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La conmemoración del aniversario de la caída del Muro de Berlín ha tenido lugar en un ambiente triste, sin fanfarrias ni alharacas. Al contrario de la euforia y festejos populares que acompañaron el 9 de noviembre de 1989, ahora la "gran fiesta" organizada por la burguesía palideció: "Los europeos, pesimistas incorregibles, se acercaron al trigésimo aniversario (...) en un ambiente fúnebre. La moral está alicaída…”[1]. Como “signo de la falta de entusiasmo por este aniversario, ninguno de los grandes líderes occidentales va a venir a Berlín este sábado 9 de noviembre".[2] Finalmente sólo una odiosa propaganda burguesa sirvió de decoración a esta deslucida cita.
Los hechos son obstinados, y la burguesía no puede estar en absoluto orgullosa del balance de estos treinta años transcurridos. Hasta el mismo monstruo estalinista, tan denostado antes, el de los regímenes de los países del Este, llega incluso a suscitar una nostálgica añoranza entre las poblaciones de los territorios "liberados", por cuanto la situación se ha ido deteriorando desde entonces: "‘Hace treinta años, la comunicación, la solidaridad entre las personas era mucho mejor. Hoy en día, tenemos que luchar por todo, por el trabajo, por el alquiler, por el médico. Antes, el médico no era un contable, hoy es un empresario", dice Arnaud”.[3]
Efectivamente el estado de la sociedad sigue siendo catastrófico, especialmente en los territorios del antiguo bloque del Este, que son los más afectados. Las crecientes amenazas que se viven en la sociedad capitalista están empujando a estas angustiadas poblaciones en brazos de los populistas que prometen "protegerlas". Muchos de estos países (Hungría, Polonia, etc.) están pues muy marcados por estos regímenes abiertamente de derecha, que abogan por un nacionalismo virulento y un "blindaje" de las fronteras. La situación de descomposición y caos del mundo capitalista actual contrasta así radicalmente con las grandes promesas falsarias de la burguesía, con sus discursos hipócritas, con las ilusiones sembradas cuando cayó el Muro de Berlín en noviembre de 1989, cuando auguraba un futuro radiante: el de una especie de felicidad democrática para el mundo y para la "nación alemana reunificada".
En aquellos momentos, la perspectiva de acabar con el terror estalinista y la penuria crónica, el alivio y las inmensas ilusiones que invadieron a los alemanes del Este, fueron aprovechadas hasta la extenuación por la burguesía occidental (con la complicidad de la “derrotada” del Este) para dividir a los trabajadores y esparcir una vasta campaña ideológica mundial, la de la mayor mentira de la historia contra el proletariado: ¡la caída del muro y la bancarrota del estalinismo significan "la muerte del comunismo"!
Hoy en día, aunque de manera más insidiosa, habida cuenta del resentimiento y la ira que sienten las poblaciones frente a los llamados "beneficios de la democracia", los medios de comunicación burgueses y toda la clase política nos sirven ese mismo discurso ideológico nauseabundo actualizado: "Aunque Europa esté hoy en crisis en varios aspectos, no debemos olvidar que la caída del Muro de Berlín firmó sobre todo el fin del comunismo como régimen totalitario"[4].
En aquellos momentos la CCI ya combatió esta patraña despreciable de que estalinismo equivalía al comunismo, una mentira sistemáticamente repetida desde entonces: "La crisis y la bancarrota del estalinismo son las del capitalismo, no las del comunismo. (...) Se ha vuelto a abrir en grande la caja de las mentiras y, para empezar, han dado suelta a la más burda de ellas: la de afirmar que esta crisis, esta quiebra sería la del comunismo, la del marxismo. Demócratas y estalinistas, por encima de lo que les separa, siempre se han encontrado juntos en santa alianza cuando ello era necesario; estas santas alianzas tienen un cimiento básico, el de la afirmación ante los obreros de que lo que impera en el Este, más allá de sus deformaciones y defectos, es socialismo. Para Marx, Engels, Lenin, Luxemburgo, y para todo el movimiento comunista, el comunismo siempre ha significado fin de la explotación del hombre por el hombre, fin de las clases, fin de las fronteras, todo lo cual solo es posible a escala mundial, en una sociedad donde reina la abundancia, una sociedad basada en el "de cada uno según sus capacidades a cada uno según sus necesidades", donde "el reino del gobierno de los hombres cede el paso al de la administración de las cosas". Pretender que hubiera algo de comunista o algo de comprometido en el camino comunismo en la URSS y los países del Este, cuando allí lo que impera es la explotación, la miseria y la penuria generalizadas es la mayor mentira de la historia de la humanidad, una mentira tan grosera como sería la de pretender que las relaciones entre siervos y señores en la Edad Media tendrían algo de socialista"[5].
Todas las fracciones políticas burguesas se recrean en esta repetida mentira, compinchadas en esta burda asimilación del estalinismo al comunismo: desde los demócratas y los izquierdistas más a la izquierda hasta los partidos de extrema derecha, como lo demuestra, por ejemplo, la AfD en su insidiosa consigna: "Hoy como ayer: la libertad antes que el socialismo"[6]. Treinta años después, la burguesía sigue clavando el mismo clavo en la conciencia de los trabajadores. ¡Sólo la Izquierda Comunista es capaz de denunciarlo aún hoy!
Poco después de la caída del Muro de Berlín, en su discurso ante el Parlamento Europeo el 22 de noviembre de 1989, el presidente Mitterrand se refería emocionadamente ante su gran amigo, el canciller Kohl, a este acontecimiento histórico: "la libertad y la democracia, inseparables una de otra, obtuvieron una de sus victorias más sentidas”. Diez meses después de ello, asentados en los "beneficios" de la caída del Muro de Berlín, los caballeros de la libertad del mundo occidental desencadenaron una sangrienta cruzada en Oriente Medio, con ocasión de la primera Guerra del Golfo auspiciada por los Estados Unidos. Una guerra cuyos 500.000 muertos debían traer, según el entonces mandamás de la Casa Blanca, George Bush (padre), "un nuevo orden mundial" para "la paz, la prosperidad y la democracia".
Desde entonces, la dinámica destructiva del capitalismo manifiesta, contrariamente a toda esa charlatanería, que la situación se ha degradado enormemente en todas partes y en todos los aspectos. Veamos si no:
- ¿"Nuevo orden mundial" y "paz"? Tan pronto como cayó el Muro de Berlín se abrió una caja de Pandora. Lo que ha sucedido después no tiene nada de "nuevo orden mundial" y sí del mayor caos de la historia[7]. En todos los continentes y territorios del planeta, el “cada uno a la suya” se ha exacerbado y los conflictos bélicos se han multiplicado, generalizado y extendido. En los países de la periferia del capitalismo, en particular en África y Oriente Medio, como en Asia, el mundo se ha vuelto cada vez más inestable, con proliferación de masacres y derramamientos de sangre. Y, sobre todo, hemos visto como situaciones de guerra han regresado al corazón mismo de Europa y del mundo occidental, algo sin precedentes desde 1945. Desde la guerra en la ex-Yugoslavia con sus fosas comunes, pasando por los conflictos en Georgia y Ucrania, y sobre todo la multiplicación de los atentados desde la tragedia de las Torres Gemelas en los Estados Unidos en septiembre de 2001, ¡la "paz" ha sido sobre todo la paz de los cementerios! La catástrofe de las Torres Gemelas inauguró un terror, una trivialización de las escenas de guerra y barbarie casi por todas partes en el corazón del mundo “civilizado": atentados en Madrid en marzo de 2004, en Londres en julio de 2005, en París en la sala de conciertos Bataclan en noviembre de 2015, etc. También se podría añadir el horror más reciente de los estragos de la guerra en Siria y sus daños colaterales, cuyos bombardeos intensivos recuerdan las peores salvajadas de la Segunda Guerra Mundial. Y lo mismo cabe decir de las masacres y hambrunas en Yemen (con la participación de los imperialismos occidentales, como Francia, destacado proveedor de armas). No olvidemos el caos en Libia[8]. También hay que señalar que la carrera armamentista se relanza en todas partes de una manera aterradora.
- ¿"Prosperidad"? Durante los últimos treinta años, la situación económica se ha ido deteriorando globalmente a todos los niveles, acentuándose escandalosamente las desigualdades. Tras la gran conmoción financiera mundial de 2008, los proletarios sienten cada vez más en carne propia el yugo de la explotación mientras crece también el cinismo de las justificaciones de los políticos burgueses de los ataques al nivel de vida y a los salarios, del paro masivo y la explosión del trabajo precario, del endurecimiento de las condiciones de acceso a la sanidad, del aumento de la exclusión... Y, todo ello, se agrava con las reformas en curso y las por venir. A esto hay que añadir el saqueo sistemático de los recursos naturales y las agresiones al medio ambiente a causa de una búsqueda cada vez más desenfrenada de beneficios en un mundo en crisis. En resumen, la lógica infernal del capitalismo moribundo amenaza ahora claramente la supervivencia de la civilización humana.
- ¿Más "democracia"? En los últimos treinta años, los estados no han hecho más que endurecer su arsenal represivo. La descomposición ha asentado y fomentado los reflejos nacionalistas y xenófobos, las ideologías populistas y el cada uno a la suya. La burguesía ha aprovechado sobre todo los atentados mortíferos para reforzar su aparato jurídico y policial, el terror estatal y la criminalización de los conflictos sociales. La represión y la violencia brutales han aumentado gradualmente en todos los niveles. Esto significa que las tan cacareadas "libertades ciudadanas" esconden en realidad la verdadera faz del "Estado democrático", su naturaleza auténticamente dictatorial: un aparato que fríamente monopoliza la violencia en pro de mantener el orden contra los explotados. Y eso por no hablar del gran "impulso democrático" protagonizado por los países del mundo occidental, que no paran de construir nuevos muros, de levantar alambradas, de fortificar sus fronteras marítimas o terrestres y de dejar a sabiendas que los inmigrantes perezcan, como sucede con la Unión Europea en el Mediterráneo. La idea de "democracia" no es más que un mero concepto vacío puesto que la sociedad permanece dividida en clases antagónicas basadas en la explotación de la fuerza de trabajo. Esto no impide en absoluto que la burguesía adapte sus discursos hipócritas para seguir jactándose de sus "grandes principios", sus "valores", etc. Esto lo hace para encubrir y justificar todos sus crímenes, para “blanquear” mejor su sistema asesino y la rapiña de los explotadores.
Hoy, cuando este modo de producción en decadencia agoniza y nos arrastra al abismo, la burguesía nos pide que lo defendamos. Y para ello emplea la misma ideología mistificadora con la que ha acompañado estos 30 años de atrocidades de todo tipo: la "democracia". En este sentido es como hay que interpretar las insistencias del discurso conmemorativo pronunciado por la canciller Angela Merkel y sus advertencias sobre los peligros del "totalitarismo" y la “creciente contestación” (especialmente por parte del populismo en el Este): "los valores sobre los que se fundamenta Europa, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de derecho y la preservación de los derechos humanos no están asegurados” y "deben ser siempre defendidos", aseguró. Según toda la burguesía: "si se puede aprovechar este trigésimo aniversario, debe ser para tratar de repensar, por quienes lo han adoptado, el modelo democrático"[9]. Teniendo que ocultar su bancarrota, la burguesía se ve obligada a “recuperar la credibilidad”, a “regenerarse”, a “repensar” su “modelo democrático” para… ¡poder atacar y amordazar mejor a los explotados!
De los treinta años transcurridos desde la caída del Muro de Berlín, el proletariado debe tener en cuenta algunas lecciones esenciales:
- El comunismo no está ni "muerto" ni "en bancarrota". En realidad, es el estalinismo, expresión política del capitalismo de Estado en el Este, lo que se ha hundido bajo los golpes de la crisis de este sistema en decadencia.
- El proletariado debe rechazar todas las campañas mediáticas falsificadoras, especialmente todas las trampas que alimentan las divisiones: las que oponen por ejemplo en Alemania a los "Ossies” (orientales) de los "Wessies" (occidentales), pero también las trampas que oponen las ideologías "populistas" al "antipopulismo" y otras ideologías democráticas.
- La burguesía sigue siendo una clase de mentirosos, obligada a ocultar permanentemente su dominación y la explotación de los proletarios. Sus promesas, como las de 1989-90, no son más que frases vacías destinadas a anestesiar al proletariado.
- La caída del muro y el colapso del bloque oriental son una de las manifestaciones más espectaculares de la crisis y descomposición del sistema. El capitalismo sólo puede alimentar una espiral de destrucción y no tiene otro futuro que ofrecer. Por lo tanto, debe ser destruido antes de que aniquile a la humanidad.
Frente a todas las lógicas de destrucción que nos impone este sistema, sólo hay una solución: la lucha de clase revolucionaria, la de una lucha internacional de todos los trabajadores, superando las divisiones, más allá y contra todas las separaciones nacionales, contra el Estado burgués. Solo el proletariado internacional puede ofrecer esta perspectiva como alternativa, la de otra sociedad, sin muros ni alambradas, sin clases, sin explotación: una verdadera sociedad comunista.
WH (3 de diciembre de 2019)
[1] “Caída del Muro de Berlín: nos equivocamos de funerales” en Le Monde del 9 de noviembre de 2019
[2] “Alemania conmemora la caída del Muro de Berlín hace 30 años”. En Le Point (9 de noviembre 2019).
[3] “Hace 30 años: la caída del Muro de Berlín” en La Depêche du Midi del 9 de noviembre de 2019.
[4] “Caída del Muro de Berlín: nos equivocamos de funerales” en Le Monde del 9 de noviembre de 2019
[5] Hundimiento de los países del Este. Quiebra definitiva del Estalinismo en Revista Internacional nº 60 (1º trimestre de 1990).
[6] Alternative für Deutschland (AfD) es un grupo nacionalista y euroescéptico situado en la extrema derecha. Una buena parte de la ex RDA está bajo la influencia política de esta formación. En muchos Länder es prácticamente el principal partido político. Ha reemplazado a Die Linke (“La Izquierda”) que era en gran medida el sucesor del ex SED (“Partido Socialista Unificado de Alemania” de la ex RDA), sabiendo captar para su demagogia todas las decepciones, las frustraciones y el miedo de las poblaciones ante la realidad de la crisis.
[7] Ver “Notas sobre el imperialismo y la descomposición. Hacia el mayor caos de la historia” [2] en Revista Internacional nº 68 (1º trimestre 1992)
[8] Ver https://es.internationalism.org/content/4497/caos-en-libia-una-odiosa-expresion-de-la-barbarie-capitalista [3]
[9] “Caída del Muro de Berlín: nos equivocamos de funerales” en Le Monde del 9 de noviembre de 2019
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Trabajadores de Francia en lucha,
Este es un comunicado de solidaridad con vosotros desde militantes proletarios de países de lengua hispana, porque la clase obrera es una clase internacional, una clase de emigrantes, y vuestra lucha es nuestra lucha. No es una lucha por las pensiones francesas, aunque este haya sido el detonante de vuestra indignación, es una lucha obrera por nuestras condiciones de vida y nuestra organización como clase.
En este espíritu de solidaridad queremos contribuir un grupo de compañeros de varios países del mundo tras una reunión de contactos y simpatizantes de la Corriente Comunista Internacional, para dar una perspectiva de futuro a la lucha.
Es necesario luchar como clase obrera. Esto es, no como individuos o sectores aislados o conglomerados a lo bruto en procesiones sindicales, sino como clase, y como clase obrera, explotada, que comparte necesidades con los obreros de todos los sectores y todo el mundo y no tiene intereses particulares sobre otros obreros más allá de las trampas que nos impone la burguesía para hacernos competir entre nosotros, o luchar como sectores aislados con intereses particulares.
En necesario retomar la continuidad con nuestra lucha histórica. Nuestra clase tiene una historia y una experiencia. La perspectiva es la huelga de masas (que surgió en nuestra historia en 1905 como el método moderno de lucha de nuestra clase), y los consejos obreros cuyo preludio son las asambleas abiertas generales. Asambleas, según la experiencia reciente de las huelgas anti-CPE (2006) y los Indignados (2011)[1], en las que discutir colectivamente nuestras necesidades y perspectiva de futuro. Asambleas controladas por la clase obrera y por principios de compañerismo, no seguidismo...donde todos podamos tomar la palabra como obreros, expresarnos, y con delegados revocables en todo momento para centralizar la lucha.
¡La huelga de tipo sindical es una trampa! No estáis en la calle gracias a ellos. Ellos tienen la función de ponerse al frente del movimiento para controlarlo y dividirlo. La organización de tipo sindical no es, en todo caso, un método de lucha sino de aislamiento y desmoralización[2].
¿Qué hacen los medios extranjeros con nuestra lucha común en Francia? La silencian, banalizan, muestran solo la perspectiva sindical, y sobre todo la convierten en una molestia referenciando especialmente los problemas que causa. ¡Pero los problemas que causa no son causa de los obreros en lucha, sino de la burguesía que no nos permite coordinarnos! Los trabajadores del mundo comparten vuestras preocupaciones e indignación, pero están aislados y encerrados en cada nación y en cada problema particular. La burguesía nos transmite, cuando no se calla, que sois unos privilegiados que se quejan por cualquier cosa, o que sois casi lo mismo que los chalecos amarillos, para que en el extranjero no distingamos. Tenéis que pedirnos ayuda abiertamente. Proletarios del mundo, ¡unámonos! Esa es la perspectiva. Pero es una perspectiva difícil a la vez que el único camino, cuyo proceso mismo avanza la consciencia de clase pero que está plagado de derrotas en el plano más tangible, material. Por eso, a la vez que extendemos la lucha en todos los sentidos, en este proceso tenemos que construir las mejores condiciones para enfrentar la derrota con la que nos toparemos.
Podremos replegarnos conscientemente o por el contrario caer en las trampas y provocaciones desmoralizadoras de los sindicatos y el gobierno. No todas las movilizaciones son positivas, pueden desgastarnos también. La pregunta, ¿cómo luchar? tiene una respuesta a largo plazo, y no es solo "cómo luchar ahora, en este mismo momento", aunque esto sea muy importante y ya lo hemos intentado explicar antes. La perspectiva de lucha ahora mismo y de cara al futuro tiene que ser un todo coherente y unificado. Hemos de saber cuándo y cómo replegarnos y qué hacer en nuestro repliegue, para mantener viva la perspectiva y la continuidad de la lucha, de cara a que los futuros brotes sean más fuertes.
Es necesario que los compañeros que quieren seguir la lucha no se empeñan en seguirla a todo trance, cuando ya se percibe una derrota parcial. Hay una alternativa a esa lucha “sin salida”, un callejón sin salida, que ofrecen los sindicatos: es reagruparnos en comités de lucha que saquen lecciones, aglutinen fuerzas y preparen con ello futuras luchas.
No es una lucha aislada por las pensiones, es una lucha primeramente por nuestras condiciones de vida como clase obrera, y en total, en general, una lucha hacia la revolución proletaria, la revolución comunista mundial. Es vital encontrar esta continuidad con la experiencia histórica acumulada por la clase obrera en las organizaciones revolucionarias.
Adoptado en una Reunión de Contactos de la CCI con presencia de compañeros de Francia, España, México, Chile, Colombia, Costa Rica y Brasil 13-1-2020.
Las notas explicativas han sido añadidas por la redacción de la Web en español de la CCI.
[1] Ver respectivamente Tesis sobre el movimiento de los estudiantes de la primavera de 2006 en Francia https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200 [7] y 2011: de la indignación a la esperanza /content/3349/2011-de-la-indignacion-la-esperanza [8]
[2] Sobre la naturaleza y función de los sindicatos ver nuestro folleto LOS SINDICATOS CONTRA LA CLASE OBRERA y el artículo Apuntes sobre la cuestión sindical https://es.internationalism.org/cci-online/201104/3103/apuntes-sobre-la-cuestion-sindical [9]
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Publicamos a continuación la hoja de intervención que, desde el pasado 13 de enero, está difundiendo nuestra organización en las manifestaciones que están teniendo lugar en Francia contra los ataques anti obreros del gobierno Macron, y, particularmente, contra la reforma de las pensiones.
Se trata, efectivamente, de la tercera hoja que hemos realizado y que se sitúa en continuidad con las que anteriormente difundimos a primeros de diciembre - ¡Aunemos nuestras luchas contra los ataques de nuestros explotadores[1] – y para las manifestaciones del 15 de ese mismo mes - ¡Solidaridad en la lucha de todos los trabajadores, de todas las generaciones![2] -. A su vez esta última hoja sale publicada en el último número de Revolution Internationale, órgano de la CCI en Francia del mes de enero, en gran parte dedicado a analizar el significado de estos movimientos sociales.
Este esfuerzo de intervención de nuestra organización responde, en primer lugar, a la importancia misma que le damos a este movimiento de luchas que, como analizamos, representa el resurgir de la combatividad del proletariado en un país sumamente importante para la lucha de clases como es Francia. Más aún, estos movimientos han puesto de manifiesto la existencia de una enorme solidaridad en las filas obreras. Esta solidaridad ha impulsado, significativamente un sentimiento de dignidad de clase del proletariado y de su lucha contra la explotación capitalista.
Pero también este esfuerzo de intervención de la CCI es, nos parece, una muestra de la responsabilidad que incumbe a las organizaciones revolucionarias de la clase obrera, de ayudar a entender cada momento de esa lucha en función de la perspectiva revolucionaria de conjunto del movimiento obrero. No se trata, por supuesto, de un análisis “desde fuera”, sino como parte integrante presente en el propio movimiento de lucha, señalando los aspectos en los que debe apoyarse la clase para ganar en unidad y conciencia (la solidaridad intergeneracional, hacer de la calle un lugar de confluencia y fraternización, etc.); y también las dificultades que nos debilitan (como p. ej., ceder la organización de la lucha a los sindicatos, la ausencia de asambleas etc.).
A través de etas hojas y en general de nuestra intervención hemos tratado de catalizar el movimiento de reflexión que se traducía por ejemplo en los trabajadores que intentaban reagruparse al final de las marchas para discutir, para tratar de comprender como seguir la lucha, como ganar unidad y determinación para futuros combates. Deben servir también para que, tras el previsible reflujo de la combatividad que se ha exhibido en las manifestaciones de diciembre y enero, persista ese esfuerzo de reflexión y discusión en comités de luchas, etc, que permitan sacar lecciones para los combates venideros.
Como siempre, animamos desde luego a cuantos lectores estuvieran interesados en discutir o difundir estas hojas en su entorno a que así lo hagan.
Después de años de atonía, el movimiento social contra la reforma de las pensiones está mostrando el despertar de la combatividad del proletariado en Francia. A pesar de todas las dificultades, la clase obrera ha empezado a levantar cabeza. Mientras que hace un año todo el terreno social estaba ocupado por el movimiento interclasista de los Chalecos Amarillos, hoy los explotados de todos los sectores y generaciones han aprovechado los días de acción organizados por los sindicatos para echarse a la calle, decididos a luchar en su propio terreno de clase contra este ataque frontal del gobierno contra todos los explotados.
Mientras que durante casi diez años los trabajadores han permanecido paralizados, totalmente aislados cada uno en su lugar de trabajo, en las últimas semanas, en cambio, han logrado volver al camino de la lucha colectiva.
Las aspiraciones de unidad y solidaridad en la lucha muestran que los trabajadores en Francia están empezando a volver a reconocerse como parte de una misma clase con los mismos intereses que defender. Así, en varias manifestaciones, en Marsella por ejemplo, se podía oír: “¡La clase obrera existe!”. En París, grupos de manifestantes que no desfilaban detrás de los banderolas sindicales cantaban: "Aquí estamos, aquí estamos por la dignidad de los trabajadores y por un mundo mejor". En la manifestación del 9 de enero, incluso los viandantes de las aceras, al paso de la manifestación sindical, cantaban el viejo himno del movimiento obrero: "La Internacional", mientras universitarios y alumnos de secundaria coreaban, tras sus propias pancartas: “Les jeunes dans la galère, les vieux dans la misère !’’ (¡Los jóvenes viviendo a salto de mata, los viejos malviviendo en la miseria!).
Está claro que, al negarse a seguir doblando el espinazo, la clase obrera en Francia está recobrando su dignidad.
Otro elemento muy significativo testigo del cambio de la situación social en Francia ha sido la actitud y el estado de ánimo de los "usuarios" en la huelga del transporte. Es la primera vez, desde el movimiento de diciembre de 1995, que una huelga de transportes no es "impopular", a pesar de todas las campañas fomentadas por los medios de comunicación sobre el "infierno" vivido por los "usuarios" para ir al trabajo, volver a casa o irse de vacaciones en Navidad. En ninguna parte, excepto en medios a las órdenes del poder, se oyó eso de que los ferroviarios de la SNCF[3] o de la RATP tomaban a los usuarios de "rehenes". En los andenes o en los trenes atestados y en el RER, la gente esperaba pacientemente. Para desplazarse por la capital, uno se las iba arreglando sin echar pestes contra los ferroviarios en huelga; coche compartido, bicicletas, patinetes... Pero, lo más importante, el apoyo y la estima hacia los ferroviarios se mostró en las numerosas donaciones a los fondos de solidaridad para los huelguistas que han sacrificado un mes de salario (¡se recaudaron más de 3 millones de euros en pocas semanas!) luchando no sólo por ellos mismos sino también por los demás.
Sin embargo, después de un mes y medio de huelga, tras manifestaciones semanales de cientos de miles de personas, y a pesar de toda la determinación mostrada, este movimiento no ha logrado que el gobierno retroceda.
Desde el principio, la burguesía, su gobierno y sus "interlocutores sociales" montaron una estrategia para hacer tragar el ataque a las pensiones. Lo de la "edad pivote"[4] ha sido una carta que se habían guardado en la manga para sabotear la réplica de la clase obrera y hacer tragar la "reforma" mediante la estrategia clásica de dividir el "frente sindical".
Para enfrentar a la clase dominante y hacer que el gobierno retroceda, los trabajadores deben tomar la lucha en sus propias manos. No deben confiarla a los sindicatos, esos "interlocutores sociales" que siempre han negociado a sus espaldas y en el secreto de las oficinas ministeriales.
Si seguimos pidiendo a los sindicatos que nos "representen", si seguimos esperando que organicen la lucha por nosotros, entonces sí que “¡estamos jodidos!”
Para apoderarnos de nuestra propia lucha, ampliarla y unificarla, debemos organizar asambleas generales masivas, soberanas y abiertas a toda la clase. Solo en estas Asambleas Generales podemos discutir todos juntos, decidir colectivamente sobre las acciones que tomar, formar comités de huelga con delegados elegidos y revocables en todo momento.
Los jóvenes trabajadores que participaron en el movimiento contra el "Contrato de Primer Empleo" en la primavera de 2006, cuando aún eran estudiantes, deben recordar y transmitir esta experiencia a sus compañeros de trabajo, más jóvenes o mayores. ¿Y cómo pudieron hacer retroceder al gobierno de Villepin obligándolo a retirar su "CPE"? Pues gracias a su capacidad de organizar la lucha en Asambleas Generales masivas en todas las universidades, y eso sin sindicato alguno. Tales Asambleas Generales no funcionaban con el cerrojo echado, sino, al contrario: los estudiantes llamaron a todos los trabajadores, activos y jubilados, a venir a debatir con ellos en sus Asambleas Generales y a participar en el movimiento de solidaridad con las jóvenes generaciones enfrentadas al desempleo y la precariedad. El gobierno de Villepin tuvo que retirar el CPE sin que por medio hubiera "negociación" alguna. Los estudiantes, los jóvenes trabajadores precarios y los futuros desempleados, no estaban representados por los "interlocutores sociales" y ganaron[5].
Los ferroviarios que encabezaron esta movilización contra la reforma de las jubilaciones no pueden continuar solos su huelga sin que los demás sectores se integren en la lucha. A pesar de su temple y determinación, no pueden luchar "en lugar" de toda la clase obrera. No va a ser una "huelga por encargo" lo que pueda hacer que el gobierno se eche atrás, por muy determinada que sea.
Hoy por hoy, la clase obrera no está todavía lista para entrar masivamente en lucha por mucho que numerosos trabajadores de todos los sectores, de todas las categorías profesionales (principalmente de la administración pública), de todas las generaciones hayan acudido a las manifestaciones organizadas por los sindicatos desde el 5 de diciembre. Lo que necesitamos para frenar los ataques de la burguesía es desarrollar la solidaridad activa en la lucha y no sólo llenando los cajas de solidaridad para que los huelguistas "aguanten"
La vuelta al trabajo iniciada ya en el sector del transporte (especialmente en la SNCF) no es, ni mucho menos, una capitulación. Quienes han vuelto al trabajo, quienes ya empiezan a no acudir a las manifestaciones, no son ni rompehuelgas ni cobardes. Hacer una "pausa" en la lucha es también un medio de no agotarse en una huelga larga y aislada, que sólo puede desembocar en un sentimiento de impotencia y amargura. Y no será la "colecta" organizada por la CGT lo que permitirá a los ferroviarios compensar su pérdida de salarios.
A la gran mayoría de los trabajadores movilizados les da la impresión de que si perdemos esta batalla, si no logramos obligar al gobierno a retirar su reforma, "¡estamos jodidos!"¡Eso no es verdad! La movilización actual y el rechazo masivo de este ataque es solo el comienzo, una primera batalla que anunciará otras mañana. Porque la burguesía, su gobierno y su patronal seguirán explotándonos, atacando nuestro poder adquisitivo, sumiéndonos en una creciente pobreza y miseria. La cólera no cesará hasta alcanzar nuevas estallidos, nuevos movimientos de lucha.
Aunque la clase obrera pierda esta primera batalla, no ha perdido la guerra. ¡No debe ceder a la desmoralización!
La "guerra de clases" se compone de avances y retrocesos, de momentos de movilización y pausas para así volver a empezar con más fuerza. No es nunca un combate "en línea recta" en el que se gana inmediatamente y a la primera. Toda la historia del movimiento obrero ha demostrado que la lucha de la clase explotada contra la burguesía no puede desembocar en victoria sino tras una serie de derrotas.
La única manera de fortalecer la lucha es aprovechar los períodos de repliegue para reflexionar y discutir juntos, agrupándonos por doquier, en nuestros lugares de trabajo, en nuestros barrios y en todos los lugares públicos.
Los trabajadores más combativos y decididos, ya sean activos o desempleados, jubilados o estudiantes, deben tratar de formar "comités de lucha" interprofesionales abiertos a todas las generaciones para prepararse para futuras luchas. Cuando este movimiento termine, será necesario sacar lecciones de él, entender cuáles han sido sus dificultades para poder superarlas en las próximas luchas.
Este movimiento social, a pesar de todas sus limitaciones, debilidades y dificultades, es ya una primera victoria. Después de años de parálisis, desconcierto y atomización, ha permitido que cientos de miles de trabajadores salgan a las calles para expresar su voluntad de luchar contra los ataques del Capital. Esta movilización les ha permitido expresar su necesidad de solidaridad y unidad. También les ha permitido experimentar las maniobras de la burguesía para hacer tragar el ataque.
Solo mediante la lucha el proletariado podrá tomar conciencia de que es la única fuerza de la sociedad capaz de abolir la explotación capitalista para construir un nuevo mundo. El camino a la revolución proletaria mundial, al derrocamiento del capitalismo, será largo y difícil. Estará plagado de trampas y derrotas, pero no hay otro.
Más que nunca, el futuro pertenece a la clase obrera.
Corriente Comunista Internacional
(13 de enero de 2020)
[1] https://es.internationalism.org/content/4499/aunemos-nuestras-luchas-contra-los-ataques-de-nuestros-explotadores [13]
[2] https://es.internationalism.org/content/4505/solidaridad-en-la-lucha-de-todos-los-trabajadores-de-todas-las-generaciones [14]
[3] SNCF : Sociedad Nacional de Ferrocarriles de Francia. RATP: Metro de París. RER: Red de Ferrocarriles de la región parisina.
[4] Para esto de la “edad pivote”, véase la nota nº 2 de la hoja anterior (15/12/2019) de RI sobre esta lucha: https://es.internationalism.org/content/4499/aunemos-nuestras-luchas-con... [13]
[5] Ver Tesis sobre el movimiento de los estudiantes de la primavera de 2006 en Francia https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200 [7]
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Las campañas mediáticas sobre el cambio climático suelen contraponer la necesidad urgente de detener la emisión de gases de efecto invernadero a las necesidades “particulares” de los trabajadores o incluso de aquellos ``sin educación´´. Tenemos por un lado a los Chalecos Amarillos de Francia, protestando contra el impuesto al carbón que habría subido el precio del petróleo a niveles prohibitivos, cuando por otro lado no existe un sistema de transporte público adecuado. Tenemos también el eslogan de ``Trump digs coal´´ [Trump está con el carbón], que el presidente norteamericano ha escogido para dar a entender su apoyo a la industria del carbón y, supuestamente, a los obreros que trabajan en ella.
La campaña por un Green New Deal (o Revolución Industrial Verde) asegura tener la solución definitiva a todos los problemas que suponen el cambio climático, el desempleo y la desigualdad. Por ejemplo: ``El <<Sunrise Movement's Green New Deal>> [New Deal Verde del Movimiento Amanecer] eliminaría la emisión de gases de efecto invernadero en la producción eléctrica, el transporte, la manufactura, la agricultura y otros sectores en cuestión de 10 años. Se pone como objetivo a su vez alcanzar el 100% de energía renovable, incluyendo un programa de garantías laborales ''para asegurar un sueldo digno a todo el que lo desee''. Busca además ''mitigar la profundamente arraigada brecha salarial y de riqueza basada en cuestiones raciales, regionales y de género''´´[1].
Es innegablemente necesario señalar el efecto destructivo que está teniendo el capitalismo sobre la naturaleza, y particularmente el efecto que tienen sobre el clima los gases de efecto invernadero. También es innegable el aumento de la desigualdad, intrínseca al capitalismo, y el hecho de que los economistas estén llamando la atención sobre el incremento de la deuda y la guerra comercial entre EEUU y China es señal de una nueva recesión. Esta situación hace parecer el New Deal Verde como algo necesario.
Cuando nos venden algo maravilloso por un precio baratísimo, sospechamos pues pensamos “demasiado bueno para ser verdad”. Vamos a examinar exhaustivamente este New Deal Verde. Lo llaman así rememorando el famoso programa de Capitalismo de Estado que implantó el presidente Roosevelt en USA para enfrentar la grave crisis de 1929. Se supondría que este nuevo New Deal de coloración verde resolvería el problema global de la destrucción medioambiental y daría una gran vitalidad a la economía capitalista desgastada por 50 años de crisis. La realidad, es, como vamos a demostrar, que este New Deal Verde solo busca correr un tupido velo sobre la verdadera naturaleza del capitalismo y actúa en pos de entorpecer el desarrollo de la conciencia de la clase obrera y su lucha.
El New Deal Verde se inspira en una serie de medidas capitalistas de Estado de la década de 1930, encaminadas a reanudar el crecimiento económico tras la depresión[2]. El New Deal se orientaba de nuevo a la dirección estatal de la economía presente en la Gran Guerra de 1917-18, y además de sufragar el coste de una más que necesaria infraestructura, la Public Works Administration - PWA (Administración de Obras Públicas) ``construyó numerosos buques de guerra, incluyendo dos portaaviones, con dinero de su propia Agencia. La PWA también fabricó aviones de combate, mientras que la Agencia construía bases militares y pistas de aterrizaje´´[3]. No eran políticas muy diferentes a las de Alemania, en la misma época, cuando se construyeron la mayoría de las autobahns (autopistas), como parte del esfuerzo de producción para la guerra que se avecinaba.
El cambio climático es un problema global, que no puede ser resuelto país por país, pero que el New Deal Verde quiere solucionar exactamente así: ``Un new deal verde para Reino Unido...´´, ``Escocia ocupa un lugar único por su abundancia en recursos renovables...´´[4],``con el objetivo de eliminar, prácticamente, la contaminación por gases de efecto invernadero en EEUU...´´[5]. Es un sinsentido: hasta la contabilidad de la producción de gases de efecto invernadero a nivel nacional es un fraude; por ejemplo, en Gran Bretaña, el 40% del consumo de mercancías cuya producción genera gases de efecto invernadero, si son importadas, no se tienen en cuenta en las cifras nacionales. El capitalismo contamina a nivel mundial, y lo hace desde los rincones más remotos de los océanos hasta las regiones inhabitadas del Ártico.
Las ideas superficiales de crecimiento basado en energía verde quizá prometan mantener este crecimiento mediante gasto estatal, pero no se basan en ninguna consideración global real de los efectos medioambientales destructivos y de efecto invernadero que causarían. La transición a energías renovables requeriría grandes cantidades de minerales raros, y las explotaciones mineras que los extraen ya están causando una gran contaminación en China, donde se extrae el 70% de ellos. La producción de litio en el desierto de Atacama ya ha destruido los lagos de agua salada de los que dependía la población de flamencos, además de monopolizar el suministro de agua de los acuíferos y destruir así la agricultura local. Mientras tanto, dos empresas, Albemarle y SQM, se acusan la una a la otra de saltarse las normas. Se va a empezar a extraer cobalto del fondo oceánico, ignorándose el daño ecológico que se le infringirá a una región casi desconocida del planeta – y ya que es necesario para la energía renovable, se supone que esta práctica ''salvará al planeta''. Si necesitamos comprar nuevos coches eléctricos sin duda seguiremos manteniendo la industria automovilística, pero... ¿quién ha calculado la emisión de gases de efecto invernadero que supondrá esa nueva producción?
Entender cómo la civilización capitalista puede ser tan derrochadora con el mismo mundo del que dependemos todos, requiere entender la naturaleza propia del capitalismo.
El New Deal Verde promete detener la destrucción medioambiental del capitalismo, en concreto el cambio climático, con la ayuda del Estado burgués. Sencillamente, no es posible. El capitalismo no es una política gubernamental cuyas leyes se puedan elegir o modificar a voluntad en un parlamento: son el resultado de un largo desarrollo histórico de los mecanismos del modo de producción capitalista. Un paso importante en este proceso fue la separación de productores y medios de producción, por ejemplo, cuando los campesinos eran desplazados del campo en favor del ganado ovino y la industria lanera, más lucrativa.
Esto creó un sistema generalizado de producción de mercancías, producción para el mercado. En lugar de campesinos que podían producir casi todo lo que necesitaban en su parcela, surgieron los obreros asalariados y su consumo. Los capitalistas para los que trabajan – sea un capitalista individual, una compañía, una multinacional o una industria estatal – compiten entre ellos para obtener ventas con beneficio. El New Deal Verde no puede hacer nada para cambiar la forma en la que funciona el capitalismo.
Al capital le pasa algo parecido que al Rey Midas: todo lo que produce tiene que venderse con beneficio si el negocio quiere sobrevivir, todo se contabiliza según el resultado final, sin importar lo que se produzca. Pero para el capital, los recursos naturales del mundo son algo regalado, como Marx señalaba: ``los elementos naturales que van a la producción como elementos libres de coste, sea cual sea el papel que cumplan en la producción, no se incluyen como componentes del capital, sino como un poder natural libre del capital; en realidad, como un poder productivo natural libre de trabajo, pero que bajo la lógica del modo de producción capitalista se representa como un poder productivo del capital, como cualquier otro poder productivo´´[6]. En el capitalismo, lo que no cuesta nada no tiene valor (de cambio), y puede usarse y despilfarrarse a voluntad. Bajo esta lógica, un insustituible bosque tropical no vale nada. Un agricultor que tala los árboles de la selva para plantar palma, soja o cualquier otro cultivo, no tiene alternativa, es su única manera de tener ingresos suficientes o incluso los justos para sobrevivir. Bajo el capitalismo, no se plantea la cuestión de si una actividad económica satisface las necesidades de la naturaleza y la humanidad, a no ser que sea rentable hacerlo.
En el siglo XIX, el capital ya se afanaba en contaminar y destruir la naturaleza aun cuando todavía estaba expandiéndose por el mundo. Es bien conocida la contaminación provocada por la industria y la minería, como también lo es la que provoca el vertido libre de residuos fluyendo desde las ciudades. Se conoce algo menos su efecto sobre los suelos: ``en la agricultura moderna, igual que en la industria moderna, el aumento de la productividad y la movilidad del trabajo se compra al coste de devastar y debilitar la fuerza de trabajo misma. Además, todo el progreso de la agricultura capitalista ha sido un progreso en el arte de, no sólo robar al trabajador, sino de robarle al suelo; todo progreso hecho en pos de aumentar la fertilidad temporal del suelo se ha hecho arruinando los recursos que hacen posible esa fertilidad a largo plazo. Cuanto más proviene ese desarrollo del trasfondo de una industria a gran escala, como en Estados Unidos, más se acelera este proceso de destrucción. La producción capitalista, por tanto, sólo desarrolla la técnica y el proceso social de producción destruyendo, simultáneamente, al suelo y al obrero´´[7]. Lo que Marx mostraba en el siglo XIX sólo podía empeorar. A finales del siglo, Kautsky escribía: ``los fertilizantes suplementarios... permiten disminuir la pérdida de fertilidad del suelo, pero la necesidad de su uso, en cantidades cada vez mayores, añade una carga suplementaria a la agricultura – y se trata de una carga que no impone la naturaleza de forma inevitable, sino un resultado directo de la actual organización social. Superar la antítesis entre el campo y la ciudad devolverá a su cauce el flujo completo de los materiales que se han extraído del suelo´´[8]. Desde entonces la agricultura, como la industria, se ha expandido enormemente. Su rendimiento y productividad han crecido a un ritmo enorme, y los fertilizantes necesarios para mantenerlos se han convertido en una seria amenaza para el suelo y los cursos fluviales.
Sin importar cuán contaminante, asesino o explotador fuera el capitalismo en expansión, el periodo que sobrevino tras la Primera Guerra Mundial ha marcado una espiral sin precedentes de destrucción de la naturaleza y la vida humana. A la I Guerra Mundial le siguió la II Guerra Mundial, y en el periodo siguiente las guerras locales apoyadas por las potencias imperialistas más grandes se han multiplicado. Los capitalistas y sus Estados se ven envueltos en una competición económica y militar más aguda y la destrucción del medio ambiente alcanza nuevas cotas. El comercio capitalista, ya privado o bajo control estatal, ha aumentado la contaminación y el robo de los recursos del planeta a niveles sin precedentes. A todo ello debemos añadir la contaminación y la destrucción provocada por los contingentes militares en las guerras[9].
El peligro que se cierne sobre el medio ambiente, el clima y, en general, la naturaleza, sólo puede superarse superando el capitalismo. El New Deal Verde no tendrá más éxito que el mercado de emisiones que trató de limitar la emisión de gases de efecto invernadero mediante mecanismos comerciales. Lo que es aún peor, al presentar una ''solución'' falsa al problema, lo único que hará será sembrar de espejismos a la clase obrera, prolongando así la vida de este sistema e incrementando el peligro de que se hunda irreparablemente en la barbarie.
Alex
[1]https://www.theguardian.com/environment/2018/dec/29/green-new-deal-plans-proposal-ocasio-cortez-sunrise-movement [16]
[2]https://en.internationalism.org/content/16760/90-years-after-1929-crash-decadent-capitalism-can-never-escape-crisis-overproduction#_ftnref2 [17] (sólo disponible en inglés)
[5]https://www.theguardian.com/environment/2018/dec/29/green-new-deal-plans-proposal-ocasio-cortez-sunrise-movement [16]
[6]Marx, El Capital, vol. 3, Penguin Books, p. 879
[7]Marx, El Capital, vol. 3, Penguin Books, p. 638
[8]Kautsky, La Cuestión Agraria, vol.2, citado en Marx's Ecology de John Bellamy Foster, p. 239
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La civilización capitalista –este sistema mundial basado en el trabajo asalariado y en la producción para la ganancia– está muriendo. Al igual que la antigua esclavitud romana o la servidumbre feudal, está condenada a desaparecer. Pero a diferencia de los sistemas anteriores, amenaza con llevarse a toda la humanidad con ella.
Desde hace más de cien años, los síntomas de su declive se han hecho cada vez más evidentes. Dos guerras mundiales con niveles de destrucción sin precedentes, seguidas de décadas de conflictos guerreros entre dos bloques imperialistas (EE.UU. y la URSS); conflictos que siempre contenían la amenaza de una tercera y última guerra mundial. Desde el colapso del bloque oriental en 1989, no hemos visto paz sino guerras locales y regionales cada vez más caóticas, como las que actualmente asolan el Medio Oriente. Hemos pasado por convulsiones económicas globales, como las de los años 30, 70 o 2008, que han sumido a millones de personas en el desempleo y la pobreza y que aceleran el impulso hacia una guerra abierta. Y cuando el capitalismo ha logrado restaurar la acumulación –ya sea a raíz de una destrucción masiva, como después de 1945, o “dopándose” con la deuda– ahora comprendemos que el propio crecimiento y expansión del capital añade una nueva amenaza al planeta a través de la destrucción de la propia naturaleza.
Rosa Luxemburgo en 1916, respondiendo a los horrores de la primera guerra mundial, señaló la opción que enfrentaba la humanidad: "o triunfa el imperialismo y provoca la destrucción de toda cultura y, como en la antigua Roma, la despoblación, desolación, degeneración, un inmenso cementerio; o triunfa el socialismo, es decir, la lucha consciente del proletariado internacional contra el imperialismo, sus métodos, sus guerras. Tal es el dilema de la historia universal, su alternativa de hierro, su balanza temblando en el punto de equilibrio, aguardando la decisión del proletariado."[1] (El folleto de Junius).
A diferencia del sistema de esclavitud, que a la larga dio paso al feudalismo, y el feudalismo a su vez, permitió que el capitalismo creciera dentro de él, este sistema actual, en su agonía, no dará lugar automáticamente a nuevas relaciones sociales. Una nueva sociedad solo se puede construir por medio de la "la lucha consciente del proletariado internacional", por medio de la unión de todos los explotados del mundo, reconociéndose a sí mismos como una sola clase con los mismos intereses en todas partes del globo.
Esta es una tarea inmensa, que se ha hecho más difícil por la pérdida del sentido de identidad de clase en las últimas décadas, de modo que incluso a aquellos que sienten que hay algo profundamente malo en el sistema actual, les cuesta aceptar que la clase obrera existe, y mucho menos, aceptar que tiene la capacidad única de cambiar el mundo.
Sin embargo, la revolución proletaria sigue siendo la única esperanza para el planeta porque significa el fin de todos los sistemas en que la humanidad ha estado dominada por fuerzas económicas ciegas, la primera sociedad en que toda la producción se planifique conscientemente para satisfacer las necesidades de la humanidad en su interacción con la naturaleza. Se basa en la posibilidad y la necesidad de que los seres humanos tomen la vida social en sus propias manos.
Es por esta razón que debemos oponernos a los consignas y métodos de quienes organizan las actuales protestas climáticas, llamándonos a ejercer nuestros derechos democráticos de manifestación o de voto con el objetivo de presionar a los gobiernos y partidos políticos para que reaccionen ante la crisis ecológica. Esto es un engaño, porque el papel de todos estos gobiernos y partidos –ya sea de la derecha o de la izquierda– es gestionar y defender el propio sistema que está en la raíz de los múltiples peligros a los que se enfrenta el planeta: el capitalismo[2].
Las opciones que nos ofrecen los políticos de todas las tendencias son falsas. Una Gran Bretaña con Brexit o una Gran Bretaña que permanezca en la UE no protegerá a la clase trabajadora de las tormentas que se están gestando en la economía mundial. Un EE.UU. dirigido de acuerdo con el vandalismo de "America First" de Trump, o las políticas "multilaterales" más tradicionales de otras facciones, seguirá siendo un poder imperialista obligado a defender su estatus contra todas las demás potencias imperialistas. Los gobiernos que niegan el cambio climático o los gobiernos que parlotean sobre la inversión en un "New Green Deal" seguirán obligados a mantener una economía nacional rentable y por lo tanto llevan a cabo incesantes ataques a las condiciones de vida de la clase obrera. Seguirán atrapados en el mismo afán de acumulación que está convirtiendo la Tierra en un desierto.
Pero, nos dicen, al menos podemos votar por un equipo diferente, y en países donde incluso este "derecho" es negado, podemos exigir que se nos conceda.
De hecho, la ilusión de que podemos tener algún control sobre el monstruo capitalista emitiendo nuestros votos cada cuatro años es parte integral de todo el fraude de la democracia. El voto, la urna, no solo nos mantiene atrapados en las falsas opciones que se ofrecen, sino que es en sí mismo una expresión de nuestra impotencia, reduciéndonos a los atomizados "ciudadanos" individuales de tal o cual Estado.
La lucha de clase del proletariado ha mostrado una alternativa real a esta impotencia institucionalizada. En 1917-19, la clase obrera se rebeló contra la matanza de la guerra y formó consejos obreros en Rusia, Alemania, Hungría y otros países, consejos en los lugares de trabajo con delegados electos y revocables, así mismo, celebración de asambleas, que por primera vez contenían el potencial para un control consciente de la vida política y social. Este masivo levantamiento internacional puso fin a la guerra, ya que los gobernantes necesitaban unir sus fuerzas para aplastar la amenaza de la revolución mundial.
La humanidad ha pagado un alto costo por esta derrota: toda la barbarie de los últimos cien años tiene sus raíces en el fracaso del primer intento de derrocar el capitalismo mundial. Pagará un costo aún mayor si la clase obrera no recupera sus fuerzas y realiza un segundo asalto al cielo.
Esto puede parecer una perspectiva lejana, pero mientras exista el capitalismo habrá lucha de clases. Y como el capitalismo en su agonía no tiene otra opción que aumentar la explotación y la represión de sus esclavos asalariados, queda el potencial para que la resistencia de estos últimos pase de la defensiva a la ofensiva, de lo económico a lo directamente político, de la revuelta instintiva al derrocamiento organizado del capitalismo.
Corriente Comunista Internacional 16.11.19
[1]Rosa Luxemburgo, “El folleto Junius: la crisis de la socialdemocracia alemana (1915)”, en Obras Escogidas de Rosa Luxemburgo (Ediciones digitales Izquierda Revolucionaria, 2008), 279, https://www.marxists.org/espanol/luxem/09El%20folletoJuniusLacrisisdelas... [23].
[2] Ver El capitalismo amenaza el planeta y la supervivencia de la humanidad: Sólo la lucha mundial del proletariado puede acabar con la amenaza https://es.internationalism.org/content/4405/el-capitalismo-amenaza-el-planeta-y-la-supervivencia-de-la-humanidad-solo-la-lucha [24] y Hoja internacional de la CCI: Solo la lucha de clases internacional puede poner fin al curso del capitalismo hacia la destrucción https://es.internationalism.org/content/4465/hoja-internacional-de-la-cci-solo-la-lucha-de-clases-internacional-puede-poner-fin-al [25]
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El movimiento contra la reforma de las pensiones se ha llevado a cabo, de principio a fin, bajo el control de los sindicatos. Fueron ellos quienes llamaron a la huelga, fueron ellos quienes decidieron y organizaron las jornadas de acción, fueron ellos quienes dirigieron las pocas asambleas generales. Y ellos son los que voluntariamente nos llevaron a la derrota. No seamos ingenuos, el gobierno y los sindicatos han estado trabajando juntos durante 2 años... ¡para preparar y lograr que este golpe contra nuestras condiciones de vida se lleve a cabo!
El gobierno debía tener garantías plenas de que este ataque de gran envergadura, que había sido anunciado por Macron en 2017 como un verdadero "big bang", no provocara una respuesta masiva de toda la clase obrera. Así que el Primer Ministro Philippe se apoyó en la colaboración de los "interlocutores sociales", o sea los sindicatos, para sabotear la inevitable explosión de ira del conjunto de los trabajadores.
Este ataque general contra toda la clase obrera sólo podía desencadenar una reacción de indignación y de cólera espontánea en un sector particularmente combativo como es el del transporte. Para los trabajadores ferroviarios "llueve sobre mojado”, tras haber llevado a cabo varias movilizaciones en los últimos años, en particular la "huelga intermitente" de 2018 contra la degradación de sus condiciones de trabajo y la eliminación de sus derechos, en las que no obtuvieron nada. Por ello el ataque a su régimen de jubilación sólo podía empujarles a volver a la lucha más decididamente aún con la consigna: "¡Basta ya!¡ No cederemos!". Esta combatividad en el sector del transporte podía desembocar en una explosión incontrolable con el peligro de extenderse como una mancha de aceite pues el ataque general a las pensiones despertaría la indignación general de toda la clase obrera.
La clase dominante dispone de múltiples medios para "sentir el pulso" del descontento social (en un país donde Macron, el "presidente de los ricos", se ha convertido en el hombre más odiado de la mayoría de la población): encuestas de opinión, investigaciones policiales para "tomar la temperatura" de los sectores "peligrosos” y entre estos sobre todo de la clase obrera. Pero el instrumento más importante de este "termómetro social" es, sin duda, el aparato sindical, mucho más eficaz que los sociólogos de las agencias de encuestas o los funcionarios de la Policía. De hecho, este aparato sindical tiene la función de ser el instrumento por excelencia de encuadramiento de los explotados al servicio de la defensa de los intereses del Capital. El aparato sindical del estado capitalista tiene casi un siglo de experiencia y es particularmente sensible para captar el estado de ánimo de los trabajadores, su voluntad y su capacidad para emprender luchas contra la burguesía[1]. Las fuerzas que ejercen el control de la clase obrera son las encargadas de advertir constantemente a los patrones y al gobierno del peligro que representa la lucha de clases. Para eso sirven las reuniones y consultas periódicas entre los dirigentes sindicales y la patronal o el gobierno: para elaborar juntos, hombro con hombro, la mejor estrategia que permita al gobierno y a la patronal llevar a cabo sus ataques contra los trabajadores con la máxima eficacia.
Los sindicatos fueron los primeros en darse perfecta cuenta de que la clase obrera en Francia no estaba dispuesta a agachar la cabeza y aceptar sin rechistar nuevos ataques. La clase dominante sabe también que el proletariado no tiene hoy la menor ilusión sobre una posible "salida del túnel": todos los trabajadores son ahora conscientes de que "vamos a ir de mal en peor” y que no quedará otro remedio que luchar juntos, hombro con hombro, para defender sus condiciones de vida y el futuro de sus hijos. La popularidad del movimiento de los “chalecos amarillos” que se desencadenó hace un año contra la carestía de la vida y la miseria, ya era un buen indicador de la ira que rugía en las entrañas de la sociedad: el 80% de la población decía apoyar, entender o simpatizar contra esta “marea” anti-Macron (incluso aunque la clase obrera no podía reconocerse en los métodos de protesta[2] de este movimiento interclasista iniciado por pequeños empresarios asfixiados por los impuestos sobre los combustibles). La burguesía, por lo tanto, ya había percibido perfectamente, en estos dos últimos años, un verdadero aumento de la combatividad de los trabajadores. La tenacidad de los trabajadores de las emergencias médicas o de los trabajadores postales que llevan meses en huelga, eran otros tantos indicios de ello. La multiplicación de las luchas en el sector de la distribución, entre los conductores de autobuses, o en la aviación, también.
Ante esta acumulación del descontento de los explotados, la burguesía francesa tenía pues que “acompañar" la imposición de la reforma de las pensiones, con la aplicación de un "cortafuegos" para canalizar, encuadrar, dividir y agotar la inevitable respuesta del proletariado.
En las manifestaciones se les odia por haber “apuñalado por la espalda” al movimiento, pero lo cierto es que la CFDT y la UNAS han desempeñado perfectamente su papel de "sindicatos responsables y reformistas". Se trata de una verdadera obra de teatro[3].
- Acto 1: la CFDT llevaba dos años urdiendo junto al gobierno un texto reclamando un régimen universal “justo y equilibrado”, pero que rechaza el concepto de "edad de equilibrio”. Esta noción[4] llamado también “edad pivote” es una verdadera provocación que tiene como única razón de ser, focalizar contra ella toda la ira, desviando así la atención del asunto fundamental: el ataque general contra las pensiones. Mientras el Gobierno dice reflexionar.
- Acto 2: el 11 de diciembre, el gobierno anuncia oficialmente… (suena redoble de tambores) ... que la edad de equilibrio figurará en la reforma. La CFDT sale a escena “sumamente airada” porque dice que se ha cruzado la "línea roja", y se une al "frente sindical". Todo el espacio mediático aparece ocupado por este "debate": edad pivote: si o no. Las gentes del teatro llaman a este momento "el giro dramático del IIº Acto”.
- Acto 3: Finalmente - ¡oh sorpresa! – el viernes 10 de enero, en Matignon, sede del Primer Ministro, el gobierno da marcha atrás en la famosa "edad de equilibrio”. La CFDT y la UNSA gritan ¡Victoria! y abandonan el movimiento.
Los espectadores se marchan a sus casas llevando en sus bolsillos, eso sí, el "sistema de pensiones por puntos”, es decir, más años de trabajo para una pensión recortada.
Hace veinticinco años, el gobierno de Juppé, utilizó ya, más o menos, esa misma estrategia: un ataque general a la clase obrera (la reforma del sistema de Seguridad Social que endurecía el acceso a sus prestaciones para todos los trabajadores), y un ataque específico a un sector particular (sobre el régimen especial para los trabajadores ferroviarios, lo que les exigía ¡trabajar 8 años más!). Tras un mes de huelga, con los trabajadores ferroviarios ultracombativos a la cabeza del movimiento, Juppé lo retiró y los sindicatos gritaron: ¡Victoria!¡... el régimen de los ferroviarios se había mantenido. Este sector, verdadera "locomotora" de la protesta social, regresó a las estaciones y volvió al trabajo anunciando el fin del viaje para el movimiento conjunto. Así es como el gobierno pudo colar su reforma de la seguridad social.
Esta vieja estratagema no parece funcionar hoy tan bien. Nadie proclama victoria excepto, claro está, la CFDT y la UNSA. Todo el mundo denuncia esta trampa por lo que es: una farsa, una maniobra para hacer tragar la píldora. Incluso la prensa, pone en evidencia la triquiñuela.
Y si, a pesar de su determinación, los cientos de miles de manifestantes están abandonando paulatinamente la lucha sin que el gobierno haya retirado su ataque general a las pensiones, es porque la maniobra ha sido más amplia y compleja. Junto a los sindicatos "reformistas", los "radicales", la CGT, la FO y Solidaires[5], también han contribuido a aislar y agotar a los huelguistas. Dado el nivel de coraje y combatividad de nuestra clase, este desgaste prolongado ha tenido simplemente que ser más duradero que lo previsto. Ha exigido toda la “maestría” de los especialistas en el sabotaje de las luchas, para conseguir sus objetivos.
En septiembre, tras las vacaciones, quedó oficialmente lanzada la campaña sobre la reforma de las pensiones. FO, Solidaires y la CGT estaban en todas partes. ¿Cómo? Multiplicando las convocatorias de movilizaciones sectoriales. Cada empresa tenía su propio día de huelga y sus demandas específicas. "Cada uno en su casa” y “los sindicatos en la de todos”. El objetivo de esta pantomima es agotar las ganas de luchar previamente a lanzar un movimiento más amplio y bajo su control.
Sólo que esta dispersión organizada resultó muy criticada. En las manifestaciones, no pocos trabajadores protestan contra esta división y exigen unidad a los sindicatos porque “si todos estamos en el mismo barco, es necesario que luchemos juntos”. Esta presión es la que lleva a los sindicatos a convocar el 20 de septiembre, una gran manifestación unitaria… ¡para el 5 de diciembre! Una vez más nada se dejó al azar. Si se eligió tal fecha fue porque les permitiría durante el tiempo que aún restaba proseguir sus maniobras de dispersión y agotamiento. Al mismo tiempo, esa fecha era ya muy cercana a las fiestas de fin de año y de la famosa “tregua de los confiteros”[6], lo que hace que cualquier bloqueo de transporte sea impopular y así aislar a los más combativos.
Durante octubre y noviembre, los sindicatos "radicales" continúan su trabajo de zapa a través de huelgas aisladas y sectoriales. Aunque la indignación obrera es palpable, en muchos sectores, se cuidan muy mucho de llevar a cabo asambleas generales abiertas y ampliamente inclusivas, a unir a las distintas empresas y sectores en lucha enviando delegaciones masivas de unas a otras para poder reunirse y extender la huelga. ¡Nada de eso! Sólo huelgas y acciones aisladas mientras se espera la promesa de la gran manifestación del 5 de diciembre. Pero esta estrategia de agotamiento y desmoralización resulta, de nuevo, insuficiente. La clase obrera sigue presionando y la combatividad sigue aumentando.
El 16 de octubre, los ferroviarios detienen repentinamente el trabajo tras un accidente ferroviario en las Ardenas. Espontáneamente, utilizando sus teléfonos, se avisan unos a otros, extendiendo la huelga a todo un sector de la compañía de ferrocarriles (SNCF). Los agentes de la región de Paris (Île-de-Francia) fueron particularmente combativos. Las líneas de la red de transporte de cercanías (RER) quedan bloqueadas. Los sindicatos se suben a este tren en marcha y encabezan esta huelga invocando el "derecho de retirada"[7]. En otras palabras, se adhieren a una movilización que ya había empezado. A la burguesía le gusta poco esta autonomía obrera y esta dinámica a que los trabajadores se hagan con el control de la lucha y la extiendan, por lo que el gobierno y la patronal denuncian la ilegalidad de esta "huelga salvaje" y amenazan a los huelguistas con sanciones. Esto permitirá a los sindicatos recuperar definitivamente el control de la situación erigiéndose en protectores de los huelguistas y defensores del derecho de huelga. Durante este mes de octubre se vivirán, en efecto, en la SNCF cierto número de huelgas salvajes, en particular en el centro de mantenimiento de Châtillon donde, sin el permiso de los sindicatos, 200 trabajadores de 700 se agrupan para oponerse a las medidas que empeoran las condiciones de trabajo, medidas que fueron rápidamente retiradas a fin de detener inmediatamente la huelga e impedir así que el movimiento sea conocido y pueda “dar ideas” a los trabajadores[8].
Los sindicatos estaban pues advertidos de que debían mostrarse más “combativos” y sumarse al movimiento para poder controlarlo totalmente. El 9 de noviembre, la CGT se une a la UNSA Ferroviaria[9] y a Sud/Solidaires, en el llamamiento a una huelga prorrogable para el 5 de diciembre. Declarando que esta acción también se llevaría a cabo en la SNCF. Luego la CFDT en los ferroviarios anunció que se unía a la movilización[10].
Pero por detrás de ese "frente sindical" y de los discursos sobre la unidad en todos los sectores, entre bastidores continúan su acción de zapa y división. Su sabotaje de la unidad en las movilizaciones en el sector hospitalario es particularmente característico: desde marzo, los sindicatos y sus "colectivos inter- urgencias " estaban llevando a cabo acciones ultra corporativas, separando a los trabajadores de las urgencias del resto de servicios hospitalarios. Pero bajo la creciente presión de la voluntad de "luchar todos juntos", cambiaron su discurso convocando dos manifestaciones "unitarias", el 14 y el 30 de noviembre, “unitarias” pero ¡en la función hospitalaria!, y ello con objeto de apartar mejor esta lucha del movimiento general contra la reforma de las pensiones, invocando la “especificidad de los hospitales” (es decir, para dividir mejor). Esta decisión sindical creará una verdadera bronca en el seno de las Asambleas Generales del personal hospitalario y muchos de ellos se movilizarán, sin embargo, desoyendo las instrucciones sindicales, el 5 de diciembre.
Durante las grandes manifestaciones de diciembre, la necesidad de solidaridad entre todos los sectores y de todas las generaciones obreras, de luchar todos juntos, son recogidos por las consignas que se repiten machaconamente desde los altavoces de las furgonetas sindicales. Pero ¿para hacer qué? Nada. Sólo para redundar una y otra vez la misma cantinela en cada jornada de acción. Pero, eso sí, cada sector debe marchar encasillado con su sindicato, a veces incluso delimitado y guardado, separado de los demás por una cuerda y un "servicio de orden", el orden sindical. No existen momentos para quedarse a discutir al final de las marchas, aunque muchos trabajadores han expresado su deseo de hacerlo. Los sindicatos y la policía dispersan a los participantes. El tiempo apremia, los autobuses se van a ir.
A mediados de diciembre, los trabajadores ferroviarios de la SNCF y la RATP en huelga son conscientes de que, si permanecen aislados, el movimiento está condenado a la derrota. Entonces, ¿qué hacen los sindicatos? Organizar un simulacro de extensión: algunos representantes de la CGT van a reunirse con otros representantes de la CGT de otra empresa.
Para las manifestaciones convocadas en sábado, organizadas oficialmente así por los sindicatos para permitir a los empleados del sector privado participar en las movilizaciones, ni la CGT, ni FO ni Solidaires, hicieron esfuerzo alguno para movilizar en las empresas. Por el contrario, todos sus discursos se centran en alabar el coraje de los trabajadores ferroviarios "que luchan por todos nosotros", la capacidad de bloqueo de este sector (lo que daría a entender que los demás trabajadores son impotentes) y en la necesidad de apoyarlos... alimentando las cajas de resistencia organizadas sobre todo por la CGT en lugar de la solidaridad activa de los trabajadores en la lucha y la extensión del movimiento (¡aunque sea comprensible que todo el mundo quisiera ayudar económicamente a los ferroviarios por la pérdida de un mes de salario!). ¡A lo largo de todo el mes de diciembre, los sindicatos han promovido la huelga “por delegación”[11]!
Así, aislados en una huelga "indefinida”, se anima a los trabajadores ferroviarios a aguantar, "cueste lo que cueste" durante los 15 días de las fiestas de fin de año con la consigna: ¡nada de tregua de los confiteros!
Pero ni siquiera así, con los medios de comunicación desatando una campaña contra quienes han “tomado como rehenes a familias que sólo pretenden reunirse para la Navidad", estas dos semanas de "tregua" durante las cuales los "ferroviarios" luchan solos, consiguen agotar la rabia y la combatividad general ni hacer la huelga "impopular".
El 9 de enero, la nueva “jornada de acción multisectorial” ve nuevamente como cientos de miles de manifestantes salen nuevamente a las calles más decididos que nunca a rechazar la reforma.
El 10 de enero, el Primer Ministro Phillipe negoció con los sindicatos y anunció que veía “un diálogo constructivos y avances”, prometiendo preguntar al presidente Macron al día siguiente si se podría retirar lo de la “edad pivote”. Todos los sindicatos celebraron esta victoria, gran victoria según la CFDT y la UNAS, y pequeño paso adelante para la CGT, FO y Solidaires que insisten en que el gobierno comenzaba a retroceder bajo la presión de las calles y de los huelguistas del sector del transporte.
Así que al día siguiente se convocan nuevas manifestaciones. Este sábado 11 de enero, en Marsella, los sindicatos organizan animaciones al final de la marcha para hacer imposible cualquier discusión. En París, la policía tiene carta blanca para gasear una vez más a los manifestantes, para dispersarlos a porrazos. No se puede permitir que los manifestantes puedan reunirse y hablar. Pero, más que nada, la asistencia en ese día está en claro declive, los trenes vuelven a las vías, se siente el desgaste, el ambiente en las procesiones menos masivas es menos combativo. La estocada está lista. Philippe anuncia la retirada de la "edad pivote"... temporalmente. El “timing” es perfecto.
Y ahora que las movilizaciones se van agotando, que los ferroviarios en huelga no pueden aguantar más asfixiados económicamente y van volviendo gradualmente al trabajo ¿qué hacen los sindicatos "radicales"? Ahora que la dinámica es de reflujo, llaman a extender el movimiento, arengando a los trabajadores del sector privado a “tomar el relevo” y ¡denuncian la “cobardía de delegar la huelga”! El 9 de enero, al Sr. Mélenchon[12] salió en todas las televisiones proclamando “la huelga por delegación ya ha cumplido. Ahora todo el mundo debe implicarse”.
Ahora se les llena la boca de "asambleas generales soberanas" para hacer creer que ellos no son más que los portavoces de los trabajadores y que si algunos siguen agotándose en una huelga aislada, ellos no pueden hacer nada. Así el dirigente de la CGT Philippe Martinez recorría los platós televisivos con el mensaje: “es la Asamblea general y la base la que decide si los ferroviarios quieren perder aún más días de salario”.
Ahora es cuando multiplican las acciones para poner en evidencia que los trabajadores no secundan ni extienden la movilización ¡y echar la culpa de la derrota a los obreros! Ahora los sindicatos convocan tres jornadas de acción en una semana, los días 14, 15 y 16 de enero, cuando ya los trabajadores ferroviarios están volviendo gradualmente al trabajo.
Ahora, el gerifalte de la CGT, el Sr. Martínez, como su compadre de la Francia Insumisa, el Sr. Mélenchón, se prodigan por todos los platós y emisoras de radio, y aparecen rodeados de huelguistas, para protestar contra la violencia policial... ¡que se viene produciendo desde hace meses! Lo cierto es que los sindicatos (con la CGT a la cabeza) han permitido hasta ahora las palizas a los manifestantes, la dispersión de los finales de las manifestaciones con granadas de gas lacrimógeno, sin objetar ni rechistar. Sólo cuando Mélenchon pidió la dimisión del Prefecto de policía de París, los sindicatos empezaron también erráticamente a denunciar la represión de los huelguistas.
Ahora, todos los sindicatos quieren negociar con el gobierno que considere las diferentes “penosidades” en lo que supone un nuevo ataque corporativista para desmoronar el movimiento, ya que ¡todo el mundo trabaja bajo presión y la explotación es penosa para todos! Este “fleco” de las negociaciones está siendo seriamente considerado con un único objetivo: dividir, o incluso hacer competir a unos trabajadores con otros, en negociaciones perdidas de antemano, rama por rama, para determinar si algún trabajo es más "penoso" que otros. ¡El "frente sindical" se verá sin duda bien retratado cuando la CGT de ferrocarriles y la CFDT de Carrefour apuren para saber quién hace el trabajo más “arduo”!
Los sindicatos ya hicieron esto mismo durante la huelga de los trabajadores ferroviarios en el invierno de 1986, apelando a la extensión de la huelga al final del movimiento[13]. De hecho, lo que estos bomberos sociales profesionales buscan es la extensión y la profundización de la derrota para segar la hierba bajo los pies de la clase obrera y hacerla bajar la cabeza. Así el Gobierno cuenta con las necesarias garantías para que esta reforma pueda pasar al Parlamento sin más dificultad (y permitir así al gobierno imponer nuevos ataques).
La clase obrera, por el contrario, debe ser consciente del paso que ha dado. Después de diez años de atonía que sucedieron a las prolongadas movilizaciones convocadas en 2010 por todos los sindicatos que condujeron al agotamiento y la impotencia, la clase obrera ha comenzado a levantar cabeza, a querer luchar juntos, a querer unirse, a reconocerse como hermanos de clase. ¡Estos últimos meses han estado animados por el desarrollo de la solidaridad entre sectores y entre generaciones!
¡Esta es la victoria de este movimiento porque la verdadera ganancia de la lucha es la lucha misma, en la que todas las categorías profesionales, todas las generaciones se han encontrado finalmente juntas en la misma lucha, en las calles, contra una reforma que es un ataque a todos los explotados! Y esto es lo que el gobierno y los sindicatos tratarán de borrar en las semanas y meses venideros.
Nos corresponde a nosotros trabajadores reunirnos para debatir, discutir, sacar lecciones no olvidarlas y, en los combates de mañana, poder ser aún más numerosos y fuertes empezando por conocer y desenmascarar el papel de los sindicatos, esos profesionales... de la derrota. ¡Ellos siempre serán los últimos baluartes del Estado en las filas del proletariado para defender defensa del orden capitalista!
Léa, 14 de enero de 2020
[1] Ver nuestro folleto LOS SINDICATOS CONTRA LA CLASE OBRERA y en la Web: apuntes sobre la cuestión sindical https://es.internationalism.org/cci-online/201104/3103/apuntes-sobre-la-cuestion-sindical [9]
[2] La ocupación de rotondas, la agitación ostentosa de símbolos republicanos y nacionalistas como las banderas tricolores o los cánticos de “La Marsellesa”. Para una denuncia de este movimiento reaccionario ver Hoja de intervención de la CCI sobre la trampa del movimiento de los chalecos amarillos https://es.internationalism.org/content/4378/hoja-de-intervencion-de-la-cci-sobre-la-trampa-del-movimiento-de-los-chalecos-amarillos [28] y Balance del movimiento de los "chalecos amarillos": Un movimiento interclasista, un obstáculo para la lucha de clases https://es.internationalism.org/content/4484/balance-del-movimiento-de-los-chalecos-amarillos-un-movimiento-interclasista-un [29]
[3] Ver nuestras anteriores hojas de intervención en la que denunciamos, desde principios de diciembre, estas maniobras. Contra los ataques del gobierno ¡LUCHA MASIVA Y UNIDA DE TODOS LOS EXPLOTADOS! https://es.internationalism.org/content/4516/contra-los-ataques-del-gobierno-lucha-masiva-y-unida-de-todos-los-explotados [30] ; Solidaridad en la lucha de todos los trabajadores, de todas las generaciones https://es.internationalism.org/content/4505/solidaridad-en-la-lucha-de-todos-los-trabajadores-de-todas-las-generaciones [14] ; Aunemos nuestras luchas contra los ataques de nuestros explotadores https://es.internationalism.org/content/4499/aunemos-nuestras-luchas-contra-los-ataques-de-nuestros-explotadores [13] e igualmente Comunicado internacional de solidaridad con la clase obrera en lucha en Francia https://es.internationalism.org/content/4514/comunicado-internacional-de-solidaridad-con-la-clase-obrera-en-lucha-en-francia [31]
[4] Según esa novedad terminológica puede uno jubilarse a los 62 años como ahora, pero tendrá una penalización. Si uno quiere la pensión completa deberá ir hasta los 64. lo que quiere decir ese lenguaje es que la jubilación será a los 64. En realidad, ya hoy la edad promedia de jubilación es casi de 64. En cierto modo, eso de la “edad de equilibrio” es relativamente poca cosa en una ley de “pensiones por puntos” que cambia las normas de contabilización a todos los niveles para rebajar drásticamente las pensiones. (Nota de la T.)
[5] Se trata de un sindicato “radical” conocido también como SUD (N de T)
[6] Una especie de “alto el fuego” con ocasión de las celebraciones navideñas (N de T).
[7] Detener el transporte cuando hay riesgos para los trabajadores o los usuarios (N de T).
[8] La declaración de los trabajadores de Châtillon [32] fue publicada en el RI n° 479. He aquí un extracto muy breve: "Nosotros, agentes de equipos en huelga en el Châtillon Technicentre, en la red del TGV Atlantique, hemos dejado de trabajar masivamente desde la noche del lunes 21 de octubre, sin consultar ni ser dirigidos por los sindicatos. (...) Nuestra cólera es real y profunda, estamos decididos a luchar hasta el final de nuestras reivindicaciones, por el respeto y la dignidad. (...) ¡Hartos de las reorganizaciones, de bajos salarios, de reducciones de puestos de trabajo y de la falta de personal! Hacemos un llamamiento a todos los trabajadores ferroviarios para que levanten la cabeza con nosotros, porque la situación actual de Châtillon es, de hecho, el reflejo de una política nacional".
[9] ¡mientras que la UNSA de otros sectores no llama a la huelga! De hecho, también en este caso, la UNSA de los ferrocarriles se ve obligada a mantener la combatividad en ese sector so pena de quedar totalmente desacreditados.
[10] ¡mientras que, a nivel nacional, la CFDT tampoco llama a la huelga!
[11] Hemos traducido así la expresión francesa del original “grève par procuration”, es decir que otros hagan huelga por mí. (N de la T)
[12] Líder de la formación izquierdista La Francia Insumisa [33]
[13] Reproducimos a continuación un artículo que saca lecciones de esta lucha: "SNCF diciembre 1986: Los trabajadores pueden luchar sin los sindicatos [34]".
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Tras el asesinato señalado por Estados Unidos del principal estratega militar de Irán, el general Qasem Soleimani, los discursos en muchas capitales del mundo, especialmente en Europa occidental, expresaran o no éstos un acuerdo explícito con la acción de USA, versaron sobre la necesidad de evitar una "escalada" de las tensiones militares en Oriente Medio. Cuando comprobaron la naturaleza limitada de la respuesta inicial de Irán -un ataque con misiles contra las bases aéreas estadounidenses en Irak que parecía haber causado pocos daños o pérdidas de vidas- las mismas voces respiraron con alivio, esperando que Irán lo dejara correr por el momento.
Pero la escalada de enfrentamientos militares en Oriente Medio - y la particular contribución de EE. UU. a la misma - tiene raíces más profundas y amplias que el actual enfrentamiento entre Irán y el gobierno de Trump. Ya en el período de la Guerra Fría, la región, estratégicamente vital, había sido escenario de una serie de guerras indirectas entre los bloques de Estados Unidos y Rusia, en particular las guerras árabe-israelíes de 1967 y 1973, así como las "guerras civiles" que asolaron el Líbano y Afganistán, o la guerra entre Irán e Irak en la década de 1980. Con el colapso del bloque ruso a finales de esa década, EE.UU. buscó imponerse como única superpotencia mundial, exigiendo que sus antiguos socios del bloque occidental se sumaran a la primera guerra del "Nuevo Orden Mundial" de Bush (padre) contra el Irak de Saddam en 1991. Pero este Nuevo Orden Mundial pronto demostró ser un engaño. En lugar de alcanzar una nueva estabilidad global - por supuesto dominada por los Estados Unidos- cada nueva aventura militar norteamericana sólo ha servido para acelerar la carrera hacia el caos. La situación actual de los dos países que aquel invadió a principios del nuevo siglo, Afganistán e Irak, da claras muestras de ello. Con los gobiernos de Obama, el retroceso de los Estados Unidos en estos países y la necesidad de "pivotar" hacia el Lejano Oriente para enfrentar el creciente desafío de China subrayaron aún más el debilitamiento del control del imperialismo norteamericano sobre el Medio Oriente. En Siria ha tenido que ceder cada vez más terreno a la Rusia de Putin, que ahora ha formado una alianza con Turquía (miembro de la OTAN) para dispersar las fuerzas kurdas que antes habían ocupado el norte de Siria con el apoyo de los EE. UU.[1].
Pero si los EE. UU. han experimentado un retroceso, no por ello se han retirado de esa región. Más bien han cambiado su estrategia hacia un apoyo indefectible a sus dos aliados más fiables en ella: Israel y Arabia Saudí. Con la Administración Trump se ha abandonado virtualmente cualquier veleidad de actuar de árbitro entre Israel y los palestinos, apoyando por el contrario indisimuladamente los movimientos abiertamente anexionistas de Netanyahu. Tampoco esconde su respaldo al régimen saudí que está librando una brutal guerra en Yemen y que asesina descaradamente a portavoces de la oposición como el periodista Jamal Khashoggi, asesinado y descuartizado en la embajada saudí en Estambul. Y, sobre todo, presiona y presiona cada vez más a su principal enemigo en la región: Irán.
Irán ha sido una espina clavada en las carnes de los Estados Unidos desde la llamada Revolución Islámica que en 1979 derrocó al muy proamericano Sha de Persia. En los años 80, los norteamericanos apoyaron la guerra de Saddam contra Irán para debilitar al nuevo régimen. Pero el derrocamiento de Saddam en 2003 abrió una gran parte de Irak a la influencia iraní: el gobierno iraquí dominado por los chiitas en Bagdad está estrechamente alineado con el régimen de Teherán. Esto ha aumentado enormemente las propias ambiciones imperialistas de Irán en todo el Medio Oriente: estableciendo una especie de estado dentro de un estado a través de Hezbolá en el Líbano, y representando el principal apoyo para las fuerzas hutíes que combaten a Arabia Saudita y sus aliados en Yemen. Y Soleimani fue el principal arquitecto del imperialismo iraní en estas y otras aventuras.
La decisión de Trump de dar luz verde al asesinato de Soleimani no se basó, por lo tanto, en su mero capricho, por mucho que sea un personaje impredecible, sino que es parte de una estrategia imperialista respaldada por una parte considerable de la burguesía estadounidense. Es cierto que ha encarnizado las divisiones en el seno del aparato militar/político de la clase dominante estadounidense, enfureciendo sobre todo a los partidarios del enfoque más conciliador respecto a Irán propiciado por Obama y que se expresó por ejemplo en el acuerdo sobre el programa nuclear iraní, precisamente uno de los primeros acuerdos diplomáticos que Trump abandonó cuando se convirtió en presidente. Esta postura de intentar construir puentes con Irán ha sido también la de las principales potencias europeas, incluyendo a Gran Bretaña, por lo que éstas han vuelto a expresar sus recelos sobre la política de Trump tras el asesinato de Soleimani.
Quienes desde la burguesía critican a Trump, se lamentan de que no alcanzan a ver la “jugada” que hay detrás del asesinato de Soleimani, o que Trump no ha pensado bien las cosas. Siguen reafirmándose en su compromiso con soluciones racionales, políticas y diplomáticas a los conflictos y belicosidad que se extiende por todo el mundo. Pero la carrera del capitalismo hacia el militarismo no es producto de Trump u otros líderes nefastos, sino del callejón sin salida en que se haya el sistema capitalista. Tampoco estas facciones burguesas "responsables" están más liberadas de la maquinaria militar que Trump y otros populistas. De hecho, el uso de drones para la guerra en el Medio Oriente y las regiones circundantes fue promovido por primera vez bajo la Administración Obama.
La Administración Trump se basa en el reconocimiento de que tanto el viejo orden de alianzas militares disciplinadas, que prevaleció durante la Guerra Fría, como el proyecto de Nuevo Orden Mundial posterior a 1989, están igualmente muertos y que la verdadera dinámica en el mundo a partir de 1989 ha sido el “cada uno a la suya y el diablo se lleva la última”. Ese es el verdadero significado del lema de Trump: "America First". Y esto, a su vez, es la expresión, en el terreno de las relaciones internacionales, de la descomposición subyacente de la propia sociedad capitalista, de la fase final del declive del capitalismo como modo de producción, que se inició verdaderamente con el estallido de la Primera Guerra Mundial. En este contexto, los Estados Unidos han dejado de ser el gendarme del mundo para convertirse en el principal acelerador de su caída en el caos. Trump no es más que la personificación de esta tendencia implacable. Por eso, el resultado de la "jugada" del asesinato de Soleimani, sean cuales sean las fantasías subjetivas de Trump o de sus acólitos y partidarios, sólo puede ser, más pronto o más tarde, el de una escalada de la barbarie militar. Y tal y como pone de manifiesto la pesadilla que se vive en Siria, la primera víctima de esta escalada es la población, considerada como un mero "daño colateral" del militarismo. En este sentido, ya sea intencional o no, el derribo del avión ucraniano sobre Teherán el mismo día del ataque con misiles iraníes contra las bases aéreas estadounidenses demuestra el verdadero costo humano de estos enfrentamientos militares.
El ala izquierda del aparato político capitalista - los Demócratas y "Demócratas Socialistas” en los USA, los laboristas en Reino Unido, los trotskistas en todas partes - tienen su propia diana cuando se trata de señalar al culpable de la acumulación de tensiones en el Medio Oriente: Trump o el imperialismo estadounidense. Esto proviene de pensar que los Estados Unidos o las potencias occidentales son los únicos imperialistas, a los que se opondrían países no imperialistas o incluso antiimperialistas como Rusia, China, o Irán. Pero se trata de una mentira puesto que, en esta época, todos los países son imperialistas, desde los estados más grandes e influyentes hasta las potencias más pequeñas y menos globales. Irán tiene, y no son inferiores a los de Israel, sus propios apetitos imperialistas, como puede verse en la utilización de fuerzas que le son fieles para convertirse en la potencia líder en el Medio Oriente. Y detrás de ellos acechan los grandes estados imperialistas de Rusia y China. En cambio, los explotados por el capital, cualquiera que sea el estado nacional que ejerza su explotación, no tienen interés alguno en identificarse con las aventuras imperialistas de su respectiva clase dominante.
La izquierda, al mismo tiempo que reclama la defensa de las llamadas naciones y estados nacionales "oprimidos", afirma estar, también, del lado de los explotados y oprimidos en estos países. Pero en ellos el dominio asfixiante de la economía de guerra junto con el impacto de la crisis económica mundial -a la que podemos añadir el peso de las sanciones de EE. UU. en un país como Irán[2]- ha llevado ciertamente a una acumulación masiva de descontento social y oposición a los regímenes existentes en todo Oriente Medio. Esto se ha puesto de manifiesto en las revueltas populares en países como el Líbano, Irak e Irán en los dos últimos dos años. Pero, aunque los izquierdistas pregonen su apoyo a estos movimientos, lo que hacen en realidad es socavar la posibilidad de que surja un movimiento de clase independiente en estos países, porque se oponen a criticar las debilidades de estas revueltas en las que se mezclan diferentes intereses de clase. De hecho, con su apoyo al "nacionalismo de los oprimidos", los izquierdistas en realidad están alentando aún más la tendencia de estas revueltas a tomar una dirección nacionalista (como las consignas anti-iraníes que se gritaban en las protestas en Irak, o el ondear de la bandera libanesa como una falsa solución a las divisiones sectarias en el Líbano)[3]. Y ahora que los regímenes de Irán e Irak intentan por el momento derivar el descontento de la población hacia una histérica campaña de unidad nacional antiamericana, la izquierda celebra tales consignas antiestadounidenses y por tanto se muestra como una animadora del esfuerzo bélico de los Ayatolás. Y esta es una de las ironías de la situación: que el asesinato de Soleimani por parte de los Estados Unidos permite al régimen de Teherán utilizar estas campañas para redorar su credibilidad como defensor de los "intereses nacionales" iraníes.
Y, sin embargo, a pesar de las bien publicitadas imágenes de cientos de miles de personas en las calles llorando por Soleimani, dudamos que los explotados y oprimidos de Irán e Irak se hayan dejado engañar completamente. Después de todo, se trata del mismo Soleimani cuyas fuerzas de élite han estado al frente de la despiadada represión de las protestas contra el régimen que dejaron cientos de cadáveres en las calles. Las airadas manifestaciones antigubernamentales que estallaron en todo Irán inmediatamente después de que las autoridades admitieran haber derribado el avión ucraniano muestran que la "Unión Sagrada" promovida por el régimen tras el asesinato de Soleimani carecen de solidez.
La clase obrera en Irán ha librado algunas valerosas luchas en los últimos dos años, revelando una vez más que tiene el potencial -como vimos en ciertos momentos en 1978-79- de ofrecer un liderazgo a la masa de la población, de integrar su descontento en un movimiento auténticamente proletario[4].
Pero para que esto suceda, los trabajadores de Irán, Irak y otros países en primera línea de los conflictos imperialistas tendrán que ser capaces de evitar todas las trampas nacionalistas puestas en su camino. Y no podrán dar este vital paso adelante sin la solidaridad activa de la clase obrera internacional, sobre todo en los países centrales del sistema. Las luchas actuales de la clase obrera en Francia indican que no es una esperanza perdida[5].
Contra la escalada de la barbarie militar, el único camino para la humanidad es la escalada de la lucha de clases internacional contra el capital, sus rivalidades nacionales, su represión y sus guerras.
Amos, 12.1.20
[1] Este "cambio de chaqueta" de la Turquía de Erdogan funciona en ambos sentidos como, por otra parte, sucede con la mayoría de las alianzas en este período. Así en el Medio Oriente, se ha inclinado hacia Rusia en contra de los EE.UU., pero en Libia ha enviado tropas para apoyar al Gobierno de Acuerdo Nacional reconocido por la ONU, en contra de las fuerzas bajo el Khalifa Haftar, que son apoyadas por Rusia... Para el análisis de las situaciones imperialistas en Siria y Libia ver respectivamente: Invasión turca del norte de Siria: la cínica barbarie de la clase dominante https://es.internationalism.org/content/4489/invasion-turca-del-norte-de-siria-la-cinica-barbarie-de-la-clase-dominante [37] y Caos en Libia: una odiosa expresión de la barbarie capitalista https://es.internationalism.org/content/4497/caos-en-libia-una-odiosa-expresion-de-la-barbarie-capitalista [3]
[2] Recordemos también que el mismo Trump que declaró hipócritamente su apoyo a las protestas de la población iraní contra la pobreza y el desempleo antes del asesinato de Soleimani, amenaza ahora con hacer aún más desesperadas sus condiciones de vida infligiendo sanciones económicas aún más asfixiantes a Irán.
[3] Ver Ante la agravación de la crisis económica mundial y la miseria, las "revueltas populares" representan un callejón sin salida https://es.internationalism.org/content/4495/ante-la-agravacion-de-la-crisis-economica-mundial-y-la-miseria-las-revueltas-populares [38]
[4] Ver Manifestaciones en Irán: fuerza y límites del movimiento https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201803/4287/manifestaciones-en-iran-fuerza-y-limites-del-movimiento [39]
[5] Ver Solidaridad en la lucha de todos los trabajadores, de todas las generaciones Solidaridad en la lucha de todos los trabajadores, de todas las generaciones https://es.internationalism.org/content/4505/solidaridad-en-la-lucha-de-todos-los-trabajadores-de-todas-las-generaciones [14]
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El proletariado solo podrá liberar a la humanidad de las cadenas cada vez más asfixiantes del capitalismo mundial si su lucha es inspirada y fertilizada por la continuidad histórica crítica de sus organizaciones comunistas, ese hilo histórico que va desde la Liga de los Comunistas en 1848 hasta las organizaciones actuales que se reivindican de la Izquierda Comunista. Privado de esa brújula sus reacciones contra la barbarie y la miseria que impone el capitalismo se verán condenadas a una acción ciega, desesperada, lo que puede conducirlo a una cadena de derrotas definitiva.
El blog Nuevo Curso pretende hacer pasar como “Izquierda Comunista” la obra de Munis que nunca logró romper realmente con el planteamiento y las orientaciones erróneas de la Oposición de Izquierda que degeneraría en el trotskismo, una corriente que desde los años 40 se ha situado claramente en la defensa del capitalismo, junto a sus hermanos mayores, el estalinismo y la socialdemocracia.
Respondimos a esta pretensión con el artículo Nuevo Curso y una "Izquierda Comunista Española" ¿De dónde viene la Izquierda Comunista?[1] donde expusimos de forma argumentada que “el futuro partido mundial de la revolución comunista, para que pueda contribuir realmente a ella, no podrá asumir el legado de la Oposición de Izquierda. Tendrá que basar necesariamente su programa y sus métodos de acción en la experiencia de la izquierda comunista. (…) hay una herencia común de la izquierda comunista que la distingue de las otras corrientes de izquierda que han surgido de la Internacional Comunista. Por lo tanto, cualquiera que afirme pertenecer a la Izquierda Comunista tiene la responsabilidad de esforzarse por conocer y dar a conocer la historia de este componente del movimiento obrero, sus orígenes en reacción a la degeneración de los partidos de la Internacional Comunista, los diferentes grupos que están vinculados a esta tradición por haber participado en su lucha, las diferentes ramas políticas que la componen (la Izquierda Italiana, la Izquierda Holandesa-alemana, etc.). En particular, es importante aclarar los contornos históricos de la izquierda comunista y las diferencias que la distinguen de otras corrientes de izquierda, en particular la trotskista”
Este artículo escrito en agosto de 2019 ha sido totalmente ignorado por Nuevo Curso. El sonido de su silencio ha resonado ruidosamente en los oídos de todos los que defendemos la herencia y la continuidad crítica de la Izquierda Comunista. Esto resulta aún más chocante cuando Nuevo Curso publica cada día un nuevo artículo donde se abordan todos los temas imaginables desde Netflix, el mensaje navideño del Rey español hasta el origen de la fiesta de la Navidad. Sin embargo, no ha creído necesario dedicar nada a algo tan vital como la justificación argumentada de su pretensión de hacer pasar como Izquierda Comunista la continuidad más o menos crítica de Munis con la Oposición de Izquierdas que dio lugar al trotskismo.
Nuestro artículo se planteaba finalmente “Quizá pudiera tratarse de un culto sentimental a un antiguo combatiente obrero [Munis]. Si ese es el caso debemos decir que el resultado será una mayor confusión, pues sus tesis, convertidas en dogmas, no harán sino destilar lo peor de sus errores. (…) Otra explicación posible es que se pretenda combatir la auténtica Izquierda Comunista con una “doctrina” spam (…) utilizando los materiales de aquel gran revolucionario. Si tal es el caso es obligación de los revolucionarios combatir con la máxima energía semejante impostura”.
Lo peor de la derrota de la oleada revolucionaria mundial de 1917-23 es que se hizo pasar como “comunismo”, “marxismo” y “principios proletarios” la gigantesca adulteración que perpetró el estalinismo. Las organizaciones revolucionarias actuales no pueden permitir que todo el patrimonio duramente desarrollado durante casi un siglo por la Izquierda Comunista sea reemplazado por una doctrina spam basada en la confusión y la gangrena oportunista que significó la Oposición de Izquierda. Ello supondría un golpe brutal a la perspectiva de la revolución proletaria mundial.
En septiembre de 2017 descubrimos por primera vez la página web (blog) de Nuevo Curso[2], que inicialmente se presentaba como interesado en las posiciones de la Izquierda Comunista y abierto a la discusión. Eso es lo que decían al menos en la respuesta a la primera correspondencia que les enviamos:
«…no nos vemos como un grupo político, como un proto-partido o algo así… Al revés, como vemos nuestro trabajo es casi como algo «formativo», ayudando a la discusión en centros de trabajo, entre jóvenes, etc. y una vez clarificados unos mínimos, sirviendo de puente a esas nuevas personas que descubren el marxismo con las organizaciones internacionalistas (básicamente TCI y vosotros) que, tal como lo vemos nosotros, deberíais ser los aglutinantes naturales del partido futuro, aunque estéis muy débiles ahora (como toda la clase, claro).»[3]
Este planteamiento desapareció unos meses después, sin mediar una explicación detallada y convincente, se declaraban la continuación de una supuesta Izquierda Comunista española cuyos orígenes serían Munis y su grupo el FOR[4]. Ya hemos puesto de manifiesto que esa pretendida filiación significa una confusión entre la Izquierda Comunista y el trotskismo, y que, desde el punto de vista de la continuidad de los principios políticos, las posiciones de Nuevo Curso no siguen las de la Izquierda Comunista, sino las del trotskismo, o en el mejor de los casos, de las tentativas de ruptura con él[5]. No hay pues una continuidad programática de Nuevo Curso con la Izquierda Comunista.
Pero ¿Qué hay de la continuidad orgánica? Lo que originariamente decían ellos mismos es:
«Debajo del blog y de la «Escuela de Marxismo» estamos un pequeño grupo de cinco personas que trabajamos y vivimos juntas desde hace quince años en una cooperativa de trabajo que funciona como una comunidad de bienes. Fue nuestra forma de resistir a la precarización y ganarnos la vida. También de mantener un modo de vida donde pudiéramos discutir, aprender y ser útiles a nuestras familias y amigos en una época difícil» (ídem)
Y según reconocen igualmente, su actividad principal estaba lejos de ser la crítica marxista; más bien consistía genéricamente –a falta de una mayor concreción- en dedicar sus esfuerzos «a la posibilidad de que el trabajo se organizara de manera productiva (un nuevo movimiento cooperativo o comunitarista que hiciera evidente la posibilidad tecnológica de una sociedad des -mercantilizada, es decir comunista)»[6] (ídem)
Por otra parte, además de este núcleo central, y al parecer procedentes de dinámicas diferentes de reflexión y discusión, han convergido diferentes grupos de jóvenes en varias ciudades[7].
Con esos mimbres, lo que resulta sorprendente es el bagaje político y las referencias a las posiciones de la Izquierda Comunista que la página web de Nuevo Curso ha exhibido desde el principio. Y uno de los elementos que contribuyen a ello lo explican también en su carta:
«Uno de nosotros –se refiere al núcleo cooperativista, NdR-, Gaizka[8], fue un antiguo contacto vuestro en los noventa y como él dice, la cabeza se le amuebló y aprendió marxismo con vosotros. Contar con él y con la biblioteca que aportó, ha sido una parte importante en nuestro proceso. » (Ídem)
Efectivamente, este “miembro cooperativista” se presentó en diciembre de 2017 en nuestra Reunión Pública en Madrid sobre el centenario de la Revolución rusa, y resultó ser un viejo conocido, de sobrenombre Gaizka, que en los años 90 mantuvo una discusión programática con la CCI. Al terminar la reunión nos informó de que estaba en contacto con un grupo de jóvenes, “proporcionándoles formación marxista”, y nos animó a que retomáramos el contacto.
Nuestra respuesta a su propuesta de retomar el contacto fue que antes debería aclarar ciertos comportamientos políticos que en los años 90 fue incapaz de explicar, y que lo involucraban en actitudes carreristas y en una relación mantenida con el PSOE[9] al mismo tiempo que se reivindicaba de las posiciones de la Izquierda Comunista[10].
No respondió en Diciembre (2017), ni tampoco después, a las 4 cartas que le hemos enviado en el mismo sentido. Por eso, siguiendo la tradición proletaria de llegar a una claridad sobre este tipo de episodios inciertos que permanecen oscuros, continuamos pidiéndole explicaciones ahora. Y es que, a falta de esas explicaciones, el seguimiento de su actividad política[11] desde que lo conocimos muestra una vinculación mantenida principalmente con el PSOE.
En 1992, Gaizka contacta con la CCI y se presenta como miembro de un grupo llamado “Unión Espartaquista”, que pretende defender las posiciones de la Izquierda comunista alemana (que hoy parece que ya no le hacen tanta gracia). En realidad, se trata básicamente de él y su pareja[12]; y su conocimiento de las posiciones y las tradiciones de la Izquierda Comunista es más una aspiración.
Desde el principio muestra un interés por integrarse rápidamente en nuestra organización y se incomoda cuando las discusiones se alargan por falta de clarificación, o cuando se cuestionan algunos de sus comportamientos –en particular respecto a otro elemento que se suma a un círculo de discusiones en Madrid, en el que participó también puntualmente una delegación de Battaglia Communista.
También plantea problemas la discusión sobre su trayectoria política. Aunque nos había informado de que estuvo en contacto con las juventudes socialistas, mostraba una especie de fascinación hacia la experiencia de los Kibutz[13], y un discurso que a veces parecía vincularlo con Borrell[14] y el lobby pro- judío socialista[15]. Tampoco aclaró nunca su relación orgánica con el PSOE ni su ruptura[16].
En 1994 en la CCI se desarrollaban debates sobre el problema del peso del espíritu de círculo en el Movimiento obrero desde 1968 y el afinitarismo bajo la cobertura de proyectos de vida “comunitaristas”. En el curso de las discusiones sobre nuestros principios de organización, habíamos presentado nuestras posiciones sobre todo esto a Gaizka. Y es posible que fuera por eso que, cuando le pedimos explicaciones directamente sobre los aspectos que nos parecían poco aclarados de su trayectoria[17], en primer lugar, no se sintió en absoluto extrañado, a pesar de que le planteamos una confrontación que incluía una grabación (nunca antes habíamos grabado una discusión con él). Y, en segundo lugar, simplemente no dio ninguna explicación y desapareció del mundo de la Izquierda Comunista…
¡Hasta ahora!
Lo que plantea cuestiones en la trayectoria política de Gaizka no es que, en algún momento, fuera simpatizante o militante de las juventudes socialistas y que no lo hubiera planteado claramente; lo que merece una explicación es que, a pesar de su pretendida convicción en las posiciones de la Izquierda Comunista, su trascurso vital está lleno de trazos que muestran una relación política con personajes que son o han sido, altos mandatarios del PSOE.
En 1998-99, participa como “asesor”, sin que nunca se aclare lo que eso significa, en la campaña de Borrell para las primarias del PSOE, como así consta en algunas de sus propias reseñas en la web. Uno de nuestros militantes lo ve en TV en las oficinas del candidato[18]. Gaizka ha intentado quitarle hierro al asunto presentándose a sí mismo poco menos que como “el chico de los recados” de la campaña, en el que Borrell ni siquiera reparaba. Pero lo cierto es que algunos dirigentes del PSOE, como Miquel Iceta[19] por ejemplo, dicen públicamente que conocieron a Gaizka en esta campaña. Y no parece que tenga mucho sentido que los mandos del PSOE fueran a pedirle a Borrell que les presentara al botones.
Pero es que, además, durante los mismos años, Gaizka participa en una “Misión humanitaria” del Consejo Europeo de Acción Humanitaria y Cooperación de la UE[20] en Kosovo junto a David Balsa, actual presidente de la Conferencia Eurocentroamericana y entonces presidente del Consejo Europeo de Acción Humanitaria y Cooperación, ex líder de las Juventudes socialistas y ex miembro de la ejecutiva del Partido Socialista de Galicia. En un escrito al Partido Radical Italiano, Gaizka se refiere a él como «el chico que fue en mi lugar a Albania».
Más allá de lo que esto pueda sugerir respecto a la sospecha de una relación más estrecha de lo que nunca ha reconocido, de Gaizka con el PSOE, significa la participación activa en una guerra imperialista bajo la cobertura de “acción humanitaria” y los “derechos humanos”[21].
En 2003 asesora igualmente la campaña de Belloch[22] por el PSOE a la alcaldía de Zaragoza, y esta vez sí, dice: «estuve muy involucrado en la campaña del alcalde, Juan Alberto Belloch, de redefinir la ciudad como un espacio urbano, de paisaje económico, donde pueden desarrollarse el tipo de empresas ligadas a las comunidades reales, muy transnacionalizadas e hiperconectadas».
En 2004, tras los atentados del 11M y la victoria electoral del PSOE, Rafael Estrella prologa un libro de Gaizka con elogios y alabanzas a sus cualidades. Este señor fue diputado del PSOE, portavoz de la Comisión de Asuntos exteriores del congreso de los diputados y presidente de la Asamblea parlamentaria de la OTAN[23]. El libro subraya la incompetencia del PP para entender los atentados de Atocha, pero no se le escapa ni una sola crítica al PSOE. El mismísimo Felipe González lo cita en alguna ocasión.
Este mismo diputado del PSOE sería después embajador de España en Argentina a partir de 2007 (hasta 2012) e invitaría a Gaizka a presentar su libro en la embajada, poniéndole en contacto con los círculos políticos y empresariales de aquel país.
Otro “padrino” que jugó un papel importante en la aventura Sudamericana de Gaizka fue Quico Mañero, del que dijo en una dedicatoria de otro libro suyo: «A Federico Quico Mañero, amigo, conector de mundos y tantas veces maestro, que nos empuja desde hace años a “vivir en la danza” de los continentes y las conversaciones, recibiéndonos y cuidándonos en cada lugar en el que aterrizamos. Sin él no habríamos llegado nunca a vivir como neovenecianos».
Lo que dice Izquierda Socialista (corriente de izquierda del PSOE) de este señor es:
«La parte de REPSOL[24] correspondiente a Argentina es el negociado de don Quico Mañero, exmarido de Elena Valenciano[25], histórico dirigente del PSOE (secretario general de las Juventudes Socialistas) asesor y conseguidor de empresas cercano a Felipe González, que fue nombrado en 2005 miembro del Consejo de Administración argentino de Repsol-YPF. Actualmente está bajo investigación por el escándalo de Invercaria y los fondos de reptiles andaluces, de donde recibió 1,1 millones de euros.»[26].
En este mismo periodo, en 2005, Gaizka trabaja para la Fundación Jaime Vera del PSOE, que es tradicionalmente una institución de formación de cuadros políticos del partido, y que parece que a partir de 2005 inicia un programa internacional de formación de cuadros con vocación de ganar influencia más allá de las fronteras de España. En ese contexto, Gaizka participa en la formación de los llamados cyberactivistas K en Argentina, que apoyaron la campaña de Cristina Kichner en 2007, cuando llegó a la presidencia del gobierno:
«La idea nació hace dos años, por un acuerdo político del Gobierno. Fue en 2005, entre una veintena de jóvenes seleccionados por la Casa Rosada para capacitarse en la Fundación Jaime Vera, la escuela de gobierno de los líderes del PSOE, el partido socialista español. Allí estaban los creadores del ciberactivismo K: el militante Sebastián Lorenzo (www.sebalorenzo.com.ar [43]) y Javier Noguera (nogueradetucuman.blogspot.com), secretario de Gobierno de José Alperovich, gobernador de Tucumán. "Quedamos maravillados cuando hablaron de blogs y redes sociales", dijo Noguera a LA NACION. No era para menos: el "profesor" español era el referente mundial en ciberactivismo… El mismo que hace un mes, acompañado por el embajador Rafael Estrella, presentó en Buenos Aires su nuevo libro (ver antes, NdR)»[27].
Durante la década de los 2010s y sobre todo tras la derrota electoral del PSOE, hay menos evidencias de compromisos con este partido.
En efecto, antes de la victoria del PSOE en 2004, Gaizka intenta arrimar el ascua del PP a su sardina, y colabora esta vez con las juventudes del PP, en la creación de los liberales.org, que en palabras de los mismos organizadores serviría para «crear un directorio en el que poner un poco de orden al liberalismo hispano presente en internet. Este fin de semana nos hemos puesto manos a la obra y, tras muchas horas delante del ordenador, hemos cartografiado lo que en la Red existe, producto de las diferentes (y a veces antagónicas) familias liberales y libertarias (no confundir con anarquistas). Así ha nacido LosLiberales.org, un proyecto no partidario para liberales e interesados en aprender sobre este tipo de pensamiento…»[28].
Este tinglado incluía elementos como Jiménez Losantos[29], para cuyo periódico Libertad digital Gaizka escribió varios artículos, o los liberal -conservadores cristianos, de los que los propios autores dudaban si se podían considerar liberales o extrema derecha.
Según palabras del periodista Ignacio Escolar[30] en el libro La blogosfera hispana, ese club «duró poco. Desacuerdos ideológicos y personales entre los fundadores acabaron con el proyecto».
El examen del curriculum vitae político de Gaitzka habla claramente de una relación estrecha con el PSOE. El PSOE, desde que en el Congreso Extraordinario de abril 1921[31] abandonó definitivamente el campo del proletariado, tiene una larga hoja de servicios al Estado Capitalista: en la dictadura de Primo de Rivera (1923-30), su sindicato, la UGT, era el chivato de la policía delatando a numerosos militantes de la CNT y un gerifalte del entramado PSOE-UGT, Largo Caballero, fue consejero de Estado del dictador. En 1930, el PSOE cambió rápidamente de chaqueta y se puso al frente de las fuerzas que en 1931 implantarían la Segunda República, donde desempeñó la jefatura del gobierno en coalición con los Republicanos entre 1931-33. Hay que destacar que en esos 2 años 1500 obreros fueron asesinados en la represión de las huelgas y tentativas insurreccionales. Después, el PSOE fue el eje del gobierno del Frente Popular dirigiendo el esfuerzo de guerra, la militarización y dando carta blanca a la jauría estalinista para reprimir la insurrección obrera de Barcelona de mayo 1937. Con la restauración democrática de 1975, el PSOE ha sido la columna vertebral del Estado, siendo el partido que más años ha estado al frente del Gobierno (1982-1996, 2004-2011 y desde 2018). Las medidas más brutales contra las condiciones de la clase obrera han sido impuestas por gobiernos PSOE destacando los planes de reconversión de los años 80 que supusieron la pérdida de UN MILLON DE PUESTOS DE TRABAJO o el programa de recortes sociales que iniciaría el gobierno PSOE de Zapatero y que luego continuaría el gobierno PP de Rajoy.
Con este baluarte del Estado burgués ha colaborado Gaizka y no se trata de relaciones con “elementos de base”, más o menos engañados, sino con altos responsables del Partido, nada más ni nada menos, que con Borrell que acaba de ser nombrado responsable de la política exterior y de seguridad de la Comisión Europea, con Belloch que fue ministro del Interior, con Estrella que fue presidente de la asamblea parlamentaria de la OTAN.
En el curriculum vitae de Gaizka no se puede encontrar el menor rastro de convicción firme en las posiciones de la Izquierda Comunista, y para ser sinceros, ni siquiera de que tenga unas convicciones políticas, pues no dudó en coquetear por un tiempo con el campo de la derecha. El “marxismo” de Gaizka pertenecería más bien al campo del “marxismo – grouchismo”, recordemos que el famoso cómico Groucho Marx dijo aquello de “Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros en el bolsillo”.
Por eso la pregunta es: ¿qué es lo que hace que hoy Gaizka pretenda crear con Nuevo Curso un vínculo “histórico” con una supuesta “Izquierda Comunista Española”? ¿Qué tiene que ver este señor con esas posiciones, con el combate histórico de la clase obrera?
Y en continuidad con eso, ¿Qué es lo que hace que un grupo parásito como el GCIC, alguno de cuyos militantes eran miembros de los órganos centrales de la CCI en 1992-94, y que estaban al corriente del comportamiento de Gaizka, igual que están hoy al corriente de que él es animador principal de Nuevo Curso, miren a otro lado, se callen, y traten de ocultar así mismo su trayectoria y declaren que este grupo es el futuro de la Izquierda Comunista y cosas como esa?
«Nuevo Curso es un blog de compañeros que empezó a publicar desde septiembre pasado tomas de posición regulares sobre la situación y sobre cuestiones más amplias, incluso teóricas. Desgraciadamente, nada más son en español. El conjunto de las posiciones que defiende es claramente de clase y se ubican en el marco programático de la Izquierda comunista… estamos muy impresionados no solamente por su recordatorio sin concesión de las posiciones de clase, pero sobre todo por la "cualidad marxista” de los textos de los compañeros…»[32]
«Ainsi, la constitution d’Emancipación comme groupe politique à part entière exprime le fait que le prolétariat international, bien que soumis et loin de pouvoir repousser a minima les attaques de tout ordre imposées par le capital, tend à résister par la lutte et à se dégager de l’emprise idéologique de ce dernier et que son devenir révolutionnaire reste d’actualité. Elle exprime la "vitalité" (relative) actuelle du prolétariat.»[33]
En la tradición del Movimiento Obrero, cuya continuidad histórica representa hoy la Izquierda Comunista, tan importantes como los principios programáticos son los principios organizativos, de funcionamiento, y el comportamiento y la honestidad de los militantes. Algunos de los congresos más importantes de la historia del Movimiento obrero, como el congreso de la Haya de la AIT en 1872, fueron dedicados a ese combate por la defensa de un comportamiento proletario (y eso a pesar de que el congreso tuvo lugar un año después de la Comuna de París y se confrontaba a la necesidad de hacer un balance y sacar lecciones)[34]. El propio Marx dedicó una obra completa, que le llevó más de un año, interrumpiendo su trabajo en el proyecto de El Capital, a la defensa de ese comportamiento contra las intrigas del Sr. Vogt, un agente bonapartista que organizó una campaña de calumnias contra él y sus compañeros. Recientemente hemos publicado un artículo sobre la denuncia de Bebel y Liebchneckt del comportamiento deshonesto de Lasalle y Schweitzer[35]. Y ya en el siglo XX, Lenin dedicó un libro -Un paso adelante dos pasos atrás- a sacar las lecciones del 2º congreso del POSDR sobre el peso de comportamientos ajenos al proletariado. También se puede citar a Trotsky, que convocó un Jurado de honor para defender su integridad contra las calumnias de Stalin.
Que un personaje con lazos estrechos con altos dirigentes del PSOE desembarque repentinamente en el campo de la Izquierda Comunista debe alertar a todos los grupos y militantes que luchan por los intereses históricos de nuestra clase, incluidos aquellos participantes en el blog Nuevo Curso que lo hacen de buena fe, creyendo luchar por los principios de la Izquierda Comunista.
En 1994 pedimos a Gaizka aclarar su trayectoria y relaciones que ya entonces resultaban dudosos. Desapareció del mapa. En 2018, con una mochila llena de contactos de “alto nivel” en las esferas del PSOE, se lo volvimos a pedir y guardó silencio. Por la defensa de la Izquierda Comunista, de su integridad y de su contribución futura, debemos exigirle cuentas.
Corriente Comunista Internacional 20-1-2020
[1]https://es.internationalism.org/content/4460/nuevo-curso-y-una-izquierda-comunista-espanola-de-donde-viene-la-izquierda-comunista [44]
[2] A partir de junio de 2019, Nuevo Curso se ha constituido de hecho en grupo político con el nombre de Emancipación, a pesar de que su página web sigue bajo el mismo título de Nuevo Curso. Esa evolución no afecta para nada al asunto del que trata este artículo
[3] Tue,7 Nov 2017
From: Nuevo Curso To [email protected] [45]
[4] Ver en nuestra web entre otros: 1) https://es.internationalism.org/revista-internacional/200608/1028/en-memoria-de-munis-militante-de-la-clase-obrera [46]; 2) https://es.internationalism.org/content/4393/polemica-adonde-va-el [47]; 3) https://es.internationalism.org/revista-internacional/201804/4300/el-comunismo-esta-al-orden-del-dia-en-la-historia-castoriadis-muni [48] (I) y (II) /content/4363/castoriadis-munis-y-el-problema-de-la-ruptura-con-el-trotskismo-ii [49]; 4) https://es.internationalism.org/cci/200602/753/1critica-del-libro-jalones-de-derrota-promesas-de-victoria [50]; 5) https://es.internationalism.org/content/4388/las-confusiones-del-sobre-octubre-1917-y-espana-1936 [51];
[5] https://es.internationalism.org/content/4460/nuevo-curso-y-una-izquierda-comunista-espanola-de-donde-viene-la-izquierda-comunista [44]
[6] ¡Entienda quien pueda! No vamos a entrar aquí en intentar descifrar lo que significa concretamente ese tipo de actividad. Baste con constatar de momento, que a pesar de los alegres calificativos de “comunista”, no tiene nada que ver con una actividad revolucionaria o realmente comunista, como se reconoce en la misma carta, cuando se dice que para avanzar hacia el marxismo había que partir de la crítica de esa actividad.
[7] «Pero en los últimos año y medio o dos años, a nuestro alrededor
empezamos a notar un cambio. Se podía hablar de otra manera y aparecían decenas de chicos con un espíritu que nos gustaba pero que caían en el estalinismo o el trotskismo más folclórico» (de la carta de Nuevo curso, op. Cit.)
[8] En la carta se emplea el nombre verdadero; aquí utilizamos el sobrenombre por el que lo conocimos en los años 90.
[10] No tuvimos sin embargo ningún inconveniente –al contrario- en reunirnos con cualquiera de los grupos de jóvenes; y así lo hicimos con uno de ellos en noviembre de 2018
[11] Bajo su verdadero nombre y apellidos, Gaizka es un personaje público en la web, y eso permite seguir su presencia y participación en diferentes iniciativas políticas. Y al mismo tiempo explica que no podamos aportar toda la documentación aquí sin revelar su identidad
[12] Inicialmente había otros elementos que abandonaron el grupo
[13] Esa fascinación se mantiene hoy en el discurso más actual de Gaizka; pero se disfraza de una defensa de las experiencias comunitarias de los Kibutz, particularmente en su primera etapa a principios de siglo, sin referencias al rol político que han jugado en los intereses imperialistas del Estado de Israel. «Los indianos (o sea la comuna de Gaizka, NdR)son comunidades parecidas a los Kibutz (no hay ahorros individuales, las propias cooperativas están bajo control colectivo y democrático, etc.) pero existen distinciones importantes, como son la ausencia de una ideología compartida nacional o religiosa, el estar distribuidos a través de varias ciudades en vez de concentrados en unas instalaciones y el entender que hay criterios por encima de la racionalidad económica.» (de una entrevista a Gaizka).
[14] Borrell, ingeniero aeronáutico y economista de formación, entró en política en la década de 1970 como militante del PSOE durante la Transición española, y desempeñó diversos altos cargos durante los gobiernos de Felipe González, primero dentro del Ministerio de Economía y Hacienda en el desempeño de secretario general de Presupuesto y Gasto Público (1982-1984) y de secretario de Estado de Hacienda (1984–1991); posteriormente se incorporó al Consejo de Ministros al frente de la cartera de Fomento y Transportes. En la oposición tras las elecciones generales de 1996, Borrell se convirtió inesperadamente en 1998 en el aspirante elegido por la militancia del PSOE a la presidencia del Gobierno, rol que mantuvo hasta su renuncia en 1999. A partir de entonces, centrado en la política europea, se convirtió en diputado del Parlamento Europeo para el período 2004–2009 y llegó a desempeñar la presidencia de la cámara durante la primera mitad de la legislatura. Tras un tiempo retirado de la primera línea política, volvió al Consejo de Ministros en junio de 2018, con su nombramiento como ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en el gobierno presidido por Pedro Sánchez. (Wikipedia)
[15] Borrell estuvo en 1969 en un Kibutz y su primera esposa y madre de sus dos hijos es de origen judío. Se le ha conocido como defensor de los intereses pro -judíos en el partido socialista.
[16] No es la única relación que permanece confusa. Hoy nos enteramos de que en el mismo periodo que quería una discusión para integrarse en la CCI, participaba y era el principal animador en España de la tendencia llamada cyberpunk, y promotor de actividades de cyberactivismo,
[17] La querencia por un modo de vida “comunitarista”, que explica su fascinación por los Kibutz, y que estuvo presente en la Unión Espartaquista, donde hubo la tentativa de vivir en comuna es uno de ellos
[18] En los años 80 un elemento llamado “Chenier” fue descubierto y denunciado en nuestra prensa como aventurero. Poco después se le vio trabajando a las órdenes de PS francés. Eso nos puso sobre alerta sobre una posible relación de Gaizka con el PSOE más estrecha de lo que nunca había reconocido
[19] Actual secretario general del PSC (Partido socialista de Cataluña); militante de las juventudes socialistas y del PSOE desde 1978; en 1998-99 diputado por Barcelona al congreso de los diputados
[20]Puesto que la Institución no es demasiado conocida, véase aquí una referencia a su fundación del diario UH de Mallorca, basada en una noticia de la agencia Efe: https://www.ultimahora.es/noticias/sociedad/1999/03/01/972195/espanol-preside-nuevo-consejo-europeo-accion-humanitaria-cooperacion.html [53]
[21] Precisamente la guerra en la exYugoslavia (los primeros bombardeos y masacres en Europa tras la 2ª guerra mundial), se libró en nombre del “humanitarismo”, y los ataques aéreos de la OTAN, se presentaron como “una ayuda a la población” contra las guerrillas. Para conocer nuestra posición sobre el conflicto imperialista de Kosovo en 1999, ver en nuestra web: https://es.internationalism.org/revista-internacional/200612/1157/editorial-la-paz-en-kosovo-momento-de-la-guerra-imperialista [54]
[22] Juan Alberto Belloch fue Ministro de Justicia e Interior con Felipe González (1993-1996) antes de presentarse a la alcaldía de Zaragoza
[24] REPSOL es la primera empresa española de extracción, refinado y comercialización de petróleo y sus derivados. Tiene una importante presencia internacional, especialmente en América del Sur.
[25] Dirigente del PSOE y número dos de Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecido ministro del interior y auténtico “Richelieu” de gobiernos socialistas, que obligó a los controladores aéreos a trabajar a punta de metralleta
[26] web.psoe.es/izquierdasocialista/docs/648062/page/patriotas-por-dios-por-patria-repsol.html
[27] Diario La Nación, Argentina.
[28] El blog losliberales.org ya no existe, pero la cita está disponible en captura de pantalla
[29] Periodista originariamente militante maoísta de Bandera Roja y del partido estalinista en Cataluña (PSUC), que hoy apoya a Vox y al ala más derechista del PP. Ha escrito para ABC y el Mundo, y sido locutor en la COPE. Actualmente es animador del periódico Libertad digital y su radio es.radio
[30] Fundador del diario Público, que luego abandonó para promover Diario.es, del que es el principal responsable. Analista en las tertulias de TV de la Sexta
[31] En este congreso se produjo la separación de las últimas tendencias proletarias que todavía resistían en el PSOE, aunque es preciso reconocer que eran muy confusas (centristas). El tema de dicho congreso fue la adhesión o no a la Tercera Internacional, la cual fue rechazada por 8269 mandatos contra 5016 partidarios de la adhesión. Estos últimos dejaron el congreso fundando a continuación el Partido Comunista Obrero Español.
[32] Revolución o guerra nº 9 (GIGC)
[33] «Así, la constitución de Emancipación como grupo político a parte entera expresa el hecho de que el proletariado internacional, aunque sometido y lejos de poder repeler al menos los ataques de todo tipo que le impone el capital, tiende a resistir por la lucha y a desgajarse del peso de la ideología de éste, y que su devenir revolucionario sigue estando de actualidad. Expresa la vitalidad (relativa) actual del proletariado», Revolución o guerra nº 12
Links
[1] https://es.internationalism.org/files/es/treinta_anos_tras_la_caida.pdf
[2] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201110/3230/notas-sobre-el-imperialismo-y-la-descomposicion-hacia-el-mayor-cao
[3] https://es.internationalism.org/content/4497/caos-en-libia-una-odiosa-expresion-de-la-barbarie-capitalista
[4] https://es.internationalism.org/en/tag/2/28/el-estalinismo-el-bloque-del-este
[5] https://es.internationalism.org/en/tag/3/45/descomposicion
[6] https://es.internationalism.org/files/es/contribucion_solidaridad_huelga_en_francia.pdf
[7] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200
[8] https://es.internationalism.org/content/3349/2011-de-la-indignacion-la-esperanza
[9] https://es.internationalism.org/cci-online/201104/3103/apuntes-sobre-la-cuestion-sindical
[10] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/francia
[11] https://es.internationalism.org/en/tag/2/29/la-lucha-del-proletariado
[12] https://es.internationalism.org/files/es/hoja_no_3_francia.pdf
[13] https://es.internationalism.org/content/4499/aunemos-nuestras-luchas-contra-los-ataques-de-nuestros-explotadores
[14] https://es.internationalism.org/content/4505/solidaridad-en-la-lucha-de-todos-los-trabajadores-de-todas-las-generaciones
[15] https://es.internationalism.org/files/es/green_new_deal.pdf
[16] https://www.theguardian.com/environment/2018/dec/29/green-new-deal-plans-proposal-ocasio-cortez-sunrise-movement
[17] https://en.internationalism.org/content/16760/90-years-after-1929-crash-decadent-capitalism-can-never-escape-crisis-overproduction#_ftnref2
[18] https://es.wikipedia.org/wiki/New_Deal
[19] https://neweconomics.org/
[20] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200705/1907/caos-imperialista-desastre-ecologico-el-capitalismo-a-la-deriva
[21] https://es.internationalism.org/en/tag/3/50/medio-ambiente
[22] https://es.internationalism.org/files/es/05_el_futuro_del_planeta_no_puede_dejarse_en_manos_de_la_clase_capitalista.pdf
[23] https://www.marxists.org/espanol/luxem/09El%20folletoJuniusLacrisisdelasocialdemocraciaalemana_0.pdf
[24] https://es.internationalism.org/content/4405/el-capitalismo-amenaza-el-planeta-y-la-supervivencia-de-la-humanidad-solo-la-lucha
[25] https://es.internationalism.org/content/4465/hoja-internacional-de-la-cci-solo-la-lucha-de-clases-internacional-puede-poner-fin-al
[26] https://es.internationalism.org/en/tag/2/25/la-decadencia-del-capitalismo
[27] https://es.internationalism.org/files/es/el_gobierno_y_los_sindicatos_trabajan_juntos_para_impulsar_la_reforma_1.pdf
[28] https://es.internationalism.org/content/4378/hoja-de-intervencion-de-la-cci-sobre-la-trampa-del-movimiento-de-los-chalecos-amarillos
[29] https://es.internationalism.org/content/4484/balance-del-movimiento-de-los-chalecos-amarillos-un-movimiento-interclasista-un
[30] https://es.internationalism.org/content/4516/contra-los-ataques-del-gobierno-lucha-masiva-y-unida-de-todos-los-explotados
[31] https://es.internationalism.org/content/4514/comunicado-internacional-de-solidaridad-con-la-clase-obrera-en-lucha-en-francia
[32] https://fr.internationalism.org/content/10023/seule-lutte-massive-et-unie-peut-faire-reculer-gouvernement
[33] https://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Luc_M%C3%A9lenchon
[34] https://fr.internationalism.org/content/3148/sncf-decembre-86-ouvriers-peuvent-se-battre-sans-syndicats
[35] https://es.internationalism.org/en/tag/2/30/la-cuestion-sindical
[36] https://es.internationalism.org/files/es/oriente_medio.pdf
[37] https://es.internationalism.org/content/4489/invasion-turca-del-norte-de-siria-la-cinica-barbarie-de-la-clase-dominante
[38] https://es.internationalism.org/content/4495/ante-la-agravacion-de-la-crisis-economica-mundial-y-la-miseria-las-revueltas-populares
[39] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201803/4287/manifestaciones-en-iran-fuerza-y-limites-del-movimiento
[40] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/asia
[41] https://es.internationalism.org/en/tag/3/47/guerra
[42] https://es.internationalism.org/files/es/quien_es_quien_en_nuevo_curso_0.pdf
[43] http://www.sebalorenzo.com.ar
[44] https://es.internationalism.org/content/4460/nuevo-curso-y-una-izquierda-comunista-espanola-de-donde-viene-la-izquierda-comunista
[45] mailto:[email protected]
[46] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200608/1028/en-memoria-de-munis-militante-de-la-clase-obrera
[47] https://es.internationalism.org/content/4393/polemica-adonde-va-el
[48] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201804/4300/el-comunismo-esta-al-orden-del-dia-en-la-historia-castoriadis-muni
[49] https://es.internationalism.org/content/4363/castoriadis-munis-y-el-problema-de-la-ruptura-con-el-trotskismo-ii
[50] https://es.internationalism.org/cci/200602/753/1critica-del-libro-jalones-de-derrota-promesas-de-victoria
[51] https://es.internationalism.org/content/4388/las-confusiones-del-sobre-octubre-1917-y-espana-1936
[52] https://es.wikipedia.org/wiki/Partido_Socialista_Obrero_Espa%C3%B1ol
[53] https://www.ultimahora.es/noticias/sociedad/1999/03/01/972195/espanol-preside-nuevo-consejo-europeo-accion-humanitaria-cooperacion.html
[54] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200612/1157/editorial-la-paz-en-kosovo-momento-de-la-guerra-imperialista
[55] https://es.wikipedia.org/wiki/Asamblea_Parlamentaria_de_la_OTAN
[56] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199610/3614/cuestiones-de-organizacion-iii-el-congreso-de-la-haya-en-1872-la-l
[57] https://es.internationalism.org/content/4488/lassalle-y-schweitzer-la-lucha-contra-los-aventureros-politicos-en-el-movimiento-obrero
[58] https://es.internationalism.org/en/tag/corrientes-politicas-y-referencias/izquierda-comunista