Frente a la “batalla de Madrid”: la alternativa no es democracia – fascismo sino barbarie capitalista o lucha autónoma del proletariado

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La convocatoria de elecciones al gobierno regional madrileño para el 4 de mayo y todo el carrusel de acontecimientos que se han suscitado ha sido encarado dramáticamente por los políticos, los medios de “comunicación”, las redes sociales, como una nueva versión de la Batalla de Madrid donde chocarían frontalmente Fascismo y Democracia.

La ideología burguesa y la manipulación que realizan todos los servidores del capitalismo y su Estado (políticos, “creadores de opinión pública”, bloggeros “independientes” etc.) presentan las cosas de manera superficial y haciendo comparaciones que no vienen a cuento. La “batalla de Madrid” que pretenden hoy revivir, tuvo lugar en 1936-37 en las condiciones terribles de la Guerra española de 1936-39, donde los obreros, derrotados por la ideología antifascista, se dejaron llevar al matadero de un conflicto que tenía una doble dimensión imperialista: a nivel internacional la pugna creciente entre el bando democrático y el bando fascista que desembocó en la barbarie de la Segunda Guerra Mundial con sus 60 millones de muertos; a nivel nacional, el enfrentamiento entre Franco y la República que causó un millón de muertos[1].

El rostro de la barbarie asoma claramente en la política burguesa

Hoy las condiciones no son las mismas, el proletariado -pese a las debilidades y dificultades que arrastra- no está derrotado y no está dispuesto como entonces a servir de carne de cañón a los bandos capitalistas en conflicto. Los contendientes se enfrentan con todo el juego sucio habitual de la política burguesa: maniobras, mentiras, insultos, provocaciones, traiciones, cambios repentinos de chaqueta ….

Pero sería un error ver este proceder como algo “de todas formas pacífico” y muy diferente al de la confrontación con las armas en la mano. Nuestros antepasados de la Izquierda Comunista de Francia dejaron muy claro que “Guerra y paz son dos momentos de una misma sociedad: la sociedad capitalista. No son dos oposiciones históricas que se excluirían mutuamente. Al contrario, guerra y paz en el régimen capitalista son momentos complementarios indispensables el uno para el otro, fases sucesivas de un mismo régimen económico, aspectos particulares y complementarios de un fenómeno único (…) En la época del capitalismo decadente, la guerra al igual que la paz expresan esa decadencia y participa poderosamente en su aceleración[2]. En la actual campaña madrileña vemos un grado tal de provocación, de amenazas violentas, de ruptura de cualquier regla mínima de juego “democrático”, que podemos decir que el rostro de la barbarie capitalista asoma siniestro en la campaña madrileña. Y este no es un fenómeno español, sino que tiene una dimensión mundial que puede verse, por ejemplo, en el asalto al Capitolio norteamericano por una turba de partidarios de Trump[3].

No podemos habituarnos al repugnante olor a podrido que desprenden todos los actos de la política burguesa, desde la acción del gobierno, hasta las sesiones parlamentarias, pasando por las interminables campañas electorales[4]. La proliferación de cartas amenazantes con balas y navajas ensangrentadas y la escalada brutal de Vox, que comenzó con el acto de Vallecas buscando el altercado violento con los grupos antifascistas; siguió con sus carteles xenófobos contra los niños emigrantes y remató con su negativa a condenar las amenazas a Iglesias, es un claro indicador.

Con esta conducta, Vox se muestra como lo que es: una expresión especialmente cínica y desvergonzada de la barbarie capitalista. Sin embargo, es un error ver a Vox como una “excepción”, un cuerpo extraño dentro de la política burguesa que sería, a pesar de todas sus canalladas, “respetuosa con unas mínimas reglas democráticas”. Vox expresa “sin complejos” la brutalidad, la ausencia de reglas, el cada uno a la suya de TODA LA POLITICA CAPITALISTA EN TODOS SUS PARTIDOS Y EN TODOS LOS PAÍSES.

Vox hace de forma descarada lo que sus demás colegas hacen de manera más hipócrita envuelta en las “buenas intenciones”; Vox dice sin remilgos lo que sus rivales dicen con medias palabras; Vox exhibe descaradamente la barbarie del capitalismo que sus compinches intentan ocultar con palabrería sobre la democracia, la tolerancia, la integración y demás demagogia[5]. Vox con su desfachatez, su actitud arrogante y provocadora, bebe en la descomposición ideológica del capitalismo que se manifiesta en “el aumento del nihilismo, del suicidio de los jóvenes, de la desesperanza, el "no future" de las revueltas urbanas en Gran Bretaña, del odio y de la xenofobia que animan a "skinheads" y "hooligans" (…) la profusión de sectas, el resurgir del espíritu religioso, incluidos algunos países avanzados, el rechazo hacia un pensamiento racional, coherente, construido, incluso en algunos ámbitos "científicos", y que ocupa en los media un lugar preponderante” (Tesis sobre la Descomposición) [6].

Un choque brutal envuelto en la bandera “democracia contra fascismo”

En un próximo artículo analizaremos el complicado ajedrez político de maniobras y jugadas de unos y otros que ha conducido a las elecciones madrileñas. PP y PSOE querían devorar al “centro” de Ciudadanos; Diaz Ayuso pretendía matar dos pájaros de un tiro: en primer lugar, arrebatar a su jefe -Casado- el papel de “oposición frontal” al Gobierno de izquierdas. Y, en segundo lugar, adoptando muchas de las banderas de la extrema derecha, robar a Vox su espacio político lo que ha puesto a éste en el disparadero.

Esta cadena caótica de maniobras y golpes bajos, que incluyó mociones de censura a traición, compra de políticos y finalmente los sobres amenazantes, ha dinamitado la campaña electoral con la ruptura de las más mínimas normas en el juego entre partidos lo que ha llevado a la cancelación de los debates programados y la división en “dos campañas”: por un lado, la de la Izquierda enarbolando la “defensa de la democracia contra el fascismo”; por otro lado, la Derecha insistiendo en “otro dilema”: “libertad o comunismo”, “libertad” entendida como “iniciativa privada”, “liberalismo” e incluso el “castizo modo de vida madrileño” (¡¡¡) mientras que el “comunismo” serían las medidas de “estatización” del Señorito Iglesias que se ligan al capitalismo de Estado chavista o el que existió en la antigua URSS y que nada tienen que ver con el comunismo[7].

La prensa, la televisión y los “formadores de tendencia” en las Redes Sociales, han tratado de dar la impresión de que se viviría una atmosfera “guerra civilista”. Es cierto que Vox ha organizado mítines en barrios obreros con ánimo deliberado de provocar, pero es una evidente exageración decir que se han multiplicado los altercados callejeros entre “fascistas y antifascistas”. Por ejemplo, en los enfrentamientos en Vallecas a propósito de un mitin de Vox fue más bien la policía quien encendió los ánimos y provocó los choques. Están proliferando demasiados bulos para cultivar una tensión “antifascista”.

La trampa de la movilización por la democracia contra el fascismo

El frente unido de izquierdas -PSOE, Podemos y Más Madrid- llama a la movilización “antifascista”, rememora el “No pasarán” de la guerra del 36 y convoca al “pueblo de Madrid” a dar “con los votos” un portazo a Vox y la Derecha.

Los trabajadores debemos comprender las trampas que encierran estos llamamientos:

El Voto. La burguesía necesita del voto para legitimar sus gobiernos y las políticas de desempleo, miseria, agravación de la pandemia, guerra imperialista etc., que estos practican. El voto atomiza a los obreros, les arrebata su verdadera identidad como clase para darles la falsa identidad de “ciudadanos españoles” que “deciden” los destinos de la nación. El arma de lucha de los trabajadores no es el voto sino la huelga, la asamblea, la unificación de las luchas, el debate proletario, la conciencia comunista…

El interclasismo. Llamando al “pueblo de Madrid” y con la palanca del “todos unidos contra el fascismo”, el proletariado es diluido en un Frente interclasista donde se asocia al policía que le aporrea, al empresario que le explota, al político que le engaña etc. Solo la autonomía política del proletariado, su lucha en su terreno de clase puede defenderle y abrir una perspectiva para toda la humanidad.

La defensa de la Democracia. La democracia es la máscara de la Dictadura del Capital. Detrás de la Cara Bonita del Estado democrático -elecciones, libertades, partidos, sindicatos, “ayudas sociales” etc.- se oculta la cara menos presentable del Estado formada por la policía, los tribunales, las cárceles, el ejército y una aplastante burocracia. La alternativa no es democracia o fascismo, sino comunismo o barbarie.

El falso dilema fascismo -antifascismo. El fascismo no es el Mal Mayor y la Democracia sería el Mal Menor, ambos son instrumentos de la dictadura del capital y su enfrentamiento es la cadena que apresa al proletariado para llevarlo a la guerra imperialista y a aceptar los peores ataques a sus condiciones de vida. Hay una continuidad total entre los gobiernos de derecha y los gobiernos de izquierda, entre fascistas - populistas y demócratas. Hitler y Mussolini subieron al poder aupados por la democracia con la complicidad de la izquierda[8]; Franco al servicio de la República en 1934 dirigió la represión de la insurrección obrera de Asturias; Pinochet fue proclamado como “general constitucional” en 1972 por Allende; Vox ha sido apoyado bajo mano tanto por el PP -del que nació- como por el PSOE.

De la misma manera que la CUP en Cataluña culpabiliza a los obreros por no utilizar el voto para “cerrarle el paso al españolismo”, el trío madrileño de izquierdas apunta el dedo acusador contra los obreros que no van a votar para “cerrarle el paso al fascismo”. El llamamiento anti -españolista de la CUP o el llamamiento “antifascista” del trío de izquierdas madrileño pretende desviar y encerrar a los obreros en la defensa del capital. No podemos olvidar, como nos mostró la trágica experiencia de 1936, que la insurrección obrera de Barcelona en mayo de 1937 fue aplastada por la canalla estalinista y catalanista acusando a los obreros de “hacer el juego al fascismo” y un anarquista como Camilo Bernieri que Bilan -órgano de la Izquierda Comunista de Italia- saludó por su defensa de posiciones proletarias, fue asesinado por los esbirros estalinistas bajo la acusación de “agente fascista”. Quien piense que Izquierda y Derecha del Capital representan, unos y otros, los intereses de la clase explotadora más criminal de la historia, se ve acusado de agente del “fascismo”, como le ocurrió a Trotsky calumniado por el estalinismo como “agente de la Gestapo nazi”[9].

Con el dilema Democracia - fascismo ocultan la barbarie capitalista 

Con todo el ruido sobre la “batalla de Madrid”, la amenaza de la “vuelta del fascismo” y “la democracia está en peligro”, los verdaderos problemas que enfrentamos los trabajadores y la inmensa mayoría de la población quedan oscurecidos o relegados a “asuntos personales” que deberían dejarse de lado ante “lo importante”. Veamos:

1. La agudización de la pandemia.

A pesar de las vacunaciones -que van a un ritmo peligrosamente lento-, la pandemia sigue haciendo estragos terribles: el mundo ha superado la cifra de 3 millones cien mil muertos y 147 millones de contagios, en España las cifras oficiales rebasan los 77 mil muertos y los 3 millones y medio de contagios. La situación en la India bordea el genocidio y la variante del virus que allí está creciendo constituye una amenaza mundial.

La pandemia ha puesto al desnudo cual es la política de todos los gobiernos del mundo, sean del color que sean, izquierda o derecha, populistas o demócratas: todos han abandonado a la muerte y la enfermedad a los trabajadores sacrificando las necesidades humanas en el altar de la producción y la acumulación capitalista[10].

En esa política de defensa del capital han coincidido totalmente el gobierno de izquierdas del PSOE- Podemos y el gobierno de derechas de la señorita Ayuso. Ambos han coincidido plenamente en explotar hasta límites inhumanos a los trabajadores de la salud y de ello es muestra, por limitarse a Madrid, que los 600 trabajadores del nuevo hospital Zendal, enteramente dedicado al COVID, no hayan sido contratos nuevos sino traslados de otros hospitales. El desvío de recursos humanos hacia el COVID ha hecho que, por ejemplo, la atención primaria haya sido casi completamente abandonada, los médicos de esta área han pasado de atender como media diaria 20-30 personas a una media de 57-70.

2.La escalada del desempleo y la oleada de despidos

El desempleo está actualmente en 3 millones 800 mil obreros y en el primer trimestre de 2021 137 mil empleos han sido destruidos. Esto es un eco de la ola de desempleo mundial con 50 millones de desempleados en USA y una cifra similar -según estadísticas no oficiales- en China.

Se anuncian nuevas carretadas de despidos: el Corte Inglés (3500), Ford (670), Puertollano, BBVA (3000), la fusión Caixabank – Bankia conllevará 8000 despidos mientras que para el resto de la banca se anuncia un total de 18,000 despidos. Por todos lados el desempleo golpea brutalmente a los trabajadores colocándolos en el disparadero de la miseria, de perder la casa, de perder todo medio de vida. Los despidos son disimulados con los ERTE que, sin embargo, encierran pérdidas de salario de hasta el 40%

3. El hachazo a las pensiones

Un nuevo golpe a las pensiones es preparado por el Gobierno de “progreso” del PSOE – Podemos. Es verdad que Vox ha elevado la ignominia racista con su cartel “un MENA – menor no acompañado – más de 4000 euros. Tu abuela 460 euros”. Pero en ese cartel la segunda frase es dramáticamente cierta como resultado de los sucesivos hachazos a las pensiones de los gobiernos “populares” y “socialistas”. Y se hará aún más terrible con la próxima reforma que prepara el “siempre sonriente” ministro “socialista” Escrivá.

4. El aumento desbocado de la pobreza

Casi 800.000 personas en España podrían caer en la pobreza severa por el impacto del coronavirus, hasta alcanzar la cifra de 5,1 millones en nuestro país viviendo con menos de 16 euros al día. En el mundo serían más de 200 millones de personas”, en 2021 “La tasa de pobreza relativa en España pasaría del 20,7% hasta el 22,9%, lo que supone un millón de personas más por debajo de la línea de pobreza, estimada en 24 euros al día”. El gobierno de la “igualdad” y del “progreso social” ampara la escalada brutal de la desigualdad: “El 10% más pobre de la población podría perder proporcionalmente siete veces más que el 10% más rico. De hecho, los milmillonarios en España han recuperado más de la mitad de su fortuna que perdieron tras el impacto del coronavirus, unos 26.500 millones de euros[11]. Los desahucios no se han detenido y los trabajadores emigrantes que sobreviven en el circuito informal están en una situación dramática debido al COVID.

5. Una política de emigración cada vez más inhumana

Vox vocifera contra los emigrantes, pero el gobierno “progresista” del PSOE-Podemos actúa contra los emigrantes. Este gobierno “humanista” y “acogedor” hacina a los emigrantes en auténticos campos de concentración como los de Canarias o procede a “devoluciones en caliente” de los refugiados. El PSOE que se estrenó en el gobierno de 2018 “acogiendo” a los emigrantes que el populista Salvini había rechazado, ha utilizado ese “gesto” como taparrabos para endurecer aún más la política de emigración negando permisos de residencia, retrasando el otorgamiento de la nacionalidad española y continuando con el pago a los gobiernos de Argelia y Marruecos de una subvención por cada emigrante que rechazan de sus fronteras[12].

La barbarie de la confrontación política burguesa no nace del dilema democracia -fascismo, sino que emana de la decadencia y descomposición del capital del cual el Estado -sea democrático o de partido único- es el defensor y organizador. Elegir entre democracia y fascismo, es atarse de pies y manos a la barbarie capitalista que con la pandemia se ha acelerado y se expresa en todos los campos de la vida social: guerras imperialistas, destrucción ecológica, descomposición ideológica y moral, corrupción y mafia, terrorismo, éxodo migratorio… así como en el desencadenamiento de los ataques más brutales contra los trabajadores. La lucha obrera es contra la explotación capitalista por su abolición con el levantamiento de una nueva sociedad, la COMUNIDAD HUMANA MUNDIAL, el comunismo.

C. Mir 29-4-21

 

[1] Ver nuestro libro España 1936, Franco y la República masacran al proletariado https://es.internationalism.org/cci/200602/539/espana-1936-franco-y-la-republica-masacran-al-proletariado

[3] Ver Asalto del Capitolio en Washington: Los Estados Unidos en el centro de la descomposición mundial del capitalismo https://es.internationalism.org/content/4635/asalto-del-capitolio-en-washington-los-estados-unidos-en-el-centro-de-la-descomposicion

[4] Ver Contra el espectáculo repugnante de la política burguesa existe una respuesta: la política revolucionaria del proletariado https://es.internationalism.org/content/4464/contra-el-espectaculo-repugnante-de-la-politica-burguesa-existe-una-respuesta-la

[9] Ver El asesinato de Trotski en 1940 - A Trotski lo mataron porque era un símbolo para la clase obrera https://es.internationalism.org/revista-internacional/200602/761/el-asesinato-de-trotski-en-1940-a-trotski-lo-mataron-porque-era-un-

[12] Para una denuncia de lo que está haciendo realmente este gobierno de izquierdas ver Los gobiernos de Izquierda en defensa de la explotación capitalista (III) La trampa está en la letra pequeña https://es.internationalism.org/content/4625/los-gobiernos-de-izquierda-en-defensa-de-la-explotacion-capitalista-iii-la-trampa-esta

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