La cuestión nacional

A propósito del estallido de violencia en Cataluña

Uno de los episodios del interminable conflicto catalán ha sido el brutal estallido de violencia que como una "atracción turística" más ha sacudido Barcelona durante dos semanas. Esa violencia no tiene nada de espontánea sino que ha sido una herramienta de la guerra que libran el bando españolista y sus rivales independentistas, una guerra donde todo vale y donde la población y particularmente sectores jóvenes es tomada como rehén y carne de cañón de ese enfrentamiento entre gangstères.

¿Hay una salida al conflicto catalán?

Los medios de comunicación hablan de un posible acuerdo sobre Cataluña, sobre todo con el nuevo gobierno PSOE. Analizamos la realidad de la situación y sobre todo alertamos del clima existente de fractura social creciente afectando a los proletarios por el enfrentamiento en barrios, pueblos, calles, asociaciones entre independentistas y españolistas.

La insurrección de Dublin en 1916 y la cuestión nacional

Por Pascua de 1916, hace cien años, unos cuantos nacionalistas irlandeses se apoderaron de posiciones estratégicas en el centro de Dublín, proclamando la independencia de Irlanda frente al imperio británico, así como la creación de la República de Irlanda. Consiguieron resistir algunos días antes de ser aplastados por las fuerzas armadas británicas, que no dudaron en bombardear la ciudad utilizando los cañones de la marina de guerra.

España y Cataluña: dos patrias para imponer la miseria

Millón y medio de personas se manifestaron el pasado 11 de septiembre en Barcelona a favor de que Cataluña “tenga un Estado propio dentro de Europa”.

Este acontecimiento ha sido enfocado desde muy diferentes lecturas: ¿es viable la independencia de Cataluña?¿Por qué Cataluña pretende “divorciarse” de España? ¿Vivirán mejor los catalanes con la independencia? ¿Es cierto que Cataluña aporta más a España de lo que recibe de ésta? ¿Habría que pasar a un Estado federal?

 

Chile. Después del Rescate: rescatar a los trabajadores del nacionalismo y la explotación

Los compañeros del Grupo de Lucha Proletaria (Perú) nos envian un artículo muy claro, sencillo y vibrante de denuncia del tremendo montaje que ha organizado el Señor Piñera a la cabeza de la burguesía chilena de "rescate y solidaridad" de los ciudadanos mineros chilenos.
Saludamos esta iniciativa que se une a la que hemos publicado del Colectivo Revolucionario de Estudiantes Espartaquistas

Contra la utilización de Lenin para hacer tragar el nacionalismo más soez

Parece que últimamente en varios foros (también en Indymedia por ej.) hay quien anda interesado en confundir la posición internacionalista de la clase obrera con lo que dice la UCE. Dado el poco “apego” que suscita, lógicamente, la acción de este oscuro grupo político, se entiende que con tal identificación se trata precisamente de desacreditar el internacionalismo proletario. Pues bien, lo que, sin embargo, es bastante evidente es que la UCE tiene mucho más en común con cualquier tipo de nacionalismo (sea de patria grande o de patria chica; ya asentado en un Estado o aspirante a dotarse de tal maquinaria de opresión,…), que con el internacionalismo. Con los primeros comparte la necesidad de banderas, fronteras y patrias, en resumen la nación, a la que ven como salvaguarda de los intereses de los oprimidos y los explotados. Los internacionalistas en cambio defendemos que la patria es el coto privado del capital nacional, que esa amalgama interclasista a la que se llama “pueblo” no es más que el sojuzgamiento de los explotados de tal o cual región del mundo a sus “paisanos” explotadores,… en definitiva que, como señala el texto que abre este hilo, la nación corresponde a la burguesía y el internacionalismo al proletariado revolucionario y la futuro de la humanidad. Se puede ser “patriota” y defender el viejo mundo de banderas y patrias que conduce a la humanidad a la guerra y la destrucción, o se puede ser revolucionario y aspirar a abolir todas las divisiones que atenazan al género humano, para instaurar una verdadera comunidad humana mundial. Se puede ser, insisto, una cosa o la otra, pero no las dos a la vez. O con los “versalleses” o con la Comuna de París; o con Companys y la “Checa” o con Berneri y las barricadas de Mayo 37.

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