Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 163.79 KB |
Hasta el momento la pandemia del Covid-19, es la situación más catastrófica que la humanidad está presenciando después de las guerras mundiales y aunque el número de muertos actual no llega a superar a las masacres de 1914 y 1939, el grado de horror y miseria vividos con la pandemia ya es casi comparable con aquellos acontecimientos del pasado. El modo de producción capitalista arrastra a la sociedad al caos y con ello a la economía. La crisis económica desestabiliza el mundo entero hoy, esta profunda crisis, que tiene más de 50 años, se manifiesta cada vez más violenta. El colapso de los sistemas de salud a nivel planetario, despidos masivos, desempleo, reducción de los salarios reales, pérdida del poder adquisitivo, quiebras generalizadas, en fin, pauperización y empeoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora es lo que se ve en el horizonte[1]. El constante desarrollo de la tendencia del “cada uno a la suya”, característica de la descomposición[2] del sistema capitalista, acelera cada vez más la crisis mundial.
En Perú, ya vemos como la burguesía capea la situación de crisis económica, señalando que es el covid 19 el responsable de sus pérdidas económicas. Esta agravación de la crisis ha hecho que la burguesía expulse a miles de trabajadores a la calle, pues las empresas necesitan ser más competitivas, aumentar la productividad (o sea la explotación), el delivery, plataformas virtuales, en fin vienen con sus llantos hipócritas, para ser escuchados por el gobierno de Vizcarra, el mismo que les ha extendido las manos, dándoles libertad de seguir despidiendo masivamente a los trabajadores y recortarles los salarios. Esta situación se multiplica y recorre el mundo de arriba abajo, porque la lógica de la ganancia y las leyes del mercado se deben salvaguardar a toda costa por encima de las calamidades y necesidades de los trabajadores.
Grandes cadenas de supermercados, de restaurantes, Bancos, Mineras y otros sectores de la economía nacional, han empezado a presionar al gobierno para ampliar sus operaciones en medio de la cuarentena, Muchos ya lo han logrado gracias a los poderosos lobbies que negocian con el gobierno de Vizcarra. La burguesía aprovecha el momento en la crisis de la pandemia, y en complicidad con la pequeña burguesía han provocado una ola de escasez y especulación con los alimentos de primera necesidad y las medicinas (los precios se han triplicado en la mayoría de los productos básicos). No es casualidad que grandes empresas que se dedicaban a rubros distintos orienten sus actividades a la distribución masiva de alimentos de primera necesidad hoy en día, porque ahí está el negocio.
Grandes negocios se levantan en plena pandemia desde el sector farmacéutico y médico. ventas de equipos, mascarillas, guantes, utensilios y medicamentos la lista es inmensa y los precios de estos artículos se han cuadruplicado. Ni que decir de las largas colas que los proletarios deben hacer para conseguir medicinas y en el peor de los casos, cuando ya están contagiados para conseguir atención medica en los hospitales donde muchos ya han muerto en plena espera, por el colapso del sector salud, abandonado desde hace décadas por los sucesivos gobiernos de la burguesía. Pero al Capital no le interesa eso, tiene que seguir reproduciéndose e imponiendo sus propias leyes por encima de las necesidades de las personas. La ley de la ganancia se impone una vez más en medio de la desgracia, la miseria y las muertes. Por cierto, ya se han destapado varios escándalos de corrupción en las compras del Estado en plena pandemia, irregularidades en los procesos de compra de la seguridad social y la policía nacional. Altos funcionarios del Estado se han visto involucrados en terribles escándalos de corrupción. Por ejemplo, en la Región de Loreto, una de las más golpeadas por la pandemia, los enfermos de Covid-19 que entran a los hospitales tienen que portar todo su pack de tratamiento médico incluyendo tanque de oxígeno. Esta situación ha presionado los precios al alza de una forma salvaje de 5 a 10 veces más que en la etapa pre- crisis.
La burguesía y su prensa quieren hacer ver el problema de la escasez y especulación, como aprovechamiento de unos cuantos empresarios y comerciantes "inescrupulosos", pero la verdad es que se intenta ocultar el rostro repugnante del capitalismo y cuya dinámica real no es más que la expresión de un sistema podrido que se funda en las leyes ciegas de mercado, leyes anárquicas que operan a espaldas de los hombres como decía Marx.
El gobierno resulta ser el mejor cliente frente a este gran negocio donde se pinta como un “Estado solidario”, “que se preocupa por la salud de la población”, como si fuese un gran "papá" repitiendo hasta el hartazgo su propaganda que “El Perú es primero”. Todo un asalto ideológico mediante el cual intenta imponer sobre la clase trabajadora el veneno del nacionalismo, la "unidad nacional" es decir la unión de los explotados con los explotadores. El “sacrificarnos juntos para superar la pandemia”, se intenta imponer a toda costa, en medio de la brutal atomización y sufrimiento que genera el encierro.
Y de este naufragio tampoco se salvan los jubilados, los que en el pasado dieron años de su vida para los explotadores. Por ejemplo, el negocio de las AFPs[3] manejado por los bancos, se ha visto casi desnudado en medio de la pandemia. El 90 % de los aportantes del sistema privado de pensiones exigen retirar sus fondos ante las permanentes perdidas de las administradoras de fondos ocasionadas por la crisis económica mundial y sobre todo porque ya a muchos no les alcanza ni para comer. El oportunismo de algunos políticos del congreso de la república es escandaloso. Para quedar como los buenos de la película generaron mecanismos para que los jubilados pudiesen retirar parte de los fondos de pensiones, situación que, junto a los paquetes de subsidios del gobierno, ahora generan presiones inflacionarias en los precios de la canasta básica familiar. Y aunque esta situación muestra un retroceso para la burguesía encargada de administrar estos fondos, tampoco resulta un triunfo para los trabajadores que cada vez más se ven más desprotegidos, empeorando sus condiciones de vida.
La burguesía enfrenta esta situación, tanteando el terreno. Se enfrenta a un escenario incierto, muestra incapacidad y una permanente desorientación. Un ejemplo se dio cuando Vizcarra sacó a las calles contingentes de policías y militares, y estos comenzaron a contagiarse con el virus, muchos se negaron a cumplir sus funciones, hubo bajas en las fuerzas armadas, pero también muchas peleas abiertas entre ellos, en las calles, dentro de sus instituciones y cuarteles, por el pánico generalizado por los contagios y muertes. Esta situación generó un clima de descontrol en las calles, se mostraba un desconcierto en el gobierno y la burguesía, se hablaba de sublevaciones, disputas; había surgido una nueva preocupación para la clase dirigente en ese momento ¿Quién hará cumplir el orden burgués? Otro tanto, lo podemos ver en las mazmorras carcelarias del Estado: en Lurigancho y otros penales, los presos se han amotinado por la enorme cantidad de contagiados y en cárceles como la de Picsi, han tomado prácticamente todas las instalaciones aprovechando el vacío y desmanejo en que el Estado ha caído Esta situación demuestra la pérdida del control del aparato de alguno sectores del aparato represivo-Clara manifestación de la tendencia al "sálvese quien pueda y el cada uno a la suya", una de las características esenciales del periodo de Descomposición que hoy atraviesa el Capitalismo en decadencia.
El Estado viene implementando, con el pretexto del "Estado de emergencia sanitario", toda una feroz política de represión y control social. Se están preparando anticipadamente contra cualquier manifestación de los trabajadores, porque lo que intentan es controlar y reprimir esas posibles manifestaciones explosivas de los proletarios ante la crisis económica y la cuarentena de hambre que impone el gobierno. Y como no podía ser de otra manera la política del palo, del garrote represivo siempre viene acompañada de la zanahoria. El gobierno junto a la represión se ha colocado la careta filantrópica regalando una miserable cantidad de dinero a los "más vulnerables", la llamada política de los subsidios.
El Perú es uno de los países de América Latina que más ha invertido en subsidios para la población desde que se declaró el Estado de emergencia. Estos se traducen en bonos dirigidos a los hogares más míseros, ayuda que por supuesto no ha llegado a toda esa población que señalaba el gobierno. Hay barrios enteros donde las familias han puesto banderas blancas en señal de auxilio, ante la amenaza del hambre y la desprotección. Como no pueden salir a buscarse el sustento diario por la cuarentena, no tienen recursos para su alimentación. La prensa ya no puede ocultar los cientos de casos en todo el país, la desesperación, el hambre y la miseria se extiende cada vez más. Pese a las amenazas de detención, de multas o cárcel, el hambre no entiende de eso y la gente sale como sea a generarse un ingreso por miserable que este sea. El fracaso de los subsidios del gobierno es notorio, hay denuncias incluso que señalan que sectores de la burguesía, como políticos, alcaldes, empresarios y otros, han recibido el bono “por error”, en las bases de datos de los censos. Ya lo dijimos: estamos ante la política estatal del “palo y la zanahoria”, o sea entregan un bono de miseria a cambio de que no salgas a la calle a reclamar y si lo haces te estará esperando la represión.
Cuarentena es la respuesta de la burguesía ante esta situación, una cuarentena que está matando de hambre a millones de familias en todo el país, generando pánico y desesperación. La burguesía se refugia en sus casas y urbanizaciones exclusivos, en zonas donde nadie puede pasar y donde tienen espacios para sus familias sin ninguna necesidad de salir. En los barrios proletarios, en los cerros y asentamientos de la urbe o la periferia viven familias enteras con 6 a 8 miembros en espacios de menos de 40 mt2 en muchos casos, donde es más fácil que las familias se infecten por las condiciones de hacinamiento en que viven. El confinamiento decretado hace dos meses, ha dejado a miles de familias obreras sin empleo, sin ingresos; muchas de ellas ya han visto cortados los servicios esenciales por falta de pago (luz, agua); muchas familias están siendo arrojadas a la calle por no tener para el alquiler, a lo que se suma el stress del encierro y la angustia que se traduce en peleas y violencia domésticas. Es una realidad que se repite en gran parte de Lima y ciudades como Piura, Iquitos, Arequipa, Chiclayo donde muchos miles de proletarios se han visto arrojados a la miseria más absoluta y son presa fácil del virus.
Despidos masivos, ha sido la otra respuesta de la burguesía frente a esta situación. Muchas empresas han despedido a miles de trabajadores en los diferentes sectores de la actividad económica como en servicios, manufactura, turismo, exportaciones, entre otros. La burguesía no ha tenido piedad, para preservar sus ganancias no le ha temblado la mano echando a la calle a miles de trabajadores que han tenido que regresar a sus casas, a pasarla, sin sueldos, ni pagos en varios casos. En Lima y otras ciudades del país, el nivel de desempleo se ha triplicado en los primeros 15 días de la cuarentena. El 30% de la población se ha quedado directamente en la ruina, sin trabajo y sin ahorros, puesto que 70% de la población vive en la economía informal, ganando al día para sostener a sus familias. Millones de trabajadores en el Perú viven con menos de 5 dólares diarios. Existe, además, una preocupación creciente en el sector privado por 3,7 millones de empleos formales, que se verán también afectados por esta crisis[4].
La clase explotadora, ha empezado a rediseñar el funcionamiento de su sistema, con protocolos de seguridad para evitar el contagio[5].Todo un show mediático de desinfección, mascarillas y lentes, lavatorios y alcohol en spray colocados a las puertas de las fábricas, farmacias y centros comerciales. Pero las verdaderas intenciones saltan a la vista: la reactivación económica en el país, en su máxima consigna y claro, no les importa que los trabajadores puedan infectarse con el virus, no les interesa protegerlos de verdad porque la carne de cañón obrera es lo que sobra. A la burguesía le interesa un rábano la salud de los obreros, porque ellos no son los que trabajan y no producen nada. A ellos solo les interesa que los obreros vuelvan al trabajo y sacar lo máximo de beneficios en medio de esta tragedia. Y por ello presionan a su Estado para que vaya desconfinando y poniendo en funcionamiento las actividades económicas que más ganancias le dejan: minería, agroindustria, pesca, pese a que los infectólogos y hasta el propio Colegio Médico afirman que aún no hemos llegado a lo peor de la pandemia.
Pero se está montando también toda una campaña para después del levantamiento de la cuarentena, campaña plagada de sentimentales mensajes y que dicen que el mundo ya no va ser como antes, que habrá una nueva convivencia post pandemia y que la gente finalmente se acostumbrará al distanciamiento social, a la reclusión, del hogar al trabajo y viceversa. Quieren vender la idea que la sociedad "va a cambiar" a raíz de la pandemia y que se viene un "nuevo mundo" más limpio, más ecológico cuando es todo lo contrario. Una mentira más de nuestros enemigos. El capitalismo no cambia más que sus formas y después de la pandemia se mantendrá intacto en su esencia.
En realidad, lo que buscan los explotadores con sus reglas de "distanciamiento social" y sus vacías promesas de un "nuevo mundo" es evitar una vez más, que los trabajadores expresen su descontento, aislarlos al máximo unos de otros que no se reúnen en asambleas o se lancen a las huelgas. Hace 20 años lo hicieron con el terrorismo; esta vez usan el miedo paralizante del contagio y la muerte para que los trabajadores no reflexionen su situación de explotados, para separarlo de sus hermanos de clase que sufren como ellos, extremar la atomización, controlar las calles, cerrar cualquier espacio, local o plaza donde los proletarios puedan reunirse para discutir, reflexionar y luchar. Un adelanto de lo que será la "nueva convivencia social" se ha mostrado en Chile donde han habido manifestaciones, por alimentos y medicinas y contra la indolencia del gobierno, siendo los participantes reprimidos por las fuerzas del orden de inmediato y con una ferocidad inaudita[6]. Eso es lo que se viene, ese es el nuevo mundo post pandemia que nos promete la burguesía dispuesta a todo como respuesta a cualquier manifestación de descontento de la clase obrera ¡el mismo mundo de mierda bajo el capitalismo, pero con mascarillas!
Ideológicamente la clase dominante saca también ventaja de la situación, primero el Estado se auto presenta como el protector de la población destinando millones de soles en subsidios y con su propaganda de “el Perú es primero”, con la cual pretende dar la falsa idea de que en la nación se podrían unificar las dos clases antagónicas. Sus cantos de sirena llamando a la población al sacrificio para "juntos vencer al Coronavirus"; encerrándolos y matándolos de hambre, en depresión e incertidumbre frente a esta situación. Mientras siga el encierro, sabe que podrá debilitar aún más la identidad de clase de clase y hacerlo perder su perspectiva de lucha, para cuando se dé el retorno a la "normalidad". Por eso, el gobierno de Vizcarra viene dando largas cada 15 días, extendiendo la cuarentena, para evitar una posible explosión social de los trabajadores en las calles, ante el desempleo, la enfermedad, el hambre y demás miserias.
El recurso de la cuarentena no es sólo evitar los contagios. Con una sola medida, busca varios objetivos: la atomización, el individualismo, el nacionalismo, el cada uno a la suya, el sálvese quien pueda. Elementos de ideologías extrañas al proletariado y su organización. Elementos que el proletariado debe combatir en todo momento de su encierro y en su combate contra su enemigo histórico de clase: la burguesía.
La pandemia del Covid19 llegó en un mal momento para la lucha de clases. Las condiciones de bloqueo y encierro hacen imposible la forma clásica de lucha basada en Asambleas, manifestaciones y delegaciones masivas contra el ataque a las condiciones de vida en lo inmediato. Las dificultades de la clase trabajadora son diversas en tiempos de pandemia y debemos analizarlas.
Sin embargo, en plena pandemia, los trabajadores, en varios países se han negado a sacrificarse en la "línea de combate" contra el virus. A las huelgas obreras en Canadá, EEUU, Francia, a las huelgas de los obreros del automóvil en Italia, a las manifestaciones de los obreros egipcios en Kuwait, se suman la de los trabajadores de salud en prácticamente toda América Latina, desde México a Argentina. A esa lucha se han sumado sus hermanos trabajadores en el Perú. Desde que se inició la pandemia no ha dejado de haber cada semana una movilización de los sectores de trabajadores más afectados. Comenzó con la negativa y abandono del trabajo por los obreros portuarios de Ilo (Moquegua) pues la patronal quería obligarlos al descargo de mercancías provenientes de China, foco del contagio .Le han seguido decena de manifestaciones de trabajadores de la salud, médicos enfermeras y técnicos de hospitales públicos a la que se han sumado los obreros de limpieza municipales, por la enorme saturación y la bestiales condiciones de inseguridad con que el Estado los lanza a trabajar, prácticamente inermes frente al virus. Los trabajadores de los hospitales ya han visto morir a muchos de sus hermanos trabajadores y por ello, sin abandonar a sus pacientes, han salido a las calles con pancartas y altavoces a gritar por mejores condiciones de seguridad en el trabajo y esta situación se ha multiplicado por todo el país. El punto de los reclamos son la falta de equipos de seguridad médica, camas UCI. Además, contra la precariedad laboral, la falta de pago y los contratos-basura del personal médico joven.
Estos movimientos se inscriben dentro del terreno de clase, muchos de ellos son espontáneos pero válidos para la experiencia de lucha internacional de la clase trabajadora, que, aunque aún minoritarias señalan el camino de lo que en futuro la clase obrera mundial deberá hacer frente a su enemigo aunando sus luchas más allá de fronteras y nacionalidades. Es importante subrayar esto último. Ha habido una reacción internacional de los trabajadores en muchas partes del planeta en medio de la emergencia de la pandemia y pese a las amenazas de despidos o represión, los trabajadores no han tenido miedo de salir a pelear. Esta reacción es parte del cambio de ánimo que experimenta la clase obrera en su dinámica de lucha a nivel internacional[7].
Pero somos conscientes también que existe toda América Latina una fuerte tendencia a que la lucha de clase trabajadora sea apartada de su terreno de clase y se vea envuelta y ahogada en medio de las revueltas interclasistas en el futuro. Primero: por las recientes revueltas populares vistas en Chile[8] y Ecuador[9] que pueden seguir influenciando como “experiencias” recientes; segundo, por la fuerte influencia que ejercen los movimientos interclasistas e izquierdistas en América Latina, sobre todo en los países andinos, como por ejemplo el indigenismo, el frentismo, el sindicalismo o los movimientos ciudadanistas. Tercero: debilidades generales de la clase trabajadora internacional, pérdida de confianza, de solidaridad, de identidad, perdida de su proyecto histórico como clase.
Debemos recordar, que la clase trabajadora en el Perú se había venido manifestando con luchas aisladas pero sostenidas. A fines del 2019 de trabajadores del Poder Judicial y la Reniec[10]. También la huelga de los repartidores de Glovo; el paro de los trabajadores de Saga-Fallabella[11]. Las movilizaciones de estudiantes de secundaria por la reducción de pasajes en el Metropolitano. Se hacen llamar "Secundaria combativa" también manifestaciones de maestros, de obreros de la construcción, huelga indefinida de los trabajadores de todos los locales de Saga Falabella y a comienzos de este año los obreros de limpieza en el distrito de Villa María del Triunfo y la de los obreros de salud en hospitales del Cuzco y Chiclayo. Los sindicatos para no perder el control sobre los trabajadores en huelga, anunciaba un Paro nacional para Marzo.
Era una ola, en ascenso de luchas aisladas, pero en un terreno de clase, que la pandemia cortó pero que queda como parte de la experiencia de la clase obrera. Estas luchas evidenciaron muchas debilidades similares a las que hemos visto en la gran huelga de los trabajadores en Francia contra la reforma de las pensiones[12].
Existe una cierta politización de la vida a nivel internacional, hay elementos de la clase que empiezan a buscar respuestas a una serie de preguntas relacionadas a la vida cotidiana en este sistema. En este sentido se podría decir que la atomización no es completa, los elementos en búsqueda utilizan los medios para descubrir y discutir desde el punto de vista del proletariado; son minorías de las minorías, pero son expresiones muy importantes. Podemos decir, que existe una resistencia y una reflexión en la clase, estos elementos harán que la clase trabajadora se lanzará más pronto o más tarde a luchas contra los golpes masivos que le prepara la Burguesía.
Será en la lucha contra los golpes cada vez más terribles que da el capitalismo en crisis, contra las condiciones de vida de la clase obrera donde esta ira desarrollando su identidad y su conciencia. Al desempleo, la precariedad, la reducción de salarios, la eliminación de prestaciones sociales, el proletario tiene que responder en su propio terreno de clase, desarrollando asambleas generales, abiertas a los demás obreros, extendiendo y unificando sus luchas.
¡El Futuro Pertenece a la Lucha de Clases!
Internacionalismo, sección de la CCI en Perú
mayo 2020
[1] https://es.internationalism.org/content/4556/covid-19-barbarie-capitalista-generalizada-o-revolucion-proletaria-mundial [2]
[3] Administradora de fondo de pensiones (AFP) del sistema privado
[6] Para la situación en Chile ver https://es.internationalism.org/content/4567/chile-la-ley-de-proteccion-al-empleo-otro-ataque-del-capitalismo-los-obreros [6] y https://es.internationalism.org/content/4555/chile-en-contra-de-la-asamblea-constituyente-vamos-por-la-verdadera-autonomia-e [7]
[7] Ver Covid-19: a pesar de todos los obstáculos, la lucha de clases trata de forjar su futuro https://es.internationalism.org/content/4569/covid-19-pesar-de-todos-los-obstaculos-la-lucha-de-clases-trata-de-forjar-su-futuro [8]
[8] https://es.internationalism.org/content/4479/chile-ante-los-ataques-del-gobierno-la-respuesta-no-es-la-revuelta-popular-sino-la [9]
[9] https://es.internationalism.org/content/4490/los-efectos-de-la-descomposicion-capitalista-en-el-ecuador-solo-el-proletariado-podra [10]
[10] Registro Nacional de Identificación y Estado Civil: RENIEC
[11] Empresa de Grandes Almacenes
Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 196.53 KB |
El 8 de marzo hubo marchas masivas en las grandes ciudades y un paro nacional de mujeres el día 9 en todo el país. Convocados estridentemente por el colectivo “las Brujas del Mar” con amplio apoyo mediático, se sumaron otras agrupaciones feministas, grupos estudiantiles, las llamadas ONG, universidades, varios gobiernos estatales, instituciones privadas, sindicatos, partidos y, hasta miembros de la iglesia católica. Personajes de la pequeña burguesía estuvieron muy activos organizando y disponiendo de amplios recursos. ¡Hipocresía cínica y asquerosa de los sindicatos, partidos e iglesia, que a diario discriminan, explotan y vejan a las mujeres! Todo esto en un contexto internacional de movilizaciones feministas por la “igualdad de género” (casi bajo el mismo formato) bajo el himno “Un violador en tu camino” y los colores negro, verde y violeta que dio continuidad a este tipo de acciones sobre todo después de 2018 cuando tuvieron un relanzamiento internacional muy mediático alrededor del llamado movimiento “Me Too” y que, en Francia, por ejemplo, sumó también otro hashtag como #Delata a tu cerdo[1].
En este breve artículo desarrollaremos en particular dos cuestiones:
En una sociedad capitalista donde priva el patriarcado, el sufrimiento de la mujer por la violencia doméstica, el machismo, la discriminación, etc., es una realidad estrujante que, siendo una constante desde las sociedades precapitalistas[2], el capitalismo, a medida que avanza su descomposición social generalizada[3], la ha convertido en un fenómeno trágico que se expresa en violaciones, ataques y asesinatos de odio cada vez más irracionales, en un contexto en que la diversificación de los negocios de la mafia organizada enlazada o no con el Estado intensifica la diversificación del comercio sexual. Este actuar se irradia socialmente aumentando la violencia y el crimen en contra de las mujeres en todos los ámbitos, desde la familia, hasta los centros de trabajo e instituciones educativas, donde se usa el pequeño poder para desplegar desde el acoso sexual y laboral hasta otros tipos de violencia indecible. Pero esto ¡No es una fatalidad! El movimiento obrero y su método marxista, desde el siglo XIX ha planteado “la cuestión de la mujer” no como un asunto aparte sino como un problema humano de relación natural entre hombres y mujeres dentro de un marco histórico[4] y siempre con la visión de la necesidad de superación de la dominación y opresión en la relación entre hombres y mujeres, lo que solo podría ser posible hasta la sociedad comunista dadas sus raíces materiales y sociales.
Desde El Manifiesto del Partido Comunista (1848) se asesta un golpe certero a los alegatos hipócritas de la burguesía sobre el modelo y los valores eternos de la familia demostrando que ésta se basa en el lucro privado y que sólo la burguesía tiene una familia y que, por contra, hay una carencia forzosa de relaciones familiares de los proletarios, las cuales son destrozadas por la sobre explotación asalariada convirtiendo a los hijos y a la mujer en meros instrumentos de producción; luego, August Bebel con su libro La Mujer y el Socialismo de 1879 desarrolló en un marco histórico la necesaria solución de las contradicciones en este tema. Expuso la visión de la futura sociedad comunista y la denuncia de la sociedad capitalista que presume los ideales de la revolución burguesa de libertad e igualdad, pero… dando por hecho la sumisión de la mujer a todos los niveles: en el político, el no derecho a voto; en el social, en el matrimonio con la subordinación económica y sexual al hombre… Luego, las investigaciones de Lewis H. Morgan sobre todo en su obra La Sociedad Antigua (1887) motivaron a Friedrich Engels a enriquecer su libro Los Orígenes de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado (1884), con argumentos que establecieron los orígenes de la opresión de la mujer con el surgimiento de la propiedad privada y las divisiones de clases indisolublemente ligados a la familia patriarcal, debilitando rápidamente la influencia y la posición de la mujer al ser sustituido el derecho materno por el paterno[5].
La actual condición de la mujer afecta muy negativamente a las mujeres trabajadoras, pues a las interminables exigencias del trabajo doméstico y la educación de los hijos, hay que sumar las penurias de la pobreza, la precariedad laboral, los bajos salarios, el maltrato patronal, que comparten con sus compañeros varones. Por eso, durante el siglo XIX –sobre todo en Europa y EUA– junto con las demandas de mejoras económicas y políticas para los trabajadores, el movimiento socialdemócrata consideraba el derecho al voto para las mujeres trabajadoras.
La reivindicación de un día de la mujer tuvo orígenes dramáticos y de combate obrero:
- El 8 de marzo de 1857, miles de trabajadoras textiles fueron reprimidas en Nueva York por protestar contra sus condiciones laborales y pedir un recorte de la jornada laboral y el fin del trabajo infantil.
- En 1909, la huelga de las camiseras de Nueva York de 1909 destacó por su enorme dimensión después de las importantes luchas de las obreras textiles de Chicago en 1908 bajo las mismas demandas.
Estas experiencias llevaron a enarbolar como motivo de lucha el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer por la Conferencia de Mujeres Socialistas en Copenhague en 1910.
- En fin, 1911 fue el año del incendio de la fábrica textil de Triangle Shirtwaist en Nueva York donde murieron calcinados 123 mujeres y 23 hombres al ser encerrados bajo llave, reafirmando la voluntad de continuar el combate por sus reivindicaciones como se hizo sobre todo en 1912 en el marco de esa conmemoración.
- En adelante, en los años 1913 y 1914 este día de lucha se enfoca en contra de la primera guerra mundial hasta desembocar en 1917 cuando el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer detona huelgas y manifestaciones que dan el banderazo a la Revolución Rusa.
En resumen, en los años de 1911 a 1917 este motivo de lucha se enfrentó contra el capitalismo como parte del conjunto del movimiento obrero en búsqueda de su unidad y en la perspectiva del combate histórico por el comunismo a la que se integraba a las mujeres obreras. Después, el capitalismo arrebató estas expresiones de lucha y las convirtió en una celebración estéril. Por ejemplo, en 1975 la ONU declaró el Año Internacional de la Mujer y en 2011, el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.
Las organizaciones proletarias siempre alertaban contra el peligro de diluir las demandas y preocupaciones de las obreras como clase explotada, en las acciones feministas de las mujeres de la burguesía y la pequeña burguesía, en tanto la ideología feminista entorpecía la unidad indispensable del proletariado (y continúa haciéndolo) al limitar la perspectiva de sus exigencias dentro del perímetro de la sociedad capitalista; es decir, transformándolo en un movimiento interclasista que niega la existencia de la lucha de clases y que, al restringir la problemática al género, atrapa a los explotados en la esperanza que el capitalismo puede ofrecer “igualdad” de derechos sociales y el derecho al sufragio en particular. Tanto Alejandra Kollontai en 1907 como Rosa Luxemburgo en 1912[6], fustigaron a las mujeres burguesas y pequeño burguesas- que actúan como leonas contra las “prerrogativas del macho” pero una vez conseguidas sus aspiraciones trotan como dóciles corderos defendiendo sus privilegios de clase. Esto se zanjó definitivamente, por ejemplo, cuando una gran parte del llamado movimiento sufragista feminista en Inglaterra (que pugnaba por el voto de las mujeres) apoyó a la burguesía en la Primera Guerra Mundial[7] y solo entonces el Estado inglés le otorgó ese “derecho” por su contribución al esfuerzo de guerra.
Desde entonces se han sucedido movilizaciones feministas enarbolando esencialmente la misma demanda de igualdad de derechos entre los sexos pretendiendo que la solución venga del interior del capitalismo, que el Estado “patriarcal” acabe por… conceder de manera misericordiosa a las mujeres sus derechos y que las defienda de la “violencia de género”, cuando es harto evidente que sin la tolerancia del Estado no podría concebirse la desprotección y violencia cebada contra las mujeres, sobre todo contra las no explotadoras. Por otro lado, es muy evidente que las supuestas conquistas “feministas” como el que la mujer pueda votar, ser gerente de una empresa, acceder a diversos cargos… no representan una “liberación” del patriarcado y mucho menos un avance en la superación del actual estado de cosas que estamos comentando. Esta ideología, borra de la reflexión los fundamentos del problema, como lo veíamos, y se mantiene sobre las ideas falsificando sus causas cuando despotrica en contra del “machismo”, el “heteropatriarcado”, la “corrupción” estatal.
Las manifestaciones recientes se autodefinen como de la “cuarta ola”, la cual, con una pretendida nueva “filosofía” de “inclusión” y “empoderamiento”, termina proponiendo, como las versiones anteriores, la búsqueda de la solución a la violencia en contra de las mujeres dentro del capitalismo, en sus estructuras y sus leyes. Demostrando así que son un “nuevo” instrumento dedicado a la defensa y la reproducción de la ideología burguesa. Todas las vertientes feministas reprochan al marxismo que “no avanza lo suficientemente lejos” pues éste considera que la opresión de la mujer es irresoluble en tanto no se destruyan las condiciones materiales que la hacen posible y se instaure un nuevo orden social[8]. Las proclamas feministas, por más radicales que se presenten, incluyen en su discurso la preservación del capitalismo, pero… sin sus “despreciables consecuencias” y contradicciones, que es necesario reconocer, no pueden desaparecer hasta que éste sea destruido. Esta ideología es pequeñoburguesa y tributaria sobre todo del izquierdismo pues el feminismo es otro de sus temas por excelencia para cumplir su papel mistificador dentro del espectro político del Estado burgués.
La situación de la mujer es alarmante y en particular la de las trabajadoras. Es sobrecogedor el que en las regiones como América Latina las mujeres tengan que cargar con preocupantes aumentos de asesinatos que, según algunas cifras, por ejemplo, en México durante 2019 afectaron a 3,825 mujeres, un aumento de 6% con relación a 2018, es decir, entre 10 y 11 mujeres al día[9]. Decenas de miles de mujeres se vieron impulsadas a participar en las marchas y el paro feministas manifestando su coraje e indignación por el agravamiento de la situación y por la indolencia del Estado ante los crímenes, las violaciones, mutilaciones, etc., que no respetan edades y son a todas luces despreciables. Siendo una preocupación más que genuina, la gran mayoría de ellas no vieron la trampa que les tendieron de nuevo pues esta “fiesta”, que si no fuera por la tragedia que se ha descrito se antojaría chusca, se ha calificado como un ejemplo de ejercicio “ciudadano” y de la “sociedad civil” y así lo fue. Reproduce y acentúa lo que ha sido el feminismo sobre todo desde principios del siglo XX, un fenómeno interclasista que siempre busca eliminar los intereses de la clase trabajadora, terminar con las divisiones de clase y la explotación para unir a las mujeres de todas las clases en la defensa del capitalismo que es la verdadera causa de su opresión. Además, estos movimientos toman un tinte cada vez más reaccionario puesto que sus voceras se desgañitan en instaurar una visión “separatista” no solo oponiendo de manera irracional pura y simplemente a hombres y mujeres sino ubicando al hombre como el “enemigo”, así en abstracto, lo que se refleja en su #UnDíaSinNosotras.
Así, esta ideología separatista va aún más allá de la separación de “raza”, de oficio, de fábrica, de naciones… que siempre ha imbuido la ideología burguesa en las filas de los trabajadores para entorpecer y evitar su unidad como clase. Aunque este germen está en el origen del feminismo, en estos años está cuajando como una ideología rancia propia de la descomposición capitalista y vuelve con su cantaleta de que la única solución sería la reeducación (por parte del mismo Estado capitalista patriarcal que dicen combatir) de las personas y en particular de los hombres e insiste en el ensayo de un nuevo lenguaje como el abandonar las palabras genéricas que denoten la masculinidad y adoptar universalmente gramemas que “incluyan” a los dos géneros… además de insistir en colores o símbolos para… reeducar a la humanidad en… ¡este mismo sistema capitalista que concentra toda la carga de los sistemas de producción basados en la propiedad privada!. Además, remachando métodos de violencia de lucha ciega totalmente ajenos a los trabajadores como las acciones minoritarias “radicales” de encapuchados que supuestamente quisieran detonar una respuesta generalizada[10].
Las luchas que no van a la raíz de la explotación y la opresión son expresiones marginales en tanto que aún cuando responden a problemas reales del capitalismo, no atacan sus causas, como el feminismo oficial o radical o de otro tipo; son también utilizadas sistemáticamente por la burguesía para golpear la conciencia proletaria o como instrumento utilizado en sus pugnas internas, como está sucediendo actualmente. No es casual que las peleas entre las diferentes fracciones burguesas en la Universidad Nacional Autónoma de México fueran el escenario de la “toma” de escuelas y facultades por parte de “feministas separatistas”. Como tampoco lo es que la líder del colectivo “Las brujas del mar”, Arussi Unda, fuera evidenciada a través de la web (seguramente por el gobierno federal) en su cercanía con el expresidente Felipe Calderón. Luego, el cinismo de otra convocante, la panista Xóchitl Gálvez, en una “mesa de discusión” presentada en TV-Milenio, confiesa lo que la burguesía tenía en mente al permitir y promover el “paro femenino”, al advertir que en su empresa los hombres tendrían que cumplir las labores que han dejado de hacer las mujeres, es decir se trataba de un paro no en contra del capital, sino en contra de los mismos trabajadores. Obviamente, la administración federal tiene su propia cuota, pues habiéndose opuesto al principio precisamente denunciando las maniobras de sus opositores políticos, acabó “aceptando” para aparecer como comprensivos y favorables a las reivindicaciones feministas y también para restarles presión a las otras fracciones capitalistas. Como siempre, el cálculo burgués por encima de las consideraciones humanas.
El feminismo no debe ser una referencia para las mujeres, especialmente para los millones de trabajadoras que son explotadas diariamente en la industria, en el campo y en los servicios. Al contrario, deben siempre desconfiar de su “hermana mayor”, como se ha considerado a sí mismo el feminismo creado por la burguesía y la pequeña burguesía para mantener todo tipo de divisiones dentro de la clase obrera. Las trabajadoras deben buscar su propia identidad de clase con intereses muy definidos en cuanto a sus condiciones de vida y de trabajo en esta sociedad y clarificar cuál es su genuina perspectiva histórica de liberación como clase oprimida y explotada al lado de los hombres proletarios: la revolución comunista. La opresión y la discriminación de la mujer solamente podrán ser superadas y abolidas con la superación de todas las divisiones, discriminaciones y opresiones que llevan consigo las sociedades de explotación. Más allá no hay más que mistificación.
RR, 09-05-2020
[1] Nuestra sección en España hizo una denuncia muy importante de estas movilizaciones ver Huelga feminista: contra las mujeres y contra la clase obrera https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201804/4291/huelga-feminista-contra-las-mujeres-y-contra-la-clase-obrera [16]
[2] No entraremos aquí en el tema de que la capacidad fisiológica específica de la mujer, el parto, estuvo probablemente al origen de una división social progresiva del trabajo que determinaba las diferencias en cuanto a las ocupaciones de las hembras con relación a los hombres, pero que todavía no registraba un antagonismo entre el hombre y la mujer puesto que ambos eran socialmente importantes para la comunidad. Pero la verdadera división sexual del trabajo fue una característica mayor de las primeras sociedades de clase que afirmaron muy rápido la dominación completa de la familia patriarcal en paralelo con el desarrollo de la propiedad privada
[3]https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [3]
[4] Carlos Marx. Manuscritos de economía y Filosofía. 1844 https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/index.htm [17]
[6] Alejandra Kollontai. Extractos de Los fundamentos sociales de la cuestión femenina. 1907 https://www.marxists.org/espanol/kollontai/1907/001.htm [19] y Rosa Luxemburgo. Sufragio femenino y lucha de clases. 1912 https://www.marxists.org/espanol/luxem/1912/mayo/12.htm [20]
[7] Una parte se desgajó, la que se manifestaba en contra de la guerra y en la cual figuraba otra revolucionaria, Sylvia Pankhurst que compartía la misma posición que sus camaradas mencionados, al contrario de su madre y de sus hermanas Emmeline y Christabel que fueron sufragistas y demócratas burguesas
[8] De hecho, el movimiento obrero reconoce que la extensión y la industrialización del trabajo desempeñó un papel progresista liberando a las mujeres de sus exclusivas labores domésticas y crearon las condiciones para la unidad proletaria, aunque seguía manteniendo, aparte de la explotación bestial de las mujeres en el trabajo asalariado, las dificultades acrecentadas para la manutención y la educación de los hijos de las familias obreras
[9] No hablaremos aquí sobre la discusión entre el gobierno y las organizaciones feministas para legislar como feminicidio a los asesinatos de mujeres. Con seguridad, el Estado tendrá el mismo desdén hacia esas muertes cualquiera sea su denominación legaloide
[10] No es el lugar para desarrollar sobre los métodos de lucha propios de la clase trabajadora, para el objetivo de este artículo hemos insistido ya sobre la necesaria unidad de intereses, de organización y de acción de las que tiene necesidad para desarrollar su lucha y avanzar en su proyecto histórico, lo que es diametralmente opuesto al accionar y objetivos del feminismo
Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 218.41 KB |
En estos momentos en que la vida de cientos de miles de explotados está en peligro de muerte, hay que preguntarnos ¿qué o quién es el responsable de esta situación? La burguesía encuentra una fácil respuesta lavándose las manos achacando a la naturaleza —más claramente al Covid-19— la horrenda situación actual. Sin embargo, hay que escarbar hasta el fondo para encontrar la realidad que se oculta tras esa gran mentira.
En el mundo impera el capitalismo que, si bien en la primera parte de su existencia ha impulsado el avance de la sociedad, ahora se encuentra en su fase de decadencia, lo que significa que se ha convertido en una traba para el desarrollo de la humanidad e incluso en un peligro para esta, lo que quedó demostrado con el estallido de las dos Guerras Mundiales. Sin embargo, la entrada en la última fase de la decadencia desde 1989, a la que llamamos de descomposición[1], significa que los efectos de la decadencia se magnifican y cambian cualitativamente a lo que puede ser ilustrado como la putrefacción de la sociedad: multiplicación de guerras locales, más miseria, destrucción del medio ambiente, la reaparición de viejas enfermedades y, como ahora la vemos, una peligrosa pandemia.
El sistema capitalista nació, como dice Marx, “chorreando sangre y lodo” y esa violencia la mantiene en la búsqueda de la ganancia económica a toda costa, incluso a costa de vidas humanas. La clase dominante tiene que ocultar esta realidad para tratar de mantener su sistema en pie: oculta entre muchas otras cosas, de manera sistemática, el origen de las crisis económicas, diciendo que son debidas a cuestiones ‘externas al sistema económico’, que son debidas, por ejemplo, a: la irresponsabilidad de los especuladores, las inadecuadas políticas económicas de los gobiernos, las actitudes de políticos como Trump, al Brexit, a la guerra comercial, etc., etc. Si bien estas cuestiones agravan la crisis, no son su origen. Las crisis económicas son en realidad, la muestra de las contradicciones internas del capitalismo. Así fue, por ejemplo, en la recesión de 2008 en la que los gobiernos culparon al mal manejo financiero, del hecho que millones de trabajadores se quedaran sin ahorros, sin casas y sin trabajo como consecuencia de esa gran caída la producción.
La crisis económica hoy es achacada a la pandemia por el Covid-19, y con esa gran mentira la burguesía, nuevamente, hará todo para que los explotados, en especial la clase trabajadora, se sacrifiquen, incluso hasta la muerte, como lo estamos viendo, para que la ganancia de los capitalistas y su sistema económico no sean afectados.
Sin embargo, la crisis abierta actual tiene hoy nuevas características, resultado de que —a pesar de paliativos temporales— no ha dejado de desarrollarse desde fines de la década de los sesenta. Así, la recesión que se abrió en 2008 tiene una salida temporal en 2013, pero no logra generar la expansión económica a largo plazo. Por el contrario, desde inicios del 2018, los analistas de la burguesía (como Bloomberg y Reuters, 8-enero), ya estimaban la posibilidad de que EUA entrara en recesión en 2020. En agosto de ese mismo año, se había registrado una desaceleración de la actividad manufacturera a nivel mundial (BBC News, 20-agosto-2019) y los niveles de deuda pública se encontraban ya “en cifras récord en la mayoría de los 194 países del mundo”: Japón, con un 237.5% del PIB, Venezuela, con un 214.4%, Grecia y China con 174.2%, etc. (El país, 29-agosto-2019). La deuda mundial a finales de ese año había alcanzado el récord de 188 billones de dólares, es decir, 14.6% más en comparación con abril y equivalente al 230% del PIB internacional (FMI, nov. 7).
Menos de un año después, desde mayo de 2019, el FMI anunciaba que el 70% de los países presentaría “desaceleración” económica. En agosto, ya se daba a conocer la situación de 8 países que daban signos de entrada a recesión: China con la menor tasa de crecimiento (6%), en los últimos 17 años, y EUA, el Reino Unido, Alemania, Italia, Brasil, Singapur, mostraron contracciones en su economía y Argentina se encontraba ya en plena recesión, con una inflación superior al 50%. Los analistas anunciaban: “Dadas estas cifras, no hay ninguna alternativa para evitar otra recesión mundial, que es muy probable que se produzca en 2021” (El país, 29-agosto-2019).
Sin embargo, ya a mediados de octubre de 2019, se advertía un alto riesgo de que la recesión mundial se adelantara para 2020, e incluso se alargara en el espacio y en tiempo. “Existe una posibilidad incómodamente alta de que una recesión afecte a la economía mundial en los próximos 12 o 18 meses, y los responsables políticos podrían no ser capaces de revertir ese rumbo” (Moody's Analytics). Pero los pronósticos seguían lejos de la realidad. Una semana después, el 21 de octubre de 2019 el Banco Central de Alemania anunció que este país ya estaba en recesión, y le siguió Hong Kong. A finales de 2019 se pronosticaba “la menor tasa de crecimiento en ocho años”, mientras la deuda mundial había aumentado más de un 60% desde 2007 (El independiente, 5-oct-2019). Las deudas públicas, empresariales, del sector financiero y de las familias de todo el planeta alcanzaban los 255 billones de dólares, tres veces superior al PIB mundial. Si dividimos la deuda por el total de la humanidad (niños incluidos), cada persona debe unos 32,500 dólares (IIF 2-enero-2020).
Estos datos muestran que la crisis en que se encuentra el mundo no es debida al covid19. La situación económica actual tiene su origen en las propias contradicciones del capitalismo y no podrán superarse, con toda la agravación de desempleo y de miseria que significan, hasta que éste sea derrocado.
La pandemia, desde luego, ha venido a acelerar y profundizar la caída en la recesión, a un grado tal que Kristalina Georgieva, directora del FMI, predice que será “la peor caída económica desde la Gran Depresión de 1929” (9-abril-2020).
De esta manera, la recesión mundial se ha adelantado y sus signos están ya presentes en el primer trimestre de este año, con el peligro de empeorar hasta la depresión mundial. Analistas de la burguesía, al inicio del año expresaban la esperanza: “…de que la recesión no dure más allá de los dos primeros trimestres de este año…”. Sin embargo, han tenido que reconocer que hay “…un malestar prolongado que tiene cierto sabor a depresión (…) una grave recesión que se mide en años, no trimestres...”, que es comparada con “la Gran Depresión de 1929-1933”. (El Financiero, 24-marzo-2020).
De esta manera, el panorama actual y futuro significa condiciones terribles para la mayoría de la población, durante y después de la pandemia y en especial para el proletariado en todo el mundo, por la pérdida de puestos de trabajo, peores condiciones de contratación, el aumento de los precios de los productos básicos, etc., etc. Es decir, más miseria, enfermedad y muerte.
La crisis económica en México tiene que analizarse en el contexto de la apertura de la recesión económica mundial. Sin embargo, en México como en el conjunto de las economías de menor industrialización, sus efectos son más agudos. Además, es necesario insistir que lo que hoy vemos en México, al igual que en todo el mundo, no se trata fundamentalmente de cómo gestiona la economía un partido político determinado, un grupo o un individuo de la burguesía. Como dijimos anteriormente, el capitalismo es un sistema decadente, que no solamente es incapaz de ofrecer mejoras, sino que su existencia misma, amenaza a la humanidad con su destrucción, y más ahora en su fase de descomposición.
Ya en agosto de 2018 México presentaba tendencias al estancamiento: pasando del 2% de crecimiento en 2018 al 1.6% en 2019; de enero a julio, la misma Secretaría de Hacienda informó que la inversión física tuvo una caída de 15.8%. En los primeros siete meses de 2019 los ingresos presupuestarios del sector público tuvieron una caída de 2.7% respecto a 2018. Recientemente, se estima hasta una disminución del 6.6% del PIB para 2020 (FMI).
Según los datos oficiales, al cierre de 2019 la precarización laboral se concentra en la población joven. De los 15 millones de trabajadores entre 18 y 30 años, el 59.5% laboran en el “sector informal”, lo que significa que además de falta de estabilidad en el trabajo y de recibir bajos salarios, no cuentan con servicios médicos y ni siquiera con la esperanza de tener jubilación. Lo que vive y espera la vieja generación —de 65 años o más— también es alarmante. A partir de 2021 los trabajadores que se jubilen con el sistema AFORE[2] recibirán mensualmente tan sólo el 30% de su último salario. En este marco, es necesario señalar que las medidas “asistencialistas” de López Obrador, con subsidios para jóvenes y ancianos no son suficientes para abatir la miseria y en realidad son solamente migajas utilizadas como instrumentos de control ideológico. Para rematar, como efecto del confinamiento en México, de mediados de marzo a la primera semana de abril, se han despedido a 346 mil trabajadores —cifra que es mayor al número de empleos “permanentes” creados en 2019: 326,439— y las asociaciones empresariales amenazan con que la cifra de despedidos llegará a 1.4 millones. Cuando la burguesía presenta estas cifras quiere hacer creer que el deterioro a sus condiciones de vida y trabajo proviene de la situación extraordinaria que ha creado la pandemia. Sin embargo, ésta sólo ha hecho visibles los ataques que ya se venían aplicando y ha acelerado los que la burguesía tenía planteados como resultado de la agravación de la crisis.
Así, es preciso señalar que la política económica de AMLO no ha variado sustancialmente en relación a la de los gobiernos anteriores: el “mecanismo de austeridad” es sinónimo de recorte presupuestal en todas las áreas, a pesar de las promesas de impulso al gasto social. Una muestra clara es lo que ha hecho en sector salud cuyos cambios han significado recorte de los servicios y peores condiciones de atención. Por ejemplo, la desaparición del “Seguro popular” significó el recorte de 6,000 trabajadores de la salud que redujo aún más la cobertura de servicios, que de por sí ya reportaban, en 2018, cifras entre el 60% y 80% de lo mínimo recomendado por la OMS para diferentes componentes[3]. Recordemos que desde principios de año se ha presentado el desabasto de muchos medicamentos en clínicas y hospitales oficiales, acrecentado por la disputa que se presenta entre el gobierno y las empresas distribuidoras. Aunque se informaba que se ha aumentado al presupuesto 40 mil millones para la salud, esa suma no está destinada para ampliar la infraestructura, la cobertura o el número de servicios, sino sólo para dar soporte a la estructura ya existente. Toda esta austeridad en los gastos de salud ha potenciado sus efectos negativos de frente a los peligros mortales de la pandemia por el coronavirus. Por ejemplo, se ha reducido el personal de salud en un 30% por su mayor propensión al contagio, mientras que ya se reconocía la falta de 70,000 puestos antes de la pandemia (ídem.).
Hay que añadir que a fin de preservar los “equilibrios macroeconómicos”, el gobierno de López Obrador, incluso en el escenario de emergencia que trae la expansión del coronavirus, insiste en mantener la ‘austeridad’ en los gastos, el recorte de la plantilla laboral y el impulso del “rescate” de la industria petrolera. Así, no hay que olvidar que el FMI ha expuesto que el riesgo mayor para la economía mexicana en 2020 se encuentra en PEMEX, ya que representa una carga financiera, por efecto de su endeudamiento, que sigue siendo de 99 mil millones de dólares, por lo que existe la amenaza de que las calificadoras rebajen la calidad de la deuda y la lleven al nivel de “basura”. Por otra parte, la baja en los precios del petróleo -que ha obligado a la OPEP a exigir a sus miembros bajar la producción, será una carga muy pesada para el Estado que se apoya significativamente en la venta de este combustible. Con una situación, en que el precio por barril -a fines de abril- está en 8.53 dólares, y los costos de extracción en 14.4 dólares, crecen las dificultades económicas de PEMEX, pero también las del gobierno (y de los capitales privados con concesiones), lo que presagia la necesidad de rescates crediticios urgentes, como la CEPAL lo ha recomendado, lo cual no solucionará el problema, sino sólo lo esconderá por unos años. Ese escenario está coronado con la salida de capitales que no solo afecta a la paridad del peso con el dólar (al cerrar el 2019, la paridad estaba en 19.20 pesos por un dólar, a fines de abril está en 25.13), sino además refleja la dificultad presente en el proceso de acumulación.
Como ha sido por mucho tiempo en todo el mundo, la respuesta de la clase obrera ante los ataques de la crisis también ha estado casi ausente en México, a pesar del descontento que el proletariado mostró al inicio del sexenio por los despidos masivos que se realizaron, éste fue contenido al presentarlo como expresiones del recorte de la plantilla fraudulenta dejada por los gobiernos anteriores[4]. Por otro lado, una parte importante del proletariado se ha dejado arrastrar por las pugnas para crear los nuevos sindicatos, pero especialmente también por los cantos de sirena de la democracia y la “4ª Transformación” que Obrador ha mantenido como promesa.
Sin embargo, la clase trabajadora no está derrotada. Ya ha vuelto a la escena luchando en diferentes países, principalmente contra los cambios en la política de pensiones en Francia[5] desde finales de 2019 hasta principios de 2020 y en Italia hubo reacciones espontaneas de trabajadores porque los querían obligar a trabajar, a sabiendas de que se exponen al contagio de la pandemia del Covid-19[6]. En México ha habido protestas aún muy débiles por ejemplo de mineros en Coahuila, en varias ciudades se han manifestado enfermeros y médicos ante las malas condiciones de trabajo en el sector de salud pública y recientemente en Cd. Juárez, los obreros de la maquila también han expresado su descontento por el recorte salarial que los patrones quieren imponerles durante el tiempo de confinamiento. El periodo del confinamiento por la pandemia hará muy difícil la expresión de la lucha proletaria en todo el mundo, pero también traerá más ataques derivados de la suspensión de la actividad productiva y comercial en varios sectores. Las peores condiciones de vida y de trabajo para la clase trabajadora que traerán la recesión y los llamados de la burguesía a más sacrificios por la unidad nacional, para recuperar la actividad económica y sus ganancias, puede provocar que el proletariado reaccione y que se lance de nuevo a la calle para protestar y reflexionar, reanudando el camino para reconocerse como la única clase que puede derrocar este sistema de competencia, miseria, caos social y muerte.
RM, 25-abril-2020.
[1] Ver nuestras Tesis sobre la Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [3]
[2] Sistema de ahorro individualizado para el retiro
[3] Por cada 10,000 habitantes: 8/18 camas; 27/44 miembros del personal de salud, 1/12 doctores generales y especialistas (www.elindependientedehidalgo.com.mx [24])
[4] La plantilla de los llamados “aviadores” existía; sin embargo, era la menos interesada en protestar.
[5] Ver La perspectiva que plantean las recientes luchas en Francia https://es.internationalism.org/content/4540/la-perspectiva-que-plantean-las-recientes-luchas-obreras-en-francia [11]
[6] Ver Covid-19: a pesar de todos los obstáculos, la lucha de clases trata de forjar su futuro
Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 214.24 KB |
Durante las revueltas multiclasistas de octubre 2019[1] aparecieron ciertas pseudo -asambleas, principalmente en los barrios, creadas por la izquierda del capital y sus dirigentes llamadas “asambleas territoriales”, estas reuniones impulsadas por la pequeño burguesía e instrumentalizadas por la izquierda nacen al inicio del movimiento y siempre tuvieron un objetivo democrático-reformista de crear un “Chile mejor” y a favor de la “asamblea constituyente”[2] y no hacían más que bombardear ideológicamente a los trabajadores. Estas “asambleas populares” son un engaño para los obreros, ya que no tienen nada que ver con asambleas obreras soberanas de verdad. Estas asambleas populares lo único que hacen es que los trabajadores se pierdan en “la masa popular chilena” interclasista, perdiendo aún más su autonomía e identidad de clase.
Hacen que los obreros se pierden en el “pueblo chileno”: Como se dijo anteriormente estas asambleas son eminentemente multiclasistas, donde los trabajadores (asalariados y desempleados) se pierden en el pueblo y la ciudadanía, bajo los lemas izquierdistas y anti -obreros del “Chile despertó” y “todos somos chilenos”. Siempre el proletariado debe recordar que es solo una clase a nivel mundial y que los obreros no tienen ninguna patria o nación, porque su lucha contra su explotación es internacional. El pueblo, la ciudadanía y los “chilenos” en realidad es una masa amorfa que une a proletarios con burgueses, y por ende solo confunde y daña la conciencia revolucionaria de los trabajadores como clase revolucionaria internacional, los obreros en todas partes siempre deben luchar por su identidad y autonomía de clase, de otras capas no explotadoras, ¡y jamás unirse al pueblo y la patria!
Son dirigidas por la izquierda del capital y los sindicatos, no funcionan bajo un sistema delegados revocables en cualquier momento: Y el hecho de que sean multiclasistas hacen que la pequeña burguesía sea la “protagonista cara a la galería” mientras la izquierda y los izquierdistas muevan los hilos disfrazados de “representantes populares” de estas pseudo -asambleas territoriales, pues históricamente siempre se ha visto que quien dirige al “pueblo” de un determinado país es la burguesía escondida tras la agitación de la pequeña burguesía radical bajo las banderas patrias. Las verdaderas asambleas abiertas y soberanas de trabajadores son dirigidos por los propios obreros en huelga, de forma autónoma, respecto de a la izquierda y a la pequeña burguesía. El hecho de que la pequeño burguesía radical y patriota se ponga a la cabeza solo hará que los obreros terminen derrotados, desmoralizados, confundidos, solo haya caos y finalmente termine en una pequeña reforma al capitalismo, pues la pequeña burguesía decadente no plantea ninguna solución a la explotación de la clase obrera. ¡No hay que olvidar que los sindicatos, la izquierda y la pequeño burguesía individualista y decadente son enemigos declarados de las masas proletarias! De hecho es muy importante recordar que las verdaderas asambleas obreras NO TIENEN DIRIGENTES NI LIDERES!! , sino que funcionan bajo un sistema de delegados revocables en cualquier momento , donde los trabajadores en asambleas eligen, a mano alzada , a delegados para comunicarse con otras asambleas y así expandir la lucha , el hecho de que existe un sistema de delegados revocables significa que en todo momento son las masas obreras quienes tienen el auténtico poder y no un puñado de dirigentes sindicalistas-izquierdistas aliados del patrón e instrumentos del Estado[3].
Son caóticas y con una alta actividad lumpen: La diferencia entre una asamblea obrera y una reunión pequeñoburguesa es que las primeras se caracterizan por ser altamente organizadas y ordenadas, donde incluso se toman actas y tienen un método, en general, para funcionar, aunque aparecen espontáneamente forjadas por los obreros no significa que sean desordenadas. Sin embargo, las asambleas populares se caracterizan por ser eminentemente caóticas y sin planificación, sin ninguna orientación en general, además se ha visto muy desarrollada la violencia minoritaria del lumpen en estas asambleas, donde se ha visto saqueos y destrucción completamente irracional apoyada por estas “asambleas territoriales”. No hay que olvidar que la clase obrera es la clase de la conciencia, lo más importante para los obreros son las asambleas y la organización, el caos y la anarquía son incompatibles con el proletariado.
Están impregnadas por las ideologías burguesas del patriotismo, feminismo, indigenismo y de liberación nacional: El hecho de que las asambleas no sean controladas por los obreros sino por otras capas sociales hacen que tengan en ellas una gran influencia de ideologías reaccionarias ajenas a los trabajadores y que dañan su conciencia y autonomía de clase. En el caso de acá se vio una fuerte influencia del feminismo , una ideología sexista que divide a los trabajadores solo por su sexo , el patriotismo que es simplemente una ideología del capital que envenena la conciencia internacionalista de los obreros y sirve solo como instrumento para que los proletarios sirvan como carne de cañón en sus guerras imperialistas , esta ideología fue lamentablemente la que más se ha extendido en esta revuelta popular y en las asambleas territoriales , pues los gritos de la izquierda del capital de “Chile despertó” , “crear un Chile digno” o “un nuevo Chile” no hacen más que amarrar al proletario a la patria capitalista y destruir su internacionalismo revolucionario , demostrando una vez más que la izquierda y la burguesía son una sola .Por último el indigenismo y las luchas de liberación nacional también se ha hecho presente , muy apoyadas por los dirigentes de izquierda, donde se busca apoyar la “causa mapuche” , lucha burguesa nacionalista. Los obreros se oponen a cualquier forma de patriotismo o lucha de liberación nacional, así como se oponen a cualquier forma de división entre los trabajadores, por eso rechazan el feminismo sexista-reaccionario, los estados-naciones y la lucha indígena nacionalista.
No se realizan en los lugares de trabajo ni se aspira a una huelga: Debemos entender que la única forma de lucha del proletariado es la HUELGA , pero no la huelga sindical , sino la huelga salvaje basada en asambleas generales soberanas y comités de delegados obreros revocables en cualquier momento , por eso es importante que las asambleas abiertas y los comités de acción obrera se extiendan geográficamente a todos los centros de trabajo , ciudades , barrios , calles , etc. ¡Para llevar a cabo una huelga auténticamente masiva donde toda la población obrera participe y no solo un puñado de obreros agrupados en su sindicato , rompiendo con cualquier clase de división o frontera que exista entre el proletariado! . Estas “asambleas” territoriales no han mostrado la mínima intención en llevar a cabo huelgas obreras salvajes y denunciar a los sindicatos (lo cual en cierta medida también es imposible pues los propios sindicalistas controlan esas pseudo- asambleas) ni tampoco a extender las asambleas a los centros de trabajo o a otros barrios y ciudades, demostrando una vez más su carácter pequeñoburgués
Casi no hay debate político proletario, caracterizadas por el apolitismo burgués: Lamentablemente debido a que la burguesía le vendió al proletariado el hecho de que el comunismo “murió con la URSS” hizo que entrara en un profundo proceso de despolitización, por ende, este pensamiento apolítico ha sido aprovechado por la pequeña burguesía y desarrollado en sus “asambleas territoriales” para sus fines, bajo sus aberrantes lemas como “todos son iguales” , “la política es un chiste” o “el pueblo avanza sin partido” . Aquí hay que dejar algo en claro, los obreros son una CLASE POLITICA, una clase política con conciencia socialista, y su proyecto político es la revolución comunista mundial de los consejos obreros, y de la misma forma tiene una organización política: la izquierda comunista internacional, con el apoliticismo de los obreros solo gana el sistema capitalista[4]. Como último hay que aclarar que como hay dos clases sociales hay dos formas de política : la política proletaria , que como se dijo anteriormente es la izquierda comunista y la revolución socialista internacional de los trabajadores , y una política burguesa basada en las elecciones y en partidos del régimen parlamentario , los obreros deben oponerse a las elecciones y los partidos políticos burgueses (de extrema izquierda a extrema derecha) que solo gobierna para los capitalista , pero no desde una perspectiva “apolítica” , sino desde una perspectiva proletaria-comunista[5].
Todo lo que hemos explicado hasta ahora es demostrar la diferencia entre una autentica asamblea obrera y soberana y una asamblea “popular” pequeñoburguesa-izquierdista , las verdaderas asambleas son controladas por los trabajadores de forma autónoma frente a los sindicatos y a los partidos políticos , que lucha por la expansión de la huelga y que se desarrollan tanto en los centros de trabajo como en las calles , donde los trabajadores discuten y deciden ellos mismos , sin dirigentes ni líderes y con un alto grado de organización y orden. Las asambleas pequeñoburguesas son controladas por la izquierda, los obreros son solo espectadores pasivos, son caóticas y casi sin orden, caen muchas veces en las violencias marginales, el debate no existe y están en zonas alejadas donde no hay fabricas ni centros de trabajo, están destinadas para el fracaso y la desmoralización de los trabajadores. Sin embargo, para explicar mejor aún estas diferencias vamos a hacer un recorrido histórico donde se muestran estas grandes diferencias.
Las asambleas de trabajadores que se desarrollaron en Rusia en 1905 y en 1917, y en Alemania y Hungría en 1918-19 fueron auténticas asambleas de clase, base para los consejos obreros, los obreros auto organizados en asambleas generales soberanas elegían delegados para los consejos y eran las propias masas proletarias quienes elegían el rumbo de sus huelgas e insurrecciones[6]. Luego de la contrarrevolución burguesa estalinista/fascista los obreros en 1968 de nuevo empezaron a desarrollar auténticas asambleas obreras en las fábricas, que se expandirían a varias partes de Europa en ese entonces e incluso en Latinoamérica, como lo fue en el Cordobazo argentino donde los obreros, organizados en asambleas, se enfrentaron contra el gobierno, debilitándolo considerablemente , en la década de los 80 Polonia fue el epicentro del movimiento obrero asambleario , donde los trabajadores se enfrentaron contra el estado capitalista ruso bajo los MKS (comités inter- fábricas) en asambleas generales[7].
Las últimas asambleas generales aparecieron en Europa y Norteamérica durante el 2008-11 debido a la crisis económica, aunque a diferencia del siglo pasado tenían una gran debilidad que era que los obreros estaban atrapados en el “pueblo y la patria” , luchando como “ciudadanos” y no como trabajadores revolucionarios que niegan la sociedad mercantil , aun así fue un primer y débil paso para la clase y las nuevas generaciones obreras , que estaban seriamente dañadas ideológicamente desde la década de los 90 por la caída de la URRS y supuestamente por la “desaparición del comunismo” (capitalismo de estado ruso que la burguesía vendió como comunismo)[8] .
En cambio , debido a lo mencionado anteriormente de que el proletariado estaba débil políticamente por el hecho de que la burguesía le vendió la mentira de que “el comunismo no funcionaba y que el capitalismo era un mal menor” , hizo que el proletariado perdiera su identidad de clase y se perdiera en la “masa popular nacional” , por ende en las últimos años aparecieron también pseudo- asambleas “populares” , creadas por los izquierdistas y los sindicatos , que no hacían más que daño a los trabajadores y solo fomentaban su pérdida de conciencia y autonomía de clase . Estas asambleas populares” aparecieron en Argentina en 2001 con el “movimiento piquetero”, que era un movimiento lumpen y caótico sin futuro[9], y ahora han vuelto a aparecer en Chile, bajo el contexto de las revueltas populares interclasistas en todo el mundo, ahora llamadas “Asambleas territoriales “y “Cabildos auto convocados”. Antes, en la década de los 70, también hubo falsas asambleas izquierdistas que hacían daño a los trabajadores y los encerraban en la fábrica y la autogestión, eran los llamados “cordones industriales”, que a diferencia de lo que dicen los anarquistas y comunizadores los cordones industriales no eran asambleas obreras de fábrica sino nuevas reuniones sindicales donde los dirigentes y jefes de los sindicatos tenían el poder y coordinaban todo a favor del gobierno burgués de la UP y Allende , los trabajadores no tenían ningún poder político en los “cordones industriales” , aparte de ser auto explotados por la autogestión reaccionaria[10]
¡Trabajadores, compañeros de clase, la burguesía sabe lo verdaderamente peligroso que son para sus intereses, las verdaderas asambleas generales y soberanas de trabajadores, por eso es, junto a la izquierda y los sindicatos, inventan y coordinan pseudo- asambleas que no tienen nada que ver con el movimiento obrero y solo buscan atrapar al proletariado en la “patria, el pueblo y la ciudadanía! ¡Debemos combatir seriamente contra esas asambleas “populares” y volver a desarrollar nuestra autonomía política de clase trabajadora!
Rodrix 23-6-20
[1] Ver Chile: Ante los ataques del Gobierno la respuesta no es la revuelta popular sino la lucha de clase del proletariado (https://es.internationalism.org/content/4479/chile-ante-los-ataques-del-gobierno-la-respuesta-no-es-la-revuelta-popular-sino-la [9]
[2] Chile: ¡En contra de la asamblea constituyente! ¡vamos por la verdadera autonomía e internacionalismo del proletariado! https://es.internationalism.org/content/4555/chile-en-contra-de-la-asamblea-constituyente-vamos-por-la-verdadera-autonomia-e [7]
[3] Bajo el capitalismo decadente, el Estado es totalitario y utiliza sus diferentes aparatos (derecha, izquierda, extrema derecha, extrema izquierda, sindicatos etc. para controlar políticamente a la población y especialmente al proletariado y complementar frente a este la labor de represión permanente de ejército, policía, judicatura, sistema carcelario etc.
[4] Ver Movimiento 15 M: la ponzoña del apoliticismo https://es.internationalism.org/cci-online/201107/3148/movimiento-15-m-la-ponzona-del-apoliticismo [30]
[5] Ver Contra el espectáculo repugnante de la política burguesa existe una respuesta: la política revolucionaria del proletariado https://es.internationalism.org/content/4464/contra-el-espectaculo-repugnante-de-la-politica-burguesa-existe-una-respuesta-la [31]
[6] Ver Serie de los consejos obreros (https://es.internationalism.org/series/486 [32])
[7] Ver "Polonia (agosto de 1980): Hace 40 años, el proletariado mundial retomaba de nuevo la huelga de masas [33]".
[8] Ver La lucha proletaria en todo el mundo: confirmación de la auto-organización de los trabajadores (https://es.internationalism.org/revolucion-mundial/200903/2505/la-lucha-proletaria-en-todo-el-mundo-confirmacion-de-la-auto-organiza [34])
[9] Ver Movimiento piquetero 1 y 2 ("DESDE ARGENTINA: Contribución sobre la naturaleza de clase del movimiento piquetero (I) [35]") (https://es.internationalism.org/rm/2004/83_piqueteros2.html [36]) y Revueltas 'populares' en Argentina: Sólo la afirmación del proletariado en su terreno podrá hacer retroceder a la burguesía https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/231/revueltas-populares-en-argentina-solo-la-afirmacion-del-proletariad [37]
[10] Ver ¿Cómo se organiza y lucha la clase obrera? - Los “cordones industriales” en Chile (https://es.internationalism.org/revolucion-mundial/201104/3096/como-se-organiza-y-lucha-la-clase-obrera-los-cordones-industriales-en [38])
Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 160.38 KB |
A raíz de discusiones con un grupo de compañeros de un país centroamericano hemos visto la necesidad de republicar nuestro folleto LOS SINDICATOS CONTRA LA CLASE OBRERA en varias entregas. La preocupación de los compañeros era ¿cómo defienden los obreros sus necesidades más inmediatas? La experiencia concreta de la clase obrera durante más de un siglo es que los sindicatos, que en el siglo XIX fueron una organización de combate para la lucha inmediata, se transformaron desde que la primera guerra mundial que abrió la decadencia del capitalismo en APARATOS DEL ESTADO BURGUÉS encargados de sabotear la lucha, imponer la división y la desorganización de los obreros y hacerles tragar todos los sacrificios que exige la explotación capitalista. Por ello, tanto la lucha revolucionaria como la lucha reivindicativa de la clase obrera solo puede llevarse a cabo FUERA Y EN CONTRA de los sindicatos, autoorganizándose en Asambleas Generales, Comités elegidos y revocables, y, en una situación revolucionaria, en Consejos Obreros.
El folleto está compuesto de cinco apartados y una introducción, esta última publicada acá como una primera entrega. En las siguientes semanas irán apareciendo cada uno de siguientes apartados que analizan distintos aspectos de la función de los sindicatos en el periodo de ascendencia y decadencia del capitalismo. Entre ellos, por qué hoy estos forman parte integral del Estado, y en algunas de sus formas más totalitarias de Capitalismo de Estado, llevan a la auto -explotación de los obreros – como ha pasado en los regímenes estalinistas; también, el folleto analiza la razón por la cual los sindicatos fueron parte del movimiento de obrero en el periodo de ascendencia y el motivo por el cual estos pasaron al campo burgués en la decadencia; además, analiza por qué el sindicalismo revolucionario y el anarco -sindicalismo[1], así como la propuesta izquierdista con la tesis de la “doble función” de los sindicatos, con su supuesta “crítica” al reformismo, resulta un veneno para la toma de conciencia del proletariado al rescatar algo de los sindicatos. Como último apartado, el folleto realiza un análisis de las verdaderas formas de lucha del proletariado, que han adquirido una nueva forma en la decadencia del capitalismo, donde el combate contra la burguesía tiene un carácter explosivo, enfrentativo y directo.
Los sindicatos, verdaderos saboteadores de las formas de lucha autónomas de la clase, siguen siendo uno de los principales mecanismos de la burguesía para minar la toma de conciencia y la lucha por su autonomía, por eso, para la CCI, el combate contra los sindicatos es fundamental en el periodo de decadencia, cuando la clase obrera se enfrenta de manera directa contra la burguesía. Esta siempre buscará el medio sindical para ahogar la solidaridad y la unidad de la clase cuando la lucha de clases adquiere un alto nivel de combatividad.
Suponemos que ya el título de este folleto sea de por sí una manera patente de dejar bien sentada nuestra postura respecto a la CUESTIÓN SINDICAL.
Es este un punto clave de la plataforma de la CCI[2]. No es una posición más, así, añadida no se sabe cómo a un montón de puntos heterogéneos. Decir claramente que los SINDICATOS, cualquier organización de tipo sindical, se llame como se llame, está CONTRA la clase obrera, sin excepciones o casos particulares, no es producto de una imaginación calenturienta o de un "purismo revolucionario" desconocedor de las realidades. Es fruto, al contrario, de la realidad más patente y cotidiana. Es fruto de las únicas lecciones que pueden sacar los revolucionarios de las experiencias del proletariado desde 1917. Sacar las lecciones de todo lo que ha implicado el cambio de periodo histórico en el capitalismo, del hecho de que la revolución se ha puesto al orden del día y de la terrible contrarrevolución de los años 30.
Desde entonces los sindicatos se han integrado en el Estado capitalista, sirviendo, en la mayoría de los casos, de "correas de transmisión", de alistadores eficaces de la clase obrera para los partidos socialdemócratas o estalinistas, es decir, de los partidos más aptos para acelerar el necesario proceso de capitalismo de Estado (pocas veces, los sindicatos están ligados a partidos de centro o derecha).
Así, todas las políticas sindicaleras, como las campañas "unitaristas" o "de libertad sindical", no son más que el reflejo de la lucha política del momento, más o menos exacerbada entre las diferentes fracciones del capital. El unitarismo italiano ha venido reflejando a nivel sindical el "compromiso histórico" entre el PC y la Democracia Cristiana. En cambio, en España, a pesar del "profundo deseo de unidad sindical", como dicen los bonzos sindicales, las dos centrales más fuertes, CCOO y UGT, han acabado por tirarse los trastos a la cabeza y sus dirigentes insultándose cual verduleras (y que estas nos perdonen) ante las cámaras de T.V., reflejando las tensiones en la izquierda española, y las pretensiones gubernamentales del P.S.O.E. (U.G.T.)
Pero no basta con demostrar y afirmar el papel contrarrevolucionario de los sindicatos. Tan importante es denunciar el papel que el Izquierdismo tiene en el tinglado sindical. En los grandes aparatos sindicales, en donde predominan los grandes partidos de la izquierda del capital, socialistas y "comunistas", poco espacio político suelen dejar estos a los izquierdistas (maoístas, trotskistas, etc.). En periodos de relativa calma social, al izquierdismo poco le dejan hacer en el aparato sindical. Su particularidad consiste en desmarcarse respecto de la dirección pidiendo, por ejemplo, 3.000 pesetas más en lugar de 2.500.
El izquierdismo es, en el abanico de fuerzas del capital, la última muralla contra el avance de la conciencia proletaria. Es la muralla "radical". Como en otras cuestiones, la ideología izquierdista se manifiesta en la cuestión sindical con un doble lenguaje anti y pro -sindical. El izquierdismo mantiene de manera más o menos clara, las posiciones políticas de la III Internacional degenerada, de manera más radicalizada que la de sus hermanos mayores de los P.C.
Para el izquierdismo, la clase obrera solo puede llegar a una conciencia "economicista" de sus intereses. Los sindicatos son, pues, la expresión de ese "nivel ínfimo" de la conciencia de clase. Por esa regla de tres, los sindicatos son para los izquierdistas órganos de la clase obrera a pesar de todos sus defectos.
Sobre esa visión capitalista de lo que es la conciencia de clase, se basan prácticas sindicales diferentes, de contornos difíciles de precisar, a menudo intercambiables.
Hay izquierdistas que no ofrecen prácticamente ninguna variante respecto a los PC y a sus sindicatos. Para ellos el sindicato bajo la influencia del partido y encuadrado por él tiene que ser un medio de presión en las luchas inter -burguesas y a la vez un medio de vigilancia policíaca y de "asistencia social" sobre la clase obrera sobre todo cuando el partido está en el poder. Para estos izquierdistas, como los grupos maoístas O.R.T. y P.T.E. en España[3], su partido también tiene que "tener su sindicato" o, al menos, una fracción dentro de otro sindicato más poderoso, en donde el partido pueda ejercer su influencia como "aportador de la conciencia política" a la clase obrera. El papel de estas organizaciones izquierdistas, organizadas como fracción dentro de un sindicato, es el de servir de conciencia "radical" a la fracción mayoritaria y a la dirección. Servir de tope para los obreros más combativos, intentar amaestrarlos, sindicalizando su combatividad, castrarlos en el aparato. En el ejemplo expuesto, el PTE (Partido del Trabajo de España) y la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores) escisiones ambos del PC, después de haber cumplido esa función de perros guardianes con ladrido radical dentro de Comisiones Obreras durante los últimos años del franquismo, fueron expulsados sin miramientos por la fracción mayoritaria del PCE, sin ni siquiera agradecerles la fiel labor cumplida. Y ambos partidos tuvieron que irse con sus obreros a montar otros dos sindicatos con la ridícula pretensión de ser más "unitarios", más "nuevos", más "combativos" (la CSUT del PTE y el SU de la ORT). En fin, dos callejones sin salida más en el laberinto capitalista.
Para otras fracciones del izquierdismo, en particular el trotskismo, el problema no es analizar lo que HOY son las organizaciones sindicales, apéndices del capital, sino saber cómo es la "base", y si se puede cambiar la dirección "burocratizada". Lo de menos para los izquierdistas es saber por qué SIEMPRE las direcciones sindicales son burocráticas e inamovibles y por qué el aparato sindical CORROMPE SISTEMÁTICAMENTE la combatividad de la "base". Hay grupos, a menudo escisiones de escisiones del izquierdismo sobre política sindical, que en pleno desconcierto y desesperanza acabar por decir que "hay que entrar en los sindicatos para destruirlos desde dentro". Y siempre, quienes acaban siendo destruidos son ellos mismos.
Por el hecho que "política" es una palabra que recubre en general la política burguesa, es decir, todas las maniobras y engaños que cotidianamente practican todos los partidos del capital nacional (desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda) por el hecho que esa política de los profesionales del engaño constituye uno de los aspectos más asquerosos de la vida de la sociedad capitalista, es frecuente que se desarrolle entre los trabajadores un desprecio visceral de "la política".
Sin embargo, el "apoliticismo" no es lo contrario de la política burguesa. La lucha contra el Estado capitalista y todos sus sirvientes, el combate por la instauración de un verdadero poder directo de los obreros a nivel internacional, no es una tarea "apolítica" sino el contenido real de la auténtica política obrera[4]. La lucha revolucionaria del proletariado es una lucha política en el sentido original de la palabra, decir algo que concierne el poder central de la sociedad. Como tal, los obreros deben asumir el carácter político de su lucha. Transformar el asco por la política burguesa en apolitismo no es en realidad dar prueba de lucidez ni de "radicalidad" sino caer en una de las numerosas trampas del poder del capital.
En fin, de cuentas, los anarco-sindicalistas y otros "autónomos" "antipolíticos" proponen a la clase obrera lo mismo que la izquierda y extrema izquierda: que la clase se quede confinada en sus fábricas o barrios, que no se ponga a la altura de su quehacer político. Para izquierda y extrema izquierda, la política es asunto de sus partidos. A los obreros, con su "conciencia economicista limitada", les basta con sus sindicatos, sus procesiones y sus "jornadas de lucha". Para la C.N.T. y los "autónomos", aunque poniéndose del otro lado, razonan de la misma manera: organicémonos en la base, en nuestras fábricas y barrios, de manera autónoma, y la política que la hagan... ellos, los políticos a quienes, en fin, de cuentas, respetan y dejan hacer. En los mítines y reuniones de autónomos, la Mesa se crispa cuando alguien habla de “política", y eso que, muy a menudo, sus "dirigentes" pertenecen a un grupo político y están allí disfrazados de apolíticos con lo cual se auto- embaucan e intentan embaucar a la clase obrera. Si para la izquierda y extrema izquierda la clase obrera es un rebaño que puede servir para presionar, para la CNT y los Autónomos, los trabajadores son niños chicos a los que hay que prohibir hacer política para que no se corrompan.
La clase obrera de España pagó muy caro el "apoliticismo" de la CNT, en los años de la guerra, como explica la nota al final de este folleto. La CNT actual, bastante más débil, procura recoger el descontento y el asco de los obreros por las centrales sindicales "políticas", para llevarlo al pozo sin fondo de su arcaica ideología pequeñoburguesa de apoliticismo, del "individualismo" y federalismo[5]. Pretende desarmar a la clase obrera de las únicas armas con que cuenta: su conciencia política de clase y su organización autónoma de clase, los consejos obreros.
Ante nuestra clase, no se trata de afirmar que "nosotros somos el poder" como lo hacen elementos del movimiento asambleario en España. Porque, por el momento, es, sencillamente, mentira. En nuestra clase, de lo que se trata es de decir, la verdad. De lo que se trata es de decir con palabras justas, claras y definitivas lo que hoy solo pueden ser los sindicatos. De lo que se trata es de quitar todas las ilusiones que en ellos aún tiene parte de nuestra clase, para poder alcanzar la lucidez que la lucha por la revolución proletaria mundial exige.
C.C.I., marzo de 1978
[1] Es necesario precisar que, en un primer momento, el sindicalismo revolucionario (y algunas tendencias anarco-sindicalistas) fueron a principios del siglo XX una reacción proletaria primaria, confusa e insuficiente a la creciente integración de los sindicatos en el capitalismo. Ver en nuestra Web la sección Anarquismo y Sindicalismo https://es.internationalism.org/go_deeper [42]
[2] Punto VII de la Plataforma Política de la CCI, ver https://es.internationalism.org/cci/201211/3550/plataforma-de-la-cci-adoptada-por-el-ier-congreso [43]
[3] Se trata de grupos izquierdistas que tuvieron un cierto peso en las postrimerías del franquismo, pero que hoy han desaparecido completamente.
[4] Ver Contra el espectáculo repugnante de la política burguesa existe una respuesta: la política revolucionaria del proletariado https://es.internationalism.org/content/4464/contra-el-espectaculo-repugnante-de-la-politica-burguesa-existe-una-respuesta-la [31]
[5] Para un estudio histórico de la CNT ver nuestra Serie sobre la CNT: https://es.internationalism.org/revista-internacional/200703/1322/historia-del-movimiento-obrero-la-cnt-nacimiento-del-sindicalismo- [44] , https://es.internationalism.org/revista-internacional/200705/1903/historia-del-movimiento-obrero-la-cnt-ante-la-guerra-y-la-revoluci [45] , https://es.internationalism.org/revista-internacional/200708/2002/historia-del-movimiento-obrero-el-sindicalismo-frustra-la-orientac [46] , https://es.internationalism.org/revista-internacional/200711/2068/historia-del-movimiento-obrero-la-contribucion-de-la-cnt-a-la-inst [47] , https://es.internationalism.org/revista-internacional/200802/2189/historia-del-movimiento-obrero-el-fracaso-del-anarquismo-para-impe [48] y https://es.internationalism.org/revista-internacional/200806/2278/historia-del-movimiento-obrero-el-antifascismo-el-camino-a-la-trai [49]
Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 121.39 KB |
En el siglo pasado, la conquista del derecho a organizarse en coaliciones y sindicatos constituyó uno de los objetivos fundamentales de la clase obrera.
En la revolución francesa de 1789, la burguesía que acababa de conquistar el poder político, lo primero que hizo fue despojar a la clase obrera del derecho de asociación que esta apenas acababa de conquistar. Por una ley orgánica del 14 de junio de 1791, todo acuerdo entre trabajadores para defender intereses comunes fue prohibido, acusado de "atentado contra la libertad y la declaración de los derechos del hombre” y castigado con una multa de 500 libras.
Desde entonces fue necesario más de medio siglo de luchas obreras para que fuesen aceptados algunos cambios en las leyes que –a la vez que castigaban los atentados al "libre ejercicio de la industria y a la libertad de trabajo"– "toleraban" el derecho de coalición. En Inglaterra la ley contra las coaliciones solo cayó progresivamente bajo la presión del proletariado. Tras las reformas de 1825 y 1859, en junio de 1871 fue finalmente reconocida la existencia legal de Trade Unions (sindicatos).
Reconocidos legalmente o no, los sindicatos obreros no llegaron a crearse y subsistir más que al precio de luchas incesantes de los trabajadores contra el Estado burgués.
Hoy las relaciones entre clase obrera, sindicatos y Estado son completamente distintas: el enfrentamiento entre obreros y sindicatos caracteriza toda lucha obrera consecuente.
Desde 1919, cuando en Alemania los sindicatos participaron activamente en la represión sangrienta de la insurrección obrera en Berlín, la historia de los principales combates obreros ha estado marcada por el choque violento con las organizaciones sindicales. Con el renacer de la lucha de clases desde 1960, este hecho se ha repetido una y mil veces, en todos los países: la gran huelga de 1968 en mayo en Francia surgió contra la voluntad de los sindicatos; en Italia durante las huelgas generalizadas del "Otoño Caliente" de 1969, los obreros echaron a los delegados sindicales de las Asambleas. En Inglaterra, las huelgas que se multiplicaron a partir de 1960 y, sobre todo, entre 1968 y 1972, eran en el 90% de los casos huelgas salvajes, es decir, sin el permiso y contra la voluntad de los sindicatos.
En Bélgica, desde 1960 se desarrollan las huelgas antisindicales y en 1973 los portuarios de Amberes en huelga atacan y saquean el local de los sindicatos; en Venezuela, los trabajadores de la principal zona industrial del país toman como rehenes a los líderes sindicales y se enfrentan violentamente a las fuerzas militares que vienen a liberarlos; en Polonia, en 1970, los trabajadores en huelga de los astilleros asaltan la sede del Partido "obrero" y de sus sindicatos en unos combates insurreccionales que sufren una violenta represión estatal que causa más de 300 muertos.
En los países del Este, países de CAPITALISMO DE ESTADO, cínicamente llamados "comunistas", los sindicatos están oficialmente integrados en el Estado, de la misma forma que el Ejército y la Policía. Su trabajo está claramente definido como órganos del Estado, en las fábricas encargados de encuadrar a la clase obrera dentro de ellas, en vistas a controlarla policialmente ("hacer respetar la disciplina del trabajo") y a empujarla a cumplir eficazmente los imperativos de la producción capitalista (aumento de los rendimientos, baja de los costes salariales...) Así, por ejemplo, el Comité Ejecutivo de la C.G.T. china acordaba en el curso de una reunión del 10 de Julio de 1953, que "todos los escalones sindicales deben considerar el reforzamiento de la disciplina en el trabajo como su deber primordial y permanente" y recomendaba "castigar de una manera apropiada a los elementos recalcitrantes que cometen constantemente graves infracciones". Igualmente, en el Xº Congreso de los sindicatos soviéticos (1949) se definían como principios de los sindicatos el "organizar la emulación socialista para asegurar la ejecución y mejora de los Planes de Producción, el aumento de la productividad del obrero y la reducción de los precios de coste" (del libro: "El sindicalismo en el mundo" de Guy Lefranc).
Es decir, y hablando claro, hacer trabajar a los obreros, obligarles a rendir al máximo, conseguir sacarles la máxima plusvalía.
En los países donde el Estado se sirve para gobernar de los mecanismos llamados "democráticos", la colaboración entre sindicatos y Estado es menos visible, menos oficial, pero no menos real. Es, a veces más perceptible, allí donde las principales Centrales sindicales están unidas a los partidos políticos que, a menudo, ejercen el poder: países escandinavos, Inglaterra, Alemania, Bélgica... En este último país, por ejemplo, los sindicatos participan desde 1918 en las "mesas redondas de concertación" organizadas por el Estado para las relaciones entre patronos y sindicatos; están representados en los Tribunales de Trabajo que juzgan los conflictos laborales; están presentes en el Consejo Central de Economía, así como en el Banco Nacional de Bélgica. Se encargan de administrar los subsidios de paro a los obreros sindicados y para ello están subvencionados por el Estado. En definitiva, están estrechamente asociados con el Estado, en la gestión de la economía nacional y en el mantenimiento de la esclavitud asalariada.
En todos los países donde los sindicatos están atados a Partidos situados en la oposición su asociación con el Estado puede parecer menos evidente, debido al juego de oposición que están obligados a llevar los partidos que los dirigen. Tal ha sido el caso de los principales sindicatos de Italia y Francia. No obstante, su integración en los engranajes del Estado resulta evidente, incluso bajo formas institucionales: así en Francia, las centrales llamadas "representativas" están ampliamente subvencionadas por el Estado, participan en el Consejo Económico Social, en los comités de Empresa, administran comedores, guarderías, economatos, residencias turísticas... y son puntualmente consultados por el Gobierno para cualquier decisión social importante[1].
En cualquier caso, en todos los países, los sindicatos se han convertido en los muy respetables y oficiales "representantes de la clase obrera" ante el Estado y al hacerlo se han hecho parte de él.
Es así como hoy se puede oír al responsable de la Patronal francesa pedir en un tono tan decidido como sincero, lo que sus antepasados de 1791, los burgueses revolucionarios, habían combatido con tanta energía: "un sindicato fuerte": “Como contrapartida a la libertad de los jefes de empresa, es deseable que como elemento de equilibrio, el sindicalismo obrero pueda afirmarse. Personalmente, cuanto más partidario soy de la libertad, más deseo un sindicalismo obrero fuerte y esto es, ciertamente, la concepción de una sociedad coherente" (F. Ceyrac: presidente de la C.N.P.F. –Organización patronal francesa– Declaraciones a la revista "L'Express")
Hoy, cuando la crisis económica del capitalismo mundial se profundiza llevando consigo el resurgir de las luchas proletarias, cuya extensión al conjunto del planeta no tiene precedentes, el proletariado debe conocer todas las consecuencias de la contrarrevolución. Debe grabar en su memoria una respuesta clara a las cuestiones que la historia le ha planteado violentamente en la práctica.
Las luchas "salvajes" antisindicales, que durante 60 años han saltado esporádicamente y que hoy se multiplican en todo el mundo, ¿son fenómenos excepcionales, marginales? o bien ¿son una manifestación clara de la única manera de luchar para el proletariado en el presente periodo histórico?
La integración de los sindicatos dentro del Estado, ¿Es un fenómeno real, acabado e irreversible? o bien ¿Es una simple apariencia? Los sindicatos, ¿Guardan aún algo de obrero? ¿Pueden ser enteramente recuperados para las masas obreras? o ¿Se pueden crear nuevas formas de organización sindical? y, de manera más general, las formas de lucha proletaria ¿Pueden ser las mismas en el capitalismo decadente que sobrevive desde la I Guerra Mundial, que en el capitalismo ascendente del siglo XIX?
El proletariado no puede sacar lecciones para su lucha más que de su propia experiencia histórica y mundial. De su capacidad para comprender esta experiencia, depende la posibilidad de su desarrollo como clase revolucionaria capaz de destruir el capitalismo y crear el comunismo. Para responder a estas cuestiones candentes, nos es necesario tomar lo esencial de la evolución de los sindicatos y, más globalmente de las formas de lucha obrera desde el siglo XIX.
[1] Cabe añadir que en Alemania el sindicato IG Metal participa en el Consejo de Administración de una empresa multinacional de la talla de Volkswagen.
Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 97.21 KB |
El asesinato a sangre fría de George Floyd por parte de la policía ha provocado indignación en los Estados Unidos y en todo el mundo. Se trata, como es sabido, del último de una larga lista de asesinatos policiales en los que negros e inmigrantes han sido las principales víctimas. Y no solo en los EE.UU., sino también en el Reino Unido, Francia y otros estados "democráticos". En los EE.UU., en marzo, la policía le disparó a Breonna Taylor en su propia casa. En Francia, Adama Traoré fue asfixiado estando en manos de la policía en 2016. En Gran Bretaña, en 2017, Darren Cumberbatch fue golpeado hasta la muerte también por la policía. Esto es solo la punta del iceberg[1].
En su respuesta a las protestas que estallaron inmediatamente en los EE.UU., la policía demostró que se trata de una fuerza de terror militarizada, con o sin la ayuda del ejército. La brutal represión de esas manifestaciones – 10 mil detenciones en los EE.UU. – evidencia que las policías, en los EE.UU. como en otros países "democráticos", actúan de la misma manera que la policía de regímenes abiertamente dictatoriales como Rusia o China.
La ira ante esta brutalidad policial es desde luego sincera y compartida tanto por los blancos como por los negros, por los latinos, los asiáticos, y sobre todo por los jóvenes. Pero vivimos en una sociedad que se ve dominada material e ideológicamente por una clase dominante, la burguesía o clase capitalista. Y los estallidos de ira, por justificados que estén, no bastan para desafiar el sistema que sustenta la violencia policial, o para evitar las muchas trampas puestas por la burguesía. Las protestas no fueron iniciadas por la clase dominante, pero ésta ya ha conseguido llevarlas a su propio terreno político burgués.
En los primeros estallidos de indignación en los Estados Unidos, las protestas tendieron a tomar la forma de disturbios: saqueos de tiendas, incendios de edificios simbólicos, etc. Las acciones provocadoras perpetradas por la policía alimentaron desde luego esa violencia de los primeros días de las protestas. Algunos de los manifestantes justificaron los disturbios refiriéndose a Martin Luther King que dijo que "el disturbio es la voz de quienes no son escuchados". Y es cierto: son una expresión de impotencia y desesperación. No conducen absolutamente a nada excepto a una mayor represión por parte de un Estado capitalista que siempre saldrá ganando frente a las acciones desorganizadas y dispersas en las calles.
Pero la alternativa propuesta por las organizaciones de activistas oficiales tales como Black Lives Matter[2] - marchas pacíficas que reclaman justicia e igualdad- representan igualmente un callejón sin salida e incluso de forma aún más insidiosa puesto que hacen el juego a fuerzas políticas del capital. Analicemos por ejemplo su propuesta de privar de fondos a la policía o incluso a abolirla por completo. Por un lado, es algo completamente ilusorio en esta sociedad, es como aspirar a que el Estado capitalista se disolviera voluntariamente. Y, al mismo tiempo, esparce la criminal ilusión de que es posible reformar ese Estado en interés de los explotados y oprimidos, cuando su función misma es tenerlos bajo control en interés de la clase dominante.
La prueba de que la clase dominante no se ve en absoluto incomodada por estas reivindicaciones aparentemente tan radicales, es que pocos días después de las primeras protestas los medios de comunicación y los políticos capitalistas -principalmente, pero no sólo, los de la izquierda- "se arrodillaron", literal o figuradamente, en ferviente condena del asesinato de George Floyd y en apoyo entusiasta de las protestas. El ejemplo de los principales políticos del aparato del Partido Demócrata en los EE.UU. es el más obvio. Pero pronto se sumaron sus homólogos de todo el mundo, incluidos los más patentes representantes de la policía. Así se realiza la recuperación burguesa de una ira legítima.
No podemos hacernos ilusiones: la dinámica de este movimiento no puede llevarlo a transformarse en un instrumento de los explotados o transformarse en un arma de los explotados y oprimidos, puesto que es un instrumento en manos de la clase dominante. Las movilizaciones actuales no son un "primer paso" hacia una verdadera lucha de clases, sino que se utilizan para bloquear su desarrollo y maduración.
El capitalismo no podría haberse convertido en el sistema mundial que es hoy en día sin la trata de esclavos y el sometimiento colonial de las poblaciones indígenas de Asia, África y América. El racismo impregna pues sus genes. Desde sus comienzos mismos ha utilizado las diferencias raciales – y las de todo tipo – para enfrentar a unos explotados contra otros, para impedir una lucha unida contra su verdadero enemigo: la minoría que los explota. Pero también ha utilizado profusamente la ideología del "antirracismo", es decir la idea de que se puede luchar contra racismo no uniéndose como clase sino agrupados en torno a tal o cual comunidad oprimida. Pero organizarse sobre la base de su "comunidad" racial o nacional se convierte en otro medio más de diluir la verdadera división en clases que subyace a este sistema. No existe pues una "comunidad negra" como tal porque existen capitalistas negros y trabajadores negros, y no tienen interés alguno en común. Recordemos sin ir más lejos la masacre de mineros negros en la huelga en Marikana en 2012, perpetrada por el Estado sudafricano "post-apartheid".
El asesinato de George Floyd no fue el resultado de un plan deliberado de la burguesía. Pero sí ha hecho posible que la clase dominante focalice la atención sobre la cuestión de la raza cuando en realidad es el conjunto del sistema capitalista lo que evidencia su bancarrota. bancarrota.
La sociedad capitalista se halla en un profundo estado de decadencia. Las bárbaras masacres que siguen extendiéndose por África y el Oriente Medio o las incesantes guerras de bandas en América Latina, que fuerzan a millones de personas a convertirse en refugiados, son claros síntomas de ello. Al igual que la actual pandemia Covid-19, un subproducto de la devastación del capitalismo en la ecología del planeta. Al mismo tiempo, el sistema está sumido en una crisis económica insoluble. Tras el “crash” de 2008, los Estados capitalistas lanzaron una brutal estrategia de austeridad destinada a hacer pagar la crisis a los explotados. La resultante diezma de los servicios de salud es una de las principales razones por las que la pandemia ha tenido un impacto tan catastrófico. Y al mismo tiempo este impasse mundial ha sumido al sistema en una crisis económica más profunda, comparable a la depresión de los años 30.
Este nuevo hundimiento en la crisis económica ya está causando un empobrecimiento generalizado, una agravación del problema de la vivienda e incluso hambre hasta en los Estados Unidos que ofrece a sus trabajadores una cobertura social mínima en caso de desempleo o enfermedad. Es innegable que la miseria material ha alimentado la ira de las protestas. Pero frente a la obsolescencia histórica de todo un modo de producción sólo hay una fuerza que puede unirse contra ella y ofrecer la perspectiva de una sociedad diferente: la clase obrera internacional.
La clase obrera no está inmunizada contra la putrefacción de la sociedad capitalista: sufre también el peso de todas las divisiones nacionales, raciales y religiosas que se agudizan con el siniestro avance de la descomposición social[3], que se manifiesta de forma aún más evidente en la expansión de las ideologías populistas. Pero esto no cambia la realidad fundamental: los explotados de todos los países, sea cual sea el color de su piel, tienen el mismo interés que es el de defenderse de los ataques cada vez más duros a sus condiciones de vida, sean los recortes sociales, el desempleo, los desahucios, los hachazos a las pensiones u otras prestaciones sociales, y contra la violencia del Estado capitalista. Sólo esta lucha es la base para superar todas las divisiones que benefician a nuestros explotadores y para resistir los ataques racistas y los pogromos en todas sus formas. Y cuando la clase obrera se organiza para unir sus fuerzas demuestra también su capacidad de organizar la sociedad sobre una nueva base. Los consejos obreros que surgieron en todo el mundo tras la revolución en Rusia en 1917[4], los comités de huelga “inter fabricas” que surgieron en la huelga de masas polaca de 1980[5] - son la prueba de que la lucha de la clase obrera, en su propio terreno, plantea la perspectiva de crear un nuevo poder proletario sobre las ruinas del estado capitalista, y de reorganizar la producción para la satisfacción de las necesidades de la humanidad.
Es cierto que hace ya algunas décadas que la clase obrera ha ido perdiendo conciencia de sí misma como clase opuesta al capital, como resultado tanto de vastas campañas ideológicas (la matraca incesante sobre la "muerte del comunismo" que siguió al colapso de la forma estalinista de capitalismo), y de cambios radicales (tales como como el desmantelamiento de los centros tradicionales de lucha de la clase obrera en los países más industrializados). Pero justo antes de que la pandemia del Covid-19 se extendiera por todo el mundo, habíamos visto en Francia luchas que ponían de manifiesto que la clase obrera distaba mucho de estar muerta y enterrada. Evidentemente la llegada de la pandemia y el bloqueo social que representaron los confinamientos frenaron el potencial inmediato de una extensión de este movimiento. Aún entonces, en esas primeras fases de las cuarentenas, hubo reacciones muy militantes de la clase obrera en muchos países resistiéndose a ser tratados como “corderos al matadero”, contra la obligación de trabajar sin un equipo de seguridad adecuado simplemente para no alterar los beneficios de la burguesía. Estas luchas, que también se han dado en los EE.UU., ya han superado las divisiones raciales y nacionales[6]. Al mismo tiempo la situación de confinamiento ha puesto de manifiesto que el funcionamiento de este sistema depende por completo del trabajo "esencial" de la clase que explota tan despiadadamente.
La cuestión central para el futuro de la humanidad es esta: ¿Podrá la minoría capitalista seguir dividiendo a la mayoría explotada por razas, religiones o naciones, y así arrastrarla en su caída hacia el abismo? ¿O la clase obrera, en todos los países del mundo, se reconocerá a sí misma como lo que es, la clase que, en palabras de Marx: "es revolucionaria o no es nada"?
Amos, junio 2020
[1] Hace unos días se han dado a conocer también las muertes de emigrantes o de personas de etnia gitana en las dependencias policiales de la España gobernada por “socialistas” y “comunistas”
[3] Ver nuestras Tesis sobre la Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [3]
[4] Ver nuestro Manifiesto sobre la Revolución de octubre 1917 https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201710/4237/manifiesto-de-la-corriente-comunista-internacional-sobre-la-revolucion [54]
[5] Ver Un año de luchas obreras en Polonia /content/2318/un-ano-de-luchas-obreras-en-polonia [55]
[6] Ver Covid-19: a pesar de todos los obstáculos, la lucha de clases trata de forjar su futuro https://es.internationalism.org/content/4569/covid-19-pesar-de-todos-los-obstaculos-la-lucha-de-clases-trata-de-forjar-su-futuro [8]
Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 114.4 KB |
Entre los medios burgueses actuales es muy común calificar al estudiante como un “Radical” o un “subversivo”, como alguien que “se atreve y da la cara”, pero la verdad es bastante distinta de lo que dicen los medios masivos del capital, lamentablemente ese errado estigma ha quedado muy marcado en la sociedad capitalista. Para desmentir esta falacia debemos estudiar los orígenes y el transcurso hasta la actualidad del movimiento estudiantil.
El movimiento estudiantil comenzó a hacerse popular en las luchas de los 60 y 70, después de más de 40 años de contrarrevolución estalinista, cuando los obreros franceses en las fábricas comenzaron a organizar comités de acción e irse a huelgas salvajes los estudiantes los acompañaron y se unieron a ellos, siendo finalmente calificada como una “Revuelta obrero-estudiantil”[1]. Sin embargo, la burguesía y sus historiadores se han esforzado mucho en ver el mayo francés como un “movimiento estudiantil” y dejar de lado las huelgas de los obreros ¿Por qué? Porque el estudiantado universitario de esa época tenía como objetivo acceder a cargos medios y altos en las empresas y el Estado, es decir, formar parte de la clase dominante, la universidad era una institución elitista y solo los hijos de los capitalistas o de la pequeña burguesía podían estudiar en esos establecimientos. Es cierto que la masificación de la universidad que entonces comenzaba causaba frustración pues no habría puestos para tantos aspirantes, igualmente la sociedad, bajo el impulso de las luchas obreras empezaba a salir de la contrarrevolución y ello fomentaba en el estudiantado un espíritu rebelde y contestario que venía a ser un subproducto de la nueva situación y no un producto de la lucha de clase proletaria.
Lo que en realidad caracterizó al mayo francés del 68 fue la superposición de dos bandos: por un lado, el proletariado industrial que comenzó a luchar mediante asambleas y comités de huelgas salvajes, afuera de los sindicatos, y que por ende fue una autentica lucha proletaria e internacionalista. En el otro bando el estudiantado con sus protestas y “manifestaciones culturales” y que solo representaban a una pequeña burguesía en decadencia. Desde entonces el estudiantado pequeñoburgués, por su pensamiento activista e intelectual, siguió apoyando a los trabajadores en sus distintas luchas, como en la huelga obrera de Polonia de 1980 o en el Cordobazo argentino de 1969. Sin embargo, cuando las luchas de clase durante las revueltas de los 60-70 comenzaron a decaer los restos del movimiento estudiantil de la época comenzaron a caer en el terrorismo guerrillero y al anarquismo, demostrando que el movimiento estudiantil no representa más que una nueva faceta de la pequeña burguesía desesperada e inútil.
Sin embargo, en la actualidad la mayor parte de los estudiantes no provienen de la burguesía o la pequeña burguesía, aproximadamente el 95% de los estudiantes son de extracción obrera y se convertirán en futuros asalariados, por ende, la universidad también se ha “proletarizado”, la mayor parte de los estudiantes también sufrirá el desempleo, la precariedad y la subcontratación. Si antes los estudiantes universitarios pasaban a ocupar puestos importantes en burocracias estatales, en empresas privadas o en la misma academia, ahora las fuerzas de producción han avanzado a tal nivel que es necesaria una especialización (y un adoctrinamiento) de la fuerza de trabajo en general, desde los primeros años de vida hasta la adultez, llenando las universidades de futuros proletarios. Las instituciones que se encargaban de asignar a los jóvenes burgueses a un lugar en la sociedad burguesa ahora también se tienen que encargar de asignar a los jóvenes proletarios su lugar en esta misma sociedad, esta es la gran contradicción de la educación burguesa (especialmente la educación terciaria o superior) al día de hoy.
La historia del movimiento estudiantil chileno en su forma actual comienza aproximadamente en el 2006, aunque en la década de los 60 hubo muchas protestas entre estudiantes de extrema izquierda y de extrema derecha. El movimiento de 2006 comenzó con los secundarios (que siempre han sido más “radicalizados” y activistas que los universitarios), se le llamo “pingüinazo” debido a que el uniforme de los secundarios se asemeja en colores a los pingüinos, y la consigna que caracterizó ese movimiento durante los años posteriores fue: EDUCACION GRATUITA Y DE CALIDAD, el gran epicentro del movimiento estudiantil.
Ante esto hay que aclarar que la única “gratuidad” en la educación burguesa viene a expensas de los salarios de los obreros y que cualquier estándar de “calidad” que busquen alcanzar debe obedecer a los cánones de la sociedad burguesa. Entendiendo el sistema educativo en su conjunto e integrado a la división social del trabajo, la educación que imparte no puede aspirar a ser más que el adoctrinamiento y la formación para ser futuros obreros explotados, asalariados, insertados dentro de una jerarquía estricta de trabajo. La consigna “educación gratuita” expresa en primer lugar la ilusión de que una enseñanza pública a cargo del Estado sería una “mejora” cuando en realidad la financiación de la enseñanza nace de la plusvalía expropiada a los trabajadores. Por otro lado, esparce la ilusión de “la promoción individual”, cuando lo que sucede en realidad es que por muchos títulos, posgrados y certificados de idiomas que un estudiante acumule, el destino de la inmensa mayoría es la precariedad, el desempleo y unas pésimas condiciones de trabajo y vida. En fin, la educación no tiene como finalidad ayudar a la toma de conciencia de la clase obrera, sino todo lo contrario, entorpecerla y facilitar la penetración en las filas obreras de la ideología burguesa y pequeñoburguesa.
Pese a que el estudiantado se ha “proletarizado” y la mayoría proviene de la clase obrera, el pensamiento burgués izquierdista sigue penetrando entre los estudiantes. Aquí no hay que subestimar el peso ideológico de la burguesía. Con la llegada de la decadencia y la traición de las organizaciones tradicionales del proletariado, sus secciones juveniles se fueron convirtiendo en órganos de adoctrinamiento y propaganda. Aquí es donde aparece el veneno político e ideológico característico del “movimiento estudiantil”, como estas organizaciones solo pueden mantenerse con vida mientras contribuyan a avanzar las metas de su partido, es decir, debilitando el movimiento de la clase trabajadora, sus “contribuciones” a la política de los estudiantes no son más que un estorbo inmenso para el desarrollo de su conciencia de clase. Organizaciones como las diferentes “coordinadoras estudiantiles” buscan cooptar cualquier acción consciente de los estudiantes proletarios para su propio beneficio, siempre de la mano de los partidos izquierdistas.
Obviamente ha habido excepciones en donde los estudiantes de extracción obrera rompieron con el movimiento estudiantil y se organizaron como obreros, bajo asambleas generales y comités de delegados, una muestra de eso fue Francia el 2006, en su movimiento contra el CPE[2]. Además, hay que aclarar que muchos de los movimientos de los estudiantes nacen de problemas relacionados al mundo universitario, problemas relacionados con la burocracia de la universidad, con los cursos o los profesores, demandas que no se pueden generalizar al resto de la clase ni pueden resolverse en sus causas últimas dentro de la universidad.
A pesar de todo esto, aún en este sector hay esbozos de conciencia de clase y existe cada vez un mayor desdén desde los estudiantes (cada vez más proletarios) hacia los grupos políticos burgueses, y existe un descontento general con el funcionamiento de la política de los centros de alumnos y de las federaciones estudiantiles. Aunque un rechazo a estas prácticas de la burguesía no significa un rechazo completo a su política ni tampoco una aceptación del programa proletario, es parte de la conciencia embrionaria de la clase, que sin el aporte del movimiento obrero general se quedará en puro embrión. Al mismo tiempo el movimiento obrero se ve forzado a incorporar las fuerzas de las nuevas generaciones proletarias, gran parte de las cuales pasa o pasará por la universidad, pues sin ellos no tienen a quién pasar la antorcha. Mientras exista el conflicto principal de la educación burguesa, es decir, la contradicción entre la sociedad burguesa pintada por la escuela y la realidad material de la que participan sus estudiantes habrá un potencial importante de la juventud que solamente puede realizarse en la lucha de clases.
Aquí es importante que los obreros revolucionarios dentro y fuera de las escuelas discutan el problema de la educación capitalista, con objeto de realizar una denuncia de sus contenidos, sus métodos y su forma de transmisión. Estos están sesgados por la ideología burguesa, el mantenimiento de la explotación y por las necesidades de la acumulación capitalista y son radicalmente antagónicos respecto a la conciencia de clase del proletariado y a cómo será la ciencia y el conocimiento en la futura sociedad donde, como dijeron Marx y Engels, “El libre desarrollo de cada uno sea la condición para el libre desarrollo de todos”.
La respuesta a estos obstáculos que afectan a los estudiantes solo se encontrará cuando los jóvenes obreros rompan con la universidad, el estudiantilismo, el academicismo y sobre todo con el izquierdismo progresista. Cuando los jóvenes se organicen con los trabajadores, lejos de la academia burguesa universitaria, bajo asambleas generales, cuando piensen y luchen como obreros y rechacen las corrientes burguesas que abundan en sus círculos. La revolución solo puede ser hecha por el movimiento obrero en su conjunto, jamás por fracciones particulares o categorías interclasistas. Los paros universitarios o “Revueltas” estudiantiles, caracterizadas por el caos, y la desorganización, no son más que una manifestación de la bancarrota política en que se encuentra el llamado “movimiento estudiantil” y un trampolín para individuos que buscan carreras políticas. ¡SOLO LOS TRABAJADORES SON LOS SUJETOS POLITICOS DE LA REVOLUCION!
Simpatizantes de la CCI en Chile 22-6-20
[1] Para un conocimiento del movimiento proletario de mayo 1968 ver Hace 50 años, Mayo de 1968 https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201804/4296/hace-50-anos-mayo-de-1968 [58]
[2] Tesis sobre el movimiento de los estudiantes de la primavera de 2006 en Francia https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200 [59]
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/files/es/en_peru_la_cuarentena_esconde_el_empeoramiento_de_las_condiciones_de_vida_de_la_clase_obrera.pdf
[2] https://es.internationalism.org/content/4556/covid-19-barbarie-capitalista-generalizada-o-revolucion-proletaria-mundial
[3] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[4] https://es.internationalism.org/content/4558/covid-19-en-peru-muerte-miseria-y-crisis
[5] https://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/aprueban-protocolo-sanitario-de-operacion-ante-el-covid-19-d-resolucion-ministerial-n-142-2020-produce-1866132-2/
[6] https://es.internationalism.org/content/4567/chile-la-ley-de-proteccion-al-empleo-otro-ataque-del-capitalismo-los-obreros
[7] https://es.internationalism.org/content/4555/chile-en-contra-de-la-asamblea-constituyente-vamos-por-la-verdadera-autonomia-e
[8] https://es.internationalism.org/content/4569/covid-19-pesar-de-todos-los-obstaculos-la-lucha-de-clases-trata-de-forjar-su-futuro
[9] https://es.internationalism.org/content/4479/chile-ante-los-ataques-del-gobierno-la-respuesta-no-es-la-revuelta-popular-sino-la
[10] https://es.internationalism.org/content/4490/los-efectos-de-la-descomposicion-capitalista-en-el-ecuador-solo-el-proletariado-podra
[11] https://es.internationalism.org/content/4540/la-perspectiva-que-plantean-las-recientes-luchas-obreras-en-francia
[12] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/situacion-politica
[13] https://es.internationalism.org/tag/4/400/peru
[14] https://es.internationalism.org/tag/cuestiones-teoricas/salud-epidemias-pandemias
[15] https://es.internationalism.org/files/es/feminismo_mx.pdf
[16] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201804/4291/huelga-feminista-contra-las-mujeres-y-contra-la-clase-obrera
[17] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/index.htm
[18] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/origen/index.htm
[19] https://www.marxists.org/espanol/kollontai/1907/001.htm
[20] https://www.marxists.org/espanol/luxem/1912/mayo/12.htm
[21] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/situacion-politica-2
[22] https://es.internationalism.org/tag/2/35/las-luchas-parciales
[23] https://es.internationalism.org/files/es/crisis_mx.pdf
[24] http://www.elindependientedehidalgo.com.mx
[25] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/situacion-economica
[26] https://es.internationalism.org/tag/geografia/mexico
[27] https://es.internationalism.org/tag/2/25/la-decadencia-del-capitalismo
[28] https://es.internationalism.org/tag/3/46/economia
[29] https://es.internationalism.org/files/es/denuncia_de_las_asambleas_populares_.pdf
[30] https://es.internationalism.org/cci-online/201107/3148/movimiento-15-m-la-ponzona-del-apoliticismo
[31] https://es.internationalism.org/content/4464/contra-el-espectaculo-repugnante-de-la-politica-burguesa-existe-una-respuesta-la
[32] https://es.internationalism.org/series/486
[33] https://es.internationalism.org/content/4597/polonia-agosto-de-1980-hace-40-anos-el-proletariado-mundial-retomaba-de-nuevo-la-huelga
[34] https://es.internationalism.org/revolucion-mundial/200903/2505/la-lucha-proletaria-en-todo-el-mundo-confirmacion-de-la-auto-organiza
[35] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200601/422/desde-argentina-contribucion-sobre-la-naturaleza-de-clase-del-movimient
[36] https://es.internationalism.org/rm/2004/83_piqueteros2.html
[37] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/231/revueltas-populares-en-argentina-solo-la-afirmacion-del-proletariad
[38] https://es.internationalism.org/revolucion-mundial/201104/3096/como-se-organiza-y-lucha-la-clase-obrera-los-cordones-industriales-en
[39] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/chile
[40] https://es.internationalism.org/tag/2/36/los-falsos-partidos-obreros
[41] https://es.internationalism.org/files/es/sindicatos_i.pdf
[42] https://es.internationalism.org/go_deeper
[43] https://es.internationalism.org/cci/201211/3550/plataforma-de-la-cci-adoptada-por-el-ier-congreso
[44] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200703/1322/historia-del-movimiento-obrero-la-cnt-nacimiento-del-sindicalismo-
[45] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200705/1903/historia-del-movimiento-obrero-la-cnt-ante-la-guerra-y-la-revoluci
[46] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200708/2002/historia-del-movimiento-obrero-el-sindicalismo-frustra-la-orientac
[47] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200711/2068/historia-del-movimiento-obrero-la-contribucion-de-la-cnt-a-la-inst
[48] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200802/2189/historia-del-movimiento-obrero-el-fracaso-del-anarquismo-para-impe
[49] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200806/2278/historia-del-movimiento-obrero-el-antifascismo-el-camino-a-la-trai
[50] https://es.internationalism.org/tag/2/30/la-cuestion-sindical
[51] https://es.internationalism.org/files/es/sindicatos_contra_la_clase_obrera_ii_0.pdf
[52] https://es.internationalism.org/files/es/antiracismo.pdf
[53] https://es.wikipedia.org/wiki/Black_Lives_Matter
[54] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201710/4237/manifiesto-de-la-corriente-comunista-internacional-sobre-la-revolucion
[55] https://es.internationalism.org/content/2318/un-ano-de-luchas-obreras-en-polonia
[56] https://es.internationalism.org/tag/geografia/estados-unidos
[57] https://es.internationalism.org/files/es/movestudiantil.pdf
[58] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201804/4296/hace-50-anos-mayo-de-1968
[59] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200