sus descendencia, etc.), quiere guardar las distancias con "los de abajo", tiene nostalgia de los tiempos en los que su posición social era mejor (funcionarios intocables, profesiones liberales, más seguridad frente al capital medio y grande, etc.).
Las clases medias, entendidas como pequeña burguesía (no confundir con la clasificación oficial de "pequeña empresa"), en principio no tienen empleados, aunque podríamos conceder uno o dos a lo sumo lo que ya sería algo intermedio entre la pequeña burguesía y la burguesía baja.
Esta diversidad de capas medias (pequeña burguesía), dada su posición social intermedia entre la burguesía y el proletariado, tiende a creer en la posibilidad de un Estado neutro por encima de las dos grandes clases en conflicto que anteponga el "interés nacional" que ella interpreta en bases a sus propios intereses y prejuicios, pero que en realidad le hace el juego totalmente al gran capital que es el que acaba imponiéndose.
Según sus diferentes capas y sensibilidades la respuesta será de diverso tipo. Por una parte no cuestionan el aparato burocrático del Estado burgués (sobre todo los funcionarios) y por otra algunos sectores, sobre todo los asalariados de alta cualificación profesional, pueden llegar a creer que es posible una "democracia real" con el Estado burgués, a base de reformas legislativas, en la ley electoral, en la representación parlamentaria, los partidos políticos, etc., que dé protagonismo a "los que saben", a los que "están preparados", ellos y los tecnócratas elegidos, sin entender a qué intereses de clase van a responder en su gestión, que con el capitalismo sólo puede ser en lo esencial, la de facilitar su andadura, lo cual en estas circunstancias, antes o después, significa sacrificar a las "clases medias" a mayor beneficio del gran capital.
En relación con el Estado su indignación se centra en los privilegios de los políticos, sus despilfarros, la corrupción, pero no puede ver la naturaleza de clase burguesa del Estado en el capitalismo, sea cual sea el régimen (república, monarquía, dictadura...) y sus variantes. Pero incluso se puede observar que la pequeña burguesía que por su lugar en la sociedad más posibilidades tiene de beneficiarse de relaciones privilegiadas con las instituciones, y por tanto, de las relaciones corruptas, tolera esos fenómenos.
El rechazo a la corrupción de los políticos, al espectáculo de las disputas partidistas, la incapacidad de los partidos para dar las soluciones que desearían estas capas medias, o en otra dirección, el deseo de proteger sus privilegiadas relaciones corruptas del escrutinio público y de unos tribunales independientes, puede llevarles también al rechazo de la democracia burguesa, pero temiendo a un proletariado con más poder y las luchas contra un orden burgués que ellos consideran legítimo, no se inclina por una democracia más amplia, sino a favor de un poder más o menos dictatorial, personalista, caudillista. Una figura que acabe con el inútil teatro parlamentario y con autoridad para tomar las medidas drásticas y urgentes que se necesitan según ellos. Pero lo que no entienden es que ese poder, como siempre ha ocurrido, estará al servicio ante todo del gran capital y que si hace falta sacrificará a la pequeña burguesía que le ha ayudado a subir al poder y que le sostiene.
Los funcionari@s de la escala inferior son supuestamente unos privilegiados por la "seguridad" en el empleo, pero suelen cobrar sueldos bajos que sufren el peso del elevado alquiler de una vivienda cuando están destinados temporalmente en alguna localidad que no consideran el destino definitivo, porque la movilidad geográfica es también un precio a pagar por la "seguridad".
Pero si el gran capital, agravando temporalmente la crisis al reducir la demanda solvente, está dispuesto a perjudicar a sectores de la burguesía baja y media, no va a tener más contemplaciones con las llamadas "clases medias".
Los funcionarios son fáciles de atacar por el Estado burgués porque los tiene a mano y sirven como cabeza de turco de los "pecados" del Estado, por lo cuales no pagan los dirigentes políticos, ni los altos cargos responsables de las decisiones tomadas y de la corrupción en la que tantísimos habrán estado y estarán implicados. Por eso llegado el caso es posible despedir a los funcionarios. Ahí está el caso de Grecia ya comentado de eliminar para 2015, 150.000 empleos públicos. Una vía rápida de reducir los "gastos no productivos" al capital.
La burguesía va a apropiarse de los recursos de las "clases medias" para aminorar sus pérdidas e incrementar sus beneficios. ¿Cómo? Aumentando los impuestos a las rentas que tienen su origen en el trabajo asalariado (muchos de esos sectores tienen jurídicamente el estatus de asalariados), congelando y reduciendo de hecho sus sueldos cuando son funcionarios del Estado, obligándoles a trabajar más horas por el mismo pago, recortando también para ellos los servicios sociales del Estado, desde la sanidad a las pensiones, aumentando los impuestos sobre el rendimiento de los ahorros en los bancos (más el descuento de la inflación), y en el consumo, dejando menos margen comercial a las explotaciones agrarias y a los minoristas, negándoles créditos, etc.
Esos impuestos o salarios no abonados van a servir a fin de cuentas para que el gran capital siga pagando poco en impuestos y con él la gran burguesía, y a que esos recursos que extrae o no gasta el Estado, se transfieran también de varios modos al gran capital, directamente a la banca, o con subvenciones, etc.
Atacando a la pequeña burguesía no sólo recurre a una fuente de recursos importante y logra exprimirla sino que no debe cebarse de momento más en el proletariado como ocurriría si sólo se pretendiese obtener los recursos de él. Porque la pequeña burguesía, por su lugar en las relaciones sociales de producción, mayor aislamiento, mentalidad habitualmente más conservadora, menor tradición de lucha, es capaz de ofrecer una resistencia menor o en todo caso, más inconsecuente, a las agresiones del gran capital y de su Estado.
Las "clases medias" van a menguar en recursos y en importancia numérica. Muchos de sus descendientes (también algunos del proletariado), por mucha cualificación profesional que tengan (estudios universitarios, etc.) no consiguen un empleo correspondiente a su formación, si lo obtienen es con sueldos inferiores a los que fueron, y en muchísimos casos deben trabajar en lo que salga, como un proletari@ cualquiera, si es que pueden. No sólo eso, sino que en muchos países y casos, para pagarse los estudios han debido endeudarse con la banca a la que durante años deberán estar devolviendo el préstamo con sus intereses, lo que no les resultará posible si no encuentran un empleo o con un salario suficiente.
Por otra parte la burguesía incluye indebidamente en las "clases medias" a sectores que son claramente del proletariado, por ejemplo trabajadores/as de la industria, productores, que por cualificación, antigüedad en la empresa, poder de la misma, reciben un salario superior al común. Esta inclusión tiene como principal finalidad desdibujar en su conciencia su pertenencia al proletariado.
Los diversos sectores de la pequeña burguesía van a sufrir y asustarse. No quieren caer en la condición proletaria o proletarizarse todavía más. El gran capital va a procurar también sacar provecho de esto para evitar que se unan a nosotros en nuestra resistencia, lucha y cuestionamiento del régimen asalariado del trabajo, del capitalismo en su conjunto.
Demagógicamente los grandes capitalistas están dispuestos a tolerar la rabia contra la banca y los "especuladores", para ganar tiempo mientras en realidad no se toma ninguna medida que los doblegue. Pero también y sobre todo, contra nosotros, para dividir y enfrentar a unos asalariados o en riesgo de proletarización contra los proletari@s. Con todas sus mentiras sobre la crisis y su naturaleza, dónde está la raíz de los problemas, apuntarán de un modo u otro contra nosotros, por la "rigidez del mercado laboral", por las prestaciones sociales "excesivas que fomentan el rechazo del trabajo", porque hemos pretendido vivir "por encima de nuestras posibilidades" endeudándonos de por vida al comprar una vivienda y ahora "les toca pagar a ellos" los agujeros de la banca, porque si nos resistimos con huelgas "inoportunas" "insensatas" "que no sirven para nada", estaremos "dificultando la salida de la crisis" y por tanto agravando los problemas también para "las clases medias", y bla, bla, bla.
El gran capital pretende engatusar a sectores de la pequeña burguesía con el "apoyo a los emprendedores", con medidas fiscales, para trabajar como autónomos o la creación de microempresas (menos de 10 empleados, en la UE), cuando está hundiendo a las existentes, la tendencia de fondo es el recorte del crédito y la concentración de poder en el gran capital financiero, industrial, comercial, subordinando a la pequeña burguesía, como autoempleo, falsos autónomos, etc. De paso fomenta la falsa idea de que para crear puestos de trabajo hacen falta empresarios y su inversión, multiplicar la burguesía baja y media, cuando lo que precisamos es eliminar la figura del burgués, la dependencia de que inviertan (más en máquinas que en empleo), pasando el dominio de los medios de producción, financieros y servicios al poder de los trabajadores/as. El mito de más mercado y competencia ("competitividad") siempre está condenado al proceso de concentración del capital, y más en la crisis a que aboca al propio sistema.
La misma promoción de "emprendedores" se va a servir de otra medida contra la pequeña y baja burguesía, como es la liberalización, la introducción de una mayor competencia en su propio seno, eliminando medidas proteccionistas (tarifas mínimas, límite al número de profesionales en ejercicio...), lo que al final también acabará redundando en la disminución de costos en el mantenimiento del proletariado. Por ejemplo las medidas previstas (20 de enero 2012) en Italia por el gobierno no elegido del tecnócrata Mario Monti que fue asesor del imperio bancario y especulador Goldman Sachs, gran protagonista de la crisis norteamericana de 2007 y de la crisis griega (el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, también proviene de ese banco). De paso echa carnaza al deseo de justicia del proletariado y el resentimiento de otras capas perjudicadas, con una falsa imagen de "equidad", "reparto entre todos de los sacrificios", para desviar la atención del gran capital ante todo y de las relaciones sociales capitalistas. Porque los problemas fundamentales de esta sociedad y lo que nos ha conducido a la crisis no son los privilegios gremiales provenientes de la época pre-capitalista, sino el capitalismo más "avanzado" y decadente, el gran capital globalizado, el sistema financiero internacional, etc., y lo que está en su origen, el régimen asalariado del trabajo.
Los gobiernos pueden llegar a tomar algunas medidas contra el gran capital, pero serán de poca monta, en el fondo un servicio a medio y largo plazo al crear una imagen de "justo reparto de las cargas", para aminorar descontentos y como medida de distracción para que no se cuestione lo fundamental, el régimen asalariado del trabajo.
Estas capas medias siempre vacilan entre el proletariado y el gran capital y muchas veces se inclinan según vean quién es más fuerte, tiene una perspectiva más clara, un proyecto más decidido.
Si el proletariado se muestra débil, se pondrán del lado de un "Estado fuerte" para hacernos pagar la crisis todavía más con la ilusión de que así se podrán salvar ellos, pero siendo también sacrificados por el gran capital, aunque no quieran darse cuenta, sobre todo si proviene de algún líder político idealizado.
En los últimos años se viene dando un ascenso en algunos países (Francia, Austria...) de los partidos de ultra-derecha. En España, desde la derecha del PP, se agita el peligro de los inmigrantes para utilizarlos como cabeza de turco por la ausencia de empleos y los recortes en los servicios sociales.
No existe una amenaza fascista como la que se dio en Italia en los comienzos de la década de los 20 o en Alemania en la década de los 30 del siglo pasado. La mejor forma de prevenir el surgimiento de un movimiento fascista fuerte es no sobreestimar, centrarse ni limitarse a una lucha antifascista, de defensa de la democracia burguesa, de alianza con la burguesía liberal, sino ir directamente al cuestionamiento de la legitimidad de toda la civilización capitalista, del origen de la acumulación del capital en el trabajo no pagado. Es precisamente el fracaso del proletariado, su debilidad, incapacidad para proponer una alternativa de civilización, la que lo vuelve no ya temible, sino despreciable y molesto para sectores de la pequeña burguesía, e incluso para muchos trabajadores/as confusos que desertan de sus filas, que se inclinan a una corriente fuerte, muy autoritaria, que recurre fácilmente a la fuerza como medio de "resolver" los problemas, como es el fascismo.
¿Qué podemos ofrecerles? La falta de resistencia o la resistencia a medias, sólo puede arrojarlas en brazos del gran capital y de un "Estado fuerte", esperando su clemencia o más mano dura para que seamos nosotros los que paguemos la crisis y no ellos. Entonces nuestra derrota estará garantizada y seguidamente el sacrificio también de las ilusas "clases medias".
Ante sus conflictos con el gran capital y el Estado, debemos demostrarles que los campeones en la lucha contra sus verdaderos oponentes (el gran capital, la banca, el Estado...), somos nosotros; también quienes podemos levantar nuevas instituciones frente al Estado burgués, empezando por las Asambleas de verdad controladas por nosotros (no por líderes, comisiones, sindicatos, partidos...), hasta su expresión más avanzada y poderosa en los Consejos de Trabajadores, rivalizando con la autoridad del Estado burgués, hasta derribarlo, creando una democracia de verdad para las masas populares. Ante su rechazo a la proletarización, que los primeros que estamos hartos de esa condición somos nosotr@s y que por ello no queremos condenarles a ella, sino que juntos podamos crear una nueva civilización de trabajadores libremente asociados, libres del capital y su Estado generados por el régimen asalariado del trabajo.
Lo que no debemos hacer es caer en la trampa de los enfrentamientos por las supuestas o reales ventajas que puedan tener, porque la burguesía también quiere azuzar, por ejemplo, a los funcionarios que con mucho esfuerzo han conseguido una plaza, contra los trabajadores/as que con pocos estudios pero muchas horas extras podían llegar a ganar incluso más que ellos en la época del "boom" inmobiliario (por ejemplo, la industria de las puertas), o a los autónomos que no han podido disponer de una prestación por desempleo contra los trabajadores/as por cuenta ajena que sí. Y otros mil ejemplos de uno u otro lado. La comparación inútil, la envidia, el resentimiento, el deseo de mal de muchos como consuelo de tontos, buscar chivos expiatorios, sólo nos divide por cuestiones menores, haciendo más fuerte a la burguesía y su Estado, que es donde debemos concentrar toda la fuerza de nuestro ataque.
La lucha de estudiantes y universitarios contra las tasas, por el transporte, etc., son un medio para atraerlos al lado del proletariado, porque esos ataques son parte de la estrategia de la burguesía por recortes los costes totales del proletariado, por proletarizar a las "clases medias", reformar su poder en la división clasista del trabajo, dificultando el acceso a la educación de la descendencia de los trabajadores/as. Que esa juventud que va a tener un futuro complicado, vea en la perspectiva del proletariado revolucionario, en su saber, en su crítica de la civilización capitalista, la luz para salir del túnel de esta civilización.
Con esta orientación básica, que debe desarrollarse mucho más, podremos ganarnos a la mayoría de las "clases medias" (sobre todo asalariadas) y dejaremos al gran capital con menos apoyos, haciéndolo más vulnerable a nuestra ofensiva.
11.- Los límites históricos del capitalismo. Las tijeras del régimen asalariado (producción y realización de la plusvalía) amenazan con cortar los... beneficios al capital. Una jornada y un mundo finitos para su desgracia. El capital se pone a sí mismo la zancadilla. La mercantilización de la Naturaleza nos pasa la factura. Los límites al Crecimiento capitalista. Un sistema caducado. Década de los 30 ¿tocando techo? ¿Por quién doblan las campanas?
En el proceso de acumulación del capital hay tres momentos: producción (en el trabajo), realización (en la venta) y acumulación (en la reinversión) de la plusvalía o trabajo no pagado. La plusvalía puede producirse, pero no realizarse. Puede haberse realizado, pero no llegar a acumularse ante las perspectivas de pobres ganancias, por lo que prefiere quedarse en la forma de dinero, como ahorro. O de ahí pasar a la "economía de casino" que pretende lograr beneficios sin una producción real de plusvalía.
El capitalismo necesariamente surge en un mundo no capitalista y se desarrolla en ese entorno del que toma la fuerza de trabajo (campesino, artesanos arruinados...) y en el que encuentra su mercado de compra de recursos y venta de mercancías.
Entre los marxistas ha habido discusiones muy importantes sobre la relevancia del problema de la tasa de ganancia (producción de plusvalía en determinada proporción con respecto al capital total invertido) y de la realización de la plusvalía en la venta, al interior y al exterior del capitalismo.
El ideal del capitalismo sería disponer de un mundo prácticamente infinito en el que no se agotase el sector exterior al capitalismo capaz de comprar sus mercancías y proveer de recursos materiales y mano de obra de bajo coste, sin tener que preocuparse por el destrozo causado a la Naturaleza. La presión de la competencia sería muy inferior y por tanto no habría que ir a la carrera por la última tecnología en productividad que aumenta la inversión total y la necesidad de una mayor ganancia que dividida entre esa inversión, dé un porcentaje de beneficio considerado adecuado. Así tampoco tendría que pagar más a sus proletarios para que puedan consumir más, salvo que lo impusiesen con su lucha, lo cual sería difícil al disponer de una provisión de mano de obra barata inagotable.
Pero a pesar de Fukuyama y su capitalismo for ever, el tiempo se le acorta porque el planeta Tierra es finito y ya se le ha quedado pequeño.
Esto agrava el problema fundamental del capitalismo que es la tendencia al descenso de la tasa de ganancia. Debido a la competencia, el capital necesita recurrir a inversiones en medios de producción (energía, materias primas, maquinaria...) que son más eficientes, permiten una mayor productividad del trabajo. El aumento de la composición técnica de capital (relación entre los medios de producción y la fuerza de trabajo, favorable al primero) es una constante, independientemente de los valores o precios de ambos. La relación entre los valores de los capitales constante (medios de producción) y variable (salarios) se llama composición orgánica del capital que tiene tendencia aumentar (dividir el valor del capital constante entre el variable) La tendencia es a que las máquinas sustituyan a los trabajadores/as por lo que aunque disminuya el valor del capital constante lo hace más el del capital variable y por tanto sigue aumentando la composición orgánica del capital, además de la técnica.
El trabajo vivo, humano, no es realmente una mercancía (aunque el capital haga como sí lo fuese a la hora de comprarlo, para pagarlo por lo que cuesta mantener al trabajador/a y consigue presionar éste con su lucha) y por ello es capaz de aportar en el proceso de trabajo, a las mercancías, un valor-trabajo superior al que ha costado producir la fuerza de trabajo (a diferencia de las máquinas que ponen en la mercancía lo que cuestan y de ahí se amortizan) y ese valor añadido (plusvalor o plusvalía) interesa al burgués que se reconozca en la venta, como un trabajo que deben pagarle, aunque él no lo haga al trabajador/a, apropiándoselo el capital como ganancia. Y esa es la única fuente verdadera de ganancia, no lo que aportan las máquinas ni el capital. Pero al aumentar la composición orgánica del capital, al reducir el trabajo vivo, lógicamente la tendencia es a reducir también el trabajo no pagado que se puede extraer. Esto se suele contrarrestar porque las mayores inversiones son para aumentar la productividad (la misma producción en menos tiempo) con lo cual en el mismo tiempo de trabajo se pueda producir más, porque el objetivo del capital no es reducir la jornada laboral, sino aumentar el valor-trabajo no pagado, la parte de la jornada no pagada. Lo puede conseguir sin necesidad de rebajar el nivel de vida del trabajador/a, pues gracias al aumento generalizado de la productividad, la parte necesaria para su mantenimiento corresponde a una parte más reducida de la jornada, al lograr con la disminución de los costes por unidad de producto, el abaratamiento real de los bienes de consumo (en la actualidad hace falta menos horas de trabajo para poder comprar un televisor que en los años 60).
Lo que importa al capital es la tasa de ganancia. Las cuentas las echa la burguesía en relación al total del capital invertido (medios de producción, costes salariales), es decir la tasa, el porcentaje que supone la ganancia sobre el total de la inversión (ganancia dividida entre capital total invertido). Y esta tasa tiene tendencia a bajar a causa del aumento del valor del capital constante en relación con el variable, es decir pabellones, investigación, maquinaria, materias primas...frente a costes salariales, porque es del trabajo vivo de donde sale el trabajo no pagado, plusvalía o ganancia. Para contrarrestarla, el capital debe sacar el máximo provecho de la inversión, aumentando la productividad y la producción, con una organización del trabajo que exprima mejor el esfuerzo de los trabajadores/as (taylorismo, fordismo, toyotismo...) e incluso introduciendo el turno de noche. Pero como todos van a la carrera de ser los que consigan vender su producción, todos vienen a hacer lo mismo. El resultado, la tendencia a la sobreproducción, a producir por encima de la demanda solvente, y con ello a no poder realizar parte o toda la plusvalía e incluso no recuperar parte del capital invertido (desgaste de las máquinas, materias primas, energía, salarios).
Para ello le vine de perlas que exista un sector exterior al capitalismo que pueda absorber la producción, situado en el propio país (restos de clases dominantes anteriores, de tipo semifeudal, campesinos y artesanos autónomos) o en el extranjero (gastos de la aristocracia semifeudal, del armamento del Estado e infraestructuras como el ferrocarril o puertos que favorecen sobre todo a la potencia capitalista en el saqueo del país, consumo productivo o no de sus masas trabajadores). También para que le provea de materias primas, energía, etc., más barata a fin de que la inversión en capital constante reduzca su coste. Igualmente fuerza de trabajo con un menor coste de mantenimiento para que disminuya el capital variable pero aumente la parte de la jornada de trabajo no pagada, por tanto la masa de ganancia. Con esa fuerza de trabajo también puede aprovechar una tecnología más primitiva, una inversión menor que ponga menos cuesta arriba la tasa de ganancia. Si aumenta la masa de ganancia (trabajo no pagado), dividida por una menor inversión en capital (coste materias primas, etc. y mano de obra), asciende la tasa de ganancia.
La sobreacumulación de capital y la sobreproducción de mercancías, el problema de la producción abundante de plusvalía y su realización con la venta, tenía una salida en el exterior del capitalismo gracias a los mercados de provisión (materias primas, energía, mano de obra) y de venta (consumo de sus élites a través del trabajo no pagado y del impuesto a las masas trabajadoras y también por parte de estas).
Pero como el planeta es más pequeño de lo que le gustaría a la burguesía, el capitalismo se ha extendido por todas partes. A medida que se aprovecha de los sectores exterior al capitalismo tanto dentro del país como fuera, al introducir las reglas del juego de éste, también transforma las sociedades y sectores semifeudales y mercantiles en nuevos países y zonas capitalistas que incluso pueden hacerle la competencia, por lo cual, ese recurso para contrarrestar la baja de la tasa de ganancia se va agotando. Se convierte en un factor que la agudiza porque el riesgo cada vez mayor de una producción sin salida que se convierte en sobreproducción, supone que no se recupera la plusvalía incorporada en las mercancías y puede que ni los costos totales de capital (máquinas, salarios), con lo cual la tasa de ganancia desciende o se hunde.
Tampoco puede contrarrestar indefinidamente por la vía de los costos de la fuerza de trabajo, pues hay unos límites de supervivencia que no se pueden traspasar, ni aumentar la plusvalía en base a alargar las horas de trabajo diarias porque no son más de 24 y el aguante y rendimiento tienen sus límites naturales.
La globalización ha sido la última gran campaña de conquista del mundo por la mercancía, pero esta vez muy rápidamente ha acabado por integrar a más países al sistema capitalista creando nuevos competidores para un mundo más estrecho (China, India...).
Ha resultado así porque incluso los recursos que utiliza el capitalismo para contrarrestar la tendencia al descenso de la tasa de ganancia y para conseguir mercados para la realización de la plusvalía, aunque en principio pueden ser complementarios, acaban chocando entre sí. Los mercados externos al capitalismo, al absorber la producción que no se pude consumir al interior del sistema permiten aprovechar toda la capacidad productiva, no depender del consumo a través de los salarios y por tanto tenerlos a raya, y por consiguiente mantener y aumentar la tasa de ganancia. Pero si quiere preservar como mercado externo al capital determinada zona del mundo, no deberá permitir que el capital productivo se instale para aprovechar la mano de obra barata para aumentar la tasa de ganancia porque entonces se transformaría en capitalista, y tendrá cuidado con qué es lo que les vende, no sea que resulten infraestructuras, medios de comercialización y de producción que los acaben convirtiendo en capitalistas y competidores por la ganancia y los mercados externos, pero si se contiene limitará la salida a las mercancías del sector I (medios de producción) perjudicando su tasa de ganancia. Si lo que busca es directamente aumentar la tasa de ganancia con materias primas de bajo coste y mano de obra barata, lo más seguro es que muy pronto los convierta en capitalistas y que por tanto dejen de servir como mercados externos. Así que donde tiene la solución siembra el problema, según avanza se pone la zancadilla y antes o después, el capital vuelve a encontrarse con las mismas dificultades, sólo que más difícil de resolver.
Es decir, que la tasa de ganancia se encuentra cada vez más acosada por las tijeras de la producción (tasa de explotación) y realización (en la venta) de la plusvalía, que se van cerrando.
A partir de aquí, el capital empieza a echar mano de toda clase de trucos, huidas hacia adelante, hacerse trampas e incluso juegos de magia.
Ya hemos visto detenidamente el recurso al armamentismo, en base a esterilizar parte de la capacidad productiva, el consumo cautivo y obligado a través de los impuestos tanto al proletariado como a sectores exteriores al capitalismo, y a la vez la pérdida de ganancias del capital por los impuestos a favor del sector III. Plusvalía para hoy, freno a la acumulación del capital, pérdidas para mañana.
Querer extraer ganancias haciendo trampas a la ley del valor-trabajo, con la magia de la financiarización, burbujas especulativas, "economía de casino", se ha estrellado contra la realidad, como pretender hacerse millonario en el mundo real por jugar al monopoly.
El truco del endeudamiento masivo para crear una demanda solvente ya se ha agotado con esta crisis, y la burguesía, en vez de aumentar la demanda solvente de los trabajadores/as con aumento de salario, como eso disminuiría más la tasa de ganancia, busca recuperarla reduciendo los costes salariales y los gastos sociales, pero también dará como resultado una menor demanda en medio de una mayor competencia, con la consiguiente mayor sobreproducción y sobreacumulación que traerá la desaparición de muchas empresas y una mayor concentración del capital en empresas con altas inversiones que seguirán peleando contra la tendencia a la baja de la tasa de ganancia y los mercados estrechándose.
La marxista y revolucionaria polaca-alemana Rosa Luxemburgo, escribió en 1913 La acumulación del capital, y su segunda parte estando en la cárcel por su oposición la matanza inter-imperialista de la Iª Guerra Mundial. En su obra sostenía que en la relación entre los sectores I, II y III de la economía, por mucha transacción y consumo que existiese entre dichos sectores, ni incluso en períodos sin crisis, era posible que llegase a realizarse toda la plusvalía producida en ellos. Para realizarse y convertirse en dinero precisaba de un consumidor exterior al capitalismo, sea en el propio país o en el extranjero. El armamentismo lo hace en parte con los impuestos a los sectores externos al capitalismo, como ya hemos comentado. Por tanto el límite histórico al desarrollo del capitalismo estaba en el agotamiento de ese sector, no en términos absolutos, sino con respecto a las necesidades de acumulación del capital mundial. Otros marxistas le replicaron con más o menos acierto, pero el argumento más potente fue que al interior del capitalismo sí se podía conseguir aunque con el riesgo permanente de los desequilibrios, sobreacumulaciones y sobreproducciones, y que el problema del dinero para la realización de la plusvalía al interior del sistema no era tal teniendo en cuenta los tiempos de su necesidad, las posibilidades de circulación de la misma masa de dinero, la emisión de moneda, el pago en especie, el uso del crédito y las formas simbólicas del dinero que no implican a la moneda en papel y metal. Que el límite histórico al desarrollo capitalista estaba en la tendencia a la baja de la tasa de ganancia, con o sin sector exterior al capitalismo. Y por supuesto, en lo que coincidían es que el capitalismo debería ser derribado por el proletariado, pues abandonado a su descomposición, arrastraría a la Humanidad a mayores calamidades. Habría ocasión de ello pues antes de que el capitalismo encontrase un límite definitivo se habrían producido tantas crisis y conflictos inter-imperialistas por nuevos repartos del mundo, que el proletariado daría buena cuenta del capitalismo.
Incluso dando por buena la crítica a Rosa Luxemburgo, lo cierto es que el capitalismo no funciona como un reloj, sino más bien de forma bastante caótica, como sabemos, incluso haciéndose trampas a sí mismo. En su desarrollo histórico desde su nacimiento siempre ha necesitado del sector extra-capitalista, para producir más plusvalía o para realizarla con la venta, y cuando éste se ha reducido sobremanera a las necesidades del momento del capital, ha debido recurrir a nuevos repartos del mundo y las guerras, o a expedientes como el armamentismo permanente, la obsolescencia programada (caducidad física o social -modas- provocada a las mercancías para generar nueva demanda al interior del sistema ya que no existe la del exterior que pudiese absorber unas mercancías pensadas para durar), ceder una parte del aumento de la productividad en incremento del salario (directo, indirecto y diferido) para aumentar la demanda, pero perdiendo con ello plusvalía, el sobreendeudamiento astronómico para crear artificialmente una demanda solvente, y la "economía de casino" para hacer trampa con el beneficio real. La amenaza de la sobreproducción por falta de planificación y al intentar con el aumento de la producción contrarrestar la tendencia al descenso de la tasa de ganancia, se acusa más cuando no se dispone de un sector exterior al capitalismo capaz de absorber con solvencia esa producción.
La desaparición del sector extra-capitalista, es un factor que sólo puede agravar los problemas tanto de la producción como de la realización de la plusvalía, por tanto de lo que a fin de cuestas le interesa a la burguesía: la tasa de ganancia.
La tendencia a la baja de la tasa de ganancia y la necesidad de mercados exteriores al capitalismo tiene otra consecuencia. A partir de aquí, se revelará otro límite histórico al capitalismo al que durante bastante tiempo ha conseguido ir escapando, y es el de la mercantilización de la Naturaleza. Porque la mercantilización del trabajo humano implica la de la Naturaleza. Como los recursos naturales, su extracción y los sumideros para los subproductos no aprovechables que resultan de su explotación (desechos, residuos) son para el capital un coste que aumenta el valor del capital constante (materias primas, energía, maquinaria...) y también el valor del capital variable (salarios para el mantenimiento de los trabajadores/as), le interesa rebajarlos lo máximo posible, para reducir la composición orgánica de capital y aumentar la tasa de ganancia. La necesidad de extraer el máximo de plusvalía del trabajo humano mercantilizado hace que se considere a la Naturaleza en los términos de una mercancía más, un coste que debe rebajarse al máximo para poder producir el máximo de trabajo no pagado.
Para combatir la tendencia a la baja de la tasa de ganancia con materias primas y mano de obra más barata y para conseguir mercados de consumo exteriores al capitalismo, este sistema necesita como ningún otro expandir sus reglas del juego, el imperio de la mercancía y el régimen asalariado del trabajo, llevando hasta el último rincón del planeta su trato a la Naturaleza y las consecuencias de su civilización.
En unas relaciones sociales en las que todo hay que medirlo por el dinero, y de competencia entre los productores buscando unos costes inferiores al oponente, todo aquello que suponga un coste adicional, que sea de muy difícil valoración porque no depende de las horas de trabajo humano al ser creación de la Naturaleza, y lo que pueda ser cargado sobre las espaldas de otras especies, de toda la Humanidad o de las clases subordinadas, tiende a no ser considerado. No por ello deja de existir, así que acaba siendo reconocido como externalidades indeseables, pero en gran parte inevitables para el capitalismo. Sus consecuencias se van acumulando y así tenemos una Naturaleza cada vez más agotada en sus recursos, con más problemas de rendimiento, con un funcionamiento más desajustado, desequilibrada, enferma, en la que sufren las demás especies, que se van extinguiendo en masa, y la misma especie humana, y que todavía está por pasarnos las mayores facturas porque el tiempo del planeta no es igual al nuestro y a los plazos con los que juega la búsqueda de la ganancia.
Este saqueo, despilfarro y degradación de la Naturaleza (incluida la humana), que sea capaz de desencadenar procesos tan complicados e incontrolables como el Cambio Climático con todas sus consecuencias, es la última prueba de que el régimen asalariado del trabajo, el capitalismo, es un sistema social caduco, desde hace generaciones extremadamente dañino para el progreso e incluso la conservación de la vida, porque es capaz de deteriorar hasta las bases mismas que hacen posible el progreso material, para sí mismo como sistema, y para la especie humana con cualquier otro sistema social.
Podemos decir por tanto, a efectos descriptivos, que el desarrollo del capitalismo, que se expresa en el Crecimiento capitalista (a costa de despilfarro, penurias, guerras) tiene un doble límite, interno o social y externo o natural.
El interno, en sus leyes de funcionamiento: en la producción de plusvalía (tasa de ganancia, tendencia a la baja) y en la realización de la plusvalía (mercados al interior y extra-capitalistas)
En el externo o la Naturaleza: a) la humana, los límites a la explotación (siempre habrá un tiempo de trabajo que deberá pagarse para poder garantizar la explotación duradera del trabajador/a) y la resistencia social y política; b) el resto de la Naturaleza, como proveedora de recursos (minerales, combustibles fósiles, energía, madera, agua, alimentos...) y como sumidero (capacidad para asimilar y reciclar nuestros residuos, la emisión de productos contaminantes a la tierra, las aguas y el aire, de gases como el CO2 a la atmósfera, etc.).
Es la propia expansión del capitalismo, su necesidad de luchar contra sus límites internos, la que lo ha llevado en busca de mercados para proveerse y para vender, a explorar todo el planeta, explotar sus recursos y usarlo como vertedero, con lo que ha creado las condiciones para que no pueda seguir haciéndolo como hasta ahora.
Que el límite externo o de la Naturaleza se convierta en un problema y gravísimo, no es algo inevitable a todo sistema social, sino consecuencia de las leyes de funcionamiento de este sistema y provocado por la dinámica que lleva a los límites internos o sociales. El socialismo no tiene que preocuparse por un límite a la explotación, ni tiene una perspectiva mercantil y meramente utilitaria (a corto plazo además) de la Naturaleza que lo empuje a saquearla y tomarla por un basurero.
El capitalismo no va a poder extender el nivel de vida de los EEUU (previo a la crisis) al conjunto del planeta porque lo impiden los límites internos del capitalismo. Pero además, en el supuesto de que no fuese así, lo impediría el límite externo del resto de la Naturaleza como proveedora y como sumidero, pues necesitaríamos de dos o tres planetas como la Tierra.
Así que el capitalismo, en los próximos años, sin poder posponerlo más, se va a encontrar no sólo con un límite social (tasa de ganancia, mercados), sino con un límite natural originado precisamente por querer contrarrestar la tendencia a la baja de la tasa de ganancia y a la necesidad de realizar la plusvalía en los mercados externos.
Como resultado de todo esto, para la década de los 30, llegará la escalada en los costes de la energía que se trasladará a todas las mercancías y al mantenimiento de la fuerza de trabajo. Un aumento obligado en la inversión en capital constante (energía, materias primas, maquinaria) que sin embargo no supondrá una mayor productividad, y también en el coste de fuerza de trabajo que implicará la reducción del tiempo de trabajo no pagado (aumento de la parte de la jornada de trabajo destinada al pago de su mantenimiento), sin significar una mejora de su nivel de vida, sino sólo un aumento del coste de la vida.
Se dará la situación de que probablemente se reducirá la composición orgánica del capital pues sí aumentará el capital constante (medios de producción), pero también lo hará el variable (salarios), y el resultado de su división será menor. Pero lo importante es que disminuirá la tasa de explotación (trabajo no pagado o plusvalía dividido entre pagado o salario), y con ello la masa de ganancia y la tasa de ganancia (masa de ganancia dividida entre la inversión total).
Los mercados exteriores al capitalismo estarán en plena extinción. China ya estará agotando el margen extra-capitalista de su campesinado por cuenta propia y sin asalariados y la solvencia de la población africana como consumidores de productos baratos. El aumento de las inversiones de capital no tendrá una fácil salida en una mayor producción de trabajo no pagado, pues en el caso de darse forzando la reducción de los salarios (por debajo del coste de mantenimiento) con la práctica extinción de los gastos sociales (salario indirecto y diferido), y aumentando el tiempo de trabajo (jornada, días laborales), dados los límites de mercado al interior (masa de parados previa, ausencia de contratación y nuevos despidos porque no se invierte ante una baja tasa de ganancia) y al exterior del sistema, tendrá un riesgo enorme de convertirse en sobreproducción, que a su vez, con la disminución de tasa de ganancia y las pérdidas, agravará la sobreacumulación de capital, que al intentar salvarse con reducción de costes con despidos, caerá en la espiral de siempre de sobreproducción, etc. Es decir, en la etapa del Decrecimiento capitalista.
Mucho tiene que bregar la burguesía contra el proletariado e inventarse para salir bien parada de esa situación. Por eso es tan importante que previamente nos derrote y que las calamidades de los años 30 terminen por desmoralizarnos.
A partir de aquí, el futuro que le espera al capitalismo es realmente complicado porque el capital no habrá tomado las medidas requeridas por el IPCC (suponiendo que esté en lo cierto) contra el cambio climático en 2020 y tampoco estará en buena disposición económica de adoptarlas en 2050, y la solución de los problemas energéticos, mediante nuevas centrales nucleares (corrientes o mini-reactores como el programa impulsado por Obama), el programa ITER (energía de fusión, para 2050 como pronto) y el programa de energía termosolar en el desierto del norte de África y Oriente Medio (Desertec) todavía no habrá dado todos los resultados que se necesitan. Aunque esos programas acaben teniendo éxito en resolver los problemas energéticos antes de que las tensiones inter-imperialistas por los recursos provoquen grandes destrucciones o incluso la aniquilación, seguirá persistiendo y con fuerza la tendencia a la baja de la tasa de ganancia agravada por la desaparición de los mercados exteriores al capitalismo, por lo cual el sistema seguirá causando grandes calamidades a la Humanidad y a la Naturaleza, con un futuro cada vez más oscuro aunque potencialmente (conocimientos científicos, etc.) pudiese ser mejor.
Los riesgos hasta llegar ahí son tan grandes y a partir de ahí, inciertos pero temibles, que no podemos fiarle más al capitalismo, pues se ha desenmascarado ya como el mayor moroso de la Historia, por la deuda contraída con nuestra especie al menos desde que entró en la decadencia en 1914 con la Iª Guerra Mundial.
Al capitalismo le pasa con la satisfacción de las necesidades humanas, algo parecido de lo que nos ocurre a los humanos con el amor y el sexo. Lo llamamos amor cuando queremos decir sexo. Lo malo es que el capital da un salto más y le llamaría sexo cuando querría decir perversión sádica, en una relación sólo consentida por la necesidad.
El capitalismo es un sistema social con una lógica perversa, persiguiendo algo ya tan contraproducente como que se cumpla una determinada tasa de ganancia (explotación), exista una demanda solvente (el necesitado que no pueda pagar, que se joda) y unos mercados proveedores y consumidores externos al capitalismo (exprimiéndoles, llevándoles de paso esta civilización), lo que acaba por no ser posible tampoco por su tendencia a que por su mismo desarrollo baje la tasa de ganancia e inevitablemente se le agoten los mercados externos porque el mundo es finito y los transforma al capitalismo, y como en su marcha y expansión por todo el planeta mercantiliza la Naturaleza, ésta acaba pasando la factura contra el capitalismo mismo.
El capitalismo se basa en el régimen asalariado del trabajo. De aquí nace todo el problema de la ganancia (relación entre tiempo de trabajo pagado y no) y del mercado (el proletariado, por los límites del salario, no puede absorber toda la producción disponible tras el consumo de la burguesía) y de la mercantilización y destrucción de la Naturaleza (mínimo coste para la tasa de ganancia). Aquí comienza su problema de relaciones sociales y naturales que no sirven para una civilización que pretenda abrir las puertas al desarrollo de la Humanidad, sin límites y en armonía con la Naturaleza. Y no tiene arreglo por mucho que se intente reformar.
Es como una máquina que tiene que acabar mal inevitablemente porque parte de un problema de diseño irresoluble. Pero como la burguesía obtiene con ella sus privilegios, está interesada en que sigamos usándola aunque nos sacrifique a nosotros y conduzca la Humanidad y el planeta al desastre.
El capitalismo, incluso en las condiciones más idóneas, dado que su meta verdadera es el beneficio dinerario, ese objeto de deseo tan retorcido, pervertido y notoriamente antinatural (contra nuestra naturaleza y la Naturaleza), complica realmente las cosas para poder satisfacer las necesidades humanas en armonía con la Naturaleza. Lo hemos visto desde el siglo XIX. Cuando podía haber cada vez más bienes y servicios para la Humanidad, acaba provocando guerras que se llevaban por delante a millones de seres humanos y a otros tantos por hambrunas y deficiencias sanitarias facilísimas de evitar; cuando el desarrollo de la cultura y las comunicaciones permite una democracia real, nos estafa con esta "democracia" cuando no con dictaduras feroces.
Si el agotamiento de recursos naturales y las complicaciones creadas por el Cambio Climático (causados por el capitalismo) ya son en sí un problema incluso para un sistema social que busca un uso de los recursos existentes, racional y al servicio de las necesidades humanas en equilibrio con la Naturaleza, no digamos con un sistema tan retorcido, deshumanizado, ineficiente y desconsiderado con la Naturaleza como es el capitalismo. Causará sin duda enormes trastornos a la Humanidad que tal vez no sea ya capaz de levantar una salida constructiva sino que se vea abocada a una gran regresión histórica, la desintegración del sistema arrastrándonos con él o quizás la aniquilación causada por el uso de armas de destrucción masiva (biológicas, nucleares...) provocada por la escalada de tensiones entre las potencias capitalistas por recursos básicos (agua potable, alimentos, gas natural, minerales imprescindibles...) y mercados.
Si hemos llegado hasta ahí, mala señal, porque indicará muy probablemente que el proletariado ha sido derrotado en las décadas anteriores y se encuentra incapaz de ofrecer una alternativa a esta civilización. La senilidad no será patrimonio exclusivo del capital y su civilización, sino del proletariado, de la especie misma.
Entonces, será por nosotros por quien doblen las campanas.
Aún estamos a tiempo de evitar este curso de la Historia, esta vez sí hacia el Fin de la Historia, pero no precisamente a la que hacía referencia Fukuyama.
Si tenemos lo suficientemente clara la naturaleza del capitalismo, su evolución, sus límites históricos, nos será más fácil comprender lo miope, reaccionario, de las supuestas soluciones a las crisis del capitalismo puestas en lo nacional, en el proteccionismo, en primero mi nación, en primero los nacionales y que lo inmigrantes se vayan a su país, etc. o en una globalización más intensa.
Los problemas no están ahí, no son de esa escala, sino de la una civilización en decadencia, ya caducada, cada vez más tóxica y peligrosa para nosotros y la Naturaleza, que históricamente está condenada a desaparecer como ocurrió con el esclavismo, el feudalismo, y que podría haberlo hecho hace años si nosotros lo hubiésemos entendido así. La cuestión es cómo sucederá, si lo haremos nosotros para salvarnos, o nos arrastrará en su degradación.
Sabiendo que el capitalismo está históricamente condenado, debemos tener claro que de él no va a nacer espontáneamente una sociedad mejor. El capitalismo no está preñado de socialismo, sino de barbarie. Debemos ser nosotros, el proletariado, los que tomemos conciencia de la necesidad de conformarnos como colectivo y fuerza social constituyente de una nueva civilización que permita superar el régimen asalariado del trabajo, el capitalismo y nuestra condición de clase proletaria.
Esto no lo lograremos si creemos que nos resulta imprescindible la burguesía, o cuestionándola porque no tenemos ya más remedio si queremos sobrevivir, sustituyéndola por otra élite que nos domine, la tecno-burocracia. Si pensamos que bastará con seguir en nuestro papel pero con la propiedad estatalizada, en lugar de pasar a dominar realmente nuestras condiciones de trabajo, a dirigirlas y para ello superar la división social clasista del trabajo, superándonos en nuestra formación y conocimientos. Si creemos que la clave está en elegir a un partido o coalición de partidos que sepan tomar las decisiones en lugar de nosotros. Y no podremos aspirar a liberarnos si ni siquiera somos capaces de controlar las luchas desde nuestra organización en las asambleas, delegados, coordinándolas y revocando en cualquier momento a los elegidos. Si no lo somos, nunca dejaremos de ser el proletariado para el capital, sólo capaz de elegir a qué forma del régimen asalariado adaptarse, ahora la privada, luego la estatal, de vuelta a la privada...
Es hora de que nos hagamos mayorcitos y asumamos lo que la realidad nos impone si no queremos pagar las consecuencias.
Sí, la tarea que tenemos por delante es de dimensiones históricas, la más importante y trascendente de toda la historia de la Humanidad, queramos creerlo o no, lo veamos como una gran oportunidad o como un gran "marrón", y es una tarea de nuestra época, no para dentro de cien años. Nos toca. Una misión para la juventud ante todo; para vivir en el futuro mejor o padecerlo.
12.- El envejecimiento de la población, un factor nuevo que favorece nuestra derrota y nos obliga a tener el tiempo más en cuenta para aprovechar ahora el potencial de la juventud.
Las previsiones demográficas y la misma realidad actual, nos dicen que se está produciendo a escala mundial, y sobre todo en los países ricos del hemisferio norte (de EEUU a Japón), un notable envejecimiento de la población, irreversible y creciente para las próximas décadas. No sólo porque se viva más años, sino porque hay muchos menos nacimientos y por tanto menos jóvenes de los que se vieron por ejemplo en la década de los 60 del siglo pasado, y hasta hace poco en los países árabes.
El sentido común y toda la experiencia del movimiento obrero y popular nos dicen que no tiene la misma capacidad de lucha un joven de 20 años, que un adulto de 50 o un anciano de 70. Los jóvenes, en rebeldía durante la adolescencia, más capaces de cuestionar el orden establecido, con toda la vida por delante, se plantean con más facilidad objetivos a largo plazo, como son los de la transformación social, y que esperan poder disfrutar; pero cuanto más avanzada es la edad, queda menos futuro y por tanto los proyectos se centran más en el corto y medio plazo.
Aunque se retrase la edad de jubilación de los trabajadores/as, y por tanto se siga en activo, en las empresas, dado el porcentaje de adultos de edad avanzada entre la población activa y la gran masa de jubilados, el envejecimiento ejercerá una influencia negativa hacia la lucha.
La burguesía también envejecerá, pero el capital sí contará con la fuerza de la juventud comprada en forma de policías, militares, mercenarios y asesinos a sueldo, no faltándole candidatos por el importante desempleo, ni tampoco hará ascos para esto a la inmigración.
Teniendo en cuenta este factor completamente novedoso en la historia de la Humanidad y para las luchas sociales, podemos pensar que en los próximos años la burguesía no va a necesitar derrotar al proletariado mediante el uso generalizado de medidas extremas como baños de sangre, dictaduras terroristas militares y fascistas. Le bastará una derrota lo suficientemente severa, que se acumulará a la de las décadas anteriores (las de los años 80, el derrumbe de los "países socialistas" que desprestigió al comunismo indebidamente asociado a ellos, la globalización...), para que se imponga la necesaria desmoralización y e impotencia, pues éstas serán mucho más difíciles de remontar en las próximas décadas debido al envejecimiento de la población en general y del proletariado en particular.
La memoria de derrota es muy fácil que se convierta en un gran lastre para afrontar la exigencia de nuevas luchas y sin un fuerte relevo generacional sin traumas y animoso, será más complicado que se dé una recuperación de la resistencia y menos una ofensiva del proletariado frente a la nueva era del capitalismo.
La burguesía necesita una gran derrota del proletariado para imponer la nueva era, pero no precisa imponerla toda ahora, pues el factor de la edad juega a su favor y bastará con que sepa esperar un tiempo cuando la correlación de fuerzas le resulte más favorable para asestar los peores golpes. Eso quiere decir que lo peor estará por llegar dentro de unos años.
Es decir, que si no andamos listos ahora, el precio a pagar por una derrota próxima será mucho más duradero y de consecuencias mucho más dramáticas de lo que pueda llevarnos a pensar lo que hayamos sufrido y los sacrificios que de inmediato se nos impongan.
Esto es un factor más que debe llevarnos a la conclusión de que debemos tomar la iniciativa en la lucha para debilitar a la burguesía y encontrarnos en mejores condiciones cuando el envejecimiento sea más acusado, no limitarnos a esperar los ataques del capital, no respetar los tiempos que más le convienen al capital.
Esto significa que las luchas no deben ser sólo por las necesidades más inmediatas, sino que deben cuestionar cada vez más el régimen asalariado del trabajo y su Estado, para debilitar a la burguesía lo máximo posible e ir poniéndola a la defensiva.
Debemos aprovechar ahora y en los próximos años que todavía la juventud representa un porcentaje alto de la población.
La denuncia decidida del régimen asalariado del trabajo, del origen del beneficio en el trabajo no pagado o plusvalía, su deslegitimación como estafa, puede encontrar una gran aceptación en la juventud trabajadora, precarizada, que se siente estafada porque tras mucho esfuerzo, años de estudio, trabajo duro, recibe muy poco del sistema, sabe que recibirá menos en el futuro, que probablemente no habrá una pensión de jubilación para ella, y porque debido a su edad está menos inclinada a las concesiones racionalizadoras, a las medias tintas, más dispuesta a un cuestionamiento y enfrentamiento con la raíz del sistema. Entender que la causa profunda por la que se siente estafada no es una política económica concreta, el "neoliberalismo", la desregulación del sistema financiero, etc., sino la estafa original, la que está en la base misma del sistema.
Como el régimen asalariado del trabajo es la raíz, la viga maestra, el pilar fundamental de esta civilización, lo que explica la naturaleza del Estado, a quién sirve, la juventud estará más dispuesta a cuestionar toda esta civilización y a plantearse la necesidad de constituir una nueva, sobre todo porque esta estafa conduce a un futuro ruinoso para ellos.
Si un sector de la población es capaz de sentirse atraído por una gran misión, por algo trascendente, que deje una gran huella en la historia, crear algo nuevo desde sus cimientos, una aventura vital en la que sería el gran protagonista y beneficiario, es sin duda el de los jóvenes. El impulso que manipula la burguesía para arrastrar a la juventud trabajadora y de la pequeña burguesía a las guerras o a los grupos fascistas, puede encauzarse en esta situación histórica al cuestionamiento radical del capitalismo. Si no se hace así, esas fuerzas vitales y potencialmente constructivas pueden degenerar en destructivas socialmente (apoyo a fuerzas reaccionarias) y personalmente autodestructivas, cayendo en el nihilismo, el consumo de alcohol y drogas, algo que sin duda el gran capital sabrá promocionar para llevar a su perdición a parte de la juventud. La que se sabe engañada se encontrará cada vez menos motivada por pequeñas reformas y sentirá la urgencia de hacer algo que realmente permita cambiar la situación. Si no sabemos encauzarlo ahora, resultará más difícil más adelante. Si nos limitamos a ofrecer un horizonte de reformas que lo más seguro es que no se logren, echaremos a perder la energía de la juventud y el tiempo que disponemos.
Esta perspectiva supone también una lucha mucho más consciente, con una visión estratégica, con una mayor planificación para sacar el mayor provecho posible del tiempo con el que contamos y de las fuerzas disponibles, de modo que la fuerza alcanzada sea lo suficientemente elevada como para resistir el reflujo en condiciones más adversas. Debe acabarse el no disponer de más estrategia que la de improvisar sobre la marcha.
13.- ¿Habrá un período de recuperación económica que permita la de las fuerzas proletarias? La importancia de entender de qué va todo esto.
Esta crisis nos ha llegado después de un largo período de debilidad y desorientación del proletariado debido a la estrategia de la globalización con sus deslocalizaciones, presión a la baja de los salarios, etc., y al indebido descrédito del socialismo-comunismo por culpa del hundimiento de los mal llamados países socialistas (Capitalismos de Estado). Esto se acumula a derrotas previas específicas de cada país.
En estas condiciones, "llueve sobre mojado", y la reacción más extendida entre los trabajadores/as es el miedo, la sumisión, el sálvese quien pueda, la parálisis, con una profunda desconfianza en que podamos levantar nosotros un proyecto propio para una nueva sociedad. Cuando estamos entre la espada y la pared, cuando no podemos perder más, cuando los sacrificios significan ser sacrificados, y compartimos la suerte con otros con posibilidades de acción colectiva (en la misma empresa, no aislado cada uno en el paro), es cuando más probabilidades hay de que reaccionemos.
Pero esto puede hacerse demasiado tarde, mal y con una gran desorientación sobre las causas, los culpables, las soluciones, con lo cual la derrota es más probable y sin haber sacado lecciones que nos sirvan para más adelante.
Este debilitamiento o derrota tendría más posibilidades de ser remontando si se diese una recuperación económica que redujese de modo muy ostensible el paro, el miedo al desempleo y favoreciese la lucha de resistencia que volvería a darnos confianza en nuestras propias fuerzas.
Pero precisamente ese relanzamiento es muy dudoso, puede retrasarse varios años, ser débil e inestable, sustituido bien pronto por un estancamiento y recesión. Desde luego, nada que se parezca ni remotamente a los años 60, ni siquiera a los años previos a esta crisis, en particular en España, donde no puede repetirse el espejismo del modelo basado en la construcción y el crédito barato. Incluso los economistas de la burguesía tienen claro que esta crisis no tiene la forma de V, es decir, brusco descenso, rápida recuperación, sino de W sucesivas e incluso de una L, con un prolongado palo horizontal, es decir, que no remonta el crecimiento, lo que se acerca a un encefalograma plano. Claro que a partir de ahí también se podría caer en una letra que no tienen prevista, la Z, es decir, bajar un escalón y una nueva L.
Como ya hemos comentado, el capitalismo ya domina todo el planeta, no hay capacidad para generar una demanda solvente suficiente fuera de él comparable a la que hubo en el siglo XIX y parte del XX, tanto en los países subdesarrollados no capitalistas como en las capas no integradas en el sistema dentro de los países ricos (campesinos independientes), el sistema socaba su propia demanda interna al pretender recuperar su tasa de ganancia a costa de los salarios del proletariado y de los ingresos de las clases medias soñando con la competitividad que le permita vender en el extranjero a otros países capitalistas, sueño que comparten todos y que por tanto acabarán anulándose mutuamente, y el estimulante del endeudamiento y las ganancias ficticias de las burbujas especulativas han llegado al nivel de sobredosis que mata y no puede mantenerse. Por tanto, incluso aunque algunos países lo consigan por un tiempo, o una buena parte de ellos por un tiempo menor, los "milagros" y los "trucos de magia" económicos van a ser más difíciles que nunca, mientras acechan por todos lados minas y bombas de relojería que pueden provocar reacciones en cadena. Si recurren a huidas hacia adelante y a ganar tiempo postergando los problemas, estos se agravarán y estallarán en un futuro próximo con una fuerza más demoledora, como ha ocurrido con la "salida" de la crisis de los 70, con el neoliberalismo, la globalización, el endeudamiento y la especulación.
Por tanto, lo más probable es que no habrá un período de recuperación económica a escala mundial, ni siquiera de los países ricos, que merezca compararse ni de lejos con lo que fueron los años 50 y 60, ni en intensidad ni en recorrido, y pronto enlazaremos con la crisis de sobreacumulación detonada por la crisis energética (década de los 30). Y esto siendo cautos, pues no queremos hacer estimaciones equivocadas porque el capitalismo, una vez más, se haya sacado un as de la manga y haya conseguido librarse por los pelos. Aunque más que un as pueden ser reyes de espadas (guerra) y bastos (represión).
Por eso precisamente es tan importante que hoy, a pesar de nuestras debilidades, estemos lo menos confusos posibles sobre la naturaleza de esta crisis, el futuro del capitalismo, la raíz de todos los problemas, porque la recuperación no vendrá tanto de las condiciones económicas como de que sepamos sacar partido a nuestra inteligencia.
No es lo mismo culpar a la banca, los políticos, etc., que comprender que somos nosotros, inconscientemente y obligados, quienes los engendramos y dotamos de fuerza por nuestro trabajo asalariado y condición de proletarios, y que abolido el régimen asalariado del trabajo, todo su poder, amenazas y ataques, se esfumarían.
Si caes en la lona es mejor conservar la visión clara para saber dónde asestar los golpes o defenderse mejor cuando te levantes, que darlos medio a ciegas.
Y si demuestras que ya no te crees las mentiras del "salarismo" y del Estado, la burguesía se andará con más cuidado, sin tanta arrogancia y es probable que nos dé un respiro. Tal vez sea eso lo único que podamos aprovechar para recuperar mejor nuestras fuerzas.
14.- Su moral nos esclaviza, la nuestra nos emancipa. Todo está sustentando en una estafa, en una inmoralidad, el trabajo no pagado. Levantar bien alto la teoría marxista de la plusvalía. La importancia crucial de la lucha moral. Hacia un tipo humano nuevo.
Esta crisis, al igual que otra anteriores y que los tiempos de "vacas gordas" (trabajo no pagado, especulación, militarismo...), revela la especial degradación moral de esta civilización, fenómeno común a todas en su época de decadencia.
A comienzos del capitalismo, cuando todavía debía vencer al feudalismo, las monarquías, el poder absolutista y su alianza con la Iglesia, la burguesía podía levantar las banderas de la racionalidad, de la libertad y de la igualdad ante la ley. Pero definitivamente, desde la Iª Guerra Mundial y todas las crisis, guerras, genocidios, dictaduras, despilfarros, desorden, que ha imperado desde entonces y lo que nos prepara, la burguesía ya no puede dar lecciones a nadie.
La burguesía lo sabe y por eso quiere que nos conformemos con el juego de las comparaciones de cuál de los capitalismos es menos malo, si el que, sin necesidad alguna, inició la era del armamentismo nuclear lanzando sucesivamente dos bombas atómicas sobre la población civil y no hizo lo que podía (bombardeo vías férreas y campos de exterminio) para detener el genocidio judío, o los nazis, o si estos o el estalinismo con los campos de trabajos forzados hasta la muerte del gulag; el capitalismo tipo EEUU (neoliberal a tope) o el tipo de Alemania ("renano" con menú griego) o el de Japón ("toyotista") o el de China (trabajar como chinos), o que si esto, que si lo otro.
Se sirve de fenómenos como el islamismo radical y el terrorismo para darse aires de superioridad como civilización y moral, pero ya no engaña, porque ese fenómeno ha surgido en gran parte como reacción -retrógrada- a la decadencia del capitalismo, cuando no ha sido directamente fomentado por él (talibanes en Afganistán contra la URSS, Osama Bin Laden agente de EEUU, la monarquía de Arabia Saudí mano a mano con EEUU, etc.), y comete atrocidades criminales como la guerra de agresión de EEUU y sus lacayos a Irak con la excusa mentirosa de la existencia de "armas de destrucción masiva".
No es con eso con lo que debe compararse a estas alturas sino con lo que ya podríamos ser y el capitalismo impide que seamos.
Los privilegios asombrosos de los burgueses, sus remuneraciones en los consejos de administración de las empresas, incluso de las que han llevado a la ruina o han debido ser salvadas con nuestros impuestos, las indemnizaciones y pensiones millonarias mientras se cicatea las de los trabajadores/as y las viudas, la desvergüenza de los políticos corruptos, desde el poder municipal a la cumbre de los gobiernos, las maniobras sucias cuando no ilegales para lograr auténticas fortunas, un catálogo interminable de actividades (ilegales o no, la legalidad está al servicio del robo legal que es el beneficio capitalista), los tratos de bancos y gobiernos con las mafias, muestran el grado de hipocresía, cinismo, inmoralidad alcanzado por la burguesía mundial.
La actual crisis demuestra el descaro de la burguesía cuando los que nos han llevado al desastre son los que dicen querer salvarnos, porque el neoliberalismo sigue por sus fueros pero apoyándose en el Estado, al punto que sus agentes ocupan posiciones clave (presidentes de gobierno y del BCE provenientes de Goldman Sachs) y ya se ha abandonado toda la demagogia de la "refundación del capitalismo". Y mejor que no, con dos siglos hemos tenido más que de sobra y segundas partes no suelen ser buenas.
Pero todo esto nos asombra menos cuando comprendemos que difícilmente podría ser de otra manera. Este árbol da frutos envenenados porque sus raíces están corrompidas. Y esas raíces no son sino el régimen asalariado del trabajo, un régimen de explotación.
Porque no puede terminar con un buen balance una civilización que está sustentada en una gran mentira, tan clara y tan silenciada a la vez, como la del rey desnudo.
La gran mentira, viga maestra de todo el edificio institucional del capitalismo y de toda su cultura, es que se paga al proletari@ todo el trabajo realizado y que el beneficio es el premio a la "productividad" del capital, a su riesgo. La realidad es que sólo se paga una parte y el resto es la plusvalía, de la que surge el beneficio que se embolsa el capital (el burgués a su bolsillo y la empresa a la acumulación). La parte pagada es la correspondiente al mantenimiento del trabajador/a que varía según evoluciona el capitalismo (productividad, necesidad de consumidores) y la lucha del proletariado por mejorar sus condiciones de vida. No queremos que la burguesía arriesgue nada (¿el patrimonio acumulado en la anterior generación por el trabajo no pagado?), ni que los "emprendedores" tengan que hipotecar su vivienda para crear una microempresa que desaparecerá con la crisis. Sobre todo no queremos seguir los trabajadores sufriendo todos los riesgos del régimen asalariado (pobreza, accidentes y enfermedades laborales, precariedad e inseguridad del trabajo, desempleo, represión...). Queremos adecuar la propiedad y dominio de los medios de producción a la socialización efectiva del trabajo, que no es privado sino colectivo, es decir, que la banca y los medios de producción se colectivicen, pasen a ser del dominio del trabajador colectivo libremente asociado (opuesto a la propiedad estatal bajo el Capitalismo de Estado).
El capital atribuye la ganancia a un supuesto pago al capital por su función y el riesgo que corre el inversor. La explotación del trabajo, el plusvalor por el trabajo no pagado, es el origen del beneficio. Poder obtenerlo es lo que motiva a invertir a pesar del riesgo de fracasar. Pero el riesgo no es la causa del beneficio pues no origina un supuesto valor que dé derecho de cobro, pues lo que crea valor es el trabajo. El beneficio es lo que motiva al riesgo, no es la paga del riesgo ni está causado por el riesgo.
De esta realidad, para no introducir directamente la violencia en la empresa y guardar las apariencias de libertad e igualdad entre trabajador y burgués, debido a la división del trabajo dentro de la burguesía (un burgués se dedica a la empresa, otro al Estado, o el mismo en diferentes fases de su vida, a veces a la vez), y por la necesidad de crear cuerpos e instituciones especializadas en determinadas tareas (administración, represión, guerra), es por lo que surge el Estado burgués, aprovechando lo que se puede de las instituciones del absolutismo. Otra gran mentira consecuencia de la primera. Porque supuestamente está para servir al "bien común" y "representar la voluntad popular", pero su tarea prioritaria, central, es la de asegurar la continuidad del capitalismo, los beneficios del capital y participar (como salario indirecto y diferido) en el mantenimiento de los trabajadores/as (sanidad, educación, jubilación...), reprimiendo las luchas, revueltas y revoluciones, defendiendo y ayudando a expandir el capital nacional con las guerras imperialistas.
A partir de aquí, todo lo demás, todas las mentiras burdas o sofisticadas (economistas, ideólogos, legisladores, etc.), toda la corrupción y gansterismo, no son más que consecuencias, efectos secundarios, aunque ellos quieran presentarlos como casos puntuales, la excepción que confirma la regla y finjan escandalizarse o realmente lo sientan cuando uno de ellos ha sido perjudicado por las canalladas del otro, o subleven la indignación de la población trabajadora.
Por eso, parafraseando a los papas de la Iglesia cuando decían que el comunismo del proletariado era intrínsecamente perverso, podemos decir sin duda que el capitalismo es intrínsecamente perverso y generador de inmoralidad porque se sustenta en la gran mentira de los últimos siglos, en una inmoralidad radical.
No debe extrañarnos que ocurra así. En otros tiempos se atribuía a la máxima autoridad una naturaleza divina, como los faraones, o que tenían la bendición divina y eran los representantes de su autoridad, como los reyes, o que los esclavos, los negros o los indios americanos, no eran de verdad personas, pues tenían alguna tara en su naturaleza, cualquier excusa por absurda que fuese, el dominio de los señores feudales se atribuía al derecho de conquista, a la "protección" a los campesinos que explotaban y a los derechos sucesorios. Una clase explotadora nunca reconocerá que lo es, porque perderá su legitimidad. Su naturaleza puede revelarla la siguiente clase dominante que la ha derrocado y está interesa en deslegitimarla y legitimarse a su vez.
Sin el reconocimiento de esta injusticia básica del capitalismo es muy difícil establecer la relación de éste con el imperialismo, las guerras y las dictaduras, y explicar cómo un sistema supuestamente justo puede generar o ser compatible con tanta desigualdad social, política, injusticias y horror. Esto es lo que hace la burguesía, que atribuye todos esos fenómenos a diferentes causas sin reconocer el hilo rojo que recorre a todo, para así disimular la naturaleza del sistema social, por lo que le resulta más fácil desorientar la oposición y dar continuidad al sistema.
La burguesía lleva la lucha moral en el terreno en el que a ella le conviene, que cuando no es secundario, es tramposo y reaccionario. La verdadera moralidad, por la que clama hoy la vida humana y la Tierra, no podemos esperarla de la burguesía.
No cabe hacernos ilusiones con el sentido de la responsabilidad y la moralidad de la burguesía porque están haciendo el papel de gerentes del capital y el capitalismo, el "salarismo", es una relación social con sus propias reglas del juego que si no se quiere acabar con él, deben respetarse, y eso exige explotar a los seres humanos, esquilmar el planeta, sacrificar hasta la extinción a otras especies. Nunca podrás hacer que una hiena se haga vegetariana. Pues igual. Y este sistema exige que quienes están en la cumbre, supuestamente guiándolo, que no dirigiéndolo, ni domándolo, sean cada vez más insensibles a las necesidad de la Humanidad y del planeta, que como seres humanos se corrompan cada vez más, se hagan más cínicos, mentirosos, indiferentes y crueles. Por eso en los momentos más difíciles, el sistema organiza un casting para elegir (con o sin participación popular) a sus líderes, quiénes van a tener estómago para tomar las medidas más duras de sacrificios y van a conducir a la guerra que necesita el capital para seguir funcionando, reproduciéndose, acumulando beneficios.
La burguesía está muy poco motivada para renunciar a su papel porque le otorga el dudoso placer de estar por encima de los demás, dominar y obtener todo tipo de privilegios. De ella no puede venir el cese de la explotación del trabajo, el desarme generalizado, detener el saqueo del planeta, ni las medidas necesarias para contrarrestar al máximo la tendencia al Cambio Climático y la extinción de más y más especies.
Los perdedores de este sistema social somos los trabajadores/as, quienes lo soportamos sobre nuestras espaldas y quienes con nuestro trabajo le damos vida, lo alimentamos, le permitimos crecer y expandirse.
Por eso nosotros somos los más interesados en cuestionarlo y también los que debemos hacerlo pues sólo en nuestras manos se halla la posibilidad de derribarlo desde la raíz, desde el régimen asalariado del trabajo, del que somos los principales protagonistas. Por ello es por lo que tenemos esa responsabilidad moral que es una responsabilidad histórica para con la Humanidad y la Tierra.
El combate en términos morales es importante. La burguesía en su decadencia nos da muestras ridículas de su moralidad cuando acosan a un jefe de Estado porque ha sido infiel con una becaria, no porque sea la cabeza de una potencia capitalista imperialista. O se centra en cuestiones sexuales como medio de imponer su autoridad sobre nosotros y controlar mejor nuestras vidas a través de la expresión de la vitalidad y lo que hacemos con nuestros cuerpos. Con su comportamiento extiende la inmoralidad y la hipocresía sobre todos los sectores sociales, invitándonos a parecernos a ellos, a no dar importancia a esas actitudes, para que todos "vayamos a lo nuestro" no miremos a quién pisamos por sobrevivir o subir un poco más, nos desentendamos de lo que hagan con otros trabajadores/as y pueblos del mundo, dejándoles así las manos libres para perpetrar sus crímenes. El cinismo de la burguesía la ayuda a ser un agente despiadado del engendro capitalista con el "todo vale", pero cuando se extiende a nosotros es para inocularnos el "es lo que hay, no pidas más, aprovecha lo que puedas antes de que lo haga otro" ante la explotación, la corrupción, la brutalidad policial, las guerras; el "nada vale la pena" para fomentar nuestra derrota e incluso nuestra degradación cayendo en el alcoholismo o el consumo de otras drogas. Y sobre todo para que no reconozcamos la inmoralidad intrínseca al sistema, la moralidad de nuestra lucha y nuestra responsabilidad moral.
La lucha moral está muy lejos de ser un bonito broche final para dar coherencia a nuestra lucha. Si durante la IIª Guerra Mundial la ausencia de la ética más elemental hizo posibles auténticas monstruosidades, genocidios, la inmolación bajo las bombas de la población civil, y hace mucho menos tiempo (década de los 90) conocimos los horrores de Yugoslavia, el futuro del capitalismo puede conducirnos a escenarios parecidos, empezando por hambrunas que maten a millones de personas. Sin una renovación ética proletaria seremos incapaces de detener esa deriva de inhumanidad y asistiremos a ella como meros espectadores, como "vacas que ven pasar el tren" con destino al campo de exterminio, pero los que irán en los vagones seremos muchos de nosotros.
La burguesía, a la hora de la verdad, se desentiende de la suerte de la mayoría de la especie humana y del planeta, al sacrificarnos para salir de su crisis que le conducirá a otras peores y no ser capaz de adoptar las medidas necesarias ante los peligros del Cambio Climático.
La lucha del proletariado, expresada también en términos expresamente morales, ayudará a contrarrestar la inmoralidad y cinismo que infunde la burguesía al conjunto de la sociedad, haciendo por tanto más inadmisibles sus privilegios y corrupción, convirtiendo en más explosivos socialmente sus escándalos, que quizás puedan ser la chispa desencadenante de procesos de lucha de mucho mayor calado.
¿Por qué el islamismo tiene tanta fuerza política? Una de las razones es porque combina los intereses económicos y políticos con la autoridad (divina) de la religión. Nosotros no debemos mezclar la lucha por nuestra emancipación con la religión (en todo caso, es algo privado), entre otras razones porque eso desembocaría en la división e incluso enfrentamiento por cuestiones religiosas. Pero sí debemos levantar nuestra bandera moral, y expresarla así, sin timidez, para llevar también la ofensiva en ese terreno y no se atrevan a apuntarnos con el dedo (tomando el de algún dios), ni a darnos lecciones, ni a pretender que nos sometamos a alguna autoridad tras la que esconden la suya. Porque sin un sentimiento moral, no sólo de lo que es científico, racional o incluso justo, sino de lo que es bueno o malo para nuestra dignidad personal y desarrollo humano, de lo que se puede o no hacer ¿hasta dónde puede llegar la indignación, la cooperación fraternal, la solidaridad, la capacidad del sacrificio voluntario incluso hasta la muerte por un objetivo común, cuándo debemos decir no a su violencia, dónde debemos poner nuestros límites en la lucha contra la burguesía para no degradarnos como ellos lo hacen, y tantísimas otras cuestiones relevantes?.
A muchos trabajadores/as, por su nivel cultural, les costará más comprender la naturaleza y funcionamiento del capitalismo, la necesidad del socialismo-comunismo. Para ellos es tanto más importante saber que si bien la razón estará de su lado, sin duda lo está la moral, y que por tanto no deben dejarse engañar por las argucias de la burguesía y sus llamadas a la obediencia. Plantearlo también en estos términos es una forma de unir a los trabajadores/as que de otro modo podrían estar divididos por diferencias religiosas y para cuestionar aquellas creencias religiosas que no sean capaces de reconocer esta inmoralidad. Esto tiene especial relevancia cuando hay países en los que la religión tiene mucho peso, como EEUU, Italia, y existe una importante presencia de inmigrantes o descendientes de ellos que profesan religiones como el Islam.
Subrayar el aspecto moral de la cuestión, la estafa en la misma raíz del sistema, sirve para contrarrestar la resignación a la que se tiende cuando la burguesía logra imponer el debate en términos de "racionalidad económica" las necesidades del funcionamiento de su economía, aunque pueda aceptar que existen excesos, irregularidades, escándalos, etc. El escándalo es el sistema mismo, que por tanto es incorregible.
A todos, saber que la razón y la moral están de nuestro lado, nos infunde convicción y ánimo, eleva nuestro espíritu para una lucha que sin duda será dura, costará sacrificios, y también deberá hacer frente a los intentos de división, cooptación, soborno y corrupción de la burguesía.
Nuestra lucha es también una lucha moral. Por eso debemos llevar la moral a la política. Debemos llevar los debates morales al centro de la lucha de clases, no a la periferia como quiere la burguesía. La primera inmoralidad del capitalismo es su existencia misma basada en una estafa, en una gran mentira, como es la explotación del trabajo supuestamente pagado en su integridad, su expresión en el régimen asalariado del trabajo. Cuando el capitalismo ha caducado y ya puede ser sustituido por un sistema social superior, el capitalismo se ha vaciado de toda legitimidad moral e histórica.
Ya que el Estado es una organización diseñada y orientada al encubrimiento de esta estafa y a la protección de los estafadores, y su presentación como representante de la voluntad popular o garante del bien común no es más que una coartada, el Estado también carece de legitimidad.
El capitalismo es una estafa y su defensa, la de una injusticia. El enfoque moral es importante porque la burguesía cada vez más va a procurar culpabilizar de su situación a los trabajadores/as, a los parados, a los represaliados, y justificar la represión policial, la actuación de los "incontrolados", de toda la fauna de mercenarios y psicópatas a sueldo, con los que se protege, haciendo uso de un discurso entre hipócrita y descaradamente agresivo.
Planteada así la cuestión, la obediencia y la desobediencia ya no se mide en términos legales, en el cumplimiento o no de las obligaciones impuestas por la ley, sino que pasa a ser una cuestión moral, donde la obediencia al sistema será inmoral y la desobediencia al sistema, moral.
Esto es importante, porque no sólo el miedo al castigo o el deseo del premio, o la mera rutina, conducen a la obediencia, sino una tendencia cultivada desde nuestra más tierna infancia, de un peso mayor o menor según las culturas, que debe ser rota para atreverse a desobedecer y ver en ello no un estigma y motivo de culpa, sino todo lo contrario. La desobediencia planteada en términos morales hace que frente a la autoridad del patrón o del Estado aparezca otra autoridad de un nivel superior, sin necesidad de que sea religiosa, y en un plano incluso por encima de las disputas políticas e ideológicas, como es el plano de la dignidad humana, integridad y desarrollo como persona, por lo que es más fuerte y difícil de cuestionar por una autoridad inferior como la del capital y su Estado.
La sumisión puede ser difícil de romper si el debate interno se establece sólo en términos de lo que es legal o no, de costes y beneficios, de miedo y valor, y no se pasa al cuestionamiento de algo más básico, más profundo y más elevado, como la moralidad, la dignidad e integridad como ser humano. Llegado a ese punto, las demás consideraciones pasan a un segundo plano y donde había miedo surge el coraje, frente a la legalidad la aspiración a imponer otra, y en los costes, pesa más no sentir vergüenza de uno mismo que la factura que haya que pagar.
Es particularmente relevante en países muy desarrollados materialmente pero con un gran peso de las tradiciones culturales propias del feudalismo, como es el caso de Japón, país clave para el desarrollo de la revolución proletaria en Asia. La tendencia a la obediencia debe transformarse en disciplina en la autoorganización democrática de los trabajadores/as, los Consejos y organismo de poder popular, en cuyas deliberaciones y toma de decisiones se deberá participar.
Esa es la cuestión que debemos poner en el centro de los debates morales. Porque si vamos ganando esta batalla, estaremos corriendo la tierra bajo los pies del gigante.
Por eso, poner en primer plano la teoría marxista de la plusvalía, de la ganancia, poner en el foco de atención el régimen asalariado del trabajo, y hacerlo con toda su carga moral no como si fuese una teoría matemática o estructural, es la cuestión cardinal de nuestra época. El motor para el desarrollo de la lucha proletaria, lo único que puede permitir su victoria y evitar que sea suplantada por una nueva dictadura tecno-burocrática. El retroceso que ha sufrido entre los trabajadores/as de todo el mundo este conocimiento clave de lo que es nuestra realidad y la del capitalismo, es indicativo del retroceso y desorientación de nuestra clase. Y la burguesía es la primera interesada en que continuemos así y en plantear, gracias a sus economistas, teorías alternativas que sólo encubren la verdad y no sirven para explicar y resolver nada como lo demuestra una vez más esta crisis.
Los trabajadores/as no podemos adquirir el conocimiento de expertos en economía capitalista y no debemos enredarnos con cuestiones más secundarias de su funcionamiento (tipo de interés, déficit del Estado, inflación, balanza de pagos, productividad, emisión de moneda, etc.) donde además disputan muchas escuelas de pensamiento económico, con abundancia de las burguesas.
Debemos hacer hincapié en una idea fuerza, en una verdad profunda, fácil de entender y clave para cambiar el mundo, y esta es la del trabajo no pagado como origen del beneficio, esencia del régimen asalariado del trabajo, motor del desarrollo, crisis y decadencia de esta civilización. Traducido en lema puede ser, entre otros muchos, el siguiente: ¡EL DESARROLLO, CRISIS Y DECADENCIA DE ESTA CIVILIZACIÓN, SE DEBEN A LA PERSECUCIÓN DEL BENEFICIO QUE SE ORIGINA EN LA EXPLOTACIÓN, EN EL TRABAJO NO PAGADO AL PROLETARIADO, SOMETIDO AL RÉGIMEN ASALARIADO! ¡LA MISIÓN DEL PROLETARIADO, LIBERARSE A SI MISMO Y A LA HUMANIDAD, ABOLIENDO EL ASALARIADO!
Para poder exponer esta cuestión central es imprescindible que orientemos ya la lucha con una denuncia del régimen asalariado del trabajo. El componente moral de esta denuncia, señalando expresamente que en esta estafa, en esta mentira, se sustenta toda esta civilización, contribuirá a que deban ponerse a la defensiva. Por ello la denuncia -que no la pretensión de abolirlo ya- del régimen asalariado del trabajo no es una imprudencia, adelantarse a los acontecimientos, sino una medida que nos dará más fuerza, confianza, valor moral, y nos hará ganar tiempo frente a la velocidad de la ofensiva burguesa.
Poner en primer plano la explotación capitalista, el origen del beneficio, la plusvalía, el régimen asalariado del trabajo, la gran estafa en la que se basa esta civilización, el poder de la burguesía y su Estado, nos ayudará a centrar ahí el debate social y económico, dificultar que la burguesía lo disperse, nos encierre y enrede en los términos en los que ella quiere discutir y negociar: competitividad, inflación, déficit, etc. Todo eso es importante, pero secundario, y si no dejamos clara la relación con la estafa será como si la aceptásemos y sólo discutiésemos su cuantía, cómo hacerla y disfrazarla mejor, como darle continuidad, etc., pero creyendo que es un negocio básicamente legítimo que sólo hay que ajustar en sus detalles.
Este planteamiento moral es también importante para evitar que las protestas, en lugar de orientarse contra el capitalismo, el régimen asalariado del trabajo, deriven en saqueos e incendios, que si bien expresan una protesta contra esta sociedad, participan de su corrupción en los valores. Son todavía recientes los sucesos en Londres en agosto de 2011, y si no se levanta una alternativa proletaria se multiplicarán como manifestaciones de descontento, resentimiento y nihilismo.
Hubo otros tiempos no lejanos, como la década de los 50 y 60 en los que la burguesía no se mostraba tan arrogante como hoy y sin embargo sus éxitos eran mayores. Ahora, a pesar de su escandaloso fracaso, y de un futuro de crisis energética que hundirá su globalización, está llena de soberbia. Es hora de empezar a bajarle los humos no criticando a la banca, etc., sino cuestionando la legitimidad de su misma existencia en cuanto que clase.
Ahora que se hacen tanta propaganda sobre la necesidad de los empresarios para crear puestos de trabajo, para superar la crisis, etc., cuando resulta que los puestos de trabajo los destruyen los empresarios, cuando son ellos, las principales empresas mundiales y nacionales, los que nos han llevado a la crisis, y es su régimen de trabajo asalariado el que dicta que los trabajadores/as sobramos, y que si no servimos para ellos también acabaremos estando de más como personas, es cuando debemos decir bien alto que no somos los trabajadores/as los que sobramos, sino la burguesía en cuanto que clase.
Nuestra lucha, al contrario de lo que dice la burguesía, no es otra forma de codicia, de materialismo vulgar, sino una lucha moral, contra la inmoralidad intrínseca al sistema, por la superación de nuestra degradación humana como asalariados sustentadores oprimidos de esta perversa civilización, y para permitir que la Humanidad desarrolle libremente todas las potencialidades positivas de su humanidad una vez estemos luchando por demoler las sociedades de clases.
No importa si por ahora no tenemos desarrollado un cuerpo teórico, conceptual y científico, sobre la ética proletaria revolucionaria, que sólo puede ser una ética de transición, pues el mismo proletariado (una clase del capitalismo) y su ética deberán desaparecer para ser sustituida por una ética del trabajador colectivo libremente asociado. Basta con que la intuyamos, que en el fondo de nosotros sepamos lo que es, y que nuestra lucha tiene esa dimensión. Un niño que todavía no habla, no tendrá palabras para nombrar un abuso que se le cause, pero sabrá que se le está haciendo daño y diferencia entre lo que es bueno y malo. El capitalismo tiende a apagar en nosotros hasta esa llama elemental, el impulso de la vida por expandirse y desarrollar su potencial amando la vida, porque nos necesita sumisos, mercantilizados, robotizados y capaces de masacrarnos en guerras en su beneficio.
La mercantilización de las conciencias produce el efecto de que muchos, incluso entre el proletariado, protesten contra los ricos sobre todo porque les perjudican pero también porque no pueden serlo, pero si tienen alguna oportunidad, aunque sea pequeña, de ascender socialmente, bien pronto se olvidan del anterior descontento, o ceden con mucha facilidad a las maniobras de comprarles y corromperles del sistema y de la patronal (a veces muy barato), bien de forma activa o con una pasividad dañina para otros, compañeros incluso, aunque lo racionalicen con un temor desproporcionado a la reacción del capital, "qué otra cosa podían hacer ¿te consideras mejor que yo? tú habrías hecho lo mismo en mi lugar, etc.". Pues tal vez no. Por eso la lucha moral, sobre lo que está bien y mal, sobre lo que nos corrompe y contribuye a extender la corrupción moral, está también en el centro del proletariado, en las dificultades para que nos rebelemos contra la inmoralidad intrínseca al sistema. Que haya personas que habiendo llevado una vida de lo más corriente y discreta, en condiciones desfavorables en las que todo el mundo se mueve como un rebaño y se degrada con comportamientos miserables, sean capaces de ir contra corriente y hacer lo que se debe hacer, no "como Vicente, ir donde va la gente", demuestra que todos tenemos una responsabilidad moral, una posibilidad de hacerlo, de desobedecer y arriesgarnos, de ser héroes discretos. También existe la actitud de esperar e incluso empujar a que otros den la cara y se arriesguen por uno, eludiendo los riesgos de asumir la propia responsabilidad. Todo esto debe ser valorizado si queremos que los valientes y difícilmente corruptibles sean más, impulsen el cambio en otros, hasta crear una masa crítica, en la que la tendencia al gregarismo juegue a nuestro favor pero porque también se comprende la moralidad de nuestra lucha.
De lo contrario, el precio a pagar lo podemos ver, sin remontarnos muy lejos en el tiempo, por ejemplo, en lo ocurrido en Yugoslavia, o que en los EEUU no hubiese ni una sola huelga, ni local siquiera, contra la guerra en Vietnam, o la agresión con mentiras como las "armas de destrucción masiva", contra Irak, o muchos más casos. La necesidad que tenemos de trabajar en el régimen asalariado, sometidos a las órdenes del capital, nos suele conducir, a veces demasiado, a no tener debidamente en cuenta las consecuencias que eso tiene también para otros y para nosotros, por ejemplo, en el caso del sector III (armamentismo), o del sector I con la energía proveniente de las centrales nucleares. No es sólo la necesidad, sino también la mercantilización de las conciencias que ya hemos comentado y el sentido de la vida que promueve.
La lucha de los trabajadores/as por nuestra liberación integral como seres humanos no es sólo una lucha por motivación económica, porque sea nuestro todo el fruto de nuestro trabajo (no al trabajo no pagado frente al defensivo de menos trabajo no pagado), sino porque ése es el origen de una Humanidad deshumanizada que puede ser capaz de autodestruirse.
La lucha contra el régimen asalariado del trabajo no es sobre todo una lucha por tener más, sino ante todo por ser lo que podemos llegar a ser y vivir como corresponde a nuestra naturaleza más avanzada, en lugar de perdernos por el camino.
La lucha por la superación de la sociedad de clases, será la lucha por superar la principal causa de fractura en nuestra especie, lo que constituye el principal obstáculo para que nos sintamos de verdad como una sola Humanidad y por tanto podamos tener la conciencia planetaria que aún nos falta, para establecer como especie, con el resto de la Naturaleza unas relaciones que superen lo que hasta hoy han sido y reparar en lo posible el daño causado.
En el proceso de lucha y de construcción de una Humanidad diferente se creará también un tipo humano nuevo. Tendrá por delante la tarea de modificar las relaciones dentro de la especie, no sólo entre los adultos, sino desde el trato dado a la maternidad y a la infancia, para facilitar el despliegue de todas las potencias favorables a la vida, en lugar de como hoy, a su estancamiento y puesta al servicio (resignación, sumisión, "carrerismo" y oportunismo trepa, elitismo, indiferencia, violencia, etc.) de la dominación de unos sobre otros, las matanzas y la destrucción de la vida planetaria. Así podremos superarnos logrando mayores cotas de madurez, responsabilidad, cooperación, hermanamiento y realización como la parte consciente de la Naturaleza, del Universo, responsables de otras formas de vida.
En tanto vayamos superando los principales problemas materiales nuestro objetivo seremos nosotros mismos, como animales psíquicos, miembros de toda la Humanidad y la "hermana mayor" entre las especies del planeta. ¿Hasta dónde podremos llegar que hoy nos parecería imposible, como a los primeros seres humanos nuestra realidad? La existencia tendrá una orientación y sentido muy diferentes a los actuales.
¿Permitiremos que nuestros descendientes se pierdan ese futuro?.
15.- El sentido de la vida, un problema de todos, cada vez más sentido. Vivir para trabajar, trabajar para vivir o vivir trabajando para realizar nuestra vida. Recuperar nuestra vida, recuperar nuestro trabajo, abolir el régimen asalariado. El capitalismo causa cada vez más frustración y sufrimiento psicológico. Otro mundo y otra vida son posibles.
Cuando se saca el tema de sentido de la vida, algunos piensan que es un problema para gente que ya lo tiene todo resuelto, pequeños burgueses o burguesía, y que por eso se puede dedicar a pensar en cuestiones filosóficas, sobre la realización personal, etc. En el peor de los casos, que se trata de algún snob o de una persona con unos cuantos problemas psicológicos, aunque puede que simplemente sea capaz de reconocerlos más que otros, y consumidora de libros de "autoayuda".
En esto puede haber algo de verdad, pero es porque los trabajadores/as que somos quienes más debiéramos plantearnos esta cuestión, generalmente no lo hacemos. Se alegará que bastante ocupados estamos con "ir tirando", no perder el trabajo, la atención a los hijos, nuestras relaciones personales, etc. Cierto. Pero el sentido de la vida está, lo reconozcamos o no, en el centro de nuestra existencia, porque hay algo muy básico, común a todos y muy relacionado con el curso histórico, con la futura era del capitalismo.
A la burguesía no le interesa que nos planteemos estas cuestiones en serio, prefiere que nos limitemos a trabajar y consumir lo que nos toque, y si no es para nosotros suficiente y buscamos algo más elevado, que nos despistemos con enfoques inofensivos para ella, sean religiosos, tipo "nueva era" (New Age) o "pensamiento positivo" que ahora se estila tanto.
Pero el proletariado tenemos nuestro propio enfoque para un problema muy real.
Antes de que la sociedad de consumo llegase a los trabajadores/as, de que se redujese lo suficiente la jornada de trabajo efectiva (es decir, sin necesidad de meter un montón de horas extras para llegar a fin de mes), de disponer de más tiempo fuera del trabajo, el sentido de la vida que se consideraba propio de un proletario normal, era muy simple, vivir para trabajar. Salvo que se revolviese contra su condición.
Sin duda ese sentido de la vida era muy conveniente para el capital, porque eso significa dedicarnos a producir cómo y lo que la burguesía decida, es decir, el trabajo como valor genérico (abstracto) porque crea plusvalor (trabajo no pagado) al producir valores de cambio (orientados a la venta por dinero) con los que obtener beneficios (la mutación de la plusvalía al pasar por la forma dinero).
Cuando la producción de bienes de consumo se hizo masiva gracias al ascenso de la productividad, y no pudiendo vender la mayor parte de ella a compradores exteriores al sistema capitalista (campesinos independientes, aristocracia de países semifeudales...), para poder dar salida a toda la producción, como no bastaba con el consumo ordinario y de lujo de la burguesía y sus servidores (burócratas, militares, etc.) hubo de ceder en parte del aumento de la productividad de modo que en lugar de quedarse con todo ese trabajo extra en forma de trabajo no pagado (plusvalía), con la disminución del valor (costes) de las mercancías y el aumento de salarios, dispuso de los trabajadores/as también como consumidores con mucho más peso que anteriormente. Pero seguía siendo la burguesía la que decidía qué y cómo se producía, dominando las relaciones sociales de producción. Eso sí, los trabajadores/as, sin cuestionar el régimen asalariado, podíamos ver en el trabajo un medio para obtener dinero con el que acceder a un consumo mayor con el que disfrutar de la vida algo más que las generaciones pasadas. Eso era trabajar para vivir.
Lo común a ambas fases es que no tenemos control sobre nuestro trabajo, nuestro interés es ante todo cobrar un sueldo para poder vivir y debido a nuestra impotencia apenas nos cuestionamos la naturaleza y finalidad de lo que producimos que puede ser un despilfarro, dañino para la salud, perjudicial para la naturaleza, peligroso como las centrales nucleares o destructivo como las armas, y así nos hacemos hasta cierto punto responsables con el capital, e incluso por salvar nuestro salario nos oponemos a medidas que son de verdadero bien común; y esto enlaza con lo segundo que tienen en común, el riesgo latente de que se viviese para morir en alguna guerra inter-burguesa, o como daño colateral por las consecuencias de lo que producimos.
La era del capitalismo en la que definitivamente vamos a entrar, va a suponer un paso atrás, porque con la reducción de los costes de mantenimiento del proletariado, salariales, de servicios sociales, retraso de la edad de jubilación, mayores requisitos para una pensión que será menor, con el aumento de la intensidad del trabajo y de la jornada laboral (sobre todo hacia la década de los 30), vamos a volver a vivir para trabajar y con el aumento de las tensiones entre los Estados por recursos escasos, el riesgo de vivir para morir en la guerra. Los que no tengan trabajo, serán presionados para trabajar en lo que sea, como autónomos, a tiempo parcial, y deberán a dedicar a eso todas sus energías para poder vivir o de fracasar, malvivir. A eso le llaman "revalorizar el trabajo" que no debe confundirse con pagar el trabajo por su valor total, que significaría entregarnos los medios de producción.
Pero incluso ese objetivo de vivir para trabajar es hoy una auténtica tomadura de pelo, porque no va a haber ni remotamente trabajo para todos, van a seguir despidiendo y eliminando puestos de trabajo, y el futuro más probable para los autónomos es arruinarse o vivir en la pobreza; va a ser como cuando los deportistas compiten por la medalla de oro, son muchos los que la persiguen, pero sólo uno puede obtenerla. Lo que en teoría se venía considerado un derecho sólo será un premio para el que lo consiga. Y encima pretenderán que nos sintamos responsables de nuestro destino preparado por ellos; que con unas reglas del juego amañadas nos percibamos como unos fracasados, culpabilizándonos, cuando es el sistema el que habrá fracasado estrepitosamente al existir los medios para poder vivir trabajando todos (distribuyendo las tareas por temporadas, etc.) y sin embargo negarlos, por lo que el culpable es el sistema y la clase que sigue imponiéndolo porque se beneficia con él.
Como la dinámica del capital es inevitable si se permite que continúe, así como un león viejo y hambriento sigue necesitando comer carne y no se conforma con hierba, es una ilusión creer que limitándonos a una lucha defensiva podremos resistir y conseguir mantener las condiciones de modo que volvamos al trabajar para vivir.
Independientemente de si tenemos o no creencias religiosas y cuáles sean, lo seguro es que ésta vida sólo la vamos a poder vivir una vez y que tal como nos toca vivirla en el capitalismo, estamos desaprovechándola mucho más de lo que creemos porque apenas tenemos referencias para comparar, pero podemos suponer teniendo en cuenta lo que se podría haber hecho mucho mejor con el desarrollo material y científico alcanzado por la Humanidad si se hubiese gestionado al servicio de todos, con unas relaciones sociales de producción sin explotación ni opresión de clase, sin despilfarros ni guerras.
Si queremos recuperar al menos en parte nuestra vida o no perderla desde el comienzo si somos jóvenes o no favorecer que la pierda nuestra descendencia, debemos plantearnos también el sentido de nuestra vida y cómo se ve determinada y despilfarrada por el régimen asalariado del trabajo, el "salarismo".
Debemos liberarnos de las dos trampas capitalistas del sentido de la vida, vivir para trabajar o trabajar para vivir, porque en ambas no se cuestiona lo que condiciona de verdad nuestra existencia, que es el régimen asalariado del trabajo, y que ahora nos condena a un retroceso histórico.
El capital procurará crear ilusiones de que después de un tiempo de sacrificios, volveremos a trabajar para vivir. Pero si caemos en esa trampa, en vez de avanzar en nuestra conciencia existencial, habremos sufrido un retroceso, una regresión. Porque lo que toca ahora es plantearnos una vida sin el capitalismo.
Cuestionar el régimen asalariado del trabajo significa que la misma actividad del trabajo tendrá un sentido radicalmente diferente al actual. No será un mero medio del que desentendernos en gran parte o una condena de por vida, sino la actividad que permitirá hacernos dueños de nuestra existencia pues seremos el colectivo internacional de trabajadores/as, con la participación democrática desde los centros de trabajo, a través de nuestra autoorganización de los Consejos de Trabajadores, quienes decidiremos cómo organizamos la producción y a qué destinamos nuestro esfuerzo para satisfacer de verdad nuestras necesidades, no la producción de armas o el despilfarro en cambios caprichosos de modelo, productos que duren poco, etc.. Por eso el trabajo ya no se medirá por su valor abstracto (genérico) para conseguir trabajo no pagado, con un valor de cambio (dinero) para acumular beneficio (plusvalía), sino como trabajo concreto (la producción efectiva, no un tiempo de trabajo no pagado) para conseguir un valor de uso (sólo para satisfacer las necesidades humanas). Al ser los dueños de los recursos económicos, ninguna otra clase podrá dominarnos ni llevar a la Humanidad a situaciones de grandes desastres o peligrosos riesgos, como ocurre ahora.
La superación de la división clasista del trabajo, una mayor cualificación de los trabajadores/as, que seamos nosotros quienes ejecutamos las decisiones, pero también quienes las tomamos, y que el trabajo se subordinará a las necesidades del trabajador (nada de ser un apéndice de la máquina como en el taylorismo, o una pieza en el engranaje de la cadena, o la falsa cooperación y participación del toyotismo hasta la muerte), y la tecnología y maquinaria deberá pensarse de modo que no nos esclavice ni degrade la comunidad humana, porque ya no se medirá su eficiencia por su contribución al beneficio, y que su objetivo sea exclusivamente proveernos de bienes y servicios y no de beneficio al capital, permitirá que el trabajo sea una actividad fin en sí misma porque en ella se podrá desplegar de verdad la vocación profesional, la iniciativa y creatividad de los trabajadores/as, un tiempo de nuestra vida que no será una condena, una frustración, sino motivo de realización personal, porque además las relaciones en la empresa serán de verdadera camaradería, sin la competencia y la sumisión fomentadas por la burguesía. Los emprendedores tendrán facilidades para llevar a la práctica proyectos innovadores o sencillamente útiles socialmente, sin necesidad de arriesgar recursos propios pero sin poder hacerse ricos tampoco.
Esto quiere decir que el trabajo será una parte positiva de nuestra vida, por lo que podremos decir que nuestra vida tiene sentido porque vivimos trabajando, como vivimos amando u otras muchas actividades humanas. La alta productividad permitirá que el tiempo de trabajo necesario para cubrir las necesidades se reduzca, disponiendo de más tiempo para aquellas otras actividades que sean de nuestro gusto, tanto si requieren como si no recursos materiales laborales.
Ahora bien, esto sólo será posible si abolimos el régimen asalariado del trabajo, y en ese proceso vamos creando un nuevo tipo humano, psicológicamente transformado, en el que una nueva moralidad irá de la mano de un nuevo sentido de la vida. La existencia será tan diferente de la actual que quienes la disfruten mirarán a nuestro tiempo como nosotros a los comienzos del siglo XIX o a la época del esclavismo.
En tanto, la comprensión del retroceso histórico sobre el sentido de la vida que nos presenta el capitalismo, el reconocimiento de que somos víctimas de una estafa desde la raíz de esta civilización, que el capital nos ha robado gran parte de nuestra vida y condicionado toda nuestra existencia, puede ser un revulsivo vital, existencial además de moral, que podrá cerco a la legitimidad del "salarismo".
La frustración por esta vida, bien esclavos del trabajo, bien limitados también al consumismo, tan extendida, incluso en capas sociales que no padecen serios problemas económicos, es un síntoma de lo vacío, deshumanizado, existencialmente empobrecedor que es el capitalismo. Debemos ser capaces de volver esto contra él, el culpable, en vez de permitir que también lo manipule con patrañas como el "pensamiento positivo" (¡qué guay el desempleo, una gran oportunidad para ver el lado bueno de las pequeñas cosas de la vida y convertirme en "emprendedor" o conocer todo el país buscando trabajo de ciudad en ciudad; si estás deprimido no eches la culpa al sistema, sino a tu sistema de pensamiento negativo! Etc.), que desde EEUU se extiende sin hacer ruido como una nueva forma de opio psicológico, tanto más necesario entre los sectores sociales que ya no aceptan el mensaje de resignación religiosa.
El coste en sufrimiento emocional y degradación personal que causa el capitalismo es enorme y difícilmente podrían llegar a reflejarlo las estadísticas. La tensión en el trabajo, aguantar el acoso del patrón o del encargado, el miedo a perder el empleo, la angustia del parado sin ingresos, las tensiones familiares provocadas por los problemas económicos, la pérdida de independencia de los parados y desahuciados (responden personalmente del resto de la deuda) que vuelven al domicilio de los padres, las relaciones familiares forzadas por la dependencia económica, la violencia doméstica machista agudizada como reacción a la pérdida de estatus del hombre en el trabajo, los problemas de los niños que acusan las tensiones en el hogar, las mujeres que se ven obligadas a prostituirse, los jóvenes empujados a la delincuencia y a integrarse en bandas con relaciones de falsa camaradería y de dominación real de unos sobre otros, el deterioro de la salud por vivir en una situación de estrés crónico, la mercantilización y explotación en las relaciones humanas (tanto tienes tanto vales, qué me das a cambio de, cómo puedo aprovecharme de ti), la desintegración del espíritu de comunidad por una competencia exacerbada, ir cada uno a lo suyo, el sálvese quien pueda, por no hablar de las víctimas de la "justicia", de la represión estatal, y un interminable etc., tanto más terrible si nos vamos a los países pobres.
Si el proletariado es derrotado, asistiremos a más de todo esto y al aumento de los suicidios porque muchos no lo soportarán más y no encontrarán otra forma de ponerle fin.
El creciente consumo de alcohol y drogas entre la juventud sobre todo, es un síntoma más de la frustración, el vacío existencial. Esa juventud, trabajadora, debe ver que existe la posibilidad de vivir de otra manera, de modo natural, sin recurrir a ningún medio artificial para soportar esta vida degradada. La frustración vital, en vez de ser un motivo para la evasión y el individualismo, debiera convertirse en un motivo de rebelión contra el sistema. En los años 60 la rebeldía contra la represión sexual fue un factor importante. En esta década debiera serlo la frustración de una vida emocionalmente más plena.
Cuando las tonterías como el "pensamiento positivo" se desacrediten, puede ser tarde para aprovecharlo si el proletariado no ha sabido orientar la frustración hacia la transformación social y ha sido derrotado. Dejará paso al pensamiento más negativo, deprimente, sin esperanza, la resignación más oscura.
El discurso del proletariado consciente no puede ser nunca economicista, como el de la burguesía, que persiguiendo la tasa de ganancia, todo lo ve en términos de números y estadísticas, y cuando se detiene en la persona, es para decirle que es una privilegiada por tener empleo o subsidio, o culpabilizarla porque "se aprovecha del subsidio de paro", no se identifica con la empresa entregándose "en cuerpo y alma" o rehúye el trabajo y practica el "absentismo", no es suficientemente "flexible" ni predispuesto a la "movilidad", a forzar a la familia (la pareja tiene su empleo), dejar las amistades, etc., para ir a vivir a otra ciudad por una mierda de trabajo, buscándolo o porque su empresa se traslade, o es un marginal y delincuente que no merece más que la persecución; o al contrario, pero también burgués y de "clase media", desde el paternalismo que lava las malas conciencias, busca una labor preventiva ante el riesgo de estallidos sociales, o simplemente prestar una ayuda caritativa sin plantearse más, pero sin permitirle situar su drama personal en sus coordenadas de clase y en las relaciones sociales capitalistas.
El capitalismo, como reino de las mercancías que se reúnen en el Mercado de la plaza pública pero para competir, promueve el egocentrismo más estrecho y asociado a ello la comunidad más falsa. Por una parte el egoísmo, considerarnos el centro del mundo, no tener la necesaria consideración por los demás y otras especies; por el otro, como origen de esto y falso complemento, respetar el orden social impuesto, estar dispuestos a sacrificarnos no por el bien común, sino por las exigencias del régimen asalariado, llegando incluso a entregar nuestra vida y sacrificar la de otros por la cárcel en la que está implantado, la Patria. Aunque hay una relación lógica y funcional entre ambos aspectos, no puede evitar estar plagada de contradicciones y conflictos en su interior, al igual que el funcionamiento mismo del capitalismo, lo que se traduce en la proliferación de fenómenos como la corrupción de políticos y empresarios o la delincuencia mafiosa, que a la vez son aceptados y perseguidos por el sistema. Pero la principal contradicción es con nuestras necesidades de desarrollo pleno como seres humanos y como Humanidad.
Existe una contradicción cada vez más flagrante entre las necesidades emocionales, de una vida buena (no la "buena vida" de la alta burguesía), de equilibrio psicológico, relaciones de respeto y apoyo mutuo, sentido de comunidad, autorrealización personal, y el capitalismo, porque éste, en el proceso de enajenarnos (alienarnos) al tratarnos como una mercancía en la compra de nuestra capacidad de trabajo, y como realizadores de la plusvalía en la compra de sus mercancías, de convertirnos en ciudadanos de tercera en un Estado que existe para proteger el sistema, tiende a doblegarnos, humillarnos y sacrificarnos cada vez más, también en el plano psicológico, por satisfacer los requisitos de su MegaMáquina de extraer y realizar plusvalía.
Por tanto, no debemos descuidar este factor, sino al contrario, porque la futura revolución proletaria, si quiere triunfar, deberá ser una revolución integral, no sólo económica, social, política, ecológica, sino también moral, existencial, por lo que de modo expreso debemos sacar a la luz todos estos problemas que el capitalismo quiere que parezcan individuales, pertenecientes sólo a la esfera privada, una "externalidad" no reconocida y muchas veces vergonzosa, o pretensiones "de lujo" para gente ociosa (los proletarios ya tendríamos bastante con aspirar a "ir tirando" aunque llevemos una vida desgraciada), y denunciar su relación con el capitalismo y su crisis histórica.
16.- ¿QUÉ HACER? La defensa con una orientación ofensiva para debilitar la suya: el cerco deslegitimador. Luchar con el poder de decisión en las asambleas. Comprender la verdadera naturaleza del "Estado de bienestar". Un futuro capitalista peor, cuestionar el régimen asalariado del trabajo y el Estado burgués que lo defiende. Reforma electoral ¿para quién? Poner en el centro del debate social la naturaleza del capitalismo, su raíz en la estafa del trabajo no pagado. La imposible alianza estratégica con la burguesía baja y media pero la flexibilidad en su tratamiento. La enseñanza pública en todos los niveles, interés estratégico de los trabajadores/as contra la división clasista del trabajo. La juventud en primera línea de la lucha del proletariado y de la recuperación de su saber. Tener muy en cuenta el tiempo para evitar la derrota y que hay unos plazos para el Cambio Climático. La necesidad de proyectos provisionales de Programa de Transformaciones Socialistas.
Está claro que por ahora no estamos en condiciones de abolir el régimen asalariado del trabajo y desmantelar el Estado que representa y resguarda el poder de la burguesía (con su administración burocrática, tribunales, policías, cárceles y militares), desprotegiendo cada vez más a los trabajadores/as porque esa nunca ha sido su verdadera misión ni prioridad y puede eliminarla en gran parte.
Pero esa abolición y desmantelamiento no son una fantasía. Es cuestión de confianza en nosotros mismos, en nuestras fuerzas, claridad de ideas, voluntad, determinación, hacernos dueños de nuestro destino. No debemos someternos a la voluntad de ninguna clase de pretendidos "expertos" (¡así estamos hoy!) si no investigar, estudiar, debatir, decidir y actuar por nuestra cuenta uniendo nuestros esfuerzos en la lucha por objetivos comunes. Controlemos, extendamos y unifiquemos nuestras luchas desde las Asambleas, no dejando que las mangoneen minorías, líderes, comités, sindicatos o partidos. Acumular fuerzas, tomar confianza en nosotros mismos, atreverse a mirar la realidad de frente y levantar la cabeza aspirando a lo que podemos llegar a ser: seres humanos trabajadores/as liberados de nuestra degradante condición de asalariad@s.
Debemos defender nuestras condiciones de vida, resistirnos a que empeoren aun más, pero con la mirada puesta no sólo en esas reivindicaciones concretas a corto y medio plazo, sino en las verdaderas causas de los problemas, lo que nos jugamos ahora y por donde pasan las soluciones.
La burguesía está preparando a conciencia nuestra derrota para abrir paso a la nueva era que el régimen asalariado del trabajo (capitalismo) necesita imponernos a fin de poder seguir existiendo, aunque a duras penas.
El gran capital sobre todo, va a echar mano de toda clase de trucos y maniobras de dispersión para que gastemos nuestras energías y un tiempo precioso luchando contra molinos de viento. Dependiendo de las circunstancias de cada país querrá que echemos las culpas a las "clases medias" de profesionales liberales, comerciantes, etc., que tienen facilidades para defraudar al fisco y "provocan el déficit del Estado"; a los inmigrantes que "nos quitan puestos de trabajo que podrían ser para nosotros" y "se aprovechan de los servicios sociales del Estado de bienestar", etc. Pelearnos como completos idiotas por el "chocolate del loro" cuando ya hemos podido atisbar los ingresos de la gran burguesía y la enormidad de recursos destinados a salvar a la banca. Cualquier minucia o mentira con tal de que no apuntemos a la raíz del problema, peleemos entre nosotros y perdamos el tiempo mientras el gran capital ante todo, va a lo suyo, tomando a la carrera más y más medidas que nos perjudican, debilitan y hacen más difícil nuestra reacción. Pero si preferimos ensañarnos con otros porque no nos atrevemos a ver el verdadero rostro del culpable (el régimen asalariado del trabajo, el capital que genera y el Estado que le defiende), adelante, pero no lloriqueemos luego por lo que nos espera mientras el gran capital se parte de risa.
La derrota está garantizada si caemos en sus trampas, nos limitamos a una lucha defensiva, contra la reducción de los salarios, por el mantenimiento de los puestos de trabajo, contra los recortes en el "Estado de bienestar", por la regulación de la banca por el Estado, etc., entendido como fenómenos de la crisis que seguramente desaparecerán cuando ésta se supere. Porque la misma salida capitalista de esta crisis exige esos sacrificios, y que muchos de ellos se hagan permanentes. La lucha en términos estrictamente defensivos es como la que plantean los sindicatos, una retirada general, la cesión de más y más espacio de derechos al capital.
El capital pretende hacernos creer que la cuestión consiste en unos recortes y sacrificios de más o menos duración para salir de la crisis. Esa no es la verdadera batalla que el capital está dando, sino la que quiere que creamos y a la cual desea limitarnos. No es más que la parte visible del iceberg o las fuerzas sin camuflaje.
También la burguesía del país, apoyándose en la pequeña burguesía, puede pretender desviar la rabia orientándola contra la burguesía extranjera. En el caso de Grecia, se azuza la hostilidad contra Alemania, echando mano además del recuerdo de la agresión nazi (fotomontaje de la señora Merkel con la cruz gamada nazi). En Grecia, el proletariado tiene bastante claro que las medidas de austeridad que se le exigen lo van a hundir en la pobreza aguda por muchos años. La burguesía quiere evitar que esa conciencia se traduzca en un cuestionamiento a fondo del capitalismo, y busca transformarla en una defensa de la patria humillada (en la que burgueses y proletarios serían "hermanos") contra la agresión exterior, en particular alemana. Es cierto que el gran capital alemán, y también el francés, juega un papel muy destacado en los ataques a la población trabajadora griega, pero la intervención del FMI, de la Comisión Europea, del Banco Central Europeo y que todo vaya en línea con la corriente dominante internacional, demuestran que se trata de un ataque de la burguesía mundial, incluida la gran burguesía griega, aunque lo drástico de las medidas la perjudique al hundir las posibilidades de crecimiento. Esas fracciones de la burguesía quisieran utilizar las protestas proletarias para conseguir unas condiciones menos duras para ellas. A su vez, la burguesía alemana en especial, acusa a los griegos de engañar a la Unión Europea con las cifras macroeconómicas y de crear un serio problema a toda la zona euro. Quiere volver a su disciplinado proletariado contra el griego explotando la imagen de esos mediterráneos que viven en las zonas turísticas disfrutando del sol, a cuenta de los turistas alemanes, evadiendo impuestos (sin recaudar entre 5 y 6 mil millones de euros al año, acumulando impagos por 60 mil millones) y aprovechándose de las ayudas de los países ricos de la Unión Europea, como Alemania, aunque parte de esas "ayudas" deban destinarse a la compra de submarinos alemanes.
En Catalunya, la burguesía, que ha tomado la iniciativa a la hora de meter recortes en el Estado de bienestar, afectando especialmente a la sanidad, quiere echar balones fuera, culpando a la política fiscal del Estado que tomaría mucho de Catalunya y daría poco, y poner pronto fin a la distribución de recursos por la vía de los Presupuestos del Estado que permite dar vida a regiones más deprimidas que han aportado históricamente a la burguesía de Catalunya su mano de obra y productos agrícolas a bajo precio y que tiene a su población envejecida y por tanto con más necesidades de gastos sociales (medicina, pensiones...). Algo parecido a la burguesía del norte de Italia (representada por el partido Liga Norte) que quiere desentenderse del Sur. El objetivo desviar la ira y dirigirla contra los trabajadores/as, campesinos y jubilados de las zonas más deprimidas y muchas veces más abandonas por parte del Estado, como es el caso de Italia.
La explotación del nacionalismo y de todos los prejuicios nacionales, a cual más mezquino e idiota, sólo contribuye a nuestra división internacional y a facilitar que la burguesía nos venza paquete por paquete, primero los griegos, luego los portugueses, seguido los españoles, después los italianos... y con todo eso, metiendo el miedo y la disciplina en el resto del proletariado. No podemos conseguir que la nación se ponga tras nuestro liderazgo a base de explotar el nacionalismo, porque con eso en realidad es el proletariado el que se pone con el nacionalismo tras la dirección de fracciones del capital y de la pequeña burguesía nacional.
Desde la izquierda, incluso extra-parlamentaria, como el 15M en España, se llama a sacar adelante una ley de reforma electoral. Ya hemos expuesto en este documento y seguiremos haciéndolo, cual es la verdadera naturaleza del Estado. Quienes conocimos las experiencias de la Unidad Popular en Chile, con el presidente Allende, destruida a bombazos por el bombardeo de la aviación del Palacio de la Moneda (presidencial), cañonazos de los tanques y fusilamientos clandestinos (el 11-S de1973), sabemos lo que puede dar de sí el Estado burgués y la más abierta de sus legislaciones electorales. Por si fuera poco, llegó Argentina con sus "desaparecidos", un viaje gratis a la nada gracias a sus militares. La principal cualidad de la democracia burguesa no es lo que puede darnos, sino que consigue adormecernos, permite que nos hagamos ilusiones totalmente engañosas y el despertar es caer en la peor de las pesadillas, si es que te dan tiempo.
El problema de representatividad del Estado no se debe a una determinada legislación y cauces de representación, ni siquiera a un régimen político (dictadura, democracia...), sino a su misma naturaleza, como aparato separado en una sociedad de clases y que por tanto, debe garantizar su continuidad, lo que significa, el poder de la clase dominante, en nuestro caso, la burguesía. Esto no se lo enseñan a los universitarios (como tantísimas otras cosas fundamentales), pero es tan verdadero como la existencia de la plusvalía, y es patrimonio del saber proletario, desgraciadamente de sobra confirmado por la realidad de la lucha de clases. Una reforma electoral a lo máximo que podría aspirar es a hacer algo menos no representativo de los trabajadores/as y sectores populares el poder de un Estado cuya naturaleza inevitable es burguesa, por lo que lo esencial de su política lo sería y supondría el mismo peligro para los trabajadores/as (represión policial, militar, cárceles, etc.).
Ponernos ahora de dedicar nuestras escasas fuerzas a ese objetivo es otra pérdida de tiempo más, alimentar las ilusiones cuando la tarea es la contraria, demostrar la relación que existe entre la estafa del régimen asalariado del trabajo y la estafa de su régimen político, ambos al servicio del capital y controlados por la burguesía. ¡Si no tenemos mucho tiempo para eso, menos para perderlo en un cuento ya demasiadas veces desenmascarado! Sólo serviría para que la izquierda, la misma u otra diferente lo mismo da, tuviese más acceso al poder para hacer al final la misma política en lo esencial (a riesgo de que los botasen), pero con la desventaja adicional de que vacilaríamos en luchar contra un gobierno que dice representar los intereses de los trabajadores/as y sectores populares, lo que sólo puede contribuir a nuestra derrota, y pronto sería relevado por una derecha que nos daría la puntilla. No es jugar a adivinos, es la experiencia histórica pura y dura.
Como siempre, lo "bueno, bonito y barato" sale más caro. Si queremos democracia de verdad para los trabajadores/as y demás sectores populares no explotadores, sólo tenemos la vía difícil, pero única realista, de la autoorganización y representación asamblearia que con el desarrollo de las luchas y su organización, acabe desembocando en el poder de los Consejos de Trabajadores que constituya una nueva sociedad previo desmantelamiento de todas las instituciones del Estado burgués que no nos sirven (la organización de la sanidad y la enseñanza públicas no es exactamente el Estado, ni tampoco las empresas que son de su propiedad, por eso se puede librar de ellas sin por ello hundirse el Estado).
Lo que está en juego no son medidas transitorias o medidas permanentes que supongan un ataque "a la nación".
Lo que está en juego es:
¿Impondrá la burguesía al proletariado un recorte en sus costes totales de mantenimiento, desde el salario directo (en el trabajo) al indirecto y diferido en forma de servicios sociales del Estado (sanidad, educación, subsidios, pensiones...), y en sus derechos sociales (negociación, huelga, asociación...) no sólo por un corto plazo, sino por todo el tiempo que a la burguesía le convenga y pueda, todo ello para aumentar el valor del tiempo de trabajo no pagado, reponer y subir su tasa de ganancia?
¿Derrotará la burguesía al proletariado en los próximos años (menos de una década, tal vez ni un lustro) y así lo tendrá mucho más fácil para imponernos su nueva era con todos los sufrimientos que eso acarreará a los trabajadores/as, la mayoría de la Humanidad y la vida en el planeta?
O ¿pondremos límites a sus planes, adquiriremos más confianza en nosotr@s, comprensión de la realidad y sus perspectivas, de nuestra naturaleza e intereses, cuestionando esta civilización basada en la mercancía y el régimen asalariado del trabajo, organizándonos en Asambleas y posteriormente en Consejos de Trabajadores, luchando con la vista puesta en su abolición?
La burguesía sabe muy bien lo que está en juego, pero lógicamente no lo proclama, porque debe esconder sus planes y desplegar sus maniobras de diversión. Pero nosotros no podemos jugar al escondite, porque nuestra fuerza está en gritar la verdad y hacer que todos los sectores no explotadores la oigan y vean en el proletariado el liderazgo que buscan; en demostrarle que conocemos sus intenciones, que sabemos que el rey está desnudo y señalarle con el dedo. Y el "rey" de esta civilización no es otro que el régimen asalariado del trabajo, y demostrar su desnudez es denunciar el origen de todo en la explotación del trabajo, en la plusvalía, madre del beneficio, de la acumulación, del progreso, de la crisis y de la decadencia de esta civilización.
Por ahora no podemos derrocar a ese "rey", pero podemos ponerlo en evidencia. Demostrar que no le apreciamos lo más mínimo, que no nos tragamos su oropel, ya es una forma de empezar a pasar a la ofensiva, de desequilibrarles, crear entre ellos disidencias sobre la estrategia a adoptar, y por tanto, un modo de debilitarles.
Señalar al "rey" ya es un modo de concentrar nuestras fuerzas, de evitar la dispersión y de no perder el tiempo en cuestiones secundarias.
No debemos caer en la trampa de por un lado llevar una lucha en las empresas o desde el paro, por los salarios y los puestos de trabajo, por otro una lucha contra los bancos por su usura y los desalojos de viviendas, y otra contra los políticos por hacer recortes en el "Estado de bienestar", como si estuviesen desconectadas. Ni en el error tan conveniente al gran capital de ver en la cuestión del "Estado benefactor" un problema de redistribución de la riqueza (el entendimiento superficial desde la fiscalidad) desligado de la producción de la riqueza en el trabajo que es donde se origina la desigualdad, de modo que no cuestionemos las relaciones sociales de producción, es decir, el régimen asalariado del trabajo que es el origen de esta injusta desigualdad; y de no entender los gastos sociales del Estado como lo que en el fondo son, parte del coste total del trabajo para el capital en su conjunto, por tanto, parte del régimen asalariado del trabajo.
Porque nuestro objetivo final no trata de mejorar el régimen asalariado en la empresa y otro tanto en los servicios sociales del Estado, sino de eliminar la raíz de esta desigualdad y la separación o doble vía de ingresos o prestaciones, consecuencia de la artificial división de la esfera económica y la política, consecuencia del régimen asalariado del trabajo, de la división del poder en la burguesía entre la empresa y su Estado. De modo que desde la organización colectiva de los trabajadores/as fuesen satisfechas todas esas necesidades porque tendremos el dominio de la producción y la distribución de bienes y servicios, sin depender de la correlación de fuerzas con el patrón, ni de la buena disposición y supuesta "generosidad" del Estado.
Debemos ver la causa, la lógica y la unidad de todo esto: el régimen asalariado del trabajo como raíz del capitalismo y su crisis, la necesidad sobre todo para el gran capital de reducir drásticamente los costes totales del proletariado (desde el salario en la empresa a las prestaciones del "Estado de bienestar") y de ocasionar una derrota histórica al proletariado para establecer una nueva era del capitalismo, sirviéndose para ello de los instrumentos de su Estado, desde los recortes a la represión pura y dura.
El "Estado de bienestar" ha sido el resultado de una etapa del capitalismo con nuevas necesidades en el mantenimiento del proletariado (mayor educación, servicios que ya no podía prestar una familia reducida y trabajando también la mujer por cuenta ajena, etc.), para favorecer la demanda solvente en una época de expansión pero con un riesgo latente de sobreacumulación y sobreproducción (seguro de desempleo, subvención a la vivienda, etc.), y con un proletariado más fuerte que ahora, por lo que el capital se lo podía permitir y evitaba nuestra radicalización al prestarnos servicios equivalentes a un salario indirecto y diferido (jubilación), pero de un modo más barato y racional para el conjunto del capital que si de ellos también sacasen beneficio empresas de servicios, evitando el desvío de plusvalía de objetivos más estratégicos (financiación de infraestructuras, ayudas a las empresas, aparato represivo y militar).
Porque el empresario nos pague el salario e incluso nos dé un aguinaldo por Navidad, no decimos que está al servicio de los trabajadores/as. Lo mismo ocurre con el Estado a través del "Estado de bienestar". Nos paga un salario indirecto y diferido, pero sigue siendo capitalista, y lo mismo que al empresario, cuando le convenga y pueda por la correlación de fuerzas, recortará, eliminará y despedirá trabajadores/as que emplea. Pero con la denominación de "Estado de bienestar" se ha querido disfrazar esta verdad, dar una buena imagen del Estado para hacer menos visible su verdadera naturaleza de clase burguesa, como si fuese el representante de la sociedad, del "bien común", de sus mayorías electorales, etc.; parecido a cómo con las denominaciones y los eufemismos se esconde el "salarismo".
La verdadera naturaleza del Estado, su núcleo duro, lo que permanece a través del tiempo, es el de ser el consejo de administración del capitalismo y su brazo armado. Como ya lo ha hecho en ocasiones anteriores, ahora le toca abrir el camino a la nueva era del capitalismo, y si hace falta, debe sacrificar incluso a sectores de la burguesía pequeña o media, debilitar y reprimir a las masas trabajadoras y populares hasta su derrota y sometimiento. Y esto es relativamente independiente de quien esté en el gobierno (derecha, centro, izquierda). La presión de la crisis, la necesidad de dar una salida a ella sin cuestionar el capitalismo y adaptada a las nuevas circunstancias históricas y el futuro predecible, los toques de atención de los poderes fácticos, tanto económicos ("los mercados"), como de otro orden (militar), hacen que cualquier gobierno del Estado burgués deba cumplir con su misión, porque lo contrario sería cuestionarse a sí mismo y al sistema social que representa y protege, y eso es como pedir peras al olmo, por lo que sería derribado bien por medios pacíficos o violentos o una combinación de ambos.
Debemos enfrentar los recortes en los gastos sociales y la agresión a los trabajadores/as de esos servicios como parte del ataque al conjunto del proletariado para rebajar los costes, para el capital en su conjunto, del mantenimiento de la población trabajadora. Por eso tiene pleno sentido la huelga en todas y cada una de las empresas contra esa política, porque es el sistema capitalista a través de su Estado quien nos agrede y quien se beneficia de ello. La defensa de los gastos sociales y de los trabajadores/as de esos servicios es la defensa de nuestras necesidades y de nuestra clase contra la ofensiva del capitalismo y su estrategia para dividirnos y derrotarnos.
Cuestionar cada vez más el régimen asalariado del trabajo y la naturaleza burguesa del Estado que genera y lo defiende, no sólo es ir a la causa de los problemas, el único modo de atajarlos de verdad, sino el mejor recorrido para deslegitimar a la burguesía, aislar sobre todo al gran capital, desorientar al Estado.
Al principio de este documento decíamos que el régimen asalariado es la fuente de poder, el punto más fuerte de la burguesía, pero a la vez su talón de Aquiles. Ahora debemos explorar todas las posibilidades de aprovechar el punto débil de ese poder fuerte teniendo en cuenta la actual correlación de fuerzas.
Explícitamente hay que deslegitimar a la burguesía como clase, a su poder y a su papel dirigente en la sociedad.
Como clase se sustenta en una estafa, la del trabajo no pagado. Su gestión de la economía es desastrosa, provoca injusticias, desigualdades y crisis como ésta. Ella se encuentra siempre tras las decisiones del Estado, como ahora lo demuestra claramente el poder de "los mercados" y de dónde provienen sus gobernantes (empresas que encabezaron la marcha a la crisis). Su papel como clase políticamente dirigente es también nefasto, porque no sabe salir de la crisis si no es a base de sacrificios para la población trabajadora y de represión a las protestas.
Es en estos tres ejes donde hay que insistir: el origen de su poder, su dirigencia económica, y su gestión desde la política. Cuestionando así tanto a la patronal como a su Estado.
No se trata de lanzarse ya contra las relaciones sociales de producción, expulsar a los empresarios de la dirección, tomar las empresas, etc. Esa es la posición más fuerte de la burguesía y lo último que caerá. Pretender ahora ese asalto es imposible porque los trabajadores/as no estamos preparados ni dispuestos, y algo más tarde tampoco. Pero sí es posible el cerco a esa posición, empezando por señalarla como la culpable de nuestras calamidades y como objetivo en algún momento futuro, y posteriormente, el acoso. A este nivel de ataque (cerco), la burguesía y el Estado no estarán necesitados, motivados ni justificados para lanzar un ataque a muerte porque no se encuentran ante una amenaza definitiva a su poder y lo único que conseguirían es desenmascararse más. Así que, empezarán a debilitarse por la deslegitimación, porque la agenda de las cuestiones a debate social ya no la tendrán ellos controlada, porque no llevarán la iniciativa total como hasta ahora. Si prematuramente nos lanzásemos al asalto, nos estrellaríamos; si precipitadamente nos lanzásemos al acoso del régimen asalariado del trabajo, nos desgastaríamos mucho más que la burguesía, agotaríamos muy pronto nuestro ímpetu; pero si nos lanzamos al cerco de la denuncia, el cuestionamiento social, no haremos una prueba de fuerza en la lucha por posiciones reales de poder, sino sobre todo un proceso de deslegitimación del que saldrá el capital debilitado y nosotros fortalecidos, permitiéndonos también ganar tiempo para reconstituir nuestras fuerzas.
No existe una relación mecánica entre la capacidad de cuestionamiento del sistema y el nivel de generalización y unificación de las luchas, de modo que para que se cuestione hasta cierto punto la legitimidad del sistema previamente haya que haber alcanzado un grado extraordinario de confianza, combatividad, autoorganización y capacidad de lucha generalizada. Ambos aspectos tienen un desarrollo desigual y a la vez combinado. La conciencia no es posible ni se sostiene por mucho tiempo sin una clase que no acepta sacrificarse, que resiste y es capaz de autoorganizarse, pero esto mismo tampoco puede perdurar si no se estimula y aprovecha al máximo las posibilidades de desarrollo de la conciencia crítica y alternativa a este sistema; y el resurgimiento de la combatividad y de la legitimidad de la lucha será más potente si viene estimulado por el mayor aprovechamiento posible del cuestionamiento de la legitimidad del sistema.
Por ello, en las condiciones actuales, dado el descrédito del sistema (crítica a la banca como culpable, a las políticas económicas de los gobiernos, etc.) hay que aprovechar al máximo las posibilidades de cuestionamiento, de deslegitimación, aunque no vengan acompañadas todavía de un nivel equivalente de lucha, sin esperar a que ese cuestionamiento emerja de la generalización de la lucha misma, cosa que puede hacer débilmente si no es cuidada y potenciada al máximo dado que la burguesía también saber llevar la lucha ideológica.
La lucha del proletariado, aunque en sí es una, tiene varias facetas interdependientes pero cuyos ritmos no son iguales y que se pueden expresar en diversas formas y momentos: lucha económica, política e ideológica.
Y debe tenerse muy en cuenta las circunstancias históricas, la dinámica y futuro del capitalismo, la fuerza y capacidad ofensiva y contraofensiva de la burguesía, la fuerza y potencialidades del proletariado, y con todo ello, el factor tiempo.
Esta es la clave para entender la necesidad y las posibilidades de una estrategia de cerco, empezando por la legitimidad del sistema.
La burguesía y su Estado empezarán a inquietarse, pero al no encontrarse ante un peligro más o menos inminente, no lanzarán un ataque para aplastarnos, así que parte de su política se orientará a evitar deslegitimarse, por lo que si a la vez luchamos por reivindicaciones que no suponen todavía la abolición del régimen asalariado, conducirá a que tengan que hacer concesiones que de otro modo no harían, aunque sólo sea aplazar su ataque, todo lo cual significa que su ofensiva se debilitará. Claro está que la intención de sus concesiones será la de apaciguarnos, ganar tiempo, y en cuanto nos relajemos, lanzar un contraataque que barrerá con todo lo cedido. Pero si no nos dejamos engañar, nos permitirá un respiro, acumular fuerzas y ponerles más a la defensiva. Ese cerco hará que sectores más amplios de la pequeña burguesía se vayan desligando de la burguesía y sobre todo del gran capital, al ver la consistencia y la fuerza del planteamiento del proletariado, que consigue que el gran capital y el Estado tengan que frenar y hacer concesiones, también a ellos para evitar que se sientan atraídos por nosotros.
La estrategia de cerco es la que debe imperar en esta fase pero sólo será posible si se va imponiendo la crítica al régimen asalariado del trabajo en lugar de a cuestiones secundarias o a fenómenos como el neoliberalismo. El "altermundismo" con sus críticas al neoliberalismo y la globalización, ha demostrado sus limitaciones, su agotamiento, incapaz de lanzar ni siquiera una defensa ideológica cuando el capitalismo en su conjunto, desde la grande a la microempresa, lanza una ofensiva contra el proletariado (en España, desde los recortes salariales al déficit 0% pasando por la reforma laboral y de la negociación colectiva, la posible futura de huelga, etc.). La crítica al "neoliberalismo" no es sólo equivocada porque no va hasta la crítica del capitalismo, sino porque desaprovecha el potencial de deslegitimación del capitalismo que existe ahora mismo.
En España, la nueva ley de contrarreforma laboral abre unas grandes posibilidades de denuncia del régimen asalariado del trabajo y del Estado burgués a su servicio que deben ser aprovechadas para deslegitimar este régimen, esta civilización, y eso no se podrá hacer si sólo nos quedamos, como los sindicatos, en el discurso de los recortes económicos y en la pérdida de derechos, o de crítica de las políticas neoliberales, en lugar de establecer la relación con la naturaleza misma del capitalismo, el origen del beneficio, la estafa del régimen asalariado del trabajo siempre, sea bajo la ley que sea, la estrategia de "salida" de la crisis, de recuperación de la tasa de ganancia, y la naturaleza del Estado burgués.
En Grecia se están dando importantes luchas contra la política de sacrificios pero ¿hasta qué punto se está entendiendo que la causa es el sistema mismo, griego, europeo, mundial, el régimen asalariado del trabajo, y no, al contrario, un problema nacional contra Alemania y la Unión Europea? ¿Qué grado de conciencia expresan las luchas encuadradas por las convocatorias de los sindicatos en lugar de desbordarlos con luchas espontáneas y autoorganizadas masivamente, y por otro lado actuaciones que sólo sirven a la propaganda de la burguesía como los incendios de edificios de valor histórico? No dispongo de información ni conozco análisis sobre la situación en Grecia para hacer una valoración más a fondo. Pero éstas son cuestiones relevantes que demuestran la importancia de la estrategia de cerco si no queremos quedarnos en el nivel cuantitativo y espectacular de la lucha.
Una lucha más "moderada", "realista", lo que va a lograr es que nos mantengamos a la defensiva o planteando objetivos sin trascendencia que no nos permitan ocupar las posiciones tácticas y estratégicas, en el campo social y en el ideológico, que necesitamos para hacernos fuertes y debilitar a la burguesía, que hoy pasan por avanzar en el cerco deslegitimador del capitalismo; a fin de cuentas, que no consigamos nada, y perdamos un tiempo precioso, despilfarrando energías, desorientándonos y finalmente, desmoralizándonos.
Si no se cuestiona el capitalismo ni siquiera en el terreno de las ideas, en caso de una ofensiva de la burguesía durante una crisis, los retrocesos de los trabajadores/as no se deben sólo a un repliegue táctico coyuntural, sino a una retirada general ante sus exigencias que son las únicas con una coherencia estratégica ante las que no se ofrece una alternativa, ni siquiera como aspiración a largo plazo que impulse la resistencia y desgaste a la burguesía. Si no se quiere que la situación de crisis se estanque y pudra, sino salir cuanto antes de ella y no va a ser contra el capitalismo, sino respetándolo, no queda otra que permitir que la burguesía aplique lo fundamental de su alternativa (sacrificios, recorte de derechos...) para que la salida se pueda realizar cuanto antes. Pero salida de la crisis quiere decir sólo recuperación de la tasa de ganancia y crecimiento del PIB. Cómo de mal parado quede el proletariado, qué pérdida de condiciones de trabajo, vida, derechos, habrá sufrido y cuál será su punto de partida cuando el capitalismo se relance (¿por cuánto tiempo y con qué fuerza por encima del 0?) es algo con lo que debe cargar una estrategia así, que en realidad es la ausencia de una estrategia proletaria independiente de la burguesía. Nunca se trata de unos sacrificios y retrocesos por un corto período de tiempo para volver a la misma posición previa a la crisis en cuanto se salga de ella. Para el proletariado no hay derechos adquiridos suspendidos temporalmente. La burguesía sólo puede sacar adelante su proyecto si derrota al proletariado y empeora sus condiciones, lo abarata más como mercancía, durante todo el tiempo que le resulte posible, por lo que le interesa mantener esa correlación de fuerzas a su favor una vez que la ha logrado. Los nuevos derechos adquiridos serán los de la burguesía con su victoria. Las pruebas más evidentes son la cuestión del déficit público cuya reducción no es hasta que se salga de la crisis, sino incluso y sobre todo para cuando supuestamente ya deberíamos haberla dejado muy atrás, año 2020 y posteriores; y la reforma laboral y de la negociación colectiva (del derecho de huelga, etc.) tampoco son hasta superar la crisis, sino una contrarreforma permanente, estructural, no coyuntural, con la que, nos quieren vender, sería más difícil que entremos en crisis.
No nos engañemos ni por un segundo. Las medidas que tomen ahora, llegan para quedarse.
En Europa occidental, las consecuencias de las principales derrotas del proletariado en el siglo XX fueron, además del aumento de la pobreza y el recorte de los derechos reales, las dos guerras mundiales, el neoliberalismo y la globalización, y las guerras en Yugoslavia. Y todo eso ha permitido a la burguesía su estrategia económica que ha desembocado en la crisis desde 2007.
El coste de la actual derrota será reducir drásticamente el "Estado de bienestar", una negociación colectiva que debilita a los trabajadores/as, recortar los salarios, empeorar las condiciones de trabajo, mantener un alto nivel de paro o de subempleo, y dejarnos más desorientados y debilitados para las crisis que sobrevendrán hasta la llegada de la gran crisis de la década de los 30. Sólo la lucha de años suele permitir, sin que nada lo garantice, que el proletariado vuelva a recuperar lo que ha perdido. Pero ni siquiera esto será posible en esta fase histórica porque el futuro del capitalismo no es como la reconstrucción tras la IIª Guerra Mundial que permitió un relanzamiento económico y por ello hacer concesiones al proletariado, sino la crisis de sobreacumulación de capital detonada por la crisis energética en la década de los 30 y un mundo ya conquistado por el capitalismo sin apenas posibilidades de ampliación del mercado mundial. Más en concreto, Europa pasará muy pronto a un lugar secundario frente a EEUU y los emergentes asiáticos (China) y Japón y eso lo pagará sobre todo el proletariado. Este será el resultado del "realismo", "sentido de la responsabilidad", "actitud dialogante", etc., del sindicalismo y de la izquierda. Si no quieres luchar, mejor para la burguesía, porque ella sí quiere ganar.
Si queremos empezar a pasar a la ofensiva, en la medida de lo posible y aunque sea en el terreno de la lucha ideológica y moral, debemos responder a los ataques de la burguesía contra los trabajadores tratándonos de responsables o culpables en alguna medida de la crisis y de nuestra situación, incluso de privilegiados si tenemos un trabajo o si cobramos un subsidio de paro, y denunciar la estafa en la que está basado todo este sistema y del que nace su poder, que es el trabajo no pagado en el régimen asalariado, que ese es su verdadero interés y por tanto no son los supuestos emprendedores que crean empleo pues también lo destruyen cuando no pueden realizar esa estafa social en los términos que ellos buscan (tasa de ganancia adecuada).
Esto quiere decir llevar de una vez por todas, al centro del debate social, no la corrupción, ni los excesos, ni los escándalos, ni la falta de regulación, ni la especulación, sino la raíz fundamental, la estafa primordial, pilar de toda esta civilización, que es la plusvalía, el trabajo no pagado en el régimen del asalariado.
Marx descubrió el secreto de la plusvalía hace unos ciento cincuenta años y sin embargo, a estas alturas, esa crítica demoledora de la legitimidad del capitalismo sigue sin ser asumida por el proletariado. Sí, claro que sabemos que se aprovechan de nuestro trabajo, que el Estado les favorece sobre todo a ellos, pero es insuficiente para llevar una lucha por objetivos claros y que sea capaz de deslegitimar al sistema lo suficiente como para debilitarlo a los ojos de todos los trabajadores/as, de las "clases medias", y permitir un ofensiva por desmantelarlo y sustituirlo por otro totalmente diferente al servicio de nuestras necesidades.
Pensemos en la lucha de los pro-abolicionistas de la esclavitud, que sólo se hubiesen detenido en cuestiones como el trato dado a los esclavos, sus condiciones de vida, etc., pero si ir a la raíz de la esclavitud, la propiedad sobre las personas, obligadas a cumplir las tareas que desee su propietario y con toda su vida sometida a él. Así nunca se habría podido prohibir y abolir la esclavitud.
A nosotros nos está ocurriendo algo parecido. No hay una denuncia pública, no está en el debate social, la naturaleza de este sistema, porque la crítica del "neoliberalismo" se queda en la superficie y la reclamación de una "democracia real" no comprende la verdadera naturaleza del Estado que surge de la estafa del trabajo asalariado. Es como si frente al esclavismo, en lugar de los abolicionistas, hubiese surgido un movimiento por reformar el sistema, hacerlo menos cruel, etc.
Este es el momento más oportuno para llevar al centro del debate social el régimen asalariado del trabajo, la gran estafa del trabajo no pagado (la plusvalía), porque está en crisis. Si no es ahora ¿cuándo?, ¿en una hipotética recuperación económica cuando miremos sólo a un presente que nos permite "ir tirando" y no a una crisis mayor que sin duda sobrevendrá y cuando nos alcance volver a esperar otro momento "más oportuno", hasta que no nos queden fuerzas ni ganas para cuestionar nada?
Durante los años 50 y 60, no estaba a la orden del día porque el capitalismo vivía una fase de crecimiento tras la destrucción de la IIª Guerra Mundial. Entonces se desvió la atención hacia crítica a la sociedad de consumo, la alienación en el trabajo, el imperialismo, etc. Cuando llegó la crisis de los 70, la reacción fue la defensa de lo conseguido en las décadas anteriores y las ilusiones por llevar gobiernos de izquierda al gobierno. Con los 80 se produce una gran ofensiva del capital y al final de la década y comienzos de la siguiente, el descrédito del socialismo por culpa de la farsa de los países del Este que se hunden, y la expansión del neoliberalismo y de la globalización, que supone una gran ofensiva ideológica y también material que deja con poca capacidad de resistencia al proletariado, a la defensiva totalmente. En la década pasada los bluf de las "burbujas" crean una falsa sensación de crecimiento y esperanzas de que a pesar de las austeridades el futuro podría ser prometedor, por lo que tampoco era el momento más idóneo para que calase la crítica al capitalismo y por eso es que tiene tanta aceptación la limitada crítica al neoliberalismo y la globalización. Ahora el capitalismo ha pinchado sobre todo en unos cuantos países del centro mundial del capitalismo, Europa y también en EEUU.
Es la hora en que la crítica hasta la raíz puede ser escuchada y aceptada por sectores cada vez más amplios de la población trabajadora y es imprescindible para dotarnos de herramientas de análisis, cargarnos de razones morales y simbólicas, para defendernos, responder a sus actuales ataques y a lo que vendrá.
Ser estafados ya no es un "mal menor" como en los años 60, sino la causa de esta crisis y de que la "salida" a ella sea una vida mucho peor porque hay que asegurar la estafa.
No podemos ser tan torpes y miopes como para dejar pasar esta ocasión de "empoderarnos" frente a la ofensiva estratégica del capital y crear así las condiciones que nos permitirán llegar a ponerlo contra las cuerdas.
Se editan multitud de libros sobre la crisis, la inmensa mayoría con un enfoque burgués, pero incluso los más críticos pasan de puntillas sobre esta cuestión central.
Un dato que os dejará los ojos como platos. En la introducción de Engels al folleto de Marx titulado "Trabajo asalariado y capital" en la edición de 1891 para Alemania, dice que tendrá una tirada no inferior a 100.000 ejemplares. Hoy con tanta educación y estudios que siembran también la ignorancia sobre lo más básico, esa cifra nos parece inalcanzable.
Debemos llevar, las organizaciones, los individuos, en las publicaciones, en las conversaciones, una campaña ideológica centrada en esta cuestión, bien directamente a través de la promoción de las obras de Marx, los folletos sobre la plusvalía sobre todo, bien como eje de las denuncias y de la comprensión de las razones profundas para luchar. Es lo que he procurado también con los eslogans que expongo.
Es también una lucha teórica, un cuestionamiento de la economía burguesa. Servirá para que quienes mejor dominan el tema puedan exponerlo frente a los economistas burgueses poniéndoles a la defensiva, centrando el debate donde debe estar, no en que si la necesidad de mayor competitividad y productividad, etc., para salir de la crisis. La agenda del debate debemos empezar a ponerla nosotros y obligar a la burguesía a luchar en nuestro terreno teórico en lugar de someternos a los límites de lo debatible y de los problemas que son sus problemas porque solucionarlos es dar una solución burguesa. Si discutimos sobre la competitividad, cómo ser más competitivos, ya estamos entrando en su terreno y la solución sólo puede ser una solución a favor del capitalismo, porque bajo un eufemismo y aspecto secundario es lo mismo que deber contestar a la pregunta "¿cómo conseguir más beneficios explotando el trabajo no pagado?". Pero si discutimos directamente sobre los beneficios, entonces ya podemos conducir el debate a nuestro terreno y llevará a cuestionar el capitalismo, y por tanto su competitividad y todas las demás cuestiones derivadas.
Si nos quedamos por las ramas, es decir, los aspectos secundarios derivados del capitalismo, es fácil que nos caigamos o que debamos agarrarnos bien a alguna o que no nos interese serrarla porque nos caeremos, o que nos perdamos. Pero si vamos a las raíces y las ponemos al descubierto es más fácil que las arranquemos y con ello matemos y derribemos el árbol, viniendo abajo todas sus ramas que tan arrogantes y seguras se levantaban al cielo.
Servirá por ello para que los trabajadores/as nos sintamos menos intimidados por los discursos y la jerga ocultista de los economistas burgueses, pues sin tener muchos conocimientos técnicos sabremos cuál es la raíz de todo, y cómo eso deslegitima el sistema y que por lo tanto es una cuestión muy secundaria o sin sentido ponerse a discutir sobre la inflación, la balanza de pagos, el déficit del Estado, etc. Será mucho más difícil que nos enreden y engañen.
Es también importante para desenmascarar a los sindicatos que se someten a la lógica del capitalismo, y ayudará a desbordarlos con otros planteamientos y un talante de rechazo al capital en vez de "diálogo hasta la muerte".
Sin duda nos acusarán de ser anti-sistema, etc. El movimiento 15 M ya ha preparado el terreno para responder a esto cuando ha hecho comprender que si somos anti-sistema es porque el sistema es anti-nosotros, contrario a los verdaderos intereses de las personas, que sus requerimientos nos conducen al sacrificio y no estamos dispuestos a ir como corderos a su altar. "¿Es usted anti-sistema? Pues sí y a mucha honra porque un ser humano que conserve su dignidad no puede ser otra cosa frente a un sistema que además de estafarnos, nos humilla y es capaz de sacrificarnos.".
Ser calificado como anti-sistema dejará de ser una carga si explicamos que el sistema es una estafa de principio a fin, una pirámide de estafa, de la base económica, al Estado y su moralidad. Si el sistema es una estafa una persona consecuente no puede ser más que anti-sistema. Debemos ir con esto por delante en lugar de cuestiones secundarias, y no con radicalismos adolescentes de romper las lunas de los bancos, los escaparates de los comercios de lujo, y el mobiliario urbano. Entonces ser anti-sistema será tan digno de respeto como hoy lo consideramos ser abolicionista del esclavismo.
Un ejemplo de esta orientación ya se ha expuesto al poco de comenzar este documento, en la supuesta carta abierta dirigida a la burguesía. Ese breve ensayo es muestra suficiente de la potencia de esta orientación.
Es una ofensiva ideológica, una deslegitimación hasta la raíz del sistema y dota de una gran fuerza moral. Y es ahora cuando se han creado las mejores condiciones objetivas para que una gran parte de los trabajadores/as pueda reconocer, en esas palabras, su verdad.
En cada país existe una clasificación de las empresas en función de varios criterios, como su tamaño por el número de empleados. Estas clasificaciones pueden divergir. En los países de la Unión Europea la clasificación en base al número de empleados es la siguiente: con menos de 10 empleados es una microempresa, con menos de 50 es pequeña empresa, con menos de 250 es mediana empresa, a partir de ahí, es gran empresa.
La burguesía, con sus criterios para oscurecer la relación de clases burguesía - proletariado, clave del sistema capitalista, mete en el saco de "clases medias" a la pequeña burguesía que no tiene empleados con lo que podríamos llamar burguesía baja (microempresa).
Utiliza a la burguesía baja y la parte inferior de la media (pequeña empresa) como pantalla protectora ante las críticas al capitalismo y para "humanizar" su imagen al argumentar que "la mayor parte de las empresas son microempresas, pequeñas y medianas y de ellas depende la mayor parte del empleo". Claro que su número es mayoría, pero eso oculta el grado de concentración creciente del capital, que es el gran capital, bancario, industrial, de las grandes distribuidoras, las empresas multinacionales, y el Estado a su servicio, quien dicta las normas principales, "lleva las riendas" del sistema (ingobernable) y canaliza a su favor, por uno u otro medio, la mayor parte de la plusvalía extraída al proletariado por el conjunto del sistema. Este es el verdadero rostro del capitalismo feroz y cínico, y no el del burgués bajo de la microempresa de uno o dos empleados angustiado por su probable ruina, que puede trabajar tanto como su emplead@ que se verá condenado al paro y en tanto a una mayor explotación.
No cabe esperar una alianza estratégica de la burguesía baja y media con el proletariado frente al gran capital. Eso en la práctica no será más que nuestra subordinación a los intereses también explotadores de la burguesía baja y media que comparte lo fundamental de sus intereses de clase con el gran capital: la explotación del proletariado. Sería un error de rumbo que nos haría desperdiciar nuestras energías en una suma de intereses imposible, perder un tiempo precioso para cosechar un fracaso, porque la burguesía baja y media está dando muestras sobradas de su sumisión e impotencia a pesar de que le niegan los créditos, contraen sus mercados de consumo. El gran capital se impondrá una vez más a la burguesía baja y media y nos habrá derrotado por confundir dónde está nuestra verdadera fuerza y posibles aliados: cuestionar el trabajo asalariado, atraer a la pequeña burguesía, sobre todo la asalariada.
La burguesía baja y media puede aprovechar el empuje de nuestra lucha para presionar a su vez al gran capital, de modo que haga concesiones. Pero irán de la mano contra nosotros cuando vean en grave peligro su posición, aunque la lucha decidida del proletariado puede sembrar en ellos la confusión y desunión sobre cuál es la vía mejor para derrotarnos de modo que cada sector saque también mayor ventaja.
El burgués bajo y medio, de bienes y servicios al consumo, está interesado en pagar menos a sus trabajadores/as, pero le gustaría que los otros empresarios pagasen sueldos más elevados pues eso le abriría a él un mayor mercado: serían menos competitivos y sus trabajadores/as unos clientes solventes para sus mercancías. Es favorable a unos salarios inferiores pero se resiente cuando le afecta porque se reduce la capacidad de consumo general de los trabajadores/as. Así que por una parte está del lado de la política económica que beneficia sobre todo al gran capital y por el otro se disgusta, pero es incapaz de imponer una alternativa.
El burgués bajo y medio está interesado en la iniciativa del gran capital de una legislación laboral que permita el despido fácil y barato, la negociación por empresas, porque eso le permite reducir los costes salariales y someter mejor a su proletariado, pero a la vez favorece al gran capital, pues salarios inferiores presionan también a la baja los salarios en las grandes empresas y con ello su mayor competitividad y poder que redundará finalmente en perjuicio de la mediana, pequeña y microempresa. Pero como lo fundamental es "ir tirando" a corto y medio plazo, esa contradicción es muy secundaria para la burguesía baja y media con respecto a la contradicción principal con el proletariado, que es a fin de cuentas, al que debe explotar para poder acumular capital, sea buena o mala su relación con las grandes empresas y el capital financiero.
Como demuestra el sindicato español de la micro, pequeña y mediana empresa (CEPYME) de la mano de la patronal organizada en la CEOE, toda la burguesía está de acuerdo con la reforma constitucional española para rebajar el déficit a un máximo extraordinario del 0,5% a partir de 2020, y con la contención salarial, firmada con los sindicatos CCOO y UGT, y con el decreto de proyecto de ley de reforma laboral que el gobierno del PP gracias a su mayoría parlamentaria convalidará muy pronto. Es decir, que están de acuerdo en la estrategia de reducir el coste del mantenimiento del proletariado porque a nadie se le escapa que esa "disciplina fiscal" supondrá un enorme recorte del "Estado de bienestar" y que el menor coste del despido, las facilidades para despedir, para la contratación por empresas, reducirá los costes laborales.
Pretender que puede hacerse una alianza estratégica con la burguesía media significa creer que podemos dejar de cuestionar hasta el final el régimen asalariado del trabajo como si eso tuviese una importancia menor y bastase con enfrentarse al poder del gran capital, los oligopolios, las multinacionales, etc. Y es todo lo contrario. Con ello nos prohibiríamos aprovechar el talón de Aquiles del sistema, inutilizaríamos lo que debe convertirse en un rejón de muerte al sistema, echar abajo la legitimidad del capitalismo al presentar como una estafa el régimen asalariado del trabajo, como régimen de extorsión, apropiación indebida del trabajo no pagado, violando por tanto las presuntas reglas del capitalismo (intercambio entre iguales, contrato sin engaño, etc.). Un régimen en el que está implicada desde la micro a la gran empresa.
Un rejón de muerte porque el capitalismo puede llegar a admitir unas u otras reformas, pero no puede eliminar lo que le permitir existir, el trabajo no pagado, como nosotros no podemos renunciar a respirar oxígeno. El capitalismo podría encontrar salidas parciales con leyes antimonopolio, nacionalización de algunas grandes empresas, etc. Y si ni siquiera somos tan fuertes, bastaría con una ofensiva del capital para que nos resignásemos pues no tendríamos razones suficientes para seguir resistiendo pues al no cuestionar el régimen asalariado, tampoco lo estaremos haciendo con las verdaderas raíces del poder que el gran capital comparte con el resto.
Que neguemos la legitimidad al régimen asalariado del trabajo, al capitalismo en su conjunto, no quiere decir que pongamos en el mismo plano de las denuncias y las reivindicaciones a la banca, el gran capital y la microempresa, porque desde el punto de vista económico y político no tiene sentido y porque debemos ser capaces de aprovechar y ensanchar las divergencias entre ellos a la hora de poder ganar aliados tácticos y sobre todo neutralizar a parte de la baja y media burguesía.
La crítica que hará que el sistema sienta que le traga la tierra no será la de la corrupción, las remuneraciones escandalosas, la especulación financiera, la brutalidad en la represión, la poca representatividad de las instituciones por el sistema electoral, etc. Eso, aun siendo importante, puede llevar a otra modalidad de capitalismo y de régimen político, nada más. La que lo conseguirá es la que destruya su legitimidad como sistema social de modo que haya que desecharlo por ser irreformable en esa cuestión y ya difícilmente tolerable por los sacrificios que nos ocasiona.
Otro asunto diferente y sobre el que debemos reflexionar y afinar mucho, es el tratamiento que el poder socialista-comunista de los trabajadores/as organizados en Consejos deberá dar a las microempresas, los pequeños y medios empresarios (sobre todo su parte inferior más próxima a la pequeña) y accionistas. Debemos atender a tres grandes cuestiones: no cometer una injusticia, no enajenarnos sin necesidad el apoyo o la neutralidad de una parte muy importante de la población, no crear innecesariamente dificultades en la marcha de la nueva economía. La expropiación pura y dura, sin indemnización alguna, no es una regla que se pueda aplicar a todos los casos. Muchos accionistas en realidad no son sino pequeño burgueses y trabajadores con ingresos más altos y/o con algunos ahorros que en lugar de tenerlos en una cuenta que no da ni para compensar de lejos la inflación lo invierten en algunas acciones, en fondos de inversión que participan de las mismas, o en un plan de jubilación para completar la previsible miseria de la pensión pública. Pero lo ignoran prácticamente todo sobre la marcha de esas empresas y no intervienen en sus decisiones. Muchos empresarios con muy pocos empleados (microempresas), trabajan tanto como ellos y tienen hipotecada hasta su vivienda para poder disponer de capital para la empresa, sobre todo cuando escasea el crédito ordinario, y no ganan más que un trabador/a cualificado. También los hay que por razones fiscales han creado varias pequeñas empresas dedicadas a la misma actividad, por lo que ya no son lo que parecerían si sólo los contemplásemos a través de una de ellas, y que consiguen rentas elevadas. Deberá tenerse en cuenta factores como el número de empleados, los beneficios que venía obteniendo la empresa, el papel que juega el empresario, sus recursos totales, el lugar de la empresa en el entramado económico, la posibilidad de que no tenga un comportamiento hostil y de sabotaje al poder de los Consejos de Trabajadores y a la intervención de los mismos en la empresa... Los datos que disponen las Haciendas públicas gracias a la informática nos serán de mucha utilidad para esta labor.
Esto deberemos aclararlo públicamente, así como otras muchas cuestiones complejas y delicadas (el futuro profesional de policías y militares, etc.) sobre todo según nos acerquemos a la crisis revolucionaria, y deberá plasmarse en los proyectos de Programa de Transformaciones Socialistas, para favorecer las disensiones entre las distintas fracciones de la burguesía, debilitar los apoyos y liderazgo del gran capital, aislarlo, ganarnos a la pequeña burguesía, atraer o neutralizar a los microempresarios y pequeños empresarios y vencer a los enemigos del poder del nuevo trabajador colectivo libremente asociado. Pero dejando claro que la meta es la integración de esos sectores en el trabajador colectivo que les reconocerá como tales trabajadores/as sus derechos sin explotación ni opresión y esa es la mejor alternativa a su probable ruina y proletarización en el capitalismo, riesgo que se agudizará sobremanera, mucho más que ahora, en la crisis de la década de los 30.
Esos sectores sociales deberán terminar eligiendo, entre permanecer del lado del gran capital y apoyarle en su estrategia de derrota del proletariado para acabar ellos también formando parte de un proletariado más sometido y empobrecido que nunca, o acogerse a la estrategia del proletariado que les liberará del peso del gran capital y a la vez evitará su proletarización, pero dejando de ser burgueses y pasando a formar parte del trabajador colectivo libremente asociado.
Es muy diferente dar legitimidad y por tanto ceder en lo substancial y sólo plantear exigencias en lo secundario, que negar la legitimidad pero haciendo concesiones secundarias transitorias (algunas podrían durar hasta que desapareciese la generación afectada) que no comprometan el futuro de una estrategia de abolición del hecho ilegítimo. En el primer caso negamos la menor y cedemos en la mayor; en el segundo negamos la mayor y cedemos en la menor.
Es más importante cuestionar el trabajo asalariado, al menos en cuanto a nuestra apreciación del mismo para empezar (sabemos que siempre es explotación de la plusvalía y que este sistema de estafa sistemática sustenta esta civilización), y hacerlo saber en la lucha que presentar muchas reivindicaciones al capital, porque de lo segundo no se deriva necesariamente lo primero y el capital puede torearnos más fácilmente; pero sabiendo que cuestionamos el régimen asalariado del trabajo y el Estado, será la misma burguesía la que tomará algunas iniciativas de reformas económicas y políticas para distraernos y calmarnos, con el objetivo de retomar cuanto antes su ofensiva.
La firmeza en el cuestionamiento del régimen asalariado del trabajo y la flexibilidad en el tratamiento, una vez constituido el poder de los Consejos de Trabajadores, de la burguesía baja y media inferior sobre todo, son complementarias. Impiden que desde ahora nos subordinemos a ninguna fracción de la burguesía y permite neutralizarla o incluso ganarla frente al gran capital. Es una estrategia de victoria. La subordinación, una estrategia de no acercarse al poder constituyente. La falta de flexibilidad, de no constituirlo cuando lo tenemos al alcance de nuestras posibilidades o de echarlo a perder rápidamente una vez establecido.
Ni la burguesía ni nosotros tenemos por delante todo el tiempo que queramos. La burguesía, en particular el gran capital, sabe que el imperativo del beneficio y las perspectivas del capitalismo (crisis actual, crisis energética en década de los 30, cambio climático...) le exigen resolver el problema de asegurar su dominio con una derrota histórica del proletariado y que eso debe hacerlo dentro de un período de tiempo corto, aunque por nuestra resistencia deba reducir el ritmo. Como ya lo dicen con la reforma laboral, se trata de necesidades estratégicas que están decididos a llevar hasta el final, más antes que después. Y nosotros debemos ser capaces de plantear una resistencia y contraofensiva en ese plazo también, por lo que debemos escoger aquella estrategia que siendo factible para nuestras fuerzas sea a la vez la más efectiva a corto y medio plazo y no nos haga perder energías y tiempo.
Las circunstancias históricas y el balance de las últimas décadas nos han colocado en una posición muy difícil: la necesidad de una ofensiva contra el capital por el futuro que nos va a deparar, cuando estamos a la defensiva protegiéndonos de su ofensiva estratégica. La solución a la contradicción es una lucha, por ahora, defensiva con una orientación ofensiva en todo aquello que se pueda y el terreno más factible por ahora para la ofensiva es de las ideas, de tenerlas lo más claras posibles, así que eso debemos aprovecharlo al máximo, la estrategia del cerco a su legitimidad.
La burguesía no puede postergar su lucha para el futuro. Nosotros tampoco, creyendo que entonces estaremos en mejores condiciones, pues eso sería ignorar el debilitamiento y desmoralización de una derrota, que ésta dificultará hacer frente a nuevos ataques, tanto más cuando la población trabajadora habrá envejecido mucho en las próximas décadas.
La burguesía está demostrando su incapacidad para hacer frente con eficacia al problema del Cambio Climático. Si tiene razón el IPCC (Panel -grupo- Intergubernamental sobre el Cambio Climático), para 2020 y 2050 se habrán debido tomar drásticas medidas para evitar una catástrofe medioambiental, económica y humana. Estamos muy lejos de ello, y los plazos se acercan, 2020 ya está a la vuelta de la esquina. Si la burguesía no lo va a hacer, tendremos que hacerlo nosotros y eso significa, querámoslo o no creer, que para entonces debiéramos haber constituido nuestro poder ¡casi nada!. Una vez más el problema crucial del tiempo y de la claridad de objetivos y medios. Si no podremos llegar a la cita de 2020 ¿perderemos el tren también en 2030 y se nos escapará definitivamente en 2050? Sin duda no lo lograremos si permitimos que la burguesía nos derrote.
Debemos tener claro qué es lo que quiere y necesita la burguesía, pero ante todo su fracción dirigente y dominante, el gran capital, y no dejarnos engañar por lo que supuestamente convendría al conjunto de la burguesía como si las relaciones entre sus sectores pudiesen ser armoniosas y el gran capital buenamente sacrificase sus intereses estratégicos por respetar lo que conviene a la micro, pequeña y mediana empresa, lo que sería menos doloroso para los trabajadores/as, lo que facilitaría el pleno empleo y el crecimiento, porque esos no son sus objetivos, sino el máximo beneficio, ganar una apuesta estratégica, aunque pase por una profundización temporal de la crisis que hunda a pequeños y medianos empresarios y provoque un gran desempleo.
El capital bancario está consiguiendo socializar sus pérdidas con la ayuda del Estado, los préstamos y especulación con la deuda pública, pero esto no es suficiente. El gran capital quiere aumentar sus ganancias haciendo que paguen la crisis las empresas micro, pequeñas y medianas, desapareciendo como competidores, productores de mercancías y servicios en exceso, sobre todo si representan los costes de mantenimiento de la fuerza de trabajo más allá de lo que el gran capital esté dispuesto a admitir (sector hostelería, etc.), comprar aquellas que estando en dificultades o en quiebra, tienen algo de interés pero con su valor devaluado, a precio de saldo, aumentando así sus ganancias y concentrando más capital.
No debemos volver a caer en la falta de perspectiva histórica de los trabajadores/as que no comprendieron lo que de verdad estaba en juego en las anteriores crisis del régimen asalariado del trabajo ni supieron ponerles freno a sus nuevas eras, con su secuela de sacrificios para la Humanidad que sólo aseguran un futuro aun más pavoroso.
Las medias tintas no frenaron las calamidades del siglo XX ni lo que llevamos del XXI, sino que aseguraron sufrimientos y matanzas, un fortalecimiento creciente del capital que aunque no puede salvarle, sí conseguir que no evitemos que su descomposición arrastre a la Humanidad y el planeta. La burguesía no conoce la compasión con los débiles y los derrotados cuando está en juego la marcha de su sistema. ¡Ay de los ingenuos que crean lo contrario!
Los que quisieron ahorrarse las turbulencias y sacrificios de una revolución proletaria cosecharon que la burguesía pudiese imponer su solución: recaer la crisis sobre los trabajadores/as y otras capas populares, lanzarse a la guerra imperialista provocando sufrimientos incomparables a los de una revolución, para no aportar ningún avance a la Humanidad, reafirmar la continuidad del capitalismo y con ello nuevas catástrofes. Les asustaba la incertidumbre de lo desconocido de empezar a construir una nueva civilización y preferían lo malo conocido y lo peor por conocer. Obtuvieron pavor por horrores nunca antes vistos y la permanencia de una civilización decadente, condenada a desaparecer antes o después, pero con mayores sufrimientos para la Humanidad. Eso es lo que ganaremos cuanto más tardemos en derribarla, con riesgo de que en su colapso nos arrastre a todos. ¡Ahórrate una revolución y podrás ganar una guerra mundial imperialista! Pero los supervivientes siempre tienden a minusvalorar los costes.
El futuro no se parecerá a la década de los 60 del siglo pasado, sino más bien a las de los 20 y los 30. Tiempos feos, duros, feroces, pero que podemos convertir en la antesala de nuestra liberación. En este yunque se forjará el carácter de una generación que o da pasos a lo que acabará siendo el hombre nuevo, o sucumbirá y con ella se reducirán dramáticamente las esperanzas para nuestra especie.
Nosotros podemos vivir y mejor, sin el salarismo; el salarismo sólo puede continuar a costa de la Humanidad y del planeta.
La crisis actual y futura revela la crisis histórica del régimen asalariado del trabajo. Cuando cuestionemos este régimen, para convertir nuestra oposición en colaboración, el capital se aprestará a la supuesta "reforma del régimen asalariado del trabajo" al ofrecernos "participación" en las empresa, como tener acceso a sus datos económicos, siempre que aceptemos sus condiciones de supeditar los aumentos salariales a los aumentos de productividad y otras que nos aten al capital, de modo que la "participación" lo sería en nuestra propia explotación, para asegurarnos que se respetan las reglas que ellos nos han impuesto y les benefician. ¡Qué gran conquista! Además de explotados, dar nuestro pleno consentimiento y colaboración. Eso no será más que un reforzamiento del régimen asalariado del trabajo. Cambiar algo para que lo fundamental permanezca y se haga más fuerte. La estafa perfecta.
Tampoco sirve la alternativa de que los trabajadores/as nos convirtamos en accionistas de la empresa. Existen experiencias de empresas cooperativas constituidas en los años de bonanza que se han hecho a duras penas un espacio en el mercado. Pero tanto en estos casos, como intentarlo en momentos de crisis, mucho más desfavorable, el sistema cooperativo -no digamos la mera participación con algunas pocas acciones en una empresa típica capitalista- implica que los trabajadores/as siguen en el régimen asalariado. Al estar inmersos en el mercado de una sociedad capitalista deben conseguir beneficios, luego someterse a la misma ley del valor (del trabajo genérico o abstracto) para generar trabajo no pagado (plusvalía) que se transforme en beneficio aunque puedan participar de él. Pero están sometidos a los requerimientos de la economía capitalista de acumular capital para no debilitarse ante la competencia, por lo que no es extraño que deban reducirse los salarios o acaben haciendo inversiones en otros países con mano de obra más barata para conseguir los beneficios que necesita la cooperativa. Y en cuanto a la dirección de la empresa, se convierte en tarea propia de una minoría especializada que tiende a reproducir las relaciones sociales propias de la división del trabajo capitalista. Por eso pueden surgir conflictos de intereses fuertes entre ambos sectores. Por otra parte es imposible ni siquiera soñar con sustituir sobre la marcha el capitalismo mundial en base a la expansión del cooperativismo, venciendo la competencia de las empresas existentes, del poder de los oligopolios y las multinacionales. Y una vez vencido el poder político y represivo de la burguesía, tampoco debiera imponerse el cooperativismo como norma, ya que manteniéndose el mercado y la autonomía de las empresas, deberían competir en el mercado, reproduciéndose el imperio de la ley del valor y pasando a comportarse las cooperativas como las actuales empresas, lo que llevaría a una diferenciación social entre ellas (ricas, pobres) y en su interior (cada vez más poder a los tecnócratas acaparando más privilegios).
Es una trampa parecida a la de los fondos privados de pensiones de obreros, empleados y funcionarios de los países ricos que alcanzan dimensiones enormes, se mueven por toda la economía mundial y que al buscar su máxima rentabilidad para el futuro, se convierten en capital, y por ello son un instrumento de explotación del proletariado, entran en el juego de la especulación y presionan para que se eleve el tipo de interés de los bonos del Estado que debemos pagar con nuestros impuestos.
No es posible una estrategia de defensa para el proletariado en base a su cualificación profesional u organización del trabajo, como lo demuestran las diferentes estrategias victoriosas de la burguesía (de la manufactura al toyotismo) y la proletarización de la pequeña burguesía con formación universitaria. En la jornada laboral efectiva se ha producido en los últimos años una prolongación (horas extras no pagadas) y se avecina una mayor con la próxima crisis energética. El capitalismo no puede erradicar el régimen asalariado del trabajo porque es la raíz del sistema, permanente a pesar de todos los cambios. Por tanto, no se trata de cuestionar uno u otro modelo de trabajo (fordismo, toyotismo...), sino el mismo régimen. Ni siquiera ha sido capaz de erradicar el trabajo infantil, al contrario, porque es funcional (útil y ventajoso) para el funcionamiento del conjunto del capitalismo mundial. Por eso hay en el mundo 215 millones de niñ@s trabajadores (el 61% en Asia), de los cuales 115 millones realizan trabajos peligrosos para su formación, bienestar físico, mental o moral, o por implicar esclavitud pura y dura (fuentes de la OIT)
La defensa de la enseñanza pública y laica a todos los niveles (básica, profesional, universitaria) tiene una importancia estratégica para los trabajadores/as. No debemos permitir que empeore, se privatice, aumente la distancia de conocimientos entre la burguesía y los trabajadores/as. Si queremos constituir una nueva civilización en la que estemos liberados de nuestra condición de clase proletaria, deberemos superar la división clasista del trabajo (ellos saben, nosotros no; ellos ordenan, nosotros obedecemos) y para esto es imprescindible no sólo mantener lo ya existente (acceso a la educación, incluso universitaria para algunos hijos de trabajadores/as), sino impulsar grandes cambios en esa dirección que se podrán realizar cuando el poder sea de los trabajadores/as. Nuestra unión con enseñantes y con estudiantes en una lucha en esa dirección es una tarea importante para la actualidad y los próximos años, para que sea más fácil el derrocamiento de la burguesía y la instauración del poder de los Consejos de Trabajadores no degenere en el poder de la tecno-burocracia explotadora.
Los estudiantes que no se preparan ni se identifican para ser el relevo de la burguesía actual, tienen un papel importante que jugar. Son la juventud tan necesaria para la lucha, y nuestro futuro. Las medidas que se tomen ahora condicionarán su vida porque no puedan encontrar un trabajo, o deban emigrar para obtenerlo, o de hallarlo aquí, someterse a un régimen de trabajo asalariado más dictatorial gracias a la contrarreforma laboral. A los trabajadores/as que les quedan pocos años para jubilarse, esta ley todavía puede hacerles mucho daño porque aumenta el riesgo de que les despidan, pero a los jóvenes, durante muchos años más, sobre todo porque si se impone gracias a la derrota del proletariado, la relación de fuerzas a favor de la burguesía se hará mucho mayor y eso marcará negativamente al menos buena parte del resto de su vida. Los estudiantes tienen también una ventaja sobre los trabajadores/as con empleo y es que no tienen responsabilidades familiares, y sobre los parados, porque no se encuentran aislados en sus casas, y pueden luchar desde sus centros de estudio. La burguesía teme sobre todo a la juventud por su arrojo y entusiasmo, porque tiene menos miedo a cuestionar la realidad, se atreve más a modificarla, y porque las personas jóvenes que ahora se curtan y conciencien en la lucha serán probablemente más difíciles de doblegar en el futuro cuando el capitalismo además no tenga nada que ofrecer para integrarlas. Y porque debemos aprovechar al máximo la fuerza de la juventud mientras la tengamos, antes de que sea demasiado pesado el proceso de envejecimiento de la población
Por eso los estudiantes deben ocupar los primeros puestos en la lucha contra la contrarreforma laboral y demás medidas del capital, porque ahora se juegan su futuro.
Para ello, deben relacionar las medidas de recortes en la educación, subida de tasas universitarias, etc., como una parte más del ataque de la burguesía para reducir los costes totales de mantenimiento del proletariado, someterlo más en su condición subordinada, proletarizar a las "clases medias" y reservarse para sí todos los resortes del poder social.
Esta juventud, capaz de estudiar las asignaturas más complicadas y disciplinada en el estudio, la más preparada en la historia de España, debe hacer un esfuerzo especial también por recuperar lo que es el saber crítico del proletariado, comprender la relación que existe entre su futuro y la senilidad del capitalismo, sus límites históricos, su marcha hacia su hundimiento arrastrando a la Humanidad y la Naturaleza en su caída. Es un ejercicio de responsabilidad imprescindible hacia sí mismos y hacia su descendencia a la que le espera un futuro peor que a ellos que a su vez es peor de lo que nosotros hemos vivido. Deben estudiar las experiencias de lucha y organización del proletariado, porque aunque las circunstancias son siempre nuevas podrán sacar lecciones muy valiosas que les evitarán cometer errores y perder sus energías y tiempo en una lucha que en los próximos años va a ser muy dura. Y prestar mucha atención a los nuevos fenómenos sociales y las amenazas que se ciernen sobre la Humanidad provocadas por el capitalismo, como el Cambio Climático. Las mujeres jóvenes, que tanto han conseguido en avanzar hacia la igualdad y que representan porcentajes muy elevados en los niveles más altos de la educación, deben tomar un papel activo a la altura de esto, pues no deben confiarse y dar por irreversibles las conquistas logradas ya que lo mismo que al proletariado, la burguesía puede recortárselas según empeore la situación del capitalismo como un modo de dividir al proletariado y facilitar cargar sobre todo en su sección femenina la mayor parte de las consecuencias de su decadencia.
El desprecio del estudio político, dadas las circunstancias actuales y el futuro que nos espera, es la mayor necedad.
Si desde el final del franquismo hemos pasado por varias décadas de despolitización de la juventud, ha llegado la hora de que se politice, que no es lo mismo que asimilarse al régimen de partidos y a la democracia "irreal" de la burguesía.
La actual crisis viene demostrando la verdadera naturaleza de la democracia burguesa y a quién sirve este Estado. Tenemos derecho a votar sólo cada equis años y a aquellos políticos que, quiéranlo o no, deberán hacer lo que los "mercados" (el gran capital, la Unión Europea, el FMI, el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, la OMC, etc.) dicten. Y lo último, se nombran presidentes de gobierno, supuestamente "técnicos" que ni siquiera se eligen, salvo en los despachos del gran capital, porque su "técnica", al pretender preservar el capitalismo, sólo puede ser la de las tijeras y el garrote para nuestros intereses y derechos; se realizan con carácter de urgencia cambios trascendentales en la Constitución que provocarán sacrificios en la población trabajadora y garantizan los intereses del gran capital, en particular el financiero, sin ni siquiera un referéndum, cuando para otras reformas favorables al pueblo no hay más que demoras y dificultades legislativas e institucionales.
Si hay algo seguro es que con el capitalismo no tenemos futuro. Dicen que no existe una alternativa a él, pero sí disponemos de muchas experiencias históricas positivas y negativas que nos permiten ir elaborándola. Ellos sólo nos pueden ofrecer, no más de lo mismo, sino peor. Otro mundo es posible si nos esforzamos en ello.
Deberíamos dejar a un lado los programas electorales que en el mejor de los casos quedan en papel mojado o "los mercados", el aparato burocrático, no representativo y represivo del Estado impide llevar a la práctica, y empezar a elaborar nuestro propio Programa de Transformaciones Socialistas con las medidas que habremos de tomar para la construcción de una nueva civilización, con instituciones democráticas y de poder basadas en nuestra organización desde las asambleas (los Consejos de Trabajadores) desmantelando un Estado que, por su propia naturaleza y estructura, sirve a los intereses fundamentales del capital, posibilitando así la abolición del régimen asalariado del trabajo.
Por muy deficientes que fuésemos los trabajadores/as (asociado el trabajo manual e intelectual y superando la división social clasista del trabajo) en la gestión de nuestra civilización, no podríamos llegar a la arrogancia, cinismo, ceguera voluntaria, atracción por el abismo, irracionalidad, incompetencia e insensibilidad social manifiesta de la burguesía, incluidos sus pomposos premios Nobel de economía, cabalgando un sistema económico y social que, por su propia naturaleza, el ser humano jamás podrá domesticar porque sólo se sostiene a la larga consumiendo la vida humana, esquilmando y degradando la Naturaleza. Una organización del trabajo y de la sociedad que despilfarra y malogra el esfuerzo colectivo, es incapacidad de crear una auténtica comunidad humana, y destruye la Naturaleza de la que dependemos. Esta crisis y la historia toda del capitalismo, lo demuestran.
Nuestro futuro es el de la comunidad mundial de trabajadores/as libres asociad@s para la satisfacción de sus necesidades en equilibrio con la Naturaleza y no la producción de mercancías para la obtención del beneficio mercantil o la asignación de recursos que beneficia a una minoría tecno-burocrática. Esto es el verdadero comunismo, no el Capitalismo de Estado que se ha hecho pasar por tal.
El Programa de Transformaciones Socialistas que corresponda a la revolución social deberá elaborarse y decidirse en los Consejos de Trabajadores. Hasta llegar ahí, una tarea que va a adquirir en poco tiempo una importancia creciente es la de elaborar proyectos de Programa de Transformaciones Socialistas para someterlos a la discusión de sectores al principio reducidos pero cada vez más amplios del proletariado. Serán importantes porque ayudarán a superar la desconfianza en que seamos capaces de levantar de verdad una alternativa a esta civilización, y como brújula provisional con la que orientar los objetivos de la lucha.
Sin esto, se puede provocar un bloqueo en el proceso de cuestionamiento del "salarismo" porque ¿qué sentido puede tener insistir e ir más lejos si no sabemos qué es lo que podemos hacer, qué podemos construir que sustituya a lo existente para mejor? Al planteamiento "el capitalismo ha fracasado, pero no hay una alternativa" debemos ser capaces de responder cuanto antes con algo más que unos principios, generalidades y críticas a las experiencias fracasadas. La burguesía va a poner toda la carne en el asador y aprovechará todas nuestras debilidades y vacilaciones para confundirnos, hacer que perdamos la confianza en nosotros mismos y golpear duro, obligarnos retroceder y vencernos. Sectores muy amplios de la población, entre las "clases medias" urbanas, el campesinado, y sin duda también entre el proletariado, se podrá del lado del "orden" capitalista si entienden que la lucha revolucionaria puede tener muchas razones, pero que no lleva a ninguna parte porque no dispone de más propuesta que la de profundizar en el caos de un capitalismo al que tampoco se le permite funcionar según sus reglas, por lo que al final preferirá lo malo conocido a aventurarse en lo desconocido que será peor.
No podemos caer en la confianza ciega en los procesos espontáneos, en que llegado el momento algo acabará surgiendo y se hará a tiempo lo suficientemente fuerte, porque en los próximos años y décadas la realidad va a imponernos unos retos al proletariado y a la misma especie humana a los que hasta hoy nunca se ha enfrentado, nos someterá a grandes ritmos de aceleración histórica, y esta vez no podemos permitirnos el lujo de perder por dejarlo todo a una preparación deficiente, a la improvisación y la superficialidad, si podemos hoy evitarlo.
17.- Por qué no podemos esperar a que se hunda el sistema. Una cita ineludible en la década de los 30.
La respuesta ya la venimos exponiendo en este documento, pero conviene recapitular y extendernos un poco más.
Hay razones éticas, de supervivencia y estratégicas.
No debemos pensar en "ir tirando" nosotros y que los siguientes resuelvan los problemas, porque en tanto, estaremos permitiendo que se agraven muchísimo y que quienes nos sigan paguen las consecuencias por nuestra irresponsabilidad, y estos no sólo van a ser los desconocidos de otras partes del mundo, sino nuestros descendientes, los de nuestros familiares, amigos y conocidos.
Y los sufrimientos no serán como los nuestros, sino muchísimo peores, en condiciones de vida, laborales, salarios, gastos sociales, riesgos crecientes de guerras con víctimas sobre todo en la población civil, una degradación de la naturaleza que irá pasando, al vencimiento de su aguante y ciclos, facturas cada vez mayores, el anunciado Cambio Climático, y la extinción de especies (vegetales y animales) que desaparecerán para siempre jamás y nos afectará por los desequilibrios que provocarán en todos los ecosistemas, y como la burguesía y las necesidades de acumulación del capital no se resignarán a su desaparición, se intensificarán las tensiones entre sus distintas fracciones, sus Estados y alianzas entre ellos, por los recursos materiales y humanos, por la producción de plusvalía y su realización en el mercado, con posibilidades crecientes de guerras con armamento biológico o nuclear que si al principio las querrán limitadas, acabarán extendiéndose afectando a todo el globo.
No estamos tratando con una entidad que muere de agotamiento, en la cama, sino con una bomba de relojería, que a la vez que se acaba su tiempo, destruye lo que le rodea.
Cuando llegue la hora ¿podremos fiarnos de que en el último momento al menos funcione el instinto de supervivencia y aprovechando que el sistema entrará en su última crisis, pero antes de que se hunda sobre nosotros, lo derribemos y constituyamos el socialismo?
Es pedirle demasiado a un instinto y a las posibilidades de tener bajo control y prever con tiempo una situación así. Esto no es como las películas en las que el héroe a falta de un segundo corta el cable rojo e impide que estalle la bomba.
El instinto de supervivencia nunca es suficiente. De poco nos sirve si estamos, solos y desarmados, rodeados de una manada de hienas hambrientas.
La naturaleza, a lo largo de la evolución de millones de años, como animales, nos ha dotado del instinto de supervivencia, pero es individual, no como especie. La evolución animal, no ha tenido tiempo para seguir el paso al salto cuántico que ha supuesto nuestra evolución cultural, despegándonos de la condición común al resto de las especies animales. Es más, nuestras condiciones sociales pueden potenciar otros instintos como la obediencia, la jerarquía de la banda, que se vuelven en contra del más básico de la supervivencia y de la consideración por la vida del otro. Los doctores Stanley Milgram ("Obediencia a la autoridad") y Philip Zimbardo ("El efecto Lucifer") han demostrado experimentalmente de manera incontestable a qué punto de degradación y villanía, de pérdida de nuestra consideración por el prójimo y de nuestro instinto de conservación podemos llegar dado el marco social jerárquico en el que vivimos y por el condicionamiento a la sumisión desde la más tierna infancia.
¿De qué nos valió el instinto de supervivencia ante la Iª Guerra y IIª Guerras Mundiales, la guerra de Yugoslavia y toda la lista que queramos, si no es para matarnos con más intensidad si no queríamos morir y ver morir al camarada? ¿Cuántas veces ha conducido eso a una rebelión contra las causas capitalistas que subyacen en el fondo? La Comuna de París y algún país en el tramo final de la Iª Guerra Mundial, y para de contar. ¿De qué les sirvió a los judíos europeos para evitar unas condiciones de existencia que llevaban a su eliminación y el exterminio en masa e industrial? ¿Cuánto actuó el instituto durante los largos años de guerra fría con el riesgo de holocausto nuclear? ¿De qué servirá ese instinto si llega a producirse una rápida escala que nos lleve a eso, salvo para "buscarse la vida" entre los escombros y la radiación nuclear?
En el caso de la Iª Guerra Mundial la rebelión contra la guerra no se produjo en los países que la estaban ganando, donde era más poderosa la conformidad, el espíritu patriótico, el deseo de vencer cuanto antes al enemigo, y las ganas de vivir "en paz" e "ir tirando" después de la guerra, en vez de volver a pelear para arreglar las cuentas con el sistema social que había conducido a semejante carnicería, destrucción y penurias post-bélicas. La revolución rusa sólo tuvo lugar después de haber pasado por millones de muertos. En las condiciones actuales esos millones se producirían muy rápidamente sin dar tiempo a madurar una respuesta, sembrando la desolación y el shock psicológico más completo.
En el caso de la IIª Guerra Mundial, sometimiento total a la matanza, porque incluso aquellos que se pretendían revolucionarios como algunos grupos partisanos, no tenían en realidad un proyecto social que superase la vuelta al capitalismo sólo que bajo la variante de Capitalismo de Estado.
El instinto de conservación tiene que ver también con la expectativa de vida. Cuanto más viejos y más cerca vemos la muerte, menos sentido tiene pelear a muerte por sobrevivir porque poco se va a ganar y se puede perder el poco tiempo que nos queda. Los jóvenes pueden hacer su cálculo y entender que tienen mucho que ganar porque teniendo toda la vida por delante, con la lucha, a pesar del riesgo, pueden mejorar mucho su vida futura, y si no lo corren, pueden empeorarla e incluso perderla. Con un envejecimiento inevitable de la población en las próximas décadas podemos intuir cómo puede quedar el instituto de supervivencia colectivo si le añadimos este factor.
Si colectivamente se ha generado por las relaciones sociales una situación de indefensión, falta de confianza en uno mismo y en los compañeros, desmoralización, desorientación sobre las causas profundas de lo que sucede y de cuál es la alternativa, el instinto individual de supervivencia lo más seguro es que lleve, dado el punto social de partida, a la búsqueda de una nueva relación jerárquica de dominación que supuestamente ponga orden y nos salve del caos (un líder, un partido, etc.), o al "sálvese quien pueda" el "todos contra todos" y "que gane el más fuerte", aunque sea en forma de bandas, mafias, "señores de la guerra". Y esa situación de indefensión es provocada también por las grandes derrotas del proletariado.
En un medio social caracterizado por la escasez y carestía de la energía y otros recursos como los minerales raros, la destrucción medioambiental y de los recursos esenciales para la vida (agua dulce) y vivos (vegetales y animales) provocados por el Cambio Climático, cualquier revolución lo tendrá mucho más cuesta arriba que hoy, y los riesgos de fracasar serán mayores. La revolución rusa se vino abajo por mucho menos aunque con efectos similares: guerra civil, abandono de las fábricas, debilitamiento de los soviets, falta de recursos para la producción, hambruna... Lo que hizo que tras su aparente victoria retrocediese a la casilla de inicio pero bajo la variante del totalitario Capitalismo de Estado, que fue para el proletariado peor que el privado porque además de negarle libertades básicas le desorientó ideológicamente con su farsa de "socialismo en un solo país" o nacional, hasta llevar el socialismo-comunismo a su total desprestigio con el coste que eso viene suponiendo para el proletariado mundial y su desconcierto actual.
Para la reconstrucción del tejido social nos encontraríamos con unas complicaciones incomparablemente mayores que hoy en día, partiendo de una mayor penuria, desintegración y descoordinación social, con un proletariado que si ha llegado hasta ahí es porque no se ha rebelado antes victoriosamente luego ha acumulado derrota tras derrota, y estará sin duda desorientado y desmoralizado, por lo que lo más probable es que se construyese otra sociedad clasista que tendría rasgos del capitalismo, del feudalismo y hasta del esclavismo (todavía existe), en distintas combinaciones y dependiendo de las zonas del mundo, aplicando también algunos de los últimos avances en neurociencia y psicología, y tal vez de la ingeniería genética, para un mayor control de los individuos y de las masas.
El curso de derrotas que habría debido acumular el proletariado hasta llegar a ese final, y el envejecimiento de la población, hacen más dudoso que fuese capaz de levantar una alternativa al capitalismo y llevarla a buen término. El hundimiento del capitalismo habría significado el de las dos clases en lucha, burguesía y proletariado.
Si una revolución social es imposible en un momento de auge económico porque se vive el presente y no se siente la urgencia aunque el futuro sea muy oscuro, también puede ser imposible en medio de un hundimiento de la sociedad, por lo que habrá que aprovechar las posibilidades de crisis menores antes de que se llegue a ese extremo.
Además de estas consideraciones que pueden discutirse, hay un hecho que, si no está equivocado el IPCC (Panel -grupo- Intergubernamental sobre el Cambio Climático), nos obliga a terminar con el capitalismo sin esperar a que se desintegre, y es el Cambio Climático.
Hasta los años 40 del pasado siglo, la cuestión del declive y hundimiento del capitalismo se planteaba ante todo en términos económicos y sociales. Estaba claro que cuanto más durase el capitalismo, mayores serían los costes y sufrimientos para la Humanidad, trabajadora en especial, pero que si se perdía una oportunidad para derribarlo, lo más probable es que llegaría otra y aunque esa tardanza pudiese costar millones de víctimas por la miseria y las guerras ¡que ya es demasiado!, no tendría otras consecuencias añadidas para la Humanidad. Desde el surgimiento del armamento nuclear y las potencialidades del biológico, sabemos que el horizonte puede ser incomparablemente peor, que tal vez ni haya un horizonte para la Humanidad al menos tal como la conocemos. Y cuando ha aparecido el problema del Cambio Climático, que no sólo vamos a tener costes económicos, sociales, humanos y el riesgo de extinción para la especie, sino que aunque nos libremos de todo eso, la Humanidad va a sufrir el peso de una gran carga hasta ahora desconocida de la que ni se sabe cuándo podríamos librarnos si es que podremos algún día, ni lo que padeceremos en tanto intentamos adaptarnos a ella, ni la catástrofe que supondrá para el resto de la vida en el planeta, por lo que una vez "estabilizada" seguramente sería desastroso para las especies adaptadas forzar una vuelta atrás. Lo que está claro es que esa vía es totalmente indeseable para la vida humana y el resto y que debemos evitarla.
Así que el problema ya no se sitúa sólo en cuándo nos acercaremos al hundimiento del capitalismo para estar lo mejor preparados posibles, sino que nuestro plazo se acorta enormemente porque debemos impedir el Cambio Climático, al menos disminuirlo todo lo posible con medidas preventivas, porque si no lo hacemos no sólo pagaremos las consecuencias, sino que el hecho de no haber podido evitarlo significará que hemos sido previamente derrotados a la vez que envejece la población por lo que acabar con el capitalismo se nos hará aun más cuesta arriba, tal vez, imposible.
La burguesía bastante tiene ahora con hacer frente a la crisis. Está tan absorbida por la política de recortes, sobre todo en el sur de Europa, que no puede dedicarle la atención debida al problema del Cambio Climático, tomar las medidas de cambio tecnológico al ritmo necesario porque crearían más problema de competitividad a las empresas y añadirían costes al Estado.
Si la burguesía se muestra cada vez más incapaz de tomar las medidas necesarias en los plazos debidos (2020 y 2050), deberemos hacerlo nosotros, lo que significa que la revolución social no puede postergarse a una fecha indefinida en el futuro, sino que la revolución socialista se debe dar en este siglo y a poder ser, como tarde, en la década de los 30 aprovechando la deslegitimación del sistema debido a su crisis profunda, para que nos dé tiempo a tomar algunas medidas imprescindibles para cumplir parte de lo necesario para la década de los 50. De lo contrario, sólo habremos agravado nuestras dificultades para el futuro y reducido las posibilidades de cambiarlo. Y para llegar a la década de los 30 en condiciones de triunfar debemos evitar que ahora se nos derrote. De ahí la trascendencia histórica de las cuestiones a las que este documento quiere aportar una solución, y sobre todo servir de provocación para impulsar la reflexión y el debate como tarea hoy prioritaria para todos.
Podéis releer el párrafo.
18.- Pensar estratégicamente y actuar con un plan, o sucumbir. La burguesía y la realidad tienen una agenda ¿y nosotros? Horizonte 2050.
Todo lo expresado hasta aquí indica la importancia de que pensemos teniendo en cuenta la totalidad y el largo plazo. La burguesía lo hace. Aunque su tendencia esté en parte dominada por su interés particular y el corto plazo (el balance de resultados anual, las próximas elecciones) es capaz de organizarse y planificarse para reducir el déficit del Estado al 0,5% a partir de 2020 y todo un conjunto de medidas en las relaciones laborales y otras que están por venir.
Nosotros no podemos permitirnos el lujo de pensar sólo reaccionando según suframos directamente los ataques de la burguesía porque eso significa bailar al ritmo que ellos nos impongan, padecer constantemente su ofensiva, ir a su remolque porque van varios pasos por delante de nosotros. Las consecuencias ya las hemos planteado: derrota histórica, sacrificios y sufrimientos muchos mayores para el proletariado y la mayoría de la Humanidad.
Creer que actuar en base a improvisar sobre la marcha nos servirá, es estar anclados en la mentalidad de los "buenos tiempos" cuando de un año para otro, en un lustro o incluso en una década, nada substancial iba a cambiar, ni ningún peligro grave nos amenazaba, y la lucha podía ser por el aumento del salario contra la inflación y poco más en los países más desarrollados.
No es el caso hoy. Estamos en el fin de una era y el comienzo de otra. En un punto de inflexión para la lucha social en el capitalismo. En un punto crucial para el futuro del planeta y de millones de especies amenazadas por el Cambio Climático. En un tiempo en el que el tiempo político se va a acelerar muchísimo.
No es una generalidad. Hay fechas concretas, como las establecidas para los topes al déficit, o los plazos para tomar medidas contundentes contra el Cambio Climático. La burguesía y la realidad tienen una agenda de medidas ¿y nosotros? Ni siquiera tenemos previsto colectivamente un calendario para marcar las fechas más relevantes (déficit 2013ó4, déficit 2020, plazo IPCC 2020, crisis 2030, plazo IPCC 2050) y tenerlas en mente para establecer una estrategia con un horizonte temporal más o menos preciso.
La correlación de fuerzas no cambiará a nuestro favor por mucho que luchemos reaccionando a los ataques, a base de más huelgas, más protestas, etc., si no sabemos bien lo que estamos haciendo, cual es nuestra dirección, los objetivos a medio y largo plazo. La burguesía no es tonta ni manca, reaccionará, maniobrará, pondrá las pilas a sus mejores equipos de investigación y de estrategia, especialistas en psicología y manipulación de masas, a los medios de comunicación, sin olvidar la represión selectiva o masiva, y pasará a la contraofensiva y se empeñará en vencernos porque en ello le va, no la vida individual, pero sí la existencia como clase dominante y privilegiada. Y por ahora demuestra que es mucho más consciente que nosotros de lo que está en juego. Que sean incapaces de domar el engendro social que cabalgan, no quiere decir que no puedan imponerse a nosotros. Así que para descabalgarlos y aniquilar la perversión que entre todos hemos creado, debemos aprender a luchar mucho mejor que ellos. Esta es una lección incuestionable tanto de las guerras como de la lucha de clases.
Actuar sin visión, sin una estrategia, un mínimo plan de operaciones, nos llevará a cometer graves errores y no tenemos mucho tiempo para reponernos de las derrotas y superar el estadio en que nos hayan dejado si son graves. En tanto, la burguesía no estará quieta, al contrario, procurará aprovechar al máximo nuestras debilidades, desorientaciones, vacilaciones, pérdida de impulso, retrocesos.
Esto no quiere decir que desde ahora debamos tenerlo todo claro, sino que debemos mirar en corto, en medio y en largo, hasta el horizonte y esforzarnos por entender lo que mal que bien vemos y reflexionar mucho, ponerlo en común y actuar en consecuencia.
Porque si alguien nos puede salvar, ese seremos cada uno de nosotros, cooperando, sumando inteligencias, voluntades, esfuerzos, capacidad de sacrificio en la lucha por nuestra autoliberación colectiva. Nadie, ni ninguna institución u organización podrá hacerlo en nuestro lugar, y si dice que puede, cuidado, porque sólo tratará de suplantarnos y de usurpar nuestras conquistas.
¿Qué podemos hacer para que el movimiento obrero y popular disponga de algo que se parezca a una perspectiva histórica hacia el pasado y sobre todo hacia el futuro, que estimule la creación de estrategia para la nueva era de modo que seamos capaces de aprovechar lo mejor posible nuestra energía y el tiempo del que disponemos?
Una aportación a ese debate tan necesario, en mis dos textos titulados:
"Horizonte 2050: Socialismo o Mega-Crisis. Recuperar nuestra vida y salvar la Tierra. Una propuesta de Marco" .25 páginas.Un "marco" para la propaganda, la agitación, la lucha y la elaboración política que ayude a recomponer y desarrollar las fuerzas revolucionarias ante un futuro próximo y previsible. En Kaosenlared el 14 mayo 2011.
kaosenlared.net/noticia/horizonte-2050-socialismo-mega-crisis-recuperar-nuestra-vida-salvar-ti.
"Capital, energía y plusvalía. Por un ecologismo proletario. Comentarios a Ramón Fernández Durán. Llamamiento".80 páginas. Con muchos eslóganes también para la denuncia del "salarismo". Explica además con detalle la cuestión de la plusvalía y otros aspectos económicos, y las características de la época de la crisis energética y el Decrecimiento, y cómo se prepara la burguesía. En Kaosenlared el 3 septiembre 2011.
kaosenlared.net/noticia/capital-energia-plusvalia-ecologismo-proletario-comentarios-ramon-fern.
19.- Eslóganes (más de 175).
Sirvan sobre todo de estímulo para la inventiva de tod@s. Es muy importante expresar ideas relevantes en forma de eslóganes, en los que a poder ser intervenga el humor (el ridículo "mata"), para facilitar su difusión, comprensión y asimilación por los sectores más amplios posibles de modo que a través de su propia reflexión e inventiva den lugar a una explosión exponencial de creatividad crítica que impulse la lucha, reafirme las convicciones, eleve el ánimo, y estimule la transformación de otros muchos. Cada uno de nosotros se puede convertir en un agitador y propagandista.
¡CREAR UN, DOS, TRES, MIL ESLOGANS. SEAN, PARA EL CAPITAL, SOGAS!
¡[voz] DE LA PATRONAL [coro] MENOS SALARIO. [voz] DEL ESTADO [coro] MENOS SERVICIOS. [voz] ABARATAR [coro] AL PROLETARIO. [voz] DEL CAPITAL [coro] EL BENEFICIO!
¡JUVENTUD, EN PRIMERA FILA DEL PROLETARIADO, POR SU PRESENTE Y SU FUTURO!
¡DEJAD DE ATACAR NUESTROS SUBSIDIOS Y HABLEMOS DE VUESTROS BENEFICIOS.
¡NI UN PARADO SIN INGRESOS DEL ESTADO! ¡A QUIENES SE LES HA AGOTADO LA PRESTACIÓN, SU RENOVACIÓN HASTA QUE EXISTA UN EMPLEO PARA ELLOS!
¡SI EL CAPITALISMO FALLA, ES PORQUE PARTE DE UN MAL DISEÑO, AUNQUE BENEFICIE A SU DUEÑO, ES A NOSOTROS A QUIEN DAÑA, COMO NO TIENE REMEDIO, DEBEMOS QUITARLO DE EN MEDIO!
¡EL CAPITALISMO ES UNA ESTAFA (TRABAJO NO PAGADO) QUE ABOCA A UN SAQUEO (PAGAMOS LA CRISIS) QUE PUEDE DESEMBOCAR EN UN CRIMEN (GUERRAS) Y TERMINAR EN UN SUICIDIO (LA HUMANIDAD ARRASTRADA POR SU HUNDIMIENTO)!
¡EL CAPITALISMO NO TIENE LEGITIMIDAD, SE BASA EN UNA ESTAFA (TRABAJO NO PAGADO) Y NOS TRAE CALAMIDAD (CRISIS, GUERRA, CAMBIO CLIMÁTICO)!
¡EL CAPITALISMO ES INMORAL, CASTIGA AL TRABAJO, PREMIA AL CAPITAL!
¡EL CAPITALISMO NOS ESTAFA, LA VIDA SE NOS ESCAPA!
¡DEL METAL DEL SALARIO SON LAS CADENAS DEL PROLETARIO!
¡LOS DESPIDOS, FRACASO DEL CAPITAL!
¡CON EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO, SIEMPRE PAGAMOS LOS DE ABAJO!
¡BURGUESES, VUESTRA RIQUEZA ES NUESTRO TRABAJO NO PAGADO. COMO EMPRESARIOS PROVOCÁIS LA CRISIS. COMO GOBIERNO EN LA SOMBRA DECRETÁIS NUESTRO SACRIFICIO! ¡MALDITO SEA VUESTRO OFICIO!
¡EL CAPITALISMO ESTÁ PARA EL DESGUACE, PERO NOS OBLIGAN A VIAJAR EN ÉL PARA QUE LA BURGUESÍA COBRE EL PEAJE!
¡COMO SACERDOTES AZTECAS, NOS SACRIFICAN AL CAPITAL, DE LOS SALARIOS A LAS HIPOTECAS, PARA BENEFICIO PATRONAL!
¡UNA ECONOMÍA A NUESTRO SERVICIO NO NOS SACRIFICARÍA POR EL BENEFICIO!
¡CON CRUEL INDIFERENCIA ELLOS MARCAN LA DIFERENCIA, FLOTAN COMO CORCHOS MIENTRAS NOS HUNDEN COMO PLOMOS PARA PESCAR EL BENEFICIO!
¡LA BURGUESÍA MUNDIAL COORDINADA NOS QUIERE VENCER REGIÓN POR REGIÓN, NACIÓN POR NACIÓN. NUESTRO INTERNACIONALISMO LA ÚNICA SOLUCIÓN!
¡LA BURGUESÍA Y SU ESTADO, PARA RECUPERAR LOS BENEFICIOS, QUIEREN QUE EL CONJUNTO DE LOS TRABAJADORES, EN ACTIVO, EN PARO O ESTUDIANDO, LES COSTEMOS MENOS, VÍA SALARIO, DESPIDOS, GASTOS SOCIALES Y TRABAJADORES DE SERVICIOS! ¡A ESTO LE LLAMAN "COMPETITIVIDAD" Y "REDUCCIÓN DEL DÉFICIT"! ¡EL ATAQUE ES CONTRA TODOS Y TODOS DEBEMOS RESPONDER DESDE LOS CENTROS DE TRABAJO SEAN FÁBRICAS U HOSPITALES, DE ESTUDIO Y LA CALLE!
¡UN MODO DE VIDA DEPREDADOR QUE SACRIFICA NUESTRAS VIDAS NO MERECE CONTINUAR!
¡NO SON LAS LEYES PURAS DE LA ECONOMÍA LAS QUE EXIGEN NUESTROS SACRIFICIOS, SINO LAS TRAMPOSAS REGLAS DEL JUEGO CAPITALISTA QUE PERMITEN SUS BENEFICIOS!
¡REFORMA LABORAL, MÁS TRABAJO NO PAGADO, PARA EL CAPITAL!
¡CON O SIN REFORMA, EL TRABAJO ASALARIADO ES UNA ESTAFA Y SU IMPOSICIÓN UNA DICTADURA!
¡LA INVERSIÓN MÁS RENTABLE. REFORMA LABORAL: MÁS TRABAJO NO PAGADO, CON LA GARANTÍA DEL ESTADO!
¡REFORMA LABORAL, SACRIFICIO DEL TRABAJO EN EL ALTAR DEL CAPITAL!
¡DEMOCRACIA CAPITALISTA: ACOSO EN LA EMPRESA, TRABAJO NO PAGADO, DESPIDO RÁPIDO Y BARATO, Y LA PORRA DEL ESTADO, LISTA!
¡EL REY ESTÁ DESNUDO. EL TRABAJO ASALARIADO, UNA ESTAFA PROTEGIDA POR EL ESTADO!
¡CON DICTADURA O DEMOCRACIA, RIGE EL RÉGIMEN ASALARIADO, CON EL DOMINA EL CAPITAL AL PROLETARIADO!
¡REFORMA LABORAL: INCLUSO CON LA MEJOR LEY EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO SERÁ UNA ESTAFA! ¡NI REFORMAS NI CONTRARREFORMAS, SÓLO NOS LIBRAREMOS DEL ACOSO DEL CAPITAL CON LA ABOLICIÓN DEL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO!
¡UNA ESTAFA COMO EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO O SE ABOLE O SÓLO SE ATENÚA O AGRAVA!
¡REFORMA LABORAL, VIOLENCIA ESTATAL EN APOYO PATRONAL!
¡ADAPTAR EL TRABAJO AL MERCADO, ADAPTAR LA VIDA A LA MUERTE!
¡EL ESTADO, AL SERVICIO ANTE TODO DEL CAPITAL, SUSTITUIRÁ "EL ESTADO DE BIENESTAR" POR EL "ESTADO DE MALESTAR" Y LO GARANTIZARÁ CON LA REPRESIÓN, SU FUNCIÓN DE SIEMPRE!
¡FAMOSO PRINCIPIO DE A(r)QUÍMEDÉS "UN SINDICATO PARCIALMENTE SUMERGIDO EN EL PROLETARIADO, RECIBE DEL ESTADO UN EMPUJE HACIA ARRIBA IGUAL AL PESO DEL VOLUMEN DE LOS DERECHOS Y COMBATIVIDAD QUE DESALOJA"!
¡SI NO PUEDES VENCERLE, SÍRVELE. LECCIÓN APRENDIDA POR LOS SINDICATOS!
¡BURÓCRATAS SINDICALES, FUNCIONARIOS ESTATALES DEL CAPITAL!
¡CAPITALISTAS, AUNQUE DEBAMOS LUCHAR DURO, NO TOLERAREMOS QUE NOS JODÁIS EL FUTURO!
¡PEOR SANIDAD, PENSIONES Y EDUCACIÓN. MENOR SALARIO. MÁS EXPLOTACIÓN A LOS PROLETARIOS!
¡PRIVATIZACIÓN ENSEÑANZA Y SANIDAD. A LOS TRABAJADORES PEOR CALIDAD!
¡ENSEÑANZA PÚBLICA Y GRATUITA. TRABAJADORES A LA UNIVERSIDAD. SUPERACIÓN DE LA DIVISIÓN CLASISTA DEL SABER Y DEL TRABAJO!
¡EL CAPITAL PREPARA NUESTRA DERROTA, PARA IMPONERNOS SU BOTA, TRABAJO DURO, PARO Y POBREZA. DE SUS DIRECTIVOS Y ESTADO, LA PROEZA!
¡CONQUISTAS PASADAS NO ASEGURAN DERECHO FUTUROS. ADVERTENCIA A LOS TRABAJADORES!
¡DESPIDOS, RECORTES SALARIALES Y EN LOS GASTOS SOCIALES. REDUCIR LOS COSTES TOTALES DEL PROLETARIADO PARA EL CAPITAL, SECRETO DE LA LUCHA "CONTRA EL DÉFICIT DEL ESTADO" Y POR LA "COMPETITIVIDAD"!
¡RECORTE DE SERVICIOS SOCIALES, ATAQUE A SUS TRABAJADORES, REDUCIR EL COSTE DE NUESTRO MANTENIMIENTO, AUMENTAR BENEFICIOS! ¡AGRESIÓN DEL CAPITALISMO AL CONJUNTO DEL PROLETARIADO! ¡EN CADA EMPRESA, EN LA CALLE, CONTRA EL CAPITAL Y EL ESTADO A SU SERVICIO!
¡PARA LA DÉCADA DE LOS 30. POR EL AUMENTO DE LOS COSTES ENERGÉTICOS, MÁS TIEMPO DE TRABAJO CON MENOS SALARIO PARA MANTENER BENEFICIOS! ¡REDUCIR DESDE AHORA LOS DEL TRABAJO, SU OBJETIVO ESTRATÉGICO!
¡LOS SINDICATOS YA PREPARAN QUE LA FUTURA CRISIS ENERGÉTICA LA PAGUEMOS NOSOTROS. YA SUBORDINAN EL AUMENTO DEL SALARIO AL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES!
¡FLEXIBILIDAD, AJUSTES Y TRATO JUSTO LLAMA EL CAPITAL A SU CAMA DE PROCUSTO PARA EL PERSONAL!
¡EL PLENO EMPLEO. UNA TOMADURA DE PELO!
¡BURGUESES, NO OS AGOBIÉIS, OS RELEVAMOS DE VUESTRA DURA TAREA DE CREAR EMPLEO (MIENTRAS LO DESTRUÍS). YA NOS ENCARGAREMOS NOSOTROS SI NOS ENTREGÁIS LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN Y FINANCIEROS!
¡DICEN QUE LOS TRABAJADORES SOBRAMOS, QUE LOS PARADOS ESTORBAMOS. EL FRACASO DE LA BURGUESÍA Y DE SU RÉGIMEN ASALARIADO DEMUESTRAN QUE ES LA BURGUESÍA LA QUE SOBRA COMO CLASE!
¡EL CAPITAL NO SE ADAPTA A NUESTRAS NECESIDADES, EXIGE QUE NOS SACRIFIQUEMOS POR SUS RENTABILIDADES!
¡SI ADAPTAMOS LA NATURALEZA A NUESTRAS NECESIDADES NO TENEMOS POR QUÉ ADAPTARNOS AL CAPITALISMO CON NUESTRO SACRIFICIO! ¡NO DEBEMOS EXTINGUIRNOS POR NO QUERER ADAPTARNOS A VUESTRO RÉGIMEN, SINO ABOLIR EL RÉGIMEN ASALARIADO, PARA QUE SEÁIS VOSOTROS QUIENES OS ADAPTÉIS AL TRABAJADOR COLECTIVO!
¡SI LA PRODUCCIÓN DA PARA TODOS Y PODEMOS TURNARNOS EN EL TRABAJO, ALARGAR LA JORNADA Y MANTENER EL PARO SÓLO INTERESA AL BENEFICIO DEL CAPITAL!
¡SU META, DERROTARNOS PARA PAGAR LA FACTURA DE ESTA CRISIS Y LA SIGUIENTE DE LA ENERGÍA!
¡PARALIZADOS POR EL MIEDO, SE NOS ECHAN ENCIMA! ¡AUNQUE NOSOTROS LO HAGAMOS, LA REALIDAD NO NOS IGNORA!
¡TRABAJADOR, PON EL DESPERTADOR. EL CAPITAL EN POCOS AÑOS, NOS HARÁ TANTO DAÑO, COMO LO PERMITAN SUS ENGAÑOS Y NUESTRA ACTITUD DE REBAÑO!
¡SI NO QUIERES LUCHAR, MEJOR PARA LA BURGUESÍA PORQUE ELLA SÍ QUIERE GANAR!
¡NUESTRA MODERACIÓN EXCITA SU AGRESIVIDAD!
¡RECULAR Y RECULAR NO SALVARÁ TU CULO, DE LAS PATADAS DEL CAPITAL!
¡QUIEREN QUE NOS SOMETAMOS COMO SI EL CAPITALISMO FUESE SAGRADO, DISPUESTOS A SACRIFICARNOS POR LO QUE ES SÓLO UNA ESTAFA EN SU BENEFICIO!
¡NOS PISOTEAN Y SI NOS DEFENDEMOS NOS ACUSAN DE AGRESIVIDAD. ESE ES EL DISCURSO CÍNICO DEL MATÓN!
¡NOSOTROS INSULTAMOS, PERO CUANTA MALDAD Y VIOLENCIA HAY EN VUESTRA ELOCUENCIA!
¡LA BURGUESÍA TIENE PRISA, SI NO ESPABILAMOS PRONTO, SE PARTIRÁ DE RISA!
¡SI NOS APLASTAN EN LA PRESENTE, MÁS FÁCIL LO TENDRÁN EN LA SIGUIENTE!
¡LA BURGUESÍA ESTÁ LOCA. QUIEREN QUE JUGUEMOS A LA OCA. DE ESTA CRISIS A LAS DE LA ENERGÍA Y DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y QUE PAGUE EL PROLETARIADO PORQUE, COMO SIEMPRE, LE TOCA! ¡IMPONGAMOS NUESTRAS REGLAS. SIN EL RÉGIMEN DEL ASALARIADO, TARJETA ROJA A LA BURGUESÍA!
¡PORQUE SOMOS POLÍTICAMENTE CORRECTOS NO DECIMOS "QUE OS DEN POR EL RECTO"!
¡EL VERDADERO DEBATE. EL CAPITAL NUESTROS DERECHOS ARREBATE O NEGÁNDONOS AL SACRIFICIO, DERRIBEMOS EL IMPERIO DEL BENEFICIO!
¡EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO OBRA MILAGROS, TRANSFORMA LA RIQUEZA EN POBREZA, EL EMPLEO EN PARO!
¡EL MILAGRO CAPITALISTA: MULTIPLICAR LA POBREZA EN LA ABUNDANCIA!
¡CON EL CAPITAL, CUANTO MÁS PRODUCIMOS MÁS RIESGO DE ESCASEZ CORREMOS!
¡EL CAPITALISMO ES A LA SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES DE LA HUMANIDAD, LO QUE EL SADISMO CONSENTIDO POR NECESIDAD AL AMOR Y AL SEXO!
¡ABUNDIO ERA TONTO POR VENDER LA MOTO PARA COMPRAR GASOLINA. EL CAPITAL SACRIFICA LA ABUNDANCIA REAL POR EL BENEFICIO MONETARIO. MÁS PERVERSO QUE TONTO!
¡EL MILAGRO DEL MERCADO: CUANDO MÁS RECURSOS ECONÓMICOS HAY, MENOS SE UTILIZAN Y MÁS TRABAJADORES AL PARO!
¡HAY CORRUPCIÓN PORQUE EL SISTEMA ES CORRUPTO. SURGE DE LA ESTAFA DEL RÉGIMEN DE TRABAJO ASALARIADO O TRABAJO NO PAGADO!
¡JOVEN, SI TE SIENTES ESTAFADO ES PORQUE EL SISTEMA EN SÍ ES UNA ESTAFA. DEL TRABAJO NO PAGADO EL CAPITAL LA GANANCIA SACA!
¡EL GRAN EXPROPIADOR ES LA BURGUESÍA. EL TRABAJO NO PAGADO, SU GANANCIA. EL SECRETO DE LA PLUSVALÍA!
¡EL SECRETO DEL BENEFICIO DE LA BURGUESÍA, EL TRABAJO NO PAGADO O PLUSVALÍA!
¡CAPITALISTAS, ESTAFADORES. VUESTRO BENEFICIO, TRABAJO NO PAGADO A LOS TRABAJADORES!
¡EXIGE EL BENEFICIO, DE NUESTRAS NECESIDADES, EL SACRIFICIO!
¡LA GRAN MENTIRA, QUE SE PAGUE TODO EL TRABAJO. DEL EXPROPIADO AL TRABAJADOR HACE SU GANANCIA LA BURGUESÍA. ESTA SOCIEDAD SE LEVANTA SOBRE UNA ESTAFA Y SU ESTADO LA ENCUBRE!
¡LA SOCIEDAD CAPITALISTA SE BASA EN DOS GRANDES MENTIRAS, QUE SE PAGA TODO EL TRABAJO Y QUE EL ESTADO VELA POR EL BIEN COMÚN. LA VERDAD, SE SUSTENTA EN EL ROBO DEL TRABAJO Y EL SAQUEO DE LA NATURALEZA, Y QUIEN ASEGURA QUE ASÍ SEA ES EL ESTADO!
¡UNA CIVILIZACIÓN QUE SE BASA EN LA ESTAFA AL TRABAJO, SU ENCUBRIMIENTO Y LA PROTECCIÓN AL ESTAFADOR, ESTÁ CONDENADA!
¡EL SISTEMA NO TIENE ARREGLO, EN SÍ ES UNA ESTAFA. EL BENEFICIO, DEL TRABAJO NO PAGADO SE SACA!
¡VUESTRO RÉGIMEN ASALARIADO ES UNA ESTAFA, VUESTRA POLÍTICA SU ENCUBRIMIENTO, VUESTRA MORAL UNA VERGÜENZA, VUESTRO FUTURO UNA CONDENA! ¡COMO LOS ESCLAVISTAS Y LA ARISTOCRACIA, A AÑOS VISTA PASARÉIS A LA HISTORIA CON NUESTRA DEMOCRACIA!
¡POR FAVOR, NO "REFUNDÉIS" EL CAPITALISMO. CON DOS SIGLOS NOS SOBRA!
¡HAY QUE BAJAR LA PERSIANA DEL CAPITALISMO, NO POR REFORMAS, SINO POR LIQUIDACIÓN!
¡LOS APOLOGISTAS DE LA "COMPETITIVIDAD", CON LA CRISIS, LOS MAYORES INCOMPETENTES! ¡EL PODER ORGANIZADO DE LOS TRABAJADORES SÓLO PODRÍA HACERLO MEJOR!
¡RÉGIMEN ASALARIADO, EXPLOTACIÓN DEL TRABAJO, DOMINACIÓN SOBRE EL PROLETARIADO!
¡EL TRABAJO ASALARIADO REALIZA, PERO NO AL TRABAJADOR SINO EL BENEFICIO DEL CAPITAL QUE LO ESCLAVIZA!
¡EL CAPITALISMO ES COMO EL TRILERO. PARA SABER DÓNDE HA IDO EL DINERO, MIRA EL TRABAJO NO PAGADO AL OBRERO!
¡NO SON SÓLO LOS BANCOS, ES TODO EL SISTEMA. SAQUEO DEL TRABAJO Y DE LA NATURALEZA!
¡QUE ESTE SISTEMA NOS PAREZCA NORMAL DELATA QUE ESTAMOS TAN CIEGOS COMO EN SU DÍA LO ESTUVIERON LOS ESCLAVOS Y LOS SIERVOS DE LA GLEBA!
¡SOY ASÍ Y NO LO PUEDO EVITAR. EL TRABAJO DEBO EXPLOTAR Y LA NATURALEZA EXPOLIAR. SI ME ATACAS, ENMIENDA TE JURARÉ A SABIENDAS DE QUE NO CUMPLIRÉ. SOY INCORREGIBLE, SOY EL CAPITAL!
¡EL ESCLAVISMO TE MARCABA LA CARNE A FUEGO, LOS NAZIS TE GRABABAN UN NÚMERO EN EL BRAZO, EL MERCADO CAPITALISTA TE PONE UN CÓDIGO DE BARRAS EN EL CONTRATO LABORAL, CON SU FECHA DE CADUCIDAD!
¡NOS ENDEUDAMOS PORQUE NO LLEGA CON LO QUE GANAMOS!
¡EL PROBLEMA DE LA DEUDA NO ES LA DE LOS TRABAJADORES/AS, NI SIQUIERA LA DEL ESTADO, SINO SOBRE TODO LAS EMPRESAS CAPITALISTAS Y LA EXISTENTE ENTRE LOS BANCOS!
¡SI POR LOS LÍMITES DEL SALARIO NECESITAN DE SOBREDOSIS DE CRÉDITO PARA QUE COMPREMOS Y ESO CONTRIBUYE A LA CRISIS POR ENDEUDAMIENTO, LO QUE DEBE CUESTIONARSE NO SON NUESTRAS NECESIDADES SINO EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO!
¡EL CAPITAL LLEVA EN SU PECADO LA PENITENCIA. EL RÉGIMEN DEL SALARIO LE PERMITE EXPLOTAR NUESTRO TRABAJO AL PAGARLO POR DEBAJO DE SU VALOR, PERO IMPIDE LA SUFICIENTE CAPACIDAD DE COMPRA PARA TRANSFORMARLO TODO EN GANANCIA!
¡SI LA CRISIS PONE EN RIESGO LOS GASTOS SOCIALES, LO QUE ESTÁ EN CUESTIÓN ES EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO, EL CAPITAL Y SU ESTADO, NUNCA NUESTRAS NECESIDADES!
¡EL CAPITALISMO CREA CRISIS COMO LAS SUBPRIME. EL SOCIALISMO LAS SUPRIME!
¡UN RÉGIMEN ECONÓMICO Y SOCIAL EN EL QUE MÁS TRABAJO PROVOCA CRISIS Y POBREZA, NO NOS SIRVE!
¿LA MANO INVISIBLE DEL MERCADO? ¡LA DE UN CARTERISTA CÓMPLICE DEL CAPITALISTA! ¿Y EL PAPEL DEL ESTADO? ¡PROTEGERLOS!
¿DÓNDE ÉSTA LA MANO INVISIBLE DEL MERCADO? ¡APRETANDO NUESTRA GARGANTA Y ROBANDO LA CARTERA!
¡EL MERCADO FUNCIONA INYECTÁNDOLE DINERO DE NUESTROS IMPUESTOS Y EXPULSANDO TRABAJADORES!
¡RENTABILIDAD, AUMENTAR LAS RENTAS DEL CAPITAL Y QUE NOSOTROS NO PODAMOS PAGAR NI LA RENTA DE LA VIVIENDA!
¡A CUENTA DE LA "COMPETITIVIDAD", EXPLOTACIÓN DEL TRABAJO, ESQUILME DE LA NATURALEZA!
¡TANTA COMPETITIVIDAD Y RENTABILIDAD, PARA QUE TENGAMOS MALA CALIDAD DE VIDA. EL CAPITALISMO, UNA CALAMIDAD!
¡COMPETITIVIDAD, FLEXIBILIDAD, PRODUCTIVIDAD, EUFEMISMOS PARA HACER MAYOR LA ESTAFA EN EL TRABAJO NO PAGADO!
¡LA SOLUCIÓN CAPITALISTA A LA CRISIS ES MULTIPLICAR LA MISERIA!
¡AJUSTARNOS A LAS NECESIDADES DEL CAPITAL, SIEMPRE UNA VUELTA DE TUERCA MÁS!
¡SACRIFICARNOS POR AJUSTARNOS A LAS NECESIDADES DEL CAPITAL O AJUSTAR EL RÉGIMEN ECONÓMICO A NUESTRAS NECESIDADES SACRIFICANDO EL CAPITALISMO. ESTA ES LA CUESTIÓN!
¡COMPETITIVIDAD. PANACEA CURALOTODO DEL CAPITAL. ES A NUESTRO BIENESTAR LO QUE LAS SANGRÍAS A LA CURACIÓN. PERO LAS SANGUIJUELAS RECUERDAN A LA BURGUESÍA!
¿A QUÉ SE PARECE LA EFICIENCIA DE LA MANO INVISIBLE DEL MERCADO? ¡A LA DE UN MIOPE CON PARKINSON!
¡COMPETITIVIDAD Y RENTABILIDAD NO ES LO MISMO QUE EFICIENCIA Y BIENESTAR. COMO SACRIFICARSE PARA MAYOR DESIGUALDAD, QUE ESFORZARSE E IGUALACIÓN! ¡TANTA DIFERENCIA COMO ENTRE CAPITALISMO Y SOCIALISMO!
¡COMPETITIVIDAD Y RENTABILIDAD. SALARIOS, CONDICIONES LABORALES Y EMPLEO BAJANDO, BENEFICIOS SUBIENDO!
¡COMPETITIVIDAD ENTRE EMPRESAS A COSTA DE LOS TRABAJADORES. EL DIVIDE Y VENCERÁS DEL CAPITAL!
¡LA PROPAGANDA POR LA "COMPETITIVIDAD" Y "RENTABILIDAD", APOLOGÍA DEL TERRORISMO ECONÓMICO DEL CAPITAL CONTRA EL PROLETARIADO!
¡NO QUEREMOS QUE LA BURGUESÍA ARRIESGUE SU CAPITAL. COMO ES TRABAJO NO PAGADO ACUMULADO, LO SOCIALIZAREMOS COMO YA LO ESTÁ LA PRODUCCIÓN, PARA UNA ECONOMÍA SIN CRISIS POR FALTA DE MERCADOS O POR ESPECULACIÓN!
¡SI NO COMEMOS PARA VIVIR, SINO QUE VIVIMOS PARA COMER, ENFERMAREMOS. SI LA ECONOMÍA SE ORIENTA AL BENEFICIO VIVIREMOS PARA TRABAJAR PROVOCANDO CRISIS, PARO Y MISERIA!
¡NO NECESITAMOS EMPRESARIOS QUE INVIERTAN SI PREVÉN BENEFICIOS. YA DECIDIREMOS A QUÉ DEDICAR NUESTROS ESFUERZOS POR NUESTRO BIENESTAR SI DOMINAMOS LOS RECURSOS ECONÓMICOS, RECUPERANDO LO QUE NOS HA EXPROPIADO DOS SIGLOS DE CAPITAL!
¡LOS CHEFS DEL CAPITAL LLAMAN A SUSTITUIR LA DIETA MEDITERRÁNEA POR EL MENÚ GRIEGO, MUCHO MÁS ECONÓMICO Y RENTABLE, AUNQUE NO SALUDABLE!
¡GRECIA CREA TENDENCIA EN EL DISEÑO DE CINTURONES Y MONEDEROS, DICEN LOS GRANDES MODISTOS!
¡ÚLTIMO TÉRMINO DE MODA EN EL ARGOT DE LOS ECONOMISTAS BURGUESES IMPORTADO DEL SEXUAL: VAMOS A HACERLES UN "GRIEGO"!
¡NO SON "LOS MERCADOS" ES EL BENEFICIO CAPITALISTA!
¡NO ES LA CRISIS, ES EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO!
¡LA CRISIS ES EL SÍNTOMA DE LA SENILIDAD DEL CAPITALISMO!
¿QUÉ SOSTIENE EL SISTEMA CAPITALISTA? EL TRABAJO ASALARIADO! ¿QUIÉN PUEDE DERRIBARLO? ¡EL PROLETARIADO!
¡PARA SER UNA CLASE DE TRIUNFADORES, LA BURGUESÍA LO HACE MUY MAL! ¡MEJOR LO HARÍA EL PODER DE LOS TRABAJADORES!
¡DE LA BURGUESÍA OBTENEMOS LA ESTAFA DEL TRABAJO NO PAGADO, LAS CRISIS QUE PROVOCAN Y EL PODER DE "LOS MERCADOS" PARA IMPONERNOS A TRAVÉS DE SU ESTADO MÁS SACRIFICIOS! ¡NO LOS ELEGIMOS NI COMO CLASE NI COMO GOBERNANTES! ¡CONTRA ELLOS, ADELANTE!
¡ESTE RÉGIMEN ES INMORAL, SE BASA EN EL TRABAJO NO PAGADO APROPIADO POR EL CAPITAL!
¡ES INMORAL, SACRIFICAR AL PROLETARIADO, CON EL RÉGIMEN ASALARIADO, A BENEFICIO DEL CAPITAL!
¡EL CAPITALISMO, UN ENGENDRO PERVERSO CREADO POR EL HOMBRE, IMPOSIBLE DE DOMESTICAR DEL TODO Y QUE ACABARÁ DESTRUYÉNDONOS!
¡EL CAPITALISMO: REGLAS DEL JUEGO PERVERSAS, ADICCIÓN AL DINERO, ATRACCIÓN SUICIDA POR EL RIESGO, INCAPACIDAD DE PARAR ANTE UN DESASTRE ANUNCIADO. LA CAUSA, EL RÉGIMEN ASALARIADO CON EL QUE SOMETE Y EXPLOTA AL TRABAJO!
¡LO QUE EL CAPITALISMO ESCONDE DEBAJO, EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO!
¡EL 2 POR 1 DEL CAPITAL. PARA EL TRABAJADOR UN SALARIO. PARA LA EMPRESA, SU TRABAJO PAGADO Y LA PLUSVALÍA DEL EXPROPIADO!
¡EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO, SOSTIENE AL CAPITAL Y SU ESTADO, CON NOSOTROS DEBAJO!
¡NO ES EL BANQUERO EL CULPABLE VERDADERO, NI EL NEOLIBERALISMO, SINO EL RÉGIMEN ASALARIADO, RAÍZ DEL CAPITALISMO!
¡EL NO AL CAPITAL PERO SIN ABOLICIÓN DEL ASALARIADO, FACILITA LA DERROTA DEL PROLETARIADO!
¡EL CAPITALISMO ES A UNA ECONOMÍA AL SERVICIO DE LOS TRABAJADORES, LO QUE LA BULIMIA A LA ALIMENTACIÓN!
¡POR LA PATRIA O POR LA ECONOMÍA NACIONAL, SIEMPRE SACRIFICIOS, POR EL CAPITAL!
¡INSEGURIDAD A LOS HUMANOS, DEGRADACIÓN DE LA NATURALEZA, NOS PONE EN LAS MANOS, EL CAPITALISMO, CON CERTEZA!
¡SI DEJAMOS EN PAZ AL CAPITALISMO, ÉL NOS HARÁ LA GUERRA TOTAL!
¡"JUNTOS PARA SIEMPRE" NOS DICEN CUANDO NOS LLEVAN AL ALTAR, DEL SACRIFICIO!
¡"CRISIS ES TAMBIÉN OPORTUNIDAD", ELLOS PARA ENRIQUECERSE, TÚ PARA VIVIR DE LA CARIDAD!
¡"PIENSA EN POSITIVO", EN LO ENORMEMENTE RICOS QUE VAS A HACER A ALGUNOS!
¡"TODOS VAMOS EN EL MISMO BARCO", CON BALSAS SALVAVIDAS SÓLO PARA LOS DE PRIMERA CLASE!
¡"TODOS VAMOS EN EL MISMO BARCO" PERO NOSOTROS DE GALEOTES!
¡"SIN CONFIANZA NO LO CONSEGUIREMOS" NOS DICEN QUIENES NOS HAN HUNDIDO Y AHORA NOS SAQUEAN!
¡LA TAREA DE LOS ECONOMISTAS DE LA BURGUESÍA CONSISTE EN OCULTAR EL TRABAJO NO PAGADO TRAS LA GANANCIA Y AYUDAR AL CAPITAL A AUMENTARLA!
¡SI TUVIÉSEMOS LAS REDES, NO DEPENDERÍAMOS DE QUE DECIDÁIS SALIR DE PESCA, NI DE COMPRAROS LO QUE PESQUEMOS!
¡COMO EL TRABAJO ESCLAVO ERA LA RAÍZ DEL ESCLAVISMO, EL ASALARIADO ES LA RAÍZ DEL CAPITALISMO!
¡"SALARISMO" VERDADERO NOMBRE DEL CAPITALISMO! ¡PARA CONJURARLO, LLAMÉMOSLO POR SU NOMBRE!
¡CON EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO SE PONE EN PELIGRO HASTA NUESTRO SALARIO, EMPLEO Y GASTOS SOCIALES DEL ESTADO! ¡GARANTIZAR NUESTROS DERECHOS PASA POR LA ABOLICIÓN DEL RÉGIMEN ASALARIADO Y LA DEMOLICIÓN DE SU ESTADO!
¡LIMÍTATE A QUERER CONSERVAR Y LO PERDERÁS TODO! ¡CUANDO NO SE DEBE RETROCEDER MÁS HAY QUE SALTAR ADELANTE!
¡SOBREVIVIR CON EL CAPITALISMO, MANTENERSE A FLOTE EN UN BLOQUE DE HIELO EN PLENO CAMBIO CLIMÁTICO!
¡DE ESTA CRISIS A LA DE LA ENERGÍA Y LA DEL CAMBIO CLIMÁTICO. DE DESASTRE EN DESASTRE GRACIAS AL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO Y SOBRE LAS ESPALDAS DEL PROLETARIADO!
¡TRAS EL "ESTADO DE BIENESTAR", EL ESTADO BURGUÉS DE SIEMPRE: CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN DEL CAPITAL, AZOTE DEL PROLETARIADO!
¡EL RÉGIMEN DE TRABAJO ASALARIADO, GARANTIZA DESTRUCCIÓN DE VIDA Y MISERIA AL PROLETARIADO!
¡AL CAPITALISMO SENIL NO LE REJUVENECE NI LOS BOTOX A LA IZQUIERDA!
¡OBEDECER AL PATRÓN O BUSCARSE UNO, CONSUMIR DE LO QUE ELLOS DECIDAN, VOTAR CADA 4 AÑOS A LOS POLÍTICOS QUE SEGUIRÁN LOS DICTADOS DE "LOS MERCADOS" CAPITALISTAS. ESA ES LA DEMOCRACIA EN EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO!
¡TU VIDA POCO VALE SI NO PUEDES VENDERLA A LA BURGUESÍA!
¡PROLETARIO, TRABAJO EXPROPIADO Y CIUDADANO DE SEGUNDA!
¡TRABAJAR POR UN SALARIO, SUBORDINAR LA VIDA A DIARIO!
¡NO QUEREMOS FRACASADOS NI PERDEDORES: EL CAPITALISMO SENIL, DE LOS PEORES!
¡EL CAPITAL PROMOCIONA A LOS TRIUNFADORES: CREADORES DE DESEMPLEO, PRODUCTORES DE ARMAS, DESTRUCTORES DE LA NATURALEZA!
¡EL CAPITALISMO SENIL NO NECESITA VIAGRA: "LA PLUSVALÍA ME PONE"!
¡SOMOS ANTI-SISTEMA PORQUE LOS TRABAJADORES QUE CONSERVAMOS NUESTRA DIGNIDAD NO PODEMOS SER OTRA COSA FRENTE A UN SISTEMA QUE ADEMÁS DE ESTAFARNOS, NOS HUMILLA Y PRETENDE SACRIFICARNOS!
¡VUESTRO ORDEN ES EL DE LOS ESTAFADORES Y SUS ENCUBRIDORES. UN CORO DE FILISTEOS, FARISEOS, HIPÓCRITAS, CORRUPTOS, PSICÓPATAS Y LAMECULOS, AHOGA LA DECENCIA QUE QUEDE EN VUESTRA CONCIENCIA. VUESTRO CASTING SELECCIONA LOS PEORES RASGOS Y MIEMBROS DE NUESTRA ESPECIE. TODA VUESTRA CORRUPCIÓN SE GENERA EN EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO! ¡NOSOTROS, LOS TRABAJADORES, DEVOLVEREMOS A LA HUMANIDAD SU DECENCIA, ABOLIENDO LA VIOLENCIA DE VUESTRO RÉGIMEN!
¡BURGUESES, OS CREÉIS IMPRESCINDIBLES PORQUE SOCIALMENTE TENÉIS MUCHO PESO, PERO SOIS UN LASTRE A NUESTRO PROGRESO!
¡BURGUESES, SOIS MUY ARROGANTES, PERO EN EL FUTURO SERÉIS DESPRECIADOS, PORQUE LA HUMANIDAD SÓLO SOBREVIVIRÁ ABOLIENDO EL RÉGIMEN DEL ASALARIADO!
¡BURGUESES, COMO SERES HUMANOS SÓLO TENÉIS UNA SALVACIÓN, RENEGAR DE VUESTRA CONDICIÓN, PORQUE PARA LA HUMANIDAD NO HAY MAYOR MALDICIÓN!
¡BURGUESES, SI PUDIESEIS VER EL FUTURO QUE VAIS CONSTRUYENDO, SALVO LOS PSICÓPATAS QUE ESTÁIS PROTEGIENDO, OS ASOMBRARÍAIS DE LA CRUEL INDIFERENCIA DE QUIENES SE LLEVARÁN VUESTRA HERENCIA! ¡NO PERMITIREMOS QUE SIGÁIS ADELANTE! ¡EL RÉGIMEN ASALARIADO NOS LLEVAREMOS POR DELANTE!
¡BURGUESES, MIRAOS EN EL ESPEJO Y NO VERÉIS VUESTRO REFLEJO! ¡EL TRABAJO ASALARIADO QUE A NOSOTROS NOS DEGRADA Y CUYOS BENEFICIOS OS AGRADAN OS INSENSIBILIZA POR LA SUERTE DE LA ESPECIE! ¡EL TRABAJO MUERTO ACUMULADO QUE OS ENRIQUECE TAMBIÉN OS ENVILECE! ¡QUERÉIS LA HUMANIDAD Y LA NATURALEZA A IMAGEN Y SEMEJANZA DE LA MERCANCÍA A MAYOR GLORIA DE LA PLUSVALÍA! ¡CON VUESTRO OFICIO CONDUCÍS A LA NATURALEZA AL DESASTRE Y A LA HUMANIDAD AL SUICIDIO! ¡PARA RECUPERAR VUESTRA HUMANIDAD DEJAD PASO AL PROLETARIADO Y SU SOLIDARIDAD! ¡NO PRETENDÁIS APLASTARNOS PARA LLEVARNOS MÁS LEJOS O ARRIESGARÉIS TAMBIÉN VUESTRO PELLEJO!
¡MIENTRAS OS LIMITABAIS A ESTAFARNOS EN VUESTRO NEGOCIO OS TOLERÁBAMOS, PERO CUANDO PENSÁIS EN SACRIFICARNOS Y CONDUCÍS A LA HUMANIDAD AL SUICIDIO, NO LO AGUANTAMOS! ¡ES HORA DE QUITAR DE EN MEDIO EL CAPITALISMO PORQUE NO TIENE REMEDIO! ¡CON NOSOTROS DIRIGIENDO, LA HUMANIDAD NO SEGUIRÁ SUFRIENDO!
¡NO ADMITIMOS NI VUESTRA LÓGICA NI VUESTRO DISCURSO PORQUE SON LOS DE PERVERSOS DESHUMANIZADOS Y LOS MENTIROSOS SERVIDORES DEL BENEFICIO!
¿QUÉ MORAL SE BASA EN UNA ESTAFA? LA DE LA BURGUESÍA, EN EL TRABAJO NO PAGADO O PLUSVALÍA!
¡EL CAPITALISMO ESTÁ CONDENADO. O ACABAMOS CON ÉL O VIVIREMOS ENCADENADOS!
¡D-M-D´ LA FORMULA DEL CAPITAL, DINERO-MERCANCÍA-DINERO+ O DAME-MÁS-DINERO!
¡D-M-D´ MÁS DAÑINO QUE EL DDT Y DESTRUCTIVO QUE EL TNT!
¡D-M-D´ LA FÓRMULA DEL ETERNO PROGRESO. FECHA DE CADUCIDAD 1914!
¡TRABAJO ASALARIADO, CAPITAL Y PLUSVALÍA, SON LA MISMA PORQUERÍA!
¡CAPITAL, VAMPIRO PARA LOS HUMANOS, CÁNCER PARA EL PLANETA!
¡EL CAPITALISMO TIENE TIRÓN, TODAVÍA PUEDE LLEVARNOS AL PRECIPICIO!
¡POR EL TRABAJO AL SERVICIO NO DEL BENEFICIO SINO DE NUESTRO BIENESTAR, ABOLICIÓN DEL RÉGIMEN ASALARIADO, EXTINCIÓN DEL PROLETARIADO!
¡LA MERCANCÍA Y EL DINERO SON AHORA MEDIOS PARA DOMINAR Y DESTRUIR LA VIDA, GRACIAS AL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO, LA PLUSVALÍA Y EL CAPITAL!
¡SI EN LAS PRÓXIMAS DÉCADAS NO PONEMOS FIN AL CAPITALISMO, EL CAPITALISMO SERÁ LA MENOR DE NUESTRAS PREOCUPACIONES!
¡EL CAPITALISMO NO TIENE REMEDIO, EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO QUITEMOS DE EN MEDIO!
¡"CLASES MEDIAS", SI NO QUERÉIS CONDENAROS A LA CONDICIÓN PROLETARIA, LUCHAR CON NOSOTROS POR LA ABOLICIÓN DEL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO!
¡EL CAPITALISMO TIENE LOS SIGLOS CONTADOS. PERO QUE SEA HACIA ATRÁS. NI NOSOTROS NI EL PLANETA PODEMOS PERMITIRNOS QUE PASE DE ÉSTE. DE NOSOTROS DEPENDE!
¡SI NO LO ARRANCAMOS, EL CAPITALISMO NO CAERÁ COMO UN FRUTO MADURO DANDO PASO AL SOCIALISMO, SINO COMO UN FRUTO PODRIDO QUE AMENAZARÁ A TODO EL CESTO!
¡DECIMOS LOS TRABAJADORES: PARA REFLOTAR LA NAVE PLANETARIA, POR LA BORDA EL CAPITAL Y LA CONDICIÓN PROLETARIA!
¡NO DEBEMOS PLEITESÍA A LA BURGUESÍA!
¡NOS EXPLOTAN EN EL TRABAJO Y SUSPIRAMOS POR UN EMPLEO. NOS ENGAÑAN LOS POLÍTICOS Y SEGUIMOS VOTANDO. EL COLMO DEL SÍNDROME DE ESTOCOLMO!
¡NO TENEMOS LA RESPONSABILIDAD DE SACRIFICAR NUESTRA VIDA PARA SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS DEL CAPITALISMO, SINO DE RESOLVER EL PROBLEMA QUE EL CAPITALISMO SUPONE PARA LA VIDA!
¡RESPONSABILIDAD CON LA HUMANIDAD, NO COMPLICIDAD EN SU RENTABILIDAD!
¡SI LAS PASADAS VÍCTIMAS DEL CAPITALISMO EN POBREZA, HAMBRUNAS Y GUERRAS PUDIESEN QUEJARSE, EL CAPITALISMO NOS RESULTARÍA INSOPORTABLE!
¡SI NUESTROS CAPITALISTAS DIRIGIESEN AUSCHWITZ, NOS TATUARÍAN UN CÓDIGO DE BARRAS Y PEDIRÍAN VÍCTIMAS PARA RENTABILIZAR LAS CÁMARAS DE GAS Y LOS HORNOS CREMATORIOS! ¡QUE NO PARE LA MEGAMÁQUINA DEL CAPITAL, ALIMENTADLA CON SACRIFICIOS, PORQUE LO EXIGE EL BENEFICIO!
¡IGUALDAD DE DERECHOS A LAS TRABAJADORAS!¡NO A LA VUELTA AL HOGAR CON LA EXCUSA DE LA CRISIS! ¡NO QUEREMOS ENTREGAR NUESTROS HIJOS AL CAPITAL Y SU ESTADO PARA QUE LOS SACRIFIQUEN EN EL TRABAJO ASALARIADO Y LA GUERRA!
¡EL DESARROLLO, CRISIS Y DECADENCIA DE ESTA CIVILIZACIÓN, SE DEBEN A LA PERSECUCIÓN DEL BENEFICIO QUE SE ORIGINA EN LA EXPLOTACIÓN DEL TRABAJO NO PAGADO AL PROLETARIADO, SOMETIDO AL RÉGIMEN ASALARIADO! ¡LA MISIÓN DEL PROLETARIADO, LIBERARSE A SÍ MISMO Y A LA HUMANIDAD, ABOLIENDO EL ASALARIADO!
¡DÉJENLO EN MIS MANOS, NOS DICE EL PATRÓN; DÉJENLO EN MIS MANOS, NOS DICE EL POLÍTICO; DÉJENLO EN MIS MANOS, NOS DICE EL MILITAR; HASTA QUE "SE LES VA LA MANO" Y "DE LAS MANOS" ¡ESTA ES LA DIVISIÓN CLASISTA DEL TRABAJO, PARA EXPRIMIR, OPRIMIR Y SACRIFICAR A LOS DE ABAJO!
¡PIENSA EL BURGUÉS EN SU ESCAÑO "MI DEMOCRACIA, QUÉ BUEN ENGAÑO"!
¡EL DINERO SIEMPRE VOTA MÁS VECES, EN LA URNA Y DESDE SUS DESPACHOS!
¡"SI EL GOBIERNO CUESTIONA EL BENEFICIO, BOMBARDEAD SU EDIFICIO" ORDENA EL CAPITALISTA AL MILITAR GOLPISTA!
¡LA BURGUESÍA VOTA EN LA URNA, CON SU DINERO, SUS PRESIONES Y CON LA BOTA DEL MILITAR!
¡DEMOCRACIA REPRESENTATIVA, DE LA BURGUESÍA LA ALTERNATIVA! ¡DEMOCRACIA DIRECTA, PARA LIBERAR EL TRABAJO, LA HERRAMIENTA CORRECTA!
¡DEMOCRACIA DESDE ABAJO CON SOBERANÍA EN EL TRABAJO!
¡ATENDED TRABAJADORES UN CONSEJO. LA SOLUCIÓN A NUESTROS MALES, EL COMUNISMO DE LOS CONSEJOS!
¿LA POLÍTICA DEJADA A LOS PARTIDOS? ¡TRABAJADORES SOMETIDOS!
¡LA POLÍTICA DESDE ABAJO CONTRA LA DIVISIÓN CLASISTA DEL TRABAJO!
¡DEMOCRACIA DIRECTA EN EL TRABAJO Y LA POLÍTICA!
¡LA DIRECTA, SIN CONTROL DE SINDICATOS NI PARTIDOS, DEMOCRACIA DIRECTA!
¡LOS PROGRAMAS ELECTORALES NO SIRVEN. DEBEREMOS IR ELABORANDO UN PROGRAMA DE TRANSFORMACIONES SOCIALISTAS QUE IMPONDRÁN NUESTROS ORGANISMOS REPRESENTATIVOS AL MARGEN DEL ESTADO BURGUÉS!
¡CAPITALISTAS, SI LA HUMANIDAD TIENE FUTURO, POR VOSOTROS NO DA UN DURO!
¡SU MORAL NOS SACRIFICA. LA NUESTRA NOS EMANCIPA!
¡SÓLO SE VIVE UNA VEZ, Y LA HIPOTECAMOS POR EL CAPITAL!
¡LA VIDA NOS PODRÍA OFRECER MÁS QUE LA ESTAFA DEL CAPITALISMO!
¡AL PRINCIPIO VIVÍAMOS PARA TRABAJAR, LUEGO TRABAJÁBAMOS PARA VIVIR, AHORA DE VUELTA VIVIREMOS PARA TRABAJAR. PARA VIVIR TRABAJANDO COMO UNA ACTIVIDAD QUE PERMITA REALIZARNOS EN LA VIDA, DEBEMOS ABOLIR EL RÉGIMEN ASALARIADO DEL TRABAJO!
¿CÓMO HABRÍAN SIDO NUESTRAS VIDAS SI HUBIÉSEMOS NACIDO YA SUPRIMIDO EL CAPITALISMO? ¡ESO PODRÍAMOS DEJAR EN HERENCIA A LAS SIGUIENTES GENERACIONES EN LUGAR DE LA PRÓXIMA MEGA-CRISIS Y COLAPSO DE LA HUMANIDAD!
¡NO VIVAMOS PARA EL CAPITAL, SINO PARA RECUPERAR NUESTRA VIDA ABOLIENDO EL CAPITALISMO!
¡RECUPERAR NUESTRA VIDA, RECUPERAR NUESTRO TRABAJO, ABOLIR EL RÉGIMEN ASALARIADO, LIBERAR LA VIDA!
20.- Enlaces a artículos y su relación.
Para no extenderme más me remito a los argumentos expresados en los siguientes trabajos seleccionados en Kaosenlared, disponibles la mayoría en el Kaos Antiguo (aunque su Buscador ya no sirva para localizarlos).
"Plusvalía, trabajo asalariado y mercancía. Ir a la raíz o andarnos por las ramas hasta la pronta derrota". 16 páginas. Con canción y eslóganes. En Kaosenlared el 10 de diciembre 2011.
kaosenlared.net/noticia/plusvalia-trabajo-asalariado-mercancia-ir-raiz-andarnos-ramas-hasta-pr.
"Capital, energía y plusvalía. Por un ecologismo proletario. Comentarios a Ramón Fernández Durán. Llamamiento".80 páginas. Con muchos eslóganes también para la denuncia del "salarismo". Explica además con detalle la cuestión de la plusvalía y otros aspectos económicos, y las características de la época de la crisis energética y el Decrecimiento, y cómo se prepara la burguesía. En Kaosenlared el 3 septiembre 2011.
kaosenlared.net/noticia/capital-energia-plusvalia-ecologismo-proletario-comentarios-ramon-fern.
"Horizonte 2050: Socialismo o Mega-Crisis. Recuperar nuestra vida y salvar la Tierra. Una propuesta de Marco" .25 páginas. En Kaosenlared el 14 mayo 2011.
kaosenlared.net/noticia/horizonte-2050-socialismo-mega-crisis-recuperar-nuestra-vida-salvar-ti.
"Puentes de festivos eliminados. Productividad, reducción del salario global, concentración del capital y poda de ramas". En Kaosenlared, el 21 de diciembre de 2011.
kaosenlared.net/noticia/plusvalia-trabajo-asalariado-mercancia-ir-raiz-andarnos-ramas-hasta-pr.
"Proletariado. Responsabilidad moral y responsabilidad histórica. Sin sujeto moral no hay sujeto revolucionario". En Kaosenlared el 23 octubre 2009.
kaosenlared.net/noticia/proletariado-responsabilidad-moral-responsabilidad-historica-sin-sujet.
"Humanidad, verdugo, víctima y esperanza" En Kaosenlared el 19 septiembre 2008
kaosenlared.net/noticia/humanidad-verdugo-victima-esperanza.
Para localizar otros textos míos publicados todos en kaosenlared y seleccionados, en el Kaos Antiguo, con un buen buscador poner "Aurora Despierta" más old.kaosenlared.net o kaosenlared, aunque muchos no aparecen si no se pone también el título del artículo.
Relaciono el título de otros artículos. Para acceder con el buscador, a veces la mejor forma es ponerlo entre comillas y a la vez, "kaosenlared"
"Zombis. Un caso de cultura de masas. Sus efectos en el "Horizonte 2050" de la Mega-Crisis." (25-6-2011)
"Agricultura mundial. Compra tierra y corre. Fósforo ¿hay futuro?. Hambre para hoy y mañana. ¿Qué agricultura?" (19-8-2009)
"Colapso alimentario. Otra faceta de la próxima Mega-Crisis del capitalismo" (17-7-2009)
"Universo: complejidad, vida y compasión en su línea de evolución" (6-7-2009)
"Fin de la era del petróleo y cambio climático. ¿Están equivocados los cálculos del IPCC?. Cuestiona R. Bermejo" (19-1-2009)
"¿Burbuja solar?. Especulación, corrupción, estafa y chapuza en el boom fotovoltaico. Contradicciones del capital" (11-12-2008)
"Sin petróleo, el socialismo ¿tendrá su oportunidad?. Mega-Crisis. Pronóstico, plazos y estrategia. Hacia 2030" (4-12-2008)
"Crisis. Otra víctima: aplazamiento lucha contra cambio climático. Más cerca Mega-Crisis capitalista. Futuros" (16-10-2008)
"Capitalismo en crisis pero ¡nosotros también!. Programa Transformaciones. Mega-crisis próxima. Cosmovisión" (10-10-2008)
"Heroísmo, cultura de masas y nuestro futuro" (6-9-2008)
"Proletariado o tecnoburocracia ¿de quién será el futuro? (14-6-2008)
"Proletariado del siglo XXI: contra la alienación, "contra sí" como clase, para sí como seres humanos" (16-5-2008)
"Juventud marginada, identidad confusa; y 2ª parte) Las revueltas del 2005 en Francia" (5-5-2008)
"Juventud marginada, identidad confusa; 1ª parte) Pandillismo y degradación social" (11-44-2008)
"Jesús no fue Cristo. Del hombre histórico al dios hijo de la fe. Amores que matan" (28-3-2008)
"Las elecciones tienen un ganador cantado: el capital y su Estado" (27-2-2008)
"Holocausto judío, identidad y psicología nazis" (12-12-2007)
21.- Cinco webs y una editorial para aprender más.
En internet se pueden encontrar muchas direcciones de interés para conseguir materiales de estudio y reflexiones sobre la actualidad con una orientación proletaria revolucionaria. Pero existe el riesgo también de dispersarse y de ignorar aquello que por su contenido y concentración de documentos e información resulta más eficiente.
Por eso y porque son poco conocidas, tomad nota de las siguientes:
La de Comunistas por la Autoliberación Integral (CAI, ex Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques -CICA-) un pequeñísimo colectivo que se inspira sobre todo en la corriente del comunismo de los Consejos que se rebeló contra el bolchevismo, no por impulsar la revolución rusa, sino por su sustitución del proletariado y por supuesto contra el estalinismo y cualquier forma de capitalismo (democrático, fascista, "socialista" capitalismo de estado...), en algo del anarquismo, con un gran interés en impulsar un movimiento proletario liberado de los lastres del pasado, una renovación y desarrollo de la perspectiva comunista hacia una liberación integral de los seres humanos de todas sus alienaciones, desde el trabajo a su relación con la Naturaleza, con una crítica nada superficial, sino a fondo de lo que es el capitalismo. Presta mucha atención a la psicología y lo "espiritual" de la trascendencia del ego, no en plan "autoayuda" sino como parte de esa liberación integral. En esa página se pueden encontrar tanto textos del grupo como de otros autores (Gorter, Mattick, Pannekoek, y muchos más) que son verdaderas joyas, difíciles de hallar en otro lugar. Como es una página muy modesta, ante el riesgo de que pudiese desaparecer, a quienes os interese y tengáis mucho espacio en el disco duro del ordenador, un aconsejo, descargarla toda (son archivos sencillos de texto Word comprimidos).
La de Corriente Comunista Internacional (CCI), una pequeña organización pero con secciones en varios países, "se reivindica de los aportes sucesivos de la Liga de los Comunistas de Marx y Engels (1847-52), de las tres Internacionales (la Asociación Internacional de los Trabajadores, 1864-72, la Internacional Socialista, 1884-1914, la Internacional Comunista, 1919-28), de las fracciones de izquierda que se fueron separando en los años 1920-30 de la IC en su proceso de degeneración, y más particularmente de la Izquierdas alemana, holandesa e italiana". Para los que empiezan a buscar es de especial utilidad la riqueza de su índice (Navegación, Mapa sitio). La CCI también ha publicado bastantes artículos en Kaosenlared.
https://es.internationalism.org/ [25]
Para localizar textos de Marx y Engels y de quienes se han reclamado, con fundamento o sin él, del marxismo.
https://www.marxists.org/espanol/indice.htm [54]
La de Corrent Roig, con muchos textos sobre economía y economía marxista
https://www.correntroig.org/ [55]
El Observatorio de la Crisis, con muchos textos sobre economía y con orientación marxista.
www.observatoriodelacrisis.org [56].
Editorial Maia ediciones, unos libritos muy interesantes sobre economía marxista.
Attachment | Size |
---|---|
![]() | 69.46 KB |
Hoja internacional donde hacemos un balance de los movimientos de indignados y ocupantes que se han dado en 2011. Un balance abierto para desarrollar el debate
Los dos hechos más importantes de 2011 han sido la crisis global del capitalismo[1] y los movimientos sociales en Túnez, Egipto, España, Grecia, Israel, Chile, USA, GB...
La indignación ha tomado una dimensión internacional
Las consecuencias de la crisis capitalista son muy duras para la inmensa mayoría de la población mundial: deterioro de las condiciones de vida, desempleo que se prolonga durante años, precariedad que hace imposible la más mínima estabilidad vital, situaciones extremas de pobreza y hambre...
Millones de personas perciben con preocupación cómo se esfuma la posibilidad de una "vida estable y normal", de "un futuro para los hijos". Esto ha llevado a una profunda indignación, a romper la pasividad, a tomar las calles y las plazas, a preguntarse sobre las causas de una crisis que en su fase actual se prolonga desde hace 5 años.
La indignación se ha agudizado por la arrogancia, codicia e indiferencia hacia los sufrimientos de la mayoría, con la que se comportan banqueros, políticos y demás representantes de la clase capitalista. Pero igualmente por la incapacidad que manifiestan los gobiernos ante los graves problemas de la sociedad: sus medidas solo aumentan la miseria y el desempleo sin aportar ninguna solución.
El movimiento de indignación se ha extendido internacionalmente. Ha surgido en España donde el gobierno socialista adoptó uno de los primeros y más draconianos planes de austeridad; en Grecia, símbolo de la crisis de la deuda soberana; en Estados Unidos, templo del capitalismo mundial; en Egipto e Israel situados en cada uno de los frentes del peor y más enquistado conflicto imperialista, el de Oriente Medio.
La conciencia de que se trata de un movimiento global empieza a desarrollarse pese al lastre destructor del nacionalismo -presencia de banderas nacionales en las manifestaciones de Grecia, Egipto o USA. En España la solidaridad con los trabajadores en Grecia se expresó gritando «Atenas aguanta, Madrid se levanta». Los huelguistas de Oakland (USA, noviembre 2011) decían «Solidaridad con el movimiento de ocupaciones a nivel mundial». En Egipto se acordó la Declaración de El Cairo en apoyo al movimiento en Estados Unidos. En Israel se gritaba «Netanyahu, Mubarak, El Assad, son lo mismo» y se tomaba contacto con trabajadores palestinos.
Actualmente lo más álgido de estos movimientos ha pasado y aunque se apuntan nuevas luchas (España, Grecia, México) muchos se preguntan ¿para qué ha servido esa oleada de indignación? ¿Hemos ganado algo?
Es necesario hacer un balance viendo tanto lo positivo como las debilidades y limitaciones.
¡Toma la plaza! lema común de los movimientos
Desde hace más de 30 años que no se veía a grandes multitudes ocupando calles y plazas para intentar luchar por sus propios intereses más allá de las ilusiones o confusiones que les haya podido afectar.
Estas gentes, los trabajadores, los explotados, a los que se pinta como unos fracasados indolentes incapaces de tener iniciativas ni de hacer nada en común, han podido unirse, compartir iniciativas y romper la pasividad agobiante a la que nos condena la normalidad cotidiana de este sistema.
Ha sido una inyección de moral, el principio del desarrollo de la confianza en su propia capacidad, empezar a descubrir la fuerza que da la acción colectiva de masas. El escenario social está cambiando. El monopolio sobre los asuntos públicos de políticos, expertos, "grandes hombres", empieza a ser puesto en cuestión por multitudes anónimas que quieren hacerse oír[2].
Se trata de un frágil punto de partida. Las ilusiones, las confusiones, los inevitables vaivenes del estado de ánimo, la represión, las peligrosas desviaciones impuestas por las fuerzas de encuadramiento con las que cuenta el Estado Capitalista (los partidos de izquierda y los sindicatos), impondrán pasos atrás, derrotas amargas. Se trata de un camino largo y difícil, sembrado de obstáculos y donde no existe ninguna garantía de triunfo, el hecho mismo de empezar a andar es la primera victoria.
Las Asambleas corazón del movimiento
Las muchedumbres no se han limitado a la postura pasiva de gritar su malestar, han tomado la posición activa de organizarse en Asambleas. Las Asambleas multitudinarias concretan el lema de la Primera Internacional (1864) «La emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores o no será». Se inscriben en la continuidad de la tradición del movimiento obrero que arranca de la Comuna de París y toma su expresión más elevada en Rusia 1905 y 1917, continuando en Alemania 1918, Hungría 1919 y 1956, Polonia 1980.
Asambleas Generales y Consejos Obreros son la forma genuina de organización de la lucha del proletariado y el núcleo de una nueva organización de la sociedad.
Asambleas para unirse masivamente empezando a romper las cadenas que más nos atan a la esclavitud asalariada: la atomización, el "cada uno a la suya", el encierro en el gueto del sector o la categoría social.
Asambleas para pensar, discutir y decidir juntos, hacerse colectivamente responsables de lo que se decide, participando todos tanto en la decisión como en la ejecución de lo acordado.
Asambleas para construir la confianza mutua, la empatía general, la solidaridad, los cuales no solamente son imprescindibles para llevar adelante la lucha sino que serán los pilares de una futura sociedad sin clases ni explotación.
2011 ha visto una explosión de la auténtica solidaridad que nada tiene que ver con la hipócrita e interesada "solidaridad" que nos predican: manifestaciones en Madrid para liberar a los detenidos o impedir que la policía detuviera a emigrantes; actos masivos contra los desahucios en España, Grecia o Estados Unidos; en Oakland «La Asamblea de Huelga ha acordado enviar piquetes u ocupar cualquier empresa o escuela que sancione a empleados o estudiantes de cualquier forma por participar en la Huelga General del 2 de noviembre». Han podido vivirse momentos, todavía episódicos, donde cualquiera puede sentirse arropado y defendido por sus semejantes, lo que contrasta fuertemente con lo "normal" en esta sociedad que es un angustioso sentimiento de indefensión y vulnerabilidad.
La cultura del debate la luz que ilumina el futuro
La conciencia necesaria para que millones de trabajadores transformen el mundo no se adquiere recibiendo clases magistrales o consignas geniales de jefes iluminados, es el fruto de una experiencia de lucha acompañada y guiada por un debate masivo que analiza lo vivido teniendo en cuenta el pasado pero enfocado siempre hacia el porvenir, pues como decía una pancarta en España «No hay futuro sin revolución».
La cultura del debate, esto es, la discusión abierta que parte del respeto mutuo y la escucha atenta, ha empezado a germinar no solamente en las Asambleas sino alrededor de ellas: se han organizado bibliotecas ambulantes, se han celebrado encuentros, charlas, intercambios... Una vasta actividad intelectual con medios precarios ha sido improvisada en calles y plazas. Y, como las Asambleas, esto ha significado reanudar con la experiencia pasada del movimiento obrero «La sed de instrucción, tan largo tiempo refrenada, se convirtió con la revolución en un verdadero delirio. Sólo del Instituto Smolny salieron cada día, durante los seis primeros meses, toneladas de literatura, que, ya en carros, ya en vagones, iban a saturar el país. Rusia absorbía, insaciable, como la arena caliente absorbe el agua. Y no grotescas novelas, historia falsificada, religión diluida o esa literatura barata que pervierte, sino teorías económicas y sociales, filosofía, las obras de Tolstoi, de Gogol, de Gorki»[3]. Frente a la cultura de esta sociedad que propone luchar por "modelos de éxito" que son la fuente de millones de fracasos, contra los estereotipos alienantes y falsificadores que martillea la ideología dominante y sus medios de comunicación, miles de personas han empezado a buscar una auténtica cultura popular, hecha por ellas mismas, tratando de animar un criterio propio, crítico e independiente. Se ha hablado de la crisis y de sus causas, del papel de la banca etc. Se ha hablado de revolución, aunque en ese recipiente se hayan vertido muchos líquidos, a veces confusos; se ha hablado de democracia y dictadura, sintetizado en esos dos gritos complementarios: «le llaman democracia y no lo es» y «es una dictadura y no se ve».
Se ha dado los primeros pasos para que aparezca una verdadera política de la mayoría, alejada del mundo de intrigas, mentiras y turbias maniobras que caracteriza la política dominante. Una política que aborda todos los sujetos que nos afectan, no solo la economía o la política, sino igualmente la destrucción del medio ambiente, la ética, la cultura, la educación o la sanidad.
El proletariado tiene la llave del porvenir
Si todo lo anterior hace de 2011 el año del principio de la esperanza, hemos de echar una mirada lúcida y crítica sobre los movimientos vividos, sus límites y debilidades que son, todavía, inmensos.
Si un número creciente de personas en todo el mundo se convencen de que el capitalismo es un sistema obsoleto, que «para que la humanidad pueda vivir, el capitalismo debe morir», se tiende a reducir el capitalismo a un puñado de "malos" (financieros desaprensivos, dictadores despiadados) cuando es una compleja red de relaciones sociales que tiene que ser atacada en su totalidad y no dispersarse persiguiendo sus múltiples y variopintas manifestaciones (las finanzas, la especulación, la corrupción de los poderes político-económicos).
Si está más que justificado el rechazo a la violencia que el capitalismo exuda por todos sus poros (represión, terror y terrorismo, barbarie moral), este sistema no podrá ser abolido por una mera presión pacífica y ciudadana. La clase minoritaria no abandona voluntariamente el poder y se parapeta en un Estado que en su versión democrática se legitima con elecciones cada 4 o 5 años, con unos partidos que prometen lo que nunca hacen y hacen lo que nunca habían dicho; y con unos sindicatos que movilizan para desmovilizar y acabar firmando todo lo que la clase dominante les pone sobre la mesa. Solamente una lucha masiva, tenaz y porfiada, podrá dar a los explotados la fuerza necesaria para destruir los medios de aplastamiento con que cuenta el Estado y hacer realidad el grito muy repetido en España de «Todo el poder a las Asambleas».
Aunque el eslogan de «somos el 99% frente al 1%», tan popular en el movimiento de ocupaciones de Estados Unidos, revela un principio de comprensión de las sangrantes divisiones de clase que nos afectan, la mayoría de participantes en las protestas se ha visto como "ciudadanos de pie" que quieren ser reconocidos dentro de una sociedad de "ciudadanos libres e iguales".
Sin embargo, la sociedad está dividida en clases, una clase capitalista que lo tiene todo y no produce nada y una clase explotada -el proletariado- que lo produce todo y tiene cada vez menos. El motor de la evolución social no es el juego democrático de la "decisión de una mayoría de ciudadanos" (este juego es más bien la máscara que encubre y legitima la dictadura de la clase dominante) sino la lucha de clases.
El movimiento social necesita articularse alrededor de la lucha de la principal clase explotada -el proletariado- quien produce colectivamente las principales riquezas y asegura el funcionamiento de la vida social: fábricas, hospitales, escuelas, universidades, oficinas, puertos, obras, correos. En algunos movimientos en 2011 ha empezado a verse su fuerza: la oleada de huelgas que estalló en Egipto que obligó a prescindir de Mubarak. En Oakland (California) los "occupiers" convocaron una huelga general, yendo al puerto y consiguiendo el apoyo activo de trabajadores portuarios y camioneros. En Londres los electricistas en huelga y los ocupantes de Saint Paul convergieron en acciones comunes. En España, las asambleas en la plaza y ciertos sectores en lucha tendieron a unificarse.
No existe oposición entre la lucha de clase del proletariado moderno y las necesidades profundas de las capas sociales expoliadas por la opresión capitalista. La lucha del proletariado no es un movimiento particular o egoísta sino la base del«movimiento independiente de la inmensa mayoría en beneficio de la inmensa mayoría» (Manifiesto Comunista).
Retomando de manera crítica las experiencias de dos siglos de lucha proletaria, los movimientos actuales podrán beneficiarse de los intentos pasados de lucha y liberación social. El camino es largo y erizado de enormes obstáculos, de ello daba cuenta la consigna tan repetida en España «No es que vamos despacio, es que vamos muy lejos». Llevando un debate lo más amplio posible, sin ninguna restricción ni cortapisa, para preparar conscientemente nuevos movimientos se podrá hacer realidad que OTRA SOCIEDAD ES POSIBLE DISTINTA DEL CAPITALISMO.
Corriente Comunista Internacional 12-03-12
[1] Ver La crisis económica no es una historia sin fin: anuncia el fin de un sistema y la lucha por otro mundo, ver /revista-internacional/201202/3335/la-crisis-economica-no-es-una-historia-sin-fin-anuncia-el-fin-de-u [59] Relacionado con la crisis global del sistema, el gravísimo incidente de la central nuclear de Fukushima -Japón- nos muestra los enormes peligros que corre la humanidad.
[2] No deja de ser significativo que el Times Magazine haya nombrado "Hombre del Año" al Protester (el indignado). Ver time.com/time/specials/packages/article/0,28804,2101745_2102132_2102373,00.html.
[3] John Reed 10 días que estremecieron al mundo, https://www.marxists.org/espanol/reed/diezdias/capitulo_1.htm [60]
Ya hace algún tiempo que el compañero Gracchus, polemizando con un artículo publicado a propósito del hallazgo, más tarde desmentido, de que los neutrinos viajarían más rápido que la velocidad de la luz, envió una contribución sobre El Marxismo y el método científico, que publicamos en nuestra Web, y de la que más tarde aparecería una Versión final en los comentarios. En aquel momento saludamos las aportaciones del compañero y discutimos puntualmente sobre una de sus afirmaciones sobre las minorías revolucionarias. Desde entonces, la reflexión y la discusión sobre Marxismo y método científico nos plantea hoy una profundización sobre el hilo argumental central de su exposición; sin que eso signifique ningún desmentido sobre las aportaciones que ya señalamos del compañero. Al contrario, sus contribuciones animan a la discusión y la clarificación sobre este tema que no está en absoluto zanjado. Ya hace algún tiempo que el compañero Gracchus, polemizando con un artículo publicado a propósito del hallazgo, más tarde desmentido, de que los neutrinos viajarían más rápido que la velocidad de la luz[1], envió una contribución sobre El Marxismo y el método científico[2], que publicamos en nuestra Web, y de la que más tarde aparecería una Versión final[3] en los comentarios.
En aquel momento saludamos las aportaciones del compañero y discutimos puntualmente sobre una de sus afirmaciones sobre las minorías revolucionarias. Desde entonces, la reflexión y la discusión sobre Marxismo y método científico nos plantea hoy una profundización sobre el hilo argumental central de su exposición; sin que eso signifique ningún desmentido sobre las aportaciones que ya señalamos del compañero. Al contrario, sus contribuciones animan a la discusión y la clarificación sobre este tema que no está en absoluto zanjado.
En su Versión final, Gracchus expresa el eje central de su reflexión como sigue:
«Ya Marx apuntaba al carácter histórico y dialéctico del conocimiento científico, a diferencia de aquel materialismo vulgar estilo Diderot o Laplace, que la burguesía triunfante del S XIX tenía como estandarte y espejismo de un supuesto "dominio de la naturaleza". Esta ciencia naciente tan segura de sí misma y sus aplicaciones técnicas que se imponían a ritmo de máquina de vapor (o de generador eléctrico después) se cree atemporal y objetiva irónicamente. Esta crítica marxiana no cayó en saco roto y de hecho influyó en filósofos y científicos revolucionarios como Dietzgen o Pannekoeek.
No obstante la misma burguesía del final del siglo XIX es consciente de las limitaciones de su propia ciencia; es más del peligro que supondría para ella una ciencia social que avanzase al ritmo de la natural. De ahí el "malestar en la ciencia" de que se hace eco Pannekoeek en su "Lenin filósofo", que provoca una serie de impugnaciones de conceptos básicos entre la misma ciencia y filosofía burguesas que, a pesar de su tendencia a la recaída en el "idealismo" y el "subjetivismo", no podemos dejar de subrayar en cuanto a lucidez y nivel de autoconciencia (léase Mach, Avenarius o Poincaré).
Lo que queremos destacar en este artículo es que, nos guste o no admitirlo, la ciencia natural burguesa en gran medida supo franquear las aporías en que se vio envuelta y, más aún superarlas, con la aplicación a todos los terrenos del nuevo paradigma einsteniano-cuántico incluidas sus aplicaciones prácticas: desarrollo del transistor, microscopia electrónica, efecto túnel, etc. Es más, en relación a las Ciencias Naturales y sus aplicaciones, no podemos dejar de constatar su exponencial desarrollo durante el siglo XX»
Tratando de seguir el razonamiento de Grachus, podemos decir que lo esencial de su tesis consiste en señalar que la ciencia en el s XX ha superado el bloqueo, o " el malestar" con el que se encontró a finales del s XIX (y que Pannekoek caracterizó como tendencia al idealismo; Grachhus parece que, sin negar lo anterior, se refiere más bien a un paradigma equivocado, donde se pretende un dominio de la naturaleza, y en definitiva, una pretensión de estar en posesión de una explicación definitiva de una realidad acabada e inamovible para siempre jamás). La ciencia del s XX habría vuelto por sus fueros a sus principios materialistas dialécticos que ya reconoció Marx.
Por ello, la teoría revolucionaria debería integrar sus resultados y superarlos, en lugar de negarlos, como hizo el estalinismo, en nombre del marxismo y el determinismo.
En este razonamiento se superponen dos problemas que no son iguales y eso hace que finalmente acabe produciéndose una confusión. Las dos cuestiones a tratar son:
A grandes rasgos y sólo para orientar una respuesta, parece que Gracchus sólo ve una parte del problema. El ve que el atasco central de la ciencia del s XIX estaba en haber tomado lo que solo era un paradigma para comprender la realidad, por la realidad misma. Y efectivamente Pannekoek señala también este problema. Así, la física Newtoniana y la teoría atómica clásica se toman por la explicación definitiva de la materia, o más bien, por la materia misma. El desarrollo posterior de la teoría de la relatividad y la física cuántica, mostraron que el paradigma anterior había llegado a su límite y permitieron como dice Gracchus un gran progreso de la ciencia.
El libro de Pannekoek, Lenin filósofo, como su nombre indica, es en realidad una crítica a las incursiones filosóficas de éste en el folleto Materialismo y Empiriocriticismo. Lenin escribió este libro en 1908, polemizando, con la tendencia de Bogdanov y Lunacharsky, que se reivindicaban de las posiciones del empiriocriticismo (Mach y Avenarius), y que él identificaba como una desviación hacia el idealismo. Pero el problema, como muestra Pannekoek es que él mismo acaba desarrollando una posición esquemática, materialista vulgar[4]. Como dijo Korsch en marxismo y filosofía, Lenin defiende al marxismo contra el idealismo, cuando los ataques no venían de aquí, sino de una tendencia materialista vulgar:
«Para poder emitir un juicio sobre la actitud de Lenin hacia la filosofía y hacia toda ideología en general, hay que plantearse una primera cuestión de la cual depende la apreciación de la "filosofía materialista" peculiar, defendida por Lenin. De acuerdo con el principio aceptado por él mismo, esta cuestión que debe plantearse en primer lugar es de orden histórico, a saber: en la situación histórica actual efectivamente está dado un cambio de toda la situación en la historia del pensamiento, como lo sostuvo Lenin, y que haría necesario defender hoy, en el materialismo dialéctico, con mayor razón al materialismo frente a las tendencias idealistas de la filosofía burguesa que van ganando terreno, que a la dialéctica frente al materialismo de carácter vulgar, predialéctico e incluso hoy en parte inconscientemente no dialéctico y antidialéctico de la ciencia burguesa. A mi manera de ver como explico en otra parte, éste no es el caso en absoluto. Más bien, y a pesar de algunas manifestaciones contradictorias en la superficie de las actividades de la filosofía y ciencia burguesas actuales, y a pesar de algunas contracorrientes, que indudablemente existen, debe considerarse, aún hoy, como la corriente básica prevaleciente en la filosofía y las ciencias naturales y humanas burguesas, exactamente la misma que hace 60 o 70 años. Se trata de aquella corriente que parte, no de una concepción idealista, sino más bien de una concepción materialista de tinte naturalista.» (K. Korsch, Marxismo y Filosofía, Ed Era 1971, pag. 72)
El libro de Pannekoek tiene el mérito de mostrar cómo el materialismo vulgar acaba desarrollando una posición idealista, desde el punto de vista epistemológico, pues el fracaso del paradigma newtoniano para explicar la realidad acaba llevando a la idea de que la realidad es inexplicable. La verdadera cuestión no es pues, materialismo contra idealismo, sino materialismo vulgar frente a materialismo dialéctico.
«El materialismo no podía reinar sobre la ideología burguesa más que durante un tiempo muy corto. Mientras la burguesía pudiese creer que su sociedad, la de la propiedad privada, la libertad individual y la libre competencia, podría resolver los problemas vitales de toda la humanidad gracias al desarrollo de la producción, de la ciencia y de la técnica, también podía creer que la ciencia permitiría resolver sus problemas teóricos sin que fuese necesario recurrir a fuerzas espirituales sobrenaturales. Pero desde que la lucha de clase proletaria hubo revelado, al amplificarse, que el capitalismo no estaba manifiestamente en condiciones de resolver los problemas vitales de las masas, la filosofía materialista segura de sí misma desapareció. Se representó nuevamente el universo como lleno de contradicciones insolubles e incertidumbres, poblado de potencias funestas amenazando la civilización. Por eso la burguesía se entregó a toda clase de creencias religiosas y los intelectuales y filósofos burgueses sucumbieron a la influencia de tendencias místicas. Muy pronto descubrieron las debilidades e insuficiencias de la filosofía materialista y se pusieron a hacer grandes discursos sobre los "límites de las ciencias" y sobre los "enigmas" insolubles del universo. »
Panekoek muestra que la vía que conduce del materialismo al idealismo en el desarrollo de la ciencia burguesa se explica por su pretensión de considerar la materia, la vida real, como algo fijo, completamente desarrollado, cuya explicación cabe en las leyes y cálculos más y más complejos de los científicos; al mismo tiempo que muestra que esa visión es el producto de su visión limitada de la realidad, que separa y opone materia y espíritu, ser y pensar, lo concreto y lo abstracto, el sujeto y el objeto.
El marxismo no se presenta como el conocimiento acabado de la realidad circundante, sino que comprende la aparición de los hombres como el producto de un desarrollo en primer lugar de la naturaleza y después social. Considera que a partir del descubrimiento de que los seres humanos son un producto y un factor activo de las transformaciones históricas y sociales, la realidad se concibe como un proceso antagónico en el que interactúan diferentes elementos que se resumen en la naturaleza y el factor humano y que cambia constantemente. Cada momento proporciona sus hipótesis, sus controversias, sus descubrimientos, dependiendo del pasado, del presente y de la perspectiva, y no puede explicarse sino abstrayéndolo de la unidad de la totalidad y oponiéndosele; de esa forma se proporciona una visión del mundo que, sin descartar los imprevistos, el azar, etc. (no hay una teleología), al mismo tiempo no deja lugar para lo místico, para la concepción de que más allá de nuestra experiencia sensible y nuestras tentativas de explicación existiría la "cosa en sí".
Desde los primeros trabajos de Marx en la década de 1840, hay una sensibilidad frente a este problema, que aparece claramente abordado ya en Los Manuscritos Económicos y Filosóficos:
«Las ciencias naturales han desarrollado una enorme actividad y se han adueñado de un material que aumenta sin cesar. La filosofía, sin embargo, ha permanecido tan extraña para ellas como ellas para la filosofía: La momentánea unión fue sólo una fantástica ilusión. Existía la voluntad, pero faltaban los medios. La misma historiografía solo de pasada se ocupa de las ciencias naturales en cuanto factor de ilustración, de utilidad, de grandes descubrimientos particulares. Pero en la medida en que, mediante la industria, la Ciencia natural se ha introducido prácticamente en la vida humana, la ha transformado y ha preparado la emancipación humana, tenía que completar inmediatamente la deshumanización. La industria es la relación histórica real de la naturaleza (y, por ello, de la Ciencia natural) con el hombre; por eso, al concebirla como desvelación esotérica de las fuerzas humanas esenciales, se comprende también la esencia humana de la naturaleza o la esencia natural del hombre; con ello pierde la Ciencia natural su orientación abstracta, material, o mejor idealista, y se convierte en base de la ciencia humana, del mismo modo que se ha convertido ya (aunque en forma enajenada) en base de la vida humana real. Dar una base a la vida y otra a la ciencia es, pues, de antemano, una mentira. La naturaleza que se desarrolla en la historia humana (en el acto de nacimiento de la sociedad humana) es la verdadera naturaleza del hombre; de ahí que la naturaleza, tal como, aunque en forma enajenada, se desarrolla en la industria, sea la verdadera naturaleza antropológica.
La sensibilidad (véase Feuerbach) debe ser la base de toda ciencia. Sólo cuando parte de ella en la doble forma de conciencia sensible y de necesidad sensible, es decir, sólo cuando parte de la naturaleza es la ciencia verdadera ciencia. La Historia toda es la historia preparatoria de la conversión del "hombre" en objeto de la conciencia sensible y de la necesidad del "hombre en cuanto hombre" en necesidad. La Historia misma es una parte real de la Historia natural, de la conversión de la naturaleza en hombre. Algún día la Ciencia natural se incorporará a la Ciencia del hombre, del mismo modo que la ciencia del hombre se incorporará a la ciencia natural, habrá una sola ciencia» (Karl Marx, Manuscritos de Economía y filosofía, Alianza Editorial 1972 Madrid, pag 152-153, 3er Manuscrito, apartado Propiedad privada y comunismo).
La ciencia del s XX no ha superado los problemas de la ciencia del s XIX, porque a pesar de que pueda ser mucho más dinámica y puntualmente crítica incluso con ciertos aspectos de la globalidad, no puede cuestionar el sistema de producción. Las diferentes ramas de la ciencia, incluyendo los sectores digamos honestos de las ciencias sociales, han hecho y harán aportaciones preciosas para la perspectiva revolucionaria; pero no pueden adoptar el punto de vista de la teoría revolucionaria. De hecho, a pesar de que, particularmente desde los años 90 (aunque las premisas de esta tendencia se sitúan en los años 70), se desarrolla una tendencia a la investigación multidisciplinaria, que trata de unir en una visión integral la investigación en el terreno de las ciencias naturales y las ciencias sociales, tropieza con enormes dificultades para desarrollar una visión dialéctica[5].
Por eso, tras la 2ª guerra mundial, en pleno "boom" de la tecnología y el desarrollo científico en los años 60, la ciencia se encontraba en una situación similar a la de finales del s XIX, como denunció la corriente bordiguista: "...el «progreso científico» es una de las grandes coartadas de la burguesía.... Además, la burguesía saca argumentos de los éxitos de las ciencias de la naturaleza para construir una «ciencia social» que se dice por encima de las clases, en realidad para justificar su filosofía social y su forma de sociedad"... escribía el partido bordiguista en su reunión general de Turín en 1968 (https://www.sinistra.net/lib/bas/progra/vano/vanoqgecof.html#u8 [61])
Durante el siglo XX, debido a la derrota de la tentativa revolucionaria y al peso del estalinismo, el Movimiento obrero ha sido víctima de una visión dogmática y materialista vulgar de la ciencia, que se resumía en los "avances" de la Academia de las ciencias de la URSS y en "científicos" como Lyssenko; pero también al contrario, de una visión de rechazo de la ciencia, que se identificaba con la carrera de armamentos y la explotación, como la que vehiculizaban los jóvenes de los años 60. Sólo excepcionalmente se han producido esfuerzos para recuperar un planteamiento marxista del problema partiendo del materialismo histórico. Y eso principalmente en un marco teórico y aislado de los combates de clase, en un terreno filosófico.
Como por ejemplo los esfuerzos de Luckas, que aunque comenzaron en el fuego del combate de la Izquierda comunista en la revista Kommunismus, se perdieron después en un contexto "teórico" abstracto, e incluso fueron utilizados por Stalin para combatir contra Trosky.
Lukács critica la ciencia en el capitalismo, porque está construida desde las premisas de la sociedad capitalista misma, que son anteriores a sus postulados. Carece de una visión histórica y dialéctica: «El carácter histórico de los «hechos» que la ciencia cree captar en semejante «pureza», aparece, sin embargo, de una manera todavía más nefasta. En efecto, estos hechos no sólo están implicados (como productos de la evolución histórica) en un continuo cambio sino que, además, son -precisamente en la estructura de su objetividad- productos de una época histórica determinada: la del capitalismo. En consecuencia, esta «ciencia», que reconoce, como fundamento del valor científico la manera en que los hechos son dados inmediatamente, y como punto de partida de la conceptualización científica la forma de objetividad de los hechos, esta ciencia se coloca simple y dogmáticamente en el terreno de la sociedad capitalista, aceptando sin crítica su esencia, su estructura de objeto, su legalidad como fundamento inmutable de la «ciencia». Para avanzar de esos «hechos» a los hechos en el verdadero sentido de la palabra, es necesario penetrar en su condicionamiento histórico como tal y abandonar el punto de vista mediante el cual los hechos son dados como inmediatos: es preciso someterlos a un tratamiento histórico-dialéctico, porque como dijo Marx: «La estructura (Gestalt) acabada de las relaciones económicas tal y como aparecen superficialmente en su existencia real, y, por tanto, también en las representaciones mediante las cuales los portadores y los agentes de esas relaciones tratan de hacerse una idea clara de ellas, es muy diferente y, de hecho, contraria a su núcleo estructural interno (Kerngestalt). esencial pero oculto, y al concepto que a él corresponde; son incluso su opuesto. Por tanto, si los hechos han de ser captados correctamente, es conveniente aprehender primero clara y exactamente esa diferencia entre su existencia real y su núcleo interno, entre las representaciones que se forman de ellos y sus conceptos. Esta distinción es la primera condición previa a un estudio verdaderamente científico que, según las palabras de Marx, «seria superfluo si la apariencia fenoménica y la esencia de las cosas coincidieran inmediatamente». Se trata, pues, por una parte, de separar los fenómenos de su forma dada inmediata, de encontrar las mediaciones por las cuales aquéllos pueden ser referidos a su núcleo y a su esencia y captados en su esencia misma, y, por otra parte, de llegar a la comprensión de ese carácter fenoménico, de esa apariencia fenoménica considerada como la forma de aparición necesaria de esos fenómenos. Esta forma de aparición es necesaria en razón de la esencia histórica de los fenómenos, en razón de haber surgido éstos en el terreno de la sociedad capitalista. Esta doble determinación, este reconocimiento y esta superación simultánea del ser inmediato, es justamente la relación dialéctica.» (Historia y Conciencia de clase, Editorial de Ciencias Sociales del Instituto del Libro, La Habana, Cuba, pag. 41 y 42). ¿Qué es el marxismo ortodoxo?
La dictadura de "los hechos" esconde una incapacidad para comprender la evolución dialéctica de la realidad.
«La esencia de la evolución capitalista, hecha extraña al hombre, inmovilizada, trasformada en cosa impenetrable, se cristaliza en el «hecho» bajo una forma que hace de esa inmovilidad y esa enajenación el fundamento más evidente, el más indudable, de la realidad y la aprehensión del mundo. Frente a la inmovilidad de esos «hechos», todo movimiento aparece como un simple movimiento en su nivel, toda tendencia a modificarlos como un principio solamente subjetivo (deseos, juicios de valor, debe-ser, etc.) Cuando esta prioridad metodológica de los «hechos» ha sido quebrantada, cuando el carácter de proceso de todo fenómeno ha sido reconocido, se puede al fin comprender que lo que se suelen llamar «hechos» consiste también en proceso. Se puede comprender entonces que los hechos no son justamente otra cosa que partes, momentos, del proceso de conjunto, separados, artificialmente aislados e inmovilizados. Al mismo tiempo se comprende también por qué el proceso de conjunto, en el cual la esencia de proceso se afirma sin falsificación y cuya esencia no es oscurecida por ninguna inmovilidad, representa con relación a los hechos la realidad superior y auténtica. Y se comprende al mismo tiempo por qué el pensamiento burgués cosificado debía necesariamente hacer de esos «hechos» su máximo fetiche teórico y práctico. Esa facticidad petrificada, donde todo se inmoviliza en «magnitud fija», donde la realidad del momento está presente en una inmutabilidad total y absurda, hace toda comprensión, aun de esta realidad inmediata, metodológicamente, imposible.» (Luckas, op cit, Rosa Luxemburg marxista)
Se puede citar también el trabajo "filosófico" de la escuela de Frankfort. Horkheimer y Adorno mostraron en La dialéctica de la ilustración, que tras el éxito de la ciencia en el siglo XX se esconde una "vuelta a Kant"[6]:
«El dominio de la naturaleza traza el círculo en el que la crítica de la razón pura ha encerrado al pensamiento. Kant unió la tesis de su fatigoso e incesante progreso hasta el infinito con la insistencia inflexible sobre su insuficiencia y eterna limitación. La respuesta que ha dado es el veredicto de un oráculo. No hay ser en el mundo que no pueda ser penetrado por la ciencia, pero aquello que puede ser penetrado por la ciencia no es el ser. De tal suerte, según Kant, el juicio filosófico mira a lo nuevo, pero no conoce nunca nada nuevo, puesto que repite siempre solo aquello que la razón ha puesto ya en el objeto. Pero a este pensamiento, protegido y garantizado -en los diversos departamentos de la ciencia- por los sueños de un visionario (referencia a uno de los apelativos del mismo Kant, NdR), le es presentada luego la cuenta. El dominio universal sobre la naturaleza se retuerce contra el mismo sujeto pensante, del cual no queda más que ese mismo, eternamente igual "yo pienso", que debe acompañar todas mis representaciones. Sujeto y objeto se anulan entre sí. El sí abstracto, el derecho de registrar y sistematizar, no tiene frente a sí más que lo abstracto material, que no cuenta con otra propiedad que la de servir de sustrato a esta posesión. La ecuación de espíritu y mundo termina por resolverse, pero sólo debido a que los dos miembros de ella se eliden recíprocamente. En la reducción del pensamiento a la categoría de aparato matemático se halla implícita la consagración del mundo como medida de sí mismo. Lo que parece un triunfo de la racionalidad objetiva, la sumisión de todo lo que existe al formalismo lógico, es pagado mediante la dócil sumisión de la razón a los datos inmediatos. Comprender el dato como tal, no limitarse a leer en los datos sus abstractas relaciones espaciotemporales, gracias a las cuales pueden ser tomados y manejados, sino entenderlos en cambio como la superficie, como momentos mediatos del concepto, que se cumplen sólo a través de la explicación de su significado histórico, social y humano: toda pretensión del conocimiento es abandonada. Puesto que el conocimiento no consiste sólo en la percepción, en la clasificación y en el cálculo, sino justamente en la negación determinante de lo que es inmediato. Mientras que el formalismo matemático, cuyo instrumento es el número, la forma más abstracta de lo inmediato, fija el pensamiento en la pura inmediatez. Si da razón a lo que es de hecho, el pensamiento se limita a su repetición, el pensamiento se reduce a la tautología. Cuanto más se enseñorea el aparato teórico de todo lo que existe, tanto más ciegamente se limita a reproducirlo» ( Maxc Horkheimer y Theodor Adorno, , Dialéctica de la ilustración, Ed Trotta Madrid 1998, El concepto de ilustración)
La próxima revolución no puede obviar estos problemas.
Lamentablemente Lenin se dejó llevar en su Materialismo y Empiriocriticismo, por una deriva materialista vulgar. Sin embargo lo que en él fue un error, fue después instituido por el estalinismo como la norma. Los errores de Lenin se convirtieron en la base del dogmatismo estéril, llegando al absurdo de negar la "teoría de la relatividad" y dando la espalda al desarrollo de la ciencia, para implantar una especie de catecismo que se llamó: "leninismo". El estalinismo llevó a la caricatura la posición de que el marxismo era la única "visión integral de la realidad" y por tanto, todos los campos de la ciencia son "limitados" y deben ser supervisados o encuadrados en el marxismo. En la Rusia contra-revolucionaria sabemos que esto condujo a la aberración de una ciencia "marxista" que sería "superior":
«Por más que el punto de vista adoptado más tarde por Lenin sea, en apariencia, análogo al de Engels, difiere de éste como el día de la noche por la simple razón de que Engels ve la tarea esencial de la dialéctica materialista en "salvar de la filosofía idealista alemana a la dialéctica consciente, llevándola a la concepción materialista de la naturaleza y la historia", mientras Lenin, por el contrario, ve su tarea principal en el sostenimiento y defensa de la posición materialista misma, que en el fondo no había sido atacada por nadie. Así, Engels llega a la explicación. de acuerdo con el desarrollo progresista de las ciencias, de que el materialismo moderno, aplicado a la naturaleza y la historia es "en ambos casos esencialmente dialéctico y no necesita filosofía alguna que esté por encima de las demás ciencias". Lenin, eternamente descontento, critica mientras tanto "las desviaciones filosóficas" que encuentra, no sólo en amigos y adversarios políticos, o en los filósofos ideólogos, sino también en los demás productivos investigadores dedicados a las ciencias naturales; y reclama para su "filosofía materialista" una especie de judicatura suprema sobre todos los resultados pasados, actuales y futuros de las investigaciones que se realizan en las diferentes ciencias.
La continuación de esta tutela materialista "filosófica" sobre todas las demás ciencias -sobre las ciencias naturales y sociales así como sobre todas las demás formas de desarrollo de la conciencia, en la literatura, el teatro, las artes, etc.-, conduce a la formación de esta dictadura ideológica que oscila extrañamente entre el progreso revolucionario y la más oscura reacción y que en la Rusia soviética actual se ejerce en nombre del llamado "marxismo-leninismo" sobre toda la vida espiritual, no solamente del partido en el poder, sino de toda la clase obrera, y que en los tiempos más recientes se ha intentado extender también más allá de las fronteras de Rusia soviética a todos los partidos comunistas de Occidente y el resto del mundo. » (K. Korsch, Idem pag. 77)
Evidentemente de aquí queda para la historia (y para Gracchus), que la revolución "ninguneó" la ciencia para imponerle una especie de "conocimiento"-palabra de Marx-Stalin-, que se dio en llamar "leninismo". Obviamente, en contra de esto, Grachhus apunta que la próxima revolución deberá partir e integrar los avances de la ciencia. Pero esto es de hecho la tradición del Movimiento obrero hasta el estalinismo. No solo Marx y Engels incorporaron los descubrimientos de Morgan o Darwin, o Engels reflexionó sobre la teoría celular de Virchow, etc, sino que en la 2ª Internacional esto fue la norma.
De hecho, la revolución de Octubre, contrariamente a su sepulturero Stalin, abrió e impulsó diferentes frentes de trabajo en el terreno científico, por ej sobre la ecología, o la psicología.
El Movimiento obrero siempre tuvo una dimensión cultural y científica evidente en los debates en el seno de la socialdemocracia alemana y cuyos últimos coletazos conocidos son los escritos de Trotsky y su relación con la corriente surrealista por ej Una dimensión que ha sido sepultada por la contra-revolución y que la CCI trata hoy de recuperar.
18.04.12
[1] Confirmada la existencia de neutrinos: ¿ha logrado el progreso científico "ir más rápido que su sombra"? en /accion-proletaria/201111/3271/confirmada-la-existencia-de-neutrinos-ha-logrado-el-progreso-cientific [62]
[2] Contribución sobre El "Marxismo" y el método científico, en https://es.internationalism.org/node/3280 [63]
[3] /accion-proletaria/201111/3271/confirmada-la-existencia-de-neutrinos-ha-logrado-el-progreso-cientific [62]
[4] Si en este punto la posición de Pannekoek es inobjetable, no ocurre lo mismo con la conclusión política que pretende extraer de ahí y que concierne a la naturaleza de clase de la revolución rusa y el partido bolchevique. Pannekoek pretende ver en los errores de Lenin en este libro, la explicación de la degeneración de la revolución rusa y el origen del estalinismo... ¡Y eso es estirar demasiado las cosas! Como mostró la Izquierda Comunista de Francia, Internationalisme, en su crítica de Lenin Filósofo (que está disponible por el momento sólo en edición papel en la Revista internacional), a la base de la perspectiva revolucionaria en 1917 en Rusia no están los errores de filosofía de Lenin en 1908, sino lo mejor de las aportaciones del Movimiento obrero y el marxismo internacional
[5] Sólo una minoría de investigadores honestos y comprometidos en el rechazo de la explotación llegan a integrar sus estudios y sus teorías en una perspectiva revolucionaria; lo que les conduce de hecho la mayor parte de las veces a considerar la teoría marxista
[6] Como la "vuelta a Kant" se conoce un debate histórico desencadenado en la Socialdemocracia a finales del s XIX y que era el correlato teórico-filosófico del reformismo. En efecto, resumiendo, Bernstein planteaba que los análisis de Marx eran científicos en tanto que describían y analizaban la sociedad capitalista, pero eran "idealistas" en tanto planteaban una perspectiva revolucionaria. En el terreno de la perspectiva revolucionaria, de las cuestiones sociales, habría que "recuperar la filosofía de Kant".
Los incidentes de Barcelona el pasado 29 de marzo han sido tomados por el Estado como excusa para un violento reforzamiento de la represión
En la manifestación del 29 marzo en Barcelona, la policía autonómica -los Mossos de Esquadra- atacó violentamente un sector de la manifestación con gases lacrimógenos, pelotas de goma, porrazos...
La explicación que dieron al unísono tanto las autoridades catalanas como el gobierno central, es que había sido en respuesta a los actos de vandalismo de "violentos anti-sistema".
Sin embargo, existen motivos más que razonables para dudar de esta "explicación" y deducir otras motivaciones muy diferentes.
El consejero del interior de la Generalitat, repitió machaconamente los días previos a la manifestación que los "violentos" iban a aprovecharla para entrenarse cara a mayo donde se celebraría en Barcelona un acto del Banco Central Europeo. Tanta insistencia era una forma de incitarles a actuar, un "efecto llamada".
Resulta igual de llamativa la rapidez con la que se produjo el despliegue de la tropa policial, nada más producirse las primeras quemas de contenedores, lo que contrasta con la habitual tardanza de otras ocasiones. Pero lo que resulta más chocante aún es que no cargaron contra los causantes de los destrozos sino que la emprendieron directamente con cualquier manifestante y especialmente con gente mayor, jóvenes, mujeres, que nada tenían que ver con los actos violentos..
Otro hecho significativo es que los furgones policiales hicieron amago de retirarse por la zona de Urquinaona, dando la imagen de que retrocedían, lo que animó a los grupos de "violentos" a multiplicar sus acciones vista la aparente "derrota policial".
Pero lo que más nos debe llamar la atención es la rápida campaña mediática en la que han convergido unánimemente Gobierno y Oposición y todos los medios de comunicación (desde la extrema derecha hasta los "progresistas" de El País) no solamente en la "condena rotunda" de los incidentes y su atribución a los "vándalos anti-sistema" sino en la necesidad de adoptar medidas represivas inmediatas, los gritos reclamando "mano dura" y nuevas reformas del Código Penal se han hecho agobiantes.
Con inusitada celeridad el Gobierno se ha puesto manos a la obra. Según el diario digital Público «el Ejecutivo ha decido reformar el Código Penal la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la ley orgánica de protección de la seguridad ciudadana", con objeto de «incluir como delito de atentado a la autoridad la resistencia pasiva o activa. En clara referencia a las movilizaciones estudiantiles de Valencia y el movimiento 15-M, con esta legislación podrían ser condenados por atentado todas las personas que acudan a las movilizaciones de los indignados, que suelen llevarse a cabo sin previa notificación a la Delegación de Gobierno», del mismo modo «se incluirá como delito de desorden público los supuestos en los que se penetre en establecimientos públicos o se obstaculice el acceso a los mismos. En este sentido, se ampliará la cuantía de los daños no sólo a los que se produzcan en establecimientos, sino también a los que se deriven por la interrupción de cualquier servicio público», y para dejar las cosas todavía más claras «La reforma propuesta prevé que sea considerado "delito de integración en organización criminal" difundir a través de Internet y las redes sociales las convocatorias "violentas" y que "alteren gravemente el orden público", que podrían ser todas aquéllas que no hayan sido notificadas y que se nieguen a abandonar el lugar pese al aviso de la Policía. Exactamente lo que pasó el 15 de mayo y los días posteriores en la Puerta del Sol de Madrid».[1]
Estos planes no van dirigidos "contra el vandalismo" sino contra la repetición de las acciones de masas, espontáneas, autónomas y asamblearias que se dieron en el 15 M o en la movilización de los estudiantes en Valencia en febrero 2012; la ocupación de calles y plazas; la decisión libre de trabajadores y explotados. Por si queda alguna duda, el consejero del Interior catalán lo aclara: «Se trata de que la gente tenga más miedo al sistema».
No debemos olvidar que el movimiento de los indignados estalló como respuesta solidaria a la brutal represión encargada por el hoy jefe de la oposición, Rubalcaba, y que las diferentes tentativas de criminalizar el movimiento fracasaron debido a la respuesta inteligente, masiva y solidaria[2]. Del mismo modo, la tentativa del Gobierno Rajoy de imponer el pasado febrero un clima de terror en Valencia tomando como cabeza de turco a los estudiantes fracasó gracias a la explosión de solidaridad que se dio en Valencia y se extendió a toda España[3].
El Capital y su Estado tenían dos cuentas pendientes con las masas explotadas, estaban sedientos de venganza, la maniobra del 29 M en Barcelona es una clara revancha.
De forma más general, vemos que con la agravación de la crisis el margen de maniobra del Capital para hacer concesiones aunque sean aparentes o temporales, se reduce de forma sustancial, de manera que -como lo muestra la experiencia de Grecia, Portugal o lo que estamos viendo en España- su única política posible es "sangre, sudor y lágrimas" para la inmensa mayoría[4] y ello requiere el reforzamiento de la máquina represiva del Estado tanto de la policía como de los tribunales, la legislación, las cárceles.
Tal endurecimiento del aparato represivo estatal no viene de ahora. Cabe recordar que la trampa a la que fueron sometidos los controladores aéreos en diciembre 2010 tuvo como finalidad crear el clima público apropiado para justificar un escarmiento represivo brutal[5]. Tampoco se trata de algo limitado a España. En Gran Bretaña el gobierno Cameron ha acentuado las medidas represivas y carcelarias, en Estados Unidos, cuna de la democracia y gobernada no por el derechista Bush sino por el "progresista" Obama, la brutalidad policial y las detenciones en masa han sido la respuesta al movimiento de ocupaciones.
Ahora bien, podemos ver con esta campaña represiva un objetivo suplementario directamente relacionado con la evolución de la lucha de clases en España. El 15 M inauguró una tendencia muy importante: la ocupación de calles y plazas por multitudes inmensas de todas las edades que expresaban en voz alta no solo su descontento sino también los primeros intentos de tomar en sus manos su propio destino. Desde enero de 2012, a pesar de que ahora las luchas han caído bajo el asfixiante tutelaje sindical, esa tendencia no solo no ha refluido sino que se ha acentuado: son miles y miles de personas de todos los sectores, de todas las edades, desde jubilados hasta jóvenes, padres con sus hijos de la mano, a hombros, en el cochecito de bebé..., los que desfilan una y otra vez mostrando su rechazo a las medidas de austeridad salvaje que se nos imponen. El 29 de marzo las calles fueron de nuevo tomadas por grandes multitudes.
Esta unión en la calle de todos los oprimidos y explotados, muy peligrosa para la clase dominante y para su Estado, permite que vaya germinando la confianza del proletariado en sus propias fuerzas; plantea preguntas, a muchas personas, sobre el hecho de que pese a la gran fuerza desplegada, los sindicatos no hacen nada y el poder no cede.
El Capital y su Estado necesitan romperle el espinazo a tanta masividad. Por una parte convirtiendo en algo delictivo la manifestación de masas unitaria y asamblearia. Por otro lado aterrorizando a jóvenes, mayores, padres de familia, niños, con ataques brutales de la fuerza policial. El señor Puig ha aducido el "argumento infalible" para "justificar" ese terrorismo sobre la multitud: «los violentos se confunden entre la gente y van vestidos como ella».
Esta táctica de criminalización legal de la acción de masas y de descargar sobre ella el terror policial tiene precedentes. El pasado 15 de octubre, durante la jornada de acción mundial, hubo manifestaciones masivas en Italia y especialmente en Roma, parecía que la llama iba a prender allí ¿Cómo pudieron apagarla? Pues se organizó con provocadores policiales violentos incidentes de guerrilla urbana con la que justificaron una "súbita" invasión policial de la manifestación. Fue el último servicio que el odiado Berlusconi prestó al capital. En Grecia las manifestaciones son cada vez menos masivas: el gobierno "socialista" de Papandreu puso en práctica mediante una sección especial de la policía la organización sistemática en toda manifestación de "incidentes violentos" (quemas de bancos, asaltos a comercios céntricos) que a continuación "justificaban" cargas policiales sobre todos los manifestantes.
Como resultado de los "incidentes" de Barcelona ha habido 41 detenidos y la "justicia" se ha empleado con extremada saña. Por solo poner un ejemplo, dos estudiantes de física siguen encarcelados habiéndoles negado la jueza la libertad provisional. Familiares, profesores, compañeros de universidad, han planteado que no tienen nada que ver con la película de "guerrilla urbana" de la que se les acusa. Y sin embargo siguen en prisión.
La solidaridad con ellos y con todos los detenidos es una necesidad vital de la misma forma que la respuesta contra el paquete represivo que está cocinando el gobierno. Y sin embargo, estamos viendo que la movilización está siendo muy minoritaria. Concentraciones de pocos centenares de personas en Barcelona y menos numerosas en Valencia y otras ciudades.
Esto contrasta con la firme solidaridad de masas que se dio en Valencia hace mes y medio o la que practicó el 15 M frente a las diferentes maniobras represivas de las que fue objeto.
¿Por qué esta diferencia?
El 29 era una acción sindical mientras que tanto el 15 M como la movilización en Valencia eran espontáneas basadas en el impulso colectivo de masas. Se trata de una diferencia abismal.
Para empezar, los sindicatos se han desentendido de los detenidos en Barcelona, su silencio ante la brutalidad policial ha sido ensordecedor. ¡Y eso que muchos de los golpeados y gaseados por los mossos de esquadra eran afiliados sindicales! Ningún respaldo, ninguna solidaridad. ¡Peor aún! El sindicato policial catalán que está afiliado a la UGT felicitó a los mossos de esquadra por su actuación durante el 29 de marzo.
Pero hurguemos más profundamente en las diferencias entre el 15 M y Valencia por un lado y el 29 M por otro.
Tanto en el 15 M como en Valencia las acciones masivas contra la represión partían de la iniciativa autónoma, rápida y directa, de masas significativas de explotados. En cambio, la movilización sindical y más concretamente la convocatoria del 29 M se ha basado en anular toda iniciativa en los trabajadores. Su papel se ha reducido a la de simple número que engrosa la estadística de horas perdidas en la huelga, de soldadito de plomo que agita una bandera sindical o toca el pito baja la batuta de los directores de orquesta sindicales.
Tanto en las movilizaciones de Valencia como en las del 15 M la solidaridad estaba a flor de piel, constituía el primer y más importante sentimiento. Así el 15 M multiplicó las acciones masivas de solidaridad con detenidos, con desahuciados, con emigrantes. En contraste, la convocatoria del 29 M ha sido hecha para anular toda solidaridad colectiva porque la participación en la huelga se planteaba como un acto individual, de cada "ciudadano trabajador" que debía "tomar la decisión soberana de ir o no a la huelga" sometido al fuego cruzado de los empresarios y jefes que le presionaban para ejercer el "derecho constitucional al trabajo" y por el otro lado de los delegados sindicales que le hacían sentir culpable si no ejercía el "derecho constitucional a la huelga". ¡En tales condiciones de división la solidaridad se hace imposible!
El episodio de Barcelona nos proporciona dos lecciones claras que necesitamos aplicar en las próximas luchas:
1º El blindaje represivo del Estado que se dirige contra lo que más le amenaza: la acción colectiva y autónoma de la masa explotada.
2º Que esta acción colectiva y la solidaridad que es su más alta expresión no puede desarrollarse en el terreno sindical sino fuera de él y contra su asfixiante tutela.
Corriente Comunista Internacional 20-4-12
[1] Ver https://www.publico.es/429078 [66]
[2] Ver Represión en Valencia, solidaridad con los indignados, indignación con el Estado democrático https://es.internationalism.org/node/3330 [67] y ¿Qué hay detrás de la campaña contra los violentos en torno a los incidentes de Barcelona? https://es.internationalism.org/node/3130 [68]
[3] Ver Ante la escalada represiva en Valencia https://es.internationalism.org/node/3324 [69] y ¿Por que nos consideran sus enemigos? https://es.internationalism.org/node/3330 [67]
[4] Frase del político británico Churchill que se hizo famosa en la 2ª Guerra Mundial.
[5] Ver nuestro artículo Estado de alarma, militarización: ¡hoy son los controladores mañana puede ser cualquier grupo de trabajadores! /cci-online/201012/2999/estado-de-alarma-militarizacion-hoy-son-los-controladores-manana-puede-ser-cu [70]
Publicamos una declaración claramente internacionalista de un grupo en Belgrado
Introducción de la CCI
Durante la década de los 90 del siglo pasado los territorios que formaban la antigua Yugoslavia fueron el escenario de toda una serie de terribles masacres llevadas a cabo bajo la justificación de ideologías étnicas y/o nacionalistas. La guerra de los Balcanes llevó las matanzas imperialistas cerca de los centros neurálgicos del capitalismo, más cerca de lo que nunca habían estado desde 1945. Las burguesías locales hicieron todo lo que pudieron para llevar a sus respectivas poblaciones a un aquelarre de odio étnico y nacionalista, precondición para apoyar o participar en las sangrientas carnicerías que tuvieron lugar en las guerras en la ex-Yugoslavia.
Estos odios no han sido eliminados por la difícil paz que en la actualidad reina en la región, por lo que desde luego es de lo más alentador el ver signos de que hay elementos en esa región que buscan la forma de hacer avanzar un movimiento social contra el capitalismo, en vez de cualquier ilusión de "grandeza nacional". Hemos visto, por ejemplo, varias luchas de estudiantes en Serbia y Croacia, que pueden verse como otra expresión de la misma tendencia internacional que hemos visto en Europa occidental y en los EE.UU., con los movimientos de "indignados" y de ocupaciones de plazas. Y ahora estamos siendo testigos del desarrollo de minorías politizadas genuinamente internacionalistas en ambos países, que claramente rechazan las divisiones nacionales y buscan la cooperación entre todos los revolucionarios internacionalistas.
Una expresión de este nuevo movimiento es la Declaración del colectivo de Birov en Serbia, aparecido recientemente, como un núcleo creciente en la zona (su Web: www.birov.net [72]). La publicamos a continuación. Para nosotros, lo más importante de esta Declaración estriba en la claridad y determinación con la que expresa una serie de posiciones de clase fundamentales:
Los dos últimos puntos son especialmente importantes debido a los recientes conflictos en la región, y al creciente uso de retórica nacionalista por la clase dominante.
El subrayar estas posiciones revolucionarias supone el reconocimiento definitivo de que el capitalismo no se encuentra ya en una fase progresista y que ya no puede proporcionar reformas duraderas: en otras palabras, que es un sistema en declive.
La Declaración realiza también una observación interesante sobre el periodo de transición entre el capitalismo y el comunismo, reconociendo el problema que supone el "peso conservador" que ejercen ciertos organismos semi-estatales.
Existen claramente todavía áreas de discusión y clarificación entre internacionalistas no abordadas, como por ejemplo la cuestión de la organización, las perspectivas de la lucha de clase, y el significado del anarcosindicalismo actualmente. Y desde luego damos la bienvenida al sano realismo de la Declaración cuando dice que «ninguna organización revolucionaria puede ser más grande o potente que lo que marque el estado y la capacidad de la lucha obrera».
CCI, febrero de 2012
«Si había esperanza, debía estar en los proles» George Orwell
Conscientes de las divisiones de clase en el seno del sistema capitalista, de la explotación brutal de la que todos somos víctimas, de la opresión estatal que hace esa explotación posible, y también de la insostenible naturaleza del actual orden militarista que inevitablemente nos lleva hacia la catástrofe, nos organizamos en "Birov", una organización con el objetivo de oponerse radicalmente a este orden social y conseguir su erradicación final a través de la lucha de clase.
Tomando conciencia de que la clase obrera, como la clase más castigada por la actual estructura social, posee el mayor potencial revolucionario, "Birov" lleva a cabo las tareas de potenciar la conciencia de clase, y dirigirla hacia organizaciones de lucha obrera con medios de consejos obreros. Rechazamos todas las mistificaciones "post-marxistas" que defienden la agonía o la no existencia de la clase trabajadora y que por tanto niegan la lucha de clase y el papel crucial de los proletarios como el sujeto revolucionario. Son miembros de la clase trabajadora todos aquellos que tengan que vender su fuerza de trabajo al capital: un carnicero, una trabajadora de la industria sexual, o una que trabaja en una imprenta.
Los métodos para la liberación deben estar basados en la auto-actividad de los oprimidos, y en consejos obreros autónomos, hacia la creación de una sociedad autogestionada, sin Estado, sin clases y sin instituciones que no sean expresión voluntaria de la sociedad. Cualquier nuevo intento de superar la vieja sociedad debe dirigirse hacia la organización de un sistema de consejos a escala internacional, porque solamente un cambio radical en la relación de fuerzas entre clases puede iniciar cambios sociales de progreso. La forma de lucha de consejos formada tras la disolución de la jerárquica y tradicional maquinaria estatal no es algo por lo que la revolución deba luchar- porque su función va a ser la de un órgano conservador durante la revolución, y la definitiva auto-organización y emancipación de la clase obrera inevitablemente amenazará su poder, así como la existencia de ese orden como un todo. En este conflicto inminente los revolucionarios deben reconocer a los trabajadores organizados autónomamente como la vanguardia revolucionaria en la batalla decisiva contra el viejo orden y por la constitución una sociedad de productores libres.
Únicamente la oposición abierta e intransigente contra las divisiones creadas por la actual sociedad hará posible que el potencial subversivo de las luchas proletarias existentes se vuelva una realidad. La lucha obrera debe iniciarse en los centros de trabajo, donde los trabajadores se reconocen como productores y donde las diferencias de clase aparecen de una forma más clara. Rechazamos la forma de partido como completamente inadecuada para la organización revolucionaria de la clase obrera. Los viejos partidos reformistas, a los que se identifica con la obtención de libertades políticas y la reducción de los horarios de trabajo, no tenían esas características al principio: su primer propósito fue la lucha por reformas económicas y políticas, con presencia todavía de ideas anti-políticas y vinculadas a las formas tradicionales y jerárquicas de representación.
Podemos concluir que "Birov" es una organización anarcosindicalista centrada en la difusión y propaganda. Nos dirigimos a los trabajadores en lucha y nos unimos con anarcosindicalistas que actúen bajo la forma de grupos militantes en sus puestos de trabajo. Estos grupos no deben confundirse con sindicatos puesto que su intención no es el crecer numéricamente sino el participar en movimientos asamblearios. Tampoco forman una estructura formal ni poseen un programa político. Estos grupos se formarían en los centros de trabajo donde ya existiría una tradición de organización de luchas obreras autónomas y donde una red de obreros tendería a continuar sus actividades y a desarrollar nuevas formas de lucha.
Consideramos que los sindicatos actuales no pueden tener un programa político que no sea reaccionario, y por tanto que la única forma posible de organizaciones de masas para los trabajadores son las asambleas; la organización de masas de forma "permanente" no es posible hasta que la revolución se convierta en un objetivo inmediato. Los sindicatos, como organismos para la obtención de reformas centradas en el aspecto económico, han perdido su razón de ser bajo unas condiciones en las que ya no pueden reflejar de formar constante las aspiraciones de la clase trabajadora. Actualmente no son más que instrumentos que el Estado ha asimilado que mantienen las luchas obreras despolitizadas y dentro de un marco limitado. Representan una prisión para la clase proletaria, sin la cual los trabajadores encontrarían el camino libre en su tendencia hacia la auto-organización. Financiados, y a menudo corrompidos, los burócratas sindicales no son sino los guardias y carceleros de esas prisiones. Por lo tanto, los sindicatos son simplemente un brazo del Estado para oprimir de esa forma concreta a la clase obrera. El capitalismo ya no puede proporcionar reformas permanentes: cada lucha proletaria por sus intereses inmediatos y diarios, cuando no es suprimida por sindicatos y partidos, necesariamente evoluciona hacia una lucha revolucionaria de las masas y hacia la acción contra las bases de represión y explotación del orden capitalista. Es por eso que, hoy en día, cualquier elemento que tienda a la despolitización de las luchas obreras y a su limitación a espacios limitados, necesariamente es reaccionario. Los posicionamientos que mantienen que las organizaciones anarcosindicalistas deberían ser "no ideológicas" no son sino la reaparición de la vieja (e irrealizable) idea de formar organizaciones económicas separadas, y en la práctica suelen acabar en redes de activismo izquierdista que reproducen la ideología de la "izquierda" dominante, nacionalista. Oponiéndose a estas posiciones, las organizaciones anarcosindicalistas son organizaciones políticas y de clase: los principios del anarcosindicalismo aceptados por todos sus miembros son necesariamente políticos en su contenido.
Nos vemos no como una organización que necesariamente tienda al crecimiento numérico y que por tanto se proponga a sí misma como un fin, una idea que a menudo resulta en una activismo radical; ni tampoco nos consideramos como algún tipo de vanguardia de la clase obrera que dicte a esta sus intereses. Nuestra meta es desarrollar una organización que sea capaz de intervenir en la lucha obrera. Compartimos nuestra experiencia acumulada con otros trabajadores con lo que pretendemos incrementar la capacidad de las luchas, contribuyendo a su extensión y su posterior organización. Esta relación genera una dependencia mutua, de modo que ninguna organización revolucionaria puede ser más grande o potente que lo que marque el estado y la capacidad de la lucha obrera; y es por eso que no tememos a la auto-organización obrera ni a su "falta de control"; al contrario, esa es nuestra meta. Por esto, las bases para la unificación de los oprimidos bajo el capitalismo no se forjarán por ningún partido o "frente", ni por ningún sindicato, ni por ningún grupo anarquista que actúe en una fase preparatoria de reagrupamiento de fuerzas revolucionarias, sino por una lucha anticapitalista de masas organizada en consejos obreros. Sólo bajo su bandera podrá articularse la verdadera lucha emancipadora. Por tanto, la mejor forma de solidarizarse con los oprimidos es desarrollando nosotros mismos nuestras luchas en nuestros centros de trabajo, y en la constante educación acerca de lo que nos oprime.
Condenamos como totalmente reaccionaria cualquier posición sobre el carácter revolucionario de las luchas de "liberación nacional". Trazar cualquier paralelismo con los movimientos nacionales de la burguesía en su periodo revolucionaria es completamente erróneo, y en este período el anti-nacionalismo es una frontera entre los revolucionarios y las izquierdas patrióticas, socialdemócratas. En el capitalismo actual cada Estado es imperialista y el crecimiento del pensamiento nacionalista únicamente puede servir como un medio para preservar un orden capitalista en permanente crisis y muerte inminente. Cualquier aceptación del discurso nacionalista populista sólo sirve para arrastrar a los trabajadores a una sangrienta guerra imperialista; se trata de los prolegómenos para esta, como se pudo ver a primeros y mediados del siglo XX.
Contrastando totalmente con las ideas del movimiento contra la I Guerra mundial, la ideología contrarrevolucionaria subordina a los trabajadores a las necesidades de la burguesía nacional en nombre del "anti-imperialismo" y de la "liberación de los pueblos". Los resultados son históricamente reconocibles y pueden verse en las "revoluciones socialistas" que tuvieron lugar después del período del Octubre revolucionario, que fueron víctimas de la instrumentalización del partido con la supresión de cualquier forma de auto-organización obrera y que resultaron en regímenes totalitarios imperialistas de capitalismo de Estado, el llamado "socialismo real".
La liberación de los trabajadores serán obra de ellos mismo, o no será.
Belgrado, Serbia, Octubre de 2011.
Texto sobre las recientes acciones monstruosas de militares o paramilitares (en Francia o en Afganistán) y sus efectos altamente destructivos para todos e igualmente para sus practicantes.
Durante las últimas semanas algunos actos abominables de violencia han conmocionado al mundo. A principios de marzo, el Sargento Robert Bales se fue de juerga a pegar tiros en la provincia afgana de Kandahar. Fue metódicamente de casa en casa disparando a civiles afganos. En total asesinó a dieciséis personas, la mayoría mujeres y niños. A mediados de marzo en Toulouse y Montauban, el joven argelino Mohamed Merah asesinó a tres soldados franceses antes de abatir a tiros a 3 niños y un profesor en una escuela judía.
¿Que conexión existe entre el comportamiento fuera de control del soldado estadounidense emplazado en Afganistán y los asesinatos cometidos por Mohamed?
Mohamed Merah declaró que quería vengarse por la prohibición del burka en Francia, el despliegue del ejército francés en Afganistán y la opresión de los palestinos en el estado israelí. Antes de que le dispararan durante el asedio policial, se arrepintió de no haber matado a más gente. Sin embargo, el motivo de los disparos indiscriminados del soldado Robert Bales es aun desconocido.
Aparentemente Merah, al cometer la mayor masacre posible, quería despertar la máxima atención hacia la opresión de sus hermanos musulmanes. El espíritu de venganza y represalias le condujeron a estos asesinatos, los cuales, según declaró, fueron llevados en el nombre de Al Qaeda.
Por otro lado, parece que Robert Bales sólo perdió la cabeza y después declaró que no recordaba los asesinatos. ¿Cómo es posible que un hombre del ejército, padre de dos hijos, perdiera el control hasta este punto?
El diario New York Times publicó el 17 de marzo que Bales había ingresado en el ejército poco después del 11 de septiembre[1]. «Voy a ayudar a mi país», fue su justificación.
Sin embargo, después de ser enviado al circo de la guerra, se dio cuenta de que los soldados estadounidenses (así como todas las tropas de las Fuerzas Internacionales de Asistencia para la Seguridad de la OTAN) estaban en peligro las veinticuatro horas del día. Podrían verse atacados en cualquier momento. En cuatro despliegues de tropas a lo largo de una década en Irak y Afganistán, Bales fue herido en la cabeza y en los pies.
La víspera antes del disparo fue testigo de una escena horrible en la que uno de sus compañeros perdió una pierna en un campo de minas. Desconocemos cuantas víctimas entre civiles y enemigos vio o en cuantos tiroteos anduvo implicado.
En cualquier caso, la experiencia de Robert Bales en estas guerras no fue en ningún sentido excepcional.
Es un hecho que la guerra crea horribles daños psicológicos entre los soldados así como en los civiles. «Más de 200.000 personas (la quinta parte de todos los excombatientes en Iraq y Afganistán) recibieron tratamiento hospitalario desde el principio de la guerra siendo todos ellos tratados debido a trastornos por stress postraumático (PTSD Post Traumatic Stress Disorder)».
Alrededor de un tercio de los veteranos en la guerra de Vietnam volvió a casa con desórdenes psicológicos severos. Aunque sólo un 1% de la población sirvió en el ejército de los Estados Unidos, los suicidios de los excombatientes estadounidenses constituyen el 20% de todos los suicidios[2].
Casi mil veteranos intentan suicidarse cada mes. Así los soldados afirman: «Es un horror. La guerra te cambia el cerebro. Entre la guerra y la vida en casa hay un mundo de diferencia. Cambias, lo quieras o no. Una vez que regresas a casa, ya no puedes encontrar el equilibrio».[3]
Una vez que regresan a casa, muchos de ellos tienen que hacer frente al desempleo y la falta de vivienda. El ejemplo de la ciudad de Los Ángeles es revelador: «En Los Ángeles hay muchos veteranos de guerra sin hogar. Lo pierden todo, su trabajo, sus parejas, su casa. Todo esto debido a los trastornos psicológicos y a que no reciben ninguna ayuda. Alrededor de un tercio de todos los sin techo que hay en Los Ángeles son veteranos de guerra»[4].
Napo, la Asociación Nacional Británica de funcionarios destinada a vigilar a los presos en libertad condicional estimó que 12.000 de los antiguos militares están bajo su supervisión, con más de 8.500 encarcelados en Inglaterra y Gales. La cifra total es más de 20.000, lo que supone más del doble del número de soldados sirviendo actualmente en Afganistán[5].
Si tú cedes aunque sea un poco al patriotismo y al nacionalismo, te verás arrastrado hacia una espiral de destrucción que no sólo daña las vidas de la población civil sino a los mismos soldados, quienes están mentalmente mutilados y emocionalmente desestabilizados.
Mientras que las clases dirigentes y su ideología adornan la guerra hablando de "misiones humanitarias" y "estabilizar países", la realidad dentro del circo de la guerra parece muy diferente.
Aquí los soldados son arrastrados hacia un abismo en el que sus primeras ansiedades evolucionan hacia el odio y la paranoia. Lo que es mostrado como "despliegue" humanitario en realidad resulta ser un permanente estado de terror sobre la población.
En estas circunstancias los soldados a menudo desarrollan un sentido de satisfacción si pueden dañar o destruir símbolos que son muy estimados entre la población local, o si pueden humillar a seres humanos directa y abiertamente.
La población que ha sido empujada hacia un callejón sin salida, a menudo solo siente desprecio hacia los "liberadores" y muchos de ellos pueden ser fácilmente movilizados por ataques suicidas. La máquina de matar se pone a funcionar a todo gas.
Después de tantas experiencias traumáticas, Bales ya no podía sentir que quería "ayudar a mi país". Estaba particularmente indignado por el hecho de que después de cuatro despliegues previos le habían enviado de nuevo a Afganistán.
Según su mujer hubiesen preferido haber sido destinados a algún puesto fronterizo más seguro como Alemania, Italia o Hawaii.
Bales podría enfrentarse a la pena de muerte. El sistema legal estadounidense actúa como acusador y juez, en lugar de analizar por qué el patriotismo y el nacionalismo necesariamente conducen a orgías de violencia, hacia la destrucción de las víctimas y a la autodestrucción de los propios responsables.
La clase dirigente quiere lavarse las manos de toda responsabilidad por la guerra, y más concretamente, por la sistemática deshumanización de sus propios soldados.
El ejército, a menudo apoyado por psicólogos profesionales empleando las últimas técnicas de "modificación de conducta", tiene un objetivo esencial: los soldados tienen que estar en forma para combatir, lo que significa superar cualquier reticencia a matar otros seres humanos. La psicóloga y cineasta Jan Haaken mostró en su documental Área Mental, el papel que juegan los psicólogos: «No estamos aquí para reducir el número de soldados. En caso de duda, a los soldados se les considera en forma para combatir, en tanto en cuanto puedan hacer el trabajo».[6]
Mohamed Merah, quién aniquiló la vida de siete personas porque quería vengarse por todos los actos de violencia que esta sociedad perpetúa contra las personas, sólo reprodujo los métodos asesinos de un sistema opresivo. Los medios que él eligió son parte de un destructivo y auto destructivo círculo vicioso. El hecho es que su solicitud para unirse al ejército francés en el extranjero fue rechazada, aunque él quería prestar sus servicios al estado francés, lo que podría arrojar algo de luz en su determinación para asesinar al servicio de la nación.
«La espiral de violencia que acaba con todo lo humano no se puede romper utilizando los métodos militares del sistema capitalista. Para vencer un sistema inhumano, el propósito y los medios han de formar una unidad. La revolución del proletariado requiere que no haya terror para cumplir sus objetivos; odia y desprecia el asesinato.
No necesita todas esas armas porque no combate individuos sino instituciones, ya que no entra en el campo de batalla con ingenuas ilusiones cuya decepción buscaría la venganza. No es el intento desesperado de una minoría de moldear el mundo a la fuerza según sus ideales, sino la acción de millones de personas, destinadas a cumplir una misión histórica y transformar una necesidad histórica en realidad»
(Rosa Luxemburg, "Qué quiere Espartaco?" 14 de diciembre de 1918)
[1] Fecha del famoso atentado de las Torres Gemelas. Ver en Revista Internacional nº 107: En Nueva York como en todas partes el capitalismo siembra la muerte /revista-internacional/200510/222/en-nueva-york-como-por-todas-partes-el-capitalismo-siembra-la-muert [76]
[2] https://www.spiegel.de/politik/ausland/amoklaeufer-bales-litt-offenbar-unter-posttraumatischem-stress-a-822232.html [77]
[3] www.tagesschau.de/ausland/usarmee128.html [78].
[4] www.tagesschau.de/ausland/usarmee128.html [78].
[5] https://www.dailymail.co.uk/news/ [79]
[6] www.democracynow.org/2012/3/16/mind_zone_new_film_tracks_therapistsc [80].
Toma de posición de nuestra sección en Francia ante los crímenes de Toulouse y Montauban y lo que ponen en evidencia: la agonía bañada en sangre de un sistema social
Los asesinatos que han tenido lugar los días 11, 15 y 19 de Marzo en Toulouse y Montauban, así como sus repercusiones, constituyen una patente demostración de la barbarie en la que hoy se enfanga el mundo.
Según Sarkozy, Mohamed Merah - el joven que cometió estos crímenes y que fue ejecutado por los agentes del RAID -, era un "monstruo". Pero esta afirmación suscita, al menos, dos preguntas:
- ¿Qué es un "monstruo"?
- ¿Cómo ha podido esta sociedad fabricar un "monstruo" así?
Si matar a sangre fría a personas completamente inocentes y, más aún, desconocidas, hace que un ser humano se convierta en un "monstruo", hay que reconocer entonces que el planeta está gobernado por "monstruos", ya que la gran mayoría de jefes de Estado de este mundo han cometido tales crímenes. No nos referimos únicamente a un puñado de "dictadores sanguinarios" tales como los Stalin y Hitler del pasado, o los Gadafi y el sirio El Assad hoy, sino también a personajes como Winston Churchill, ese "Gran Hombre" de la Segunda Guerra mundial, que ordenó los bombardeos de las ciudades alemanas de Hamburgo (verano de 1943) y Dresde (del 13 al 15 de Febrero de 1945), que causaron decenas, centenas de miles de muertos entre la población civil, de los que un 50% eran mujeres y un 12% niños. ¿Y qué decir de Harry Truman, presidente de la "gran democracia" norteamericana, que mandó arrojar las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki en Japón, en Agosto de 1945, ocasionando cientos de miles de víctimas civiles, también mayoritariamente mujeres y niños? No estamos hablando de simples víctimas "colaterales" de operaciones militares, puesto que los bombardeos perseguían, expresamente, castigar a la población, y en el caso de Alemania, específicamente a los habitantes de las barriadas populares. Y hoy: ¿no se dedican los dirigentes de los países democráticos a "tapar" los bombardeos de las poblaciones civiles que tienen lugar en Irak, en Afganistán; en Gaza o en cualquier otro lugar?
Como exculpación de los mandos políticos y militares que llevan a cabo tales matanzas se nos dice que se tratan del precio a pagar para poder ganar la guerra a las "fuerzas del mal". Incluso las operaciones de represalia contra la población civil se justifican como actos punitivas para "desmoralizar" o "disuadir" al enemigo. Pero eso mismo ha dicho el propio Mohamed Merah - según han declarado los policías que hablaron con él antes de su ejecución- : que si disparó a los militares fue para "vengar a sus hermanos de Afganistán", y si atacó a los niños de la escuela judía fue para "vengar a los niños de Gaza, víctimas de los bombardeos israelíes".
Quizás lo que haga de Mohamed Merah un "monstruo" es que haya sido él mismo quién haya apretado el gatillo del arma asesina. Lo habitual es que los dirigentes que ordenan las masacres no tengan contacto directo con sus víctimas. Es verdad que Churchill no fue efectivamente quien accionó el mando que arrojó las bombas sobre las ciudades alemanas, y que no tuvo oportunidad de presenciar la muerte y la agonía de las mujeres y los niños cuyas vidas quedaron segadas por esos bombardeos. Pero tampoco Hitler o Stalin lo hicieron y sin embargo se les califica, con toda razón, de siniestros criminales. Tampoco a los soldados que en las guerras, cumpliendo órdenes o cegados por la ira, asesinan a civiles, se les suele llamar "monstruos". Lo más frecuente es que se les condecore y se les trate como a "héroes".
Dirigentes de los distintos Estados o simples ciudadanos enrolados para las guerras, lo cierto es que en el mundo actual abundan los "monstruos", como producto de una sociedad que es efectivamente "monstruosa".
El trágico itinerario del propio Mohamed Merah lo ilustra patentemente.
Mohamed Merah era un joven de pocos años proveniente de la emigración magrebí, educado por una madre soltera, que acabó fracasando en los estudios y que, siendo aún menor, cometió un cierto número de delitos comunes con violencia que le condujeron a la prisión. Había estado desempleado en distintas ocasiones e intentó incluso alistarse en el ejército siendo rechazado por sus antecedentes judiciales. Fue justo en esta época cuando empezó a acercarse al islamismo radical, aparentemente por la influencia de su hermano mayor.
Se trata de un "currículum" extremadamente clásico de muchos jóvenes de hoy. Es verdad que no todos los jóvenes acaban convertidos en asesinos y que Mohamed Merah arrastraba una fragilidad particular que se puso de manifiesto en una tentativa de suicidio durante su encarcelamiento, y su estancia en un establecimiento psiquiátrico. Lo que es verdaderamente significativo es que Mohamed Merah se haya convertido en un "héroe" para muchos jóvenes de las barriadas periféricas - no hay más que ver los intentos de crear en Internet foros dedicados a enaltecerlo -, como también lo son los terroristas que se auto-inmolan con cinturones de bombas en las calles de Israel, Irak o en Londres. Esta deriva hacia un Islam extremista y violento es especialmente intensa en algunos países de población musulmana, en los que puede llegar a ser incluso un fenómeno de masas, como atestigua el éxito de Hamás en Gaza. En cuanto a los jóvenes nacidos en Francia (o en otros países europeos), esa deriva surge, en parte, de causas similares: una revuelta contra la injusticia y la desesperanza, así como un fuerte sentimiento de exclusión. Los "terroristas" de Gaza se reclutan habitualmente entre los miembros más jóvenes de una sociedad que, desde hace décadas, vive en condiciones extremas de miseria y desempleo, que ha sufrido la colonización por parte del Estado de Israel, que frecuentemente es bombardeada por ese Estado, y sin que se vislumbre perspectiva alguna de mejora de la situación. Como afirmaba Marx en el siglo XIX: «La religión es el signo de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón y el alma de circunstancias desalmadas. Es el opio del pueblo» Afligidas por un presente intolerable, privadas de futuro, las gentes no hallan más consuelo ni esperanza que huir hacia una religión que les promete un paraíso más allá de la muerte. Por basarse en lo irracional (puesto que se fundamentan en la fe y no en el pensamiento racional), las religiones constituyen un terreno propicio al fanatismo, es decir a un rechazo radical de la razón. Cuando además comportan el ingrediente de "guerra santa" contra los "infieles" como vía para ganar ese Paraíso (como sucede en el Islam, y también en el cristianismo); y cuando a la miseria y la desesperación se le unen humillaciones cotidianas; estos sufrimientos se convierten entonces en la justificación celestial de la violencia, el terrorismo y las masacres.
En el otoño del 2005, una llamarada de violencia prendió en las barriadas periféricas francesas. Se trataba de un síntoma del malestar y la desesperación que afecta a la juventud cada vez más masivamente afectada por el desempleo y la falta de futuro, sobre todo esa juventud surgida de la emigración magrebí y sub-sahariana. Ésta sufre una "doble penalización", pues además de la exclusión que supone el desempleo, sienten la discriminación por el color de su piel, o por sus nombres: aún teniendo las mismas capacidades, Joseph o Marie tienen más posibilidades de encontrar un empleo que Youssef o Mariam, sobre todo si ésta última lleva velo como le exige su familia.
En este contexto, el "repliegue identitario" o el "comunitarismo" - como lo llaman los sociólogos - tiende necesariamente a agravarse, y encuentra en la religión su principal cemento. Y ese comunitarismo, y especialmente su forma más xenófoba y violenta, se ven además alimentado por la situación mundial en la que el Estado de Israel - y por tanto, lo "judío" -, se erige en el "Enemigo" por excelencia.
Las informaciones proporcionadas por la policía indican que fue la imposibilidad de atacar a miembros del ejército, lo que "empujó" a Mohamed Merah a disparar, el 19 de Marzo, contra una escuela judía acabando con la vida de tres niños y un profesor. Este acto bárbaro es la expresión extrema del fuerte sentimiento anti-judío que se ha enraizado hoy en gran número de musulmanes.
Y, sin embargo, el anti-judaísmo no es una "especialidad" histórica del Islam, si no todo lo contrario. En la Edad Media, la situación de los judíos era mucho más envidiable en los países dominados por el Islam que en los que regía el Cristianismo. En el Occidente cristiano, las persecuciones que se desataban contra los judíos (acusados de haber "matado a Jesús") como chivos expiatorios en los momentos de hambrunas, de epidemias o de dificultades políticas, se daban al mismo tiempo que en los países del Imperio árabe-musulmán abundaban las muestras de cooperación y buenas relaciones entre judíos y musulmanes. En Córdoba, la capital de Al-Ándalus (la Andalucía musulmana), los judíos llegaron a ocupar puestos de diplomáticos o de profesores de universidad. En España, la primera persecución masiva de judíos tuvo lugar bajo el reinado de los "Reyes Católicos" que los expulsaron en 1492, al mismo tiempo que finalizaban la "reconquista" contra los musulmanes. Después la situación de los judíos fue mejor en la orilla sur del Mediterráneo que en los países cristianos, tanto católicos como ortodoxos. La palabra "gueto" se originó en la Italia del siglo XV, y la de "progrom" en la Rusia en el XIX. Pero también fue en Europa, y no en el Magreb o en Próximo Oriente, donde surgió el sionismo como reacción a los progromos que tenían lugar en la Europa del Este y a la oleada de antisemitismo desatada al calor del llamado "affaire Dreyfus" en Francia. El sionismo es la ideología nacionalista que surgió a finales del siglo XIX, propugnando el regreso de los judíos para conformar un Estado confesional en las tierras de la Palestina bíblica, en ese momento ocupada mayoritariamente por musulmanes. Tras la Primera Guerra Mundial tuvo lugar la creación de ese "Hogar nacional judío" en Palestina y bajo mandato británico, al que fueron acudiendo a lo largo de los años 1930 las numerosas víctimas judías de las persecuciones de los nazis. Esto supuso el principio del antagonismo entre judíos y musulmanes. Pero fue sobre todo la constitución en 1948 del Estado de Israel, destinado a acoger a los cientos de miles de sobrevivientes de la "Shoah" que lo habían perdido absolutamente todo, lo que alimentó y agravó la hostilidad de numerosos musulmanes contra los judíos, sobre todo tras la expulsión de 750 mil árabes hacia campos de refugiados. Las diferentes guerras entre Israel y los países árabes, así como la implantación de colonias en los territorios ocupados por Israel no han contribuido desde luego a arreglar las cosas, como tampoco la propaganda de los gobiernos de la región que encuentran en la política colonial de Israel el aliviadero al que desviar la cólera de las poblaciones a las que mantienen en la miseria y la opresión. Y lo mismo puede decirse de las "cruzadas" - retóricas o armadas - proclamadas por los dirigentes norteamericanos y sus aliados occidentales e israelíes contra (o en) países musulmanes (Irak, Irán, Afganistán) en nombre de la lucha contra el "terrorismo islámico".
Nacido de la historia de barbarie del siglo XX, situado además en el centro de una región crucial tanto desde un punto de vista económico como estratégico, el Estado de Israel y su política están destinados a alimentar indefinidamente las tensiones en Oriente Medio, y el odio de los musulmanes hacia lo judío.
Mohamed Merah ha muerto acribillado a balazos, pero las causas que han originado su trágica trayectoria permanecen. La agravación de la crisis de un agonizante sistema capitalista va a significar que el incontenible aumento del desempleo, la precariedad y la exclusión, sobre todo entre los jóvenes, impulsen a la desesperación y la cólera y también al fanatismo religioso. Los pequeños caudillos de la droga o de la "yihad" se frotan las manos ante tamañas facilidades para el reclutamiento. El único antídoto contra esta deriva bárbara reside en el desarrollo masivo y consciente de las luchas del proletariado que ofrezca a los jóvenes una verdadera identidad de clase, una auténtica comunidad (la de los explotados y no la de los "creyentes"); una verdadera solidaridad: (la que se desarrolla en la lucha de los trabajadores y desempleados de todas las razas, nacionalidades y religión contra la explotación), contra un mismo enemigo al que combatir y sepultar, y que no es el judío sino el sistema capitalista. Son esas mismas luchas obreras las únicas que pueden sacar al Oriente Medio del estado de guerra permanente, larvado o abierto, en que se encuentra; cuando los proletarios judíos o árabes a cada lado del "Muro de la Vergüenza", comprendan que comparten unos mismos intereses y que deben fomentar la solidaridad contra la explotación. Serán esas luchas obreras las que, desarrollándose en todos los países, habrán de comprender y asumir la única perspectiva que puede salvar a la humanidad de la barbarie: la erradicación del capitalismo y la instauración de la sociedad comunista.
Fabienne (29/3/2012)
Révolution Internationale (sección de la CCI en Francia)
Con gran alegría damos la bienvenida a dos nuevas secciones
Es con mucha alegría que nuestra organización y sus militantes saludan la constitución de dos nuevas secciones de la CCI, en Perú y Ecuador. La constitución de una nueva sección siempre es para nosotros un acontecimiento de mayor importancia. Por un lado porque viene a confirmar la capacidad del proletariado mundial, pese a sus dificultades, para segregar minorías revolucionarias a escala internacional y, por otro, porque participa al reforzamiento de la presencia de nuestra organización en el mundo.
La creación de ambas nuevas secciones de la CCI se da en el contexto de una situación en la que el proletariado empieza a recuperarse, desde el 2003, del largo periodo de retroceso en su conciencia y combatividad que sufrió a partir de los acontecimientos de 1989 (1). Esta fase de recuperación se ha concretizado por un conjunto de luchas que demuestran una conciencia creciente del callejón sin salida en el que está el capitalismo y por la emergencia a nivel internacional de minorías internacionalistas que buscan tomar contacto entre ellas, se plantean varias preguntas, buscan una coherencia revolucionaria y debaten las perspectivas para desarrollar los combates de clase. Parte de ese medio se orienta hacia las posiciones de la Izquierda Comunista y ciertos de sus elementos o grupos vienen a reforzar nuestra organización. Así es como se creó un núcleo de la CCI en Brasil en el 2007 (2). En el 2009, saludamos la creación de dos nuevas secciones de la CCI en Filipinas y Turquía (3).
Estas nuevas secciones también son el producto del esfuerzo sostenido de toda nuestra organización y de sus militantes para tejer lazos allí en donde existen grupos o elementos en búsqueda, se destinen o no a entrar en la CCI.
Nuestras nuevas secciones eran, antes de integrarse, grupos de elementos en búsqueda que se han aglutinado directamente en torno a posiciones de la CCI como en Ecuador, o que provienen de varios ámbitos políticos como en Perú. En uno u otro caso, dichos grupos se han desarrollado por la discusión con otras fuerzas políticas y en discusiones sistemáticas con la CCI, en particular de su plataforma. Por otro lado, también han tenido la preocupación constante de posicionarse sobre los acontecimientos mayores de la situación internacional o territorial (4). Hoy en día, siguen evolucionando en un medio rico de contactos. Radicadas en Sudamérica, ambas secciones vienen a reforzar la intervención de la CCI en lengua española así como su presencia en América Latina donde ya estaba presente en Venezuela, México y Brasil.
El conjunto de la CCI dirige un caluroso y fraterno saludo a esas nuevas secciones y a los compañeros que las constituyen.
La CCI, abril de 2012
1) El hundimiento del estalinismo que dio lugar al desarrollo de campañas burguesas identificando fraudulentamente el comunismo con el capitalismo de Estado como se ha desarrollado en los países del Este tras la degeneración de la Revolución Rusa.
2) Léase "!Saludo a la creación de un núcleo de la CCI en Brasil!" /accion-proletaria/200707/1979/salud-a-la-creacion-de-un-nucleo-de-la-cci-en-brasil [84]
3) Léase "!Saludo a las nuevas secciones de la CCI en Turquía y Filipinas!" https://es.internationalism.org/book/export/html/2494 [85]
4) Algunas de ellas fueron publicadas en Acción Proletaria, órgano de la CCI en España, y en ICC on line en nuestro sitio de lengua española.
La huelga de la Policía militar, que no es la primera ni de seguro la última del sector, expresa las dificultades del Estado brasileño para preservar el orden y cohesión al interior de sus cuerpos represivos, afectados por la crisis económica tanto en las condiciones de vida de sus miembros como en su funcionamiento. El proletariado y sus organizaciones de clase debemos tener la mayor claridad sobre esta huelga de los PM y lo que representa para las próximas luchas que emprenderá el proletariado brasileño, como respuesta a los ataques que la burguesía descarga sobre sus hombros, que se acentuarán en la medida que se agudice la crisis mundial del capitalismo.
La huelga de la Policía Militar[1] (PM) que se desarrolló en varios estados de Brasil a comienzos de 2012, aunque no de manera simultánea, ha tenido repercusiones importantes: abarcó los estados de Maranhão, Ceará, Bahía, y se extendió a Río de Janeiro. El movimiento tuvo su mayor amplitud y contundencia en el estado de Bahía, donde fueron movilizados más de 3 mil efectivos de la Fuerza Nacional de Seguridad, Policía Federal y, principalmente, del ejército; quienes en su mayoría actuaron en la capital, Salvador, donde los policías en huelga junto con varios de sus familiares tomaron la Asamblea Legislativa.
El gobierno de Dilma Rouseff, siguiendo la línea de su mentor Lula, condenó el movimiento huelguístico como un atentado contra la democracia y ordenó la movilización del ejército y la Policía Federal en Salvador, Río y otras ciudades con el fin expreso de reprimir a los manifestantes. Jaques Wagner, gobernador de Bahía del Partido de los Trabajadores (PT), fue el encargado de liderar las acciones contra el movimiento huelguista en ese estado.
Por su parte, altos representantes del PT, PCdoB, de los izquierdistas PSTU y del PSOL[2], así como otras organizaciones de izquierda y derecha se vieron obligados a pronunciarse a favor o en contra del movimiento. Los dos primeros partidos, oficialistas, se colocaron en contra del movimiento calificándolo de un grave atentado al estado de derecho y a la democracia. En tanto los izquierdistas PSTU y PSOL dieron su apoyo abierto a los policías, considerándolos como "trabajadores de la seguridad pública". La población, debido a la amplia cobertura que los "medios" dieron al conflicto y ante los temores de que creciera la violencia y los homicidios, también se vio confrontada a decidir si apoyaba o no al movimiento de los PM.
La huelga de los PM, que no es la primera ni de seguro la última del sector, expresa las dificultades del Estado brasileño para preservar el orden y cohesión al interior de sus cuerpos represivos, afectados por la crisis económica tanto en las condiciones de vida de sus miembros como en su funcionamiento.
El proletariado y sus organizaciones de clase debemos tener la mayor claridad sobre esta huelga de los PM y lo que representa para las próximas luchas que emprenderá el proletariado brasileño, como respuesta a los ataques que la burguesía descarga sobre sus hombros, que se acentuarán en la medida que se agudice la crisis mundial del capitalismo.
La burguesía brasileña se vanagloria de formar parte de la élite de los llamados países emergentes, posicionamiento alcanzado principalmente durante los períodos de gobierno de Lula; de hecho forma parte de los países del llamado grupo de los BRIC[3] . Al igual que sus socios, esta posición que ocupa Brasil se ha logrado gracias a la explotación y precarización de las condiciones de vida del proletariado brasileño, sustentado en un ambiente de "paz laboral" logrado principalmente debido al control que ejerce sobre las masas proletarias la izquierda del capital, encabezada por el PT.
Los policías, al igual que el resto de la población asalariada, no escapan a esa presión constante que ejerce el capital contra sus condiciones de vida: bajos salarios, precarización expresada en un mayor deterioro de los beneficios laborales y de las condiciones de trabajo, etc. Sin embargo, los militares, no importa su grado ni jerarquía, en su condición de miembros del aparato de represión del Estado y remunerados por él, al entrar en huelga, sacan a la luz los conflictos y contradicciones en el seno de la clase dominante, que por un lado, necesita contar con un cuerpo represivo siempre apto para ejercer la coerción y la violencia contra el proletariado cuando lucha por reivindicaciones; aunque sean de las mas elementales como la de tener un salario que satisfaga sus necesidades básicas. Por otro lado, en la mayoría de los casos, por tratarse de personas reclutadas en el seno de familias del proletariado -al mismo tiempo que son los elementos de primera línea en la defensa de la clase dominante- son los que perciben las menores remuneraciones dentro de los que ejercen funciones diarias ligadas al aparato represor estatal (policía, jueces, tribunales), lo que causa un enorme descontento que los lleva a la huelga.
El reciente conflicto de la PM muestra una mayor complicación para el Estado brasileño ya que ha sido el movimiento reivindicativo del sector que ha tenido mayor amplitud. Las medidas represivas contra varios dirigentes del movimiento tomadas por el gobierno federal, en vez de aplacarlo más bien fueron motivo de mayor radicalización. Por otra parte, las reivindicaciones salariales obtenidas están lejos de las aspiraciones iniciales del movimiento. Pedían: reintegración de los policías que fueron expulsado de la PM después de la histórica huelga de 2001, incorporación de gratificaciones, el pago de un adicional de peligrosidad, reajuste lineal del 17,28% retroactivo a abril de 2007 y la revisión del auxilio de alimentación. Lo que consiguieron: aceptaron la propuesta del gobierno de aumento del 6,5% salarial, y una nueva gratificación, gradual hasta el 2014, por trabajo policial. No hubo amnistía a los policías detenidos.
El movimiento huelguístico de la PM forma parte del creciente debilitamiento de la capacidad de la burguesía para imponer su orden, ya que algunas fuerzas de represión se van a tornar menos fiables a medida que se acentúen las contradicciones de su sistema, en las que la agudización de la crisis capitalista, y la aplicación de medidas de austeridad, van a jugar un papel de primer orden.
Es un hecho que la gran mayoría de los integrantes de los cuerpos policiales, al igual que la mayor parte de los asalariados, no poseen medios de producción y sólo disponen de su fuerza de trabajo para sobrevivir; pertenecen a las capas más pobres de la sociedad y se emplean con el Estado para recibir un salario que les permita el sustento tanto a ellos como a sus familias. Podría pensarse que por esa coincidencia de extracción social y por ser asalariados, los intereses y reivindicaciones de los policías también coinciden con los del proletariado, que se ve forzado a luchar y movilizarse contra los embates del capital. Mas no es así, son movimientos que se sitúan en campos contrarios.
Su extracción social, no puede hacer que olvidemos que están al servicio del mantenimiento del orden dominante con la función de reprimir y aterrorizar a la población como lo ilustra lo siguiente: "En los últimos meses son abundantes las noticias de abuso policial, de agresiones gratuitas a la población, de violaciones, de represión violenta de la PM a las manifestaciones, además de los tradicionales asesinatos y tortura. La policía brasileña es la que mas asesina en el mundo y sus crímenes diarios nunca son objeto de investigación y penalización...La PM está en la Universidad de Sao Paulo (USP) para reprimir a los estudiantes, tal como lo hizo contra las manifestaciones en Piauí, Recife, Espíritu Santo, etc."[4]. Podemos ver también esa misma actitud en la reciente desocupación de Pinheirinho[5] y la amenaza de desocupación de la comunidad de quilombos de Rio do Macaco en Bahía, donde la policía militar que recientemente estuvo en huelga, estaba cumpliendo su función represiva junto con la Marina.
Es por ello que, para la clase obrera y sus minorías revolucionarias se hace necesario y fundamental tener la mayor claridad con respecto al carácter de clase de los miembros de los cuerpos policiales y de los cuerpos de represión en general. La ubicación de clase de los policías no la define el hecho de ser un asalariado sino que sus miembros conforman la primera fuerza represiva de la que hace uso el Estado, y por ende el capital, para enfrentar al proletariado.
Esta distinción obedece al hecho de que el proletariado no está conformado por la suma de todos los asalariados, ni siquiera por la suma de todos los explotados. El proletariado es una clase social cuyos intereses son antagónicos a la clase de los capitalistas, y sus luchas reivindicativas son un eslabón en la cadena de luchas por su emancipación, que los lleva a una confrontación contra la burguesía y su Estado. Cuando lucha un sector del proletariado no sólo está luchando el trabajador explotado, sino un sector de la clase revolucionaria, que es capaz de llegar a tomar conciencia, a través de sus luchas y su experiencia, de la fuerza social que representa en el capitalismo.
El policía, al decidir vender su "fuerza de trabajo" al Estado para formar parte de los cuerpos represivos, pone sus capacidades al servicio de la burguesía con la misión específica de preservar el sistema capitalista a través de la represión del proletariado. En ese sentido deja de pertenecer a la clase de los proletarios. Cuando un desempleado o alguien que procure un empleo decide formar parte de los cuerpos policiales, acepta el "contrato" de ser fiel al mandato de hacer cumplir la ley y el orden establecido, lo que lo coloca de esa manera en contra de cualquier movimiento social o de clase que enfrente los intereses del capital y su Estado. Así, el funcionario policial pasa a ser un servidor de la clase dominante y como tal se ubica fuera del campo del proletariado. No es ningún descubrimiento que los miembros de los cuerpos represivos no sólo reprimen a los trabajadores sino inclusive a sus propios vecinos de los barrios donde habitan.
El reciente conflicto entre los cuerpos policiales y sus jefes es un conflicto en el terreno del capital, debido a que los miembros de los cuerpos policiales piden mejores condiciones salariales y de otra índole para poder realizar su labor e, inclusive, para hacerlo de manera más eficiente, o sea, para realizar su trabajo represivo en un ambiente de "paz laboral".
En ese sentido, es un error llamar a la solidaridad de los diferentes sectores de trabajadores asalariados con una huelga de policías de este tipo, por el hecho esencial que la función de la policía es la defensa del Estado capitalista. El hecho de que los policías sean reclutados entre la población pobre no cambia esta función, aunque pueda influir en otras circunstancias.
El Estado de manera hipócrita, enfrenta a los huelguistas acusándolos del incremento de la criminalidad y de dejar a la población a merced del hampa. De esta manera, el Estado se organiza para atribuir a los cuerpos policiales un papel "social", "útil", como por ejemplo la lucha contra la criminalidad; es esa la justificación social de la necesidad de esas fuerzas al servicio del Estado. De esta manera, vemos como a los proletarios y al conjunto de la población se les induce a dar su apoyo para fortalecer a los cuerpos represivos, justificando la contratación de más policías o que tengan mejor equipamiento. La criminalidad y la violencia social se incrementan en todo el mundo debido a las propias contradicciones del capitalismo y a la propia descomposición social, que no sólo afecta a los cuerpos policiales, sino a los altos mandatarios del Estado y sus fuerzas militares[6].
Hay circunstancias en las cuales las fuerzas del orden, principalmente del ejército, pueden llegar a no actuar en el marco de la defensa del Estado capitalista. Eso puede acontecer en situaciones de luchas masivas del proletariado, cuando son movilizados amplios sectores de la población, y sectores de las fuerzas militares rechazan reprimir las luchas o movimientos sociales, e inclusive llegan a unirse a los sectores en lucha y a confrontaciones militares con tropas que permanecen fieles a la burguesía. En estos casos, se presenta la posibilidad de apoyar y proteger a aquellos miembros de los cuerpos represivos que se oponen de esta forma a las órdenes de represión del Estado.
La aceleración de la crisis del capitalismo desde el 2007, que está a la base de la emergencia de los movimientos sociales del Norte de África y los países árabes, así como de movimientos como el de los "indignados" en Europa principalmente, o el de "Ocupar Wall Street" en los Estados Unidos, puede generar situaciones de intentos de fraternización entre soldados y las masas en movimiento. Sin embargo, tales circunstancias deben ser analizadas con mucha precisión política para no caer en comportamientos ingenuos como los que sucedieron durante los movimientos en Egipto, cuando el ejército, fingiendo simpatía con el movimiento, dejaba la tarea sucia de represión brutal a la policía. En realidad, en ese país, como sabemos y es mucho mas claro ahora, el pilar del sistema es el ejército.
Las ilusiones democráticas de estos movimientos y el hecho de que el proletariado no ha sido la clase que ha estado a la cabeza de los mismos, los hace presa de falsas simpatías por parte de las fuerzas e instituciones del orden y los lleva a buscar salidas que terminan reforzando el campo de la burguesía. Sólo en situaciones revolucionarias muy avanzadas, cuando el balance de fuerzas entre burguesía y proletariado sea favorable a este último, se podría esperar una situación de fraternización con las fuerzas militares, tal como ya se han presentado en el movimiento obrero.
Episodios importantes de este tipo de situaciones de fraternización se dieron durante la Revolución Rusa de octubre de 1917, que de manera brillante recoge Trotsky en su obra "Historia de la Revolución Rusa", quien describe y aprueba la actitud de los obreros rusos en febrero de 1917 con respecto a los cosacos, acerca de quienes afirma "que estaban fuertemente penetrados de un espíritu conservador" y que eran "permanentes promotores de represión y expediciones punitivas" ; y más adelante nos dice : "Cierto es que los cosacos no cesaban de cargar constantemente, aunque sin gran dureza, contra la multitud (...)Los manifestantes se dispersaban y tornaban a reunirse. La multitud no tenía miedo. ‘Los cosacos prometen no disparar'. La frase corría de boca en boca. Por lo visto, los obreros habían parlamentado con algunos cosacos (...) Los cosacos se limitaban a responder individualmente a preguntas planteadas por los obreros e igualmente sostenían con ellos breves conversaciones. (...) El obrero bolchevique Kajurov, uno de los auténticos caudillos de estas jornadas, cuenta que en uno de los puntos de la ciudad, cuando los manifestantes, corridos a latigazos por la policía montada, se dispersaban junto a un destacamento de cosacos, Kajurov, seguido de algunos obreros que no habían imitado a los fugitivos, se acercaron a los cosacos y, quitándose las gorras, les dijeron : ‘Hermanos cosacos : Ayudad a los obreros en la lucha por sus demandas pacíficas ; ya veis cómo nos tratan los "faraones" a nosotros, los obreros hambrientos. ¡Ayudadnos!' Aquel tono conscientemente humilde, aquellas gorras en las manos, ¡qué cálculo psicológico más sutil, qué inimitable gesto! Toda la historia de las luchas en las calles y de las victorias revolucionarias está llena de semejantes improvisaciones".
El proletariado y sus minorías revolucionarias debemos tener presente que, a más largo plazo, no puede haber victoria militar sobre la burguesía sin desagregación de las fuerzas de represión. La desagregación será el producto de varios factores:
Puede ser que muchos proletarios, elementos y grupos políticos de la clase en Brasil simpaticen o se solidaricen con la huelga de los PM, debido a que de alguna manera comparten con la clase trabajadora parte de las penurias a que nos somete el capital. Inclusive algunos pueden llamar a los trabajadores a que tomen como ejemplo de lucha la huelga de los policías. Sin embargo, tal planteamiento sólo contribuye a perjudicar la conciencia de la clase obrera y debilitar su capacidad de enfrentar a la clase enemiga, ya que no sólo pretende colocar la huelga de los policías como un acontecimiento que pertenece a las luchas del resto del proletariado, sino, que también favorece a una falta de confianza en las capacidades del proletariado brasileño para desarrollar sus luchas en su propio terreno de clase después de décadas de adormecimiento debido a la acción del PT, de los otros partidos de derecha e izquierda del capital, y sus sindicatos.
Cuando ese "viejo topo" del que nos hablaba Marx comience a mover los cimientos del capital brasileño, momento en que, sin duda, será enfrentado fuertemente por los cuerpos represivos del Estado, su lucha persistente y tenaz en su terreno de clase podrá abrir camino a un debilitamiento de los mismos.
La CCI
14/03/12
[1] En Brasil la policía se reparte en la esfera federal y estadal. En la esfera federal existen la Policía Federal, la Policía Federal de Autopistas (o vías rápidas) y la Policía Federal Ferroviaria. En el ámbito estadal, está la Policía Civil y la Policía Militar. La Policía Civil es responsable de la investigación y la Policía Militar es la institución responsable de la seguridad pública y de mantener el orden burgués. Además de esas organizaciones policiales existe la Guardia Nacional que es utilizada en casos de emergencias de "seguridad pública" formada por elementos destacados y entrenados de diversas organizaciones estatales.
[2] PCdoB: Partido Comunista do Brasil (Partido Comunista de Brasil); división del Partido Comunista Brasileiro. PSTU: Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado); de tendencia trotskista. PSOL: Partido Socialismo e Liberdade (Partido Socialismo y Libertad); congrega varias tendencias trotskistas.
[3]En economía, se emplea la sigla BRIC para referirse conjuntamente a Brasil [86], Rusia [87], India [88] y China [89], que se destacan en el escenario mundial como "países emergentes". Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/BRIC [90]
[4] PCO. Huelga de la PM: gobierno quiere a la policía reprimiendo a la población. Fuente: <https://www.pco.org.br/conoticias/ler_materia.php?mat=34993> [91]
[5] OPOP. Somos Pinheirinho: Todo el apoyo y solidaridad con los habitantes de Pinherinho. Fuente: <https://revistagerminal.com/2012/01/24/nos-somos-o-pinheirinho-todo-apoi... [92]
[6] Ver en este sentido el artículo de Revolución Mundial, nuestra sección en México, "La inseguridad social...Un motivo más para luchar contra el capitalismo" Revolución Mundial N°125, noviembre-diciembre 2011. https://es.internationalism.org/rm125-inseguridad [93]
Desde hace un tiempo acá el Estado Peruano viene desarrollando una campaña en contra del terrorismo, específicamente de grupos debilitados y armados como Sendero Luminoso. Inicialmente se veía una campaña para debilitar su tentativa de legalización de una fracción de Sendero Luminoso en Partido -MOVADEF ([1]) a fin de participar en el juego político junto con los demás partidos. Cuando grupos terroristas -tal fue el caso del IRA en Irlanda o actualmente ETA en España- intentan integrarse "normalmente" en el juego político, las fuerzas establecidas en el Estado realizan siempre campañas de desprestigio, de acoso y derribo, con el objeto de que los recién llegados lo hagan en la mayor debilidad y no puedan rentabilizar lo que previamente han acumulado con su actividad armada. De forma general, cuando dos partidos burgueses llegan a un acuerdo o establecen una alianza, en una primera fase se dan de golpes bajos de todo tipo. Esto no tiene nada de paradójico: si te alías tienes que hacerlo con un "socio" que esté lo más débil posible pues de lo contrario la alianza -que es un juego de truhanes- acabará por debilitarte a ti.
Pero luego de quedar la inscripción del MOVADEF sin efecto, la campaña del Estado se dirigió a hablar de incursiones y actos de violencia por parte de esta agrupación (supuestas pintas, coches bomba, asesinatos, secuestros, etc.). Al trascurrir las noticias, vemos al Estado que empieza a vincular a sectores de la población con dicha agrupación, sectores de pobladores de lugares donde los conflictos mineros se agudizan cada vez más, como el caso de Conga en Cajamarca o de los mineros informales en la selva amazónica, por ejemplo. ¿Pero porque toda esta vinculación? ¿Por qué el Estado comienza a vincular a dichas protestas contra la minería, con Sendero Luminoso?
Parece evidente que la respuesta sea porque le da mayor margen para empezar una brutal represión, so pretexto "que en dichos movimientos hay elementos miembros de Sendero Luminoso infiltrados". Actualmente el Estado ya ha empezado con una fuerte represión contra sectores Campesinos empobrecidos que luchan simplemente contra la contaminación Minera en sus lugares, sencillamente por luchar por sus vidas.
No podemos negar que exista de plano entonces, una campaña contra SL para desprestigiarlo por su pasado Terrorista, por parte del Estado Burgués; porque el terror usado por SL contra la sociedad en los años 80's, podría resultar un tremendo argumento para hacerlo; además esa campaña no es gratis, ya que el Estado justifica con ello su represión contra los movimientos de protesta antiminera y contra otros que se presenten en el futuro.
Otra de las motivaciones de la campaña es atacar el comunismo y los grupos comunistas, identificándolos con la acción terrorista de Sendero Luminoso. Esta campaña tiende a asociar el comunismo con el terrorismo. La lucha de la clase obrera nada tiene que ver con el terrorismo. El terrorismo nada tiene que ver con la clase obrera, ya que la intervención terrorista es siempre enemiga y destructiva de la lucha obrera. Los comunistas rechazan abiertamente el funcionamiento organizacional, los métodos y los planteamientos del terrorismo, su práctica y posiciones son antagónicas ante la clase obrera.
"El terrorismo no tiene nada que ver con los medios de lucha de la clase obrera. Es una expresión de capas sociales sin porvenir histórico y de la descomposición de la pequeña burguesía y eso cuando no son emanación directa de la pugna que mantienen permanentemente los Estados entre sí; por ello ha sido siempre un terreno privilegiado para las manipulaciones de la burguesía. El terrorismo predica la acción directa de las pequeñas minorías y por todo ello se sitúa en el extremo opuesto a la violencia de clase, la cual surge como acción de masas consciente y organizada del proletariado" ([2]).
Por ello el terrorismo, es una práctica que no pertenece en absoluto a la tradición del movimiento obrero desde sus orígenes hasta hoy. El terrorismo no permite un proceso de crítica y reflexión, por el contrario produce miedo y zozobra; así como en medio de una guerra, los bombardeos (o los coche bomba) no permiten a nadie reflexionar ni tomar conciencia de los hechos de la guerra, por el contrario la población corre y se esconde por salvar sus vidas, generando así un retroceso y obstáculo para la toma de conciencia de la clase trabajadora.
Las prácticas terroristas (en particular la de S.L.) solo expresan la desesperación y descomposición de esta fracción de la burguesía a través de "actos ejemplares "de grupos elitistas, práctica que es totalmente contrapuesta a la violencia de clase, la cual surge como acción colectiva y consciente de las masas en su lucha por la destrucción del Capitalismo, tal como fue el movimiento de los soviets en Rusia de 1917. Las practicas proletarias son las asambleas generales, las decisiones colectivas, la práctica común, globalmente todas las condiciones que permiten desarrollar la conciencia. La conciencia de la clase Obrera se forja en la lucha colectiva y unitaria.
Asimismo rechazamos la política de amalgama que la burguesía y el Estado peruano, con su actual títere Humala, llevan a cabo para meter en el mismo saco del "terrorismo y la subversión" a cualquier expresión de descontento o lucha contra el actual orden. Su único fin no es otro que el de ir preparando el terreno para justificar su política de represión sangrienta contra la clase obrera en Perú, en un contexto de crisis mundial del capitalismo que ya tiene su correlato de ataques y recortes a las condiciones de vida de nuestra clase, provocando reacciones de indignación y lucha.
Podemos poner como ejemplo de cómo estos grupos terroristas están en contra de la clase obrera, con el reciente secuestro de 30 trabajadores de la planta del Gas de Camisea. La captura del "camarada Artemio" y la inscripción de MOVADEF, junto a todos los supuestos ataques de este grupo terrorista, le sirven al Estado como caballo de Troya para preparar el terreno para una brutal represión a la clase trabajadora, Pero la clase trabajadora ya está luchando en otras partes (España, Grecia.) y pronto esas luchas tendrán su repercusión aquí y en el resto del continente.
Internacionalismo-Perú
[1] MOVADEF: Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales [96].
(1) [2] Posiciones básicas de la Corriente Comunista Internacionalista
Lo que sucede en China está rodeado de un muro de silencio. Utilizando fuentes de una organización de Hong Kong hemos podido tener alguna información sobre las numerosas luchas de los trabajadores en China
A lo largo de la última década, el proletariado en China y el resto del este de Asia, Birmania, Camboya, Filipinas, Indonesia, Tailandia y Vietnam, se han visto envueltas en una ola de huelgas y protestas contra la explotación capitalista.
Es China donde nos queremos concentrar y para ello en gran parte usaremos la información dada por El Boletín Laboral Chino (CLB), la publicación de una organización no gubernamental establecida en Hong Kong que contacta con grupos para la defensa de los derechos humanos y Radio Asia Libre.
El boletín promueve la idea de un estado chino más justo, lo que incluye defender la acepción de una "unión de sindicatos independientes".
En otros artículos, echaremos un vistazo a aspectos más recientes acerca de "La República Popular", incluyendo el desarrollo de las tensiones imperialistas, la descomposición e intrigas alrededor del todo poderoso Politburó.
A lo largo de la última década, la clase trabajadora en China, se ha visto implicada en una ola de huelgas y protestas, donde han participado cientos de miles de trabajadores, como reflejo de la rabia y combatividad cada vez más creciente frente al peso de la explotación capitalista.
Las huelgas espontáneas, provenientes de los propios trabajadores, han tratado sobre diferentes cuestiones generales: pago de horas extras, compensación por traslados, corrupción de funcionarios, aumentos de sueldo, recortes en salarios y pensiones, mejora en las condiciones de trabajo, reducción de horas y prestaciones en educación y salud. En resumen, toda la gama de condiciones que plasman la intensidad de la explotación del estado chino. Las huelgas han mostrado una dinámica firme y una fuerza creciente.
Hace sólo unos días, en la ciudad de Chongqing, el anterior feudo de Bo Xilai, hoy defenestrado, hubo huelgas contra los recortes en sueldo y pensiones, que desde luego nada tenían que ver con las maniobras en torno al Politburó chino.
Esta ciudad de treinta millones al sur de China, como muchas otras, están al borde de la bancarrota, lo que está despertando una preocupación creciente (las bancarrotas a nivel local son un gran problema para el capitalismo, dan fe de ello algunos estados en América, gobiernos autonómicos en España etc.).
Para hacer frente a la lucha ocurrida en Chongqing, las autoridades, como en otros lugares, bloquearon los pequeños blogs que los trabajadores usaban para comunicarse de forma eficaz y difundir las noticias frente a la censura del estado.
El Boletín Laboral Chino de 5 de marzo de 2012, informa que las huelgas y protestas continuaron en el país durante todo el mes de febrero, la mayoría tuvieron lugar en los sectores de la industria y transporte, los cuales piden principalmente salarios más altos y protestan contra la reducción de pluses y primas. 5000 trabajadores de la compañía siderúrgica Hanzhong, en Shaanxi, al norte, hicieron huelga en contra de la bajada de sueldos y de las largas horas de trabajo. Varios miles de trabajadores abandonaron la planta y se dirigieron hacia las calles para manifestarse.
El artículo señala que los trabajadores eligieron a sus propios representantes. La publicación del boletín de marzo, también hace constar el mayor número de huelgas al mes desde que comenzaron a batir récord hace ya quince meses, y apunta a una escalada de huelgas en torno a los sueldos y recolocaciones.
Las brigadas antidisturbios y las unidades milicianas están activamente presentes en muchos casos y además de haber sido despedidos del trabajo, muchos trabajadores han sido detenidos ¡De todo esto no hay ninguna protesta por parte de los democráticos estados de occidente ni tampoco de las compañías que hacen negocios con China!
En China, la represión y la vigilancia es la especialidad de un estado estalinista y, como en los regímenes árabes, este estado también utiliza bandas de matones armados a los que paga y desplaza a lo largo del país para utilizarlos contra los trabajadores.
El gasto destinado a policía en China durante el año 2010 y destinada para 2011 supera el presupuesto en defensa externa, lo cual no es nada despreciable[1].
A comienzos del siglo veintiuno, millones de pobres, jóvenes y campesinos, inundaron las fábricas de ciudades industriales al sur de China en busca de trabajo. Estos hombres y mujeres jóvenes trabajaban durante largas horas por muy bajos salarios en condiciones a menudo insalubres y peligrosas. Eran en su mayoría personas mansas e indefensas, corderitos camino del matadero. Partiendo de esta base se fundó el "Milagro Económico Chino". Pero este consentimiento impuesto no duró por mucho tiempo.
Templados por el calor de la lucha de clases, los trabajadores ya no son la mano de obra barata y dócil con la que contaban, tanto los capitalistas chinos como sus cofrades del mundo, para hacer fáciles negocios. Un número significativo de trabajadores, todavía jóvenes pero con más experiencia, formación, más seguros de sí mismos y militantes, fueron organizando y emprendiendo huelgas y protestas. El verano de 2010 culminó en una ola de huelgas en el sector de la industria manufacturera[2].
A mediados de década, el ministerio chino de Recursos Humanos y Seguridad Social estimó en 240 millones el número de trabajadores emigrantes, de ellos, 150 millones trabajan lejos de sus hogares, con un 70% en el sector manufacturero.
Incluso con estas cifras, la escasez en la mano de obra durante el 2005 vio como las luchas de los trabajadores daban un paso más allá hacia una lucha más ofensiva lo que a su vez estimuló a otros grupos obreros a lanzar sus propias protestas. El estado chino registra unos 80.000 incidentes de masas en 2007, según las últimas cifras oficiales publicadas por el estado[3]. El Boletín Laboral Chino considera que estas cifras están aumentando año tras año desde entonces y que las huelgas están tomando una intensidad diferente.
Por ejemplo, en agosto de 2011, miles de trabajadores despedidos, víctimas de la reestructuración de la Corporación Petrolífera Nacional China, se unieron a la manifestación de un millar de trabajadores del petróleo en huelga para defender sus propias demandas. Esto pone de relieve un mayor número de situaciones en las que se toman las calles, bloqueándolas con manifestaciones y sentadas en plazas públicas. Otro aspecto de la participación en blogs mencionado antes fue su uso en la huelga de Nanhai Honda en 2010, donde se establecieron comunicaciones y un pequeño grupo de trabajadores crearon la llamada "Unidad es Victoria".
Las autoridades chinas intentaron parar esta forma de comunicación utilizando como excusa la "prevención de rumores infundados"[4].
Uno de los líderes de la huelga de Honda comunicó al diario New York Times que un pequeño grupo de trabajadores, unos cuarenta en total, se encontraron antes de la huelga para decidir sobre las acciones a emprender y sus exigencias.
En una huelga de la compañía Pepsi en noviembre de 2011, los trabajadores eligieron en asamblea general a sus propios delegados. A pesar de los incrementos ofrecidos por la dirección de la empresa, continuaron la acción de protesta[5]. Muchas huelgas terminaron con aumentos de sueldo y algunas demandas satisfechas, pero otras muchas no. En ambos casos, trabajadores fueron despedidos y arrestados. Cuando se ofrecen aumentos de salarios a menudo son barridos por la inflación que se está convirtiendo en una maldición para la economía china. Los aumentos de sueldo no sólo se están pidiendo en las zonas costeras, sino, desde 2010, también en las zonas del interior, donde los trabajadores implicados en estas acciones tienen familia, amigos, etc., representando la posibilidad de huelgas de forma paralela a las protestas sociales y de esta manera ampliando el frente de batalla.
Por otro lado, a los trabajadores emigrantes asentados en otras ciudades a menudo se les niega la educación básica y la asistencia social tanto a ellos como a sus hijos, lo que debería ser sufragado por sus patrones pero no es así. Esto ha abierto otro campo de confrontación.
Frente a tanto atropello las protestas hace 10 años constituían un llanto lejano y el Estado chino tenía manos libres para usar y tirar millones de personas jóvenes procedentes de las zonas rurales. Hoy ya no tienen tanto margen de maniobra y la situación económica no hace más que degradarse. El desempleo también amenaza en Hong Kong, donde la Federación de Industrias ha declarado que "un tercio de las industrias disminuirán de tamaño o desaparecerán", afectando a decenas de miles de trabajadores como mínimo.
El Boletín Laboral Chino declara que los trabajadores "no confían en la Federación China de Sindicatos"[6] y "su habilidad para negociar un subida decente de sueldos". Como consecuencia "tomaron el asunto con sus propias manos y organizaron una amplia gama de acciones eficientes y colectivas". La Federación China de Sindicatos Unidos (ACFTU) está claramente conectada con el partido de Bo Xilai y formada a partir de sus propios miembros y células, y el Boletín Laboral Chino está llamando la atención acerca de un problema que enfrenta a la clase dirigente: la falta de sindicatos que controle y discipline a los trabajadores. La represión nunca es suficiente y puede añadir leña al fuego.
El Boletín Laboral Chino informa sobre comentarios acerca de la huelga de Honda mencionada anteriormente: "Cualquier organización de trabajadores que se desarrolla durante una protesta suele disolverse después de que las demandas que dieron lugar a éstas fueron atendidas". Al pro-estatal Boletín Laboral Chino, le gustaría hacer que estas organizaciones de trabajadores fueran permanentes y enlazarlas en una estructura de sindicatos independientes con relaciones pacíficas con el estado. Las delegaciones de la Federación China de Sindicatos, tal y como existen, están a menudo formadas sólo por directores de empresa, como en la fábrica electrónica Ohms en Shenzhen, donde los doce directivos era todos oficiales de la unión!
En un esfuerzo patéticamente desesperado, que también apunta a los límites del estado estalinista, la Federación Shanxi de Sindicatos Unidos ha ordenado a sus 100.000 oficiales a que publiquen sus números de teléfonos para que los trabajadores puedan estar en contacto con ellos! Por todo el país, las delegaciones de la Federación China de Sindicatos Unidos han despedido a trabajadores, contratado esquiroles y avisado a la policía y a milicianos para que carguen contra los trabajadores. Es parte del aparataje del desacreditado partido.
La burguesía no sólo en China sino a nivel internacional, necesita una estructura unida, renovada, flexible, creíble y aquí es de donde proceden los esfuerzos del Boletín Laboral Chino para la creación de sindicatos independientes.
Podemos apreciar esto en su llamada a "una gran participación (de trabajadores) en comités y otras estructuras de unión" y "nuevos empleadores a los que se les dé información sobre las actividades de la unión", como ocurrió después de las recientes luchas de Foxcomm.
La unión de sindicatos en China, a diferencia de sus sofisticados colegas occidentales, generalmente ni siquiera ven las huelgas venir y mucho menos las disipan o dividen.
Este fue el caso de la planta de coches Honda en Foshan al sureste de China el pasado verano. Fueron necesarias dos semanas y una gran subida de sueldo para conseguir que los trabajadores volvieran al trabajo. Kong Xianghong, un extrabajador y veterano del Partido Comunista de China y ahora miembro de la Federación China de Sindicatos Unidos, dijo después de la huelga (y una serie de huelgas que eso produjo): "hemos comprendido el peligro de que nuestra unión se está divorciando de las masas". Kong añadió que China necesitaba "absorber las lecciones de los levantamientos en los países árabes"[7].
Para la clase trabajadora en China, las luchas se están intensificando y para la burguesía los problemas se están amontonando.
Esta última, si le fuera posible desarrollar sindicatos independientes, lo que es dudoso, gozaría de un instrumento de control mucho más poderoso que los actuales sindicatos oficiales.
Pero para los trabajadores la lección es justamente la opuesta: hay que recordar lo que ocurrió en Polonia con la huelga de masas de 1980 que fue traicionada desde dentro por el sindicato "libre" Solidarnosc[8]. Estos organismos son mucho más insidiosamente destructivos para los trabajadores que las desprestigiadas estructuras sindicales directamente vinculadas al Estado y al Partido único.
Badoon, 15-4-2012
[1] Noticias Bloomberg
[2] Hubo unos 180.000 incidentes en 2010,
[3] CASS, Análisis de Tendencia Social y Agrupación de Temas con Repercusión, 2008-2009
[4] Noticias BBC, 16-3-2012
[5] Web del Socialismo en el mundo: "Indicios de una nueva ola de huelgas en China".
[6] "Una década de cambio: El movimiento de los trabajadores en China 2000-2010".
[7] Washington Post, 29-4-2011
[8] Ver en Revista Internacional nº 27 Un año de luchas en Polonia, https://es.internationalism.org/node/2318 [99]
Denuncia por parte de nuestra sección en Filipinas de la tensión imperialista en torno a las islas Spratly. Agradecemos la colaboración de un compañero en la traducción
"¡Proletarios del mundo, uníos!" Esta es la verdad y la realidad bajo el sistema capitalista. Nosotros, los trabajadores, como clase internacional que somos, no tenemos intereses nacionales o nación alguna que defender. En cualquier lugar del mundo en que estemos presentes somos explotados y oprimidos por el capital y el Estado local.
El patriotismo y el interés nacional sólo sirven a una clase particular. La historia nos enseña que el patriotismo y el Estado sirven únicamente a los intereses de la burguesía: controlar y explotar a la clase obrera y a las demás clases desposeídas.
La situación actual en las Islas Spratly entre las burguesías china y filipina (ambos dicen ser los legítimos propietarios de una isla pequeña pero rica en recursos) es, según estas mismas burguesías, un asunto de "soberanía nacional" e "integridad territorial". Por todas partes resuenan las llamadas por la "unidad nacional" y la "defensa del territorio nacional". Los medios burgueses están ahora envenenando las mentes de las clases desposeídas inculcandoles que, como raza y nación, los capitalistas y los trabajadores son hermanos y aliados.
La burguesía ha estado inyectando a los trabajadores de ambos países el "amor a la patria" para dividirlos y así combatirlos y exterminarlos.
El conflicto de las Spratly no es exclusivamente entre China y Filipinas. Otros países como Vietnam, Tailandia y Malasia1 también reclamaron su parte, y Brunei2 también reclama la isla. Los motivos de cada país es su larga historia de agresión colonial, y no su "soberanía nacional"3.
Amasar un mayor beneficio es la razón última de cada una de las burguesías nacionales participantes en el conflicto. Sea quien sea el ganador en esta disputa, no serán las masas explotadas de China o Filipinas quienes sacarán algo de ello, sino el gobierno, los burócratas y los capitalistas.
Otro motivo importante para el conflicto son los intereses imperialistas de las burguesías nacionales contendientes; las Spratly son una posición que puede ser estratégica para una base militar: un gran motivo para que China, Vietnam, Taiwan y los EE UU se disputen la isla. Hace ya décadas que viene habiendo fricciones y conflictos armados entre China y Vietnam (un aliado de los EE UU).
Está claro que este conflicto de las Spratly forma parte de la rivalidad imperialista entre China y los EE UU en Asia. El ambicioso imperialismo chino necesita expandir su territorio a causa de la crisis mundial del capitalismo. La potencia imperialista número uno, los EE UU, lo sabe; y está dedicando todos sus esfuerzos a reforzar y proteger sus fronteras en Asia4.
A pesar de la competición, inherente al propio capitalismo,entre las diferentes facciones capitalistas , los capitales nacionales son uno cuando se trata de atacar a la clase obrera.
Mientras la ideología nacionalista/patriótica envenena a los trabajadores, la cooperación diplomática y económica entre los países contendientes continúa5. Mientras algunas secciones de la población de las partes contendientes defienden "su" nación, los capitalistas y burócratas festejan y se alegran junto a sus homólogos filipinos, chinos y estadounidenses hablando de cómo pueden reforzar sus relaciones económicas. En otras palabras: hablando de cómo intensificar sus ataques contra el proletariado.
Las burguesías nacionales de los países implicados explotan y oprimen a sus trabajadores hasta límites extremos. Cientos de miles de trabajadores chinos se lanzaron en huelga salvaje o en manifestaciones casi cada día contra el Estado y los capitalistas. Hay huelgas en Vietnam a causa de los bajos salarios y la ausencia de derechos. Los trabajadores filipinos experimentan y se enfrentan a los mismos hechos. Los padecimientos de los proletarios del "tercer mundo" no son en absoluto diferentes de los padecimientos de sus hermanos y hermanas de los países del "primer mundo", particularmente de EE UU.
El objetivo primero y fundamental de cada capital nacional es alimentar el fuego de la tensión para ganarse el favor de las masas descontentas contra las naciones extranjeras que "atacan nuestro derecho a la soberanía".
Es la clase capitalista, local o extranjera, el enemigo verdadero y primario de la clase trabajadora.
No debemos apoyar las llamadas de nuestra burguesía nacional a "luchar por la soberanía nacional" y a "defender el territorio de la nación". La verdad que se esconde tras estos llamamientos es la soberanía de la burguesía para explotar y oprimir más a la clase obrera; es el territorio capitalista para amasar más beneficio de nuestro trabajo gratuito.
En vez de esto, debemos unirnos a los trabajadores filipinos y chinos junto con nuestros hermanos y hermanas de clase en todo el mundo para derribar "nuestras" propias burguesías nacionales.
Tenemos que condenar el permanente toque de tambores de nuestros gobiernos con sus amenazas de guerra; una guerra que sólo empeorará nuestras condiciones de vida y nos llevará a la extrema pobreza, muerte, destrucción y división entre nosotros.
Sabemos que en el presente conflicto ninguno de los contendientes tiene la capacidad o el interés de lanzar una agresión militar directa y total6. Sin embargo, la propaganda sobre una posible guerra puede atraer e influenciar secciones populares relativamente atrasadas en su consciencia de clase, capaces de apoyar su burguesía nacional contra una burguesía extranjera. El principal objetivo de las burguesías nacionales de China y Filipinas es envenenar la mente de las clases laboriosas con fervor e ideología nacionalista.
¡Camaradas, trabajadores filipinos y chinos, no nos dejemos persuadir por sus dulces palabras y suaves discursos ni por la propaganda venenosa de "nuestros" propios gobiernos! Continuemos nuestra lucha contra todos los ataques del capital a nuestras filas en nuestros respectivos países. Continuemos exponiendo la naturaleza opresora y explotadora de la clase capitalista, ya local ya extranjera. ¡Necesitamos reforzar nuestra unidad como clase!
La "soberanía nacional" y la "unidad nacional" son cadenas que nos mantienen esclavizados para siempre a esta prisión capitalista. Son herramientas para la división del proletariado mundial. Un movimiento de corte nacionalista es un movimiento destinado a debilitar aún más el movimiento proletario internacional.
Trabajadores filipinos y chinos: no tenemos ningún interés ni nada que ganar venza quien venza en el conflicto de las Spratly y acabe poseyendo las islas. Nuestros intereses son liberarnos de la pobreza, de ser esclavos asalariados. Nuestros intereses son acabar con el capitalismo y construir una sociedad libre de opresión y de explotación. Nuestros enemigos son los gobiernos de Filipinas, la China imperialista y todos los países imperialistas del mundo7.
El capitalismo es la causa fundamental de la guerra en la era del imperialismo. La única garantía de paz duradera para la humanidad es la destrucción total del capitalismo.
¡PROLETARIOS DEL MUNDO, UNÍOS!
¡ABAJO LA CLASE CAPITALISTA, LOCAL O EXTRANJERA!
¡DERROQUEMOS "NUESTROS" GOBIERNOS NACIONALES Y SU IDEOLOGÍA NACIONALISTA!
¡ABAJO CHINA Y AMÉRICA IMPERIALISTAS!
¡ABAJO EL SISTEMA IMPERIALISTA MUNDIAL!
Internasyonalismo
28 de Abril de 2012
1 Ver www1.american.edu/ted/SPRATLY.htm
2 Ver http [102]:// [102]en [102]. [102]wikipedia [102]. [102]org [102]/ [102]wiki [102]/ [102]Spratly [102]_ [102]Islands [102]_ [102]dispute [102]
3 Contrariamente al Derecho Internacional, Filipinas dice poseer Scarborough Shoal desde los tiempos del colonialismo español (https://globalnation.inquirer.net/34031/ph-sovereignty-based-on-unclos-p... [103])
mientras que Vietnam dice ser propietaria desde el colonialismo francés. Y China basa su "derecho" en los mismos argumentos. (http [104]:// [104]en [104]. [104]wikipedia [104]. [104]org [104]/ [104]wiki [104]/ [104]Spratly [104]_ [104]Islands [104]# [104]cite [104]_ [104]note [104]- [104]encarta [104]-23). [104]
4 Con el equilibrio de poder entre China y EE.UU, en Asia, Corea del Norte es el único aliado de China. Esto no quiere decir que EE.UU. sea el "enemigo principal" en Asia, y "los enemigos de segunda" o "aliados tácticos" los otros países competidores rivales. El principal enemigo del proletariado internacional es la burguesía del mundo
5 La relación económica entre Filipinas y China está en continua expansión (https://www.mb.com.ph/articles/346111/robust-philippineschina-trade-rela... [105]), lo mismo ocurre con China y los EE.UU.
("Trade in Goods with China [106]"). De hecho, China es el mayor acreedor de EE.UU. "China: The new landlord of the U.S. [107]".
6 El enfrentamiento en las islas Spratly ha tenido varios pequeños conflictos militares entre las Vietnam y China, calibrados y controlados por ambos países para que no estallasen en una guerra a gran escala, ya que su único objetivo es aumentar la ideología nacionalista de sus países. Entre China y las Filipinas hay una pequeña posibilidad de una confrontación militar, pregonada por las fuerzas armadas de Filipinas, EE.UU., y China. Medios de comunicación chinos habían anunciado últimamente la posibilidad de pequeños enfrentamientos militares entre China y Filipinas
7 El movimiento maoísta de Filipinas ayuda a la campaña de la burguesía filipina por la ideología nacionalista entre las filas de los trabajadores. Los maoístas mantienen firmemente la táctica contrarrevolucionaria de "elegir el mal menor", que se muestra claramente a través de las declaraciones de sus organizaciones legales, acerca de la fricción entre China y los EE.UU.. Sin embargo, no sólo el movimiento maoísta tiene esta forma de pensar, todo el resto de las organizaciones de izquierda están adoptando las mismas tácticas
Ante la jornada del 22 mayo donde todos los sectores de la educación han sido convocados, colectivos que se definan sobre una perspectiva de clase y revolucionaria han desarrollado una intervención. Del mismo modo, en Sevilla los estudiantes han tomado la iniciativa...
En un contexto mundial de agravación incontenible de la crisis capitalista los trabajadores en España se encuentran con un tsunami de ataques a sus condiciones de vida de dimensiones desconocidas. Esto se sintetiza en el cínico eslogan de Rajoy de "todos los viernes nuevos recortes".
Es una situación insoportable cuyos efectos se materializan en hechos como uno recientemente conocido: más del 20% de los niños están por debajo del umbral de la pobreza.
Al mismo tiempo y frente a este ritmo agotador de agresiones, los trabajadores sienten un fuerte desasosiego porque comprueban que las numerosas movilizaciones sindicales (el 29 M al que ha sucedido la jornada de huelga de la enseñanza del 22 de mayo) no llevan más que a la división y la desmoralización a pesar de la participación masiva y entusiasta de muchos trabajadores. Y por otro lado, se comprueba que los movimientos del año pasado en torno al 15 M han agotado su dinámica debilitados por una serie de planteamientos que llevan a la misma desmoralización y desmovilización que las convocatorias sindicales: el ciudadanismo, las "reformas" democráticas, los remiendos a las condiciones de vida diarias tales como mercadillos de trueque, cooperativas etc[1].
Se hace necesario una "digestión" de las experiencias de lucha vividas para sacar lecciones, ver que ha fallado, ver en qué nos debemos apoyar y relanzar de nuevo la lucha sobre bases que nos den autonomía de clase, control de nuestra lucha y por tanto una verdadera fuerza, y todo esto tenemos que hacerlo en sintonía con esfuerzos que se den a nivel mundial pues ante un problema cuya naturaleza es mundial solo podemos responder con una solución mundial.
Publicamos intervenciones de colectivos o de sectores de trabajadores y estudiantes que van en ese sentido de sacar lecciones y preparar una nueva oleada de luchas. Uno procede de Asamblearias - Trabajadores Indignados y Autoorganizados de Alicante[2] que a su vez integra en su intervención una hoja del Colectivo de Trabajadores de Valencia que actúa en la misma línea[3]. El otro es la crónica de una iniciativa espontánea que surgió en la Universidad de Sevilla[4] expresión del profundo descontento existente, de la respuesta al "tasazo" (el brutal aumento de las tasas universitarias decretado por el Gobierno Rajoy) pero igualmente de la voluntad de lucha y unirse.
...no somos un partido, no somos un sindicato, no vendemos nada. Somos como vosotras, parte del MOVIMIENTO de las trabajadoras, de las paradas, las estudiantes, las jubiladas, ... de las EXPLOTADAS que se han expresado en toda la historia y por todo el mundo luchando por unas condiciones dignas de VIDA
Nos reconocemos en:
la UNIDAD,
el INTERNACIONALISMO,
la AUTOORGANIZACIÓN,
las ASAMBLEAS,
el ANTICAPITALISMO,
la REVOLUCIÓN.
En las Asambleas Abiertas al final de las manifestaciones.
Miercoles 23 de mayo a las 18h. Reunión del BLOQUE CRÍTICO ASAMBLEARIO en la muntanyeta.
Martes 29 de mayo a las 18h. Reunión de ASAMBLEARIOS-TIA en la muntanyeta.
Martes 5 de junio a las 18h. Reunión del BLOQUE CRÍTICO ASAMBLEARIO el en la muntanyeta.
Viernes 8 de junio a las 19h. Proyección del documental: "Autonomía Obrera", sobre las luchas asamblearias de los trabajadores en los años 70s. Posterior debate sindicatos vs asambleas. En el Taller Tumbao: C/Arquitecte Guardiola 31-baix (Benalua)
Lunes 11 de junio a las 18h. Reunión de ASAMBLEARIOS-TIA en la muntanyeta.
Martes 19 de junio a las 18h. Reunión del BLOQUE CRÍTICO ASAMBLEARIO en la muntanyeta.
Martes 26 de junio a las 18h. Reunión de ASAMBLEARIOS-TIA en la muntanyeta.
Por un 15M obrero y anticapitalista
SOLIDARIDAD CON LOS DOCENTES. EXTENDAMOS LA LUCHA A TODOS LOS SECTORES.
A estas alturas, no hace falta recordar las duras medidas que la Generalitat está tomando tanto en contra de la EDUCACIÓN como servicio, como en contra de los trabajadores de este ámbito: despidos de interinos (se calculan 3000); aumento de los alumnos por clase; aumento de las horas de trabajo; recortes salariales; recortes en becas, comedores, servicios etc. A lo que se añade los recortes en la Universidad que suponen despidos de profesores y el "tasazo" a los estudiantes.
Pero no son ataques aislados ni en el sector, ni limitados al País Valenciano, ni siquiera circunscritos a España. Son ataques paralelos a los que toman contra los demás sectores, sean de servicios básicos (SANIDAD, DEPENDENCIA, ADMINISTRACIÓN...) como en la industria y el comercio.
No hace falta recordar la BARBARIDAD que supone la nueva Reforma Laboral que destruye derechos laborales y da carta blanca a empresarios y administración pública para despedir sin freno, recortar sueldos y cambiar condiciones de trabajo.
La respuesta tiene que ser MASIVA Y CONTUNDENTE tomando calles y plazas, hemos de unirnos TODOS: trabajadores afectados, padres, alumnos, vecinos, parados, estudiantes, jubilados... Es una contradicción que se convocara una huelga general un día aislado y después solo se convoca en educación y quizá más tarde en Sanidad, pero AISLADOS, CADA UNO POR SU LADO. Hay que acabar con convocatorias de un solo sector pues entonces la Generalitat o el Gobierno te aíslan.
En cambio, si somos muchos y estamos unidos, como pasó el sábado 12 por la noche, tuvieron que tragarse su ridícula prohibición de "a las 10 a casa".
El día 22 puede ser el principio de una lucha común.
El martes 22 de mayo se ha programado una acción general en la enseñanza.
¡Ampliemos la jornada de lucha a todos los sectores! ¡Que el martes 22 sea el principio de una movilización unitaria y general!
El área de Sanidad está sufriendo igualmente los ataques y los recortes, incluso más fuertes. Lo mismo sucede en servicios sociales y dependencia, en las Universidades, los desahucios, los parados, necesitamos luchar juntos.
La unidad se consigue mediante ASAMBLEAS GENERALES ABIERTAS donde entre todos -sindicados y no sindicados- podemos pensar y decidir los medios de lucha mejores y a las que todos nos comprometemos.
Celebremos Asambleas conjuntas a nivel de barrios donde nos unamos escuelas, institutos, centros de salud, hospitales, trabajadores, parados, estudiantes, vecinos...Desde ellas realizar acciones comunes y coordinadas con los demás barrios para decidir acciones generales.
HACIA LA UNIDAD DE TODOS LOS SECTORES. ORGANICEMOS ASAMBLEAS.
Los estudiantes de la Universidad de Sevilla (US) y la Universidad Pablo de Olavide (UPO) han cambiado el mundo. Se han armado de valores intemporales como la libertad, la igualdad o la utopía para reclamar el derecho a la Educación para los hijos de las clases trabajadoras. Cuentan los delegados de los alumnos que cuando convocaron las asambleas pensaron que acudiría la treintena que asiste normalmente a las asambleas estudiantiles.
Nadie pensó que los centros más conservadores, como las Facultades de Derecho, Ingeniería o Química, iban a votar en contra de los recortes y a favor de una huelga indefinida. Para conseguir la gesta, era obligatorio conseguir que 2/3 de las asambleas ratificasen el parón. Y de ahí al Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (CADUS), en el caso de la US. Improbable pero no imposible. Se equivocaron todos: los líderes estudiantiles, el profesorado, los universitarios, el rector, los decanos y la prensa. Los jóvenes han vuelto a reivindicar la utopía. La fuerza de sus sueños ha cambiado el mundo, únicamente levantando la mano y ejerciendo el derecho a voto.
En muchas facultades se tuvo que cambiar el lugar inicialmente elegido para la celebración de las asambleas. En principio, habilitaron aulas con capacidad para 200 o 300 personas que se quedaron pequeñas antes de la hora de la convocatoria. Las facultades fueron habilitando, en su mayoría, los salones de actos. Espacios en los que se congregaron más de 1.000 estudiantes cargados de razones. Nadie daba crédito. Las redes sociales empezaron a colapsarse de fotos y relatos que narraban la gesta. Estudiantes que afirmaban estar llorando al constatar que la utopía no estaba muerta. El civismo y el orden en el turno de palabra ya lo quisieran los diputados en el Congreso.
La propuesta inicial de los líderes estudiantiles era organizar la manifestación, contra los recortes en Educación, del 22 de mayo, "la única meta realista que se podía plantear". Se volvieron a equivocar. La indignación de los estudiantes pedía más contundencia. La prensa ultraconservadora ha conseguido movilizar a unos jóvenes que están siendo diana del fascismo con nudo de corbata. No han causado la crisis y no la quieren pagar. Tampoco son criminales y lo quieren demostrar.
Se fue votando, facultad a facultad hasta completar las 25 facultades de la US y las correspondientes de la UPO, si se paraban las clases durante quince días para exigir al Gobierno una rectificación. Había estudiantes que afirmaban que no tenían nada que perder. Que daban igual los exámenes porque aprobar no les aseguraba poder seguir estudiando el año próximo. Muchos universitarios estudian gracias a la beca. Y saben que este decreto es el fin de sus vidas académicas. Es imposible estudiar sin becas y con las tasas universitarias encarecidas en un 50 por ciento. Son hijos de albañiles en paro, de pescadores amarrados al muelle, de limpiadoras que ganan 700 euros, de funcionarios con sueldos recortados, de parados de larga duración. Son hijos de madres y padres sin formación. De la Andalucía o la Extremadura rural. Son hijos de los pobres. De las clases medias y trabajadoras. Pero, por encima de todo, son jóvenes conscientes, justos y luchadores.
Algunos profesores se solidarizaron con sus alumnos y se comprometieron a hacer la huelga indefinida junto a ellos, renunciando a sus salarios. Las asambleas de la US han sido una lección de dignidad de la generación mejor formada que no tiene ni presente ni, mucho menos, futuro. Ha habido facultades en las que votaron más de 1.200 alumnos y los votos favorables al parón fueron más del 80 por ciento.
La decisión democrática se entremezcló con una banda sonora tan hermosa como poderosa: abrazos a los profesores y entre los alumnos, consignas anti-recortes, aplausos, sonrisas cómplices, miradas de justicia y lágrimas de victoria. Han hecho acto de presencia cuando ya nadie los esperaba. Cuando los daban por aborregados o desinteresados de su porvenir. Al salir de las asambleas, continuaron abrazados, llorando y llenos de futuro: saben que han cambiado el mundo y trastocado los planes de los poderosos, a los que les estorban los hijos de los pobres en la universidad. Los universitarios sevillanos se han convertido en la vanguardia de la lucha estudiantil en el Estado español. Les querían robar la primavera y han cambiado el mundo.
Desde el Colectivo de Trabajadores de Valencia nos solidarizamos con la decisión combativa de los estudiantes en Sevilla y la solidaridad manifestada por sectores de profesores. Llamamos a que cunda el ejemplo, solidaridad y ampliar la lucha. La jornada del 22 es MUY INSUFICIENTE. Primero porque se limita a un día y segundo -y esto es lo más importante- porque se limita al único ámbito de la enseñanza. Hay que extenderla en el tiempo y sobre todo en el espacio: ganar a la lucha a la sanidad, a los trabajadores de los demás sectores, a parados, a jubilados, LUCHANDO JUNTOS GANAMOS TODOS.
Una precisión a esta crónica que hemos encontrado en https://www.paralelo36andalucia.com/ [109] , por desgracia, los estudiantes de Sevilla NO han cambiado el mundo, sin embargo, eso no les quita mérito pues han puesto un granito de arena muy importante en el largo proceso para lograr efectivamente cambiar el mundo.
[1] Para un balance del 15 M y los movimientos de ocupaciones que hubo en 2011 en diferentes países ver nuestra hoja internacional De la indignación a la esperanza https://es.internationalism.org/node/3349 [110]
[2] Se puede contactar con los compañeros en [email protected] [108]
[3] Contacto: [email protected] [111]
[4] Ver https://www.paralelo36andalucia.com/ [109]
[5] Esta información nos ha sido remitida por el Colectivo de Trabajadores de Valencia que añade al final un comentario que suscribimos en el sentido de que evidentemente la experiencia habida en Sevilla es una exageración decir que "ha cambiado el mundo" aunque, como dicen los compañeros, son un eslabón en la ingente cadena de esfuerzos que hemos de hacer para lograr cambiarlo.
Publicamos a continuación un artículo escrito por la sección en Gran Bretaña de la CCI que muestra que la crisis no se limita a España o a Grecia sino que tiene una naturaleza mundial. Si el problema es mundial la solución solo puede ser igualmente mundial.
Agradecemos la traducción a una compañera que junto a un equipo de compañeros colabora regularmente en la traducción de textos procedentes del inglés.
La cuestión de "la economía", es decir, el creciente desempleo, la deuda e inflación, la disminución de pensiones y sueldos etcétera, estuvo en el centro de las campañas de las recientes elecciones locales en Gran Bretaña, así como en las elecciones presidenciales francesas y las elecciones parlamentarias en Grecia. Todos los partidos que participan en estas, y otras elecciones burguesas, nos dicen que les votemos porque ellos pueden hacer frente a la crisis económica, mientras culpan a otros partidos por habernos metido antes en esta crisis. Todos ellos mienten. Cualquiera que sea la política que lleven, la crisis sólo puede ir a peor.
Gran Bretaña está oficialmente de nuevo en recesión, aunque el crecimiento ha sido tan lento en el último año que probablemente la mayoría de la gente no habrá notado mucha diferencia. David Cameron culpó a la actual Euro crisis; Ed Miliband culpó a David Cameron; Mervyn King no estaba seguro de si las cifras eran correctas pero decidió culpar a los consumidores a los que se les había prestado demasiado dinero por habernos metido en todo este embrollo. Por supuesto, nadie culpó al sistema capitalista.
A pesar del programa de austeridad sin precedentes para reducir la deuda de los gobiernos, el débil crecimiento puede incluso ver una crecida en los préstamos: "Destapando el nuevo pronóstico económico, la CBI dijo que la cifra global de préstamos, crecería de 126 billones de libras esterlinas a 128.2 este año, comparado con el pronóstico oficial de una caída de 120 billones. El préstamo extra sería muy superior a los 18 billones de consolidación fiscal planeada en 2012" (Daily Telegraph 3 de mayo de 2012).
Gran Bretaña no está sola en sus dificultades económicas: "Los comerciantes se estremecieron cuando el departamento de Trabajo estadounidense dijo que se habían creado menos empleos de los que esperaban los analistas y que el mercado laboral en su totalidad se había contraído. Las cifras junto con los datos económicos alarmantes mostraban que el sector servicios en Francia, Italia y España se había reducido en el último mes". (Telegraph 4 de mayo de 2012).
El desempleo en la eurozona es ahora del 10,9%. En España, alcanza en 24,4% con más de la mitad (un 51,1%) de personas con menos de veinticinco años sin trabajo.
A nivel global, el último informe de la Organización Internacional del Trabajo, declaró que "uno de cada tres trabajadores en el mundo, o aproximadamente 1100 millones de personas, están desempleadas o viviendo en la pobreza". Estima que en general, se necesitarían 50 millones de trabajos para volver a los niveles que existían antes de 2008.
Mientras la clase dirigente intenta presentar la crisis como un problema local, resolvible con sólo conseguir un gobierno adecuado, la extensa naturaleza de estos problemas muestra que son el producto de un sistema global en su más profunda crisis económica, mayor aun que la depresión de 1930, e incluso más inmune a ninguna solución, ya que las tormentas económicas por las que hemos atravesado desde 2008 son sólo la culminación de las dificultades que se han ido amontonando desde finales de 1960.
A pesar de trillones gastados en paquetes de rescate y las grandes cantidades de dinero inyectadas a la economía, la presunta "recuperación" está todavía al borde de un abismo. Los programas de austeridad que fueron llevados a cabo para reequilibrar la economía y saldar la deuda están empeorando aún más la situación. Gastar más es insostenible pero los programas de austeridad sólo se centran en la crisis.
Al final, es la clase trabajadora la que paga el precio de la crisis en forma de desempleo, recortes de sueldo, sobrecarga de trabajo y deterioro en los servicios sociales.
Mientras la economía continua su lenta desintegración los trabajadores harán frente a una elección: permanecer pasivos y hacer incluso más sacrificios para mantener un sistema sin esperanza o empezar a defender sus intereses colectivos, resistir a las exigencias del sistema capitalista y abrir las puertas a una solución real a una economía que se encuentra en un callejón sin salida: la transformación revolucionaria de la sociedad.
World Revolution sección de la CCI en Gran Bretaña
Presentamos a continuación un balance realizado por un compañero que participó de la experiencia del grupo Emancipación Obrera en Argentina. El momento álgido de la existencia de este grupo fue los años 80 aunque como aclara el compañero sus orígenes se remontan a finales de los años 60.
Lo que animó a este compañero a escribir su contribución fue el texto Propuesta internacional a los partidarios de la revolución mundial que publicamos en nuestra Revista Internacional1 acompañado de nuestra respuesta.
En ella, los compañeros de Emancipación Obrera además de un análisis de la situación del capitalismo y de la lucha de clases, hacían un llamamiento a establecer medios de colaboración internacional entre las minorías más avanzadas del proletariado, propuesta que en esencia sigue siendo válida hoy.
En la CCI acogimos con entusiasmo la propuesta aunque simultáneamente expresamos nuestros matices y demandas de clarificación, lo que se hace necesario para afinarlo y situarla sobre bases sólidas. Desgraciadamente, el intento no prosperó porque los demás grupos del medio proletario entonces existente2 no se dignaron siquiera responder y los contactos que tuvimos con Emancipación no lograron cuajar.
El compañero hace balance de la experiencia de forma extremadamente lúcida y sincera. Nos sentimos identificados con mucho de lo que dice y pensamos que es un testimonio muy valioso no solo para nosotros sino para muchos compañeros que en diferentes ciudades, diferentes países, tratan de animar una genuina respuesta revolucionaria que se desmarque de las falsas alternativa de los que se dicen "nuestros representantes": la izquierda y la extrema izquierda del Capital.
Pero creemos que no es un ejercicio de nostalgia, el compañero señala claramente que esta "mirada atrás" tiene como fin contribuir a la lucha en la situación actual, proporcionar elementos a las generaciones jóvenes que hoy se suman al combate. Esto es sin duda lo más importante.
El compañero corrige ciertas inexactitudes contenidas en nuestra toma de posición de entonces debidas como el mismo dice a una insuficiencia de información, lo cual agradecemos profundamente.
En el curso del relato se podrá encontrar tal o cual análisis que necesitaría una mayor aclaración o precisión. Pero eso podrá ser abordado en un debate vivo al cual animamos al compañero a la vez que vemos necesaria una colaboración fraterna y un contacto en pro de contribuir a la lucha del proletariado en una situación como la actual cada vez más dramática.
CCI 31-5-12
1 Ver https://es.internationalism.org/node/3069 [114]
2 Nuestros lectores se preguntarán ¿qué es y quién lo constituye ese "medio proletario"? Más que responder nosotros preferimos remitir a la Propuesta de los compañeros de Emancipación Obrera que en el apartado ¿A quienes hacemos esta propuesta? definen de forma bastante clara los criterios que delimitan el medio proletario.
¿Que sucedió con Emancipación Obrera? ¿Desapareció por su actividad, activista? ¿Queda alguna simiente de dicho grupo? y como lo considero un sentir genuino, intentaré dar algunas precisiones, aunque con un cierto grado de ambigüedad respecto a detalles.
Comenzaré con una precisión respecto a lo dicho por la CCI, y que también tiene su importancia para entender gran parte de las causas de su fin. La CCI sitúa el inicio de la historia de EO luego de la guerra de Malvinas.
No fue así. Su historia empieza con la lucha de una minoría muy reducida de estudiantes universitarios contra el gobierno militar de Onganía, en 1968, cuando la mayoría de la población veía con buenos ojos el golpe de estado de 1966 y los partidos (disueltos) y sindicatos le daban apoyatura.
Ya en ese entonces éramos concientes que el futuro de todo estaba atado a la clase obrera y a lo que esta hiciera o no hiciera.
Mayo de 1969 fue un punto de inflexión respecto a las luchas y a la percepción de la población sobre la dictadura militar: luchas estudiantiles que desembocan en un muerto en Corrientes, una ciudad al noreste de Argentina, no muy grande. Luego otro asesinado, en una movilización que organizamos en Rosario, con gran impacto pues eso motivó que en Rosario se hiciera una marcha masiva, ya sí con sectores de la juventud trabajadora: nos respondieron con cinco muertos, asesinados por las balas.
Y el 29 de mayo en Córdoba se da la gran lucha obrera -estudiantil conocida como "el cordobazo". Luego en septiembre vendría algo similar en Rosario, conocido como "el rosariazo" y finalmente al año siguiente en Córdoba nuevamente, conocido como el vivorazo.
Veré si retipeo el escrito "Mayo de 1969, La llama que no ardió" , una historia de aquella época escrita en el 20 aniversario del cordobazo (o sea en 1989). Es medio largo pero calculo que puede llegar a interesar, no sé si a ustedes, pero sí a la juventud de aquí.
Producto de aquella convicción y del clima de radicalización que comienza a llegar también a la clase obrera, se funda un grupo político ya no estudiantil, sino orientado a la tarea en las fábricas: Mesa de Trabajo por la Emancipación Obrera.
Muchas luchas entonces, siempre tratando de hacer salir del economicismo, del sindicalismo, del democratismo, de las consignas de liberación nacional y social. Y como ese grupo aparecen grupos en Córdoba, en Rosario, y en otras ciudades, especialmente en cordones industriales. Muy pocos y sin peso en Buenos Aires, clave para cualquier movimiento que trascienda, Talón de Aquiles de todos los esfuerzos.
La represión fue en creciendo. Las movilizaciones también. Por cada muerto que teníamos, mil se sumaban al combate. La consignas centrales eran "liberación o dependencia", "Ni Golpe ni Elección, Revolución", a la primera contraproponíamos "liberación del sistema de trabajo asalariado o explotación", y a la segunda "ni golpe ni elección, revolución socialista"
Pero en 1972 triunfa la opción de Elección, Perón viene como prenda de paz a pacificar, y luego del breve interregno del gobierno de Cámpora, en realidad desde ese mismo momento, la derecha comienza a reprimir clandestinamente y desplazar a los sectores de la izquierda peronista y finalmente Cámpora renuncia, nuevas elecciones, sube Perón y el proceso de desmovilización avanza y las posturas clasistas y anticapitalistas empiezan a perder sus fuerzas cada vez más rápidamente.
Muerto Perón, aún en democracia, mostrando la verdadera cara de la democracia, se reprime cada vez más, no sólo clandestinamente a través de la "Triple A" (Alianza Anticomunista Argentina, conformada por grupos parapoliciales, civiles de derecha, etc.). Se hace desde diversas gobernaciones provinciales y el estado nacional. Incluso desde el mismo poder democrático se menciona la palabra aniquilar la subversión. Y recordemos que la palabra no se refería simplemente los grupos armados (peronistas de izquierda, trotskistas de izquierda, etc) -lo que igual es aberrante plantear la aniquilación- sino la militancia en general (social, gremial, estudiantil, cultural).
Luego viene el golpe de estado cívico-militar genocida en 1976
La mayoría de los grupos aparecidos en aquel proceso de radicalización desaparecen, incluyendo todos los grupos que de alguna manera, con diferencias y contradicciones, podrían definirse como anticapitalistas.
Muchos compañeros de lucha y conocidos, muertos en ese proceso, la mayoría desaparecidos o detenidos desaparecidos, una metodología nueva para aquí, terrible. Los que pueden, escapan y van al exilio. Los que quedan en Argentina, a tratar de no ser detectados, a sobrevivir pasando desapercibidos (y no me refiero a los activistas de grupos armados -nosotros no estábamos de acuerdo con ellos por varios motivos, uno su programa reformista, otro porque con esas tácticas se condenaban a ser derrotados pues no éramos un país feudal o atrasado como China o como la propia Cuba y el Estado era demasiado fuerte para pretender derrotarlo con una minoría armada-, me refiero a la militancia en general, incluso a meramente reformista)
En el caso nuestro muchos seguíamos con las mismas ideas, pero ni posibilidad había de sacar un volante, no por la represión, pues todos los volantes, documentos y revistas siempre los hicimos nosotros, clandestinamente, pues nacimos bajo dictadura militar y represión, incluso fabricábamos partes de mimeógrafos manuales en las mismas fábricas que trabajábamos, de manera tal que cada grupo pudiera tener un medio de expresarse y no tener algo centralizado que era peligroso.
No se pueden sacar más volantes porque nadie quiere leerlos, tienen miedo de tener un papel en la mano que hable de política, salvo, claro, la política de apoyo al régimen.
Así que a pocas semanas del golpe militar del 76 dejamos de militar, pero varios estábamos, esperando ver qué hacer.
Y ese qué hacer vino con el mundial de fútbol de 1978, donde mucha gente se indigna por el uso que se le da, ya por otro lado empezaba a tomar estado público el tema de las desapariciones, las represiones, etc. y por supuesto la impunidad patronal respecto a sus trabajadores.
Aún nadie quiere agarrar un volante político así que decidimos hacer una revista de lucha "cultural", de hablar de distintos temas metafóricamente, se llamaron "Cuadernos para Pensar y Actuar", ni fecha de salida le poníamos, para que no se pudiera rastrear su origen.
Y así estuvimos varios años, de 1978 a 1983, sacando periódicamente los Cuadernos, hasta que llegó la toma de las Malvinas, donde lamentablemente la mayoría de la población apoyó, especialmente por el apoyo dado por la izquierda al gobierno militar.
Pero nosotros no podíamos quedarnos sin decir nada, así empezamos a activar contra la guerra, aún cuando nadie creía que habría guerra, impulsado la derrota de nuestra propia clase dominante incluso de existir una guerra. Sacamos volantes, nos peleábamos con medio mundo, incluso nuestras familias.
Y finalmente hubo guerra y bueno, seguimos con lo mismo, siendo acusados de antipatriotas, traidores (lo que era un orgullo para nosotros pero también motivo para tener cuidado pues durante la guerra la traición a la patria se castiga con el fusilamiento, en juicio sumarísimo)
La derrota del gobierno militar abre una nueva posibilidad. El gobierno militar entra en crisis. La salida democrática es inminente. Había nuevamente que plantear ni golpe ni elección, revolución social. Y allí decidimos empezar a firmar de nuevo con un nombre los volantes (durante la guerra poníamos nombres ambiguos, para que no se nos rastreara) y en el momento de elegir la firma, suprimimos lo de Mesa de Trabajo y directamente nos pasamos a llamar "Emancipación Obrera".
El hecho de que compañeros estuvieran exiliados facilitó que nuestros volantes circularan por Europa, especialmente Italia, Gran Bretaña y también fuera de Europa, en México.
Y allí vimos la necesidad de trata de vincularnos con gente de afuera, para potenciar los esfuerzos
El nuevo advenimiento de la democracia trajo algo de respiro respecto a la represión, pero el clima era otro al de los sesenta y principios del 70: de derrota, de retroceso, de despolitización, aún de miedo en la gente.
También lo económico -nuestros ingresos- asfixian nuestras posibilidad de vincularnos, de imprimir materiales, viajar a ciudades, no obstante de a poco vamos fortaleciéndonos aunque aún lejos del nivel alcanzado entre 1969-1973, pues en definitiva no éramos un grupo de iluminados o de intelectuales o de profesionales de la política o sindicalistas. Y estábamos atados a la situación real de nuestra clase: no podíamos ir muy lejos en nuestros planteos pues quedábamos como descolgados o meramente contestatarios o testimonistas (no creo que se diga así), pero tampoco podíamos estar sometidos a la conciencia real del momento, economicista, individualista, etc.
Anoche justamente, lo que son las casualidades de la vida, leía "La llama que no ardió" (no la leía desde mayo de 1989, momento en que sale impresa) y me sorprendió cómo preanunciábamos lo que iba a ocurrir, con los asaltos de los supermercados y la entrega anticipada del gobierno de Alfonsín, y cómo el liberalismo avanzaría avasallante, las privatizaciones que luego vendrían en los 90
A tal punto fue ajustado lo que escribíamos, que cuando estábamos en Córdoba para repartir un volante de conmemoración del aniversario, en mayo de 1969, y colocar el folleto que mencioné -de sesenta páginas-, ocurren los primeros asaltos a los supermercados y algunos compañeros y compañeras nos vemos metidos casualmente en los momentos previos al asalto a uno de los primeros
Fue un golpe muy duro para nuestro grupo lo que ocurrió en esos días. Ya en aquel folleto nos habíamos referido a los asaltos a los supermercados ocurridos tiempo antes en Venezuela y Brasil y las diferencias con las luchas de fines de los sesenta y el cordobazo y el rosariazo: la gente no iba a robar, no estaba desesperada, no estaba con hambre, luchaba por un cambio político y social, tenía trabajo, rompía vidrieras, sí, pero no para robar, sino en repudio a los grandes grupos económicos, etc. Quemaba autos en las concesionarias, esos mismos autos que fabricaba y que le estaban vedados (el grueso de los obreros justamente eran de las grandes fábricas automotrices)
Y recuerdo como si fuera hoy que dos o tres días de que empezaron esos asaltos, sabiendo que en una fábrica y vecindad estaban armando un asalto a un supermercado, así como en otros lugares, decidimos sacar un volante para contextualizar el tema y para evitar que hubiera acciones que podían terminar más muerto y que no tenían perspectiva. Y la cinta de la máquina de escribir eléctrica -máquina que nos había costado una fortuna en cuotas, pero le daba otra presencia a los materiales (ya para ese entonces hacía años que usábamos el offset)-, la cinta se había terminado. Y cuando quise ir a comprarla, producto de la terrible hiperinflación que estábamos viviendo ¡equivalía casi al sueldo básico de un trabajador!. Ni se imaginan lo que era no poder comprar una cinta de la máquina de escribir para sacar el volante. Lo que se siente.
Recuerdo que me agarró una desesperación, me caían lágrimas de bronca, de impotencia, y me pregunté, tantos años militando -mis compañeros y compañeras, yo, y miles y miles- para llegar a esto!
Dicho sea al pasar, en aquellas épocas, un compañero exiliado en Italia de vez en cuando mandaba un billete de 10 dólares o de 50, era una fortuna que nos servía para comprar papel, tinta. En fin. El volante salió volviendo a medios más precarios.
Y seguimos, tratando de no ver el futuro negro, insistiendo el la lucha por la aparición con vida de los detenidos desaparecidos, no a la impunidad, haciendo eje en la resistencia al capital y planteamos la necesidad del Rearme político e ideológico, combatiendo las salidas democráticas y nacionalistas, con la esperanza de que aparecieran personas con ideas similares que las luchas de clase se retomaran. Sacamos una revista que llamamos Argumentos y luego otra Rearme
Pero las luchas eran demasiado pocas, demasiados defensivas, ya orientadas por la recuperación del trabajo perdido, contra algunas nacionalizaciones, y así la misma clase obrera va perdiendo incluso su peso económico, numérico. Por ejemplo un sector históricamente combativo, el ferroviario, ante la privatización de los ferrocarriles resiste y la consigna de Menem -presidente que gana las elecciones y toma el gobierno antes, ante la renuncia precipitada de Alfonsín, dice "ramal que para, ramal que cierra" y la cumple. Más de 40.000 obreros ferroviarios quedan en la calle, sin trabajo, nunca más podrían ser ferroviarios. Los ferrocarriles fueron destruidos por el menemismo, salvo líneas de carga para llevar los productos agropecuarios a los puertos de bahía blanca, rosario, san lorenzo, buenos aires.
Centenares de fábricas cierran, millones sin trabajo, algunos ponen un kioskito o un pequeño negocio con las indemnizaciones hasta que se terminan consumiendo su capital y empiezan a engrosar no ya los desocupados, sino los excluidos, los marginados.
El triunfo del "sálvese quien pueda", del neoliberalismo, del individualismo, y en nosotros mismos la militancia se va tornando cada vez más agobiante. Acostumbrados desde siempre de remar contra la corriente, la situación es mucho peor, sólo sobrevive la lucha por los derechos humanos, contra la impunidad, y no mucho más
En ese contexto el grupo se va achicando, y supongo que por 1997, ante algunas situaciones personales de algunos de los militantes más activos, incluyendo alguna muerte, dejamos de sacar el periódico y a partir de allí el grupo se desmiembra, no porque fuera absorbido por alguna de las distintas tendencias que se mencionan en algún comentario, que nunca tuvieron ningún peso en Argentina, ni por otros grupos del medio, sometidos al capital. Simplemente sin darnos casi cuenta (o mejor dicho sin hablarlo, pues darnos cuenta nos dábamos), dejamos, sin abandonar las ideas, esperando tal vez un momento mejor, o tener más fuerzas. Cansancio, agobio, falta de fuerzas personales. El festival de la democracia nos llevaba a la emboscada final. Y sin sentir de poder hacer algo para evitarlo.
Fueron muchos años donde lo dejamos todo, la vida personal, la familia, el tiempo libre, en aras de una causa. Pero la historia no se dio como queríamos y sin arrepentirnos de lo que hicimos, de hecho yo me siento orgulloso de ello, y sin renegar de nuestras banderas, fuimos perdiendo contacto unos con otros, dedicándose cada uno en rearmar su vida (armarla en algunos casos, pues muchos abandonaron los estudios universitarios ya en los 70, sea para salvar la vida, sea para luchar por la causa, otros pasaron a figurar en listas negras en las fábricas, imposibilitándolos de conseguir trabajo más o menos estable acorde a sus experiencias, otros al cerrar las fábricas y tener más de 45 años les ha sido muy difícil conseguir trabajo, y así una larga lista).
Por supuesto tuvimos fallas, obviamente no supimos resolver muchas cosas. Pero cuando de vez en cuando nos encontramos entre algunos, tenemos la alegría de seguir defendiendo interiormente lo mismo, no sé si a espera de un tiempo mejor o desando que otros mejores que nosotros tomen nuestras banderas.
Pero hoy hay algo muy bueno. Argentina está viviendo un proceso distinto, de politización. Seguramente desde un purismo intelectual no se alcance a ver que se está abriendo una fisura al dominio del liberalismo, del individualismo, de la conciliación de clases. Pero algo empieza a pasar en la juventud.
Para nosotros, que somos una generación (militante) que fue derrotada, gran parte desaparecida o matada, y que fue sucedida por generaciones posteriores sometidas, totalmente despolitizadas, absolutamente integradas, el que sectores de estas últimas generaciones comiencen a participar de enfrentamientos con grandes sectores del poder hegemónico (sector agropecuario, los grandes medios de comunicación, etc) si bien no implica aún nada anticapitalista, es un cambio importante respecto al parate anterior. Y si se da que en los países centrales producto de la crisis comienza a existir un alza de la lucha de clases, el panorama puede ser auspicioso y en ese sentido, no tengo dudas que "alguna simiente", no sólo de Emancipación Obrera, sino de otros grupos que ustedes nunca llegaron a conocer porque sucumbieron mucho antes de Malvinas, se incorporarán a ese proceso.
De hecho de vez en cuando uno se entera de jóvenes, especialmente del proceso abierto por el kircherismo, que mencionan al marxismo o a Marx no como el cuco sino de alguien que hay que leer. No implica aún un proceso de radicalización ni que se levanten banderas como la principal nuestra, abolición del trabajo asalariado, pero al menos empieza a existir un debate hasta hace poco inexistente.
Para ir terminado con este comentario, respecto al MCR que figura en la propuesta, es un grupo que se forma por ese entonces creo que con algunos simpatizantes de GCI, que están marcados más que por Argentina por Uruguay y que nos conocemos de casualidad, también gracias a un exiliado de un país nórdico, y hacemos juntos un material sobre las tareas del proletariado en Uruguay (en forma de librito), algún que otro volante y la propuesta internacional, pero no puedo decirles qué ha sido de ellos, pues ya antes de dejáramos de sacar nuestro periódico no teníamos relaciones por diferencias que tuvimos con el GCI (incluso recuerdo que en Europa nos habían acusado no recuerdo quienes, de haber influido para provocarles una fractura de ellos, etc.), lo que por supuesto nos dio mucha risa: "un fantasma recorre Europa, el fantasma de Emancipación Obrera"
Por último, nunca fuimos ni nos propusimos ser un sello. Es fácil ser un sello, producir materiales, mirar las cosas desde arriba y decir a cada uno lo que debe hacer, sin inserción real, sin compromiso concreto con nuestra clase. Por supuesto que ello puede verse -y descalificarse- como activismo. Y sí, nosotros hemos estado allí donde hemos considerado que podíamos ayudar, contribuir, en huelgas, luchas, en la calle, en barricadas, en marchas, en asambleas, en donde pudiéramos estar. Incluso en luchas en ciudades donde no teníamos compañeros, hasta tenerlos. Y siempre defendiendo las mismas posiciones, no por necedad, sino por convicción. Con objetivos que se pueden compartir o no, pero son claros y contundentes. Y defendidos desde 1968 hasta el último material que haya sacado tanto EO como algún compañero o compañera nuestra allí donde puede.
¿Cómo colaborar con la lucha de la CCI? ¿Cómo hacerse miembro?
La gravedad de la situación aumenta de una forma obvia. La economía capitalista mundial, tras cuatro décadas tratando de gestionar su crisis abierta, se deshace ante nuestros ojos. La perspectiva planteada por la destrucción medioambiental aparece más sombría a cada nuevo hallazgo científico. Guerra, hambre, represión y corrupción forman parte de la vida cotidiana de millones de personas.
A su vez, la clase trabajadora y otras capas oprimidas de la sociedad están comenzando a resistir las exigencias capitalistas de sacrificio y austeridad. Revueltas sociales, ocupaciones, manifestaciones y huelgas están estallando en toda una serie de países, del norte de África a Europa y de Norteamérica a Sudamérica.
El desarrollo de todos estos conflictos y contradicciones confirma más que nunca la necesidad de la presencia activa de una organización de revolucionarios, capaz de analizar rápidamente la evolución de la situación, hablar claramente con una voz unificada por encima de fronteras y continentes, participar directamente en los movimientos de los explotados y contribuir en la clarificación de sus métodos y fines.
No es ningún secreto que las fuerzas con las que cuenta la CCI son extremadamente limitadas comparadas con las responsabilidades a las que nos enfrentamos. Estamos siendo testigos de la aparición a nivel internacional de una nueva generación en busca de respuestas revolucionarias ante la crisis del sistema, pero es esencial para aquellos que simpatizan con las posiciones generales de nuestra organización el contactar con la CCI y contribuir en la medida de sus posibilidades.
No estamos hablando aquí de unirse a nuestra organización, aunque volveremos más adelante sobre ello. Apreciamos cualquier tipo de contribución y apoyo de quienes coincidan de forma general con nosotros.
Primero, discutiendo con nosotros. Escríbenos, ya sea por carta, mail, o participando en el foro de nuestra Web (https://es.internationalism.org/) [25]. Ven a nuestras reuniones públicas, o a las que hacemos con contactos. Plantea cuestiones sobre nuestras posiciones, análisis, sobre la forma en que escribimos, el funcionamiento de la Web, etc.
Escribe en nuestra Web o publicaciones, ya sea informando de actos en los que has participado, de la situación en tu centro de trabajo, sector o barrio, o con artículos más desarrollados, contribuciones teóricas, etc.
Ayúdanos a hacer traducciones en o desde las diferentes lenguas en las que escribimos: inglés, francés, español, alemán, holandés, portugués, húngaro, sueco, finlandés, ruso, turco, bengalí, coreano, japonés, chino y filipino. Existe una gran cantidad de artículos para traducir, incluyendo algunos de los textos más básicos de nuestra organización. Si eres capaz de hacer traducciones háznoslo saber.
Participa en nuestras actividades públicas: vendiendo o distribuyendo nuestra prensa u hojas en piquetes, manifestaciones, ocupaciones. Ayúdanos a intervenir en actos políticos, acude tú mismo a ellos y defiende posiciones revolucionarias; contribuye en discusiones en foros de Internet en los que participamos regularmente, como www.libcom.org [121], o www.revleft.space [122] (en concreto el foro sobre la izquierda comunista: www.revleft.space/vb/group.php?groupid=9 [123].), www.red-marx.com [124], www.kaosenlared.net [125], etc.
Si conoces gente que también esté interesada en discutir acerca de política revolucionaria y la lucha de clase forma círculos de discusión, foros de lucha de clase o grupos similares, en los que estaríamos encantados en participar y contribuir.
Contribuye con tus habilidades y recursos: fotos, recursos gráficos, conocimientos de informática,...
Contribuye a superar nuestras limitadas posibilidades económicas haciendo donaciones regulares, suscribiéndote a nuestra prensa, tomando copias extras para venderlas tú mismo a conocidos, o para dejarlas en librerías.
Damos la bienvenida de forma entusiasta a las solicitudes de compañeros que quieren llevar su apoyo a la organización a un nivel más alto ingresando en ella.
Mientras que no todos los simpatizantes ingresarán en la organización, pensamos que ingresar en esta significa tomar parte en la lucha proletaria en toda su dimensión. El proletariado es por naturaleza una clase cuya fuerza reside en su capacidad para la organización colectiva, y esto es especialmente válido para sus elementos revolucionarios, que siempre han buscado unirse en organizaciones para defender la perspectiva comunista contra el peso enorme de la ideología dominante. Ser miembro de la CCI posibilita que los compañeros participen directamente en las reflexiones y discusiones que constantemente se llevan a cabo en nuestra organización y contribuir de la forma más efectiva a nuestra intervención en la lucha de clase. Para dar forma a los análisis y la política de la CCI, el lugar más útil para el militante individual es dentro de ella, mientras que para la organización como un todo, sus militantes son un recurso irreemplazable con el que contar y a través del cual puede desarrollar sus actividades a escala mundial.
Antes de unirse a la CCI, es esencial para cualquier compañero el tener una discusión profunda sobre nuestras posiciones políticas fundamentales, ensambladas de forma coherente por el marxismo y contenidas en nuestra plataforma (https://es.internationalism.org/node/145 [126] ), de modo que los que ingresan en la CCI lo hacen desde una convicción genuina y son capaces de defender nuestras posiciones políticas porque poseen una comprensión real de estas. Es igualmente importante el discutir nuestros estatutos organizativos y aceptar los principios básicos y reglas que guían nuestro funcionamiento: cómo nos organizamos de forma colectiva a nivel local, nacional e internacional, el papel de los congresos y los órganos centrales, cómo conducimos los debates internos, qué se espera de nuestros miembros en términos de participación en la vida de la organización, y otras cuestiones. Las líneas básicas contenidas en nuestros estatutos se pueden encontrar en el texto "Estructura y funcionamiento de la organización revolucionaria" (https://es.internationalism.org/node/2127 [127] ).
En este sentido, nos situamos en la tradición del partido bolchevique, para los que un miembro era quien no únicamente estaba de acuerdo con el programa del partido sino quien tenía la voluntad de defenderlo a través de las actividades de la organización, y que por tanto esté preparado para adherirse al modo de funcionamiento recogidos en sus estatutos.
Se trata este de un proceso que no tiene lugar de un día para otro sino que lleva tiempo y paciencia. Al contrario que los grupos izquierdistas, trotskistas y otros, que falsamente se reclaman como descendientes del bolchevismo, nosotros no buscamos 'reclutar' a cualquier precio, y por tanto terminando con miembros que no son más que peones de las maniobras burocráticas de la dirección. Una organización comunista real puede únicamente florecer si sus miembros poseen una comprensión profunda de sus posiciones y análisis, y son capaces de tomar parte en el esfuerzo colectivo de aplicarlos y desarrollarlos.
La política revolucionaria no es un hobby: implica el compromiso intelectual y emocional que demanda la lucha de clase. Pero tampoco es una actividad monacal, al margen de la vida y las preocupaciones del resto de la clase trabajadora. No somos una secta que busque regular cada aspecto de la vida de nuestros militantes, convirtiéndolos en fanáticos incapaces de cualquier pensamiento crítico. Tampoco esperamos que cada militante sea un 'experto' en todos los aspectos de la teoría marxista, o que necesariamente tenga una gran capacidad para escribir o hablar en público. Somos conscientes de las diversas capacidades de los militantes en diferentes áreas. Nos basamos en el principio comunista de que de cada uno contribuye según sus medios, siendo la actividad colectiva la manera de canalizar todas las energías individuales de la forma más efectiva.
La decisión de entrar en una organización revolucionaria no puede tomarse a la ligera. Pero unirse a la CCI significa ser parte una lucha fraternal mundial por un fin común; el único fin que realmente ofrece un futuro a la humanidad.
CCI, abril 2012.
Ponemos en conocimiento de nuestros lectores una iniciativa muy interesante de los compañeros del Colectivo de Trabajadores de Valencia, un debate sobre el marxismo, en el cual participaremos activamente. Nos parece de la mayor importancia que este tipo de iniciativas se extiendan y llamamos a hacerlo a compañeros interesados, colectivos etc., les brindamos por supuesto toda nuestra colaboración
CCI
Debate público: el miércoles 13 de junio de 2012, a las 19:30 h.
Lugar: en sala "Arte & Facto", C/ Pie de la Cruz, 8. Valencia.
(Junto a Av. Barón de Carcer/Mercado Central)
Balance crítico de los movimientos alternativos al capitalismo (1: el marxismo)
En el último debate que realizamos se acordó discutir sobre los movimientos alternativos al capitalismo: fundamentalmente el marxismo y el anarquismo.
Se trata de verlos de manera crítica, viendo lo que han podido aportar de positivo pero igualmente reconociendo errores y limitaciones. Todo ello con un claro objetivo práctico: responder a la pregunta que a muchos nos agobia, si bien sabemos lo que no queremos -el capitalismo- nos cuesta descubrir qué queremos.
Referente al marxismo hay algunas preguntas que podrían hacerse:
¿Se podría identificar el marxismo con los regímenes llamados comunistas que imperaron en la URSS o actualmente en China, Cuba etc.?
¿Cómo ve el marxismo la cuestión del Estado?¿Está por su utilización o por su destrucción?
¿se limita el marxismo a un análisis económico- político o tiene en cuenta los factores culturales, morales, éticos?
A través del debate podremos aportar entre todos respuestas o al menos dudas o pistas que nos aclaren.
Colectivo de Trabajadores de Valencia - si no puedes venir toma contacto con nosotros. Nos encontrarás en las manifestaciones, concentraciones y asambleas, pero igualmente en nuestro mail: [email protected] [111]
Reseña de la lucha de los estudiantes en Canadá. Agradecemos a un simpatizante su colaboración en traducción del francés
Ya han pasado casi cuatro meses desde que los estudiantes quebequenses se movilizaron contra el aumento de los gastos de matrícula, fuera del país esta lucha es muy poco conocida porque los medios de información la han sometido a un black out casi unánime. El aumento de casi el 80 % se suma a los aumentos anteriores y, con la actitud provocadora y represiva del gobierno de Charest, los estudiantes luchan al grito de "Manifestación todas las noches hasta la victoria," no están dispuestos a aceptar pasivamente tal medida. Si bien desde el principio, la mayoría de los medios de comunicación trataron el tema desde el punto de visto ideológico "la popularidad o impopularidad" de la huelga en Quebec1 , el movimiento por su parte, ha manifestado una tendencia generalizada a ir más allá del sector de la educación.
Para entender mejor el contexto de este movimiento recordaremos las medidas tomadas por el gobierno en los últimos años y las condiciones actuales para los estudiantes.
En estos tiempos de austeridad impuesta por la quiebra histórica del sistema capitalista2, el aumento en la matrícula, así como todas las medidas de reducción del déficit, no es nada nuevo o específico de Quebec. En 1990, el segundo gobierno de Robert Bourassa rompió la congelación de los gastos de matriculación establecidos en 1968 a $ 540 USD por año, para elevarlos a $ 1.668 USD por año (tres veces más). Luego, en 2007, fue el turno del gobierno de Jean Charest (centro derecha) para continuar con esta tendencia con un aumento de $ 500 CDN por 5 años, con lo que el proyecto de ley pasa a 2168 dólares CAN para el año escolar en 2011 -2012. Con estas tasas de escolaridad (aunque están por debajo del promedio en los EE.UU.), muchos estudiantes dejan de tener acceso a la educación superior. En este país, el 80 % de los estudiantes trabajan y estudian a tiempo completo, a pesar de que la mitad de estos estudiantes viven con 12 200 dólares al año (con una línea de pobreza para una persona soltera de 16 320 dólares en 2010!).
En el presupuesto de Quebec que presentó el 18 de marzo 2011, el gobierno de Charest confirma su intención de aumentar la matrícula en 1.625 dólares en cinco años, pasando a cerca de $ 4,500 al año en 2016. Tras este anuncio, la reacción no se hizo esperar. El 31 de marzo 2011, una manifestación reúne a varios miles de estudiantes en Montreal y, por iniciativa de la FEUQ3, un campamento se levanta cada fin de semana frente a las oficinas del Ministerio de Educación.
¿Era esta acción adecuada para permitir al movimiento de extenderse mediante la búsqueda de solidaridad? Nada es menos seguro. El hecho es que no se produjeron acontecimientos significativos durante un año. No fue hasta el 22 de marzo 2012 en que una manifestación de estudiantes sorprendía por su magnitud. Entre 200 000 y 300 000 personas participaron, uniéndose estudiantes y trabajadores en el centro de Montreal. Las reivindicaciones expresadas se inscribían en un movimiento histórico mucho más amplio. Algunos hablan de la "Primavera de arce", como comparación con las revueltas en los países árabes. La base de la ira que se expresa es mucho más extensa que el aumento de las tasas universitarias, y la solidaridad con el movimiento Occupy de Estados Unidos (pero con repercusiones minoritarias en Canadá) se muestra claramente. Este movimiento demuestra que incluso en un país que no es reputado por la amplitud de los movimientos sociales, la movilización, impulsada por las condiciones de vida cada vez más difíciles, gana una parte creciente de la población. El 07 de abril, en una serie de conferencias en Montreal, Gabriel Nadeau-Dubois, portavoz de la Coalición Amplia de la Asociación por la Solidaridad Sindical Estudiantil (CLASS) reconoce la magnitud del movimiento : "Nuestra huelga no es el caso de una generación, no es un caso fortuito es el asunto de un pueblo, es el asunto de un mundo. Nuestra huelga no es un hecho aislado, nuestra huelga es sólo un puente, es sólo una parada en un camino mucho más largo. "Para el gobierno de Charest, está claro que No hay que dejar que los estudiantes llenen las calles, con el riesgo de encontrar la solidaridad con otros sectores y que el movimiento adquiera una importancia aún mayor4 Esto ha llevado al gobierno a aprobar una ley el 18 de mayo, llamada "ley78" que prohíbe cualquier manifestación sin previo aviso. El esquema de esta Ley "especial" dice : "Se prohíbe cualquier reunión a menos de 50 metros de las escuelas (es decir, la prohibición de piquetes de huelga delante de las s universidades) ;
Para el gobierno de turno, se trata de golpear fuerte para romper la movilización y para recordar a los manifestantes que es el gobierno quien hace la ley. Estas tácticas represivas nos recuerdan la violencia que enfrentaban los manifestantes españoles o griegos en los principales movimientos en los últimos meses5. En Francia, recuerda la violencia con la que la policía actuó para intimidar a los estudiantes y los alumnos de bachiller que se manifestaban en Lyon en 2010.Ella no había vacilado en aislarlos durante largas horas en el Bellecourt para finalmente liberar a uno por uno después de su identificación6. Se veía bien que era un experimento de intimidación, para asustar a los manifestantes y quebrar su combatividad. Es probable que este sea el resultado que esperaba conseguir el gobierno de Bill Charest 78.
Obviamente, los eventos no han progresado como esperaban los políticos de Quebec. Lejos de "romper" el movimiento y poner a los estudiantes en línea, estas "medidas especiales" fueron recibidas como una provocación por los manifestantes, que ha tenido el efecto de amplificación y radicalizar el movimiento. Por tanto, la hora es del desafío y las "caceroladas".
Para los manifestantes en Quebec, se trata de responder de forma espontánea a la provocación por parte del gobierno... con manifestaciones provocativas! Y en ese juego, el estado es muy fuerte : " Cerca de 700 personas fueron detenidas en la noche del miércoles al jueves en Montreal y Quebec City después de las protestas consideradas ilegales por la policía. De las 518 detenciones efectuadas en el marco de la 30 ª noche consecutiva de protesta en la ciudad, había 506 arrestos y detenciones de los 12 grupos aislados, incluyendo 14 en el Código Penal y la ley que prohíbe el uso de un «injustificado» máscara. " ( Le Devoir, 25 de mayo 2012)
Claramente, lo que es la fuerza de este movimiento es el espíritu de lucha y determinación mostrada por la generación más joven. Apoyamos esta lucha, así como el movimiento de extensión con la presencia en ella de los trabajadores en otros sectores. En cierto sentido, la falta de habilidad y la brutalidad del gobierno Charest puede ser un factor de la generalización del movimiento e incluso ayudar a los trabajadores en lucha. Sin embargo, este movimiento tiene muchas debilidades, y deberá evitar muchas trampas para no caer en revindicacione demasiado estériles y desaparecer.
Entre estas dificultades, hay una de talla : la ilusión de que podíamos vivir en un mundo mejor bajo el capitalismo, la ilusión de que podemos cambiar este sistema a base de reformas y de manera "democrática"7 Esta ilusión está claramente inculcada por los sindicatos, incluyendo CLASSE, el sindicato radical con toda su cháchara de "desobediencia civil"8 La Ley 78 también prevé la suspensión de clases hasta el mes de agosto en los establecimientos que estén en huelga, sin cancelación de las clases, de modo que hoy en día es difícil prever que el movimiento seguirá creciendo. Lo que, en cambio, podemos afirmar, a la luz de los diferentes movimientos obreros que jalonan la historia del capitalismo, es que la búsqueda de la solidaridad y la extensión de la lucha, lo más amplias posibles, es lo único que puede ofrecer una perspectiva real al movimiento. La solidaridad con el movimiento de indignados y Occupy, la celebración de Asambleas Generales Abiertas donde todas las cuestiones sean debatidas colectivamente, evitando abandonarse a los cuidados "expertos" de los "profesionales de la lucha", son las etapas necesarias para luchar eficazmente contra este sistema en plena descomposición y para ofrecer a la humanidad aquello a lo que aspira: ¡un mundo mejor!
Enkidu (26 mai)
1 El 19 de mayo, Le Parisien tituló: "Quebec: los estudiantes en huelga están muy determinados pero la opinión sigue dividida."
2 para entender esta noción de "fracaso histórico del capitalismo", nuestros lectores pueden leer La crisis económica no es una historia sin fin, anuncia el fin de un sistema y la lucha por otro mundo, disponible en nuestro sitio Web: /revista-internacional/201202/3335/la-crisis-economica-no-es-una-historia-sin-fin-anuncia-el-fin-de-u [59]
3 Federación de Estudiantes Universitarios de Quebec
4 "Dada la magnitud de la movilización, el gobierno de Quebec intenta restringir el derecho a protestar." El Punto , 18/05/12
5 Ver Ante la escalada represiva en Valencia https://es.internationalism.org/node/3324 [69]
6 Ver el evento de la manifestación de Lyon en nuestra Web: http/:fr.internationilsm.org
7 A lo que muy justamente responden los indignados españoles gritando "Le llaman democracia y no lo es", "Es una dictadura y no se ve"
8 "Por su parte, Gabriel Nadeau-Dubois, presidente de la Clase, el sindicato más radical, dijo que el texto era simplemente "inconstitucional" y abogó por "civil desobediencia " "( el punto , 05/18/12).
El incremento vertiginoso de la delincuencia, la criminalidad, la inseguridad general, es otra lacra cuyas principales víctimas son los trabajadores y sectores oprimidos de la población. ¿Cuales son sus causas? Nuestra sección en Venezuela aporta elementos de respuesta
En opinión de la ONG Observatorio Venezolano de la Violencia, se produjeron 19.336 asesinatos en el 2011, lo que implica la muerte violenta de 53 personas diarias. Según especialistas en temas de seguridad, 18 mil bandas delictivas operan en el país y 70 mil personas, aproximadamente, se dedican al delitoi. En la mayoría de los casos los afectados son proletarios y sus familias, ya que el hampa actúa fundamentalmente en las zonas populares. Más allá de las lamentaciones hipócritas y de las recriminaciones que mutuamente se lanzan las facciones burguesas del oficialismo y la oposición, es necesario explicar desde un punto de vista de clase, por qué Venezuela se encuentra entre los países más violentos del planeta, incluso por encima de aquellos donde existen enfrentamientos bélicos.
Debido al inocultable e incontrolable crecimiento de la inseguridad pública y la criminalidad, tanto opositores como oficialistas se apresuran a ofrecer sus "explicaciones". Para el chavismo, la culpa es de los gobiernos anteriores o en todo caso, de sectores de oposición que hoy se le enfrentan quienes, conjuntamente con el "imperialismo norteamericano" o "paramilitares colombianos", promueven el delito para desatar el caos, perjudicar los "logros" de su gobierno "revolucionario" y crear "paranoia" en la población. Por su parte, la oposición asegura que es una acción deliberada del régimen chavista para mantener una especie de "toque de queda" impuesto por la delincuencia; que todo se debe al discurso de Chávez que exalta el odio y la violencia, que existe una incapacidad del gobierno porque otros países como Colombia o Brasil habrían implementado planes "exitosos" para disminuir la delincuencia; que el Estado promueve la impunidad, sea por incapacidad, sea por que protege a aquellos que en nombre de la defensa de la "revolución" están implicados en la comisión de delitos.
La delincuencia ya venía en ascenso progresivo desde inicios de los años 80, pero ha sufrido un acelerón en la última década en la medida en que se ha acentuado la confrontación política entre las facciones burguesas del chavismo y la oposición. La prioridad para el chavismo ha sido cómo proseguir en el poder y para la oposición cómo desplazarlo, lo que ha generado una polarización exacerbada de las facciones de la burguesía, que ha mermado la capacidad de alcanzar una cohesión de sus fuerzas políticas a nivel del Estado que garantice la gobernabilidad. Con el régimen chavista, se ha debilitado la función fundamental del Estado como ente monopolizador de la violencia, debido a: una división y fragmentación de las Fuerzas Armadas y de los distintos cuerpos policiales, debilitamiento del poder judicial, crecimiento de la corrupción en las distintas policías y demás órganos del Estado en materia de seguridad pública. Bajo el amparo del Estado han surgido grupos armados identificados con el oficialismo, que conforman mini Estados dentro del Estado, bandas de choque a nivel social y laboral, y mafias autónomas que delinquen. Aunado a esto, está la pérdida de control del régimen de esas mafias y grupos gansteriles que contribuyó a crear y de los cuáles ya no puede prescindir, dando lugar a una situación de caos y completa impunidad que se ha extendido a nivel de la sociedad en generalii.
Esta situación ha dado forma a un Estado que se comporta como un promotor de la violencia delictiva. El carácter demagógico y populista del régimen chavista, caracterizado por un discurso de confrontación ("pobres contra ricos", "pueblo vs oligarquía") ha propiciado una anarquía en las relaciones sociales, promoviendo por ejemplo la invasión a terrenos en las ciudades y en el campo con el pretexto de "construir viviendas dignas para el pueblo" o "combatir el latifundio". Al querer aparecer como un adalid de los pobres, el propio presidente Chávez ha justificado el robo, ya que éste sería "por necesidad" y en más de una ocasión ha planteado que "no va a reprimir al pueblo" con acciones policiales. Ha aprovechado y aupado el resentimiento social acumulado en los sectores más depauperados, para promover el fanatismo político; se apoya fundamentalmente en las capas más pobres de la sociedad (precisamente las más propensas a la lumpenización) y en sectores resentidos de la pequeña burguesía, para dejar a la población a merced del hampa. De esta manera podemos ver como el régimen izquierdista de Chávez, con el fin de permanecer en el poder, aplica sin el menor escrúpulo la máxima burguesa: ¡el fin justifica los medios!
El incremento vertiginoso de la violencia delictiva en Venezuela y otros países de la región responde, en términos históricos, a la descomposición del capitalismo, período en el cual se profundizan todos aquellos fenómenos que muestra la decadencia del sistema: el incremento incesante de la pauperización poblacional como consecuencia de la imposibilidad de ser incorporada a la producción, el deterioro de la solidaridad en las relaciones sociales, la violencia urbana, la criminalidad, la inseguridad, la drogadicción, la formación de mafias y pandillas gansteriles en el seno de los Estados y cuerpos policiales, entre otros. Desde hace ya más de un cuarto de siglo "estas manifestaciones de la putrefacción social que, hoy, a una escala desconocida en la historia, invaden por todos sus poros a la sociedad humana, expresan no sólo la dislocación de la sociedad burguesa, sino y sobre todo la destrucción de todo principio de vida colectiva en el seno de una sociedad sin el menor proyecto, la menor perspectiva, incluso a corto plazo, incluso la más ilusoria"iii. La descomposición afecta a todas las clases y estratos sociales. Va adquiriendo niveles cualitativamente mayores en el tiempo, en la medida en que la burguesía como clase dominante ya no puede ofrecer ninguna perspectiva o solución a las calamidades sociales y por su parte, el proletariado no ha logrado hasta ahora desarrollar una perspectiva revolucionaria que acabe con el capitalismo.
El ascenso de Chávez al poder en 1999 es un resultado de las manifestaciones de la descomposición en Venezuela, ya que las facciones burguesas en el poder se tornaron incapaces de garantizar la gobernabilidad. No pudieron detener el avance del chavismo, quien se vendió como el garante de paz social, la lucha contra la corrupción y del crecimiento económico. Sin embargo, después de 13 años en el poder, el régimen chavista ha sido incapaz de mitigar los efectos deletéreos de la descomposición; más bien, se han multiplicado los males que aquejaban a la sociedad antes de su mandato: gigantescas redes de corrupción a todos los niveles, enquistamiento en el poder de militares y civiles del partido de gobierno, nepotismo descarado, crecimiento de la criminalidad y la impunidad en todos los órdenes.
He allí la verdadera explicación a las más de 150.000 muertes violentas que ha habido en los últimos 10 años, a la proliferación de delitos como el crecimiento del tráfico de drogas dirigido incluso por altos funcionarios del régimen, ajustes de cuentas, asalto a transportistas y pasajeros, secuestros, robo de teléfonos celulares, robos en instituciones educativas donde a plena luz del día docentes y estudiantes son despojados violentamente de sus pertenencias. Este caos en el cual se hunde la sociedad, muestra la incapacidad de la burguesía para controlar la violencia, ya que su prioridad es cómo perpetuar un sistema que se basa en la explotación, el empobrecimiento creciente y la barbarie.
Al igual que ocurre en otros países de la regióniv, los altos niveles de violencia e inseguridad están entre los principales problemas a los que se confrontan diariamente los trabajadores, además del desempleo o la falta de viviendas. En realidad, éste es un componente que se agrega al deterioro permanente de sus condiciones de vida. Ante esta situación, el proletariado mundial, a través de su lucha autónoma, podrá crear las condiciones para desarrollar una revolución que destruya al Estado capitalista, representando así una alternativa de transformación sustentada en la solidaridad, en la recuperación de las potencialidades humanas para el trabajo creador, que instaure, parafraseando a Marx, el reino de la abundancia y no de la precariedad; bases para el establecimiento de una sociedad comunista, minando de esta manera las taras engendradas por el capitalismo, entre ellas la delincuencia y la criminalidad.
Internacionalismo Venezuela, Mayo 2012.
i Según el director del Observatorio Venezolano de la Violencia, en 2009 hubo 16.047 homicidios en el país, mientras que en 2010 ocurrieron 17.600, de ese total entre 4.000 y 5.000 fueron en Caracas, una de las ciudades más violentas de la región con 230 homicidios por cada 100.000 habitantes. Expresa también que 91% de los homicidas queda libre, agregando que en el país hay alrededor de 100.000 homicidas en libertad, a los cuales no se les ha realizado ni siquiera una detención durante el período comprendido entre los años 1998-2009. Informe 21.com, 25-08-2011.
ii Un ejemplo de esta situación puede evidenciarse en la entrevista que a mediados del mes de abril ofreció a un canal de televisión estadounidense (SoiTv) el ex magistrado del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela Eladio Aponte Aponte, hombre de la más entera confianza del mismo presidente y demás ministros del chavismo, ahora en manos de la DEA y las autoridades norteamericanas, quien manifestó seguir las ordenes que desde la presidencia de la República y demás instancias del Poder Judicial se le giraban para armar expedientes y amañar juicios contra disidentes del actual gobierno, pero sobre todo para facilitar la acción del narcotráfico. Agencia EFE: Las declaraciones de Aponte Aponte revuelven a la Venezuela preelectoral. En el mismo sentido, Luís Velásquez Alvaray, también ex magistrado del máximo Tribunal de Justicia y protegido por la justicia norteamericana, ha denunciado la penetración del narcotráfico en el sistema judicial venezolano, señalando la existencia de una "guerra de carteles de la droga". Polémicas declaraciones del ex Magistrado Velásquez Alvaray sobre la justicia en Venezuela. El Impulso.com, 10-05-12.
iii "Tesis sobre la descomposición: Fase última de la decadencia capitalista [129]" (1990), Revista Internacional N° 107.
iv Ver el artículo "La inseguridad social...Un motivo más para luchar contra el capitalismo" Revolución Mundial N°125, noviembre-diciembre 2011. /revolucion-mundial/201111/3241/la-inseguridad-social-un-motivo-mas-para-luchar-contra-el-capitalismo [130]
¿Cómo explicar la situación de la economía en España, en la Zona Euro, a nivel mundial? ¿Sería cierto que un crecimiento de la economía sería posible? Intentamos responder a estas y otras preguntas
Desde 2008 y el inicio de la fase actual de la crisis la clase dominante ha desarrollado en todas partes una austeridad cada vez más angustiosa. Con esta política de austeridad se proponía reducir las deudas y reactivar el crecimiento. Ahora, como el mago que se saca los conejos de la chistera, se saca del cajón una nueva alternativa que iría, según ella, a remediar todos los problemas. La llaman reactivación (otros prefieren etiquetarla como "relanzamiento" o también como "crecimiento") y te la sirven en bandeja de plata en todos los diarios, televisiones, tertulias de radio, redes sociales,... ; de manera que, como por arte de magia, podría volver el crecimiento y disminuir el endeudamiento generalizado; se podría monetizar la deuda, etc.
En realidad, las preguntas a plantearse son bastante más sencillas: ¿Por qué este sorpresivo cambio de la mayoría de dirigentes de la zona Euro? ¿Cuál es la realidad de esta política? ¿Acabará por fin la austeridad generalizada? ¿Qué va a ocurrir en un próximo futuro, continuará o no profundizándose la crisis?
Sobre todo en Grecia, Irlanda, Italia, España, la población ha sufrido numerosos y duros ataques de todo tipo y por todas partes. Los obreros en activo, los desempleados, los jóvenes, los jubilados,..., todos y cada uno de ellos han visto hundirse su nivel de vida. En los hospitales, las escuelas y toda clase de servicios públicos los gobiernos están llevando a cabo verdaderos destrozos.
Los gobiernos han "explicado" estas políticas diciendo que "había que reducir la deuda para que el crédito fluyera a la economía real" o que "se deben reducir los costes laborales para exportar y crecer".
Pese a que hemos protagonizado numerosas luchas contra tales políticas inhumanas no hemos conseguido gran cosa y esas políticas han seguido adelante y se han hecho más violentas. Se trata de políticas que considera a los trabajadores como BESTIAS DE CARGA a las que se pueden zurrar sin compasión.
Pero además de agudizar hasta límites dramáticos nuestras condiciones de vida, se ha ido acelerando igualmente la crisis del sistema capitalista. Por ejemplo: El PIB de la zona Euro ha permanecido prácticamente igual desde el 2008, aproximándose a los 8,9 billones de Euros; mientras que la deuda global, pública y privada continúa acelerándose, alcanzando actualmente los 8 billones de euros. Cuesta digerir que toda la riqueza creada en un año de trabajo corresponda prácticamente a la deuda existente, y eso que sólo hablamos de lo que está oficialmente reconocido. Peor aún para la burguesía es que la economía se instala nuevamente en la recesión. Sólo Alemania puede presumir de haber crecido en 2012, claro que sólo un corto 0,5%. Para otros países de la Eurozona el batacazo es inminente. En Grecia y España la actividad retrocede velozmente y el paro masivo se instala como una losa de plomo. Explota la deuda, que en estos países está fuera de control y, al mismo tiempo, se hunde su PIB. No olvidemos que Francia, que hasta ahora había logrado evitar lo peor, está pagando a sus funcionarios con el dinero que ha pedido prestado en los mercados financieros. La mayoría de burguesía se ha visto obligada ahora a reconocer, públicamente ya, lo que hace tiempo era evidente: la austeridad generalizada y la crisis del crédito conducen inexorablemente a la recesión y al crecimiento de su deuda. ¿Qué hacer entonces?
Los debates que mantiene la burguesía en estos momentos son, en el fondo, los mismos desde el año 2008 y giran en torno a una preocupación: ¿Quién va a pagar la deuda, cómo y cuándo? Unos y otros, tras largas cavilaciones, nos presentan una idea que desde luego no es nueva: para devolver la deuda hace falta crear riqueza, es así de simple; basta con pensar. Es una idea que reflotan hoy pero que existe al menos desde la crisis económica de los años treinta: la reactivación del crecimiento (el relanzamiento de la economía). Y nos preguntamos enseguida: ¿por qué no lo han hecho antes, por ejemplo desde 2008 ?
Está a la vista que la pregunta que persigue y obsesiona a toda la clase burguesa es: ¿Cómo reactivar el crecimiento?
Para algunos se trata de hacer competitiva la producción de la Zona euro y en consecuencia de bajar los costes de producción de las mercancías producidas. En plata: es necesario continuar bajando los salarios para competir con la producción que se hace por ejemplo en China, en India, Brasil o en los países de Europa central e impedir así las deslocalizaciones. Pretender relanzar la actividad por medio de una "competitividad suplementaria" lograda de ese modo es algo tan absurdo que haría reír a cualquiera, si ello no se tradujese, como sabemos, en nuevos sufrimientos para la clase obrera.
Para otros, lo que ahora hace falta es que los estados de la Zona euro se ocupen directamente de reactivar el crecimiento. Aquí la idea es la siguiente: puesto que los bancos, en una situación potencial de quiebra, no pueden prestar ya suficiente dinero ni a las empresas ni a los particulares, el Estado es quien se va a encargar directamente de hacerlo; él se encargará entonces de construir carreteras, trenes de alta velocidad,... Las empresas involucradas quieren trabajar, contratar trabajadores y participar así en la reactivación del crecimiento pero se plantean el siguiente problema: ¿de dónde va a venir el dinero suplementario; qué cantidad habrá que invertir y para obtener qué resultado? Una vez "rascados los bolsillos" existentes, que vienen a ser unos 450 mil millones de euros, sería necesario recurrir a un endeudamiento suplementario de los Estados que están ya en riesgo de quiebra.
Actualmente, en los países occidentales para producir 1 € más de riqueza es necesario endeudarse en 8 € suplementarios. Dicho de otra manera: un plan de reactivación implica contraer una deuda que aumenta ocho veces más rápidamente que el PIB. Teniendo en cuenta además que una mercancía producida no es siempre una mercancía vendida ¿Cuántos créditos suplementarios es necesario repartir entre los extenuados "consumidores" para que puedan volver a comprar? Todo esto es absurdo e impracticable cuando el capital necesario es mucho más importante que el beneficio obtenido. Si el capitalismo no puede hacer frente a su deuda actual ¿qué puede hacer entonces? ¿Cómo va a impedir que los déficits públicos salten por los aires y que los mercados financieros exijan intereses exorbitantes a cambio de continuar prestando eventualmente a los Estados? Tras toda la campaña ideológica y mediática actual, esta pretendida reactivación tendrá que contentarse con los fondos actualmente disponibles y aun no utilizados, fondos que solo lograrán un efecto marginal en la actividad.
F. Hollande, nuevo presidente de Francia, apoyado en este asunto por muchos dirigentes de la Eurozona, salvo Alemania, entona un nuevo canto que debería llenarnos de esperanza. El título de esta salmodia que él confía se popularice es "Monetización y mutualización de la deuda". No es muy poético que digamos: monetizar significa, lisa y llanamente, fabricar dinero. Para ello el banco central de determinado país "reconoce" y "toma a su cargo" la deuda del Estado o de los bancos; es lo que se denomina "obligaciones" (el Estado se obliga a...). La mutualización quiere decir que todos los Estados de la Zona euro toman colectivamente la deuda a su cargo, de manera que los Estados con menos dificultades pagan por los Estados con más dificultades.
Cuando constatan que un Estado ni crea ni vende suficiente riqueza como para impedir que la deuda arrastre todo su sistema hacia el abismo, los mercados financieros se retiran progresivamente de él. Una reactivación sin efecto real y una deuda mucho mayor de lo que puede o podrá pagar, hace que los prestadores sean cada vez más escasos y los préstamos cada vez más caros. Es entonces cuando toca sangrar los ahorros -primera etapa de la monetización de la deuda futura. Es entonces cuando el Estado asume su papel de ladrón a gran escala; tiene que aumentar, por narices, los impuestos de todo tipo y está forzado a empeñarse hasta la coronilla. Estos préstamos (o créditos), que se evalúan según la tasa porcentual de los impuestos pagados por cada uno de los contribuyentes, deben ser devueltos al final de un periodo fijado con la obligación de abonar en este periodo unos intereses. Esto está actualmente en estudio en casi toda la Eurozona. Es sorprendente, el Estado se compromete a devolvernos mañana ¡un dinero que ya hoy no tiene! Es evidente que ante el pozo sin fondo de la deuda estos préstamos no son más que gotas en un océano. Gotas que alimentan una austeridad que está más que presente.
La alarma general vuelve a sonar. Grecia y España tocan a rebato. Pocos meses después de que el Banco Central Europeo inyectase 1billón a los bancos, todo el sistema financiero público y privado se tambalea: en el año 2012, en la Zona euro y sólo para responder al plazo de la deuda, necesita disponer de entre 1,5 y 4 billones de euros. Cifras que bien miradas no tienen que ver con la realidad pues sólo el banco español Bankia reclama, oficialmente, 23.000 millones. Las cantidades son enormes y están fuera del alcance del capitalismo. Al capital sólo le queda un camino, lleno de trampas, para poder evitar la quiebra inmediata y en los paneles indicadores un aviso: creación monetaria masiva. La distancia a recorrer para llegar a ese punto se cifra en unas semanas. A mitad de junio Grecia tendrá nuevas elecciones. Si un partido de los que rechaza los planes de austeridad de la Zona euro llegase al poder en este país la suerte de Grecia es previsible. Para la población griega esto significaría la vuelta a su moneda original y una devaluación del dracma de alrededor del 50%. Este país se hundiría en la autarquía y la miseria, algo que no cambiaría en mucho lo que le espera. Por el contrario, la factura que van a tener que pagar los bancos y el Banco Central de la Eurozona va a ser de muchas cifras. En las cuentas de estos bancos quedan aun muchos reconocimientos de deuda (1) griega; sin duda, de unos 300 mil millones de euros. Pero la cuestión fundamental no es esta sino: qué pasará con España, Italia, etc. si la Eurozona permite a Grecia salir, por la imposibilidad de protegerla.
En esas estábamos y llega el momento de España, de sus bancos, todos en quiebra real, y de sus regiones (Comunidades Autónomas), totalmente ingobernables -financieramente hablando. El bocado es enorme, demasiado grande como para tragárselo sin atragantarse. Los mercados financieros y todas esas instituciones que acumulan el dinero privado disponible en el mundo, no se equivocan cuando reclaman cada vez más interés para prestar a este país. El interés para la deuda a diez años del Estado español ronda actualmente el 7%. Este interés es el máximo que un estado puede soportar; por encima de él no puede endeudarse más. El presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, pide de manera solapada socorro al Banco Central Europeo; que le "auxilia", haciéndose el sordo. El Gobierno anuncia entonces que intentará financiar sus bancos acudiendo a los mercados financieros. Todo un "culebrón": Los bancos del mundo deben prestar dinero al insolvente estado español para que éste preste a sus bancos insolventes que a cambio les dará el "Reconocimiento de deudas" (1) insolventes. Es totalmente absurdo y el atasco (impasse) se palpa en la situación. Será necesario pues que en un momento u otro una parte de la deuda se monetice y mutualice. Necesitarán crear papel moneda que Alemania garantizará, en parte, con la riqueza que produce. Esto es, el Producto Nacional Bruto alemán será quien realmente autorizará dicha creación monetaria. Alemania se empobrecerá y retrasará el empobrecimiento general de Europa. ¿Por qué lo hace? Simplemente, porque Alemania vende gran parte de sus mercancías en esta zona.
Monetizar la deuda viene a confirmar, en la realidad, que el capitalismo no puede desarrollarse ni siquiera a base de créditos. Es el momento en que el capitalismo nos dice oficialmente:
"Yo he creado la moneda de tal manera que al ir perdiendo progresivamente su valor impida que mi deuda estalle demasiado rápidamente. Preferiría invertir, crear riqueza y vender pero ya no me es posible. La deuda es inmensa, me tiene asfixiado: rápido, billetes; más billetes; entretanto, ganaremos tiempo".
El dinero, incluso el crédito debe representar la riqueza producida y por producir que se venderá con beneficio (ganancia). Durante decenios se alimentó la creencia de que los créditos se podrían devolver un día. ¿Cuándo? Ya no se sabe. El vencimiento es siempre aplazado en el tiempo. La riqueza producida en diez años está ya consumida en la producción y la venta de hoy. ¿Qué nos queda pues si no deudas y aun nuevas deudas? La monetización es el triunfo del capital ficticio en detrimento del auténtico capital, el que en si mismo contiene la verdadera riqueza. Crear moneda masivamente para comprarse a sí mismo la propia deuda conduce a destruir la moneda; esto provoca una inflación galopante de los precios a pesar de la recesión. Además, así las cosas hay austeridad porque ¿cómo sobrevivir con los precios al consumo aumentando diariamente?
¿Puede el capitalismo acelerar su propio "descenso a los infiernos"? ¿Y si Alemania rechaza la monetización, paralizando el Banco Central Europeo? Nadie puede descartar totalmente esta eventualidad aunque parezca un suicidio colectivo. La burguesía alemana, lleva meses haciendo sesudos cálculos para valorar lo que le costaría el estallido, y su financiación, de la Zona euro. En los dos casos y viendo las cosas con cierta perspectiva nos encontramos con que la factura es, a la larga, mucho más dolorosa e insoportable pero ¿se puede decir cuál de las dos es, a corto plazo, la más terrorífica? En cualquier caso Alemania exigirá austeridad. Para este país la austeridad es la esperanza de que, mediante los déficits públicos, el hoyo de la deuda se ahonde más lentamente, de que la factura a pagar sea lo menos dolorosa posible. En realidad, todo esto son ilusiones (fantasías) trágicas que acaban para todos, y sobre todo para los proletarios, de igual manera: con la precarización aun más asfixiante de sus condiciones de vida. El capitalismo ha llegado a tal atasco hoy que desea y duda, al mismo tiempo, entre reactivar la economía o aumentar la austeridad, crear moneda masivamente o reducir la deuda. El capitalismo está como loco. Ha perdido la brújula. No sabe a ciencia cierta a dónde dirigirse ni cómo maniobrar entre los arrecifes que le rodean por todos lados. La Zona euro no había sufrido jamás un crisis tan aguda. Los que vienen serán meses de grandes tempestades económicas que desencadenarán naufragios aun más devastadores que revelarán la quiebra general del capitalismo mundial.
Rossi (30 de mayo 2012).
Notas:
1.-https://www [135].economia48.com/spa/d/reconocimiento-de-deuda/reconocimiento-de-deuda.htm
Artículo de nuestra sección en la India denunciando una prueba de un misil, prueba que forma parte del continuo enardecimiento de las tensiones imperialistas en Asia
Publicamos a continuación un artículo de nuestra sección en India que denuncia la reciente prueba de un misil balístico ultra - potente y ultra- moderno por parte del Estado indio. Mientas la crisis económica arrecia condenando al desempleo y la miseria a millones de trabajadores y explotados, mientras en India la pobreza extrema campa a sus anchas, enormes recursos son despilfarrados en ingenios de destrucción masiva. Esto lo hace una burguesía que presume de tener el Estado democrático más poblado de la tierra.
Esta carrera de armamentos se inscribe en una creciente tensión imperialista en toda Asia y que tiene como eje la rivalidad imperialista entre China y Estados Unidos, frente a la cual se posicionan los demás estados, tanto grandes como India como pequeños con Birmania, tanto los que usan la máscara democrática, como Filipinas, como los que se presentan como "socialistas", como es el caso de Vietnam.
Denunciamos indignados este monstruoso despilfarro y defendemos la única alternativa posible: la lucha masiva del proletariado mundial y junto con él, la lucha de todos los oprimidos y explotados del planeta.
Una vez más, agradecemos la colaboración en la traducción de una compañera que junto a un equipo de compañeros nos permite poner en conocimiento rápidamente para los lectores y militantes en lengua española de textos procedentes de revolucionarios de los más variados países.
Tensión Imperialista en Asia
El 19 de abril de 2012, la burguesía India lanzó Angi-V, una versión del misil intercontinental balístico, y ha dado otro empuje a la feroz carrera armamentística en Asia. Con esta prueba, India se ha unido al selecto club de los gángsteres imperialistas a nivel mundial que poseen misiles balísticos intercontinentales. Agni-V tiene un alcance de 5000 Km. y capaz de impactar en Shanghai y Beijing.
El lanzamiento de Agni-V provocó un estruendo de regocijo en todos los sectores de la burguesía India. Durante días, la prensa escrita y los medios de comunicación electrónicos estuvieron llenos de propaganda jactándose acerca de los logros técnicos y militares que se habían conseguido con este lanzamiento. Hubo especulaciones temerarias sobre la nueva capacidad para atacar todas las áreas de China y otros países enemigos. Sectores de la burguesía india se empeñaban en proclamar que con el lanzamiento de Agni-V están ahora mejor equipados para hacer frente a sus enemigos y cumplir con sus sueños imperialistas. Los medios de comunicación también intentaron utilizar toda esta algarabía y propaganda para instigar la intensa fiebre patriótica.
El lanzamiento de ICBM Agni-V por India es sólo una expresión de la desenfrenada carrera armamentística desarrollada actualmente en Asia. Hay muchos participantes comprometidos en este juego e India es uno de los principales implicados.
A mediados de Marzo de 2012, los medios de comunicación de todo el mundo estaban llenos de historias relatando que a lo largo de los tres últimos años India ha sido el mayor comprador de armas del mundo. Según un informe en NDTV de 21 de marzo de 2012, India ha desbancado a China como el mayor comprador de armas del mundo, alcanzando el 10 por ciento de todas las importaciones durante los últimos cinco años. En febrero de 2012, India pidió 126 Rafale MMRCA, esto es, reactores de combate multifunción a la constructora aeronáutica francesa Dassault. El coste de 20.000 millones USD (TOI, 1 de febrero de 2012), está considerado como el mayor pedido de equipamiento militar en la historia del capitalismo. Este encargo se suma a otro de 272 aviones de combate Sukhoi-30MKI cuyo valor es de 12.000 millones de dólares y que se realizó a Rusia.
Para los estadistas, a fecha de 17 de marzo de 2012, India ha incrementado su gasto en defensa gastando de un 17.6 por ciento llegando a los 47.000 millones de dólares.
Pero incluso esta militarización desenfrenada no es suficiente para la burguesía India. Podemos observar esto en otra campaña realizada en los medios indios en abril de 2012, sólo unos pocos días antes del lanzamiento de Angi-V. A principios de abril, el jefe del ejército indio, escribió una larga carta al primer ministro. Esta carta relataba que el ejército no está equipado para la guerra ya que no tiene suficientes armas y municiones. La carta fue filtrada a la prensa y llevada hasta el parlamento. Después de discusiones con los jefes del ejército, fuerzas aéreas y marina de guerra, el parlamento ha declarado ahora que las fuerzas indias no tienen suficientes armas y munición para luchar en una guerra.
Aún teniendo un elemento para la lucha entre diferentes facciones, esta campaña al principio tuvo dos funciones para la burguesía. Una es ocultar a su propia población que India es un enorme gastador de armamento, el mayor comprador de armas en el bazar mundial. La segunda consiste en convencer a la población explotada de que es necesario un mayor gasto en militarización.
Debemos aclarar una cosa- la burguesía India no es la única implicada en la militarización desenfrenada. Todos los países en Asia, tales como Japón, Sur y Norte de Corea, Filipinas, Taiwán, Arabia Saudita etc. están comprometidos en la misma carrera. Arabia Saudita y sus compinches los emiratos están gastando cerca de 100.000 millones USD en militarización. China está a la cabeza de la carrera armamentística en Asia actualmente y ha doblado su gasto militar en cerca de 150.000 millones USD este año. Incluso el policía mundial, Estados Unidos, ha acelerado su gasto militar centrado en Asia en general y China en particular.
Al principio del último siglo el capitalismo entró en su fase de decadencia. Lo que esto significó fue que los mercados mundiales se dividieron entre las principales potencias capitalistas y que estos mercados ya no eran suficientes para absorber los productos de todas las naciones capitalistas. Para expandirse o incluso existir, cada país capitalista se vio obligado a arrebatar los mercados que necesitaba de sus rivales.
La única alternativa disponible para cualquier nación capitalista fue enfrentarse a sus rivales en confrontaciones masivas militares y derrotarles o bien aceptar la derrota y subordinación hacia sus enemigos. Ésta fue la descarnada alternativa que condujo a una gigantesca militarización por toda Europa y América desde el principio del siglo 20. Fue esta cruda alternativa la que monstruosamente se desarrolló en la primera guerra mundial y después en la segunda guerra mundial, cada una de las cuales llevó a la matanza de millones de personas y destrucción de naciones enteras y continentes.
Desde el final de la segunda guerra mundial, este proceso de confrontación militar y preparación para las guerras ha continuado entre las antiguas potencias imperialistas hasta hoy. En el periodo de decadencia, en la que el capitalismo ha estado presente desde el principio de siglo veinte, el capitalismo sólo puede sobrevivir a través de la guerra. Como resultado todos los países están permanentemente comprometidos en feroces preparaciones para la guerra.
En las últimas décadas el poder económico de China, India y muchas otros países en Asia se ha multiplicado. Ahora el capitalismo en estos países está haciendo frente a la misma alternativa, las mismas opciones que empezaron a adoptar los países capitalistas avanzados en el siglo pasado. Estas nuevas "potencias emergentes" han estado respondiendo a la situación como lo hicieron las antiguas potencias imperialistas, es decir, emprender el proceso de militarización masiva y las preparaciones para la guerra. Podemos ver este proceso en toda Asia.
Todo esto a pesar de que las clases trabajadoras en estos países, sobre todo en India y China, viven en suma pobreza, miseria y condiciones de desempleo generalizado.
Como hemos visto, la burguesía india al igual que sus homólogos en otros países está también envuelta en un proceso desenfrenado de militarización. El reciente lanzamiento del ICBM está orientado hacia esta continuidad destructiva. Es un esfuerzo de la burguesía india para ganar paridad en el poder destructivo con su competidor imperialista inmediato, la burguesía china.
La carrera armamentística es inevitable para un sistema capitalista decadente. Es el resultado de las condiciones materiales en una fase avanzada de capitalismo decadente. Hoy el capitalismo vive y sólo puede vivir a través de la guerra. La burguesía no puede librarse de esto.
Por otro lado la clase trabajadora es la principal víctima de toda la competición entre las naciones capitalistas. Las guerras y los designios guerreros tienden a destruir su unidad y debilitarla frente a la clase enemiga, la burguesía. Las preparaciones para la guerra intensifican su explotación y empeoran sus condiciones de vida. Las guerras a través de las cuales la burguesía de diferentes naciones intenta resolver sus cuentas, resultan ser el mayor ataque a la clase trabajadora. Es la clase trabajadora la que paga el precio de las guerras de la burguesía con sus vidas. Debido a su posición dentro del capitalismo, sólo la clase trabajadora puede poner fin a las guerras de la burguesía destruyendo el capitalismo.
La burguesía nunca se cansará de usar todos los medios para profundizar el impacto del fervor nacionalista en la clase trabajadora y las masas obreras. En el pasado, el nacionalismo ha sido utilizado de forma muy efectiva por la burguesía para aplastar el recrudecimiento revolucionario de la clase trabajadora. La clase trabajadora debería desarrollar una fuerte indignación contra el veneno del nacionalismo y firmemente defender el principio del internacionalismo.
La clase trabajadora no puede y no debe tomar parte en la guerra imperialista y preparaciones para la guerra. Debe condenar todo designio guerrero. La respuesta de la clase trabajadora en India para lanzar el ICBM por su burguesía no puede ser otra cosa sino la condena y denuncia.
La clase trabajadora tiene que intensificar su lucha por todo el mundo contra los ataques crecientes de sus condiciones de vida y de trabajo. La autoorganización, extensión, politización, unificación territorial e internacional de estas luchas son indispensables para la marcha hacia el objetivo de poner fin al sistema capitalista global, la raíz de todos los problemas socioeconómicos, carreras armamentísticas y guerras. Sólo esto puede salvar la humanidad. No hay otro camino.
S, 25-04-2012
Artículo que nos ha llegado donde se realiza un análisis de por qué actualmente sectores cada vez más numerosos de la burguesía española ponen en cuestión la monarquía
Desde hace tiempo vemos como proliferan las manifestaciones de descontento con la Monarquía española y como, cada vez, se pone más en cuestión su existencia por ser una institución atrasada que no se corresponde con los tiempos que corren. A ello ha contribuido de manera importante la actitud del borbón con sus actividades publicas y privadas en las que pone de manifiesto sus maneras burdas de entender la relación de vasallaje.
El Estado y sus instituciones, la monarquía es una de ellas, es un instrumento de dominación de clase y su función última es la de mantener las relaciones de explotación entre capital y trabajo. En ello emplea desde la represión pura y dura hasta la mucho más sofisticada mistificación, junto con la utilización de la izquierda del capital como pinza ideológica con la que atraparnos.
Una de las limitaciones de las luchas recientes ha sido la incapacidad para superar el "democratismo" y su hijo el "ciudadanismo". La izquierda del capital (desde sindicatos, partidos hasta algunos supuestos anarquistas y comunistas) han capitalizado las luchas desde sus posiciones de "izquierda", mediante la mistificación de conceptos como el de democracia o el de ciudadano. Desde esa perspectiva "todos somos ciudadanos libres" y el problema de la crisis, del Estado e incluso el de la Monarquía reside en que "otros ciudadanos libres e iguales a nosotros" han aprovechando ciertas ventajas, privilegios, engaños, poder, etc.. , en su beneficio y en detrimento de lo que pertenece a nuestro ámbito individual o social de dominio y que debe ser gestionado de manera justa mediante el ejercicio de la democracia real y efectiva. Esta ha sido la tendencia mayoritaria en los "indignados" y su principal limitación en su potencial revolucionario.
La crisis, que la clase dominante quiere hacernos creer que se debe a problemas coyunturales, temporales o sectoriales, tiene su fundamento en el agotamiento histórico del capitalismo como sistema social, ya que es completamente incapaz de permitir a toda la población mundial el acceso a los medios de vida, empezando por la imposibilidad de crear trabajo suficiente (ni siquiera dentro de su marco de explotación) ni de preservar el equilibrio ecológico entre sistema productivo y naturaleza.
Culpar a las finanzas, a los malos gestores, a los especuladores, a la monarquía etc..es una crítica errónea ya que presupone que con economía productiva, buenos gestores y honradez seria posible una sociedad de equidad para todos. Es suponer, además, que esto seria posible mediante el desarrollo de la democracia (entendida según la visión que de ella tiene la clase dominante), con iniciativas populares, ley electoral mas justa, etc.. El problema de está crítica es no entender por una parte que todas esas cuestiones (bancos, especulación, estafas etc..) son la expresión de la inviabilidad del capitalismo, no la parte mala de este, sino su esencia autodesarrollada. Por otra parte centrar toda crítica en esas cuestiones, sin ir a las causas ultimas es caer en los laberintos previstos por el capital y su sistema, con lo que tenemos asegurado un puesto en las tierras del desconcierto. Dicho de otro modo , el no entender que el problema es el capitalismo como sistema, nos imposibilita para construir una alternativa real.
Hacer aquí mención a la monarquía, es solo un ejemplo de los muchos caminos hacia ninguna parte en los que podemos caer de no contar con una critica correcta de la realidad social y una comprensión de los ámbitos en los que se ha de desenvolver cualquier lucha que mire hacia la necesidad de cambiar el mundo. Quizás pueda pensarse que un sistema republicano sea más moderno o formalmente democrático que una monarquía. Y así es. Pero ya no estamos en tiempo de luchar por conceptos de la sociedad burguesa como superación de un "antiguo régimen" de despotismo. La realidad histórica se ha impuesto y ahora la lucha real consiste en procurarnos los medios para construir una sociedad basada en la satisfacción de las necesidades humanas en armonía del hombre con la naturaleza, como un todo. El resto son espejismos de colores para adormecer nuestro entendimiento y nuestra voluntad.
Con la tercera restauración borbónica, la burguesía española encontró la manera para ponerse de acuerdo, superando rivalidades intestinas, y poder consolidar el estado en el marco nacional español y en el ámbito europeo de intercambios.
Después de la muerte del "excelentísimo" y durante mucho tiempo, todo el capital, de derechas y de izquierda, ha estado de acuerdo en fijar la corona como el limite formal de referencia, fundamentalmente ante la posibilidad de luchas proletarias.
Desde hace tiempo esta instalándose cada vez con mas fuerza el rechazo a la monarquía y a la corona y dejando abierta la puerta cada vez más hacia la tercera república.
La pregunta solo puede ser una ¿tiene necesidad la burguesía española de cambiar el acuerdo marco de la monarquía por otro igual pero republicano? Desde nuestro punto de vista solo tendrá esa necesidad en la medida que esta cuestión se convierta en la mistificación con la que reconducir cualquier manifestación de descontento y cualquier lucha de carácter proletario que pudiera expresarse más allá de lo que le es aceptable.
La burguesía, la clase dominante, solo teme al proletariado cuando actuá en luchas que ella no puede controlar y sobre un sólido terreno de clase. Si escenificar la pugna entre monarquía y república, con sus tiras y aflojas, puede distorsionar el terreno autónomo del proletariado y someterlo a sindicatos y partidos del sistema, en ese caso tendremos república
¿Pero que nos aportaría la república? La crisis económica es el resultado de una sociedad que produce para acumular beneficios, si no acumula beneficios, o al menos los suficientes como para justificar económicamente la puesta en marcha del aparato productivo, entonces nos quedamos en paro. Ante esto la república no aporta nada. La única alternativa es construir una sociedad donde la finalidad de la producción sea la satisfacción de las necesidades humanas.
La crisis económica se ha expresado como un problema de la deuda. ¿Y eso por que? Desde las familias a las pequeñas,medianas y grandes empresas estamos endeudados hasta las cejas. Todo lo que llaman el sector privado de la economía Pero también el sector publico, todas las administraciones, desde localidades hasta el Estado. Su máxima expresión es la deuda soberana. Pero si nos fijamos, es así en todos los países Por cuestiones propias de cada estado nacional, unos pueden aguantar el equilibrio con un menor esfuerzo. Otros países como Grecia, España o Italia tienen que hacer cada vez más esfuerzos siendo posible que en algún momento lo pierdan definitivamente. Pero lo que de aquí se trata es de constatar que durante décadas el capitalismo mundial ha propiciado el endeudamiento a todos los niveles (que con la crisis ha llegado a su limite) y la ha hecho por la necesidad de dar salida a sus mercancías y servicios como una manera para llegar a sus ansiados beneficios. Si como parece, con el endeudamiento se ha llegado al limite, ¿como se va a comprar todo lo que el capital necesita realizar para poner en marcha y ampliar la producción, en un proceso creciente de acumulación?. Además, para tener validez histórica mundial, se ha de hacer de manera que se disponga cada vez de más puestos de trabajo y en mejores condiciones hasta el punto de que prácticamente todo el mundo disponga de medios de vida y además con un equilibrio que permita la pervivencia del mundo natural durante generaciones.
Nosotros no vemos de donde puede salir ese mercado que sustituya el que hasta ahora ha ocupado el crédito y nos lleve a buen puerto, como subproducto de la acumulación capitalista.
Desde estas perspectiva, considerarse ciudadano es la primera trampa. Luchar por la república la segunda. Solo puede ser valida la perspectiva del proletariado. El proletariado moderno no es más que aquel que no tiene prácticamente nada más que la necesidad de ganarse los medios de vida para el y para los suyos. Solo cuenta con su voluntad y su trabajo. Entender que esto es lo único común a todos por encima de países, géneros, razas etc., es fundamental y lo único que nos puede dar las bases para una lucha revolucionaria. La revolución solo puede ser construir una sociedad democrática a partir de esas premisas, en que la que la finalidad son nuestras necesidades de vida y el control directo sobre nuestras vidas. Sin intermediarios.
Creemos que la lucha contra la monarquía, por la república, por una supuesta democracia real en el capitalismo, contra la corrupción y el despilfarro etc.. es una cosa parecida ha pelearnos con un árbol cuando estamos rodeados de bosque. Lo que necesitamos es gente discutiendo en todas parte como queremos que sea todo esto, como lo organizamos y como lo llevamos a cabo. Pero sin ellos. No tenemos nada que reclamarles, ni siquiera la república.
[email protected] [137]
Attachment | Size |
---|---|
![]() | 337.73 KB |
Un creciente descontento social se percibe en el mundo. La violencia que viene tomando la crisis económica y la brutal degradación de las condiciones de vida que impone, han sido el marco de las protestas y movilizaciones en España, Grecia, Portugal, Israel, Chile, los Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá... La naturaleza de clase de estos movimientos no ha sido uniforme y ha variado en los diferentes países y según las fases del movimiento. Sin embargo globalmente podemos decir que han sido movimientos de las clases no explotadoras, revueltas sociales contra el Estado pero donde la clase obrera no ha estado presente sino de forma individual, no obstante su influencia se ha notado en los métodos de lucha y en las formas de organización que tomaron. La discusión libre y la toma de decisiones a través de Asambleas Generales, pertenecen a una tradición indudablemente proletaria.
Un creciente descontento social se percibe en el mundo. La violencia que viene tomando la crisis económica y la brutal degradación de las condiciones de vida que impone, han sido el marco de las protestas y movilizaciones en España, Grecia, Portugal, Israel, Chile, los Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá... en todas estas protestas se precibe una gran angustia sobre el futuro, por eso la pregunta que ha prevalecido en estas manifestaciones es: ¿es posible otro mundo?
La naturaleza de clase de estos movimientos no ha sido uniforme y ha variado en los diferentes países y según las fases del movimiento. Sin embargo globalmente podemos decir que han sido movimientos de las clases no explotadoras, revueltas sociales contra el Estado pero donde la clase obrera no ha estado presente sino de forma individual, no obstante su influencia se ha notado en los métodos de lucha y en las formas de organización que tomaron. La discusión libre y la toma de decisiones a través de Asambleas Generales, pertenecen a una tradición indudablemente proletaria.
La "Primavera árabe" y las movilizaciones que le continuaron por el mundo, han estado marcadas por una gruesa presencia de jóvenes que están cansados de los gobiernos tiranos y corruptos. No hay duda que en sus gritos y reflexiones hubo sinceros deseos de cambio de la realidad podrida que ofrece el capitalismo, pero ese descontento no logra encauzarse porque hay todavía una carga de ilusiones en la democracia, en el patriotismo e incluso en la religión. Por eso cuando buscan responder a la pregunta ¿otro mundo es posible?, su respuesta se queda atrapada en la vana esperanza de que basta con "democratizar el capitalismo".
Desde la televisión y la prensa hemos visto a la clase en el poder festejar y animar estas expresiones, cuidándose muy bien de esconder los momentos en que estos movimientos avanzan cuestionando las bases del sistema de explotación.
Hay momentos en los que la burguesía se apuraba a aplaudir los "vientos democraticos" que soplaban estas movilizaciones, para así ocultar que por debajo se construía una fuerza crítica al capitalismo. Por ejemplo en España en noviembre de 2011, mientras que todos los políticos y medios de difusión centraban su atención en las elecciones y el poder de las urnas, las calles de diversas ciudades estaban efervescentes. Había Asambleas Generales y discusiones de todo tipo. Una idea fue especialmente extendida: "Derecha e izquierda, la misma mierda". Al mismo tiempo retumbaba la consigna de "¡Todo el poder a las Asambleas!". Son estas experiencias las que deben servir de referencia para la conducción del descontento.
La burguesía ha de lanzar una carga ideológica pesada una y otra vez para atrapar el descontento. Una y otra vez ha de insitir que no hay mejor mundo que el capitalismo, por lo que más vale dejar de pensar en la lucha de clases y centrar la atención en el accionar de los ciudadanos a través de las urnas. Pero la crisis y los ataques que degradan la vida de los explotados nos recuerdan que para crear un mundo diferente hay que destruir el capitalismo.
En México, la angustia por el futuro que ha creado la crisis económica y el continuo accionar depredador de la clase dominante y sus partidos han generado también un gran hartazgo. Este descontento está presente en todas las clases y capas no explotadoras, si bien se ha manifestado de forma más abierta en el sector estudiantil.
El movimiento denominado "#yo soy 132", se ha nutrido por jóvenes que provienen no solamente de diferentes universidades (tanto públicas como privadas) sino principalmente de diferente origen social. De igual forma que las expresiones de "indignados" y "ocupas", el "movimiento #132" está formado por una masa social heterogénea. Lo mismo se nota la presencia de miembros que por su origen o por su condición de asalariados forman parte de la clase obrera, como de jóvenes que provienen de la burguesía y la pequeñaburguesía. No obstante la diferencia del "#132" con los "indignados" es que las expresiones de protesta en México se han mantenido bajo la estricta lógica de la disputa electoral que el Estado viene organizando.
A poco menos de dos meses para cumplirse la fecha en que ha de llevarse a cabo el climax del circo electoral, las protestas juveniles se enfocaron en criticar la actuación despótica, corrupta y criminal de un partido (PRI) y su candidato (Peña Nieto). A la par de ello han expresado su repudio a la práctica tendenciosa de los noticieros creados y difundidos por los negocios de televisión.
Es indudable que en las preocupaciones que alimentan el descontento hay sinceridad pues son expresión real del cansancio político que ha creado la actuación cotidiana de los gobiernos y sus partidos. El germen de "antipartidismo" que enarbolaba el movimiento en sus inicios, fue claro síntoma de ese hartazgo, aunque luego fue ahogado por tendencias de repudio o apoyo a tal o cual partido, reivindicando un "apartidismo" plenamente inscrito en la mistificación democrática.
Alentados por la experiencia de los "indignados", el "movimiento #132" ha reconocido la necesidad de unirse en las calles, alentando la unidad y la solidaridad e incluso ha intentado usar la forma de las asambleas para reflexionar colectivamente... Hay por tanto razgos positivos que exponen estas movilizaciones, pero son muchos los problemas que tiene que enfrentar la masa de jóvenes proletarios que están participando en ellas si no quieren que su fuerza y coraje sean esterilizados y terminen siendo utilizados para reforzar las cadenas de opresión capitalista.
La burguesía, a través de los medios de divulgación, principalmente mediante los telediarios (de las mismas empresas que el #132 ha criticado), ha bautizado a este movimiento como la "primavera de los jóvenes mexicanos" y no se cansa de aplaudirlo porque reconoce que tiene como objetivo oxigenar al sistema político. Con estos argumentos, la clase en el poder no busca "ganarse las simpatías" de los jóvenes, sino alentar las ideas más confusas presentes en el movimiento y así asegurar que se quede enfangado en la esperanza del "cambio" operado por las urnas, en la democracia y en el reconocimiento al capitalismo como único camino para la humanidad. Se trata, sin duda, de evitar que los jóvenes proletarios que están mezclados en esa masa descontenta, rompan con las ataduras ideológicas de la burguesía e impriman así un carácter de clase a las movilizaciones.
El primer problema que enfrenta el "#132" es que asumen que se trata de un movimiento de "ciudadanos libres". La burguesía al instaurarse como clase dominante impuso la condición de "ciudadano" como expresión de la liberación de la población de las viejas ataduras políticas sostenidas por la aristocracia. Pero esto implicó someterla a los lineamientos económicos y políticos del capitalismo, de tal forma que sea libre de vender su fuerza de trabajo, perpetuando la explotación y sometimiento a la ideología del egoísmo individual. Dicha ideología alcanza su expresión política mayor cuando solitario y atomizado, en un ejercicio aparente de toma de decisión personal, los explotados concurren a las urnas para validar a un poder que les es ajeno y totalmente opuesto.
La burguesía, al otorgar "derechos políticos iguales a todos los ciudadanos", pretende borrar el hecho de que la sociedad está dividida en clases sociales y que cada una de ellas tiene intereses diferentes. Por eso cuando el "#132" se define como un "movimiento ciudadano", encadena a todos los estudiantes a los intereses de la clase dominante.
Para esos jóvenes que tienen sus raíces de clase entre la burguesía y la pequeñaburguesía todo se reduce a mejorar el sistema de explotación. Pero para los jóvenes que tienen un origen proletario o ya lo son dado que su vida está sometida al trabajo asalariado, reproducir esa fórmula es servir a sus explotadores. La democracia y la apertura o veracidad de los medios de difusión son medidas que están dirigidas a abrillantar el oscuro rostro del capitalismo. Porque la democracia no es una solución sino una traba a la que hay que enfrentar. Aceptar la condición de ciudadano es aceptar la trampa burguesa que busca evitar que los trabajadores (sin importar si son jóvenes o viejos, activos, desempleados o jubilados) reconozcan su condición de explotados. Pero sobre todo, esta treta busca hacernos aceptar que no hay más alternativa que seguir el rito periódico de ir mansamente a las urnas y marcar una papeleta para elegir de entre una lista al personaje que ha de cumplir el papel de nuestro verdugo.
Cada vez somos más los que soñamos con una sociedad donde la humanidad tome su vida en sus propias manos, donde tome sus propias decisiones. Donde no sea dividida entre explotadores y explotados, sino unida fraternalmente en su diversidad... Pero la pregunta es ¿Quién podría permitir que por fin la humanidad tome en sus manos la sociedad?
Si dijeramos que son "todos", estaríamos suponiéndo que "todos" tienen los mismos intereses y esto es falso. La burguesía luchará siempre con uñas y dientes para mantener su sistema y su posición dominante sobre la humanidad, así sea al precio de raudales de sangre, como ya lo ha hecho y de hecho, lo hace. Y en ese "todos", también está la pequeña burguesía, que o bien trata de mantener el tren de vida que le ofrece la sociedad y en ese sentido es conservadora, o bien (cuando la proletarización la amenaza), se vuelve presa de la nostalgia de un pasado idealizado, es decir, reaccionaria.
Para convertirse en dueña de su propio destino, la humanidad debe salir del capitalismo. Y la única clase que puede derrocar este sistema es el proletariado, la clase de los trabajadores modernos. Pero esto no es un hecho ya determinado pues los trabajadores requieren ser concientes de ello... Y lo que ahora vemos es que el descontento presente entre éstos es anulado cuando son arrastrados a la esperanza de la "democratización del capitalismo". Por eso los proletarios requieren desarrollar su lucha, su unidad, su solidaridad y sobre todo su conciencia de clase. Para ello se requiere el impulso de la organización y el debate en su seno, amplias discusiones -lo más vivas y efervescentes posible- para desarrollar su comprensión del mundo, de este sistema y de la naturaleza de su combate.
Los debates deben ser libres y abiertos a todos aquéllos que quieran intentar responder a las numerosas cuestiones que se plantean a los explotados: ¿Cuál es el verdadero problema?, ¿cómo desarrollar la lucha con miras a la emancipación y no hacia un mayor encadenamiento?, ¿cómo organizarnos? Sobre todo, deben ser muy firmes en que no se trata de salvar o reformar este sistema agonizante y bárbaro.
Cambiar el mundo no basta con salir a la calle a convocar "la unidad de los jóvenes por la democracia". Otro mundo es posible sí, pero antes hay que destruir el capitalismo.
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Información sobre el número de verano de Acción Proletaria
Debido a la sobrecarga de trabajo y a otros factores, el número 226, del 15 de Julio al 15 de Septiembre de Acción Proletaria se ha retrasado, y se publicará integrado en el número siguiente del 15 de Septiembre al 15 de Noviembre. Sin embargo continuaremos actualizando nuestra página web con nuevos artículos. Las suscripciones se alargarán para compensar el número no publicado.
Artículo de nuestra sección en Francia que denuncia la ola de nacionalismo que desde la derecha (Sarkozy y Le Pen) y la izquierda (Melenchon) intentan envenenar nuestras conciencias. Esta denuncia es igualmente actual en España o Grecia
Con la profundización de la crisis del capitalismo, el nacionalismo más exacerbado ha sido centro de atención en las columnas de los periódicos y en las cámaras de televisión. Se echa la culpa de la crisis en España a "los alemanes" así en general, escondiendo que la mayoría de trabajadores en Alemania sufren la crisis de forma igualmente dura. Por ejemplo, en Alemania hay 7 MILLONES de mini-jobs: puestos de trabajo a 400 € mensuales.
El veneno del nacionalismo es un arma del capital para enfrentar a unos trabajadores con otros y para inculcar el mensaje de que todos los españoles o todos los griegos o todos los franceses tendríamos un interés común cuando es mentira: en Grecia, en España, en Francia, en Alemania, en cualquier país del mundo, la sociedad está dividida en clases y hay dos intereses OPUESTOS, el de la minoría explotadora contra la mayoría explotada.
La inoculación del veneno nacionalista participan -cada cual desde sus propios argumentos- tanto la derecha como la izquierda, tanto la extrema derecha como la extrema izquierda. NO DICEN LO MISMO pero ACABAN EN LO MISMO: la defensa de la nación. Un ejemplo, en Francia el Frente Nacional defiende Francia con argumentos xenófobos mientras que el Frente de Izquierdas defiende Francia con argumentos de soberanía nacional, la prepotencia de Alemania, la intromisión en los asuntos franceses por parte de la Comisión Europea...
El nacionalismo puede adoptar muchas formas mucho más sutiles y peligrosas. De esta manera, el conjunto del aparato político burgués comprendiendo también, la extrema izquierda, participa a trasmitir el veneno de la división nacional, fundamento de la competencia capitalista, que se ubica diametralmente e intransigentemente en el campo opuesto del punto vista internacionalista, de los intereses y la conciencia que nuestra clase, de lo que el proletariado debe afirmar para desarrollar sus luchas y destruir este sistema de explotación.
Punto de vista nacionalista
La lucha contra la inmigración económica es un tema central del discurso de la burguesía. No solamente de la extrema derecha, sino de todas las fracciones políticas en el gobierno. Tanto la izquierda como la derecha, retoman la misma retórica. Es el sentido de las medidas contra inmigrantes adoptadas por los gobiernos, de izquierda como de derecha, en todos los países comenzando por los más desarrollados. Estos levantan una cortina administrativa, policial, judicial, desde el espacio Schengen en Europa, hasta la construcción de muros en las fronteras en los Estados Unidos[1]. Limitación de la duración de los permisos de estadía, expulsiones por protocolo, o reconducciones masivas, acoso jurídico, acecho policial, patrullas navales y aéreas en las fronteras, campos de retención de cara a la huida de poblaciones que escapan de la miseria, la guerra, etc. El argumento puede resumirse en la formula célebre del Frente Nacional en Francia: «3 millones de desempleados, son 3 millones de inmigrantes de más». Y si eso sale mal, si hay demasiados despidos, si hay demasiados desempleados en el país, «expulsemos los inmigrantes, prohibamos su acceso al territorio» para que los trabajadores nacionales puedan ocupar esos empleos restantes. Si la protección social baja, si hay mucho déficit, es causa de esos "extranjeros", quienes se aprovechan de la amplitud del sistema social![2]
Punto de vista internacionalista
Históricamente la clase obrera es una clase de inmigrantes, quienes se ven obligados a vender en cualquier parte su fuerza de trabajo. La inmigración es un elemento esencial del desarrollo del movimiento obrero bajo el capitalismo[3]. Desde el siglo XIV, la burguesía británica ha desplazado masas de campesinos, normalmente irlandeses, para que trabajaran como mano de obra en las primeras manufacturas. A partir del siglo XVI, cuando aparece el problema de la sobreproducción, la inmigración se extiende más allá de las fronteras y se masifica progresivamente. «Las crisis cíclicas que golpean la Europa capitalista desde mediados del siglo XIV va a obligar a millones de proletarios a huir del desempleo y del hambre exiliándose en "el nuevo mundo". Entre 1848 y 1914, 50 millones de trabajadores europeos dejan el viejo continente para ira a vender su fuerza de trabajo en esas regiones, puntualmente en América.
De la misma manera que Inglaterra en el siglo XIV a podido permitir el desarrollo del capitalismo gracias a la inmigración interior, la primera potencia capitalista mundial, los Estados Unidos, se constituirá gracias al flujo de decenas de millones de inmigrantes venidos de Europa (propiamente de Irlanda, de Gran Bretaña, de Alemania, de países del norte de Europa)»[4]
Es en el siglo XX, con el declive del capitalismo, que los flujos migratorios disminuyen y que los estados se dotan de herramientas para luchar contra la inmigración. La burguesía se apoya sobre popurrís ideológicos de temas antiimigrantes para designar chivos expiatorios cuando en realidad, si hay desempleo, es precisamente porque los países desarrollados no están en capacidad de integrar económicamente nuevos proletarios sobre el mercado de trabajo, en particular a los jóvenes. De hecho, el capitalismo, al estar en crisis, no es capaz de dar trabajo ni a la mano de obra inmigrante ni al conjunto de los proletarios.
Punto de vista nacionalista.
La idea de consumir preferentemente la producción nacional es el caballo de batalla ideológico de los partidos políticos burgueses. Durante la ultima campaña electoral, no menos de tres de los candidatos principales, François Bayrou, Jean-Luc Melenchon y María Le Pen, han defendido abiertamente desplazar o aumentar el impuesto a las mercancías extranjeras las que vendrían a estrangular la competitividad nacional o a ejercer presión desleal pues son producidas por una mano de obra pagada miserablemente. El objetivo es de dar ventajas a las producciones nacionales contra la competencia extrajera con el fin de "proteger los empleos".
Punto de vista internacionalista.
Si el proteccionismo no funciona es porque el mercado capitalista es mundial. Las medidas proteccionistas que puedan tomar algunos Estados, como Gran Bretaña o los Estados Unidos, no han tenido validez más que en una época donde podían apoyarse en un mercado extra-capitalista, campesino o artesanal suficientemente consecuente y no tenían más que una función limitada. Desde los inicios del siglo XX a menudo se han mostrado desastrosas para las economías nacionales. Las medidas tomadas por Alemania a partir de los años 30, dadas para permitirle vivir en autosuficiencia, no hacen más que agravar la crisis mundial. Su principal resultado ha sido la contracción o el cierre de mercados internacionales y el aumento del costo de las mercancías en los países donde era practicado el cierre económico de fronteras. Desde los primeros signos de la crisis actual, cuyo origen se remonta a fines de los años 60, la burguesía ha intentado frenar las tentaciones proteccionistas que no han cesado de manifestarse.
Punto de vista nacionalista
La defensa de la competitividad es igualmente un gran clásico de la argumentación nacionalista. El mensaje ha vuelto reforzado con la crisis, lo que se explica desde un punto de vista nacional: si el país está en crisis es a causa de la debilidad de la competitividad francesa por ejemplo[6], es decir, a causa del costo muy elevado de las mercancías producidas en Franca con respecto al de otros países, como Alemania, China o los Estados Unidos. Así, los trabajadores deberían patrióticamente aceptar disminuir sus salarios y bajar su nivel de vida para facilitar la venta de mercancías nacionales en el extranjero. Una lógica similar se expresa recientemente con el señalamiento de diferentes culpables de la amplitud de la deuda soberana de los estados tan amenazados de quiebra: «Es la culpa de los griegos» quienes se han beneficiado de las grandezas de Europa para vivir por debajo de sus medios y no haber "pagado sus impuestos", los funcionarios son pagados por no hacer nada", etc. O todavía, las otras naciones no deben pagar los "errores de gestión o de desperdicio de los griegos..." A la inversa, del lado griego, la fuente el mal que abruma este país sería «la presión de Europa y de los bancos centrales (FMI, Banco Mundial)»
Punto de vista internacionalista
De hecho, las explicaciones dadas por la burguesía para justificar los planes de rigor o de austeridad en nombre de la competitividad son groseramente mentirosas: entre más los explotados aceptan "apretarse el cinturón", más se les exige y más se les exigirán "sacrificios". Esta carrera sin fin hacia la productividad ya ha dejado sus pruebas. Ayer, Irlanda, el "tigre celta" ensalzado por la ejemplaridad de los obreros gálicos que valientemente habían aceptado los sacrificios... hasta que Irlanda fue agitada por la recesión y el desempleo. Lo mismo con España y Portugal. Hoy, es Alemania quien figura como modelo pero, ya el "modelo alemán" se fisura por todas partes, como el Reino Unido hace algunos años, etc. De hecho la raíz de la crisis reside en la sobreproducción generalizada de mercancías frente a la cual la restricción de costos salariales no puede ser más que totalmente impotente a nivel del capital global.
Las soluciones nacionalistas avanzadas por la burguesía de todos los países son trampas lanzadas al proletariado para dividirlo y desviarlo de la clara comprensión de que el capitalismo es un sistema en quiebra. La identificación de "pueblo", " de ciudadanos" con su estado, con su gobierno, con sus empresas no hace más que servir para apantallar una verdadera comprensión de los problemas de la situación histórica mundial, envenena la conciencia de los proletarios de su responsabilidad histórica de derrumbar el sistema.
Los proletarios no deben defender una causa común a la de sus explotadores, al contrario, deben llevar la lucha contra ellos uniéndose, solidarizándose más allá de las fronteras.
Nada puede salvar al capitalismo. Nuestra perspectiva es opuesta a esta guerra de todos contra todos y a esta competencia permanente a través de la cual todas las burguesías, todos los estados intentan dirigirnos los unos contra los otros. La burguesía destila el veneno del nacionalismo económico en todas partes con el fin de demoler la conciencia de pertenencia a una misma clase internacional que no tiene nada que ganar manteniendo las viejas recetas chovinistas, fundamento de este sistema y de sus contradicciones. Mientras que la solidaridad internacional presente en la lucha de los trabajadores, en nuestros combates de clase, nos desarrolla nuestra conciencia destacando la perspectiva de una sociedad construida colectivamente a partir de las necesidades reales de la humanidad, sobre otras relaciones humanas, capaces de ofrecer la única salida posible a la humanidad de cara al hoyo de miseria y de barbarie al que la dirige el evidente callejón sin salida del capitalismo. Los proletarios no tienen patria. ¡Proletarios de todos los países, Unámonos!
[1] Y también en España: recordemos el muro levantado en Melilla en 2005 ¡por el gobierno socialista del "bonachón" de Zapatero!
[2] La variante española de estos argumentos de extrema derecha la defiende un tal Albiol, alcalde de Badalona por el Partido Popular
[3]Ver RI n 206 y fr.internationalism.org/ri369/inmigration.htm
[4] fr.internationalism.org/ri369/inmigration.htm
[5] O "producir y comprar español", "producir o comprar griego"...
[6] O española, o griega, o portuguesa... ¡En cada país se repite el mismo argumento nacionalista!
Attachment | Size |
---|---|
![]() | 155.39 KB |
Hoja donde denunciamos el peor ataque a nuestras condiciones de vida que seguramente se quedará pequeño ante los siguientes que vendrán. Tratamos de aportar un análisis e igualmente propuestas a las primeras luchas que están surgiendo.
En 1984, el gobierno PSOE de entonces lanzó la primera Reforma Laboral, hace apenas 3 meses el Gobierno PP actual aplica la peor Reforma Laboral... hasta ahora. En 1985 el gobierno PSOE hizo la primera Reforma de las Pensiones, en 2011 otra Reforma, ¿para cuando será la próxima? Desde hace más de 30 años las condiciones de vida de los trabajadores han ido empeorando gradualmente, pero desde 2010 la degradación toma un ritmo vertiginoso y con las nuevas medidas del Gobierno PP alcanza cotas que desgraciadamente se quedarán pequeñas ante los nuevos ataques por llegar. Y encima hay un ensañamiento de la represión policial: la violencia con los estudiantes en Valencia el pasado febrero, palizas a mineros, la bala de goma que deja un enorme hematoma en la espalda de un niña, el cierre del Congreso tomado por la policía ante las manifestaciones espontáneas que se vienen dando desde el pasado miércoles y que se repitieron el domingo 15 de julio...
Nosotros,la INMENSA MAYORIA, explotada y oprimida pero igualmente indignada, trabajadores públicos y privados, parados, estudiantes, jubilados, emigrantes...,nos hacemos muchas preguntas sobre lo que está pasando. Hemos de compartir estas preguntas colectivamente en calles y plazas, en los centros de trabajo, para entre todos, empezar a hallar respuestas, dar una respuesta masiva, contundente y sostenida.
Cambian los gobiernos pero la crisis es cada vez peor y los recortes cada vez más sangrantes. Nos presentan en cada cumbre de la UE, del G20 etc., la "solución definitiva"... ¡que al día siguiente resulta ser un sonoro fracaso! Dicen que los recortes hacen bajar la prima de riesgo pero sucede JUSTO LO CONTRARIO. Después de tantas sangrías a nuestras condiciones de vida, el FMI reconoce que habrá que esperar ¡hasta 2025! para recuperar los niveles económicos de 2007. La crisis sigue un curso implacable e inexorable dejando a su paso millones de vidas definitivamente truncadas.
Es cierto que hay países que están mejor que otros pero hemos de ver el mundo en su conjunto. El problema no se circunscribe a España, Grecia o Italia, ni puede reducirse a la "crisis del euro". Alemania está al borde de la recesión y hay 7 millones de mini-jobs(sueldos de 400 €); en Estados Unidos el paro se dispara en la misma proporción que los desahucios. En China la economía lleva 7 meses seguidos de desaceleración pese a la loca burbuja inmobiliaria que ha hecho que solo en Pekín existan 2 millones de pisos vacíos. Estamos sufriendo en carne viva la crisis mundial e histórica del sistema capitalista del que forman parte todos los Estados cualquiera que sea la ideología oficial que profesen -"comunista" como en China o Cuba, "socialista del siglo XXI" en Ecuador o Venezuela, "socialista" en Francia, "demócrata" en USA, liberal en España o Alemania. El capitalismo, tras haber formado el mercado mundial se ha convertido desde hace casi un siglo en un sistema reaccionario, que hunde a la humanidad en la peor barbarie: dos guerras mundiales, innumerables guerras localizadas, destrucción medio ambiental... y, tras haber logrado momentos de crecimiento económico artificial, a base de especulación y burbujas de todo tipo, actualmente y desde 2007 se estrella en la peor crisis de su historia con Estados, empresas y bancos hundidos en una insolvencia sin salida. El resultado de esta debacle es una enorme catástrofe humanitaria. Mientras el hambre y la miseria siguen creciendo en África, Asia y Latinoamérica, en los países "ricos" millones de personas pierden su empleo, cientos de miles son desahuciadas, la mayoría no puede llegar a fin de mes, el repago de unos servicios sociales súper recortados hace muy precaria su existencia, y encima la carga de impuestos (directos e indirectos) les aplasta.
El capitalismo divide la sociedad en dos polos: el polo minoritario de la clase capitalista que lo tiene todo y no produce nada; y el polo mayoritario de las clases explotadas, que produce todo y recibe cada vez menos. La clase capitalista, ese 1% de la población que se decía en el movimiento Occupy de Estados Unidos, se muestra cada vez más corrupta, arrogante e insultante. Acumula riquezas con un descaro indecente, se muestra insensible ante los sufrimientos de la mayoría y su personal político impone por doquier recortes y austeridad... ¿Por qué a pesar de los grandes movimientos de indignación social que hubo en 2011 (España, Grecia, Estados Unidos, Egipto, Chile etc.) continúa, erre que erre, aplicando políticas contra el interés de la mayoría? ¿Por qué nuestra lucha, pese a las valiosas experiencias vividas, está muy por debajo de lo que sería necesario?
Una primera respuesta está en el engaño que supone el Estado democrático. Este se presenta como "la emanación de todos los ciudadanos" pero en realidad es el órgano exclusivo y excluyente de la clase capitalista, está a su servicio, y cuenta con dos manos: la mano derecha compuesta por policía, cárceles, tribunales, leyes, burocracia, con la que nos reprime y aplasta cualquier intento de rebelión. Y una mano izquierda con un abanico de partidos de todas las ideologías, con sindicatos aparentemente independientes, con servicios de cohesión social supuestamente para protegernos... con los cuales nos crea falsas ilusiones para acabar engañándonos,dividiéndonos y desmoralizándonos.
¿De qué han servido los votos que cada 4 años hemos emitido? ¿Los gobiernos salidos de las urnas han cumplido alguna de sus promesas? Cualquiera que fuera su ideología ¿con quién han estado? ¿Con sus electores o con el Capital? ¿De qué han servido las innumerables reformas y cambios que se han hecho en educación, seguridad social, economía, política etc.? ¿No han sido en realidad un "que todo cambie para que todo siga igual"? Como se decía en el movimiento 15 M: «Le llaman democracia y no lo es, es una dictadura y no se ve».
El capitalismo lleva a la miseria generalizada. ¡Pero no veamos en la miseria más que la miseria! En sus entrañas se encuentra la principal clase explotada, el proletariado, quien con su trabajo asociado -trabajo que no se reduce a la industria y a la agricultura sino que comprende educación, sanidad, servicios etc.- asegura el funcionamiento de toda la sociedad y tiene por tanto la capacidad para paralizar la máquina capitalista y abrir la vía para crear una sociedad donde la vida no sea sacrificada en el altar de las ganancias capitalistas, donde la economía de la competencia sea sustituida por la producción solidaria para la satisfacción plena de las necesidades humanas. En suma, una sociedad que supere las contradicciones en las que el capitalismo enreda a la humanidad.
Esto, que no es un ideal sino la experiencia histórica y mundial de más de dos siglos de lucha del movimiento obrero, parece hoy difícil y lejano. Una causa ya la hemos apuntado: nos engañan con la ilusión del Estado democrático. Pero hay causas más profundas: la mayoría de los trabajadores no se reconocen como tales. No tenemos confianza en nosotros mismos como fuerza social autónoma. Y, especialmente, el modo de vida de esta sociedad basado en la competencia, en la lucha de todos contra todos, nos lleva a la atomización, al cada uno a la suya, a la división y al enfrentamiento entre nosotros.
La conciencia de estos problemas, el debate abierto y fraterno sobre ellos, la recuperación crítica de las experiencias de más de dos siglos de lucha, nos proporciona los medios para superar esa situación y ser capaces de responder. El mismo día que Rajoy anunció sus medidas empezaron a surgir algunas respuestas. Mucha gente acudió en Madrid a la manifestación solidaria con los mineros. Esa experiencia de unidad y solidaridad se ha traducidos en los días siguientes en manifestaciones espontáneas convocadas desde las redes sociales. Ha sido la iniciativa propia de los trabajadores públicos quién, fuera de los sindicatos, las ha iniciado ¿Cómo continuar, teniendo en cuenta que será una lucha larga y difícil? Algunas propuestas:
La lucha unitaria. Parados,trabajadores públicos y privados, interinos y funcionarios, jubilados, estudiantes, emigrantes, JUNTOS PODEMOS. Ningún sector puede quedarse aislado y encerrado en su rincón. Frente a una sociedad de división y atomización hemos de hacer valer la fuerza de la solidaridad.
Las Asambleas generales y abiertas. El Capital es fuerte si delegamos en los profesionales de la política y de la representación sindical que siempre nos venden. Asambleas para pensar, discutir y decidir juntos. Para que todos se hagan responsables de lo acordado, para vivir y sentir la alegría de estar unidos, para romper la barrera de la soledad y el aislamiento y cultivar la confianza y empatía.
Buscar la solidaridad internacional. Defender la nación hace de nosotros la carne de cañón de guerras, xenofobia, racismo, nos separa y enfrenta con los trabajadores del mundo entero que son con los que podemos confiar y crear la fuerza para echar atrás los ataques del Capital.
Agruparnos en los centros de trabajo, en los barrios, a través de Internet, en colectivos que reflexionen sobre lo que está pasando, organicen reuniones y debates, impulsen y preparen las luchas. ¡No basta con simplemente luchar, hay que luchar con una clara conciencia de lo que está pasando, de cuales son nuestras armas, de quienes son nuestros amigos y quienes nuestros enemigos!
Todo cambio social es inseparable de un cambio individual. Nuestra lucha no puede limitarse a un mero cambio de estructuras políticas y económicas, es un cambio radical de sistema social y por tanto de nuestra propia vida, de nuestro modo de ver las cosas, de nuestras aspiraciones. Solo así desarrollaremos la fuerza para resistir las innumerables trampas que nos tenderán, los golpes físicos y morales que recibiremos. Un cambio de mentalidad hacia la solidaridad, la conciencia colectiva, que no solamente son el cemento de nuestra unión sino el pilar de una futura sociedad liberada del mundo de competencia feroz y mercantilismo extremo que caracteriza el capitalismo.
Corriente Comunista Internacional 16-7-12 Si quieres contactar con nosotros, colaborar, discutir, actuar juntos, nos puedes encontrar en [email protected] [24] o en es.internationalism.org
Esta hoja está a tu disposición en versión PDF para reproducirla y difundirla.
La clase trabajadora en España se enfrenta a unas medidas de austeridad especialmente duras en un contexto de profunda crisis económica, lo que está aumentando la tensión social. Las luchas que tuvieron lugar en 2011 como respuesta a la crisis supusieron en muchos casos una inspiración para otros movimientos. En el caso del movimiento del 15-M, estuvo influenciado por la primavera árabe, y a su vez inspiró el desarrollo de luchas en Grecia y en los EEUU, por ejemplo. El aniversario del 15-M ha coincidido en el tiempo con el comienzo de la huelga de 8000 mineros en el norte de España contra una importante retirada de las ayudas públicas al sector que, aparte de acabar con la industria minera, amenazaría a unos 40.000 empleos indirectos dependientes de esta, en un país con un 24 % de desempleo y con la mitad de los menores de 25 años en paro. Este artículo pretende contribuir al debate acerca de qué lecciones podemos extraer del aniversario del 15-M y de la huelga minera.
Los mineros españoles, especialmente en la región de Asturias, tienen una larga tradición de lucha, con notables episodios como la insurrección de 1934 o las huelgas de 1962, por lo que no ha sido ninguna sorpresa su determinación de responder al ataque lanzándose a la huelga el pasado 31 de mayo. Es innegable su coraje en la lucha, con la colocación de numerosos cortes de carreteras, el uso de armas improvisadas para rechazar los ataques de la Guardia Civil para levantar los bloqueos, y sus respuestas a las detenciones, cargas y palizas de las fuerzas de seguridad. Todo esto ha levantado simpatías en mucha gente, como es el caso de participantes en el foro libcom[1] y en la Web de la Tendencia Comunista Internacionalista[2].
La situación recuerda a la huelga minera en Reino Unido los años 1984 y 85, cuando este combativo sector, profundamente respetado y en gran medida portador de esperanzas para el conjunto de la clase obrera, se lanzó a una valiente y dura huelga, con numerosos enfrentamientos con la policía para defenderse de unos brutales niveles de represión. Como ahora los mineros españoles, hacían frente a los planes para cerrar muchas minas en una época de gran desempleo. La lucha terminó con una derrota que pesó enormemente sobre la clase trabajadora de Reino Unido las dos décadas siguientes[3].
En el debate en la Web libcom, “Fingers Malone” señala lo difícil de la situación a la que se enfrentan los mineros españoles debido a la naturaleza del ataque, que básicamente significaría el cierre de la industria: «la huelga por sí sola no les va a llevar a ningún sitio», lo que sería la explicación de otras medidas que están llevando a cabo los mineros como los cortes de carreteras y los encierros en las minas. Pero ¿estas acciones hacen avanzar la lucha de forma eficaz? En nuestra opinión el problema no es sólo que la huelga por sí sola no es suficiente, sino que lanzarse a la huelga solos, por ellos mismos, aislados de otros sectores de la clase trabajadora, los coloca en una posición débil ante el poder (mediático, económico, político, represivo) del Estado y los lleva probablemente a la derrota. La huelga general en las comarcas mineras del pasado 18 de junio organizada por los sindicatos (CCOO y SOMA-UGT) y apoyada por la izquierda, desde luego no sirvió para romper el aislamiento de los mineros, confinados en las zonas e industrias afectadas por los recortes en las subvenciones. Y su reivindicación de un “plan para el carbón” en España, similar al de los mineros británicos «coal not dole» (“carbón no paro”), claramente no va a hacer otra cosa que aumentar el aislamiento de la huelga.
En este sentido, el eslogan «no estamos indignados, estamos cabreados» realmente lo que hace es expresar las limitaciones de su lucha, con sus ilusiones de que su fuerza únicamente, como mineros, bastaría para hacer frente al Estado. De alguna forma los mineros se ven a sí mismos como expresión de una posición más radical que la de los “indignados”, que fue una de las luchas más importantes del año pasado, no sólo en España sino a nivel internacional. Pero, pese a su gran combatividad y tradición de lucha en el seno de la clase obrera, el aislamiento de los mineros es una debilidad crucial que podría significar un importante revés para la lucha de clase en su conjunto.
Pese a las enormes dificultades a las que se enfrenta la burguesía para gestionar la situación económica no debemos nunca subestimar la experiencia que posee en su lucha contra la clase obrera, como se ha puesto de manifiesto en maniobras como el aislamiento de los mineros o la última huelga sindical el 29-M[4], seguida inmediatamente por el anuncio de recortes de hasta 27.000 millones de euros.
La “celebración” del aniversario del 15-M es otro ejemplo: una parodia de los acontecimientos de hace un año pensada para borrar, o al menos distorsionar, el recuerdo de las movilizaciones de 2011, precisamente cuando lo que necesitamos es reflexionar, debatir y digerir las lecciones de esta experiencia. Este año, en el aniversario, las movilizaciones fueron convocadas por toda clase de organizaciones izquierdistas y sindicales, y no por asambleas, que ya no existen, que han hecho hincapié en posiciones democráticas y reformistas “ciudadanas”, lejos de una visión de clase.
Las falsas alternativas que ofrecen la derecha del PP en el gobierno y la izquierda se complementan perfectamente. El primero ha utilizado la amenaza de represión contra el movimiento, acusándolo de ser un submarino del PSOE. Por su parte el PSOE, que hace un año trató de tergiversar el significado del movimiento calificándolo de pequeño burgués, marginal y sin perspectivas, ahora lo alaba como un gran “triunfo”, con un gran futuro y peso en la sociedad. La burguesía siempre denigra a un movimiento real, a la vez que posteriormente lo glorifica cuando ya ha conseguido convertirlo en un cascarón vacío y en un recuerdo inofensivo.
Las manifestaciones en el aniversario fueron multitudinarias, pero no tanto como en los momentos álgidos del movimiento en junio, julio u octubre del año pasado. Reaparecieron asambleas en Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Alicante y otros sitios. Sin embargo, pese a que las asambleas fueron recibidas con interés y curiosidad el sábado noche, fueron poco a poco abandonadas, sin existir fuerza en el movimiento para resistir al control de las organizaciones izquierdistas; la gente prefirió marcharse. Sin embargo hubo signos de carácter proletario: participación masiva de los jóvenes; una atmósfera sana y alegre; y algunas contribuciones interesantes al debate. En Madrid tuvo lugar un debate interesante sobre el tema de la salud; se oyeron algunas voces en la línea de lo que nosotros hemos llamado el ala proletaria del movimiento, aún cuando tuvieron una presencia menor que el año pasado. Pero el movimiento en general no pudo romper con los grilletes impuestos por la burguesía, y se mantuvo como una caricatura del movimiento originario del 15-M, recordando más a un día de excursión de fin de semana que otra cosa.
Los movimientos sociales que se produjeron en 2011 fueron una experiencia muy interesante para la clase obrera por su dimensión internacional, por la ocupación de las calles, y por la existencia de las asambleas como corazón del movimiento[5]. En España ha habido movilizaciones multitudinarias en el sector educativo en Madrid y Barcelona; en la sanidad en Barcelona; y de los estudiantes en Valencia. La huelga sindical del 29 de marzo y la de los mineros también son experiencias importantes sobre las que reflexionar.
Tras todas estas experiencias, los compañeros en España señalan que existe la sensación de que el movimiento se está repensando a sí mismo, revisando sus debilidades y las dificultades para desarrollar una lucha capaz de hacer frente a la gravedad de la situación y al nivel de los ataques. Este proceso de reflexión es absolutamente esencial en la preparación del terreno para el desarrollo de una respuesta que sea un movimiento más amplio y más profundo, capaz de cuestionar al mismo sistema capitalista.
Existe una idea creciente de que el capitalismo es un sistema en quiebra, que no tiene futuro, que tras cinco años de crisis la clase dominante no tiene ninguna respuesta y que es necesario cambiar de sistema. Por ejemplo, en una asamblea en Valencia, una mujer habló en la línea de la posición mantenido por la CCI de que el movimiento 15-M poseía un ala revolucionaria y otra reformista, siendo necesario alimentar la primera. Pero hay también una búsqueda de respuestas o acciones inmediatas, que pueden llevar a propuestas estériles o incluso ridículas, como la idea de que si todos los clientes de la nacionalizada Bankia retiraran su dinero “haría mucho daño al capitalismo”.
De este modo, mientras se plantea la idea de reemplazar el capitalismo, existe también una dificultad en encontrar el cómo hacerlo, y también una esperanza de que la quiebra del sistema quizá podría ser reversible. Aquí la izquierda y la extrema izquierda plantean toda clase de “soluciones” para reformar el capitalismo, como impuestos a los ricos, eliminar la corrupción, nacionalizaciones, etc. De hecho, la mayoría de estas propuestas son también defendidas por el centro y la derecha.
Es crucial el evitar caer en la trampa de las alternativas reformistas. Es igualmente importante que el desprecio hacia los políticos en general, y hacia las mentiras de la izquierda en particular, no nos lleve a retirarnos en grupos locales aislados, reticentes hacia todo lo que sobrepase sus límites geográficos. Únicamente superando esas trampas podemos hacer avanzar el proceso de reflexión sobre la crisis del capitalismo, sobre la necesidad de derrocarlo, y sobre cómo la clase proletaria puede avanzar en su lucha, todo lo cual es esencial para la preparación de luchas futuras.
Alex 30/6/12
[4] /accion-proletaria/201203/3362/huelga-general-del-29m-contra-los-recortes-la-reforma-laboral-y-todo-l [145]
[5] https://es.internationalism.org/node/3349 [110]
La lucha de los mineros no se trata, como algunos sectores han querido transmitir, de una lucha decisiva o ejemplarizante para el resto del proletariado; cuya derrota significaría un paso atrás importante para el conjunto del movimiento obrero. Las características de los mineros en la actualidad son muy específicas y minoritarias: sector con gran tradición de lucha y capacidad de movilización, consciente de sus intereses sectoriales, fuerte presencia y control sindical, e identificación con las zonas geográficas donde se desarrolla la actividad. Por otro lado, lo que prima en España y a nivel internacional es todo lo contrario: destrucción de lazos sociales a nivel laboral o vecinal, poca o ninguna memoria o tradición de métodos proletarios de lucha (asambleas, solidaridad, autoorganización), desprotección creciente ante los designios del capital y su Estado, temporalidad, precariedad, paro masivo.
En efecto, la idea de que la combatividad de un sector (por muy combativo que sea, como el minero) puede hacer retroceder a la burguesía en el actual estado de crisis capitalista es una trampa: sólo la lucha masiva de amplios sectores del proletariado puede hacerlo.
La presentación por parte de la izquierda y los sindicatos de los mineros como “héroes solitarios de la clase obrera” es otra trampa que ahonda más en el aislamiento de estos con otros sectores. Los sindicatos y la izquierda (con sus apéndices “radicales” detrás) están haciendo todo lo posible por aislar a los mineros y quemarlos en acciones estériles (“marcha negra”) mediatizadas y bien controladas.
No es una cuestión que nos deba ocupar a los proletarios el discutir acerca de la rentabilidad o las ayudas del sector. La economía capitalista siempre ha estado en mayor o menor medida intervenida por el Estado, por una u otra razón. Lo que sí nos debe preocupar es que todos estamos sometidos al mismo yugo y tenemos el mismo enemigo: el sistema capitalista. El futuro de los mineros es el mismo que para la mayoría: precariedad, paro, miseria, emigración. Para luchar contra esto los mineros tienen que dejar de hacerlo como mineros para hacerlo como proletarios junto con el resto de la clase trabajadora.
¿Desarrollo, resultado previsible y lecciones que aprender del conflicto minero? Un foro en Internet lo resume bien: «Más de lo mismo. CCOO y UGT proponen una marcha a Madrid, donde serán recibidos como héroes, convenientemente aislados de la lucha de clases...pero eso sí, con mil anécdotas de viaje que saldrán en reportajes, crónicas, you tube, etc, etc. Dispersión sindical y democrática, organizada, desgaste... y el Estado sigue en su postura.
Mineros aislados y democráticamente encauzados, aunque cabreados, serán (nuevamente) derrotados.
Con la reivindicación gremial de fondos para la minería, pocas o nulas posibilidades hay de que otros-as obreros-as se sientan implicados-as y partícipes.
Y da igual que este aislamiento sea pacífico o violento. Si donde dice mineros, ponemos obreros, vemos que la derrota se produce una y otra vez. El capital y su Estado ganan fuerza, y son más duros. Dejan gastar energías en días y días de ineficaces medidas de acción, controladas o dejadas hacer por los sindicatos democráticos MIENTRAS TOCA...y al final, espectáculo en Madrid, " hemos hecho todo lo que se pudo", " estamos al límite" , "agotamiento y abatimiento generales entre los trabajadores".... en autobús a casita, y CCOO y UGT de héroes incomprendidos cuyas " lógicas y sensatas propuestas " no son atendidas por el Ministro y la administración...»,(https://interrev.foroactivo.com/t1677-mineria-del-carbon-manifestaciones-hg-y-marchas-convocadas-por-soma-ugt-y-ccoo-aislamiento-es-derrota [146] ) «Con petardos y este tipo de enfrentamientos no se levanta una nueva relación de fuerzas con el capital. SOLO EXTENDIENDO los conflictos con métodos y reivindicaciones de clase anticapitalistas, INCORPORANDO al mayor numero posible de proletari@s activ@ o en paro, jubilados o no, podrá realizarse.
Para ello es precisa la independencia organizativa y política de la clase obrera, y no el seguidismo de proyectos burgueses democráticos. "Salvar el carbón", "salvar la minería", "defender Asturias" y consignas de este tipo es salvar los intereses patronales, y estos pueden desarrollarse y mantenerse despidiendo y explotando obreros, con o sin ayudas, con o sin banderitas asturianas, leonesas, etc.
La Guardia Civil y la Policía nacional están para lo que están, y tienen muchos efectivos y bien entrenados y pertrechados.
No temen este tipo de enfrentamientos, lo que temen es la extensión, la generalización de las luchas y que se salgan fuera de los moldes del sindicalismo y la izquierda democráticas.
Los activismos izquierdistas no son una respuesta que merezca la pena, y satisfacen las ansias activistas puntuales de quienes las practican y sus entornos.
Y si no, a seguir pringando. No son opiniones, son HECHOS REITERADOS.” https://interrev.foroactivo.com/t1677-mineria-del-carbon-manifestaciones-hg-y-marchas-convocadas-por-soma-ugt-y-ccoo-aislamiento-es-derrota [147]
En resumen: aislamiento y métodos sindicales de protesta nos llevan a la derrota, en la minería y en todas partes. La derrota previsible (más allá de algún posible 'teje-maneje' entre sindicatos y gobierno para apaciguar los ánimos) puede ser utilizada, efectivamente, por el gobierno para dar una imagen de firmeza, de que ni los mineros podrían parar las medidas contra las condiciones de vida y trabajo que el capital solicita. Sin embargo el curso hacia importantes luchas proletarias sigue abierto: una economía capitalista que se cae a pedazos en este nuevo episodio de crisis tras años de haberse mantenido a base de demanda ficticia con la deuda de Estados, bancos, empresas y particulares; desgaste del aparato político y sindical de la burguesía; y el empeoramiento brutal de las condiciones de vida y trabajo de amplios sectores de la clase trabajadora, con cada vez menos que perder ante un presente y un futuro de paro, precariedad, miseria y deshumanización.
El llamado 15-M, mientras tuvo algo de movimiento real, fue un movimiento con muchas debilidades e ilusiones, muy heterogéneo, y mediatizado. Sin embargo la importancia no estuvo en el 15-M en sí (claramente condenado a desaparecer desde el principio como algo interesante) sino en dos fenómenos que aparecieron con él: primero, la concreción física en las calles de un primer fogonazo de hartazgo, “indignación” y voluntad de lucha que hasta ese momento era difuso o se rumiaba en solitario, que hizo visible que “luchar era posible”; y segundo, la reaparición histórica de las asambleas masivas como herramienta de aglutinamiento, solidaridad, discusión y decisión ante la atomización y dispersión, el cada uno a la suya, la precariedad y el paro. En futuras luchas estos elementos, mejorados y superados, deberán ser de gran importancia.
Compartimos las reflexiones del compañero. Solamente quisiéramos hacer un inciso que a nuestro juicio no invalida su análisis pero que constituye un dato importante a tener en cuenta cara al futuro. La manifestación del 11 de julio en Madrid estaba pensada como una especie de entierro de la lucha y una de exhibición del “espléndido aislamiento” de los mineros que tendrías que conformarse con la “solidaridad” de algunos personajes de “la cultura” y poco más. Sin embargo, la inquietud existente ha hecho que más gente de la prevista haya acudido a la manifestación de apoyo a los mineros. Ha repercutido otro factor. El mismo día que los mineros estaban en Madrid Rajoy creyendo que lo tenía todo “atado y bien atado” ha anunciado las violentas medidas de ataque a las condiciones de todos los trabajadores. Esto ha enardecido los ánimos y ha provocado que muchos trabajadores –especialmente funcionarios- acudieran espontáneamente a la manifestación de los mineros y algunos autobuses de éstos han retrasado su salida para que pudieran estar con los funcionarios y otros grupos de trabajadores en Atocha y otros lugares de manifestación. Globalmente los sindicatos han logrado controlar la situación y los mineros han vuelto a sus casas. Pero es un indicio de lo cargada que está la situación.
En los paises más lejanos el proletariado acumula experiencias de lucha. Gracias a la traducción de un compañero, lo que agradecemos calurosamente, hemos podido publicar la lucha en Kazajistan
El 16 de diciembre de 2011 en la ciudad kazaja de Zhanaozen, con 90.000 habitantes y a 150 km del mar Caspio, las fuerzas de seguridad llevaron a cabo una auténtica masacre abriendo fuego sobre una manifestación de 16.000 trabajadores del petróleo y demás personas que se les habían unido para mostrar su solidaridad. Los obreros protestaban contra los despidos y los atrasos en el pago de sus salarios. Hubo al menos 10 muertos, según cifras oficiales, pero probablemente hubo muchos más, quizá hasta 70 muertos y entre 700 y 800 heridos.
Las luchas en el sector petrolero se remontan a la huelga de principios de mayo de 2011 de los trabajadores de la empresa KarajanbasMounai, desde donde se extendió a varias plantas de extracción y refinerías de la región: Ersai Kaspian Kontraktor, KazMounaiGaz, Jondeou, Krouz, Bourgylaou y AktobeMounaiGaz en la vecina región de Aktobe. Las reivindicaciones de los obreros eran aumentos salariales y mejoras en la seguridad debido a la frecuencia de los accidentes. La fábrica de UzenMounaiGaz estuvo en huelga durante 3 meses. En diciembre, la decisión por parte de las autoridades de organizar un festival conmemorando el 20 aniversario de la independencia del país en la plaza central de Zhanaozen, que había estado ocupada por los huelguistas desde julio significó una auténtica provocación y como tal fue interpretada por los obreros. Mientras tanto, la oposición democrática al régimen trató de manipular el movimiento para sus propios fines: «El 14 de diciembre, dos días antes de las celebraciones de la independencia, el periódico Respublika publicó una llamamiento para manifestarse en Zhanaozen, firmando por un grupo que se autodefinía como 'un grupo de residentes de la provincia de Mangistau'. Por primera vez en el movimiento se ponían sobre la mesa reivindicaciones de carácter político, y el título del artículo era 'Abajo (el presidente) Nazarbayev' . Panfletos repartidos en la ciudad llamaban a manifestarse en la plaza el 16 de diciembre, día de la independencia". La policía armada y las tropas se sitúan en los tejados circundantes y vehículos blindados esperan órdenes para actuar. Un número de manifestantes en la plaza (algunos huelguistas creen que eran agentes provocadores) comenzaron a arrancar la decoración para el festival. A su vez, vehículos policiales arremetían contra los huelguistas, de modo que estos acabaron volcando y quemando uno. A continuación atacaron y prendieron fuego al ayuntamiento y a la sede de la compañía UzenMounaiGaz. Todo esto sirvió como pretexto a las autoridades para llevar a cabo detenciones en masa (130) y el uso de armas de fuego por parte de la policía. Los trabajadores habían caído en la trampa tendida de principio a fin por el Estado con el fin de acabar con el movimiento, que ya llevaba en marcha varios meses.
Se decretaron el estado de emergencia y el toque de queda de forma inmediata, prologándose hasta el 5 de enero. Pese al corte de las comunicaciones (Internet y telefonía móvil) y al silencio de la televisión estatal, la violenta represión provocó movimientos de solidaridad a lo largo de toda la región petrolera de Mangistau, al este del mar Caspio. El 17 de diciembre, todas las extracciones de petróleo estaban paralizadas. Aunque Zhanaozen estaba tomada por vehículos blindados y tropas enviadas por el Ministerio del Interior, los enfrentamientos entre huelguistas y soldados apoyados por aviones y vehículos blindados continuaron. En la vecina región de Shetpe, cientos de manifestantes bloquearon un tren que cargaba material para ser usado en la represión. Unas mil personas se manifestaron en Aktau, la principal ciudad de la región con 160.000 habitantes, desafiando al gran número de fuerzas de seguridad protestaban contra la violencia portando pancartas que decían «¡No disparad contra el pueblo! ¡Retirad el ejército!». El lunes 19 de diciembre, por tercer día consecutivo, varios miles de trabajadores del sector petrolero se manifiestan y se enfrentan a la policía en la plaza principal de Aktau, exigiendo el fin de la violencia y la retirada de las tropas de Zhanaozen. Sus eslóganes incluían «Queremos que los soldados se vayan. Han asesinado gente aquí», «Encontrad a los culpables de asesinar manifestantes», y «Nazarbayev dimite».
La burguesía kazaja ha hecho todo lo posible por parar el movimiento, lanzando toda clase de calumnias sobre los proletarios ("criminales", "agentes extranjeros", etc.), mientras al mismo tiempo el primer ministro Massimov mostraba la zanahoria prometiendo la recolocación de todos los trabajadores del sector que habían perdido sus empleos, y Nazarbayev anunciaba ayudas económicas a los 1800 huelguistas despedidos en Zhanaozen. La brutal represión continuaba: detenciones arbitrarias y torturas a los detenidos. El presidente incluso hizo uso de los conflictos existentes dentro de la misma clase dominante: el 22 de diciembre anunciaba la destitución del gobernador de la región y de los jefes de la enorme empresa estatal KazMounaiGaz, incluyendo a su yerno Koulibayev, y a varios de las filiales de esta, que emplean huelguistas, presentándolo como concesiones hechas a los obreros. La burguesía kazaja parece haber acabado por el momento con la militancia y actividad de los trabajadores, que no parecen capaces de seguir organizando acciones públicas de forma colectiva.
Como siempre sucede con la lucha proletaria, los medios occidentales se han mantenido por lo general en silencio sobre los acontecimientos. Aún mayor es su silencio cuando se trata de ocultar la complicidad de las burguesías occidentales en los crímenes cometidos contra los explotados. La camarilla de Nazarbayev sólo pudo actuar de esa forma contando con la complicidad y el apoyo tácito de las grandes potencias como Francia, Alemania, Rusia y China, con quienes mantiene muy buenas relaciones. Varios Estados occidentales están profundamente involucrados en sectores clave de la economía kazaja, especialmente en aquellos donde estallaron las huelgas: en la extracción y transporte de petróleo y gas. Desde 2002 estas empresas han sido reagrupadas en la empresa estatal KazMounaiGaz, que controla varias filiales con negocios con compañías petroleras internacionales.
Los Estados más poderosos tienen por tanto un interés estratégico en el mantenimiento de la estabilidad social en el país, y también en la represión llevada a cabo. Rusia, obsesionada con su propia estabilidad, mantiene una actitud histérica en la defensa de la estabilidad social e imperialista de su "querido vecino". Empresas chinas como AO KarajanbasMounai, que mantiene negocios con KazMounaiGaz, y el Grupo CITIC han estado directamente implicadas en los conflictos, ya que los trabajadores exigían el mismo trato para el personal chino y el kazajo. Por lo que respecta a Francia, sus relaciones con Kazajistán se incrementaron tras la elección de Sarkozy: en junio de 2008 una asociación estratégica se acuerda por parte de los dos países, y en 2010 se formó una comisión presidencial franco-kazaja. El régimen de Nazarbayev fue descrito en esta ocasión como «una isla de estabilidad y tolerancia» por el Ministro de Interior francés Claude Guéant.
También en febrero de 2011 tuvo lugar una recepción oficial a Nazarbayev en Alemania, donde se firmaron una serie de importantes acuerdos comerciales «con el objetivo de mejorar la seguridad de la industria alemana en lo que respecta al suministro de materias primas». Este acuerdo ni siquiera fue acompañado por las habituales expresiones hipócritas de preocupación por las condiciones de trabajo en Kazajistán por parte de la democracia alemana. Angela Merkel subrayó «el gran interés de las empresas alemanas en inversiones futuras en Kazajistán». En definitiva, cualquier ejemplo de lucha obrera en defensa de sus intereses y cualquier evidencia de la barbarie burguesa deben mantenerse bien ocultos.
Pese a las dificultades para obtener información precisa sobre los sucesos en Kazajistán, la gran serie de luchas que han tenido lugar allí sin lugar a dudas se muestra como una expresión de la reaparición internacional de las luchas de clase como respuesta al agravamiento de la crisis económica. Con la participación de alrededor de 15.000 obreros, esta es la mayor huelga jamás vista en el país dirigido por la camarilla mafiosa de Nazarbayev, cuyo poder se basa en el saqueo de la economía y en una explotación ilimitada de la mano de obra. Los salarios se mantienen estancados (en 2009 el salario mensual medio era de 550 €) mientras que el coste de la vida ha subido un 70% desde entonces y el tenge, la moneda local, ha perdido un 25% de su valor. Esta lucha de los obreros en Kazajistán muestra las mismas características que las luchas de clase a nivel internacional. Los trabajadores de la época estalinista han sido reemplazados por otra generación más combativa, principalmente proveniente de las provincias, que no está dispuesta a soportar una explotación y unas condiciones de trabajo tan terribles. Las mujeres han jugado también un papel muy importante en las luchas. En resumen, la lucha muestra el mismo cambio en el estado de ánimo de la clase trabajadora que en otras partes del mundo, cuya característica principal es la búsqueda y la expresión de solidaridad contra el terror capitalista y la represión.
La lucha de los trabajadores del petróleo en Kazajastán sobre la cuestión de los salarios se remonta a varios años atrás. Los obreros de Zhanaozen ya habían ido a la huelga reclamando el pago de pluses atrasados en octubre de 2009. En la KarajanbasMounai JSC los trabajadores se lanzaron a la huelga en diciembre de 2010 para obtener una subida salarial equivalente a la conseguida tras una huelga por los trabajadores de la UzenMounaiGaz, otra filial controlada por KazMounaiGaz. Entre el 4 y el 19 de marzo de 2011, 10.000 obreros de la KazMounaiGaz entran en huelga y organizan asambleas generales, exigiendo la cancelación del nuevo método de cálculo de sus salarios, que la dirección pretendía imponerles bajo la amenaza de despido, y por la obtención de un plus por peligrosidad. La ciudad fue rodeada por un cordón policial, la huelga fue declarada ilegal y los miembros del comité de huelga llevados ante un juez. El 9 de mayo comienza una huelga de hambre masiva. 1400 personas se niegan a tomar la comida y la cena como protesta. 4500 trabajadores van a la huelga el 17 de mayo, organizan una asamblea general y eligen a una delegación de 6 compañeros para llevar a cabo las negociaciones. La dirección de la KazMounaiGaz y las autoridades locales declaran la huelga ilegal y anuncian el despido de todos los obreros, esperando quebrar su resistencia. Los despidos ascienden a 2600 huelguistas. Las mujeres de los huelguistas de hambre fueran tratadas con particular brutalidad. El 26 de mayo, 22 trabajadores de la UzenMounaiGaz se declaran en huelga de hambre en solidaridad con sus compañeros en la KarajanbasMounai, y el día siguiente se suman 8000 obreros más de filiales de la KazMounaiGaz a la huelga por incrementos salariales. Algunos de los huelguistas de hambre continúan su lucha, rodeados por un enorme piquete de 2000 obreros que los protege de la policía. Su lucha se vio desde el comienzo enfrentada al terror policial. Las autoridades repartieron hojas declarando la huelga ilegal; infiltrados y chivatos organizan provocaciones, produciéndose cientos de detenciones. El 12 de junio la policía ataca a las mujeres de los huelguistas, golpeándolas y acusándolas de participar en una reunión ilegal. En la noche del 8-9 de julio la policía trató de atacar el campamento instalado por los huelguistas en la compañía UzenMounaiGaz. 40 obreros se rocían de gasolina y amenazan con pegarse fuego. Esto tan sólo retrasó la evacuación hasta el día siguiente. Entonces los trabajadores trasladaron su campamento a la plaza central de Zhanaozen, que quedó ocupada de forma permanente por hasta 8000 personas. Bandas armadas llevaron a cabo repetidos ataques contra los obreros más activos y contra sindicalistas independientes. Algunos de ellos fueron asesinados junto a sus familias.
Desde el principio, la fuerza de los trabajadores del petróleo ha estado en su movilización masiva y en la vitalidad de sus asambleas generales, que les permitían discutir cómo hacer avanzar la lucha tomando decisiones de forma colectiva. Pero la principal debilidad del movimiento ha sido el mantenerse limitado a un único sector y a una sola región. La demanda de la creación de un sindicato independiente (defendida por organizaciones trotskistas) fue realizada por los obreros en cada fase del movimiento, lo que ha sido también un punto débil.
El régimen kazajo, con sus estructuras y actitudes obsoletas directamente heredadas de la época estalinista, incapaz de tolerar ningún tipo de oposición, posee sindicatos que de una forma abierta colaboran con las autoridades en el mantenimiento de la paz social. La federación sindical oficial denunció las huelgas recientes como ilegales, por lo que quedó totalmente desacreditado a ojos de la clase obrera. La reivindicación por una representación sindical "real" fue, junto con las reivindicaciones salariales, el centro de las movilizaciones de masas de los trabajadores de KazMounaiGaz a comienzos de mayo. Pero, lejos de hacer avanzar la lucha, la ha debilitado.
Para tener fuerza y construir un frente lo más potente posible contra el Estado capitalista, la lucha necesita extenderse a toda la clase trabajadora, superando las divisiones impuestas por el capitalismo, incluyendo, a largo plazo, las fronteras nacionales, porque no existe solución a la situación de la clase proletaria dentro del marco nacional. En la época actual, época de la decadencia del capitalismo, no hay posibilidad de obtener ni reformas ni mejoras duraderas para la clase obrera. El proletariado no puede superar la profunda inseguridad de su condición sin librarse de todo el sistema de trabajo asalariado, que únicamente puede ser destruido a escala mundial.
Obviamente no cuestionamos la honestidad y la decencia de los militantes obreros que participan de forma activa en sindicatos independientes y que a menudo se ven confrontados a la represión y la persecución del Estado burgués por "incitar al odio social", "organizar manifestaciones ilegales", etc. Lo que cuestionamos son los métodos de lucha que estas organizaciones propone a la clase obrera. Centrando la atención de los trabajadores en el hecho de pertenecer a un sector particular de la economía capitalista (el petrolero en este caso), los sindicatos encierran las luchas en un sector particular, lo que debilita la fuerza potencial del proletariado, es un obstáculo para su unidad, y lo fragmenta sector por sector. Actuando dentro del marco nacional, el sindicalismo no ve más allá de la simple gestión de la explotación de la clase obrera dentro de las relaciones sociales capitalistas. Es por esto que toda forma de sindicalismo está condenada a actuar como un obstáculo a las necesidades reales de la lucha de clase, y en última instancia, a subordinar a los obreros a los imperativos de la explotación, a llegar a acuerdos con la clase dominante, y convertirse en parte de su maquinaria para mantener el orden establecido.
Los proletarios no deben permitir que sus horizontes queden limitados a las reivindicaciones que los encierran en un sector y en la defensa de la economía nacional. El proletariado es una clase internacional y su lucha únicamente puede estar basada en la solidaridad internacional: la lucha de una de sus partes es un ejemplo y un impulso para la lucha de toda la clase. Para fortalecer la lucha global, las diferentes fracciones del proletariado deben enriquecer su práctica con todas las lecciones adquiridas a lo largo de su ya dilatada historia.
Svetlana 28/2/12
En Japón, frente al traumatismo nuclear de Fukishima y ante las escandalosas mentiras del gobierno y su empeño en proseguir el plan nuclear, han estallado significativas movilizaciones de indignación...
Desde el mes de abril 2012, una tempestad de la misma naturaleza que la iniciada con la Primavera Árabe (Egipto. Túnez) y continuada con las movilizaciones de indignados[1] (España, Grecia, Israel, USA, Canadá etc.) sacude el archipiélago japonés.
Como ocurrió con muchos de estos movimientos, estamos asistiendo de nuevo a una censura total por parte de la burguesía y de los “medios de comunicación” obedientes. En Japón, salvo en las ciudades y zonas directamente afectadas por las protestas, los media guardan un silencio total imitando a sus colegas democráticos de occidente. Por ejemplo, una manifestación de 60.000 personas en Tokio fue completamente ocultada al gran público. Según los términos de un periodista japonés independiente –M. Uesugi- «En Japón, el control de los media es peor que en China y similar a Egipto»[2]
Al principio, en el mes de abril, apenas hubo unos centenares en las manifestaciones, pero la movilización fue subiendo, se pasó a millares de manifestantes y en julio la ola de indignación se ha amplificado considerablemente. A principios de julio, confluyeron en el parque Yoyogi de Tokio manifestantes procedentes de diferentes regiones (Tohoku, isla de Kyushu, , Shikoku, Hokkaido, Honshu, áreas sur, sud-este, nordeste, centro oeste y norte). Se calcula que desfilaron por las calles de Tokio unas 170 mil personas. Desde los años 70 no se había visto tal número de manifestantes movilizados por temas sociales. La última movilización masiva fue en 2003, contra la guerra en Irak.
El factor que ha desencadenado este descontento es el traumatismo de Fukushima[5].
El movimiento expresa de forma profunda la acumulación de frustraciones sociales ligadas a la crisis y a una austeridad brutal impuesta durante años. Por todo esto, el movimiento en Japón se vincula en línea directa con las movilizaciones de 2011 en Egipto, España, Grecia, USA etc.
Parece ser que en las manifestaciones ha habido encuentros donde las gentes muy enfadadas han tomado la palabra aunque la falta de información impide detallar qué se ha dicho, de qué se ha discutido.
Desde luego, a la vez que reconocemos la potencialidad del movimiento es preciso ver sus enormes debilidades, como igualmente ocurrió con las luchas de 2011. Hay importantes ilusiones democráticas y los prejuicios nacionalistas tienen un peso enorme. La cólera de los manifestantes ha sido encuadrada por los sindicatos, las organizaciones anti-nucleares oficiales e incluso por algunos diputados locales que han hecho gala de una increible demagogia. Con todo ello, parece que el movimiento ha ido siendo desviado hacia acciones estériles y se ha focalizado sobre tal o cual empresa eléctrica designada previamente como chivo expiatorio y, sobre todo, la indignación se ha canalizado contra el primer ministro Naoto Kan, a quien todo el aparato político japonés junto con los media ha encerrado en el papel de “malo de la película”, el ministro “fusible” como allí le llaman.
Pero, aún teniendo en cuenta esas numerosas debilidades, el movimiento en Japón es simbólicamente muy importante. Demuestra que su aislamiento relativo respecto a otras fracciones del proletariado (ligado a factores geográficos, históricos y culturales) tiende parcialmente a ser superado[6], pero igualmente que toda la propaganda nauseabunda sobre la pretendida “docilidad” de los obreros japoneses se basa en prejuicios destinados a romper la unidad internacional de los explotados.
Progresivamente, los obreros del mundo entero comienzan a vislumbrar la fuerza social que ellos pueden representar potencialmente de cara al futuro. Poco a poco, se dan cuenta que la calle es un espacio político que es preciso tomar para desarrollar desde él una lucha solidaria. Podrán entonces encontrar, en Japón como en los demás países, un impulso revolucionario internacional del que podrán sacar los medios para destruir el capitalismo y construir una sociedad liberada de la explotación y todas sus barbaries. Se trata de un camino muy pero que muy largo pero es el único que lleva al reino de la libertad.
Reproducido de la web de Révolution Internationale, Web de nuestra sección en Francia.
[1] Ver nuestra hoja internacional De la indignación a la esperanza https://es.internationalism.org/node/3349 [110]
[2] https://blogs.mediapart.fr/edition/japon-un-seisme-mondial/article/201111/fukushima-occuper-tokyo-des-manifestations-de-ma [150]
[3] Ver una toma de posición directa sobre Fukushima en Seísmos, tsunami y accidentes nucleares en Japón: el capitalismo es un horror /accion-proletaria/201103/3072/seismos-tsunami-y-accidentes-nucleares-en-japon-el-capitalismo-es-un-h [151] , igualmente Fukushima un año después /accion-proletaria/201203/3355/fukushima-un-ano-despues [152] ; para una reflexión más general, ver la serie Energía nuclear, capitalismo y comunismo, el primer artículo en https://es.internationalism.org/node/3163 [153]
[5] www.ouest-france.fr/actu/actuDet_-Japon-manifestations-anti-nucleaires-monstres_3637-2097031_actu.Htm?xtor=RSS-4&utm_source=RSS_MVI_ouest-france [155]
[6] Para conocer la historia del movimiento obrero en Japón ver nuestra Serie Notas para una historia del movimiento obrero en Japón en Revista Internacional números 112, 114 y 115. El primer artículo en /revista-internacional/200604/833/notas-para-una-historia-del-movimiento-obrero-en-japon-i [156]
El trabajo que a continuación publicamos constituye la presentación para animar la discusión en la Jornada de Debate en Londres, organizado por nuestra sección en Gran Bretaña. Esta presentación ha sido redactada por un compañero que aunque simpatiza con las posiciones de la CCI no es miembro de la misma.
El texto presenta una panorámica de la evolución del arte a lo largo de la historia del capitalismo. Muestra a la vez la influencia de las relaciones capitalistas de producción en la creación artística y al mismo tiempo la capacidad que ésta tiene para adoptar una postura activa e influir a su vez en la evolución social.
El arte no es un reflejo pasivo y contemplativo de la sociedad y de la ideología dominante. Es evidente que el Estado busca subordinarlo y a ponerlo a las órdenes de los intereses de la clase capitalista y es igualmente evidente que muchos artistas tienden a reflejar los prejuicios de la clase dominante y su ideología. Ahora bien, el arte es mucho más que eso, en él se encierra una forma de comprender la vida humana y un medio de comunicación de emociones, sensaciones, sentimientos, inseparables de la existencia social y humana, de su relación con la naturaleza. Desde ese punto de vista, el arte forma parte del esfuerzo cultural que viene realizando la humanidad desde sus más remotos orígenes y constituye un caudal que el proletariado está interesado en conocer, preservar y liberar de las cadenas del capitalismo.
La traducción del artículo ha sido el fruto del esfuerzo colectivo de dos compañeras simpatizantes de nuestra organización y que colaboran regularmente en un meritorio trabajo de traducción. Saludamos la calidad de su trabajo y lo agradecemos profundamente.
Acción Proletaria 26-7-12
«El método marxista ofrece una oportunidad de valorar el desarrollo del nuevo arte, de analizar todas sus fuentes, de ayudar a las tendencias más progresistas mediante una iluminación crítica de su curso, pero no hace mucho más que eso. El arte debe tomar su propio camino y sus propios medios». (Trotsky, Política comunista en relación con el arte, 1923).
«El arte, que es la parte más compleja de la cultura, la más sensible y a la vez la menos protegida, sufre por el declive y la decadencia de la sociedad burguesa» (Trotsky, Arte y política en nuestra época, 1938)
El avance del capitalismo desata inimaginables fuerzas de producción que traen nuevas sensaciones e ideas, junto con nuevos medios de expresión para los artistas. La extensión de este nuevo modelo de producción sobre toda la superficie mundial y su penetración en todas las áreas de experimentación humana diluye las barreras entre las culturas nacionales y los rígidos estilos locales, creando por primera vez una única cultura mundial.
Mediante la producción constantemente cambiante y la creciente productividad, el capitalismo también destruye antiguas y encorsetadas relaciones sociales transformándolo todo a su conveniencia, incluso el arte. El artista, que hasta el momento es un artesano “venerado” y “respetado”, que trabaja directamente para un cliente, se convierte cada vez más en un trabajador asalariado cuyos productos se lanzan a un mercado anónimo sujeto a las leyes de la competencia.
Más allá de su uso como inversión o como embellecimiento de la vida privada del individuo capitalista, el capitalismo es inherentemente hostil hacia el arte, pues lo ve como una desviación de su propia fuerza motriz: la acumulación de capital para el crecimiento incesante de las ganancias. Además, como sistema explotador, el capitalismo es fundamentalmente antagónico con los intereses de la humanidad y por consiguiente con los ideales humanistas del arte. Y el Arte, cuanto más consciente es de ello, más se dirige a la protesta contra la deshumanización de la sociedad capitalista. De esta forma, los mejores artistas son capaces de trascender los límites de su época y los orígenes de clase para crear poderosas condenas de los crímenes y tragedias humanas del capitalismo (Goethe, Balzac, Goya).
Este antagonismo entre capitalismo y humanidad no aparece totalmente en las primeras etapas del nuevo modelo de producción, cuando la burguesía está todavía comprometida en una lucha revolucionaria contra el absolutismo feudal. El mejor arte es capaz de reflejar la moral progresista y los valores espirituales de esta nueva clase explotadora, cuya energía y autoconfianza - junto con un generoso patrocinio- posibilitan los logros artísticos del Renacimiento mucho antes de que su dominio se establezca.
En la era de las revoluciones burguesas democráticas (1776-1848), el arte es todavía capaz de expresar los objetivos revolucionarios de la burguesía, pero las sórdidas realidades del capitalismo ya se muestran con claridad. El romanticismo (Blake, Goethe, Goya, Pushkin, Shelley, Turner) refleja la contradictoria naturaleza de este periodo, rechazando no sólo los valores feudales y aristocráticos en el arte sino también protestando fervientemente contra los efectos brutales de la industrialización capitalista sobre el arte y las personas.
Contra la ‘racionalidad’ de la nueva clase explotadora, el romanticismo sostiene el poder de la experiencia subjetiva, la imaginación y la majestuosa naturaleza, inspirándose en la Edad Media, la mitología y el arte tradicional. Políticamente, a menudo adopta una forma retrógrada, reaccionaria, pero también impulsa una tendencia definitivamente revolucionaria que expresa una visión comunista e internacionalista (Heine, Blake, Byron, Shelley)[1]. Las percepciones poéticas más profundas de esta tendencia anticipan no sólo las posteriores ideas artísticas del Expresionismo y Surrealismo sino también los desarrollos teóricos del Marxismo y el psicoanálisis.
Cuando percibe amenazas al ejercicio de su poder y el proletariado aparece en el escenario histórico, la burguesía se despoja de sus valores progresistas y entierra toda idea de revolución como un peligro mortal para el dominio de su propia clase. A partir de este punto, los intentos del arte para comprender la realidad y para expresar los intereses de la humanidad inevitablemente entran en conflicto con la ideología capitalista.
La característica definitoria del arte moderno burgués es que aparece cuando lo hacen las condiciones para que la progresiva evolución del capitalismo alcance su cenit.
La victoria decisiva del capitalismo industrial a mediados del siglo diecinueve en los países más avanzados de Europa y América se refleja en el auge del racionalismo, positivismo e ideas materialistas en las ciencias y filosofía, y los acercamientos al realismo o naturalismo en las artes. Marx y Engels consideran el realismo en la literatura (Flaubert, Balzac, Elliot) como el logro supremo del arte mundial. El realismo en las artes visuales (Courbet, Millet, Degas) es una reacción al arte clásico y al sentimentalismo y subjetivismo del romanticismo. En cambio, afirma los fines de la verdad y la exactitud, representando escenas de la vida diaria, e incluyendo la cruda realidad de la vida de la clase obrera ignorada hasta el momento. Para la burguesía, cualquier arte que represente con detalle la desagradable realidad de la vida en el capitalismo es por definición “subversivo” del orden establecido y debe ser rechazado.
Este período también muestra el crecimiento del movimiento obrero, y no es sorprendente que el realismo alumbre una tendencia revolucionaria que explícitamente se identifica con la clase trabajadora y la lucha por el socialismo. Courbet, líder del movimiento realista en Francia, afirma: «No soy sólo un socialista sino también un demócrata y un republicano, en una palabra, un partisano de la revolución, y sobre todo un realista, esto es, el sincero amigo de la verdad»[2]
El impresionismo (Pissaro, Manet, Degas, Cézanne, Monet) es una respuesta artística al crecimiento de la sociedad industrial y urbana, a los nuevos desarrollos tecnológicos y a los descubrimientos científicos (fotografía y óptica), a la globalización del comercio (plasmada en la influencia de los grabados japoneses) y al auge de la clase media como clientela del nuevo arte. Conserva un compromiso con la verdad y el detalle pero se centra en la percepción subjetiva del movimiento y de la luz: «Mientras la vieja escuela dijo ‘aquí están las reglas (o imágenes) según las cuales la naturaleza debe ser representada’, y el naturalismo dijo ‘he aquí la naturaleza’, después el impresionismo afirmó ‘así es como yo veo a la naturaleza».[3] La temática e influencia impresionista también puede apreciarse en la música (Debussy, Ravel) y la literatura (Lawrence, Conrad).
Como un movimiento artístico genuinamente burgués, el impresionismo es una corriente contradictoria. Mientras el arte clásico del Renacimiento expresa un sentido subyacente de unidad que proviene de la visión y confianza de la burguesía revolucionaria, el impresionismo refleja la victoria del capitalismo y la atomización de los individuos en la sociedad industrial. Dado que se basa en una percepción subjetiva o sensorial representa –consecuentemente-la realidad como un mosaico:
«Y así, el Impresionismo fue, en un sentido, un síntoma de declive, de la fragmentación y deshumanización del mundo. Pero al mismo tiempo fue, en la larga época expansiva del capitalismo burgués….un glorioso clímax del arte burgués, un otoño dorado, una cosecha tardía, un tremendo enriquecimiento de los medios de expresión disponibles para el artista»[4]
El periodo entre 1890 y 1914 - la llamada `Belle Époque’ o ‘Edad dorada’- muestra aparentemente el capitalismo más optimista y tecnológicamente avanzado, con un crecimiento económico particularmente poderoso que crea condiciones fértiles para la creación artística y científica ( la teoría de Freud sobre el inconsciente, la teoría de la relatividad y los quantum). Pero si se mira debajo de la superficie encontramos también una situación general de incertidumbre, de dudas crecientes; un aumento importante del militarismo y de las tensiones imperialistas; un incremento significativo de la intervención del estado en la sociedad; pero igualmente el desarrollo de luchas masivas de la clase obrera: todos los signos de una crisis creciente en el corazón del capitalismo.
Los movimientos artísticos que emergen de este periodo (Cubismo, Expresionismo, Simbolismo) inevitablemente reflejan estas contradicciones, expresando tanto un florecimiento final del carácter progresivo del arte burgués como los primeros síntomas de su terminación. El Cubismo (Picasso, Braque), mostrando la influencia de las últimas teorías científicas y filosóficas, abandona la descripción de los objetos desde un único punto de vista, analizándolos, desguazándolos y reensamblándolos de forma abstracta desde múltiples puntos de vista. El Expresionismo rechaza el realismo por completo, representando el sentido subjetivo o experiencia emocional más que la realidad física. Es también influyente en la literatura (Kafka), y en la música (Schoenberg, Webern, Berg) donde rechaza la tonalidad tradicional reemplazándola por la atonalidad y disonancia. El Simbolismo (Baudelaire, Verlaine) es una reacción poética contra el realismo y el naturalismo a favor del misticismo y la imaginación, que se describió después como «un retiro soñado hacia entes que están muriendo»[5].
Una tendencia radical dentro del arte moderno burgués se ve a sí mismo como la vanguardia de una nueva sociedad progresista con nuevos valores artísticos, sosteniendo que el arte tiene un papel que jugar en la modernización de la sociedad capitalista. Este ‘modernismo’ de vanguardia aparece justo cuando las posibilidades para reformar el capitalismo desde dentro llegan a su fin. El Futurismo (Marinetti, Mayakovsky, Malevich), que influye en pintura, poesía, arquitectura y música a principios del siglo veinte, especialmente en Italia y Rusia, glorifica temas y símbolos del progreso capitalista tales como juventud, velocidad, dinamismo y poder. Pero otros elementos modernistas, especialmente en Alemania son más críticos con la ‘modernidad’ capitalista y expresa la alineación de la vida en la sociedad burguesa (“El grito” de Munch).
El estallido de la primera guerra mundial divide a esta vanguardia modernista entre los, glorificadores del progreso capitalista como Marinetti y los futuristas italianos quienes se ponen con entusiasmo del lado del barbarismo (y más tarde del fascismo), y las tendencias más radicales como los Rusos futuristas y alemanes expresionistas que se oponen a la guerra y, de una forma más o menos confusa y parcial, comienzan a relacionarse con el movimiento del proletariado.
La primera respuesta artística específica a la guerra es el Dadaísmo. Un movimiento antibelicista y anticapitalista, el Dadaísmo percibe la matanza en el campo de batalla como prueba de la bancarrota de toda la cultura burguesa. Su ‘programa’ está cercano al anarquismo: la demolición de la cultura y la abolición del arte; y su práctica abraza el caos y la irracionalidad (poemas hechos con palabras recortadas de los periódicos y colocadas al azar, etc.). Los dadaístas berlineses (Heartfield, Grosz, Dix, Ernst), cercanos a la lucha antibelicista de la clase obrera, adoptaron posiciones más explícitamente comunistas, formando incluso su propio partido político y apoyando activamente a la revolución alemana[6].
La revolución rusa de 1917 es el punto álgido de la ola revolucionaria en la posguerra y de los intentos de la vanguardia modernista para crear un arte liberador. Durante un breve período de tiempo siguiendo la toma de poder de los soviets hay una gran oleada de actividad y experimentación artística, gran parte de ella identificándose con la revolución. Con la protección del joven estado soviético y el apoyo crítico del Partido Bolchevique, sectores de la vanguardia rusa (futuristas, productivistas, constructivistas), inspirados por la declaración de Mayakovsky, «Las calles son nuestros pinceles, las plazas nuestras paletas», abandonan el arte ‘puro’ por la producción industrial, abrazando la arquitectura, el diseño industrial, el cine, la publicidad, el mobiliario, los embalajes y la ropa, con el claro objetivo de utilizar el arte para transformar la vida diaria. Se producen debates acalorados sobre la cultura y el futuro del arte. El influyente movimiento Proletkult, tiende a rechazar toda cultura previa, quiere crear un nuevo revolucionario, un proletariado estético, mientras que otros como Trotsky rechazan el concepto general de la cultura proletaria pero apoya la aparición de un nuevo arte revolucionario, esperando que aparezca de forma inminente[7].
En el contexto de la ola revolucionaria que zarandea al capitalismo hasta sus cimientos, en los años 1917 a 1923 esto no parece poco realista. La sentencia de muerte emitida por el dadaísmo a toda la cultura burguesa y el arte parece llevarse a cabo por el proletariado mundial, en Alemania, Gran Bretaña, América….
Pero con el aislamiento del bastión ruso, y la derrota de los intentos revolucionarios del proletariado en Europa, el respaldo inicial de los Bolcheviques a la experimentación modernista es reemplazado por la supresión de la disidencia y el creciente control del estado como hace la contrarrevolución Estalinista. Internacionalmente, el modernismo finalmente acaba formando parte de un estilo arquitectónico oficial de los regímenes reaccionarios de los estados capitalistas, ya sea Estalinista, fascista (especialmente en Italia) o social demócrata.
En la profunda contra-revolución burguesa, la vanguardia artística rusa esencialmente hace frente a las mismas alternativas que la oposición comunista superviviente: la sumisión al totalitarismo Estalinista con su aplicación del ‘realismo socialista’, el silencio o el exilio. Con el aumento del fascismo, la vanguardia europea artística es asimismo empujada al exilio y/o adopta una explícita postura de oposición política.
El Surrealismo (Breton, Aragon, Ernst, Péret, Dali, Miró, Duchamp) surge del dadaísmo pero se convierte en un movimiento distinto sólo cuando las oportunidades prácticas para la revolución ya se están desvaneciendo. Es un movimiento artístico revolucionario que llega a asociarse estrechamente a la oposición política al estalinismo[8] El Surrealismo extrae sus ideas del psicoanálisis freudiano así como del Marxismo y enfatiza el uso de la libre asociación, el análisis de los sueños, la yuxtaposición y el automatismo para liberar el inconsciente. Su intento de mantener una revolución artística permanente dentro del capitalismo en un periodo de profunda derrota lo predispone al declive y a una recuperación posterior, pero las ideas surrealistas han tenido una gran influencia en las artes visuales, literatura, cine y música, así como en filosofía, y teorías políticas y sociales.
Con el triunfo de la contrarrevolución burguesa en 1930 -es “Medianoche en el siglo” como titula su novela el revolucionario ruso Víctor Serge- vemos un completo florecimiento de todos los síntomas clásicos de la decadencia en la cultura capitalista:
«La ideología se descompone, los antiguos valores morales se vienen abajo, la creatividad artística se estanca o funciona en oposición al statu quo, hay un desarrollo del oscurantismo y el pesimismo filosófico. [...] en la esfera del arte, la decadencia se manifiesta de una forma particularmente violenta [...] Como en otros periodos de decadencia, el arte, si no se estanca en una eterna repetición de las formas pasadas, busca adoptar una postura contra el orden existente, o es a menudo la expresión de un grito de horror»[9].
La decadencia crea una necesidad, aún más apremiante, de un arte genuinamente liberador pero la profunda crisis del sistema y sus efectos en la sociedad burguesa implica que las condiciones mínimas para la aparición de tal arte son progresivamente minadas, mientras que la base social tradicional del arte en la pequeña burguesía radical está incluso más deteriorada y aislada de la vida de la gran masa de la clase obrera.
En estas condiciones, el arte que ‘busca asumir una postura contra el orden existente’ se encuentra cada vez más aislado, o es recuperado para usarlo como propaganda por una facción política reaccionaria u otra (Guernica de Picasso). El arte que expresa un grito de horror hacia la barbarie capitalista también se siente cada vez más impotente ante las atrocidades a gran escala que perpetra el capitalismo: la segunda guerra mundial (alrededor de 60 millones de muertos, la mayoría civiles, que multiplica por tres los 20 millones de 1914-18), los campos de exterminio nazi, Hiroshima y Nagasaki, Hamburgo, Dresden, los crímenes masivos del Estalinismo…para parafrasear a Adorno, después de Auschwitz se torna imposible escribir poesía sin contribuir más aún a una cultura ya de por sí bárbara.
Pero la decadencia capitalista no significa que las fuerzas productivas llegan a su fin. Para sobrevivir, el sistema debe continuar tratando de revolucionar la producción y aumentar la productividad. Como expresión de esta tendencia, vemos cada vez más lo que Marx denominó ‘desarrollo como decadencia’. Igualmente en el campo del arte continuamos viendo una progresión de las escuelas artísticas, en parte en respuesta a nuevos avances tecnológicos y cambios en la sociedad, pero aumenta su frenético reciclaje de estilos previos, sus violentos vaivenes de humor entre la esperanza y la desesperación, la fragmentación, escisión y desaparición de cada escuela antes de alcanzar su completo desarrollo. La creatividad humana nunca cesa, pero se encuentra cada vez más reprimida, retada, bloqueada y corrupta. Todavía vemos evoluciones artísticas (jazz), y la introducción de nuevas técnicas y estilos, pero estas manifestaciones reflejan crecientemente la decadencia de una sociedad que ha evitado su cita con su ejecutor y sólo sobrevive a través de su propio canibalismo.
Esto es ilustrado por el expresionismo abstracto, la escuela artística más influyente (al menos en pintura y escultura) que aparece en el ‘boom de la post guerra’. El expresionismo abstracto es en parte una reacción al contenido explícitamente político del realismo social de 1930 (Rivera). Influenciado por el surrealismo y la vanguardia europea enfatiza la expresión de ideas inconscientes y emociones a través de la espontaneidad, improvisación o técnicas automáticas para crear imágenes de diversos grados de abstracción (Pollock, Rothko, Newman, Still). Influenciado por el trauma de la segunda guerra mundial y el clima represivo de la post guerra en Estados Unidos, evita abiertamente todo contenido político, volviendo al arte primitivo, la mitología y el misticismo para inspirarse. Esto y su búsqueda de la abstracción pura, facilita la promoción del expresionismo abstracto por los Estados Unidos en la guerra fría como arma cultural contra el ‘realismo socialista’ de su rival imperialista ruso.
Si el arte a mediados del siglo veinte muestra los síntomas clásicos de decadencia en todas las clases sociales, hay también una evolución específica, especialmente durante el boom de la ‘post-guerra’, el cual transforma no sólo la forma en la que el arte se produce y distribuye en la sociedad capitalista sino también en cómo lo experimenta la clase obrera. El efecto acumulativo de estos acontecimientos es socavar aún más las condiciones para que emerja el arte revolucionario y acelerar la desaparición de la vanguardia artística superviviente. Muchos de estos sucesos son en sí mismos síntomas de decadencia o intentos del capitalismo para superar las contradicciones de su crisis histórica. Estos incluyen:
Como resultado, por primera vez en la historia, el capitalismo es capaz de producir artículos artísticos de forma barata (música, películas, etc.) para ser consumidos por la clase trabajadora, superando su inherente hostilidad hacia el arte como inútil desviación de su instinto de acumulación. Esto facilita enormemente el uso de productos artísticos para propósitos ideológicos, no sólo para asegurar la reproducción global de la clase obrera proporcionando medios para la “diversión” de los trabajadores durante su “tiempo de ocio”, sino también para recuperar cualquier expresión artística que tenga propósitos críticos.
Cuando con luchas como la de Mayo 68, el proletariado vuelve a la primera línea social, vemos la aparición de movimientos radicales (Arte Povera[10]) pero no a la escala que cabría esperar. En lugar de eso, los descendientes más radicales de la vanguardia artística europea, los Situacionistas[11], se distinguen por su crítica a ‘la sociedad del espectáculo’, esto es, la mercantilización de la cultura del capitalismo burocrático; su planteamiento es usar los medios de comunicación para recuperar ideas subversivas, mediante propuestas de acciones prácticas para ‘provocar una reordenación revolucionaria de la vida, la política y el arte’. Los Situacionistas exageran el poder de este ‘espectáculo’ justo en el momento en que la crisis histórica del capitalismo vuelve a manifestarse. Sin embargo, hay que reconocer que se acercan a la realidad al identificar la incapacidad de la actividad artística, incluso la más radical, para evitar su manipulación y recuperación capitalista, a menos que sea explícitamente política, es decir, que tenga una orientación netamente revolucionaria.
Con la entrada del capitalismo en su etapa final, la de su descomposición[12], existe la posibilidad real de destrucción de toda la cultura humana, junto con el arte, el cual, en la frase de Trotsky, inevitablemente se pudre «como el arte griego se pudrió bajo las ruinas de una cultura fundada sobre la esclavitud»[13].
Pero el arte moderno de los años setenta es parte de la cultura oficial del estado capitalista en América y Europa, está apoyado y subvencionado por empresas y agencias gubernamentales y se guarda en los museos, como si fuera una reliquia. A pesar de las olas sucesivas de la lucha de la clase trabajadora justo hasta el colapso del bloque ruso en 1989-91, vemos sólo un mayor declive del arte, acelerado por el falso boom económico de los ochenta e impulsado por una explosión de deuda que lleva a una fiebre del oro de inversión especulativa en el arte como si fueran lingotes. Los excesos del mercado ponen fin a lo que la contra-revolución, el boom de la postguerra y el aumento de la industria de la cultura habían iniciado.
La aparición del ‘post modernismo’, especialmente desde los años ochenta, es en un sentido el inevitable reconocimiento de esta interminable muerte del modernismo. El ‘Post-modernismo’ tiene sus orígenes en las áridas regiones de la intelectualidad izquierdista (Derrida y compañía) como un ‘proyecto democrático’. Teoriza el abandono no sólo de un papel más vanguardista para el arte sino también de cualquier concepto de movimiento progresista en la historia misma. Por lo tanto encaja perfectamente con todas las campañas ideológicas burguesas en 1990 sobre el ‘final del comunismo’ y el ‘final de la historia’, sólo añadiendo desmoralización general y desesperación.
Incluso antes de la entrada del capitalismo decadente hacia su etapa final, podemos señalar por tanto la descomposición avanzada del arte, esto es «la vacuidad y banalidad de toda la producción ‘artística’: literatura, música, pintura, arquitectura, son incapaces de expresar algo salvo ansiedad, desesperación, colapso del pensamiento coherente, el vacío…»[14] De hecho, esta descripción no va lo suficientemente lejos. Podemos añadir a ello una tendencia en el arte a destruirse a sí mismo, para convertirse en palabras del artista alemán Anselm Kiefer, ‘anti-arte’. En la descomposición del capitalismo, incluso el anti arte es arte: «el arte tiene algo que destruye sus propias células. Damien Hirst es un gran anti-artísta. Ir a Sothebys y vender tu propio trabajo directamente es destruir el arte. Pero haciendo esto hasta tal punto, se convierte en arte….el hecho de que fue dos días antes de la quiebra de 2008 lo hizo aún mejor»[15]
Más allá de las manipulaciones cínicas de ‘artista/emprendores’ como Hirst, cuyas hazañas ahora aparecen como un síntoma más de la burbuja especulativa capitalista previa a 2007, hay una verdad más fundamental. El poeta expresionista Rainer Maria Rilke (1875-1926) compara el artista a «un bailarín cuyos movimientos se rompen por los límites de su celda. Aquello que no encuentra expresión en sus pasos y en el balanceo limitado de sus brazos, procede de forma exhausta de sus labios, o incluso tiene que rasgar los pliegues sin vida de su cuerpo hacia las paredes con sus dedos heridos»[16].
Si el artista es realmente prisionero en una celda, entonces en un capitalismo en descomposición los mejores artistas son forzados más y más a volver al equivalente de una ‘protesta sucia’ por las condiciones intolerables de la vida capitalista y la imposibilidad de una expresión artística genuina. Pero incluso embadurnar los muros de la celda con tus propios excrementos parece que ya no es suficiente para evitar la mercantilización y su manipulación. En 1961 el artista italiano Manzini produjo un trabajo consistente en noventa toneladas de sus propios excrementos. En 2007 Sotheby’s vendió uno por 124.000 euros.
[1] Ver Heinrich Heine: La revolución y el partido de los ruiseñores, ICC online. https://en.internationalism.org/icconline/2007/march/heine [160]
[2]Courbet, un partidario de Proudhon, fue encarcelado por su participación activa en la comuna de París
[3]Cultura y Revolución en el pensamiento de Leon Trotsky, Historia revolucionaria, vol. 7, No. 2, Porcupine Press, Londres 1999, p. 102 (www.marxist.com/ArtAndLiterature-old/marxism_and_art.html [161]).
[4]Ernst Fischer, La necesidad del arte: Un acercamiento marxista, Pelican, 1963, p.75. El impresionista Cézanne era bien consciente de esta regresión: acerca del trabajo de los viejos maestros dice, «Es como si pudieras oír toda la melodía en tu cabeza, no importa que detalle estés estudiando. No puedes arrancar cualquier cosa del todo (…) Ellos no pintan un mosaico como lo hacemos nosotros» (Fischer, p.75).
[5]Edmund Wilson, Axel's Castle, [162] 1931. Los simbolistas también fueron conocidos en la época como ‘decadentes’
[6]Formado a principios de 1919, El ‘Consejo Central del movimiento Dadá para la Revolución Mundial’ exigió «La Unión Revolucionaria de todos los hombres y mujeres intelectuales y creativos sobre la base del Comunismo radical;(…) El inmediato justiprecio de la propiedad (…) y el abastecimiento de alimentos para todos»
[7]Trotsky, Política comunista en relación con el arte, 1923. Para saber más del movimiento Proletkult y de los debates en el seno del partido Bolchevique acerca de la cultura, ver la serie “El comunismo no es sólo bello ideal” en Revista Internacional nº 109 (/revista-internacional/201112/3281/xii-la-cultura-proletaria [163] )
[8]Aunque algunos surrealistas como Aragon se convirtieron en apologistas del estalinismo y Dalí apoyó al fascismo, los líderes surrealistas contactaron con Trotsky y el movimiento se vio asociado muy de cerca con la oposición izquierdista. El poeta surrealista Benjamín Péret rompió con la Cuarta Internacional Trotskista en 1948 sobre su posición política reaccionaria y trabajó junto con el grupo de Munis, que se llamó FOR: Fomento Obrero Revolucionario. Para saber más de este grupo y de su fundador –Munis- ver Revista Internacional nº 58 En memoria de Munis, militante de la clase obrera, https://es.internationalism.org/rint/1989/58_Munis [164]
[9]The Decadence of Capitalism, ICC pamphlet (https://en.internationalism.org/pamphlets/decadence/ch3 [165]). Este folleto no está publicado en nuestra Web en español pero está disponible en edición papel.
[10] «El término arte povera (del italiano "arte pobre") es una tendencia dada a conocer a finales de los sesenta', cuyos creadores utilizan materiales considerados 'pobres', de muy fácil obtención: como madera, hojas o rocas, placas de plomo o cristal, vegetales, telas, carbón o arcilla, o también materiales de desecho y, por lo tanto, carentes de valor. En un esfuerzo por huir de la comercialización del objeto artístico, ocupan el espacio y exigen la intromisión del público. Tratan de provocar una reflexión entre el objeto y su forma, a través de la manipulación del material y la observación de sus cualidades específicas. Un artista típico es Mario Merz [166] (n. 1925), famoso por sus «iglú», estructuras hemisféricas realizadas con materiales diversos. El arte povera, rechazaba los iconos de los mass media y las imágenes reductivistas así como también las industriales del pop art y el minimalismo. Propone un modelo de extremismo operacional basado en valores marginales y pobres. Utiliza un alto grado de creatividad y espontaneidad e implica una recuperación de la inspiración, la energía, el placer y la ilusión convertida en utopía. El arte povera prefiere el contacto directo con los materiales sin significación cultural alguna, materiales que no importa su procedencia, ni uso, que sean reutilizados o transformados por el artista» Tomado de Wiipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Arte_povera [167].
[11] Para una idea sobre el movimiento situacionista ver en Revista Internacional nº 80 "Guy Debord - La segunda muerte de la Internacional situacionista [168]".
[12] Ver "Tesis sobre la descomposición [129]" en Revista Internacional nº 107.
[13] Trotsky, Arte y política en nuestra época,1938 (https://www.marxists.org/archive/trotsky/1938/06/artpol.htm [169]
[14] Cita tomada de las Tesis sobre la descomposición (ver nota 12). Podríamos añadir a esto la crisis general del sistema educativo y sus efectos en las técnicas del arte tradicional, el conocimiento y técnicas, etc.
[15]Guardian, 9.12.11 (se refiere al hundimiento de Lheman Brothers en 2008)
[16]Cita de Norman O. Brown, Vida contra la muerte. El significado psicoanalítico de la historia. 1959, p. 66
Un compañero desde Perú nos envía una toma de posición en solidaridad con la lucha de los mineros y las respuestas contra los ataques del gobierno en España
La clase obrera mundial se mantiene en permanente lucha, esta vez nuestros hermanos mineros de España comienzan a desplegar sus fuerzas de protesta ante el despotismo del gobierno de derechas burgués de Rajoy, ni el PSOE "socialista", ni ningún gobierno burgués seran capaces realmente de transformar las condiciones de vida que nosotros proletarios de todo el mundo soportamos ; las movilizaciones, barricadas, agitacion de indignación de todos los mineros de España son la expresion viva de la luchas obreras en ascenso y que en este caso hacen frente al recorte en un 63 por ciento de subsidio de apoyo al sector de industria de parte del Estado el cual como se sabe significaría la perdida de 30 mil puestos de trabajo tal como ya ocurrió en gran parte de los sectores de industria pesada a nivel de toda Europa.
En la medida que se recrudece el desempleo, que según la OIT alcanzaría cerca de 4.5 millones de desempleados para los próximos 4 años, en medida que se recrudece los ajustes laborales y de jubilaciones y se intensifica la liberalización de sectores del capital , el proletariado mundial va expresando su lucha colectiva e internacionalista forjando órganos de lucha autónomos como asambleas generales y comités de lucha y de esta forma mostrando escepticismo frente a las derechas como las fracciones de la izquierda del capital.
Compañeros necesitamos forjar conciencia histórica proletaria, el capitalismo no da treguas, se acabaron los mitos de la socialdemocracia, esto - digámoslo de una buena vez no es crisis de la deuda, ni crisis financiera, esto es la crisis del capitalismo el cual se deriva de la misma forma en la cual explotadores y explotados contraen sus relaciones materiales en la producción social -, los reformismos en Europa y en la región de los países "atrasados" han significado posicionamientos claudicantes y traidores.
La solidaridad de clase se manifiesta en la entrada en la ciudad de Madrid en la Puerta del Sol y distintas ciudades de España así como del mundo entero, compañeros expresamos de igual forma nuestra solidaridad de clase, por abolir las relaciones capital-trabajo, la producción mercantil, la propiedad privada, la plusvalia. Este 11 de Julio digamos:
¡QUE VIVA LAS LUCHAS DEL PROLETARIADO MUNDIAL!
¡POR LA AUTO-ORGANIZACIÓN Y LOS CONSEJOS DE FABRICA!
¡ABAJO LOS ENCADENAMIENTOS SINDICALES QUE NEGOCIAN NUESTRA FUERZA DE TRABAJO!
¡TRABAJADORES DE TODO EL MUNDO UNÍOS !!!!!!!!!
Publicamos a continuación una contribución sobre la crisis que nos envía un compañero desde Perú
Para muchos Latinoamericanos, Europa esta en una grave crisis, los medios de comunicación latinos dicen que los países latinoamericanos están inmunes, que nada de lo que sucede halla en Europa ocurrirá en esta región, hasta algunos dicen que esta es la oportunidad de los países latinoamericanos para prosperar, este tipo de afirmaciones simplemente provoca repugnancia y asco puesto que, dentro del capitalismo con su modo de producción basado en el régimen de trabajo asalariado y la propiedad privada de los medios de producción, las crisis económicas que traen para los trabajadores europeos un ataque directo a sus condiciones de vida y a sus burgueses unas simples "inversiones perdidas", son oportunidades para las burguesías latinoamericanas de crecer y engordar sus ganancias. A la clase burguesa o empresarial no le interesa las miserias en la cual se encuentra el pueblo trabajador, incluso, algunos pequeño burgueses o pequeño empresarios siempre están listos para aliarse con los grandes burgueses si aparece un buen negocio. La clase obrera, al ser el producto del capitalismo y su modo de producción, es la que directamente paga los platos de rotos de las crisis económicas, el salario, único medio de subsistencia para la clase obrera, es la principal fuente de recursos del cual se sirve la burguesía cuando se encuentra en crisis: baja del salario, austeridad, privatización de los servicios públicos, aumento de la jornada de trabajo, devaluaciones, inflación, impresión de billetes..., estas son las principales medidas que la burguesía ha hecho para sanear su sistema en crisis durante toda la historia en todas las partes del mundo.
No hay que engañarse cuando los medios de comunicación nos dicen (tanto en Latinoamérica o como se ve en algunas televisoras europeas) que el crecimiento económico es lo mejor que le puede pasar a un país y a sus trabajadores, esto es una falsedad, el crecimiento económico, simplemente es la cantidad de ventas o intercambios de mercancías que la burguesía local pueda realizar en una región, es decir, la cantidad de ventas que deviene ganancias para la burguesía. Es verdad que ello puede dar a una parte de los trabajadores algún "bienestar", pero también, y como lo ha demostrado esta crisis, es que la dependencia del trabajador hacia la clase burguesa y su modo de producción se eleva mucho mas, y por ello lo vuelve mucho mas vulnerable a cualquier crisis del modo de producción capitalista, algo que ya lo habían demostrado nuestros hermanos de clase ya hace decenas de decenas de años en sus luchas que hoy la clase burguesa ha intentado, y sigue intentado hacernos olvidar.
Y es en base a estas palabras "crecimiento económico" que los economistas y políticos de la derecha como de la izquierda del capital utilizan para que aceptemos sus medidas político-económicas, en toda Europa se escucha que: "Lo hacemos por el crecimiento económico", "el crecimiento vendrá después de haberse dado estas medidas de austeridad", "el crecimiento económico se dará si emprendemos políticas de crecimiento", "el crecimiento se desacelera y se debe a la mala política de austeridad", "solo una política de crecimiento hará que se mejore la economía".
Sabemos perfectamente que este tipo de frases son repetidas tanto por la derecha, como también por la izquierda del capital. Sus teóricos tratan de engañar con un seudo lenguaje revolucionario a los explotados, haciendo creer que en el capitalismo solo existen monopolios, financieros y grandes banqueros, sin ni siquiera mencionar que aquellos grandes burgueses antes fueron pequeños y que el propio desarrollo de la compra y venta de mercancías deviene en acumulación de capital, es decir, en el comercio es donde se ceba el capital pequeño y se vuelve grande.
Hoy en día, las medidas de austeridad dictadas por una parte de la burguesía, lleva a los trabajadores a una baja de su medios de subsistencia; la privatización de gran parte de lo publico, los ataques contra los derechos laborales, la baja del salario, solo son algunos pequeños ejemplos que podemos apreciar en la vida diaria. Es verdad que ello perjudica a los trabajadores, y también hay cierta verdad cuando se piensa que ello beneficia a los grandes monopolios..., pero ello no es todo. La burguesía no es solo los grandes burgueses (industriales, banqueros o financieros) sino que es una clase, también están allí los medianos y pequeño burgueses, así como la burguesía no monopolizada. La clase burguesa o empresarial, tiende a buscar mercados u "oportunidades de Inversión" donde tenga seguridad de aumentar sus ventas y ganancias, y esta necesidad le es inherente a toda la clase burguesa (sea grande, mediana o pequeña). Por esto, algunos pequeños o mediano burgueses pueden aliarse con los grandes burgueses o empresarios si se ve una "oportunidad", lo que se llama en la teoría económica cadenas de producción, por ejemplo:
Al privatizarse la salud pública, los grandes empresarios o burgueses compran hospitales o postas medicas al Estado, sabemos que estas estructuras necesitan de limpieza, mantenimiento e insumos para asegurar su funcionamiento y estructuras. Contratara, para realizar esas funciones, a mas personal, pero ello puede hacer que se incrementen sus costos (a pesar que los recortes a los derechos laborales hayan bajado esos costos, recordemos que la burguesía o los empresarios siempre querrán aumentar sus ganancias de cualquier modo), entonces, se vera en la necesidad de contratar una empresa (que no necesariamente es grande) que se encargue de estas labores de mantenimiento del hospital, y así sucesivamente. Otro ejemplo es cuando una gran empresa adquiere una mina del Estado, necesitara para explotar la mina, maquinarias, ropa especial, cascos, linternas, etc., y ello puede ser adquirido tanto a un pequeño como a un mediano burgués.
Algo así sucedió en Latinoamérica durante los años 90's, la aparición de las services o tercerizadoras, que ahora gran parte de los gobiernos tratan de eliminar o regular, puesto que claro, estas empresas (services o tercerizadoras) ya explotaron y acumularon capital y pueden ser ahora "mas humanos", pero ahora en medio de esta crisis, se intenta traerla otra vez.
Esto es lo que realizan algunos pequeño burgueses que anteponen sus intereses individuales a los colectivos cuando se aplica medidas de austeridad o neoliberales. Ahora pasemos a ver lo que sucede con las medidas de crecimiento o keynesianas que tanto promueven organizaciones como ATTAC, CDTM y los partidos de la izquierda del capital.
Las políticas de crecimiento que tanto promueve la izquierda del capital, se basa en la teoría Keynesiana, desarrollada por John Maynard Keynes, este economista, cuya teoría se puso en practica durante y después de la crisis de 1929 para sanear al capitalismo tiene como método de sanear el sistema, a la inflación, o mejor dicho, el encarecimiento de los productos.
La lógica utilizada por estos keynesianos es simple:
La economía esta contraída, no hay empleo, no hay inversiones, no hay compras, no hay ventas, hay poco salario, ósea no hay demanda agregada que es lo que cae en las crisis económicas, debido a esto, el Estado tiene que utilizar toda sus armas, tanto fiscales como monetarias, y la teoría Keynesiana se basa principalmente en el arma monetaria, dar políticas de crecimiento, es decir; imprimir tanto dinero como sea posible (lo que llaman los burgueses; políticas de crecimiento, aumento del gasto publico, crear los bonos europeos mediante el Banco Central Europeo, mutualizar o monetizar la deuda), para crear empleo, para después tener gente con salario, para que después compren, para que se inicie la venta mercancías, y para que algunos burgueses que viendo esto, empiecen a invertir. Pero, como el país tiene una gran deuda se tiene que pagar de alguna forma, entonces, la única forma para hacerlo según los keynesianos, es teniendo una balanza comercial positiva, es decir; vender al exterior bastante y comprar poco al exterior, entonces, para aumentar nuestras exportaciones tenemos que incrementar nuestra competitividad, para eso es necesario bajar nuestros costos de producción, por ello, se da una devaluación de la moneda, por ejemplo si 1 euro = 1 dólar, con una devaluación del Euro, entonces tenemos 1 euro = 50 centavos de dólar. Con esto tenemos, que si antes de la devaluación, fabricar un zapato tenia un costo de 100 euros en el mercado exterior (100 euros = 100 dólares) ahora con la devaluación, 100 euros = 50 dólares, ello quiere decir que ese par de zapatos es mas barato para el consumidor que usa el dólar como moneda, por ende, aquel consumidor que usa el dólar querrá comprar nuestros zapatos por tener un precio bajo, así tenemos una mayor cantidad de ventas al exterior, lo que repercute en una balanza comercial positiva (siempre y cuando nuestras compras al exterior no sobrepasen la cantidad de ventas). Ello hace que el Estado tenga la capacidad de tener dinero y cumplir con el pago de su deuda.
Claro que a simple vista podremos saltar de la alegría al ver que tendremos empleo, se pagara la deuda y seremos grandes vendedores al mundo..., pero ello es una felicidad relativa, la moneda tiene un valor que se da, objetivamente, por la cantidad de reservas que tenga el Estado en su banco central, lo que es la capacidad adquisitiva del dinero, esto nos dice, supongamos que si tenemos reservas de 1000 y tenemos 10000 billetes, la capacidad adquisitiva del dinero saldrá de la división de la cantidad de billetes sobre la de reservas: 1000 / 10000 (una idea sencilla de fácil notoriedad en lo que acontece hoy en día). Lo que nos arroja que un billete tiene una capacidad adquisitiva de 0.1, si se incrementa la cantidad de billetes (como lo proponen los izquierdistas del capital) nuestro ejemplo se convertiría en: reservas en 1000 y la cantidad de billetes en 100000, entonces la capacidad adquisitiva que tendrá nuestro billete será de 0.01 (1000/100000). Nuestra capacidad adquisitiva que tenga nuestro salario estará diezmado, si antes de la devaluación podíamos adquirir 10 litros de leche con 1 billete, después de la devaluación solo podremos adquirir 100 mililitros de leche (según nuestro ejemplo).
En economía nunca se puede predecir cuantitativamente un suceso, pero si cualitativamente, digamos que si un familiar tiene gripa, a pesar del avance de la medicina, no podríamos decir que la fiebre será de 40 o 39 grados, o que estará enfermo 5 o 6 días, o que expulsara una cantidad exacta de flema. Pero si podemos describir, en base a un historial, que tendrá fiebre, que estará un tiempo en cama, y que votara flema. ¿Que quiere decir esto?, que la inflación promulgada por los izquierdistas llevara a que nuestra capacidad adquisitiva del salario sea bajo, un ejemplo es Islandia, que hasta el momento, una mercancía tiene un precio 6.5% superior al que debería tener en realidad, y ahora intenta cambiar de moneda puesto que la subida de precios se les va de las manos. Otra fue, que los nazis, antes de entrar en el poder promovían medidas basadas en las teorías Keynesianas, sobre todo la de inflación.
Ahora bien. ¿Qué papel pueden desempeñar los pequeño y mediano burgueses?
Así como las medidas de austeridad son, mayoritariamente, beneficiosas para las grandes empresas o burgueses, las medidas de crecimiento son, mayoritariamente, beneficiosas para las medianas y grandes empresas que tengan la capacidad de vender al extranjero sus mercancías.
¿Recuerda las cadenas de producción que antes se hablo?
Pues bien, los pequeños y medianos burgueses pueden entrar también en la cadena de producción, en este caso, en alianza con la burguesía exportadora en búsqueda de mercados con dinero listo para comprar mercancías, brindándole servicios tercerizados que aminoran el costo del burgués exportador y deja caer todo ese "ahorro" de los costos, sobre los hombros de los asalariados, repetimos que no necesariamente este burgués tercerizador es grande, puede también ser pequeño o mediano.
Pero dentro de la doctrina keynesiana hay variantes, como lo es la teoría Post-keynesiana, esta teoría argumenta que el Estado tiene que dar liquidez a la economía, pero haciendo ciertos ajustes y juegos fiscales, ¿Qué quiere decir esto? Que inyecta dinero a la economía en su totalidad y no solo a la banca, y que hace ciertos ajustes de austeridad (aunque no tan fuertes como los que vemos ahora) junto a los juegos fiscales que vienen a ser subidas y bajadas de impuestos.
Pues bien, tal política es practicada en Estados Unidos con Obama desde que inicio la crisis en 2007, pero que hasta el momento ha ido subiendo como la espuma y que hoy, según los últimos datos acerca de las ventas y compras en los mercados, y los reportes de trabajo, nos muestran que ya empieza a decaer. La FED (similar al Banco Central) no tiene otra solución que imprimir mayores cantidades de dólares y vomitarlas a la economía, lo que a largo plazo llevara a una baja del poder adquisitivo del dólar, que, sumado a lo del Euro y una posible volatilidad de los precios del petróleo, nos llevaría a vivir los mismo que se paso en los 70's y 80's.
Esta crisis golpea directamente a la clase obrera, a los asalariados en su mayoría y a algunos pequeño burgueses y campesinos, la solución no es reformar al capital sino, destruirlo. Todo aquel que sea dueño de algún medio de producción y tenga asalariados estará embarrado de esta crisis. La decisión será entonces, o se hunden junto al capital o empiezan a luchar contra él.
1 https://www.voltairenet.org/La-tercerizacion-otro-mecanismo-de [174]
La crisis capitalista, en su paso por España, está haciendo que las contradicciones y antagonismos sociales que recorren la sociedad capitalista se muestren de una forma mucho más descarnada y clara, y que el Estado capitalista, tras su fachada democrática, aparezca de forma cada vez más evidente como lo que es: la máquina encargada de mantener las relaciones sociales y de producción capitalista que requiere la burguesía para su dominio sobre la población en general y sobre la clase proletaria en particular.
La situación se acerca a lo insostenible: aumento brutal de la pobreza y el hambre, paro masivo, miles de desahucios, aumento de la precariedad y la explotación, drásticas reducciones salariales, recortes o eliminación de servicios básicos (sanidad, educación, lucha contra incendios, etc).
En este contexto, la función principal de la mal llamada “clase política”, que no es otra que mentir, sembrar ilusiones y dar legitimidad “democrática” a la dominación capitalista, obviamente sufre un gran desgaste, por lo que es importante para la clase burguesa el preparar piezas de recambio, tanto en lo referente a los partidos e individuos que directamente asumen la función de gestión y aplicación de las medidas que el capital manda, como en los encargados de contener y canalizar el malestar social.
Y algo similar sucede con los sindicatos. Ante la gravedad de la situación, el capital y su Estado debe contar en la reserva con aparatos sindicales capaces de controlar y canalizar hacia puntos muertos las luchas y protestas cuando los “oficiales” CC.OO. , UGT u otros se muestren incapaces.
El caso es que el pasado 7 de agosto el SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), previa llamada a los medios, organizó “asaltos” simbólicos a varios supermercados en la región andaluza “para denunciar la situación de miseria de muchas familias en Andalucía”. Los medios burgueses han situado estas acciones en portada durante varias días con dos objetivos, aparentemente contradictorios pero perfectamente complementarios: primero, el intento de criminalizar y asociar toda lucha y movilización con violencia hacia personas y trabajadores, utilizando de forma hipócrita y cínica las lágrimas de una cajera nerviosa a raíz de un pequeño rifi-rafe durante la acción, y así sembrar dudas en aquellos proletarios que sientan el impulso de lanzarse a la lucha en el futuro; y segundo, darle una inestimable publicidad al SAT, de paso a Izquierda Unida, y de forma general a toda la izquierda del capital.
Es bien conocida la férrea censura y blackout imperante en los medios “democráticos”: lo que no interesa a sus dueños es ocultado, o si es imposible por su amplitud, convenientemente tergiversado y manipulado. Desde luego las acciones simbólicas podrían haber sido, como tantas otras veces en casos similares, ocultadas o minimizadas por los medios; si no lo fueron es por las razones arriba señaladas. Y como decíamos, la publicidad al SAT y a IU ha sido enorme, con presencia de miembros del sindicato en múltiples platós televisivos (con la vedette y diputado andaluz por IU Sánchez Gordillo a la cabeza) soltando libremente todo su discurso, junto con sectores de IU que han tenido la oportunidad de mostrar su apoyo a la acción, con el respetable parlamentario Gaspar Llamazares como elemento mediático destacado, y así ponerse por un momento el disfraz de “combativos”.
Pero la cuestión fundamental que subyace de estos “eventos mediáticos” va más allá del SAT, o de tal o cual sigla o personaje; la clase dominante busca a corto y medio plazo el alimentar 3 elementos fundamentales para dificultar la reaparición histórica de la lucha de clase del proletariado a nivel masivo y mantener su poder: alimentar ilusiones sobre el parlamentarismo y las farsas electorales; fomentar la idea de que el sindicalismo (en sus distintas versiones, “oficial” o “de base”) sería una herramienta eficaz de protesta y lucha para los explotados; y espolvorear todo el arsenal de confusión con posiciones políticas y reivindicaciones reaccionarias y ajenas a la lucha proletaria.
La burguesía ha tratado de transmitir que, pese a todo, el parlamento representaría al pueblo, y que hay parlamentarios que sí se preocupan de “los ciudadanos” (su distinguida señoría Llamazares ha aprovechado bien la ocasión para hacerse la foto y se ha erigido en defensor de los pobres). En definitiva, que existiría alguna esperanza de lucha transformadora en el seno de ese cascarón vacío y podrido, lleno de cotorras mentirosas a sueldo del capital, sin otro fin que legitimar la dominación capitalista y alimentar ilusiones “democráticas” y electorales de cambio, que es el parlamento burgués.
De la misma forma, la clase dominante ha pretendido dar oxígeno al sindicalismo, y más concretamente al sindicalismo “de base” o “alternativo” (cuyas diferencias con el sindicalismo “oficial” serían más de forma que de fondo, siendo en general los “alternativos” meros apéndices críticos de los “oficiales”, como pudimos comprobar una vez más en la última “huelga general” del 29-M). ¿Los métodos de estos sindicatos “alternativos”?: acciones simbólicas para llamar la atención de los medios, marchas a pié, aislar y centrar los conflictos en una empresa o zona geográfica, acciones espectaculares (ocupaciones, bloqueos de carreteras, etc), movilizaciones a toque de corneta de los sindicatos grandes, suplicar en la puerta del político de turno, etc. Lejos de lo mínimo que la clase proletaria requiere hoy día: espacios de encuentro, solidaridad, reflexión y debate donde romper el aislamiento; la extensión de los conflictos y las protestas más allá de la empresa o área geográfica particular; el uso de las movilizaciones desmovilizadoras de los sindicatos “oficiales” para contactar y debatir con compañeros y no para ser una mera comparsa chillona.
A la vez, dándole publicidad al SAT, lo que la burguesía ha pretendido es difundir lo máximo posible el arsenal de confusionismo y posiciones reaccionarias que este sindicato comparte con la mayoría de la izquierda y extrema izquierda[1] (y con gran parte del aparato político e ideológico burgués). Este sindicato tiene sus propias peculiaridades ideológicas (entre las más reaccionarias estarían su extravagante nacionalismo andaluz, que identifica la solución a todos los problemas “de Andalucía” -así, en general- con su independencia de España; la caduca y estéril reivindicación de “reforma agraria” para el problema del paro jornalero en Andalucía, como si fuera un problema separado del conjunto del proletariado; o sus reivindicaciones especialmente humillantes y más propias de Cáritas como la de que los supermercados entreguen comida a punto de caducar a la gente necesitada...) pero, como decimos, estas son algunas posiciones de la izquierda en general que es necesario denunciar:
La gravedad de la situación, los múltiples y sofisticados métodos y aparatos de confusión y canalización que posee la clase dominante y su Estado, la descomposición social y la atomización creciente, hacen absolutamente indispensable un mínimo de claridad política para luchar contra el capitalismo. No puede haber práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria, sin conocer el terreno que pisamos, la portería que defendemos y en la que nos toca marcar, a nuestros enemigos y a nuestros falsos amigos.
Los compañeros que honestamente tratan de luchar contra este sistema bajo la influencia de la izquierda y la extrema izquierda del capital tienen que hacer un esfuerzo y reflexionar acerca de la actividad y discurso de esas organizaciones e ideologías, cuyo fin (más allá de los honestos y combativos militantes que pudiera haber en sus filas) en la sociedad burguesa es el de contener, canalizar y debilitar la capacidad, teórica y práctica, del proletariado para luchar contra el capitalismo.
Draba 16/08/2012
[1] Para ver un pequeño listado de colectivos e individuos de la izquierda que han dado su apoyo al SAT: kaosenlared.net/component/k2/item/27597-artistas-intelectuales-movimientos-sociales-sindicatos-y-partidos-se-solidarizan-con-el-sat.html.
Es la tercera vez que Londres alberga los Juegos Olímpicos, y en cada ocasión nos ha enseñado algo sobre la fase correspondiente del capitalismo.
Los Juegos de 1908 en un principio iban a ser albergados por Roma; sin embargo, la erupción del Vesubio en abril de 1906 implicó la necesidad de utilizar grandes recursos para la reconstrucción de Nápoles. Como potencia mundial, con un imperio que cubría casi un cuarto de la tierra firme del planeta y un quinto de la población mundial, Reino Unido se encontraba en condiciones de organizar los Juegos incluso con un breve plazo de antelación.
En diez meses fue posible organizar la financiación, encontrar un lugar y construir un estadio. En el aspecto económico, los costes sumaron alrededor de 15.000 libras, siendo los ingresos de 21.377 libras. Los primeros Juegos obtuvieron beneficios, y en ese sentido fueron un éxito. Sin embargo, el diario “The Times” (27/07/1908) se lamentaba de que lo que era “una perfecta armonía deseada por todo el mundo se ha visto afectada por algunas disputas lamentables, protestas y objeciones a las decisiones de los jueces. En muchos periódicos, en todo el mundo, el sentimiento nacionalista ha sobrepasado ciertos límites, y las acusaciones y contra-acusaciones están a la orden del día”. Desde luego no es sorprendente, teniendo en cuenta los crecientes conflictos entre naciones a medida que el imperialismo se convertía en el único modo de funcionamiento del capitalismo, desde la guerra hispano-estadounidense de 1898, la ruso-japonesa de 1905, y el resto de antagonismos que llevaron a la I Guerra Mundial.
En los Juegos de 1908 todos los jueces eran británicos y hubo quejas prácticamente diarias desde el equipo estadounidense. Comenzaron con el rechazo a inclinar la bandera de EEUU ante el rey en la ceremonia de apertura, y continuaron después. En la prueba del tira y afloja con cuerda los norteamericanos se quejaron del calzado utilizado por el equipo formado por miembros de la policía de Liverpool. Al ser sus protestas rechazadas, se retiraron de la prueba. En los 400 metros, los jueces británicos decidieron que la final debía repetirse porque un corredor de EEUU había golpeado con el codo a un británico. EEUU boicoteó la repetición de la final. Al final, Reino Unido obtuvo el mayor número de medallas de oro, de plata y de bronce. Contra equipos de 22 países, con 2000 participantes, los británicos lograron más medallas, 146, que en ninguno de los Juegos modernos. Como había predicho el “The Times” (13/07/1908) “Este año esperamos darle la oportunidad a nuestro competidores de mostrarles que no hemos perdido nuestra astucia”.
En los 40 años que pasaron hasta los Juegos Olímpicos de 1948 las cosas habían cambiado mucho para el imperialismo británico. Sus aliados, Rusia y EEUU, habían ganado la II Guerra Mundial, pero los USA eran ahora la potencia dominante en occidente, con Gran Bretaña en una posición mucho más secundaria.
Reino Unido había mostrado sus dudas en albergar los Juegos. Con una economía devastada, con un racionamiento de productos básicos (incluidos la comida, la gasolina y la ropa) incluso más severo que durante la guerra, con una alta tasa de desempleo, gran carestía de vivienda y muchas huelgas obreras, Reino Unido estaba desesperada por recibir los fondos norteamericanos del Plan Marshall, pero insegura sobre el impacto que tendrían los Juegos.
Sólo un mes antes de los Juegos tuvo lugar una huelga salvaje en el puerto de Londres durante la cual soldados de reemplazo recién reclutados fueron enviados a los muelles. Por primera vez un gobierno utilizaba la “Emergency Powers Act” (“Ley de Estado de Emergencia”) aprobada en 1920. Esta no fue la única vez que los trabajadores se enfrentaron al régimen de austeridad de posguerra impuesto por el gobierno laborista.
Hubo al menos dos años de preparación para los Juegos. Aunque no se construyeron nuevas instalaciones se utilizó mano de obra de prisioneros de guerra alemanes en algunas construcciones, incluyendo la carretera que llevaba al estadio de Wembley.
No es casualidad que a los Juegos de 1948 se les conociera como los “Juegos de la Austeridad”. Se animó a las distintas delegaciones a que trajeran su propia comida, aunque los participantes tenían derecho a las mismas raciones que los mineros. Los participantes masculinos fueron alojados en campos de la RAF[1], y las féminas en universidades londinenses. Los deportistas británicos debían comprar o traer su propio equipamiento.
Con 4000 participantes de 59 países, los Juegos de 1948 costaron 732.268 libras (por debajo del presupuesto), con unos ingresos de 761.688 libras. Obtuvieron un modesto beneficio, pero Reino Unido no pasó del duodécimo lugar en el medallero, y todo el mundo sabía que EEUU ocuparía el primer lugar antes de que los Juegos empezaran.
Aunque algunos países han afirmado haber logrado cubrir gastos, o incluso obtener beneficios, como dudosamente afirmó Pekín 2008, los Juegos han significado un desastre financiero en la mayoría de las recientes citas. La deuda en Montreal fue tan grande que no se pudo pagar del todo hasta casi 30 años después. El presupuesto original para Atenas 2004 era de 1600 millones de dólares: el coste público final se estima en 16.000 millones de dólares, con la mayoría de instalaciones actualmente abandonadas o apenas utilizadas, con grandes sumas de dinero todavía necesarias para mantenimiento y seguridad. Parece claro que los Juegos Olímpicos fueron uno de los factores que contribuyeron en la profundidad de la crisis de la economía griega.
Para Londres 2012 el presupuesto inicial estimado era de 2370 millones de libras, pero en los siete años desde la adjudicación de la sede, las estimaciones de la cifra final se incrementaron hasta diez veces el coste original. De este modo, los organizadores están tratando de hacer todo lo necesario para recuperar el gasto. Los precios de acceso, comida, bebida, y todo lo relacionado con las instalaciones son en su mayoría escandalosos, incluso para una capital cara como Londres. Y los intereses de los patrocinadores oficiales se guardan con sumo celo. Existen normas muy estrictas sobre el llamado “ambush marketing” (publicidad no autorizada), es decir, contra la exhibición de cualquier objeto (que puede incluir prendas de vestir) que lleve el nombre de cualquier empresa que no sea patrocinador oficial.
Pero en la disciplina donde Londres 2012 parece más dispuesto a batir récords es en la represión. En los días más ajetreados habrá hasta 12.000 policías de servicio. Habrá 13.500 militares británicos disponibles, bastantes más de los 9.500 en Afganistán. Se prevé también la presencia de 13.300 guardias de seguridad privados, que pasarán unos días entrenándose con las tropas. Un portavoz de la compañía privada de seguridad manifestó que “parte del entrenamiento se ha centrado en 'alinear valores' entre ambos grupos, de modo que la actuación del ejército y los guardias privados en lo concerniente a la seguridad sea similar” (Financial Times 24/05/2012).
Encima de eso, son bien conocidos los planes de instalar misiles tierra-aire de alta velocidad en un edificio cerca de las principales instalaciones. Es de suponer que esto significaría la posibilidad de alcanzar aviones sobre una zona densamente poblada.
Los organizadores de los Juegos, en colaboración con el Estado británico, parece que han pensado en todo. Aunque podría no ser capaz de llevarlo a cabo, el “Home Office” (Ministerio de Interior británico) tiene intención de realizar controles de seguridad a los 380.000 atletas, jueces, trabajadores y personal de los medios ligados de alguna manera al evento. Habrá carriles especiales en las carreteras reservados para vehículos con acreditación. Las multas por utilizar estos carriles serán de 135 libras. Al entrar en las instalaciones habrá registros y no se permitirá la entrada de agua. Irá contra las normas el tuitear, subir a facebook o a cualquier medio fotos de los eventos.
Habrá más de 200 países representados en los Juegos de Londres, y los organizadores harán todo lo posible por proporcionar un entorno adecuado para la habitual orgía de nacionalismo y de publicidad para los Coca-Cola, McDonalds, Panasonic, Samsung, Visa, General Electric, Procter and Gamble, BMW, EDF, UPS y demás miembros de la banda.
En esto se han convertido los Juegos Olímpicos de la era moderna: nacionalismo y negocio. Mientras tanto, en la preparación para Londres 2012, las autoridades han intentado “recolocar” a 500 familias desde el área donde va a estar el estadio olímpico, Newham, a Stoke-on-Trent, a más 240 km. Los inquilinos de la zona están siendo expulsados de modo que los propietarios puedan alquilar las viviendas a precios desorbitados. Los Juegos se supone que son una inspiración para la juventud. Newham presenta la media de edad más joven de Inglaterra y Gales, con la proporción más alta de niños por debajo de un año. También posee la media más alta de personas en la misma vivienda, las tasas más altas de prestaciones sociales en Londres, así como altas tasas de morbilidad y muerte prematura. El futuro de los niños que viven bajo la sombra de estos Juegos no va a mejorar por el espectáculo de la lucha por las medallas.
Car 5/6/12
Nos ha parecido de interés publicar el artículo de análisis y denuncia de las Olimpiadas que ha realizado nuestra sección en Gran Bretaña – World Revolution. Agradecemos antes que nada el trabajo realizado por un compañero próximo que se ha encargado de la traducción. Para el proletariado y para sus organizaciones comunistas el internacionalismo es su fuerza principal y fundamental. Una de las concreciones del internacionalismo es unir los estudios, las experiencias, los análisis, de todas las partes del proletariado mundial. En ese sentido, es vital disponer de un equipo de traductores que lo más rápidamente posible viertan al español lo escrito en otras lenguas por otras secciones de la CCI o por otras expresiones del proletariado internacional. De ahí que no nos cansaremos de saludar la colaboración de un equipo de traductores que actualmente trabajan con lo publicado en lengua inglesa.
Respecto a las Olimpiadas nos parece lo más importante denunciar la máquina de lavado de cerebro que suponen para intoxicarnos con la droga nacional. Se supone que debemos estar contentos por las medallas que consiguen “nuestros atletas”: el cómo lo consiguen eso no importa. De eso no se habla, solo se habla de la dichosa medalla y de la supuesta gloria nacional.
Es evidente que el ejercicio, el juego, la distracción, forman parte de la vida y que su práctica es sana. Pero eso nada tiene que ver con el deporte actual organizado como enorme maquinaria nacionalista y comercial. Como tal es un perfecto microcosmos de lo que es el capitalismo: nacionalismo, competencia pues tiene que ganar uno sobre el cadáver del resto, obtener resultados no importa el precio que haya que pagar.
[1] RAF: Royal Air Force, Reales Fuerzas Aéreas, Ejército de Aviación de Gran Bretaña.
Que no nos engañen, la crisis no es solo europea, americana o china. La crisis histórica del Capitalismo incluye a todos los estados y es Mundial.
Que no nos engañen, la crisis no es solo europea, americana o china. La crisis histórica del Capitalismo incluye a todos los estados y es Mundial. Cabalga ya por toda Latinoamérica: anuncios de recesión y caídas del crecimiento económico azotan Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Chile en cuyas calles la cólera obrera y las movilizaciones comienzan a arreciar. La huelga de los maestros argentinos ,de los obreros de VW en México, los médicos y mineros bolivianos o las más recientes huelgas de los obreros de la mina de Chuquicamata y las movilizaciones de los estudiantes chilenos.
En el Perú, pese a la cortina de humo del "crecimiento" lo real es que va en descenso la industria textil, el total de las exportaciones se han caído, los precios en los mercados suben a diario y los salarios y pensiones siguen a niveles de hambre. Hasta los empresarios desconfían de invertir ya que sus propios gurús y analistas ya no pueden ocultar más que lo peor está por venir (1). El famoso y tan mencionado Economista Peruano Bruno Seminario dice "Que ningún país escapa a la crisis, ni menos Perú...en los últimos meses se ha realizado un fuerte deterioro de la economía mundial". Otro como el investigador y doctor en Economía Oscar Ugarteche sigue las mismas líneas: "La crisis nos va pegar fuerte; el capitalismo es el culpable, el capitalismo viene con crisis siempre".
Toda esta situación de crisis del Capitalismo está generalizando el descontento en el país a través de movilizaciones y paros. Primero comenzaron los pobladores contra la minería que los enferma y explota (Conga, Espinar, Quellaveco y mas) pero se ha sumado también la clase obrera con huelgas contundentes como la de maestros, obreros mineros, enfermeras, médicos, estudiantes, obreros de limpieza, controladores aéreos, construcción civil, metalúrgicos, servicio de correo postal Serpost y toda una avalancha que ya preocupan al Estado y a la Burguesía.
¿Y cómo responde el gobierno de Humala? Ante la crisis, se hace el loco, mira a otro lado y nada dijo en su pomposo discurso de fiestas patrias; payaseando para la platea con sus analfabetas frases:"necesitamos un Estado atlético, que trepe cerros (sic!!!); frente al descontento social mete bala a todo lo que sea protesta. Y para asegurarse de meter a todos en cintura, anuncia aumento de salarios y gollerías para sus compinches de las Fuerzas Armadas y policías. Manteniéndolos contentos refuerza su poder y los tiene listos para disparar contra la clase obrera que ya cuenta con 17 asesinados desde el 2011.
El cinismo y la hipocresía del Estado no tienen límites. Con una mano masacra y con la otra se calza la careta del "dialogo y la concertación - todo esto con la anuencia traidora y rogona de la CGTP que le desea "buena suerte" al nuevo premier mientras el gobierno sigue disparando y apaleando por todo el país.
Debe quedar bien claro: vivimos en una situación de CRISIS MUNDIAL DEL CAPITALISMO.Y como consecuencia en la totalidad de la clase obrera en el mundo la que es atacada en sus condiciones de vida. Cada alza de precio en la comida, cada medicina que se encarece, cada despido, cada congelamiento o reducción de salario es una agresión despiadada y brutal del Capitalismo que descarga su crisis sobre nuestras espaldas, contra nosotros que somos la INMENSA MAYORIA ,que somos los esclavos modernos, trabajadores públicos o privados, desempleados, cachueleros, eventuales, obreros, estudiantes, jubilados, ambulantes. Esta situación que reventó en 2007 y que empeora día a día, esta llevándonos a los explotados del mundo a reflexionar, cada vez más a hacernos preguntas sobre lo que está pasando, a conocer cuáles son las causas de la crisis y si es posible construir un sistema y un mundo diferentes al que nos somete el Capital.
Compañeros: no basta con salir a marchar y protestar. Es necesario también hacernos preguntas y REFLEXIONAR COLECTIVAMENTE CON LOS DEMAS, en las calles, en las plazas, en los colegios, talleres o fábricas, en las oficinas. Reflexionar y tomar decisiones para que nuestra respuesta sea contundente y masiva.
Por ejemplo, comencemos preguntándonos: ¿De qué nos ha servido ir a votar cada 3 o 5 años? ¿Acaso algún presidente cumplió alguna vez sus promesas? O, ¿Porque permitimos que los dirigentes sindicales nos lleven a marchar aislándonos de los demás explotados, cada uno con su propio pliego o reclamo? ¿Acaso el desempleado, el vendedor ambulante o el anciano pensionista no sufre como nosotros? ¿Acaso no son también nuestros hermanos de clase y de lucha? O esta otra: ¡Es el Capitalismo un sistema eterno o podríamos tumbarlo para construir algo diferente y mejor?
1) ¡Hay que ganar la calle!:
Compañeros, no basta marchar, portar banderolas y agitar consignas, bien ordenaditos, en procesión y luego cada uno a su casa, como le gusta a los sindicatos. Al contrario después de cada protesta, quedémonos y ocupemos en masa una plaza, calle o cualquier espacio abierto donde podamos evaluar la jornada de lucha, conversar, discutir, conocernos sin importar de que sector vengan los asistentes. ¡Discutir! ¡Reflexionar! ¡Romper el aislamiento y la atomización! ¡Desarrollar la confianza entre todos! ¡Tomemos la palabra, todos tenemos algo que decir siempre!
2) ¡Unidad obrera!
La historia de la clase obrera nos enseña que solo unidos podemos hacer frente a los ataques del Capitalismo.la burguesía y el Estado se juntan para atacarnos a diario debemos empujar la creación de un movimiento que reúna al conjunto de los trabajadores sin importar de que sector provienen. Solo así, enseñando los dientes y los puños por miles nuestros enemigos comenzaran a temernos de verdad.
3) ¡Autoorganicemonos!
Ya lo dijimos, antes y después de cada jornada de lucha o cuando surjan huelgas en algún sector formemos ASAMBLEAS GENERALES donde todos discutamos y decidamos juntos las medidas de lucha (como han hechos los trabajadores en España o Grecia).Asambleas donde verdaderamente tomemos el control de los combates, abiertas a todos los explotados y donde nosotros decidamos y no unos cuantos dirigentes en nuestro nombre. Asambleas donde a través de la discusión vayamos aclarando porque estamos así y cómo podemos superar esta situación. Donde la CONFIANZA Y LA SOLIDARIDAD proletarias forjen una unidad para el combate tan necesaria para enfrentar los ataques de la burguesía, de su Estado y la labor anti obrera de los sindicatos.
¡A pensar y actuar compañeros!
¡El futuro es nuestro!
¡La emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores!
CCI,Agosto 2012
https://www.internationalism.org/ [177]
[email protected] [178]
Análisis de la sucia conspiración de los diferentes imperialismos -desde USA hasta Rusia pasando por los actuales dueños del estado sirio y sus rivales aspirantes a destronarlos- lo cual está costando casi 20 mil nuertos, más de un millón de desplazados y sufrimientos ilimitados para los trabajadores y toda la población de Siria. El artículo ha sido publicado en la Web de nuestra sección en GB. Agradecemos a un compañero la traducción
El poder letal del estado moderno convierte en pequeños los crímenes de un individuo, asesino de masas, como Anders Breivik, actualmente sometido a juicio en Oslo por el asesinato de decenas de jóvenes en un campamento de verano juvenil del Partido Laborista. El régimen de Assad en Siria sigue demostrando su capacidad para sembrar terror a gran escala. Una ciudad tras otra es sometida a intensos bombardeos de la artillería, y la población se ve atrapada en casas o sótanos, privada de alimentos y electricidad durante días, incluso semanas. Francotiradores del ejército se sitúan en los tejados, secuestrando a cualquiera lo suficientemente valiente como para tratar de salir en busca de un poco de comida para sus familias. Y cuando el pueblo finalmente cae bajo su dominio, familias enteras son exterminadas de una manera más directa y personal, ya sea por soldados regulares, o con mayor frecuencia (ya que muchos soldados han desertado de las filas del ejército disgustados por lo que se les estaba obligando a hacer) por bandas de delincuentes conocidas como "Shabiha" o fantasmas. Las dos masacres más conocidas de los últimos tiempos ocurrieron de esta forma en Houla y Mazraat al-Qubair, pero no son, de ninguna manera, los únicos ejemplos.
Con la arrogancia más descarada, los portavoces del régimen justifican estos sangrientos asedios al afirmar que “grupos terroristas armados” se han apoderado de la ciudad en cuestión. Con frecuencia llegan al descaro de culpar de las carnicerías más conocidas de mujeres y niños a la acción de esos grupos que presumiblemente lo harían para desacreditar al gobierno La naturaleza descarada de los crímenes y las mentiras del gobierno sirio no es de ninguna manera la marca de un régimen que descansa sobre bases sólidas. Más bien refleja la desesperación de un régimen cuyos días están contados.
Para enfrentarse a las protestas generalizadas que estallaron contra su gobierno siguiendo la estela de los otros movimientos masivos en todo el norte de África y Oriente Medio, Bashir al-Assad, trató de seguir los pasos de su padre: en 1982, Hafez al-Assad, se tuvo que enfrentar a otro levantamiento, dirigido por los Hermanos Musulmanes y centrado en la ciudad de Hama. El régimen envió al ejército y llevó a cabo una carnicería atroz: la cifra de muertos se ha estimado en una cifra entre 17.000 y 40.000. La rebelión fue aplastada y la dinastía Assad ha sido capaz de mantener su control sobre el país de forma más o menos indiscutible durante los últimos dos decenios y medio.
Sin embargo, una dosis rápida del más despiadado terror ya no funciona de la misma manera, porque la historia ha evolucionado desde mediados de los 80. En primer lugar, la relativa estabilidad que resultó del antiguo sistema de los dos bloques (en el que Siria era el aliado más consistente de la URSS en la región) se vio debilitada por el colapso del bloque oriental y la consecuente desintegración del bloque dirigido desde Washington. Este profundo cambio en las “relaciones internacionales” desató los apetitos imperialistas de un gran número de Estados –pequeños, medianos y grandes-, que, de repente, se veían libres de la tutela de las antiguas superpotencias que les gobernaban desde lejos. En Oriente Medio, Irán –que era ya un elemento problemático antes de la caída de los bloques- se ha visto muy reforzada y aplica cada vez más un juego imperialista propio, sus ambiciones han aumentado considerablemente a causa de la invasión de Irak liderada por Estados Unidos. Con Saddam en el poder, Irak era un importante contrapeso a la posición de Teherán en la región, pero tras ser derrocado Saddam, el país se paralizó por el desorden interno y se rige por una débil facción chiíta que es altamente susceptible a la influencia iraní. Turquía, que en otros tiempos fue un aliado de confianza de los EE.UU, ha empezado a jugar a su propio juego, presentándose cada vez más a sí mismo como el campeón del Oriente Medio musulmán. Incluso Israel ha estado afirmando cada vez más su independencia respecto de sus mecenas estadounidenses, una realidad que está siendo corroborada por las voces en el Estado de Israel que piden un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán (una medida que EE.UU se muestra reacio a aprobar debido al gran riesgo de caos que ello implicaría[1]).
En este hervidero de ambiciones nacionales, lo que empezó como una protesta popular desarmada contra el régimen de Assad se ha convertido rápidamente en una guerra de poder entre las potencias imperialistas regionales y mundiales. Irán, principal aliado de Siria en la región[2], se ha posicionado firmemente a favor del régimen de Assad, y ha habido informes de que miembros de la Guardia Revolucionaria u otros agentes de la República Islámica han trabajado como cómplices en la campaña de terror de Assad. Assad también ha seguido gozando de la protección de Rusia y China, que han participado activamente en el Consejo de Seguridad de la ONU declarándose en contra de una serie de resoluciones que condenan al gobierno de Assad o que pretenden que se le impongan sanciones. Rusia ha tenido que moderar su postura ante las fuertes críticas recibidas, haciendo sus primeras y tímidas críticas de las masacres de Assad, pero su apoyo a una política de "no intervención" sirve para asegurarse de que las fuerzas rebeldes no consigan las armas mientras que las fuerzas armadas oficiales mantienen su gigantesco arsenal. De hecho, Hillary Clinton, acusó recientemente a Rusia de suministrar helicópteros de ataque al régimen, a lo que el ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov, respondió que los helicópteros eran simplemente para fines “defensivos” y que, de todas formas, el oeste estaba secretamente armando a los rebeldes.
Esta fue la primera vez que los rusos hicieron abiertamente esta acusación, pero ha sido así durante mucho tiempo. Una vez que la oposición se unió en una importante fuerza política burguesa en torno al Ejército Libre de Siria y el Consejo Nacional de Siria, ha habido envíos de armas desde Arabia Saudita y Qatar. Turquía, mientras tanto, ha hecho un cambio radical de postura, poniendo fin a sus relaciones antes amistosas con el régimen de Assad, condenando su falta de humanidad, y ofreciendo protección a los refugiados que huyen de la masacre. En el plano militar ha acumulado fuerzas considerables en su frontera con Siria; y, en el mismo discurso en el que condena a Moscú por enviar helicópteros a Siria, Clinton sugirió que la concentración de fuerzas sirias alrededor de Aleppo, cerca de la frontera turca, «bien podría ser una línea roja para los turcos en términos de sus intereses estratégicos o nacionales» (The Guardian 13 de junio). Más recientemente, Siria ha estado derribando aviones turcos, incluyendo un avión militar que supuestamente había violado el espacio aéreo sirio, lo cual ha incrementado las tensiones entre Ankara y Damasco.
Por lo tanto, la política de terror, lejos de fortalecer el poder de Assad sobre el país, ha envuelto este en un cada vez más impredecible conflicto imperialista, lo que también tiene el efecto de exacerbar las divisiones religiosas y étnicas dentro del país: de la misma manera que los iraníes apoyan a la minoría alauí dominante, los saudíes (y sin duda cierto número de yihadistas atraídos por el conflicto, como hienas que son) pretenden imponer algún tipo de régimen suní. Hay también divisiones entre cristianos y musulmanes, kurdos y árabes, todas las cuales amenazan con llegar a ser demasiado amplias y amargas como para ser manipuladas sin sumir al país en una situación aún más caótica, siguiendo el modelo de Irak.
Como Siria va en la dirección de convertirse en un Estado fallido, y las sanciones de la ONU y las misiones de observación se muestran incapaces de detener la matanza, ha habido crecientes llamamientos para una intervención militar “humanitaria” por parte de las potencias occidentales. Después de todo, dicen sus partidarios, “funcionó” en Libia, donde Francia y Gran Bretaña lideraron la tarea de imponer una “zona de exclusión aérea”, que efectivamente propició la victoria de los rebeldes y el derrocamiento del régimen de Gadafi. Pero en el caso de Siria, los estados como Gran Bretaña, Francia y los EE.UU están siendo mucho más cautelosos, a pesar de clamar con más fuerza que Assad se vaya. Hay una serie de razones para sus dudas: el terreno geográfico en Siria es mucho menos susceptible a la guerra aérea de Libia, con sus grandes extensiones de desierto. Y mientras en sus últimos días Gadafi acabó aislado internacionalmente, Siria tiene vínculos mucho más fuertes con Rusia, China e Irán. Con Israel ya incitando a los EE.UU a atacar a Irán bajo la amenaza de hacer el trabajo por sí mismos, una escalada de la guerra en Siria también podría encender la mecha en torno a Irán, con consecuencias aún más devastadoras. Por otra parte, el ejército de Assad está mucho mejor equipado y entrenado que el de Gadafi. En conclusión, las potencias occidentales corren el riesgo de verse involucradas en un verdadero desastre en Siria y más allá, de la misma forma que les ha pasado en Afganistán e Irak; y en contraste con Libia no hay peligro de que valiosas reservas de petróleo caigan en las manos equivocadas, ya que Siria no tiene petróleo en absoluto. Las repercusiones sociales y políticas de que otro escenario de guerra se forme para las grandes potencias en esta región devastada son, por el momento al menos, demasiado inciertas para hacer que el riesgo valga la pena. Turquía está, a pesar de estar más directamente amenazada por las consecuencias de la catástrofe humanitaria en Siria, jugando también sus cartas con cierta cautela de momento.
Hay una especie de estancamiento imperialista sobre Siria, y mientras tanto las muertes se acumulan. Esto no quiere decir que una intervención militar occidental pudiera evitar que ocurrieran. Como podemos ver en la experiencia de Irak y Afganistán (y Libia, donde hay también una secuela de conflicto extendiéndose por una serie de países vecinos[3]), las consecuencias de la intervención militar occidental son cualquier cosa menos humanitarias. Incluso cuando se adapta a sus intereses imperialistas imponer un cierto orden sobre la situación y así minimizar algunas zonas de conflicto, el resultado en todos estos casos ha sido el de acelerar la tendencia hacia el desorden y la violencia caótica. Al igual que la crisis económica a la que se enfrenta ahora el capitalismo como un muro inexpugnable, la proliferación de guerras y tensiones imperialistas en todo el planeta dan testimonio de que el capitalismo se ha convertido en un callejón sin salida para la humanidad.
Amos
[1] Véase la editorial de la Revista Internacional núm. 149: "Amenaza de un cataclismo imperialista en Oriente Medio [180]".
[2] El régimen de Assad siempre ha basado su poder en una política de dividir y gobernar, haciendo pleno uso de las diferentes divisiones religiosas y étnicas que tienen una larga historia en el país. En particular, se ha identificado con la minoría religiosa alauí, manteniendo su apoyo a este grupo (que es considerado hereje por muchos musulmanes) a través de una política combinada de repartir prebendas y privilegios e infundir un clima de temor a los miembros de la secta sobre lo que sucedería si sus protectores fueran retirados del poder. Por su parte, los mulás iraníes, para dar peso teológico a su política exterior en favor de Siria, parecen haber aceptado a los alauitas como parte de los musulmanes chiítas. Ver "The fear-filled minority sect that keeps Syria's struggling dictatorship alive [181]". Este artículo muestra que, si bien muchos de los Shabiha son extraídos de la minoría alauita, hay otros, tal vez la mayoría, que están cada vez más preocupados de que se les asociará a los crímenes de Assad.
Ante las reciente convocatorias sindicales que siempre desmoralizan muchos compañeros se preguntan el por qué. Aportamos argumentos para una discusión que nos lleve a como luchar con fuerza contra una situación insoportable
En septiembre de 2011 los trabajadores de la enseñanza de Madrid respondieron a los 3000 despidos y la ampliación de la jornada laboral decretados por la presidenta Aguirre mediante asambleas masivas uniendo a padres, estudiantes y a todos los sectores de la enseñanza. Los 5 sindicatos de la enseñanza hicieron todo lo posible para boicotear esta iniciativa hasta conseguir hacerse con el control de la lucha. ¿Cuál fue el resultado? Las asambleas masivas fueron reemplazadas por “encuestas” y reuniones de comités sindicales, los profesores se quedaron solos, las manifestaciones eran cada vez menos concurridas, al final, la lucha acabó y las medidas del gobierno autonómico acabaron imponiéndose[1].
En febrero 2012, los estudiantes de enseñanza media de Valencia hicieron frente a una salvaje represión saliendo todos los días a la calle y llamando a la solidaridad de los trabajadores. Esta se extendió a toda España y el gobierno central tuvo que retirar sus medidas represivas[2]. Los sindicatos acudieron presurosos a tomar en sus manos la lucha contra la represión y la reforma laboral, organizaron una “huelga general” para el 29 de marzo. Esta resultó una gran estafa. Ante la decepción de muchos trabajadores, prometieron nuevas movilizaciones. Se limitaron a convocar manifestaciones para finales de abril y el primero de mayo… Resultado: la Reforma Laboral ha sido aplicada con todas sus graves consecuencias[3]
El 11 de julio, el Gobierno Rajoy adopta el peor programa de austeridad en más de 50 años. Los sindicatos se callan. Pero el mismo 11 empiezan las manifestaciones espontáneas sobre todo en Madrid. Ante ello, los sindicatos “se despiertan” y ofrecen sus “buenos servicios”: convocan para el 19 de julio manifestaciones en toda España con una gran asistencia. Sin embargo, pese al interés y la rabia de la gente, los sindicatos –una vez más- aplazan las acciones para un futuro lo más lejano posible: una marcha a Madrid para el 15 de septiembre, un referéndum para octubre, una nueva huelga general no se sabe cuando. Es decir, ¡han echado un cubo de agua helada a la combatividad y la rabia de los trabajadores!
En teoría, si queremos movilizarnos hemos de ir a las oficinas sindicales, pero la realidad práctica demuestra todo lo contrario: los sindicatos solo sirven para desmovilizarnos. ¿Por qué? Vamos a intentar aportar argumentos para una respuesta[4].
Pocos días después de las manifestaciones del 19 de julio se ha sabido que los jefes de CCOO y UGT tuvieron un encuentro a primeros de julio con Frau Merkel. A esta visita le siguió otra a la Moncloa para hablar con Rajoy.
Podemos ser ingenuos y pensar que se trataba de visitas de cortesía. Sin embargo, podemos aportar otra explicación que pensamos más acertada. En estos encuentros secretos, Merkel, el Gobierno y los sindicatos han pactado con toda probabilidad una estrategia contra los trabajadores.
Quisiéramos aportar unos datos que dan fundamento a esta explicación. Antes de la huelga del 29 de marzo hubo encuentros por separado entre Rajoy y cada líder sindical pero más aún: la vicepresidenta del Gobierno reconoció que hubo ¡33 reuniones técnicas entre representantes gubernamentales y sindicales! ¿Para qué tanta reunión? ¿Se arregló algo con esos encuentros? ¿Salió de ahí alguna mejora? Todos sabemos la respuesta ¡NO! Por tanto, ¿No es lógico pensar que en estos encuentros lo único que se ha hecho es conspirar contra los trabajadores?
Y esto no es ninguna novedad porque a lo largo de la historia muchos golpes a los trabajadores se han visto precedidos por reuniones secretas entre sus enemigos descarados (los gobiernos) y sus falsos amigos (los sindicatos y los partidos de izquierda). Cuando en 1980-81 hubo una enorme huelga masiva en Polonia, en tiempo del régimen llamado “comunista”, el sindicato Solidarnosc fue desmovilizando gradualmente a los trabajadores, pero hacía falta un golpe de gracia que se materializó en el Estado de Sitio decretado por el General Jaruslewsky –jefe del Estado en ese momento- el 13 de diciembre de 1981. Pues bien, dos días antes del golpe hubo una reunión secreta entre dicho General, el Cardenal Primado de Polonia y el jefe de Solidarnosc, Lech Walesa[5] ¡No hace falta ser un lince para comprender que en dicho conciliábulo se preparó el golpe represivo que llevó a la muerte de cientos de obreros, a la detención de miles y a que el ejército inundara minas con los mineros dentro![6]
Según la ideología democrática, Gobierno, Patronal y Sindicatos, son “socios” que llegan a acuerdos “en beneficio de todos”. En la práctica, estos socios siempre actúan contra los trabajadores, tanto cuando oficialmente están “de acuerdo” como cuando cara la galería “rompen las conversaciones”.
Sabemos lo que hacen tanto gobierno como patronal, no tenemos ilusiones sobre ellos, no se molestan en esconder su odio contra los trabajadores y su voluntad de imponer los peores sacrificios. Pero ¿qué hacen los sindicatos? ¿Cuál es el papel del socio sindical?
Una primera tarea de los sindicatos es organizar movilizaciones que en realidad desmovilizan y dividen a los trabajadores. Las acciones de “lucha” de CCOO y UGT llevan la pólvora mojada. Las convocatorias sindicales siempre tienen el “paso cambiado”: cuando la gente tiene ganas los sindicatos desmovilizan y no convocan nada, mientras que cuando la gente está cansada y desorientada entonces multiplican sus “actos de lucha”. Mucha gente está harta de las pantomimas de “huelga general”, de las “manifestaciones procesión”, de las luchas aisladas encerradas en el sector o en una empresa determinada.
Este problema se ha visto en la lucha de los mineros. Estos han sido encerrados en una lucha por “salvar la minería nacional” y toda la combatividad y el malestar han sido canalizados hacia enfrentamientos estériles con la policía para cortar líneas ferroviarias o autovías. Sin embargo, cuando el 11 de julio, en la marcha minera a Madrid muchos trabajadores de la capital han acudido a la manifestación a mostrar su solidaridad, a empezar a ponerse ellos mismos en lucha, entonces los sindicatos se han apresurado a devolver a los mineros a sus casas y a desconvocar la lucha prometiendo futuras movilizaciones lo más lejanas posible.
Las manifestaciones del 19 de julio fueron convocadas bajo el lema “Quieren hundir el país”. Según los sindicatos, Merkel quiere hundir España y, según ellos, el Gobierno Rajoy se comporta como un criado complaciente. El objetivo sería pues “salvar el país” frente a Merkel y Rajoy.
Maquiavelo, el filósofo que inspiró desde el siglo XVI a las sucesivas generaciones gobernantes, decía que el buen hombre de Estado ha de presentar sus intereses particulares como el interés de sus súbditos. Una de las mayores mentiras con las que la minoría explotadora ha apuntalado su dominación ha sido hacernos creer que la nación es de todos, que es una comunidad donde explotadores y explotados tenemos un interés y un lazo común. Ese “interés común” es el disfraz de los intereses particulares y egoístas de los capitalistas. Porque ¿Qué es la nación? La nación es la finca privada del conjunto de capitalistas que actúan en un país. Defender la nación es defender esa finca privada, es hacer que los trabajadores renunciemos a nuestros propios intereses y al futuro de toda la humanidad para hacer de tontos útiles de los intereses capitalistas, de carne de cañón de su guerra contra los demás estados capitalistas.
Rajoy no se cansa de repetir que sus medidas salvajes son “por el bien de todos los españoles”. Cada vez menos gente le cree, hasta sus votantes están dejando de creerle. Entonces ¿Cómo seguir haciendo creíble la gran mentira de que el interés nacional es el “interés de todos”? Ahí entran los sindicatos que nos proponen que seamos los trabajadores con movilizaciones interclasistas donde unidos a policías, políticos “honrados”, empresarios productivos, “emprendedores” etc., quienes salvemos el país.
Luchar por el interés nacional es la mejor manera de aceptar la austeridad, los despidos, el paro, los desahucios, y lo que es el sacrificio supremo: la guerra[7]. Con la misma fuerza que nos ata al capital nos separa y opone a los trabajadores del mundo entero que son los únicos con los que podemos contar, con quienes podemos forjar un frente unitario y solidario contra el capital para crear una sociedad nueva liberada de las clases, los Estados, las fronteras nacionales, una comunidad humana mundial.
Ante los recortes, los sindicatos proponen como alternativa un Referéndum sobre el Gobierno Rajoy. Argumentan que Rajoy ha cometido un fraude a los electores, se había postulado con un programa y en el gobierno ha aplicado otro. Tienen razón pero ¡eso es lo que hacen todos los gobiernos no solo en España sino en cualquier país del mundo! Las elecciones son siempre un fraude porque todos los partidos prometen una cosa y cuando están en el gobierno hacen otra completamente distinta, cuando están en la oposición dicen lo que nunca harán y cuando están en el gobierno hacen lo que nunca habían dicho. Esa es la esencia del Estado democrático: el partido que gana hace bueno al anterior y el que vendrá hace bueno al que está ahora.
¡Y la alternativa de los sindicatos es un referéndum para tirar a Rajoy por fraude y encumbrar al siguiente para que nos cuele un nuevo fraude! Es decir, atarnos al fraude permanente.
¿Cómo podemos romper esa cadena interminable de fraudes que nos llevan al desengaño, a la desmoralización, a desmovilizarnos y encerrarnos asqueados en “nuestros asuntos”?
Pues rompiendo con el planteamiento sindical y la participación en referéndum y elecciones. El voto siempre tiene trampa y siempre es un fraude. Se basa en la suposición de la “libre elección” de una suma de individuos ciudadanos que supuestamente son soberanos. Pero ¡eso es un engaño! Porque estamos sometidos a unas condiciones de vida alienantes, atomizados, enfrentados a los demás; porque sufrimos la intoxicación cotidiana de los medios de comunicación que nos manipulan; porque la ideología dominante nos hace enfrentarnos unos con otros y luchar por los intereses de la minoría en lugar de luchar por nuestros propios intereses. En tales condiciones no hay libre elección sino que siempre se elige lo que el Capital y su Estado quieren. Votes al partido que votes, digas si o digas no, siempre estás eligiendo lo que el capital necesita.
En segundo lugar, el voto es para delegar la gestión de nuestros asuntos en una minoría de políticos profesionales y de líderes sindicales a quienes otorgamos un cheque en blanco para que “nos defiendan” cuando lo que hacen siempre –y no puede ser de otra manera- es defender los intereses del capital y del Estado.
Al trazarnos como objetivo de lucha el Referéndum, los sindicatos lo que hacen oponerse y sabotear lo que sería el principio de la solución a los graves problemas que tenemos los trabajadores y la humanidad: las Asambleas Generales y la lucha unitaria, directa y masiva. Estas se basan en la fuerza que da la asociación: unirse de forma solidaria y empática para que cada cual de lo mejor de sí mismo por el objetivo común de todos. Discutir, decidir juntos, responsabilizarse todos de las decisiones tomadas. La lucha autónoma como clase explotada frente a la lucha sindical con su desmovilización y sus trampas.
Smolny 31-8-12
[1] Ver ¡Solidaridad con los trabajadores de la enseñanza! /content/3219/solidaridad-con-la-lucha-de-los-trabajadores-de-la-ensenanza [26]
[2] Ver Ante la escalada represiva en Valencia, https://es.internationalism.org/node/3324 [69] , y ¿Por qué nos consideran sus enemigos? https://es.internationalism.org/node/3330 [67]
[3] Ver Incidentes de Barcelona: el blindaje represivo del Estado https://es.internationalism.org/node/3373 [184] y nuestra hoja ante la jornada del 29 M https://es.internationalism.org/node/3363 [45]
[4] Ver en Apuntes sobre la cuestión sindical https://es.internationalism.org/node/3103 [185] un estudio más teórico e histórico sobre el origen, la naturaleza y la función de los sindicatos.
[5] Hay que señalar que el Señor Walesa pasó de jefe del sindicato a jefe del Estado en los años 90.
[6] Para conocer la experiencia de la huelga de masas en Polonia ver https://es.internationalism.org/node/2307 [186] y https://es.internationalism.org/node/2318 [99] .
[7] Ver Ante la crisis, la respuesta internacionalista contra la respuesta nacionalista https://es.internationalism.org/node/3422 [187]
El capitalismo y todos sus defensores -sean de derecha o de izquierda, populistas o lo que sean- nunca reconocerá que es un sistema reaccionario y obsoleto cuya supervivencia no hace sino traer graves sufrimientos a la inmensa mayoría. Siempre nos venden toda clase de "países milagro" para convencernos de que "algo puede mejorar". Los "nuevos milagros" son actualmente los llamados BRIC: Brasil, Rusia, India y China.
El "boom de la posguerra" llegó a su fin en 1967. Este breve período de relativa prosperidad económica se produjo a raíz de los horrores de la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. El fantasma de la crisis económica volvió a aparecer en ese año. Durante la primera mitad del año, Europa entró en recesión y en el segundo semestre hubo una crisis en el sistema monetario internacional. Desde entonces, el desempleo, la inseguridad, el deterioro de la vida y de las condiciones de trabajo son el pan de cada día de los explotados. Sólo un rápido repaso de los acontecimientos más importantes del siglo XX, uno de los más catastróficos y bárbaros de la historia de la humanidad, es suficiente para entender que el capitalismo se ha convertido, como ocurrió antes con la esclavitud o el feudalismo, en un sistema obsoleto y decadente.
Pero esta crisis histórica del capitalismo fue oscurecida en parte, enterrada bajo una carga de propaganda y mentiras. En cada década, la melodía de siempre: a un país, a una parte del planeta o de un sector económico que llevaba el asunto un poco mejor que los demás, se le daba importancia para crear la falsa impresión de que la crisis no era algo fatal, que era suficiente llevar a cabo eficaces "reformas estructurales" al capitalismo para reactivar e impulsar el crecimiento y la prosperidad. En 1980-1990, Argentina y los "tigres asiáticos" se utilizaron como modelos de éxito, y después del inicio del año 2000 les tocó a Irlanda y a España ...Como siempre, por supuesto, estos "milagros" se convertirían en "espejismos": en 1997, los "tigres asiáticos" resultaron ser tigres de papel. A finales de 1990, Argentina se declaró en bancarrota y ahora Irlanda y España están al borde de la quiebra... En cada ocasión, "el increíble crecimiento" fue financiado recurriendo al crédito y después, las falsas esperanzas se hundieron con el tiempo por la carga de la deuda. Sin embargo, contando con la corta memoria de la mayoría de nosotros, los mismos charlatanes están ahí otra vez. Según ellos, la enfermedad de Europa se debe a razones específicas de su propia creación: dificultades para realizar las reformas y compartir la carga de sus deudas entre sus miembros, la falta de unidad y solidaridad entre los países, de un banco central incapaz de impulsar la economía, ya que no puede imprimir dinero a su antojo.
Pero estos argumentos no se corresponden ni mucho menos con los de un análisis riguroso. ¿La crisis ha golpeado a Europa porque hay una falta de reformas y de competencia y tenemos que aprender de Asia? Tonterías, estos países también están con problemas. ¿La recuperación no está suficientemente puesta bajo el control del Banco Central Europeo y la respuesta está en la impresión de dinero? Eso es una locura: los Estados Unidos y su banco central han defendido todo tipo de creación de dinero desde 2007, pero también se encuentran en mal estado.
El acrónimo "BRIC" se refiere a los cuatro países cuyas economías han tenido más éxito en los últimos años: Brasil, Rusia, India y China. Pero como con Eldorado, esta buena salud es más un mito que una realidad. Todos estos "booms" son financiados en gran parte por la deuda y terminan, como sus predecesores, hundiéndose en el horror de la recesión. Además, ese mal viento está ahora mismo sobre nosotros.
En Brasil, el crédito al consumo se ha disparado en la última década. Pero, como en los Estados Unidos entre 2000 y 2010, los "hogares" son cada vez menos capaces de mantenerse al día con sus pagos. El atraso en el pago de deudas por parte de los trabajadores ha batido en esta ocasión todos los récords. Peor aún, la burbuja inmobiliaria parece idéntica a la que se vivió en España antes de que explotara: grandes y nuevos complejos de viviendas recientemente construidos se encuentran totalmente vacíos.
En Rusia, la inflación está fuera de control: ha alcanzado oficialmente el 6%, pero parece más acertado un 7,5%, según analistas independientes. Y los precios de frutas y verduras se han disparado en los meses de junio y julio, ¡subiendo casi un 40%!
En la India, el déficit presupuestario se está ensanchando peligrosamente (se estima en 2012 que es el 5,8% del PIB). El sector industrial se encuentra en recesión (-0,3% en el primer trimestre de este año), el consumo se está reduciendo bruscamente, la inflación es muy fuerte (7,2% en abril, y el pasado octubre los precios de los alimentos habían subido casi un 10%). El mundo financiero ahora considera a la India un país en el que supone un riesgo invertir: lo califica como triple B (la calificación más baja en la categoría denominada de "calidad inferior a la media"). Se encuentra bajo la amenaza de ser pronto clasificada junto a los países que se consideran “malas inversiones”.
La economía de China sigue aminorándose y cada vez hay más señales de peligro. La actividad manufacturera se contrajo en junio por octavo mes consecutivo. Los precios de los apartamentos se han derrumbado y los sectores relacionados con la construcción son cada vez menos activos. Un ejemplo muy claro: la ciudad de Pekín por sí sola, tiene el 50% de sus viviendas vacías, más que en todos los EEUU (hay 3,8 millones de viviendas vacías en Pekín en comparación con las 2,5 millones que hay en América). Pero lo más preocupante sin duda alguna, es el presupuesto del Estado para las provincias. En efecto, si el Estado no se ha colapsado oficialmente bajo la deuda, es sólo por el hecho de que la carga de la deuda cae toda sobre éstas. Muchas provincias están al borde de la quiebra. Los inversores son conscientes de la mala salud de los BRIC, por lo que evitan estas cuatro monedas: el real, el rublo, la rupia y el yuan, como si fueran la peste (han ido cayendo de forma continua durante meses).
La ciudad de Stockton (California) se declaró en quiebra el martes 26 de junio, como ya lo hicieron Jefferson County (Alabama) y Harrisburg (Pennsylvania) antes que ella. Ya durante tres años, los 300.000 habitantes de esta ciudad han soportado todo "sacrificio necesario para la recuperación": recortes en el presupuesto de 90 millones de dólares, el 30% de los bomberos despedidos junto con el 40% de otros empleados municipales, un recorte de 11.2 millones de dólares en los salarios de los empleados municipales, una reducción drástica de los fondos de pensiones de jubilación…
Este ejemplo concreto muestra el verdadero estado de decadencia de la economía de los EEUU. Los hogares, las empresas, los bancos, las ciudades, los estados y el gobierno federal, cada sector está literalmente enterrado bajo montañas de deuda que nunca será liquidada. En este contexto, la futura negociación entre los republicanos y los demócratas cuando el pico de la deuda se eleve este otoño es muy probable que se convierta en un psicodrama como ocurrió el verano pasado. Podemos decir que la burguesía estadounidense se enfrenta a un problema imposible de resolver: tiene que generar aún más deuda para reactivar la economía mientras debe, al mismo tiempo, reducir su deuda para evitar la quiebra.
Cada parte deudora de la economía es una bomba de relojería: aquí hay un banco cerca de la bancarrota, allí hay una ciudad o una empresa casi en quiebra... y si la bomba explota, simplemente nos podemos sentar a ver la consecuente reacción en cadena. Hoy en día, la "burbuja de préstamos estudiantiles" es una preocupación para el mundo financiero. Estudiar es cada vez más caro y la gente joven encuentra cada vez menos trabajo al salir de sus cursos universitarios. En otras palabras, los préstamos estudiantiles se están haciendo cada vez más esenciales y el riesgo de que la deuda no sea pagada se está volviendo cada vez más probable. Para ser más específicos:
Este ejemplo es muy significativo para ver en qué se ha convertido el capitalismo: en un sistema enfermo que cada vez tiene menos futuro. Los jóvenes en Norteamérica –y cada vez en más países a medida que se ha ido generalizando el sistema de estudiar mediante créditos a “devolver cuando se encuentre un trabajo”- sobreviven encadenados a una carga de deuda comprometiendo un futuro salario que probablemente no va a llegar nunca. No es una casualidad que en los Balcanes, en Inglaterra y en Quebec, las nuevas generaciones hayan montado grandes manifestaciones en los últimos dos años debido al aumento del costo de la inscripción para los cursos universitarios. Ahogándose en la deuda durante 20 años y ante la perspectiva del desempleo y la caída salarial en los próximos años, este es el símbolo perfecto de que el capitalismo no tiene un futuro que ofrecer a la humanidad.
Los Estados Unidos, al igual que Europa, al igual que todos los países del mundo, están enfermos, y no habrá un momento real y duradero en el que se nos permita respirar tranquilos bajo el capitalismo, porque este sistema de explotación es la raíz de la infección.
Después de leer este artículo, ¿alguien puede seguir esperando y creyendo que un "milagro económico" es todavía posible? Si usted es una de esas personas... tenga en cuenta que el presupuesto del Vaticano está en números rojos.
World Revolution, sección en Gran Bretaña de la CCI
[1] En el texto original en inglés se hace un juego de palabras con “BRICs” y “bricks” (que significa ladrillos), cuya pronunciación es la misma.
En la CCI tratamos de dar cabida a textos, informes, comentarios, debates, de compañeros que combaten por la abolición mundial de la explotación capitalista. El texto que publicamos a continuación procede de un compañero de Chile. Nos parece expresa una visión proletaria revolucionaria y, sobre todo, internacionalista que saludamos con calor. Es una contribución a una situación social especialmente agitada por las movilizaciones estudiantiles. En ese aspecto lo vemos como un punto de partida para un debate con nuevas contribuciones a lo que animamos a quienes estén interesados.
Estimados compañeros
Como les dije en mi mail anterior, últimamente han surgido en Chile grupos de jóvenes y estudiantes que rompen con la izquierda "oficial" o "tradicional" chilena. A dicha generación pertenezco yo: la juventud que nació y ha vivido en "Democracia". Antes de referirme a aquellos movimientos, voy a hablar sobre el contexto político chileno.
En 1989, la Dictadura Cívico-Militar llegó a su fin luego de un plebiscito y una posterior elección presidencial en la que resultó vencedor Patricio Aylwin Azócar, dirigente del Partido Demócrata Cristiano. Este partido pertenece a una coalición llamada Concertación de Partidos por la
Democracia, conformada actualmente por otras tres organizaciones más: el Partido Socialista, el Partido Radical Socialdemócrata y el Partido Por la Democracia (a estos yo los llamo "los trillizos", pues son idénticos). La Concertación se identifica como una coalición política de "Centro-Izquierda", debido a que está conformada por el PDC (cuya ideología es socialcristiana de centro) y los tres partidos mencionados en la oración anterior (de tendencia socialdemócrata). La Concertación gobernó Chile durante 20 años (1990-2010), enfrentándose en cada elección presidencial a la Alianza por Chile (recientemente rebautizada como Coalición por el Cambio), un pacto conformado por dos partidos de derecha: la Unión Demócrata Independiente (partido ultra-conservador, muy vinculado al Opus Dei) y Renovación Nacional (partido derechista "más secular", aunque no menos conservador que el anterior). La Coalición por el Cambio es la heredera del pensamiento político de la Dictadura Cívico-Militar cuyo rostro más visible fue Augusto Pinochet. De hecho, la gran mayoría de sus dirigentes fueron altos funcionarios del gobierno de facto de ese entonces.
Además de las dos coaliciones ya señaladas, es menester mencionar a los partidos y movimientos de la Izquierda "Oficial", los que no han tenido mayor éxito en las elecciones. Entre ellos el más simbólico es el Partido "¿Comunista?" de Chile, fundado en 1912 bajo el nombre de Partido Obrero
Socialista. Provengo de una familia de militantes del PCCh, así que conozco de cerca el pensamiento y la historia de esta organización política. Al igual que la gran mayoría de los actuales partidos "comunistas" del mundo, son férreos defensores del Capitalismo de Estado (al que ellos llaman
"socialismo").
Como en toda democracia, los proletarios han sido chantajeados por todos estos partidos. Tanto la Derecha como la Izquierda evocan a "los pobres" o a "los más necesitados" en sus discursos. Durante la Dictadura, un grupo de dirigentes de la Derecha decidió modificar su actitud hacia el "pueblo". Me
refiero a los fundadores de la UDI (Unión Demócrata Independiente), quienes en ese entonces eran jóvenes profesionales que trabajaban para la dictadura. Provenían de las familias más acaudaladas de Chile (Errázuriz, Larraín, etc), las que habían sufrido expropiaciones durante el gobierno de
la Unidad Popular (1970-1973). Para cambiar esta imagen tan elitista que caracteriza a la Derecha chilena, la UDI en sus discursos repite hasta la náusea las ya mencionadas expresiones ("los pobres", "los más necesitados"). Esta nueva actitud ha dado sus frutos: La UDI cuenta con "dirigentes poblacionales" en los barrios bajos, a través de los cuales adoctrina a los sectores más pobres del proletariado. Entre estos sectores del proletariado abundan los adeptos al Pentecostalismo, lo que los convierte en blancos fáciles de la UDI en su campaña de adoctrinamiento "popular". Recuerden que este partido está estrechamente vinculado al Opus Dei, institución católica que tiene mucho en común con el Pentecostalismo (aversión a la homosexualidad, oposición al aborto, "principios divinos" incuestionables, etc.).
El Partido "Comunista" y los tres partidos socialdemócratas de la Concertación no se quedan atrás. Ellos se infiltran en el proletariado a través de sindicatos y federaciones estudiantiles. Nos chantajean diciendo que votemos por ellos, pues de lo contrario le estaríamos "haciendo el juego a la derecha". La Concertación ganó cuatro elecciones presidenciales debido a este tipo de chantajes. Nos decían que si ganaban la UDI y RN volveríamos a los tiempos de la Dictadura. En la última campaña presidencial (2009-2010) transmitieron un spot llamado "No da lo mismo... Vamos Chile!"[1], en el cual instaban a no votar por la Derecha mediante falacias populistas y patrioteras. El Partido "Comunista", cuyos candidatos obtienen ínfimos resultados en las elecciones presidenciales de primera vuelta, llamó a votar por la Concertación en la segunda vuelta argumentando que ésta era un "mal menor" frente a la Derecha. A pesar de esta campaña "anti-derecha", Sebastián Piñera (candidato de la Coalición por el Cambio) fue electo presidente el 17 de enero de 2010. ¡Y nada ha cambiado!
La juventud proletaria, dándose cuenta de esta situación, ha reaccionado negándose a participar en las elecciones de la burguesía y asociándose en colectivos de estudiantes. La mayoría de estos movimientos se auto-identifican como "marxistas libertarios" o como adherentes del Anarquismo, doctrina que jugó un rol muy importante en la génesis del movimiento obrero en Chile (fines del siglo XIX y comienzos del XX). Sin embargo, el Anarquismo chileno decayó a mediados del siglo XX.
Muchos de sus adeptos se unieron a partidos o movimientos de "izquierda" como el PCCh, el MIR, el MAPU[2], etc. En la década de 1990 resurge el Anarquismo debido a la difusión de la música "Punk". El Punk, aun cuando sus seguidores sostengan lo contrario, es un movimiento meramente estético. Por
consiguiente, los primeros movimientos "anarquistas" de la década del '90 no se sustentaban en una ideología clara. Esta carencia de sustento ideológico ha sido aparentemente saneada con el paso del tiempo. Sin embargo, aún es posible hallar en ellos ciertas falencias.
A continuación expondré algunas ideas o principios que me hacen discrepar con los "anarquistas" o "libertarios" chilenos[3]:
En este punto me voy a referir al portal "hommodolars.org". Éste ha reproducido recientemente un artículo[4] extraído del blog "revistakiebre.wordpress.com", en el que se reivindica a la Vanguardia
Organizada del Pueblo. La VOP fue un movimiento "de izquierda" sin ideología clara[5] que proponía la lucha armada en contra del gobierno de Allende, pues lo consideraba reformista. Propugnaba como métodos de lucha el ajusticiamiento de autoridades y toda forma de violencia dirigida contra
éstas. Estuvieron involucrados en la muerte de Edmundo Pérez Zujovic, dirigente del Partido Demócrata Cristiano y un exitoso hombre de negocios.
Pérez Zujovic, quien fue Ministro del Interior durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970), ordenó el desalojo violento de una toma de terreno en Puerto Montt el 9 de marzo de 1969. Durante este desalojo, diez pobladores fueron asesinados por Carabineros de Chile. La reivindicación de la "lucha revolucionaria" del VOP que hace Hommodolars no es casual, pues varios grupos anarquistas también creen en la efectividad de los métodos que este movimiento propugnaba.
El anarquismo chileno ha logrado trascendencia mediática debido al Caso Bombas[6], un proceso judicial en que se acusó a varios jóvenes okupas por los delitos de colocación de artefactos explosivos y "asociación ilícita terrorista". Los medios de comunicación jugaron un rol muy importante en
estigmatizar y caricaturizar a los imputados. Si bien las explosiones de bombas en bancos efectivamente ocurrieron, el Ministerio Público (o Fiscalía) no pudo comprobar la responsabilidad individual de los imputados, ya que las pruebas presentadas fueron extremadamente burdas (por ejemplo, se utilizó como prueba acusatoria la posesión de un póster de Axl Rose[7]).
El 1º de junio de 2012 fueron absueltos los últimos imputados del Caso Bombas. Me llamó la atención que muchos anarquistas consideraran a esta absolución como una "victoria" ¿Acaso ser utilizado por una institución de la burguesía, como lo son los tribunales de justicia, es razón para
festejar?
Además del Caso Bombas, hay otros hechos por los que el anarquismo chileno ha sido mencionado en los medios de comunicación. Me refiero a la muerte de Mauricio Morales y el juicio en contra de Luciano Pitronello. El primero fue un joven okupa que falleció luego de que le explotara una bomba que llevaba en su mochila. Conocidas son entre los anarquistas chilenos las siguientes palabras de Morales[8]: «Armate y sé violento, hermosamente violento, hasta que todo reviente. Porque recuerda que cualquier acción violenta contra estos promotores de la desigualdad, está plenamente
justificada por los siglos de infinita violencia a la que nos han sometido. …Armate y combate el terrorismo, quema, conspira, sabotea y sé violento, hermosamente violento, naturalmente violento, libremente violento». Luciano Pitronello es otro joven okupa que perdió una mano y sufrió graves
quemaduras en la otra, luego de intentar colocar un artefacto explosivo en una sucursal bancaria.
¿Por qué me opongo a la idea de reivindicar toda forma de violencia "en contra del sistema"? Porque experiencias pasadas nos enseñan que los bombazos, los "ajusticiamientos" a autoridades específicas y cualquier agresión individual son contraproducentes a la lucha del Proletariado. Un caso paradigmático es el de Severino di Giovanni, un inmigrante italiano que se hizo conocido en Argentina por sus diversos atentados (tampoco es casualidad que su figura también sea reivindicada por Hommodolars[9]). Entre los atentados que se le adjudican, se encuentran: la voladura de la embajada de EE.UU. en Argentina (como consecuencia del asesinato de Sacco y Vanzetti), la voladura del "City Bank" en el centro porteño, y la voladura del consulado italiano en Buenos Aires (donde se hallaban reunidos los mejores hombres de Mussolini en Argentina) donde murieron siete fascistas,
lo que provocó gran parte de la antipatía del resto de los grupos anarquistas y su condena en los periódicos[10]. Di Giovanni fue fusilado el 1º de febrero de 1931 por orden del gobierno argentino de entonces.
¿Para qué realizar actos de violencia cuyas víctimas más perjudicadas terminamos siendo nosotros y no nuestros adversarios (la burguesía)? Tanto di Giovanni como Mauricio y Luciano en realidad son víctimas y no "héroes" como afirman algunos compañeros. Creyeron que era posible derrotar al Capitalismo mediante ataques individuales, pero se equivocaron. Para acabar con el Capitalismo necesariamente deberemos recurrir a la violencia, pues es ingenuo creer que la Burguesía abandonará voluntariamente sus privilegios. Sin embargo, en dicha violencia todos los proletarios debemos participar. Para lograr la participación total en la lucha contra el capitalismo, es menester primero promover la Conciencia de Clase entre aquellos proletarios que han sido adoctrinados por elementos de la burguesía (como es el caso de los adeptos al pentecostalismo y los miembros
de sindicatos).
He leído artículos de la CCI en que critican a las "luchas parciales" y estoy plenamente de acuerdo con ellos. Las "luchas parciales" son producto del liberalismo y la socialdemocracia. Ambas ideologías instan al proletariado a que luche por sus "derechos civiles", provocando su división en "minorías" de cualquier denominación. Un ejemplo de cómo las "luchas parciales" se encuentran presentes incluso entre los anarquistas chilenos es "metiendoruido.com". Respondiendo a la pregunta "¿Quiénes somos?"[11], los chicos de Metiendo Ruido señalan que «Revindicamos la lucha que se afronta con alegría, y también la digna rabia de Marcos en Chiapas, de lxs trabajadorxs explotadxs, de lxs indígenas menospreciadxs, de mujeres y diversidades sexuales discriminadxs, y de la naturaleza maltratada». Asimismo, cuentan con una categoría de "secciones" en las que
precisamente mencionan a variadas "luchas parciales".
Otra falencia de Metiendo Ruido, además de la cuestión de las "luchas parciales", es que sólo se limitan a criticar al capitalismo de "libre mercado" (o Neoliberalismo[12]). Esto lo pueden comprobar leyendo "¿Quiénes somos?" antes mencionado.
La Nación Mapuche es un pueblo indígena oriundo del sur de Chile. En el siglo XVI entró en contacto con la "Civilización" Occidental y si bien no fueron nunca dominados por los españoles, adoptaron varios de sus usos y costumbres. Recientemente, publiqué un comentario respecto a la Cuestión Mapuche en la imagen de un anarquista que los reivindica (en realidad, no conozco anarquista que no apoye al Nacionalismo Mapuche).
Mi reflexión fue la siguiente:
«Compas, ¿Qué tiene que ver la defensa de una cultura o nación (en este caso la Nación Mapuche) con el Anarquismo? ¿Me podría citar algún texto de un autor anarquista en el que se reivindiquen las luchas en defensa de la "identidad nacional"? La represión policial es deleznable y es menester
estar del lado de las víctimas de ésta. Sin embargo, ¿debemos apoyar y promover el Nacionalismo Mapuche? En la Era del Capital todo "pueblo" o "nación" se haya dividido en dos clases antagónicas (burgueses y proletarios) y los mapuches no son la excepción. Muchos empresarios de origen mapuche están, tanto o más interesados, en la recuperación de tierras y en la defensa de su cultura ancestral como sus "peñis" más pobres. El periodista Pedro Cayuqueo, uno de los fundadores de Wallmapuwen[13] (Partido Nacionalista Mapuche), habla sobre la burguesía mapuche en su columna de opinión "Los Mapuches ABC1"[14] publicada en elpost.cl. Si algún día el "Pueblo Mapuche" logra que el Estado de Chile les reconozca algún grado de autonomía política, será esta élite la que se posicionará a la cabeza de sus "compatriotas"
La experiencia histórica demuestra que los conflictos entre "naciones" o "grupos étnicos" son siempre liderados por sus respectivas clases dirigentes. La burguesía inocula el veneno del nacionalismo en la conciencia del proletariado y lo utiliza como simple "carne de cañón". Un ejemplo es el Conflicto Palestino-Israelí, en el cual han perdido sus vidas parias de ambas partes mientras sus dirigentes estrechan sus manos en "reuniones diplomáticas". Otro ejemplo es Sudáfrica, país que durante casi medio siglo estuvo sometido a un sistema de segregación racial conocido como "Apartheid". Este régimen racista llegó a su fin en 1994, cuando el líder del Congreso Nacional Africano (Nelson Mandela) ganó las primeras elecciones en que participó la población negra. Así como en Chile nos dijeron que tras la caída de la dictadura de Pinochet "venía la alegría", en Sudáfrica el proletariado fue chantajeado con el surgimiento de "la nación del arco iris". ¡Que gran farsa! Recientemente un grupo de mineros sudafricanos fue masacrado a balazos por la policía. En tiempos del Apartheid, eran policías blancos los encargados de reprimir las manifestaciones. Ahora son policías negros quienes reprimen a mineros de su "misma raza"[15]. ¿Creen ustedes que la "autodeterminación" del "Pueblo Mapuche" mejorará las condiciones de vida de su proletariado? Insisto, la experiencia histórica nos dice otra cosa.
¿Qué actitud debemos adoptar entonces frente al Nacionalismo Mapuche? La misma actitud hostil que tenemos frente al Nacionalismo Chileno. El Nacionalismo Mapuche podrá ser "menos poderoso" que su contraparte chilena, pero no menos peligroso. La burguesía pone en práctica el principio "divide y vencerás". Ella disfruta cuando nos involucramos en disputas ajenas a la lucha de clases. Ya lo decían Marx y Engels en el Manifiesto Comunista: "Los obreros no tienen patria". Sólo les faltó decir que tampoco tenemos "raza" o "grupo étnico".
¡Ni chilenos, ni mapuches! ¡PROLETARIOS!»
La respuesta del compañero fue escueta y poco convincente: «Mucho compa en el anarquismo está por la libre determinacion de los pueblos, y por el resguardo de su cultura y en defensa de sus tierras la libertad es parte fundamental del anarquismo y no confundir Nacion con Estado».
Compañeros, finalizo mi crítica respecto al nuevo anarquismo chileno. Como bien me señalaron en su mail anterior, hay que ser pacientes con las falencias de estos compañeros y tener esperanzas en que las superarán.
¡Saludos comunistas!
[2] MIR: Movimiento de Izquierda Revolucionaria, organización de orientación “marxista-leninista”, fundada en 1965 y que apoyó de forma “crítica” el gobierno de Allende (1970-73). MAPU: Movimiento de Acción Popular Unitaria, grupo también “más a la izquierda” que apoyó igualmente de forma “crítica” el Gobierno Allende [nota de la CCI]
[3] En un correo posterior, el compañero, con gran espíritu crítico y de apertura, nos plantea lo siguiente acerca del movimiento anarquista «es menester señalar que el anarquismo chileno no es homogéneo (cometí el error de no dejarlo claro)»
[5]"La VOP era un revoltijo. Ronald Rivera Calderón -su líder- se definía como marxista, leninista, guevarista, trotskista y maoísta" www.hommodolars.org/web/spip.php?article4555 [191].
[6]https://www.theclinic.cl/2012/06/01/caso-bombas-la-historia-de-un-proceso-que-podria-explotar-en-la-cara-a-hinzpeter/ [192]
[7] https://www.cooperativa.cl/caso-bombas-fiscalia-retiro-polemico-poster-de-axl-rose-como-prueba/prontus_nots/2011-05-24/125358.html [193]
[11] metiendoruido.com/¿quienes-somos.
[12] Nota de la CCI: para ilustrar esta cuestión ver nuestro artículo ¿Crisis del neoliberalismo o crisis del capitalismo? https://es.internationalism.org/node/2380 [197]
[15] [Nota de la CCI] Ver en nuestra Web Matanza en Sudáfrica: la burguesía lanza sus sindicatos y su policía contra la clase obrera, https://es.internationalism.org/node/3453 [200]
Millón y medio de personas se manifestaron el pasado 11 de septiembre en Barcelona a favor de que Cataluña “tenga un Estado propio dentro de Europa”.
Este acontecimiento ha sido enfocado desde muy diferentes lecturas: ¿es viable la independencia de Cataluña?¿Por qué Cataluña pretende “divorciarse” de España? ¿Vivirán mejor los catalanes con la independencia? ¿Es cierto que Cataluña aporta más a España de lo que recibe de ésta? ¿Habría que pasar a un Estado federal?
Sin embargo, una lectura ha estado ausente: la del punto de vista del proletariado, la clase social que representa por su lucha histórica el porvenir de la humanidad. Es una lectura en clave de lucha de clases, en términos de nación o clase.
El día 11 vimos a Felip Puig -conseller de Interior de la Generalitat catalana, impulsor de una violenta represión contra las manifestaciones masivas del año pasado, urdidor de turbias provocaciones policiales contra los manifestantes[1]- desfilar rodeado amistosamente de sus víctimas, jóvenes parados o precarios. Vimos a 9 de los 11 consellers de un gobierno que ha sido pionero en aplicar crueles recortes en sanidad y educación, andar codo con codo con sus víctimas: las enfermeras o médicos que han perdido más del 30% de sus salarios o los usuarios que tienen que pagar un euro cada vez que van a la consulta. Vimos a patronos, policías, curas, políticos, líderes sindicales, compartir calle con sus víctimas: parados, trabajadores, jubilados, emigrantes… Una atmósfera de UNION NACIONAL presidió la concentración. El Capital se hizo acompañar por sus víctimas –la mayoría explotada- convirtiéndolas en tontos útiles de sus objetivos egoístas.
Es posible que una parte importante de los asistentes no compartiera el objetivo de la independencia, quizá estuviera allí porque están hartos de recortes, de paro, de no futuro; pero lo bien cierto es que ese malestar ha sido canalizado por el Capital hacia su propio terreno, al terreno de la defensa de la Patria. La rabia de los trabajadores no se ha expresado para su propio interés, menos aún hacia el interés de la liberación de la humanidad, sino única y exclusivamente en beneficio del Capital.
¡Y que no nos digan que la lucha por la independencia de Cataluña debilita al Capital español! ¡Que no nos vendan el cuento de que apoyando a Cataluña avivamos las “contradicciones” del Capital, entre sus fracciones españolista y catalanista!
Si el proletariado lucha bajo banderas que no son suyas –y la bandera nacional es la más ajena a sus necesidades e intereses- entonces REFUERZA al Capital y a todas y cada una de sus fracciones. Es posible que avive las contradicciones entre ellos pero estas se canalizan dentro de sus crisis, sus guerras, sus conflictos de gánsteres, sus peleas de familia, es decir, pasan a formar parte del engranaje de barbarie y destrucción con el que el sistema capitalista atrapa a la humanidad.
La nación no es la comunidad de todos los nacidos en la misma tierra sino la finca privada del conjunto de capitalistas a través de la cual organizan la explotación y la opresión de sus “amados conciudadanos”[2]. No es ninguna casualidad que el lema de la manifestación haya sido que “Cataluña tenga un Estado propio”. La nación, esa palabra “entrañable”, es inseparable de ese monstruo –nada entrañable, frío e impersonal- que es el Estado con sus cárceles, sus tribunales, sus ejércitos, sus policías, su burocracia.
El señor Mas ha prometido un referéndum, no sabemos qué preguntará pero lo que si sabemos es lo que pretenden tanto él como sus colegas españolistas: hacernos elegir entre 3 opciones a cual peor: ¿Quiere que los ajustes y recortes se los aplique el Estado español? ¿Quiere que les sean impuestos en el marco de la “construcción nacional de Cataluña”? o ¿Quiere que se los propinen conjuntamente el Estado español y el aspirante catalán? El Capital en España cuenta con dos patrias para imponer la miseria: la española y la catalana.
¿Qué mecanismos hacen que los trabajadores desfilen con sus verdugos, quienes, como decía un jefe de policía español –colega del Señor Puig- los ven como “el enemigo”[3]?
Hay varios pero a nuestro juicio los más importantes son 3:
La descomposición del capitalismo. Si desde las primeras décadas del siglo XX el capitalismo entró en su época de decadencia, desde hace casi 30 años este proceso se ha agravado dando lugar a una situación que hemos identificado como la descomposición del capitalismo[4]. En el plano político, esta descomposición aguda se manifiesta en la tendencia a una irresponsabilidad creciente de las distintas fracciones de la burguesía cada vez más enfangadas en el “cada uno a la suya” que con la agudización de la crisis se traduce en el “Sálvese quien pueda”. El Señor Mas cuando fue a Madrid el 13 de septiembre a recoger los réditos de la manifestación del 11 dijo que España y Cataluña eran como dos cónyuges que ya no se soportan. Tenía razón, las naciones son “matrimonios de conveniencia” entre diferentes fracciones de la burguesía; dada la crisis y descomposición del capitalismo, en su seno es cada vez más difícil fraguar un proyecto mínimamente serio que aglutine a sus diferentes fracciones. Esto hace que cada una tienda a hacer su propio juego aún a sabiendas que tampoco éste le va a dar alguna perspectiva. Las naciones se ven cada vez más asaltadas por un torbellino de tendencias centrífugas: en Canadá, Quebec ya no quiere vivir en la Federación, en Gran Bretaña el independentismo florece en Escocia.
Pero el drama es que estas tendencias afectan y contaminan al proletariado que vive rodeado de la pequeña burguesía –caldo de cultivo de la descomposición social- y sometido a la presión que ejercen las conductas cínicas y corruptas de la clase dominante así como a la propaganda que esta difunde. El proletariado debe combatir los efectos de esta descomposición social, desarrollando los anticuerpos necesarios: a un mundo de competencia desenfrenada debe oponer una lucha solidaria; a un mundo que se disgrega en pedazos con gobernantes aspirantes a reyezuelos de Taifas, debe oponer su unidad internacional; a un mundo de exclusión y xenofobia, debe oponer su lucha inclusiva e integradora …
Las dificultades de la clase obrera. Actualmente, el proletariado no tiene confianza en sus propias fuerzas, la mayor parte de los obreros no se reconocen como tales. Este fue el talón de Aquiles de los movimientos de indignados en España, Estados Unidos etc., que pese a los elementos positivos y cargados de futuro, la mayoría de participantes (precarios, parados, trabajadores individuales…) no se veían como parte de su clase sino como “ciudadanos” lo cual los hacía vulnerables a las mistificaciones democráticas y nacionalistas del capital[5]. Esto explica que los jóvenes parados o precarios, que hace un año ocuparon la plaza Cataluña, hicieron llamamientos a la solidaridad internacional y llegaron a rebautizar la Plaza Cataluña de Barcelona como Plaza Tahrir, hoy se movilicen tras la bandera nacional de sus explotadores.
La intoxicación nacionalista. Pero la burguesía, consciente de las debilidades del proletariado, está jugando a conciencia la baza nacionalista. El nacionalismo no es el patrimonio exclusivo de la Derecha y la extrema derecha, es el terreno común que comparten tanto el arco político que va desde la extrema derecha a la extrema izquierda como las llamadas “organizaciones sociales” (Patronal y Sindicatos).
El nacionalismo de derechas, atado a símbolos rancios y a una repelente agresividad frente a lo extranjero (xenofobia), resulta poco convincente para la mayoría de trabajadores (salvo sectores muy atrasados). El nacionalismo de Izquierda y Sindicatos tiene más gancho pues aparece como más “abierto” y más pegado a los asuntos cotidianos. Así, el discurso nacionalista de la izquierda nos propone una “salida nacional” a la crisis, para lo que piden una “distribución justa” de los sacrificios. Esto, aparte de que justifica los sacrificios con el señuelo de “hacer pagar a los ricos”, nos inocula la visión nacional pues nos presenta una “comunidad nacional” de trabajadores y patronos, de explotadores y explotados, todos unidos por la “marca España”. ¿En qué se diferencia esto del “patronos y obreros vamos en el mismo barco”, que decía José Antonio, líder del fascismo español?
Otro de los discursos preferidos de Izquierda y Sindicatos es que “Rajoy impone los recortes porque no defiende España y es un criado de Merkel”. El mensaje que se desprende es que la lucha contra los recortes sería un movimiento nacional contra la opresión alemana y no como lo que es: un movimiento por nuestras necesidades humanas contra la explotación capitalista. Además, Rajoy es tan españolista como lo fue Zapatero o como lo sería un hipotético gobierno de Cayo Lara. Ellos defienden España imponiendo sangre, sudor y lágrimas a los trabajadores y a la gran mayoría.
Las movilizaciones sindicales del 15 de septiembre han sido convocadas porque “quieren hundir el país”, lo que significa que los trabajadores debemos luchar no por nuestros intereses sino para “salvar el país”. Esto nos coloca en el terreno del Capital, el mismo que Rajoy quien pretende salvar España a costa del sacrificio de los trabajadores.
Los grupos que se han quedado con “la marca 15 M” defienden cosas “más radicales” pero no menos nacionalistas. Dicen que hemos de luchar por la “soberanía alimentaria”, lo que quiere decir que hemos de producir español y consumir español. Del mismo modo, hablan de hacer “auditorias a la deuda” para rechazar aquellas deudas que “se habrían impuesto ilegítimamente a España”. Una vez más, educación nacionalista pura y dura. Izquierda, Sindicatos y los restos fraudulentos del 15 M realizan una conspicua labor de “formación del espíritu nacional”. En tiempos del dictador Franco la asignatura de Formación del Espíritu Nacional era obligatoria, hoy desde todas las tribunas nos la imparten democráticamente haciéndonosla tragar lo queramos o no .
¡Y no pensemos que toda esta matraca nacionalista es exclusiva de España! La sirven en todos las salsas en los demás países. En Francia, el señor Melenchon, líder del supuestamente radical Frente de Izquierdas, proclama que « la batalla contra el tratado [de Estabilidad que se dispone a firmar el también “radical” aunque “tranquilo” Hollande] “es un nuevo episodio revolucionario por la soberanía y la independencia»[6] ¡ni que estuviéramos en tiempos de Juana de Arco!.
La matraca nacionalista tiene como fin enfrentarnos a unos trabajadores contra otros. A los trabajadores alemanes que están sufriendo sueldos de 400 € y pensiones de 800 se les dice que los sacrificios son culpa de los trabajadores de Europa del Sur “unos vagos que han vivido por encima de sus posibilidades”. Pero a los trabajadores de Grecia se les dice que su miseria es causada “por el mantenimiento de los privilegios y lujos de los trabajadores alemanes”. En París les dicen que “es mejor que haya despidos en Madrid para no imponerlos en Francia”.
Como se ve, nos lían con un nudo gordiano de mentiras que hay que romperlo comprendiendo que la crisis es mundial, el desempleo es mundial, los recortes se dan en todos los países. Pero el planteamiento nacional con el que nos machacan provoca que solo veamos los 700 mil parados de Cataluña o a lo sumo los 5 millones en España en lugar de ver los más de 200 millones en el mundo. Que solo veamos los recortes en Cataluña y en España y no veamos los dos enormes paquetes de recortes que se ha impuesto por ejemplo a los trabajadores “privilegiados” de Holanda. Que solo veamos “nuestra miseria” y no la miseria mundial. Cuando todo se ve según la estrecha, mezquina y excluyente óptica nacional, se tiene la mente preparada para creer en cuentos de la lechera como el que propaga el Señor Mas de “si pagaran los 10.000 millones que se deben a Cataluña no haría falta hacer recortes”, versión regional del “si España no estuviera tan atornillada por Alemania habría dinero para sanidad y educación”.
Contra la división del mundo en Estados-nación la lucha por la comunidad humana mundial
El capitalismo ha formado un mercado mundial, ha generalizado a todo el planeta el reino de la mercancía y el trabajo asalariado. Pero este solamente puede funcionar por el trabajo asociado del conjunto de trabajadores del mundo. Un automóvil no es obra de un obrero individual, tampoco lo es de los obreros de la fábrica, ni siquiera, de la nación donde ha sido fabricado. Es un producto de la cooperación de muchos trabajadores de distintos países e igualmente de distintos sectores: no solo del automóvil sino de la metalurgia, el transporte, la educación, la sanidad…
El proletariado tiene una fuerza fundamental frente al capitalismo: ser el productor asociado de la mayoría de productos y servicios. Pero tiene igualmente una fuerza cara a dar un futuro a la humanidad: el trabajo asociado que liberado de las cadenas capitalistas –el Estado, de la mercancía y del salariado- permita a la humanidad vivir de manera solidaria y colectiva, consagrada a la plena satisfacción de sus necesidades y las del progreso del conjunto de la naturaleza.
Pero para ello debe orientarse hacia la solidaridad internacional de todos los proletarios. Atado a la nación, el proletariado se verá atado a la miseria y toda clase de barbaries; atado a la nación, se envenenará con patrañas insolidarias, xenófobas, excluyentes, patrióticas…Atado a la nación aceptará la división y el enfrentamiento en sus filas.
¡Ninguna solidaridad con nuestros explotadores! Nuestra solidaridad debe dirigirse a los obreros de Sudáfrica machacados por sus pretendidos “liberadores negros”[7], nuestra solidaridad debe orientarse hacia los jóvenes y trabajadores palestinos que actualmente se manifiestan contra sus explotadores del mini-Estado palestino. Nuestra solidaridad está con los obreros de todos los países.
¡La unidad y la solidaridad no es con “nuestros conciudadanos” capitalistas de España o Cataluña sino con los obreros y explotados del mundo entero!
¡Los proletarios no tienen Patria!
Acción Proletaria 16-9-12
[1] Para comprender la catadura moral y las proezas represivas del Señor Puig ver ¿Qué hay detrás de la campaña contra los "violentos" en torno a los incidentes de Barcelona? en https://es.internationalism.org/node/3130 [68] e Incidentes en Barcelona el 29-M: el blindaje represivo del Estado, en https://es.internationalism.org/node/3373 [184]
[2] Ver nuestro folleto Nación o Clase, https://es.internationalism.org/node/968 [203]
[3] Ver ¿Por qué nos consideran sus enemigos? https://es.internationalism.org/node/3330 [67]
[4] Ver para ello nuestras Tesis sobre la descomposición en Revista Internacional nº 62 /revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [129]
[5] Para un balance crítico de los movimientos de 2011, ver 2011: de la indignación a la esperanza, https://es.internationalism.org/node/3349 [110] y Movimiento de indignados en España, Grecia e Israel, de la indignación a la preparación de combates de clase en Revista Internacional nº 147, /revista-internacional/201111/3264/movimiento-de-indignados-en-espana-grecia-e-israel-de-la-indignaci [204]
[7] Ver Matanza en Sudáfrica, la burguesía lanza a sus sindicatos y su policía contra la clase obrera, https://es.internationalism.org/node/3453 [200] y Masacre de Marikana, lecciones de la experiencia sudafricana, https://es.internationalism.org/node/3468 [206]
Publicamos a continuación el análisis de una huelga en Turquía realizado por nuestra sección en dicho país. Agradecemos a un compañero próximo la traducción del inglés. El proletariado es una clase mundial y necesita el internacionalismo para desarrollar su lucha y avanzar hacia una revolución mundial que nos libere de la barbarie capitalista. Internacionalismo para defenderse contra las movilizaciones que quieren arrastrarlo al terreno de la “lucha nacional” como recientemente hemos visto en Cataluña. Internacionalismo para crear lazos crecientes de solidaridad y unidad con los trabajadores de todos los países. Internacionalismo para aprender de las experiencias de lucha como ésta que vemos en Turquía.
“¿Dónde vais?”“Nos vamos hermano, no trabajamos”“Bien, entonces vamos juntos, no trabajemos”
Los obreros textiles de la zona industrial de Antep (o Gaziantep), ciudad situada junto a la frontera con el Kurdistán turco, han protagonizado recientemente una serie huelgas por la mejora de sus condiciones de trabajo, por una mejora salarial y contra los recortes de diversos pluses. La huelga, que comenzó con la participación de 3 a 5 mil obreros según las diversas fuentes, rápidamente se extendió a 7 fábricas de la zona, con un total de 7.000 trabajadores implicados.
Respecto a sus condiciones de trabajo - la jornada de trabajo media es de 12 horas- los obreros manifiestan: «Lo que queremos es un salario justo que nos dé lo suficiente para alimentar a nuestras familias y respete nuestros derechos sociales. No queremos nada más. No tenemos nada contra nadie en particular. Ni tenemos intenciones ocultas, sólo queremos lo que nos merecemos»[1].
Un trabajador que participó en la huelga expresa cómo la burguesía turca, que recientemente ha dado un paso adelante en su integración en la red internacional de relaciones imperialistas bajo el eslogan de “convertirse en una superpotencia”, ha estado difundiendo falsas esperanzas en sus “comunicados a la nación”: «Nos dicen que nuestra economía es la mejor, sólo superada por China. Nos dicen que somos pioneros en lo que a exportaciones se refiere. Nadie se pregunta cuál es la situación de los trabajadores, cuánto pan podemos permitirnos cuando volvemos a casa. Nadie se preocupa por nosotros. Llevamos varios días de huelga, y las reivindicaciones de miles de seres humanos son simplemente ignoradas»[2].
Otra característica importante de la huelga es la reacción contra el sindicato Oz-Iplik-Is, perteneciente a la confederación Hak-Is[3], del cual una parte significativa de los huelguistas son miembros. La huelga desde el principio ha transcurrido de forma independiente al margen de la dirección y control del sindicato, que los obreros no han dudado en criticar. El comunicado más claro acerca de la situación fue realizado por Nihat Necati Bencan, el representante del sindicato DISK[4] en la región de Antep, que pensamos que es interesante citar no sólo por la claridad con que muestra la visión de los sindicatos sobre la huelga, sino también por su ironía: «En cambio, las reivindicaciones de los obreros en 5 fábricas se han expresado a través de delegados elegidos por estos. Sin embargo, ninguna de las direcciones de las fábricas está tomando en serio las reivindicaciones y no se están dando los pasos adecuados para abordar la situación. Se necesitan pasos adecuados para solucionar el problema pronto. De otro modo la oleada de huelgas va a continuar y se va extender»[5].
El acuerdo entre el sindicato y el dueño de una fábrica por un incremento salarial ridículo, por ejemplo, es uno de los motivos que desató la huelga. Los obreros, cuando se enteraron de que el sindicato había negociado un incremento del 45 TL, prácticamente cero, se lanzaron de manera inmediata a la huelga. De hecho, Mehment Kaplan, el presidente en la región de Antep del sindicato Oz-Iplik-Is, fue retenido en la fábrica durante un tiempo por los obreros, siendo liberado tras haber tenido que escuchar eslóganes como “¡vendeobreros!”. De este modo, los trabajadores llevaron a la práctica su huelga sin intermediarios y contra el sindicato desde el mismo inicio.
A medida que la huelga avanza los lacayos de la burguesía intentan suprimirla por diferentes medios. El Estado, que envió a sus jaurías de perros a las fábricas desde el mismo comienzo de la oleada de huelgas, se siente muy molesto por las acciones de los obreros fuera del control de los sindicatos. El “consejo” que los policías daban a los trabajadores durante la huelga era revelador: «Si no aceptáis, no encontraréis trabajo en ninguno sitio nunca más. Los empresarios no pueden permitirse más. Aceptadlo y volved al trabajo». Parece que las fuerzas policiales tienen el mismo discurso que la policía de las fábricas, los sindicatos.
Tras 11 días de huelga, esta finalmente terminó con importantes mejoras para los trabajadores. Entre ellas un incremento salarial de 780 TL a 875 TL. Los obreros de la fábrica Motif Textile volvieron al trabajo con un incremento de hasta 905 TL mensuales. También gracias a la huelga, los obreros obtuvieron el derecho a 10 días festivos remunerados.
El atentado que dejó 9 civiles muertos en Antep justo después de la huelga rápidamente transformó la atmósfera de la ciudad y dispersó el ambiente creado por la huelga. En un país como Turquía, donde la opinión pública es tan cambiante y moldeable, las noticias que, como en todos los países, están manejadas por la burguesía, son usadas para frenar movimientos como el descrito y evitar la participación del resto de la clase obrera. De hecho, la clase dominante hace todo lo posible para evitar que los trabajadores ni siquiera sepan de la existencia de estas huelgas. Por ejemplo, mientras los principales medios de turcos de forma repetida informan de la masacre policial contra los mineros en Sudáfrica, sobre las huelgas en la propia Turquía no se dice una palabra, ni en televisión ni en los periódicos. Por supuesto esto no es una sorpresa: forma parte de una estrategia de control de la población. Sin embargo, los obreros que han vivido la huelga como un producto suyo desde luego han salido fortalecidos.
Los empresarios de algunas de las fábricas implicadas han querido que los trabajadores firmaran un documento que leía “Lamento haber participado en el movimiento”. Los obreros se negaron a firmar tales documentos, vistos como una maniobra represiva de los empresarios.
Esta huelga ha significado un antes y un después para el conjunto de la clase trabajadora en Turquía, que últimamente ha vivido una serie de luchas aisladas en una única fábrica o centro de trabajo, como la de Tekel[6], la de los obreros de Hey Textiles que fueron despedidos sin razón alguna, y la huelga de Turkish Airlines.
Algunos detalles nos hablan de la importancia de la huelga. Los trabajadores fueron capaces de hacer frente a casi todas sus necesidades a lo largo de la lucha, aparte de alguna pequeña ayuda que les llegó en la última fase de la huelga. Los obreros actuaron juntos en materias como la comida, el transporte y demás, y tomaron todas sus decisiones por medio de un comité que habían formado. Uno de los elementos más importantes de la huelga fue el hecho de que los trabajadores encontraron la forma de actuar fuera de los sindicatos, siendo los proletarios capaces de tomar la iniciativa y de llevar la lucha por ellos mismos. Por las críticas realizadas hacia los sindicatos durante la huelga, parece evidente que ahora mismo existe una cuestión candente en el medio obrero: No necesitamos a los sindicatos en nuestra lucha.
Además, toda la prensa de la izquierda de la burguesía, al escribir sobre la huelga, que se ha desarrollado completamente de forma independiente de los sindicatos e incluso contra ellos, ha comentado que los obreros estarían debatiendo sobre la necesidad de sindicatos más fuertes. La afirmación de que los trabajadores se encuentran en tal proceso de debate, cuando la lucha se ha llevado a la práctica precisamente fuera de los sindicatos, es una maniobra política. Así que en lugar de hablar sobre la huelga salvaje en sí, la izquierda burguesa lo hace acorde a sus planteamientos pro-sindicales y pro-capitalistas.
También vemos una diferencia importante al comparar la duración de las luchas o huelgas controladas por los sindicatos y las que no lo son. En las primeras, además de generarse un gran malestar hacia los sindicatos, que no son otra cosa que aparatos estatales, se produce la desesperación y el “queme” de los obreros, de forma significativa cuando estos quieren tomar el control de su propia lucha. Vemos, al contrario, y teniendo en cuenta las experiencias de la clase obrera a nivel mundial, que los movimientos controlados y dirigidos por los trabajadores mismos siempre hacen avanzar la historia del proletariado, y tienden a tener éxito y elevar la moral. Cuando los trabajadores se organizan y controlan la lucha, como hemos visto en esta ocasión, son capaces de concluirla por ellos mismos. Por otra parte, la participación activa de los obreros en la lucha ha obtenido una victoria en apenas 11 días, mientras que las huelgas controladas por los sindicatos a menudo acaban en callejones sin salida, “quemando” la energía de los proletarios y llevándolos a la desesperación durante períodos que a menudo van más allá de varios meses; y esto resulta en nuevas experiencias negativas acompañadas de la decepción de los trabajadores.
«A pesar de todo hemos conseguido un aumento salarial de 780 TL a 875. No es mucho, pero tampoco es un aumento pequeño. Esta huelga puede que se acabe hoy; nuestra lucha no»[7].
Los obreros, al finalizar la huelga, tomaron la decisión de llevar a cabo una conferencia, organizada por su propio comité de huelga, para debatir sobre sus problemas. Mientras diversas fuentes burguesas han hecho mención más o menos detallada a la huelga, lo que nosotros encontramos más significativo es el hecho de que los obreros estén dotándose de plataformas de discusión para clarificar los elementos positivos de esta huelga salvaje y la lucha.
«Los sindicatos son totalmente inconcebibles sin la existencia del trabajo asalariado que, por su parte, presupone la existencia del capital. En la medida que el capital es controlado por propietarios individuales, en competencia entre ellos y representados por diversos individuos y partidos en el gobierno, los sindicatos pueden al menos ser capaces de negociar una mejora en las condiciones de explotación asalariada. Su función es regular la venta de la fuerza de trabajo, una función que se ha vuelto indispensable para el moderno sistema capitalista. De ahí se deriva su importancia como estructuras complementarias del Estado, si no parte del Estado en sí, en todas partes del mundo actual (…) Su existencia como organizaciones es totalmente dependiente de la continua existencia de la dualidad trabajo/capital (…). Sin embargo, pueden situarse de lado del capital en la medida que no traten de destruir esa dualidad. Al contrario, se han vuelto de forma creciente indispensables para el mantenimiento del sistema capitalista. Como resultado, cuanto más gigantesca y anónima es la concentración del capital, más los sindicatos toman partido por el capital y consideran su papel directamente vinculado al gran “interés nacional»[8].
Nevin 3/9/12
[3] Hak-Is es una confederación sindical pro-gubernamental e islamista
[4] DISK, Confederación Revolucionaria (o Progresista, como actualmente es traducido al inglés por la confederación) de Sindicatos Obreros, es el principal sindicato izquierdista del sector privado en Turquía.
[6] Sobre esta lucha ver Turquía: Solidaridad con la resistencia de los trabajadores de Tekel contra el Gobierno y los sindicatos en /cci-online/201002/2777/turquia-solidaridad-con-la-resistencia-de-los-trabajadores-de-tekel-contra-el [212] , Huelgas en Tekel (Turquía): ¿Cómo podemos organizar nuestras luchas sin los sindicatos? en /cci-online/201008/2927/huelgas-en-tekel-turquia-como-podemos-organizar-nuestras-luchas-sin-los-sindi [213] así como 2 tomas de posición internacionalistas realizada por grupos proletarios del Perú: Estimados hermanos de clase de Turquía (https://es.internationalism.org/node/2779 [214] ), Pronunciamiento por la solidaridad internacionalista: La combatividad de los trabajadores de Tekel- Turquía dan el ejemplo (https://es.internationalism.org/node/2788 [215] ) y una desde Ecuador: Solidaridad con la huelga de los trabajadores de Tekel –Turquía (/cci-online/201002/2778/solidaridad-con-la-huelga-de-los-trabajadores-de-tekel-turquia [216] )
[8] Munis, “Los sindicatos contra la revolución”, versión en inglés: https://libcom.org/article/unions-against-revolution-g-munis [218]
La visión más extendida reduce la lucha de la clase obrera a un movimiento económico y político. Esto es una adulteración del auténtico movimiento emancipador del proletariado para el que “nada de lo humano le es ajeno”[1]. Es cierto que en última instancia la radiografía de la sociedad reside en el análisis económico y es, igualmente cierto, que solo mediante la lucha política por derribar el Estado burgués en todos los países, podrá el proletariado liberarse junto con toda la humanidad oprimida y explotada. Pero de ahí no se deriva ni mucho menos que las cuestiones teóricas y científicas, culturales, éticas, artísticas etc., sean meras “derivadas”, que la lucha del proletariado y la reflexión en su seno, deba relativizar. Como dicen las Notas Complementarias que publicamos «El movimiento proletario no puede mantenerse “ajeno” o “sin opinión” sobre estas cuestiones, que socavan la capacidad del proletariado de unirse y aumentan el “dominio espiritual” de la burguesía sobre él (…) la existencia proletaria, su dimensión humana y su lucha por hacerla valer ante una sociedad organizada en su contra, es complemento y refuerzo imprescindible en la lucha de clase. La rabia y la indignación ante abusos y tratos humillantes de patronos, capataces, policías o caseros; la rebelión contra toda clase de represión en las relaciones humanas; la insubordinación a las normas y valores imperantes; son elementos que han jugado y jugarán un papel importantísimo en el “océano de fenómenos” de la lucha proletaria»
En esta línea, damos a conocer como contribución al debate, un artículo escrito por un simpatizante de la CCI en Gran Bretaña. A su vez, el compañero simpatizante que lo ha traducido del inglés nos ha enviado unas Notas Complementarias que publicamos al final, que saludamos y con las que globalmente nos sentimos de acuerdo. Nos parece muy estimulante que el acto mismo de una traducción no sea considerado como una simple tarea “técnica” sino que anime una contribución y un debate.
Publicamos a continuación un artículo escrito por uno de nuestros contactos en colaboración con militantes de la CCI. Queremos saludar la voluntad del compañero para contribuir en el debate de uno de los asuntos “candentes”[2] de la actualidad – los “derechos” de los homosexuales – desde una perspectiva de clase. Nos gustaría también saludar el enfoque que utiliza el compañero. Pensamos que es muy interesante el abordaje del tema desde la perspectiva de los sentimientos humanos. De la misma forma, estamos de acuerdo con la compresión política del camarada y su argumentación. Invitamos a todos nuestros contactos a escribirnos sobre todos aquellos temas que contribuyan a la clarificación y a la emancipación de la clase obrera.
El “debate” acerca de si los gays y lesbianas deberían disfrutar del “derecho” legal al matrimonio y los aspectos derivados de éste como las ayudas estatales que tienen las parejas heterosexuales casadas – el derecho al reconocimiento de la viudedad está entre los más reivindicados- se encuentra “en el candelero”, y la clase dominante lo saca de la chistera de tanto en tanto, especialmente cuando se acercan elecciones. En este articulo nos gustaría subrayar la hipocresía de la burguesía, ya sea en su versión de izquierdas, de centro o de derechas, cuyo enfoque del tema no va más allá del “humanismo” (izquierda y centro) o del de tipo moral/religioso (la derecha). A la administración Obama le gusta presentarse como “progresista”, mostrándose a favor de cambios legales en los Estados que no permiten el matrimonio gay (el caso más reciente es el referéndum en Carolina del Norte), sin tratar en cambio de convertir el matrimonio legal en un derecho constitucional. La derecha necesita responder a los miedos y calmar las inquietudes de su base electoral conservadora, de ahí la postura de Mitt Romney y el Partido Republicano. Todo el “debate” es realmente una táctica de la administración Obama para atraerse a la juventud y a los más “progresistas”, junto con el electorado gay, y empujar a Romney y a los sectores religiosos a que de forma clara y forzada se opongan al matrimonio gay, con el consiguiente coste en votos, ya que el posible movimiento de Romney hacia la derecha corre el riesgo de alejarlo del sector indeciso del electorado. Está claro que la postura legalista es completamente hipócrita. Pretende utilizar una situación que es vivida de una forma dramática y humillante por gays y lesbianas para alimentar divisiones y posteriores polémicas para propósitos políticos. Sin embargo, la oposición a menudo vehemente de los anti-matrimonio gay de la derecha no debe confundirnos y pensar que la legalización de un aspecto de la vida personal significaría algún tipo de desafío al sistema de explotación capitalista.
Hoy en día es fácil ver u oír debates de los medios sobre los derechos de gays y lesbianas. Resulta curioso observar cómo los medios burgueses se empeñan en resaltar aquellos elementos sobre los que habría más diferencias entre seres humanos, enfatizando cuestiones donde más opiniones contrarias existen. Pero la burguesía y sus voceros de la prensa son sumamente hipócritas. Sobre todo cuando el “partidismo” es algo tan marcado en el actual clima político. Ahora parece que algunos sectores de la burguesía apoyan el matrimonio gay. Es más, lo hacen -dicen- desde un profundo sentido humanista, a menudo hablando de una lucha por la “igualdad” o por los “derechos civiles”.
Cabe preguntarse pues: ¿de qué”igualdad” hablamos? ¿Para quiénes? ¿Es la “libertad en el matrimonio” una reivindicación para la clase trabajadora? ¿La libertad sexual es incluso posible bajo el capitalismo? Como proletarios, debemos decir que la respuesta a ambas preguntas es negativa. Construir un mundo libre de homofobia y heterosexismo, donde cada individuo sea visto y tratado como un ser humano, en vez de como una etiqueta, es imposible en el capitalismo.
Desde hace algún tiempo, existen elementos del aparato político burgués que abogan por el reconocimiento legal del matrimonio homosexual. A menudo estas argumentaciones se expresan de una forma dirigida a la clase trabajadora. Dicen que legalizar el matrimonio homosexual mejoraría la calidad de vida de gays y lesbianas, incluyendo a los trabajadores, ya que tendrían acceso a los derechos incluidos en él (divorcio, prestaciones, viudedad, etc). Pero, bajo el capitalismo, las relaciones humanas están reducidas a un mero elemento de cambio. Los sentimientos no son otra cosa que meras mercancías y cálculo económico para la burguesía. Podemos ver las necesidades económicas detrás de la reivindicación de legalizar el matrimonio homosexual, pero ¿qué podemos decir del concepto de matrimonio en el capitalismo?
Marx y Engels escribieron en el Manifiesto Comunista que, «La burguesía ha echado abajo el velo sentimental de la familia, y la ha reducido a una mera relación monetaria». Para añadir, «El proletariado no tiene propiedad; sus relaciones con la mujer y con los hijos no tienen nada en común con las relaciones familiares burguesas... ¿En qué se basa la familia actual, la familia burguesa? En capital, en beneficio privado. En su estado plenamente desarrollado, la familia sólo existe para la burguesía».
Así que, según la definición de Marx y Engels del matrimonio bajo el capitalismo, podemos comenzar a entender que “los derechos de igualdad del matrimonio” es un término que sólo se puede aplicar a quienes se benefician del matrimonio, es decir, a las clases propietarias. El matrimonio se basa fundamentalmente en el derecho de propiedad y de herencia. Este elemento ha definido históricamente qué personas la clase dominante estima aceptables para ser propietarias e incluso para ser ellas mismas propiedad. En su forma originaria el matrimonio significaba la posesión de la mujer y su propiedad por el marido. Está claro pues que, desde el punto de vista de la burguesía, el matrimonio no se basa plenamente en respecto mutuo y amor, sino principalmente en posesión y propiedad.
Pero, ¿por qué necesitamos que la clase dominante nos diga qué es el matrimonio y quién puede casarse y quién no? Como hemos comentado en algunos artículos en la CCI (Internationalism 130 y otros), una sociedad comunista sería sin embargo «una sociedad más allá de la familia en la que las relaciones humanas estarán reguladas por el amor mutuo y el respeto, y no por las leyes sancionadas por el Estado».
El Estado burgués democrático y sus agentes nunca plantean la cuestión de los derechos de los homosexuales en términos de necesidades humanas. ¿Cuáles son las necesidades de gays y lesbianas? ¿y las necesidades de los seres humanos en general? Es indudable que la represión a la comunidad homosexual es bien real. Vemos homofobia, heterosexismo y patriarcado por todas partes bajo el capitalismo; quien diga lo contrario está equivocado. Por citar un ejemplo, el acoso a jóvenes homosexuales se ha convertido en una “epidemia” según los medios burgueses. Muchas de estas terribles experiencias llevan a la depresión y, en algunos casos, al suicidio.
Pero, ¿la burguesía trata de solucionar estos problemas? ¿qué hay de la legislación? ¿algunas de las leyes o enmiendas abordan los temas sociales? ¡No! El debate casi siempre se aborda desde un punto de vista religioso o moralista. Todos los cacareados “derechos humanos” aprobados por el Estado capitalista y sus leyes no pueden hacer nada para extirpar siglos de intolerancia de origen religioso o moral. Se acusa a la religión y a los religiosos por sus creencias atrasadas, lo que en última instancia sirve para crear polarización y enfrentamiento. En ese contexto, legalizar los matrimonios del mismo sexo únicamente ayuda al Estado capitalista a mostrarse como una entidad “justa” y “benefactora”.
Si aún pudiera haber algo de sinceridad en la clase dominante hacia la autorización del matrimonio gay, deriva de su necesidad de distraer al proletariado y arrastrarlo al circo electoral y legalista. Por supuesto, también es verdad que el creciente apoyo hacia la libertad sexual proviene de un conocimiento más profundo de la sexualidad humana, y un sentido mayor de solidaridad humana. Pero ¿le importa algo a la clase dominante estas cosas? ¿deberían hacerlo? Si uno posee dinero tus derechos no corren riesgo, o se encuentran por encima de cualquier debate. “La igualdad en el matrimonio” no implica unas relaciones sanas o igualdad económica; al contrario, acrecienta el dominio de clase de la burguesía.
Las luchas sociales que abordan sólo parcialmente los problemas fundamentales del capitalismo, aunque expresen problemas reales existentes en la sociedad, distraen a la clase obrera de sus tareas revolucionaria y debates. Ya hemos hablado de la fijación de la burguesía sobre el debate de los derechos de gays y lesbianas, casi hasta el punto de llegar la obsesión. Pero esta fijación tiene lugar entre los llamados “revolucionarios” también.
Se utiliza a menudo un lenguaje dirigido exclusivamente a los trabajadores con el fin de “organizarlos” en torno a un elemento transversal, que va más allá de las clases sociales. El argumento de que la obtención de derechos para los homosexuales nos acercará a “la igualdad total” es completamente equivocado, cuando un principio básico de los comunistas es que la igualdad es imposible bajo el capitalismo. ¿Por qué los revolucionarios deberían luchar por “acercarnos” a una sociedad igualitaria? ¡Lo que necesitamos es luchar contra todas las injusticias del capitalismo a la vez! Muchos de estos mismos “revolucionarios” llaman a estas medidas legales o electorales a favor de los derechos de los homosexuales “victorias” para los trabajadores. Pero estas victorias no hacen sino reforzar la sociedad burguesa.
Las políticas de legalismo y democratismo no tienen nada que ofrecer a la clase obrera. La verdadera emancipación humana sólo puede venir de la revolución proletaria. Los obreros deben siempre apoyar a los homosexuales, sobre todo en una sociedad que los aliena y ridiculiza de una forma tan terrible. Pero debemos tener cuidado en relación a las campañas burguesas que acompañan esos debates, que no suelen tener otro fin que la distracción y canalización que nos impida luchar por nuestro objetivo final: acabar con toda forma de represión y explotación.
Jam 06/11/12
La familia como estructura social en la sociedad capitalista se mueve dentro de una dualidad: por un lado es reivindicada ideológicamente de forma más o menos general por las diferentes fracciones de la clase dominante (en su forma “tradicional” o “moderna”); pero por el otro, el mismo desarrollo económico y social tiende a destruir los lazos comunitarios en general y familiares en particular. En efecto, el capitalismo ya sea partiéndola (emigración, movilidad laboral), pudriéndola (destrucción y dejadez planificada de zonas obreras; alcoholismo; drogadicción; televisión; pobreza) o simple y llanamente imposibilitando su constitución (precariedad, paro y miseria que hacen imposible unos mínimos proyectos vitales), socava mortalmente las bases familiares. La “vuelta a la familia” que estamos viendo en amplios sectores castigados por la crisis (varias generaciones compartiendo una vivienda; el regreso obligado de hijos emancipados a la casa familiar) no es otra cosa que resultado de la miseria y el deterioro creciente de las condiciones de vida; no se crea familia, sino que se destruye, porque las opciones de las generaciones más jóvenes de independizarse y formarla son cada vez más exiguas. La “familia tradicional” o “normal” es de forma creciente sobre todo una construcción estereotipada que ni siquiera la burguesía (clase campeona en la hipocresía y la doble moral) cumple en realidad.
De forma general, esta dualidad entre discurso y realidad es una constante que recorre el conjunto de la sociedad burguesa, siendo especialmente significativa en la cuestión de la defensa de la propiedad (la de la clase capitalista, claro): cuanto más el sistema dice defenderla y fomentarla, más expropia e imposibilita a sectores crecientes de la población el acceso a ella.
¿Por qué, a pesar de todo, la clase dominante hace de la familia un valor que defender? Podríamos encontrar varias respuestas. Para empezar, - y como decimos, a pesar de todo- la familia aparece como la unidad mínima de reproducción permitida en la sociedad; la célula más o menos estanca que limita con otras células; una pseudo comunidad permitida precisamente para evitar una comunidad mayor y real. De hecho la ausencia y destrucción de lazos comunitarios entre los explotados y la población en general es una de las razones por el que este sistema, nocivo par la inmensa mayoría, se mantiene en pié. Del mismo modo, algunas de las lacras que el sistema social capitalista genera en el ámbito familiar (cínicamente “lamentadas” por la burguesía y sus medios), como los diferentes malos tratos y abusos, están estrechamente ligados a este aspecto de célula estanca, con individuos atomizados e indefensos; en una sociedad comunitaria obviamente no tendrían cabida, o serían rápidamente abordados.
A su vez, como heredero de sociedades de clase precedentes - y especialmente en su fase decadente en la que utiliza toda clase de ideologías reaccionarias para perpetuarse- el capitalismo también usa elementos ideológicos y estereotipos vinculados a todo tipo instituciones religiosas (en el que lo puramente espiritual es secundario, primando lo ideológico, lo político y el control social) que marcan lo que “la familia debe ser”, o los modelos de comportamiento “correctos”, y de ahí que su aparato político venda de forma hipócrita ese modelo de familia (el caso de los EEUU, aunque ni mucho menos el único, sí puede ser que se encuentre entre de los más significativos y ridículos de la doble moral burguesa). Modelo que sin embargo, como comentábamos arriba, el propio desarrollo de la sociedad burguesa destruye entre la mayoría, y en la propia burguesía sólo lo mantiene de “cara a la galería” y la “opinión pública” (ver también en los USA los diferentes “escándalos”, utilizados en jugarretas políticas, protagonizados por diferentes elementos “fervientes defensores de la familia” y “profundamente religiosos” del aparato político burgués: caso Bill Clinton, caso Eliot Spitzer, escándalo Madame D.C., etc )
Sin embargo, el Estado “democrático”, como forma más cínica y eficaz de dictadura capitalista, en el marco de un sistema devorado por irresolubles y profundas contradicciones y antagonismos sociales, debe “ceder” en todo salvo en lo esencial (la propiedad de los medios de producción por parte de la burguesía y su Estado); cambiarlo “todo” para que todo siga igual. Es por eso que la sociedad burguesa se adapta a los cambios sociales y de valores, y los canaliza para su propio apuntalamiento. De ahí, junto con la necesidad de crear toda clase de polémicas y confrontaciones de distracción, la puesta en escena de los (superficiales) “debates” sobre el matrimonio homosexual y otros.
El obrerismo y el sindicalismo, como estructuras e ideologías absorbidas por el Estado y utilizadas por la burguesía para sabotear la lucha proletaria, reduce esta última a un mero cálculo económico, a simplemente “arrancarle plusvalía a la clase capitalista”. El resto serían cuestiones “interclasistas” o “secundarias”. Sin embargo la existencia proletaria, su dimensión humana y su lucha por hacerla valer ante una sociedad organizada en su contra, es complemento y refuerzo imprescindible en la lucha de clase. La rabia y la indignación ante abusos y tratos humillantes de patronos, capataces, policías o caseros; la rebelión contra toda clase de represión en las relaciones humanas; la insubordinación a las normas y valores imperantes; son elementos que han jugado y jugarán un papel importantísimo en el “océano de fenómenos” de la lucha proletaria. El proletario, privado de los medios de producción, atomizado, supeditado al burgués y su Estado para poder sobrevivir, sólo tiene un único camino: la autoorganización, la unión, la solidaridad, con sus iguales. Sólo afirmándose como proletario contra la sociedad burguesa y los valores que la sostienen, es como puede enfrentarse a esta y negar el papel social que le tiene adjudicado. Y sólo así puede afirmar su carácter humano, que es lo único que posee para reivindicar.
La clase dominante hace uso de toda clase de valores e ideologías reaccionarias para sostenerse en el poder: racismo, machismo, heterosexismo, nacionalismos, superstición, etc. El movimiento proletario no puede mantenerse “ajeno” o “sin opinión” sobre estas cuestiones, que socavan la capacidad del proletariado de unirse y aumentan el “dominio espiritual” de la burguesía sobre él. Pero tampoco debe convertirlas en un factor de división en el seno de la clase obrera, que dificulte su lucha, precisamente porque en esta lucha y en los lazos y relaciones que surgen con ella es como realmente se socava ese “dominio espiritual” y salen a la luz los prejuicios burgueses. La lucha proletaria es el mejor antídoto a las mentiras burguesas. Por tanto, es necesario encontrar un equilibrio entre la necesaria crítica a las ideologías reaccionarias como armas de división de la burguesía, y no convertir esta crítica precisamente en un elemento de división añadido. Hay que poner sobre la mesa lo que nos une como explotados y oprimidos.
La emancipación de los negros, de las mujeres, de los homosexuales... no será obra de ellos mismos por su cuenta, sino unidos en un movimiento global contra un sistema inhumano. Sólo el movimiento proletario puede aglutinar en su seno todos los agravios que esta sociedad genera, e incluir todos los aspectos humanos como armas contra el capital, pero no en movimientos separados y dispersos (y a menudo perfectamente integrados en el sistema), sino como un único puño. La lucha proletaria se enriquece política y socialmente de todos los elementos “transversales” capaz de aglutinar en torno suya; y a su vez estos elementos “transversales” encuentran en el movimiento proletario la única fuerza social capaz de hacer realidad sus fines, de conseguir una existencia sin racismo, sin discriminación ni opresión por motivos de preferencias sexuales, o sin destrucción absurda y suicida del medio ambiente.
[1] Esta frase proviene del esclavo romano Terencio, poeta. Fue adoptada por Cervantes e igualmente por Marx que la convirtió en una de sus divisas preferidas.
[2] El debate en cuestión sobre los matrimonios homosexuales ha ocupado portada los últimos tiempos en Francia, especialmente tras la intención anunciada de Hollande de legalizar estos matrimonios y la respuesta de la Iglesia católica francesa en contra. En EUU, el anuncio de Obama el pasado mes de mayo de su apoyo abierto a los matrimonios homosexuales ha pasado a ocupar un importante espacio del “debate político” con los republicanos. En España, la cuestión del matrimonio gay (junto con otros temas como el aborto o la presencia de la religión en las escuelas públicas) también es un recurso cíclico de distracción y confrontación entre “progresistas” y “conservadores”.
Publicamos a continuación un texto del antropólogo Knight Chris, "La Solidaridad Humana y el gen egoísta"[1]. Este texto científico está basado en la teoría de Darwin del gen egoísta[2], que resume las bases para criticar las afirmaciones de que el hombre es por naturaleza un "lobo para el hombre"; por esto constituye una contribución valiosa para combatir la idea de que el comunismo sería incompatible con la naturaleza humana, y llega a la conclusión de que la solidaridad es, sin embargo, inherente a nuestra naturaleza.
En 1844, después de un viaje de cuatro años alrededor del mundo, Charles Darwin confió a un amigo que había llegado a una conclusión peligrosa. Durante siete años, escribió, «he participado en una obra muy presuntuosa» incluso «muy estúpida». Se había dado cuenta de que en cada una de las Islas Galápagos los pinzones comían comida local ligeramente diferente, y los picos presentaban las modificaciones correspondientes. En América del Sur, había examinado un gran número de fósiles extraordinarios de animales extintos Reflexionando sobre el significado de todo esto, se sintió obligado a cambiar de opinión sobre el origen de las especies. A su amigo, Darwin escribió: «Estoy casi convencido (bastante lejos de mi opinión inicial) de que las especies no son (es como confesar un asesinato) inmutables».En aquellos días, la creencia en la transmutación - la idea de que las especies podrían evolucionar en otras - era políticamente peligrosa.
Al mismo tiempo que Darwin escribía a su amigo, ateos y revolucionarios difundían periódicos baratos en las calles de Londres, por la defensa de las ideas evolucionistas en contra de las doctrinas establecidas de la Iglesia y el Estado. En ese momento, el teórico evolutivo más famoso fue Jean-Baptiste Lamarck, que era responsable de las exposiciones de los insectos y gusanos del Museo de Historia Natural de París. Estrechamente ligado al ateísmo, el cartismo[3] y otras formas de subversión surgidas de la Francia revolucionaria, el evolucionismo en Gran Bretaña fue designado por el término "lamarckismo". Todo "lamarckiano" - en otros términos, cualquier científico que ponía en duda la inmutabilidad de las especies de origen divino - corría el riesgo de ser equiparado a los comunistas, subversivos y alborotadores. Atrapado entre sus prudentes opiniones políticas liberales y la ciencia, Darwin estaba tan nervioso que se puso enfermo, disimulando y ocultando sus conclusiones como si hubiera cometido un asesinato.El período de levantamientos revolucionarios culminó con los acontecimientos de 1848, cuando los trabajadores organizaron insurrecciones y salieron a las calles en Gran Bretaña y en toda Europa. Con la derrota de la rebelión, la contrarrevolución se instaló[4].
Durante la década siguiente, la amenaza de la izquierda se alejó. En 1858, otro científico - Alfred Wallace – encontró de forma independiente el principio de la evolución por selección natural. Si Darwin no publicaba sus conclusiones, Wallace ganaría toda la gloria científica. Sin el peligro inmediato de la revolución, Darwin encontró, el coraje para publicar finalmente, en 1859, El Origen de las Especies .En su notable libro, Darwin expuso el esquema de un concepto de evolución bastante diferente del de Lamarck. Lamarck explicó la evolución como el resultado de los esfuerzos continuos de autosuperación de todos los animales a lo largo sus vidas.
La idea más siniestra y cruel de Darwin la tomó prestada del reverendo Thomas Malthus, un economista contratado por la Compañía de las Indias Orientales. Malthus no estaba interesado en el origen de las especies, su idea era política. Las poblaciones humanas, dijo, siempre crecen más rápido que el suministro de alimentos. La lucha y el hambre resultarán inevitables. La Caridad pública, dijo Malthus, sólo puede agravar el problema ayuda a que los pobres se sientan a gusto, y les anima a reproducirse. Más bocas que alimentar conduce a una mayor pobreza y por lo tanto más demanda de ayudas sociales. La mejor política es dejar que los pobres se mueran.
El genio de Darwin consistió en vincular la botánica y la geología a esta declaración, políticamente motivada, a favor de la libre competencia y la "lucha por la supervivencia". Darwin vio la moralidad del "dejar-hacer" de Malthus en toda la naturaleza. El crecimiento de la población en el mundo animal siempre superó a la oferta local de alimentos, de ahí la inevitabilidad de la competencia resultante en el hambre y la muerte de los más débiles. Mientras que los moralistas y sentimentales hubieran tratado de suavizar la imagen de una naturaleza cruel y sin corazón, Darwin siguió a Malthus y lo proclamó. Así como el capitalismo castigaba brutalmente a los pobres y necesitados, la "selección natural" eliminaba estas criaturas menos capaces de desarrollarse. Teniendo en cuenta que los menos aptos de cada generación no paraban de morir, la descendencia de cada generación de supervivientes era pues desproporcionadamente más numerosa, transmitiendo a todas las generaciones futuras las características hereditarias más beneficiosas. El hambre y la muerte, por lo tanto, son factores positivos en una dinámica evolutiva que castigaba inexorablemente el fracaso y recompensaba el éxito.De este modo, Darwin transformó las implicaciones políticas de la teoría evolutiva. Lejos de ser utilizada para justificar la resistencia a la explotación capitalista o a la desigualdad social, esta versión Malthusiana del evolucionismo se usó para servir a una dirección política. Darwin describió la naturaleza como un mundo sin moral. Por lo tanto, esto proporcionó una justificación de un sistema económico basado en la competencia desenfrenada, libre de toda injerencia "moral" proveniente de la religión o del Estado.
En vida de Darwin, las principales controversias públicas en torno a su teoría opusieron a evolucionistas contra estos filósofos, clérigos y otros que temían que tal visión podría conducir al colapso de la moralidad en la sociedad.Después de la muerte de Darwin en 1881, muchos pensadores influyentes trataron de mitigar la fuerza del razonamiento aparentemente duro y amoral de Darwin, buscando la manera de conciliar la teoría de la evolución con los valores religiosos y humanistas. En Rusia, el pensador anarquista Pedro Kropotkin escribió Ayuda Mutua, donde afirmó que la cooperación, no la competencia, es la ley fundamental de la naturaleza. Una forma muy común de salvar una dimensión "moral" del razonamiento de Darwin era el sugerir que el impulso competitivo del cambio evolutivo enfrentaba a los grupos entre ellos, y no entre individuos.
El término "supervivencia del más apto" - como se decía entonces – significaba la supervivencia del más apto de los grupos, la más apta de la especie, ambos considerados en su totalidad, con la estrecha participación y cooperación dentro cada especie. De acuerdo con este razonamiento, los individuos se crearon para promover los intereses de la especie. Los miembros de cualquier especie deben cooperar unos con otros, su supervivencia individual depende del conjunto de la mayoría.Esta idea se hizo popular porque estaba muy en consonancia con las tendencias de la filosofía moral, incluyendo la tendencia de "clase media" del socialismo y el nacionalismo en el cambio de siglo. Las Naciones se asociaron a la "raza" y se compararon con las especies animales. Cada especie, raza o nación se suponía dedicada a una lucha a muerte contra sus rivales. Aquellas cuyos miembros colaboraban en la necesidad colectiva sobrevivían y aquellas cuyos miembros actuaban "egoístamente" acababan por desaparecer. Cuando los animales o los seres humanos muestran un comportamiento cooperativo, esto se explica en términos de "moral", en referencia a las necesidades del grupo.
En Gran Bretaña, Winston Churchill declaró que a los elementos más pobres de la sociedad no se les debía permitir reproducirse, ya que podrían debilitar la "población nacional" al hacerlo. La eugenesia se hizo muy popular, incluso entre muchas personas de izquierdas en Alemania, y jugó un papel clave en la formación de la ideología nazi. En la década de 1940, el etólogo pionero Konrad Lorenz deleitó a los propagandistas nazis cuando dijo que la guerra era algo natural y valioso. La comparaba con un modelo general en el que los mamíferos machos, durante la época del apareamiento, emprendían una batalla feroz entre sí, y las hembras se acoplaban solamente con los ganadores. Esto, dijo Lorenz, es un mecanismo sano para la eliminación de los débiles, por lo tanto, protege y mejora la pureza y el vigor de la raza.
La teoría evolucionista de la "selección de grupo" - como se le llama ahora - recibió su formulación más sofisticada y explícita en 1962, cuando el naturalista escocés VC Wynne-Edwards publicó un libro titulado La dispersión animal aplicada al comportamiento social .Para Wynne-Edwards, siguiendo en esto a Malthus, el problema fundamental de cada grupo o especie era el de la reproducción desenfrenada. La sobrepoblación finalmente llevaba a la escasez de alimentación, causando hambrunas a una escala que podría poner en peligro toda la población local. ¿Cuál era la solución? Según Wynne-Edwards era la especie en su conjunto la que debía actuar. Mecanismos especiales debían evolucionar para evitar la reproducción más allá de la capacidad de carga de su entorno. Se esperaba que los individuos mantuvieran bajo control su fertilidad en el interés del grupo.En base a esta teoría, Wynne-Edwards trató de explicar muchas características curiosas de la vida social humana y animal. En particular, pretendió explicar el comportamiento aparentemente repugnante como el canibalismo, el infanticidio y el combate o la guerra entre grupos. Aparentemente negativas, a un nivel más amplio tales prácticas constituirían una serie de adaptaciones beneficiosas por las cuales cada especie trataría de limitar su población. Muchos naturalistas se mostraban perplejos al observar casos de aves en grandes colonias, que destruían su descendencia común, o leones mordiendo mortalmente sus cachorros al nacer .Todo esto, decía Wynne-Edwards, podría comprenderse ahora. Los que presentan tal comportamiento no actúan de forma egoísta o antisocial, favorecían la especie conteniendo la población. En los humanos, las actividades violentas como la guerra tenían una función similar. De un modo u otro, los niveles de población humana debían ser limitados, la guerra, junto con otras formas de violencia, contribuía a lograrlo.Este tipo de pensamiento "seleccionista de grupo" siguió influyendo en el darwinismo hasta la década de 1960.
Pero, precisamente, formulándolo en términos tan explícitos y vehementes, Wynne-Edwards expresó sin querer el razonamiento del "beneficio de la especie" unos ataques focalizados con más precisión, socavando el conjunto del edificio teórico completo. Cuando los científicos comenzaron a considerar los llamados "mecanismos de reducción de la población," las razones por las que no podría funcionar quedaron claras desde un punto de vista meramente teórico. ¿Cómo una especie entera podía movilizar a sus miembros para la acción colectiva, como si reaccionara en previsión de la escasez de alimentos en el futuro? Supongamos, por ejemplo, la existencia de un gen que podría causar o facilitar el comportamiento con las dos características siguientes: (a) beneficiaría a la especie en una fecha posterior, y al mismo tiempo, (b) impediría ahora, el éxito reproductivo de su dueño. ¿Cómo un gen así podría transmitirse en el futuro, cuando actuarían sus supuestos beneficios? Hablar de un gen con menos poder reproductor es simplemente una contradicción. .El mismo gen no se transmitiría. Sus beneficios futuros esperados nunca se podrían realizar. La teoría de la "selección de grupo" en su totalidad era simplemente ilógica.
Esta comprensión marcó el comienzo de una revolución científica - uno de los cambios más importantes de la historia científica reciente, con muchas implicaciones para las ciencias sociales y las humanidades. Si Marx y Engels vivieran, se colocarían a la cabeza de ese progreso. Casi todos los científicos evolucionistas están de acuerdo en que la teoría de la "selección de grupo" de Wynne-Edwards era errónea. La idea de que el sexo, la violencia o cualquier otra forma de comportamiento animal puede evolucionar "por el bien de la especie" está ahora completamente desacreditada. Los animales no practican sexo "para perpetuar la especie" lo hacen por una razón más con los pies en la tierra - para perpetuar sus propios genes. Ningún gen puede ser diseñado para minimizar su propia réplica - en un mundo competitivo, sería rápidamente eliminado y reemplazado-. Supongamos que un león mata a sus propios cachorros para ayudar a reducir el nivel de la población total. En comparación con otros leones, este individuo en particular tendría un bajo éxito reproductivo. Independientemente de lo que pase finalmente a todo el grupo, todos los individuos de una población futura serían exclusivamente descendientes de los reproductores más "egoístas" - estos leones programados para maximizar la transmisión de sus genes, (a expensas de sus genes rivales) a las generaciones futuras.Una vez entendido esto, los científicos fueron capaces de demostrar que los leones que mataban a los cachorros pequeños en realidad no mataban a sus propios hijos, sino los engendrados por los machos rivales. Lo mismo se aplicaba a otros casos del llamado “control de población". En todos los casos, se pudo demostrar que en los animales responsables que actuaban "egoístamente" desde un punto de vista genético, sus genes transmitían tantas copias de sí mismos como fuera posible para las futuras generaciones, sin preocuparse demasiado acerca de cualquier impacto sobre el nivel de su población a largo plazo. El "valor selectivo" significaba la capacidad de introducir sus genes en el futuro, no podía definirse de otra forma.
Una de las consecuencias fue que las ideas eugenésicas como las defendidas por Winston Churchill no tenían ningún sentido darwiniano. Churchill estimaba que los pobres se reproducían demasiado rápido; eran "menos aptos", su fertilidad debía ser contenida. Por ejemplo, supongamos que los pobres en la época de Churchill se reproducían más que los ricos. De acuerdo con los estándares modernos darwinistas, esto habría hecho a los pobres más "aptos”", no menos. Lo mismo pasa cuando las minorías étnicas se reproducen a un ritmo mayor que los que les rodean. El término "valor selectivo", como es entendido por los darwinistas modernos puede medirse únicamente referido a los genes - no a las razas o las especies-En el futuro, por lo tanto, los políticos reaccionarios, racistas o de otro tipo, tendrán que propagar sus teorías sin la ayuda del darwinismo.
En lo sucesivo, el nuevo darwinismo hizo imposible colocar el interés personal de un individuo al mismo nivel de la especie. Los pensadores "seleccionistas de grupo" habían adornado de "moral" el infanticidio, la violencia o la agresión, teniendo en cuenta los intereses superiores "de la nación" o "el grupo". Los militaristas y los genocidas se habían transformado en guardianes de los intereses superiores, sacrificando la población sobrante o eliminando los débiles para el bien de la mayoría. El Darwinismo con el "gen egoísta" puso bruscamente fin a todo esto. Los grupos o especies ya no podían compararse con la de los Estados-Naciones, descritos como conjuntos cohesionados y regulados moralmente. En su lugar, se esperaba que los animales buscaran optimizar su valor selectivo, obrando consciente o inconscientemente para difundir sus genes. En consecuencia, se esperaba también que las unidades sociales no mostraran solamente la cooperación, sino también los conflictos reiterados entre hembras y machos, jóvenes y ancianos, e incluso entre padres e hijos. Este énfasis en la lucha y el conflicto hizo converger darwinismo y el marxismo, que no admite la armonía o la fraternidad, sino que ve un mundo social humano desgarrado por los conflictos de clase, sexo u otras formas .Ahí donde la armonía existe o se establece con éxito, debe ser explicado, no sólo admitido.
Una vez "el seleccionismo de grupo" modificado, los científicos se vieron obligados a observar de nuevo la vida, abordando, clarificando y resolviendo a menudo una serie de enigmas científicos en camino. ¿Cómo apareció la vida en la Tierra?, ¿Cuándo y por qué evolucionó el sexo? ¿Cómo los insectos sociales llegaron a ser tan cooperativos? ¿Por qué como todos los organismos vivos, nos enfermamos y nos morimos? Desde ese momento, cada teoría tenía que demostrar su coherencia con el implacable "egoísmo" sin concesiones de los genes. El resultado fue una serie de avances espectaculares intelectuales, lo que supuso una verdadera revolución que continua actualmente, en las ciencias de la vida. El libro de Richard Dawkins, El gen egoísta, que resume muchos de estos nuevos descubrimientos, cuando se publicó en 1976 con el aplauso general, y la denuncias igualmente vehementes de " la izquierda de la clase media”.
Al igual que Karl Marx y Friedrich Engels se opusieron a las teorías "utópicas" del socialismo, los darwinistas modernos se opusieron enérgicamente a todas las teorías evolutivas sensibleras y poco realistas. El Socialismo "utópico" fracasó porque nunca se enfrentó al capitalismo. Nunca explicó cómo pasar de "A" a "B" - de la lógica competitiva del capitalismo a su antítesis socialista o comunista-. En cambio, los soñadores "utópicos" no hicieron más que oponer sus visiones idealistas con las duras realidades de la vida contemporánea, sin preocuparse de comprender el funcionamiento del propio capitalismo. De manera similar, antes de la revolución del "Gen egoísta" en las ciencias de la vida, los biólogos habían usado la "cooperación" en el mundo animal como un principio explicativo sin haber explicado nunca de donde venía este principio. El gran mérito del nuevo darwinismo no era ser "utópico". Cuando se descubrió que los animales, se ayudaban entre sí o incluso arriesgan sus vidas unos por otros - como sucede a menudo - este altruismo debía explicarse y no sólo admitirse. Por encima de todo, cualquier altruismo en la conducta social debía conciliarse con el "egoísmo" replicativo de los genes de esos animales.Desde este punto de vista, el nuevo darwinismo casi se podría llamar la "ciencia de la solidaridad".
El egoísmo es fácil de explicar. El verdadero reto es explicar por qué los animales tan a menudo no son egoístas. Este es un desafío particular en el caso de los humanos, que - quizás más que cualquier otro animal - pueden participar en actos de valor y sacrificio en beneficio de los demás. Hay historias, cuya autenticidad se ha demostrado, como la de los soldados que durante la Primera Guerra Mundial se lanzaron sobre una granada explosiva, para salvar la vida de sus compañeros. ¿Se produjo este caso por el hecho de haberlo inculcado o enseñado laboriosamente al ser humano o era simplemente el poder de los instintos? Si siguiendo a los darwinistas, suponemos que las personas tienen en sí mismas la capacidad de ser naturalmente cooperativos y heroicos, entonces se produce una paradoja intelectual. ¿Por qué los genes que permiten habilitar el heroísmo - estos instintos valientes que en tiempos de crisis, pueden superar nuestros impulsos más cobardes y egoístas - no se eliminan en el curso de la evolución? El hombre que muere en la batalla no tendrá más hijos. Por el contrario, el cobarde puede dejar muchos descendientes.
Sobre esta base, ¿no deberíamos esperar que cada generación sea menos heroica y más egoísta - que la precedente?La teoría utópica de "selección de grupo" había oscurecido este problema proponiendo una respuesta demasiado fácil. El heroísmo trabajaba por el bien del grupo. El problema era que esto no explicaba cómo ese valor podría ser parte de la naturaleza humana, transmitida de generación en generación. Es precisamente esta dificultad la que movilizó a los nuevos darwinistas para encontrar una respuesta mejor. Cuando la solución se encontró, se convirtió en la piedra angular de la ciencia evolutiva.La solución al enigma radica en la idea de " valor selectivo inclusivo". La valentía en el combate se basa en instintos que no son tan diferentes de los que motivan a las madres a arriesgarse en defensa de sus hijos. Precisamente porque sus genes son "egoístas" -y no a pesar de este "egoísmo" - el coraje de una madre puede apelar a profundos recursos instintivos. Efectivamente, la madre que por instinto se arriesga en favor de sus hijos incluye a los niños como parte de su "yo" potencialmente inmortal. En términos genéticos, esto es realista porque sus hijos comparten sus genes. Es fácil ver por qué los genes "egoístas" de una madre pueden empujarla a comportarse de forma desinteresada - es decir, claramente en el mejor interés de los genes-. Una lógica similar podría llevar a los hermanos a comportarse de forma desinteresada los unos hacia los otros.
Lejos en el pasado evolutivo, los seres humanos evolucionaron en grupos relativamente pequeños basados en el parentesco. Cualquier persona con la que has trabajado, o con quien estás estrechamente relacionado, tiene una posibilidad estadística de compartir tus genes. De hecho, los genes habrían dicho: "Replícanos, para asumir riesgos y así defender a tus hermanos y hermanas" Nosotros, los seres humanos estamos diseñados para ayudarnos entre nosotros - y hasta morir por los demás - con la condición de haber tenido la oportunidad de formar lazos de unión. Hoy en día, incluso en circunstancias en las que tenemos muchas menos probabilidades de estar emparentados, esos instintos nos siguen empujando con tanta fuerza como antes. La noción de "solidaridad fraterna" no es totalmente dependiente de factores externos y sociales, como la educación o la propaganda. No tiene por qué ser inculcada en la gente en contra de su propia naturaleza. La solidaridad es parte de una antigua tradición - una estrategia evolutiva - que hace mucho tiempo se convirtió en el centro de la misma naturaleza humana. Es una expresión inapreciable del "egoísmo" de nuestros genes.
Chris Knight
Introducción de la CCI
Lo que sigue es una reflexión de un compañero de Chile que saca las conclusiones más correctas de la matanza de obreros en Sudáfrica[1].
Todos los servidores del capitalismo –desde la extrema derecha a la extrema izquierda- se empeñan en convencernos de que hay soluciones dentro de ese sistema. Durante muchos años nos vendieron como “gran solución” el “movimiento contra el apparheit” del Congreso Nacional Africano encabezado por el ensalzado Mandela, hoy podemos ver lo que hacen esos “progresistas” y esos “liberadores”: asesinar fríamente a obreros negros aplicándoles además leyes procedentes del periodo del apparheit. La conclusión es rotunda: no hay alternativas dentro del capitalismo, ni la supuesta “liberación nacional y social” de Mandela; ni la “liberación nacional” de Cataluña con el que ahora pretenden embaucarnos; ni “la austeridad” de Rajoy; ni “la austeridad con crecimiento” de Rubalcaba; ni los supuestos impuestos a las grandes fortunas de Hollande; ni el “sólo crecimiento” del Señor Lara; ni el “salvar España” de CCOO-UGT… Se trata de salidas imposibles para impedirnos la única salida posible: destruir el capitalismo en todos los países.
El compañero se ocupa en el lejano Chile de asuntos de Sudáfrica. Es una muestra clara del método internacionalista, de la visión y el compromiso internacionalistas que son lo fundamental de la clase obrera y la mejor vía para llegar a una solución frente a este mundo de sufrimientos y desastres que es el capitalismo. En lugar de que cada cual se ocupe de “sus asuntos más próximos” lo que significa encerrarnos en una visión falsa, divisionista y de enfrentamiento con los demás trabajadores y explotados; dotarnos de una visión mundial, global e histórica, sentirnos concernidos y solidarios por todo lo que sucede a nuestros hermanos en todo el mundo, sentirse parte de una lucha mundial. La única alternativa posible al capitalismo es la constitución de una comunidad humana mundial sin fronteras, sin división de clases, sin explotación del hombre por el hombre, y para llegar a ella, la visión mundial, la solidaridad mundial, el compromiso mundial, que manifiesta el compañero constituye el camino.
El 10 de agosto de 2012, en la mina de platino de Marikana –propiedad de la empresa británica Lonmin- 3000 trabajadores comenzaron una huelga para exigir la triplicación de sus salarios y mejores condiciones laborales.
Dos días más tarde, diez personas murieron en enfrentamientos entre dos sindicatos: el NUM (National Union of Mineworkers) y el AMCU (Association of Mineworkers and Construction Union). Ninguna de estas organizaciones representa los intereses de los trabajadores. El NUM es afiliado de la oficialista confederación sindical COSATU. El AMCU surgió en 1998 como una facción disidente del NUM y fue formalmente registrado como sindicato en 2001. Es una especie de sindicato "gremialista"[2], pues se considera a sí mismo "apolítico y no-comunista", características que supuestamente lo diferenciarían del NUM.
Tras los enfrentamientos, el NUM solicitó la intervención del ejército para "poner fin" a los hechos de violencia. El 16 de agosto, un grupo de mineros "armados" con machetes y palos se enfrentó a la policía. Ésta respondió con una represión brutal, disparó provocando la muerte de 34 obreros e hiriendo a otros 78. Se trató de la operación represiva más sangrienta desde el fin del Apartheid: La Masacre de Marikana.
Tras la matanza, 270 trabajadores -que habían participado en los disturbios- fueron arrestados. El jueves 30, la Fiscalía los acusó del asesinato de sus 34 compañeros caídos. La acusación se hizo en virtud de una antigua ley, según la cual, quienes participen en episodios violentos contra la policía pueden ser responsabilizados de los daños y pérdidas de vidas resultantes.
No sólo en Marikana se han alzado los obreros contra sus patronos. El 3 de septiembre, 60 mineros -que habían sido despedidos en junio pasado- bloquearon las puertas de una mina de oro en Modder East, reclamando su reincorporación al trabajo. Cuatro de ellos resultaron heridos debido a disparos de los guardias de seguridad.
Desenmascarando a la "Izquierda"
Sudáfrica es gobernada por una coalición tripartita integrada por el Congreso Nacional Africano (miembro de la Internacional “Socialista”), el Partido “Comunista” Sudafricano y la confederación sindical COSATU. Luego de los enfrentamientos del 14 de agosto, el SACP (South African "Communist" Party) emitió una declaración en la que insta a la policía a "actuar rápidamente y castigar a los gamberros -en alusión a los dirigentes del AMCU- que han sustituido la razón y el diálogo por las balas". ¿No nos recuerdan estas palabras a las que pronuncian los dirigentes de la UDI y RN[3] cuando hay manifestaciones en Chile? ¡La izquierda oficial es una farsa! Nos dicen que votemos por ella, pues de lo contrario le estaríamos "haciendo el juego a la derecha". Sin embargo, cuando ellos toman el poder político no hacen más que continuar con la explotación capitalista. La experiencia histórica así lo demuestra y ejemplos sobran: Desde la URSS hasta la reciente patraña llamada "Socialismo" del siglo XXI. Lamentablemente, muchos proletarios aún creen que todo lo que cínicamente se hacer llamar "comunista" o "socialista" es "bueno" o en su defecto, un "mal menor".
La hipocresía de las Democracias Occidentales
No sólo la hipocresía de la "izquierda" queda de manifiesto, sino también la de las Democracias Occidentales. Cuando una dictadura que no es del agrado de éstas -como la de Bashar Al Assad en Siria- arremete contra sus opositores, lloriquean y nos hablan de "libertad" y "respeto a los DDHH" en sus medios de comunicación. Sin embargo, en Sudáfrica, como en toda democracia liberal, el ordenamiento jurídico permite que "emprendedores" de todo el mundo inviertan en el país e instalen sus empresas. ¿Por qué ni la ONU ni la OTAN se han pronunciado condenando esta masacre? No olvidemos que la mina de Marikana es propiedad de la compañía británica Lonmin. No necesitan intervenir en el conflicto, pues el Estado sudafricano ya "reconoce y ampara" la propiedad privada de las empresas extranjeras en su territorio. Sin duda alguna, la democracia es la forma más eficaz de explotación capitalista. Detrás de toda esa maraña de "derechos" y "libertades" que la burguesía nos "reconoce" en sus textos legales, se esconde un sistema que consiste en la explotación del hombre por el hombre.
Conflictos étnicos: La burguesía distrae al proletariado de la lucha de clases
En tiempos del Apartheid, los habitantes de Sudáfrica se hallaban segregados en etnias o razas. La población eurodescendiente -la etnia afrikáner o bóer y los descendientes de colonos británicos- era la única que gozaba de derechos políticos. Los miembros de las etnias nativas -xhosa, zulú, basuto, etc- no eran considerados sudafricanos, sino ciudadanos de alguna de las diez reservas territoriales establecidas por el gobierno central. Estas reservas -que recibían el nombre de bantustán- fueron creadas bajo el gobierno de Hendrik Verwoerd (1958-1966) con la finalidad de alojar en ellas a la población "no blanca".
Aun cuando este régimen de segregación racial era favorable a los afrikáneres, siempre hubo sectores marginados del poder político dentro de esta etnia. Prueba de ello es la Rebelión del Rand (1922), una revuelta de mineros "blancos" que fue brutalmente reprimida por el ejército. Para amansar a los proletarios bóeres, el Estado racista sudafricano les garantizaba empleo, beneficios sociales y una vivienda subsidiada.
No sólo entre los afrikáneres hay antagonismo de clases, sino también entre las etnias nativas. Fue la burguesía "negra" la que encabezó la lucha contra el Apartheid, régimen segregacionista que llegó a su fin en 1994, cuando Nelson Mandela -líder del Congreso Nacional Africano- ganó las primeras elecciones presidenciales en que participó la población nativa. Zondwa Mandela -nieto del primer presidente "negro" de Sudáfrica- y Khulubuse Zuma -sobrino de Jacob Zuma, el mandatario actual- forman parte de Aurora Empowerment Systems, una de las empresas propietarias de la mina aurífera de Modder East. Dicha compañía ha sido reiteradamente acusada de explotar y negar las condiciones apropiadas de empleo a los trabajadores.
La llegada del CNA al poder sólo significó la renovación de la burocracia sudafricana. Aunque se puso fin a la segregación racial, los conflictos étnicos continúan. Los "blancos" -especialmente los afrikáneres- denuncian "discriminación inversa" por parte de las autoridades actuales. En la red, abundan los videos sobre la difícil relación entre las “razas” de Sudáfrica. Particularmente, me ha llamado la atención un video en el que entrevistan a una mujer afrikáner que vive en la pobreza. A continuación reproduzco sus palabras:
«Estamos luchando por nuestro idioma, estamos luchando por trabajo, entonces mi sentimiento es que lo único que hacemos es luchar todo el tiempo para sobrevivir»
Una vez más, la burguesía pone en práctica el viejo principio "divide y vencerás". En Sudáfrica, existen movimientos políticos que propugnan la autodeterminación del pueblo afrikáner. Entre ellos, podemos mencionar al Frente de la Libertad, el cual propone el establecimiento de un territorio exclusivo para la población bóer.
Los proletarios debemos evitar caer en el Nacionalismo, una trampa de la burguesía para dividir a nuestra clase. El capitalismo refuerza las diferencias preexistentes -étnicas, nacionales, religiosas, etc.- y crea otras nuevas -políticas, económicas ("aristocracia obrera" vs obreros que viven en la miseria), etc.-. Es imperioso promover la conciencia de clase frente a cualquier otro tipo de "identidad".
La experiencia sudafricana confirma que «la historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases».
[1] El texto del compañero complementa y refuerza nuestro artículo Matanza en Sudáfrica: la burguesía lanza a sus sindicatos y su policía contra la clase obrera, ver https://es.internationalism.org/node/3453 [200]
[2] El Gremialismo es una corriente de pensamiento de la Derecha chilena que propugna la “despolitización” de los “grupos intermedios”. Para conocer con más detalle a esta ideología, recomiendo ver el documental suizo “Chile: orden, trabajo, obediencia” de 1977.
[3] [Nota de la CCI] UDI, Unión Democrática Independiente; RN, Renovación Nacional, ambos son partidos de derecha chilenos
Ante la bárbara matanza de trabajadores en Sudáfrica declaramos nuestra INDIGNACION y nuestra SOLIDARIDAD con los trabajadores. Se trata de un baño de sangre perpetrado por un gobierno que tiene todos los parabienes de las fuerzas "progresistas", por lo que reafirmamos alto y claro que TODA LA BURGUESIA sea cual sea el color con el que se disfrace -de izquierdas, de derechas, de "liberación nacional"- es ENEMIGA ACERRIMA del proletariado y de todos los explotados.
El 16 de agosto, en las minas de Marikana, al noroeste de Johannesburgo, 34 personas cayeron bajo las balas de la policía sudafricana que dejó heridas a otras 78. Varios centenares de manifestantes fueron también atacados. Inmediatamente, imágenes insoportables de ejecuciones sumarias dieron la vuelta al mundo. Pero, como siempre, la burguesía y sus medios de comunicación, escondieron la naturaleza de clase de esta huelga, reduciéndolo a la sórdida guerra que se está llevando a cabo entre los dos principales sindicatos del sector minero, jugando la vieja carta del “demonio del apartheid”.
A pesar de la inversión de varios cientos de miles de millones de euros para apoyar la economía, el crecimiento es lento y el desempleo masivo ([1]). El país ha basado parte de su riqueza en la exportación de minerales como cromo, oro, platino y diamante. Sin embargo, este sector, que representa aproximadamente el 10 % del PIB nacional, el 15 % de las exportaciones y más de 800 mil empleos, sufrió una fuerte recesión en 2011. La cotización del platino, del cual Sudáfrica posee el 80 % de reservas del mundo, se derrumba desde comienzo de este año.
Las condiciones de vida y de trabajo de los mineros, ya de por sí particularmente penosas, se han deteriorado fuertemente: pagados con salarios miserables, alojados en cuchitriles, permanecen a menudo 9 horas en el fondo de las minas sobrecalentadas y asfixiantes, y son ahora los que sufren los despidos, los paros de producción y el desempleo. Sudáfrica ha sido así escenario de muchas huelgas. En febrero, la mina de platino más grande del mundo, operada por Impala Platinum, ya había sido paralizada durante seis meses por una huelga. El gobierno dirigido por el Presidente Zuma , sucesor del emblemático Nelson Mandela, ha querido atajar esta dinámica, de acuerdo con los sindicatos. Porque el desarrollo de las luchas en Sudáfrica participa plenamente de las reacciones de la clase obrera internacional, ante la crisis mundial
En este contexto el 10 de agosto 3000 mineros en Marikana decidieron parar el trabajo para reclamar salarios decentes: “Somos explotados, ni el gobierno ni los sindicatos han llegado en nuestra ayuda [...] Las empresas mineras hacen dinero gracias a nuestro trabajo y no nos pagan casi nada. No podemos tener una vida digna. Vivimos como animales a causa de los salarios de miseria” ([2]). Los mineros inmediatamente comenzaron una huelga salvaje a la cual se unen dos sindicatos, la Unión Nacional de Mineros (NUM) y el Sindicato de la Asociación de Mineros y de la Construcción (AMCU), que se van a enfrentar violentamente para defender sus recíprocos intereses encerrando a los obreros en la trampa del enfrentamiento con la policía.
El NUM es un sindicato completamente corrupto y subordinado al poder del Presidente Jacob Zuma. El compromiso abierto de este sindicato y su apoyo sistemático al partido en el poder, el Congreso Nacional Africano (CNA), ha terminado por desacreditarlo ante los ojos de muchos trabajadores. Esta pérdida de crédito ha llevado a la creación de un sindicato dentro de sus propias filas con un discurso más radical: el AMCU.
Pero al igual que el NUM, el AMCU no se preocupa tampoco por los mineros: después de una campaña de reclutamiento físicamente muy agresiva, el sindicato aprovechó la huelga para permitir que sus grupos de choque pelearan con los del NUM. Resultado: diez muertos y varios heridos entre los mineros. Pero, más allá de la guerra de territorio, estos altercados intersindicales permiten intervenir a las fuerzas del orden para provocar un nuevo baño de sangre y dar un ejemplo para frenar la dinámica de la lucha de los trabajadores.
En efecto, después de varios días de enfrentamiento, Frans Baleni, Secretario general del NUM, hizo una buena jugada al llamar al ejército: “Hacemos un llamamiento para el despliegue de emergencia de las fuerzas especiales o de las fuerzas armadas de Sudáfrica antes de que la situación esté fuera de control” ([3])... ¿y por qué no un ataque aéreo sobre la mina, señor Baleni? Pero la trampa ya estaba tendida a los trabajadores. Al día siguiente, el Gobierno envió miles de policías, vehículos blindados y dos helicópteros (!) para “restablecer el orden”, ¡el orden burgués, por supuesto!
Según varios testimonios que, dada la reputación de las fuerzas de represión sudafricanas, son probablemente auténticos, la policía se tomó su tiempo para provocar a los mineros disparando sobre ellos con balas de goma y cañones de agua, lanzando gas lacrimógeno y granadas incapacitantes bajo el falso pretexto de que los huelguistas tenían armas de fuego.
El 16 de agosto, por supuesto, vista la fatiga y excitación alimentadas por los “representantes sindicales” que habían –feliz coincidencia de circunstancias– desaparecido repentinamente, algunos mineros irritados se atrevieron a “cargar” (sic) contra los policías con palos. ¿Cómo? ¿La chusma vil “carga” contra las fuerzas del orden? ¡Qué insolencia! ¿Pero que podrían hacer miles de policías con sus armas de fuego, sus chalecos antibalas, sus vehículos blindados, sus cañones de agua, granadas y sus helicópteros frente a una horda de 34 salvajes que “cargan” con palos? Disparar al montón... “para proteger sus vidas” ([4]).
Y esto da como resultado las imágenes absolutamente repugnantes, insoportables y monstruosas que conocemos. Pero, si la clase obrera no puede sino expresar su indignación ante tal barbarie, debe comprender que la difusión de estas imágenes también tenía por objetivo engañarnos subrayando que los trabajadores de los países “verdaderamente democráticos” tienen la oportunidad de marchar “libremente” detrás de sus banderas sindicales. También es una advertencia implícita arrojada frente a todos aquellos que en el mundo se atreven a dirigirse contra la pobreza y el sistema que la genera.
Inmediatamente después de la masacre, se alzaron voces por todo el mundo para denunciar el “demonio del apartheid” y multiplicar las declaraciones formales. La burguesía ahora quiere dar al movimiento una dimensión mistificadora desplazando el cuestionamiento hacia problemas étnicos y nacionalistas. Julius Malenna, expulsado del CNA en abril, se trasladó periódicamente a Marikana para denunciar a las empresas extranjeras, reclamar la nacionalización de las minas y la expulsión de “grandes terratenientes blancos”.
Haciendo gala de la hipocresía más grosera, el Presidente Jacob Zuma declaró a la prensa: “tenemos que revelar la verdad sobre lo que ocurrió aquí, por eso he decidido establecer una Comisión de investigación para descubrir las verdaderas causas de este incidente”. La verdad es ésta: la burguesía intenta engañar a la clase trabajadora para ocultar la lucha de las clases bajo la falsa explicación de la lucha entre razas. Pero ese engaño es un poco insulso: ¿no fue un gobierno “negro” el que respondió a la convocatoria de un sindicato “negro” desplegando su policía? ¿No es acaso un gobierno “negro” el que ha hecho todo esfuerzo legislativo para mantener a los mineros en indignas condiciones de vida? ¿No es un gobierno “negro” el que emplea a oficiales de la época del apartheid y vota las leyes que autorizan a “disparar a matar”? Y este gobierno “negro”, ¿no ha salido de las filas del CNA, el Partido liderado por Nelson Mandela, célebre en el mundo entero como campeón de la democracia y la tolerancia?
En la noche del 19 al 20 de agosto, esperando sacar ventaja, la dirección de Lonmin, una empresa que explota la mina, ordena a los “3000 empleados en huelga ilegal regresar al trabajo para el lunes 20 de agosto, de lo contrario se enfrentarán a un posible despido” ([5]). Pero la ira y las condiciones de vida de los mineros son tales que dirigen una negativa explícita a la dirección, prefiriendo exponerse a los despidos: “¿Es que despedirán también a los que están en el hospital y la morgue? De todos modos, es mejor que nos pongan a la puerta porque aquí se sufre. No van a cambiar nuestras vidas. Lonmin se burla de nuestro bienestar, hasta ahora se han negado a hablar con nosotros, nos enviaron a la policía a matarnos” ([6]). Mientras que Lonmin debía recular rápidamente, el 22 de agosto la huelga se extendía, con las mismas reivindicaciones, a varias minas operadas por Royal Bafokeng Platinum y Amplats.
En el momento en que escribimos estas líneas, es todavía imposible saber si las huelgas se desplazaron hacia un terreno de conflictos interraciales o continuaron expandiéndose. Pero, lo que mostró explícitamente la masacre de Marikana es la violencia de un Estado democrático. Negros o blancos, los gobiernos están dispuestos a todas las masacres contra la clase obrera.
El Genérico, agosto 2012
[1]) La tasa de desempleo ascendió oficialmente a 35.4 % al final del año 2011.
[2]) Citado en Le Monde del 16 de agosto de 2012.
[3]) Comunicado del NUM del 13 de agosto de 2012.
[4]) Declaración de la policía después de la masacre.
[5]) Comunicado de Lonmin el domingo,19 de agosto de 2012.
[6]) Citado por www.jeuneafrique.com [227], 19 de agosto de 2012.
Una compañera ha escrito una serie de textos sobre la situación de la lucha de clases en España y sus perspectivas. Cargamos los textos con la intención de que se suscite un debate
Hemos recibido de la compañera Aurora Despierta 5 documentos donde hay reflexión, aportes y propuestas sobre la situación actual del capitalismo y la lucha del proletariado. La compañera defiende posiciones claramente revolucionarias aunque no compartimos todo lo que dice. Sin embargo, conforme a nuestra orientación, acogemos en nuestra Web, textos y contribuciones, los cuales aportan elementos para la lucha proletaria, alimentando un debate entre sus minorías más comprometidas.
Los textos de la compañera son bastante extensos y queremos comprender bien todo lo que defiende para no caer en interpretaciones erróneas que dificultarían la discusión. De ahí que la respuesta que nos proponemos realizar nos tomará un tiempo porque no queremos precipitarnos, ir a las cuestiones centrales y favorecer así un verdadero debate.
Entre tanto, invitamos a quien lo desea a participar en el debate, exponiendo los puntos de vista que le sugieran las contribuciones de la compañera.
No necesitamos Cortes Constituyentes, ni referéndum de CCOO-UGT, sino avanzar en unificar las luchas, hacer fracasar la estrategia del capital español y europeo (Reforma Laboral, Pacto, Tratado, Ley de Estabilidad, y otras), que ningún otro gobierno ni Cortes tomen el relevo en esa política
Me informan de que la Plataforma ¡En Pie! mantiene su convocatoria y en sus términos, pese a las reuniones e intentos por reconducirla. Aunque no puedo enterarme de más, saco del cajón este texto. Ya no caben más contemplaciones ni esperas con la Plataforma A los Pies del capital.
La Plataforma ¡En Pie!, por medio de internet, ha lanzado un Manifiesto llamando a rodear el Congreso de los Diputados, en Madrid, el día 25 de septiembre, a fin de provocar la dimisión del Gobierno del PP, del Rey, la disolución de las Cortes y la convocatoria de Cortes Constituyentes para elaborar una nueva Constitución, y satisfacer determinadas reivindicaciones. Tras su aparente radicalidad y populismo, tras el atajo, se esconde una trampa. La clase trabajadora no tenemos por qué estar eligiendo entre esta convocatoria aventurera y antiobrera o el sabotaje a la lucha de CCOO y UGT. [Para ver bien el cartel de la imagen: clic sobre ella. Situarse encima, ratón derecho: “Abrir imagen en nueva pestaña” o “Ver imagen” o Copiar o Guardar]
Enterada por el programa “Al rojo vivo” de la 6ª tv, me han pasado el Manifiesto de la Plataforma y poco más. Es suficiente. Antes de entrar de lleno a analizar sus propuestas (Cortes Constituyentes, etc.), quiero hacer unas observaciones que ayudarán a entender mejor de qué se trata y mi actitud.
No se puede convertir en progresista o revolucionario lo que en sus fundamentos es reaccionario aunque aparente lo contrario, como demostraré. Un movimiento de la clase trabajadora con confusiones se puede superar más allá de su planteamiento inicial. Pero no lo que desde su inicio es una iniciativa aparentemente pequeño burguesa que pertenece al campo de la burguesía y es una amenaza para los trabajadores/as, tanto mayor cuanta más gente confusa quede atrapada en sus redes porque está furiosa y quiere “hacer algo”. Hay que rechazarla, no pretender modificarla y llevarla más lejos. No la necesitamos para nada, podemos impulsar nuestro movimiento. No corramos el riesgo de caer en una trampa. No hay razón para acudir al 25-S. La lucha que nos llevará a la victoria es de corredor de fondo y contra otros objetivos. No nos dejemos llevar por la impaciencia y los falsos atajos que favorecerían nuestra derrota.
En una primera lectura, la indignación y la denuncia de la situación actual recogida en sus dos primeros párrafos, puede dar el pego, aunque no se puede tratar a todas las fuerzas políticas por igual, acusándolas a todas de “enriquecimiento desmedido e ilícito”. Pero cuando lees todo el Manifiesto, te das cuenta de que es un cebo demagógico y populista para que caigamos en la trampa. Porque los intereses que defienden no escapan de los de la burguesía, como lo demuestran sus propuestas. En sus denuncias y objetivos, a pesar de la aparente radicalidad de la exigencia de Cortes Constituyentes, están incluso por detrás de los más conciliadores sindicatos. Y explico y demuestro por qué.
Unos trabajadores/as con una elemental conciencia de clase, y una mínima base teórica socialista (no significa miliar en ningún partido, y menos en el PSOE), nunca habrían escrito este Manifiesto. Unos trabajadores/as se habrían presentado como trabajadores/as y dirigido su llamamiento sobre todo a sus compañeros/as de clase, distinguiéndose de otros ciudadanos como la burguesía y sus servidores en el Estado (partidos políticos burgueses, alta burocracia, militares, policías). Es muy llamativo y revelador que en el Manifiesto no figuren ¡ni una sola vez! las palabras “trabajadores”, “clase”, “huelga”. Aunque exigen “La derogación inmediata de los recortes y de todas las reformas en contra del estado de bienestar”, la contrarreforma laboral no es exactamente un recorte, ni parte del “Estado de bienestar”, y en todo caso, ningún trabajador/a se habría olvidado de mencionarla expresamente como una gravísima agresión contra nuestra clase a favor de todos los burgueses, sean grandes, medios, pequeños o micros. ¿No será porque los autores del Manifiesto tienen afinidades, cuando menos, con los empresarios micros y pequeños?
Un trabajador/a con una mínima conciencia sabe que los ataques le vienen también de la Unión Europea del Capital, de una estrategia común de toda la burguesía (pactos, tratados, condiciones, rescates) y del papel del Banco Central Europeo. Pero no encontraréis ni una palabra sobre esto, porque no quieren que hagamos fracasar esa ofensiva estratégica, ni nos unamos los trabajadores/as europeos.
Un trabajador/a mínimamente consciente pondrá en el centro de sus denuncias al sistema capitalista, al régimen asalariado del trabajo, y al Estado burgués que lo protege, en lugar de a “los políticos” (a bulto), como rezuma este Manifiesto. Meterse con “los políticos” pero no cuestionar para nada el trabajo asalariado, y ver, como la Plataforma, en el Estado burgués ¡la solución! a los problemas (¡cuando es parte fundamental del problema!), es de lo más burgués y puede llevar a derivas antidemocráticas.
Un trabajador/a consciente no ataca a los banqueros, etc., por su “avaricia”, sino al capitalismo en su conjunto (financiero, agrario, extractivo, industrial, comercial...), por su propia dinámica de funcionamiento basada en la acumulación, en forma de capital, de trabajo no pagado o plusvalía, que hace que la explotación sea inevitable haya más, menos o ninguna avaricia en el burgués. En este Manifiesto, nos encontramos con referencias a los “mercados”, el “poder económico”, la “oligarquía intocable”, la crisis considerada sólo en términos de “estafa”, o de “pretexto” para las agresiones, “la avaricia de los grandes intereses”, la acusación genérica a “banqueros, políticos y empresarios”, pero no al capitalismo y su funcionamiento inevitable.
Un trabajador/a consciente sabe que es precisamente el Estado burgués el encargado hoy de desmantelar el “Estado de bienestar” (los gastos sociales, funcionarios y empleados) como parte de la estrategia conjunta de la burguesía española y europea de abaratar al máximo los costes salariales y sociales de la clase trabajadora y sectores populares, a fin de preservar mejor sus ganancias. Para ello se sirven entre otros del Pacto de Estabilidad y Tratado de Estabilidad de la UE y la Ley de Estabilidad con fecha tope de 2020. Por tanto la solución no puede venir del Estado burgués, sino de la lucha de los trabajadores/as como clase capaz (huelgas, etc.) de derrotar esa estrategia de la burguesía, comprendiéndola a fondo, y derogando sus tijeras y hachas (Pacto, Tratado y Ley de Estabilidad, y derivadas). El Estado tiene una naturaleza de clase burguesa, para proteger el capitalismo, poniendo algo de orden en sus disputas y descarríos, sirviendo de garrote contra los trabajadores/as, y en las luchas contra las burguesías de otros estados (guerras). Pero la Plataforma pretende que el problema del Estado no es intrínseco a su propia naturaleza, sino que esté manipulado por esos sectores como si pudiese ser realmente de otra manera y estar al servicio de la “soberanía popular”, por lo que la solución vendría a través del Estado burgués con una nueva Constitución y representación electoral en las Cortes. Un trabajador/a consciente ve la solución definitiva en la superación del capitalismo y el desmantelamiento de su Estado, no en quitar o poner a unos políticos y hacer nuevas Cortes burguesas, ni en palabras lindas y brindis al sol “por una Sociedad más justa”, “reparto equitativo de la riqueza”, etc., que no son más que un camelo capitalista
Para llegar a la mayoría no se necesita el discurso burdamente populista del Manifiesto. Tal discurso responde a unos intereses de manipulación de masas. Se puede tener un discurso y utilizar un lenguaje al alcance de la mayoría, que sin embargo sea la expresión de un pensamiento social y políticamente profundo y de verdad progresista y revolucionario, y aquí, desgraciadamente, no hay ni lo uno ni lo otro.
Sin embargo, en este Manifiesto, sólo encontramos el más bajo, demagógico y adulador populismo ciudadanista (“nosotros, personas comunes”, “gente común”, “ciudadanos”), dirigiéndose a “toda la ciudadanía” sin distinción de clases; las ilusiones, mitos y fantasías de la clase media radicalizada, de la pequeña burguesía, es decir, sobre todo, supongo, de los profesionales titulados y universitarios que se ven maltratados por el capitalismo, con sueldos bajos, en paro o debiendo emigrar (como en los años 50 y 60 del siglo pasado, los campesinos, trabajadores/as asalariados de baja cualificación o represaliados), pero que siguen depositando sus esperanzas de promoción en papá Estado burgués una vez hecha la limpieza de los actuales políticos.
El populismo y la superficialidad de sus planteamientos, delatan su interés por ocultar las causas profundas de la grave situación y su dinámica, que se encuentran en la naturaleza del capitalismo, en el régimen asalariado del trabajo, en su decadencia histórica, de su crisis actual y de su futuro y de quiénes son los que pueden construir otra civilización: la clase trabajadora. Su anticapitalismo y anti-neoliberalismo son un camelo porque ¡ni mencionan a los trabajadores! Un diagnóstico del todo equivocado, da lugar a remedios peligrosos. Denuncian estafas y fraudes pero no la “estafa” primordial, la del trabajo no pagado como origen de la ganancia gracias al régimen asalariado del trabajo, tal vez porque aspiren a ser “emprendedores”, micro o pequeños empresarios. Pero pretenden haber descubierto las “raíces tan profundas” y plantean unas exigencias que no pasarían de ser como el pastoreo del ganado que come la hierba pero deja sus raíces, de modo que las hierbas (malas en este caso) brotaran con fuerza renovada.
Si Marx y Engels, en su Manifiesto Comunista, parten de y responden a los intereses internacionales de la clase trabajadora y con ella los de la Humanidad; los de Plataforma ¡En Pie!, en su Manifiesto, parten de los pequeños burgueses radicalizados con una perspectiva nacional y, sean o no conscientes de ello, responden a los intereses de la burguesía española y del resto de la Unión Europea, contra la clase trabajadora, como demostraré.
La Plataforma ¡En Pie! no pretende sólo la dimisión del Gobierno, sino la disolución de las Cortes y un nuevo proceso constituyente. Las referencias a las soberanía popular, etc., pueden sonar muy bien, pero son profundamente engañosas. La vida social y política no se mueve según nuestros deseos y discursos, sino según una “leyes” propias de la lucha de clases. Supongamos, y ya es demasiado suponer, que se disolviesen las Cortes y se llamase a un proceso constituyente. ¿Quién constituiría? ¿La voluntad del pueblo, de toda la ciudadanía? ¿Acaso no son ciudadanos y de mil maneras influyentes –poderoso caballero es don dinero– los directivos y propietarios de los grandes paquetes de acciones de los bancos, de las industrias del automóvil, química, armamento, construcción, de las cadenas comerciales, de las fincas agrarias, de las flotas pesqueras, etc.; y dándoles la mano, los altos burócratas del Estado, jueces, generales, jefes de policía, etc.? La sociedad tiene un carácter de clase bien claro: es el capitalismo, basado en el régimen asalariado del trabajo, por el que una clase (la burguesía) se apropia del trabajo no pagado de otra (la clase trabajadora o proletariado) y el Estado que inevitablemente surge de ella protege esta “estafa”. Si no luchas contra el capitalismo y no quieres que la sociedad sea un auténtico caos, debes preservar su funcionamiento. Esto, unido al poder e influencia de la burguesía, se traduce en que el poder constituyente no está en manos del “pueblo”, sino del capitalismo, de la burguesía. Además, tiene el Ejército y la policía, que por su extracción social, organización, disciplina de cuerpo, función e ideología, se identifica y protege los valores del capitalismo, y tiene como su finalidad mantener este orden social. Por eso la Transición resultó lo que resultó, por mucho que desde cierta “extrema izquierda” se reclamase una Asamblea Constituyente más rupturista con el franquismo, pero burguesa, para la que ni siquiera existía la debida correlación de fuerzas porque la burguesía, entre derecha e izquierda, se había decidido por la transición pactada.
Por si fuera esto poco, están los partidos políticos de la burguesía, que bien podrían transformarse camaleónicamente en otros. Y por diferentes que sean, por mucha reforma electoral que se haga de modo que a la izquierda más a la izquierda se le reconozca la representación en votos que tiene, el papel del Estado de gestión de esta sociedad, bajo la presión de “los mercados”, hará que releven al PP en llevar adelante el programa de la burguesía española que es también de la Unión Europea: contrarreforma laboral, Pacto, Tratado y Ley de Estabilidad, que suponen derrotar para esta década a los trabajadores/as, abaratarnos y empobrecernos con la reducción de los salarios, el poder totalitario de la patronal en la empresa, y el desmantelamiento efectivo del “Estado de bienestar”.
Las Cortes Constituyentes sólo responde a las pretensiones de unos pocos, para pasar de la Monarquía o a no se sabe bien qué. En cualquier Constituyente, teniendo en cuenta la permanencia del capitalismo y de su Estado burgués (bajo régimen franquista, monárquico constitucional, republicano, presidencialista caudillista…), quien constituye no es “el pueblo”, menos la clase trabajadora, sino quien tiene de verdad el poder para constituir, quien constituye el poder fáctico real, la burguesía con su dominio de los medios de producción, lo que garantiza por el monopolio de las armas a través de los ejércitos y policías. Y quien lo niegue, o es un completo ignorante de la historia real, o un mentiroso.
Para colmo, lo único de verdad organizado y con poder son los partidos políticos que defienden el capitalismo, sea en su versión neo-liberal y cada vez más demo-ultraderechista (PP) o keynesiana de izquierda (Izquierda Unida) o intermedia (el PSOE), y unos sindicatos serviles al capital o que tienen las limitaciones del sindicalismo que los convierten en obstáculos para avanzar en la lucha. Ahora Izquierda Unida (Llamazares, Sánchez-Gordillo) ven con buenos ojos el 25-S (la 6ª tv), sobre todo porque con unas reformas tendrían mayor representación parlamentaria y no importándoles la trampa y los riesgos que supone. Movimientos plurales e interclasistas, con alguna posibilidad de evolución contra el capitalismo, como el 15-M, para nada se pueden equiparar a lo que podría ser un movimiento autoorganizado en base a las asambleas y sus coordinadoras de la clase trabajadora en lucha generalizada por sus reivindicaciones contra el capitalismo y por hacer fracasar la estrategia de la burguesía para derrotarla antes de 2020.
Pretenden hacernos creer los de la Plataforma que son muy listos, que la burguesía y los políticos a ellos no les engañan, y quieren hacernos tragar lo que ellos ya se han tragado: el cebo de la “verdadera democracia”, la “soberanía popular”, el “trabajo justamente remunerado”, el “derecho al trabajo”, con el anzuelo de la democracia burguesa, el Estado burgués, el capitalismo, el explotador régimen asalariado del trabajo. En vez de ir a la raíz y centrarnos en lo que de verdad nos conviene, desviarnos, desperdiciar fuerzas y tiempo mientras la burguesía nos derrota antes de 2020 y tal vez por décadas.
Los partidos se alternan en el gobierno (hoy PP, mañana PSOE u otro), el régimen cambia (franquismo, monarquía constitucional, república, fascismo), pero el Estado burgués permanece (burocracia, jueces y fiscales, cárceles, ejército, policía…), para garantizar la continuidad del régimen asalariado del trabajo (cada vez peor), que otorga a la burguesía su poder en base al trabajo no pagado.
Los convocantes creen y/o quieren hacernos creer que con una nueva Constitución y Cortes, se podrán solucionar los problemas de los trabajadores/as. Estoy de acuerdo con la “derogación inmediata de los recortes y de todas las reformas en contra del estado de bienestar”. Pero lograr estos objetivos no pasa por unas Cortes Constituyentes ni nuevas elecciones, sino por el fortalecimiento de la clase trabajadora contra la estrategia de la burguesía española y europea, plasmada en la contrarreforma laboral, el Plan, el Tratado y la Ley de Estabilidad, y demás leyes y medidas, para hacerla fracasar con las huelgas y derogarlas, y para ello avanzar en la dirección de la unidad de los trabajadores/as europeos contra esa estrategia conjunta de la burguesía europea. El fortalecimiento de la clase trabajadora y debilitamiento de la burguesía nunca pasará por las alturas, por las instituciones del Estado burgués, sino por abajo, en los centros de trabajo y en la calle, desarrollando la autoorganización y las reivindicaciones de los trabajadores/as, no de los pequeños burgueses desesperados por alcanzar alguna cuota de poder.
Una vez dimitido el PP, y ya que todos los partidos del parlamento son unos impresentables según la Plataforma, con unas nuevas elecciones ¿qué gobierno saldría? ¿un gobierno de concentración de esos partidos? ¿un gobierno con un “tecnócrata” como presidente que ni siquiera habremos elegido? ¿para llevar exactamente qué política? Porque si los partidos incumplen sus promesas electorales, lo mismo ocurrirá con las promesas de este “proceso Constituyente” si es que no tienen ya preparado algún “programa oculto” más siniestro. Sin duda su eje será derrotarnos cuanto antes, con el tope de 2020.
Esta consigna de Cortes Constituyentes puede volver a surgir por iniciativa de partidos reconocidos de la burguesía en el caso de que la crisis del Estado se profundice tanto que, con objeto de “echar un hueso” a los trabajadores/as y sectores populares para que nos entretengamos con él, y de reorganizar sus fuerzas, les convenga realizar cambios institucionales importantes; cambiar lo secundario para que permanezca lo principal, y así asegurar mejor la continuidad de su poder. El Plan B para derrotarnos.
Por mucho que estos pequeños burgueses lo crean, no hay atajos, “trucos de magia potagia”, en la lucha de clases. Los atajos, “la definitiva movilización”, no existen, y demuestran la profunda ignorancia sobre la naturaleza y dinámica de la lucha política en la sociedad de clases en el capitalismo decadente y con las necesidades que tiene el gran capital ante todo de derrotar a la clase trabajadora para 2020.
Los trabajadores/as debemos recomponer nuestra unidad, autoorganización asamblearia y conciencia como clase y fuerza social revolucionaria. Y esto es una labor en profundidad, de corredor de fondo, a veces muy discreta, poco visible, sin efectismos ni espectacularidades, por una vía que no debe dar crédito a las encerronas y los timos que plantean los pequeños burgueses y la burguesía, ni tampoco a sus provocaciones para conseguir una aceleración de la derrota de los trabajadores/as. Porque la lucha, para triunfar, va a ser prolongada; primero hay que salvar hasta 2016 (finales de 2015 término legislatura PP) y 2020 (Ley de Estabilidad) y mirando hacia los 30 con su tremenda crisis. La pequeña burguesía, a diferencia del movimiento de los trabajadores/as asalariados, no puede tener un proyecto propio de sociedad que sea diferente del capitalismo y por eso, en su desesperación, se precipitan y juegan todo a una carta, pero quieren que la carne de cañón la pongamos nosotros.
¿Quieren un verdadero proceso constituyente y que los electos a las instituciones representativas no tengan privilegios y sean revocables en cualquier momento? No será por unas Cortes Constituyentes del Estado burgués, sino por un proceso revolucionario encabezado por la clase trabajadora, para desmantelar el capitalismo y su Estado, e instaurar una nueva civilización, sin régimen asalariado del trabajo, sin explotación, organizada sobre todo a partir de los Consejos de Trabajadores, en base a procesos asamblearios. Este es el único proceso constituyente por el que vale la pena prepararse para luchar y el único del que de verdad cabe esperar soluciones a los problemas llegando hasta la raíz de los mismos.
Pero estos pequeños burgueses no se plantean avanzar hasta ahí, sino cortarnos el camino, porque ven su salvación en el Estado burgués. Con las Cortes Constituyentes y ascendidos al poder los políticos que ellos impulsarán, muchos de los promotores de esta iniciativa se olvidarán de las reivindicaciones que hoy plantean, porque ya no serán los “ingenuos y soñadores” de hoy, se harán “mayores”, “madurarán”, serán “responsables”, “realistas”, y abandonarán las “utopías” que antes defendieron, y lo harán, con la ayuda de la policía y el Ejército, contra los trabajadores/as que quieran de verdad solucionar los problemas. Oiremos de su boca el discurso mentiroso que hoy nos lanza el PP “no nos gusta, no es lo que quisiéramos, pero no hay remedio, es lo que debemos hacer”.
Estoy de acuerdo en que debemos conseguir la dimisión del gobierno, pero no tendrá ningún valor si no es porque estamos comprendiendo bien, desgastando, debilitando, haciendo fracasar la estrategia conjunta de la burguesía española y europea, es decir, echando abajo su contrarreforma laboral, de jubilaciones, sus Pacto, Tratado y Ley de Estabilidad y demás leyes, porque de lo contrario harán cambios para darnos gato por liebre y cualquier gobierno que les suceda les relevará en esa política. Y para eso necesitamos un largo proceso de huelgas, unificándose, extendiéndose y HG de verdad.
Es justo exigir una reforma fiscal y la derogación de la “amnistía fiscal”, pero si no queremos caer en ilusiones engañosas debemos entender por qué el Estado ni siquiera persigue a fondo el fraude fiscal que sólo de las grandes empresas supone unos 50.000 millones de euros al año y ¡equivale al déficit anual del Estado!. ¿No será porque en las condiciones actuales, el gran capital requiere que se le toque lo menos posible la tasa de ganancia que se vería algo reducida si desapareciese el fraude fiscal y se hiciese una reforma progresiva de la fiscalidad? Porque la cuestión está en a dónde va la plusvalía, el trabajo no pagado, si a las cuentas de la empresa, los bolsillos del empresario o al Estado y vía transferencia en los gastos sociales, encareciendo (para el capital) el coste de mantenimiento de la clase trabajadora. Y la burguesía, empujada por la crisis del capitalismo, ya tiene la estrategia de abaratarnos vía el Pacto, Tratado y Ley de Estabilidad, que son muy rigurosos en el establecimiento de límites de déficit y deuda (a costa de los gastos sociales en la práctica), pero no dan ninguna prioridad a la lucha contra el fraude fiscal y menos a una reforma progresiva de la fiscalidad. Así que si en algún momento se puede conseguir esa persecución y reforma será porque deben hacer una concesión al estar nosotros haciendo fracasar la Ley de Estabilidad, cuestionando por tanto el Tratado de Estabilidad de la UE del que es hija, y el recorte a los salarios y gastos sociales. Pero nuestro objetivo final no es una mayor transferencia de la plusvalía a los trabajadores/as en gastos sociales vía Estado, sino acabar con la producción de plusvalía y por tanto su apropiación por el capital, esto es, suprimir el régimen asalariado del trabajo.
La auditoria de la deuda pública es una reivindicación justa, pero otra ilusión de quienes sueñan con una solución nacional a la crisis. La reforma del artículo 135 de la Constitución, con la iniciativa del PSOE en el gobierno y el apoyo del PP (agosto y septiembre de 2011), ha establecido claramente que el pago de la deuda tiene prioridad absoluta sobre cualquier otro gasto del Estado (o sea, los sociales y salariales) y que no se discute si se ha aceptado al constituirse, o sea, que de auditorias nada. Esta reforma de la Constitución lo ha sido en previsión del Tratado de Estabilidad de la Unión Europea que la mayoría de los partidos han ratificado el 21 de junio de 2012. Y la deuda ha sido blindada por la Ley de Estabilidad del 27 de abril. No son leyes meramente nacionales, sino que responden una vez más a la estrategia conjunta del capital español y europeo. Por tanto, exige una respuesta no sólo a nivel de España, sino de la unidad de los trabajadores/as europeos que también estarán afectados por sus propias leyes nacionales en aplicación del común Tratado de Estabilidad de la UE. En lugar de perder el tiempo pidiendo una auditoria que no van a hacer, lo que debe exigirse es la derogación de la Ley de Estabilidad, de la reforma del artículo 135 de la Constitución y, de la mano de trabajadores/as de Europa, del Tratado de Estabilidad ratificado, del que todas ellas son hijas obligadas. Una vez derogadas, derrotada la estrategia de la burguesía, tanto en España como en otros países euros, se podría proceder a la auditoria, porque la banca alemana, francesa, etc., ya no podría obligarnos a pagar toda esa deuda, porque tendría también la presión de sus propios trabajadores/as. Pero siendo importante, lo más importante no es la auditoria, sino unir y fortalecer a la clase trabajadora europea, hacer fracasar la estrategia para derrotarnos a todos (también alemanes) para antes de 2020, y entonces ya veremos el paso que más nos conviene dar. [Sobre el Tratado y Ley de Estabilidad, mi texto, desde el mencionado al final]
La creación de nuevos empleos depende de la correlación de fuerzas entre la clase trabajadora y la estrategia de la burguesía de abaratar los costes salariales y sociales, para lo cual necesita de una gran masa de paro que presione a la baja los salarios. Pero esto no depende sólo ni sobre todo de su voluntad, ni de nuestra presión, pues es una lacra intrínseca al capitalismo, al proceso espontáneo de acumulación de la ganancia, su crisis y decadencia, que seguiremos arrastrando con gran peso cuando menos durante la próxima década de los 20, como anuncian las previsiones del FMI y CES. No hay manera de reducirlo de forma notable si no se consigue un enorme cambio en la correlación de fuerzas entre la clase trabajadora y la burguesía y esto no ocurrirá tampoco gracias a ningunas Cortes, sino a la lucha de los trabajadores/as españoles cada vez más unidos con los de otros países intervenidos o no, contra la estrategia conjunta de la burguesía europea. Exige derogar la contrarreforma laboral que facilita y abarata los despidos individuales y masivos, y somete a los trabajadores/as a la dictadura de la patronal en la empresa. Pero aun así sería muy difícil, pues depende de la evolución del capitalismo y no tendrá una solución definitiva hasta que no acabemos con el régimen asalariado del trabajo. Por eso, en tanto, teniendo en cuenta que el desempleo no se va a resolver ni en meses, ni en uno, dos, ni cinco años, sino que en plena década de los 20 todavía tendremos como mínimo más dos millones de parados (los correspondientes a la construcción), debemos exigir una prestación por desempleo indefinida. El Manifiesto pretende una ilusoria solución al problema del paro, se refiere a la creación de empleo, pero no denuncia la contrarreforma laboral, ni llama a la lucha de los trabajadores/as por el stop a los despidos y contra el capitalismo mediante la huelga y las huelgas generales. Prefiere quedarse en discursos melifluos y brindis al sol que no llevan a nada. Su pánico a la clase trabajadora es tal que incluso aquí sólo se atreven a hablar de “la gente común” ¡patéticos!
Me parece justa la reivindicación de stop a todos los desahucios. La del parque de viviendas de alquiler social con las de los bancos y cajas ayudados con fondos públicos, choca contra las necesidades de la banca de sanearse cuanto antes vendiendo las viviendas, por lo que es imposible incluso con Cortes Constituyentes.
La Plataforma lanza estas reivindicaciones porque sabe que son brindis al sol, sobre todo si no hay una potente lucha de la clase trabajadora a la que precisamente rehuyen y ponen en riesgo. Y son un gancho pues dependerían de las Cortes Constituyentes, su más serio objetivo (tal vez ni siquiera el verdadero).
El eje que atraviesa todo el Manifiesto es: en lugar de centrarse en constituir una fuerza social en un proceso desde abajo, autoorganizado, dando el protagonismo a la clase trabajadora y sectores populares no explotadores, unificando las luchas, cambiando la correlación de fuerzas con la burguesía en las empresas, centros de estudios, barrios, creando lazos con los trabajadores/as europeos, lo que hace es impulsar un pseudo-proceso de “autoorganización” cuya finalidad no es más que subordinarlo para centrarlo todo en un proceso por arriba, y limitado a España, en las instituciones del Estado burgués, en las Cortes, pretendiendo que podemos hacerlas nuestras, en vez de reconocerlas como las garantes del capitalismo, como el instrumento de la burguesía para derrotarnos, aplastarnos y masacrarnos. Es más, un gobierno de izquierdas que pretendiese resistirse al capital, no tendría ninguna oportunidad si no hubiese previamente una clase trabajadora autoorganizada fuerte. No se puede construir la casa por el tejado. En lugar de liberarnos de ese moderno opio para el pueblo, pretenden engancharnos más a él. Esto no es anticapitalismo, ni anarquismo, ni leches en vinagre. Es un programa burgués, haciendo que esperemos del Estado burgués la solución a nuestros problemas, lo que refleja, en el mejor de los casos, las ilusiones propias de la pequeña burguesía. Pretenden “deconstruir” un régimen, pero sobre todo destruir la conciencia de clase (anticlases) de los trabajadores/as.
No existe para la clase trabajadora la solución nacional y a través de la “democratización” del Estado burgués a la crisis histórica del capitalismo y su deriva a peor. El aislamiento nacional será nuestra derrota (como en Grecia, etc.). Lo que necesitamos es una estrategia local y europea en una lucha prolongada para hacer fracasar la del gran capital español y europeo para derrotarnos antes de 2020 (a poder ser en la actual legislatura del PP). Nuestra esta estrategia pasa fundamentalmente por echar abajo, en Europa el Tratado de Estabilidad, y aquí su versión española, la Ley de Estabilidad, pues es la pieza central de su estrategia para derrotarnos antes 2020 y liquidar después el “Estado de bienestar” e impedir que pongamos límite al Cambio Climático.
En Euskadi y Navarra, los sindicatos nacionalistas ELA y LAB, más CNT, CGT y otros, han convocado Huelga General (HG) para el día 26 de septiembre. Lo mejor sería que se uniesen también CCOO y UGT como hicieron en la Huelga General del 29 de marzo. Por ello CCOO y UGT se vieron obligados a convocarla también para toda España el mismo 29 de marzo. Pero esta vez no están por la labor, y CCOO Euskadi pide a los convocantes que se echen atrás en aras de la “unidad”. Ahora CCOO y UGT pretenden retrasar y eludir todo lo posible la Huelga General (HG) con la convocatoria de un referéndum por el gobierno, y como se negará, con la realización de una consulta por los sindicatos. Proponen un referéndum cuando el único que necesitamos ya es la unificación de las luchas, la HG y la exigencia al Gobierno de dimisión.
Si CCOO y UGT son colaboradores con la burguesía y el Estado y saboteadores de la lucha a la hora de la verdad, la Plataforma ¡En Pie!, cae en el aventurerismo propio de la pequeña burguesía radicalizada, pero con un programa de hecho también antiobrero, incluso más que el de los sindicatos, porque ni atacan a la contrarreforma laboral y evitan como la peste las huelgas de los trabajadores/as.
Todavía no ha madurado ni la conciencia, ni la determinación de los trabajadores/as para llevar una lucha indefinida, mediante una oleada de huelgas, generales y sucesivas, para conseguir la retirada de las políticas antiobreras y antipopulares del gobierno, y la dimisión de cualquier otro gobierno que pretenda relevarle con ellas, buscando la confluencia con los trabajadores/as de otros países, como Portugal, Italia, Grecia, Irlanda, Francia... Una lucha que estaría muy equivocada si tuviese su meta en la exigencia de unas Cortes Constituyentes en el Estado burgués. Las luchas hay que hacerlas para ganar o perder lo menos posible, no para provocar que nos derroten por aceptar la batalla en un campo y términos que les favorecen a ellos, que es lo que hace la Plataforma y su Manifiesto.
El Gobierno de España no es una alcaldía a la que se pueda obligar a dimitir porque se concentren unos cuantos miles de vecinos cerca del Ayuntamiento. Por muchos que se reuniesen cerca de las Cortes, millones de personas apoyan al PP tanto en Madrid como en el resto del Estado y, sobre todo, los poderes fácticos (económicos, militares) tanto en España como en Europa, EEUU, etc. Otros partidos tampoco estarán por la labor, pues sentaría un peligroso precedente de cuestionamiento de las instituciones del Estado. Hay demasiado en juego como para dimitir así de fácil y, menos aun, gastar el cartucho del cambio de régimen que deben reservar para, en una situación más apurada, desviar la protesta.
El gobierno del PP está perdiendo apoyos incluso en sectores sociales que le han votado siempre, como determinadas capas bajas y medias del funcionariado, incluso de la policía, y de los pequeños empresarios y autónomos. Pero no es suficiente. Por sus actos, las denuncias y lucha de los trabajadores/as, debe desacreditarse más, perder más apoyos, verse más aislado, a la vez que lo hace la estrategia del conjunto de la burguesía española y europea, para que sea muy difícil un relevo de esa política por el PSOE o por cualquier otro gobierno o régimen, republicano o lo que sea.
La Plataforma ha estado dando vueltas y rectificando sobre lo que significa “ocupar”, “rodear” y a las formas pacíficas, la legítima defensa, etc. y han surgido sospechosas sobre su verdadera naturaleza, manipulación o intervención de la ultraderecha. También al problema de la ilegalidad o no de rodear el Congreso estando en pleno. Carezco de conocimientos y de información para pronunciarme sobre estos aspectos y no puedo andar buscando en internet. Pero me parece que “a río revuelto, ganancia de pescadores” y que esta convocatoria, pretendiendo supuestamente empujar al gobierno a la dimisión, como en el judo, el empuje puede ser utilizado para lo contrario, saliendo reforzado y favoreciendo la derrota del movimiento de oposición popular y de los trabajadores/as. Podría ser una provocación para precipitar la derrota, ideada por quien sea.
La concentración en torno a las Cortes, no digamos un intento de ocuparlas (espero que nadie sea tan irresponsable), en lugar de restar apoyo al Gobierno (desgastado por su agresión y el fraude programático electoral), escudándose en que es un “atentado a la soberanía popular representada en el Congreso” en el que está no sólo el PP, sino todos los partidos elegidos en todas las autonomías del Estado, lo puede convertir en el defensor de esa soberanía a los ojos de muchos, dándole más respaldo del que ahora tiene, y la ocasión perfecta al Estado para dar una lección a todos, con la represión policial, detenciones y exigencia de largas penas de cárcel, y así intimidar al movimiento contra el gobierno. No olvidemos que no faltarían a la concentración los exaltados que les faciliten la tarea, incluso los provocadores conscientes, con origen e intenciones inconfesables, pero que no hace falta ser muy lista para imaginar. Excusándose en lo que ocurra, el gobierno tendría pretextos para endurecer todavía más la reforma prevista del Código Penal y empezar a adelantar la reforma de la legislación contra las huelgas, avanzando en el recorte de nuestros derechos y libertades.
Los sindicatos CCOO y UGT han convocado desde la “Cumbre Social” una gran manifestación para el 15 de septiembre en Madrid, con participantes procedentes de muchas partes de España. Visto su programa de referéndum y, en su defecto, consulta, promete tener un contenido muy blando sin concretar en las tijeras y hachas del capital. No aspiran más que a un relevo del PP por otro gobierno que seguirá llevando, sólo que con mayor “consenso” y “mejores” maneras, en lo esencial la misma estrategia del capital español y europeo, pero dándoles a ellos mayor papel en la “negociación” de las agresiones.
Si CCOO y UGT no anuncian antes del 25 cuál va a ser la fecha para su HG, y ya previstos nuevos hachazos con o sin rescate, exigidos o no desde la UE, y contando con la “comprensión” oportunista de personalidades de Izquierda Unida, puede ocurrir que mucha gente, vista la pasividad de los sindicatos, acepte la convocatoria de la Plataforma. De este modo, los sindicatos habrían ayudado a la Plataforma y a las consecuencias que el 25-S puede tener para la HG en Euskadi y posteriormente en España.
Según cómo gestione el Gobierno el 25-S, si se pasasen de rosca dando palos y deteniendo gente, podría tener el efecto de la indignación. Pero el riesgo personal puede ser demasiado y la represión puede, para algunos, dar credibilidad a las Cortes Constituyentes (“si pegan será porque es correcto”) y desviarnos de nuestro verdadero camino. Como en toda España no se habrá convocado HG para el día siguiente, el 26-S, el efecto intimidador puede ser mayor al no poder dar una respuesta inmediata como la HG, y sí más tiempo al Gobierno para tomar medidas y leyes represivas. Podría dar una excusa a CCOO y UGT para retraerse más de la convocatoria de HG y enrocarse en una consulta popular que no irá a ninguna parte. El gobierno, si el 25-S le da argumentos, podría tomar más fácilmente medidas intimidatorias ante la HG en Euskadi y Navarra, apoyándose en que convocan sindicatos nacionalistas, como LAB, ligado a la izquierda abertzale, haciendo amalgamas entre “golpistas antisistema” de Madrid, “radicales” vascos, bla, bla, bla. También influiría el miedo del gobierno a una mayoría nacionalista en las próximas elecciones vascas del 21 de octubre.
La lucha de clases no es un juego, y los trabajadores/as debemos ser capaces de encontrar nuestro propio camino independiente, evitando a Escila y Caribdis de la renuncia a la lucha y su sabotaje por sindicatos como CCOO y UGT, o el aventurerismo y falsas promesas de pequeños burgueses como los de Plataforma ¡En Pie!, o el oportunismo de IU. No se trata de que ellos demuestren lo que son, si es a costa de que salgamos perdiendo, sino de avanzar, fortalecernos, con nuestra propia estrategia.
Los trabajadores/as nos estamos jugando la derrota para esta década, tal vez para antes de 2016 (final legislatura del PP), así que no estamos para propuestas de pequeños burgueses que juegan a rebeldes, que sólo sirven para desviarnos de nuestro verdadero camino, hacernos perder un tiempo precioso, favorecer la estrategia de la burguesía y la provocación que aceleraría la derrota.
El paso a dar para finales de septiembre no es ni el referéndum de CCOO-UGT, ni la convocatoria para el Congreso del 25-S, sino la unificación de las luchas y la HG para todo el Estado y empezar a cuestionar el Plan, Tratado, y Ley de Estabilidad. En cualquier caso, hacer fracasar la convocatoria del 25-S por los enormes riesgos que entraña, por ser una trampa ideológica, y el coste que podríamos pagar.
El problema fundamental de esta gente no es la ignorancia, sino la posición social que se ocupa, una clase media en proceso de proletarización (asalariados mileuristas o menos), pero que mantiene su mentalidad, psicología y aspiraciones pequeño burguesas y por eso no tienen el menor interés por conocer el mundo capitalista tal cual es, ni acercarse de verdad a la clase trabajadora y su experiencia histórica.
Semejantes fantasías me parece que corresponden a una generación de pequeños burgueses que lo ha tenido “todo” durante su infancia y adolescencia. Llega un momento en que se dan de bruces contra la brutal realidad del capitalismo cuando estalla la crisis mundial y la burbuja nacional, y la burguesía, en su afán por abaratar el trabajo (salarios, gastos sociales del Estado) para lograr más beneficios, está proletarizando a las antiguas clases medias, sobre todo si son asalariadas. Pero lo mismo que les bastaba con pedir para que los padres les diesen todo lo que querían, se creen que, con la actual correlación de fuerzas, basta una concentración “indefinida” (¡!) para llenar de vergüenza a los malos gobernantes, o que se asusten tanto, que se vean obligados a dimitir, y tumbar no sólo un gobierno, sino ¡todo un régimen, Monarquía incluida!, convocar Cortes Constituyentes, nueva Constitución y que todo esto, a través del Estado burgués (el zorro en el gallinero), suponga de verdad una mejora real y radical en las condiciones de existencia de los trabajadores/as y capas populares no explotadoras.
Ni comprenden ni les interesa la verdadera naturaleza de la crisis del capitalismo (se limitan al “neoliberalismo” y al “capitalismo salvaje”, o sea, rascar en la superficie), la estrategia del conjunto de la burguesía española y de la Unión Europea para abaratar la fuerza de trabajo en salarios y en gastos sociales del Estado, sirviéndose para ello de la contrarreforma laboral, del Plan de Estabilidad (déficit máximo inferior al 3% y deuda máxima del 60% del PIB), el Tratado de Estabilidad (déficit para 2020 del máximo 0,5% estructural, deuda máximo del 60%) y, para España, la Ley de Estabilidad (para 2020 déficit del 0%, y llegar a la deuda del 60%, prioridad absoluta al pago de la deuda). Una estrategia, una política a largo plazo, en la que la burguesía, se juega muchísimo, ésta década, la siguiente y los años 30, siendo una prioridad la derrota en ésta década de la clase trabajadora en Europa. Esa estrategia es nuestro enemigo y no van a renunciar a ella por el numerito al que llaman los convocantes. Es más, puede que se sirvan de esa convocatoria para avanzar hacia nuestra derrota.
Los de Plataforma ¡En Pie! dicen ser “anticapitalistas” y estar por la lucha de clases. Hacen un batiburrillo de todas las denominaciones, corrientes y tópicos progres, todos señuelos para enganchar a los descontentos y despistados de izquierdas, a los jóvenes impacientes que “quieren hacer algo” aunque sea meterse en la boca del lobo, porque carecen de una experiencia seria en la lucha de clases, en esa en la que hay hasta muertos y nos jugamos el futuro en una partida estratégica en la sombra. Pero su discurso es tan falso, su propuesta tan burguesa y manipuladora de la clase trabajadora subordinándola al Estado burgués, y su llamamiento tan irresponsable, que sólo puede ser mentira. La burguesía también está por la lucha de clases ¡contra los trabajadores! En su “Definición ideológica” mencionan: “La lucha contra cualquier tipo de explotación de hombres, mujeres, niños y niñas” Cuando se formula así está claro que por explotación no se entiende lo mismo que los trabajadores conscientes (la plusvalía del trabajo asalariado), sino las situaciones extremas, las que denuncian los organismos de defensa de derecho humanos y ONG, las que incluso la misma burguesía reconoce. Lo confirma cuando incluyen “La convicción de la necesidad de conciencia de clase como forma de lucha frente a la oligarquía financiera”. ¡Qué formulación! La conciencia de clase no es una forma de lucha, sino conciencia para la lucha, y limitan esa conciencia, o sea crítica nada más, a la oligarquía financiera, el típico objetivo de la pequeña burguesía que no apunta contra el capital “productivo”, “comercial”, que aspira acumular, sino exclusivamente el financiero que le absorbe una parte de la plusvalía que querría quedarse. Es a lo sumo el “anticapitalismo” al estilo demagógico, de la pequeña burguesía, incluidas sus “nacionalizaciones y control público” de sectores básicos (energía, agua, banca, sanidad, educación) que no son más que Capitalismo de Estado y “Estado de bienestar”. Acumulan los peores defectos de la oposición “radical” y “rupturista” al franquismo y los “post-modernos” del ciudadanismo. Recordemos que los nazis se declaraban partido obrero y socialista, y que los falangistas “auténticos” tenían durante las primeras elecciones democráticas, un discurso más “anticapitalista” que mucha izquierda. Cuidado con los camaleones que dan el pego a tanta hormiguita despistada. Plataforma En Pie, a los pies de la burguesía!
La lucha de clases tiene muchos rostros y el más feroz no está sólo en el pasado, como el golpe militar de Pinochet al gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende en Chile (11 septiembre 1973, eclipsado interesadamente por el montaje del 11-S de New York), y su dictadura terrorista.
En Alemania, el 17/08/2012, el Tribunal Constitucional, por la puerta de atrás, ha modificado de hecho la Constitución al autorizar la intervención del Ejército en el país en caso de “situación excepcional de naturaleza catastrófica” que excede los desastres naturales ya previstos, dejando la interpretación de tan genérica situación al criterio del Gobierno federal. El SPD y los Verdes, han acogido bien la decisión, aunque algunos ¡hipócritas! lamentan que el Tribunal no haya aclarado lo que entiende con esos términos ¡como si no estuviese claro y lo fuesen a decir con todas las letras para que todos se den cuenta de lo que son! Por eso, el partido La Izquierda (Die Linke), aunque socialdemócrata de izquierda, lo ha rechazado. El gobierno del PP viene preparando la reforma del Código Penal que supondrá un recorte de derechos y libertades, una dinámica de intimidación a las luchas.
En lugar de lo que nos propone la Plataforma ¡En Pie!, la tarea central del momento es: una campaña para que los trabajadores/as comprendan que existe una estrategia de la burguesía española y europea, vía Pacto del euro, Pacto y Tratado de Estabilidad de la U.E, contrarreforma laboral, art. 135 de la Constitución, y Ley de Estabilidad, que exige derrotarnos para antes de 2020 (a poder ser antes de 2016, fin gobierno PP), pues si la “competitividad” sacrifica los salarios, las condiciones de trabajo y el empleo, el objetivo del déficit 0% y la deuda 60% del PIB de la Ley de Estabilidad exige sacrificar los gastos sociales (sanidad, educación, pensiones, etc.), y no tomar las medidas necesarias para limitar al máximo el Cambio Climático. No es cosa sólo del PP. PSOE, CiU, PNV, UPyD y UPN han ratificado el Tratado de Estabilidad de Europa. Si fuésemos lo suficientemente conscientes y listos haríamos un proceso de generalización de luchas y Huelga General, en la que ocuparía un lugar destacado la Ley de Estabilidad, llamando a la unidad de los trabajadores/as europeos contra el Tratado de Estabilidad de la que es hija, la más peligrosa arma estratégica para derrotarnos, abaratarnos y empobrecernos hasta la Mega-Crisis de la década de los 30 con la carestía de la energía. La Ley de Estabilidad es el buque insignia de la flota del capital para derrotarnos y someternos como nunca y por lustros. Hundirlo sería desbaratar su plan estratégico. Este es el camino para vencerles a todos, no el 25-S, ni el referéndum, ni una HG descafeinada.
Mi denuncia ha partido del supuesto más favorable para la Plataforma y aun así sale tan mal parada. Por mis conocimientos no puedo afirmar pero tampoco descartar que sea un montaje de fuerzas nada inexpertas ni ingenuas, con motivos inconfesables. En todo caso ¡Plataforma En Pie, No Pasarás!
Espero quede en casi nada, en un bluff, una fantasmada, pero cuando desde IU les dan luz verde, el riesgo es demasiado grande como para dejarlo a verlas venir en lugar de cortarlo de raíz desde ya. Al menos, sirva de vacuna. Según avance la crisis económica, respondamos los trabajadores/as, y la burguesía se sienta un tanto desbordada, llegarán maniobras más engañosas (lenguaje más proletario y revolucionario, añadir esta o aquella reivindicación). ¡Estad alertas! ¡Estudiad para saber descubrirlas!
Mi petición: no acudáis a la convocatoria, pasad de esa gente, diga lo que diga Izquierda Unida he demostrado su verdadera catadura, no os fiéis un pelo pues en el mejor de los casos son unos pequeños burgueses irresponsables y en el peor unos provocadores (en ambos, un peligro), extended esta denuncia política, haced fracasar la convocatoria, no pongáis en riesgo la HG en Euskadi, y aprended de esta experiencia para sucesivas. Por eso, lector/a, este artículo ¡pásalo! y añade tu denuncia por los medios a tu alcance.
¡Para que no les tomen el relevo: Reforma Laboral, Pacto, Tratado y Ley de Estabilidad, al vertedero! ¡Ley 20/2012, de 13 de julio, al gran hachazo, nuestro rechazo, Derogación! ¡Rescate con recortes aprobados en las Cortes, Derogación! ¡BCE, déjate de exigir reducción de salarios, apoya al erario y compra deuda AL Estado, ya! ¡La deuda es de la burguesía, por sus ventajas y fraudes fiscales, por salvar nosotros sus capitales! ¡Constitución, artículo 135, al pie de los acreedores, dejáis a los trabajadores! ¡Ley de Estabilidad, 2020, déficit cero por ciento, menos gastos sociales, mayor empobrecimiento, y del clima calentamiento! ¡Trabajadores europeos, unidos o vencidos! ¡FMI, UE, BCE, dad crédito a Grecia y no el golpe de gracia! ¡Einheit mit den deutschen arbeitern – Unidad con los trabajadores alemanes! ¡Gobierno del capital, gobierno de bancarrota, a los trabajadores, no nos derrotas! ¡El programa oculto, es de la burguesía! ¡Los trabajadores no estamos de rebajas, Gobierno, date de baja! ¡Gobiernos de la agresión, Dimisión! ¡Burguesía, si quieres el rescate, tu bolsillo ráscate! ¡Cortes Constituyentes, siempre de las clases pudientes! ¡[voz solista] De la patronal [coro] Menos salario. [voz] Del Estado [coro] Menos servicios. [voz] Abaratar [coro] Al proletario. [voz] Del capital [coro] El beneficio! [cantarla como “María Cristina me quiere gobernar”] ¡Para los 20 nos quieren derrotar, / los trabajadores enseñamos los dientes, / despediremos al Gobierno saliente, / al capital haremos recular! ¡Unid las huelgas, debatid y decidid en asambleas!
Para profundizar en esta línea, mi texto: “Merkel. Mascarón de proa del buque insignia del capital: Tratado de Estabilidad (en España, Ley de Estabilidad)” (03/09/2012) seleccionado como Destacado. kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/29504-merkel-mascar%C3%B3n-de-proa-del-buque-insignia-del-capital-tratado-de-estabilidad-en-espa%C3%B1a-ley-de-estabilidad.html Da acceso a otros artículos y libros, todos en Kaosenlared.
BCE, compra deuda al Estado. Derogación de: Pacto de Estabilidad, Ley 20/2012, Contrarreforma laboral, art 135 Constitución, Ley de pensiones. Gobierno de la agresión, dimisión. FMI crédito a Grecia. No a los referéndums trampa. Trabajadores europeos, unidos o vencidos
Vaya una propuesta de ejes básicos por los que luchar sin demora para ponernos de verdad a la altura de unas circunstancias dramáticas y de trascendencia histórica, que ya no están para las simplezas a las que nos tienen acostumbrados los sindicatos y la izquierda, y las consignas para niños de sus manifestaciones, o lo vamos a pagar como ni nos imaginamos. Para ello, todos los trabajadores/as debiéramos tener un conocimiento básico de las cuestiones aquí planteadas. Por eso, PÁSALO.
I.- No podemos esperar a septiembre. Deberíamos salir a la calle ya, con dos reivindicaciones básicas para evitar el “rescate” total o la suspensión de pagos y frenar la agresión de la burguesía española y europea a través del gobierno del PP y del Banco Central Europeo: ¡BCE, COMPRA DEUDA AL ESTADO YA! ¡GOBIERNO DE LA AGRESIÓN, DIMISIÓN!
Una vez más los procesos se aceleran sin darnos un respiro. Leo en El País “El rescate total [a España] ya no es inconcebible” (22 de julio) y economistas burgueses, pero no necios, alertan de la gravísima situación en la que se encuentra el Tesoro español necesitado de renegociar o pagar deuda en octubre a su vencimiento, por 27.658,20 millones de euros, cuando “los mercados”, como se ha comprobado en la subasta de la última semana y por la huída de la inversión en España, se están cerrando y/o exigiendo altísimos tipos de interés incluso para la deuda a dos años (más del 6,5%), cuando algunos analistas económicos dicen que una razonable prima de riesgo española debiera estar en los 300 puntos básicos (no en los 640). El Tesoro puede salvar los vencimientos y emisiones hasta finales septiembre. Sin crecimiento económico es muy difícil un saneamiento de las cuentas públicas (más ingresos, menos gastos en subsidios) y reducir el endeudamiento que debe financiarse a un coste ya insostenible o no encontrará quien lo financie. Las Comunidades Autónomas de Valencia y Murcia (ejemplos del PP) y Catalunya piden ayuda económica al Estado central porque en el mercado nadie les compra deuda pública, lo que supondrá a cambio recortes aun más brutales en esas comunidades, y más dificultades para las arcas del Estado central. Y se pueden sumar otras, lo que aumenta las dudas sobre la solvencia del Estado central y la sospecha sobre lo inevitable del “rescate” al Estado, ya intervenido por el rescate a la banca. El nuevo diseño para el fondo de rescate MEDE, por la insuficiencia de sus fondos, no inspira confianza, por lo que se disuelve el efecto balsámico de la última cumbre europea del 29 de junio.
El PP y el PSOE, más multitud de economistas, reclaman con fuerza y en términos cada vez más duros (1), una urgente intervención del Banco “Central” Europeo para comprar deuda, aunque sea en el mercado secundario (“segunda mano”), con el objetivo de bajar su tipo de interés (2). En tanto, el Presidente del BCE, Mario Draghi (proveniente del imperio bancario y especulador Goldman Sachs, como el Primer ministro de Italia, el “tecnócrata” Mario Monti) se mantiene en las mismas “El BCE no está para resolver los problemas financieros de los Estados” (El País, 22 julio), ¡depende de qué Estado sea (Alemania, España…) y sí para agravar los nuestros!, señor Draghi. Su misión supuestamente es la de evitar una subida de la inflación (un falso problema hoy) con el ridículo pretexto del pavor de los alemanes (los muertos será) a la hiperinflación de comienzos de ¡la década de los 20 del siglo pasado!, pobre hoja de parra con la que pretende ocultar las vergüenzas de su verdadero papel en la UE del capital que aquí comentaremos.
El FMI avisa que está pensando en cortar el préstamo a Grecia, lo que la llevaría a la suspensión de pagos para septiembre, obligaría a salir del euro y el mayor empobrecimiento de su población trabajadora, arrojándolos como a limón exprimido. La salida de Grecia podría tener consecuencias no calculadas para la UE y en especial para sus países más débiles como España.
Para agosto, “los mercados”, descontando acontecimientos próximos, tanto en Grecia como en España, pueden hacer repicar las campanas a funeral por una España ya intervenida a la portuguesa para octubre como tarde, como prevén muchos (también Jordi Sevilla, exministro del PSOE). Pero si a España se le cierran definitivamente los mercados, el “rescate” del Estado supondría entre los 300 o 600.000 millones de euros. España es la cuarta economía de Europa (no 1/4 como en un lapsus escribí en otro texto), y su caída puede arrastrar a Italia, que es la tercera, y Francia echaría a temblar. De este escenario, a nada que se les vaya de las manos, o a Alemania ya no le compense mantener la zona euro o prefiera reducirla a unos pocos estados, podría llegar a derivarse lo peor, la suspensión de pagos de España (el default), la quita a los acreedores (alemanes, franceses, etc.), el hundimiento de la zona euro tal como la conocemos, la vuelta a la peseta, un empobrecimiento mayor, tensiones crecientes entre los estados burgueses europeos liberados de sus compromisos y “solidaridades”, la vuelta al más rancio nacionalismo, graves conflictos para la década de los 30 con su crisis impulsada por el encarecimiento energético.
Pero tampoco ganamos nada con una UE del Capital más integrada a costa de la desintegración de la clase trabajadora, de nuestros derechos laborales y del “Estado de bienestar”, y con una UE militarista y agresiva en el mundo.
El “rescate” al Estado supondría ya la pobreza generalizada, la mutilación total del “Estado de bienestar” (subsidios, pensiones, sanidad…), privatizaciones, y que de la supuesta “soberanía del pueblo español” no queden ni las apariencias. Si con los recortes se acrecienta la recesión, con el “rescate” total y sus exigencias draconianas (el anti-crecimiento de todo para pagar la deuda), empeoraríamos, hacia la completa bancarrota, sin salida a muchos años vista (más de lo que, sin ello, prevé el CES, como comentaré).
Debemos dar una respuesta rápida y contundente. Los sindicatos nacionalistas vascos (ELA y LAB), sin esperar a más, han llamado a la Huelga General en Euskadi y Navarra para el 26 de septiembre, consiguiendo el respaldo de otros menores y organismos diversos. En tanto, CCOO, UGT y otros, se lo siguen pensando. Fueron los vascos quienes arrastraron a los demás a concretar y adelantar la HG al 29 de marzo y ahora podría volver a ocurrir.
II.- No a referéndums trampa y de pérdida de tiempo
Izquierda Unida ha hecho un “Llamamiento para una rebelión democrática” y junto a ella, los sindicatos, apelan a la necesidad de un Referéndum sobre la política económica de Gobierno del PP, y en particular sobre la última gran agresión, el hachazo general (IVA, funcionarios, parados, etc.) del Decreto-Ley 20/2012 (14 julio) ya convalidado por el PP gracias al rodillo de su mayoría absoluta en el Congreso.
Si bien la solicitud de un referéndum sirve para cuestionar la legitimidad de la política del Gobierno, y Cayo Lara de Izquierda Unida advierte que de no aceptarlo el gobierno, lo siguiente será pedir su dimisión, la propuesta tiene cuatro grandes pegas.
1) Fácilmente puede llevar a unos esfuerzos y lo que es mucho peor, a la inversión y pérdida de un tiempo precioso, en algo que no se va a lograr o que de conseguirse, sería el gobierno quien incluso podría ganarlo con una pregunta trampa y para asustar como “¿Prefiere estas medidas o que España se hunda del todo por espantar a los mercados y ponernos a los pies de los caballos de nuestros acreedores y de la Unión Europea (UE)?”, con la ayuda de la mayor parte de los medios de comunicación y la inestimable de la UE que haría su particular campaña del miedo a favor del gobierno. Entre la abstención de los asqueados, y el voto favorable de los atemorizados, más el de los burgueses y pequeño burgueses (“clase media”) convencidos, podrían ganar aunque sea por los pelos (incluso con un Sí muy minoritario con respecto al censo), como ha ocurrido en las últimas elecciones griegas. Recordemos cómo ganó el PSOE con Felipe González nuestra inclusión en la OTAN a pesar del referéndum y su inicial “de entrada NO”. Incluso si perdiese, no dudemos que la UE presionaría con amenazas para que volviese a celebrarse y ganarlo, como ocurrió en Irlanda con motivo del referéndum por el Pacto de Lisboa. Terminando por ganar formalmente, pretendería tener ya la más completa legitimidad para hacer lo que quisiese: mayoría absoluta y Sí en el referéndum, y nos quitaría legitimidad para protestar.
2) Derivada de la anterior, que siembra una confianza inmerecida en las instituciones y recursos de la democracia burguesa, siempre escorados para servir a los grandes empresarios, banqueros, etc. y garantizarles que salgan ganando. El abuso de los decretos-leyes es posible no sólo por los reglamentos, sino porque el gran capital está interesado en que así sea.
3) Además de la pérdida de tiempo, ya no lo hay para juegos florales porque el proceso se está acelerando hasta el vértigo y lo que debemos empezar a exigir desde ya es la dimisión del Gobierno que a este ritmo nos aboca a un “rescate” completo, o a la suspensión de pagos, al servicio de los intereses del gran capital español y europeo, y que pretende ante todo nuestra derrota como clase y no la supuesta salida de la crisis. La izquierda y los sindicatos están jugando con espadas de madera cuando el capital ya maneja los cañones.
4) Como lo demuestra Toxo, secretario general de CCOO, si el gobierno es tan audaz como para llamar al referéndum, entonces ya no convocarán huelga general, es decir, pasividad y dejarnos en manos de la decisión del gobierno que dará largas (no se monta un referéndum en una semana) y podrá ganarlo. Y como cree que no lo va a convocar, CCOO se entretendrá en organizar una consulta popular no oficial para octubre y la huelga volverá a depender de lo que diga el gobierno ante el resultado, con lo cual la huelga como pronto sería para finales de octubre. Sabe que todo está a favor de la huelga, teniendo además en cuenta el llamamiento en Euskadi y Navarra para el 29 de septiembre, pero no quieren convocarla cuanto antes sea posible, ni poner al gobierno en el brete de pedir su dimisión ni convocar nuevas elecciones.
III.- ¡BCE, compra deuda, no del sino AL Estado, ya!
El Banco Central Europeo (BCE) no es un verdadero Banco Central, sino un engendro porque es el único banco central del mundo al que se le ha prohibido comprar deuda del Estado directamente, en las subastas del Tesoro en el mercado primario, y que no lo considera su verdadera tarea ni en el secundario. Su filosofía y estatutos son los de cuidar ante todo la inflación y no prestar directamente a los estados sino a lo sumo, cuando le interesa a Alemania y otros, comprar la deuda en el mercado de “segunda mano” o secundario (ya encarecida en el primario). Con ello consigue tres grandes objetivos:
a) Que los bancos puedan recibir prestado del BCE al 1% o 0,75% y, si quieren, prestar al Estado, si pueden hasta al 7%, consiguiendo así grandes beneficios a costa de los ciudadanos (sobre todo los trabajadores/as que no podemos librarnos de unos impuestos directos e indirectos, injustos por su regresividad social). Luego, estos bancos pueden, en el mercado secundario, vender los bonos de deuda al BCE a un precio mayor o ventajoso cuando esos bonos pueden ya no interesar al sector privado, como puede ser en este momento en el que tener en la cartera mucha deuda española puede acabar siendo tan tóxico como los activos de las hipotecas y ejecuciones inmobiliarias (oficinas, viviendas, villas, suelo).
b) Que huya el dinero de países como España e Italia, que por su déficit y deuda son de solvencia cada vez más dudosa gracias en buena parte al BCE, para irse a países como Alemania y otros de su cuerda (Finlandia, Países Bajos, Austria, Dinamarca…), donde a cambio de “seguridad” pagan intereses reales mínimos o bajo 0 ¡más barato que al inicio de la crisis! Sus bancos nadan en liquidez y esos estados pueden financiar barato los gastos sociales que también reducen (Alemania ya no es lo que era para los trabajadores/as, sino la de los mini-jobs y niños en la pobreza por falta de ayudas sociales).
c) Que al aumentar el déficit (cada vez más por los intereses crecientes por la prima de riesgo) y la deuda, en cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (¿crecimiento de la miseria será?), que estipula conseguir en el menor plazo posible el 3% de déficit y el 60% de deuda, en relación con el PIB, tenga el gran capital (representado por los organismos de la UE y los gobiernos) la excusa perfecta para presionar a la reducción del déficit mediante el recorte de los gastos salariales y sociales del Estado (funcionarios y empleados públicos, sanidad, educación, pensiones, subsidios, etc.), y de la subida los ingresos mediante los impuestos sobre todo a los trabajadores/as y autónomos (IVA, IRPF, IBI, “copagos”, etc.).
El rescate a la banca española, al hacer al Estado primer responsable del pago de los intereses (inicialmente bajo, 1,5%) y de la devolución del capital (aunque con una carencia de 10 años y un plazo de devolución de 15), va a aumentar, por el miedo a su insolvencia, el tipo de interés de la deuda, con lo que incrementará el déficit por el pago de la deuda de la banca y por la ordinaria del Estado, sirviendo esto una vez más de pretexto para mayores recortes sociales. En tanto, los bancos podrán saldar sus deudas con otros bancos alemanes, franceses, británicos, etc., que así no precisarán de otro rescate a costa de los trabajadores/as de su país, a pesar de ser estos acreedores tan responsables como los deudores del desastre de la burbuja inmobiliaria española y otros despilfarros, y de que siguen escondiendo mucha basura bajo la alfombra, pero sin someterla a inspecciones como a la española.
El vicepresidente de la Comisión Europea, el “socialista” Joaquín Almunia, dice que España debería pedir al fondo de rescate europeo, el FEEF (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, que será relevado por el MEDE, Mecanismo Europeo de Estabilidad que podría comprar deuda en el primario), que compre deuda para rebajar la tensión. Pero el FEEF impondrá más “condicionalidad”, es decir, recortes, también porque Alemania aprovechará para presionar, y las agencias de calificación pondrían la nota de bono basura al español y rebajarían la del FEEF. Según Almunia se debe respetar la sacrosanta “independencia” del BCE ¡de los ciudadanos, pero no del gran capital, norteeuropeo sobre todo!
La exigencia al BCE para comprar deuda viene también de la parte de la burguesía más perjudicada por esa estudiada e interesada pasividad del “independiente” BCE. Pero es el conjunto de la burguesía el que ha establecido desde el Tratado de Maastricht estas reglas porque durante el período de expansión y de la burbuja inmobiliaria a la burguesía española le vino de cine gracias a los préstamos a bajo interés del BCE y otros bancos europeos, a quienes también les convenía, aunque a largo plazo supusiese éste desastre que pagamos sobre todo nosotros. Muchos bancos pueden estar interesados en librarse de la deuda española consiguiendo que se la compre el BCE en el secundario a un precio mayor y así tener liquidez y beneficio. Por eso, lo que nos interesa a nosotros que haga el BCE es comprar la deuda directamente al Estado, es decir, en el mercado primario y, sin afán especulador, abaratarla muchísimo. Por eso la queja de la burguesía no es la nuestra y no pretendemos hacer un frente común con quienes están lanzando las mayores agresiones desde hace décadas contra los trabajadores/as. Nuestra exigencia al BCE es inseparable de la de dimisión del Gobierno. Nosotros deberíamos plantear la exigencia al BCE, porque tiene recursos incomparablemente superiores al FEEF (248.000 millones de euros) y MEDE (pendiente de conformidad por el Tribunal Constitucional en Alemania y otros países), el mercado primario siempre tiene menos demanda que el secundario y por tanto el BCE produciría más impacto, tendrá menos costes sociales, y debemos desenmascarar a este agente de la agresión del gran capital, obligarle a reducirla, debilitar a un pilar de la UE del capital, y que no se vaya de rositas como siempre. La dureza del BCE ante España es también una intimidación de Alemania a Francia para que Hollande acepte más austeridad, porque de verse en problemas, el BCE tampoco le asistiría. Por mucho que España “haga sus deberes” (recortes, contrarreformas…), si no hay perspectivas de rentabilidad por el crecimiento económico, el capital no bajará la prima de riesgo porque además el BCE se lo permite, y el BCE no se ablandará, pues sirve a la banca y a Alemania y a su objetivo de presión sobre el déficit. Si el BCE no está haciendo nada es porque con una España totalmente intervenida, el gran capital europeo tendrá todo el control de las riendas para exprimirnos y derrotarnos a los trabajadores/as, reforzando el predominio alemán. Sólo se moverá si nosotros le obligamos poniéndolo por fin como objetivo en nuestras luchas, comprendiendo que el campo de batalla está ya en Europa.
¡BCE presta barato a los bancos para que se enriquezcan a costa de los intereses de la deuda del Estado! ¡BCE, instigador de la subida de la prima de riesgo! ¡BCE = Banco Central para los Especuladores! ¡BCE, instigador de los recortes laborales y sociales! ¡BCE = Bandidos Capitalistas Europeos! ¡BCE, compra al Estado deuda ya!
IV.- ¡Pacto de Estabilidad y Crecimiento, derogación!
Este Pacto ya parte de una concepción viciada porque, comparados con el resto de Europa, el problema del déficit no es tanto de exceso de gastos como de insuficiencia de ingresos, sobre todo de los provenientes de impuestos al capital y la burguesía, y no pretende resolverse por ahí, sino por la reducción de los gastos salariales y sociales y el aumento de la carga fiscal a la población trabajadora. Su eslogan, con el símil bobo de la economía doméstica es “no gastar más de lo que se ingresa”, en lugar de “ingresar todo lo posible para los gastos necesarios”.
Este Pacto, tiene unos objetivos de déficit, unos plazos y ritmos, que incluso muchos economistas burgueses consideran, para el caso de España sobre todo, demasiado cortos y bruscos, muy difíciles de cumplir, si no imposibles, y en todo caso a costa de grandes sacrificios para la población (el juego de la horca: de los recortes a los hachazos y te tiro a la calle porque me toca) y de profundizar en la recesión, porque el capitalismo español, imposibilitado de volver a recurrir al tirón de un sector inmobiliario sobredimensionado totalmente, no tiene quien le sustituya a esa escala de producción y empleo, y menos en el marco de una recesión generalizada. Porque el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, a pesar de su nombre, no tiene instrumentos reales para promover el crecimiento, es sólo para dar mejor imagen y disfrazar lo que realmente hace: crecimiento de la pobreza y el paro.
Es además un mecanismo diabólico, una auténtica trampa. Se viene demostrando que por pretender cumplir así el objetivo del déficit se dificulta conseguirlo y se agrava la situación económica. Puedes recortar brutalmente los gastos, es decir, reducir el déficit, pero en cuanto al tanto por ciento del déficit, que se establece en relación con el PIB, el resultado puede ser que apenas haya una reducción, que no la haya, o incluso que aumente el tanto por ciento del déficit. ¿Por qué? Porque por rebajar los gastos, has acabado por empeorar la economía (menos consumo de los funcionarios, pensionistas, parados, menos inversión del Estado en bienes de equipo en sanidad, educación, infraestructuras, Investigación y Desarrollo, etc.) y por tanto reducido el PIB y empeorado la relación del déficit con el PIB vía porcentaje (3).
Como no se ha conseguido reducir el déficit, la burguesía, de mano del Pacto de Estabilidad, tendrá otra excusa para plantear una nueva reducción de los gastos salariales y sociales del Estado, y aumento de los impuestos antipopulares, para fracasar nuevamente o lograr un magro resultado. ¡Intentad llegar así hasta el déficit del 3% del PIB para 2014, y será a costa de los trabajadores y mayor recesión!
Al perjudicar todavía más el difícil crecimiento y con ello los ingresos fiscales del Estado, los inversores extranjeros desconfían de la economía española y de la solvencia final del Estado para pagar la deuda, lo que lleva a que retiren dinero del sector privado (de todos y de los bancos con riesgo por haber comprado mucha deuda pública) y a que exijan elevados intereses por comprar deuda.
El “gran éxito” de la última Cumbre europea con la iniciativa del presidente francés Hollande, se planteó 120.000 millones de euros (una rebaja en 10 mil millones de los iniciales) para el crecimiento, que en realidad, repartido, da para bien poco.
Pero lo que de verdad buscan no es tanto rebajar el % de déficit con respecto al PIB, como por el camino reducir los gastos salariales y sociales del Estado. Que eso suponga también el hundimiento de autónomos, pequeñas y medianas empresas, forman parte de la “purga” de la crisis para que sobreviva en mejores condiciones el gran capital, el más fuerte, en un mercado sobreendeudado y saturado, y con poco crédito disponible.
Para detener la agresión del capital, es fundamental lograr la derogación (declararlo nulo) del Pacto.
¡Pacto de Estabilidad y Crecimiento, pacto diabólico del recorte y del paro que, por poner al déficit reparo, rebaja el PIB y al déficit no pone fin! ¡El déficit es la deuda del capital! ¡Déficit en derechos laborales y sociales por pagar las deudas de los capitales! ¡No al déficit en derechos y gastos sociales, el copago a los capitales!
V.- ¡Ley 20/2012, el mayor recorte de la democracia, derogación!
Esta ley, la última gran agresión generalizada, cuyos ejes generales todos más o menos conocemos: subida del IVA, recortes a los funcionarios, a los subsidios de paro, a la dependencia, etc., es una aplicación de los objetivos del déficit establecidos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, para acercarnos cuanto antes al maldito y sacrosanto 3% porque sí, acordado por la burguesía española y el resto de la europea.
Esta ley, unida a la Contrarreforma Laboral sobre todo, es la mayor muestra de que el gobierno del PP ha lanzado una auténtica guerra relámpago, y como dice Rajoy, está pisando el acelerador de las “reformas”, para derrotarnos a poder ser mientras siga en el gobierno, en una legislatura que se puede acortar por su creciente desgaste, es decir, antes del final de 2015.
Con todas estas leyes ¡y las que vendrán! su objetivo es imponer a favor del capital unos costes salariales y sociales mínimos, para facilitar los beneficios del gran capital ante todo, y en particular del exportador, y someternos para lanzar una agresión aun mayor cuando llegue con el pico o cénit del petróleo una nueva gran crisis en la década de los 30, pretendiendo amortiguar en parte el aumento de los costes energéticos partiendo de unos costes laborales y del “Estado de bienestar” bajo mínimos.
La ofensiva en toda regla ya la inició el PSOE congelando las pensiones, rebajando el sueldo de los funcionarios y con la nueva ley de jubilación y sistema de pensiones, que el PP pretende agravar todavía más adelantando la efectiva elevación de la edad de jubilación para todos y para la anticipada, endureciendo requisitos y recortando de hecho las pensiones. Esto nos espera para el otoño y más recortes a los subsidios de paro. El subgobernador del Banco de España, ante la escalada de la prima de riesgo, dice que para “inspirar confianza a los mercados” hacen falta más “ajustes”, y la inigualable Esperanza Aguirre, del PP, presidenta de la Comunidad de Madrid, avisa que “se tienen que terminar los subsidios, las subvenciones y las mamandurrias”, mientras muchos alcaldes del PP se suben y mucho sus sueldos a la vez que recortan.
¡Ley de la jubilación, del PSOE, derogación! ¡Contrarreforma laboral, derogación! ¡Trabajadores parados, más desamparados! ¡Ley 20/2012, al gran hachazo, nuestro rechazo, Derogación!
VI- ¡Reforma del artículo 135 de la Constitución, derogación!
En agosto-septiembre de 2011, gobernando el PSOE, de la mano del PP, a toda prisa, por la puerta de atrás y por la vía exprés, en la para otras cuestiones (como la Monarquía) inamovible Constitución Española, introdujo la reforma del artículo 135 por la cual se da prioridad absoluta al pago de la deuda sobre las demás necesidad del Estado, y se establece a partir de 2020 el déficit no superior al 0% del PIB, siguiendo las indicaciones del Tratado de Estabilidad de la Unión Europea firmado por España.
Es decir, nos deja atados de pies y manos frente a los acreedores, por injustas e impopulares que puedan ser las deudas, generadas en realidad por la burguesía (gigantesca evasión y fraude fiscal, impuestos que la favorecen a ella y perjudican a la población trabajadora y generan déficit, deudas con altos intereses por los especuladores y por el papel del BCE, deudas por el rescate a la banca, deudas por pedidos de armamentos, etc.).
Como si el Pacto de Estabilidad fuera poca condena (el objetivo del déficit del 3% del PIB y bajar la deuda al 60% del PIB), el Tratado de Estabilidad Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria (llamado también, Pacto Fiscal) y su aplicación a España con la reforma del artículo 135 de la Constitución y la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, marcan el objetivo del déficit del 0% a partir de 2020. Eso significa cero patatero para el “Estado de bienestar”.
Con el Tratado de Estabilidad, el conjunto de la burguesía europea, encabezada por el gran capital, y en particular el alemán, pretenden derrotarnos ya para antes de 2020, de modo que se reduzcan enormemente los gastos salariales y sociales de los trabajadores/as para aumentar los beneficios del capital. Merkel y Sarkozy habían llegado incluso al acuerdo de conseguir el déficit del 0% para ¡2016! lo cual significa derrotar a los trabajadores/as alemanes y franceses a toda velocidad, y establecer esos objetivos para más países. El gobierno español se declaró a favor del mismo objetivo para ese año, aunque a este paso le resultará imposible y más si nos resistimos a acercarnos a esa meta tan destructiva para nosotros. Se centran en derrotarnos para 2020, pero no en poner todos los medios necesarios para cumplir antes de 2020 los objetivos contra el Cambio Climático requeridos por el plan del IPCC.
¡Reforma del artículo 135 de la Constitución, Derogación! ¡Tratado de Estabilidad, Derogación! ¡Derogación de todas las leyes españolas derivadas del Tratado de Estabilidad! ¡Reforma laboral, déficit 0, ataques del capital contra el obrero! ¡Déficit 0: derrotar a los trabajadores es lo primero! ¡2020 déficit 0%: ricos+ricos, trabajadores ko, Cambio Climático 10”
VII.- ¡Gobierno de la agresión, dimisión!
El PP ha llegado al gobierno gracias a un programa electoral que no era más que para conseguir los votos necesarios porque llevaba, más o menos elaborado, un programa oculto, el que de verdad tenía intención de imponer, como bien sabíamos los que no nos dejamos engañar por la demagogia del que ya quería hacerse pasar por el “partido de los trabajadores” (jua, jua, jua), y sobre todo los burgueses, grandes empresarios, banqueros, etc., tanto españoles como europeos, americanos, etc., que les apoyaron de un modo u otro.
Por tanto, se ha dado una estafa electoral, con el objetivo de conseguir una mayoría parlamentaria, a fin de imponer sin obstáculos toda una estrategia de agresión y derrota contra los trabajadores/as, desde los salarios a los gastos sociales del Estado, de acuerdo con el gran capital europeo (a través de los pactos y tratados de la UE).
PP programa oculto al servicio de la burguesía ----à Estafa electoral legal ---à Mayoría parlamentaria absoluta contra la mayoría social ---à A los trabajadores agresión, del capital la gestión ---à Gobierno Dimisión.
Por eso, y porque su objetivo es infligirnos una derrota histórica, abaratarnos al máximo y desmantelar todo lo que pueda el “Estado de bienestar”, no tenemos porque aguantar al PP hasta el final de la legislatura y en tanto sufrir sus agresiones y perder, tal vez de forma irreversible, muchos derechos laborales y sociales. Quien se impone mediante el engaño, la estafa, y pretende machacar a la mayoría social, sólo merece ser desalojado del poder, exigiendo su dimisión. Su permanencia sólo sirve para arriesgarnos a nuestra derrota por muchos años.
El PP sabe perfectamente lo que muchos, como el FMI, y el último, el Consejo Económico y Social (CES) (16 julio), estiman: España ¡en el mejor de los casos! no recuperará la situación económica y el nivel de empleo de 2007 hasta 2025, y siempre que se creen 300.000 puestos de trabajo netos anuales desde 2014. Esto, más que ser optimista, es estar en lo alto del ciclo maniaco-depresivo en el que uno toca las nubes. Para hacer sostenible un capitalismo con semejante nivel de desempleo, pobreza y desamparo público durante tantos años, con un futuro mucho peor de lo que calculan el CES y el FMI, con una década de los 20 terrible y de los 30 pavorosa, y evitar una revuelta social anticapitalista, es imperioso derrotar, someter, doblegar, humillar (el “¡que se jodan” los parados, de Andrea Fabra, parlamentaria del PP), desmoralizar, a los trabajadores/as, para que nos resignemos al destino que nos preparan. Por eso, la necesidad para el PP de aprovechar al máximo su tiempo de gobierno, de pisar el acelerador, aunque eso suponga “quemarse”, inmolarse “por la Patria” del capital, como también lo hizo el gobierno del PSOE con Zapatero a partir del 12 de mayo de 2010 sabiendo que eso le supondría una derrota electoral.
Ahora que incluso parte de sus electores se sienten engañados y perjudicados, que sectores en otro tiempo muy conservadores como los funcionarios de la burocracia, e incluso de tribunales, prisiones, policías, están sufriendo con especial saña las agresiones del gobierno, que la inmensa mayoría de la población es agredida de un modo u otro, y cada vez más amenazada, es ya el momento para empezar a exigir la dimisión del gobierno y mantenerla en cada una de las luchas ¡Que se vayan!
No debemos perder tiempo en exigencia de referéndums que pueden ser una trampa. Debemos hacerle pagar al gobierno caras sus agresiones e impedir que pueda seguir infligiéndolas, que llegue hasta el final de su mandato y que consiga cumplir su objetivo de derrotarnos para antes de 2016.
El desgaste del gobierno podría dar lugar a que el PP haga algunos cambios de ministros para ver si así calma algo a la población, como si fuese cuestión de personas y no de una política general. Si ve que se le complica más, la jugada del PP podría ser sustituir vía parlamentaria a Rajoy por otro del PP, o por un “tecnócrata” de la burguesía a lo Monti como en Italia, o llegar a un acuerdo con el PSOE, incluso hasta formar un “gobierno de concentración”.
A nosotros, quien forme parte del gobierno o quienes le apoyen es secundario. Lo fundamental es que no pueda llevar adelante la estrategia de agresión y derrota de los trabajadores/as establecida por el gran capital español y europeo en el Pacto y en el Tratado de Estabilidad, en la reforma del artículo 135 de la Constitución, en la contrarreforma laboral, en la ley de pensiones, etc. Es a esa política y a cualquier gobierno que piense llevarla adelante, a la que debemos derrotar para que no nos derrote a nosotros. Por eso exigimos la destrucción de esas armas (tratados y pactos europeos, leyes españolas) y su rendición (dimisión del gobierno).
¡PP, Gobierno de la estafa electoral, al servicio del capital, Dimisión! ¡PP, Gobierno del capital, gobierno de bancarrota, a los trabajadores, no nos derrotas! ¡Despedidos readmisión, Gobierno dimisión! ¡Gobierno del PP, a la cola del SEPE! ¡Del PP o PSOE, de la burguesía, gobierno es! ¡Gobierno de concentración, de la burguesía y su explotación!
VIII.- ¡FMI, da crédito a Grecia, no el golpe de gracia!
Si el FMI se niega a dar crédito a Grecia, el Estado será insolvente en septiembre, lo que le empujará a abandonar el euro y con seguridad a una mayor miseria a los trabajadores/as y el pueblo griego después de haberlo exprimido como a un limón con el “rescate” (hay “ayudas” que matan). Alemania está dispuesta a dar la puntilla negando también la continuidad de los créditos.
Los trabajadores/as griegos han luchado durante mucho tiempo con un coraje admirable contra un “rescate” que les quería hacer pagar pecados que no eran suyos sino de su burguesía (hasta la española envidiaría su capacidad para librarse de pagar impuestos) y los contratos de ésta con la alemana y francesa entre otras (como la enorme deuda a causa de la compra de armamento para un ejército, golpista no hace tantos años, en previsión de guerra con ¡otro socio de la OTAN, Turquía!).
Pero se han visto solos. No podemos dejarlos abandonados a su suerte ante esta nueva agresión del FMI, tanto por ellos como por nosotros, porque si seguimos con esta dinámica de cada uno agredido por el capital europeo en su conjunto, pero sufriéndolo en solitario, nos derrotarán país por país y así irán logrando su objetivo general para 2020. Después de Grecia, Irlanda, Portugal, iremos España e Italia, luego Francia, otros países y finalmente los alemanes.
¡Hagamos saber a los trabajadores/as griegos que estamos con ellos, mediante carteles y pancartas en inglés (o griego) en nuestras concentraciones y manifestaciones! Si no sabemos, los traductores de internet pueden ayudarnos con una frase sencilla. No necesitamos más que nuestra iniciativa.
¡Trabajadores griegos y españoles, contra los mismos explotadores!
IX.- Todo es una estafa porque lo que lo sustenta todo, también lo es: el régimen asalariado del trabajo
La democracia burguesa es una estafa, porque quienes gobiernan no nos representan. El PP puede abusar todo lo que quiera de su mayoría absoluta conseguida en base a una estafa electoral (programa oculto) y de los decretos-leyes; el PSOE puede impulsar sin referéndum siquiera una reforma de la Constitución que hipoteca nuestro presente y futuro (artículo 135); lo que elijamos no pinta nada frente al “voto” de “los mercados” o la bota de los militares golpistas; la “soberanía popular y nacional” no mantiene ni las apariencias ante esa realidad y unas instituciones europeas menos representativas de nuestros intereses si cabe, pero que trabajan muy bien a favor de los intereses del gran capital, incluso a largo plazo, para infligirnos una gran derrota histórica antes de 2020.
La crisis, originada en las burbujas inmobiliarias, la desregulación financiera, las hipotecas subprime, los productos derivados de la “ingeniería” financiera, la corrupción en las cajas de ahorros y en las instituciones autonómicas y partidos, la deuda a costa de rescatar a la banca y los que nos han conducido a esto, el timo de las acciones preferentes, la salida a bolsa de Bankia, la “amnistía fiscal” para los defraudadores, y un larguísimo y pestilente, etc., es lo que nos lleva a decir que la crisis es ante todo una estafa social y no una “catástrofe” natural en una economía socialmente neutra.
Si el capitalismo es tan bueno como dicen ¿cómo pueden ser sus resultados económicos, sociales, políticos, tan desastrosos? Por debajo de todos estos aspectos más o menos superficiales hay una realidad, que no quieren que descubramos, para que así nos quedemos en una visión muy limitada de la verdadera naturaleza de la estafa. El origen de todo, la base sobre la que se asienta la gigantesca estafa piramidal que es esta civilización, la madre de todas las estafas, es el régimen asalariado del trabajo porque supuestamente se paga con el salario todo el trabajo realizado, pero la burguesía en realidad se apropia de una parte que es de la que surge su beneficio, llamado por la clase trabajadora, plusvalía o valor extra, porque es el no pagado en el salario ni en los gastos sociales del Estado.
Pero esta estafa precisa de unas condiciones para producirse (no pagar todo el trabajo) y finalmente realizarse (vender el producto para poder realizar, en forma de dinero, el beneficio que contiene). Y es ahí donde el capitalismo se encuentra para producirla con los problemas del aumento de los costes en la energía, la maquinaria, los límites de la jornada de trabajo, la productividad, para generar plusvalía; y para realizarla, la limitación de los mercados solventes (todo el planeta ya es un mercado capitalista saturado) y de los compradores solventes (los salarios bajos permiten mucha plusvalía, pero cuando son la demanda, dificultan su realización por su poca capacidad de compra), por lo que se acaba recurriendo al endeudamiento masivo, la especulación, las burbujas, la financiarización y la “economía de casino”, porque no existen mercados tan amplios y con capacidad de compra suficiente para tanta mercancía, lo que conduce a la imposibilidad de pagar las deudas, a un reclamo de beneficios sin base real en la plusvalía de la economía productiva, y el estallido de burbujas con sus correspondientes tsunamis.
Esta estafa primordial no puede perpetuarse por mucho tiempo más. Ya ha entrado en su fase de decadencia, de senilidad, debido a las crecientes dificultades para su producción y realización, y sus enormes costes humanos, sociales y planetarios, como la futura crisis detonada por la energía, y el Cambio Climático.
El trabajo asalariado es la base sobre la que se levanta todo este edificio social que es el capitalismo y su civilización, desde las clases sociales, las empresas, los bancos, al Estado. Si las raíces están podridas, todo el árbol lo está; si su naturaleza es venenosa, lo son sus frutos. La crisis, la pobreza, el paro, la ofensiva de la burguesía para derrotarnos, la agresividad de sus Gobiernos, sólo es posible porque existe el capitalismo, es decir, el régimen asalariado del trabajo, y mientras no lo abolamos (no se puede simplemente derogando alguna ley), la burguesía seguirá amenazándonos. No es éste el lugar para más explicaciones, pero basta con leer a Marx y su teoría del trabajo asalariado y la plusvalía, disponible en internet, o los textos mencionados al final.
¡Para eliminar la estafa de la democracia, de la crisis, ataquemos la madre de todas las estafas: el régimen salariado del trabajo! ¡Régimen asalariado del trabajo, los trabajadores lo echaremos abajo!
X.- ¡Trabajadores europeos, unidos o vencidos!
Las reivindicaciones que valen para España, como derogación del Pacto y del Tratado de Estabilidad (de la Unión Europea) y de las leyes españolas derivadas de esto, como el artículo 135 de la Constitución, la ley 20/2012, etc., el régimen asalariado del trabajo, también valen en lo fundamental para los trabajadores/as de otros países de la UE, especialmente de la eurozona, como los griegos, portugueses, irlandeses, italianos, franceses, belgas, alemanes, etc.
Luchando por estos objetivos comunes podemos unirnos, hacernos fuertes, crear un frente unido, no con nuestra burguesía doméstica, sino entre la clase trabajadora y los sectores populares agredidos, de toda Europa.
Cada burguesía nacional, como está clarísimo en el caso de la española, no pretende proteger a sus propios trabajadores/as, sino derrotar a toda la clase trabajadora europea para antes de 2020. Por eso ¡las fronteras estatales no nos protegen de las burguesías, sino que nos aíslan del resto de nuestra clase y nos hacen más vulnerables a la burguesía doméstica y europea! La derrota de los trabajadores/as de un país, significa el debilitamiento del conjunto de la clase trabajadora europea y que el capital europeo se haga más fuerte, avanzando en sus objetivos para 2020: trabajadores/as derrotados, abaratados al máximo, y desmoralizados por muchos años para hacernos víctimas de mayores agresiones cuando llegue la crisis de la década de los 30 a raíz de dispararse los costes energéticos, y los riesgos de guerra dentro de Europa o desde Europa.
No nos interesa eso, sino una Europa menos dividida por los nacionalismos, en la que los trabajadores/as tengamos cada vez más unidad y más peso social y político hasta poder llegar a los Estados Socialistas Unidos de Europa como tarde para la década de los 40 para impedir la respuesta burguesa a la crisis de los 30 y la catástrofe del Cambio Climático sin medidas suficientes para antes de 2020 ni para antes de 2050 por parte de la burguesía. Pero para esto debemos impedir la derrota en España para 2016 y en toda Europa para 2020, lo que exige derogar los pactos, tratados y leyes que nos llevan a eso.
¡Por encima de las fronteras, unidad de la clase obrera! ¡Frente a la Unión de Explotadores, la unión de los trabajadores! ¡Europa será obrera o mal futuro nos espera! ¡Pena capital a la UE del capital!
XI.- Tomemos la iniciativa sin esperar a sindicatos y partidos
Los sindicatos y partidos de izquierda ya nos vienen demostrando de sobra sus limitaciones, atados a sus compromisos con el Estado, o con tal o cual fracción de la burguesía, estatal o nacional, o búsqueda de “consensos” con partidos más a la derecha que ellos.
Debemos empezar a prepararnos desde los centros de trabajo, estudio, oficinas de parados, etc. para mantener una lucha sostenida durante varios años. Allí donde estemos cada uno podemos impulsar la conversación, el debate, sobre cuestiones como las planteadas en este documento, sobre las derogaciones de los pactos, tratados y leyes con las que nos agreden y buscan derrotarnos para tenernos más sometidos y por muchos años, la necesidad de que este gobierno no consiga llegar al final de su legislatura e imponer su programa oculto en las elecciones, sobre los intereses comunes que tenemos todos los trabajadores/as de la eurozona, cómo el aislamiento estatal lleva al desastre y la derrota, la necesidad y posibilidad de unirnos por encima de las fronteras. Y todo esto llevarlo a las Asambleas, para debatir en ellas, decidir las reivindicaciones, las consignas, tanto las más concretas para hacer frente a las agresiones, como las más generales y comunes a todos como las expresadas en este documento, y las acciones a tomar, sin que líderes, comisiones, sindicatos o partidos, las mangoneen y tomen las decisiones a nuestras espaldas o sin un verdadero debate.
NOTAS: 1) Esteban González Pons, del PP, ha sido casi insolente el domingo “Si el BCE quiere, esto se acaba el lunes. Si no se acaba el lunes es porque el BCE no quiere o porque alguien no quiere que el BCE quiera. Puede que alguien, en contra del espíritu de la UE, quiera que España y los países del sur no pertenezcan al mismo club que los países del norte de Europa” (El País, 23 julio).
2) Su gran capacidad de demanda encarece el precio del bono pero como el interés es fijo, reduce su rentabilidad (también para el BCE), desanima así a otros posibles compradores y a los especuladores a corto que apuestan por la bajada del precio, y la presión al interés alto en las subastas del Tesoro (mercado primario) ante el riesgo de que ocurra todo eso si provoca la intervención del BCE; pero harán negocio los bancos que consigan vender alto al BCE, o a un precio aceptable cuando desean deshacerse de esos bonos porque no se fían suficiente del Estado o quieren liquidez para negocios mejores. Pero el efecto a la baja del tipo de interés es mucho menor que si el BCE comprase directamente al Tesoro en el primario.
3) Una aproximación sencilla. Supongamos, si antes el Estado tenía unos ingresos de 100 euros y unos gastos de 180, el déficit sería de 80 euros. Si el PIB era de 1000 euros, tenías un déficit del 8% del PIB (1000 x 8% = 80). Pongamos que puedes conseguir bajar el déficit a 60, pero por lograrlo en muy poco tiempo habrá sido a costa de reducir sobre todo los gastos y no de aumentar los ingresos o a costa de mayores impuestos a los trabajadores/as sobre todo (IVA, IRPF, IBI, “copago”), mermando su capacidad de consumo. No hay manera de que en esas condiciones se produzca crecimiento económico, al contrario, se profundizará la recesión, es decir, supongamos, a costa de bajar el PIB a 750. Tendremos otra vez el déficit del 8% en relación con el PIB (750 x 8% = 60), a pesar de haber reducido el déficit de 80 a 60 euros (un 25%). Si se pretendía bajar el déficit al 6%, se debería haber mantenido el PIB en 1000 (1000 x 6% = 60), lo que significa sostener la misma producción y demanda, en lugar de hundirlas, y por tanto no podría haber sido a costa de los gastos salariales y sociales y los impuestos a los trabajadores/as, sino a cuenta de mayores impuestos a los beneficios del gran capital y las grandes rentas ante todo.
Lector/a: para profundizar en los fundamentos y argumentación de esta orientación, e inspirarse en muchos eslóganes, los siguientes artículos y libros, todos seleccionados en Kaosenlared.
El futuro del mundo se juega en Europa esta década. Campaña “2020: déficit 0, trabajadores ko, Cambio Climático 10” (16/07/2012) seleccionado como “Destacado”.
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/24902-el-futuro-del-mundo-se-juega-en-europa-esta-d%C3%A9cada-campa%C3%B1a-%E2%80%9C2020-d%C3%A9ficit-0-trabajadores-ko-cambio-clim%C3%A1tico-10%E2%80%9D.html.
“La UE del capital. Nueva era, nuevo rumbo. Trabajadores europeos, unidos o derrotados. Nueva estrategia” 22 páginas (14/06/2012) Seleccionado como “Destacado”. Descargando el archivo pdf, tendréis acceso a libros y artículos que vengo publicando en Kaosenlared
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/21552-la-ue-del-capital-nueva-era-nuevo-rumbo-trabajadores-europeos-unidos-o-derrotados-nueva-estrategia.html.
“2016 déficit 0. La burguesía acelera para derrotar al proletariado. Por una campaña europea contra el déficit 0” 14 páginas (28/05/2012).
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/19693-2016-d%C3%A9ficit-0-la-burgues%C3%ADa-acelera-para-derrotar-al-proletariado-por-una-campa%C3%B1a-europea-contra-el-d%C3%A9ficit-0.html.
“[LIBRO] Trabajadores en bancarrota y riesgo de derrota. ¿Cómo evitarlas y fortalecernos? Una guía” 94 páginas. (3/03/2012), seleccionado como “Destacado”.
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/9979-libro-trabajadores-en-bancarrota-y-riesgo-de-derrota-%C2%BFc%C3%B3mo-evitarlas-y-fortalecernos?-una-gu%C3%ADa.html.
“Capital, energía y plusvalía. Por un ecologismo proletario. Comentarios a Ramón Fernández Durán. Llamamiento”.80 páginas (3/09/2011). kaosenlared.net/noticia/capital-energia-plusvalia-ecologismo-proletario-comentarios-ramon-fern.
“Horizonte 2050: Socialismo o Mega-Crisis. Recuperar nuestra vida y salvar la Tierra. Una propuesta de Marco” 25 páginas (14/05/2011) kaosenlared.net/noticia/horizonte-2050-socialismo-mega-crisis-recuperar-nuestra-vida-salvar-ti.
Estrategia ideológica de la burguesía. Inocularnos el veneno de sacrificarnos en nombre de una falsa solidaridad que sólo a ella beneficia. Sembrar cizaña. Someternos a las exigencias del capital como algo inevitable. Cambio de argumentario y derrota. Este otoño. Nuestra estrategia. Eslóganes
Me he atrevido, pasados ocho años, a echarle un vistazo al libro “Tiempos de horror. Amok, violencia, guerra” de Wolfgang Sofsky (Siglo XXI, 2004). Me ha bastado con leer dos páginas (101 y 102) y he vuelto a dejarlo, no estaba para tristezas. Pero han sido muy provechosas, porque como en un flash, he reconocido la metáfora del programa oculto del PP, y de la estrategia de la burguesía europea, con la vista puesta en 2020 y su década. Aquí me dedicaré a un aspecto no por elemental menos importante dado su valor propagandístico para la burguesía, pues afecta a mucha gente sobre todo con bajos conocimientos y conciencia de clase; un veneno que nos inoculan, con el cual nos confunden y paralizan, para devorarnos más fácilmente. Es importante sacar a la luz no sólo las contradicciones y mentiras del gobierno, el “donde dije digo, digo Diego”, sino su argumentario y cómo afecta a la psicología y conciencia de los sectores populares. El argumentario de la burguesía se desplaza, entiendo, desde aceptar el sacrificio por “solidaridad” porque eres un “privilegiado”, a la siembra de sospecha de fraude y abuso para dejar tirada a la gente, al sometimiento a una realidad inamovible que nos obliga a aceptar (y hacer ellos) lo que “no nos gusta”. Este argumentario, aunque puede coincidir en el tiempo, se da en diferentes dosis porque responde a diferentes estadios de conciencia y capacidad de resistencia en los receptores, incluida la derrota. La evolución del argumentario de la burguesía también es un indicio de la correlación de fuerzas, de sus dificultades y avances para derrotarnos, y por eso debemos prestarle mucha atención, pues nos aproximamos a un momento crítico, que empezará a revelarse en este otoño, más con el próximo “rescate” al Estado.
Frente a este argumentario, además de contrarrestarlo en concreto, debemos desvelar a los ojos de todos cuál es la estrategia de la burguesía, el programa oculto que comparten todos, sus planes a medio y largo plazo, para lo que resta de esta década y a partir de 2020, que pasa por derrotarnos antes de 2020 para imponer el régimen social implícito en el Tratado de Estabilidad de la U.E. ante todo. Que yo sepa, no se está haciendo y sin embargo es fundamental para no caer en la miopía del cortoplacismo, en los análisis en los que los árboles nos impiden ver el bosque. Que los trabajadores/as descubran las verdaderas intenciones del capital a medio y largo plazo, manifiestas en sus pactos, tratados y leyes, hará que rechacen con más facilidad las mentiras que hoy quieren colarnos sobre la “salida de la crisis” y el futuro que nos espera bajo su dominio en los próximos lustros. Tenemos aquí un recurso formidable para resistir, debilitar, agotar su estrategia para derrotarnos y lanzar la contraofensiva, y no debemos seguir desaprovechándolo. También mostraré cómo aprovechar mucho mejor la denuncia del fraude fiscal.
Los eslóganes del final del texto sirven de contraargumentario a su propaganda, y estrategia a largo plazo. Unas tareas que, no por ser alguna muy elemental, debe ser descuidada o aumentará la distancia entre los sectores más avanzados y los más retrasados e intimidados, lo que perjudicará nuestra resistencia ahora y la contraofensiva que deberá contar con importantes reservas dispuestas a luchar también. Pido a quienes conocéis mejor las entrañas de las (malas) artes de la comunicación, a estar vigilantes y a profundizar en esta línea de investigación y, sobre todo, de respuesta.
No perdamos ni por un momento de vista que la política y propaganda de los gobiernos del PP, CiU y también PSOE (aunque en menor medida), son parte de la estrategia del conjunto de la burguesía europea. La contrarreforma de las jubilaciones y contrarreforma laboral son aconsejadas por el Pacto por el Euro y aprobada por la Unión Europea (Olli Rehn, Comisario de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, contestando “Eso sería fantástico, ok, ok” al parte del ministro de Guindos “Mañana aprobamos la reforma del mercado laboral, vas a ver que será extremadamente agresiva”); los recortes responden a los objetivos del déficit del 3% del Pacto de Estabilidad, del déficit del 0% y deuda máximo del 60% a partir de 2020 de la Ley de Estabilidad, a la prioridad absoluta al pago de la deuda introducida con la traicionera reforma del artículo 135 de la Constitución, hijas del Tratado de Estabilidad de la U.E., y al papel del Banco Central Europeo encareciendo nuestra deuda pública; las verdaderas tijeras, hachas y látigos con las que luego se concretan las mil y un agresiones. Cuestiones que trato con más profundidad en mis textos, todos en Kaosenlared. [Para ver bien el cartel de la imagen: clic sobre ella. Situarse encima, ratón derecho: “Abrir imagen en nueva pestaña” o “Ver imagen” o Copiar o Guardar]
1.- La “marcha de la muerte” del capital. Agitar la “solidaridad” para destruir la verdadera solidaridad. Cuando no haga falta, solo “hacemos lo que hay que hacer”. La señal de la derrota. Un momento crítico. Este otoño
Analiza Sofsky la naturaleza de las “marchas de la muerte”, como, supongo, las de los prisioneros de los nazis y también de los japoneses, que resumo y añado de mi parte: Como la velocidad de la marcha, agota las fuerzas ya escasas, al principio, los prisioneros, para resistirse y por solidaridad con los más débiles, pueden colectivamente intentar reducirla. Pero la presión de los guardias armados (con sus perros mata-hombres, látigos, armas de fuego), sobre los últimos de la columna y los rezagados, víctimas de sus ataques y asesinatos, acelera la marcha. Para evitar quedar atrás, todos intentan adelantar puestos, con lo cual, imprimen más velocidad a la columna, lo que expone a los más débiles a quedar a la cola, a rezagarse, a caer, y a la muerte. Quienes van en cabeza también acabarán flaqueando. Los lazos de camaradería más fuertes se van rompiendo. Cualquier intento de ayudar a un compañero, de sostenerle, detenerse para asistirle, rezagarse por él, significa también la muerte del solidario. Los guardianes cometen asesinatos aleatorios, sólo para transmitir que nadie debe sentirse seguro, que están totalmente a su merced. Cada uno debe pensar sólo en sí mismo, lo que facilita la tarea de los guardianes y la finalidad de la marcha. Según se reducen las esperanzas de vida a pesar del sobreesfuerzo, se impone la desmoralización, la apatía, la indiferencia por la suerte de cualquier otro. Los guardianes se regodean en el sufrimiento y en su poder absoluto. Finalmente, gran parte de la columna ha sido eliminada y los supervivientes están totalmente derrotados, sometidos, reducidos al instinto de supervivencia de un animal indefenso, entregando sus últimas fuerzas al trabajo esclavo.
A diferencia del trato dado a una columna de presos que están ya derrotados, como todavía no lo han conseguido con nosotros, la burguesía no puede atacar directamente las relaciones de solidaridad. Se sirve de un falso discurso solidario para socavar la solidaridad verdadera. En vez de exigir la solidaridad de la burguesía con el resto de la población, lo que siendo consecuentes y llevándolo hasta el final, sólo podría suponer la supresión de esa relación de explotación, eliminar a la burguesía en cuanto que clase (no a las personas), reclama la “solidaridad” para aceptar injustos sacrificios y garantizar los beneficios. El que ya ha sido robado, en vez de reclamar que se lo devuelvan, debe permitir que se le robe más, supuestamente para ayudar a otro asaltado, pero en realidad, para facilitar la transferencia de más bienes a los ladrones.
Por “solidaridad”, los trabajadores/as que todavía tengamos trabajo, debiéramos aceptar sacrificios, para poder ayudar a los más expuestos, pues seríamos unos privilegiados (la burguesía no, porque según ellos, tampoco lo es, se lo ha ganado todo justamente y debemos sentirnos agradecidos porque su misión en la vida es crear empleo, aunque sea destruyéndolo). Cuando a los funcionarios se les elimina una paga extra, se les culpabiliza, porque otros están en paro, necesitan ayuda, y ellos tienen trabajo “seguro”. A los parados que cobran prestación por desempleo, de algún modo se les recorta, para que los nuevos parados también puedan tenerlo, pero en realidad para pagar a la banca la deuda a un alto interés o para rescatarla. Los que viven en casa de sus padres, acabarían por tener menos derecho a subsidio, porque para eso cuenta con el “colchón familiar” y hay que dar preferencia a quienes tienen una familia que mantener, aunque tampoco se les garantice a estos un derecho mínimo e indefinido. Aceptar el retraso de la edad de jubilación y una reducción de las pensiones, para que los que nos siguen también la disfruten, dicen, sabiendo que para ellos puede que ya la hayan suprimido o por muchos años trabajados no tengan derecho. Como “los de aquí” somos los primeros, habría que cicatear la asistencia sanitaria a los inmigrantes “sin papeles”, pero los nacionales de cualquier forma también sufrimos duros recortes y el gobierno programa el desmantelamiento de la sanidad pública para que la privada haga más negocio y nosotros sólo podamos acceder si podemos pagar más, lo que de hecho es un abaratamiento de nuestra fuerza de trabajo. Como no sirven para trabajar, reducir los recursos a la dependencia, a la vez que por “respeto a la vida”, “solidaridad con los disminuidos”, se plantea limitar el derecho al aborto por malformaciones del feto, aumentando las personas dependientes, y recortando el derecho de las mujeres a controlar nuestro cuerpo y reproducción. Como los jubilados gastan mucho en medicinas y tampoco volverán a trabajar, para no ser unos “aprovechados derrochadores”, deberían costearlas directamente en parte, aunque vengan cotizando toda la vida y apenas hayan necesitado de la asistencia sanitaria hasta ahora, porque buen ciudadano sería para ello aquél trabajador/a que paga impuestos por unos servicios que no utilizará, para que se puedan hacer transferencias de recursos a otros fines más convenientes a la burguesía que en tanto practica el fraude fiscal. La brutal subida del IVA se justificaría para podernos garantizar la sanidad, educación, etc., que con la misma subida recortan y que a pesar de todo seguirán recortando, a la vez que evitan la presión fiscal al gran capital. Los trabajadores/as griegos, irlandeses, portugueses, españoles, italianos…, a pesar de enfrentarnos básicamente a los mismos problemas y agresores (pactos, tratados, la troika de la UE), luchemos aislados como buenos nacionales, comprometidos con “nuestra” economía “nacional” (o sea, la burguesía doméstica y europea, como la banca alemana acreedora), sin contaminarnos con extranjeros, para ser más fácilmente vencidos. Los trabajadores/as griegos no tendrían, según la burguesía, nada en común con los alemanes del recortado “Estado de bienestar” y de los mini-jobs (400 euros), porque son alemanes como la “nazi” Merkel que les gobierna por su elección. Enfrentémonos también a través de la “competitividad” de las empresas, a costa de aceptar y presionar al abaratamiento mutuo. Los trabajadores/as griegos, después de haber sido exprimidos por su propia burguesía y la del resto de la Unión Europea (alemanes y franceses sobre todo), pueden ser arrojados fuera de la zona euro para que terminen de hundirse en la miseria, y así “no poner más en riesgo a todos perjudicando el euro”. Y así, una lista que sería interminable.
A la vez que quieren manipular contra nosotros la solidaridad a fin de preservar sus beneficios, siembran cizaña para dividirnos más. Previamente a los ataques contra los funcionarios, hacen una campaña para presentarlos como poco laboriosos y privilegiados, aunque el funcionario corriente es un mileurista. Siembran maliciosamente y agigantan la sospecha del pequeño fraude entre los parados y el abuso de medicamentos entre los jubilados, o dejan caer la especie de que las tarjetas sanitarias que no se anulan tras el fallecimiento del titular sean objeto de fraude (los hijos o cónyuge viudo recibirían los medicamentos que el médico receta al titular y luego los venderían, idiotez de la que por supuesto no aportan ninguna cifra, siquiera sobre la utilización de las tarjetas posteriormente al fallecimiento, y como si aquí cupiese un gran fraude a la Seguridad Social que justifica recortes). En tanto, no persiguen como debieran el verdadero y gigantesco fraude fiscal que de las grandes empresas solo, ascendería, tirando por lo bajo, en torno a unos 50.000 millones de euros al año, y para colmo, otorgan amnistías fiscales a los defraudadores. Es todo un modo de desviar la atención sobre el fraude que de verdad hace daño a las arcas del Estado (el de la burguesía), y de sembrar cizaña para romper nuestra solidaridad, enfrentarnos entre nosotros, facilitar las medidas de recortes a funcionarios, parados y jubilados, en nombre de las necesidades de la “economía nacional” que no es otra que la del capital, la explotación del trabajo asalariado y dejarnos cada vez más desamparados.
Otra línea argumental del gobierno del PP (siguiendo los criterios del Plan de Estabilidad y del Tratado de Estabilidad de la U.E., y para avanzar hacia los objetivos de la Ley de Estabilidad española a partir de 2020), es la de que debemos reducir el déficit hasta eliminarlo y rebajar la deuda pública, y que por tanto no podemos gastar más de lo que tenemos. Esta es la excusa para los recortes en los gastos sociales. Pero terminan aumentando los ingresos fiscales, no para mejorar los servicios sociales, sino para reducir el déficit y pagar la deuda, solo que subiendo los impuestos a la clase trabajadora y sectores populares, pero no acabando con el fraude fiscal de la burguesía que, al menos por su volumen, podría evitar todo eso, como veremos un poco más adelante.
La solidaridad, la “lucha contra el fraude” y “contra los privilegios”, que lleva adelante la burguesía y sus gobiernos es ante todo: unirse como una piña contra nosotros, llamar solidaridad a sacrificarnos por sus intereses, sembrar la cizaña y la insolidaridad entre los trabajadores activos, parados, jubilados, dependientes e inmigrantes “sin papeles”, atacar los derechos adquiridos de los trabajadores/as como si fuesen privilegios inmerecidos y sujetos a la conveniente revisión de la burguesía (“los mercados”), abaratarnos como trabajadores/as asalariado y perceptores de los servicios sociales, y no perseguir debidamente y amnistiar el fraude fiscal de la burguesía y proteger sus privilegios de clase, los beneficios del capital.
A nivel más general, nos dicen que para salir de la crisis debemos “arrimar el hombro”, “remar juntos en la misma dirección” es decir, al ritmo y con la ruta que nos marca la burguesía; llamadas a “asumir sacrificios para salir todos adelante”, a “no crear más dificultades a la economía haciendo huelgas”, incluso, “no afectar a la prima de riesgo, infundiendo desconfianza en los mercados, al perjudicar la imagen de España” por hacer huelgas, manifestaciones, etc. Es decir, que la responsabilidad por el agravamiento de la crisis la echan sobre nuestras espaldas, por resistirnos a sus agresiones, por no poner buena cara.
Según la exigencia de sacrificios en nombre de la “solidaridad” etc., va colando menos porque no se resuelven los problemas y se agravan los de la clase trabajadora, mientras se preservan los beneficios del gran capital y los burgueses siguen cobrando elevadísimos emolumentos, y ni siquiera se acaba con el enorme fraude fiscal de las grandes empresas, entonces recurren al mensaje definitivo de la exigencia de una fuerza superior, por encima de todos, inapelable, como una potencia de la naturaleza o el Olimpo de los dioses, a la que sólo cabe someterse y aplacar su ira en evitación de males mayores. Lo transmiten cuando nos dicen que los sacrificios son imprescindibles no por solidaridad entre todos, salir adelante, etc., sino para “inspirar confianza y calmar a los mercados”, es decir, para que los capitalistas vean atractivo invertir por la tasa de ganancia, las instituciones financieras (a veces las mismas salvadas a nuestra costa) se animen a conceder sus préstamos por ser el Estado solvente, etc. Bajo el eufemismo de “los mercados” encontramos la exigencia del beneficio económico para el capital por encima de todo, pues es el motor de este sistema social. No es a “los mercados” a los que debemos tranquilizar, sino al dios Capital con la seguridad de que seguiremos ofreciéndonos en sacrificio. En último extremo, el capital internacional deberá “rescatar” al país para que el hundimiento de sus bancos y de la deuda de su Estado no arrastre a la quiebra a los bancos acreedores alemanes, etc. que previamente han propiciado el desastre cuando la burbuja inmobiliaria y las ventas de sus productos (automóviles, etc.) en base al endeudamiento les reportaban enormes beneficios. Resultado, los “rescatados” rescatamos al “rescatador”.
Hasta que llegamos al argumento “hacemos lo que hay que hacer aunque no nos guste y vosotros debéis aceptarlo porque no hay otro remedio”, a falta del final “se hace porque lo que manda la autoridad y punto”. Pero ¡atentos! Cuanto menos recurran al discurso de la “solidaridad”, más al de culpabilizar, más a la cizaña, y más todavía al de la inevitabilidad, la fuerza mayor, las fuerzas superiores, la fuerza de la autoridad, la autoridad de la fuerza, significará efectivamente que ya no nos creemos sus mentiras, pero también podría llegar a significar dos cosas muy diferentes: a) que a falta de mejores argumentos deben recurrir cada vez más al “porque las cosas deben ser así”, o b) que ¡tampoco necesiten ya del discurso de la solidaridad, porque nos estén derrotando!
Ahora nos encontramos en un momento crítico: las mentiras se van agotando y deben recurrir a culpabilizarnos y al sometimiento a la “fatalidad”, pero seguimos siendo demasiado débiles, nuestra respuesta está muy lejos de ser la que se merecen las agresiones que sufrimos, por lo que podrían someternos con la sensación de impotencia frente a condiciones y fuerzas que nos desbordan, más con el próximo rescate al Estado y el “aval” de la Europa “democrática”. Estamos en un punto clave en el que empezará a decidirse el curso del proceso. Necesitamos que su argumentario se deba a la causa a) desgastado el truco de la solidaridad no les queda más que el de la fatalidad; y no al b) nos están derrotando y ya no necesitan del truco desgastado. Pues podemos no tragarnos sus mentiras, pero ser impotentes para impedir que nos aplasten. Tengamos en cuenta que la burguesía ante todo quiere vencer, si lo hace convenciendo, tanto mejor para ella, pero no es imprescindible; de ahí, por ejemplo, los golpes de estado militares y las matanzas que los siguen. Porque algunas de sus mentiras se desgasten (como las referentes a la solidaridad), no quiere decir que no puedan derrotarnos.
No debemos llegar a la situación en que para tenernos sometidos bastaría recurrir a una autoridad (sea la económica, los mercados, el gobierno), no a nuestra sensibilidad humana, al compañerismo, la solidaridad. En el peor de los casos supondría la imposición del terror militar; en el menos malo, la sumisión por resignación. Si no se necesita recurrir a la solidaridad, y se consigue dominar, es porque la solidaridad ya no tiene capacidad de rebelión y por tanto no hay que engatusarla, desviarla direccionándola hacia donde a ellos les interesa. El mensaje de la solidaridad puede haberse desgastado y ser inútil, pero tampoco quedaría ya una solidaridad auténtica que suponga un peligro potencial, porque imperaría la resignación y el individualismo.
Hasta ahora nos vienen diciendo “¿Te parece injusto?, fíjate mejor, porque lo verdaderamente injusto es…”. Será “¿te parece injusto? Pues, te jodes”. Mejor para ellos “Ya ni te sublevas porque sea injusto, sólo esperas salir lo mejor posible, sin contar con el apoyo de los demás, de una situación inevitable, debido a una fuerza superior,”. Ellos adoran al capital, nosotros también deberíamos someternos a su dios de todo corazón; seríamos los muslim (musulmanes, los que se someten) del capital. Más cerca del estado mental de los presos de la columna de la marcha de la muerte. A los presos de la columna de la muerte ya no hacía falta contarles milongas para conseguir que avanzaran. No hacía falta manipular su solidaridad, simplemente se la castigaba. A los prisioneros que en los campos de trabajos forzados y exterminio nazis se rendían y hundían, incapaces ya de reaccionar emocionalmente, les llamaban “musulmanes”.
Por eso, el abandono del discurso de la solidaridad y el recurso cada vez mayor al de lo inevitable, el sometimiento a los mercados, etc., es una señal, no sólo de que se agotan las mentiras, sino de que percibiendo también nuestra debilidad, buscan otra forma de aproximarnos a la derrota. Una derrota en la que acabarían rompiendo también nuestra potencial solidaridad para la rebeldía.
Cuanto más inevitable consideremos la situación, cuanto menos creamos que podemos hacer algo para cambiarla, que pueda existir una alternativa a esta sociedad, más fácilmente nos embarcarán en la “marcha de la muerte”.
Y a todos nos presionan para acelerar cada vez más la marcha y aceptar sacrificios, dejar abandonados en la cuneta a más y más personas, de éste u otro sector social, de todas las edades, de este país o de otro, porque lo exige la “competitividad”, y el pago de la deuda. Devaluar, ya que no se puede la moneda (no la tenemos propia), los salarios y gastos sociales del Estado, y para ello aceptar menores salarios, no actualizarlos a la subida del coste de la vida, sino condicionarlos al aumento de la productividad (dar cada vez más trabajo no pagado por actualizar el salario al coste de la vida), la pérdida de poder negociador en las empresas, eliminar a parte de la plantilla, provocar lo mismo en las empresas de la competencia si quieren sobrevivir y que lo consigan porque nos desplazan del mercado; transferir el resultado de nuestro trabajo, en forma de impuestos, al rescate de la banca española para que a su vez pague los intereses y devuelva capital a la banca alemana, francesa, etc., a costa de desmantelar el “Estado de bienestar”, de modo que esa banca alemana socializa sus potenciales pérdidas en España y garantiza sus beneficios. Y en todo esto, aumentar las suspicacias entre los trabajadores/as de unos y otros países, para que cada uno nos pongamos del lado de nuestra burguesía: todos contra los chinos, los alemanes contra los “vagos y manirrotos” del sur, los griegos contra los alemanes que son unos “nazis”, todos contra los inmigrantes negros, turcos, rumanos…, y la burguesía unida venciéndonos, aumentando sus beneficios a costa de nuestros salarios y sacrificios, y ¡partiéndose de risa!
El resultado será la depauperación cada vez mayor, la exclusión social, el aumento del sufrimiento (ansiedad, depresiones, etc.) incluso de los suicidios. La destrucción de la solidaridad, el imperio de la insensibilidad social (el “¡que se jodan!” de Andrea Fabra, del PP), la mezquindad, la imposición de la lucha de todos contra todos y el sálvese quien pueda. La destrucción de la comunidad de los trabajadores/as, de la más básica comunidad social, para que impere sobre todos la depredación de la Mega-Máquina de acumular trabajo no pagado (plusvalía --- beneficio ---- capital) que es el régimen asalariado del trabajo o capitalismo. A cambio, la engañifa de la falsa comunidad del patriotismo de la burguesía, más entregado que nunca a los intereses generales del capital de la zona euro. Y para tapar la farsa, banderas gigantes, y los triunfos de las selecciones deportivas.
El debilitamiento de su mentira “solidaria” debe suponer el reforzamiento de nuestra verdadera solidaridad. No debemos comprometernos con la economía nacional y los mercados, porque eso lleva a nuestra división en el país y en Europa, sometimiento, abaratamiento, empobrecimiento, derrota. Debemos solidarizarnos entre nosotros contra la burguesía, y traspasar las fronteras nacionales para unirnos con los trabajadores/as europeos tanto intervenidos como no, porque sufrimos las mismas agresiones básicas que parten del mismo Pacto por el Euro, del mismo Pacto de Estabilidad, del mismo Tratado de Estabilidad. En lugar de someternos a las exigencias de “los mercados”, a lo que dice la acumulación de beneficios que “hay que hacer aunque nos disguste”, cuestionaremos el beneficio, y el origen de todas estas calamidades, el régimen asalariado del trabajo, raíz del capitalismo. Este es el camino para vencerles a todos, no el 25-S con su trampa de las Cortes Constituyentes burguesas, ni el referéndum de CCOO y UGT, ni una HG descafeinada.
He dicho que vivimos un momento crítico, nos encontramos en una fase clave que puede decidir hacia dónde empieza a inclinarse la balanza, aunque eso no significa que lo haga de modo irreversible, si en un sentido ni en otro. Y ese momento es ahora, este otoño, tras tantas agresiones y un nuevo rescate, que exigen una respuesta contundente, pero en la dirección correcta.
2.- El caso del fraude fiscal, sorprendentemente desaprovechado. Cómo usarlo para contrarrestar su argumentario, pero sin desviarnos de la tarea principal
La cifra de 50.000 millones de euros es una estimación moderada tirando hacia abajo entre las más elevadas y las más bajas (la inferior serían 42.711 millones, una probable 64.000 millones, otras estimaciones que extrapolando el porcentaje correspondiente a las grandes empresas dispararían la cifra por encima de los cien mil), pues aunque existen estudios de inspectores de Hacienda, de sus sindicatos, y de economistas, no hay una cifra oficial, porque no se ponen los medios para ello. Para hacernos una idea de lo que suponen esos moderados 50.000 millones de euros al año de fraude fiscal de las grandes empresas hagamos unas comparaciones bien sencillas. El PIB de España en 2011 fue de 1.073.383 millones de euros. Se estima que este año puede bajar entre un 1,5% y un 2%, dejémoslo en lo primero, es decir, a 917.742 millones de euros. Se busca que el déficit público sea del 6,3% del PIB, es decir 57.817 millones, en torno ¡al fraude fiscal! El “ajuste presupuestario” para 2013 y 2014 suma 60.000 millones de euros, que se traducirá en enormes recortes en sanidad, educación, dependencia, subsidios, etc. Es también 60.000 millones más o menos la cantidad prevista que se pedirá para el rescate a la banca que aumentará el déficit y la deuda del Estado, recayendo en gran parte sobre nuestros impuestos. Con 50.000 millones se podría pagar a 5 millones de parados 10.000 euros al año, dividido entre doce pagas, a 833 euros cada una. El déficit de las comunidades autónomas, que son precisamente las encargadas de los gastos de sanidad y educación, es de 85.000 millones de euros. Claro que con el fraude de un año no se podría costear todo esto, pero recordemos que llevamos “toda la vida” con un enorme fraude fiscal protagonizado por la burguesía y sobre todo por el gran capital (en torno al 70% del total). Por eso se puede decir con absoluta seguridad, que el déficit del Estado, y por tanto la deuda que el Estado debe emitir para compensar ese déficit, pagando un alto interés por ella, está provocada, no por los gastos sociales, sino directamente por el fraude del gran capital sobre todo, y vuelve a recaer sobre nuestras espaldas mientras a la burguesía se le ofrece la amnistía fiscal para que aflore algo de ese dinero, en tanto a los parados, etc., se le recorta por todos lados y afilan los requisitos y medidas de control, sanciones, suspensión del subsidio, etc. El gran capital sobre todo, elude pagar incluso los impuestos que le corresponden, obligando así al Estado a pedir prestado a la banca y otros inversores que hacen su negocio a costa de los intereses que con nuestros impuestos sobre todo se le pagan. Los grandes que cometen fraude y las grandes empresas con importantes paquetes de acciones en la banca, vía dividendos, sacan también este beneficio indirecto de su fraude fiscal. El gran capital es un gran defraudador fiscal a pesar de disfrutar de un régimen impositivo mucho más benévolo para sus intereses que el de otros países del primer mundo; un sistema fiscal que carga casi todo su peso sobre la clase trabajadora y sectores no explotadores de la población. De equipararnos a otros países, lo que debería ingresarse sería mucho mayor, y si no existiese el fraude fiscal a esta escala, no cabría hablar ni de déficit, sino de superávit o de muchos más gastos sociales perfectamente financiados, pero esto, claro está, contraviene la estrategia que frente a la crisis sigue la burguesía: reducir los gastos directos (salario, cotizaciones), indirectos y diferidos (sanidad, educación, subsidios, pensiones…) que le supone el mantenimiento de la clase trabajadora, y preservarse por los medios que sea, incluido el fraude fiscal, la mayor parte del beneficio (trabajo no pagado).
Pero es mucho más cómodo, y agradecido por la burguesía, aumentar la recaudación subiendo el impuesto sobre la renta (IRPF) a los trabajadores/as que estamos perfectamente controlados por la nómina (no como las declaraciones de la renta de burgueses que parecen unos pobres de solemnidad), y a todo lo que consumimos (el IVA, el método más injusto por recaer principalmente sobre la población trabajadora), pero no a los productos de lujo (automóviles de alta gama, etc.) que no han disminuido sus ventas. O recortar el sueldo y quitar una paga extra a los funcionarios y empleados públicos. Es tan escandaloso el tema que por eso mismo procuran que se hable lo menos posible en los medios de comunicación (controlados por el gobierno o directamente por el capital, financiados por su publicidad…) y se compare menos aun. Y para colmo, a fin de desviar nuevamente la atención sobre los principales causantes (el 70%) del monumental fraude fiscal, insisten en ¡el fraude del fontanero con la trampita de “señora ¿con IVA o sin IVA?”!, cuando han subido al 21% ¡por supuesto sin IVA, que debemos llegar a fin de mes!
Si hay tan pocos inspectores de Hacienda dedicados a la persecución del fraude fiscal a gran escala y si no es para perseguir como se debe el fraude fiscal ¿por qué tenemos en comparación con otros países del primer mundo un gasto tan elevado en policías, y más número de policías por habitantes? ¿Para proteger a la burguesía, o sea, a los defraudadores reales o potenciales, y sus privilegios de clase? ¡Qué mal pensada!
Con esta denuncia del fraude fiscal no pretendo crear la ilusión de que la solución vendrá de superarlo y que debamos centrarnos en esa batalla. El fraude fiscal es la vía por la que la burguesía consigue retener para sí una parte de los beneficios extraídos gracias al trabajo no pagado (plusvalía) a los que, como con el salario, no están dispuestos a renunciar en esta situación de crisis. Lo que está en el fondo por tanto es la cuestión de la plusvalía, no de la “responsabilidad ciudadana o empresarial”. Forma parte de su estrategia: el mantenimiento del aparato burocrático y represivo del Estado burgués sobre las espaldas de los trabajadores/as a la vez que se desmantelando del “Estado de bienestar” de modo se contribuimos más y directamente al mantenimiento de los “gastos políticos” del capital, reducimos nuestro coste social, y el trabajo no pagado (plusvalía ---- beneficio) se lo quedan en lugar de contribuir a su Estado y a transferencias a los trabajadores/as mediante los gastos sociales. El fraude fiscal es para ellos algo que deben mantener porque de lo contrario perderían parte de las ventajas obtenidas gracias a la reforma laboral, los recortes con la excusa de la reducción del déficit.
Para hacer fracasar la estrategia de la burguesía española-europea para derrotarnos para antes de 2020, y establecer un modelo de Unión Europea exactamente a su medida, debemos evitar el aislamiento nacional al que nos llevaría obcecarnos en la reforma fiscal. Teniendo en cuenta su ofensiva de guerra relámpago, debemos centrar nuestra defensa y contraataque por otro lado mucho más efectivo para acabar con sus armas de abaratamiento y empobrecimiento masivo (Tratado de Estabilidad, y su versión española, la Ley de Estabilidad…), darles bajo la línea de flotación, y reunir las fuerzas necesarias que sólo pueden provenir de la unidad de los trabajadores/as europeos, la cual se puede lograr con una gran campaña desde cada una de nuestras luchas contra nuestro agresor común, el Tratado de Estabilidad, eje central de la estrategia de la burguesía para antes y después de 2020. El valor de sacar a la luz el fraude fiscal es ante todo para contrarrestar el argumentario venenoso de la burguesía, evitar que aturdan a los sectores más confusos de la población trabajadora.
3.- La crisis de las estafas, la estafa de la crisis, y la madre de todas las estafas y crisis
La burguesía es capaz de reconocer que, por ejemplo, en el caso de las participaciones preferentes de la banca, o de la salida a bolsa de Bankia, se ha estafado a los ahorradores abusando de su ignorancia. La pequeña burguesía insiste en que la misma crisis, con todos sus chanchullos y transferencias de recursos hacia la banca, su origen en la burbuja inmobiliaria, que hagan pagar “justos por pecadores”, es una gran estafa. Pero ninguno de estos, porque debe defender sus intereses o porque espera convertirse en “emprendedor” y tener sus propios asalariados o falsos autónomos, quiere destapar que la misma base de esta sociedad es una estafa: el beneficio, cuyo origen es siempre la parte invisible del trabajo que no se paga bajo el régimen asalariado, por muy avanzadas, “democráticas” y “justas” que sean las relaciones laborales; y que ese proceso de explotación, de extracción de plusvalía (trabajo no pagado) y realización de la misma (venta del producto o servicio), para su posterior acumulación (inversión) o disfrute del burgués (consumo personal), es intrínseco, consubstancial, inseparable del capitalismo, motor de sus contradicciones, de sus crisis y de su decadencia histórica inevitable, que es en la que nos hallamos en la actualidad. Ésta y no otra es la raíz oculta de los fenómenos superficiales de la crisis, de la corrupción y privilegios, que sí somos capaces de reconocer con más o menos facilidad, pero que si nos quedamos ahí, no podremos superar nunca del todo porque no arrancamos la raíz.
Este contraargumentario debemos ser capaces de desarrollarlo, en forma de teoría, de ejemplos y también de eslóganes que hagan surgir interrogantes e inviten a la investigación.
4- Derrotarnos antes de 2020 para imponer también el Tratado de Estabilidad, en su versión española, Ley de Estabilidad y así abaratarnos y empobrecernos como mínimo hasta la crisis de la década de los 30 impulsada por la carestía de la energía
El peligro que acecha a los trabajadores/as es mucho mayor del que por lo general creemos. Existe una estrategia de la burguesía española y europea, vía Pacto por el Euro, Pacto y Tratado de Estabilidad, contrarreforma laboral, art. 135 de la Constitución, y Ley de Estabilidad, que exige abaratarnos al máximo reduciendo los costes directos (salarios, cotizaciones de la empresa a la Seguridad Social) indirectos y diferidos (sanidad, educación, dependencia, subsidios desempleo, pensiones de jubilación…) de la clase trabajadora; y para lograrlo, derrotarnos para antes de 2020 (a poder ser antes de 2016, fin gobierno PP). No es una política española para unos pocos años “hasta salir de la crisis”, sino para toda Europa y cuando menos hasta la crisis de la década de los 30. Toda una era de pobreza, miseria y opresión. Pues si la “competitividad” sacrifica los salarios, las condiciones de trabajo y el empleo, el pago y reducción de la deuda (objetivo del déficit 0% y la deuda al 60% del PIB) exige sacrificar hasta la agonía los gastos sociales (sanidad, educación, subsidios, pensiones, etc.) y no tomar las medidas necesarias para limitar al máximo el Cambio Climático. No es cosa sólo del PP. PSOE, CiU, PNV, UPyD y UPN han ratificado el Tratado de Estabilidad de Europa. Este es el verdadero Programa Oculto, que puede ser todavía más siniestro. La Europa “democrática y social” está empujando a los trabajadores/as griegos a una semana laboral de 6 días con jornadas interminables.
Para facilitar esta tarea debemos servirnos de un “marco de sentido” para que los trabajadores/as encajen ahí las diversas agresiones de la burguesía y tengan una perspectiva de futuro. Un marco que se puede expresar así: “2020, déficit 0%, ricos + ricos, trabajadores ko, Cambio Climático 10”. Esto es incomparablemente superior a la tontería populista de CCOO y UGT “Quieren arruinar el país” que en su interclasismo y pro-economía nacional, no explica nada, ni en el tiempo, ni las consecuencias, ni el carácter de clase de las agresiones. El marco de sentido es “Para abaratarnos, quieren derrotarnos. Peor en el trabajo y los gastos sociales, para abajo”. Y en términos positivos, lo que expreso en la cancioncilla (al modo de “María Cristina me quiere gobernar”) “¡Para los 20 nos quieren derrotar, / los trabajadores enseñamos los dientes, / despediremos al Gobierno saliente, / al capital haremos recular!”
A profundizar en esta cuestión estoy dedicando varios textos, todos seleccionados en Kaosenlared, y uno expresamente a la cuestión del “marco”, a los que remito al lector/a.
5.- Una Europa cada vez menos democrática y más violenta. El ejército en Alemania. No sirve de nada intentar escapar. Frente al desmantelamiento del “Estado de bienestar” y otros males mayores, unidad de los trabajadores europeos. Imagina una HG contra la Ley y el Tratado de estabilidad, su impacto en la eurozona.
La lucha de clases tiene muchos rostros y el más feroz no está sólo en el pasado, como el golpe militar de Pinochet al gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende en Chile (11 septiembre 1973, eclipsado interesadamente por el montaje del 11-S de New York), y su dictadura terrorista. El 16/08/2012, la policía democrática sudafricana (ya no existe el Apartheid, también manda la nueva burguesía negra del CNA y de los sindicatos) ha matado a 34 y herido a 80 trabajadores al disparar contra una manifestación de miles de huelguistas contra la empresa británica minera Lonmin, extractora de platino, que considera la huelga ilegal, y llama a la represión. Esto no es un coletazo del pasado, sino un aviso para el futuro, dadas las necesidades de obtención de ganancia del capitalismo mundial en una crisis que se irá profundizando y que llegará a su paroxismo cuando con el pico o cénit del petróleo en la década de los 30 lleguemos a la Mega-Crisis. Que sea una empresa británica, la tercera mayor del mundo dedicada al platino, nos muestra cómo la civilizada y democrática burguesía europea, en cuanto puede, se comporta como la más explotadora de los trabajadores/as del Tercer Mundo, propiciando situaciones extremas de pobreza y de represión junto con la burguesía local blanca y negra.
Pero en el continente europeo también pintan bastos. En Alemania, el 17/08/2012, el Tribunal Constitucional, por la puerta de atrás, ha modificado de hecho la Constitución al autorizar la intervención del Ejército en el país en caso de “situación excepcional de naturaleza catastrófica” que excede los desastres naturales ya previstos, dejando la interpretación de tan genérica situación al criterio del Gobierno federal. El SPD y los Verdes lo aprueban. Nosotros ya sabemos de qué va cuando recordamos por ejemplo, el 11 de Septiembre de 1973 en Chile.
Alemania tiene prisa porque se firme un nuevo tratado de la U.E., de unión política y fiscal, que dará la llave de la caja (los presupuestos) a una autoridad nada democrática y bajo el peso sobre todo, de Alemania, que sancionaría a los estados que no cumpliesen con los objetivos de déficit y deuda, es decir, con el programa de abaratamiento a base de hachazos salariales y en los gastos sociales.
Que el PSOE y el PP a nuestras espaldas modificasen el artículo 135 de la Constitución para dar prioridad absoluta al pago de la deuda (agosto-septiembre 2011); que el PP gobierne con un programa oculto y a través de decretos-leyes como si fuera lo más habitual del mundo, todo ello bajo las indicaciones de la Unión Europea y especialmente de Alemania; que en la U.E se hayan integrado países del Este en los que la derecha y extrema derecha tienen una influencia creciente; son síntomas de la deriva cada vez más autoritaria de Europa, que ya no es las “viejas democracias” previas a la caída del bloque del Este (España y Portugal eran nuevas democracias, y Grecia, había sufrido unos años de dictadura de los coroneles).
Todo va en la línea de la derrota del proletariado, menos democracia real y formal, mayor represión. Tampoco traerán la “paz”, sino más riesgos de violencia y guerra que vendrán de la mano de la Mega-Crisis de la década de los 30, a raíz del encarecimiento energético. Si la U.E. se desintegrase, podría haber guerra incluso entre países europeos. Si se mantuviese la U.E., desde Europa se podría tomar la iniciativa para guerras en otras partes del mundo por recursos escasos, como el petróleo y el gas natural, lo que podría desembocar en una guerra mundial.
Por eso nuestra derrota para antes de 2020, supone un mundo mucho peor para la década de los 20 y de los 30, con un gran riesgo de guerras en el continente y mundial. Ese sería el final de la “marcha de la muerte” que ya se ha iniciado.
Frente a esto ¿qué hacer? No nos sirve de nada intentar escapar saliendo de la UE por el empobrecimiento que nos causaría y porque la presión de una potencia como la UE sería invencible. Debido a la crisis del capitalismo español y al aumento de la crisis general del capitalismo, el aislamiento tras las fronteras nacionales no nos protegerá a los trabajadores/as de ningún país, ni de nuestra burguesía ni de la europea; hará nuestra derrota más fácil al solo poder contar con nuestras fuerzas. Debemos encarar el problema del único modo en que tendremos alguna posibilidad para vencer a medio y largo plazo ¿Cuál es? Dando un salto hacia adelante en dirección a Europa para hacer fracasar la estrategia europea del capital. ¿Cómo? Fortaleciendo la solidaridad entre los trabajadores/as, contra la burguesía local y europea, uniéndonos los trabajadores/as europeos contra la estrategia conjunta del capital que nos afecta a todos, entre otras vías, la más estratégica, con el Tratado de Estabilidad y sus leyes nacionales. Conseguir una Europa en la cual la clase trabajadora tengamos un peso mayor al que proyectan para nosotros, evitando que liquiden el “Estado de bienestar”. Teniendo en cuenta que la única solución, definitiva y hasta la raíz, es imponer el socialismo-comunismo y que para ello necesitamos agrupar el máximo posible de trabajadores/as de todo el mundo, empezando por los de Europa, esa vía es también la correcta pues en tanto hacemos fracasar en Europa la ofensiva de la burguesía, nos fortalecemos para llegar a imponer los Estados Unidos Socialistas de Europa. Es lo único que nos permitiría hacer frente en mejores condiciones a los desastres de la Mega-Crisis de la década de los 30, y evitar los mayores rigores del Cambio Climático, y el elevado riesgo de guerras, incluso mundial. En vez de salir ahora del euro, ser derrotados por luchar aislados y pretender más tarde unirnos a los trabajadores/as europeos, lo que difícilmente se logrará si estamos desmoralizados, lo que debemos hacer es coger la directa ¡a por ellos ahora que todavía no estamos derrotados, que hay motivos crecientes para unirnos y posibilidades de hacer fracasar la estrategia de la burguesía de la U.E., y ahorrarnos así muchos sufrimientos y darnos una posibilidad real de vencer! Sin duda un camino muy difícil y duro, pero no tanto como el futuro del capitalismo. Podemos intentar ignorar la realidad, pero la realidad no nos ignorará. Debemos espabilar y madurar muchísimo más o nos veremos en la “marcha de la muerte”. Imaginad el impacto en toda Europa de una huelga general en España y manifestaciones con cientos de carteles y pancartas contra la Ley de Estabilidad y el Tratado de Estabilidad, llamando a los trabajadores/as europeos a la unidad ¡Manos a la obra!
6.- Eslóganes para desarrollar la verdadera solidaridad, destapar el origen de todas las estafas y hacer fracasar su estrategia para derrotarnos
¡A los trabajadores no más sacrificios; pague el capital con sus beneficios! ¡Nos robaron la plusvalía, las pérdidas a la burguesía! ¡Con lo que despilfarran los ricos, salvaríamos del hambre, a los más pobres y sus hijos! ¡Economía nacional, economía del capital! ¡Trabajo asalariado, no es de privilegiado, sino de explotado! ¡Solidaridad entre trabajadores es luchar contra los explotadores! ¡Arriba de la escalera, nos dicen con engaño, “descendamos todos un peldaño”, mientras sube la marea! ¡Solidaridad burguesa: “repartid vuestra pobreza, no toquéis nuestra riqueza”! ¡Levantar esta economía es producir más plusvalía! ¡Trabajo asalariado, enemigo del proletariado! ¡Desde el puente dicen, “reflotemos el barco, trabajadores al agua”! ¡El burgués reclamando impunidad: “no toquéis mi libertad, no soy responsable, ni el capitalismo culpable”! ¡No son “los mercados” es el beneficio capitalista! ¡No es la crisis, es el explotador régimen asalariado del trabajo! ¡“Rememos juntos, todos vamos en el mismo Banco”! ¡Llaman solidaridad a con nuestros sacrificios asegurar sus beneficios! ¡Para justificar los recortes nos tachan de privilegiados, y acusan a otros pobres de defraudadores, mientras toleran y amnistían a los verdaderos, las grandes empresas y los ricos. Es un veneno que nos inoculan para paralizarnos y mejor devorarnos! ¡La solidaridad que los burgueses predican es un fraude como el fiscal que practican! ¡Siembran la sospecha del pequeño fraude en parados y otros subsidiados, mientras dan amnistías fiscales y no persiguen el fraude fiscal de los potentados, todo por romper nuestra solidaridad y a su mayor rentabilidad! ¡50.000 millones al año de fraude fiscal del gran capital y señalan a nosotros con el dedo! ¡Mariano, recórtanos más el cobro del paro para que cojamos los cinco millones de empleos que nos están esperando! ¡50.000 millones al año de fraude fiscal de las grandes empresas, 10.000 euros al año para 5 millones de parados! ¡50.000 millones al año de fraude fiscal de las grandes empresas causan el déficit que luego recortáis en sanidad, educación y demás gastos sociales! ¡50.000 millones al año de fraude fiscal del gran capital y nos hipotecamos y sacrificamos por el rescate a la banca por esa cantidad! ¡Un ajuste presupuestario de 60.000 millones 2013 y 2014, mientras toleran un fraude fiscal de las grandes empresas de 50.000 millones al año; pero los rectores en sanidad, educación, etc., a ellos no les hacen daño! ¡Un déficit de las comunidades autónomas, para sanidad, educación, de 85.000 millones, y las grandes empresas defraudan al fisco 50.000 millones al año! ¡Del “sacrifícate porque otro está peor que tú” a “sacrifícate porque lo exige la economía (capitalista)”: dos trampas para llevarnos a la derrota!
¡No son “los mercados” es el beneficio capitalista! ¡La crisis una estafa es, porque el trabajo asalariado lo es: beneficios a cuenta del trabajo no pagado y de recortes en gastos sociales del Estado! ¡Asalariados e intervenidos, todo es una estafa y la burguesía se escapa! ¡Trabajo asalariado, rescate para la banca, intervención para el Estado, trabajadores estafados! ¡La madre de todas las estafas es el régimen asalariado del trabajo: trabajo no pagado origen del beneficio. De aquí se levanta, de esta civilización, el edificio! ¡No es la crisis, es el explotador régimen asalariado del trabajo! ¡La raíz de la crisis, es la del beneficio: del trabajo no pagado en el régimen asalariado! ¡El 2 por 1 del capital. Para el trabajador un salario. Para la empresa, su trabajo pagado y la plusvalía del expropiado! ¡No es el banquero el culpable verdadero, ni el neoliberalismo, sino el trabajo asalariado, raíz del capitalismo! ¡Como el trabajo esclavo era la raíz del esclavismo, el trabajo asalariado lo es del capitalismo! ¡”Salarismo” el verdadero nombre del capitalismo! ¡El capitalismo senil no necesita viagra: “la plusvalía me pone”! ¡Para eliminar la corrupción, las estafas, la crisis, los privilegios, la explotación: arrancar el árbol de raíz; el régimen asalariado del trabajo! ¡Burgueses, os creéis imprescindibles porque socialmente tenéis mucho peso, pero sois un lastre a nuestro progreso! ¡El capitalismo no tiene remedio, el trabajo asalariado quitemos de en medio! ¡El capitalismo tiene tirón, todavía puede llevarnos al precipicio! ¡Decimos los trabajadores: para reflotar la nave planetaria, por la borda el capital y la condición proletaria! ¿Qué moral se basa en una estafa? la de la burguesía, en el trabajo no pagado o plusvalía! ¡El capitalismo está condenado. o acabamos con él o viviremos encadenados! ¡D-M-D´ la fórmula del capital, dinero-mercancía-dinero+ o dame-más-dinero! ¡D-M-D´ más dañino que el DDT y destructivo que el TNT! ¡La tarea de los economistas de la burguesía consiste en ocultar el trabajo no pagado tras la ganancia y ayudar al capital a aumentarla! ¡Último término de moda en el argot de los economistas burgueses importado del sexual: vamos a hacerles un “griego”! ¡Reforma laboral: incluso con la mejor ley el régimen asalariado del trabajo será una estafa! ¡Ni reformas ni contrarreformas, sólo nos libraremos del acoso del capital con la abolición del régimen asalariado del trabajo! ¡El capitalismo es una estafa (trabajo no pagado) que aboca a un saqueo (pagamos la crisis) que puede desembocar en un crimen (guerras) y terminar en un suicidio (la humanidad arrastrada por su hundimiento y el Cambio Climático)! ¡Dejad de atacar nuestros subsidios y hablemos de vuestros beneficios! ¡Ni un parado sin ingresos del estado! ¡A quienes se les ha agotado la prestación, su renovación hasta que exista un empleo para ellos!
¡La “marcha de la muerte” del capital: del sacrificio porque “eres un privilegiado”, dejando compañeros en la cuneta, al sacrificio por la economía nacional (el beneficio del capital), de ahí a la economía de guerra, pasando por el cambio climático, para terminar en el holocausto nuclear!
¡Trabajadores europeos, unidos o vencidos! ¡FMI, UE, BCE, dad crédito a Grecia y no el golpe de gracia! ¡Einheit mit den deutschen arbeitern – Unidad con los trabajadores alemanes! ¡Gobierno del capital, gobierno de bancarrota, a los trabajadores, no nos derrotas! ¡El programa oculto, es de la burguesía! ¡Los trabajadores no estamos de rebajas, Gobierno, date de baja! ¡Gobiernos de la agresión, Dimisión! ¡Burguesía, si quieres el rescate, tu bolsillo ráscate! ¡[voz solista] De la patronal [coro] Menos salario. [voz] Del Estado [coro] Menos servicios. [voz] Abaratar [coro] Al proletario. [voz] Del capital [coro] El beneficio! [Cantarla como “María Cristina me quiere gobernar”] “¡Para los 20 nos quieren derrotar, / los trabajadores enseñamos los dientes, / despediremos al Gobierno saliente, / al capital haremos recular!” [Podemos introducir la variante, al comienzo “Para abaratarnos nos quieren derrotar”] ¡Unid las huelgas, debatid y decidid en asambleas!
6.- Una orientación para la victoria. Una estrategia de los trabajadores europeos. No es “lo de siempre, lo de todos”
“25 de septiembre, rodear el Congreso. Maniobra burguesa y ¿provocación? ¿Peligra la HG del 26-S? La tarea actual” (06/09/2012) seleccionado como Destacado
kaosenlared.net/component/k2/item/29829-25-de-septiembre-rodear-el-congreso-maniobra-burguesa-y-%C2%BFprovocaci%C3%B3n?-%C2%BFpeligra-la-hg-del-26-s?-la-tarea-actual.html.
“Merkel. Mascarón de proa del buque insignia del capital: Tratado de Estabilidad (en España, Ley de Estabilidad)” (03/09/2012) seleccionado como Destacado. Acceso a lo publicado.
www.kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/29504-me... [228].
“¿Qué son el Tratado y la Ley de Estabilidad? Abaratar, empobrecer y derrotar para 2020. Futura política fiscal” (31/08/2012) seleccionado como Destacado.
www.kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/29222-%C... [229].
“[LIBRO] Trabajadores en bancarrota y riesgo de derrota. ¿Cómo evitarlas y fortalecernos? Una guía” 94 páginas. 3/03/2012, seleccionado como “Destacado”. Con un montón de eslóganes.
www.kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/9979-lib... [230].
“Horizonte 2050: Socialismo o Mega-Crisis. Recuperar nuestra vida y salvar la Tierra. Una propuesta de Marco” 25 páginas (14/05/2011). El Marco como método, entre otras cosas, para establecer campañas.
www.kaosenlared.net/noticia/horizonte-2050-socialismo-mega-crisis-recupe... [231].
El 6 de septiembre visita al presidente Rajoy la señora Merkel. Ocasión para denunciar la estrategia de agresión de la burguesía española-europea, y llamar a la unidad con la clase trabajadora europea y alemana en particular, pues de seguir aislados, seremos derrotados. Eslóganes
La lucha de la clase trabajadora española, si quiere triunfar, debe hacer una apreciación lo más objetiva posible de la realidad y no dejarse arrastrar por ilusiones, mitos y discursos superficiales. Por ello hoy no debe aislarse tras las fronteras, pues eso nos llevará a la derrota y antes a un enorme desgaste como en Grecia, Portugal.., sino hacer frente a la estrategia conjunta de la burguesía española-europea, impulsando la unidad de la clase trabajadora de la zona euro. Para ello, un eje fundamental de nuestra estrategia, como explicaré, es la lucha contra el Tratado de Estabilidad, en su versión española, la Ley de Estabilidad [Para ver bien el cartel de la imagen: clic sobre ella. Situarse encima, ratón derecho: “Abrir imagen en nueva pestaña” o “Ver imagen” o Copiar o Guardar]
1.- Para acabar con la deuda injusta, hay que hundir el buque insignia de los acreedores: la Ley de Estabilidad y el Tratado de Estabilidad
La reforma del artículo 135 de la Constitución que sacraliza el pago de la deuda dándola prioridad sobre cualquier gasto social del Estado, viene reforzada por la Ley de Estabilidad y ambas a su vez son una adaptación del espíritu y la letra del Tratado de Estabilidad de la Unión Europea, pues éste ya plantea la exigencia de bajar la deuda al 60% del PIB pero, claro está ¡no negándose a pagarla!, sino garantizando el pago a la banca alemana, francesa, española, etc., que son las fuerzas que están detrás de esta estrategia conjunta de la burguesía europea (española incluida).
Para romper el blindaje de la deuda, llegar a reducciones, o a su impago, primero debemos derrotar la presión de la burguesía alemana, francesa, etc. para obligarnos a pagarla entera. Significa debilitarla, hacer que el Tratado de Estabilidad y la Ley de Estabilidad se conviertan en poco más que papel mojado. Esto sólo es factible si hay una lucha de un nivel extraordinario, porque los intereses en juego no son sólo los de la banca con respecto a la deuda española, ya de por sí muy grandes, sino que el cuestionamiento de la Ley de Estabilidad y del Tratado de Estabilidad y su imposibilidad para sustituirlos por otros similares, supondría para toda la burguesía europea un cataclismo en su estrategia para muchos años. Ello sólo es factible si en España hay una lucha de un nivel muy elevado. Pero con esto no es suficiente, como nos demuestra por ejemplo el caso griego. Hace falta que a la burguesía alemana, francesa, etc. se le rebele su retaguardia, es decir, su propia clase trabajadora; que se niegue también a sufrir las consecuencias que para ella tendrá el Tratado de Estabilidad vía hachazos al “Estado de bienestar” debido al límite casi cero al déficit y también reducción de la deuda al 60%; y que esos trabajadores/as rechacen que por los intereses de “su” banca se nos sacrifique a nosotros, a la vez se nieguen a pagar ellos los platos rotos de esa banca. Por tanto, es necesario el cuestionamiento del Tratado de Estabilidad por la clase trabajadora tanto del país deudor como del país acreedor.
Es estrechando lazos entre los trabajadores/as de los países deudor y acreedor como se conseguirá la solidaridad necesaria para que los trabajadores/as presionen a su burguesía acreedora para que no estrangule a los del país deudor. La lucha de los trabajadores/as griegos no ha podido llegar más lejos precisamente porque no han conseguido romper el aislamiento con respecto a otros países intervenidos y en particular con respecto a los trabajadores/as alemanes.
El caso de Islandia, aunque es un ejemplo estimulante, está cubierto de mitos, exageraciones y extrapolaciones fuera de contexto (un país de sólo 300.000 habitantes, con moneda propia para una economía eminentemente exportadora y por tanto con capacidad para devaluarla sin devaluar los salarios, la ventaja de recibir fondos al ser el primer país rescatado, etc.), con un coste mucho mayor para la población trabajadora de lo que muchos creen. Por tanto es un referente muy relativo para nosotros, por el peso de la deuda privada y pública y nuestro lugar en la economía europea y mundial, por el efecto que causaría en la eurozona y en la estrategia, para esta década y la próxima cuando menos, de la burguesía europea, por el impacto en la lucha de clases mundial dando un “mal ejemplo” inadmisible para el capital. Lo que se juega la burguesía en España es incomparablemente superior tanto cuantitativa como cualitativamente a lo ocurrido en Islandia. No hay más que ver el trato dado a los griegos a pesar de su gran lucha, pero aislada. Por eso nosotros necesitamos generar un movimiento internacional, en la eurozona, apoyándonos en particular en lo que más tenemos en común, a pesar de las diferencias actuales de situación: en el rechazo potencial de los trabajadores/as, alemanes incluidos, al Tratado de Estabilidad y, aunque menor, al papel del Banco Central Europeo.
2.- ¡Derogación del Pacto de Estabilidad, del Tratado de Estabilidad, de la Ley de Estabilidad! ¡Derogación de la modificación del artículo 135 de la Constitución!
Nosotros debemos exigir la derogación del Pacto de Estabilidad de la U.E, ya que con su objetivo de alcanzar cuanto antes un déficit inferior al 3%, está dando hachazos a los servicios y gastos sociales del Estado, provocando el despido de muchos trabajadores públicos y empeorando sus condiciones laborales y salariales (lo último, la supresión de la paga extra de diciembre). Persigue bajar el déficit para finales de 2012 al 6,3% del PIB (para 2013 el 4,5%, y en 2014 el 2,8%), pero ya se perfila como muy difícil. El empeño por reducir a marchas forzadas el déficit está profundizando la crisis y aumentando el paro. Esto beneficia sobre todo a las grandes empresas, que pueden resistir mejor la situación, a la vez que llevan a la ruina a otras competidoras, a los autónomos, y con el aumento del paro atemorizan a los trabajadores/as con empleo, presionan a la baja sus condiciones laborales y salariales. En noviembre llegará la presentación y tramitación de los Presupuestos Generales del Estado para 2013 que se prometen draconianos.
Pero aquí no se termina la agresión. El PSOE en el gobierno y el PP, en agosto-septiembre 2011, acordaron modificar el artículo 135 de la Constitución, de modo que el pago de la deuda (intocable) tendrá prioridad sobre cualquier otro pago del Estado (en servicios y gastos sociales), y se impone un límite al déficit y a la deuda pública lo cual redundará en la práctica en una merma al “Estado de bienestar”.
Con esto preparaban el camino al Tratado de Estabilidad de la Unión Europea, que en España se traduce en la Ley de Estabilidad, del 27 de abril, por la cual deberemos rebajar el déficit no sólo hasta menos del 3% del PIB, sino llegar a 2020 con un déficit 0% y mantenernos así, salvo en casos muy excepcionales, desde 2020 en adelante “hasta el infinito”, dando prioridad siempre al pago de la deuda, y haciendo enormes esfuerzos para que ésta no supere el 60% del PIB, cuando para los primeros años de la década de los 20 habremos superado por largo una deuda del 100% del PIB.
Todo ello sólo puede traducirse en la liquidación efectiva del “Estado de bienestar” porque es claro que ni van a acabar con el gigantesco fraude fiscal de la burguesía ni impondrán un régimen impositivo que cargue ante todo los beneficios de las grandes empresas, el capital y las rentas de la burguesía.
Con semejante limitación al déficit y a la deuda, es impensable que el Estado pueda jugar un papel directivo en la lucha por imponer las medidas necesarias antes de 2020, ni después, contra el Cambio Climático. Y tampoco resolverá nada, porque para la década de los 30 todo apunta a que llegará la crisis definitiva del petróleo como energía y fuente de numerosos recursos (pesticidas, herbicidas, fertilizantes, combustible, partes de la maquinaria, en el vestido, plásticos, medicinas), que dará un empujón mayor a la crisis del capitalismo decadente. Pero para entonces nos habrán abaratado todo lo posible a fin de amortiguar algo el impacto del aumento de los costes energéticos y la reducción que eso supondrá a sus beneficios si no consiguen un aumento notable de la productividad.
El Tratado de Estabilidad ha sido ratificado el 21 de junio pasado por el Congreso español con los votos de PP, PSOE, CiU, PNV, UPyD y UPN. Y si lo han hecho no es porque sean unos “vendepatria” serviles a Alemania, sino porque la estrategia implícita en los objetivos del Tratado interesa a la burguesía española para abaratar al máximo el mantenimiento de la clase trabajadora al liquidar, de hecho, el “Estado de bienestar”, aunque el PSOE-socialneoliberal diga que no será así.
El Tratado de Estabilidad y su aplicación en España, la Ley de Estabilidad, son el buque insignia de la burguesía europea y española en sus medidas para imponer el abaratamiento, vía liquidación de los gastos sociales, de la clase trabajadora y sectores populares.
Su influencia se notará antes de 2020, no sólo porque debe acercarse lo más posible al 0% de déficit para llegar en 2020 a ese objetivo, sin obligarse a dar un triple salto mortal en muy poco tiempo, sino porque el gobierno del PP ya ha declarado su intención (otra cosa será que puedan) de que para 2016 estemos, no en el déficit 3%, sino ¡en el 0%! ¿a costa de cuántos hachazos y sacrificios?
También hay una parte de la Ley de Estabilidad que se aplica ya, en concreto se hará con el rescate que ha pedido la Generalitat al gobierno central, por lo que para nada es una ley que sólo nos afectaría partir de 2020; por eso puede y debe ser denunciada desde ahora mismo.
Pero no sólo nos afecta a nosotros. Sarkozy y Merkel ya acordaron llegar al déficit 0% para 2016 y Hollande sólo pretende aplazarlo a 2017, pero ya veremos en qué queda cuando, tras las promesas electorales, empieza a plegarse cada vez más a Merkel.
El Tratado, según vaya siendo ratificado por los países firmantes, se traducirá también en leyes nacionales que se parecerán mucho a nuestra Ley de Estabilidad y supondrán por tanto una amenaza similar, para su clase trabajadora, aunque tal vez en algunos no llegue a los extremos de España, pues ya partimos comparativamente de un escaso “Estado de bienestar” que admite mal cualquier recorte.
Zapatero, Rajoy, Merkel, Sarkozy, Hollande, Rubalcaba, Draghi, Mario Monti, etc., pueden representar intereses contradictorios, pero están de acuerdo en lo fundamental: imponer el Tratado de Estabilidad, aunque sea costa de la voluntad de la clase trabajadora.
Para no repetirme remito a todos los interesados en un análisis a fondo del Tratado y de la Ley de Estabilidad al texto mencionado al final y seleccionado por Kaosenlared.
3.- ¡Derogación de la Contrarreforma Laboral!
La contrarreforma laboral es un instrumento fundamental en la estrategia de la burguesía española (toda ella, desde la grande a la micro empresa) por abaratar y doblegar a los trabajadores/as, destruyendo derechos de negociación colectiva, facilitando y abaratando el despido individual y colectivo. Pero forma parte de una estrategia conjunta con la burguesía europea, como lo demuestra el Pacto por el Euro y la satisfacción mostrada por Olli Rehn, Comisario de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, contestando “Eso sería fantástico, ok, ok” al parte del ministro de Guindos “Mañana aprobamos la reforma del mercado laboral, vas a ver que será extremadamente agresiva”.
En Alemania ya han hecho su particular reforma laboral y por eso ahora proliferan los trabajos a tiempo parcial y con bajos salarios, los mini-jobs (400 euros). Y en otros países también están dando pasos en esa dirección (los intervenidos, también Italia).
4.- ¡BCE, compra deuda directamente al Estado, ya!
El mismo día 6, el Banco Central Europeo se reúne, al parecer, para tratar sobre las condiciones de rescate a países que lo pidan. El BCE no tiene contemplado en sus estatutos la compra directa de deuda a los estados, en las subastas en el mercado primario (de primera mano), donde, sin el factor especulador de los inversores privados, el Estado la podría vender a un tipo de interés muy inferior al que imponen los bancos y fondos de inversión. Si el BCE presta a los bancos al 1% o 0,75% ¿por qué no al Estado? Porque el BCE facilita el negocio de los bancos al prestarles a ellos que a su vez, si lo desean, lo hacen al Estado pero por un interés muy superior, hasta el 7% si se trata de bonos a 10 años. El BCE, cuando le da la gana, y cuando interesa a sectores del gran capital y tiene el visto bueno del Bundesbank (banco central alemán), puede comprar deuda de “segunda mano”, en el mercado secundario, cuando ya se ha encarecido en el primario, aunque su intervención puede hacer que baje porque dificulta las operaciones especulativas “a corto” posteriores, pero también puede facilitar el negocio de los bancos si estos quieren deshacerse de una deuda pública problemática porque el Estado empieza a tener riesgo de insolvencia.
En marzo del año pasado el Consejo Europeo autorizó al FEEF (Facilidad Europea de Estabilidad Financiera, también Fondo Europeo de Estabilidad Financiera) para comprar directamente deuda al Estado (subastas del mercado primario), pero sólo en “condiciones excepcionales”. Como hasta ahora no lo ha hecho, será que ni la que está cayendo la consideran así ni por tanto justifica su intervención. Pero el FEEF tiene una capacidad limitada que sólo podría remediar el problema a medio plazo.
También se ha pesando en que el MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) que sucederá al FEEF, pueda tener licencia bancaria, de modo que no tendría un límite de fondos como el FEEF, sino “barra libre” con tal de pedir créditos al BCE, poniendo como garantía para los mismos los títulos de deuda de los Estados a los que ayude. Y acudiría al mercado primario, salvando así el escollo de que eso no está contemplado para el BCE. Pero esta solución tampoco le gusta al BCE, ni a Merkel, ni al Bundesbank. Se ve que no les interesa poner dificultades serias ni a la especulación, ni a la elevación del tipo de interés de la deuda, ni por tanto, al diferencial de la prima de riesgo que tanto favorece a Alemania, Francia… Además el MEDE está pendiente de que se pronuncie a su favor del Tribunal Constitucional alemán el 12 de septiembre.
Así que a lo máximo que están dispuestos es a que un Estado pida ayuda al fondo de rescate que le hará un préstamo con duras condiciones (reducción del déficit, recortes sociales, control de las finanzas del Estado por sus inspectores, etc.) y sólo entonces se dignaría el BCE a comprar deuda en el mercado secundario para ayudar a bajar algo la prima de riesgo, pues una vez que se pide rescate, es muy probable que España quedase estigmatizada en “los mercados” y no pudiese conseguir préstamos privados salvo a un interés prohibitivo. Pero es lo máximo, a lo que también han mostrado su oposición el Bundesbank y figuras como el ministro de Asuntos Exteriores alemán.
Lo que está más que claro es que el BCE y su famosa “independencia” no es tal con respecto al capital financiero, y ni siquiera con respecto al Bundesbank, como representante de la principal potencia económica de la Unión Europea.
El BCE es un instrumento para que los bancos y fondos de inversión se forren gracias al Estado. Y por medio de éste, a cuenta sobre todo de la clase trabajadora (vía impuestos y recortes en los gastos sociales), se asegure de que los bancos rescatados puedan pagar los intereses y devolver los créditos concedidos por los bancos alemanes, franceses, etc., para forrarse durante la burbuja inmobiliaria y el boom de las compras de bienes de equipo y de consumo alemanes, pero que no quieren correr con las pérdidas por los riesgos temerarios que tomaron, sino que seamos nosotros los paganos.
El Banco Central Europeo es también un instrumento para abaratar a la clase trabajadora. Como los altos intereses a pagar aumentan el déficit del Estado, entonces debe aplicarse el diabólico Pacto de Estabilidad, que exige bajar a un déficit inferior al 3% del PIB. El déficit no se resuelve acabando con el fraude fiscal de unos 50.000 millones anuales sólo de las grandes empresas españolas, ni aumentando sensiblemente los impuestos a las grandes fortunas y a las grande grandes empresas, sino subiendo los impuestos al trabajo (IRPF) y al consumo de los trabajadores/as (IVA), dando hachazos a todos los servicios sociales del “Estado de bienestar” (sanidad, educación, dependencia, subsidios, condiciones para las pensiones de jubilación, etc.). Esto de hecho significa que el mantenimiento de la clase trabajadora le cuesta mucho menos al capital porque nosotros debemos costearnos cada vez más unos servicios y gastos sociales del Estado cada vez más reducidos. De este modo se preservan mejor los beneficios del capital, vía menores impuestos a la empresa, no luchar debidamente contra el fraude, amnistía fiscal, trasferencia de recursos del Estado a lo que más interesa a la burguesía, al rescate de la banca y sus acreedores y al pago de los intereses a la banca acreedora de la deuda pública. Si la “lucha contra el déficit” provoca la previsible recesión y con ello, a pesar incluso de una gran reducción de la masa del déficit, una escuálida reducción del déficit porcentual (la misma suma de déficit supone un porcentaje mayor del PIB si este es menor), se aplica una nueva vuelta de tuerca con el Pacto de Estabilidad a cuenta otra vez de los gastos sociales ante todo.
El BCE está por esta labor, pues sabe perfectamente que el aumento del déficit (por su culpa) y la lucha contra el déficit con el perverso mecanismo del Pacto de Estabilidad, sirve para “disciplinar” y “aplicar las reformas” que los sucesivos directores del BCE aconsejan, a costa de los trabajadores/as.
El BCentralE en realidad no es tal, sino un mero auxiliar de la banca privada, y de los intereses del gran capital más poderoso, pues cualquier Banco Central financia directamente a su Estado, en lugar de a la banca privada para que se enriquezca a costa de nosotros vía impuestos por pagar altos intereses, y favorecer un desequilibro ventajista en la prima de riesgo tal que permite a Alemania y Francia financiarse pagando tipos de interés reales del cero por ciento e incluso cobrando por el hecho de pedir prestado. La “prima de riesgo” y el Pacto de Estabilidad sirven así para que la banca alemana, francesa, se liberen de las consecuencias del riesgo que contrajeron cuando impulsaron (junto con la burguesía española, a la que no se puede disculpar nada) la burbuja inmobiliaria.
A nosotros no nos interesa cómo se puede organizar mejor la burguesía, el mejor diseño para ella del papel del BCE, sino la parte que juega el BCE en agredirnos descaradamente, y en esa medida debemos cuestionar su papel y presentar nuestra reivindicación. Poner en evidencia esta estructura financiera de la U.E. y del rescate y luchar porque se rompa, para que el BCE cumpla las funciones de Banco Central que nos interesan o menos perjudican. Y, como todo, se puede hacer, basta cambiar de acuerdos y de estatutos. La única forma de romper con ese mecanismo BCE-Pacto de Estabilidad que es un lecho de Procusto para la clase trabajadora, es que el BCE pueda comprar directamente deuda al Estado, como lo haría cualquier verdadero Banco Central, como lo hace la Reserva Federal de los EEUU, el Banco de Inglaterra, o lo hacía el Banco de España. Pero está claro que sólo lo harán si luchamos por ello.
Pero si sólo reclamásemos que el BCE compre deuda directamente al Estado, aunque podríamos aliviar nuestra situación, estaríamos haciendo un favor a muchos sectores de la burguesía española, sobre todo mediana, pequeña y micro empresa, que también salen perjudicados por esta situación, ya que se encuentran sin crédito, ven que se agrava la crisis, o cómo la banca se lleva una buena parte de la plusvalía (trabajo no pagado) que preferirían quedarse ellas. Por eso es imprescindible la lucha contra el conjunto de la estrategia de la burguesía, plasmada sobre todo en la contrarreforma laboral, el Pacto, Tratado y Ley de Estabilidad.
Hay que hacer una labor divulgativa entre los trabajadores/as de lo que es en realidad el BCE. Aunque es algo nuevo para nuestra experiencia, no es difícil de explicar ni de comprender, y es imprescindible para hacer fracasar su estrategia.
5.- Todos los trabajadores europeos vamos a ser perjudicados, como mínimo, por el Tratado de Estabilidad
¿Qué tenemos en común los trabajadores/as españoles con los alemanes? Ellos ya vienen padeciendo desde hace años un recorte de lo que antes era un elevado “Estado de bienestar”. Los salarios de los trabajadores/as han descendido también muchísimo facilitando así la “competitividad” de la industria alemana, y muchos de ellos se ven condenados a la precariedad en los “mini-jobs”. La profundización de la crisis se notará también cada vez más en Alemania, con el aumento del paro y disminución de los salarios. A no tardar, en Alemania también sacarán una legislación que traduzca el Tratado de Estabilidad que solo puede empeorar su situación, pues aunque su déficit será ahora casi el 0%, su deuda es ahora incluso más elevada que la española. Los trabajadores/as alemanes, aunque puedan tener de momento mejores condiciones que las nuestras, son también clase trabajadora y por eso nuestro destino es el mismo: o seguir padeciendo el régimen asalariado del trabajo, sostén del capitalismo, o liberarnos de él, con el socialismo-comunismo.
Tampoco podemos dejar olvidados a los compañeros de los países ya intervenidos, en particular a los griegos, que después de haber luchado tanto, y de ser especialmente agredidos, cuando ya no se les pueden exprimir igual, se piensa arrojarlos fuera de la Unión Europea para que terminen como deshechos, negándoles los créditos que necesitan o exigiéndoles a cambio sacrificios aun mayores.
La burguesía europea tiene sus diferencias, entre sus intereses nacionales, entre la grande, la mediana, la pequeña, la microempresa. Pero todas comparten un interés común: la extracción de plusvalía del trabajo asalariado, la derrota de la clase trabajadora, imponer el objetivo estratégico del Tratado de Estabilidad. Las diferencias residen esencialmente en qué parte del botín se lleva cada uno y quién tiene más peso a la hora de tomar las decisiones, de llevar las riendas del Estado. Las peleas pueden ser muy duras pero todas pueden ser capaces de unirse si es para enfrentarse a nosotros, así que debemos ser capaces de explotar sus diferencias, por ejemplo, a cuenta del BCE, o del ritmo en la aplicación del Pacto de Estabilidad que lleva a la ruina a pequeños y micro-empresarios.
El papel que juega el BCE es también otro factor para unir a los trabajadores/as ya intervenidos y a los que pueden estarlo o se ven también muy afectados, como es el caso de Italia.
6.- Si Merkel, como representante del gran capital alemán y europeo es nuestra agresora, junto al Estado español. La clase trabajadora alemana es nuestra potencial aliada
Merkel no es enemiga de España, como nosotros no somos amigos de Rajoy, ni de la burguesía española. Las diferencias entre Rajoy y Merkel son menores y de un tipo muy diferentes a las existentes entre el gobierno y la burguesía española y europea que representa, con los intereses de la clase trabajadora del Estado Español. No podemos hacer un frente común con Rajoy o la burguesía española contra Merkel y la burguesía del resto de Europa y la alemana en particular, porque todos ellos como clase y como coalición europea ya han levantado un frente contra nosotros y el resto de los trabajadores/as europeos. Merkel no es más enemiga nuestra de lo que lo es Rajoy y cualquier otro que pretenda relevarle en la tarea de llevar a buen fin el Tratado de Estabilidad, y ya hemos visto quienes lo han ratificado. Nuestros intereses y los de los trabajadores/as alemanes son substancialmente los mismos y opuestos a los de las respectivas burguesías.
Sería un gran error, estúpido y trágico, que nuestro rechazo hacia lo que representa la señora Merkel se deslizase hacia el rechazo a los alemanes en general y por extensión a la clase trabajadora alemana. Es un error tratar a Merkel como si fuese una nazi, porque representa lo que es de hecho la burguesía democrática. Es un error, porque la burguesía alemana lo sabrá explotar para decir “trabajadores alemanes: esos meridionales vagos y manirrotos os insultan llamándoos nazis, no merecen vuestra consideración y menos vuestra solidaridad”.
Debemos hacer todo lo contrario. Ayudar a los trabajadores/as a liberarse de la influencia de su burguesía, para que les quede claro que los reconocemos como miembros de nuestra misma clase y que nos necesitamos mutuamente para vencer la estrategia de la burguesía europea.
7.- Hacia una mayor unidad política de la burguesía europea, con un recorte de nuestros derechos y libertades y un reforzamiento de sus medios represivos. El nuevo papel legalmente reconocido al Ejército alemán
Alemania, por boca de la señor Merkel, tiene prisa porque se firme un nuevo tratado de la U.E., de unión política y fiscal, que dará la llave de la caja (los presupuestos generales de los estados) a una autoridad nada democrática y bajo el peso, sobre todo, de Alemania, que sancionaría a los estados que no cumpliesen con los objetivos de déficit y deuda, es decir, con el programa de abaratamiento a base de hachazos salariales y en los gastos sociales. Según avance la burguesía en esos proyectos conjuntos, deberemos incorporarlos a nuestra estrategia para combatirlos y unir en torno a esa lucha a los trabajadores europeos.
De la catadura que tendrá esa democracia europea es también una muestra el último acto protagonizado por Alemania. El 17/08/2012, el Tribunal Constitucional, por la puerta de atrás, ha modificado de hecho la Constitución al autorizar la intervención del Ejército en el país en caso de “situación excepcional de naturaleza catastrófica” que excede los desastres naturales ya previstos, dejando la interpretación de tan genérica situación al criterio del Gobierno federal. El SPD y los Verdes, han acogido bien la decisión, aunque algunos ¡hipócritas! lamentan que el Tribunal no haya aclarado lo que entiende con esos términos ¡como si no estuviese claro y lo fuesen a decir con todas las letras para que todos se den cuenta de lo que son! Por eso, el partido La Izquierda (Die Linke), aunque socialdemócrata de izquierda, lo ha rechazado. Ya sabemos que, lo reconozca o no la Constitución, el ejército tiene ese papel, pero le facilitan la faena reconociéndolo legalmente, de modo que la cadena de mando y la disciplina funcionarían sin fricciones.
En España, el gobierno del PP viene preparando la reforma del Código Penal que supondrá un recorte de derechos y libertades, una dinámica de intimidación a las luchas.
8.- Nos estamos jugando la derrota para antes de 2020 y nuestro sometimiento por lustros. Ni a nosotros ni a los trabajadores/as alemanes nos interesa eso, sino luchar juntos para evitarlo
La estrategia de la burguesía para imponernos la contrarreforma laboral, el Pacto y el Tratado de Estabilidad, la reforma del artículo 135 de la Constitución y la Ley de Estabilidad, sólo tendrá éxito si vencen nuestra resistencia, si nos obligan a rendirnos, nos desmoralizan, nos derrotan. Y para los trabajadores/as alemanes es substancialmente lo mismo. Si nosotros somos derrotados, a las burguesías europea y alemana les resultará mucho más fácil doblegarles. Si ellos son derrotados, a nosotros nos resultará mucho más difícil resistir la presión de Alemania que en su interior no tendrá a “nadie que le tosa” por lo que nos haga ni reduciendo sus recursos.
Esa derrota deberá estar cumplida, teniendo en cuenta los objetivos del Tratado de Estabilidad y de la Ley de Estabilidad, como tarde para 2020. El PP visto el objetivo de déficit 0% para 2016, tiene intención de lograrla, al menos en lo fundamental, para antes de 2016, es decir, durante esta legislatura. En su empeño tendrá todo el apoyo de Alemania y de otros estados de la Unión Europea, incluido el “socialista” Hollande, de Francia. Cuando termine, pasará el relevo al PSOE para que remate la faena.
9.- El Tratado de Estabilidad, es el buque insignia de la flota de agresión y derrota lanzada por la burguesía europea. El Tratado debiera ser también el objetivo común de la clase trabajadora europea para hacer fracasar esa estrategia
Ahora sumemos 2 + 2. ¿Cuál es la pieza fundamental de la burguesía para imponer su estrategia más allá de esta década, durante la de los 20 al menos, y por tanto para derrotarnos? El Tratado de Estabilidad, y en España la Ley de Estabilidad. ¿Qué objetivo de lucha tenemos más en común con los trabajadores/as del resto de la zona euro, tanto intervenidos como no, para hacer frente a esa estrategia? Derogar el Tratado de Estabilidad, que en cada país tendrá su traducción legal.
Si esto es así, en vez de luchar por objetivos que no solucionarán nada (como la trampa de las Cortes Constituyentes, en la que ahora no puedo detenerme) y con los que sólo conseguiremos agotarnos, y perder un tiempo precioso, debemos hacer un gran esfuerzo porque llegue al conocimiento del conjunto de la clase trabajadora lo substancial de la naturaleza del Tratado y de la Ley de Estabilidad.
Y el primer paso lo tenemos en las protestas que se puedan realizar contra la visita de la señora Merkel. Denunciando el Tratado de Estabilidad que afecta a todos los trabajadores/as de la eurozona, desde los portugueses a los alemanes pasando por españoles e italianos, y que en plazos breves deberá ser ratificado por los demás países y traducido a su legislación en sus versiones particulares.
A la vez, debemos dejar claro que nuestro rechazo a lo que significa la señora Merkel, es a la vez un abrazo a nuestros compañeros de clase de toda Europa y, muy especialmente, a los alemanes que también tienen que aguantarla.
Como nos están enseñando los trabajadores/as griegos sobre todo, por mucho que se luche, si nos quedamos aislados tras nuestras fronteras, nos iremos agotando, hasta la derrota. Ellos han caído, al parecer, en la trampa de los ataques a Merkel y, generalizando, a “los alemanes”, facilitando las maniobras de división de la burguesía griega y alemana. En vez de pelear por sus intereses y a la vez ganarse las simpatías de los trabajadores/as alemanes, parece que han conseguido su pasividad, indiferencia, y tal vez hasta cierta hostilidad. La burguesía ha sembrado cizaña todo lo que ha podido aprovechándose de esos errores, como tratar a Merkel de nazi. Si nosotros protestamos contra Merkel, que las televisiones de todo el mundo, sobre todo las alemanas, vean que tenemos carteles y pancartas denunciando la agresión común del Tratado de Estabilidad y saludando a la unidad con los trabajadores/as alemanes, en inglés o en alemán a ser posible. No hay ningún obstáculo real para que se haga eso si se quiere. Es una tarea sencilla si se comprende su necesidad y con unos efectos muy superiores a otras actividades.
10.- La madre de todas las estafas: la del trabajo no pagado en el régimen asalariado
Nos quedaremos siempre en una comprensión muy superficial de la naturaleza de la crisis, si no llegamos hasta su raíz: las contradicciones intrínsecas al capitalismo, que se basa en el régimen asalariado del trabajo y su explotación a través del trabajo no pagado o plusvalía que es de donde surge el beneficio del capital y las rentas de la burguesía. Esta es la verdad que la burguesía y también la pequeña burguesía, están interesadas en ocultar, pretendiendo desacreditar este descubrimiento de Marx, para así seguir explotando aunque sea echando las culpas a la banca o a las grandes empresas, monopolios, multinacionales, la globalización, el neoliberalismo, etc., que sirven de cabeza de turco. Para comprenderlo hay que conocer los principios básicos de la crítica económica marxista. Para facilitar su acceso os remito a mi libro que menciono al final.
¡No son “los mercados” es el beneficio capitalista! ¡La crisis una estafa es, porque el trabajo asalariado lo es: beneficios a cuenta del trabajo no pagado y de recortes en gastos sociales del Estado! ¡U.E., Unión de Estafadores! ¡Asalariados e intervenidos, todo es una estafa y la burguesía se escapa! ¡Trabajo asalariado, rescate para la banca, intervención para el Estado, trabajadores estafados! ¡La madre de todas las estafas es el régimen asalariado del trabajo: trabajo no pagado origen del beneficio. De aquí se levanta, de esta civilización, el edificio! ¡No es la crisis, es el explotador régimen asalariado del trabajo! ¡La raíz de la crisis, es la del beneficio: del trabajo no pagado en el régimen asalariado!
¡BCE presta barato a los banqueros para que se enriquezcan con los intereses de la deuda del Estado a costa de los obreros! ¡BCE, instigador de la subida de la prima de riesgo! ¡BCE, sube la prima de riesgo y el déficit, a la banca los beneficios, a nosotros los sacrificios! ¡BCE engordas la prima de riesgo, pero el régimen, a los trabajadores! ¡BCE, la prima de riesgo es de tu familia! ¡BCE = Banco Central para los Especuladores! ¡BCE, instigador de los recortes laborales y sociales! ¡BCE = Bandidos Capitalistas Europeos! ¡BCE, a quién sirves ya se ve: banqueros y capitales, sobre todo alemanes! ¡BCE abriendo la mano a los especuladores, apretando el cuello a los trabajadores! ¡BCE, déjate de exigir reducción de salarios, apoya al erario y compra deuda AL Estado, ya! ¡Burguesía, si quieres el rescate, tu bolsillo ráscate!
¡El déficit es la deuda del capital! ¡Déficit y deuda son los 50.000 millones de euros defraudados por las grandes empresas! ¡Déficit en derechos laborales y sociales por pagar las deudas de los capitales! ¡No al déficit en derechos y gastos sociales, el copago a los capitales! ¡La deuda es de la burguesía, por sus ventajas y fraudes fiscales, por salvar nosotros sus capitales! ¡Burguesía, si quieres el rescate, tu bolsillo ráscate! ¡Rescate con recortes aprobados en las Cortes, Derogación!
¡Constitución, artículo 135, para 2020 hacia el déficit cero, el hacha de Rajoy, Rubalcaba y Zapatero! ¡Constitución, artículo 135, al pie de los acreedores, dejáis a los trabajadores! ¡Constitución, artículo 135, PSOE y PP, dais paso al Tratado de Estabilidad, al capital mayor rentabilidad, a los trabajadores total inseguridad! ¡Constitución, artículo 135, reformado, es la burguesía quién os lo ha mandado!
¡Ley de Estabilidad, al Tratado de la UE, más inflexibilidad! ¡Tratado de Estabilidad de la UE a la española, 2020, déficit cero por ciento, menos gastos sociales, mayor empobrecimiento y del clima, calentamiento! ¡La Unión Europea y sus tratados, trabajadores maltratados! ¡Ley de Estabilidad, liquidación del “Estado de bienestar”! ¡Ley de Estabilidad, 2020, déficit 0%, el hacha se te ve! ¡Pacto, Tratado y Ley de Estabilidad, armas de abaratamiento y empobrecimiento masivo, Derogación! ¡Ley de Estabilidad, 2020 déficit 0%, prioridad a los acreedores, empobrecimiento a los trabajadores, Derogación! ¡Contra el Tratado de Estabilidad, trabajadores europeos, unidad! ¡Trabajadores europeos, unidos o vencidos! ¡FMI, UE, BCE, dad crédito a Grecia y no el golpe de gracia! ¡Trabajadores griegos y españoles, contra los mismos explotadores! ¡Einheit mit den deutschen arbeitern – Unidad con los trabajadores alemanes! ¡Gobierno del capital, gobierno de bancarrota, a los trabajadores, no nos derrotas! ¡El programa oculto, es de la burguesía! ¡Los trabajadores no estamos de rebajas, Gobierno, date de baja! ¡Gobiernos de la agresión, Dimisión! ¡Para que no les tomen el relevo: Reforma Laboral, Pacto, Tratado y Ley de Estabilidad, al vertedero! ¡[voz solista] De la patronal [coro] Menos salario. [voz] Del Estado [coro] Menos servicios. [voz] Abaratar [coro] Al proletario. [voz] Del capital [coro] El beneficio! [cantarla como “María Cristina me quiere gobernar”] “¡Para los 20 nos quieren derrotar, / los trabajadores enseñamos los dientes, / despediremos al Gobierno saliente, / al capital haremos recular!”
¡Contrarreforma laboral, derogación! ¡Ley 20/2012, de 13 de julio, al gran hachazo, nuestro rechazo, Derogación! ¡Reforma del artículo 135 de la Constitución, Derogación! ¡Tratado y Ley de Estabilidad, Derogación! ¡Derogación de todas las leyes españolas derivadas del Tratado de Estabilidad! ¡Reforma laboral, déficit 0, ataques del capital contra el obrero! ¡Déficit 0: derrotar a los trabajadores es lo primero! ¡Tratado de Estabilidad, Tratado de Es tal la habilidad para machacar a los trabajadores, No pasarás! ¡Contra el Tratado de Estabilidad, trabajadores europeos, unidad! ¡Desde Lisboa hasta Berlín, al Tratado de Estabilidad, daremos fin!
¡Estado nacional, franquicia de la dictadura europea del gran capital! ¡Votar cada 4 años para que te pisen con el botín financiero, te boten del trabajo y te golpeen con la bota de la represión! ¡Votar para que el PP y el PSOE se releven en la aplicación del Pacto y del Tratado de Estabilidad, para derrotarnos con el juego del poli malo y poli bueno! ¡El programa oculto, es de la burguesía! ¡Si no hundimos la Ley de Estabilidad, se relevarán para hundirnos! ¡Para que en la tarea de derrotarte no se releven, que la verdad de la Ley de Estabilidad te revelen!
11.- Para profundizar más en esta línea
Los siguientes textos, todos seleccionados en Kaosenlared. No es “lo de siempre, lo de todos”.
“¿Qué son el Tratado y la Ley de Estabilidad? Abaratar, empobrecer y derrotar para 2020. Futura política fiscal” (31/08/2012) seleccionado como Destacado
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/29222-%C2%BFqu%C3%A9-son-el-tratado-y-la-ley-de-estabilidad?-abaratar-empobrecer-y-derrotar-para-2020-futura-pol%C3%ADtica-fiscal.html.
“BCE, compra deuda al Estado. Gobierno de la agresión, dimisión. Ejes para evitar la bancarrota y la derrota” (25/07/2012) seleccionado como Destacado.
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/25811-bce-compra-deuda-al-estado-gobierno-de-la-agresi%C3%B3n-dimisi%C3%B3n-ejes-para-evitar-la-bancarrota-y-la-derrota.html.
“El futuro del mundo se juega en Europa esta década. Campaña “2020: déficit 0, trabajadores ko, Cambio Climático 10”” (16/07/2012) seleccionado como Destacado
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/24902-el-futuro-del-mundo-se-juega-en-europa-esta-d%C3%A9cada-campa%C3%B1a-%E2%80%9C2020-d%C3%A9ficit-0-trabajadores-ko-cambio-clim%C3%A1tico-10%E2%80%9D.html.
“La UE del capital. Nueva era, nuevo rumbo. Trabajadores europeos, unidos o derrotados. Nueva estrategia” 22 páginas (14/06/2012) Seleccionado como “Destacado”. Descargando el archivo pdf, tendréis acceso a libros y artículos que vengo publicando en Kaosenlared
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/21552-la-ue-del-capital-nueva-era-nuevo-rumbo-trabajadores-europeos-unidos-o-derrotados-nueva-estrategia.html.
“[LIBRO] Trabajadores en bancarrota y riesgo de derrota. ¿Cómo evitarlas y fortalecernos? Una guía” 94 páginas. (3/03/2012), seleccionado como “Destacado”. Archivo pdf.
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/9979-libro-trabajadores-en-bancarrota-y-riesgo-de-derrota-%C2%BFc%C3%B3mo-evitarlas-y-fortalecernos?-una-gu%C3%ADa.html.
“2016 déficit 0. La burguesía acelera para derrotar al proletariado. Por una campaña europea contra el déficit 0” 14 páginas (28/05/2012).
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/19693-2016-d%C3%A9ficit-0-la-burgues%C3%ADa-acelera-para-derrotar-al-proletariado-por-una-campa%C3%B1a-europea-contra-el-d%C3%A9ficit-0.html.
Un artículo que no es mío, pero interesante para conocer lo que ha sido el caso de Islandia “¿Existe un modelo islandés para hacer frente a la crisis capitalista?”
www.elmilitante.net/index.php?option=com_content&view=article&id=7790:ie... [232].
Para acceder a más artículos y libros que vengo publicando en Kaosenlared, todos seleccionados: en el buscador Google (en Yahoo no sale): “Aurora Despierta” site:kaosenlared.net Y hacer clic en la primera dirección que pone: Aurora Despierta. Y dentro “Enlaces a mis artículos y ensayos” ... Os da acceso a mi página en Kaosenalred donde he metido los enlaces a los textos que voy publicando. O directamente kaosenlared.net/secciones/s2/izquierdaadebate/itemlist/user/1037.html También se va a mi sitio, haciendo clic en mi nombre si en este texto está en rojo
Lo que necesitas saber del Tratado de Estabilidad de la U.E. y la española Ley de Estabilidad y no te explican. Hacerlas fracasar con la unión de los trabajadores europeos o su implantación significará nuestra derrota por muchos años, y no poner, para 2020, remedios al Cambio Climático
Aunque el Tratado de Estabilidad de la Unión Europea y su hija la española Ley de Estabilidad son un rollo, más vale que les prestes atención, porque con los trabajadores/as tienen muy mal rollo. Y apenas encontrarás quién te explique nada. Unos no quieren que te enteres. Otros no reconocen toda su gravedad ni su potencial para ayudar a la unidad de la clase trabajadora europea. En este texto comprenderás por qué cuando incluyan la palabra Estabilidad debes ponerte en guardia: Pacto de… ¡malo!, Tratado de… ¡muy malo!, Ley de… ¡peor! Así que, una vez lo sepas, haznos un favor a todos y ¡pásalo! [Por si alguien es tan ignorante como yo, para ver bien el cartel de la imagen: clic sobre ella. Situarse encima, ratón derecho: “Abrir imagen en nueva pestaña” o Copiar o Guardar]
1.- ¿Qué es el Tratado de Estabilidad, también llamado Pacto Fiscal Europeo?
El 2 de marzo de 2012, todos los estados de la Unión Europea, excepto el Reino Unido y la República Checa, han firmado el Tratado de Estabilidad Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria. El Tratado de Estabilidad, previa ratificación por al menos 12 de los 25 firmantes, entrará en vigor el 1 de enero de 2013, o en su defecto, cuando lo hayan ratificado los necesarios. El Tratado establece la “regla de oro” del equilibrio, estabilidad, consolidación fiscal. Lleva el típico nombre ideado para que no nos enteremos, pues si se denominase por lo que es, sería el Tratado para el desmantelamiento del “Estado de bienestar”, e irresponsabilidad ante el Cambio Climático. En breve, el Tratado de se acabó lo que se daba y vaya comprándose un abanico.
¿Por qué? Establece el Tratado que a partir de 2020 los estados deberán tener un presupuesto equilibrado o superávit, y que la deuda pública no suponga más del 60% del PIB. Por presupuesto equilibrado no se entiende un rígido 0%, sino que se da un margen, un máximo de 0,5% de déficit estructural del PIB a precio de mercado. Los estados que mejor se porten y rebajen mucho la deuda por debajo del 60%, podrían llegar a un déficit estructural del 1% del PIB a precio de mercado.
El déficit estructural es algo así como lo que resultaría si aprovechando todo el potencial productivo del país (PIB potencial) tuviésemos un 0,5% de déficit; la cifra resultante (PIB potencial multiplicado por 0,5%) sería la máxima admisible de déficit real. Pero en la práctica es más complicado y sobre cómo debe entenderse existen controversias. Sólo para hacernos una idea aproximada, un déficit estructural del 0,5% podría equivaler ahora en España, en un período de recesión importante, a un déficit (el que mencionamos habitualmente) del 2,75% del PIB (apreciación personal a “ojímetro” en base a unas estadísticas pero que no anda descarriada). Recordemos que este año España no llegará al objetivo del 3,5% del PIB a pesar de recortes y hachazos por doquier. El límite inferior a 3% de déficit que marca el vigente Pacto de Estabilidad y Crecimiento, está claro que no es ya el objetivo que busca el Tratado, pues de serlo no lo tocarían, por lo que el 0,5% estructural debe ser más ambicioso, y por eso para 2016 ya buscaban el déficit 0.
El Tratado admite que en caso de grave recesión económica (ojo, se entiende por recesión la caída del PIB durante dos trimestres seguidos), temporalmente se pueda desviar del objetivo del máximo 0,5% estructural (o para los más aplicados, del 1%), aunque sin precisar, sin que ponga en riesgo la sostenibilidad presupuestaria a medio plazo, o sea, moderado, para no aumentar la deuda. Pero bien puede darse esta situación: recesión, estancamiento, caída (cinco meses seguidos no es recesión), estancamiento, caída ídem., estancamiento, y así por mucho tiempo, con algún ligero ascenso pero sin llegar a salir del agujero (volver al nivel de 2007). “Nos hundimos cada vez más pero ¡milagro, no hay recesión!” Si en circunstancias como esas se aplicase el Tratado, a partir de ahí, olvidarse de un déficit estructural superior al 0,5%, por mucho que quede todavía por ascender, por mucho paro que haya y se alargue la fase de recuperación, pero si llegar al nivel de 2007, ni a la expansión (superarlo). En España tendremos paro para dar y tomar también durante la década de los 20, y hasta entonces, dicen las previsiones optimistas del FMI, olvidémonos de llegar al PIB previo a la crisis (2007). Da igual. Si no estamos en recesión, máximo 0,5% estructural. Hasta ahí se podría contar a la hora de déficit para estímulos desde el Estado, protección a los parados, mantenimiento de la sanidad y educación, o, muy importante, para las necesidades de luchar contra el Cambio Climático. Si la UE se muestra ahora tan dura y exigente cuando los objetivos del Pacto de Estabilidad no son tan rigurosos como los del Tratado, da una idea de lo que sería bajo el Tratado una situación de grave recesión, caída, estancamiento y lentísima recuperación.
En cuanto a que la deuda no supere el 60% del PIB, a quienes ahora no la cumplan, les da (desde la entrada en vigor del Tratado, el 1/01/2013) un periodo de veinte años para que el exceso lo disminuyan en un ritmo medio de una veinteava parte por año. Es decir, que se podría estar hasta final de 2032 con una deuda todavía algo superior al 60% del PIB. Si un Estado tiene ahora el 100% del PIB de deuda, deberá reducirla en 40 puntos del PIB hasta llegar a 60% a un ritmo de 2 puntos del PIB al año durante veinte (1/20 de 40 = 1/20 x 40 = 40/20 = 2); llegar a 2020 (7 años desde el 1/01/2013), con 14 puntos menos (al 86% del PIB). Pero no será tan simple. El PIB y la proporción de la deuda (%) no permanecen estables. Lograrlo en tiempos de caída del PIB, supondrá mayor esfuerzo anual pues sube la proporción, pero si aumenta el PIB y se mantiene el volumen de la deuda, se reduce la proporción, y el esfuerzo será menor (1). La deuda de los países más importantes ronda ahora entre el 80% y el 100% o más, y debido a la recesión, o caídas sin recesión, la tendencia es a aumentar el porcentaje, aunque no suba el volumen. La Comisión Europea calcula que para 2020 España una deuda tendrá más del 110% del PIB. Si se tiene déficit y deuda excesivos, toca doble esfuerzo.
2.- Equilibrio, consolidación, superávit, estabilidad. Todo suena muy bonito, pero…
¿Qué esfuerzo supone esto y a cuenta de quiénes cuando estamos viendo lo que ocurre en España para rebajar sólo un poco el déficit y sin meternos de lleno con la deuda? Terminamos el año 2011 con una deuda pública de 68,5% del PIB, y el primer trimestre de 2012 ha finalizado con un 72,1% del PIB, tanto porque ha disminuido el PIB como porque ha aumentado el volumen de la deuda.
El equilibrio o incluso el superávit, no son por sí mismos una misión imposible. Depende del conjunto, del contexto. Alemania (gracias a los desequilibrios europeos y su ventajismo) lo tiene en el 0% y España, antes de estallar la crisis mundial y la burbuja doméstica (2007), tenía superávit y la deuda pública era del 32,6% del PIB. Como criterio general y abstracto, es correcto procurar no desviarse mucho del equilibrio; sobre todo en los buenos tiempos de crecimiento, es importante lograr un superávit que permita sobrellevar mejor un déficit en los malos; pero la cuestión central es de quién se recauda sobre todo (empresas o trabajadores) y en qué se gasta (sociales o militares). El problema es también la pretensión de convertirlo en principio de política fiscal, programa, dogma, mantenerlo “para siempre”, tolerar un déficit muy bajo incluso en caso de recesión, estancamiento y caídas sin recesión, y a la vez conseguir un gran y rápido descenso en la deuda acumulada (lo que significa priorizar de hecho a los acreedores), aprovechando cualquier ingreso por encima del previsto. Sólo puede emitirse deuda pública si hay déficit (gastos superiores a los ingresos por las vías ordinarias: impuestos, tasas…). La exigencia de bajar la deuda y a la vez el tope del déficit, significa limitar la emisión nueva deuda al punto de casi extinguirla. Tanto más duro con las perspectivas que tiene por delante el capitalismo mundial y europeo, y con una política recaudatoria socialmente regresiva. Las previsiones del FMI y de la OCDE para la deuda pública en 2013 son, para Alemania superiores al 80%, también para España, para Francia entre el 90 y el 100%, Italia el 120%, para el conjunto de la zona euro, entre el 92 y el 100%. Y van muy en serio pues prevén sanciones para los estados infractores.
En una fase de expansión, el crecimiento de los ingresos del Estado, permite reducir el déficit y lograr un descenso de la deuda de un modo que no resulte obligadamente doloroso para la población, pero en circunstancias como las actuales de recesión o caídas, de una vuelta de tuerca en la misma por aplicar el Pacto de Estabilidad (déficit inferior al 3% del PIB), con nulas o escasas perspectivas de reactivación de la economía nacional, europea y mundial, y una fiscalidad injusta a tope, es otro cantar. España además, con el rescate a la banca, carga con un aumento del déficit por el pago de los intereses, y de la deuda por la responsabilidad del Estado en la devolución del crédito. Y pretenden que disminuyan ambos, con un sobreesfuerzo a costa de los gastos sociales, claro está.
Perseguir una política fiscal disciplinada, de modo que en los años de expansión se consiga el equilibrio, incluso importantes superávits gracias a buenos ingresos, no por las burbujas, sino por una base impositiva estructural sólida y socialmente no regresiva (importantes impuestos a las empresas y a las rentas personales de la burguesía, no sobrecargar a los trabajadores/as ni al consumo ordinario), que se traduzca en grandes gastos sociales y que permita déficits importantes durante una recesión para ayudar a superarla, no es lo mismo que no haberlo hecho y a estas alturas del partido, en recesión, cambiar de reglas y de árbitro (U.E., BCE), buscar a toda costa el equilibrio con un régimen fiscal de lo más injusto por regresivo y coladero para el fraude fiscal del capital y la burguesía.
El equilibrio, el superávit y el déficit mínimo serían estupendos si fuesen el resultado de grandes ingresos a cuenta del capital, con grandes transferencias a los trabajadores/as mediante gastos sociales y promoción del empleo, porque supondría recuperar buena parte de la plusvalía (trabajo no pagado) apropiada por la burguesía para devolverla a los trabajadores/as vía Estado. Pero el capitalismo real, la burguesía real y el Estado burgués real, son lo que hemos visto, porque con el régimen asalariado del trabajo, ante todo debe primar el proceso de acumular plusvalía (beneficios) en forma de capital para generar más ganancias en la siguiente ronda. Aquel panorama idílico tal vez se haya imaginado en algunos pocos países europeos ricos durante parte de los “30 gloriosos” (en España nunca), pero con la llegada del neoliberalismo (década de los 80), la globalización con sus deslocalizaciones y competencia feroz, definitivamente empezó a esfumarse con la reducción de impuestos al capital y la burguesía, y recortes en gastos sociales además de salariales. No vale escudarse en esos países (Suecia, Dinamarca…), porque no son los más representativos del capitalismo realmente existente e implican (como veremos) a una parte muy pequeña de la población, incluso a escala europea.
En el comienzo del capitalismo, era sobre todo la burguesía la que corría con los gastos del Estado (burocracia, militares, policías…), pero para el proletariado no era un chollo pues a duras penas lograba sobrevivir con salarios de miseria (imposible cargar impuestos), y tampoco tenía ninguna protección social. El trabajo no pagado (plusvalía, casi = beneficios) se lo embolsaba prácticamente intacta la burguesía, sin que hubiese trasferencias a los trabajadores/as vía Estado, por lo que el sistema no era menos injusto, sino más. Pero ese no sería el modelo del futuro, sino un Estado burgués mínimo (burocracia, represión, militarismo, servicios al capital), con impuestos a los trabajadores/as sobre todo pero con una enseñanza, sanidad, dependencia, jubilación, crecientemente privatizadas y de más difícil acceso, y sin apenas cobertura de desempleo. Algo que nos anuncian también los republicanos de EEUU.
El objetivo declarado de la burguesía es el equilibrio fiscal y se hace la loca sobre la cuestión central: qué pasa con la plusvalía y a dónde va a parar. Recortes salariales y con qué clase de política fiscal ¿regresiva o progresiva? ¿reforzando o desmantelando el “Estado de bienestar”?. Veremos como el PSOE se ha dado unas prisas enormes para imponer en la Constitución el equilibro fiscal y la obligación prioritaria del pago de la deuda, pero durante sus mandatos y en la oposición no se ha tomado ni el mismo interés por subidas reales notables del bajo salario mínimo (SMI) ni una política fiscal progresiva que acabe siquiera con el enorme fraude fiscal de la burguesía. Y yendo más lejos, el PP nos ha traído la “amnistía fiscal”. Con un régimen fiscal clamorosamente injusto y un “Estado de bienestar” pequeño como el español (comparando en la UE, relación gastos sociales % del PIB), el equilibrio fiscal, la casi prohibición de emitir más deuda, la prioridad al pago de la existente, solo puede agravar esa situación.
Así que ahora nos vienen con la historia de la disciplina fiscal, porque saben que recaerá sobre nosotros, pues entre las urgentes “reformas estructurales” nunca está la de aumentar los ingresos fiscales acabando con un sistema impositivo regresivo, y eliminando de verdad la evasión y los paraísos fiscales. Claro, la Unión Europea, “no” se entromete en los “asuntos internos” de un país. Se puede tener el mucho o poco “Estado de bienestar” que se quiera. La UE se “limita” a “recomendar” reformas laborales, la individualización de las relaciones laborales, devaluación de la negociación colectiva, bajada de sueldos, reducción del salario mínimo, despido más barato, supresión de empleo público, recorte de los subsidios a los parados, elevación de la edad de jubilación y bajada de las pensiones, disminución de las cotizaciones sociales de las empresas, subidas del IVA, privatizaciones, el “plan Bolonia” para la enseñanza universitaria, recortes en todos los gastos sociales para ajustarse cuanto antes al déficit inferior al 3% (Plan de Estabilidad), y si eso provoca recesión y baja poco el déficit, pues del mismo veneno ¡otra ronda!, etc.. Ahora las transferencias son ante todo de los trabajadores/as al capital, vía impuestos para salvar a la banca y que ésta pague sus deudas a la alemana, francesa, británica, etc. Ellas fomentaron y se forraron con la burbuja inmobiliaria, pero cuando estalla, tanto los deudores como los acreedores, quieren que el riesgo y las pérdidas corran de cuenta de los trabajadores. ¡Luego dirán que el beneficio es el premio por el riesgo! Es decir, saquear, avasallar y derrotar a la clase trabajadora que en esas condiciones ¿cómo puede defender el “Estado de bienestar” que la UE desmantela con sus exigencias para el déficit y “condiciones” a los rescates?
Renunciar prácticamente a emitir deuda, en plena decadencia histórica del capitalismo, con una crisis y sus consecuencias que sobre todo en España seguiremos arrastrando durante toda la década de los 20, y con la Mega-crisis que se anuncia para la década de los 30 con la carestía de la energía (pico o cénit del petróleo y gas natural), con la necesidad de ingentes inversiones públicas para luchar contra el Cambio Climático, es un ajuste más que extraordinario, toda una “proeza” de política económica, pues no se plantean un objetivo para un año o poco más, sino, en principio, para siempre, hasta que decidan cambiar. Con lo que nos van adelantando ya nos imaginamos cómo lo conseguirán.
Éste es el tiempo real, la realidad en la que buscan imponer el Tratado y sus resultados reales, y no las elucubraciones con la que la socialdemocracia europea (PSOE incluido) pretende afirmar lo que niega con los hechos: un golpe mortal al “Estado de bienestar”, presentado como una forma de garantizarlo. Igual que el PP, cuando excusa los recortes como medida para asegurar la sostenibilidad de lo que mutilan… a la espera del siguiente hachazo.
El Tratado debe plasmarse en la legislación de cada Estado, y para que no pueda tumbarse (derogarse) fácilmente, quieren dejarlo “atado y bien atado”, de modo que sus principios se recojan en la más difícil de modificar, en nuestro caso, la sacrosanta Constitución. Con su reforma y acuerdo, el PSOE y PP han pretendido echarle el candado y arrojar la llave.
3.- El Tratado empieza a hacer sus trastadas en España. Reforma Constitución. Ley Orgánica 2/2012 de 27 de abril o Ley de Estabilidad
Antes de la firma del Tratado y que cualquier otro Estado (salvo Alemania), como alumnos aventajados del neoliberalismo, para ganar méritos ante Europa y “los mercados” financieros, el PSOE, con Zapatero en el gobierno, tomó la iniciativa, y con el apoyo del PP, a nuestras espaldas, aprovechando que el país estaba de vacaciones, en agosto y septiembre de 2011 (día 27), reformaron por vía de urgencia el artículo 135 de la Constitución, la misma que para otros asuntos no hay dios que la mueva.
¿Y en qué consiste esa reforma? Dejemos de entrada bien establecido que la deuda pública puede ser (es) muy injusta: deuda por pagar el rescate a la banca, porque gracias al BCE (no compra deuda directamente al Estado en las subastas del mercado primario) los bancos y demás especuladores suben los intereses que debemos pagar por la deuda pública, porque en España el gran capital defrauda al año unos 50.000 millones de euros, porque la burguesía sale mejor parada en los impuestos que los trabajadores/as y así no hay tantos ingresos como debiera, por los costosos gastos y compras militares, etc.
Pues bien, gracias al paso adelante voluntario del PSOE, sin que nadie, salvo su conciencia burguesa, le mandara nada, con esa reforma del artículo 135, el pago de los intereses y del capital de la deuda tendrá prioridad absoluta sobre cualquier otro gasto del Estado. Aunque la deuda sea inmoral y el acreedor un usurero, el pago a su vencimiento tendrá prioridad, y por tanto, si hace falta, se retirará dinero de los salarios de los funcionarios, de la educación, de la sanidad, de la dependencia, de las prestaciones y subsidios de desempleo, de las pensiones, de donde sea antes de faltar al pago. Las deudas no se discuten, no hay modificación (recorte) a los acreedores. Y esto no los ha impuesto, junto con el PP, los supuestos socialistas y paladines del “Estado de bienestar”, el PSOE.
Quitar el dinero a un pobre está feo pero, como dirían en el PP, a veces “no hay otro remedio, es lo que debemos hacer, aunque no nos guste y sea desagradable”; retrasarse o hacer un recorte en el pago al acreedor, o negarse a pagar una deuda por injusta o usurera ¡eso es pecado mortal!, peor incluso, ¡anticonstitucional! Si tanto les preocupa el déficit y el pago de la deuda ¿Por qué no han evitado esa reforma y en su lugar han puesto hace años otra que dé rango constitucional a la prioridad de luchar contra el fraude fiscal sobre todo de las grandes empresas y fortunas, castigarlo con duras penas monetarias e incluso de cárcel?
El artículo reformado recoge también el límite del volumen de la deuda y el equilibrio en términos de déficit estructural, remitiéndose al Tratado que más delante firmarían los estados. El Tratado de Estabilidad, ha sido ratificado el 21 de junio por el Congreso español con los votos de PP, PSOE, CiU, PNV, UPyD y UPN. Tomad nota, porque por sus frutos los conoceréis.
Pero el Tratado y la Constitución no bastan. Debe ser plasmado en una ley, y esta es la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, del gobierno del PP, con los votos favorables además de CiU y UPyD. El PSOE, PNV y UPN, pueden no compartir la radicalidad de la ley española, o dárselas ante la población de objetores u opositores con la tranquilidad de que su aprobación estaba garantizada aunque sólo fuese gracias al rodillo parlamentario del PP. El caso es que nadie ha impedido que la saque adelante amenazando con no ratificar el Tratado, ni llamado a la lucha, y, en fecha posterior, el 21/06/2012 han ratificado el Tratado, del que la ley es hija, demostrando así su acuerdo en lo fundamental con la estrategia del conjunto de la burguesía de la UE.
En esta ley se establece que el Estado debe tomar medidas de reducción del déficit y la deuda pública para que a partir de 2020 el déficit sea el 0% del PIB nacional e incluso haya superávit, y que la deuda pública pendiente no supere el 60% del PIB, aunque se concede el plazo del Tratado (sus veinte años), para reducirla a ese máximo. El PP pretendía que el plazo sólo fuese de ocho años (de 2012 a 1/01/2020), pero la presión de CiU, pensando en las Comunidades Autónomas, ha conseguido que se amplíe con el criterio del Tratado. Previsora, porque Catalunya ha pedido ahora un rescate al Gobierno.
Esta Ley es más dura, y ya es decir, que el artículo 135 de la Constitución y el Tratado, pues éste considera equilibrado un déficit estructural que no supere el 0,5%, pero la Ley exige el 0% puro y duro o superávit. Si la Constitución buscaba limitar el déficit estructural, la ley, eliminarlo. Y sólo para el caso de las reformas estructurales con efectos presupuestarios a largo plazo se admite hasta el 0,4% estructural para el conjunto de las administraciones del Estado. En caso de catástrofe natural, recesión económica o emergencia extraordinaria, según apreciación de la mayoría absoluta del Congreso, podría aceptar un déficit estructural ¿Cuánto? Visto el 0,4% y que el Tratado de Estabilidad permite en esas circunstancia más del 0,5% estructural, por ahí quedará, y tirando a la baja vista la letra y el espíritu de la ley, la experiencia del Pacto de Estabilidad, y la política del PP y afines; y deberá corregirse pronto. En las circunstancias excepcionales en las que se puede incurrir en déficit estructural se podrá tener una deuda superior al 60% del PIB.
El pago de la deuda y sus intereses tendrá prioridad absoluta sobre cualquier otro gasto, aunque sea sanitario, y no podrá revisarse, cuestionarse, ni habrá recortes a los acreedores. Si se obtienen ingresos superiores a los previstos (superávit), no irán a más gastos, sino a reducir la deuda. Cuando se consiga que la economía española crezca al menos un 2% anual (buena tasa), o se cree empleo neto por al menos un 2% anual, también deberá reducirse la proporción de deuda, anualmente como mínimo en dos puntos porcentuales del PIB, lo que supone una reducción de su volumen (2).
Por la obligación de reducir la deuda, no se podrá acumular superávit para gastos extras; y por el límite al déficit y su 0%, tampoco podrá emitirse apenas deuda pública para cubrir nuevos gastos. Además, la deuda pública, sólo en muy pequeña proporción (el 13%, en ese 60%) podrá corresponder a las administraciones autónomas que son las encargadas de los gastos en sanidad y educación, por lo que se les corta las alas, y se verán presionadas a continuar con ajustes, para el pago de su deuda y reducción de su déficit. Porque el objetivo de pagar la deuda y reducirla, es prioritario a cubrir las necesidades de las personas y poner remedio a los desastres que el capitalismo ocasiona, como el Cambio Climático.
La ley entra en vigor: para el límite déficit y deuda, el 1/01/2020; para otros, el 1/05/2012.
4.- Objetivos del Tratado de Estabilidad, se sentirán antes y ¡los adelantan y rebajan!
Hasta aquí disponían del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (lo último es pura retórica añadida por el PS francés) que establece el déficit máximo en inferior al 3% y la deuda en el 60% del PIB. Como no les parece suficiente, han ideado el Tratado. En tanto se llega a 2020, deberán cumplir el Pacto. Pero el Tratado ya afectará, pues para que a partir de 2020 el déficit máximo sea el estructural del 0,5% del PIB, antes debe acercarse todo lo posible. ¡Más se notará con nuestra ley, para tener en 2020 déficit 0%!
Tan es así, que la señora Merkel (Alemania) y el señor Sarkozy (Francia) ya habían acordado (noviembre 2011) llegar al déficit 0% ¡para 2016!, pero el presidente Hollande (Francia) ha preferido dejarlo para 2017. Para no ser menos, el ministro de España, Luis de Guindos, anunció el 27/04/2012, el objetivo del Gobierno de conseguir también el déficit cero para todas las administraciones del Estado para ¡2016! Es decir, terminar su legislatura a finales de 2015 y dejarle al PSOE el déficit en bandeja para bajarlo al 0% y mantenerlo contra viento y marea de los trabajadores/as hasta 2020 cuando podría tomarle el relevo el PP. ¿Cómo lograrlo cuando sólo bajar un punto o algunas décimas, está significando enormes sacrificios a la población, recortes y hachazos a los salarios, al empleo, a los gastos sociales del Estado?
Por tanto, los objetivos de déficit del Tratado son de larga duración pero no a largo plazo, pues su presión ya se nota y mucho, aunque ni siquiera haya entrado en vigor. La pretensión de imponerlo cuanto antes implica vencer la resistencia de la clase trabajadora, abaratarla mucho más, empobrecerla y desampararla, y como eso supone mayor sometimiento, derrotarla. ¿Cuántos han alertado en su momento y de forma audible de la pretensión del gobierno español? ¡Quieren derrotarnos para antes de 2016!
5.- Crisis de sobreproducción, endeudamiento, desendeudamiento, tasa de ganancia y una nueva era de política fiscal desde 2020 con el horizonte de la década de los 30 y su Mega-Crisis
Una característica resultante de esta crisis de sobreproducción, con un mundo ya cubierto por el capital y las mercancías, con una demanda solvente de los trabajadores/as muy limitada por la permanente reducción de los salarios, es haber intentado posponer el pago con un gigantesco endeudamiento de empresas y bancos sobre todo, pero también particulares y Estado. El capitalismo ya no aguanta esta marcha de endeudamiento. Necesita cobrar, desendeudarse y aumentar sus beneficios reduciendo los gastos directos (salarios) e indirectos (gastos sociales, “Estado de bienestar”) de la clase trabajadora, sobre todo.
El Estado tiene parte de la deuda y también a su cargo los gastos sociales de la clase trabajadora (sanidad, etc.) y los gastos directos de sus trabajadores y servidores (funcionarios y empleados, militares, policías, jueves, burócratas medios y altos, etc.). Como no existe una fiscalidad consolidada que provea de los necesarios ingresos, porque durante varias décadas se han ido reduciendo los impuestos al capital y a la burguesía, y esto ya no puede ser compensado por los ingresos gracias a la bonanza durante la burbuja y sus impuestos al sector inmobiliario y sus transacciones, debido al descenso de la actividad económica y los menores ingresos por IRPF, IVA, Sociedades, etc., el Estado español ha pasado de tener superávit a déficit, acrecentado por el pago de prestaciones y subsidios de desempleo, y los sucesivos rescates a la banca. Para cubrir los gastos ocasionados por el déficit, el Estado ha debido recurrir a un mayor endeudamiento que, “gracias” al papel “independiente” del BCE que apenas compra (en el mercado secundario) deuda del Estado (nunca al Estado en el mercado primario) y a los buitres especuladores, sólo se puede financiar con un alto tipo de interés que aumenta el déficit y la deuda en una espiral infernal, poniendo en riesgo la solvencia del Estado y con ello, el valor de los títulos de deuda comprados por la banca, de la que a su vez sigue dependiendo para vender su deuda pagando alto interés; otro bucle infernal.
Para evitar la insolvencia del Estado, ahora procede el desendeudamiento. Esto se consigue de dos formas. Reduciendo el déficit para emitir menos deuda, y bajando la deuda pendiente. Se consigue menos déficit equilibrando los gastos y los ingresos. Si se aumentasen los impuestos al capital y persiguiese a tope su fraude fiscal, se reducirían los beneficios y los privilegios de la burguesía. Tampoco se puede agotar a los trabajadores/as subiéndoles mucho más el IRPF y el IVA que además retrae el consumo, baja el PIB y aumenta el porcentaje del déficit y la deuda con respecto al PIB. Entonces, aunque siga existiendo ese riesgo, la directa es reducir los gastos salariales y sociales del Estado, para equilibrarlos a los ingresos y eliminar el déficit. Se reduce la deuda pendiente destinando todo lo posible de los ingresos existentes a pagarla, a costa de los gastos sociales, y así despejar las dudas sobre la solvencia del Estado y el verdadero valor de los títulos de deuda de los que los bancos y otros inversores son acreedores.
Hay también otra razón importante. La burguesía tiene una lucha permanente contra la tendencia al descenso de la tasa de ganancia (relación entre el beneficio y el total de la inversión). Esta pelea se agudizará según nos acerquemos al pico o cenit del petróleo y límites del gas natural (década de los 30), porque para mantener y aumentar su beneficio, con costes crecientes, debe reducir el más flexible y accesible, el de los trabajadores/as, tanto en salarios como en gastos sociales del Estado. La burguesía, quiere que el Estado no se endeude por los esos gastos, por lo que debe evitarse el déficit, pero no será porque ella pague más impuestos o deje de defraudar, sino por reducir los gastos. También quiere que el pago de la deuda pendiente tenga prioridad absoluta sobre cualquier otro gasto (social) del Estado, y así rebajarla cuanto antes. El endeudamiento debe reservarse para salvar a la banca y comprar armamento. Y esto tiene prioridad sobre la conveniencia inmediata de los bancos por cobrar intereses altos por la deuda si es para mantener gastos sociales que encarecen el coste total de la fuerza de trabajo y reducen la plusvalía global disponible para el capital.
La vocación del Tratado, y sobre todo de la ley española, es que no se vuelva a generar deuda pública y que, de hacerlo, se pague cuanto antes y con prioridad sobre cualquier otro gasto. ¿Ha habido alguna época en la que los estados burgueses no hayan emitido deuda? Pues algo muy próximo a eso pretenden y sin límite de tiempo, no como una medida transitoria, sino como el modo normal de funcionamiento del Estado, una nueva era.
Según los mismos economistas burgueses, al menos los de tendencia keynesiana, cuando se da una recesión, no hay que tener fobia al déficit porque puede ayudar a superarla, recurriendo a la política fiscal expansiva. Su objetivo es estimular la producción y el empleo, y puede teóricamente hacerse de dos maneras: a) Bajando impuestos, con lo que aumenta el consumo privado; b) Aumentado el gasto público (infraestructuras, investigación y ciencia, etc.) y las transferencias como las prestaciones por desempleo, subsidios, etc. Aunque el efecto inmediato es subir el déficit y emitir deuda, a medio plazo ayuda a reducirlo pues al aumentar la demanda y reactivar la economía, son necesarios menos subsidios de paro, aumentan las cotizaciones y pago de impuestos, mejora el balance del Estado, se reduce el déficit.
Pero si con el Tratado y derivados nacionales, incluso en periodo de recesión sólo se admite un déficit muy bajo, en lugar de una política fiscal expansiva, habría que aplicar una política fiscal contractiva ¡cómo en las fases de crecimiento con riesgo inflacionista! ¿Qué se haría?: a) Una reducción del gasto público (infraestructuras, educación, sanidad, etc.) y unas transferencias mínimas (apenas subsidios y con tendencia a recortarlos, etc.); b) un aumento de los ingresos del Estado subiendo los impuestos, a la renta de los trabajadores/as (IRPF), al consumo (IVA), etc. El resultado, con el descenso de la demanda interna, y de las exportaciones por la crisis general, no puede ser otro que la reducción de la producción y el empleo, luego más recesión e incluso tal vez casi el mismo o más déficit en relación con el PIB. Algo muy parecido a lo que está ocurriendo ahora con las políticas para lograr el 3% del déficit (Pacto de Estabilidad). Si incluso esa política fiscal contractiva provoca un aumento del déficit en vez de su reducción, tendrán la excusa perfecta para una nueva vuelta de tuerca, como ahora con el mecanismo diabólico y sádico de perseguir el 3% del déficit (sobre el mecanismo diabólico leer en “BCE, compra deuda al Estado”). En España, durante toda la década de los 20 seguiremos arrastrando mucho paro y un nivel de PIB inferior al de 2007, más el pago del crédito del rescate a la banca ¡y pretenden un déficit del 0%! ¿Cómo lograrlo si no es a costa de desmantelar el “Estado de bienestar”?
¿Están locos? No lo creo. 1º contarían con que ya habrían derrotado a la clase trabajadora en la presente década con la aplicación del Pacto de Estabilidad y la aproximación a los objetivos del Tratado. 2º durante la década de los 20, en previsión de la crisis de la década de los 30 con aumento de gastos energéticos que repercutirán en todo y la contracción de los mercados mundiales, al gran capital le interesa ir soltando más lastre, eliminando de la competición a muchas empresas, y con la presión de un paro sostenido a posta y la persecución del déficit 0%, reducir aun más la capacidad de resistencia y los costes salariales y sociales de la clase trabajadora, favoreciendo sobre todo la competitividad del sector exportador. Pero eso tampoco les salvará. En la década de los 30 llegará el Decrecimiento a lo capitalismo “caníbal” y hay que ir despejando el terreno. Cuando vean necesario un gran rearme para una guerra en Europa o desde Europa, además de cargarnos de impuestos, se olvidarán del déficit 0% y nos presionarán para comprar “deuda patriótica”.
Quien crea que esto es demasiado cálculo, previsión y maquiavelismo para la burguesía, ignora las múltiples lecciones de la historia, no ha leído nunca un documento del Pentágono (otros estados ponen más celo en preservar sus secretos) y peca de ingenuo creyendo que nos van a explicar de verdad sus planes estratégicos cuando mienten como bellacos en cuestiones de mucha menor trascendencia, y a corto plazo, como el programa oculto del PP, o que su racionalidad es la misma que la de los trabajadores.
6.- Imponer en Europa el Tratado de Estabilidad requiere la derrota de la clase trabajadora para antes de 2020 y mantenerla de ahí en adelante
Cuando el objetivo de la burguesía es recuperar su tasa de ganancia, vía recorte en costes salariales y sociales, la reducción del déficit y deuda del Tratado, está claro que no será a costa de expropiar a la burguesía, ni de aumentar notablemente los impuestos a las grandes empresas y fortunas personales, ¿ni siquiera de terminar con su enorme fraude fiscal?, porque eso atentaría contra su tasa de ganancia y privilegios, sino a costa de desmantelar de hecho el “Estado de bienestar”. Si esto es verdad para toda la zona euro, más lo sería para España, porque se pretende partiendo de una grave crisis (¡el peor momento para aplicar una política así, que se convierte en pro-cíclica!, aunque esto sea ya mucho más serio que un simple ciclo) de la que, en el mejor y muy improbable de los casos, no saldríamos (recuperando el nivel de PIB y empleo de 2007) hasta bien entrada la década de los 20 (FMI; el CES: 2025), y porque el “Estado de bienestar” es escaso comparado por el PIB con otros países europeos, por lo que se acusaría mucho más la cura de “adelgazamiento”. En la ley española ya se contempla el ajuste del sistema de pensiones en caso de que tenga déficit, y no hay que ser adivina para saber que será recortándolas, no aumentando las cotizaciones del capital, sobre todo si tenemos en cuenta que es desde el año 2020 cuando más se van a empezar a notar las jubilaciones de los baby boomers españoles (nacidos entre los mediados de las décadas de los 50 y de los 60 del siglo pasado).
De imponerse los objetivos del Pacto, del Tratado y las leyes domésticas que lo aplican, sólo puede significar el abaratamiento y empobrecimiento de la clase trabajadora, y vencida nuestra resistencia a esa agresión, nuestra derrota y desmoralización, que la burguesía procurará prolongar en la próxima década cuando menos para mantener los objetivos del Tratado, y también para desánimo de los trabajadores/as de países que no son de la zona euro, y los de otros continentes.
Aunque en otros países europeos, como Alemania, Austria, Países Bajos, Suecia, Francia, la situación no sea tan dura como en España, el Tratado también exigirá un retroceso muy importante en las condiciones laborales y de vida de la clase trabajadora (Alemania ya conoce de forma masiva los contratos mini-jobs y un recorte del “Estado de bienestar”). Sus exportaciones se verán afectadas por la reducción del consumo en Europa, y en mercados extra-europeos no encontrarán suficiente compensación El descenso del consumo en España, Italia, Portugal, etc., que al abaratar la fuerza de trabajo favorece la competitividad de las exportaciones, no podrá ser del todo compensado por otras partes del mundo que además lo tendrán más y más complicado por la reducción europea de la importación de sus mercancías. Además no basta con hacer una lista de países, pues debemos considerar también el número de habitantes. España tiene más de 47 millones, Austria no llega a los 8.5 millones, Países Bajos 16.7, Luxemburgo 0.5, Bélgica 11, Dinamarca 5.5, Finlandia 5.3, Italia 61, Francia 66, Alemania 82.6, Portugal 11.3, Grecia 11.2, Irlanda 4.2. Es decir, que el número de habitantes de la eurozona fuertemente afectados va a ser muy grande y no estarán libres sectores amplios de la población de los países más ricos. Derrotar a los trabajadores/as españoles, griegos, portugueses, irlandeses, italianos, franceses, y que los alemanes se queden prácticamente solos, ya sería una derrota en toda regla de la clase trabajadora europea.
El objetivo de la burguesía española y europea no es la cacareada “salida de la crisis”, “sanear las cuentas para impulsar el crecimiento”, y otras muchas trolas, sino abaratar el coste que el mantenimiento de los trabajadores/as supone para ella, tanto en gastos directos (salario, cotizaciones a la Seguridad Social) como en indirectos y diferidos (sanidad, enseñanza, pensiones, jubilaciones, dependencia, etc.). ¿Para qué? Pues porque así, queda más margen para el trabajo no pagado, que es el origen de su beneficio, para favorecer al gran capital sobre el mediano y pequeño, al financiero sobre el productivo, al capital exportador sobre el que depende del consumo interior, y al que habla alemán sobre los del Sur. Y por una previsión cara a la década de los 30 que ya he mencionado aquí y tratado en otros textos.
Para conseguir ese objetivo se sirven incluso de profundizar la crisis a costa de los trabajadores/as, autónomos, pequeñas y medianas empresas, porque el aumento del paro es un arma ideal para atemorizar, abaratar a los que trabajan con la amenaza del paro, y desorganizar a los trabajadores/as desperdigándolos sin centro de trabajo desde el que luchar. No quieren crear empleo, sino abaratar el trabajo al máximo incluso a costa de generar más paro. Por eso, aunque sepan que habrá más recesión, las instituciones de la UE, los grandes bancos, etc., aprueban al Gobierno.
El capital, procurando darle muy poca publicidad para que no nos enteremos de qué va realmente, está proyectando todo un nuevo escenario social, una Unión Europea en la cual el dominio del gran capital será absoluto y del “Estado de bienestar” y los derechos laborales y sociales, no quedará sino la sombra. Esto es llevar hasta sus extremos más dictatoriales el régimen asalariado del trabajo. A pesar de su nombre tan discreto e inocente, el Tratado de Estabilidad, es una pieza maestra en este plan maquiavélico y siniestro. Debería llamarse Tratado de Es tal la habilidad para machacar a los trabajadores, o Tratado de Desestabilizar a los trabajadores. Y condicionará también esta década porque para 2020 debemos llegar, al menos en España con su hija la Ley de Estabilidad, al déficit 0%. ¿Están los sindicatos y la izquierda alertándonos debidamente contra todo esto para que lo tengamos bien claro y lo echemos abajo cuanto antes? No. ¿Están las organizaciones que se dicen revolucionarias dando la señal de alerta? Tampoco, tal es su grado de desorientación y carencia de una estrategia para la clase trabajadora europea.
Así la burguesía seguirá yendo muy por delante de nosotros y metiéndonos goleadas. Para imponer semejante agresión, saben que deben derrotarnos, humillarnos (como el “que se jodan” de Andrea Fabra, del PP), desmoralizarnos, someternos del todo.
Esta es la verdadera meta de la burguesía europea y a la que se dedican los gobiernos de España encabezados por el central del PP. Y quieren hacerlo cuanto antes, no sea que seamos capaces reaccionar y hacerles fracasar, sobre todo uniéndonos los trabajadores/as de los países intervenidos y con los que no lo están. Por eso la guerra relámpago que han lanzado a base de “viernes de crucifixión” y no parando ni en agosto. Como instrumentos para su objetivo de abaratar los costes que para el capital supone la población trabajadora, disponen de la Contrarreforma Laboral, la ley de jubilaciones (ya aprobada por el PSOE y que el PP ya ha prometido a la UE empeorar incluso antes de su entrada en vigor el 1 de enero de 2013) y todo un arsenal legislativo y constitucional que sin duda se irá reforzando. El rescate a la banca, el rescate al Estado, todas las leyes van orientadas a aumentar los beneficios sobre todo del gran capital, financiero y exportador, reduciendo los costes salariales y sociales de la clase trabajadora y el pueblo.
Es cierto que el gobierno tiene problemas y conflictos con las burguesías de las autonomías y de otros estados; a veces está desorientado sobre cuál es el mejor paso a dar, pero también es verdad lo que dice Rajoy: “el Gobierno sabe perfectamente a dónde va” (3 agosto), otra cosa es por dónde. Pero tienen claro lo fundamental de la hoja de ruta: derrotar a la clase trabajadora para antes de 2020, a poder ser mientras ellos estén en el gobierno, antes de finales de 2015, imponer el nuevo escenario de política económica estatal del Tratado y la Ley de Estabilidad desde 2020 hasta donde puedan, haciendo desaparecer el déficit y reduciendo la deuda del Estado pendiente, sacrificando los salarios y los gastos sociales. ¡No pararán si no lo impedimos, y mientras puedan aprovecharán a tope su mayoría absoluta en el Congreso! Si hace falta, el PSOE le tomará el relevo porque comparte la reforma del artículo 135 de la Constitución, el Pacto y Tratado de Estabilidad y lo fundamental de la ley española.
7.- El Tratado y la Ley de Estabilidad, un obstáculo formidable en la lucha contra el Cambio Climático. Las prioridades de la burguesía para 2020 no son las nuestras
Los objetivos del IPCC (Panel Intergubernamental contra el Cambio Climático) que debieran estar cubiertos para 2020 y 2050 a fin de frenar el calentamiento global, es imposible que se consigan cuando a los intereses creados del capital privado, y la crisis cada vez mayor del capitalismo, se le añade una Unión Europea que con el objetivo de déficit 0%, de no emitir más deuda, de reducir cuanto antes la existente, no podrá promover, con el apoyo de nueva deuda pública, las medidas contra el Cambio Climático y la transición a energías renovables que no asumirá la iniciativa del capital privado. El Tratado y sus objetivos antes y a partir de 2020, son por ello un formidable obstáculo más a la adopción de las medidas necesarias para luchar contra el calentamiento global. La derrota de la clase trabajadora, necesaria para imponer el Tratado y leyes domésticas, eliminará también a la única clase social capaz de liderar a la Humanidad en la lucha contra el Cambio Climático que pasa por modificar las prioridades para 2020 y, cara a 2050, vencer a la burguesía y llegar a suprimir el origen de todo esto, el régimen asalariado del trabajo, el capitalismo decadente, depredador y degradante de la Naturaleza.
8.- El Tratado de Estabilidad, peligro para toda la clase trabajadora europea y mundial, factor de unidad para un referente planetario
Esta cuestión viene siendo objeto de varios textos seleccionados en Kaosenlared y lo será de más, así que para no repetirme remito a ellos. La lucha contra el Tratado sólo puede llevarse hasta su victoria mediante la resistencia de la clase trabajadora afectada en toda la Unión Europea, sobre todo de los principales países (España, Italia, Francia, Alemania…). Los efectos del Tratado no los van a notar igual, por ejemplo, los trabajadores/as de Suecia que los de Portugal, porque el poder económico, el nivel de déficit y de deuda, el carácter de los impuestos y el desarrollo previo del “Estado de bienestar” son muy diferentes, pero de un modo u otro todos lo van a sufrir, más si aumenta la recesión en Europa y el mundo. El Tratado establece unos mínimos. Como demuestra la Ley de Estabilidad española, la ley nacional puede ser peor que el Tratado. Si esto ocurre en otros estados, dará pie a una mayor unidad. Sin duda existirá una cadena de países especialmente lacerados que corresponden al Sur de Europa, también Irlanda, e incluida Francia que todavía tiene mucho déficit y deuda. La lucha contra el Tratado es un elemento clave, una oportunidad extraordinaria, para establecer una estrategia conjunta de los trabajadores/as europeos, que supondrá un salto histórico en las relaciones europeas, y un referente para los trabajadores/as de todo el mundo, como los de EEUU, amenazados por unos republicanos que quieren cargarse lo que allí queda del “Estado de bienestar”; sería incalificable que no supiésemos aprovecharlo. Esto forma parte de una visión histórica que se prolonga a la década de los 30 y más allá que vengo desarrollando en numerosos textos y libros, todos ellos seleccionados en Kaosenlared.
9.- ¡Tratado y Ley de Estabilidad destrozados, la responsabilidad que nos hemos marcado! Empecemos ya este otoño.
Si la burguesía se sale con la suya, el año 2020 será el año que confirme nuestra doble derrota: ante su ofensiva para nuestro abaratamiento sistemático, y ante su irresponsabilidad frente al Cambio Climático. Las consecuencias de ambas pesarán sobremanera sobre nosotros y las generaciones futuras.
Para impedirlo, debemos cargarnos el Tratado de Estabilidad, porque es la pieza maestra de la estrategia del gran capital europeo. Que no sepan muy bien cómo hacerlo no quiere decir que no sepan a dónde quieren llegar. Nosotros vamos a impedir que lleguen, dificultando su marcha, pero sobre todo atacando su objetivo, desenmascarando su plan estratégico, y uniendo a los trabajadores/as de toda Europa en su contra.
La lucha contra el Tratado, puede constituir el eje central de una campaña por la unidad de todos los trabajadores europeos contra la estrategia de doble derrota por el capital, con un planteamiento concreto para el país (dependiendo diferencia en el límite déficit): ¡2020, déficit 0%, ricos +ricos, trabajadores ko, Cambio Climático 10! Sus primeros pasos los vengo exponiendo en varios textos todos en Kaosenlared. Un primer paso es que también forme parte de nuestra lucha en este otoño, en la próxima Huelga General.
¡Tratado de Estabilidad de la UE a la española, 2020, déficit cero por ciento, menos gastos sociales, mayor empobrecimiento y del clima, calentamiento! ¡La Unión Europea y sus tratados, trabajadores maltratados! ¡Ley de Estabilidad, liquidación del “Estado de bienestar”! ¡Ley de Estabilidad, 2020, déficit 0%, el hacha se te ve! ¡Constitución, artículo 135, para 2020 déficit cero, el hacha de Rajoy, Rubalcaba y Zapatero! ¡Pacto, Tratado y Ley de Estabilidad, armas de abaratamiento y empobrecimiento masivo, Derogación! ¡Contra el Tratado de Estabilidad, trabajadores europeos, unidad! ¡Para los 20 nos quieren derrotar,/ los trabajadores enseñamos los dientes,/ despediremos al Gobierno saliente,/ al capital haremos recular! [cantarla como “María Cristina me quiere gobernar”]
NOTAS: 1) Con un descenso del PIB la misma deuda supondrá una proporción (%) mayor del PIB, luego a la reducción de 1/20 le corresponderá una deuda mayor. Visualicemos con un ejemplo con cifras algo exageradas: 100 PIB --- 100 deuda --- proporción 100%; 60% (de 100) = 60; exceso deuda 40; 1/20 anual de 40 = 2 al año. Descenso a 90 PIB ---100 deuda --- proporción 101,1%; 60% (de 90) = 54; exceso deuda 46; 1/20 anual de 46 = 2,3 al año. Si, al contrario, hubiese crecimiento, y no aumentase el volumen de la deuda, podría ser esto: 110 PIB ---100 deuda --- proporción 90,91%; 60% (de 110) = 66; exceso 34; 1/20 anual de 34 = 1,70 al año.
2) Un ejemplo simple. Si tenemos un PIB de 100, con un volumen de deuda de 80, tendremos una proporción de 80% del PIB. Si subimos el PIB a 102, y dejamos el volumen de la deuda intacto en 80, descendería a 78,43% del PIB. Pero si debemos bajar directamente la proporción como mínimo en dos puntos, a 78%, entonces le corresponde un volumen de deuda de 79,56, por lo que es obligado reducirla mediante pago. Si el año siguiente obtenemos otro 2% de crecimiento y aplicamos la misma reducción tendremos: 104 PIB, proporción deuda 76% PIB, volumen deuda 79,04. Se quiere reducir no sólo la proporción sino el volumen. Si la redacción de la ley fuese: “A partir del momento en que la economía nacional alcance una tasa de crecimiento real de, al menos el 2% anual o genere empleo neto con un crecimiento de al menos el 2% anual, la ratio de deuda pública se reducirá anualmente, como mínimo, en esos mismos puntos porcentuales” quedaría bien clara la intención de disminución progresiva. Pero finaliza diciendo “como mínimo, en 2 puntos porcentuales del PIB”, es decir, que de alcanzar un crecimiento del 4%, ¿la obligación no sería reducir la proporción en al menos 4 puntos del PIB, sino en al menos 2? Puede que sea sólo una cuestión de afinar la redacción pero que la intención sea la progresiva.
10.- Para profundizar más en esta línea.
Los siguientes textos, todos seleccionados en Kaosenlared. No es “lo de siempre, lo de todos”.
“BCE, compra deuda al Estado. Gobierno de la agresión, dimisión. Ejes para evitar la bancarrota y la derrota” (25/07/2012) seleccionado como Destacado.
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/25811-bce-compra-deuda-al-estado-gobierno-de-la-agresi%C3%B3n-dimisi%C3%B3n-ejes-para-evitar-la-bancarrota-y-la-derrota.html.
“El futuro del mundo se juega en Europa esta década. Campaña “2020: déficit 0, trabajadores ko, Cambio Climático 10”” (16/07/2012) seleccionado como Destacado
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/24902-el-futuro-del-mundo-se-juega-en-europa-esta-d%C3%A9cada-campa%C3%B1a-%E2%80%9C2020-d%C3%A9ficit-0-trabajadores-ko-cambio-clim%C3%A1tico-10%E2%80%9D.html.
“La UE del capital. Nueva era, nuevo rumbo. Trabajadores europeos, unidos o derrotados. Nueva estrategia” 22 páginas (14/06/2012) Seleccionado como “Destacado”. Descargando el archivo pdf, tendréis acceso a libros y artículos que vengo publicando en Kaosenlared
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/21552-la-ue-del-capital-nueva-era-nuevo-rumbo-trabajadores-europeos-unidos-o-derrotados-nueva-estrategia.html.
“[LIBRO] Trabajadores en bancarrota y riesgo de derrota. ¿Cómo evitarlas y fortalecernos? Una guía” 94 páginas. (3/03/2012), seleccionado como “Destacado”.
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/9979-libro-trabajadores-en-bancarrota-y-riesgo-de-derrota-%C2%BFc%C3%B3mo-evitarlas-y-fortalecernos?-una-gu%C3%ADa.html.
“2016 déficit 0. La burguesía acelera para derrotar al proletariado. Por una campaña europea contra el déficit 0” 14 páginas (28/05/2012).
kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/19693-2016-d%C3%A9ficit-0-la-burgues%C3%ADa-acelera-para-derrotar-al-proletariado-por-una-campa%C3%B1a-europea-contra-el-d%C3%A9ficit-0.html.
Para acceder a más artículos y libros que vengo publicando en Kaosenlared, todos seleccionados: en el buscador Google (en Yahoo no sale): “Aurora Despierta” site:kaosenlared.net Y hacer clic en la primera dirección que pone: Aurora Despierta. Y dentro “Enlaces a mis artículos y ensayos” ... Os da acceso a mi página en Kaosenalred donde he metido los enlaces a los textos que voy publicando. O directamente kaosenlared.net/secciones/s2/izquierdaadebate/itemlist/user/1037.html También se va a mi sitio, haciendo clic en mi nombre si en este texto está en rojo
Palestina -como el año pasado lo fue Israel- ya no es solamente el teatro de conflictos nacionalistas, religiosos y guerreros sino también de movimientos de lucha de clases. Pero a estos los llamados medios de "información" no les dan apenas cobertura demostrando que la democracia censura tanto como las dictaduras descaradas.
Publicamos a continuación un artículo redactado por un compañero próximo que da cuenta y saca lecciones de las movilizaciones que vienen protagonizando los trabajadores y masas oprimidas en Palestina. Saludamos la iniciativa del compañero. En una región de brutal confrontación imperialista con los enormes sufrimientos que ello causa a la población, palabras como clase, proletariado, lucha social, autonomía del proletariado…, se ven sepultadas por las que expresan la criminalidad y la brutalidad del sistema capitalista: guerra, nacionalismo, rivalidades étnicas, choques religiosos etc. De ahí que, como subraya el compañero, estas movilizaciones tienen mucha importancia y deben ser conocidas y apreciadas por los proletarios de todos los países. Nos proponen solidaridades con naciones, pueblos, gobernantes, organizaciones de “liberación”, ¡hemos de rechazar esa solidaridad! Nuestra solidaridad solo puede tener como sujeto trabajadores y oprimidos de Palestina, Israel, Egipto, Túnez y de todo el mundo… SOLIDARIDAD DE CLASE CONTRA LA SOLIDARIDAD NACIONAL.
En una zona del mundo, Oriente Medio, acostumbrada a ser noticia por masacres y barbarie militarista; por las rivalidades entre distintos gángsteres imperialistas con la población civil como rehén; y por toda clase de odios y movimientos nacionalistas, étnicos y religiosos (que las potencias “democráticas” occidentales suelen crear, fomentar y publicitar según sus intereses, como en Libia o en Siria), mientras los titulares de la prensa burguesa eran ocupados los últimos días por los disturbios en los países musulmanes tras las caricaturas de Mahoma, poco o nada se ha dicho[1] de las grandes protestas y huelgas que han tenido lugar durante el mes de septiembre contra los efectos de la crisis capitalista internacional en las vidas del proletariado y capas oprimidas en los territorios palestinos de Cisjordania, descritas como las mayores protestas en años.
En el contexto de una situación a menudo desesperada, sometido a la ocupación militar, al bloqueo y al absoluto desprecio por su vida y su sufrimiento por parte del Estado israelí, el proletariado y la población sometida de los territorios palestinos, dadas las circunstancias, ha encontrado muy difícil escapar a las influencias tanto nacionalistas como islamistas, y a la tendencia a enrolarse, bajo distintas organizaciones, a la “resistencia militar” contra Israel (auténtico camino al martirio para miles de palestinos, dada la superioridad de la monstruosa maquinaria militar israelí). Es precisamente la lucha contra los efectos de la profunda crisis económica del capitalismo internacional la que abre la posibilidad a la reaparición de las luchas proletarias masivas a nivel mundial, y a la superación de las divisiones sectoriales, nacionales, étnicas o de otro tipo en el seno de la clase trabajadora, así como a la superación de las ilusiones y mistificaciones de todo tipo (ilusiones “democráticas” en el seno del capitalismo; de “liberación nacional”; etc.).
El desencadenante de la oleada de protestas y huelgas fue la declaración del gobierno del primer ministro Fayyad[2] de un incremento de los precios de los productos básicos (incluidos la comida y la gasolina). Este hecho ha sido la gota que ha colmado el vaso de un desencanto cada vez mayor de la población en Cisjordania hacia la Autoridad Palestina. Vista por la población de forma creciente como un nido de arribistas y corruptos, bajo cuyo paraguas actuarían toda una casta de capitalistas palestinos y foráneos, cuya personificación sería el mismo Fayyad[3]; con una pérdida de legitimidad por la ausencia de elecciones desde 2006 y por el conflicto con Hamás; e incapaz de solucionar los problemas de la extremadamente frágil y dependiente de donaciones exteriores economía palestina[4], ahogada a su vez tanto por la ocupación militar, como por el control exhaustivo que sobre importaciones y exportaciones, sobre los precios, la recaudación de impuestos, o los recursos naturales, ejerce Israel (acuerdos de París, el equivalente económico de los acuerdos de Oslo).
Ya durante el verano el malestar y las diversas protestas se han hecho evidentes. Por ejemplo, a finales de junio, una manifestación en Ramala tras el anuncio de una reunión entre el presidente Abbas y el viceprimer ministro israelí, Shauz Mofaz, derivó en una brutal represión por parte de la policía palestina[5]
Con una un paro masivo (un 57 % según la ONU, especialmente insoportable entre los jóvenes), y un coste de la vida que apenas da para comer a la mayoría, y con la gran parte de sectores populares descontentos (por ejemplo, a los 150.000 empleados públicos de la AP[6] se les adeudan salarios), el anuncio del incremento de precios el 1 de septiembre no hizo otra cosa que encender la mecha.
Desde el 4 de septiembre se suceden a diario manifestaciones masivas por una mejora de las condiciones de vida a lo largo de toda Cisjordania (Hebrón, Belén, Ramala, Jenín, etc). Las protestas también se dirigen contra el control israelí de la economía de la zona (acuerdos de París), pero es evidente que el descontento va bastante más allá de un sentimiento anti-israelí o nacionalista, sino que el eje central de la protestas son las condiciones de vida y de trabajo. En Ramala unos jóvenes corean «Antes luchábamos por Palestina, ahora luchamos por un saco de harina»[7]
Al comienzo de las protestas, en una clara lucha de poder con su rival Fayaad, Abbas muestra sus simpatías por la “primavera palestina”. Sin embargo el desarrollo de las protestas, en el que el malestar no se limita al gobierno de Fayaad o a los acuerdos de París, sino que se extiende contra la propia Autoridad Palestina, lleva a Fatah, que al inicio posiblemente pudiera haber sido un factor en la canalización y materialización de las protestas, a buscar el fin de estas a medida que van recrudeciéndose y extendiéndose[8].
Algo parecido puede decirse de Hamás, que muy probablemente haya aprovechado las movilizaciones para tratar de desestabilizar al actual gobierno de la AP, pero que la magnitud de estas, y el peligro de un contagio a la franja de Gaza, desde luego le han hecho recular.
En Nablús un manifestante declara. «Estamos aquí para decirle al gobierno que basta ya... Queremos un gobierno que viva como su pueblo vive y coma lo que su pueblo come»[9].
«Estamos cansados de oír hablar de reformas... gobierno tras gobierno... un ministro tras otro... y la corrupción no se va» reza un cartel en la localidad de Beit Jala[10].
En Jenin los manifestantes piden el establecimiento de un salario mínimo, la creación de puestos de trabajo para los desempleados y la disminución de las tasas universitarias[11].
El primer ministro Fayyad declara estar “preparado para dimitir”.
Las protestas masivas continúan, con cortes de carretera y enfrentamientos con la policía de la Autoridad Palestina. El día 10 de septiembre comienza una huelga general en el transporte convocada por los sindicatos. Participan de forma masiva taxistas, camioneros y conductores de autobús, afectados gravemente por la subida del precio de la gasolina. Numerosos sectores, como los empleados de guarderías, se suman a la huelga.
El movimiento va en aumento. El día 11 los estudiantes universitarios y de instituto hacen un paro de 24 horas en solidaridad con la huelga general[12].
Trabajadores de todas las universidades palestinas, junto con los estudiantes universitarios, convocan una huelga conjunta de 24 horas para el día 13[13].
Ante la situación, y tras reunirse con los sindicatos, el gobierno de Fayyad anuncia dar marcha atrás con la subida de precios anunciada, el pago de la mitad de los salarios adeudados de agosto a los funcionarios, y recortes en los salarios y privilegios de los políticos y altos funcionarios de la AP.
El día 14 el sindicato de transportes desconvoca la huelga por la existencia de “negociaciones constructivas” con la AP.
Las protestas masivas parecen calmarse al menos temporalmente, pero el malestar social no se ha apagado. Los sindicatos de funcionarios y de maestros anuncian movilizaciones con paros parciales a partir del día 17[14]. Los sindicatos de sanidad anuncian el 18 de septiembre que iniciaran protestas si sus reivindicaciones, tales como el aumento de plantilla o la mejora del sistema de movilidad y promoción de los trabajadores, siguen sin ser escuchadas por el gobierno[15].
Las protestas parecen haberse limitado a la zona controlada por la Autoridad Palestina, Cisjordania.
Más allá de los elementos concretos o particulares de este movimiento, su importancia estriba en lo sensible de la zona, escenario de sangrientos conflictos imperialistas (ya sea directamente entre Estados, o a través de peones[16], con la población civil sufriendo principalmente las consecuencias[17], y testigo del desarrollo de reaccionarios movimientos de influencia nacionalista o religiosa. Pero sobre todo, es importante subrayar que se producen claramente en un contexto de luchas similares tanto en la región como a nivel internacional. No debemos olvidar las grandes movilizaciones en Israel los últimos meses contra la carestía de la vida, que pese a sus debilidades e ilusiones “democráticas” pueden significar un primer paso importante en la ruptura de la “unidad nacional” en el militarizado Estado israelí; no debemos olvidar que fueron las grandes huelgas obreras a lo largo de Egipto las que dieron el impulso decisivo en la caída del protegido de EEUU, Mubarak[18].
El proletariado y las capas oprimidas de Palestina, y de todo el mundo, tienen que saber que su única esperanza de tener unas condiciones de vida y de trabajo dignas y una existencia en paz (que es realmente lo que la inmensa mayoría de la población palestina desea), pasa por el desarrollo de luchas masivas junto con todos los explotados de la región, por encima de las divisiones nacionales y religiosas. Romper la “unidad nacional” palestina y unificar sus luchas, en primer lugar, con la de los explotados y oprimidos en Israel, y con los de toda la región, es su arma más poderosa para debilitar y paralizar la mano asesina del Estado israelí y demás gángsteres imperialistas. La “resistencia armada”, es decir su sometimiento a los intereses de los distintos grupos nacionalistas o religiosos, sólo les lleva a la masacre y al sufrimiento sin fin, y a reforzar a los explotadores y ladrones palestinos.
Que no les quepa ninguna duda a los explotados palestinos y del mundo entero: si no luchan por sus propios intereses de clase contra el capitalismo, si se dejan arrastrar en “luchas de liberación nacional”, “racial” o de otro tipo; si se someten a los “intereses generales del país” (es decir, a los intereses generales de la burguesía y su Estado), el presente y el futuro que les espera bajo el sistema capitalista es el mismo que el ANC de Mandela le reserva a sus “hermanos” y “compatriotas” mineros: miseria, explotación y muerte[19].
Draba 23/09/12
[1] Algo ha aparecido en la prensa burguesa occidental, mientras llenaban interesadamente sus titulares con las protestas musulmanas, o publicitan a los “luchadores por la libertad” opositores a Al Assad en Siria. Muy poco en la prensa – y el poco centrado, como no, en la ocupación israelí- “antiimperialista” (sólo anti-USA y aliados, realmente) como la agencia cubana Prensa latina o la televisión estatal iraní Press tv, tan profusas en cuanto a movimientos de tipo nacionalista se refiere. Tampoco los foros de la izquierda y la extrema izquierda del capital (como en español la lahaine.org o kaosenlared.net, rebelion.org) han mostrado gran interés por los acontecimientos. Por lo visto la “solidaridad con el pueblo palestino” se limita a cuando esta sirve para respaldar los intereses diversos en el tablero imperialista mundial o a publicitar alguna causa patriotera. Cuando este lucha contra “su” propio gobierno, y rompe la “unidad nacional” para defender sus condiciones de vida, ya no merece ser publicitada
[2] Hombre del FMI, nombrado por Abbas en 2007 en el contexto de guerra con Hamás, bajo presión de EE.UU.
[3] https://www.aljazeera.com/opinions/2012/9/13/economic-exploitation-of-palestinians-flourishes-under-occupation/ [233] Si no se domina la lengua inglesa, los traductores online -tipo Google Traductor-, aunque lejos de ser perfectos, son una buena herramienta
[5]https://altahrir.wordpress.com/2012/07/01/ramallah-protesters-attacked-by-palestinian-authority-police/ [235]
[6] AP: Autoridad Palestina, es decir, el gobierno
[12] https://www.latimes.com/archives/blogs/world-now/story/2012-09-10/palestinians-protest-in-west-bank-cities-over-economy [240]
[16] No es ningún secreto que tanto Irán como Siria han tenido y tienen lazos con Hamás. Tampoco es ningún secreto que la Siria de Al Assad tiene a Rusia como principal aliado entre las grandes potencias imperialistas, y a Irán como principal aliado regional. También es un hecho que tanto Rusia e Irán, y también China, mantienen relaciones económicas y políticas estrechas con Estados latinoamericanos, como Brasil, Venezuela o Cuba
[17] No olvidemos, sin ir más lejos, que la guerra entre Hamás y Fatah por el control de la franja de Gaza en 2007 dejó numerosos víctimas y sufrimientos entre la población civil; daños colaterales de la “liberación nacional”... https://www.haaretz.com/2007-06-13/ty-article/human-rights-watch-condemns-hamas-fatah-for-war-crimes/0000017f-dc8f-db22-a17f-fcbf605a0000 [244]
https://libcom.org/article/palestinian-union-hit-all-sides [245]
[18] Ver Movimiento de indignados en España, Grecia e Israel, de las indignación a la preparación de combates de clase, en Revista Internacional nº147 /revista-internacional/201111/3264/movimiento-de-indignados-en-espana-grecia-e-israel-de-la-indignaci [204] y Comprendiendo el periodo: análisis de clase y los acontecimientos en el mundo árabe, /cci-online/201103/3079/que-esta-pasando-en-oriente-medio [246]
[19] Ver Masacre de Marikana, lecciones de la experiencia sudafricana en https://es.internationalism.org/node/3468 [206] y Matanza en Sudáfrica, la burguesía lanza a sus sindicatos y su policía contra la clase obrera https://es.internationalism.org/node/3453 [200]
¡La lucha de clases existe! La lucha de clase del proletariado tiene 3 dimensiones: IDEOLOGICA contra la ética, las falsas explicaciones, el productivismo y el inmediatismo que nos impone esta sociedad, contra la alienación y la búsqueda desesperada de un "éxito", fuente de millones de fracasos; POLITICA contra la política dominante, reaccionaria y opresora, por una política masiva y autónoma del proletariado ; ECONOMICA contra la explotación, los recortes, el paro, la miseria... Los medios de "comunicación" silencian los hechos, las facetas, de esas 3 luchas. Para contrarrestar con nuestros débiles medios esa desinformación publicamos un artículo de nuestra sección en Francia que recoge diversas luchas en el mundo. Agradecemos a un simpatizante la traducción del artículo.
Por todas partes, la clase obrera paga la cuenta de la aceleración de la crisis mundial del capitalismo a través de una terrible degradación de sus condiciones de vida y trabajo. Por todas partes, sufre los bastonazos de los ataques de cada burguesía nacional: empobrecimiento, caída de los salarios, desempleo masivo, planes de despidos, precariedad, reducción de los presupuestos sociales… Pese al impacto de la ideología democrática, las maniobras de división, el encuadramiento sindical de sus luchas, la represión directa como en Sudáfrica, y los múltiples obstáculos que levanta la burguesía , la clase obrera no renuncia. Al contrario, tiende a mostrar su unidad y su solidaridad.
Con el fin de contribuir a romper el aislamiento y el apagón que los medios hacen pesar sobre las luchas del proletariado, deseamos poner de relieve algunas de las recientes y significativas movilizaciones del proletariado mundial que dan prueba del carácter internacional de la lucha de clase.
Cuando el Gobierno Rajoy decide suprimir la ayuda del Estado al sector del carbón, preludio del próximo cierre de todas las minas que quedan, y mientras que se anuncian nuevas medidas de austeridad dictadas por la UE , los principales sindicatos (CCOO, UGT) organizaron, para contrarrestar la movilización masiva de los 30.000 mineros en huelga desde el mes de mayo, una marcha sobre Madrid, el 11 de julio. Debía servir de entierro de primera clase al movimiento de los mineros. Pero otros trabajadores se incorporaron a esta marcha en busca de solidaridad. En los días siguientes, trabajadores del sector público, y también del sector privado, se agruparon espontáneamente para manifestarse delante de las sedes de los partidos burgueses, fuera del marco sindical. La clase obrera está pues asimilando sus combates previos para poner la unificación y la solidaridad en el centro de sus luchas[1].
En este otro país en el centro de la tormenta europea, donde los planes de rigor se suceden a un ritmo desenfrenado y donde el desempleo afecta oficialmente 15 % de la población, una huelga de los estibadores paralizó los principales puertos el 14 de agosto (en particular, los de Lisboa Aveiro, Figueira DA Foz, Setubal y Sines) para protestar contra un proyecto del Gobierno de establecer contratos de trabajo temporales o intermitentes y favorecer la precarización de los empleos. La mitad de los asalariados del sector portuario corren así el riesgo de perder su trabajo[2].
Alrededor del 10 % de los 6.515 empleados del sector petrolífero se habían puesto en huelga el 24 de junio para reclamar subidas de salarios y el derecho a jubilarse a los 62 años. Noruega es el primer productor de petróleo y gas natural en Europa y constituye la 8ª economía industrial del mundo. Esgrimiendo -al lado de los grandes grupos petrolíferos-, la amenaza del bloqueo al acceso de las plataformas extraterritoriales en el Mar del Norte, el Gobierno “laborista” decretó al cabo de 15 días, el 7 de julio, el final de la huelga convocando una comisión de arbitraje. Esta maniobra se realizó seguida de una odiosa campaña ideológica que presentaba a los obreros del sector petrolífero como “afortunados” y “privilegiados”, mientras que sus condiciones de trabajo, bautizadas “antecámara del infierno”, están entre las más dolorosas y peligrosas del mundo, exponiéndolos durante numerosas horas al frío o a las tormentas. A pesar de sus protestas de pura forma y la amenaza de reanudar la huelga en algunos meses, los sindicatos, llamaron a los obreros a la incorporación inmediata al trabajo.
Los empleados del metro de Buenos Aires hicieron huelga durante 10 días, paralizando la actividad de la capital del 3 al 13 de agosto. Se trata de la más larga huelga del metro argentino desde su creación en 1913. Los asalariados pedían una subida de salario de 28% mientras que la subida anual del coste de la vida galopa al 25% anual. Al final, los sindicatos pidieron a los trabajadores que suspendieran su huelga, después de la “concesión” de un aumento de salario limitado a 23 %. Pero este conflicto sobre un terreno reivindicativo fue sobre todo explotado y desvirtuado por la burguesía y sus medios de comunicación, por una parte, para intentar dividir a los obreros entre empleados y usuarios del metro y, por otra parte, para polarizar la atención del público sobre ”la pelea de familia” entre la Presidenta Cristina Kirchner de “centro izquierda” y el alcalde de “derecha” de Buenos Aires, Mauricio Macri. Éste había firmado en enero pasado un acuerdo de principio para asumir la gestión del metro, que hasta entonces estaba a cargo del Estado. Inmediatamente después, decide duplicar la tarifa de los billetes de transporte. A continuación, el Sr. Macri, alegando el incumplimiento por el Estado de varias cláusulas del contrato y, en particular, el mal estado de los vagones y la ausencia de mantenimiento de la red, decidió renunciar a la gestión del metro. El Gobierno entonces hizo adoptar al Congreso una ley que transfería a la ciudad la gestión de la red, mientras que el Parlamento autónomo de la capital votaba por su parte una ley que transfería la administración del metro al Estado. Y son los trabajadores, no solamente los empleados del metro, sino todos los proletarios usuarios de los transportes públicos, los que pagaron los gastos de esta guerra entre dos clanes burgueses, con la complicidad activa de los sindicatos y su sucio trabajo de división.
El sector de los transportes es un sector crucial para el capitalismo. Por esta razón, el transporte aéreo tiene un gran significado. Un movimiento de huelga lanzado por el personal de cabina de la compañía aérea nacional, Turkish Airlines, paralizó 29 y 30 de mayo, el gran aeropuerto de Estambul, con centenares de vuelos cancelados e importantes retrasos. ¡La duración del trabajo en el sector de los transportes aéreos puede ascender a 16 ó 18 horas al día en Turquía! Algunas compañías hasta obligan a las tripulaciones a dormir en la misma habitación para reducir el coste laboral cuando están fuera de su residencia. Así pues, los equipos tienen que trabajar durante muchas horas habiendo dormido solo 2 ó 3 horas, lo que supone el menosprecio de su salud, su vida social y sus necesidades humanas. Antes de que la huelga se declarara, el Ministro de Industria había lanzado una verdadera provocación amenazando con prohibir el derecho de huelga “en sectores estratégicos como los transportes”. Los sindicatos, que no habían hecho nada cuando se despidió a cientos de trabajadores en el aeropuerto Sabiha Gokeen en Estambul, o cuando se les obligaba a trabajar aún más horas por salarios de miseria, dirigieron un mensaje “urgente” a los trabajadores llamándolos “a ejercer su derecho de huelga”. Y los trabajadores desencadenaron efectivamente una huelga “ilegal” el 29 de mayo, lo que sirvió de pretexto a los despidos por Turkish Airlines. Así pues, un piquete de 305 huelguistas, esencialmente mujeres, recibían este SMS en su teléfono móvil comunicándoles simplemente: “su contrato de trabajo ha sido anulado”. Todo eso demuestra que la buguesía hizo estos ataques mano a mano con los sindicatos.
Era necesario, que los trabajadores, lucharan no sólo contra la administración de Turkish Airlines y el Gobierno, sino también contra los sindicatos de los cuales eran miembros. Así pues, la Asociación del 29 de mayo, formada por los trabajadores de las compañías aéreas como órgano de lucha independiente de los sindicatos, declaró, tal como hizo la Plataforma de los Obreros en lucha que surgió a raíz de la lucha de Tekel[3] : «la administración del sindicato Hava-Is, de la cual somos miembros, desempeñó un gran papel en el hecho de que esta protesta justificada se haya declarado “ilegal” sin asumir ni siquiera la responsabilidad de una acción a la cual ellos mismos habían llamado. Los dueños de Turkish Airlines pensaban por supuesto obtener beneficio de esta situación para eliminar empleados y volverlos casi esclavos. ¿Es que la administración de Havas-Is tenía tan poca experiencia que no podía prever lo que iba a pasar cuándo dejó a cientos de sus miembros solos ante la administración de Turkish Airlines? Qué clase de mentalidad sindical refleja eso?”
La izquierda burguesa hizo una campaña lamentando la falta de apoyo de los trabajadores al Presidente del sindicato y al mismo tiempo presentaba a la Asociación del 29 de mayo como los que rompieron la lucha. Por el contrario, haciendo hincapié en la importancia de la solidaridad, la Asociación del 29 de mayo no dejó de intentar extender la lucha para defender los intereses de la clase obrera entera y por la organización de asambleas abiertas a todos los proletarios.
Más de 23.000 asalariados de la mayor empresa de industrias textiles de Egipto se pusieron en huelga, el domingo 15 de julio, reclamando una revalorización de sus salarios. La fábrica de la sociedad nacional Mirs Spinning and Weaving, en Mahalla en el delta del Nilo, ya conoció en 2006-2008 manifestaciones que desencadenaron una ola de huelgas a través del país[4], considerada por muchos como el catalizador del levantamiento que consiguió la caída de Hosni Moubarak en febrero de 2011. Siete mil huelguistas de Mirs Spinning and Weaving organizaron una ocupación de la fábrica reclamando una subida de los salarios básicos, la destitución de los responsables corrompidos y la mejora de las condiciones del hospital de la empresa. Numerosos asalariados egipcios, animados por el levantamiento de principios de 2011, hicieron huelga estos últimos meses con la esperanza de obtener aumentos y una mejora de sus condiciones de trabajo. La mayor parte de estos movimientos sociales finalizaron, pero siguen observándose algunos paros de vez en cuando. Se producen manifestaciones delante del palacio presidencial en El Cairo desde la elección de Mohamed Morsi, miembro de los Hermanos Musulmanes. Muchas de estas asambleas se refieren a las cuestiones salariales y de desempleo.
Túnez
La ciudad de Sidi Bouzid, cuna de la “primavera árabe”[5] y del movimiento que condujo a la caída del Presidente Ben Ali, conoció el martes 14 de agosto una huelga general ampliamente seguida y una manifestación “para la libertad de expresión y contra la represión”, que reunió alrededor de 2000 personas: los manifestantes reclamaban la liberación de una cuarentena de personas detenidas en la región desde finales de julio en las manifestaciones contra las dificultades sociales y los cortes de agua y electricidad. La población local, y sobre todo, la de la cuenca minera esperan aun la ayuda prometida. Están los que que esperan el pago de indemnizaciones a los familiares de las víctimas del levantamiento de enero de 2011. Están también los que no soportan más los cortes de agua o electricidad frecuentes y los que se desesperan de estar en el paro. Es la miseria y el desempleo que por otra parte estuvo en el centro del levantamiento de diciembre de 2010. Desde, entonces la situación no ha cambiado y tanto las manifestaciones como los conflictos sociales se han multiplicado en estas últimas semanas en el país, ante un Gobierno dominado por los islamistas de Ennahda. Una manifestación que reunía varios millares de personas tuvo también lugar en Túnez el 13 de agosto por la protección de los derechos de las mujeres.
Arno, 31 de agosto
[1] Ver nuestra hoja El peor ataque a nuestras condiciones de vida (hasta la fecha): ¿Adonde vamos a parar? ¿Cómo podemos responder? https://es.internationalism.org/node/3423 [248] y Rápidas reflexiones sobre el conflicto minero y la situación actual dentro de https://es.internationalism.org/node/3424 [249]
[2] En la semana del 15 al 22 de septiembre se han sucedido las manifestaciones convocadas fuera de sindicatos y partidos, un poco al estilo 15 – M, que han mostrado un fuerte rechazo a la medida impuesta por el gobierno de reducir todos los sueldos un 7% mensual. Parece incluso que el gobierno ha retrocedido aunque no tenemos suficiente información ni sobre los orígenes y la experiencia de este movimiento ni tampoco si este retroceso ha sido una maniobra para mejor atacar a continuación
[3] Sobre esta lucha que fue muy interesante ver Huelgas en Tekel (Turquía): ¿cómo podemos organizar nuestra lucha fuera de los sindicatos? /cci-online/201008/2927/huelgas-en-tekel-turquia-como-podemos-organizar-nuestras-luchas-sin-los-sindi [213]
[4] Ver Egipto, el germen de la huelga de masas, /content/1915/egipto-el-germen-de-la-huelga-de-masas [250]
[5] Ver Comprendiendo el periodo: análisis de clase y los acontecimientos de la primavera árabe /cci-online/201103/3079/que-esta-pasando-en-oriente-medio [246]
Los problemas y sufrimientos enormes que el capitalismo está causando a la humanidad NO TIENEN NINGUNA SOLUCION A NIVEL NACIONAL O MEDIANTE UN CAMBIO DE GOBIERNO, solo tienen una SOLUCION MUNDIAL Y REVOLUCIONARIA. Para ir hacia a ella aunque queda un muy largo camino por recorrer hay que ver cómo va la lucha de clases a nivel mundial, qué experiencias se dan, qué errores se comenten, qué trampas nos tienden etc. Publicamos aquí un artículo de nuestra sección en GB que recoge noticia y lecciones de luchas en Portugal, España, Italia, Grecia... Agradecemos el trabajo de traducción de una compañera.
El 15 de septiembre, 700.000 personas irrumpen en las calles de Lisboa y otros 30 pueblos y ciudades de Portugal para manifestarse contra las políticas de austeridad del nuevo Gobierno de Pedro Coelho. El 7% de aumento del TSU – Tasa Social Única – para los trabajadores, junto con una reducción de 5,75% en las contribuciones de las empresas, estaba detrás de este brote espontáneo de ira que marginó a los sindicatos oficiales. La manifestación se había organizado en gran parte a través de las redes sociales. Ante la escala masiva de esas manifestaciones, el Gobierno parecía que se retiraba temporalmente. Pero no había que hacerse ilusiones: sólo se trataba de regresar después y de forma más efectiva, con las mismas medidas, y además, con la asistencia de los sindicatos como la CGTP (Confederación General de trabajadores portugueses), que esta vez estaban en mejor situación para ocupar el terreno, como lo habían venido haciendo durante más de un año aportando su propia contribución para imponer las medidas de austeridad. La CGTP reaccionó rápido para recuperar el control del movimiento. Se pidió inmediatamente una nueva manifestación vigilada por sus dirigentes y bajo sus propios lemas para el 29 de septiembre... una manifestación que fue mucho menos concurrida.
En Grecia, tras la tercera huelga general convocada por los sindicatos, en particular por el PAME (Frente Militante de Todos los Trabajadores), hubo nuevas manifestaciones el 26 de septiembre en Salónica y Atenas, ganando a más de 30.000 trabajadores. La furia era tal que una vez más se vieron enfrentamientos violentos con la policía, incluso entre policías en huelga y otras fuerzas del orden!
En España, decenas de miles de manifestantes llegaron a expresar su rabia el 25 de septiembre frente a un Parlamento protegido por unos 2.000 agentes de la policía. Hubo brotes de salvaje violencia policial "como en los días de Franco" según muchos testigos. 5 días más tarde, el 29 de septiembre, nuevamente fue rodeado el Parlamento.
En Italia, 30.000 funcionarios salieron a las calles de Roma el 28 de septiembre para protestar contra una nueva serie de medidas de austeridad con las pensiones y la "reclasificación" de los puestos de trabajo.
En definitiva, en la última semana de septiembre se ha visto un aumento de la cólera en varios países europeos en respuesta a la brutalidad de los ataques y la interminable sucesión de planes de austeridad.
Gobiernos, Partidos de Oposición y Sindicatos echan la culpa de estas medidas a la famosa Troika compuesta por la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. Quieren hacernos creer que el problema de la crisis puede ser resuelto país por país y tratan de transmitirnos la ilusión de que todo el mundo no está en el mismo barco, que algunos países pueden evitar lo peor, que pueden hacer que su economía avance nuevamente si hacen el esfuerzo necesario. La presentación de informes sobre la situación económica de los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) tiene el objetivo de reforzar la falsa idea de que las cosas no están tan mal en Gran Bretaña o Francia, países que de hecho están realizando el mismo tipo de ataques a nuestras condiciones laborales y vitales. Y éste es el destino de la clase trabajadora en todo el mundo: agravamiento de la explotación, aumento de la lucha por sobrevivir y más represión ante la rebelión.
La burguesía hace todo lo posible para evitar que nos concienciemos que los trabajadores sufrimos ataques en todas partes, para bloquear el desarrollo de la comprensión de que pertenecemos a una clase internacional. Esta es la razón por la que en los medios de comunicación hay muy pocas noticias acerca de los movimientos de resistencia contra la austeridad, a menos que sean demasiado grandes para ocultarlos. Y luego enfocan nuestra atención sobre imágenes de violencia o sobre una u otra debilidad del movimiento. Y por eso lo más importante para nosotros, los explotados, es mirar más allá de las fronteras, para discutir sobre estas experiencias, estas luchas pasadas y presentes y extraer las lecciones para las luchas que se avecinan.
Desde hace más de 40 años, el capitalismo mundial está en crisis. Cada vez que esta se manifestaba abiertamente nos decían que había una salida si hacíamos sacrificios, “Las cosas estarán mejor mañana si nos sacrificamos hoy”, era la cantinela que siempre repetían y que hoy siguen repitiendo. ¡No podemos hacerles caso! Cada sacrificio abre la puerta al siguiente y siempre las cosas van a peor. No hay ningún futuro radiante bajo el capitalismo, este sistema solo puede ofrecernos la pobreza y la miseria. No es simplemente una cuestión de las malas intenciones de los dirigentes o del estado. Es la quiebra del sistema que le impregna con su lógica implacable[1].
A pesar de la creciente ira, expresada por cada vez más frecuentes enfrentamientos con la policía, las “jornadas de acción” que convocan los sindicatos han demostrado ser inútiles. Durante décadas hemos visto que este tipo de 'acción' sirve como un medio para contener la lucha de clases, y alineándonos detrás de banderas sindicales, nos dividen en diferentes sectores, y nos atrapan entre las filas de la policía y los megáfonos de los Sindicatos para evitar cualquier discusión real y, por tanto, la verdadera preparación de la lucha.
La clase obrera más o menos sabe esto, pero si no muestra consciente y masivamente un clara comprensión de que tiene que hacerse cargo de sus propias luchas, presentando sus propias demandas, cualquier avance en el movimiento no llegará a nada.
Aquí el ejemplo de España es muy llamativo. El año pasado, el movimiento de los Indignados fue una demostración real y potente de la voluntad de la población y de la clase obrera a presentarse juntos de una manera colectiva, fuera de los sindicatos, para buscar y discutir la manera de luchar contra los ataques y expresar el disgusto con las miserables condiciones impuestas por el Estado español. El aspecto más significativo fue la creación de espacios para la discusión en la calle a través de un gran número de asambleas generales, abiertas a todos y a todas las luchas que se está librando en todo el mundo. En España, cuando un trabajador del 'extranjero' tomaba el micrófono para llevar su solidaridad al movimiento y a veces para describir lo que estaba sucediendo en su país, la simpatía era inmediata y palpable, la acogida cálida y entusiasta. En ese momento había pocas banderas nacionales o regionales a la vista y quienes querían limitar la lucha a la demanda de independencia regional no eran especialmente bienvenidos; en cualquier caso sus discursos no eran ampliamente apoyados. Y el movimiento de los Indignados no se encerró dentro de las fronteras de España. Tuvo seguidores en muchos países desde Israel a Estados Unidos y el Reino Unido con el movimiento “Occupy”.
La burguesía misma es consciente del peligro potencial de la maduración de ideas tan “ridículas” en las mentes de los explotados: desde su punto de vista, nunca es bueno que surjan sentimientos de solidaridad en el transcurso de las luchas obreras, sobre todo cuando esto sucede a escala internacional. Ahora estamos viendo una contraofensiva de la burguesía, encaminada a inculcar el veneno del nacionalismo y regionalismo en toda la clase trabajadora. En consecuencia, durante el 15 de septiembre, el llamado día de acción de la 'Cumbre social' (CCOO, UGT[2] y otros 200 grupos) en Madrid, se propuso el lema "no dejemos que arruinen el país". El 25 de septiembre un paraguas de organizaciones conformada por toda una serie de grupos de la izquierda clásica del capital desde el PC a sectores desgajados del movimiento del 15 M, organizó una acción para protestar "contra el secuestro de la soberanía nacional por los mercados" delante de la cámara de diputados. Todo esto terminó en enfrentamientos con la policía (donde la provocación por elementos infiltrados era obvia)[3]. Al día siguiente, los sindicatos más radicales (como la CGT y la CNT[4]), junto a los sindicatos nacionalistas como ELA, LAB, etc.[5], llamaron a otra huelga general en algunos lugares del Estado y en otros a un día de lucha. En otras palabras, convocaron a los trabajadores a luchar por intereses nacionalistas, que no son los suyos. El peligro real y grave de este tipo de reivindicación fue subrayado por el hecho de que el 11 de septiembre hubo un millón personas que participaron en una manifestación nacionalista catalana[6].
Lo más prometedor del movimiento de Indignados y las discusiones que tuvieron lugar dentro de él era la esperanza de un mundo diferente[7]. Esta esperanza, esta confianza en sí misma que la clase trabajadora necesita desarrollar, son poderosas palancas para salir de las trampas que nos tiende una burguesía desesperada. Esto hará posible ir más allá de actuaciones que sólo pueden terminar en desmoralización.
Esto no vendrá con una varita mágica sino con un profundo entendimiento de que la única perspectiva para la humanidad es la ofrecida por una clase trabajadora que está unida internacionalmente y que avanza hacia el derrocamiento de este orden social decadente. La gravedad de la crisis trae consigo una enorme cantidad de ira, pero también tiene un aspecto evidente: deja claro que se trata no de vencer a uno u otro gobernante, expulsando a este o aquél Ministro, sino de un cambio radical en el sistema, de una lucha para liberar a toda la humanidad de las cadenas de la explotación.
¿Seremos capaces de hacerlo? ¿Nosotros, la clase obrera, podemos realizar esa tarea? ¿Cómo podríamos conseguirlo? Dado que el capitalismo no puede ofrecernos nada más que la barbarie, nos planteamos todas estas preguntas en nuestras mentes, de forma consciente o no. El proletariado tiene capacidad para unirse, para hacer de la solidaridad algo real, pero el camino es difícil y no sigue una línea recta, como Karl Marx señaló en los primeros años del movimiento de los trabajadores:
«Las revoluciones proletarias como las del siglo XIX, se critican constantemente a sí mismas, se interrumpen continuamente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado, para comenzarlo de nuevo, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos, parece que sólo derriban a su adversario para que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a ellas, retroceden constantemente aterradas ante la vaga enormidad de sus propios fines, hasta que se crea una situación que no permite volverse atrás y las circunstancias mismas gritan: Hic Rhodus, hic salta!»
Wilma 28/09/12
[1] Bajo el título ¿podría decir una mentira más grande?, tenemos que poner el último editorial del periódico 'revolucionario' Lucha obrera, que dice que la crisis no existe que todo es un montaje para que los empresarios se llenen los bolsillos.
[2] El CCOO (Comisiones Obreras) y la UGT (Unión General de Trabajadores) son los sindicatos mayoritarios en España. El primero está vinculado al Partido Comunista, el segundo a los socialistas
[3] Ver 15 S, 25 S y 26 S, movilizaciones desmovilizadoras y desmoralizadoras, /accion-proletaria/201210/3495/15s-25-s-26s-movilizaciones-desmovilizadoras-y-desmoralizadoras [252]
[4] La CGT en España es un sindicato anarquista, una escisión de la histórica CNT
[5] ELA y LAB son dos sindicatos nacionalistas vascos: el primero es 'moderado' (originalmente creado para contrarrestar los sindicatos 'marxista y anarquista'; el segundo es parte de la izquierda abertzale (patriota)
[6] Ver España y Cataluña: dos patrias para imponer la miseria, https://es.internationalism.org/node/3482 [253]
[7] Para un balance crítico del movimiento de indignados, el Occupy etc, ver nuestra hoja internacional 2011 De la indignación a la esperanza, https://es.internationalism.org/node/3482 [253]
¿Porqué este título hoy? No es un poquito anacrónico? Después de todo, estamos en el siglo XXI. ¿Es que los derechos de la mujer, no están reconocidos en una profusión de solemnes declaraciones en todo el mundo?
En realidad, la cuestión del sufrimiento de las mujeres en una sociedad que todavía es fundamentalmente patriarcal, continúa siendo de la mayor importancia[1]. En todo el mundo, la violencia doméstica, la mutilación genital ritual, las ideologías reaccionarias y anticuadas como el fundamentalismo religioso, continúan vigentes e incluso aumentan[2].
Lo que los socialistas del siglo XIX llamaron “la cuestión de la mujer” sigue planteada hasta el día de hoy: ¿cómo crear una sociedad donde las mujeres no sufran más este tipo de opresión? ¿Y cuál debería ser la actitud de los revolucionarios comunistas hacia "la lucha de la mujer"?
Una cosa hay que decir desde el principio: la sociedad capitalista ha sentado las bases para el cambio más radical que la sociedad humana ha visto jamás. Todas las sociedades anteriores, sin excepción, se basaron en la división sexual del trabajo. Las mujeres, cualquiera que fuera su naturaleza de clase, y sin importar que su situación en ellas fuera más o menos favorable, tenían reservadas ciertas ocupaciones y otras se dedicaban a los hombres. Las ocupaciones de hombres y mujeres podían variar de una sociedad a otra, pero el hecho de esta división era universal. No podemos estudiar aquí en profundidad por qué esto ha sido así: baste decir que la división probablemente se remonta a los albores de la humanidad y que se originó en las dificultades del parto. Por primera vez en la historia, el capitalismo tiende a eliminar esta división. Desde el principio, el capitalismo transforma el trabajo en trabajo abstracto. Donde antes existía el trabajo concreto del campesino o artesano, regulada por los gremios o el derecho consuetudinario, ahora no hay nada más que la fuerza de trabajo, representada por hora o por trabajo a destajo: quién hace realmente el trabajo es irrelevante. Dado que las mujeres cobraban menos, reemplazaron el trabajo masculino en las fábricas – este fue el caso, por ejemplo, de los tejedores en el siglo XVIII. Con el desarrollo de la maquinaria, el trabajo exige cada vez menos fuerza física, y la fuerza de trabajo humano se sustituirá por la mayor potencia de la máquina. Hoy, el número de empleos que todavía requieren fuerza física masculina es muy limitado, y más y más mujeres están entrando en dominios que habían sido reservados para los hombres. Los viejos prejuicios irracionales sobre las mujeres están desapareciendo y cada vez más mujeres están presentes en profesiones científicas y médicas que sólo se creían convenientes para el hombre, supuestamente más "racional".
La entrada masiva de mujeres en el mundo del trabajo asociado[3] tiene dos consecuencias potencialmente revolucionarias
Bajo el capitalismo, en el tránsito entre los siglos XIX y XX, la demanda para participar en la vida pública no se limitaba a las mujeres trabajadoras. Las mujeres de las clases medias y superiores también reclamaban la igualdad de derechos y el derecho al voto en particular. Esto planteaba un problema en el movimiento de los trabajadores, el de qué actitud debían adoptar hacia los movimientos feministas. Mientras que el movimiento obrero se oponía a toda opresión de las mujeres, los movimientos feministas – porque se planteó la cuestión desde el punto de vista del sexo no de clase – negaban la necesidad de un derrocamiento revolucionario del orden existente por una clase social conformada por hombres y mujeres: el proletariado. Mutatis mutandis, la misma pregunta se plantea hoy en día: ¿qué actitud deben adoptar los revolucionarios hacia el movimiento de liberación de la mujer?
En un artículo sobre la lucha por el sufragio femenino publicada en 1912, la revolucionaria Rosa Luxemburgo hizo una clara distinción entre las mujeres de la clase dirigente y las mujeres proletarias: «La mayoría de estas mujeres burguesas, que actúan como leonas en la lucha contra los «privilegios masculinos», se alinearían como dóciles corderitos en las filas de la reacción conservadora y clerical si tuvieran derecho al voto. (...) Económica y socialmente, las mujeres de las clases explotadoras no son un sector independiente de la población. Su única función social es la de ser instrumentos para la reproducción natural de las clases dominantes. Por el contrario, las mujeres del proletariado son económicamente independientes y socialmente tan productivas como el hombre.»[4]. Luxemburgo hace una clara distinción entre la lucha por el voto de las mujeres de la clase trabajadora y la de la mujer burguesa. Ella insiste, además, que la lucha por los derechos de las mujeres es una cuestión para toda la clase trabajadora: «el objetivo es el sufragio femenino. Pero el movimiento de masas que se tiene que llevar a cabo no es una tareas para las mujeres solas, sino que es una preocupación común de la clase para mujeres y hombres del proletariado»
El rechazo del feminismo burgués fue evidente para la bolchevique Aleksandra Kollontai, quien en 1908 publicó La base social de la cuestión de la mujer: «El instinto de clase – digan lo que digan las feministas – siempre se muestra más poderoso que los nobles entusiasmos de políticas 'más allá de las clases’. Mientras la mujer burguesa y sus 'hermanas menores' son iguales en su desigualdad, la primera puede, con completa sinceridad, hacer grandes esfuerzos para defender los intereses generales de la mujer. Pero una vez que la barrera se ha roto y la mujer burguesa ha tenido acceso a la actividad política, los nuevos defensores de los 'derechos de las mujeres' se convierten en defensores entusiastas de los privilegios de su clase (...) Así, cuando las feministas hablan a las mujeres que trabajan sobre la necesidad de una lucha común para lograr algunos “principios básicos para la mujer”, las mujeres de la clase trabajadora son naturalmente desconfiadas»[5]
La I Guerra Mundial demostró que esta desconfianza descrita por Luxemburgo y Kollontai estaba totalmente justificada. Con el estallido de la guerra, el movimiento sufragista (movimiento por los derechos de voto de las mujeres) en Gran Bretaña se dividió en dos: por un lado estaban las feministas lideradas por Emmeline Pankhurst y su hija Christabel que dieron su apoyo incondicional a la guerra y el Gobierno; por otro lado estaba su otra hija Sylvia Pankhurst en Gran Bretaña y su hermana Adela en Australia, que se separó del movimiento feminista para defender una posición internacionalista. Durante la guerra, Sylvia Pankhurst abandonó poco a poco toda referencia al feminismo: su "Federación del sufragio femenino" se convirtió en la "Federación del sufragio de los trabajadores" en 1916, y en 1917 su periódico llamado El Dreadnought feminista cambió su nombre para convertirse en el El Dreadnought obrero[6]
Luxemburgo y Kollontai aceptan que las luchas de las feministas y de las mujeres trabajadoras pueden encontrarse de vez en cuando en un terreno común y compartirlo, pero las trabajadoras no deberían diluir sus luchas en el movimiento feminista solamente sobre la base de "derechos de la mujer". Nos parece que los revolucionarios deberían adoptar la misma actitud hoy, por supuesto adaptada a las condiciones de nuestra época actual.
Queremos concluir con algunas reflexiones sobre la "igualdad" como exigencia para las mujeres. Porque el capitalismo trata la fuerza de trabajo como una abstracción contable, su visión de la igualdad también es una abstracción: "la igualdad de derechos". Pero, como cada persona es diferente, la igualdad ante la ley rápidamente se convierte en desigualdad, en la realidad[7]. Desde Marx, los comunistas nunca han exigido "igualdad social". Por el contrario, el lema de la sociedad comunista es: "De cada uno según sus capacidad, a cada uno según sus necesidad". Y las mujeres tienen una necesidad que los hombres nunca tendrán: parir hijos.
Por lo tanto, cada mujer debería tener la posibilidad de traer a sus hijos al mundo y de cuidar de ellos durante sus primeros años, sin contradecir su independencia o su plena participación en todos los aspectos de la vida social. Se trata de una necesidad, una necesidad física, que la sociedad debe apoyar; es una capacidad de la mujer que a la sociedad le interesa alentar, pues de ello depende el futuro de la sociedad[8]. Así pues, es bastante fácil ver que una sociedad verdaderamente humana, una sociedad comunista, no intentará imponer una "igualdad abstracta" para la mujer, ya que de hecho sólo sería una desigualdad. Al contrario, intentará integrar esta capacidad específica de las mujeres en la actividad social en su conjunto, al mismo tiempo que completa un proceso que el capitalismo no pudo más que iniciar, y así finalizará por primera vez en la historia la división sexual del trabajo.
Jens
[1]Según una encuesta nacional francesa sobre violencia contra la mujer, publicado en el año 2000, «en 1999, más de 1,5 millones de mujeres se han enfrentado a una situación de violencia verbal, física o sexual. En 1999, 1 de 20 mujeres ha sufrido agresiones físicas, desde golpes a intento de asesinato, [mientras] 1.2% fueron víctimas de agresión sexual, desde acoso sexual a violación. Esta cifra se eleva a 2,2% en el grupo de edad de 20-24»(cf. http: / / www.sosfemmes.com/violences/violences_chiffres.htm [254])
[2]Para tomar sólo un ejemplo, según un artículo publicado en 2008 por Human Rights Watch, Estados Unidos fue testigo de un dramático aumento en la violencia contra la mujer durante los dos años anteriores. Ver (cf. http: / / www.hrw.org/news/2008/12/18/us-soaring-rates-rape-and-violence-against-w... [255])
[3]Huelga decir que las mujeres siempre han trabajado. Pero en las sociedades de clase antes de capitalismo, su trabajo se mantuvo esencialmente en el dominio privado, doméstico
[4] "El voto femenino y la lucha de clases [256]".
[5]https://Marxists.org/Archive/kollonta/1909/social-basis.htm [257] [1]. Las "hermanas menores" fue el término condescendiente utilizado por las feministas para referirse a las mujeres de la clase obrera
[6] Dreadnought: acorazado.
[7] «El derecho sólo puede consistir, por naturaleza, en la aplicación de una medida igual; pero los individuos desiguales (y no serían distintos individuos si no fuesen desiguales) sólo pueden medirse por la misma medida siempre y cuando que se les coloque bajo un mismo punto de vista y se les mire solamente en un aspecto determinado; por ejemplo, en el caso dado, sólo en cuanto obreros, y no se vea en ellos ninguna otra cosa, es decir, se prescinda de todo lo demás» Marx: "Crítica al Programa de Ghota [258]".
[8] Obviamente estamos hablando en términos generales. No todas las mujeres sienten estas necesidad o no la sienten en la misma medida.
Tanto la derecha como la izquierda han llenado de alabanzas a Santiago Carrillo presentándolo como un líder político que supo aparcar su ideología por "el bien de España". Tienen razón: el único interés de Carrillo era España y su ideología supuestamente "comunista" constituía un medio de servir a España, o sea, al Capital
Hemos asistido durante las últimas semanas a la canonización de este siniestro personaje por parte de la clase dominante, y la verdad es que no le faltan méritos para ocupar uno de los lugares más altos en el santoral del capitalismo español.
A principios de los años treinta del siglo pasado se convirtió en funcionario del PSOE siguiendo los pasos de su padre Wenceslao Carrillo. El PSOE como todos los partidos de la IIª Internacional había traicionado a la clase obrera y se había pasado a las filas de la burguesía con armas y bagajes en 1914 al apoyar la Primera Guerra Mundial que ocasionó 20 millones de muertos. Dentro del PSOE, salvo una pequeña minoría que defendió una postura internacionalista de denuncia de la guerra, el principal debate que había se dio entre el sector “francófilo” y el sector “germanófilo”. Durante la Dictadura de Primo de Rivera el PSOE colaboró lealmente con el dictador, e incluso Largo Caballero llegó a ocupar un alto cargo en el régimen como consejero de estado.
Durante la IIª República el PSOE se convirtió en la columna vertebral del régimen, y tanto en las labores de gobierno como de oposición destacó en el engaño y mistificación de la llamada “República de trabajadores de todas clases”, que en realidad fue un régimen por medio del cual la burguesía organizó las más fieras y brutales de las represiones (Casas Viejas, Arnedo, Asturias 1934, Ley de Vagos y Maleantes[1]…).
Las andanzas de nuestro personaje dentro del PSOE culminan pasándose al PCE estalinista con parte de las Juventudes Socialistas en 1936, prosiguen durante la Guerra Civil apoyando al Frente Popular y al bando antifascista en la masacre del proletariado español.
Ya plenamente integrado en el estalinismo (el anticomunismo más feroz: en realidad es como concreta la burguesía la contrarrevolución en Rusia, con el triunfo del llamado “socialismo en un solo país”), participa activamente en todas las criminales fechorías dirigidas por el PCE y el gobierno del Frente Popular, entre las que destacan sobre todo la masacre de los obreros de Barcelona en mayo de 1937 «El 19 de julio los proletarios de Barcelona, con solo sus puños desnudos, aplastaron el ataque de los batallones de Franco, armados hasta los dientes. Ahora, en las jornadas de Mayo de 1937, cuando sobre los adoquines han caído muchas más víctimas que cuando en Julio rechazaron a Franco, ha sido el gobierno antifascista –incluyendo hasta los anarquistas y del que el POUM es indirectamente solidario- quien ha desencadenado la chusma de las fuerzas represivas contra los trabajadores»[2] . Durante la IIª Guerra Mundial apoya al bando imperialista aliado y a la URSS (aunque Stalin se alió con Hitler de 1939 a 1941, demostrándose toda la falsedad y mistificación del antifascismo).
Una vez que el régimen franquista se integra plenamente en el bloque imperialista americano y se consolida a partir de 1953, nuestro farsante junto al PCE defiende la llamada “reconciliación nacional” para instaurar la “democracia” en España: pero entre la burguesía y la clase trabajadora no puede haber ningún tipo de reconciliación, únicamente se puede dar entre fracciones de la burguesía…
Sus fechorías mil prosiguen durante la llamada transición a la democracia, cuando junto al PCE y CC.OO. desempeñan la sucia labor de engañar y mistificar a la clase obrera para que abandone su lucha y así poder instaurar la “democracia”, siendo el partido estalinista el verdadero respaldo del régimen inaugurado en 1977. Toda esta mercancía fraudulenta se envuelve con una sarta de patrañas, el eurocomunismo… Un verdadero cuento de hadas: los PCs se comprometen a llegar en un futuro lejano, muy lejano, al “comunismo”, aceptando las reglas de la democracia burguesa… En realidad fue una mistificación criminal que encubría la dictadura del capital y de paso tratar de evitar los resquemores del imperialismo norteamericano que no se fiaba de los partidos estalinistas como posibles submarinos de los rusos.
En definitiva, toda una vida al servicio del capitalismo y de la burguesía, participando en las maniobras más mezquinas, ordenando a veces asesinatos de militantes de su partido que no seguían sus directrices… «Lo curioso del caso es que Carrillo, en agosto de 1949, estaba, como acabo de decir, alentando en Budapest a un puñado de jóvenes comunistas a empuñar las armas en esas guerrillas que él mismo estaba liquidando, con algún asesinato de por medio» (Carlos Semprún Maura, La Ilustración Liberal, Carrillo en Budapest pág. 1). Integrado plenamente en el estalinismo tanto en la brutal versión de los años treinta y cuarenta como en la aparentemente más “democrática” del eurocomunismo. Siempre viviendo de la mentira y del engaño, y dentro de la mentira y del engaño, como lo que fue: un burgués, un mentiroso compulsivo siempre dispuesto a engañar a los trabajadores y a defender a la clase dominante “caiga quien caiga”.
Pelocha 3-10-12
[1] Conviene recordar que el régimen de Franco no abolió esta ley sino que la siguió manteniendo aplicándola en toda su crueldad.
[2] Ver nuestro libro España 1936: Franco y la República masacran a los trabajadores. /cci/200602/539/espana-1936-franco-y-la-republica-masacran-al-proletariado [260]
Todos los gobiernos están recortando trabajos, servicios y salarios en un intento por reducir su deuda interna. A veces todavía aumentan préstamos, pero esa es otra historia.
En Gran Bretaña, en agosto, el gobierno anunció el éxito en sus ahorros durante el año 2011/12. Incluido en la lista de los ahorros estaban la reducción de gastos en asesores, recorte de personal, recorte de servicios, suspensión de proyectos, haciendo más procesos digitales, renegociar con proveedores, reducción de costos de edificios, evitando grandes proyectos, y otras formas de ahorrar gastos.
En la campaña contra el derroche en el sector público ha realizado la introducción generalizada de lo que se conoce como prácticas Lean. Estas se basan en el sistema de producción Toyota. Se podría argumentar que la necesidad de recoger millones de vehículos Toyota en los últimos años no sería una buena publicidad para tal forma de trabajar, pero los gobiernos tienen la costumbre de seguir las modas en este tipo de cosas.
En relación con el despilfarro, el enfoque Lean-Toyota significa eliminar, entre otras cosas: movimientos innecesarios de producto, archivos, movimiento de personas más de lo necesario, esperas innecesarias, sobreproducción, duplicación de procesos y defectos que deben ser reparados (hacerlo bien la primera vez). En la práctica significa un estudio de todas las prácticas de tiempo y movimientos de todos los procesos del trabajo, de tal manera que este tiempo se use más y más a la actividad productiva. Los ahorros por eficiencia terminan por enfocarse en los trabajadores individuales y cuánto puede el patrón obtener de ellos.
Los ahorros por eficiencia debería estar entre las consignas de los gobiernos modernos no sorprenderían a Frederick Winslow Taylor cuyo libro: Principios de gestión científica se publicó en Estados Unidos hace alrededor de cien años, en 1911. El enfoque de Taylor para obtener el máximo de los trabajadores era brutal pero eficaz. En la década de 1880 fue capaz de reducir el número de trabajadores paleando carbón en la Bethelem Steel Works desde 500 a 140 sin pérdida de producción. Cada parte de un proceso de trabajo fue programado con el fin de identificar qué parte podría omitirse y qué trabajadores deben asumir qué tarea.
En los principios Taylor tenía una opinión muy baja de los trabajadores : “la pereza natural del hombre es grave”. Pero también sabía que la represión directa no era la mejor forma de explotar a los trabajadores. Describió su enfoque como científico, pero era sobre todo ideológico: “uno de los primeros requisitos para un hombre apto para manejar la pala como ocupación regular es que sea tan estúpido y tan flemático que él parezca a lo más cercano al buey que a cualquier otra cosa. (…) Por lo tanto el trabajador que se adapta mejor a la manipulación de la pala es incapaz de entender la ciencia real de hacer esta clase de trabajo.” En el caso de la manipulación de la pala el mejor candidato para el trabajo “era un hombre tan estúpido que incluso era incapaz de hacer otros tipos de trabajo”.
Los críticos del método taylorista lo vieron como deshumanizante por la forma de explotar, incapacitar y alienar a los trabajadores. En realidad “el manejo científico no aseguró –como pretendía Taylor– que los trabajadores vieran a sus patronos como los mejores amigos del mundo (¡!) Al contrario, sembraron los conflictos de clase a una escala épica” (). Al describir la ola de huelgas en los Estados Unidos entre 1909 y 1913 Davis dice que “Es particularmente significativo que los centros de la tormenta de estas huelgas estuvieran ubicados en las industrias controladas por la administración científica y la introducción de nuevas tecnologías de ensamble masivo”. No es de sorprender que Taylor quería que los trabajadores “hagan lo que se les dice rápido y sin hacer preguntas o cualquier sugerencia” (). Esto va contra la naturaleza humana: a diferencia de las máquinas, las personas son curiosas y creativas. No por nada Lenin denunció el taylorismo como la “esclavitud del hombre a la máquina”.
Sin embargo, tras el derrocamiento del Estado ruso en 1917, Lenin pensó que podrían adoptarse métodos de producción capitalista. En “Las tareas inmediatas del gobierno soviético”, Lenin escribió: “el Ruso es un mal trabajador comparado con los obreros de los países avanzados. No podía ser de otra manera bajo el régimen zarista y en vista de la persistencia de la resaca de la servidumbre. La tarea que el gobierno soviético debe señalar a los trabajadores en todo su alcance es : aprender a trabajar. El sistema de Taylor, la última palabra del capitalismo en este sentido, como todo progreso capitalista, es una combinación de la refinada brutalidad de la explotación burguesa y varios de los mayores logros científicos en el campo del análisis de los movimientos mecánicos durante el trabajo, la eliminación de movimientos superfluos y torpes, la elaboración de métodos correctos de trabajo, la introducción de los mejores sistemas de contabilidad y control, etc. La República Soviética debe a toda costa adoptar todo lo valioso de los logros de la ciencia y la tecnología en este campo.” Este enfoque, junto con la militarización de la gestión laboral y la administración de un hombre, parecía apropiado para algunos bolcheviques en un periodo cuando la joven República Soviética fue rodeada y luchaba por su vida en la guerra contra los ejércitos blancos y sus partidarios imperialistas. Otros bolcheviques, especialmente los Comunistas de izquierda como Osinski, se opusieron a la introducción de tales métodos, que socava la capacidad de la clase obrera para dirigir la producción y fue uno de los factores que agravó el abismo y, en última instancia, el conflicto entre los trabajadores y el Estado soviético.
El taylorismo fue dictado por las necesidades de la explotación capitalista, pero en su forma pura demostró ser ineficiente en la extracción del talento y potencial de los trabajadores. En su época la burguesía reconoció la insuficiencia del taylorismo y los crudos métodos tayloristas principalmente fueron considerados obsoletos por la década de 1930. Sin embargo, esto no significó el final de la medición del tiempo y el movimiento.
Entre las nuevas teorías de administración la teoría X y Y que fueron introducidas por Douglas Mc Gregor en la década de 1960. La teoría X asume que los trabajadores son perezosos y sólo responderán a la zanahoria y el garrote, a la recompensa y el castigo. La teoría Y se basa en la motivación de los trabajadores. Los trabajadores tienen que identificarse con las necesidades de sus patronos y traer sus propias iniciativas para el proceso de trabajo, por lo que terminan por tomar la iniciativa en su propia explotación.
Hoy, con las prácticas Lean introducidas en los principales departamentos del servicio civil británico (incluyendo oficinas recaudadoras de impuestos, Ministerio de justicia y Ministerio de defensa), los trabajadores tienen “ahorros de eficiencia” como parte integral de su trabajo. Hay reuniones periódicas (en ocasiones diarias) sobre las prioridades del trabajo; estas se realizan de pie, por razones de eficiencia. Los trabajadores toman los tiempos de los procesos de trabajo, identifican formas de desperdicio y proponen cambios en las prácticas de trabajo. Este enfoque va junto al énfasis creciente en la gestión de los administradores que se describen como “líderes”. Los ahorros se realizan por sugerencias de los trabajadores, los “líderes” intentan imponer objetivos imposibles y decide cuál puesto es el siguiente a eliminar.
Como parte de la precariedad del empleo los trabajadores ahora deben preocuparse no sólo por perder sus puestos de trabajo, sino también tienen que proponer medidas que, en nombre de la eficiencia, podrían ponerlos fuera del trabajo. El ingenio y la creatividad humana pueden orientarse hacia el mayor de los logros, pero son manipulados o aplastados en la brutalidad de las relaciones sociales capitalistas.
Car, 7 de septiembre
Ante las nuevas convocatorias de “huelgas generales” de 24 horas (para el 31 de octubre por parte de CGT y para el 14 de noviembre por 5 sindicatos encabezados por el dúo CCOO-UGT), los compañeros Asamblearios – Trabajadores Indignados y Auto-organizados de Alicante, han difundido una declaración titulada Ante los “paros de 24 horas” ¿Qué huelga queremos?: la huelga de masas.
Los compañeros que llevan una trayectoria de lucha activa de más de 2 años han tenido el mérito de denunciar unas movilizaciones que no hacen otra cosa que desmovilizar y desmoralizar, que son el complemento a los golpes del gobierno Rajoy. Pero no se han quedado ahí, han planteado una perspectiva, el combate por la huelga de masas, que frente a la desmovilización sindical es la orientación que tienden a tomar las luchas obreras desde la Revolución Rusa de 1905.
Es falso que no hay alternativa a las “movilizaciones para desmovilizar” de los sindicatos. Siguiendo el paso que han dado los compañeros de Alicante creemos que un debate se debe desarrollar para clarificar la alternativa que históricamente tiene el proletariado desde 1905. En ese sentido van dos contribuciones de dos compañeros.
Saludamos la declaración y las contribuciones y animamos a que otros compañeros, colectivos, hagan sus aportaciones.
CCI 1-11-12
¿Por qué un paro de 24 horas es una huelga? Mucho más importante, ¿cómo un paro de 24 horas va a beneficiar a la clase obrera?
Nuestra posición política, se identifica con el internacionalismo y la autonomía proletaria, entendemos que toda acción de las minorías conscientes debe ir encaminada a favorecer la generación de conciencia, unidad y autoorganización de la clase obrera.
Sabemos que han sido muchas las movilizaciones en los últimos tiempos y muchos los esfuerzos de parte del proletariado por organizarse. Este periodo de nuevas movilizaciones masivas que se inician, simbólicamente, en mayo de 2011, y que viene a ser la respuesta a los ataques cada vez más brutales contra las condiciones de vida de la población, no es lineal y pasa por distintos momentos. En un principio hay serios impulsos hacia la autoorganización generándose un movimiento asambleario difuso y aún embrionario. Posteriormente, y aprovechando el cansancio y la notable disminución de la participación masiva, retoman el protagonismo los sindicatos y los grupos de izquierdas, llevando las movilizaciones por los derroteros típicos: movilizaciones controladas, movilizaciones desunidas y sectoriales, movilizaciones desmotivadoras donde no se consigue nada y el sentimiento de soledad y hastío de los participantes es patente. Ante todo esto creemos que es lógica la falta de participación de la mayoría de los trabajadores en movilizaciones que consideran ajenas a sus propios intereses y es lógico que se abra un impasse reflexivo.
Necesitamos pensar, aprender de lo que ha pasado y buscar los caminos para nuestra autoorganización, algo que no se dará por decisión de vanguardias clarividentes o por impulsos ansiosos, aunque sean con la mejor intención.
La huelga que sabemos eficaz y sentimos necesaria, deberían auto convocarla los trabajadores y extenderse por toda la sociedad, apropiándonos de todos los espacios, ocupando todos los lugares, creando un nuevo tipo de relación y comunicación social. Esa huelga no detiene la vida, la inicia, esa huelga es la huelga de masas que durante el último siglo se ha expresado sobradamente y que todos sus enemigos (todas las burguesías públicas y privadas) han silenciado concienzudamente hasta enturbiar su recuerdo. Tanto es el miedo que le tienen, tanta es la fuerza que supone para el proletariado.
Una verdadera huelga es un movimiento masivo e integral que no sólo consiste en un paro laboral. Es el arma fundamental de la clase obrera que toma el control de sus vidas y lo expresa en todos los aspectos de la sociedad que combate, expresando a la vez todos los aspectos de la sociedad humana a la que aspira. Pero desde luego no es algo que pueda convocar nadie (ni siquiera con la mejor intención) forma parte de un proceso de conciencia y lucha de los trabajadores. No se trata de que dure 24 horas, 48 o sea indefinida, su radicalidad no es una cuestión de tiempo. Su radicalidad estriba en que es y forma parte del movimiento real de los trabajadores, que se organizan y dirigen a sí mismos.
La huelga de masas es el resultado de una etapa particular en el desarrollo del capitalismo, la etapa que inicia el siglo XX. Fue ampliamente desarrollado por Rosa Luxemburg a partir del movimiento revolucionario de los trabajadores en Rusia en 1905. La huelga de masas “es un fenómeno histórico producido en un momento dado por una necesidad histórica que surge de las condiciones sociales”.
La huelga de masas no es algo accidental; no es el resultado ni de propaganda ni de preparativos que tendrían lugar de antemano; no se puede crear artificialmente; es el producto de una etapa definida de la evolución de las contradicciones del capitalismo.
La condiciones económicas que generaron la huelga de masas, no se circunscribían a un país, sino que tenían un significado internacional. Esas condiciones hacen surgir un tipo de lucha con dimensiones históricas, una lucha que era un aspecto esencial del surgimiento de las revoluciones proletarias. En resumidas cuentas, la huelga de masas “no es sino la forma universal de la lucha de clases proletaria resultado de la presente etapa del desarrollo capitalista y de sus relaciones de producción”.
Esa “etapa presente” consistía en que el capitalismo estaba viviendo sus últimos años de prosperidad. El desarrollo de los conflictos interimperialistas y la amenaza de la guerra mundial, el fin de cualquier mejora gradual de las condiciones de vida de la clase obrera, resumiendo, la creciente amenaza contra la misma existencia de la clase obrera en el capitalismo, esas eran las nuevas circunstancias históricas que acompañaban el advenimiento de la huelga de masas.
La huelga de masas es un producto del cambio en las condiciones económicas a un nivel histórico, condiciones que hoy día sabemos son las del final de la ascendencia capitalista, condiciones que prefiguraban las de la decadencia capitalista.
Ya existían entonces las fuertes concentraciones de obreros en los países capitalistas avanzados, acostumbrados a la lucha colectiva, y cuyas condiciones de vida y de trabajo eran las mismas en todas partes. Y, consecuencia del desarrollo económico, la burguesía se iba volviendo una clase más concentrada y se iba identificando de manera creciente con el aparato de Estado. Igual que el proletariado, los capitalistas habían aprendido a hacer frente, juntos, a su enemigo de clase. De la misma manera que las condiciones económicas hacían más difícil para los obreros el obtener reformas a nivel de la producción, también las “ruinas de la democracia burguesa”, hacían cada vez más difícil para el proletariado la consolidación de lo ganado a nivel parlamentario. Así pues, el contexto político, igual que el contexto económico de la huelga de masas, no era el contexto del absolutismo ruso sino el de la decadencia creciente de la dominación burguesa en todos los países.
En lo económico, en lo social, en lo político, el capitalismo había puesto las bases para grandes enfrentamientos de clase a escala mundial.
La meta de la forma de organización sindical (obtener mejoras en el seno del sistema) resulta cada vez más difícil de realizar en el capitalismo decadente. En este período, el proletariado no emprende una lucha con la perspectiva segura de ganar verdaderas mejoras. Las huelga de hoy, las grandes manifestaciones, no consiguen nada.
Por consiguiente el papel de los sindicatos, obtener mejoras económicas en el seno del sistema capitalista, desaparecía. Hay otras implicaciones revolucionarias derivadas de la dislocación de los sindicatos por la huelga de masas:
1) La huelga de masas no se podía preparar de antemano, surgió sin plan del estilo de “método de movimiento de la masa proletaria”. Los sindicatos, dedicados a una organización permanente, preocupados por sus cuentas bancarias y sus listas de adhesiones no podían ni siquiera plantearse el estar a la altura de la organización de la huelgas de masas, forma que evoluciona en y por la lucha misma.
2) Los sindicatos dividieron a los obreros y sus intereses entre todos los diferentes ramos industriales mientras que la huelga de masas “fusionó a partir de diferentes puntos particulares, causas diferentes”, y de esta manera tendió a eliminar todas las divisiones en el proletariado.
3) Los sindicatos sólo organizaban a una minoría de la clase obrera mientras que la huelga de masas juntó a todas las capas de la clase sindicados y no sindicados.
La lucha va unida a la realidad en la que se da, no se puede plantear por separado. Desde principios del siglo pasado la decadencia de un sistema que ha agotado los mercados extracapitalistas y limitado así su necesidad insaciable de crecimiento se hace patente provocando una crisis constate y constantes cataclismos sociales (guerras y miserias sin precedentes para la humanidad)
El período desde 1968 expresa el punto de culminación de la crisis permanente del capitalismo, la imposibilidad de expansión del sistema, la aceleración de los antagonismos interimperialistas; cuyas consecuencias amenazan a toda la civilización humana.
En todas partes, el Estado, con la terrible extensión de su arsenal represivo, toma a cargo suyo los intereses de la burguesía. Frente a él, encuentra a una clase obrera que aunque debilitada numéricamente con relación al resto de la sociedad desde los años 1900, está aún más concentrada, y cuyas condiciones de existencia se han ido igualando en todos los países hasta un grado sin precedentes. A nivel político, la “ruina de la democracia burguesa” es tan evidente que apenas si puede ocultar su verdadera función de cortina de humo del terror de Estado capitalista.
¿De qué modo corresponden las condiciones objetivas de la actual lucha de clases a las condiciones de la huelga de masas?. Su identidad reside en que las características del actual período constituyen el punto más agudo alcanzado por las tendencias del desarrollo capitalista, que empezaban a prevalecer en los años 1900.
Las huelgas de masas de los primeros años de este siglo eran una respuesta al final de la era de ascendencia capitalista y al amanecer de las condiciones de la decadencia del capitalismo.
Si se tiene en cuenta que estas condiciones han llegado a ser absolutamente patentes y crónicas hoy día, se puede pensar que lo que objetivamente impulsa hacia la huelga de masas es mil veces más amplio y fuerte hoy.
Los “resultados generales del desarrollo capitalista internacional” que, eran la raíz del surgimiento histórico de la huelga de masas, no han dejado de madurar desde principios del siglo.
¿Como podemos favorecer el desarrollo de la huelga de masas, de la autoorganización internacional del proletariado, de su necesaria unidad?
Nuestras contribuciones no serán más que eso contribuciones de una parte consciente dentro de nuestra clase. No podemos aspirar a más, tampoco a menos.
Una de esas contribuciones es esto mismo, criticar las acciones erróneas que suponen trabas a la autoorganización y la profundización de la conciencia. Aún desde la mejor intención por parte de sus militantes: el activismo, el sindicalismo de base, el izquierdismo,… forman parte de las barreras que los trabajadores debemos superar para alcanzar nuestra autonomía de clase.
Otra contribución será alentar la reflexión, la clarificación de lo vivido.
También la extensión de las luchas genuinas, su coordinación e información, así como el encuentro y la organización de los revolucionarios.
Y otra más, recuperar la memoria de nuestras luchas y sus herramientas fundamentales, como es la huelga de masas.
ASAMBLEARIAS
Trabajadores Indignados y Autoorganizados “por un 15 M obrero y anticapitalista”
A finales de 2011 los compañeros de Trabajadores Indignados y Autoorganizados2 (todavía comisión de Toma La Plaza) lanzamos la idea de colaborar con diversos grupos de carácter asambleario, hicimos la propuesta a TLP y nos referíamos principalmente a organizaciones como CNT, CGT y SO que habían realizado acciones conjuntas y teóricamente apostaban por el asamblearismo. A aquella “cosa”, a aquel intento, lo llamamos “extensión del movimiento asambleario” y se trataba de un proyecto que incentivara lo que el propio nombre indica, desde la unidad de los explotados por encima de las divisiones partidistas. Lo pusimos por escrito e hicimos unos primeros intentos y contactos. Para la huelga del 29M hace su aparición un Bloque Critico Asambleario, que venía a plasmar nuestra idea de unir iniciativas (por encima de siglas) para extender un movimiento asambleario de trabajadores (en su sentido amplio) y cuestionador del actual estado de cosas. En las asambleas que se realizaron en esta jornada se dieron las primeras pinceladas para seguir trabajando.
Desde esas pinceladas se tomaron rutas dispares e incompletas: unas que propugnaba la autogestión, otras que se centraban en la organización y la lucha de los trabajadores. En esta segunda (donde yo participé) se esbozaron no pocas cosas: una comisión de solidaridad con los trabajadores que acudiera a los centros de trabajo, una caja de resistencia (continua con ella la TIA), protocolos para la realización de asambleas tras las movilizaciones masivas (se hicieron varias asambleas), protocolos para responder a la represión…
El verano de 2012, la TIA trata de relanzar el Bloque a través de encuentros estivales centrados en debates en el Hort Comunitario de Carolinas. La idea inicial era encontrarnos trabajadores y militantes para compartir experiencias y ver si surgían actividades. Así fue el primer encuentro, donde la pertenencia de unos u otros a tal o cual grupo careció por completo de importancia. Todo esto cambia a partir de la propuesta por parte de un grupo (que hasta ese momento no había asistido a ninguna reunión) de participar en la jornada de lucha del 26 se septiembre, dentro de la jornada de lucha estatal organizada por varias organizaciones.
El último acto de ese bloque convertido en “Espacio”, fue la jornada de lucha del 26 de septiembre. Esta jornada supone un cambio profundo en el sentido que para mí tenía el bloque (no por el cambio de nombre, este me gusta más) si no por todo lo que ha conllevado y la contradicción que supone con la idea inicial, recuerdo: “extensión del movimiento asambleario”.
Y que pasó en esa jornada. Bueno podemos analizarlo en dos partes (tal como se plantearon los actos).
Por un lado la asamblea. Fue participativa, en momentos dispersa (como suele pasar), se habló de muchas cosas y poco del tema principal (“medios de lucha de los trabajadores”), no aparecieron sigla ni partidismos, fue respetuosa y en momentos emotiva. Dio un sentido de unidad y de búsqueda de una reflexión colectiva que está por hacer.
La manifestación. Muchas siglas, bloques separados y muy significados, esteticismo “radical” y falta de planteamientos comunes más allá del panfleto común (lo mejor para mí de la mani), totalmente alejada de las pocas personas que en la calle nos miraban con extrañeza. La sensación: de desconexión con la realidad y desunión.
Justo ambos actos respondían a posiciones bien distintas por parte de los convocantes y que dieron pie a largos debates previos que se saldaron con un consenso de ocasión para salvar una (para mí) falsa unidad.
Por un lado estábamos los que nos planteamos nuestra actuación como una contribución a la generación de conciencia, unidad y autoorganización de los trabajadores y consideramos que el espacio privilegiado para esto es la asamblea. Para nosotros el movimiento es el movimiento autónomo del proletariado, y nadie puede suplantarlo ni dirigirlo más que el mismo. Es obvio que ese movimiento no se muestra hoy día salvo en pequeñas y cortas explosiones pero eso no deja de hacer más cierto que la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos o no será. Por ello (y aunque estamos dispuestos a colaborar con compañeros que pertenecen a organizaciones con sus siglas y sus ideología) priorizamos espacios horizontales y sin siglas donde busquemos todo lo que podemos poner y tener en común.
Por otro, los que defienden que son las organizaciones de la “izquierda radical” las que deben unirse, porque ellas son las que representan a los trabajadores, y aspiran a un frente común con un programa mínimo común aunque cada cual preserve sus (muchas) diferencias y peculiaridades y también sus propias actividades.
Es fácil saber quien estaba por la asamblea y quien por la mani. Quien quería siglas y quienes se oponían a ellas. Quienes valoraban por encima de todo un nombre genérico común (con el cual cualquier trabajador se pudiera identificar) y quienes no daban demasiada importancia a un nombre común y si a las siglas particulares.
Tras todo esto es necesario plantearnos que queremos hacer con esto del ECA y como ya el debate quedó in albis antes del 26, muy “sabiamente” dejamos las disputas para después y pospusimos una valoración y definición del ECA que está pendiente. Una valoración que necesariamente implica una confrontación de las dos tendencias que aparecen y que difícilmente pueden estar consensuándose eternamente.
Pero una valoración seria implica entender la realidad en la que nos desenvolvemos y responder a varias preguntas, ¿por qué cambia la concepción del BKA?, ¿cómo se pasa de un planteamiento de espacio reflexivo, al frentismo izquierdista de un día para otro?, ¿Cómo podemos llegar a considerar un éxito a dar un paseo nocturno con 500 personas más?
Ciertamente las cosas han cambiado. Cuando el BKA recogía la idea de extender un movimiento asambleario se veía como posible, dado el número de luchas masivas que se estaban dando y cierta tendencia a la autoorganización de las mismas (primeras asambleas del 15M, primeros momentos en las movilizaciones de los docentes,…) Pero la situación de base ha cambiado y las movilizaciones han sido primero controladas (sindicatos y demás) y posteriormente desmovilizadas o llevadas a callejones sin salida.
La extrema izquierda ve este momento como el suyo, donde ellos deben tomar el relevo y denunciar el papel de los malos dirigentes para crear un polo de atracción hacia sus posiciones. Desde esta perspectiva este tipo de movilizaciones tiene un sentido.
Para nosotros, NO.
Si los trabajadores no se movilizan en estos momentos es porque saben que nada van a conseguir (con esos “jefes” y esas “luchas”) aunque necesitan cambiar las cosas,… pero aún no saben cómo. Para nosotros es un momento de reflexión colectiva. Debemos contribuir a que los trabajadores encuentren la seguridad y el camino de su organización autónoma y de su propia dirección de las futuras luchas. Es el momento de sacar lecciones y ser fieles a nuestra clase y no suplantar a las masas.
Hace un año (o menos) hubiera sido impensable la jornada del 26 porque las masas la hubieran superado y por que las masas no hubieran permitido el protagonismo de ninguna organización. Si hoy estas organizaciones se muestran y tratan de sustituir (en miniatura) el protagonismo de las masas, es precisamente porque estas no están dispuestas a movilizarse por nada. No entender esto es no entender nada y seguir eternamente en la dinámica del activismo ansioso que nada tiene que ver con el verdadero ritmo de la lucha de la clase obrera.
Quizás algunos nos hayamos sentido más acompañados en estos actos que estando en nuestros pequeños grupos, pero la compañía no es un imperativo político, al menos para una política del proletariado, sí lo son la coherencia y la honestidad. Los revolucionarios no estamos solos, formamos parte de una clase que necesita y puede cambiar el mundo. Fuera de ella carecemos de sentido y nos convertimos en otra cosa.
¿Cómo podría darse una colaboración permanente entre compañeros de diversos grupos? Entiéndase dos cosas:
Hablo de colaboración permanente, no de colaborar ocasionalmente y sobre cuestiones tácticas.
Hablo de compañeros honestos con los que tenemos serias diferencias pero de los que no dudamos de su compromiso con la causa de los explotados.
Pues bueno dicho de forma más precisa, como podría para mí ser el ECA un espacio permanente de encuentro. Pues asumiendo las siguientes premisas:
Sé que estas premisas no se dan hoy y no pretendo llegar a un acuerdo que supongo que todos cedamos en cuestiones que consideramos fundamentales, esa es la falsa unidad a la que me refería antes. Si considero que estas posiciones son necesarias y básicas para la lucha de nuestra clase es obvio que no puedo renunciar a ellas a través de un consenso.
¿Cuando considero que se darán estas premisas?, cuando la dinámica propia y autónoma del proletariado las imponga y discutir sobre las mismas sea un absurdo.
Hasta entonces, hasta el momento en que la historia decida, solo podemos seguir hablando, discutiendo (aunque sea tácitamente absurdo) todo lo anterior y muchas otras cosas. Creo que el ECA no puede aspirar a más en el tiempo presente, pero tampoco a menos.
V
En el marco de la situación actual, y aprovechando los recientes textos sobre “La organización del proletariado fuera de los periodos de luchas abiertas” y el del “Análisis y reflexión en torno al ECA de Alicante” adjunto algunas reflexiones incompletas:
La situación actual presenta, en lo que se refiere a la lucha proletaria, una característica principal: el retraso tanto en su capacidad política (naturaleza y profundidad de la crisis; papel del Estado y la “democracia”) como en su capacidad de lucha (herramientas y métodos proletarios de lucha, capacidad de autoorganización). Ambos planos -el político y la capacidad de lucha- están interrelacionados y se retroalimentan, ya sea en círculo vicioso, ya sea en un círculo virtuoso.
Este retraso de momento no aparece como una derrota: pese a la gran confusión y miedo, no existe una total y callada aceptación y comprensión hacia las “necesidades de la economía”; ni la atomización y la descomposición social ha alcanzado aún los niveles de deshumanización que dejarían las manos completamente libres a la burguesía.
Como terreno fértil para la reaparición histórica de la lucha proletaria está, sin lugar a dudas, la profundidad de la crisis, la agudización de los antagonismos sociales y el desgaste del cuerpo ideológico, político y sindical burgués.
En la época inmediatamente anterior de grandes luchas proletarias (del mayo francés a Polonia), que en casos puntuales y locales alcanzan niveles pre-insurreccionales, el retraso del que hablábamos arriba no se da de la misma forma. Mientras existía un importante retraso a nivel político (ilusiones democráticas, hacia los sindicatos y los partidos “obreros”, en la autogestión o la cogestión, nacionalismos, etc) este hecho no impedía una gran capacidad para la lucha y para el desarrollo de métodos proletarios (asambleas obreras, delegados revocables, extensión de la lucha, autoorganización, etc). Es necesario también comentar que ni la crisis ni el paro presentaban entonces, a nivel general, la gravedad que presentan ahora, y por lo tanto no eran un freno tan grande para la lucha (ni por supuesto muchos Estados contaban con el arsenal de canalización anti-proletario con el que cuentan hoy).
Aproximadamente 40 años después de esa oleada de luchas, con una dramática ruptura (a la vez producto de la crisis capitalista y el paro, y a la vez de una estrategia burguesa y sindical “multidisciplinar” -a nivel ideológico, social, laboral, urbanístico, ...- contra la amenaza de la lucha proletaria) de tejido social y obrero; con un “olvido” de los métodos de lucha proletaria; con una gran atomización y despolitización; con inmensos niveles de precariedad y paro... ¿se puede esperar en la fase actual que, pese a un desarrollo tan desigual de ambos planos del combate, aparecieran grandes luchas proletarias?, ¿bastaría en la fase actual un, digamos, “instinto de clase” sin un mínimo de capacidad política para el desarrollo de luchas, como en épocas anteriores?
En mi opinión no. El periodo actual del capitalismo decadente le exige a la lucha que ambos planos vayan mucho más paralelos que en épocas anteriores. O expresado de forma más concreta: el desarrollo de luchas con métodos proletarios (que vayan más allá de explosiones de cólera o desesperación puntuales) le exige a la clase trabajadora mucha más capacidad política (un mínimo de comprensión del terreno que se pisa; de nuestros aliados, de nuestros enemigos y de nuestros falsos amigos), por las razones arriba expresadas y por la mayor sofisticación y reparto de tares en el seno de la burguesía, que en el pasado.
De esta forma, lo político, lo “intelectual”, por las dificultades y la gravedad de la situación, va a jugar un papel decisivo en este periodo: ¿se puede ser capaz de hacer frente a la “austeridad” y la miseria, presentadas como fatalidades, sin un mínimo de comprensión de la realidad?, ¿se puede, bajo circunstancias tan difíciles, encontrar el camino de la lucha minimamente eficaz, sin cuestionar el papel sindical y para-sindical...? El volcán sobre el que se asienta la sociedad burguesa está más caliente que nunca, pero el cráter está obstruido por una losa que requiere más que voluntad, cólera e indignación para ser retirada.
En ese sentido, las minorías que surgen del seno del proletariado buscando las herramientas teórico-prácticas, políticas, para enfrentarse al sistema capitalista son expresión también de una lucha contra lo existente; de un enfrentamiento soterrado fuera de los periodos de luchas abiertas – y también en este-, y son de una gran importancia como vanguardia política del proletariado. Infravalorar su papel e importancia es negar que la clase obrera también reflexiona, también “hace política”, y que ese elemento es crucial en su lucha, tanto para sus “intereses económicos” como para los políticos. Negarles a esas minorías otro papel que el de diluirse en movimientos confusos, o en artificiales “órganos unitarios” copados por el sindicalismo “radical” y por la extrema izquierda, es contribuir a desarmar al proletariado y a allanar el camino a la peor de las políticas y al peor de los “sustitucionismos”: al de la burguesía, sus sindicatos y su izquierda.
Por lo tanto, mi opinión es que los elementos políticamente más avanzados son parte del proletariado y de su lucha contra el capitalismo; que los órganos unitarios del proletariado no se pueden crear ni preparar artificialmente porque surgen por y para la lucha; que las minorías tienen un papel importante a jugar en el camino que lleve a la autoorganización y a la conciencia de clase, pero que ese papel se neutralizará si se diluyen en “espacios”, “coordinadoras”, etc, e incluso en genuinos órganos surgidos de la lucha proletaria, y se auto-limitan en defender posiciones proletarias (por supuesto de acuerdo a un contexto y a las necesidades del momento). En este caso, estas minorías no actuarían como revolucionarios (casi siempre en ínfima minoría; casi siempre a contracorriente; casi siempre vistos como “ajenos” a las masas), y se convertirían en otra cosa.
Draba
1 El Bloque Crítico Asambleario es un espacio donde confluyen desde la última huelga general (29M) compañeros de distintas organizaciones o sin organización en Alicante, desde una perspectiva asamblearia. Nace queriendo dar respuesta a las huelgas convocadas por los sindicatos y con la intención de extender el movimiento asambleario. El 26 de septiembre desde este bloque se realiza una jornada de lucha (en consonancia con la huelga convocada en Euskadi y la jornada de lucha a nivel estatal convocada por sindicatos “de base”) donde por primera vez aparecen siglas de organizaciones. Esta jornada ha sido precedida por largos debates donde se expresan corrientes muy distintas sobre que es y debiera ser el bloque. Para la ocasión el bloque cambia de nombre pasándose a llamar “espacio crítico asambleario”.
2 La TIA es un colectivo que nace de la agrupación espontanea de compañeros del ámbito asambleario y autónomo en Alicante alrededor de las asambleas multitudinarias de mayo de 2011. En ese entorno se encargarán de la “estructura organizativa” del movimiento y confluirán con otros compañeros llegando a planteamientos comunes al asamblearismo, el anticapitalismo y el internacionalismo proletario. Las muchas diferencias con los restos del 15M les llevaran a separarse formalmente de las organizaciones que se apropian este nombre y a funcionar independientemente. La incorporación al grupo de compañeros procedentes de las Asambleas Abiertas de Trabajadores hace que el grupo se denomine: Asamblearios – TIA.
Una compañera ha desarrollado varios comentarios muy interesantes donde elabora unas reflexiones sobre las recientes huelgas en Sudáfrica. El comentario más importante y que hemos tomado como materia para la discusión es el titulado Las “huelgas salvajes tipo las de Sudáfrica señalan el camino” y se encuentra en el Foro de Discusión en el siguiente enlace:
https://es.internationalism.org/node/3501#comment-1824 [266]
En dicho comentario desarrolla de forma más coherente sus ideas e integra sus comentarios anteriores.
Saludamos calurosamente la iniciativa de la compañera y sobre todo su propuesta de debate público. Ello contribuirá sin duda a la clarificación del medio proletario y desde aquí animamos a todos los compañeros interesados a unirse al debate.
Lo que sigue a continuación en nuestra respuesta.
Querida compañera:
Nos pides “una crítica” de tus comentarios, que como verás, han sido publicados íntegramente y con mucho gusto por nuestra parte. Más que una crítica, lo que vamos a hacer es una exposición analítica de algunas posiciones con objeto de animar un debate que contribuya a la clarificación de las cuestiones que plantea la lucha de clases.
Antes que nada queremos saludar tú propuesta de un debate público e igualmente el espíritu abierto a la reflexión y la crítica que expresa tu correspondencia. Y también el contenido mismo de los comentarios que has enviado, donde hay una defensa intransigente de la lucha obrera contra las trampas del Estado democrático.
La verdad es que suscribimos totalmente los principios políticos desde los que abordas un análisis de la lucha de los mineros Sudafricanos:
Estos principios no son únicamente expresión general del legado de la Izquierda Comunista en su lucha contra la degeneración de la Internacional Comunista, sino del combate y el trabajo teórico de sus fracciones más claras, como Internationalisme (órgano de la Izquierda Comunista Francesa), o Bilan (órgano de la Izquierda Comunista Italiana) de cuyo aporte –críticamente asumido- se reivindica la CCI.
Compartimos igualmente algunas lecciones esenciales que sacas de la lucha en Sudáfrica:
Este conjunto de posiciones y análisis nos proporciona un terreno común a partir del cual podemos abordar puntos en los que podemos no estar de acuerdo o bien que necesitarían una mayor aclaración. En una primera aproximación, pensamos que es mucho más importante lo que nos une que lo que nos separa y es desde lo que nos une como podremos desarrollar un debate.
Cada vez más militantes proletarios toman conciencia de la necesidad de impulsar una lucha al margen y en contra de los Sindicatos. Ven a los sindicatos como órganos ajenos, que están al servicio del Estado y de los capitalistas. Desconfían de sus convocatorias y de sus planteamientos.
Ahora bien, ¿qué alternativa oponer a los sindicatos y al sindicalismo? Hemos de basarnos en la experiencia histórica de la clase obrera y esta nos muestra que, a lo largo de los últimos 100 años, en lo que se conoce como la época de decadencia del capitalismo, las luchas más significativas se manifiestan como explosiones masivas, que se extienden a todos los colectivos obreros sin distinción de sector, empresa, nacionalidad, raza etc., que se auto-organizan en Asambleas Generales y en cuanto adquieren una mayor unificación forman Comités elegidos y revocables y en una situación pre-revolucionaria Consejos Obreros. La lucha económica se convierte en política y viceversa, las reivindicaciones tienden a situarse en el terreno autónomo de la clase obrera frente a la nación, la defensa de la economía etc.
Las luchas obreras genuinas que han venido expresándose desde hace 100 años tienden a ser una explosión de creatividad e iniciativa independiente de grandes masas obreras y explotadas, momentos donde crece la solidaridad, la confianza y la unidad; situaciones donde el proletariado se manifiesta como una clase autónoma capaz de levantar ante toda la sociedad una alternativa contra el Capital y su Estado; momentos donde este amenaza con verse aislado y donde su inmenso aparato represivo empieza a paralizarse.
A esa tendencia se le ha llamado de diversas maneras: la huelga de masas por parte de Rosa Luxemburgo; acción directa de masas contra la máquina gubernamental burguesa, por el Primer Congreso de la Tercera Internacional (1919); tú le llamas “huelga salvaje”.
Lo interesante más que el nombre es, en primer lugar, el sentido histórico de esta tendencia de la clase obrera, su comprensión en profundidad, sus orígenes, dinámica y consecuencias. Para ello, permítenos un breve desarrollo histórico. La lucha obrera en la decadencia del capitalismo desarrolla una forma y un contenido radicalmente diferentes de lo que prevalecía en el periodo ascendente del capitalismo. En este periodo, la lucha se basaba en el sindicato y consecuentemente en huelgas de presión para un día o en huelgas de resistencia de larga duración pero encerradas en el sector[1]. Todo estaba mediatizado por el sindicato y la lucha se encerraba en el campo estrictamente económico, se limitaba a una presión corporativa sobre los patronos del ramo con objeto de conquistar mejoras y reformas en las condiciones de explotación, no se planteaba la abolición de la explotación. El ámbito político estaba rígidamente separado y se delegaba en los partidos socialistas y su actuación en el Parlamento.
Ese esquema no solo es inapropiado en las condiciones históricas de la decadencia capitalista (a partir de la Primera Guerra Mundial por dar una fecha meramente orientativa) sino que se vuelve contra la clase obrera y cae totalmente al servicio del Estado Capitalista de tal forma que constituye su principal mecanismo de dominación. Respaldado por una represión omnipresente, el Capital goza como primera línea de defensa de un aparato de partidos de Izquierda (socialistas, “comunistas” y “más a la izquierda”) y de sindicatos de todos los colores.
Hubo un acontecimiento histórico de enorme importancia que mostró la nueva forma y el nuevo contenido de la lucha obrera. Fue la Revolución Rusa de 1905 y a ella le dedicó Rosa Luxemburgo un estudio que es en nuestra opinión muy importante y que podría servir de base- necesariamente crítica- para la comprensión de la lucha obrera actual[2].
Las luchas en Sudáfrica constituyen una confirmación de lo que venimos diciendo. Su carácter explosivo, sus tendencias a la extensión y a la auto-organización[3], la búsqueda de una acción independiente como clase, la solidaridad que se expresa, la indignación ante el cinismo de la policía, el gobierno y el partido en el poder, todo ello resalta y refuerza esta experiencia y la constituye como un material que el proletariado mundial debe hacer suyo, tanto por las lecciones que ofrece como por la solidaridad internacional que tiene que crecer y desarrollarse.
Está claro igualmente que Sudáfrica es el Estado más importante del continente africano, con fuertes ambiciones económicas e imperialistas, de ahí que lo que allí suceda en el terreno social tiene importantes repercusiones, máxime cuando el Capital en ese país gobierna a través del monumental equívoco de haberse producido una “liberación social y racial” a manos del partido de Mandela, el ANC, lo que constituye una pieza importante en la telaraña de engaños con los que el capital ataca la conciencia del proletariado mundial. Que sus hermanos de Sudáfrica se rebelen contra un poder vendido como “ejemplo de liberación”, como el no va más de lo “políticamente correcto”, no deja de ser un aporte significativo al complejo proceso de maduración de la conciencia proletaria.
Estamos abiertos a una profundización más detallada que nos permita conocer mejor la experiencia allí vivida por el proletariado[4], sin embargo, no podemos verla como un acontecimiento aislado. La cultura que impone la sociedad actual es la del inmediatismo, ver cada acontecimiento en si mismo por lo que a menudo da la impresión deformada de ser el “principio de todo”. Frente a ello vemos necesario esforzarnos por colocar cada experiencia, en su contexto mundial e histórico, en la continuidad en la que se inscribe y de la que cobra sentido.
El proletariado llegó al punto más alto de su lucha con la oleada revolucionaria mundial de 1917-23. Después siguió la noche de una larga contra-revolución. Desde 1968 el proletariado renace y protagoniza toda una serie de experiencias: el Mayo 68 en Francia, el Otoño Caliente en Italia y el Cordobazo en Argentina durante 1969, las luchas en Polonia en 1970, 1976 y 1980, las luchas en España en 1971-76… Estas luchas se prolongan en sucesivas olas en los años 80 pero se constata que no logran romper las fronteras del sector económico y del control sindical, a pesar de tentativas de extensión y de auto-organización que surgen aquí y allá de forma dispersa. Los acontecimientos de 1989 con la caída de los regímenes estalinistas y la enorme campaña anti-comunista desarrollada por la burguesía suponen un importante retroceso de la combatividad y la conciencia del proletariado pues para millones de proletarios “el comunismo ha fracasado”, “el proletariado ha desaparecido disuelto en la clase media y la clase baja”, “lo que existen son ciudadanos” etc.
Ese largo retroceso se prolonga hasta 2003. A partir de esa fecha, con el aldabonazo que suponen las manifestaciones masivas en Francia y Austria contra la reforma de las pensiones, percibimos que la situación social empieza a cambiar, pequeñas luchas dispersas en diferentes países presentan algunos signos prometedores; a partir de 2006 vemos diferentes “arroyos”, a veces ríos, de lucha proletaria:
Estos diferentes cursos no han logrado en ningún momento converger en un gran movimiento unitario. Lo que tendríamos que valorar y llevar la discusión es ¿qué representan dentro de esta dinámica general las huelgas en Sudáfrica?
Las luchas en Sudáfrica contienen aportes muy positivos. Del mismo modo, nos dan lecciones en negativo: los obreros han tenido que hacer frente a la acción combinada de dos sindicatos –uno más “moderado” puesto que más directamente comprometido con el partido gubernamental y el otro más “extremista”-. El control sindical y las ilusiones sobre una sociedad donde “ahora tenemos democracia y la raza negra es respetada” han hecho que la lucha haya quedado esencialmente confinada en el sector minero y su extensión haya resultado muy difícil. A menudo, las huelgas que por simpatía o por el estímulo del ejemplo surgían en otros sectores obreros o en ciudades industriales o portuarias, han quedado aisladas bajo el férreo cordón sanitario sindical.
Todo esto es un rico filón para la reflexión del proletariado internacional. Ahora bien,¿son las luchas obreras por importantes que sean la única fuente de la conciencia revolucionaria? Esta pregunta la hacemos al hilo de este llamamiento que haces respecto a la huelga sudafricana:
«Se trata del embrión más claro y avanzado de la revolución socialista que está pariendo la crisis capitalista actual. Y como tal embrión, tiene todas las limitaciones de un embrión. No hay duda de esto. Pero es lo mejor que hoy nuestra clase tiene. Y por eso, es un deber apoyarlo para que evolucione hasta madurar y ser capaz de triunfar sobre el capitalismo. Y este deber implica, desde ya, por lo menos campañas sistemáticas nuestras hacia el resto de la clase proletaria para que conozca esta lucha y la haga suya y la apoye solidariamente poniéndose en huelga contra la burguesía del “propio” país, y de esta manera vaya aprendiendo a caminar por el camino de la revolución socialista, de acuerdo con la exigencias y posibilidades de la situación concreta respectiva»
Engels recordaba que la lucha del proletariado tiene 3 componentes inseparables pero que cada cual tiene vida propia: la lucha económica, la lucha política y la lucha ideológica. Pensamos que esta clarificación sigue siendo plenamente válida. Dando toda la importancia a las luchas obreras inmediatas, ¿no sería necesario considerar igualmente los esfuerzos en la comprensión teórica de la situación económica y política y los combates ideológicos contra la opresión y la alienación propias de esta sociedad? El movimiento del proletariado no es únicamente una acción política y económica, se esfuerza igualmente por desarrollar una visión integral de la humanidad, “nada de lo humano le es ajeno”[8], su reflexión y su actividad aborda elementos éticos, científicos etc. A nuestro juicio, “lo mejor que hoy tiene nuestra clase” va más allá de tales o cuales experiencias de lucha por importantes que sea y se manifiesta en un esfuerzo de conjunto donde se integran junto con las lecciones de las luchas el desarrollo teórico revolucionario. Esta unión es la que a nuestro juicio prepara las luchas futuras.
Un último punto de debate pero no por ello menos importante. Dices:
«En mis dos comentarios abundo un poco más sobre cómo entiendo la situación política de diversos países (España, Grecia, Sudáfrica), caracterizándola como prerrevolucionaria, y explico lo que entiendo por una situación así. Es posible que se diga que todavía no es prerrevolucionaria pero que tiende hacia ella. Esto hay que demostrarlo analizando la situación concreta respectiva. En todo caso, dada mi lejanía respecto de esos países, puedo equivocarme al respecto, pero creo que no tanto, por los síntomas que incluso desde lejos se pueden ver. Pero lo que sí queda claro, en todos los casos, es que la crisis capitalista actual está generando crisis políticas, situaciones políticas cada vez más críticas, que van llevando hacia el estallido de situaciones revolucionarias para las que el proletariado consciente debe estar preparado, lo cual implica trabajar desde ahora para estarlo, pero este trabajo debe estar revolucionado por la revolución que está sufriendo la situación misma».
Es cierto que la burguesía mundial va perdiendo margen económico frente a la agravación incontenible de la crisis, pero no debemos subestimar su capacidad de maniobra política, de “acompañamiento” al hundimiento del capitalismo, como ha mostrado estos últimos años[9], y sobre todo debemos polarizarnos sobre el análisis de la situación del proletariado.
Cuando Lenin escribía sobre la situación pre-revolucionaria de 1917, el proletariado, aunque había sufrido la traición de la socialdemocracia que permitió el estallido de la guerra mundial, se reconocía como clase, con sus propios intereses y una perspectiva revolucionaria, venía de una tradición ininterrumpida de organización y de lucha, en la que las nuevas generaciones crecían en la educación socialista, por lo que todo ello transmitía una enorme confianza de la clase obrera en sí misma y hacia ella por parte de todos los explotados. Desde 1848, cuando la clase obrera aparece como sujeto social con sus propios intereses y reivindicaciones y su propio partido en la escena social, hay una continuidad de la lucha y la organización. El tiempo que trascurre entre una tentativa revolucionaria y la siguiente es de 20-30 años: 1848-1871-1905-1917.
Es decir, el proletariado de 1917-23 contaba con capacidades subjetivas muy importantes que, sin embargo, no lograron impedir la derrota de su tentativa revolucionaria.
¿Cuenta el proletariado de hoy con esas capacidades subjetivas? Ya hemos visto que su reanudación histórica a partir de 1968 arrastra el tremendo lastre de la contra-revolución. Su larga sombra ha continuado y continúa aún marcando a las generaciones actuales de la clase obrera. El desprestigio y la desconfianza que el estalinismo ha impuesto sobre las nociones básicas de la lucha obrera, como la solidaridad (transformada en el envío de tropas a la guerra imperialista contra el bloque USA), el partido del proletariado (que en Rusia y los países del bloque del este se identificaba con el Estado) etc. han hecho mella particularmente en una generación que, ante la campaña sobre “el fin del comunismo” tras el hundimiento del bloque del Este, prácticamente se ha desentendido de la lucha obrera.
Si añadimos a eso, la larga y lenta evolución de la crisis y la desintegración social, sin que ninguna de las dos clases antagónicas (la burguesía y el proletariado) hayan sido capaces de plantear su alternativa a la situación histórica, lo que ha dado lugar a una nueva etapa de la decadencia (la descomposición[10]), el resultado es una gran desconfianza de la clase obrera en sus propias fuerzas.
De hecho hoy se produce lo que hemos llamado una dificultad de la clase obrera de encontrar su propia identidad de clase, de verse como clase social con sus propios intereses.
Todo eso se plasma en que si bien es cierto que la crisis capitalista actual está generando crisis políticas, situaciones políticas cada vez más críticas, sin embargo existe a la vez un gran desnivel entre la creciente gravedad de la situación objetiva y la capacidad subjetiva del proletariado. De ahí que no veamos probable en un horizonte inmediato como pareces plantearlo tú, esas situaciones políticas cada vez más críticas lleven al estallido de situaciones revolucionarias.
En nuestra opinión queda un largo camino por recorrer para llegar a esa posibilidad. Eso desde luego no quiere decir echar un cubo de agua fría a nuestra pasión por la revolución proletaria, significa sencillamente la necesidad de una discusión a fondo del conjunto de condiciones tanto objetivas como subjetivas que crean una situación revolucionaria. Habría que considerar desde luego la crisis capitalista pero también si realmente la burguesía y su Estado están aislados de la sociedad y sufriendo una creciente parálisis en sus medios de dominación. Y sobre todo en la ecuación hay que ver la variable más importante: la capacidad subjetiva del proletariado, no solo su combatividad que está indudablemente creciendo sino igualmente su conciencia, su confianza en sí mismo y en el porvenir, sus niveles de solidaridad, el grado de desarrollo en sus filas de las bases para crear una nueva Internacional.
Sobre ello te proponemos abrir una discusión pues en el intercambio que hasta ahora hemos tenido apenas hemos dado los primeros pasos.
Un saludo fraternal
CCI, 13.11.12
[1]Aunque se pedía la ayuda del resto de la clase obrera mediante colectas económicas, acoger a hijos de huelguistas etc.
[2] Se puede encontrar dicho libro en https://www.marxists.org/espanol/luxem/06Huelgademasaspartidoysindicatos_0.pdf [267] Ver el aporte reciente de los compañeros de Alicante: Debate a propósito de la huelga general, /content/3535/debate-proposito-de-la-huelga-general [268]
[3] Señalas en ese terreno algo que nos parece importante: la formación de un Comité de Coordinación de Huelga, que ha intentado unificar las Asambleas de las diferentes empresas y zonas mineras.
[4] La censura y la falta de noticias así como la deformación con la que se transmiten lo dificulta
[5] Ver /revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200 [269]
[6] Ver /revista-internacional/200904/2483/las-revueltas-de-la-juventud-en-grecia-confirman-el-desarrollo-de- [270]
[7] Ver https://es.internationalism.org/node/3349 [271]
[8] Esta frase del poeta esclavo romano Terencio fue tomada por Marx como divisa y la repetía continuamente
[9] Nuestros análisis sobre la naturaleza y gravedad de la crisis actual pueden verse en la Revista Internacional.
[10] Ver nuestras “Tesis sobre la descomposición” en la Revista Internacional nº 62 /revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [129]
En dos artículos anteriores[1], analizamos el contexto en que tuvo lugar la masacre de mineros en huelga en Marikana por la policía sudafricana el 16 de agosto último. Mostramos cómo los sindicatos y el Gobierno tendieron una trampa mortal a los trabajadores para ahogar la dinámica de la lucha que golpea desde hace varios meses “la mayor democracia africana”. Mientras sus policías maltrataban y asesinaban a los trabajadores impunemente, la burguesía esgrimía el tema de apartheid para adentrarlos en el campo estéril de la llamada lucha de razas donde los trabajadores negros serían víctimas. Las huelgas parecían extenderse a otras minas, pero no se ha podido determinar con certeza si realmente se están desplazando hacia el terreno de los conflictos interraciales o continúan extendiéndose.
Desde la publicación de nuestro artículo, asistimos al movimiento más importante de huelga en Sudáfrica desde el fin del apartheid en 1994. Estas huelgas son doblemente significativas porque, no sólo demuestran –por si fuera necesario– que detrás del llamado milagro económico “de los países emergentes”, se esconde, como en todas partes, una miseria creciente, sino que también destacan que los trabajadores del mundo, lejos de tener intereses divergentes, están luchando en todas partes contra las indignas condiciones de vida impuestas por el capitalismo. Por lo tanto, a pesar de las debilidades, sobre las cuales luego volveremos, las huelgas que han sacudido Sudáfrica se inscriben en la raíz de las luchas obreras alrededor del mundo.
Tras la masacre del 16 de agosto, la lucha parecía flaquear, aplastada por el peso de las maniobras de la burguesía. De hecho, mientras la huelga se extendió a otras minas con idénticas reivindicaciones, se organizó una reunión de buitres entre los sindicatos de Marikana y la dirección del estado, todo bajo la santa mediación de los dignatarios religiosos. La maniobra fue diseñada para sofocar la extensión de las huelgas dividiendo a los trabajadores entre quienes, por un lado, se beneficiaban de las negociaciones y de toda la atención mediática y, por otro lado, los que se lanzaban a la huelga ante la indiferencia general, con excepción de la atención de los policías (blancos y negros) que continuaban su campaña de terror, sus provocaciones y sus incursiones nocturnas.
Sobre el terreno, la AMCU, el sindicato que había aprovechado la huelga salvaje de Marikana el 10 de agosto para lanzar su munición en una guerra de territorio mortal contra su competidor del MUN, instó a los trabajadores a atacar físicamente a los mineros que habían vuelto a trabajar: "La policía no podrá protegerlos todo el tiempo, la policía no duerme con ellos en sus barracones. Si uno va a trabajar, debe saber que sufrirá las consecuencias". Debido al apagón mediático que golpeó brutalmente esta lucha, no somos capaces de determinar si los trabajadores han cedido realmente a la violencia o si los sindicatos continuaron su ajuste de cuentas con el pretexto de las huelgas; ya que se han perpetrado varios asesinatos y asaltos durante el movimiento.
Aunque la propaganda alrededor de la "vuelta del apartheid " nunca fue tomada en serio por los trabajadores, en este contexto, la lucha retrocedía de hecho. Sin embargo, en este punto, el movimiento conocía un nuevo aliento.
El 30 de agosto, la población supo, a través del diario de Johannesburgo, La estrella, que cuando la policía afirmó haber disparado a los mineros Marikana "en defensa propia", había mentido descaradamente como demostraron los informes de la autopsia, ya que realmente dispararon a los mineros por la espalda mientras intentaban huir de sus torturadores. Según varios periodistas presentes en el acto, la policía perseguía incluso a los huelguistas para asesinarlos a sangre fría. Sin embargo, casi al mismo tiempo, el Tribunal de Pretoria anunció su intención de inculpar a los doscientos setenta detenidos el 16 de agosto cuando la policía disparó... por el asesinato de sus compañeros (!), en virtud de una ley antidisturbios que prevé la acusación por asesinato de todos los detenidos en el lugar de un tiroteo policial. Es que, en “la mayor democracia africana”, no se andan con rodeos. Mientras ninguno de los policías que abatieron a los mineros de Marikana fue molestado, el Estado inculpó a los supervivientes del tiroteo. Con un poco de imaginación, el tribunal de Pretoria ¡casi podría haber ejecutado por segunda vez a los muertos por su propio asesinato!
La consternación fue tal que, el 2 de septiembre, el tribunal se vio obligado a retirar los cargos y a anunciar la liberación de todos los presos. Sobre todo, el Estado se percató inmediatamente de su error, ya que, sobre la base de las mismas reivindicaciones, las huelgas se multiplicaron en la mayoría de las minas en el país. En efecto, el 31 de agosto, quince mil trabajadores de una mina de oro, operada por Golds Fields, cerca de Johannesburgo, lanzaron una huelga salvaje. El 3 de septiembre, los mineros de Morder Est, empleados por Golden One, entraron a su vez en lucha. El 5 de septiembre, casi todos los mineros de Marikana se manifestaron recibiendo los vítores de la población y se negaron, al día siguiente a aceptar el lamentable acuerdo firmado entre los sindicatos y la administración de Lómin. A partir del 14 de septiembre, las compañías Amplats, Aquarius y Xstrata, que operan cada una en varios sitios, anunciaron la suspensión de su actividad, mientras que la producción de casi todas las minas del país parecía detenerse. La ola de huelga incluso se había extendido a otros sectores, en particular a la de los transportistas motorizados.
Esta dinámica fue, en parte, alimentada por la conmoción causada por el testimonio de los huelguistas encarcelados: "ellos [la policía] nos han golpeado y apaleado, nos han pisoteado los dedos con sus botas", "todavía no puedo entender lo que me pasó, ¡ésta es mi primera vez en la cárcel!" "Pedimos un aumento de sueldo y nos disparan, nos llevan a la cárcel y nos golpean, incluso, ¡me han robado los 200 RAND [20 euro] que llevaba!".
El terror de la policía cayó también sobre los huelguistas en libertad a través de intervenciones muy violentas, resultando en detenciones por motivos incongruentes, con muchos heridos y varios muertos[2]. Así, el 14 de septiembre, el portavoz del Gobierno dijo: "es necesario intervenir porque llegamos a un punto donde debemos tomar decisiones importantes". Después de este buen ejemplo de frase hueca de las que sólo los políticos tienen el secreto, el portavoz agregó, mucho menos lacónicamente: "Si permitimos que esta situación se extienda, la economía sufrirá seriamente". Al día siguiente, se organizó una irrupción brutal, alrededor de las 2 de la mañana, en los dormitorios de los trabajadores de Marikana y sus familias. La policía, apoyada por el ejército, hirió a muchas personas, incluyendo a varias mujeres. Por la mañana, estallaron disturbios y se levantaron barricadas en las carreteras. Poco más necesitó la policía para desatar la violencia sobre los trabajadores de todo el país en nombre de la "seguridad".
Mientras que sus policías aterrorizaban a la población, el Estado, con la complicidad de los sindicatos, asestó un gran golpe a la lucha, el 18 de septiembre, permitiendo un aumento del 11 a 22% sólo a los mineros de Marikana. Esta victoria engañosa fue claramente para dividir a los trabajadores y evitar la movilización de los trabajadores que había estado en el centro de la lucha. Claramente, la burguesía sacrificó ese 22% para los mineros de Marikana con el fin de sofocar el espíritu de lucha de los otros huelguistas, detener la extensión del combate y privar a la mayor parte de de los trabajadores del aumento de sueldo reclamado.
Sin embargo, el 25 de septiembre, los 9 mil empleados de la mina Beatrix que a su vez entraban en huelga, y los de Atlatsa se lanzaron a la lucha el 1 de octubre. La violencia policial marcó una nueva muesca en su cinturón con un montón de brutales detenciones, palizas y asesinatos. El 5 de octubre, la compañía Amplats sacó la artillería gruesa al anunciar el despido de 12 mil mineros. En esta escalada varias compañías, apoyadas por los tribunales, amenazaron con despedir masivamente a través de un chantaje asqueroso: los trabajadores, o aceptan aumentos miserables propuestos por la dirección, o bien son expulsados. Golden One finalmente tuvo que despedir a mil cuatrocientas personas, Golden Field a otras mil quinientas, etc..
En el momento de escribir estas líneas, los últimos grupos de huelguistas regresan poco a poco al trabajo. Pero esta lucha y a pesar de las debilidades que la han caracterizado, expresa cierto aumento de la conciencia de clase. Los trabajadores sudafricanos han sentido la necesidad de luchar colectivamente, han formulado reivindicaciones concretas y unitarias y han buscado constantemente ampliar su lucha. En un contexto donde la crisis y la miseria serán inexorablemente más profundas, este movimiento es una firme experiencia para el desarrollo de la conciencia de todos los proletarios de la región y una lección para los proletarios de todo el mundo.
El Generico, 22 de octubre
[1] Lecciones de la experiencia sudafricana, ver https://es.internationalism.org/node/3468 [273] y Matanza en Sudáfrica: la burguesía lanza a sus sindicatos y su policía contra los trabajadores, ver https://es.internationalism.org/node/3453 [274]
[2] Es imposible determinar el número de huelguistas asesinados por la policía sudafricana, pero la prensa informó de siete muertos en Rustenburg y al menos una muerte en las filas de los camioneros.
En Grecia, tras la tercera consigna de huelga general de los sindicatos, incluyendo al más influyente que es el Pame, nuevas manifestaciones tuvieron lugar el miércoles 26 de septiembre en Salónica y Atenas que contó con más de 30 000 trabajadores. La ira era tal que una vez más vimos violentos enfrentamientos con la policía y esta vez incluso entre policías en huelga y las fuerzas del orden!
En España, decenas de miles de manifestantes llegaron gritando su rabia el martes 25 de septiembre ante un Parlamento protegido por 2 000 policías. El sábado 29, apenas cinco días después y evidencia del profundo descontento, el Parlamento se vio nuevamente rodeado durante toda la noche.
En Italia, 30 000 funcionarios estaban en la calle el viernes 28 en Roma para protestar contra un nuevo paquete de austeridad sobre pensiones y "reclasificaciones".
En definitiva, la última semana de septiembre estuvo marcada por la creciente ira en muchos países de Europa frente a los ataques brutales y él anuncio de nuevos planes de austeridad sin fin. En México los ataques más inmediatos se perfilan bajo la nueva “Reforma laboral”, no existen situaciones “griegas”, “españolas” o “mexicanas”, todos los trabajadores en todo el mundo están siendo atacados.
Obviamente, ante todas estas medidas drásticas, los responsables son los funcionarios designados por los gobiernos así como los partidos de oposición y los sindicatos; la 'troika' de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Casi todo el mundo quiere hacernos creer que el problema de la crisis podría resolverse país por país y nos machacan la ilusión de que todo el mundo no se encuentra en el mismo barco, que es posible para algunos evitar lo peor, para que otros puedan relanzarse si hacen los "esfuerzos necesarios". En México la burguesía nos recalca que “no la estamos pasando tan mal como los europeos” (Felipe Calderón dixit). Nos dicen que nuestra economía “está blindada” y nos hacen creer que nuestras vidas estarían separadas de los trabajadores europeos y de otras partes del mundo. Lo cierto es que somos una misma clase trabajadora en todo el mundo, una clase que sufre el mismo yugo de explotación, que apenas sobrevive y que es aplastada cada vez que se revela aisladamente. La burguesía hace todo lo posible para evitar la toma de conciencia de que todos los trabajadores son atacados y que en este sentido pertenecen a una misma clase mundial.
No hay ninguna salida a la crisis; eso es claro e inequívoco, aunque el deseo de un futuro económico más brillante es una esperanza que tiene todo el mundo. La pobreza y la miseria son el futuro para todos en este sistema capitalista. Hace más de 40 años que se anuncia diariamente que habrá un mejor mañana si estamos de acuerdo en los sacrificios de hoy. ¡Pero cada sacrificio abre la puerta a otros peores! Incluso, no es falta de voluntad por parte de los capitalistas o los Estados, esto el resultado de la inmersión en la bancarrota inexorable que requiere esta ley implacable de creciente brutalidad de los ataques.
Entonces, ¿qué hacer?, ¿cómo luchar? A pesar del descontento creciente que ha llevado a enfrentamientos con la policía, las “jornadas de acción” como la que recientemente vivimos en México a propósito del 2 de octubre, muestran su esterilidad. Décadas de esta forma de “acción” lo demuestran… son en cambio un medio para encuadrar a los trabajadores detrás de las banderas sindicales y atraparlos entre las vallas de la policía y el sonido de los altavoces de los dirigentes sindicales impidiendo cualquier discusión.
El ejemplo de España es muy llamativo. El año pasado, el movimiento de los indignados fue una demostración real y potente de la voluntad de la población y la clase obrera que colectivamente, fuera de los sindicatos, discutió las maneras de combatir los ataques y expresar su indignación contra las condiciones de miseria impuesta por el Estado español. Lo más significativo fue la creación de espacios de discusión en las calles a través de asambleas generales libres y abiertas a todos, una apertura a los sufrimientos y luchas en todo el mundo. En España, cuando un trabajador "de otra parte" tomaba el micrófono para ir en solidaridad con el movimiento y a veces para contar cómo la pasaban en su terruño, la simpatía fue inmediata y palpable, cálida y entusiasta. En ese momento, ninguna bandera ni nacional ni regional eran visibles y aquéllos que querían limitar la lucha en la acción separatista no eran particularmente bienvenidos, en cualquier caso sus discursos no causaban ningún entusiasmo. Y es que el movimiento de los indignados no permaneció encerrado en la frontera hispana, "dio pasitos" en muchos países, en Israel o Estados Unidos con el movimiento de los "Ocupar".
La burguesía es conciente del peligro potencial que supone la maduración de estas ideas "absurdas" (ante sus ojos) en los cerebros de los explotados; ella sabe que nunca es bueno, desde su punto de vista, que un sentido de solidaridad en la lucha se desarrolle entre los trabajadores, mucho menos a nivel internacional. Hoy, a principios de octubre, se lleva a cabo una enorme campaña de la burguesía que intenta inyectar progresivamente el veneno nacionalista y la defensa de las “instituciones”, sus instituciones. Así, el IFE (Instituto Federal Electoral) salió de las recientes elecciones como un “instituto ciudadano ejemplar”, el Tribunal Federal Electoral “hizo cumplir la ley”, los ciudadanos “ejercieron su derecho” y la izquierda se mostró “más civilizada que nunca”…a excepción de Obrador que sigue insistiendo en que Peña Nieto hizo trampa y hoy anuncia la creación de un nuevo partido de izquierda…¡una “nueva institución” destinada a controlar a todos aquéllos que dejen de creer en la “institución llamada PRD”!. El movimiento “#yo soy 132” está integrado a la defensa de la legalidad, de la democratización de los medios y demás linduras sujetas en el corsé de las “instituciones nacionales”. Hoy es el PAN y el PRD los que enarbolan la bandera de la “democracia sindical”, vieja consigna del izquierdismo en los años 70 y 80... ¿Se volvió el PAN de izquierda?, ¿por fin el PRD asume su dicho de “amigo de los trabajadores? ¡¡NO!! Esas escaramuzas en las cámaras de diputados y senadores de la burguesía son solo una sórdida lucha por posiciones. Además, no hay en el fondo ninguna contradicción en que el PAN se sume hoy a la demanda de “democracia sindical”, esa consigna solo busca recredibilizar un órgano que ya no pertenece a los trabajadores, es una consigna que siempre ha sido ajena al campo del proletariado… ¡parece radical pero es pan con lo mismo!
Lo que demostró el movimiento de los Indignados en España desde sus primeros días y los debates que se desarrollaron en su seno, fue la esperanza en otro mundo. Esta esperanza, la confianza que la clase obrera debe tener en sí misma, deben desarrollarse y vivirse en sus luchas ya que son potentes alicientes para enfrentar y superar las trampas que nos tiende la burguesía todos los días. Esto le permitirá salir de los movimientos repetitivos que solo conducen a la desmoralización y la desmovilización. El gran ejemplo lo tendremos en México el 20 de noviembre: los sindicatos organizarán una gran “jornada de acción” para encerrarnos en callejones sin salida, para vaciarnos, para matarnos las ganas de protestar y oponernos a esta vida a la que nos condena el capitalismo.
La gravedad de la crisis, si bien hace crecer en nosotros un profundo descontento, también contiene algo tremendo; revela que no se trata de doblar a tal o cual patrón o gobierno en turno sino de cambiar drásticamente el sistema, de luchar por la liberación de toda la humanidad y acabar con las cadenas milenarias de opresión. ¿Seremos capaces? ¿Nosotros, la clase obrera, podremos hacer esa tarea? ¿Cómo hacerlo? Frente a la barbarie creciente y a la incapacidad manifiesta del capitalismo para ofrecer algo distinto a la miseria, todas estas preguntas surgen y pasan por la cabeza, conscientemente o no. El proletariado tiene la fuerza para recuperar la confianza en sí mismo, en su capacidad para unirse y vivir la solidaridad en su seno... el amanecer comenzó a despuntar en el horizonte. Se acerca el día en que las palabras de Karl Marx cobrarán todo su significado: " las revoluciones proletarias como las del siglo XIX, se critican constantemente a sí mismas, se interrumpen continuamente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado, para comenzarlo de nuevo, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos, parece que sólo derriban a su adversario para que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a ellas, retroceden constantemente aterradas ante la vaga enormidad de sus propios fines, hasta que se crea una situación que no permite volverse atrás y las circunstancias mismas gritan: Hic Rhodus, hic salta!1” (18 Brumario).
CCI, octubre de 2012
1 ¡Aquí está la rosa, baila ahora !. El significado de esta alocución nos dice que llega un momento en que ya no hay vuelta atrás y debemos enfrentar los problemas.
Una vez más, misiles y aviones israelíes han estado machacando Gaza. En 2008, en la operación “Plomo Fundido” se llegó a casi 1500 muertos, la mayoría de ellos civiles, a pesar de asegurar que se trataba de “ataques quirúrgicos” contra objetivos terroristas. La franja de Gaza es una de las zonas más pobres y pobladas del mundo y es absolutamente imposible separar las zonas residenciales de las “instalaciones terroristas” que las rodean. Con todas las armas sofisticadas a disposición de los Israelíes, la mayor parte de víctimas en la campaña actual son también civiles, mujeres, niños y ancianos.
No es que esto preocupe a los militaristas que dirigen el Estado de Israel. De nuevo Gaza está siendo castigada de forma colectiva, como lo ha sido no sólo con el asalto anterior sino también con el bloqueo que ha paralizado su economía, ha obstaculizado los esfuerzos para la reconstrucción tras la devastación de 2008 y ha situado a la población en el límite del hambre.
En comparación con la potencia armamentística esgrimida por los Israelíes, las capacidades militares de Hamas y de los grupos yihadistas más radicales de Gaza, son insignificantes. Pero gracias al caos en Libia, Hamas ya tiene en sus manos misiles de largo alcance. No sólo Ashdod en el sur (donde fueron asesinados tres residentes de un bloque de viviendas por un misil disparado desde Gaza) sino Tel Aviv y Jerusalén están ahora en el punto de mira. El miedo atroz que atenaza todos los días a los residentes de Gaza también está empezando a hacerse sentir en las principales ciudades de Israel.
En resumen: ambas poblaciones se toman como rehenes por las estructuras militares enemigas que dominan Israel y Palestina, con un poco de ayuda del ejército egipcio que patrulla las fronteras de Gaza para evitar incursiones indeseables o fugas. Ambas poblaciones se encuentran en la línea de fuego en una situación de guerra permanente, no sólo en forma de cohetes y proyectiles, sino teniendo que asumir la carga creciente de una economía distorsionada por las necesidades de la guerra. Y ahora la crisis económica está obligando a los gobernantes de ambos lados de la frontera a introducir nuevos recortes en el nivel de vida, nuevos aumentos en los precios de las necesidades básicas.
En Israel el año pasado, el alza de precios de la vivienda fue una de las chispas que encendió el movimiento de protesta en forma de manifestaciones masivas, calles ocupadas y Asambleas –un movimiento directamente inspirado por las revueltas del mundo árabe y que creció con eslóganes como "Netanyahu, Assad, Mubarak son todos iguales" y "árabes y judíos quieren viviendas asequibles". Durante un tiempo breve pero estimulante, todo en la sociedad israelí, incluyendo el “problema palestino” y el futuro de los territorios ocupados, estuvo abierto a preguntas y debate. Y uno de los principales temores de los manifestantes era que el gobierno respondiera a este reto incipiente a la “unidad nacional” con el lanzamiento de una nueva aventura militar.
Este verano, en la Cisjordania ocupada, el alza de los precios del combustible y de los alimentos desembocó en una serie de manifestaciones furiosas, cortes de carreteras y huelgas. Los trabajadores del transporte, salud y educación, universitarios y escolares y los desempleados se plantaron en las calles frente a la policía de la Autoridad Palestina demandando un salario mínimo, trabajos, precios más bajos y acabar con la corrupción. También ha habido manifestaciones contra el creciente coste de vida en el Reino de Jordania.
Con todas las diferencias en los niveles de vida entre las poblaciones israelíes y palestinas, y pese a la mayor opresión y humillación por la ocupación militar sufrida por éstos últimos , las raíces de estas dos revueltas sociales son exactamente lo mismo: la creciente imposibilidad de vivir bajo un sistema capitalista en crisis profunda.
Ha habido muchas especulaciones sobre los motivos que subyacen en la reciente escalada. ¿Está Netanyahu tratando de agitar el nacionalismo para aumentar sus posibilidades de reelección? ¿Hamas ha acelerado los ataques con cohetes para demostrar sus credenciales bélicas frente al desafío de las bandas islamistas más radicales? ¿El objetivo militar israelí es derrocar a Hamas o simplemente reducir sus capacidades militares? ¿Qué papel jugará en el conflicto el nuevo régimen de Egipto? ¿Cómo afectará la actual guerra civil de Siria?
Estas son preguntas que vale la pena plantearse, pero ninguna de ellas afectará a la cuestión fundamental: la escalada del conflicto imperialista se opone totalmente a las necesidades de la gran masa de la población en Israel, Palestina y el resto del Medio Oriente. Cuando las revueltas sociales en ambos lados animan a las masas a luchar por sus intereses reales y materiales contra los capitalistas y el estado que les explota, la guerra imperialista crea una falsa unidad entre los explotados y sus explotadores y agudiza las divisiones entre los explotados de un lado y los explotados de otro. Cuando aviones israelíes bombardean Gaza, se alistan nuevos reclutas para Hamas y la Yihad, para quienes todos los Israelíes, todos los judíos, son el enemigo. Cuando los cohetes jihadistas extallan en Ashdod o Tel Aviv, los Israelíes se vuelcan mucho más hacia “su” Estado de protección y de venganza contra los “árabes”. Los problemas sociales urgentes que estaban detrás de las revueltas están enterrados en una avalancha de odio y locura nacionalista.
Pero si la guerra puede avivar los conflictos sociales, lo contrario también es cierto. Ante la escalada actual, los gobiernos “responsables” como los de los Estados Unidos y Gran Bretaña están pidiendo moderación, un retorno al proceso de paz. Pero éstos son los mismos gobiernos que actualmente están librando guerras en Afganistán, Pakistán e Irak. Estados Unidos también es el principal soporte militar y financiero de Israel. No podemos pedirles que busquen una solución “pacífica” ni tampoco podemos dirigirnos a Estados como Irán, que abiertamente ha armado a Hamas y Hezbollah. La verdadera esperanza de un mundo pacífico no reside en los gobernantes, sino en la resistencia de los gobernados, su creciente comprensión de que tienen los mismos intereses en todos los países, la misma necesidad de lucha y unidad contra un sistema que no puede ofrecerles nada excepto la crisis, la guerra y la destrucción.
Amos 20.11.12
Publicamos a continuación el texto que nos ha enviado una lectora. Es un texto que nos permitirá entender mejor, a la luz de los descubrimientos obtenidos en psicología social y neurología, las conexiones existentes entre las condiciones de vida y el aumento de las conductas adictivas. Al explicar los mecanismos que subyacen bajo ese aumento creciente del consumo de materias estimulantes, nefastas para el organismo, esta aportación ilustra un aspecto del callejón sin salida al que conduce el capitalismo además de todo el cinismo de la clase dominante. Es importante que seamos conscientes de la realidad de los sufrimientos generados por la explotación y la barbarie de la sociedad capitalista. El llamamiento a la “conciencia colectiva”, en referencia a estas cuestiones, es totalmente válido porque se trata de un arma de los explotados para criticar y derrocar una sociedad inhumana. Aplaudimos con fuerza la iniciativa de la compañera y la animamos a seguir por ese camino.
Son numerosos los estudios que se realizan regularmente sobre las conductas adictivas de los jóvenes y las personas sin empleo. Ponen de manifiesto cómo los seres humanos sin trabajo son constantemente difamados por su supuesta falta de voluntad para enfrentarse al consumo de sustancias psicoactivas, verdaderamente alto en esta capa de la población. Por el contrario han sido pocas las investigaciones realizadas sobre el consumo de sustancias psicoactivas entre personas con empleo, cuando empíricamente se sabe que es una realidad que afecta a numerosos trabajadores y cuyas causas son múltiples y muchas veces disfrazadas. Además, las instituciones y los organismos que crea el Estado para combatir las adicciones así como los resultados que publican son, en la mayoría de los casos, hipócritas y poco fiables o ineficaces.
Las poblaciones profesionalmente excluidas, sin empleo, consumen ante todo tabaco, alcohol, medicamentos psicotrópicos (Ansiolíticos, antidepresivos, miorelajantes, etc.), de libre venta o recomendados por un especialista (o no) pero hay quien incluso ingiere drogas ilícitas, entre las que están las denominadas de “diseño”.
Por un estudio del INPES ([1]), realizado a 2594 desempleados el año 2005, conocemos que el 10,5% de ellos son dependientes del alcohol, el 12 % consume cannabis y el 17,4 % toman medicamentos psicotrópicos; que el 45 % de los beneficiarios acogidos a la Renta Activa de Solidaridad (RSA) ([2]) tienen dificultades con el alcohol, mientras que los trabajadores ocupados están en un 15 %.
Los jóvenes son también víctimas del exceso de consumo de sustancias psicoactivas: según los estudios de la OFDT (Observatorio Francés de Drogas y Toxicomanías) ([3]) realizados en 2002 y del ADSP (Actualidad e Informes sobre la Sanidad Pública, también en Francia) ([4]) en 2007, el 40 % de los jóvenes mayores de 18 años consumen diariamente tabaco, frente al 29 % de personas con edades comprendidas entre los 18 y los 75 años. Es más, el 10,5 % de los jóvenes consumen bebidas alcohólicas en exceso y el 13,3 % fuma cannabis regularmente.
Adelantaremos algunas de las explicaciones que se suelen dar sobre las causas del consumo excesivo entre esos sectores de población que intentan insertarse en la vida social. Hay autores que piensan que la adolescencia y sus múltiples cambios (fisiológicos, psicológicos, madurez, etc.) es la causa principal de las conductas de riesgo entre los jóvenes y que ciertamente, los adolescentes perciben el alcohol como un medio para superar mejor el malestar que les genera esos cambios, o bien como una manera de facilitar su relación personal con los demás.
Aunque es cierto que un ambiente alegre, distendido o relajado no se asocia por los jóvenes al consumo de alcohol, sí que encuentran que es, en cierta medida, eficaz para lograr un “buen ambiente” y por supuesto más barato. Pero también se sabe que los profesionales del sector de las bebidas alcohólicas conocen este fenómeno y desarrollan estrategias de marketing entre los jóvenes consumidores, muy aficionados a los sabores dulces. Elaboran productos tipo Premix (premezclas) o Alcopops (licores comercializados en pequeñas botellas de diseño y etiquetado confuso) ya que el envase hace pensar en bebidas de bajo contenido alcohólico, para comercializarlos entre este público. Las bebidas, de alta graduación alcohólica (vodka, whisky, ron…) son mezcladas con bebidas sin alcohol pero muy azucaradas (soda o zumo de “frutas”), para enmascarar el fuerte sabor a etanol. De esta manera, aunque la cantidad de alcohol ingerida es menor que el de una bebida alcohólica tradicional, el riesgo estriba en que los consumidores se olvidan del alcohol que contienen y consumen mayor cantidad; con lo que se agravan las consecuencias para sus cerebros todavía en desarrollo ([5]).
Por otra parte, la ansiedad ante el futuro y el miedo al desempleo, ligados a la situación económica, acentúan también el consumo de substancias psicoactivas entre la población en situación precaria. Isabel Varescon ([6]) demuestra que la dependencia al alcohol es en muchos casos consecuencia del fracaso o la dificultad para realizar una tarea encomendada. Este fracaso se traduce en un sentimiento de incompetencia personal y social. Por su efecto analgésico, el consumo de substancias psicoactivas es un medio que tiene el individuo de paliar su baja autoestima.
La búsqueda de lazos sociales por medio del alcohol y del efecto analgésico de las substancias psicoactivas son estrategias de adaptación de las que los consumidores se dan cuenta demasiado tarde, cuando ya están en una situación muy precaria.
Otra encuesta del INPES, realizada sobre una muestra de 15.994 “trabajadores en activo” de edades entre 16 y 65 años, estima que el 28,1 % de los encuestados presenta un tabaquismo regular, el 13,8 % consumen medicamentos psicotrópicos, el 8,1 % es alcohólico y el 8 % es consumidor habitual de drogas ilícitas. Esta encuesta ha mostrado también la relación que hay entre el tipo de substancias psicoactivas consumidas y el medio profesional, y se constata que, excepto el del área de las finanzas, ningún sector está excluido del consumo de estas substancias. El de la construcción y el de los transportes son los más afectados, ya que el consumo de tabaco, alcohol, medicamentos psicoactivos y drogas ilegales es superior al de todas las demás profesiones. El abuso del tabaco y de las drogas ilícitas está también muy extendido en el medio de la restauración (bares, hoteles y restaurantes, etc.). En lo que se refiere a los medicamentos psicotrópicos, los trabajadores domésticos y los administrativos presentan un consumo más elevado que el de otros sectores (industria, los servicios o el turismo).
Estudios recientes han demostrado que el abuso de sustancias psicoactivas en el medio laboral produce desazón y ansiedad en el trabajo, lo que es causa frecuente de estrés. El estrés aparece cuando el mal ambiente en el trabajo supera los recursos normales de un individuo (sus capacidades adaptativas). Para enfrentar estas situaciones de tensión los trabajadores desarrollan estrategias de adaptación. En este marco, los asalariados consumidores de sustancias psicoactivas lo hacen para poder sobrellevar su estrés o para aumentar su capacidad de trabajo. Concretamente, los trabajos experimentales de M. Niezborala (año 2000) realizados sobre una muestra de 2106 personas en activo, interrogadas con ocasión del reconocimiento periódico de salud en el trabajo, manifiestan que casi una persona de cada tres consume medicamentos psicoactivos para enfrentar las dificultades que encuentra en su empleo: «El 20 % utiliza un medicamento para estar en forma durante la jornada de trabajo, el 12 % toma medicamentos en la jornada laboral para tratar algún síntoma de agitación, el 18 % utiliza medicamentos para “mantenerse relajado si la jornada es difícil» ([7]).
Otros autores como Catherine Reynaud-Maurupt et Hoareau (2010) y Fontaine y Fontana (2003), concluyen también que el consumo excesivo de substancias psicotrópicas afecta esencialmente a los trabajadores activos que trabajan en condiciones laborales de gran dificultad donde se les obligan “a estar siempre al cien por cien, a tope”. Esta estrategia tiene una función clara: inducir a un estado de hiperrendimiento a fin de adaptarles mejor a las exigencias profesionales.
Por otro lado Ángel y colaboradores señalan que los asalariados que trabajan en condiciones físicas de gran dureza consumen, sobre todo substancias psicoactivas, en cantidades superiores a los de otros sectores laborales. El consumo de estas substancias es una estrategia de adaptación frente al estrés profesional. Este fenómeno es el resultado directo de la escasez de trabajo y de la creciente precariedad. De igual manera el aislamiento social, tanto en las empresas como en la vida privada, del que son, cada día más, víctimas los trabajadores, trae consigo el aumento de potenciales riesgos de aumento del consumo; éste permite por un lado establecer lazos sociales, porque se consume colectivamente (sobre todo tabaco y alcohol); y por otra, soportar los trastornos físicos y síquicos ligados al trabajo (alcohol, psicofármacos y drogas ilegales).
El abuso de productos que modifican la conducta (psicoactivos, substancias adictivas…), por grupos sociales que viven en situación de precariedad y por los trabajadores cuyas condiciones de trabajo ponen en peligro su salud física y mental, tiene para ellos consecuencias dramáticas. En Francia, por ejemplo, mueren cerca de 45.000 alcohólicos al año. El consumo excesivo de estas sustancias genera además toda una serie de situaciones de alto coste social y personal: accidentes de trabajo, enfermedades de larga duración o crónicas, lesiones irreparables, suicidios, etc. Especialistas de centros de diagnóstico y tratamiento como el Hassé Consultant ([8]), P. Angel entre otros, estiman que aproximadamente un 20 % de las bajas laborales están asociadas al consumo excesivo de sustancias psicoactivas; es más, del 40 al 45 % de los casos de accidente laboral con resultado de muerte son consecuencia directa de ese abuso.
Hay entidades y organizaciones creadas con el propósito de luchar contra la dependencia y la adicción, centros para drogodependientes… Son centros de carácter hospitalario que acogen a personas en estado de dependencia de algún producto psicoactivo (concretamente al alcohol y drogas ilegales). Su método de funcionamiento viene a ser así: cuando ingresan se les impone un tratamiento de desintoxicación física (es decir, se les priva totalmente de los productos que suelen consumir) durante aproximadamente una semana y después se les somete a un tratamiento psicológico más prolongado. Desde que se empezó a utilizar este tipo de tratamientos cada vez hay más instituciones que optan por informar a los pacientes sobre el funcionamiento psicológico de las dependencias; consiguiendo de esta manera que los enfermos pasen de un estado de culpabilidad, a comprender los mecanismos cerebrales que favorecen y regulan la dependencia.
Del abuso continuado de alcohol se sabe que el etanol desequilibra los llamados receptores GABA en las neuronas ([9]). Estos receptores se hacen dependientes y exigirán al consumidor durante toda la vida una cantidad creciente de etanol para satisfacerse. Acabar con el consumo de alcohol se hace extremadamente difícil en la medida en que el síndrome de privación (el llamado “mono”) aparece de manera más o menos grave según las características (tanto fisiológicas como sociales) de los pacientes. Se les recomienda la abstinencia total y de por vida pero estos receptores jamás recuperarán su funcionamiento normal; una pequeña cantidad de alcohol ingerida será suficiente para reactivar el proceso.
Es una cruel realidad que “el mono” (síndrome de abstinencia) no es nada en comparación con lo que les aguarda en el futuro a los ex-dependientes. Es mucho más duro escapar a las “celebraciones” sociales (fiestas, reuniones familiares, almuerzos de trabajo, etc.) donde todo está montado para empujar al consumo de bebidas alcohólicas. Los comercios, sus anuncios de propaganda y sus escaparates son un reclamo para atraer e incrementar los consumidores.
En cuanto a las bebidas “sin alcohol” hay que decir que, además de que no son muy “divertidas”, si que contienen buena parte de alcohol, y se lo debemos a una ¡sórdida legislación!, que permite que al lado de donde pone 1,2 grados de etanol pueda imprimirse la frase “Sin alcohol”, sin necesidad de indicar la cantidad real que contiene el recipiente; algo que debería ser imprescindible, ya que una mínima cantidad de alcohol es suficiente para una recaída.
Además, ¿son acaso más “marchosas” las juergas sin alcohol? Los industriales de bebidas alcohólicas seguro que dirán: ¡por supuesto que no! Lo mismo que habrá quien diga que las recaídas son una muestra de la ¡falta de voluntad de los adictos! En cuanto a lo que les aguarda en el trabajo, cuando se tiene, lo que pueden llegar a oír son frases como: “Está claro que a éste le ha servido de poco el tratamiento”. ¡Ah!, estos trabajadores que tienen la gran suerte de tener un empleo y un buen patrón que les resuelve su “pequeño problema personal”, siempre que se mantengan tan dóciles como antes de su curación, y, sobre todo antes de que recaigan. Todas estas indecencias serán siempre un medio de presión añadido para que el trabajo se haga rápidamente y sin rechistar.
La exclusión social va en aumento, como consecuencia de la precarización del empleo, del paro, de las dificultades financieras, etc.; las condiciones de trabajo son cada vez más penosas y el aislamiento social que se deriva de ello se acentúa y parece eternizarse. Los individuos buscan, lenta y laboriosamente, soluciones a esta degeneración que pueden tomar diferentes formas: desde la lucha contra estas condiciones de vida…, hasta el abandono.
Luchar contra ellas no debería ser, jamás, la adaptación del propio organismo a estas condiciones mediante el consumo de sustancias psicoactivas. Luchar contra el origen del problema es mucho más eficaz, pero para ello se requiere de una conciencia colectiva más que de una respuesta individual.
Agnosia, 17 setiembre
[2] https://www.hcsp.fr/explore.cgi/adsps?menu=11 [278]. Se trata de un subsidio mínimo para parados de larga duración que se otorga en Francia
[3] https://www.ofdt.fr/ [279]
[9] Pierre Angel, Patrick Amar, Marie Josee Gava, Brigitte Vaudolon, Mieux vivre en entreprise (2e édition).
El pasado 9 de noviembre se producía el suicidio, en Baracaldo, cerca de Bilbao, de una mujer que se arrojó a la calle desde el balcón de su casa mientras la policía entraba en su vivienda para desahuciarla. Habían transcurrido pocas semanas desde otras dos muertes similares en Burjassot (Valencia) y en Granada. ¿Cuántos van realmente? Es imposible decirlo porque en otros casos las causas de los suicidios aparecen difuminadas como depresión, conflictos familiares…
Ante la “alarma social” y sobre todo las reacciones de rabia que se produjeron inmediata y espontáneamente entre los vecinos de estas víctimas y otros muchos que se solidarizaron con ellas, los distintos aparatos del Estado que garantiza el “orden” capitalista inundaron los informativos de lamentos y pésames, de promesas de medidas para “impedir más pérdidas de vidas humanas”, y bla-bla-bla…, en la enésima demostración de que la repugnante hipocresía de los explotadores tampoco tiene techo.
Así, hemos visto aparecer en los medios a los propios banqueros con su cara más compungida, justificándose que ellos desahucian “lo menos posible” y que en todo caso lo hacen, nos dicen, para salvaguardar los intereses de los demás clientes del banco. Se sabe sin embargo que la banca nacionalizada ha acelerado la presentación de un auténtico aluvión de solicitudes de desahucio para limpiar sus balances de créditos de dudoso cobro y pasárselos así al llamado “banco malo” ([1]). Hemos oído también a los jueces, que desde 2008 han dictado el desahucio de cerca de 400 mil familias en España, echar la culpa a los políticos que son los que tienen que cambiar las leyes. Hemos escuchado a los policías que sacan a la fuerza a los desahuciados de sus casas y que apalean a quienes se concentran para impedirlo, que ellos “también lloran” (¡sic!) aunque deban “cumplir su deber obedeciendo a los jueces”. Hemos leído a los oráculos más seguidos de los medios de comunicación reclamar a los políticos que se pongan de acuerdo y limiten los estragos de la crisis a los más desfavorecidos, aunque, claro está, el verdadero límite es “la ya frágil estabilidad del sistema financiero”, la “credibilidad de España ante los inversores extranjeros”, o ese eufemismo llamado “seguridad jurídica” que debe traducirse como “hay que cumplir con lo que se debe”, excepto claro está, que se hable el idioma de las administraciones frente a los servicios sociales, de la policía ante quien le pide que se identifique, de los bancos ante las “preferentes”… Hemos visto al PP alardear de que, a diferencia del inane Zapatero, ellos sí toman medidas para proteger a los desfavorecidos, aunque esas medidas hayan sido impulsadas por la propia banca, que a grandes líneas las había anunciado días antes del pomposo decreto de Rajoy, y han sido bendecidas por la propia “troika”. Pero el colmo del cinismo debe buscarse sobre todo en el PSOE, el partido que más años ha gobernado en la España postfranquista y que jamás modificó la ley hipotecaria de 1946, adoptada por la mismísima dictadura tan repudiada por el PSOE. El partido de los 5 millones de parados es también el de los 300 mil desahucios aplicados en 2007-2011. Quién hoy lamenta lo limitado de las medidas de Rajoy, aplaudió con las manos y con los pies el llamado “Código de Buenas Prácticas Bancarias” aprobado en marzo de este año y que sólo ha podido ser aplicado a 130 familias en todo el país. El mismo Rubalcaba que enviaba la policía a contra las concentraciones que desde el 15M se organizaron contra los desahucios, pide ahora que la policía municipal de los ayuntamientos “socialistas” no colabore en su ejecución… Hace unos días, María Antonia Trujillo ex ministra de vivienda de ZP, bravuconeaba: “Quien tenga deudas que las pague. Que no se hubiera endeudado”. Y quien es hoy la mano derecha de Rubalcaba replicaba: “¿Dónde has dejado tu alma socialista?”. Si repugnante es la prepotencia de la primera (como el “¡que se jodan!” que dedicó una diputada del PP a los parados al encarecer el subsidio), el cinismo de la segunda es indignante.
Con esa nauseabunda campaña de falsa solidaridad, el cocodrilo capitalista exhibe sus lágrimas para que sus víctimas confiemos en su “buena voluntad”. Quiere que creamos que el afán de lucro se detiene cuando choca con los derechos humanos más elementales. ¿Acaso no figuran en la Constitución el derecho a una vivienda digna, así como el derecho al trabajo? Quiere que pensemos que pueden ser insaciables explotadores, chupasangres, ladrones… pero no hasta el extremo de provocar la pérdida de vidas humanas. Pero eso es pura patraña propagandística. Si la troika, la banca, el Gobierno… han acordado una moratoria de dos años para familias con recursos inferiores a 19 mil euros anuales, de los que más de la mitad es deuda hipotecaria, y que además estén en paro sin subsidio o con cargas familiares… no es porque finalmente su “humanidad” se haya impuesto a su naturaleza capitalista, sino porque la inmensa mayoría de las familias en esas condiciones son insolventes, y arrojarles a la calle no va a representar ninguna ganancia, sino que va a engordar el stock de viviendas de las que la banca y el gobierno no consiguen desprenderse. A cambio de permanecer dos años más en sus casas, estas familias “beneficiadas”, verán incrementada la cadena de su deuda en un “razonable” 30 %. Y si a lo largo de esta moratoria, llegase un contrato de trabajo o cualquier otro mínimo hilillo de sangre a estos “subsidiados”, deberá reanudarse el pago o admitir el desahucio definitivo,…
El presidente de la Asociación Española de Banca ha declarado recientemente que la “solución” a los desahucios está en “construir más viviendas, conceder más créditos e hipotecas”, como si el capitalismo se moviese para satisfacer las necesidades humanas. Pero eso es falso. El capitalismo vive de transformar las necesidades humanas, de todas las esferas de la vida desde la salud al ocio pasando por la vivienda, en mercancías que se intercambian por otra mercancía, como la fuerza de trabajo que se hace cambiable a través del salario en cualquiera de sus modalidades. El capitalismo no sacrifica jamás ese valor de cambio al valor de uso que puedan tener esas “mercancías” para los trabajadores que las han creado. Por eso existen hoy en España ¡1 millón de viviendas vacías!, mientras las familias se hacinan en casas de los abuelos ([2]), o se retrasa hasta los 30 años la edad media de emancipación de los jóvenes. Como señalamos en otro artículo de este mismo AP (“Debate sobre el problema de la vivienda”), la actual crisis de la vivienda es la más típicamente capitalista de todas las que, en este aspecto, ha vivido la humanidad: es una crisis de sobreproducción, medida ésta respecto al mercado formado por los comparadores solventes y no respecto a las necesidades humanas. .
Por ello es iluso pensar en que el capitalismo puede enfocar el problema de la vivienda, como otros tantos, partiendo de las necesidades humanas o desde una justicia que igualara a prestamistas y prestatarios. Esa es una funesta ilusión y una de nuestras principales críticas a plataformas como la de Afectados por la Hipoteca (PAH) o la de Stop Desahucios que si bien han protagonizado convocatorias que han movilizado efectivamente una auténtica solidaridad con las víctimas de desahucios, caen en cuanto a sus análisis y propuestas en planteamientos de un estéril reformismo “radical” aunque parcial, como la reivindicación de la “dación en pago” ([3]), o la reforma de la Ley Hipotecaria para corregir los abusos con que se privilegia a la banca ([4]). En última instancia la avalancha de desahucios está invariablemente unida al empobrecimiento brutal y rapidísimo de la clase obrera. Por ello no lleva a ningún lado separar la lucha contra los desahucios de la lucha contra los despidos, contra los recortes en sanidad, o los hachazos a los salarios. Es una lucha de los explotados contra la pervivencia de este sistema de explotación.
Dicen los psicólogos que acompañan a las asambleas que agrupan a los desahuciados que se les ve cada vez ven más desmoralizados, y que una parte muy importante de las tendencias suicidas que se presentan se deben a un sentimiento de “fracaso personal” que acompaña al desahucio. Ya habíamos visto esto mismo en los parados, o en los suicidios en el trabajo ([5]) que estallaron por ejemplo en Francia hace un par de años. Esa es la otra cara de la supuesta “libertad” del individuo en la sociedad capitalista: convertir en fracaso personal, lo que en realidad es la incapacidad del modo de producción de asegurar, bajo sus presupuestos de la mercancía, el beneficio y la acumulación, la satisfacción de las necesidades humanas más elementales. Para que la humanidad pueda sobrevivir hay que barrer el capitalismo de la faz de la tierra.
Dámaso, 20 de noviembre de 2012
[2] Se calcula que hoy en España 600 mil familias viven de la pensión de los ancianos cuya vivienda ya pagada se convierte además en el refugio al que acuden desahuciados o familias que no pueden pagar los alquileres…
[3] La “Dación en pago” es la liberación de las obligaciones crediticias a cambio de la entrega de la vivienda al banco lo que significa perder todo lo pagado
[4] De hecho en otros países donde no existen estos abusos el problema de la vivienda se agrava. En Francia, por ejemplo crece sin parar el número de trabajadores que, aun conservando su puesto de trabajo, no pueden pagar un alquiler y deben vivir en roulotte durante todo el año. En USA existen más de 636 mil “homeless”. Un estudio reciente de Ocuppy Wall Street decía que en el último año el número de “sin techo” de la ciudad de Nueva York había crecido un 10% hasta 44 mil personas. El paso del huracán Sandy ha puesto de manifiesto que muchas de las casas de esa área no eran dignas de tal nombre.
[5] Respecto a lo primero véase: https://es.internationalism.org/book/export/html/2407 [286]. Y en cuanto a lo segundo: /accion-proletaria/201005/2874/suicidio-y-sufrimiento-en-el-trabajo [287]
Attachment | Size |
---|---|
![]() | 10.36 MB |
Hace 30 años que tuvo lugar la guerra de las Malvinas[01], que el actual gobierno de la Sra Kitchner en Argentina, en otro de sus gestos de fervor nacionalista, pone a la gloria de la memoria histórica patria.
Hemos recibido un folleto que reúne documentación sobre distintas publicaciones (preferentemente hojas o panfletos), que en el fuego de los acontecimientos mantuvieron una posición internacionalista contra la guerra, denunciando ambos bandos. La calidad de la presentación deja mucho que desear, pues la mayoría de textos se recogen en su formato original de la época (1982), pero el interés que presentan aminora con mucho las dificultades de la lectura.
Hay documentación de textos de diferentes agrupaciones, pero la mayoría de los que se reproducen íntegramente vienen firmados por la “Comisión por un nuevo mundo” y “obreros de la industria automotriz”, y como explica el folleto, a veces por más compañeros en su propio nombre. También hay un pequeño texto firmado como “Emancipación” y un artículo de entonces del grupo italiano Núcleo Leninista (que participó en los años 80 en la 1ª Conferencia de los grupos de la Izquierda Comunista)
Los textos muestran el enorme coraje de mantener una denuncia de la guerra y de los dos bandos, frente a la unión nacional para la guerra bajo un gobierno de dictadura militar y expresan la voluntad de sostener una posición internacionalista basada en las lecciones de la historia del Movimiento Obrero, una posición de clase, que llama a la movilización anticapitalista contra la guerra. En ese sentido inspiran un profundo respeto y emoción por la pasión revolucionaria que ponen en cada línea.
Sin embargo nos parece que también expresan una dificultad y al mismo tiempo un esfuerzo de clarificación sobre el imperialismo. Y a eso se suma un segundo problema, que es una perspectiva localista, que tiene muchas dificultades para plantear las cuestiones más allá del marco argentino.
La consecuencia más importante de la combinación de estas dos dificultades es que, si bien se sostiene una posición internacionalista ante el conflicto de las Malvinas, en cambio alguno de los textos (el documento nº 1) se deja arrastrar a la defensa de uno de los campos en sus comentarios sobre las guerras deVietnam y Argelia, que no se denuncian asimismo como guerras imperialistas[02].
Aunque en este documento nº1, “Nuestro desacuerdo con lo que se ha hecho y se está haciendo con las Malvinas”, hay un verdadero esfuerzo por denunciar el pacifismo y por plantear el problema de la guerra en términos materialistas, y también por basar la denuncia de la guerra en la continuidad de las posiciones del Movimiento Obrero, recordando la respuesta revolucionaria frente a la 1ª guerra mundial, falta una visión histórica del problema de la guerra, y por eso, una visión coherente del imperialismo. Hay un “totum revolutum” en el análisis de diferentes guerras en diferentes periodos históricos, donde se confunden las guerras por la constitución de naciones en Europa, con las guerras coloniales en América Latina, con las guerras imperialistas.
En el documento nº4, “Malvinas, las responsabilidades ocultas”, sin embargo, hay un esfuerzo de clarificación sobre la cuestión del imperialismo, que se aborda frontalmente. Realmente llama la atención que el texto vuelva sobre las mismas cuestiones que había planteado el documento nº1 y trate de darles una respuesta mucho más elaborada y coherente. Y eso muestra un método indudablemente de la clase obrera, de tratar de llegar al fondo de las cuestiones honestamente, sin ningún tipo de tapujos ni trampas.
El documento nº 4, fiel a esa honestidad y a ese método, no puede evitar llegar a una contradicción. Partiendo del análisis del imperialismo de Lenin, que considera la evolución del capitalismo desde el punto de vista de cada capital nacional en sí mismo, que empujaría a unos capitales al imperialismo y a otros a la “liberación nacional”, resulta que en el caso concreto de la guerra de las Malvinas, el capital argentino ocupa un territorio que pertenece a la “Pérfida Albión”, a una de las viejas potencias que fue dueña del mundo. Pero ¿se trata entonces de una “guerra justa” como dicen los voceros de la burguesía en Argentina? ¿Realmente se puede pensar que Argentina en 1982 está llevando a cabo una guerra de “liberación nacional” o algo parecido contra Gran Bretaña?
El documento nº 4 se ve obligado a introducir el concepto de “antiimperialismo nacionalista” para tratar de explicar esto. A esbozar una posición que considera el imperialismo como un producto del desarrollo del capitalismo en un momento dado y que afecta a todos los países donde se ha desarrollado el capital. Así se llega a la conclusión de que, en nombre del antiimperialismo, puede expresarse sin embargo una lucha en defensa de los intereses capitalistas (e imperialistas, aunque no lleguen a formularlo explícitamente), como así fue el caso de Argentina. Esta posición abre la puerta a una comprensión de que las llamadas luchas de “liberación nacional”, fueron en realidad conflictos imperialistas entre fracciones de la burguesía local que se adscribían a los intereses de una u otra potencia imperialista. De esta forma se apunta (aunque no llegue a formularse explícitamente) una visión del imperialismo como el producto, no únicamente de unos capitales nacionales más avanzados, sino como el producto del desarrollo del capitalismo en su conjunto en un momento de su evolución, que convierte en imperialista (a la medida de sus posibilidades) a cualquier capital nacional por muy “de segunda” o “de tercera” división que sea. Esa posición coincide más con la que desarrolló Rosa Luxemburg en La crisis de la socialdemocracia y La Acumulación del capital.
En este sentido, el análisis sobre las verdaderas causas del conflicto, basadas, no en los intereses de las islas en sí, sino en las tentativas de reforzar la explotación y la sumisión de la clase obrera, coinciden en lo esencial con los que desarrolló la CCI en la misma época. Colgamos aquí, junto con la posición obrera desde Argentina, el artículo que publicó, “desde el otro lado” nuestra sección en Gran Bretaña en el momento de la guerra[03].
Este artículo se publicó originariamente en World Revolution nº 50 ([1]), en Junio de 1982. Lo republicamos ahora (2007), ante la marea de artículos y documentales conmemorando el 25 aniversario de la guerra de las Malvinas (Falklands) ([2]). El artículo argumenta que la guerra no fue, como muchas otras del mismo periodo, una expresión del conflicto entre los bloques imperialistas ruso y americano, tampoco fue una pelea por un conflicto de intereses económicos o estratégicos entre Gran Bretaña y Argentina. Fue sobre todo una guerra dirigida a la clase obrera. Esto fue más evidente en Argentina, donde se desató la histeria nacionalista sobre las Malvinas para intentar ahogar la creciente resistencia de la clase obrera a la Junta Militar. Pero lo mismo se puede aplicar a la burguesía en Gran Bretaña, que utilizó la guerra para reforzar el equipo de gobierno en el poder y para probar el armamento de guerra, tanto militar como ideológico. Este artículo argumenta pues, que la guerra fue un claro ejemplo del cínico maquiavelismo de la clase dominante. Los acontecimientos posteriores, aunque han tenido lugar en un paisaje imperialista alterado, han confirmado esta apreciación básica. Las técnicas de propaganda probadas durante la guerra de las Malvinas, se usaron después una y otra vez en las subsiguientes guerras en las que se han visto implicadas las grandes potencias –la guerra del Golfo de 1991, la guerra de los Balcanes, o la invasión de Afganistán e Irak. Y estas guerras han confirmado plenamente la capacidad de intriga y conspiración de la burguesía, sea empujando a Saddam Hussein a la invasión de Kuwait en 1991, para luego desencadenar la guerra del Golfo, o 10 años más tarde, permitiendo que Al Qaeda procediera con sus ataques a las Torres Gemelas para dar así un pretexto perfecto para desencadenar “la guerra contra el terrorismo”.
No hay que entender el cínico derramamiento de sangre que se ha producido en el sur del Atlántico como un conflicto imperialista entre los dos bloques USA y URSS, ni tampoco como el desesperado intento final de salvar el honor del viejo y pasado de moda colonialismo británico. Primero y ante todo, la “guerra” de las Malvinas tiene que entenderse como parte de la guerra que lleva a cabo la burguesía mundial contra el proletariado. Surgiendo al primer plano de la actualidad tras la represión de diciembre en Polonia[3], este conflicto es parte de una estrategia mundial de la burguesía para desmoralizar al proletariado y quebrar su voluntad de resistir a los efectos de la crisis
Hay algunos en el Medio revolucionario que ven la interpretación de la CCI de estos hechos como una especie de “teoría de la conspiración”, como un “maquiavelismo” trastornado. Pero la CCI está completamente cuerda cuando explica como la burguesía en este periodo es capaz de trabajar junta contra la clase obrera: las bases de esto residen en las condiciones objetivas del capitalismo en su fase decadente y en la profundidad de la crisis económica, que hace de la cuestión de la lucha de clases la preocupación más crucial y constante del conjunto de la burguesía. Quienes permanecen ciegos ante las implicaciones de esta realidad básica, y ante el hecho de que la burguesía es capaz de “conspirar” contra los trabajadores, de manipular los acontecimientos, corren el riesgo de subestimar seriamente la fuerza del enemigo de clase.
Los dos elementos clave del capitalismo decadente que ponen las bases del maquiavelismo de la burguesía son:
Confrontada a la amenaza de la lucha de clases unida por encima de las fronteras nacionales, la burguesía se ha visto impulsada a unir su propia lucha incluso más allá de su división en bloques. Solo hay que ver cómo los rivales imperialistas apartaron de lado momentáneamente sus propias querellas y trabajaron conjuntamente para aislar y sofocar el peligro de la huelga de masas en Polonia en 1980-81, allanando el camino para la represión del 13 de Diciembre, para darse cuenta de hasta donde puede llegar la burguesía cuando su sistema sea amenazado.
Un breve examen de los sucesos de las Malvinas muestra que se trata de otro ejemplo de un “frente unido” contra la clase obrera. Pero esta vez casi exclusivamente confinado a un bloque imperialista: los dos protagonistas son ambos aliados del bloque USA. No hay realmente ningún peligro serio de influencia desestabilizadora de la URSS en la región. De hecho, sería difícil encontrar una parte del mundo más “a salvo”, o un pedazo de territorio con menos utilidad para que se desencadene un baño de sangre por su control, que las islas Malvinas.
Obviamente, teniendo eso en cuenta, para USA no tiene mucho sentido que los efectivos militares de sus amigos y aliados se den una paliza, pero en cambio vale la pena si, de rebote, la Junta militar argentina puede empantanar las huelgas y el descontento en una oleada de nacionalismo; y especialmente si a los obreros de Europa se les enseña una lección esencial para el futuro: “no te molestes por luchar y prepárate a hacer sacrificios por la gloria de la democracia”. Si esto tuviera éxito, haría más a largo plazo por los preparativos de guerra de la burguesía que cien misiles Cruise, y por eso representa un ej clave de los esfuerzos concertados de la burguesía para desmoralizar y desviar a los principales batallones de la clase obrera en Europa Occidental.
Con estos objetivos básicos de la burguesía en mente, es obvio que los viajes diplomáticos del secretario de Estado USA, Mr Haig, y los interminables intentos de una “salida negociada” eran meramente parte de una calculada cuenta atrás en una limitada implicación militar que sirviera para lanzar esos mensajes. Si los intereses de USA estuvieran seriamente amenazados en esta “guerra”, tiene suficientes recursos económicos y fuerza militar, si fuera necesario, para detenerla, empleando la OTAN, el FMI y todas las estructuras de bloque construidas para mantener su hegemonía; y la estrecha implicación de EEUU en el dispositivo militar de los Estados sudamericanos, le hubiera permitido disponer ampliamente de un preaviso de las intenciones de Argentina de invadir las Malvinas, lo que puede decirse con plena seguridad que ha sido consentido.
Puesto que Gran Bretaña es uno de los aliados de USA más leales y mejor entrenados, merece la pena examinar la respuesta del gobierno Thatcher. Aunque la invasión de Argentina ha estado motivada fundamentalmente por la necesidad de desviar una oleada de lucha de clases, Galtieri, desde su llegada al poder, no ha ocultado su intención de reclamar las Malvinas, incluso por la fuerza si fuera necesario. Además de esas insinuaciones descaradas, y de sus propios informes de inteligencia sobre las intenciones de Argentina, el gobierno británico tiene acceso a toda la parafernalia USA de vigilancia, incluyendo satélites espías que podrían (como se ha revelado en programas recientes de TV) no sólo detectar cada movimiento de la fuerza naval argentina en el Atlántico sur, sino también captar órdenes transmitidas por el ministerio de Defensa en Buenos Aires.
Esta previsión, incluso aceptando la falibilidad de la alta tecnología capitalista, apunta de sobra a una deliberada inacción del gobierno británico, que de hecho estaba muy cerca de alcanzar un acuerdo permanente sobre el futuro de las islas con la Junta militar antes de la invasión (y por esto Carrington y los ministros de Asuntos exteriores implicados tuvieron que dimitir). De algunas de las declaraciones de Carrington tras su dimisión puede deducirse que estos altos funcionarios del Estado habían estado insinuando que, en vistas del acuerdo inminente, si Argentina invadiera, no valdría la pena que Gran Bretaña respondiera.
Algunos de los comentaristas burgueses más inteligentes (como Peter Jenkins de The Guardian) han argumentado que no vale la pena luchar por las Malvinas puesto que Gran Bretaña de todas formas en algún momento tendría que negociar su independencia. Realmente la guerra de las Malvinas no tiene ningún sentido desde el punto de vista económico, pero esa no es la cuestión: el gobierno británico, con el acuerdo tácito de la burguesía USA, permitió deliberadamente que se produjera la invasión argentina para desencadenar una campaña contra la clase obrera a domicilio. La “pérdida” inicial de las Malvinas era necesaria para crear el mito de la “agresión argentina”, y suscitar el máximo apoyo de la población al empleo de la fuerza y la acción militar. Semejante treta no es ninguna novedad; según el Profesor John Erikson, de la Universidad de Edimburgo, los gobiernos británico y norteamericano, tenían serias advertencias de la invasión rusa de Afganistán en Diciembre de 1979 al menos 8 meses antes, pero permanecieron quietos cínicamente para magnificar la propaganda anti-URSS frente a un “ataque sorpresa”. También hoy es aceptado por muchos historiadores burgueses, que EEUU sabía perfectamente las coordenadas del ataque a Pearl Harbor de 1941 previsto por Japón, pero dejó que ocurriera para permitir así un medio rápido y efectivo de movilizar a la población a la guerra.
Esta “guerra” “por la democracia”, “por la libertad” y “la soberanía nacional”, es tan artificial que los bancos británicos permiten descubiertos y otorgan créditos a corto plazo a Argentina; aunque están preocupados por los intereses de sus créditos, en nombre de los intereses de la estabilidad del bloque occidental, están dispuestos a evitar la quiebra Argentina a toda costa ([4]). Entretanto, los dirigentes de los grandes bancos USA están preparando sus próximas visitas a Argentina, tan pronto como cesen las hostilidades abiertas, para discutir la renegociación de su colosal deuda de 32 billones de dólares ([5]). Efectivamente, la presente “guerra” está siendo financiada por el bloque occidental, y Gran Bretaña está ayudando a pagar una guerra contra sí mismo, para desplegar una campaña contra la clase obrera a domicilio. Esto aún destaca más el hecho de que la “guerra” en el Atlántico sur es una vasto espectáculo, orquestado por el imperialismo mundial, y dirigido contra el proletariado internacional.
La importancia de comprender cómo la burguesía “conspira” contra el proletariado es obvia: si la clase obrera confronta un enemigo que está organizado a escala mundial, sólo puede luchar contra su enemigo organizándose ella mismo a escala mundial. Para derrotar la estrategia global del capital, el proletariado necesita su propia estrategia global: la estrategia de la huelga de masas internacional y la insurrección mundial.
Mark Hayes, Mayo 1982
[1] World Revolution es la publicación de la CCI en Gran Bretaña.
[2] A lo largo del artículo original, se emplea lógicamente la denominación inglesa de las islas, que se conocen como las Falklands. Aquí hemos empleado sin embargo la denominación en español de las islas: Malvinas.
[3] Cuando se enviaron los tanques rusos contra la clase obrera polaca después de que hubiera empezado a debilitarse la huelga de masas de 1980. Ver /revista-internacional/200602/757/polonia-1980-lecciones-siempre-validas-para-la-lucha-del-proletaria [290]
[4] Guardian, 1 mayo 1982.
[5] Guardian 7 de mayo 1982.
[01] Para un recuerdo rápido, sobre todo a los más jóvenes, la guerra de las Malvinas estalló en 1982, tras la ocupación militar argentina de esas pequeñas islas a mil Kms de su costa sur, y dominio de Gran Bretaña (donde se conocen como islas Falkand). Las islas no tienen ningún interés desde el punto de vista de la explotación de los recursos económicos y muy escaso interés estratégico (para mayor información, ver los textos y las referencias que se publican a continuación). Recientemente se pueden leer algunos artículos sobre esta guerra en los periódicos también en España, e incluso hay referencias en una película que ha estado en cartelera; “un cuento chino”
[02] Para un análisis de la guerra de Vietnam y Argelia, ver nuestro folleto Nación o clase. Las llamadas “luchas de liberación nacional” desde los años 60, fueron en realidad guerras donde se enfrentaban diferentes bandos de la burguesía local apadrinados por uno u otro de los dos grandes bloques imperialistas que surgieron de la 2ª guerra mundial: USA y URSS, y sus aliados. Así la victoria del Viet Cong fue en realidad apadrinada por la URSS, aunque resultó finalmente una “amarga victoria”, puesto que USA cedió el peón de Vietnam, donde la situación se le hacía cada vez más complicada, particularmente por las protestas contra la guerra en Estados Unidos, pero a cambio ganó a China para su bloque imperialista. De forma similar, muchos de los países que llegaron a su “liberación nacional” al ser reclutados por el bloque URSS, pasaron después al bloque USA, del cual (directamente del vasallaje de EEUU o de alguno de sus aliados) se habían supuestamente “liberado” (como fue el caso de Egipto por ej., o de la propia Argelia).
[03] La CCI también publicó un editorial sobre la guerra de las Malvinas en la Revista Internacional nº 30, que lamentablemente no está disponible en español en la web, pero que puedes solicitar por correo. Sí se puede leer sin embargo en la web en inglés y en francés.
La película que apareció en Youtube el 11 de septiembre, La inocencia de los musulmanes de acuerdo a todas las opiniones es extremadamente estúpida y mediocre, producida por un defraudador californiano supuestamente cristiano ha estado en el centro de la atención mundial durante dos semanas. Esta denuncia del profeta Mahoma y sus seguidores, presentada, entre otras caricaturas, como individuos inmorales, pedófilos y brutales, ha provocado reacciones en todo el mundo musulmán. Estas manifestaciones han llevado a enfrentamientos y violencia dirigidos principalmente a los Estados Unidos, incluyendo el asesinato del Embajador de Estados Unidos en Libia.
Se han dicho muchas cosas sobre las reacciones conducidas por los radicales salafistas. Todo ello con una gran cobertura de los medios de comunicación occidentales. Pero estamos hablando de un máximo de algunas decenas de miles de manifestantes diseminados en varios países desde Túnez a Pakistán a través de Yemen. Esto no es realmente mucho cuando consideramos que hay cientos de millones de musulmanes tan solo en los países árabes, sin contar los millones de musulmanes que viven en Europa o América.
No se trata de minimizar la violencia que tuvo lugar, pero estos eventos fueron reproducidos deliberadamente para alimentar la idea del “peligro musulmán”. En Alemania Angela Merkel expresó su “gran inquietud”, mientras que en Francia Manuel Valls fue sacudido por esta “amenaza contra la República” luego de la mini manifestación en el Elíseo, que tuvo lugar “sin permiso oficial”. En los Estados Unidos, escuchamos a Hilary Clinton a declarar que los países árabes no habían “cambiado la tiranía de un dictador por la tiranía de la multitud”, refiriéndose a las “revoluciones árabes” de la primavera de 2011. Hasta el Papa, desde Líbano llamó a “erradicar” el fundamentalismo; musulmán obviamente!
En este concierto de preocupadas reacciones de los políticos, algunos comentaristas destacan la evidente manipulación ideológica de una parte y de otra.
• or un lado, el que esta película () salga en el contexto de crecientes tensiones guerreras entre Siria e Irán, pero también con los islamistas radicales en Malí y Sahel, y además que apareció el 11 de septiembre, aniversario del ataque a las torres gemelas en 2001 que resultó en 4000 muertes y luego la invasión estadounidense de Afganistán, estuvo claramente orientada a señalar con el dedo el salvajismo de los extremistas islámicos por todo el mundo.
• or otro lado, los extremistas islámicos cayeron justo en la trampa, revelando una vez más su potencial destructivo y su determinación para hacer frente a Estados Unidos y las potencias occidentales con el fin de afirmarse sobre camarillas burguesas rivales.
Está claro que hubo una escalada en ambos lados en un momento en que se perfilan nuevas intervenciones militares y masacres en el horizonte. Este tipo de campañas sirven para preparar el terreno en el plano ideológico.
La clase dirigente y todas sus fracciones, cualquiera que sea su religión, utilizará eventos como éste para dividir intimidar y aterrorizar a los explotados. Pero sobre todo, para sus hipócritas llamamientos a la calma y la razón, su objetivo es justificar nuevos pasos hacia la barbarie de la guerra.
Mulan, 28 de noviembre
Attachment | Size |
---|---|
![]() | 602.51 KB |
La crisis del sistema capitalista se profundiza en todo el mundo. No se limita a Grecia, España y Portugal, sino que son Francia, Alemania y USA los que entran en recesión; el paro bate record en el mundo y la pobreza se dispara en la Norteamérica de Obama.
Los “brotes verdes” o “la senda del crecimiento y del empleo”, gobierno tras gobierno (de un color u otro), se convierten en una degradación brutal de las condiciones de vida y de trabajo. Nos anuncian continuamente el “final del túnel”. Decían que sería para 2012, ahora dicen que para 2014. Merkel lo retrasa a 2017 y hay economistas que lo colocan ¡en 2025! Es UN INFIERNO INTERMINABLE. Y, además, la llegada al “final del túnel” -¡caso de producirse! ¡Que no es seguro!- se hará bajo condiciones que retrotraen a la clase trabajadora muchas décadas atrás: total desprotección ante los intereses de la clase empresarial, creciente y descarnada miseria y explotación, emigración masiva para huir de una precariedad y un desempleo crónicos. La clase capitalista y su Estado tratan de compensar la reducción de ventas, beneficios e ingresos como producto de la crisis incrementando los impuestos y precios de los productos básicos (mientras los capitalistas gozan de la complicidad de la administración para pagar lo mínimo posible por su patrimonio y sus beneficios), disminuyendo las condiciones de vida y de trabajo de la población (“reducción de costes laborales y sociales”) y expulsando del mercado de trabajo a la creciente“mano de obra sobrante”. Se trata de una guerra de clases de los de arriba contra los de abajo.
El papel que en las “democracias” capitalistas tienen reservado los sindicatos y la izquierda es, cuando no pueden evitar la aparición de la protesta, canalizarla hacia movilizaciones y reivindicaciones estériles, que lleven al desgaste, la impotencia y la derrota: huelgas y protestas simbólicas convocadas a toque de corneta y controladas desde arriba, divididas por empresa, sector o zona geográfica, unidas a eslóganes y reivindicaciones que nada tienen que ver con nuestros intereses y necesidades (“salvar la economía”, evitar “arruinar el país”,“salvar el sector”, etc.). ¡Como si la economía o el país pertenecieran a trabajadores y parados, y no en realidad a la clase capitalista y a la maquinaria estatal a su servicio! ¡Como si desahuciados y bancos, trabajadores y empresarios, parados y políticos, fuéramos todos “ciudadanos iguales”!
En la práctica, los sindicatos “combativos”, “de base”, etc., no se diferencian de los sindicatos “mayoritarios”. Tras la verborrea y el discurso radical su actuación y métodos confluyen con ellos, convirtiéndose en sus apéndices críticos, con diferencias meramente formales, como hemos visto en las diferentes“huelgas generales” de los últimos años.
Cada vez más compañeros (de distinta procedencia, circunstancias, sector, afiliados o no a sindicatos, etc.) nos planteamos cómo hacer frente a esta situación y cómo encontrar un camino realmente eficaz para defendernos. Una cosa es segura: sólo la lucha masiva y contundente puede hacer retroceder a la clase capitalista y al gobierno de turno a su servicio. No podemos confiar para ello ni en los “pasteleos” y las maniobras sindicales, ni en la farsa y el circo electoral y parlamentario. Algunas de las líneas generales para llevar a cabo una lucha eficaz contra el capital por la obtención de unas condiciones dignas de vida y trabajo, dentro de un proceso vivo y sin fórmulas mágicas, pasan necesariamente por tender a:
Esto último es lo más importante. La principal conquista de las luchas no será tanto las mejores condiciones conseguidas, que el Capital y su Estado intentarán eliminar lo más pronto posible, sino la creciente unidad, solidaridad, conciencia y capacidad de auto-organización que desarrollemos. Esto nos irá dando la fuerza necesaria para imponer una sociedad diferente, construida por los trabajadores mismos, en la que no haya ni explotación, ni miseria, ni guerras.
Corriente Comunista Internacional 12-11-12
El lunes 10 de septiembre, 26 mil profesores en Chicago se fueron a huelga por primera vez en 25 años, después de años de sufrir ataques en sus prestaciones, congelación de los salarios y cada vez más atroces y degradantes condiciones de trabajo.
Esta huelga está en continuidad con aquellas que han surgido durante el verano llevadas a cabo por los trabajadores de Con Edison en Nueva York, los conserjes en Houston, los trabajadores de Palermo pizza en Milwaukee, Wisconsin –por mencionar sólo algunas de las huelgas más publicitadas– y mirando más allá de un año, en continuidad con la huelga de trabajadores de Verizon, en la ciudad de Nueva York y las movilizaciones de los trabajadores públicos de Mdison, Wisconsin. ¡Los maestros están reaccionando finalmente! Como parte de la clase trabajadora, los profesores no se han librado de la crisis económica y de los ataques implacables de la clase gobernante contra las condiciones de vida y de trabajo. Sin embargo, debido a su posición como parte del sector público a cargo de educar a las futuras generaciones de trabajadores, para satisfacer las necesidades de búsqueda de ganancia y la competencia del capitalismo, los maestros han sido particularmente denigrados y demonizado por una brutal campaña que tiene dos objetivos fundamentales:
1. Dividir a la clase trabajadora al poner a un sector de ella contra el otro.
2. Justificar los ataques draconianos en contra de las prestaciones de servicio médico, seguridad en el empleo y condiciones de trabajo, con el argumento de la imperiosa necesidad de una “reforma educativa”.
Estos ataques y campaña de los medios de información son un fenómeno internacional que tiene lugar en Francia, Grecia, España, Portugal, Holanda, Italia, Gran Bretaña, Alemania, Austria y el resto del mundo. Las reacciones a menudo han sido masivas, no solo en los países europeos, sino también en India, África (Swazilandia) y América Latina. La movilización de los profesores de Chicago se inscribe en el surgimiento internacional de la combatividad de la clase obrera contra los ataques de los patrones.
Hay muchas razones para el descontento de los docentes. A pesar de la declaración del alcalde de Chicago Rahm Emanuel, de que la huelga no tiene ninguna causa económica y, sobre esta base ridícula su solicitud de que salga una orden legislativa en contra del sindicato que está en huelga ilegalmente, hay un montón de preocupaciones económicas que han movilizado a los maestros para entrar en huelga: días y años escolares más largos, congelamiento de las tasas de contribución estatal a los seguros de salud; la introducción de una nueva evaluación docente ligada a un examen de rendimiento de los estudiantes –es decir, un ataque a la seguridad en el empleo, especialmente en el contexto de amenaza de cierre de al menos 100 escuelas–, y mucho más. ¡El “aumento salarial” previsto por el contrato incluso ni siquiera sería suficiente para pagar la jornada y ciclo escolar ampliados, y lo llaman un aumento! ¿No son estos asuntos económicos? ¡Solo nuestros jefes y gobernantes, quienes no tienen preocupaciones económicas que los mantengan despiertos durante la noche, pueden concebir estos ataques como no-económicos! Pero por supuesto, los maestros están totalmente en lo correcto si van más allá de las cuestiones económicas. Los maestros encabezan la exigencia de respeto de todos sus hermanos de clase por luchar por su dignidad como seres humanos, al negarse a someter su pasión por la enseñanza a un asunto medible por pruebas estandarizadas; y al negarse a someter a sus estudiantes a la mentalidad y la práctica de los patrones que ven a los seres humanos como meros objetos para vender y cuantificar según la ley de ganancia y competencia capitalistas, reduciendo a los seres humanos a simple mercancía para vender o tirar. ¡Este, en esencia, es el significado de su tan cacareada “reforma” a la educación! Se trata de un cálculo actuarial: cuánto están los jefes dispuestos a “perder” en educación pública a la luz de la reestructuración de la mano de obra que se impone sobre ellos debido a la crisis económica implacable del capitalismo! Solo podemos decir a nuestros compañeros maestros: ¡admiramos y apoyamos tu coraje! ¡Son una inspiración para todos nosotros ya que estamos en sus mismas condiciones!
En los medios de comunicación, la clase dirigente y los jefes expresan su preocupación por lo que esta huelga significará para la perspectiva de re-elección de un presidente demócrata frente a uno republicano. ¿Temen que la clase obrera cada vez más sea capaz de ver a través de sus mistificaciones de humo y espejo y que se de cuenta de que, pintado de azul o rojo, el tamaño, los objetivos y el contenido de los ataques es realmente el mismo? Si les preocupa que la clase trabajadora tenga en su cabeza que la verdadera lucha tiene que librarse en las calles, junto con otros trabajadores, y no en las urnas, la clase obrera haría bien en reflexionar sobre el papel que desempeña cada parte en la implementación de los ataques y por lo tanto, preguntarse: ¿quién es nuestro verdadero amigo? ¿A quién necesitamos recurrir para pedir ayuda? ¿Es la cúpula sindical la respuesta a esta pregunta? ¿Cómo puede ser la respuesta “sí”, cuando los dirigentes sindicales negocian con los jefes a puertas cerradas? ¿Cómo puede ser posible que ellos sean nuestros amigos cuando contrato tras contrato nuestro trabajo y las condiciones económicas y de vida se han deteriorado? ¿Cómo creer en ellos cuando gritan que es una “victoria” –con el argumento de que “podría haber sido peor”– lo que para todos los trabajadores es una derrota? ¿No es esto lo que Karen Lewis tuvo la desfachatez de decir cuando ella clamaba que Rham Emanuel redujo su propuesta de hacer que los profesores fueran evaluados sobre la base del rendimiento de la prueba de los estudiantes del 40 al 25 ? Pero, si no podemos confiar en los sindicatos, ¿qué más tenemos?
La forma más eficaz para librar una lucha es estableciendo asambleas abiertas, como los trabajadores históricamente lo han hecho y re-aprender a hacerlo. Hemos visto estos primeros intentos de volver a tomar el destino de la lucha en nuestras propias manos en España, durante el movimiento de Indignados, y aquí, en los Estados Unidos, con el movimiento Occupy. Lo que estos movimientos puntualizan es la necesidad de crear un espacio para debates abiertos donde podemos libre y creativamente proponer soluciones reales a nuestros problemas.
Somos los únicos “expertos” y la rendición de cuentas de nuestras decisiones debe descansar únicamente en las propias asambleas generales de trabajadores, controlado por los propios trabajadores. ¡Cuando somos capaces de mantener la lucha en nuestras manos, es posible extenderla a otros sectores y otros trabajadores y, de esta manera, ganar verdadera fuerza, unidad y solidaridad, y romper el aislamiento en el que nuestros sindicatos nos entrampan!
La simpatía que esta huelga ha levantado en muchos otros trabajadores, incluso entre los padres que han tenido un millón de dificultades para encontrar cuidado para sus hijos, es un testimonio de la necesidad urgente de extender la lucha, de expresar solidaridad real, de confiar y apoyarse en el resto de la clase obrera. Esta huelga, por ahora, se ha ahogado en el aislamiento y los maestros han regresado al trabajo sin haber logrado nada en términos del contrato. Pero si los profesores son capaces de ganar en término de las lecciones acerca de cómo luchar más eficazmente en el futuro, acerca de quienes son sus verdaderos amigos de clase y quienes son sus enemigos, la lucha no habrá sido derrotada.
En las dos semanas antes de la ratificación final del contrato, los profesores deberían reunirse para discutir y extraer las lecciones de esta lucha y prepararse para romper el aislamiento impuesto por el sindicato saliendo a encontrarse con otros trabajadores y realizar foros de discusión abierta donde las decisiones pueden hacerse colectivamente y pueden permanecer en manos de los propios trabajadores.
Internationalism, 9 de octubre
Acabamos de presenciar el enésimo espectáculo democrático electoral en Venezuela el 7 de octubre donde, como en México el pasado 1 de julio, la burguesía en su conjunto se ha colgado otra medalla al conseguir en ambos países una participación récord e histórica en las urnas de votación para la elección de puestos públicos diversos y, principalmente, de presidente del país. Por todo el mundo el mismo rito democrático burgués se repite con una precisión de relojería que resulta difícil encontrar otro mecanismo (como no sea el de la extracción de plusvalía del trabajo asalariado, claro está) en la sociedad que, como éste, se cumpla al pie de la letra.
Acabamos de presenciar el enésimo espectáculo democrático electoral en Venezuela el 7 de octubre donde, como en México el pasado 1 de julio, la burguesía en su conjunto se ha colgado otra medalla al conseguir en ambos países una participación récord e histórica en las urnas de votación para la elección de puestos públicos diversos y, principalmente, de presidente del país. Por todo el mundo el mismo rito democrático burgués se repite con una precisión de relojería que resulta difícil encontrar otro mecanismo (como no sea el de la extracción de plusvalía del trabajo asalariado, claro está) en la sociedad que, como éste, se cumpla al pie de la letra. Pronto, el próximo 6 de noviembre los congéneres estadounidenses de la burguesía venezolana y mexicana realizarán su propio circo electoral en esta maquinaria sin fin que renueva periódicamente las esperanzas de cambio y de mejoría en la mayoría de la población y, principalmente, de los trabajadores.
Efectivamente, pasan los años, las décadas y la sociedad sigue registrando periódica y religiosamente un hecho: las elecciones democráticas, directas o indirectas, secretas o no, están hasta en la sopa y se implementan cada vez más para los asuntos más inverosímiles. Las encontramos, por ejemplo, además de los diferentes niveles territoriales de gobierno del Estado capitalista (nacional, estatal, municipal), en la elección de representantes de colonia, de barrio, del centro de trabajo, de la escuela; se usan para votar hasta lo inimaginable como la herramienta estrella de la decisión ciudadana y, evidentemente, como el recurso infalible de la democracia que, presuntamente según la lógica de la visión burguesa, demostraría el triunfo del capitalismo y la de mostración de su perennidad.
Sin embargo, precisamente es esta democracia electoral el mecanismo político central sobre el que descansa la dominación y la gobernabilidad de la burguesía sobre el proletariado y el resto de las capas no explotadoras de la sociedad. Una trampa tan sutil como asquerosa: alimentar la ilusión de que votando, en la más completa soledad e impotencia de una urna electoral, por tal o cual personaje de los partidos políticos (de cualquier tamaño, color o lenguaje) que se crean desde el mismo Estado, los explotados y oprimidos de esta sociedad tendrían la posibilidad real de mejorar su situación laboral y las condiciones y calidad de vida de sus familias. Es este el principal engaño y sobre todo porque descansa en la idea de que “todos los ciudadanos son iguales”, burgueses y proletarios y que, por tanto, todos tienen la misma oportunidad de “decidir” en “igualdad” de circunstancias a qué personaje se elige. Una mascarada vil que esconde el hecho básico de que se trata solo de un juego donde los diferentes sectores de la clase dominante organizan, mediante el Estado, una cierta competencia entre sus partidos políticos y sus personajes más vistosos que se emplean a fondo para convencer a la gran masa de votantes de sus “virtudes” y de la cual sale ganador el que logra los mejores artilugios para sumar más votos. Partidos y personajes políticos todos al servicio de la clase burguesa y de su Estado.
Pero además, hay otro cuento chino de este “ejercicio democrático ejemplar”: la alternancia en el gobierno, que sería una prueba del “poder ciudadano” al quitar y poner a sus representantes y, sobre todo, de la efectividad del voto electoral y, en suma, de la democracia. Nada más falso e hipócrita. Justamente esta alternancia política es lo que mejor da brillo a su juego democrático pues los recambios en el gobierno refuerzan la ilusión de que verdaderamente los electores deciden cuando en realidad estos cambios y recambios en nada afectan a la dominación de la burguesía en su conjunto y, al contrario, le beneficia sobremanera al renovar de manera periódica sus mecanismos de control gubernamental sobre todo de su clase enemiga y mortal, el proletariado. Que los diversos partidos políticos y sus personeros se presenten con ropajes, colores y discursos diferentes solo demuestra que el estado burgués se preocupa por tener copado todo el llamado espectro de la geometría política necesario para encuadrar las preocupaciones políticas, sociales y económicas de los trabajadores, todo un reparto de tareas que necesita el capital para perpetuar su dominación y explotación del trabajo asalariado.
Las campañas electorales machacan hasta la nausea a cada segundo que el derecho de voto "iguala jurídicamente" a todos los “ciudadanos”, burgueses y trabajadores, los cuales formarían una comunidad, un colectivo, una nación, “unida por los mismos intereses”. ¡¡¡Nada más falso!!! Tal comunidad es una utopía ya que explotados y explotadores jamás podrán construir una comunidad de intereses comunes, por tanto la noción de nación o de “interés nacional” beneficia solo a la burguesía que es la que detenta el poder estatal y se da los equipos de gobierno adecuados a sus intereses generales como clase. ¡Los obreros no tienen patria!
Lo que hemos dicho anteriormente es el marco general del funcionamiento de la democracia electoral; sin embargo, no hay que perder de vista que este mecanismo se renueva y se refuerza de manera constante por la burguesía conciente de que debe perfeccionar permanentemente su principal instrumento político, al lado del encuadramiento sindical oficial e “independiente”, para sostener su dominación de clase. Un ejemplo claro, lo tenemos en el proceso electoral de la primera potencia capitalista del mundo, los EU.
En efecto, en ese país los votantes de muchos estados no solo serán convocados a las urnas para “decidir” a su presidente o a sus representantes legislativos sino también enganchados por cientos de “iniciativas” estatales que van desde el matrimonia gay hasta la pena de muerte, pasando por la legalización de la mariguana, la segregación racial, leyes anti o pro abortos, enmiendas sobre libertades religiosas, leyes sobre negociaciones sindicales colectivas, iniciativas sobre impuestos para financiar la educación y, un larguísimo etcétera.
Es muy claro que esas iniciativas “ingeniosas e innovadoras” tienen el objetivo de alentar a los votantes reticentes y desilusionados por las experiencias pasadas para ir a las urnas y así incrementar los votos, una medida que, junto a otras, se están implementando para convencer a los votantes más reacios a los que las oficinas del Estado está identificando como la franja de la población que requiere más atención y persuasión para lograr arrastrarlos a las urnas de votación (incluso en EU, aunque esta medida ya tiene tiempo, se suspende un día laborable para intentar garantizar la mayor votación posible).
Estos tres casos que nos ocupan nos demuestran, por si hiciera falta, que la clase burguesa es la misma en todos los países no importando su nacionalidad, su color, su ropaje, su ideología, su verborrea… Todas estas variantes tienen un denominador común: ser los garantes de la opresión y la explotación de la clase trabajadora en todos los países.
Mucho se nos dice, para alimentar la confrontación entre la clase obrera, que las diferentes alternativas electorales representan verdaderas y diferentes opciones a las cuales hay que votar si queremos mejorar nuestro destino. Pero eso se nos ha dicho por décadas a nuestros abuelos, a nuestros padres, a nosotros ahora. Y resulta que se trata del mismo juego aunque perfeccionado. Al fin de cuentas son los profesionales de la política al servicio de la burguesía los que acaban engañándonos y enganchándonos al carrusel eterno de la democracia electoral.
Seguramente también la burguesía estadounidense se anotará otro triunfo más en sus elecciones de principios de noviembre pues ha logrado, hasta ahora, alimentar de manera creciente las expectativas alrededor de la disputa entre Obama y Romney: todo el aparato estatal y principalmente sus medios de comunicación volcados en generar el mayor interés posible en las filas de los trabajadores.
Efectivamente, la sociedad burguesa vive permanente en medio de votaciones democráticas y eso no tiene nada de extraño, se debe a que, al mismo tiempo, el capital experimenta crisis económicas crecientes y cada vez más profundas que los capitalistas solo pueden sortear descargando los mayores sacrificios sobre las espaldas de los trabajadores. La renovación democrática eterna de la ilusión para encontrar en algún momento a un partido o personaje político que llegue al poder y que solucione sus penurias, es la apuesta central del Estado burgués.
Los trabajadores contamos ya con una amplia experiencia en este terreno. Los abuelos, nuestros padres, fueron controlados por esta artimaña universal y a nosotros ahora nos toca experimentar la misma patraña.
Precisamente aquí es donde muchos trabajadores se están planteando la clarificación. Si no podemos ya confiar, por enésima ocasión, en la democracia burguesa, ¿entonces, qué podemos hacer? Hay que buscar los medios para convocarnos a reuniones donde podamos discutir estas cuestiones. Nuestra clase cuenta con un enorme cúmulo de adquisiciones teóricas e históricas que podemos y debemos utilizar para, no solo clarificarnos, sino encontrar las mejores respuestas que nos permitan responder a los desafíos que nos impone la ofensiva actual de la burguesía que está determinada a arruinar la vida de las familias proletarias en aras de la salud de la economía nacional que significa, en el fondo, la salvaguarda de la ganancia de la clase burguesa.
Pero esta clarificación debe dar lugar a una lucha donde los trabajadores puedan encontrarse y discutir sobre los medios propios de lucha, para plantearse cómo hacer para no ir detrás de los partidos por nuevos que éstos sean como el que está creando Andrés Manuel López Obrador (Morena), ni detrás de los sindicatos, tenemos que separarnos de nuestros enemigos.
RR, octubre-2012
La Reunión Pública convocada para el pasado 13 de octubre, destinada originalmente a discutir sobre la pugnas al interior de la burguesía luego del proceso electoral, cambió al tema de la reforma laboral, dado que representa la magnificación de los ataques en contra de los trabajadores.
La primera cuestión que la CCI y los participantes abordamos fue la dimensión histórica de los ataques contenidos en la Reforma Laboral: habrá trabajos por hora, contratos de prueba sin obligaciones de prestaciones sociales, los despidos se abaratan para los patrones, se podrán bajar los salarios dependiendo de las “necesidades del mercado”… sabemos que estos ataques no son nuevos, hoy conocen una agudización dramática pero tienen ya su historia, desde que la crisis capitalista se abre en toda su dimensión, es decir en los años 70, los golpes a los salarios y a las pensiones se vuelve una constante en todos los países, la caída brutal del poder adquisitivo de los salarios es la regla en todo el mundo, amén del desempleo y el no futuro para las nuevas generaciones que jóvenes que ni siquiera tienen el “privilegio de ser explotado”. Estos ataques se inscriben plenamente en el marco de una agudización brutal de la crisis mundial del capitalismo, la peor crisis de su historia, tan grave que los “especialistas” vaticinan 10 años más de crisis. Si el capital quiere ser más competitivo en el mercado mundial y aumentar sus ganancias y hacer frente a la debacle económica debe, invariable e inevitablemente atacar las condiciones de vida de sus explotados, se pone así de manifiesto de manera cruda lo que el capitalismo representa para los asalariados.
El asunto de los dimes y diretes de las Cámaras de diputados y senadores son escaramuzas para hacernos creer que hay “divergencias” y que hay incluso una fracción de la izquierda que estaría de parte de los trabajadores, todo ese montaje no es una inocentada, el Estado lo orquesta para hacernos creer que esto de la Reforma es un “asunto mexicano”, “local” y que estaría desconectado del mundo… ¡falso! La reforma laboral que está por aprobarse es parte del conjunto de ataques que el capital propina a los explotados por todo el mundo, no es la imposición solo de un partido o de un gobernante, es una ataque del capital. Su contenido es parte de reformas que ya están en marcha en otros países desde hace tiempo. Lo que la burguesía intenta ocultarnos es que somos una misma clase a nivel mundial y que sufrimos todos la misma inclemencia de los ataques a nuestras condiciones de vida. Por ello, la discusión insistió en el carácter mundial de los ataques y en la necesidad de concebir una respuesta no local sino mundial que se vaya poco a poco articulando.
El otro aspecto que la discusión destacó es que la Reforma Laboral no es el inicio de los ataques ni tampoco es el fin. De hecho, muchos de los aspectos contenidos en la Reforma están ya en práctica desde hace tiempo. Para nadie es una novedad el “outsourcing” (subcontratación) en Pemex, Telmex y numerosas empresas privadas, todas han delegado a otras empresas servicios y trabajos y así se ahorran las responsabilidades en la prestaciones sociales (cuando los beneficios sociales y las prestaciones retroceden, entonces los capitalistas aumentan su cuota de beneficio), no hay antigüedad en las empresas y los “patrones se diversifican” ocultando a los trabajadores el enemigo común. Desde la reforma al IMSS, después con la ley del ISSSTE y ahora con la reforma laboral lo que busca es ajustar los mecanismos para incrementar la explotación. Por tanto, una de las conclusiones de la discusión fue reconocer que la Reforma Laboral no es el inicio ni el fin de la degradación de nuestras condiciones de vida y de nuestras familias.
Para enfrentar semejantes ataques, los asistentes insistieron en la responsabilidad de un proletariado cuya fuerza social aún no se percibe, por ello no es casual que jóvenes busquen respuestas en las “asociaciones civiles o en las ONG” (pregunta sincera de un joven asistente). Varias intervenciones han insistido en que “la sociedad civil no existe”, existe la sociedad dividida en clases sociales donde la nación no es sino una falsa comunidad donde explotados y explotadores no tiene los mismos intereses, por mucho que los discursos de los políticos nos restrieguen el “bien común” y los “intereses nacionales”. Ante las dificultades de la clase obrera que enfrenta un terreno copado por sindicatos y partidos políticos es fundamental el papel de las minorías, de todos aquellos individuos que tienen la voluntad de ayudar en esta tarea de hacer avanzar los intereses de la clase obrera, su tarea inmediata es agruparse para discutir, para clarificar, para sacar las lecciones y, en su momento, intervenir abiertamente en las manifestaciones, asambleas, mítines, etc.
Interesante ha sido el ambiente fraterno de debate donde todos pudieron intervenir sin temor a ser humillado o a preguntar. Un ambiente ausente de la tensión típica que acompaña esos “debates” donde unos intentan imponer un punto de vista a otros. Flotó en las preocupaciones finales un deseo de seguir discutiendo, de seguir clarificado y creando un pensamiento colectivo. Solo unidos podremos abrir una brecha en esta sociedad podrida que conduzca a cuestionar y superar este ya infame sistema de explotación.
Revolución Mundial, 16-10-12
Todo parece a priori favorable para una explosión sin precedentes de la ira de la clase obrera. La crisis es evidente, a ella nadie escapa. Muy pocos creen todavía en la "salida de la crisis" la cual nos restriegan en las orejas todos los días. El planeta nos exhibe diariamente un espectáculo de devastación: guerras y barbarie, insoportables hambrunas, epidemias, sin mencionar la manipulación irresponsable de los aprendices de brujo delirantes a los que se entregan los capitalistas para tratar la naturaleza, la vida y nuestra salud, en nombre de la ganancia.
Frente a todo esto, es difícil imaginar que otro sentimiento que no sea el de la revuelta y la indignación pudieran ocupar las mentes.Es difícil pensar que una mayoría de trabajadores todavía creen en un futuro bajo el capitalismo. Y sin embargo, las masas no han tomado aún totalmente el camino de la lucha. Nos preguntamos entonces, ¿la aplanadora de la crisis es demasiado potente como para que la desmoralización sea insuperable?
No cabe duda que la clase trabajadora está experimentando dificultades significativas. Hay al menos cuatro razones para ello:
La primera, de lejos la más importante, es simplemente que el proletariado no es consciente de sí mismo, perdió su propia identidad de clase. Tras la caída del muro de Berlín, toda una campaña se desató en la década de 1990 para intentar convencernos de la quiebra histórica del comunismo. Los más atrevidos - y más tontos - anunciaron incluso "el fin de la historia", el triunfo de la paz y la 'democracia'... Igualando el comunismo al cadáver monstruoso del estalinismo podrido, la clase dominante ha intentado desacreditar por adelantado cualquier perspectiva de la clase obrera para derrocar el sistema capitalista. No contento con tratar de destruir cualquier idea de una perspectiva revolucionaria, también intentó hacer del combate del proletariado una especie de arcaísmo adecuado solo para preservarlo como 'memoria cultural' en el museo de la historia, al igual que los fósiles de dinosaurios o la cueva de Lascaux.
Sobre todo, la burguesía no ha dejado de insistir en el hecho de que la clase obrera en su forma clásica había desaparecido de la escena política. Todos los sociólogos, periodistas, políticos y filósofos de domingo machacan la idea de que han desaparecido las clases sociales, derretidas en el magma informe de la "clase media". Es el sueño permanente de la burguesía de una sociedad donde los proletarios serían simples 'ciudadanos', separados en categorías socio profesionales más o menos diferenciadas pero sobre todo bien divididos, - en los de blanco, los de azul, empleados, precarios, desempleados, etc.,- con intereses divergentes, que "no se unen" sino temporalmente, aislados y pasivos, en las urnas electorales. Y es cierto que el revuelo sobre la desaparición de la clase obrera, concienzudamente repetida en reportajes, libros, programas de televisión... tuvo como resultado que muchos trabajadores no se conciben por ahora como una parte de la clase obrera y aún menos como una clase social independiente.
De esta pérdida de identidad de clase se desprende, en segundo lugar, las dificultades del proletariado para afirmar su lucha y su perspectiva histórica. En un contexto así la burguesía no tiene ninguna perspectiva que ofrecer que no sea la austeridad, el cada uno para sí, el aislamiento y el sálvese quien pueda. La clase dominante utiliza esos sentimientos para poner a unos explotados contra los otros, para dividirlos y así evitar cualquier respuesta unida y situarnos en la desesperación.
El tercer factor, como consecuencia de los dos primeros, es que la brutalidad de la crisis tiende a paralizar a muchos proletarios, por temor a caer en la pobreza absoluta, incapaces de alimentar a su familia y terminar en la calle, aislados y expuestos a la represión. Incluso si algunos son empujados a mostrar su enojo, como los “indignados”, no se conciben como una verdadera clase en lucha. Esto, a pesar de los esfuerzos y los movimientos de carácter a veces relativamente masivos, limita la capacidad de resistir a los engaños y las trampas establecidas por la clase dominante para reapropiarse de las experiencias de la historia, para sacar las lecciones con el retroceso y la profundidad necesarias.
Finalmente, existe un cuarto elemento importante para explicar las dificultades actuales de la clase obrera para desarrollar su lucha contra el sistema: es el arsenal de encuadramiento de la burguesía, abiertamente represivo, como las fuerzas de policía, o especialmente más insidiosos y mucho más eficaces, como los sindicatos. Sobre este último aspecto, en particular, la clase obrera aún no logra superar sus miedos para luchar fuera del control sindical, incluso si los que aún tienen ilusiones acerca de la capacidad de los sindicatos para defender nuestros intereses son cada vez menos numerosos. Y este encuadramiento físico tiene su contraparte en un control ideológico más o menos manejado por los sindicatos, medios de comunicación, intelectuales y partidos de izquierda, etc. La burguesía hace esto sin encontrar mucha resistencia.
Ideología democrática. Cualquier acontecimiento es utilizado para ensalzar los beneficios de la democracia. La democracia es presentada como un marco donde se desarrollan todas las libertades, donde se expresan todas las opiniones, donde el poder es legitimado por el pueblo, donde se fomentan iniciativas, donde todo el mundo puede acceder al conocimientos, a la cultura, la salud y, por qué no, al poder. En realidad, la democracia ofrece solo un marco nacional para el desarrollo del poder de las elites, del poder de la burguesía, el resto es solo una ilusión, la ilusión de que pasando por una urna de votación se ejercería un cierto poder, que en las cámaras de diputados y senadores se expresarían las opiniones de la población a través del voto de los 'representantes'. No hay que subestimar el peso de esta ideología sobre la conciencia de la clase trabajadora, tampoco hay que olvidar el enorme shock que provocó el colapso del estalinismo en la década de 1980 y 1990. A todo este arsenal ideológico hay que agregar la ideología religiosa. Esto no es nuevo si consideramos que ésta acompañó a la humanidad desde sus primeros pasos en la necesidad de comprender su entorno. No es nuevo tampoco si recordamos que siempre ha legitimado todo tipo de poderes a lo largo de la historia. Pero lo que hoy aparece como original es que se ha añadido este tema a las reflexiones de una parte de la clase obrera frente a un capitalismo destructivo y en quiebra. La religión desvía esta reflexión explicando la "decadencia" del mundo occidental por su alejamiento de los valores portados por la religión desde hace miles de años, en particular las religiones monoteístas. La ideología religiosa reduce a nada la extrema complejidad de la situación. Solo trae respuestas simples, fácil de implementar. En sus formas fundamentalistas, convence solo a una pequeña minoría de los trabajadores, pero de manera más general, contribuye a parasitar la reflexión de la clase obrera.
Este panorama es un poco desalentador: frente a una burguesía que domina con sus armas ideológicas, frente a un sistema que amenaza con la miseria a la mayor parte de la población mundial, cuando no es que ya están sumergidas en ella directamente, ¿hay lugar todavía para desarrollar un pensamiento positivo, para albergar una esperanza? ¿Hay realmente todavía una fuerza social capaz de realizar una obra tan inmensa como la transformación radical de la sociedad? A esta pregunta hay que contestar sin dudarlo: ¡sí! ¡Cientos de veces sí! No es una fe ciega en la clase trabajadora, una fe casi religiosa en los escritos de Marx, o un deseo desesperado por una revolución perdida de antemano. Se trata de tomar distancia para tener un análisis sereno de la situación más allá de los retos inmediatos, tratar de comprender lo que significan realmente las luchas de la clase trabajadora en la escena social y estudiar en profundidad el papel histórico del proletariado.
En nuestra prensa hemos analizado ya que, desde el 2003, la clase obrera está en una dinámica positiva en comparación con el retroceso que sufrió con el colapso de los países del este. Muchas manifestaciones de este análisis se encuentran en luchas más o menos importantes pero que tienen todas como característica el mostrar la reapropiación progresiva por la clase de sus reflejos históricos como la solidaridad, la reflexión colectiva y más simplemente, el entusiasmo ante la adversidad.
Pudimos ver estos elementos de forma concreta en las luchas contra las reformas de pensiones en Francia en 2003 y 2010-2011, en la lucha contra el CPE, también en Francia en 2006, de forma menos extendida en Gran Bretaña (en el aeropuerto de Heathrow, refinerías de Lindsay), en los Estados Unidos (Metro de la ciudad de Nueva York), en España (Vigo), en Egipto, en Dubái, en China, etc. Los movimientos de indignados y Occupay, sobre todo, reflejan una expresión mucho más general y ambiciosa que lucha que se desarrolla dentro de una empresa, por ejemplo. ¿Qué hemos visto particularmente en los movimientos de los Indignos? Trabajadores de todas las profesiones, desde precarios a empleados, simplemente vinieron para vivir una experiencia colectiva y esperan de ella una mejor comprensión de los retos del periodo. Hemos visto personas entusiasmarse con la sola idea de volver a discutir libremente con otros. Hemos visto personas discutir experiencias alternativas y plantear sus fortalezas y limitaciones. Hemos visto personas que se niegan a ser impasibles víctimas de una crisis que no han causado y se niegan a pagar. Hemos visto personas implementar las Asambleas espontáneas, adoptando formas de expresión que favorecen la reflexión y la confrontación, limitando la interrupción y el sabotaje de los debates. Por último y lo más importante, el movimiento de los Indignados permitió el surgimiento de un sentimiento internacionalista, la comprensión que, en todas partes del mundo, estamos experimentando la misma crisis y que debemos luchar contra ella más allá de las fronteras.
Por supuesto, poco o casi nada se ha oído hablar explícitamente de comunismo, de revolución proletaria, de clase trabajadora y burguesía, guerra civil, etc. Pero lo que han mostrado estos movimientos es, sobre todo, la creatividad excepcional de la clase obrera, su capacidad para organizarse, debido a su carácter inalienable de fuerza social independiente. La reapropiación consciente de estas características es todavía una meta en un camino largo y tortuoso, pero que sin lugar a dudas está ya en marcha. Es, necesariamente, un proceso que se acompaña de decantación, de reflujos, de desalientos parciales. Esto sin embargo, alimenta la reflexión de las minorías que están en la vanguardia de la lucha de la clase trabajadora a nivel mundial, y cuyo desarrollo es visible y cuantificable, desde hace varios años.
Este es un proceso sano que contribuye a la clarificación de los retos que enfrenta la clase obrera hoy.
Finalmente, aunque las dificultades de la clase trabajadora son enormes, nada de la situación nos hace decir que los retos están ya decididos, que la clase obrera no tendrá la fuerza para desarrollar luchas masivas y después revolucionarias. Por el contrario, se multiplican las expresiones vivas de la clase y estudiando lo que tienen en realidad, no en apariencia, donde solo su fragilidad es obvia, sino en su profundidad, entonces aparece el potencial, la promesa de futuro que contienen. Su carácter minoritario, disperso y esporádico nos recuerdan que las principales cualidades de los revolucionarios son la paciencia y su confianza en la clase obrera! Esta paciencia y esta confianza se basa en la comprensión de lo que históricamente es la clase obrera: primera clase explotada y revolucionaria que tiene por misión emancipar a toda la humanidad del yugo de la explotación. Esta es una visión materialista, histórica, de largo plazo; es esta visión lo que nos permitió escribir en 2003, cuando hacíamos el balance de nuestro XV congreso internacional:"Como dicen Marx y Engels, no se trata de considerar " lo que tal o cual proletario, incluso el proletariado en su conjunto, se imagina como meta en un momento dado. Solo importa lo que es y lo que históricamente está obligada a hacer conforme a su ser" (la Sagrada Familia). Una tal visión nos muestra principalmente que, ante los golpes muy fuertes de la crisis del capitalismo, que se traducen en ataques cada vez más feroces, la clase reacciona y reaccionará necesariamente mediante el desarrollo de su lucha. Este combate, en sus primeras etapas, se realizará en una serie de escaramuzas, que anunciarán un esfuerzo para ir a las luchas cada vez más masivas. Es en este proceso que la clase se verá de nuevo como una clase distinta, con sus propios intereses y tenderá a reencontrar su identidad, aspecto esencial que a su vez estimulará su lucha."
GD, 25 de octubre
Nos dicen que así pretenden dar respuesta al diluvio de ataques a las condiciones de vida de los trabajadores que ya nos está ahogando y que, indudablemente va a arreciar. Lo que queremos denunciar en este artículo es que estas movilizaciones están pensadas para impedir que surjan verdaderas movilizaciones; que en lugar de proporcionarnos determinación, unidad y conciencia, fomentan entre los trabajadores la pasividad y el seguidismo, la dispersión y la desconfianza, y nos inyectan dosis más y más tóxicas de dos de los peores venenos ideológicos burgueses: la mistificación democrática y el nacionalismo.
Asistimos a un auténtico sarpullido de “movilizaciones”. Para el 15S, la Cumbre Social (o sea CCOO, UGT y 200 plataformas más) convocó una concentración en Madrid bajo el lema “Hay que impedir que nos roben el país”. Para el 25 S, un enjambre de organizaciones que van desde agrupaciones de turbia trayectoria a formaciones más o menos clásicas de la Izquierda del capital (el PC o Izquierda Anticapitalista), incluyendo los restos degenerados del 15M, promueven un acto de “desobediencia civil” para protestar “contra el secuestro de la soberanía nacional perpetrado por los mercados”, dando vueltas en torno al Congreso de los Diputados para ver si, como la bíblica Jericó, caen las murallas del régimen monárquico. Por si acaso y para el día siguiente los sindicatos más exaltados (léase CGT y la CNT) convocan junto a los sindicatos nacionalistas (ELA, LAB, etc.), otra Huelga General en ciertas partes del Estado, etc., y en otras, una Jornada de Lucha.
Nos dicen que así pretenden dar respuesta al diluvio de ataques a las condiciones de vida de los trabajadores que ya nos está ahogando y que, indudablemente va a arreciar. Lo que queremos denunciar en este artículo es que estas movilizaciones están pensadas para impedir que surjan verdaderas movilizaciones; que en lugar de proporcionarnos determinación, unidad y conciencia, fomentan entre los trabajadores la pasividad y el seguidismo, la dispersión y la desconfianza, y nos inyectan dosis más y más tóxicas de dos de los peores venenos ideológicos burgueses: la mistificación democrática y el nacionalismo.
A lo largo de los últimos meses hemos visto a CCOO y UGT sabotear la respuesta obrera () a los despidos, rebajas de salarios y recortes mediante la combinación de la dispersión de la combatividad hacia focos de conflicto cada vez más pequeños (atando a los trabajadores a la defensa de “su” sector, o de “su” centro de trabajo), y, junto a ellos momentos de aparente unidad obrera, eso sí siempre a toque de corneta sindical, y presentando como cemento de dicha “unidad”, lemas como la “defensa de lo público”, es decir de una gestión estatal de la explotación capitalista.
Lo que hemos visto el 15 de septiembre ha sido la enésima nauseabunda demostración de este pastoreo sindical, en la que los trabajadores son tratados como seres pasivos que se movilizan cuándo, cómo y dónde deciden los sindicatos. En la movilización “unitaria” de Madrid a la fragmentación habitual por regiones de procedencia cada uno detrás de su bandera “nacional”, se ha sumado en esta ocasión una división por sectores que se ha puesto penosamente de moda en los últimos meses: las llamadas “mareas” que consisten en que los trabajadores desfilan, encasillados y “marcados” con camisetas de un color característico de cada sector o de cada reivindicación: los de la camiseta verde protestan contra los recortes en la educación, los de la marea blanca por los de la sanidad,… y así hasta siete camisetas distintas. El mensaje subliminal que se induce a través de esta “clasificación” es que lo común entre los trabajadores (del país, de la condición o del sector que sea) no es que todos somos explotados por este sistema, sino la supuesta defensa del buen funcionamiento de las instituciones de este mismo sistema, y sobre todo de dos de ellas: la patria y el Estado democrático. De lo primero da prueba el mismo lema de la manifestación: “Hay que impedir que nos roben el país” ().
De lo segundo habla que el objetivo de dicha movilización “unitaria” fuese forzar al gobierno a que convoque un referéndum para aprobar las medidas de ajuste, `puesto que estas no habrían figurado en el programa electoral del Partido Popular que ganó las últimas elecciones. El cinismo que subyace detrás de esta consigna es indignante, pues su apariencia ingenua y bienintencionada, esconde una defensa acérrima del propio mecanismo de fraude que suponen las elecciones. ¡Como si el gobierno ZP no hubiera “traicionado” su programa electoral de “pleno empleo”! ¡Cómo si Obama u Holande no hubieran defraudado en pocos meses las “esperanzas” que nos llamaron a depositar en ellos como gobernantes más “cercanos al pueblo”! Cada vez más compañeros ven las promesas electorales como una estrategia fraudulenta de marketing político. Cada vez más trabajadores y jóvenes empiezan a vislumbrar que el Estado democrático no es más que la pantalla tras la que se esconde la brutal Dictadura del Capital, y que las exigencias de éste no van a someterse al albur de la opinión de sus víctimas. O ¿acaso es que CCOO y UGT “olvidaron” convocar un referéndum para que aprobáramos el retraso de la edad de jubilación hasta los 67 años, o los sucesivos pactos de rentas con los que a lo largo de los últimos año – el último el pasado 25 de enero– se ha ido jalonando la pérdida del poder adquisitivo de nuestros salarios. Sus discursos contra los sacrificios del pueblo son pura demagogia. Lo que cuenta, como señaló el propio Toxo (secretario general de sindicato Comisiones Obreras) es que “es mejor tener a la ciudadanía votando en las urnas que acampando en calles y plazas” ().
Aludía Toxo, sin duda a las movilizaciones masivas que tuvieron lugar en 2011 tanto en España con los Indignados, como con los sucesivos episodios de “Ocupy” que tuvieron lugar en USA, Gran Bretaña… (), y que pusieron de manifiesto que en las filas de los explotados y oprimidos va creciendo el desapego respecto al parlamentarismo, los partidos políticos del Estado capitalista democrático, y sin duda también a los sindicatos. Es evidente que esa desafección preocupa y mucho a la clase dirigente, no como amenaza inmediata, pero sí como un potencial que se va a ir nutriendo del ahondamiento de la crisis sistémica del capitalismo, pero también de la reflexión, creciente entre los explotados, en búsqueda de una nueva forma de sociedad. Los explotadores saben también que no pueden hacer nada para impedir lo primero, pero sí parea entorpecer lo segundo. Para ello “nacen” sucesivas tentativas de “renovación de la Izquierda” (), y se convocan movilizaciones presentadas como verdaderas “alternativas de lucha”. El 25S se ha vendido como una de éstas pero estamos ante otra propuesta fraudulenta.
Como en las “movilizaciones” sindicales, los convocantes del 25S saben que este tipo de concentraciones cumple su función de acentuar la desmoralización y la desconfianza en nosotros mismos si se convocan no cuando hay un “crescendo” de la combatividad, sino en el momento en que cunden el cansancio y la desorientación sobre cómo luchar… Los convocantes del 25S pudieron comprobar que las movilizaciones del 12-15M de este año (para conmemorar el aniversario del movimiento del 2011) se saldaron con una decreciente participación, que a la manifestación que convocaron hace un par de semanas contra la visita de Merkel a España apenas acudieron mil personas, y que incluso la macro-manifestación del 15S, convocada por centenares de plataformas apenas reunió a 100 mil personas. En este contexto, lanzan, sin embargo, un órdago aparentemente más radical como es desafiar al Congreso de los Diputados, el símbolo de la democracia parlamentaria. Hay que decir de entrada que ese reto tiene más de “farol” que de envite serio, como ha demostrado la posterior “desescalada” de intenciones: primero se trataba de ocupar el Congreso, luego de rodearlo de forma simbólica y pacífica, respetando a los diputados. Primero se trataba de hacer caer al Gobierno, luego resulta que las manifestaciones se detendrán escrupulosamente ante las barreras policiales. Resulta, precisamente, muy significativo la forma en que la Policía y los convocantes de esta movilización se han aprovechado mutuamente. Aquéllos han inflado el fantasma de la ocupación del Congreso para justificar el incremento del arsenal represivo –detenciones e identificaciones masivas en las manifestaciones, despliegue de 2000 antidisturbios, policías, infiltrados, creación de un clima de terror por la acción de “oscuros” grupos y puesta en marcha de una web para facilitar delaciones anónimas… Y los convocantes del 25S se escudan en el hostigamiento policial que reciben para aureolarse como “revolucionarios”, y sobre todo para justificar la ausencia de asambleas y de debates masivos, la sustitución de la convocatorias decididas abierta y masivamente en éstas por un laberinto confuso de convocatorias, objetivos, etc., recreando una ambientación “clandestina” que puede resultar muy “revival” (¡como cuando Franco!), pero que en realidad transforma a los participantes en peones que siguen ciegamente a los “convocantes”, lo que además les desarma frente a la represión ().
Esa misma convergencia de fondo entre las “cansinas” movilizaciones sindicales y las más efervescentes como la del 25S queda también patente en la ideología que las recubre. No hay menos mistificación democrática o nacionalismo sino fórmulas, solo aparentemente, más radicales de esos mismos engaños, tales como la Reforma de la Ley electoral tan deseada por los DRY, o una nueva Asamblea Constituyente como reivindica con tanta fruición un ala más “radical” de los convocantes del 25S. Lo cierto es que con más o menos partidos representados en el Parlamento, siendo estos más grandes o más pequeños, con un régimen monárquico o uno republicano, la Dictadura del capital seguirá ejerciendo su brutal opresión contra las necesidades de los seres humanos, y lo hará con menor oposición si los explotados creen que comparten con los explotadores una comunidad de intereses que sería su nacionalidad, su patria. Por ello resultan especialmente indignantes quienes se proclaman anticapitalistas y, al mismo tiempo, defensores de la patria (poco importa que ésta sea la española, la catalana o la vasca...) (). Esta ideología es la reedición de la patraña del “socialismo en un solo país” que justificó la contrarrevolución estalinista en el siglo pasado, y que es hoy la mercancía ideológica que utilizan los Castro, Hugo Chávez. Morales, etc. para imponer la austeridad draconiana de la población de sus respectivas “patrias socialistas”.
Por supuesto que no metemos a todos los participantes en el 15S o el 25 y 26S en el mismo saco. Hemos de saber distinguir de quién trata de expresar toda su indignación contra la miseria y el sistema capitalista de quién quiere convencerle de que esa miserias es evitable con otro tipo de Estado capitalista: Hemos de discernir a los compañeros que salen a la calle buscando la solidaridad y la unidad de quien trata de persuadirles de que eso se conseguirá a través del “nuevo Estado catalán”, o defendiendo la soberanía nacional frente a la “troika”… Esa distinción es una condición ineludible de la lucha contra el capitalismo, y de una verdadera revolución y cambio social. Esa separación de los dos campos de la lucha de clases no podrá hacerse atrapados en el activismo de “acudir a todo” porque “algo hay que hacer”, sino a través de una reflexión paciente, de una clarificación y superación colectiva de nuestras propias debilidades e ilusiones en falsas alternativas. Es pues mucho lo que hay que hacer.
Dámaso, 25 de Septiembre
El día 1° de diciembre, mientras Peña Nieto se investía como el nuevo presidente de México, en las calles se desarrollaban manifestaciones de repudio a su arribo.
La pesada campaña electoral de la burguesía logró que amplias masas de explotados alimentaran sus esperanzas en que los partidos de la burguesía, la democracia y las elecciones podrían ser instrumentos verdaderos para enfrentar las desgracias que impone el capitalismo. Esa confusión que impide ver el fondo el problema y enfocar al capitalismo como el verdadero enemigo, también crea una desesperanza que al extenderse alimenta un ambiente de impotencia que se convierte en caldo de cultivo del accionar desesperado y abre las puertas a la provocación.
Es cierto que el descontento y el hartazgo ante el accionar de los gobiernos continúan y siguen creciendo pero de una manera que no favorecen (por lo menos en lo inmediato) a una toma de conciencia y al impulso de la unidad.
Ese enojo referido estuvo presente en las manifestaciones de repudio a Peña Nieto del 1o de diciembre, pero si por un lado se sigue cargando la idea de que la fuerza social se encuentra en la expresión en tanto “ciudadanos”, por otro lado ese mismo coraje se expresa en acciones ciegas y desesperadas que aunque se pretenden radicales no expresan sino voluntarismo, propio de clases sin perspectiva histórica. Pero ni una ni la otra forma de expresión conduce a que el descontento se transforme en una combatividad y una conciencia que permita impulsar la unidad; por el contrario, en tanto ambos fenómenos son producto de la pérdida de identidad política y la infiltración de ideologías ajenas al proletariado profundizan la confusión, la impotencia y la desunión. Por ello es el mismo capital quien permite e incluso, en no pocas veces, fomentan ambas formas de manifestación.
En ese escenario, las manifestaciones del 1° de diciembre expresan un verdadero descontento y un repudio abierto a la política que se anuncia de mayores golpes a las condiciones de vida de los explotados, pero no encuentra los caminos adecuados. La burguesía supo aprovechar esa confusión de forma que las fuerzas policiales del nuevo gobierno federal en unión con las del gobierno de izquierda del DF se distribuyen las tareas para montar una provocación.
Trabajan en una actuación coordinada: primero, una de estas fuerzas prepara un escenario intimidatorio desde una semana antes, de forma que levantan cercas metálicas, cierran avenidas y estaciones del metro, luego, desde ambas escuadras, aprovechando el accionar de confusión de las manifestaciones, arrecian sus respuestas de “contención” mediante el uso masivo de gas pimienta y balas de goma, causando heridos, indignación y miedo que aprovechan para cerrar el cerco y detener de forma indiscriminada a manifestantes (e incluso simples transeúntes). Dentro de esa confusión no dejan de tener presencia importante grupos de provocadores vestidos de civil y armados de cadenas (cómo lo han evidenciado las fotos difundidas a través de las redes sociales), que se dedicaron no solo a ubicar y fichar a manifestantes, sino además a azuzar a romper vidrios.
De manera que el 1o de diciembre lo que se vivió en el DF fue una trampa muy bien planeada por la burguesía y que fue posible por la confusión y la desesperanza que antes preparó con la campaña electoral. Una artimaña que buscaba no solo desprestigiar las protestas juveniles que continúan rechazando al presidente electo (por muy confusas que sean) sino, sobre todo, enviar el mensaje intimidatorio al conjunto de los trabajadores en el sentido de advertirle que vienen ataques más salvajes a sus condiciones de trabajo y de vida en general y que no les conviene movilizarse pues les irá muy mal con el aparato represivo que exhibieron sobremanera el gobierno federal y el gobierno del Distrito Federal, mostrando una vez más que solo se diferencian por el color y la verborrea de los partidos pero son uña y carne para defender los intereses del capital. Efectivamente, no se debe a que el PRI regresó al poder federal sino que todos los partidos, como siempre, actúan en santa cruzada para mejorar la gobernabilidad que conviene a los negocios capitalistas.
Los enfrentamientos y los destrozos que se sucedieron como respuesta al retorno del PRI al gobierno, pudieron ganar las primeras planas de los diarios, la atención de los voceros del capital y desnudaron sin duda la actitud bestial de los gobiernos tanto del PRI como del PRD, pero ¿en qué medida permitió un avance en la toma de conciencia?, ¿qué papel juegan los explotados y en particular la clase obrera en este tipo de expresiones?, ¿qué diferencia existe en la convocatoria a seguir a un mesías como López Obrador y la de seguir a una minoría lanzando piedras y cocteles molotov?
El descontento que se vive por la miseria que impone el capital y el coraje ante el accionar depredador de los gobiernos, requiere de respuestas masivas y conscientes, en donde los explotados y oprimidos no sean solo peones ciegos o víctimas de la represión, sino sujetos activos capaces de tomar en manos su propio combate y definir sus objetivos.
La única clase que puede transformar el mundo que el capital está destruyendo aceleradamente, sostenido sobre la explotación y miseria de millones, es el proletariado. Pero esta clase se ve sometida a un constante bombardeo ideológico que busca evitar que consolide las grandes armas con que cuenta, a saber: su conciencia y su organización. Para evitarlo la burguesía intenta domesticarla, sometiéndola a la condición de ciudadano, esperanzado en el voto y las instituciones, al igual que otras clases, como la pequeña burguesía, oprimida también por la clase dominante, pero no tiene perspectiva del futuro, que al convivir en el escenario social con el proletariado, contagia su desesperación, de manera que alimenta la desconfianza en las capacidades de los proletarios y alienta a respuestas ciegas, desesperadas, que no solamente no ayudan en nada en el proceso de toma de conciencia y de fortalecimiento de la lucha contra el capital, sino se vuelve un medio atractivo para colar provocaciones.
Por eso la infiltración de la ideología burguesa o pequeñoburguesa en las filas de los proletarios, es un problema que requiere enfrentarse, son un peligro que requiere tenerse en consideración y reflexionarlo de forma abierta.
El resultado de las redadas del 1° de diciembre no solo tuvo como resultado la captura de poco más de una centena de personas a las que se les inventaron delitos, se les torturó y vejó, además se ha lanzado una campaña en contra de anarquistas y cualquiera que no se encuadre en los lineamientos de su democracia, buscando con ello profundizar la confusión.
Ante las agresiones a las condiciones de vida de los trabajadores, como ya lo están haciendo con la “reforma laboral”, la amenaza de incremento de impuestos y el aumento de precios y la amenaza de la represión, el único camino que tienen los explotados es la lucha, pero no yendo detrás de las ilusiones que los partidos de izquierda de la burguesía (léase PRD, PT, Morena…), ni llevando acciones desesperadas promovidas por grupos corroídos por la ideología pequeñoburguesa. El verdadero combate proletario requiere de expresiones masivas y conscientes, que permitan el debate y la reflexión abierta.
No pretendemos defender al pacifismo o al legalismo, por el contrario, el marxismo al analizar de forma materialista la historia, puede comprender que el proletariado es la única clase revolucionaria capaz de destruir al sistema capitalista y para lograrlo tendrá que hacer uso de la violencia, pero ésta no es ciega y producto de la desesperación, sino es una violencia consciente y masiva. Y la conciencia proletaria no brota como imitación o efecto de las acciones individualistas por más que se presuman "heroicas", proviene de la reflexión y la comprensión de su condición de explotado y de la comprensión de que su fuerza se encuentra en su organización, su unidad y su conciencia y que además posee métodos de lucha propios muy contrarios a las acciones que vimos en las protestas pasadas.
RM, 5 de diciembre 2012
El compañero Graccus ha colgado un comentario que contiene un enlace a una Web donde se plantea la cuestión del cálculo económico en el comunismo:
https://icorsoc.blogspot.com.es/2012/07/debate-sobre-el-calculo-economico-en-el.html [305]
En esta Web hay un justo punto de partida: “Previamente debemos realizar una serie de consideraciones: la confusión y mistificación históricas en torno al término "socialismo". Evidentemente no consideramos tal las sociedades de Capitalismo de Estado (Colectivismo de Estado según otros, en todo caso sociedad de explotación) que de este se reivindicaban (URSS, Países del Este, China...)”.
Cualquier discusión sobre la sociedad futura debe tener como premisa que en la URSS, China, Cuba o Corea del Norte, jamás ha habido comunismo ni nada que se le parezca, lo que impera en esos países –o en la URSS hasta su derrumbe– es una forma particular de la tendencia general al capitalismo de Estado.
El compañero señala que “la realización de la sociedad socialista-comunista supone la superación de la explotación y de la ley del valor; es decir del sistema de trabajo asalariado, con la consecuente abolición no ya del mercado sino también del dinero y la adquisición de los bienes en función de su valor de uso”.
Estamos igualmente de acuerdo. La sociedad comunista es una sociedad sin Estado, sin explotación y sin fronteras, se basa en la comunidad humana mundial, es decir, la humanidad unificada que ha abolido en su seno la división en clases sociales. La producción es concebida a escala mundial y no bajo las leyes de la competencia entre naciones o entre empresas; su meta es la satisfacción plena de las necesidades humanas y el pleno desarrollo natural. Es decir, se orienta a la producción de valores de uso y no de valores de cambio (mercancías).
El compañero subraya que “la economía socialista plenamente desarrollada (no se trata de la vuelta a un comunismo primitivo) debe partir del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas aportado por el capitalismo. Por ello, lo que es una “asociación de productores libres” no puede evitar los cálculos relativos a problemas tales como las necesidades, las fuerzas productivas disponibles, la correcta asignación de recursos”. Esto es globalmente cierto, como lo es igualmente que “la economía socialista no puede prescindir de la planificación y el cálculo, aún superando toda explotación y toda atadura burocráticas. Y si partimos de que el socialismo solo puede ser una sociedad establecida a nivel mundial la complejidad de la red de producción se ve incrementada.”
El compañero se plantea este debate sobre el cálculo económico en el socialismo con el siguiente objetivo: “Este debate de absoluta necesidad como punto de partida de cualquier movimiento que pretenda transformar realmente la sociedad (por supuesto a mejor, pues la opción contraria no es descartable por desgracia). Pues sin un constante reciclaje teórico y un aprendizaje de la realidad objetiva no es posible una teoría revolucionaria y sin teoría revolucionaria no hay revolución. Es este tremendo déficit teórico el que permite actualmente a las clases dominantes aplicar brutales medidas a pesar de las movilizaciones de masas, que sin descartar sus méritos (15-M, luchas en Grecia, Ocuppy Wall Street) no son suficientes siquiera para hacer retroceder levemente la determinación de los “peces gordos”.”
Coincidimos plenamente con el compañero en la necesidad de darse una sólida base programática y una cultura de debate, compartimos su interés por la teoría y por los desarrollos científicos y coincidimos en que ambas son vitales para una progresión real de las luchas proletarias hacia una perspectiva revolucionaria.
Ahora bien, el compañero propone comenzar una primera aproximación al debate a partir del siguiente texto de Wikipedia:
(https://es.wikipedia.org/wiki/Debate_sobre_el_c%C3%A1lculo_econ%C3%B3mico_en_el_socialismo [306] )
Desgraciadamente este texto no aporta la más mínima claridad sino todo lo contrario: sus tesis y cálculos se basan en el capitalismo de Estado identificado como “socialismo”. Como ilustración veamos dos pasajes:
El texto de Wikipedia señala como referente a Oskar Lange, un economista estalinista, por lo que está más que justificada la respuesta que el compañero Comunero hace en otro comentario (https://es.internationalism.org/node/3501#comment-1828 [307] ):
“Me gustaría hacer una puntualización sobre el artículo al que enlazas: cuando Lange habla de socialismo, se está refiriendo a capitalismo de Estado (no hay más que leer que pone de ejemplo de la superioridad del socialismo frente al capitalismo los “logros” de la URSS de los años 30), y así lo da a entender en cada una de las descripciones que hace de su “socialismo”, y cuando cita a Kautsky hablando de la imposibilidad de llegar a la segunda fase del comunismo.
Lange usa un tipo de análisis que no tiene en cuenta el proceso de producción, y rechaza expresamente el que el análisis marxista lo haga, así como la existencia de la ley del valor-trabajo.
En definitiva, creo que la palabrería de ese tipo de “economistas” debería dejarse de lado en una discusión de este género, máxime cuando tales "economistas" no reconocen la existencia de clases ni sus implicaciones políticas”.
A nuestro juicio, el debate debería conducirse fuera de un terreno volcado en el cálculo económico de la reproducción del capitalismo (eso sin entrar en la validez científica en muchos casos discutible de sus teorías).
¿En la sociedad comunista se necesitará un cálculo económico? Es evidente que la humanidad recurrirá a métodos científicos de planificación, organización y distribución de la producción. ¿Cuáles serán esos métodos? ¿En qué unidades de medida estarán basados?
Sugerimos analizar críticamente una aportación de los Comunistas de los Consejos holandeses, concretamente del GIK –Grupo de Comunistas Internacionales. Este escribió en 1930 la obra Principios fundamentales de la producción y la distribución comunista ([1]) conocidos como “Grund-prinzipien” donde se defiende que la medida del tiempo de trabajo constituye la base del cálculo de la producción y de un reparto equitativo de los bienes de consumo.
Esta postura provocó un debate contradictorio en el que participaron Bilan –órgano de la Izquierda Comunista de Italia ([2])– e igualmente Pannekoek ([3]).
El estudio de este debate se recoge en nuestro libro La Izquierda Holandesa: contribución a una historia del movimiento revolucionario. Este libro solo está publicado en francés e inglés, por ello vamos a resumir dicho estudio exponiendo sucesivamente las posiciones del GIK, de Pannekoek y la nuestra ([4]).
El GIK parte de una visión economicista: “considerando que la lucha de clase del proletariado es esencialmente de naturaleza económica (…) La dominación del proletariado sobre las fuerzas productivas en la revolución es la cuestión primordial. La dictadura del proletariado, para el “consejismo”, es una dictadura económica antes que política” ([5]).
Para los “Grund-prinzipien” la causa de la derrota de la revolución en Rusia de 1917 es el descuido o subestimación del terreno económico: “Rusia ha intentado en lo concerniente a la industria edificar la vida económica según los principios comunistas y en ello ha fracasado completamente” ([6]).
Otras lecciones sacadas por la Izquierda Comunista de la Revolución Rusa son desestimadas por el GIK. La más importante, el fracaso de la extensión mundial de la revolución, es descartada de un plumazo: “ni la ausencia de revolución mundial ni la inadaptación de la empresa agrícola rural individual a la gestión estatal se les puede considerar responsables del fracaso de la revolución rusa en el dominio económico” ([7]). La misma subestimación se muestra ante el papel negativo del Estado que surge tras la revolución: “parece que no hubiera problema con la existencia de un Estado (o semi-Estado) en el periodo de transición hacia el comunismo. Su existencia misma, su caracterización (Estado “proletario” o “mal” que hereda el proletariado) no se plantea nunca. Estos problemas son prácticamente escamoteados” ([8]).
Para el GIK todo se reduce al control de la economía por parte del proletariado: “se trata sobre todo de que los productores controlen y repartan el producto social de forma igualitaria para cada uno de ellos y mediante una autoridad ejercida desde abajo (…) La solución según el GIK se halla en el cálculo del coste de producción medido en tiempo de trabajo de las empresas en relación a la cantidad de bienes sociales creados. Desde luego, según la productividad respectiva de las empresas, para un mismo producto las cantidades de trabajo necesarias para su fabricación son desiguales., Pero basta para resolver el problema en calcular el tiempo de trabajo social medio de producción para cada producto. La cantidad de trabajo de las empresas más productivas que superan la media social sería versada a un Fondo Común, éste se encargaría de colocar al nivel medio a las empresas menos productivas. Serviría simultáneamente para introducir el progreso tecnológico necesario para el desarrollo de la productividad de las empresas de una rama dada, de manera a disminuir el tiempo medio de producción” ([9]).
Este sistema según el GIK acabaría con el dominio de la ley del valor sobre la economía: “los productos no circularían según su valor de cambio, sometidos al patrón universal del dinero. Por otro lado, con la edificación de un centro contable y estadístico “neutro”, no separado de los consejos pero independiente de todo grupo de personas o de toda instancia de carácter central, la nueva sociedad escaparía al peligro de la formación de una burocracia parásita que se apropiaría de una parte del producto social” ([10]).
Pannekoek, vinculado como el GIK al Comunismo de los Consejos, compartía con éste una misma visión economicista, pues para él “la tradición significa dominación de la economía por la política. Lo que los obreros tienen que llevar adelante es la dominación de la política por la economía” ([11]). Sin embargo, no compartía completamente las tesis de los Grund-prinzipien y de hecho rechazó escribir un prólogo a la publicación de dicho libro. Años más tarde, en 1946, en su obra Los Consejos Obreros intenta definir su posición.
Esta comparte con el GIK la tendencia a verlo todo reducido a su aspecto económico: “en el nuevo sistema de producción, el dato fundamental es el número de horas de trabajo, tanto si es expresado en unidades monetarias en un primer momento o bajo su forma real”, para sacar la conclusión que “la contabilidad general, que concierne y engloba las administraciones de las diferentes empresas, las reunirá todas en una tabla del proceso económico de la sociedad. La organización social de la producción tiene como base una buena gestión mediante estadísticas y datos contables. El proceso de producción se expone a la vista de todos bajo la forma de una imagen numérica simple e inteligible” ([12]).
Como el GIK, Pannehoek ignora el peliagudo problema de la persistencia del Estado tras la revolución, dando a entender que se solucionaría con una descentralización del poder estatal en una multiplicidad de poderes constituidos por “colectividades obreras de fábrica”: «todo el poder pertenece a los trabajadores mismos. Allí donde el ejercicio del poder se haga necesario –contra disturbios o ataques al orden existente– el poder emana de las colectividades obreras en los talleres y permanece bajo su control” ([13]).
Ahora bien, respecto a la visión del GIK, la postura de Pannehoek es mucho más realista. Para el GIK la toma del poder del proletariado en un país permite “ponerse a construir el comunismo” inmediatamente, da por supuesto que ya ha desaparecido el influjo de las relaciones capitalistas de producción sobre el “territorio liberado”, en cambio, para Pannehoek “al comienzo del periodo de transición, cuando hay que levantar una economía arruinada, el problema esencial consiste en poner en pie el aparato de producción y asegurar la existencia inmediata de la población. Es muy posible que en estas condiciones se continúe repartiendo uniformemente los productos alimentarios, como se hace en tiempos de guerra o de hambruna. Pero es más probable que en esta fase de reconstrucción, donde todas las fuerzas disponibles deben emplearse a fondo y donde los nuevos principios morales del trabajo en común no toman forma más que de manera gradual, el derecho de consumo esté vinculado al cumplimiento de un trabajo. El viejo dicho popular de quien no trabaja no come expresa un sentimiento instintivo de justicia” ([14]).
Lo que Pannekoek recuerda es que el comunismo no podrá surgir inmediatamente tras la toma del poder por el proletariado en un país. Sostener semejante idea conduce inevitablemente a la concepción estalinista del “socialismo en un solo país”, lo que, se ponga la sociedad la etiqueta que se ponga, conduce necesariamente a la vuelta al redil del capitalismo. Pero es necesario ir más lejos: tras el derrocamiento del poder burgués en todos los países se abre un periodo de transición donde, para sentar las bases del comunismo, el proletariado debe llevar una dura lucha contra los residuos de la ley del valor capitalista, contra los restos de la división en clases sociales y contra la consecuencia de todo lo anterior que es la persistencia del Estado.
En esa línea, Pannekoek critica también la pretensión del GIK de que el pago a cada trabajador según sus horas trabajadas constituya un reparto igualitario del consumo. Como decimos en nuestro libro, Pannekoek “al rechazar un “derecho igual” en el reparto del consumo, está más próximo a la postura de Marx en su Crítica del Programa de Ghota. Esta mostraba, en efecto, que una distribución igual basada sobre el tiempo de trabajo llevaba necesariamente a nuevas desigualdades, porque los productores difieren unos de otros tanto por su capacidad de trabajo como por su estado físico y familiar” ([15]).
Nuestra posición ([16]) trata de seguir las líneas de análisis expuestas por Bilan. La reflexión sobre cómo podrá ser la futura sociedad comunista tiene dos fuentes:
Desde este punto de partida nuestro libro subraya nuestras divergencias con el GIK. En primer lugar, “el GIK concebía como inmediatamente posible, desde la toma del poder por los consejos obreros, en un país dado, la edificación del comunismo en su forma evolucionada. Parte de una situación ideal, donde el proletariado victorioso se adueña del aparato productivo de países altamente desarrollados que no han sufrido los estragos de una guerra civil” ([17]).
Ignorar la realidad es condenarse a ser prisionero de ella. La tentativa revolucionaria mundial de 1917-23, se estrelló, especialmente en Rusia, con las consecuencias terribles de la Primera Guerra mundial y casi sin respiro con las, aún más traumáticas, de una brutal guerra civil (1918-21) conducida por USA, Francia, GB y Japón. En nuestra época, estamos comprobando cómo continentes enteros como el caso de África han sido abandonados al abismo por la crisis capitalista, la cual actualmente está arrasando como un tsunami las economías consideradas más “privilegiadas”. ¡No hablemos de las guerras imperialistas, de los desastres medio ambientales y de la rampante barbarie moral que como otro tsunami aún más peligroso por sus efectos profundos afecta a toda la humanidad! ¿Es serio en tales condiciones plantearse la construcción inmediata del comunismo? Peor aún es pretender aislarse del mundo, encerrarse en el país “conquistado” y ponerse a construir sólo en él, el “comunismo”.
En segundo lugar, “el GIK da una forma automática y casi natural a la edificación de la sociedad comunista. Esta no sería el resultado de un largo proceso contradictorio de lucha de clase por la dominación del semi-estado, contra las fuerzas conservadoras, sino el fruto de un desarrollo lineal y armonioso, prácticamente matemático” ([18]). En la transición del capitalismo al comunismo, la lucha de clases prosigue: contra los restos de la burguesía derrotada y sobre todo contra el semi-Estado, un arma de doble filo pues si bien es imprescindible para reprimir los restos de la burguesía derrotada e integrar a las capas y clases sociales no explotadoras, es simultáneamente el núcleo de concentración de todas las fuerzas que quieren mantener el statu quo, que intentan desposeer al proletariado de su auto-organización y con ello cerrar la ruta hacia el comunismo.
Pero analizando la tesis de la contabilidad del tiempo de trabajo como medida de organización de la producción y la distribución, esta presenta una considerable falla científica: se trata de un sistema que “reintroduce la ley del valor, dando un valor contable y no social al tiempo de trabajo necesario para la producción. El GIK se opone a Marx para quien el patrón de medida en la sociedad comunista no era el tiempo de trabajo sino el tiempo disponible, el del tiempo libre disponible” ([19]). A través de una larga lucha, en el periodo de transición tras la destrucción del Estado capitalista en todos los países, se van construyendo las bases para recuperar lo que el capitalismo llevaba en germen –pero que tras un siglo de decadencia le es imposible desarrollar: la sociedad de la abundancia, uno de los fundamentos del comunismo. En el comunismo, “la verdadera riqueza será la plena potencia productiva de todos los individuos, el patrón de medida ya no será el tiempo de trabajo sino el tiempo disponible. Adoptar el tiempo de trabajo como medida de la riqueza es basar la sociedad sobre la pobreza; es querer que el tiempo libre no exista más que en y por oposición al tiempo de trabajo; es reducir el tiempo entero únicamente al tiempo de trabajo” ([20]).
Como hemos dicho al principio es muy válido el interés por comprender como será la sociedad comunista por la que luchamos. Ahora bien, del análisis del debate en torno a los Grund-prinzipien se desprende una clara lección: el punto de partida deben ser las cuestiones políticas de extensión mundial de la revolución, de mantener y desarrollar la auto-organización del proletariado, de reforzar la iniciativa y auto-actividad de las masas obreras, de lucha enconada contra el semi-Estado hasta su completa extinción.
Esta primacía de la política incluye necesariamente una prioridad vital en el terreno económico: disminución sistemática de las horas de trabajo, mejora permanente de las condiciones laborales y de vida (abastecimiento, sanidad, cultura, educación, seguridad e higiene en el trabajo etc.), de tal forma que el proletariado goce de la mejor situación material para desarrollar su auto-organización, su autonomía política, su conciencia, su capacidad para avanzar hacia el comunismo.
“De todos los instrumentos de producción, la mayor fuerza productiva es la propia clase revolucionaria” señala Marx en La Miseria de la Filosofía ([21]). La auto-organización, la conciencia creciente, la solidaridad y la confianza mutuas desarrolladas sin cesar, la iniciativa y creatividad de las masas trabajadoras, su capacidad para integrar con paciencia y espíritu constructivo a las capas sociales no explotadoras, todo ello es el motor de la marcha al comunismo. La consigna la emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores, formulada por la Primera Internacional (1864-76) no es retórica, expresa la esencia de la revolución comunista. Pero esa capacidad de la clase obrera necesita el fortalecimiento, aunque sea lento y gradual, de sus condiciones de vida. ¡No se puede pensar y actuar juntos si lo que ocupa a los obreros y sus familias es un trabajo extenuante, la necesidad de buscar desesperadamente trabajo, comida, suministros!
La experiencia de 1918-20 en Rusia es muy instructiva al respecto: las fábricas cerraban masivamente, los racionamientos eran extremos, la explotación de los trabajadores se agudizó, la clase obrera fue sometida a la militarización y al taylorismo… Esto que se llamó para más confusión “comunismo de guerra” contribuyó fatalmente al debilitamiento político y social del proletariado y a la muerte de los soviets obreros ([22]).
Cuando Pannekoek habla de primacía de la economía sobre la política está aplicando a la revolución proletaria el esquema seguido por las revoluciones burguesas. En el largo periodo que va desde mediados del siglo XV hasta finales del siglo XVIII, la burguesía desarrolló frente a la feudalidad un enorme poder económico, económicamente era en muchos países europeos la clase dominante de la sociedad. Desde esa posición pudo realizar el “jaque mate” al poder feudal mediante revoluciones nacionales en países como Gran Bretaña (1640) o Francia en 1789.
Además de ser mundial y nunca nacional, la revolución proletaria sigue el esquema inverso: un combate político para sentar las bases de una sociedad donde habrá desaparecido la producción mercantil, el trabajo asalariado y definitivamente la explotación. “Solo en un orden de cosas en el que ya no existan clases ni antagonismo de clases, las evoluciones sociales dejarán de ser revoluciones políticas», entonces «la clase obrera sustituirá, en el curso de su desarrollo, a la antigua sociedad civil con una asociación que excluirá a las clases y su antagonismo; ya no habrá un poder político propiamente dicho, ya que el poder político es precisamente la concreción oficial del antagonismo en la sociedad civil” ([23]).
[1] No hemos encontrado una publicación digital en Internet de los Principios en español, hemos encontrado el libro a la venta en https://www.iberlibro.com/Principios-fundamentales-producci%C3%B3n-distribuci%C3%B3n-comunista-Zero/4073113521/bd [308]
[2] Bilan, fundado en 1933, fue el órgano de la Izquierda Comunista Italiana, se puede consultar nuestro libro –traducido al español– Contribución a una historia del movimiento revolucionario: la Izquierda Comunista de Italia, se puede pedir a nuestro mail.
[3] Antón Pannekoek (1873-1960) fue un destacado militante proletario que participó activamente en el movimiento de la Izquierda Comunista Internacional, muchas de sus obras se pueden encontrar en español en https://www.marxists.org/espanol/pannekoek/index.htm [309]
[4] El libro se puede adquirir contactando con nuestra Web en francés: https://fr.internationalism.org/node/2875 [310] ; o en inglés: word-power.co.uk/catalogue/1899438378.
[5] Edición francesa del libro La Izquierda Holandesa: contribución a una historia del movimiento revolucionario capítulo VII, apartado 1, página 182, en adelante Libro…
[6] Ídem, capítulo VII; apartado 4, página 195.
[7] Ídem, página 196.
[8] Ídem, página 195.
[9] Ídem, página 196.
[10] Íbidem.
[11] Ídem, página 194.
[12] Ídem, página 198.
[13] Íbidem. Observemos que si hay “ataques al orden establecido” es que persisten los conflictos de clase que hacen necesario el Estado precisamente para reprimir las tentativas de restaurar el capitalismo.
[14] Ídem, página 199.
[15] Íbidem. Para consultar la Crítica del Programa de Ghota se puede visitar el siguiente enlace: www.marxists.org [311].
[16] Un tratamiento de los problemas económicos de la transición del capitalismo al comunismo se puede encontrar en los siguientes enlaces pertenecientes a nuestra Revista Internacional:
/revista-internacional/200802/2190/viii-los-problemas-del-periodo-de-transicion-6 [312];
/revista-internacional/200808/2336/ix-los-problemas-del-periodo-de-transicion-7 [313];
/revista-internacional/200612/1138/iv-los-anos-30-el-debate-sobre-el-periodo-de-transicion-1 [314];
/revista-internacional/200708/2003/vi-los-problemas-del-periodo-de-transicion-4 [315]
[17] La Izquierda Holandesa, op. cit., página 196.
[18] Ídem, página 197.
[19] Íbidem. El subrayado es nuestro.
[20] Marx: Grundisse, tomo II, pag. 308, edición francesa.
[21] Capítulo II: La metafísica de la economía política, pág. 296.
[22] Se puede consultar a este respecto nuestra polémica con el grupo FOR (Fomento Obrero Revolucionario) sobre el comunismo de guerra y las colectividades de 1936 en España, ambas expresiones según dicho grupo de “relaciones no capitalistas”. Se trata de Las confusiones de FOR sobre Octubre 1917 y España 1936 en Revista Internacional nº 25. Este artículo solo está disponible en formato papel por lo que puede ser pedido a nuestro mail.
[23] Marx, op. cit, Capítulo II: La metafísica de la economía política, pág. 298.
Publicamos este texto ampliamente inspirado en un artículo que nuestros camaradas de los EUA han publicado después de la reelección de Obama. El artículo completo está disponible sobre nuestro sitio en inglés (en.internationalism.org)
La elección presidencial de 2012 concluyó con un resultado positivo para las fracciones principales de la burguesía estadounidense. Venciendo al serio desafío de su rival republicano Mitt Romney, el Presidente Obama ha asegurado su reelección, lo que significa que el Partido Demócrata dirigirá el Estado cuatro años más.
Después de la elección, los medios de comunicación han organizado un alboroto ensordecedor: Obama ha obtenido una victoria abrumadora con 332 votos del Colegio electoral contra 206 de Romney, nos dicen. Ha golpeado a su rival con más de 3 millones de votos populares de ventaja. Los escenarios apocalípticos de una impugnación, como la del 2000, se redujeron a cero. […] Los republicanos lamiendo sus heridas de una derrota que incluso los ha llevado a perder varios de sus escaños en el Senado, seguramente tendrá que moderar su retórica y acudir a la mesa de negociaciones.. […] Finalmente, después de cuatro años de obstruccionismo empecinado , el GOP ([1]) se verá obligado obligado a adoptar un discurso más racional y volver a las importantes negociaciones sobre la reducción del déficit que la burguesía estadounidense no ha podido tratar durante el primer mandato de Obama.
Los expertos más optimistas, esperan incluso que los resultados de la elección marquen el final de la creciente influencia del Tea Party en el seno del Partido Republicano y subrayan que los elementos más racionales (¿Jeb Bush, quizá?) podrán imponerse ahora y hacerse cargo el partido. Otros prevén una verdadera guerra en el seno del GOP puesto que sus posiciones racistas actuales, su política sexual retrógrada, sus teorías conspirativas, su defensa de las tesis creacionistas, anti-científicos y su odio a los inmigrantes son cada vez más incompatibles con el ejercicio efectivo de la presidencia y constituyen un obstáculo real al retorno de este partido al gobierno.
Por nuestra parte, frente a estas interpretaciones tan optimistas, creemos que el resultado de la elección y la campaña que la precedió, confirman nuestro análisis según el cual asistimos al desarrollo de una “crisis política” en el seno de la burguesía estadounidense ([2]).
Podemos examinar las características principales de esta crisis según varios ejes.
Los efectos de la descomposición social ejercen más que nunca una fuerza centrífuga en el seno de la burguesía, provocando una incapacidad creciente de algunas fracciones para actuar en interés general del capital nacional.
Sin embargo, este proceso no ha afectado de la misma manera a todas las fracciones de la burguesía. El Partido Republicano está especialmente afectado por una degeneración ideológica, poniendo en duda su capacidad de actuar como partido de gobierno burgués creíble.
La incapacidad de la burguesía para encontrar una solución a la crisis económica ha fortalecido las tendencias hacia las luchas internas dentro de la misma burguesía.
La descomposición ideológica del Partido Republicano significa que tiende a perder la capacidad para administrar racionalmente la crisis económica, cayendo en un dogmatismo económico conservador completamente desacreditado, desperdiciando su energía en políticas antisindicales que amenazan con privar al Estado de su mejor baluarte contra la clase trabajadora.
Dada la situación actual, era demasiado arriesgado para las fracciones de la burguesía más responsables poner de nuevo al Partido Republicano a cargo del Gobierno nacional. Y esto, a pesar del peso de la crisis económica y de la necesidad de adoptar una política de austeridad brutal, a pesar de que este contexto debería empujar a la burguesía a reservar en la oposición a la izquierda de su aparato político para preparar mejor las condiciones que permitan encuadrar las futuros expresiones de descontento de la clase trabajadora.
Debido a la degeneración del Partido Republicano, los demócratas se quedan en el poder para dirigir el Gobierno y deberán llevar a cabo la política de austeridad necesaria para la defensa del capital nacional. Esto puede afectar la tradicional división ideológica del trabajo dentro de la burguesía, haciéndolos directamente responsables a los demócratas de los dolorosos recortes en programas sociales por venir, en contraste con la retórica que han utilizado durante la campaña electoral sobre el relanzamiento de la economía.
Las fracciones más responsables de la burguesía se enfrentan a una situación en la que resulta más difícil imponer su voluntad sobre el proceso electoral. La descomposición ideológica del Partido Republicano va pareja con un endurecimiento ideológico generalizado de la propia sociedad y el país está más dividido que antes en dos bloques políticos –aproximadamente del mismo tamaño. La presidencia de Obama, aún cuando ha revitalizado el mito electoral, particularmente entre las minorías víctimas del racismo y estigmatizadas por los ocho años de la presidencia de Bush, solo ha provocado un endurecimiento aún más fuerte y mucho más duradero en la derecha.
No debemos hacernos ninguna ilusión sobre lo que significa un segundo mandato de Obama para la clase trabajadora. Se puede resumir en una sola palabra: austeridad. […] La única pregunta es saber cuál será la profundidad de los ataques y el ritmo en que se ejecutarán.
En realidad es simple. La burguesía estadounidense, ya sea demócrata o republicana, de izquierda o derecha, en su conjunto coincide en que las perspectivas presupuestarias en los Estados Unidos son perfectamente insostenibles. Todos ellos comparten la visión de que debe haber “reformas” que tendrán que agregarse a los programas “previstos” para intentar frenar el déficit. […] Es cierto que las posiciones defendidas por el excandidato a la vicepresidencia, Paul Ryan, como la transformación del Medicare ([3]) en un sistema de bonificaciones, era demasiado draconiano para ponerse en marcha actualmente. También es cierto que las principales fracciones de la burguesía rechazan la mentira grosera según la cual la seguridad social debería ser privatizada para que esté a “salvo”. Pero esto no significa que tratarán de preservar estos programas tal como están. Por el contrario, hay que esperar ataques dolorosos.
El Presidente Obama ya ha expresado su deseo de reducir programas sociales. Se trata de un elemento esencial del llamado “gran pacto” salido del proceso de negociación con John Boehner, el presidente republicano de la cámara de representantes, durante la crisis del verano 2011 acerca del techo de la deuda. La única diferencia real en esta cuestión ha sido simplemente el deseo del Presidente de envolver los recortes al presupuesto de salud con algunos aumentos de impuestos a los más ricos para vender su basura a la población con la retórica política bien conocida del “sacrificio compartido”.
Solo la intransigencia del Tea Party ha impedido a Boehner aceptar este “gran pacto”, vinculando al Congreso a compromisos complejos que plantean la necesidad de que la burguesía estadounidense imponga por la fuerza aumentos automáticos de impuestos y recortes en los gastos presupuestarios y todo esto, desde inicios del próximo año.
De hecho, los comentaristas políticos dicen ya que la elección es un verdadero reto. En efecto, Obama tiene ahora el capital político que necesita para forzar a los republicanos, que todavía son la mayoría en la Cámara de Representantes, a negociar para que, al menos, se incluyan algunos aumentos de impuestos para los ricos que pueden, cuando llegue el momento, venderse a la población como el “sacrificio compartido”. La izquierda del Partido Demócrata puede gritar que ella quiere “proteger los tres grandes” ([4]), pero podemos dudar realmente de lo que sigue al acuerdo firmado, ¿no intentarán vendernos la idea de que habría sido peor si los Republicanos controlaran la Casa Blanca? ¿O no tratarán de sensibilizarnos de nuevo en el hecho de que al menos los multimillonarios no serán excluidos de este “justo reparto de sacrificios”? ¿Pero exactamente qué quedará de esta asistencia a los beneficiarios de Medicare que han visto derretirse sus escasos beneficios o subir sus deducciones? ¿Qué quedará de esos mineros del carbón de 65 años que ahora tendrán que esperar uno o dos años más para recibir su pensión de jubilación?
Lo mejor que pueden hacer los comentaristas sobre la recuperación económica es recordar los días de gloria cuando el Presidente Clinton aumentó impuestos y equilibró el presupuesto mientras se presentaba como el Presidente de la “la mayor expansión económica en la historia estadounidense”. Esta visión miope y ahistórica de la burguesía confirma que se ha perdido la memoria sobre el hecho de que la mayoría de ese llamado “crecimiento” de los años de Clinton fue el resultado de una explosión de la deuda impulsado por la reserva monetaria y ha generado una verdadera burbuja especulativa que llevó a la actual recesión!
Parecen creer que las recetas de la era Clinton pueden ser resucitadas y aplicadas hoy en día, sin tener en cuenta el contexto histórico y económico. No sabemos si realmente la administración de Obama cree realmente en esta campaña mediática que dice que la economía iría mejor bajo esos criterios de gobierno. No importa, aunque reconozcan la necesidad de un relanzamiento, no podrán hacer nada en ese sentido. Cualquiera que sea el nuevo modo de cooperación que adopte el Partido Republicano como consecuencia de su aplastante derrota electoral, es poco probable que se adhiera a una política de recuperación económica. La Reserva Federal ha sido llamada recientemente para actuar por su cuenta mediante la compra de valores hipotecarios, pero los economistas más serios están de acuerdo en decir que ésta sólo tendrá el mismo efecto sobre la economía que la picadura de un mosquito sobre la piel de un elefante.
En última instancia, sin embargo, incluso si existe una voluntad política para tal intento de relanzamiento económico, no se sabe de dónde vendría el dinero ¿acaso de darle a la máquina de billetes? ¿de más préstamos a China? Todo esto contrarrestaría directamente la necesidad urgente de reducción del déficit. La burguesía está realmente entre dos fuegos. Aunque pudiera relanzar la economía, una vez más, esto no sería –al final– más que dar palos de ciego.
Se desprende de todo esto que la victoria de Obama no lo es para la clase trabajadora. Por el contrario, él sabe que ahora tiene crédito político suficiente para fortalecer los programas de austeridad que ha planificado y que requiere y exige el capital nacional. Aunque queda el peligro para la burguesía de que el Partido Demócrata sea percibido como el partido que realizó los drásticos cortes, ese hecho se suaviza, en cierta medida, por el éxito ideológico que ha tenido la administración Obama para vender al público el hecho de que bajo los republicanos las medidas habrían sido peores. Es principalmente por esta razón, más que por una profunda convicción o apoyo a la política de Obama, como muchos trabajadores fueron a las urnas y votaron por los demócratas. La lógica de lo menos malo parece predominar ([5]).
Pero los trabajadores que tienen aún ilusiones en la Presidencia de Obama, que cree aún que él puede “salvar a la clase media” o que es una especie de campeón de “los derechos de los trabajadores”, sólo tienen que mirar los acontecimientos ocurridos durante la huelga de maestros de Chicago para tener un conocimiento real del punto de vista del jefe de la casa blanca sobre estas cuestiones. No debemos olvidar que son los compañeros del Presidente los que han golpeado a los profesores ([6]). ¿Puede alguien dudar de que su concepción del sector educativo –en realidad de toda la clase obrera– es íntimamente compartido por el propio presidente? De hecho, la persona responsable del plan de reforma del sistema escolar de Chicago no era otro que el ex asesor de la escuela de Chicago, Arne Duncan –actual Secretario de Estado en Educación de Obama.
Debemos afirmar, contra todos los cálculos electorales posibles, que los intereses de la clase obrera están ausentes en los proyectos del Estado, y están presentes sólo en sus luchas autónomas para defender sus condiciones de vida y de trabajo. Es comprensible que los trabajadores teman las medidas draconianas defendidas por el Partido Republicano. Es muy posible que ese partido hubiera perdido realmente la cabeza y no hubiera dudado en aplicar la política más retrógrada a nivel nacional, si hubiera llegado al gobierno. Sin embargo, ¿ significa esto que debemos esperar más clemencia por parte de los demócratas? ¡En absoluto! Está claro que, a este nivel, la única diferencia real entre los dos partidos es el ritmo y la fuerza con que los ataques van a caer sobre nosotros. En última instancia, los dos caminos llevan al mismo lugar. Cuando votamos demócratas, somos nosotros, los trabajadores, los que damos palos de ciego. La única verdadera solución para defendernos es retomar el camino de nuestras luchas autónomas relacionadas con nuestros problemas de clase.
Desde nuestro punto de vista, la reelección del Presidente Obama no predice una nueva era de paz, prosperidad y cooperación.
Aunque probablemente habrá un intento por las fracciones más racionales del Partido Republicano, atentos a desmarcarse del Tea Party y de recuperar credibilidad, no es posible garantizar que tengan éxito. Además, sería un error reducir los problemas de la burguesía estadounidense a este aspecto solamente. Los desafíos que ésta tiene son inmensos y, con toda probabilidad, insuperables. Para la clase trabajadora, la conclusión es clara: no hay ninguna salvación en la política electoral burguesa. Podemos defender nuestros intereses sólo en un terreno diferente al electoral.
Henk,14 noviembre
[1]) Great Old Party (Gran Viejo Partido), apodo del Partido Republicano.
[2]) Ver también en nuestro sitio el artículo “En los Estados Unidos, escándalo sobre ‘la eliminación de los electores’: engaño político e ilusión democrática”.
[3]) Es el sistema de salud estadounidense.
[4]) Estas son las palabras del portavoz del ala izquierda del Partido Demócrata, Ed Schultz, para hablar sobre el seguro social, Medicare (sistema de seguro de salud) y Medicaid (el sistema de seguro de salud para los más pobres).
[5]) Debe señalarse, sin embargo, que la participación este año fue inferior en 10 % respecto al 2008.
[6]) Vea nuestro volante “Solidaridad con los maestros de Chicago”
En Internationalism.org/internationalismusa/201209/5162/Solidarity-Chicago-Teachers
La burguesía mexicana, apenas renovó su equipo de gobierno federal entre bombos y platillos, no ha cesado ni un momento de machacar hasta el hartazgo su propaganda de la renovación de la esperanza que tanto se cacareó en las pasadas elecciones por todos los partidos políticos y sus candidatos. El gobierno federal del “nuevo PRI” sigue alimentando la idea de que ahora sí va a hacer bien las cosas y que los “ciudadanos” van a mejorar verdaderamente su nivel de vida en todos los aspectos. Incluso, se ufanan de haber logrado “un pacto histórico”, el llamado “Pacto por México”, que ha logrado el acuerdo entre los principales partidos para llevar a cabo sus medidas de gobierno que se implementarán en los próximos seis años. Por todos sus medios de difusión se presentó la escena palaciega donde desde el presidente, los gobernadores, legisladores, presidentes de los partidos políticos, militares, todos reunidos lanzan el mensaje de que tienen un gobierno fuerte.
Pero hay que decirlo muy fuerte: el susodicho “pacto” y la unidad que presume la burguesía son efectivamente en beneficio directo de la economía nacional, es decir, de la nación burguesa y por lo tanto completamente en contra de los trabajadores (por cierto, estas concertaciones políticas se están ensayando desde antes en otros países, por ejemplo en Francia). Basta recordar que con esta “unidad” se aprobó recientemente la “reforma laboral” que concreta hasta lo indecible la agravación de los ataques que los trabajadores han venido resintiendo en los últimos años. En medio de una verborrea tan asquerosa como cínica con declaraciones sobre derechos y libertades, acerca de la seguridad y la justicia, acuerdos para la transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción, acuerdos para la gobernabilidad democrática, etc., menciones que buscan endulzar y esconder las reales pretensiones del “pacto” y que en realidad se enfocan en la determinación de los capitalistas para lograr apuntalar su economía como lo muestran todas las medidas anunciadas y que van precisamente en el sentido de lograr un crecimiento económico y sobre todo buscan mejorar la tan ansiada competitividad que repunte las ganancias de la burguesía, medidas que en paquete con otras como la austeridad ya anunciada, la reforma fiscal que significa más impuestos y por lo tanto una disminución real de los salarios son enteramente a costa del sufrimiento y la destrucción de la salud física y mental de los trabajadores y de sus familias. Cuando la burguesía busca medidas para “atraer inversión y para ser más productivos” en realidad quiere decir: “¡Vengan capitales a México, aún tenemos una clase obrera dócil, barata y rendidora!”, su lenguaje “globalizador” significa a una vil explotación de millones de seres humanos reducidos a condiciones infrahumanas.
Y ya está en marcha la maquinaria para ir asestando los golpes de manera ordenada y controlada, por ejemplo, con el anuncio de la enésima “reforma educativa” que más bien se trata de una profundización de la reforma laboral ya en marcha en ese sector en contra de los trabajadores de la enseñanza. Las bellas palabras sobre educación, cultura y arte con que se adorna este nuevo ataque esconden también el hecho de que las demandas de eficiencia y eficacia del sistema educativo van a recaer precisamente sobre las espaldas de los trabajadores que resentirán peores ritmos de trabajo, mayores cargas horarias, inestabilidad y flexibilidad laboral como nunca lo habían experimentado. Las estridencias mediáticas que se han desatado por el supuesto ajuste de cuentas contra la cacique del SNTE, Elba Esther Gordillo, no son sino distractores para intentar evitar que veamos el fondo de la cuestión. Al final de cuentas, los grupos de poder van a negociar la permanencia o retiro ordenado de la cúpula de este sindicato y eso nada importa a los intereses de los casi millón y medio de trabajadores del sector pues, con esta camarilla o con otra, los ataques van a seguir y serán cada vez peores e insoportables y en ello el sindicato como institución está implicado de manera completa. Es también una campaña ideológica el hacernos pensar que el Estado y los sindicato son cosas distintas; “el gobierno de Peña contra el SNTE”, ¡nada más falso! Todos defienden el statu quo de la explotación asalariada: desde Peña Nieto a Elba Esthér Gordillo, pasando por Gómez Urrutia, Hernández Juárez, CNTE u Obrador… su función es precisamente mantener incólume la explotación de una minoría hacia una inmensa mayoría de la población… ¡Esa es su sucia faena!
Pero además, hay otro indicador espectacular de la evidencia de que la burguesía como un todo está unida en ese “pacto” contra la clase trabajadora. Como nunca antes en la Ciudad de México la popularidad mediática del Nuevo Jefe de Gobierno está complementando la campaña mencionada poniendo a “Súper Mancera” como segundo héroe de la película quien llama a confiar en su gobierno de izquierda y ciudadano pues tomará medidas para elevar, como por arte de magia, las condiciones de vida de los habitantes de esta entidad (ya hasta hizo anuncios estruendosos de medidas contra la inseguridad).
En fin, una euforia tremenda que trata de convencer al proletariado que ahora sí las cosas van a cambiar. Sin embargo, como dice el refrán, “el diablo está en los detalles”. Esto está condicionado a que los que históricamente siempre han sido sacrificados acepten una vez más… otro ajuste y algunas “molestias” más pero que habrán de tener su recompensa en el “bienestar” del futuro. ¿Dónde habremos oído eso…? ¿dónde?
Esta unidad de la burguesía demuestra que los diferentes partidos políticos, su discurso diverso, sus colores, etc., no son sino ropajes necesarios para poder cumplir su función dentro de la división del trabajo encomendada por el Estado para el encuadramiento de los trabajadores; y de esto ya dieron una pequeña muestra de lo que viene por delante: acción coordinada en la provocación policiaca y la consiguiente represión contra los manifestantes y transeúntes (ver artículo en este RM) el pasado 1o de diciembre mostrando el músculo del Estado omnipotente dispuesto a masacrar las protestas sociales que son inevitables por los ataques redoblados e inmisericordes que están en marcha. Por cierto, hay versiones equivocadas por ingenuidad o por interés en el sentido de que “Súper Mancera” puede ser cómplice pues evitó condenar la represión hecha por la policía federal de Peña Nieto… ¡NO! En realidad, como lo muestran todas las evidencias, las policías federales y del DF actuaron juntas y bajo una coordinación y un plan preconcebido.
Esta situación va a recordarle una vez más a los trabajadores, aunque sea con amargura, que ir a votar por tal o cual personaje político de la burguesía solo significa que estamos eligiendo al verdugo que dirigirá la explotación y la represión en los años siguientes. El objetivo de la farsa se cumplió a plenitud al dejar una aureola de falsa reflexión en torno a lo que puede venir con el relevo en la presidencia o incluso con la sensación que dejó en amplias masas movilizadas de haber quedado cerca de la posibilidad de un “cambio verdadero” si hubiera ganado el candidato de las llamadas izquierdas: “las cosas fueran mejor si hubiera ganado López Obrador”. Nada más falso y tóxico para la conciencia de clase. Tanto las elecciones como su glorificación posterior en base a una exaltación de falsas bondades “democráticas”, expresan en última instancia la forma en que la clase dominante, la burguesía, ejerce su imperio sobre la sociedad en su conjunto mediante la propagación de ilusiones y fantasías que intentan hacer creer a supuestos ciudadanos libres que ejercen su derecho a conducir los destinos de una nación mediante la elección de los administradores del aparato gubernamental y del parlamento, y mediante ellos incluso, un modelo económico determinado. Y todas las alternativas que se votan representan a grupos determinados de la clase dominante y solo se diferencian por su discurso. Nada más hay que acordarse cómo les ha ido a los trabajadores en los innumerables países donde la burguesía ha ascendido al poder nacional o regional a partidos o políticos de izquierda.
Por cierto, el proletariado tendrá que ocuparse en el periodo que viene de las ansias de renovación e innovación que tiene la burguesía en México y que está preocupada por el desgaste de algunos de sus instrumentos y mecanismos de mistificación y dominación y se apresta a mejorarlos. Está el caso, por ejemplo, del proyecto del nuevo partido “Morena” ante el desprestigio y la debilidad organizativa y política del PRD. En efecto, la radicalización de AMLO y el grupo político que encabeza es una medida que toma la burguesía, entre otras, para dar respuesta al descontento generalizado dentro de los trabajadores que ya están desconfiando de la “izquierda moderada y responsable” que representa el PRD. Es decir, el Estado busca ocupar todos los flancos sociales a fin de encuadrar a todos los trabajadores. Por lo pronto, desde ahora se les dice de nuevo a los trabajadores que apoyando esta nueva opción política en 2018 podrán elegir a un político que les beneficie, ahora sí al más honesto… el partido de Obrador será una muralla a derribar en el camino a la revolución proletaria.
Es cierto que las campañas de la burguesía son amplias y apabullantes causando una desorientación y confusión generalizadas en el conjunto de la clase obrera, sin embargo, en un escenario de profundización de la crisis económica y sus consiguientes ataques sobre las espaldas de los trabajadores, éstos van a ser obligados a luchar para defenderse, lo cual necesariamente deberá ir acompañado de la reflexión y la discusión colectivas para clarificar las mejores condiciones de la lucha: cuáles son sus métodos de lucha, quienes son sus enemigos políticos, cuál es su terreno de clase. Este proceso es difícil pero es el único camino para el proletariado.
RR, diciembre 2012
Hemos recibido invitación para participar en los “Talleres para Trabajadores Indignados” organizados por Asamblearios-TIA ([1]) y hemos decidido apoyar y participar activamente en ellos.
Pensamos que estos Talleres responden a un interés genuino por clarificar cuestiones esenciales en la comprensión política del capitalismo y las alternativas al mismo. Desde las luchas inmediatas y concretas, los compañeros han llegado a la conclusión de la necesidad de dotarse de una comprensión profunda de la realidad para armar la Teoría Revolucionaria. Con entusiasmo apoyamos su iniciativa porque se abre un espacio de debate en el que poder, entre todos, hacernos una idea más precisa de la realidad que nos atenaza y los medios para combatirla.
Dicho esto, hemos de reconocer que no disponemos de ninguna receta ni de ninguna formula mágica que nos permita resolver las cuestiones planteadas por los compañeros. De lo que si estamos convencidos es que intervenir en las luchas, dotados de una comprensión profunda y de conjunto, es necesario para no caer en las trampas del enemigo, o simplemente en la desmoralización y frustración.
Lo que distingue una hermosa tela de araña de la obra de un arquitecto, es el hecho de que el hombre antes de llevar a cabo una “obra” la comprende en su mente y la resuelve de acuerdo a un plan. Esta capacidad de actuar colectivamente según un fin o propósito derivado de nuestra comprensión de la realidad, es lo que ha venido a llamarse “teoría” y ha contribuido de manera esencial al desarrollo de la humanidad. Sin la capacidad de analizar, sacar conclusiones y actuar de acuerdo a nuestras necesidades y según los fines propuestos, seguiríamos, seguramente, en las sociedades primitivas de cazadores y recolectores.
La teoría no es, mucho menos desde el punto de vista de los trabajadores, producto de un proceso abstracto de pensamiento alejado de la práctica o de las necesidades inmediatas. Al contrario la teoría es parte de la practica misma de los revolucionarios. Sin teoría no puede haber práctica revolucionaria.
El capitalismo es la sociedad de la generalización de la mercancía donde el “valor de cambio” se ha convertido en la “divisa” de las relaciones humanas, incluso en el ámbito de las emociones y los sentimientos, y en consecuencia la producción social responde a las necesidades de la mercancía, en lugar de a las necesidades de las personas, de manera que esa realidad material de la producción determina una ideología dominante que reconocemos como “sentido común”. Cualquier cuestionamiento de la sociedad del capital exige el examen y crítica de ese “sentido común” dominante y que no es otra cosa que el intento de las clases dominantes por imponer una forma de pensar que aparentemente se muestra como “natural” y por tanto la única posible y válida. Sin la reflexión profunda, el cuestionamiento del capital no es posible.
Pero además la “teoría” no es producto de genios iluminados o de catecismos dogmáticos. Al contrario, la Teoría Revolucionaria solo puede ser el producto colectivo e histórico de una clase explotada que en su esencia es portadora de una sociedad futura libre de explotación. Esta elaboración teórica solo puede ser el resultado de una cultura colectiva de reflexión y debate capaz de poner en cuestión el “sentido común” de la clase dominante y elaborar la teoría que nos permita acabar con la explotación de todos por unos.
El movimiento de 15M fue un movimiento espontáneo que expresaba el malestar y la indignación de los explotados, además supuso una renovación de la necesidad de luchar de muchos. Tras el 15M, y tras otras expresiones similares por todo el mundo ([2]), han ido surgiendo grupos que han sentido la necesidad de llevar a cabo reflexiones en profundidad, ya que la práctica ha demostrado que cuando se carece de teoría se puede caer con suma facilidad en las trampas del Estado y sus aparatos, para acabar luchando por los intereses del enemigo en nombre de los intereses de todos. Estos grupos minoritarios son conscientes que el combate revolucionario necesita de una “dimensión teórica” y por ello surgen medios de debate y reflexión que confrontan el “como luchar” y “porque luchar”. El plantearse estas cuestiones es una “necesidad” de la práctica revolucionaria.
Como plantean Asamblearios-TIA, la autoorganización de los trabajadores es el único modo en que podemos empezar a adueñarnos de nuestras vidas y de nuestros destinos. La sistematización del debate en el que entre todos clarifiquemos las cuestiones políticas de la lucha es la forma de autoorganización necesaria en estos momentos de latencia de luchas.
La crisis del capitalismo está mostrando, por una parte, como nos dirigimos hacia la miseria, la barbarie y la destrucción del planeta, y por otra, la dificultad para crear una alternativa de sociedad que suponga la superación de las contradicciones del sistema capitalista. El reto es enorme. “Hic Rodas Hic Salta” ([3]). Por ello es imprescindible dotar al combate de perspectiva histórica, dimensión internacional y profunda comprensión de los medios y los fines. La creación de auténticos espacios de debate y reflexión es la tarea del momento para los combates venideros. Animamos a las minorías que surgen por todas partes del mundo a que, como han propuesto los compañeros, creen estos espacios de debate y reflexión y se armen de la Teoría Revolucionaria que nos permita destruir el capitalismo y construir una nueva sociedad.
Presentamos a continuación el texto de convocatoria de los compañeros y le adjuntamos una propuesta de textos de discusión.
¡Deseamos unos fructíferos debates!
CCI, 27-12-12
Todo lo que usted siempre quiso debatir sobre la lucha proletaria y nunca se atrevió a discutir.
ALACANT 2013
Somos trabajadoras, paradas, estudiantes,… como tú. Personas que sufrimos este sistema de explotación. Nos hemos autoorganizado en un grupo y queremos actuar pero también debatir. Nuestro grupo se denomina Asamblearias – TIA (Trabajadores Indignados y Autoorganizados) ([5])
Los talleres que se van a realizar pretenden crear un espacio de reflexión y encuentro donde compartir conocimientos. En el presente convulso en el que actuamos por inercia debido a la agresión continua del capital, consideramos necesario crear estos espacios de reflexión que nos sirvan para caminar con seguridad persiguiendo lo que nos proponemos.
Ha sido siempre una preocupación para nuestro grupo profundizar en el análisis y relacionar nuestra realidad con la historia del movimiento de las explotadas. Creemos en la teoría y la historia como un arma para cambiar el mundo, un arma que nos ha sido arrebatada y puesta en manos del “enemigo”. Estos talleres quieren ser una contribución en este sentido. Su contenido, como su forma, gira en torno al movimiento de los “de abajo”, parte y toma parte por éste “partido”. No se trata de clases magistrales que un ilustre profesor viene a darnos, se trata de reconstruir ente “nosotros” una historia y una teoría para cambiarlo todo. Ni más ni menos.
En los contenidos y la metodología que planteamos queremos aunar esfuerzos para comprender; queremos incentivar la acción desde la reflexión; y queremos recuperar nuestra historia y nuestras palabras. Somos ambiciosas, y lo somos porque, aun siendo pocos aritméticamente, sabemos que no estamos solos, nos sabemos muchos entre esa “inmensa mayoría que representa a una mayoría inmensa”.
Los talleres que proponemos se van a realizar con una periodicidad mensual durante el 2013, exceptuando los meses de julio y agosto. La metodología propuesta para los talleres precisa de la participación de los asistentes, garantizando de esta manera que todos los puntos de vista sean tenidos en cuenta. La manera de participar de los asistentes será enviando (quien quiera y pueda) con antelación un texto de reflexión acerca del tema del taller, el día del taller, nos comprometemos a hacer una introducción sobre el tema, teniendo en cuenta los textos presentados. Posteriormente pasaremos al debate.
El debate nos llevará a descubrir términos o vocabulario con el que realizaremos un glosario participativo. El glosario participativo consistirá en definir entre todos aquellos términos que nos hayan parecido importantes recogiendo todas las posibles acepciones.
Para apuntarte a los talleres puedes ponerte en contacto con nosotros en:
[email protected] [320]
Mandándonos tu nombre, los talleres en los que quieres participar (uno, varios, todos) y un mail de contacto.
Con todos los interesados haremos una reunión de presentación de los talleres para organizarnos y conocernos, el día 11 de enero en el local de ASIA.
Todos los talleres se realizarán en el local de ASIA (C/ Barón de Finestrat 52, 1º planta, junto a plaza “de las palomas”, Alacant) entre las 19 y las 21 horas.
Pues sí, de cara a financiar el local de ASIA (y las actividades que allí se realizan) se establecerá una cuota de 5 euros por taller que se abonará en el taller introductor del día 11 de enero. Por si no queda claro, las pelas irán íntegramente para la autogestión de ASIA (Apoyo Salud Integral Autogestionada)
Te esperamos, salud.
Para cualquier consulta, ponte en contacto con nosotros en: [email protected] [320]
Sinopsis talleres
11 enero “Presentación de talleres”
Repasamos juntos los talleres que vamos a compartir, la metodología y el contenido, recogemos sugerencias y posibles cambios entre todos.
Igualmente debatiremos de por qué se han escogido estos temas y de los términos del propio título.
25 enero “Qué es una crisis y qué hacer frente a ellas”
¿Qué es una crisis?, ¿son consustánciales al capitalismo?, ¿teorías sobre la crisis?
Es la palabra más repetida y la justifica todo. El capitalismo parece estar en crisis. ¿Se trata de una crisis de decadencia? Si así fuera esto nos obliga a plantear un cambio revolucionario como única salida para la humanidad.
15 febrero “Lucha de clases”
¿Qué es la lucha de clases?, ¿sigue vigente?, ¿es la lucha “central”?, ¿quiénes somos la Clase obrera y por que ponemos la C con mayúsculas?, ¿hay que llevar un mono azul para ser Clase obrera?
Frente a la supuesta modernidad del “ciudadano” como agente social, volvemos a priorizar al sujeto histórico por excelencia: la clase obrera, el proletariado, los explotados, los trabajadores.
15 marzo “Autoorganización y autonomía obrera.”
¿Qué es la autoorganización?, ¿por qué nos es tan necesaria?, ¿cómo se busca, como se consigue?
Insistimos en la autoorganización asamblearia, en la autonomía proletaria. Vemos que durante la historia de nuestra Clase ha sido un elemento fundamental para el desarrollo del movimiento obrero. La liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos o no será.
12 abril “Internacionalismo”
¿Qué es el internacionalismo?, ¿puede existir un internacionalismo que no sea proletario?, ¿por qué es fundamental para el movimiento proletario?, ¿cómo se desarrolla en la historia?
El internacionalismo es básico para el desarrollo de un verdadero movimiento de los explotados. La liberación de los trabajadores será mundial o no será.
17 mayo “Revolución Social”
¿Qué es una revolución?, ¿qué es una revolución para la Clase obrera?, ¿es posible la revolución?, ¿es inevitable?, ¿qué sociedad queremos construir?
A todos nos parece insostenible este sistema y muchos pensamos en cómo se podría cambiar para vivir en una sociedad que satisfaga las necesidades de la humanidad.
14 Junio “Qué entendemos por Nacionalismo”
¿Qué es el nacionalismo?, ¿a qué clase pertenece la ideología nacionalista?, ¿hay alguna relación entre nacionalismo e internacionalismo?
Cada vez más (como en otros momentos de “crisis”) se encrespan los conflictos nacionalistas. Posicionarnos como Clase es fundamental ante un tema que azuza los conflictos imperialistas.
20 septiembre “Democracia y liberación”
¿Qué es la democracia?, ¿es o ha sido el democratismo un movimiento liberador para la humanidad?, ¿por qué se usa una y otra vez el término democrático para todo?
Democracia real, democracia participativa, democracia directa… ante los muchos usos y abusos de la “democracia” es necesario clarificar: que es la democracia y a quien sirve. De que queremos hablar realmente cuando hablamos de democracia y por qué no le llamamos así.
18 octubre “Autogestión”
¿Qué es la autogestión?, ¿por qué se la define de formas tan dispares?, ¿es lo mismo autogestión que autoorganización?, ¿es la autogestión un arma revolucionaria para los trabajadores?
Tan de “moda” como la democracia está la autogestión, para algunos la herramienta definitiva para otros un espejismo que entorpece la lucha de la Clase obrera.
15 noviembre “Sindicalismo”
¿Qué es el sindicalismo?, ¿cómo se desarrolla por parte de la Clase obrera?, ¿sigue siendo útil para la Clase obrera?, y si no lo es, ¿porque?, ¿en qué se diferencia la autoorganización / autonomía obrera del sindicalismo?
Muy criticados de forma intuitiva por parte de los trabajadores, los sindicatos siguen teniendo un peso enorme dentro de la Clase. Pero los sindicatos no sirven, nos llevan a la derrota, ¿por qué?
13 diciembre “Parlamentarismo”
¿Qué es y cómo surge el parlamentarismo?, ¿sirve de algo hoy día?, ¿qué se decide en el parlamento?, ¿puede reformarse el parlamento?
Al igual que el sindicalismo, los políticos y las elecciones son seriamente cuestionados por la población. Pero este cuestionamiento popular tiene un sentido profundo que podemos explicar.
Aportaciones de la CCI a los diferentes temas:
Se trata de una aportación abierta, a medida que se vaya desarrollando el debate propondremos otros textos.
25 enero “Qué es una crisis y qué hacer frente a ellas”
La comprensión de la crisis actual, de sus mecanismos de evolución, de su ritmo y consecuencias, es un asunto complicado que requiere un debate paciente.
Respecto a la pregunta que hace la Sinopsis de los talleres –¿Se trata de una crisis de decadencia?– nuestra respuesta es afirmativa. De ahí que estemos igualmente convencidos que ello nos obliga a plantear un cambio revolucionario como única salida para la humanidad ([6])
Como aporte a la discusión hemos seleccionado 3 textos:
15 febrero “Lucha de clases”
Aportamos la discusión el artículo en dos partes de nuestra Revista Internacional ¿Quién podrá cambiar el mundo?
/revista-internacional/199307/1964/quien-podra-cambiar-el-mundo-i-el-proletariado-es-la-clase-revoluc [323] y "El proletariado sigue siendo la clase revolucionaria [324]".
15 marzo “Autoorganización y autonomía obrera.”
Como muy bien se dice en la Sinopsis, la liberación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores o no será. ¿Cuál es la forma concreta que toma esa autoorganización de los trabajadores mismos? La experiencia que viene repitiéndose desde 1905 son las asambleas obreras masivas, generales y abiertas y la elección por estas de Comités elegidos y revocables. Estos comités cuando los obreros alcanzan una fuerza revolucionaria adoptan la organización de Consejos obreros.
Como contribución a la discusión aportamos el primer artículo de una serie titulada ¿Qué son los Consejos obreros? aparecida igualmente en nuestra Revista Internacional
/revista-internacional/201002/2769/que-son-los-consejos-obreros-i [325] ([7])
12 Abril “Internacionalismo”
Aunque el tema es muy amplio abordamos un solo punto: ¿Cuál sería una respuesta internacionalista a la crisis? Esto como alternativa frente a las respuestas nacionalistas con las que nos suelen machacar: una “salida nacional” a la crisis; oponerse a la dominación alemana etc.: Ante la crisis la respuesta internacional contra la respuesta nacionalista ([8])
https://es.internationalism.org/node/3422 [326] ()
17 Mayo “Revolución Social”
Nuestra aportación a la discusión se expresa en dos textos que hicimos en respuesta a debates surgidos en América del Sur: 5 preguntas sobre el comunismo y ¿Qué es el socialismo? ([9])
/accion-proletaria/200510/246/5-preguntas-sobre-el-comunismo [327]
/cci-online/200705/1908/que-es-el-socialismo [328]
14 Junio “Qué entendemos por nacionalismo”
Como material de reflexión incluimos un texto que es el fruto de un debate realizado en Brasil: Entre internacionalismo y nacionalismo-patriotismo no existe afinidad alguna ¡hay que elegir! ([10])
/cci-online/200703/1769/entre-internacionalismo-y-nacionalismo-patriotismo-no-existe-afinidad-alguna- [329]
20 Septiembre “Democracia y liberación”
Para abordar este tema proponemos un texto histórico adoptado por el Primer Congreso de la Internacional Comunista celebrado en marzo de 1919: las Tesis sobre la Democracia y sobre la dictadura del proletariado.
/revista-internacional/200007/3478/tesis-sobre-la-democracia-burguesa-y-la-dictadura-del-proletariado [330]
18 Octubre “Autogestión”
Para este tema presentamos un debate que tuvimos en 2006 con unos compañeros de Argentina –el grupo Nuevo Proyecto Histórico: /cci-online/200601/383/correspondencia-con-nuevo-proyecto-historico-sobre-la-autogestion [331]
15 Noviembre “Sindicalismo”
También aquí contribuimos a la discusión con materiales de debate:
13 diciembre “Parlamentarismo”
Se puede consultar el siguiente grupo de textos que hemos puesto bajo la rúbrica El engaño del parlamentarismo: https://es.internationalism.org/tag/2/31/el-engano-del-parlamentarismo [335]
[1] “La TIA es un colectivo que nace de la agrupación espontánea de compañeros del ámbito asambleario y autónomo en Alicante alrededor de las asambleas multitudinarias de mayo de 2011» y ellos se definen como: «Somos trabajadoras, paradas, estudiantes… como tú. Personas que sufrimos este sistema de explotación. Nos hemos autoorganizado en un grupo y queremos actuar pero también debatir. Nuestro grupo se denomina Asamblearias – TIA (Trabajadores Indignados y Autoorganizados)”
[2] Para un balance de los movimientos de 2011 ver nuestra hoja internacional De la indignación a la esperanza, https://es.internationalism.org/node/3349 [271]
[3] Hic Rhodus, hic salta, o traducido “¡Aquí está Rodas, salta aquí!” son palabras de la fábula El fanfarrón de Esopo que trata de un fanfarrón que se niega a participar en un concurso de saltos aunque sostiene que cuando estaba en Rodas había saltado mucho más lejos que todos los presentes. La frase fe utilizada por Carlos Marx en el 18 de Brumario de Luis Bonaparte. Ver https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/brumaire/brum1.htm [336]
[4] Trabajadores, parados, estudiantes, jubilados, pensionistas y todas las fuerzas de trabajo que no estén inscritas en estos términos: proletarios.
[5] La TIA es un colectivo que nace de la agrupación espontánea de compañeros del ámbito asambleario y autónomo en Alicante alrededor de las asambleas multitudinarias de mayo de 2011. En ese entorno se encargarán de la “estructura organizativa” del movimiento y confluirán con otros compañeros llegando a planteamientos comunes al asamblearismo, el anticapitalismo y el internacionalismo proletario. Las diferencias políticas con otros colectivos que se reivindican del 15M, les llevarán a separarse formalmente de las organizaciones que siguen usando este nombre y a funcionar independientemente. La incorporación al grupo de compañeros procedentes de las Asambleas Abiertas de Trabajadores hace que el grupo se denomine: Asamblearios – TIA
[6] Se puede consultar para lecturas más exhaustivas en nuestra sección Temas de Reflexión y Discusión (pulsar en Textos por Temas) (https://es.internationalism.org/go_deeper [337] ), la rúbrica La Decadencia del Capitalismo.
[7] Los demás artículos de la Serie se pueden consultar en /revista-internacional/201005/2865/que-son-los-consejos-obreros-2-parte-de-febrero-a-julio-de-1917-re [338] , /revista-internacional/201008/2910/que-son-los-consejos-obreros-iii-la-revolucion-de-1917-de-julio-a- [339] , /revista-internacional/201012/3004/que-son-los-consejos-obreros-iv-1917-21-los-soviets-tratan-de-ejer [340] y /revista-internacional/201104/3086/que-son-los-consejos-obreros-v-los-soviets-ante-la-cuestion-del-es [341]
[8] Se puede consultar para lecturas más exhaustivas y en particular sobre la respuesta internacionalista a la guerra en nuestra sección Temas de Reflexión y Discusión (pulsar en Textos por Temas)
(https://es.internationalism.org/go_deeper [337]), la rúbrica Internacionalismo contra militarismo y nacionalismo.
[9] Se puede consultar para lecturas más exhaustivas en nuestra sección Temas de Reflexión y Discusión (pulsar en Textos por Temas) (https://es.internationalism.org/go_deeper [337] ), las rúbricas ¡Viva la Revolución! y ¿Qué es el comunismo?
[10] Para un estudio más exhaustivo ver nuestro folleto Nación o Clase, /cci/200606/969/introduccion-a-la-1-edicion-en-espanol [342]
La comprensión de la dinámica económica, social y política, de la vida del capitalismo, así como de las condiciones en las que desarrolla sus propias luchas en este contexto, siempre han ocupado el centro de las reflexiones de los trabajadores y por ende de los revolucionarios. En ese sentido, la Reunión Territorial de la CCI en México ha considerado en su agenda el seguimiento de la situación nacional. La reflexión llevada a cabo es importante que se conozca por el conjunto de la clase trabajadora por lo que publicamos la “Resolución sobre la situación nacional”, la cual presenta ideas resumidas del informe presentado y la discusión misma que nos permite dar un marco para la comprensión de los problemas que enfrenta la clase obrera. Por falta de espacio le hemos quitado algunas partes procurando no eliminar las ideas esenciales.
1. El escenario general presente en el mundo es de una crisis que se profundiza de forma continua, los mismos voceros del FMI han declarado que la economía mundial saldrá del atolladero económico en el que patina desde 2008 hasta por lo menos dentro de 10 años. Esta declaración que puede parecer escandalosamente pesimista es en realidad consoladora y muy optimista, en tanto que sustenta su argumento en el supuesto de que las medidas que vienen implementando los Estados son las adecuadas para relanzar a la economía y permitirán que los “estabilizadores automáticos operen libremente” (Perspectivas de la economía mundial, octubre 2012) (…). |
Medidas de expansión monetaria como lo hace EUA (a través de los QE en sus versiones 1, 2 y 3), los fondeos desesperados que llevan los bancos europeos o la ampliación de la deuda de los Estados para el pago de los compromisos, ni limitan el proceso de insolvencia ni pueden relanzar el proceso de acumulación. En esa medida, la burguesía no tiene otro instrumento que el de intensificar los ataques a las condiciones de vida de los trabajadores (…).
2. |
3. |
4. |
5. |
Para reforzar las medidas de aplastamiento salarial, los voceros del gobierno que está por entrar han advertido que incrementarán los impuestos, lo cual en unión con la subida general de precios que se está aplicando a las mercancías que forman parte del consumo de los trabajadores (los datos oficiales muestran que mientras el indice de precios general es de 4.77 %, el indice que mide los precios de alimentos es del 6.91 %), significa que la burguesía busca por estos medios apropiarse del fondo de consumo obrero.
6. |
7. |
Esta falta de cohesión de la burguesía, busca ser limitada mediante un cambio de equipo del gobierno, por eso es que se coloca nuevamente al PRI a la cabeza de este. Hace 12 años la clase en el poder buscaba con el cambio de partido en el poder, crear un medio para resanar algunas de sus fracturas, pero en vez de encontrar una mejora y amenguar sus diferencias, estas toman nuevos giros y mayor profundidad (…) el PRI con su promesa de retornar a la política conciliatoria y de distribuir trozos de poder entre los diferentes grupos burgueses, abre las esperanzas en la clase dominante para lograr la cohesión. No obstante si el PRI ha logrado establecer una disciplina de todas las “fuerzas vivas” para aglutinarse en torno a Peña Nieto, esta no puede ser muy duradera, las mismas fracturas políticas (a lo que hay que añadir además la agudeza de la crisis) hace que la imposición de un control absoluto –como con el que trabajaba en el pasado– es imposible (…).
8. |
9. |
10. |
11. |
12. |
13. |
El 2011 terminaba con una aceleración de la crisis, por lo que el 2012 inició y terminó con duros ataques contra los trabajadores. (…) apenas iniciado el 2012 se empezó el proceso de ataques en contra de los profesores de educación básica (…) [mediante] planes de golpeo al salario y a las condiciones de labor encubriéndolas con un discurso de “preocupación” por la educación, el sindicato (oficial y disidente) también ajustaba sus tiempos para poder entrar para contener y desviar el verdadero coraje que se expresó. Las respuestas iniciales expresaron gran combatividad, incluso sus manifestaciones tuvieron al inicio cierta espontaneidad, pero pronto el accionar del sindicato logró encasillarlo en la “defensa de la educación” y la “democracia sindical”, ahogando así a las manifestaciones.
14. |
En un escenario de descontento –aunque ya cargando cierta desmoralización y cansancio– se vieron aparecer las movilizaciones de jóvenes universitarios. Estas movilizaciones desde su inicio mostraron grandes confusiones: mantenían un verdadero enojo y fastidio de frente a la corrupción del gobierno, aunque guardan esperanzas en el capitalismo (…) al que pretenden mejorar mediante la democracia y la limitación del poder del monopolio de las televisoras.
(…). En un ambiente animoso y jovial, las movilizaciones se van desarrollando como un extraño mosaico en donde simplemente se siente la necesidad de expresarse y de criticar la realidad existente en el país.
De forma rápida fue creciendo en la manifestación el repudio hacia el entonces candidato el PRI, Peña Nieto, pero de manera complementaria se va dirigiendo hacia el apoyo a López Obrador (…). De manera que podemos encontrar a una honesta masa de jóvenes hartos del sistema pero sin ruta, sin saber hacia adonde encaminar sus pasos (…).
15. |
Las elecciones fueron también un proceso con el que la burguesía pudo ahondar su trabajo de confusión: logra concentrar la atención y la esperanza de millones de explotados en las urnas, atrapando y esterilizando el descontento presente. Pero el efecto nocivo de las elecciones no terminó el 6 de julio, el anuncio del retorno al gobierno por el PRI, ha creado un sentimiento de impotencia, de desaliento e incluso una sensación de derrota, lo cual se complementa con la presentación de López Obrador como víctima y a su grupo “Morena” como la opción radical de izquierda, en tanto logra dotarse de instrumentos que el permitan mantener fresca esa sensación de impotencia y alentar la falsa esperanza de que en las próximas elecciones vendrá la revancha.
16. |
En ese ambiente de confusión el Estado ha logrado hacer pasar una “reforma laboral” que impone la “ultra-flexibilización” laboral y sin motivar expresiones de descontento. Las caravanas organizadas por la estructura sindical en unión con grupos como “Morena” y el “#132”, no hicieron sino reforzar la confusión en tanto orientan a tener esperanza en el buen tino reflexivo de los senadores.
Pero para no dejar un solo hilo suelto, ya que la reforma ha sido aprobada, la estructura sindical (y el propio López Obrador), se preparan a repetir la “hazaña” cuando la aplicación de la “ley del ISSSTE”, es decir ya empiezan a convocar a dar como respuesta válida el “amparo jurídico”. Cuando la imposición de la “ley del ISSSTE”, los amparos no lograron detener ninguno de los golpes, peo eso sí, permitió alentar la confianza en los magistrados y tribunales burgueses, pero además logró desarticular la movilización en tanto transformó a los ataques generales en problemas personales a los que se les puede dar solución si se cuenta con un buen amparo y un litigante eficaz.
17. |
Otro aspecto que esta ley del trabajo ha traído es el engaño de que el Estado ve en los sindicatos un estorbo y por ello ha de procurar eliminarlos. La realidad es que busca hacer a estos instrumentos más eficientes para el control y por ello necesita hacerlos más creíbles.
Las estructuras como el SNTE o el sindicato de Pemex, son aparatos gigantes que se han convertido en una carga para la misma burguesía por su fama de corrupción (…). La burguesía requiere de estructuras más efectivas y con un rostro más limpio. La propuesta de modernizar los sindicatos fue iniciada por Carlos Salinas que lo hizo bajo un escandaloso golpe de mano (con el “quinazo” en Pemex y la remoción de Jongitud del SNTE), no obstante la repetición de una acción de ese tipo no es posible bajo el contexto de una profunda división en la burguesía, no puede arriesgarse a ensanchar más las grietas, pero eso no impide que haga presiones “desde adentro”.
Por otro lado, este aparente ataque ha transformado en mártires a los sindicatos (…), en tanto retocan sus maquillajes para parecer combativos y perseguidos.
18. |
La clase obrera se encuentra bajo una lluvia de feroces ataques ante la agudización de la crisis económica, de la misma forma la burguesía ha logrado imponer una confusión acompañada de desmoralización. De frente a esta situación el papel de los revolucionarios se vuelve relevante, presentando elementos de reflexión, pero sobre todo impulsando la discusión.
RM, noviembre 2012
Recientemente Revolución Mundial, sección en México de la Corriente Comunista Internacional, realizó su Conferencia en la ciudad de México DF. Cada dos años la CCI vive este momento privilegiado en sus distintos niveles territoriales donde el debate y la reflexión colectiva se entrecruzan para desprender de su síntesis orientaciones y análisis para el trabajo de la organización cara al futuro. No es una reunión “nacional”, es un momento en la vida internacional de una organización del proletariado, por ende, su naturaleza no puede ser “nacional” sino internacionalista. Es por ello que todos los invitados (delegaciones de otras secciones de la CCI, simpatizantes cercanos y expresiones de minorías que discuten cómo reparar la futura revolución mundial) se suman a los debates de manera íntegra, no hay una separación entre sus partes ya que no somos una federación sino una sola organización internacional que interviene y tiene presencia en vario países del mundo.
Lo que nos une es la convicción de la necesidad de transformar el mundo, de contribuir a superar esta sociedad de explotación y trabajar por una sociedad sin clases sociales, sin pobreza, sin el sometimiento violento de una mayoría de la población mundial arrojada a condiciones de vida cada vez más insoportables. Hoy vivimos la peor crisis en la decadencia del capitalismo, las guerras localizadas desangran poco a poco a la humanidad, basta con encender la TV para recibir noticias de Medio Oriente, África o Asia donde el destripamiento de seres humanos atrapados en las guerra inherentes al capitalismo, el desempleo, la ausencia de un futuro positivo para el hombre redundan en una juventud que no encuentra un sentido a la existencia, el hambre se extiende como peste robándole el futuro a millones de seres humanos… ¡el capitalismo está en extrema decadencia, es por ello que necesitamos una revolución!
La Conferencia ha insistido en la necesidad de la profundización teórica. La descomposición de esta sociedad ejerce una enorme presión sobre la organizaciones revolucionarias, la idea de que la teoría “no es determinante” o que la realidad “nunca se podrá comprender en su totalidad”, así cómo las ideologías efímeras e inmediatistas del “día a día” y si a esto agregamos la ideología ambiente de pesimismo ideológico y del oscurantismo que nos rodea por todos lados tenemos un panorama adverso y hostil. Otro factor de la situación se está expresando en la explosión del individualismo y la atomización acompañados de un fuerte pesimismo hacia el futuro. Es por ello que desarrollar un trabajo asociado, colectivo, se vuelve una tarea a contracorriente. Por ahora no podemos cambiar esas condiciones materiales, reales, objetivas, lo que si podemos cambiar es nuestra actitud hacia la necesidad de una “cultura de la teoría”. No se trata de reflexiones para “saber más” en sí mismo como sucede con los intelectuales adocenados que entre más saben más los invade el elitismo y la separación del resto de los “mortales”. Para nosotros se trata de comprender mejor a la sociedad y al hombre, justamente porque necesitamos entender mejor lo que hay que cambiar, cómo lo vamos a cambiar y por qué lo cambiaremos, es decir, es una tarea enteramente militante. En este camino hay que recordar que la ideología dominante es la de la burguesía, una ideología que permea todo, y cuyo eje central es “mejorar lo existente” sin plantearse nunca una transformación radical del mundo. Ese conservadurismo se traduce en la apología de la democracia, en la resignación y la pasividad ante los retos de la historia. Sabemos que la clase obrera es la clase de la conciencia, la primera clase en la historia humana que es al mismo tiempo revolucionaria y explotada, ello contiene una dimensión teórica de su combate, sin embargo, la historia de la opresión nos enseña que esa “dimensión teórica” es exclusiva de una minoría donde los explotados siempre son arrojados a los brazos del misticismo religioso (dogmas que nunca se cuestionan) o de la más abyecta ignorancia. Los escritos de los revolucionarios como El Capital de Marx, no son el producto de “genios”, son parte del esfuerzo de una clase revolucionaria que tiene que comprender la historia del hombre y su evolución para poder entender por qué hoy hemos llegado a una situación donde se plantea el dilema: socialismo o barbarie. La ideología dominante descalifica el comunismo tachándolo de “utopía”, acusando falsamente al marxismo de querer establecer una sociedad donde todos “seríamos iguales”, es una visión reaccionaria del comunismo e impregnada de la enorme mentira de que el estalinismo era comunismo. Esta enorme transformación que supone una nueva sociedad sin clases sociales, sin fronteras, sin miseria, requiere de una comprensión teórica donde los avances de la ciencia no estarán excluidos. No hay un esquema seguro y fijo al cual aferrarnos, hay sin embargo el método que nos permite discutir colectivamente, de asumir juntos los retos de la teoría y de la práctica. El mismo profundizamiento nos permitirá ir más allá de estas afirmaciones si somos capaces de comprender el momento histórico: los retos que plantea la descomposición de este sistema donde la respuesta proletaria tarda en abrirse camino. El debate, el trabajo teórico, es una necesidad y un deber no solamente “intelectual” sino también moral para la clase obrera y su organización.
La presencia de jóvenes que se acaban de integrar a la CCI o que están en proceso de integrarse, dio a esta Conferencia un toque de frescura y, al mismo tiempo, puso de manifiesto las enormes capacidades que la nueva generación está aportando al combate por una nueva sociedad. Estas minorías que están surgiendo es un fenómeno internacional y expresan las potencialidades del proyecto revolucionario de la clase obrera, ésta es capaz de segregar minorías cuya tarea es agruparse para preparar la revolución comunista mundial. La nueva generación está sufriendo todo el peso de la debacle de esta sociedad, por un lado salen de la universidad con boleto directo al desempleo y, por si fuera poco, una situación así hace a la juventud presa fácil de todo tipo de huidas quiméricas en las drogas o bien, la depresión se vuelve una dramática pandemia mundial. El “no futuro” está marcando a la nueva generación, es por ello que es sumamente importante que, a pesar de toda esta adversidad, minorías de jóvenes se acerquen a las posiciones de la Izquierda Comunista y se integren al combate revolucionario. Estos jóvenes han tenido que enfrentar también otro obstáculo: las falsas ideas sobre lo que es la militancia. Las organizaciones de la izquierda del capital, el izquierdismo radical (maoísta, guerrillero, etc.) y el estalinismo se han encargado de propagar la idea de que el militante es un tipo “frío, sin sentimientos”, que “entrega su vida a la revolución” y que sacrifica “su ser” en aras de un ideal. Tal visión es completamente inversa a lo que realmente es el militantismo comunista. La conferencia dedicó una buena parte de sus trabajos a justamente volver a la esencia de la actividad de los revolucionarios. Un revolucionario no es un “mártir” que persigue la muerte como medio para legar a los demás una lección de vida, los revolucionarios dedican sus esfuerzos y capacidades (diferentes entre todos nosotros) en el marco de un cuerpo colectivo, asociado, donde cada quien da lo mejor de sí mismo, no nos distingue la celebridad sino más bien el anonimato de un trabajo que es ya el inicio de la respuesta final al dilema de la historia: construir una sociedad donde cada individuo pueda realizar su diferencia sin ir en contra de los demás. Bajo el capitalismo la realización del individuo es realmente la más ingrata de las utopías.
Los comunistas no son esos “hombres de hierro” que pinta el estalinismo, “súper-hombres” que no van al cine, no tienen amigos y no leen otra cosa que no sea Marx, Engels y Lenin… Los militantes comunistas no llevamos vida de terroristas, trabajamos para sobrevivir materialmente, estamos sometidos, como todos, a las presiones de la ideología dominante, tenemos taras, y necesitamos también descansar. La vida de los militantes tiene pues esa dimensión teórica, de profundización, pero también tiene una dimensión cultural y moral. El comunismo no se construirá sobre cero, sino que habrá de recoger lo mejor que la humanidad ha producido en su historia, es por ello que los militantes somos sensibles a todas las expresiones culturales. También es importante que la nueva generación integre en su bagaje la moral proletaria, esa moral que va en contrasentido a la sociedad actual, basamos las relaciones entre nosotros en lazos de fraternidad, tratando de respetar la personalidad de cada uno en un marco organizado.
El capitalismo está instalado en un avanzado estado de descomposición. Si la clase obrera no abre una perspectiva alternativa a este mundo que se hunde en la barbarie los efectos de esta descomposición social van a plantear mayores dificultades al grado de llegar a comprometer el mismo futuro de la humanidad. Comprender en profundidad la situación histórica es una necesidad para los revolucionarios y la clase de la cual son expresión. Por ejemplo, entender las características de la crisis desatada desde el 2007 nos ayuda a comprender el impasse en el que se encuentra el capitalismo, y a partir de esto, hacer una denuncia fundamentada de la necesidad de acabar con este modo de producción. Sin embargo, la barbarie no se expresa solo a nivel económico, en México por ejemplo, estamos viviendo una dramática y trágica situación comparable a una auténtica guerra civil, comparable a los Balcanes o la guerra en Irak. En este mismo número publicamos nuestra resolución sobre la situación nacional donde expresamos nuestra posición sobre la situación social en la región y sus perspectivas.
Nuestra actividad de intervención en la lucha de clases es inseparable de la construcción de una cultura de la teoría, sin ese desarrollo teórico no podremos orientarnos en los acontecimientos cotidianos y menos aún construir una nueva comunidad humana mundial. Es por eso que Rosa Luxemburg tenía toda la razón cuando en “reforma o revolución” afirmaba: “Por primera vez, la causa del proletariado y su emancipación vio brillar ante sí una estrella para guiarla: una doctrina científica rigurosa. En lugar de las sectas, escuelas, utopías, experiencias que cada uno hace para sí mismo en su propio país, aflora una base teórica internacional, base común que hace que convergen diferentes países en un solo haz. La Teoría marxista pone en manos de la clase trabajadora del mundo una brújula que le permitía encontrar su camino en el torbellino de acontecimientos cotidianos y orientar su táctica de combate en cada momento en la dirección del objetivo final”. Los avances de la CCI en México no son patrimonio exclusivo de la CCI, pertenecen al conjunto del proletariado mundial y son un paso hacia la construcción de la organización que deberá encabezar la próxima revolución mundial.
RM, diciembre 2012
Reproducimos a continuación extractos de un artículo que publicamos en Julio de 2006, al calor de las movilizaciones que entonces tenían lugar por la carestía de las viviendas. Esta reedición en estos momentos en que se abaratan las viviendas pero llueven los desahucios viene precisamente a reforzar nuestra argumentación de que el problema de la vivienda no es algo local o coyuntural debido a circunstancias particulares como la famosa “burbuja inmobiliaria”, sino algo intrínseco al capitalismo, al dominio de la mercancía sobre los seres humanos… Por eso mismo separar la lucha contra las privaciones en materia de alojamiento de la lucha por construir una nueva sociedad sin mercancías ni explotación constituye un terreno propicio no para la toma de conciencia y la indignación sino para la dilución de esa lucha en el interclasismo ciudadano, o la reivindicación de derechos democráticos al Estado capitalista… (se puede consultar el artículo en su totalidad en nuestra web, ver https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200601/410/debate-sobre-el-problema-de-la-vivienda [348] , https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200610/1086/correo-del-lector-continuacion-del-debate-sobre-el-problema-de-la-vivi [349]
El problema de la vivienda se ha convertido en una pesadilla para la gran mayoría de trabajadores. Es necesario luchar. Pero ¿cómo luchar? ¿qué reivindicaciones? ¿quién tiene que llevar la lucha?
Pedir que, bajo el capitalismo, “la vivienda deje de ser un negocio”, es una utopía reaccionaria. Es más fácil y más claro darse como objetivo destruir el capitalismo y crear una sociedad donde no exista el “lucro económico”, donde aboliendo el trabajo asalariado y el mercado ningún bien sea objeto de negocio (…)
(…) Cabría preguntarse: ¿cómo se puede lograr que la “vivienda deje de ser negocio”? ¿Poniendo todas las viviendas en manos del Estado? Esta medida no constituye ninguna novedad y forma parte del arsenal que el capitalismo de Estado ha utilizado a lo largo del siglo XX. En Rusia, bajo el régimen estalinista, todas las viviendas estaban en manos del Estado y ello no redundó en la más mínima “solución” del problema de la vivienda: al contrario, los ricos del Partido- Estado disfrutaron –y siguen disfrutando– de cómodas “dachas” y espléndidos palacios, mientras la inmensa mayoría se hacina en habitaciones inmundas. En Gran Bretaña tras la Segunda Guerra Mundial, como parte del famoso “Estado del Bienestar” –la “cara bonita” del capitalismo de Estado– se nacionalizaron las viviendas “sociales” poniéndolas en manos de los municipios que las arrendaban mediante módicos alquileres. Todo esto se acabó en los años 80 donde el gobierno Thatcher, impulsado por la crisis, lanzó la campaña del “capitalismo popular” –hacer que los inquilinos adquieran su vivienda– que ha endeudado masivamente a las familias obreras (…).
(…) ¿Qué otra alternativa habría? ¿Colocar las viviendas disponibles bajo la propiedad de los municipios, de las cooperativas etc.? Las experiencias de “cooperativas de vivienda” han escaldado a muchos trabajadores pues tales “entes sociales sin ánimo de lucro” han constituido el tinglado que unos cuantos avispados se han montado para hacer el gran negocio. ¡Recordemos el gran timo que fue la cooperativa PSV montada por la UGT! En cuanto a poner la vivienda bajo las manos de los Ayuntamientos es como pedir que la zorra se encargue de cuidar a las gallinas. (…)
(…) El capitalismo actual, especialmente en países como España, mantiene en pie la economía mediante dosis masivas y crecientes de especulación inmobiliaria. Con ello logra darse momentos de “euforia” (el “España va bien” de Aznar continuado por Zapatero) pero todo eso se hace al precio de empobrecer a la gran mayoría, agudizar la
(…) Quieren que confiemos en el Estado, que lo veamos como un órgano “al servicio de los ciudadanos”, como la herramienta “democrática” que estos tendrían para “poner coto a los abusos de los bancos y los especuladores”. ¡Pero todo eso es un cuento de hadas! El Estado es un órgano al servicio de la clase dominante, su función es defender la explotación capitalista mediante el engaño y la represión. Sí el proletariado dirige su lucha a “pedir que el Estado defienda sus intereses” lo único que logra es ponerse a sus pies, atarse de pies y manos para ser golpeado a placer. La lucha obrera no puede orientarse al reforzamiento del Estado –aunque sea con el noble propósito de obligarle a “meter en vereda” a especuladores y banqueros– sino hacia el enfrentamiento con el Estado en la perspectiva de su destrucción definitiva en todos los países (…).
(…) Debemos considerar por otra parte, este análisis fundamental de Engels: “La penuria de la vivienda para los obreros y para una parte de la pequeña burguesía de nuestras grandes ciudades modernas no es más que uno de los innumerables males menores y secundarios originados por el actual modo de producción capitalista. No es una consecuencia directa de la explotación del obrero como tal obrero por el capitalista. Esta explotación es el mal fundamental que la revolución social quiere suprimir mediante la abolición del modo de producción capitalista”.
En el folleto de Engels (Contribución al problema de la vivienda, nota de la edición de 2012), éste combate la política de los capitalistas de “convertir a los obreros en propietarios de viviendas para que se sientan ciudadanos y dejen de sentirse obreros”. Hoy, 130 años después, una “Asamblea”, que dice luchar contra la precariedad y contra el problema de la vivienda, propone exactamente lo mismo: lograr, utilizando el señuelo de una “vivienda digna”, que nos sintamos ciudadanos “soberanos” y “libres”.
(…) De ahí que Engels señale justamente “¿Cómo, pues, resolver el problema de la vivienda? En la sociedad actual, se resuelve exactamente lo mismo que otro problema social cualquiera: por la nivelación económica gradual de la oferta y la demanda, solución que reproduce constantemente el problema y que, por tanto, no es tal solución. La forma en que una revolución social resolvería esta cuestión no depende solamente de las circunstancias de tiempo y lugar, sino que, además, se relaciona con cuestiones de mucho mayor alcance, entre las cuales figura, como una de las más esenciales, la supresión del contraste entre la ciudad y el campo”.
Smolni, 8-7-06
Pasó el 14 de noviembre, la segunda huelga general contra el gobierno de Rajoy –y la tercera desde el principio de la actual crisis– y… ¿qué balance podemos hacer? La patronal y el gobierno dicen que fue un fracaso pues el número de huelguistas fue sensiblemente inferior al de anteriores convocatorias, lo que probaría según ellos, que la población acepta el abismo de miseria en que la hunden. Los sindicatos y la izquierda del capital discuten esos datos y dicen que fue un éxito, pues el porcentaje en tal provincia fue en realidad de un x % por cien más, o se consumieron tantos kilovatios menos. La lucha de los explotados contra la miseria que les impone este sistema queda da así ridículamente reducida a unas estadísticas indescifrables. Para el gobierno, pero también para los sindicatos, una huelga general es un simple ejercicio contable y los explotados meros números. Todos, como suele suceder en las jornadas electorales, afirman haber ganado. Y en gran medida tienen razón, puesto que el objetivo de la burguesía y su Estado (dentro del cual está incluido todo el aparato de izquierda del capital: PSOE, IU, izquierdistas, sindicatos mayoritarios y minoritarios...) es, el que reconocía un titular de La Vanguardia digital del 13 de noviembre: “tratar de canalizar el descontento social”.
La propaganda del Gobierno y la patronal es que la gente “entiende que sus medidas son inevitables y la única opción para salir de la crisis”, pero saben de sobra que la indignación de los trabajadores y de la población laboriosa en general va en aumento. No pretenden cosechar simpatías. Aspiran, eso sí, a que la rabia y la indignación que despiertan quede convenientemente desviada hacia las vías estériles de las “huelgas generales” de 1 día, como las 25 de los últimos tres años en Grecia, o las 6 de Portugal… Con el flanco “social” resguardado por las pseudo-luchas organizadas por los sindicatos, el Gobierno se lanza a ataques más brutales, como los miles de despidos anunciados en Iberia, Renfe, o la banca nacionalizada (8000) ([1]), los 30 mil que se prevén en la banca en general, la supresión de decenas de miles contratos interinos en la administración, en la implementación de tasas en la justicia lo que deja a los trabajadores más inermes aún frente a despidos u otros abusos, o los recortes que se pergeñan en jubilaciones, pensiones y subsidios…
Para frenar esta oleada de ataques salvajes por parte de un capitalismo en bancarrota histórica, el único camino son las auténticas luchas masivas y la toma de las calles por parte de la población laboriosa en su verdadero terreno de clase, rompiendo las barreras sindicales del estado capitalista. Frente a esta necesidad, el Estado democrático y sus sindicatos organizan “luchas” que en realidad sirven más bien a la burguesía para que cuele sus ataques. Recordemos, sin remontarnos mucho, como la “vicehuelga general” del 8 de junio de 2010 contra el primer recorte de salario de los empleados públicos dictado por ZP no ha servido más que para abrir la vía a otros ataques aún más duros. Hoy los trabajadores públicos han perdido, como media, el 25 % de sus salarios respecto a 2010. Y siguen demostrando su combatividad pero de manera fragmentada. Hoy por ejemplo, los trabajadores sanitarios de la Comunidad de Madrid están movilizados masivamente contra la degradación de sus condiciones de vida y trabajo amenazadas aún más por una posible privatización… mientras sus compañeros de Catalunya o la Comunidad Valenciana, o el sector de la enseñanza de la propia comunidad madrileña, están hoy agotados tras mil y una convocatorias sindicales parciales, y son incapaces de movilizarse conjuntamente con ellos. Ese es el guión que ofrecen los sindicatos: dividir, encerrar la combatividad obrera en asfixiantes marcos sectoriales o territoriales, y presentar, en cambio, sus huelgas “generales” como único terreno común posible a la movilización de todos los trabajadores, aunque esta “comunidad” sea en realidad una forma de gestión de los intereses del capital español. A los pocos días del 14N, Rajoy, UGT y CCOO estrechaban sus manos felicitándose por el acuerdo logrado con la Renault, para quitarle a las fábricas francesas o turcas, el llamado Plan Industrial, por el que se crearán 1300 empleos, remunerados eso sí con el 75 % del salario. Esos sindicatos que se desgañitan en sus discursos contra la “sumisión” de Rajoy a los capitalistas, son los que año tras año han propiciado acuerdos salariales marco que han tumbado los salarios contra el coste de la vida, para fomentar la competitividad de las empresas españolas. Son los mismos que se “indignan” contra la Reforma Laboral pero que en sus propias oficinas despiden a la gente con los mínimos que les permite esta ley ([2]).
Es verdad que muchos jóvenes y trabajadores han acudido a acciones y manifestaciones convocadas en torno al 14N hastiados del “pacifismo” y la esterilidad de estas “movilizaciones” sindicales. Pero en la mayoría de las ocasiones su enorme coraje y combatividad no ha conseguido trascender el papel de “apoyo crítico”, más o menos violento, a estas convocatorias, lo que además les ha ganado el desprecio o la denuncia de los servidores sindicales del orden y la “legalidad” capitalista. Esto plantea una cuestión que a nuestro juicio es crucial: ¿cómo evitar que la combatividad y la indignación de los explotados se marchite en ese terreno estéril de las pseudo-luchas que promueven los bastiones sindicales del Estado? ¿Añadiendo simplemente más radicalidad gestual o más violencia a tales convocatorias? o, por el contrario, yendo más a la raíz de cuál es la verdadera causa de los sufrimientos que asolan a la humanidad entera, ¿y cuál puede ser la alternativa social ante ellos? Nosotros, comunistas que nos reivindicamos de un combate histórico de más de dos siglos contra el capitalismo reivindicamos netamente lo segundo. Por ello publicamos en estas mismas páginas el debate que se ha está produciendo entre minorías de la clase obrera para tratar de clarificar por donde pasa esta perspectiva revolucionaria. Ante la crisis terminal del capitalismo defendemos que la alternativa no puede nacer de la respuesta desesperada sino de la conciencia. Y que dicha conciencia no nace de la revelación de ningún iluminado sino de la unión de las experiencias de lucha, el debate franco y fraternal y la clarificación teórica sobre los múltiples problemas tanto de la lucha como del conjunto de la humanidad. Una vez más cobra vigencia, el viejo lema del movimiento revolucionario: la emancipación de los trabajadores será obra de ellos mismos o no será.
Acción Proletaria, nov. 2012
[1] Hay previstos 160.000 despidos en toda la banca mundial. La fuente: www.cnnexpansion.com/economia/2012/11/16/banca-global-recortara-160000-p... [352].
[2] El 27-11-12, los empleados de la UGT de Andalucía se concentraron en Sevilla contra 28 despidos en sus filas. Fuente: www.finanzas.com/noticias/empleo/20121127/trabajadores-ugta-protestan-de... [353].
Links
[1] http://www.chanllenges.fr./finance-et-marche
[2] https://es.internationalism.org/en/tag/2/25/la-decadencia-del-capitalismo
[3] https://es.internationalism.org/en/tag/3/46/economia
[4] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/gran-bretana
[5] https://es.internationalism.org/en/tag/2/29/la-lucha-del-proletariado
[6] http://www.occupylsx.org
[7] https://www.occupyoakland.org/
[8] https://en.internationalism.org/worldrevolution/201111/4569/occupy-london-weight-illusions
[9] https://en.internationalism.org/icconline/2011/september/indignados
[10] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/ocupacion-st-paul-en-londres
[11] https://es.internationalism.org/files/es/escalada.pdf
[12] https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2012/02/17/seis-arrestados-nueve-heridos-dia-13003388.html
[13] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/lucha-de-clases-0
[14] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/lucha-de-clases
[15] https://es.internationalism.org/en/tag/6/408/represion
[16] https://es.internationalism.org/en/tag/6/409/valencia
[17] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200602/752/al-inicio-del-siglo-xxi-por-que-el-proletariado-no-ha-acabado-aun-c
[18] mailto:[email protected]
[19] https://es.internationalism.org/cci-online/200906/2584/peru-voces-proletarias-contra-la-matanza-de-bagua
[20] https://es.internationalism.org/cci-online/200907/2626/toma-de-posicion-desde-peru-bagua-es-una-muestra-de-la-putrefaccion-del-capit
[21] https://es.internationalism.org/en/tag/4/400/peru
[22] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/ecuador
[23] https://es.internationalism.org/files/es/hoja%20febrero%202012.pdf
[24] mailto:[email protected]
[25] https://es.internationalism.org/
[26] https://es.internationalism.org/content/3219/solidaridad-con-la-lucha-de-los-trabajadores-de-la-ensenanza
[27] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201111/3272/alicante-asamblea-abierta-de-trabajadores-sociales
[28] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/intervenciones
[29] https://www.publico.es/espana/423346/el-enemigo-de-los-manifestantes
[30] https://valladolorentodaspartes.blogspot.com/
[31] https://es.internationalism.org/en/tag/2/30/la-cuestion-sindical
[32] https://libcom.org/article/account-march-29-spanish-general-strike-barcelona
[33] http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/13166-%C2%BFqui%C3%A9n-inicia-los-disturbios-y-para-qu%C3%A9?-mossos-infiltrados-huelga-29m-paseo-de-gracia.html
[34] https://es.internationalism.org/cci-online/201203/3367/resumen-debate-sobre-la-huelga-general-del-29-m-de-colectivo-de-trabajadores-
[35] https://es.internationalism.org/cci-online/201203/3365/debate-sobre-la-huelga-general-iniciativas-alternativas-analisis-propuestas
[36] mailto:[email protected]
[37] https://proletariosinternacionalistas.wordpress.com/
[38] mailto:[email protected]
[39] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/cartas-de-los-lectores
[40] https://es.internationalism.org/cci-online/201204/3374/espana-29-de-marzo-huelga-general-contra-el-capital-accion-directa-y-organiza
[41] https://es.internationalism.org/content/3381/debate-en-libcom-sobre-la-valoracion-de-la-huelga-del-29-m
[42] https://es.internationalism.org/cci-online/201204/3376/29-marzo-dia-de-huelga-general-en-la-region-iberica-de-la-huelga-general-a-la
[43] https://es.internationalism.org/cci-online/201204/3379/a-la-huelga-madre-yo-voy-tambien
[44] https://es.internationalism.org/cci-online/201204/3369/reflexiones-de-un-companero-que-difundio-nuestra-hoja-en-la-manifestacion-del
[45] https://es.internationalism.org/cci-online/201203/3363/nuestra-intervencion-ante-la-huelga-general-del-29-marzo
[46] https://es.internationalism.org/files/es/editorial%20AP224.pdf
[47] https://es.internationalism.org/rm126-panfleto
[48] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/lucha-de-clases
[49] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/mexico
[50] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/reuniones-publicas
[51] https://es.internationalism.org/en/tag/2/27/el-capitalismo-de-estado
[52] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/socialismo-del-siglo-xxi
[53] https://es.internationalism.org/content/3319/debate-contribucion-de-una-companera-sobre-la-crisis-y-las-perspectivas-de-la-lucha-de
[54] https://www.marxists.org/espanol/indice.htm
[55] https://www.correntroig.org/
[56] http://www.observatoriodelacrisis.org
[57] http://www.maiaediciones.com/
[58] https://es.internationalism.org/files/es/2011_para%20imp_.pdf
[59] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201202/3335/la-crisis-economica-no-es-una-historia-sin-fin-anuncia-el-fin-de-u
[60] https://www.marxists.org/espanol/reed/diezdias/capitulo_1.htm
[61] https://www.sinistra.net/lib/bas/progra/vano/vanoqgecof.html#u8
[62] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201111/3271/confirmada-la-existencia-de-neutrinos-ha-logrado-el-progreso-cientific
[63] https://es.internationalism.org/cci-online/201112/3280/contribucion-sobre-el-marxismo-y-el-metodo-cientifico
[64] https://es.internationalism.org/en/tag/21/482/marxismo-y-ciencia
[65] https://es.internationalism.org/en/tag/2/24/el-marxismo-la-teoria-revolucionaria
[66] https://www.publico.es/429078
[67] https://es.internationalism.org/cci-online/201202/3330/por-que-nos-consideran-sus-enemigos
[68] https://es.internationalism.org/cci-online/201106/3130/que-hay-detras-de-la-campana-contra-los-violentos-en-torno-a-los-incidentes-d
[69] https://es.internationalism.org/content/3324/ante-la-escalada-represiva-en-valencia
[70] https://es.internationalism.org/cci-online/201012/2999/estado-de-alarma-militarizacion-hoy-son-los-controladores-manana-puede-ser-cu
[71] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/movimiento-de-indignados
[72] http://www.birov.net
[73] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/balcanes
[74] https://es.internationalism.org/en/tag/corrientes-politicas-y-referencias/anarquismo-internacionalista
[75] https://es.internationalism.org/en/tag/2/39/la-organizacion-revolucionaria
[76] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/222/en-nueva-york-como-por-todas-partes-el-capitalismo-siembra-la-muert
[77] https://www.spiegel.de/politik/ausland/amoklaeufer-bales-litt-offenbar-unter-posttraumatischem-stress-a-822232.html
[78] http://www.tagesschau.de/ausland/usarmee128.html
[79] https://www.dailymail.co.uk/news/article-1216015/More-British-soldiers-prison-serving-Afghanistan-shock-study-finds.html#ixzz1qEGoRWsa
[80] http://www.democracynow.org/2012/3/16/mind_zone_new_film_tracks_therapistsc
[81] https://es.internationalism.org/en/tag/20/415/mohamed-merah
[82] https://es.internationalism.org/en/tag/20/416/robert-bales
[83] https://es.internationalism.org/en/tag/3/47/guerra
[84] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200707/1979/salud-a-la-creacion-de-un-nucleo-de-la-cci-en-brasil
[85] https://es.internationalism.org/book/export/html/2494
[86] https://es.wikipedia.org/wiki/Brasil
[87] https://es.wikipedia.org/wiki/Rusia
[88] https://es.wikipedia.org/wiki/India
[89] https://es.wikipedia.org/wiki/Rep%C3%BAblica_Popular_China
[90] https://es.wikipedia.org/wiki/BRIC
[91] https://www.pco.org.br/conoticias/ler_materia.php?mat=34993>
[92] https://revistagerminal.com/2012/01/24/nos-somos-o-pinheirinho-todo-apoio-e-solidariedade-aos-moradores-do-pinheirinho/>
[93] https://es.internationalism.org/rm125-inseguridad
[94] https://es.internationalism.org/en/tag/4/401/brasil
[95] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/huelga-de-la-policia-militar-en-brasil
[96] https://www.google.com.pe/url?sa=t&rct=j&q=movadef&source=web&cd=1&sqi=2&ved=0CDIQFjAA&url=https://movamnsitiayderfundamentales.blogspot.com/&ei=51iGT5xTiKzwBIPA7a4I&usg=AFQjCNEpBW776X8RgkCTdo-4G0KVEs3CIQ
[97] https://es.internationalism.org/en/tag/20/424/sendero-luminoso
[98] https://es.internationalism.org/en/tag/cuestiones-teoricas/terrorismo
[99] https://es.internationalism.org/content/2318/un-ano-de-luchas-obreras-en-polonia
[100] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/china
[101] https://es.internationalism.org/en/tag/5/410/lucha-de-clases
[102] https://en.wikipedia.org/wiki/Spratly_Islands_dispute
[103] https://globalnation.inquirer.net/34031/ph-sovereignty-based-on-unclos-principles-of-international-law
[104] https://en.wikipedia.org/wiki/Spratly_Islands#cite_note-encarta-23%29.
[105] https://www.mb.com.ph/articles/346111/robust-philippineschina-trade-relations
[106] https://www.census.gov/foreign-trade/balance/c5700.html
[107] https://money.cnn.com/2011/01/18/news/international/thebuzz/index.htm
[108] mailto:[email protected]
[109] https://www.paralelo36andalucia.com/
[110] https://es.internationalism.org/content/3349/2011-de-la-indignacion-la-esperanza
[111] mailto:[email protected]
[112] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/espana
[113] https://es.internationalism.org/en/tag/6/407/luchas-de-los-estudiantes
[114] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201103/3069/propuesta-internacional-a-los-partidarios-de-la-revolucion-mundial
[115] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/argentina
[116] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/correspondencia-con-otros-grupos
[117] https://es.internationalism.org/en/tag/20/422/emancipacion-obrera
[118] https://es.internationalism.org/en/tag/corrientes-politicas-y-referencias/area-de-influencia-de-la-izquierda-comunista
[119] https://es.internationalism.org/en/tag/6/420/cordobazo
[120] https://es.internationalism.org/en/tag/6/421/guerra-de-malvinas
[121] https://libcom.org/
[122] https://www.revleft.space/vb/
[123] https://www.revleft.space/vb/group.php?groupid=9
[124] http://www.red-marx.com
[125] https://kaosenlared.net/
[126] https://es.internationalism.org/cci/200509/145/plataforma-politica-de-la-corriente-comunista-internacional
[127] https://es.internationalism.org/revista-internacional/198302/2127/estructura-y-funcionamiento-de-la-organizacion-revolucionaria
[128] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/canada
[129] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[130] https://es.internationalism.org/revolucion-mundial/201111/3241/la-inseguridad-social-un-motivo-mas-para-luchar-contra-el-capitalismo
[131] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/conflictos-interburgueses-0
[132] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/venezuela
[133] https://es.internationalism.org/en/tag/personalidades/hugo-chavez
[134] https://es.internationalism.org/en/tag/3/45/descomposicion
[135] https://www
[136] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/india
[137] mailto:[email protected]
[138] https://es.internationalism.org/en/tag/6/419/monarquia
[139] https://es.internationalism.org/files/es/Para%20enfrentar%20los%20ataques_0.pdf
[140] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/movimiento-indignados
[141] https://es.internationalism.org/files/es/super_recortes.pdf
[142] https://libcom.org/article/coal-mines-ignite-asturias-updates?page=1
[143] https://www.leftcom.org/en/articles/2012-06-19/the-struggle-of-the-asturian-miners
[144] https://es.internationalism.org/rm/83_minerosbritanicos.html
[145] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201203/3362/huelga-general-del-29m-contra-los-recortes-la-reforma-laboral-y-todo-l
[146] https://interrev.foroactivo.com/t1677-mineria-del-carbon-manifestaciones-hg-y-marchas-convocadas-por-soma-ugt-y-ccoo-aislamiento-es-derrota
[147] https://inter-rev.foroactivo.com/t1677-mineria-del-carbon-manifestaciones-hg-y-marchas-convocadas-por-soma-ugt-y-ccoo-aislamiento-es-derrota
[148] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/huelga-minera
[149] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/rusia-caucaso-asia-central
[150] https://blogs.mediapart.fr/edition/japon-un-seisme-mondial/article/201111/fukushima-occuper-tokyo-des-manifestations-de-ma
[151] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201103/3072/seismos-tsunami-y-accidentes-nucleares-en-japon-el-capitalismo-es-un-h
[152] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201203/3355/fukushima-un-ano-despues
[153] https://es.internationalism.org/cci-online/201107/3163/energia-nuclear-capitalismo-y-comunismo-i-el-hombre-y-la-naturaleza
[154] https://www.slate.fr/story/37717/japon-antinucleaire
[155] https://www.ouest-france.fr/actu/actuDet_-Japon-manifestations-anti-nucleaires-monstres_3637-2097031_actu.Htm?xtor=RSS-4&utm_source=RSS_MVI_ouest-france
[156] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200604/833/notas-para-una-historia-del-movimiento-obrero-en-japon-i
[157] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/japon
[158] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/fukushima
[159] https://es.internationalism.org/en/tag/3/50/medio-ambiente
[160] https://en.internationalism.org/icconline/2007/march/heine
[161] http://www.marxist.com/ArtAndLiterature-old/marxism_and_art.html
[162] https://en.wikipedia.org/wiki/Axel%27s_Castle
[163] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201112/3281/xii-la-cultura-proletaria
[164] https://es.internationalism.org/rint/1989/58_Munis
[165] https://en.internationalism.org/pamphlets/decadence/ch3
[166] https://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Merz
[167] https://es.wikipedia.org/wiki/Arte_povera
[168] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200704/1830/guy-debord-la-segunda-muerte-de-la-internacional-situacionista
[169] https://www.marxists.org/archive/trotsky/1938/06/artpol.htm
[170] https://es.internationalism.org/en/tag/21/525/la-cultura-proletaria
[171] https://es.internationalism.org/en/tag/3/43/cultura
[172] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/espana
[173] https://es.internationalism.org/en/tag/6/423/mineros
[174] https://www.voltairenet.org/La-tercerizacion-otro-mecanismo-de
[175] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/crisis-economica
[176] https://es.internationalism.org/en/tag/6/413/olimpiadas
[177] https://www.internationalism.org/
[178] mailto:[email protected]
[179] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/america-central-y-sudamerica
[180] https://es.internationalism.org/content/3441/amenaza-de-un-cataclismo-imperialista-en-oriente-medio
[181] https://www.theguardian.com/world/2012/jun/16/minority-sect-syria-dictatorship
[182] https://en.internationalism.org/icconline/201205/4893/mali-coup-d-etat-which-increases-chaos
[183] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/oriente-medio
[184] https://es.internationalism.org/content/3373/incidentes-de-barcelona-el-29-marzo-el-blindaje-represivo-del-estado
[185] https://es.internationalism.org/cci-online/201104/3103/apuntes-sobre-la-cuestion-sindical
[186] https://es.internationalism.org/revista-internacional/198007/2307/huelga-de-masas-en-polonia-se-ha-abierto-una-nueva-brecha
[187] https://es.internationalism.org/cci-online/201207/3422/ante-la-crisis-la-respuesta-internacionalista-contra-la-respuesta-nacionalist
[188] https://es.internationalism.org/en/tag/6/411/brics
[189] https://www.youtube.com/watch?v=iQh0Dg5BNRg
[190] http://www.hommodolars.org/web/spip.php?article4627
[191] http://www.hommodolars.org/web/spip.php?article4555
[192] https://www.theclinic.cl/2012/06/01/caso-bombas-la-historia-de-un-proceso-que-podria-explotar-en-la-cara-a-hinzpeter/
[193] https://www.cooperativa.cl/caso-bombas-fiscalia-retiro-polemico-poster-de-axl-rose-como-prueba/prontus_nots/2011-05-24/125358.html
[194] http://www.hommodolars.org/web/spip.php?article3175
[195] http://www.hommodolars.org/web/spip.php?article2602
[196] https://es.wikipedia.org/wiki/Severino_di_Giovanni#Acci.C3.B3n_y_bombas
[197] https://es.internationalism.org/cci-online/200810/2380/crisis-del-neoliberalismo-o-crisis-del-capitalismo
[198] https://es.wikipedia.org/wiki/Wallmapuwen
[199] http://www.elpost.cl/old/content/los-mapuches-abc1
[200] https://es.internationalism.org/cci-online/201209/3453/matanza-en-sudafrica-la-burguesia-lanza-a-sus-sindicatos-y-su-policia-contra-
[201] https://es.internationalism.org/en/tag/4/403/chile
[202] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/situacion-social-en-chile
[203] https://es.internationalism.org/cci/200606/968/nacion-o-clase
[204] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201111/3264/movimiento-de-indignados-en-espana-grecia-e-israel-de-la-indignaci
[205] https://elpais.com/internacional/2012/09/16/actualidad/1347822044_334775.html
[206] https://es.internationalism.org/cci-online/201209/3468/lecciones-de-la-experiencia-sudafricana
[207] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/conflictos-nacionalistas
[208] https://es.internationalism.org/en/tag/2/33/la-cuestion-nacional
[209] https://es.internationalism.org/en/tag/6/412/cataluna
[210] http://www.medya73.com/iscilerden-insanca-yasmak-istiyoruz-grevi-haberi-1017780.html
[211] http://www.agos.com.tr/gaziantepte-4-bin-tekstil-iscisi-grevde-2304.html
[212] https://es.internationalism.org/cci-online/201002/2777/turquia-solidaridad-con-la-resistencia-de-los-trabajadores-de-tekel-contra-el
[213] https://es.internationalism.org/cci-online/201008/2927/huelgas-en-tekel-turquia-como-podemos-organizar-nuestras-luchas-sin-los-sindi
[214] https://es.internationalism.org/cci-online/201002/2779/estimados-companeros-de-clase-de-turquia
[215] https://es.internationalism.org/cci-online/201002/2788/pronunciamiento-por-la-solidaridad-internacionalista-la-combatividad-de-los-t
[216] https://es.internationalism.org/cci-online/201002/2778/solidaridad-con-la-huelga-de-los-trabajadores-de-tekel-turquia
[217] http://www.soldefter.com/2012/08/20/antep-iscilerinin-grevi-sona-erdi-bir-adim-one
[218] https://libcom.org/article/unions-against-revolution-g-munis
[219] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/lucha-de-clases-turquia
[220] https://es.internationalism.org/en/tag/2/35/las-luchas-parciales
[221] http://www.chrisknight.co.uk/solidarity_selfish-gene/
[222] https://es.internationalism.org/cci-online/201112/3287/chris-knight-marxismo-y-ciencia-1-parte
[223] https://es.internationalism.org/en/tag/cuestiones-teoricas/sociedades-precapitalistas
[224] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/sudafrica
[225] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/masacre-en-marikana
[226] https://es.internationalism.org/files/es/images/mineros%20y%20policia.jpg
[227] http://www.jeuneafrique.com
[228] http://www.kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/29504-merkel-mascar%C3%B3n-de-proa-del-buque-insignia-del-capital-tratado-de-estabilidad-en-espa%C3%B1a-ley-de-estabilidad.html
[229] http://www.kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/29222-%C2%BFqu%C3%A9-son-el-tratado-y-la-ley-de-estabilidad?-abaratar-empobrecer-y-derrotar-para-2020-futura-pol%C3%ADtica-fiscal.html
[230] http://www.kaosenlared.net/especiales/e/elcapitalismoenbancarrota/item/9979-libro-trabajadores-en-bancarrota-y-riesgo-de-derrota-%C2%BFc%C3%B3mo-evitarlas-y-fortalecernos?-una-gu%C3%ADa.html
[231] http://www.kaosenlared.net/noticia/horizonte-2050-socialismo-mega-crisis-recuperar-nuestra-vida-salvar-ti
[232] http://www.elmilitante.net/index.php?option=com_content&view=article&id=7790:iexiste-un-modelo-islandes-para-hacer-frente-a-la-crisis-capitalista&catid=1153:articulos-destacados
[233] https://www.aljazeera.com/opinions/2012/9/13/economic-exploitation-of-palestinians-flourishes-under-occupation/
[234] http://www.maannews.net/eng/ViewDetails.aspx?ID=521815
[235] https://altahrir.wordpress.com/2012/07/01/ramallah-protesters-attacked-by-palestinian-authority-police/
[236] http://www.maannews.net/eng/ViewDetails.aspx?ID=517262
[237] http://www.maannews.net/eng/ViewDetails.aspx?ID=517618
[238] http://www.maannews.net/eng/ViewDetails.aspx?ID=518944
[239] http://www.maannews.net/eng/ViewDetails.aspx?ID=517945
[240] https://www.latimes.com/archives/blogs/world-now/story/2012-09-10/palestinians-protest-in-west-bank-cities-over-economy
[241] http://www.maannews.net/eng/ViewDetails.aspx?ID=519320
[242] http://www.maannews.net/eng/ViewDetails.aspx?ID=520696
[243] http://www.maannews.net/eng/ViewDetails.aspx?ID=521159
[244] https://www.haaretz.com/2007-06-13/ty-article/human-rights-watch-condemns-hamas-fatah-for-war-crimes/0000017f-dc8f-db22-a17f-fcbf605a0000
[245] https://libcom.org/article/palestinian-union-hit-all-sides
[246] https://es.internationalism.org/cci-online/201103/3079/que-esta-pasando-en-oriente-medio
[247] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/palestina
[248] https://es.internationalism.org/cci-online/201207/3423/el-peor-ataque-a-nuestras-condiciones-de-vida-hasta-la-fecha-adonde-vamos-a-p
[249] https://es.internationalism.org/content/3424/espana-como-podemos-responder-los-ataques-cuando-la-economia-se-esta-hundiendo
[250] https://es.internationalism.org/content/1915/egipto-el-germen-de-la-huelga-de-masas
[251] https://es.internationalism.org/files/es/images/PANORM~1.JPG
[252] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201210/3495/15s-25-s-26s-movilizaciones-desmovilizadoras-y-desmoralizadoras
[253] https://es.internationalism.org/content/3482/espana-y-cataluna-dos-patrias-para-imponer-la-miseria
[254] http://www.sosfemmes.com/violences/violences_chiffres.htm
[255] http://www.hrw.org/news/2008/12/18/us-soaring-rates-rape-and-violence-against-women
[256] https://www.marxists.org/espanol/luxem/1912/mayo/12.htm
[257] https://www.microsofttranslator.com/bv.aspx?from=en&to=es&a=http%3A%2F%2Fmarxists.org%2Farchive%2Fkollonta%2F1909%2Fsocial-basis.htm
[258] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gotha/critica-al-programa-de-gotha.htm
[259] https://es.internationalism.org/en/tag/6/414/condicion-de-la-mujer
[260] https://es.internationalism.org/cci/200602/539/espana-1936-franco-y-la-republica-masacran-al-proletariado
[261] https://es.internationalism.org/en/tag/20/418/santiago-carrillo
[262] https://es.internationalism.org/en/tag/2/36/los-falsos-partidos-obreros
[263] https://es.internationalism.org/en/tag/20/434/frederick-winslow-taylor
[264] https://es.internationalism.org/en/tag/6/430/taylorismo
[265] https://es.internationalism.org/en/tag/6/435/huelga-general
[266] https://es.internationalism.org/node/3501#comment-1824
[267] https://www.marxists.org/espanol/luxem/06Huelgademasaspartidoysindicatos_0.pdf
[268] https://es.internationalism.org/content/3535/debate-proposito-de-la-huelga-general
[269] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200
[270] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200904/2483/las-revueltas-de-la-juventud-en-grecia-confirman-el-desarrollo-de-
[271] https://es.internationalism.org/node/3349
[272] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/marikana
[273] https://es.internationalism.org/node/3468
[274] https://es.internationalism.org/node/3453
[275] https://es.internationalism.org/files/es/images/portugal-20121115.jpg
[276] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/israel
[277] https://www.inpes.sante.fr/INPES/
[278] https://www.hcsp.fr/explore.cgi/adsps?menu=11
[279] https://www.ofdt.fr/
[280] https://www.unipresse.com/magazine-review-subscription-actualite-et-dossier-en-sante-publique-adsp-.shtml
[281] https://www2.potsdam.edu/hansondj/InTheNews/UnderageDrinking/1064433210.html
[282] https://www.scienceshumaines.com/isabelle-varescon-qu-est-ce-que-l-addiction-comportementale_fr_25513.html
[283] https://www.editionsmilan.com/09616631/Michel-NIEZBORALA.html
[284] https://www.hasse-consultants.com/
[285] http://www.elconfidencial.com/economia/2012/11/16/las-entidades-nacionalizadas-aceleraron-los-desahucios-para-traspasar-los-pisos-al-banco-malo-109338
[286] https://es.internationalism.org/book/export/html/2407
[287] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201005/2874/suicidio-y-sufrimiento-en-el-trabajo
[288] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/que-respuesta-frente-los-ataques
[289] https://es.internationalism.org/files/es/malvinas_no_todo_fue_complicidad_y_silencio_0.pdf
[290] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200602/757/polonia-1980-lecciones-siempre-validas-para-la-lucha-del-proletaria
[291] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/argentina
[292] https://es.internationalism.org/en/tag/5/449/guerra-de-malvinas
[293] https://es.internationalism.org/en/tag/6/431/salafistas
[294] https://es.internationalism.org/en/tag/6/432/la-inocencia-de-los-musulmanes
[295] https://es.internationalism.org/en/tag/6/433/musulmanes
[296] https://es.internationalism.org/files/es/14trampa_hoja__3.pdf
[297] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/estados-unidos
[298] https://es.internationalism.org/en/tag/6/428/maestros-de-chicago
[299] https://es.internationalism.org/en/tag/6/429/solidaridad-obrera
[300] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/elecciones
[301] https://es.internationalism.org/en/tag/6/427/reforma-laboral
[302] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/11-m
[303] https://es.internationalism.org/en/tag/20/567/pena-nieto
[304] https://es.internationalism.org/en/tag/noticias-y-actualidad/represion-en-corea-del-sur
[305] https://icorsoc.blogspot.com.es/2012/07/debate-sobre-el-calculo-economico-en-el.html
[306] https://es.wikipedia.org/wiki/Debate_sobre_el_c%C3%A1lculo_econ%C3%B3mico_en_el_socialismo
[307] https://es.internationalism.org/node/3501#comment-1828
[308] https://www.iberlibro.com/Principios-fundamentales-producci%C3%B3n-distribuci%C3%B3n-comunista-Zero/4073113521/bd
[309] https://www.marxists.org/espanol/pannekoek/index.htm
[310] https://fr.internationalism.org/node/2875
[311] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gotha/index.htm
[312] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200802/2190/viii-los-problemas-del-periodo-de-transicion-6
[313] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200808/2336/ix-los-problemas-del-periodo-de-transicion-7
[314] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200612/1138/iv-los-anos-30-el-debate-sobre-el-periodo-de-transicion-1
[315] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200708/2003/vi-los-problemas-del-periodo-de-transicion-4
[316] https://es.internationalism.org/en/tag/corrientes-politicas-y-referencias/comunismo-de-consejos
[317] https://es.internationalism.org/en/tag/2/26/la-revolucion-proletaria
[318] https://es.internationalism.org/en/tag/5/536/periodo-de-transicion
[319] https://es.internationalism.org/en/tag/personalidades/obama
[320] mailto:[email protected]
[321] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199901/1175/crisis-economica-i-treinta-anos-de-crisis-abierta-del-capitalismo
[322] https://es.internationalism.org/node/3467
[323] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199307/1964/quien-podra-cambiar-el-mundo-i-el-proletariado-es-la-clase-revoluc
[324] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199309/1949/quien-podra-cambiar-el-mundo-ii-el-proletariado-sigue-siendo-la-cl
[325] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201002/2769/que-son-los-consejos-obreros-i
[326] https://es.internationalism.org/node/3422
[327] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200510/246/5-preguntas-sobre-el-comunismo
[328] https://es.internationalism.org/cci-online/200705/1908/que-es-el-socialismo
[329] https://es.internationalism.org/cci-online/200703/1769/entre-internacionalismo-y-nacionalismo-patriotismo-no-existe-afinidad-alguna-
[330] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200007/3478/tesis-sobre-la-democracia-burguesa-y-la-dictadura-del-proletariado
[331] https://es.internationalism.org/cci-online/200601/383/correspondencia-con-nuevo-proyecto-historico-sobre-la-autogestion
[332] https://es.internationalism.org/node/3103
[333] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200601/394/tribuna-del-lector-por-que-los-sindicatos-venden-siempre-a-los-obreros
[334] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200601/390/es-posible-un-nuevo-sindicalismo
[335] https://es.internationalism.org/tag/2/31/el-engano-del-parlamentarismo
[336] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/brumaire/brum1.htm
[337] https://es.internationalism.org/go_deeper
[338] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201005/2865/que-son-los-consejos-obreros-2-parte-de-febrero-a-julio-de-1917-re
[339] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201008/2910/que-son-los-consejos-obreros-iii-la-revolucion-de-1917-de-julio-a-
[340] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201012/3004/que-son-los-consejos-obreros-iv-1917-21-los-soviets-tratan-de-ejer
[341] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201104/3086/que-son-los-consejos-obreros-v-los-soviets-ante-la-cuestion-del-es
[342] https://es.internationalism.org/cci/200606/969/introduccion-a-la-1-edicion-en-espanol
[343] https://es.internationalism.org/en/tag/21/475/organizacion-del-proletariado
[344] https://es.internationalism.org/en/tag/5/568/asamblea-general
[345] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/conflictos-interburgueses
[346] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/situacion-economica
[347] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/resoluciones-de-congresos
[348] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200601/410/debate-sobre-el-problema-de-la-vivienda
[349] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200610/1086/correo-del-lector-continuacion-del-debate-sobre-el-problema-de-la-vivi
[350] http://www.asambleaporunaviviendadigna.org
[351] https://es.internationalism.org/en/tag/6/556/vivienda
[352] http://www.cnnexpansion.com/economia/2012/11/16/banca-global-recortara-160000-puestos
[353] http://www.finanzas.com/noticias/empleo/20121127/trabajadores-ugta-protestan-despido-1637219.html