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A pesar de las dificultades derivadas de la pandemia, la CCI ha celebrado su 24º Congreso Internacional y podemos hacer un balance positivo del mismo. Como siempre hemos hecho, y de conformidad con la práctica del movimiento obrero, ofrecemos una visión general de sus trabajos a través de este artículo y de una serie de documentos que orientarán nuestra actividad e intervención en los dos años venideros, informes y resoluciones que están en nuestra página web desde hace varios meses1. El Congreso se celebró con el pleno reconocimiento de la gravedad de la situación histórica actual, caracterizada por una de las pandemias más peligrosas de la historia, que está lejos de haber sido superada.
Lo peor sería subestimar esta situación en un momento en el que los gobiernos proclaman que "todo está bajo control" y que "volvemos a la normalidad", mientras que al mismo tiempo una horda de negacionistas de Covid y antivacunas (la otra cara, igualmente mentirosa, de las mentiras gubernamentales) que minimizan la realidad con su discurso de "conspiraciones" y "maniobras oscuras"; que utilizan un hecho real -el fortalecimiento del control totalitario del Estado- para llevar las cosas a niveles absurdos en nombre de la "defensa de las libertades democráticas", negando así los peligros muy reales para la vida humana que conlleva la pandemia.
Lo más grave de la pandemia ha sido cómo han respondido todos los estados: de forma totalmente irresponsable, tomando medidas contradictorias y caóticas, sin el más mínimo plan, sin ninguna coordinación, jugando más cínicamente que nunca con la vida de millones de personas2. Y esto no ha ocurrido en los estados habitualmente etiquetados como "estados canallas", sino en Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña y Francia, los países "más avanzados", donde supuestamente hay "civilización y progreso". La pandemia ha puesto de manifiesto la decadencia y la descomposición del capitalismo, la podredumbre de sus estructuras sociales e ideológicas, el desorden y el caos que emanan de sus mismas relaciones de producción, el "no futuro" de un modo de producción atenazado por contradicciones cada vez más violentas que no puede superar.
Peor aún: la pandemia es el presagio de nuevas y más profundas convulsiones en todos los países, tensiones imperialistas, destrucción ecológica, crisis económica... El proletariado mundial no puede dejarse engañar por vagas promesas de "vuelta a la normalidad". Necesita mirar la realidad a la cara, comprender que el rostro de la barbarie ha sido claramente delineado por la pandemia y se definirá con mayor virulencia en los tiempos venideros.
La aceleración de la descomposición capitalista
El 24º Congreso de la CCI se desarrolló, como los congresos de las organizaciones revolucionarias a lo largo de la historia, en un marco de fraternidad y de debate profundo. Tenía la responsabilidad de confirmar el marco de análisis de la descomposición del capitalismo, rectificando posibles errores o apreciaciones insuficientemente elaboradas. El Congreso debía responder a una serie de preguntas necesarias:
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¿La noción de descomposición y su elaboración progresiva concuerdan plenamente con el método del marxismo?
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¿Cómo se manifiestan los efectos de la descomposición, su aceleración e intensificación y su interferencia en otros planos de la vida social, principalmente en la economía?
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¿Cómo afecta la descomposición a la lucha de clases y cuál es la perspectiva de su desarrollo futuro?
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Por último, ¿cuál es el papel de la organización en esta situación? ¿Cómo se prepara para el futuro ante estos retos?
El método de análisis de la descomposición capitalista
Este Congreso confirmó que el análisis de la descomposición está en continuidad con el marxismo. En 1914, con el estallido de la Primera Guerra Mundial, los marxistas identificaron la entrada del capitalismo en su época de decadencia, análisis confirmado en 1919 por la plataforma de la Internacional Comunista, que hablaba de "época de descomposición del capital, de su desintegración interna". Fiel a este planteamiento, la CCI identificó hace más de tres décadas una fase específica y terminal de la decadencia del capitalismo: su descomposición. Esta fase de descomposición es la acumulación de una serie de contradicciones que la sociedad capitalista no ha podido resolver, como se describe en el punto 3 de las Tesis de Descomposición3:
"En la medida en que las contradicciones y expresiones del capitalismo decadente que marcan sus fases sucesivas no desaparecen con el tiempo, sino que continúan y se profundizan, la fase de descomposición aparece como el resultado de una acumulación de todas las características de un sistema moribundo, completando la agonía de 75 años de un modo de producción históricamente condenado. Concretamente, el carácter imperialista de todos los Estados, la amenaza de guerra mundial, la absorción de la sociedad civil por el Moloch estatal y la crisis permanente de la economía capitalista no sólo continúan durante la fase de descomposición, sino que llegan a una síntesis y a una conclusión final dentro de ella".
Este análisis, desarrollado por primera vez hace 30 años, se ha confirmado poderosamente en toda su gravedad, llevándonos a concluir en la Resolución sobre la Situación Internacional del 24º Congreso de la CCI que "la mayoría de los acontecimientos importantes de las últimas tres décadas han confirmado la validez de este marco, como lo atestigua la exacerbación del sálvese quien pueda a nivel internacional, el "rebote" de los fenómenos de descomposición a las áreas centrales del capitalismo mundial a través del crecimiento del terrorismo y la crisis de los refugiados, el aumento del populismo y la pérdida del control político por parte de la clase dominante, la creciente putrefacción de la ideología a través de la difusión de los chivos expiatorios, el fundamentalismo religioso y las teorías de la conspiración... La actual pandemia de Covid-19 es una destilación de todas las manifestaciones clave de la descomposición, y un factor activo en su aceleración"4.
Desde que nuestro Congreso finalizó sus trabajos, los acontecimientos se han sucedido con una virulencia sin precedentes, confirmando claramente nuestro análisis: guerras imperialistas en Etiopía, Ucrania, Yemen, Siria; intensificación del enfrentamiento entre Estados Unidos y China; enorme impronta de la crisis ecológica en todo el mundo, en particular mediante la multiplicación de inundaciones e incendios forestales catastróficos. Hoy, la pandemia asiste a una nueva oleada de infecciones y a la amenaza muy peligrosa de la variante Omicron; al mismo tiempo, la crisis económica se agrava... La defensa del marco marxista de la descomposición es hoy más necesaria que nunca frente a la ceguera de otros grupos de la izquierda comunista y la infiltración en el medio revolucionario de todo tipo de posiciones modernistas, escépticas, nihilistas, que cierran los ojos a la realidad de la situación. En este momento, vemos desarrollarse en varios países luchas obreras combativas que necesitan más que nunca la fuerza y la lucidez de este marco de análisis.
Acumulación y aceleración de los efectos de la descomposición
El 24º Congreso pudo identificar la aceleración de la descomposición capitalista al examinar en profundidad las raíces y las consecuencias de la pandemia, "la primera de tal envergadura desde el brote de gripe española de 1918... el momento más importante de la evolución de la descomposición capitalista desde que se abrió definitivamente el periodo en 1989". La incapacidad de la clase dominante para evitar la mortandad resultante, de entre 7 y 12 millones, confirma que el sistema mundial capitalista, abandonado a su suerte, arrastra a la humanidad hacia el abismo de la barbarie, hacia su destrucción; y que sólo la revolución proletaria mundial puede detener este deslizamiento y conducir a la humanidad hacia un futuro diferente. La pandemia ha demostrado y confirmado las siguientes realidades:
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Si bien el capitalismo es el primer sistema de la historia cuyas relaciones de producción se han extendido y son dominantes a escala planetaria, no es menos cierto que su dominio es eminentemente caótico porque se basa en una competencia mortal por el dominio del mercado mundial entre los Estados capitalistas. El carácter mundial del capitalismo no le permite lograr una acción organizada y coordinada a escala mundial -que sería la única respuesta racional y eficaz a fenómenos como la pandemia de Covid- porque no está unificado ni centralizado a escala mundial. Por el contrario, la mortífera competencia por los mercados y por el control imperialista del globo ha llevado a formas de comportamiento cada vez más aberrantes y peligrosas por parte de los Estados, que han dejado a las poblaciones indefensas ante la pandemia e incluso la han agravado dramáticamente. China guardó silencio sobre el origen inicial de la pandemia en Wuhan; después, grandes países como Estados Unidos, por miedo a que sus economías se paralizaran, tardaron en reaccionar, lo que agravó los riesgos de la pandemia y les obligó a tomar medidas precipitadas, extremas y desorganizadas, como los confinamientos.
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Los estados capitalistas, sin excepción, actuaron de la misma manera contra la clase obrera: restricciones sin ningún tipo de planificación y basadas esencialmente en la represión; cierre de centros de abastecimiento sin preocuparse por las condiciones económicas de los trabajadores; mantenimiento de los sectores de producción y servicios sin preocuparse por la vida de los trabajadores, como ocurrió con los trabajadores de la sanidad en todos los países (según Amnistía Internacional, 17000 trabajadores de este sector han muerto a causa del Covid y sólo en América se infectaron 5700005).
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Después de la Segunda Guerra Mundial, se fundó la OMS (Organización Mundial de la Salud), que permitió una cierta coordinación entre los estados para luchar contra las epidemias; sin embargo, ante la pandemia, la OMS ha sido ignorada, cada estado ha ido por su cuenta, lo que ha aumentado los contagios y las muertes y ha impedido cualquier acción organizada. Esto es una clara expresión del avance de la descomposición capitalista6.
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Las disputas por la producción y distribución de la vacuna expresan el caos y la podredumbre de la burguesía. Ante la crisis económica, este tipo de conflictos de intereses en el seno de la clase dominante serán cada vez más cruentos7.
El 24º Congreso concluyó que la pandemia no puede reducirse a una "calamidad" ni verse sólo como una crisis sanitaria (al estilo de las que se producían periódicamente en los modos de producción precapitalistas y en el propio capitalismo durante el siglo XIX). Es una crisis global, que se manifiesta a muchos niveles: sanitario, económico, social y político, así como moral e ideológico. Es una crisis de descomposición capitalista: producto de la acumulación de contradicciones del sistema de los últimos 30 años, como se expresó en nuestro Informe sobre Pandemia y Descomposición para el 24º Congreso8. Concretamente, la pandemia es el resultado
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del progresivo desmantelamiento del sistema sanitario en todos los países del mundo. Desde principios del siglo XXI los estados capitalistas conocen la proliferación de epidemias como el EBOLA, el SARS, etc. Sin embargo, los presupuestos han disminuido en los servicios sanitarios y en la investigación científica. Esto contrasta con el aumento exorbitante de los presupuestos de armamento y del reforzamiento de las fuerzas represivas.
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Las enfermedades virales, como el Covid-19, son también el resultado de las condiciones de vida de grandes sectores de la clase obrera en todos los países, obligados a vivir en condiciones de hacinamiento e insalubridad.
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La irracionalidad de la producción capitalista, que privilegia exclusivamente el beneficio, devasta los bosques, los ríos y los océanos. En particular, la destrucción de los bosques altera peligrosamente los "vínculos biológicos" entre los animales, las plantas y los seres humanos, con consecuencias imprevisibles... La mayoría de los científicos atribuyen a este factor la aparición del Covid.
"La CCI está más o menos sola en la defensa de la teoría de la descomposición. Otros grupos de la izquierda comunista la rechazan por completo, ya sea, como en el caso de los bordiguistas, porque no aceptan que el capitalismo sea un sistema en decadencia (o, en el mejor de los casos, son incoherentes y ambiguos en este punto); o, en el caso de la Tendencia Comunista Internacionalista, porque hablar de una fase "final" del capitalismo suena demasiado apocalíptico, o porque definir la descomposición como un descenso al caos es una desviación del materialismo, que, en su opinión, busca las raíces de todo fenómeno en la economía y, sobre todo, en la tendencia a la baja de la tasa de ganancia" (Resolución sobre la situación internacional, 24º Congreso). La Resolución de Actividades del 24º Congreso subrayó que "la pandemia de Covid que comenzó a principios de 2020 confirmó de manera sorprendente la aceleración del impacto del periodo de descomposición social del capitalismo".
La crisis pandémica ha demostrado que la descomposición ha ido más allá:
1) ha golpeado con especial fuerza a los países centrales, sobre todo a los Estados Unidos;
2) existe una combinación y concomitancia entre los diferentes efectos de la descomposición, lo que es diferente a los periodos anteriores en los que se contenían localmente y no se influían mutuamente.
Lo que esta crisis anuncia son convulsiones cada vez más violentas, una agudización de las tendencias a la pérdida de control de la sociedad por parte del Estado. La década que se avecina aparece llena de graves incertidumbres, de catástrofes más frecuentes e interrelacionadas. El deslizamiento del capitalismo hacia la barbarie tendrá un rostro cada vez más aterrador.
La perspectiva de la lucha de clases
Las perspectivas para el proletariado deben analizarse también en el marco de la descomposición capitalista. La Resolución sobre la relación de fuerzas entre las clases adoptada por nuestro anterior Congreso9 puso de relieve las dificultades y debilidades de la clase obrera en los últimos 30 años. Con el colapso del bloque del Este, la CCI identificó la apertura de la fase de descomposición y sus consecuencias para el proletariado en términos de dificultades crecientes para el desarrollo de sus luchas, dificultades que se agravarían aún más con las campañas sobre la "muerte del comunismo" y la "desaparición de la clase obrera". Sin embargo, en su 24º Congreso, la CCI sostuvo, al igual que en sus Congresos anteriores, que la clase obrera no está derrotada:
"A pesar de los enormes problemas a los que se enfrenta el proletariado, rechazamos la idea de que la clase ya haya sido derrotada a escala mundial, o que esté a punto de sufrir una derrota de este tipo comparable a la del período de la contrarrevolución, una derrota de la que posiblemente el proletariado ya no podría recuperarse. El proletariado, como clase explotada, no puede evitar pasar por la escuela de las derrotas, pero la cuestión central es si el proletariado ha sido ya tan abrumado por el avance implacable de la descomposición que su potencial revolucionario ha sido efectivamente socavado. Medir tal derrota en la fase de descomposición es una tarea mucho más compleja que en el período anterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando el proletariado se había levantado abiertamente contra el capitalismo y había sido aplastado por una serie de derrotas frontales." (Resolución sobre la situación internacional)
Evidentemente, tenemos que agudizar nuestra capacidad de análisis para detectar este "punto de no retorno" porque, "la fase de descomposición contiene, en efecto, el peligro de que el proletariado simplemente no responda y sea aplastado durante un largo período - una "muerte por mil cortes" en lugar de una confrontación de clase frontal" (ibid).
Sin embargo, el Congreso afirmó que "todavía hay pruebas suficientes para demostrar que, a pesar del indudable "progreso" de la descomposición, a pesar de que el tiempo ya no está del lado de la clase obrera, el potencial para un profundo resurgimiento proletario -que lleve a una reunificación entre las dimensiones económica y política de la lucha de clases- no se ha desvanecido".
El Congreso también señaló "los pequeños pero significativos signos de una maduración subterránea de la conciencia, que se manifiesta en los esfuerzos hacia una reflexión global sobre el fracaso del capitalismo y la necesidad de otra sociedad en algunos movimientos (particularmente los Indignados en 201110), pero también a través de la aparición de elementos jóvenes que buscan posiciones de clase y se vuelven hacia la herencia de la izquierda comunista".
También debemos tener en cuenta que la situación a la que se enfrenta la clase obrera no es la misma que la que se produjo tras el colapso del bloque ruso y la confirmación de la fase de descomposición en 1989. En aquel momento, la burguesía pudo presentar estos acontecimientos como la prueba de la muerte del comunismo, la victoria del capitalismo y el comienzo de un futuro brillante para la humanidad. Treinta años de descomposición han socavado seriamente este fraude ideológico, y la pandemia en particular ha puesto de manifiesto la irresponsabilidad y la negligencia de todos los gobiernos capitalistas, la realidad de una sociedad plagada de profundas divisiones económicas en la que no estamos en absoluto "todos juntos". Por el contrario, la pandemia y los confinamientos han revelado las condiciones de la clase trabajadora, tanto como la principal víctima de la crisis sanitaria como la fuente de todo el trabajo y toda la producción material y, en particular, como la fuerza cuyo trabajo satisface las necesidades humanas básicas. Esta puede ser la base para una futura recuperación de la identidad de clase. Y, junto con la creciente toma de conciencia de que el capitalismo es un modo de producción totalmente obsoleto, esto ha sido ya un elemento para la aparición de minorías politizadas cuya motivación ha sido, sobre todo, comprender la dramática situación a la que se enfrenta la humanidad.
A pesar de la atomización social que propicia la descomposición, a pesar de los intentos deliberados de fragmentar la fuerza de trabajo a través de estratagemas como la economía verde, o de las campañas ideológicas que pretenden presentar a los sectores más educados del proletariado como "clase media" y fomentar el individualismo, los trabajadores siguen siendo una clase que en los últimos años ha aumentado y está globalmente interconectada; pero con el avance de la descomposición, también es cierto que se intensifica la atomización y el aislamiento social. Es un factor que dificulta que la clase obrera, por el momento, experimente su propia identidad de clase. Sólo a través de las luchas de la clase obrera en su propio terreno de clase podrá desarrollar la fuerza colectiva que el proletariado necesitará a escala mundial para derrocar al capitalismo.
Los trabajadores son reunidos por el capital en el proceso de producción; su trabajo asociado se realiza bajo coacción, pero el carácter revolucionario del proletariado significa invertir dialécticamente estas condiciones en una lucha colectiva. La explotación del trabajo común se transforma en la lucha contra la explotación y por la liberación del carácter social del trabajo, por una sociedad que sepa utilizar conscientemente todo el potencial de la actividad asociada. Esa sociedad por la que tendrá que luchar el proletariado mundial es la sociedad comunista.
El debate: una fuerza para la organización revolucionaria
"Contrariamente a la visión bordiguista, la organización de los revolucionarios no puede ser "monolítica". La existencia de divergencias en su seno es la manifestación de que se trata de un órgano vivo que no tiene respuestas prefabricadas para dar de inmediato a los problemas que surgen en la clase. El marxismo no es un dogma ni un catecismo (...) Como toda reflexión humana, la que preside el desarrollo de la conciencia proletaria no es un proceso lineal y mecánico, sino contradictorio y crítico, que plantea necesariamente la discusión y la confrontación de argumentos"11.
Desde antes del 23º Congreso Internacional se han expresado divergencias sobre diferentes cuestiones: ¿las tensiones imperialistas conducirán a una nueva guerra mundial? ¿Está ya derrotado el proletariado? ¿Cuál es la tarea del momento para la organización? Esto lleva a la cuestión de qué significa el trabajo como fracción en la fase actual de descomposición12.
Las divergencias sobre el análisis de la situación internacional tuvieron una primera expresión pública en el documento "Divergencias con la Resolución sobre la situación internacional en el 23º Congreso de la CCI"13. La Resolución de Actividades de nuestro reciente Congreso subraya que "la organización se ha esforzado a todos los niveles - en los Congresos, reuniones de los órganos centrales, reuniones de las secciones junto con unas 45 contribuciones individuales en los boletines internos durante los últimos cuatro años - para responder a las divergencias de los camaradas y también ha comenzado a expresar el debate externamente. ...El esfuerzo de la organización para afrontar las divergencias durante este periodo expresa una voluntad positiva de reforzar la defensa polémica de sus posiciones y análisis."
Las divergencias se precisaron en el 24º Congreso:
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¿La polarización de las tensiones imperialistas, principalmente entre EEUU y China, no está preparando el camino para una Tercera Guerra Mundial?
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¿Las medidas brutales adoptadas por los Estados de confinamiento, etc., no serían un medio encubierto de preparar a las poblaciones para la guerra imperialista?
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¿Es la pandemia un fenómeno "socio-natural" que los estados pueden aprovechar para controlar a la población o expresa y acelera, sobre todo, la descomposición general del capitalismo?
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¿Cómo puede el proletariado hacer frente a esta grave situación histórica? ¿Necesita primero una conciencia de sí mismo y el desarrollo de su perspectiva histórica? ¿O requiere el desarrollo de una lucha en su propio terreno de clase, la maduración de su conciencia y el fortalecimiento de la capacidad de intervención de sus organizaciones comunistas?
Estas y otras cuestiones se han abordado en el Congreso y, con el fin de alcanzar la mayor claridad posible en su expresión, se presentarán públicamente en documentos de debate. Se trata de una práctica del movimiento obrero que la CCI se ha tomado muy en serio, como señala el citado texto Estructura y Funcionamiento de la organización revolucionaria: "En la medida en que los debates en curso en la organización conciernen al conjunto del proletariado, es conveniente que la organización los presente al exterior, respetando las siguientes condiciones
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que los debates se refieran a cuestiones políticas generales que hayan alcanzado la suficiente madurez para que su publicación sea una verdadera contribución a la conciencia de la clase obrera;
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que el lugar de los debates no comprometa el equilibrio general de las publicaciones
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que sea la organización en su conjunto la que decida y se haga cargo de la publicación según los criterios que guían la publicación de cualquier artículo en la prensa: claridad y forma editorial, el interés que presentan para el conjunto de la clase obrera".
Los pilares sobre los que construir la organización
El Congreso hizo un balance positivo de la actividad de la organización en los dos últimos años, en particular la solidaridad con todos los compañeros afectados por la pandemia o por las graves consecuencias económicas del encierro (un buen número de compañeros perdieron los medios para ganarse la vida).
Este balance positivo no debe hacernos bajar la guardia. La organización comunista está sometida a múltiples presiones, y las adquisiciones -que cuesta mucho ganar- pueden perderse rápidamente. Como señala la Resolución de Actividades adoptada por el Congreso "La aceleración de la descomposición plantea importantes problemas a nivel de la militancia, de la teoría y del tejido organizativo".
Estos problemas no son nuevos, son una expresión del impacto de la descomposición en el funcionamiento y la militancia de las organizaciones comunistas ya que:
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" la acción colectiva, la solidaridad, encuentran frente a ellas la atomización, el "sálvese quien pueda", el "arreglárselas por su cuenta" ;
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la necesidad de organización choca contra la descomposición social, la dislocación de las relaciones en que se basa cualquier vida en sociedad;
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la confianza en el porvenir y en sus propias fuerzas se ve minada constantemente por la desesperanza general que invade la sociedad, el nihilismo, el "no future" ;
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la conciencia, la clarividencia, la coherencia y unidad de pensamiento, el gusto por la teoría, deben abrirse un difícil camino en medio de la huida hacia quimeras, drogas, sectas, misticismos, rechazo de la reflexión y destrucción del pensamiento que están definiendo a nuestra época”. (Tesis 13 de las Tesis sobre la descomposición).
Estos peligros demuestran claramente que nuestro trabajo consiste sobre todo en preparar el futuro. El objetivo fundamental de la CCI de construir un puente hacia el futuro partido comunista mundial del proletariado se ha planteado desde su Congreso de fundación en 1975, y fue reafirmado en el 23º Congreso; pero esto se ha puesto aún más de relieve en los últimos años por varios factores; la aceleración de la descomposición y las dificultades crecientes de las luchas del proletariado intensifican los desafíos para la organización de los revolucionarios; el envejecimiento de los camaradas y, al mismo tiempo, la aparición de nuevos militantes que se incorporan a la organización en el contexto de la descomposición; los ataques crecientes del parasitismo contra la organización; el peso del oportunismo y del sectarismo en los grupos procedentes de la izquierda comunista.
El 24º Congreso de la CCI se propuso identificar las perspectivas, las dificultades y los peligros a los que debemos enfrentarnos para llevar a cabo esta función de transmisión. Sin embargo, frente a esta situación, la preparación del futuro debe entenderse claramente como ir a contracorriente.
Históricamente, el movimiento marxista sólo ha podido desarrollarse enfrentándose con éxito a acontecimientos trascendentales y, por lo tanto, siempre se ha basado en un espíritu de lucha, en el deseo de superar todos los obstáculos que la sociedad burguesa pone en su camino. La experiencia de la CCI no es diferente en este sentido. Las organizaciones a las que la historia exige un papel de transmisión han tenido que probarse a sí mismas a través de verdaderas pruebas de fuego: la corriente marxista de mediados del siglo XIX, a pesar de los encarcelamientos, el exilio y la gran pobreza de sus militantes tras las derrotas de 1848, sirvió de trampolín para la creación de la 1ª Internacional en la década de 1860. Bilan y el Gauche Communiste de France atravesaron las pruebas de la contrarrevolución estalinista de los años 30, 40 y 50, del fascismo y del antifascismo, de la Segunda Guerra Mundial, para mantener viva la llama revolucionaria para las generaciones futuras. Está claro que el período de descomposición es la propia prueba de fuego de la CCI.
La capacidad de análisis de la situación mundial e histórica es uno de los pilares de nuestras perspectivas inmediatas; el método marxista del materialismo histórico y la referencia constante a la herencia de las adquisiciones anteriores, así como la confrontación de las divergencias, forman parte de la preparación para el futuro. Nuestra actividad en los ámbitos de la intervención, de la profundización teórica, de la defensa de la organización, se fundan en la transmisión y el desarrollo de las adquisiciones históricas de un siglo de la Izquierda Comunista y sólo sobre esta sólida base se puede preparar el futuro partido comunista mundial del proletariado.
Como parte de la preparación para el futuro, está también la lucha intransigente contra el parasitismo. El esfuerzo de los últimos años muestra la necesidad de continuar la lucha contra el parasitismo, denunciándolo como lo ha hecho la CCI ante la clase obrera, nuestros contactos y ante el medio de la Izquierda Comunista.
La lucha contra el oportunismo en el seno de las organizaciones de la Izquierda Comunista, ligada a la lucha contra el parasitismo14, va a ser importante en el próximo período; existe un gran peligro de que el potencial de la futura unidad de los revolucionarios se pierda y se atrofie. La experiencia de los dos últimos años de defensa de la organización contra los ataques del parasitismo y para romper el cordón sanitario que trata de erigir alrededor de la CCI muestra que la lucha contra el oportunismo y el sectarismo es sinónimo de conocimiento y defensa de nuestra historia.
En el próximo período, la CCI se propone mejorar su prensa. En las últimas décadas, la preocupación por polemizar con el medio político proletario de nuestras filas ha disminuido. En el próximo período, la organización tiene la intención de invertir esta situación. Nuestro trabajo como fracción, pasa también por preparar el futuro ampliando las polémicas, inspiradas en las de la primera fase de Iskra o en los primeros números de Internationalisme dedicados a la polémica contra Vercesi y su deriva oportunista. Frente a la putrefacción de la ideología burguesa, frente a las mistificaciones oscurantistas, la prensa debe actuar como punto de referencia contra la intoxicación que emana de la descomposición ideológica del capitalismo y ofrecer a la clase obrera una perspectiva racional y concreta para el derrocamiento del capitalismo; por ello, debemos reforzar la difusión de nuestra prensa digital e impresa.
La perspectiva del comunismo está en la preparación del futuro.
El objetivo central del 24º Congreso fue la preparación del futuro mediante la extracción de las lecciones de los errores del pasado, la lucha implacable contra el parasitismo y el oportunismo, la comprensión lo más rápida posible de los desarrollos constantes de la evolución histórica, la defensa de la organización y de su funcionamiento unido, fraternal y centralizado. Esto significa basarse firme y críticamente en la continuidad histórica de las organizaciones comunistas, tal y como decía la Resolución de Actividades del Congreso:
"En la tormentosa transición hacia el futuro de "guerras y revoluciones", Rosa Luxemburgo declaró en el congreso de fundación del Partido Comunista Alemán en 1919 que "volvían bajo la bandera del marxismo". Cuando la clase obrera en Rusia se preparaba por primera vez en la historia para derrocar al Estado burgués, Lenin recordó las adquisiciones sobre la cuestión del Estado de Marx y Engels en Estado y Revolución...”
“La CCI, al prepararse para la inestabilidad e imprevisibilidad sin precedentes de la putrefacción del capitalismo mundial, debe recuperar la herencia, el ejemplo militante y la experiencia organizativa de MC15, treinta años después de su muerte. Es decir, volver a la tradición y al método de la izquierda comunista que la CCI heredó...
Esta tradición sigue viva y debe ser reapropiada críticamente, de hecho, es la única que puede guiar a la CCI y a la clase obrera en la prueba de fuego que está por venir".
CCI, diciembre de 2021
1 Hemos juzgado necesario añadir a estos documentos un informe sobre la situación de las tensiones imperialistas que hemos adoptado recientemente. Para consultar los informes y resoluciones del congreso ver: https://es.internationalism.org/content/4709/informe-sobre-la-crisis-economica-del-24o-congreso-internacional-de-la-cci-2021 , https://es.internationalism.org/content/4720/resolucion-sobre-la-situacion-internacional-xxiv-congreso-de-la-cci-2021 , https://es.internationalism.org/content/4719/informe-sobre-la-lucha-de-clases-internacional-para-el-24o-congreso-de-la-cci-2021 y https://es.internationalism.org/content/4713/informe-sobre-la-pandemia-y-desarrollo-de-la-descomposicion-del-24o-congreso
2 Todos los modos de explotación que han precedido al capitalismo (esclavismo, feudalismo, despotismo asiático) han jugado criminalmente con la vida de miles de personas, pero el capitalismo ha llevado esta barbarie a sus expresiones más extremas. ¿Qué es la guerra imperialista? Millones de seres humanos utilizados como carne de cañón, como juguetes, para los sórdidos intereses económicos e imperialistas de las naciones, los estados, los capitalistas. Por eso no es nada nuevo que la gestión de la pandemia haya sido concebida por los gobiernos como un juego irresponsable con la vida de millones de personas.
3 https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
4 https://es.internationalism.org/content/4720/resolucion-sobre-la-situacion-internacional-xxiv-congreso-de-la-cci-2021
5 "COVID-19: Health worker deaths rise to at least 17,000 as organizations call for rapid distribution of vaccines - Amnesty International (amnesty.org).
6 El capitalismo se basa, como hemos señalado antes, en la competencia mortal entre Estados y entre capitalistas. Por eso el "sálvese quien pueda" y el “cada cual a la suya” están inscritos en su ADN, pero se han agudizado hasta extremos nunca vistos con la fase de descomposición capitalista.
7 Ver La irrupción de la descomposición en el terreno económico: Informe sobre la crisis económica https://es.internationalism.org/content/4629/la-irrupcion-de-la-descompo...
8 https://es.internationalism.org/content/4713/informe-sobre-la-pandemia-y-desarrollo-de-la-descomposicion-del-24o-congreso
9 https://es.internationalism.org/content/4444/resolucion-sobre-la-relacion-de-fuerzas-entre-las-clases-2019
10 Ver 2011: De la indignación a la esperanza /content/3349/2011-de-la-indignacion-la-esperanza
11 Estructura y funcionamiento de la organización revolucionaria https://es.internationalism.org/revista-internacional/198302/2127/estructura-y-funcionamiento-de-la-organizacion-revolucionaria
12 Ver La noción de Fracción en la historia del movimiento obrero – 1a parte https://es.internationalism.org/revista-internacional/201603/4148/la-nocion-de-fraccion-en-la-historia-del-movimiento-obrero-1a-part
13 https://es.internationalism.org/content/4658/divergencias-con-la-resolucion-sobre-la-situacion-internacional-en-el-23o-congreso-de