En los años 60-70, como expresión y factor activo del resurgimiento histórico del proletariado a partir de Mayo 68, nacieron numerosos grupos en diferentes países que buscaban una coherencia comunista revolucionaria, trataban de dirigirse hacia las posiciones comunistas internacionalistas de la Izquierda Comunista. Sin embargo, este esfuerzo estaba sembrando de obstáculos. Uno de ellos es el repliegue localista en el que cayó el grupo Combate, nacido en Portugal. Deslumbrado por la terrible farsa que fue la llamada “Revolución de los Claveles” (1974), Combate pensaba que la revolución proletaria podía imponerse rápidamente en el estrecho y cerrado marco de Portugal. Confiaba únicamente en el efecto milagroso de las “experiencias prácticas de lucha del proletariado portugués”. Despreciaba como “puras disputas teóricas” la búsqueda penosa y difícil de la continuidad histórica crítica del proletariado que tiene una dimensión mundial y que solo puede adquirirse más que con una paciente discusión internacional y una dura lucha contra los múltiples manifestaciones de la ideología burguesa y pequeño burguesa, contra las trampas de todas las fuerzas del Capital y especialmente de las encargadas por este de doblegar el movimiento obrero, los Sindicatos y la Izquierda y extrema izquierda del capital. El resultado de este desprecio fue que Combate pronto desapareció y se perdieron en la nada, valiosas fuerzas proletarias. El artículo que publicamos saca lecciones de esta experiencia.