EN PERÚ: LA CUARENTENA ESCONDE EL EMPEORAMIENTO DE LAS CONDICIONES DE VIDA DE LA CLASE OBRERA

Printer-friendly version

Hasta el momento la pandemia del Covid-19, es la situación más catastrófica que la humanidad está presenciando después de las guerras mundiales y aunque el número de muertos actual no llega a superar a las masacres de 1914 y 1939, el grado de horror y miseria vividos con la pandemia ya es casi comparable con aquellos acontecimientos del pasado. El modo de producción capitalista arrastra a la sociedad al caos y con ello a la economía. La crisis económica desestabiliza el mundo entero hoy, esta profunda crisis, que tiene más de 50 años, se manifiesta cada vez más violenta. El colapso de los sistemas de salud a nivel planetario, despidos masivos, desempleo, reducción de los salarios reales, pérdida del poder adquisitivo, quiebras generalizadas, en fin, pauperización y empeoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora es lo que se ve en el horizonte[1]. El constante desarrollo de la tendencia del “cada uno a la suya”, característica de la descomposición[2] del sistema capitalista, acelera cada vez más la crisis mundial.

Como la burguesía se enfrenta a esta situación:

En Perú, ya vemos como la burguesía capea la situación de crisis económica, señalando que es el covid 19 el responsable de sus pérdidas económicas. Esta agravación de la crisis ha hecho que la burguesía expulse a miles de trabajadores a la calle, pues las empresas necesitan ser más competitivas, aumentar la  productividad (o sea la explotación), el delivery, plataformas virtuales, en fin vienen con sus llantos hipócritas, para ser escuchados por el gobierno de Vizcarra, el mismo que les ha extendido las manos, dándoles libertad de seguir despidiendo masivamente a los trabajadores y recortarles los salarios. Esta situación se multiplica y recorre el mundo de arriba abajo, porque la lógica de la ganancia y las leyes del mercado se deben salvaguardar a toda costa por encima de las calamidades y necesidades de los trabajadores.

Grandes cadenas de supermercados, de restaurantes, Bancos, Mineras y otros sectores de la economía nacional, han empezado a presionar al gobierno para ampliar sus operaciones en medio de la cuarentena, Muchos ya lo han logrado gracias a los poderosos lobbies que negocian con el gobierno de Vizcarra. La burguesía aprovecha el momento en la crisis de la pandemia, y en complicidad con la pequeña burguesía han provocado una ola de escasez y especulación con los alimentos de primera necesidad y las medicinas (los precios se han triplicado en la mayoría de los productos básicos). No es casualidad que grandes empresas que se dedicaban a rubros distintos orienten sus actividades a la distribución masiva de alimentos de primera necesidad hoy en día, porque ahí está el negocio.

Grandes negocios se levantan en plena pandemia desde el sector farmacéutico y médico. ventas de equipos, mascarillas, guantes, utensilios y medicamentos la lista es inmensa y los precios de estos artículos se han cuadruplicado. Ni que decir de las largas colas que los proletarios deben hacer para conseguir medicinas y en el peor de los casos, cuando ya están contagiados para conseguir atención medica en los hospitales donde muchos ya han muerto en plena espera, por el colapso del sector salud, abandonado desde hace décadas por los sucesivos gobiernos de la burguesía. Pero al Capital no le interesa eso, tiene que seguir reproduciéndose e imponiendo sus propias leyes por encima de las necesidades de las personas. La ley de la ganancia se impone una vez más en medio de la desgracia, la miseria y las muertes. Por cierto, ya se han destapado varios escándalos de corrupción en las compras del Estado en plena pandemia, irregularidades en los procesos de compra de la seguridad social y la policía nacional. Altos funcionarios del Estado se han visto involucrados en terribles escándalos de corrupción. Por ejemplo, en la Región de Loreto, una de las más golpeadas por la pandemia, los enfermos de Covid-19 que entran a los hospitales tienen que portar todo su pack de tratamiento médico incluyendo tanque de oxígeno. Esta situación ha presionado los precios al alza de una forma salvaje de 5 a 10 veces más que en la etapa pre- crisis.

La burguesía y su prensa quieren hacer ver el problema de la escasez y especulación, como aprovechamiento de unos cuantos empresarios y comerciantes "inescrupulosos", pero la verdad es que se intenta ocultar el rostro repugnante del capitalismo y cuya dinámica real no es más que la expresión de un sistema podrido que se funda en las leyes ciegas de mercado, leyes anárquicas que operan a espaldas de los hombres como decía Marx.

El gobierno resulta ser el mejor cliente frente a este gran negocio donde se pinta como un “Estado solidario”, “que se preocupa por la salud de la población”, como si fuese un gran "papá" repitiendo hasta el hartazgo su propaganda que “El Perú es primero”. Todo un asalto ideológico mediante el cual intenta imponer sobre la clase trabajadora el veneno del nacionalismo, la "unidad nacional" es decir la unión de los explotados con los explotadores. El “sacrificarnos juntos para superar la pandemia”, se intenta imponer a toda costa, en medio de la brutal atomización y sufrimiento   que genera el encierro.

Y de este naufragio tampoco se salvan los jubilados, los que en el pasado dieron años de su vida para los explotadores. Por ejemplo, el negocio de las AFPs[3] manejado por los bancos, se ha visto casi desnudado en medio de la pandemia. El 90 % de los aportantes del sistema privado de pensiones exigen retirar sus fondos ante las permanentes perdidas de las administradoras de fondos ocasionadas por la crisis económica mundial y sobre todo porque ya a muchos no les alcanza ni para comer. El oportunismo de algunos políticos del congreso de la república es escandaloso. Para quedar como los buenos de la película generaron mecanismos para que los jubilados pudiesen retirar parte de los fondos de pensiones, situación que, junto a los paquetes de subsidios del gobierno, ahora generan presiones inflacionarias en los precios de la canasta básica familiar. Y aunque esta situación muestra un retroceso para la burguesía encargada de administrar estos fondos, tampoco resulta un triunfo para los trabajadores que cada vez más se ven más desprotegidos, empeorando sus condiciones de vida.

La burguesía enfrenta esta situación, tanteando el terreno. Se enfrenta a un escenario incierto, muestra incapacidad y una permanente desorientación. Un ejemplo se dio cuando Vizcarra sacó a las calles contingentes de policías y militares, y estos comenzaron a contagiarse con el virus, muchos se negaron a cumplir sus funciones, hubo bajas en las fuerzas armadas, pero también muchas peleas abiertas entre ellos, en las calles, dentro de sus instituciones y cuarteles, por el pánico generalizado por los contagios y muertes. Esta situación generó un clima de descontrol en las calles, se mostraba un desconcierto en el gobierno y la burguesía, se hablaba de sublevaciones, disputas; había surgido una nueva preocupación para la clase dirigente en ese momento ¿Quién hará cumplir el orden burgués? Otro tanto, lo podemos ver en las mazmorras carcelarias del Estado: en Lurigancho y otros penales, los presos se han amotinado por la enorme cantidad de contagiados y en cárceles como la de Picsi, han tomado prácticamente todas las instalaciones aprovechando el vacío y desmanejo en que el Estado ha caído Esta situación  demuestra la pérdida del control del aparato  de alguno sectores del aparato represivo-Clara manifestación  de la tendencia al "sálvese quien pueda y el cada uno a la suya", una de las  características esenciales del periodo de Descomposición que hoy atraviesa el Capitalismo en decadencia.

Del Estado policial a los subsidios:

El Estado viene implementando, con el pretexto del "Estado de emergencia sanitario", toda una feroz política de represión y control social. Se están preparando anticipadamente contra cualquier manifestación de los trabajadores, porque lo que intentan es controlar y reprimir esas posibles manifestaciones explosivas de los proletarios ante la crisis económica y la cuarentena de hambre que impone el gobierno. Y como no podía ser de otra manera la política del palo, del garrote represivo siempre viene acompañada de la zanahoria. El gobierno junto a la represión se ha colocado la careta filantrópica regalando una miserable cantidad de dinero a los "más vulnerables", la llamada política de los subsidios. 

El Perú es uno de los países de América Latina que más ha invertido en subsidios para la población desde que se declaró el Estado de emergencia. Estos se traducen en bonos dirigidos a los hogares más míseros, ayuda que por supuesto no ha llegado a toda esa población que señalaba el gobierno. Hay barrios enteros donde las familias han puesto banderas blancas en señal de auxilio, ante la amenaza del hambre y la desprotección. Como no pueden salir a buscarse el sustento diario por la cuarentena, no tienen recursos para su alimentación. La prensa ya no puede ocultar los cientos de casos en todo el país, la desesperación, el hambre y la miseria se extiende cada vez más. Pese a las amenazas de detención, de multas o cárcel, el hambre no entiende de eso y la gente sale como sea a generarse un ingreso por miserable que este sea. El fracaso de los subsidios del gobierno es notorio, hay denuncias incluso que señalan que sectores de la burguesía, como políticos, alcaldes, empresarios y otros, han recibido el bono “por error”, en las bases de datos de los censos. Ya lo dijimos: estamos ante la política estatal del “palo y la zanahoria”, o sea entregan un bono de miseria a cambio de que no salgas a la calle a reclamar y si lo haces te estará esperando la represión.

Como explota esta situación la burguesía contra la clase obrera:

Cuarentena es la respuesta de la burguesía ante esta situación, una cuarentena que está matando de hambre a millones de familias en todo el país, generando pánico y desesperación. La burguesía se refugia en sus casas y urbanizaciones exclusivos, en zonas donde nadie puede pasar y donde tienen espacios para sus familias sin ninguna necesidad de salir. En los barrios proletarios, en los cerros y asentamientos de la urbe o la periferia viven familias enteras con 6 a 8 miembros en espacios de menos de 40 mt2 en muchos casos, donde es más fácil que las familias se infecten por las condiciones de hacinamiento en que viven. El confinamiento decretado hace dos meses, ha dejado a miles de familias obreras sin empleo, sin ingresos; muchas de ellas ya han visto cortados los servicios esenciales por falta de pago (luz, agua); muchas familias están siendo arrojadas a la calle por no tener para el alquiler, a lo que se suma el stress del encierro y la angustia que se traduce en peleas y violencia domésticas. Es una realidad que se repite en gran parte de Lima y ciudades como Piura, Iquitos, Arequipa, Chiclayo donde muchos miles de proletarios se han visto arrojados a la miseria más absoluta y son presa fácil del virus.

Despidos masivos, ha sido la otra respuesta de la burguesía frente a esta situación. Muchas empresas han despedido a miles de trabajadores en los diferentes sectores de la actividad económica como en servicios, manufactura, turismo, exportaciones, entre otros. La burguesía no ha tenido piedad, para preservar sus ganancias no le ha temblado la mano   echando a la calle a miles de trabajadores que han tenido que regresar a sus casas, a pasarla, sin sueldos, ni pagos en varios casos. En Lima y otras ciudades del país, el nivel de desempleo se ha triplicado en los primeros 15 días de la cuarentena. El 30% de la población se ha quedado directamente en la ruina, sin trabajo y sin ahorros, puesto que 70% de la población vive en la economía informal, ganando al día para sostener a sus familias. Millones de trabajadores en el Perú viven con menos de 5 dólares diarios. Existe, además, una preocupación creciente en el sector privado por 3,7 millones de empleos formales, que se verán también afectados por esta crisis[4].

La vida después de la pandemia

La clase explotadora, ha empezado a rediseñar el funcionamiento de su sistema, con protocolos de seguridad para evitar el contagio[5].Todo un show mediático de desinfección, mascarillas y lentes, lavatorios y alcohol en spray colocados a las puertas de las fábricas, farmacias y centros comerciales. Pero las verdaderas intenciones saltan a la vista: la reactivación económica en el país, en su máxima consigna y claro, no les importa que los trabajadores puedan infectarse con el virus, no les interesa protegerlos de verdad porque la carne de cañón obrera es lo que sobra. A la burguesía le interesa un rábano la salud de los obreros, porque ellos no son los que trabajan y no producen nada. A ellos solo les interesa que los obreros vuelvan al trabajo y sacar lo máximo de beneficios en medio de esta tragedia. Y por ello presionan a su Estado para que vaya desconfinando y poniendo en funcionamiento las actividades económicas que más ganancias le dejan: minería, agroindustria, pesca, pese a que los infectólogos y hasta el propio Colegio Médico afirman que aún no hemos llegado a lo peor de la pandemia.

Pero se está montando también toda una campaña para después del levantamiento de la cuarentena, campaña plagada de sentimentales mensajes y que dicen que el mundo ya no va ser como antes, que habrá una nueva convivencia post pandemia y que la gente finalmente se acostumbrará al distanciamiento social, a la reclusión, del hogar al trabajo y viceversa. Quieren vender la idea que la sociedad "va a cambiar" a raíz de la pandemia y que se viene un "nuevo mundo" más limpio, más ecológico cuando es todo lo contrario. Una mentira más de nuestros enemigos. El capitalismo no cambia más que sus formas y después de la pandemia se mantendrá intacto en su esencia.

En realidad, lo que buscan los explotadores con sus reglas de "distanciamiento social" y sus vacías promesas de un "nuevo mundo" es evitar una vez más, que los trabajadores expresen su descontento, aislarlos al máximo unos de otros que no se reúnen en asambleas o se lancen a las huelgas. Hace 20 años lo hicieron con el terrorismo; esta vez usan el miedo paralizante del contagio y la muerte para que los trabajadores no reflexionen su situación de explotados, para separarlo de sus hermanos de clase que sufren como ellos, extremar la atomización, controlar las calles, cerrar cualquier espacio, local o plaza donde los proletarios puedan reunirse para discutir, reflexionar y luchar. Un adelanto de lo que será la "nueva convivencia social" se ha mostrado en Chile donde han habido manifestaciones, por alimentos y medicinas y contra la indolencia del gobierno, siendo los participantes reprimidos por las fuerzas del orden de inmediato y con una ferocidad inaudita[6]. Eso es lo que se viene, ese es el nuevo mundo post pandemia que nos promete la burguesía dispuesta a todo como respuesta a cualquier manifestación de descontento de la clase obrera ¡el mismo mundo de mierda bajo el capitalismo, pero con mascarillas!

Ideológicamente la clase dominante saca también ventaja de la situación, primero el Estado se auto presenta como el protector de la población destinando millones de soles en subsidios y con su propaganda de “el Perú es primero”, con la cual pretende dar la falsa idea de que en la nación se podrían unificar las dos clases antagónicas. Sus cantos de sirena llamando a la población al sacrificio para "juntos vencer al Coronavirus"; encerrándolos y matándolos de hambre, en depresión e incertidumbre frente a esta situación. Mientras siga el encierro, sabe que podrá debilitar aún más la identidad de clase de clase y hacerlo perder su perspectiva de lucha, para cuando se dé el retorno a la "normalidad". Por eso, el gobierno de Vizcarra viene dando largas cada 15 días, extendiendo la cuarentena, para evitar una posible explosión social de los trabajadores en las calles, ante el desempleo, la enfermedad, el hambre y demás miserias.

El recurso de la cuarentena no es sólo evitar los contagios. Con una sola medida, busca varios objetivos: la atomización, el individualismo, el nacionalismo, el cada uno a la suya, el sálvese quien pueda. Elementos de ideologías extrañas al proletariado y su organización. Elementos que el proletariado debe combatir en todo momento de su encierro y en su combate contra su enemigo histórico de clase: la burguesía.

Los trabajadores, sin embargo, reaccionan y luchan:

La pandemia del Covid19 llegó en un mal momento para la lucha de clases. Las condiciones de bloqueo y encierro hacen imposible la forma clásica de lucha basada en Asambleas, manifestaciones y delegaciones masivas contra el ataque a las condiciones de vida en lo inmediato. Las dificultades de la clase trabajadora son diversas en tiempos de pandemia y debemos analizarlas.

Sin embargo, en plena pandemia, los trabajadores, en varios países se han negado a sacrificarse en la "línea de combate" contra el virus. A las huelgas obreras en Canadá, EEUU, Francia, a las huelgas de los obreros del automóvil en Italia, a las manifestaciones de los obreros egipcios en Kuwait, se suman la de los trabajadores de salud en prácticamente toda América Latina, desde México a Argentina. A esa lucha se han sumado sus hermanos trabajadores en el Perú. Desde que se inició la pandemia no ha dejado de haber cada semana una movilización de los sectores de trabajadores más afectados. Comenzó con la negativa y abandono del trabajo por los obreros portuarios de Ilo (Moquegua)  pues la patronal quería obligarlos al descargo de mercancías provenientes de China, foco del contagio .Le han seguido decena de  manifestaciones de trabajadores de la salud, médicos enfermeras y técnicos de hospitales públicos  a la que se han sumado  los obreros  de limpieza municipales, por  la enorme saturación y la bestiales condiciones de inseguridad con que el Estado los lanza a trabajar, prácticamente inermes frente al virus. Los trabajadores de los hospitales ya han visto morir a muchos de sus hermanos trabajadores y por ello, sin abandonar a sus pacientes, han salido a las calles con pancartas y altavoces a gritar por mejores condiciones de seguridad en el trabajo y esta situación se ha multiplicado por todo el país. El punto de los reclamos son la falta de equipos de seguridad médica, camas UCI. Además, contra la precariedad laboral, la falta de pago y los contratos-basura del personal médico joven.

Estos movimientos se inscriben dentro del terreno de clase, muchos de ellos son espontáneos pero válidos para la experiencia de lucha internacional de la clase trabajadora, que, aunque aún minoritarias señalan el camino de lo que en futuro la clase obrera mundial deberá hacer frente a su enemigo aunando sus luchas más allá de fronteras y nacionalidades. Es importante subrayar esto último. Ha habido una reacción internacional de los trabajadores en muchas partes del planeta en medio de la emergencia de la pandemia y pese a las amenazas de despidos o represión, los trabajadores no han tenido miedo de salir a pelear. Esta reacción es parte del cambio de ánimo que experimenta la clase obrera en su dinámica de lucha a nivel internacional[7].

Pero somos conscientes también que existe toda América Latina   una fuerte tendencia a que la lucha de clase trabajadora sea apartada de su terreno de clase y se vea envuelta y ahogada en medio de las revueltas interclasistas en el futuro. Primero: por las recientes revueltas populares vistas en Chile[8] y Ecuador[9] que pueden seguir influenciando como “experiencias” recientes; segundo, por la fuerte influencia que ejercen los movimientos interclasistas e izquierdistas en América Latina, sobre todo en los países andinos, como por ejemplo el indigenismo, el frentismo, el sindicalismo o los movimientos ciudadanistas. Tercero: debilidades generales de la clase trabajadora internacional, pérdida de confianza, de solidaridad, de identidad, perdida de su proyecto histórico como clase.

Debemos recordar, que la clase trabajadora en el Perú se había venido manifestando con luchas aisladas pero sostenidas. A fines del 2019 de trabajadores del Poder Judicial y la Reniec[10]. También la huelga de los repartidores de Glovo; el paro de los trabajadores de Saga-Fallabella[11]. Las movilizaciones de estudiantes de secundaria por la reducción de pasajes en el Metropolitano. Se hacen llamar "Secundaria combativa" también manifestaciones de maestros, de obreros de la construcción, huelga indefinida de los trabajadores de todos los locales de Saga Falabella y a comienzos de este año los obreros de limpieza en el distrito de Villa María del Triunfo y la de los obreros de salud en hospitales del Cuzco y Chiclayo. Los sindicatos para no perder el control sobre los trabajadores en huelga, anunciaba un Paro nacional para Marzo.

Era una ola, en ascenso de luchas aisladas, pero en un terreno de clase, que la pandemia cortó pero que queda como parte de la experiencia de la clase obrera. Estas luchas evidenciaron muchas debilidades similares a las que hemos visto en la gran huelga de los trabajadores en Francia contra la reforma de las pensiones[12].

Existe una cierta politización de la vida a nivel internacional, hay elementos de la clase que empiezan a buscar respuestas a una serie de preguntas relacionadas a la vida cotidiana en este sistema. En este sentido se podría decir que la atomización no es completa, los elementos en búsqueda utilizan los medios para descubrir y discutir desde el punto de vista del proletariado; son minorías de las minorías, pero son expresiones muy importantes. Podemos decir, que existe una resistencia y una reflexión en la clase, estos elementos harán que la clase trabajadora se lanzará más pronto o más tarde a luchas contra los golpes masivos que le prepara la Burguesía.

Será en la lucha contra los golpes cada vez más terribles que da el capitalismo en crisis, contra las condiciones de vida de la clase obrera donde esta ira desarrollando su identidad y su conciencia. Al desempleo, la precariedad, la reducción de salarios, la eliminación de prestaciones sociales, el proletario tiene que responder en su propio terreno de clase, desarrollando asambleas generales, abiertas a los demás obreros, extendiendo y unificando sus luchas.

¡El Futuro Pertenece a la Lucha de Clases!

Internacionalismo, sección de la CCI en Perú

mayo 2020

 

[3]     Administradora de fondo de pensiones (AFP) del sistema privado

[7] Ver Covid-19: a pesar de todos los obstáculos, la lucha de clases trata de forjar su futuro https://es.internationalism.org/content/4569/covid-19-pesar-de-todos-los-obstaculos-la-lucha-de-clases-trata-de-forjar-su-futuro

[10]   Registro Nacional de Identificación y Estado Civil: RENIEC

[11]   Empresa de Grandes Almacenes

Situación nacional: 

Geografía: 

Cuestiones teóricas: 

Rubric: