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Ya ha pasado más de un año desde el inicio de la pandemia del COVID, pandemia que ha afectado principalmente a proletarios y que demuestra la descomposición total del genocida régimen capitalista a nivel mundial. Chile no ha sido la excepción, y pese a que el proceso de vacunación ha sido relativamente bueno comparado con otros países de la región, el gobierno de Sebastián Piñera ha sido uno de los peores en manejar la pandemia, pues desde el inicio el gobierno se ha negado a realizar cualquier proyecto que no vaya en beneficio de la clase capitalista, se ha negado completamente a realizar si quiera cuarentenas totales, pues necesita que los trabajadores salgan a producir y a consumir. De la misma forma se ha negado completamente a cerrar los aeropuertos e incluso concedió "permiso de vacaciones" para que la gente viajara durante el verano, esto con el único fin de satisfacer las necesidades de acumulación de capital de la burguesía relacionada con el turismo y el comercio ¿el resultado? una masacre dentro de la clase obrera. Al día de hoy hay cerca de 1.200.000 contagiados, más de 100 muertes diarias que suman un total de casi 42.000 en el transcurso de la pandemia[1], la mayoría proletarios y las peores victimas los barrios obreros. Los niveles de desempleo llegaron hasta el 12,2% durante el año 2020, eso sin contar a las personas que se acogieron a la "Ley de protección al empleo"[2], que permitió la suspensión de los contratos y que los obreros sobrevivieran durante ese tiempo con un seguro de cesantía ¿las respuestas del gobierno burgués chileno? conceder un montón de "bonos" económicos que literalmente no le llegan a casi nadie por las "letras chicas", los obreros , debido a su bajo nivel de conciencia de clase , en vez de autoorganizar huelgas , asambleas y consejos de fábrica , se han adaptado al hambre del capital y han llevado a cabo precarias "ollas comunes" en los barrios , lo cual es solo una medida defensiva donde los trabajadores solo "agachan la cabeza" contra los patrones y el estado para poder sobrevivir.
También la policía terrorista chilena, llamada Carabineros de Chile, ha mostrado una vez más su función anti- obrera, casi todos los días de los peores momentos de la pandemia esta policía fue protagonista sin ninguna razón en derribar ollas comunes levantadas en los barrios por trabajadores precarios y desocupados para poder comer, como también arrestar a trabajadores ambulantes por supuestamente "vender sin permiso" e incluso a asesinar a desempleados que trataban de sobrevivir, como fue el caso de un joven malabarista asesinado en Panguipulli hace un mes atrás por solamente estar trabajando en la calle, hecho que conmocionó a todo el país e incluso impulsó una gran revuelta en aquel pueblo. De la misma forma esta narco-policía fueron los primeros en reprimir a los trabajadores de la salud, de la educación, a los desempleados y hambrientos en los barrios obreros que protestaban contra los calvarios de esta pandemia capitalista que tanto caos y muerte ha causado.
La izquierda y extrema izquierda plantean que "hay que abolir a la policía”, y “crear una nueva institución policial más democrática, profesional y acorde a los derechos humanos". Esto no es más que una trampa de la burguesía, un intento por pintar sus instituciones de un color popular y democrático que solo mistifica su verdadera función dentro de la sociedad: la represión del proletariado y la protección de la propiedad burguesa. La profundización de la democracia, al contrario de “empoderar al pueblo”, solo legitima la dictadura capitalista. Solo la autonomía política y organizativa de la clase obrera puede permitir hacerle frente al terror del Estado burgués, cuya policía es uno de sus pilares fundamentales.
Sin embargo, y es otro aspecto que como revolucionarios de la clase debemos destacar, es que pese a que la burguesía criminal y su gobierno reaccionario derechista (en complicidad con la izquierda del capital obviamente) no han hecho absolutamente nada, ni tampoco pueden hacer nada, en enfrentar la pandemia, la clase obrera, clase que salvará a la humanidad, si ha combatido de forma estratégica en todos los frentes y de forma muy valiente. Los trabajadores de la salud en Chile, pese a que los hospitales públicos se caen a pedazos ya que este gobierno totalitario solo invierte en fortalecer las fuerzas armadas y comprar armas, han hecho un esfuerzo sobre humano en curar y atender a los pacientes de COVID, aunque, las camas para pacientes críticos se acaban e incluso las morgues ya no dan abasto los trabajadores sanitarios han seguido en su labor.
En el tema de la educación aquí también hay una mención especial para el gobierno asesino de Piñera que insiste en devolverlos a los aulas , esto con el fin de mantener contento a los dueños burgueses de colegios privados de clase alta , a este gobierno criminal y sus ministros hazmerreir jamás le importaría si los estudiantes-proletarios están aprendiendo o no , aun así , los profesores han mostrado resistencia a esta idea asesina que solo pueden llevar aún más al matadero a la clase obrera , eso sí bajo la batuta del "colegio de profesores" , una organización gremial que solo agrupa a profesores de colegios públicos. (Cabe decir que las organizaciones gremiales forman parte del aparataje sindical del Estado y por tanto son agentes desmovilizadores, colaboracionistas y corporativistas por definición. Mostrándose como órganos "neutrales" que representan los intereses de los trabajadores del gremio, organizaciones como el colegio médico y el colegio de profesores cumplen roles políticos necesarios para la coordinación de la explotación capitalista. Recientemente se ha visto cómo los dirigentes de estas organizaciones denuncian las medidas del gobierno frente a la pandemia mientras constantemente colaboran con este gobierno para ejecutarlas , por ejemplo , los dirigentes del colegio médico literalmente han criticado desde el inicio al gobierno de Piñera , sin embargo , aparte de eso no han hecho nada por los trabajadores de los hospitales , la sobreexplotación y falta de seguridad de los obreros de la salud sigue siendo alta , y cada día más hermanos proletarios mueren en los recintos hospitalarios por ello , pero al colegio de médicos poco le importa , a ellos solo les importa hacerse famosos en las cámaras y en los "medios independientes de izquierda" para una futura carrera parlamentaria . también se repite la misma historia con los trabajadores de los centros comerciales, todo el rato los sindicatos han llorado frente a las cámaras que una nueva apertura del comercio como tal sería grave para los obreros que trabaja ahí , pero cuando al inicio de la pandemia (año 2020) los proletarios de los centros comerciales de autoorganizaron y empezaron a realizar manifestaciones por los cierres de los malls ¿quiénes fueron los primeros en controlar esas luchas proletarias y empezar a dialogar con los capitalistas? los sindicatos y la izquierda , gracias a ello en los peores momentos de la pandemia los centros comerciales siguen abiertos . Una resistencia proletaria que nos parece importante mencionar es la de los proletarios de los aeropuertos, que buscaban cerrar los aeropuertos que todavía se mantenían abiertos por meros intereses capitalistas, pues este gobierno terrorista no se demoró ni dos segundos en volver a abrirlo cuando creyó que la vacuna haría milagros y todo se mejoraría. Sin embargo, esta lucha no llegó a huelga, sino que se limitó a pequeñas protestas, protestas que siempre fueron controlados por los sindicatos de ese sector
El gobierno carnicero de Piñera, como se ha dicho antes, prácticamente no ha entregado ninguna ayuda social, salvo bonos con letra chica que no le llegan a nadie. Aprovechándose de esta situación, la izquierda parlamentaria ha exigido en tres ocasiones retiros del fondo de pensiones AFP (los burgueses lo llaman fondo de pensiones, pero en realidad es un sistema de retiro forzado donde la clase obrera cotiza obligatoriamente durante toda su vida y cuando se jubila se queda solo con una misera parte yendo todo el resto a mano de capitalistas privados, se puede ver como una especie de segunda plusvalía). Es tanto el terror de este gobierno que literalmente los obreros tienen que sacar de sus fondos de retiro para vivir, fuera de "devolver al pueblo su dinero" como clama la izquierda, esta es una medida desesperada que a la larga empeorará las condiciones de los obreros al jubilar. Esto demuestra una vez más el fracaso de este modelo de pensiones, que se ha visto completamente ineficiente a la hora de solventar las necesidades humanas, y lo único que ha hecho es inundar más a las masas proletarias en la pobreza y el hambre capitalista. Pero la izquierda y extrema izquierda no se han quedado calladas ante este dilema, y como los mejores defensores del capitalismo de estado han promovido desde hace varios años ya la intervención estatal en las pensiones, como también un “fondo de retiro universal” que lo único que hará será fortalecer aún más el estado capitalista. La explotación hacia los obreros y su humillación seguirán intactos, y aún en los países donde el estado capitalista se hace cargo prácticamente de todo (Europa nórdica, por ejemplo) la masacre hacia el proletariado sigue bajo garantía estatal.
Por otro lado, el gobierno de Piñera, como ya se ha dicho anteriormente, se ha mostrado profundamente a favor de los intereses del empresariado a la hora de desarrollar las medidas sanitarias, interponiendo la economía y las ganancias burguesas a la vida y bienestar de los obreros. El clientelismo y la servidumbre a los capitalistas es más que repugnante por parte de este gobierno, sin embargo, no hay que olvidar que no hay ninguna diferencia con la izquierda del capital, pues el número de ministros y parlamentarios corruptos y anti obreros entre ambas facciones es la misma , y es que la clase obrera jamás podrá olvidar que la Concertación[3] tiene sangre obrera en las manos , aparte de que no hicieron prácticamente nada a la hora de cambiar las leyes impuestas por la dictadura pinochetista. Por supuesto con el Frente Amplio y el PC los obreros no pueden esperar nada, solo son los hijos de la Concertación, demostrando que la izquierda del capital y la derecha son uno al atacar al proletariado.
Como último punto quisiéramos destacar el carácter reaccionario de la izquierda y extrema izquierda chilena, pues la izquierda parlamentaria del Capital (Frente amplio, PC, PS, etc.) ha sido una oposición inexistente que ha permitido las mayores masacres al proletariado y que ha tranzado con el gobierno "detrás de la cortina", donde todos los políticos burgueses se dan las manos. Si la derecha es en sí un parasito que se ha encargado de destruir la vida de la clase, la izquierda busca aparecer como su protectora. De la misma forma la extrema izquierda "extraparlamentaria" sigue soñando con que vuelva la dañina revuelta popular algún día, la misma revuelta multiclasista que hizo que proletarios se mezclaran con intereses de otras clases no explotadoras, la misma revuelta que dañó la autonomía de los obreros, que tuvo como único protagonista la violencia lumpen y marginal, y que en general no aportó nada la clase obrera[4]. Si la izquierda del capital representa un peligro para los obreros revolucionarios, la extrema izquierda no es más que sus restos descompuestos más "radicales". Ejemplos reaccionarios de la izquierda del capital es por ejemplo en Argentina, que décadas de gobiernos kirchneristas solo han traído pobreza y miseria a los obreros argentinos, o en Colombia con la extrema izquierda terrorista, donde las FARC y el ELN por décadas masacraron a trabajadores y campesinos pobres. Todos los gobiernos de "izquierda" que se llenan la boca hablando de "la patria grande latinoamericana" y del "legado de Chaves, Allende o Castro" son claramente anti obreros y solo piensan en el bien de la burguesía local y de los estados, igual que sus difuntos líderes que tanto adoran. Todos esos gobiernos izquierdistas no solo son iguales a la hora de defender su ideología nacionalista y estatista, sino también son uno a la hora de explotar y reprimir a los obreros, como las fuerzas sandinistas que han asesinado a un sin número de trabajadores pobres[5] , o en Bolivia donde el "socialista" Evo Morales mandó a reprimir y encarcelar a mineros en huelga hace algunos años atrás[6]. Siguiendo ese legado capitalista y reaccionario en Chile la burguesía busca oxigenar y mantener su podrido sistema de explotación mediante la "asamblea constituyente", asamblea constituyente que la izquierda y los dirigentes sociales "del pueblo" tanto defienden, y es que defender la asamblea constituyente es defender la democracia , y defender la democracia es defender a la burguesía y el capitalismo[7].
Lamentablemente, décadas de un bombardeo ideológico burgués "democrático" y "antidictadura" de la izquierda del capital chilena ha dañado profundamente el movimiento obrero local, por ello es que las revueltas populares y luchas multiclasistas abundan en Chile, e igual que en todo el tercer mundo el movimiento obrero es débil, nuevo y está completamente dividido en "ciudadanos atomizados", por ello es que la solución para la catástrofe capitalista solo puede existir con la unidad y centralización de todo el movimiento obrero mundial, para lo cual los proletarios necesitan romper con cualquier forma de nacionalismo y localismo y unirse bajo la banderas roja de la revolución comunista mundial, única alternativa a la barbarie capitalista y sus revueltas multiclasistas. Sobre todo, hay que hacerle mucho hincapié al tema de la unidad del proletariado y el superar ideologías reaccionarias del capital, pues en el periodo de descomposición “el individualismo, la ignorancia, el racismo y las peores actitudes humanas abundan en la sociedad” [8]
Tampoco hay que olvidar el papel reaccionario que los sindicatos le han hecho al movimiento obrero , pues no solo intentan captar cualquier huelga o manifestación obrera que ocurra , sino que cualquier chispa de lucha o combatividad obrera la tratan de desviar hacia la elección de los nuevos constituyentes y la elaboración de la nueva constitución , así como también la ultraizquierda trata de llevar , todavía , a los trabajadores hacia la revuelta popular multiclasista , que ya desde hace tiempo está muerta , por ejemplo la mayoría de las centrales sindicales han llamado a participar a los obreros a las elecciones burguesas y apoyar a sus dirigentes en la "asamblea constituyente" , mientras los izquierdosos más "Radicales" de la burguesía , como los guevaristas (de la izquierda guevarista de Chile) y anarquistas por ejemplo , insisten en desarrollar sus asambleas "Territoriales" multiclasistas y caóticas para volver a revivir el hediondo cadáver pequeñoburgués de la "Revuelta popular". En contra de este daño que los izquierdistas tratan de hacerle al movimiento laboral, nosotros los comunistas internacionalistas, mediante la propaganda y la teoría revolucionaria , le debemos recordar a la clase obrera :
1) que los trabajadores no ganan nada en el parlamento burgués ni nada con una nueva constitución
2) la revuelta multiclasista no tiene nada que ver con las luchas obreras autónomas de la clase
3) solo las huelgas basadas en asambleas generales abiertas y "comités de acción" aportan a la lucha de clases mundial y a la formación de los futuros consejos obreros y comités de fabrica
4) el neoliberalismo y "libre mercado" no existe, es un invento de la izquierda para fortalecer el capitalismo de estado anti- proletario[9]
La izquierda y los sindicatos tratan de juntar toda su basura ideológica burguesa en estos momentos: "anti neoliberalismo", "indigenismo», "parlamentarismo" , "apoyo al pueblo chileno y la revuelta", etc. Todo con el fin de desorientar a los trabajadores. De hecho, uno de los mayores ejemplos del carácter contrarrevolucionario del sindicalismo que uno de sus miembros, el dirigente del sindicato del metro Eric Campos se está proponiendo como constituyente, demostrando como los sindicatos, al contrario de fortalecer la lucha de la clase, llevan a los obreros bajo las garras del capital. A pesar de sus vínculos con la izquierda parlamentaria, el aparataje sindical puede, por la tremenda influencia que tiene sobre la clase, prescindir de la mistificación parlamentaria y "apoyar" (es decir, pacificar y desmovilizar) las organizaciones auténticamente obreras, incluso a través de sindicatos "de base". Sin embargo, los obreros revolucionarios de la izquierda comunista deben luchar sin descanso en las fábricas y lugares de trabajo para recordarle a sus hermanos de clase que la izquierda y sus sindicatos son agentes de la burguesía y el estado, y que la organización es la única forma de acercarnos a la revolución comunista, la organización de la sociedad por los consejos obreros , así como también advertir a los proletarios en sus asambleas que los sindicatos , en su afán de atacar a los obreros a favor del capital , incluso pueden levantar "comités elegidos y revocables" , como en Alemania en 1918 , por ende , la clase obrera debe luchar política e ideológicamente y siempre estar alerta.
Rodrix & Lucas, simpatizantes de la CCI en Chile
[2] Ver Chile: La ley de “protección al empleo”, otro ataque del capitalismo a los obreros https://es.internationalism.org/content/4567/chile-la-ley-de-proteccion-al-empleo-otro-ataque-del-capitalismo-los-obreros [3]
[3] Alianza de la izquierda del capital y del centro derecha que ha gobernado Chile desde la caída de Pinochet, salvo los intervalos presididos por Piñera
[4] Ver Chile: el dilema no es Democracia o Dictadura sino Barbarie Capitalista o Revolución Proletaria Mundial https://es.internationalism.org/content/4486/chile-el-dilema-no-es-democracia-o-dictadura-sino-barbarie-capitalista-o-revolucion [4] y Chile: Ante los ataques del Gobierno la respuesta no es la revuelta popular sino la lucha de clase del proletariado https://es.internationalism.org/content/4479/chile-ante-los-ataques-del-gobierno-la-respuesta-no-es-la-revuelta-popular-sino-la [5]
[5] Ver El abril sangriento de Nicaragua: Sólo la lucha autónoma del proletariado puede acabar con la explotación y la barbarie represiva https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201805/4304/el-abril-sangriento-de-nicaragua-solo-la-lucha-autonoma-del-proletaria [6]
[6] Sobre la naturaleza y los engaños del régimen de Evo Morales (2006-2020) ver Evo al desnudo https://es.internationalism.org/cci-online/200606/981/evo-al-desnudo [7]
[7] Ver Chile: ¡En contra de la asamblea constituyente! ¡vamos por la verdadera autonomía e internacionalismo del proletariado! https://es.internationalism.org/content/4555/chile-en-contra-de-la-asamblea-constituyente-vamos-por-la-verdadera-autonomia-e [8]
[8]Tesis sobre la Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [9]
[9] Ver ¿Crisis del neoliberalismo o crisis del capitalismo? https://es.internationalism.org/cci-online/200810/2380/crisis-del-neoliberalismo-o-crisis-del-capitalismo [10]
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A lo largo de 2021 la banca y las grandes empresas han anunciado despidos masivos que vienen a endurecer aún más las ya de por sí difíciles condiciones de vida de la clase obrera, agravadas por la pérdida masiva de vidas humanas causada por la pandemia (cuando escribimos este texto el mundo ha cruzado otra frontera de la muerte: 4 MILLONES de fallecidos por la pandemia -datos del 5 julio 2021- y en España los contagios se disparan brutalmente).
Este alud de despidos no es ninguna novedad. En 1983-88, con el primer gobierno “socialista” se destruyeron UN MILLON DE PUESTOS DE TRABAJO, cuando el jefe del gobierno, Felipe González, ¡había prometido crear 800 mil empleos! En 1992-93, también bajo el mismo gobierno, hubo una nueva carretada de despidos. Desde entonces, los despidos se hicieron permanentes, organizados por el gobierno mano a mano con los sindicatos, la patronal y los tribunales laborales. Con la crisis de 2008-2011 los despidos volvieron a masificarse en torno a los recortes sociales, eliminando numerosos puestos en sanidad y educación.
Desde hace más de 40 años el miedo a perder el trabajo y la inestabilidad laboral -agravada por la precariedad cada vez más generalizada- son una tortura que acompaña la vida del trabajador, derrumbando para siempre el mito del capitalismo “social” de un “trabajo para toda la vida”. Todo ello confirma lo que señaló Engels hace más de 170 años en Los Principios del Comunismo: “El proletariado es la clase social cuyas dicha y pena, vida y muerte y toda la existencia dependen de la demanda de trabajo, es decir, de los períodos de crisis y de prosperidad de los negocios, de las fluctuaciones de una competencia desenfrenada. Su trabajo no se compra más que cuando alguien lo necesita, por cuya razón no tiene la existencia asegurada”[1].
El gobierno PSOE-Podemos había prometido garantizar con los ERTE los puestos de trabajo. HA SIDO UN VIL ENGAÑO: el gobierno “más progresista de la historia” en combinación con la patronal y los sindicatos está organizando un vendaval de despidos quitando la T (de temporal) y dejándolos en ERE (despido definitivo).
Desde 2008 se han perdido en la banca 120000 puestos de trabajo y 2021 va a suponer 35000 despidos: 2935 en BBVA, 7400 en Caixa Bank, Bankia (pendientes de contabilizar); 3572 en el Banco Santander (el tercer ERE en 4 años); 2717 en Banco Sabadell, 1500 en Unicaja, 750 en Ibercaja etc.
Por su parte, El Corte Inglés va a despedir 3000 trabajadores, aplicando un ajuste duro por primera vez en su historia, pues se trata de despidos sin prejubilación ni ningún otro paliativo.
Ford arroja a la calle 630 trabajadores eliminando prácticamente el turno de noche. No se han calculado las repercusiones que estos despidos pueden tener en las empresas subcontratadas, pero podemos hablar fácilmente de la desaparición de 3000 empleos.
Y ahí no acaba la cosa. El blog de economía Bussines Insider afirma: “La tormenta de despidos masivos irá mucho más allá de la banca en 2021: los ERE de las grandes empresas en plena pandemia suman ya más de 30.000 afectados”[2], concretando que “desde el inicio de 2021, 32 grandes empresas han iniciado trámites de ERE para reducir sus plantillas, que afectarán a 30.000 trabajadores”. Entre las empresas que han hecho ERE están “NH, El Corte Inglés, Adolfo Domínguez, Endesa o H&M, han anunciado la presentación de ERE a finales de 2020 y comienzos de 2021 a pesar de haberse beneficiado del régimen de ERTE durante el año anterior”.
Endesa, la eléctrica que se beneficia de las desmesuradas nuevas tarifas de la luz aprobadas por el gobierno “de izquierdas”, pretende despedir a 1200 trabajadores. La cadena de tiendas de ropa H&M planea dejar en la calle a 1100 trabajadores, mientras que Naturgy, una empresa energética que dicen es “de éxito” tira a 1000 compañeros. La cadena de perfumería Douglas arroja 492 al desempleo. Eurest 411, Logitravel 400, Coca Cola 360, Bosch 336, Adolfo Domínguez 300, Heineken 228, Tubacex 129, la cosmética Avon otros 129 y un largo etcétera.
En el caso de las PYME (pequeñas y medianas empresas) los efectos sobre el empleo han sido devastadores: “las pequeñas empresas, las de menos de cincuenta empleados, cerraron septiembre con casi 240.000 menos que en febrero y con una caída de más de 260.000 en doce meses, retrocesos que, en las medianas, las que tienen plantillas de 50 a 250, fueron, respectivamente, de 118.000 y de 130.000”[3]
Los despidos no se limitan a España, se practican en todo el mundo. El periódico Financial Times, habla de 30 millones de trabajadores despedidos en los 25 países de la OCDE durante la pandemia de forma oculta e indirecta[4]. Esto se sumaría a los 25 millones de puestos de trabajo destruidos oficialmente en la Eurozona y USA durante la pandemia. Según Financial Times “el desempleo oculto podría persistir, dificultando la recuperación económica y arrastrando a la baja los salarios y los niveles de consumo privado”. Añade un dato inquietante: “En el caso de la eurozona, que pasó de una tasa de paro del 6,5% en febrero a un 8,1% en agosto, la economista de ABN Amro Aline Schuling asegura que su desempleo real es al menos 4 o 4,5 puntos porcentuales mayor, teniendo en cuenta la previsión de que 1 de cada 5 trabajadores con jornada reducida terminen siendo despedidos, incluyendo aquellos que trabajan en sectores que han recuperado plenamente su actividad”.
Los ERTE y otras medidas similares en los demás países están ocultando la auténtica magnitud del desempleo. “En total, según la economista senior del Economic Policy Institute Heidi Shierholz, al menos 33 millones de trabajadores se han visto afectados directamente por una clasificación errónea de su situación laboral, o han abandonado el mercado de trabajo o han visto reducirse sus horas de trabajo y su salario durante la pandemia”. En USA el desempleo oficial es 7,9% pero en realidad, según un ex asesor de Obama, sería del 9,6%.
La clase obrera es atacada en todos los frentes, los despidos no vienen solos:
Los ERTE como ya hemos denunciado[7] no son un “escudo social” contra el desempleo sino SU ACELERADOR. Los ERTE afectan actualmente a 743000 trabajadores. Como señala el blog de economía antes mencionado “El Gobierno siempre defendió a capa y espada que los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) iban a ser un dique de contención para que las empresas evitaran los despidos. Pero sobrepasados los primeros compases de la pandemia y con la economía todavía renqueante, muchas grandes compañías han anunciado ya sus intenciones de recortar plantilla. El Corte Inglés, la hotelera NH Hotel Group, la cadena de ropa H&M, así como Douglas y Adolfo Domínguez, son algunos ejemplos”[8]. Ford combina el ERE (630 despidos) con el ERTE (afectando a 6100 trabajadores hasta octubre). La multinacional del acero, Arcelor, plantea un ERTE como “puente hacia la jubilación”. Todas estas triquiñuelas denuncian la demagogia del gobierno: los ERTE han sido la lanzadera de los ERE puros y duros.
Los tribunales de trabajo que, según la ideología democrática protegen al trabajador y serían un instrumento eficaz de la acción sindical, no se oponen a los despidos, simplemente los califican de “improcedentes” con lo cual se ejecutan, aunque le cuesten un poco más caros a las empresas (tienen que indemnizar al trabajador con 33 a 45 días por año trabajado).
El capital no se recupera, pese a las proclamas eufóricas del gobierno a cuenta de los fondos europeos: “Según el informe Perspectivas España 2021, el 66% de las empresas no registrará unas ventas similares a las de 2019 hasta 2022”. En el mismo sentido, la tasa de vulnerabilidad de las empresas (el peligro de caer en la insolvencia) se ha disparado: “está cerca de duplicarse en sectores como la hostelería y el ocio, en los que se acerca al 70%, supera el 50% en la automoción y ronda el 40% en el transporte y la logística, según explicó hace unos días el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce”[9]
Vamos hacia una agravación de la crisis con una escalada subsiguiente del desempleo en un contexto de precariedad laboral disparada. Esta, en 2018 afectaba a 4,35 millones de trabajadores en España lo que significa el 26,8% de la población empleada. La pandemia “ha expulsado del mercado de trabajo a casi 300.000 jóvenes en lo que va de año, en un fenómeno de destrucción del empleo que coincide con un incremento, superior incluso, de los menores de treinta años que no estudian ni trabajan”[10]
La precarización laboral se acompaña con el desarrollo del trabajo informal y del sistema de los “riders”, los trabajadores de reparto de alimentos y otras mercancías. Estos eran considerados como falsos autónomos -es decir, “auto – empresarios” que “colaboran” con una plataforma digital (Deliveroo, Glovo etc.). El gobierno “progresista” con la ley de 2021 los ha reconocido como “trabajadores”. Esta “gran victoria” ha permitido a las plataformas distribuidoras seguir con su brutalidad explotadora recurriendo a subcontratas y otros subterfugios contando con que el gobierno mira hacia otro lado. Así, las subcontratas pagan sueldos de miseria: “Jobandtalent ofrece repartir para Glovo con salarios de 640 euros brutos por 20 horas a la semana y con la obligación de que sea el repartidor el que ponga el vehículo. Un repartidor de JTHiring, empresa subcontratada por JustEat, cobra 621 euros brutos por 17 horas y media a la semana”.
Los despidos en la Banca han encontrado una respuesta obrera, en varios bancos se han dado huelgas por primera vez en 30 años. Los trabajadores del BBVA “empezaron a movilizarse por las distintas ciudades del país, frente a las principales sedes del banco. Después empezaron con los paros parciales, el martes 25 de mayo de una hora y el lunes 31, de dos. Pero el plato fuerte llegó el miércoles 2 de junio, porque los empleados de la entidad fueron a huelga y se trataba de la primera que protagonizaba la plantilla de un banco en 30 años. Según los sindicatos fue respaldada por el 70%”[11].
También hubo huelgas en Caixa Bank. El 3 de julio hubo manifestaciones masivas en Palma de Mallorca, Toledo y Oviedo. Estas ganas de lucha se han expresado en otros sectores: el 24 de junio, los conductores de Autobuses Castillo fueron a la huelga contra «reiterados retrasos en el cobro mensual, así como reivindicando el pago íntegro de la nómina de mayo»[12]. En Vizcaya, los trabajadores sanitarios del hospital de Ortuella entraron en huelga por la falta de personal recorriendo en manifestación la población[13], esta movilización se extendió a toda la sanidad vizcaína con concentraciones delante de la diputación reclamando más contrataciones. Mas de 38000 interinos de la administración pública de Aragón han ido a la huelga contra las medidas de “regularización” que en realidad los condenan a la interinidad de por vida. En Huesca, los interinos, descontentos con la propuesta sindical, han ido a la huelga en la provincia. Esa misma protesta ha sido protagonizada por 18000 empleados públicos de la administración regional de Castilla – La Mancha. En Torrelodones, periferia de Madrid, los trabajadores de parques y jardines se concentran en protesta en el ayuntamiento contra “los despidos realizados por la empresa adjudicataria del servicio de jardinería”[14]. En la industria azulejera de Castellón 15000 trabajadores han sido llamados a la huelga ante la ridícula subida salarial y la reducción de los pluses de antigüedad.
Estas luchas confirman tendencias a la combatividad que ya vimos el verano pasado[15]. Sin embargo, son muy dispersas y se ven fácilmente controladas y saboteadas por los sindicatos. Estos buscan dos objetivos:
1º La división y el aislamiento de los trabajadores: encerrarlos en la cárcel de la empresa. Los sindicatos han empujado a una respuesta separada de los trabajadores de BBVA y Caixa Bank. EN NINGUN MOMENTO HAN CONVERGIDO. Denunciamos la fragmentación y división de la lucha organizada por los sindicatos. Nada se hizo para plantear una lucha común con los demás trabajadores. Los trabajadores de Caixa Bank afectados por 7400 despidos (cifra final) hicieron huelga dos días después de la huelga de BBVA. DIVIDE Y VENCERAS es el lema del capital contra los trabajadores que los sindicatos aplican concienzudamente.
2º Aceptar los despidos. En la banca los sindicatos plantearon la huelga desde la aceptación de los despidos “quejándose” de su cantidad desproporcionada: “Un argumento que sigue sin convencer a los sindicatos, que creen que la cifra de salidas propuesta por la dirección del banco es desproporcionada”. Como decía Economía Digital en el artículo que venimos citando “En las últimas semanas y desde el día 10 de mayo, la plantilla ha llevado a cabo varias movilizaciones frente a las sedes del banco en todas las ciudades de España con el objetivo de que BBVA reciba el mensaje y opte por reducir el número de salidas y mejorar las condiciones económicas”. Es un planteamiento derrotista de ACEPTACION DE LA LOGICA DEL CAPITAL, los sindicatos lo reducen todo a un regateo para conseguir UNOS POCOS DESPIDOS MENOS. Esto significa que estos “defensores oficiales de los trabajadores” quieren que aceptemos la peor plaga del capitalismo: EL DESEMPLEO. Por ejemplo, en el BBVA los despidos han sido “solamente” de 2935 frente a los 3800 inicialmente anunciados por la empresa. ¡Como si esos casi 3000 compañeros no sufrieran un golpe en sus vidas! ¡Como si la aceptación de la facultad de la empresa para despedir “por causas justificadas” no fuera la puerta abierta para futuros despidos!
La lucha de la clase obrera contra los despidos y el desempleo es especialmente difícil. Los obreros se enfrentan a una sobreproducción generalizada que hace que si la huelga se reduce únicamente a paralizar la actividad o la producción -como quieren los sindicatos- ESTA NO SIRVE PARA NADA. El desempleo -o la amenaza de caer finalmente en él- “sirve para poner al desnudo la incapacidad del capitalismo para asegurar un futuro a los proletarios”[16], pero, al mismo tiempo, es un poderoso factor de intimidación y de atomización. El capital chantajea a los trabajadores con aquello de “acepta menos salarios o peores condiciones de trabajo porque de lo contrario TE ECHAREMOS A LA CALLE”. Por otro lado, cuando se anuncia un expediente de regulación de empleo, sindicatos y empresa imponen a los trabajadores una situación angustiosa: rumores, entrevistas selectivas, maniobras, discriminaciones, promesas personalizadas… “tú no irás a la calle si te portas bien” (dice la empresa), “te aseguramos el puesto de trabajo si te afilias al sindicato” (dicen los sindicatos). Los “menores de 45 años no se verán afectados”, “los mayores de 60 deberían aceptar el despido voluntario”. Estas campañas insidiosas hacen que el ambiente en la etapa de aplicación del ERE se haga insoportable. El miedo al desempleo se acompaña con una auténtica tortura sicológica.
Hacer frente a esta estrategia necesita de un gran esfuerzo de solidaridad, compañerismo, autoorganización y conciencia. Todo esto es muy difícil de conseguir por todo un tiempo dadas las importantes dificultades que arrastra la clase obrera actualmente[17].
No obstante, no hay otro camino que la lucha. Esta para ser fuerte y eficaz y poder superar la maniobra combinada de empresas – sindicatos – gobierno, necesita que:
Ambos requisitos son imprescindibles pues los obreros de BBVA, de Arcelor, de Ford, de los hospitales, NO ENFRENTAN A UN EMPRESARIO AISLADO sino a TODO EL ESTADO CAPITALISTA que es un aparato formado por Gobierno, Patronal, Sindicatos, Tribunales, policía etc. Tampoco tienen como “aliado” la “opinión pública”, los políticos locales o “los ciudadanos”. Esos no son aliados sino instrumentos que tiene el Estado Capitalista para desviar a los obreros hacia el terreno del interclasismo, de la lucha ciudadana, de la protesta democrática. El proletariado tiene que luchar y organizarse como CLASE y buscar la solidaridad de todos los trabajadores.
“La perspectiva histórica sigue abierta. A pesar del golpe en su toma de conciencia dado por el hundimiento del bloque del Este, el proletariado no ha sufrido derrotas importantes en el terreno de sus luchas. Su combatividad sigue intacta. Pero, además, y es éste un factor que determina en última instancia la evolución de la descomposición, o sea, la agravación inexorable de la crisis del capitalismo es un estímulo esencial de la lucha y de la toma de conciencia de la clase, condición misma en su capacidad para resistir al veneno ideológico de la putrefacción de la sociedad. La lucha contra los efectos de la crisis misma es la base para que se desarrolle su fuerza y su unidad de clase. La crisis económica, al contrario de la descomposición social, la cual concierne esencialmente las superestructuras, es un fenómeno que afecta directamente la infraestructura de la sociedad en la que se basan aquéllas; por eso, la crisis pone al desnudo las causas primeras de toda la barbarie que se cierne sobre la sociedad, permitiendo así al proletariado tomar conciencia de la necesidad de cambiar radicalmente de sistema y no ya de pretender mejorar algunos aspectos de él.
Sin embargo, la conciencia de la crisis por sí sola no puede resolver los problemas y las dificultades ante los que se enfrenta y deberá enfrentarse cada día más el proletariado. Únicamente: la conciencia de la importancia de lo que se está jugando en la situación histórica de hoy y, en especial, de los peligros mortales que la des composición entraña para la humanidad; su determinación en proseguir, desarrollar y unificar su combate de clase; su capacidad para desactivar la cantidad de trampas que la burguesía no dejará de tenderle en su camino ; permitirá a la clase obrera responder golpe a golpe a los ataques de todo tipo desencadenados por el capitalismo para finalmente pasar a la ofensiva y acabar de una vez con este sistema cruel y despiadado” (Tesis sobre la Descomposición).
C. Mir 9-7-21
[2] Avalancha de ERE en 2021: lista de despidos colectivos en grandes empresas | Business Insider España [16]
[3] Las pymes pierden cuatro de cada cinco empleos que destruye la crisis del coronavirus | Público (publico.es) [17]
[4] 30 millones de desempleados en la OCDE no figuran en las estadísticas | Business Insider España [18]
[6] Artículo de Ángeles Escrivá en La Mar de Onuba. Sin garantías para las temporeras en la nueva campaña de la fresa en Huelva - (lamardeonuba.es) [20]
[7] Ver Los gobiernos de Izquierda en defensa de la explotación capitalista (III) La trampa está en la letra pequeña https://es.internationalism.org/content/4625/los-gobiernos-de-izquierda-en-defensa-de-la-explotacion-capitalista-iii-la-trampa-esta [21]
[8] La medida de los ERTE no es eficaz y sigue habiendo desempleo y EREs | Business Insider España [22]
[9] Las pymes pierden cuatro de cada cinco empleos que destruye la crisis del coronavirus | Público (publico.es) [17]
[10] Crisis del coronavirus: La pandemia intensifica la precariedad y expulsa del mercado laboral a 300.000 jóvenes que no estudian ni trabajan | Público (publico.es) [23]
[13] https://static2.elcorreo.com/www/multimedia/202106/16/media/cortadas/ortuella-protesta-residencia-RwIdY8J64ZXTfR9tGtGMt3N-624x385@El%20Correo.jpeg [26]
[14] https://aquienlasierra.es/torrelodones/concentracion-puertas-ayuntamiento-empresa-limpieza/87137/ [27]
[15] Ver Luchas obreras en España https://es.internationalism.org/content/4600/luchas-obreras-en-espana [28] y ¿Qué lecciones sacar de la derrota obrera en Nissan? https://es.internationalism.org/content/4606/que-lecciones-sacar-de-la-derrota-obrera-en-nissan [29]
[16] Tesis sobre la Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [9]
[17] Ver la Resolución sobre la relación de fuerzas entre las clases de nuestro 23º Congreso https://es.internationalism.org/content/4444/resolucion-sobre-la-relacion-de-fuerzas-entre-las-clases-2019 [30]
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En recientes artículos[1] ya hemos argumentado que las protestas del “Black Lives Matter” (BLM) se sitúan en un terreno completamente burgués, concretado en vagas reivindicaciones como “igualdad de derechos” y “trato justo” u otras más específicas como “menos dinero para la policía”[2]. Esta protesta no fue en absoluto capaz y ni siquiera lo pretendió, de poner en cuestión las relaciones capitalistas de producción que garantizan que la subordinación y la opresión “del otro” es uno de los pilares del dominio capitalista.
Pero, ¿significa esto que la clase obrera no puede ofrecer ninguna alternativa a las capas de la sociedad capitalista que están sujetas a formas particularmente violentas de opresión? Al contrario, a lo largo de toda su historia la clase obrera, tanto en EEUU como en otras partes del mundo ha mostrado su capacidad para dar pasos significativos que superen la barrera de la división étnica, con la condición de que luche en su terreno de clase y con su propia perspectiva proletaria[3].
Uno de los primeros momentos de verdadera solidaridad obrera con una minoría étnica tuvo lugar en 1892 en Nueva Orleans, donde tres sindicatos reivindicaron mejores condiciones de trabajo. La “New Orleans Board of Trade”[4] intentó dividir a los trabajadores por criterios raciales, invitando a los dos sindicatos de mayoría de trabajadores de raza blanca a negociaciones mientras despreciaba al sindicato de mayoría de obreros negro. En repuesta a esta maniobra de la Junta, los tres sindicatos llamaron a una huelga conjunta que fue respaldada unánimemente.
Otro momento importante fue la defensa organizada por la clase obrera en Rusia contra los pogromos antisemitas en Octubre de 1905, el año de la primera revolución en Rusia. Ese mes, las llamadas Centurias Negras, bandas organizadas apoyadas por la policía secreta zarista, mataron miles de personas y mutilaron hasta decenas de miles en 100 ciudades por todo el país. En respuesta a esas brutales masacres, el Soviet de Petrogrado hizo un llamamiento a los trabajadores del país a tomar las armas y defender los distritos obreros de otros asaltos pogromistas.
Otro ejemplo heroico de solidaridad de la clase obrera tuvo lugar en Febrero de 1941 en Holanda, hace 80 años. La causa inmediata fue el secuestro de 425 judíos en Ámsterdam y su deportación a un campo de concentración en Alemania. Esta primera incursión en los Países Bajos contra una parte de la población perseguida y aterrorizada provocó una fuerte indignación entre los trabajadores de Ámsterdam y de las ciudades vecinas. El ataque a los judíos se sintió como un ataque a toda la población proletaria de Ámsterdam. La indignación se impuso al miedo. La respuesta fue: ¡huelga!
En los Países Bajos, los judíos no eran vistos como forasteros. Sobre todo en Ámsterdam, donde vivía la inmensa mayoría de los judíos, se les consideraba parte integrante de la población. Además, Ámsterdam contaba con el mayor proletariado judío del continente europeo occidental, sólo comparable al de Londres tras los pogromos rusos. La orientación de una parte importante de este proletariado judío era hacia el movimiento obrero y en torno al cambio de siglo muchos de ellos se pasaron al socialismo. En la primera mitad del siglo XX, varios de estos proletarios desempeñarían un papel importante en las organizaciones obreras holandesas.
Como muestra la referencia al final (un extracto de nuestro libro La Izquierda Comunista Germano-Holandesa[5]), en las semanas anteriores a la huelga, un grupo internacionalista, el Frente Marx-Lenin- Luxemburgo (Frente MLL), ya había expresado claramente su posición respecto a las atrocidades de las bandas fascistas y había hecho un llamamiento a los trabajadores para que se defendieran. «En todos los barrios obreros habrá que formar tropas de defensa. Hay que organizar la defensa contra la violencia brutal de los bandidos nacionalsocialistas. Pero los trabajadores también tendrán que utilizar su poder económico. Los actos vergonzosos de los fascistas deben ser respondidos con huelgas masivas». (Spartacus nº 2, mediados de febrero de 1941; citado por Marx Perthus, Henk Sneevliet)
La huelga que estalló el martes 25 de febrero fue una manifestación única de solidaridad con el pueblo judío perseguido. Estuvo completamente bajo el control de los trabajadores y la burguesía no tuvo la oportunidad de utilizarla para sus propios fines bélicos, como hizo con la huelga ferroviaria de 1944. La huelga no tenía como objetivo la liberación de Holanda de la ocupación alemana. El Frente MLL no sostenía la posición de que la huelga tenía como objetivo sabotear la maquinaria de guerra alemana o alinearse con la Resistencia nacional. Se trataba de una declaración de la clase obrera, una demostración de su fuerza y, por tanto, de una duración limitada. Después de dos días, los trabajadores cerraron filas y pusieron fin a la huelga.
En medio de la barbarie de la Segunda Guerra Mundial y en un contexto de derrota histórica de la clase obrera, esta huelga no pudo dar lugar a una movilización general de la clase obrera en Holanda ni a reacciones obreras en el resto de Europa, pero aun así tuvo un significado político internacional, que llegó mucho más allá de las fronteras de Holanda. La resistencia de los trabajadores, en febrero de 1941, contra la deportación de los judíos a los campos de concentración, nos muestra que la clase proletaria no está en absoluto indefensa o condenada a la inacción cuando determinados grupos étnicos son el chivo expiatorio y posteriormente se convierten en víctimas de pogromos o incluso de genocidio.
El Frente MLL lo entendió muy bien. Por ello, apoyó sin reservas la huelga como expresión de una auténtica indignación proletaria por el acoso al pueblo judío, tanto a hombres como a mujeres y niños. Para el Frente MLL, la huelga contra la brutalidad antijudía estaba incondicionalmente ligada a la lucha general contra todo el sistema capitalista. La huelga holandesa de febrero de 1941 demostró que, para defender a los grupos étnicos perseguidos, la clase obrera debe permanecer en su propio terreno y no debe dejarse arrastrar al terreno burgués, como ocurrió, por ejemplo, con las protestas del BLM en Estados Unidos.
El terreno de la clase obrera es donde la solidaridad no está limitada por las divisiones que el capitalismo ha impuesto en la sociedad y donde se vuelve realmente universal. La solidaridad proletaria es por definición la expresión de una clase cuya lucha autónoma está destinada a desarrollar una alternativa fundamental al capitalismo. En la medida en que anuncia la naturaleza de la sociedad por la que lucha, es capaz de abarcar e integrar la solidaridad de toda la humanidad. Esto es lo que hace que la solidaridad proletaria y la huelga de febrero de 1941 en Holanda sean tan significativas para nosotros hoy.
El artículo se puede encontrar aquí: La izquierda comunista holandesa y alemana, capítulo 10, 1939-1942, 4 - La huelga de febrero de 1941 y sus consecuencias políticas (internationalism.org)
CCI, Abril 2021
[1] Ver en particular: https://es.internationalism.org/content/4605/los-grupos-de-la-izquierda-comunista-ante-el-movimiento-black-lives-matter-una [35] ; Ver igualmente https://es.internationalism.org/content/4641/los-comunistas-y-la-cuestion-del-antirracismo [36]
[2] En EEUU la consigna se plasma como “defunding the police”, que pide que se retiren los fondos en policía y se dediquen a gastos sociales
[3] Ver Esclavitud y racismo, herramientas de la explotación capitalista https://es.internationalism.org/content/4591/esclavitud-y-racismo-herramientas-de-la-explotacion-capitalista [37]
[4] Junta de Comercio de Nueva Orleans
[5] Para pedir el libro es cribe a nuestro apartado
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Nadie pone en duda el aumento del número de desempleados en el mundo a causa del cierre de la actividad económica por el Covid-19. En México, según datos oficiales, el número de desempleados aumentó en 117% tras la pandemia, lo que representa 2.43 millones de trabajadores, de los cuales cerca de 57 mil llevan más de un año sin laborar. Los trabajadores han quedado en una situación de mayor fragilidad con la pandemia por el peligro de exponerse diariamente a contagiarse en el transporte y en el trabajo, por la incertidumbre de perder su empleo por el riesgo de quiebras y cierres de empresas o por el esfuerzo extra que ahora debe realizar con el teletrabajo en tanto le implica cubrir gastos extras para llevar a cabo sus labores. Bajo estas circunstancias, sin embargo, la situación actual pone más obstáculos para que los trabajadores protesten por mejores condiciones de vida y de trabajo. Vimos, por ejemplo, cómo las protestas en México de los trabajadores de la salud se multiplicaron en muchos hospitales, pero estas eran muy minoritarias y aisladas por las exigencias que ha puesto la propia pandemia que no ha dado descanso a enfermeros, médicos, camilleros, afanadores, etc., para atender siquiera sus necesidades vitales (entre ellos ha habido también muchos muertos)[1].
De esta manera es importante resaltar que el paro en la UNAM muestra con claridad que el proletariado no está derrotado, que manifiesta una combatividad y tiene intacta sus capacidades para luchar en la defensa de sus condiciones de vida y de trabajo a pesar de muchas dificultades y obstáculos de la situación actual. La UNAM es la universidad más importante en México, con aproximadamente 40 mil profesores a nivel medio superior, superior y de postgrado. Los profesores están comprendidos en tres categorías: “de carrera” que también son pagados por los trabajos de investigación, “de asignatura” que son remunerados sólo por las clases y “ayudantes” (que ganan entre 80 y 100 pesos la hora), las dos últimas categorías constituyen aproximadamente el 80% de profesorado. La mayor parte de éstos no tienen contrato de base, por lo que, su contratación se renueva cada año o incluso cada semestre. Los profesores entre este 80%, es decir los que trabajan en condiciones más precarias, son los que promovieron el paro.
A partir de la pandemia, se redujeron las actividades de investigación, pero no se detuvieron las clases, las cuales fueron retomadas en línea con recursos de los propios profesores trabajando desde sus casas y desde luego con un aumento considerable de la carga laboral para preparar el material de clases y la evaluación en línea.
Aunado al incremento de las cargas laborables por el teletrabajo, se presentaron para cientos de profesores retrasos en sus pagos, acumulando un retardo de hasta un año, por lo que en febrero de 2021 iniciaron reuniones de profesores para discutir su situación, hasta desembocar en un paro de actividades de 3 días a partir del 16 de marzo convocado por profesores de la Facultad de Ciencias. Parte de un texto entregado a la Oficina de la Dirección General de Atención Ciudadana el 15 de marzo de 2021 (Dirigido al pueblo de México y a la Opinión pública) habla de: “Trabajo en condiciones de maltrato… con salarios que a través del tiempo han perdido el poder adquisitivo, con restricción de horas para poder laborar…pues se les priva de apoyos que sólo se pueden alcanzar al laborar más horas de las permitidas, con inestabilidad laboral, pues las contrataciones son por semestre…deuda de sueldos…impuestos injustificados”. El paro se fue extendiendo desde el 16 de marzo a diferentes facultades, escuelas y colegios de los diferentes niveles de la UNAM, y en el transcurso cobró la forma de paro indefinido. A partir del 3 de mayo, en algunas facultades y colegios se retomaron las clases de manera parcial, aunque el 5 de mayo, al menos 22 Facultades continuaban en paro, se presenta ya un desgaste y desesperación.
Lo particular de esta movilización es que la mayoría de los paros y las protestas se organizaron a través de asambleas que se han llevado a cabo por zoom, incluyendo a alumnos y profesores, sin embargo, los mítines y manifestaciones presenciales que se han realizado han tenido muy poca asistencia, como la del 25 de marzo que reunió unos 500 manifestantes y la del 11 de mayo, en que los asistentes fueron aún a menos. Este paro inicialmente se ha organizado fuera del control sindical, por lo que se empezaron a crear organizaciones de profesores en las que definen un pliego petitorio que expresa sus necesidades y su reconocimiento como explotados: “Salarios justos a profesores, pago completo, devolución de parte del salario no pagado desde años, contra la precariedad laboral, basificación a profesores de asignatura, por la dignificación del trabajo académico…”[2]
Pese al avance que se muestra en su reconocimiento como trabajadores explotados, hay que señalar que estas agrupaciones de profesores que surgen, desde un inicio se mantienen aisladas, cada una encerrada en su facultad, sin establecer la relación y conexión con las otras facultades y escuelas de la misma UNAM y menos aún con otras universidades que presentan idénticos problemas. Se ha llegado el caso en la “Asamblea General de Profesores de Asignatura y Ayudantes de la UNAM”, realizada el 24 marzo-2021, cuando una profesora de otra universidad pública (UACM), informaba de problemas semejantes que sufren los trabajadores académicos en esos planteles, le fue cortada la palabra por quien fungía como presídium, bajo el argumento: “…estamos acotados solamente a la UNAM, yo entiendo que este problema parece ser bastante grande en el IPN, UACM, UAM, pero ahora solamente estamos acotados a la UNAM…” Ante el reclamo por parte de un profesor asistente por ese tipo de argumentos, nuevamente se confirmó la respuesta categóricamente: “Desde la asamblea del sábado pasado se acordó esto […] no podemos incrementarnos al IPN […] quien no quiera participar ahora se puede salir…” Los diversos miembros de las agrupaciones que forman parte del aparato de izquierda de la burguesía que estaban presentes (trotskistas, feministas…) y otros, que se presumen “radicales”, no dijeron ni una sola palabra al respecto y continuaron su asamblea[3].
Es por eso que estas protestas no logran atemorizar a la rectoría, que empezó a hacer los pagos atrasados a cuentagotas, calculándolos de forma errónea y manteniendo adeudos, pero además ignorando las otras peticiones como aumento salarial y basificación, alegando que para esas peticiones el interlocutor al que ellos reconocen es el sindicato del AAPAUNAM, en tanto es el titular del contrato colectivo. Mostrando así que, si los tres sindicatos que se relevan el trabajo de dominio de los trabajadores en la UNAM se han mantenido agazapados, es porque están esperando el momento más adecuado de aparecer y darle más efectividad a su golpe: ya como voceros directos de la rectoría (repitiendo el AAPAUNAM su papel tradicional) o como pretendidas expresiones “críticas” y “alternativas” (como ya lo están haciendo el STUNAM y el SITTAUNAM).
Aprovechando el aislamiento en que son llevadas a cabo las discusiones, el izquierdismo[4] también aprovecha para desviar la discusión introduciendo la consigna de la “democratización universitaria” o la destitución de alguno de los personajes de la estructura de gobierno universitaria. Incluso la campaña ideológica desatada en torno al pretendido cambio que representa el gobierno de la “4T”, cumple su objetivo de extender y profundizar la confusión. Por ejemplo, un grupo de profesores apeló al Estado intentando repetidamente presentar sus demandas en una de las reuniones “mañaneras” del presidente de la nación hasta que el 30 de marzo lo lograron, recibiendo la respuesta de que era un asunto que le corresponde arreglarlo a las autoridades de la UNAM.
Desde luego, esta ha sido una movilización que surge en el terreno de la clase trabajadora. La movilización se dio por ataques directos al salario de profesores que los afectaron de forma inmediata y cobra importancia por la situación difícil para la movilización que impone la pandemia. Es importante también porque es uno de los primeros paros de actividades realizados virtualmente, o tal vez es la primera vez que ocurre en el mundo. El movimiento mantuvo su combatividad por algunas semanas, centrándose en las peticiones económicas, pero fue decayendo por su aislamiento. Esto permitió que al finalizar el semestre se asumiera por parte de las autoridades una respuesta de agresión directa, despidiendo a decenas de profesores de facultades y escuelas, como ha venido ocurriendo en la FES Acatlán, Ciencias Políticas y los CCHs.
El paro de profesores no superó muchos de los obstáculos que se presentan a las movilizaciones proletarias y por ello presentó muchas debilidades algunas provenientes de las añejas dificultades particulares del proletariado en México y algunas causadas por la propia situación derivadas de la pandemia:
El paro ha sido muy corporativista, no ha habido unidad de los profesores, no hubo una fuerza solidaria suficiente que permitiera romper las barreras administrativas que la burguesía impone entre los trabajadores y asegurar la unidad de los profesores sin importar su “categoría”. Tampoco hubo unidad real entre los profesores de los diferentes colegios, escuelas y facultades; cada entidad tenía sus asambleas por separado y por lo tanto las demandas y las acciones estaban dispersas en un sinnúmero de divisiones. Tampoco se buscó el apoyo de profesores de otras instituciones educativas y mucho menos de otro tipo de trabajadores. Si no hay una dinámica hacia la unidad y la extensión del movimiento, éste decae irremediablemente hasta la derrota. Junto con ello faltó la realización de asambleas generales masivas y conjuntas con las que se asegurara el control del desarrollo del movimiento. Esta división también se pone de manifiesto en las decisiones sobre el levantamiento del paro. Cada plantel decide el momento en lo que lo hará, acelerando la disipación de la incipiente solidaridad y unidad proletaria que se alcanzó, en tanto crea una mayor división y resentimientos de unos trabajadores contra otros. Por ello, los patrones cuidan mucho que los golpes se den sectorialmente para evitar la unidad de los trabajadores que es una de sus principales fuerzas y esencial para lograr victorias significativas.
La prolongación del paro que en algunos centros educativos ya va a cumplir 3 meses –en estas circunstancias de falta de unidad y extensión– ha llevado a la impotencia y al cansancio, por lo que se ha visto forzado a plantear la vuelta al trabajo también de manera dispersa, en un clima que favorece la entrada de la estructura sindical (lo mismo la oficialista que la “crítica” o la “independiente”) para afianzar el control y la confusión, abriendo la puerta a la represión (con despidos, como ya se está presentando) y a movilizaciones de minorías desesperadas, consumando la derrota del movimiento.
Sólo un balance que considere los aciertos, pero sobre todo los obstáculos y los errores en este movimiento puede evitar que se siga desarrollando la desmoralización y la desconfianza en el combate y en la propia clase trabajadora. Es imprescindible recobrar las lecciones que han dejado las luchas del proletariado alrededor del mundo para armarse para las luchas futuras, en las que nuevamente los profesores junto con otros sectores de la clase trabajadora tendrán que enfrentar los terribles ataques que no dejará de propinar este sistema capitalista en putrefacción.
Dos lecciones fundamentales que vienen ya desde las grandes luchas de 1905 en Rusia y otros países[5] son que:
1) La lucha debe ser impulsada, organizada y extendida por LOS TRABAJADORES MISMOS, fuera del control sindical, mediante Asambleas Generales y comités elegidos y revocables.
2) La lucha está perdida si queda encerrada en la empresa, el sector o la nación; por el contrario, debe EXTENDERSE rompiendo todas las barreras que el capital impone y que la atan a éste.
El camino de la lucha proletaria, que inicia con reivindicaciones económicas buscando la unidad cada vez más extensa de la clase trabajadora, es el único que puede llevar a la transformación radical, a la comunidad humana mundial. Hay que continuar avanzando en este camino largo y difícil pero el único que puede evitar la destrucción de la humanidad de la cual la pandemia del Covid 19 está dando el aviso.
Revolución Mundial, 15-junio-2021
[1] Para un balance de las luchas obreras en el mundo durante lo más fuerte de la pandemia ver Covid-19: a pesar de todos los obstáculos, la lucha de clases trata de forjar su futuro https://es.internationalism.org/content/4569/covid-19-pesar-de-todos-los-obstaculos-la-lucha-de-clases-trata-de-forjar-su-futuro [40]
[2] https://www.terra.com.mx/nacionales/2021/3/23/paro-en-la-unam-2021-que-facultades-estan-en-huelga-virtual-indefinida-por-que-13260.html [41]
[4] Nos referimos a las diversas agrupaciones de corte estalinistas, anarquistas, feministas, etcétera que levantan un proyecto burgués presentándose como defensores de los trabajadores y que tienen amplia presencia en la UNAM. Para comprender los métodos contra la clase obrera de este tipo de organizaciones se puede consultar la Serie La Herencia oculta de izquierda del Capital https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201712/4261/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-i-una-falsa-vision-de-l [43] , https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201801/4267/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-ii-un-metodo-y-un-modo- [44] , https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201801/4268/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-iii-un-funcionamiento-q [45] , https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201803/4278/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-iv-su-moral-y-la-nuestr [46] y https://es.internationalism.org/content/4322/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-v-el-debate-en-la-burguesia-pugna-brutal [47]
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Todos los días y a todas horas en lo que va del año se han repetido los mensajes de los partidos de izquierda y derecha llamando a votar. Esa ruidosa campaña para promover las elecciones que cada determinado tiempo se reedita, es una actividad necesaria para la burguesía porque con ella renueva y busca perpetuar al instrumento con el que refuerza su control ideológico. Los discursos engañosos, las promesas e incluso los insultos con que se presentan los candidatos y partidos en cada elección, son parte de una rutina con la que se busca sembrar la esperanza en la democracia y las urnas.
La burguesía a lo largo del tiempo ha ido depurando sus mecanismos de sometimiento y control, particularmente con la democracia y las urnas electorales ha logrado crear la ilusión de que ellas permiten expresar la voluntad y otorgan la capacidad de elegir. Por eso es que la burguesía para evitar que los trabajadores se reconozcan como parte de una clase explotada y revolucionaria, busca a toda costa diluirla como individuos aislados y revestirlos como “ciudadanos libres”. Colocados los explotados en la condición de ciudadano se convierten en un cuerpo pasivo que solo atiende y cumple los mandatos de acudir mansamente a las urnas a elegir al que será su verdugo…
Los trabajadores no obtienen ninguna mejora con el cambio de los personajes del personal que dirigen al Estado. Sea de izquierda o de derecha el partido que se coloque a la cabeza del gobierno, mantiene los mismos objetivos: la defensa de los intereses de la burguesía y la perpetuación del sistema capitalista. Durante años en cada proceso electoral López Obrador se dedicó a llamar a votar por él para lograr un “cambio social” y al subir al gobierno todo ha quedado igual para los trabajadores, su vida, que el capitalismo la marca por la explotación y la miseria no solo no ha mejorado sino se ha degradado más. El ataque continuo que grupos de empresarios realizan desde los medios de difusión masivos al gobierno de AMLO, hacen parecer que son motivados por su accionar diferente. El propio López Obrador se encarga de hacerlo creer así, sin embargo, detrás de ese enfrentamiento hay una disputa motivada por el choque de intereses políticos y económicos de fracciones burguesas, pero ambos bandos defienden intereses que están muy lejanos de los que atañen a los trabajadores.
El voto y las urnas tienen sobre todo como función el control ideológico de la población, de ninguna manera son un “poder” o una “fuerza social” son tan solo una expresión formal que la burguesía establece para revestir a la dictadura del capital de tonos democráticos en el que sus partidos hacen un juego de repartición del gobierno. No obstante, los compromisos pactados desde los partidos de la burguesía son tan solo la parte más visible de la estructura de poder, pero no la principal; los acuerdos y coaliciones entre los grupos de empresarios y las diversas fracciones de la burguesía son en realidad donde se definen los objetivos, los proyectos políticos e incluso donde establecen quien encabezará el gobierno. Esto no significa que permanentemente logre obtener una homogeneidad en sus decisiones y orientaciones, en tanto existen intereses enfrentados. En lo único que siempre los mantiene unidos es en su combate en contra de los trabajadores. El proceso de descomposición que sufre el capitalismo está marcando una tendencia en la que cada vez más se presentan dificultades en la burguesía para mantener su unidad. En esta pugna permanente y creciente, cada fracción de la burguesía busca satisfacer ambiciones personales exacerbadas por una tendencia al cada uno para sí (1).
Esa fractura y fragmentación de la unidad de la burguesía mexicana toma cada vez mayor dimensión, dividiendo incluso a sus partidos. El último gobierno de México en el que la burguesía logró mantener la cohesión fue en el de Miguel de la Madrid (1982-88), después de este, se desataron una serie de fenómenos que mostraban el avance que la descomposición social tomaba. Es en ese marco de ruptura de la unidad de la burguesía y de descomposición ya muy avanzada en el que ha llegado al gobierno AMLO, encabezando a un partido, denominado MORENA (2), que es expresión de la misma descomposición en tanto es producto de la fractura del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el cual fue un partido con el que la burguesía buscaba consolidar su aparato político de izquierda.
Al fracturarse su partido de izquierda, al repetirse esa misma situación en el resto de sus partidos de derecha y por la agudización de la competencia que empuja a un crecimiento de las prácticas de corrupción, se pretendía, en un acto pragmático, que a través de AMLO y su partido, se lograra cohesionar a las diversas fracciones de la burguesía, muy heterogéneas en sus intereses económicos y políticos, utilizando como un soporte social a una masa descontenta muy bien controlada, formada lo mismo por grupos de la pequeña burguesía, que por grupos de sectores depauperados. De esa forma se pretendía imitar la estrategia usada por el PRI, que era el centro de cohesión de la burguesía con una amplia estructura social, formada por sus “sectores” (obrero campesino y popular) a los cuales usaba como grupos de presión. De esa manera se arma un gobierno con un proyecto propulsor de la economía nacional, de reorganización de las instituciones para encontrar una limitación de la violencia y de la descontrolada corrupción.
Para dar soporte a su proyecto, el nuevo gobierno construye una campaña ideológica en la que presenta a sus tareas como equivalentes a las enfrentadas en la formación del Estado nacional y consolidación del poder de la burguesía (3). A partir de este proyecto se pretendía controlar las disputas en las que se mezclan intereses políticos y económicos de todos los grupos burgueses, incluyendo los de las agrupaciones mafiosas que extienden su poder económico al político al fusionarse en las estructuras de gobierno, generalizando la violencia y la corrupción. Pero los esfuerzos por lograr la cohesión se esfuman rápidamente, ampliándose las disputas y el ambiente de violencia generalizada que, en vez de limitar la corrupción ha propiciado su desarrollo, mostrando que –dicho sea de paso– la corrupción es parte de la vida de la burguesía.
Apenas conformado el gobierno, se abren disputas por la suspensión de la construcción del gigante nuevo aeropuerto en la CDMX y a partir de ello se han ampliado y extendido hasta el presente. La fractura de la clase en el poder ha llegado a tales niveles que el gobierno de AMLO ha buscado respaldo en el ejército para con ello forzar a un cierto orden. De manera que les ha entregado a las fuerzas militares la concesión de la construcción de sus “megaproyectos” (nuevos aeropuertos, el internacional y los locales, el tren Maya…) y su futura operación, así como la administración de los puertos y aduanas comerciales. En términos políticos, les ha entregado, a través de la “Guardia Nacional”, el control y la negociación con las agrupaciones de las mafias del narcotráfico. La situación que ha expuesto la estrecha relación económica y política entre el gobierno de AMLO y la estructura militar ha sido la apología y defensa (hasta obtener su liberación) de personajes como el general Salvador Cienfuegos, jefe militar en el gobierno de Peña Nieto, detenido por la policía norteamericana por colaborar y proteger los negocios de grupos dedicados al narcotráfico.
En este proceso conflictivo y en mitad del período sexenal, se han realizado las campañas y elecciones, en la que definen no solamente a diputados y senadores federales y locales sino además a gobernadores de 15 estados y en cientos de localidades el cambio de munícipes y alcaldes. Por el momento de fractura de la burguesía y por la amplitud de puestos del Estado que había que renovar, se ha presentado como un momento estratégico en el que cada fracción de la burguesía intenta colocarse en un mejor lugar dentro de la estructura del poder, por lo que rehace sus alianzas, no solamente a través de sus partidos (en esta ocasión los tres principales partidos, PRI, PAN y PRD, se han aliado en contra del partido de AMLO, Morena), sino también con las fuerzas del narcotráfico dispersas a lo largo del país.
Sin duda las elecciones es un momento relevante para la burguesía porque refuerza su control ideológico y le permite redefinir la distribución formal de su poder, sin embargo, el nivel de descomposición le ha dificultado tener todo el escenario bajo su control. Los millones que gasta en ese “rito democrático”, no han podido impedir que pierda credibilidad y para reanimarlo integran nuevos partidos (aun cuando son pequeñas expresiones de la burguesía) e insertan en las boletas electorales a personajes de la farándula más ridícula.
Desde la década de los 70 la burguesía mexicana buscó fortalecer la mascarada electoral a través de la “apertura democrática” y la “reforma electoral”, sin embargo, con el despegue de sus disputas internas el escenario electoral pierde también control por lo que el Estado buscó crear un instrumento de contención de esos enfrentamientos (4). Este instrumento creado para tal fin en 1990, fue el Instituto Federal Electoral (IFE, transformado posteriormente a instituto nacional, INE), con él logró ordenar un poco las disputas, además de animar a la esperanza en la democracia y dar credibilidad al voto, reforzando el engaño del “poder ciudadano”.
El grado de los enfrentamientos de la burguesía han alcanzado tal magnitud en la actualidad que el INE se ha convertido en un promotor de la división, llevando un enfrentamiento abierto en contra del gobierno de Obrador y su partido.
No es extraño que, si la estructura estatal encargada de evitar el escalamiento de la violencia electoral se ha desquebrajado, se extiendan los atentados y crímenes. Este escenario de crímenes empieza a tomar dimensiones en las elecciones del 2006 al presentarse 14 asesinatos relacionados en ella, luego, en las elecciones del 2012 fueron 32, pero en 2018 ya fueron 152 los crímenes. En contrasentido al ofrecimiento de pacificación que López Obrador hiciera en campaña bajo el lema, “abrazos no balazos”, la violencia sigue acelerándose, llenando de sangre sus boletas electorales: esta vez fueron 91 los candidatos o personal de los partidos que fueron asesinados durante la campaña electoral de este año.
La pasada campaña electoral ha sido llevada a cabo en medio de la división de la burguesía tan profunda que se escucharon amenazas de golpe de Estado y se expandieron las prácticas que emulando al gansterismo llenaron las urnas de sangre. En ese marco es en el que la burguesía ha distribuido los puestos de gobierno, pero las grietas políticas que la cruzan se han hecho más anchas.
Los resultados de las elecciones han dejado la mayoría en las cámaras a Morena, aunque en algunos estados se han otorgado a la alianza PRI-PAN-PRD. De manera que la división del poder podrá ser usado por el gobierno como argumento que justifique sus “dificultades” para poder lograr el cambio prometido. Estos resultados de las elecciones se han interpretado por los partidos de “oposición” y por el gobierno como un triunfo, cada uno de los partidos aseguran han salido vencedores y todos ellos tienen razón, porque su ruidosa campaña electoral, marcada por la demagogia y el crimen ha logrado que por lo menos el 50% de los 93.5 millones de personas registrados en el padrón oficial, fueran sumergidos en una profunda borrachera electoral. El gran triunfo de la burguesía en estas votaciones ha sido el que lograron que miles de trabajadores fueran sometidos por la confusión de la campaña electorera, alejándolos de su terreno de clase, transformando así su descontento y su necesidad en confusión y esperanza en la democracia…
La clase trabajadora nunca tendrán ninguna posibilidad de obtener un beneficio de las elecciones, por el contrario, la aceptación de su condición de ciudadano, lo conduce a perder su identidad de proletario. Es por ello urgente que los trabajadores reflexionen y tomen conciencia que los gobiernos de izquierda o de derecha son expresiones del poder de la burguesía.
Revolución Mundial, 12-junio-2021
NOTAS:
1 La fase de descomposición no es solo un problema de México, es una tendencia que avanza en el capitalismo. Una de sus manifestaciones más relevantes es la dificultad de la burguesía para lograr su unidad y mantener el control de su política. Hemos visto como incluso en países industrializados, como EUA esta tendencia ha llevado a la formación de gobiernos populistas como el de Trump, caracterizado por su actuación política irresponsable. Para ampliar sobre este problema, recomendamos leer: “Presidencia de Trump: símbolo de un sistema social moribundo”, ubicado en: https://es.internationalism.org/revista-internacional/201611/4186/presidencia-de-trump-simbolo-de-un-sistema-social-moribundo [52]
2 MORENA: Movimiento Regeneración Nacional, es creado en 2011 como un movimiento social, orientado para la participación electoral de 2012. En su estructuración como “movimiento”, agrupó a sectores salidos de otros partidos (PRD y PRI principalmente) y de otras agrupaciones regionales, a partir de esta suma de grupos e individuos en 2012 oficialmente se transforma en partido
3 AMLO define a su gobierno como parte de una “4ª Transformación”, por ser pretendidamente continuidad de los siguientes momentos del pasado: 1º la Independencia (1810 a 1821), 2º la Guerra de Reforma encabezada por Juárez (1859-1861) y 3º la llamada Revolución mexicana que consolidó la república constitucional (1910-1917)
4 La violencia electoral que se presentó en la primera mitad del siglo XX, revelaba también fisuras al interior de la burguesía, como la que se presentó en las elecciones de 1929 hacia los “vasconcelistas” o en 1952 en contra de los seguidores del candidato Miguel Henríquez Guzmán. Pero esa violencia, a diferencia de la actual, se dirigía directamente por el gobierno con el fin de disciplinar a aquellos sectores de la misma burguesía que se salían del orden y la unidad. La integración de las mafias a las estructuras del Estado ha hecho que la violencia se generalice sin control, en tanto los sangrientos ajustes de cuenta se operan lo mismo por policías y militares que por sicarios a sueldo de algún grupo del aparato político de la burguesía mezclado con las mafias. Esa situación ya empezaba a revelarse cuando reprimían a los seguidores de Cuauhtémoc Cárdenas (1988), a los que el gobierno buscaba disciplinar, sin embargo, al incorporarse en esta práctica las “guardias blancas” de los caciques o de grupos burgueses locales, se mostraba ya la dificultad de la burguesía para tener el control absoluto de su aparato político
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La región ahora ocupada por el moderno estado turco siempre ha sido una encrucijada del mundo, un área donde chocan todos los caminos, pueblos e influencias. Esto, en general, ha sido muy positivo para el desarrollo de la humanidad. Hoy, sin embargo, se están produciendo muchas influencias y colisiones globales en Turquía y sus alrededores que no son en absoluto positivas y más bien expresan el estancamiento del capitalismo y la amenaza que representa no solo para la población de Turquía y la región, sino para toda la humanidad. Aunque la putrefacción de un capitalismo en descomposición es hoy claramente visible en las grandes potencias, es un fenómeno global que existe en y se aplica a todos los estados. De hecho, hoy se expresa particularmente en Turquía, que se ha convertido en un punto de colisión para todas las contradicciones de un capitalismo moribundo; un lugar donde las expresiones de descomposición muestran una tendencia innata a la autodestrucción que está afectando y afectará a todos los países de la tierra. Las tendencias generales que operan actualmente en Turquía son las mismas que las de todos los estados capitalistas y sólo pueden intensificarse dado el desarrollo ineludible de la insoluble crisis económica del capitalismo. El caos, el militarismo y la inestabilidad que azotan a Turquía son presagios del futuro del capitalismo y, en este momento, muy peligrosos para el caldero de Oriente Medio del que Turquía forma parte.
La economía turca está en quiebra y sus perspectivas son nefastas; está desesperada por la inversión extranjera y, con perspectivas debilitadas de atraerla, muy preocupada por la creciente dependencia de China. Las condiciones de vida de la clase trabajadora, incluido el sistema de salud del que depende, están siendo constantemente atacadas en una atmósfera en la que muchas expresiones de malestar se topan con la fuerza brutal de la represión. Turquía está altamente militarizada y sus ambiciones imperialistas, sus incursiones militares externas, tienen un toque de locura, reflejando la grandiosa "visión" de la camarilla gobernante turca, sus pretensiones de ser un actor importante en el escenario mundial. Las aventuras del imperialismo turco cerca y lejos, suspirando por un pasado glorioso que nunca existió, solo pueden traer más problemas a medida que Turquía se gana más enemigos en el exterior, mientras que en casa su participación en guerras cada vez más insensatas exige mayores sacrificios de la clase trabajadora. El estado turco parece superficialmente fuerte, pero todo su edificio está construido sobre arena; socavados por el debilitamiento de su economía, las crecientes divisiones políticas y una cierta pérdida de control por parte del gobernante AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo), anteriormente relativamente fuerte, lo han obligado a depender del derechista Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) para ganar las cruciales Elecciones de 2017, el referéndum de 2018 y para mantenerlo en el poder hoy. Otro elemento de la creciente inestabilidad, un fenómeno mundial pero que se expresa particularmente en Turquía y Oriente Medio, ha sido el dramático aumento de refugiados y personas desplazadas debido a la propagación de la guerra y el militarismo en la región. Pero el estado turco ha instrumentalizado esta abyecta miseria en su beneficio al utilizar a estas masas no solo para mano de obra barata y precaria dentro de Turquía, particularmente los refugiados sirios, sino también como amenaza contra Europa para extorsionarla pidiendo dinero, principalmente de Alemania: la amenaza es que desatará esta avalancha de refugiados en Europa occidental si no se sale con la suya[1].
Como en todas partes, el estado turco está activamente involucrado en la destrucción del medio ambiente, subrayado por esquemas para impulsar el crecimiento mediante el uso de recursos naturales, la minería extensiva y la deforestación, por ejemplo, o proyectos imperialistas como la propuesta de construir un canal desde el Mar Negro hasta el Mar de Mármara (un proyecto presentado por primera vez hace 500 años por el sultán Solimán el Magnífico), una propuesta que el propio presidente Erdogan calificó de "loca" en 2011[2]. El costo proyectado del canal es de al menos diez mil millones de dólares, y también hay planes para un nuevo aeropuerto y centro de carga de diez mil millones de dólares junto con una nueva autopista. Estos son en parte proyectos para celebrar el centenario de la República de Turquía en 2023 en un frenesí de nacionalismo. No solo hay una deforestación masiva, sino amenazas reales para el suministro de agua de Turquía provenientes del proyecto del canal de Estambul, como lo señalaron los propios asesores del gobierno.
Estos son solo algunos de los elementos que expresan cómo Turquía es una ilustración de la descomposición del capitalismo[3]. Desde hace décadas, Turquía se ha visto particularmente golpeada por las turbulencias económicas, militares, políticas y sociales desatadas por el colapso de los bloques imperialistas relativamente estables en 1989, abriendo una nueva y más peligrosa era de un perro-come-perro capitalista; y ahora llega el último flagelo del capitalismo en descomposición, la pandemia de Covid-19.
Todos los elementos negativos existentes, en particular la economía, se ven agravados por esta pandemia pronosticada desde hace mucho tiempo, y se han creado muchos nuevos problemas y dificultades. La clase dominante también ha mostrado su desprecio por la vida humana "no rentable", particularmente cuando pensó al principio que había un "rayo de luz" en esta "enfermedad parecida a la gripe" pasajera en el sentido de que muchos de los ancianos y enfermos serían eliminados , liberando al estado de la costosa carga de cuidar a aquellos que estaban más allá de la explotación[4]; en algunas de las principales capitales del mundo, los países más ricos de la Tierra, esta tendencia de deshacerse de las responsabilidades humanas inútiles fue generosamente alentada por los estados a través de su negligencia criminal y no menos importante a través de su ideología nacionalmente adaptada de "inmunidad colectiva" mucho antes de que hubiera alguna señal de vacuna. Y luego, cuando la pandemia tomó su curso natural, la burguesía y sus estados se dieron cuenta -algo que ya había sido señalado antes por varias agencias, incluidos los servicios de inteligencia de Estados Unidos- que una pandemia de este tipo no solo perturba gravemente la economía capitalista, sino que puede convertirse fácilmente en una amenaza existencial para él[5].
En los primeros meses de la pandemia, parecía que a Turquía le estaba yendo bastante bien, cerrando escuelas, universidades e industrias del ocio rápidamente; las oraciones congregacionales estaban prohibidas en las mezquitas y su sistema de pruebas parecía funcionar de manera eficiente. Pero gran parte de esto fue propaganda cuidadosamente orquestada por el régimen de Erdogan, argumentando que el mundo estaba celoso de los logros de Turquía. Pero incluso en el período inicial de la pandemia, el New York Times encontró muertes mucho más altas que las cifras oficiales[6]. La introducción de Wikipedia sobre la "pandemia de Covid-19 en Turquía" parece que fue escrita por un comité de piratas del AKP con un arma en la cabeza: todo ha sido simplemente genial; el sólido sistema de salud de Turquía ha cubierto de manera sobresaliente, mucho mejor que otros, y sigue estando al tanto de la situación. Otros países (algunos de sus rivales imperialistas más cercanos) son castigados por no actuar con la suficiente rapidez, a diferencia de Turquía. La introducción está salpicada de ejemplos de cómo Turquía es uno de esos países a la vanguardia de la lucha contra el virus. No se puede creer en ninguna de sus cifras y parece un ejemplo de libro de texto de propaganda estalinista.
La realidad es que Turquía ocultó el verdadero alcance de esta crisis durante meses para proteger la economía, y las descaradas mentiras del estado (como en todas partes) alentaron la propagación del virus. La Asociación Médica Turca (TTB) dijo, justo antes de fin de año, que el gobierno en realidad "había perdido el control de la situación"[7]
Los médicos en Turquía han sido directamente amenazados por el estado por cuestionar sus cifras de virus y señalar el lamentable estado de sus hospitales y servicios de salud, junto con la falta de equipo de protección. El socio de la coalición gubernamental de Erdogan, Devlet Bahceli, líder del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), pidió declarar ilegal a la Asociación Médica Turca y la detención de sus líderes[8]. Como en todas partes, Turquía está utilizando la pandemia para fortalecer el aparato represivo del estado y presionar a la clase trabajadora en particular. Contrariamente al nauseabundo informe de Wikipedia, Totalanalysis con sede en Londres ha estado monitoreando casos de Covid-19 en muchos países y publicó su Índice de Transparencia de Datos Covid, en el que Turquía ocupa el puesto 97 de un total de 100, seguido de Serbia, Turkmenistán y Corea del Norte. Una última obscenidad relacionada con la pandemia (seguramente con muchas más por venir) y el armamento de las vacunas es la forma en que, en común con el beneficio de la miseria de los refugiados, el estado turco parece haber sentado las bases para intercambiar algunos de sus refugiados uigures por dosis del tratamiento chino Sinovac: tres millones de dosis por adelantado y más si todo va según lo planeado[9]. Hasta la fecha, las tasas de infección diarias están aumentando junto con las muertes diarias y la tasa de mortalidad general es actualmente de algo más de 30.000[10].
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, es un fanfarrón y alborotador que se adapta bien a su papel como líder del estado turco. Ha estado hablando durante años sobre los logros de Turquía, el pasado glorioso de Turquía y su destino futuro como gran potencia[11] y esto solo se intensificará hasta el centenario de la fundación de la república turca por Ataturk. Erdogan se ha hecho pasar por el defensor de los musulmanes en todas partes, jugando una carta religiosa que oculta las ambiciones imperialistas de Turquía[12]. Es muy posible que, con el fin del sistema de bloques, el debilitamiento de Estados Unidos en el Medio Oriente y la tendencia intensificada hacia todos contra todos, Erdogan sienta que finalmente ha llegado el momento de Turquía[13]. Durante las últimas dos décadas de mayor caos e inestabilidad en la arena mundial, Erdogan, un maestro de la lengua bífida ha jugado todo tipo de juegos con los estadounidenses, la UE y los rusos, utilizando sus cartas con un efecto óptimo. Pero en el pasado, Erdogan también ha sido golpeado en el tablero de ajedrez imperialista por las principales potencias: su "visión" del imperialismo turco juega con un sentimiento de "resentimiento turco" y se ha endurecido en consecuencia. Este resentimiento fue aún más real para el estado turco cuando su líder escapó por poco de un escuadrón de la muerte y fue perseguido por F-16 cargados de misiles en el fallido golpe de 2016. Pero los agravios y los apetitos imperialistas del estado turco no pueden reducirse a las reacciones de un solo hombre, y la "visión" de Erdogan se está convirtiendo en una devastadora realidad material de militarismo y guerra que genera militarismo y una guerra más amplia.
Turquía es un excelente ejemplo de descomposición capitalista, expresándose en particular a nivel imperialista. Sus viejas ambiciones han sido revividas por el giro de la crisis del capitalismo y ha desarrollado una política de estirar sus tentáculos cerca y lejos. Subrayando la naturaleza problemática de su relación con Rusia, ha realizado acuerdos recientes con Ucrania, incluida la venta de armas, como el exitoso avión no tripulado de combate Bayraktar TB2 que ha utilizado para enfrentarse a las fuerzas rusas en Libia. Turquía ha apoyado a Ucrania contra la anexión de Rusia a Crimea[14]. Las relaciones turco-ucranianas se han calentado durante varios años, pero han alcanzado un nuevo récord en un momento de tensiones en la frontera entre Rusia y Ucrania. Erdogan se ha presentado modestamente como un "pacificador", pero esto podría conducir a un aumento importante de las tensiones y el militarismo en el Mar Negro.
Turquía se ha trasladado a África militarmente después de utilizar su "poder blando" no menos imperialista para pavimentar su camino. Ha ampliado su influencia en el Golfo Pérsico con el establecimiento de una gran base militar en Qatar, manteniendo un acto de equilibrio con las otras potencias del Golfo, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Ankara ha hecho recientemente propuestas hacia estos dos últimos países, incluida la producción conjunta de drones con el régimen saudí, así como hablar sobre el restablecimiento de los lazos diplomáticos y de inteligencia con Egipto[15]. Las cálidas palabras también han ido y venido recientemente con Tel Aviv, el acto de equilibrio de Turquía solo puede volverse más problemático a medida que la inestabilidad y cada uno de ellos dominen aún más.
Turquía ha extendido y fortalecido su influencia a las repúblicas de Asia Central, Uzbekistán, Turkmenistán, Kirguistán y Kazajstán, donde ve a China como una amenaza directa y rival. Y se apresuró a proporcionar armas a su aliado Azerbaiyán antes de su guerra de 44 días con Armenia el año pasado, en particular sus drones armados que abrumaron a las fuerzas armenias y que él mismo ha utilizado en operaciones militares en Siria, Irak y Libia. Israel también participó en el apoyo a Azerbaiyán, que ve como un amortiguador contra Irán, pero fueron el armamento turco y los combatientes indirectos, suministrados a su socio chiíta "antagonista", los que derrotaron a las fuerzas armenias. La "Iniciativa Nueva Asia" de Turquía, uno de los indicadores de los intereses imperialistas turcos, tiene como objetivo reforzar las relaciones con los estados turcos de Asia. Desde 2003, Turquía ha establecido 17 nuevas misiones, cinco embajadas y 12 consulados en países asiáticos. China, por su parte, está interesada en Turquía, pero también desconfía de ella, y ha tendido a ser más abierta a los otros países de Oriente Medio, como Arabia Saudita e Irán. Pero debido a la posición geoestratégica de Turquía, su influencia en los estados turcos y la "Nueva Ruta de la Seda" (BRI) de China[16], Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores de China, tuvo cálidas palabras para Turquía en su reciente viaje de principios de abril por Oriente Medio.
Durante la última década, Turquía se ha implantado mucho más en África, particularmente en África Oriental, lo que la llevó a describirse a sí misma como un "estado afro-euroasiático", completando una potencial expansión militar de tres frentes. De 12 embajadas repartidas por todo el continente en 2009, ha aumentado a 42 una década después, con más a la vista, y el comercio subsahariano aumentó de mil millones de dólares a casi ocho veces más que durante el mismo período[17]. La base militar más grande de Ankara se encuentra en Somalia, donde sus fuerzas entrenan a las tropas locales; otros destinatarios de la asistencia "bilateral" de Turquía son Sudán, Níger, Djibouti (donde se estableció la primera base militar de China en el extranjero hace 3 años), Chad y Guinea. Turquía ha jugado con la idea de que sus intenciones no son coloniales sino "fraternales" hacia África. Ha habido cierta retórica neo- otomana en su propaganda, dados los vínculos entre el antiguo imperio y África Oriental, pero la "ayuda" y los proyectos turcos han sido generalmente bien recibidos por las burguesías locales. A pesar de los problemas de Francia en la región y de los esfuerzos de China por sacar ventaja, Turquía también rivaliza con países como Irán, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, así como con China, en este floreciente escenario imperialista.
El paso de Turquía a África se enfrenta directamente a las empresas diplomáticas, comerciales y educativas del clérigo con sede en Estados Unidos, Fethullah Gulen, una vez aliado y ahora archienemigo de Erdogan. El sistema educativo Hizmet de Gulen es global pero particularmente fuerte en África, donde tiende a proporcionar una alternativa más barata a las escuelas francesas para los niños de las élites. La máscara "fraternal" de Turquía ha tendido a ceder el paso a su autoritarismo al exigir que los estados africanos cierren la red "terrorista" de Gulen. Al igual que las bases militares y las "botas sobre el terreno", la inversión en curso en el auge del "poder blando" de Turquía en África y en otros lugares, que involucra escuelas, centros de salud, ONG, etc., aumenta grandemente el costo de una economía de guerra insostenible.
Sin embargo, es en el Mediterráneo central, el flanco sur de la OTAN, donde el sálvese quien pueda imperialista, con Turquía en el centro, realmente se exacerba, planteando peligros más agudos de crecientes tensiones y conflictos, exacerbados por el impulso de Ankara para ser una mayor potencia regional. Luchando como buitres, sobre una Libia devastada por la guerra, Turquía y Qatar respaldaron al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) reconocido por la ONU, mientras que la facción opuesta, el Ejército Nacional Libio (LNA) ha sido respaldada militar y financieramente por Rusia, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y con el apoyo activo de Francia. Desde el precario alto el fuego de octubre pasado, muchas de las tropas extranjeras y mercenarios permanecen en el país, incluidas las fuerzas sirias pro-Ankara, amenazando la frágil "paz" y el programa de "transición" de la ONU. El apoyo de Turquía al GNA, con armas (particularmente drones) y cazas, ayudó a cambiar la relación de fuerzas en Libia y permitió al GNA tomar el control de áreas clave. Su acuerdo con el GNA incluía el acceso de Turquía a aguas "demarcadas" en el Mediterráneo oriental para la exploración y perforación[18] de petróleo y gas, pero estas aguas son disputadas por Grecia, Egipto y Chipre (de hecho, Creta y Chipre se encuentran en aguas reclamadas por Turquía); y los países mencionados, así como Israel, han excluido a Turquía de su Foro de Gas del Mediterráneo Oriental (EMGF). Esto, a su vez, ha llevado a Turquía a etiquetarlos, junto con Francia, como una "alianza del mal" que estaba dañando la "esperanza de democracia" de Libia. Si bien estos esquemas de oleoductos son más baratos que el envío de petróleo y gas, parecen propuestas muy poco fiables desde el punto de vista económico y son propensos a la inestabilidad política que acecha al Medio Oriente. Pero Turquía está luchando por el derecho a acceder a lo que llama su "patria azul" para ganar más autonomía energética, y por eso está en Libia a largo plazo, utilizándola como trampolín para acceder a las aguas del Mediterráneo central y una implantación más fuerte en esta zona vital. Turquía y el jefe del nuevo gobierno interino de Libia, el primer ministro Abdul Hamid Dbeibah, acaban de reafirmar (el 13 de abril) el acuerdo marítimo de 2019[19] que ha enfurecido a otros estados, mientras que Turquía ha prometido al gobierno libio 150.000 vacunas covid, un hospital Covid-19 en Trípoli y el apoyo de Ankara para la reconstrucción del ejército libio.
El gasoducto ruso/turco, Turkstream, fue inaugurado por los presidentes Putin y Erdogan en enero de 2020, pero se basa en esta "asociación" altamente calificada. El proyecto fue detenido por Putin luego del derribo de un avión de combate ruso Su-24 por Turquía en la frontera turco-siria en 2014 y restablecido después de la efusiva disculpa de Ankara. La dependencia de la UE de Turquía con respecto a los refugiados significa que sus esfuerzos diplomáticos para regular los problemas en estas aguas, y la relación entre los miembros de la OTAN, Turquía y Grecia, parecen ser extremadamente difíciles. Existe un riesgo real para Turquía en el sentido de que, al sobredimensionarse, se desborda y provoca enfrentamientos más graves; ser activo en tantos frentes y creando tantos enemigos revela una irracionalidad típica de la descomposición capitalista.
Hasta 1989, Turquía, con su ejército grande y moderno, era un pilar del bloque occidental, a pesar de una confrontación con Grecia, miembro de la OTAN en 1974, que presagiaba algunos de los problemas que surgieron en una escala mucho mayor con la implosión del Pacto de Varsovia a finales de los 80. Hasta ese momento, Turquía era un eje de las políticas estadounidenses en Oriente Medio, Eurasia y Europa del Este. Pero la apertura de la Caja de Pandora en 1989 empeoró dramáticamente la situación para todas las potencias principales y secundarias en el Medio Oriente y más allá. La disciplina que mantenía unido al Bloque Occidental se hizo añicos cuando el cemento que mantenía unido al bloque, que nunca tuvo una calidad duradera, se convirtió en polvo con el "Nuevo Orden Mundial" de principios de los noventa. Turquía estaba inmediatamente en desacuerdo con Estados Unidos por la primera Guerra del Golfo, el intento fallido de Estados Unidos de cohesionar el fragmentado ex bloque bajo sus auspicios. La compra por parte de Turquía, miembro de la OTAN, del sistema de defensa aérea ruso, el S-400, en 2019, dejó al descubierto la ruptura porque el sistema no puede integrarse en el marco militar de la OTAN. En respuesta, Estados Unidos prohibió la transferencia de su avión de combate F-35, cuyos detalles podrían estar disponibles para los entrenadores rusos del sistema S-400 con base en Turquía. La situación se complica aún más por el hecho de que 937 partes separadas del F-35 han comenzado a fabricarse en Turquía[20] con al menos un avión ya entregado.
Así, Turquía está dividida entre Rusia y una OTAN en crisis, con cierto antagonismo hacia "Occidente" y avanzando hacia un peligroso campo de cooperación con Rusia. Todas las viejas contradicciones y ambiciones de Turquía se reavivaron con el colapso del 89 y han estado estallando desde entonces, planteando problemas más insolubles en una situación de tendencias centrífugas crecientes. Las relaciones actuales de Turquía con Rusia, como muestran algunos de los ejemplos anteriores, no son directas ni definitivas, sino que se basan en intereses comunes contingentes que están ampliamente abiertos a disputas y conflictos. Y aunque Trump amenazó con destruir la economía turca si se "veía fuera de los límites" en Siria, Putin también la amenazó después de que su avión SU-24 fuera derribado sobre Siria en noviembre de 2015, y agregó que fue "una puñalada por la espalda por los cómplices de terroristas". Algunos de los problemas que se avecinan en la relación con Rusia se mencionan anteriormente: la amenaza existente de cerrar el estrecho del Bósforo a la armada rusa y la amenaza potencial de permitir que los buques de guerra estadounidenses utilicen su nuevo canal propuesto que, con un calentamiento de las relaciones con Ucrania, ser una amenaza significativa para Rusia. En Siria, Rusia también ha golpeado a las milicias apoyadas por Turquía en su lucha contra las fuerzas sirias respaldadas por Rusia en el noroeste de Siria: en octubre de 2020, un campo de entrenamiento militar fue atacado por las fuerzas rusas, matando a decenas de milicianos e hiriendo a muchos. Más recientemente, las fuerzas respaldadas por Turquía en la misma zona fueron alcanzadas por un aluvión de misiles cargados con bombas de racimo, supuestamente disparadas por un buque de guerra ruso en el Mar Negro. La devastación fue generalizada, lo que se sumó al continuo dolor de la población civil.
Si todo el Medio Oriente es una cesta víboras, entonces hay otra formidable cesta de víboras dentro de la cesta: la cuestión de los kurdos. Aparte de los movimientos conciliadores a medias de Turquía hacia los kurdos la última década, el miedo real de Turquía se centra en las zonas autónomas kurdas que operan en Siria e Irak. El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, reconocido por Estados Unidos como una "organización terrorista") y su rama siria, el Partido Unión Democrática con sus Unidades de Protección del Pueblo YPG, se están consolidando, en parte, en territorio sirio. Esto provocó que la operación militar turca de 2019 "Fuente de paz" cruzara Siria con facciones sirias aliadas para hacerlas retroceder. El armamento estadounidense de los kurdos con armamento sofisticado y sensible[21] para combatir a Isis fue más allá de la "carne de cañón" kurda utilizada tanto por los iraníes como por los estadounidenses contra el Isis. Las unidades de comando kurdas YPG (Yekineyen) fueron equipadas con el mismo equipo de alta tecnología utilizado por las Fuerzas Especiales de EE. UU. (El Pentágono no puede transferir este equipo a ninguna otra fuerza, pero la CIA puede y lo hizo).
A mediados de octubre de 2019, Trump dio la orden de que las tropas estadounidenses se hicieran a un lado, permitiendo efectivamente que las fuerzas turcas ingresaran al noreste de Siria y se enfrentaran a las fuerzas kurdas que pasaron de ser preciados y primados aliados de Estados Unidos a "terroristas" perseguidos de un día para otro, en una nueva "traición" kurda por parte de Occidente. Lo importante del armamento original de los kurdos por parte de Estados Unidos es que, en primer lugar, expone de inmediato la debilidad y la desesperación del Tío Sam, que es parte de un debilitamiento a largo plazo del liderazgo estadounidense resultante de la descomposición. Enfureció a los turcos y los obligó a aprovechar esta debilidad, sumándose a las tendencias generales de caos, inestabilidad y guerra en la región. Al mismo tiempo, la fragmentación y la redistribución de las fuerzas kurdas llevó a que algunas de las unidades del YPG y sus combatientes de Yekineyen se unieran al ejército sirio, probablemente con su equipo "sensible", y proporcionando al carnicero Assad herramientas más actualizadas de su oficio.
La guerra de Turquía en Irak se ha intensificado contra el PKK en el Kurdistán iraquí en y alrededor de la cordillera de Zagros, donde los aviones no tripulados de combate y aviones de combate turcos han causado una mayor devastación en ataques implacables. El nacionalismo kurdo siempre ha sido parte del imperialismo[22] y después de décadas de ser utilizados como carne de cañón por las potencias globales y regionales, y constantemente "traicionados" por ellos, los kurdos desarrollaron un dicho de que "solo las montañas son nuestras amigas". Pero aquí en sus reductos, junto con la población civil, las montañas se han convertido en su prisión y en sus tumbas. La inestabilidad general provocada por el deterioro de la situación también ha provocado combates entre los kurdos en el norte de Irak.
Desde principios de año, en lo que parece ser un cambio de énfasis, Turquía ha estado haciendo propuestas a sus rivales, con Erdogan llamándose a sí mismo y al presidente Macron "pacificadores" (nunca se ha hablado tanto de "paz" en medio de tantas guerras); ha abierto conversaciones diplomáticas con Egipto, ha tenido palabras cálidas para los Emiratos Árabes Unidos y ha abierto desarrollos militares conjuntos con Arabia Saudita. Ha reforzado sus acuerdos militares existentes con Ucrania con su programa "Black Sea Shield (Escudo del Mar Negro )", que cubre una amplia gama de operaciones, incluidos motores aeroespaciales y tecnología de misiles[23]. El 9 de abril, el Ministerio de Defensa turco publicó sus felicitaciones por el 72º aniversario de la OTAN diciendo que "juntos somos más fuertes". En enero, Erdogan, dirigiéndose a los embajadores de la UE, dijo que "estamos listos para volver a encarrilar nuestras relaciones"; en febrero, directamente a Estados Unidos, Erdogan hizo hincapié en "nuestros intereses comunes". Y el 24 de marzo, dijo al Congreso del AKP, más cerca de la realidad, "seguiremos dando forma a nuestras relaciones con todos los países". No puede haber predicciones sobre lo que esto significa para el futuro, pero está claro que Turquía avanza en muchos frentes hacia territorios muy peligrosos en una situación de crecientes tensiones imperialistas e inestabilidad que las acciones de Turquía solo agravarán. "... está claro que la política de Ankara es un factor importante para la propagación del militarismo y el caos y un factor importante para extender la inestabilidad y el conflicto a una región que se extiende desde el Sahel hasta Afganistán. En resumen, la idea de estabilizar la región, frenar las ambiciones imperialistas en todos los ámbitos es pura invención de la imaginación y el impacto de la pandemia de Covid 19, que está golpeando duramente a la región, sólo añadirá más combustible a la guerra, la barbarie y el caos"[24].
En cuanto a la economía, los principales organismos financieros mundiales coinciden en que las perspectivas de la economía turca como sombrías y el manejo de Erdogan como "poco ortodoxo"[25]. Acaba de despedir a su tercer gobernador del Banco Central en 2 años mientras intenta manipular la relación dólar/lira mediante una forma de engaño. En este momento, el Banco Central de Turquía debe decenas de miles de millones de dólares a los bancos de Turquía, lo que deja al primero con un gran agujero en su balance (en el pasado reciente, los bancos turcos han estado muy involucrados en la lucha contra las sanciones a la economía turca, particularmente su Halkbank). La lira cayó un 15% después de que el tercer gobernador del Banco Central fuera despedido y reemplazado por una persona designada por el AKP, dejando a las empresas turcas con deudas en dólares, en apuros. La economía ortodoxa dice que se necesitan tasas de interés más altas para combatir la inflación, pero Erdogan se ha opuesto a esto, en parte porque "... los fabricantes de Anatolia orientados a la exportación que son una parte cada vez más importante de la base política (de Erdogan)" (Borzou Daragahi , Independent, 24 de marzo de 1921) se ven afectados negativamente por ellos; de modo que la irracionalidad a corto plazo de Erdogan prevalece sobre la salud general de la economía turca. Una vez más, el último plan "loco" del "tomador de riesgos" de Erdogan le ha estallado en la cara, dejando la economía de su país en serios problemas. La inflación, que ha aumentado por sexto mes consecutivo y ahora se sitúa oficialmente en algo menos del 16%, significa que los trabajadores y los pobres pagarán más por los artículos básicos diarios, mientras que el desempleo oficial se elevó al 13,4% en enero y el desempleo juvenil (15-24) fue de casi el 27%, y es probable que ambas cifras sean subestimadas. Las reservas de divisas de Turquía son bajas y están cayendo. Tras la miseria dejada por la crisis económica de 2008 y la nueva miseria económica provocada por la pandemia, hay más sufrimiento por venir para la clase trabajadora, particularmente a medida que se intensifica la economía de guerra, que ya está agotando las arcas del Estado.
A pesar de la apariencia y las trampas de un estado que pretende aparecer como todopoderoso, el AKP gobernante se está debilitando bajo las presiones. Hacia fines de 2019 hubo divisiones en el partido a medida que el milagro económico se desvanecía y la impopularidad se establecía incluso entre sus partidarios. El ex primer ministro y presidente del AKP, Ahmet Davutoglu, fue una renuncia importante; Ali Babacan, exjefe de economía y al que se le atribuye haber presidido el crecimiento sin precedentes de Turquía, también abandonó el órgano de gobierno. Estos parecen pérdidas pequeñas, pero bajo el nuevo sistema de organización del AKP (diseñado para fortalecerlo) cada voto es esencial. El margen de maniobra política de Erdogan se está volviendo más limitado y es una debilidad de la clase dominante que tiene que depender del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) en su "alianza popular" para ganar las elecciones y mantenerse en el poder. El descontento con el AKP está creciendo en general, pero particularmente dentro de su núcleo de votantes y el apoyo en las encuestas a Erdogan está cayendo. El segundo partido más grande del país, el Partido Republicano del Pueblo (CHP)[26], la principal oposición desde 2002, también ha ido perdiendo apoyo, sobre todo debido a su complicidad con las maniobras y la represión del AKP.
El mismo día de marzo en que el AKP destituyó a su último gobernador del Banco Central, las autoridades turcas iniciaron una demanda para disolver el Partido Democrático Popular (HDP, el tercer partido más grande) liderado por los kurdos, acusándolo de estar vinculado al proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Pocos días después, mostrando la naturaleza frenética y desesperada de la campaña en curso, Ankara anunció que se retiraría de la Convención de Estambul de 2011 sobre la violencia contra las mujeres, diciendo que el plan buscaba "normalizar la homosexualidad" y no encajaba con Los "valores sociales y familiares" de Turquía. Fue una estratagema contra lo que fue una declaración vacía, una distracción para apuntalar el núcleo duro del AKP, pero como algunos países de Europa del Este y muchos países africanos, también muestra la incitación a la violencia y la bajeza y brutalidad del pensamiento burgués. La retirada dio lugar inevitablemente a una serie de contramanifestaciones que tuvieron el efecto de endurecer el apoyo de los fieles al AKP y que también fueron una lección de división, sin perspectiva proletaria.
Sufriendo de la economía de guerra, el proletariado es golpeado por todos lados. Hemos visto el abismo entre la propaganda estatal y la realidad de un servicio de salud que ya se estaba deteriorando antes de la aparición de la pandemia. Como en muchos otros países, el turismo de salud está aumentando en Turquía, pero, como en muchos otros países, esto no es una indicación de la disponibilidad y solidez del sistema de salud; por el contrario, es un signo de su restricción, aumentando las privatizaciones y los pagos por adelantado, lo que lo convierte en una preocupación más para la clase trabajadora y la gran mayoría a quienes se les niegan los servicios y se los envía al final de una cola cada vez mayor. Y eso es para los que tienen derecho, que muchos no lo tienen; los estudiantes que se gradúan, por ejemplo, no tienen seguro médico
Otro ataque brutal y frontal a los trabajadores viene con el código 29 del lugar de trabajo que suena siniestro. El Código 29 se ha utilizado como una forma de escapar legalmente de la prohibición de despedir trabajadores durante la pandemia. Pero nuevamente, estos ataques a la clase trabajadora son anteriores a la pandemia y esta última será una excusa para nuevos ataques. El Código-29 existe desde 2018 y dice que un trabajador puede ser despedido por mostrar "comportamientos que no cumplen con las normas y la ética y la buena voluntad". Ha sido ampliamente utilizado por los patrones y los trabajadores afectados por él no tienen derecho a indemnización por despido, notificación ni prestación por desempleo; su acceso a la atención médica también podría ser problemática. Las mujeres trabajadoras enfrentan problemas adicionales del Código-29, al ser sometidas a preguntas "sobre lo que hacen en el trabajo", mientras que el Código habla sin vergüenza de "conducta inmoral"; es una forma de presión represiva y humillante. Este ataque particular a las trabajadoras vuelve a complacer a la base conservadora del AKP; es un soplo, de manera similar al rechazo a la Convención contra la violencia contra la mujer. Pero casi medio millón de trabajadores han sido despedidos bajo el Código 29 en los últimos tres años[27] y, como sabe el estado, más importante que las cifras es el factor miedo que propaga. Se han aumentado los turnos de 8 a 12 horas, las horas extraordinarias se han hecho obligatorias (si es que se pagan), mientras que los jefes han cancelado los autobuses que recogen a los trabajadores, convirtiéndolos en prisioneros en las fábricas. Pero luchar contra el Código 29 solo o tratar de hacerlo más aceptable es un juego que los sindicatos juegan con sus campañas centradas en temas particulares.
A pesar de algunas "reformas" de bienestar muy específicas, implementadas más con fines de propaganda que cualquier otra cosa, la clase trabajadora está siendo atacada por todos los lados. La inflación y el desempleo son rampantes y el estado no tiene más que un nacionalismo ilusorio y una represión brutal para ofrecer al proletariado. Dada la cercanía de los sindicatos oficiales al partido gobernante, no es de extrañar que los trabajadores se vuelvan hacia los sindicatos independientes para protegerse, pero esto es un error en lo que respecta a las necesidades de su lucha. Con el descrédito de los sindicatos oficiales, la función de los sindicatos independientes es contener la lucha dentro del marco sindical y luego socavarla. Ya sea que estos sindicatos estén prohibidos por el estado o no, y los elementos del estado los ataquen o no, la función de estas estructuras sindicales sigue siendo exactamente la misma: mantener vivo el marco sindical y mantener la lucha de clases dentro de los límites del estado y una reforma ilusoria[28]. En los últimos años hemos visto la aparición de sindicatos independientes en China, Vietnam, Sudáfrica, Egipto e Irán, y fue el sindicato independiente Solidarnosc en Polonia 1981 el que logró derrotar la importante lucha de la clase trabajadora[29].
Los tiempos eran duros para la clase trabajadora antes de la pandemia y ahora son aún más duros. Antes del Covid-19, la clase trabajadora estaba comenzando tentativamente una respuesta a los asaltos acumulados a sus condiciones de vida por parte del capitalismo, pero esto fue detenido por una pandemia que constituyó un desafío directo a la salud y la vida de la clase trabajadora. Sin embargo, incluso en estas circunstancias, ha habido expresiones de luchas en defensa de las condiciones proletarias en todo el mundo. Pero las condiciones para la lucha no son propicias en las circunstancias del virus, dada la necesidad de que los trabajadores se unan y se organicen. Lo que esto vuelve a enfatizar es la necesidad de superar las divisiones planteadas por el Estado, como las establecidas entre los trabajadores turcos, kurdos y sirios, y de que el control sindical, "independiente" o no, sea reemplazado por la autoorganización y asambleas de trabajadores que tomen el control de sus propias luchas. Los omnipresentes encierros del presente no hacen más que aumentar las dificultades de la lucha de clases junto con el factor inhibidor de nuevos ataques, no menos en Turquía que en cualquier otro lugar. Pero "... la capacidad de la clase trabajadora para responder a la crisis del sistema no ha desaparecido de ninguna manera; y esto implica que pronto o más tarde veremos reacciones significativas a la embestida del capital. Mientras tanto, los revolucionarios tienen mucho trabajo que hacer para fertilizar los frágiles brotes de la conciencia ya visibles en pequeñas minorías en todo el mundo, productos de una más profunda corriente de conciencia de que el actual sistema de producción está profunda e irreversiblemente en bancarrota"[30]
Baboon, 18.4.21
[1] Una situación similar se da respecto a Marruecos y la emigración, ver Ceuta: los emigrantes, moneda de cambio de las pugnas capitalistas https://es.internationalism.org/content/4680/ceuta-los-emigrantes-moneda-de-cambio-de-las-pugnas-capitalistas [55]
[2] Bloomberg, 10.12.2019. Las cuestiones medioambientales han provocado enfrentamientos con el Estado y desempeñaron un papel importante en las protestas del Parque Gezi de 2013. Ahora hay un Partido Verde del Futuro en Turquía vinculado al Congreso Democrático de los Pueblos de izquierdas cuyo objetivo es "proteger a los contribuyentes". El movimiento verde es un útil complemento del Estado capitalista y en Alemania lo vemos apoyando a ultranza los intereses del imperialismo alemán. Turquía es el único país del G20 que no ha ratificado los Acuerdos sobre el Cambio Climático de París. Diez almirantes turcos retirados han sido arrestados por el Estado tras criticar el proyecto del canal por derogar la Convención de Montreux de 1936 que restringe los movimientos navales. Esta reacción muestra la paranoia del Estado dentro de una tendencia general creciente a romper los tratados, además de señalar la importancia del estrecho del Bósforo para Turquía. Pero este nuevo canal podría aumentar las tensiones en torno al Mar Negro, militarizando las aguas dominadas por los rusos y dando a Turquía una carta importante que jugar al tiempo que aumenta los riesgos de confrontación con Rusia
[3] Ver nuestras Tesis sobre la Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [9]
[4] El Tesoro británico, al elaborar un balance del coste de la pandemia, ha incluido el dinero ahorrado por el Estado en pensiones y otros pagos a los ancianos "sacrificados" por la enfermedad
[5] Sobre la pandemia hemos escrito numerosos artículos, ver nuestro Dossier: https://es.internationalism.org/content/4566/dossier-especial-covid19-el-verdadero-asesino-es-el-capitalismo [56]
[7] Deutsche Welle, 15.12.20
[8] British Medical Journal (BMJ), 29.9.20. No es una amenaza vana. Todo el Comité Central de la Asociación médica turca fue detenido en 2018 cuando criticó una incursión militar turca en Siria. Y más de 3.000 médicos fueron obligados a dejar sus puestos de trabajo por decreto tras el fallido golpe de Estado de 2016
[9] "Por qué Erdogan ha abandonado a los Uigures", Foreign Policy, 3.2.21
[10] Según la John Hopkins University había en Turquía más de 50000 muertos y más de 5,6 millones de contagios (datos 19 julio 2021)
[12] Estas denominaciones religiosas son reaccionarias; el grupo paramilitar fascista Lobos Grises se autodenomina "musulmán" en algunos lugares
[13] Este marco que toman los conflictos imperialistas desde el fin de la división en grandes bloques imperialistas ha sido analizado por nuestro texto Militarismo y Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/201410/4046/militarismo-y-descomposicion [59]
[15] El portavoz de Erdogan, Ibrahim Kalin, declaró recientemente a Arab News (16.3.21) que Egipto era "el cerebro del mundo árabe, el corazón del mundo árabe". Véase también https://carnegieendowment.org/2021/03/19/will-page-turn-on-turkish-egypt [61]....
[16] Ver La ruta china de la seda hacia la dominación imperialista https://es.internationalism.org/content/4366/la-ruta-china-de-la-seda-hacia-la-dominacion-imperialista [62]
[17] Deutsche Welle, 4.2.21
[18] Ahmed Helal, Atlantic Council, October 28, 2020
[20] Ver BBC report https://www.bbc.co.uk/news/world-europe-48620087 [64]
[21] "Los kurdos sirios se arman ahora con armamento sensible de EEUU y el Pentágono niega haberlo suministrado" (Military Times, 7.5.17)
[22] "Kurdish nationalism – another pawn in imperialist conflicts [65]"... Y también El internacionalismo como respuesta a la problemática kurda https://es.internationalism.org/cci-online/201305/3727/el-internacionalismo-como-respuesta-a-la-problematica-kurda [66] , Los anarquistas y el imperialismo kurdo /content/4160/los-anarquistas-y-el-imperialismo-kurdo [67]
[23] https://jamestown.org/program/the-akinci-strike-drone-and-ukrainian-turkish-defense-cooperation/ [68]
[24] "1990-2020: 30 years of war and destruction in the Middle East. Part II - An infernal spiral of all-out confrontations and bloody massacres [69]".
[26] Partido de corte socialdemócrata creado en 1923 por el fundador de la Republica turca Kemal Attaturk
[27] agencynews34.com/ssi-code-29-description-sputnik-turkey.
[29] Sobre la huelga de masas en Polonia ver Polonia (agosto de 1980): Hace 40 años, el proletariado mundial retomaba de nuevo la huelga de masas https://es.internationalism.org/content/4597/polonia-agosto-de-1980-hace-40-anos-el-proletariado-mundial-retomaba-de-nuevo-la-huelga [72] y Un año de luchas obreras en Polonia /content/2318/un-ano-de-luchas-obreras-en-polonia [73]
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Desde principios del mes de abril, el Covid-19 se ha extendido a gran velocidad por las cuatro esquinas del planeta. Si la situación parece estabilizarse un poco en Europa y retroceder en los Estados Unidos después de un gran brote de contaminaciones, América Latina y el subcontinente indio están ahora en una situación turbulenta. Países como Chile, cuya población ha sido tratada masivamente con vacunas chinas[1], se ven afectados por una explosión de contaminaciones. La situación es tan grave que incluso dentro de las autoridades chinas, se han visto obligadas a reconocer la eficacia “insuficiente” de las vacunas. Oficialmente, la pandemia ha cobrado la vida de más de 3.2 millones de personas en todo el mundo, y sin duda muchas más, considerando las cifras a veces descaradamente falsas de países como China[2].
Si un año de investigación ha permitido comprender mejor el virus, comprender mejor cómo se propaga y cómo luchar contra él, el abandono persistente de todos los Estados y la irresponsabilidad de la burguesía no permiten en absoluto la implementación de medidas coherentes y eficaces para limitar la propagación del virus a nivel internacional. Los Estados, enredados en una lógica de competencia, no han sido capaces de coordinarse un mínimo en la política de vacunas.
De frente a esta ausencia de descoordinación, cada Estado ha tenido que poner en marcha medidas sanitarias de corto alcance, con vaivenes en el confinamiento, semi confinamientos, estados de alerta o toques de queda, abriendo esto y cerrando aquello. Sin los medios adecuados para luchar contra la pandemia después de décadas de recortes presupuestales en los sistemas de salud impuestos por la crisis, preocupados por la “economía” y el riesgo de que los competidores los dejen atrás, los Estados han terminado por aceptar las muertes diarias y han seguido ajustando sus medidas sanitarias a fin de evitar una situación de caos en hospitales y cementerios (con diversos grados de éxito). Esto es lo que la clase dominante llama cínicamente “vivir con el virus”. El resultado: aunque algunos Estados han vacunado rápidamente y por todos lados, permitió que el virus se propagara a otros lugares, favoreciendo así la aparición de variantes de Covid-19 más resistentes a las vacunas.
Pero en esta danza de la muerte, probablemente fue en India y Brasil donde vimos las peores escenas de la catástrofe. En Brasil, “la epidemia está fuera de control”, en palabras de un científico brasileño: se abren nuevos cementerios por todas partes, los cadáveres se transportan en autobús, la enfermedad mata a varios miles de víctimas al día. Pronto el número de muertos llegará al medio millón[3], superando a Estados Unidos en esta carrera por el récord macabro. Los hospitales están llenos, la gente muere en camilla esperando una cama. Y todo esto en pleno avance de la nueva variante de Manaus, la gran ciudad amazónica donde, a fines de 2020, se había creído en el espejismo de la inmunidad colectiva, en el mismo momento en que una segunda ola se extendía en Brasil en una vorágine apocalíptica. Mientras tanto, Bolsonaro, el presidente del país, que afirmó que estábamos lidiando con una “gripezinha”, seguía repitiendo “que hay que volver al trabajo y dejar de quejarse”, mientras cambiaba de ministros como de camisa en una siniestra noria gubernamental.
En Brasil, el tráfico de animales amazónicos y la deforestación masiva están exponiendo a los humanos a virus que hasta ahora habían estado “encubiertos”. Según el biólogo Lucas Ferrante, investigador en Manaus: “Es en el Amazonas donde hay mayor riesgo de ver la aparición de un nuevo virus, y este riesgo es infinitamente mayor que el que hemos visto en Wuhan”[4]. La destrucción de la selva amazónica ha adquirido dimensiones catastróficas en los últimos años. La burguesía brasileña, que obtiene jugosos beneficios de la explotación de la selva amazónica, no está lista para detener la destrucción[5].
Pero durante 15 días, la situación en India ha estado en los titulares de la prensa. Es difícil describir con palabras el horror de la catástrofe sanitaria en este país. India es hoy el país más poblado del mundo. A pesar de su desarrollo económico, los servicios de salud ya estaban subdesarrollados antes de la pandemia. La salud no era una prioridad para el Estado. El presidente indio, Narendra Modi, una especie de alter ego mesiánico de Bolsonaro, se jactaba en febrero de “haber vencido la pandemia” y de que el país “era un ejemplo para el mundo”. Modi incluso se permitió hacer un poco como China y las otras grandes potencias poseedoras de una vacuna: usarla para su influencia imperialista. A partir de ahora está prohibida exportarla.
Desde enero, este gobierno, fuertemente marcado por el hinduismo fundamentalista, ha fomentado deliberadamente una peregrinación (la Kumbh Mela) de inmensas multitudes viniendo de todo el país. Durante las dos primeras semanas de abril, 2.8 millones de hindúes se sumergieron juntos sin cubrebocas, distanciamiento, control de temperatura, ni pruebas previas, en las aguas del Ganges infestadas por las cremaciones rituales de cadáveres infectados. ¡Verdaderas bombas de virus, sin olvidar las reuniones de campaña electoral!
La reacción de tanta arrogancia y desprecio no tardó en llegar. Las cifras de contagio y mortalidad se han disparado: 4,000 decesos y alrededor de 4 millones de contagios al día, “estadísticas muy por debajo de la realidad”, dicen los periódicos, confirmado por el angustioso espectáculo de la falta de oxígeno, camas ocupadas por varias personas, filas frente de los hospitales donde la gente muere sobre las camillas, ¡en el sidecar de su moto o en el suelo!
Todo esto es una vergüenza en un país que, como Brasil, pretende convertirse en un gigante económico. En la India, en lugar de imágenes de familias que buscan terrenos baldíos o parques para enterrar a sus seres queridos, las piras alineadas a lo largo de cientos de metros han brotado por todas partes para incinerar los cadáveres que se amontonan y darles un último homenaje, miserable e indigno. Como en Brasil y en otros lugares, los más desamparados, son el proletariado y las capas no explotadoras, que pagan el alto precio por tal abandono y por los traumas que engendra.
Cuando se piensa que esos dos países, junto con Sudáfrica[6] (3), habían sido clasificados con un potencial de desarrollo similar al de China, ¡presentado en alguna parte como la expresión del dinamismo de un capitalismo eterno!
El Covid, como las otras pandemias y plagas que amenazan a la especie humana, no es solo un producto sino también un poderoso acelerador de la descomposición social a escala planetaria. La India de Modi y el Brasil de Bolsonaro, aunque están dirigidos por gobiernos populistas que los exponen a decisiones particularmente estúpidas e irracionales, son solo dos de las expresiones más extremas del estancamiento que representa el capitalismo para el futuro de la humanidad.
No equivocarse: Modi, Bolsonaro, Trump y muchos otros representantes del auge del populismo, junto con su administración errática y de mente estrecha, siguen siendo, a pesar de sus discursos “anti-élite”, defensores implacables del capital nacional y los relevos de las necesidades del capitalismo mundial: los países importadores de soya fomentan la brutal explotación y destrucción de la selva amazónica, así como la extracción de oro. Y del lado de Modi, se han implementado leyes para acabar con la agricultura “protegida” para abrir aún más el campo a las necesidades del capital. A pesar de la victoria de Biden sobre Trump en Estados Unidos, la tendencia hacia la autodestrucción y el cada uno para sí al seno de la clase dominante es inherente al mundo en el que vivimos ahora.
Como lo planteamos en nuestro “Informe sobre la pandemia de Covid-19 y el período de descomposición capitalista” (julio-2020): “La pandemia de Covid […] se ha convertido en un emblema indiscutible de todo este período de descomposición al reunir una serie de factores del caos que expresan la putrefacción generalizada del sistema capitalista, en particular:
- la prolongación de la crisis económica de larga duración iniciada en 1967 y la acumulación e intensificación de las medidas de austeridad derivadas de ella, precipitaron una respuesta inadecuada y caótica de la burguesía a la pandemia, que ha obligado a la clase dominante a empeorar masivamente la crisis económica al detener la producción durante un período significativo;
- los orígenes de la pandemia radican claramente en la destrucción acelerada del medio ambiente creada por la persistencia de la crisis capitalista crónica de sobreproducción;
- la rivalidad desorganizada de las potencias imperialistas, especialmente entre los viejos aliados, transformó la reacción de la burguesía mundial a la pandemia en un fiasco mundial;
- la ineptitud de la respuesta de la clase dominante a la crisis de salud reveló la creciente tendencia de la burguesía y su Estado a perder el control político sobre la sociedad al seno de cada nación;
- el declive de la competencia política y social de la clase dominante y su Estado ha estado sorprendentemente acompañado de una putrefacción ideológica: los dirigentes de las naciones capitalistas más poderosas lanzan mentiras ridículas y mensajes absurdamente supersticiosos para justificar su ineptitud.
Covid-19 ha reunido de manera más clara que antes en las principales áreas de dominio de la vida de la sociedad capitalista, todos los impactos por la descomposición: económica, imperialista, política, ideológica y social. La actual catástrofe sanitaria revela sobre todo una creciente pérdida de control de la clase capitalista sobre su sistema y su creciente pérdida de perspectiva para la sociedad humana en su conjunto. […] La tendencia fundamental a la autodestrucción que es la característica común a todos los períodos de decadencia ha cambiado su forma dominante en el período de descomposición capitalista, de la guerra mundial a un caos mundial que no hace sino incrementar la amenaza del capitalismo para la sociedad y la humanidad en su conjunto”[7].
Si el surgimiento de la pandemia frenó el desarrollo de las luchas obreras en el mundo, no ha alterado la reflexión sobre el carácter caótico en el que se baña la sociedad capitalista. La pandemia ofrece una prueba suplementaria de la necesidad de la revolución proletaria. Pero este resultado histórico dependerá ante todo de la capacidad de la clase obrera, única fuerza revolucionaria, para recuperar la conciencia de sí misma, de su existencia y de sus capacidades revolucionarias. Porque sólo el proletariado, movilizado y organizado en torno a la lucha por la defensa de sus intereses y de su autonomía de clase, tiene el poder de acabar con el yugo tiránico y mortal de las leyes del capital y dar a luz a otra sociedad.
Iñigo, 6-mayo-2021
[1] China y Rusia han aprovechado la oportunidad de inundar de vacunas los países africanos o de América Latina con fines abiertamente imperialistas. Respecto de la situación en Chile ver Chile: lo único que puede ofrecer el capitalismo es miseria y pandemia https://es.internationalism.org/content/4683/chile-lo-unico-que-ofrece-el-capitalismo-es-pandemia-y-miseria [78]
[2] Los datos que a 19 de julio ofrece la John Hopkins University que parece tener una relativa seriedad son de más de 190 millones de contagios y 4 millones 89 mil muertos. Según esta estadística son ya 12 países que han sobrepasado la cifra de los 100.000 muertos.
[3] Actualmente según la John Hopkins, ver nota 2, en Brasil hay 542000 muertos y 20 millones de contagios.
[4] “Amazonie: point de départ d’une nouvelle pandémie?”, France Culture (19-abril-2021).
[5] Ver nuestra denuncia en Incendios en Amazonia y todo el mundo: El capitalismo abrasa el planeta https://es.internationalism.org/content/4463/incendios-en-amazonia-y-todo-el-mundo-el-capitalismo-abrasa-el-planeta [79]
[6] Ver: “Covid-19 en Afrique: Du vain espoir de 2020 à la dure réalité de 2021”, Révolution internationale n° 487 (marzo-abril 2021), disponible solo en francés en: https://fr.internationalism.org/content/10421/covid-19-afrique-du-vain-e... [80]
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Publicamos a continuación un artículo de la Izquierda Comunista, del grupo Bilan, que celebra el 65º aniversario de la Comuna de París. El interés de este artículo, en medio de la contrarrevolución y de la marcha hacia la Segunda Guerra Mundial, es destacar la continuidad histórica entre la Comuna de 1871 y la Revolución de Octubre de 1917. El artículo ilustra tanto el carácter proletario de estas dos experiencias revolucionarias como su alcance internacional y la tragedia de su derrota. Destaca, sobre todo, frente a los falsos amigos y la política chovinista de los "frentes populares", que el proletariado debe aprender de sus experiencias, sabiendo, como ya subrayaba Rosa Luxemburgo en su época, que es de "derrota en derrota" como progresa la lucha del proletariado para afirmar y desarrollar su conciencia revolucionaria.
Entre el París de la gloriosa Comuna de 1871 y el París del Frente Popular hay un abismo que ninguna fraseología puede ocultar. El primero ganó a los trabajadores de todo el mundo, el otro vio al proletariado francés arrastrado por el barro de la traición. Queremos, utilizando las profundas expresiones de Marx, que "el París de los obreros de 1871, el París de la Comuna" sea "celebrado como el precursor de una nueva sociedad" y no como un simple episodio "nacional", un momento de defensa de la patria, de lucha contra el "Prussiano", como querrán presentarlo inevitablemente los esbirros del Frente Popular.
Ciertamente, las circunstancias históricas en las que surgió podrían permitir esa especulación. ¿No escribió el propio Marx: «Intentar derrocar al nuevo gobierno en la crisis actual, cuando el enemigo está casi a las puertas de París, sería un acto de pura locura”? Los trabajadores deben cumplir con su deber cívico”. Pero cuando en marzo de 1871 apareció la Comuna, fue Marx quien sacó a relucir por primera vez su profundo carácter internacionalista, escribiendo: "Si la Comuna representaba realmente todos los elementos sanos de la sociedad francesa, si era por tanto el verdadero gobierno nacional, era al mismo tiempo un gobierno obrero, y como tal, en su calidad de audaz campeón del trabajo y de su emancipación, tenía un carácter marcadamente internacionalista.”
La grandeza de la Comuna radica en que fue capaz de superar los prejuicios de la época, inevitables en la fase de formación de los Estados capitalistas, para afirmarse, no como representante de la "Nación" o de la república democrática ("se cree -dice Engels en su prefacio a la "Comuna" de Marx- que ya se ha hecho un avance bastante audaz si se ha liberado de la creencia en la monarquía hereditaria para jurar en la república democrática. Pero, en realidad, el Estado no es otra cosa que una máquina de opresión de una clase por otra, y eso tanto en una república democrática como en una monarquía"), sino la del proletariado mundial. Marx escribe con razón: "el secreto de la Comuna es éste: fue, ante todo, un gobierno de la clase obrera, el resultado de la lucha entre la clase que produce y la clase que se apropia del producto de ésta; la forma política, finalmente encontrada, bajo la cual fue posible lograr la emancipación del trabajo".
Es esta significación histórica, brillantemente elaborada por Marx al calor de los propios acontecimientos, la que ha quedado de la insurrección obrera parisina y la que le dio la colosal importancia que tuvo para el desarrollo del movimiento obrero. Fue la aparición de "la forma política, finalmente encontrada, bajo la cual era posible lograr la emancipación del trabajo". Lo sorprendente es que, hasta 1914, el movimiento internacional vivió del recuerdo heroico de la Comuna, se alimentó de él, pero también tuvo que, con el triunfo del oportunismo, desdibujar su verdadero significado.
La burguesía francesa, ayudada por Bismarck, iba a aplastar con hierro y fuego a la Comuna, que, en las condiciones de desarrollo económico y social de la época, no podía tener perspectivas. Solo después de muchos años, la burguesía, ayudada por el oportunismo, logró desdibujar la inmensa importancia de este acontecimiento entre los trabajadores. Pero donde la violencia fracasó, la corrupción tuvo éxito. En 1917, parecía que solo los bolcheviques rusos habían aprendido de la escuela de la Comuna, que solo ellos habían mantenido su significado y a través de su crítica se habían empoderado de los problemas insurreccionales. Sin la Comuna, la revolución de octubre de 1917 no habría sido posible. Fue uno de esos momentos históricos en los que "la lucha desesperada de las masas, incluso por una causa perdida, es necesaria para una mayor educación de estas masas y para su preparación para futuras luchas" (Lenin), un primer fruto, una experiencia sangrienta, un paso concreto hacia la revolución mundial. La Comuna fue grande y lo seguirá siendo porque los obreros parisinos se dejaron enterrar bajo sus escombros en lugar de capitular. Ninguna amenaza de Thiers, ninguna violencia pudo superar su heroísmo. Fueron necesarias las masacres de mayo de 1871, las de Père-Lachaise, para restablecer el orden y el triunfo de la burguesía. E incluso los oportunistas de la Segunda Internacional, que rechazaron deliberadamente las lecciones de la Comuna, tuvieron que inclinarse ante su heroísmo. Antes de la guerra, los partidos socialistas tuvieron que glorificar la Comuna para desestimar mejor sus lecciones históricas. Pero esta actitud entrañaba una contradicción fundamental, ya que convertía a los insurgentes parisinos en un foco permanente de la lucha revolucionaria internacional, donde los auténticos marxistas venían a aprender.
La Comuna rusa de 1917 no habrá conocido este glorioso destino. Su transformación en un caldo de cultivo de la contrarrevolución, su desintegración bajo la acción de la corrupción del capitalismo mundial ha hecho de él un elemento de repulsión del que solo podemos aprender con dificultad. El soviet para el obrero ya no significa un paso adelante en relación con la Comuna, sino un paso atrás. En lugar de perecer bajo sus propios escombros, frente a la burguesía, el Soviet aplastó al proletariado. Su bandera es hoy la de la guerra imperialista. Pero tanto y en la misma medida que no habría habido octubre de 1917 sin la Comuna de 1871, no habría posibilidad de una revolución triunfante sin el final lamentablemente trágico de la revolución rusa.
Qué importa, al fin y al cabo, que la Comuna sirva al bombo chauvinista del Frente Popular, que Rusia se haya convertido en un poderoso instrumento para la preparación de la guerra imperialista: el destino de los grandes acontecimientos de la historia es esclavizarse a los intereses de la conservación capitalista, tan pronto como han dejado de ser una amenaza para su dominación. Lo único que nadie en el mundo puede borrar de la Comuna es su carácter de pionera de la liberación obrera. Lo único que queda de los soviets rusos es la gigantesca experiencia de dirigir un Estado proletario[1] en nombre y por cuenta del proletariado mundial.
Ahí están los fundamentos de estos acontecimientos que la renovación de las batallas revolucionarias debe devolver a la arena política. No importan las formas históricas: comuna o soviética (más bien comuna que soviética), el proletariado mundial no podrá repetir los errores históricos de ninguna de las dos, porque, como muy bien dice Marx, no tiene que "realizar un ideal, sino sacar los elementos de la nueva sociedad que la propia vieja sociedad burguesa lleva en sus entrañas". No hay que oponer a estas dos experiencias históricas un ideal utópico y abstracto, perderse en un entusiasmo vacío o en una repulsión sentimental, sino extraer de la fase histórica en la que se hundió la revolución rusa "los elementos de la nueva sociedad", como hizo Lenin sobre la Comuna. Como lo demuestra luminosamente la Comuna húngara de 1919[2], al margen de este trabajo, se asiste inevitablemente a la repetición de errores, de fracasos, que, por la existencia de una experiencia anterior, comprometen la lucha del proletariado durante muchos años.
Los trabajadores no pueden "repetir" en el curso de su lucha emancipadora, sino que deben innovar, precisamente porque representan la clase revolucionaria de la sociedad actual. Las inevitables derrotas que se producen en este camino son entonces solo estimulantes, valiosas experiencias que determinan, más adelante, el desarrollo victorioso de la lucha. Por otra parte, si mañana repitiéramos uno solo de los errores de la revolución rusa, comprometeríamos durante mucho tiempo el destino del proletariado, que se convencería de que no tiene nada más que intentar.
Por lo tanto, mientras el proletariado es golpeado en todos los países, permitamos que los traidores falsifiquen el alcance de la Comuna. Dejemos que Rusia siga su curso. Pero cuidemos de conservar las lecciones de estas dos experiencias, de preparar las nuevas armas para la revolución de mañana, de resolver lo que la revolución rusa no pudo hacer, porque si "el gran acto socialista de la Comuna fue su propia existencia y su propio funcionamiento" (Marx), el mérito de la revolución rusa fue haber abordado los problemas de la gestión de una economía proletaria en conexión con el movimiento obrero de todos los países y en el frente de la revolución mundial. El "gran acto" de la Comuna terminó en masacres, la gestión del Estado ruso terminó con el "socialismo en un solo país". Hoy sabemos que es mejor que las próximas revoluciones terminen como la Comuna de París que en la vergüenza de la traición. Pero estamos trabajando, no con la perspectiva de la derrota, sino con la voluntad de preparar las condiciones para la victoria.
Dos comunas han vivido. Vivan las comunas del proletariado mundial.
Bilan n° 29 (marzo-abril de 1936)
[1]Esta noción de "Estado proletario" atestigua que no se pudieron extraer todas las lecciones del fracaso de la Revolución Rusa y de la degeneración de la Tercera Internacional en aquel momento. Incluso hoy, algunos grupos del medio político proletario conservan esa confusión sobre la naturaleza del Estado. En realidad, no puede haber Estado proletario en la medida en que este aparato, que se impone como expresión de la sociedad dividida en clases, se opone radicalmente a la necesaria autonomía del proletariado y a su proyecto, que es precisamente el de hacerla marchitar hasta la desaparición completa de las propias clases. (Nota del editor)
[2] Ver 1919: El ejemplo de Rusia inspira a los obreros húngaros https://es.internationalism.org/revista-internacional/200910/2678/i-1919-el-ejemplo-de-rusia-1917-inspira-a-los-obreros-hungaros [85] y https://es.internationalism.org/content/4379/1919-el-ejemplo-ruso-inspira-los-obreros-hungaros-ii-el-abrazo-del-oso-de-la [86]
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[11] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/chile
[12] https://es.internationalism.org/en/tag/4/403/chile
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[18] https://www.businessinsider.es/30-millones-desempleados-ocde-no-figuran-estadisticas-732003
[19] https://kaosenlared.net/salarios-miserables-uno-de-cada-cinco-trabajadores-cobra-por-debajo-del-smi/
[20] https://revista.lamardeonuba.es/sin-garantias-para-las-temporeras-en-la-nueva-campana-de-la-fresa-en-huelva/
[21] https://es.internationalism.org/content/4625/los-gobiernos-de-izquierda-en-defensa-de-la-explotacion-capitalista-iii-la-trampa-esta
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[85] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200910/2678/i-1919-el-ejemplo-de-rusia-1917-inspira-a-los-obreros-hungaros
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