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El final del 2021 y comienzos del 2022 en Brasil, estuvieron marcados por una serie de intensas lluvias, que primero afectaron a la población del Estado de Bahía y desplazaron a un número de personas nunca visto. Ciudades medianas y pequeñas quedaron totalmente inundadas, en zonas que hasta entonces nunca habían sufrido problemas de inundaciones1. En Bahía, 165 ciudades declararon el estado de emergencia y más de 850 mil personas se vieron afectadas, directa e indirectamente, por las lluvias. Más tarde, las lluvias llegaron al estado de Minas Gerais desplazando a más personas, bloqueando las carreteras y poniendo en estado de alerta a unos 435 municipios.
En febrero, las lluvias golpearon con más fuerza el Estado de Río de Janeiro. En la ciudad de Petrópolis, en la región montañosa del Estado se cobraron la vida de 231 personas y aún hay 5 desaparecidos. Este escenario es el peor vivido por el municipio, que hace 11 años vivió una catástrofe similar, aunque con menos muertos. Algunas casas fueron arrastradas, los coches quedaron del revés, calles intransitables, los centros comerciales golpeados por las lluvias, pero este escenario no es desconocido para la ciudad. Desde que se fundó, Petrópolis / RJ vive con las inundaciones en cada lluvia, sin embargo, ahora tienen lugar en un período cada vez más corto. El último desastre tuvo lugar en 2011, mucho antes de esta gran catástrofe. Antes de eso, en 988 se produjo una inundación sin precedentes y el hundimiento de la presa de Brumadinho en enero 2019 arrasó un alud de tierras que mató a 270 personas y destruyó totalmente una ciudad de 40 000 habitantes, provocando un gran desastre ecológico en la región.
Brasil no ha sido el único país que ha sufrido desastres de proporciones dramáticas en los últimos meses. Quito, la capital del Ecuador sufrió un alud de tierra tras prolongadas lluvias torrenciales, provocando enormes destrucciones y muchas víctimas. Pero no es solo por la fuerte lluvia, que cayó en la madrugada del 1 de febrero, sino sobre todo por la gran desforestación que sufre la zona. El pasado 15 de enero, 11 900 barriles de petróleo de Repsol se derramaron frente a las costas de Ventanilla Perú2. Inundaciones torrenciales y aludes de tierras con resultados catastróficos en Japón, en China (afectando una ciudad de 10 millones de habitantes), incluyendo al corazón del mundo industrializado de Europa Occidental, Alemania, Austria y Bélgica en el verano de 2021 (más de 2000 muertos) 3
La multiplicación de los desastres climáticos, de las zonas contaminadas, de la destrucción de los bosques, de las mareas de lodo rojo, la contaminación atmosférica, la desaparición masiva de especies.... Todos los días, los desastres medioambientales ocupan los titulares. Cada uno de estos acontecimientos termina invariablemente con un llamamiento a la "determinación" de los gobiernos para salvar el planeta o a la responsabilidad individual de los "ciudadanos del mundo" para que utilicen correctamente sus votos4.
El análisis sobre las catástrofes medioambientales bajo la concepción materialista de la historia tiene que investigar las causas históricas y sociales que explican los desastres naturales, y no perderse en las apariencias de los fenómenos, como tampoco reducirlo a “la responsabilidad individual de los ciudadanos” o a la cuestión de “votar” por un salvador preclaro e iluminado que resolverá el asunto de un plumazo. Para una organización revolucionaria que pretende defender los intereses históricos de la clase obrera, es fundamental hacer una reflexión teórica que aclare las condiciones de la lucha de clases y critique los análisis de la sociedad que considera falsos, para comprender en profundidad las diversas determinaciones que contribuyeron a la aceleración de los desastres y desequilibrios ambientales, que no pueden explicarse por sí mismos.
Los hechos son contundentes: olas de calor (Argentina registró en enero del 2022, temperaturas superiores a los 40 0 C, Australia más de 50 0C) los incendios de todo el mundo en el 2021 causaron un total estimado de 1.760 megatoneladas de emisiones de carbono, que es el equivalente a 6.450 megatoneladas de dióxido de carbono, según los satélites del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus (CAMS), incendios en el estado de California 2021, Australia 2019 - 20205, en el 2021 Turquía, Grecia, Albania, Italia, Túnez. Según el análisis de WWF y Boston Consulting Group (BCG) del 2020, en la Amazonía brasileña, los datos más recientes muestran que los incendios del 2020 superaron en un 45% al promedio de los últimos diez años debido a los altos niveles de deforestación ilegal. Entre agosto de 2019 y julio de 2020, las alertas de deforestación fueron un 33% más altas que en el mismo período del 2018 – 20196. Sumemos a ello el derretimiento de los glaciares, inundaciones, extinción de especies enteras – lo que en definitiva conduce a la extinción de la propia especie humana. No hay duda de que el sistema actual está llevando a la humanidad hacia una catástrofe medioambiental. Y aun si no existiera el calentamiento global, el suelo, el aire, los ríos y los mares continuarán siendo envenenados y agotados para siempre.
Hace 170 años, Friedrich Engels ya señalaba que la industria inglesa hacía insalubre el medio ambiente para los trabajadores: "La alta tasa de mortalidad entre los hijos de los trabajadores, y en particular entre los trabajadores de las fábricas, es prueba suficiente de la insalubridad a la que están expuestos durante sus primeros años de vida. Estas causas también afectan a los niños que logran sobrevivir, pero sus efectos son, obviamente, un poco más atenuados. En el caso más benigno, conducen a una predisposición a la enfermedad o al retraso del desarrollo y, en consecuencia, a un vigor físico inferior al normal”7.
La CCI consecuente con los análisis desarrollados por las organizaciones del proletariado del pasado, denuncia el hecho que las catástrofes naturales forman parte del conjunto de fenómenos causados por las formas irracionales de producción en las que basa todo el edificio del sistema capitalista, es decir primar sobre toda consideración los beneficios monetarios. En otras palabras, la ganancia cruda prevalece sobre cualquier miramiento que proteja los intereses humanos.
La sociedad capitalista, en su lógica de acumulación encaminada a la saturación de los mercados por la tendencia creciente a la sobreproducción, entró en su época de Decadencia tras la 1era Guerra Mundial (1914 – 1918), marcando el curso de su historia a un vertiginoso descenso a crisis económicas globales, intensas y traumáticas, la tendencia generalizada del capitalismo de estado en todas las naciones del planeta, guerras por doquier, violencia gansteril, y un mayor aumento de la desforestación, desertificación, sequías y contaminación de ríos, lagos, mares y océanos con todas sus implicaciones, que ponen de manifiesto la podredumbre de la sociedad que se agrava por las crecientes contradicciones del capitalismo.
Contradicciones que llevaron a la sociedad del valor, a partir de 1989, a la entrada a su última fase en la Decadencia: La Descomposición, en las que todas las lacras antes señaladas se profundizan ad extremum8. Un claro ejemplo patético de lo que décimos es la pandemia que ha afectado duramente el país los dos últimos años 9,del que aún vivimos sus secuelas. Estos impactos ambientales son así, fruto del uso caótico que el capitalismo hace de los recursos de la naturaleza y de cómo estos impactan la propia existencia del hombre en la tierra10.
Aunque el Estado se esfuerce en crear una narrativa de que el hombre no puede tener control sobre los fenómenos de la naturaleza y que no hay nada que hacer frente a ellos, salvo las medidas de contingencia para minimizar los desastres, diversas instituciones científicas, académicas y afines ya señalaban cómo los procesos de deforestación impactaban en los ciclos hidrológicos, la falta de vegetación y la capacidad destructiva que las lluvias podían imprimir a ciudades como Petrópolis/RJ. Sin embargo, queda muy claro cómo la burguesía y su aparato estatal fueron incapaces de realizar una planificación a corto, medio y largo plazo que pudiera minimizar los impactos de los fenómenos naturales. La CCI ha denunciado que la responsabilidad de estas catástrofes recae en el sistema capitalista, en la lógica del beneficio a cualquier precio, en la búsqueda constante del ahorro en insumos, en gastos de personal, en la explotación inconsecuente de los recursos sin la menor preocupación por los riesgos para el medio ambiente. A los recortes del Estado, tanto en el ámbito de los estudios de prevención como en la realización de inversiones para minimizar las tragedias, es la suma lo que explica que las catástrofes sean cada vez más recurrentes y mortíferas11. Aunque el gobierno de Bolsonaro, por ejemplo, redujo significativamente el presupuesto asignado a la prevención de desastres12, la campana ideológica de la izquierda focalizando la rabia contra él, diciendo que es la culpa del gobierno populista de Bolsonaro, sirve antes que todo a distraer y atacar la conciencia de la población y en particular de los proletarios, para esconder la responsabilidad del sistema capitalista en esa situación. Así, el Estado de Río de Janeiro tampoco ha13 ejecutado el presupuesto asignado a la prevención de riesgos y a la recuperación de las zonas afectadas por los desastres.
Las inundaciones que han azotado a Brasil están lejos de constituir un fenómeno natural particular y localizado, precisamente porque son totalmente previsibles y anticipadas hace años por varios especialistas, por lo que no cabe duda de que podrían haberse evitado y minimizado si la lógica de la sociedad capitalista no contribuyera realmente a su agravamiento. La lógica capitalista implica la ocupación desordenada y caótica de los espacios urbanos, lo que explica la intensificación de las inundaciones y la erosión del suelo. En Petropólis/RJ, el aumento de las precipitaciones, el encuentro con espacios más urbanizados y un suelo menos impermeable, contribuyeron a las inundaciones y se vieron agravadas por los desprendimientos de las laderas también ocupadas por viviendas. El caso de Quito, señalado en líneas arriba es otro caso dramático.
Cuando defendemos el concepto de que es el capitalismo el que ha agravado los procesos de catástrofes ambientales, no significa que los fenómenos naturales como las lluvias torrenciales, las inundaciones, etc. no existirían en otras formas de sociedad, sin embargo, entendemos que estos procesos naturales adquieren contornos más intensos y mayores impactos en la sociedad, ya sea por su potencial destructivo, ya sea por su recurrencia. Sin duda, la lógica capitalista y las desigualdades sociales que genera están en la base de los factores que llevan a las catástrofes a niveles tan destructivos.
Otro aspecto relevante es precisamente cómo la clase trabajadora sufre estas catástrofes. Por regla general, el proletariado está sometido a condiciones cada vez más precarias, no tiene el poder de establecerse en una vivienda adecuada y se ve abocado a las periferias y a condiciones habitacionales de riesgo, sin saneamiento básico y en estas catástrofes naturales es el que menos puede protegerse, lo que acaba colocándolo con más víctimas. En el caso de las catástrofes naturales, sin embargo, la irracionalidad en el uso de los recursos y la agresión al medio ambiente han provocado daños climáticos que no eligen la clase social, el calentamiento global, la desertificación, etc., ponen en riesgo la propia existencia de la Tierra en un corto período, dada la lógica desenfrenada y depredadora del uso capitalista de los recursos naturales. Aunque la burguesía dispone de más mecanismos para hacer frente a la escasez, incluso para ella existe un límite infranqueable: sólo hay una Tierra.
La solución, sin embargo, no pasa por la creación de una legislación más eficiente, ni siquiera por la correcta aplicación de las inversiones en prevención de catástrofes, precisamente porque es la lógica de la reproducción capitalista la que, en su fase de descomposición, agrava y acelera tales catástrofes naturales (el desequilibrio medioambiental es al mismo tiempo un producto de la descomposición del capitalismo, y al mismo tiempo que se agrava constituye un hecho de la aceleración de ese mismo proceso de descomposición).
Las inundaciones en Brasil no constituyen, como hemos visto, problemas naturales particulares, sino que son fenómenos que han ocurrido en otros lugares del mundo y que tienden a empeorar cada vez más: el problema es el capitalismo. Y corresponde a las organizaciones proletarias la difícil tarea de enfrentar las concepciones que naturalizan los desastres de manera lineal, como resultado de fenómenos naturales inevitables, y en cambio aportar la perspectiva marxista que revela los factores y procesos de estos problemas ambientales, que no pueden ser analizados sin equiparar el poder del Estado, la burguesía y la reproducción del capital.
Ante un panorama de descomposición que los efectos humanos, sociales y económicos generan cada vez más catástrofes naturales, tales como: inundaciones, sequías, desbordamientos, y en el que la degradación del medio ambiente ha alcanzado niveles impresionantes, que amenazan el equilibrio de todo el planeta, aunque la tecnología avanza y las personas se ven cada vez más impotentes para enfrentar tales problemas. Es esencial que el proletariado tome conciencia y reflexione sobre las verdaderas causas de las catástrofes y comprenda la responsabilidad del capitalismo en ellas, ninguna economía más verde ni ningún dirigente más sensible a las causas medioambientales puede superar la contradicción fundacional del capital. Sólo el desarrollo de la solidaridad internacionalista del proletariado y su condición revolucionaria es capaz de superar estas catástrofes y tragedias medioambientales.
Sección en Brasil de la CCI
1 Destrucción por inundaciones en el noreste de Brasil [2]
2 Ver Perú: el desastre de REPSOL, solo demuestra lo moribundo del capitalismo [3]
3 Leer Inundaciones, sequías, incendios... ¡El capitalismo lleva la humanidad hacia un cataclismo global! [4]
4Ver "Destrucción del medio ambiente: ¡la ideología "verde" está al servicio del capitalismo! [5]".
5 Ver Incendios forestales en Australia: un presagio del futuro que nos depara el capitalismo [6]
6 "En 2020, los incendios forestales podrían ser peores que en 2019 para Sudamérica y el mundo [7]" (worldwildlife.org).
7 Friedrich Engels, La situación de la clase obrera en Inglaterra (1844) [8]
8 Ver nuestras Tesis sobre la Descomposición [9]
9 Brasil es el tercer país más afectado por la pandemia y el segundo en casos mortíferos.
10 Ver Dossier especial COVID19: el verdadero asesino es el capitalismo [10]
11 Ver El capitalismo amenaza el planeta y la supervivencia de la humanidad: Sólo la lucha mundial del proletariado puede acabar con la amenaza [11]
12En portugués: “Orçamento para evitar desastres como os das chuvas na Bahia foi reduzido em 75% em 2021 pelo governo Bolsonaro [12]” (O Globo).
13 En portugués: Petrópolis e o esforço dos governantes em ignorar o passado [13] (apremavi.org.br)
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Durante los últimos meses, en el norte de Chile, principalmente en Iquique, ha habido una oleada casi infinita de inmigrantes que han escapado de las garras del narco-chavismo contrarrevolucionario en Venezuela, lo que ha producido una gran conmoción en todo el territorio nacional, pues con las oleadas de inmigrantes también llegan criminales y peligrosas pandillas que antes no habían, lo cual ha desatado una enorme opinión tanto en la izquierda como en la derecha del capital, de la misma forma que entre los académicos, “influencers” y sociólogos burgueses no se han quedado atrás: algunos hacen un llamado a la xenofobia y al nacionalismo, a marchas de odio y a culpar a la “ONU” y al marxismo “cultural” de esto, en cambio, el progresismo buenista nos dice que “inmigrar es un derecho” y “todos son bienvenidos”, ¿Quién gana con estos llamados? La burguesía.
La inmigración es un problema global e histórico que ha afectado a diversos países alrededor de los años, y es un problema que moviliza principalmente a proletarios. En el caso de Chile también ha habido inmigración desde ya hace algunos años, sin embargo, la inmigración masiva de venezolanos comenzó en el año 2019, cuando Piñera de reunión con Guaido en Cúcuta, desde entonces ha habido una inmigración extremadamente descontrolada, que lamentablemente ha tenido una serie de consecuencias negativas, tanto para los proletarios locales como extranjeros: aumento de la delincuencia, asesinatos, bandolerismo, aumento de empleos precarios e “ilegales”, etc. Actualmente en Chile la cantidad de venezolanos son medio millón, y corresponden al 41% de los inmigrantes, por ello es que, como se dijo anteriormente, ha habido distintas voces en el mundo burgués con respecto a este nuevo problema
Desde que hace unos días atrás, unos inmigrantes pertenecientes al lumpen asesinaron a un joven camionero trabajador en el norte, el gremio de camioneros (vanguardia de la extrema derecha chilena) ha convocado a paros y huelgas contra “los inmigrantes” y la “delincuencia”, hacen llamados al gobierno burgués a proclamar “estado de excepciones” (igual que en el sur con el tema del terrorismo indígena), y buscan militarizar toda la zona para prohibir la entrada de ilegales. De la misma forma el año pasado estuvo lleno de marchas nacionalistas y de “odio” en el norte, donde incluso destruyeron carpas e incendiaron pertenencias de venezolanos que habían ocupado determinados lugares, de ahí aparecen grupos de la derecha más radical, culpando a la ONU, a Bachelet, y a Piñera por la “invasión venezolana”, y la perdida de la “chilenidad”. Por si fuera poco, este odio xenofóbico se refuerza con constantes videos y noticias de venezolanos que roban, delinquen y saquean, dañando constantemente a “locales” chilenos. Gran parte de la campaña presidencial del ultra- reaccionario Kast se basó en poner fin a la inmigración.
Todo lo anteriormente expuesto lo único que ha hecho es dañar el internacionalismo proletario de la clase obrera, y fomentar el nacionalismo en las filas proletarias (los obreros no tenemos Patria, la Patria es de la burguesía). Esto es algo que los proletarios deben combatir constantemente mediante el debate comunista, aunque el nivel de conciencia sea aún bajo.
De la misma forma, el izquierdismo, con su clásico discurso buenista y humanista, no ha hecho sino llorar por la precaria condición de los inmigrantes en el norte y condenar las manifestaciones de la ultraderecha, sin embargo, esto lo único que ha permitido es fomentar más el odio racista entre la población. Igual que la ultraderecha no tiene nada que ofrecer al proletariado, la izquierda tampoco lo tiene.
Lo que hace, tanto la izquierda como la derecha democrática, con su “bienvenida al inmigrante” es utilizar a estos como instrumento para precarizar el empleo y empujar hacia abajo las condiciones de trabajo, salario y vida de TODOS LOS TRABAJADORES, nativos o extranjeros. Al mismo tiempo, falta de alimentos, aumento de la delincuencia, falla de los sistemas públicos, (prácticamente todo lo que ocurre en el norte) lo que en otras palabras es: ¡barbarie capitalista!, apoyada por el progresismo y la ultraizquierda.
Un punto en aclarar es el siguiente: internacionalismo proletario no es lo mismo que ser pro- inmigración, ser un izquierdista proinmigrante es ser un agente del capital que, drogado por ideologías progres y humanistas, lo único que hace es acrecentar la barbarie capitalista y mantener (sino proteger) el estado burgués, en palabras más simples, el discurso pro- inmigración defiende y mantiene el capitalismo y su estado mientras los obreros son más y más precarizados. En cambio, el internacionalismo proletario es una actitud propia de los obreros, que luchan por la revolución comunista mundial y la abolición de todos los estados, es un movimiento político ofensivo hacia el capital, y no un discurso pasivo y humanista que tanto le gusta a la burguesía como la pro- inmigración. Al final queda en evidencia como la izquierda y la derecha se apoyan mutuamente a favor del capital
Según el marxismo, el lumpen es una capa marginal histórica, que vive de las migajas de la sociedad burguesa y que no participa en el proceso de producción. Esta capa es consecuencia de como el capitalismo excluye del trabajo social a masas de personas, creando un “ejército de reserva industrial” que para sobrevivir no tienen más que robar o asesinar, sin embargo, durante el periodo de descomposición capitalista el lumpen es cada vez más y más errático y violento, acaparando a cada vez más y más individuos de la sociedad capitalista. Como señala el Manifiesto Comunista “El proletariado andrajoso, esa putrefacción pasiva de las capas más bajas de la vieja sociedad, se verá arrastrado en parte al movimiento por una revolución proletaria, si bien las condiciones todas de su vida lo hacen más propicio a dejarse comprar como instrumento de manejos reaccionarios”.
Dicho lo anterior, es obvio que muchos criminales aprovechen una situación de caos como lo son las inmigraciones masivas para saquear y robar en otros lugares, sin embargo, esto no es culpa de la inmigración “masiva”, sino del sistema capitalista en general que produce, de manera inevitable, a estos marginales. A diferencia de lo que dicen los medios de prensa burgueses (los mismos que luego se quejan por el ascenso de la extrema derecha), el proletariado no se debe dejar controlar por una ideología pro- policiaca y paranoica, sino que, al contrario, los obreros deben estudiar este problema desde una perspectiva político-revolucionaria.
A diferencia de lo que dicen los buenos ciudadanos burgueses, la solución al problema de la inmigración y la delincuencia no se resuelven con medidas reaccionarias militares y armamentistas, estos problemas tienen su solución aboliendo la contradicción capital/trabajo junto con todos los estados burgueses, a favor de la comuna humana mundial. Las insurrecciones proletarias y las huelgas de masas, la solidaridad con todos los trabajadores (independiente de su raza o país), es fundamental para poner fin a toda la barbarie capitalista que hoy se vive no solo en el norte del país sino en todo el mundo, porque la culpa de todo esto solo la tiene el capital y su estado.
Rodrix
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Muchos medios burgueses llaman a Costa Rica como la “democracia más antigua de América Latina” por haber celebrado elecciones presidenciales y parlamentarias con relativa “calma” desde el golpe de Estado que sufrió este país en 1948: 74 años de “civilizada” democracia burguesa en medio de Estados centroamericanos gobernados casi desde siempre por dictadores y militares.
Los izquierdistas en este país tienen una larga historia en el parlamentarismo: casi desde la conformación del partido estalinista en 1931 (Partido Comunista de Costa Rica, PCCR) ha sido parte del circo. En esos remotos años, ante la negativa del gobierno de turno de que el PCCR participara en las elecciones de 1934 como “Partido Comunista”, mutaron su nombre al “Bloque de Obreros y Campesinos” para participar en estos comicios, luego volvieron a cambiar de traje con el nombre “Vanguardia Popular”. Han participado desde siempre en esta farsa, porque Costa Rica, según la lógica izquierdista, tiene “condiciones excepcionales” para la participación electoral y hacer de este espacio “una tribuna de denuncia” o un espacio para rascar migajas al capitalismo. Y no solo los estalinistas, sino otras derivaciones han utilizado esta “lógica”. Los guevaristas, maoístas, y trotskistas a partir de la década de 1970 se unieron al teatro, y han participado casi de manera ininterrumpida de este podrido sistema. La Izquierda Comunista, desde sus primeras luchas en el seno de la Tercera Internacional, ha llegado a la conclusión que el parlamentarismo está totalmente caduco en la fase de decadencia del capitalismo y cumple una misión nefasta para el desarrollo de la conciencia del proletariado al ser el medio mistificador por excelencia1.
Los que no comprendieron esta cambio de fase, o los que han degeneraron junto a la contrarrevolución, los más radicales de la burguesía, justifican esta participación con el argumento de “denuncia desde las tribunas” para “acercar” a algunos elementos a la lucha por “el socialismo”, otros defienden esta participación por la “excepcionalidad” del régimen democrático en ciertos países, como Costa Rica, donde la situación “permite” que “diputados obreros” – es decir sus militantes, los “los especialistas”, los “jefes” – puedan llegar a defender los intereses de los trabajadores en el parlamento: porque para ellos estos “especialistas en política” son sus cuadros, que se plantea como la “vanguardia” de sus luchas.
Los más a la derecha dentro de los izquierdistas, como los del Frente Amplio, ya renunciaron completamente al discurso radical, muy característico de los trotskistas, y se han distanciado de su viejo origen estalinista, diciendo abiertamente en televisión que no son un “partido extremista”, ni mucho menos “comunista”, con el fin de catalizar la mayoría de los votos rechazando abiertamente la idea del comunismo. Esta es la realidad de la putrefacción de las facciones de izquierda de la burguesía en este capitalismo en abierta descomposición.
Es importante denunciar este engaño que se ha construido alrededor de la democracia burguesa de Costa Rica, que se ha planteado como “un modelo a seguir” por el grueso de la izquierda de capital que han asumido de manera abierta y descarada la bandera de la “democracia” como un paso “progresista” para derrocar los distintos regímenes autoritarios de Centro América que han sobrevivido por largos años, confundiendo, mistificando, a muchos obreros centroamericanos que ven este país con un “mal menor” ante el caos general de los Estados centroamericanos.
Las elecciones de este año han demostrado que este supuesto régimen “ejemplar” de “democracia” no es más que una farsa, más evidente aún con la entrada del capitalismo en su descomposición que ahora afecta todos los aspectos de vida del capitalismo incluidas las elecciones parlamentarias y presidenciales.
Las corrientes de la Izquierda Comunista han luchado de manera ininterrumpida contra el parlamentarismo, no de una manera idealista como los anarquistas, sino bajo las bases sólidas del marxismo. La entrada en la decadencia del capitalismo ha hecho caducos métodos que en el periodo de ascenso eran válidos, como la participación electoral, o la creación de sindicatos, no por una ocurrencia abstracta, sino por el hecho que las lucha por reformas, o la propaganda revolucionaria en los parlamentos carecía de sentido cuando estas reformas y luchas políticas había cambiado de sentido. Primero, la incapacidad en el periodo de decadencia de la obtención de reformas realmente duraderas, y segundo, por la función contrarrevolucionaria de los sindicatos que habían sido absorbidos por el aparato Estatal. Las formas de luchas también adquiriendo un nuevo sentido desde 1917: los viejos parlamentos burgueses se habían hecho obsoletos con la aparición de los Consejos Obreros que había roto con la antigua división capitalista de la política y la economía. Inspirado por la experiencia pionera de la Comuna de París -Marx llamó a la Comuna de París como “heraldo glorioso de una nueva sociedad”2- el proletariado ruso había dado gigantescos pasos de organización, había conformado un verdadero gobierno de la clase obrera.
La oleada revolucionaria de 1917-23 mostró claramente que los métodos de lucha del proletariado habían cambiado de manera radical, ya no se trataba de conquistar el podrido régimen burgués, sino de destruirlo y remplazarlo por el nuevo poder de la clase: los consejos obreros. Las facciones de izquierda de la socialdemocracia, pertenecientes a la segunda internacional, iban, cada uno adoptado estos métodos de lucha, a medida que también teorizaban sobre la nueva fase del capitalismo: su entrada en decadencia. Sobre el parlamentarismo, Rosa Luxemburgo decía que,
La Asamblea Nacional es un legado superado de las revoluciones burguesas, un recipiente sin contenido, un requisito de la época de las ilusiones pequeñoburguesas de “pueblo unido” de “libertad, igualdad y fraternidad” en el Estado burgués. Quien hoy apoye la idea de la Asamblea Nacional ata consciente o inconscientemente a la revolución a la etapa histórica de las revoluciones burguesas; es un agente encubierto de la burguesía o un ideólogo inconsciente de la pequeña burguesía…
(Luxemburg, apud Frolich, 1976: 379)
Otros grupos de la izquierda comunista siguieron estos pasos, como el boicot del Partido Comunista Polaco a las elecciones en 1918, o el de la Fracción Comunista Abstencionista del Partido Socialista Italiano en el mismo año, también una facción de los tribunistas holandeses adoptaron estas posiciones antiparlamentarias3. Esta nueva realidad en la historia de movimiento obrero se cristalizó en el Primer Congreso de la Internacional Comunista de 1919, en especial las “Tesis e informe sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado”4, donde vuelve sobre la tesis de Marx, del sentido real de la Comuna:
La república burguesa, aun la más democrática, no es más que una máquina para la opresión de la clase obrera por la burguesía, mediante la máquina estatal que organiza y garantiza la opresión y explotación del trabajo por el capital.
“La Comuna de París, a la que de palabra honran todos los que desean hacerse pasar por socialistas, porque saben que las masas obreras simpatizan con ella ardiente y sinceramente, mostró con particular evidencia el carácter históricamente condicionado y el limitado valor del parlamentarismo burgués y la democracia burguesa, instituciones progresivas en alto grado en comparación con el medievo, pero que exigen inevitablemente un cambio radical en la época de la revolución proletaria. Precisamente Marx que aquilató mejor que nadie la importancia histórica de la Comuna mostró, al analizarla, el carácter explotador de la democracia burguesa y del parlamentarismo burgués bajo los cuales las clases oprimidas tienen el derecho de decidir una vez cada determinado número de años qué miembros de las clases poseedoras han de "representar y aplastar" al pueblo en el Parlamento (…)”
(V. Lenin, “Tesis e informe sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado”, 1919)
Primero el desarrollo del oportunismo en el seno de la Internacional y luego el triunfo de la contrarrevolución echó abajo todos los avances en la lucha por la revolución mundial con respecto al parlamentarismo y la crítica acérrima a la democracia burguesa. Ahora todos los paladines izquierdistas de la democracia burguesa están insertos en este putrefacto sistema, engañando al proletariado, asumiendo un papel mistificador, inhibiendo cualquier forma de lucha alternativa y borrando todos los avances en el plano organizativo del proletariado que no tiene nada ver con el parlamentarismo.
Costa Rica ha asumido una función mistificadora en Centro América: se muestra como una democracia “ejemplar” en una región donde han surgido regímenes autoritarios bien controlados por el imperialismo norteamericano. Sin embargo, la influencia imperialista se llevó a cabo bajo otros medios más “civilizados” como se verá a continuación.
Según un informe de la “Agency of International Development” del gobierno de los EEUU (USAID) del año de 1996, Costa Rica recibió cerca de más de 2 billones de dólares en “ayudas” directas entre 1946 y 19955, lo que lo hace uno de los países en el mundo que ha recibido más ayuda per cápita del mundo entero por parte del imperialismo norteamericano. En un contexto de luchas entre bloques imperialistas que tuvo un fatal escenario para Centro América para la clase obrera centroamericana con las disputas entre los ejércitos patrocinados por el imperialismo norteamericano y las guerrillas que aparecen luego del triunfo de las “revolución” cubana, esta zona del mundo era un lugar de muerte y destrucción. En medio de los levantamientos guerrilleros guevaristas y maoístas, Costa Rica se mantiene como un “oasis democrático” en medio de un desierto de muerte.
Este “oasis democrático” no hubiera sobrevivido sin la ayuda de estos 2 billones de dólares, que permitió crear un endeble régimen democrático burgués que sirviera de “ejemplo” para los países centroamericanos que se desangran en una guerra civil. Es decir, la construcción de este régimen democrático nunca hubiera sido posible sin la “ayuda” del imperialismo norteamericano, por lo que hay que comprender este fenómeno desde este aspecto geopolítico que creó la lucha inter-imperialistas entre dos grandes bloques burgueses, por un lado, el soporte indirecto a los ejércitos de los regímenes autoritarios de Centro América (Honduras, Guatemala, el Salvador y Nicaragua), y la creación de un modelo “democrático ejemplar” en Costa Rica. Por otro lado, de manera indirecta, la ayuda militar a la izquierda del capital radical, a través de Cuba bajo el patrocinio de la URSS.
Según algunos historiadores burgueses, Costa Rica inicia esta “transición” a la democracia luego de la Guerra Civil de 1948, donde un grupo paramilitar liderado por José Figueres Ferrer llega al poder, luego de agrupar en sus fuerzas grupos opositores que reclamaban un fraude electoral. Los oficialistas, que era una coalición entre el partido estalinista (Vanguardia Popular) y el Partido Republicano Nacional declararon nula las elecciones, y se desató la Guerra Civil. Costa Rica fue gobernada de facto durante 18 meses por una junta militar llamada “Junta Fundadora de la Segunda República”, para luego darle el poder a Otilio Ulate, que fue, según los figueristas, el legítimo ganador de las elecciones de 1948. Este “traspaso” de poderes, se hizo por medio de un pacto entre facciones de la burguesía conocido como el pacto “Ulate-Figueres”. Los figueristas conformaron el “Partido Liberación Nacional” que ha estado en todas las contiendas electorales desde el conflicto, y ha sido el partido que ha estado la mayoría de las veces en el poder.
Esta nueva reestructuración de la burguesía sacó de la escena a los perdedores: los calderonistas de tendencia socialcristiana, y sus aliados, los estalinistas de Vanguardia Popular. Todo este conflicto tiene como escenario la década de 1940, donde se estableció una triple alianza entre la Iglesia, los estalinistas, el calderonismo, en medio del desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, donde los estalinistas eran vistos como aliados contra el fascismo. Una vez finalizada la guerra, la burguesía se estructuró bajo el capital norteamericano, y en medio de una gigantesca campaña anticomunista que fue la regla en todas las campañas políticas que siguieron a este conflicto inter-burgués. El partido estalinista es ilegalizado hasta 1975, cuando se deroga la prohibición constitucional. Antes de esta derogación, se crea un grupo paramilitar llamado “Movimiento Costa Rica Libre” (MCRL) fundado en 19616, y que fue abiertamente patrocinado por el presidente de Costa Rica Francisco Orlich (1962-66), y que recibió financiamiento directo de la USAID. A raíz del conflicto cubano, Costa Rica se estableció, junto a Honduras, como un lugar de entrenamiento de paramilitares contrainsurgentes, mientras que se establecía una democracia burguesa patrocinada por el imperialismo norteamericano.
Luego del conflicto bélico, el Partido Liberación Nacional obtuvo 7 de las 11 elecciones que hubo entre 1953 y 1994. En la década de 1990, el poder político de la burguesía estuvo oscilando entre este partido y el de Unidad Social Cristiana, y a partir de las elecciones del 2002 hubo un nuevo ganador electoral que batió y sigue batiendo récords: el abstencionismo. Antes de estas elecciones el circo electoral no había pasado el 20%, mientras que a partir de esta década no ha bajado del 30%: precisamente el periodo que se abre luego de la implosión del bloque del Estado, lo que la CCI ha llamado como el periodo en descomposición capitalismo7.
La “democracia más antigua de América Latina” no es más que una farsa de la burguesía, creada y financiada como un foco “democrático” entre los conflictos inter-imperialista de Centro América por el imperialismo norteamericano, el teatro solo ha redistribuido el poder durante la mayoría de su vida “democrática” entre dos facciones de la burguesía, y que ha sido superado en casi todas las elecciones desde la década del 2000 por el abstencionismo. Este sistema “democrático” entra en crisis con la desaparición de los bloques, existe una desconfianza cada vez más creciente en las distintas facciones de la burguesía como se ha demostrado en las últimas elecciones.
Para un país de 5 millones de habitantes, que tiene un padrón electoral 1,2 millones, el número de candidatos a la presidencia es insólito. Prácticamente, hasta las elecciones de 1998 nunca hubo más de 5 candidatos. Los 25 candidatos muestran una fragmentación de la burguesía sin precedentes. Desde los 90s, el partido de la extrema derecha estuvo representado por el Partido Movimiento Libertario: hoy, este partido se ha dividido en cuatro8. Los izquierdistas no son la excepción: han participado trotskistas, estalinistas y partidos LGTBI9.
Antes del 6 de febrero, día de los comicios, la prensa y el Tribunal Supremo de Elecciones, hablaban de que este número insólito es un “hito democrático” que demuestra lo “abierto” del régimen democrático costarricense, y que había que “celebrar” este hecho. Lo que muestra este hecho, no es que hubo una “generación espontánea” de partidos políticos, sino que es evidencia que la burguesía costarricense se ha fragmentado internamente. Desde hace dos décadas este fenómeno ha iniciado con fuerza. El Partido Acción Ciudadana fue fundado por militantes del Partido Liberación en el 2000 y ha sido el partido oficialista de las últimas dos elecciones: en las últimas elecciones obtuvo solo el 0,66%, está técnicamente muerto. También en estas elecciones se fundaron partidos dónde los candidatos al trono no eran más que viejos conocidos de otros partidos, como el caso de Rolando Araya, exmilitante del Partido Liberación Nacional, que se unió al partido “Costa Rica Justa” por rivalidades internas en Liberación Nacional.
De estos 25 candidatos solo 6 obtuvieron más de 1% del total de votantes10. Esta fragmentación obliga a que las elecciones se decidan en una segunda ronda entre el Partido Liberación Nacional, el partido más longevo de Costa Rica, y un partido totalmente nuevo: el Partido Social Democrático. Paradas sobre su propio excremento, las facciones en pugna por el poder se afanan en influenciar a su favor a los votantes filtrando información sobre la “calidad” de sus representantes. Por ejemplo, nos enteramos que José María Figueres, hijo de José Figueres Ferrer, líder de la Guerra Civil de 1948 y fundador del Partido Liberación Nacional, se le ligó al asesinato del narcotraficante “Chemise”, fue absuelto, y luego, en su primer gobierno (1994-98) fue el orquestador de una reforma de pensiones de los trabajadores de la educación que provocó una huelga de cinco semanas, una de la de mayor importancia de la últimas tres décadas, huelga que fue desarticulada por los sindicatos que negociaron con la patronal y demostraron lo podrido que están11. Y acá no acaba la historia, fue implicado en el llamado escándalo ICE-Alcatel, una adjudicación de un contrato con una empresa del Estado, donde se demostró que pagaron más de 800 mil dólares en sobornos, y donde Figueres obtuvo, solo él, 900 mil dólares por un supuesto trabajo de asesoramiento. El otro candidato no es menos santo. Fue, por un largo tiempo, funcionario del Banco Mundial, donde fue sancionado por conductas sexuales indebidas en el 2019, lo que lo “obligó” optar por la anticipada jubilación, para ingresar, en un paso fugaz, por el Ministerio de Hacienda del gobierno saliente, al renunciar porque no le permitían tomar medidas draconianas en su puesto. Ahora se muestra como un Trump a la tica, con un discurso anticorrupción de mano fuerte, proponiendo un gobierno de especialistas de todos los colores… Sin embargo, para el proletariado ha quedado claro desde hace mucho tiempo que la corrupción es el modus vivendi de la burguesía y que lo relevante se encuentra en clarificar que cualquier opción representa los intereses del Estado capitalista en su conjunto y que lo importante no está en los niveles de corrupción de cada uno sino en el verdadero objetivo de la mistificación de las elecciones y del parlamento que se mantiene desde hace ya más de 100 años: mantener intacto el sistema de explotación del sistema asalariado.
Costa Rica se ha vendido como una “democracia ejemplar”, un ejemplo para los regímenes de facto, pero, al igual que la mayoría de los países alrededor de mundo, la descomposición generalizada del sistema pone cada vez en evidencia el fracaso de la forma “más civilizada” de organización que ha establecido la burguesía. La democracia ha sido uno de los venenos más poderosos para la organización de la clase obrera y su toma de conciencia, tiene una función mistificadora: Costa Rica cumple esta función en los países de la región. La tarea de los revolucionarios es desenmascara su función y denunciar a los paladines de izquierda y derecha.
En el siglo XIX, cuando la clase obrera daba sus primeros pasos a nivel organizativo, cuando el capitalismo estaba aún en un periodo ascendente, estos espacios, como el parlamentarismo, o los sindicatos, cumplieron una función histórica que ha sido complementa superada desde que el capitalismo pasó a su fase decadente. La clase obrera encontró, desde 1917, una nueva forma de organización que no tiene absolutamente nada que ver con el sistema de la democracia burguesa: los Consejos Obreros. Como decía Pannekoek, “el parlamentarismo constituye la forma típica de lucha a través de los dirigentes y en que las masas solo juegan un papel subalterno”12, es la visión en donde los “dirigentes” suplantan la clase en su organización. Este es el principal peligro, la noción que la organización de clase es suplantada por “especialistas en política” que toman su puesto, para “dirigirlos”. Las facciones de extrema izquierda de la burguesía utilizan esta noción para justificar su participación en el circo.
La descomposición de la “democracia ejemplar” de América Latina, democracia construida por el mismo imperialismo norteamericano en medio del caos de las luchas Inter imperialistas de Centro América, pone cada vez más en evidencia lo podrido que está el sistema capitalista, por eso los revolucionarios tenemos denunciar a todas voces por qué esta versión “civilizada” no es “menos mala” que otras, sino que es parte constitutiva de toda la podredumbre del capitalismo a nivel mundial, y que es una forma mistificadora que impide que el proletariado mundial utilice su mecanismo de lucha y de organización.
1 Ver el punto 8 de nuestra Plataforma: https://es.internationalism.org/cci/201211/3550/plataforma-de-la-cci-adoptada-por-el-ier-congreso [23]
2Karl Marx, “La guerra civil en Francia”, Marxists Internet Archive, 1871, https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gcfran/guer.htm#s3 [24].
3Sobre esto pueden ver en nuestra página un texto de Anton Pannekoek titulado “El parlamentarismo es un obstáculo para la autoactividad del proletariado”, https://es.internationalism.org/revolucion-mundial/201203/3340/anton-pannekoek-el-parlamentarismo-es-un-obstaculo-para-la-autoactivi [25]
4Vladimir I. Lenin, “V. I. Lenin (1919): Tesis e informe al I Congreso de la III Internacional”, 2001, https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/internacional/informe... [26].
5James W. Fox, U.S. Aid to Costa Rica: An Overview (Washington D. C.: US Agency International Development, 1996), 1.
6Marcelo Nigro Herrero, “El Movimiento Costa Rica y la Revolución Cubana”, en El verdadero anticomunismo. Política, género y Guerra Fría en Costa Rica (1948-1973), ed. Iván Molina Jiménez y David Díaz Arias (San José: Editorial Universidad Estatal a Distancia (EUNED), 2017), 157.
7 Ver nuestras Tesis sobre la Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [9]
8Unidos Podemos, Liberal Progresita, Unión Liberal y Movimiento Libertario
9Partido de los Trabajadores, Nuevo Partido Socialista, Frente Amplio, Pueblo Unido y Unidos Podemos
10Dentro de estos seis, los partidos llamados “tradicionales”, Liberación Nacional y Unidad Social Cristiana, un partido de extrema derecha, el Liberal Progresista, un partido cristiano, Renovación Nacional, un partido nuevo llamado Partido Social Democrático, liderado por un exfuncionario del Banco Mundial, y el partido izquierdista, Frente Amplio.
11Sindy Mora Solano, “Desunión y distanciamiento: conflictos e interpretaciones de la huelga del Magisterio Nacional de 1995”, Anuario de Estudios Centroamericanos, 2010 de 2009, 164–65.
12Pannekoek, "Revolución Mundial y táctica comunista", en Serge Bricianer, Pannekoek y los consejos obreros (Barcelona: Editorial Anagrama, 1976) 235-236.
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Si tratas de huir con tu familia de las zonas de guerra en Ucrania, junto con otros cientos de miles de personas, serás separado a la fuerza de tu mujer, tus hijos y tus padres ancianos si eres un varón de entre 18 y 60 años: ahora estás reclutado para luchar contra el ejército ruso que avanza. Si te quedas en las ciudades, serás objeto de bombardeos y misiles, supuestamente dirigidos a objetivos militares, pero que siempre causan esos "daños colaterales" de los que oímos hablar por primera vez en la “gloriosa” Guerra del Golfo de 1991: se destruyen bloques de viviendas, escuelas y hospitales y mueren cientos de civiles. Si eres un soldado ruso, puede que te hayan dicho que el pueblo de Ucrania te recibiría como un libertador, pero pagarás con sangre por creer esa mentira. Esta es la realidad de la guerra imperialista de hoy, y cuanto más tiempo continúe, mayor será el número de muertos y de destrucción. Las fuerzas armadas rusas han demostrado que son capaces de arrasar ciudades enteras, como hicieron en Chechenia y en Siria. Las armas occidentales que llegan a Ucrania magnificarán la devastación.
En uno de sus recientes artículos sobre la guerra de Ucrania, el periódico británico de derechas The Daily Telegraph titulaba El mundo se desliza hacia una nueva Edad Oscura de pobreza, irracionalidad y guerra (telegraph.co.uk).
En otras palabras, el hecho de que vivimos en un sistema global que se hunde en su propia descomposición es cada vez más difícil de ocultar. Ya sea por el impacto de la pandemia mundial de Covid, por las últimas y funestas predicciones sobre el desastre ecológico al que se enfrenta el planeta, por la creciente pobreza derivada de la crisis económica, por la amenaza muy evidente que supone la agudización de los conflictos Inter imperialistas o el auge de fuerzas políticas y religiosas alimentadas por leyendas apocalípticas y teorías conspirativas antaño marginales, el titular del Telegraph no es ni más ni menos que una descripción de la realidad, aunque sus articulistas de opinión se resistan a buscar las raíces de todo ello en las contradicciones del capitalismo.
Desde el colapso del bloque oriental y de la URSS en 1989-91, venimos sosteniendo que un sistema social mundial ya obsoleto desde principios del siglo XX estaba entrando en una nueva y última fase de su declive. Frente a la promesa de que el fin de la "Guerra Fría" traería un nuevo orden mundial de paz y prosperidad, insistimos en que esta nueva fase estaría marcada por el aumento del desorden y la escalada del militarismo. Las guerras de los Balcanes a principios de los 90, la guerra del Golfo de 1991, la invasión de Afganistán, Irak y Libia, la pulverización de Siria, las innumerables guerras en el continente africano, el ascenso de China como potencia mundial y el resurgimiento del imperialismo ruso han confirmado este pronóstico. La invasión rusa de Ucrania marca un nuevo paso en este proceso, en el que el fin del antiguo sistema de bloques ha dado lugar a una frenética lucha de todos contra todos en la que las potencias antes subordinadas o debilitadas reclaman una nueva posición para sí mismas en el orden jerárquico imperialista1.
No se puede minimizar la importancia de este nuevo ciclo de guerra abierta en el continente europeo. La guerra de los Balcanes ya marcó la tendencia del caos imperialista a volver desde las regiones más periféricas hacia los núcleos del sistema, pero aquella fue una guerra "dentro" de un Estado en desintegración en la que el nivel de confrontación entre las principales potencias imperialistas era mucho menos directo. Hoy asistimos a una guerra europea entre Estados, y a un enfrentamiento mucho más abierto entre Rusia y sus rivales occidentales. Si la pandemia marcó una aceleración de la descomposición capitalista a varios niveles (social, sanitario, ecológico, etc.), la guerra en Ucrania es un duro recordatorio de que la guerra se ha convertido en el modo de vida del capitalismo en su época de decadencia, y que las tensiones y los conflictos militares se están extendiendo e intensificando a escala mundial.
La rapidez del avance ruso en Ucrania tomó por sorpresa a muchos expertos bien informados, y nosotros mismos no estábamos seguros de que se produjera tan rápidamente y de forma tan masiva2. No creemos que esto se debiera a ningún fallo en nuestro marco básico de análisis. Por el contrario, fue el resultado de una vacilación a la hora de aplicar plenamente este marco, que ya había sido elaborado a principios de los años 90 en ciertos textos clave3 en los que sosteníamos que esta nueva fase de decadencia estaría marcada por conflictos militares cada vez más caóticos, brutales e irracionales. Irracionales, es decir, incluso desde el punto de vista del propio capitalismo4: mientras que, en su fase ascendente, las guerras, sobre todo las que prepararon el camino para la expansión colonial, supusieron claros beneficios económicos para los vencedores, en el periodo de decadencia la guerra ha asumido una dinámica cada vez más destructiva y el desarrollo de una economía de guerra más o menos permanente ha supuesto una enorme sangría para la productividad y los beneficios del capital. Sin embargo, incluso hasta la Segunda Guerra Mundial, seguía habiendo "vencedores" al final del conflicto, en particular Estados Unidos y la URSS. Pero en la fase actual, las guerras lanzadas incluso por las naciones "punteras" del mundo han resultado ser un fiasco tanto a nivel militar como económico. La humillante retirada de EEUU de Irak y Afganistán es una clara prueba de ello.
En nuestro artículo anterior señalamos que una invasión u ocupación de Ucrania probablemente sumiría a Rusia en una nueva versión del atolladero que encontró en Afganistán en la década de 1980 -y que fue un poderoso factor en la caída de la propia URSS. Ya hay indicios de que esta es la perspectiva a la que se enfrenta la invasión de Ucrania, que se ha topado con una considerable resistencia armada, es impopular entre amplios segmentos de la sociedad rusa, incluyendo partes de la propia clase dirigente, y ha provocado una serie de sanciones de represalia por parte de los principales rivales de Rusia que, sin duda, agravarán la pobreza material a la que se enfrenta la mayoría de la población rusa. Al mismo tiempo, las potencias occidentales están avivando el apoyo a las fuerzas armadas ucranianas, tanto desde el punto de vista ideológico como mediante el suministro de armas y asesoramiento militar. Pero a pesar de estas previsibles consecuencias, las presiones sobre el imperialismo ruso antes de la invasión reducían cada día la posibilidad de que la movilización de sus fuerzas en torno a Ucrania se detuviera en una mera demostración de fuerza. En particular, la negativa de la OTAN a descartar su eventual expansión en Ucrania no podía ser tolerada por el régimen de Putin, y su invasión tiene el claro objetivo de destruir gran parte de la infraestructura militar de Ucrania e instalar un gobierno prorruso. La irracionalidad de todo el proyecto, ligado a una visión casi mesiánica de restaurar el antiguo imperio ruso, la fuerte posibilidad de que tarde o temprano conduzca a un nuevo fiasco, nunca iba a disuadir a Putin y a quienes le rodean de hacer esa apuesta.
A primera vista, Rusia se enfrenta ahora a un "Frente Unido" de las democracias occidentales y a una OTAN recientemente revigorizada, en la que Estados Unidos desempeña claramente un papel de liderazgo. EE.UU. será el principal beneficiario si Rusia se empantana en una guerra imposible de ganar en Ucrania, y de la mayor cohesión de la OTAN ante la amenaza común del expansionismo ruso. Esta cohesión, sin embargo, es frágil: hasta la invasión, tanto Francia como Alemania intentaban jugar su propio juego, haciendo hincapié en la necesidad de una solución diplomática y manteniendo conversaciones por separado con Putin. La apertura de las hostilidades ha obligado a ambos a retroceder, acordando la aplicación de sanciones, incluso cuando éstas perjudicarán a sus economías de forma mucho más directa que a la de Estados Unidos (así Alemania ha tenido que poner un freno a los suministros energéticos rusos que tanto necesita). Pero también se está avanzando en el desarrollo de las fuerzas armadas de la UE, y la decisión de Alemania de aumentar considerablemente su presupuesto de armamento debe considerarse también desde este punto de vista. También es necesario recordar que la propia burguesía estadounidense se enfrenta a importantes divisiones sobre su actitud hacia el poder ruso: Biden y los demócratas tienden a mantener el enfoque tradicionalmente hostil hacia Rusia, pero una gran parte del partido republicano tiene una actitud muy diferente. Trump, en particular, no pudo ocultar su admiración por el "genio" de Putin cuando comenzó la invasión...
Si estamos muy lejos de que se forme un nuevo bloque estadounidense, la aventura rusa tampoco ha supuesto un paso hacia la constitución de un bloque ruso-chino. A pesar de haber participado recientemente en ejercicios militares conjuntos, y de haber manifestado anteriormente su apoyo a Rusia en cuestiones como la de Siria, en esta ocasión China se ha distanciado de Rusia, absteniéndose en la votación de censura a Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU y presentándose como un "intermediario honesto" que pide el cese de las hostilidades. Y sabemos que, a pesar de compartir intereses comunes en la oposición a Estados Unidos, Rusia y China tienen sus propias divergencias, sobre todo en la cuestión del proyecto chino de la "Nueva Ruta de la Seda". Detrás de estas diferencias se encuentra el recelo de Rusia a subordinarse a las propias ambiciones expansionistas de China.
En esta situación intervienen también otros factores de inestabilidad, especialmente el papel desempeñado por Turquía, que en cierto modo ha estado cortejando a Rusia en sus esfuerzos por mejorar su estatus global, pero que al mismo tiempo ha entrado en conflicto con Rusia por las guerras entre Armenia y Azerbaiyán y en Libia. Turquía ha amenazado ahora con bloquear el acceso de los buques de guerra rusos al Mar Negro a través del estrecho de los Dardanelos, pero también en este caso esta acción se calculará enteramente sobre la base de los intereses nacionales turcos.
Pero, como escribimos en nuestra Resolución sobre la situación internacional del 24º Congreso de la CCI, el hecho de que las relaciones imperialistas internacionales sigan marcadas por las tendencias centrífugas "no significa que estemos viviendo una época de mayor seguridad que en el período de la Guerra Fría, acechada como estaba por la amenaza de un Armagedón nuclear. Por el contrario, si la fase de descomposición está marcada por una creciente pérdida de control por parte de la burguesía, esto también se aplica a los vastos medios de destrucción -nucleares, convencionales, biológicos y químicos- que ha acumulado la clase dominante, y que ahora están más ampliamente distribuidos en un número mucho mayor de Estados nación que en el período anterior. Si bien no asistimos a una marcha controlada hacia la guerra dirigida por bloques militares disciplinados, no podemos descartar el peligro de estallidos militares unilaterales o incluso de accidentes grotescos que marcarían una nueva aceleración del deslizamiento hacia la barbarie"5.
Ante la ensordecedora campaña internacional para aislar a Rusia y las medidas prácticas destinadas a bloquear su estrategia en Ucrania, Putin ha puesto sus defensas nucleares en alerta máxima. Puede que por el momento sólo se trate de una amenaza apenas velada, pero los explotados del mundo no pueden permitirse el lujo de confiar en la racionalidad última de ninguna fracción de la clase dominante.
Para movilizar a la población, y sobre todo a la clase obrera, para la guerra, la clase dominante debe lanzar un ataque ideológico junto a sus bombas y proyectiles de artillería. En Rusia, parece que Putin se ha basado principalmente en burdas mentiras sobre los "nazis y drogadictos" que dirigen Ucrania, y no ha invertido mucho en la construcción de un consenso nacional en torno a la guerra. Esto podría ser un error de cálculo, porque hay rumores de disidencia dentro de sus propios círculos gobernantes, entre los intelectuales y entre capas más amplias de la sociedad. Se han producido varias manifestaciones callejeras y unas 6.000 personas han sido detenidas por protestar contra la guerra. También hay informes de desmoralización entre una parte de las tropas enviadas a Ucrania. Pero hasta ahora hay pocas señales de un movimiento contra la guerra basado en la clase obrera en Rusia, que ha sido apartada de sus tradiciones revolucionarias por décadas de estalinismo. En la propia Ucrania, la situación a la que se enfrenta la clase obrera es aún más oscura: ante el horror de la invasión rusa, la clase dominante ha conseguido en gran medida movilizar a la población para la defensa de la "patria", con cientos de miles de voluntarios para resistir a los invasores con cualquier arma que tengan a mano. No debemos olvidar que cientos de miles también han optado por huir de las zonas de combate, pero el llamamiento a luchar por los ideales burgueses de democracia y nación ha sido ciertamente escuchado por sectores del proletariado que se han disuelto así en el "pueblo" ucraniano, donde la realidad de la división de clases se ha olvidado. La mayoría de los anarquistas ucranianos parecen proporcionar el ala extrema izquierda de este frente popular6.
La capacidad de las clases dominantes rusa y ucraniana de arrastrar a "sus" trabajadores a la guerra demuestra que la clase obrera internacional no es homogénea. La situación es diferente en los principales países occidentales, donde desde hace muchas décadas la burguesía se enfrenta a la falta de voluntad de la clase obrera -a pesar de todas sus dificultades y contratiempos- de sacrificarse en el altar de la guerra imperialista. Ante la postura cada vez más beligerante de Rusia, la clase dominante en Occidente ha evitado cuidadosamente poner "las botas en el suelo"7 y enfrentarse a la aventura del Kremlin con la fuerza militar directa. Pero esto no significa que nuestros gobernantes estén aceptando pasivamente la situación. Por el contrario, estamos asistiendo a la campaña ideológica a favor de la guerra más coordinada que se haya visto en décadas, la campaña de "solidaridad con Ucrania contra la agresión rusa". La prensa, de derecha a izquierda, publicita y apoya las manifestaciones pro-Ucrania, ensalzando a la "resistencia ucraniana" como abanderada de los ideales democráticos de Occidente, ahora amenazados por el loco del Kremlin. Y no ocultan que habrá que hacer sacrificios, no sólo porque las sanciones contra el suministro energético ruso se sumarán a las presiones inflacionistas que ya dificultan la calefacción de los hogares, sino también porque, nos dicen, si queremos defender la "democracia", tenemos que reforzar nuestro gasto en "defensa". Como dijo esta semana el comentarista político jefe del liberal Observer, Andrew Rawnsley:
“Desde la caída del Muro de Berlín y el desarme que siguió, el Reino Unido y sus vecinos han gastado principalmente el "dividendo de la paz" en dar a las poblaciones envejecidas una asistencia sanitaria y unas pensiones mejores de las que habrían disfrutado de otro modo. La reticencia para gastar más en defensa ha continuado incluso cuando China y Rusia se han vuelto cada vez más beligerantes. Sólo un tercio de los 30 miembros de la OTAN cumple actualmente el compromiso de gastar el 2% del PIB en sus fuerzas armadas. Alemania, Italia y España están muy por debajo del objetivo. Las democracias liberales necesitan urgentemente redescubrir la determinación de defender sus valores contra la tiranía que mostraron durante la guerra fría. Los autócratas de Moscú y Pekín creen que Occidente está dividido, decadente y en declive. Hay que demostrar que están equivocados. De lo contrario, toda la retórica sobre la libertad no es más que ruido antes de la derrota"8. Difícilmente podría ser más explícito: como dijo Hitler, puedes tener armas o puedes tener mantequilla, pero no puedes tener ambas cosas.
Mientras la clase obrera en varios países estaba dando señales de una nueva voluntad de defender sus condiciones de vida y de trabajo9, esta ofensiva ideológica masiva de la clase dominante, llamándoles al sacrificio en defensa de la democracia, será un duro golpe contra el potencial de desarrollo de la conciencia de clase. Pero la creciente evidencia de que el capitalismo vive de la guerra puede ser también, a largo plazo, un factor para el surgimiento de la conciencia de que todo este sistema, este y oeste, es realmente "decadente y está en declive", que las relaciones sociales capitalistas deben ser arrancadas de la faz de la Tierra.
Ante el actual ataque ideológico, que pretende convertir la verdadera indignación por el horror que estamos presenciando en Ucrania en apoyo a la guerra imperialista, la tarea de las minorías internacionalistas de la clase obrera no será fácil. Comienza por responder a todas las mentiras de la clase dominante e insistir en que, lejos de sacrificarse por la defensa del capitalismo y sus valores, la clase obrera debe luchar con uñas y dientes en defensa de sus propias condiciones de trabajo y de vida. Al mismo tiempo, significa señalar que es a través del desarrollo de estas luchas defensivas, y reflexionando lo más ampliamente posible sobre la experiencia del combate proletario, como la clase obrera puede renovar sus vínculos con las luchas revolucionarias del pasado - sobre todo las luchas de 1917-18 que obligaron a la burguesía a poner fin a la Primera Guerra Mundial. Esta es la única manera de luchar contra las guerras imperialistas y de preparar el camino para librar a la humanidad de la fuente de la guerra: ¡el orden capitalista mundial!
Amos
1 Como documento de referencia para comprender esta situación que dura más de 30 años sugerimos nuestras Tesis sobre la Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [9]
2 Ver Tensiones en Ucrania: aumento de las tensiones bélicas en Europa del Este https://es.internationalism.org/content/4788/tensiones-en-ucrania-aumento-de-las-tensiones-belicas-en-europa-del-este [30]
3 Especialmente Militarismo y Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/201410/4046/militarismo-y-descomposicion [31]
4 Esta irracionalidad fundamental de un sistema social que no tiene futuro va acompañada, por supuesto, de una creciente irracionalidad a nivel de la ideología y la psicología. La histeria actual sobre el estado mental de Putin se basa en una verdad a medias, porque Putin es sólo un ejemplo del tipo de líder que ha segregado la descomposición del capitalismo y el crecimiento del populismo. ¿Han olvidado ya los medios de comunicación el caso de Donald Trump?
5 https://es.internationalism.org/content/4720/resolucion-sobre-la-situacion-internacional-xxiv-congreso-de-la-cci-2021 [32]
6 Ver CrimethInc. : Russian Anarchists on the Invasion of Ukraine : Updates and Analysis [33]
7 Boots on the ground: expresión que significa enviar masivamente soldados a los frentes de guerra.
8 Liberal democracies must defend their values and show Putin that the west isn’t weak | Andrew Rawnsley | The Guardian [34]
9 Ver Luchas obreras en Estados Unidos, Irán, Italia, Corea... ¡Ni la pandemia ni la crisis económica han roto la combatividad del proletariado! https://es.internationalism.org/content/4736/luchas-obreras-en-estados-unidos-iran-italia-corea-ni-la-pandemia-ni-la-crisis [35] ; Huelga del metal en Cádiz: nuestra fuerza es luchar como clase obrera https://es.internationalism.org/content/4738/huelga-del-metal-en-cadiz-nuestra-fuerza-es-luchar-como-clase-obrera [36] y nuestra hoja internacional Contra los ataques de la burguesía necesitamos una lucha unida y masiva https://es.internationalism.org/content/4773/hoja-internacional-de-la-cci-contra-los-ataques-de-la-burguesia-necesitamos-una-lucha [37]
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/files/es/catastrofes_naturales_en_brasil_la_culpa_es_del_capitalismo.pdf
[2] https://www.dw.com/es/destrucci%C3%B3n-por-inundaciones-en-el-noreste-de-%20%20%20%20%20brasil/a-60282582
[3] https://es.internationalism.org/content/4772/peru-el-desastre-de-repsol-solo-demuestra-lo-moribundo-del-capitalismo
[4] https://es.internationalism.org/content/4703/inundaciones-sequias-incendios-el-capitalismo-lleva-la-humanidad-hacia-un-cataclismo
[5] https://es.internationalism.org/content/4449/destruccion-del-medio-ambiente-la-ideologia-verde-esta-al-servicio-del-capitalismo
[6] https://es.internationalism.org/content/4530/incendios-forestales-en-australia-un-presagio-del-futuro-que-nos-depara-el-capitalismo
[7] https://www.worldwildlife.org/descubre-wwf/historias/en-2020-los-incendios-forestales-podrian-ser-peores-que-en-2019-para-sudamerica-y-el-mundo
[8] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/situacion/index.htm
[9] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[10] https://es.internationalism.org/content/4566/dossier-especial-covid19-el-verdadero-asesino-es-el-capitalismo
[11] https://es.internationalism.org/content/4405/el-capitalismo-amenaza-el-planeta-y-la-supervivencia-de-la-humanidad-solo-la-lucha
[12] https://oglobo.globo.com/brasil/orcamento-para-evitar-desastres-como-os-das-chuvas-na-bahia-foi-reduzido-em-75-em-2021-pelo-governo-bolsonaro-25340572
[13] https://apremavi.org.br/petropolis-e-o-esforco-dos-governantes-em-ignorar-o-passado/
[14] https://es.internationalism.org/tag/4/401/brasil
[15] https://es.internationalism.org/tag/2/25/la-decadencia-del-capitalismo
[16] https://es.internationalism.org/tag/3/45/descomposicion
[17] https://es.internationalism.org/tag/3/50/medio-ambiente
[18] https://es.internationalism.org/files/es/crisis_emigratoria_en_chile_la_inmigracion_un_producto_de_la_barbarie_y_la_crisis_del_capitalismo.pdf
[19] https://es.internationalism.org/tag/4/403/chile
[20] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/cartas-de-los-lectores
[21] https://es.internationalism.org/tag/cuestiones-teoricas/emigracion
[22] https://es.internationalism.org/files/es/elecciones_en_costa_rica_la_farsa_de_la_democracia_mas_antigua_de_america_latina.pdf
[23] https://es.internationalism.org/cci/201211/3550/plataforma-de-la-cci-adoptada-por-el-ier-congreso
[24] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gcfran/guer.htm#s3
[25] https://es.internationalism.org/revolucion-mundial/201203/3340/anton-pannekoek-el-parlamentarismo-es-un-obstaculo-para-la-autoactivi
[26] https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/internacional/informe.htm
[27] https://es.internationalism.org/tag/4/405/costa-rica
[28] https://es.internationalism.org/tag/cuestiones-teoricas/parlamentarismo
[29] https://es.internationalism.org/files/es/guerra_imperialista_en_ucrania_la_clase_dominante_exige_sacrificios_en_el_altar_de_la_guerra.pdf
[30] https://es.internationalism.org/content/4788/tensiones-en-ucrania-aumento-de-las-tensiones-belicas-en-europa-del-este
[31] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201410/4046/militarismo-y-descomposicion
[32] https://es.internationalism.org/content/4720/resolucion-sobre-la-situacion-internacional-xxiv-congreso-de-la-cci-2021
[33] https://crimethinc.com/2022/02/26/russian-anarchists-on-resisting-the-invasion-of-ukraine-updates-and-analysis
[34] https://www.theguardian.com/commentisfree/2022/feb/27/liberal-democracies-must-defend-their-values-and-show-putin-that-the-west-isnt-weak
[35] https://es.internationalism.org/content/4736/luchas-obreras-en-estados-unidos-iran-italia-corea-ni-la-pandemia-ni-la-crisis
[36] https://es.internationalism.org/content/4738/huelga-del-metal-en-cadiz-nuestra-fuerza-es-luchar-como-clase-obrera
[37] https://es.internationalism.org/content/4773/hoja-internacional-de-la-cci-contra-los-ataques-de-la-burguesia-necesitamos-una-lucha
[38] https://es.internationalism.org/tag/geografia/europa
[39] https://es.internationalism.org/tag/geografia/estados-unidos
[40] https://es.internationalism.org/tag/geografia/rusia
[41] https://es.internationalism.org/tag/geografia/ucrania
[42] https://es.internationalism.org/tag/3/48/imperialismo