Desde que se anunciaron las elecciones generales para el 9 de marzo venidero, el pestilente cinismo de eso que los media llaman la "vida política", se ha exacerbado aún más. Machacona y cínicamente los periodistas al servicio de la oposición "desenmascaran" las mentiras de la propaganda gubernamental, con la misma fruición con la que ocultan las propias. Actuando con esa misma lógica - pues es la propia de una clase que gobierna gracias a la represión y sobre todo al engaño - los representantes del gobierno "socialista" describen exhaustivamente las atrocidades pasadas, presentes y futuras de la "Derechona", como para desmarcarse de ella, cuando la realidad que ha demostrado por enésima vez el gobierno ZP, es que los "socialistas" no necesitan que nadie les dé lecciones de cómo sacrificar las condiciones de vida de los trabajadores y de la mayor parte de la población a las exigencias del capital nacional.
El más dañino de todos los venenos ideológicos que esparce la maquinaria propagandística electoral no es, sin embargo, que haya unos políticos más "favorables" para los trabajadores. Lo más pernicioso es querer hacernos creer que "no hay otra solución" que elegir entre este menú de explotadores, belicistas y represores quién debe ejercer de verdugo en los próximos 4 años; que no hay "otra" política posible que el circo de los partidos "democráticos"; que no hay otra forma de intervenir en nuestro futuro que acudiendo mansamente, cuando los gobernantes nos digan, a la patraña de las urnas.
Con el traumatismo del 11-M aún reciente, candente aún la indignación por las mentiras con las que el PP trató de aprovechar políticamente los 200 cadáveres y los miles de heridos causados por aquella salvajada; las elecciones de hace cuatro años auparon al poder al candidato ZP. Los medios de comunicación de la burguesía se afanaron rápidamente por enterrar la memoria de esa barbarie, ofreciéndonos un gobierno que, decían, encarnaba las esencias del "capitalismo con rostro humano". Con la asfixiante marea de "talante" que nos ha inundado día tras día, con la leyenda de unas demagógicas promesas de "imparables avances sociales", etc., han tratado de embaucarnos con la idea de que el capitalismo podía ofrecernos un futuro diametralmente opuesto al de terror, miseria y barbarie que se barruntaba con la guerra de Irak o los "trenes de la muerte". Pero una cosa es la propaganda y otra la realidad. Y transcurridos los cuatro años de la legislatura del "talante", lo que los trabajadores comprobamos una vez más es que el rostro "bambinesco" de ZP es una de las muchas muecas cínicas de la clase explotadora; y que los "años del talante" han sido otros tantos pasos de intensificación del terror del capital y de pauperización y degradación de las condiciones de vida de los trabajadores.
Así el gobierno ZP que quiso estrenarse con el "pacifista" gesto de retirar las tropas de Irak, ha batido en cambio todos los récords de despliegue de tropas en defensa de la posición imperialista del capital español en el "concierto" - mejor dicho en el caos - internacional. No deja de ser significativo que el acto con el que cierra la legislatura sea el Foro de la llamada Alianza de Civilizaciones en las que el gobierno español concede el marchamo de "hombre de paz" al primer ministro turco conocido por su inclinación a resolver conflictos internos mediante el bombardeo de poblaciones kurdas o incluso invadiendo territorio iraquí.
El Gobierno "socialista" que salió del avispero iraquí con el "conmovedor" discurso de que «ninguna guerra vale la vida de un compatriota», no ha tenido reparos en consentir que la guerra del capital contra las condiciones de trabajo de la clase obrera se cobre TRES MUERTOS POR ACCIDENTE DE TRABAJO DIARIOS como consecuencia, básicamente de la generalización y la acentuación de la subcontratación, del trabajo a destajo, de anteponer la rentabilidad de los contratos de las constructoras a la seguridad de los trabajadores o de la propia edificación (como se vio en el Carmelo, o más recientemente en el AVE). En esa guerra no declarada pero sí descarada que enfrenta el beneficio capitalista y las necesidades obreras, el Gobierno ZP ha cumplido su papel de servidor incondicional de los primeros proporcionando, entre otras cosas, una ingente cantidad de mano de obra barata empleando la extorsión de la regularización de los emigrantes (combinado con hacer la vista gorda ante nuevas oleadas de "ilegales"), o la sistematización y generalización de los empleos precarios, bien con la temporalidad de los contratos o por la precariedad de las condiciones de vida de los "mileuristas". Y es que el 90% de todos los contratos creados en estos 4 años cobran menos de 1100 euros. El "talante ZP" que presume de defender los derechos de las "minorías", protege efectivamente los intereses de las minorías especuladoras y financieras contra las necesidades de vivienda de la inmensa mayoría de la población.
En definitiva que ZP, presentado como una nueva forma de gobernar con "otras prioridades", se ha desvelado como un eslabón más; tras los gobiernos franquistas y democráticos, tras el "felipismo" y el "aznarato", de la inhumana cadena del sometimiento de los trabajadores a las necesidades cada vez más crueles impuestas por un capitalismo agónico. Como ya adelantamos al poco de instalarse en la Moncloa: «La ideología dominante pretende convencernos de las virtudes de la "alternancia democrática" y de que deberíamos elegir entre Guatemala y Guatepeor, que siempre habría un "mal menor" y un "mal mayor" (...) Mal menor: el PSOE siempre sería mejor que el PP. (...) La experiencia histórica (y reciente), demuestra la falsedad de tales argumentos. El gobierno del PSOE entre 1982 y 1996 metió a España en la OTAN y participó en las guerras "legítimas" del Golfo y Yugoslavia, es responsable de los contratos basura, de las reconversiones que se cargaron más de 1 millón de puestos de trabajo, de los GAL, etc. El nuevo gobierno PSOE dejará pequeños los "logros" de los gobiernos González y de las dos legislaturas PP. El engaño de elegir el "mal menor" o de impedir el "mal mayor" es la cuerda que nos ata a la noria del capitalismo, condenándonos a ir de Herodes a Pilatos(...)» (AP nº 175: «¿Qué podemos esperar del gobierno PSOE». Marzo 2004).
No es que tengamos "poderes" para adivinar el futuro, pero es fácil vislumbrar la perspectiva. Primero: Todo gobierno, por muy "democrático" que trate de aparecer es, en realidad, un instrumento al servicio de los intereses de la clase dominante, del capital nacional de cada uno de los Estados. Eso es algo que se ha evidenciado hasta la saciedad no sólo en todos los gobiernos de este país, sino en los gobiernos de todas las naciones del planeta. Segundo: como ponemos de manifiesto en otro artículo de este mismo número de AP, el capitalismo mundial está hoy abocado a una etapa de crisis económica que va a exigir a cada capital nacional descargar ataques más brutales contra las espaldas de la clase obrera: despidos, pérdidas de poder adquisitivo de los salarios, liquidación de prestaciones sociales. Esa es la única perspectiva que puede ofrecernos el capitalismo.
Por ello es hoy más necesario que nunca que el proletariado comprenda el carácter irreconciliable de su oposición a los intereses de "su" Estado capitalista. La propaganda nacionalista de la burguesía insiste precisamente en meternos en la cabeza una supuesta comunidad de intereses de los explotados con los explotadores de "su" misma ¿patria? Pero tal identidad es una patraña destinada a dividir a los trabajadores y, en cambio, a uncir a los explotados a los intereses de sus explotadores.
Para los proletarios de todos los países y todas las condiciones la única esperanza para no verse sacrificados en el altar del beneficio capitalista, es la lucha en defensa de las reivindicaciones de clase, la búsqueda de la unidad y la solidaridad de todos los trabajadores; la toma de conciencia de que este "desafío" a las leyes capitalistas constituye, por muy difícil que sea, la única verdadera apuesta por un futuro para la humanidad.
AP 20 de Enero de 2008.
La huelga de los trabajadores del transporte (SNCF, ferrocarriles franceses y de la RATP, trenes de cercanías de París) que terminó el 22 de noviembre (que se desarrolló simultáneamente a la lucha de los estudiantes contra la ley "de autonomía de las universidades" dirigida a acentuar las desigualdades entre los hijos de la clase obrera y los de la burguesía) constituye la primera respuesta significativa de la clase obrera en Francia contra los ataques del gobierno Sarkozy/Fillon/Pécresse y consortes. El desmantelamiento de los regímenes especiales de jubilaciones no ha sido más que el principio ya que el gobierno ha anunciado claramente que la perspectiva será a alargar el periodo de cotizaciones para todos. En este sentido, la prensa ha sido bastante clara también sobre esto, siendo de primera importancia para la burguesía tratar de hacer pasar este primer ataque para no tratar de comprometer el desarrollo de todos los siguientes. Por esto los trabajadores de los transportes han rechazado la reforma exigiendo, no solamente el mantenimiento de sus regímenes especiales, sino también la abolición de este "privilegio" que únicamente enfrenta a unos trabajadores con otros. La consigna de los ferroviarios y trabajadores de la RATP fue entonces: "¡37,5 años PARA TODOS!"
El ataque contra los regímenes especiales ha sido objeto de consenso de todas las fuerzas del capital. El Partido Socialista no ha hecho ningún esfuerzo por ocultarlo: ha afirmado claramente que es favorable a la reforma. La única "divergencia" con el gobierno ha sido por la forma (¿cómo hacerla pasar?) y no sobre el fondo. Para hacer pasar este ataque y preparar el terreno a los que van a venir, la burguesía debe montar una gigantesca maniobra para quebrar la resistencia de la clase obrera y hacerle comprender que "luchar no sirve para nada". Y para mejor pasar ese mensaje, la clase dominante se dio igualmente como objetivo borrar en la conciencia de los proletarios las lecciones de las luchas de las jóvenes generaciones contra el Contrato de Primer Empleo durante la primavera de 2006.
La burguesía sabía que esta prueba de fuerza toparía con la resistencia de la clase obrera. Esto se confirmó en la jornada de acción del 18 de octubre (utilizada por el gobierno y los sindicatos para "tomar la temperatura") donde se manifestó una muy fuerte combatividad: porcentaje récord de participación en la huelga de transportes, y además, participación importante de trabajadores de todos los sectores en las manifestaciones. A pie, en bici o en coche, había que mostrar el rechazo a las medidas del gobierno.
Para romper esta combatividad, la burguesía actúa en dos tiempos.
Frente a la voluntad de los trabajadores de proseguir la huelga después de la jornada del 18 de octubre, la CGT la ha frenado a fondo y ha afirmado: «Una jornada y nada más», programando una segunda jornada de acción para el 13 de noviembre. El objetivo del 18 de octubre fue "soltar un poco de vapor" para evitar una explosión de última hora. De hecho, la huelga del 13 de noviembre, a pesar de su fuerte participación , fue menos seguida que la del 18 de octubre.
Para quebrantar la resistencia de la clase obrera e impedir sus luchas futuras, la burguesía ha utilizado una estrategia clásica (que había probado su eficacia en los años 1980 y 1990): ha "escogido" un sector para desarrollar sus maniobras: el de los transportes y sobre todo la SNCF (ferroviarios). Un sector numéricamente bastante minoritario en el que la huelga no puede mas que crear una molestia para los demás trabajadores (los "usuarios"). El objetivo era tratar de transformar la huelga de transportes en impopular, para enfrentar a los "usuarios" contra los huelguistas, dividir a la clase obrera, romper la solidaridad en su seno, impedir toda tentativa de extender la lucha y culpabilizar a los huelguistas. La segunda razón por la que la burguesía ha decidido atacar específicamente los sectores que disponen de un "régimen especial" es que, en estos últimos, los sindicatos (sobre todo la CGT) son particularmente fuertes, permitiendo así garantizar un mayor control de la combatividad para evitar cualquier "desbordamiento". Por último, la tercera razón que justifica la elección de estos sectores como "objetivo" reside en que están marcados tradicionalmente por un fuerte espíritu corporativo (sobre todo la SNCF) que siempre ha sido alimentado por los sindicatos.
La burguesía ha tenido que actuar con "mucha cautela" porque ha desarrollado ataques de forma simultánea contra todos los sectores de la clase obrera (tasa médicas, ley Hortefeux[1], ley sobre la "autonomía" de las universidades, regímenes especiales de jubilación, aumento de precios, supresión de puestos de trabajo en la función pública y sobretodo en la enseñanza, etc.). La clase dominante se preparó entonces para hacer frente a un peligro de simultaneidad de las luchas en muchos sectores. En particular los estudiantes estaban ya movilizados cuando los trabajadores del transporte entraron en lucha.
La maniobra de división y de troceamiento de las luchas debía entonces desarrollarse siguiendo un calendario muy preciso:
- La jornada de acción de los funcionarios del 20 de noviembre tenía como objetivo no solamente ser una "válvula de seguridad" frente a un descontento que aumentaba en sus filas, sino también servir de jornada de enterramiento de la huelga de ferroviarios y de los trabajadores de la RATP, los "funerales nacionales" por decirlo de alguna manera;
- Esto precisaba que cada sindicato desarrolle su propia partitura en este concierto. En un primer momento, hasta la jornada del 18 de octubre, es necesario dar un sentimiento de "fuerza" a los ferroviarios jugando la carta de la unidad de todos los sindicatos. Después de esta jornada, los sindicatos comenzaron a mostrar las cartas de la división. Es la FGAAC (sindicato estrictamente corporativo de conductores) la que debe dar el primer paso; firma con la dirección un acuerdo separado que beneficia solo a los conductores y llama a la vuelta al trabajo. Se trata de sembrar la cizaña entre los conductores. En ciertas cocheras, los otros conductores explotan: «¡Los autónomos nos han traicionado!» Este primer golpe bajo fue evidentemente propagado por los media;
- El segundo golpe es lanzado el día anterior a la huelga que comenzó el 13 de noviembre. Cuando los ferroviarios y los trabajadores de la RATP comenzaron a comprender la maniobra de división (y exigen «37,5 años de cotización para todos»), Bernard Thibault, secretario general de la CGT, anunció que renuncia a una negociación global de todos los sectores concernidos por los regímenes especiales y propone negociar empresa por empresa. Este malévolo ataque no hace
más que debilitar la respuesta de los ferroviarios;
- El tercer acto puede entonces desarrollarse: el frente sindical se desune, sobre todo cuando la CFDT lanza la consigna de la vuelta al trabajo, pero también con la brecha que se abre entre la CGT, mayoritaria, que acepta (sin aclararlo) el principio de tragar con los 40 años de cotización y los sindicatos "radicales", Sud y FO, que continúan exigiendo la retirada de esta medida. Al mismo tiempo, Fillon, el primer ministro, afirma que está fuera de lugar retroceder sobre las 40 anualidades poniendo como preámbulo a la apertura de negociaciones la vuelta al trabajo. Esta política de chantaje no es nada nueva: los huelguistas son llamados primero a deponer sus armas (y aceptar la "ley del más fuerte") antes de "negociar" cualquier medida. Es inaceptable para los trabajadores en lucha pero esto va a permitir a los sindicatos presentar "la apertura de negociaciones" como una primera victoria. Esto es un "gran clásico" del reparto de tareas entre patrones y sindicatos. En realidad, los dos están conchabados de antemano ya que sindicatos y patronal aprovechan las "negociaciones" oficiales para discutir permanentemente a espaldas de los trabajadores: se trata sobre todo para los sindicatos de rendir cuentas a los patronos de la "temperatura" laboral a fin de definir conjuntamente en qué sentido hay que maniobrar. ¡Durante esta última lucha, estas maniobras han aparecido claras como el agua, hasta el punto que han sido relatadas en detalle por ciertos órganos de la prensa burguesa![2].
Por esto, la apertura de "negociaciones" aplazada al 21 de noviembre, después de la jornada de huelga de la función pública, era totalmente una trampa. Si la CGT y el gobierno habían atrasado el comienzo de las discusiones oficiales, no era solamente porque esta jornada de acción podía servir de entierro de la huelga de tranviarios parisinos y de los ferroviarios, sino también para "alargar" el movimiento con el fin de "pudrirlo" enfrentando a unos obreros contra otros, todo esto con el fondo de la campaña mediática de criminalización de los huelguistas con el fin de hacer la huelga impopular.
De esta mesa de "negociaciones", la CGT sale anunciando "avances importantes" con el anuncio de un "calendario de negociaciones" hasta el... 20 de diciembre. Tratar de hacer durar éstas durante un mes, es dar la señal de la vuelta al trabajo: los ferroviarios evidentemente no están dispuestos a proseguir su movimiento 4 semanas más. La CGT, sindicato mayoritario entre los ferroviarios, anuncia que "deja" a la asambleas "decidir por sí mismas". No llama oficialmente a la vuelta al trabajo pero es como si lo hiciese[3].
Por su parte, Sud y FO llaman, en un primer momento a proseguir el movimiento en la medida que la reivindicación principal, el mantenimiento de las 37,5 anualidades, no ha sido satisfecha.
Pero la vuelta se hará progresivamente taller por taller en la SNCF y línea por línea en la RATP.
Esta oposición entre sindicatos "moderados" y sindicatos "radicales" no tiene nada de nuevo ni de improvisación. Es una vieja táctica que se ha revelado eficaz en todas las luchas obreras desde finales de los años 60. Una táctica que había sido experimentada ya en 1968 (de lo que el "viejo sabio" Chirac, así como el exmaoísta Kouchner, se acuerdan perfectamente). Así al final del movimiento de la clase obrera en 1968, la CGT, mayoritaria, experimentó ya el rol de "moderada" llamando a la vuelta al trabajo. Y fue la CFDT (¡!), minoritaria, la que tuvo que jugar el papel de "radical" oponiéndose a la vuelta. La experiencia de los obreros de la vieja generación muestra que no porque un sindicato sea más "radical" por eso deja de participar en las maniobra de división y de sabotaje. Por entrar siempre al trapo a por todas y hasta que haga falta, no se defienden mejor los intereses de la clase obrera. Porque de hecho la fuerza de los obreros, no son nunca los movimientos minoritarios prolongados en los cuales pierden inútilmente su energía y su dinero. Además reforzando la división (entre los que trabajan y los que no trabajan) y el rencor de aquellos que son vencidos con el sentimiento de que los otros los han "traicionado". La fuerza de la clase obrera, es ante todo y sobre todo su unidad. Es la masividad y la extensión del movimiento y no el aislamiento hasta el final de una minoría (que puede conducir a ciertos obreros a reacciones de desesperación, tales como el sabotaje de los medios de producción, abriendo la puerta a las campañas de criminalización de los huelguistas). En todos los sectores, tanto el público como en el privado (igual que los estudiantes), los proletarios tienen necesariamente que comprender que el "radicalismo" de los sindicatos minoritarios que preconizan las acciones aisladas en realidad no los convierte en "verdaderos defensores" de la clase obrera frente a los llamamientos a la vuelta al trabajo de las grandes centrales más influyentes.
Esta gigantesca maniobra para tratar de romper la resistencia de la clase obrera fue coronada por la planificación de la manifestación-entierro del 20 de noviembre que arrastró 750.000 trabajadores. La estrategia de las direcciones sindicales consistió en llamar a los trabajadores de la función pública a salir a la calle (sobre todo para protestar contra la reducción de efectivos y la pérdida de poder adquisitivo) siempre saboteando su movilización. ¡Además, los sindicatos lanzaron los llamamientos a participar en esta manifestación en octavillas que llegaron a los centros de trabajo... después del 20 de noviembre! En la mayor parte de hospitales, igualmente no se indicó la hora ni el lugar convenidos. Para saber si esta manifestación tendría lugar como estaba previsto, había que arreglárselas para buscar las informaciones (en Internet, en los periódicos o de boca en boca). ¿Por qué tal sabotaje? Porque el "termómetro" indicaba que la temperatura en la función pública había aumentado. La huelga de los ferroviarios y de los trabajadores de la RATP, lejos de ser impopular (a pesar de todas las campañas difundidas por la tele) ganó al contrario cada vez más la simpatía de numerosos "viajeros". Los medias y el gobierno (con sus declaraciones cada vez más prepotentes, reforzadas por las afirmaciones ridículas de los rectores de universidad acusando a los estudiantes huelguistas de ser "Jemeres rojos") se pasaron de la raya. Cuanto más blandía el garrote el gobierno contra los huelguistas, más simpatía suscitaba la huelga (igualmente el sentimiento de solidaridad conseguía avanzar y no se dejaba "enturbiar por las manipulaciones de los medias a sueldo de Sarkozy"). Por otra parte, las contorsiones de Thibault lo dejaban en evidencia como el gran "lacayo" del gobierno, el "traidor"[4]. Si los sindicatos han debido sabotear la movilización de los funcionarios, es para evitar que todos los sectores de la función pública se encuentren codo con codo unidos en la calle. Por el contrario, todos los sindicatos de la policía nacional habían movilizado sus efectivos al máximo[5]: el 20 de noviembre, ha sido la primera vez que se movilizan tantos policías para manifestarse en París[6]. Además, las direcciones sindicales (que habían organizado esta manifestación con la prefectura de policía) se habían preocupado de colocar el cortejo de los policías en medio de la manifestación. Así, muchos trabajadores y estudiantes que no querían desfilar detrás de las fuerzas de represión prefirieron no secundar esta mascarada y se quedaron en las aceras. En particular, fue un buen medio para disuadir a los estudiantes, que además fueron obligados a estar de plantón tres horas bajo la lluvia, de "unirse" con los asalariados.
En su intervención televisada del 29 de noviembre, "el omnipresidente" Sarkozy ha rendido «homenaje a todos los interlocutores sociales», saludando a TODOS los sindicatos por «su sentido de responsabilidad» y precisando que él «los necesitaba para llevar a cabo las reformas»[7] (o dicho más claramente, que tenía necesidad de ellos para realizar todos los ataques previstos para 2008). Sabe de lo que habla, y por una vez, no nos dijo ninguna mentira.
La huelga de los trabajadores del transporte, en este mes de noviembre de 2007, ha venido a confirmar una vez más lo que los revolucionarios afirman después de muchos decenios: TODOS los sindicatos son órganos de defensa de los intereses no de la clase obrera, sino de la burguesía.
Artículo traducido de Revolution Internationale nº 385, Diciembre 2007. Publicación en Francia de la CCI
[1] ley que significa un ataque contra los emigrantes, donde, entre otras cosas, se solicita además de certificación de conocimiento del idioma francés, cursos sobre "valores de la patria", e incluso prueba de ADN para mostrar el parentesco con residentes en Francia
[2] Ver sobre todo Marianne nº 553, "Por qué Sarkozy quiere salvar la CGT". Chérèque, el jefe de la CFDT, el mismo revela el secreto: «Hay una forma de coproducción entre el gobierno y la CGT para enseñarse los dientes». Bien es cierto que sus propias tropas aceptan mal que haya jugado el rol de "traidor".
[3] Una de las razones por las que el movimiento ha podido ser "suspendido" (como dijo Bernard Thibault), reside en el hecho que la CGT ha "negociado" "anticipos" sobre la penosidad del trabajo permitiendo ganar algunas migajas: aumentos de salario a cuenta de la liquidación de la jubilación (eso no pide pan: de aquí allí, ¡todo el mundo sabe que los salarios y el poder adquisitivo todavía van a bajar más!). Tan solo una gran estafa para justificar la vuelta al trabajo y tratar de salvar los muebles porque la burguesía todavía tiene necesidad de la CGT. Si el gobierno no hubiera previsto "conceder" esta limosna, el jefe de la CGT no hubiera podido pregonar: "hay avances". Y esta limosna había sido igualmente acordada con anterioridad, a través de las llamadas de teléfono destinadas a poner a punto y ajustar las medidas que permitan a la CGT continuar haciendo su trabajo de zapa. Así, con anterioridad al encuentro entre la CGT y el gobierno, Thibault había anunciado la vuelta al trabajo. ¡Esto lo que viene a demostrar es que los anuncios hechos por patronos y los gobiernos en las "negociaciones" no son más que mentiras!
[4] Entre tanto delegaciones de estudiantes se despliegan por todo París, como en provincias, para llamar a la "unión" con los asalariados para que haya una "convergencia de luchas".
[5] Los estudiantes han enviado alguna delegación a las comisarías y a otros servicios del ministerio del Interior para "unirse" con los policías y se han podido dar cuenta por ellos mismos que los funcionarios de la policía no están de su lado.
[6] El mismo sindicato de la derecha "Alliance", próximo al UMP ( y que había entonado La Marsellesa al comienzo de la manifestación) estuvo masivamente presente al lado del sindicato UNAS (próximo al Partido Socialista).
[7] Todas estas citas están disponibles en lemonde.fr
La situación política en Pakistán esta acelerándose de forma vertiginosa hacia un escenario de descontrol y caos creciente. El General Pervez Musharraf se ha visto obligado a entregar el gobierno del país a la cúpula militar tras un largo período de desgaste político, en concreto a su protegido General Ashfaq Kayani. Obligado por la enorme presión política de los EEUU, no ha tenido más remedio que maquillar la puesta en escena de un supuesto "cambio", incluyendo en el guión la vuelta al país de la antigua ministra Benazir Bhutto y la celebración de elecciones a corto plazo. Para hacer más creíble esta pantomima el ex Primer Ministro Nawaz Sharif también ha podido entrar en el país, tras su expulsión en Septiembre de 2007.
Todo parece indicar que Musharraf y el Ejército querían conseguir que el resultado electoral reflejase la realidad del país. Que nada ha cambiado y, que nada debe cambiar. La ley marcial no se ha levantado. Hay continuos arrestos, detenciones y palizas a los miembros de cualquier tipo de oposición. Existe una fuerte represión sobre todos los medios de comunicación críticos con el gobierno y, los magistrados críticos de la Corte Suprema acaban de ser sustituidos por jueces más favorables. De hecho, el Presidente del Tribunal Supremo ha sido destituido fulminantemente por encabezar parte de la oposición contra el Gobierno militar. En el plano político para dejar las cosas como estaban, las elecciones generales, previstas en principio para Enero 2008, pretendían que el antiguo primer ministro Sharif estuviera en la "pelea" para permitir que el pacto entre Bhutto y Musharraf, auspiciado por EEUU, fuera refrendado en las urnas. No obstante el atentado y muerte de Benazir Bhutto el 27 de Diciembre de 2007 han puesto en peligro toda esta operación de "estabilidad política" en Pakistán. A pesar de que el enviado especial de la Casa Blanca, el Sr. Negroponte (antiguo jefe de la diplomacia en Irak y ex jefe de los USA en la ONU) dijo que «...a pesar de todo lo ocurrido tenemos confianza en el Ejército y las instituciones de Pakistán....», para señalar acto seguido que los EE.UU. «...quieren tener un relación estable con el pueblo de Pakistán...». Y, concretamente, ya no se refirió a Musharraf como el "aliado indispensable en la guerra contra el terror", lo que indica que las dudas sobre la evolución de la situación política pueden amenazar los planes de los USA en ese país.
La realidad se impone. Y, mientras los EEUU dicen tener confianza en el Estado y sus instituciones, eso en verdad no representa gran cosa. El ejército, a pesar de ser la única fuerza capaz de mantener el Estado unido, ni siquiera tiene el control de todo el país: los militantes talibanes controlan importantes áreas a lo largo de la frontera afgana. En los últimos meses, han ampliado significativamente su control del este y norte del país. Se han permitido el lujo de ejecutar ataques mortales en la capital, Islamabad, y en la principal guarnición militar de Rawalpindi. Con estas acciones han infligido derrotas humillantes al ejército y, han capturado a cientos de soldados en este año, noticias que han sido ampliamente difundidas por ejemplo por la británica BBC News. En este contexto y, para agravar aún más la situación, se está produciendo el auge y desarrollo del peso político de los partidos islamistas que, si bien es poco probable que puedan tomar militarmente el país, no por ello dejan de tener una presencia cada vez mayor en la vida política (tal y como sucede por ejemplo en Argelia o Indonesia) y que con el argumento de la corrupción de las fracciones oficiales más prooccidentales pueden ganar un peso no deseable en los resultados electorales de los próximos comicios de Febrero.
El escenario de pesadilla, que EEUU hará todo lo posible porque no suceda, sería la instauración de un Estado islámico armado y preparado con armas nucleares en Pakistán. Los peligros para toda la zona serían imprevisibles e incalculables. Las presiones masivas sobre Pakistán en el frente imperialista regional, con China y la India como vecinos en un lado (con el tema no resuelto de Cachemira ) y, por otro lado el desarrollo de las tensiones y guerras desde hace casi 5 años con Afganistán, hacen que la presión este alcanzando cotas muy, muy elevadas.
Por ello, es más que evidente que cualquiera que sea la fracción que llegue al poder tras las elecciones se verá enfrentada a una irresistible tendencia a la disgregación del Estado, al aumento de la violencia y el gangsterismo. De hecho, esto es, en miniatura, lo que está sucediendo en toda la región en general: barbarie cotidiana en Irak, presión de la burguesía iraní para desarrollar su propio arsenal nuclear, la fractura de Líbano, el desastre de la situación en Palestina y el fiasco de las negociaciones de "paz" con Israel.
El capitalismo no puede ofrecer en última instancia, ninguna alternativa, ninguna esperanza de "paz" entre las naciones o una forma de salir de la desesperada pobreza que la gran mayoría de esta región debe soportar. Sólo en las luchas de los trabajadores en todo el Medio Oriente - en Israel, en Egipto, en Irán, entre otros - una lucha cuya base es la solidaridad entre los trabajadores, independientemente de su religión, la nacionalidad o el origen étnico, puede poner las semillas para luchar contra la pesadilla que viven los proletarios y la población explotada de la región[1].
Artículo adaptado de World Revolution, publicación de la CCI en Gran Bretaña
[1] Ver en nuestra página Web los artículos dedicados a la lucha de clases en esta región del planeta.
El debate internacionalista sobre las experiencias históricas y actuales de la clase obrera se extiende a países donde nunca se había dado como por ejemplo República Dominicana. Hace 2 meses una delegación de la CCI animó un debate sobre el tema SOCIALISMO Y DECADENCIA DEL CAPITALISMO en dicho país (ver Acción Proletaria nº 197: Debate internacionalista en República Dominicana, /content/2046/debate-internacionalista-en-la-republica-dominicana [9] ). Hace un mes se celebró una reunión pública sobre el mismo tema en Lima - Perú (ver en nuestra Web: Hacia la construcción de un medio de debate y clarificación, https://es.internationalism.org/node/2107 [10] ). Ahora, gracias al esfuerzo y al entusiasmo de los compañeros del núcleo de discusión internacionalista de República Dominicana se ha celebrado una reunión sobre la experiencia de la Revolución Rusa de 1917.
Señalamos a continuación a partir del informe de los compañeros del núcleo de discusión internacional de Republica Dominicana las principales cuestiones que se discutieron. Los compañeros utilizaron para lanzar la discusión la presentación común a escala internacional que hemos hecho en todas las reuniones públicas celebradas por las diferentes secciones de la CCI y en las que han colaborado simpatizantes en otros países.
Hubo coincidencia con la presentación en señalar que «la revolución rusa se da el en momento de la Primera guerra mundial, la revolución rusa fue una respuesta a la guerra» que «la revolución rusa era socialista y no democrático burguesa» y que «la base de la revolución fue la acción de la clase obrera agrupada en los Soviets (Consejos Obreros), es decir, la revolución socialista sólo puede ser realizada por los trabajadores mismos y nunca delegando su realización en el Estado a través de líderes "geniales" (la infame tradición de caudillos "socialistas" como Stalin, Castro o, actualmente, Chávez)».
Un asistente planteó que «la revolución rusa, demostró que en un país atrasado se podía hacer una revolución proletaria, contrariamente a lo que Marx establecía de que en los países desarrollados era donde se iba a iniciar la revolución proletaria» . Se ha repetido muchas veces que Marx se equivocó porque la revolución proletaria triunfó en un país atrasado y no en países desarrollados como Alemania o Gran Bretaña. En realidad, la revolución proletaria no se plantea a partir de la situación de tal o cual país tomado por separado y aisladamente sino a partir de la situación mundial del conjunto del capitalismo. Con la primera guerra mundial lo que se demostró es que el capitalismo había formado el mercado mundial y había sometido a sus leyes a todos los países. Dentro de ese marco general había una enorme heterogeneidad: había países plenamente capitalistas, otros bajo el yugo colonial o semicolonial, la mayoría arrastraba importantes residuos feudales. Sin embargo, esas realidades nacionales, sin negar su peso, no eran determinantes. Lo determinante era que el capitalismo había llegado a sus límites históricos y que si sobrevivía lo único que causaría serían crisis, guerras y barbarie (como hemos podido comprobar en los últimos 100 años). Por tanto, independientemente de las múltiples y heterogéneas realidades de los distintos países, la evolución mundial del capitalismo llevaba a todos los pueblos de la Tierra a las guerras, la destrucción, la miseria, las hambrunas. Por tanto, la única solución posible era la lucha revolucionaria mundial por la destrucción del capitalismo y la creación de una sociedad nueva, el comunismo. La Revolución Rusa no surgió en respuesta a las realidades particulares de Rusia (aunque los bolcheviques y los Soviet trataron de tomarlas en cuenta) sino en respuesta a la situación mundial creada por la primera Gran Guerra. Los Soviet y los Bolcheviques concibieron la Revolución Rusa como el primer paso en la lucha por la Revolución Mundial.
Los bolcheviques y los propios Consejos Obreros rusos dejaron bien claro desde el principio que la revolución iniciada en Rusia solo se salvaría si se extendía a los principales países desarrollados y especialmente a Alemania. Fue precisamente el aplastamiento de la tentativa de revolución proletaria en Alemania en 1919-23 (perpetrada por la Socialdemocracia y los Sindicatos) lo que impidió el desarrollo de la revolución mundial y significó la muerte de la revolución en Rusia. En línea con esto último, los compañeros del núcleo defendieron en la discusión que «Precisamente la tesis del socialismo en un solo país fue el inicio de la derrota de la URSS», de lo que se hizo eco un asistente apoyando que «ninguna revolución puede crecer ni sobrevivir sin una frontera solidaria».
En el mes de octubre en la ciudad de Lima, la CCI realizó la primera Reunión Pública en este país con el objetivo de abrir un espacio de discusión fraterna al servicio de la clarificación. Queremos agradecer públicamente a nuestros simpatizantes en esa región por su ayuda logística, sin su apoyo la CCI difícilmente hubiera logrado hacer algo así: emprender una reflexión de fondo sobre el mundo actual, lo que el capitalismo ofrece a las personas y qué perspectivas se desprenden para la humanidad. Once personas estuvieron reunidas abordando temas cruciales para el desarrollo de la futura revolución. El tema anunciado en los carteles colocados en puntos de la ciudad de Lima era "qué es el socialismo y cómo luchar por él", sin embargo, la avidez de los participantes y sus planteamientos honestos y profundos hizo que la reunión abordara diversos temas. En las discusiones se expresaron posiciones de compañeros que habían estado vinculados al GCI[1] o que comparten actualmente más o menos algunas de sus posiciones. Otros compañeros se sentían identificados con el anarquismo. Igualmente participaron los militantes de la CCI y simpatizantes muy próximos a nuestra organización. No obstante, lo más relevante fue el ambiente de debate sincero y abierto.
Los temas que se debatieron:
Dado que los asistentes mostraron un tácito acuerdo con la necesidad de la revolución y con la perspectiva de derribar al capitalismo, la discusión se trasladó a cuestiones más "concretas". De las primeras ideas que los asistentes abordaron fue la noción de la decadencia del capitalismo, para los asistentes bajo la influencia del GCI hay una cierta visión ahistórica del proceso que conduce a la transformación de la sociedad, incluso se llegó a introducir la idea de la existencia de un proletariado antes de la llegada de los españoles («masacrar proletarios en la conquista no tenía nada de progresista», dicho casi textual por un participante). Detrás de esta posición se dibujan las confusiones típicas que el GCI reparte a manos llenas.
Mas que entender los procesos históricos el GCI difunde el radical pero hueco método de "violencia reaccionaria contra violencia de los oprimidos" pero haciendo una omisión del contexto histórico. Ello conduce a una dificultad para poder explicar por qué la revolución mundial no era realizable en el siglo XIX y que ello daba un contenido y forma diferentes a la lucha proletaria y a sus organizaciones políticas (sindicatos, partidos de masas, lucha por el programa mínimo, etc.). Hubo otros asistentes que insistieron en desarrollar la explicación de la decadencia, es por ello que pensamos que es una interesante cuestión que deberemos abordar.
Se ha abierto un debate también sobre qué es el proletariado, su naturaleza y cómo lucha. Unos participantes vertieron la idea de que los acontecimientos en Argentina 2001 fueron movimientos plenamente proletarios y que habría que "defenderlos e imitarlos" así como los «soviet en Irak en 1991» (sic!). La CCI explicó su posición, se han dado elementos de reflexión que los participantes tomaron con seriedad. Así, han sido tres los ejes sobre los que la CCI ha insistido:
-rechazar la "violencia por la violencia". Si bien la revolución que derrocará al capitalismo será un hecho violento porque una minoría que tiene en su poder el aparato estatal se va a resistir, tal violencia no es la esencia misma de la revolución, su esencia está en la capacidad del proletariado para desarrollar su lucha masiva y consciente, lo que distingue a la clase que hará la revolución no es la violencia sino su conciencia.
-las luchas obreras se articulan a través de organismos que la misma lucha va generando, desde las asambleas masivas, las delegaciones, los comités de lucha, hasta llegar a estadios más avanzados donde las formas de organización son más amplias y donde la situación exigirá la construcción de consejos obreros. Estamos aún en los inicios de las respuestas obreras a nivel mundial después del duro golpe que significó la enorme campaña de la "muerte del comunismo" y el retroceso que el proletariado mundial sufrió en su conciencia. Rechazar las asambleas donde se expresa un esfuerzo del proletariado por tomar las luchas en sus manos es un error, lo mismo que privilegiar acciones desesperadas (quema de autos, bloqueos, enfrentamientos con la policía, etc.) en vez de sacar lecciones y discutir dónde y cómo la burguesía y su Estado entrampan las luchas obreras y la clarificación de sus minorías.
-las auténticas luchas obreras no son "puras" y la CCI no está esperando a que se den luchas sin la influencia de la ideología burguesa o luchas donde haya una ausencia total de los aparatos del estado (sindicatos de todo pelaje así como partidos abiertamente ligados al capital, así como el brazo radical de la burguesía: el izquierdismo -sea este de corte maoísta, anarquismo oficial, etc., no. Para la CCI una auténtica lucha obrera no se mide por la presencia de los factores antes señalados, sino por la existencia en toda lucha naciente de una dinámica donde los participantes puedan reconocerse como integrantes de una clase, como miembros que tienen la necesidad de ir a la lucha con los otros ya que comparten interese inmediatos comunes. Cuando se empieza a comprender que existe una identidad proletaria esa lucha ha dado pasos adelante y hay que generalizar esas lecciones. Cuando después de un evento queda la sensación de división, sectarismo, segregación, gremialismo, etc., entonces lo que hay que generalizar es dónde está la trampa o el error.
En lo referente a la lucha obrera sólo se han planteado los problemas y hay un largo camino de clarificación por delante.
Hubo también está cuestión que atravesó una parte de la discusión. No se hizo esperar la clásica visión de ver en el sindicato un organismo rescatable para la clase obrera, está posición del anarquismo ve en la CNT un órgano a "rescatar" y se planteó abiertamente la cuestión de «¿es posible un sindicato revolucionario?». Se estuvo de acuerdo que si bien la CNT traicionó durante los acontecimientos de España 1936, al menos «los amigos de Durruti se opusieron a la militarización del trabajo» [11]. Uno de los participantes aportó una respuesta clásica en el GCI: «el sindicato nunca ha sido y nunca será revolucionario». Lo cual contiene una parte de verdad, ya que, efectivamente, los sindicatos no surgieron como órganos de la lucha revolucionaria del proletariado, sino como órganos para obtener mejoras y conquistas dentro del capitalismo; pero esta posición también regresaba sobre una falta de método, sobre la incapacidad para ver al sindicato como producto histórico y comprender que su surgimiento, que costó sangre al proletariado, estaba condicionado por un periodo histórico donde la revolución no estaba al orden del día. Esta idea coincide también con la vieja letanía del GCI de que la IIª internacional no tendría nada de proletaria...recordemos rápidamente que la IIª internacional tiene el mérito de adoptar el marxismo como método para desarrollar la teoría revolucionaria, que separó las organizaciones proletarias en unitarias (sindicatos) y los partidos políticos, amén del combate de la socialdemocracia contra la francmasonería y el desarrollo de las discusiones sobre los orígenes del cristianismo e infinidad de artículos de fondo, que la segunda internacional haya traicionado al apoyar los créditos de guerra en 1914 no impide que reconozcamos su existencia como una eslabón más en la cadena de esfuerzos del proletariado por dotarse de un partido mundial.
Un asistente apoyó las posiciones de la CCI sobre la cuestión sindical mostrando cómo los sindicatos constituyen un medio de control del Estado y cómo el mismo Fujimori desarrolló una campaña de destrucción de los sindicatos para luego en alianza con la oposición a su gobierno hacer creer a los trabajadores en la «necesidad de luchar por sindicatos».
Los sindicatos fueron un arma del proletariado en un periodo de la historia donde el capitalismo podía no sólo conceder reformas duraderas sino que además la revolución proletaria no estaba aún a la orden del día y el "programa mínimo" era una cuestión inmediata por la cual luchar. Sin embargo, los acontecimientos de 1905 y sobre todo 1917 en Rusia demostraron cómo la lucha da una respuesta a un problema de organización en la decadencia del capitalismo, la revolución no giró en torno a los sindicatos sino en torno a los consejos obreros, "la forma al fin encontrada" diría Lenin "de la dictadura del proletariado". Desde entonces, el desarrollo de las luchas obreras estará confrontado a organizarse fuera y contra los sindicatos. Sabemos que no todos los días se pueden instaurar consejos obreros ya que ello depende de las condiciones de generalización de las luchas hasta plantear una situación prerrevolucionaria, pero los combates obreros no deben esperar hasta ese día para autoorganizarse, desde que estalla la huelga en una fábrica se plantea el dilema de tomar el control de las decisiones a través de asambleas donde los trabajadores decidan el rumbo de su lucha. Entonces el buscar la solidaridad con otros explotados deviene una cuestión de vida o muerte para cada huelga (no hablamos de las farsas de "solidaridad" que orquestan los sindicatos), empezar a percibir que el aislamiento es la muerte de todo combate es una profunda lección que preparará las luchas decisivas contra el capital.
Estos debates internacionalistas no se dan únicamente en América del Sur, también tienen lugar en países tan alejados como Filipinas, India, Corea, Turquía... Poco a poco se van desarrollando las bases de un auténtico debate internacional sobre la lucha del proletariado, el internacionalismo, el combate por la liberación de la humanidad del yugo del capitalismo.
El desarrollo de estas actividades aporta el viento fresco del debate proletario sobre los verdaderos problemas y las verdaderas alternativas de la situación mundial. En lugar de los temas que no conducen a ninguna parte (el nacionalismo, la revancha entre países, las reformas, la intervención del Estado) se empieza a hablar del internacionalismo, de la solidaridad, de las experiencias históricas y actuales de lucha de la clase obrera, de cómo luchar a nivel mundial por el socialismo etc. En lugar de "modelos nacionales de desarrollo" que la experiencia de los últimos 40 años nos ha mostrado que solo desarrollan la miseria, la opresión y la guerra; las discusiones empiezan a girar sobre la dimensión histórica e internacional de los problemas que aquejan a la humanidad, sobre el futuro que nos depara la sociedad capitalista mundial, sobre cómo desarrollar una solidaridad y una conciencia internacional del proletariado para salir del atolladero.
[1] GCI: Grupo Comunista Internacional, un grupo de verborrea radical pero de práctica coincidente con los grupos de "extrema izquierda" del Capital. Ver nuestra denuncia en Revista Internacional nº 124 ¿Para qué sirve el GCI?: /revista-internacional/200602/516/para-que-sirve-el-grupo-comunista-internacionalista-gci [12]
Acción Proletaria, publicación en España de la Corriente Comunista Internacional, alcanza, con éste, su número 200.
AP empezó a publicarse en 1974, es decir hace 34 años, como parte de un proceso de emergencia internacional de elementos y grupos revolucionarios nacidos al calor de la reanudación de la lucha obrera de finales de los años 60. Privados de una continuidad orgánica con las organizaciones revolucionarias del pasado, pequeñas minorías buscaban, aquí y allá respuesta a la multitud de cuestiones que bullían en sus cabezas, aunque animados por una fuerte voluntad de discusión y de debate internacional e internacionalista. Fruto de ese formidable impulso de discusión y búsqueda de la clarificación se constituyó, en 1975, la CCI: «La iniciativa de Internationalism y la propuesta de RI desembocaron finalmente en la celebración de una serie de conferencias y encuentros en Inglaterra y Francia en 1973... Además, y sobre todo, aquellas clarificaciones y decantaciones habían creado las bases que iban a permitir la constitución de la Corriente Comunista Internacional en enero de 1975. Durante aquel mismo período, efectivamente, RI había proseguido su labor de contactos y discusiones a nivel internacional, no sólo con grupos organizados sino también con individuos aislados, lectores de su prensa y simpatizantes de sus posiciones... Esa labor había llevado a la formación de pequeños núcleos, en España e Italia, en torno a las mismas posiciones, núcleos que en 1974 iniciaron la publicación de Acción Proletaria y Rivoluzione Internazionale.. Así pues, en la conferencia de enero de 1975 estaban presentes Internacionalismo, Révolution internationale, Internationalism, World Revolution, Acción Proletaria y Rivoluzione Internazionale, quienes compartían las orientaciones políticas que había desarrollado Internacionalismo a partir de 1964»(1)
Desde ese momento y sin interrupción, Acción Proletaria ha visto la luz cada 2 meses. Primero con la forma de revista hasta su número 63, luego bajo la forma de periódico a partir de finales del año 85. Desde 2003 se añade la publicación en castellano en la web: https://es.internationalism.org/ [18]. En este artículo no podemos entrar a desmenuzar la multitud de temas que hemos abordado en Acción Proletaria, así como en el conjunto de la prensa de la CCI, durante todo este tiempo. Por eso pedimos a los lectores que estén interesados en conocerlos en detalle, que nos escriban a nuestro correo electrónico ([email protected] [19]) o a nuestra dirección postal (Apartado de Correos 258; 46080 Valencia -España - ), para solicitar la colección de nuestra publicación, o los números atrasados que deseen conocer y que aún no están disponibles en nuestra web(2).
De toda esa enorme actividad desarrollada en nuestra prensa, hay un eje sobre el que sí queremos extendernos en este articulo: la contribución de nuestra prensa al debate de las ideas proletarias, al desarrollo de la conciencia en la clase y especialmente en los elementos y grupos que durante estos años han ido surgiendo buscando clarificarse, buscando entender quién y cómo puede cambiar este mundo que conduce a la humanidad a la destrucción y a la barbarie. Las páginas de nuestra prensa siempre han estado abiertas al debate fraternal, a la confrontación de ideas y posiciones al servicio del desarrollo de la claridad y la conciencia en las filas obreras. Lo estuvieron en los años 70, en los 80, en los 90, en el nuevo milenio y, hoy mismo, lo siguen estando. Siguiendo esta tradición, en este número 200 publicamos, por ejemplo, la contribución de compañeros de Ecuador que defienden una postura internacionalista frente a los vientos nacionalistas y belicistas que sacuden actualmente esa región del mundo.
Y es precisamente esa tradición de debate por la clarificación política sin ostracismos lo que nuestra Corriente y nuestras publicaciones como AP reivindican (y tratan de llevar a la practica lo mejor posible), de las organizaciones del movimiento obrero que nos precedieron en el pasado: la Liga de los Comunistas, las Internacionales, las fracciones de izquierda que se desgajaron de ellas, Bilan, la Izquierda Comunista de Francia...
Para la especie humana, para el proletariado en cuyas manos está su supervivencia, para las organizaciones revolucionarias, para los elementos que buscan cómo cambiar este mundo, el debate, la discusión, la confrontación de ideas y argumentos es una necesidad vital. Nuestra prensa siempre lo ha puesto de manifiesto. Veamos, por ejemplo, lo que decíamos en 1977: «Solo una discusión abierta y lo más amplia posible podrá hacer avanzar la clarificación política. Ha de haber entre los grupos, núcleos, círculos e individuos que constituyen el conjunto de minorías revolucionarias de la clase, un debate al que no se deben poner límites y que debe ir en todo momento al fondo de los problemas... Queremos invitar a esa discusión a todos los revolucionarios... Las formas prácticas de discusión y de confrontación... las iremos encontrando. Es preciso que haya siempre una actitud abierta y, sobre todo, es muy importante que la discusión sea internacional» (AP nº 15: "Carta a los revolucionarios", Agosto de 1977).
A ese debate fraternal, internacional, sincero y abierto, como corresponde y es tradición en el proletariado, nuestra publicación ha dedicado muchas páginas en sus ya 200 números. Varios han sido los instrumentos concretos para este fin:
En esta rubrica hemos dado cabida a múltiples y muy interesantes contribuciones de lectores y compañeros que, de acuerdo o no con los análisis y posiciones defendidas en nuestra prensa, han alimentado una discusión internacional sobre cuestiones importantes para el proletariado.
Desgraciadamente no podemos reproducir, ni siquiera enumerar, todos los temas que en ella se han tratado. Nos conformaremos con dar unas breves pinceladas de las cuestiones planteadas, que van desde la defensa del internacionalismo proletario frente a la guerra imperialista (ver AP nº 35 "Carta de un lector sobre la guerra Iran-Irak", por ejemplo), pasando por un debate sobre la cuestión del aborto (ver AP nº 39 y 40) o sobre la comprensión de la crisis económica (ver en AP nº 48, el debate sobre la decadencia del capitalismo y los ciclos económicos, por ejemplo); o sobre cómo dispone la burguesía sus fuerzas políticas para organizar el mantenimiento de su dominio sobre la sociedad y el proletariado (ver en AP nº 48 "La Izquierda a la oposición") etc.
También en nuestra Tribuna del Lector han tenido cabida discusiones para sacar lecciones, tanto en caliente como con perspectiva, de luchas de mayor o menor alcance, que en estos años ha protagonizado nuestra clase, tanto en España como a escala internacional. Especialmente la publicación de panfletos editados por los propios trabajadores en lucha durante los años 70 y 80 en España (Ver AP nº 24, 25, 34, por ejemplo), así como frente a movimientos de lucha de clases a escala internacional de marcada importancia. Por ejemplo ante las luchas de Polonia en 1980 (Ver AP nº 83 "¿Qué lecciones nos enseña Polonia?").
También han tenido cabida debates más generales, por ejemplo, en defensa del marxismo, como puede verse en AP nº 61 con la contribución de un grupo de Trabajadores Comunistas Internacionalistas.
Valga esto como muestra, especialmente de los números publicados en los años 70, 80 y 90, que son menos conocidos o incluso desconocidos para muchos de nuestros lectores actuales. Esta tradición, como decíamos, la mantenemos viva como muy bien podrá comprobarse visitando nuestra "web". A fecha de hoy, en portada de la sección "CCI on line" de dicha página figura un texto de un compañero del Núcleo de Discusión Internacionalista de República Dominicana, referente a la situación en Cuba tras la abdicación de Fidel Castro: "Renuncia de Fidel: el problema no es el jinete, sino el caballo" (https://es.internationalism.org/node/2197 [20]).
Pero si hemos tenido especial interés en exponer públicamente los debates que manteníamos por correspondencia con compañeros que nos han escrito (y a los que lógicamente hemos solicitado su autorización para hacerlo así), también nos hemos preocupado por trasladar a nuestros lectores las discusiones que tenían lugar en nuestras Reuniones Públicas, y sobre todo de las contribuciones que en ellas hacían compañeros que no forman parte, ni están necesariamente de acuerdo con la CCI.
Otras rúbricas, especialmente HEMOS LEIDO y POLÉMICA, han ido dando cuenta de los debates con una multitud de grupos, que a lo largo de estos más de 30 años han ido apareciendo en el panorama político tanto español como de habla hispana, bien sean grupos que se reclaman (o reclamaban puesto que muchos ya han desaparecido) de la Izquierda Comunista, o agrupamientos en muchos casos efímeros nacidos al calor del desarrollo de unas condiciones favorables a la politización.
Esta rubrica, dentro de nuestra prensa, siempre ha tenido por vocación ser sensible y debatir con los elementos y publicaciones que han ido apareciendo en la escena política, independientemente del grado de convergencia con nuestras posiciones. Por ejemplo entre mediados los años 70 y principios de los 80, se produjo una efervescencia de publicaciones como "Sin tregua" de la Agrupación Mayo 37 (en España) de la que nos hicimos eco desde AP nº 33 y siguientes hasta AP nº 44. Otro tanto cabe decir de la revista "Revolución" sobre la que escribimos en AP nº 36; o el "Movimiento por el poder obrero" de Colombia en AP nº 35; la revista "Etcétera: Correspondencia de la guerra Social" (ver por ejemplo AP º 60); el "Colectivo Comunista Alptraum" de México (ver AP nº 63), la "Correspondencia Internacional" (AP nº 50). Durante este período nuestra prensa hizo frente a un problema de gran envergadura para los revolucionarios: ¿Cuál debía ser la relación entre las organizaciones del medio político existente y los nuevos grupos que surgían? ¿Cómo comprender y desarrollar el debate? ¿Cómo y sobre qué bases reagrupar las fuerzas revolucionarias? Sobre estas cuestiones, por ejemplo, debatimos en nuestra prensa con otros grupos del medio revolucionario, tanto de la corriente "bordiguista" (ver por ejemplo, entre otros, una polémica con "El Comunista" sobre "¿Cómo luchar por el partido?" en AP nº 65).
Como puede verse muchas han sido las experiencias en este terreno, tanto a escala internacional como en España. Sus lecciones en gran medida siguen siendo válidas en la actual situación en que hay una emergencia de grupos y elementos que buscan la clarificación política y formar parte del combate de nuestra clase por su emancipación.
Hoy asistimos de nuevo, al calor de un resurgir de la lucha de clases, a una eclosión de nuevas energías revolucionarias, procedentes de la nueva generación obrera que se incorporan al combate, y a un nuevo esfuerzo de ruptura con la cárcel que representan los partidos de la burguesía. Unos y otros necesitan, como el aire, un clima fraternal donde exponer con toda franqueza la claridad que van atisbando en su evolución como las dudas que aún conservan. Ese clima fraternal es el característico del debate proletario, de la toma de conciencia de una clase que rechaza, como criticaba el propio Marx, el "Aquí está la verdad ¡arrodillaos¡", y que ve la clarificación como un proceso colectivo que exige por tanto un debate (véase en nuestra Revista Internacional nº 131: "La cultura del debate: un arma de la lucha de clases"[3]).
Hoy, como hace 200 números, en papel o en edición digital, nuestras páginas y nuestras energías están al servicio del debate internacional e internacionalista, al servicio del desarrollo de la vanguardia proletaria, de su desarrollo, de su ampliación y de su reagrupamiento.
La prensa revolucionaria ha sido siempre, y sigue siendo el principal, útil de difusión de las ideas comunistas, su debate en el seno de la clase y un instrumento vital de combate por el comunismo.
Mar /24 de Marzo de 2008
(1) Ver en Revista Internacional: "Construcción de la organización revolucionaria - Los 20 años de la CCI [21]".
(2) La tarea de transcribir al formato digital los ríos de tinta que supone AP en forma papel es, como bien podrán comprender nuestros lectores, enorme. Animamos a todos nuestros lectores a que contribuyan, en la medida de sus posibilidades, a colaborar con nosotros en ese empeño. ¡Toda iniciativa, toda colaboración, es bienvenida!
[3] /revista-internacional/200711/2088/la-cultura-del-debate-un-arma-de-la-lucha-de-la-clase [22]
¿Qué balance podemos sacar los trabajadores del proceso electoral del 9 de Marzo?
Ante todo ser conscientes de la gigantesca manipulación que representa la supuesta ceremonia suprema de la "soberanía popular". Cada cuatro años los diferentes medios de propaganda y mistificación al servicio de la clase dominante y del capitalismo tratan de hacernos creer que podemos elegir y decidir "libremente" entre las "sinceras" propuestas de nuestros "representantes". Lo que se pone en evidencia, sin embargo, campaña electoral tras otra, es el trasunto falsario de todo ese circo. Se sabe, por ejemplo, que todo el "triunfalismo" económico del PSOE es mera propaganda con pies de barro, aguantada a duras penas hasta el día siguiente al desenlace electoral. Se sabe igualmente que todo el "programa social" de ZP ha consistido en un 90% en medidas descaradamente electoralistas adoptadas en los últimos meses de la legislatura. Se sabe, también, que todos los discursos del PP llamando a la "responsabilidad democrática" de los electorales mientras se muestra inusitadamente "centrista" en sus proclamas, esconde en realidad una estrategia de "marketing" político destinada a lograr que la abstención supere el 25%. Se sabe que el gabinete de expertos del PSOE tenía perfectamente estudiado como responder a un "hipotético" atentado de ETA, para que este sirviera de acicate de movilización de su propio electorado más crítico. Se sabe además que el propio PSOE había declarado públicamente que su estrategia era «tensionar y dramatizar» con la amenaza de la "Derechona" para movilizar hacia el "voto útil" a electores de otras formaciones, mientras le achacaba a ella la "crispación". Se sabe, en definitiva que la preocupación y la discusión de los problemas de la población y por el futuro de las siguientes generaciones, se prostituye en manos de estos políticos burgueses en un cínico ritual de maniobras y mentiras[1], lo que convierte, como decíamos antes, el supuesto acto supremo de la "voluntad popular" en una farsa manipulada.
En el caso de la burguesía española, ésta lleva en campaña electoral desde marzo de 2004, fecha que marca un antes y un después en la descomposición del aparato político de la burguesía española. Por un lado el atentado ponía brutalmente de manifiesto la vulnerabilidad de la burguesía española que veía como de la noche a la mañana un atentado, imputado a una banda de miserables, daba un vuelco a las expectativas electorales (ver nuestro análisis del 11-M en Revista Internacional nº 117: "Atentados de Madrid: el capitalismo siembra la muerte"[2]). Por otra parte la derecha y el Partido Popular no aceptaron la forma en que fueron desalojados del poder, y a su vez el PSOE se empeñaba, junto a nacionalistas e IU, en crear un "cordón sanitario" que aislara al PP como un apestado de la democracia, poniendo en cuestión uno de los principales "logros" de la propia transición democrática, conseguido muy a duras penas casi a principios de los años 90: la acreditación del PP como un partido de Derechas pero con marchamo "democrático" que hiciera posible la necesaria - para la propia mistificación democrática - alternancia gubernamental. Del marasmo del 11-M la burguesía española sacó un equipo de gobierno improvisado que pronto demostraría su incapacidad manifiesta e incluso su indolencia para acometer los problemas de la propia clase dominante (la pérdida de competitividad de la economía, el debilitamiento de la posición en el tablero imperialista internacional, la contención de las tendencias centrífugas de los nacionalismos periféricos). No sólo eso. Como analizamos en nuestra Resolución sobre la situación en España en AP nº 192[3], el gobierno ZP se ha empeñado en cambio en agravar aún más las contradicciones que sacuden al capital nacional. Si ha revalidado el triunfo electoral no es por que su gestión haya entusiasmado a los amos del país. Al contrario. Estos no han cesado de reprocharle su desinterés por el deterioro de la situación económica, su errática política internacional, etc.,... mientras ha dedicado lo sustancial de la acción de gobierno a iniciativas tan peregrinas como el Estatuto de Cataluña que acaba pactando con la oposición a su propio partido, o unas negociaciones de paz con ETA que ha tenido que destejer a toda prisa en el último año de la legislatura. El triunfalismo con el que el clan ZP y sus palmeros tratan de presentar los resultados del 9-M no consigue ocultar que en todo caso el éxito consiste en haber desactivado las bombas que el mismo había sembrado y cuyas espoletas retardadas le acabarán explotando, antes o después, en sus propias narices, pues sus maniobras y engaños, sus oscilaciones y sus veleidades megalomaníacas, podrán debilitar momentáneamente a sus rivales a cambio de aguijonear progresivamente en éstos la desconfianza, el animo de revancha, la defensa irresponsable de los intereses particulares de cada fracción, etc.
Como decíamos lo que ha llevado a ZP a revalidar el campeonato no ha sido tanto sus propios méritos sino esencialmente el demérito del PP, incapaz de liberarse a lo largo de los últimos cuatros años del peso de la fracción más ultramontana y revanchista (la encabezada por Esperanza Aguirre y sus secuaces "mediáticos"), que le ha llevado a la derrota, como ya sucediera en el año 2004; y que no contentos con eso bien poco han tardado -la propia noche de 9M - en propiciar una defenestración de "maricomplejines" Rajoy y una purga en el PP que le llevaría a una crisis de alcance impredecible, para la propia burguesía española.
Frente a la agravación cualitativa de la situación del capital nacional la burguesía se encuentra con un aparato político gravemente afectado por la descomposición y el "cada uno a la suya". Las voces y los discursos que reclaman el fin de la crispación y tender puentes, al menos entre las fracciones más representativas del capital español, tropiezan con la defensa de posiciones de poder particulares de cada formación. El fracaso del PP debilita aún más los lazos que les mantuvieron unidos en la esperanza de conquistar el poder (1993 -1996) o las prebendas de detentarlo (1996-2004). En cuanto al PSOE, su visión más global de los intereses de conjunto de la burguesía española - que en el pasado le llevó por ejemplo a facilitar el marchamo democrático al PP (recordemos la presencia de delegaciones del PSOE y de los sindicatos en el Congreso de refundación en Sevilla) -, no resiste ahora la tentación de perpetuarse en el poder explotando, en cambio, el temor "a la Derechona" justificado con el último exabrupto de Losantos o la enésima "conspiranoia" de Esperanza Aguirre. Puede verse que son los sectores más indisciplinados e irresponsables los que cobran más poder y protagonismo en la vida política de la burguesía española reforzándose además mutuamente. Por ello podemos decir que la «etapa de estabilidad política» que hoy nos anuncian como resultado de las elecciones del 9-M, puede responder, más a los deseos que a la realidad.
Los trabajadores no podemos ni debemos sucumbir ante este montón de mentiras ponzoñosas y pestilentes, pues TODOS los partidos son nuestros enemigos declarados, TODOS han demostrado cuando han llegado al poder su capacidad criminal para desarrollar los ataques más brutales contra el proletariado: congelaciones salariales, despidos y reconversiones industriales, represión policial y un largo etcétera.
Esas es la perspectiva que, antes o después, se nos va a echar encima con la agravación de la recesión mundial. Y será el gobierno "socialista" el encargado de ejecutar esa sentencia de miseria y sufrimiento contra los trabajadores. Frente a esa perspectiva sería criminal mantener la ilusión en que apoyando a tal o cual fracción de los explotadores nos irá mejor o "menos mal". Por el contrario. Debemos desarrollar y afianzar nuestra conciencia de clase contra todas las fracciones de la clase dominante. Conciencia de la necesidad de la solidaridad con todos los trabajadores igualmente atacados. Conciencia de la barrera de clase que separa nuestros intereses como explotados de las necesidades del capital nacional. Esa conciencia se ve despuntando en las luchas que han tenido y tienen lugar en España (ver artículo en este mismo número de AP) así como en los demás países (véase por ejemplo las luchas en Alemania también analizadas en esta misma publicación). Porque esa conciencia y esa lucha constituyen no sólo la única defensa contra la clase enemiga. Constituyen además la base sobre la que acabar desarrollando una alternativa verdaderamente revolucionaria al reino de la explotación, la miseria y la barbarie.
Pel/Et 24 de marzo de 2008
[1] (ver por ejemplo nuestra denuncia de los "debates electorales [24]" en CCI "on line".
[2] ver también: "Atentados de Madrid: el capitalismo siembra la muerte [25]".
[3] "En España como en todo el mundo… el futuro pertenece a la lucha de la clase obrera [26]".
Contando con el beneplácito y la protección imperialista de los EE.UU., una gran parte de Serbia del Sur, la llamada provincia de Kosovo en la antigua ex-Yugoslavia, se ha declarado recientemente "independiente" de la actual Serbia. Esta decisión vuelve a poner "sobre la mesa" la perspectiva de la posible creación de una "Gran Albania" que podría integrar, antes o después, a Macedonia por el Este, constriñendo aún más si cabe las fronteras reales de la "Gran Serbia".
No puede caber ninguna duda sobre las peligrosas repercusiones de esta decisión y, de la desestabilización que puede implicar en el escenario imperialista en la región. En Kosovo existe una mayoría albanesa que alcanza el 90% de la población, mayoría que coexiste con una importante minoría serbia situada en tres encalves estratégicos, que tiene como mayor expresión la realidad de una ciudad como Mitrovica, ciudad divida de hecho entre ambas comunidades. En realidad, más de 120.000 serbios viven en esta región que, además es considerada muy seriamente como el corazón histórico, espiritual y religioso de la "Gran Serbia".
Realmente es una muestra más de la descomposición en la que se hunde el sistema capitalista, el hecho de que Kosovo, cuya economía esta totalmente deprimida, con un desempleo masivo, una corrupción endémica y gangsterismo, se declare como "Estado-nación independiente". No obstante, este no es un hecho histórico nuevo. Es la realidad de todas las naciones y los nacionalismos surgidos tras la Primera Guerra Mundial hasta hoy en día. Como en tantos otros casos en Kosovo, por ejemplo, ha sido necesaria la presencia permanente de la OTAN con una fuerza militar de más de 17.000 efectivos presentados como "fuerzas de paz" y la suma de 2.000 militares más hace pocas fechas para, mantener una apariencia de "tranquilidad" y "prosperidad".
Una vez más, bajo la mentira mil veces repetida de los derechos de la "comunidad internacional", de la bandera de la ONU, diferentes países han tomado posición, según sus intereses imperialistas claro esta, ante la declaración unilateral de independencia de Kosovo. La tan cacareada y "buscada" unanimidad de la Unión Europea (UE) en materia de política exterior ha vuelto a "saltar en pedazos" siempre que se crea ingenuamente, claro esta, que tal "unanimidad" existe o puede existir. Hasta la fecha, Francia, Gran Bretaña, Italia, Alemania y los EE.UU. han apoyado sin reservas la independencia de Kosovo. Por otra parte, Rusia, Grecia, Eslovaquia, Bulgaria, Rumania, España y, curiosamente muchos de los llamados "movimientos separatistas" (Azerbaiyán y Sri Lanka entre otros) se han opuesto implacablemente.
La oposición a esta nueva posición imperialista kosovar esta capitaneada por el imperialismo ruso y sus siempre importantes pretensiones históricas en la zona en cuestión. No cabe la menor duda de que Rusia esta sufriendo una afrenta con esta nueva situación y que, como en otras ocasiones, esta dispuesta a abrir una dinámica de represalias de consecuencias considerables. El imperialismo ruso considera estos nuevos acontecimientos como una injerencia más de las que ha sufrido en Georgia o Moldavia. «...Por encima de todo no debemos olvidar una cosa: tras el nacionalismo serbio está siempre el imperialismo ruso...» ( El folleto de Junius, Rosa Luxemburgo).
Aunque hay muy pocas posibilidades de una intervención de Rusia en el momento actual, no se debe olvidar que durante la guerra en Yugoslavia en 1999, ocurrió un grave incidente en el aeropuerto Kosovar de Pristina entre las tropas de la OTAN y Rusia, muy próximo a un enfrentamiento militar abierto. Aparte de esto, el comandante en jefe de las fuerza militares de la UE en Bosnia, en Noviembre de 2007, exhortaba a la necesidad de una intervención militar en caso de «...un nuevo estallido de la guerra en la región...» (El Observador, 18/11/0/7).
Quizás en estos momentos esa posibilidad aparezca para muchos fuera de lugar, puede sonar a exageración. Pero toda la historia de los siglos XIX y XX, indica que la complejidad geográfica, política, estratégica e imperialista en esta zona del mundo nos muestran que esta región ha sido un punto neurálgico en el desarrollo de los conflictos imperialista que azotan desde hace décadas a la humanidad.. Los Balcanes, desde principios del siglo XIX, han sido una expresión genuina de lo que representa el desarrollo del imperialismo y, solo en ese contexto puede entenderse profundamente la evolución de esta situación en el marco de la decadencia del capitalismo. Esta región es donde el nuevo período histórico se manifestó más claramente en 1914, cuando el asesinato del Archiduque de Austria fue la chispa que encendió la llama de la Primera Guerra Mundial. Fue un campo de batalla clave en la profundización de la barbarie en la IIª guerra mundial, un foco de las rivalidades imperialistas entre los bloques del Este y del Oeste entre 1945 y 1989 y, además cabe recordar que desempeño un papel fundamental en el caos guerrero que siguió al derrumbe de los viejos regímenes del Bloque del Este, como así lo evidencian las horrendas guerras que se desarrollaron a lo largo de los años 1990.
Esta realidad jamás ha sido ajena a la denuncia que históricamente han realizado los revolucionarios. Escrito en el primer año de la Primera Guerra Mundial, el anteriormente citado "Folleto de Junius" de Rosa Luxemburgo es meridianamente claro sobre la situación histórica de la región y su dinámica de evolución: «.... En un sentido histórico, lo que hace de la quema de los Balcanes el centro de la política y la situación mundial en la época actual es que es la expresión más elevada de los conflictos que desgarran al actual mundo imperialista, es un eslabón fundamental en la cadena de acontecimientos que han conducido al mundo a la fatal necesidad de una guerra mundial...», «...El gran juego de la política mundial se ha jugado en esta región de forma verdaderamente brutal..». Para los revolucionarios siempre ha sido esencial hacer un buen análisis de los elementos centrales de la evolución de la vida del capitalismo. El disparo que acabo con la vida del archiduque en Sarajevo en 1914, ponía en tela de juicio todas las alianzas imperialistas de la época. Las espadas se afilaron, en ese preciso momento, para conseguir un control de la región: Serbia, Rusia, Gran Bretaña y Francia de un lado y, en el otro, Alemania, Austro-Hungría y la Turquía Otomana de la época.
En esencia el panorama imperialista en la zona no ha cambiado nada en la época actual. Pueden cambiar los protagonistas pero el fondo del problema sigue siendo el mismo. En 1991 tras la desintegración de la antigua Yugoslavia el fulgurante desarrollo de un nacionalismo rabioso, alentado por las grandes potencias, abrió el camino al desarrollo de Eslovenia y Croacia, apadrinadas esencialmente por Alemania. En el campo "rival" Gran Bretaña, Rusia y Francia, miraban hacia otro lado mientras Milosevic y los suyos emprendían una limpieza étnica de terribles consecuencias, en tanto en cuanto estas atroces acciones ayudaban a consolidar sus intereses en la región. En el mismo sentido y con iguales intenciones, obraron los Estados Unidos de América al armar hasta los dientes a las bandas bosnias y al ayudarlas con sus "bombardeos humanitarios" en toda la región hasta conseguir una relación de fuerzas que pusiera las bases para defender a medio y largo plazo sus intereses imperialistas en esta parte de Europa. Al menos 100.000 albaneses fueron asesinados y más de 800.000 hubieron de desplazarse ante la brutal represión que llevó a cabo el presidente serbio Milosevic entre 1998 y 1999. En respuesta a esas acciones, la OTAN (expresando los intereses de EE.UU.) bombardeó hasta expulsar el ejército serbio fuera de Kosovo en 1999, y la burguesía albanesa, mediante el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) tomó su revancha, pavimentando el camino a la actual "declaración de independencia de Kosovo".
La formación del nuevo "Estado" de Kosovo no va a resolver, en modo alguno, las tensiones nacionalistas en los Balcanes. Muy al contrario: el proceso de desagregación, caos y barbarie es más que seguro. El proceso de "Balcanización", con la formación de Estados inviables fue parte inseparable de la pendiente hacia la guerra en el siglo XX y ha seguido siendo parte de esta dinámica al comienzo del siglo XXI. De hecho, una vez más, a los pocos días de la declaración de la independencia ya se han producido los primeros enfrentamientos de cierta entidad entre las minorías serbias, las tropas de la OTAN y los radicales kosovares. Una vez más se demuestra la inviabilidad de todas las supuestas "liberaciones nacionales" y las creaciones de "nuevos Estados".
Para la clase obrera en esta región, como en cualquier otra parte, las celebraciones de los nacionalistas albaneses o la reacción de las fuerzas pro-serbias son igualmente peligrosas y reaccionarias. Deben luchar por intentar no dejar arrastrar al terreno del nacionalismo, el chovinismo y en suma a la nefasta defensa de la "patria" se presente este como sea. Solo la lucha por defender sus intereses de clase y el desarrollo del internacionalismo podrán asegurar un futuro y una perspectiva a los obreros de Kosovo, Serbia y del cualquier otra parte del mundo.
Artículo adaptado de World Revolution (Marzo 2.008), publicación en Gran Bretaña de la Corriente Comunista Internacional (CCI).
Durante semanas y meses los trabajadores españoles hemos soportado la matraca electoral que por una u otra vía venía a decirnos que nuestro futuro se jugaba en que saliera elegido mengano o zutano. La verdad es que, como denunciamos más explícitamente en otro artículo de este mismo número de AP, las elecciones han resultado la enésima demostración de la farsa democrática y que gobierne quien gobierne el Estado, su principal misión es la salvaguarda de los intereses de la clase explotadora y, por consiguiente, el creciente sacrificio de las condiciones de vida y trabajo de los explotados.
Por eso tiene muchísimo significado que la apabullante "campaña electoral" no haya supuesto un momento de "paz social. Todo lo contrario. A lo largo de los últimos meses se han desarrollado en España luchas tales como la lucha que se arrastra desde principios de Febrero de los trabajadores de la Administración de Justicia, las movilizaciones muy ampliamente secundadas por los maestros en Cataluña - ver en "CCI on line": "Huelga y manifestación en la enseñanza en Cataluña: una expresión de la maduración de la lucha obrera [28]" - las luchas en el sector de la limpieza en Madrid, y también las movilizaciones muy radicales de los trabajadores de los transportes urbanos en Barcelona, Madrid y Valencia, que sobre todo en el caso de la primera han contado con la SOLIDARIDAD ACTIVA de usuarios y trabajadores de otros sectores, y especialmente de los estudiantes universitarios que también a lo largo de estos meses han protagonizado asambleas y manifestaciones contra la degradación de la educación mediante el llamado "proceso de Bolonia". Como vimos por ejemplo en las movilizaciones que tuvieron lugar en Francia el pasado mes de Noviembre - véase AP nº 198 ó "Luchas en Francia: ¡Hay que luchar unidos! [29]" - esta confluencia pone de manifiesto un hecho trascendental para la perspectiva de la lucha de clases: LA INCORPORACION A LA LUCHA DE LA NUEVA GENERACION DE TRABAJADORES. Que este "bautismo de fuego" de la nueva generación obrera tenga lugar precisamente en un terreno de movilizaciones por solidaridad, superando el peso del "cada uno a la suya", del corporativismo, o la división que la clase enemiga trata de sembrar en nuestras filas tiene además un importante valor añadido, ya que la solidaridad es un aspecto vital de la toma de conciencia de la pertenencia a una misma clase con unos mismos intereses comunes de lucha contra los explotadores, y con una misma perspectiva unitaria - la construcción de la comunidad humana mundial - opuesta a la destrucción engendrada por la sociedad basada en la explotación, en la defensa de los intereses de una minoría.
Allí donde acudía a dar un mitin el Ministro de Justicia, el Sr. Bermejo, muy aficionado a presumir de "rojerío" y a anunciar «un futuro en colores» (¡sic!), allá que acudían los trabajadores de los juzgados a reclamar una subida salarial que les permitiría superar los "grises" mil euros que tienen, como media, en nómina. Mientras la cabeza de lista de los "socialistas" catalanes, la ministra Chacón, se aparecía cual hada madrina que vela por «los sueños de los jóvenes y los desfavorecidos» (¡sic!), los conductores de autobuses de Barcelona han recordado una y otra vez como el alcalde "socialista" de Barcelona les somete a la pesadilla de una infernal jornada laboral que les impide descansar dos días seguidos a la semana.
Hacía mucho tiempo que una campaña electoral no se veía salpicada de un desarrollo tal de la conflictividad social. Con ello no pretendemos negar el impacto que tiene aún entre los trabajadores la mistificación democrática que se ha puesto en evidencia con la tasa de participación del 9-M. Pero resulta igualmente incuestionable que hacía mucho tiempo, prácticamente 20 años, que una campaña electoral no "coincidía" con tal número de huelgas y movilizaciones es decir que el "circo" electoral no ha conseguido acallar las luchas de los trabajadores o silenciar sus reivindicaciones. Puede parecer un dato circunstancial, pero no lo es. Sumado a las noticias de las luchas que se suceden en multitud de países - desde Egipto como analizamos en el anterior número de AP hasta el corazón del capitalismo en Alemania como vemos en éste - es un dato más que confirma el cambio de "clima" que se respira en las filas de los trabajadores de todo el mundo en el último lustro - ver nuestro análisis en "Por el mundo entero, ante los ataques del capitalismo en crisis - ¡Una misma clase obrera, la misma lucha de clases! [30]" - . Detrás de ese avance de la combatividad, y en cierto modo también de la toma de conciencia del proletariado - se haya, como decimos en el artículo referido una creciente inquietud por el futuro en el que se anuncia nítidamente un brutal empeoramiento de las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera.
Así por ejemplo la rabia que late detrás de las movilizaciones de los estudiantes universitarios es el porvenir que se barruntan muchos de ellos de verse atrapados en unos "estudios basura" en unas Facultades abandonadas a su suerte en los presupuestos públicos. Eso explica igualmente que, como también ha sucedido en Francia, profesores y otros trabajadores de las universidades se hayan manifestado en solidaridad con los estudiantes. Otro tanto cabe decir de los trabajadores de los servicios de limpieza de Madrid que alentados por el ejemplo que les dio la lucha del personal de limpieza del Metro de Madrid en Diciembre-Enero pasado se han lanzado ahora a la huelga, conscientes de que poco se puede confiar en las interminables "negociaciones" sindicales. Otro tanto han debido pensar, como veíamos, los conductores de autobuses de Barcelona que han decidido movilizarse inmediatamente por los dos días de descanso semanales sin obedecer las instrucciones de UGT y CCOO que les llamaban a "integrar" esta reivindicación en las interminables negociaciones del convenio colectivo. Una vez más, el detonante de esta explosión de combatividad ha sido la comprobación de que las condiciones laborales empeoraban cada día más - por ejemplo con traslados de un día para otro de la ruta de trabajo - y esa ha sido también la base que ha servido para la solidaridad de los propios usuarios que son, en su inmensa mayoría, trabajadores sometidos a ataques y amenazas similares.
Con este desarrollo de las luchas reivindicativas se pone de manifiesto sin duda la creciente desconfianza de los trabajadores en las instituciones del Estado "democrático". Así por ejemplo los periodistas que seguían las movilizaciones de los conductores de autobús en Barcelona, se extrañaban de que a diferencia de otras manifestaciones en esta ocasión los trabajadores no desfilaran tras la clásica "sopa de letras" de los sindicatos. No deberían extrañarse puesto que UGT y CCOO son los baluartes sindicales de los partidos del gobierno municipal de Barcelona, que es la propia patronal de la empresa de transporte urbano. Pero ese distanciamiento no puede explicarse únicamente por estas particularidades, pues es algo que vemos desarrollarse también entre otros trabajadores como los ferroviarios franceses - véase "Francia: gobierno y sindicatos unidos contra la clase obrera [31]" - o los empleados públicos en Alemania - ver artículo en este mismo número de AP -.
Y es que por mucho que esas instituciones "democráticas" se llenen la boca de promesas de atender nuestros intereses, lo único que de verdad "ofrecen" ante nuestras reivindicaciones son LA CALUMNIA Y LA REPRESION.
La calumnia ha ido en esta ocasión más allá de la acusación a los huelguistas de "egoístas" e "insolidarios" que con sus desmedidas reclamaciones amenazarían los presupuestos públicos (cuando por ejemplo el ministro de Justicia ha gastado 250 mil euros de las arcas públicas en reformarse un apartamento en Madrid), u ocasionarían un grave daño a los ciudadanos usuarios. En su afán de crear un verdadero "cordón sanitario" para aislar las luchas, los medios de comunicación han insinuado que estas estarían siendo instrumentalizadas como "arma electoral". Y del mismo modo que la prensa afín a Esperanza Aguirre y el PP veía la larga mano del PSOE tras las movilizaciones de los empleados de limpieza en Madrid; la prensa que suspira por ZP catalogaba a los trabajadores de la Justicia que se concentraban ante los mítines del PSOE como "tontos útiles" pero "servidores objetivos" de los intereses de la Derecha.
Y cuando el linchamiento "moral" de los huelguistas no ha sido bastante, los defensores del orden han recurrido al apaleamiento físico y a otros instrumentos de represión como las sanciones y las multas. Así, por ejemplo, los "mossos d'esquadra" (la policía autónoma catalana) entraron brutalmente a desalojar a los estudiantes concentrados en la Universidad Autónoma de Barcelona el pasado 4 de Marzo ocasionando cerca de una decena de heridos. Por ejemplo también esa misma policía la emprendió a palos contra un miembro de un piquete informativo de la huelga de autobuses de Barcelona. A los trabajadores de la Administración de Justicia les llueven estos días sanciones de hasta un 50% del salario por haber hecho huelga cuatro o cinco días laborables. Los conductores de autobuses de Barcelona deben hacer frente a multas por incumplir unos "servicios mínimos" que alcanzan a menudo hasta el 80% de los trabajadores y que son fijados por las mismas autoridades que se niegan a satisfacer las reivindicaciones obreras.
Que la burguesía recurra cada vez más a la represión - como, por otra parte, también hemos denunciado en las luchas que han tenido lugar en Francia el pasado mes de Noviembre - es un síntoma evidente del recorte de su margen de maniobra que le viene impuesto por la agravación de la crisis mundial y que le empuja inexorablemente a atacar a muerte las condiciones de vida de los trabajadores en todo el planeta y a enfrentarse sin contemplaciones a la lucha de estos contra esos hachazos. Lo que ponen una vez más de manifiesto las luchas que se han vivido recientemente en España es que esa brutalidad represora no es patrimonio exclusivo del "Sarkozy" de turno o de los gobiernos de la Derechona. Precisamente el clima de persecución que viven las huelgas en Barcelona - donde la policía obedece las órdenes de Saura, máximo dirigente de los ¿ex?-estalinistas, viene a confirmar por enésima vez que en lo tocante a la represión de las luchas obreras, la Izquierda nada tiene que envidiar a la Derecha.
El empeño precisamente de esos mismos partidos de Izquierdas ha sido el de convencernos que, con sus "fallos", constituían sin embargo un "mal menor" respecto a la Derecha. Sabemos, sin embargo, que LOS DOS SON PEOR. Que ninguna fracción de la clase explotadora va a dejar de sacrificar las condiciones de vida obreras en el altar de los intereses del capital nacional. Que la única fuerza de los trabajadores es que nosotros nos unamos y tomemos conciencia del abismo de clase que nos separa de nuestros explotadores. Por ello decimos que lo único que defiende al obrero es el desarrollo de la solidaridad de clase.
Y eso es algo que poco a poco va ganando peso en las luchas obreras. Precisamente para hacer frente a la campaña de acoso mediático y difamación, los trabajadores se van habituando a explicar a través de hojas y manifestaciones abiertas a otros sectores, cual es el verdadero significado de su lucha, y por qué sus reivindicaciones pueden sentirse como propias o cercanas por cualquier otro proletario. Así hemos visto como los conductores de autobuses de Barcelona han logrado no sólo parar la campaña de auténtico linchamiento moral que les acusaba de los sufrimientos de los usuarios, sino ganarse la simpatía de éstos mostrando que es la propia patronal quien pone en peligro su seguridad acentuando la precariedad de las condiciones de trabajo de los autobuseros. Eso explica que en manifestaciones convocadas por estos hayan participado vecinos de barrios obreros ("Nou Barris") y trabajadores de otros sectores, especialmente aquellos que, como los universitarios, se encontraban también en lucha. En una de estas manifestaciones, la del 9 de Febrero, se difundió una octavilla en las que usuarios de TMB (Transportes Metropolitanos de Barcelona, adaptado para la ocasión como Transportes "de mierda" de Barcelona) señalaban - traducimos del catalán- : «Como usuarios de TMB, como trabajadores rebeldes y como cómplices de las movilizaciones de los conductores de autobuses de la ciudad de Barcelona queremos expresar toda nuestra solidaridad con los conductores en luchas, con los expedientados por la empresa, con el agredido y el denunciado por los mossos d'esquadra" (...) ¿Quién es el responsable de esta situación?: el impotente alcalde de Barcelona Jordi Hereu y su panda de amiguetes de la administración de TMB, el sindicalismo colaboracionista y de despachos, los buenos demócratas que protestan como esquiroles creyéndose las mentiras de la prensa,..».
La burguesía va a tratar de desacreditar estas movilizaciones diciéndonos calificándolas de hechos insignificantes cuando lo relevante sería que los trabajadores han acudido masivamente a votar, y que lo han hecho refrendando, por ejemplo en Cataluña, a ese mismo Partido "socialista" al que denuncian en sus luchas. Ese discurso que pulula en todas las tertulias radiofónicas y análisis de sesudos comentaristas políticos tiene una "pizca" de verdad. Y es que la burguesía sabe, y así lo explota con todas sus fuerzas,
que en el terreno electoral, es decir con los trabajadores atomizados como individuos , el peso de la influencia de la ideología de la burguesa es mucho mayor que el que ejerce cuando los trabajadores viven su propia fuerza colectiva a través de la lucha y la solidaridad de clase. Por ello, ante la avalancha de ataques antiobreros que se avecinan contra los trabajadores de todos los sectores podemos afirmar que el podrido mundo de las mentirosas promesas electorales quedará atrás y que el futuro está preñado de combatividad, solidaridad y desarrollo de la conciencia de la clase revolucionaria.
Etsoem (20/3/2008).
Estamos asistiendo a una aceleración impresionante de la crisis del capitalismo. Esta aceleración tiene repercusiones muy duras sobre la clase trabajadora y sobre la gran mayoría de la población mundial.
Por una parte, los despidos continúan a ritmo creciente. Podemos citar 74000 en General Motors, los despidos masivos en bancos e instituciones financieras, los despidos igualmente masivos en la construcción y en las oficinas inmobiliarias.
La precariedad se acentúa. Un informe aparecido esta semana revelaba que las contrataciones indefinidas (que en los momentos más "prósperos" tan solo alcanzaban el 11%) han caído prácticamente a cero[1].
Una de las consecuencias de la crisis es el endurecimiento brutal de las medidas contra los trabajadores emigrantes. En Italia el nuevo gobierno de Berlusconi se conduce de forma descaradamente xenófoba y arrogante, azuzando actos progromistas como el asalto a un campamento de gitanos rumanos. Sin embargo, los gobiernos de "izquierda" como el de ZP, que por boca de la vicepresidenta se desmarca de Berlusconi, hacen exactamente lo mismo pero envuelto en una retórica de "democracia" y "derechos humanos".
Un informe reciente encargado por la UE revelaba que en España los emigrantes sin papeles son tratados como delincuentes, retenidos por periodos no inferiores a 18 meses. Los centros de retención se han convertido en cárceles donde los emigrantes son encerrados en celdas inmundas que carecen de condiciones mínimas de salubridad e higiene y no tienen derecho -como revelaba el informe- siquiera a paseos por el patio. Como el periodo legal es de 40 días, los emigrantes son soltados y vueltos a detener a continuación.
Como respuesta a la crisis y la escalada del desempleo, la UE ha decidido endurecer las medidas represivas contra la emigración y puesto nuevas trabas contra el acceso de personas de países "sensibles", todo ello con el aval del nuevo gobierno del "diálogo" y la "tolerancia" que encabeza Zapatero. Un artículo en El País denunciaba, por ejemplo, que personas procedentes de México que iban de turismo o de visita a familiares sufrían trabas prácticamente infranqueables para venir aquí y si a pesar de todo lo lograban eran tratadas como sospechosas sometidas a todo tipo de controles y verificaciones.
Sin embargo, en la crisis actual, el efecto más duro contra los trabajadores y la gran mayoría de la población está siendo la inflación. Los precios de los alimentos básicos, del gas para cocinar, del transporte etc., se disparan de forma meteórica. Los salarios -congelados o casi congelados- no pueden resistir esa carrera.
Esta explosión inflacionaria tiene una consecuencia dramática para las poblaciones de los países de África, Asia, América Central y del Sur, ya de por si muy empobrecidas. Estamos asistiendo a los primeros pasos de una hambruna que puede convertirse en generalizada. La FAO calcula que cada día 100.000 personas mueren de hambre. En los 3 últimos años los precios de los productos alimenticios han subido un 83%. En el caso del trigo el alza ha sido del 181%. En Estados Unidos el arroz ha tenido que ser racionado. Jean Zeagler, encargado especial de la ONU para el "derecho a la alimentación" declara que «vamos hacia un largo periodo de revueltas, de conflictos, de oleadas de desestabilización regional potencialmente incontrolables», añadiendo que «antes de la actual subida de los precios habían 854 millones de personas sub-alimentadas. Ahora, la hecatombe está anunciada». El Banco Mundial pronostica que «la inflación alimenticia no es un fenómeno temporal, el curso de los precios van a ser superior al de 2004 por lo menos hasta 2015»[2].
La inflación en los alimentos básicos se ve agravada por fenómenos de especulación y acaparamiento de alimentos que recuerdan a lo que comerciantes y gobernantes realizaban cada vez que había malas cosechas en tiempos feudales. Los capitalistas, ávidos de ganancias rápidas, ven como la especulación inmobiliaria o bursátil ya no ofrece ninguna salida y se dedican a especular con los alimentos agudizando todavía más la llamarada inflacionaria. Se está empezando a poner de manifiesto una verdad largo tiempo anunciada por los revolucionarios: EL CAPITALISMO ES INCAPAZ DE ALIMENTAR A LA HUMANIDAD. Una realidad que los prodigios tecnológicos, los rascacielos, el glamour, y otros oropeles, tienen cada vez más dificultades para ocultar.
En los primeros meses de 2008 se han multiplicado las revueltas del hambre en un buen número de países. En un artículo de CCI ON LINE que publicábamos sobre Haití[3], decíamos «En una Web de nombre semana.com, aparece un artículo titulado Planeta con hambre donde se lee: «El hambre ataca, y la gente se levanta. Hay protestas en Guinea, Marruecos, Mauritania, Mozambique, Níger y Senegal. En Camerún causan 40 muertos. En Haití, cuatro. En Costa de Marfil y Burkina Faso las manifestaciones se convierten en saqueos y violencia, mientras en Egipto siete personas mueren en peleas por recibir pan subsidiado. Uzbekistán, Yemen, Bolivia e Indonesia viven algo parecido. Los altos precios de la comida la han puesto fuera del alcance de millones, y la situación no hace más que agravarse».
Cabe destacar la situación social en Egipto donde «al triplicarse los precios del trigo, los servicios de pan subsidiado del gobierno se vieron totalmente desabastecidos lo que provocó protestas e incidentes en las colas del pan durante marzo de 2008, en abril los obreros de la empresa textil de Malhalla al Kubra -vanguardia de los movimientos obreros de 2006 y 2007- lanzaron el 7 de abril un llamamiento a la huelga en todo el país y se manifestaron el 7 y el 8 siendo duramente reprimidos por la policía. En el norte de Egipto murieron dos personas, una de ellas un niño»[4]
La respuesta de la burguesía ha sido la represión. El único "alimento" del que poseen grandes reservas los estados burgueses son las balas: «200 muertos en la represión de los motines en Burkina Fasso en febrero 2008, 100 muertos en Camerún, 5 muertos en Egipto en abril y otras tantos en Haití el mismo mes»[5]
Estas masas desheredadas no están solas en sus protestas, se ven acompañadas por un progresivo incremento de las luchas obreras en numerosos países tanto en aquellos considerados "opulentos" como en los catalogados como "pobres". Vamos a exponer las luchas más significativas durante los primeros meses de 2008[6]:
Irán: los conductores de autobuses de Teherán fueron a la huelga en enero. 100 obreros fueron detenidos y 2 considerados líderes están todavía en prisión. El 18 de febrero, en Chouch, sur del país, los obreros de una azucarera se manifestaron contra el impago de sus salarios. Este mismo motivo ha estado en la raíz de numerosos paros en empresas de Ghazvine, de Elam y de Karadj (oeste), los empleados de una empresa de telecomunicaciones y de una farmacéutica en Teherán, de una industria textil en Ispashan (segunda ciudad del país). En el norte, en Rasht, los obreros del textil se han manifestado delante de los edificios oficiales portando pancartas que decían "Tenemos hambre". El 21 de febrero los obreros empleados en la construcción de una presa en Abbaspur (sur) se declaraban en huelga siendo violentamente atacados por fuerzas de la policía secreta. El 14 de abril, la policía ha atacado con bulldozers los trabajadores de una fábrica de neumáticos ocupada por el impago de salarios.
Vietnam: desde principios de año se han contabilizado 150 huelgas. Los 17000 trabajadores de la multinacional de calzado Nike se pusieron en huelga reclamando un alza de 200000 dongs (unos 8 euros). Obtuvieron la mitad de lo reivindicado por lo que las protestas continuaron y la factoría fue cerrada durante 3 días. 10000 obreros de una fábrica de juguetes en Danang se pusieron en huelga reclamando vacaciones pagadas y un aumento de las primas.
Rumania: tras varias semanas de huelga los obreros de la fábrica Dacia - Renault han obtenido un aumento de 100 euros mensuales, casi el 40%. En la siderurgia de Arcelor - Mittal en Galati, 4000 obreros se declararon en huelga por aumento de salario, primas por trabajar en fin de semana y ayudas a las familias de trabajadores accidentados. La dirección otorgó inmediatamente una subida del 12% pero un tribunal laboral decidió prohibir la huelga logrando la vuelta al trabajo.
Polonia: los obreros de la mina carbonífera de Budryk en Ornontowice (Silesia) protagonizaron una huelga de 46 días para reclamar la igualación de sus salarios con las otras minas del país. Obreros de otras empresas de la zona se han solidarizado con la lucha y las mujeres de los mineros se han manifestado en Varsovia. El sindicato Solidarnosc (quien saboteó la gran huelga de 1980) ha calificado a los mineros de "canallas".
Rusia: 3000 obreros han ocupado las minas de bauxita durante una semana. Reivindicaban un aumento del 50% del salario y el restablecimiento de una serie de derechos sociales previamente anulados. Actos de simpatía con los huelguistas se han dado en todo el país y la gran mayoría de la población local se ha manifestado junto con los huelguistas. La dirección ha cedido parcialmente.
Turquía: la guerra del Kurdistán no ha podido impedir una huelga masiva de 43000 obreros en los astilleros e industrias auxiliares de Tuzla en el mar del Mármara. El 28 de febrero una manifestación masiva era reprimida violentamente por la policía. En respuesta, los obreros hicieron una sentada alrededor de la fábrica. Ante nuevas medidas represivas (75 obreros fueron detenidos y sometidos a brutales palizas), los obreros protagonizaron nuevas manifestaciones. "Nuestra vidas tienen menos valor que la de sus perros", gritaban los obreros, la huelga se extendió y las autoridades liberaron a todos los detenidos mientras que la dirección concedía algunas reivindicaciones: mejora de las condiciones de seguridad e higiene y limitación del trabajo diario a 7 horas y media.
Argelia: a partir del 13 de abril estalló una huelga "ilegal" (no convocada por los sindicatos) por un aumento del salario base entre los funcionarios públicos. Las autoridades abrieron inmediatamente negociaciones para revisar las escalas salariales. En la región de M'sila el 10 de abril estalló una huelga en una cementera motivada por las deplorables condiciones de trabajo.
Camerún: los obreros de las plantaciones de palma -donde las condiciones de trabajo son inhumanas- se declararon en huelga en marzo, retomando una lucha duramente reprimida en noviembre de 2007.
Swazilandia: a finales de marzo 16000 obreros de la industria textil se pusieron en huelga para obtener mejoras salariales y de condiciones laborales.
Túnez: el 6 y el 7 de abril, los obreros de la zona minera de Gafsa (que en 1978 protagonizaron una gran huelga duramente reprimida con 300 muertos) se declararon de nuevo en huelga contra el despido de varios compañeros. Una nueva oleada de arrestos ha sido la respuesta del gobierno logrando por el momento acallar la protesta. También, el 10 de marzo hubo una huelga en la capital de los 4000 trabajadores de la empresa de telemarketing, Teleperfomance, que trabaja por el mercado francés y belga.
México: una huelga el 11 de enero en la mayor mina de cobre del país -Cananea, provincia de Sonora, al norte- un tribunal la declara ilegal y sufre una violenta represión por parte de la policía y las fuerzas especiales[7].
Venezuela: huelga masiva de los trabajadores de la siderurgia[8]
China: el 17 de enero los trabajadores portuarios de la multinacionales Maersk en el puerto de Machong se declaran en huelga. No hay noticias del resultado de la lucha[9].
Emiratos Árabes: conocemos la huelga que hubo en Dubai en noviembre de 2007[10], su ejemplo parece extenderse puesto que 1300 obreros de la construcción en un emirato vecino, Bahrein, también se han declarado en huelga en abril 2008. Las autoridades han preferido ceder inmediatamente y han concedido un fuerte aumento salarial.
Israel: en este Estado que celebra su 60 aniversario, lleno de guerras y brutalidad represiva, los obreros de la recogida de maletas de la compañía aérea de bandera, El Al, se declararon en huelga al margen de los sindicatos durante el mes de marzo. Poco antes otra huelga estallaba entre los empleados de la Bolsa de Tel Aviv, hartos de la cantidad de horas extras obligados a realizar lo que les impedía -según declaración de un trabajador- "estar con nuestras familias".
Veamos a continuación las principales luchas producidas en los países industrializados donde existe un proletariado muy concentrado y con una larga experiencia tanto de luchas como de las maniobras ideológicas y sindicales de la burguesía. Para no hacer muy largo este artículo resumimos los acontecimientos
Gran Bretaña: la jornada del 24 de abril ha visto la movilización de más de 400000 trabajadores del sector público[11]. Por primera vez en 21 años, 200000 trabajadores de la enseñanza han entrado en huelga contra la carestía de la vida. Por primera vez en la historia de Inglaterra, los trabajadores de los guarda costas marítimos se han declarado el huelga desde el 7 de marzo. Destacar igualmente la huelga de los empleados municipales de Birmingham, la segunda ciudad del país, y de los trabajadores de la refinería de Grangemouth en Escocia. En el metro londinense, la amenaza de 3 días de huelga por parte de 7000 conductores ha hecho retroceder a la dirección que ha retirado un plan que reducía la seguridad de los convoyes con objeto de ahorrar costes.
Alemania: una experiencia importante de solidaridad fue la movilización de los obreros de Bochum -y principalmente de la factoría Opel- en apoyo de sus compañeros de Nokia amenazados de perder su empleo. Después ha habido numerosas huelgas: en la siderurgia 93000 trabajadores; en los funcionarios durante la semana del 3 al 7 de marzo; en hospitales, en cajas de ahorro, en los aeropuertos de Frankfurt, Munich, Dusseldorf, Hamburgo, Stuttgart y Hannover; en el sector público, el sindicato del ramo -Verdi- ha convocado una huelga para el 2 de mayo dada la fuerte presión de los obreros que rechazaron sus propuestas de negociación a la patronal. También ha habido luchas en los transportes públicos, principalmente en Berlín y el descontento es muy fuerte en los correos donde las reuniones de trabajadores reclaman la convocatoria de una huelga a nivel nacional[12].
Bélgica: durante el mes de marzo se han producido huelgas en la factoría Ford de Gante, en los correos de Mortsel -cerca de Bruselas- en protesta contra la proliferación de contratos precarios; en los transportes públicos de Bruselas y 2 huelgas "salvajes" (es decir, realizadas por iniciativa espontánea de los trabajadores fuera de los sindicatos) en el grupo petroquímico BP y en la empresa de logística Ceva, en este último caso contra los despidos.
Grecia: el gobierno pretende implantar una reforma del sistema de pensiones que supone la reducción entre el 30 y el 40% de las mismas y la supresión de toda jubilación anticipada. Esto ha provocado un enorme descontento que ha cristalizado en 3 huelgas generales. La última -el 19 de marzo- convergió en manifestaciones gigantescas, en Atenas se reunieron más de un millón de personas.
Irlanda: huelga de 40000 enfermeras durante 15 días desde principios de abril reivindicando 10% de aumento salarial y reducción del tiempo de trabajo a 35 horas semanales. Los pilotos de Air Lingus se movilizan contra el empeoramiento de sus condiciones de trabajo que se ven previsibles con la apertura de una nueva terminal en Belfast. El 4 de abril, en contra de la posición del sindicatos, 25 conductores de autobús se declaran en huelga en Limerick (tercera ciudad del país) reclamando un nuevo contrato salarial.
Italia: en la región de Nápoles los obreros de la fábrica Fiat de Pomigliano están en huelga contra la "externalización" de 316 empleos.
Suiza: en Bellizona (región del Tesino) los obreros de CFF Cargo mantuvieron una huelga de un mes contra el despido de 126 compañeros. El de abril realizaron una manifestación en Berna que recibió el apoyo de otros obreros. El 9 la dirección retiró los expedientes de despido.
Canadá: en el Valley Jonction en la empresa Olymel los obreros se pusieron en huelga contra un acuerdo firmado un año antes por los sindicatos por el cual estos aceptaban una reducción del 30% de los salarios. Por las mismas fechas, 320 obreros de un matadero industrial de carne se declaraban en huelga contra la sanción a un compañero que habría llegado tarde al trabajo. Ante ello la dirección llamó a los sindicatos para que intervinieran para convencer a los obreros de volver al trabajo. Estos plantearon la realización de una asamblea, pero los sindicatos se negaron y propusieron un referéndum. Este finalmente se celebró y decidió la huelga ilimitada a partir del 20 de abril con un porcentaje a favor del 70%
USA: huelga entre los trabajadores de la cadena de televisión MTV. Huelga en AMH (subcontratista de General Motors) en las 2 factorías de Detroit y Búfalo. El 1 de mayo -que no es fiesta en USA- los estibadores de la costa Oeste realizaron un día de paro contra la continuación de la guerra en Afganistán e Irak.
En los 3 primeros meses de 2008 hemos asistido a una simultaneidad internacional de las luchas obreras a una escala que jamás se había visto anteriormente. En la síntesis antes expuesta hemos podido censar 24 países. Si comparamos con otros momentos históricos, vemos que durante la oleada revolucionaria mundial de 1917-23 no hubo tantos países agitados por luchas coincidiendo en tan corto espacio de tiempo. Lo mismo podemos decir de la oleada de luchas abierta en 1968.
Sin embargo, si bien esta simultaneidad es muy significativa es importante destacar la similitud de las motivaciones que han impulsado a luchar tanto a obreros de países industrializados como a sus hermanos de los países más "periféricos" como a las masas desheredadas: en todos los casos ha sido la respuesta a la inflación, un hecho mundial consecuencia directa de la crisis mundial.
Esta similitud no estaba tan presente en las luchas que se sucedieron tras Mayo 68. Las situaciones específicas de cada país, los diferentes ritmos en la crisis y en las respuestas políticas de la burguesía, marcaban cada lucha del proletariado pese a que todas tenían en común la expresión de su despertar histórico.
Tanto en 1917 como en 1968 hubo una gran lucha que ejerció de faro -la Revolución Rusa y el Mayo francés, respectivamente- y las luchas que surgieron en otros países fueron un eco más débil de aquellas, no logrando ninguna de ellas ampliar la brecha que habían abierto. Por así decirlo, tanto en 1917 como en 1968 asistimos a las ondas concéntricas -por tanto más débiles- de la sacudida provocada por un epicentro.
Hoy, si cada lucha tomada por separado está muy lejos de la fuerza histórica de los movimientos de 1917 y 1968, lo profundamente significativo es la multiplicación de focos de lucha. No asistimos como entonces a una hoguera en un país cuyas chispas saltan y provocan incendios más pequeños en otros países sino a una multiplicación de chispas -por el momento todavía pequeñas- que podrían acabar provocando una gran hoguera mundial.
Tanto en 1917 como en 1968, el proletariado mundial se lanzó a la lucha arrastrando el handicap de poderosos factores de división. En 1917-23 la masividad y la radicalización de las luchas son muy diferentes entre el proletariado de los países vencedores y el proletariado de los países vencidos. Aunque hubo tentativas de lucha tanto en unos como en otros, el proletariado de los países vencedores tenía fuertes ilusiones de un restablecimiento rápido de la situación y una vuelta a la prosperidad económica. Sectores de estos proletariados se habían contaminado por la euforia nacionalista que daba el estar en el bando "vencedor". Por su parte, si el proletariado de los países vencidos fue quien protagonizó las movilizaciones más masivas y que llegaron hasta la insurrección en algunos casos (Alemania o Hungría, aparte de Rusia), también se vio afectado por sentimientos de frustración y victimismo nacionalista que debilitaron fuertemente su toma de conciencia[13].
Del mismo modo, las movilizaciones que se extendieron tras el Mayo francés a otros países, se tropezaron con poderosos factores de división. Cabe destacar fundamentalmente dos. Por un lado, la división entre el bloque occidental "liberal" y "democrático" y el bloque oriental supuestamente "socialista". Por otro lado, la división entre un norte rico donde habitaría un proletariado "opulento" y "aburguesado" y un sur pobre donde el proletariado sería quien pagaría la factura del "bienestar" de sus hermanos del norte.
Parecía creíble el planteamiento divisionista según el cual cada proletariado tendría una tarea distinta. Así los obreros de los países "socialistas" tendrían que luchar por una "democracia" que profundizara la supuesta "base socialista" que disfrutaban. Los obreros del Sur tendrían que luchar por la "liberación nacional" y el "desarrollo" de sus países contra el imperialismo del Norte del que serían cómplices los obreros de este hemisferio. Estos últimos tendrían que apoyar todas las "causas" de los países "oprimidos" y deberían "renunciar" a su insultante bienestar para compartirlo con los desheredados del mundo.
Todos esos planteamientos -poderosos factores de división y enfrentamiento- tienden hoy a ponerse en cuestión. Al asistir a un empeoramiento general de todos los sectores del proletariado sin distinción de países, se puede empezar a comprender que todos los proletarios luchan contra los mismos problemas y hacen frente a las mismas causas. Al desarrollarse luchas simultáneas en los diferentes países, se puede vislumbrar que ni hay "diferentes luchas" o "diferentes programas" sino que se comparte una misma lucha y un mismo programa contra el capitalismo. Empiezan a sentarse las bases para la confianza, la solidaridad, el sentimiento de una lucha común, entre los diferentes partes del proletariado.
Si bien las condiciones objetivas crean gérmenes favorables a la unificación internacional de las luchas obreras, tal unificación no es automática. El proletariado no es como el perro de Pavlov que reacciona mecánicamente ante el estímulo -o el aguijón- de las condiciones objetivas. Los factores subjetivos -la conciencia, la solidaridad, la entrega, la indignación, el sentimiento de la propia dignidad- son factores decisivos en el desarrollo de su lucha.
Por tanto, el examen de la crisis económica y de la evolución general de la situación histórica sería incompleto si no se analizara simultáneamente cual es la situación subjetiva del proletariado.
En este plano del análisis nos tropezamos con la ausencia de grandes luchas, masivas y generalizadas, a través de las cuales pueda verse de forma fehaciente e irrefutable el estado de ánimo de las grandes masas obreras. Tener una fotografía donde se pudiera comprobar empíricamente el nivel de solidaridad, de entrega, de conciencia, de los trabajadores disiparía todas las dudas. Sin embargo, las fotografías son muy poco eficaces en la comprensión de las corrientes sociales pues solo nos proporcionan un momento muy determinado que ni refleja la situación anterior ni tampoco da cuenta de lo que puede pasar con posterioridad. La burguesía es la clase dominante de la sociedad, su ideología se impone a la inmensa mayoría, su Estado ejerce un control muy atento y minucioso de la situación social, por todo lo cual los momentos en los que la clase obrera se manifiesta con claridad en su propio terreno de clase de manera masiva y determinante son más bien la consecuencia de un largo proceso subterráneo, poco visible, en el que el terreno social -como decía Rosa Luxemburgo- se ve progresivamente laborado, surcado, removido, por esfuerzos de toma de conciencia, tentativas de solidaridad, luchas a menudo fracasadas, debates, intentos de organización, todo un océano de fenómenos aparentemente caótico, que constituye un inmenso laboratorio donde se precipita la fuerza de la lucha obrera.
Nos tenemos que basar pues en indicios, en tendencias embrionarias, a menudo muy minoritarias, que pueden expresar la profundidad de todo lo que se está moviendo, pero que constituyen únicamente un potencial que puede verse frustrado.
No es objeto de este corto artículo analizar la amplitud del movimiento de minorías internacionalistas que rompen cada vez con mayor determinación con las ideologías de la burguesía destinadas a engañar y encuadrar al proletariado y a las masas desheredadas. Este movimiento es una expresión, a la vez que un factor activo, del movimiento de toma de conciencia y de lucha del cual son expresión las luchas del primer trimestre de este año que acabamos de exponer.
Pero si el esfuerzo de las minorías es una expresión del desarrollo de los factores subjetivos también las propias luchas, en sus experiencias, son igualmente un crisol de esa maduración.
Así, la solidaridad ha estado presente de forma todavía embrionaria y minoritaria en las luchas antes analizadas. Los obreros de Bochun en Alemania y especialmente los de la Opel se manifiestan en solidaridad con sus hermanos de Nokia. Los obreros de Mullaha al Kubra en Egipto toman a cargo la defensa de las masas hambrientas amenazadas por la carestía del pan. En Canadá la lucha surge contra la sanción a un compañero, en Suiza contra el despido de 126 compañeros. En Bahrein, los obreros siguen el ejemplo de sus hermanos de la vecina Dubai. La solidaridad es la fuerza más preciada de la clase obrera pues el más potente antídoto contra el mundo de competencia, de lucha de todos contra todos, de cada cual a la suya, que supura por todos sus poros la sociedad capitalista. El desarrollo de la solidaridad no solo profundiza el sentimiento de pertenecer a una misma clase sino que abre una perspectiva revolucionaria para toda la humanidad.
Otro aspecto importante de las luchas vividas ha sido la defensa de la propia dignidad. Verse como seres humanos y no como robots o como bestias de carga. Cuando los trabajadores de la bolsa de Tel Aviv luchan contra el agobio de las horas extraordinarias para "poder estar con la familia" están reivindicando que son seres de carne y hueso con necesidad de relaciones y sentimientos. Cuando los obreros de Tuzla en Turquía gritan que son "menos que los perros de sus patronos" están poniendo por delante su dignidad.
Lo peor del sindicalismo es que -en relación con lo anterior- trata de reducir a los trabajadores a meros apéndices de la producción capitalista. Cuando esta necesita producir a todo gas -por la guerra imperialista o por la guerra comercial- los sindicatos llaman a los obreros a renunciar a sus intereses para "sacar adelante la economía nacional". Para los sindicatos los obreros tendrían "derecho legítimo" a mejorar su situación únicamente cuando la empresa "tiene beneficios", cuando la "economía prospera", es decir, para la mentalidad sindical los obreros tienen que supeditarse rigurosamente a la marcha de la economía. Por todo ello, un buen número de las luchas que hemos relatados han surgido fuera de la iniciativa sindical: desde Argelia a Canadá, de Irlanda a Israel. Es un signo de la conciencia que va desarrollándose de la necesidad de tomar en mano la propia lucha sin esperar a la convocatoria sindical o directamente contra ella.
En fin, la jornada de lucha de los estibadores de la costa oeste de Estados Unidos contra las guerras de Irak y Afganistán. Está claro que una lucha limitada a un sector y a un solo día no deja de ser simbólica. Pero expresa un clima social de rechazo a la guerra que continúa profundizándose. Es una diferencia muy grande con otros periodos de la historia. Durante la segunda guerra mundial al capital norteamericano no le faltaron voluntarios dispuestos a sacrificarse por la "lucha por la democracia contra el nazismo". Pudo movilizar sin problemas a más de 5 millones de jóvenes y aún le sobraron muchos voluntarios. Hoy ni aumentando los sueldos -se trata de profesionales y no de voluntarios o conscriptos como en los años 40- apenas logra disponer de 2 centenares de miles de soldados y aún así las deserciones proliferan así como las protestas de los familiares.
El conjunto de todo lo que acabamos de analizar es muy prometedor pero al mismo tiempo hemos de tener los pies en el suelo: se trata todavía de elementos embrionarios, de tendencias que comienzan a desarrollarse, de perspectivas que se abren. La tenacidad, la conciencia clara, la visión amplia, de todos los que nos comprometemos con el desarrollo de la respuesta del proletariado y de todos los explotados son cruciales para que avancemos desde la potencialidad a la realidad de la fuerza colectiva del proletariado.
Smolny 20-5-08
[1] Ver El País 18-5-08
[2] ¡El mismo Banco Mundial que a principios del 2000 anunciaba un plan que erradicaría el hambre para 2015 afirma ahora que los precios alimenticios y por tanto el hambre durarán por lo menos hasta 2015!
[3] Hecho en colaboración fraterna con el Núcleo de Discusión Internacionalista de la República Dominicana. Ver https://es.internationalism.org/node/2239 [33]
[4] Ver en Acción Proletaria, Egipto: el germen de la huelga de masas, /content/1915/egipto-el-germen-de-la-huelga-de-masas [34] y Luchas en Egipto: una expresión de la solidaridad obrera, /accion-proletaria/200711/2101/luchas-en-egipto-una-expresion-de-la-solidaridad-y-la-combatividad-obr [35]
[5] Artículo publicado por Révolution Internationale, órgano de la CCI en Francia, ver https://fr.internationalism.org/ri390/editorial_la_classe_ouvriere_multiplie_ses_combats_dans_le_monde_entier.html [36]
[6] Por limitaciones evidentes de espacio solo podemos consignar sintéticamente los hechos pero no podemos analizar los procesos de movilización, de solidaridad, de compañerismo y de reflexión, que sin duda habrá detrás de cada uno de estos actos colectivos de combatividad.
[7] Ver el artículo Mineros, UAM, ejemplos del papel saboteador de los sindicatos, de nuestros camaradas de Revolución Mundial en México: /revolucion-mundial/200803/2205/mineros-uam-ejemplos-del-papel-saboteador-del-sindicato [37]
[8] Ver el artículo El Estado burgués de Chávez arremete contra los trabajadores del hierro, de nuestros camaradas de Internacionalismo en Venezuela: https://es.internationalism.org/node/2230 [38]
[9] Se sabe también que en esa región -el Delta del Río de la Perla, una de las más industrializadas del país, con alrededor de 10 millones de obreros- se han producido -según estadísticas de las autoridades- huelgas que han implicado a 1000 trabajadores diarios.
[10] Ver en nuestra publicación Acción Proletaria nº 197, Luchas obreras en Dubai: un ejemplo del auge internacional de la combatividad obrera. https://es.internationalism.org/node/2139 [39]
[11] Ver la hoja de intervención que previamente a dicha jornada repartieron nuestros camaradas en Gran Bretaña: ¡Por una lucha común que supere todas las divisiones! En /cci-online/200804/2243/gran-bretana-jornada-de-lucha-del-24-de-abril-por-una-lucha-comun-que-supere- [40]
[12] Ver el artículo sobre estas luchas que publicamos en Acción Proletaria nº 200: Luchas obreras en Alemania, una acumulación de descontento, en /cci-online/200803/2218/luchas-obreras-en-alemania-una-acumulacion-de-descontento [41]
[13] Podemos citar como ejemplo el desarrollo del "nacional - bolchevismo" en Alemania a principios de los años 20.
Hemos mencionado en anteriores publicaciones nuestras que, en algunas ciudades y regiones del mundo[1], algunos compañeros, por lo general jóvenes, indignados por las actuales y futuras condiciones de existencia de la humanidad, se reúnen para intercambiar sus reflexiones formando, a partir de esos encuentros, círculos de discusión. Unas veces, estos compañeros lo que buscan es comprender cómo y por qué la sociedad actual se hunde en la barbarie guerrera y sumerge a partes cada vez mayores de la humanidad en la miseria. Otras veces, estos círculos se forman para sacar lecciones de las luchas en las que sus componentes han tomado parte, para comprender cuales fueron sus limitaciones o las causas de su fracaso. El objetivo es defender y promover, en las próximas luchas y a partir de las lecciones sacadas del debate, la manera de desarrollarlas.
Siguiendo esta segunda vía, un puñado de estudiantes de la facultad de Mirail en Toulouse han formado un círculo de discusión denominándolo "Comité de Réflexion Communiste". En efecto, una parte de estos estudiantes había participado en las luchas que hubo en Francia en noviembre de 2007. Marcados por ese espíritu combativo, se reunieron pensando que tal vez la lucha no había acabado y que era necesario examinar los medios que podrían eventualmente utilizarse para relanzarla. Rápidamente se dieron cuenta de que volver a arrancar la lucha no era, de momento, posible y que el objetivo de las discusiones del Comité debía de ser sobre todo hacer un balance de esta lucha de noviembre para preparar la futura.
En toda esta fase de la vida de este círculo, se plantearon y discutieron una serie de interrogantes. Era evidente para todos -aunque faltaba aun redactar los acontecimientos para que todo el mundo pudiera conocer la realidad de los hechos- que los sindicatos fueron los principales responsables de que la lucha no pudiese desarrollarse. Por eso, el Comité C. de R. se planteó responder a la pregunta ¿por qué el "comité de lucha" de los estudiantes de la universidad se convirtió en el campo de batalla cerrado de toda una serie de sindicatos animados por diferentes grupos políticos; algo que no gustó en absoluto a aquellos que no pertenecían a ninguna de esas organizaciones o sindicatos y que les llevó a desertar de dicho "comité de lucha" y a veces de la lucha misma? ¿Por qué los sindicatos sabotearon la unión entre los estudiantes y los ferroviarios en lucha[2], de la misma manera que impidieron claramente la de los ferroviarios y trabajadores del gas y de la electricidad? Los sindicatos llegaron incluso a condenar a los universitarios, que (formando parte del "comité de lucha") fueron a intervenir a las asambleas generales de ferroviarios, con el pretexto de que: "¡no tenían ningún mandato!". Estos hechos fueron el punto de partida de una de las primeras cuestiones que se planteaba el Comité C. de Reflexión: ¿Por qué los sindicatos hacen tal clase de política?, ¿es que no son competentes para llevar ellos mismos la lucha hacia adelante?, ¿lo que hacen, se debe tal vez a las orientaciones que les dan las organizaciones políticas por las que están infiltrados (la UNEF por el PS, le FSE por el PC, el SUT por la LCR)? En fin, ¿No será que tal política se debe a que la forma sindical de organización y lucha definitivamente no sirve para el actual periodo histórico, como arma de combate de la clase obrera?
La discusión ha llevado también a cuestionar las manifestaciones organizadas por los sindicatos: ¿Hay que participar en estas manifestaciones, a las que muchos miembros del Comité sentían como "procesiones para desahogarse, organizadas por los sindicatos" ya que no veían en ellas ningún medio para hacer retroceder al Estado? Para otros miembros del Comité, estas manifestaciones son convocadas por los sindicatos porque no pueden hacerlo de otra manera y también para impedir que explote la cólera hasta el punto de que no la puedan controlar. Lo que recorre la reflexión es que realmente estas manifestaciones deberían ser momentos durante los cuales los obreros en lucha pueden encontrarse y expresar su solidaridad, incluso contra los sindicatos -que se ve bien que desearían que al final de las manifestaciones todo el mundo volviera a su casa con la idea metida en la cabeza de que "se ha hecho todo lo que se ha podido" y que ya no falta más que sentarse a negociar.
El Comité Comunista de Reflexión ha intentado también responder a las cuestiones que fueron apareciendo en la lucha, planteándose las cuestiones desde otros objetivos: si las secciones sindicales de las diferentes corporaciones no se unieron a los estudiantes ¿no habrá sido porque los miembros de estas corporaciones están en una situación más que confortable para ellos? ¿No serían acaso, las huelgas de los ferroviarios y de los enseñantes, luchas corporativas con las que estos pretenden conservar su estatus, en lugar de expresiones de la lucha de la clase obrera? El C. C. de R. se plantea también: ¿no se debería entender por clase obrera una clase compuesta únicamente de precarios, parados y habitantes de los barrios periféricos -ciudades dormitorio? La discusión habida sobre este tema ha permitido concluir que la denominación "clases medias" es, de hecho, una astucia ideológica de la clase dominante para evitar que gran parte de los proletarios se consideren obreros. Pero la realidad es que cualesquiera que sean los sectores en los que están incluidos o clasificados los obreros (público, privado, talleres, oficinas, parados, pensionistas), es una misma clase obrera la que es explotada y atacada; es la misma clase la que está cada vez más precarizada, la que tiene cada vez más difícil "llegar a fin de mes". El Comité C. de R. ha podido afirmar claramente que no es el bajo salario ni el hecho de que sea o no propietario de la vivienda en la que habita, lo que permite calificar a cualquier ser humano de proletario sino el de que no posee otra cosa para vender -para adquirir otras mercancías- que su fuerza de trabajo (manual o intelectual). Sobre esta base, la discusión nos ha permitido establecer que los habitantes de los barrios periféricos, a quienes el capitalismo ha marginado, son tan proletarios como la mayoría de los miembros de las pretendidas "clases medias". Que la atroz miseria y la marginación a que les ha empujado el capitalismo les empuje a su vez a lanzarse a revueltas aisladas -y desgraciadamente suicidas- no cambia nada esta realidad; lo que significa, que el porvenir de sus lucha no pasa por esos motines sino por la lucha solidaria con los demás proletarios.
El haber visto a los sindicatos empeñados en frenar y sabotear -tal es su función- el desarrollo de la lucha ha llevado al Comité C. de R. a preguntarse: ¿por qué la asamblea general no fue capaz de oponerse a su política? Sus miembros han aportado todo tipo de respuestas: para algunos, es necesario que una minoría dirija la asamblea general a fin de que ésta pueda darse los medios para desarrollar la lucha; para otros, la toma de decisiones por una minoría, que desplaza a la asamblea general, no puede en ningún caso reforzar la lucha. Como para toda lucha obrera, son los mismos obreros, y sólo ellos, quienes pueden y deben desarrollarla y tomar decisiones; en este marco, las minorías, que tienen una mejor comprensión de cuales son las medidas a emprender para desarrollar la lucha, deben hacer todo lo posible para convencer a los obreros reunidos en asamblea general, de que deben orientarla de manera que permitan desarrollar ambas mejor, la asamblea y la lucha. Esta discusión permitió debatir sobre la forma en que evoluciona la conciencia de los obreros y estudiantes, tanto individual como colectivamente.
Todas estas cuestiones son el fundamento de las diferencias de apreciación real entre los miembros del Comité, el cual ha decidido leer y discutir algunos antiguos textos del movimiento obrero que son muy clarificadores. Intentando responder las cuestioes surgidas en la lucha, el Comité ha decidido leer y discutir el libro de Rosa Luxemburgo "Huelga de masas, Partido y Sindicatos" que permite comprender la evolución de los sindicatos y ver cuál es el papel de los comunistas en la lucha. Después de discutir este libro, el comité discute ahora la obra de León Trotsky "Balance y perspectivas".
En fin, el Comité ha decidido no limitarse a estos temas y pasar a discutir otras cuestiones que se refieren a lo que todos entendemos como especialmente necesario hoy: el cambio de sociedad. En este sentido el Comité ha decidido examinar, por ejemplo, la realidad y las consecuencias de la política que lleva a cabo el Sr. Hugo Chávez en Venezuela.
Lo hemos dicho con anterioridad: este Comité no está aislado; hay, en buen número de países, obreros y estudiantes que elaboran también respuestas a sus reflexiones. Ciertamente, como se puede apreciar, en estos debates no siempre se termina con un acuerdo entre los componentes del Comité. Con todo y con eso la CCI saluda y anima la creación y el desarrollo de estos grupos, y lo hace porque mediante tales discusiones es cómo las cuestiones fundamentales sobre las causas del estado catastrófico del mundo actual, las medidas que hay que tomar para desarrollar la lucha y la perspectiva futura del comunismo, se van clarificando. Es por el estado de ánimo que recorre estos círculos de discusión por lo que la CCI participa, siempre que puede en estos debates. Estas agrupaciones forman parte de hecho indudable: la clase obrera está forjando las armas para los inevitables combates que están por llegar.
Paul (28.03.08)
[1] Leer especialmente nuestros artículos sobre los Círculos de discusión en Midlands (G.B.) y en Bruselas ("Grupo de discusión de Midlands en Gran Bretaña: un lugar de clarificación de la conciencia de clase" y "Discusión: entre el sueño y los hechos -sobre la identidad y el Estado").
[2] Los miembros de este Círculo de discusión en Toulouse habían denunciado por escrito, en el fuego de la lucha, este sabotaje de la unidad por parte de los sindicatos estudiantiles y ferroviarios; testimonios que nosotros publicamos en nuestro sitio Web con el título: "Cómo pudren la lucha y la reflexión los sindicatos de estudiantes y de obreros (testimonios en la lucha)".
Tras haberse desencadenado, a partir del 10 de marzo, una de las más importantes oleadas de manifestaciones pro tibetanas desde 1957, la población del Tibet está sufriendo una violenta represión. A pesar del silencio que procura imponer Pekín, el número de muertos (13 según la prensa China) se puede contar con bastante probabilidad por centenas, mientras que los arrestos (oficialmente más de mil) aumentan, con torturas y deportaciones a campos de trabajo. Si el Partido "comunista" chino, uno de los más pródigos herederos del estalinismo, divulga sin ninguna vergüenza las mentiras más escandalosas, también emplea la peor brutalidad contra los manifestantes. Acordémonos que en 1989, en Lhassa, durante una de las numerosas manifestaciones por la independencia del Tibet, la policía mató a más de 450 personas.
Frente a esta violencia sanguinaria, todos nuestros dignos representantes de la democracia, fervientes defensores de los Derechos del hombre, han hecho como que se indignaban, contorsionándose con grandes gesticulaciones y quejas diplomáticas. Todos, unánimemente, han blandido inmediatamente frente a China la suprema amenaza de "boicotear" la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, e incluso los Juegos mismo. Sin embargo, tras reflexionar, el "soufflé" y con él las amenazas con la boca pequeña, se ha deshinchado. Francia se ha destacado particularmente en esta carrera de anuncios hipócritas. Después de exigir la apertura inmediata de conversaciones entre el gobierno chino y el Dalai Lama, París, siguiendo a Washington y adoptando así un tono "más contenido", ha enviado a Pekín a dos representantes del gobierno francés, Raffarin y Poncelet, para asegurar al gobierno chino "la voluntad de Francia de mantener y profundizar la cooperación estratégica" entre los dos países. Además, poniendo en práctica los bellos y grandes discursos recurrentes de los políticos franceses que se enorgullecen de vivir en LA patria de los Derechos humanos, la policía francesa, al paso de la antorcha olímpica por París, se ha esmerado en... aporrear la cabeza de los manifestantes pro tibetanos. A propósito de esta represión, la Ministra de Interior Michèle Alliot-Marie, sólo ha hecho una crítica: que la policía no tenía órdenes de arrancar las banderas tibetanas. ¡Quitar las banderas, no! ¡Dar porrazos, sí!
Todo el circo mediático alrededor de la antorcha olímpica ha virado poco a poco, país por país, del ridículo al esperpento y del esperpento a lo patético. Todos los focos de la actualidad se han dirigido a esta antorcha, símbolo de los "Derechos humanos" y del "acercamiento entre los pueblos". La lucha entre los diversos partidarios de la extinción de la dichosa antorcha para protestar enérgicamente contra el Estado chino y los que la defienden para no "privar a los chinos de los Juegos Olímpicos" ha causado estragos. También, a falta de información sobre las exacciones de Pekín en el Tibet, hemos sido ampliamente colmados de las peripecias de la famosa llama: ...que si ha pasado por aquí, que si pasará por allá... Pero sobre todo, la prensa y la clase política nos han invitado a elegir un campo: ¿Por o contra la independencia del Tibet? ¿Por o contra el boicot de los Juegos Olímpicos? La burguesía maneja desde hace tiempo el arte de plantear falsas cuestiones. ¿Hay realmente que elegir campo entre Tibet y China? ¿Qué se oculta en realidad detrás de todo este circo político-mediático y de tanta zalamería diplomática?
Se ha hablado también mucho del actual 14º Dalai Lhama, "jefe espiritual" pero también miembro a parte entera del Estado en la tradición tibetana, premio Nóbel de la Paz en 1992. Ha sido vergonzosamente encumbrado por los medios de comunicación occidentales como el portador de la verdadera cultura tibetana y el heredero de una nación secularmente "feliz". En realidad, es el digno representante de un sistema social en el que la masa de la población vive postrada ante los bonzos guardianes de la "sapiencia" divina y se ha mantenido desde hace siglos en un atraso extraordinariamente profundo, con un sistema de servidumbre puede que de un nivel aún inferior y más brutal que el que hemos podido conocer en Europa en la Edad Media. Y este es además uno de los aspectos de la historia del Tibet que ha permitido justificar la invasión del ejército rojo maoísta a fin de abolir la servidumbre y de permitir una pretendida apertura a "la escuela para todos"; de hecho el adiestramiento a trompazos en la ideología de la "Revolución cultural". No hay nada que elegir entre uno u otro bando: aunque el Dalai Lhama aparezca como la cara "amable" frente a la "odiosa" burguesía china, responsable de la muerte directa de más de un millón de tibetanos entre 1960 y 1990, no es por eso menos agente del oscurantismo y de la opresión ideológica más crasos.
Numerosos "comentaristas" se han volcado sobre el peso económico de China, que explicaría la pasividad de la "comunidad internacional"; pero está lejos de ser la razón principal. Hay que recordar que son las mismas grandes potencias quienes están en el origen de la situación que prevalece hoy día en el Tibet, mucho antes de que Pekín viera la expansión económica actual. No se trata en efecto únicamente de una cuestión de presiones económicas, sino sobre todo y ante todo del resultado de la competencia imperialista. Cuando Mao Zedong invadió el Tibet en 1950, con un ejército de "liberación nacional", fue para afirmar su voluntad hegemónica en Asia y para aumentar casi un cuarto el territorio de China. Si Mao osó llevar a cabo esta ofensiva, es porque sabía que tenía no únicamente la bendición, sino incluso el apoyo activo de Gran Bretaña, que veía en esta invasión la creación de un límite a las veleidades imperialistas de la India, recién independizada.
Más tarde, a fines de la década de 1950 y con la guerra fría, en una época en que Pekín y Moscú eran aliados militares, fue Washington quien empujó el separatismo tibetano. Por supuesto para nada con intención de "salvar" a los millones de tibetanos que iban desapareciendo en oleadas sucesivas por el hambre o la represión de la política de discriminación a favor de los residentes chinos. Al contrario, para EEUU se trataba de crear una zona de perturbación permanente frente a China.
Ahora la situación es diferente, pero el resultado es idéntico. Las grandes potencias quieren evitar a toda costa que el Tibet se convierta en un nuevo foco de inestabilidad; no por una preocupación "humanista", sino para cortar el paso en particular a un eventual ascenso del islamismo, sea desde las fronteras de India o Pakistán, o desde la misma China. Por eso dejan al Estado chino dar curso libre a la violencia.
En suma, las razones geoestratégicas varían, pero la guerra es permanente. Antes de que los Juegos Olímpicos hayan comenzado, el recorrido de su llama ha contribuido a poner un poco más en claro lo que la organización de este evento deportivo tiene de características mentiras del mundo burgués, pretendidamente deseoso de contribuir al "bienestar de los pueblos". Y la burguesía de todo el mundo ha mostrado las perlas de hipocresía que es capaz de desplegar, en nombre de los "Derechos humanos", mientras conduce directamente a la humanidad a la barbarie.
Wilma (20 Abril)
Desde hace un año asistimos al último y más grave episodio de la crisis económica que ha azotado el mundo durante los últimos cuarenta años. El inicio de la recesión se desencadena a raíz de la llamada crisis de las hipotecas basura en Estados Unidos, con el consiguiente estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis crediticia que se extendió por los cinco continentes. Además en la presente crisis económica se concentran todos los factores negativos de los últimos cuarenta años: vuelve con fuerza la inflación, la especulación se traslada de la bolsa y el sector inmobiliario a las materias primas y los alimentos, devaluación del dólar, crisis del endeudamiento y el sector financiero, ineficacia de la coordinación de la política económica a nivel internacional...
Mientras en poco menos de medio año hemos asistido a la quiebra de instituciones financieras de primer orden, como Bear Stearns en Marzo, o recientemente Fannie Mae y Freddie Mac, las dos principales entidades hipotecarias estadounidenses; o en Europa, el Northern Rock bank en Gran Bretaña o la BNP Paribas en Francia; los titulares de la prensa "seria" en España revolvían entre los discursos de ZP para hacer noticia de si el gobierno reconocía que la crisis afectaba a la economía nacional, o se mantenía impasible en la defensa de su salud, a lo sumo admitiendo una "desaceleración".
Solbes ha rizado el rizo para defender que las turbulencias económicas son un factor exógeno frente al que la economía española dispondría de un colchón a cuenta del superávit económico fiscal. Pero la onda expansiva de la crisis hipotecaria ha afectado de lleno al capital español. Durante el primer trimestre de 2008, el número de ventas de viviendas cayó el 29% y cerca de dos millones de pisos y chalets no encuentran comprador; esta situación repercute en la quiebra de inmobiliarias como Martinsa-Fabesa, que se prevé que puede provocar un efecto dominó. La crisis inmobiliaria sin embargo, es sólo la punta de un iceberg que afecta al conjunto de la economía: en lo que va de año, la bolsa española ha acumulado un 25% de pérdidas; las previsiones de crecimiento del PIB para el segundo semestre son del 0% y se calcula que para finales de año, el número oficial de desempleados rondará los tres millones...
Frente a esto, el PP dice que los socialistas no han sabido gestionar la bonanza económica que legó el gobierno de Aznar, e IU y sus satélites radicales achacan la crisis a una política especulativa que sólo busca el beneficio privado. Pero la base del crecimiento económico durante los gobiernos de Aznar ha sido precisamente la burbuja especulativa inmobiliaria y aunque no dudamos que IU sabe mucho de especulación y beneficios privados, como ha demostrado en algunos ayuntamientos, no aporta nada para aclarar las causas y la dinámica de la crisis. Al contrario, tanto la posición del gobierno, que insiste en que la economía estaría a salvo de las sacudidas financieras mundiales, como la del PP o IU, que se centran en un problema de gestión, dan una visión nacional de los problemas, de las causas y el desenlace de la crisis.
Pero el origen y la dinámica de la crisis son mundiales.
La crisis de las hipotecas subprime en USA se ha transformado rápidamente en una crisis crediticia internacional. Los chanchullos con la "titularización" de las hipotecas basura, por la que se colaban estas deudas de alto riesgo, junto a otros valores más "serios", e incluso bonos del Estado, en los mercados financieros más "respetables", ha puesto de manifiesto que en realidad todo el sistema financiero mundial descansa en una especulación desenfrenada, en créditos basura al fin y al cabo no esencialmente diferentes a las subprime, e incluso peores. Nadie confía en los números de los demás bancos y entidades financieras, ni en la "limpieza" de sus "operaciones", ni se atreve a arriesgar su dinero en préstamos dudosos. La liquidez se contrae y la actividad económica mundial se detiene, puesto que, ante la falta de mercados solventes reales donde vender las mercancías de la producción capitalista, el crédito constituye un mercado ficticio, una droga, que mantiene en vida la economía a costa de minar más y más en profundidad su salud.
No es la primera vez que el casino en que se ha convertido la economía mundial sufre quiebras importantes, que significan pérdidas de miles de millones de dólares, cierres de empresas, despidos y miseria para partes importantes de la población y de la clase obrera. En los años 80 vimos la crisis de la deuda de los países latinoamericanos y en los 90 la de los Tigres asiáticos. Pero hoy el epicentro de la crisis es la primera potencia mundial; de ahí la rapidez con que se ha extendido a todo el mundo y la gran desconfianza que se ha generado en los mercados financieros. La devaluación del dólar, que es la moneda del comercio mundial, es una confirmación de la gravedad de la situación. No se trata de una agravación más de la crisis, sino de un hundimiento cualitativo del paliativo que la burguesía venía aplicando para tratar de contener la crisis histórica y mundial del capitalismo: El crédito.
Las crisis cíclicas fueron un fenómeno del siglo XIX (del período ascendente del capitalismo que duró hasta la Primera Guerra Mundial). Cada diez años más o menos aparecían las crisis de sobreproducción relativa (la tendencia de la producción capitalista es a desarrollarse al máximo como si no tuviese límites, pero necesita conquistar los mercados extracapitalistas, ya que como demostró Marx la ley de Say de que "la producción capitalista crea su propio mercado" es falsa). El capitalismo sale de sus crisis periódicas incorporando los mercados extracapitalistas y extendiéndose por todo el mundo. Pero como dijeron Marx y Engels en el Manifiesto Comunista: "...Basta citar las crisis comerciales que, con su recurrencia periódica, cuestionan en forma cada vez más amenazadora la existencia de la sociedad burguesa toda. En las crisis comerciales se destruye regularmente gran parte no solo de los productos engendrados, sino de las fuerzas productivas ya creadas. En las crisis estalla una epidemia social que en todas las épocas anteriores hubiese parecido un contrasentido: la epidemia de la superproducción. Súbitamente, la sociedad se halla retrotraída a una situación de barbarie momentánea; una hambruna, una guerra de exterminio generalizada parecen haberle cortado todos sus medios de subsistencia; la industria, el comercio, parecen aniquilados. ¿Y ello por qué? Porque posee demasiada civilización, demasiados medios de subsistencia, demasiada industria, demasiado comercio. Las fuerzas productivas de que dispone ya no sirven al fomento de las relaciones de propiedad burguesas; por el contrario, se han tornado demasiado poderosas para estas relaciones, y éstas las inhiben; y en cuanto superan esta inhibición, ponen en desorden toda la sociedad burguesa, ponen en peligro la existencia de la propiedad burguesa. Las relaciones burguesas se han tornado demasiado estrechas como para abarcar la riqueza por ellas engendrada. ¿De qué manera supera la burguesía las crisis? Por una parte, mediante la destrucción forzada de gran cantidad de fuerzas productivas; por la otra, mediante la conquista de nuevos mercados y la explotación más a fondo de mercados viejos. ¿De qué manera, pues? Las supera preparando crisis más extensas y violentas y reduciendo los medios para prevenir las crisis.."
En 1914 comienza la decadencia del capitalismo, la etapa de las guerras imperialistas y de las revoluciones como dijeron los revolucionarios de la época. El mundo ya está repartido entre las grandes potencias, y los capitalismos nacionales que llegaron tarde al reparto (Alemania; Estados Unidos, Japón...) se ven obligados a cuestionar este reparto. La Primera Guerra Mundial inaugura la quiebra histórica del capitalismo, cien años de barbarie que han martirizado a la humanidad. Salvo unos años de reconstrucción tras la IIª guerra mundial, lo permanente han sido las guerras de exterminio y la crisis económica de sobreproducción relativa.
Eso no significa sin embargo, que la burguesía haya renunciado a gestionar el hundimiento del capitalismo en la crisis, tratando de engañar al proletariado y a sí misma con diferentes estrategias para confrontar la crisis que prometían "la salida del túnel" y una nueva prosperidad, e intentando ocultar su verdadera dimensión.
Con la reaparición de la crisis abierta tras la IIª guerra mundial, a finales de los años 60, recurrió a las mismas medidas que en los años 30, haciendo que el Estado se endeudara, tratando de paliar la falta de mercados, y poniendo masas de dinero en circulación. Esta política dio lugar al estallido de la inflación, con cifras de dos dígitos, que devoraban en poco tiempo los salarios, animando las luchas obreras, y dificultaban el comercio mundial. Por otro lado, trató de presentar esta situación como fruto de la subida de las materias primas y particularmente del precio del petróleo.
Sin embargo, ante la agravación continua de la crisis, recurrió a partir de los años 80, a repartir la deuda del estado entre las empresas y los particulares, por medio de bonos y títulos de deuda, estimulando la especulación en bolsa para mantener, como siempre ante la falta de mercados solventes, una fuente de ganancia y al mismo tiempo de reembolso parcial de los créditos que diera una cierta credibilidad de que las deudas gigantescas acumuladas podían reembolsarse algún día y mantuviera en funcionamiento la economía mundial. Esto consiguió controlar la inflación durante los años 80 y 90; en cambio abocó a una sucesión de quiebras de una envergadura colosal, de las que la última, a finales de los 90, fue la de los Tigres asiáticos, y a un aumento de los despidos y el desempleo a través de las reestructuraciones y las quiebras.
A partir de ese momento, es la primera potencia mundial, EEUU, la que asume, a través de un gigantesco déficit, el papel de "locomotora mundial". A comienzos de los 2000 se nos presentan las empresas "puntocom" como un verdadero campo de acumulación, expresión de la vitalidad del capitalismo; espejismo que dura apenas un año, volviendo con fuerza la recesión a partir de 2001. Y últimamente, la burguesía USA encuentra en la especulación desenfrenada en el mercado inmobiliario y de hipotecas, un nuevo campo de endeudamiento para mantener la ficción de una economía "sana".
Tras cuarenta años de paliativos a este enfermo terminal que es el modo de producción capitalista: keynesianismo, gasto público, monetarismo, reaganomics, endeudamiento público, endeudamiento privado, huida en la especulación más salvaje... Hemos llegado a la situación en que estas drogas no sólo no calman los dolores del enfermo sino que están creando efectos nocivos como ocurre con la crisis crediticia. Han reaparecido simultáneamente todos los síntomas y achaques de todas las recesiones anteriores: encarecimiento del petróleo y de las materias primas, vuelta de la inflación, crisis monetaria y de la deuda, encarecimiento de los alimentos y agravamiento de las hambrunas, especulación salvaje, aumento del paro... Huida hacia el armamentismo y la guerra imperialista...
En efecto, el alza de los precios de las materias primas y de los productos alimentarios hoy es expresión, no sólo del desarrollo de la inflación, sino del desplazamiento de la especulación a estos productos básicos. Con esto, el capitalismo no sólo pone de manifiesto su incapacidad de alimentar a la población mundial (mientras por otro lado destruye y limita cultivos y productos alimentarios del ganado); sino que muestra igualmente que para el capital es más importante la ganancia que la vida.
En cuanto a la inflación, se podría argumentar que las cifras actuales del 3 al 5% aproximadamente en los países centrales, no alcanzan ni de lejos las cifras de los años 70; pero se olvida aquí que un solo punto de aumento de la inflación tiene hoy cualitativamente una mayor implicación para la clase obrera y la población y significa que muchos obreros no van a poder pagar la hipoteca, o hacer frente a sus gastos corrientes. Igualmente el desempleo actualmente significa una condena a la miseria, sin prácticamente ninguna cobertura social (para la mayor parte de precarios) y con una perspectiva muy difícil de volver a encontrar trabajo; cuando no significa directamente la expulsión a sus países de origen, para los emigrantes, donde les esperan los sufrimientos de los que trataban de huir arriesgando incluso sus vidas.
En cuanto a la escalada de los gastos en armamento, la inversión colosal, el pozo sin fondo de la guerra de Irak, con un presupuesto actual (que va a aumentar tras las elecciones) de más de 150 mil millones de dólares, ilustra bien esta dinámica.
La burguesía mundial había mantenido frente a la crisis económica cierta coordinación a nivel internacional, que se manifiesta por ej en la supervivencia de organismos económicos que estaban vinculados a la división en bloques imperialistas, y que han sobrevivido a su desaparición momentánea, como la misma UE por ej. Esa tentativa de ejercicio de responsabilidad frente a la gestión de la crisis, está empezando a resquebrajarse ante los primeros síntomas serios de su agravación; así vemos la devaluación salvaje del dólar, el cuestionamiento de la autoridad del Banco Central Europeo y del Tratado de Lisboa, que tiende a un "sálvese quien pueda" enclaustrando a cada capital nacional dentro de sus fronteras y una tendencia al proteccionismo...que recuerda a los tan temidos años 1930.
No somos ni los únicos, ni los más agoreros, que vemos estos signos de gravedad de la crisis. Un Medio con tan buena reputación de analista en el terreno de la burguesía como Le Monde Diplomatique, publica en su editorial del número de este mes: «Lo peor nunca es seguro y la numerología no es una ciencia exacta, pero el año 2009 bien podría parecerse a aquel nefasto 1929...» .
Y es que, el hundimiento de los mecanismos crediticios al que asistimos actualmente, significa de hecho el bloqueo del principal medio que la burguesía ha empleado hasta ahora para gestionar el hundimiento del capitalismo en la crisis. La causa que en última instancia expresa la decadencia del capitalismo, el choque entre las relaciones de producción capitalistas y el desarrollo de las fuerzas productivas, es la imposibilidad de encontrar mercados solventes donde realizar la plusvalía contenida en las mercancías producidas para proseguir una acumulación ampliada. El empleo masivo y pervertido del crédito ha ocultado este problema, que ahora sin embargo estalla, amenazando la supervivencia misma de amplias porciones de la población y del proletariado que son expulsadas de la producción social.
Los diferentes portavoces de la Izquierda del Capital, desde los señores Llamazares, Blanco, sindicatos y demás ralea, se desgañitan para pedir que los peores efectos de la crisis no recaigan sobre la clase trabajadora. Como si en los llamados por ellos "años de bonanza económica" no hubiesen habido despidos (muchos de ellos dirigidos por el propio gobierno Zapatero), recortes salariales, aumento de la precariedad y recortes en sanidad y pensiones... Un ej. es que, según el Barómetro social de España 1994-2006, «en pleno ciclo expansivo, el salario medio anual disminuyó en un 2,4%». De igual forma, los ataques del capital a la clase obrera en esos periodos "de bonanza" se expresan también en una sobreexplotación. Según las estadísticas recientes del INE, en España «ocho de cada diez ocupados sufre sobrecarga de trabajo. Casi dos de cada diez trabajadores se ha puesto enfermo en el último año y un 5% ha tenido un accidente». Marx decía que cuando el patrón gana el trabajador no gana, y cuando el patrón pierde el trabajador pierde...
No es de un pequeño "ajuste de la calidad de vida" de lo que están amenazados el proletariado y los estratos no explotadores de la población; ni son los obreros "españoles" los únicos afectados. Para empezar, el futuro que les reserva la burguesía a los millones de emigrantes, tanto en España, como en Europa (y que abordamos en otro artículo), es el cierre de fronteras, cuando no la expulsión.
Pero el futuro no pinta mejor para los obreros "autóctonos" de los países centrales, sobre los que pesa igualmente una amenaza de expulsión, pero de los pisos que no pueden pagar, y de los empleos. La oleada de desahucios en EEUU como consecuencia de los impagados, es un botón de muestra de lo que decimos. En la periferia de las grandes ciudades, la población comienza a vivir en tiendas de campaña, como en 1929, cuando Central Park se convirtió en una chabola. Por otra parte, el desempleo actual, no cuenta ya más con los tampones sociales que pudo encontrar en los años 80, que son la referencia más inmediata de despidos masivos. Hoy se trata del despido de precarios (puesto que durante los últimos 20 años no ha cesado un goteo de despidos, camuflado a menudo como un deterioro de las condiciones de empleo, la eventualidad y la precariedad), que difícilmente pueden contar con el apoyo familiar, puesto que sus familiares están jubilados con pensiones que apenas les dan para ellos, o directamente desempleados; y que se van a topar con el resultado del desmantelamiento del "Estado social", el recorte de las pensiones y subsidios y de los gastos sanitarios.
Por otra parte, la inflación y la especulación en productos alimentarios plantea a medio plazo la aparición del hambre en los sectores más desfavorecidos de la población y de la clase obrera. De hecho ya puede verse en EEUU que estos sectores acuden a los comedores populares o sólo pueden hacer una comida al día.
Frente al desarrollo de la crisis el proletariado no tiene otra opción más que luchar en su terreno de clase y ganar para su lucha, que es la única que ofrece un porvenir, a las masas hambrientas del Tercer Mundo y a las capas no explotadoras de la población que también se ven sometidas a un sinfín de calamidades y penurias. Esas luchas se están desarrollando a nivel internacional desde Alemania hasta Egipto, desde Turquía hasta Gran Bretaña, por los cinco continentes, y es que como dijeron Marx y Engels en el Manifiesto Comunista: "...la burguesía no sólo ha forjado las armas que le darán muerte; también ha engendrado a los hombres que manejarán esas armas: los obreros modernos, los proletarios".
Cincuenta y cinco muertes en los tres últimos días en las llamadas "Rutas de la Muerte" de las pateras (desde Africa a las costas andaluzas o canarias). Si el año pasado casi 1000 personas murieron en el mar tratando de alcanzar dichas costas, la cifra puede dispararse este año como resultado no sólo del aumento de la desesperación de la población de esos países que les lleva a arriesgarse con medios y condiciones cada vez más precarios, sino también por tener que hacer frente a un endurecimiento de la persecución de estos emigrantes por parte de los Estados "más civilizados del mundo". No en vano la organización que recoge a la "créme" de esta elite humanitaria, la Unión Europea, anuncia para Octubre la llamada "Directiva de la Vergüenza" consistente en aumentos del período de retención, reducción de las posibilidades de reagrupamiento familiar y, en última instancia, expulsiones masivas.
Para el proletariado de todo el mundo estos ataques a los trabajadores emigrantes van a plantear la necesidad de una acción solidaria y de un fortalecimiento de la conciencia no solo de pertenecer a una misma clase explotada, sino también de comprender que el pozo de miseria y barbarie al que el capitalismo arroja a estos compañeros anuncia el único futuro que el capitalismo puede ofrecer a la humanidad.
Las escenas de los recientes desastres de Motril, Almería o la Gomera son sobrecogedoras e indignantes. Decenas de seres humanos que se han dejado no ya sus pocos ahorros sino el endeudamiento de sus familias de por vida por conseguir una plaza hacinados en una patera o un cayuco que les lleve a Europa para, precisamente, tener alguna posibilidad de salvar a su familia del agujero negro en que se ha convertido el Tercer Mundo. Con 1200 euros, como se ha visto recientemente en el drama de Almería, apenas se tiene derecho a una "Zodiac" en mal estado y además sin conductor, pues como mucho se "adiestra" a uno de los pasajeros en el manejo de la "embarcación" en una "charla" pocos minutos antes de la partida. En esas condiciones lo más probable es zozobrar o perderse durante días en mitad del mar, viendo como se acaban los víveres y el agua y teniendo que empezar a arrojar los cadáveres al fondo de la embarcación como ha sucedido en el desastre de la Gomera, o directamente al mar como en el caso de Almería, dándose además la sobrecogedora circunstancia de que gran parte de esos cadáveres eran los propios hijos de las "pasajeras" de la patera. Eso, lo de arrojar a tus propios hijos por la borda, que ha sido uno de los elementos más explotados por el morbo truculento de los telediarios, se explica por el hecho de que muchas pasajeras de las pateras viajan con sus hijos de corta edad o esperan a estar embarazadas para emprender la arriesgada travesía, para tener un medio de presión a las autoridades y evitar ser repatriadas si son descubiertas. Por otra parte, dejar los hijos en Africa equivale también prácticamente a una condena a muerte pues el destino del 25% de los niños africanos está escrito: Morirán antes de los 5 años como consecuencia de la desnutrición o las enfermedades.
Todo esto le parece "insoportable" al presidente Zapatero, que pone su estudiada "faz" de sufrimiento fingido para tratar de ocultar su propia responsabilidad en el drama de la muerte de miles de emigrantes. Lo que resulta cada vez más repugnante e intolerable es su cinismo y el de sus secuaces de los gobiernos "democráticos". El Sr. Zapatero, que se presenta hoy como el más sensible de todos los dirigentes mundiales al drama de la emigración, no vaciló hace menos de 3 años en levantar una "sirga" electrificada para que los emigrantes que trataban de entrar en Ceuta y Melilla quedaran atrapados en las alambradas. Tampoco le tembló la mano a la hora de "subcontratar" a la gendarmería marroquí que no tiene fama precisamente de modales "democráticos" para dispersar en mitad de la nada africana a quienes habían viajado durante meses y años para llegar a "las puertas de Europa" (véanse los artículos que publicamos entonces /accion-proletaria/200510/206/crisis-de-la-emigracion-en-la-frontera-hispano-marroqui-la-hipocresia-d [48]). Zapatero que habla hoy de aumentar la ayuda a la cooperación mundial al cabalístico 0'7% del PIB(1), no ha dudado en invertir un chorro de millones de euros en navíos de guerra y sofisticados sistemas de vigilancia electrificada que blinden Europa. Es precisamente este musculoso sistema de represión de la emigración lo que fuerza a los emigrantes - desesperados como están por la situación de hambrunas, epidemias, matanzas tribales y otro tipo de razzias sangrientas(2) que se vive en sus países de origen - a huir por rutas más largas y peligrosas, lo que conduce antes o después a la tragedia.
Denunciamos con todas nuestras fuerzas, por tanto, la hipocresía criminal de la clase dominante pues no sólo busca ocultar su responsabilidad ante tanta muerte y tanta barbarie, sino que quiere, además, convencernos de que las medidas de represión de la emigración "ilegal", y el endurecimiento de las condiciones de residencia en los países "civilizados", se toman pensando en el bien de los propios emigrantes.
En esta carrera de inhumanidad y cinismo la Izquierda no tiene nada que envidiar a la derecha. Es, si cabe, aún más repugnantemente cínica. Así por ejemplo en España es el PSOE el que mientras denuncia la xenofobia del PP y se presenta como "integrador" (ofreciendo a algunos emigrantes el derecho a votar en las elecciones municipales), se encarga por ejemplo de organizar "razzias" para aterrorizar a los emigrantes como la que hemos visto semanas atrás en Torrepacheco (Murcia). Es esa misma izquierda que denuncia el "racismo" larvado de la Derecha, la que suelta euros a los gobiernos de los países de origen de los emigrantes pero no para que estos mejoren la calidad de vida de su población e impidan la emigración (¿se caen ahora del guindo ZP o Moratinos?), si no para que encierren a quienes osan huir de la miseria, como ha puesto recientemente en evidencia Amnistía Internacional que ha denunciado lo que se llama el "Guantanamito" de Nuadibú en Mauritania construido y financiado por el gobierno "socialista". La maquinaria de propaganda que presenta a algunos gobiernos como más sensibles o más "humanitarios" que otros que se demonizan como paradigma del racismo es el viejo truco de utilizar la barbarie de los demás para ocultar la propia. Así por ejemplo, las más "civilizadas" potencias europeas se "indignan" ante la criminizalización que hace Berlusconi de los gitanos como un delito de "lesa humanidad", y tratan con ello de ocultar la prolongación del período de retención de los emigrantes "ilegales" que acaban de adoptar los gobiernos democráticos, o el hecho de que esos Centros de Retención son auténticas cárceles como ha denunciado de los CR españoles la propia Relatora de la UE para la emigración, o verdaderas infraviviendas donde se hacinan indignamente cientos de personas como se ha visto recientemente en el incendio de Vincennes en Francia (véase Revolution Internationale, publicación de la CCI en Francia, nº 392).
Confiar en que un Zapatero o un Obama vayan a proteger más a los trabajadores emigrantes que un Berlusconi o un Bush supone caer en funestas ilusiones en los gobiernos capitalistas y cerrar los ojos a la realidad que se impone con toda su brutal crudeza. Así por ejemplo en la España de ZP, se están impulsando medidas como restringir el reagrupamiento familiar sólo a quienes vengan con un contrato de trabajo, o la segregación en las escuelas catalanas (donde el PSOE gobierna con los restos del PCE y los independentistas de ERC) de los hijos de los emigrantes, Ha sido el nuevo ministro "socialista", el Sr. Corbacho, el que ha propuesto la idea de que a los cientos de miles de trabajadores emigrantes que se están quedando en paro, se les abone el subsidio de desempleo en dos partes, una de ellas cuando ya estén en su país de origen y se comprometan a no volver a España en 3 años. ¿No recuerda esto la vieja práctica mafiosa de los billetes partidos?
Los ataques a los trabajadores emigrantes no son el resultado de una acentuación del racismo de la población en general ni de un triunfo de las tesis ideológicas de Le Pen contra los magrebíes o los africanos,... No. La razón es la crisis económica sin salida en la que se debate el capitalismo desde hace años.
Si estos compañeros han arriesgado sus vidas para llegar a Europa o USA, no ha sido por un afán consumista y egoista, sino por que décadas de crisis capitalista - iniciada, recordemos, a finales de los años 60 - ha dejado como un solar inhabitable regiones enteras del planeta de Africa a Centroamérica. Si estos compañeros han aceptado trabajar en unas condiciones durísimas y vivir hacinados en pisos-pateras o en condiciones muy precarias (3) ha sido por que sólo así podían levantarse al día siguiente para seguir trabajando jornadas interminables y además mandar dinero para la supervivencia de su familia en el país de origen (remesas estas de las que viven en gran parte las sanguijuelas de las burguesías locales que se permiten incluso denunciar el desprecio por el "indio" de los "neoconquistadores" europeos). Desde luego no ha sido su intención contribuir a degradar las condiciones de vida de sus hermanos europeos o norteamericanos, aunque es innegable que los explotadores de las principales potencias capitalistas han aprovechado la necesidad de estos compañeros para abaratar los costes laborales y aumentar los beneficios capitalistas. Pero eso ha estado siempre inscrito en la condición obrera. Como hemos expuesto en artículos que escribimos hace años, la clase obrera es una clase hecha de emigrantes. Fue la presión sobre las condiciones de vida de campesinos y artesanos lo que les obligo a marchar a las fábricas, a las ciudades, a otras regiones y países. Por ello en la solidaridad con los trabajadores emigrantes hay en primer lugar un reflejo de solidaridad de clase.
Pero es que además, las medidas contra estos hermanos son un hachazo más, puede que el más precoz, quizás el más espectacular, de un ataque salvaje y masivo a todos los trabajadores que se deriva de la brutal acentuación de la crisis económica. Creer que la fiera de la recesión capitalista puede ser calmada con los despidos de los trabajadores más recientemente incorporados supone cerrarse de forma suicida los ojos ante los despidos que afectan también a los trabajadores de las grandes fábricas alemanas (véase por ejemplo el caso reciente de Siemens), o los más cualificados del sector bancario.
Hay que evitar a toda costa caer en las trampas de la división y el enfrentamiento entre los explotados. Hay otra vía que refuerza nuestra unidad y nuestro combate: ¡Luchar unidos como hicieron hace unos meses los trabajadores de la limpieza del Metro de Madrid - véase artículo en este mismo número de AP -¡ ¡Luchar solidarios contra los ataques que hoy golpean a unos hermanos pero que mañana se abatirán contra los demás! Ese es el camino para frenar los ataques capitalistas. Ese es el camino para ganar fuerza y convicción en que una verdadera comunidad humana es no sólo necesaria sino también posible.
Etsoem 12 de julio de 2008.
(1) Los dirigentes de los países desarrollados llevan décadas prometiendo esa cifra para la ayuda al desarrollo y nunca se alcanza. Ahora incluso está disminuyendo. De hecho ante las declaraciones del soñador ZP que quiere ser "campeón de Europa" de lucha contra la pobreza en el mundo, y que cual ONG reclama "¡0'7% ya!, ha tenido que salir la "rigurosa" vicepresidenta De la Vega señalando que este objetivo tendrá probablemente que ser retrasado «hasta 2010, cuando salgamos de la crisis». (declaraciones recogidas en el diario El Mundo del 9 de julio).
(2) Como la desatada hace 2 meses contra los emigrantes zimbawuos y mozambiqueños en la Sudáfrica gobernada por el partido de Mandela,
(3) Un reciente informe en España expone que el 43% de las viviendas en las que habitan los emigrantes carece por ejemplo de calefacción.
Lo que publicamos a continuación es la carta que nos ha enviado un lector. Lector que es testigo directo de la brutal represión policial que han sufrido los maestros de Nantes que osaron protestar en defensa de sus condiciones de trabajo y contra las medidas disciplinarias en las escuelas previstas en el Informe Darcos. Los maestros supieron ver que tras la piel de cordero de "reducir la violencia en los centros educativos" se esconden las feroces fauces de la represión pura y dura. Represión que inmediatamente sufrieron en sus propias carnes por el "delito" de protestar contra esas medidas.
Los Maestros no han sido los únicos en sufrir en sus carnes los palos democráticos de la represión policial, como señala y saluda nuestro lector; los trabajadores de Hacienda habían sufrido la misma brutalidad policial y al ver que sus hermanos maestros eran atacados, espontáneamente se solidarizaron con ellos uniéndose a sus concentraciones. La lección que saca nuestro lector es muy importante: ¡La mejor defensa contra la represión del Estado es la solidaridad de los trabajadores!.
El miércoles 11 de Junio se manifiestan los maestros de primer ciclo ante la Inspección del Ministerio de Educación de Nantes protestando contra las medidas Darcos[1]. Mientras una parte de los manifestantes se quedan con los niños delante del edificio, otros invaden pacíficamente pasillos y escaleras para que el Inspector del Ministerio los reciba y escuche sus demandas. La respuesta del alto funcionario es inmediata.... ¡llama a la policía!.
De inmediato las fuerzas del orden hacen acto de presencia. Un cuerpo de policía especialmente violento y muy preparado para este tipo de acciones, por lo que no necesita llevar una parafernalia especial de autoprotección[2].
Sin mediar palabra la policía empuja a los manifestantes hacia la salida con un solo objetivo: cercar a los manifestantes, intimidarlos y hacerles daño. La policía empuja por las escaleras a hombres y mujeres sin el menor miramiento, sin importarles lo más mínimo que se dañen en la caída, sin parpadear ante los gritos y llantos de los que ruedan escaleras abajo. Los que desde fuera se acercan a la rampa para ayudar a sus compañeros no salen mejor parados: la policía los agarra por el cuello y les retuercen los dedos para que suelten su presa.
Así de violentamente actúa la clase dominante cuando defiende sus privilegios, esa misma clase que con atuendo de derechas o de izquierdas, desde el parlamento y demás instituciones del Estado nos habla con buenos modales, y manda a sus esbirros para apalear a unos trabajadores que tratan de defenderse de ataques injustos y repetidos.
Tras la violencia llegan las mentiras más sucias. La prensa publica un comunicado de la Prefectura de Policía en el que se afirma que en la reyerta han resultado heridos tres policías (uno de ellos tiene para 21 días de baja). ¡Aún habrá que decirles que -por su bien- peguen más flojito para no hacerse daño!. El objetivo de tal declaración no es difícil de adivinar: hay que preparar el terreno para las condenas judiciales, complemento indispensable de la violencia policial para imponer el orden y la sumisión, el miedo y la desmoralización.
Y eso es precisamente lo que hacen. A uno de los maestros, que estaba en primera fila tratando de protegerse de los golpes como los demás, lo trinca la policía, lo tira al suelo y lo inmovilizan hincando las rodillas contra su pecho y su cara antes de ponerle las esposas. Los manifestantes se dirigen hacia la comisaría al grito de "¡Samy libertad!". Por la tarde liberan a nuestro compañero pero tiene que presentarse en la comisaría el viernes a las 9 para que se le interrogue. Los maestros que están presentes en ese momento convocan por teléfono o por correo electrónico una concentración a las puertas de la comisaría. Ese viernes 200 maestros se concentran a la puerta, la solidaridad y la indignación crecen por momentos. Los 200 iniciales pronto se convierten en 300 y, por la tarde, en 600. Para hacer saber a su compañero que están ahí y que le apoyan, aplauden, gritan consignas y hacen todo tipo de ruidos con palos en una verja próxima durante horas. En los colegios los maestros se relevan, dejando 3 ó 4 para cuidar a los alumnos mientras que el resto participa en la concentración.
Los empleados de Hacienda que trabajan en el edificio contiguo deciden bajar a la calle y solidarizarse con los maestros. Uno de ellos coge el megáfono para explicar que también ellos han sido victimas recientemente de la violencia policial en las últimas manifestaciones. Los maestros aplauden calurosamente esa intervención.
Tras 6 horas de interrogatorio Samy sale exhausto del juzgado. Desde hace tiempo la policía francesa emplea métodos tan inhumanos como los de la Stasi (policía política estalinista). La presión psicológica es insoportable. A toda costa la policía quiere que confiese que ha opuesto resistencia a las fuerzas del orden, le pasan una y otra vez un video que no prueba en absoluto la culpabilidad de nuestro compañero sino todo lo contrario, la agresividad de los policías. Pero nuestro compañero se desmorona. El juez lo acusa de violencia contra las fuerzas del orden y lo envía a un correccional en espera de que se celebre el Juicio el 23 de Febrero de 2009. Si en el Juicio le condenan perderá su condición de maestro y será expulsado de la Educación Nacional.
"Violencia, mentiras y justicia" son los pilares de un orden fundado sobre la explotación y el beneficio. Un orden que cada vez de forma más explicita da la espalda a cualquier forma de humanidad.
Todos los testimonios concuerdan: las acusaciones contra Samy son totalmente falsas y desvelan la verdadera cara de la democracia burguesa. ¡Todo vale, la mentira, la brutalidad, la falta de escrúpulos!.
El aislamiento nos debilita y nos deja indefensos ante la represión. Los maestros, los empleados de hacienda y de CHU están luchando al mismo tiempo pero cada uno por su lado. Si en lugar de ir cada uno por su lado se unieran su fuerza sería enorme. La actitud solidaria de los empleados de Hacienda hacia los maestros durante el interrogatorio de Samy ha mostrado cual es la forma de defenderse eficazmente de la represión. Pero esta solidaridad no debe ser solo puntual. Para que la burguesía recule hay que unir las luchas desde el principio cerrar filas entre los diferentes sectores ya que todos estamos confrontados a los mismos ataques, presentar reivindicaciones unitarias con negociaciones publicas, controladas por las asambleas generales.
A. E.
[1] Xavier Darcos Ministro de Educación francés, alma mater del Informe, en que entre otras cosas propone, para las escuelas publicas la obligatoriedad del uniforme, hablar de usted a los profesores « para restablece la autoridad y limitar la violencia en las aulas" y según sus propias declaraciones "Vamos a dictar un edicto según el cual un alumno que se ausente muy a menudo puede ser excluido definitivamente por decisión del Director(...) El Ministerio pondrá en marcha talleres destinados a los alumnos más difíciles (...). Progresivamente, con pequeños retoques, estamos restaurando la autoridad". Si es cierto que este tipo de medidas, que asimilan un colegio público de barrio a un reformatorio, las implementa en Francia la Derecha de Zarcosy, que nadie se haga ilusiones sobre que la Izquierda, que supuestamente defiende "las libertades públicas", piensa hacer algo diferente. Así Segolene Royal, la candidata a la presidencia por el Partido Socialista francés en las pasadas elecciones y ex-ministra de educación, apoya indirectamente la obligatoriedad del uniforme cuando dice que "las estudiantes enseñan el tanga por encima de los pantalones, lo que a los ojos de los muchachos reduce a las chicas a su trasero". Por si el mensaje no quedaba claro, Darcos, se encarga de explicarlo mejor: "Si bien la represión no debe ser la única arma contra la violencia escolar, todo acto peligroso seguirá siendo severamente sancionado".
[2] En Intenet circula un video que muestra claramente la violencia del choque. (retrait.mesures.darcos.over-blog.com/article-20393355.htm) a partir del Informativo de la cadena de TV local Nantes7, del 11 junio por la tarde (la lucha de los maestros el es ultimo de los reportajes por lo que si se quiere ver la brutalidad policial hay que esperar unos cuantos minutos).
En el invierno 2007-2008 y pese a estar inmersos en una agobiante campaña electoral las estadísticas oficiales reconocen la mayor ola de huelgas en España en los últimos 12 años. Esta ola coincide con una multiplicación de luchas en 24 países diferentes de todos los continentes y de todos los niveles de "desarrollo económico"[1].
Estas luchas han proporcionado una rica experiencia sobre la que hemos de discutir para preparar otras nuevas, imperiosamente necesarias dado todo lo que se nos cae encima con la crisis del capitalismo: inflación, desahucios, despidos, pobreza rampante, hambruna en un buen número de países...
En ese sentido, hemos leído con entusiasmo un folleto que un compañero nos ha hecho llegar titulado Historia de una huelga de limpiador@s del metro de Madrid[2]. Las reflexiones que contiene son tan interesantes como significativas y las reproducimos dejando claro nuestra simpatía y solidaridad con el grupo de compañeras y compañeros que han participado en su redacción.
La huelga de la limpieza del metro de Madrid se desarrolló desde mediados de diciembre 2007 hasta el 6 de enero de 2008. Fue una lucha muy combativa frente a la cual el Capital -tanto desde la derecha pepera como desde la izquierda sociata - lanzó una furiosa campaña tratando de aislar a los huelguistas malquistando contra ellos a los "usuarios".
"Sin trabajar en el metro nos interesó y apoyamos todas las movilizaciones que se realizaron".
Así comienza la editorial del folleto afirmando la necesidad que tenemos los trabajadores de tomar como propia cada lucha de nuestra clase y frente a quienes "nos decían: ¿qué os importa a vosotros lo que hagan los limpiadores de metro si vosotros no trabajáis ahí? ¿qué sacáis vosotros con apoyar a los limpiadores sino problemas?", la editorial argumenta: "Para nosotros la huelga de limpiadores del metro fue una huelga nuestra también. Y eso fue porque nosotros también somos trabajadores. Y entendemos que todos los trabajadores hemos de apoyarnos como iguales porque todos pertenecemos a la misma clase, la clase obrera".
"Hemos elaborado este dossier a modo de homenaje a los trabajadores que lucharon esos días. Pero no es un homenaje que recuerda el pasado como días lejanos sino con un impulso para continuar la lucha y una afirmación de nuestra clase. Aprendiendo de lo ocurrido nos dotamos de nuevas herramientas con las que continuar limpiando nuestra dignidad como obreros".
¡Efectivamente!: hemos de reconocer y honrar a los compañeros en lucha; sacar lecciones para continuar la lucha y afirmarnos como clase; y, sobre todo, defender nuestra dignidad pues no somos "unos fracasados a los que no queda más remedio que ser obreros" sino que formamos parte de la clase social portadora de la liberación de la humanidad del yugo del capitalismo.
La editorial incide en un problema que las futuras luchas deberán afrontar: la campaña asquerosa de calumnias y desprestigio que todas las fuerzas del Capital lanzan contra los obreros en lucha: "También este dossier es un intento de escapar a la manipulación llevada a cabo por los grandes medios de comunicación. La función de los medios de comunicación que nos rodean es la de manipular, engañarnos y maquillar la verdadera realidad. En el caso de la huelga su intento constante fue asociar la imagen de las limpiadoras del metro a la de vulgares delincuentes". Y propone algo que hemos de tomarnos muy en serio: "Es necesario que los trabajadores nos dotemos de nuestros propios medios de comunicación. Este dossier es un intento de llevar a cabo esta tarea, ofrecer nuestra propia visión de lo ocurrido". En futuras luchas habrá que explicar sus motivaciones a los demás trabajadores, animarles a que se sumen al combate, denunciar las mentiras de prensa, radio y TV, lanzar un debate sobre los problemas sociales, económicos y políticos que se plantean. Y ello requerirá órganos propios de los trabajadores: tanto en papel como en Internet pero igualmente será necesaria la comunicación directa, cara a cara, para vivir y sentir el calor humano del contacto vital entre trabajadores.
En el folleto el artículo "Clece, Eurolimp, Ferroser y Valoriza no nos dan de comer, nosotros les damos a ellos"[3], se recuerda que "Cuando en la manifestación del día 2 de enero de 2008 gritamos ¡Viva la lucha de la clase obrera!, todos pertenecíamos a aquella clase", que "la clase obrera somos el conjunto de personas que nos tenemos que vender ante el patrón" y que "no les importamos nosotros, sólo el dinero que nos roban".
El artículo propone recuperar nuestra identidad de clase que el capitalismo mundial ha intentado destruir desde 1989 con los acontecimientos del hundimiento del bloque "socialista", aprovechados para proclamar en una campaña machacona que "lucha de clases", "comunismo" y "clase obrera" habían muerto para siempre jamás. Por eso es muy significativo que en la manifestación del 2 de enero se gritara: ¡Viva la lucha de clase obrera!.
Pero este grito no revela triunfalismo sino que se acompaña de una mirada lúcida como se ve en otro artículo del folleto: Historia de una huelga: "Y quiénes éramos nosotras: nosotras éramos trabajadores y trabajadoras del metro y aquellos que nos hemos identificado con ellos, que cerrando filas entre las explotadas, que después de años de derrota, de pérdida generalizada de identidad colectiva, de desorientación, de categorías laborales, de aburguesamiento, de consumo, de mediación, todavía seguimos tratando de articular nuestra clase para que autónomamente tome las riendas de su futuro".
A causa de la feroz campaña anticomunista antes mencionada nuestra clase ha pasado por un periodo de más de 15 años de desorientación pero poco a poco tiende a desarrollar otra actitud: la combatividad, la recuperación de la solidaridad, volver a sentirse clase obrera. Para ello, la lucha de las limpiadoras de Madrid y el folleto que estamos comentando, son una valiosa contribución. Hemos de orientarnos hacia la recuperación de la identidad y la solidaridad de clase, que vuelva a resonar el grito de las manifestaciones obreras de 1976 en España: SOMOS OBREROS ¡UNETE! Un grito que hacía que más y más obreros se sumaran a la lucha, que masivamente ocuparan las calles, humillando al entonces ministro de la Gobernación, el Señor Fraga, que había proclamado arrogantemente "La calle es mía".
El artículo recoge lo que constituyó la fuerza de la lucha: "De inmediato la protesta de estas "marujas de la fregona" (como dijo uno de los patronos) se transformó en una huelga llamada a marcar un punto importante en los procesos de lucha de Madrid de estos años. Porque ya no estamos acostumbrados a ver una huelga indefinida, de más de 1500 trabajador@s, de distintas empresas, de distintos sindicatos y sin sindicar, unidos por una tabla reivindicativa que trata de no categorizar a las trabajadoras, sino de unirlas en unos puntos comunes, que moviliza a sectores sociales solidarizados con las trabajadoras, que genera un debate dentro y fuera de los vagones, que es capaz de provocar iras y errores en el enemigo y que se extiende de manera descentralizada".
Esas "marujas de la fregona" han demostrado una dignidad, un compañerismo y también una inteligencia política que efectivamente han "marcado un punto" en la lenta pero real maduración de las luchas obreras actuales.
Porque las compañeras -muchas de ellas emigrantes- mostraron una fuerte solidaridad: "la renovación de los contratos de algunas trabajadoras en estas fechas de inusual solidaridad obrera se convierten en el punto añadido en la negociación de la tabla. Los trabajadores se dan unos aires que irrita a las jefas y patronos acostumbrados a ver las nucas de las orejas gachas y no la frente de las cabezas altas".
Pero igualmente supieron resistir y permanecer unid@s frente a la brutal campaña represiva y mediática que se desencadenó contra ellos: "pronto lanzaron a sus perros de guardia, a la policía, para debilitar las acciones de los trabajadores y a sus perros de prensa para manipular y criminalizar y evitar así la solidaridad que pudiese difundirse entre los trabajadores. Empiezan aquí a usarse palabras como usuario en lugar de trabajador viajero; vándalos en lugar de huelguistas o paros en lugar de huelga. No faltan los servicios desinformativos, donde para no arriesgar encuestan a turistas extranjeras de edad avanzada y clase acomodada sobre la impresión que les produce la falta de limpieza, por extensión, la falta de responsabilidad al servicio de los intereses de la nación, que son los intereses de la clase dominante".
Los trabajadores no caen en las trampas que les tiende la señora Aguirre que amenaza con romper los contratos con las empresas de limpieza ni tampoco queman inmediatamente todos sus cartuchos: así respetan los servicios mínimos para demostrar que no quieren perjudicar a los "trabajadores viajeros" y para "tener un as en la manga" ante la radicalización del conflicto.
Del mismo modo, ante las innumerables cámaras instaladas en el Metro -que permiten espiar piquetes y reuniones- desde "el 22 de diciembre se generalizará el corte de cables de las cámaras para evitar su control y manipulación por parte de la patronal".
Pero lo más importante fue la búsqueda de la solidaridad: "El 30 se hace pública la convocatoria de una manifestación para el 2 de enero, una demostración de fuerza que partirá de Atocha y llegará a Tirso (...) el día de la manifestación, cientos de limpiadoras, familiares, amigos solidarios, empiezan a concentrarse antes de la hora fijada,(...). Muchos sentimientos encontrados en esta manifestación: euforia por la cantidad de gente que participó, complicidades intergeneracionales entre los mozos y las currelas".
La manifestación del 2 de enero fue una experiencia importante en la búsqueda de la solidaridad activa de los demás trabajadores. Pero al mismo tiempo mostró las dificultades y las debilidades que todavía arrastra el conjunto de la clase obrera.
La solidaridad con las trabajadoras fue muy puntual y limitada. Como dice el artículo "cuesta romper ese cerco que nos aísla del resto de trabajadores de otros sectores y menos concienciados políticamente. Los medios de desinformación han afilado sus armas y mejorado su puntería. Cuesta sumar nuevas fuerzas y aportaciones a los piquetes y acciones, así como la solidaridad económica para sostener una huelga que se está alargando (...) falta la solidaridad de otros trabajadores de esos grupos, como son los de la construcción o por ejemplo, de las plataformas de barrio que luchan contra la especulación (...) El resto de limpiadores de otros sitios se mantienen al margen, universidades, hospitales, resto de centros públicos o privados no mueven pieza, no golpean al unísono"
El artículo parte de la necesidad vital de la solidaridad entre trabajadores para llevar la lucha adelante. Afirma claramente la necesidad de golpear al unísono, de sumarse a la lucha para ser todos más fuertes. Sin embargo, es importante que llevemos a cabo un debate sobre cómo desarrollar la solidaridad.
Una primera cuestión es ¿qué sentido tiene la solidaridad económica? En el siglo XIX las cajas de resistencia tenían sentido para las luchas obreras. El capital estaba muy atomizado y no había alcanzado el grado de unión que le proporciona el capitalismo de Estado actual, por otro lado, la tendencia general del capitalismo era hacia la expansión de los negocios, la conquista de nuevos mercados. En tales condiciones, la fuerza de una huelga estaba en la resistencia, en la larga duración de la misma, y para ello la solidaridad de los demás obreros se expresaba fundamentalmente en aportar dinero a la caja de resistencia o en tomar a cargo la alimentación de los hijos de los huelguistas.
Pero ¿se dan ahora las mismas condiciones? Pensamos sinceramente que no y por ello entendemos que si la solidaridad se reduce al apoyo económico se está provocando un doble efecto: en los obreros huelguistas se produce la falsa idea de que su fuerza está en una lucha larga y aislada. Por su parte, en los demás obreros dar unos cuantos euros les da la impresión de que han aportado algo cuando en realidad se han quedado pasivos, encerrados en sus propios problemas. La solidaridad es -como muy bien apunta el artículo- la extensión de la lucha por los propios trabajadores, la comprensión de que luchando juntos ganamos todos, de que la principal fuerza de una lucha es que sea asumida como propia por los demás trabajadores y que se movilicen porque sienten que algo muy suyo está en juego.
Una segundo cuestión es ¿cómo organizar la solidaridad? ¿quién la toma a cargo?
El artículo plantea que el día 30 por la tarde "se reúnen distintos colectivos anticapitalistas para coordinar ese apoyo a la huelga, de allí sale un bloque de apoyo a la mani, propaganda y comunicado. Se intenta coordinar algo que ya estaba de facto y es el apoyo de la militancia anticapitalista".
Queremos saludar el apoyo y la entrega generosa de esos compañeros. El desarrollo de la solidaridad no consiste en una fórmula perfecta que se aplica y ya está, al contrario, es un aprendizaje donde hemos de hacer balance crítico de los intentos habidos. Hemos de ver a través de un debate si ese medio de una "reunión de colectivos" es el más adecuado para desarrollar la solidaridad. ¿No transmitiría este planteamiento la idea de que la solidaridad es un asunto de minorías politizadas cuando en realidad es un asunto vital que incumbe a cualquier obrero? ¿No estaríamos encerrando a los compañeros y compañeras que sienten la necesidad de unirse a la lucha en un papel compartimentado de "supporters exteriores" de la lucha, es decir, que los trabajadores en lucha estarían en un papel y ellos en otros papel separado y exterior?
Es igualmente una cuestión que nos debemos plantear. A este respecto, quizá la experiencia de los estudiantes franceses de 2006 puede aportar elementos para avanzar[4].
Refiriéndose a la manifestación del 2 de enero el artículo pone al desnudo cómo los sindicatos se aprovechan escandalosamente de la lucha para promocionarse: "llega "el de las banderas de UGT" para parecer que son lo que no son, reparten banderitas de plástico para la foto, buscan lo que no tienen, porque en los andenes y en los fregaos no les hemos visto, en fin, pero la gente le coge las banderas porque parece que así protesta más".
Pone igualmente los puntos sobre las íes sobre el Sindicato de Estudiantes: "rabia cuando los del mitin agradecen más los cuatro duros que aportó el Sindicato de Estudiantes, conocido por su mamoneo partidista y reconocido rompehuelgas, delator y traidor del movimiento estudiantil, en lugar de reconocer y agradecer la solidaridad de cientos de trabajadoras que han apoyado la huelga de en cien mil modos".
Esta reflexión es muy clara y va en sentido de que los trabajadores reconozcamos con quién podemos contar y quienes son nuestros enemigos aunque se disfracen de corderos que sueltan cuatro euros. Hemos de agradecer y honrar la solidaridad y la combatividad de esos hermanos anónimos que lo dan todo por nuestra lucha y rechazar a esos organismos que se presentan como "profesionales de la lucha" pero que en realidad son especialistas de su sabotaje. Esa es la conclusión que saca el artículo cuando dice: "El sindicato Solidaridad Obrera divulga un comunicado de apoyo el día 3 de enero, bonito gesto que le hace quedar bien delante de la galería y no le compromete a nada mientras el resto de sindicatos siguen representando su papel en el teatro de las negociaciones con el enemigo, Comisiones Obreras a ver si el resto de sindicatos pierden el órdago y queda como el únicos sindicatos sensato por negociar los convenios dónde y cómo es ordenado por el amo, UGT y CGT reuniéndose con la patronal a solas porque hay que garantizarse una buena relación cuando el conflicto se acabe y el mamoneo vuelva sin pudores ni tapujos, USO que sigue comiéndose pocas roscas y CNT que participa en la estructura de poder vertical que supone el comité de huelga, que plantea los acuerdo a las asambleas, en lugar de que sean estas asambleas las que planteen, propongan y dispongan, que dice que el derecho de huelga queda cancelado por la cláusula de paz, cuando en realidad no es así pero es un discurso que le viene bien para ganar posiciones ante los otros sindicatos".
Al hilo de lo anterior, el artículo insiste en la principal debilidad de la lucha de la limpieza: "La inexperiencia auto organizativa de los trabajadores ha permitido a los sindicatos tener un papel primordial en esta huelga. Mientras tanto, las asambleas de los trabajadores son consultadas sobre las iniciativas que ellos no producen, eligen pero no crean, ratifican pero no producen los ritmos de la huelga, la situación se les escapa en el momento que les poner por delante una votación, si o no, acuerdo o ruptura, izquierda o derecha, Pepsi o coca cola".
El Capital juega con nosotros utilizando dos barajas: enfrente de nosotros la Patronal y el Gobierno se muestran como representantes del Estado. Pero dentro de nuestras propias filas, en los centros de trabajo, utiliza su mejor baza: los Sindicatos.
Los sindicatos, a través de su tropa de permanentes, de "representantes electos", de "especialistas" de todo tipo y con el concurso lamentable de compañeros honestos pero profundamente desorientados, nos repiten todos los días la misma cantinela: "Sois unos aburguesados, unos egoístas, unos fracasados incapaces de pensar por vosotros mismos".
Con este ataque a la yugular de nuestra autoestima, con este propalar incesante en nuestras filas del destructor sentimiento de culpa, quieren venderse como el único medio que tenemos para "luchar", se nos presentan como los profesionales de la organización y la negociación. De esta forma el círculo vicioso a nuestro alrededor queda cerrado: por un lado, los capitalistas y sus medias nos dicen que somos unos fracasados en la vida lo que nos ha condenado a "ser obreros"; del otro lado, los sindicatos nos dicen que somos unos fracasados y unos inútiles para luchar. Desde ambas trincheras nos lanzan el fuego graneado de la desmoralización, la impotencia, el sentimiento de culpa, la desconfianza en nuestras propias fuerzas.
Como muy bien denuncia el artículo "nos quedamos de una pieza cuando una trabajadora que estaban entrevistando pedía comprensión y paciencia a las usuarias en lugar de reclamar solidaridad y complicidad entre trabajadoras, en definitiva apoyo mutuo. O cuando otro de los mitin pedía "aguantar un poquito más", que justo tiene el sentido contrario, la huelgas no se aguantan porque no son algo negativo que se soporta, es un ejercicio de dignidad y liberación a través de la lucha".
Si dejamos la lucha en manos de los sindicatos se produce este sabotaje sutil desde el propio "Comité de Huelga" que dice representarnos: al pedir "comprensión" a los usuarios está participando en la campaña contra la huelga y al decir que hay que aguantar está llamando a la desmovilización.
Tomar a cargo nuestra propia lucha no es fácil y no hay fórmulas. El principal paso es celebrar Asambleas Generales abiertas a los demás trabajadores pero, como reiteran los compañer@s se trata de que sean Asambleas decisorias y soberanas, que todo pase por ellas, que allí se discuta cuando empieza la huelga y cuando termina, qué pasos se dan, cómo se dan y quién los da; que abriéndose a trabajadores de otras empresas, sectores, trabajadores viajeros etc.[5], desarrollen un debate práctico sobre cómo impulsar una solidaridad y una extensión efectiva de la lucha.
CCI 6-7-2008
[1] Ver Acción Proletaria nº 201 Amenaza de hambrunas por la inflación: Crisis capitalista y respuesta obrera, /content/2271/amenaza-de-hambrunas-por-la-inflacion-crisis-capitalista-y-respuesta-obrera [51]
[2] El folleto ha sido editado por Grupo Editorial Ensuciemos el Metro y la dirección de contacto es [email protected] [52] . En la Red se puede encontrar en klinamen.org/images/banners/dossier_metro.pdf.
[3] Se trata de las empresas a las que el Metro de Madrid subcontrata la limpieza.
[4] Ver https://es.internationalism.org/rint/2006/125_tesis [53]
[5] Hace dos años la huelga de los trabajadores del metal de Vigo nos proporcionó un ejemplo vivo de esa lucha por hacer de la Asamblea el órgano soberano de la lucha: "La huelga del metal vigués ha sido muy masiva y se ha dado como forma de organización la Asamblea Pública en plena calle que por decisión de los trabajadores estaba abierta a todo aquel que quisiera dar su opinión, expresar su apoyo o plantear sus problemas o quejas. Más de 10.000 trabajadores se han reunido diariamente para organizar la lucha, decidir acciones a tomar, ver a qué empresas dirigirse para pedir la solidaridad de los trabajadores, escuchar qué se dice de la huelga en la radio, en los comentarios de la gente etc. Es significativo que los obreros de Vigo hayan desarrollado el mismo método que los estudiantes de Francia en su reciente movimiento. Allí también las Asambleas eran abiertas a trabajadores en activo, a jubilados, a padres de alumnos. Allí también las Asambleas han sido el pulmón del movimiento. Es también significativo que ahora en 2006 los obreros de Vigo recuperen la práctica de la gran huelga de 1972 adonde se celebraban diariamente Asambleas Generales de Ciudad. La clase obrera es una clase internacional e histórica y en ello reside su fuerza". Ver /content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha [54]
El artículo que publicamos a continuación ha sido elaborado por los compañeros del grupo Internasyonalismo de Filipinas. Este documento nos muestra el cinismo con el que la clase dominante en Filipinas, ya sea en el Gobierno o en la oposición, trata los sufrimientos de la población debidos a las crisis alimentarías. Estas crisis no son el resultado de las malas cosechas sino el resultado del deseo insaciable de beneficios de la economía capitalista. Las víctimas de toda esta situación son la clase obrera y las masas de desheredados golpeados de lleno por el aumento desmesurado de los precios de los alimentos. Esta terrible situación va a desarrollarse a peor, porque la clase capitalista destruye progresivamente el sistema ecológico del que depende la producción de alimentos del conjunto de la humanidad.
A lo largo de este documento se puede observar el nefasto papel que juegan en la crisis alimentaría la producción de biocarburantes y la degradación de las zonas productoras de arroz. En ese contexto, debemos tener en cuenta, el papel que juegan los intereses del capital especulativo. Según Jean Ziegler, comisionado especial de la ONU sobre los derechos alimentarios, al menos el 30% del aumento de los precios esta directamente ligado a la especulación. Los capitales especulativos de los mercados inmobiliarios de Estados Unidos y Europa se ha orientado vorazmente hacía los mercados de bienes de consumo y, en especial, hacía los productos alimentarios.
Este fenómeno ha sido recientemente "descubierto" por los medios de comunicación, pero no ha dejado de desarrollarse de forma sistemática desde hace décadas. Las revueltas del hambre en Haití, Bangla Desh de Pakistán o de Egipto han llevado al primer plano de la actualidad este fenómeno de las consecuencias del incremento vertiginoso del precio de las materias primas, pero el hecho es que es el resultado directo de décadas de estragos del capitalismo. En Filipinas, durante un tiempo, los Gobiernos nacionales, como el de Arroyo, intentaron ignorar los signos de una crisis en gestación, incluso cuando los precios del arroz aumentaban de forma vertiginosa (hasta un 34 % por año)[1]. La presidenta de Filipinas en aquella época ironizaba diciendo que estos hechos nada tenían que ver con una crisis alimentaría porque, decía, " ...esto es un fenómeno físico cuando se ve a mucha gente haciendo cola en las calles para comprar arroz. ¿Veis hoy colas en las calles?[2] ..". Actualmente vivimos, a escala mundial, una inflación de los precios de los productos alimenticios, que afecta particularmente a los más básicos como el maíz, el arroz o el trigo. Según la FAO (Organización de la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas) entre Marzo de 2.007 y Marzo de 2.008, ha habido una aumento de un 88% de los cereales, un 106% de los aceites y las grasas y un 48% de los productos lácteos. Un informe del Banco Mundial señala que 36 meses antes de Febrero de 2.008, el precio global de los productos alimenticios había aumentado un 83% y que, esperaba que este aumento de precios se siguiera produciendo hasta el año 2.015 muy por encima de los altos niveles del 2.004[3]. En Tailandia, la variedad de arroz más popular, que se vendía hace cinco años a 198 dólares la tonelada, alcanzó el precio récord de 1.000 dólares la tonelada el 24 de Abril de 2.008[4]. El mismo fenómeno se repite en el mundo entero. En Filipinas, el precio del arroz al pormenor ha pasado de 60 céntimos de dólar por kilo hace un año a 72 céntimos el kilo hoy en día. En un país donde 68 millones de personas (sobre un total de 98 millones) tienen para vivir dos dólares al día o menos[5], esta situación se ha convertido en una terrible pesadilla.
La crisis alimentaría es el resultado de la crisis permanente del capitalismo desde finales de los años 60. Las diferentes economías nacionales luchan por mantenerse a flote en un mundo en el que la competencia es intensa en un mercado mundial saturado. En consecuencia, los gobiernos adoptan políticas destinadas a favorecer el crecimiento de las industrias o sectores que van a reportarles mayores beneficios más que partir de aquellas que podrían cubrir las necesidades de la población. La combinación de la utilización sin limites de los recursos naturales y la opción de la producción industrial por el beneficio, que aumenta los niveles de polución y las emisiones de gases invernadero a escala mundial, hacen que el capitalismo haya elegido la receta explosiva que contiene los ingredientes de su propia destrucción. En el terreno de la producción agrícola, la utilización de productos nitrogenados y la sobreexplotación del suelo para aumentar la producción avícola han destruido la productividad de centros agrícolas anteriormente fértiles. Si bien es cierto que la aplicación de métodos de cultivo más elaborados al comienzo de las revoluciones verdes condujo al mundo entero a un aumento de la productividad, no es menos cierto que hemos visto permanentemente una caída de la producción agrícola en todo el mundo. Según un informe del Instituto de las Ciencias de la Sociedad, con sede en Londres: ".....En India, el rendimiento en cereales por unidad de grano utilizado ha disminuido en dos terceras partes en los años de la Revolución Verde. La misma situación se da en todas partes. Entre 1.970 y 2.000, el aumento anual de empleo de granos de arroz ha pasado de ser de 3 a 40 veces superior al rendimiento conseguido posteriormente. Sin embargo, se constata, que en todas partes ha habido una caída absoluta de la productividad a pesar de la inyección masiva de granos, lo que ha hecho finalmente hacer explotar la burbuja de la revolución Verde. En los años 1.990, tras aumentos espectaculares en los primeros momentos de la Revolución Verde, los rendimientos comenzaron a bajar. En Luzón Central (Filipinas), la productividad de los cultivos aumento regularmente durante los años 1.970, se estanco en los años 1.980 y, desde entonces no ha dejado de caer. Situaciones similares se pueden observar en los sistema del cultivo del arroz y del trigo en la India y también en Nepal (...) Desde el 2.000, la productividad no ha dejado de caer, hasta el punto de que en los últimos 6 o 7 años la producción de trigo ha caído por debajo de los necesarios niveles de consumo..."[6].
La búsqueda del beneficio a cualquier precio en un sistema decadente ha generado tal nivel de contradicciones que ha conducido a la destrucción de la fertilidad natural del suelo. Están, de hecho, prácticamente agotados. Si bien es cierto que la economía mundial produce más comida que la que se necesita, una enorme cantidad de lo que se produce y distribuye por el comercio capitalista mundial se deteriora antes de llegar a los mercados, y cuando llega, millones de personas no tienen dinero para poder comprarlo. En última instancia, el punto final de esta crisis lleva a la pauperización de la clase obrera y al hundimiento de la mayor parte de la humanidad en la pobreza más absoluta, es decir a la indigencia y la miseria. A pesar de ello, la primera preocupación del capitalismo siempre es la misma, acumular plusvalía y jamás partir de la satisfacción de las necesidades de la sociedad.
Según Arturo Yap, Secretario del departamento de Agricultura de Filipinas "...no estamos ante una crisis alimentaría, vivimos una crisis del precio del arroz. Cada uno buscamos soluciones innovadoras en nuestros países, es decir, como resolver no sólo la cuestión del aprovisionamiento sino también abordar los problemas del precio para saber como hacer para que las familias pobres puedan comer...". Este funcionario burgués señala que hay cinco problemas esenciales en la "crisis del arroz" actual en Filipinas que el Gobierno quiere resolver: en primer lugar un incremento de la demanda por el aumento de la población; en segundo lugar, los efectos del cambio climático sobre la producción; tercero, la explosión de la demanda de biocarburantes; cuarto, la conversión permanente de tierras agrícolas en tierras para otros usos y, finalmente, el mal mantenimiento de los sistemas de riego. A primera vista, parecen razones que pueden explicar adecuadamente las pretendidas causas de la "crisis del arroz" en Filipinas. Pero, el hecho esencial, es que: el cuadro real de todos estos elementos es, en última instancia, el sistema capitalista mundial de producción. Elemento sin el cual no pueden entenderse las raíces de los problemas alimentarios que se viven hoy en día.
La realidad es muy diferente a la que nos dibuja el Sr. Yap. Veamos. En primer lugar, el "aumento desmesurado de la demanda por el aumento de la población", no es más que una mala excusa para ocultar que todo lo que produce la economía capitalista esta orientado hacia la extracción de plusvalía y no a la satisfacción de las necesidades humanas. En segundo lugar, los efectos del cambio climático sobre la producción agrícola son también el resultado directo del sistema de producción capitalista. Por ejemplo, la industrialización por sí misma no es la responsable de los cambios climáticos, sin embargo sí que lo es la "...búsqueda del máximo beneficio y la indiferencia que ello provoca respecto de las necesidad ecológicas y humanas..."[7]. Todos los Estados capitalistas, incluyendo al filipino, que reconocen que la degradación del medio ambiente tiene un peso cada vez mayor, sabotean sistemáticamente la búsqueda de energías alternativas, más favorables para el medio ambiente. En tercer lugar, la creciente demanda de biocarburantes en detrimento de la producción agrícola es en sí misma el resultado de una política deliberada de los Estados, incluido el Gobierno de Arroyo, que busca librarse del peso de la dependencia de su producción industrial respecto de las necesidades de petróleo que dependen del exterior. En todos los casos, intentar rebajar las necesidades de dependencia respecto del petróleo arguyendo "motivos sociales" no hace más que debilitar la capacidad que tiene cada Estado en invertir en medios para la producción militar y de guerra. Por tanto, no es una preocupación por el medio ambiente lo que mueve a desarrollar a los Estados una política de aumento de los biocarburantes , sino la necesidad de cada Estado de ser lo menos dependiente posible del petróleo. Hay que subrayar el hecho de que ya durante la Segunda Guerra mundial y los esfuerzos de guerra que supuso para los llamados Aliados y para los países del Eje , fueron utilizados tanto por los Estados Unidos como Alemania los biocarburantes aparentemente descubiertos en la actualidad. En Filipinas, la transformación de la producción agrícola en producción de biocarburantes responde a los esfuerzos del Gobiernos filipino por conseguir la mayor parte posible de ingresos en dólares. En cuarto lugar, la transformación sistemática de tierras cultivables en pequeñas parcelas, en terrenos de golf, complejos industriales, etc., es también el resultado de una política premeditada y deliberada de los Gobiernos de todo el mundo. Las décadas de política del viejo CARP (Programa Comprensivo de Reforma Agraria) han sido un fracaso y un desastre al mismo tiempo. En un contexto de intensa competencia en el marco del mercado mundial, destruir la pequeña producción agrícola a causa de los elevados costes de inversión y del endeudamiento creciente, ha obligado a los agricultores, bien a abandonar las tierras, o bien a plegarse a las condiciones leoninas de los grandes propietarios para arrendar de forma precaria sus tierras, práctica dominante en la región de Mindanao en particular y, en el conjunto de Filipinas[8]. Por lo que respecta al problema recurrente de la desidia y mala gestión de los sistemas de regadío en Filipinas, la mala gestión y la corrupción del Gobierno, son una expresión de las formas ideológicas de la decadencia del capitalismo, período en el que el "cada uno para sí" reina como primer criterio en todas las decisiones.
Como no podía ser de otra forma la respuesta de cualquier Estado sometido a una crisis de gran amplitud en el marco de la decadencia del capitalismo, el Estado filipino, con el régimen de Arroyo, ha respondido a los problemas con una creciente intervención del Estado, política que ha sido apoyada por todas las formaciones de izquierda en este país. Tanto la Derecha como la Izquierda se han unido para decir que solo el Estado puede salvar a los obreros y a los desheredados de los sufrimientos del hambre y la miseria. Todos intentan ocultar que es el Estado el principal responsable en mantener las reglas de la esclavitud asalariada e imponer todos los sufrimientos que exige el capitalismo en descomposición. Con la excusa de ser "más radicales", en sus palabras y en el contenido de su discurso, las diferentes corrientes izquierdistas hacen presión para que el control del Estado sobre la sociedad sea absoluto y agresivo. La crítica "izquierdista" según la cual la intervención del Estado no es "suficiente" y debería "aumentar" el presupuesto de agricultura, dar más "subsidios para el arroz" a los más "pobres de entre los pobres", y poner "limites" a los comerciantes privados que se lucran con la compra y distribución del arroz, demuestra que los izquierdistas quieren un control absoluto del Estado en la situación. Hasta tal punto llega su "radicalismo" que defienden el ideario de la necesidad de una dictadura de partido y del totalitarismo - de hecho la antigua política de los llamados países "socialitas" con control completo del Estado sobre la sociedad. Quieren hacernos creer que serían los vestigios y las "soluciones" de la Revolución de Octubre de 1.917.
La Izquierda y la Derecha del capital van a presentar programas mistificadores que ocultan que no hay soluciones a la crisis en el marco del sistema capitalista. Las contradicciones entre las fuerzas y las relaciones de producción han llegado a su punto más elevado. No puede haber ningún tipo de intervención "reformista" o "parcial" del Estado que pueda dar una solución al problema de fondo: el capitalismo y sus leyes económicas no puede llevar más que a una crisis de destrucción cada vez más intensa del medio ambiente. Cualquier solución que nos propongan en el marco de las leyes capitalistas conducirá a un deterioro mayor de las condiciones de vida de la clase obrera y de las masas desheredadas. Aunque el Estado pudiera ejercer un control absoluto sobre la vida económica de la sociedad, la crisis continuaría intensificándose por el hecho de la saturación del mercado mundial y la incapacidad de las masas obreras y desheredadas para adquirir lo bienes de consumo que existen en el mercado mundial sobresaturado. La historia ya ha demostrado, con creces, que el capitalismo de estado y el totalitarismo son respuestas fallidas del capital ante una crisis que cada día se intensifica. La caída del "imperio soviético" en los años 1.990 es una prueba irrefutable de lo que afirmamos.
La solución de la crisis no se puede encontrar en un sistema agonizante, sino fuera y al margen de él. Solo puede darla la clase que detenta los gérmenes de la futura sociedad. Solo esta en manos de la clase obrera. La solución no puede venir, como nos demuestra la historia, ni por la vía de las reformas, ni por la transformación pacifica del capitalismo al socialismo. La solución no se encuentra en el control absoluto del Estado sobre la vida de la sociedad, sino en la destrucción del capitalismo y del Estado que le sirve como aparato de dominación. En otros términos, la solución a la crisis alimentaría, pasa por destruir el sistema basado en el beneficio para sustituirlo por un sistema basado en la satisfacción de las necesidades humanas.
La primera etapa en esta dirección de la transformación revolucionaria de la sociedad no puede llegar de la actitud reformista de las organizaciones izquierdistas del capital, porque como hemos demostrado representan la intervención absoluta del Estado Burgués. No hay posibilidades de realizar un cambio revolucionario basado en la vía política pacifista y "legalista" de los "lakbayan" (marchas de protesta) popularizadas por las formaciones izquierdistas en Filipinas. No puede venir tampoco por la vía del sindicalismo. Únicamente está en manos de la clase obrera[9], que tiene que enfrentarse a los ataques del capital en su propio terreno de clase, con sus propios órganos unitarios de lucha, las asambleas obreras, el embrión de los Consejos Obreros.
¡ Trabajadores del mundo, uníos ¡. Solo el camino de la unidad de clase a nivel mundial puede llevarnos al momento más importante de la lucha del movimiento proletario: la revolución proletaria mundial.
Internasyonalismo ( 07/05/2008)
[1] Ver "Environment News Service" para encontrar en inglés el informe, o buscar en la Web de Naciones Unidas para encontrarlo en francés
[2] Gil C. Cabacungan Jr. " Mise en garde d´Arroyo sur la crise du riz », Philipines Daily Inquirer (24/03/2008).
[3] Rising Food Prices: Opciones políticas y Banco Mundial, pagina 2 (subrayado por nosotros).
[4] "Bangkok, 24 Abril, los precios del arroz thäi benchmark han sufrido un aumento del 5% con un récord de más de 1000 dólares la tonelada el jueves. Los exportadores esperan conseguir beneficios superiores si los compradores de Irán e Indonesia buscan estos productos en el mercado..." (retomado de la agencia Reuters, citado por Flex Mews).
[5] Oficina Nacional de Estadistica, "Los ingresos familiares y los gastos". Publicado el 11/01/2008.
[6] Beware the News " Doubly Green Revolution", ISIS Press Release, 14/01/2008
[7] " Caos imperialista, desastre ecológico, el capitalismo en perdición". Revista Internacional (CCI) nº 129.
[8] "La guerra de la banana en Filipinas" , 08/07/1998. Melissa Moore (ver en www.foodfirst.org [55]).
[9] "...la emancipación de los trabajadores será obra de la clase obrera.." AIT, Estatutos Generales, Octubre de 1864.
En el anterior artículo de esta serie(1) concluíamos: «Por tanto, el significado histórico fundamental del Mayo del 68 no se ha de buscar ni en las "especificidades francesas", ni en la revuelta estudiantil, ni en la "revolución de las costumbres" que nos repiten hoy con todos los tonos y melodías (los ideólogos de la burguesía) sino en la salida del proletariado mundial de la contrarrevolución y su entrada en un nuevo periodo histórico de enfrentamientos contra el orden capitalista. Un periodo que está caracterizado igualmente por un nuevo desarrollo de las corrientes políticas proletarias, la nuestra entre ellas, que la contrarrevolución había o eliminado prácticamente o reducido al silencio. »
De este desarrollo de las corrientes revolucionarias a partir de 1968 es de lo que vamos a tratar aquí.
A lo largo del siglo XX, durante y después de la Iª Guerra mundial, el proletariado libró combates titánicos que estuvieron a punto de acabar con el capitalismo. En 1917 derrocó el poder burgués en Rusia. Entre 1918 y 1923 llevó a cabo en Alemania, principal país europeo, múltiples asaltos para alcanzar el mismo objetivo. Esta oleada revolucionaria tuvo repercusiones en todo el mundo, en todas partes donde existía una clase obrera desarrollada, desde Italia a Canadá, desde Hungría a China.
La burguesía mundial logró no obstante contener este gigantesco movimiento de la clase obrera y, no bastándole con eso, desencadenó la más terrible contrarrevolución de toda la historia del movimiento obrero. Esta contrarrevolución tomó las formas más inimaginables de la barbarie, y el estalinismo y el nazismo fueron sus representantes más significativos, justamente en los países donde la revolución llegó más lejos: en Rusia y en Alemania.
En este contexto, los partidos comunistas que estuvieron a la vanguardia de la oleada revolucionaria acabaron convertidos en partidos de la contrarrevolución.
Pero al igual que la traición de los partidos socialistas en 1914 ante la guerra imperialista provocó la aparición en su seno de corrientes decididas a continuar defendiendo los principios proletarios -corrientes que estuvieron en el origen y la formación de los partidos comunistas-, la traición de estos últimos dio ocasión también a que surgieran fracciones de izquierda en defensa de las verdaderas posiciones comunistas. Sin embargo, mientras que aquellos que habían luchado en el seno de los partidos socialistas contra su deriva oportunista y su traición, habían ganado fuerzas y una influencia creciente en la clase obrera hasta ser capaces, después de la Revolución rusa, de fundar una nueva Internacional; no ocurrió lo mismo, por el peso creciente de la contrarrevolución, con las corrientes de izquierda surgidas en el seno de los partidos comunistas. Éstas últimas, aunque en sus comienzos agruparon a muchos militantes de los partidos alemán e italiano, fueron perdiendo progresivamente su influencia en la clase obrera y la mayor parte de sus fuerzas militantes y se dispersaron en numerosos pequeños grupos, como ocurrió en Alemania donde el régimen hitleriano eliminó o forzó al exilio a los últimos militantes.
Así, en el curso de los años treinta, los grupos que - junto a la corriente animada por Trotsky pero cada vez más gangrenada por el oportunismo - seguían defendiendo firmemente las posiciones revolucionarias eran los Comunistas Internacionalistas en Holanda (GIC) -que se declaran del "Comunismo de los Consejos" y rechazan la necesidad de un partido proletario -, y la Fracción de Izquierda del Partido Comunista de Italia -que publicó la revista Bilan-. Estos grupos no contaban más que con algunas decenas de militantes ni tenían influencia alguna en el curso de las luchas obreras.
La IIª Guerra Mundial no permitió, contrariamente a la primera, un cambio en la relación de fuerzas entre el proletariado y la burguesía. Al contrario, la burguesía instruida por la experiencia histórica y gracias a la preciosa ayuda de los partidos estalinistas procuró abortar cualquier nuevo intento de resurgir del proletariado. Durante la euforia democrática de la "Liberación" los grupos de la Izquierda Comunista quedaron más aislados aún que en los años treinta; en Holanda, el CommunistenBond Spartacus tomó el relevo del GIC en la defensa de las posiciones consejistas, que serán también defendidas a partir de 1965 por Daad en Gedaschte, una escisión del Bond. Estos dos grupos hicieron un importante trabajo de publicaciones, aunque mermados por la posición izquierdista que rechaza la necesidad de una organización de vanguardia del proletariado. No obstante, la mayor dificultad viene dada por el peso ideológico de la contrarrevolución. Fue así en el caso de Italia, donde la constitución del Partido Comunista Internacionalista -que publica, Battaglia Comunista y Prometeo-, en torno a Damen y Bordiga, en 1945, no cumplió las expectativas de sus militantes. Esta organización, que, en su constitución contaba con tres mil miembros, se fue debilitando progresivamente víctima de la desmoralización y de las escisiones; concretamente la de 1952, animada por A. Bordiga y que pasó a constituir el Partido Comunista Internacional - que publica, Programma Comunista -. Una de las causas de las escisiones reside en la confusión -basada en el abandono de toda una serie de adquisiciones elaboradas por Bilan en los años treinta- que presidió el agrupamiento de 1945.
En Francia el grupo que se constituyó en 1945, la Izquierda Comunista de Francia (GCF), en continuidad con las posiciones de Bilan (pero añadiendo un cierto número de posiciones programáticas de la Izquierda Germano-holandesa) publicó 42 números de la revista Internationalisme, desaparecida en 1952. En este mismo país, además de los elementos afines al Partido Comunista Internacional y que publicaban Le Prolétaire, otro grupo defendió hasta los inicios de los años sesenta posiciones de clase en la revista Socialisme ou Barbarie (SouB). Este grupo, salido de una escisión del trotskismo tras la IIª Guerra Mundial, abandonó progresiva y explícitamente el marxismo, lo que le condujo a su desaparición en 1996.
Podríamos citar también otros grupos existentes en diferentes países pero, lo que marca la situación de las corrientes que han seguido defendiendo posiciones comunistas a lo largo de los años cincuenta y principios de los sesenta es su extrema debilidad numérica, el carácter confidencial de sus publicaciones, su aislamiento internacional y sus retrocesos que han conducido bien a su desaparición pura y simple, bien a un encierro sectario como fue claramente el caso del Partido Comunista Internacional que se considera a sí mismo como la única organización comunista en el mundo.
La huelga general de 1968 en Francia, junto a los diferentes movimientos de masas de la clase obrera -de los que informamos en el artículo precedente-, ponen en el orden del día en numerosos países la idea de la revolución comunista. La mentira del estalinismo - autoproclamado "comunista" y "revolucionario" - se desmorona por todas partes. Esto benefició evidentemente a las corrientes que se distanciaban de la URSS como "Patria del socialismo". Tal era el caso de las organizaciones maoístas y trotskistas. En concreto el movimiento trotskista - debido especialmente a su historia de lucha contra el estalinismo - conoció una nueva juventud a partir de 1968 y sale de la sombra que hasta entonces le hacían los partidos estalinistas. Sus filas se amplían especialmente en países como Francia, Bélgica o Gran Bretaña, de manera espectacular. Pero esta corriente había dejado de pertenecer definitivamente al campo proletario durante la IIª Guerra Mundial, con su posición de "defensa de las adquisiciones obreras en la URSS"; es decir, la defensa del campo imperialista encabezado por este país. La puesta en evidencia, por las huelgas obreras que se desarrollaron a partir de finales de los sesenta, del papel antiobrero de los partidos estalinistas y de los sindicatos, de la función de la farsa electoral y democrática como instrumento de la dominación burguesa,..., condujo a numerosos elementos de todo el mundo a volverse hacia las corrientes políticas que en el pasado habían denunciado claramente el papel de los sindicatos y el parlamentarismo y encarnaban mejor la lucha contra el estalinismo, las corrientes de la Izquierda comunista.
Como consecuencia del Mayo 68 se difunden masivamente los escritos de Trotsky; también se reeditan los de Pannekoek, Görter(2) o Rosa Luxemburgo - que fue una de las primeras en poner en guardia, antes de su asesinato en enero de 1919, a sus camaradas bolcheviques de los peligros que amenazaban la revolución en Rusia -. Aparecen nuevos grupos que se sienten atraídos por la experiencia de la Izquierda Comunista, aunque es mucho más hacia el consejismo que hacia la Izquierda italiana hacia donde se inclinan los elementos que comprendieron que el trotskismo se había convertido en una especie de ala izquierda del estalinismo. Había muchas razones para que esto fuera así. Por una parte el rechazo de los partidos estalinistas iba acompañado con frecuencia del rechazo de la noción misma de "partido comunista" por lo que el hecho de que la corriente bordiguista (la única que saliendo de la Izquierda italiana tuvo una extensión internacional) defendiera la idea de la toma del poder por el partido comunista y reivindicase el monolitismo en sus filas contribuyó a reforzar la desconfianza hacia la corriente histórica de la Izquierda italiana. Por otro lado están las consecuencias que tuvo el hecho de que, por lo general, las corrientes que continuaron reclamándose de ésta fracción, se desentendieran de Mayo de 1968, demostrando así que no comprendían su significación histórica pues no veían más allá de la dimensión estudiantil.
Pero al mismo tiempo que aparecían nuevos grupos inspirados por el consejismo, los que ya existían conocen un espectacular crecimiento sin precedentes, convirtiéndose en polo de referencia para nuevos militantes. Este fue el caso concretamente del grupo Informations et Correspondances Ouvriéres (ICO) - salido de una escisión, en 1958, de Socialisme ou Barbarie -, que en 1969 organiza un encuentro internacional en Bruselas en el que participaron Cohn Bendit, Paul Mattick (antiguo militante de la Izquierda alemana que había emigrado a EEUU, donde publicó diversas revistas consejistas) y Cajo Brendel, animador del grupo Daad en Gedaschte. Sin embargo las conquistas del consejismo (organizado) fueron de corta duración: ICO anunció su autodisolución en 1974; los grupos holandeses dejaron de existir casi al mismo tiempo que sus principales animadores; en Gran Bretaña, el grupo Solidarity inspirado en las posiciones de Socialisme ou Barbarie, después de un éxito semejante al de ICO, vivió una escisión tras otra hasta desaparecer en 1981 (aunque el grupo de Londres continuó publicando la revista hasta 1992); en Escandinavia, los grupos consejistas que se desarrollaron después de 1968 fueron capaces de organizar en 1977 en Oslo una conferencia, aunque no tuvo continuidad.
Finalmente, la corriente que más se desarrolló en el transcurso de los años setenta fue la más próxima a las posiciones de A. Bordiga (fallecido en julio de 1970), que se benefició de la afluencia de elementos salidos de las crisis que zarandearon a varios grupos izquierdistas (maoístas, concretamente) en este periodo. En 1980, el Partido Comunista Internacional era la organización de la Izquierda Comunista más importante e influyente a escala internacional. Pero esta apertura de la corriente bordiguista a elementos fuertemente marcados por el izquierdismo, condujo a su explosión en 1982, quedando después reducida a una multitud de pequeñas sectas confidenciales.
La manifestación más significativa, a la larga, de este renacer de las posiciones de la Izquierda Comunista ha sido nuestra propia organización(3). La CCI se constituyó hace ya cuarenta años, en 1968 en Toulouse, con la adopción de una primera declaración de principios por un pequeño grupo de jóvenes que conformaban desde un año antes un círculo de discusión en torno a un camarada (RV) que, a su vez, había comenzado su actividad política organizada en el grupo Internacionalismo, en Venezuela. Este grupo fue fundado en 1964 por el camarada MC, principal animador de la Izquierda Comunista en Francia (1945-52) después de haber sido miembro de la Fracción italiana de la Izquierda comunista a partir de 1938 y que había entrado en la vida militante en 1919 (a la edad de doce años) primero en el Partido Comunista de Palestina y después en el PCF.
Durante la huelga general de Mayo 1968 los componentes del círculo de discusión de Toulouse publicaron muchos artículos que firmaban como Movimiento por la instauración de los consejos obreros (MICO) y desarrollaron discusiones con otros elementos, con quienes formaron finalmente el grupo que publicará Revolution Internationale a partir de diciembre de 1968. Este grupo entró en contacto y posterior discusión con otros dos grupos pertenecientes al movimiento consejista: la Organización Consejista de Clermont-Ferrand, y los Cuadernos del Comunismo de los Consejos de Marsella.
En 1972, los tres grupos se fusionaron para constituir la que acabaría siendo la sección en Francia de la Corriente Comunista Internacional (CCI) comenzando la publicación de Revolution Internationale (Nueva Serie).
Este grupo, continuando con la política llevada por Internacionalismo, la GCF y Bilan, desarrolló discusiones con diferentes grupos que surgieron igualmente después de 1968 en EEUU (Internationalism). En 1972 Internationalism envía una carta a una veintena de grupos en la que se declara de la Izquierda comunista y llama a la constitución de una red de correspondencia y debate internacional. Revolution Internationale respondió calurosamente a esta iniciativa, proponiendo la perspectiva de celebrar una conferencia internacional. Los grupos que dieron una respuesta positiva pertenecían todos a la corriente consejista. Los grupos que se consideraban de la Izquierda italiana hicieron por su parte oídos sordos, juzgando esta iniciativa prematura.
Sobre la base de esta iniciativa se hicieron muchas reuniones en Inglaterra y en Francia (en 1973 y 1974) donde participaron por Gran Bretaña World Revolution, Revolutionary Perspectives y Workers Voice. Los dos primeros habían salido de escisiones de Solidarity y el último de una escisión del trotskismo.
Este ciclo de reuniones logró, en enero de 1975, la reunión de una Conferencia en la que los grupos que pertenecían a la misma orientación política - Internacionalismo, Revolution Internationale, Internationalism, Word Revolution, Rivoluzione Internazionale (Italia) y Acción Proletaria (España) decidieron unificarse en el seno de la Corriente Comunista Internacional.
La continuación de esta política de contactos y discusiones con los otros grupos de la Izquierda comunista les llevó a participar en la Conferencia de Oslo en 1977 (junto a Revolutionary Perspectives) y a responder favorablemente a la iniciativa lanzada en 1976 por Battaglia Comunista para la celebración de una conferencia internacional de grupos de la Izquierda comunista.
Las tres Conferencias (celebradas sucesivamente en Milán (1977), París (1978) y París (1980), suscitaron el interés creciente de los elementos que se proclamaban de la Izquierda comunista, pero la decisión de Battaglia Comunista y de Communist Worker's Voice Organisation -surgida del agrupamiento de Revolutionary Perspectives y de Worker's Voice, en Gran Bretaña - de excluir a partir de ese momento a la CCI, enterró las esperanzas que se pusieron en este esfuerzo.
De alguna manera, el repliegue sectario (al menos hacia la CCI) de BC y de CWO (que se agruparon en1984 en el Bureau International pour le Parti Révolutionnaire -BIPR), era una señal de que se había agotado el impulso inicial que el surgimiento histórico del proletariado mundial en mayo de 1968 había dado a la corriente de la Izquierda comunista.
Sin embargo, a pesar de las dificultades que ha encontrado la clase obrera a lo largo de los últimos decenios - particularmente el peso de las campañas ideológicas sobre la "muerte del Comunismo" después del hundimiento de los regímenes estalinistas -, la burguesía mundial no ha conseguido infringirle una derrota decisiva. Esto se verifica en el hecho de que la corriente de Izquierda comunista, representada principalmente por el BIPR y sobre todo por la CCI, ha mantenido sus posiciones y despierta hoy un interés creciente entre los elementos que, con la lenta reanudación de los combates de clase después de 2003, se encaminan hacia la perspectiva revolucionaria.
Fabienne (6 julio 2008)
(1) La serie completa puede consultarse en nuestra website en francés: https://fr.internationalism.org/ [58]
(2) Los dos principales teóricos de la Izquierda holandesa.
(3) Para una historia más completa de la CCI, léase: "Construcción de la organización revolucionaria: Los veinte años de la Corriente Comunista Internacional" en Revista Internacional, nº 80. "Treinta años de la CCI: apropiarse del pasado para construir el futuro" en Revista Internacional, nº 123.
El verano ha estado marcado por un nuevo desencadenamiento de la barbarie guerrera del capitalismo. En Georgia, en Afganistán, en Líbano, en Argelia, en Pakistán, la población civil ha sido salvajemente masacrada en los conflictos armados entre diferentes bandas imperialistas. Muchachos apenas salidos de la adolescencia han sido descerebrados para servir de carne de cañón en los atentados terroristas y las intervenciones militares de las pequeñas y grandes potencias. ¡Por todas partes el capitalismo siembra la muerte! ¡En todas partes la clase dominante se revuelca día tras día en el lodo y la sangre!
Y una vez más, tanto la burguesía de los países europeos como la de EEUU, participa en el despliegue de este caos sangriento en nombre de "la paz", de la lucha contra el "terrorismo", de la defensa de la "civilización" y los "derechos humanos", y de la democracia. Pretendiendo jugar a hacer de justicieros en Georgia, en Irak o en Afganistán, las grandes potencias no intentan en realidad mas que defender sus propios intereses de alimañas imperialistas en la escena internacional.
Las promesas de Bush padre de un «nuevo orden mundial» que abriría una nueva era de "paz y de "prosperidad" tras el hundimiento del bloque del Este, aparecen ahora cada vez más claramente como lo que eran en realidad: ¡Una enorme mentira! En nombre de este «orden mundial» se desencadenó la primera cruzada del Occidente "civilizado" contra la "barbarie" del régimen de Saddam Hussein: la operación «Tormenta del desierto» en 1991, que permitió al Estado americano experimentar sus nuevos armamentos (y particularmente las bombas de implosión o termobáricas, que volvían del revés, como guantes, a los soldados iraquíes). En realidad esta intervención masiva de las grandes potencias "democráticas no ha hecho sino abrir una caja de Pandora y agravar el caos mundial.
La locura asesina del capitalismo sólo puede continuar desarrollándose; puesto que este sistema decadente se basa en la división del mundo en naciones concurrentes, con intereses antagónicos, lleva consigo la guerra. El único medio de acabar con la barbarie guerrera es acabar con el capitalismo. Y esta perspectiva de derrocar el capitalismo no es una tarea imposible de realizar.
La guerra no es una fatalidad frente a la que la humanidad sería impotente. El capitalismo no es un sistema eterno. No lleva únicamente en su seno la guerra. También lleva las condiciones de su superación, los gérmenes de una nueva sociedad sin fronteras nacionales, y así pues sin guerra.
Al crear una clase obrera mundial, el capitalismo ha alumbrado a su propio enterrador. Porque la clase explotada, contrariamente a la burguesía, no tiene intereses antagónicos que defender, es la única fuerza de la sociedad que puede unificar a la humanidad. Es la única fuerza que puede edificar un mundo basado, no en la concurrencia, la explotación y la búsqueda de beneficios, sino en la solidaridad y la satisfacción de las necesidades de toda la especie humana. ¡Y esta perspectiva no es una utopía!
Contrariamente a lo que pretenden los escépticos de todo tipo y los ideólogos de la clase dominante, la clase obrera puede acabar con la guerra y abrir las puertas del porvenir. Y así lo mostró cuando acabó con la primera carnicería mundial gracias a la revolución de Octubre 1917 en Rusia, y a la revolución en Alemania en 1918.
Desde finales de los años 60, el desarrollo de las luchas obreras contra los efectos de la crisis ha impedido a la clase dominante alistar a los proletarios de los países centrales en una tercera guerra mundial.
Hoy, frente a la agravación de la crisis económica y a los ataques contra todas sus condiciones de vida, frente al callejón sin salida del sistema capitalista, los proletarios no están dispuestos a aceptar pasivamente el refuerzo de la miseria y de la explotación, como testimonian las luchas obreras que han surgido por todos los confines del mundo estos últimos años.
Aún queda mucho camino antes de que el proletariado mundial pueda elevar sus combates a la altura de los desafíos que plantea la gravedad de la situación actual. Pero la dinámica de las luchas obreras actuales, marcadas por la búsqueda de la solidaridad, así como la entrada de nuevas generaciones al combate de clase, muestran que el proletariado está en el buen camino.
Frente a la barbarie guerrera, los obreros de los países centrales no puedan quedar indiferentes. Son sus hermanos de clase los que caen cada día en los campos de batalla. Es la población civil (hombres, mujeres, niños, ancianos) la que se ve diezmada en cada conflicto por los peores actos de barbarie que el capitalismo acorralado secreta por todos sus poros.
Frente a los horrores de la guerra, el proletariado sólo puede adoptar una actitud: la solidaridad.
Esta solidaridad con las víctimas de los baños de sangre tiene que manifestarla en primer lugar rechazando elegir un campo beligerante contra otro. Tiene que manifestarla desarrollando sus luchas contra los ataques del capital, contra sus explotadores y sus masacradotes. Tiene que desarrollar su unidad y su solidaridad de clase internacional haciendo vivir su vieja consigna «Los proletarios no tienen patria. Proletarios de todos los países, ¡Uníos!»
Silvestre (26 de Agosto)
Publicamos a continuación un artículo redactado el 30 de Agosto pasado y aparecido en el Revolution Internationale (nuestra publicación en Francia) de principios de Septiembre. En los apenas 15 días transcurridos desde entonces, los análisis que en él se desarrollan se han confirmado en toda su crudeza con la bancarrota de Lehman Brothers y la venta a la baja de otro de los "grandes" de las finanzas mundiales como es Merrill Lynch. Y, de nuevo los responsables gubernamentales y los expertos económicos vuelven, como hace un año con lo de «eso no afectará a la banca europea o a la española», o el consabido recurso de «las grandes entidades financieras y los bancos centrales inyectaran liquidez» para infundir "confianza" en los mercados. Pero el efecto "Tranquimazín" de la multimillonaria (140 mil millones de $) operación de "rescate" de las agencias inmobiliarias Fannie Mae y Freddie Mac no ha durado, como se ha visto, más que escasos días antes de que Lehman Brothers, uno de los cinco principales bancos de inversión de todo el mundo, con sus 700 mil millones de $ de activos, se haya ido al garete. Del mismo modo la inyección de 100 mil euros de liquidez por parte del BCE tiene el valor de una "tilita" frente a la angustia que, para el sistema financiero mundial, tiene el "run-run" de que las próximas en caer pueden ser AIG - la 3ª mayor aseguradora del mundo -, Washington Mutual (WaMu, la primera caja de ahorros de USA) cuya deuda ha sido recalificada a la categoría de "basura", y quién sabe si el mismísimo Morgan Stanley. Como explicamos en el siguiente artículo, si siguen con las mismas patrañas que hace un año no es tanto por ceguera sino por la impotencia derivada del uso y abuso de la droga del crédito con la han mantenido con apariencia de "salud" lo que, desde hace décadas, es un sistema moribundo: el capitalismo mundial. (la Redacción de AP).
Se cumple ahora poco más de un año desde que la crisis inmobiliaria desatada en EEUU (la ya célebre "crisis de las subprimes") daba el pistoletazo de salida a una aceleración brutal de la crisis económica mundial. Desde entonces la humanidad ha sido golpeada de lleno por una verdadera ola de empobrecimiento. Sufriendo los estragos causados por el alza de los precios (en pocos meses el precio de los alimentos básicos ha aumentado más del doble en numerosas regiones del mundo), las capas sociales más deprimidas de la población se ven abocadas al horror del hambre. Las revueltas provocadas por ésta y que han explotado de México a Bangladesh, pasando por Haití, Egipto, etc., representan tentativas desesperadas de hacer frente a esta situación insoportable. Pero también en el corazón mismo de los países más industrializados se han degradado profundamente las condiciones de vida de toda la clase obrera. Un solo ejemplo: más de dos millones de americanos se han visto desahuciados de sus viviendas por no poder devolver los créditos. De aquí a 2009 más de 1 millón de personas están amenazadas de quedarse en la calle.
Esta dura realidad que los obreros y todas las capas no explotadoras del mundo sienten en sus propias carnes, ya apenas puede ser escamoteada por la burguesía. Las declaraciones de los responsables de las instituciones económicas y los analistas financieros no logran ocultar su propia inquietud:
* «Estamos ante uno de los contextos económicos y de política monetaria más difíciles que jamás hayamos visto» (Declaraciones del Presidente de la Reserva Federal Americana -FED - el 22 agosto 2008).
* La actual «coyuntura es la más difícil desde hace muchos decenios» (Declaración del HSBC - el "mayor banco del mundo"-, citado por el diario "Liberation", el 5 de agosto de 2008).
* Se trata de un «crac interminable» (titular del periódico "Le Point" del 24 de julio de 2008).
* «La crisis es un tsunami que se acerca contra la economía» (palabras de J. Attali, economista y político francés recogidas en "Le Monde" del 8 de agosto de 2008).
Las estanterías de "Economía" de las librerías se ven repletas de libros con títulos que realzan lo catastrófico de la situación. Así por ejemplo: "La gran crisis monetaria del siglo XXI ha comenzado" de P. Leconte, o "La implosión: las finanzas contra la economía" de P. Jorion, son obras que predicen un futuro de auténtico cataclismo.
Que la crisis económica mundial actual es particularmente grave ya lo sabe la clase obrera puesto que es la primera que sufre sus brutales consecuencias. De lo que se trata en realidad es de saber si se trata de algo pasajero, de una suerte de "bache", o de una "purga curativa", que permitiría a la economía mundial castigar hoy los abusos financieros, para volver a empezar, mañana, con fuerzas redobladas. Si hacemos caso a los plumíferos a sueldo de la clase dominante eso es lo que nos espera. Así J. Attali dice en el artículo antes mencionado: «Estoy convencido de que 2010 será el año del retorno a un enérgico crecimiento». A lo que el coro de la burguesía responde: "Por supuesto". Pero ¿están en lo cierto, o la verdad es que la aceleración actual de la crisis lo que muestra en realidad es la quiebra histórica del capitalismo?
1967-2007: cuarenta años de crisis
A decir la verdad la crisis no comenzó en el 2007 sino a finales de los sesenta. A partir de 1967 empezaron a sucederse sacudidas del sistema monetario y las economías de las naciones más poderosas vieron como disminuían poco a poco sus tasas de crecimiento. Se ponía fin así al período de "prosperidad" de los años 50 y 60, que la burguesía misma bautizó como los "Treinta Gloriosos"(1). Si esta crisis no estalló con la virulencia y la espectacularidad con la que lo hizo en 1929 fue por la simple razón de que los Estados, que habían aprendido las lecciones del negro período de entreguerras, se empeñaron en evitar que la economía se viese ahogada por la sobreproducción, recurriendo para ello a un artificioso recurso: el endeudamiento sistemático y generalizado. Mediante este endeudamiento de los Estados, de las empresas y de los particulares, pudo mantenerse la "demanda" casi al nivel de la "oferta". O dicho de otra forma: que fue gracias al crédito como las mercancías encontraron salida.
Pero el endeudamiento es solo un paliativo, que no cura al capitalismo de la enfermedad mortal de la sobreproducción. Incapaz de "sanarse" realmente, este sistema de explotación está obligado a recurrir continua y crecientemente a este artificio aunque sea sólo para sobrevivir simplemente. En 1980 el montante de la deuda de los Estados Unidos era casi igual a la producción nacional. En 2006 la deuda es ya 3,6 veces mayor, alcanzando la cifra de 48'3 billones de $. Se trata como puede verse de una auténtica huida hacia adelante.
Es innegable que el capitalismo vive sobre una montaña de deudas. A eso los especialistas burgueses replican: "y ¿qué importa si funciona...". Pero la realidad es bien distinta. El endeudamiento no es una solución mágica, el capital no puede estar sacando indefinidamente dinero de su chistera. Es el abecé del comercio: toda deuda debe ser devuelta algún día so pena de acabar acarreando problemas al acreedor que pueden llevarle incluso a la bancarrota. Es una especie de eterno retorno, un permanente volver a empezar, que permite al capital únicamente ganar algo de tiempo respecto a su crisis histórica. ¡Pero es algo peor que eso! Al retardar los efectos de su crisis para mañana lo que consigue en realidad es cebar explosiones económicas aún más violentas. La borrasca de la crisis asiática de 1997 tuvo un aspecto fulminante y devastador que demuestra fehacientemente de lo que decimos. Entonces los famosos "tigres" y "dragones" tenían crecimientos record gracias a un endeudamiento bestial. Pero cuando hubo que devolver lo prestado todo se derrumbó como un castillo de naipes. En cuestión de semanas esta región quedó literalmente desangrada (un millón más de parados en pocas semanas solo en Corea, por ejemplo). La burguesía mundial no tuvo más salida, para evitar que esta tormenta se propagase a la economía mundial, que volver a conceder nuevos préstamos de cientos de millones de $. Se trata de un auténtico bucle infernal,... ¡y cada vez más acelerado! El remedio va perdiendo progresivamente eficacia por lo que el enfermo debe recurrir, para sobrevivir, a dosis más elevadas y frecuentes. Los efectos de la perfusión de 1997 apenas duraron cuatro años. En 2001 explotó la "burbuja Internet". ¿Adivináis cuál fue la "solución de la burguesía? Sacarse de la chistera ¡un aumento espectacular del endeudamiento! Las autoridades económicas norteamericanas, conscientes del estado real de su economía y de su dependencia de la droga del crédito, le "pegaron" con tal avidez al endeudamiento que un analista de la banca ABN-AMRO apodó a A. Greenspan - entonces director de la Reserva Federal - de "¡auténtico Hércules de la plancha de hacer billetes!".
El ritmo de la crisis se acelera brutalmente
De 1967-2007 se extiende un largo período de crisis con fases alternativas de calma y de recesión más o menos profundas. Pero desde hace diez años la historia parece acelerarse y el nuevo episodio aparece como una borrasca particularmente violenta. La montaña de deudas acumuladas durante cuatro décadas se ha transformado, tras las crisis de 1997 y 2001, en un auténtico Everest por cuya pendiente el capital desciende en caída libre.
Durante una década la burguesía USA ha facilitado enormemente que las capas más desfavorecidas de la clase obrera accedieran al crédito inmobiliario. Pero, al mismo tiempo, y debido a la crisis, les ha sometido a un enorme empobrecimiento mediante despidos, precariedad en el empleo, recortes salariales, liquidando las ayudas a los cuidados asistenciales, etc. El resultado ha sido inevitable: gran parte de aquellos a quienes los bancos han empujado a endeudarse para comprar una casa (o a hipotecar su vivienda simplemente para comprar alimentos, ropa,...) ya no están en condiciones de devolver la deuda. Privados del retorno de "su" dinero, los bancos han acumulado pérdidas tan importantes que cada vez mayor número de establecimientos financieros o han quebrado ya o están amenazados por la quiebra. Por la tortuosa vía de la "titulización", es decir la transformación de créditos en valores mobiliarios cambiables en el mercado mundial como cualquier acción u obligación, las entidades prestamistas han conseguido revender estos créditos a bancos de todos los países. Por eso la crisis de las "subprimes" ha alcanzado al sistema bancario en todo el planeta. En Estados Unidos la quiebra de la corporación bancaria IndyMac ha sido la más importante desde 1982. De no haber sido por la ayuda de los bancos centrales, el banco suizo UBS, uno de los más grandes bancos del mundo, habría ido también a la bancarrota. Pero es siempre la clase obrera quien paga los platos rotos, y los bancos han suprimido ya 83 mil empleos en el mundo desde comienzos de 2007. Y esa cifra podría doblarse en los próximos meses según informó el periódico "Les Echos" el pasado 24 de julio.
La banca es el corazón de la economía pues es donde se concentra todo el dinero disponible: si eso no sucede las empresas se paran porque no pueden pagar sus salarios ni comprar materias primas ni maquinaria, como tampoco pueden contratar nuevos préstamos. Y hoy incluso los bancos que no están en quiebra restringen brutalmente la concesión de créditos ante el temor de que se conviertan en impagados dado el actual clima económico.
La consecuencia es inexorable: la actividad económica se ralentiza hoy brutalmente. En la zona euro el PIB ha caído un 0,2% en el segundo trimestre de 2008. En la industria, Peugeot, Altadis, Unilever, Infineon,..., suprimen miles de empleos; General Motors está amenazada, pura y simplemente, de quiebra y anuncia la posibilidad de suprimir 73.000 empleos ("Le Figaro", 10 de marzo de 2008). Cuando la dirección de Renault proclama, al anunciar la supresión de 5000 empleos, que «Es mejor hacerlo cuando empieza a cambiar el viento que cuando la tormenta se nos haya venido encima» (citado en "Le Monde" el 25 de julio), lo que quiere dar a entender es que la casa está en llamas y que para los trabajadores se avecina lo peor.
¿Puede la economía capitalista salir del túnel?
Pero inmediatamente surge una pregunta: ¿Por qué no seguir aumentando la deuda, tal y como se hizo tras el pinchazo de la "burbuja" de las "punto.com"? ¿Es que no hay un nuevo "Hércules" que le dé a la máquina de fabricar billetes sea en la Reserva Federal norteamericana o en cualquier otra parte?
La intensidad actual de la inflación demuestra que el endeudamiento ha alcanzado límites que no pueden ser sobrepasados, por el momento, sin que el remedio sea peor que la enfermedad. El endeudamiento implica la emisión de cantidades de dinero cada vez más considerables. Según el economista P. Artus: «La masa líquida ha aumentado un 20% desde el año 2002». Pero tamaña emisión de masa de dinero no puede sino engendrar fuertes presiones inflacionistas(2). Además, los especuladores de todo el mundo han acentuado esta tendencia inflacionista al volcarse en mercados como el del petróleo o el propio de los alimentos de primera necesidad, huyendo de terrenos en los que anteriormente apostaban tales como la cotización bursátil de las empresas (habida cuenta de la crisis), ni en la llamada "nueva economía" (que pinchó en el 2001), ni en las inmobiliarias (en trance de hundimiento). Especulan ahora con bienes, como el petróleo o los alimentos, que la gente se ve obligada a comprar, por lo que buena parte de la humanidad se ve condenada a la hambruna más terrible.(3)
El peligro es grande para la economía capitalista. La inflación es un verdadero veneno pues puede conducir al hundimiento de la moneda y a desajustes en el sistema monetario mundial. El actual debilitamiento del $ va por ahí. Si eso llegara a consumarse supondría un colapso del comercio mundial pues la moneda americana es un referente internacional. Resulta además de lo más significativo que los directores de los grandes bancos centrales (la FED, el BCE,...) reiteran en todas sus intervenciones dos mensajes contradictorios: por una parte nos dicen que para evitar la recesión hay que seguir "abriendo la mano" en el crédito, que hay que bajar las tasas de interés para incrementar la demanda; por otra, estos mismos directores, quieren combatir la inflación, o sea ¡aumentar las tasas de interés para frenar el endeudamiento! Y no es que estos grandes burgueses sean esquizofrénicos. Es que expresan simplemente la contradicción real en la que está encerrado el capitalismo. Este sistema se ve ahora colocado entre la espada de la recesión y la pared de la inflación. O sea que, en los sucesivo, la burguesía se va a ver obligada a navegar entre dos aguas: frenar el endeudamiento para limitar la inflación pero sin cortar demasiado el grifo del crédito a fin de no bloquear la economía como pasó en 1929. En resumen: están realmente en un atolladero.
El capitalismo está en un callejón sin salida. El futuro pertenece al proletariado
La recesión actual es un nuevo episodio particularmente, grave y violento, del hundimiento histórico del capitalismo. La crisis, que dura ya cuarenta años ha cambiado de ritmo y experimenta hoy una brusca aceleración. Con eso no queremos decir que estemos ante una especie de "crisis final" que conduzca al capitalismo al colapso y a que éste desaparezca por si mismo. Lo verdaderamente importante es que esta situación, que no vivíamos desde 1929, tendrá considerables implicaciones tanto en las condiciones de vida de la clase obrera como en el desarrollo de sus luchas. La burguesía va a descargar sus ataques contra el proletariado y como siempre va a intentar que sea éste quien pague la crisis. Una cosa es cierta: ninguna de las políticas económicas que nos proponen los diferentes partidos (desde la extrema derecha a la extrema izquierda), de los distintos países, puede aliviar esta situación. Sólo la lucha de la clase obrera puede frenar los planes de la burguesía. Ya el desarrollo de la inflación que afecta a todos los obreros crea un terreno propicio a la lucha unida y solidaria. Pero el desarrollo de la lucha de la clase obrera no es solamente el único medio que puede impedir que burguesía golpee nuestras vidas. Constituye, además, el único camino efectivo para hacer posible la desaparición del capitalismo y la construcción de una nueva sociedad - el comunismo - en la que las crisis ya no existirán puesto que no se producirá para la ganancia sino para la satisfacción de las necesidades humanas.
Vitaz (30 de agosto de 2008).
(1) Esta expresión resultó acuñada por la obra de referencia de J. Fourastié: "Los Treinta Gloriosos, o la revolución invisible de 1946 a 1975". Editado por Fayard. París 1979. Hoy tiene lugar en la CCI un debate para comprender mejor los mecanismos de este período de la economía capitalista, debate que hemos comenzado a publicar en nuestra prensa (véase "Debate interno de la CCI: las causas del periodo de prosperidad consecutivo a la segunda guerra mundial", en la Revista Internacional, nº 133: 2º trimestre de 2008). Animamos vivamente a todos nuestros lectores a participar en esta discusión bien en nuestras reuniones (permanencias, reuniones públicas) por correo postal o electrónico.
(2) Excede las pretensiones de este artículo desarrollar una explicación de la relación que existe entre la masa de dinero disponible y su valor. Pero es necesario al menos señalar que cuando se pone a trabajar frenéticamente la máquina de hacer billetes, cuando este dinero se pone masivamente en circulación, resulta que ese mismo dinero se deprecia, lo que se traduce en un aumento de la inflación, es decir un alza generalizada de los precios.
(3) Dicho sea de paso: la izquierda, la izquierda de la izquierda y los altermundialistas se desgañitan reclamando a los Estados que recuperen las masas financieras de la especulación para inyectarlas en la economía en forma de grandes obras e infraestructuras, por ejemplo. Aquí se ve la superchería de esa proposición pues esta medida, en lo esencial, no haría más que acentuar aún más la inflación. Lo que nos proponen es pues apagar el incendio, con gasolina.
El verano del año pasado, los primeros signos de la crisis fueron calificados por los expertos como signos de una efímera, nos decían, tormenta financiera, de las que las economías europeas y española, también nos aseguraban, estaban a buen recaudo. Cuatrocientos días después la cifra de desempleados en España ha subido en 600 mil personas - ¡un 20%! -, y alcanza ya DOS MILLONES Y MEDIO DE PARADOS, más del 10% de la población activa. La devastación de puestos de trabajo avanza a una velocidad de huracán tal que las previsiones de la fundación de investigación de las Cajas de Ahorro - FUNCAS -, esta tasa llegará al 16% - más o menos cuatro millones de trabajadores - en el año 2010.
Enseguida dieron con una nueva martingala con la que anestesiarnos: lo de la burbuja inmobiliaria que resultaría "pinchada" por la crisis internacional. Ya se sabe aquello de "¡no hay mal que por bien no venga!". Lo que en palabras textuales del ministro español de economía se traduce en: «Si la recesión sirve para limpiar la economía, la situación no tendrá importancia». Partiendo de esa premisa bastaría "recolocar" a los parados de la construcción en otros sectores como la industria o los servicios. Esta ha sido la "solución" al desempleo defendida durante meses, no sólo por el Gobierno sino igualmente por los propios sindicatos que también le echan la culpa del desempleo al "ladrillo", y asimismo tratan de infundirnos esperanzas en cambiar el "modelo productivo". Pero hasta la prensa burguesa más de izquierdas se ve obligada a calificar estas propuestas de meras "ocurrencias". En efecto, un año después del "debut" de la crisis, el desempleo golpea no sólo a la construcción, sino igualmente a la industria: 1200 despidos "temporales" en FORD en Valencia que junto a los de industria auxiliar llegaran a los 5000; 600 en General Motors; 4000 en la Renault especialmente en Francia; 900 en la Volvo en Suecia. Lo mismo sucede en el sector servicios: Sólo en el sector de las compañías aéreas se han anunciado los 1200 despidos de Spanair y los 600 de Futura en España, los 1400 de British Airways, los 3000 de Alitalia, etc.
No. Esta crisis no es local ni sectorial. Es mundial, como puede comprobarse con los planes de reducciones de plantillas y la escalada del paro en todos los países. Como tampoco es coyuntural y cíclica, sino histórica. Como mostramos en el artículo de este mismo número de AP: «La burguesía no puede evitar la quiebra del capitalismo», la etapa actual de crisis capitalista actúa inclinando aún más la pendiente que empuja a la humanidad a cotas catastróficas de miseria. De ahí que los políticos burgueses anden echándose las culpas unos a otros (el PSOE a Bush, y el PP... a Zapatero), y cambiándose los papeles como en una comedia bufa: mientras los "ultraliberales" reprochan al Gobierno que éste no intervenga en la economía, el PSOE que demoniza a los liberales hace del "laissez faire" su bandera. Con todo ello se trata al menos de sembrar la confusión y la cizaña entre los principales perjudicados por la crisis económica y especialmente el desempleo, es decir los propios trabajadores.
Así, por ejemplo el gobierno "socialista" español que se muestra incapaz de frenar la brutal escalada del paro se esfuerza en disfrazarse de defensor de las prestaciones sociales. Demagogias aparte[1], lo cierto es que estas prestaciones se fueron recortando progresivamente durante la anterior escalada del desempleo en los años 80 y 90 (con pactos de Gobiernos y sindicatos como la Ley Básica de Empleo o el ANE), no se han incrementado en absoluto en los años de la supuesta "bonanza económica", de modo que hoy tienen un nivel de miseria. Así, por ejemplo, de los dos millones y medio de parados solo 1'7 millones cobran algún tipo de subsidio durante un plazo limitado de tiempo en función del tiempo cotizado. Precisamente porque muchos de ellos son parados de larga duración o porque el tiempo de cotización ha sido relativamente escaso (hay que tener en cuenta por ejemplo los encadenamientos de contratos temporales), lo cierto es que más de 620 mil parados cobran únicamente 413 euros al mes, es decir por debajo de la pensión de jubilación mínima y desde luego del nivel "oficial" de la pobreza, que apenas se supera en el subsidio de desempleo medio de los trabajadores en España: 788 euros/mes. La coartada final del gobierno "socialista" es que,... «con la Derecha nos iría peor». Con ello pretenden colar el manido engaño de hacernos elegir entre Guatemala y Guatepeor. Lo cierto es que tanto la derecha como la izquierda son servidores fieles del capital nacional, y que ambos anteponen la defensa de los intereses de éste a las condiciones de vida y trabajo de los asalariados. Así se ha visto claramente cuando el PP ha aplaudido a rabiar las medidas propuestas por el ministro de Trabajo (el "ogro" Corbacho) para limitar la contratación en origen de los emigrantes, que han sido "desautorizadas" [2] por la vicepresidenta (el "hada" De la Vega). Con estas medidas no se trata tanto de frenar la emigración que es imparable habida cuenta los estragos de la crisis mundial en los países más pobres. Se trata sobre todo de empezar a presionar a los trabajadores españoles para que acepten las condiciones laborales y salariales infrahumanas que tenían que aceptar los trabajadores emigrantes. Y ese es el objetivo último de tan venenosa campaña: sembrar la división y la cizaña entre trabajadores "emigrantes" acusados de abaratar los costes salariales, y los trabajadores "nativos" acusados de detentar el "privilegio" de vivir (¿?) a expensas del Estado mientras desdeñan hacer los trabajos más duros.
Y, sin embargo, la crisis actual muestra una vez más y con más nitidez lo que tienen en común proletarios en activos o en el desempleo, nativos o emigrantes: que no pueden sobrevivir más que a cambio de vender su fuerza de trabajo, y que no pueden efectuar esta venta más que a condición de que eso enriquezca a otro, a los explotadores. Cuando esto no se produce el trabajador es arrojado a un infierno que abarca desde la miseria y la penuria material al sufrimiento moral y psicológico, la soledad y la angustia por el futuro de los tuyos. Si siempre hemos dicho que el desempleo masivo y crónico de las últimas décadas - es decir el enorme despilfarro de la principal fuerza productiva (la clase obrera) - ponía de manifiesto la quiebra histórica del modo de producción capitalista; la escalada de ese crimen contra la vida de millones de seres humanos debe ser una acicate más para el desarrollo de la solidaridad y la lucha unitaria de la clase obrera en todo el mundo.
Etsoem (15 de Septiembre de 2008).
[1] El domingo 7 de Septiembre, ZP declara en la fiesta minera de Rodiezno (León) que su gobierno no va a acudir en auxilio de quienes se han beneficiado del "ladrillazo". Tres días más tarde, una de las dos medidas de su "plan anticrisis" presentadas en las Cortes, consiste en destinar todo el margen de maniobra del Instituto de Crédito Oficial (es decir 3 mil millones de euros) a ayudas a promotores inmobiliarios que pongan en alquiler los pisos que no consigan vender.
[2] Se trata de un verdadero cuento. La verdad es que esa contratación en origen se ha reducido ya en un 53% respecto al año pasado. Así pues una vez más la vieja cantinela de la socialdemocracia que traicionó al proletariado hace más de un siglo: «eso no se dice Eduardo. Se hace pero no se dice», como le decía a Edward Bernstein la dirección de la Socialdemocracia traidora.
Un compañero ha colgado en la sección de comentarios de nuestra Web el texto que vamos a ver a continuación que contiene la información de una lucha de trabajadores en Argentina con tentativas de unión y solidaridad. Agradecemos la iniciativa del compañero y manifestamos nuestro apoyo a los trabajadores en lucha.
El texto muestra claramente la combatividad y voluntad de lucha de los trabajadores pero igualmente pone en evidencia la labor de zapa que realizan los sindicatos contra las reivindicaciones más elementales de los trabajadores, contra la lucha y especialmente contra la unidad y solidaridad entre ellos.
Los compañeros que han redactado el texto emplean el término "burocracia sindical" para referirse a los sindicatos, nuestra opinión -que estamos dispuestos a debatir sincera y fraternalmente- es que es la organización sindical en su conjunto, como estructura y planteamiento, la que va contra los trabajadores y no simplemente una parte de ella, constituida por la burocracia sindical. Los sindicatos y el sindicalismo no pueden hacer otra cosa que generar una burocracia sindical.
Evidentemente denunciar a los sindicatos no significa denunciar a los compañeros que de manera honrada militan en ellos creyendo defender los intereses de los trabajadores. Estos compañeros son prisioneros de los burócratas sindicales que como representantes cualificados del sindicato y del sindicalismo los utilizan como peones para su sucia labor de sabotaje de las reivindicaciones obreras y de su lucha misma. Por eso es muy importante que los compañeros honrados que permanecen dentro de la cárcel sindical discutan entre ellos y con otros compañeros no sindicados la mejor forma de defender la lucha obrera que se ve duramente trabada por la estructura sindical.
Introducción del compañero comunicante: El siguiente texto es de Resistencia Libertaria, una organización anarquista de aquel país, bastante interesante.
Desde el mes de junio en el marco de las negociaciones paritarias, se expresa claramente la complicidad entre la patronal y la burocracia sindical, a partir de la necesidad de frenar las exigencias de los trabajadores por aumento de salarios, dentro de las tres grandes empresas del gremio
El jueves 24 de julio, los trabajadores de Firestone, fuerzan a la burocracia sindical a la realización de un paro de 48 horas, a partir del rechazo por parte de la empresa a otorgar el aumento salarial del 30% reclamado por los obreros.
Apostados en la puerta de la empresa, ubicada en Lavallol (partido de Lomas de Zamora), resistieron hasta el último turno del día viernes. Esa misma noche, cuando se disponían a ingresar, se encuentran con la noticia de que varios compañeros habían sido despedidos. Inmediatamente, los trabajadores deciden continuar con la medida por tiempo indeterminado.
Al reclamo del aumento del salario, se suma la exigencia de la reincorporación de los compañeros despedidos.
La misma situación se repetía en Fate y Pirelli, dejando en evidencia el acuerdo entre las patronales a la hora de actuar en respuesta a la lucha de los trabajadores.
Los despidos en Firestone, no fueron una sorpresa. Desde hace tiempo el hostigamiento dentro de la empresa, a los asistentes a las asambleas o a los compañeros más combativos era notorio. El maltrato, apercibimientos y el envío de cartas intimidatorias es algo común para cualquiera que se atreva a desafiar los atropellos de parte de la empresa.
Uno de los trabajadores con más años dentro de Firestone, nos comentó que esto suele ocurrir con los recién ingresados o los más jóvenes. Estos son los que por la necesidad de mantener el puesto de laburo, sacrifican su salud en poco tiempo. La hernia de disco y los problemas de columna se manifiestan en menos de dos años, siendo las enfermedades más características del sector y no reconocidas por las ART como enfermedades profesionales (frutos de las tareas realizadas en el trabajo).
Otro de los graves problemas dentro de la fábrica, es la total complicidad de la burocracia sindical con la patronal.
Desde que se hicieron notables las medidas de fuerza impulsadas por los trabajadores, los principales referentes del sindicato, intentaron por todos los medios, generar un ambiente hostil al acercamiento de otros sectores. Esto quedó más que claro el día domingo, cuando una delegación de Fate (fábrica en la que desde el año pasado se ha consolidado un fuerte movimiento combativo y de base) se acercó a la fábrica, para intentar la coordinación de los trabajadores de las tres empresas. Argumentando que los delegados de Fate "venían a hacer política", se los rechazó, impidiendo el fortalecimiento de la lucha que hubiera resultado de la unión de los trabajadores.
Las miradas y comentarios que recibimos por parte de los delegados de la burocracia, como el hecho de llamar por nombre y apellido al compañero (en un tono amenazante) que nos brindó una entrevista, fueron parte de la misma estrategia.
La convocatoria realizada el día miércoles, donde finalmente se juntaron las tres fabricas, permitió la relación directa de los trabajadores sin delegados de por medio y puso fin a muchos mitos y bolas que la patronal y la burocracia fomentaron para dividir y aislar a aquellos que querían verdaderamente salir a pelear. En palabras de Mariano, uno de los despedidos de Fate: "quiero destacar que lo que pasó acá es histórico. Muchachos, no nos engañemos, esto lo logramos nosotros, no lo logró nadie más. (...) estamos unidos siempre. A nosotros nos dividieron los dirigentes. ¡Siempre estuvimos juntos compañeros!(...) queremos una asamblea general y los felicito, esto es eterno compañeros".
La intención del secretario general del SUTNA, Pedro Wasiejko, es la de impedir esta asamblea reclamada por todos los trabajadores para evitar que el conflicto se le salga de las manos, volverlo al cauce de las paritarias y ponerle fin con un arreglo ligeramente mejor a la oferta inicial de las patronales. Pese a la conciliación obligatoria que la empresa no respetó (y que los dirigentes del Sindicato en clara complicidad aún después de eso insisten en acatarla) hoy hay más de 150 despedidos y le costará mucho a los traidores de siempre convencer a los trabajadores que abandonen esta lucha y a sus compañeros de todos los días durante muchos años dándola por perdida. Del mismo modo que los trabajadores se unieron para echar a la patota llevada a la marcha por la burocracia de CTA para evitar que se mezclen los personales y que los trabajadores corrieron a palazos, los compañeros encontrarán la manera de realizar su asamblea general y dar comienzo a una coordinación y un plan de lucha desde abajo sacándose de encima a burócratas que se cagan en la voluntad de los trabajadores y a traidores que le temen a la lucha más que la patronal misma.
¡SOLIDARIDAD CON LOS TRABAJADORES EN LUCHA!
¡CONTRA LA BUROCRACIA, POR LA UNIÓN DE LOS TRABAJADORES!
¿Como empezó puntualmente este conflicto?
Por un reclamo de aumento de sueldo.
Los trabajadores en asamblea pedíamos un 30% de aumento. El sindicato dijo que era mucho, pero tuvo que ir igual. La empresa dijo que no, que era mucho y en otra asamblea se decidimos que es el 30% o el paro. Se comenzó con el quite de horas extras. Así se llega al paro de 48hs, que fue jueves y viernes.
¿Por que se decide seguir con la medida hasta hoy domingo?
El viernes, cuando entra el turno noche, nos enteramos que hay 4 o 5 compañeros que no pueden entrar, que están despedidos. En ese momento decidimos seguir con el paro por tiempo indeterminado. Así estamos hasta el día de hoy.
¿Qué respuesta tuvieron de la empresa, además de los despidos?
La empresa hasta ahora no nos llamó para nada, ni siquiera para decir que hay despidos.
¿Se sabe la cantidad de trabajadores despedidos?
Hasta ahora dicen que hay una lista de 40 personas. Hasta ahora son 20, pero puede ser que el resto sean los que entran mañana, o que no lleguen los telegramas.
¿Como piensan seguir con la lucha?
Mañana por la mañana, se va a realizar una marcha con corte en Camino de cintura.
¿Tienen algún tipo de coordinación con las otras dos fábricas?
Hoy se acercaron unos 30 compañeros de Fate, con la propuesta de realizar una marcha junto a nosotros y Pirelli al Ministerio. Pero bueno, la marcha la van a hacer ellos y Pirelli. Nosotros hacemos el corte en camino de cintura. El miércoles vamos todos al ministerio.
¿Porque no marchar todos juntos mañana lunes?
(Los de la Burocracia) Están esperando que bajen la conciliación obligatoria. Si no tendríamos que ir mañana a la marcha, con los otros compañeros
La agravación de la crisis económica hace más necesaria que nunca la lucha colectiva y solidaria de los trabajadores. En el desarrollo de esa lucha una pregunta se plantea: ¿sirven los sindicatos como herramienta para la lucha obrera? O, por el contrario, ¿la única forma de defender con un mínimo de fuerza las reivindicaciones obreras es hacerlo fuera de la tutela sindical?
Para responder a estas cuestiones abrimos una rúbrica en nuestras publicaciones donde todos los que estén interesados podrán plantear no solo sus preguntas sino también respuestas, propuestas, iniciativas etc.
Empezamos con un tema que se ha planteado en diferentes foros1. No vamos a citar quién ha dicho tal cosa sino qué se ha dicho. Se trata de aclarar los problemas y que todos salgamos más claros y más fuertes y no de hacer una competición por ver quién tiene razón. En el debate proletario TODOS GANAN: tanto los que aparentemente "tenían razón", como los que "estaban equivocados", pues en la síntesis a la que se llega todos transforman las ideas iniciales con las que entraron en el debate.
En un Foro, un compañero afirma: «Yo conozco personas que tienen casa, carro y trabajo, y no pueden ni comer bien, viven bajo presiones, viven exaltados, porque están apretados económicamente, y cinco pesos que les den de aumento es un gran alivio para ellos ¿como yo podría conseguir pensiones, seguro de salud, y retiros si no es a través de una organización de reclamos económicos? ¿Van los trabajadores a decirle no me den nada de eso, que esta es una organización burguesa y reformista?»
Para los partidos de "izquierda" y también - desgraciadamente - para un cierto número de grupos proletarios, es un dogma decir que si los trabajadores quieren defender sus reivindicaciones tienen que pasar por las oficinas sindicales. Pero es un dogma inculcado por la ideología dominante: hay patronos que les dicen a sus obreros "si queréis plantear una reivindicación acudid a los sindicatos o constituid vosotros un sindicato".
La persistencia de ese dogma provoca desorientación en muchos compañeros: resulta que la tasa de sindicación es, en la inmensa mayoría de los países industrializados, enormemente baja2, en España por ejemplo apenas alcanza al 10% de la población laboral. ¿Qué pasa entonces? se preguntan, ¿Que los obreros no quieren defender sus intereses? ¿Que son tan aburguesados e insolidarios que no se apuntan a los sindicatos?
Sin embargo, el problema está en el dogma lucha sindical = lucha reivindicativa. Pero hace ya muchos años3 que ese dogma no casa con la realidad. Los sindicatos en nuestra época no defienden la lucha reivindicativa de los trabajadores y estos en cuanto tienen un mínimo de fuerza y compañerismo llevan su lucha fuera de los sindicatos.
Es más estos profesionales de la "negociación" y de la "consecución" de las reivindicaciones obreras no nos garantizan ni seguro de salud, ni pensiones, ni esos 5 pesos más de salario, sino todo lo contrario, participan mano a mano con patronal y gobierno en el empeoramiento de nuestras condiciones de vida. Y hay cientos de ejemplos de ello. Sin ir más lejos en España, con gobiernos de Aznar y de Zapatero, los dos grandes sindicatos han acordado año tras año con la patronal el llamado marco de referencia para los convenios colectivos, que, en la práctica ha representado una pérdida neta del poder adquisitivo de los salarios. Según un reciente estudio realizado sobre la pobreza (www.barometrosocial.es [64]) el salario medio ha disminuido un 2'4% entre 1994 y 2006. En cuanto al llamado salario indirecto que es un indicativo del bienestar social ha descendido un 8% en términos de PIB en ese mismo período.
Los sindicatos tampoco representan un muro de protección contra los despidos sino que negocian con la patronal la manera de aplicarlos. ¿Qué se lo pregunten por ejemplo a los obreros de SEAT, de astilleros y de tantas otras empresas y sectores? Los sindicatos no garantizan las prestaciones de la seguridad social ni son un dique ante la precariedad, sino que han firmado numerosos acuerdos para ponerles más difíciles a los trabajadores acceder a pensiones y subsidios, y facilitar en cambio a los empresarios el recurso de una mano de obra con salarios de miseria, sometida al chantaje de los contratos temporales y que puede ser despedida por cuatro perras.
¿Por qué se comportan así, por qué nos clavan una y otra vez la puñalada por la espalda? Lo que impide a los sindicatos defender los intereses de los trabajadores es que pretenden que estos serían compatibles con el interés de la economía nacional y de la empresa.
¿Qué significa salvar la empresa? ¿Qué significa defender el interés nacional?
La economía capitalista está basada, no en la satisfacción de las necesidades humanas, sino en el logro de la acumulación capitalista. Este es el fin último de la explotación de la fuerza de trabajo del proletariado. Sin aquella ésta no tiene sentido en el capitalismo como puede comprobarse fácilmente observando la escalada del desempleo en estos momentos de crisis (ver artículo en este mismo número de AP). Por ello la acumulación de capital pasa por encima de las necesidades obreras. Así por ejemplo, el interés de la empresa, o de esa empresa colectiva, que es la nación exige:
- Eliminar aquellos puestos de trabajo tanto en la empresa privada como en la administración pública que no son rentables;
- Desarrollar la precariedad para que la producción sea lo más flexible posible ante las necesidades del mercado;
- Importar mano de obra emigrante y someterla una presión de ilegalización, racismo etc., para reducir a la baja los costes laborales;
- Llegado el caso: "deslocalizar" la producción hacia China lo que significa, por un lado despidos aquí y salarios de hambre allá;
No hay ninguna manera humana de hacer compatibles los intereses de los trabajadores con los intereses de la empresa y de la economía nacional. 4.
Pero la función que les incumbe a los sindicatos en el organigrama del Estado capitalista es precisamente escamotear a los trabajadores esa incompatibilidad, esa lucha de clases. Por ello se inventan patrañas tales como que podría mejorarse la rentabilidad de la empresa sin aumentar la explotación de los obreros (gracias al incremento de la sacrosanta "productividad"), o que el Estado democrático permitiría a la mayoría de la población que es la clase trabajadora imponerles a los capitalistas un reparto "ecuánime" de los sacrificios y que ahora, por emplear una frase que no se quitan de la boca los principales dirigentes sindicales: «la crisis la paguen los capitalistas».
Respecto a lo primero y ese "NODO" del I+D+I que ahora nos venden como "panacea" para empresas y trabajadores es, en la situación actual del capitalismo mundial, una vía para aumentar la explotación. Desde sus inicios el movimiento obrero ha señalado que el capital acrecienta la plusvalía (es decir el tiempo de trabajo del obrero que no se le remunera) bien a través de la "vía absoluta" (resumidamente diremos que mediante la disminución de la remuneración o del aumento de la jornada manteniendo el salario) o bien a través de la "vía relativa" (también de manera sintética: manteniendo salario y jornada pero haciendo que produzca más mercancías por hora trabajada). En el periodo de decadencia capitalista, los aumentos de productividad van ligados a los despidos y al aumento de la extracción de plusvalía relativa - y en momentos de crisis como el presente también de la plusvalía absoluta -. Estamos hartos de ver como la inauguración de nuevas factorías "a la última", o la informatización de las oficinas representa el despido y la condena a un desempleo crónico de miles de compañeros, del mismo modo que hemos comprobado una y otra vez en carne propia como quienes tienen el "privilegio" de conservar el puesto de trabajo de esas nuevas factorías "superautomatizadas" ven empeoradas sus condiciones de salud como consecuencia del aumento de los ritmos, de la creciente deshumanización de la actividad laboral cada vez más reducida a reproducir una rutina a menudo absurda, o la creciente atomización y soledad que se extiende del trabajo a todas las esferas de la vida en la sociedad actual. En una sociedad como la capitalista, dividida en clases, la ciencia, la tecnología, el "progreso",... no son instrumentos neutros al servicio de la humanidad sino ante todo instrumentos para incrementar la acumulación capitalista.
Lo mismo cabe decir del Estado por muy "democrática" que sea su fachada, que tampoco es un medio de conjugar los distintos intereses presentes en la sociedad, sino una maquinaria al servicio del mantenimiento de los privilegios de la clase dominante. Por ello el cuento de sean los capitalistas "paguen la crisis" parte de otra falsedad como es la de creer que explotados y explotadores formamos parte de una misma comunidad que es el Estado nacional, en la que lo que se produce hay que repartirlo entre los ciudadanos. Pero esta es la tesis que repetía el ideólogo del fascismo español -José Antonio - según la cual "trabajadores y capitalistas vamos en el mismo barco". Sin embargo, la nación es la finca privada del conjunto de capitalistas donde estos, a través del Estado, luchan contra las demás naciones por el reparto del mundo y por obtener las porciones más ventajosas del mercado mundial.
Creer que los capitalistas se van a conformar con una ganancia razonable, que van a renunciar a aumentarla o incluso van a bajarla, para que sus "compatriotas" trabajadores vivan un poco mejor... es una ¡pura utopía reaccionaria! El engranaje de la economía capitalista obliga a los capitalistas, como decíamos, a incrementar incansablemente sus ganancias. Si un capital nacional o un capitalista individual se "conformaran" con una ganancia "equitativa" se verían devorados por sus rivales. El capitalismo lleva en sus propios cromosomas la competencia a muerte, la dinámica incesante de obtención de ganancias.
Los sindicatos fueron creados en el siglo XIX por los propios trabajadores como instrumentos de su lucha reivindicativa. Fue un periodo histórico donde globalmente y de manera progresiva y gradual se podían obtener mejoras reales y duraderas de la condición obrera porque el capitalismo era un sistema en expansión, que tendía a extenderse a todos los rincones del planeta. En un debate dentro de la Primera Internacional, Marx puso el ejemplo de que la sopera de la economía mundial se hacía cada vez más grande y dentro de ella los trabajadores podían aumentar su ración si hacían su cuchara cada vez mayor5.
Mientras el orden capitalista contribuyó - pese a los enormes sufrimientos que causó - al desarrollo de las fuerzas productivas, mientras fue un sistema en expansión y desarrollo, esa tarea de luchar por mejoras y reformas tenía pleno sentido; pero ¿qué pasa cuando el capitalismo se hunde en guerras devastadoras, cuando sus fases de prosperidad tienden a reducirse mientras que sus momentos de depresión y crisis tienden a aumentar, cuando se ve que, pese a los momentos de euforia y bienestar, lo que domina globalmente la vida de la inmensa mayoría de los seres humanos es la tendencia a la miseria, la inseguridad ante el futuro, la convulsión y la inestabilidad?
En tales condiciones generales que son las que tienden a primar desde principios del siglo XX y hoy las podemos comprobar en toda su virulencia, los sindicatos se transforman en herramientas que, absorbidas por el Estado capitalista, contribuyen junto con Patronal y Gobierno al empeoramiento de las condiciones de vida.
Esto ya lo preveía Rosa Luxemburgo en su obra "Reforma o Revolución" escrita en 1899: «si el desarrollo de la industria ha alcanzado su punto máximo y empieza, por tanto, el "declive" capitalista en el mercado mundial; si tiende a bajar la cuesta, la lucha sindical será entonces doblemente difícil: primero porque se empeoran las condiciones objetivas que el mercado ofrecerá a la fuerza de trabajo, puesto que la demanda será más lenta y la oferta más rápida, como actualmente ya ocurre, y segundo, porque el capital, para resarcirse de las pérdidas, discutirá cada vez con más encono la porción del producto correspondiente a la mano de obra».
La lucha reivindicativa de los trabajadores consiste en defender sus necesidades como seres humanos de comer, vestir, dar un futuro a sus hijos, darse los medios para gozar de un mínimo de bienestar y dignidad. Esas necesidades elementales tienen vigencia haya o no haya crisis, vaya bien o vaya mal la empresa, vaya bien o vaya mal la economía nacional.
¿Qué pasa si empresas como Martinsa, como Futura, como Spanair, con Freddy Mac, como General Motors van mal y se ven afectadas por la crisis? ¿Los trabajadores tienen que dejar por ello de comer, de alimentar a sus hijos? ¿Tienen que atar su suerte a la de la empresa y la Nación y seguir esa bárbara costumbre que aún perdura en algunos lugares de la India donde inmolan a la mujer cuando muere el marido? ¿Los trabajadores tienen que morir por la Patria y por la Empresa?
Los trabajadores deben romper con esa atadura siniestra, si el capitalismo tiene un futuro cada vez más negro, los trabajadores deben desarrollar su propia lucha autónoma e independiente para ofrecerse a sí mismos y a la humanidad otro porvenir. Si el Titanic capitalista se hunde, los obreros -junto con toda la humanidad oprimida y explotada- no deben hundirse con él.
La clave para que la lucha reivindicativa de los trabajadores defienda seriamente sus intereses más elementales es romper con todo planteamiento de defensa de la economía nacional y de salvación de la empresa.
Una lucha reivindicativa consecuente lleva necesariamente a asumir que el capitalismo no puede satisfacer las necesidades más elementales de la inmensa mayoría. Un organismo que no puede ser calificado de "radical" como la Caixa Catalunya reconocía en un informe reciente que «un 10,3% de los niños españoles sufre altos niveles de pobreza» y que «La pobreza moderada se concentra en los dos extremos del ciclo vital. El 24% de los menores de 16 años y el 31% de los mayores de 65 la sufren» y esto por ceñirnos únicamente a España pues si vamos a Estados Unidos u otros países "desarrollados" los datos son aún más elocuentes.
La lucha reivindicativa contra el aumento de la explotación necesita unirse de forma indisoluble a la lucha revolucionaria por la abolición de la explotación puesto que como decía la Internacional Comunista en 1919 «Para que la humanidad pueda vivir el capitalismo debe morir».
Smolny 9-9-08
1 luxemburgism.forumr.net, www.luchaobrera.org [65], https://www.yahoo.com/ [66].
2 Salvo países como Bélgica o Gran Bretaña donde la sindicación es obligatoria en muchos sectores.
3 Como explicamos en nuestro folleto "Los sindicatos contra la clase obrera", estos organismos nacieron en el siglo XIX como instrumentos de la lucha obrera, del combate por la solidaridad, la dignidad y las condiciones económicas de los obreros; aunque con la entrada del capitalismo en su periodo de decadencia a partir de 1914 y el consecuente cambio de las condiciones de la lucha obrera, los sindicatos fueron integrados al Estado burgués y participaron directamente, como en Alemania, en la movilización de los obreros para la guerra imperialista y en la masacre de la revolución. A partir de ese momento, el sindicalismo dejó de ser un instrumento de la lucha obrera.
4 Y no dudamos de la sinceridad de compañeros que atrapados en la lógica sindical se devanan los sesos para encontrar esa alquimia maravillosa, pero en la gran mayoría, los compañeros más sinceros acaban hastiados de la corrupción sindical y de falsedad de unos "dirigentes" que dicen servir a los trabajadores cuando se inclinan ante los designios del amo.
5 Salario, Precio y Ganancia, 1869.
En la situación actual una cosa, sin embargo, ha quedado clara: el desempleo ya no puede verse como se ha podido percibir durante los últimos 15-20 años. Hasta hace muy poco era presentado como consecuencia del fracaso de quién lo sufría y no como consecuencia de un fracaso del capitalismo. Al contrario, políticos, empresarios y sindicalistas hacían de "la lucha contra el desempleo" su divisa, el Estado tomaba medidas para favorecer el acceso al trabajo de los colectivos más desfavorecidos como jóvenes, emigrantes, mujeres o trabajadores mayores. Hasta hace un año, el mensaje dominante era que aquel que no tenía trabajo era porque era un fracasado, un vago, un incompetente, alguien que no sabía aprovechar las "inmensas oportunidades" que se le ofrecían. Hoy ese estereotipo que había logrado anclarse en la mentalidad popular ya no puede sostenerse con seriedad. El desempleo se convierte en un fenómeno de masas, absorbiendo de manera primordial la preocupación de trabajadores, estudiantes, familias,.. y ya no puede ser considerado como el problema particular de una serie de ciudadanos inadaptados sino como el problema general del proletariado y de la humanidad.
El capitalismo se basa en el trabajo asalariado y este a su vez en la separación de los trabajadores de los medios de producción. Esto hace que el desempleo forme parte inseparable de la condición obrera. La clase obrera incluye en su condición misma la existencia del desempleo. El capitalismo no puede funcionar sin la clase obrera pero no necesita siempre a cada uno de los trabajadores individuales los cuales pueden ser arrojados a la calle en cualquier momento. El capitalismo ha tendido siempre a formar un "ejército industrial de reserva"[1], una masa de desempleados cuya existencia misma presionaba hacia abajo los salarios y que en etapas de prosperidad podía ser rápidamente movilizada para la producción.
Ahora bien, el tamaño de este ejército industrial de reserva no ha sido el mismo a lo largo de la historia. En el siglo XIX y principios del XX, las cifras de desempleo eran relativamente bajas -alrededor del 2%- y sobre todo su duración era muy corta, como máximo 1 año. Los fenómenos de desocupación eran cíclicos -más o menos cada 10 años- pero daban paso a una ampliación considerable de la masa total de trabajadores asalariados en el mundo. Durante esa fase histórica, de capitalismo ascendente, el desempleo era pasajero y temporal, constituía una lacra dolorosa que soportaba la clase obrera pero que globalmente tendía a superarse.
Un cambio de gran envergadura se produjo en 1929 cuando, con la Gran Depresión apareción unn desempleo masivo y prolongado (durante 4-5 años). Este cambio en la naturaleza del desempleo se explica por la entrada del capitalismo en su decadencia[2], en este periodo histórico el desempleo pasa a ser permanente y estructural[3], ya no es únicamente una expresión del ejército industrial de reserva sino que adquiere una dimensión nueva: manifiesta la crisis histórica del sistema, su incapacidad para asegurar un empleo estable a la mayoría de la población y su tendencia a despilfarrar las fuerzas productivas, y sobre todo la principal de ellas: el trabajo. Y si a partir de 1934-35, comenzó a "superarse" el desempleo, fue gracias a políticas de trabajos públicos y sobre todo de producción de armamentos a gran escala que se insertaban en la preparación de la segunda guerra mundial[4].
Sin embargo, de 1945 a 1967, la tendencia al desempleo masivo pareció verse desmentida. Las tasas de paro cayeron a niveles del 1-2%. Parecía volverse a una situación similar a la del siglo XIX e incluso parecía "mejor" pues en muchos países se generalizaba el trabajo fijo de por vida y a través del llamado Estado del Bienestar se daban prestaciones a los que pasaban por situaciones momentáneas de desocupación[5]. Ahora bien, desde 1967 la situación del desempleo volvió a dar un brusco viraje. Hacia finales de los años 70 había países industrializados que soportaban tasas de paro del 10% que se prolongaron durante toda la década. España fue un país especialmente castigado que llegó a tener en 1978 un 24% de paro. En los años 80 el desempleo se hizo masivo: las reconversiones industriales se generalizaron en numerosos países y en España, bajo gobierno "socialista", significaron la destrucción de UN MILLON DE PUESTOS DE TRABAJO. En Gran Bretaña sectores como la minería, los astilleros y la siderurgia fueron reducidos a cenizas. Lo mismo ocurrió en Francia, Estados Unidos etc. Los sociólogos hablaron de viejas ciudades industriales convertidas en pura "arqueología industrial" con grandes bolsas de desempleo.
Pero desde finales de los 80 las cifras de desempleo volvieron a descender. En los últimos 15 - 20 años el paro pareció volver a cifras inferiores al 10% en un buen número de países industrializados. Todos los meses, los gobiernos presentaban ufanos reducciones significativas de las cifras de desempleados e incluso en Lisboa, los países de la UE llegaron incluso a pronosticar "el pleno empleo" para 2009. Ni siquiera aplicando un escandaloso "maquillaje" estadístico de las cifras de paro, ni usando y abusando de estrategias que como la temporalidad han estado destinadas, como veremos más adelante a enmascararlo, se ha conseguido rebajar la tasa de paro a los niveles del período 1945 -67, sino que por el contrario se ha instalado un desempleo estructural que se ha prolongado durante 40 años, lo cual es inédito en la historia del capitalismo. Además, todo eso se ha derrumbado a partir de la crisis actual iniciada en 2007.
Una masa considerable de personas -como mínimo el 4% de la población laboral- ha tenido que soportar una situación de desempleo permanente. Pese a ello, en los últimos 15 años el desempleo ha sido presentado como un problema específico y particular de los llamados "parados de larga duración".
Los componentes de este colectivo no solo han sufrido la miseria económica sino también la de tipo moral y psicológico. La sociedad los han convertido en apestados al presentarlos como fracasados, vagos e incompetentes, incapaces de asir la "oportunidad" que tenían "al alcance de la mano". Sus propios familiares los han llenado de reproches: "no buscas trabajo con suficiente ahínco", "perdiste tal o cual oportunidad", "estás viviendo a nuestra costa", Presos de un devastador sentimiento de culpa ellos mismos han escondido ante los demás su condición degradante de parados, se han aislado socialmente, lo que objetivamente era la expresión del fracaso de la sociedad se ha transformado subjetivamente en la pesadilla infamante de un fracaso personal.
Los estragos de esta marginación del trabajo en la salud psicológica y física de quienes lo han padecido quedan elocuentemente expuestos en investigaciones, como la que expone la web: www.elergonomista.com/desempleo.htm [69] sobre la relación entre la condición de desempleados y los estados depresivos: «Las consecuencias son a nivel cognitivo: pensamientos de indefensión. Sentimientos de culpabilidad y desprecio hacia uno mismo. Disminución de la autoestima. Dificultad para tomar decisiones. Pensamientos de muerte, suicidio...», y a nivel fisiológico: « taquicardia, mareos, sudoración, rubor, tensión en el estómago, dificultades respiratorias, etc. En determinadas ocasiones estos cambios de conducta pueden convertirse en patológicos. Interfieren en la vida cotidiana del individuo y dificultan las relaciones laborales, sociales y familiares (...) La práctica clínica en el campo de las adicciones muestra en numerosas ocasiones que el desempleo, y las dificultades económicas que comporta, es un factor desencadenante de una conducta adictiva».
En la Web www.alfinal.com/politica/desempleo.shtml: [70] «La larga lista de trastornos asociados a la inactividad laboral, desde ansiedad, angustia y depresión, hasta hipertensión, mayor mortalidad y diversas dolencias psicosomáticas, ha originado un nuevo término médico: el "síndrome del desempleado"(...) Los trastornos psicológicos van minando progresivamente el sistema inmunológico humano y predisponen al organismo a sufrir dolencias que van desde la úlcera, la colitis y las cefaleas, hasta las cardiopatías y el asma».
Este estudio prosigue con una serie de observaciones significativas: «El médico M. H Brenner no sólo demostró en 1976 que las admisiones en los hospitales psiquiátricos de Nueva York se relacionaban con las tasas de paro en el período 1914-1967, sino que elaboró un modelo matemático capaz de predecir el aumento de la tasa de mortalidad y de admisiones en centros de salud mental que sufrirá una comunidad determinada si aumenta el desempleo. Un estudio efectuado por epidemiólogos de la Universidad de Londres (UL), a lo largo de catorce años en siete ciudades británicas ha descubierto una relación significativa entre el desempleo y la mortalidad, al comparar la salud de los varones empleados fijos con la de los parados o jubilados prematuramente. Otra investigación indica que si se toma a Europa en conjunto, la mortalidad entre los desempleados es un 20 por ciento mayor que la del resto de la población (...) Algunos especialistas han detectado un aumento exponencial de personas que se quitan la vida en los países y regiones con altas tasas de paro, como Irlanda, Escocia y España ».
Los sufrimientos de estos trabajadores son muy difíciles de medir porque, como decíamos antes, se han hecho invisibles socialmente, han llevado su cruz en el más completo ostracismo. A menudo, estas personas aparecían en la página de sucesos como protagonistas de un suicidio terrible, como trastornados que irrumpían en su antigua empresa y se liaban a tiros con sus ex compañeros y ex jefes, o como causantes de violencia doméstica. Su caso era abordado únicamente desde el ángulo sensacionalista y morboso, se les presentaba como expresiones del desquiciamiento y la desestructuración social, lo cual efectivamente reflejaba una parte de la verdad[6], pero se ocultaba sistemáticamente el otro ángulo que arriba hemos recogido: la situación de callejón sin salida, de descalabro moral, de culpabilidad exacerbada, en la que silenciosamente se han hundido estos trabajadores. Lo peor para ellos es que estaban rodeados de incomprensión, de condena implícita, no les era posible compartir sus sentimientos, discutir sobre ellos, analizarlos socialmente.
Esta especie de genocidio silencioso en que la sociedad ha hundido a los parados ha sido el resultado directo de una campaña machacona repetida hasta la saciedad: como el desempleo es una lacra en vías de extinción, los desempleados están así porque quieren.
Y eso, nos dicen, que el bueno del Estado capitalista se ha "ocupado" de ellos. Los desempleados se han visto sometidos por las oficinas de colocación a un control exhaustivo para "no tenerlos parados": cursos de reciclaje y formación, desempeño de trabajos prácticamente obligatorios -la negativa a realizarlos suponía la pérdida del subsidio-, sesiones de "asesoramiento", elaboración de innumerables currículos y envío a un sinfín de empresas...Cualquier fallo o "conducta inapropiada" del desempleo suponía la pérdida o reducción del subsidio y -lo que más regocijaba a los gobernantes- su desaparición de las estadísticas de desempleo y su inclusión en una extraña lista de "desmoralizados" que "ya no buscan empleo".
Si el desempleo parecía haber desaparecido "ideológicamente" su presencia seguía siendo terriblemente real y sus consecuencias muy profundas y destructivas. Incluso para los trabajadores que a lo largo de estos años han obtenido o han conservado un empleo "estable", el fantasma del desempleo ha estado abrumadoramente presente. La amenaza del desempleo ha sido vivida como una intimidación tremenda. Había que tragar con todo -trabajar más horas, aceptar reducciones de salario, perder prestaciones sociales- con tal de "mantener el puesto de trabajo". Esto ha sido presentado por los sindicalistas, por muchos anarquistas y por toda clase de predicadores de la "desaparición de la clase obrera" como la "prueba concluyente" del "aburguesamiento" y del carácter "reaccionario" de la clase obrera.
Estos "teóricos" no tienen en cuenta los terribles sufrimientos, las noches de insomnio, las tensiones personales y familiares, los sentimientos de culpa y humillación, que han padecido numerosos trabajadores en activo a causa de esa espada invisible -que los gobernantes, sindicalistas y empresarios proclamaban oficialmente desaparecida- constituida por la amenaza del desempleo. ¿Cuántos trabajadores -tanto eventuales como fijos- han ido enfermos a trabajar sabedores del riesgo de ser despedidos o de ser incluidos en el próximo expediente? ¿Cuántas trabajadoras han tenido que soportar acosos sexuales de jefes y encargados conscientes de que una negativa demasiado tajante podía suponer la pérdida más o menos próxima del puesto de trabajo? ¿Cuántos trabajadores han renunciado a luchar, a entrar en huelga, por miedo a la represalia inmediata y terminante que es la pérdida del puesto de trabajo?
Y a esta situación debe añadirse el enorme peso de la precarización de las condiciones laborales, a través de multitud de mecanismos desde la temporalidad de los contratos a la prolongación durante años de los estudios o del "becariado". Pero sobre las consecuencias de estos mecanismos de escamoteamiento del desempleo sobre los propios trabajadores precarios y sobre toda la clase obrera habremos de volver en el próximo artículo.
Smolni 16-11-08
[1] Término acuñado por Marx en El Capital: "La acumulación capitalista produce de manera constante, antes bien, y precisamente en proporción a su energía y a su volumen, una población obrera relativamente excedentaria, esto es, excesiva para las necesidades medias de valorización del capital y por tanto superflua. (...) A todo capitalista le interesa, de manera absoluta, arrancar una cantidad determinada de trabajo de un número menor de obreros, en vez de extraerla, con la misma baratura e incluso a un precio más conveniente, de un número mayor. (...) Cuanto más amplia sea la escala de la producción, tanto más determinante será ese motivo. Su peso se acrecienta con la acumulación del capital." (sección 3, capítulo 23 de El Capital)
[2] Ver nuestro folleto La decadencia del capitalismo y los artículos sobre el tema en Revista Internacional números 134 y 135
[3] Conviene precisar que la decadencia del capitalismo no se caracteriza únicamente por la tendencia a la crisis económica más o menos crónica y la tendencia a un desempleo estructural e igualmente crónico. Otra característica aún más importante de la decadencia a la tendencia a la guerra imperialista generalizada.
[4] Para un análisis de este periodo, ver -entre otros documentos- Las verdaderas causas de la segunda guerra mundial en Revista Internacional nº 59 https://es.internationalism.org/node/2140 [71]
[5] Ver debate sobre este asunto y el período de los llamados "reinta gloriosos" en Revista Internacional números 133 y 135
[6] En las Tesis sobre la Descomposición, aparecidas en la Revista Internacional nº 62, ver /revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [72] , mostramos como la tendencia a la descomposición del capitalismo lleva a una creciente barbarie en las relaciones humanas que se manifiesta en crímenes irracionales y pasionales, suicidios colectivos etc.
Se suele describir al presidente de EEUU como "el hombre más poderoso del mundo". Cada cuatro años hay unas elecciones para votar quien será "el líder del mundo libre" a cargo del país con la economía más pujante, el Comandante en jefe que dispone del botón nuclear. El presidente de EEUU tiene muchas prerrogativas formales, pero al cabo es la representación más prominente del Estado capitalista. Tras el recuento de votos pueden cambiar las caras, pero el mismo Estado capitalista es el que continúa dominando todos los aspectos de la sociedad norteamericana.
En las elecciones presidenciales de EEUU del 2008[1], Barack Obama es el favorito, y si ganara John McCain sería la mayor sorpresa desde 1948, cuando Harry Truman derrotó a Thomas Dewey. La ventaja de poner a Obama es que toda su campaña está centrada en la idea del "cambio" para Norteamérica y para la escena mundial. La clase dirigente siempre invoca, si puede, la ilusión del cambio en época electoral. «¿Las cosas van mal? Pueden ir mejor». Esta vez incluso McCain ha tratado de aclarar que él es diferente de Bush, atacando la duplicación de la deuda nacional de EEUU desde 2001 y criticando la mala gestión de la guerra en Irak.
Los detalles de los candidatos no son lo esencial. El padre de Obama era de Kenia y el padre y el abuelo de McCain eran almirantes. ¿Y qué? Lo fundamental es que el circo de la democracia pueda dar su representación de turno y se haga creer a la gente que algo puede cambiar.
La crisis financiera ha sido un buen test para los candidatos. Cuando se adoptaron medidas financieras, tanto Obama como McCain votaron a favor de la inyección de 700 billones de rescate en el Congreso, y apoyaron el salvamento de Fannie Mae, Freddie Mac y AIG. Estas operaciones no fueron idea suya, ni tampoco de Bush; se produjeron porque la lógica del desarrollo capitalista ha llevado a que el Estado juegue un papel crucial.
El New York Times (14.10.08) informaba de cómo otros personajes e instituciones del mundo financiero aceptaban lo inevitable:
«Los principales ejecutivos de los nueve mayores bancos de Estados Unidos se reunieron en el salón dorado de conferencias del Departamento del Tesoro a las 3 de la tarde del lunes. Para su sorpresa se les entregó a cada uno un documento de una página que decía que estaban de acuerdo en vender acciones al gobierno; luego el Secretario del Tesoro (Ministro de Hacienda -NdR-) Henry M. Paulson Jr dijo que tenían que firmarlo antes de irse. El representante de JP Morgan Chase, Jaime Dimon, fue receptivo y dijo que pensaba que la propuesta pintaba bastante bien, tras haber hecho números de cabeza. El representante de Wells Fargo, Richard M. Kovacevich, protestó enérgicamente ya que, a diferencia de sus rivales de Nueva York, su banco no tenía problemas debido a inversiones en exóticas hipotecas, y no necesitaba ningún plan de salvamento; de acuerdo con las informaciones de la reunión.
Pero hacia las 6:30 todos los ejecutivos, los nueve, habían firmado [...]
Mr. Paulson anunció el plan el martes, diciendo que "lamentaban tener que tomar esas medidas", que "verter billones de dinero público en los bancos", dijo, era "cuestionable", pero "inevitable para restaurar la confianza en los mercados y para persuadir a los bancos de que empezaran a prestar otra vez". En otras partes con planes similares, como en Gran Bretaña u otros países europeos, ha habido consultas previas "pero a diferencia de Gran Bretaña, el Secretario de Estado presentó su plan como una oferta que los bancos no podían rechazar"»
Esto es el capitalismo de Estado manos a la obra. La charada democrática no tiene ninguna conexión con el verdadero proceso burgués de toma de decisiones, que mayormente se produce a puerta cerrada. Los bancos saben cuando tienen que consentir. En ningún momento los representantes de "lo público" han dicho ni mu sobre el desembolso de "dinero público".
Obama ha prometido "el cambio", pero se trata sólo de los detalles. Ha dicho que es necesario intensificar la guerra en Afganistán. Y planea enviar una fuerza extra de 15000 soldados tan pronto como asuma el poder. También ha prometido que, para atacar los objetivos Talibanes o de Al Quaeda en Pakistán, no pedirá permiso de Islamabad. En el frente doméstico, Obama ha apoyado leyes para ampliar los poderes de agencias como el FBI y la Agencia Nacional de Seguridad que refuercen la vigilancia y las escuchas telefónicas.
Todo esto ha disgustado a algunos personajes "de izquierdas" como Alexander Cockburn[2], que en un artículo en The Independent on Sunday ("Obama, un Republicano de primera", 26.10.08) critica los planes de Obama «para ampliar las fuerzas armadas en 90000 soldados... para intensificar la guerra de EEUU en Afganistán,... para conducir la guerra contra el terrorismo en cien países, creando una nueva infraestructura para reforzar la inteligencia así como la legislación internacional». Este periodista piensa que «Obama es mucho más agresivo que McCain respecto a Irán» y que «Obama ha hecho hincar la rodilla a los banqueros y a Wall Street, a las compañías petroleras, al lobby nuclear y a las grandes agrupaciones agrícolas».
No hay nada exclusivamente "Republicano" en estas posiciones. Los presidentes Demócratas del siglo XX son un ejemplo a seguir para Obama. La Primera Guerra Mundial se libró bajo la presidencia de Woodrow Wilson, que había sido reelegido con la consigna «El nos mantendrá apartados de la guerra». Roosevelt preparó al imperialismo norteamericano para la Segunda Guerra mundial y garantizó durante su transcurso la ejecución de sus estrategias más implacables y brutales. Bajo la presidencia de Truman se lanzaron las primeras bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki y cerca de 6 millones de norteamericanos fueron enviados a combatir a la guerra de Corea. Kennedy y Jonson intensificaron y sostuvieron la ofensiva USA en la guerra de Vietnam. Con Clinton vimos el bombardeo de Serbia y las devastadoras sanciones y ataques aéreos contra Irak.
Sin considerar siquiera las perspectivas que la crisis económica plantea a la clase obrera norteamericana bajo un nuevo presidente -ataques continuos y brutales contra sus condiciones de vida- es obvio que Obama se sitúa en continuidad con la política democrática.
Según nos presentan los media de todo el mundo, cada una de las elecciones presidenciales son momentos vitales de toma de decisión que afectan a todos y cada uno de los habitantes del planeta. La verdad es que las facciones de la burguesía norteamericana toman sus decisiones según los golpes de la realidad material. La profundización de la crisis económica; la dificultad como única superpotencia que queda, para hacer la guerra en numerosos frentes; la amenaza de las luchas obreras: esto es a lo que se confronta la clase dirigente en EEUU. El nuevo presidente solo tiene austeridad y represión que ofrecer a la clase obrera en EEUU, y más conflictos para el resto del mundo.
Car 29.10.08
[1] Este artículo se escribió antes delas elecciones; por tanto no se conocía aún el presidente electo
[2] Periodista político irlandés-norteamericano, instalado en EEUU; junto a Jeffrey St Clair edita el semanal CounterPunch. También escribe una columna: "Beat the Devil" para The Nation y una columna nde agencia para Los Angeles Times, así como para The First Post. (Wikipedia)
En la FORD en Valencia, en la Renault, en la Citroen,... mandan a miles de trabajadores a sus casas con la promesa de que tras las vacaciones de Navidad se podrán "reintegrar a sus puestos de trabajo" (¿se habrán vendido entonces las miles de hectáreas de vehículos stockados?). En algunos casos, como en la IVECO de Madrid, se chantajea a los trabajadores para que se bajen el sueldo o pierdan días del subsidio de desempleo para sortear, desde luego momentáneamente, el maldito ERE. Tampoco puede pensarse que se trata de una crisis circunscrita al sector de la automoción, pues también afecta a las comunicaciones (despido de la mitad de la plantilla del operador por cable ONO y ahora ERE de 500 trabajadores de Telefónica) o a empresas como CASA que también recurren al recorte de plantillas. Las previsiones oficiales señalan que, en España, cerca de 120 mil trabajadores acabarán este año afectados por este tipo de ERE, sumándose (por mucho que el ministro de Trabajo se empeñe en lo contrario) a los TRES MILLONES DE PARADOS, con que más que probablemente se cierren las estadísticas de 2008.
La propagación de esta plaga de supresiones de empleo temporales o definitivas - las primeras, como hemos visto son en muchos casos simplemente el preludio de las segundas -, hace crecer en las filas obreras una inquietud común que abarca a trabajadores de distintas empresas y sectores; a compañeros veteranos que ven amenazadas las condiciones de su jubilación o su imposible vuelta a encontrar un empleo tras ser despedidos con 40 o 50 años y a los trabajadores jóvenes que, mal que bien, trataban de sobrevivir con sucesivos contratos precarios en unas condiciones draconianas de horarios y sueldos, y que se ven ahora abocados a un paro con subsidios de miseria o a tener que aceptar peores condiciones laborales; a obreros "nativos" formados, generación tras generación en un proletariado cualificado que trabaja en industrias con alta tecnología como por ejemplo en la Nissan y a los obreros de las subcontratas de limpieza (como se ve en los despedidos de Acciona que trabajan dentro de las propias factorías Nissan) y que, en muchos casos, se nutren de compañeros recién llegados en la emigración.
Pero esa inquietud que se va generalizando a todo el proletariado conlleva también un enorme potencial para el desarrollo de la solidaridad de clase. Hace tres años los compañeros de SEAT se enfrentaron a un plan de 600 despidos (ver AP nº 185 y 186, o en nuestra web /accion-proletaria/200511/247/seat-salvar-la-empresa-significa-despidos-y-contratos-basura-la-respues [75], y /content/387/lecciones-de-la-huelga-de-seat-no-las-movilizaciones-sindicales-si-la-lucha-obrera [76] ) , pero lo hicieron en un clima social que todavía estaba muy marcado por el cacareado «período más prolongado de crecimiento económico». No podemos extendernos aquí en demostrar que ese clima era más propagandístico que real, pero sí resaltar que en ese "ambiente" social, el problema de los compañeros de SEAT parecía ocasionado por la voracidad particular de la Volkswagen, o las circunstancias particulares de la empresa. Pero no son esas, como vemos, las circunstancias actuales, pues, como hemos visto ¡Todos los sectores de la clase obrera estamos siendo atacados por la crisis capitalista¡
Pero esa solidaridad que nace de unos ataques y sufrimientos que son, insistimos, comunes, necesita ser cultivada y desarrollada por los propios trabajadores, imponiéndola contra las tentativas de división y fragmentación de la respuesta obrera por parte de los guardianes de la explotación capitalista. En ese sentido dos son las lecciones esenciales de las luchas más recientes:
Precisamente porque son muchas las empresas y las localidades afectadas por la crisis, la calle se convierte en un terreno privilegiado para sumar la combatividad de compañeros de distintas procedencias. Así lo entendieron al principio de la lucha de Nissan, cuando compañeros que, por la talla de la plantilla o por el alejamiento geográfico de su centro de trabajo, sentían que al calor de las movilizaciones de los obreros de la Zona Franca se sentirían más respaldados. Por ello a la manifestación del 23 de Octubre acudieron también, por ejemplo, los trabajadores de Tyco Electronics así como los conductores de la empresa municipal de transportes, Acciona,... Esa misma tendencia se vio aún más reforzada en la manifestación del 5 de Noviembre, en que más de 20 mil trabajadores de numerosas empresas batieron el registro de mayor manifestación obrera en años en Barcelona.
Sin embargo, progresivamente se ha ido debilitando esa tendencia imponiéndose en cambio la de manifestarse "cada uno en su rincón". Así los sindicatos convocan a los de la Frigo un día y a los de la Nissan otro. A los de la Pirelli a organizar acciones en Manresa, y a los de TorrasPapel en Sarriá de Ter[2],... Esta dispersión de las convocatorias refuerza, se quiera o no, una visión local del conflicto de clases, cuando la realidad evidencia que es un conflicto social que abarca a todos los sectores.
Pero no basta con juntarse pasivamente. Los obreros no conseguimos la fuerza necesaria para enfrentar la avalancha de ataques que se nos viene encima haciendo simplemente "bulto" o engordando los números de las asistencias a las manifestaciones. La fuerza de la clase obrera no reside únicamente en su número sino sobre todo en su capacidad de unirse por encima de todas las divisiones creadas por la explotación capitalista (la empresa, el sector, la nación,...) en defensa de unos intereses comunes, y sobre todo en su capacidad de tomar conciencia de que la defensa de esos intereses le llevan a una confrontación radical con las leyes de este sistema. Por ello es vital hacer de las manifestaciones un lugar donde se desarrolle esa solidaridad y esa conciencia.
Y eso choca, desde luego, con la "escenificación" sindical de esas manifestaciones. Cuando no se trocea la combatividad obrera en diferentes movilizaciones, se fragmenta dentro de la misma manifestación haciendo marchar a los trabajadores detrás de la pancarta de "su" empresa. Además el "atrezzo" habitual de esas manifestaciones (la insufrible banda sonora de pitos y petardazos) parece adrede para impedir la más mínima conversación entre los trabajadores que a ella acuden. La excusa de esta habitual "parafernalia" es que, como se nos dijo en una de estas manifestaciones en las que estuvimos interviniendo, a estas movilizaciones los obreros han de ir a «hacerse oír». Es verdad que es importante transmitir a toda la sociedad nuestra indignación ante el futuro de paro y miseria a que se nos condena. Pero mucho más necesario que «llamar la atención de la opinión pública» o «hacer visible el conflicto» apareciendo en los medios de comunicación burgueses a través de "acciones" más o menos llamativas, es hacer de la manifestaciones un momento y un lugar donde ESCUCHAR a los compañeros que acuden de otras luchas, donde hacerles llegar la solidaridad, pero también la información, el intercambio de experiencias, aprender de las trampas que han tenido que sortear nuestros hermanos, las lecciones que hemos podido sacar de las diferentes luchas, etc.
Pero si las manifestaciones que organizan los sindicatos están "pensadas" para fomentar la división y la pasividad de la clase obrera, las asambleas, lo que constituye el verdadero corazón de las luchas, sufre una desvirtuación pareja, pues en lugar de fomentar la participación y el debate entre los trabajadores se convierten en insufribles "telediarios" en los que se suceden pesadamente las explicaciones de todos los sindicatos, sobre los mil y un vericuetos de tal o cual ronda negociadora con tal cual representante de la administración o de la patronal. Se trata de suplantar lo que verdaderamente da fuerza a los trabajadores - la confianza en sus propias fuerzas como clase, su autonomía respecto a la clase explotadora - por lo que, en definitiva, le debilita - la confianza en el Estado burgués -. Así por ejemplo vimos como el 12 de Noviembre, la manifestación de los trabajadores de Nissan acabó en una "asamblea" pública ante la sede del Parlament de Catalunya, en la que los trabajadores se limitaron a escuchar lo que los diferentes "capos" sindicales les contaron de la sesión parlamentaria en que se había abordado la situación de Nissan. Si se tiene interés en saber como se las gasta el gobierno "tripartito" de Cataluña (PS +IU+ERC) ante los planes de despidos de las multinacionales no hace falta que pierdan el tiempo a la intemperie del Parque de la Ciudadela. ¡Qué vayan a preguntárselo a los compañeros despedidos de la SEAT en 2006!
Frente a este "secuestro" de las asambleas, se desarrolla en un sentido completamente contrario, las iniciativas obreras por hacer de ellas momentos de la implicación del conjunto de la clase obrera den la lucha. Esta tendencia que ya vimos en filigrana en la lucha de los universitarios en Francia en la primavera de 2006 (/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200 [77] ) se escenificó después con toda su fuerza en la huelga de los metalúrgicos de Vigo también hace un par de años (/content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha [54] ). La asamblea general de ciudad demostró ser no sólo el medio para la unificación en la lucha de trabajadores de multitud de pequeños talleres y empresas, y el medio de sentir una fuerza colectiva frente a las provocaciones de la patronal (despidos) o del Estado (brutalidad policial), sino también la forma de incorporar a la lucha de compañeros de otros sectores (parados, jubilados,...) que, por si mismos, se sienten débiles para enfrentarse al capitalismo.
También en ese sentido van las iniciativas que hemos visto desarrollarse en las recientes movilizaciones de los estudiantes universitarios en España que no solo hacen de las asambleas un lugar abierto donde reciben fraternalmente a trabajadores (véase por ejemplo una información sobre una intervención nuestra en una de estas asambleas en https://es.internationalism.org/node/2389 [78]) y otros compañeros que se oponen solidariamente a los planes de recortes sociales y de "precarización" de la mano de obra, sino que las conciben como impulsoras de una esfuerzo de debate y clarificación sobre la situación social actual y sobre experiencias anteriores de resistencia a los criminales planes del capitalismo (véase también la convocatoria de uno de estos debates en https://es.internationalism.org/node/2398 [79] ) . El hecho de que compañeros que, muy probablemente no conocen las anteriores experiencias de apertura de estos debates, "reincidan" en esta tendencia al desarrollo de medios para un franco debate entre los trabajadores, demuestra que es una tendencia que empieza a sentirse como una creciente necesidad de las movilizaciones obreras. En ese mismo sentido apunta igualmente la convocatoria de una asamblea abierta a compañeros de otros sectores obreros, que han realizado los trabajadores de AFEMA en Alicante (véase https://es.internationalism.org/node/2399 [80] ), que tratan de luchar contra una concepción de sus problemas y de su lucha como algo específico de su sector, o que habría que plantear desde las particularidades de sus empresas, sino que llaman a compañeros de otros sectores a participar en sus asambleas precisamente para reforzar con testimonios provenientes de otras empresas, otros sectores, otras ciudades, que toda la clase obrera esta siendo atacada por los despidos, los recortes de prestaciones sociales, las rebajas de salarios, etc., y que toda la clase obrera debe luchar unida y solidariamente para hacer frente a la avalancha de medidas antiobreras que se suceden día tras día.
La clase capitalista sabe, de sobra, que las medidas que va adoptar para capear la recesión más brutal de la historia no van a contar con la aprobación resignada de la clase obrera. Para la clase explotadora el objetivo no es pues el de evitar el descontento obrero, sino que este se exprese de la forma más fragmentada y débil que le sea posible. Y a ello concentra todas sus energías y todos sus recursos.
Cuando cree poder adormecer a los trabajadores con sueños de un futuro "prometedor" no vacila en alimentarlos. La fantasía de la fabricación del "coche eléctrico" del futuro, ha sido, por ejemplo, exhibida por el ministro español de Industria, primero a los trabajadores de la Renault y luego a los de la Nissan. Hace poco la UGT de la FORD en Valencia reunió una asamblea de afiliados en cuyas puertas se mostraban flamantes los "futuros" modelos a fabricar en las instalaciones de Almusafes, tras la consabida pero "inevitable" reducción de plantilla para hacer la planta más competitiva,... Cuantas veces no habrán oído hablar los compañeros de Nissan o de SEAT en Barcelona, de la FORD o de la General Motors,... que detrás del siguiente recorte de plantillas, sacrificio salarial, etc. se hallaba el porvenir de los empleos, el futuro de las sucesivas generaciones obreras,...
Pero lo más criminal de estos planteamientos no es tanto que se mantengan las ilusiones de una supuestas "garantías" para los trabajadores a cambio de cada vez mayores sacrificios, sino sobre todo que se haga creer a los trabajadores en soluciones parciales en el marco se su empresa o su sector, lo que les acaba distanciando de sus compañeros de otras empresas o de otros sectores. Así, por ejemplo, con la patraña de la "viabilidad industrial" de la factoría Nissan, se trata no solo de encerrar a esos compañeros en la defensa de los intereses de sus explotadores (justificando los sacrificios "necesarios" para que la compañía produzca con mayor "rentabilidad" como ya hicieron en las anteriores reducciones de plantillas o contención de gastos salariales de este mismo año) sino, especialmente de enfrentarles a sus compañeros de otras empresas.
Si la burguesía consigue dispersar la combatividad obrera, haciendo que, por ejemplo, los trabajadores de SEAT permanezcan adormecidos creyendo que el ERE temporal que les amenaza es una situación puramente coyuntural, mientras asesta los despidos definitivos entre unos trabajadores de Nissan capaces de movilizaciones muy radicales pero en el aislamiento, como consecuencia de una progresiva fragmentación de las luchas, habrá conseguido un triunfo momentáneo importante. De un lado habrá colado ataques significativos en las concentraciones más poderosas del proletariado español[3], y además habrá contrarrestado por el momento la tendencia a la solidaridad entre los trabajadores, forzando una respuesta en la dispersión.
Nos jugamos mucho. De ahí nuestro llamamiento a todos los trabajadores, a los compañeros que quieran implicarse en el fortalecimiento de las diferentes luchas obreras a luchar contra esta fragmentación, y por el desarrollo de la solidaridad y la conciencia unitaria del proletariado.
Etsoem. 21 de Noviembre de 2008.
[1] En 2008 la cifra total en España ha sido de más de 3000 ERE. Según la web "kaos en la red", más de 2700 de estos., implicando a más de 42 mil obreros, fueron aceptados por los sindicatos.
[2] Hemos visto incluso como la CNT convocaba a los trabajadores de la jardinería de San Just d'Esvern a manifestarse por las Rambla de "su" pueblo
[3] Tras el desmantelamiento de la siderurgia, los astilleros, la minería,... las fábricas del sector automoción han quedado, amén de las oficinas del sector público, como las mayores concentraciones proletarias de un muy debilitado proletariado industrial en España
Enlaces
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[2] https://es.internationalism.org/cci-online/200801/2160/que-le-pasa-a-la-economia-hay-una-salida-a-la-crisis
[3] https://es.internationalism.org/tag/noticias-y-actualidad/crisis-economica
[4] https://es.internationalism.org/rm/2007/101_eu
[5] https://es.internationalism.org/tag/geografia/estados-unidos
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[7] https://es.internationalism.org/tag/geografia/francia
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[9] https://es.internationalism.org/content/2046/debate-internacionalista-en-la-republica-dominicana
[10] https://es.internationalism.org/content/2107/reunion-publica-de-la-cci-en-peru-hacia-la-construccion-de-un-medio-de-debate-y
[11] https://es.internationalism.org/content/2107/reunion-publica-de-la-cci-en-peru-hacia-la-construccion-de-un-medio-de-debate-y#_ftn4
[12] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200602/516/para-que-sirve-el-grupo-comunista-internacionalista-gci
[13] https://es.internationalism.org/tag/geografia/america-central-y-sudamerica
[14] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/reuniones-publicas
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[17] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/conflictos-interburgueses-0
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[19] mailto:[email protected]
[20] https://es.internationalism.org/node/2197
[21] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199504/1831/construccion-de-la-organizacion-revolucionaria-los-20-anos-de-la-c
[22] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200711/2088/la-cultura-del-debate-un-arma-de-la-lucha-de-la-clase
[23] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/intervenciones
[24] https://es.internationalism.org/cci-online/200802/2185/debates-electorales-lo-contrario-de-un-verdadero-debate
[25] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/164/atentados-de-madrid-el-capitalismo-siembra-la-muerte
[26] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200611/1135/en-espana-como-en-todo-el-mundo-el-futuro-pertenece-a-la-lucha-de-la-c
[27] https://es.internationalism.org/tag/acontecimientos-historicos/caos-de-los-balcanes
[28] https://es.internationalism.org/content/2194/huelga-y-manifestacion-en-la-ensenanza-en-cataluna-una-expresion-de-la-maduracion-de-la
[29] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200711/2100/luchas-en-francia-hay-que-luchar-unidos
[30] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200802/2193/por-el-mundo-entero-ante-los-ataques-del-capitalismo-en-crisis-una
[31] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200801/2170/francia-gobierno-y-sindicatos-unidos-contra-la-clase-obrera
[32] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/lucha-de-clases-0
[33] https://es.internationalism.org/content/2239/haiti-revuelta-contra-el-hambre-provocada-por-la-crisis-capitalista
[34] https://es.internationalism.org/content/1915/egipto-el-germen-de-la-huelga-de-masas
[35] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200711/2101/luchas-en-egipto-una-expresion-de-la-solidaridad-y-la-combatividad-obr
[36] https://fr.internationalism.org/ri390/editorial_la_classe_ouvriere_multiplie_ses_combats_dans_le_monde_entier.html
[37] https://es.internationalism.org/revolucion-mundial/200803/2205/mineros-uam-ejemplos-del-papel-saboteador-del-sindicato
[38] https://es.internationalism.org/content/2230/el-estado-burgues-de-chavez-arremete-contra-los-trabajadores-del-hierro
[39] https://es.internationalism.org/content/2139/luchas-obreras-en-dubai-un-ejemplo-del-auge-de-la-combatividad-obrera-escala
[40] https://es.internationalism.org/cci-online/200804/2243/gran-bretana-jornada-de-lucha-del-24-de-abril-por-una-lucha-comun-que-supere-
[41] https://es.internationalism.org/cci-online/200803/2218/luchas-obreras-en-alemania-una-acumulacion-de-descontento
[42] https://es.internationalism.org/tag/noticias-y-actualidad/aumento-de-precios-de-alimentos-basicos
[43] https://es.internationalism.org/cci-online/200805/2246/mayo-1968-y-la-perspectiva-revolucionaria
[44] https://es.internationalism.org/tag/historia-del-movimiento-obrero/1968-mayo-frances
[45] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/correspondencia-con-otros-grupos
[46] https://es.internationalism.org/cci-online/200805/2247/renion-publica-de-la-cci-en-ecuador-un-momento-del-debate-internacionalista
[47] https://es.internationalism.org/tag/geografia/ecuador
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[52] mailto:[email protected]
[53] https://es.internationalism.org/rint/2006/125_tesis
[54] https://es.internationalism.org/content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha
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[65] http://www.luchaobrera.org
[66] https://www.yahoo.com/
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[70] http://www.alfinal.com/politica/desempleo.shtml:
[71] https://es.internationalism.org/revista-internacional/198910/2140/internationalisme-1945-las-verdaderas-causas-de-la-segunda-guerra-
[72] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[73] https://es.internationalism.org/tag/cuestiones-teoricas/desempleo
[74] https://es.internationalism.org/tag/noticias-y-actualidad/elecciones-2008-en-eeuu
[75] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200511/247/seat-salvar-la-empresa-significa-despidos-y-contratos-basura-la-respues
[76] https://es.internationalism.org/content/387/lecciones-de-la-huelga-de-seat-no-las-movilizaciones-sindicales-si-la-lucha-obrera
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[78] https://es.internationalism.org/content/2389/en-que-contexto-se-produce-el-proceso-de-bolonia-y-que-lucha-plantea
[79] https://es.internationalism.org/cci-online/200811/2398/debate-el-movimiento-de-los-estudiantes-franceses-contra-el-contrato-primer-e
[80] https://es.internationalism.org/content/2399/trabajadores-en-lucha-de-afema-alicante-una-experiencia-retomar-por-los-demas