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El GIGC ha reaccionado con una nueva calumnia1 frente al artículo que redactamos en defensa de nuestra Plataforma2. Creemos que no debemos dejarla sin respuesta, aunque ello suponga retrasar la publicación de otros artículos previstos y también dedicados a defender nuestra organización.
El GIGC presenta nuestros artículos que denuncian la falsedad de sus críticas, sus tergiversaciones y omisiones de nuestra Plataforma, como si nuestros textos fueran un medio de desviar la atención respecto a las cuestiones planteadas por militantes de la CCI e incluso por contactos en el medio político proletario sobre la supuesta deriva política de nuestra organización.
El GIGC comienza descalificando nuestro último congreso internacional, pero lo hace “vagamente”, evitando ser concreto y preciso, despreciando sus trabajos sin, por supuesto, aventurar una crítica política. Concluye que el congreso «se enredó en contradicciones teórico-políticas de carácter idealista», que sus trabajos «no aportaban nada particular para el campo proletario» y que sólo expresaban «la creciente marginación de nuestra organización». ¿Qué documento en concreto? Es un misterio sobre el que el GIGC guarda silencio, pero es fácil imaginar que fue el informe sobre la "descomposición de la sociedad", que incluye un apartado - "El método marxista, herramienta indispensable para comprender el mundo actual" -, contiene una respuesta argumentada a las críticas a nuestro "supuesto idealismo". Obviamente, el objetivo del GIGC nunca ha sido combatir políticamente nuestras supuestas "contradicciones teórico-políticas de orden idealista"3 puesto que no tiene ningún interés en una confrontación política. La llamada "crítica teórica" del GIGC consiste en una sucesión de frases retóricas, sin argumento ni prueba alguna, destinadas únicamente a denigrarnos. En este sucio trabajo, no innova, sólo sigue el método de "debate" característico de los izquierdistas o de un maestro del parasitismo político, Bakunin, que dirigió al Consejo General de la AIT estruendosas admoniciones y acusaciones para ocultar sus propias maquinaciones subterráneas.
El GIGC difunde insinuaciones sobre la vida interna de la CCI. Sin prueba alguna que lo respalde, el GIGC decreta que los 6 artículos en que hemos denunciado sus métodos buscan obligar a nuestros «militantes a acallar sus dudas sobre las posiciones políticas, los análisis y la dinámica de la organización». Además de muy despectiva para todos los militantes de la CCI, esta patraña es un intento más de expandir el veneno de la desconfianza en el seno del medio político proletario hacia la "organización estalinista" que seríamos. A este respecto, invitamos a nuestros lectores a hojear nuestra prensa para comprobar cómo la CCI siempre ha informado en sus columnas sobre sus discusiones y debates internos, incluso sobre cuestiones de organización. El ataque "teórico" se combina aquí con un ataque "organizativo". En su furia denigratoria -única razón de ser del GIGC- debe hacer que la CCI aparezca lo más repulsiva posible.
Tratan también de sembrar la duda entre nuestros contactos afirmando que la CCI utiliza los ataques al GIGC como pretexto para no responder "a las preguntas que contactos y jóvenes militantes próximos a la Izquierda Comunista le plantean sobre las posiciones de otros grupos, entre ellos la TCI y el GIGC en particular". Que conste que no se nos han planteado tantas preguntas sobre las posiciones del GIGC. De hecho, ni una sola. Pero si queremos decir que no rehuimos ninguna pregunta o crítica de los grupos del medio político proletario y de sus simpatizantes. Pero, en el caso de que nuestros interlocutores nos hubieran preguntado por el GIGC, no habríamos dejado de darles una descripción detallada de las violaciones de nuestros estatutos y de los actos de delación realizados por la FICCI (Fracción Interna de la CCI), que hoy encuentra su continuidad en el GIGC mediante cambios "programáticos" que en nada alteran la realidad y la esencia de este grupo. En nuestra opinión, el GIGC, siendo un grupo policial4, no pertenece al medio político proletario y menos aún a la Izquierda Comunista5.
Pretenden, por último, que la CCI introduciría la división y el sectarismo en el campo proletario. Nuestra práctica ilustra todo lo contrario: estamos a favor de una confrontación política fraternal, pero sin concesiones, de las diferencias que existen en el seno del medio político proletario y a favor de trabajar juntos siempre que sea posible, … Pero nada de esto puede ni debe menoscabar la necesaria defensa de ese mismo medio, en particular mediante la lucha contra los delatores, los aventureros y los agentes del Estado. Animamos a los lectores que tengan dudas sobre esta cuestión a remitirse a la historia misma del movimiento obrero, y específicamente a las batallas libradas por los revolucionarios para desenmascarar a los organismos parasitarios que han pululado en su seno, tales como la Alianza de Bakunin en el interior de la de la Asociación Internacional de Trabajadores, contra agentes del Estado tal que Vogt (a quien Marx dedicó un año de trabajo en un libro desenmascarándolo)6, o aventureros como Lassalle y Schweitzer en la socialdemocracia alemana7. Nos situamos pues en esta tradición cuando denunciamos a la FICCI y a su aborto, el GIGC8.
Si el GIGC quiere presentar la defensa intransigente del medio proletario como si fuese una política sectaria de división, es porque intenta blanquear su papel de chivato que no vaciló en prestar su apoyo al indefendible aventurero Gaizka9 A este respecto, remitimos a un artículo que hemos publicado recientemente dónde informamos de las discusiones con el TCI sobre la siguiente cuestión: "¿Debe denunciarse públicamente a un aventurero?”10.
- Según el GIGC, la CCI esquiva las críticas a su plataforma: «Cuando criticamos un punto concreto de la plataforma, la CCI también nos remite a otros artículos para constatar nuestras 'mentiras y calumnias' (...) No defiende el punto de la plataforma en cuestión, ni lo hace explícito, sino que remite a otro texto». Se trata de una mentira fácilmente comprobable: en nuestro artículo11 que ha criticado el GIGC12,sobre el tema del parlamento y el parlamentarismo, afirmábamos efectivamente haber publicado las Tesis sobre la democracia escritas por Lenin. ¿Acaso esto prueba que eludimos la crítica, cuando en ese mismo artículo, y contrariamente a lo que afirma el GIGC, recordamos como respaldo lo que dice realmente nuestra plataforma y que invalida la acusación de consejismo que se le hace13? Añadimos a esta elocuente cita de nuestra Plataforma, el siguiente comentario: «Así pues la idea de que este punto de nuestra plataforma no tiene en cuenta la función del Parlamento en el nuevo período, casa con el conocido planteamiento de 'calumnia, calumnia, siempre quedará algo de ella' (F. Bacon), por inconsistente que sea la calumnia». Y, sin embargo, en su siguiente artículo14, el GIGC repite exactamente la misma crítica sobre el mismo punto de nuestra plataforma con los mismos "argumentos". ¡Puro copiar y pegar! ¡Está claro que la calumnia no excluye la decrepitud!
- Una "prueba” adulterada del consejismo de la CCI. Según el GIGC nuestra Plataforma contiene «la tesis central del economismo y del consejismo» que «reduce el papel del partido al de mero consejero o asesor de la clase» que «Lenin combatió con razón en el ‘Que Hacer’, y que la propia CCI tuvo que combatir en su interior en los años 80». El GIGC exhibe, como un trofeo, la prueba condenatoria de nuestro consejismo que se escondería tras la siguiente cita: «La conciencia de la clase se forja a través de sus luchas, se abre camino difícil a través de sus éxitos y derrotas». Se puede demostrar cualquier cosa con una frase sacada de contexto. Y es que, en realidad, esta frase no se sostiene por sí sola, sino que debe situarse en el contexto de la sección correspondiente de la plataforma:
* El punto del que se ha sacado el pasaje incriminatorio se refiere al papel de los consejos obreros: «La forma de organización que la clase se da a sí misma en su lucha revolucionaria y para el ejercicio de su poder político es la de los Consejos Obreros. Pero si bien la clase en su conjunto es el sujeto de la revolución y es la que, por tanto, se reúne en estos organismos en el momento de la revolución, esto no significa que el proceso de su toma de conciencia sea simultáneo y homogéneo. La conciencia de la clase se forja a través de sus luchas, se abre camino difícil a través de sus éxitos y derrotas».
* El siguiente punto de la plataforma trata directamente de la importancia del partido para la victoria de la revolución: «La organización de los revolucionarios (cuya forma más avanzada es el partido) es un órgano necesario del que la clase se dota para el desarrollo de su conciencia de su porvenir histórico y para la orientación política de su lucha hacia ese futuro. Por esta razón, la existencia del partido y su actividad constituyen una condición indispensable para la victoria final del proletariado». (punto 16 c - La relación entre la clase y la organización de los revolucionarios).
Se trata, en resumen, de un torpe collage, de un montaje deshonesto y de una nueva estafa por parte del GIGC. ¿Miente la CCI? Lo cierto es que un examen concreto de la realidad muestra que quien es un falsificador es el GIGC.
- Otra acusación que nos lanza el GIGC es que mentimos cuando decimos que nunca nos hemos considerado un partido (o un partido en miniatura). El GIGC señala dos citas de la CCI que contienen la expresión "esqueleto del futuro partido" y que demostrarían, supuestamente, nuestras falsedades. En primer lugar, resulta curioso comparar esta acusación con la imputación de “consejismo” que nos hacían en el otro artículo del GIGC. ¡Ahora nos acusan exactamente de todo lo contrario, es decir, de considerarnos ya el partido! Es inútil buscar coherencia política alguna, ya que, como hemos subrayado desde el principio, el objetivo del GIGC no es otro que calumniarnos y poner en duda nuestra honestidad política.
En este caso, el GIGC identifica, a efectos de su nueva artimaña, nada menos que "el esqueleto de la organización" con "la organización en su conjunto". En política, como en anatomía, no cabe mayor absurdo. Considerarse el "esqueleto del futuro partido" no puede significar en modo alguno considerarse el "partido", ni siquiera el "partido en miniatura".
Pero es que, además, un examen en nuestra web de todos los pasajes de nuestros textos en los que aparece la formulación "el esqueleto del futuro partido" muestra que tal expresión se propuso durante un breve período, pero que después se puso claramente en tela de juicio:
«Hemos afirmado a menudo que una de las tareas de los revolucionarios era constituir un polo de reagrupamiento de la vanguardia proletaria. Hoy debemos comprender que tenemos que constituir el eje, el 'esqueleto' del futuro partido mundial del proletariado» (Informe sobre la cuestión de la organización de nuestra corriente internacional [2]; Revista Internacional nº1, 1975). Se trataba, pues, de una perspectiva que la CCI se había dado a sí misma en un momento de su existencia, pero que aún estaba lejos de realizarse.
«Está cada vez más claro que el partido del futuro no será el producto de una suma "democrática" de diferentes grupos del medio, sino que la CCI constituye ya el esqueleto del futuro partido. Pero para que el partido se encarne, la CCI debe demostrar estar a la altura de la tarea impuesta por el desarrollo de la lucha de clases y la emergencia de la nueva generación de elementos en búsqueda». (Resolución sobre la situación internacional del 16º Congreso de la CCI [3], 2005, Revista Internacional nº122).
«El congreso discutió y retomó una crítica contenida en el informe sobre los contactos relativa a la siguiente formulación contenida en la resolución sobre la situación internacional del 16º Congreso de la CCI: "la CCI constituye ya el esqueleto del futuro partido". Sin embargo, el artículo de balance de dicho Congreso ya corregía esta formulación: "No es posible definir hoy la forma que tendrá la participación organizativa de la CCI en la formación del futuro partido, ya que ello dependerá del estado general y de la configuración del nuevo medio, pero también de nuestra propia organización». (artículo de Balance del 19º Congreso Internacional de la CCI [4], 2011, Revista Internacional nº146)
En resumen, los textos citados establecen claramente que la CCI nunca se ha considerado un partido, sino que se ve a sí misma como un grupo político con una "función similar a la de una fracción", responsable de trabajar para la fundación del futuro partido, al tiempo que constituye un puente hacia él15. En conclusión, tenemos aquí una nueva confirmación de que el GIGC actúa como un farsante, pero los hilos con los que urde sus patrañas son cada vez más gordos.
- El GIGC al rescate del sindicalismo. Lo primero que denunciamos del GIGC es que se trata de un parásito político y un grupo de matones que intenta hacerse pasar por una organización de la Izquierda comunista cuando centra su acción destructiva y calumniosa precisamente contra la Izquierda comunista. Esto no nos impide señalar como algunas de sus posiciones apoyan solapadamente las de la extrema izquierda del capital, en particular en la cuestión sindical.
¿Qué hay, si no, detrás de la idea, defendida por el GIGC y criticada en nuestro anterior, de que el paso de los sindicatos al campo burgués fue "producto de la relación de fuerzas entre las clases” que se produjo en el seno de estos organismos?
Nuestro último artículo rechaza esta visión mostrando que equivale a defender que «¡existe la posibilidad de que la clase obrera mantenga los sindicatos como arma de su lucha librando un combate en su seno!». Pero ente nuestra denuncia de un método de análisis tan sumamente izquierdista, el GIGC evacua el problema16 otorgando a cada cual el derecho a pensar lo que le venga en gana: «Por nuestra parte no habrá indignación ni escándalo por mentiras o calumnias. La CCI y otros tienen todo el derecho a pensar así y estamos dispuestos a debatirlo». De hecho, su nueva teoría sobre la cuestión sindical va de la mano de su depreciación de la contribución de la revolución alemana, que, precisamente, puso de relieve el carácter burgués de los sindicatos en el periodo de decadencia capitalista. Esta posición del GIGC es una contribución más a la confusión política.
El GIGC coloca su artículo “El callejón sin salida político de la Corriente Comunista Internacional” en la sección de su página web titulada "Lucha contra el oportunismo", considerando así que tanto nuestra plataforma como nuestra organización son oportunistas. Sin embargo, cuando se llamaban FICCI, sus miembros afirmaban ser los mejores defensores de la plataforma de la CCI, que la "oportunista" CCI ya no era capaz de defender. ¡Pero ahora nuestra plataforma se ha vuelto oportunista a los ojos del GIGC! Otra incoherencia más del GIGC, que no debe ocultarnos que, a pesar de todas sus contradicciones, hay una coherencia en su política: poco le importa la plataforma que diga defender o que ataque abiertamente, lo principal es conseguir difamar y desacreditar a la CCI.
En la conclusión de su texto declara que «la confrontación de las diferentes posiciones y su clarificación merecen más que los insultos y otras estúpidas negaciones de la CCI». Pero todos los puntos que acabamos de plantear refutan las "contribuciones a la clarificación" de las que alardea en su último texto (como en todos los anteriores). Además, el problema fundamental del GIGC no reside en sus "contribuciones" políticas ni en sus críticas a la CCI, sino que radica fundamentalmente en el hecho de que constituye un parásito político dentro del medio político proletario. Sus supuestos argumentos son subterfugios o mentiras con las que emponzoñar este medio y calumniar a sus organizaciones. Pero a fuerza de triquiñuelas se le enredan los pies en la alfombra y entonces, para salir de su apuro, ¡apela a un debate!
CCI, 30 de diciembre de 2023
Para volver a la serie: El parasitismo político no es un mito: el GIGC es una de sus más peligrosas expresiones [5].
1 A través de su artículo El callejón sin salida político de la Corriente Comunista Internacional [6] (23 de septiembre)
2 Véase “La pseudo "crítica" del GIGC a la plataforma de la CCI - Un falso análisis para desacreditar a la CCI y a su filiación política (la Izquierda Comunista)” [7](23 de agosto).
3 La siguiente cita de este informe debería mover a reflexión y animar la lucha política en cualquier marxista consecuente: "Para quienes nos llaman 'idealistas', supone un verdadero escándalo afirmar que un factor de naturaleza ideológica, - la ausencia de un proyecto de sociedad-, puede tener un impacto importante en la vida de la sociedad. Demuestran así que el materialismo que reivindican no es sino el materialismo vulgar ya criticado por Marx en su época, especialmente en las Tesis sobre Feuerbach. Según ellos, las fuerzas productivas se desarrollan de manera autónoma. Y el desarrollo de las fuerzas productivas dicta por sí solo los cambios en las relaciones de producción y en las relaciones entre las clases.".
4 Véase la serie Cuestiones de organización I: La Primera Internacional y la lucha contra el sectarismo [8]; II: La lucha de la Primera Internacional contra la "alianza" de Bakunin [9] ; III: El Congreso de La Haya de 1872: la lucha contra el parasitismo político [10] ; IV: La lucha del marxismo contra el aventurerismo político [11].
5 A este respecto, es importante observar cómo el GIGC intenta invalidar nuestra caracterización como grupo policial invocando el hecho de que algunos de sus miembros nunca pertenecieron a la FICCI (véase la nota 5 del artículo del GIGC). Aunque algunas posiciones políticas hayan cambiado y se hayan incorporado nuevos miembros, la razón de ser de la FICCI no ha cambiado por ello, ya que sigue contando con el apoyo de los elementos excluidos de nuestra organización, en particular por haber publicado un documento interno de 114 páginas, reproduciendo numerosos extractos de las reuniones de nuestro órgano central internacional, con nombres de militantes, supuestamente para apoyar sus acusaciones contra la CCI. Este documento, que proporcionaba deliberadamente a la policía información sensible para ayudarles en su trabajo, demostraba de hecho su odio hacia nuestra organización.
¿Qué cambia con el GIGC?: «Nada más nacer este enano llamado "Grupo Internacional de la Izquierda Comunista" soltó su primer bramido de propaganda histérica contra la CCI, como atestigua el titular de su sitio web: "¡Una nueva (¿última?) crisis interna en la CCI!" acompañada, por supuesto, de un "Llamamiento al campo proletario y a los militantes de la CCI". Este llamado "Grupo Internacional de la Izquierda Comunista" da la voz de alarma y grita a los cuatro vientos que está en posesión de los boletines internos de la CCI. Mostrando su trofeo de guerra y armando semejante alboroto, el mensaje que estos chivatos patentes intentan transmitir es muy claro: ¡hay un "topo" en la CCI que trabaja mano a mano con la ex-FICCI! Se trata claramente de un trabajo policial sin otro objetivo que sembrar la sospecha generalizada, el malestar y la cizaña en el seno de nuestra organización. Son los mismos métodos utilizados por el GPU, la policía política de Stalin, para destruir desde dentro al movimiento trotskista en los años 30». (Comunicado a nuestros lectores: la CCI atacada por una nueva agencia estatal burguesa [12]).
6 Véase El caso Vogt: el combate de los revolucionarios contra la calumnia I [13] y El caso Vogt: el combate de los revolucionarios contra la calumnia II [14].
7 Véase Lassalle y Schweitzer: la lucha contra los aventureros políticos en el movimiento obrero [15]
8 Véase la nota 5.
9 Véase El aventurero Gaizka tiene los defensores que se merece: los matones del GIGC. [16] Febrero 2021
10 Ver Gaizka y la TCI. ¿debe denunciarse públicamente a un aventurero?, [17], en francés
11 Ver La pseudo "crítica" del GIGC a la plataforma de la CCI - Una farsa de análisis para desacreditar a la CCI y a su filiación política (la Izquierda Comunista). [18]
12 Ver Toma de posición sobre la plataforma de la Corriente Comunista Internacional [19], en “Revolución o Guerra” n° 18, mayo de 2021.
13 La plataforma de la CCI no se limita a invocar "la mera imposibilidad de reforma en la decadencia" para justificar que el parlamento ya no podía ser utilizado por el proletariado. En efecto, lo que dice es que: «La única función que [el parlamento] puede asumir, y que explica su pervivencia, es una función de mistificación. A partir de ese momento, se acaba toda posibilidad de que el proletariado lo utilice de alguna manera. En efecto ya no puede conseguir reformas que se han vuelto imposibles a través de un órgano que ha perdido toda función política efectiva. En un momento en que su tarea fundamental consiste en la destrucción de todas las instituciones del Estado burgués y, por tanto, del Parlamento; en que debe establecer su propia dictadura sobre las ruinas del sufragio universal y otros vestigios de la sociedad burguesa, su participación en las instituciones parlamentarias y electorales conduce, sean las que sean las intenciones de quienes la preconizan, a insuflar una apariencia de vida a estas instituciones moribundas» (punto 8 de la Plataforma de la CCI. La mistificación parlamentaria y electoral).
14 Ver El callejón sin salida político de la Corriente Comunista Internacional [6] (23 de septiembre) “Revolución o Guerra” n° 25, rúbrica "Lucha contra el oportunismo".
15 Informe sobre el papel de la CCI como "Fracción [20]", Revista Internacional 156.
16 En el mencionado artículo El callejón sin salida político de la Corriente Comunista Internacional [6] (23 de septiembre).
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Desde finales de 2023 soplan vientos de tensiones bélicas en América del Sur. Venezuela y Guyana asumen medidas en el plano diplomático y militar, debido a la disputa que mantienen durante años por el territorio del Esequiboi.
Aunque el conflicto por ahora se mantiene en “hibernación”, se desarrolla en un contexto mundial propicio a que pueda estallar y escalar a una confrontación mayor. En efecto, a partir de la segunda década del siglo XXI, vemos cómo se han iniciado nuevas guerras y conflictos armados en el mundo: la guerra de Ucrania, que ya entra en su tercer año; la guerra en Gaza entre Israel y Hamas iniciada hace casi 6 meses, que se prolonga y acentúa las confrontaciones armadas en varios países del Medio Oriente; la acentuación de conflictos en el norte de África y la región Subsahariana, etc.
En estos conflictos intervienen grandes potencias, como EE. UU., Rusia, también China, mediante su política de “pacificación” y la “diplomacia del crédito”. De igual manera intervienen países o potencias de segundo orden, como es el caso de países de Europa Occidental (Medio Oriente, África) o Irán con una presencia importante en varios países del Medio Oriente. Cada uno de los países que participa en los conflictos, obviamente incluyendo los países directamente en guerra, interviene en busca de su propio beneficio, principalmente, geopolítico. Esta situación es debido a que, después del derrumbe del bloque ruso en 1989, y el consecuente debilitamiento de EE. UU. como gendarme del mundo, se ha desarrollado un mundo “multipolar”, en el que países de segundo o tercer orden en el plano económico y militar, desarrollan sus propios intereses imperialistas.
En ese sentido, reafirmamos lo que decimos con respecto al conflicto en el Medio Oriente: “El conflicto actual no tiene nada que ver con la vieja “lógica” del enfrentamiento entre la URSS y EE. UU. Al igual que lo que pasa con la actual guerra de Ucrania, esta guerra en Medio Oriente es un paso más en la dinámica del capitalismo mundial hacia el caos, la proliferación de convulsiones incontrolables y la generalización de conflictos cada vez más numerosos…”ii. Por ello el actual escenario de guerras y conflictos armados entre naciones confirman el análisis que Rosa Luxemburgo expusiera en 1916: “La política imperialista no es propia de un país o de un grupo de países. Es el producto de la evolución mundial del capitalismo en un momento dado de su maduración. Es un fenómeno internacional por naturaleza, un todo inseparable que no puede entenderse más que en sus relaciones recíprocas y que ningún Estado puede evitar”iii.
Otra de las macabras características de las guerras de esta década, además de su irracionalidad, es su carácter de “tierra arrasada” con destrucción y muerte por doquier. Lo observamos en la guerra de Ucrania y en la guerra de Gaza. Por ello, afirmamos que estas confrontaciones bélicas, junto con la crisis económica, ecológica, crean un efecto “torbellino” que ocasiona “el riesgo de desestabilizar regiones cada vez más extensas del planeta, con penurias, hambrunas, millones de desplazados, aumento del riesgo de atentados, enfrentamientos entre comunidades...la guerra en Gaza como en Ucrania muestran que la burguesía no tiene solución para la guerra. La burguesía se ha vuelto totalmente impotente para controlar la espiral de caos y barbarie a la que el capitalismo está arrastrando a toda la humanidad”.iv
El conflicto entre Venezuela y Guyana contiene los elementos potenciales para el desarrollo de una confrontación mayor. El régimen de Nicolás Maduro, a través de la convocatoria de un Referéndum ha llamado a la unión patriótica por la reclamación del territorio del Esequibo, haciendo referencia a cómo ha sido usurpada históricamente Venezuela, primero por el Imperio Británico y luego por el imperialismo norteamericano. El Referéndum ha servido de base para crear una legislación sobre la zona en disputa: un nuevo mapa de Venezuela con el territorio anexionado, el nombramiento de una autoridad de Estado para la región y la movilización de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) hacia la frontera con Guyana. Por su parte el gobierno de Guyana no se queda de brazos cruzados: el presidente Irfaan Alí iza banderas en la zona, reparte ayudas económicas a la población abandonada por años; y, declara que no sucumbirán a las artimañas de Maduro y que defenderán su país por cualquier medio.
Ambos países, cada uno con los medios a su alcance, desarrollan su propia política imperialista. En el caso de Venezuela, Chávez desarrolló una política imperialista hacia la región, utilizando la venta de petróleo barato como artillería; inclusive, retando a los propios EE. UU. Así mismo, estableció alianzas en el plano económico, político y militar con potencias y países enemigos de EE. UU.: China, quien le ha brindado un importante apoyo en el plano económico, sustentado en el suministro de petróleo; Rusia, como suplidor de armamentos, con una presencia militar en el país; Irán, junto con los movimientos radicales del Medio Oriente como Hamas y Hezbolá; Cuba, quien tiene una presencia militar y de inteligencia en el país; con sectores de las guerrillas izquierdistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, quienes actúan abiertamente en territorio venezolano. Este espectro de fuerzas “anti imperialistas” las estableció el chavismo con el objetivo de desarrollar una “guerra asimétrica”, previendo una confrontación abierta con EE. UU. Hoy, el gobierno de Maduro se propone abiertamente la anexión del territorio del Esequibo en disputa.
Por su parte Guyana, quien juega a ser el país más débil, ha avanzado en la explotación de los recursos petroleros de la zona en litigio, estableciendo alianzas en el plano económico y militar con EE. UU. y países europeos que explotan dichos recursos; así mismo, con China en el plano económico, a través de consorcios de ese país que también explotan los recursos de la zona en disputa.
Una muestra de la posible escalada de las tensiones en la región, luego de conocida la decisión del gobierno venezolano de anexar la zona del Esequibo en reclamación se produce cuando el Secretario de Estado de EE.UU. Antony Blinken, aseguró el “apoyo incondicional” de Washington al gobierno de Guyana e inmediatamente tropas del Comando Sur iniciaron ejercicios con las fuerzas militares de Guyana, con la posibilidad de tener una presencia permanente en este país. Luego, a inicios de este año, arribó a las costas de Guyana el buque militar británico HMS Trent, con el fin de realizar también maniobras militares con las fuerzas armadas de su socio de la Commonwealth. Los gobiernos del Caribe agrupados en el CARICOMv le han dado su apoyo a Guyana, aun teniendo acuerdos con el gobierno venezolano para el suministro de petróleo.
Por otra parte, Lula intervino colocando a Brasil como “mediador” en el conflicto, declarando que "No queremos guerras ni conflictos, necesitamos construir paz”. Sin embargo, ordena el despliegue de un contingente militar en el estado brasileño de Roraima, en la frontera con Guyana y Venezuela. De esta manera, no solo intenta mantener su estatus de potencia imperialista regional, sino que se sirve de la alianza con el chavismo, la cual ha utilizado en su confrontación contra los EE. UU. desde que asumió su primer gobierno. Por su parte, Cuba y Colombia no se pronuncian sobre el conflicto, pues, el colocarse en contra de Maduro, podría tener repercusiones negativas para el régimen cubano debido a los acuerdos económicos y militares que existen entre los dos países; y en el caso de Colombia, se podrían afectar los acuerdos establecidos con el gobierno de izquierda de Gustavo Petro, es decir, puros cálculos geopolíticos de naturaleza imperialista.
El régimen de Maduro está sometido a una fuerte presión, a nivel interno, debido al avance de los sectores de oposición, a nivel internacional, principalmente debido a las sanciones impuestas por EE. UU. y la Unión Europea. Por este motivo, no es descartable que la cúpula chavista se lance a la aventura de una acción bélica contra Guyana; lo que abriría otro frente de guerra para EE. UU., esta vez en su propio “patio trasero”.
Ante este conflicto, el proletariado y el conjunto de la población en Venezuela y Guyana se topan con una situación inédita: la posibilidad de que sean arrastrados a una guerra, que no sólo tendría repercusiones en estos países, sino a nivel regional.
Como en toda situación de conflicto entre naciones, los gobiernos de turno convocan a los trabajadores y las masas explotadas a apoyar y movilizarse contra el gobierno contrario, acusándolo como el agresor. Los trabajadores de Guyana y Venezuela deben rechazar participar en estas campañas, que solo benefician a los gobiernos que los explotan y los someten a la miseria. Lo mismo deben hacer los trabajadores de la región, ya que de desencadenarse un conflicto serán llamados a apoyar a uno u otro bando.
El rechazo no solo debe ser contra los llamados de los dirigentes y partidos de los gobiernos respectivos, sino también contra los opositores a esos gobiernos. Todos ellos quieren llevar a las masas trabajadoras y explotadas como carne de cañón a un conflicto que no es de su incumbencia, sino del interés de la clase dominante de las naciones en pugna. En el caso de Venezuela, se deben rechazar los llamados de Maduro y dirigentes del PSUVvi a la "unidad nacional en defensa de la patria". También a los llamados de los partidos de oposición al chavismo, tanto en el país como en el exilio, a “la defensa de Venezuela y nuestro territorio”. En el caso de Guyana igualmente, los trabajadores y explotados de ese país deben oponerse a los llamados de defensa de la patria, que les hace el gobierno de Irfaan Alí y toda la clase dominante guyanesa.
Más importante aún es el rechazo a los llamados y consignas de otros partidos y grupos de la izquierda del capital, tales como el Partido Comunista de Venezuela (PCV), así como los grupos y organizaciones trotskistas. El PCV critica al gobierno de Maduro por llevar al país hacia “una derrota estratégica de las legítimas aspiraciones de Venezuela sobre el territorio Esequibo y un avance en el posicionamiento de los capitales transnacionales y los intereses de las potencias imperialistas en la región”vii. Los trotskistas, como la Liga de Trabajadores por el Socialismo, hacen lo propio pues “Ha sido este gobierno el que lleva adelante una política que facilita brutalmente el saqueo de nuestros recursos y que es una verdadera humillación y subordinación del país ante los capitales extranjeros”viii. Dicen defender posiciones internacionalistas, pero vemos como unos y otros se presentan como los mejores defensores de los intereses de cada capital nacional; tanto unos como otros desde la II Guerra Mundial movilizaron a los trabajadores como carne de cañón, defendieron el campo del imperialismo democrático y del estalinismo contra los imperialistas fascistas y, durante la Guerra Fría, han convocado a los trabajadores a apoyar y luchar a favor de los países bajo la órbita de la ex URSS. Chavistas, estalinistas y trotskistas son de la misma estirpe, todos son defensores del sistema capitalista.
La exacerbación de las tensiones entre Venezuela y Guyana representa un peligro real para el proletariado de estos países y de toda América Latina. De estallar un conflicto, habrá una mayor desestabilización en la región, con su secuela de penurias, hambrunas, millones de desplazados que se sumarán a los 8 millones de venezolanos que han emigrado debido a la crisis económica y la exacerbación de las tensiones entre Venezuela y EE. UU. desde la presidencia de Obama. En ese sentido, la región ya padece desde hace años los efectos de la crisis económica y de la descomposición del sistema capitalista en todos los órdenes: político, económico, social y ambiental.
Toda lucha que se ubique en el campo de defensa de un Estado solo puede significar la derrota política del proletariado como hoy ocurre en Ucrania y Rusia, como también en Gaza e Israel; es decir, proletarios entrampados en la defensa de la patria. Ante este panorama de vientos de guerra, el proletariado deberá hacer suya la consigna de las organizaciones revolucionarias de ayer y de hoy: “El proletariado no tiene patria”.
LB 29/3/24
i Esequibo es el nombre del río que recorre de norte a sur el territorio de Guyana, país ubicado al norte del subcontinente de Sur América, fronterizo con Venezuela hacia el Oeste y con Brasil hacia el sur. Venezuela reclama como suyo el territorio ubicado al oeste del río Esequibo, el cual abarca las tres cuartas partes del territorio de Guyana, al que llama Guayana Esequiba.
ii Después de Ucrania, el Oriente Medio... El capitalismo solo tiene un futuro: ¡la barbarie y el caos! [24]
iii “La crisis de la socialdemocracia”, conocido también como “Folleto de Junius” Rosa Luxemburgo.
iv Idem.
v La Comunidad del Caribe.
vi Partido Socialista Unido de Venezuela, fundado por el chavismo.
vii https://www.aporrea.org/actualidad/n388252.html#google_vignette [25]
viii https://www.laizquierdadiario.com.ve/Unidad-de-los-trabajadores-y-pueblos-de-Venezuela-y-Guyana-no-a-la-confrontacion-tras-intereses-que [26]
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La violencia organizada en Oriente Medio ha suscitado una profunda indignación en todo el mundo. Primero, el ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre, que mató a 1.200 personas e hirió a 2.700 ciudadanos israelíes, y luego la actual masacre masiva de la población en la Franja de Gaza por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Las organizaciones revolucionarias tienen el deber de denunciar esta barbarie imperialista como lo han hecho a lo largo de la historia del movimiento obrero, empezando por el “Manifiesto a los trabajadores de todas las naciones” de los miembros de París de la Internacional: “La guerra por una cuestión de preponderancia o una dinastía no puede ser, a los ojos de los trabajadores, más que un absurdo criminal”1.
De acuerdo con esta responsabilidad, grupos como la Tendencia Comunista Internacionalista, Voz Internacionalista o Perspectiva Comunista Internacionalista en Corea, cumplieron con este requisito mínimo ya que han defendido en sus artículos una clara posición internacionalista sobre la guerra en Medio Oriente.
- “La clase trabajadora debe negarse a ser reclutada en las guerras de la clase dominante y luchar contra los explotadores de ambos bandos. Sólo hay un camino para la clase trabajadora israelí y palestina (…) la lucha más allá de las naciones y las fronteras por intereses comunes de la clase trabajadora. Sólo una lucha de clases internacional para derrocar el sistema capitalista puede poner fin a la matanza y las guerras”2.
- “Sólo la lucha de clases de los trabajadores puede ofrecer una alternativa a la brutalidad del capitalismo, porque el proletariado no tiene un país que defender, y su lucha debe cruzar las fronteras nacionales y desarrollarse a una| escala internacional”3.
- “Todos los capitalistas son enemigos igualmente mortales de la clase trabajadora, quienes no deberían derramar una gota de sangre por quienes los explotan y mucho menos por sus objetivos nacional-imperialistas. (…) El argumento fundamental de la unidad de clase de todos los sectores de la clase trabajadora -contra la burguesía, sus estados, sus alineamientos imperialistas-independientemente del origen “nacional” de sus partes constituyentes, es aún más válido”4.
En el caso de los diferentes grupos bordiguistas, la situación tiene más matices. Como parte del medio revolucionario, su posición es fundamentalmente internacionalista en la medida en que denuncian la masacre imperialista y rechazan cualquier apoyo a cualquiera de los campos opuestos. Sin embargo, a pesar de las ruidosas proclamas de su compromiso internacionalista, su defensa concreta del internacionalismo no es inequívoca. Para algunos, al apoyar la lucha contra la "opresión nacional" de los proletarios y las masas palestinas, para otros, al defender la idea de que estas masacres generarán un desarrollo de las luchas obreras en la región y en todo el mundo, estos grupos revelan ambigüedades peligrosas sobre cómo promover y defender el internacionalismo proletario en el actual período del capitalismo en descomposición.
Detrás de su declaración de solidaridad con los proletarios palestinos, el PCI/Le Prolétaire-Programme Comunista esconde un llamamiento a la lucha contra la opresión nacional de los palestinos: “Palestina: un proletariado y un pueblo condenados a ser masacrados. Israel: un Estado nacido de la opresión del pueblo palestino y un proletariado judío prisionero de los beneficios inmediatos de esa opresión y cómplice de ella”5. Así, mientras los revolucionarios internacionalistas deberían denunciar la espiral de enfrentamientos imperialistas entre burguesías, en la que se ven arrastradas las diferentes fracciones del proletariado de Oriente Medio, y promover el rechazo por parte de los trabajadores de cualquier movimiento de "liberación nacional" porque "los proletarios no tienen Patria", el PCI/Le Prolétaire-Programme Comunista tiende a llamar, en primer lugar, a una lucha para poner fin a "la opresión de Israel sobre los palestinos en Gaza y Cisjordania", lo que, en segundo lugar, excluye cualquier solidaridad con la clase obrera en Israel que “es prisionera de los beneficios inmediatos de esa opresión y cómplice de ella”.
Otro grupo, el PCI/Il Partito Comunista-El Partido Comunista, parece defender posiciones internacionalistas convincentes cuando escribe: “Debemos decirles a los proletarios palestinos que no se dejen engañar por su burguesía (…) para que se inmolen como carne de cañón en guerras contrarias a sus intereses”. Pero en la siguiente frase añade: “Debemos decirles a los proletarios judíos israelíes que luchen contra su burguesía y contra la opresión nacional de sus hermanos de clase palestinos”6. Por lo tanto, no pide aquí la solidaridad internacional de todos los proletarios contra la guerra imperialista, sino que insta a los proletarios israelíes a apoyar la lucha de los trabajadores palestinos contra la opresión nacional.
Finalmente, el PCI/Il Programma Comunista-Cahiers Communities reconoce el agotamiento de los movimientos “revolucionarios nacionales” anticoloniales y plantea así la perspectiva de que “en esta terrible situación, el proletariado de Oriente Medio (…) podrá encontrar la fuerza para escapar de las ataduras del oportunismo que lo aprisiona. Esperamos que, como en las grandes batallas del pasado, pueda reunir a los mejores luchadores para su causa, que pueda hacer de la derrota inevitable de hoy el punto de partida de un futuro rico en victorias”7. En otras palabras, propagan la falsa perspectiva según la cual el proletariado de Oriente Medio, por sí solo, movilizado como está tras las mistificaciones religiosas y nacionalistas y aplastado por las masacres imperialistas, podrá aprender las lecciones de las derrotas y situarse en la base del resurgimiento de las luchas que se renuevan "con las grandes batallas del pasado" (uno no puede dejar de preguntarse qué batallas; ¿quizás los llamados "movimientos nacional-revolucionarios" de los años 60 y 70 en los que la clase obrera de Oriente Medio fue movilizada detrás de varias facciones nacionales?)
Incluso si estas organizaciones no apoyan abiertamente a un campo imperialista –ni a la burguesía palestina en Cisjordania ni a la de la Franja de Gaza–, dejan la puerta entreabierta para apoyar la lucha de las “masas” y el “pueblo” palestinos contra su “opresión nacional”, lo que sólo podría exacerbar el abismo entre la clase trabajadora en Israel y la de los países árabes. Estos deslizamientos hacia las llamadas perspectivas “nacionalistas-revolucionarias” constituyen una amenaza a la postura internacionalista de estas organizaciones.
El internacionalismo proletario es una frontera de clases que, frente a la guerra imperialista, separa a la clase trabajadora de la burguesía. Es un principio que debemos defender con uñas y dientes en cada momento de nuestras actividades: en las intervenciones, en las luchas obreras, en las reuniones públicas, en la correspondencia y en nuestra prensa. En este sentido respaldamos las palabras de Lenin de que “hay uno, y sólo un tipo de internacionalismo real, y es: trabajar de todo corazón por el desarrollo del movimiento revolucionario y la lucha revolucionaria en el propio país, y apoyar (mediante propaganda, simpatía y ayuda material) esta lucha, ésta y sólo esta línea, en todos los países sin excepción. Todo lo demás es engaño…”8. Los bolcheviques a menudo estuvieron solos en su crítica de las posiciones oportunistas sobre la cuestión de la guerra, pero esto fue una parte indispensable de su trabajo para construir el partido mundial. Tal lucha teórica fue y es esencial para profundizar todas las consecuencias de una posición internacionalista y para demarcar a los revolucionarios de los enemigos de la clase trabajadora, particularmente los socialchovinistas.
En el período de decadencia del capitalismo, un período en el que las relaciones de producción establecidas por el modo de producción capitalista se han transformado en un obstáculo cada vez más pesado para el desarrollo de las fuerzas productivas, la burguesía ya no tiene un papel progresista que desempeñar en el desarrollo de la sociedad. Hoy, la creación de una nueva nación, la constitución jurídica de un nuevo país, no permite ningún avance real en un desarrollo que aún los países más antiguos y poderosos son incapaces de asumir. En un mundo dominado por los enfrentamientos imperialistas, cualquier lucha por la "liberación nacional", lejos de constituir una dinámica progresista, constituye en realidad un momento de los enfrentamientos imperialistas, en el que los proletarios y campesinos enrolados, voluntariamente o por la fuerza, sólo participan como carne de cañón.
Los movimientos de “liberación nacional”, que marcaron especialmente los años 1960 y 1970, demostraron claramente que la sustitución de los colonizadores por una burguesía nacional no representó en modo alguno un progreso para el proletariado, sino que, por el contrario, lo condujo a innumerables conflictos entre intereses imperialistas en el que se masacró a trabajadores y campesinos. Pero el marco obsoleto de los grupos bordiguistas les impide comprender los verdaderos riesgos a los que se enfrenta el proletariado internacional, y sus sectores en Israel/Palestina, confrontado al infierno imperialista de Gaza.
El grupo Le Prolétaire-Programme Comunista continúa analizando la cuestión palestina en el marco de “el espíritu y el impulso independentista 'nacional-revolucionario' que caracterizó las luchas contra la opresión nacional en Argelia, el Congo y, más tarde, Angola y Mozambique, y que había caracterizado durante mucho tiempo la revuelta espontánea del proletariado palestino”9. El drama y el desafío del “movimiento de liberación” palestino es, para Le Prolétaire-Programme Comunista, que “el gigantesco potencial de clase representado por el proletariado palestino y las masas proletarias, si bien se manifestó a través de su lucha armada e indomable en Palestina, Líbano, Siria y Jordania, no expresó un programa político autónomo, basado en clases, capaz de guiar el movimiento nacional"10. Así, este grupo todavía pide un "movimiento de liberación" palestino, mientras que los revolucionarios, por el contrario, deben defender la posición de que hoy todos los estados, todas las burguesías son imperialistas y que los proletarios de ninguna manera deben apoyar los movimientos contra la opresión nacional.
Il Partito Comunista: El Partido Comunista comparte fundamentalmente el mismo marco, ya que formula la crítica de que esta guerra no es una verdadera “lucha de liberación nacional” de los palestinos, porque tal lucha “no habría expuesto al pueblo de Gaza con tal cinismo a la atroz venganza de Israel”11. Mientras que los revolucionarios deben llamar a rechazar todo apoyo a objetivos nacionalistas, este grupo insiste en ganar apoyo para la lucha contra la opresión nacional entre la clase trabajadora israelí y lamenta cínicamente que la masacre de Hamas la haya hecho imposible: “Además, la lucha contra la la odiosa opresión nacional impuesta a los palestinos podría haber ganado apoyo incluso entre los israelíes, principalmente entre la clase trabajadora, si no se hubiera colocado en el plano de la masacre de civiles, en cumplimiento del programa deliberado de matar judíos dondequiera que estén, llevado a cabo por el oscurantista Hamás"12.
Por su parte, Il Programma Comunista-Cahiers Communities reconoce el agotamiento de los movimientos anticoloniales desde mediados de los años 1970 y enfatiza que “las ‘cuestiones nacionales’ no resueltas [se han] convertido en cánceres contrarrevolucionarios”13. Sin embargo, la imposibilidad de movimientos revolucionarios nacionales hoy lleva a este grupo a argumentar que este contexto de destrucción imperialista total y caos bárbaro constituye un terreno fértil para el desarrollo de un movimiento proletario amplio: “Lo que más alarmará a los gobiernos, si el baño de sangre continúa, serán las declaraciones masivas de solidaridad de las capitales árabes (…) y de los numerosos bastiones capitalistas (donde el proletariado árabe y, en particular, el palestino, ha vivido durante décadas)”. Ciertamente, la burguesía local, en alianza con los diversos líderes religiosos y nacionalistas, explotará las divisiones religiosas y nacionalistas “para evitar el contagio de clases. Los gobiernos burgueses harán todo lo que puedan para romper el vínculo instintivo con los proletarios lejanos masacrados por fuerzas tan poderosas: este vínculo también tiene su papel material en la lucha, mientras la tormenta del "plomo fundido" golpea hogares y cuerpos. Y así, confiamos en que este vínculo instintivo con las masas proletarias inmigrantes en las ciudades imperialistas logrará encontrar el camino hacia una implacable lucha de clases”14. En resumen, como ya sugiere el título de su artículo15, su perspectiva es que la reacción proletaria surgirá de los baños de sangre de las confrontaciones imperialistas y de las mismas partes del proletariado mundial que están atrapadas en los “cánceres contrarrevolucionarios” de la liberación nacional y masacradas por los diferentes imperialismos en el Medio Oriente. Pero, a diferencia de lo que ocurrió durante la Primera Guerra Mundial, en el actual período de descomposición del capitalismo, es la extensión de la lucha del proletariado mundial contra los ataques provocados por la crisis económica y la expansión del militarismo lo que ofrecerá una perspectiva para los proletarios de Medio Oriente.
Desde la Primera Guerra Mundial, una lucha “nacional-revolucionaria” nunca ha constituido una perspectiva para la lucha revolucionaria del proletariado que pudiera constituir el punto de partida para una genuina reacción proletaria. El marco obsoleto de estos grupos bordiguistas les impide comprender lo que está en juego actualmente en Oriente Medio y les lleva a desarrollar posiciones ambiguas, abriendo las puertas a deslizamientos oportunistas.
La guerra en Gaza no es, como afirma Il Programma Comunista-Cahiers communistes, “la enésima ola de matanzas”, presumiblemente seguida de un nuevo período de estabilidad y paz. Por el contrario, esta guerra representa un nuevo paso significativo en la aceleración del caos en la región y más allá. “La magnitud de los asesinatos indica que la barbarie ha alcanzado un nuevo nivel. (…) ¡Ambos bandos se revuelcan en la más espantosa e irracional furia asesina!”16. Estamos ante la máxima expresión de barbarie, una lucha sangrienta hasta que no queden más que ruinas en una región que se ha vuelto completamente inhabitable. La guerra en Ucrania ya era una nueva etapa en el agravamiento de los enfrentamientos imperialistas. La guerra en Gaza va un paso más allá. Incluso aunque esto no conducirá al estallido de una guerra mundial, la acumulación y los efectos combinados de todas estas guerras pueden tener consecuencias similares o incluso peores para la vida en el planeta. Pero los grupos bordiguistas expresan una fuerte tendencia a subestimar lo que está en juego en la situación actual, lo que lleva a conclusiones y orientaciones erróneas. Su incapacidad para comprender los peligros reales que encierra la situación actual se muestra claramente en el hecho de que estas organizaciones trivializan la gravedad histórica y el impacto de la guerra en Gaza17. Por un lado, las posiciones de Le Prolétaire-Programme Comunista sostienen que las condiciones actuales todavía permiten al proletariado palestino luchar por sus propios intereses contra las burguesías israelí y palestina. Por otro lado, Il Partito Comunista-El Partido Comunista ha puesto su mirada en la guerra mundial, que es “una necesidad económica ineludible”, ya que el capitalismo “sólo puede sobrevivir destruyendo. Por eso necesita la guerra general”18.
Lo que en realidad hemos visto en los últimos tres años no es una preparación hacia una guerra mundial, sino una situación que se ha acelerado en todo el mundo a través de una acumulación de crisis: pandémica, ecológica, alimentaria, de refugiados y económica. Incluso si algunos de estos grupos han reconocido esta acumulación de crisis, ninguno entiende que estas crisis no son casos separados, sino parte del mismo proceso de descomposición del mundo capitalista, cada uno de los cuales refuerza los efectos del otro. En este proceso de putrefacción, la guerra se ha convertido en el factor central, el verdadero catalizador, que agrava todas las demás crisis. Agrava la crisis económica global, hunde a sectores enteros de la población mundial en la barbarie; conduce al desempleo y a la miseria social en los países capitalistas más fuertes, y aumenta los efectos destructivos del peligro ecológico. Por lo tanto, es un error considerar la actual guerra en Gaza como una enésima masacre en Oriente Medio a la que puede seguir un período de calma o de reconstrucción en cualquier forma19.
Frente a esta guerra, los distintos PCI muestran su total incapacidad para comprender lo que está en juego en los actuales enfrentamientos imperialistas. La ausencia de un marco adecuado, el de la decadencia y descomposición del capitalismo, lleva a todas las organizaciones bordiguistas a aferrarse a un concepto obsoleto, incapaz de explicar todas las dinámicas de la situación actual y abrir la puerta a graves deslizamientos oportunistas.
D&R 22 de febrero de 2024
1 Réveil del 12 de julio de 1870, citado en La guerra civil en Francia, K. Marx.
2 “¡Contra la carnicería en Medio Oriente, más allá del nacionalismo la guerra de clases contra la clase dominante!”; Perspectiva Comunista Internacionalista en Corea
3 “La guerra de propaganda, propaganda de guerra”, Voz Internacionalista
4 “La última carnicería en el Medio Oriente es parte de la marcha hacia la guerra generalizada”, Tendencia Comunista Internacionalista
5 “Los actos terroristas de hoy de Hamas, como los actos de ayer de Fatah u otros…”, Le Prolétaire
6 “Guerra en Gaza”, Il Partito Comunista
7 “Israel y Palestina: terrorismo de Estado y derrotismo proletario”, The Internationalist, 29.12.2023
8 Lenin, Las tareas del proletariado en nuestra revolución, Capítulo 10
9 “Toma de posición del PCI/ Le prolétaire del 4 enero 2024”, https://www.pcint.org/ [31]
10 Ídem.
11 “El proletariado de Gaza aplastado en una guerra entre imperialismos mundiales”, El Partido Comunista 56, febrero-marzo de 2024, https://www.international-communist-party.org/English/TheCPart/TCP_056.htm [32].
12 Ídem.
13 “Israel y Palestina: terrorismo de Estado y derrotismo proletario”, The Internationalist, 29.12.2023
14 “Israel y Palestina: terrorismo de Estado y derrotismo proletario”, The Internationalist, 29.12.2023
15 “Israel y Palestina: terrorismo de Estado y derrotismo proletario” (Ídem). Sobre la inaplicabilidad de la perspectiva del derrotismo revolucionario en la situación actual, léase “Militarismo y descomposición (mayo de 2022), Revista Internacional 168.
16 ¡Ni Israel ni Palestina! ¡Los trabajadores no tienen patria!, CCI
17 El ICP/Il Programma Comunista-Cahiers Communities ha vuelto a publicar un artículo sobre la guerra en Gaza en 2009, elección que fue justificada por este grupo con las palabras que “esencialmente nada ha cambiado, excepto el aumento exponencial de la potencia de fuego desatada en la Franja de Gaza” por el Estado de Israel.
18 “Un Primero de Mayo contra la Guerra. A los trabajadores de todos los países”, Il Partito Comunista
19 La subestimación se expresa también, por ejemplo, en las pocas actividades públicas de estos grupos al comienzo de esta guerra: el PCI/Le Prolétaire-Programme Comunista ha publicado sólo dos artículos, el PCI/Il Partito Comunista-El Partido Comunista dos artículos y una reunión pública, el PCI/Il Programma Comunista-Cahiers comunista dos artículos y una reunión pública.
Tras dos años de conflicto en Ucrania, con la rivalidad entre China y Estados Unidos como telón de fondo, y con el riesgo de que la guerra se extienda a Oriente Próximo, crece el temor a un nuevo conflicto mundial.
¿Están dadas las condiciones para un conflicto de este tipo? ¿Estamos asistiendo a la formación de nuevos bloques imperialistas? ¿Está dispuesto el proletariado a dejarse envolver masivamente en un conflicto mundial?
Para debatir estas cuestiones, la CCI organiza reuniones públicas allí donde está presente, tanto en Francia como en cualquier otra parte del mundo. Estas reuniones están abiertas a todos aquellos que deseen reunirse y debatir con la CCI. Invitamos cordialmente a todos nuestros lectores, contactos y simpatizantes a participar en el debate.
Escríbenos señalando tu deseo de participar, o cualquier comentario que quieras hacer , al mail de bajo y te enviaremos el link de conexión
La reunión es virtual y la haremos el sábado 20 de abril a las 19:00
Corriente Comunista Internacional
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El Estado hace llover recortes presupuestarios y ataques contra los trabajadores, a los desempleados, a las prestaciones sociales mínimas, a los pensionistas... los despidos masivos se multiplican. Tanto en el sector público como en el privado, los recursos faltan en todas partes. Los servicios públicos son totalmente inadecuados, la escasez de medicamentos, e incluso de alimentos, se ha convertido en algo habitual. Millones de familias, incluso aquellas que todavía tienen la “suerte” de tener trabajos estables, ya no pueden llegar a fin de mes. Los precios de los alimentos, la calefacción, la vivienda y la gasolina, así como las facturas del gas y la electricidad se están disparando. A la menor distribución de alimentos, las colas se alargan drásticamente. Los más pobres incluso se ven obligados a saltarse comidas ¿Qué imagen podría ser más aterradora y explícita que la de niños muertos de frío en las calles de las principales capitales europeas, en el corazón de las economías más poderosas del mundo? En cuatro años, los acontecimientos dramáticos se han sucedido a un ritmo frenético: covid, guerra en Ucrania, masacre en Gaza, desastres climáticos... Este torbellino de catástrofes no ha hecho más que profundizar la crisis y alimentar aún más el caos mundial1. El futuro que nos depara el capitalismo no podría ser más claro: el desarrollo de la crisis económica está acelerando enormemente las amenazas a la humanidad que podrían conducir a su destrucción misma. ¡Pero la crisis es también el crisol del combate de la clase obrera!
Frente a tales desafíos y al inexorable y aterrador hundimiento de la sociedad, la clase obrera no se ha resignado a aceptar la miseria. Desde hace casi dos años, a pesar de las guerras y de la propaganda machacona belicista, la clase trabajadora ha estado luchando en todas partes masivamente. En muchos países, las luchas a menudo se describen como “históricas” por el número de huelguistas y manifestantes, pero también por la determinación de los trabajadores de luchar por su dignidad y sus condiciones de vida. Es una verdadera ruptura después de décadas de resignación2
Ya en el verano de 2022, el proletariado británico se levantó contra la crisis, mes tras mes, los trabajadores se declararon en huelga y salieron a las calles, exigiendo mejores salarios y condiciones de trabajo más dignas. ¡Algo jamás visto en tres décadas! A principios de 2023, mientras las huelgas se multiplicaban en todo el mundo, el proletariado en Francia se movilizó masivamente contra la reforma de las pensiones. Millones de personas entusiastas salieron a las calles con un fuerte deseo de luchar juntos, todos los sectores y todas las generaciones unidas. Tras las vacaciones escolares, los trabajadores en los Estados Unidos participaron en una de las huelgas más masivas en la historia de este país, particularmente en el sector automotriz, seguida de un movimiento del sector público también descrito como histórico en Quebec (Canadá).
Recientemente, en un país presentado como un “modelo social”, los trabajadores de las fábricas de Tesla en Suecia se declararon en huelga, seguidos de manifestaciones de solidaridad de los trabajadores postales que bloquearon todo el correo destinado a los talleres de la empresa del bufón multimillonario, Elon Musk. A su vez, los estibadores bloquearon cuatro puertos y los electricistas se negaron a realizar trabajos de mantenimiento en las estaciones de carga de vehículos eléctricos.
En Irlanda del Norte, en enero, la mayor huelga de trabajadores de la historia de la región también reunió a cientos de miles de trabajadores, principalmente los del sector público, reclamando el pago de sus salarios.
Incluso hoy, mientras la guerra continúa arrasando en Ucrania y Gaza, las huelgas y las protestas de los trabajadores se multiplican en todo el mundo, especialmente en Europa.
En Alemania, la mayor economía de Europa, los ferroviarios lanzaron a finales de enero una huelga masiva “récord” de una semana. Esta es la última de una larga serie de huelgas contra el aumento de las horas de trabajo y por salarios más altos. En los próximos meses, la red ferroviaria podría verse afectada por huelgas indefinidas. En el país del “diálogo social”, las huelgas se multiplican desde hace meses en muchos sectores: huelgas en la industria siderúrgica, en la administración pública, en el transporte, en el sector de la salud, en la recogida de basura, etc. El 30 de enero tuvo lugar en Hannover una concentración nacional de 5 000 médicos. El 1 de febrero, 11 aeropuertos de todo el país se vieron afectados por una huelga del personal de seguridad, mientras que 90 000 conductores de autobuses, tranvías y metro dejaron de trabajar. 10 000 trabajadores del comercio minorista también se declararon en huelga a mediados de febrero. El personal de tierra de Lufthansa fue convocado a la huelga el 20 de febrero...
Este movimiento huelguístico, por su magnitud, su masividad y su duración, también es inédito en un país conocido por las enormes trabas administrativas erigidas frente a cada movimiento social y el corsé de hierro sindical que ha permitido durante mucho tiempo a la burguesía acumular planes de aausteridad y “reformas” sin que la clase obrera reaccionara realmente. A pesar de las dificultades para salir de la camisa de fuerza corporativista y movilizarse “todos juntos”, las luchas en Alemania son de inmensa importancia y significado simbólico. Se expresan en el corazón de un gran pulmón industrial, en el país que fue epicentro de la oleada revolucionaria de los años 20 y actor trágico de un largo período de contrarrevolución. El movimiento actual es claramente parte del renacimiento internacional de la lucha de clases.
Pero la combatividad proletaria no se limita a Alemania. En Finlandia, en un país poco acostumbrado a las movilizaciones, a principios de febrero se produjo una “huelga histórica” de 48 horas. Recientemente, los estibadores paralizaron la actividad portuaria en este país durante cuatro días, entre el 18 y el 21 de febrero, reuniendo a 300 000 huelguistas contra la reforma de la legislación laboral. En Turquía, decenas de miles de trabajadores metalúrgicos se han estado movilizando durante meses para exigir aumentos salariales a medida que los precios se disparan. En Bélgica, es el sector llamado “no mercantil” (sector público; salud, asistencia y cultura) el que se declara en huelga y se manifiesta en Bruselas el 31 de enero. En España, Reino Unido, Francia, Grecia... las huelgas van en aumento en muchos sectores. La burguesía mantiene un ensordecedor silencio mediático en torno a estas luchas, porque es muy consciente del creciente descontento de los trabajadores y del peligro que representan tales movilizaciones.
Pero la ruptura que estamos presenciando no solo está ligada a la masividad y simultaneidad de las movilizaciones.
El proletariado comienza de nuevo, de manera sucinta y balbuceante, a reconocerse como fuerza social, a recuperar su identidad. A pesar de todas las ilusiones y confusiones, se ha podido ver en todas partes, en las pancartas y en las discusiones, el hecho de que “¡somos trabajadores!”, “¡todos estamos en el mismo barco!”. ¡De ninguna manera se trata de palabras vacías! Porque detrás de estas palabras, la solidaridad es muy real: solidaridad entre generaciones, primero, como pudimos ver muy claramente en Francia cuando los pensionistas salieron masivamente a las calles para apoyar a “la juventud”; luego entre sectores, como en Estados Unidos con los conciertos de cláxones frente a fábricas en huelga o en Escandinavia en defensa de los trabajadores de Tesla.
Incluso han surgido expresiones embrionarias de solidaridad internacional. “Le Mobilier nacional” de Francia -Tiendas de muebles- se declaró en huelga en solidaridad con los trabajadores de la cultura en lucha en Gran Bretaña. Las refinerías de Bélgica han parado labores en apoyo a la movilización en Francia, mientras que en todo el mundo se multiplicaron pequeñas manifestaciones para denunciar la feroz represión del Estado francés. En Italia, mientras muchos sectores se movilizan desde hace varios meses, los conductores de autobuses, tranvías y el metro se declararon en huelga el 24 de enero: a raíz del movimiento contra la reforma de las pensiones en Francia, los trabajadores dijeron que querían realizar movilizaciones “como en Francia”, testimoniando así los vínculos que los trabajadores están empezando a reconocer a través de las fronteras y de la voluntad de aprender las lecciones de movimientos precedentes.
El proletariado también comienza a apropiarse de sus experiencias de lucha. En Gran Bretaña, el llamado “verano de la ira” hacía referencia explícitamente a las principales huelgas del “invierno del descontento” en 1978-1979. En las manifestaciones en Francia, referencias a Mayo del 68 y a la lucha contra el CPE en 2006 florecieron en las pancartas al mismo tiempo que un comienzo de reflexión sobre estos movimientos. Y todo esto mientras el Estado impone restricciones y sigue armando un escándalo para justificar la guerra.
Por supuesto, todavía estamos muy lejos de un retorno masivo y profundo de la conciencia de clase. Por supuesto, todas estas expresiones de solidaridad y reflexión están llenas de confusiones e ilusiones, fácilmente encuadrables por todas las estructuras burgueses que son los sindicatos y los partidos de izquierda. Pero ¿acaso aquellos revolucionarios que miran todo esto desde el balcón tapándose las narices3 miden la inflexión que se está produciendo en relación con décadas anteriores, décadas de silencio, resignación, rechazo a la idea misma de la clase obrera y olvido de su experiencia?
Si estas luchas demuestran de manera contundente que la clase trabajadora no está derrotada y que sigue siendo la única fuerza social capaz de enfrentar a la burguesía, su lucha está lejos aún de terminar. Todavía está plagada de inmensas debilidades e ilusiones, que los movimientos actuales ilustran cruelmente. Hasta ahora, los sindicatos han logrado controlar todas las luchas, mantenerlas dentro de un marco muy corporativista, como podemos ver hoy en Francia o Alemania, al tiempo que, cuando es necesario, favorecen una apariencia de unidad y radicalismo como el “Frente Común” de los sindicatos canadienses o el movimiento en Finlandia.
Durante el movimiento contra la reforma de las pensiones en Francia, muchos trabajadores, recelosos de las interminables jornadas de movilización sindical, empezaron a hacerse preguntas sobre cómo luchar, cómo unirse, cómo hacer retroceder al gobierno... pero en ninguna parte la clase ha sido capaz de disputar a los sindicatos la dirección de las luchas a través de asambleas generales soberanas, así como no ha sido capaz de romper la lógica corporativista impuesta por los sindicatos.
La burguesía, además, despliega todo su arsenal ideológico para distorsionar la conciencia que comienza a madurar en la mente de los trabajadores. Mientras guarda silencio sobre las huelgas masivas de la clase trabajadora, por supuesto ha causado un alboroto ensordecedor en torno al movimiento de agricultores. En Alemania, Países Bajos, Francia, Bélgica, Polonia, España... la burguesía pudo contar una vez más con sus partidos de izquierda para ensalzar los méritos de los métodos de lucha que son polos opuestos a los del proletariado y explicar que ‘el movimiento obrero debe aprovechar la brecha’4. Mientras el proletariado comienza tímidamente a recuperar su identidad de clase, la burguesía explota ideológicamente la lucha de los agricultores con una ofensiva mediática destinada a pudrir el actual proceso de reflexión y a enmascarar las numerosas huelgas obreras.
Tampoco escatima esfuerzos para atar a la clase proletaria al carro de la democracia burguesa. En Europa como en América, mientras la podredumbre de su sistema engendra aberraciones políticas como Trump en Estados Unidos, Milei en Argentina, la Agrupación Nacional en Francia, Alternative für Deutschland, Fratelli d'Italia y otros, la burguesía, al menos sus fracciones menos podridas por la descomposición de la sociedad, mientras busca limitar la influencia de los partidos de extrema derecha, se apresura a explotar sus éxitos contra la clase trabajadora. En Alemania, especialmente, donde más de un millón de personas salieron a las calles de diferentes ciudades, respondiendo a la convocatoria de partidos de izquierda y derecha, para protestar contra la extrema derecha. También se trata en este caso para la burguesía de mantener las ilusiones democráticas e impedir que el proletariado defienda su lucha histórica contra el Estado burgués.
Sin embargo, una cosa es cierta, es en el fragor de las luchas actuales y futuras que la clase obrera encontrará gradualmente las armas políticas para defenderse de las trampas tendidas por la burguesía y encontrará el camino, a largo plazo, hacia la revolución comunista.
EG, 20 febrero de 2024
1 “Revolución mundial o destrucción de la humanidad: la responsabilidad crucial de las organizaciones revolucionarias [40]”. Revista Internacional núm. 170 (2023).
2 “Tras la ruptura en la lucha de clases, la necesidad de politización de las luchas [41]”. Revista Internacional Nº 171 (2023).
3 “Las ambigüedades de la TCI sobre el significado histórico de la ola de huelgas en el Reino Unido [42]”, Revolution Internationale nº 497 (2023).
4 “La cólera de los agricultores: ¡Un grito de desesperación utilizado contra la conciencia de los trabajadores!” [43] CCI, marzo 2024.
Son ya diversos países en los que han tomado presencia los partidos populistas, e incluso, en algunos de ellos han ascendido al gobierno. Los partidos populistas han ganado protagonismo en por lo menos una decena de los parlamentos de países de Europa, sin embargo, el accionar más relevante lo definió el arribo de Trump en el gobierno de los Estados Unidos, por no hablar del Brexit adoptado en el Reino Unido, pero no es menos importante la extensión que ha tenido en América Latina, con el gobierno que Bolsonaro estableciera en Brasil, o el que actualmente se instaura en Argentina con Javier Milei a la cabeza.
El arribo de gobiernos como el presente en Argentina, tiene sus raíces en una ola populista internacional, producto puro de la crisis económica y la descomposición que pesa sobre una sociedad capitalista en declive. Después de prometer mejorar la situación, gobiernos tanto de izquierda como de derecha no han hecho otra cosa que atacar aún más a los proletarios, extendiendo la miseria y la pobreza. Los grupos burgueses que se presentan falsamente como críticos de las políticas tradicionales no hacen más que repetir y acentuar las mismas políticas anti obreras. En su toma de posesión, Milei afirmaba que iniciaba “una nueva era en Argentina, una era de paz y prosperidad, una era de crecimiento y desarrollo, una era de libertad y progreso…” Pero bastaron unas semanas para demostrar que tras esas promesas se escondía un deterioro mayor de las condiciones de vida: caída de los salarios, despidos y represión.
En un intento de mitigar la crisis económica, la burguesía no tiene otro camino que el de incrementar la explotación y ampliar la miseria de los trabajadores. Esta observación se ha corroborado de forma particularmente dramática en el caso del proletariado argentino. El plan de choque “anti inflacionario” que Milei aplica, en menos de 100 días ha desencadenado una verdadera hambruna y una desesperación entre los trabajadores. En los primeros dos meses de ese gobierno, el salario se ha degradado tanto, que no alcanza para adquirir las mercancías fundamentales para la subsistencia. Los precios de los alimentos se han incrementado en 66% y los medicamentos en 65%, lo que ha llevado a que su consumo decline, los primeros en 37% y los otros en 45%. Pero no es lo único que se vuelve inaccesible, el precio del transporte público ha subido el 56%, el combustible en 125%, la luz en 130%... y a todo esto se debe sumar los despidos masivos, que ya han alcanzado una cifra que oscila entre 50 y 60 mil y se espera que a lo largo del año lleguen a 200 mil despidos. La situación es tan desesperada que la población se ve obligada a vender sus muebles en las calles.
Los propios conceptos y datos oficiales para evaluar las condiciones de vida de la población refieren un incremento acelerado de la pobreza. Cifras de diciembre de 2023 mostraban que cerca de 10 mil personas viven en la calle y el 44.7% se encuentra por debajo de la “línea de pobreza”, pero para enero del 2024, esa tasa escaló hasta el 57.4%, lo que significa que son ya 27 millones de personas (de una población aproximada de 46 millones) las que sufren la miseria extrema. Y los ataques no cesan: los salarios de los profesores de básico han sido recortados, se prepara un “ajuste” a las jubilaciones y una mayor “flexibilidad laboral”, que significa despidos sin indemnización, eliminación al pago de horas extras y por supuesto la prohibición de huelgas.
El hambre y la pérdida de empleo han sido los principales motivos que han sacado a los trabajadores a manifestarse en las calles. Estas movilizaciones, aunque son incipientes, han expresado gran combatividad, por eso la burguesía se ha empeñado en desviar ese coraje.
Los trabajadores argentinos no sólo se enfrentan a los ataques directos del gobierno, sino también a las trampas que los sindicatos y los partidos de la oposición preparan para enmarcar el descontento Los partidos de izquierda del capital se han reorganizado, desviando el descontento a la defensa de la economía nacional, como lo hizo la CGT en el paro del 24 de enero, con la consigna de “la patria no se vende”, o como lo hacen los gobernadores “en rebeldía”, pretendiendo reducir el problema a “la defensa constitucional de los recursos para las provincias”, o como intentan los diputados peronistas, desviar el descontento en el llamado al juicio político a Milei. La “oposición” pone por delante el nacionalismo intentando que las demandas de empleo y de aumento de salarios, que han estado presentes en las manifestaciones, se pierda en la defensa de la economía y todo el espíritu de lucha quede atrapado en la falsa disyuntiva entre políticas con “más Estado” que propone el peronismo o las “neoliberales” y “libertarias” de Milei.
En esta maraña de falsas opciones a favor o contra del Estado burgués, destaca el accionar del peronismo, que, habiéndose desacreditado durante décadas dentro del gobierno, organizando él mismo la austeridad, se empeña ahora en borrar su desprestigio asumiendo de nuevo el papel de oposición al gobierno, dentro del reparto de tareas que cumplen todos los partidos con el juego de la llamada “alternancia democrática”. Ante el plan de choque, personajes como Sergio Massa (ex candidato presidencial) y gobernadores peronistas se aglutinan para “plantar cara” al gobierno y, sobre todo, han sido Cristina Fernández de Kirchner (ex vicepresidenta del gobierno anterior) quien con su carta “Argentina en su tercera crisis de deuda” en febrero y el gobernador bonaerense Axel Kicillof (otrora ministro de economía en el gobierno de Cristina) con su informe de apertura del congreso en marzo, han marcado la pauta para las fuerzas burguesas de oposición. Sus “encendidos” discursos de crítica a los planes de ajuste enfatizan solo diferencias de procedimiento en las medidas económicas adoptadas, es decir, usar la motosierra con moderación y discreción, pero solo para fortalecer la economía nacional.
Este ataque brutal a los trabajadores argentinos solo puede hacerse pasar con una estructura sindical y política fuerte y para ello cuenta no solo con los organismos peronistas como la CGT y la CTA que juegan un papel relevante al presentarse como la expresión organizada de los trabajadores, sino también con “opciones” más “radicales” o “críticas” como el aparato de izquierda agrupado en el Frente de Izquierda-Unidad (FIT-U), que “acusa de burócratas traidores” a la dirección de esas centrales alentando la esperanza de que se pueda "rescatar", por ejemplo, a la CGT “forzándola” a que asuma la conducción de las movilizaciones que según el izquierdismo debe jugar la mayor central sindical en el país. Por supuesto, en esta maquinaria hay que anotar a otras organizaciones “más de base” que, como la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y la Unidad Piquetera, impulsaron la manifestación a finales de febrero para pedir más presupuesto para los comedores populares, ¡cómo si la solución a la explotación asalariada fuera la gestión de la miseria y la adaptación al hambre!
En el combate contra la brutal embestida llevada por la burguesía, ni sindicatos, ni peronistas, ni los partidos del FIT-U, ni las organizaciones “de base” e “independientes”, se encuentran en la trinchera proletaria, todos ellos son instrumentos que la burguesía utiliza para controlar la movilización y esterilizar el descontento.
En este contexto, hay dos peligros latentes para los trabajadores argentinos:
- las movilizaciones interclasistas, que son movilizaciones impulsadas por la pequeña burguesía donde las reivindicaciones proletarias se diluyen y se mezclan con demandas de otros estratos sociales que no tienen los mismos intereses, como pasó con los Chalecos amarillos en Francia (2018). En Argentina, se han vivido esas expresiones como en las revueltas populares de 2001, en las que se descarriló a los trabajadores fuera de su terreno de clase, de la defensa de sus condiciones de trabajo y de vida en general.
- las movilizaciones burguesas, en las que los objetivos son abiertamente burgueses, como las protestas por la democracia en Hong Kong (2019), o la ilusión de un desarrollo sostenible o la igualdad racial dentro del capitalismo, como las manifestaciones del “Black Lives Matter” (2013) o las recurrentes marchas de los Jóvenes por el Clima (YFC -Young For Climate), etc. Las disputas por los recursos para las provincias, por ejemplo, van en esa dirección.
Hay que evitar la trampa que polariza entre pro Milei o anti Milei y más concretamente entre populistas y anti populistas, pues es un terreno totalmente minado para desviar el descontento y la combatividad del verdadero problema de la defensa de los intereses proletarios en contra del capital.
Como lo denunciamos en el inicio de este gobierno, “…la burguesía sabe que la unidad del proletariado es la única fuerza que puede detener a la motosierra de Milei, por eso requiere, para hacer pasar sus golpes, del aparato de izquierda y la estructura sindical. Estas agrupaciones al ser engranes del Estado que sirven a los intereses de la burguesía, ya se preparan para impedir que la unidad y solidaridad obrera se concrete, por ejemplo, los sindicatos ya empezaron a presentar discursos “radicales” en contra de la austeridad, para ganarse las simpatías de los trabajadores y arrastrarlos a luchas falsas, controladas, callejones sin salida.”1
Las movilizaciones que se han producido, como hemos dicho, aunque incipientes y estar controladas por el aparato sindical y político, deben saludarse por la determinación a defender sus condiciones de vida y de trabajo ya que los ataques solo pueden detenerse con la lucha obrera. Estas nuevas movilizaciones siguen la estela de las que se vienen desarrollando en Europa desde 2022, sobre todo en el Reino Unido y Francia, pero también en el resto de Europa, continuando en Estados Unidos y en muchos otros países.
El siguiente paso necesariamente deberá plantearse que la lucha solo tiene futuro fuera de la convocatoria y el control sindical y de los partidos de oposición de la burguesía. Esto significa que los trabajadores deben tomar el control de sus combates desde el primer momento definiendo sus demandas y tomando sus propias decisiones : “Tanto en Estados Unidos, como en el Reino Unido, en Francia, en España, en Grecia, en Australia y en todos los demás países, para poner fin a esta división organizada, para estar verdaderamente unidos, para poder tendernos la mano, para animarnos unos a otros, para extender nuestro movimiento, debemos arrebatar el control de las luchas de las manos de los sindicatos. Estas son nuestras luchas, ¡las luchas de toda la clase obrera!”2
T/RR, 29-03-2024
1 La motosierra de Milei contra los trabajadores argentinos [46]
2 Huelgas y manifestaciones en Estados Unidos, en España, en Grecia, Francia… ¿cómo podemos desarrollar y unir nuestras luchas? [47]
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/files/es/defensa_de_la_plataforma_de_la_cci_nuevas_mentiras_por_parte_del_gigc.pdf
[2] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/953/la-cuestion-de-la-organizacion-de-nuestra-corriente-c
[3] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200509/118/xvi-congreso-de-la-cci-resolucion-sobre-la-situacion-in
[4] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201108/3172/xixo-congreso-de-la-cci-prepararse-para-los-enfrenta
[5] https://es.internationalism.org/content/4977/el-parasitismo-politico-no-es-un-mito-el-gigc-es-una-de-sus-mas-peligro
[6] http://www.igcl.org/L-impasse-politique-du-Courant
[7] https://es.internationalism.org/content/5005/la-pseudo-critica-del-gigc-la-plataforma-de-la-cci-un-falso-analisis
[8] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199603/1780/cuestiones-de-organizacion-i-la-primera-internacion
[9] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199607/1774/cuestiones-de-organizacion-ii-la-lucha-de-la-i-intern
[10] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199610/3614/cuestiones-de-organizacion-iii-el-congreso-de-la-hay
[11] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199701/1234/cuestiones-de-organizacion-iv-la-lucha-del-marxismo
[12] https://es.internationalism.org/content/4021/la-cci-atacada-por-une-nueva-oficina-del-estado-burgues
[13] https://es.internationalism.org/content/4787/el-caso-vogt-el-combate-de-los-revolucionarios-contra-la-calumnia-i
[14] https://es.internationalism.org/content/4836/el-caso-vogt-el-combate-de-los-revolucionarios-contra-la-calumnia-ii
[15] https://es.internationalism.org/content/4488/lassalle-y-schweitzer-la-lucha-contra-los-aventureros-politicos-en-el-movimiento-obrero
[16] https://es.internationalism.org/content/4656/el-aventurero-gaizka-tiene-los-defensores-que-se-merece-los-matones-del-gigc
[17] https://fr.internationalism.org/content/11176/gaizka-et-tci-aventurier-doit-il-etre-denonce-publiquement
[18] https://es.internationalism.org/content/5005/la-pseudo-critica-del-gigc-la-plataforma-de-la-cci-un-falso-analisis-para-desacreditar
[19] https://igcl.org/Prise-de-position-sur-la-671
[20] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201603/4148/la-nocion-de-fraccion-en-la-historia-del-movimiento
[21] https://es.internationalism.org/tag/corrientes-politicas-y-referencias/izquierda-comunista
[22] https://es.internationalism.org/tag/desarrollo-de-la-conciencia-y-la-organizacion-proletaria/corriente-comunista-internacional
[23] https://es.internationalism.org/files/es/disputas_imperialistas_entre_venezuela_y_guyana_los_trabajadores_deben_rechazar_la_defensa_de_la_patria.pdf
[24] https://es.internationalism.org/content/5056/despues-de-ucrania-el-oriente-medio-el-capitalismo-solo-tiene-un-futuro-la-barbarie-y
[25] https://www.aporrea.org/actualidad/n388252.html#google_vignette
[26] https://www.laizquierdadiario.com.ve/Unidad-de-los-trabajadores-y-pueblos-de-Venezuela-y-Guyana-no-a-la-confrontacion-tras-intereses-que
[27] https://es.internationalism.org/tag/geografia/venezuela
[28] https://es.internationalism.org/tag/2/36/los-falsos-partidos-obreros
[29] https://es.internationalism.org/tag/3/48/imperialismo
[30] https://es.internationalism.org/files/es/guerra_en_medio_oriente_el_marco_teorico_obsoleto_de_los_grupos_bordiguistas.pdf
[31] https://www.pcint.org/
[32] https://www.international-communist-party.org/English/TheCPart/TCP_056.htm
[33] https://es.internationalism.org/tag/corrientes-politicas-y-referencias/bordiguismo
[34] https://es.internationalism.org/tag/corrientes-politicas-y-referencias/tendencia-comunista-internacionalista-antes-bipr
[35] https://es.internationalism.org/tag/2/25/la-decadencia-del-capitalismo
[36] https://es.internationalism.org/tag/3/47/guerra
[37] mailto:[email protected]
[38] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/reuniones-publicas
[39] https://es.internationalism.org/files/es/la_clase_obrera_sigue_luchando.pdf
[40] https://es.internationalism.org/content/4989/revolucion-mundial-o-destruccion-de-la-humanidad-la-responsabilidad-crucial-de-las
[41] https://es.internationalism.org/content/5064/tras-la-ruptura-en-la-lucha-de-clases-la-necesidad-de-politizacion-de-las-luchas
[42] https://es.internationalism.org/content/4955/las-ambiguedades-de-la-tci-sobre-el-significado-historico-de-la-ola-de-huelgas-en-el
[43] https://es.internationalism.org/content/5067/la-colera-de-los-agricultores-un-grito-de-desesperacion-utilizado-contra-la-conciencia
[44] https://es.internationalism.org/tag/2/29/la-lucha-del-proletariado
[45] https://es.internationalism.org/files/es/plan_de_choque_maniobras_sindicales_y_de_la_izquierda_del_capital._el_proletariado_en_argentina_es_atacado_por_todos_los_flancos.pdf
[46] https://es.internationalism.org/content/5034/la-motosierra-de-milei-contra-los-trabajadores-argentinos
[47] https://es.internationalism.org/content/5009/huelgas-y-manifestaciones-en-estados-unidos-en-espana-en-grecia-francia-como-podemos
[48] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/argentina
[49] https://es.internationalism.org/tag/corrientes-politicas-y-referencias/izquierdismo
[50] https://es.internationalism.org/tag/cuestiones-teoricas/populismo