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En el contexto del covid-19, que solo ha demostrado el hecho de que el modo de producción capitalista está en decadencia y que es una amenaza para la humanidad misma, los diferentes gobiernos burgueses alrededor del mundo han creado leyes para proteger la economía del capital, a cambio de sacrificar y torturar aún más a las masas proletarias (Francia, España, Estados unidos, etc.).
Bajo ese ambiente el gobierno chileno de Sebastián Piñera, junto con el parlamento burgués han votado una ley de “protección al empleo” ¿En qué consiste esta ley anti- obrera? “¿Cómo financiará el trabajador su sueldo? Utilizando el seguro de cesantía, es decir, su propio dinero. Usando ese fondo, su ingreso se reducirá a un 70% de su sueldo los primeros tres meses, luego llegará a un 55%, luego 45% y así irá decreciendo mes a mes. Además, el empresario podrá pagar durante el tiempo de la suspensión tan sólo el 50% de las cotizaciones previsionales de los trabajadores. ¿Quién gana con esta ley? Los empresarios. ¿Quiénes perdemos? Las y los trabajadores.”
Obviamente esto es solo una pequeña muestra de que el capitalismo mundial, con sus estados y gobiernos, son incompatibles con el bienestar y la vida de los obreros. Cabe destacar que esta ley es apoyada por la oposición, O SEA POR LA IZQUIERDA, pues sectores de la ex -nueva mayoría y del frente amplio votaron a favor de esta malvada ley, demostrando que no hay ninguna diferencia entre izquierda y derecha y que la burguesía necesita de ambos bandos para dominar a los proletarios.
Estos ataques en realidad van mucho más allá del gobierno actual, van mucho más allá de Chile, ¡¡ES ESTE MODO DE PRODUCCION QUE SE CAE A PEDAZOS EL QUE ORIGINA TANTO MALESTAR A LOS TRABAJADORES!! Los gobiernos y los estados (independientemente si son de izquierda o de derecha, democráticos o totalitarios, todos son iguales) responden únicamente a las necesidades del capital. ¡LA PANDEMIA Y SUS EFECTOS ECONOMICOS DEMUESTRAN LA NECESIDAD DE LA UNIDAD Y POLITIZACION DEL MOVIMIENTO OBRERO!! ¡LA NECESIDAD DE LA REVOLUCION COMUNISTA MUNDIAL!!
Los trabajadores tenemos que defendernos con nuestros medios de lucha: la huelga, la manifestación, la solidaridad como clase… Pero ¿Cómo organizar la lucha? La experiencia histórica de la clase obrera demuestra que los sindicatos van contra la lucha obrera, que la clase obrera debe autoorganizar su lucha mediante Asambleas Generales de trabajadores y comités elegidos y revocables que respondan ante ellas.
Gran parte de la debilidad actual del movimiento obrero puede atribuirse a la acción de los sindicatos como aparatos al servicio del Estado Capitalista y de manera cada vez evidente en favor de los empresarios. Con la entrada de la decadencia del capitalismo a inicios del siglo XX comenzó la instrumentalización de los sindicatos como aparatos contrarrevolucionarios[1]. Organizaciones que constituían fuerzas importantes para el movimiento obrero ahora no son más que obstáculos para su desarrollo, saboteadores deliberados. ¿Por qué?, porque si en el capitalismo ascendente los obreros podían ocasionalmente ganar ventajas del desarrollo capitalista de las fuerzas productivas y de la negociación con la burguesía, en la época de la decadencia todo desarrollo de las fuerzas productivas va en contra de la vida del proletariado y pone en peligro el porvenir de la humanidad[2], el sindicato se convierte en un órgano defensor del status quo que no desarrolla la lucha de clases, sino que hace todo lo contrario, intenta convencer a la clase explotada de que tiene intereses en común con la clase explotadora.
Una vez establecido eso, surge la pregunta: ¿Cuál es la alternativa? La misma historia nos ayuda a verlo. Al mismo tiempo que las organizaciones sindicales y los partidos parlamentarios se volvían en contra del proletariado, en todo el mundo comenzaron a aparecer organizaciones de lucha radicalmente nuevas, estas no planteaban representar a los trabajadores de una empresa o rubro ante la burguesía, sino que buscaban reunir a la fuerza colectiva de todos los trabajadores de una cierta ciudad o pueblo, en vías de tomar decisiones colectivas relevantes para la vida de los trabajadores. Estos consejos obreros[3] claramente no nacieron de la nada, fueron el fruto de grandes luchas, huelgas realmente masivas con millones de trabajadores en las calles por semanas e incluso meses, jornadas en que se realizaban grandes asambleas donde los obreros tenían la oportunidad de discutir sobre el destino de su movilización. En estas asambleas los obreros ponían su vida política en directa conexión con su cotidianidad práctica, se decidían las acciones a tomar, las reivindicaciones y demandas a avanzar, y se elegían delegados y comités de huelgas revocables que se encargarían de los asuntos administrativos directos de la huelga y de su representación política. A su vez los delegados de las asambleas, con la masificación de las huelgas y las necesidades que eso implicaba, se comenzaron a reunir en consejos que reunirían entonces a la representación de todas las ramas obreras, llevando adelante la lucha que pedía a gritos pasar de la organización particular de cada fábrica a la organización unitaria de la colectividad completa del proletariado.
Las distintas instancias a nivel internacional de la formación de estos consejos y sus subsecuentes aplastamientos brutales por parte de los Estados burgueses han demostrado la capacidad organizativa del proletariado cuando toma conciencia de su condición social y el peligro que representan estas organizaciones para los Estados, esto último se recalca en el esfuerzo de la burguesía por borrar estos sucesos de la historia[4].
Las luchas deben ser tomadas a cargo por los obreros mismos enfrentándose al control sindical e imponiendo su propia organización de clase que va en el sentido histórico de los Consejos Obreros. En las fábricas y centros de trabajo los trabajadores mismos han de imponer que todas las decisiones se tomen mediante Asambleas abiertas a los demás obreros sin distinción de sector o condición. Las Asambleas deben coordinarse mediante Comités obreros y promover Asambleas Generales de ciudad de todos los trabajadores, para integrar en la lucha los compañeros precarios, desempleados, jubilados, de pequeñas empresas[5].
Los consejos obreros, no solo por su contenido y capacidad revolucionaria sino también por ser la expresión internacional de la lucha proletaria de su período, representan un paso gigante en la experiencia revolucionaria y un punto de partida para las organizaciones del futuro cercano. Ilustran que la lucha de clases solo puede darse en un terreno que reúna a la colectividad de la clase trabajadora y que le permita libremente desarrollar su conciencia revolucionaria. Es evidente que, por ejemplo, hoy en día la tecnología de las comunicaciones tiene una potencialidad que los antiguos revolucionarios con sus telégrafos jamás habrían imaginado, pero esa potencialidad sólo se realizará en la medida que los operadores de estas tecnologías se unan a la lucha general, pero más importantemente, en la medida que la clase obrera las controle y las conduzca con sus propios intereses revolucionarios de clase, a través de su autoorganización.
Simpatizantes de la CCI en Chile 2-5-2020
[1] Ver Apuntes sobre la cuestión sindical https://es.internationalism.org/cci-online/201104/3103/apuntes-sobre-la-cuestion-sindical [2] y Debates sobre la cuestión sindical /content/2365/debates-sobre-la-cuestion-sindical-la-lucha-reivindicativa-de-los-obreros-tiene-que-ser [3]
[2] Ver La lucha del proletariado en el capitalismo decadente https://es.internationalism.org/revista-internacional/200805/2265/la-lucha-del-proletariado-en-el-capitalismo-decadente [4]
[3] Ver la Serie ¿Qué son los Consejos Obreros? https://es.internationalism.org/revista-internacional/201002/2769/que-son-los-consejos-obreros-i [5] , https://es.internationalism.org/revista-internacional/201005/2865/que-son-los-consejos-obreros-2-parte-de-febrero-a-julio-de-1917-re [6] , https://es.internationalism.org/revista-internacional/201008/2910/que-son-los-consejos-obreros-iii-la-revolucion-de-1917-de-julio-a- [7] , https://es.internationalism.org/revista-internacional/201012/3004/que-son-los-consejos-obreros-iv-1917-21-los-soviets-tratan-de-ejer [8] y https://es.internationalism.org/revista-internacional/201104/3086/que-son-los-consejos-obreros-v-los-soviets-ante-la-cuestion-del-es [9]
[4] Experiencias históricas de la importancia de la Revolución en Rusia 1917 y la tentativa revolucionaria en Alemania (1918-23) son o bien censuradas o denigradas o deformadas de forma escandalosa. Para documentarse sobre estas experiencias ver las listas de nuestros artículos sobre ellas en https://es.internationalism.org/cci-online/200805/2245/lista-de-articulos-sobre-la-revolucion-rusa [10] y https://es.internationalism.org/content/4373/lista-de-articulos-sobre-la-tentativa-revolucionaria-en-alemania-1918-23 [11]
[5] Ver las experiencias de las luchas de 2006 (Francia) y 2011 (España, Grecia, USA, Israel) donde las Asambleas masivas han sido el corazón y el pulmón del movimiento: https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200 [12] , https://es.internationalism.org/revista-internacional/201111/3264/movimiento-de-indignados-en-espana-grecia-e-israel-de-la-indignaci [13] , https://es.internationalism.org/revista-internacional/201108/3175/las-movilizaciones-de-los-indignados-en-espana-y-sus-repercusiones [14] y /content/3349/2011-de-la-indignacion-la-esperanza [15]
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La democracia no es una desviación del totalitarismo estatal, sino su forma más avanzada. La forma más perfeccionada y enrevesada de la dictadura de la burguesía. La voluntad popular que proclama es una ilusión. El pueblo, la ciudadanía, es en realidad la disolución política de la clase obrera y su sumisión al Estado. Las opiniones de los votantes no son libres, no surgen por generación espontánea. Los políticos que hacen carrera en el Estado burgués (en el parlamento, los sindicatos, etc.) deben, por sistema, conquistar la confianza de la burguesía. Se comportan fieles al interés de distintas facciones de la burguesía, y ante todo fieles al Estado-nación, para captar a diferentes secciones de la población, abarcando a esta lo máximo posible. Solo pueden sobrevivir así. Esta es la carrera por el gobierno de la nación o por la oposición. No son las masas las que conquistan el gobierno sino el gobierno de la burguesía el que conquista a las masas. Las opiniones de quienes son o se vuelven políticos especialistas no expresan sus buenos deseos ni su honradez o coherencia, sino la interiorización de un mecanismo automático que, al igual que en el fascismo o el estalinismo, anula y excluye la política de la clase obrera.
Con la entrada del capitalismo en su fase de decadencia, “los partidos políticos de la burguesía ya no prevalecen como emanaciones de diferentes grupos de interés como lo fueron en el siglo XIX. Se convierten en expresiones del capital estatal hacia secciones específicas de la sociedad. En cierto sentido, podríamos decir que los partidos políticos de la burguesía en cualquier país son meramente facciones de un partido estatal totalitario”[1].La ideología no es libre e individual. La ideología dominante es la ideología de la clase dominante. La burguesía tiene el monopolio de medios para asaltar masiva y cotidianamente el pensamiento general de la sociedad. Tiene la propiedad privada de los medios de producción de las ideas que cotidianamente saturan la radio, la televisión, las redes sociales, la prensa, las instituciones, los programas educativos, etc. Estos medios no están exentos de la competencia por colocar sus productos ideológicos en la sociedad. La libertad de expresión no existe en la sociedad burguesa. Lo que existe es la competencia impulsiva. Ni hablar de para el proletariado, que está excluido de la libertad de expresar la competitividad de la propiedad privada que no tiene. La competencia misma absorbe los productos teóricos de la ciencia a una ciencia interesada y parcial, si alguna producción científica no fue ya sesgada desde su puesta en marcha. Todas las opiniones las adapta oficialmente para compatibilizarlas con la perpetuación del capitalismo.
Pese a la brutal competencia, la burguesía coincide en el interés de explotar a la clase obrera. El fin de la I Guerra Mundial lo demuestra claramente. La contradicción entre la presión de la competencia cada vez más acentuada y la dominación general sobre la clase obrera resulta cada vez más en la pérdida de control por la burguesía de su propio aparato político. El ‘cada uno a la suya’ domina cada vez más sobre la sociedad oficial, e infecta por supuesto, sin piedad, a la clase obrera. Si la indisciplina presiona cada vez más la vida de la burguesía, esto no quiere decir que la política proletaria quede libre, sino que el individualismo se propaga cada vez más por la sociedad. La etapa de la descomposición capitalista y su característica falta de perspectiva de futuro, hacen explosionar este fenómeno[2].
Los conceptos de libertad, educación, sanidad, y todos los conceptos en abstracto, sin considerar a los intereses de qué clase corresponden, son en realidad expresión de los requerimientos idealizados para la acumulación de capital. Una salud y una educación para renovar idealmente las energías y disposición de los obreros para la explotación. Son ideas que, expresadas en abstracto, se tienden a agarrar como lapas a la sociedad burguesa. “El desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado en todos los países ha hecho que la burguesía y sus agentes en las organizaciones obreras forcejeen convulsivamente con el fin de hallar argumentos ideológico-políticos para defender la dominación de los explotadores. Entre esos argumentos se esgrime particularmente la condenación de la dictadura y la defensa de la democracia” (…) “Ante todo, ese argumento se basa en los conceptos "democracia en general" y "dictadura en general", sin plantear la cuestión de qué clase se tiene presente. Ese planteamiento de la cuestión al margen de las clases o por encima de ellas, ese planteamiento de la cuestión desde el punto de vista -como dicen falsamente- de todo el pueblo, es una descarada mofa”[3] (Resolución aprobada por el 1er Congreso de la Internacional Comunista en 1919).
La burguesía no cambia de ropajes según la llamada voluntad popular en las elecciones, sino principalmente según conviene en relación con tres factores: 1) su enfrentamiento contra la clase obrera; 2) sus necesidades como capital nacional en el terreno económico y político; 3) su posición y enfrentamientos imperialistas. Todo esto se realiza en el marco del Capitalismo de Estado, una tendencia universal de todos los capitales nacionales que se impone en la decadencia para hacer frente a las contradicciones crecientes que plantea la Decadencia del sistema. Así lo prepara la burguesía con su propaganda, sus encuestas, sus campañas, y sus promesas. Este circo es toda una nube de humo, necesaria para la burguesía, que cubre y asegura su dominación totalitaria. Un circo en el que por supuesto los actores compiten rastreramente. Las apariencias características de la democracia son posibles para los Estados más poderosos porque los mayores ataques a la clase obrera los ejercen sobre el proletariado en los países periféricos. Su desarrollo no es una conquista obrera, sino la respuesta de la burguesía al desarrollo de la consciencia revolucionaria del proletariado. Es necesaria, sobre todo, por tanto, en los países centrales del capitalismo, donde el proletariado tiene mayor experiencia.
La democracia difunde cotidianamente la ilusión de que la sociedad burguesa es una sociedad sin clases. Sería una especie de lucha de intereses parciales libres dentro de la sociedad: de izquierdas progres y derechas conservadoras, de fascistas y demócratas[4], de derechos de ciertos colectivos, de ciertos sectores productivos en detrimento de otros, de altruistas y egoístas, etc. En resumidas cuentas, un cuadro de la sociedad burguesa donde falta el motor que la mueve: la competencia y la acumulación de capital a través de la explotación. Alrededor de estos intereses parciales se alían y enfrentan supuestamente todos los estratos sociales, que a su vez se comprometen en el interés patriótico como bien común. El ecologismo, el feminismo, la defensa de lo público, la caza, los derechos de los inmigrantes, la sexualidad, en fin, cualquier cuestión más allá de las clases, serían luchas a través de las cuales maduraría una consciencia más respetuosa, considerada o solidaria.
“Aunque es verdad que la revolución proletaria engendrará nuevas relaciones en todos los ámbitos de la vida, es erróneo creer que se puede contribuir a ello organizando luchas sectoriales sobre problemas específicos tales como el racismo, la condición femenina, la ecología, la sexualidad u otros aspectos de la vida cotidiana. La lucha contra los fundamentos económicos de la sociedad capitalista contiene la lucha contra sus aspectos superestructurales (forma de vida, costumbres, ideología…) pero lo recíproco es falso”[5] (Plataforma Política de la CCI).
El ecologismo es la ilusión de que a la burguesía y sus instituciones les preocupa la naturaleza en general. Pero es en realidad una reacción parcial de la burguesía ante la indignación proletaria por el futuro. Estas reacciones parciales, lejos de suponer pequeñas conquistas o avances progresivos en la interacción de la sociedad humana con el resto de la naturaleza, son en realidad:
(1) A nivel ideológico el lavado de imagen de la burguesía local para romper el internacionalismo de la clase obrera y apaciguar la indignación con campañas de reforestación, apariencia verde de las ciudades, leyes locales o parciales de protección de fauna y flora, etc. Además de que en la mayor parte de los casos esto no resulta en más que meras apariencias volátiles relacionadas con la imagen “verde” de las empresas y el Estado, la burguesía no puede sino trasladar con disimulo la mayor falta de escrúpulos a los centros de producción fuera de los países centrales del capitalismo, o a otros lugares o sectores en los que su credibilidad no se vea tan comprometida pudiendo afectar a sus ganancias o reputación.
(2) La intensificación de la explotación de los obreros en sectores en los que se apela al voluntariado, la solidaridad, el sacrificio… aislando a los obreros en una lucha atomizada por reciclar, complacerse con los altos precios de los productos menos insalubres, sentirse culpables, resignarse a peores condiciones de trabajo y vida en supuesto beneficio de la naturaleza, etc.
La burguesía podrá ponerse y quitarse una máscara verde para proseguir su expolio de la naturaleza, pero no puede ir contra las leyes automáticas de su sistema. Por eso, “no basta con examinar este problema a través de las lentes de la ecología, o de las ciencias naturales, por sí solas. Para entender las causas subyacentes de la devastación ecológica, y la posibilidad de revertirla, tenemos que entender su conexión con las relaciones sociales existentes, con el sistema económico que gobierna la tierra: el capitalismo (…) Por sí solo, incluso el conocimiento científico más desinteresado es incapaz de hacer retroceder la marea del expolio medioambiental. De ahí que las interminables advertencias de los organismos científicos preocupados por el derretimiento de los glaciares, el envenenamiento de los océanos o la extinción de especies sean sistemáticamente ignoradas o contrarrestadas por las verdaderas políticas de los gobiernos capitalistas, cuya primera regla es siempre "expandirse o morir", independientemente de que estos gobiernos estén liderados por burdos negadores del cambio climático como Trump o por liberales serios y autoproclamados socialistas. La solución a la crisis ecológica -que, cada vez más, no puede separarse de la irreversible crisis económica del capitalismo y de su impulso hacia la guerra imperialista- sólo puede lograrse si la humanidad "recupera el control" mediante la supresión de la acumulación de capital, con todas sus expresiones externas, notablemente el dinero, el Estado y todas las fronteras nacionales. El trabajo debe emanciparse de la explotación capitalista: todo el proceso de producción debe organizarse sobre la base de las necesidades de los productores y de su interacción a largo plazo con el resto de la naturaleza[6]”.
El caso es el mismo en el resto de las luchas parciales, en las que la clase obrera es llamada a hacer frente común con diferentes facciones de la burguesía. Lo determinante, la transformación de las relaciones sociales no solo queda intacto, sino que los obreros quedan políticamente desarmados, impotentes y aislados, como fuerza de choque de la clase dominante. De manera análoga al ecologismo, el feminismo sería la ilusión de que a la burguesía le preocupa la condición de la mujer. “El capitalismo quiere impedir que las mujeres obreras constituyan un factor activo en la conciencia, la unidad y la solidaridad de todos los trabajadores (…) La historia de las luchas del proletariado ha evidenciado que la profundidad de un movimiento podía medirse en parte por la proporción de obreras implicadas en él. En “tiempos normales” las mujeres proletarias, al soportar una opresión todavía más agobiante que los proletarios hombres suelen estar menos implicadas que ellos en los conflictos sociales. Cuando los conflictos alcanzan una gran profundidad, las capas más oprimidas del proletariado, las obreras en particular se lanzan al combate y a la reflexión de clase (…) Solamente desde la unidad como clase obrera se podrá desarrollar un movimiento de lucha que desemboque en la superación de todas las divisiones, discriminaciones, opresiones particulares, que llevan consigo las sociedades de explotación” [7].
Así también, a la burguesía le preocuparía una salud, una educación y una serie de libertades no sometidas a los intereses de la acumulación capitalista. En breve, el capitalismo podría “humanizarse”, y lo hará poco a poco, cacho a cacho. Esto no es más que un espejismo. La consciencia sobre estas relaciones de los humanos entre sí y con la naturaleza son inseparables de la naturaleza de la lucha de la clase dominante explotadora o de la clase de la producción asociada, desposeída, explotada y revolucionaria a la vez. Ninguna consideración moral real está en la naturaleza del Capital. Aunque sí el interés de someter a la clase obrera a ilusiones desmembradas, negando el progreso de los métodos que están en la naturaleza de la clase obrera. Para conseguirlo se retuerce y contorsiona mil veces, retorciendo a la sociedad entera a su paso.
¿Qué clase de moral puede producir la burguesía? Una moral hipócrita y doble, maquiavélica, que envenene al proletariado, le haga sentirse culpable y le haga buscar culpables relativos o aparentes de expresiones parciales de la sociedad capitalista. La democracia se purificaría purgándose de aquellos elementos con los propios mecanismos y métodos que los produjeron.
Así se ve en la superficie. Sin embargo, la consciencia obrera, por naturaleza excluida de la sociedad burguesa oficial, tiene un desarrollo subterráneo, que es la antítesis de la ideología burguesa. Y aunque es subterránea, cuando llega a cierta madurez vemos abiertamente que “sin embargo, se mueve”. Su desarrollo mismo expresa todo lo positivo y duradero de la sociedad humana. Es el hilo conductor en la historia de una sociedad mundial que, sin la intervención del proletariado por el comunismo, avanza hacia la barbarie.
La burguesía niega que el mismo proceso de la lucha proletaria hacia la revolución suponga el desarrollo de la solidaridad, de la confianza, de la voluntad y creatividad, la negación consciente de la explotación. La burguesía tiene que negar que la experiencia histórica de la clase obrera constituya un progreso, e impedir que la clase obrera recupere su memoria, sus lecciones y sus tradiciones, entre ellas la cultura del debate[8] y su relación con la continuidad de las organizaciones comunistas. El avance de la lucha obrera misma expresa en la práctica de las relaciones políticas de los trabajadores el potencial de superación del conflicto individuos-sociedad. La burguesía democrática tiene que denigrar este proceso con la mentira de que, al final acabará en una "dictadura peor", en una nueva dictadura de una "burguesía roja". Tiene que anular a la clase, hacer que se conciba a sí misma como un fracaso, una impotencia, para que renuncie al proceso mismo, como si el resultado final estuviera desligado del movimiento hacia él. Imponerle el miedo a la revolución como un acto en el que uno arriesga la vida. ¡Todo lo contrario! Además de vencer la pasividad, la vida automática y la destrucción del pensamiento, la consciencia revolucionaria salva la vida, acabó con la I Guerra Mundial, salva a los obreros de ser masacrados por las provocaciones de la burguesía, salva a los obreros de la abrumadora violencia personal del Estado. La burguesía denigra el compromiso militante como una pesada carga, la responsabilidad del que asume las culpas, del que pone la cara para que le abofeteen, del mártir religioso. Sería lo opuesto a pasar desapercibido, lo que en realidad quiere decir estar indefenso, aislado y anulado. Lo denigra también como una labor de intelectuales brillantes capacitados para la labor de jefes, que no estaría a la altura de cualquier obrero. La burguesía dibuja a los militantes obreros como individuos carismáticos que actúan por cuenta propia y que deben reaccionar precipitadamente, sin pensar, exponiendo su integridad. Al contrario, el compromiso de los obreros con su clase está en el interés y necesidad de aquellos. Cuanto más conscientes y organizados estén los obreros menos caerán en las trampas de la burguesía. La anulación de los individuos por el interés general es una característica de la burguesía, no del proletariado.
Los militantes obreros luchamos por el comunismo precisamente porque no llegará automáticamente, porque requiere el compromiso consciente de la clase obrera contra la anulación de la consciencia en la democracia. El proceso mismo expresa el potencial del comunismo. Como descubrió Marx, el comunismo no es un estado de las cosas ideal que habrá de implantarse, sino el movimiento vivo del proletariado que anula y supera el estado de las cosas existente.
La dictadura del proletariado deberá ser, tras la destrucción de los Estados de la burguesía, la supresión de los restos de la sociedad de clases por el poder exclusivo de la clase obrera. El proletariado debe luchar por su dictadura de clase, no por la verdadera democracia.
Teivos. 29/05/2020
[1] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201712/4264/notas-sobre-la-consciencia-de-la-burguesia-decadente?fbclid=IwAR0fd2Gk0e5gLyOvOJ7to7Bda1HAr6OzJgZn3RQn80v6GWGkTr5XenkVxm4 [20]
[2] Consultar un reciente informe sobre la descomposición: https://es.internationalism.org/content/4454/informe-sobre-la-descomposicion-hoy-mayo-de-2017 [21]
[4] Ver al respecto de la oposición entre fascismo y democracia el texto ‘Auschwitz o la gran coartada’, publicado en 1960 por el ‘Partido Comunista Internacional’. El trauma de los campos de exterminio de la II Guerra Mundial ha sido aprovechado por la burguesía para oponer la democracia a tales atrocidades. Nada más lejos de la realidad: https://sinistracomunistainternazionale.com/2019/06/15/auschwitz-o-la-gran-coartada/ [23]
[5] https://es.internationalism.org/cci/201211/3550/plataforma-de-la-cci-adoptada-por-el-ier-congreso [24]
[6] https://es.internationalism.org/content/4424/no-hay-solucion-para-la-catastrofe-ecologica-sin-la-emancipacion-del-trabajo-de-la [25]
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Antes de que el tsunami de la crisis de Covid-19 arrasara el planeta, las luchas de la clase obrera en Francia, Finlandia, EE.UU. y otros lugares eran indicios de un nuevo estado de ánimo en el proletariado, de un rechazo a inclinarse ante las exigencias impuestas por una crisis económica creciente. En Francia, en particular, pudimos discernir signos de una recuperación de la identidad de clase que se ha visto erosionada por décadas de descomposición capitalista, por el auge de una corriente populista que falsea las verdaderas divisiones de la sociedad y que, en Francia, ha salido a la calle con un chaleco amarillo[1].
En este sentido, la pandemia de Covid-19 no pudo llegar en peor momento para la lucha del proletariado: en el momento en que comienza a salir a la calle, a reunirse en manifestaciones para resistir a los ataques económicos cuyos orígenes en la crisis capitalista son difíciles de ocultar, la mayoría de la clase obrera no ha tenido más remedio que replegarse a la casa individualmente, evitar las grandes concentraciones, "auto -aislarse" bajo la mirada de un aparato de Estado con plenos poderes que ha sido capaz de hacer fuertes llamamientos a la "unidad nacional" frente a un enemigo invisible que -se nos dice- no discrimina entre ricos y pobres, patronos y trabajadores.
Las dificultades a las que se enfrenta la clase obrera son reales y profundas, y las examinaremos más a fondo en este artículo. Pero lo que es en cierto modo notable es el hecho de que, a pesar del miedo omnipresente al contagio, a pesar de la aparente omnipotencia del Estado capitalista, los signos de combatividad de clase que vimos en el invierno no sólo no se han evaporado, sino que, en una fase inicial y frente a la chocante negligencia de la burguesía, hemos visto movimientos defensivos muy extendidos de la clase obrera. Los trabajadores de todo el mundo se han negado a ir como "corderos al matadero", han librado una lucha decidida en defensa de su salud, de su propia vida, exigiendo medidas de seguridad adecuadas o el cierre de las empresas que no se dedican a la producción esencial (como las fábricas de automóviles).
Las grandes características de estas luchas son las siguientes:
Se han producido a escala mundial, dada la naturaleza global de la pandemia, pero uno de sus elementos más importantes es que han sido más evidentes en los centros capitalistas, en particular en los países más afectados por la enfermedad: en Italia, por ejemplo, la Tendencia Comunista Internacionalista menciona huelgas espontáneas en Piamonte, Liguria, Lombardía, Véneto, Emilia Romaña, Toscana, Umbría y Apulia[2]. Fueron sobre todo los obreros de las fábricas italianas los primeros en plantear el lema "no somos corderos enviados al matadero". En España, las huelgas en Mercedes, FIAT, Balay electrodomésticos; los trabajadores de Telepizza, en huelga contra las represalias a los trabajadores que no querían arriesgar sus vidas entregando pizzas, y otras protestas de los repartidores en Madrid. Tal vez lo más importante de todo - entre otras cosas porque desafía la imagen de una clase obrera americana que se ha unido sin críticas a la demagogia de Donald Trump - ha habido luchas generalizadas en los Estados Unidos: huelgas en FIAT en Indiana, Warren Trucks, por los conductores de autobuses en Detroit y Birmingham Alabama, en los puertos, restaurantes, en la distribución de alimentos, en el saneamiento, en la construcción; huelgas en Amazon (que ha sido golpeado por las huelgas en otros países también), Whole Foods, Instacart, Walmart, FedEx, etc. También hemos visto un gran número de huelgas de alquiler en los Estados Unidos. Se trata de una forma de lucha que, si bien no implica automáticamente a los proletarios, tampoco es en absoluto ajena a las tradiciones de la clase (podríamos citar, por ejemplo, las huelgas de alquiler de Glasgow que formaron parte integrante de las luchas de los trabajadores durante la Primera Guerra Mundial, o la huelga de alquiler de Merseyside en 1972 que acompañó a la primera ola internacional de luchas después de 1968). Y en los Estados Unidos en particular hay una amenaza real de desalojo que pende sobre muchos de los sectores "confinados" de la clase obrera.
En Francia y Gran Bretaña, esos movimientos han sido menos generalizados, pero hemos visto que los trabajadores postales y de la construcción, los trabajadores de almacenes y de contenedores se en Gran Bretaña y, en Francia han hecho plantes, se han producido huelgas en los astilleros de Saint Nazaire. Amazon en Lille y Montelimar, en la logística... En América Latina, los ejemplos incluyen a Chile (Coca Cola), trabajadores portuarios en Argentina y Brasil, empacadores en Venezuela. En México, "Las huelgas se han extendido por la ciudad mexicana de Ciudad Juárez, que limita con El Paso (Texas), involucrando a cientos de trabajadores de maquiladoras que exigen el cierre de fábricas no esenciales, que se han mantenido abiertas a pesar del creciente número de muertes por la pandemia de COVID-19, incluyendo a 13 empleados de la planta de asientos para automóviles Lear, de propiedad estadounidense. Las huelgas... siguen acciones similares de los trabajadores de las ciudades fronterizas de Matamoros, Mexicali, Reynosa y Tijuana"[3]. En Turquía, huelgas en la fábrica textil Sarar (en contra del consejo de los sindicatos), en el astillero de Galataport y por parte de los trabajadores del correo. En Australia, huelgas de los trabajadores portuarios y de la distribución. La lista podría ampliarse fácilmente.
Varias de las huelgas han sido espontáneas, como en Italia, en las fábricas de automóviles de los Estados Unidos y en los centros de Amazon, los sindicatos han sido ampliamente criticados y a veces se han opuesto frontalmente por su abierta colaboración con la dirección. Según un artículo de la Libcom, que ofrece un amplio panorama de las recientes luchas en los EE.UU.: "Los trabajadores de las plantas de ensamblaje de Fiat Chrysler's Sterling Heights (SHAP) y Jefferson North (JNAP) en Metro Detroit tomaron el asunto en sus manos anoche y esta mañana y forzaron un paro de la producción para detener la propagación del coronavirus. Los paros laborales comenzaron en Sterling Heights anoche, sólo horas después de que el United Auto Workers y los fabricantes de automóviles de Detroit llegaran a un pésimo acuerdo para mantener las plantas en funcionamiento durante la pandemia mundial... El mismo día, decenas de trabajadores de la planta de Lear Seating en Hammond, Indiana, se negaron a trabajar, lo que obligó a cerrar la fábrica de piezas y la cercana Planta de Ensamblaje de Chicago"[4]. El artículo también contiene una entrevista con un trabajador de la industria automotriz que declara: "El sindicato y la empresa se preocupan más por hacer camiones que por la salud de todos. Siento que no van a hacer nada a menos que tomemos medidas. Tenemos que unirnos. No pueden despedirnos a todos".
Estos movimientos se producen en un terreno básico de clase: en torno a las condiciones de trabajo (demanda de equipos de seguridad adecuados) pero también en torno a la indemnización por enfermedad, los salarios impagados, las sanciones a los trabajadores que se negaron a trabajar en condiciones inseguras, etc. Muestran un rechazo al sacrificio que está en continuidad con la capacidad de la clase para resistir el alistamiento para la guerra, factor subyacente en la situación mundial desde el relanzamiento de las luchas de clase en 1968.
Los trabajadores de la salud, aunque han demostrado un extraordinario sentido de la responsabilidad, también han expresado su descontento con sus condiciones, su ira con los llamamientos hipócritas y los elogios de los gobiernos, aunque esto ha adoptado principalmente la forma de protestas y declaraciones individuales, pero ha habido acciones colectivas[5], incluidas huelgas, en Malawi, Zimbabue, Nueva Guinea y manifestaciones de enfermeras en Nueva York.
Pero este sentido de responsabilidad proletaria, que también impulsa a millones de personas a seguir las reglas del autoaislamiento, muestra que la mayoría de la clase obrera acepta la realidad de esta enfermedad, incluso en un país como Estados Unidos, donde varias fracciones de la burguesía (entre ellas los “trumpistas”) defienden un negacionismo de la pandemia. Así pues, las luchas que hemos visto se han limitado necesariamente a los trabajadores "esenciales" que luchan por unas condiciones de trabajo más seguras -y estas categorías están destinadas a seguir siendo una minoría de la clase, por muy vital que sea su papel- o por trabajadores que muy pronto se han cuestionado si su trabajo era realmente necesario, como los trabajadores del automóvil en Italia y en los Estados Unidos; y por lo tanto su principal demanda era que se les enviara a casa (a sueldo de la empresa o del Estado en lugar de ser despedidos, como muchos lo han sido). Pero esta demanda, aunque necesaria, sólo podía implicar una especie de retirada táctica en la lucha, más que su intensificación o extensión. Ha habido intentos -por ejemplo, entre los trabajadores de Amazon en los Estados Unidos- de celebrar reuniones de lucha en línea, de hacer piquetes mientras se observan distancias seguras, etc., pero no se puede evitar el hecho de que las condiciones de confinamiento suponen un enorme obstáculo para cualquier desarrollo inmediato de la lucha.
Y en condiciones de aislamiento es más difícil resistir el gigantesco aluvión de propaganda y ofuscación ideológica desarrollado por los Estados.
Los medios de comunicación cantan a diario himnos a la unidad nacional, basados en la idea de que el virus es un enemigo que no discrimina: en el Reino Unido el hecho de que Boris Johnson y el Príncipe Carlos fueron infectados por el virus se presenta como la prueba de ello[6]. La referencia a la guerra, el espíritu del "blitz" durante la Segunda Guerra Mundial (en sí mismo el producto de un importante ejercicio de propaganda destinado a ocultar cualquier descontento social) es incesante en el Reino Unido, en particular con los aplausos que recibe un veterano de la Fuerza Aérea de 100 años que recaudó millones para el NHS al completar 100 tramos de su gran jardín. En Francia, Macron también se ha presentado como un líder de guerra; en los Estados Unidos, Trump se ha esforzado por definir el Covid-19 como el "virus chino", desviando la atención del lamentable manejo de la crisis por parte de su administración y jugando con el tema habitual de "America First". En todas partes -incluso en el área de Schengen de la Unión Europea- el cierre de las fronteras se ha destacado como el mejor medio para contener el contagio. Se han formado gobiernos de unidad nacional donde antes reinaba una división aparentemente insoluble (como en Bélgica), o los partidos de la oposición se vuelven más que nunca "leales" al "esfuerzo bélico" nacional[7].
El llamamiento al nacionalismo se acompaña con la presentación del Estado como la única fuerza que puede proteger a los ciudadanos, ya sea mediante la aplicación enérgica del confinamiento o en su apariencia más amable como proveedor de ayuda a los necesitados, ya sean los billones que supuestamente se estarían repartiendo para mantener a los trabajadores despedidos, así como a los autónomos cuyos negocios han tenido que cerrar, o los servicios de salud administrados por el Estado. En Gran Bretaña, el "National Health Service" ha sido durante mucho tiempo un icono sagrado de casi toda la burguesía, pero sobre todo de la izquierda, que lo considera su logro especial, ya que fue introducido por el gobierno laborista de la posguerra que lo presenta como algo ajeno a la mercantilización capitalista de la existencia, a pesar de las malvadas invasiones de los empresarios privados. Esta jactancia del NHS e instituciones similares se apoya en los rituales semanales de aplausos y el incesante elogio de los trabajadores de la salud como héroes, sobre todo por los mismos políticos que han sido decisivos en los enormes recortes de los servicios de salud realizados en la última década.
Según el político laborista de izquierda Michael Foot, Gran Bretaña nunca estuvo más cerca del socialismo que durante la Segunda Guerra Mundial (¡¡¡), y hoy en día, cuando el Estado tiene que dejar de lado las preocupaciones sobre la rentabilidad inmediata para mantener unida a la sociedad, la vieja ilusión de que "todos somos socialistas " (que era una idea comúnmente expresada por la clase dirigente durante la ola revolucionaria después de 1917) ha cobrado un nuevo impulso gracias a las masivas partidas de gastos impuestas a los gobiernos por la crisis de Covid-19. El influyente filósofo de izquierda Slavo Zizek, en una entrevista en Youtube titulada "Comunismo o barbarie"[8], parece dar a entender que la propia burguesía se ve obligada a tratar el dinero como un mero mecanismo de contabilidad, una forma de vale de tiempo de trabajo, totalmente desvinculado del valor real. En resumen, los bárbaros se estarían convirtiendo en comunistas (¡¡¡). En realidad, la creciente separación del dinero del valor es el signo del completo agotamiento de la relación social capitalista y, por tanto, de la necesidad del comunismo, pero el desprecio de las leyes del mercado por parte del Estado burgués no es un paso hacia un modo de producción más elevado, sino una nueva muralla defensiva de este orden en decadencia. Y la función de la izquierda del capitalismo es sobre todo ocultar esto a la clase obrera, desviarla de su propio camino, lo que exige romper el control del Estado y preparar su destrucción revolucionaria.
Pero en la era del populismo la izquierda no tiene el monopolio de las falsas críticas al sistema. La indudable realidad de que el Estado utilizará en todas partes esta crisis para intensificar su vigilancia y control de la población -y, por tanto, la realidad de una clase dominante que "conspira" sin cesar para mantener su dominio de clase- está dando lugar a una nueva cosecha de "teorías de la conspiración", según las cuales el peligro real representado por el Covid-19 se descarta o niega rotundamente: se trataría de una "estafa" respaldada por una siniestra cábala de globalistas para imponer su programa de "gobierno único". Y estas teorías, que son particularmente influyentes en los EE.UU., no se limitan al ciberespacio. La facción Trump en los EE.UU. ha estado revolviendo la olla, afirmando que hay pruebas de que Covid-19 escapó de un laboratorio de Wuhan - incluso si los servicios de inteligencia de EE.UU. ya han descartado esto. China ha respondido con acusaciones similares contra los EE.UU. También ha habido grandes protestas en los EE.UU. exigiendo la vuelta al trabajo y el fin del encierro, incitadas por Trump e inspiradas a menudo por las teorías conspiranoicas (así como por fantasías religiosas: la enfermedad es real, pero podemos vencerla con el poder de la oración). También ha habido algunos ataques racistas contra personas del lejano oriente, identificadas como responsables del virus. No hay duda de que tales ideologías afectan a partes de la clase obrera, en particular a aquellos que no reciben ningún tipo de apoyo financiero de los empleadores o del Estado, pero las manifestaciones de vuelta al trabajo en los EE.UU. parecen haber sido dirigidas principalmente por elementos pequeñoburgueses ansiosos de hacer funcionar de nuevo sus negocios. Como hemos visto antes, muchos trabajadores han luchado por ir en la dirección opuesta a estas mistificaciones.
Esta vasta ofensiva ideológica refuerza la atomización objetiva, impuesta por el confinamiento, el temor de que cualquier persona ajena a su hogar pueda ser fuente de enfermedad y muerte. Y el hecho de que el encierro probablemente durará algún tiempo, que no habrá vuelta a la normalidad y que puede haber más períodos de encierro si la enfermedad pasa por una segunda oleada, tenderá a exacerbar las dificultades de la clase obrera. Y no podemos permitirnos olvidar que estas dificultades no comenzaron con el confinamiento, sino que tienen una larga historia detrás, sobre todo desde el inicio del período de descomposición después de 1989[9], que ha visto un profundo retroceso tanto en la combatividad como en la conciencia, una creciente pérdida de la identidad de clase, una exacerbación de la tendencia al "cada cual a la suya" en todos los niveles. Así pues, la pandemia, como producto claro del proceso de descomposición, marca una nueva etapa en el proceso, una intensificación de todos sus elementos más característicos[10].
No obstante, la crisis de Covid-19 también ha centrado la atención en la dimensión política en un grado sin precedentes: la conversación diaria, así como el incesante parloteo de los medios de comunicación, se centra casi totalmente en la pandemia y el confinamiento, la respuesta de los gobiernos, la difícil situación de los trabajadores de la salud y otros trabajadores "esenciales" y los problemas de la supervivencia cotidiana de una gran parte de la población en su conjunto. No cabe duda de que el mercado de las ideas se ha visto en gran medida acorralado por las diversas formas de la ideología dominante, pero hay áreas en los que una minoría importante puede plantear cuestiones fundamentales sobre la naturaleza de esta sociedad. La cuestión de qué es "esencial" en la vida social, de quién hace el trabajo más vital y, sin embargo, es pagado tan miserablemente por ello, la negligencia de los gobiernos, el absurdo de las divisiones nacionales frente a una pandemia mundial, de qué tipo de mundo viviremos después de Covid: son cuestiones que no pueden ser completamente ocultadas o desviadas. Y la gente no está totalmente atomizada: los encerrados utilizan los medios sociales, los foros de Internet, las videoconferencias o las audioconferencias no sólo para continuar con el trabajo asalariado o mantenerse en contacto con la familia y los amigos, sino también para discutir la situación y hacer preguntas sobre su verdadero significado. Físicamente (si se está a la distancia social necesaria...) reunirse con los residentes del bloque de apartamentos o del barrio también puede convertirse en un ámbito de discusión, aunque no debemos confundir el ritual semanal de aplausos con la solidaridad real o los grupos locales de ayuda mutua con la lucha contra el sistema[11].
En Francia, un eslogan que se hizo popular fue "el capitalismo es el virus, la revolución es la vacuna". En otras palabras, las minorías de la clase están llevando la discusión y la reflexión a su conclusión lógica. La "vanguardia" de este proceso está formada por aquellos elementos, algunos de ellos muy jóvenes, que han comprendido claramente que el capitalismo está totalmente en bancarrota y que la única alternativa para la humanidad es la revolución proletaria mundial, es decir, por aquellos que están avanzando hacia posiciones comunistas, y por lo tanto la tradición de la izquierda comunista. La aparición de esta generación de personas "en búsqueda" del comunismo plantea a los grupos existentes de la izquierda comunista una inmensa responsabilidad en el proceso de construcción de una organización comunista que podrá desempeñar un papel en las futuras luchas del proletariado.
Las luchas defensivas que hemos visto en la primera etapa de la pandemia, el proceso de reflexión que ha ocurrido durante los confinamientos, son indicios del potencial intacto de la lucha de clases, que también puede estar "bloqueado" durante un período considerable pero que a largo plazo podría madurar hasta el punto de poder expresarse abiertamente. La imposibilidad de reintegrar a un gran número de despedidos en el momento más álgido de la crisis, la necesidad de que la burguesía recupere los "regalos" que ha ido repartiendo en aras de la estabilidad social, la nueva ronda de austeridad que la clase dominante se verá obligada a imponer: esta será sin duda la realidad de la próxima etapa del Covid-19, que es a la vez una historia de la crisis económica histórica del capitalismo y de su descomposición progresiva. Una historia también de agudización de las tensiones imperialistas, ya que varias potencias tratan de utilizar la crisis de Covid-19 para perturbar aún más el orden imperialista mundial: en particular, es posible que haya una nueva ofensiva del capitalismo chino dirigida a desafiar a los Estados Unidos como la principal potencia mundial. En cualquier caso, los intentos de Trump de culpar de la pandemia a China ya anuncian una actitud cada vez más agresiva por parte de los EE.UU. Se pedirá a los trabajadores que hagan sacrificios para "reconstruir" el mundo post-Covid, y para defender la economía nacional contra la amenaza del exterior.
Una vez más, debemos precavernos contra el peligro del inmediatismo. Un peligro probable - dada la actual debilidad de la identidad de clase y la creciente miseria que afecta a todas las capas de la población mundial - será que la respuesta a nuevos ataques contra los niveles de vida podría tomar la forma de revueltas interclasistas, "populares" en las que los trabajadores no aparecen como una clase distinta con sus propios métodos y demandas sino diluidos entre una masa popular amorfa y dominada por ideologías ajenas como la pequeñoburguesa o, peor aún, la lumpen. Vimos una ola de tales revueltas antes del confinamiento e, incluso durante el mismo, ya han reaparecido en el Líbano y en otros lugares, lo que pone de relieve el hecho de que este tipo de reacción es un problema más agudo en las regiones más "periféricas" del sistema capitalista[12]. Un reciente informe de las Naciones Unidas advirtió que algunas partes del mundo, especialmente en África y en países devastados por la guerra como el Yemen y el Afganistán, experimentarán hambrunas de "proporciones bíblicas" como resultado de la crisis de la pandemia, lo que también tenderá a aumentar el peligro de reacciones desesperadas que no ofrecen ninguna perspectiva[13].
Sabemos también que el desempleo masivo puede, en un período inicial, tender a paralizar a la clase obrera[14]: la burguesía puede utilizarlo para disciplinar a los trabajadores y crear divisiones entre empleados y desempleados, y en cualquier caso es intrínsecamente más difícil luchar contra el cierre de empresas que resistir a los ataques contra los salarios y las condiciones. Y sabemos que, en períodos de crisis económica abierta, la burguesía siempre buscará coartadas que oculten la decadencia y barbarie del sistema capitalista: a principios de los 70, fue la "crisis del petróleo"; en 2008, "los banqueros codiciosos". Actualmente el chivo expiatorio será el virus. Pero estas excusas son necesarias precisamente porque la crisis económica, y en particular el desempleo masivo, es una acusación contra el modo de producción capitalista, cuyas leyes, al final, le impiden alimentar a sus esclavos.
Más que nunca, los revolucionarios deben ser pacientes. Como dice el Manifiesto Comunista, los comunistas se distinguen por su capacidad de comprender "la línea de marcha, las condiciones y los resultados generales finales del movimiento proletario". Las luchas de masas de nuestra clase, su generalización y politización, es un proceso que se desarrolla a lo largo de un largo período y pasa por muchos avances y retrocesos. Pero no nos limitamos a cumplir deseos cuando insistimos, como hacemos al final de nuestra hoja internacional sobre la pandemia, en que "el futuro pertenece a la lucha de clases"[15].
Amos
[1] Sobre las luchas en Francia a finales de 2019 ver La perspectiva que plantean las recientes luchas obreras en Francia https://es.internationalism.org/content/4540/la-perspectiva-que-plantean-las-recientes-luchas-obreras-en-francia [31] . Sobre los chalecos amarillos ver Balance del movimiento de los "chalecos amarillos": Un movimiento interclasista, un obstáculo para la lucha de clases https://es.internationalism.org/content/4484/balance-del-movimiento-de-los-chalecos-amarillos-un-movimiento-interclasista-un [32]
[2] https://www.leftcom.org/en/articles/2020-03-14/italy-we-re-not-lambs-to-the-slaughter-class-struggle-in-the-time-of-coronavirus [33]
[4] https://libcom.org/article/workers-launch-wave-wildcat-strikes-trump-pushes-return-work-amidst-exploding-coronavirus [35]
[5] Ver las luchas en Perú (ver https://es.internationalism.org/content/4558/covid-19-en-peru-muerte-miseria-y-crisis [36] ) y también en Bélgica y Francia.
[6] Este estribillo se ha visto en cierta medida socavado por la creciente evidencia de que los elementos más pobres de la sociedad, incluidas las minorías étnicas, están siendo mucho más afectados por el virus
[7] En España hay que hacer notar que en las primeras semanas del confinamiento el PP y Ciudadanos junto al PNV y al principio ERC han apoyado sin fisuras al gobierno de izquierdas. Solamente Vox y los independentistas de Puigdemont y Torra han jugado el papel de “malos de la película”.
[9] Ver Derrumbe del Bloque del Este: Dificultades en aumento para el proletariado https://es.internationalism.org/revista-internacional/199001/3502/derrumbe-del-bloque-del-este-dificultades-en-aumento-para-el-prole [38]
[10] En nuestro último congreso internacional hemos examinado las dificultades de la clase obrera para desarrollar su lucha. Ver Documentos del 23º Congreso Internacional de la CCI https://es.internationalism.org/content/4455/documentos-del-23o-congreso-internacional-de-la-cci-2019 [39]
[11] Ver distintos artículos o textos de debate proletario en nuestra recopilación Dossier especial COVID19: el verdadero asesino es el capitalismo https://es.internationalism.org/content/4566/dossier-especial-covid19-el-verdadero-asesino-es-el-capitalismo [40]
[12] Ver Ante la agravación de la crisis económica mundial y la miseria, las "revueltas populares" representan un callejón sin salida https://es.internationalism.org/content/4495/ante-la-agravacion-de-la-crisis-economica-mundial-y-la-miseria-las-revueltas-populares [41]
[14] En las Tesis sobre la Descomposición alertamos de que “Uno de los factores que está agravando esa situación es evidentemente, que una gran proporción de jóvenes generaciones obreras está recibiendo en pleno rostro el latigazo del desempleo, incluso antes de que muchos hayan podido tener ocasión, en los lugares de producción, junto con los compañeros de trabajo y lucha, de hacer la experiencia de una vida colectiva de clase. De hecho, el desempleo, resultado directo de la crisis económica, aunque en sí no es una expresión de la descomposición, acaba teniendo, en esta fase particular de la decadencia, consecuencias que lo transforman es aspecto singular de la descomposición. Aunque en general sirve para poner al desnudo la incapacidad del capitalismo para asegurar un futuro a los proletarios, también es, hoy, un poderoso factor de "lumpenización" de ciertos sectores de la clase obrera, sobre todo entre los más jóvenes, lo que debilita de otro tanto las capacidades políticas actuales y futuras de ella” https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [43]
https://es.internationalism.org/content/4556/covid-19-barbarie-capitalis... [44]
https://es.internationalism.org/content/4548/covid-19-o-el-proletariado-... [46]
https://es.internationalism.org/content/4636/todas-las-pandemias-del-pas... [47]
https://es.internationalism.org/content/4541/covid-19-sintoma-de-la-etap... [48]
https://es.internationalism.org/content/4614/confinamiento-ante-la-pande... [49]
https://es.internationalism.org/content/4546/pandemia-del-covid-19-el-ca... [50]
https://es.internationalism.org/content/4767/la-crisis-de-covid-muestra-... [51]
https://es.internationalism.org/content/4626/segunda-ola-de-la-pandemia-... [52]
https://es.internationalism.org/content/4593/guerras-de-vacunas-el-capit... [53]
https://es.internationalism.org/content/4651/guerra-de-vacunas-para-el-c... [54]
https://es.internationalism.org/content/4560/guerra-de-las-mascarillas-l... [55]
https://es.internationalism.org/content/4551/pandemia-de-covid-19-en-fra... [57]
https://es.internationalism.org/content/4559/en-guayaquil-ante-una-crisi... [58]
https://es.internationalism.org/content/4649/hospitales-matadero-un-test... [59]
https://es.internationalism.org/content/4558/covid-19-en-peru-muerte-mis... [36]
https://es.internationalism.org/content/4576/en-peru-la-cuarentena-escon... [60]
https://es.internationalism.org/content/4570/la-pandemia-en-mexico-como-... [61]
https://es.internationalism.org/content/4683/chile-lo-unico-que-ofrece-e... [62]
https://es.internationalism.org/content/4777/crisis-del-covid-19-oportun... [63]
https://es.internationalism.org/content/4569/covid-19-pesar-de-todos-los... [64]
https://es.internationalism.org/content/4613/gran-bretana-protestas-en-e... [65]
https://es.internationalism.org/content/4561/la-pandemia-un-revelador-y-... [66]
https://es.internationalism.org/content/4554/sobre-la-pandemia-covid19-c... [67]
https://es.internationalism.org/content/4590/las-teorias-conspiranoicas-... [68]
Esta pandemia nos está mostrando la barbarie del capitalismo y las grandes amenazas que hace pesar sobre la humanidad. Estamos viendo una crisis económica que los “expertos” dicen que será peor que la de 1929 o la del 2008.
En Nueva York hay un muerto cada dos minutos por el Covid19 y los ricos huyen de la ciudad y se aíslan en una burbuja de lujo, protegidos por seguridad privada y pública. Mientras, en todo el mundo los trabajadores se hacinan en barrios dormitorio con precarias condiciones y servicios de salud; en su mayoría tiene que salir a trabajar utilizando transportes públicos sin medios de protección, exponiendo a ellos y sus familias al virus; en los centros de trabajo tampoco tienen garantizada la protección a la salud.
Esta situación denuncia al capitalismo como una sociedad de clases y de explotación, en decadencia y descomposición.
Estamos aquí para preguntarnos quién puede hacer frente a esta situación, quién puede cambiar al mundo.
La CCI defiende que la única clase revolucionaria es el proletariado:
1. Es la primera clase de la historia que es explotada y revolucionaria a la vez. Hasta ahora todos los cambios sociales habían sido hechos por clases explotadoras que reforzaban la división en clases, la explotación y el Estado. En cambio, con el proletariado se abre la posibilidad de abolir la explotación, las clases, las fronteras y los Estados.
2. Es una clase mundial con los mismos intereses en todos los países, por lo que puede unirse y luchar por una comunidad humana mundial.
3. Es el productor colectivo de las principales riquezas y servicios en el mundo, lo que le da una fuerza y la base para impulsar su unidad y su organización y poder acabar con el capitalismo.
4. Es la primera clase capaz de desarrollar la conciencia, la solidaridad y la autoorganización como acción masiva de todos los trabajadores y no de una minoría “dirigente”.
La CCI se reivindica del Manifiesto Comunista de 1848 que dice: “El movimiento proletario es el movimiento autónomo de una inmensa mayoría en interés de una mayoría inmensa”.
Entre 1848 y 1917, el proletariado a través de una dura lucha “económica, política e ideológica” como recordaba Engels, fue capaz de crear una vasta red de organizaciones: Partidos de masas, sindicatos, cooperativas, mutuas, universidades obreras, ligas de jóvenes o de mujeres etc. Con ellas logró definir su identidad de clase, es decir, reconocerse como clase obrera. Lo que permitía adquirir una conciencia de clase, a pesar de los peligros del parlamentarismo, el reformismo, la dominación elitista del grupo parlamentario, el economicismo, etc.
Esta fuerza permitió al proletariado internacional responder a la barbarie de la 1ra. Guerra Mundial con la oleada revolucionaria también mundial de 1917 a 1923. El proletariado tomó el poder en Rusia desarrollando su propia organización como clase a través de los Consejos Obreros. Estos fueron creados por el proletariado también en otros países (Alemania, Hungría, Italia, Austria), como dijo Lenin, el término Soviet (Consejo Obrero en ruso) había dejado de ser latín para las masas obreras. Hubo ecos en otros países de Europa, Asía, América y África. Estas experiencias a pesar de su derrota demostraron claramente que:
1. El proletariado puede tomar el poder y hacer la revolución,
2. El movimiento revolucionario es internacional,
3. Los Consejos Obreros son la forma de organización masiva de todo el proletariado.
La revolución fue aplastada en Rusia gracias al estalinismo que se apoderó del partido bolchevique en degeneración y del Estado soviético, debido a que finalmente quedó aislada y el comunismo en un solo país es imposible. Uno detrás de otro, los partidos creados por el proletariado degeneraron y fueron recuperados por la burguesía integrándolos en el Estado capitalista, ocurrió primero con los partidos socialistas, después con los partidos comunistas y finalmente con la Oposición de Izquierda de Trotsky. Los sindicatos fueron también integrados en el Estado capitalista sirviendo al interés de la burguesía disfrazados de obreros.
“El instrumento más eficaz que ha desarrollado el capitalismo en decadencia para asegurar su supervivencia ha sido la recuperación sistemática de todas las formas de lucha y organización que la clase obrera había heredado del pasado y que el cambio de perspectiva histórica ha vuelto caduco. Todas las tácticas sindicales, parlamentarias, frentistas que habían tenido un sentido y una utilidad para la clase obrera en el siglo XIX, se convirtieron en otros tantos medios para paralizar su lucha, transformándose en arma fundamental de la contrarrevolución” (Manifiesto del Primer Congreso de la CCI).
Durante la larga noche de la contra revolución, el proletariado estuvo dividido, amordazado y aplastado, sin embargo, no desapareció como clase. En primer lugar, por el esfuerzo de los pequeños grupos de la Izquierda comunista (Bilan, Internationalisme); en segundo lugar, hubo algunas luchas como en Alemania del Este 1953, Hungría 1956.
Desde 1968, vuelve a desarrollarse la lucha, la unidad y la conciencia del proletariado. La expresión de este renacimiento histórico es: El mayo francés, el otoño caliente italiano, el Cordobazo argentino, la insurrección del Báltico en Polonia etc. Hasta 1989 hubo sucesivas oleadas de lucha en diferentes países destacando el gran movimiento obrero en Polonia en 1980.
Como respuesta la burguesía desarrolló sus armas ideológicas, políticas y sindicales. La más importante es la democracia. Produce la ilusión de que votando podemos cambiar las cosas, que tenemos partidos que nos representan y sobre todo la democracia promueve el veneno del individualismo, nos vemos como ciudadanos y no como parte de la clase obrera. Bajo el manto de la democracia, la burguesía desarrolla toda clase de engaños y divisiones, los sindicatos, el nacionalismo, la autogestión, las luchas parciales, etc.
Con estas armas, la burguesía logró debilitar la lucha del proletariado, y reforzar su aparato represivo y de división.
A esta dificultad de la lucha del proletariado, vino a añadirse la caída del muro de Berlín, el derrumbe del bloque del Este y el hundimiento de los regímenes llamados comunistas. Esto permitió, una gigantesca campaña a la burguesía machacando que el comunismo estaba muerto, que el marxismo había fracasado e incluso la clase obrera ya no existía.
“Esta identificación del comunismo con el estalinismo es la mayor mentira en la historia de la humanidad. No solo la clase dominante quiere demostrar que la revolución proletaria sólo puede conducir a un sistema totalitario bárbaro y al caos. sino que busca también borrar de la memoria de la clase obrera su lucha histórica contra el sistema capitalista”.
Fue un golpe duro a la conciencia y a la identidad de la clase obrera que provocó un fuerte retroceso en la conciencia de los obreros y en las luchas. Y los efectos se siguen viviendo hoy. Para la CCI el hundimiento de los regímenes “comunistas” era el hundimiento de una forma particular de capitalismo de Estado, debido a una fase nueva en la historia del capitalismo que es su descomposición social e ideológica. La CCI en las tesis sobre la descomposición defiende que: “El hundimiento del bloque imperialista del Este ha venido a confirmar la entrada del capitalismo en una nueva fase de su período de decadencia: la de la descomposición general de la sociedad”.
En las mismas tesis, la CCI afirma que: “A pesar del golpe en su toma de conciencia dado por el hundimiento del bloque del Este, el proletariado no ha sufrido derrotas importantes en el terreno de sus luchas. Su combatividad sigue intacta. Pero, además, y es éste un factor que determina en última instancia la evolución de la descomposición, o sea, la agravación inexorable de la crisis del capitalismo es un estímulo esencial de la lucha y de la toma de conciencia de la clase, condición misma en su capacidad para resistir al veneno ideológico de la putrefacción de la sociedad”.
Será en la lucha contra los golpes cada vez más terribles que da el capitalismo en crisis, contra las condiciones de vida de la clase obrera donde esta ira forjando su identidad y desarrollando su conciencia. Al desempleo, la precariedad, la reducción de salarios, la eliminación de prestaciones sociales etc., el proletario tiene que responder en su propio terreno de clase, desarrollando asambleas generales, abiertas a los demás obreros, extendiendo y unificando sus luchas, haciendo frente al sabotaje de los sindicatos. Un obstáculo contra esta perspectiva son las revueltas populares interclasistas como las que se vivieron el año pasado en diferentes países y han vuelto a aparecer, por ejemplo, en el Líbano. Igualmente son factor de división, interclasismo, las luchas parciales: el feminismo, el movimiento “por el clima”, la lucha racial etc.
A lo largo de la historia, la clase obrera ha cambiado su piel. En los últimos 50 años se han incorporado al proletariado trabajadores profesionales y más recientemente riders, uberizados etc. Esto ha sido aprovechado por los servidores de la burguesía para proclamar que “la clase obrera ha desaparecido pues cada vez hay menos trabajadores con casco y mono azul” y, simultáneamente, para sembrar toda clase de divisiones y enfrentamientos dentro de la clase.
Contra estas divisiones y trampas, la perspectiva a la cual deben dirigirse las luchas y todos los esfuerzos que hacemos en estas reuniones es: “La victoria de la clase obrera significará para el género humano la liberación definitiva de los grilletes que le han sometido a las leyes ciegas de la economía y la naturaleza. Señalará el final de la prehistoria de la humanidad, estableciendo el principio de la verdadera historia y del dominio de la libertad sobre las ruinas del dominio de la necesidad” (Manifiesto del Primer Congreso Internacional de la CCI, 1975)
CCI
• Principios del comunismo
https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/47-princi.htm [69]
• Resolución sobre la relación de fuerzas entre las clases (2019)
• "TESIS SOBRE LA DESCOMPOSICION [43]".
La burguesía como clase dominante, históricamente ha mostrado la potencialidad humana que provoca el trabajo asalariado, con ello se ha creado maravillas mejor que en cualquier época del pasado, y sin embargo, ese desarrollo, contradictoriamente, es incapaz de satisfacer las necesidades de la clase obrera y de la humanidad en su conjunto. En este marco general, como hemos analizado anteriormente, las reacciones de la burguesía frente al COVID-19 se enfocan directamente contra los trabajadores.
En medio de la cuarentena, los despidos son masivos en EEUU, España, Italia, Brasil, Perú, etc. Por otra parte, las condiciones laborales de miles de trabajadores sanitarios son deplorables, lo que ha provocado desesperación, miedo y reclamos por falta de instrumentos tan elementales como guantes y mascarillas. A esta situación se suma la dificultad de la burguesía por garantizar alimentación en diferentes lugares para afrontar la pandemia, esto debido al desempleo que antes de la pandemia ya registraban países como América Latina, por tanto, es imposible que mucha gente permanezca en casa sin que el Estado garantice ni siquiera las mínimas condiciones de alimentación.
A todo esto, el anuncio de que habrá pronto una recesión económica de magnitudes sin precedentes, con lo cual la burguesía anticipa los ataques que dirigirá hacia la clase obrera, esto está provocando cada vez un malestar general, nerviosismo, rabia e indignación que es importante que los elementos más avanzados del proletariado se anticipen a cómo canalizar dicha indignación, por tanto podríamos preguntarnos ¿Cómo debe prepararse la clase obrera para responder a la crisis del capitalismo mundial?
La clase obrera a lo largo de su historia ha desarrollado una larga experiencia en el marco de la lucha de clases, en este terreno ha consolidado su programa, ha madurado sus instrumentos de combate tanto en el campo político como en el campo organizacional, ha fortalecido su unidad de clase por fuera de las fronteras nacionales y ha desplegado una genuina solidaridad. Sólo en el terreno de la lucha de clases, el proletariado puede identificar su perspectiva revolucionaria y por lo tanto, la posibilidad de destruir el Estado y erigir una sociedad diferente. Por tal razón, ¿Qué es una lucha de clases, cualquier manifestación social que aparece en la calle podría ser tipificada de lucha de clases?
Por ahora no es posible el combate en la calle, ni huelgas de trabajadores, de igual modo tampoco podemos encontrarnos físicamente para debatir. La posibilidad que tenemos a nuestro alcance, es la reflexión que también es un arma de la lucha de clases, y en ese contexto, profundizar los métodos de combate del proletariado, su historia y las perspectivas de qué sociedad debería instaurar la clase obrera a nivel mundial; en el corto tiempo se puede constatar que hay mucha gente preocupada por el destino de la humanidad, esas inquietudes son importante que encuentre respuestas y qué mejor si nosotros como una fracción de la clase obrera, podamos aportar al esclarecimiento y por ese motivo, es importante preparamos.
Por otra parte, las luchas del proletariado no son lineales, van de tumbo en tumbo hasta que alcanzan la magnitud para provocar en el enemigo el suficiente daño y abrir un período revolucionario. Por eso es significativo identificar que las luchas de hoy o de mañana son o serán la continuidad de las luchas proletarias anteriores. Por tal razón es importante la historia. Por ejemplo, después de las luchas obreras de España de 2011, vino un período de enfriamiento o de reflujo hasta asistir a las luchas que acaban de ocurrir en Francia y que han permanecido por más de 50 días en combate (finales de 2019 y principios de 2020). Estas luchas han mostrado un embrión importante que puede ser el inicio de la reactivación de las luchas obreras en varios países.
Con la pandemia, también se ha visto huelgas puntuales en el norte de Italia, España, Francia, Canadá, Brasil, EEUU, Perú de trabajadores de la salud. Aunque estas huelgas son puntuales, muestran algo en común:
Los peligros para el proletariado son varios, pero en esta presentación queremos resaltar en especial el peligro que representan las revueltas populares. Las revueltas populares o interclasistas, es un obstáculo serio para el desarrollo de la conciencia de la clase obrera. Las luchas interclasistas siempre desvían la perspectiva del proletariado, precisamente por la presencia de múltiples expresiones del izquierdismo, anarquismo que son manifestaciones ajenas a las posiciones de la clase obrera, al internacionalismo, al programa comunista y en muchos casos, son la reproducción contrarrevolucionaria que han heredado del estalinismo, maoísmo, etc.
El interclasismo que promueve el izquierdismo y el anarquismo, por lo general terminan en saqueos y en desorden violento en que es imposible instaurar asambleas y muchas veces boicotean las asambleas de obreros que son acusados de “flojos” que se la pasan reflexionando. Por el contrario, la revolución proletaria contiene mucha reflexión porque no se trata sólo de enfrentar al Estado y desahogar la ira, sino, que su tarea es la de revolucionar toda la sociedad y para ello se requiere de la comprensión para llevar adelante esa tarea histórica.
La burguesía que ya no puede prometer perspectivas de futuro a la humanidad, cuenta con varias armas contra el proletariado:
La reunión, juzgamos, debe calibrarse en torno a 4 ejes principales:
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La entrada del año 2020, ya anunciada como una cuesta económica con gruesos nubarrones recesivos (ver artículo sobre la crisis en este número), trajo al descubierto el horror y la barbarie de este sistema de producción en plena descomposición que es el capitalismo, con la pandemia del Covid-19. Muchos justifican la irresponsabilidad de los gobiernos al subestimar el problema, arguyendo que se trata de “algo nuevo” y por eso los Estados no estaban preparados. Incluso, así se trate de países del “primer mundo”, todas las condiciones miserables de la infraestructura hospitalaria y el colapso de los sistemas de salud no son el resultado de la pandemia, sino que son consecuencia de décadas de desmantelamiento de los sistemas de seguridad social (pensiones, salud, educación, etc…) a escala planetaria, porque para el capitalismo simplemente “no son áreas rentables”. Además, desde hace casi dos décadas colectivos de investigadores ya habían advertido que era altamente probable una pandemia de este tipo y que se debía invertir más en investigación y en recursos de prevención, sin embargo, ningún gobierno se hizo eco pues implicaba desviar a esas áreas “no rentables” un capital que siempre será requerido para apuntalar la plusvalía de la burguesía en su conjunto.
La situación en México es escandalosa, no son nuevas las denuncias del desabasto terrible de medicamentos, no sólo para tratamientos de cáncer, sino medicamentos de la llamada “lista básica”; tampoco es nuevo que ya suman más de 300 hospitales que están en ruinas, sin especialistas…en fin, el Covid-19 vino a agudizar dramáticamente lo que el capitalismo ha tratado de esconder por décadas, ya sea bajo gobiernos del PRI, del PAN o de la “Cuarta Transformación” (4T): el criminal deterioro del sistema de salud. Nada más hay que ver las diversas protestas, asambleas y paros de labores en varias ciudades por parte del personal médico que ha denunciado estas carencias y sobre todo la desprotección sanitaria en que trabajan miles de ellos ante esta enfermedad tan contagiosa.
Todas las entidades del país tardaron en reaccionar con la inútil esperanza que “no fuera tan grave” o se quedara como simple “epidemia china”. El gobierno de izquierda de la burguesía mexicana, el de la 4T de Andrés Manuel López Obrador[1], dejó pasar todo el mes de enero y en febrero era ya imposible ocultar los riesgos y por eso decide suspender actividades “no esenciales” (escuelas, eventos masivos, bares, etc.) ¡a partir del 23 de marzo! …5 días después de haber permitido la realización del “Festival Vive Latino” donde se congregaron en la Ciudad de México ¡más de 40 mil personas! Poco antes de la emergencia nacional en México, AMLO mostraba de manera muy demagógica e irresponsable “amuletos” como “remedio mágico de protección”. Tratando de cuidar como siempre los intereses del capital, el gobierno de la 4T trató de retrasar lo más que pudo la declaración de la emergencia sanitaria para “no dañar la economía” del país. Traducción: la vida de las personas, de los trabajadores…son sacrificables en el altar de la ganancia del capital. Un sistema de explotación que no tiene consideración de la salud ni de la vida humana. Por ejemplo, una semana antes de “decretar la emergencia” en México (el 30 de marzo), los vuelos internacionales entraban y salían del país sin medidas de prevención.
El colmo del cinismo llegó a mitad de marzo. La burguesía de la región con negocios en México y como parte integrante del Tratado de Libre Comercio (T-MEC) entre México, Estados Unidos y Canadá, empezaron a frotarse las manos ante las “oportunidades” que la pandemia abriría para México. Según la Secretaría de Economía, el cierre de cadenas productivas en China catapultaba a México como una buena opción para asumir ese papel.
Así, la mayoría de las empresas siguieron laborando a todo vapor durante los meses de febrero y marzo. Uno de los sectores qué más “resistió” a cerrar fue la industria maquiladora. Hasta la semana del 20 de abril decidieron cerrar totalmente las maquilas, sobre todo fronterizas, ¡pero con un pago de sólo el 50% de los salarios! En aras de mantener la actividad productiva se ponía en peligro de muerte a cientos de miles de trabajadores. Otro ejemplo, el poderoso Grupo México del sector minero ha sido denunciado por obligar a los trabajadores a seguir laborando en condiciones inhumanas (principalmente en Sombrerete, Zacatecas). Las empresas automotrices fueron de las primeras en parar (VW, Audi, Nissan, Ford, etc.), pero no por ser empresas responsables ante la pandemia sino simplemente porque los suministros electrónicos provenientes de China se cortaron desde febrero. Todas las empresas tratan de sacar provecho de la situación: las casas de empeño despojan a los trabajadores de sus pocos bienes, los bancos extienden sus créditos para beneficiarse con los intereses, millones de trabajadores en varios sectores están obligados a trabajar en línea a ritmos extenuantes, etc. El sistema capitalista hace todo por seguir funcionando, instala el “tele- trabajo” o el también llamado “office-home”, es decir se “flexibiliza el trabajo” y se alargan las jornadas desde casa. El capital ya está delineando lo que será el futuro laboral en el mundo en favor del capital y empeorando las condiciones ya miserables de millones de trabajadores.
No vivimos en un sistema de producción que exista para satisfacer las necesidades humanas, ¡vivimos en un sistema de explotación del trabajo asalariado donde la vida humana es sólo “estadística”!
“Las disputas cotidianas del gobierno con grupos empresariales, el amotinamiento de policías y los conflictos con jueces y magistrados, muestra que la tendencia de la descomposición sigue siendo dominante, a tal grado que algunos periodistas han considerado la posibilidad de que se esté preparando por la ultraderecha, un golpe de Estado “suave”. Tal vez esta afirmación exagere los hechos, pero lo cierto es que la ruptura del tejido de la clase en el poder se ha venido ampliando pese a los intentos del nuevo gobierno.” (“Gobierno de AMLO: la burguesía gobierna desde la izquierda para reforzar su dominio” en Revolución Mundial no 142, Oct 2019 – Abril, 2020).
Esas confrontaciones se han acelerado en el marco de esta pandemia. TV Azteca llamando a la “desobediencia” contra las medidas de las autoridades sanitarias, Televisa abiertamente contra la 4T, periódicos como El Financiero no pierden oportunidad para lanzar gasolina al fuego, todo ello es la punta de iceberg ya que son en realidad expresión del enfrentamiento sórdido entre grupos de la burguesía por el poder. Esas divisiones impiden construir una estrategia común contra la pandemia y lo que vemos es que cada fracción avanza “cada uno por su lado”.
Así, los distintos niveles de gobierno toman cada uno sus medidas y, dependiendo de su filiación política y los intereses de las facciones que están detrás de ellos, se unen u oponen al gobierno federal. Por ejemplo, para nadie es un secreto que el Covid-19 pone al descubierto un grupo de gobernadores confrontados a la 4T. “Los gobernadores de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, Miguel Riquelme, Jaime Rodríguez y Francisco García, respectivamente, se rebelaron contra el gobierno federal al señalar que no han recibido el debido respaldo de recursos durante la crisis por Covid-19, y anunciaron que no seguirán el calendario de reaperturas que señaló la Secretaría de Salud federal, para marcar el fin de la cuarentena.” (proceso.com.mx, 17-abril-2020). En la misma tesitura se encuentra el gobierno de Jalisco. Se trata de un “bloque” de la burguesía norteña y de occidente. Las divisiones y confrontaciones entre fracciones traen consigo otro problema: las guerras de cifras, por ejemplo, en cuanto al número de muertos reales y la manipulación de los hechos. Televisa anuncia falsamente la muerte de un empresario, personajes de la farándula entran al juego difundiendo o exagerando hechos, usan la dificultad en el control del avance de la pandemia para divulgar rumores sobre las cantidades de muertos, falsos tratamientos, etc…un manejo criminal de la información que desorienta a la población. En sus pugnas las fracciones de la burguesía hacen lo que sea para asestar un golpe a sus rivales a costa de desorientar aún más a la población por el manejo criminal de la información, poniendo en peligro miles de vidas.
Se acusan unos a otros, esconden recursos y material médico para denunciar al otro, los “ineptos” siempre son los “enemigos políticos”. Lo que aparece en la superficie de la realidad y que AMLO llama “vida democrática” es sin duda alguna una feroz confrontación para dirimir qué fracción se impone a la otra. La pandemia ha exacerbado esa situación. Gobernadores (de Jalisco y Nuevo León principalmente) reclaman que no les dan recursos para enfrentar la emergencia, el gobierno federal les responde diciendo que ya “se mandaron recursos, hay que ver dónde se quedaron” (Subsecretario de Salud). Se roban unos a otros, se acusan de corrupción, se dan puñaladas traperas, “y es esa misma burguesía la que tanto se adorna con finos discursos moralizantes, la que llama a la solidaridad internacional, la que exhorta a sus "tropas" a cerrar filas en torno al Estado protector. ¡Pero cuantas mentiras! ¡La ‘solidaridad’ a la que apela la burguesía no es más que una expresión del ‘cada uno a la suya’, una exacerbación del caos y la barbarie capitalista a escala planetaria![2]
Esa dinámica del “cada uno a la suya” agudiza la competencia general y les impide asumir una estrategia común contra la pandemia, es claramente una expresión de la fase terminal del capitalismo: la descomposición social.
El Estado mexicano y sus políticos quieren apresurar las cosas empujando a la “vuelta a la producción” lo más rápido que se pueda para evitar una recesión mayor. AMLO ya había anunciado el alegre plazo de principios de mayo, sin embargo, el jueves 16 de abril corrige la página y manda la emergencia sanitaria hasta el 30 de mayo. Todos presionan para que la máquina industrial se reactive, el regreso parcial de mitad de mayo es una concesión a esas presiones que puede salir caro. La pandemia mundial del Covid-19 dotó a la burguesía de un chivo expiatorio ideal para esconder las verdaderas causas del desempleo masivo, de la miseria, del hambre y de la barbarie. Como dice AMLO, el Covid-19 “nos cayó como anillo al dedo”, esta pandemia les permite crear el escenario perfecto para ocultar la quiebra del sistema y hacer un discurso en el que resaltan “sus trabajos” para reactivar una economía “víctima de la pandemia”, así, el gobierno de AMLO abre el grifo al “microcrédito”, el “crédito a la palabra” y con la intensificación de la política de austeridad, se van a justificar más despidos y más represión contra migrantes, y lo fabuloso para el capital, es que el sistema no estaría puesto en tela de juicio porque argumentarán que estamos pasando sólo por un bache del cual “saldremos airosos”. Cuando AMLO dice que para rescatar la economía “primero los pobres”, lo que en realidad está diciendo es que, si no se otorgan migajas a una clase trabajadora miserable, la situación social se puede volver convulsa, sin paz para seguir con los negocios capitalistas. Un país donde la mitad de su población laboral vive del comercio informal, es decir, de vender mercancías en la calle, que viven al día, muestra ya los estragos de años y años de ataques a las condiciones de vida de los trabajadores. Una de las preocupaciones del Estado mexicano regenteado por la izquierda del capital es que está ante una bomba social: ambulantes que no tendrán dinero para aguantar uno o dos meses sin trabajar, más los desempleados que bajo el eufemismo de “descansados” engrosarán inmediatamente las filas de los desempleados. En un país donde no existe el “seguro de desempleo”, ante el cierre de la economía por la cuarentena, la posibilidad de revueltas y saqueos está presente y es necesario advertir que estas acciones interclasistas, de violencia ciega, donde se pierde toda referencia a los medios propios de lucha proletaria, de una visión de solidaridad de clase y lo que priva es la rapiña, es también un peligro muy real para el proletariado. Algunos obreros han expresado ya su impotencia repitiendo la idea de algunos empresarios de que “es preferible morir de Covid-19 que de hambre”.
Cuando el gobierno federal dice que se regresará a fines de mayo de forma escalonada pone una condición: “que los ciudadanos cumplan estrictamente con las medidas de la emergencia”, en otras palabras, se culpabiliza al individuo, al “ciudadano” porque la propagación sería por “ser irresponsables” y si se tarda más en abrirse la economía ¡también será culpa de los individuos incumplidos! Tamaña barbaridad toma su verdadera dimensión cuando en este tipo de países más de la mitad de la población vive en la pobreza y el confinamiento se vuelve casi imposible. Cuando se culpabiliza a los individuos el sistema queda libre de responsabilidad y los trabajadores, metidos en esa dinámica, se ven impedidos de reflexionar sobre las causas de fondo de esta barbarie que vivimos. Nos pide la burguesía “cuidarnos”, “quedarnos en casa”, aplicar el confinamiento “voluntario” como si fuera el Estado el “defensor de la vida” ¡hipocresía perversa! Y en esta lógica, también la campaña política consiste en culpar también a “los malos empresarios” que “no respetan las reglas”[3] del confinamiento. De esta manera se trata de poner en primer plano a los patrones supuestamente tramposos o irresponsables e incluso corruptos que estarían entorpeciendo el buen manejo de la emergencia y se esconde así el fundamento del problema que es precisamente la permanencia de la agonía del sistema capitalista como un todo. En fin, otro aspecto de la “ansiosa prisa” por abrir la economía es no disminuir sus ganancias y ganar terreno a los rivales que lo hagan tarde, es una lucha sin cuartel donde las empresas y los Estados se disputan y seguirán disputando cada nicho de mercado, cueste lo que cueste.
En circunstancias de crisis la burguesía se desgañita en llamar a la unidad nacional y, en particular, insiste en que la única fuerza capaz de hacerse cargo es el Estado, tras del cual tendría la población que cobijarse como si fuera un instrumento al servicio de todas las clases sociales y no un aparato de la clase dominante y que, incluso, tiene que imponerse sobre algunos grupos burgueses, por ejemplo, negándose a rescatar o a condonar impuestos a determinadas empresas, como lo hace la administración federal de AMLO. A pesar de los chillidos de sus voceros periodísticos e intelectuales que no han comprendido ese servicio vital que hace siempre, sobre todo, la izquierda del capital para el buen funcionamiento del sistema en su conjunto. Esta cuestión nos remite a un tema que la CCI ha desarrollado ampliamente desde su nacimiento (1975) y que se refiere al control cada vez más monstruoso que ejerce el Estado sobre todos los resortes de la sociedad, no solamente sobre la economía, sino también sobre la política, la ideología y todo el resto de la superestructura social y que lo hemos catalogado como Capitalismo de Estado[4].
Justamente al colocar al Estado como benefactor del conjunto de la sociedad, una campaña que está a todo vapor en el mundo entero, por ejemplo, alardeando sobre el gasto que se ha estado haciendo en equipamiento, en medicamentos e insumos de uso diario, en expansión hospitalaria a algunas instalaciones como las militares, el contrato de hospitales privados, la contratación de personal médico adicional, la participación del gobierno mexicano en las investigaciones internacionales para la vacuna, e incluso todo el discurso prudente y “científico” durante el transcurso de la pandemia, etc., le permite a la izquierda del capital en el gobierno desplegar una careta de preocupación por la salud y la economía de todos los ciudadanos.
De esta manera, el gobierno de AMLO, obtiene al menos dos beneficios, por un lado, diferenciarse de sus congéneres antecesores y así ganar terreno para las disputas políticas futuras en el marco de la democracia electoral y, por el otro, continúa con sus esfuerzos de hacer más eficiente el funcionamiento de la maquinaria estatal para que los negocios capitalistas funcionen; es decir, si bien las acciones que se enumeran en el párrafo anterior aparecen como signos del “nuevo gobierno” y pueden confundirse con una verdadera preocupación por la población, lo que en realidad significan en perspectiva es que se trata de medidas tendientes a minimizar lo más posible la merma no solo de las instalaciones sanitarias necesarias para la reproducción de la fuerza de trabajo, sino también para que esa fuerza laboral no sea diezmada en exceso para las empresas capitalistas privadas o públicas que reanudarán operaciones en una dinámica todavía más infernal para recuperar sus ganancias y su posicionamiento frente a sus competidores. Y esto con sus bemoles, pues es sabido que bajo la cubierta de toda la propaganda oficial que hemos referido, en realidad la enfermedad, como en todos los países, no se está atendiendo como se requiere ni los recursos “adicionales” son suficientes ni adecuados como lo hemos visto al inicio de este texto.
Esta es la realidad cruda y descarnada que se revela con la “Guía bioética” ya aplicada EU o en Europa, en particular en Italia o España que impone al personal médico la elección de quién vale la pena rescatar y quién no, sacrifican “a los más débiles”, a los “no productivos” (los ancianos, jubilados y afectados por otras enfermedades graves) para que “sobrevivan los más fuertes”; un “darwinismo social” eugenista[5] que expresa la verdadera moral capitalista: “Ante la posible saturación de hospitales y carencia de servicios médicos debido a la pandemia del coronavirus, las autoridades sanitarias le darán prioridad a los pacientes jóvenes sobre los adultos mayores o sobre quienes padecen enfermedades crónicas, ya que los jóvenes –se argumenta– tienen una ‘mayor cantidad de vida por completarse’”[6].
En fin, mientras que la burguesía intenta imponer la idea que los trabajadores tenemos que acogernos a la protección del Estado, las diversas fracciones no paran de acusarse unas a otras, de robarse entre ellas las mascarillas e implementos médicos y también aprovechan la ocasión para denigrar la actuación de otras fracciones calculando el beneficio político para su camarilla. AMLO pide “tregua en beneficio de la patria”, que seamos ciudadanos obedientes, “mexicanos responsables” convocando a los explotados a hacer unidad con la burguesía nacional. Esa defensa de la economía burguesa y de sus capacidades para competir en el mercado internacional siempre les ha redituado para justificar recortes al presupuesto y, en particular, agresiones redobladas a las condiciones de vida de los trabajadores. Esta es precisamente la única perspectiva que nos ofrece el capital y habrá que esperar después cómo se las arreglan para volver a hacer pasar una mayor explotación y ataques a todos los niveles con ayuda de sus lugartenientes principales, los sindicatos, de todos los colores.
“Esta pandemia es la expresión del carácter decadente del modo de producción capitalista, una de las muchas manifestaciones del grado de desintegración y delicuescencia de la sociedad actual, como la destrucción del medio ambiente y la contaminación de la naturaleza, el cambio climático, la multiplicación de los focos de guerra y de masacres imperialistas, la inexorable caída en la miseria de una parte cada vez mayor de la humanidad, el incremento de las migraciones de refugiados, el auge de la ideología populista y el fanatismo religioso, etc. (ver en internet nuestras Tesis sobre la descomposición del capitalismo [43]). Es un revelador del atolladero del capitalismo, un indicador de la única dirección hacia la que este sistema y su perpetuación amenazan con llevar y arrastrar a toda la humanidad: caos, miseria, barbarie, destrucción y muerte.”[7]
No hay que hacerse ilusiones, el Covid-19 no es la “última plaga”. El capitalismo en su descomposición acelerada no hará más que acentuar y generalizar todo tipo de amenazas para la humanidad. Para la inmensa mayoría de explotados y oprimidos del mundo la alternativa histórica a todo este atolladero sigue siendo la Revolución Comunista Mundial. El destino pertenece a la lucha de clases.
Marsán, 21-mayo-2020.
[1] ) “El gobierno que hoy encabeza López Obrador y su partido Morena, aunque se presenten como una expresión desde la izquierda, honesta y en combate contra la corrupción, tiene la misma naturaleza burguesa de los anteriores gobiernos y de los otros partidos con los que se complementan y se sincronizan para asegurar el sometimiento de los trabajadores.” (Revolución Mundial No. 142 Oct 2019 - Abril 2020).
[2] ) https://es.internationalism.org/content/4560/guerra-de-las-mascarillas-la-burguesia-es-una-clase-de-matones [55]
[3] Por ejemplo, AMLO ha hecho una conferencia de prensa para evidenciar a las grandes empresas que no cumplen la consigna de restringir sus actividades y que obligan a sus empleados a continuar el trabajo, pero “omite” a algunas empresas aliadas de su administración
[4] https://es.internationalism.org/revista-internacional/198901/1124/comprender-la-decadencia-del-capitalismo-vi-el-modo-de-vida-del-ca [75]
[5] La "supervivencia del más apto", término que no fue acuñado por Darwin sino por el filósofo británico Herbert Spencer, es el eje teórico de lo que se conoce como “Darwinismo social”. Luego, un primo de Darwin, Francis Galton, fundó una pseudociencia, la eugenesia, cuya divisa es mejorar la especie humana a través de la supervivencia de los más fuertes; los viejos, débiles y enfermos quedarían fuera del desarrollo de la humanidad
[6] Esta determinación se tomó en la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica, elaborada por el Consejo de Salubridad General (CSG) y publicada en el Diario Oficial de la Federación. (proceso.com.mx, 14-abril-2020). Ver El “darwinismo social”, una ideología reaccionaria del capitalismo https://es.internationalism.org/revolucion-mundial/200909/2639/el-darwinismo-social-una-ideologia-reaccionaria-del-capitalismo [76]
Links
[1] https://es.internationalism.org/files/es/ley_proteccion_empleo_chile.pdf
[2] https://es.internationalism.org/cci-online/201104/3103/apuntes-sobre-la-cuestion-sindical
[3] https://es.internationalism.org/content/2365/debates-sobre-la-cuestion-sindical-la-lucha-reivindicativa-de-los-obreros-tiene-que-ser
[4] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200805/2265/la-lucha-del-proletariado-en-el-capitalismo-decadente
[5] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201002/2769/que-son-los-consejos-obreros-i
[6] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201005/2865/que-son-los-consejos-obreros-2-parte-de-febrero-a-julio-de-1917-re
[7] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201008/2910/que-son-los-consejos-obreros-iii-la-revolucion-de-1917-de-julio-a-
[8] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201012/3004/que-son-los-consejos-obreros-iv-1917-21-los-soviets-tratan-de-ejer
[9] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201104/3086/que-son-los-consejos-obreros-v-los-soviets-ante-la-cuestion-del-es
[10] https://es.internationalism.org/cci-online/200805/2245/lista-de-articulos-sobre-la-revolucion-rusa
[11] https://es.internationalism.org/content/4373/lista-de-articulos-sobre-la-tentativa-revolucionaria-en-alemania-1918-23
[12] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200
[13] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201111/3264/movimiento-de-indignados-en-espana-grecia-e-israel-de-la-indignaci
[14] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201108/3175/las-movilizaciones-de-los-indignados-en-espana-y-sus-repercusiones
[15] https://es.internationalism.org/content/3349/2011-de-la-indignacion-la-esperanza
[16] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/chile
[17] https://es.internationalism.org/en/tag/4/403/chile
[18] https://es.internationalism.org/en/tag/3/46/economia
[19] https://es.internationalism.org/files/es/texto_sobre_democracia_y_dictadura_del_proletariado_0.pdf
[20] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201712/4264/notas-sobre-la-consciencia-de-la-burguesia-decadente?fbclid=IwAR0fd2Gk0e5gLyOvOJ7to7Bda1HAr6OzJgZn3RQn80v6GWGkTr5XenkVxm4
[21] https://es.internationalism.org/content/4454/informe-sobre-la-descomposicion-hoy-mayo-de-2017
[22] https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/internacional/informe.htm#n1
[23] https://sinistracomunistainternazionale.com/2019/06/15/auschwitz-o-la-gran-coartada/
[24] https://es.internationalism.org/cci/201211/3550/plataforma-de-la-cci-adoptada-por-el-ier-congreso
[25] https://es.internationalism.org/content/4424/no-hay-solucion-para-la-catastrofe-ecologica-sin-la-emancipacion-del-trabajo-de-la
[26] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201804/4291/huelga-feminista-contra-las-mujeres-y-contra-la-clase-obrera#_ftnref5
[27] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200711/2088/la-cultura-del-debate-un-arma-de-la-lucha-de-la-clase
[28] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/cartas-de-los-lectores
[29] https://es.internationalism.org/en/tag/2/38/la-dictadura-del-proletariado
[30] https://es.internationalism.org/files/es/lucha_de_clase_trata_de_forjar_su_futuro.pdf
[31] https://es.internationalism.org/content/4540/la-perspectiva-que-plantean-las-recientes-luchas-obreras-en-francia
[32] https://es.internationalism.org/content/4484/balance-del-movimiento-de-los-chalecos-amarillos-un-movimiento-interclasista-un
[33] https://www.leftcom.org/en/articles/2020-03-14/italy-we-re-not-lambs-to-the-slaughter-class-struggle-in-the-time-of-coronavirus
[34] https://www.wsws.org/en/articles/2020/04/20/ciud-a20.html
[35] https://libcom.org/article/workers-launch-wave-wildcat-strikes-trump-pushes-return-work-amidst-exploding-coronavirus
[36] https://es.internationalism.org/content/4558/covid-19-en-peru-muerte-miseria-y-crisis
[37] https://www.youtube.com/watch?v=gXC1n8OexRU
[38] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199001/3502/derrumbe-del-bloque-del-este-dificultades-en-aumento-para-el-prole
[39] https://es.internationalism.org/content/4455/documentos-del-23o-congreso-internacional-de-la-cci-2019
[40] https://es.internationalism.org/content/4566/dossier-especial-covid19-el-verdadero-asesino-es-el-capitalismo
[41] https://es.internationalism.org/content/4495/ante-la-agravacion-de-la-crisis-economica-mundial-y-la-miseria-las-revueltas-populares
[42] https://edition.cnn.com/2020/04/22/africa/coronavirus-famine-un-warning-intl/index.html
[43] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[44] https://es.internationalism.org/content/4556/covid-19-barbarie-capitalista-generalizada-o-revolucion-proletaria-mundial
[45] https://es.internationalism.org/en/tag/2/29/la-lucha-del-proletariado
[46] https://es.internationalism.org/content/4548/covid-19-o-el-proletariado-mundial-acaba-con-el-capitalismo-o-el-capitalismo-acaba-con
[47] https://es.internationalism.org/content/4636/todas-las-pandemias-del-pasado-fueron-producto-de-sociedades-en-decadencia-y-el-covid
[48] https://es.internationalism.org/content/4541/covid-19-sintoma-de-la-etapa-terminal-de-la-decadencia-capitalista
[49] https://es.internationalism.org/content/4614/confinamiento-ante-la-pandemia-el-estado-burgues-pone-de-manifiesto-toda-su-brutalidad
[50] https://es.internationalism.org/content/4546/pandemia-del-covid-19-el-capitalismo-es-responsable-de-la-catastrofe-sanitaria
[51] https://es.internationalism.org/content/4767/la-crisis-de-covid-muestra-el-callejon-sin-salida-del-capitalismo
[52] https://es.internationalism.org/content/4626/segunda-ola-de-la-pandemia-de-covid-19-la-impotencia-de-todos-los-estados-y-gobiernos
[53] https://es.internationalism.org/content/4593/guerras-de-vacunas-el-capitalismo-es-un-obstaculo-para-encontrar-un-tratamiento
[54] https://es.internationalism.org/content/4651/guerra-de-vacunas-para-el-capitalismo-la-salud-es-solo-una-mercancia
[55] https://es.internationalism.org/content/4560/guerra-de-las-mascarillas-la-burguesia-es-una-clase-de-matones
[56] https://es.internationalism.org/content/4602/la-gasolina-de-las-teorias-conspirativas-es-la-descomposicion-del-capitalismo
[57] https://es.internationalism.org/content/4551/pandemia-de-covid-19-en-francia-la-negligencia-criminal-de-la-burguesia
[58] https://es.internationalism.org/content/4559/en-guayaquil-ante-una-crisis-sanitaria-el-capitalismo-provoca-muerte-y-dolor
[59] https://es.internationalism.org/content/4649/hospitales-matadero-un-testimonio-escalofriante
[60] https://es.internationalism.org/content/4576/en-peru-la-cuarentena-esconde-el-empeoramiento-de-las-condiciones-de-vida-de-la-clase
[61] https://es.internationalism.org/content/4570/la-pandemia-en-mexico-como-en-el-resto-del-mundo-el-capitalismo-muestra-su-rostro
[62] https://es.internationalism.org/content/4683/chile-lo-unico-que-ofrece-el-capitalismo-es-pandemia-y-miseria
[63] https://es.internationalism.org/content/4777/crisis-del-covid-19-oportunidad-u-obstaculo-para-el-ascenso-de-china
[64] https://es.internationalism.org/content/4569/covid-19-pesar-de-todos-los-obstaculos-la-lucha-de-clases-trata-de-forjar-su-futuro
[65] https://es.internationalism.org/content/4613/gran-bretana-protestas-en-el-sector-sanitario-poniendo-en-cuestion-la-unidad-nacional
[66] https://es.internationalism.org/content/4561/la-pandemia-un-revelador-y-un-acelerador-de-la-decadencia-y-descomposicion-del
[67] https://es.internationalism.org/content/4554/sobre-la-pandemia-covid19-contribucion-de-un-companero-proximo
[68] https://es.internationalism.org/content/4590/las-teorias-conspiranoicas-una-expresion-de-la-descomposicion-ideologica-del
[69] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/47-princi.htm
[70] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201710/4237/manifiesto-de-la-corriente-comunista-internacional-sobre-la-revolucion
[71] https://es.internationalism.org/content/4444/resolucion-sobre-la-relacion-de-fuerzas-entre-las-clases-2019
[72] https://es.internationalism.org/en/tag/2/25/la-decadencia-del-capitalismo
[73] https://es.internationalism.org/en/tag/3/45/descomposicion
[74] https://es.internationalism.org/files/es/pandemia_mx.pdf
[75] https://es.internationalism.org/revista-internacional/198901/1124/comprender-la-decadencia-del-capitalismo-vi-el-modo-de-vida-del-ca
[76] https://es.internationalism.org/revolucion-mundial/200909/2639/el-darwinismo-social-una-ideologia-reaccionaria-del-capitalismo
[77] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/conflictos-interburgueses