Enviado por Revolucion Mundial el
El cambio de periodo en la lucha de clases, confirmado plenamente con la movilización de trabajadores y estudiantes en Francia en la primavera de 2006, se caracteriza por la vuelta de la combatividad de la clase trabajadora y por una reflexión más profunda, sobre todo en las generaciones jóvenes que no tuvieron que soportar las campañas sobre la muerte del “comunismo” tras el hundimiento del bloque del Este hace 16 años. Esta dinámica de reflexión a nivel internacional, se expresa en el surgimiento de minorías que se plantean la necesidad de clarificación de diversos aspectos de la lucha de clases y que por esta razón se comprometen en una dinámica de discusión entre ellas mismas y con las organizaciones políticas. Estas nuevas generaciones se han dado, como una forma nueva de discusión, los foros en Internet por lo que las organizaciones revolucionarias deben reconocerlos y participar en ellos.
Los acontecimientos de los últimos meses en México han dado lugar a discusiones sobre la validez de los métodos de lucha empleados en Oaxaca. Con el ánimo de dar a conocer esas discusiones y aportar elementos de reflexión para profundizarlas reconociendo su potencial como catalizadores en la toma de conciencia de la nueva generación de proletarios, presentamos los argumentos que se han vertido en uno de esos foros[1] en los que han discutido el problema del método de lucha de la clase obrera.
Las acciones promovidas por los sindicatos y la APPO no son métodos de lucha de la clase trabajadora
Las ideas que se esparcieron sobre la existencia de un periodo insurreccional en México, sobre la formación de comunas o soviets o sobre el empleo de formas de lucha proletaria por la APPO, sindicatos y similares son formas para extender la confusión. Muchos compañeros que participan en los foros suelen repetir esto aunque, sin embargo, su participación en la discusión colectiva expresa su compromiso de clase y su apertura a la reapropiación de las lecciones históricas del proletariado. Ejemplo de esto es el análisis que presenta el grupo “Coordinadora Insurreccional Anarquista”, que tiene un análisis claro de los acontecimientos en Oaxaca, identificándolo como resultado de las pugnas interburguesas, hay sin embargo argumentos que no compartimos ya que nos parece esas posturas exponen una reapropiación incompleta de la experiencia histórica de la clase obrera. Por ejemplo a pesar del rigor de sus argumentos expresa una actitud inmediatista en su llamado: “La extensión de la lucha y su potencia, vuelve a mostrar que la insurrección libertaria no es cosa del pasado y que se puede abandonar la resignación, la alienación y la espera por ‘el paraíso prometido’ y convertirse en la peor pesadilla del poder, en la alegre dinamita que haga reventar aquí y ahora, al Estado Capital”[2].
La extensión de las ideas sobre el ‘carácter revolucionario’ de lo que sucedió en Oaxaca, son principalmente la forma de la que se sirven las organizaciones izquierdistas para manipular a la clase trabajadora enganchándola en movimientos ajenos. Velando por sus intereses particulares, como parte de una fracción de la burguesía, los izquierdistas hacen uso de un lenguaje radicaloide y pseudo-revolucionario, deformando los objetivos y los métodos de lucha proletarios, con el propósito de desviar al proletariado de su verdadero combate.
Sería ridículo creer que la validez de los métodos de lucha se da por el hecho de ser bautizados con nombres robados del movimiento obrero. El que a ciertas movilizaciones se le den nombre de ‘autoorganización’, de ‘comuna’, de ‘soviet’, de ‘insurrección’, etc. no quiere decir que en verdad lo sean. Por el contrario, hay que analizar su carácter de clase, sus verdaderos objetivos y su contenido.
Algunas de las formas de ‘lucha’ presentes en Oaxaca han sido: los plantones, los bloqueos de carreteras, las marchas de cacerolas, las ‘megamarchas’, las huelgas de hambre, los enfrentamientos con los cuerpos armados del estado y otras formas semejantes de ‘movilización’ que tienen por objetivo quemar la combatividad de los trabajadores mediante el desgaste físico y la desmoralización. Son formas de desgaste estéril puesto que no ejercen ninguna presión real ya que lo que realmente consiguen es el aislamiento o encierro del propio movimiento, cuestión muy conveniente para que las organizaciones sindicales o izquierdistas mantengan el control sobre éste, en beneficio y salvaguarda de la burguesía.
Contrariamente a éstas ‘formas de lucha’, las huelgas y manifestaciones controladas por el proletariado tienen por objetivo buscar la solidaridad activa de otros compañeros cuando los trabajadores en combate se dirigen a los centros industriales, propiciando la discusión y con ello la extensión del movimiento; permitiendo el desarrollo paso a paso de la unidad, la comprensión de ésta fuerza, el propio reconocimiento de los trabajadores como clase y, en suma, propiciando el desarrollo de la conciencia. La huelga de masas es el primer objetivo de toda una serie de duras luchas que se van radicalizando. Rosa Luxemburgo caracteriza la huelga de masas como “un término que designa la totalidad de un periodo de la lucha de clases que se extiende durante varios años, a veces décadas” (Huelga de masas, partido y sindicatos). Si esta revolucionaria subraya la espontaneidad de la huelga de masas, también reconoce “que esa espontaneidad es en realidad, el fruto de la experiencia de la clase obrera”.
Respecto a la huelga de masas un compañero (conocido como ‘P’) que participa en el foro escribe: “Ya que la teoría es muy rica y debatible así como morfeica, también hay que entrarle a la realidad como clase trabajadora y ser parte de esa «respuesta obrera (…) y masiva (…) de la que tanto se jactan...”. Los compañeros de ‘Comunismo o Barbarie’, también presentes en el foro, afianzados en la experiencia del movimiento obrero dan una respuesta clara: “Cuando hablamos de ‘respuesta masiva y consciente’, no nos jactamos absolutamente de nada. Se trata de una necesidad y no de algo que resulte de nuestra voluntad. Nuestra intervención consiste justamente en señalar esa necesidad y sus dificultades, y en aportar lo que esté en nuestras manos para que las respuestas que se den a futuro tengan ese carácter”.
El contenido ‘revolucionario’ del movimiento en Oaxaca fue supuestamente avalado por “la dinámica asamblearia presente en la región”. Sobre las asambleas convocadas y dirigidas por las organizaciones extrañas al proletariado, concentradas en la APPO o sus satélites, hay que decir que tienen como objetivo dar espacio a los ‘estira y afloja’ de los diversos intereses que esas organizaciones representan y que éstas buscan imponer con mañas, trampas o la fuerza en beneficio propio. Son los espacios en los que ‘se da línea’, es decir, se ‘mide’ el poder de manipulación que cada grupo tiene sobre ‘las bases’ o la relación de fuerzas que existe entre las diferentes fracciones burguesas a que están adheridos. Estas asambleas se caracterizan por el destape de líderes eternos, generalmente ligados a alguna fracción burguesa como Flavio Sosa, Rogelio Pensamiento o Rueda Pacheco.
Las asambleas generales soberanas, por el contrario, son el medio que el proletariado se da para controlar y extender el movimiento y para asegurar su autonomía. Se caracterizan por estar dirigidas por los propios trabajadores y no por organizaciones sindicales o izquierdistas. Tienen por objetivo discutir y votar los pasos a seguir en la lucha, y concretar las acciones a través de delegados elegidos y revocables por la propia asamblea ante la cual rinden cuentas. Estas asambleas están abiertas a escuchar a personas no pertenecientes a la empresa o sector directamente implicado, lo que permite la participación de las organizaciones revolucionarias. De esta manera también son los espacios privilegiados de reflexión en donde se desarrolla la conciencia sobre los objetivos y los medios de la lucha en cada momento.
Recobremos las verdaderas formas de la lucha proletaria
A lo que aconteció en Oaxaca también se le ha bautizado con los nombres de comuna, soviets, e insurrección. Las tres son formas elevadas de lucha de la clase revolucionaria que se desarrollan después largos periodos de combates en los que el proletariado aprende a organizarse masivamente y logra tener conciencia clara de su objetivo histórico. Estos tres métodos de lucha del proletariado son las formas para derrocar al estado por medio de las armas e instaurar la dictadura proletaria.
Las revueltas de barricadas ocurridas en Oaxaca son sólo un insulto a esas verdaderas formas de lucha de la clase trabajadora. Resultado del inmediatismo, cuando no de la mala fe de los organizadores, dan cuenta de manera transparente de su carácter inconciente, interclasista, y sin perspectivas. Son el fondo del pozo al que fueron dirigidos todos aquellos que cambiaron las consignas nacidas de sus propias necesidades por las consignas ofrecidas por sus enemigos; son el fondo del desfiladero al que fueron llevados aquellos hipnotizados con los cantos de sirena de la posibilidad de mejorar las condiciones de vida dentro del capitalismo, es decir, manteniendo un sistema que sólo ofrece miseria y muerte. Los muertos, heridos y presos son la muestra del carácter represivo y sanguinario del Estado pero también muestra a dónde llevan las movilizaciones organizadas por sindicaleros, izquierdistas y funcionarios del gobierno.
Los participantes en el foro expresan sus ideas sobre las movilizaciones a que ha dado lugar la represión. ‘P’ señala: “Me gustaría verlos participar activamente en algunas de las manifestaciones y acciones directas que se están dando como parte de la lucha por la liberación de los compañeros presos políticos.” A lo que ‘Comunismo o Barbarie’ responde: “Es sintomático que presentes un plantón como un ‘método de lucha’ donde se está ‘entrando a la realidad’. Cuando nosotros hablamos de la necesidad de una respuesta masiva y consciente, nos referimos a algo totalmente distinto a las estrategias de desgate típicas del izquierdismo y a sus acostumbrados ruegos de ‘justicia’ a las instituciones del Estado burgués... Mantenerse noche y día a las afueras de unas oficinas no expresa la extensión y generalización de la conciencia, sino la dificultad para reconocer al Estado como enemigo…‘¿entonces, que se queden encerrados los compañeros?’ Por supuesto que no. Pero hay que entender que el Estado, que está en pie todavía, decide la forma y el momento en que son liberados los presos, y que mientras se mantenga en pie el Estado, las cosas no pueden ser distintas. De esta forma, según los intereses del estado, los presos serán liberados cuando a éste le parezca necesario a sus intereses, pero, ¡ojo!, la burguesía nos hará creer que es resultado de la’ movilización’ (sangrías, ‘huelgas de hambre’, cartas a La Jornada , cierres de calles, acciones ‘contundentes’, etc.).”
Los mismos compañeros resumen con gran claridad la importancia de conocer los objetivos y métodos de lucha de clase revolucionaria para poder avanzar en su combate: “Señalar los errores, las limitaciones y las dificultades es indispensable para las luchas presentes y las que están por venir. La cuestión no radica en si se debe luchar o no, sino en la forma que debe tomar la lucha del proletariado. La cuestión está en cómo no desviarla de sus verdaderos objetivos, que no son los de ‘exigir justicia’ al Estado, sino destruirlo. La cuestión es no llevar cada impulso de lucha hacia la mistificación democrática que hay presente en este tipo de ‘movilizaciones’. Porque a menudo se sacrifica lo indispensable en aras de lo ‘urgente’ y en ese afán de lo ‘inmediato’ se sacrifica todo principio, como la autonomía de clase… comprendemos que no es al Estado a quien debe acudir el proletariado, sino a los trabajadores mismos, quienes para avanzar verdaderamente no deben basar su lucha en la confianza en las instituciones estatales, (como en la práctica lo hacen los izquierdistas), sino en su propia unidad como clase, en su propia organización y en sus propias fuerzas. No es llevando a los compañeros a nuevas derrotas a través de métodos de falsa radicalidad, sino sacando las lecciones de cada derrota y extendiendo esa experiencia hacia el resto del proletariado como se avanza en cada nuevo combate… Nosotros no nos creemos ese cuento del ‘pueblo’ que usan las facciones de la burguesía para su beneficio, ni el que reza que ‘todas las luchas son válidas’. Si así lo fuera, daría lo mismo aliarse con la burguesía que no hacerlo, sería lo mismo ‘tratar de convencer’ al capital y al Estado que combatirlo.
Compartimos plenamente las ideas de los compañeros que expresan la necesidad de conocer y defender los verdaderos métodos de la lucha proletaria. Reapropiarnos de las enseñanzas de las luchas pasadas y sacar las lecciones de cada combate es una tarea indispensable para avanzar paso a paso, pero firmemente a la conquista de la tarea histórica de la clase trabajadora: la revolución comunista.
Héctor/diciembre-2006
[2] “Solidaridad directa con l@s oprid@s y explotad@s del mundo”, México, Planeta Tierra, 16 de noviembre 2006, insurrección_acrata@ yahoo.com.