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Desde que el pasado 14 de octubre se hiciera pública la sentencia del Tribunal Supremo que condenaba por un delito de sedición a algunos de los principales independentistas catalanes, un reguero de concentraciones y manifestaciones frecuentemente concluidos con episodios de violencia urbana se sucedieron durante cerca de 10 días, con sus noches, sobre todo en Barcelona[1]. A consecuencia de tales acciones se contabilizaron más de 600 heridos y de 200 detenidos. Decenas de esos heridos sufrirán secuelas de por vida. Muchos de los detenidos sufrieron torturas durante su estancia en los calabozos.
Ese estallido de violencia, de cargas indiscriminadas de la policía contra manifestantes, pero también de pillajes e incendios descontrolados y en contra mismo de los vecinos que asistían aterrados a las sucesivas noches de “movilizaciones” han escandalizado a numerosos comunicadores y políticos, en un alarde de su proverbial cinismo. Estas acciones violentas son todo menos “espontáneas”. Desde meses antes de la publicación de la sentencia de marras ésta era conocida en sus principales extremos por todos los actores políticos. Desde meses antes de ese “incendio”, las plataformas – como por ejemplo el llamado Tsunami Democratic -que se iban a encargar de convocar y manipular a su antojo las distintas “acciones” de protesta contra la sentencia- actuaban a plena luz del día. Semanas antes de ese 14 de octubre era sabido, por ejemplo, que una de las principales acciones iba a consistir en el bloqueo del aeropuerto de Barcelona. Se publicitaron, incluso, conversaciones entre “Tsunami democrátic” y los organizadores de las movilizaciones de Hong Kong, “inventores” de este tipo de acciones de protesta. Si en octubre de 2017 el ejemplo paradigmático de la improvisación con que actuó el gobierno Rajoy fue la de alojar a los antidisturbios enviados para la ocasión en el “Piolín”[2], en esta ocasión Marlaska, el ministro de Interior “socialista” había previsto hasta el mínimo detalle del despliegue policial, no sólo para que estos se sintieran cómodos, sino plenamente respaldados incluso por la propia policía de la Generalitat catalana, los Mossos de Esquadra.
Entonces, si se veían venir ¿Por qué no se hizo nada para impedir ese estallido de caos y violencia? Cruda y simplemente: pues por que todas las fracciones de la burguesía tenían interés en que se produjeran. Lo de octubre 2019 en Barcelona no tiene nada de lucha contra la represión, ni siquiera puede asimilarse mínimamente a un estallido de rabia que expresa de forma ciega o inconsciente el hartazgo de la población ante la degradación de sus condiciones de vida o la exclusión social como hemos visto en otras partes del mundo[3]. Para nada. Las “barricadas” de Barcelona, llevan la marca de las confrontaciones entre fracciones de la clase explotadora en que la población pone pura y llanamente la carne de cañón.
Esa marca se ve claramente en la propia manipulación de los manifestantes, convocados a toque de corneta – en este caso de tweet de las redes sociales - por ANC o Tsunami, Arran o los CDR, que no dejan de ser los cabos chusqueros del teniente Torra o del coronel Puigdemont. Las “barricadas” de Barcelona cesaron no cuando se liberaron a los represaliados o se depuraron a los antidisturbios que actuaron brutalmente, sino cuando a los líderes independentistas les pareció que había que dar otro perfil sobre todo de cara a las elecciones generales del 10 de noviembre. Sin querer herir la sensibilidad de quienes, insistimos, han puesto sobre todo las víctimas, si podemos afirmar que quienes les han convocado les han tratado como la jota baturra: “En mi burra mando yo, cuando quiero digo arre, cuando quiero digo so”. Han llegado al cinismo de promover en el Parlament de Catalunya una comisión de investigación sobre los “excesos” de una policía que obedecía las órdenes de un Conseller de Interior nombrado ¡¡¡ por el propio gobierno independentista!!!, respaldado por la CUP y los CDR que a su vez piden la “dimisión” del carnicero de Vía Layetana[4].
Y lo mismo cabe decir de la acción del PSOE, que desde el gobierno español gestionó una auténtica escalada de provocaciones policiales[5] para promover los choques a fin de favorecer una identificación de los “independentistas” con los “violentos” que ahora tiene que “matizar” visto el fracaso que le han supuesto los resultados de las elecciones del 10 de noviembre, como analizamos en el artículo que hemos dedicado recientemente al “imbroglio” de la burguesía española[6]. En ese artículo planteamos: «Las quince noches de choques violentos de la policía contra radicales, no conducen a un debilitamiento del peso electoral de las fracciones más díscolas (de hecho, los que más han crecido en las últimas elecciones, aparte de Vox, han sido Bildu, la CUP/CDR, los “puigdemónicos”, etc), sino que debilitan a los más proclives a la negociación (ERC). Si con esa maniobra el PSOE buscaba identificar al independentismo con los violentos, para ganar apoyo internacional y ablandar a más sectores del independentismo, hay que decir que ha cosechado un relativo fracaso. Los tribunales europeos siguen haciéndose los “longuis”, mientras figuras internacionales firman un manifiesto por una salida “negociada” al “conflicto catalán”. Y el eje de las movilizaciones en Cataluña se desplaza del independentismo a la antirrepresion, por lo que, a diferencia de lo que ocurriera por ejemplo en octubre 2017 ha habido manifestaciones de solidaridad con los violentos de Cataluña en las principales ciudades españolas.». Hoy es un hecho reconocido más o menos explícitamente por políticos y analistas, que las movilizaciones del Tsunami democratic organizadas por el universo de las CUP-CDR son meras operaciones instrumentales de Puigdemont- Torra para sabotear el acercamiento de ERC al PSOE.
Y ese compendio de manipulaciones y trampas entre distintas fracciones de los explotadores es lo que la Izquierda del capital quiere que avalemos como si fuese una lucha contra el fascismo y la represión. Secundan así la doctrina fundamental del independentismo catalán que trata de disfrazar su política supremacista[7] con el disfraz de una causa aparentemente tan digna como es la lucha contra el “creciente fascismo español”. Tratan de llevar a un callejón sin salida la preocupación que existe entre la población ante el reforzamiento del arsenal represivo del Estado[8].
La lucha contra la represión debe considerar como punto de partida que, en el ejercicio de ésta, el Estado democrático, los gobiernos de “izquierdas” no representan ningún tipo de “mal menor” respecto a la acción de los gobiernos de derechas o los Estados autoritarios. La represión más o menos inteligente de la puesta en cuestión de la explotación capitalista no es patrimonio de una fracción de la clase dominante como exponemos por ejemplo en nuestro más reciente artículo de denuncia sobre Vox[9]. Pero debe también partir de que, a diferencia de lo que postulan por ejemplo muchos izquierdistas más radicales y anarquistas, el simple hecho de enfrentarse a la policía no es expresión de un choque con el Estado capitalista o de un carácter revolucionario. Entre la violencia revolucionaria de la clase obrera y el terror sobre el que se asienta la dominación de la clase explotadora, o la ira a menudo descontrolada de una pequeña burguesía que en su desesperación expresa frecuentemente su ausencia de futuro hay tajantes fronteras de clase que se expresan no sólo en la forma que toma esa violencia sino en cómo se organiza, quien la ejerce, contra quién[10] .La violencia del proletariado en su lucha contra la explotación es una defensa organizada por los propios trabajadores mediante sus organismos de lucha y no algo convocado desde oscuras redes sociales; algo que obedece a decisiones conscientes y masivas o no al vaivén de la opción oportunista del momento; que trata de defender precisamente en primer lugar ese cerebro de las luchas que son las asambleas, o las manifestaciones a las que incorporar a otros trabajadores y no se ceba en cambio contra otros trabajadores para lo que se les tilda de “traidores”, como así ha sucedido en los barrios de Barcelona o en el bloqueo de autopistas.
La sociedad capitalista no se encamina hacia un futuro de paz y armonía social, sino que se desangra en una espiral de caos y descomposición que rezuma violencia por todos sus poros. Sólo el proletariado, a través del desarrollo de su superación revolucionaria del capitalismo, puede barrer a ese sistema de la faz de la tierra y con él todas las divisiones que engendra entre los seres humanos (entre clases, entre naciones,).
Valerio 19-12-19
En 2005 escribimos el artículo ¡El nacionalismo (español o catalán) es el pasado! ¡La lucha de clases es el futuro! (https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200511/252/el-nacionalismo-espanol-o-catalan-es-el-pasado-la-lucha-de-clases-es-el [2] ) que anunciaba con bastante precisión lo que iba a pasar una decena de años después. A partir de 2012 y especialmente con lo más brutal de la crisis hemos escrito los siguientes documentos:
[1] Posteriormente se han producido otro tipo de acciones “disruptivas” como se llaman ahora tales como el cierre durante casi 72 de la autopista de la frontera hispanofrancesa, o el cerco al enésimo partido de fútbol del siglo entre Barcelona y Real Madrid.
[2] Un “crucero” decorado con los personajes de Walt Disney
[3] Ver en particular nuestro artículo sobre las revueltas populares: Ante la agravación de la crisis económica mundial y la miseria, las "revueltas populares" representan un callejón sin salida https://es.internationalism.org/content/4495/ante-la-agravacion-de-la-crisis-economica-mundial-y-la-miseria-las-revueltas-populares [10]
[4] Del mismo partido, eso sí, que Felip Puig que no dudó en apalear a los manifestantes del movimiento de los Indignados. No hay peor ciego que el que NO QUIERE VER.
[5] Es evidente que la Policía nacional podía exhibir descaradamente su brutalidad porque sabía que, a diferencia, de lo que sucedió en la jornada del referéndum del 1 de octubre de 2017, esta vez tenía las espaldas cubiertas por los Mossos de Esquadra. En los enfrentamientos de Octubre 2019 sucedía frecuentemente que cuando los manifestantes chocaban de frente con la Policía española, eran atacados por los flancos o por la retaguardia, y no menos bestialmente, por los Mossos. Y viceversa, …
[6] A este respecto ver nuestro reciente artículo. “el 18 de Brumario de Pedro Sánchez” https://es.internationalism.org/content/4503/el-18-brumario-de-pedro-sanchez [11]
[7] Que a veces asoma la “patita” como por ejemplo las recientes declaraciones del Defensor del Pueblo catalán que atribuye la crisis de la sanidad en Cataluña que sufren sobre todo los trabajadores de esa región a los “recursos” destinados a atender a los de “fuera”
[8] Preocupación más que justificada cuando se observa por ejemplo que en su nueva “interpretación” por el Tribunal Supremo, una multiplicación de manifestaciones contra desahucios puede ser calificada de “sedición” (de 9 a 13 años de prisión), o que por una decisión meramente administrativa el Gobierno puede cerrar páginas web. Todo ello es una aplicación de la llamada Ley Mordaza que aprobó el gobierno Rajoy con los votos del actual partido de Puigdemont y el PNV, y que la coalición PSOE-Podemos se propone derogar cuando las ranas tengan pelo, …
[9] Ver Vox, francamente capitalista [12]
[10] A este respecto dedicamos ya en los años 80 dos artículos destinados a exponer una visión marxista de las diferencias entre “Terror terrorismo y violencia de clase”. Ver https://es.internationalism.org/revista-internacional/197806/944/terror-terrorismo-y-violencia-de-clase [13] y https://es.internationalism.org/revista-internacional/197810/2134/resolucion-sobre-el-terror-el-terrorismo-y-la-violencia-de-clase [14]
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(Hoja distribuida en Francia desde el 5 de diciembre)
Según Emmanuel Macron y sus ministros, la huelga del 5 de diciembre es "una movilización contra la anulación de los regímenes especiales [de jubilación y de pensión]", o sea, según el gobierno, sería una huelga contra la "equidad y la justicia social". En resumen que los ferroviarios y otros trabajadores con "régimen especial" serían unos irresponsables y egoístas que luchan por mantener sus pretendidos "privilegios". ¡Puros embustes! Lo que el gobierno hace es tratar de enfrentarnos a unos con otros, para dividirnos y volvernos impotentes.
Por todas partes, en fábricas y administraciones, en todas las corporaciones, en todos los sectores, en el sector público como en el privado, la burguesía impone las mismas condiciones de trabajo insostenibles. En todas partes hay cada vez menos trabajadores para una carga de trabajo cada vez mayor. En todas partes, el empobrecimiento amenaza a trabajadores, desempleados, pensionistas y jóvenes. En todas partes, lo que las nuevas "reformas" anuncian es un futuro aún más difícil. Los golpes del gobierno de Macron son violentísimos. Su objetivo es hacer que la economía francesa sea lo más competitiva posible en el ruedo internacional, ahora que con el empeoramiento de la crisis económica mundial la competencia entre naciones es cada vez más feroz. Para aumentar la productividad, la burguesía francesa, su presidente, su gobierno y su patronal aceleran los ritmos de trabajo y reducen plantillas, aumentando la flexibilidad, desmantelando la administración pública, reduciendo los subsidios a desempleados y las pensiones de los jubilados, reduciendo drásticamente los presupuestos para educación y asistencia social (reforma de la enseñanza secundaria, supresión de los subsidios de alojamiento –APL-). Y siguen dando palos y más palos como posesos, en nombre de la "necesaria" rentabilidad, la "obligatoria" competitividad, el "inevitable" equilibrio presupuestario, a la vez que los ingresos de los capitalistas aumentan indecentemente.
No pasa un solo día sin que haya trabajadores al borde del agotamiento que se declaren en huelga. En las últimas semanas han sido los ferroviarios, los trabajadores de hospitales y los estudiantes precarios quienes han levantado la cabeza. Y no han sido los únicos. Desde hace meses, se han producido innumerables paros. En septiembre, hicieron huelga, por orden cronológico: sanitarios de urgencias, bomberos, repartidores de Deliveroo, pilotos de Transavia, conductores de autobuses de Metz y Caen, carteros de Alpes Marítimos y de Pirineos Orientales, agentes de la RATP[1], funcionarios de Hacienda, enfermeras, navegantes fluviales, todos los funcionarios, carteros de Saint-Quentin, empleados de EDF[2], conductores de autobús de Orleans, otras vez los funcionarios, conductores de autobús de Lorient, técnicos de laboratorio, funcionarios de nuevo, conductores de Nancy, etc., etc. ¡Algunos de esos movimientos duran ya desde primavera! El fenómeno se incrementó en octubre y noviembre, afectando, por ejemplo, a las grandes superficies. Sí, hay muchas huelgas. Sí, la rabia social es enorme. ¡Sí, no se aguanta más! Pero todas estas luchas permanecen aisladas entre sí, compartimentadas, separadas por demandas específicas y corporativistas. Sin embargo, frente a la burguesía, organizada detrás de su Estado y gobierno, la división es mortal. Para resistir, para construir una relación de fuerza frente a los mismos ataques que afectan a todos los sectores, los trabajadores deben luchar juntos, unidos y solidarios.
¿Será acaso este 5 de diciembre finalmente el comienzo de esta unidad? Esa es la promesa de los sindicatos: una huelga general, intersectorial, nacional e ilimitada.
Durante todo el mes de septiembre, los sindicatos dispersaron el movimiento de protesta social en varias jornadas de acción corporativistas (RATP, Hacienda Pública, Educación Nacional, Ministerio de Justicia, EDF, bomberos). A principios de octubre, acabaron prometiendo una gran jornada de movilización que reuniera a todos los asalariados para.... el mes de diciembre. ¿Y qué han estado haciendo en los últimos dos meses? Dividiéndonos, como hacen siempre. Han mantenido en su aislamiento a los trabajadores que ya estaban luchando, cada uno en huelga en su empresa, con su consigna específica, y eso que todos sufrimos los mismos ataques, el mismo deterioro de nuestras condiciones de vida y de trabajo.
La caricatura de esa labor de zapa ha sido el llamamiento de los colectivos “Inter-urgencias” e “Inter-hospitales” (dirigidos en su totalidad por las centrales sindicales) a no sumarse a la huelga del 5 de diciembre, en nombre de lo "específico" de las reivindicaciones hospitalarias, sustituida por una jornada de acción el 30 de noviembre. La misma estrategia de aislamiento para la Intersindical de Internos, que ha lanzado una huelga ilimitada a partir del.... ¡10 de diciembre! Y eso que en la asamblea general de los trabajadores hospitalarios celebrada el 14 de noviembre en París, después de una jornada de acción de todo el sector, que reunió a 10.000 manifestantes, tuvo lugar una feroz batalla entre los participantes en la Asamblea General y los sindicatos sobre la cuestión de la unidad. Muchos trabajadores hospitalarios insistieron en la necesidad de librar una única y misma batalla, por encima de los sectores, mientras que los sindicatos defendían que "somos un colectivo que debe hablar del hospital", defendiendo con uñas y dientes "una fecha específica para los hospitales". Pudo escucharse en France-Info[3] a enfermeras que salían de la asamblea general diciendo: "No pudimos terminar porque estamos divididos. Los sindicatos han infiltrado totalmente la reunión" o: "Hay demasiada discordia. El 5 de diciembre va a ser una huelga general y eso nos concierne. Además de nuestros problemas en el hospital, también están nuestras pensiones y seremos futuros jubilados. No veo qué problema plantea el ir a manifestarse el día 5. Pero los sindicatos decidieron lo contrario”. El sector hospitalario, que ha estado en huelga durante nueve meses, sacudido por una ira inmensa ante unas condiciones de trabajo cada vez más insoportables, es convocado por los sindicatos a continuar su movimiento solo, aislado e impotente. Y lo mismo ocurre con los ferroviarios.
Los sindicatos cacarean ahora con radicalismos amenazantes de huelga prorrogable, pero son siempre esas huelgas corporativas, aisladas unas de otras y condenadas a la impotencia, las que ellos prorrogan hasta agotar a los sectores más combativos. Y ese es el “porvenir” que los sindicatos desearían para los agentes más decididos de la SNCF[4] tras el 5 de diciembre y de los hospitalarios después del 10: que acaben luchando solos durante las vacaciones de Navidad y Año Nuevo. Y no seamos ingenuos: ¿por qué los sindicatos pospusieron esas grandes movilizaciones para el 5 y 10 de diciembre, poco antes de las fiestas? Es evidente que cuentan con la "tregua de los confiteros"[5] para enterrar el movimiento en caso de que continúe después de estos días de acción.
Bajo el lema "Todos juntos", lo que en verdad organizan los sindicatos es la dispersión. En esas jornadas de "unidad sindical", en ningún momento luchan juntos los trabajadores. En el mejor de los casos, van uno detrás de otro, pateando las calles, cortados en rodajas por sector y gremio, separados unos de otros por banderolas, globos y equipos de sonido diferentes según si se es ferroviario, profesor, puericultora, secretaria, agente fiscal, obrero de Renault, de Peugeot, otro de Conforama, estudiante, jubilado, desempleado.... Cada cual en su casilla.
Las huelgas espontáneas de los ferroviarios a finales de octubre muestran en parte el camino a seguir. En Châtillon, tras el anuncio de un plan de reorganización del trabajo que llevaba, entre otras cosas, a la supresión de doce días de asueto, los agentes del centro cesaron inmediatamente el trabajo y se declararon en huelga, sin esperar instrucciones sindicales. El plan fue retirado 24 horas después[6].
Unos días antes, el 16 de octubre, tras un choque con un convoy excepcional en Champagne-Ardenne, que puso de manifiesto el peligro de que haya un único agente (el conductor) en el tren, los ferroviarios de la línea se negaron también espontáneamente a asegurar la circulación en esas condiciones. El conflicto se extendió rápidamente a las líneas de la región parisina (Île-de-France) al día siguiente. No es casualidad si son los ferroviarios los primeros en indicar cómo pueden apoderarse de su lucha los trabajadores. Es consecuencia de la experiencia histórica y de la combatividad de este sector de la clase obrera en Francia, pero también de la reflexión que ha ido madurando en su seno desde hace un año, después de la amarga derrota del largo movimiento dirigido en 2018 por.... los sindicatos. Con su manida "huelga intermitente", habían encerrado a los ferroviarios en una lucha en la que quedaron aislados hasta que se les agotaron las fuerzas[7].
Y, hoy, esos ferroviarios en huelga no han sabido extender el movimiento fuera de su empresa, permaneciendo encerrados en la SNCF. No hubo asamblea general autónoma que decidiera enviar delegaciones masivas, o incluso toda la asamblea, a los centros de trabajo más cercanos (un hospital, una fábrica, una administración...) para animarlos a la lucha, con el fin de extender geográficamente el movimiento. Es vital insistir en que todos los trabajadores tienen los mismos intereses, que deben realizar la misma lucha, unida y solidaria, por encima de sectores y corporaciones, que la clase obrera es fuerte. Esta etapa es difícil, pues la necesaria unidad en la lucha implica reconocerse no ya como ferroviario, enfermero, cajero, profesor o informático, sino como trabajadores explotados.
Recordemos: primavera de 2006, el gobierno tuvo que retirar su proyecto de “Primer Contrato de Trabajo” ente el surgimiento de la solidaridad entre generaciones obreras. Los estudiantes precarios organizaron asambleas generales (AG) masivas en las universidades, abiertas a trabajadores, desempleados y pensionistas, proponiendo una consigna unificadora: la lucha contra la precariedad y el desempleo. Estas AG fueron los pulmones del movimiento, en ellas se celebraban los debates, en ellas se tomaban las decisiones. El resultado fue que cada fin de semana, las manifestaciones aunaban a más y más sectores. Asalariados y jubilados se unieron a los estudiantes bajo el lema "Jeunes lardons, vieux croûtons, tous la même salade"[8]. La burguesía francesa y su gobierno, ante una extensión y una tendencia a la unificación del movimiento iniciado por estudiantes precarios, no tuvieron más remedio que retirar su CPE[9]. De ahí que hoy, Macron y sus ministros haya lanzado un repugnante debate sobre la "cláusula del abuelo" (las nuevas medidas no afectarían a todos los trabajadores, sino sólo a los jóvenes que se incorporan al mercado laboral): lo que quieren es abrir una brecha entre generaciones obreras.
En 1968, cuando la crisis económica mundial empezaba a golpear de nuevo y, con ella, el retorno del desempleo y el empobrecimiento de los trabajadores, el proletariado en Francia se unió en la lucha. Tras las enormes manifestaciones del 13 de mayo para protestar contra la represión policial sufrida por los estudiantes, los paros y las asambleas generales se extendieron cual reguero de pólvora por fábricas y demás lugares de trabajo hasta culminar, con sus 9 millones de huelguistas, en la mayor huelga de la historia del movimiento obrero internacional. Esa dinámica de extensión y unidad se concretó en múltiples ocasiones fuera del ámbito sindical. Muchos obreros hicieron trizas de sus carnés sindicales después de los acuerdos de Grenelle del 27 de mayo de 1968 entre sindicatos y patronal, acuerdos que enterraron el movimiento.
Hoy, a asalariados, desempleados, pensionistas, estudiantes precarios, les falta confianza en sí mismos, en su fuerza colectiva, para atreverse a apoderarse de su lucha. Pero no hay otro camino. Todas las "acciones" propuestas por los sindicatos conducen a la división, la derrota y la desmoralización. Sólo la unión en asambleas generales abiertas y masivas, autónomas, que realmente decidan sobre la dirección del movimiento, puede constituir la base de una lucha unida, conducida por la solidaridad entre todos los sectores, todas las generaciones. Asambleas Generales que permitan la participación en el movimiento de enfermeras, servicios de urgencias, desempleados, trabajadores de cualquier sector, así como de todos a quienes les es imposible cesar el trabajo. Asambleas Generales que planteen reivindicaciones que a todos nos conciernen: contra la precariedad, contra la disminución de plantillas, contra el incremento en los ritmos laborales, contra la pauperización.... Asambleas Generales en las que nos sintamos unidos y confiados en nuestra fuerza colectiva.
El capitalismo, tanto en Francia como en el resto del mundo, seguirá sumiendo a la humanidad en una miseria cada vez más espantosa. Sólo la clase obrera representa una fuerza social capaz de frenar esos ataques. Los trabajadores más combativos y decididos deben agruparse, discutir, recuperar las lecciones del pasado, y prepararse así para la lucha autónoma de toda la clase obrera. Sólo el proletariado puede, a largo plazo, abrir las puertas del porvenir a las generaciones futuras frente a este sistema capitalista decadente que engendra cada vez más miseria, explotación y barbarie, que lleva en sí la guerra y las masacres como los nubarrones la tormenta. Un sistema que destruye el medio ambiente en el que vive la especie humana y amenaza su supervivencia.
Sólo la lucha masiva y unida de todos los sectores de la clase explotada puede detener y repeler los ataques actuales de la burguesía.
Sólo el desarrollo de esa lucha puede abrir el camino al combate fundamental e histórico de la clase obrera por la abolición de la explotación y el capitalismo.
Corriente Comunista Internacional
(1 de diciembre de 2019)
[1] Transportes públicos parisinos (Metro y buses)
[2] Electricidad de Francia, hasta hace poco monopolio estatal
[3] Radiotelevisión “todo noticias”
[4] Ferrocarriles franceses
[5] “trêve des confiseurs’’ » metáfora en francés de las fiestas de Navidad durante las cuales, como se sabe, todo debe ser “paz, amor y dulces”
[6] Ver sobre este experiencia Francia: Solo la solidaridad y la unidad en la lucha pueden rechazar los ataques a las condiciones de vida obreras https://es.internationalism.org/content/4491/francia-solo-la-solidaridad-y-la-unidad-en-la-lucha-pueden-rechazar-los-ataques-las [19]
[7] De esta huelga que los sindicatos sabotearon un Colectivo de trabajadores sacó lecciones. Ver Lucha de los trabajadores de la SNCF: un colectivo de trabajadores realiza el balance https://es.internationalism.org/content/4382/lucha-de-los-trabajadores-de-la-sncf-un-colectivo-de-trabajadores-realiza-el-balance [20]
[8] Juegos de palabras culinarias para decir: “Jóvenes y viejos, todos a una”
[9] Ver Tesis sobre el movimiento de los estudiantes de la primavera de 2006 en Francia https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200 [21]
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BRUMARIO es el nombre del segundo mes del calendario republicano francés, el segundo también de la estación otoñal, que dura desde el 22, 23 o 24 de octubre hasta el 20, 21 o 22 de noviembre. El 18 Brumario de 1799 se produjo el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte que se considera como el final de la revolución francesa. Desde entonces, el 18 Brumario se ha identificado con el golpe de estado. En 1851 Marx escribió «el 18 Brumario de Luis Bonaparte» en referencia al golpe de Estado del sobrino de Napoleón, que declinaba en forma de comedia la tragedia del tío, dándose su momentito de gloria sin ofrecer ninguna alternativa a la situación política. Pedro Sánchez no ha dado un golpe de Estado, pero la moción de censura que le llevó al gobierno provisional en el que aún estamos significó su asalto al gobierno sin que por el momento haya sido capaz de gobernar. También las últimas elecciones han sido en Brumario (10 de noviembre)
El imbroglio de la situación política española antes y después de las últimas elecciones del 10 de noviembre no es una excepción, sino la regla en el panorama de los Estados más importantes. Empezando por la primera potencia mundial, USA, donde el gobierno Trump dispara las tensiones de Republicanos y demócratas entre ellos y de los unos con los otros. Pero también en Europa, donde la burguesía británica, de las más experimentadas en el juego político, se ve arrastrada al Brexit por el impulso de los populistas; o en Italia, donde apenas la República acaba de deshacerse de un gobierno de coalición de dos partidos populistas de signo contrario (La Liga de Salvini y el Movimiento 5 stelle –M5S-) para formar un gobierno inestable de coalición entre el Partido Democrático y el M5S. Y también en Alemania, donde Merkel –auténtica dirigente de la UE los últimos años- se ve obligada a abandonar el gobierno sin haber podido contener el desarrollo del populismo; o en Francia, donde La República en Marcha de Macron no tiene ninguna alternativa de recambio fiable en el caso de que fracase su pulso contra Le Pen.
Ese aumento cuantitativo de crisis políticas configura en realidad un aspecto cualitativo típico del periodo histórico actual: la tendencia a la pérdida de control de la burguesía de su aparato político. Nosotros ya lo habíamos anunciado desde el año 1990 en las Tesis sobre la descomposición[1], como recuerda el punto 4 de la resolución sobre la situación internacional de nuestro último (23º) congreso[2]:
«Entre las principales características de la descomposición de la sociedad capitalista, es necesario destacar la creciente dificultad de la burguesía para controlar la evolución de la situación a nivel político» (Punto 9). Un fenómeno claramente señalado en el informe del 22º Congreso:«"Lo que hay que destacar en la situación actual, es la confirmación plena de este aspecto que identificamos hace 25 años: la tendencia a una creciente pérdida de control de la clase dominante sobre su aparato político»
Y como no tienen más remedio que reconocer, a su modo, algunos elementos de la burguesía, como en España Cebrián o Felipe González:
«No estamos ante una crisis de gobierno, sino de Estado, y esta a su vez se enmarca en una nueva era cuyos emblemas son la globalización tecnológica y financiera; la desaparición del mundo bipolar que emergió tras las guerras del pasado siglo; la corrupción de muchos gobiernos; la multiplicación de las desigualdades y la ausencia de esperanza en el futuro para las nuevas generaciones. Felipe González ha descrito el fenómeno como la crisis de gobernanza de la democracia representativa en el Estado nación. Se trata de eso, pero no solo. Estamos ante el derrumbamiento del orden establecido en medio de un caos que no ha hecho sino comenzar y que nos acompañará por algún tiempo…» (EL PAÍS, 25 de Noviembre; Opinión)
Pero esta pérdida de control de la burguesía de su aparato político es claramente distinta de las diversas crisis políticas que la burguesía ha conocido en los años 60 y 80. Antes de los años 90, las crisis políticas de la burguesía estaban ligadas, o bien a la necesidad de confrontar la lucha obrera, o bien a las tensiones imperialistas (la crisis de Suez en GB y Francia, o la de Argelia en Francia, o el tratado de Maastricht en Francia y Holanda…); y se gestionaban en el seno del propio aparato político de la burguesía. En la crisis actual, el proletariado no está por el momento en el centro de la escena social. La crisis actual concierne a la pérdida de control de la burguesía de su aparato político. Los movimientos populistas se forman sobre temas recurrentes como los refugiados, la seguridad frente al terrorismo, el resentimiento de los arruinados por la crisis..; pero también se nutren de las tensiones específicas en el seno de las burguesías nacionales: desorientación de la burguesía USA ante el debilitamiento de su liderazgo mundial, ambigüedad de la burguesía británica frente a la UE, divisiones entre fracciones regionalistas y nacionalistas en el seno de la burguesía española o belga, etc.
La explicación del impasse actual de la burguesía española para formar gobierno se entiende en ese marco de referencia histórico e internacional y en cómo se ha concretado en el juego político del Estado nacional.
No podemos repetir aquí un desarrollo en detalle de los análisis que venimos haciendo de los diferentes episodios de la expresión de la crisis del aparato político del Estado español; aunque tampoco es posible hablar de la situación actual sin tenerlos presentes.
La burguesía española se había dado con la Constitución de 1978 un terreno de juego consensuado para sus tensiones políticas. Algunos de los resultados más notables de ello fueron que el PSOE se convirtiera en el principal partido del Estado burgués, dirigiendo la transformación democrática y la reestructuración industrial; que se formara una derecha democrática escondiendo bajo la alfombra los residuos del franquismo; o que las tensiones nacionalistas con Cataluña y el País Vasco se encauzaran en una pugna por prebendas y trasferencias[4]. Pero eso solo fue posible por la unidad de todos para confrontar la lucha del proletariado y por la disciplina de bloque imperialista USA, que a través de Alemania y Francia “tutorizó” la transición democrática. Ninguno de los dos factores está hoy presente, y con la agravación de la crisis, la nave hace aguas por todas partes.
El bipartidismo y la alternancia PP-PSOE expresan en España una tendencia general al partido único, propia del totalitarismo estatal que caracteriza la decadencia del capitalismo y que en los países democráticos toma la forma del bipartidismo: dos partidos -uno más a la derecha y otro más a la izquierda- se reparten el poder de forma prácticamente monopolista. En USA el turno Demócratas – Republicanos, en Alemania la alternancia CDU – SPD, en Gran Bretaña conservadores – laboristas. en España el dúo PP-PSOE. El desgaste de esta fórmula, debido a los golpes de la crisis económica que se arrastra durante casi medio siglo y a la descomposición, como hemos explicado arriba, se ha manifestado en el caso español en que en el PP apenas quedaba algún alto cargo sin imputar en casos de corrupción; mientras el PSOE se convertía en un reino de taifas al mando de los “barones” y la “vieja guardia”, donde la única posibilidad de hacerse un hueco venía de los advenedizos “outsiders” como Zapatero o el mismo Sánchez. Lo que culminó en la crisis del PSOE en 2016 y en un equilibrio inestable y una lucha sin cuartel entre apparátchiki y advenedizos que hoy es la marca de la casa. Al PP por su parte, le crecieron los enanos de VOX, que él mismo había estado amamantando[5].
La tentativa de una alternativa al bipartidismo ha sido la “crónica de una muerte anunciada”. Como ya decíamos en 2016:
«El PSOE, un partido gubernamental por antonomasia, no puede aliarse con la derecha “moderna” y “renovadora” que se suponía debía ser Ciudadanos. Este partido es visceralmente españolista- más aún que el PP- y no puede ser un canal de diálogo con las derechas nacionalistas. Aparte de su demagogia anti-corrupción no ofrece ningún atractivo de “centro” que pueda seducir a un electorado más “moderno”. Empezando por su líder, la inmensa mayoría de sus cuadros huelen a un pijerío aún más apestoso que el del PP. Por mucho que gesticule el señor Rivera, Ciudadanos no puede ir más allá de una muleta coja del PP. Ciudadanos no tiene nada ver con partidos bisagra que existen en Alemania (liberales, verdes) y que pueden dar credibilidad a una posición firme de los partidos centrales (DC y SPD) frente al populismo.»[6]
Y por otra parte:
«...a nivel de gobierno central, la coalición “frente populista” es peligrosa para el interés del capital español. En primer lugar, Podemos es un conglomerado caótico de tendencias variopintas donde juega un papel nada desdeñable un grupúsculo trotskista -Izquierda Anticapitalista- que por grandes que sean las ambiciones de sus jefes y por mucho que se “moderen” son claramente inaptos para gestiones gubernamentales. En Podemos también pesan nacionalismos periféricos que le empujan a la demagogia arriesgada del “derecho a decidir”, cosa que la mayoría de barones socialistas no toleran. En fin, los partidos nacionalistas periféricos no son de fiar dada la mala soldadura nacional del capital español y suscitan mucha desconfianza en el aparato socialista. A todo ello se debe añadir el descrédito que conllevaría un “gobierno de progreso” no solamente para el propio PSOE, junto con Podemos, sino para toda la llamada “clase política”»[7]
Precisamente la sobrepuja de los nacionalismos[8] es el otro importante factor de caos en la situación actual. Las promesas de Zapatero de “profundizar” el Estatut, junto con la ineptitud del PP, son el desencadenante de los acontecimientos recientes; el telón de fondo es una escalada de radicalismo entre ERC y la antigua CiU (hoy JxCat) con fines electorales[9]; aunque la causa es global como venimos desarrollando.
La negativa del PP en 2012 a cumplir la promesa de profundizar el Estatut y a igualar la oferta de trasferencias catalanas con las del País vasco, hicieron declarar a Mas, entonces President de la Generalitat, que “Cataluña entraba en territorio desconocido”. Un territorio de hecho en el que se hacían fuertes las fracciones más radicales e irresponsables del nacionalismo, como la CUP/CDR y se iniciaba la vía unilateral al independentismo que tuvo su momento de gloria con el referéndum de Octubre 2017 y la proclamación de la República[10].
La estrategia de la llamada entonces “revolución de las sonrisas” fue desde el inicio presentar al Estado español como lastrado por los restos del franquismo y contrario a la democracia. La ineptitud del PP hizo que cayera de lleno en la trampa en Octubre 2017, difundiéndose imágenes de la policía cargando indiscriminadamente contra la población, incluidas familias con niños y ancianos, que provocaron movilizaciones masivas el día siguiente y una campaña internacional en contra. Profundizando aún más en su mal paso, el PP judicializó el conflicto llevando a los líderes catalanistas a los tribunales y metiéndolos preventivamente en la cárcel[11].
A esa situación respondieron los sectores más responsables de la burguesía con la moción de censura que desalojó a Rajoy y recuperó al PSOE para que fuera el pivote de la política burguesa, tras una etapa en que había el riesgo de que quedara en el ostracismo (como por ejemplo cuando apoyó la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña sin ni siquiera ser necesario este apoyo). Esa moción de censura urdida incluso por Podemos, contó rápidamente con la colaboración del PNV y de ERC (que fue la primera formación en hablar abiertamente de fin de la vía unilateral de independencia). Esa operación fue bendecida por la mayor parte de la burguesía que dio al PSOE un importante espaldarazo en las elecciones del 27 de Abril pasado. ¿Por qué ERC y en menor medida Podemos torpedearon esa mayoría votando en contra de los presupuestos y abocando a esas elecciones? ¿Por qué el PSOE que contó con mejores números para gobernar fue incapaz de investir a Pedro Sánchez tras esas elecciones y ha tenido que convocar las recientes del 10 de noviembre? Es difícil dar una respuesta, pero da la impresión de que los planes de los sectores más responsables son saboteados rápidamente por los sectores más díscolos. Algunos ejemplos:
- quien sabotea la mayoría de la moción de censura es esencialmente la fracción Puigdemont con sus reuniones de Pedralbes con el Gobierno del PSOE en Noviembre de 2018, que consigue presentar casi como una claudicación (puesto que el Estado habría aceptado negociar “entre gobiernos”), lo que resta margen de maniobra a ERC y al propio PSOE
- quien sabotea el gobierno PSOE en julio es sobre todo la fracción Iglesias dentro de Podemos, que ve en el gobierno de coalición la única forma de sobrevivir al enconamiento de peleas internas dentro de la propia formación. Pero también un sector muy importante del PSOE al que repugna una alianza con Podemos.
- cuando la sentencia del “proces” era conocida meses antes por todos los políticos, las reacciones que suscita sobre todo en forma de movilizaciones y de choques de radicales con la policía durante 15 noches seguidas dejan “fuera de juego” a los principales actores políticos. Las quince noches de choques violentos de la policía contra radicales, no conducen a un debilitamiento del peso electoral de las fracciones más díscolas (de hecho los que más han crecido en las últimas elecciones, aparte de Vox, han sido Bildu, la CUP/CDR, los “puigdemónicos”, etc), sino que debilitan a los más proclives a la negociación (ERC). Si con esa maniobra el PSOE buscaba identificar al independentismo con los violentos, para ganar apoyo internacional y ablandar a mas sectores del independentismo, hay que decir que ha cosechado un relativo fracaso. Los tribunales europeos siguen haciéndose los “longuis”, mientras figuras internacionales firman un manifiesto por una salida “negociada” al “conflicto catalán”. Y el eje de las movilizaciones en Cataluña se desplaza del independentismo a la anti -represión, por lo que, a diferencia de lo que ocurriera por ejemplo en Octubre 2017 ha habido manifestaciones de solidaridad con los violentos de Cataluña en las principales ciudades españolas.
Las elecciones del 10 de Noviembre no han resuelto nada y plantean las cuestiones en los mismos términos. El aparente acuerdo de coalición con Podemos solo satisface a su fracción dirigente (que se deshace en abrazos ante la perspectiva de “ocupar puestos”); pero deja las cosas exactamente como estaban respecto a la oposición dentro y fuera del PSOE y a la cuestión catalana.
La confluencia y transmutación del independentismo en campaña democrática es una carga de profundidad contra la reflexión del proletariado español, que es particularmente sensible a verse involucrado en el engaño democrático, que en los años 70 constituyó una baza fundamental de la burguesía contra la oleada de luchas obreras.
La transición a la democracia para licenciar al régimen franquista desarrolló dos grandes pilares:
-Frente al proletariado el espejismo de los “sindicatos obreros”, las “libertades democráticas”, los partidos de izquierda, la Democracia;
-Frente al crónico problema de la soldadura nacional del capital español la potenciación de los nacionalismos periféricos (especialmente el catalán y el vasco) que desembocaron en el “Estado de las autonomías”.
Para reintroducir el veneno de la “defensa de la nación” en las filas proletarias, el rancio nacionalismo “gran español” del franquismo con sus ridículas pretensiones imperiales y su nacionalcatolicismo condensados en el slogan “por el imperio hacia dios”, ya no servía y resultaba contraproducente. La burguesía tuvo que recurrir a potenciar los pequeños nacionalismos, perseguidos por el franquismo. Así, especialmente la izquierda y muy particularmente el PSUC en Cataluña llevó a cabo una intensa campaña democrático – nacionalista con el famoso “Llibertat, amnistía y Estatut d’autonomía”.
Sin embargo, lo que más daño político ha hecho históricamente al proletariado ha sido el antifascismo y la defensa de la democracia. Esa fue la lección fundamental del periodo de la República y la guerra del 36 donde la CNT perdió todo lo que le quedaba de vinculación a la clase obrera por su adhesión incondicional a la mistificación antifascista[12] y la respuesta inicial de los obreros en su terreno de clase al golpe de Estado militar de julio 1936 fue desviado por el Frente Popular, apoyado por CNT-POUM al terreno de guerra imperialista de “la defensa de la República contra el fascismo”. Las últimas resistencias del proletariado fueron aplastadas por el P”C”E en mayo de 1937 con la ayuda de ERC y de la CNT, su ministra Montseny llamando desde la radio a los obreros masacrados a “dar besos a los Guardias de Asalto”[13].
Hoy la CUP/CDR y demás “izquierdo-nacionalistas” son como si dijéramos los despojos de los despojos del PSUC y otras camarillas izquierdistas.
La clase obrera en las principales concentraciones de Cataluña forma parte de los batallones centrales del proletariado en España, con una tradición notable de luchas, como en el Bajo Llobregat, SEAT, etc. y de aportaciones a la Memoria histórica del proletariado. Y aunque es cierto que no se ha dejado arrastrar al terreno independentista, el ambiente de polarización brutal entre el nacionalismo españolista y el independentismo catalanista crea una barrera de difícil superación al necesario esfuerzo que tiene que realizar para encontrar su propio terreno de clase autónomo e internacional contra los ataques cada vez más graves del capitalismo en crisis y contra la deriva de éste hacia la barbarie de la guerra, la miseria y la destrucción medioambiental.
Hic Rodas/Pinto 20-12-19
[1] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [26]
[2] https://es.internationalism.org/content/4447/resolucion-sobre-la-situacion-internacional-2019-los-conflictos-imperialistas-la-vida [27]
[3] Así llaman algunos medios a la perspectiva de un gobierno basado en hasta 8 alianzas. También ha sido llamado gobierno Frankestein
[4] Donde no ha faltado sin embargo la violencia de los atentados (ETA o Terra Lliure, Hipercor, etc.)
[5] Ver Vox francamente capitalista https://es.internationalism.org/content/4501/vox-francamente-capitalista [12]
[7] Idem
[8] Aunque la voz cantante la asume hoy el nacionalismo en Cataluña, eso no quita para que
el nacionalismo vasco, escarmentado por el fracaso del plan Ibarretxe, calle y espere prudentemente mientras se hace indispensable para la gobernabilidad y mueve sus fichas en la sombra alentando una mayor autonomía/autodeterminación
[9] Tras la muerte de Franco y el retorno de Tarradellas (ERC, antiguo conseller de Interior de la Generalitat, organizador con el PCUS y demás de la represión de Mayo de 1937), quien, en realidad, ocupó en terreno central del catalanismo fue el partido creado por Pujol en 1974, con un “proyecto político de sectores de la burguesía, pequeña burguesía y clase media de renta alta, así como de componentes importantes de la Iglesia en Cataluña, que intenta movilizar a amplios sectores de la sociedad catalana…” como dice un historiador, un partido con dos vertientes una “centrista” dispuesto a aliarse con los partidos de “Madrit” y otra de corte ya populista en torno a la figura central de Pujol.
Este partido (CDC) empezó a perder peso a partir de la retirada de Pujol y los escándalos por corrupción de su clan familiar y a partir de entonces ha aparecido la vertiente ultranacionalista que se ha hecho con el partido, deshaciendo la coalición (CiU) con los regionalistas marginales de UDC y de la parte menos catalanista de CDC y cayendo en manos de unos personajes estilo aventurero como Puigdemont, o iluminados como Torra por no mencionar a otros de su entorno. Hoy este partido es la expresión misma de la simbiosis del populismo y el nacionalismo, refrendada por los sucesivos cambios de “membrete”: PDCat, ahora JxCat. Este partido del “seny” burgués ha acabado en manos de una gente que se ha aliado o que controla a los nacional-izquierdistas de la CUP, de los CDR y otros Tsunamis democráticos, que se han formado con los despojos de grupos izquierdistas del paisaje político catalán (trotskistas de todo pelaje, anticapitalistas, incluso anarquistas). Estos esbirros de la contrarrevolución que durante décadas no cesaron de apoyar a toda clase de nacionalismos más o menos exóticos, han podido por fin poner en práctica sus políticas en su propio país. Así es la nueva coalición del partido de centro-derecha de Cataluña con ese magma nacional-izquierdista.
A ERC, que en Cataluña ha jugado a ser la bisagra de la derecha y la izquierda en la Generalitat, le ha caído encima el papel de partido “racional” que sabe perfectamente lo que todos saben: que lo de la independencia es una quimera. El problema es que la situación se ha enconado tanto que ERC se encuentra, por un lado, entre el martillo de JxCat y los, llamémosles, “nous escamots” practicantes de escraches, por ahora menos militarizados que los antiguos, que tratan de traidores a los de ERC, como le ocurrió al ex bocazas de Rufián en Barcelona donde se encontró con la horma de su zapato y, por otro lado, la necesidad de apoyar al gobierno central para intentar salir del atolladero.
[10] Una proclamación de mentirijillas como los “valientes” líderes independentistas han reconocido
[11] Es preciso señalar que la judicialización del conflicto catalán vino también por la propia presión de los jueces, una corporación fuertemente españolista y hostil al nacionalismo, especialmente el catalán. Este poder del Estado ha tomado cierta autonomía en el contencioso catalán y ha dificultado la aplicación de “soluciones políticas” forzando a los gobiernos españoles a asumir una vía abiertamente represiva con duras condenas de cárcel, que les ha colocado en una situación incómoda respecto a sus “socios” europeos.
[12] Ver El antifascismo, el camino a la traición de la CNT (1934-36) https://es.internationalism.org/revista-internacional/200806/2278/historia-del-movimiento-obrero-el-antifascismo-el-camino-a-la-trai [29]
[13] Ver nuestro libro Franco y la Republica masacran al proletariado https://es.internationalism.org/cci/200602/539/espana-1936-franco-y-la-republica-masacran-al-proletariado [30]
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En octubre de 2019, Extinction Rebellion (XR) celebró una "rebelión internacional" durante dos semanas –en otoño– con acciones en 60 ciudades de todo el mundo. En el Reino Unido, esto implicó manifestaciones, bloqueos de cruces de carreteras, toma de trenes, la construcción de una estructura en Oxford Circus, arrestos y, en general, hacer el espectáculo para dar publicidad al terrible estado de la ecología del mundo. Su “lado teórico” está plasmado en el folleto Common Sense for the 21st Century / Only Nonviolent Rebellion Can Now Stop Climate Breakdown and Social Collapse de Roger Hallam –uno de los líderes de la RX. Este documento proporciona la base para la actividad de la RX, la cual está muy en consonancia con el escrito.
Las respuestas a la actividad de RX han sido variadas. En la prensa se puede ver que están de acuerdo en que están llamando la atención sobre asuntos importantes, pero desaprueban lo que hacen para obtener publicidad. También están los famosos y los izquierdistas que dan apoyo acrítico a la RX. Típicamente, el SWP[1] elogia "a la gente que se enfrenta a arrestos y ataques de los medios de comunicación con brillantes muestras de creatividad y resistencia". "XR se ha enfrentado a una serie de ataques esta semana — contra los medios de comunicación, la policía y los políticos de derechas. A pesar de ello, los rebeldes están construyendo un movimiento que ha logrado hacer frente a las repetidas presiones del Estado —y se divierten mientras lo hacen. Están planteando demandas para una transformación radical de la sociedad, y creando un espacio para luchar para ello". Los trotskistas más radicales de wsws.org[2] siguen siendo ampliamente elogiosos "XR está tratando de concientizar a la opinión pública sobre el calentamiento global, mientras que exige cambios de política a los gobiernos del mundo... Los trabajadores deben oponerse enérgicamente a los arrestos masivos de manifestantes cuyo único crimen es buscar una salida a la terrible calamidad ambiental que amenaza a la humanidad".
Mientras tanto, están las tradicionales reacciones conservadoras a las protestas, caracterizando los eventos de RX como una molestia, como las acciones de “hippies” y “vándalos”. Junto a esto están los “contrarios” de Spiked que están en contra de la “guerra de Extinction Rebellion contra la clase obrera. Estos eco-acomodados están llenos de odio por los pobres". Cuando un manifestante de XR fue arrastrado desde lo alto de un tren de metro y atacado por los viajeros, Spiked declaró que "los enfrentamientos de hoy en el metro entre las clases trabajadoras que viajan al trabajo y los temerarios burgueses, con su culto a la XR, son una ilustración maravillosa de la naturaleza elitista de la ecopolítica y de la creciente furia pública con la eco-agenda".
Para una crítica seria a RX es necesario utilizar las herramientas que provee marxismo, entendiendo los fenómenos sociales en el contexto de la sociedad capitalista, en el choque de intereses entre la clase capitalista dominante y la clase obrera –una clase que es explotada, pero que tiene la capacidad de derrocar al capitalismo. El trabajo de Hallam no es solo una base teórica para diferentes medios de protesta: muestra de qué lado está la RX en la lucha de clases.
El Common Sense se opone a los “reformistas”: "Ofrecen soluciones gradualistas que, según ellos, funcionarán. Es hora de admitir que esto es falso, y es una mentira. Por lo tanto, desvían la opinión popular y la atención y la energía del público de la tarea que nos ocupa: una acción colectiva radical contra el régimen político que está planeando nuestro suicidio colectivo". Y, sin embargo, toda la política de XR es reformista. Todas las demás cuestiones sociales deben suspenderse hasta que el capitalismo se comprometa a abordar la "emergencia climática". Esto se refleja en la afirmación del periódico The Guardian de que "la emergencia climática es el tema que define nuestro tiempo". La preocupación central de la XR es el medio ambiente, y la posibilidad de que el estado capitalista pueda, a través de medidas como impuestos y aranceles y el desmantelamiento de tecnología dañina, prevenir el eco-genocidio. En teoría y práctica quieren desviar la atención hacia la ecología como un tema separado y alejarla del capitalismo como un sistema global que da lugar a la guerra imperialista y a la depredación ecológica.
El enfoque de XR hacia el aparato represivo del Estado es particularmente esclarecedor. Common Sense dice: "Un enfoque proactivo de la policía es una manera efectiva de permitir la desobediencia civil masiva en el contexto actual. Esto significa reunirse con la policía tan pronto como llegan a la escena del crimen y decir dos cosas claramente: ‘esta es una acción pacífica no violenta’ y ‘respetamos que usted tenga que hacer su trabajo aquí’. Tenemos pruebas repetidas de que esto calma a los agentes de policía, abriendo así el camino a posteriores interacciones civiles. Las acciones de Extinction Rebellion han tratado consistentemente a la policía de manera cortés cuando nos arrestan y en las estaciones de policía". XR se enorgullece de ser razonable y cooperativo "A menudo, una reunión cara a cara con la policía es efectiva, ya que son capaces de entender que la gente con la que están tratando es razonable y comunicativa". XR no ve ningún problema en que la policía gestione eventos de la RX "Es mejor que la policía gestione un episodio ordenado y de bajo coste que sea compatible con nuestro interés en que un gran número de personas participen en un acto altamente simbólico y dramático" Desde el punto de vista de la clase dominante, RX no se ven como una amenaza para los que están en el poder, sino como una molestia ocasional para el tráfico.
Ciertamente, los líderes de XR no ven a la policía como una amenaza; por el contrario, son vistos como un instrumento para ayudar en el impacto de XR al hacer múltiples arrestos. Como otros críticos han dicho, "los líderes de XR son más que respetuosos con la policía. Les ayudan activamente a realizar detenciones y a los tribunales a conseguir condenas"[3]. Este artículo del colectivo Out of the Woods[4] también informa que "Hallam afirma que la Policía Metropolitana ‘es probablemente una de las fuerzas más civilizadas del mundo'". En contra de la visión de XR, la experiencia histórica de los explotados y oprimidos ha sido que la policía, junto con los tribunales, las prisiones, los servicios de seguridad y el ejército, son parte integral del aparato de represión del estado capitalista. Solo existen para defender las instituciones de la clase dominante, en interés de la burguesía explotadora. Cualquier cosa que amenace el orden capitalista será resuelta por la fuerza del Estado, en particular por la policía.
Las RX dicen ser partidarias de algún tipo de “revolución”, pero piensan que "una búsqueda dogmática de modelos revolucionarios desacreditados puede ser socialmente ruinosa". Hallam está tan seguro de que la planificación de RX es la clave que, sin ella, "nos quedamos con levantamientos sin dirección y espontáneos.... que las investigaciones muestran que normalmente conducen a resultados autoritarios y a una guerra civil". Common Sense se pregunta por qué "los episodios revolucionarios han fracasado miserablemente en los últimos 30 años", diciendo que la respuesta está en "la cuestión más fundamental de la política -‘¿quién decide?’” No es obvio lo que han sido estos recientes “episodios revolucionarios”. Podríamos preguntarnos qué "episodios revolucionarios" han tenido lugar en los últimos 30 años. Hallam se refiere a Egipto y Ucrania, y a los "Gilets Jaunes" en Francia. En realidad, ninguno de estos movimientos fue revolucionario: los acontecimientos de la Plaza de la Independencia en Ucrania de 2014 estuvieron totalmente envueltos en el nacionalismo[5], los "Gilets Jaunes" son un movimiento interclasista dominado por el populismo[6]. Los acontecimientos en Egipto en 2011 fueron diferentes porque hubo una influencia definida de la lucha de clases, pero estuvo muy lejos de plantear la cuestión del derrocamiento del sistema capitalista[7]. Por lo tanto, Hallam hace aquí un truco familiar: rebajar el concepto de revolución para que signifique cualquier tipo de malestar social o golpe político, y oscurecer lo que la revolución significa y cómo puede llegar a suceder. Para los marxistas, la única fuerza revolucionaria en la sociedad capitalista es la clase obrera, y una revolución proletaria es el único proceso que puede derrocar al estado capitalista. Common Sense tiene una visión muy diferente del mundo.
Para empezar, hay una serie de elementos diferentes que conforman la concepción de la RX de "rebelión". Hallam presenta el caso como si fuera el resultado de un estudio científico serio "La evidencia histórica muestra que los ‘episodios’ de resistencia civil exitosa duran entre tres y seis meses" o "El acto más efectivo de desobediencia civil masiva es tener un número significativo de personas (al menos entre 5.000 y 10.000 inicialmente) ocupando espacios públicos en una ciudad capital de varios días a varias semanas". Todo esto va de la mano con el entendimiento de que "el 1% de la población en general liderará las manifestaciones". Uno de los 10 principios básicos de la RX se centra en "movilizar al 3,5% de la población para lograr un cambio en el sistema". Este parece ser un ejemplo clásico de elitismo. En respuesta a las preguntas "quién decide", la respuesta es: una pequeña minoría, movilizada por XR, que de alguna manera obligará al Estado a negociar: "Cuando las autoridades pierden la capacidad de detener la movilización masiva, el régimen se ve obligado a negociar".
La sociedad capitalista ha llevado a la humanidad a un callejón sin salida, y no hay otra salida que la movilización masiva y radical de la clase explotada y el cambio de conciencia más gigantesco de la historia de la humanidad. Contar solo con una pequeña minoría para llevar esto a cabo es una burla al enorme desafío al que se enfrentan la clase obrera y la humanidad.
XR se siente muy cómodo con las instituciones del dominio burgués. Hallam y algunos otros activistas de XR se presentaron a las elecciones europeas de 2019. Por supuesto, afirmaban no ser un partido político, pero estaban contentos de estar al lado de todos los demás políticos burgueses que vendían sus mercancías ideológicas, la propaganda sobre el clima encajaba con el nacionalismo, el populismo, el racismo, el estalinismo y todas las demás campañas a favor de los cambios dentro del capitalismo. En diferentes momentos, Common Sense propone varios organismos diferentes que podrían estar involucrados en el "cambio social". Por ejemplo, existe la idea de una "Asamblea Nacional de Ciudadanos seleccionados aleatoriamente por su trabajo en elaborar el programa de medidas para hacer frente a la crisis. Este tipo de elección se basa en una muestra aleatoria que formará los miembros de la Asamblea con base en el total de la población usando cuotas para asegurar que sea representativo a la composición demográfica del país". Esto es algo que el Gobierno conservador favorece. Se enviaron cartas a 30.000 hogares de todo el Reino Unido invitando a la gente a unirse a una asamblea de ciudadanos sobre el cambio climático. "Los invitados a la Asamblea del Clima del Reino Unido han sido seleccionados al azar de todo el país. De los que respondan, 110 personas serán elegidas como muestra representativa de la población" (Guardian 2/11/19). Esto no es una base para el "cambio social", ya que encaja perfectamente en las otras instituciones de la democracia burguesa. Estas asambleas inofensivas contrastan marcadamente con las diversas asambleas o consejos creados por la clase obrera en sus intentos de defender sus intereses, y que, en última instancia, tienen la capacidad de derrocar al capitalismo.
Para tomar decisiones responsables no necesitamos que los delegados sean elegidos al azar entre la población en general. Los proletarios que luchan contra este sistema necesitan delegados que tengan ideas claras, una convicción y una orientación sobre cómo abordar las raíces de los mecanismos de destrucción capitalista. No podemos poner nuestro destino en manos de una selección de delegados aleatorios: debemos poder confiar de que los que son elegidos, realmente representen y defiendan nuestros intereses. Además, dado que tales delegados solo pueden operar como expresión de una clase en movimiento, los verdaderos consejos obreros pueden crear una "relación de fuerza" que puede hacer retroceder a la clase dominante y preparar el terreno para su derrocamiento.
Entre otras propuestas de Hallam se encuentran las Asambleas Populares que discutirán cuestiones ecológicas. A diferencia de la autoorganización de la clase obrera y la discusión dentro de una clase asociada, en las asambleas de Hallam "Expertos de todo el mundo pueden ayudar a capacitar a los facilitadores y producir agendas". Aquí tenemos órganos dirigidos por “expertos” para capacitar “facilitadores'” y fijar agendas, sin intención de amenazar el orden existente de las cosas.
Aunque XR se ve a sí mismo como un movimiento del "pueblo" en general, reconoce la necesidad de reclutar personas de la clase obrera para sus campañas. Existe una preocupación por "construir un movimiento de masas y así sacar al movimiento ambiental fuera de la burbuja de clase media que lo ha controlado durante décadas". En este sentido, XR señala que "la clase trabajadora está casi totalmente ausente de los movimientos ecologistas del Reino Unido". Pero el problema con la RX no es su falta de diversidad. El problema es que las verdaderas preocupaciones sobre el cambio climático se están canalizando hacia una especie de reformismo con unas pocas acciones espectaculares añadidas.
Mientras que XR afirma que quiere cambiar la sociedad, en realidad todo su proyecto permanece dentro de los límites de este sistema. No quiere revocar el aparato de la democracia capitalista. "El Parlamento permanecería, pero en un papel de asesor de esta asamblea de gente común, seleccionada al azar de todo el país, que deliberará sobre la cuestión central de nuestra vida nacional contemporánea: ¿cómo evitar la extinción?” También ve un rol para los consejos locales y las ONG como Greenpeace y Friends of the Earth. Fundamentalmente, la agenda de las demandas ecológicas que RX considera posible dentro de un país y dentro del sistema social actual. A pesar de la “corrupción” del sistema político, la “clase política” puede ser obligada a negociar, a desmantelar todo lo que es perjudicial para el medio ambiente.
En Common Sense hay muchos consejos sobre cómo acercarse a los medios de comunicación, cómo hablar, qué decir, cómo evitar lenguaje complicado. Implícitamente, a lo largo del folleto surge un sentido de valores. Dice que "Palabras como honor, deber, tradición, nación y legado deben ser usadas en cada oportunidad". Desde su fundación en abril de 2018, XR se ha extendido desde el Reino Unido a otros países, como Estados Unidos, Australia, Alemania y otras partes de Europa. Aunque tiene presencia internacional, su perspectiva está ligada al Estado-nación, al marco capitalista, y no ve problemas con el "orgullo nacional". Por el contrario, parece estar totalmente a favor de revivir valores como el orgullo nacional, que es parte integral de todas las formas de ideología burguesa.
Aunque pueda parecer que tiene un enfoque "radical" para protestar, en realidad XR es bastante cauteloso en cuanto a la acción económica. "La acción directa, como forma de crear un cambio político, ha sido objeto de un análisis simplista que ve el ganar y el perder en términos materiales estrechos. Existe un fuerte argumento a favor de este enfoque, ya que la confrontación, las huelgas, los bloqueos, los piquetes, los paros, las amenazas económicas y los trastornos pueden sin duda poner a los oponentes sobre la mesa, como lo demuestra el éxito a largo plazo de muchas huelgas laborales en todo el mundo". Sin insistir en el "éxito a largo plazo de muchas huelgas laborales" (no se presentan pruebas), a Hallam le preocupa que "el aumento de los costes económicos para un adversario es altamente polarizador". Él piensa que la batalla por “corazones y mentes” es más importante que una lucha económica. Para la clase obrera, la "lucha económica" es parte de la defensa de sus intereses de clase. En la batalla de ideas hay una oposición entre las protestas de RX sobre la emergencia climática que hace entrar en razón al estado burgués, y la idea central del marxismo: la capacidad revolucionaria de la clase obrera para derrocar al capitalismo, que solo puede surgir como resultado de la defensa de sus intereses materiales.
Aparentemente, es una de las inspiraciones de la obra de Hallam/XR es Why Civil Resistance Works: The Strategic Logic of Nonviolent Conflict por Erica Chenoweth y Maria Stephan. Esta última autora es planificadora estratégica del Departamento de Estado de los Estados Unidos y ha trabajado con la oficina de política europea/OTAN del Departamento de Defensa de los Estados Unidos y en la sede de la OTAN en Bruselas. No es probable que las ideas, saliendo de esta fuente, desafíen al estado capitalista u otras instituciones del dominio burgués.
Ciertamente hay una preocupación muy extendida con el estado del planeta, un deseo de reaccionar contra el futuro del capitalismo que nos espera, pero la RX proporciona una ideología y un calendario de protestas para recuperar esas preocupaciones y energías militantes y canalizarlas hacia el apoyo al sistema capitalista que está en la raíz de la decadencia ambiental. Al igual que con la propaganda de todos los partidos verdes en los últimos 40 años, o la campaña más reciente en torno a Greta Thunberg, es una ilusión peligrosa afirmar que el capitalismo puede corregir el estado actual del medio ambiente.
Todas las pruebas muestran que, lejos de reformarse, el capitalismo está mostrando cada vez más signos de ser capaz de arrastrar a toda la humanidad con él. Los intereses de la clase obrera son antagónicos al capital y no pueden ser satisfechos en esta sociedad. El estado del planeta Tierra solo puede mejorarse mediante el derrocamiento del capitalismo por parte de la clase obrera. Esto no debe ser logrado por una minoría, no importa cuán determinada sea. Requiere una conciencia de algo más que el estado del medio ambiente. El tiempo no está del lado de la clase obrera, sino que las acciones de campañas como las de RX prolongan activamente la vida del sistema capitalista.
Una respuesta común de los ecologistas radicales a quienes insisten en que solo la revolución mundial puede superar los problemas que plantea el capitalismo es: no tenemos tiempo para eso. Pero como la ideología de RX y otros “radicales” similares están actuando como una forma de canalizar las preocupaciones sobre el medio ambiente hacia callejones sin salida de la burguesía, es nada menos que un freno al desarrollo de la conciencia de clase y, por lo tanto, al potencial de una auténtica revolución.
Barrow, noviembre de 2019
[1] SWP: Socialist Workers Parti, grupo trotskista inglés.
[2] WSWS: World Socialist Web Site, publicación en Internet del Comité por la IVª Internacional, igualmente trotskista
[4]Un colectivo libertario que tiene un blog en libcom sobre temas ambientales. Recientemente han producido la segunda parte de su crítica a RX, centrándose en la realidad jerárquica detrás de su afirmación de ser una "holocracia" sin líderes. https://libcom.org/blog/xr-pt-2-31102019 [35]
[6] Ver entre otros trabajos: https://es.internationalism.org/content/4484/balance-del-movimiento-de-los-chalecos-amarillos-un-movimiento-interclasista-un [37]
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Durante estas fiestas navideñas, la burguesía no cesa de acusar a los huelguistas[1], especialmente a los trabajadores ferroviarios, de tener la "indecencia" de "estropear la magia de la Navidad". Sin embargo, ella y su sistema han estado pudriendo la vida de los proletarios durante años, empujándolos a condiciones de vida, trabajo y jubilación cada vez más precarias y miserables... ¡no sólo a fin de año sino todo el año! ¡Esa es la verdadera "indecencia"!
Por ello, volvemos a publicar, más de un siglo después de su aparición el siguiente artículo de Rosa Luxemburgo, que no ha perdido nada de su trágica actualidad, cuando, hace poco, al menos 43 trabajadores de Nueva Delhi perecieron en las llamas del incendio que asoló su fábrica. La fábrica también les servía de dormitorio, ya que sus irrisorios salarios no les permitían encontrar alojamiento en otro lugar.
Rosa Luxemburgo cuenta un dramático suceso que sacudió Berlín a finales del año 1907: varias decenas de habitantes de un albergue nocturno fueron asesinados por comida descompuesta y ella denunció con virulencia el horror de esta masacre. Demostró que los miserables que sucumbieron al arenque podrido y al alcohol adulterado eran sobre todo proletarios víctimas del sistema capitalista, como tantos otros antes y después de ellos.
Un siglo después, los "Lázaros del proletariado" siguen pudriéndose en las calles y asilos, pudriéndose en viviendas insalubres o inapropiadas, mientras que las crecientes masas de la población se empobrecen cada día más bajo los golpes de la crisis. Por ello este conmovedor texto de Rosa Luxemburgo aún pone de manifiesto el cinismo de la burguesía frente a los males de su sistema de explotación. Esta poderosa denuncia debe hacernos reflexionar y recordarnos sobre todo que, frente a la miseria en la que el capitalismo nos sumerge inexorablemente, sólo el levantamiento de los proletarios proclama una vez más: "¡Abajo el infame régimen social que genera tales horrores! "Sólo el desarrollo de la lucha de clases, masiva y solidaria, puede traernos un futuro.
Revolución Internacional, 24 de diciembre de 2019
Un acontecimiento acaba de turbar cruelmente la atmósfera de fiesta de nuestra capital. Las almas piadosas venían justamente de entonar el bello canto tradicional: "Navidad de alegría, Navidad de misericordia" cuando se esparció bruscamente la noticia de que un envenenamiento en masa acababa de producirse en el asilo municipal. Las víctimas eran de diversas edades: Joseph Geihe, empleado, 21 años, Karl Melchior, obrero, de 47 años, Lucien Scieptarorski, 65 años, etc. Cada día traían nuevas listas de hombres sin albergue, victimas del envenenamiento: La muerte los finiquitaba por todas partes: en el asilo, en la prisión, en el "chaufoir" público o simplemente en la calle, acurrucados En cualquier rincón. Antes que el año nuevo naciera, al son de las campanas, 150 se retorcían presas de los espantos de la agonía y 70 estaban ya muertos.
Durante muchos días, el modesto edificio de la calle de Froebel, que todo el mundo rehúye en tiempo ordinario, concentra hoy sobre él, la atención general. ¿Cuál era, pues, la causa de este envenenamiento en masa? ¿Se trataba de una epidemia o de un envenenamiento provocado por el consumo de alimentos en descomposición? La policía se dio prisa en restablecer la tranquilidad de la población: No se trataba de una enfermedad contagiosa. Mejor dicho, el hecho no presentaba ningún peligro para la población decente, para las gentes distinguidas de la ciudad. La muerte no tocaba más que a los "habituales" del asilo de noche, los cuales, con ocasión de la fiesta de Navidad habían ingerido, arenques podridos o aguardiente infectado, "baratos”. Pero aquellas gentes ¿dónde habían conseguido esos arenques podridos? ¿Los habían comprado a un vendedor ambulante de pescado? ¿o los habían recogido de los montones de basura en el mercado? Esta última hipótesis fue inmediatamente descartada por la perfecta razón de que los desechos de los mercados no constituyen, como podrían imaginarlo las gentes superficiales ignorantes de las sanas medidas de la economía política, un bien sin dueño, del cual el primer vagabundo que llega se puede apropiar. Estos desechos son reunidos y vendidos a grandes empresas que les utilizan para el engorde de puercos. Se les desinfecta y muele cuidadosamente. Así sirven de alimento a ese rebaño. Vigilantes de la policía de mercados velan para evitar que los vagabundos vengan a tomar sin autorización el alimento de los puercos, para comerlo así sin desinfectar y sin moler. Era, pues, imposible que, como algunos lo imaginan fácilmente, los sin albergue hubieran recogido su festín de Navidad entre los montones de basura de los mercados. Es por esto por lo que la policía buscaba al vendedor ambulante o al pulpero que ha vendido el aguardiente infectado, que determinó el envenenamiento.
En el trascurso de toda su existencia Joseph Gehie, Karl Melchior, Lucien Sciptoriopski, no habían nunca atraído la atención, tanto como hoy. Pensad, pues, ¡qué gran felicidad! Verdaderas juntas médicas secretas investigan prolijamente entre los intestinos de las recientes víctimas. El contenido de sus estómagos, por los que el mundo había hasta entonces manifestado tanta indiferencia, es ahora examinado minuciosamente y es objeto de apasionadas discusiones en toda la prensa. Los periódicos anuncian que diez de "esos" señores se ocupan en preparar líquidos para el cultivo del bacilo, causa del envenenamiento. Por otro lado, se quiere saber de una manera precisa dónde cayó enfermo cada uno de esos miserables; ¿en el "Tenil" donde la policía encontró muerto a alguno de ellos o en el asilo donde otros habían pasado la noche? Lucien Sciptierovski, se ha convertido de repente en una importante personalidad y si él no fuera en este momento cadáver de olor nauseabundo sobre la mesa de disección, seguramente tendría para inflarse de vanidad.
Sí, el emperador mismo – ¡que gracias a Dios está a salvo de peores males, gracias al aumento acordado de tres millones de marcos en la pensión civil que recibe en calidad de rey de Prusia para compensarle por la carestía de la vida¡– sí, el emperador mismo, pide insistentemente noticias de los envenenados en tratamiento en el hospital municipal. Y su alta esposa, femenina y enternecidamente, hace llegar por intermedio del chambelán von Winterfeld, sus condolencias a M. Kirschner, burgomaestre de la ciudad. En verdad, el burgomaestre Kirschner, no ha comido arenque a pesar de su baratura y se encuentra él con su familia de excelente salud. No es tampoco que nosotros lo sepamos parientes o relacionado de Joseph Gehie o de Lucien Sciptierovski. Pero después de todo ¿a quién el señor chambelán Von Winterfeld, debía expresar las condolencias de la emperatriz? No podía evidentemente trasmitir las salutaciones de su majestad a los pedazos de cadáveres que yacían sobre la mesa de disección. En cuanto a los miembros de sus familias ¿hay alguien que los conocía? ¿Quién podría encontrarlos en los cabarés, los hospicios, los barrios de prostitución, y también en las fábricas y las minas donde ellos trabajan? Por esto el burgomaestre M. Kirschner acepta en nombre de ellos la condolencia de la emperatriz, lo que le da fuerzas para hacer suyo y soportar estoicamente el dolor de los parientes de Scipterovski.
Ante la catástrofe, en el Consejo Municipal igualmente, se dio pruebas de viril sangre fría. Se hicieron investigaciones. Se redactaron comunicados cubriendo de tinta innumerables hojas de papel. Pero a pesar de todo, se tuvo siempre la cabeza en alto y contra los espantos de la agonía en los cuales otros hombres se debatían, se permaneció con valor también, con el estoicismo de los héroes antiguos delante de su propia muerte.
Y, sin embargo, todo este suceso ha puesto una nota discordante en la vida pública. Ordinariamente nuestra sociedad conserva cierto carácter de decencia exterior. Ella observa la honorabilidad, el orden y buenas costumbres. Aunque es cierto que hay lagunas o imperfecciones en la estructura y en la vida del Estado.
¿Pero después de todo, el Sol no tiene también manchas? ¿Y existe aquí, abajo, alguna cosa perfecta? Los obreros mismos, yo entiendo los mejor pagados, los que están organizados, creen de buena voluntad que la existencia y la lucha del proletariado se prosiguen dentro de límites de honorabilidad y compostura. ¿La gris teoría del pauperismo no ha sido refutada ya desde hace tiempo? Todos saben bien que existen asilos de noche, mendigos, prostitutas, "soplones", criminales y otros elementos de perturbación. Pero se piensa ordinariamente en esto, como en algo lejano, existente en alguna parte, fuera de la sociedad propiamente dicha.
Entre la clase obrera pudiente y sus parias, hay un muro y se piensa raramente en los miserables que se arrastran en el fango, al otro lado del muro. Pero, bruscamente algo sucede, algo que hace el mismo efecto que si en un círculo de gentes bien educadas, amables y distinguidas, alguien descubriera por casualidad en medio de los muebles raros y preciosos, las huellas de un crimen abominable o de innobles corrupciones. Bruscamente un horrible espectro arranca a nuestra sociedad su máscara de compostura y enseña a todos que su honorabilidad no es más que el atavío de una prostituta. Bruscamente aparece que la superficie brillante de la civilización cubre un abismo de miseria, de sufrimiento y de barbarie. Verdaderos cuadros del infierno surgen, en los que se ven criaturas humanas hurgando en los montones de basura. Buscan los desechos, retorciéndose en los espantos de la agonía. Se les ve así, agonizando, enviar a lo alto su aliento pestilente.
Y el muro que nos separa de este siniestro reinado de sombras aparece bruscamente como un simple decorado de papel pintado
¿Quiénes son, pues, estos habituales del asilo de noche envenenados por el arenque podrido o el aguardiente infecto? Un dependiente de almacén, un albañil, un tornero, un herrero, obreros, obreros, nada más que obreros. ¿Y quiénes son, pues, los sin nombre que no han podido ser identificados por la policía? Obreros, siempre; nada más que obreros, en todo caso que lo eran todavía no hace mucho tiempo.
Y, en verdad, ningún obrero está garantizado contra el asilo, o el arenque podrido. Ahora, vigoroso todavía, honesto, trabajador, ¿qué devendrá mañana si ya no es aceptado en su trabajo porque habrá alcanzado el fatal límite de edad o porque su patrón lo declara inutilizable? ¿Qué será de esta vida si mañana cae víctima de un accidente que hará de él un inválido, un mendigo? Se dice: las gentes fracasadas en el asilo no son en su mayor parte más que débiles y malos elementos. Viejos con el espíritu débil, jóvenes criminales, irresponsables etc. Es posible, pero los malos elementos de las clases superiores no caen nunca en el asilo sino son enviados a los sanatorios o al servicio de las colonias donde puedan satisfacer con toda libertad sus perversos instintos en las personas de los negros y de las negras. Ancianas reinas y grandes duquesas que se han vuelto idiotas pasan el resto de sus días en palacios suntuosos rodeadas de una muchedumbre de respetuosos servidores. Para el viejo sultán Abdul Amid, ese monstruo abyecto que tiene sobre su conciencia millares y millares de víctimas y al que sus crímenes innumerables y sus excesos sexuales han entorpecido sus sentidos, la sociedad le tiene preparado como último refugio una espléndida villa con magníficos jardines, cocineros de primer orden y un harén de florecientes mujeres, de doce años para arriba. Para el joven criminal Prosper Eherenberg, una prisión confortable, bien provista de champagne, de ostras y una gozosa compañía. Para los príncipes de instintos pervertidos, la indulgencia de los tribunales, la abnegación de esposas heroicas y la dulce consolación de una buena y añeja cara. Para Madame d'Kbestein, C- una mujer que tiene sobre su conciencia un asesinato y un suicidio, una confortable existencia burguesa, "toilettes" de seda y la simpatía discreta de la sociedad.
Pero los viejos proletarios en los que la edad y el trabajo y las privaciones, han debilitado el espíritu, revientan como los perros de Constantinopla, en las calles, contra las paredes, en los asilos, el arroyo y al lado de ellos se encuentra por todo rastro una cola de arenque podrido. La división de clases se prosigue duramente, cruelmente, hasta en la locura, hasta en el crimen, hasta en la muerte. Para la canalla aristocrática, la indulgencia de la sociedad y los goces hasta el último sorbo. Para el Lázaro proletario, el hambre y el bacilo de la muerte en los montones de basura.
Es así como se acaba la existencia reservada al proletario en la sociedad capitalista. Apenas sale de la infancia, comienza como un obrero trabajador y honesto en el infierno del servicio paciente y cotidiano en provecho del capital. Por millones y decenas de millones la cosecha de oro se aumenta en las granjas de los capitalistas. Una ola de riquezas cada vez mayor se vierte en los Bancos y las Bolsas de valores. En tanto, los obreros en masas grises y silenciosas atraviesan cada tarde las puertas de las fábricas y de las construcciones, como las pasaron por la mañana, miserables, vagabundos, comerciantes eternos que llevan al mercado el único bien que poseen: su propia piel.
De tiempo en tiempo un accidente, una tempestad los barre por docenas y por centenas de la superficie de la tierra. Una pequeña interlínea en el periódico, una cifra redonda, hacen conocer brevemente el accidente. Al cabo de algunos días se les ha olvidado y su último suspiro es apagado por el jadeo y las palpitaciones de la carrera por las ganancias. Al cabo de algunos días, nuevas decenas y centenas, ocupan sus plazas bajo el yugo del capital,
De tiempo en tiempo sobreviene una crisis, semanas y semanas de paro, de lucha desesperada con el hambre. Siempre el obrero consigue prenderse a cierta capa infernal, feliz de poder tender de nuevo sus músculos y sus nervios al servicio del capital.
Sin embargo, las fuerzas disminuyen poco a poco. Un prolongado "desempleo", un accidente, la vejez que se aproxima y he aquí, al obrero obligado a aceptar la primera ocupación que encuentra. Pierde su profesión y cae cada vez más bajo irremediablemente. El azar domina bien pronto su existencia, la desgracia lo persigue. El encarecimiento de la vida lo golpea cada vez más duramente. La energía constantemente desplegada en la lucha por el pan se relaja al fin; su amor propio desaparece y he aquí que bien pronto se encuentra ante la puerta del asilo de noche y en otros casos ante la de la prisión.
Todos los años, millares de existencias proletarias, se desplazan así, fuera de las condiciones de existencia normal de la clase obrera, hacia los bajos fondos de la miseria. Se desplazan insensiblemente como un sedimento, sobre el suelo de la sociedad, igual que las sustancias inútiles, de los que el capital no puede sacar ya ningún provecho: igual que un montón de basura humana que la sociedad barre despiadadamente con su escoba de hierro. El brazo de la ley, el hambre y el frío proceden aquí a su entera comodidad. Y en fin de cuentas, la sociedad burguesa tiende a sus parias la copa de veneno que hace desaparecer.
"El sistema de asistencia pública, dice Carlos Marx en "El capital", está representado por la capa de los inválidos, los obreros ocupados y el peso muerto de los "sin trabajo". En la sociedad capitalista el trabajo está indisolublemente ligado al paro. El uno y el otro son igualmente necesarios; el uno y el otro son una condición indispensable de la producción capitalista. Más considerables son la riqueza social, el capital explotador, las dimensiones y velocidad de su crecimiento y por consecuencia la plenitud absoluta del proletariado y del rendimiento de su trabajo y más considerable es la capa de sus desocupados. Pues, mientras más considerable es esta capa de desocupados en relación con la masa de obreros ocupados, es más considerable también la capa de obreros en excedente, reducidos a la miseria. Es esta una ley ineluctable de la producción capitalista".
Lucien Scipterovski que muere en la calle envenenado por un arenque podrido pertenece al proletariado, tanto como el obrero calificado que recibe buen salario, compra cartas postales de nuevo año y una dorada cadena de reloj. El asilo de noche y el "violón" son los dos pivotes de la sociedad actual, así como el palacio del canciller del Reich y la Banca de Alemania. Y el festín de arenque podrido y de aguardiente envenenado en el asilo de noche es la otra cara del caviar y del champagne en la mesa del millonario. Esos señores de los consejos médicos secretos pueden seguir buscando mucho tiempo al microscopio el germen de muerte en los intestinos de los envenenados y preparar líquidos de cultivo. El verdadero bacilo del que han muerto las gentes del asilo municipal es la sociedad capitalista con sus cultivos.
Cada día los sin albergue mueren de hambre y de frío. Nadie se ocupa de ellos, a no ser el parte cotidiano de la policía. La emoción provocada esta vez por este fenómeno banal se explica únicamente por su carácter de masa. Pues no es más que cuando su miseria adquiere un carácter de masa que el proletario puede obligar a la sociedad e interesarse por él. Hasta el mismo sin albergue en su aspecto de masa simplemente tomada como un montón de cadáveres adquiere una verdadera importancia pública.
En tiempo ordinario, un cadáver es una cosa muda, sin la menor importancia. Pero hay cadáveres que hablan más alto que las trompetas e iluminan más que las antorchas. Después del combate de barricadas del 18 de marzo de 1848, los obreros de Berlín, levantando en sus brazos los cadáveres de sus hermanos caídos en el curso de la lucha, las condujeran delante del palacio real y obligaron al despotismo a rendir honores a sus víctimas. Ahora se trata de levantar los cadáveres de los "sin techo" de Berlín envenenados, que son la carne de nuestra carne, y la sangre de nuestra sangre, sobre nuestros brazos, nuestros millones de brazos proletarios y de conducirlos en la nueva jornada de lucha que se abre ante nosotros, a los gritos mil veces repetidos: "¡Abajo el orden social infame que engendra tales horrores!"
[1] Ver Solidaridad en la lucha de todos los trabajadores, de todas las generaciones https://es.internationalism.org/content/4505/solidaridad-en-la-lucha-de-todos-los-trabajadores-de-todas-las-generaciones [42]
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Los pasados 5 y 10 de diciembre: cientos de miles de manifestantes de todos los sectores, de todas las generaciones se echaron juntos a las calles contra la "reforma" de las pensiones. La rabia y la combatividad eran evidentes en las manifestaciones. Desde las luchas de 2003 y 2010 contra la reforma de las pensiones, no habíamos visto en Francia tal ambiente social, tal entusiasmo por ser tantos en movilizarse juntos contra este ataque que afecta a toda la clase de los explotados: asalariados del sector público y el privado, activos y jubilados, desempleados, precarios, estudiantes. La solidaridad en la lucha se manifiesta hoy una vez más en la voluntad de luchar no sólo para nosotros mismos, sino también para las generaciones futuras y para otros sectores. Hoy, martes 17 de diciembre, después del repelente discurso de Édouard Philippe con sus medidas que anuncian un alargamiento de los años de trabajo y una mayor pobreza para todos los pensionistas, nos hemos vuelto a movilizar y a gran escala. Debemos aprovechar este día para discutir y reflexionar juntos en las manifestaciones.
El Primer Ministro Édouard Philippe y su gobierno pueden cubrir sus discursos con toda clase de pedantes mentiras, su objetivo es claro: su "reforma" de las pensiones es para que el Estado ahorre más reduciendo aún más las pensiones. Nadie se deja engañar, su "justicia social" es la disminución de nuestros ingresos, es el empobrecimiento de todos.
El gobierno, esconde (mal) su verdadero objetivo: debido a los despidos o al deterioro profesional, los trabajadores acabarán retirándose sin todas sus anualidades (o todos sus puntos) y deberán conformarse con pensiones laminadas. Muchos ni siquiera podrán ganar el ya miserable mínimo prometido de 1.000 euros porque sólo se aplica a carreras completas.
Para ocultar tal deterioro generalizado de las condiciones de vida, para dividir a los trabajadores y su lucha, el gobierno utiliza todo tipo de estratagemas. Señala con el dedo a los ferroviarios de la SNCF y de la RATP a los que califica de “egoístas privilegiados” y hasta de criminales que “toman los usuarios de rehenes”. Mediante una gran propaganda en televisión y en prensa, el gobierno hace promesas a un sector u otro, negocia ramo por ramo, corporación por corporación. A los profesores: unas migajas en primas. A los ferroviarios: algún que otro arreglo de calendario. Aparenta querer preservar a los trabajadores nacidos antes de 1975 para así dividir a jóvenes y viejos. Afirma que quiere favorecer a las mujeres cuando en realidad las trabajadoras serán como todos los demás, más pobres cuando lleguen a la edad de jubilación.
Esta "reforma" es sólo uno de los muchos ataques violentos. Por todas partes, en las fábricas y administraciones, en todas las corporaciones, en todos los sectores, en el público como en el privado, la burguesía impone las mismas condiciones de trabajo insostenibles. Por todas partes amenaza la precariedad. Por todas partes, las nuevas "reformas" anuncian un futuro aún más difícil. El objetivo del gobierno es hacer que la economía francesa sea lo más competitiva posible en el ruedo internacional, mientras que, con el empeoramiento de la crisis económica mundial, la competencia entre las naciones es cada vez más feroz. Sigue machacando y machacando, en nombre de la rentabilidad "necesaria", la competitividad "obligatoria", el equilibrio presupuestario "inevitable", mientras que los ingresos y los privilegios de los capitalistas aumentan indecentemente.
Durante la manifestación del 10 de diciembre en París, un ferroviario de la SNCF nos dijo estas palabras: "Dicen que luchamos por nuestros privilegios. Tengo más de 50 años. La reforma no me afectará. Pero llevo 15 días en huelga y asistiendo a la Asamblea General. No estoy luchando para mí mismo. Es para los más jóvenes. Y no sólo de la SNCF. Para todos los demás, de todas las profesiones. Tenemos todos que estar unidos. No debemos aceptar que nos desprecien de esta manera".
Y no es ése un testimonio aislado. Todo lo contrario. Esta solidaridad entre generaciones y entre sectores, este sentimiento de pertenencia al campo de los explotados, de tener que luchar juntos está presente en la mente de todos. Es ésa la particularidad del movimiento actual: tras años y años de atonía y repliegue, los trabajadores están empezando a redescubrir su capacidad para unirse, apoyarse mutuamente y luchar juntos y solidarios.
Los sindicatos han percibido esa dinámica emergente y por eso ahora se presentan sin el menor reparo como promotores de la solidaridad, cuando en realidad nunca han dejado de dividir a los trabajadores.
Édouard Philippe cerró su discurso del 11 de diciembre diciendo hipócritamente: "Mi mano la tiendo y nuestra puerta queda abierta". ¿Pero abierta a quién? A los "interlocutores sociales", es decir, a los sindicatos que no representan en absoluto los intereses de los trabajadores.
En efecto, desde esa fecha se han celebrado toda una serie de negociaciones con esos "interlocutores sociales", en particular sobre la cuestión de la “edad de equilibrio”[1] fijada a los 64 años, que permite a la CFDT[2] “engancharse a los vagones de la huelga” para darse una imagen más combativa. Aquí ya se atisba una primera trampa: en un futuro próximo, el gobierno podría aparentar que da marcha atrás, temporalmente, en ese aspecto particular de su reforma en el que los medios de comunicación están centrando toda la atención para despistar al personal. Los sindicatos catalogados como "reformistas" pueden entonces cacarear que han obtenido satisfacción. ¡Y así podrá comenzar la consabida labor sindical de división!
Otra trampa es previsible: mientras que ya en septiembre la combatividad era fuerte en muchos sectores, los sindicatos decidieron lanzar el movimiento… ¡el 5 de diciembre! ¿Por qué tal espera de más de tres meses? Simplemente porque las fiestas de Navidad y Año Nuevo caen a finales de diciembre. En Francia, “la tregua de los confiteros” es el peor momento, con las vacaciones, para el desarrollo de un movimiento de todos los trabajadores. Esta es una maniobra clásica del sindicato. Es muy probable que, durante esas dos semanas, jaleados por la CGT y SUD, los ferroviarios de la SNCF y de la RATP continúen la lucha casi solos. El objetivo de los sindicatos es desmigajar el movimiento, agotar su espíritu de lucha y aislar a los trabajadores del transporte, permitiendo al mismo tiempo a los medios de comunicación impulsar una intensa campaña contra los llamados "secuestradores que impiden a los trabajadores viajar y disfrutar de sus merecidas vacaciones".
De nuevo en su discurso del 11 de diciembre, Édouard Philippe afirmó con orgullo: "Hay toda una serie de puntos en los que podemos mejorar la reforma, en particular sobre los trabajos duros y penosos". Esta es la tercera trampa: el gobierno negocia ramo por ramo para dividirnos. Pero ¿con quién está llevando a cabo las negociaciones? ¡Una y otra vez con... los sindicatos! A la vez que afirman alto y fuerte que esta reforma es un ataque contra todos los trabajadores los "interlocutores sociales" se sientan en torno a la mesa de negociaciones con el gobierno (a nuestras espaldas, como siempre), para "estudiar juntos" cómo los trabajadores de la educación, el transporte, los hospitales (u otros trabajos penosos) podrían salvarse en parte y temporalmente de un aspecto u otro de la reforma. En resumen, el gobierno y los sindicatos están jugando juntos, mano a mano, ¡el juego de la división corporativista!
Recordemos que, durante años, los sindicatos han estado multiplicando las jornadas de acción corporativistas, encerrando a los asalariados en lucha en el aislamiento siempre que podían, cada uno en su empresa y con sus propias consignas y sus reivindicaciones específicas. Y cuanto más aislada está la lucha, más la hacen durar los sindicatos, hasta que los huelguistas se agotan por completo.
La caricatura de esa labor de zapa fue el llamamiento de los "colectivos" de los servicios de urgencias y los interhospitalarios a no unirse a la huelga del 5 de diciembre, en nombre de lo "específico de las reivindicaciones hospitalarias" y a no "diluirse en un movimiento ‘cajón de sastre’". Y fue así como esos "colectivos" (captados por sindicatos y grupos trotskistas) llamaron a los trabajadores sanitarios a movilizarse para una jornada de acción específica el 30 de noviembre.
Pero la reflexión de los trabajadores sobre la necesidad de luchar en unidad y solidaridad logró contrarrestar la maniobra de división corporativista orquestada por esos "colectivos": ¡Muchas enfermeras, sanitarios de urgencias e internos no siguieron finalmente las órdenes sindicales y se manifestaron los días 5 y 10 de diciembre!
No seamos ingenuos, hoy los sindicatos fanfarronean con su recuperada unidad y radicalidad anunciando que no habrá "tregua de confiteros", para hacer "impopular" la huelga de la RATP y la SNCF. Esta maniobra sólo tiene un propósito: ¡dividirnos para acabar en derrota y desmoralización!
Todos los explotados tienen los mismos intereses que defender. Llevan a cabo la misma lucha. Sólo mediante la unidad y la solidaridad, por encima de sectores y corporaciones, podemos ser fuertes. Esta necesaria unidad en la lucha implica reconocernos no ya como ferroviarios, enfermeras, cajeros, maestros o especialistas en informática, sino como trabajadores explotados. ¡Eso es lo que demuestran una vez más las masivas manifestaciones de diciembre! ¡Eso es lo que preocupa a la burguesía francesa hoy!
Pero si seguimos confiando nuestra lucha a los sindicatos, estos bomberos sociales sabotearán el desarrollo de nuestra combatividad y solidaridad. En nombre de la unidad, nos dividirán. En nombre del radicalismo, nos agotarán. Sólo podemos confiar en nosotros mismos. Para llevar nuestras luchas más lejos, tendremos que aprender a organizarnos, convocando asambleas generales masivas, abiertas a todos, y enviando delegaciones a las empresas más cercanas a nuestro lugar de trabajo. Es posible, ya lo hemos hecho. Recordemos:
En 1968, cuando la crisis económica mundial estaba empezando a golpear de nuevo y con ella el retorno del desempleo, los trabajadores de Francia se unieron en la lucha. Tras las enormes manifestaciones del 13 de mayo para protestar contra la represión policial de los estudiantes, los paros y las asambleas generales se extendieron como un reguero de pólvora por fábricas y todos los lugares de trabajo, culminando, con 9 millones de huelguistas, en la mayor huelga de la historia del movimiento obrero internacional. Muy a menudo, esta dinámica de extensión y unidad se hizo fuera del ámbito sindical y muchos trabajadores hicieron trizas de su carné sindical después de los acuerdos del Grenelle del 27 de mayo entre los sindicatos y la patronal, acuerdos que enterraron el movimiento[3].
En la primavera de 2006, el gobierno tuvo que retirar su "Contrato Primer Empleo" ante el desarrollo de la solidaridad entre generaciones obreras. Los estudiantes precarios habían organizado asambleas generales masivas en las universidades, abiertas a los trabajadores, los desempleados y los pensionistas. Habían propuesto una consigna unificadora: la lucha contra la precariedad y el desempleo. Estas Asambleas Generales fueron el pulmón del movimiento, en ellas se celebraban debates, en ellas se tomaban decisiones, especialmente sobre los medios para ampliar la lucha. Resultado: cada fin de semana, las manifestaciones reunían a más y más sectores. Empleados y pensionistas se unieron a los estudiantes bajo el lema "“Jeunes lardons, vieux croûtons, tous la même salade”[4]. La burguesía francesa, la patronal y el gobierno de Villepin, ante esta extensión y tendencia a la unificación del movimiento iniciado por los estudiantes, no tuvieron más remedio que retirar el CPE[5].
Hoy, los trabajadores asalariados, los desempleados, los pensionistas y los estudiantes no tienen todavía confianza en sí mismos, en su fuerza colectiva, para atreverse a apoderarse de su propia lucha. Pero no hay otro camino. Todas las "acciones" propuestas por los sindicatos conducen a la división, la derrota y la desmoralización. Sólo la reunión en asambleas generales abiertas, masivas y autónomas, que decidan realmente el rumbo del movimiento, puede ser la base de una lucha unida y solidaria, de todos los sectores, de todas las generaciones. Asambleas generales (AG) que permitan a todos participar en el movimiento. AGs que planteen exigencias comunes a todos. AGs en las que nos sintamos unidos y confiados en nuestra fuerza colectiva. AGs que nos permiten frustrar las maniobras de los sindicatos y tomar nosotros mismos la dirección de nuestra propia lucha.
Cuando este movimiento se detenga, porque terminará inexorablemente, los trabajadores más combativos y decididos tendrán que agruparse. Estos trabajadores deben juntarse para formar "comités de lucha" para discutir juntos, aprender las lecciones de este movimiento social, reapropiarse de las de los movimientos pasados y prepararse para futuras luchas.
A la larga, solo el proletariado podrá abrir las puertas del futuro para las futuras generaciones ante este sistema capitalista decadente que lleva en sí más y más miseria, explotación y barbarie, que lleva la guerra y las masacres como las nubes la tormenta. Un sistema que está destruyendo el medio ambiente y amenazando la supervivencia de la humanidad.
Sólo la lucha masiva, unida y autoorganizada de la clase explotada puede frenar y repeler los ataques actuales de la burguesía.
Sólo el desarrollo de esta lucha puede allanar el camino para la lucha fundamental e histórica de la clase obrera por la abolición de la explotación y el capitalismo.
Corriente Comunista Internacional, 15 de diciembre de 2019
[1] Según esa novedad terminológica puede uno jubilarse a los 62 años como ahora, pero tendrá una penalización. Si uno quiere la pensión completa deberá ir hasta los 64. lo que quiere decir ese lenguaje es que la jubilación será a los 64. En realidad, ya hoy la edad promedia de jubilación es casi de 64. En cierto modo, eso de la “edad de equilibrio” es relativamente poca cosa en una ley de “pensiones por puntos” que cambia las normas de contabilización a todos los niveles para rebajar drásticamente las pensiones.
Cuando la semana pasada, el primer ministro Philippe, al final de su exposición sobre la nueva ley de jubilación, se sacó de la manga lo de la “edad de equilibrio” (también llamada “pivote”) dejó a todos los comentaristas (periodistas, políticos incluidos los de la mayoría) un tanto estupefactos: ¿cómo se le ocurre sacar eso ahora, sabiendo que para los sindicatos “reformistas” es una “línea roja”, un “casus belli”?, ¿No es suficiente por ahora con lo de la jubilación universal ‘de puntos’?, “Parece una provocación”. ¿O no será por el carácter mismo del macronismo tecnocrático, insensible, deshumanizado, incapaz de comprender los entresijos de la sociedad? Sólo, algunos decían que quizás era un regalo a una buena parte de los sindicatos “reformistas” para, como dice esta hoja de nuestros camaradas de Revolution Internationale volverlos a meter en la cancha de juego. Pero estas cosas no se dicen en voz alta, y el tono, en estos últimos días no se habla más que de la batalla contra la “edad-pivote”. El miércoles 17, Philippe convocó a todos los sindicatos, uno por uno, para volver a explicarles la reforma y no “cedió en nada”. Eso sí, ahora corren rumores de que Macron insinúa que habrá que ceder en algo…
[2] Esta Confederación sindical, hoy mayoritaria en Francia. Junto con otro sindicato minoritario pero dominante en los transportes parisinos RATP (el UNSA) forman el ala sindical a la que llaman “reformista”, o sea que discute y redacta con los gobiernos las leyes sociales. Del otro lado están los sindicatos “radicales”, la CGT, antes dominante, y SUD una antigua escisión de la CFDT. Esa división del trabajo en un país con una clase obrera de gran tradición combativa podría aparecer caricaturesca sino fuera tan peligrosa.
[3] En https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201804/4296/hace-50-anos-mayo-de-1968 [46] publicamos una recopilación de artículos sobre esta gran experiencia de la clase obrera.
[4] Juego de palabras muy popular en el hexágono francés que significa Tocino joven, picatostes viejos, la misma ensalada, es decir, unidad de jóvenes y viejas generaciones obreras.
[5] Ver Tesis sobre el movimiento de los estudiantes de la primavera de 2006 en Francia https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200 [21]
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En las redes sociales, en los partidos de izquierda e izquierdistas, en los medios llamados de “comunicación” se nos asustan con el ¡qué viene el lobo fascista de Vox! Está claro que el fascismo es una de las expresiones más brutales de la barbarie capitalista[1], está claro igualmente que Vox es un partido repugnante, que despliega una conducta provocadora y agresiva, alienta la xenofobia contra los emigrantes, defiende el más rancio nacionalismo español.
Sin embargo, es una trampa muy peligrosa para el proletariado el presentar Vox como el Mal Absoluto frente al cual sus rivales de la izquierda (PSOE, Podemos) o de la derecha (PP, Ciudadanos) serían un Mal Menor al cual habría que agarrarse como clavo ardiendo. La historia nos demuestra que esta trampa de elegir plato en el menú envenenado de las fracciones capitalistas ha provocado terribles baños de sangre: la carnicería de la Segunda Guerra Mundial (elegir entre el bando nazi y el bando democrático), la Guerra de España de 1936 (elegir entre Franco y la República) o el golpe de Pinochet (elegir entre la “unidad popular” de Allende y los militares).
El proletariado necesita combatir al capitalismo y a su Estado como un todo y no elegir el “mal menor” frente al “mal mayor”. Bajo el capitalismo, el proletariado solo tiene FALSOS AMIGOS Y ENEMIGOS DECLARADOS. Entre los partidos capitalistas no hay “mejores” o “peores” sino que TODOS SON PEOR. Como dijo Blanqui, un revolucionario del siglo XIX “los proletarios que se dejan engañar por desfiles ridículos en las calles, por plantaciones de árboles de la libertad, por las frases sonoras de los abogados, recibirán primero el agua bendita, las injurias a continuación, la metralla después, la miseria siempre”.
En el aparato político del Capital hay un variopinto espectro que va desde la extrema derecha a la extrema izquierda pasando por todo género de nacionalismos, regionalismos y hasta candidaturas ciudadanas del estilo “Teruel Existe” (en la actual legislatura parlamentaria española hay ¡19 grupos diferentes!). Entre ellos hay divergencias, matices, y sobre todo, intereses contrapuestos de fracción, de camarilla o puramente regionalistas o localistas, sin embargo, más allá de sus conflictos de intereses, de las querellas interminables a las que se libran, TODOS están unidos por:
- la defensa del capital como modo de producción basado en la explotación del proletariado
- la defensa de la nación (sea esta española o catalana)
- la defensa del Estado
- La voluntad de controlar, dividir y aplastar al proletariado.
Esto constituye una realidad que se aplica a todos los países del mundo y que, para limitarse al caso de España, se puede comprobar si analizamos la historia de la Segunda República (1931-39) y de la restauración de la democracia (desde 1975).
El primer gobierno (la conjunción republicano – socialista, 1931-33) asesinó a 1500 obreros en la brutal represión de las huelgas y las protestas de jornaleros en el campo, destacando la matanza de Casas Viejas donde el demócrata Azaña dio la orden de disparar a la barriga.
El siguiente gobierno presidido por la derecha (la CEDA) masacró la insurrección obrera de Asturias (1934) a lo que siguió el encarcelamiento de millares de obreros y las torturas más sádicas. En la represión colaboró Esquerra Republicana de Cataluña con su cuerpo de Escamots que se encargaban de torturar a obreros combativos, especialmente cenetistas.
En 1937, el partido “comunista” fue el principal artífice de la represión salvaje de la insurrección obrera de Barcelona, con otra montaña de cadáveres y un reguero de torturas y encarcelamientos[2].
Franco con su régimen de terror (1939-75) remató la faena comenzada por sus colegas a izquierda y derecha.
El bautismo de fuego fue la represión de la huelga de Vitoria (marzo 1976, 5 muertos)[3]. La UCD (1977-1981) impone con el acuerdo de todos los partidos (desde la derecha de Alianza Popular hasta la izquierda del PCE) los pactos de la Moncloa que supondrán los primeros pasos en la caída de las condiciones de vida de los trabajadores. El gobierno PSOE (1982-1996) destruye UN MILLON DE PUESTOS DE TRABAJO y se mancha las manos de sangre con la muerte de 3 obreros en la represión de las huelgas (Gijón, Bilbao y Reinosa). El gobierno PP (1996-2004) emprende ataques de gran envergadura que generalizan la precariedad y hacen imposible acceder a una vivienda. El gobierno PSOE (2004-2011) abre la vía a brutales recortes en prestaciones sociales, sanidad etc., que después generalizará el gobierno PP (2011-2018) con la complicidad del gobierno regional del señor Mas que tomará a los trabajadores catalanes como conejillos de indias de un plan de recortes que se extenderá a toda España.
Vox no ha tenido ocasión de ejercer el poder -apenas ha hecho algunos pinitos en coaliciones para gobiernos autonómicos-, pero su práctica y en todo lo fundamental (defensa de España, del capital y del Estado) coincide plenamente con sus rivales del dúo PP-PSOE. Vox es otro enemigo de los trabajadores.
Para entender por qué surge Vox tenemos que partir de dos hechos. Uno, de índole español, situado en la llamada “transición a la democracia” en los años 70 del siglo pasado; el otro ligado a lo que llamamos la Descomposición Capitalista, de carácter mundial e histórico.
Uno de los acuerdos más importantes de la transición española fue el de encargar a Fraga y su partido, primero llamado Alianza Popular y después rebautizado como Partido Popular, el encapsulamiento en su interior del importante sector franquista de la burguesía. Este mecanismo hizo del PP “el gran partido de la derecha” que abarcaba desde la extrema derecha hasta facciones liberales o incluso con toques socialdemócratas. Con este tinglado pudieron neutralizar durante casi cuatro décadas a sectores procedentes del antiguo régimen que se había vuelto inadaptado para afrontar las nuevas necesidades del capital español y especialmente frente al proletariado que, primero con las grandes huelgas de Asturias en 1962 y después con las importantes luchas del periodo 1971-76 se incorporó plenamente al renacimiento general del proletariado mundial cuyo arranque fue el Mayo de 1968.
Sin embargo, el proceso de descomposición capitalista, un fenómeno mundial que hemos identificado, vino a trastocar este artefacto bien engrasado. En las Tesis sobre la Descomposición (tesis 9) señalamos: “Entre las características más importantes de la descomposición de la sociedad capitalista, hay que subrayar la creciente dificultad de la burguesía para controlar la evolución de la situación en el plano político. La base de este fenómeno es, claro está, que la clase dominante cada día controla menos su aparato económico, infraestructura de la sociedad. El atolladero histórico en que está metido el modo de producción capitalista, los fracasos sucesivos de las diferentes políticas instauradas por la burguesía, la huida ciega permanente en el endeudamiento con el cual va sobreviviendo la economía mundial, todos esos factores repercuten obligatoriamente en un aparato político incapaz, por su parte, de imponer a la sociedad, y en especial a la clase obrera, la "disciplina" y la adhesión que se requieren para movilizar todas las fuerzas y todos las energía para la guerra mundial, única "respuesta" histórica que la burguesía sea capaz de "ofrecer". La falta de la menor perspectiva (si no es la de ir parcheando la economía) hacia la cual pueda movilizarse como clase, y cuando el proletariado no es todavía una amenaza de su supervivencia, lleva a la clase dominante, y en especial a su aparato político, a una tendencia a una indisciplina cada vez mayor y al sálvese quien pueda[4]
Esta tendencia a la indisciplina de los distintos sectores de la burguesía que no quieren ser “los primeros en sacrificarse” y los últimos en “participar del botín”, que ponen por delante toda clase de intereses particulares, localistas, regionales etc., ha llevado a que el sector franquista que durante años se había mantenido en silencio acabara “saliendo de la botella”.
Fundado en 2013, en los primeros años Vox ha sido un partido residual, sin embargo, el contencioso catalán le ha dado un fuerte impulso. El desafío irracional y suicida de la fracción independentista catalana ha dado alas al nacionalismo español más extremista. Por causas históricas, el capitalismo español nunca ha podido apoyarse en un nacionalismo “democrático”, capaz de aunar todas sus fracciones, en especial, las regionalistas. Al contrario, “la nación española tuvo que afirmarse, desde el siglo XVI a partir del predominio brutal de la feudalidad con sus pretensiones imperiales, su extremismo católico y su pureza de sangre, conseguida mediante las expulsiones masivas de moriscos y judíos y el sadismo de la “Santa Inquisición”. El siglo XIX, el del apogeo del capitalismo, sometió el capital español a una sucesión inacabable de convulsiones (la pérdida de las colonias, las guerras carlistas, la inestabilidad gubernamental crónica) que le obligaron a afirmarse nacionalmente atado de pies y manos a sus sectores más reaccionarios. El desarrollo desequilibrado de la industria -principalmente en Cataluña- y la mala soldadura del mercado nacional, dio un poder desproporcionado a los militares castellanos que, con sus violentas acciones contra las luchas obreras aseguraban a los burgueses catalanes la “ley y el orden” y mantenían con puño de hierro la cohesión nacional. El resultado fue un nacionalismo arrogante, excluyente, muy repulsivo para las “clases populares”, que llegó al colmo con el régimen franquista. La transición democrática de 1975 tuvo que meter en el cajón toda referencia al nacionalismo españolista dando cancha al “Estado de las autonomías” y las ilusiones de una “España para todos”, cosa que la experiencia de los últimos 40 años ha desmentido radicalmente. Ahora frente al desafío de sus rivales catalanistas, el capital español se encuentra desprovisto de un nacionalismo propio presentable y tiene que recurrir al españolismo de siempre que da alas a un partido como Vox”[5].
Pero Vox tiene un segundo componente, no menos importante que el primero y que lo aproxima a los partidos populistas que hoy proliferan en los países centrales (los Trump, Salvini, Le Pen u Orban). Su fondo de comercio emana igualmente de la descomposición y específicamente de la descomposición ideológica del capitalismo. La tesis 8 de las Tesis sobre la Descomposición antes mencionadas, recuerdan las “manifestaciones de la putrefacción social que, hoy, a una escala desconocida en la historia, invaden por todos sus poros a la sociedad humana, expresan no sólo la dislocación de la sociedad burguesa, sino y sobre todo la destrucción de todo principio de vida colectiva en el seno de una sociedad sin el menor proyecto, la menor perspectiva, incluso a corto plazo, incluso la más ilusoria”. Esto provoca tendencias muy destructivas: “el aumento constante de la criminalidad, de la inseguridad, de la violencia urbana (…) el aumento del nihilismo, del suicidio de los jóvenes, de la desesperanza, del odio y de la xenofobia; la profusión de sectas, el resurgir del espíritu religioso, incluidos algunos países avanzados, el rechazo hacia un pensamiento racional, coherente, construido, la invasión en esos mismos media del espectáculo de la violencia, del horror, de la sangre y de las matanzas; el "cada cual a lo suyo", la marginalización, la atomización de los individuos, la destrucción de las relaciones familiares, la exclusión de los ancianos, la aniquilación de lo afectivo y su sustitución por la pornografía, el deporte comercializado y mediatizado”.
De estos materiales podridos, Vox saca sus mantras. Uno de ellos es la nostalgia irracional de un “pasado glorioso”, que en realidad nunca ha existido, como decía un comentarista periodístico “La nostalgia franquista de Vox no aleja a este partido del radicalismo antieuropeo británico: ambos movimientos expresan la añoranza de un paisaje humano sin inmigrantes, uniforme (y jerarquizado). La añoranza de un tiempo pasado en el que sus países imperaban de manera real (imperio británico) o soñada (“la unidad de destino en lo universal” de la España franquista)”[6].
Si esta insistencia puede parecer ridícula, hay otros “temas” que son siniestros y contribuyen a sembrar la división en las filas obreras. Uno de ellos es su ODIO a los emigrantes, a los que culpa de la precariedad, el desastre de los servicios de salud, el desempleo, haciendo de ellos un chivo expiatorio a los que cargar todos los males habidos y por haber. En la misma onda, está su negacionismo reaccionario del machismo contra la mujer, del desastre climático etc.
En un primer momento, el PSOE infló a Vox con dos objetivos: por un lado, dividir el voto de la derecha, y, por otra parte, suscitar un voto ciego, de “mal menor” para “cerrar el paso al fascismo”. Esta jugada le salió relativamente bien en las elecciones de abril. Para las de noviembre quiso seguir el mismo juego y acabó con el sainete del traslado de los restos de Franco para seguir mendigando votos por la izquierda y alentar en lo posible el “miedo a Vox”.
Pero esta vez el truco no funcionó. Los incidentes violentos en Barcelona, alentados por manos oscuras tanto catalanistas como españolistas, propulsaron a Vox de forma espectacular. Por otro lado, los dos partidos de la derecha “civilizada” (¿?), PP y Ciudadanos, pagaron caro su estrategia de ganarle la mano a Vox en la sobrepuja de españolismo y “ley y orden”. El resultado ha sido, el hundimiento de Ciudadanos.
Globalmente, los dos partidos fundamentales del Estado español (PP, PSOE) han salido muy debilitados. El PSOE ha perdido votos respecto a abril y la ganancia del PP ha sido pobre. La presencia importante de Vox, que entre todos se han encargado de alimentar, ha alterado profundamente el juego político haciéndolo muy difícil de gestionar. El PP no puede avalar al PSOE en un gobierno de “gran coalición” o simplemente absteniéndose como hizo el PSOE en octubre 2016, pues ello supondría reforzar aún más a Vox. Y el PSOE necesita “mirar a su izquierda” si no quiere arruinar una de las armas ideológicas más importantes de la burguesía española contra la clase obrera: el antifascismo.
Tanto el ascenso de Vox, como la irresponsabilidad y las contradicciones de los “grandes partidos”, evidencian claramente lo que decíamos al principio: la creciente pérdida de control por parte de la burguesía de su juego político y especialmente de su mecanismo electoral con el cual hace pasar como “decisión popular” sus opciones políticas de gobierno. Vox representa un factor de agudización de esa crisis, no tanto por la “inteligencia” de sus “jefes políticos”, sino esencialmente por la desestabilización y contradicciones crecientes del aparato político en los países más importantes.
Como hemos dicho al inicio, la burguesía ha infringido al proletariado las peores derrotas y arrastrado a la humanidad a la guerra imperialista, haciéndole elegir entre fracciones de la burguesía, fascismo – antifascismo, democracia – dictadura etc. Con ello, el proletariado ha perdido su identidad de clase y su autonomía política y se ha convertido en carne de cañón de los intereses del Capital, de sus planes de miseria, desempleo y guerra.
Guiado por esa experiencia histórica, el proletariado debe rechazar los dos polos que a través de una aparente oposición refuerzan y consolidan la dominación capitalista:
Frente a esas elecciones que lo atan de pies y manos a la vorágine del capitalismo hacia la miseria, la destrucción, la guerra y la barbarie, el proletariado debe defender que:
Smolny 16-12-19
[1] Ver Orígenes económicos, políticos, y sociales del fascismo https://es.internationalism.org/revista-internacional/197704/111/origenes-economicos-politicos-y-sociales-del-fascismo [48]
[2] Ver nuestro libro Franco y la República masacran al proletariado, https://es.internationalism.org/cci/200602/539/espana-1936-franco-y-la-republica-masacran-al-proletariado [30]
[3]Ver Hace 40 años la naciente democracia española se estrenó con los asesinatos de obreros en Vitoria /content/4144/hace-40-anos-la-naciente-democracia-espanola-se-estreno-con-los-asesinatos-de-obreros [49]
[4] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [26]
[5]Contra la campaña de Vox en medios obreros: ¡Los obreros no tenemos patria! https://es.internationalism.org/content/4370/contra-la-campana-de-vox-en-medios-obreros-los-obreros-no-tenemos-patria [50]
[6] https://www.lavanguardia.com/opinion/20191202/471997488421/abandonarse-a-la-caida.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=claves-del-dia&utm_term=20191202&utm_content=el-mundo-afronta-la-hora-de-la-verdad-en-la-cumbre-del-clima-de-madrid-lee-aqui-esta-y-las-principales-noticias-de-la-manana [51]
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/files/es/a_proposito_de_la_violencia_en_barelona_.pdf
[2] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200511/252/el-nacionalismo-espanol-o-catalan-es-el-pasado-la-lucha-de-clases-es-el
[3] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201712/4262/cataluna-espana-los-proletarios-no-tienen-patria
[4] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201709/4234/el-embrollo-catalan-muestra-la-agravacion-de-la-descomposicion-capital
[5] https://es.internationalism.org/content/3482/espana-y-cataluna-dos-patrias-para-imponer-la-miseria
[6] https://es.internationalism.org/content/4316/hay-una-salida-al-conflicto-catalan
[7] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201710/4240/enfrentamientos-en-cataluna-el-pasado-reaccionario-esta-en-la-democrac
[8] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201711/4251/lo-que-oculta-el-ruido-sobre-cataluna
[9] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201708/4224/referendum-catalan-la-alternativa-es-nacion-o-lucha-de-clase-del-prole
[10] https://es.internationalism.org/content/4495/ante-la-agravacion-de-la-crisis-economica-mundial-y-la-miseria-las-revueltas-populares
[11] https://es.internationalism.org/content/4503/el-18-brumario-de-pedro-sanchez
[12] https://es.internationalism.org/content/4501/vox-francamente-capitalista
[13] https://es.internationalism.org/revista-internacional/197806/944/terror-terrorismo-y-violencia-de-clase
[14] https://es.internationalism.org/revista-internacional/197810/2134/resolucion-sobre-el-terror-el-terrorismo-y-la-violencia-de-clase
[15] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/conflictos-nacionalistas
[16] https://es.internationalism.org/tag/2/33/la-cuestion-nacional
[17] https://es.internationalism.org/tag/cuestiones-teoricas/terrorismo
[18] https://es.internationalism.org/files/es/hoja-francia-esp.pdf
[19] https://es.internationalism.org/content/4491/francia-solo-la-solidaridad-y-la-unidad-en-la-lucha-pueden-rechazar-los-ataques-las
[20] https://es.internationalism.org/content/4382/lucha-de-los-trabajadores-de-la-sncf-un-colectivo-de-trabajadores-realiza-el-balance
[21] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200
[22] https://es.internationalism.org/tag/geografia/francia
[23] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/intervenciones
[24] https://es.internationalism.org/tag/2/29/la-lucha-del-proletariado
[25] https://es.internationalism.org/files/es/el_imbroglio_de_la_situacion_politica_espanola.pdf
[26] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[27] https://es.internationalism.org/content/4447/resolucion-sobre-la-situacion-internacional-2019-los-conflictos-imperialistas-la-vida
[28] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201611/4182/que-le-pasa-al-psoe
[29] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200806/2278/historia-del-movimiento-obrero-el-antifascismo-el-camino-a-la-trai
[30] https://es.internationalism.org/cci/200602/539/espana-1936-franco-y-la-republica-masacran-al-proletariado
[31] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/espana
[32] https://es.internationalism.org/tag/2/31/el-engano-del-parlamentarismo
[33] https://es.internationalism.org/files/es/_extinction_rebellion_reformismo_burgues_camuflado_0.pdf
[34] https://libcom.org/article/extinction-rebellion-not-struggle-we-need-pt-1
[35] https://libcom.org/blog/xr-pt-2-31102019
[36] https://es.internationalism.org/cci-online/201404/4014/ucrania
[37] https://es.internationalism.org/content/4484/balance-del-movimiento-de-los-chalecos-amarillos-un-movimiento-interclasista-un
[38] https://es.internationalism.org/cci-online/201102/3047/egipto-tunez-argelia-el-espectro-visible-de-los-combates-de-clase
[39] https://es.internationalism.org/tag/2/35/las-luchas-parciales
[40] https://es.internationalism.org/tag/3/50/medio-ambiente
[41] https://es.internationalism.org/files/es/un_noche_en_el_asilo.pdf
[42] https://es.internationalism.org/content/4505/solidaridad-en-la-lucha-de-todos-los-trabajadores-de-todas-las-generaciones
[43] https://es.internationalism.org/tag/desarrollo-de-la-conciencia-y-la-organizacion-proletaria/segunda-internacional
[44] https://es.internationalism.org/tag/3/41/alienacion
[45] https://es.internationalism.org/files/es/hoja-francia2_0.pdf
[46] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201804/4296/hace-50-anos-mayo-de-1968
[47] https://es.internationalism.org/files/es/vox_francamente_capitalista.pdf
[48] https://es.internationalism.org/revista-internacional/197704/111/origenes-economicos-politicos-y-sociales-del-fascismo
[49] https://es.internationalism.org/content/4144/hace-40-anos-la-naciente-democracia-espanola-se-estreno-con-los-asesinatos-de-obreros
[50] https://es.internationalism.org/content/4370/contra-la-campana-de-vox-en-medios-obreros-los-obreros-no-tenemos-patria
[51] https://www.lavanguardia.com/opinion/20191202/471997488421/abandonarse-a-la-caida.html?utm_source=newsletters&utm_medium=email&utm_campaign=claves-del-dia&utm_term=20191202&utm_content=el-mundo-afronta-la-hora-de-la-verdad-en-la-cumbre-del-clima-de-madrid-lee-aqui-esta-y-las-principales-noticias-de-la-manana
[52] https://es.internationalism.org/tag/geografia/espana
[53] https://es.internationalism.org/tag/cuestiones-teoricas/fascismo