COVID 19 EN PERÚ: MUERTE, MISERIA Y CRISIS

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Ya han pasado más de 20 días de cuarentena y encierro, la máxima medida aplicada por gran parte de los Estados del mundo para aislar el virus del Covid-19 también conocido como Coronavirus. En Perú el Estado de emergencia viene acompañado con toque de queda impuesto por el Estado democrático, situación que viene reforzando la atomización social. Esta pandemia mundial, ya viene cobrando decenas de miles de víctimas mortales según cifras oficiales. La rápida y brutal propagación del virus ha puesto en jaque a todos los Estados y economías del mundo, las burguesías a nivel mundial de los distintos países siguen sin coordinar sus esfuerzos para contener la epidemia ante esta amenaza que presiona y agudiza cada vez más la crisis económica capitalista.

El Covid 19 y sus efectos económicos sobre la clase obrera:

El FMI ya señala que la economía internacional se encuentra en una recesión igual o peor que la del 2008-2009. El covid 19 ha generado unas consecuencias económicas terribles a nivel internacional, donde la clase obrera se llevará una vez más la peor parte en esta situación. Por ejemplo, en Perú, la crisis del Coronavirus ha mostrado una amplia población vulnerable, más allá de los niños y ancianos: los trabajadores. Grandes sectores de trabajadores del país son vulnerables económicamente por el paro forzado, planteado por la pandemia.

En Lima y otras ciudades del país, el nivel de desempleo se ha triplicado en los primeros 15 días de la cuarentena[1]. El 30% de la población se ha quedado directamente en la ruina, sin trabajo y sin ahorros, puesto que 70% de la población vive en la economía informal, ganando al día para sostener a sus familias.  Millones de trabajadores en el Perú viven con menos de 5 dólares diarios. Existe, además, una preocupación creciente en el sector privado por 3,7 millones de empleos formales, que se verán también afectados por esta crisis.

Las cadenas de pago se han roto por completo, muchas familias al no recibir sus salarios se ven en problemas para pagar alquileres, comprar víveres, medicinas y otros.  Toda esta situación se ha empezado a multiplicar a todo nivel afectando directamente a los trabajadores y alimentando el pánico al conjunto de la población. Esta situación puso en alerta al gobierno y lo obligó a actuar.

Ante esta situación, el gobierno de Vizcarra, ha desarrollado un plan económico para intentar aplacar las consecuencias del confinamiento social, que ha consistido en una primera etapa en liberar la CTS[2], la segunda medida fue el bono de 380 soles (115 dólares) que se entregó en la primera quincena de la cuarentena y un segundo bono después de la quincena. La tercera medida en la misma línea fue liberar hasta un 25% de los fondos del Sistema Privado de Pensiones (AFPs). Pero estas medidas no son, ni serán suficientes para enfrentar la crisis económica que ha desatado ya la pandemia en el país, solo por mencionar que el 70% de la población de trabajadores informales independientes no gozan de CTS, ni AFPs, ni de ningún otro fondo de contingencia.

Por otro lado, la Cepal[3] ya señala que la crisis podría dejar 22 millones de personas más en la pobreza extrema en América Latina, ya mencionan que estamos ante el principio de una profunda recesión. “Estamos ante la caída del crecimiento más fuerte que ha tenido la región” señaló Alicia Barcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

Muchas empresas locales se vienen aprovechando ya de toda esta situación, adelantando vacaciones no pagadas, remuneraciones “pendientes” de pago, despidiendo trabajadores, recortando costos de planillas, entre otras “maniobras” ejecutadas para no ver afectados sus beneficios en medio de la tragedia. Según Ricardo Herrera, abogado laboralista, explica que las empresas pueden optar por estas alternativas porque la Ley de Productividad y Competitividad Laboral lo permite. Esta, da lugar a que los trabajadores suspendan sus actividades por hasta 90 días sin recibir una remuneración[4]. Siempre la Ley del valor y las ganancias condenan a la explotación y la miseria a la clase obrera.

El Coronavirus ha revelado la precariedad de los sistemas de salud a nivel mundial:

El arribo del coronavirus[5] ha dejado al desnudo la criminal falta de prevención y los recortes de presupuestos a la salud por parte del Estado burgués: Hospitales colapsados médicos y enfermeras, sin utensilios, sin equipos, sin “seguridad sanitaria” y un largo etc.  El aumento semana a semana de contagiados han dejado en claro que todos los años de bonanza económica que gozó la burguesía Peruana, producto de los altos precios de  las materias primas, privatizaciones, concesiones mineras, recaudación tributaria y otras operaciones, solo sirvieron para llenarse los bolsillos y que ahora los trabajadores pagarán los platos rotos por los intereses del Estado burgués y del Empresariado, los mismos que tienen el cinismo de llamar a la responsabilidad individual de los ciudadanos para evitar que se termine de caer, el ya colapsado sistema de salud pública, imponiéndonos el confinamiento por decreto.

El virus ha provocado una verdadera crisis sanitaria a nivel nacional y planetaria. En Perú, ESSALUD[6] y MINSA[7] vienen ocultando las terribles condiciones en que tienen que trabajar cientos de médicos y enfermeras. Toda esta situación de precariedad en la seguridad social fue denunciada por un grupo de trabajadores del Sindicato Nacional Médico del Seguro Social del Perú (Sinamssop), los mismos que fueron posteriormente arrestados en su local sindical por la policía nacional por órdenes de la presidenta de ESSALUD, Fiorella Molinelli.

Hospitales colapsados con cientos de enfermos, con cero material médico, cero equipos  de protección médica, sin existencia de protocolos, ni infraestructura hospitalaria es lo que muestra el sistema social de salud hoy, en Francia, España, Italia, Brasil, Ecuador, México, el Perú y todo el planeta. Durante décadas a la burguesía le importo un rábano la salud pública, no hubo jamás una inversión sostenida técnicamente año tras año, por el contrario, solo hubo recortes en los presupuestos de salud. Por ejemplo, en España que ya presenta una de las peores infraestructuras sanitarias de Europa puede dar la idea de la precariedad de medios. Con 33 millones de habitantes (casi un 75% que la de España), Perú cuenta con unas 350 camas de Unidades de Cuidados Intensivos. 

Hoy al reventar esta emergencia mundial de salud, vemos como las autoridades corren para comprar equipos y demás utensilios en plena crisis. Porque la orden de la Burguesía es detener la pandemia sin sacrificar la explotación y los beneficios. Lo primero que hay que denunciar es que estamos ante la crónica de un colapso anunciado del sistema de salud pública. Y no es por la “Irresponsabilidad” de los ciudadanos, sino por décadas de recortes de los gastos sanitarios, de las plantillas de trabajadores de la salud y de los presupuestos de mantenimiento hospitalario y de la investigación médica...[8]

Las noticias se esmeran en mostrar reportajes e imágenes sobre la cuarentena, calles vacías o personas que desacatan el toque de queda, la policía y el ejército en las calles haciendo sus labores de control del orden y represión obrera. Sin embargo, no hay ningún reportaje, imágenes o noticias que muestren los centros médicos u hospitales públicos que están atendiendo directamente los casos del coronavirus ¿por qué? Porque no quieren mostrar el colapso de su sistema de salud y sus instalaciones. Cada día más salen por las redes sociales médicos y enfermeras denunciando situaciones de las malas condiciones de trabajo en las que tienen que laborar diariamente.

El colapso no solo está en la atención médica. Por ejemplo, en Sao Paolo, Brasil se prepara el cementerio más grande del mundo, ya que el número de muertes va en ascenso, habiendo colapsado morgues y otros cementerios de la ciudad. En Guayaquil, Ecuador donde la miseria ha avanzado brutalmente en los últimos 10 años con olas de violencia, pandillas, comercio de drogas, hacinamiento, falta de infraestructura pública y servicios básicos son algunos problemas que ya se han visto con mayor claridad en esta pandemia.  Muertos quemados en las calles por el colapso de la morgue y cementerios. Muchas familias tienen sus muertos afueras de sus casas, algunas autoridades empiezan a llenar contenedores con los cadáveres, situación que se asemeja a un escenario de guerra con cadáveres por todos lados.

Del control de la población y la represión de los trabajadores:

El Estado burgués con Vizcarra al frente ha aprobado una ley que le permite disparar en “defensa propia” a las fuerzas del orden, ante posibles manifestaciones y reacciones de la clase obrera que se puedan generar. La Ley N.º 31012, ley de Protección Policial, ley que señala que la Policía Nacional del Perú, en el cumplimiento de su deber, puede hacer uso de sus armas u otro medio de defensa.... esta ley es una nueva arma contra el proletariado, ante el miedo de la burguesía y el gobierno a las manifestaciones de los trabajadores que ya empiezan a suscitarse por diferentes partes del país, debido a la insostenible situación de miseria que los empuja cada vez más la crisis económica agudizada por el covid19. La burguesía muestra sus garras una vez más con esta ley, que incluso para algunos especialistas jurídicos es inconstitucional.

Pero el ataque ideológico de la burguesía también está presente con un mensaje que hoy en día, los gobiernos están dando "todo lo necesario" para salvar - no a "los bancos" en primer lugar, como durante la "crisis financiera" del 2008, sino primero a la población. En Perú lo escuchamos con frases como “El Perú primero”, “todos contra el coronavirus” “Juntos podemos” frases que se repiten a diario en medio de la crisis. Debemos denunciar aquí el nacionalismo y esa falsa comunidad de intereses entre explotadores y explotados, que es utilizada como veneno ideológico para pedir sacrificios y diluir al proletariado en revueltas interclasistas. Ya lo hemos visto en las revueltas populares en Chile y Ecuador, donde el proletariado fue encuadrado en las banderas del indigenismo, la democracia, el izquierdismo, el Género, la asamblea constituyente y otras trampas ideológicas de la burguesía[9].

Esta pandemia mundial que se viene a sumar a los escalofriantes casos de desnutrición, tuberculosis o dengue con incontables números de muertes al año, sumando la infinidad de casos de contaminación y muerte por la actividad minera, son una manifestación más que el capitalismo mundial ha entrado en una etapa terminal, la de la descomposición social[10] que amenaza visiblemente la supervivencia de la humanidad.

En medio de esta situación nos queda afirmar que, pase lo que pase con el virus Covid-19, esta nueva enfermedad advierte de que el capitalismo se ha convertido en un peligro para la humanidad, y para la vida en este planeta. Las enormes capacidades de las fuerzas productivas, incluida la ciencia médica, para protegernos de las enfermedades chocan con esa criminal búsqueda de beneficios, con el hacinamiento de una gran proporción de la población humana en ciudades invivibles[11] (solo en Lima existen casi 9 millones de habitantes) y los riesgos de nuevas epidemias que esto supone.

Médicos y Enfermeras protestan y se manifiestan:

Médicos y enfermeras de varios hospitales de Lima y algunas provincias se manifestaron y protestaron contra la falta de seguridad médica, la falta de materiales y la política sanitaria del gobierno. Muchos médicos y enfermeras han realizado plantones, usando pancartas y altavoces denunciando y protestando contra las malas condiciones laborales que tienen que enfrentar todos los días, poniendo en riesgo su salud y las de sus familias.

En Perú, el gobierno sabía desde enero lo que se venía y sin embargo, se zurró en las advertencias y subestimó la pandemia. Y cuando el daño estaba hecho, ESSALUD y el MINSA, lanzaron a los obreros de la salud, médicos, enfermeras, técnicos, incluso estudiantes de medicina, a enfrentar los casos, sin ninguna protección, como soldados en guerra obligados, situación que trajo contagios y muertes como ya sucedió en Lima y provincias.

Sin embargo, los trabajadores no se han quedado callados. Por ejemplo, el pasado 7 de abril en el Hospital de Ate-Vitarte, pomposamente presentado por Vizcarra como “modelo de lucha contra el covid-19”, médicos y enfermeras se negaron a trabajar y se plantaron en la puerta a protestar contra el gobierno por la falta de mascarillas, guantes, respiradores y protocolos de seguridad[12]. Muchos de ellos fueron amenazados con ser despedidos, otros fueron detenidos.

Muchos médicos y enfermeras también han tomado acciones por las redes sociales, haciendo videos con sus celulares, de las instalaciones de los hospitales denunciando la precariedad en la que trabajan. Esto se viene multiplicando a nivel nacional; sin embargo, los medios masivos de televisión ocultan todas estas noticias por órdenes de la burguesía y del gobierno, para que no salga a la luz la terrible miseria en la que se hunden los hospitales.

En otras partes del mundo también vienen surgiendo manifestaciones de trabajadores de la salud ante la crisis de la pandemia, como en Francia, España e Italia, donde han habido manifestaciones de protesta contra la precariedad laboral en la que trabajan, por falta de protocolos de seguridad, camillas, respiradores, guantes y mascarillas. En todas partes se reproduce el mismo patrón: la precariedad de los sistemas de salud pública, debido a los recortes presupuestales de la salud.

Explicar, por todos los medios posibles, que no existen salidas, ni soluciones dentro del Capitalismo:

La Crisis Económica Mundial se recrudece cada vez más haciendo sentir sus efectos sobre la Clase obrera y cuyas manifestaciones más palpables son la precarización laboral y el aumento del desempleo, SITUACIÓN AGRAVADA AHORA CON LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS Y LA CAIDA DEL CRECIMIENTO ECONOMICO. Esa perspectiva de nuevos y más brutales ataques contra la clase obrera en todo el mundo plantea la posibilidad de un desarrollo de luchas del proletariado en su terreno de clase. Ese terreno no es de la rabia interclasista al estilo de la que por ejemplo en Francia se dio en el movimiento de los “chalecos amarillos” (como denunciamos en artículos que pueden consultarse en nuestra página web), sino por el contrario en el de las luchas que tuvieron lugar desde finales del pasado año , como hemos visto más recientemente en Francia[13] con los movimientos de trabajadores contra los cambios en las pensiones y donde se han planteado algunas reflexiones sobre como la clase obrera debe luchar y organizarse contra su enemigo histórico, aunque se han podido ver muchas debilidades en este movimiento de trabajadores, también se han planteado enseñanzas para la clase obrera mundial, situación que demuestra un nuevo periodo de luchas por venir con cierto grado de maduración política que se deberán seguir desarrollando.

Internacionalismo, sección de la CCI en Perú

11042020

 

[1]     Comentarios de Oscar Dancourt exPresidente del Banco Central de Reserva del Perú, 3 de abril 2020.

[2]     CTS , Compensación por Tiempo de Servicio, es un beneficio que se otorga a los trabajadores comprendidos en el régimen laboral de la actividad privada. Un bono acumulable del trabajador en su vida laboral.

[3]     Cepal, Comisión Economica para America Latina, es una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas, se fundo pata contribuir al desarrollo economico de America Latina.

[4]     Diario Peru21, sabado 4 de abril del 2020.

[6]     Seguro Social de Salud del Perú.

[7]     Ministerio de Salud del Perú.

[12]   LID, Perú 8 abril del 2020.

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