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Este trabajo forma parte de la Serie La herencia oculta de la Izquierda del Capital, donde tratamos de poner en evidencia algo que para muchos grupos y militantes de la Izquierda Comunista resulta difícil de comprender: no solo es preciso romper con las posiciones políticas de todos los partidos del capital (populismo, fascismo, derecha, izquierda, extrema izquierda) sino que también hay que romper con sus métodos organizativos, su moralidad, su modo de pensamiento. Esta ruptura es muy necesaria, pero resulta muy difícil pues vivimos cotidianamente bajo el peso de ideologías enemigas de la liberación de la humanidad: burguesa, pequeño burguesa y lumpen.
En este quinto artículo de la Serie vamos a tratar de la cuestión vital del debate[1].
El debate es la fuente de vida del proletariado que no es una fuerza inconsciente que lucha en la ceguera más total, movido por el determinismo de las condiciones objetivas, sino, que es la clase de la conciencia, que lucha guiada por la comprensión de sus necesidades y posibilidades en el duro combate por el comunismo. Esta comprensión no surge de verdades absolutas formuladas de una vez y para siempre en el Manifiesto Comunista o en la mente privilegiada de jefes geniales, sino que es el resultado “del desarrollo intelectual de la clase obrera, fruto obligado de la acción conjunta y de la discusión. Los sucesos y vicisitudes de la lucha contra el capital, y más aún las derrotas que las victorias, no podían menos de revelar al proletariado militante, en toda su desnudez, la insuficiencia de los remedios milagreros que venían empleando e infundir a sus cabezas una mayor claridad de visión para penetrar en las verdaderas condiciones que habían de presidir la emancipación obrera”[2]
Las revoluciones proletarias se han levantado sobre un gigantesco debate de masas, la acción autónoma y autoorganizada de la clase obrera se apoya sobre un debate donde participan activamente miles y miles de obreros, de jóvenes, de mujeres, de jubilados. La revolución rusa de 1917 se basó sobre un debate permanente con miles de discusiones en los locales, en los circos, en las calles, en los tranvías… Aquellos días de 1917 nos dejaron dos imágenes muy ilustrativas de la importancia del debate para la clase obrera: el tranvía que se detiene porque todos sus ocupantes incluido el conductor han decidido discutir algo o la ventana donde alguien lanza un discurso y cientos de personas se agolpan a su alrededor para escuchar y discutir.
Mayo 68 fue también un debate permanente de masas. Es radical el contraste entre las discusiones de los obreros en las huelgas de mayo donde hablaban de cómo destruir el Estado, de como crear una nueva sociedad, del sabotaje sindical etc., y una “asamblea” de estudiantes en Alemania en 1967, controlada por maoístas “radicales” donde se perdieron casi 3 horas para decidir cómo tenía que hacerse una manifestación. Hablamos y nos escuchamos fue uno de los eslóganes más populares de mayo 68.
Los movimientos de 2006 y 2011 (lucha contra el CPE e Indignados[3]) se fundaban en un debate vivo con miles de trabajadores, jóvenes etc., hablando sin restricciones. En las plazas ocupadas se organizaban bibliotecas volantes, rememorando una actividad que había surgido con fuerza gigantesca en la revolución rusa de 1917, como subraya John Reed en Diez días que estremecieron al mundo: “Rusia entera aprendía a leer: leía asuntos de política, de economía, de historia, porque el pueblo tenía necesidad de saber. En cada ciudad, casi en cada aldea, en el frente, cada fracción política tenía su periódico y, a veces, muchos. Millares de organizaciones distribuían centenares de miles de folletos, inundando los ejércitos, las aldeas, las fábricas, las calles. La sed de instrucción, tan largo tiempo refrenada, se convirtió con la revolución en un verdadero delirio. Sólo del Instituto Smolny salieron cada día, durante los seis primeros meses, toneladas de literatura, que, ya en carros, ya en vagones, iban a saturar el país. Rusia absorbía, insaciable, como la arena caliente absorbe el agua. Y no grotescas novelas, historia falsificada, religión diluida o esa literatura barata que pervierte, sino teorías económicas y sociales, filosofía, las obras de Tolstoi, de Gogol, de Gorki”[4]
Si el debate es el nervio vital de la clase obrera, más aún lo es para sus organizaciones revolucionarias, de ahí que, “La organización de los revolucionarios no puede ser "monolítica". La existencia de divergencias en su seno es la manifestación de que es un órgano vivo que no tiene respuestas prefabricadas que aportar inmediatamente a los problemas que surgen en la clase. El marxismo no es ni un dogma ni un catecismo. Es el instrumento teórico de una clase que, a través de su experiencia y en la perspectiva de su objetivo histórico, avanza progresivamente, con altibajos, hacia una toma de conciencia que es la condición indispensable para su emancipación. Como toda reflexión humana, la que preside el desarrollo de la conciencia proletaria no es un proceso lineal y mecánico, sino contradictorio y crítico, que plantea necesariamente la discusión y la confrontación de argumentos. De hecho, el famoso "monolitismo" o la famosa "invariancia " de los bordiguistas es una engañifa, o la organización está completamente esclerotizada y ya no puede participar en la vida de la clase, o no es monolítica y sus posiciones no son invariantes”[5]
Sin embargo, los militantes que han pasado por algún partido político de la burguesía han sufrido en su propia carne que eso del “debate” es una farsa completa y una clara fuente de sufrimientos. En los partidos burgueses de todos los colores, “debate” es igual a “duelo a garrotazos”, el famoso cuadro de Goya que puede contemplarse en el museo del Prado.
Los debates electorales son más bien un “de-water” por la cantidad de insultos, trapos sucios, acusaciones, trampas etc., que en ellos se exhiben. Son un espectáculo denigrante concebido como un match de boxeo donde la claridad, la verdad, la realidad, son lo que menos importa, lo único que está en juego es ver quien gana y quien pierde, quien engaña y miente mejor, quien manipula las mentes con más cinismo[6].
En un partido burgués lo de la “libre opinión” es una tomadura de pelo. Dejan decir cosas hasta un cierto límite que no ponga en cuestión la dominación de los “dirigentes”. Cuando se cruza ese umbral, desatan una campaña de calumnias contra los que han osado pensar por sí mismos, cuando no directamente y manu militari los expulsan del partido invocando cualquier pretexto. Eso ocurre en todos los partidos y lo ejercen tanto víctimas como verdugos. Rosa Díez, una dirigente del PSOE vasco, sufrió una atroz campaña por parte de sus “compañeros” de partido. No se ajustaba a la orientación, entonces vigente, de colaboración con el nacionalismo vasco, y le hicieron la vida imposible hasta que acabó por abandonarlo. Fundó UPYD -un aspirante a ocupar la posición de “centro” que luego tomó Ciudadanos- y, cuando surgieron rivales y opositores en su cortijo les aplicó la misma medicina que ella sufrió, incluso alcanzando dosis de sadismo y cinismo que harían temblar al mismísimo Stalin.
En general, en los partidos burgueses de todos los colores se evita el debate. El estalinismo impidió el debate aprovechando un error grave del partido bolchevique en 1921: la prohibición de las fracciones impulsada por Lenin como una falsa respuesta a Kronstadt[7]. El trotskismo también aborrece el debate y practica la misma represión de este. Una muestra nos la da la tentativa de expulsión de la Oposición de Izquierdas que se dio ¡en una prisión estalinista[8]!, según testimonia el libro de Ante Ciliga[9] ya citado en anteriores textos de la Serie: “A la lucha ideológica en el “Colectivo” trotskista vino a sumarse un conflicto organizativo que durante unos meses relego la cuestión ideológica a un segundo plano. Este conflicto caracteriza la psicología y los hábitos de la oposición rusa. La derecha y el centro plantearon a los “bolcheviques militantes” el siguiente ultimátum: o se disolvían y dejaban de publicar su periódico o serían expulsados de la organización trotskista. En efecto, la mayoría pensaba que dentro de la fracción trotskista no debía haber ningún subgrupo. Este principio de la “fracción monolítica” en el fondo era el mismo en el que se inspiraba Stalin para el conjunto del partido”.
En los congresos, las ponencias no las escucha nadie, consistiendo en aburridas exposiciones donde se dice una cosa y su contraria. Se organizan conferencias sectoriales, simposios y otros muchos actos que no van más allá de operaciones de relaciones públicas.
El “debate” surge cuando se trata de derribar a la camarilla que está en el poder y reemplazarla por otra nueva. Esto puede suceder por diversas causas: intereses de facción; inadecuación respecto al interés nacional del capital; malos resultados electorales. Entonces estalla el “debate” que resulta ser un arma de lucha por el poder. En ocasiones el “debate” consiste en que una facción inventa una “tesis” farragosa y contradictoria y la opone violentamente a la de sus rivales recurriendo a críticas feroces sobre palabras, epítetos incendiarios (“oportunista”, “abandona el marxismo” etc.) y otras triquiñuelas sofísticas. El curso del “debate” es una sucesión de insultos, amenazas, trapos sucios que se destapan, acusaciones…, jalonadas de vez en cuando con actos diplomáticos de abrazos del oso para “demostrar” que se quiere la “unidad” y se “aprecia” a los rivales que serían “compañeros”[10]. Hay momentos, en fin, de equilibrio de fuerzas entre las diferentes facciones en liza por lo que el “debate” es una suma de “opiniones” que cada cual defiende como su propiedad y que no da lugar a ninguna clarificación sino más bien a una suma caótica de ideas o a textos “conciliadores” que meten en el mismo saco ideas opuestas[11].
Así pues, podemos concluir que el “debate” en una organización burguesa -sea cual sea su colocación en el espectro político, que va desde la extrema derecha a la extrema izquierda- es una farsa y un medio de ataques personales incendiarios que pueden conllevar graves daños psicológicos para las víctimas y que muestran en los verdugos una crueldad, cinismo y ausencia de escrúpulos morales, realmente alucinantes. En fin, es un juego donde unas veces los mismos que antes hicieron de verdugos pueden pasar por el vía crucis de víctimas y viceversa, el amargo trato que sufrieron pueden devolverlo con creces en cuanto tienen algo de poder.
Muy diferente tiene que ser el debate proletario. El debate dentro de las organizaciones proletarias se ajusta a principios radicalmente diferentes de los que acabamos de ver en los partidos burgueses.
La conciencia de clase del proletariado -es decir, el conocimiento que se desarrolla en su seno de los fines y los medios de su lucha histórica- solo puede nacer del debate, de un debate sin límites ni cortapisas. “La conciencia no puede desarrollarse sin un debate fraterno, público e internacional”, afirmamos en La Cultura del debate, arma de la lucha de clases[12]. Las organizaciones comunistas que expresan de manera avanzada y permanente el esfuerzo de toma de conciencia que existe en la clase necesitan el debate como arma vital, “Entre las primeras exigencias que esas minorías expresaron estaba la necesidad de debatir, no como un lujo sino como requisito ineludible, la necesidad de que quienes participan tomen en serio a los demás, y aprendan a escuchar; la necesidad, también, de que en la discusión las armas sean los argumentos y no la fuerza bruta, ni apelar a la moral o a la autoridad de los "teóricos", prosigue el texto antes mencionado.
En una organización política proletaria el debate tiene que estar en los antípodas de los métodos repugnantes que antes hemos denunciado. Se trata de buscar entre todos, una verdad compartida, donde no hay ganadores ni perdedores, sino que el único triunfo es la claridad común. La discusión se basa en argumentos, análisis, hipótesis, dudas… los errores forman parte del camino para llegar a conclusiones operativas. Las acusaciones, los insultos, la personalización sobre camaradas u órganos deben proscribirse tajantemente, pues no se trata de saber quién lo dice sino qué se dice.
Los desacuerdos son momentos necesarios en la búsqueda de una posición por lo que no son un “derecho democrático” sino un deber cuando no se comparte una posición o se estima que es insuficiente o confusa. En el curso del debate se confrontan posiciones, a veces, hay posiciones minoritarias que con el tiempo se conviertan en mayoritarias. Tal fue el caso de Lenin con las Tesis de Abril que cuando las presentó al llegar a Rusia en abril 1917 eran minoritarias dentro del partido, dominado como estaba éste por la desviación oportunista que había impuesto el Comité Central. A través de una discusión intensa y altamente participativa, el partido se convenció de la validez de las posiciones de Lenin y acabó adoptándolas[13]
Las diferentes posiciones que se expresan en una organización proletaria no son posturas acabadas que pertenecerían en propiedad a quienes las defienden. En ella “las divergencias no expresan en manera alguna la defensa de intereses materiales, o de grupos de presión particulares, sino que son la traducción de un proceso vivo y dinámico de clarificación de los problemas que se le plantean a la clase y que tiendan por definición a ser superados por la profundización de la discusión y a la luz de la experiencia” (Estructura y funcionamiento de la organización revolucionaria, antes citada).
En las organizaciones proletarias no puede haber “mentes iluminadas” a las que habría que seguir ciegamente. Está claro que puede haber camaradas con mayores capacidades o que tienen un dominio más desarrollado en determinadas materias, en fin, habrá quienes por su entrega, convicción y entusiasmo pueden gozar de una autoridad moral. Sin embargo, nada de ello puede institucionalizarlos en categorías separadas, especializadas y privilegiadas de “jefes”, “expertos” o “teóricos”. “Ni en dioses, reyes o tribunos está el supremo salvador, nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor”, dice una estrofa del himno de la Primera Internacional. De manera más preciso, como señala nuestro texto sobre la Estructura y el Funcionamiento, “No existen en la organización tareas "nobles" y tareas "secundarias" o menos "nobles". El trabajo de elaboración teórica y la realización de tareas prácticas, el trabajo en el seno de los órganos centrales y el trabajo específico en las secciones locales, son igual de importantes para la organización y por ello no pueden estar jerarquizados (es el capitalismo quien establece tales jerarquías)”.
En una organización comunista hay que combatir el seguidismo, vicio consistente en alinearse sin pensar detrás de la postura de un militante “preclaro” o de un órgano central. En una organización comunista todo militante debe tener criterio, no creer a pies juntillas, examinar críticamente lo que se expone, incluido lo que viene de “dirigentes”, órganos centrales o “militantes avanzados”. Esto se sitúa en los antípodas de lo que reina en los partidos de la burguesía y concretamente en sus exponentes de izquierda. En estos se practica el más extremo seguidismo respecto de los jefes, lo cual viene de lejos, en la Oposición trotskista ya existía esas tendencias: “Las cartas de Trotsky y de Rakovski, que trataban cuestiones que estaban a la orden del día, conseguían entrar en prisión y daban pie a muchos comentarios. No dejaba de sorprender el espíritu jerárquico y de sumisión ante el jefe que impregnaba a la oposición rusa. Una cita de Trotsky tenía valor probatorio. Además, tanto los trotskistas de derecha como los de izquierda daban a estas citas un sentido verdaderamente tendencioso, cada uno a su manera. La completa sumisión a Lenin y Stalin que reinaba en el partido también estaba presente en la oposición, pero con Lenin y Trotsky: todo lo demás era obra del Demonio (Ante Ciliga Op cit, página 273).
Existe una idea muy peligrosa que debe rechazarse: habría militantes “expertos” quienes tras su intervención “lo habrían dicho todo”, “mejor imposible” y la postura de los demás sería “tomar notas” y callarse.
Esta visión niega radicalmente el debate proletario que es un proceso dinámico donde se integran múltiples esfuerzos, muchos de ellos erróneos, para abordar los problemas. La mirada superficial, imbuida de la lógica mercantil de solamente ver el “producto” o resultado final sin mirar para nada todo lo que ha conducido a ello, de únicamente fijarse en el valor de cambio necesariamente abstracto e intemporal, cree que todo es producto de discursos acabados de militantes “geniales”. Marx no compartía este punto de vista, en una carta a Blos en 1877, subraya “durante la época de la Primera Internacional, en mi aversión por cualquier culto al individuo nunca permití los numerosos intentos de reconocimiento con los que siempre fui molestado desde varios países para recibir publicidad, nunca contesté siquiera a ellos, excepto hoy y una vez más rechazándolos; cuando Engels y yo nos incorporamos a la clandestina Liga Comunista, lo hicimos sólo con la condición de que debería ser expurgada de los principios y de cualquier aliento a las falsas creencias irracionales en la autoridad”[14]
En el curso de un debate se formulan hipótesis o posturas contrapuestas, se hacen aproximaciones, se cometen errores, hay intervenciones más claras, pero el resultado de conjunto no lo da “el militante más claro” sino una síntesis dinámica y viva de un conjunto de posiciones integradas en la discusión. La posición que se acaba adoptando no es la de los que “tenían razón” ni, en muchos casos, es totalmente antagónica a la de los que “se habían equivocado”, es una posición nueva y superior que ayuda colectivamente a tener las cosas más claras.
Evidentemente, el debate no es fácil dentro de una organización proletaria. Esta no vive en un mundo aparte, sino que sufre todo el peso de la ideología dominante que ya vemos cómo concibe el debate. Es inevitable que las “formas de debate” que son propias de la sociedad burguesa y que las mamamos todos los días en el espectáculo de los partidos, en la televisión y sus programas basura, en las redes sociales, en las campañas electorales etc., se infiltren en la vida de las organizaciones proletarias. Estas deben llevar una dura lucha contra esta infiltración destructiva.
“La cultura del debate sólo puede desarrollarse a contracorriente de la sociedad burguesa. Como la tendencia espontánea en el capitalismo no es, ni mucho menos, el esclarecimiento de las ideas, sino la violencia, la manipulación y la lucha por obtener una mayoría (cuyo mejor ejemplo es el circo electoral de la democracia burguesa), la infiltración de esa ideología en las organizaciones proletarias siempre lleva gérmenes de crisis y de degeneración. La historia del Partido bolchevique lo ilustra perfectamente. Mientras el partido fue la punta de lanza de la revolución, los debates más vivos y dinámicos eran una de sus fuerzas principales. En cambio, la prohibición de verdaderas fracciones (tras el aplastamiento de Cronstadt en 1921) fue señal y factor activo de su degeneración” reflexiona nuestro texto sobre la cultura del debate antes citado. Este se refiere a la herencia envenenada que ha dejado el estalinismo en las filas obreras y que pesa como una losa sobre los comunistas, muchos de los cuales han empezado su vida política en organizaciones estalinistas, maoístas o trotskistas y creen que “intercambiar argumentos es "liberalismo burgués" y que "un buen comunista" es alguien que "cierra el pico" y hace acallar su conciencia y sus emociones”. Por ello, “los camaradas que están hoy decididos a rechazar los efectos de ese producto moribundo de la contrarrevolución comprenden cada día mejor que, para ello, no solo hay que rechazar las posiciones de ese producto sino también su mentalidad”.
En efecto, hay que combatir la mentalidad falsificadora del debate que supura por todos sus poros el mundo burgués y particularmente la canalla estalinista y todos sus apéndices, especialmente, los que simulan una mayor “apertura” como los trotskistas. Hay que ser claros y tajantes, pero eso nada tiene que ver con la arrogancia y la brutalidad. Hay que ser combativos, pero eso no significa ser pendenciero y agresivo. Hay que llamar al pan, pan y al vino, vino. Pero, de ahí no se deduce que habría que ser hirientes y cínicos. No hay que buscar la conciliación de argumentos o las medias tintas, pero eso no hay que confundirlo con el sectarismo y el rechazo a escuchar los argumentos de los interlocutores. En definitiva, el debate proletario tiene que abrirse paso en medio de la confusión y la desviación que propala el estalinismo y sus adláteres.
Si bien el colectivismo burocrático de los partidos de la burguesía con su monolitismo y sus imposiciones brutales constituye un obstáculo al debate, es necesario precaverse de lo que aparece como su opuesto, aunque en realidad es su complemento. Nos referimos a la visión individualista del debate.
Esta consiste en que cada cual tiene “su opinión” y esa “opinión” sería su propiedad privada. Por tanto, si se critica la posición de un camarada se le estaría atacando porque se estaría “violando” su “propiedad privada”, se le estaría quitando algo “suyo”. Criticar tal posición de tal camarada sería el equivalente a quitarle el celular o dejarle sin comida.
Esa visión es radicalmente falsa. El conocimiento no nace del “raciocinio íntimo” de cada individuo. Lo que pensamos forma parte de un esfuerzo histórico y social, ligado al trabajo y al desarrollo de las fuerzas productivas. Lo que cada cual dice solo es “original” si se inscribe críticamente en un esfuerzo colectivo de pensamiento. El pensamiento del proletariado es el producto de su lucha histórico – mundial, lucha que no se limita a sus combates económicos, sino que, como decía Engels, tiene 3 dimensiones interconectadas: lucha económica, lucha política y lucha ideológica. Cada organización política proletaria se inscribe en la continuidad histórica crítica de la larga cadena que va desde la Liga de los Comunistas (1848) a las pequeñas organizaciones actuales de la Izquierda Comunista. En ese hilo histórico se insertan las posiciones, ideas, apreciaciones, aportes, de cada militante. Si cada militante aspira al conocimiento más desarrollado no lo hace como empresa individual sino con el objetivo de llevar lo más lejos posible las posiciones y orientaciones del conjunto de la organización y del proletariado.
De ahí que la postura individualista de “cada cual su opinión” es un grave obstáculo al debate que complementa el monolitismo burocrático de los partidos burgueses. Cuando en un debate cada cual va con “su opinión” el resultado puede ser o bien una pugna con vencedores y vencidos, o bien, una suma inútil de diferentes opiniones contradictorias. El individualismo es un obstáculo a la claridad pues parte del monolitismo de “esta es mi opinión, o lo tomas o lo dejas”, es decir, NO HAY DEBATE cuando cada cual va a la discusión con su “propia opinión”.
El debate proletario tiene una naturaleza histórica, recoge lo mejor del debate científico y cultural que ha existido en la historia de la humanidad. “Fundamentalmente, la cultura del debate es una expresión del carácter social de la humanidad. Es la emanación del uso específicamente humano del lenguaje. El uso del lenguaje como medio de intercambiar informaciones es algo que la humanidad comparte con muchos animales. Lo que la distingue del resto de la naturaleza en ese plano, es su capacidad de cultivar e intercambiar una argumentación (vinculado al desarrollo de la lógica y de la ciencia) y alcanzar el conocimiento de los demás, desarrollándose la empatía, vinculada, entre otras cosas, al desarrollo del arte”
La cultura del debate hinca sus raíces en el comunismo primitivo: “Engels, por ejemplo, menciona el papel de las asambleas generales entre los griegos en la época de Homero, en las tribus germánicas o los iroqueses de Norteamérica, haciendo un elogio especial a la cultura del debate de éstos. El debate nació respondiendo a una necesidad material. En Grecia se fue desarrollando con la comparación entre las diferentes fuentes del conocimiento. Se comparan diferentes modos de pensar, diferentes modos de investigar y sus resultados, los métodos de producción, las costumbres y las tradiciones. Se descubre que se contradicen, se confirman a se completan. Se combaten o se completan o ambas cosas. A través de la comparación, las verdades absolutas se vuelven relativas.
Nuestro texto sobre la estructura y funcionamiento resume los principios fundamentales del debate proletario: “rechazo de toda medida disciplinaria o administrativa de la organización frente a miembros que han expresado desacuerdos: de igual manera que la minoría tiene que saber comportarse como minoría en el seno de la organización, la mayoría debe saber ser una mayoría y no abusar por el hecho de que su posición es la de la organización; esto llevaría a anular el debate de un modo u otro, por ejemplo, obligando a los miembros de la minoría a ser portavoces de posiciones a las cuales no se adhieren; el conjunto de la organización está interesado en que la discusión (aunque las divergencias sean de principios conducen necesariamente a una separación organizacional) sea llevada lo más lejos posible y lo más claramente posible. Tanto la minoría como la mayoría tienen que hacer lo posible (sin por ello paralizar o debilitar las tareas de la organización) para convencerse mutuamente de la validez de sus respectivos análisis o, por lo menos, permitir que se consiga una claridad mayor sobre la naturaleza y el alcance de estos desacuerdos. En la medida en que los debates en curso en la organización conciernen al conjunto del proletariado, es conveniente que ésta saque aquellos al exterior”.
El proletariado es una clase internacional, por ello el debate tiene una naturaleza internacional y centralizada. Si el debate no es una adición de opiniones individuales tampoco puede ser la suma de una serie de posiciones locales. La fuerza del proletariado es su unidad y su conciencia que buscan expresarse a escala mundial. El debate internacional, integrando aportes y experiencias de los proletariados de todos los países, es el que da una claridad y una visión global que harán fuerte la lucha proletaria.
C.Mir 11-7-18
[1] Los artículos anteriores de la Serie se pueden encontrar en: https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201712/4261/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-i-una-falsa-vision-de-l [2] , https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201803/4278/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-iv-su-moral-y-la-nuestr [3] , https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201801/4267/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-ii-un-metodo-y-un-modo- [4] y https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201801/4268/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-iii-un-funcionamiento-q [5]
[2] Engels: prólogo de 1890 al Manifiesto Comunista, https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm [6]
[3] Ver Tesis sobre el movimiento contra el CPE en Francia https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200 [7] y De la indignación a la esperanza, /content/3349/2011-de-la-indignacion-la-esperanza [8]
[5] Estructura y funcionamiento de la organización revolucionaria, https://es.internationalism.org/revista-internacional/198302/2127/estructura-y-funcionamiento-de-la-organizacion-revolucionaria [10]
[6] Ver Debates electorales, lo contrario de un verdadero debate, https://es.internationalism.org/cci-online/200802/2185/debates-electorales-lo-contrario-de-un-verdadero-debate [11]
[7] En 1921 se produce la sublevación de los marineros y obreros de la guarnición de Krondstadt, cercana a Petersburgo. El poder soviético reprime brutalmente este movimiento lo que significa un paso muy importante en la degeneración del bastión proletario en Rusia (ver Las enseñanzas de Krondstadt, https://es.internationalism.org/revista-internacional/197507/940/las-ensenanzas-de-kronstadt [12], entre otros). Como falsa lección de los acontecimientos, el partido bolchevique en clara degeneración oportunista decide en su Xº Congreso prohibir temporalmente las fracciones en el partido.
[8] La del Aislador de Verkhne Uralst
[9] En el país de la gran mentira, página 260 edición española
[10] En la actual Guerra de Sucesión por el mando del PP, los 6 candidatos proclaman todos los días que son “compañeros” para, a continuación, lanzarse a todo tipo de maniobras, insinuaciones, acusaciones, conciliábulos et.
[11] Un ejemplo reciente: ¡ERC ha celebrado su último congreso donde la dirección ha impuesto una alternativa “conciliadora” con el poder central español, sin embargo, ha permitido que las bases “radicalizaran” las ponencias con todo un amasijo de enmiendas “independentistas” y de “desobediencia”. El resultado ha sido una colección de textos ilegibles donde se habla a la vez de “autonomía” dentro de España y de independencia de España.
[12] Ver https://es.internationalism.org/revista-internacional/200711/2088/la-cultura-del-debate-un-arma-de-la-lucha-de-la-clase [13]
[13] Ver Las tesis de Abril faro de la revolución proletaria, https://es.internationalism.org/revista-internacional/199704/2787/i-1917-las-tesis-de-abril-1917-faro-de-la-revolucion-proletaria [14]
[14] Citado en el libro Eleanor Marx, la vida familiar de Carlos Marx, página 205 edición española.
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De Emmanuel Macron a Daniel Cohn-Bendit, del periódico de derecha, Le Figaro al semanario de “izquierda democrática”, Marianne, de la cadena televisora BFMTV a Radio France, de la extrema derecha a la extrema izquierda, ya sea criticándolo o celebrándolo, todos a su manera conmemoran el cincuentenario de mayo del 68 cubriéndolo con un montón de mentiras.
Nadie puede negar que mayo del 68 tuvo lugar en una dinámica internacional. Pero centrar la atención en la noche del 22 de marzo en Nanterre, en la elocuencia “electrizante” de Cohn-Bendit[1] [16], en el paternalismo sofocante de De Gaulle, en el choque entre "la nueva y la vieja Francia"... esta dimensión internacional queda deliberadamente relegada a un segundo plano para hacer finalmente de Mayo 68 una "especificidad francesa". En realidad, la ola de protestas estudiantiles comenzó en 1964, en la Universidad de Berkeley en California, con demandas por el derecho de palabra, el fin de la segregación racial y el fin de la guerra en Vietnam. Esta ola se extendió a Japón a partir de 1965, Gran Bretaña a finales de 1967, Italia, España, Alemania, Brasil, Turquía y México a principios de 1968. Pero, sobre todo, Mayo 68 pertenece al movimiento obrero internacional. La ola de huelgas que comenzó en Francia en 1967 y alcanzó su clímax en Mayo 68 sacudió al mundo hasta 1974: el famoso Cordobazo argentino, el "Otoño Caliente" italiano en 1969, España y Polonia en 1971, pasando por Bélgica y Gran Bretaña en 1972, Escandinavia, Alemania...
El carácter proletario de Mayo 68 es a menudo enmascarado por el énfasis puesto en el movimiento estudiantil. La versión más sofisticada y retorcida de esta mistificación es evidentemente la que proviene de los izquierdistas y los sindicatos: "¡La fuerza de Mayo 68 es la convergencia de los estudiantes y los trabajadores!" ¡Mentiras! Si Mayo 68 dinamizó la lucha en todo el mundo, fue precisamente porque la clase obrera no siguió al movimiento, sino que, por el contrario, se convirtió en su fuerza motriz.
El movimiento estudiantil de los años 60 fue de naturaleza pequeñoburguesa, siendo uno de sus aspectos más claros su deseo de "cambiar la vida ahora mismo". En ese momento, no había una amenaza importante de precariedad al final de los estudios. El movimiento estudiantil que comenzó en 1964 se desarrolló en un período de prosperidad. Pero, a partir de 1967, la situación económica se deterioró seriamente, empujando al proletariado a la lucha. Desde principios de 1967 se produjeron importantes enfrentamientos: en Burdeos (en la fábrica de aviación de Dassault), en Besançon y en la región de Lyon (huelga y ocupación de Rhodia, fábrica de fibras sintéticas), huelga de Berliet (construcción de remolques de carga), en las minas de Lorena, en los astilleros navales de Saint Nazaire, en Caen.... Estas huelgas prefiguraron lo que iba a suceder a partir de mediados de mayo de 1968 en todo el país. No se puede decir que esta tormenta se desató bajo un cielo azul y despejado. Entre el 22 de marzo y el 13 de mayo de 1968, la feroz represión contra los estudiantes movilizó cada vez más a una clase obrera llevada por sus sentimientos instintivos de solidaridad. El 14 de mayo, en Nantes, los jóvenes trabajadores inician una huelga. Al día siguiente, el movimiento se impuso a la fábrica de Renault en Cléon, en Normandía, así como a otras dos fábricas de la región. El 16 de mayo, otras fábricas de Renault se unieron al movimiento y las banderas rojas ondearon sobre Flins, Sandouville y Le Mans. La entrada de Renault-Billancourt en la lucha fue entonces un faro: era la fábrica más grande de Francia (35,000 trabajadores) y el dicho decía "Cuando Renault estornuda, Francia se resfría”. El 17 de mayo, la ola de huelga golpeó a toda Francia. Era un movimiento totalmente espontáneo y en toda Francia eran los jóvenes trabajadores los que estaban a la vanguardia. No había ninguna exigencia precisa: era la expresión de un descontento general. El 18 de mayo, había un millón de trabajadores en huelga; el 22 de mayo, ocho millones. Fue la huelga más grande en la historia del movimiento obrero internacional. Participaron todos los sectores: industria, transporte, energía, correos y comunicaciones, enseñanza, administraciones, medios de comunicación, laboratorios de investigación, etc. Durante este período, las facultades ocupadas, algunos edificios públicos como el Teatro de Odeón en París, las calles, los lugares de trabajo, se convirtieron en espacios de debate político permanente. “Hablamos y nos escuchamos” se convirtió en un eslogan.
De manera fraudulenta al reducirse a su dimensión "estudiantil", Mayo 68 se presenta como el símbolo de la liberación sexual y de la mujer.
Los grandes movimientos de la lucha proletaria siempre han planteado la "cuestión de la mujer". En la época de la Comuna de París en 1871, en la huelga de masas de 1905 y en la revolución rusa de 1917, las trabajadoras desempeñaban un papel inestimable. Pero lo que la pequeña burguesía estudiantil de 1968 ensalzó es otra cosa: es la liberación “aquí y ahora” dentro del capitalismo, es la liberación de la humanidad a través de la liberación sexual y no como producto de una larga lucha contra el sistema de explotación capitalista. En resumen, es el abandono de cualquier forma de reflexión que pretenda realmente poner en tela de juicio las raíces del orden establecido; es la negación de todo el proceso de huelgas, autoorganización y discusión dentro de la clase obrera en Francia durante esas semanas de mayo. La importancia para la burguesía mundial de reducir Mayo 68 a la quema de sostenes es evidente.
Hoy, con la huelga de los trabajadores ferroviarios en Francia, los sindicatos y las organizaciones de izquierda pretenden que otra huelga general es posible. Al igual que en Mayo 68, los sindicatos estarían organizando la “convergencia de luchas” frente a las políticas de Macron[2] [17]. ¡Mentiras! En Mayo 68 los trabajadores retomaron su lucha espontáneamente, sin consignas ni órdenes sindicales. Estos últimos, de hecho, corrieron detrás del movimiento para sabotearlo mucho mejor. La caricatura contemporánea del humorista gráfico francés Siné al inicio de este artículo es muy explícita sobre el resentimiento de la clase obrera hacia el trabajo sucio de los sindicatos.
Los Acuerdos de Grenelle que la izquierda y los sindicatos celebraron como LA gran victoria de 68 fueron el resultado del trabajo conjunto del gobierno y los sindicatos para detener el movimiento y derrotarlo. Estos acuerdos trajeron consigo un aumento del poder adquisitivo muy inferior al de los años anteriores. Un hecho que hoy se oculta es que los trabajadores consideraron inmediatamente estos acuerdos como un insulto: al llegar a presentar a Renault Billancourt en la mañana del 27 de mayo, Séguy, Secretario General de la CGT[3] [18], se enfrentó a abucheos, silbidos y se rompieron muchos carnets sindicales. El 30 de mayo, De Gaulle anunció la disolución de la Asamblea Nacional, las elecciones a finales de junio y la apertura de negociaciones rama por rama. Los sindicatos aprovecharon esta oportunidad para enviar de vuelta al trabajo a los sectores (como EDF-GDF) en los que las propuestas patronales fueron más allá de los acuerdos del Grenelle. Reforzaron esta presión a favor de la vuelta al trabajo a través de todo tipo de maniobras, como la falsificación de votos, la mentira sobre quién había vuelto o no al trabajo y la intimidación en nombre de la lucha contra los "provocadores izquierdistas". Uno de sus mayores argumentos era que los trabajadores tenían que volver al trabajo para que las elecciones, que se suponía que “sellarían la victoria de los trabajadores”, pudieran tener lugar normalmente.
Mayo 68 se presenta como un movimiento del período de prosperidad. En otras palabras, pertenece al pasado, a otro tiempo. ¡Una vez más, nada es más falso! A partir de 1967, la situación económica mundial comenzó a deteriorarse, abriendo el período de la crisis permanente que hemos conocido desde entonces y confirmando que el capitalismo es un sistema decadente que es necesario derrocar. Mayo 68 confirmó que el proletariado era la clase revolucionaria; que tenía la fuerza para organizarse y desarrollar su conciencia a través del debate en asambleas generales autónomas; que podía oponerse al orden establecido y sacudirlo hasta sus raíces. Sobre todo, ¡Mayo 68 marcó el final de 40 años de contrarrevolución estalinista! Es la expresión más clara del retorno de la lucha proletaria a la escena mundial. La importancia de este evento no debe ser subestimada: Mayo 68 y la ola de luchas que entonces se extendió por varios países, significó que la clase obrera no estaba dispuesta a aceptar todos los sacrificios exigidos por los intereses del Capital, y menos aún a sacrificar su vida. ¡Es esto, y nada más, lo que impidió que la confrontación entre los bloques del Este y del Oeste degenerara en una Tercera Guerra Mundial! Desde entonces, el desarrollo del movimiento proletario ha tropezado con muchas dificultades. La idea de que "la revolución es posible pero no forzosamente necesaria" ha dado paso a "la revolución es absolutamente necesaria, pero se ha vuelto imposible". El proletariado ha perdido la confianza en sí mismo. Pero justamente, la realidad de la fuerza proletaria de Mayo 68 debe ser una fuente de inspiración para el futuro. ¡La burguesía lo sabe y por eso lo cubre con tantas mentiras!
Bmc, 28/abril/2018.
[1] [19] Daniel Cohn-Bendit fue uno de los líderes más famosos y el favorito de los medios en la revuelta estudiantil de Mayo 68. “Dany el Rojo” se presentó entonces como anarquista libertario y dirigía el llamado “Movimiento 22 de Marzo” en la Universidad de Paris-Nanterre, la cual fue el origen de la revuelta estudiantil que después se extendió a todas las facultades en menos de dos meses. Hoy, es decir 50 años después, con su doble nacionalidad francoalemana ocupó un puesto en la alcaldía del municipio de Frankfurt, fue eurodiputado bajo los colores del partido de los Verdes desde 1994 hasta 2014. ¡En las elecciones de 2017 fue uno de los primeros que apoyó al nuevo partido de Macron, “En marche!” y se presenta ahora como un “consejero del príncipe” en sus encuentros regulares con el presidente Macron. Proclama hoy “Olvidar Mayo 68!” y hace alarde en cada ocasión de su defensa del sistema capitalista en su modelo de política económica liberal.
[2] [20] Para una toma de posición más detallada del movimiento de huelga actual en Francia que es una trampa que permite maniobras contra los trabajadores, se puede leer nuestro artículo en francés https://fr.internationalism.org/revolution-internationale/201804/9690/gr... [21]
[3] [22] Confederación General del Trabajo, sindicato dominante de la época, satélite del PCF, el partido estalinista.
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¡Abajo la represión policial! ¡Abajo la brutalidad de las fuerzas del Estado capitalista! El gobierno no ha dudado en ejercer una brutal represión hacia los estudiantes movilizados en contra de la ley Vidal que reforma el ingreso a los estudios universitarios: Burdeos, Montpellier, Lille, Nantes, Estrasburgo, Nanterre, París, Grenoble, Metz, Nancy, Toulouse, y en otros lugares, desde principios de marzo hasta finales de abril, ha sido demasiado larga la lista de las escuelas que han sido intervenidas brutalmente por los CRS[1] [16] "con el fin de liberar el acceso a todas las instalaciones de la universidad" y "evacuar los edificios ocupados ilegalmente", con palizas, hospitalizaciones, detenciones y persecuciones legales.
La intensificación de la vigilancia, con cuadrillas de patrullas de la policía e inclusive con la presencia militar en el campus, el despliegue de la CRS y el uso de la fuerza represiva en los recintos de las universidades no es algo nuevo, lo que es inédito, en la situación actual desde 1968, es la presencia y el carácter sistemático de la intervención brutal de la policía. Insultos, amenazas y salvajismo, cualquier cosa es buena para reprimir e intimidar a fin de disuadir a los huelguistas de participar en la lucha. Esta acción representa la voluntad arrogante exhibida por el gobierno actual y los partidos del orden, para doblegar a los trabajadores y los futuros trabajadores, a todos los explotados, a las necesidades de la economía nacional y las leyes del capital. Los estudiantes en protesta, al igual que los trabajadores que defienden sus condiciones de vida o de trabajo o que luchan contra la pérdida de sus puestos de trabajo, no son, en sus cabezas (y la de la burguesía), que "hacedores del desmadre" y lo de que se trata es de disciplinar utilizando la fuerza y la brutalidad[2] [17], todo en nombre de la legalidad democrática y el "Estado de derecho" que tiene que ser restaurado "en todas partes" y "en particular, en las facultades" (G. Collomb[3] [18]).
De este modo, el gobierno, con respecto a los trabajadores y estudiantes, es digno descendiente de la burguesía francesa que nunca logró digerir mayo del 68. Si Sarkozy había soñado con poner fin con "el espíritu de mayo 68", Macron se enorgullece de lograr esto al reutilizar y rehabilitar el garrote.
El gobierno de Macron se está afirmando en el poder con mano dura, que mantiene el orden, hasta en la ZAD de Notre-Dame de Landes, un lugar donde las escenas dignas del campo de batalla sirven para esparcir el terror. A un joven le arrancaron la mano con el uso de verdaderas armas de guerra por parte del Estado y sus secuaces. La violencia y la brutalidad también se han incrementado, especialmente con el aumento de recursos como con granadas lacrimógenas explosivas GLI-F4, que son cuestionadas por su peligrosidad. El objetivo es aterrorizar y paralizar a la mayor cantidad posible y aislar a quienes pretenden oponerse a la política gubernamental de ataques en el presente y hacia futuro.
También es en todos los niveles que el Estado protege su arsenal represivo, al hacer permanente el estado de emergencia, o con la ley anti-radicalización que, lejos de tratar solo sobre el terrorismo, también apunta explícitamente a todo lo que sea susceptible para desafiar a la democracia burguesa y su Estado, en particular los movimientos de la clase trabajadora y sus minorías políticas.
Además de haber sido confrontados con el arsenal clásico de los profesionales del sabotaje (sindicatos) y la represión policial, los estudiantes que luchan contra la ley Vidal también tuvieron que lidiar con el resurgimiento de la provocación y la intimidación proveniente de la extrema derecha. A mediados de marzo, según AFP, "el colegio autogestionado en París fue el blanco de ataque de activistas que se reclaman del GUD (un sindicado de estudiantes de extrema derecha conocidos por su violencia), armados con barras de hierro que (...) agredieron dos estudiantes ". El 26 de marzo, "en Lille, una Asamblea General estudiantil fue acosada en la facultad de derecho por un pequeño grupo de extrema derecha", según Libération. El 4 de abril, "los enfrentamientos estallaron frente a Tolbiac cuando un grupo de jóvenes armados con bates de béisbol lanzaron proyectiles contra estudiantes y militantes que bloqueaban el sitio" (Europa 1). En Tours, el 17 de abril, "una niña de secundaria fue atacada con un cuchillo por tres hombres enmascarados (...) los agresores formarían parte de los jóvenes monárquicos". (Nueva República) En la situación histórica actual y el contexto de un gobierno de "mano dura", la escoria de la extrema derecha, con odio hacia cualquier forma de cuestionamiento del conservadurismo social, se siente envalentonada. Pero, sobre todo, el Estado democrático siempre ha sabido, como la historia muestra muchos ejemplos, alentar clandestinamente, manipular y utilizar, según sus necesidades, la acción de grupos que pueden formar una fuerza de apoyo, o, incluso, grupos que se especializan en la represión de los movimientos sociales[4] [27]. La evacuación de la facultad de la Universidad de Montpellier el 22 de marzo reveló esta confabulación: en efecto, fue el decano y al menos un cómplice, profesor de la Facultad de derecho, que organizó la intrusión y la intervención de matones enmascarados armados con palos, junto a los guardas de la facultad, para desarticular, con la violencia, una Asamblea General de estudiantes. "La policía que llegó rápidamente a la escena no arrestó a personas encapuchadas y armadas con palos de madera. No les pidió su identidad. Aún mejor, los acompañó amistosamente hacia afuera para que pudieran ir a casa tranquilamente. ¿Qué papel jugó realmente la policía en este caso? ¿Qué papel jugó la prefectura?"[5] [28] Luego, antes de que la verdad fuera expuesta, por la evidencia filmada publicada en las redes sociales, las autoridades recurrieron a todas las mentiras posibles para sofocar y cubrir el asunto, "la prefectura [hablando] de su lado" de enfrentamientos entre estudiantes "a lo interno de la facultad, afirmando que la policía había intervenido al exterior en el cuadro de una alteración del orden público" y “para cuidar de tres heridos” (L'Obs). Con el fin de disipar el desastroso efecto de la evidencia de la coordinación entre las autoridades y los círculos de extrema derecha, los cómplices del Estado han sido (de mala gana) sometidos a examen con la promesa ministerial de "procesos judiciales" y que "todo será esclarecido". ¡Así es como el Estado juega al “señor intachable” al confiar el trabajo subterráneo a sus subcontratistas con la complicidad de la policía benevolente y cargando la culpa a los subordinados en caso de un inconveniente!
En términos más generales, las provocaciones de la extrema derecha han sido parte integral de la estrategia represiva del estado. Para las Asambleas Generales de estudiantes, rehenes de la estrategia de división de los sindicatos y los partidos de izquierda de la "convergencia de luchas", cada vez más aislados y minoritarios, privados de la solidaridad activa del resto de la clase, cuyos ataques, al mismo tiempo, fueron utilizados para polarizarlos sobre la violencia, el "peligro fascista" y para hacer que el movimiento (especialmente en París) se reduzca, o parezca reducirse, a un enfrentamiento entre grupos de extrema izquierda y extrema derecha. La primera víctima fue la lucha misma, gradualmente desviada de su propósito original de responder contra un ataque estatal y de reflexión necesaria sobre los medios para hacerle frente. Finalmente, el gobierno logró desintegrar, desacreditar al movimiento y encontrar un pretexto para legitimar la represión legal: "En este momento, estamos asistiendo al regreso de una cierta extrema izquierda y una cierta extrema derecha, buscando enfrentarse", agregó Vidal. "El resultado son los enfrentamientos [en Tolbiac] que, afortunadamente, se calmaron con la llegada de las fuerzas policiales que intervinieron rápidamente" (Europa 1). El movimiento podría ser liquidado bajo el pretexto de "limpiar las facultades" de "alborotadores de todo tipo" haciéndose pasar por el defensor de la ley y los valores republicanos "contra los extremos".
Es en el enfrentamiento entre clases donde el estado democrático burgués revela su verdadero rostro y su naturaleza represiva. El Estado democrático es el instrumento más eficaz de la dictadura de la burguesía para imponer y defender el orden social de la opresión y la explotación. Como muestra su práctica en todos los niveles, y más aún, cuando se enfrenta el proletariado y la lucha de clases, todos los medios oficiales y ocultos son buenos y todo está permitido en contra de su enemigo de clase, la línea entre la legalidad y la ilegalidad no existe.
La clase trabajadora inevitablemente también tendrá que usar la violencia contra este enemigo de clase. Pero la naturaleza de este último será radicalmente diferente, en oposición al terror estatal como al vandalismo de los Bloques Negros. No será una venganza represiva o ciega ni favorable a la destrucción en sí misma de los bienes materiales. Será más bien una violencia liberadora, la de una fuerza social masiva y consciente, deseosa de abolir el régimen del capital para poner fin a la explotación[6] [29]. En su movimiento de liberación contra un sistema, la clase obrera no debe nutrir ninguna ilusión sobre la burguesía y su Estado. Ella es y será su enemiga más despiadada.
Scott, 25 de mayo de 2018
[1] [19] CRS: Compañías Republicanas de Seguridad, nombre que el Estado francés da a su policía antidisturbios famosa por su ferocidad.
[2] [20]Una “demostración de fuerza” de esta amplitud no pudo tener lugar que en razón de la gran debilidad del movimiento.
[3] [22] Ministro del Interior del gobierno Macron procedente del partido socialista.
[4] [30]Ver nuestros artículos que denuncia el rol jugado por los “racialistas”: El racialismo: ¿de dónde vienen y para que sirven?
[5] [31]Comunicado de la intersindical.
[6] [32]Para comprender mejor nuestras posiciones sobre lo que es la violencia obrera, leer nuestra Resolución sobre Terror, terrorismo y violencia de clase, https://es.internationalism.org/revista-internacional/197810/2134/resolucion-sobre-el-terror-el-terrorismo-y-la-violencia-de-clase [33] , el texto del mismo nombre, https://es.internationalism.org/revista-internacional/197806/944/terror-terrorismo-y-violencia-de-clase [34] ,así como el libro de Engels: El rol de la violencia en la historia. https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/1888viol.htm [35]
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A finales de mayo de este año se informó ampliamente en los medios de comunicación de una ola de huelgas y protestas de trabajadores y desempleados en Jordania contra los aumentos de impuestos, los aumentos de precios y la corrupción estatal. De hecho, el movimiento de los trabajadores peor pagados contra los aumentos del precio del gas y la electricidad comenzó varios meses antes en las provincias, y su desarrollo generó protestas masivas en la capital, Ammán, que duraron más de una semana y frente a las cuales los sindicatos mostraron algunas dificultades para controlarlas, utilizarlas y aprovecharse del movimiento. El hecho de que dicho movimiento ocurriera aproximadamente al mismo tiempo que los trabajadores en Irán estaban en huelga y protestando contra más o menos las mismas condiciones muestra que, incluso en el ardiente caldero imperialista de Oriente Medio, la clase trabajadora es capaz de levantar la cabeza que le distingue y contraatacar los ataques del estado en su propio terreno de clase. Al igual que en Irán, algunos de los ataques han sido echados atrás resultando en la anulación de las subidas de precios e impuestos, aunque esto solo pueda ser un alivio leve y temporal hasta que los ataques se renueven bajo otros atuendos, con más fuerza o una combinación de engaños ideológicos y represión física.
El líder de Jordania, el rey Abdullah, despidió a parte de su gobierno en respuesta a las protestas, y las voces del Estado culparon al Fondo Monetario Internacional (FMI) de los ataques, al igual que la izquierda del capital siempre tiene a sus hombres del saco: "banqueros codiciosos" , "la UE", "el Banco Mundial", etc., para promover su propia ideología nacionalista y "antiimperialista" (generalmente antiamericana)[1] [16]. Pero los problemas de la economía jordana son mucho más profundos que un asunto de reembolsos de los préstamos del FMI: en Jordania hay una broma curiosa que gira en torno a que "tenemos menos agua que petróleo, y no tenemos petróleo". Y sus problemas son anteriores a la afluencia masiva de refugiados que recibe: dos tercios de su población es palestina y también hay refugiados musulmanes y cristianos de toda la región, igualmente de Siria; y también anteriores a la retirada de " ayuda " por parte de los principales estados del Golfo.
El Reino jordano fue un puesto militar vital para el imperialismo británico hasta la década de 1950 cuando los estadounidenses lo tomaron y además continuaron trabajando con sus "socios juveniles" de Reino Unido. Jordania tiene una clase trabajadora cualificada, pero la economía de guerra del país está integrada en los elementos imperialistas esenciales de Oriente Medio, primero por Gran Bretaña, luego por Estados Unidos y también por Francia y Alemania. Y luego nos encontramos además con las aspiraciones imperialistas específicas del estado jordano, incluso si están subordinadas a sus amos: tomar parte en una guerra secreta en Libia, tropas en Afganistán y otras maniobras para "mantener de la paz". Su economía de guerra, la naturaleza militarizada del estado jordano da directamente lugar a la corrupción, el nepotismo y amiguismo (Wasta, en árabe), algo que el imperialismo británico y estadounidense ha utilizado para dividir y gobernar el Reino Hachemita.
A nivel imperialista, el futuro del estado jordano se hace más incierto a medida que el equipo en torno a Trump se vuelve hacia un eje saudita/EAU[2] [17]/Israel. Esto hace aún más improbable que vaya a haber, por parte de los más ricos pero aún con problemas Estados del Golfo, algún tipo de rescate efectivo de la economía jordana la cual gasta el 15,8% de su economía en asuntos militares[3] [18]. A su vez, plantea un posible giro hacia Turquía o Irán por parte de Jordania, alimentando de mayor inestabilidad la región; y aunque esto es de momento especulación, lo que sí es cierto es que la posición de Jordania se volverá más peligrosa dentro de la gresca imperialista de la región.
A nivel económico, el desempleo de los graduados universitarios está registrado como del 24,1% y el desempleo en general gira en torno al 18%, cifras ampliamente ridiculizadas por ser consideradas grandes subestimaciones. De hecho, a lo largo de todo Oriente Medio, el desempleo juvenil y el desempleo en general son un problema importante para todos los estados. Así, las protestas también despegaron otra vez en Irán hace poco más de una semana, esta vez centradas en Teherán más que en las ciudades provinciales; pero, como fue prometido después de las luchas anteriores, estas fueron reprimidas implacablemente por la Guardia Revolucionaria usando la policía antidisturbios, gases lacrimógenos y detenciones masivas de "alborotadores". Los lemas volvieron a plantearse contra las guerras de Irán y contra la economía de guerra. La participación de los trabajadores no está del todo clara aquí, aunque el gobierno iraní se reunió de inmediato con los jefes sindicales[4] [27].
El proletariado en Jordania no es ajeno a la lucha de clases, involucrándose en movimientos en 1989, 1996 y particularmente de 2009 a 2012. En 2011 casi todos los sectores de la economía jordana participaron en huelgas y protestas, incluidos trabajadores precarios expatriados[5] [28]. De esto surgieron algunos nuevos sindicatos "independientes", aunque sus acciones recientes muestran que están tan vinculados al estado jordano como las antiguas estructuras sindicales. Pero tanto para el capital como para el trabajo en Jordania, como en el resto del mundo, la crisis económica y sus consiguientes ataques se han profundizado aún más, presagiando más ataques que no solo son cíclicos sino también más depravados.
Hay signos por parte del proletariado en Jordania (y algunos de Irán) de que las luchas son más profundas que antes: no existe apenas un rol movilizador por parte de las autoridades religiosas (los 'Hermanos Musulmanes' en el caso de Jordania), en contraste con los acontecimientos en torno a la Primavera Árabe; en las protestas son escasas las banderas jordanas o cualquier tipo de banderas "de colores" que denoten un movimiento nacionalista; la presencia, el número, la diversidad y la solidaridad de la clase obrera es mucho más marcada y las luchas están mejor organizadas; los sindicatos, 33 de ellos ahora cuando eran 16 en 2011, han sido marginados y abiertamente criticados por los trabajadores, y el movimiento juvenil (mayoritariamente de los desempleados que los sindicatos intentaban separar de los trabajadores) se negaron a enredarse en inútiles confrontaciones con las fuerzas de seguridad entrenadas por el Estado Británico[6] [29], los Darak (GDG), mostrando cierta consciencia y madurez.
Dada su naturaleza periférica, su debilidad numérica y el mar de atrocidades imperialistas que las rodean, las luchas en Jordania apuntan aún más a la necesaria centralidad de la clase trabajadora allá donde el capital desarrolla sus principales actividades para realmente poder hacer retroceder los ataques en primer lugar. A pesar de las evidentes dificultades a las que se enfrenta, esta fue una clara expresión del proletariado y sus intentos por unificar su combate. Completamente contraria a la "revolución" fraudulenta del izquierdismo en Rojava[7] [38] (al norte de Siria), la cual fortalece el imperialismo, la lucha de clases en Jordania es un ejemplo de los comienzos de un golpe potencial en contra suya.
Baboon, 1.7.2018
[1] [19] Este es el tipo de ideología propagada por el Partido Socialista de los Trabajadores (Reino Unido) y el ala izquierda del Partido Laborista de Corbyn
[2] [20] EAU: Emiratos Árabes Unidos
[3] [22] Middle East Eye, 7.6.2018. Con el 15,8% de los gastos del gobierno y el 4,8% del PIB, Jordania está proporcionalmente entre los Estados que más gastos militares tienen en Oriente Medio y en el mundo
[4] [30] Las últimas protestas no son solo en Teherán sino también en las provincias con, por ejemplo, protestas contra la escasez de agua en Jorramchar en la provincia de Juzestán el 1 de julio, donde se atacaron bancos y edificios públicos y donde el lema "el enemigo está aquí" fue transmitido, lo que provocó disparos contra los manifestantes: https://www.cnbc.com/2018/07/01/videos-show-gunfire-amid-iran-protests-over-water-scarcity.html [39] .
Un punto importante que destacar aquí con respecto a Irán es que su crisis económica se ha visto muy exacerbada por el imperialismo estadounidense, y que el Consejero de Seguridad Nacional John Bolton acaba de reunirse con el grupo ex-terrorista iraní MEK (Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán), mandando una fuerte señal de "cambio de régimen". https://www.nytimes.com/2018/05/07/world/middleeast/john-bolton-regime-change-iran.html [40]
[5] [31] https://www.merip.org/mer/mer264/emergence-new-labor-movement-jordan [41]. Middle East Research, Spring 2018
[6] [32] Gran Bretaña tiene fuerzas bien establecidas y programas de "entrenamiento" en Jordania. Lleva a cabo constantemente maniobras a gran escala y Jordania es una plataforma para su participación en Siria y en el resto de Oriente Medio. Recientemente, el grupo de presión militar británico, la Asociación de Defensa del Reino Unido (UKNDA), pidió a Gran Bretaña que enviara a Jordania toda una brigada blindada con 5000 hombres y su apoyo
[7] [42] Ver /content/4160/los-anarquistas-y-el-imperialismo-kurdo [43]
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- Las grandes movilizaciones y huelgas de apenas unas semanas entre mayo y junio de 1968 en Francia presentan claramente tendencias y contornos del océano de fenómenos de la la huelga de masas, expresión histórica de la lucha proletaria (incluso de la misma existencia proletaria como fuerza social y política, como clase para sí) desde comienzos del siglo XX: tendencia hacia la autoorganización y protagonismo de las masas en huelgas y luchas con el consiguiente desbordamiento y confrontación con estructuras y métodos sindicales; tendencia a la extensión de las luchas y huelgas con el envío autoorganizado de delegaciones a centros de trabajo o de estudio, y hacia otros sectores populares (estudiantes, agricultores); alteración de la cotidianidad y “normalidad” del dominio de las relaciones sociales capitalistas por medio de la movilización y protagonismo permanente, y por medio de la ocupación del espacio público y la palabra a través de manifestaciones de masas y ocupaciones de centros de trabajo y estudio (o edificios institucionales, teatros, etc) en el que se discute y se rompe el aislamiento y el monopolio del dominio de las relaciones sociales y de producción capitalistas; cuestionamiento de las condiciones de existencia bajo la “normalidad” y de la organización social que las crea, con la consiguiente tendencia hacia la politización frente a un estrecho y artificial economicismo sindical obrerista
“La gente que se movilizó, los alrededor 10 millones de personas que pararon de trabajar en el 68, tenían el sentimiento de haber levantado la cabeza, el sentimiento de haber ejercido su espíritu crítico, su independencia de espíritu,... ocupando sus centros de trabajo, considerando que no todo era aceptable, reflexionando sobre un futuro diferente, sobre otras condiciones de vida, de trabajo, de barrio...” Ludivine Bantigny[1] [16]
Podemos encontrar trazos de estas tendencias, en mayor o menor grado y extensión, en las grandes luchas proletarias que tienen lugar entre el mayo francés y 1980 en lugares como Italia, Argentina, Polonia, España o Irán.
Una reaparición histórica de la lucha proletaria de masas será necesariamente portadora de lo esencial de esos rasgos históricos, a un nivel histórico superior producto del paso de 40 años de contradicciones y antagonismos capitalistas, o no será.
- Mayo del 68 y la oleada internacional que inicia abre un rico periodo de luchas del que sacar lecciones aún hoy, pero también su reflujo y canalización sienta las bases para nuevos (o semi-nuevos) elementos político-ideológicos de parte de la burguesía con los que tratar de combatir y caricaturizar la perspectiva proletaria comunista, vehiculados principalmente por la pequeña-burguesía y la izquierda del capital: la fijación por la “espectacularidad” de disturbios y choques callejeros descontextualizados como sinónimo de lucha contra las relaciones capitalistas; la mitificación de la “juventud” como sujeto político “rebelde” en sí; la trampa guetificada del “contraculturalismo” y el “marginalismo” como sujetos revolucionarios (que podemos encontrar por ejemplo hoy en forma de squatters o agroecologismo); la crítica parcial y desenfocada (y por tanto estéril y sin perspectiva global) a fenómenos concretos de la organización social capitalista (feminismo, ecologismo, antirracismo, etc).
En la categoría del ensalzamiento de la “juventud” podríamos incluir la también categoría difusa e inconcreta de los “estudiantes”. Más de 50 años después de las importantes movilizaciones de estudiantes en USA, Francia o Checoslovaquia, se puede afirmar que los movimientos de estudiantes sólo pueden encontrar una perspectiva coherente de confrontación a lo existente de dos formas: o bien (en el caso de los estudiantes proletarios o proletarizados) luchando como parte integrante de la clase proletaria poniendo como base de su movilización sus condiciones de vida (perspectiva de paro, condiciones de alojamiento y de trabajo, etc) y sus necesidades humanas en antagonismo a las necesidades del capital; o bien (en el caso de la pequeña-burguesía y otras “capas populares”) “aliándose”, y en definitiva integrando su movilización en la perspectiva proletaria comunista, única capaz de dar una coherencia y perspectiva global al combate contra todos los agravios que la sociedad burguesa decadente produce contra el género humano. Fuera de esas dos vías, al “movimiento estudiantil”, así como a otras categorías sociológicas difusas (“juventud”, “mujeres”, “amas de casa”, “consumidores”, “jubilados”, “inmigrantes”, etc), sólo le queda el callejón sin salida del interclasismo o aclasismo “popular”, del humanismo, del ciudadanismo, y en definitiva, de la canalización del malestar por la sociedad burguesa, la impotencia y la derrota.
- Mayo del 68 muestra una vez más la discordancia histórica que existe entre el terreno electoral del parlamentarismo burgués y la lucha proletaria. No sólo “el centro de gravedad de la vida política actual ha salido definitiva y completamente, del Parlamento.” (expresado en el II Congreso de la IC en 1920), sino aún más claramente, ambos fenómenos históricos tienden a repelerse mutuamente, siendo las bases sociales y políticas que hacen posible a uno incompatibles con las del otro. Uno implica la disolución del proletariado en la masa del “pueblo” como masa atomizada, pasiva, concurrente e impotente, que bajo la dominación de las relaciones sociales y de producción capitalistas ata su suerte a los resultados de las “instituciones democráticas” dominadas por sus explotadores; la otra implica la tendencia hacia la movilización permanente, la autoorganización, la politización y en definitiva la ruptura con la “normalidad” capitalista, y en fases superiores, la disolución de las bases materiales de la “democracia” burguesa.
¿Cuál fue el reflejo en el terreno electoral del probablemente movimiento proletario más importante en Europa occidental desde el final de la 2ª Guerra Mundial, cuya impronta llega hasta nuestros días? Una victoria aplastante de los partidos de derecha.
Este supuesto “misterio” se explica, aparte de por lo arriba dicho, por el hecho de que la fuerza histórica de la lucha proletaria no proviene de una legitimidad numérica democrática del “pueblo trabajador”, sino de una relación de fuerzas capaz de subvertir y romper el dominio de la relaciones sociales existentes, a través de la acción directa de masas del proletariado en la defensa de sus necesidades humanas, ganando para su causa a amplios sectores populares no explotadores, y condenando al aislamiento y la impotencia a la burguesía, su Estado y sus apoyos sociales incondicionales.
En este sentido, los acontecimientos en 1917 en Rusia son suficientemente clarificadores de esta discordancia histórica: el levantamiento de masas explotadas probablemente más grande de la historia de la humanidad tiene un reflejo en las elecciones a la Asamblea Constituyente de noviembre de apenas un 25% de votos para los partidos partidarios del paso del poder a los soviets “bolchevizados”. Más allá de las explicaciones por particularidades (retraso y manipulación de informaciones de la evolución política en los inmensos territorios del imperio ruso, no distinción habitual entre partidos diferentes por parte de masas campesinas de facto insurrectas, etc), ante este hecho, los bolcheviques de 1917 aplicaron la única medida revolucionaria digna de tal nombre: disolución de la Asamblea burguesa y asunción de la lucha de clases como una relación de fuerzas entre proyectos históricos, no una suma aritmética “democrática” legitimada o no por el número, ante una burguesía que ya preparaba la guerra civil.
- A remarcar también el hecho (invariable a nivel internacional desde que la causa revolucionaria se viera favorecida por la lucha entre Kerenskistas y Kornilovistas en la Rusia de 1917) de que las distintas facciones de la burguesía en Francia dejasen de un lado sus diferencias ante la “amenaza roja”. Vemos un reparto del trabajo coordinado entre derecha e izquierda. Por el flanco derecho vemos al “partido del orden” cerrar filas en la manifestación del 30 de mayo, en las que otras cosas se escucha “¡Cohn-Bendit a Dachau!”, y a la República amnistiar y reintegrar a los miembros de la OAS el 7 de junio[2] [17]. Por el flanco izquierdo vemos a los sindicatos y partidos de izquierda dividir a los huelguistas y trabajar para el fin del movimiento y la canalización del descontento hacia el parlamentarismo.
- Mayo del 68 y la oleada internacional que abre pone de manifiesto que es en el marco del combate práctico de masas contra la sociedad burguesa, con todos los antagonismos que se muestran de forma clara y desgarrada en él (ocultos bajo el halo de “normalidad” y “paz social” en la cotidianidad de la dictadura del capital), donde se encuentra de forma general el terreno fértil para una influencia cuantitativa importante de las posiciones que más coherentemente expliquen los fenómenos existentes. O, dicho de otro modo: sólo el desarrollo y profundización de la crisis histórica de las relaciones sociales y de producción burguesas y de un movimiento de masas que las cuestione prácticamente y dibuje una perspectiva a estas, puede crear el caldo de cultivo histórico necesario para la influencia cuantitativamente importante de las posiciones programáticas revolucionarias. Es en ese contexto en el que efectivamente “para millones de obreros, Mayo del 68 fue un despertar de su conciencia”, y son recuperadas y profundizadas las posiciones políticas revolucionarias y tiene lugar la politización de amplios sectores obreros. Un “despertar de la conciencia” que difícilmente puede tener lugar en el aire, ni bajo la “normalidad” burguesa, ni es producto sólo de la “indignación moral”, sino que se nutre decisivamente del combate práctico de masas contra el orden existente que dibuje una perspectiva e impulse la recuperación de las posiciones revolucionarias.
En este sentido, existirían varios peligros en pretender o albergar esperanzas de que las posiciones revolucionarias puedan tener una influencia cuantitativa importante fuera de esos períodos de acción directa de masas: en el mejor de los casos existe la posibilidad de caer en un voluntarismo productivista estéril, con el consiguiente riesgo de desgaste de energías militantes mal utilizadas (más necesarias para dos de las tareas revolucionarias del momento actual: la profundización y afinamiento del programa comunista, y el desarrollo de un polo de confrontación y agrupación internacional de las posiciones revolucionarias de la Izquierda Comunista); en el peor, puede llevar a un peligroso deslizamiento hacia un oportunismo “estratégico” para hacer las posiciones comunistas “aceptables” para la “opinión pública” (economicismo obrerista, “asambleísmo”, “todos unidos”, “indignacionismo”...).
Draba junio 2018
[1] [19] https://ici.radio-canada.ca/premiere/emissions/aujourd-hui-l-histoire/segments/entrevue/69025/mai-1968-paris-france-manifestations-etudiants-violence [47]
[2] [20] OAS: Organización del Ejército Secreto, grupo terrorista francés de extrema derecha inspirado por los partidarios de mantener Argelia bajo el dominio de Francia.
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/files/es/la_herencia_oculta_de_la_izquierda_del_capital_v.pdf
[2] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201712/4261/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-i-una-falsa-vision-de-l
[3] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201803/4278/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-iv-su-moral-y-la-nuestr
[4] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201801/4267/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-ii-un-metodo-y-un-modo-
[5] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/201801/4268/la-herencia-oculta-de-la-izquierda-del-capital-iii-un-funcionamiento-q
[6] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm
[7] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200606/964/tesis-sobre-el-movimiento-de-los-estudiantes-de-la-primavera-de-200
[8] https://es.internationalism.org/content/3349/2011-de-la-indignacion-la-esperanza
[9] https://www.marxists.org/espanol/reed/diezdias/capitulo_1.htm
[10] https://es.internationalism.org/revista-internacional/198302/2127/estructura-y-funcionamiento-de-la-organizacion-revolucionaria
[11] https://es.internationalism.org/cci-online/200802/2185/debates-electorales-lo-contrario-de-un-verdadero-debate
[12] https://es.internationalism.org/revista-internacional/197507/940/las-ensenanzas-de-kronstadt
[13] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200711/2088/la-cultura-del-debate-un-arma-de-la-lucha-de-la-clase
[14] https://es.internationalism.org/revista-internacional/199704/2787/i-1917-las-tesis-de-abril-1917-faro-de-la-revolucion-proletaria
[15] https://es.internationalism.org/files/es/_contra_las_mentiras_sobre_mayo_del_68.pdf
[16] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftn1
[17] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftn2
[18] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftn3
[19] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftnref1
[20] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftnref2
[21] https://fr.internationalism.org/revolution-internationale/201804/9690/greve-perlee-des-cheminots-manoeuvre-des-syndicats-nous-divise
[22] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftnref3
[23] https://es.internationalism.org/tag/21/380/mayo-de-1968
[24] https://es.internationalism.org/tag/historia-del-movimiento-obrero/1968-mayo-frances
[25] https://es.internationalism.org/tag/acontecimientos-historicos/mayo-68
[26] https://es.internationalism.org/files/es/detras_de_la_mascara_democratica_la_verdadera_cara_de_la_presion_estatal.pdf
[27] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftn4
[28] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftn5
[29] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftn6
[30] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftnref4
[31] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftnref5
[32] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftnref6
[33] https://es.internationalism.org/revista-internacional/197810/2134/resolucion-sobre-el-terror-el-terrorismo-y-la-violencia-de-clase
[34] https://es.internationalism.org/revista-internacional/197806/944/terror-terrorismo-y-violencia-de-clase
[35] https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/1888viol.htm
[36] https://es.internationalism.org/tag/geografia/francia
[37] https://es.internationalism.org/files/es/lucha_de_clases_en_la_economia_de_guerra_de_jordania.pdf
[38] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftn7
[39] https://www.cnbc.com/2018/07/01/videos-show-gunfire-amid-iran-protests-over-water-scarcity.html
[40] https://www.nytimes.com/2018/05/07/world/middleeast/john-bolton-regime-change-iran.html
[41] https://www.merip.org/mer/mer264/emergence-new-labor-movement-jordan
[42] https://es.internationalism.org/node/add/book?parent=6848&render=overlay#_ftnref7
[43] https://es.internationalism.org/content/4160/los-anarquistas-y-el-imperialismo-kurdo
[44] https://es.internationalism.org/tag/geografia/oriente-medio
[45] https://es.internationalism.org/tag/2/29/la-lucha-del-proletariado
[46] https://es.internationalism.org/files/es/contribucion_rp_mayo_68.pdf
[47] https://ici.radio-canada.ca/premiere/emissions/aujourd-hui-l-histoire/segments/entrevue/69025/mai-1968-paris-france-manifestations-etudiants-violence
[48] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/reuniones-publicas