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Revolución Mundial - 2007

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Revolución Mundial nº 96, Enero-Febrero 2007

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Aumento de precios: un ataque generalizado en contra de la clase trabajadora (Suplemento)

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Suplemento a
Revolución  Mundial  96
Aumento de precios: un ataque generalizado en contra de la clase trabajadora

 

El aumento de precios que se ha destapado en los primeros días del mes de enero ha hecho ver que las declaraciones sobre la fortaleza de la economía mexicana y la eliminación de la crisis económica, son sólo discursos huecos. La crisis económica capitalista, que desde finales de los años sesenta se destapó y se extiende hasta el presente, se agudiza cada día, degradando la vida de los trabajadores de todas partes del planeta. Los problemas económicos del capitalismo conduce a que la clase dominante arrecie los ataques en contra de los asalariados, afectando a las condiciones de jubilación y pensión, haciendo crecer a la masa de desempleados, incrementando los ritmos de trabajo y conteniendo de forma directa al salario. Pero el incremento de precios también es un mecanismo que la clase dominante utiliza para echar sobre las espaldas de los trabajadores la carga de la crisis.

Los trabajadores deben de tener presente que esta degradación que sufren sus condiciones de vida no es sólo producto de la aplicación de una mala política, de una incapacidad o poca sensibilidad de los gobernantes, es la manifestación clara de lo que significa el capitalismo, porque la riqueza y ostentación de la clase dominante se sostiene sobre la miseria de los proletarios, por ello mientras siga existiendo este sistema los trabajadores están condenados a sufrir la explotación y la miseria. La agudización de la crisis y de sus secuelas, como lo es en este caso el incremento de precios, no hace sino poner de relieve la necesidad que existe para la clase trabajadora de destruir el capitalismo.

La miseria de los trabajadores, sustento de la riqueza de la burguesía

El incremento de precios de las mercancías de consumo básico, y entre ellos el de las tortillas de maíz, es un golpe directo a las condiciones de vida de los trabajadores.

El salario mínimo diario durante 2006 era de 48.91 pesos (4.45 dólares), el cual era ya expresión de la precaria condición a que se somete a los trabajadores. Para este año que empieza se ha establecido un salario de 50.57 pesos (4.60 dólares), lo que implica un incremento del 3.4%, no obstante la tortilla de maíz se ha elevado en más del 40% (pasando de 6 pesos a 8.50). De manera que en 2006 un trabajador con un salario mínimo diario podía adquirir 8.15 kilogramos de tortilla de maíz, pero ahora apenas puede comprar 5.9 kilogramos, a todo ello hay que agregar el incremento de precios del resto de mercancías que requiere para sobrevivir él y su familia.

Cuando la crisis económica del sistema se agudiza la burguesía también ve afectada su ganancia, no obstante esta busca recuperarla aplastando los salarios, incrementando los ritmos de explotación y al mismo tiempo aumenta los precios, por eso la elevación generalizada de precios es un golpeo contra todos los trabajadores. Esta realidad trata de esconderse afirmando que no hay “topes” al salario, en tanto muy pocos ganan el “salario mínimo”, sin embargo las mismas cifras oficiales llevan a indicar que cerca del 30% de la población activa recibe este salario (sin referir al 1.7 millones de jubilados que también perciben ese monto). Aún suponiendo que hay una parte de trabajadores que no reciben el mínimo, el salario promedio de percepciones es de 1.5 salarios mínimos, lo cual de ninguna forma exenta de la afectación de los incrementos de precios a esa parte de la población trabajadora.

La burguesía descaradamente asegura que los incrementos al salario mínimo lo dicta el nivel inflacionario esperado, sin embargo existe un rezago acumulado entre la inflación y la capacidad de compra del salario mínimo. El grafico que presentamos nos ilustra claramente que mientras los precios (inflación) crece de forma continua, los niveles de vida del conjunto de los asalariados (salarios) se han ido degradando de forma aguda, lo que ilustra el proceso de sometimiento y explotación a la que se viene sometiendo a los trabajadores.

 

Defensa de la economía nacional, una trampa de la burguesía

La burguesía ha asegurado durante varios años (desde el gobierno de Salinas, hasta el actual) que la “disciplina interna”, que consiste en la reducción de la masa monetaria, la restricción de los “gastos sociales” (que forman parte del salario “indirecto) y la contención de los salarios, aseguraba el control de la inflación, sin embargo hoy, que la secuela del crecimiento de precios se agudiza, busca “nuevas” explicaciones, que van desde las de corte más oficial, que lo refieren como un problema temporal, producto de las modificaciones del mercado, hasta las radicaloides presentadas por el aparato de izquierda del capital (PRD en particular) que afirman es por la aplicación de una mala política agropecuaria y de un proceso especulativo sostenido por las grandes empresas trasnacionales. Sin embargo, aunque algunos de sus argumentos describen algo de los sucesos, nunca dirán que este problema es expresión de la crisis que aplasta al sistema capitalista, lo que ellos refieren como causantes no son sino efectos de la misma crisis. Las presiones del mercado y las actuaciones especulativas expresan de forma aparente la aparición de este problema, pero la competencia en el mercado es más feroz cuando arrecia la crisis, y es eso lo que obliga a usar, por los capitalistas la especulación de forma más recurrente, asegurando así sus ganancias.

Es indudable que aún cuando las políticas diseñadas tienen por objetivo proteger las ganancia, el peso de la crisis las inutiliza y no puede impedir se exprese en toda su magnitud las contradicciones económicas, por ello ante este hecho, la burguesía procura cargar el peso de la crisis en las espaldas de los trabajadores. Pero para que sus medidas puedan pasar libremente el capital se asegura de hacer creer a los asalariados que deben de sacrificarse por el bien de la nación, o bien inyecta la idea falsa que basta con esperar un nuevo proceso electoral y así “ajustar cuentas” con los gobernantes...

Pero los trabajadores deben tener presente en su reflexión, que no tienen ni patria ni nación que defender, porque su esencia se encuentra en su condición de explotado, que al mismo tiempo lo lleva a hermanarse con los trabajadores de todo el mundo y lo hace ser por ello una clase internacional. Así mismo no debe olvidar que todos los gobiernos tanto de derecha como de izquierda, tienen como responsabilidad proteger los intereses de la patronal. Por ello es falso que este fenómeno inflacionario no hubiera ocurrido, de haber llegado Obrador al gobierno. La burguesía no puede eliminar las contradicciones del sistema, lo único que puede hacer es esconder o retardar ciertas secuelas, pero tarde o temprano toman dominio. Es por eso que las pretendidas criticas y soluciones que el aparato de izquierda del capital y los sindicatos plantean no son sino trampas con las que se busca desviar el descontento hacia ideas que se amoldan a las necesidades de la clase dominante.

La defensa del cumplimiento del mandato constitucional del “salario digno”, el subsidio a la tortilla, el apoyo al campo, la renuncia de tal o cual funcionario, la renegociación de la comercialización del maíz en el Tratado de Libre Comercio (TLCAN), la creación de leyes para asegurar la “soberanía alimentaria”, así como el cambio de política o “modelo económico”, son argumentos que se vienen repitiendo por el PRD, sindicatos (UNT, CROM...), grupos de empresarios y agrupaciones agrícolas afectadas (CNC, CAP...), pero todos ellos representan caminos falsos para los trabajadores, en tanto buscan evitar que tomen la defensa de sus condiciones de vida como argumento de lucha, y en vez de ello terminen plegándose a la burguesía, defendiendo a la economía nacional y a sus instituciones. Son argumentos que se pretenden radicales, pero son en realidad trampas para impedir que la clase trabajadora reconozca a su verdadero enemigo: el capitalismo.

En ese plano es que ante esta campaña, el conjunto de los asalariados deben de tener presente que la defensa de la nación, de la economía mexicana, o la búsqueda de “mejores” políticas, son consignas que la burguesía busca imponer para que la defensa de las condiciones de vida queden olvidadas, y pueda extender la esperanza de que el capitalismo es un sistema que puede ofrecer mejoras.

 

Ante la degradación de las condiciones de vida, el único camino es la lucha proletaria

Patrones, gobierno, partidos, izquierda y sindicatos vienen coordinando su actuación para hacer pasar los golpes contra los trabajadores e impedir que expresen de forma real su coraje. Los discursos que el gobierno, el clero y la patronal lanzan llamando a la resignación, son complementados con los llamados que sindicatos y el aparato de izquierda (PRD, PT, FAP...) hacen para defender a la nación, pero ante el feroz ataque lanzado en contra de los trabajadores, estos no tienen otro camino que la lucha, pero para que la lucha tenga un verdadero sentido de clase, debe ser tomada en sus manos, e impedir que la defensa de las condiciones de vida sea desviada.

El real descontento que se presenta entre los asalariados por los incrementos de precios a las mercancías de consumo básico y la afectación a su salario, debe ser un elemento que los una como clase, la defensa de las condiciones de vida de los trabajadores expone en su esencia la crítica a las leyes económicas capitalistas, en tanto ofrece elementos materiales que conducen a entender que el capitalismo no le puede ofrecer sino explotación, opresión y miseria, y al mismo tiempo señala que es la única clase, que, mediante su lucha masiva y conciente puede ponerle fin a este sistema...

Por ello ante los golpes que viene asestando la clase dominante, no hay más camino que la organización y la lucha, pero para que ésta sea efectiva debe pasar por encima y en contra del sindicato y aparato de izquierda del capital.

31-01-07

 

 

 

                                                                                   ¡Proletarios de todos los países,uníos!

 

Revolución Mundial, Sección en México de la

Corriente Comunista Internacional

 

 

 

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Situación nacional: 

  • Mexico [3]
  • Lucha de clases [4]

Oaxaca: Lecciones a sacar de una trampa

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Noviembre y diciembre trajeron diversos acontecimientos en Oaxaca, de los que debemos analizar y sacar las lecciones: Los maestros han regresado a sus clases, se desarrollaron provocaciones abiertas (incendios de edificios públicos y privados del centro de Oaxaca) con el fin de dar una «justificación» a la acción de la policía, la detención de los «líderes» de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y luego terminar la escenografía democrática al dejar en libertad de los detenidos…

 

APPO: un instrumento para someter a los trabajadores

La naturaleza y la dinámica de una lucha proletaria se concentran en sus formas de lucha y en los objetivos que se plantean.  En ambos casos la APPO significa un sometimiento del genuino descontento de los trabajadores[1 [5]]. Por su forma de organización no favoreció la independencia política del proletariado, todo lo contrario; agrupando a sindicatos, organizaciones «sociales» y populares se creó un enorme frente interclasista donde cualquier expresión que intentaba buscar la solidaridad en y por la lucha era ahogada en un mar de «líderes sindicales y sociales» donde pululan personajes que pertenecen al aparato de izquierda del capital.

Recordemos de paso que la APPO no surge con el movimiento de los maestros (principios de de mayo de este año) sino hasta el 23 de junio, después de la represión del Estado sobre los maestros el 14 de junio. La APPO surgió como el órgano cuya tarea fue la de conducir a un terreno inofensivo toda la solidaridad genuina que despertó entre los trabajadores y demás sectores explotados el hecho de ver cómo el Estado reprimía impunemente a los maestros. Es el remate que cierra las hojas de la tijera para terminar la agresión contra la protesta magisterial. A partir de su instalación los trabajadores quedaron completamente atados a una estructura que decidía y negociaba lejos de las demandas reales de los trabajadores,  simulando que las decisiones se tomaban desde la «base». Pero en realidad era una forma de apresar, contener y controlar el enorme descontento que el capitalismo cultiva en esta particular región donde la pobreza campea y la marginación es el pan de cada día de miles de seres humanos.

La contención y control se realizó a través de la desviación de la lucha contra la miseria y la explotación a una «lucha» por la destitución del gobernador priísta Ulises Ruiz.

Si bien individuos como Ulises Ruiz como representantes del capital son dignos de desprecio ya que simbolizan la opresión y la dictadura de la burguesía, la remoción de su cargo no mejora la situación de los explotados, en todo caso, mejora el posicionamiento de alguna fracción de la misma burguesía que se oponía  éste o aquél personaje. Recordemos que en Argentina en el 2001 cambiaron varios presidentes en un mes, en medio de enormes convulsiones sociales, lo mismo pasó en Ecuador; América Latina es rica en esas experiencias donde la caída de un mandatario sólo ha significado su sustitución por otro, mientras que la causa de la miseria, es decir, la subsistencia del capitalismo decadente, no se toca ni un ápice. El cambio de personajes en los gobiernos sólo engendra ilusiones en un sistema que hay que destruir; ata a los trabajadores a una de las peores cadenas de la ideología burguesa: pensar que la causa de la explotación del trabajo asalariado por el capital se debería a la mala gestión de algún pillo ambicioso. Es por ello que la consigna de la destitución de Ulises Ruiz  es un objetivo que desvía las energías hacia un blanco errado y que representa, en el fondo, las ambiciones de alguna de las fracciones burguesas en pugna por el poder y que han sabido encauzar el descontento general hacia un objetivo ajeno a la causa del proletariado.

 

Las pugnas entre fracciones de la burguesía mexicana: dinámica que dominó y aprovechó el descontento de los trabajadores.

En nuestra prensa hemos venido denunciando cómo las pugnas entre fracciones de la burguesía en el marco de la descomposición del capitalismo se han agudizado y muestran una marcada tendencia a la pérdida de control. Los cacicazgos locales tienden a imponer sus intereses  de miras cortas en detrimento de las orientaciones globales de la burguesía nacional que intenta hacerse un espacio en medio de la feroz competencia mundial. Las visiones retrógradas representadas por los restos de la estructura priísta no ceden el poder de manera «aterciopelada». Por su parte las fracciones «progresistas» que están presentes en todos los partidos, muestran una falta de homogeneidad tal que sólo atinan a poner obstáculos a los oponentes, pero no consiguen presentar una visión unida y en una misma dirección. El PRD acusa a Ulises Ruiz de haber ganado las elecciones con fraude, podemos adivinar que ello se realizó en detrimento de su candidato! El PAN y PRD también  responsabilizan a Ulises Ruiz del desvío de fondos millonarios para la campaña de Roberto Madrazo (de filiación priísta y representante de una fracción  importante de la burguesía mexicana).

Recientemente, justo antes de la toma de posesión del nuevo presidente el 1º de diciembre, la APPO ha difundido la consigna de «Si URO (Ulises Ruiz) no se va, Calderón no pasará!»…¡todo conducido hacia el terreno electorero y de los pleitos por ver qué fracción burguesa se hace cargo del Estado! Un elemento que no debemos perder de vista es que la imposición final del equipo de Calderón fue lo que realmente marcó el destino de los sucesos en Oaxaca. El frágil gobierno encabezado por Calderón se ve obligado a establecer alianzas con los cacicazgos locales, entre ellos el de Ulises Ruiz y el de Puebla (Calderón en su campaña prometió juzgar al «gober precioso», promesa que evidentemente cedió su lugar a las componendas), ello para poder afianzar, por este momento, su posicionamiento y afirmación como fracción dominante. El sindicato de maestros (SNTE), junto con su disidencia (CNTE[2 [6]]),  organizaron la vuelta al trabajo. El gobernador Ulises Ruiz ha reacomodado su gabinete, se han destituido a ciertos jefes policíacos tomados como chivos expiatorios, la Policía Federal Preventiva (PFP) empieza su retirada de Oaxaca con el pretexto de ir a «luchar contra el narcotráfico» en Michoacán y algunos personajes de la APPO han sido metidos a la cárcel… Todo esto no es producto del empuje de los trabajadores, sino de su lamentable sometimiento a intereses que no son los suyos. La clase obrera no tiene ningún interés en «reformar el Estado» o en «mejorar la democracia», sus intereses están ligados a la destrucción de la dictadura del capital y de su taparrabos: la democracia.

 

Cómo ejerce el proletariado su violencia revolucionaria

La detención de «líderes» de la APPO (como Flavio Sosa de conocida trayectoria en el PRD) ha suscitado enormes discusiones sobre los «presos políticos» y el «qué hacer» frente a la represión.

Es verdad que la represión del Estado despierta la solidaridad de los oprimidos con todos aquéllos que son víctimas del aplastamiento por parte de los engranes represivos del Estado. Es verdad también que causa indignación el hecho de ver a la democracia y sus policías, hacer valer su superioridad «táctica y estratégica», aplastando a manifestantes y seres humanos que muy confusamente intentan luchar contra la injusticia, la explotación y la miseria. El problema no es si debemos reaccionar y «hacer algo». Estamos de acuerdo en hacer algo, lo que debemos discutir es qué hacer y cómo hacerlo.

La primera cuestión que salta a la luz de la historia es que el proletariado no tiene muchas posibilidades en la confrontación de la violencia contra la violencia. Las piedras y garrotes tienen poca eficacia frente  a las tanquetas, armas de fuego y gases tóxicos de los cuerpos represivos. No es  a ese nivel que la clase obrera pueda «competir». El factor esencial de la próxima revolución es la conciencia. La revolución proletaria mundial no es un problema de «a ver quien pega más duro», es su accionar masivo y conciente lo que le da una fuerza superior, para ello el proletariado deberá convencer a las capas no explotadoras y a los marginados de la necesidad de derribar al capitalismo, el proletariado. A la represión violenta del capitalismo el proletariado deberá oponer el arma de su movilización masiva y conciente.

Pedir «respeto» a las leyes burguesas a los mismos burgueses es una ilusión. Abogar en el terreno del respeto a la «libertad de expresión» es suponer ingenuamente que el capitalismo va a permitir libremente el fomento de las ideas que conducirán a su propia destrucción. La consiga de libertad a los «presos políticos» tuvo un gran auge en los 70 y 80, en las épocas de la guerrilla y de las dictaduras militares en América Latina, sin embargo, tal concepto esconde (por muy radical que se presente) la esperanza en las leyes e instituciones burguesas.

Los revolucionarios jamás juzgarán la voluntad, la honestidad y el valor de todos aquellos que, aún cuando actúan de forma voluntarista, se enfrentan al sistema pretendiendo con ello defender a los oprimidos. En realidad todos esos individuos se vieron apresados entre dos fuegos; por un lado, el izquierdismo que los azuzaba a «ir a la barricada», al «enfrentamiento» a la «violencia contra la violencia» y, por otro lado, el poder represivo del Estado que puso en marcha su maquinaria para demostrar que «contra el gobierno no se puede» y que las masas son impotentes ante la represión salvaje del totalitarismo estatal.

La suerte de millones de marginados depende históricamente de la capacidad del proletariado para abrir la vía de destrucción del capitalismo. Ya sea que estas víctimas  estén bajo la amenaza de una muerte por hambre, en medio de una de tantas guerras que hoy corroen el planeta o simplemente padezcan la exclusión social. No existe una solución inmediata y sería inútil tratar de buscar hoy un paliativo a la miseria material de millones de seres humanos. Existen muchos ejemplos de cómo los que han intentado ayudar en lo inmediato no han rebasado el marco de la «caridad cristiana» y, peor aún, los problemas que intentaban resolver se van haciendo cada día más graves; tapan un agujero al tiempo que se destapan cinco. Es en este marco que debe abordarse el problema de la represión, víctimas hay por millares y mientras el capitalismo siga en pie ese flagelo lo acompañará. En el marco de la actual democracia que irónicamente está armada hasta los dientes, no podemos esperar un trato «civilizado». La democracia aplastará a todo aquel que plantee acabar con el capitalismo. Es por ello que no hay una lucha «particular» (por los presos, por las minorías, por las mujeres, etc.) sino una lucha central contra el capitalismo. Al plantearse la subversión de la dominación del capital, todas sus consecuencias serán eliminadas.

Sabemos que sacar de la cárcel a un camarada preso no es tanto un «asunto de leyes» o ruegos sino de una relación de fuerzas entre las clase. Si el proletariado es capaz de imponer una relación de fuerzas a su favor desarrollando luchas masivas, podrá entonces rescatar a sus hermanos de clase presos, de lo contrario las leyes se encargarán de «hacer justicia» salvaguardando siempre los intereses del capital. Claro que nos indigna la tortura y la represión, como nos indigna la alienación y la dictadura del capital, de ahí que nuestras esperanzas estén puestas en el desarrollo de luchas masivas por parte de la única clase revolucionaria de esta época: el proletariado.

Oaxaca nos ha mostrado que no basta con «tener ganas de luchar», falta unir estas ganas a una conciencia de quiénes son los enemigos a enfrentar; desde los sindicatos hasta la APPO. Identificar a los enemigos en un gran paso en la toma de conciencia. Y que ayudará a preparar los combates futuros.

Marsan/15-diciembre-06

Notas



[1] [7] Ver nuestro suplemento de Revolución Mundial no. 95 fechado el 18 de noviembre de 2006.

 

[2] [8] Su sector más «radical», el Coordinara Central de Lucha (CCL), aún cuando no se integran al paro e incluso realizan una critica a los métodos de la APPO y a la sección 22, se integran al escenario mediante una alianza con Esther Gordillo, estableciendo una nueva sección sindical.

Situación nacional: 

  • Mexico [3]
  • Lucha de clases [4]

CUBA: Del Granma al “socialismo cubano”, confirmación de la gran mentira latinoamericana

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CUBA: Del Granma[1 [9]] al “socialismo cubano”, confirmación de la gran mentira latinoamericana

Es corriente escuchar entre el aparato de izquierda del capital, la definición de que Cuba es una sociedad socialista solo que con características especiales, el aspaviento es tan ensordecedor que gana a muchos jóvenes proletarios están convencidos de que esto es verdad y manifiestan su simpatía hacia Castro. Además ante la eventualidad de la muerte de Castro se ha le glorificado, y se hablado acerca del futuro de la pretendida Cuba “socialista” llamando por enésima vez a defender el supuesto “ultimo bastión del socialismo”.

 

Cuba una guerra de liberación nacional burguesa, en plena guerra fría

La ola revolucionaria que dio origen a la victoria de la revolución rusa, sufrió una severa derrota en la década de los 20 lo que provocó el auge de una enorme contrarrevolución, de tal suerte que los regímenes que posteriormente se autoproclamaron socialistas en realidad no tienen ninguna continuidad con el movimiento del proletariado, no tienen un carácter socialista. Estos movimientos son guerras de liberación nacional burguesa, lo cual no implica que siquiera sean progresistas. Hemos insistido en es central que los trabajadores comprendan que no hay ninguna continuidad o relación entre la revolución rusa y la 1lamada “revolución cubana”: “mientras en 1917 la clase obrera en Rusia tomaba el poder derrocando a la burguesía, como parte de una oleada revolucionaria internacional que sacudió el mundo en esos años; en cambio en Cuba 1959 es una fracción de la burguesía la que simplemente sustituye a otra, en su afán de sacar adelante al capital nacional.

Mientras que en la ex-URSS el mito del ‘socialismo en un sólo país’ surgió a partir del retroceso de la revolución comunista mundial, del aislamiento y posterior degeneración de la revolución en la propia URSS; el ‘socialismo a la cubana’ en cambio fue establecido ‘por decreto’ del régimen de Castro, al hallarse acorralado, en plena época de guerra fría, entre las pugnas de las entonces dos potencias imperialistas cabezas de bloque (la URSS y Estados Unidos” (RM, nº 9).

La instauración del llamado socialismo cubano, no surgió como una conclusión de una revolución conciente de los trabajadores, sino como un putch de los “barbudos”, y sólo ante el fracaso de un acercamiento de Castro con el imperialismo yanqui, de la noche a la mañana transforma su gobierno en “socialista” y Castro se convertía en “marxista-leninista”.

 

La revolución socialista es una revolución conciente

La revolución socialista es una revolución que por primera vez en la historia tiene que ser conciente. Esto quiere decir que desde un principio, el programa los objetivos la táctica y estrategia que guían al movimiento socialista, es discernido en discusiones abiertas y claro esta que es preciso no debe ser ambiguo, para no “asustar” a los compañeros de ruta.

Por tal motivo, es un argumento falaz querer demostrar que la revolución cubana tenia un carácter socialista debido a que sus principales promotores estaba claros de ello, para lo cual no dudan en presentar el programa que enarbolaban los participantes del asalto al Moncada en el 53, como un programa sumamente inteligente que a propósito estuvo escrito con ambigüedad para no asustar a las capas de la pequeña burguesía y otros, y con ello lograr que no se aislara este movimiento.

De la misma menara también es inviable Un segundo argumento según el cual Castro ya conocía desde su época estudiantil el marxismo y por si fuera poco que el Che ya era un marxista convencido. La fuerza argumentativa de tal idea es tan débil que no merecía ser tomada en cuenta, sino fuera por su reciclamiento una y otra vez. Por ejemplo: se dice que Castro en el aspecto organizativo tenia un espíritu leninista pues escribió: “la ideología, disciplina y dirección. Las tres son esenciales pero la dirección es fundamental, [...] no se puede organizar un movimiento en el que todos se crean con derecho a emitir declaraciones publicas sin consultar a nadie; y no se puede esperar nada bueno de un movimiento  formado por hombres anárquicos que a la primera discrepancia tomen el camino que les parece conveniente, desmembrando, y destruyendo el vehículo. El aparato de propaganda y de organización debe ser una fuente que pueda destruir implacablemente a quienes traten de crear tendencias, camarillas, cismas o de sublevarse contra el movimiento”[2 [10]]. 

Evidentemente no hay nada que se parezca a lo expuesto por Lenin en “Un paso adelante dos pasos atrás”, esta argumentación Castrista recuperada por el italiano Tutino es fácilmente reciclable en cualquier pugna interburguesa, pues no expresa más que una lógica simplista de cómo se pelea la dirección del movimiento sin que por ello se demuestre un carácter necesariamente revolucionario.

La revolución comunista, es una revolución de carácter masivo donde participan masivamente los trabajadores. Los métodos de lucha para nada tienen que ver con la conspiración de un pequeño grupo de intelectuales que pretendan sustituir al movimiento obrero y generar por si mismo un periodo revolucionario.

De esta manera el método de lucha guerrillera, no hace más que atacar este principio fundamental queriendo separar un grupo de vanguardia que se constituye en un ejercito de salvación por encima de la clase misma como lo fue el ejercito rebelde de Castro. El proletariado a diferencia de la burguesía no requiere ni dispone de una fuerza militar por encima de ella, por ello su revolución no es producto de un “ejercito popular” sino de la propia clase obrera levantada en armas, consciente, unida y organizada.

 

Con Fidel Castro o sin él, el capital afirma su poder en Cuba

Al revelarse la enfermedad de Fidel y el relevo aún provisional de Raúl Castro, el gran mito del socialismo en Cuba se ha puesto nuevamente en primer plano de la campaña ideológica de la burguesía.

En este contexto se prepara para la transición, post fidelista, para apuntalar el capitalismo de Estado en Cuba y en el PCC se empieza a «debatir» sobre su futuro, así tanto si se impone una vía tradicional en el sentido de dejar las cosas como estan como si lo hace una vía de apertura y se abre más el mercado asemejándose a la vía del capitalismo en China, el proletariado no tiene ningún interés en común con el gobierno cubano en sostener ese régimen capitalista, y su papel será hacer todo por enfrentar a la burguesía cubana y arrasarla a través de una verdadera revolución socialista que instaure un verdadero poder de los Consejos obreros, participando en una revolución mundial.

Vania, diciembre 2006

Notas



[1] [11] Granma es nombre de la embarcación que llevo a Castro desde México a Cuba, la cual arribó el 2 de diciembre de 1956, iniciándose así el movimiento armado que en dos años logro la victoria sobre Fulgencio Batista.

 

[2] [12] Saverio Tutino, Breve historia de la revolución cubana, Serie popular Era Pág. 105.

 

Corrientes políticas y referencias: 

  • Castrismo [13]

Cambio de gobierno federal: continuan las pugnas interburguesas y las trampas contra el proletariado

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En RM 95 destacábamos que los resultados de las elecciones presidenciales del 2 de julio del 2006 habían sido cuestionados por algunos sectores de la burguesía lo que revelaba que continuaban las pugnas internas en su interior en ausencia de acuerdos mínimos para la designación del equipo de gobierno; una situación que vuelve a recordarnos la dificultad que la burguesía tiene para el control de sus procesos electorales. También advertíamos a la clase obrera sobre las nuevas trampas que el Estado capitalista estaba preparando de acuerdo a la nueva situación política ya que por encima de los conflictos internos de la clase dominante siempre cumplirá su función, como representante de sus intereses colectivos, de asegurar que se estructure la estrategia política adecuada para perpetuar la explotación de la clase trabajadora y su dominación como clase. Retomamos algunos aspectos de estos dos ejes de la situación nacional para hacer un seguimiento estrecho tanto de la vida política interna de la burguesía como del nuevo escenario político que esta está preparando contra el proletariado.

 

La descomposición,  origen de las dificultades internas de la clase capitalista

“Entre las características más importantes de la descomposición de la sociedad capitalista, hay que subrayar  la creciente dificultad de la burguesía para controlar la evolución de la situación política. La base de este fenómeno es, claro está, que la clase dominante  cada día controla menos su aparato económico…” (Tesis 9 sobre la descomposición, Revista Internacional 62). Efectivamente, la dinámica de la vida de la burguesía ha estado dominada particularmente desde finales de los años ochenta por fisuras pronunciadas producto de la agudización de la crisis que multiplica la ferocidad de la competencia entre sus diferentes grupos complicando sus propias relaciones y su capacidad de acuerdos para conseguir una mínima unidad y una disciplina duraderas; y que evidencia un proceso de la descomposición generalizada del capitalismo, marcando la tendencia dominante del “cada quien por su lado” y al “sálvese quien pueda”; impulsos irrefrenables cuyos ejemplos pueden verse por decenas y centenares en las relaciones de los diversos grupos de poder económico y político dentro del Estado capitalista donde se aprecia “una gran fractura política de la burguesía en su conjunto y aunque en su forma se presenta como una bipolarización (PAN-PRI vs PRD), es una fragmentación mayor en la que cada uno de los sectores busca su propio provecho y donde las relaciones  entre dada una de las partes se presenta con dificultad, creando alianzas endebles, no duraderas, en las que los intereses se mezclan y los personajes y grupos se mueven de un bando a otro. Por eso, al imponerse a Calderón en la Presidencia, la agudización de la pugna, no sólo presagia su continuación sino su agudización, dada la extensión de la pelea en todos los dominios: partidos, ejército, clero, grupos del tráfico de drogas…” (Punto 5 de la Resolución sobre la situación nacional en México de la III Conferencia Panamericana). El resultado inmediato de esta situación es que cada grupo de la clase dominante al no poder hacerse con un control total del juego político, se dedica a entorpecer el avance de sus adversarios lo cual explica las crecientes dificultades que está teniendo la burguesía en los últimos años para continuar de manera ordenada con sus proyectos económicos y políticos como los tenía planeados.

 

Las dificultades actuales de la burguesía

Después de la asunción oficial de Felipe Calderón continúa la misma situación pues a pesar de que la fracción de AMLO ha venido resintiendo una pérdida importante de apoyos en algunos sectores de la burguesía, la persistencia de su “gobierno legítimo” no expresa más que las dificultades de la burguesía mexicana que hasta ahora no ha podido cohesionarse; para la fracción de López Obrador no se trata de una apuesta menor pues a medida que pasa el tiempo y se definen los reacomodos políticos dentro de las estructuras del poder estatal busca fortalecerse como un referente que pueda aglutinar a aquellos sectores de la misma burguesía relegados de la distribución de los cotos de poder económicos y políticos.

La llamada “transferencia del poder” estuvo marcada por la división de la clase dominante; el mismo hecho de que la fracción de Calderón haya tenido necesidad de blandir de manera amenazante el poder del ejército para apuntalar su gobierno, echando por tierra el “prestigio histórico” de imparcialidad política de ese sector, no hace sino ilustrar las dificultades que hemos venido comentando. En cuanto al show mediático de los diputados del “Frente Amplio Progresista” (PRD-PT-Convergencia -FAP), del cual todos los medios de la burguesía nos hartaron hasta el cansancio, a todas horas, no fue más que un intento por prestigiar de nuevo a las llamadas fuerzas progresistas de izquierda que supuestamente se estarían oponiendo a la “afrenta al pueblo de México”. Por encima de todo este espectáculo hay que notar el mensaje central de la clase explotadora representada por todos los diputados y senadores de todos los partidos de derecha e izquierda: al lado de cualquier diferencia el interés de la nación burguesa está primero.

En fin, las acciones espectaculares del nuevo gobierno federal en cuanto al “combate al crimen organizado” y en particular al narcotráfico no hacen sino confirmar nuestro análisis sobre este asunto: no se trata de un problema entre policías y ladrones  sino del mismo conflicto interburgués que enfrenta a las diversas fracciones en pugna por los mayores beneficios de los negocios capitalistas (y vaya que el trasiego de enervantes favorece la acumulación de capital), cuyas ramificaciones cruzan como telarañas todo el edificio de la sociedad capitalista tocando lo mismo a potentados y respetables empresarios, a políticos renombrados, a las procuradurías de justicia, a generalísimos del ejército, a obispos y arzobispos…, por lo tanto, las medidas de hoy corresponden a los ajustes de cuentas de una franja de la burguesía que trata de poner orden también en este terreno disciplinando a los diversos cárteles de la droga a su poder central y por lo tanto a la hegemonía de uno de los cárteles (en la misma prensa burguesa se habla de aquél que está enfrentado a muerte con el Cártel del Golfo), tratando de emular lo que habían venido haciendo sucesivamente los gobiernos centrales del PRI en las décadas pasadas. Sin embargo, hay más simulación que otra cosa, pues son todas las estructuras de poder de la burguesía las que están resintiendo una fractura tan sensible que difícilmente pueden responder al llamado de disciplina de un poder central cada vez más cuestionado por sus propios congéneres. Tan evidente como que los primeros golpes que reinauguran el “combate al narcotráfico”, ahora sí “decidido y firme” se da casualmente en perjuicio de unos cárteles y, por consiguiente, en beneficio de otros (aquéllos al parecer ya hicieron sentir su “desacuerdo” ejecutando a un familiar muy cercando al nuevo presidente).

 

Las nuevas trampas políticas y sindicales contra el proletariado

En primer lugar, las diversas fracciones en pugna siempre tratarán de involucrar a la clase trabajadora para que tomen partido por una u otra. Luego, hay que poner atención en las actividades que lleva a cabo el Estado como garante de los intereses colectivos de la burguesía, en particular sus esfuerzos por revertir los efectos negativos de sus enfrentamientos internos contra la clase obrera. Así, es posible apreciar en la nueva coyuntura el siguiente tinglado político contra el proletariado y con el cual todos los grupos de la clase dominante (PAN, PRD, PRI…) están de acuerdo:

- Primero, aprovechan la disidencia de AMLO y el liderazgo que le han configurado los medios para que funcione como un verdadero polo de atracción del enorme descontento social producto de los ataques a las condiciones de vida y de trabajo contra el proletariado y así tratar de impedir que éste busque una respuesta autónoma como clase. El espantajo sigue siendo la lucha por democratizar al país como premisa para lograr mejores condiciones de vida.

- Luego, estructuran todo un bloque político-sindical autodenominado como de “izquierda progresista” integrado principalmente por el FAP, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Comité Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros (CONORP) y la Coalición Ciudadana Nacional, organismos que, aglutinando a más de un centenar de grupos (entre ellos los telefonistas, la Central Campesina Cardenista, sindicato del IMSS), desde el pasado 13 de diciembre suscribieron una alianza para, dicen, defender el “patrimonio nacional”, es decir, los intereses de la burguesía nacional. Sus objetivos concretos son: impedir la privatización del sector energético, impulsar la reforma del Estado y en particular modificaciones del sistema político electoral; además, impulsar reformas económicas que favorezcan el desarrollo, la sustentabilidad, la equidad y la competitividad de la economía; todo ello recubierto de un discurso que pretende luchar por preservar las conquistas laborales y defender los intereses de los trabajadores.

En RM Nº 95 denunciamos los primeros pasos dados en esta dirección por la clase dominante, al parecer a estas alturas el tinglado político sindical está prácticamente definido, listo y aceitado para funcionar como descarrilador del descontento obrero y, sobre todo, de los previsibles estallidos de luchas que necesariamente sobrevendrán como respuesta a los ataques inmisericordes de la burguesía contra las condiciones de vida y de trabajo que han arreciado como lluvia sobre terreno mojado a finales del sexenio anterior y principios del actual. El engaño consiste en calificar al gobierno federal con el mote de derecha e identificar con éste la dureza y la política antiobrera y, por consiguiente, en llamar a fortalecer la opción de izquierda que siempre ha manejado un lenguaje defiende obreros; sin embargo, no se trata más que de un esquema de “derecha-izquierda” elaborado para hacer creer a los trabajadores que la derecha estaría identificada con los “ricos”  y la izquierda con los trabajadores, de ahí que habría que fortalecer esta última opción; esta falsa opción esconde el hecho de que todo el abanico político sindical de la burguesía se reparte las tareas con el único fin de dominar y desviar el coraje de la masa de trabajadores en la falsa oposición derecha-izquierda, obstaculizando el desarrollo de su combatividad y, sobre todo, el avance de su conciencia de clase.

La propuesta de este engendro burgués tiene como fin embaucar al proletariado en una búsqueda por perfeccionar el sistema democrático del capitalismo para mejorar las la eficacia del aparato económico y político que garantiza la explotación cotidiana de la clase obrera. Por ello insistimos que los trabajadores no pueden permitir que sus preocupaciones de clase sean desplazadas por demandas pretendidamente superiores como las llamadas demandas ciudadanas (reforma del Estado, defensa de las empresas estatales, democratización de las instituciones…) o la defensa del sindicato, su verdadero combate está materialmente fundamentado en las reivindicaciones de la defensa de sus condiciones de vida.

Así, en medio de las pugnas interburguesas, la clase trabajadora deberá abrirse paso entre todas las trampas que le tiende la burguesía para avanzar en su lucha que nada tiene que ver con las propuestas que en los meses recientes le están haciendo toda suerte de partidos, sindicatos y grupos de izquierdistas cuyas propuestas tienen un denominador común: la defensa del orden burgués a través de su perfeccionamiento democrático.

O/ diciembre del 2006

 

Situación nacional: 

  • Mexico [3]
  • Conflictos interburgueses [14]

III Reunión Panamericana: La nueva generación, una promesa para el futuro de la lucha obrera

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A finales del 2006, militantes de varios continentes, animados por las mismas convicciones, se reencontraron para discutir juntos las perspectivas del movimiento histórico del proletariado, con ocasión de la celebración de la III Reunión Panamericana. Ahora hubo una diferencia interesante con las anteriores reuniones pues al lado de los militantes varios contactos invitados de manera activa participaron en algunas de las plenarias. Esto fue un signo de los nuevos tiempos y un oxígeno renovador que alimenta las fuerzas de la CCI. Hay que destacar, además, el ambiente militante de amplia camaradería que se respiró de principio a fin y que permitió que las discusiones se desarrollaran en un ambiente fraterno y de disponibilidad para escuchar e integrar todos los argumentos.

Durante muchos años la clase obrera sufrió un retroceso de la lucha de clases y una marcada confusión que se notaba en la ausencia de nuevas fuerzas militantes, este problema estuvo más presente luego de la caída de los regímenes estalinistas, que la burguesía identificó como el fracaso del comunismo y del marxismo. Desde entonces, una de nuestras consignas centrales ha sido «resistir», una tremenda prueba que ha requerido un esfuerzo titánico para sobreponerse y continuar con el combate que el proletariado está obligado a desplegar en la perspectiva de su papel histórico y mundial.

El reforzamiento político y numérico de nuestra Corriente, con las nuevas integraciones de elementos jóvenes que con su dinamismo constituye un verdadero energético que relanza nuestras fuerzas militantes para continuar con el combate por la revolución comunista, con una sólida convicción,  una tenacidad y paciencia que sólo aportan la confianza profunda en las potencialidades de la clase obrera y en su organización política revolucionaria.

Además, actualmente, como sucede en el resto de las secciones de nuestra organización, el número de participantes a las reuniones públicas ha aumentado sensiblemente, y nos llegan cada vez más correos para solicitar directamente su deseo de convertirse en militantes, para proponer y desarrollar discusiones o simplemente para pedir las publicaciones, pero siempre con una perspectiva militante. Saludamos a estos camaradas que vienen hacia las posiciones comunistas y hacia nuestra organización.

Es este el contexto histórico en el que se ha celebrado nuestra III Reunión Panamericana cuyos informes, discusiones y resoluciones reflejaron la voluntad militante por clarificar a profundidad las condiciones en las que nuestra clase desarrollará su lucha en el periodo que viene, por lo que esta reunión internacional de la CCI se ha situado desde el principio en la perspectiva histórica de la construcción de la organización y en la preocupación militante por la intervención en la lucha de clases que está conociendo en estos años una importante dinámica hacia la huelga de masas (ver la resolución sobre la situación nacional en  México en este RM).

Esta última reunión internacional de la CCI reafirmó la tendencia observada en todos los continentes: es la nueva generación de la clase obrera la que está empujando fuerte para avanzar hacia el futuro, un signo en verdad prometedor.

Revolución Mundial,

Diciembre - 2006

Vida de la CCI: 

  • resoluciones de Congresos [15]

Resolución sobre la situación nacional 2006

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Las Resoluciones que presentamos son producto de la discusión desarrollada en la III Reunión Panamericana. Éstas expresan el esfuerzo de los revolucionarios para comprender la realidad a la que se ve enfrentada la clase obrera en el presente y de esa manera poder sacar las lecciones que permitan preparar los combates. Este trabajo de profundización no es un recreo intelectual de un grupo de “iluminados”, es un producto que pertenece al proletariado. La organización revolucionaria no es una estructura ajena al conjunto de clase trabajadora, ni está al margen, ni está a su servicio, es parte de ella misma, por ello su labor de profundización le pertenece a ella.

 

1. Son ya cerca de cuarenta años que la crisis económica se abrió y el capital no ha encontrado una salida duradera, lo único que ha podido ofrecer durante este tiempo son programas que tienen como objetivo esconder o limitar a corto plazo sus efectos más visibles. Todo ello ha sido mediante la agudización de la explotación, lo que se ha reflejado en una pendiente suavizada de la afectación de la ganancia capitalista, pero en una gravísima degradación de las condiciones de vida de los trabajadores. Ni aún los países industrializados han podido esconder esos efectos. Los mitos creados a lo largo de este tiempo se han esfumando uno a uno:

- durante los años 70 fueron los “NIC’s” y el “milagro japonés” los ejemplos para proclamar la eternidad del capitalismo, y la crisis mostró que el uso excesivo del crédito y las altas tasas de explotación no son medicinas infalibles, de manera que a fines de los 90 la burguesía ve con asombro derrumbarse las economías asiáticas.

- En los años 80 las economías latinoamericanas eran consideradas como los “mercados emergentes” que darían cabida a los capitales en busca de valorizarse. Sin embargo, la burguesía más tardó en inventar el mito en que estas economías mostraran su fragilidad, dispersando los efectos de la crisis que buscaba ocultar. Luego de reaparecer las secuelas, se busca un nuevo esquema ideológico para ocultarlo, esta vez lo hace presentando estos problemas como peculiaridades de la región, siendo por ello explicados como “recesiones regionales” (o efectos: “tango, tequila o samba”) que “contagian” al resto de la economía.

- En los 90 fue la economía de EUA, con su supuesto crecimiento (impulsado por la “nueva economía” y el crédito), con el que se buscaba mostrar la fortaleza del capitalismo. Sin embargo la apertura de la recesión a fines del siglo XX ponía al desnudo la fuerza de la crisis capitalista, arrasando lo mismo a las regiones frágiles que a las altamente industrializadas. Los mitos sobre la creación de zonas de desarrollo y la tendencia a la “convergencia al desarrollo” sostenida por los economistas, se vuelve un simple argumento ideológico, como también lo es la esperanza en el “crecimiento” de China e India. Estas manifestaciones entusiasta de la burguesía, no tienen sustento real en tanto no existe condición alguna que posibilite usar a Asia como palanca de expansión del mundo, la deslocalización de capital usada en el “caso chino e indio” son formas de escape limitadas del sistema. Las alabanzas que se lanzan hoy a estas regiones, son las mismas que hace unos años se hacían para el llamado “modelo sueco” y sus ventajas económicas, no obstante la realidad de la crisis ha hecho que estas hayan quedado en el olvido. La considerada “floreciente” economía sueca ha tomado de manera evidente la misma tendencia degradante presente en el resto del mundo, al grado que su tasa de desempleo oscila entre el 15 y 17%.

Estas dinámicas nos permiten llegar al entendimiento de que la implementación de medidas de capitalismo de Estado, el recurso del crédito, y la aceleración de los niveles de explotación pueden esconder los efectos recesivos en una región a corto plazo, no obstante la crisis en su avance rompe toda “protección” y afirma su tendencia sin dejar ninguna zona fuera de su dominio.

2. El centro de la estrategia capitalista para la recuperación de la acumulación, ha tenido en los últimos años el uso de las políticas denominadas “neoliberales”. Estas medidas (llevadas lo mismo por gobiernos de izquierda y derecha) aunque requieren adelgazar al Estado, no limitan su poder, por el contrario, la forma que toma el capitalismo en su fase de decadencia, el capitalismo de Estado, se ve reforzado.

El Estado, con las políticas “neoliberales”, toma una responsabilidad mayor para conducir la gestión de la crisis y la protección de la ganancia capitalista, lo mismo mediante la eliminación de la propiedad estatal (creando, mediante la privatización, nichos ficticios de acumulación), que mediante la intervención directa para el rescate de partes de la economía (tanto del aparato productivo como del financiero). En el mismo sentido las “políticas neoliberales” aplicadas por el capital a lo largo del planeta tienen como objetivo reforzar las medidas de explotación empujando al incremento de la productividad del trabajo (mediante la llamada “flexibilización”) y limitando los salarios (en su forma directa e indirecta). Pero el hecho de que estas políticas expresen con mayor fuerza la brutalidad del capital, no significa que la expresión del consenso keynesiano de posguerra represente una opción para los trabajadores –tales medidas, hermanadas con los mecanismos de control conocidos como “fordistas” tuvieron también como base la acelerada explotación de los asalariados– simplemente se pone de manifiesto que, ante la agudización de la crisis el capitalismo requiere de políticas cada vez más duras y brutales, lo cual no significa que tales medidas ofrezcan una solución a la crisis.

3. La burguesía de la región busca, infructuosamente esconder la presencia evidente de la crisis. Las declaraciones oficiales proclaman la ruptura del “ciclo recesivo sexenal”, y la afirmación de la “estabilidad macroeconómica”, con ello pretenden demostrar que la economía mexicana se encuentra reforzada y blindada ante la crisis. Las medidas “estabilizadoras” aplicadas, han permitido que las ganancias de ciertos sectores capitalistas hayan tenido cierto respiro, pero en el interior del propio aparato capitalista los efectos de la crisis hacen que los niveles de competencia se agudicen y extremen sus contradicciones, lo que hace que se al interior de esta se genere en el plano político una feroz lucha.

4. Las condiciones de vida de los trabajadores en la región se han degradado a niveles que no se conocían, expresándose fundamentalmente por la expansión del desempleo. Este problema se ha convertido desde los 80 en un mal crónico. Durante los últimos 5 años las instancias de gobierno aseguran haber creado (en promedio) 300 mil empleos por año. Sin embargo el monto de la población que cada año cumple con la edad para ser asalariado es de 1.3 millones, lo que significa que tan solo considerando esa nueva masa de trabajadores que demandan trabajo entre el 2001 y 2006, hay un rezago de 5 millones.

Es característica del sistema capitalista no hacer depender la acumulación de la masa poblacional de asalariados potenciales y activos, tan es así que es condición del sistema la existencia de una “población excedente de trabajadores”; sin embargo en el período de la DECADENCIA hay una marcada tendencia a desplazar fuerza de trabajo, de forma que aún cuando se expande el capital, deja a un número mayor de la población fuera de la posibilidad de convertirse en trabajadores activos. El capitalismo no sólo no logra incorporar a núcleos de estamentos provenientes de formas antiguas de producción (como lo es en América Latina, la abundante población de campesinos y artesanos depauperados), sino incluso la tendencia es a mantener un crecimiento en términos absolutos de cesantes.

Pero además del peso del desempleo, hay que agregar la precariedad de los trabajos: de los 300 mil empleos creados por año durante 2000-05, el 50% son eventuales, incluso si tomamos los datos de la OIT notamos que la precariedad del trabajo se extiende aún más, dado que calcula que “7 de cada 10 empleos son ‘informales’”.

Sin duda la agudización de la crisis acarrea mayor miseria y penurias, pero es esa misma carga la que empuja al combate. De manera que la crisis y la miseria que ésta engendra sigue siendo el detonante principal para la toma de conciencia de los trabajadores.

5. La categoría desarrollada por la CCI sobre la descomposición ha permitido analizar de forma adecuada la dinámica que rige la vida de la burguesía. La tesis 9 sobre “La descomposición”, señala claramente: “Entre las características más importantes de la descomposición de la sociedad capitalista, hay que subrayar la creciente dificultad de la burguesía para controlar la evolución de la situación política. La base de este fenómeno es, claro está, que la clase dominante cada día controla menos su aparato económico…” (Revista Internacional 62).

Tomando este marco como referencia es posible entender que la agudización de la crisis económica y con ello de la competencia, ha dejado ver, de forma mucho más clara, aquellas fisuras que desde fines de los años ochenta empezaban a aparecer en la estructura política de la región. En todos los planos de la vida de la burguesía las pugnas se aceleran y el período electoral pasado condujo a una aceleración mayor de éstas, por ello la pelea presente entre Obrador (PRD) y Calderón (PAN, con alianza de última hora con el PRI), aunque se expone como una farsa por la forma en que se presenta, no es simulación, es un enfrentamiento real, que muestra en realidad una ruptura de la disciplina. Es preciso decir que no es una lucha por diferencias ideológicas, por la forma de gobernar, o por el “modelo económico” a seguir; no se trata tampoco de la transformación política de la disputa presente entre los capitalistas especulativos y productivos; mucho menos tiene que ver con esa explicación que los voceros del capital usan para encubrir la existencia de un sistema basado en la separación de clases sociales, y entonces refieren que se trata de un conflicto de la “clase política”... Lo que en realidad encontramos es una gran fractura política de la burguesía en su conjunto, y aunque en su forma se presenta como una bipolarización (PAN-PRI vs PRD), es una fragmentación mayor en la que cada uno de los sectores busca su propio provecho y donde las relaciones entre cada una de las partes se presenta con dificultad, creando alianzas endebles, no duraderas, en las que los intereses se mezclan, y los personajes y grupos se mueven de un bando a otro. Por eso, al imponer a Calderón en la presidencia, la agudización de la pugna, no sólo presagia su propia continuación sino su agudización, dada la extensión de la pelea en todos los dominios: partidos, ejército, clero, grupos del tráfico de drogas...

El hecho de que la burguesía hasta el final del proceso electoral definiera cuál era el candidato elegido para formar el equipo de gobierno no hace sino demostrar que fue un grupo el que logró imponer su fuerza, pero no logró cohesionar a la clase dominante en su conjunto; apenas ha logrado aglutinar en torno suyo a un núcleo que está unido con lazos endebles.

Cada vez más se hace evidente que la característica particular de este período es que cada grupo de la clase dominante, si no puede establecer un dominio total del escenario, se conforma con no dejar avanzar a su enemigo, imponiendo, mediante la fuerza, continuos obstáculos. De esta forma es que encontramos que la tarea de estos grupos, más que la construcción de proyectos es la destrucción de lo que pueda hacer su enemigo, de lo que se trata es bloquear. Es la agudización de esa tendencia la que se perfila luego de pasadas las elecciones y de que se impone como presidente a Calderón.

6. La presencia de un “gobierno paralelo”, encabezado por Obrador y el Frente Amplio Progresista, expone algo más que la actitud megalómana de un personaje, como lo hacen ver los analistas de la burguesía, es la manifestación de la dificultad de la burguesía por cohesionarse. Esta falta de fortaleza en el tejido social motiva que broten continuas impugnaciones, en las que incluso se abren posibilidades de que tomen relevancia expresiones sin mucha consistencia política (como en su momento ocurrió con Hugo Chávez en Venezuela). La fracción representada por Obrador, aunque ha perdido presencia entre la clase dominante en los últimos meses, no deja de ser un referente al cual pueden recurrir sectores de la misma burguesía, que se ven descontentos con la forma en que se vienen distribuyendo las jerarquías y canonjías en el gobierno.

Es indudable que estas situaciones son una dificultad para que la burguesía asegure el control de su estructura política, no obstante se vuelven una carga adicional para la clase trabajadora en tanto las dificultades le son revertidas mediante la acción continua de las fracciones burguesas que buscan involucrarla en sus luchas, induciéndola a tomar partido por alguna de ellas.

La confusión y dominio que logró la campaña electoral sobre amplias capas de asalariados, y en particular la comandada por Obrador, así como su campaña de defensa de la democracia, son un ejemplo evidente de cómo la burguesía, pese a vivir en un enfrentamiento interno, logra revertir sus efectos a los trabajadores.

7. La crisis, presentada de forma concreta ante los trabajadores a través del acrecentamiento de los niveles de explotación (acelerando los ritmos de trabajo), el golpeo a los salarios (de forma directa e indirecta, a través de la afectación a las jubilaciones) y el despido masivo, ha conducido a respuestas importantes por parte de los trabajadores, a nivel internacional, lo que nos habla de un cambio cualitativo en la dinámica de la lucha de clases.

A partir del desarrollo de las movilizaciones de los trabajadores de Europa central en 2003, se presenta un giro en la lucha de clases que queda evidenciado de forma contundente por el combate de la primavera de 2006, llevado a cabo por trabajadores y estudiantes en Francia contra el Contrato de Primer Empleo (CPE). En este movimiento la manifestación masiva, ha sido marcada no solo por la espontaneidad y combatividad, sino fundamentalmente por el nivel de conciencia alcanzado y que queda expuesto:

- por la claridad en la defensa de las reivindicaciones,

- por la capacidad de organización, que recobra la tradición proletaria de la reflexión colectiva mediante Asambleas Generales (lo cual impidió que la estructura sindical y el aparato de izquierda del capital arrebata el control),

- y por la manifestación abierta de la solidaridad.

Esta experiencia no se presenta como un hecho aislado, sino es una tendencia que va tomando forma de manera lenta y con no pocas complicaciones (como lo corrobora, pocos meses después la huelga de los trabajadores metalúrgicos en España). En el caso de esta región dicha tendencia también se presente, aun cuando es notorio que la clase dominante, sumida en una pugna interna, ha podido involucrar a los trabajadores en su dinámica, logrando así sabotear y controlar el descontento.

8. El peso de la crisis ha expuesto verdaderos descontentos en la clase obrera de la región, la muerte de 65 trabajadores en la mina de Pasta de Conchos abrió un descontento importante entre los trabajadores, que dirigían su coraje lo mismo en contra de la empresa, que contra el sindicato y el gobierno, no obstante la burguesía, aprovechando el descontento en contra del sindicato al que abiertamente acusaban de ser uno de los responsables de la muerte de sus compañeros, busca ajustar cuentas en contra del viejo cacique sindical Napoleón Gómez creando un ambiente de gran confusión en tanto desvía y anula toda la combatividad bajo la engañosa consigna de la defensa de la “autonomía sindical”. En el mismo sentido el peso de la campaña electoral, y más particularmente la orquestada por la izquierda del capital (PRD), logró desviar el descontento presente entre los trabajadores al someterlo a las exigencias de una fracción de la burguesía, que utilizó su presencia como carne de cañón. En este período, como nunca ha quedado evidenciada la naturaleza burguesa del aparato sindical y de la izquierda.

9. Aunque la capacidad de convocatoria del EZLN declinó por el desgaste de su discurso, aunado a su alejamiento del PRD, el peligro que presenta contra los trabajadores no deja de ser menor. La 6ª declaración, lo mismo que “la otra campaña”, convocada por el EZLN, se presentó como un medio más de extensión de la confusión entre los trabajadores, en tanto que, con el uso de un lenguaje radical, el neo-zapatismo somete a amplios sectores de trabajadores a la defensa de la ideología burguesa, adelantándose a anular su descontento real en contra del capitalismo al empujarlos a asumir la defensa de la nación y la reconstrucción de las estructuras e instituciones que forman parte del dominio capitalista (por ejemplo la constitución y las estructuras de gobierno). La mutación continua de la ideología del EZLN acondicionada según las necesidades del momento, así como de su discurso sentimentaloíde y maleable, que pasa rápidamente de la fanfarronada de “avanzar militarmente hasta tomar la ciudad” a la palabrería pacifista que convoca a la conformación de un frente de todas las fuerzas izquierdistas, hacen de esta estructura izquierdista uno de los instrumentos potencialmente más peligrosos para los trabajadores y de gran utilidad para el capital, en tanto es su “nueva izquierda radical”, encargada de establecer el relevo en el trabajo de sabotaje, fundamentalmente conteniendo y desviando el coraje y combatividad de sectores de trabajadores que logran romper con el dominio del PRD-PT.

10. Las pugnas interburguesas que han tomado lugar en la región han logrado involucrar a los trabajadores como instrumentos de presión. El caso mencionado de Napoleón Gómez, en contra de la fracción representada en el gobierno federal, no es sino una de las diversas peleas entre fracciones de la burguesía en las que se usa a los trabajadores como grupos de presión. Pero el aspecto más espectacular de estos hechos está presente en Oaxaca, donde los intereses de diversas fuerzas de la burguesía (lo mismo Esther Gordillo, Murat, Madrazo, Ulises Ruiz y los grupos pegados a Fox) utilizan el descontento presente en los maestros y masas marginadas de la región, para empujar a la creación de conflictos. Fundamentalmente las diversas fracciones de la burguesía en pugna intervienen a través del sindicato de maestros (SNTE-CNTE, sección 22) para controlar las movilizaciones. Éstas aunque buscan dar expresión al descontento verdadero presente entre los trabajadores de la educación, levantando la reivindicación salarial, son rápidamente copadas por la burguesía haciendo que la defensa de las condiciones de vida quede en un segundo orden, para ceder su lugar a consignas que representan callejones sin salida, como “destitución de Ulises Ruiz” y la democratización de Oaxaca.

La combatividad genuina de la masa de trabajadores y demás sectores explotados es desviada y sometida a métodos de lucha sin perspectivas, en tanto la aísla del conjunto de la clase trabajadora. Su conciencia de clase, por otro lado, es golpeada en tanto que se le coloca tras banderas ajenas a sus intereses. A todo ello hay que agregar que los “mecanismos de protesta”, como plantones, largas marchas desgastantes…, al asegurar el aislamiento, ayudan eficazmente a la apertura de la represión.

11. La solidaridad real que expresaron trabajadores y otros sectores explotados ante la represión lanzada en contra de los trabajadores (14-06-06) no fortaleció la movilización, dado que el aparato de sabotaje del capital se encargó de encausar esa fuerza hacia intereses ajenos a los asalariados. En vez de ayudar al impulso de la reflexión colectiva y la extensión del combate, se dispersaron las fuerzas.

Al conformarse la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO), se crea una estructura interclasista en la que los trabajadores y el resto de las fuerzas sociales no explotadoras quedan sometidas al dominio de los sindicatos y agrupaciones izquierdistas. El izquierdismo (desde el estalinismo hasta el trotskismo) afirma se trata de la apertura una “insurrección”, y compara esta agrupación con un “soviet”, o con una comuna, no obstante lo que se presenta en esta región son manifestaciones alejadas del control de la clase trabajadora y donde ni los objetivos, ni los métodos son expresión de su fuerza. La violencia y la defensa de las barricadas en contra del asalto realizado por las tropas formales y las fuerzas paramilitares, aunque exponen un coraje verdadero en contra del sistema, al no tener objetivos de clase, se transforma en un simple accionar desesperado, suicida y sin perspectiva histórica.

12. El uso de medidas de control represivo y de explotación se presenta como una tendencia a agudizarse, tal situación nada tiene que ver con el pretendido peligro de la “derecha en el poder”, sino con la profundización de la crisis y la aceleración de la descomposición. Los gobiernos de izquierda presentes en AL han tendido que asumir la misma actitud, lo que pone en evidencia que los gobiernos de derecha o de izquierda son enemigos de los trabajadores.

En el futuro inmediato está la amenaza de modificar el sistema de pensiones y seguridad social (tanto para afiliados al IMSS como al ISSSTE), ampliando la edad de retiro y limitando los servicios médicos (aspecto que en Brasil fue implementado a los pocos meses de formarse el gobierno de izquierda representado por Lula). Esta amenaza, desde ahora, ya deja ver algunas muestras de descontento entre los trabajadores pero también es notoria la preparación del aparato sindical para adelantarse y sabotear toda combatividad; fundamentalmente buscan desviar la preocupación hacia caminos falsos como la “defensa de la ley del trabajo”, con ello aseguran el control de las movilizaciones y anulan la reflexión crítica. La dinámica combativa y reflexiva que la clase obrera viene mostrando a lo largo del planeta, está presente también en la región, no obstante las dificultades que tiene que enfrentar no son pocas.

Noviembre - 2006

Geografía: 

  • Venezuela [16]

Vida de la CCI: 

  • resoluciones de Congresos [15]

Nicaragua: Regresan los sandinistas al gobierno para dar continuidad a la explotación y opresión

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La guerrilla nicaragüense, “Frente Sandinista de Liberación Nacional” (FSLN), en 1979 mediante un putch militar derroca al gobierno del tirano Anastasio Somoza e instaura un gobierno de izquierda, que a diferencia de lo que pasa en Cuba o en otras guerras de liberación nacional (presentes de forma amplia en el período de la “guerra fría”), ni se declara “socialistas”, ni logra integrarse de manera completa en el aro de dominio de la URSS –que luego de la 2ª Guerra se establece como cabeza de bloque opositor a los EUA. La posición de la burguesía nicaragüense se encontraba dividida entre los dos bandos imperialistas en rivalidad: la relación económica y política dominante llevada por los EUA en toda América latina, acercaba a un importante núcleo de la clase dominante de esa región con los intereses del tío Sam, pero había una parte importante que se apoyaba en el bando de la URSS, esa bipolaridad presente en el planeta es la que daba el marco a la “guerra de baja intensidad” vivida en Nicaragua. De manera que la clase obrera y demás sectores explotados, se encuentran sumidos (e incluso arrastrados a participar) en una guerra en la que se disputan intereses totalmente ajenos a ellos. Por un lado los EUA, mediante una conocida triada: dinero de EUA, asesores militares argentinos y soldados nicaragüenses del viejo ejército somocista, mantiene una guerra de hostigamiento continuo, y por otro lado la URSS (a través de Cuba principalmente, aunque de forma “moderada”) apoya al gobierno sandinista, buscando con ello establecer una cabeza de playa que limitara o cuestionara el poderío de su rival imperialista.
La guerra desarrollada en Nicaragua (1980-90) llega a su fin cuando la negociación, encubierta bajo la ilusión de un proceso electoral, llevada entre las diferentes fracciones de la burguesía (entre ellas por supuesto los sectores agrupados en el FSLN) coinciden en el cambio de gobierno, dejando al sandinismo en la oposición.
La remoción del FSLN mostraba la orfandad en que éste había quedado luego del derrumbe del bloque dominado por la URSS, y la afirmación de la disciplina de la burguesía de este país al dominio de los EUA. El FSLN al quedar fuera de la estructura de gobierno y sin referencia ideológica, pero fundamentalmente sin apoyo por parte de una fuerza imperialista, termina dividido y reducido. La mayoría de la dirigencia, enriquecida en su paso por el gobierno, se transforman en “respetables” empresarios, lo que no impide que mantengan con vida al sandinismo, ahora en su papel de oposición; de forma que siguen cumpliendo su misión, es decir darle continuidad, en particular, a las instituciones capitalistas, y en general al sistema de explotación.

 

FSLN ayer y hoy enemigo del proletariado

El mito de los países “socialistas” sustentados sobre el marco ideológico del estalinismo tiene una variación con el FSLN, en tanto su referente es la figura de Augusto Sandino y su discurso es el nacionalismo, no obstante el ataque que llevan en contra a los trabajadores es el mismo.
Nuevamente, con el ascenso al gobierno del FSLN, se trae a la memoria las “hazañas” de los guerrilleros durante 1970-90, y el aparato de izquierda del capital no deja de alentar la idea de que los trabajadores de América Latina se fortalecen al contar con otro gobierno de izquierda que puede integrarse en una alianza con el gobierno de Cuba, de Chávez (Venezuela) y Evo morales (Bolivia)… pero ni antes, cuando se presentaban como los “jóvenes rebeldes”, ni ahora como los empresarios modernos, representan alguna esperanza para los trabajadores. Desde los años 60, cuando inician su enfrentamiento con la dictadura somocista, eran ya una estructura ajena a los asalariados, lo cual queda rebelado por sus métodos y objetivos. La toma del poder y la instauración de su gobierno no hace sino confirmar que el objetivo central del FSLN era (y es) la perpetuación de las relaciones de producción capitalistas. La aplicación de racionamiento por la economía de guerra y el incremento de las cadencias productivas en las fábricas y en el campo mostraba que el enemigo del proletariado no era únicamente Somoza, los “contras” (guerrilla impulsada y sostenida por el gobierno de EUA), sino también lo eran los sandinistas que cumplían fielmente la defensa del capital.

 

Gobiernos de izquierda o derecha, enemigos del proletariado

El triunfo de los sandinistas en las pasadas elecciones en Nicaragua (5-11-06), no representa ningún avance para el proletariado… si durante el primero periodo de gobierno, 1979-90, los trabajadores no recibieron sino miseria, guerra y una “legislación laboral” con la que hace aceptar como un gran “triunfo de la revolución” la permanencia de la condición básica para el capitalismo, es decir la perpetuación de la explotación del trabajo asalariado; ahora, cuando la crisis que azota al capitalismo se agudiza el nuevo gobierno sandinista no puede ofrecer ninguna mejora, por el contrario hará pasar mayores ataques. La política aplicada por los gobiernos de derecha no difiere mucho a la que sostienen los de izquierda, basta recordar que es el gobierno de Lula (en Brasil) al que le corresponde imponer la “reforma a la seguridad social”. Los discursos del sandinismo actualmente se muestra más moderado, ni siquiera da tanta cuerda a su posible acercamiento a Chávez para alentar el “grupo antinorteamericano”, aún cuando los gobiernos locales controlados por el FSLN tiene relación comercial con el gobierno de Chávez, y ahora con la presidencia esta relación puede ser mayor, no se percibe como un “peligro”, por el hecho de que la burguesía de este país se encuentra sin cohesión y el margen de maniobra de cada pandilla es reducido por el “marcaje” y la presión que cada grupo ejerce sobre los demás. Justamente es esta dificultad la que lleva a que tomen un acuerdo muy apretado para colocar a Daniel Ortega y al FSLN en el gobierno.

Miembros del partido republicano de los EUA, y el embajador Paul Trivelli, empujaban a la burguesía nicaragüense a cerrar filas en torno a Montealegre, incluso se llevó a cabo una campaña para mostrar lo más sucio de la vida personal de Daniel Ortega, al revivir en los medios de difusión las acusaciones presentadas en 2001 sobre la violación a su hijastra, sin embargo la división entre los círculos de la clase dominante, producto de la descomposición del sistema capitalista, hace que la oferta del FSLN, de llevar una relación armónica con los EUA, sea la que cuenta con mayores posibilidades para conducir a una “mejor” administración de la crisis e intentar una cohesión de la burguesía en torno al Estado, lo que implica, evidentemente, para la clase trabajadora enfrentar mayores ataques. Por eso los trabajadores no pueden esperar mejoras de ningún gobierno, por más que digan ser representantes de sus intereses, su verdadero objetivo es la defensa de la economía nacional y por tanto del capital, los trabajadores deben tener claro que sembrar esperanzas en un gobierno es rendir sus fuerzas a la burguesía.

 

Tatlin/24-diciembre-2006

Geografía: 

  • América central y Sudamérica [17]

Pinochet, representante fiel del capitalismo

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En las primeras semanas de diciembre (2006) se ha anunciado la muerte de Augusto Pinochet, el militar que en 1973 asumiera el control del gobierno de Chile. La férrea dictadura impuesta por Pinochet, sustentada en la bota militar, la cárcel y la picana, no es, sin embargo, un accidente histórico o la responsabilidad exclusiva de un individuo sanguinario, es la expresión del capitalismo en su forma más brutal.

Es evidente que el gobierno de Pinochet extendió el terror, profundizó la opresión y amplió los niveles de explotación de la clase obrera, pero todo ello fue llevado a cabo con la vigilancia especial de la gran democracia norteamericana, y aquellos gobiernos democráticos, como el de México (encabezados en ese momento por Luis Echeverría, 1970-76 y López Portillo, 1976-82), aunque se negaban a reconocer al gobierno militar y daban asilo a los perseguidos por el gobierno chileno, aplicaban la misma política represiva que Pinochet, lo que nos dice que dictadura y democracia son formas del mismo dominio del capital.

El gobierno de Pinochet, lo mismo que el de Allende fueron producto de la pugna imperialista y aún cuando pueden diferenciarse en algunas formas, ambos gobiernos manifiestan el carácter bestial del capitalismo.

La democracia sostenida por el gobierno de izquierda de Salvador Allende (1970-73), a pesar de estar sostenida por un discurso radical, no deja de exponer una gran fiereza contra los proletarios. Las nacionalizaciones de empresas en las que funda el perfil de izquierda de su gobierno, son acciones con las que busca impulsar la acumulación de capital nacional, por ello, con la misma saña con que lo hiciera Pinochet, no duda en usar la represión contra los trabajadores de las mina El Teniente y Chuquicamata, cuando en mayo y junio de 1973 realizan huelgas y movilizaciones por incrementos salariales. De manera que el gobierno de izquierda de la Unidad Popular no ponía en peligro al sistema de explotación capitalista, no obstante, representaba dentro de la estrategia político-militar (determinada por el período de la “guerra fría”) un paso adelante de parte de la fuerza imperialista opositora de los EUA, es decir la URSS. Por ello, con el golpe militar, los EUA lograron detener el avance de su oponente imperialista, a la vez que aprovecharon el espacio ganado para incorporarlo en su proyecto económico. Justamente el período en que se presenta el golpe de Estado en Chile (1973) es la fase de agudización de la crisis capitalista mundial (1974), por lo que usan esta región como “laboratorio” para probar sus “teorías” y políticas “anti recesivas”, sustentadas en la aplicación de salvajes formas de explotación, posibles de llevar a cabo fácilmente por la militarización generalizada existente, sin embargo, aún cuando el terror de Estado expone en toda su dimensión la violencia que “es, por sí misma, –como decía Marx– una potencia económica” (El Capital, T-I), no puede evitar el peso de la crisis, y las medidas que la dictadura militar llevó a cabo para enfrentarla, se vuelve luego una carga, por lo que el mismo capital considera como una necesidad el retorno a la democracia.

La “renovada” democracia en Chile no dejo de usar continuamente como mecanismo de dominio ideológico la posibilidad del juicio de Pinochet, sin embargo la burguesía mantenía el acuerdo de proteger al hombre que tantos servicios le ofreciera. La justicia que la prensa y la izquierda del capital imploraban se aplicara a Pinochet, eran (y son) lloriqueos hipócritas que buscaban sembrar esperanzas entre los trabajadores de que el capitalismo, su democracia y sus instituciones pueden “limpiar la historia” y ofrecer un “mundo mejor”, sin embargo mientras exista el capitalismo seguirán existiendo sátrapas y torturadores del calibre de Pinochet, que lo mismo actúan desde gobiernos dictatoriales o desde democracias, por ello los trabajadores deben de tener en claro que todos los gobiernos (tanto de izquierda como de derecha) llevan como fin la perpetuación del sistema de opresión y explotación, por eso no basta con cambiar gobiernos o individuos, para lograr la verdadera transformación de este reino de la necesidad se requiere la destrucción del capitalismo.

Tatlin/diciembre-2006

Geografía: 

  • América central y Sudamérica [17]

Discusiones en foros de Internet sobre Oaxaca: ¡Defendamos los métodos de lucha de la clase obrera!

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El cambio de periodo en la lucha de clases, confirmado plenamente con la movilización de trabajadores y estudiantes en Francia en la primavera de 2006, se caracteriza por la vuelta de la combatividad de la clase trabajadora y por una reflexión más profunda, sobre todo en las generaciones jóvenes que no tuvieron que soportar las campañas sobre la muerte del “comunismo” tras el hundimiento del bloque del Este hace 16 años. Esta dinámica de reflexión a nivel internacional, se expresa en el surgimiento de minorías que se plantean la necesidad de clarificación de diversos aspectos de la lucha de clases y que por esta razón se comprometen en una dinámica de discusión entre ellas mismas y con las organizaciones políticas. Estas nuevas generaciones se han dado, como una forma nueva de discusión, los foros en Internet por lo que las organizaciones revolucionarias deben reconocerlos y participar en ellos.

Los acontecimientos de los últimos meses en México han dado lugar a discusiones sobre la validez de los métodos de lucha empleados en Oaxaca. Con el ánimo de dar a conocer esas discusiones y aportar elementos de reflexión para profundizarlas reconociendo su potencial como catalizadores en la toma de conciencia de la nueva generación de proletarios, presentamos los argumentos que se han vertido en uno de esos foros[1] [18] en los que han discutido el problema del método de lucha de la clase obrera.

 

Las acciones promovidas por los sindicatos y la APPO no son métodos de lucha de la clase trabajadora

Las ideas que se esparcieron sobre la existencia de un periodo insurreccional en México, sobre la formación de comunas o soviets o sobre el empleo de formas de lucha proletaria por la APPO, sindicatos y similares son formas para extender la confusión. Muchos compañeros que participan en los foros suelen repetir esto aunque, sin embargo, su participación en la discusión colectiva expresa su compromiso de clase y su apertura a la reapropiación de las lecciones históricas del proletariado. Ejemplo de esto es el análisis que presenta el grupo “Coordinadora Insurreccional Anarquista”, que tiene un análisis claro de los acontecimientos en Oaxaca, identificándolo como resultado de las pugnas interburguesas, hay sin embargo argumentos que no compartimos ya que nos parece esas posturas exponen una reapropiación incompleta de la experiencia histórica de la clase obrera. Por ejemplo a pesar del rigor de sus argumentos expresa una actitud inmediatista en su llamado: “La extensión de la lucha y su potencia, vuelve a mostrar que la insurrección libertaria no es cosa del pasado y que se puede abandonar la resignación, la alienación y la espera por ‘el paraíso prometido’ y convertirse en la peor pesadilla del poder, en la alegre dinamita que haga reventar aquí y ahora, al Estado Capital”[2] [19].

La extensión de las ideas sobre el ‘carácter revolucionario’ de lo que sucedió en Oaxaca, son principalmente la forma de la que se sirven las organizaciones izquierdistas para manipular a la clase trabajadora enganchándola en movimientos ajenos. Velando por sus intereses particulares, como parte de una fracción de la burguesía, los izquierdistas hacen uso de un lenguaje radicaloide y pseudo-revolucionario, deformando los objetivos y los métodos de lucha proletarios, con el propósito de desviar al proletariado de su verdadero combate.

Sería ridículo creer que la validez de los métodos de lucha se da por el hecho de ser bautizados con nombres robados del movimiento obrero. El que a ciertas movilizaciones se le den nombre de ‘autoorganización’, de ‘comuna’, de ‘soviet’, de ‘insurrección’, etc. no quiere decir que en verdad lo sean. Por el contrario, hay que analizar su carácter de clase, sus verdaderos objetivos y su contenido.

Algunas de las formas de ‘lucha’ presentes en Oaxaca han sido: los plantones, los bloqueos de carreteras, las marchas de cacerolas, las ‘megamarchas’, las huelgas de hambre, los enfrentamientos con los cuerpos armados del estado y otras formas semejantes de ‘movilización’ que tienen por objetivo quemar la combatividad de los trabajadores mediante el desgaste físico y la desmoralización. Son formas de desgaste estéril puesto que no ejercen ninguna presión real ya que lo que realmente consiguen es el aislamiento o encierro del propio movimiento, cuestión muy conveniente para que las organizaciones sindicales o izquierdistas mantengan el control sobre éste, en beneficio y salvaguarda de la burguesía.

Contrariamente a éstas ‘formas de lucha’, las huelgas y manifestaciones controladas por el proletariado tienen por objetivo buscar la solidaridad activa de otros compañeros cuando los trabajadores en combate se dirigen a los centros industriales, propiciando la discusión y con ello la extensión del movimiento; permitiendo el desarrollo paso a paso de la unidad, la comprensión de ésta fuerza, el propio reconocimiento de los trabajadores como clase y, en suma, propiciando el desarrollo de la conciencia. La huelga de masas es el primer objetivo de toda una serie de duras luchas que se van radicalizando. Rosa Luxemburgo caracteriza la huelga de masas como “un término que designa la totalidad de un periodo de la lucha de clases que se extiende durante varios años, a veces décadas” (Huelga de masas, partido y sindicatos). Si esta revolucionaria subraya la espontaneidad de la huelga de masas, también reconoce “que esa espontaneidad es en realidad, el fruto de la experiencia de la clase obrera”.

Respecto a la huelga de masas un compañero (conocido como ‘P’) que participa en el foro escribe: “Ya que la teoría es muy rica y debatible así como morfeica,  también hay que entrarle a la realidad como clase trabajadora y ser parte de esa «respuesta obrera (…) y masiva (…) de la que tanto se jactan...”. Los compañeros de ‘Comunismo o Barbarie’, también presentes en el foro, afianzados en la experiencia del movimiento obrero dan una respuesta clara: “Cuando hablamos de ‘respuesta masiva y consciente’, no nos jactamos absolutamente de nada. Se trata de una necesidad y no de algo que resulte de nuestra voluntad. Nuestra intervención consiste justamente en señalar esa necesidad y sus dificultades, y en aportar lo que esté en nuestras manos para que las respuestas que se den a futuro tengan ese carácter”.

El contenido ‘revolucionario’ del movimiento en Oaxaca fue supuestamente avalado por “la dinámica asamblearia presente en la región”. Sobre las asambleas convocadas y dirigidas por las organizaciones extrañas al proletariado, concentradas en la APPO o sus satélites, hay que decir que tienen como objetivo dar espacio a los ‘estira y afloja’ de los diversos intereses que esas organizaciones representan y que éstas buscan imponer con mañas, trampas o la fuerza en beneficio propio. Son los espacios en los que ‘se da línea’, es decir, se ‘mide’ el poder de manipulación que cada grupo tiene sobre ‘las bases’ o la relación de fuerzas que existe entre las diferentes fracciones burguesas a que están adheridos. Estas asambleas se caracterizan por el destape de líderes eternos, generalmente ligados a alguna fracción burguesa como Flavio Sosa, Rogelio Pensamiento o Rueda Pacheco.

Las asambleas generales soberanas, por el contrario, son el medio que el proletariado se da para controlar y extender el movimiento y para asegurar su autonomía. Se caracterizan por estar dirigidas por los propios trabajadores y no por organizaciones sindicales o izquierdistas. Tienen por objetivo discutir y votar los pasos a seguir en la lucha, y concretar las acciones a través de delegados elegidos y revocables por la propia asamblea ante la cual rinden cuentas. Estas asambleas están abiertas a escuchar a personas no pertenecientes a la empresa o sector directamente implicado, lo que permite la participación de las organizaciones revolucionarias. De esta manera también son los espacios privilegiados de reflexión en donde se desarrolla la conciencia sobre los objetivos y los medios de la lucha en cada momento.

 

Recobremos las verdaderas formas de la lucha proletaria

A lo que aconteció en Oaxaca también se le ha bautizado con los nombres de comuna, soviets, e insurrección. Las tres son formas elevadas de lucha de la clase revolucionaria que se desarrollan después largos periodos de combates en los que el proletariado aprende a organizarse masivamente y logra tener conciencia clara de su objetivo histórico. Estos tres métodos de lucha del proletariado son las formas para derrocar al estado por medio de las armas e instaurar la dictadura proletaria.

Las revueltas de barricadas ocurridas en Oaxaca son sólo un insulto a esas verdaderas formas de lucha de la clase trabajadora. Resultado del inmediatismo, cuando no de la mala fe de los organizadores, dan cuenta de manera transparente de su carácter inconciente, interclasista, y sin perspectivas. Son el fondo del pozo al que fueron dirigidos todos aquellos que cambiaron las consignas nacidas de sus propias necesidades por las consignas ofrecidas por sus enemigos; son el fondo del desfiladero al que fueron llevados aquellos hipnotizados con los cantos de sirena de la posibilidad de mejorar las condiciones de vida dentro del capitalismo, es decir, manteniendo un sistema que sólo ofrece miseria y muerte. Los muertos, heridos y presos son la muestra del carácter represivo y sanguinario del Estado pero también muestra a dónde llevan las movilizaciones organizadas por sindicaleros, izquierdistas y funcionarios del gobierno.

Los participantes en el foro expresan sus ideas sobre las movilizaciones a que ha dado lugar la represión. ‘P’ señala: “Me gustaría verlos participar activamente en algunas de las manifestaciones y acciones directas que se están dando como parte de la lucha por la liberación de los compañeros presos políticos.” A lo que ‘Comunismo o Barbarie’ responde: “Es sintomático que presentes un plantón como un ‘método de lucha’ donde se está ‘entrando a la realidad’. Cuando nosotros hablamos de la necesidad de una respuesta masiva y consciente, nos referimos a algo totalmente distinto a las estrategias de desgate típicas del izquierdismo y a sus acostumbrados ruegos de ‘justicia’ a las instituciones del Estado burgués... Mantenerse noche y día a las afueras de unas oficinas no expresa la extensión y generalización de la conciencia, sino la dificultad para reconocer al Estado como enemigo…‘¿entonces, que se queden encerrados los compañeros?’ Por supuesto que no. Pero hay que entender que el Estado, que está en pie todavía, decide la forma y el momento en que son liberados los presos, y que mientras se mantenga en pie el Estado, las cosas no pueden ser distintas. De esta forma, según los intereses del estado, los presos serán liberados cuando a éste le parezca necesario a sus intereses, pero, ¡ojo!, la burguesía nos hará creer que es resultado de la’ movilización’ (sangrías, ‘huelgas de hambre’, cartas a La Jornada , cierres de calles, acciones ‘contundentes’, etc.).”

Los mismos compañeros resumen con gran claridad la importancia de conocer los objetivos y métodos de lucha de clase revolucionaria para poder avanzar en su combate: “Señalar los errores, las limitaciones y las dificultades es indispensable para las luchas presentes y las que están por venir. La cuestión no radica en si se debe luchar o no, sino en la forma que debe tomar la lucha del proletariado. La cuestión está en cómo no desviarla de sus verdaderos objetivos, que no son los de ‘exigir justicia’ al Estado, sino destruirlo. La cuestión es no llevar cada impulso de lucha hacia la mistificación democrática que hay presente en este tipo de ‘movilizaciones’. Porque  a menudo se sacrifica lo indispensable en aras de lo ‘urgente’ y  en ese afán de lo ‘inmediato’ se sacrifica todo principio, como la autonomía de clase… comprendemos que no es al Estado a quien debe acudir el proletariado, sino a los trabajadores mismos, quienes para avanzar verdaderamente no deben basar su lucha en la confianza en las instituciones estatales, (como en la práctica lo hacen los izquierdistas), sino en su propia unidad como clase, en su propia organización y en sus propias fuerzas. No es llevando a los compañeros a nuevas derrotas a través de métodos de falsa radicalidad, sino sacando las lecciones de cada derrota y extendiendo esa experiencia hacia el resto del proletariado como se avanza  en cada nuevo combate… Nosotros no nos creemos ese cuento del ‘pueblo’ que usan las facciones de la burguesía para su beneficio, ni el que reza que ‘todas las luchas son válidas’. Si así lo fuera, daría lo mismo aliarse con la burguesía que no hacerlo, sería lo mismo ‘tratar de convencer’ al capital y al Estado que combatirlo.

Compartimos plenamente las ideas de los compañeros que expresan la necesidad de conocer y defender los verdaderos métodos de la lucha proletaria. Reapropiarnos de las enseñanzas de las luchas pasadas y sacar las lecciones de cada combate es una tarea indispensable para avanzar paso a paso, pero firmemente a la conquista de la tarea histórica de la clase trabajadora: la revolución comunista.

Héctor/diciembre-2006



[1] [20] https://www.alasbarricadas.org/forums/ [21]

[2] [22]  “Solidaridad directa con l@s oprid@s y explotad@s del mundo”, México, Planeta Tierra, 16 de noviembre 2006, insurrección_acrata@ yahoo.com.

Situación nacional: 

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  • Lucha de clases [4]

Vida de la CCI: 

  • Intervenciones [23]

Revolución Mundial nº 99 julio- agosto 2007

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¡A detener la “ley del ISSSTE” y los aumentos de precios!

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La clase dominante insiste en sus declaraciones que la crisis económica está en declive y hace aparecer a sus políticas restrictivas como la medicina que ha remediado los males del capitalismo, pero esas medidas aunque son feroces ataques de la burguesía en contra de los trabajadores no han logrado hacer salir del atolladero económico en que se encuentra el sistema. Las últimas tres décadas los ataques en contra de los trabajadores han tomado dimensiones superiores, haciendo caer dramáticamente sus condiciones de vida; no sólo se han acelerado los ritmos de trabajo alegando el necesario cambio de la “cultura laboral” y la “flexibilización del trabajo”, también se han afectado de forma directa los salarios, lo mismo recortándolos mediante “topes o congelamientos saláriales”, o de manera indirecta, incrementando los precios a las mercancías consumidas para su subsistencia, o bien, eliminado los servicios que forman parte del salario, como los de educación, las prestaciones médicas, de pensión y jubilación. Por ello, la actual “ley del ISSSTE” aunque es presentada como una respuesta a los cambios en el comportamiento de la población, es en realidad un mecanismo para abaratar el valor de la fuerza de trabajo dado que es una medida mediante la cual se prolongan los años de labor, se reducen los ingresos recibidos durante la jubilación y se eliminan algunos servicios médicos, lo que a fin de cuentas significa una elevación de los niveles de explotación.

Estas medidas no son usadas solamente en México, ni son implementadas sólo por gobiernos de derecha. En todos los países encontramos la aplicación de estas medidas, defendidas lo mismo por gobiernos de derecha o de izquierda. La misma “ley del ISSSTE”, presentada como un acuerdo entre el PAN y el PRI, estaba contemplada en los propósitos de gobierno del candidato de la izquierda del capital (PRD). López Obrador, en su “6º compromiso” propone: “...revisaremos la edad de jubilación...” y en la justificación de su argumento reivindica el sistema de las AFORES, tan sólo le añade que “...debe evitarse la especulación financiera y asegurar (...) su aplicación para el desarrollo del país...”. De manera que para el PRD (y demás grupúsculos izquierdas de todo pelaje, que aún cuando se presentan como críticos del PRD y Obrador no hacen sino complementar su trabajo de sabotaje) el problema está en quien manejará los fondos de pensión y no en la afectación en las condiciones de vida en los asalariados.

Desde mediados del mes de marzo el descontento de los trabajadores ante la “ley del ISSSTE” se ha expresado y ha despertado la combatividad, lo que no ha dejado de alertar a la burguesía, que responde con una campaña en radio y TV, confundiendo y desprestigiando a los trabajadores descontentos, pero sobre todo, ha alertado a su aparato sindical, para que impida las movilizaciones de los trabajadores.

 

Izquierda y sindicatos sabotean la combatividad de los trabajadores

El descontento extendido entre los trabajadores ante la imposición de la ley del ISSSTE, ha ido acompañado de una gran desconfianza hacia la estructura sindical, por ejemplo, en algunos lugares de trabajo, como los CCH y algunas facultades de la UNAM, se han visto incipientes expresiones de rechazo al control sindical, sin embargo la burguesía se ha cuidado bien de que estas expresiones queden aisladas para no generar “contagio” en el resto de asalariados. Incluso, la misma desconfianza expresada por los trabajadores hacia el sindicato ha sido aprovechada por la burguesía para extender su trampa, en tanto que, en una operación de repartición del trabajo, lanza a la vieja y desgastada dirección sindical cubriendo el escenario social con discursos y llamados a la desmovilización, intentando que dócilmente los trabajadores se sometan a los lineamientos de la nueva ley (como es el caso de la actuación del SNTE y los diversos sindicatos de las secretarías de Estado y hospitales, aglutinados en la FSTSE), es obvio que con esa actuación logra imponer la apatía y desmovilización en un importante sector de trabajadores, pero al mismo tiempo da lugar a que en una parte mayoritaria de trabajadores crezca la desconfianza hacia el sindicato, lo cual es aprovechando por la burguesía para lanzar a su relevo saboteador, es decir, a las estructuras sindicales “nuevas”, “independientes” o de “base” (como la CNTE, o los grupos “opositores” inscritos en los sindicatos), que con una pretendida vocación combativa critican a la vieja estructura “charra” y llaman a la movilización, pero siempre cuidadosos de mantener el control, evitando que los trabajadores reflexionen en colectivo y se organicen, desviando el coraje por el golpeo a sus condiciones de vida hacia la trampa de la “democratización del sindicato”.

La estructura sindical vieja y nueva se encargan de evitar que los trabajadores discutan y extiendan su reflexión, y la mejor forma para aparentar combatividad es imponiendo movilizaciones de desgaste, aún cuando casi siempre los trabajadores asisten sólo para ser anotados en los listados del sindicato y no recibir represalias de esa misma estructura que se dice los representa.

Así, en este proceso iniciado en los primeros meses de este año, inicialmente el sindicato busca crear esperanzas de detener la ley mediante amparos jurídicos, y luego complementa su trabajo de desgaste imponiendo largas caminatas o cierres de calles y autopistas, que suelen culminar en estériles enfrentamientos con la policía, dando así la noticia que cubrirá las planas de la prensa burguesa, pero de ninguna forma ayudará al fortalecimiento de la conciencia y la creación de lazos solidarios de clase...

En todas estas actividades realizadas desde el mes de marzo (desde los paros hasta el “plantón” frente a las oficinas del ISSSTE) aunque han motivado momentos de explosión de verdadera combatividad, no han potenciado las fuerzas de los trabajadores, fundamentalmente porque no han sido resultado de una discusión colectiva; el mismo Consejo Nacional de Huelga, fue una construcción de la estructura sindical, en la que el grueso de los trabajadores se mantienen ajenos, es por eso un simple membrete sin vida proletaria, pero muy útil para extender la confusión. Las Asambleas Generales en las que los trabajadores puedan expresarse, reflexionar, planear y controlar sus movilizaciones han tenido lugar apenas de forma esporádica, y la razón de ello es el temor que imponen... la burguesía no duda en sabotearlas e imponer remedos de asambleas en las que el sindicato impone las decisiones.

Es cierto que un importante número de trabajadores de forma honesta buscan alternativas en la estructura sindical y en las movilizaciones que ésta convoca, eso expresa sin duda el descontento presente entre los trabajadores y la disposición al combate. El mismo “plantón” de la CNTE, aún cuando es una forma con la que se evita que los trabajadores discutan y reflexionen, es visto por muchos explotados como una expresión de lucha y se acercan por ello para apoyar con alimentos o simplemente lo ven con simpatía, pero ese descontento, esa fuerza de los trabajadores postrados en las calles, así como las expresiones de solidaridad que pueden despertar son esterilizadas en tanto no desembocan en un impulso de la conciencia y de la combatividad y mucho menos en una extensión de la movilización, son pues medidas implementadas por el sindicato para desgastar, aislar a los trabajadores.

La otra arista de esta trampa es la orquestada desde el PRD-CND, que, por un lado pretende desviar el descontento hacia la defensa la nación (es decir del petróleo, la electricidad y la economía nacional en general), lo cual lo acompaña con la consigna de la renuncia de Felipe Calderón, con ambas consignas se busca colocar a los trabajadores tras banderas ajenas a sus intereses de clase. Pero al mismo tiempo que busca usar a los trabajadores como carne de cañón, prepara la forma de hacer pasar la “ley del ISSSTE” al presentar una “ley alternativa” en la que pasen el grueso de las medidas y se pospongan las más severas.

Ante el cúmulo de trampas que la burguesía viene implementando, los trabajadores no tienen más salida que el impulso de la discusión y la reflexión colectiva que les permita tomar en manos su lucha.

 

Para luchar contra la “ley del ISSSTE” hay luchar contra la maniobra sindical

Si hasta ahora la trampa sindical ha podido ganar terreno no significa que los trabajadores estén derrotados, es fundamental hacer el balance de las movilizaciones y reconocer la actuación tramposa y saboteadora del sindicato y del aparato de izquierda del capital (en el que lo mismo se encuentra el PRD-CND, que las agrupaciones izquierdistas de corte estalinista como el PCMml, o los trotskistas como El Militante), pero sobre todo es necesario que los trabajadores no esperen la convocatoria del sindicato, es preciso que se organicen por encima (e incluso en contra) de este, llamando a Asambleas Generales masivas y abiertas, en las que cualquier trabajador (sin importar la empresa o sector al que pertenezca, e incluso si es desempleado) pueda expresarse, reflexionar en colectivo y organizar la lucha. Si el sindicato quiere que mantener pasivas y aisladas a las masas de trabajadores en plantones y paros, los trabajadores deben de impulsar brigadas de información hacia los diferentes lugares de trabajo, es decir secretarías, hospitales y escuelas, pero también a las fabricas y demás sitios que incluso no estén inscritos en el ISSSTE, se tiene que explicar que la agresión es contra todos los asalariados y que la única forma de pararla es con la lucha de todos los trabajadores.

RM/14-junio-2007

 

Situación nacional: 

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Narcotraficantes y militares un mismo bando en las pugnas interburguesas

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La fractura de la burguesía en la región es de tal magnitud que no deja de notarse en todos sus estructuras. Al interno de los partidos es posible ver la multiplicación de pugnas: en el PRI ya no sólo es el pleito de los años 80 y 90 entre los “modernizadores” y los “dinosaurios”, ahora, el ensanchamiento de los conflictos multiplica los grupos en oposición y los escenarios de confrontación. En el PRD las cotidianas luchas entre las “tribus” revelan las dificultades de la burguesía por mantener cohesionado su aparato de izquierda. Las declaraciones encontradas de Calderón con Fox, así como rechiflas hacia Espino, presidente del PAN, hacen ver que también este partido es escenario de confrontaciones de las diversas fuerzas burguesas.

Esta división, que se ensanchó en las elecciones y complicó para la burguesía la decisión para designar a su equipo de gobierno, no ha disminuido, por el contrario se acrecienta cada día más, ampliando los campos de batalla, así, hemos visto que sectores a los que la burguesía procuraba mantener alejados de la disputa toman presencia, a saber: clero, narcotraficantes y ejército.

En los últimos meses se ha visto participar activamente a los militares en el intento por reordenar el mercado de drogas, estas acciones han sido acompañadas de una campaña publicitaria con la que tratan de limpiar su imagen, que, si ya eran reconocidos como una institución criminal [1], su desprestigio ha crecido por el asesinato, sin motivo, que una patrulla militar ha hecho de una familia, así como las violaciones de mujeres que han realizado en Coahuila, Michoacán y Veracruz (en este caso la víctima, que era una anciana, murió por la agresión)... por estos acontecimientos, consideramos necesario dar algunos elementos sobre lo que sucede alrededor de este sector.

 

Ejército y narcotráfico en una disputa temporal

Al tomar el gobierno Calderón lo hace con la oposición de diversas fracciones de la burguesía (ni aún al interno de su partido encuentra apoyo unánime), lo que lo obliga a buscar aliados y apoyos, que si no le permiten imponer disciplina en su clase, por lo menos le otorga una postura de fuerza. Ese es el motivo que ha llevado a Calderón a otorgarle atención mayor a los militares. Se han escuchado argumentos de que este sector (primordial para la burguesía) expresaba desacuerdos con el trato que se le venía dando al sacar a la luz el papel que jugó en la guerra contra la guerrilla de los 70 y 80, haciéndose público (algo sabido ya, aunque no reconocido oficialmente) que los campos militares eran centros de reclusión y tortura. El conjunto de la burguesía se ha preocupado por resanar la fachada de los militares, de manera que se le ha exculpado de su participación en la masacre estudiantil del 68, y se disculpa su papel de torturadores, señalando que no fue la institución sino los individuos... En ese proceso de limpieza del “honor” de la soldadesca crecen las presiones entre los grupos que comercian con la droga, disputándose las regiones y el apoyo de las autoridades civiles y militares.

Es conocida la incorporación de las mafias criminales con marinos y soldados, el mismo General Obregón (durante los años 20) había advertido sus debilidades al decir que “no había general que soportara un cañonazo de 50 mil pesos”. Desde la puesta en práctica de la “operación cóndor”, durante los 70, los grupos de narcotraficantes encontraron que la mejor forma para sobrevivir era buscando la protección de funcionarios de gobierno, dándose a los militares un dominio particular de esta tarea. Sólo por las presiones de la burguesía norteamericana es que se ha conocido la participación de los militares en estas estructuras mafiosas. Recuérdese que el avión “Aravá”, perteneciente a la SEDENA, en los 70 fue usado para trasladar a guerrilleros y lanzarlos (estando aún vivos) al mar y posteriormente (1979), ese mismo avión es ubicado por la policía norteamericana como medio de transporte de droga.

La división de la burguesía ha hecho que los diferentes grupos busquen la forma de hacer el trabajo difícil de sus oponentes, de forma que la alianza con las pandillas del narcotráfico que permitía llevar de forma ordenada el comercio de la droga se ha dificultado, haciendo que la mafia busque crear su propio ejército permanente con desertores de los núcleos de elite del ejército (como lo ha hecho el “cártel del golfo” al crear su grupo los “Z”, sostenido con miembros del GAFES y “kaibiles” del ejército guatemalteco), y que no respeten los territorios de sus competidores, creando un caos en el que las rupturas y las alianzas se presentan de forma muy rápida[2].

En este caos, que convierte al país en un verdadero campo de batalla, la actuación del ejército toma un aspecto relevante, en tanto que le permite, por un lado, asegurar un papel privilegiado dentro del grupo de la burguesía en el poder, y por otro le abre el paso para rehacer sus alianzas financieras y políticas con el narcotráfico, que posibilite poner orden. De no lograrlo se puede ganar el disgusto del Tío Sam, y presionar para repetir el esquema del “Plan Colombia” con el que los núcleos de la burguesía de la región pueden perder movilidad política y cuotas económicas en el control del negocio de la droga.

De manera que el proceso de militarización que se sigue no es un asunto propio de la derecha, es una dinámica a laque ha sido arrastrada la burguesía para buscar ordenar su vida política, no es de extrañar que esa misma estrategia estuviera contemplada por el PRD, que en voz de Obrador ofrecía “dar mayor facultades al Ejército mexicano para combatir al narcotráfico.” (Proceso, 3-02-2007).

No es posible perder de vista que esta militarización aunque es producto de la pugna presente al interno de la burguesía, y servirá a uno de estos sectores, es aprovechada también para brindar un servicio al conjunto de la clase dominante (y en ello todos los sectores están de acuerdo): crear un ambiente de terror, manteniendo el patrullaje de los militares como una amenaza hacia los trabajadores, después de todo, el ejército aunque su tropa es formada con campesinos y artesanos depauperados, así como de jóvenes desempleados (y desesperados), al ser reclutados, son usados como un cuerpo represivo que sirve fielmente a la burguesía, y en tanto no reconozcan la función a la que son sometidos, están condenados a ser simple carne de cañón y sujetos desclasados que en una ceguera política total cumplen al pie de la letra los designios de sus amos.

Tatlin/19-junio-07

Notas:

1. La burguesía trata de presentar a los militares como héroes, sobre todo por la aplicación de los planes de rescate ante desastres (DN-III), sin embargo quien puede olvidar que en los sismos de 1985, era el ejército quien impedía el rescate de las obreras textiles dado que lo prioritario era proteger las cajas fuertes y la maquinaria.

2. Los diferentes cárteles de la droga se han dividido por el momento en dos bandos: cárteles del golfo, de Juárez y de Tijuana, en oposición a la unión de los cárteles de Sinaloa, del “Milenio” y desertores del de Juárez. Sin embargo los intereses encontrados hace que estas alianzas se modifiquen continuamente.

Situación nacional: 

  • Mexico [3]
  • Conflictos interburgueses [14]

Luchar tras los sindicatos es una derrota segura

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En los últimos meses hemos conocido la movilización de trabajadores del sector público, entre los que destaca el magisterio, a propósito del duro ataque a sus condiciones de vida. Ataques disfrazados de “reforma a la ley del ISSSTE” que son en realidad un nuevo golpe masivo contra el proletariado. El Estado tiende cada vez más a eliminar toda seguridad social, condenando a los trabajadores y sus hijos a la miseria.

En medio de esta situación hemos visto desarrollarse reacciones de indignación entre el magisterio, hemos visto manifestaciones y verdaderos intentos por oponerse a estos ataques, todo ello constituye una expresión de voluntad para luchar, testimonio también de un profundo descontento y una combatividad que empieza a desplegarse en medio de confusiones sobre los medios para luchar.

Los sindicatos son enemigos del proletariado

Los sindicatos nacieron en el siglo XIX y eran auténticas armas del proletariado para arrancarle al capital mejoras a sus condiciones de vida. Esta situación correspondía a un momento histórico en que el capitalismo era un sistema en pleno ascenso y las condiciones objetivas para la revolución comunista aún estaban presentes. Aún había condiciones para que el capitalismo otorgara reformas y, por otro lado, era posible la existencia de organizaciones de masa permanentes. Sin embargo, la entrada del siglo XX anunciaba la conquista del mercado mundial por parte del capitalismo y con ello, sus contradicciones se agudizarían al grado de arrastrar a la humanidad a destrucciones brutales (como la Primer Guerra Mundial) amenazando incluso a la humanidad con someterla a un proceso de aniquilación. Así, como hemos señalado “el margen de maniobra que poseían los capitales nacionales y que permitía al proletariado llevar una lucha dentro de la sociedad burguesa por la obtención de reformas, queda reducido a la nada...”. (Los Sindicatos contra la clase obrera). De manera que el Estado “representativo” se convierte en un Estado totalitario, que da forma al capitalismo de Estado, en el que los trabajadores ya no tienen en frente a un patrón individual y aislado, sino a un Estado burgués que coordina, defiende y centraliza los intereses de cada capital nacional. El Estado absorbe todas las esferas de la vida social, integra en su seno a todas las expresiones organizadas para controlarlas, “en estas condiciones, toda organización sindical, forzada por la naturaleza misma de su función a buscar la legalidad, sufre de manera permanente un presión que tiende a transformarla en correa de transmisión del Estado, por el único juego del respeto a las leyes capitalistas cuya aceptación tiene que imponer por tanto a los trabajadores.” (Ídem)

De manera que los sindicatos ya no pertenecen más al proletariado. Su existencia en la actualidad está ligada a las necesidades del Estado para controlar y contener las luchas obreras. Las “simpatías” o la adhesión a su estructura por parte de los trabajadores se deben en gran medida a su pasado. La integración de los sindicatos al Estado se confirma cada vez que los obreros deben enfrentarse a los ataques a sus condiciones de vida y de trabajo. Los sindicatos, sean del color que sean, siempre terminan saboteando los esfuerzos de toma de conciencia y desviando la combatividad de los trabajadores a callejones sin salida.

Los sindicatos en acción saboteadora

Desde que empezaron las muestras de descontento y las acciones de protesta contra el enorme ataque que constituya la “reforma a la ley del ISSSTE”, hubo una estrategia del Estado sustentada en el sabotaje sindical. La burguesía repartió su trabajo de sabotaje: el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) hizo “labor de información” que en realidad eran reuniones donde se ocultaba el centro del ataque y se minimizaba su impacto, estas eran las primeras medidas preventivas. En un segundo plano aparece la Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE), versión “radical” del primero. La CNTE empieza a “organizar la protesta”, propone calendarios de marchas, organiza un plantón en la Ciudad de México, propone una “consulta cívico nacional” y sus planes abarcan una agenda que va hasta el mes de diciembre ¡un año de “jornadas de acción!.

Todo el descontento ha sido encajonado y controlado por los sindicatos. Nada nuevo, los sindicatos hacen siempre lo mismo, protegen los intereses de los capitalistas y nos piden siempre sacrificios para salvar la “empresa o la economía nacional”. Esa misma estrategia fue la que llevó a cabo el sindicato del IMSS en 2005 cuando se impuso el cambio al sistema de pensión y jubilación. Y ante las demandas de los trabajadores de la educación en Oaxaca (en 2006) por salarios, fue sometido por la labor del sindicato en la petición de la democratización del Estado y salida del gobernador...

Luchar pero no con los sindicatos

El proletariado no tiene elección, debe luchar para enfrentar los ataques. Si hoy aceptamos estos ataques mañana no podremos rechazar los que vendrán. Luchar es la única forma de resistir que conducirá al proletariado a la comprensión de que no se trata de una simple cuestión de “legislación” o de gestión “buena o mala” sino de la quiebra misma de un sistema que debe desaparecer de la faz de la tierra para que la humanidad pueda continuar con su devenir histórico.

Algunas lecciones a sacar para luchar son:

- para poder imponer una relación de fuerza capaz de hacer retroceder los planes de la burguesía debemos combatir el aislamiento. Los ataques son contra toda la clase obrera, todos debemos responder! La “reforma a la ley del ISSSTE” no afecta sólo a los maestros, es un ataque contra el conjunto del proletariado.

- las asambleas generales, no los auditorios pasivos y en manos de los sindicatos, son el medio a buscar para tomar decisiones colectivamente. Son las asambleas generales las que deben de decidir a dónde extender las luchas, qué negociar, cómo y cuándo. Estas asambleas generales deben tomar las decisiones de cómo luchar. En particular, toda lucha debe plantearse como primera medida la busca de la solidaridad de otros sectores, no la solidaridad financiera de los sindicatos, sino la solidaridad activa que consiste en ir al combate juntos.

- la “huelga general” es una mascarada montada por los sindicatos. Fijar el día de “huelga nacional” es poner un día de protesta bajo el pleno control de los sindicatos. Por ejemplo, los sindicatos de maestros ya tienen su “Comité nacional de huelga” sin que aún haya una huelga general y asambleas masivas. El sindicato de la UNAM intentando asegurar el control pretende autoproclamarse como Comité de Huelga...

Cuando una parte de la clase obrera es atacada, corresponde al conjunto una reacción. Es un principio de solidaridad básico para el proletariado, no dejar aislado a un sector de ella misma es vital para asumirse como clase. Entrar en lucha y combatir las barreras corporativistas se vuelve una reacción solidaria fundamental. Es en esta experiencia como la clase debe construir su confianza y su capacidad para entablar un combate por imponer una relación de fuerzas a su favor y para que cada sector se conciba como una parte de una misma clase, de una misma fuerza social portadora de la perspectiva de subversión del actual orden social de explotación y miseria.

Marsán. 21-06-07

Situación nacional: 

  • Mexico [3]

Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • La cuestión sindical [24]

Una voz internacionalista en Filipinas

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Desde hace algún tiempo, la CCI ha estado en contacto con camaradas en Filipinas para apoyar ahí, el desarrollo de ideas y principios de la izquierda comunista, y alentar los vínculos entre los comunistas de Filipinas y el resto del movimiento internacionalista a nivel mundial (véase nuestra crítica de “Ka Popoy” Langman publicada en nuestro página Web en inglés). Las discusiones entre la CCI y los camaradas de Filipinas también han llevado a la creación del grupo “Internasyonalismo”, el cual está publicando documentos de discusión en filipino e inglés sobre diversas cuestiones teóricas, así como sobre la situación política en Filipinas y a nivel internacional. Camaradas, les animamos a visitar el sitio Web de Internasyonalismo (https://internasyonalismo.blogsome.com/ [25]), el cual contiene numerosos artículos de reflexión política y análisis de la situación actual en ingles y filipino.

Expresamos también que gracias a los esfuerzos  de los camaradas del grupo Internasyonalismo de Filipinas, hemos sido capaces publicar en nuestra página Web  en idioma filipino, algunos de nuestros textos básicos: esperamos poder publicar más textos en esta lengua en los meses que siguen.

El texto que publicamos abajo es la declaración de Internasyonalismo sobre la significación del Primero de Mayo. Tenemos un acuerdo general sobre el contenido de esta toma de posición, pero aún con mayor importancia, saludamos el espíritu resueltamente internacionalista que se está haciendo escuchar en una parte importante del proletariado del «Lejano Oriente».

 

Celebremos el 1º de mayo sobre la base del internacionalismo

Este año, por el mundo entero podemos ver numerosas organizaciones, partidos y Estados observando el Primero de Mayo, el día internacional de la clase obrera. Podemos leer y escuchar distintas declaraciones y ver movilizaciones de estas organizaciones fingiendo estar de acuerdo con el sepulturero del capitalismo.

La derecha de la burguesía —la explícitamente pro-capitalista y pro-“globalización”—, controla en su mayoría los diferentes Estados y gobiernos en diversos países, como en el pasado, diciendo repetidamente a los trabajadores que no hay otro sistema que pueda salvarlos de la miseria más que el capitalismo y la globalización; que el “enemigo” de la paz y el progreso es el terrorismo (en Filipinas el maoísta CPP-NPA-NDF, el secesionista Moro MILF y los fanáticos islámicos de Abu Sayyaf  y cosas por el estilo). La base de su llamado es defender y desarrollar la economía nacional mientras se refuerza la competitividad en el mercado mundial. ¡Ellos están obligando a los trabajadores a sacrificarse más por su burguesa madre-patria!

Sin duda alguna estos tiburones, hambrientos por las ganancias, una vez más, como lo han hecho en el pasado, prometen a los trabajadores azotados por la pobreza que “una vez que nuestra nación se desarrolle, ustedes se podrán beneficiar de ella, así que vamos a unirnos y ayudarnos unos a otros ¡por nuestro país!”.

Pero en Filipinas, como en cualquier otra parte del mundo, se desarrolla en la clase obrera de forma creciente la  desilusión de las promesas de los explotadores que reinan con el poder. Los trabajadores en Filipinas están más y más disgustados con lo que está pasando con sus condiciones de vida mientras que las distintas facciones de políticos capitalistas los gobiernan alternadamente a través de “revoluciones del poder popular” y elecciones.

La izquierda del capital —el maoísta CPP [Partido “comunista” de Filipinas] y el MLPP, el PMP “Leninista”, diferentes colores de trotskistas, anarquistas, demócratas radicales y sindicalistas, nacionalistas “anti-imperialistas” y demás— usando diferentes términos contra el “capitalismo” y contra la globalización están, en el fondo, unidos para encerrar a los trabajadores en el marco del desarrollo nacional (es decir, del capitalismo nacional), con vocablos que suenen a “música” para los oídos del proletariado filipino: democracia y nacionalismo. Gritan radicales y “revolucionarias” consignas para “derrotar” al sistema putrefacto, pero en realidad es solamente a la fracción de la burguesía en el poder a la que quieren remover, mientras ayudan a la otra fracción para que reemplace a la primera y para movilizarlos por la democracia, lo cual en esencia significa dar a los trabajadores la ilusión de que ¡el sistema capitalista sirve mientras esté en manos del “pueblo”! Engañosamente, explican a los trabajadores que la “dominación extranjera” es la raíz de la pobreza y que arrancando esa “causa” mediante la liberación del país del “imperialismo”, el capitalismo se va a desarrollar. De esta forma, los maoístas podrán decir: ¡la “democracia del pueblo” o la “democracia directa” se convertirá en una realidad!

Aunque el PMP “Leninista” y los trotskistas fingen estar por el derrocamiento del Estado capitalista y con el socialismo, no son distintos de los demócratas que van sembrando ilusiones en que para la clase [trabajadora], “la democracia es un camino necesario para llegar al socialismo”. Mientras tanto, los anarquistas que aborrecen todo tipo de “autoridad”, utilizan la “democracia directa” como su consigna para engañar a la clase explotada sobre la creación y extensión de “comunidades modelo” en las localidades.

 

No hay diferencia básica entre el ala derecha e izquierda del capital respecto al fundamento de sus puntos de vista —defender la economía nacional y la democracia—, ya sea utilizando consignas conservadoras o radicales; abiertamente contra el socialismo el comunismo unas o defendiéndolo sólo de palabra las otras. Entre ellas se ayudan mutuamente para encadenar a los trabajadores filipinos en particular y al proletariado mundial en general, en la mistificación de la democracia y el nacionalismo.

 

La naturaleza del proletariado y de sus luchas

 

El Primero de Mayo es el día internacional de la clase trabajadora. Es prioritario que este día pongamos en claro la naturaleza del proletariado como una clase, la cual por décadas, tanto la derecha como la izquierda de la burguesía han intentado ocultar y deformar  con mistificaciones. Y estas mistificaciones, gracias a la izquierda, dominaron la conciencia del proletariado filipino por casi un siglo.

Los trabajadores no tienen país, ni patria que defender y desarrollar. El proletariado es una clase internacional. Los trabajadores alrededor del mundo, dondequiera que vivan y trabajen, tienen los mismos intereses. Tienen un mismo enemigo —toda la clase de los capitalistas—. Los intereses de los trabajadores no están sujetos a los intereses de ningún país. Por el contrario, sus intereses se convertirán en una realidad si todas las fronteras nacionales son destruidas. El socialismo y el comunismo serán realizados a escala mundial y no en un país o grupo de países.

El internacionalismo es uno de los pilares del verdadero movimiento proletario. El otro, es su movimiento independiente. Independiente de las otras clases, especialmente, de todas las facciones de la clase capitalista. Estas son las diferencias básicas entre el auténtico movimiento proletario y el ala izquierda del capital bajo el capitalismo decadente.

Dado que el proletariado es una clase internacional, sus luchas deben tener también un carácter internacional para triunfar. Es en el marco del avance de la revolución mundial en el que las luchas de todas las fracciones del proletariado deben estar basadas. Es en este contexto en el que se puede comprender que la “lucha por el nacionalismo y la democracia”  bajo la actual época histórica de la decadencia del capitalismo es anti-proletaria y hace descarrilar sus luchas. En la  decadencia del capitalismo, todas las tácticas de apoyo a: la “liberación nacional y la democracia”, la lucha por reformas, “el sindicalismo revolucionario y el parlamentarismo” y por el “frente único”; son todas tácticas contrarrevolucionarias.

 

El Primero de Mayo de 2007 en Filipinas

Básicamente no hay distinción, en esencia, de la “celebración” en Filipinas con el resto del mundo -dominada y controlada por la izquierda del capital-. Los izquierdistas filipinos utilizaron el Primero de Mayo como vehículo de propaganda para su oportunismo electoral, “abogando” por los intereses de la clase y obligándolos a hacer parte en el brutal y fraudulento circo electoral de las diferentes facciones de la clase capitalista. Pero con el lento surgimiento de los revolucionarios en Filipinas, quienes comienzan a re-evaluar su práctica sobre la base del internacionalismo proletario y el movimiento independiente de la clase obrera; quienes han comenzado en la clarificación teórica, podemos decir que de hecho ¡hay algo que celebrar el 1º de mayo de este año!

 

La re-evaluación de un pequeño grupo de comunistas en Filipinas sobre su práctica, es parte del desarrollo que hay en marcha en la conciencia comunista internacionalista en muchas partes del mundo desde fines de los años 60. La conferencia internacional sobre el marxismo revolucionario en Corea a fines de 2006, fue una lúcida manifestación de que incluso en países donde los trabajos de los comunistas de izquierda aún no habían sido leídos y estudiados por casi 100 años, ahora existen revolucionarios y trabajadores que, con sus propias experiencias sobre la decadencia del capitalismo y de la bancarrota de los viejos conceptos y tácticas heredadas de diversas organizaciones izquierdistas, están reflexionando sobre sus viejas teorías, que los 50 años de contrarrevolución las habían hecho parecer como “invariables”.

Aunque la clase obrera en Filipinas, cada vez más desilusionada de este sistema putrefacto está todavía bajo la mistificación de los dogmas de la izquierda en bancarrota, tenemos una gran confianza en que pronto, como parte de una clase internacional y con su propia experiencia, elevará su consciencia colectiva y construirá sus propias organizaciones como parte de los esfuerzos en todo el mundo por construir un partido comunista internacional en el futuro.

 

¡LOS TRABAJADORES NO TIENEN PATRIA!

 

¡PROLETARIOS DEL MUNDO, UNÍOS!

 

INTERNASYONALISMO,

1º de mayo de 2007.

Vida de la CCI: 

  • Correspondencia con otros grupos [26]

90 años de las “jornadas de julio” de 1917

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Hace 90 años se produjo uno de los acontecimientos más significativos de la revolución rusa y de la historia del movimiento obrero en general: el 3 de julio de 1917 los obreros y los soldados de Petrogrado se sublevaron de manera masiva y espontánea reivindicando “la consigna de las masas: todo el poder a los soviets” (Trosky); al siguiente día, miles de manifestantes exigían al soviet de la ciudad que tomara el poder, para luego volver a casa atendiendo las orientaciones de los bolcheviques; a continuación, el 5 de julio, las tropas contrarrevolucionarias se apoderaron de la capital del país desatando una bestial represión antibolchevique y contra los obreros más concientes y combativos.

Este enfrentamiento de tan sólo tres días de duración representa una de las batallas históricas más importantes que han librado la burguesía y el proletariado, un enfrentamiento que se saldó con una derrota parcial y momentánea de este último; un episodio que forma parte de un periodo de luchas del proletariado contra la primera guerra imperialista mundial que estalló en 1914. Es la aceleración de la lucha de la clase que ya había producido en febrero del mismo año un alzamiento revolucionario y que provocó la sustitución del Zar por un gobierno provisional “democrático burgués” y el inmediato establecimiento de los consejos obreros como centro de poder dual. Un combate que no había cesado después sino que se acentuaba contra la continuación de la guerra imperialista ahora legitimada por los demócratas pequeñoburgueses, los mencheviques y los socialrevolucionarios (eseristas) quienes, de febrero a julio, buscaban justificar el asesinato o mutilación de millones de soldados y jóvenes de la clase obrera, “para conseguir de una vez por todas una paz justa y sin anexiones”. Pero esta jornada de combate llevado a cabo por el proletariado ruso, no son simples anécdotas, son experiencias de las que es preciso recobrar las lecciones, en particular reconocer la capacidad de la clase obrera para organizarse de manera autónoma, resaltando el papel que jugaron los soviets y el Partido Bolchevique, estos últimos, haciendo una lectura firme de los sucesos, asumen una actitud que los hace ser poco “populares”, en tanto que ante el empuje de las masas a tomar el poder ellos llaman a no hacerlo en ese momento.

 

La provocación de la burguesía y la actuación firme de los bolcheviques

Los bolcheviques estaban claros que de intentar la toma del poder en julio del 17, se aseguraba una derrota, primero porque si es cierto que las masas obreras reclamaban la toma del poder para el soviet de la capital, éste tenía una influencia mayoritaria de los mencheviques y eseristas, pero además porque la misma clase dominante va preparando trampas[1] [27] para adelantar la revolución, provocando una revuelta prematura en Petrogrado, calculando que sería fácil devastar en la ciudad a la clase obrera y a su vanguardia para luego culpar del fracaso de la ofensiva militar al sabotaje del proletariado y los bolcheviques de la capital contra los que peleaban en el frente. para que las masas obreras se insurreccionaran en un momento no propicio.

Para esta sucia labor contaba con los mencheviques y eseristas quienes gozaban aún de una gran influencia dentro de los soviets tanto en Petrogrado como en provincia; además, aún si contaba con la radicalización de los soldados, todavía existía una cantidad considerable de regimientos leales al gobierno provisional. Pero además como complemento de esto, está la campaña de desprestigio de los bolcheviques y Lenin a quienes acusarán de ser agentes del gobierno alemán.

 

El papel indispensable del partido comunista

El cálculo era frío y perverso, si los bolcheviques mordían el anzuelo secundando a las masas en sus afanes de tomar el poder en ese momento, se desprestigiarían ante el conjunto de su clase como un partido de aventureros, pues, parafraseando a Trosky, no hubieran podido mantener el poder debido a que esta cuestión no hubiera podido ser resuelta en Petrogrado dado que los obreros de provincia estaban retrasados con relación al movimiento de la capital, los del frente no hubieran comprendido ni aceptado la revolución, los campesinos tenían muchas ilusiones con respecto a los social revolucionarios que estaban en pleno proceso de tránsito hacia el terreno de la burguesía, los medios de comunicación estratégicos se hubieran puesto al servicio de los conciliadores contra los bolcheviques, Petrogrado se hubiera visto bloqueado y se hubiera iniciado ahí la desmoralización poniendo inermes a los obreros frente a la soldadesca… en suma, una osadía prematura que se hubiera saldado con un aplastamiento sangriento y  trágico. Frente a esta colosal maniobra, el partido en lugar de lavarse “las manos en el agua de las reflexiones estratégicas”,como dijera Trosky, negándose a participar junto a su clase bajo el pretexto pedante de haber comprendido la trampa, permaneció con las masas e incluso las dirigió aunque no compartía ni sus objetivos inmediatos ni sus ilusiones, dando un revés a las pretensiones de la burguesía quien tampoco consiguió aislar al partido de las masas.

Los argumentos de los bolcheviques que ya hemos comentado se sumaban a la apreciación de que el mejor momento para una insurrección contundente sería cuando la mayoría de los trabajadores y la población se enterara del fracaso en el frente, cuando la maduración de la conciencia de la clase obrera se extendiera masivamente, lo que mostraba la comprensión científica de los bolcheviques del significado y el riesgo de los acontecimientos, como ya lo había patentizado desde la gigantesca manifestación del 18 de junio cuando advertían contra una acción prematura; entonces, el partido decidió dirigir las enormes manifestaciones del 4 de julio pero para garantizar su “carácter pacífico y organizado” dado que aún el nivel de conciencia de las masas era insuficiente; es en este momento cuando el partido comunista logra que las masas retornen a casa convencidos por los razonamientos de su partido de que el tiempo de la revolución no había llegado pero que estaba cerca.

 

“El mes de la gran calumnia” y los pogromos

Al no tener éxito con su provocación de una insurrección prematura, la burguesía desplegó otra trampa, la de calumniar mediante documentos apócrifos, a Lenin y a los bolcheviques de ser espías y estar al servicio del gobierno alemán quien les surtiría de los recursos necesarios para actuar en contra de Rusia. Una bomba que surtió el efecto de poner a los soldados que simpatizaban con los bolcheviques, e incluso a los neutrales, contra estos. Trosky catalogó a julio de 1917 como “el mes de la calumnia más gigantesca de la historia de la humanidad”, pero esta campaña difamante era apenas el anuncio para desatar una persecución.

La mañana del 5 de julio se desató la caza de los bolcheviques, se confiscaron sus recursos, se desarmaron, se culpó de terrorismo a los obreros y se incitó a los pogromos. Lenin y otros bolcheviques fueron obligados a esconderse, Trosky y varios de sus camaradas fueron arrestados. Esto obligó a los bolcheviques a trabajar en la semiclandestinidad poniendo en juego sus grandes capacidades en la defensa de la organización que impediría entonces que la burguesía desarticulara al partido y más aún lo decapitara poniendo en riesgo el triunfo de la revolución que se avecinaba.

 

Un balance muy positivo para la lucha del proletariado.

El balance de esta gesta histórica del proletariado ruso y de su vanguardia comunista actuando en su seno destaca sendas lecciones que la clase obrera debe tomar en cuenta en sus luchas actuales y futuras. El gigantesco potencial que porta la clase proletaria como la clase revolucionaria que sólo podrá ser capaz de destruir al capitalismo y de edificar la sociedad comunista si es capaz de actuar como una clase autónoma con intereses de clase bien definidos. Esta capacidad la demostró en esos tres días dramáticos durante los cuales pasó de un estado inicial de confusión e inmediatismo, acicateada sobre todo por los anarquistas y soldados quienes en realidad fueron los que incitaron a dar una respuesta a la provocación, a la posición mesurada y precavida, en espera del mejor momento del golpe, influenciada por su vanguardia bolchevique. También, se destaca el papel indispensable del partido de clase del proletariado, su liderazgo frente a las tácticas recurrentes de la burguesía de provocar enfrentamientos prematuros. En efecto, tanto su inteligencia política, pero sobre todo su confianza en la clase obrera y en el método marxista que expresan el futuro de la humanidad lo que lo capacita para evitar las tentaciones inmediatistas características de la pequeña burguesía, como también la profunda confianza del proletariado ruso en su propio partido de clase, permitió esta imbricación entre partido y clase impidiendo a la burguesía ir más lejos en sus provocaciones.

El balance que Trotsky hace de estas jornadas apunta justamente sobre esos elementos: “En los días de la revolución de febrero se puso de manifiesto toda la labor realizada anteriormente por los bolcheviques, durante muchos años, y hallaron un sitio en la lucha los obreros avanzados educados por el partido; pero no hubo aún una dirección por parte de este último. En los acontecimientos de abril, las consignas del partido pusieron de manifiesto su fuerza dinámica, pero el movimiento se desarrolló espontáneamente. En junio, se exteriorizó la inmensa influencia del partido, pero las masas entraban en acción todavía dentro del marco de una manifestación organizada oficialmente por los adversarios. Hasta julio, el partido bolchevique, impulsado por la fuerza de presión de las masas, se lanza a la calle contra todos los partidos y define el carácter fundamental del movimiento, no sólo con sus consignas, sino también con su dirección organizada. La importancia de una vanguardia compacta aparece por primera vez con toda su fuerza durante las jornadas de julio, cuando el partido evita, a un precio muy elevado, la derrota del proletariado y garantiza el porvenir de la revolución y el propio.” (Historia de la revolución rusa, tomo II).

La provocación de julio buscaba detener la maduración de la conciencia de las masas que se encontraba en proceso y en perspectiva a la revolución mundial y sus artífices no fue sólo la burguesía rusa sino la burguesía mundial y en particular las democracias aliadas en la guerra, a saber: Francia e Inglaterra.

Las jornadas de julio de 1917 aportaron en ese mismo momento un cúmulo de experiencias políticas insustituibles, en particular, posibilita que los obreros, campesinos y soldados se desprendieran de sus ilusiones que tenían en los mencheviques y eseristas que disfrazados como defensores de los intereses de los trabajadores actuaban sistemáticamente en contra de la revolución proletaria.

Emulando a los bolcheviques, los revolucionarios de hoy deben empeñarse en estudiar la naturaleza, las estrategias y las tácticas de la clase capitalista para desarrollar la capacidad de intervenir de manera eficaz en cada momento de la lucha de clases, para poder alertar a su clase contra las trampas que le tiende su clase enemiga, particularmente a través de los partidos del ala de izquierda del capital que invariablemente presentan estas trampas como grandiosas jornadas de lucha.

RR/junio-2007



[1] [28] La retirada del partido Kadete (de los capitalistas industriales y terratenientes) del gobierno provisional, la presión de la Entente sobre el gobierno provisional para que masacrara a las masas, la amenaza de trasladar al frente a los regimientos de la capital (a los soldados más proclives a la revolución).

Acontecimientos históricos: 

  • España 1936 [29]

Revolución mundial nº 97, Marzo-Abril 2007

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Bush se resiste a la reorientación de la política imperialista en Irak

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Los esfuerzos concertados de la fracción dominante de la burguesía en EUA por forzar a un reajuste de la política imperialista en Irak han encontrado una fuerte resistencia por parte del núcleo duro de los elementos leales a la administración Bush. Desde el fracaso para cambiar el equipo dominante en las elecciones del 2004, la administración ha estado bajo presión para modificar sus políticas fallidas. Esta presión fue ejercida a través de análisis de política exterior, campañas mediáticas y escándalos políticos. La administración siempre ha respondido a medias, con las suficientes concesiones para dar la apariencia de que ya viene el cambio. Los ejemplos incluyen el sacrificio de Paul Wolfowitz, diputado neoconservador secretario de defensa ampliamente acreditado por ser el arquitecto de la política de guerra en Irak, y la adopción de una política dirigida al retiro gradual de tropas en enero del 2006.

Sin embargo, en tanto que la situación en Irak empeora constantemente, en el último invierno apareció el consenso en la fracción dominante de que la situación en Irak era absolutamente un caos, un cenagal que arriesga con alcanzar los intereses globales del imperialismo americano. El ejército americano claramente se ha visto tan forzado por las guerras en Irak y Afganistán que fue incapaz de responder a amenazas en otras partes del mundo. Esta es una situación intolerable porque el ejercicio de la fuerza militar en el exterior es una absoluta necesidad para el imperialismo americano en un periodo en que su hegemonía esta bajo cambio creciente. Para empeorar las cosas, la torpeza de la administración Bush con la guerra en Irak ha despilfarrado completamente las conquistas ideológicas de la clase dominante americana que logró al manipular la popular aceptación de sus aventuras imperialistas más allá de sus fronteras después del 9 de septiembre.

Este consenso llevó en marzo pasado a la creación de una comisión bipartita, el Grupo de Estudio Iraquí, dirigido por James A. Baker, y el anterior congresista demócrata Lee Hamilton. Baker, cercano consejero y amigo de George Bush padre, Secretario de Estado bajo la primera invasión americana a Irak en 1991. Baker manejó el aspecto legal del presidente Bush para ganar la elección del año 2000 en Florida, y a veces se refieren a él como el “portero” de la familia Bush, con quien siempre se cuenta para limpiar las suciedades de la familia. Hamilton también fue coopresidente de la comisión 9/11.  Formada de manera aplastante por prominentes oficiales[1] [30] de la administración Reagan, Bush padre y Clinton, la comisión en esencia representa la continuidad del aparato permanente del estado capitalista, que vio la necesidad de forzar al equipo dominante a alterar el curso.

El trabajo inicial de esta comisión fue conducido secreta y confidencialmente, pero en el curso de la campaña electoral, sus miembros, tanto demócratas como republicanos cada vez más lo hacían en público, criticando específicamente la retórica política de la polarización de la administración, oponiendo “mantener el curso” vs “salir corriendo” , como incapaces de avanzar los intereses imperialistas nacionales. La tendencia de la administración a poner en duda el patriotismo de sus críticos burgueses fue claramente inaceptable. De hecho, los media transmitieron el mensaje, emanado de la comisión, de que esta simplista dicotomía política reflejaba una insostenible pérdida de relación con la realidad. Tan fuerte era esta presión que para principios de septiembre el presidente en realidad dejó de usar el lema “mantener el curso”. Sin embargo, Bush aún pareció aferrarse a este punto de vista. Aún continúo denunciando a los demócratas como el partido del “salir corriendo” y el contenido de su mensaje continuó enfatizando la necesidad de continuar luchando en Irak hasta lograr la victoria. Sin embargo, el grupo de estudio efectivamente puso las bases para un cambio en la política aún antes de la elección.

En Internationalism[2] [31] 140 decíamos que impedir la victoria democrática: “…incrementaría la presión por ajustes extra-electorales en la administración, incluyendo quizás la forzada renuncia del secretario de Defensa Donald Rumsfeld.”

La confirmación se dio casi inmediatamente con el anuncio de la forzada renuncia del secretario de defensa Rumsfeld y la designación de un sucesor a la 1 de la tarde un día después de la elección. Si se puede creer en los informes de los medios, una semana antes de la elección, Bush ya había pedido a Rumsfeld renunciar y decidido reemplazarlo con Robert Gates, veterano agente de seguridad nacional que trabajó como director bajo George Bush padre. Demostrando aún más gráficamente la potencial influencia del bipartidista Grupo de Estudio iraquí, debe notarse que Gates fue de hecho miembro del grupo de estudio iraquí (renunció luego de su nominación como Secretario de Defensa). Gates generalmente apoyaba la actitud cautelosa de Baker en relación a la política imperialista y las críticas a la actual actitud de la administración.

El fortalecimiento de la mistificación democrática lograda por la elección en noviembre es importante para la burguesía porque la creencia de que el sistema funciona es una precondición para la conformidad popular con lo que viene después. A pesar de la popular repulsión contra la guerra, particularmente en la clase obrera, la elección no es una victoria de la paz, sino una victoria del esfuerzo de la burguesía para preparar  la próxima guerra, para reparar el daño hecho al ejército americano, al servicio de inteligencia y el aparato político exterior por los errores de la administración Bush.

El debate real en la burguesía sobre Irak no opone halcones con palomas, sino halcones contra halcones sobre como salir mejor del cenagal y prepararse para la próxima aventura militar en el exterior. Como escribió el “pacifista” New York Times en su editorial dos días después de la elección, “La tarea más urgente de Mr. Gates, asumiendo que sea confirmado, debe ser reabrir los canales necesarios de comunicación con los servicios militares e inteligencia extranjeros sobre el terreno. Luego de escuchar lo que tienen que decir, necesita recomendar una nueva estrategia realista a Mr. Bush en lugar de la que ahora se ha demostrado fallida. Tendrá que reconstruir un ejército mal desplegado, reenfocar la transformación militar cambiando las innecesarias armas de la guerra fría por nuevas tecnologías más acordes a las actuales necesidades, y alimentar una relación más constructiva con los comités de vigilancia del congreso”.

Desde la elección, los jefes generales de personal se apresuraron para afirmar su independencia del desacreditado Rumsfeld.  Los jefes han emprendido una revaloración de la situación militar en Irak, investigando por su cuenta políticas alternativas aún antes que Gates fuera confirmado y antes de que el grupo de Estudio de Irak emitiera sus recomendaciones a mediados de diciembre. El ejército ya publicó un nuevo manual de entrenamiento que revierte uno de las más controversiales políticas de Rumsfeld estimando mínimos niveles de tropas para ocupación y operaciones de reconstrucción luego de invasiones militares, política que ha sido desastrosa en Irak.

Liberados de una obligación de seguir la línea establecida previamente por el incapacitado Rumsfeld, el General Abizaid, director del Comando Central de EU, testificó ante el Senado y la Casa de los Comités a mediados de noviembre criticando y contradiciendo las pasadas decisiones y políticas de Rumsfeld y Bush en Irak. Por ejemplo, en relación a la larga disputa entre los servicios armados y Rumsfeld sobre los necesarios niveles de tropas en Irak, Abizaid testificó que el general Eric Shinseki fue dado de baja por Rumsfeld en 2003 por criticar la doctrina de Rumsfeld de dispersar las fuerzas de ocupación empleadas e insistir en que eran necesarios más de 300 000 soldados, fue corregido en sus evaluaciones de la situación y no debía haber sido dado de baja.

Abizaid también contradijo la propaganda de la administración que por mucho tiempo insistió en que el mayor peligro en Irak no venía de Al Qaeda sino de las milicias sectarias que estaban al borde de la guerra civil. Abizaid se opuso tanto al retiro programado de tropas por el cual abogaban algunos demócratas, como al despliegue de miles de tropas más como abogaba el republicano senador John McCain. En su lugar, el pedía un cambio de política que podría cambiar el despliegue de un número significativo de tropas americanas con tareas de patrullaje y combate para entrenar a las fuerzas de seguridad irakíes.

A pesar del popular desencanto con la guerra y el amplio apoyo a la retirada, no habrá un rápido retiro militar de Irak. La administración Bush ha rechazado esencialmente las recomendaciones del grupo de estudio y parece completamente decidido a escalar la guerra en Irak. La línea dura en la administración ha aprovechado la propuesta del senador McCain de una “aumento” de tropas, con el despliegue de quizás 30 000 soldados adicionales para sofocar la resistencia en las áreas sunitas, a pesar de que los líderes militares en la Junta de Jefes y en el campo en Irak son opuestos al incremento de tropas. La oposición militar al “aumento” estima que las preocupaciones se relacionan a que esto solamente hará parecer la situación como una ocupación, aumentará el número de objetivos americanos sobre el terreno y por lo tanto el número de atentados, y a la larga debilita la capacidad militar de intervenir en cualquier otro lugar. De hecho, es irónico que cuando el ejército quería tropas adicionales en 2003, la administración Bush las rechazó y despidió al general a cargo, y ahora cuando no quieren más tropas, la administración plantea apretarles el cuello. Bush respondió anunciando un movimiento en el comando militar. Los lideres militares que se oponen a la escalada en el comando central y en el campo en Irak han sido reasignados a otros lugares, y están siendo reemplazados por oficiales que aceptan el plan de la administración.

Con toda probabilidad, a pesar de esperar alguna obstinada resistencia de algunos elementos en la administración, la fracción dominante anticipó la implementación en gran mediada de propuestas del Grupo de Estudio iraquí, incluyendo particularmente aumentar la presión sobre la burguesía iraquí para alcanzar compromisos entre sí, una especie de programación para una retirada, y un cambio al rechazo de la administración Bush realizar pláticas con Siria e Irán para acordar una Conferencia Internacional en Medio Oriente sobre el futuro de Irak que podría incluir la participación de estos dos países. En esta consideración, Baker ha puntualizado públicamente la importancia de hablar a sus “enemigos”. Esta es la única opción al alcance que podría permitir a EU liberarse del cenagal de Irak, mantener una presencia en la región, y responder a las aperturas europeas hacia Irán y Siria. Mientras Bush asigna a Gates como su nuevo secretario de defensa bajo la presión de las fuerzas externas en la burguesía, Gates parece ser la única figura del presidente capaz de reconocer la gravedad de la situación. El ajuste de la situación en Medio Oriente es crucial a los intereses del imperialismo americano, necesario para sentar las bases del imperialismo americano y ajustarse más efectivamente a los cambios en el lejano oriente y Latinoamérica.

La resistencia de la administración Bush a una corrección significativa del curso plantea graves peligros para la clase dominante. Arriesga la pérdida de disciplina política en la burguesía, debilitando la mistificación democrática y la intolerable agravación de la crisis del imperialismo americano. Esto agravará seriamente la crisis política que aflige a la clase dominante y crea una mayor presión política sobre la administración.

 

J. Grevin

Notas



[1] [32] Además de Baker y Hamilton, la comisión incluyó a la anterior jefe de la Suprema Corte de Justicia Sandra Day O´Connor, republicana designada a la corte por la administración Reagan, Lawrence Eagleburguer, anterior Secretario de Estado bajo George Bush padre; Leon Pannetta, anterior jefe de la Casa Blanca y jefe de personal de la administración Clinton; William J. Perry, anterior Secretario de Defensa durante la administración Clinton, 1994-97; Charles Robb, anterior senador democrático por Virginia y yerno de Lyndon B. Jonson. Robert Gates, anterior director de la CIA, sirvió en la comisión hasta su renuncia luego del anuncio de su nominación como Secretario de Defensa para reemplazar a Rumsfeld en noviembre. El anterior alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, republicano, sirvió brevemente en la comisión y renunció en la primavera pasada.

 

[2] [33] Publicación de la CCI en EEUU.

A 8 meses de las elecciones del 2 de julio de 2006: En el terreno electoral es la burguesía la que siempre gana

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Las promesas de construir una sociedad mejor a través de las urnas electorales se están haciendo añicos. La realidad de ataques a las condiciones de vida (ver artículo en este mismo número) nos está recordando el verdadero rostro de la democracia. Todas las promesas sobre empleo, seguridad, calidad de vida y “futuro radiante” se están disolviendo como nieve al sol. ¿Qué balance entonces de las elecciones?

 

Las elecciones son una mistificación

 

Durante el siglo XIX los obreros llegaron hasta arriesgar la vida en la lucha por conseguir el derecho a votar. En ese momento histórico el capitalismo era un sistema en plena expansión y el parlamento era un terreno donde los obreros podían aprovechar las pugnas entre fracciones de la burguesía y la aristocracia para defender sus condiciones de vida. Hoy es la misma clase dominante la que moviliza una cantidad insultante de recursos para empujar a los trabajadores a que voten; la razón es simple: las elecciones y sus parlamentos ya no representan más un terreno donde los trabajadores podrían estar representados (la izquierda aún con su lenguaje obrerista esta del lado del capital). La razón de existir del entramado electoral es la mistificación, el seguir engañando a los trabajadores con la ilusión de que diluidos en la masa de “ciudadanos” se puede mejorar el mundo.

 

El objetivo central de la burguesía en las elecciones (federales, estatales, etc.) es siempre el de empujar a los trabajadores a que abandonen el terreno de la lucha colectiva, enturbiar su conciencia de pertenencia a una clase explotada para conducirlo al dócil redil del “ciudadano” atomizado e impotente.

 

Si la burguesía gasta cantidades enormes en el circo electoral es porque a través de esta cortina de humo pretende hacernos olvidar que la situación social sigue agravándose: desempleo en aumento, miseria galopante, aumentos de precios, etc. Se empieza a vivir una situación de campaña electoral casi permanente, se acaban unas elecciones y empiezan otras, incluso los escándalos de los partidos son utilizados para “mantener viva” la flama electoral, esta situación no es un error de manejo, por parte de la burguesía, es una política perfectamente orquestada para ocultarnos la realidad de una crisis económica que no tiene salida y cuyo único destino es la agravación cada vez más dramática de sus consecuencias para los trabajadores, todo ello independientemente de que este la derecha o la izquierda en el poder.

 

Para las clases dominantes del mundo entero las elecciones son un medio muy eficaz para asegurar el mantenimiento de su poder. Ninguna elección cuestiona al capitalismo, ninguna elección se propone como fin el acabar con la dictadura del capital sobre el trabajo asalariado, ningún candidato, sea del partido que sea, se propone como programa político hacer una revolución mundial para acabar con este sistema de explotación, guerras y miseria. Y no se trata de ceguera política o de una traición de los partidos que participan en ella (como se deduce de los lamentos del EZLN), se trata simplemente de una evidencia de lo que es el rostro real de las elecciones y sus parlamentos: una institución al servicio de la burguesía donde nos venden promesas de cambio para que la explotación capitalista siga reinando.

 

 

Las elecciones están siempre al servicio del capital

 

No ha sido una casualidad si todo el aparato estatal nos saturó de la “necesidad” de votar. Los intelectuales llamaron a la “responsabilidad ciudadana”, la iglesia apeló a “ejercer con libertad” el voto, los artistas  usaron sus talentos para sumarse a las campañas de tal o cual candidato, todos los días nos decían: “¡vota, vota!”. Hay que sospechar inmediatamente de tanto interés. Nos han repetido hasta el cansancio: “¡El pueblo ganó!, ¡es un triunfo de la democracia!, ¡todos salimos ganando con elecciones pacíficas!”. ¡Cínicas mentiras de la clase dominante y sus acólitos! Los trabajadores no han ganado nada. Al contrario, han caído en la trampa, han abandonado su terreno de lucha para optar por un callejón sin salida. La clase dominante ha explotado muy bien las elecciones para atacar la conciencia obrera. En esa tarea ha sabido explotar muy bien las fuertes ilusiones que hay entre los trabajadores hacia la democracia, los partidos políticos y las elecciones.

 

La burguesía presentó las elecciones como un reto, como un momento donde habría que “decidir” el rumbo del país, incluso se atrevió a presentar los proyectos de los partidos y sus alianzas como “proyectos contrapuestos”. Hoy vemos a Felipe Calderón “realizar” postulados del programa de La Alianza por el bien de todos de López Obrador (austeridad en el sueldo de funcionarios, lucha contra la marginación, etc.).

 

No podemos dejar de denunciar a todos aquéllos que afirmaban  que el “apoyo crítico” a López Obrador iba al menos a ayudar a “clarificar la conciencia” y a pasar luego a una fase más “crítica y radical”. Pero el terreno electoral no clarifica, ata a los trabajadores a las ilusiones de “reformas” y sólo refuerza la ideología democrática. Igualmente mal parado se encuentran todos aquéllos que como Marcos “rechazaban a todos, izquierda y derecha”, sin embargo, todo ese giro radical era sólo la envoltura de su defensa de la Constitución (una nueva desde luego!) y de su exigencia de elecciones “realmente limpias”…¡el lenguaje radical no oculta su defensa descarada del capital, su sistema y sus instituciones!

 

Como decíamos más arriba, el parlamento hace mucho tiempo que dejó de ser un lugar donde se toman decisiones. Es un sitio donde se registran esas decisiones y donde los partidos se reparten tareas para hacer creer que ahí hay una “lucha de intereses”, para hacer pasar el cuento de que los trabajadores, en tanto ciudadanos, estarían ahí “representados”. Si bien es cierto que a veces hay pleitos reales en las cámaras de diputados y senadores, esos pleitos no representan la lucha entre los intereses de los trabajadores y los de la burguesía, sino son la expresión de luchas terribles entre grupos de la misma clase dominante, pugnas por interese completamente ajenos al proletariado. Es por ello que hoy podemos afirmar tajantemente que las elecciones se mantienen simplemente como un instrumento de mistificación al servicio del capitalismo, su meta es hacer creer que la democracia es el “valor supremo”, que es la expresión de la “soberanía del pueblo”. Esa “libertad” que nos ofrece la democracia se reduce a la “libertad” de elegir a un nuevo equipo de los explotadores. Las elecciones es una forma eficaz para frenar la toma de conciencia de que el capitalismo está en quiebra, siempre la burguesía trata de hacernos creer que la crisis es obra de “acaparadores”, de funcionarios “deshonestos”, ladrones, corruptos, etc. mientras los trabajadores sigamos masticando esos cuentos se aleja la posibilidad de reflexionar sobre las verdaderas causas de la miseria y la explotación.

 

Un nuevo “equipo de gobierno” que se presenta como “producto de la voluntad popular” ha empezado a trabajar en el Estado, sus promesas aún están frescas y, sin embargo; los ataques a las condiciones de vida se han acelerado mostrándonos la verdadera naturaleza de esas campañas electorales.

 

La lección más importante que los trabajadores debemos sacar a 8 meses de esas “elecciones históricas” no es la de lamentarnos o pensar que tal vez el “otro candidato” hubiera hecho algo diferente. Frente a un futuro angustiante e incierto, la respuesta no esta en el terreno de las elecciones y la democracia, es solamente en el terreno de la lucha de clases, del combate colectivo de los trabajadores, donde se puede hacer frente a los ataques crecientes a nuestras condiciones de vida. Una vez más, las elecciones muestran su naturaleza: un medio eficaz de la burguesía para domesticar al proletariado.

 

Marsan 10-02-07

 

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Marcha del 31 de enero del 2007: La burguesía divide su trabajo entre derecha e izquierda para golpear al proletariado

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El 31 de enero, a dos meses de haberse iniciado el presente sexenio, se realizó la primera gran manifestación sindical. Decenas de organizaciones sindicales, campesinas, sociales, así como de corrientes de PRD, PT, Convergencia e inclusive del PRI, llenaron el zócalo en la llamada “Marcha por la Soberanía Alimentaria, la Defensa del Salario y del Empleo”. Fueron dos movilizaciones, la primera organizada por el Frente Sindical Mexicano, la Unión Nacional de Trabajadores y el Congreso Agrario Permanente; la segunda por grupos que simpatizan con López Obrador. En esta gran manifestación las organizaciones adoptaron la rimbombante Declaración del Zócalo y llamaron a ''construir la amplia unidad social'' y establecer un ''nuevo pacto social''. Aunque fue en el Distrito Federal donde se realizó la marcha más grande y donde se dieron cita principalmente todas estas agrupaciones, se realizaron otras tantas en la mayoría de los estados del país, destacando las marchas de Morelia Michoacán con 10 mil asistentes y la de Puebla con 6 mil.

Todas estas siglas y personajes políticos pertenecen a la burguesía y tienen el objetivo común de prevenir que el descontento generalizado de la clase trabajadora producto de la multiplicación de los ataques a sus condiciones de vida que la burguesía le ha asestado en estos últimos meses derive en un crecimiento de la combatividad que busque alternativas propias por encima de los organismos políticos, sociales y sindicales de la clase capitalista; todavía más, esta estrategia tiene el propósito de impedir a toda costa que la clase proletaria logre cristalizar una conciencia, aunque sea mínima de las causas reales de su miseria y, por lo tanto, por ese medio, que logre vislumbrar la perspectiva comunista. Es en estos términos que se plantea la cuestión, contra todas aquellas fábulas de la izquierda y el izquierdismo radical de la burguesía que buscan embaucar a los trabajadores en un terreno totalmente minado.

Las organizaciones políticas y sindicales participantes en la marcha enarbolaron sobre todo su rechazo a “la carestía” y se pronunciaron por la construcción de un pacto social incluyente, que defienda la soberanía nacional, alimentaria, el empleo y el salario; es decir, otra vez los reclamos de que el capitalismo sea “más humano” y que sepa dar más migajas a los explotados. Por su parte, López Obrador señaló la necesidad de luchar por algunas cuestiones que en nada se diferencian del programa de política económica de todos los partidos de la burguesía, que pone el acento en los esfuerzos para mejorar el funcionamiento de la economía nacional, es decir, de la economía burguesa, para lograr una  mejor competitividad en el mercado internacional frente a otros estados nacionales.

 

Las trampas renovadas del PRD y el sindicato

Desde finales del 2006 (RM95) denunciamos esta estrategia del Estado que se ha venido perfeccionando al pasar de los meses hasta confeccionar, como lo hemos advertido, todo un tinglado político y sindical que no sólo está dirigido a administrar el descontento de los trabajadores por los golpes inmediatos de los últimos meses sino también y sobre todo a maniatar a estos mismos ante los ataques inminentes que ya se preparan, por ejemplo, al sistema de pensiones y de seguridad social no sólo del IMSS donde el golpe ya ha dado pasos avanzados sino del ISSSTE al cual están afiliados igualmente millones de trabajadores en activo, pensionados y jubilados.

Entre otras cosas, la izquierda del capital planea convocar a una asamblea de la convención nacional democrática (CND) que va a celebrarse en el Distrito Federal del 21 al 24 de marzo, para continuar con este tipo de acciones. Por ejemplo, ya se está hablando de un posible paro de labores nacional, el próximo 2 de mayo, durante el cual no sólo se suspendan labores sino que haya bloqueos de carreteras y otras acciones de las llamadas “radicales”, ni que decir del gran carnaval que la burguesía está impulsando para el 1º de mayo para acentuar aún más la confusión en las filas de los trabajadores. En este tenor, tienen contempladas infinidad de actividades relacionadas con el frente político sindical autollamado de “Izquierda Progresista” el cual desde mediados de diciembre del 2006 suscribió un acuerdo para “defender el patrimonio nacional”: impedir la privatización del sector energético, impulsar la reforma del Estado –en particular las reformas electorales-, impulsar reformas que favorezcan la competitividad de la economía… Es decir, fortalecer la economía burguesa.

Toda la alharaca dirigida al restablecimiento de las instituciones democráticas “refritea” los libelos de siempre, las trampas contra el proletariado para apartarlo de su reflexión de clase ante la quiebra del capitalismo buscando impedir, como ya decíamos, que el descontento generalizado ante los brutales ataques derive en el desarrollo de su combatividad lo que llevaría al estallamiento de luchas masivas y generalizadas posibilitadas por el hecho de que los ataques se han dado en esta misma escala.

Hay que recordar que la división de tareas dentro del aparato político estatal de la burguesía se está orientando a convencer a los trabajadores de que la causa de su miseria se debe a que el gobierno es de derecha y que por tanto deberán acercarse a los partidos y las organizaciones de izquierda, un engaño descomunal que busca una vez más maniatarlos de pies y manos para hacer pasar los ataques económicos que necesita la burguesía para mantener sus ganancias. Efectivamente. Qué mejor embaucador que aquellos que se dicen defender a los obreros y dispuestos a “luchar” a su lado. No por nada, este tipo de organismos y partidos jamás dejan abandonado el terreno social donde saben que irán los trabajadores desilusionados por las promesas incumplidas de los partidos en las campañas electorales.

En adelante, los trabajadores tendrán que redoblar su esfuerzo para tratar de clarificar sobre las motivaciones de la burguesía (partidos, organizaciones, sindicatos…) para organizar este tipo de eventos donde la organización, el control y del mismo y las resoluciones para el futuro están siempre en las manos de su enemigo de clase. Luego, hay que tener en cuenta que la avalancha de pretendidas demandas sociales que la burguesía amontona sin cesar enfrente de los obreros no son sino distractores que les impiden identificarse como clase y, por tanto, que les obstaculizan tomar el control de su propia lucha de clase.

RR/febrero del 2007

Situación nacional: 

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Correo del lector: Algunos elementos sobre la homosexualidad

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Hemos recibido correspondencia de un lector (GR) que nos indica que en RM 92, en el artículo “Ejemplar lucha de la joven generación en Francia y el fiasco zapatista en México”, escrita por el simpatizante B, se dice: “el aparato izquierdista de la burguesía fracciona al proletariado en una pléyade de actores sin porvenir: sindicatos, ecologistas, homosexuales, indígenas…” lo cual, señala, podría leerse: “los homosexuales no tienen porvenir”. Ni el camarada B (hemos hablado ya con él sobre esta frase), ni nosotros tenemos una actitud de desprecio a los homosexuales (no ha sido esa la postura de los comunistas[1] [36]) es otro aspecto lo que se intentó decir, y la misma correspondencia de GR nos permitirá esclarecerlo.

Antes de abordarlo, señalemos otros elementos que plantea el compañero GR. Nos dice: “la extrema derecha internacional ha enderezado todas sus baterías contra la comunidad lesbico-gay-transgénero. Durante el nazismo, también los homosexuales fueron víctimas del Holocausto…” Aunque reconoce que este desprecio a la homosexualidad no proviene sólo de la derecha, sino es una ideología que la clase dominante extiende, así nos dice: “Heterosexuales y no pocos bisexuales de clóset pequeños burgueses, proletarios y principalmente lúmpenes, previamente fanatizados, diariamente asesinan brutalmente a gays de cualquier clase social, en aras de la "religión" o de "la moral", azuzados por la burguesía derechista… [incluso] los regímenes izquierdistas también han oprimido a la comunidad lésbico-gay-transgénero. Stalin, Mao y Castro, criminalizaron la homosexualidad y muchos murieron en los gulags…”

La misma correspondencia profundiza sobre cómo se reproduce esta ideología por parte del izquierdismo: “En México, el auto denominado "Partido Comunista de México, Maoísta", durante los últimos años, desde las páginas de su revista oficial "Bandera Roja" ha declarado que "la homosexualidad es una degeneración (sic) burguesa", que es "un problema social (sic), que tiene sus causas en la putrefacción del capitalismo", que en el caso de las mujeres lesbianas habría que reeducarlas, "para que tengan una relación correcta hombre-mujer"…”

Estas ideas las concluye con un argumento, que compartimos en lo general: “…la discriminación, persecución, violencia, abusos, asesinatos y el sida que actualmente padece la comunidad lesbico, gay, bisexual y transgénero bajo el yugo burgués hetero-supremacista, sólo finalizarán con la revolución obrera mundial del futuro.” (el subrayado es nuestro).

Hay sin embargo argumentos que contradicen su conclusión; por ejemplo, cuando reivindica a los enfrentamientos de los parroquianos de un club gay de Stonewall, Nueva York (1969), por ser el inicio de un movimiento “que buscan que se respeten los derechos humanos de las personas con una orientación distinta a la heterosexual”, está validando el argumento de la clase dominante que hace pensar que mediante el respeto a derechos humanos u otorgando derechos civiles a minorías el capitalismo podría ser “mejor”. Esta idea incluso la fortalece cuando afirma que el reconocimiento por la Organización Mundial de la Salud (instrumento de la ONU, la cual es continuadora de la Sociedad de la Naciones, a la que Lenin, con justeza llamara “cueva de ladrones”) de que la homosexualidad no es una enfermedad mental ayuda “… en gran manera al inicio del fin del racismo homofóbico…”

Pero hay algo que es importante tener presente en el proceso de reflexión de la clase obrera, y que consiste justamente en ubicar lo que define su carácter revolucionario. El camarada GR, a pesar de tener claro que la persecución y maltrato hacia los homosexuales (y habría que agregar a la mujer, a los niños, animales y la depredación del medio ambiente) no puede eliminarse sino se elimina antes el sistema capitalista, no deja de acunar la vieja idea que la burguesía y pequeñaburguesía repiten una y otra vez (lo mismo a través de sociólogos y periodistas a sueldo que de sus voceros de izquierda, como lo es el guerrillero Marcos), y que consiste en hablar de los “movimientos marginales” (ecologistas, feministas, indigenistas, homosexuales...) como los nuevos sujetos del cambio...

 

“Luchas parciales”, medios de confusión para los trabajadores

Cuando se habla de movimientos sin porvenir, como el de homosexuales se pretende mostrar que la clase trabajadora, en tanto explotada, no puede actuar discriminando y parcializando su combate. Un trabajador lo mismo es explotado si es mujer u hombre, o si tiene una preferencia sexual u origen étnico, y aunque puede haber mayor carga opresiva hacia la mujer, los homosexuales... no es posible darles solución dentro del capitalismo, por ello estos movimientos no sólo no tienen porvenir, son además utilizados por el capital para extender la confusión y división entre los asalariados.

La condición de los trabajadores presentes como una clase despojada con tan sólo su fuerza de trabajo para vender, la hace ser una clase singular en la historia que sintetiza el desarrollo y penurias de la humanidad. Esta clase es la primera en la historia que al enfrentar su condición de explotada no busca perpetuarse como tal, ni crear nuevas formas de opresión, dado que, como señalara Marx, “...no puede emanciparse sin superar sus propias condiciones de vida. Y no puede superar sus propias condiciones de vida, sin superar al mismo tiempo, todas las condiciones inhumanas de vida de la sociedad que se cifran y compendian en su situación...” (La sagrada familia). Esto nos dice que el proletariado es la UNICA clase que al criticar su condición de explotada, critica al sistema en general. Esos argumentos nos permiten comprender porqué el proletariado es la única clase revolucionaria, y al mismo tiempo ubicar que la lucha en contra del capitalismo no puede llevarse mediante el “ataque” a los argumentos “superestructurales” (costumbres, ideologías, forma de vida...), que aunque son cargas que sufre, no pueden enfrentarse de forma parcial, sin eliminarse antes los fundamentos económicos.

Sigamos esta idea y conectémosla con el hecho real de que existen grupos de la población que tienen como preferencia sexual la homosexualidad. En este grupo se encuentran lo mismo proletarios, burgueses y pequeñoburgués, ante los que, como lo dice GR, hay una agresión continua (aunque esta se presenta incluso en modos de producción del pasado). La pregunta inicial es ¿podemos suponer que esa minoría, definida por su preferencia sexual, puede por ese motivo ser un “sujeto revolucionario”?.

Para responder iniciemos recordando que Ernst Röm, jefe de las SA (secciones de asalto) nazis, era homosexual, lo mismo que el economista y funcionario inglés Keynes, o el padre Maciel, fundador de los legionarios de cristo, todos ellos son fieles servidores del capital, y su preferencia sexual en nada define su actuación, es decir que la homosexualidad, o la condición de marginalidad per se, no da a un individuo el carácter de revolucionario.

Podría pensarse que en su condición individual no representan tal fuerza, pero podría expresarla mediante grupos o movimientos de homosexuales.

Hay diversas agrupaciones homosexuales, desde las que plantean simplemente la obtención de derechos civiles (hay los que incluso plantean como un “logro” el hecho de que los homosexuales sean aceptados en el ejército), las que son clubes sociales contraculturales, hasta las que se plantean, como dice el compañero GR, un “... acercamiento con las diferentes agrupaciones comunistas...” Pero ninguna de estas representa una alternativa, ni para combatir la agresión a los homosexuales, ni para el desarrollo de la lucha proletaria.

Las dos primeras no hacen sino fomentar la idea de que la “tolerancia” y la actuación “incluyente” en el capitalismo ayudaría a hacerlo más humano[2] [37]. Los otros grupos referidos, aunque pretenden usar un discurso radical, no hacen sino validar la posibilidad de una solución a la agresión contra homosexuales dentro del capitalismo, y por otra parte se vuelven un mecanismo útil para dispersar a los trabajadores, es decir que no vean en su condición de explotados un motivo de unión, sino cada quien se agrupe por alguna afinidad... y si la burguesía, mediante la estructura sindical empuja a la separación de los trabajadores por oficio, por rama, etc., las agrupaciones marginalistas profundizan esta tarea de sabotaje al impulsar su separación por color de la piel, por la condición étnica, por el sexo, o por la preferencia sexual.

De manera que las luchas parciales, entre ellas las de movimiento feministas u homosexuales, como lo señalamos en nuestra Plataforma: “... lejos de reforzar la necesaria autonomía de la clase obrera tienden por el contrario a diluirla en la confusión de categorías particulares e invertebradas... Por ello constituyen un auténtico instrumento de la contrarrevolución que los gobiernos burgueses han aprendido a utilizar eficazmente.”

 

Tatlin/febrero-2007

 

Notas:



[1] [38] Ante el proceso llevado en contra de Oscar Wilde (1895) por tener relaciones homosexuales, los revolucionarios de entonces lo toman como una preocupación, aún cuando muestran ciertas debilidades. Bernstein (antes de asumir abiertamente su postura oportunista y revisionista) aclaraba: “Por más que la conducta sexual pueda no ser de la máxima importancia para la lucha política y económica… [tampoco es] del todo irrelevante…” Explicando más abajo que, hablar de las relaciones homosexuales como “antinaturales”, “…induce ya de pos sí un error…” (El modo de juzgar la relación sexual anormal, 1895)

 

[2] [39] La socialdemocracia alemana al fundar la Republica de Weimar (1919-33) otorga derechos civiles y sociales a las mujeres y homosexuales, lo cual es simple hipocresía, dado que ese refinamiento de las leyes burguesas trataban de esconder que fue la misma socialdemocracia la que aplastó la insurrección obrera y asesinó arteramente a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht.

 

Vida de la CCI: 

  • Cartas de los lectores [40]

Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • Las luchas parciales [41]

Las lecciones de La Internacional Comunista a 88 años de su fundación

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Desde la presentación del Manifiesto del Partido Comunista por Marx y Engels, (1848) queda definido el carácter internacionalista de la organización proletaria, como la CCI lo señala en su Plataforma Política: “La naturaleza necesariamente mundial y centralizada de la revolución proletaria confiere al partido de la clase obrera ese mismo carácter mundial y centralizado por lo que las fracciones o grupos que trabajan en su construcción tienden necesariamente hacia una centralización mundial.” En la tendencia hacia esta centralización a nivel planetario, la Internacional Comunista (IC ó III Internacional) representa el punto más alto alcanzado por el proletariado y, por tanto, los aciertos así como los errores de su corto periodo de vida son experiencias invaluables, en el avance de la clase hacia el logro de su objetivo histórico, que hoy merecen ser recordadas.

El contexto de la formación de la IC es la oleada revolucionaria internacional de 1917-1923 que se alzó en respuesta a la guerra de 1914-18. De esta manera, la IC fue un producto directo de las nuevas necesidades del movimiento obrero y sus posiciones programáticas al momento de su fundación eran reflejo de la vanguardia política de ese periodo. Sin embargo, el primer congreso de la IC surge poco después de que estas movilizaciones habían alcanzado su punto culminante e iniciaban su declive, marcado por la derrota de la revolución en Alemania en enero de 1919. De esta manera, en retrospectiva, podernos darnos cuenta que el surgimiento de la IC fue tardío lo que se tradujo en una debilidad vital para los intentos revolucionarios que amenazaban con destruir al capitalismo en ese entonces y que no lograron extenderse a nivel mundial dando lugar así al negro periodo de la contrarrevolución estalinista.

 

La ruptura con la IIª Internacional

Cuando estalló la primera Guerra Mundial la mayoría de los socialdemócratas de la II Internacional en lugar de oponerse a la carnicería, apoyaron a sus burguesías con la consigna de la “defensa nacional” mostrando el oportunismo y chovinismo esparcido en sus filas y que marcó su traición al proletariado quedando éste sin una dirección política consolidada en ese momento crucial. Sin embargo, una minoría revolucionaria había constituido un ala de izquierda en el seno de la Internacional en proceso de degeneración, que decreta la muerte de la II Internacional y llama a la formación de la IIIª. El Partido Bolchevique formaba parte de la izquierda revolucionaria constituyendo una auténtica vanguardia para el proletariado mundial. Como a lo largo del movimiento obrero, en éste momento particular se constata la importancia fundamental de las minorías en el siempre difícil combate para salvar a la organización de las garras del oportunismo e impedirle hundirse en la degeneración o, peor aún, traicionar, y en estos casos, en su arduo trabajo por dar vida a una nueva organización y permitir así la continuidad del movimiento.

La primera tentativa de reconstitución de la nueva Internacional fue en 1915 en Suiza donde se difundió una resolución del grupo Izquierda de Zimmerwald que además del rechazo a la guerra planteaba la necesidad de denunciar su carácter imperialista y llamaba a la solidaridad internacional y a la transformación de las huelgas económicas en huelgas políticas hacia la guerra civil. En 1916 la segunda conferencia en Kienthal ya pone en primer plano las consignas por la lucha revolucionaria contra la guerra y por la construcción de la nueva Internacional. Octubre de 1917 ponía en evidencia que la Revolución Rusa era el comienzo de la revolución mundial y con ello la imperiosa necesidad de contar con una organización sólida para dirigirla. Aunque el auge de la revolución aporta su impulso al trabajo de organización de la IC, éste ya estaba en retraso.

Es hasta enero de 1919 que varios partidos comunistas llaman al Primer Congreso de la nueva Internacional. A pesar del bloqueo casi total al que ya se veía sometida Rusia y las dificultades del proletariado del Oeste, la revolución concentra todas sus esperanzas en la única salida posible, la unión internacional de las fuerzas revolucionarias bajo un programa que fijara claramente los objetivos de clase en la Plataforma (1919) que asume: “Las condiciones indispensables para la lucha son: la ruptura no solamente con los sirvientes del capital y los verdugos de la revolución comunista –el ala derecha de la socialdemocracia– sino también con el “centro” (el grupo de Kautsky) que abandonó al proletariado en el momento critico para reunirse al enemigo de clase”.

Así mismo en su primer Manifiesto (1919) expone la forma en que los revolucionarios avanzando, asumiendo y sintetizando las experiencias de las luchas proletarias: “Bajo la bandera de los consejos obreros, de la lucha revolucionaria por el poder y la dictadura del proletariado, bajo la bandera de la Tercera Internacional, obreros del mundo entero uníos”.

 

Las adquisiciones de la IC

La IC partió, desde su fundación en marzo de 1919, de una comprensión de la nueva etapa del capitalismo y de las nuevas condiciones y necesidades que se desprendían de este hecho. El capitalismo iniciaba la era de su decadencia, periodo en el que se aferra a la vida a través del capitalismo de Estado. Así, su Plataforma se centra en las cuestiones capitales de la revolución proletaria: la conquista del poder político, retomando las lecciones de la revolución de Octubre -la necesidad de una completa destrucción del Estado burgués, sustituyéndolo por la dictadura del proletariado organizado en consejos obreros y la expropiación de la burguesía con la transformación económica de la sociedad. Las medidas económicas en la Plataforma constituyen, un punto de partida adecuado cuyas debilidades hubieran podido ser superadas en el caso de un desarrollo victorioso de la revolución mundial. La Plataforma expresaba confusiones sobre aspectos que se estaban saldando con el cambio de periodo histórico como eran la cuestión nacional, el parlamentarismo y el sindicalismo. Sin embargo, la IC muestra una preocupación por expresar los nuevos métodos de lucha obrera adecuados a la nueva situación, y esto es una clara demostración de que fue el resultado del momento culminante de la oleada revolucionaria mundial y de los enormes pasos adelante que había dado el proletariado, lo que continúa siendo una referencia esencial para los proletarios de hoy.

 

El peso de la contrarrevolución

El aislamiento del bastión ruso, y con ello el declive de la oleada revolucionaria, extendieron sus efectos sobre todas las organizaciones obreras y entre ellas la IC que inició su degeneración oportunista. La imposibilidad para su desarrollo y consolidación debido a ese reflujo, se traducía en terribles consecuencias para ese movimiento de masas debido a la ausencia de un partido comunista consolidado, centralizado a escala internacional, dotado de un programa más claro y reconocido por su clase. Por ejemplo, cuando Alemania estaba llamada a ser el nuevo impulso para la oleada internacional, la derrota del levantamiento de Berlín en enero de 1919, marcada por el asesinato de Luxemburgo y Liebknecht, fue, en gran parte, el resultado de la incapacidad del recién nacido KPD para alertar a los trabajadores sobre las trampas y provocaciones de la burguesía.

En 1920 la esperanza de la revolución palidecía rápidamente. A pesar de esto y de las debilidades programáticas, en el Segundo Congreso se aclararon las nociones sobre la dictadura del proletariado, y el papel del partido. La necesidad de hacer efectiva la ruptura con la socialdemocracia lleva a la adopción de las 21 condiciones de admisión a la Internacional entre las que se encontraban las confusiones sobre las luchas de liberación nacional, el parlamento y los sindicatos contra las cuales fracciones minoritarias de izquierda se empezaban a oponer.

En el Tercer Congreso en 1921, se reconoce el retroceso de la oleada revolucionaria. El partido ruso se encontraba como la dirección preponderante de la IC y en un esfuerzo por mantener viva a la IC lanza la consigna “Ir a las masas” por lo que los Bolcheviques y las fuerzas dominantes de la IIIª Internacional obran a favor de un acercamiento con los centristas ambiguos y traidores a los que denunciaban dos años antes pero que aún tenían influencia sobre el proletariado. Los grupos reaccionarios consiguen sabotear toda tentativa de formación de partidos comunistas en Inglaterra, en Francia y en otros países. Gracias a sus maniobras y sus calumnias sobre la izquierda, que luchaba contra esta política, consiguen aislar a las izquierdas, a la italiana con Bordiga, a la inglesa, alrededor de Pankurst y a la germano-holandesa con Pannekoek, Gorter y el KAPD (excluido en este congreso). El camino del “Frente Único” de 1922 en el cuarto congreso y la defensa de la patria rusa y del “socialismo en un solo país”, finalmente decretado en 1926, estaba ya abierto por estas acciones. A pesar de que la oleada revolucionaria se extendió todavía a Bulgaria y con otro intento a Alemania en 1923 y a China en 1927, el reflujo ganó a estos últimos esfuerzos.

 

La lucha de las Izquierdas Comunistas

Desde los primeros indicios de la penetración del oportunismo en los Partidos Comunistas las Izquierdas Comunistas, posteriormente organizadas como fracciones, dieron una encarnizada lucha de oposición en éstos para mantener los principios proletarios. El combate de las Izquierdas contra la degeneración de la Tercera Internacional es ejemplar porque fue librado en el peor período que haya conocido el movimiento obrero: la situación de retroceso de la oleada revolucionaria y la profunda y terrible contrarrevolución.[1] [42] Las Izquierdas hicieron todo lo que pudieron desde el interior de la IC para evitar su degeneración, fueron excluidas de ésta a lo largo de los años 20 pero continuaron su combate para asegurar la continuidad entre la organización que estaba pereciendo y el futuro partido mundial.

Marx y Engels habían constatado que un partido o una Internacional no pueden conservar su carácter de instrumentos de la clase cuando domina un marco general de reacción. Este instrumento de la clase no puede conservar una unidad organizacional cuando no existe un movimiento en ascenso de la clase, él es penetrado por los efectos del reflujo y de la derrota, y contribuye entonces, a la confusión, a la contrarrevolución. Es por esto que Marx disolvió la Liga de los Comunistas después del reflujo de la oleada revolucionaria del 1848 y traslada el Consejo General de la AIT a Nueva York después que la derrota de la Comuna de París, y que marcó el fin de un período. La II Internacional, a pesar de su auténtica contribución al movimiento obrero, sufre un largo proceso de corrupción durante el período ascendente del capitalismo, donde ésta se ve atada cada vez más al reformismo, dando así un sello nacional a sus partidos. El nacionalismo la hace presa de la guerra imperialista, de manera parecida, la derrota de la oleada revolucionaria condena a la IC. Tras este periodo de crisis para la clase obrera, la tarea indispensable de balance, elaboración teórica y de desarrollo de la conciencia de la clase corresponde a las “fracciones revolucionarias” surgidas de las viejas organizaciones, preparando así el terreno para la construcción de una nueva organización.

La Internacional Comunista sólo puede entenderse como una parte auténtica y fundamental del movimiento proletario que nos deja enseñanzas vitales en la lucha por la revolución mundial. La CCI se reivindica de esta organización hasta el Tercer Congreso, periodo en el que en su seno se sostuvo aún una lucha encarnizada por la autonomía de la clase y por la defensa del Internacionalismo, columna vertebral de la clase trabajadora. Por ello, esta organización muere como instrumento del proletariado con la declaración de “socialismo en un solo país”. El proceso de contrarrevolución que condenó a la IC sembró una terrible confusión en el movimiento obrero. Aquellos que prosiguieron su tarea en los sombríos años 30-40, lo que quedaba del movimiento de la Izquierda Comunista, tuvieron que sufrir y constatar las implicaciones del período de derrota pero han salvaguardado las experiencias que dejó la oleada revolucionaria. La CCI, como parte importante del Medio Político Proletario actual, reivindicándose de la Internacional Comunista y de las Izquierdas Comunistas, ha proseguido la tarea de éstas clarificando y profundizando esas lecciones preparando las bases del futuro partido mundial.

Héctor, febrero/2007



[1] [43] El combate de las Izquierdas en la Internacional Comunista. Revista Internacional 91.

desarrollo de la conciencia y la organización proletaria: 

  • Tercera Internacional [44]

Revolución mundial nº 98, Mayo- Junio 2007

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Irak: cuatro años de caos sangriento

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En la noche del 19 al 20 de marzo de 2003, se lanzaba una serie de bombardeos sobre Bagdad. Era el principio de la operación “Libertad en Irak”. La segunda guerra de Irak acababa de comenzar. Hace ya cuatro años que esta carnicería imperialista devasta el país. Desde entonces, las confrontaciones armadas, los atentados ciegos, las masacres de poblaciones civiles no hacen más que auamentar inexorablemente. En Bagdad, como en todo Irak, el horror se vive  todos los días. La población iraquí está reducida a la peor miseria, atenazada entre el infierno que constituyen las distintas fracciones armadas: sunnitas, chiítas, kurdos, fuerzas gubernamentales o norteamericanas. Las muertes iraquíes se calculan en cientos de miles. En el país, se calculan dos millones de desplazados y otros tantos refugiados desde el principio de la guerra. El ejército norteamericano ha perdido por su parte más de 3 200 elementos, la gran mayoría de jóvenes soldados, contratados en este horror para escapars de la miseria y el desempleo en su propio país y con la esperanza de ganar algunos dólares. Pero ya, varios millares de estos jóvenes reclutas han abandonado o han desertado de este infierno permanente, pasándose a Canadá o a otros lugares. Estos cuatro años desembocan en un caos sangriento, sin que alguna perspectiva permita esperar una nueva estabilización del país y la región. Las protestas contra la guerra se multiplican: alrededor de 50 000 personas se han movilizado el 17 de marzo en Washington, bajo la bandera “Alto a la guerra en Irak, no a la guerra contra Irán”. Manifestaciones similares tuvieron lugar el mismo día en varias grandes ciudades americanas, en particular, en Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, encabezándolas millares de veteranos, para reclamar la retirada de las tropas de Irak. Al mismo tiempo, 400 000 personas se reunieron en Madrid, en conmemoración de las víctimas de los atentados fatales en la estación de Atocha y para reclamar el final de esta guerra. Otras manifestaciones similares han tenido lugar en el país, de Barcelona a Cádiz. Por todas partes del mundo, en particular en Turquía, Corea del Sur, Hungría, reuniones más o menos numerosas reclaman la retirada de los contingentes nacionales de Irak.

Hace algunos días, la primera visita del nuevo Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon fue una especie de bautismo de fuego: fue (aunque a pesar suyo se veía en todas las televisiones del mundo) la ilustración viva de que ninguna fuerza controla realmente la capital iraquí. En efecto, en una conferencia televisada, en presencia del nuevo Secretario General de la ONU que se tenía en una «zona verde», sector considerado como la más asegurada del país, estalló un obús de mortero a unos metros. Al mismo tiempo que el Presidente iraquí acabara de declarar que consideraba la visita de Ban Ki-moon como «un mensaje atinado del mundo, que confirma que Bagdad está de nuevo en condiciones de acoger personalidades mundiales importantes porque hizo importantes progresos en la vía de la estabilidad.

 

Un debilitamiento irreversible del imperialismo americano en Irak

Cuatro años después del inicio de la guerra, hundida en el mayor  de los desconciertos, la administración norteamericana no sabe ya cómo salir del cenagal iraquí. Lo que sería aún totalmente impensable hace algunas semanas resulta hoy posible. Así pues, «la Secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, ha anunciado que el gobierno iraquí iba a reunir en una quincena  una conferencia internacional sobre Irak a la cual  Estados Unidos había decidido participar, aunque Irán y Siria estuvieran invitados.» (Le Monde, 1 de marzo de 2007). Esta conferencia, presentada por muchos comentaristas burgueses como una de las últimas oportunidades para la paz, sólo ha sido realmente un momento suplementario de confrontaciones entre las dos potencias que se enfrentan indirectamente en Irak: Irán y los Estados Unidos. Esta confrontación ha conocido, solamente algunos días después de la celebración de esta conferencia, una nueva manifestación que no deja ninguna duda sobre el nivel de tensión existente, entre los dos países. En efecto, 15 marinos y fusileros británicos que formaban parte de la coalición militar en Irak, bajo dirección americana, se hicieron tomar por la marina iraní, frente a la costa de Fao en Chatt - al-Arab, en la confluencia de los ríos Tigris y Eúfrates que marca la frontera entre Irak e Irán. Que esto sea en el propio Irak o en el Golfo Pérsico, y a pesar de la increíble armada marítima de las fuerzas de la coalición, nos indica queEstados Unidos no están ya en condiciones de garantizar la seguridad de las tropas de esta misma coalición. Esta prueba de pérdida de control de la situación indica  el debilitamiento irreversible de la primera potencia imperialista del mundo, precisamente en una región que pretende «poner al paso» desde hace cuatro años.

 

La burguesía americana encerrada en una contradicción insoluble

No hay esperanza para Estados Unidos de retirarse de Oriente Medio sin una pérdida de credibilidad enorme. La burguesía americana está hoy así ante una contradicción insoluble. «Los Americanos mantienen con todo un doble lenguaje, lamentan el diario de Teherán (Kayhan).» Condoleezza Rice, Secretaria de Estado norteamericana, afirma por una parte que está dispuesta a entrevistarse directamente con Irán sobre los temas que se refieren a los dos países, y del otro, indica una firmeza incuestionable sobre los expedientes como el nuclear. Pero los norteamericanos tienen necesidad de Irán más que nunca. Esta actitud ambivalente muestra la confusión y la desesperación que reina en la administración Bush «(Correo internacional del 12 de marzo de 2007).»  Estados Unidos están acorralados en hacer una elección entre dos «soluciones» de todas formas desastrosas: o hacen un compromiso humillante con Irán, u optan por una nueva huída belicosa hacia adelante. Irán, hoy en situación de fuerza en la región y apoyado en masa por las fracciones chiítas de Irak, coloca muy claramente los términos de este regateo sórdido entre estas dos naciones imperialistas. Una «ayuda» eventual de Irán para intentar restablecer el orden en Irak deberá pagarse a fuerte precio por la administración norteamericana, principalmente con la aceptación de hecho del programa nuclear iraní. Pero no debe tampoco excluirse que la ya muy desacreditada administración Bush, quiera jugar su última carta y ataque a Irán, tomando el riesgo absurdo de practicar la política de tierra quemada. Tal ofensiva significaría una formidable aceleración del caos regional y mundial, sin que Estados Unidos extraigan el menor beneficio imperialista.

La guerra en Irak (al término de estos cuatro años de hundimiento en un cenagal hecho de masacres y miseria galopante) ya habrá participado directamente en radicalizar y desarrollar el odio entre las comunidades chiítas, sunnitas y también kurdas, a tal punto que toda vuelta atrás parece en adelante completamente improbable. Este conflicto ha concretizado no sólo la incapacidad creciente de los Estados Unidos que deben solucionar el problema iraquí sino también, y bien más allá, el imponerse como gendarme del mundo. En efecto, las intervenciones repetidas y el aumento de las fuerzas militares de la primera potencia mundial, productos del engranaje de las relaciones de fuerza ínter imperialistas y de sus contradicciones, no hicieron más que desarrollar el terror y el caos no solamente en Irak sino en la mayor parte del mundo.

Esta guerra, ya llena de monstruosidades de toda clase, no se acaba, al contrario. Es portadora de las peores masacres para el futuro, lejos de las promesas hechas por todos sus pseudo “liberadores”.

 

Rossi, 26 de marzo de 2007

Noticias y actualidad: 

  • Irak [45]

El falso dilema del fraude electoral o elecciones limpias: Es la democracia una mentira que solapa la esclavitud asalariada

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El desafuero de Andrés Manuel López Obrador provocó en el 2005 un revuelo entre los intelectuales que vaticinaban un “fraude electoral anticipado”. La Convención Nacional Democrática tomó como consigna el 16 de septiembre del 2006 en “rechazo al fraude electoral, rechazo del fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la federación”. En nuestro número anterior denunciábamos también como el guerrillero Marcos, se lanzó en su “otra campaña” en una cruzada por “elecciones limpias”. Tenemos la obligación de denunciar toda esa trampa ideológica que se esconde detrás de la lucha contra el “fraude electoral”.

 

Corrupción y fraude: rasgos que acompañan a los sistemas que viven de la explotación

Desde que existe la sociedad dividida en clases donde los privilegios de una minoría están por encima de una mayoría oprimida, es decir, desde que una minoría de la sociedad se ha hecho cargo de los mecanismos jurídicos y administrativos de un Estado que representa los intereses de una clase explotadora, desde entonces, ha habido necesidad de mentir, de justificar la explotación y, por ende, de generar todo un medio propicio para la corrupción, las prebendas, las intrigas y los fraudes de todo tipo.

Esta realidad ha atravesado los sistemas antiguo, feudal y capitalista. Nos detendremos un poco en el capitalismo. Cuando el capitalismo iba en ascenso, cuando la burguesía estaba en plena expansión y el mercado mundial parecía no tener límites, estos fenómenos se mantenían en un segundo término. La burguesía y sus filósofos lograron consolidar una moral que encajaba perfectamente con sus intereses: la moral del respeto a la propiedad privada, el no robarás, la igualdad, la libertad y la fraternidad. Cuando el capitalismo estaba en expansión, los niveles de ganancias garantizaban un reparto de los beneficios de tal forma que la clase explotadora mantenía su recato y más o menos respetaba las reglas jurídicas y morales de funcionamiento de la sociedad. Incluso fracciones de la burguesía más desarrolladas (Alemania y después en EUA) fundaron su ética en la lucha contra el despilfarro y los lujos adoptando una vida austera más productiva (Max Weber es su expresión más acabada). Sin embargo, esa moral siguió edificada sobre un régimen que vivía de la explotación del trabajo asalariado, que acumulaba riqueza usando las más brutales formas de esclavización que haya conocido la humanidad. A ello hay que agregar que el capitalismo alcanzó su “esplendor” a finales del siglo XIX y su decadencia trajo aparejada una competencia feroz entre fracciones de la clase dominante y entre los Estados. La I Guerra Mundial es la expresión abierta de que el capitalismo había dejado de ser progresista para la humanidad. Una característica fundamental del periodo decadente es la emergencia del capitalismo de estado, el Estado asume el control total de la vida económica y política para poder asumir una competencia despiadada a nivel mundial; para enfrentar las luchas el interior de la nación, especialmente contra el proletariado, y para enfrentar a las burguesías de otros países. En la decadencia el estado de la burguesía va también a mostrar los límites de su moral. El uso de la trampa, el engaño y el fraude se empiezan a convertir en moneda corriente en la sociedad. Mentiras “oficiales”  descaradas, funcionamiento de las fracciones burguesas como bandas delictivas que no dudan en recurrir al asesinado, al chantaje y a la manipulación con tal de avanzar sus objetivos. Se trata ahora de acumular riqueza sin importar el precio, el “fin justifica los medios”, tal es la divisa de una sociedad que nació, como diría Marx, “chorreando lodo y sangre” y que hoy está sumida en un una descomposición que amenaza con arrastrar al género humano al abismo.

 

Lucha contra el “fraude electoral”, un falso camino

La burguesía se ve enfrentada a una lucha encarnizada entre fracciones que intentan hacerse del poder político, la tendencia actual es a la pérdida del control político, sobre todo en regiones donde la burguesía cuenta con aparatos políticos débiles. En este marco, el uso del “fraude electoral” es un recurso que usan para afianzar a una fracción en el poder en detrimento de otra. La misma burguesía norteamericana ha tenido que hacer malabares para mantener a Bush en el poder. Recordemos simplemente que en México durante las elecciones federales de 1988, Cuauhtémoc Cárdenas barrió prácticamente con el PRI, sin embargo la burguesía optó por una “caída del sistema” y aprobó la llegada de Salinas de Gortari al poder. Las trampas electorales no son ajenas al modo democrático de funcionar de la burguesía, en ese terreno es donde más se notan las dificultades del estado. La burguesía se ve obligada a hacernos tragar el cuento de la democracia y sus elecciones como forma de “decidir” y, al mismo tiempo, más escándalos de corrupción se hacen públicos en medios de las luchas intestinas entre fracciones. Los discursos insulsos sobre legalidad y transparencia chocan con la realidad de sobornos, impunidad y trampas por todos lados.

La lucha contra el fraude electoral es un barril sin fondo. Primero porque el capitalismo en plena descomposición se acompaña siempre de este flagelo. Es una utopía el tratar de hacer honesto lo que ha nacido y se mantiene gracias a la mentira y al engaño. La democracia misma es una mentira ideológica que sólo sirve para justificar la explotación de los trabajadores. Segundo, porque la defensa del terreno electoral no aporta ningún beneficio a los explotados. Sabemos que las elecciones son un mecanismo que los Estados usan para mantener la ilusión de que la dictadura del capital sería un “gobierno de todos”, sin elecciones la democracia perdería su quinta columna.

Puntualicemos:

- la defensa de la noción de “fraude electoral” conlleva a la defensa explícita de las instituciones democráticas que oprimen y engañan. Es como Marcos que pide “elecciones limpias” pero que  no cuestiona jamás el engaño de la democracia.

- involucrarse en una lucha por la “defensa del voto” y contra el “fraude electoral” es mantener atados a los trabajadores a la defensa de la ideología que tendrán que destruir. Gane quien gane, derecha o izquierda, todos por igual tendrán que aplicar planes contra la clase obrera.

- los seguidores de la consigna de “no al fraude” pretenden defender un capitalismo sin trampas, pretenden edificar una “democracia perfecta”. La misión de los trabajadores no es “perfeccionar” la democracia, sino acabar con ella ya que es el manto ideológico que cubre la explotación asalariada.

El uso cada vez más indiscriminado de las trampas electorales para favorece a esta o aquella fracción de la burguesía no se puede explicar arguyendo a la llevada y traída “globalización”, debemos analizar el momento histórico de la descomposición de la sociedad burguesa, del enconamiento agudo de las pugnas entre fracciones de l capital en medio de una tendencia a la pérdida de control del aparato político.

Los trabajadores nada tenemos que ganar en ese terreno de la “lucha contra el fraude” y sí en cambio, mucho que perder.

Marsan/20-04-07

 

Los ataques de la burguesía son contra todos los trabajadores...No hay otro camino: ¡la movilización masiva y conciente!

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La modificación a las condiciones de jubilación y pensión, concretados a partir de la “Ley del ISSSTE”, no hace sino acelerar la degradación de las condiciones de vida de los trabajadores. Y aunque la puesta en vigencia de esta ley representa un serio golpe en contra los trabajadores, no puede considerarse como el único. El incremento de precios de las mercancías de consumo diario por los trabajadores, como la tortilla de maíz (que tuvo un incremento en los últimos meses de 6.50 a 8 pesos y ya se amenaza, a partir de mayo, con llevarlo a 10 pesos o más), la limitación a los salarios y la aceleración de los ritmos de trabajo, mediante la denominada “flexibilización laboral”, dejan ver que el golpeteo contra las condiciones de vida de los asalariados es continua y generalizada. Es falso pensar que esta ley (y demás medidas referidas) afectan sólo a algunos sectores de trabajadores, la agresión que se viene poniendo en acción es generalizada, no hay ningún sector en el que los trabajadores no sufran los embates del capital, es por ello que para enfrentarlas se requiere de una respuesta masiva y con clara conciencia. Los trabajadores no tienen más fuerzas que su conciencia y organización para potenciar su masividad, no puede esperar que algún personaje mesiánico (como López Obrador), o un liderzuelo sindical le solucione sus problemas, sólo la extensión de la lucha y la actuación solidaria que teja fuertes lazos entre los explotados podrá permitir que su combate detenga el ataque directo que se hace a sus condiciones de vida.

 


Patrones, gobierno, sindicatos y partidos preparan trampas para anular la combatividad de los trabajadores

 

La clase dominante suele llevar los ataques en momentos adecuados para su accionar político (como el período vacacional) con el fin de asegurar la distracción, y que así el descontento se diluya o disperse, de la misma forma, antes de cada agresión prepara una campaña para ganar “receptividad” o imponer temor que congele e impida se exprese el descontento... pero sobre todo, pone atención en dosificar las medidas y conducir los golpes hacia algunos núcleos de la población asalariada, de manera que se genere un aislamiento y confusión, que impida la unidad y la extensión de la lucha.

En el presente, la profundización de la crisis ha obligado a la burguesía a poner en acción leyes y planes tan brutales que maximizan, a niveles no creíbles, la explotación y miseria de todos los trabajadores. La misma burguesía sabiendo el tamaño del golpe, preparó con sumo cuidado el momento y el escenario para imponer esta ley: primero, alentó o provocó movimientos sociales aislados ante los que actuó violentamente, queriendo marcar con esto una lección de terror, que extendiera el temor, y, enseguida, empuja una campaña ensordecedora para alimentar esperanzas en las elecciones y la democracia. En ese sentido es que lleva a cabo provocaciones, como las de Atenco, Sicartsa y Oaxaca, obteniendo así el pretexto de “mostrar su fuerza”, y enseguida completa su campaña alentando la idea de que no hay otro camino que el de las elecciones y la democracia, procurando imponer la idea entre los trabajadores de que si hay una actuación agresiva o sanguinaria por parte del gobierno la única (o mejor) forma de responder es mediante el “castigo que ofrece el voto”.

Por ello, aunque en la instauración de la ley del ISSSTE al PRD le ha tocado jugar el papel de mártir y presentarse como la víctima que no fue escuchada y terminó siendo aplastada por la mayoría dominante en las cámaras legislativas (PRI-PAN), no puede olvidarse el papel central que ocupa en el encuadramiento de amplias masas obreras hacia la vana esperanza de la democracia y las instituciones burguesas, por ello, no es nada extraño que ahora, el mismo PRD busque desmantelar cualquier posibilidad de que la clase trabajadora tome conciencia de los ataques y exprese su enojo y combatividad en la lucha, al fomentar (a coro con la estructura sindical) como una “gran medida” el uso de los amparos jurídicos contra la ley del ISSSTE, queriendo enredar a los trabajadores con el mismo truco que la estructura sindical presentara en 2005 cuando se impuso la modificación al sistema de retiró para los trabajadores del IMSS, y que le fue muy útil para desmovilizar.

Esta maniobra en 2005 fue presentada de idéntica forma como hoy lo hace el PRD y los sindicatos: hay que usar, dicen, “todas las formas de lucha”... pero la trampa consiste en que ponen a esto como centro de la preocupación y la reflexión, alentando con ello la esperanza en la constitución, las leyes y las instituciones “legales”, buscando así, además de golpear directamente en la conciencia de los proletarios, diluir el coraje, y sobre todo impedir la manifestación de la solidaridad entre los trabajadores. Por ello es, en los hechos, el complemento de las campañas llevadas en los medios de divulgación que sostienen que sólo a los nuevos trabajadores les aplicará de forma completa la nueva ley. Los sindicatos, mediante los amparos están impulsando esa misma separación en sectores, por diferencias de condiciones de antigüedad o prestaciones particulares de cada caso... Alentar esta forma de lucha ajena a los trabajadores tiene como objetivo asegurar la derrota y potenciarla, dado que busca extender un sentimiento de impotencia, que la burguesía puede aprovechar después, para renovar su campaña sobre la necesidad de la reforma del Estado y de que es útil “ganar”, mediante el voto, los puestos de dirección del gobierno.

La otra vertiente que la clase dominante prepara para someter la combatividad, es mediante el desvío del descontento hacia consignas falsas y ajenas a los trabajadores, tales como la defensa de la “soberanía nacional”. Para atizar esta maniobra el FMI ha “recomendado”, que se complete el “paquete de reformas” con la privatización de la industria eléctrica y petrolera. La burguesía sabe bien que su aparato de izquierda y sindical utiliza de manera sistemática el nacionalismo para atar a los trabajadores a preocupaciones falsas. Pero los intereses de la nación, o de la economía nacional no son los de un trabajador. La clase capitalista utilizó en su momento a las empresas estatales para proteger su ganancia, y ahora con la privatización su objetivo es el mismo, es decir, darle un espacio de valorización a su capital y asegurar una ganancia; en cambio la condición de explotado de un trabajador no se modifica si la empresa es estatal o privada. Por eso es la burguesía la única que gana cuando se desvía el coraje y la reflexión de los trabajadores hacia la defensa de la “soberanía”, de la empresa o de instituciones del Estado.

Ante las trampas que ya se empiezan a tejer para desviar el descontento, los trabajadores deben de tener presente que los intereses de la “nación” son los intereses de la burguesía y no los de ellos, y que para detener los ataques no tiene más armas que su conciencia y organización.

 

El capitalismo sólo ofrece explotación y miseria

 

Por todas partes del mundo los ataques de la burguesía vienen incrementándose: En Alemania, el gobierno socialdemócrata amplió la jornada de trabajo en el sector público, en Brasil, el gobierno de izquierda de Lula, ha ampliado el tiempo de trabajo para la obtener la jubilación, lo mismo que en Inglaterra, en EUA el gobierno pretende criminalizar a los trabajadores sin papeles... estos ataques, sin contar el peso del desempleo que se extiende, son expresión de la magnitud de la crisis que vive el capitalismo, y para proteger la ganancia, los gobierno de todo el mundo, lo mismo los de izquierda como los de derecha, no dudan en arreciar los ataques en contra de los trabajadores. La burguesía tiene la desfachatez de presentar estos ataques como “reformas” que buscan mejorar la vida de la población, pero un sistema decadente como el capitalismo, ya no puede ofrecer mejoras. Las medidas que viene poniendo en práctica, no son reformas en sentido estricto, tan sólo son programas de defensa de la ganancia capitalista, la ley del ISSSTE, por ejemplo, tan sólo busca reducir el valor de la fuerza de trabajo. Es por ello que medidas como estas demuestran claramente que para la burguesía los trabajadores no son sino una mercancía más a la que busca abaratar, y más aún, cuando esta ya deja de serle útil se convierte en una carga a la que debe desechar.

En ese sentido los trabajadores no pueden estar esperanzados en que un cambio de gobierno puede limitar sus penurias, deben de tomar conciencia de que el capitalismo sólo le ofrece explotación y miseria, y para enfrentarlo requiere de tomar en sus manos la lucha y extenderla; tienen que hacer ver a sus hermanos de clase que la degradación de las condiciones de vida, por efecto de la ley del ISSSTE no viene sola, sino está acompañada de un incremento de precios y una oleada de desempleo, por eso los golpes no son sólo para los trabajadores del Estado, es un ataque generalizado que sólo podrá enfrentarse con la unidad de todos los trabajadores, sin importar el sector a que pertenezca, o si están desempleados.

 

¡No hay más camino que la lucha!

 

Los trabajadores no deben de permitir que los sindicatos y el aparato de izquierda del capital los dirija a una derrota, deben tomar en sus manos la lucha, impulsar las Asambleas Generales masivas y abiertas, en las que puedan discutir y reflexionar en colectivo todos los trabajadores sin importar al gremio que pertenecen, y en las que se designen responsables que entreguen cuentas a la misma Asamblea y puedan ser revocados en cualquier momento. La ley del ISSSTE y los incrementos de precios, son ataques en contra de todos, e incluso contra las generaciones de trabajadores que aún no están en activo, por eso se requiere una respuesta masiva.

La organización de los trabajadores por encima de los llamados sindicales no es un loco sueño, la experiencia de estudiantes y trabajadores de Francia en 2006 contra el Contrato de Primer Empleo, demuestra que es posible. Por eso los llamados sindicales a “faltas colectivas” o simulación de “paros”, deben ser transformados en verdaderas jornadas de lucha, deben ser momentos de reflexión colectiva, en los que piquetes de trabajadores salgan a explicar a sus hermanos de clase (aún cuando no estén afiliados al ISSSTE) que hay un ataque general, y que no hay más camino que la lucha.

Pero también deben de estar alertas a no dejarse arrastrar por las maniobras del aparato de izquierda del capital y del sindicato que pretende aislar las expresiones de descontento o llevarlas a enfrentamientos desesperados y sin objetivo. Los cierres de calles y carreteras no hacen sino encerar a los trabajadores e impedir que tome vida la solidaridad y la reflexión colectiva. Los Comités de huelga que en diversos lugares de trabajo se están creando, si se mantienen como simple apéndice del sindicato no serán sino instrumentos huecos... los Comités de huelga y la huelga misma deben ser producto de la reflexión colectiva y no una mascarada que sirva para encubrir las trampas del sindicato y facilitar que pasen los ataques en contra de los trabajadores.

30-abril-2007


 

Situación nacional: 

  • Mexico [3]
  • Lucha de clases [4]

La agravación de la crisis económica revela el fracaso del capitalismo

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A entender de la burguesía, tanto de derecha como de izquierda, el capitalismo estaría floreciente y en pleno crecimiento. El increíble dinamismo de la economía china sería una prueba irrefutable. ¿El desempleo? ¿Las oleadas de despidos? ¿La pauperización creciente? Todo ello no serían más que producto de derivas, la falta de dirigentes sin escrupulos, sedientos de beneficios. Con menos liberalismo y más Estado, todo podría ir mejor en el mejor de los mundos. Todo ello no es más que una gran mentira. En realidad, el capitalismo es un sistema agonizante y su crisis económica mundial conoce hoy una nueva aceleración. Cuando la clase obrera sufre ya una degradación permanente de sus condiciones de existencia, ¿qué porvenir nos reserva la clase dominante?

 

La crisis bursátil expresa la aceleración de la crisis económica

El martes 27 de febrero, la bolsa de Shangai  China, conoció una brusca caída de 8.8 % en unas horas, arrastrando tras de si a las bolsas de el mundo entero. En Nueva York por ejemplo, Wall Steet perdió 3.5 %, o sea, la baja más fuerte desde hace cinco años.

¿Cómo es que la baja del mercado de Shangai pudo arrastrar una oleada de ventas de acciones sacudiendo el mundo entero, cuando todos los especialistas alaban día a día la insolente buena salud de los mercados bursátiles? De hecho, los récords de los índices de estos últimos años tiene por única base la especulación. Por todas partes, en todos los sectores y en todos los países, los inversionistas están confrontados al mismo problema: la sobreproducción. Así, la especulación se ha convertido en el único medio de obtener ganancias. En este gran casino de la economía virtual, el objetivo del juego es comprar acciones esperando venderlas más caras en el momento adecuado. Pero ante la menor mala noticia, se levanta un viento de pánico. Todo mundo vende al mismo tiempo, sabiendo bien que la aplastante mayoría de esas acciones no corresponden a nada en la realidad, a ninguna fábrica, a ningún bien. El pequeño sobresalto de Shangai es revelador de las potenciales tempestades en el futuro.

 

La economía China, un coloso con los pies de barro

El hundimiento de la bolsa de Shangai está ligado en parte a lo que los economistas llaman el sobrecalentamiento de la economía china. Sobreinversión, sobrecapacidad de producción, sobreendeudamiento: la economía china está totalmente desequilibrada y se orienta más y más seguramente hacia una recesión de extrema brutalidad. Por cierto, desde hace algunos años, China conocía una tasa de crecimiento muy elevado y un desarrollo industrial acelerado. En 2006, la tasa de crecimiento alcanzó el 10.7 %. Pero los obreros de este país, que viven y trabajan en verdaderos presidios industriales, saben en carne propia lo que significa esta expansión. En realidad, esta expansión se articula alrededor de dos columnas que han llegado al punto crítico de ruptura. La primera es el endeudamiento. ¡La deuda de China creció dos veces más rápidamente que su PIB! ¡Su sistema bancario contiene un 50% de créditos dudosos! La segunda es la necesidad para China de dar salida a una parte creciente de sus mercancías sobre el mercado americano cuando este, al borde de la recesión, está a punto de reducirse considerablemente. En efecto, el mercado interno de China es muy débil, no puede de ninguna forma absorber lo que produce. Su economía es por   tanto totalmente dependiente de las exportaciones. Y en un momento en que la economía americana jala a toda la economía mundial tiende a agotarse sin que algún otro país o continente pueda venir a tomar el relevo.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, conciente del riesgo de mayor sobreproducción, acaba de declarar que el objetivo de su gobierno en 2007 será limitar el crecimiento a 8 %. Por tanto va a haber un estrechamiento de la política monetaria. El dinero va a costar más. ¡En pocas palabras, en el futuro, será más difícil invertir a fin de evitar que la economía se acelere más allá de toda razón!

 

Estados Unidos se hunde en la recesión

Durante esta semana negra para las bolsas mundiales, el Secretario de Estado del Tesoro americano, Hank Paulso, estaba de gira en Asia. Para él es importante tranquilizar al Estado chino sobre la solidez de la economía americana, atenuando la gravedad de la crisis inmobiliaria y los riesgos tanto monetarios como financieros. En efecto, toda una parte de la economía china es alimentada por haberes masivos en divisas americanas, dólares que China reinvierte en parte en Estados Unidos y que sirven para limitar la expansión del déficit americano. Por todas estas razones, estas dos economías están confrontadas a una terrible contradicción: están obligadas a librar una guerra encarnizada, y al mismo tiempo, son interdependientes en extremo, la recesión de una implica la recesión de la otra. Y es efectivamente hoy que las dos están a punto de ceder.

A. Greenspan, gran personaje de la política financiera americana, reconoció oficialmente la posibilidad de una recesión en EU en 2007. La causa más visible y más inmediata de este enlenteciminento es sin duda el estallido de la burbuja inmobiliaria en este país. Los precios en este sector de actividad han alcanzado una caída del 25 % y no es más que el principio[1] [46].  Algunos economistas evalúan en un 40 % la sobrevaluación de este mercado. La corrección podría ser de 6000 millones de dólares, ¡casi un tercio del PIB americano! Esta crisis inmobiliaria se extiende ya a Inglaterra: “Es una mala noticia que podría alarmar. Kensington, líder del crédito inmobiliario arriesgó en Gran Bretaña, el viernes 23 de marzo, concedió una pérdida de 23 % de sus acciones”. (Le Monde , marzo 24). Este tiburón de las finanzas dispuesto a prestar dinero a más de 15 mil matrimonios hoy se declara insolvente.
Las consecuencias para la clase obrera van a ser terribles. En Estados Unidos, los matrimonios tenían la costumbre de prestar a medida que el valor de sus apartamentos
aumentaba, gracias al crédito hipotecario. El alza fenomenal de la inmobiliaria de estos últimos años había dado la impresión a estos obreros de que ellos se habían enriquecido. Son por tanto decenas de millones de matrimonios que serán incapaces de hacer frente a los vencimientos de sus inversiones, literalmente arruinados y lanzados a la calle. Peor aún, la inmobiliaria y la construcción han provisto el 40 % de los empleos de estos últimos tres años[2] [47].   La crisis de este sector significa por tanto el lanzamiento al desempleo de decenas de miles de obreros. Estas oleadas de despidos vienen a agregarse a las del sector del automóvil, medianamente afectado y a punto de hundirse. En su plan de “reestructuración” que se extiende desde el cuarto trimestre del 2005 al primer trimestre del 2008, Ford proyecta el cierre simplemente de 40 % de sus fábricas en EU y la “salida” de 50 mil obreros de 130 mil[3] [48].  Uno de los últimos sectores que aún estaba bien en la otra costa del Atlántico, el de los servicios, lo hacía esencialmente gracias al crecimiento de la actividad en el sector financiero. Hay que decir que este sector de actividad va a conocer también días sombríos y a engendrar despidos masivos. El consumo interno de Estados Unidos no puede más que continuar contrayéndose más y más en los meses que vienen. El problema para la burguesía es que este consumo americano constituye el motor principal que hace dar vuelta a la economía mundial. Para Europa, China, Japón, la India, una gran parte de sus mercancías no se podrá vender. ¡
La sobreproducción, factor determinante de la crisis mundial del capitalismo va a conocer nuevas cimas!

 

Una economía mundial a punto de su hundimiento

El contagio de la crisis económica mundial se extiende al frente monetario y particularmente en el dólar, que no puede más que continuar bajando en los meses que vienen. Estados Unidos sobreendeudados más allá de todo límite razonable (la deuda americana es de 7 800 billones de dólares y crece al ritmo de 1.64 millones por día!) van a ver fluir masivamente los capitales extranjeros que venían a apoyar su economía a punto de la asfixia. En América, una violenta contracción del crecimiento ya es inevitable, arrastrando en la tormenta y la recesión generalizada a toda la economía mundial. Nadie está en medida hoy de prever a qué velocidad y con que profundidad este nuevo sismo va a golpear al conjunto de la economía. Pero las consecuencias para el proletariado no son difíciles de imaginar. Los obreros en India y China conocen condiciones de vida peores aún que las de sus hermanos de clase en Europa en el siglo XIX. Bajo el yugo de la más feroz de las explotaciones, los obreros viven en la indigencia y la miseria. Confrontados al fracaso de su sistema y a la guerra económica, la burguesía trabaja fríamente para exportar estas condiciones espantosas en el corazón del capitalismo; Estados Unidos y Europa occidental.

El único porvenir que nos reserva este sistema, es aún y siempre más miseria. Creer en un capitalismo más humano es una quimera, una utopía. No hay más que una sola solución y está en manos del proletariado: construir un nuevo mundo, sin clases y sin explotación.

Tino 28 de marzo, 2007.



[1] [49] Europa 2020  no. 13

 

[2] [50] Solidaridad y progreso, 24 de marzo 2007.

[3] [51] Agencia de Prensa Asociativa, 11 de marzo.

Noticias y actualidad: 

  • Crisis económica [52]

¿Gobiernos de derecha fascistas?: La burguesía agita este espantajo para intoxicar la conciencia de clase de los trabajadores

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¿El gobierno de Calderón es fascista?, ¿el triunfo de la derecha ha vuelto más represivo al Estado? ¿el fraude electoral ha debilitado a la izquierda y ha desatado los peores demonios del fascismo? Estas son las preocupaciones que el ala de izquierda y su extremo izquierdista están tratando de inculcar en la conciencia de los trabajadores al pretender explicar la represión habida en los meses recientes; pero, sobre todo, al evidenciar la alianza que ha hecho la fracción actual en el poder con el ejército, lo cual sería una prueba de su endurecimiento. Para rematar, también se aduce la misma alianza de aquél con el clero, el cual también encarnaría lo peor del fascismo. Nada más falso. Es necesario aclarar aquí varias cuestiones.

 

El clero y el ejército no son neutrales: son pilares de la dominación capitalista

Como lo hemos demostrado ya (ver RM 96, ene-feb- 2007) esta alianza de la fracción en el poder con la estructura del ejército (el cual gozaba de una cierta aureola de imparcialidad política) responde directamente a las dificultades presentadas por la división de la burguesía, un hecho más que evidenciado durante el proceso electoral del 2006 y después de éste hasta nuestros días cuando hemos presenciado un interminable encadenamiento de pugnas dentro del Estado capitalista. Tampoco tiene sustento la afirmación de que si hubiera arribado al poder la fracción burguesa en torno a AMLO las cosas serían diferentes, pues el ejército es el brazo armado más importante del Estado para asegurar y perpetuar la explotación de la clase dominante, de todas las fracciones capitalistas representadas en todos los partidos políticos que pululan al interior de ese mismo Estado.

 

El llamado “ejército del pueblo”, como le gusta llamarlo lo mismo Calderón que López Obrador[1] [53],  no es neutral, ni mucho menos, sino que está al servicio completamente de la clase explotadora. Tampoco es imparcial el clero de todos los credos, el cual siempre se ha especializado, a lo largo de los siglos, en un control ideológico que promete a los explotados el reino eterno en el cielo a cambio de su resignación y sometimiento frente al gobierno de las clases explotadoras.

 

El fascismo fue un fenómeno sobre todo europeo

Pero el espantajo que se está agitando relacionado con el “peligro fascista” movería a risa si no fuera por los objetivos perversos que persigue; por eso es necesario que recordemos algunas cuestiones:

 

En primer lugar, el acceso al poder del fascismo tuvo un auge sobre todo en los años 30 en el continente europeo y se posibilitó por el apoyo de amplias fracciones de la burguesía quien ante la crisis, y especialmente en los países vencidos después de la Primera Guerra Mundial, se lanzaron a preparar un nuevo reparto del pastel imperialista. “Para ello concentraron todos los poderes en el Estado, aceleraron la instauración de una economía de guerra, militarizaron el trabajo e hicieron silenciar todas las disensiones internas de la burguesía.”[2] [54] Junto al estalinismo representaron las expresiones más brutales del capitalismo de Estado, en determinados países y en épocas históricas también particulares. Relacionado con esto, se aduce que también en América Latina se produjo el mismo fenómeno, por ejemplo, en el cono sur durante el periodo de la guerra fría cuando en varios países se instauraron dictaduras militares (Chile, Argentina…), sin embargo, esto se debió, sobre todo, a una estrategia de control de los gobiernos de la región por parte de los Estados Unidos  frente a los intentos injerencistas de la otra cabeza de bloque que en esos años pretendía penetrar también en su patio trasero generalmente mediante los llamados movimientos de “liberación nacional”.

 

La otra causa tiene que ver con la derrota física y política del proletariado después de la oleada revolucionaria de 1917-1923 orquestada por la izquierda del aparato político de la burguesía, una condición indispensable para abrir el curso hacia la guerra imperialista mundial. De este modo, el fascismo en un bloque y la otra cara de la moneda, el antifascismo en el otro bloque “democrático”, fueron formas de alistamiento del proletariado para la guerra.

 

Como ya lo hemos demostrado, a diferencia de esos años, hoy tenemos condiciones diferentes: la clase obrera se mantiene en una dinámica de enfrentamientos de clase desde finales de los años 60, no ha sido derrotada como entonces y por lo tanto no se encuentra en un curso contrarrevolucionario. Luego, existe la condición objetiva que impide a la burguesía ir hacia la guerra mundial debido a la incapacidad, por ahora, de formar dos bloques rivales.

 

Un espantajo para aterrorizar y encuadrar a los trabajadores

Este resumen muy apretado se refiere, como hemos dicho, a la situación de Europa, sobre todo, en un momento histórico y en determinados países, aunque nos sirve para recordar las circunstancias que le dieron origen. Pero entonces, ¿por qué se agita este espantajo? Circunscribiéndonos a esta región del mundo podemos establecer que aunque a nivel general el resurgir de este tipo de ideologías en este momento histórico se debe a que la descomposición social del capitalismo segrega o reactiva sentimientos como el racismo, la xenofobia, la exaltación nacionalista, la obsesión por la seguridad, el cada uno para sí, el fanatismo religioso, el reclamo por el endurecimiento del Estado, lo cierto es que el espantajo del “peligro fascista” tiene el objetivo de provocar una cierta “movilización ciudadana” por la defensa de la democracia burguesa y de sus partidos democráticos, es decir, la burguesía provoca el miedo a la extrema derecha para llamar, particularmente a la clase trabajadora, a la defensa del Estado capitalista; un trabajo que le toca generalmente a sus partidos de izquierda, su ala radical izquierdista y los sindicatos.

 

Tanto la derecha como la izquierda reprimen 

Las pretensiones de la izquierda al “denunciar” el carácter represivo del gobierno de Calderón se reducen a intentar “demostrar” que “si hubiera llegado al poder AMLO otro gallo nos cantaría, es decir, que la izquierda sería diferente a la derecha pues esta tendría motivaciones fascistas. Nada más falso. Ya hemos evocado brevemente la represión bestial de la socialdemocracia contra el proletariado en los países centrales de Europa después de la oleada revolucionaria de principios del siglo XX, pero hay otros ejemplos menos lejanos y más conocidos, por ejemplo, la represión llevada a cabo por la flamante presidenta de Chile Bachelet contra las movilizaciones sociales contra la carestía o también la represión llevada a cabo por el muy izquierdista Evo Morales presidente de Bolivia contra las movilizaciones de mineros el año pasado o las acciones policíacas represivas contra infinidad de movilizaciones sociales perpetradas por los gobiernos del PRD en la ciudad de México durante la última década… y la lista es interminable. La represión no es un monopolio del ala derecha de la burguesía, la utiliza también el ala de izquierda del capital; su función es la de salvaguardar los intereses de la clase dominante. La represión, por ejemplo, en Atenco Michoacán, en Lázaro Cárdenas Michoacán o en Oaxaca, dejando de lado las particularidades en cada caso en cuanto a su contenido de clase, lo que resalta es el afán del Estado burgués para enviar un mensaje a la clase trabajadora: no sirve de nada revelarse contra el status quo pues el estado Omnipotente siempre podrá reprimir con todo su aparato cualquier veleidad de protesta y, sobre todo, cualquier brote de combatividad manifestada por su clase enemiga histórica, el proletariado.

 

Estas breves notas pretenden contribuir a la clarificación de la conciencia proletaria ahí donde se generen discusiones, debates; ahí donde se impulsen reflexiones entre compañeros de trabajo, donde se generen asambleas para discutir la situación de los trabajadores y las alternativas que estos tienen para emprender la defensa de sus condiciones de vida y de trabajo frente a los ataques inmisericordes de la burguesía.

 

EFR/abril del 2007

 

 



[1] [55] Por cierto, este político profesional de la burguesía trató también hasta la saciedad de lograr su propio trato con esta estructura del Estado para sumar apoyos a su campaña presidencial.

 

[2] [56] Revista Internacional Nº 110, tercer trimestre del 2002.

Cuestiones teóricas: 

  • Fascismo [57]

Círculos y foros de discusión: Reflexión colectiva del proletariado, elemento fundamental para el desarrollo de su conciencia

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Analizando el desarrollo de la lucha de clases, desterrando todo tipo de actitudes de amargura, desesperación o entusiasmo ciego, hemos presentado las dificultades que pesaban en la clase trabajadora para el desarrollo de su conciencia, sobre todo desde fines de la década de los 80 cuando la burguesía desata su campaña “sobre la muerte del comunismo”, con la que crea un ambiente de confusión y extiende la desconfianza de los trabajadores en sus propias fuerzas. Esta misma confusión la aprovechó la clase dominante para desviar, de forma sistemática, los esfuerzos de los asalariados para defender sus intereses, involucrándolos en “movimientos ciudadanos” e interclasistas (como el “altermundismo”, o el zapatismo), o nacionalistas y en defensa de la democracia (como los movimientos populistas, encabezados por Chávez, Evo Morales, Obrador…). Sin embargo, pese ha existir una gran confusión en las filas proletarias, su fuerza potencial se mantuvo, en tanto no encontramos una derrota física (como pasó con la generación que vivió la derrota de la oleada 1917-28), por eso el peso de la crisis ha hecho que las campañas ideológicas de la burguesía se desgasten y dejen de tener el mismo impacto. El XIV Congreso de la CCI (2001), analizando la situación que vivía la clase obrera, concluíamos: “… a pesar de las dificultades innegables habidas durante la última década… la clase obrera de las concentraciones más importantes sigue conservando importantes reservas de su combatividad…” (Resolución sobre la situación internacional, Revista Internacional 106). A la vez que se reconocía la existencia de una maduración subterránea de la conciencia de la clase obrera, concretada en el surgimientos de “minorías en búsqueda”, que discuten y se organizan para tomar la teoría marxista y recoger la experiencia y tradición de lucha proletaria. Ese proceso está empujado principalmente por los jóvenes batallones proletarios: “Es muy significativo que muchos de esos elementos en “búsqueda” procedan no sólo de ámbitos politizados desde hace tiempo, sino de una nueva generación de gentes que se plantean por vez primera problemas sobre el capitalismo…” (Ídem)

Ahora, este proceso de reflexión subterránea, se acompaña de movilizaciones de los trabajadores. Cómo lo hemos señalado desde 2003 (cfr. Revista Internacional 114, 3er Trimestre 2003), la presencia masiva de trabajadores en las calles (de Francia y Alemania) enfrentando los despidos y las limitaciones a las jubilaciones y pensiones, marcaba un giro en el desarrollo de la combatividad y la conciencia obrera. Este análisis se ha confirmado en 2006 con las movilizaciones de estudiantes y trabajadores en Francia, en la huelga de los trabajadores de Vigo en España y los del transporte en los EUA. La tendencia al desarrollo del descontento y la combatividad no ha dejado de estar presente en México, cómo se percibió en las movilizaciones de los trabajadores del IMSS en 2005, el descontento entre los trabajadores de la educación en Oaxaca (2006), y en las actuales movilizaciones en contra de la afectación a la jubilación y pensión de los trabajadores afiliados al ISSSTE.

Es en ese contexto que una serie de grupos de discusión toman forma, aglutinando principalmente, a las nuevas generaciones que buscan ubicarse dentro del terreno de combate proletario. Ese es el caso del círculo de discusión que ha sacado la publicación “Fénix”[1] [58], en la cual, en el número 1, se da a la tarea de hacer un balance de las movilizaciones presentes en 2006 en Oaxaca. El trabajo de discusión que este circulo lleva ya, en sí mismo, la tradición proletaria al abordar la reflexión de forma colectiva, pero aún se vuelve más importante cuando asumen una actitud combatiente y buscan hacer un balance de las experiencias de los trabajadores. Rosa Luxemburgo en 1919 señalaba correctamente que “La revolución es la única forma de ‘guerra’ –es incluso una de las leyes de su desarrollo– en la que la victoria final sólo podrá prepararse con una serie de ‘derrotas’”, pero cada derrota se vuelve vana si no se sacan las lecciones de ella, por ello, aún cuando no coincidimos con muchas de las apreciaciones que se presentan en “Fénix”, saludamos su presencia y su apertura para ampliar la reflexión. Compartimos el espíritu que alimenta a “Fénix” y que se expone en uno de sus artículos: “No hay que tener miedo a discutir y a no estar de acuerdo...”

 

 Sólo sacando las lecciones completas de una derrota la clase obrera avanza en su combate

Los 6 artículos que presenta “Fénix” nº 1, son esfuerzos para sacar las lecciones de los sucesos de Oaxaca en 2006, no obstante muchos de ellos quedan atrapados en la impresión de los hechos, pero no logran hacer un balance de los errores y las trampas a la que fueron sometidos los trabajadores de esa región.

Lamentarse solamente, como lo hacen algunos de los artículos, de que hubo represión, no permite avanzar en el balance. Es evidente que el capital sostiene su poder a través de la fuerza (justo para eso son sus aparatos de represión, entre los que se encuentra el mismo marco legal al que se apela[2] [59]), hay sin embargo reflexiones escritas de mayor profundidad, que hay que resaltar porque pueden quedar perdidas por las lamentaciones, los aplausos a la APPO, y las expresiones más confusas, que incluso terminan llamando a ejercer un “voto inteligente en las próximas elecciones...” y a “... conformar un frente opositor organizado que pueda combatir no solamente a los malos gobernantes, sino a los pésimos sistemas políticos que son los que justifican a estos funcionarios...” (pág. 16).

El articulo firmado por Boal, marca los elementos para un balance más sólido y permite responder afirmaciones presentes en otros textos. Algunos ejemplos: mientras el articulo firmado por Rouge afirma que la inicial expresión de combatividad de los maestros en defensa de salario no era nada “fuera de lo común” y en cambio le parece un avance cualitativo la creación de la APPO y con ello la desviación del coraje de los asalariados hacia la solicitud de renuncia de Ulises Ruiz; Boal presenta a la APPO como un frente social, pero para entender que importancia éste grupo tiene, se pregunta: “¿cuáles han sido los objetivos y formas de lucha...?”. Esta pregunta es clave, dado que le permite al compañero reconocer que lo que pasó en Oaxaca expresa descontento real alimentado la miseria, pero ubica claramente el papel que jugó la APPO: conducir “la lucha a un terreno inofensivo: ha controlado y contenido la solidaridad genuina, es decir, existe una desviación de la lucha contra la miseria a una lucha por destituir a Ulises Ruiz...” Para dar solidez a su argumento recobra experiencias de otras regiones: “La caída de un mandatario como ha sucedido en América Latina (Argentina y Bolivia, entre otros) sólo ha significado su sustitución por otro, mientras la causa de la miseria no se toca. El cambio de un gobernante por otro significa pensar que la causa de la miseria y explotación se debe a la mala gestión de un gobierno.”

Aún cuando de manera particular no analiza a las forma de lucha utilizadas por la APPO, y no marca lo estéril y vano que son para los trabajadores los bloqueos de calles, plantones y las mismas barricadas (que en artículos, como el de Rouge, se aplauden), se va a lo central: “El proletariado tiene que lograr su independencia política y ésta se alcanzará con la conciencia...”, remarcando que se precisa ante todo “identificar al enemigo” y llevar a cabo un “accionar masivo y conciente...”

 

Tatlin/16-04-07



[1] [60] https://circulomarxista.blogspot.com [61]

[2] [62] En la página 7 se lamentan de la “violación a las garantías individuales”, y en la página 15, invoca al “derecho a protestar”.

 

Situación nacional: 

  • Mexico [3]

Vida de la CCI: 

  • Correspondencia con otros grupos [26]

Revolución mundial nº 100, septiembre-octubre 2007

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Revolución mundial nº 100, septiembre-octubre 2007

Geografía: 

  • Mexico [35]

Ley del ISSSTE: El aparato sindical se esfuerza por anular la combatividad de los trabajadores

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Desde los primeros meses de este año, cuando se anuncia la aprobación de la ley del ISSSTE, el aparato sindical y la izquierda del capital se han empeñado en evitar que los trabajadores expongan de forma libre su descontento. Primero los llevan a centrar su atención en los amparos jurídicos, logrando que miles de trabajadores no vieran a la jubilación y los servicios médicos como un problema que afectan al conjunto de la clase, sino como un asunto que pueden ser resueltos por medios individuales, invocando al sistema jurídico, distrayendo así la atención, pero además fomentando la esperanza en las instituciones de la clase en el poder.

Como complemento de esa trampa, el sindicato ha impuesto movilizaciones en la que los trabajadores quedan como masas inertes, dado que ellas no deciden ni las formas ni las consignas; un ejemplo de ello es la formación del pretendido Consejo Nacional de Huelga y el “plantón” organizado por la CNTE.

El sindicato para justificar la puesta en práctica de medidas por encima de los trabajadores, argumenta la existencia de un ambiente de apatía, sin embargo es el mismo sindicato quien ha fomentado esa respuesta. Cada que los trabajadores buscan pasar por encima del sindicato este refuerza su control, con lo que atrapan, utilizan y conducen hacia caminos sin salida, o bien logran que la desconfianza que se tiene hacia esa estructura envuelva en una apatía, que aunque lleva a que los trabajadores tomen conciencia de que el sindicato no los representa, no encuentren más respuesta que la desmoralización. Por eso seguir al sindicato es ir a la derrota.

 

Sindicatos: instrumento de la burguesía contra los trabajadores

Por casi un siglo los sindicatos han mostrado que son instrumentos que no responden a las necesidades de los explotados, por ello hay una gran desconfianza hacia ellos. Justamente esa desconfianza es la que permitió que durante las movilizaciones de abril y en los primero días de mayo los trabajadores, pese al trabajo de sabotaje que ya se había extendido a través de los amparos, pudieran romper con el sindicato y expresar su descontento hacia la ley del ISSSTE. El paro de labores del 2 de mayo, que en algunos lugares de trabajo se realizaron, fue en una gran parte de ellos organizados por Asambleas Generales, dejando atónitos a los sindicaleros, que ante la manifestación de esa fuerza tuvieron que plegarse y cambiar hacia un discurso pretendidamente radical. Es esa misma respuesta la que obligó a la burguesía a buscar medidas para fortalecer al sindicato. Así, aprovechando el desprestigio de las viejas estructuras sindicales, lanza a las fuerzas “opositoras”, con la finalidad de hacer el relevo en el trabajo de sabotaje, haciendo creer al mismo tiempo que con el cambio de personajes, de planilla o “ganando” carteras, podría dejar de ser el sindicato un engrane más del aparato de dominio del capital.

Esta trampa es la que en el SNTE y el STUNAM (fundamentalmente) buscan usar como ariete para hacer pasar la ley del ISSSTE. Ambos sindicatos vienen poniendo como “premisa de la lucha” el cambio del secretario general y la democratización… con esto buscan dejar como aspecto marginal la lucha contra las medidas que afectan las condiciones de vida, y ofrecen como “premio de consolación” el pretendido “triunfo” de la democracia sindical.

Los trabajadores deben tener presente en su reflexión que en la oleada de huelgas y movilizaciones de los años 70 (levantadas en contra de los efectos de la crisis que a fines de los 60 se abría nuevamente) esta trampa se uso para someter el descontento. El impulso de los sindicatos “independientes”, o con la democratización de algunas de estas estructuras, se distrajo y contuvo la combatividad y se golpeo a la conciencia, en tanto logro revertir la claridad que los trabajadores tenían sobre el significado del sindicato. Esa reflexión queda de alguna forma sintetizada en una consigna que los obreros gritaban y pintaban en las paredes: “Sindicato, gobierno y patrón: el mismo cabrón”… por ello la lección que de estas experiencias puede sacarse es que la esencia de los sindicatos “charros”, blancos, “independientes”, de base, o democratizados es anti-proletaria.

En ese sentido la huelga convocada para el 31 de agosto por los sectores “opositores” tanto del SNTE, como del STUNAM, no tiene como fin impulsar el combate, es claro que no pretenden impulsar la discusión colectiva y la reflexión para que de esta salgan las orientaciones, solamente hacen este llamado para “dar brillo” a las fracciones sindicales de “oposición” y presentarlos como radicales. Pero ni la estructura oficial ni la opositora reflejan una defensa de la clase, el único camino que tienen los asalariados es tomar en sus manos las movilizaciones y ante las imposiciones sindicales expresar su fuerza en Asambleas Generales masivas y abiertas. La campaña que convoca a la renovación del sindicato no responde a la necesidad de los trabajadores, sino a los intereses de la burguesía que requiere fortalecer la careta de su estructura sindical para poder hacer pasar de forma mejor sus golpes y extender mejor su dominio…

¡Ni “charros” ni democráticos, los sindicatos son instrumentos de la burguesía, no de los trabajadores!

Rojo/12-agosto-2007

Situación nacional: 

  • Mexico [3]
  • Lucha de clases [4]

Oaxaca, PEMEX... Terrorismo y violencia ciega, expresiones ajenas al proletariado

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El lunes 16 de julio la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) se enfrenta a fuerzas policiacas en el cerro del Fortín para tratar de realizar una “Guelaguetza popular” en contrapartida a la “Guelaguetza oficial” del gobernador Ulises Ruiz. El boicot a la “Guelaguetza oficial” terminó en marchas y enfrentamientos con las fuerzas del Estado. A pesar que la APPO insiste en que su movimiento es “civil y pacífico”, no desaprovecha momento para conducir a sus agremiados a enfrentamientos estériles que en nada hacen avanzar la conciencia proletaria.

Por otro lado, en este periodo se suscitaron también atentados contra las instalaciones de PEMEX, los atentados en Guanajuato y Querétaro han sido reivindicados por el Ejército Popular Revolucionario (EPR)[1]. A principios de agosto ha habido otro atentado en un centro comercial de Oaxaca, este atentado también ha sido reivindicado por el EPR. Tanto la violencia del enfrentamiento estéril de la APPO así como la violencia terrorista de minorías “decididas” son expresiones de la desesperación y del aislamiento; el proletariado expresa su violencia de forma masiva, organizada y, sobre todo, de manera conciente.

 

La violencia obrera contra la violencia ciega y desesperada

Ya se ha hecho un lugar común que al hablar de las acciones de la APPO las vinculemos casi automáticamente con enfrentamientos con los cuerpos de seguridad del Estado. Las acciones recientes de la APPO por tratar de boicotear la “Guelaguetza oficial” han conducido, una vez más, a las masas a enfrentarse a los antimotines y a la quema de algunos hoteles.

Uno de los primeros aspectos que debemos señalar es que los objetivos de la APPO siguen atados a intereses oscuros de grupos enquistados en el Estado mexicano, la consigna de la salida del gobernador priísta Ulises Ruiz sigue siendo el eje de su programa, no es raro que fracciones de la burguesía utilicen a las masas empobrecidas como carne de cañón en sus luchas intestinas.

Las demandas de una “Guelguetza alternativa” y detrás de la cual se ha movilizado a maestros y otros explotados, es completamente inofensiva para el capital. Mientras que las masas son arrastradas a enfrentamientos con la única perspectiva de imponer una “Guelaguetza popular”, las condiciones de vida se siguen degradando y la conciencia de qué métodos de lucha implementar sigue sin abordarse.

La historia reciente está repleta de ejemplos donde la violencia ciega se ha mostrado impotente ante el capital: Argentina 2001, Francia 2005, Zapatistas y APPO en México, etc. Si bien esas expresiones son producto de la pauperización a la que el capitalismo somete a la población y son una reacción que se enfoca contra los guardianes del régimen y que, en ocasiones, logran hacerlos retroceder (como el 16 de julio en Oaxaca), están fincadas en el plano inmediatista y no ofrecen una perspectiva de trastrocamiento del capitalismo. Por violentas y radicales que parezcan sus acciones, no cuestionan el modo de producción capitalista y su accionar se reduce a reaccionar en lo inmediato.

Si los medios de comunicación le dan tanta difusión a los enfrentamientos de la APPO se debe, principalmente, a que quiere inculcar en los jóvenes que este tipo de acciones condenadas al fracaso sería “la única opción” de lucha, intenta así desmoralizar y dispersar a las nuevas generaciones que intentan abrirse un camino en la lucha contra el capitalismo.

Se nos podría objetar que la quema de hoteles es “un ataque a la propiedad privada” y ello sería, a fin de cuentas, un ataque al capitalismo, empero quemar un hotel (o una fábrica) no altera en lo más mínimo la relación social que es el capital, esos actos podrán afectar individualmente a una propiedad o podrán afectar a sus dueños, pero el capitalismo sigue en pie como si nada. Detrás de esas frases radicaloides de ataque a la “propiedad privada” se esconde una mentira entera, el hacernos creer que la violencia destructora sería el camino para la liberación de la humanidad de la explotación y la miseria. La violencia del proletariado no está enfocada a la “destrucción” material de edificios o personas, su violencia está dirigida la destrucción de las relaciones actuales de explotación. El hecho que puntualmente tenga que ejercer su violencia masiva contra el régimen, no significa que esa violencia en sí misma sea un objetivo.

 

Atentados terroristas, métodos ajenos a la lucha obrera

Toda la intelectualidad mexicana se “divide” entre los que condenan todo acto terrorista por “ilegal” y los que alaban y glorifican los recientes atentados a las instalaciones de PEMEX por la sencilla razón de que “no cobraron vidas humanas”. Las acciones reivindicadas por el EPR están dirigidas a contestar al Estado mexicano por la guerra sucia que se ha profundizado (desaparición de personas) y por la represión que el Estado ha desatado en Atenco y Oaxaca. Es evidente que los revolucionarios y el proletariado no podemos sino repudiar al ejercicio del terror estatal, luchamos contra toda forma de opresión. Sin embargo los métodos de la violencia minoritaria y aislada, por espectacular que parezca, pertenecen al terrorismo y no a la lucha revolucionaria del proletariado.

Recordemos cómo hemos ya analizado estas acciones: “La combatividad de esos elementos, procedentes sobre todo de los artesanos y de la intelectualidad desclasada, nace más de su situación de individuos desesperados que de la lucha de clases del proletariado, lucha ésta que, por otra parte, les cuesta mucho integrar y entender. Lo que les caracteriza es, antes bien, el individualismo, la impaciencia, el escepticismo, la desmoralización, por lo que sus acciones tienen más que ver con el suicidio espectacular que con un combate para alcanzar una meta. Habiendo perdido “su pasado”, y sin porvenir alguno ante sí, esos elementos viven en un presente miserable, y se rebelan desesperados contra la miseria de ese presente que sienten en lo inmediato y como algo inmediato (…) La expresión política de esas corrientes toma formas muy variadas que van desde la mera acción individual hasta las diversas formas de las sectas cerradas, conspirativas, preparadoras de “golpes de Estado”, de acciones ejemplares y, en última instancia, el terrorismo.” (Revista Internacional 14, 1978).

Esta posición de la CCI no es nueva, es la posición que el marxismo ha ido precisando y clarificando al calor del desarrollo de la lucha de clases. Así, en 1903 Rosa Luxemburgo tomaba una posición de claridad meridiana sobre el asunto del terrorismo así señalaba que los revolucionarios: “... no considera al terrorismo como una forma de lucha objetiva y conducente a la meta (…) el terror no puede combinarse con las formas de lucha obrera, más bien las dificulta y compromete”[2]. En efecto, cada acción del terrorismo sólo contribuye a que el Estado tenga los mejores pretextos para reprimir las expresiones de lucha obrera así como el justificante ideal para aumentar los gastos tendientes a militarizar cada vez más la sociedad, es decir, cada acto del terrorismo incrementa el terror estatal.

No podemos cuestionar las intenciones individuales de los actores del terrorismo, seguramente son honestas; dicho esto, no podemos, sin embargo, aprobar esos métodos. “El proletariado no tiene lección alguna que sacar del terrorismo radical, sino es la de separarse de él rechazándolo, pues la violencia del terrorismo se sitúa, fundamentalmente, en el campo burgués de lucha. El proletariado comprende la necesidad indispensable de la violencia a partir de su existencia misma, de sus luchas, de sus experiencias, de sus enfrentamientos con la clase dominante. Esta violencia, por su naturaleza y por su contenido, por su forma y métodos, se distingue tan radicalmente del terrorismo pequeño burgués como del terror de la clase explotadora dominante.”[3].

Además, en la situación actual, los grupos “guerrilleros” que pueblan el horizonte mexicano adolecen de una pobreza teórica que no rebasa el marco del nacionalismo y el “mejoramiento” del capital nacional (EZLN, EPR. ERPI, etc.) por lo que encuadran muy bien con los intereses de alguna fracción de la burguesía, si no es que desde sus orígenes la lleva como “patrocinadora”. La historia mundial ha demostrado cómo estos grupos han terminado como peones de uno o de otro bando imperialista en la arena mundial. No hay motivos para suponer una situación “inédita en México”.

 

¿Cómo ejerce el proletariado su violencia?

Para empezar tenemos que afirmar que la violencia que desarrolla el proletariado, es una violencia impulsada por las circunstancias históricas en que debe hacer su revolución, no expresa un culto ciego a esta. Lo que caracteriza la naturaleza revolucionaria de la clase obrera no es la violencia, sino la conciencia y su capacidad de organización. No decimos que la clase obrera es pacifista. Decimos simplemente que su violencia esta subordinada a su capacidad de organización y, sobre todo, a su capacidad de toma de conciencia. La forma masiva de su combate así como la claridad en sus metas hacen que la lucha proletaria no tenga punto de comparación en la historia.

Las discusiones y decisiones colectivas del proletariado son el medio para avanzar en su combate, el futuro pertenece a estos métodos. Los bombazos de pequeñas minorías y las acciones de la violencia por la violencia son caminos que alejan a los explotados de su emancipación.

Marsan. 2-08-07

 



[1] Surgido a la luz pública en 1996 durante el primer aniversario luctuoso de la matanza de campesinos en Aguas Blancas Guerrero, este grupo guerrillero se supone continuidad con el PROCUP-PDLP, ha conocido varias escisiones y se dudaba ya de su existencia. El EPR se reclama de la tradición de los grupos guerrilleros de los 70 que fincaban su actividad en la Guerra Popular de carácter prolongado.

 

[2] Rosa Luxemburgo, “En memoria al partido ‘Proletariado” (1903).

[3] Revista Internacional 14, arriba citada.

 

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Cuestiones teóricas: 

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100 números de Revolución Mundial

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En octubre de 1989 salió a la luz Revolución Mundial nº 1, desde entonces han pasado 18 años y un cúmulo de experiencias se ha condensado en sus páginas. RM inició siendo una publicación trimestral, cambiando a bimensual a partir del número 18, manteniendo hasta ahora esa periodicidad. De frente a las mentiras lanzadas por la burguesía a través de su sistema de difusión y de la prensa de su aparato de izquierda del capital, las fuerzas proletarias aún son insuficientes, no obstante la constancia y rigor de los argumentos han hecho de RM, en México, un verdadero referente para la clase obrera y las minorías revolucionarias y en búsqueda, que han encontrado en ella lecciones de combates proletarias del pasado y de otras regiones.

 

Crisis, guerra y campañas de la burguesía

Cuando la sección de la CCI en México surgía, se vivía en el mundo el fin de la oleada de la lucha de clases y la apertura de una campaña escandalosa contra la clase obrera, llevando como cantaleta lo de la “muerte del comunismo”, desde las páginas de RM se puso en evidencia enseguida que la caída del bloque imperialista comandado por la URSS no representaba tal “muerte del comunismo”, sino la quiebra capitalista que se hallaba envuelta desde su faceta estalinista. Así mismo, ante la guerra imperialista (en medio oriente o en ex Yugoslavia) mientras se lanzaban los cantos de justificación, de pacifismo o de apoyo simulado a algunos de los bandos imperialistas en pugna, RM ha mantenido y extendido el internacionalismo proletario, poniendo en claro que el único camino en contra de la guerra es la Revolución.

 

Prensa revolucionaria: “hilo fundamental” entre la organización revolucionaria y el conjunto de la clase

La organización de revolucionarios no existe para sí misma, sino en vistas a satisfacer las tareas históricas por las que la clase la ha engendrado, y uno de los papeles fundamentales de los revolucionarios es tomar parte en el desarrollo de la conciencia de la clase obrera. Dentro del movimiento obrero la prensa regular ha sido el arma principal de los revolucionarios para intervenir en la clase y defender la perspectiva del comunismo. En ese sentido ha sido una preocupación de RM desarrollar análisis históricos sobre los problemas que están presentes en la vida de los trabajadores. Tal es así que hemos desarrollado seguimientos históricos sobre el papel del sindicato en México (RM 16-24), o el desarrollo de argumentos que esclarecen el carácter contrarrevolucionario del EZLN. Desde enero del 1994, yendo a contracorriente de la campaña de la izquierda del capital que animaba a la clase obrera a entregar armas y bagajes ante la guerrilla, en RM explicábamos que los objetivos y los medios del EZLN nada tenían que ver con los trabajadores (RM 18); el desarrollo de los acontecimientos han confirmado estos argumentos, por ello ha habido necesidad de hacer un seguimiento más puntual en series donde se pueden ampliar los argumentos y explicar las orientaciones (RM 72-75).

Otras denuncias, de no menor importancia se han destacado a lo largo de 100 números: el combate a mistificaciones sobre Cuba socialista (RM 9), la glorificación del Che Guevara (RM 41), sobre los piqueteros (RM 69), los gobiernos de izquierda (RM 40), las privatizaciones (RM 71), las elecciones (RM 51-59)… En todos estos artículos se recobra la tradición teórica del proletariado, lo que permite establecer, en los hechos, la defensa intransigente del marxismo y con ello el impulso de la conciencia proletaria.

 

Revolución Mundial: instrumento dinámico de intervención en la clase obrera

El instrumento fundamental de intervención de los revolucionarios es sin duda la prensa, por ello RM en cada uno de sus números no deja de tomar posición sobre los problemas que la clase obrera enfrenta, de manera que, mediante la prensa se ha podido estar presente en los combates, orientando, denunciando, presentando experiencias de trabajadores y sacando las lecciones de cada momento. Eso es lo que ha permitido estar presente en las movilizaciones de los trabajadores del IMSS (2003), y en las actuales manifestaciones contra la ley del ISSSTE… Pero además la prensa es instrumento de combate dinámico que permite ampliar la discusión. La discusión abierta y fraterna, es el medio principal por el que la clase obrera desarrolla su conciencia y fortalece su unidad, por ello a través de RM se empuja a la discusiones, no sólo mediante el desarrollo de artículos de polémica con otros grupos proletarios, sino en discusiones directas (con contactos, simpatizantes o proletarios en búsqueda de una alternativa revolucionaria) por medio de la sección “Correo del Lector”…

Así pues, la aparición y desarrollo de RM es en realidad expresión del proceso de clarificación del conjunto de la clase, por ello para fortalecerlo requiere de hacer de él un mejor instrumento de combate, leyéndolo y discutiéndolo en colectivo, construyendo círculos de discusión, pero además escribiendo comentarios, enviando artículos y apoyándolo en su difusión y financiamiento.

RM, agosto-2007

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Correo del lector: ¿Es López Obrador un aliado de los trabajadores?

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Hace unas semanas hemos recibido un e-mail del Grupo Socialista Libertario (GSL), en el que presenta un análisis sobre el significado de las movilizaciones convocadas por López Obrador y la CND-PRD. Hay un aspecto fundamental en este correo que no es posible dejar de remarcar, que es la apertura al debate que el GSL presenta, animando a discutir los problemas que afectan a la clase obrera. Dicho esto, y siguiendo esa misma actitud, hay que decir que compartimos gran parte de sus argumentos, aunque encontramos algunas posiciones poco claras[1], sin embargo el centro de sus argumentos permite definir que las movilizaciones encabezadas por el PRD y Obrador son veneno contra los trabajadores. Reproducimos grandes fragmentos del texto y presentamos algunos comentarios en notas de pie de página, y una toma de posición sobre un solo aspecto que nos parece habría que clarificar.

 

Breve Análisis a un año de las elecciones en México

…Son muchas las evidencias que hacen suponer que efectivamente hubo un fraude el dos de Julio del 2006, que los empresarios, al menos la cúpula más poderosa de ellos, se encargaron de llevar al poder a Felipe Calderón, temerosos de que Andrés Manuel pudiera representar un peligro para los privilegios de los cuales gozan…

Y bien, es cierto, probablemente AMLO pudo haber representado un riesgo para ciertos intereses burgueses, pero no y bajo ninguna circunstancia, para el sistema de explotación capitalista, ni para la existencia de la clase burguesa como tal. Andrés Manuel es un nacionalista de la izquierda del capital, su militancia se remonta hasta aquella vieja ala nacionalista y estatista del PRI, ala a la cual veían con agrado muchos individuos como él, con ciertas inquietudes sociales, y que identificaban a esta tendencia como la “política popular”, en contrapartida a la derecha panista, abiertamente empresarial, anti-popular, y muy retrograda en cuanto a la cuestiones sociales.

Sin embargo, esa “política popular”, no era otra cosa que el aparato del odioso corporativismo que empleaba el Estado mexicano (dirigido en aquel entonces por el PRI) para controlar perfectamente, con mano férrea, a los trabajadores del país, los cuales les servían, a través de los aparatos sindicales del Estado como la CTM, la CROC, para mantenerse en el poder, vía la movilización forzada de los trabajadores a favor de los candidatos priístas, elección tras elección.

Los defensores de ese estatismo nacionalista, lo eran en tanto que como funcionarios del Estado vivían precisamente gracias a ese duro corporativismo, de los recursos provenientes de las estructuras sindicales gobiernistas, y aún más, de la plusvalía generada en las empresas estatales por los trabajadores de las mismas.

Así que dicha concepción de administración social, defendida por el viejo PRI, y ahora defendida por AMLO y el PRD, es más que una forma distinta de administrar al capitalismo, a la sociedad actual de clases, de explotadores y explotados. El proyecto político de AMLO, como el de aquel viejo PRI, no se contrapone, a pesar de la fuerte intervención del Estado en la economía, a la existencia de la propiedad empresarial privada, ya que si bien, a lo largo del régimen priísta hubo diferencias entre la burguesía y los representantes del Estado, aquella nunca tuvo ningún problema serio para llenarse los bolsillos libremente gracias al trabajo de los brazos de millones de trabajadores, y siempre supo servirse del Estado, como buen garante de los intereses de los explotadores, para reprimir la lucha del proletariado y de los pobres del país.

El lopezobradorismo, por tanto, no es más que un proyecto que no se sale de los márgenes de este sistema de exclusión, es decir, no es más que un proyecto capitalista, tanto como el de Felipe Calderón y el PAN.

El PRD, precisamente, es hoy la expresión de aquel capitalismo semi-estatista del que hemos hablado con anterioridad, su misma fundación así lo demuestra, pues ésta fue consumada por esa “izquierda nacionalista” del PRI, que tenía como máximo dirigente a Cuauhtémoc Cárdenas, y por gran parte de la izquierda reformista de aquellos tiempos, identificados con el leninismo[2], provenientes del antiguo PMS…

 

La oposición lopezobradorista al gobierno derechista de Calderón ¿El campo de batalla de los explotados?

No es difícil darse cuenta que Felipe Calderón encabeza un proyecto “neo-liberal”, que busca llevar adelante las reformas anti-obreras y anti-populares que su antecesor, Vicente Fox, no puedo lograr pasar. Calderón fue llevado a los pinos, a cualquier precio, por la burguesía industrial y financiera, nacional e internacional, porque era el mejor postor para emprender esas políticas, que tanto beneficiarán a los dueños del capital, y por lógica, tanto afectarán a su contraparte, la clase trabajadora. Por tanto, Calderón debe de encontrarse con una oposición implacable por parte de la clase trabajadora a lo largo y ancho del país, pues si se le permite actuar libremente, no titubeará ni un instante para acabar con todos los derechos históricos adquiridos por los trabajadores [ver nota 1], más está oposición debe de ser autónoma, debe de estar libre de compromisos con intereses ajenos a los de los proletarios…

Entre el mundo de la politiquería oportunista del perredismo, y el mundo obrero, hay la misma distancia que del cielo a la tierra, porque sus aspiraciones son ampliamente opuestas. Los oportunistas [ver nota 1] dirigentes de la CND sólo buscan protagonismo que se transforme en “capital político” para elecciones futuras, mientras que los proletarios, incluidos todos aquellos que hoy están detrás de Obrador, más allá de las consignas que levanten hoy día para apoyar a un político capitalista, llevan en sus más hondos instintos y aspiraciones la lucha por su emancipación económica, política y social.

El proletariado lleva en sus instintos (aunque aún no en su plena conciencia) la destrucción de todo aquello que le explota y que le oprime, a pesar de que aún no lo tenga completamente clarificado; el PRD, por su parte, lucha por administrar al Estado capitalista, o sea, lucha por mantener el dominio explotador de la burguesía sobre el proletariado. Y entre una fuerza reformista-burguesa [ver nota 1] como el PRD, por una parte, y las masas populares por otro, no puede haber cooperación ni solidaridad…

Toda confianza en las fuerzas reformistas-burguesas del Frente Amplio sólo arrastrarán al conjunto de nuestra clase, la trabajadora, a nuevas desilusiones y nuevas derrotas, como a las que ha llevado el reformista Lula, a los hermanos proletarios de Brasil, donde aquel presidente, supuesto representante de los trabajadores, hoy es el principal promotor de las reformas “neo-liberales” empobrecedoras.

 

¡Por la Autonomía de Clase!

La vía parlamentaria es una vía falsa para los trabajadores, nuestra clase debe de empezar a forjar, a través de los pequeños núcleos obreros y populares más avanzados, su necesaria independencia política y organizativa de clase, que impida que la lucha proletaria se subordine a los intereses mezquinos de los políticos burgueses.

Nadie mejor que los propios proletarios para defender sus conquistas históricas, para conseguir nuevas victorias frente a la patronal explotadora, y finalmente, para abolir este podrido sistema que no puede ofrecer a las masas populares mas que pobreza, marginación y muerte. Lo que se requiere para sacar a las masas trabajadoras de la pobreza no es llevar presidentes con discursos populistas a que dirijan el Estado (institución que no tiene otra función que la de preservar la dominación de una clase sobre otra), sino una Revolución Social que barra con la verdadera fuente de todas las iniquidades: la desigualdad económica, producto de la propiedad privada sobre los medios de producción.

Mientras que los medios para producir la riqueza social sigan perteneciendo a unos cuantos, y por consecuencia, dicha riqueza social siga siendo privada, puesta en circulación a través del mercado y prácticamente toda lejos del alcance de quienes la producen (los trabajadores), el absurdo sistema burgués seguirá cobrando vidas mediante el hambre, mediante la guerra (producto inherente de éste sistema), o mediante la represión, así sea que gobierne la izquierda o la derecha del capital.

¡Contra el PRI, PAN, PRD y todas las caras de la política capitalista!

¡Ni Estado, Ni Capital! ¡Socialismo y Libertad!

Grupo Socialista Libertario.

México, Julio 2007.

 

Algunos comentarios

El texto del GSL fundamenta adecuadamente la idea de porqué el proletariado no puede confiar en ningún partido burgués y en ningún gobierno, ya sea de derecha o de izquierda; el balance que presenta sobre el papel que juega la izquierda del capital en el sometimiento del coraje de los trabajadores lo compartimos, sin embargo, en la intención de ampliar la discusión y presentar elementos de reflexión, es preciso analizar si es cierto, como afirman, que Calderón fue “el mejor postor” para la burguesía, dado que sólo él podría dar continuidad a las políticas anti-obreras.

El primer aspecto que tendríamos que plantear es que la derecha y la izquierda del capital cuentan con proyectos tan similares que es difícil de diferenciarlos. La actuación de Lula en Brasil no es muy diferente a la emprendida por Calderón, por ejemplo ante la jubilación. Pero habría que agregar un aspecto adicional, es decir, el avance del proceso de descomposición del sistema, que hace que la burguesía cuente con dificultades para mantener una homogeneidad política en tanto clase. La ruptura de unidad de la burguesía en México se demostró en la pugna para la designación del equipo de gobierno. Es evidente que diversos sectores de la burguesía en México impulsaban a la formación de un gobierno de izquierda porque a través de él podían hacer pasar los programas que aseguran la mayor y mejor explotación de los trabajadores, sin embargo la falta de disciplina hace que la designación se lleve de última hora, recurriendo incluso a mecanismos como el fraude y con alianzas tan endebles que ante el menor motivo se rompen y engendran enfrentamientos más agudos, por ello se explican las pugnas de Calderón y Espino, los enfrentamientos entre los grupos dedicados al tráfico de droga, o las complicaciones presentes alrededor del asunto Zhenli Ye Gon...

Algo que pese a la existencia de esta pugna sobresale, es la preocupación de la clase dominante por atrapar a los asalariados y empujarlo a tomar partido por algunas las fracciones burguesas, de forma que utiliza su propia descomposición como una carga adicional en contra de los trabajadores. En ese nivel es que acordamos con el GSL que el proletariado no tiene ningún aliado en la burguesía y las únicas armas con que cuenta para enfrentar a este sistema de explotación es su CONCIENCIA Y ORGANIZACIÓN.

Tatlin/25-julio-07



[1] Un ejemplo de estas ideas poco claras es llamar oportunistas a los dirigentes de la CND, lo cual contradice su propia conclusión (mucho más clara) cuando define a esta estructura como burguesa. El oportunismo representa la penetración de la ideología burguesa en las filas del proletariado, pero ni el PRD ni la CND son estructuras proletarias, son abiertamente burguesas. Una confusión parecida es cuando habla del reformismo. Las corrientes reformistas son propias del capitalismo del siglo XIX, cuando el sistema estaba en su fase de ascenso y permitía se llevaran a cabo reformas, pero la apertura de la decadencia capitalista (en los primeros tres lustros del siglo XX) impide la posibilidad de la existencia de estas, por tanto aún cuando un sector de la burguesía se presente como buscador de reformas, no es sino una manera de tomar una apariencia atractiva para los trabajadores y busquen en ellos a un “mal menor”. En ese sentido es que cuando se habla de la defensa de los “derechos históricos adquiridos por los trabajadores”, se comete el error de suponer que medidas como la “seguridad social” son reformas (de mediados del siglo XX) surgidas de la lucha, sin embargo basta revisar la historia para ver que estas son producto de la exigencia del mismo proceso de acumulación capitalista. Para ampliar sobre esto, recomendamos ver en RM 82, “En México como en Europa el desmantelamiento de la seguridad social muestra la quiebra del capitalismo”.

 

[2] Aunque el término “leninismo” es una construcción que el estalinismo realiza, es común, en las campañas burguesas contra el marxismo, hacer de Stalin un continuador de Lenin, ese argumentos lanzado por la burguesía para generar confusión, gran parte del medio anarquista lo repite sin establecer la reflexión de la diferencia existente entre las posiciones defendidas por Lenin y las actuaciones ajenas al proletariado de Stalin.

 

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A 90 años de la Revolución Rusa: El proletariado mantiene en alto la bandera del comunismo

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Ahora que la clase obrera se esfuerza por retomar sus luchas de resistencia ante los ataques del capital y que se está planteando preocupaciones políticas relacionadas con el futuro que le depara el capitalismo, le conviene recordar esta experiencia que demuestra que su perspectiva comunista no sólo es posible sino más que nunca una necesidad histórica. Para contribuir a esta reflexión presentamos algunos elementos que ayudan a entender el proceso de conjunto que preparó este grandioso asalto al cielo. En efecto, hace 90 años la oleada revolucionaria internacional de la clase obrera que se desarrolló contra la barbarie de la primera gran guerra mundial y en particular su vanguardia rusa que produjo la revolución rusa en octubre de 1917, cuando por primera vez en su historia el proletariado logró tomar el poder político en un país, demostraron la capacidad del proletariado para llevar a cabo su tarea histórica de revolucionar al capitalismo y crear una nueva sociedad comunista.

Tras un primer momento en que los trabajadores fueron arrastrados por sus gobiernos tras las banderas nacionalistas y democráticas y sobre todo por la desorientación producida debido a la traición de la mayoría de los partidos socialdemócratas y de los sindicatos, la reacción ante la barbarie guerrera no se hizo esperar; desde finales de 1915 se produjeron en varios países de Europa huelgas, protestas contra el hambre y contra los sacrificios en general que la guerra imponía y, además, en el frente de guerra, en particular en los ejércitos alemán y ruso surgen motines, deserciones colectivas, fraternización entre soldados de ambos bandos. Como siempre, en primera fila se encuentran los militantes comunistas que como los bolcheviques, los espartaquistas y el conjunto de la izquierda de la Segunda Internacional, quienes denunciaron el carácter imperialista de la guerra desde el principio, en agosto de 1914, como la manifestación incontestable de la decadencia capitalista, en lo subsiguiente no dudan en llamar al proletariado de todos los países a convertir esta guerra imperialista en una guerra de clases para cumplir con su misión histórica.

En este contexto, para fines de 1916 el movimiento revolucionario en Rusia avanza a la vanguardia sumando todas las manifestaciones de descontento en un enorme e incontenible torrente de energía obrera que reclama el derecho de tomar su destino en sus propias manos: mítines, huelgas reivindicativas, huelgas políticas, fraternización entre soldados y obreros, extensión geográfica del movimiento, la intervención de los bolcheviques está presente desde el principio dirigiendo políticamente el movimiento, una vez cubierto el primer paso de la insurrección que es la huelga (como lo dice Trosky en su Revolución Rusa), esta se convierte en huelga generalizada de masas. En fin, todo un proceso social de masas que es generado por la clase trabajadora que demuestra que la huelga de masas no es una utopía y que no sólo es posible sino una necesidad la transformación de los obreros de una masa atomizada, apática y dividida, en una clase unida capaz de asumir su combate revolucionario.

 

De febrero a …

Las masas proletarias asediadas por el hambre y la guerra, van tomando conciencia y asumiendo el combate sin retorcer, retomando la experiencia de 1905. En ese sentido la principal experiencia de 1905 es recobrada creativamente por los explotados: la creación de los Soviets como organizaciones unitarias de clase. Sin embargo, a pesar de este empuje tumultuoso y decidido, hay partes de la clase obrera que todavía resiente los estragos de las confusiones derivadas del cambio del periodo histórico y estos consejos obreros son dominados inmediatamente por los partidos menchevique y el social-revolucionario (que mostraban dificultades para mantenerse en el campo proletario, dado su colaboracionismo con la burguesía), lo cual desemboca en la creación de un Gobierno provisional en el mes de febrero. Este gobierno, enarbolando supuestas conquistas democráticas y libertades políticas se dedica a sabotear desde el principio el combate revolucionario de los obreros para que vuelvan a la “normalidad” y permitan continuar con los negocios capitalistas y con la guerra imperialista.

Ante esto, en la segunda mitad del mes de abril, los obreros, campesinos y soldados se resisten y reactivan sus luchas en las principales ciudades como Petrogrado y Moscú y hacen retroceder sus planes guerreros desplegando una febril actividad revolucionaria caracterizada particularmente por una labor de organización masiva consistente en la extensión de los Soviets a todos los rincones del país a la vez que van apareciendo a su alrededor toda una red de órganos de masas como los Comités de fábrica, Comités de campesinos, Soviets de barrios, Comités de soldados… a través de los cuales las masas se agrupan, discuten qué hacer[1]. Cansados de las interminables peroratas y promesas incumplidas del Gobierno provisional copado por los partidos socialtraidores, las masas oprimidas convierten su hartazgo en una comprensión conciente de que es necesario asumir las consecuencias finales de sus acciones y se plantean “¡Todo el poder a los soviets!”, una aspiración que en los agitados días del mes de junio había ganado a amplias capas de esas masas.

Las frenéticas jornadas del mes de julio en Petrogrado son la confesión del ímpetu incontenible de la energía revolucionaria de las masas oprimidas quienes despliegan masivas manifestaciones armadas de obreros y soldados por mar y tierra; sin embargo, son frenadas en su intento de asaltar el cielo de manera prematura por el partido bolchevique que denuncia y desactiva los planes provocadores de la burguesía para derrotar a esas masas. Las razones de los bolcheviques se imponen: la situación todavía no está madura para la toma del poder dado que los soldados no se solidarizan completamente con los obreros, los campesinos continúan presas de ilusiones con respecto a los social-revolucionarios además de que el movimiento mismo está retrasado en las provincias con relación a la capital[2].

A continuación, en los meses de agosto y septiembre, después de la amarga derrota y ante los avances de las fuerzas reaccionarias lideradas por el gobierno democrático de Kerenski y por Kornilov quien como jefe supremo de los ejércitos organiza un golpe de Estado para masacrar a los trabajadores; una intentona que se encuentra con la firme organización del Comité de defensa de la Revolución -que se convertirá a la postre en el Comité Militar Revolucionario- que la hace fracasar al neutralizar por múltiples medios a las tropas de la burguesía. Esta batalla aportó enormemente a la revitalización de los soviets quienes descubrieron que tanto el Gobierno provisional de Petrogrado como los generalísimos habían estaban implicados mano a mano no sólo en ese último complot sino en todos los intentos anteriores para descarrilar a la revolución. Un aprendizaje necesario para tomar conciencia de que aquellos partidos menchevique y social-revolucionario, al que pertenecía Kerenski, se habían convertido en una verdadera ala de izquierda del capital, lo cual permitió que se inclinaran hacia los bolcheviques.

La situación de “doble poder” suscitada desde febrero fue necesariamente un periodo corto e inestable pero decisivo en la guerra que se libraba entre el capital y el trabajo. La tarea central de la clase obrera desde entonces fue convencer a todos aquellos sectores de la población susceptibles de ganarse para su causa como los soldados y los campesinos pero también a otras capas de trabajadores no muy cercanas a sus filas. Un esfuerzo que había dado amplios frutos en vísperas de la insurrección que se avecinaba.

 

…la insurrección de octubre

Esta iniciativa creadora de las masas proletarias, su organización práctica, las discusiones y debates plasmados en resoluciones claras y decididas producto del alto grado de conciencia que se va adquiriendo, la determinación de persuadir para lograr sus fines a las capas de la población menos convencidas, son características inconfundibles de un movimiento de masas que se encamina a su emancipación. Esta toma de conciencia culmina al fin con la insurrección de octubre preparada sobre todo, aparte de la intervención indispensable del partido bolchevique, por la paciente labor de propaganda y agitación que llevaron a cabo tanto los obreros como los campesinos y soldados anónimos en todos los rincones de Rusia para vencer las últimas vacilaciones y dudas, educando a millones de trabajadores otrora acostumbrados a la sumisión y la pasividad y que ahora despertaban a la vida política y ya no quisieron retroceder y reclamaron como su derecho la toma de su destino en sus propias manos: “Toda revolución instruye, y lo hace rápidamente. En ello está su fuerza. Cada semana aportaba a las masas algo nuevo. Dos meses equivalían a una época. A fin de febrero la insurrección. A fin de abril, las manifestaciones armadas de los obreros y soldados de Petrogrado. Al iniciarse julio nueva manifestación, con proporciones mucho más vastas y con consignas más resueltas. A fin de agosto, la tentativa de golpe de Estado de Kornilov, descartado por las masas. A fin de octubre, conquista del poder por los bolcheviques. Bajo estos acontecimientos, que sorprenden por la regularidad de su ritmo, se operan profundos procesos moleculares, que funden a los elementos heterogéneos de la masa obrera en un todo político”[3]

Pero esto no son simples anécdotas o datos culturales, son hechos que demuestran que fueron las masas obreras quienes realizaron la insurrección de octubre, la cual sólo fue posible bajo las premisas del desarrollo de la conciencia política y la auto organización de las amplias masas; los bolcheviques en ningún momento obligaron al proletariado a seguir un plan de acción, pues el principio marxista reconoce que la acción directa de las masas es una gigantesca energía creadora.

La burguesía en su odio a la Revolución rusa, acusa a Lenin y a los bolcheviques de ser unos vulgares golpistas, sin embargo, como lo demuestra Trosky (en su libro sobre la Revolución Rusa), la fuerza principal de Lenin y los bolcheviques estaba en “comprender la lógica interna del movimiento y reglaba su política de acuerdo a ella. No imponía su plan a las masas. Ayudaba a éstas a concebir y realizar su propios planes”.

Como hemos visto, la Revolución Rusa es desde el principio la revelación de la toma de conciencia colectiva del proletariado, producto de las lecciones, de reflexiones, de consignas, de recuerdos; es decir, de reapropiación de sus propias experiencias como una clase unitaria a nivel internacional. El accionar de las masas proletarias rusas en 1917 no sólo es continuación de la revolución de 1905, sino recoge el cúmulo de lecciones que la clase obrera a nivel internacional ha legado en sus combates pasados: la Comuna de París de 1871, las batallas de la Liga de los comunistas, la experiencia de la Primera y Segunda Internacionales, de la Izquierda de Zimmerwald... Se trata pues de una respuesta consciente, guiada por la continuidad histórica y mundial del movimiento proletario. Así, podemos también constatar la huella de la enorme experiencia de los obreros rusos acumulada por las luchas de 1898, 1902, la Revolución de 1905 y las batallas de 1912-14. Todo un proceso de lucha a la vez acompañado con el desarrollo de su propia organización política de combate, el partido bolchevique.

Este protagonismo directo de las masas proletarias fue preparado con decenas de años de enfrentamientos contra el capital y este asalto revolucionario en que culminó todo el proceso[4] que hemos presentado sigue siendo la única esperanza de liberación no sólo para los trabajadores que soportan cotidianamente la explotación y la opresión más agobiante en todo el mundo, sino también la única y la última oportunidad para la supervivencia de la humanidad. En este sentido, la revolución rusa de 1917, es un faro que guía los esfuerzos de las masas proletarias en todo el globo para intentar resistir a los ataques cada vez más feroces del capital a sus condiciones de vida y que en este proceso se están planteando poco a poco la incapacidad del capitalismo para ofrecerles mejoras reales y que es necesario levantar la vista hacia el futuro, y que tiene en octubre rojo su cimiento más firme.

RR/agosto-2007

Notas



[1] Una situación compleja que la mayoría de los bolcheviques no alcanzaba a clarificar y donde las Tesis de Abril de Lenin tuvieron el mérito de llamar a sobrepasar el Gobierno provisional y todas las ilusiones democráticas para preparar el combate final y llamar a la toma del poder por los Soviets.

[2] Ver RM Nº 99, jul-ago 2007

[3] Totsky; Historia de la revolución rusa, capítulo I

[4] En los límites de este artículo no es posible tratar la degeneración que sufrió la Revolución rusa, causada por la derrota de la oleada internacional de luchas y a su aislamiento. Para un análisis completo recomendamos nuestro folleto “Octubre del 17 inicio de la revolución mundial. Las masas obreras se apoderan de su propio destino”.

 

Historia del Movimiento obrero: 

  • 1917 - la revolución rusa [64]

Revolución mundial nº 101, Noviembre-Diciembre 2007

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El EZLN y la “otra campaña”, estructuras ajenas al proletariado

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Recibimos en meses atrás correspondencia en la que destacan el significado de la "6ª declaración del EZLN" y la "otra campaña". Dos de ellos son de un joven contacto (C-E) que participa en las actividades de la "otra campaña", y aunque señala algunos acuerdos con las posturas históricas de la Izquierda Comunista (de la que la CCI se reclama), no comparte los argumentos que hemos presentado en diversos artículos de RM, denunciando el carácter burgués del EZLN y las campañas que articula.

Otro correo que recibimos proviene del Grupo Socialista Libertario (GLS, del cual en el pasado RM-100 publicamos una toma de posición), en el que hace una denuncia del carácter burgués del EZLN. Creemos que ambos correos exponen la necesidad que existe en las nuevas generaciones proletarias, por reflexionar ante la realidad que vive... justamente las preocupaciones que el compañero C-E presenta en su correo, son las mismas que el GLS desarrolla, por ese motivo, en esta ocasión publicaremos extractos de ambas reflexiones (ajustando solamente algunos aspectos de sintaxis para hacer más clara su comprensión y acotando algunos comentarios), buscando con ello colaborar en el impulso de la discusión y la reflexión colectiva.

 

Extractos de los correos del camarada C-E

"... Adelantare los comentarios e intercambios de ideas con respecto al EZLN y La Otra Campaña... lo que llama (la CCI) «sometimiento de los trabajadores en defensa de la ideología burguesa» es totalmente falsa..." El compañero C-E no desarrolla la idea, pero está preocupado por diferenciar al EZLN de la "otra campaña":

"...lo que refieren al EZLN en alguna medida es cierto... me atrevo decir que el mito burgués (en los comunicados del EZLN) se hace presente, pero en este caso ellos responden solos, por la Otra Campaña respondemos los que estamos... Ni los que nos sentimos comunitas nos hemos adoptado en el pasamontañas ni ninguno otro en otra identidad, esa es la parte cursi pero también valiosa en la Otra, nadie deja sus reivindicaciones por seguir a alguien mas."

En su segundo correo insiste en la explicación sobre lo que es el EZLN y la "otra campaña": "En diversos artículos hacen referencia (la CCI) de algo muy impreciso y que invita a la confusión, primera: La Otra Campaña no es ni esta sujeta a lo que diga el EZLN ni Marcos, la Otra Campaña es un movimiento de articulación de los diversos sectores anti sistémicos de la sociedad, que en la medida que se avanza construye, coordina la diversidad de esfuerzos que se han gestado durante años... Insisto, la trayectoria e historial del EZLN no determina ni es la característica de los que estamos en la Otra Campaña, muy valida es la critica que se hace a ellos, su camino tiende a pasar de un lado a otro, su compromiso ha mutado del reformismo con armas al radicalismo con dialogo...

Del resto de comentarios que hacen al EZLN son solo comentarios de lo que fue el EZLN antes de la sexta, de lo de hoy es un proceso tan nuevo que tanto el trotskismo, el maoísmo, el leninismo, el anarquismo, etc. se han dejado sentir como opciones reales de cambio dentro de la Otra."

 

Extractos del texto del GSL

 "La sexta declaración y la otra campaña: Un programa y un proyecto para la continuidad del capitalismo"

Por espacio y por la finalidad de que ofrezca elementos de reflexión al camarada C-E y a otros que de la misma forma presenten tales confusiones, tomamos fragmentos explicativos relativos a tales preocupaciones:

 

EL GSL ubica el control que el EZLN hace de la "otra campaña"

"Marcos, dos meses después de publicada "la sexta", durante las asambleas "preparatorias" inició una campaña que buscaba dejar en claro que ésta no sería sólo una campaña zapatista, sino que, según él, sería de todos los que se adhirieran a la sexta... <pero> lo único que une a quienes participan en la otra campaña, es su admiración por el mítico guerrillero, aspirante a sucesor del "Che" Guevara, el sub-comandante Marcos. La otra campaña dista mucho de ser la unión de los "anticapitalistas", es más bien, la unión de los admiradores de la estrella favorita del altermundismo pequeño-burgués. Quien nos lee, puede decir que nos encontramos exagerando. Nada de eso, y prueba de lo que decimos son las horas que el personaje encapuchado destinaba a la firma de autógrafos y a la foto del recuerdo, cargando al niño, con "la gente de abajo" y también, cómo no, con algunas artistas de "izquierda", seguramente, bastante "anticapitalistas"... Otro ejemplo de esto fueron (y son) las asambleas locales, quienes destinaban horas y horas para organizar el recibimiento de tan distinguido personaje; por días, semanas y meses, las asambleas locales de la otra campaña, se dedicaron exclusivamente a organizar quién daría de comer a Marcos, quién lo hospedaría, quién lo cuidaría, quién lo atendería si se enfermaba, etc.... las actividades que programaban las coordinadoras locales... podían ser modificadas a capricho del "distinguido visitante"...

Todo indica, entonces, que el recorrido de la dirigencia zapatista, por el país entero, no tiene sólo la intención de "escuchar a la gente de abajo" sino que además aprovechan el viaje para refundar su brazo político. El propio Marcos sostenía: "queremos dejar claro que el EZLN mantiene su línea, va a seguir promoviendo la aparición de nuevos sujetos sociales, la aparición de nuevas organizaciones, de nuevas formas de organización y de nuevos mundos." SC. Marcos; reunión preparatoria, 6 de Agosto de 2005.

De manera que el GLS demuestra que: "No se puede ser de la Otra Campaña, sin aceptar el programa zapatista expresado en la sexta declaración. La sexta marca una pauta, una serie de principios irreductibles que deben ser aceptados por todos sus adherentes... Queda claro que la otra campaña tiene una sola agenda: La del EZLN y tiene un solo programa: el del EZLN. El programa zapatista expresado en la sexta declaración es el pilar de la otra campaña. Ahí se marca el camino a seguir y se está de acuerdo o no se está, pero no se puede modificar en lo mas mínimo.

... Zebedeo (Monterrey, 5 de mayo 2007) fue muy claro: el objetivo de la comisión sexta es guiar a la otra campaña por dentro de los márgenes del programa zapatista expuesto en la sexta declaración. Si a esto sumamos el "aviso" de Marcos de que la sexta la va a cumplir aunque sea solos, tenemos como resultado que todo intento de modificar la sexta será rechazado por el EZLN.

 

La 6ª declaración y la otra campaña, denunciada claramente por el GSL como burguesas

"Algunas de las personas que se reclaman de la izquierda revolucionaria, llegan a asimilar el contenido de la sexta declaración como la ruptura del zapatismo con su pasado abiertamente reformista, que no es otra cosa que un conjunto de exigencias de derechos democráticos en el marco del Estado nacional burgués mexicano... un análisis detallado de "la sexta" demuestra que dicho programa y el proyecto político que propone (la Otra Campaña) no son más que el mismo intento zapatista de siempre, el de defender, rescatar y refortalecer el Estado capitalista mexicano...

Pese al discurso "anticapitalista" de la sexta declaración, las verdaderas intenciones del zapatismo siguen siendo las mismas desde su aparición pública: combatir solo al neoliberalismo, más no al capitalismo en toda su esencia. Y la lucha anti-neoliberal del EZ, al estar basada en el patrioterismo estatista, se convierte, en los hechos, en una defensa del capital nacional... cuando nos hablan de luchar contra el capitalismo, a lo único a lo que se refieren es a combatir al "modelo" económico que se viene imponiendo durante al menos dos décadas y media a lo largo del mundo, pero parece ser que "olvidan" que el "Estado de bienestar" que reinó en el mundo a partir de los años treintas también era una variante de capitalismo, que también estaba basado en la dominación y la explotación de una clase sobre otra, donde existían millonarios opulentos y masas populares miserables.

... El mismo nombre del EZLN expresa que su programa está contrapuesto a los intereses históricos del proletariado, y que el EZ no puede ser más que un exponente radical de la defensa del capital nacional, pues como su nombre lo dice, su proyecto es la "liberación nacional", la liberación del Estado-Nación mexicano, o sea de todas las clases que habitan dentro de sus márgenes, incluida, claro está, la burguesía mexicana...

El proyecto de "liberación nacional" está en contradicción con el de la liberación del proletariado, del pueblo explotado. La "reconciliación" de ambos proyectos fue obra del estalinismo y del maoísmo durante los 60's y 70's, que llevaron a los explotados a unirse a sus explotadores nacionales, bajo discursos patrióticos, para "combatir al imperialismo". No es raro que el EZ defienda esa supuesta concepción "anticapitalista", tomando en cuenta que las orientaciones políticas mencionadas influenciaron el nacimiento de las Fuerzas de Liberación Nacional, predecesoras del EZLN. Ese falso "anticapitalismo" patriótico es el que expresa el vocero del EZ, de manera repetitiva en la sexta declaración...

... Se deja de lado que el elemento central y decisivo de la lucha anticapitalista es el de que los trabajadores destruyan las bases económicas de la sociedad capitalista, es decir, que hagan desaparecer la propiedad privada y que colectivicen (no hay que confundir con estatizar o nacionalizar) los medios de producción, distribución y de vida. La sexta declaración no habla en ningún momento de la apropiación de los medios de producción a manos del los trabajadores, todo lo reducen, siempre fieles al campo reformista, a hacer nuevas leyes para los pobres...

 

El izquierdismo de corte maoísta, trotskista, estalinista y el anarquismo oficial, se integran en la "otra campaña", porque son expresiones burguesas como el EZLN

"... En sus declaraciones y discursos a lo largo del país, Marcos justifica esta teoría, presentando al Estado-nación como el mayor exponente del bien público. Este entendimiento falso de la naturaleza del Estado lo lleva a justificar la existencia de dicha institución que realmente sólo tiene como función social la de legitimar y mantener el orden explotador. El Estado moderno es el producto del ascenso de la burguesía como clase dominante... Desde siempre ha sido muy común para esa izquierda guerrillera latinoamericana que se identifica con el estalinismo, el maoísmo, o el guevarismo identificar al "socialismo" con la conquista del poder político y la estatización de todos los medios de producción. Siempre han considerado que "aboliendo" la propiedad privada empresarial y sustituyéndola por la propiedad estatal (propiedad que sigue estando "privada" del proletariado) se abolían las relaciones capitalistas de producción...

Esta falsa concepción sobre el "socialismo" proviene de la URSS, donde se vendió la misma idea de la "construcción del socialismo" cuando realmente lo que imperaba era una forma degradante de explotación capitalista, capitalista de Estado...

Esto es realmente lo que existe en el Estado cubano y hacia donde supuestamente pretende dirigirse el Estado venezolano y he ahí hacia donde se dirige el EZLN y la Otra Campaña, que venden la idea reaccionaria de que el Estado es un perfecto y genuino representante del pueblo cubano, que no hay contradicción alguna entre el "arriba" y el "abajo" en Cuba...

Con argumentos de ese peso el GLS puede concluir que:

"... la sexta declaración, no representa un paso adelante en el programa zapatista pues pese a que ahora incluyen en su discurso la palabra "anticapitalista", no hacen mas que definirlo como antineoliberalismo, como hicieran todos los movimientos de "liberación nacional" en el mundo al equiparar anti-imperialismo como anticapitalismo...

  A pesar del cambio de discurso, el programa zapatista de la sexta declaración no representa una ruptura revolucionaria con el sistema; por el contrario se mantiene, a lo sumo, dentro de su muy vieja (y no "muy otra") tradición del marxismo-estalinismo-guevarismo, de las FLN (organización madre del EZLN) y del EZLN mismo hasta antes de su aparición pública, si no es que dentro del margen democrático-liberal...

Al presentar ambos argumentos y al mismo tiempo definir nuestro acuerdo en lo general[1] con lo expuesto por el GSL, no nos conduce a buscar "aplastar" al camarada C-E, por el contrario, es con el motivo de reconocer que el proletariado tiene como único medio para clarificar, fortalecer su conciencia y construir, a la discusión abierta, dicho esto planteamos el llamado a dar continuidad a este proceso reflexivo.

 

Tatlin/octubre-2007

 

Notas:



[1] 1. Como lo hacíamos en RM-100, debemos señalar que consideramos erróneo hablar del EZLN como reformista. Es claro que se trata de un proyecto burgués, y hablar de este como reformista, supondría la existencia de fracciones de la clase dominante reformistas y por tanto "progresistas", aspecto que no es posible en la fase DECADENTE del capitalismo.

 

Situación nacional: 

  • Mexico [3]
  • Zapatismo [65]

Vida de la CCI: 

  • Cartas de los lectores [40]

El capitalismo verdadero causante de la “crisis del agua”

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Un aspecto que expone el peligro al que el capitalismo ha llevado a la humanidad es el problema del agua, al grado que la misma ONU reconoce que en el mundo hay 1,100 millones de personas que no cuentan con el abastecimiento de agua potable. Tan sólo en México esos mismos datos oficiales indican que 11 millones de personas no tienen acceso al líquido. Y este problema no sólo es privativo de las zonas rurales alejadas de los servicios, en pleno DF hay zonas (como Iztapalapa) que viven prácticamente sin el servicio de agua, y lo mismo sucede en ciudades como Tijuana y Juárez. Es evidente que el agua, se ha convertido en un problema, lo cual ha dado pauta para que gobiernos, agrupaciones izquierdistas, ecologistas, ONG's y toda una fauna de intelectuales se desgarren las vestiduras y expongan pretendidas explicaciones del problema e incluso de soluciones, pero tanto en sus explicaciones como en sus propuestas de solución se busca esconder que el verdadero problema se encuentra en la existencia del capitalismo. Este sistema no sólo se funda en la explotación del trabajo asalariado, sino que avanza depredando al ambiente, al grado que no sólo contamina el agua (y el aire) sino además, despoja y concentra al sistema hidrológico, integrándolo en su lógica de ganancia.

 

La clase dominante no tiene solución al problema del agua

Las burguesía, a través de sus aparatos de derecha e izquierda, intenta hacer aparecer al problema del agua como una dificultad que proviene del crecimiento poblacional y del uso desmedido que la humanidad le ha dado, es decir, que esto que se vive tendría su raíz, en cierta parte, en aspectos de orden "natural" y otros que se refieren a una falta de "cultura del ahorro del agua", por ello las soluciones que expone van desde el cuidado y la racionalización del uso del agua de forma individual y en la producción, la aplicación de tecnología avanzada para la extracción, tratamiento y distribución, hasta la realización de una pretendida "democratización" de la distribución y del control del agua. Estas propuestas llevan como evidente trasfondo, hacer creer que el capitalismo puede acabar con su naturaleza depredadora e irracional, aplicando adecuadamente la tecnología, inculcando la "cultura de protección de los recursos", pero además pretende hacer creer que imponiendo altos cobros por el uso y acceso del agua puede encontrar una solución, estas ideas son complementadas por aquellos que pretenden encontrar la solución a la "crisis del agua" mediante la invocación a la democracia... de tal forma que buen uso le ha dado la burguesía a la crisis del agua para dejar colar la idea de que el capitalismo puede ser más"humano y racional" y puede ofrecer una salida a la destrucción del ambiente y asegurar que se cubran las necesidades de agua.

Es real que la burguesía, como el resto de la humanidad, está preocupada con lo que sucede al agua, sin embargo, su preocupación central es como se apropiará y cómo hará negocio con ella. Sus invocaciones a los acuerdos internacionales impulsados por la ONU (como la "observación 15"), los "derechos constitucionales", o las declaraciones de los gobiernos por crear acuerdos de protección, no son sino parapetos de sus verdaderas intenciones: la apropiación del agua bajo cualquier circunstancia. La declaración descarada del consejero del Pentágono, Andrew Marshall, en el sentido de que ante la falta de agua potable los EUA deben prepararse para apropiarse del agua "allí donde esté y cuando sea necesario"[1], nos explica que para el capital el agua es ahora un recurso estratégico, por eso la intención de todos los Estados nacionales (en tanto representación y expresión social del capital) es la misma que la declarada por los voceros de la burguesía norteamericana, sólo que la capacidad de fuerza con la que cuentan en el plano de las pugnas imperialistas no les permite, ni ser tan descarados al externar sus deseos, ni llevar a cabo, en lo concreto, tal propósito. Por ello, la crisis del agua no proviene SOLO de la actuación depredadora de algunos gobiernos, o de algunas empresas (como Nestlé, Lála, CocaCola...), es el sistema en su conjunto el que engendra esta degradación, que pone en peligro a la humanidad y hace, por tanto, cada vez más evidente la NECESIDAD de su destrucción.

 

El capitalismo ha convertido en mercancía al agua

Con el fin de hacer ver su preocupación por lo que sucede con el agua, la clase en el poder convoca a foros (como el Foro Mundial del Agua, o sus complementos definidos como foros "alternativos"), ellos, lo mismo que en sus escritos y proclamas (desde ambos lados: los oficiales y los alternativos) expanden una campaña de confusión que va encaminado a atrapar la conciencia del proletariado (y a usar la "buena fe" de grupos sociales no explotadores, como los campesinos o estudiantes) y así evitar que se logre reflexionar que el sistema capitalista es el verdadero causante de la crisis del agua. Se ha convertido en un alegato de amplia referencia para izquierdistas y altermundistas, el que el agua no es una mercancía. Este frase, que se ha vuelto el cliché preferido, dado que les permite presentarse como opositores a las ansias abiertas del capital por apropiarse de toda el agua y comerciar con ella, y al ganar prestigio con ello poder conducir a mayores confusiones y trampas.

Los argumentos más convencionales para "demostrar" que "el agua no es mercancía", avanzan señalando primero que es un medio ambiente, fuente de vida, esencia de vida, recurso natural no renovable... hasta aquí se podría acordar con la caracterización, no obstante este argumento es usado inmediatamente para concluir que el agua es "un derecho humano fundamental" y debe pugnarse porque así sea reconocido. De manera que (sin entrar en el debate de los juristas) podríamos entender que estos derechos humanos son "garantías legales" que tienen los individuos por el hecho de pertenecer a la raza humana, sin embargo estos preceptos son definidos en 1948 justamente por la ONU (estructura continuadora de la Sociedad de las Naciones, a la que Lenin, con justeza llamara "cueva de ladrones") y respaldados por las constituciones de los diversos Estados-nación (no es raro, dicho sea de paso, que se establezca como uno de esos derechos, a la propiedad, y la protección de los sindicatos). De manera que sembrada la esperanza en las instituciones del capital para que "solucione" la actuación depredadora del mismo capital, cierran el círculo al plantear como salida alternativa (como lo hizo la "Reunión alterna al Foro Mundial del Agua, 2006) que: "... la gestión y el control (del agua) deben permanecer en el ámbito público"... Explicando más abajo que: "Es obligación de todas las instituciones públicas... garantizar estas condiciones" (el subrayado es nuestro), es decir que, aunque usen un lenguaje radical exponen su apoyo a las acciones del Estado, en tanto concluyen que éste debe ser quien maneje y controle el agua.

En este mismo tenor, pretendiendo mostrar una actitud de enfrentamiento al proceso privatizador del agua, la Coalición de organizaciones por el derecho al agua, afirma: "el acceso al agua potable no se logrará mediante procesos de privatización, sino mediante el cumplimiento de la responsabilidad social del Estado..." (el subrayado también es nuestro)... En ambos ejemplos notamos que le otorgan al Estado la cualidad de representante "neutral" de la sociedad, aspecto que es FALSO. El Estado y sus "instituciones públicas" responden a las necesidades del capital, por ello todo ese discurso falsamente "alternativo" termina insistiendo que el capitalismo puede hacerse más "humano" y menos depredador siempre que se usen "mejores políticas".

No menos peligrosas son las proclamas fundadas en un lenguaje marxista realizada por intelectuales. Un ejemplo de ello es el libro "Economía y política del agua" de J. Veraza. En éste inicia exponiendo un acercamiento a la explicación marxista de cómo el agua aún cuando no tiene valor (en tanto no es producto del trabajo humano) es forzada, mediante una imposición de precio a presentarse como mercancía, pero termina repitiendo el mismo discurso altermundista. Hay en su explicación el inicio de una explicación adecuada al señalar que "el agua es patrimonio de la humanidad", pero se queda a mitad de camino y deja de reconocer que la humanidad de encuentra sometida por el capital, y no sólo por las trasnacionales, las cuales son parte de este sistema de explotación, pero no basta con limitar su poder para alcanzar la emancipación de la humanidad. Este "olvido" es lo que conduce a que, cuando critica la "solución" a la crisis del agua mediante la privatización, derrumbe los mismos argumentos teóricos que había desarrollado al suponer que la "...solución política no necesariamente ni mucho menos coincide con la destrucción del capitalismo..." sino que tal solución política se basa en la esperanza (o súplica) de que "... el capital social nacional y mundial pueden proceder a tomar conciencia y a contraponer a los abusos hídricos de los capitales privados, trasnacionales del agua en primera fila" (p.30)... En resumen, la solución deberá presentarse a partir de que el sistema tome una conducta racional y "conciente", que ablande a las políticas neoliberales, que los sectores "progresistas" del capital o el Estado, limite la voracidad de las trasnacionales y entonces el capitalismo con rostro humano podrá aparecer...

La humanidad en su totalidad se encuentra amenazada por el capitalismo, proclamar que este sistema puede mejorara si se ajustan las reglamentaciones internacionales o nacionales o con una actuación racional y bondadosa de la burguesía, es llamar a los trabajadores que olviden que hay una necesidad de su actuación revolucionaria... hoy el señalamiento de Engels, sobre el hecho de que la humanidad se encuentra ante la disyuntiva: socialismo o barbarie, se hace más patente que nunca, o la clase trabajadora pone fin a este podrido sistema o la humanidad se verá envuelta en una espiral de barbarie destructiva.

Rojo /octubre-2007



[1] Declaración publicada por The Guardian, citada por Gian Carlo Delgado, en "Agua", Ediciones La Jornada, 2006, p.189.

Cuestiones teóricas: 

  • Medio ambiente [66]

El mito del Che Guevara

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Con motivo del 40 aniversario del asesinato del "Che Guevara" se ha levantado una gran campaña. A través de las voces y las plumas de los intelectuales, de partidos de izquierda e izquierdistas y desde luego a través de "eventos culturales" y medios de divulgación masiva se ofrece especialmente a los jóvenes una figura con la cual identificarse y junto con ella, un modelo de lucha a seguir: la figura de Ernesto Guevara y la forma de lucha guerrillera. Habría que preguntarse entonces, quién impulsa esta propaganda y por qué lo hace; por qué la burguesía no hace algo para impedir que los jóvenes se identifiquen con estos símbolos que al ser imitados pondrían en peligro su sistema de explotación, y por el contrario parece que los promueve. Para tratar de contestar estas preguntas es necesario un análisis del significado de la lucha guerrillera y cómo se inserta la figura del "Che" en ella.

Los fundamentos y objetivos de la lucha guerrillera

Existieron, existen y existirán una gran variedad de grupos guerrilleros: castristas, maoístas, marxistas-leninistas, zapatistas; militaristas, frentistas o partidistas; populares, democráticos y hasta "proletarios" o "comunistas". A pesar de las diferencias que puedan existir entre ellos -en la ideología y el discurso- como: la "liberación nacional", la "revolución democrática", "anti-imperialista" o ‘socialista', tienen características comunes y la más importante es que todas las guerrillas promueven una lucha nacional. Esto es muy importante reconocerlo porque significa de entrada que las guerrillas se plantan como supuestos defensores de los habitantes de una región en contra de los habitantes del resto de las regiones del mundo. Es decir, están fundamentados en la ideología nacionalista de "defensa de la patria" que la burguesía promueve desde la educación preescolar porque la patria o la nación es el espacio que domina cada burguesía. El nacionalismo es la ideología de la burguesía; es la ideología que expresa la lucha a muerte entre todas y cada una de las burguesías de cada país tanto a nivel económico como a nivel político y que se pone de manifiesto de forma abierta y brutal en las guerras. "La defensa de la patria" es la ideología con la que han arrastrado a los trabajadores del mundo entero a masacrarse entre ellos para defender los intereses de los explotadores en cada país.

Por ello, los fundamentos de la guerrilla no pueden ser liberadores o revolucionarios, son la ideología de la competencia, del odio y de la destrucción entre los hombres y más precisamente la destrucción entre los explotados, usados como carne de cañón para mantener y aumentar los privilegios de los capitalistas. Cuando se lanzan gritos "por la liberación nacional" y en contra del "imperialismo Yanki" se esconde la realidad imperialista de todos los demás países de la tierra, incluyendo los más pobres en los que también existe una burguesía que explota salvajemente a los trabajadores y se esconde la existencia de explotados en todos los países, y por supuesto en los Estados Unidos, que también desean un mundo mejor para vivir.

Por ello, aunque la guerrilla se autonombre revolucionaria, o marxista, está totalmente en contra de los intereses de la clase proletaria que son al mismo tiempo los intereses de la humanidad entera porque éstos hacen a un lado las divisiones territoriales y tienden, a nivel planetario, a eliminar toda forma de explotación entre los hombres, las clases sociales y las nacionalidades y a crear una comunidad humana mundial.[1]

Como consecuencia de su ideología nacionalista, la guerrilla plantea una lucha puramente nacional. Su "internacionalismo", cuando no se reduce como en el caso del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FZLN) a buscar apoyo de la burguesía de otros países, no va más allá de un "nacionalismo ampliado", como lo es el sueño de Bolívar, Guevara, Cayetano Carpio o actualmente de Chávez, de una "patria grande" latinoamericana, de una Centro América "administrativa y económicamente unida"... Este es el sueño de una fracción burguesa "latinoamericana" que ansia ser fuerte. Por ello sus objetivos son los mismos que los de la burguesía en todo el mundo, en ese sentido las nacionalización de las empresas "transnacionales" o de las riquezas naturales, la Reforma Agraria, la restitución de una parte de las tierras a los campesinos, la política exterior "no alineada", no son sino instrumentos como los que busca apuntalar el proceso de acumulación, afirmar su dominio sobre los trabajadores y ganar terreno en la disputa imperialista.

Por el contrario, la oleada revolucionaria internacional del proletariado de 1917-23 mostró de manera práctica lo que el marxismo siempre ha destacado: que para el triunfo revolucionario el proletariado requiere unirse y organizarse a escala mundial porque para el triunfo de la revolución es necesario extender ésta también a toda la Tierra. Una revolución que será obra de toda la clase obrera y no de unos cuantos individuos valientes.

 

Los orígenes de las guerrillas

La asimilación de las guerrillas a una fracción burguesa no siempre se da desde su origen como sí fue el caso del FSLN que reconocía que para ser un aspirante serio a ocupar el gobierno de Nicaragua, era indispensable la "participación" de una fracción de la burguesía. En América Latina gran cantidad de ellas han surgido por "impulso propio", como pequeños grupos de personas audaces, las cuales en su mayoría han sido literalmente liquidadas por las fuerzas represivas de los Estados. Las guerrillas han nacido o bien de los movimientos urbanos (por ejemplo, de movimientos estudiantiles, de las luchas contra el fraude electoral, por un gobierno "democrático", contra un gobierno militar, a partir de los grupos de choque de los partidos de "oposición" o de oficiales militares "rebeldes") o bien de las luchas campesinas por la recuperación de la tierra.

Los grupos guerrilleros, cuando no son creación de la misma burguesía, surgen como expresión del romanticismo y desesperación de la pequeña burguesía. La pequeña burguesía está atada de diferentes formas a la burguesía económica, ideológica y políticamente, aspiran a un ascenso social aunque constantemente es precipitada a las filas de la clase trabajadora. Por eso carece de una perspectiva histórica propia. Su posición política y la ideología que engendra y extiende no es revolucionaria, sino conservadora, pues para subsistir como tal, requiere mantener el orden social existente; se opone al "imperialismo de EUA" que asfixia y arruina, pero a la vez desconfía del proletariado. Así, por su naturaleza de clase, las luchas guerrilleras se enfrentan al dilema de ser irremediablemente aplastadas por el Estado o a transformarse en el instrumento de alguna fracción del capital. De esta manera, la guerrilla está totalmente opuesta a las organizaciones de la clase trabajadora por su ideología, sus orígenes, sus métodos de lucha y sus objetivos.

Con la entrada del capitalismo en la fase de descomposición, las guerrillas que surgen en este periodo traen con ellas nuevas características en el plano teórico y práctico: las aberraciones de la "lucha por la liberación nacional" ya no se ocultan tras una máscara "marxista", sino que se presentan como defensa de la legalidad burguesa e ignoran más que nunca la correlación de fuerzas con la burguesía lanzando a las "bases" a masacres seguras "cuando una centena de hombres (y niños) delirantes, mal armados, acorralados en la sierra, imaginan ser ya no una guerrilla, sino un "ejército regular", capaz de enfrentar y derrotar al ejército nacional" como sucedió con el EZLN.

Mientras que la lucha obrera es una lucha en la que se desarrolla, a través de reivindicaciones económicas, (por aumento de salarios, empleo y en contra de los despidos) progresivamente la unidad y organización mundial de la clase trabajadora y su conciencia sobre los objetivos y los métodos de su lucha, la lucha guerrillera se transforma en un pozo sin fondo a donde va a perderse mucha gente combativa que desea luchar por un mundo mejor pero que su coraje y combatividad se ve anulada. Mientras la lucha proletaria se dirige a terminar con la explotación, el hambre, la devastación ecológica y la guerra, la lucha guerrillera es vehículo de la ideología y política burguesas y promueve, por tanto, el mantenimiento de este sistema de destrucción.

 

El mito del Che Guevara revolucionario

Y el héroe que intenta vendernos otra vez la burguesía, es de esta naturaleza. Ernesto Guevara, el "revolucionario marxista internacionalista" que ha "combatido el imperialismo" ha llevado en realidad una política burguesa nacionalista patriotera, ejemplo de esta actitud queda develada en su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 11 de diciembre de 1964: "Me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica...».

Pero además al participar Guevara en el gobierno cubano, expone su preocupación para mejorar el proceso de explotación, una carta a Carlos Quijano, editor de un semanario radical publicado en Uruguay explicaba: "El Estado algunas veces comete errores. Cuando uno de esos errores ocurren, se refleja en una disminución del entusiasmo colectivo con la resultante de una disminución cuantitativa de la contribución de cada individuo, cada uno de los elementos que forman el total de las masas. El trabajo se paraliza tanto que sólo se producen cantidades insignificantes. Es hora de hacer una corrección."

Así es que esta es la razón por la que la burguesía no sólo no evita, sino estimula esta campaña. De esta manera, los jóvenes proletarios tendrán un ejemplo falso de lucha y de hombre, un ejemplo que neutralice su combatividad para dejarlos fuera del verdadero combate que tiene por objetivo destruir al capitalismo y construir un mundo mejor. Y la fecha le viene como anillo al dedo a la burguesía para realizar un nuevo ataque a la conciencia de la clase trabajadora en momentos en que la crisis se agudiza y los jóvenes son las primeros en padecerla. Esta vez el ataque va dirigido especialmente a la nueva generación de trabajadores: a los jóvenes que soportan peores condiciones de trabajo que sus padres, a los que no han encontrado trabajo y a los que al terminar sus estudios se enfrentarán de inmediato con el desempleo. Ante la falta de perspectiva para la juventud, la burguesía le ofrece una trampa para desarmar su combatividad e impedir el desarrollo de su conciencia de clase.

Por más romántico que pueda parecer la vida del guerrillero, por más valentía o desinterés que se resalte de la personalidad del Che, la posibilidad para cambiar este reino de la necesidad no se encuentra en las acciones ciegas, voluntaristas y desesperadas, por eso ante la campaña apologética, los comunistas convocamos a cambiar el odio por la conciencia, la actitud individualista por la unidad de clase, la violencia ciega por la organización y la imagen carismática del Che, que simboliza una forma de muerte de muchos anhelos revolucionarios por la imagen viva y en marcha del movimiento proletario por la revolución mundial.

Héctor /octubre-2007.

 

Notas



[1] El comandante del M 19 llegó a decir, poniendo en claro sus alianzas con la clase dominante: "No estamos pretendiendo destruir el orden burgués. Estamos proponiendo un pacto real entre pueblo y gobierno para salvar a este país, para detener a este futuro de guerra civil...El M19 es una propuesta nacionalista, patriótica, bolivariana...no es una propuesta clasista". "Proceso", octubre de 1984.

Corrientes políticas y referencias: 

  • Castrismo [13]

Acontecimientos históricos: 

  • Guerra de Corea [67]

Huelga en GM: El obstáculo sindical en los Estados Unidos

  • 3987 lecturas

Los trabajadores tienen que enfrentar la violencia o la amenaza de ella cuando luchan, pero también tienen que lidiar con todas las maniobras de los sindicatos y sus aliados políticos.

En los EU, a finales de septiembre, hubo un ejemplo clásico de una huelga sindical en General Motors, donde los trabajadores, preocupados por la seguridad del empleo y condiciones de retiro, se encontraron  en una huelga de dos días que resultó en el acuerdo sindical (la UAW) para degradar los niveles de vida de los trabajadores.  

Al principio la huelga de 73 000 trabajadores de GM, que cerró todas las 82 fábricas de GM en los Estados Unidos y paró el abastecimiento a las plantas de Canadá y México, fue catalogada como la primera huelga en GM desde 1998, la primera huelga nacional en el sector automotriz en 3 años y la primera huelga a escala nacional en GM desde 1970. Se ha dicho que GM tiene suficientes autos y camiones para resistir una huelga corta, a principios de septiembre tuvo un aprovisionamiento de 65 días. Con todo, a pesar de la marcada combatividad con que los sindicatos respondieron, tuvo la confianza suficiente para hacer un acuerdo con la compañía que fue saludado con deleite por los media, Wall Street y otras compañías del automóvil. La presión es de GM para acordar con el seguro de salud y de retiro, lo cual se asume como una responsabilidad del sindicato, que se convierte en el mayor inversionista con los fondos que ha sido beneficiado. Habrá también dos niveles en el sistema de pago y beneficios donde los obreros nuevamente contratados ganarán mucho menos, tal vez la mitad en relación a las condiciones de vida de los obreros actualmente.

La razón del regocijo en la clase dominante radica en el estado de la industria automotriz en los Estados Unidos. Los tres grandes de Detroit (GM, Ford y Chrysler) perdieron juntos quince mil millones de dólares el último año y enfrentan la mayor competencia en el mercado americano. Ellos tenían el 73 % del mercado nacional en 1996, bajando al 54 % el año pasado y ahora es menos del 50%. La parte del mercado de GM fue del 40 % a mediados de los años 80 a menos del 24 % actualmente. Contra esto, los fabricantes de automóviles europeos y japoneses establecidos en el sur están pagando a sus obreros menos mientras su parte de mercado se incrementa. 100,  000 empleos automotrices se han perdido en los últimos cuatro años. Es una verdadera crisis de la industria automotriz y los obreros están pagando por ella.

 

Los izquierdistas apoyan a los sindicatos

Los grupos del ala izquierda del capitalismo (trotskistas, estalinistas etc.) se quejan de las burocracias sindicales, de cómo traicionan a los obreros y se alían al partido capitalista, los demócratas. Esto no es una noticia de primera plana, como aún un reporte de la CBS lo especificaría de que la UAW había "acordado los planes de  venta masiva y cambios a los seguros de salud y de retiro, para beneficiar a los fabricantes de autos." Denunciando los "negocios sindicalistas" donde los sindicatos parecen salir de su ruta para ayudar a los capitalistas, es el tema que vende la izquierda. El sitio Web de The World Socialist denuncia al sindicato UAW por "colaboración con GM sobre sus planes de reestructuración que eliminaron 34, 000 empleos." Pero, como toda la izquierda, todavía se aferran a un marco sindical (menos burocrático), presente en los años 30 como la época dorada del sindicalismo y quieren que la industria automotriz tome este carácter.

Los mismos problemas se han planteado a los obreros por todo el mundo. La crisis de la economía capitalista descansa tras los ataques de la burguesía. El Estado capitalista no puede ser usado por los obreros y desde que los sindicatos se han transformado, desde hace mucho tiempo, en cuerpo y alma, en el principal obstáculo para el desarrollo de las luchas obreras, los obreros necesitan claramente medios de lucha que cubran la necesidad de autoorganización y un desarrollo de la solidaridad en las filas de la clase trabajadora.

 

Car. 02/10/07

Geografía: 

  • Estados Unidos [68]

Noticias y actualidad: 

  • Lucha de clases [69]

Impuestos e inflación: La burguesía descarga sobre la espalda de los trabajadores el peso de la crisis

  • 3872 lecturas
La burguesía siempre ha acompañado los ataques a las condiciones de vida de los trabajadores con los más bellos discursos sobre las bondades de sus medidas, la fuerza de la economía nacional o la pretendida eliminación de la crisis económica. Pero después de 40 años de crisis permanente del capitalismo, la clase obrera sabe que estos discursos sólo auguran más miseria y más explotación. Detrás de estas promesas sobre la "salida del túnel", se han extendido los ataques a las condiciones de vida de los trabajadores... en las dos últimas décadas los ataques han llevado a los trabajadores a sufrir altos niveles de explotación y miseria, ejemplo de ello es la desaparición del sistema de pensiones y jubilaciones en el sector privado y público; pero también con el incremento de las usurpaciones del capital a sus salarios reales y directos con la imposición de nuevos gravámenes y la subida de los precios de los productos más necesarios para la subsistencia. Una situación que, como nunca antes, está volviendo insoportable la existencia de las familias obreras.

 

Incremento de impuestos, política de apoyo al capital

Como un mecanismo para cooptar una masa superior de la plusvalía social por el Estado y distribuirla para poder realizar una protección de la ganancia capitalista, el gobierno ha establecido una "reforma fiscal" agresiva, no obstante el discurso oficial alega que es para lograr un crecimiento y un beneficio de los que "menos tienen". El mecanismo que en esta "reforma" utilizaron fue el establecimiento de impuestos mayores al consumo y al impuesto sobre la renta (ISR), aunque se proyecta a largo plazo el aumento del IVA a los alimentos y medicinas. El gobierno, no se cansa en decir que esta "reforma" es una clara exposición "de los mecanismos de la democracia", y que es un mal, pero es necesario para mejorar el futuro del país y alcanzar, ahora si, la modernización... Por eso los anuncios por radio y TV, no cesan en llamar al sacrificio de los trabajadores y en la "necesidad" de "dar algo más" por la patria.

El sistema impositivo que se ha establecido, tiene la característica de ofrecer facilidades a los capitales mayores para reducir la masa de impuestos. Al establecer el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), el Estado vigila la ganancia, dando trato especial a los capitales mayores, buscando impulsar un proceso de concentración de capital que favorezca el proceso de acumulación. De la misma forma, este proceso ayuda a limitar los costos de las empresas, en tanto que su aparato de "contabilidad creativa" (es decir el sistema encargado de trampear la reglamentación fiscal) se limita, dado que en los hechos les reduce los impuestos. Este mecanismo sin duda afectará a algunos capitales individuales, sin embargo el Estado tiene como prioridad la defensa del sistema, y su objetivo central es buscar los paliativos que permitan al capital enfrentar la crisis.

 

Aumento de precios

Apenas hace unos diez meses denunciábamos en estas páginas (RM N° 97, Mar-Abr 2007) el aumento generalizado de los precios que devastaba los salarios de la clase trabajadora a niveles nunca vistos y establecíamos que "Cuando la crisis económica del sistema se agudiza la burguesía también ve afectada su ganancia, no obstante esta busca recuperarla aplastando los salarios, incrementando los ritmos de explotación y al mismo tiempo aumenta los precios, por eso la elevación generalizada de precios es un golpe contra todos los trabajadores." Es decir, la inflación es también un mecanismo que utiliza el Estado de la clase dominante para echar sobre las espaldas de los trabajadores el peso de la crisis, por eso pronosticábamos que ante la agravación de la crisis, las condiciones de vida de los trabajadores serían afectadas aún más, lo cual se ha verificado de una manera alarmante. Este tipo de ataques contra los trabajadores son inexorables dentro del capitalismo pues son una característica que acompaña a la crisis que es inherente al mismo. Por eso, en el futuro sin inevitables los llamados mecanismos de ajuste que, como los actuales, degradarán cada vez más las condiciones de vida de la clase obrera.

Este regreso de la inflación confirma aquí también, como en el resto del mundo y principalmente en los países centrales del capitalismo la tendencia del aumento de los precios de las materias primas y de los alimentos lo que provocará inmediatamente una restricción mayor del consumo de los obreros.

En México los mayores incrementos de precios se registran en las mercancías y servicios de consumo básico y masivo tan sólo en el mes de septiembre: el pan se incrementó en 3.42% (anualizado, 10.73%); la leche evaporada y condensada en 2.68% (anualizado, 7.73%); quesos varios, 2.5% (anualizado, 13.17%). Algunos datos disponibles sólo refieren los aumentos en el mes de septiembre, tales como el jitomate, o tomate en algunas regiones, 38.51%; chile poblano, 24.74%; papaya, 24.58%; melón, 23.68%; tomate verde, 17.78%; plátano, 14.74%; chile serrano, 13.61%; huevo, 3.62%; pescado, arriba del 1%; y un largo etcétera que incluye a la educación, el impuesto predial, las cuotas de autopista y por lo tanto el transporte, los derechos de suministro de agua potable, línea telefónica, combustibles y otros tantos servicios...

 

La agudización de la crisis se acompaña de una estrangulación mayor de los trabajadores

Todos los signos de la economía mundial apuntan a la recesión generalizada y será inevitablemente la clase trabajadora quien pague las consecuencias no sólo con este tipo de ataques sino conjugados con más desempleo y miseria. Como ya lo hemos evidenciado en otras ocasiones, tanto los aumentos de las imposiciones fiscales como el aumento de los precios son mecanismos de recuperación de ganancias que utiliza la burguesía en su conjunto ante las dificultades presentes para la acumulación por la profundización y la extensión de la crisis económica.

Ante esto, se oyen voces lamentándose del "gobierno de derecha" el cual sería el responsable de estos ataques y vociferando que si el gobierno fuera de izquierda otra cosa sería. Sin embargo, son cortinas de humo que esconden que el verdadero responsable es el capitalismo; que la experiencia mundial en todos los continentes demuestra que en estas cuatro décadas de crisis permanente todos los gobiernos, de derecha, centro o izquierda, han aplicado siempre las mismas medidas de choque ante la crisis como corresponde a un Estado que es el órgano de dominación de la burguesía contra el proletariado y demás capas explotadas; no se trata de elegir mejores colores o ideologías pues todas son parte del abanico del capital ni tampoco de errores o incapacidad de tal o cual político.

 

Ante la afectación de las condiciones de vida no hay más camino que la lucha

Los ataques feroces que se dirigieron en contra de los trabajadores del Estado, mediante la llamada "ley del ISSSTE", logró pasar, pese al coraje y combatividad que durante el mes de abril y parte de mayo expresaron, por la actuación de la estructura sindical que en todo momento somete o desvía cualquier intento de organización y movilización real, esa misma actitud lleva para hacer que los trabajadores se traguen los incrementos de impuestos y precios; se hace indispensable por ello para los trabajadores reflexionar sobre el futuro que ofrece el capitalismo, y al mismo tiempo poder ubicar el papel que los sindicatos juegan, y lograr poner en claro que estos son un engrane más de la clase dominante...

Es evidente que no hay otro camino que retomar la dinámica de lucha para resistir la escalada de ataques y también la reflexión que conduzca a la clarificación de lo que el capitalismo ofrece y de cómo utiliza la burguesía a sus partidos (de derecha e izquierda) y a su aparato sindical para evitar que de manera efectiva se pueda poner un alto a los agresivos "programas económicos".

El descontento creciente entre las filas obreras por la miseria profundizada a la que se le somete, debe de transformarse en coraje combativo y sobre todo conciencia para enfrentar al capital; esta resistencia significa de inmediato una crítica política a las leyes ciegas del capitalismo y lleva en su seno la comprensión, a plazo, de la imposibilidad de mejorar el sistema o de encontrar alguna fórmula política que les traiga algún bienestar.

O /octubre-2007.

Situación nacional: 

  • Mexico [3]
  • Situación económica [70]

La solidaridad es la clave al desarrollo de la conciencia de clase

  • 3557 lecturas

Como hemos puntualizado en otros artículos sobre la situación nacional en EU[1], el capitalismo americano es actualmente acosado por una enfermedad doble: una crisis histórica de su poder imperialista y una crisis económica que se vuelve más y más inmanejable. La respuesta de la clase dominante a esta situación ha sido una huida hacia delante en la guerra imperialista alrededor del globo y la continuación de los gastados trucos fiscales que han dejado a la economía en un total desastre hasta el presente. Esas políticas han significado para la clase obrera un continuo deterioro de sus condiciones de trabajo y nivel de vida y aumento de la inseguridad social. Debido al retroceso de la lucha de la clase obrera entre la confusión luego del colapso del «comunista» bloque del Este y la supuesta «victoria» del capitalismo democrático, la burguesía ha sido capaz de implementar estas políticas sin una seria respuesta de la clase obrera, única fuerza en la sociedad que tiene una opción real que ofrecer al callejón sin salida del moribundo capitalismo. Sin embargo, en los últimos años hay una mayor evidencia de que hemos entrado en un periodo en el que la lucha de clases estará nuevamente en el centro de la situación social y las políticas de la burguesía de austeridad y guerra no irán sin una respuesta. Para poder ayudar a las futuras luchas a desempeñar todo el fruto de sus potencialidades necesitamos precisar nuestra comprensión de la presente etapa de la lucha de clases. 

 

¿Dónde está la lucha de clases en EU?

Es imposible comprender el actual estado de la lucha de la clase obrera en EU sin situarla en el contexto más amplio de la lucha de la clase obrera internacional. Así, es importante recapitular brevemente las principales características de la actual fase de esta lucha de clases. Hemos visto desde 2003 la tendencia generalizada de la clase obrera internacional a emerger del reflujo de su conciencia y combatividad, y la desorientación general que tuvo lugar luego de la confusión causada por la caída del sistema de los dos bloques a finales de los años 80. Este viraje de la clase hacia el camino de la confrontación contra su enemigo histórico tuvo uno de sus más remarcables momentos en la gran movilización de los estudiantes en Francia en la primavera de 2006. Las luchas en Alemania que se desarrollaron al mismo tiempo que la movilización en Francia, y desde entonces las movilizaciones de la clase en muchos otros países en el centro y periferia del capitalismo alrededor del mundo han confirmado que estamos en una nueva fase de la lucha de la clase obrera a nivel internacional.

Como hemos puntualizado a través de la prensa de la CCI las características centrales de esta fase de la lucha de clases son:

-              la emergencia de una nueva generación de trabajadores que enfrentan por primera vez a su enemigo de clase;

-              el planteamiento de la cuestión de la solidaridad en el conjunto de la clase obrera y entre sus generaciones;

-              la recuperación de los métodos y formas de lucha históricos de la clase obrera, -asambleas generales, huelga de masas-;

-              una tendencia a tomar conciencia de lo que se encuentra en juego en la situación histórica actual.

La clase obrera en EU ha tomado parte totalmente de este resurgir. Como en otros países los trabajadores en EU han sido empujados por los ataques a sus condiciones de trabajo y de vida por un sistema capitalista atascado en una permanente crisis económica, a defenderse y dejar atrás el periodo de desorientación característico de la década de los 90. Como hemos puntualizado en nuestra prensa, el punto más alto de esta orientación fue la huelga de tres días por los trabajadores del transporte en Nueva York en la temporada de vacaciones navideñas en diciembre del 2005. Sin embargo, este no fue un incidente aislado sino la más clara manifestación de una tendencia de la clase a regresar al camino de la lucha como se vio en la lucha de los trabajadores de supermercados en California en 2004 y las luchas en Boeing, los de North West Airlines y trabajadores del transporte en Filadelfia en 2005. Esta misma tendencia a volver al camino de las luchas continuó en 2006, como se expresó en particular por la huelga salvaje de los profesores por dos semanas en Detroit en septiembre y huelga de más de 12 mil trabajadores de 16 plantas de Goodyear Tire & Rubber en EU y Canadá en octubre del mismo año.

Todas estas luchas, enfrentaron las mismas cuestiones: la amenaza de ataques draconianos sobre los salarios existentes y beneficios -corte directo a los salarios, beneficios a los cuidados de la salud y pensiones que afectarían no solamente a la actual fuerza de trabajo, sino a las futuras generaciones de trabajadores. La combatividad de los trabajadores implicados en estas batallas, donde la oportunidad de ganar muchas veces era escasa, ha sido enorme, mostrando la gran reserva de energía existente en la clase que tiene dos generaciones de trabajadores no derrotados. Los trabajadores del transporte en la ciudad de nueva York y Filadelfia y los profesores de Detroit se fueron a la huelga fajo la amenaza de penas legales y financieras por violar las leyes que impiden a los empleados públicos hacer huelga. En todas partes los trabajadores estaban concientes de hacer mayores sacrificios personales. Sin embargo más allá de la combatividad, lo que es más remarcable es el naciente desarrollo de la conciencia contenida en estas luchas, particularmente al nivel de la identidad de clase y solidaridad. Los trabajadores algunas veces entraban en lucha sabiendo bien que no solo se defendían a sí mismos, sino a las futuras generaciones de trabajadores y la clase en su conjunto. Este fue  el mensaje que algunas veces los trabajadores repetían durante la huelga del transporte en Nueva York cuando la principal causa de la huelga era una propuesta de la patronal de un nuevo sistema de pensión para  los futuros empleados que incluían contribuciones más altas para todos los nuevos contratos. Esto expresó un rechazo a «vender a los que aún no nacen» y a defender el futuro de las nuevas generaciones de obreros, una expresión de lucha y del desarrollo de la solidaridad y toma de conciencia en la clase.

Por otro lado, a pesar de la enorme combatividad y la conciencia de clase mostrada por los trabajadores inmersos en estas luchas, ha habido enormes debilidades en esos movimientos. En cada caso la clase dominante logró mantener las luchas bajo el control de los sindicatos, que trataron de aislar a los trabajadores de las luchas de sus hermanos de clase que se encontraban ante la misma andanada de ataques a salarios y beneficios sociales. Aún durante las huelgas como la de los transportes de Nueva York donde hubo tremenda simpatía de la clase obrera local y espontáneas expresiones de solidaridad, la burocracia sindical trató de mantener aislados a otros trabajadores y se limitó a emitir declaraciones de «solidaridad». Este control por el aparato sindical en las actuales luchas, dado el retroceso en la conciencia de clase que ocurrió durante la década de los 90, no es una sorpresa. Los trabajadores tendrán que recordar y recuperar las lecciones de sus luchas pasadas  para confrontar estas instituciones del estado burgués. Será en esta confrontación que los trabajadores nuevamente podrán encontrar sus propios métodos de organización y lucha -asambleas masivas, comités de control obrero, huelga de masas-que aún olvida el naciente movimiento en EU.

Sin embargo, a pesar de las debilidades del actual movimiento, la burguesía no ha dejado de ver sus potencialidades. Luego de cada lucha, ha hecho su campaña para enviar el mensaje de que la lección más importante de estas huelgas es: «la lucha no paga». Y en la mayoría de los casos los trabajadores han regresado al trabajo con una pila de salarios erosionados, beneficios y condiciones de trabajo que los sindicatos hay atacado luego de una larga y desgastante huelga. No obstante, para el conjunto de la clase obrera la importancia de una huelga no se mide ganando o perdiendo las demandas inmediatas, sino por la contribución al nivel de la organización y la conciencia que esta provee para el conjunto del movimiento en su confrontación con el enemigo.

E. Smith, agosto del 2007

Nota



[1] A nuestros lectores en lengua inglesa, remitimos a nuestra publicación Internationalism número 42.

Geografía: 

  • Estados Unidos [68]

Noticias y actualidad: 

  • Lucha de clases [69]

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