Enviado por Accion Proletaria el
Cada día que pasa la crisis económica hace más estragos más bestiales en las condiciones de existencia de los trabajadores. Recientemente se ha conocido como en Estados Unidos la población por debajo de umbral de la pobreza representa ya el 15% del total (50 millones de personas). En Europa, las "viejas democracias" que hasta hace poco nos presentaban como la la antítesis de los "neocons" exigen sin vergüenza los más terribles sacrificios de la población - véase Grecia, por ejemplo - como "garantía" de sus préstamos. En España, esa epidemia mortífera consecuencia de la gangrena del sistema capitalista, se extiende cada vez más a todos los sectores obreros. Y a los 5 millones de desempleados, van a sumarse, si la lucha no lo impide, una nueva oleada de despidos provenientes en gran medida de la liquidación de contratos interinos en la Administración (3200 solo en la Enseñanza secundaria de la Comunidad de Madrid). Pero lo mismo se prepara en Galicia y Castilla la Mancha, añadiéndose a los que ya habíamos visto con en otras regiones como Murcia, u otros sectores como los centros sanitarios en Cataluña etc. Este brutal recorte supone despidos de miles de compañeros y sobrexplotación de los "afortunados" que siguen - de momento - trabajando [1].
Frente a ese hachazo se ha levantado una masiva demostración de combatividad de los trabajadores que se niegan a sacrificar sus condiciones de vida en el altar del "equilibrio de las finanzas públicas". Esa resistencia no nace únicamente de comprobar que los sacrificios - como por ejemplo la rebaja salarial del año 2010 - sólo conducen a más sacrificios. Es, sobre todo, expresión del sentimiento de fuerza que ha arraigado en los trabajadores en España desde que arrancaran las movilizaciones del 15M[2]. Hace poco más de un año, cuando la Huelga General de los empleados públicos del 8 de Mayo, la burguesía española aún pudo jugar con las divisiones y rencillas entre los trabajadores del sector privados y los "funcionarios". Hoy, en cambio, padres, estudiantes, vecinos de los institutos se han acercado a los profesores de Enseñanza Media de Madrid para mostrarles su simpatía, a pesar de las "molestias" que puedan derivarse de sus movilizaciones. En algunos institutos padres y alumnos han decidido crear cajas de resistencia para aminorar el quebranto económico que suponen los días de huelga. No sólo eso, sino que en muchas asambleas de barrio del 15 M se han presentado mociones de solidaridad con los enseñantes, y se han enviado delegaciones para participar en las asambleas,... Estas luchas pueden servir como reactivo para cristalizar la difusa contestación social del 15 M, en torno a reivindicaciones y métodos de lucha proletarios. Pero ese peligro no se le escapa tampoco a la clase enemiga, por lo que las ataca a muerte.
Trampas ideológicas y mangoneos sindicales contra la lucha de los trabajadores de la enseñanza.
Cuando hablamos de ataque no nos referimos únicamente a la denigración y el insulto a los trabajadores perpetrados sistemáticamente por gobernantes de la derecha como la ínclita Esperanza Aguirre, "lideresa" del PP y presidenta de la comunidad de Madrid, que ha señalado a los enseñantes sucesivamente como vagos, irresponsables, sindicalistas o "infiltrados del PSOE". O es rematadamente obtusa o miente a conciencia. Y como se le supone una cierta astucia al menos para sobrevivir en la charca de cocodrilos que es la política burguesa habrá que deducir que sabe calcular para qué sirven sus exabruptos, que no es para mermar la combatividad de los enseñantes ni la solidaridad con ellos, sino para redorar el blasón de sus "odiados" sindicalistas e intelectuales de izquierdas que, sin las diatribas de Aguirre, tendrían más dificultades para presentarse como "amigos" de los trabajadores. Con ello se comprueba, una vez más, que la apuesta de los explotadores para conseguir imponer sus hachazos a las condiciones de vida obreras no pasa tanto por convencerles de su necesidad, sino por quebrar, desde dentro, la resistencia de los explotados. A eso se dedican no los enemigos descarados, sino los "falsos" amigos.
¿Y cómo? En primer lugar falseando las verdaderas razones de los recortes sociales. En la reciente presentación de un manifiesto de solidaridad de intelectuales de izquierdas (conocidos popularmente como "los de la ceja") con las luchas contra los recortes en educación, se ha afirmado sin rubor que los recortes son, en realidad, un ataque "ideológico" de la Derecha que apuesta por favorecer los beneficios de los empresarios privados de la enseñanza, o de la sanidad,... etc.[3] Escapa, desde luego, de las posibilidades de este artículo explicar como la historia demuestra que el capitalismo de Estado (como el que existía en los países llamados "socialistas") no es más progresista ni más favorable a los trabajadores que el capitalismo "privado". Preferimos concentrarnos, en cambio, en denunciar como esta polarización de la combatividad hacia la "defensa de lo público" viene a alimentar las nefastas y alicaídas ilusiones en un imaginario "capitalismo de rostro humano", gestionado eso sí, por los partidos de Izquierda. Y tienen el tremendo cinismo de hacerlo cuando gobiernos, de derecha y de izquierdas, están llevando a cabo en todo, el mundo, el mayor hachazo de la historia al llamado "Estado del bienestar". Cuando saben, pertinentemente, que no ha sido la "derechista" y "neoliberal" Aguirre quien ha ideado los recortes en educación. ¡Acordémonos, sin ir más lejos, como el "izquierdista" Maragall del gobierno tripartito catalán (PS, ERC, IU) promulgó hace 2 años recortes de plantillas y de gastos de los centros educativos, así como incrementos de las jornadas laborales de los profesores (lo que en Cataluña se llamó la 6ª hora) así como los ratios de alumnos/profesor,... hasta llevar a la calle a decenas de miles de trabajadores de la enseñanza en Marzo de 2010! ¿No es hoy el gobierno "socialista" de Papandreu en Grecia el que quiere reducir a la mitad las plantillas de empleados públicos, o va a hacer que los enfermos de cáncer de ese país deban comprar directamente sus tratamientos a la multinacional Roche?
Llevar las reivindicaciones de los trabajadores contra los recortes sociales al terreno de la "defensa de lo público" no es sólo un atentado contra la determinación y la combatividad de los trabajadores pues les hace confiar en su enemigo de clase. Se trata también de un falseamiento del verdadero terreno de clase de la solidaridad. El deterioro de la atención sanitaria, o de la educación de sus hijos supone en realidad, nuevas dentelladas al salario (en este caso al llamado salario "social") de todos los trabajadores. El terreno de una lucha común contra los despidos o el aumento de la jornada laboral es el terreno propio y compartido de todos los trabajadores contra toda explotación. Por el contrario, el terreno de la "defensa de lo público" es una apuesta por una forma de gestionar esa explotación. En lo primero se resalta lo sustancial de las reivindicaciones obreras: la negativa a sacrificar sus necesidades como seres humanos a la implacable lógica de las necesidades del capital nacional. El segundo planteamiento abre la puerta a aceptar tales sacrificios en interés de ese mismo Estado capitalista. ¿Cuántas veces no habremos visto a los políticos - ¡y a los sindicatos! - exigir sacrificios a los trabajadores para que empresas o servicios públicos fueran competitivos?
En esta ocasión, sin embargo, están dejando que sea la Derecha quién hable "el lenguaje de la verdad" sobre la necesidad de los sacrificios, y son esencialmente los sindicatos quienes se encargan de sabotear desde dentro la propia lucha, atacando sobre todo la unidad y las asambleas.
Como hemos dicho el movimiento de los enseñantes se ha beneficiado del impulso y la fuerza contagiada por los movimientos masivos del 15 M. Pero no solo de ese aliento. También de experiencias y lecciones concretas. En primer lugar que la fuerza se consigue a través de las movilizaciones unitarias. Lo que expandió un sentimiento de masividad de la respuesta a los ataques, para enfrentar la represión, para salir de la atomización y la resignación fue ver la ocupación simultánea de todas las plazas de España, el oir gritar en las manifestaciones consignas como "Sí tocáis a uno nos tocáis a todos", o como cuando en la asamblea de Plaza Cataluña se retransmitían las manifestaciones que tenían lugar en Madrid, o como el día en que el parlamento griego aprobaba una oleada de brutales recortes sociales, se hacía una manifestación al grito de "Atenas aguanta, Madrid se levanta". Jornadas como el 19 de Junio en todas las capitales españolas, o la concentración en Madrid del 24 de Julio, han servido a muchos compañeros para volver a confiar en la capacidad para unirse por encima de todas las divisiones de nacionalidad, sector,... [4]
Todo lo contrario a lo que plantean ahora los sindicatos, que han procedido a una verdadera dislocación de la lucha en diferentes fechas para diferentes regiones, en semanas alternas a los de Galicia y los de Madrid, por ejemplo, aplazando una movilización "unitaria" hasta el 22 de Octubre. Con esta dislocación hay una clara voluntad que aislar la lucha que ahora mismo tiene las mayores potencialidades, que es la de los profesores de Madrid. En Cataluña donde, como antes veíamos, han habido luchas por motivos muy similares en la educación, los sindicatos han convocado movilizaciones... ¡contra el ataque a la lengua catalana ¡ El secretario de CCCO en la educación del País Valencia, ha llegado incluso a afirmar - tras 2 años de tabarra en pro del "ensenyament públic"- que ahora no convocan movilizaciones porque en Valencia, "los ataques no son tan fuertes como en Madrid" (sic). He aquí la enésima demostración de cómo los explotadores utilizan el nacionalismo para dividir a la clase obrera.
Lo que permite a los sindicatos organizar concienzudamente la desunión y la desmovilización, es el hecho de haberse adueñado de la organización de la lucha usurpando ésta a las asambleas. Como acreditan numerosos testimonios [5], los sindicatos no han vacilado en utilizar todo su repertorio de artimañas para ello: desde hacerse con el control de la circulación de información impidiendo cualquier asamblea general, a negar cualquier representatividad a los delegados enviados por las propias reuniones de los trabajadores, a los que han negado cualquier representatividad, mientras el Comité de Empresa se la arrogaba en exclusividad por el hecho de haber sido elegido en la elecciones sindicales. ¡Curiosa coincidencia argumental con las soflamas de los locutores más ultraderechistas contra el 15.M! Pero es que tampoco han tenido el más mínimo rubor en saltarse sus propias pamplinas "democráticas". Así, por ejemplo, en lugar de hacer una asamblea general donde calibrar efectivamente la fuerza y la combatividad reales, decidieron organizar una encuesta sobre el calendario de movilizaciones. Cuando tampoco los resultados de esa encuesta les cuadraron, se ciscaron en ella (¡ellos que tanto se habían desgañitado en pro de un referéndum sobre la Reforma constitucional!), y adujeron entonces la necesidad de un "consenso" con el sindicato más conservador para moderar el calendario de movilizaciones espaciándolo y dislocándolo como veíamos antes.
Desde esa plataforma del control de la organización de la lucha y de sabotaje de las asambleas, los sindicatos atacan la unidad obrera. En los enseñantes de Madrid hemos visto por ejemplo a CCOO, que es además el sindicato mayoritario, convocar en solitario una tercera jornada de huelga que sólo ha sido seguida por una parte de los docentes y que ha generado divisiones entre ellos. Es lo mismo que han hecho en la sanidad catalana, convocando huelgas en casi todos los hospitales públicos de Barcelona, mientras médicos y enfermeros del Hospital Clinic votaban en referéndum un preacuerdo sindical que recoge la aceptación de recortes salariales.
Usurpando la organización de la lucha, los sindicatos desarman la combatividad, adjudicando por ejemplo a los estudiantes un papel específico y separado. Así, el "ultraradical" Sindicato de Estudiantes ha convocado una huelga ¡para el 6 de Octubre!, casi un mes después del inicio de la lucha, y al día siguiente de los dos paros programados por los sindicatos de docentes. Así los familiares de los alumnos y los simpatizantes con la lucha de los profesores son encauzados hacia "eventos" más espectaculares que efectivos (encierros, cadenas humanas, pitadas a Aguirre,...), como herramienta auxilar al servicio del plan sindical de "movilización" (¿?), y siempre en el terreno falseado, como veíamos antes, de la defensa de la enseñanza pública.
Nos jugamos mucho, la miseria del presente y la posibilidad de un futuro, para dejar la lucha en manos de estos saboteadores profesionales de la combatividad obrera. Para que esta sea efectiva y refuerce la determinación de luchar contra los recortes ha de estar en nuestras propias manos a través de ASAMBLEAS SOBERANAS en las que se decidan las movilizaciones, la extensión de la lucha a otras comunidades y otros sectores, así como al incorporación de compañeros que están efectivamente a nuestro lado para hacer frente a la oleada de ataques que se nos viene a todos encima. Esto no sólo es necesario, sino que como demuestran las recientes movilizaciones del 15 M en España, como las que tuvieron lugar antes en otros países, es una posibilidad patente.
Desi 27 de Septiembre
[1] Los propios maestros han explicado muy bien en multitud de foros sociales y en asambleas abiertas que la ampliación de las horas lectivas supone, en la práctica una ampliación - no pagada - de la jornada laboral. Por otra parte la supresión de profesores de refuerzo, de educación compensatoria, etc, va a hacinar a más y más alumnos cada vez más desmotivados, con mayores problemas de integración, de fracaso escolar, lo que va a hacer de las aulas un mayor infierno.
[2] Para un análisis más pormenorizado de las potencialidades y debilidades de este movimiento remitimos a los lectores interesados a /revista-internacional/201108/3175/las-movilizaciones-de-los-indignados-en-espana-y-sus-repercusiones
[3] Ese "razonamiento" concuerda lógicamente, con las patrañas que señalan que la actual crisis económica es, en realidad, una maquinación de misteriosos entes (los "mercados", el "neoliberalismo",...) para tener una justificación con la que empobrecer a las gentes y sacar mayor tajada. Hemos desmontado esta falacia en nuestro artículo "Crisis económica: un verano de infarto". Ver https://es.internationalism.org/node/3184
[4] Ver nuestras tomas de posición sobre estas dos fechas en https://es.internationalism.org/node/3133,
[5] Uno de los que más ha circulado por Internet ha sido esta crónica de la Asamblea general del 8 de Septiembre en Madrid: "Los docentes se reorganizan tras la traición de los sindicatos amarillos", que puede verse en la web de kaos en la red.