La socialdemocracia alemana 1872 - 1914: la lucha contra el oportunismo organizativo, 2ª parte

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A principios de la década de 1890, los intentos de la clase dominante durante muchos años de silenciar al Partido Socialdemócrata con la ayuda de la represión a través de la Ley Anti -Socialista habían fracasado. Sin embargo, los gobernantes habían logrado orientar las actividades del SPD en gran medida hacia la vía parlamentaria, lo que significaba descuidar gravemente otras actividades fuera de la propaganda electoral, relegando así los esfuerzos teóricos a un segundo plano. En otras palabras, aunque la burguesía no pudo impedir el crecimiento del partido, el veneno ideológico de la democracia se había extendido, socavando la auténtica solidaridad obrera y ahogando cada vez más el espíritu de lucha del partido. Al mismo tiempo, se había desarrollado lentamente un sentimiento entre una parte considerable de los funcionarios del partido, desde los diputados hasta los dirigentes sindicales: no correr el riesgo de ser castigados por el Estado burgués, rehuir cualquier confrontación con la clase dominante, evitar una nueva ley antisocialista; en resumen, ¡agacharse!

Esta evolución se vio favorecida por el hecho de que, tras la guerra francoalemana, Alemania entró en una gigantesca carrera para alcanzar a sus otros rivales europeos y a los Estados Unidos en materia de industrialización. Además, el rápido crecimiento numérico de la clase obrera en las ciudades, que primero tuvo que vivir y trabajar en condiciones higiénicas y materiales miserables antes de que su situación mejorara paulatinamente, suscitó la sensación de que el capitalismo aún podía proporcionar un medio de vida a los trabajadores[1]. Cegados por esta fase ascendente del capitalismo, con las crisis económicas aparentemente superadas, ciertos círculos del SPD comenzaron a cuestionar sus fundamentos programáticos revolucionarios ya a principios de la década de 1890. El rápido crecimiento económico y las ilusiones reformistas resultantes fueron el caldo de cultivo para un creciente oportunismo. El modo en que este cuestionamiento del programa y de los principios de organización estaba inextricablemente unido, iniciando un proceso de degeneración complejo, de múltiples vías e insidioso, no puede describirse exhaustivamente en este artículo. Nuestro objetivo es destacar algunas de las principales características de este proceso a nivel organizativo.

Cuestionamiento y abandono del programa

En el llamamiento de la facción socialdemócrata del Reichstag, que apareció poco antes de las elecciones de febrero de 1890, se afirmaba que "la sociedad actual está creciendo hacia el socialismo". El miembro del SPD en el Reichstag, Grillenberger, anunció en febrero de 1891 que el SPD no aspiraba a un derrocamiento violento del orden existente[2]. El socialismo surgiría como resultado de las reformas y no como resultado de la revolución: "Este crecimiento [del partido] en el Estado, como lo he llamado en otro lugar, distingue al partido de la secta. El partido, por muy hostil que sea al orden del Estado en el que opera, no puede evitar integrarse orgánicamente en la vida de ese Estado, de lo contrario sería políticamente estéril. Este ha sido el curso del desarrollo de la socialdemocracia alemana hasta la fecha, como ha sido el curso del desarrollo del Partido Socialista en todos los países en los que ha alcanzado mayor importancia." (Eduard Bernstein, "Disciplina del Partido", Neue Zeit S. 1216). En el debate sobre el Programa de Erfurt, Friedrich Engels se opuso decididamente a la perspectiva de que "la sociedad actual está creciendo hacia el socialismo". Pero por más que Engels denunciara con vehemencia este temprano y abierto menoscabo del programa, tales ideas se propagaron sin embargo de forma aún más ofensiva y clara a finales de la década de 1890. En 1898, el portavoz del reformismo, Eduard Bernstein, publicó "Die Voraussetzungen des Sozialismus und die Aufgaben der Sozialdemokratie" ("Los requisitos previos del socialismo y las tareas de la socialdemocracia"), en el que renunciaba por completo al objetivo del movimiento y lo subordinaba todo al propio movimiento.

Tras la muerte de Friedrich Engels en 1895, Rosa Luxemburgo continuó con estas críticas y expuso ampliamente la posición y la actitud de Bernstein en su folleto Sozialreform oder Revolution (Reforma social o revolución). En el Congreso del Partido de la Socialdemocracia celebrado en Hannover en 1899, dijo en un discurso "sobre la sustitución de la sociedad capitalista": "Es un hecho generalmente conocido que desde hace más de una década tenemos en nuestras filas una tendencia bastante fuerte que simpatiza con las nociones de Bernstein, que quiere presentar nuestra práctica actual como si ya fuera socialismo, y así -inconscientemente, por supuesto- transformar el socialismo por el que luchamos, el único socialismo que no es una frase vacía o un producto de la imaginación, en un mero eslogan revolucionario". Bebel tenía razón al decir despectivamente que las nociones de Bernstein son tan confusas, tan llenas de implicaciones, que no se pueden captar en un esquema claro sin que pueda decir que ha sido malinterpretado. “Anteriormente, Bernstein no escribía así. Esta falta de claridad, estas contradicciones, no deben atribuirse a él personalmente, sino a la tendencia, al contenido de sus ensayos. Si se sigue la historia del Partido en los últimos diez años, y se estudian las transcripciones de los congresos del Partido, se verá que la tendencia de Bernstein se ha fortalecido gradualmente, pero aún no ha madurado del todo. Espero que nunca lo haga"[3]. Subrayó que el hundimiento del partido en el fango no se debía a la "mala política" de la dirección del partido, sino al parlamentarismo y al veneno de la propia democracia. Además de Rosa Luxemburgo como "voz" de la generación más joven, que rastreó con mayor determinación las raíces más profundas del revisionismo, algunos dirigentes más antiguos del SPD, como August Bebel y Wilhelm Liebknecht, también se posicionaron contra los revisionistas.

Alrededor del cambio de siglo, Bebel estaba decidido a declarar la guerra a los revisionistas. "El partido debe saber a qué fase de corrupción y traición a los intereses del partido se ha llegado"[4] La socialdemocracia debe seguir avanzando sobre la base de la irreconciliable lucha de clases contra el orden existente: "Mientras pueda respirar, escribir y hablar, las cosas no deben cambiar. Quiero seguir siendo el enemigo mortal de esta sociedad burguesa y de este orden estatal". (ibid). Y en 1899, un año antes de su muerte, Wilhelm Liebknecht escribió: "Estoy a favor de la unidad del partido, de la unidad nacional e internacional del partido. Pero debe ser la unidad del socialismo y de los socialistas. La unidad con los adversarios, con personas que tienen otros objetivos y otros intereses, no es una unidad socialista.  (...) Si nos mantenemos firmes sobre la base de la lucha de clases somos invencibles; si la dejamos, estamos perdidos porque ya no somos socialistas. La fuerza y el poder del socialismo consisten en que llevamos a cabo una lucha de clases, en que la clase obrera es explotada y oprimida por la clase capitalista y en que en la sociedad capitalista son imposibles las reformas efectivas que acaben con el dominio y la explotación de clase. No podemos regatear con nuestros principios, no podemos transigir, no podemos hacer un trato o un tratado con el sistema dominante. Debemos romper con el sistema dominante, luchar hasta la muerte. Debe caer para que el socialismo pueda triunfar”[5] Pero a pesar de esta gran determinación, la mayoría de los defensores del programa no se esforzaron por sacar a la luz las raíces más profundas. Sólo Rosa Luxemburgo y las pocas voces que la rodeaban profundizaron.

Las opiniones democráticas socavan la unidad y la disciplina

Además de la revisión programática, estos revisionistas también comenzaron a socavar los fundamentos organizativos del partido. Bernstein, por ejemplo, abogó abiertamente por la tolerancia de las infracciones de la disciplina: "Porque antes de ser gente del partido, somos seres humanos. (...) En determinadas circunstancias, puede ir en interés del partido y de su sano desarrollo no obedecerla"[6] Por el contrario, Rosa Luxemburgo subrayó que el partido sólo podía funcionar mediante "la subordinación incondicional del individuo a la voluntad general de la organización como fundamento de nuestra existencia como partido (...) Y no hay ninguna excepción, ninguna absolución del deber de disciplina. Porque la disciplina, o vincula a todos en el partido, o no vincula a nadie"[7] Y añadió: "El sentido de la disciplina socialdemócrata] (...) es el instrumento histórico e indispensable para forjar la acción política del programa del Partido, en las resoluciones de los congresos del Partido y en las resoluciones de los congresos internacionales"[8].

¿Club de discusión o partido de lucha?

Heine reivindicó el derecho a la "libertad de expresión", la "autonomía" y la "libre autodeterminación" en el partido. Al igual que Bernstein, Heine justificó el incumplimiento constante de la disciplina del partido para evitar la "obediencia cadavérica" a la dirección del partido[9]. En el congreso del partido celebrado en Hannover en 1899, Heine exigió la "libertad de crítica sin restricciones", es decir, decir lo que se le ocurra a cada miembro, independientemente de que esté de acuerdo o no con los principios de la organización. Rosa Luxemburg replicó: "He dicho que no hay ningún partido que conceda la libertad de crítica en tal medida como el nuestro. Pero si usted quiere decir que el Partido, en nombre de la libertad de crítica, no debe tener derecho a comentar ciertas opiniones y críticas de los últimos tiempos y a declarar por resolución mayoritaria: no estamos en estas posiciones, debo protestar contra ello, porque no somos un club de discusión, sino un partido político de lucha que debe tener ciertos puntos de vista básicos"[10] Kautsky se sumó a esta concesión a los puntos de vista democráticos cuando, a partir de 1900, adoptó el punto de vista de que debe haber una "competencia de puntos de vista diferentes" en el Partido. En otras palabras, en lugar de una posición mayoritaria del Partido debe haber una coexistencia de diversas posiciones.

El "Partido de las Masas" y la flexibilización de los criterios de admisión

Cuando se fundó el SAPD en Gotha en 1875, los estatutos seguían exigiendo que los miembros apoyaran activamente al partido. Alrededor del cambio de siglo se hizo patente la oposición entre las alas oportunista y revolucionaria de la socialdemocracia sobre esta cuestión de los estatutos. Según los oportunistas, el SPD debe convertirse en un "partido del pueblo" que esté "abierto a todo el mundo", porque el mayor número de votos es el objetivo final. Por tanto, el partido no debe comportarse como una "secta". Los revisionistas se oponen a cualquier adhesión a los criterios de afiliación anteriores.

Una característica de la demanda de los revisionistas era que los criterios de admisión fueran lo más débiles posible o que no hubiera ningún criterio de admisión. Desde su punto de vista, un partido de masas podía y debía aceptar cada vez más personas sin una cooperación activa y sin una convicción interna más profunda. Contra el intento de definir los criterios de afiliación de forma más estricta, [Auer] rechazó la propuesta hecha por los delegados en el congreso del partido en Maguncia ya en 1900 de reforzar el primer párrafo de los estatutos del Partido Socialdemócrata exigiendo la participación en el trabajo del partido y la pertenencia a una organización del partido al ingresar en él. Tales exigencias, según Auer, podían repeler del Partido a las mejores personas que se autodenominaban socialdemócratas por el peligro de persecución policial, etc. Según los revisionistas, la cooperación activa ya no era necesaria. En el caso de un partido de masas que sólo estaba orientado a obtener grandes éxitos electorales, uno podía simplemente declarar su acuerdo sin participar activamente. En realidad, la orientación parlamentaria de la actividad del partido condujo a la pasividad en la "vida cotidiana" del partido y a la suavización de su programa. En los estatutos del SPD, en el Congreso del Partido de Maguncia de 1900 se suprimieron todos los pasajes sobre la cooperación activa. Ya no se hablaba de las cuotas de los afiliados, hasta 1905 sólo se hablaba de un "apoyo" permanente mediante donaciones.

Además, los revisionistas objetaron que existía el peligro de que las listas de afiliados (el SPD tenía unos 385.000 afiliados en 1905) cayeran en manos de la policía. Por ello, los estatutos de Jena de 1905 no estipulaban que cada afiliado debía participar en el "trabajo práctico". El peligro de que la policía pudiera proceder de forma represiva contra el Partido se exageró en cierta medida para no obligar a los miembros a participar en las actividades[11], lo que significa que a partir del cambio de siglo el Partido ya no exigía que los miembros participaran activamente en el trabajo del Partido. Sólo se exigía un compromiso "verbal" con el programa y el apoyo financiero[12]. Mientras que, en Alemania, a finales de siglo, la cuestión de la cooperación activa y su definición en los estatutos se produjo en el contexto de la decadencia del Partido, este debate tuvo lugar, como veremos más adelante, en un contexto diferente en el II Congreso del Partido Laborista Socialdemócrata Ruso en 1903.

Cuestionando la esencia misma del partido...

Al mismo tiempo, los revisionistas del SPD también empezaron a escribir artículos para los periódicos burgueses. También los miembros del partido se presentaron a cargos administrativos oficiales en el Estado, por ejemplo, el miembro del SPD Lindemann se presentó a la alcaldía de Stuttgart. Durante la campaña electoral no presentó ninguna de las reivindicaciones socialdemócratas[13]. Hasta entonces, el partido se había negado a que los miembros del SPD ocuparan cargos públicos estatales. Ahora los revisionistas abogaban también por que se aprobaran en los presupuestos estatales partidas que correspondieran a los intereses de los trabajadores (por ejemplo, educación, seguridad social). Aunque esto todavía no se defendía a nivel nacional para el Reichstag, había diputados del SPD en algunas partes de Alemania (como Baviera y Baden-Württemberg) que apoyaban los presupuestos del gobierno burgués[14].

Mientras que algunas voces del partido apoyaban una mayor centralización organizativa, otras pedían una "federación de asociaciones". Vollmar llegó a advertir que una forma de organización centralizada copiaría la "organización de la burocracia estatal".

Detrás de la reivindicación de los diputados de la "autonomía" del Partido y del federalismo, se podía ver en realidad el abandono de las posiciones programáticas del SPD como partido obrero[15]. Todos estos pequeños pasos mencionados en diferentes niveles eran mucho más que un "fracaso de los dirigentes", como subrayaba Rosa Luxemburgo: más bien expresaban el proceso de integración del aparato del Partido en el Estado.

Hasta 1899, el SPD se enfrentó siempre al peligro de la represión mediante prohibiciones y restricciones a la afiliación y al funcionamiento del Partido (hasta 1899 no podía haber contacto entre las secciones del Partido). A partir de 1899, esta traba cayó gracias a la abolición del "mandamiento de enlace" (prohibición de cualquier contacto entre las partes del Partido). Como este proceso de integración del aparato del Partido en el Estado fue impulsado con más fuerza por los diputados, la fracción parlamentaria volvió a abogar por el control de la dirección del Partido por parte de la fracción del Reichstag, como había hecho en el Congreso del Partido de Haller y Erfurt en 1890/1891[16] Engels se opuso a tales medidas.

Debilitamiento de los esfuerzos teóricos

Este revisionismo fue acompañado por un abandono del trabajo teórico. Luxemburgo ya había denunciado el debilitamiento teórico en su texto "Estancamiento y progreso en el marxismo" (1903). También Clara Zetkin había denunciado el 11 de septiembre de 1899 en una carta a Karl Kautsky que "no hay un interés vivo por la discusión de las cuestiones fundamentales entre las masas de nuestros camaradas del partido"[17]. El poco valor que se daba a la teoría a nivel de los "funcionarios dirigentes del partido" se muestra en los criterios de selección y la orientación de su trabajo. Se exigían los siguientes elementos: "Expresión precisa, energía de hierro, perseverancia tenaz en la aplicación de las decisiones tomadas..., y al mismo tiempo calma y sensatez... "[18] La voluntad y los esfuerzos para la elaboración teórica ni siquiera se mencionaron. Y Heine se volvió contra el "énfasis en lo teórico" porque es un "error fundamental de nuestra socialdemocracia alemana". Su enfoque era sobre todo la "preocupación por el presente". "Lo principal es que crezcamos. Esto es la lucha de clases. De las demás cosas se encargará el futuro"[19] La negativa a aprender las lecciones del pasado y a centrarse sólo en el presente era una característica esencial del revisionismo. Esto iba acompañado de un apagamiento de las propias reuniones del partido. Así, se diagnosticó y criticó la "tibieza e indolencia" del partido[20].

La resistencia contra el ascenso del revisionismo

En los congresos del Partido en torno al cambio de siglo, aumentó la lucha de las fuerzas que querían luchar contra el ascenso del revisionismo. En el Congreso del Partido de Dresde de 1903, por ejemplo, se presentó la siguiente resolución "El Congreso del Partido condena en los términos más enérgicos los esfuerzos revisionistas por cambiar nuestra táctica, que había sido concedida y coronada por la victoria y basada en la lucha de clases, en el sentido de que en lugar de conquistar el poder político venciendo a nuestros adversarios, se lleva a cabo una política de concesiones al orden de cosas existente. La consecuencia de tal táctica revisionista sería que de un partido que trabaja por la transformación más rápida posible del orden social burgués existente en el socialista, es decir, revolucionario en el mejor sentido de la palabra, surgiría un partido que se contenta con reformar la sociedad burguesa. Por lo tanto, en contraste con las aspiraciones revisionistas existentes en el partido, el Congreso del Partido está convencido de que las diferencias de clase no disminuyen, sino que se intensifican constantemente, y declara

1) que el Partido rechaza la responsabilidad de las condiciones políticas y económicas basadas en el modo de producción capitalista y que, por lo tanto, rechaza toda concesión de medios adecuados para mantener a la clase dominante en el gobierno;

2) que, de acuerdo con la resolución de Kautsky del Congreso Socialista Internacional de París de 1900, la socialdemocracia no puede buscar una participación en el poder para gobernar dentro de la sociedad burguesa.

Además, el Congreso condena toda tentativa de encubrir los antagonismos de clase cada vez mayores que existen, con el fin de facilitar una inclinación hacia los partidos burgueses"[21].

Esta resolución fue presentada por Bebel, Kautsky y Singer y aprobada por 288 votos contra 11. Muchos revisionistas que no tuvieron valor en el seno del Partido para votar en contra de la mayoría votaron hipócritamente a favor, para luego defender sus posiciones con mayor decisión. Los Congresos del Partido de 1898-1903 muestran que algunas partes del Partido habían empezado a luchar, es decir, que el Partido no estaba todavía en decadencia sin fuerzas opuestas. El Comité Ejecutivo, al que el ala izquierda del partido presentaba propuestas y mociones para la lucha contra los revisionistas, intentaba cada vez más evitar la cuestión. En el verano de 1904, la dirección emitió una declaración especial con la "petición urgente de suspender todas las 'disputas intrapartidarias en nombre de la unidad'". En el Congreso del Partido de Dresde, como relata Paul Frölich en su biografía de Rosa Luxemburgo, por un lado, se rechazó verbalmente el revisionismo, pero al mismo tiempo se lanzó un ataque feroz y pérfido contra Franz Mehring en el Congreso del Partido. Se puede suponer que este ataque contra Mehring también fue incitado por los revisionistas como una especie de contraofensiva, ya que Mehring pertenecía al campo que rodeaba a Rosa Luxemburgo en ese momento[22]. Lenin denunció la manera "considerada" y "cedente" con la que el SPD trató a los revisionistas en su folleto Un paso adelante, dos pasos atrás[23].

¿El revisionismo se desvanece o hay que combatirlo enérgicamente?

A pesar de que este rechazo a la participación del gobierno y a la aprobación del presupuesto había desafiado inicialmente a los revisionistas, el Comité Ejecutivo quiso que los revisionistas siguieran trabajando en las filas del Partido, aunque socavaran y abandonaran claramente el programa. Muchas partes del partido subestimaron el peligro del revisionismo. Esto refleja la presión permanente de la ideología burguesa para socavar las conquistas teóricas. Muchos lo consideraron un fenómeno meramente temporal y que no ponía en peligro la vida del partido, argumentaban que con el revisionismo se podía convivir en un "debate pluralista y democrático" entre voces "iguales". Victor Adler explicó: "Después de todo, no es una desgracia que tengamos dos corrientes en el partido; lo principal es sólo que la otra (la revisionista) sigue siendo bastante minoritaria. "[24] Kautsky creía desde 1903 que el peligro del revisionismo estaba conjurado, por ejemplo, por la resolución del Congreso del Partido de Dresde citada anteriormente. "El revisionismo teórico como factor político ha sido enterrado" concluia el Congreso del Partido de Dresde[25] Después de que Kautsky tolerara y se comportara con benevolencia con su antiguo amigo íntimo Bernstein durante años, abrigaba esperanzas en él, como demostró su discurso en el Congreso del Partido de Lübeck en 1901: "Bernstein nos recordó que durante diez años trabajó como editor del Social Demócrata. Sí, durante diez años trabajó para el periódico, para nuestra alegría y para nuestro beneficio, y nada deseo más que vuelva a esta tradición (...) Que renueve las viejas tradiciones"[26]. Entre la izquierda había opiniones divergentes sobre la forma de combatir el revisionismo. Bebel transmitió a Kautsky la opinión de que el oportunismo moriría de "muerte natural". "Lo que aplasta al revisionismo es el desarrollo interno y externo de Alemania, que destruye todas sus ilusiones"[27] Esto demuestra hasta qué punto se equivocaba incluso Bebel al analizar el carácter del revisionismo. Mientras que, por un lado, había fuerzas en el Partido que proponían resoluciones contra el revisionismo, por otro lado, algunas de esas mismas fuerzas frenaban o bloqueaban una radicalización de la lucha. "Una moción apoyada por Kautsky, Luxemburgo, Zetkin, entre otros, para incluir la cuestión de la huelga general en el orden del día del próximo Congreso del Partido, fue rechazada por una muy amplia mayoría"[28].

Las cadenas del centrismo

La lucha contra el revisionismo se vio así extremadamente dificultada por la aparición de una corriente centrista que se conciliaba con el revisionismo[29].

Karl Kautsky personificó esta corriente. Se posicionó contra el revisionismo durante un tiempo tras la llegada de Rosa Luxemburgo a Alemania en 1898, pero poco a poco se alejó de esta lucha. En primer lugar, sólo reaccionó después de que Rosa Luxemburgo lo hubiera "azotado con fuerza". Se mostró reacio a hablar en contra de su viejo amigo Bernstein, y luego comenzó a sabotear lentamente la lucha contra el revisionismo.

La comparación entre el papel de Kautsky, considerado como la gran autoridad del marxismo tras la muerte de Engels, y Plejánov, que desempeñó un papel esencial en la difusión del marxismo y del movimiento obrero en Rusia, es reveladora. Plejánov denunció abiertamente al "señor Bernstein", pero Kautsky era reacio a tomar partido; hacía declaraciones teóricas, pero despreciaba las "cuestiones organizativas" y evitaba cada vez más la confrontación con los revisionistas. Aunque su especial relación personal con Bernstein contribuyó a frenarle, se distinguió sobre todo por su falta de voluntad de lucha. En cambio, abogó por la reconciliación con los revisionistas y expresó la esperanza de que Bernstein pudiera volver al buen camino. Cuando Bernstein fue atacado en el Congreso del Partido en Hannover en 1899 y en los siguientes Congresos del Partido, Kautsky argumentó que Bernstein no debía ser excluido del Partido, ya que esto sólo era posible con los miembros que eran "deshonrosos, insultan al partido o contravienen las decisiones del Partido. Bernstein no hace ni una cosa ni la otra. Su actitud no es de oposición decidida, sino de indefinición general. No se puede obligar a nadie a ser consecuente"[30] Esta actitud de blanquear y restar importancia al hecho de que Bernstein rechazara el objetivo de derrocar al capitalismo debilitó la determinación de la izquierda y reforzó el peligro de los revisionistas. El papel devastador del centrismo iba a tener graves repercusiones durante los años anteriores a la guerra, pero también después de 1914, ya que provocó un enorme debilitamiento del trabajo revolucionario en la forma del USPD fundado en 1917. Kautsky y los centristas obstruyeron una mayor reunión de las fuerzas de izquierda porque diluyeron los antagonismos[31] Con los revisionistas y los reformistas no había "normalmente ningún conflicto de intereses, ningún antagonismo de clase, sino simplemente una diferencia de opinión sobre la mejor manera de alcanzar el objetivo común"[32] Lenin, que reconoció tardíamente el carácter y el papel real de Kautsky, escribió en 1914 "Rosa Luxemburgo tenía razón cuando escribió hace tiempo que Kautsky tenía el 'servilismo del teórico', la astucia, más simplemente, la astucia ante la mayoría del partido, ante el oportunismo"[33].

La brecha sobre las luchas en Rusia en 1905

Después de las primeras huelgas salvajes en Pensilvania en 1900, en Bélgica en 1902, en Holanda en 1903, en Hungría en 1904 y en muchos otros países, las luchas revolucionarias en Rusia en 1905 produjeron por primera vez una nueva forma de lucha: los consejos obreros[34].

Bajo la influencia de estos acontecimientos, creció la crítica, sobre todo en la socialdemocracia alemana y más tarde también en los Países Bajos, a la concentración casi exclusiva en las elecciones parlamentarias y a la lucha sindical. "Desde hace un año, las elecciones al Reichstag son la nota clave y la palabra de moda en todas nuestras acciones. De este modo, las masas se ven sistemáticamente fascinadas por las constantes repeticiones de la propaganda electoral; se les hace albergar involuntariamente esperanzas exageradas, como si los resultados de las elecciones significaran una especie de nueva era en la historia política de Alemania, un punto de inflexión en el destino de la lucha de clases (...) Nuestra vida de partido como expresión de los intereses generales de la lucha de clases proletaria tiene sus múltiples vertientes, que no deben descuidarse por ningún propósito táctico temporal. Tenemos tareas que son de carácter permanente, que se extienden más allá de las próximas elecciones al Reichstag y que no deben ser pospuestas bajo ninguna circunstancia"[35] Esto significaba nadar a contracorriente en el Partido, porque el espectacular aumento de miembros y votos del SPD parecía confirmar a primera vista la política de "táctica parlamentaria únicamente". Para el periodo entre 1878 y 1906, el número de afiliados sólo puede estimarse. Antes de la Ley Socialista era de unos 35.000; tras el fin de la Ley Socialista (1890), de unos 75.000; hacia el cambio de siglo, de unos 100.000, tras lo cual aumentó considerablemente, pero sólo lentamente durante las crisis económicas de 1907-1909 y 1912/1913[36].

Evolución de la afiliación 1905-1914

Año                                             Miembros                                    Crecimiento (%)

1905-06                                          384.000                                                        

1906-07                                          530.000                                                     38

1907-08                                          587.000                                                     11

1908-09                                          633.000                                                       8

1909-10                                          720.000                                                     14    

1910-11                                          836.000                                                     16

1911-12                                          970.000                                                     16

1912-13                                          982.000                                                       1

1913-14                                       1.085.000                                                     11

En 1905, el Leipziger Volkszeitung criticó al Partido por estar demasiado orientado a la lucha parlamentaria, afirmando que existía el peligro de que la socialdemocracia se quedara en un "mero mecanismo electoral".

"Cuanto más crecen nuestras organizaciones, que comprenden cientos de miles y millones, más crece inevitablemente el centralismo. Pero la pequeña cantidad de contenido intelectual y político, de iniciativa y de decisión que las organizaciones desarrollan en la vida cotidiana del Partido se transfiere así por completo a los pequeños círculos de la cúpula: a los comités ejecutivos de las asociaciones, a los consejos de distrito y a los parlamentarios. Lo que queda para la gran mayoría de los miembros son las obligaciones de pagar las cuotas, distribuir folletos, votar y hacer campaña para las elecciones, ir a llamar a las puertas y recoger las suscripciones a los periódicos, etc."[37].

Mientras que entre los revisionistas aumentaba la sensación de "invencibilidad" del Partido como resultado de estos éxitos cuantitativos, muchos trabajadores también tenían la sensación de que el Partido era cada vez más poderoso gracias a sus numerosos escaños en el parlamento. En realidad, la vida en el propio Partido se había vuelto, por un lado, cada vez más superficial, mientras que, por otro, se producía una fusión cada vez más estrecha entre el aparato sindical, los parlamentarios y el aparato estatal. "Entre la socialdemocracia y el mundo burgués se creó una ósmosis espiritual a través de la cual las toxinas de la descomposición burguesa podían penetrar libremente en la circulación sanguínea del cuerpo del partido proletario."[38]

Denuncia del revisionismo

"Los revisionistas atacan constantemente el programa, violan repetidamente los principios del partido, pero evitando siempre una definición clara e inequívoca de su posición. (...) [Los revisionistas] han jugado con todos los principios básicos de la cosmovisión socialdemócrata. Algunos han tirado por la borda el materialismo histórico, otros la teoría de la ley del valor. El concepto de la lucha de clases -decían- debía ser complementado, la teoría de la crisis de Marx, la teoría de la renta de la tierra se ha vuelto a sus ojos cuestionable. (...) En la socialdemocracia alemana, nos hemos vuelto en parte terriblemente indiferentes a las cuestiones políticas, porque la posibilidad de desarrollar acciones políticas es muy pequeña. Esta circunstancia beneficia a los revisionistas. A pesar de todas sus derrotas, han defendido su territorio, porque los trabajadores organizados eran demasiado a menudo indiferentes a lo que ocurría en las redacciones, en los parlamentos, en los ayuntamientos. (...) Esta necesidad de paz condujo entonces al florecimiento del revisionismo en algunos órganos del Partido, aunque los miembros de la sección del Partido que tiene que decidir sobre el órgano están muy alejados del revisionismo... En cierto sentido, ha surgido un partido dentro del Partido, se ha desarrollado una camarilla. (...) Hay un plan detrás de esto. (...) La política de camarilla se llevó a cabo en contra de la voluntad de la inmensa mayoría del partido. Hace diez años [1898] se inició la lucha político-teórica por los principios del Partido en el Congreso del Partido de Stuttgart. En esta lucha los revisionistas sufrieron una derrota tras otra. Ahora ya no es necesario defender los principios teóricos, sino decidir en Nuremberg si el Partido puede ser violado por la camarilla. Hay que poner un freno inquebrantable a las artimañas de los que quieren pisotear la ley formal y moral en el Partido"[39] Hermann Duncker también señaló que en el partido se había desarrollado un aparato de poder cada vez más autónomo.  "Pero las masas están paralizadas por los funcionarios. Como un lazo, el cuerpo de funcionarios y funcionarias estrangula a las masas. Es el terrible lado oscuro de la burocracia. "[40]

La derecha unida

Ya a principios de la década de 1890, la derecha había comenzado a estrechar lazos entre sí. Engels hablaba de "lazos especiales", incluso de una especie de pandilla[41]. El 6 de octubre de 1903, Zetkin escribió a Bebel: "Los revisionistas 'trabajan' aparentemente según un plan maestro y según un esquema acordado (...) Nos enfrentamos a una conspiración total (...) Mirar hacia otro lado con el silencio y tratar de encubrir y dejar que crezca la hierba por encima equivaldría a manchar el Partido con el estigma de esta corrupción más profunda"[42] En el Congreso del Partido de Dresde, en 1903, los revisionistas celebraron una conferencia especial[43] También se intensificaron cada vez más los contactos entre ciertos círculos de la burguesía y las fuerzas dirigentes de la fracción parlamentaria. "Al amparo de la 'educación' y la 'cultura humana general', los parlamentarios socialdemócratas se reunían con periodistas burgueses en hermosas tardes de invierno para 'recuperarse de las penurias de la profesión' y de la 'tertulia política'"[44].

Desde el cambio de siglo, los principales oportunistas se habían agrupado en torno a Heine y Vollmar, entre otros, que se reunían regularmente en "tardes de cerveza" o "tardes de jueves". El creciente número de reuniones entre representantes de los revisionistas y ciertos círculos capitalistas no había escapado a la atención de las fuerzas revolucionarias. Bebel escribió a Karl Liebknecht el 10.11.1908 que estas veladas de cerveza "reunían a toda la camarilla revisionista"[45] Además de este acercamiento de la derecha en reuniones separadas de todo tipo (entre sí en el partido o con determinados círculos de la burguesía), se avivó también una campaña de desprestigio en el SPD contra las fuerzas que luchaban contra la degeneración. Toda voz, ya sea desde las filas del propio SPD o desde el extranjero, que tratara críticamente a los revisionistas y a la dirección del Partido, fue combatida con gran determinación y de forma muy pérfida[46] Lo hemos documentado detalladamente en un artículo anterior[47].

El SPD - baluarte del revisionismo internacional

El revisionismo que había surgido en aquella época había alcanzado proporciones particularmente fuertes y una importancia especial en Alemania debido al carisma y la posición destacada de la socialdemocracia alemana, que contaba con más de un millón de afiliados. Durante mucho tiempo, Kautsky fue considerado casi como el "Papa del marxismo", y Bernstein apareció internacionalmente como el "portavoz" del revisionismo. Sin embargo, el revisionismo no se limitaba en absoluto a Alemania: en Francia, por ejemplo, Millerand se había unido al gobierno francés que contaba con Gastón, marqués de Galliffet, el carnicero de los comuneros de París en 1871. En Italia, el movimiento reformista en torno a Turati y la revista La Critica Sociale representó la mayoría en el Congreso de Imola de 1902.

El 2º Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso de 1903 y el SPD

En otros artículos de nuestra prensa hemos tratado con detalle los antecedentes y el desarrollo del II Congreso del Partido del POSDR[48]

Como ya explicamos con más detalle en esta Seire, era una época en la que se acercaban las convulsiones históricas, la transición de la fase ascendente a la decadente del capitalismo. Una característica de este proceso era que las condiciones para la existencia o formación de un partido de masas se estaban desintegrando lentamente. Mientras que en un partido de masas podía haber miembros relativamente pasivos, un partido en la fase decadente del capitalismo exigía una participación más activa que nunca. Ya no bastaba con hacer principalmente campaña electoral, sino que el partido debía convertirse en un partido numéricamente pequeño pero combativo, dependiente del compromiso activo de todos sus miembros. Aunque Lenin aún no podía sentir esta agitación tan claramente durante la discusión de los estatutos en el II Congreso del Partido en 1903, este cambio se cernía sobre el partido y, en este sentido, el debate anticipó el debate sobre las nuevas condiciones del papel del partido que surgió apenas 20 años después, a partir de 1919[49].

Democratismo y hostilidad a la centralización en el SPD

Cuando el oportunista Wolfgang Heine abogó por la defensa de la autonomía local, Lenin señaló los paralelismos de pensamiento entre gente como Heine y los mencheviques. "Wolfgang Heine escribió en un artículo publicado en abril de 1904 por el Sozialistischen Monatshefte contra la injerencia de las 'autoridades designadas', es decir, la ejecutiva del partido, en las actividades de las organizaciones socialdemócratas. Heine se presentó como pionero del "principio democrático" y se rebeló contra la supuestamente peligrosa "tendencia a la burocratización y centralización del partido" (Wolfgang Heine, "Demokratische Randbemerkungen zum Fall Göhre". En Sozialistische Monatshefte, 1904, nº 4, p. 281-291). Heine tomó prestadas sus conclusiones más importantes del folleto de Martov "De nuevo en minoría" y de su discurso en el II Congreso del Partido para enfrentar a las instituciones locales del partido con las centrales y para advertir al partido contra una "política doctrinal" en la que "todas las decisiones políticas importantes se tomaran desde una oficina central". En primer lugar, se opuso a la noción de disciplina. Heine se oponía a "la creación de una gran organización global, lo más centralizada posible, una táctica, una teoría".  Estas advertencias contra la degradación, el 'amordazamiento', la 'burocratización' de la libre lucha ideológica y la reivindicación de la 'libertad de crítica' así como de la 'creatividad ideológica absolutamente individual' eran la expresión concentrada del individualismo ..."[50] Dentro del SPD, el esfuerzo por abandonar la centralización y socavar la autoridad de los Congresos del Partido expresaba una clara revisión y regresión. La posición adoptada a principios de la década de 1890 en el Congreso de Halle/Erfurt de que la soberanía del Congreso debía ser aplicada por los órganos centrales del mismo y que éstos debían ser vinculantes para todos los miembros e instancias del Partido, fue rechazada aquí. Por otra parte, la insistencia en la sumisión a las decisiones del Partido en las filas del POSDR significó un claro paso adelante respecto al espíritu de círculo que prevalecía hasta entonces. Los revisionistas del SPD y los mencheviques en el II Congreso del POSDR tocaron la misma bocina.

Reacciones en Alemania en 1903 al conflicto en el POSDR: ¿una disputa entre personas o sobre principios?

Unas semanas después del II Congreso del Partido del POSDR, se celebró el Congreso del Partido del SPD, sin que la policía de Dresde lo impidiera[51][52] En diciembre de 1903, la prensa del SPD informó por primera vez sobre este Congreso del Partido. Medio año después apareció la crítica de Rosa Luxemburgo a la posición de los bolcheviques "Cuestiones organizativas de la socialdemocracia rusa"[52]. Cuando Lenin le contestó poco después, Kautsky, como editor del Neue Zeit, se negó a publicar su artículo[53]. La "noticia de la disputa rusa" perjudicaría las simpatías de los socialdemócratas alemanes por los socialdemócratas rusos en ambos sentidos. "Es una 'disputa familiar' que no tiene 'importancia internacional', Lenin ha comenzado esta 'siniestra disputa'" Kautsky describió la disputa entre mencheviques y bolcheviques como una "disputa personal" como resultado de "hostilidades puramente personales" entre los líderes de ambas fracciones. (Kautsky, Carta a Axelrod 14.2.1905). Afirmó además que "todavía no conocemos a su Lenin, y no podemos creerle así como así"[54] Como declaró Lenin más tarde, Vorwärts no sacó ni un solo artículo con una valoración objetiva de la actividad de los bolcheviques, mientras que en Neue Zeit los mencheviques y Trotsky escribieron varios artículos despectivos[55] Desde el punto de vista de Kautsky, la cuestión de la afiliación al partido "no era una cuestión de principios". En las columnas de la Iskra menchevique afirmaba que la "mayoría no debe imponer su voluntad a la minoría", sino que debe acordar con ella sobre la base de "las mayores concesiones mutuas posibles". Así, se rechazó la posición del Congreso del Partido de Erfurt, según la cual las resoluciones del Congreso del Partido eran vinculantes y, por tanto, las minorías debían aceptar y aplicar las resoluciones de la mayoría.

Apoyo del partido en el SPD a los mencheviques

Otra razón por la que la dirección del partido del SPD y el ala que rodeaba a Kautsky evitaron posicionarse sobre la lucha en el POSDR fue que el SPD estaba tomando realmente partido por los mencheviques. Kautsky escribió: "Si tuviera que elegir entre Mártov y Lenin, me pronunciaría a favor de Mártov sobre la base de toda nuestra experiencia en Alemania"[56]. Kautsky tenía la intención de publicar un artículo contra los bolcheviques en Iskra. En general, apenas hubo voces del SPD que apoyaran la posición de los bolcheviques en ese momento.

El SPD aquejado de democratismo y de tendencias anticentralistas

Además, se puso de manifiesto la profunda divergencia de Kautsky con los bolcheviques en cuestiones organizativas: creía que el principio de autonomía, al que atribuía los éxitos de la socialdemocracia alemana en los años de la Ley Socialista, debía convertirse en el principio organizativo determinante del POSDR. Como se ha desarrollado anteriormente, una cierta autonomía de las unidades locales del Partido era inevitable en la época de la Ley Socialista, pero desde el final de la Ley Socialista y, sobre todo, después de la abolición de cualquier restricción al funcionamiento del SPD a finales de siglo, no había justificación para estas medidas de protección de las secciones locales en forma de una cierta autonomía del Partido en su conjunto. En realidad, se trataba de una visión localista y anticentralista que era expresión de las concepciones federalistas imperantes en la II Internacional.

Estos diversos aspectos (intento de minimizar u ocultar las divergencias, toma de partido por los mencheviques, presentación de la cuestión de principios como una disputa entre personas, rechazo de la centralización, rechazo del punto de los estatutos que exige la participación activa en el partido) ilustran la regresión de partes del SPD en aquella época.

Al mismo tiempo, los estatutos de los demás partidos de la II Internacional no eran más claros en cuanto a la afiliación y la centralización[57].

Las diferentes condiciones "objetivas" entre Alemania y Rusia

Aunque la mayoría del SPD no entendía lo que estaba en juego en el II Congreso del Partido del POSDR, y aunque parte de ellos se había posicionado abiertamente a favor de los mencheviques, se podría argumentar que esta percepción de la lucha en Rusia estaba moldeada por las diferentes condiciones objetivas y, por tanto, en cierto modo, distorsionada.

De hecho, había grandes diferencias entre las situaciones de los dos partidos. En Alemania, había signos de un declive político del partido, como lo demuestra, entre otras cosas, la degeneración de la fracción del Reichstag. El débil comité ejecutivo, que sólo era "empujado" por la iniciativa "desde abajo", por la masa de miembros del partido, mostraba rasgos revisionistas cada vez más claros y una creciente integración en el Estado. Por ello, en esos años Rosa Luxemburgo puso el acento en la actividad de masas, en la "iniciativa desde abajo", en la "espontaneidad", en la vigilancia, en el pensamiento independiente de la base. Ella mostraba, con razón, una "desconfianza" hacia una dirección poderosa que actuaba cada vez más de forma autónoma. En Rusia, en cambio, no había un "peso opresivo" comparable de un órgano central, sino una lucha en la que el espíritu del círculo debía ser desterrado por el espíritu del partido y las resoluciones del Congreso debían ser respetadas a toda costa.

Mientras que los revolucionarios en Rusia siempre lucharon con una represión mucho más drástica bajo las condiciones de ilegalidad del zar, y mientras que esta ilegalidad no impidió que el Partido hiciera de la cuestión de la afiliación y la cooperación activa un tema central en el II Congreso del Partido en 1903, la objeción del "veterano" líder del SPD, Auer, de que un compromiso con la participación activa podría llevar a la exposición al Estado, era sobre todo una excusa oportunista, una concesión a la democracia burguesa y sus perniciosos mecanismos.

¿Ejecución de las resoluciones del congreso del partido por el órgano central o gobierno del espíritu del círculo?

En nuestro artículo en la Revista Internacional 118[58] tratamos en detalle las divergencias entre Lenin y Luxemburgo y criticamos las deficiencias del enfoque de Rosa Luxemburgo. En su artículo "Cuestión organizativa de la socialdemocracia rusa" advirtió, entre otras cosas, contra el "ultracentralismo"; la dirección del partido no debería estar "dotada de poderes tan absolutos" como "lo hace Lenin"[59] En su respuesta a Rosa Luxemburgo, Lenin subrayó que no defendía el "centralismo despiadado", sino la disciplina elemental del partido violada por los mencheviques. No consideraba al Comité Central como el "verdadero núcleo activo del partido", sino que sólo defendía sus derechos estatutarios. Sólo exigía que el Comité Central representara la dirección de la mayoría del partido. Lenin escribió: "nuestra controversia ha sido principalmente sobre si el Comité Central y el Órgano Central deben representar la tendencia de la mayoría del Congreso del Partido, o si no deben hacerlo."[60] [62]... "prefiere declamar contra la subordinación mecánica de la parte al todo, contra la sumisión servil, la obediencia ciega y otros bichos semejantes. Le agradezco mucho a la camarada Luxemburg que haya explicado la profunda idea de que la sumisión servil es muy perjudicial para el Partido, pero me gustaría saber: ¿considera la camarada normal que las supuestas instituciones centrales del Partido estén dominadas por la minoría del Congreso del Partido? - ¿puede imaginarse algo así? - ¿lo ha visto alguna vez en algún partido? [La camarada] prefiere refunfuñar contra el sometimiento mecánico de una parte al todo, contra la obediencia cadavérica, contra la subordinación ciega y fantasmas similares. Agradezco mucho a la camarada Luxemburgo la presentación de la idea más ingeniosa de que la obediencia cadavérica es muy perjudicial para el partido, pero quisiera saber: ¿la camarada lo considera normal, puede permitirlo, ha visto alguna vez en algún partido que en las autoridades centrales, que se llaman autoridades del partido, pueda dominar la minoría del congreso del partido?" Lenin también respondió que "(...) ya ha pasado la época en que una institución del Partido podía ser suplantada por un círculo privado"[61].

La construcción de la organización: ¿un espejo "espontáneo" de la dinámica de la clase o un esfuerzo consciente?

En vista de la experiencia con el peso aplastante y paralizante de la dirección del partido alemán, contra la cual era necesaria una movilización de "la base", Luxemburgo concluyó que "el ejército proletario se recluta sólo en la lucha y sólo en la lucha se hace claro sobre las tareas de la lucha. (...) Las grandes masas deben actuar a su manera, ser capaces de desplegar su energía de masas, su energía, deben actuar como masas, actuar, desarrollar la pasión, el coraje y la determinación"[62] Si bien Rosa Luxemburgo tenía razón en 1905 en su análisis de la importancia del movimiento huelguístico de masas y de la fuerza motriz interna, la espontaneidad, de la clase, hay que subrayar que la iniciativa de la clase por sí sola no es suficiente. Para llevar a cabo una revolución con éxito, es indispensable una organización revolucionaria, pero ésta no se produce sólo por la espontaneidad de las masas. Es el resultado de años, incluso décadas, de dura lucha en la que hay que elaborar y defender posiciones y principios. Aunque Luxemburgo estaba de acuerdo con esta necesidad, su énfasis, marcado por la experiencia, especialmente en Alemania, estaba en el hecho de que la gran masa de miembros del partido tenía que empujar a la "dirección". "Las masas deben pasar a primer plano para empujar el barco del partido hacia adelante, entonces podrán mirar con confianza al futuro"[63] Y temía, a la luz de la experiencia alemana, que una dirección "centralista" demasiado fuerte sólo conduciría a la victoria del oportunismo. Pero las raíces del oportunismo no sólo estaban en el parlamentarismo burgués, cuyo peso en Alemania era mucho más abrumador que en Rusia. En otras palabras, la disputa entre Luxemburgo y Lenin giraba en torno a la cuestión de cómo debía construirse la organización y cuál era la relación entre espontaneidad y conciencia en el movimiento revolucionario. La organización revolucionaria no puede ser simplemente el "espejo" de la propia clase, y su papel no debe depender del grado y extensión de la espontaneidad de la clase obrera. El énfasis en la necesidad de la espontaneidad en Rosa Luxemburgo tras la aparición de la huelga de masas en 1905, y de la iniciativa y vigilancia de las amplias masas del partido frente a una dirección voluble u oportunista, en cuyas manos la centralización se convirtió en realidad en una herramienta para estrangular la actividad de la base del partido, era totalmente correcto, pero no debe ponerse en el mismo plano que la construcción del partido[64] Existe el peligro de difuminar la distinción entre clase y partido.

En cierto sentido, la construcción de la organización debe "preceder" a la acción de la clase, porque las organizaciones revolucionarias no deben esperar a que la clase esté "suficientemente preparada y madura" para construir la organización, porque la maduración y la capacidad de radicalización de la clase depende también de la intervención de los propios revolucionarios.

Quizás aquí podemos ver debilidades más profundas en el punto de vista de Rosa Luxemburgo, quien, mientras llevaba a cabo una exposición muy combativa y lúcida de la dirección seguida por los revisionistas de y la política de estrangulamiento de la dirección del SPD, descuidó el componente de los esfuerzos activos para construir la organización. Aunque éste era sólo un aspecto de las debilidades de los revolucionarios, como veremos más adelante, puede haber habido indicios de lo que la Izquierda Comunista de Francia diagnosticó décadas después: "La historia iba a confirmar magistralmente la posición de Lenin. Sin entrar a examinar otros múltiples factores de la situación rusa, podemos afirmar que, si en octubre de 1917 triunfó la revolución proletaria, se debe sobre todo a la realización de esta condición decisiva, a la existencia de este partido que Lenin forjó incansablemente durante 20 años. En cambio, en 1918 en Alemania se produjo la derrota de la revolución, una de cuyas causas, y no la menor, a pesar de la magnífica y heroica combatividad de las masas, fue la tardía formación del partido, de ahí su inexperiencia, sus vacilaciones y su incapacidad para conducir la revolución a la victoria. Este fue el precio y la invalidación experimental de la teoría de Rosa Luxemburgo sobre la espontaneidad del movimiento revolucionario"[65].

El aparato dirigente se siente amenazado por la huelga de masas y la espontaneidad de la clase obrera.

Sobre todo después de las huelgas de masas de 1905 en Rusia, los dirigentes del SPD y de los sindicatos sintieron que la propia iniciativa de los trabajadores, el desarrollo de las huelgas de masas, la agrupación de las fuerzas de la clase obrera en consejos obreros, etc., y las lecciones y orientaciones que debían extraerse de ellas, especialmente de Rosa Luxemburgo en "Huelga de masas, partido y sindicatos", y de Pannekoek en "Diferencias tácticas en el movimiento obrero", se convertirían en una amenaza para ellos. Desde su punto de vista, todo lo que venía de Rusia -huelgas de masas, consejos obreros, el partido ruso -especialmente los bolcheviques- no sólo se veía con recelo, sino que se rechazaba con gran arrogancia.

La falta de trabajo de las fracciones....

En la historia del movimiento revolucionario había habido reveses, represión, dispersión y también la disolución real de la Liga Comunista y de la Primera Internacional. El movimiento revolucionario también había ganado experiencia en la lucha contra el oportunismo, el anarquismo y el aventurerismo. Pero nunca un partido había degenerado, y por lo tanto el movimiento revolucionario no tenía experiencia en la defensa de la organización contra ella.

¿Cómo luchar contra la degeneración?

En primer lugar, fue un gran desafío reconocer este peligro de degeneración. Aunque Marx, Engels y Bebel ya habían expuesto los primeros signos oportunistas y revisionistas en la década de 1880, cuando el revisionismo tomó una forma más sólida en la década de 1890 y fue prácticamente elaborado en un programa por Bernstein, Rosa Luxemburgo fue la primera en poner este desarrollo en un marco teórico-programático más profundo con su texto "Reforma social o revolución". En ese período expuso con mayor claridad la incompatibilidad de la orientación revisionista y el marxismo. Al mismo tiempo, era necesario analizar las causas más profundas y el desafío que suponía la inminente convulsión en el desarrollo del propio capitalismo, cuya fase ascendente estaba llegando a su fin, y en la que se veían los primeros signos de decadencia.

Las respectivas convulsiones, como la integración gradual del aparato sindical en el aparato estatal y el sometimiento del Partido a los sindicatos[66], la aparición de los consejos obreros en Rusia en 1905 y el nuevo fenómeno de la huelga de masas, así como la identificación de gran parte del aparato del Partido con los parlamentarios a la cabeza con el Estado, el embotamiento del Partido por el democratismo y la creciente erosión de la voluntad de lucha, todos estos signos lentamente reconocibles formaban parte de una transformación de gran alcance e interconectada. Pero las fuerzas revolucionarias de la época no consiguieron situar estos fenómenos en un contexto claro.

El trasfondo era la creciente integración del aparato del Partido en el Estado, incluso la identificación de los sindicatos y del propio Partido con el Estado. Aunque este proceso fue encarnado más claramente por los dirigentes, la fracción parlamentaria y los funcionarios sindicales, no se limitó a unas pocas personas. Por eso, ninguna expulsión rápida y decidida de los revisionistas habría resuelto el problema, ya que era el producto de un proceso general de decadencia en el que cambiaban las condiciones de la lucha en el conjunto de la sociedad. Esto sólo podía percibirse como el germen de una idea en aquel momento.

Los demás partidos de la II Internacional tampoco eran conscientes del alcance del proceso de decadencia. Como la mayoría de los partidos estaban cegados por los éxitos electorales del SPD y, por tanto, el SPD era casi glorificado también a nivel internacional, la conciencia de esta dinámica no surgió hasta muy tarde. En Rusia se encontraban algunos de los mayores admiradores del SPD[67].

Sin embargo, las fuerzas más decididas habían declarado una lucha inquebrantable contra este proceso de decadencia. Los enfrentamientos en el Congreso del Partido de Hannover de 1899 hasta el Congreso del Partido de Dresde de 1903 reflejan esta determinación.

El trabajo de las fracciones antes de la guerra

Alemania fue un campo de batalla principal en la lucha internacional entre el revisionismo y los defensores del marxismo. Si bien hemos tratado aquí con más detalle la reacción en el SPD a la evolución del POSDR, en realidad hay que tener en cuenta la situación en los demás países para obtener una visión más completa. Por razones de espacio, no lo hemos hecho aquí. Sin embargo, incluso durante estos años de debate sobre la cuestión de la organización, quedó claro que ya entonces existía una gran diferencia entre el POSDR y el SPD (y esencialmente lo mismo ocurría con los demás partidos de Europa). Con los bolcheviques y Lenin había cristalizado en el POSDR un polo decidido que defendía el respeto a las decisiones del partido, mientras que en el SPD había sobre todo voces individuales contra el oportunismo, como la de Rosa Luxemburgo o en parte todavía la de Bebel, pero no aparecían como una fuerza fuerte y unificada y no se convertían en un polo eficaz. Los bolcheviques y las fuerzas de izquierda en Alemania no diferían en su voluntad de lucha, su intransigencia y su compromiso. Pero las fuerzas de izquierda del SPD carecían de unidad, cohesión y capacidad de acción conjunta.

Después de que el revisionismo apareciera claramente en 1890 en el Congreso del Partido de Halle y Erfurt, y de que las fuerzas de izquierda lo desenmascararan decididamente y lo mantuvieran en parte bajo control, algunos camaradas del ala izquierda del SPD todavía consideraban hacia 1900 que los revisionistas habían sido suficientemente desenmascarados en el Congreso del Partido de Hannover en 1899 y en Dresde en 1903. Pero, aunque el revisionismo había sido denunciado oficialmente en las resoluciones del partido y rechazado por la mayoría, en realidad había penetrado cada vez más profundamente en el SPD por la puerta trasera, por así decirlo.

Como ya se ha dicho, los acontecimientos de 1905, cuando, por un lado, la huelga de masas de los obreros en Rusia anunció las nuevas condiciones de la lucha de clases en el capitalismo decadente, y, por otro, la agravación del peligro de guerra, demostrada por la guerra entre Japón y Rusia y, más tarde, por las crecientes tensiones entre las potencias europeas, iban a dejar claro que el revisionismo cada vez más desenfrenado sólo podía ser rechazado por una oposición que hubiera concentrado y fusionado sus fuerzas[68].

Sin embargo, a pesar de esta evolución, ni en el seno del SPD ni a nivel internacional se tomaron medidas suficientes para unir a las fuerzas internacionalistas y contrarias al revisionismo. Al mismo tiempo, Lenin seguía siendo relativamente desconocido fuera del ámbito del partido ruso. "Este trabajo de fracción de Lenin se llevó a cabo sólo dentro del partido ruso, sin ningún intento de llevarlo al nivel internacional. Basta con leer sus discursos en los distintos congresos para convencerse de que esta obra permaneció completamente desconocida fuera del ámbito ruso."[69]

Acción conjunta contra la amenaza de guerra, pero no en defensa de la organización

En el Congreso de la II Internacional, celebrado en Stuttgart en 1907, donde fue acompañado por una manifestación de 60.000 personas contra la guerra, se adoptó una resolución contra la amenaza de guerra, que fue redactada conjuntamente por Lenin, Luxemburg y Martov y que iba más allá de la original y vacilante redactada por Bebel. Esto dio testimonio de la determinación de las fuerzas internacionalistas de izquierda de trabajar juntas para contrarrestar la amenaza de guerra por encima de las fronteras nacionales. Pero en el conjunto de los partidos no se intensificó la resistencia al peligro de guerra. Lo mismo se repitió posteriormente en los Congresos de Copenhague de 1910 y de Basilea de 1912. En retrospectiva, hay que decir que la cooperación de las fuerzas de izquierda tuvo lugar casi exclusivamente en los Congresos y a través de estas proclamas contra el peligro de guerra; en la lucha contra el revisionismo y en torno a la cuestión de la organización permanecieron en gran medida fragmentadas.

Mientras que el creciente peligro de guerra exigía algo más que acciones y resoluciones conjuntas en los congresos, las divergencias en torno a la cuestión de la organización impidieron que las fuerzas de izquierda se acercaran. Esto era tanto más trágico cuanto que, como ya se ha dicho, la derecha y los revisionistas hacía tiempo que se habían acercado.

Paul Frölich relata en su autobiografía que sólo había contactos entre ellos en las distintas ciudades, pero no había esfuerzos entre ciudades para lograr un planteamiento común, una soldadura, y mucho menos una centralización de la oposición en el seno del SPD[70] Una de las lecciones aprendidas de la lucha por la organización en el Congreso de La Haya, más de 30 años antes, había sido que la conspiración de Bakunin sólo podía ser repelida por la acción decisiva del Consejo General de la Primera Internacional. No basta con una cooperación informal: hay que construir un frente sólido y bien organizado. Es cierto que hubo aproximaciones en este sentido en el Congreso del Partido de 1910 en Magdeburgo o en el Congreso del Partido de 1911 en Jena, cuando los delegados de la izquierda se reunieron para realizar consultas especiales[71]. La izquierda también estaba más fuertemente representada en algunas ciudades, especialmente en las redacciones de los numerosos periódicos y revistas del SPD, pero no hubo pasos hacia una prensa común. En 1913, después de haber sido amordazados uno tras otro, Rosa Luxemburgo y otras fuerzas de izquierda renunciaron al Leipziger Volkszeitung, y a partir de diciembre de 1913 publicaron Sozialdemokratische Korrespondenz (Correspondencia Socialdemócrata). "Los tres, y quiero subrayarlo especialmente, somos de la opinión de que el Partido atraviesa una crisis interna, mucho, mucho más difícil que en la época en que surgía el revisionismo. La palabra puede ser dura, pero estoy convencido de que el Partido amenaza con caer en la decadencia si continúa así. En una situación así, sólo hay una salvación para un partido revolucionario: la autocrítica más aguda y despiadada que se pueda imaginar. Por eso creo que el papel del Leipziger Volkszeitung, de acuerdo con su tradición anterior, es que tiene que perseguir estas tareas día tras día ahora."[72]

Mirando hacia atrás, se puede ver que antes de la guerra no se había establecido ninguna red de fuerzas de izquierda que pudiera haber representado un polo organizativo sólido y un puente hacia el dramático periodo posterior a 1914, cuando la dirección del partido había traicionado el internacionalismo. Como resultado, las fuerzas de izquierda no habían aprendido a cooperar como una fracción independiente dentro del SPD y dentro de la Segunda Internacional en su conjunto. En resumen, mientras que, por un lado, los bolcheviques dentro del POSDR lucharon sin descanso contra todo tipo de fuerzas oportunistas y liquidacionistas, ganando años de importante experiencia de lucha para la organización y aprendiendo también a tratar las divergencias sin que la organización se rompiera, las fuerzas de izquierda dentro de la socialdemocracia en Alemania no adquirieron un fondo de experiencia comparable.

En el SPD se formaron "grupos de trabajo", pero nunca pudieron representar el polo de lucha que los bolcheviques habían logrado durante años dentro del POSDR. La izquierda nunca fue más allá de algunos pequeños pasos aquí y allá.

A partir del otoño de 1910, en algunas ciudades del sur de Alemania se fundaron "Karl-Marx-Klubs", en los que se reunían las fuerzas de izquierda. Las fuerzas de la derecha se movilizaron inmediatamente contra su existencia. En Stuttgart, en 1910, la izquierda consiguió poner a la Asociación Socialdemócrata bajo su influencia. Sobre todo, los escritos y la aparición del grupo en torno a Rosa Luxemburgo no dejan lugar a dudas de que lucharon sin miedo, pero esta resistencia permaneció fragmentada y su fuerza de atracción como polo siguió siendo demasiado débil. Ciertamente, el hecho de que el SPD contara con más de un millón de afiliados favoreció la inercia de las masas, que de todos modos nunca habían adquirido ese espíritu de lucha. Como resultado de este polo insuficientemente discernible, no hubo una clara delimitación del centro y los revisionistas. Mientras el dogma de la unidad se seguía presentando en la esfera pública, el Partido ya se estaba desgarrando internamente. Pero el polo internacionalista y revolucionario no podía distinguirse con suficiente claridad, ni en el Partido ni en el conjunto de la clase. En el curso de la guerra, especialmente en 1917 y 1918, el resultado fue que muchos trabajadores no pudieron ver con suficiente claridad la diferencia entre el SPD, el USPD y los espartaquistas y otras fuerzas de la izquierda revolucionaria. En una organización que degenera, la resistencia a esta degeneración exige también una organización independiente DENTRO del partido, para soldar los elementos más lúcidos y preparar el futuro. Por falta de estos esfuerzos, en 1914, a la hora de organizar la resistencia en condiciones de ilegalidad, no había canales y redes adecuadas de fuerzas de izquierda para discutir, aclarar y actuar.

No estaban preparadas para la ilegalidad, a pesar de que el peligro de la guerra y el consiguiente empeoramiento de las condiciones para el trabajo de los revolucionarios habían sido reconocidos desde hacía años. La guerra significaba también que la lucha contra los traidores tenía que situarse en un nuevo nivel[73] La fijación en las elecciones, en el trabajo parlamentario, es decir, en todo el marco de la democracia burguesa, había conducido a una cierta parálisis y al abandono de la experiencia de los revolucionarios de las luchas anteriores[74] Mientras que la izquierda había observado y denunciado el creciente fango oportunista y el rechazo abierto de los principios, especialmente cuando se trataba de la cuestión de la guerra, los revolucionarios no se habían adaptado realmente de forma consecuente a ello.

Como ya se ha mencionado, las fuerzas de izquierda en el SPD a finales de la década de 1890 incluían a figuras destacadas como Bebel, Wilhelm Liebknecht y Karl Kautsky. Sin embargo, pronto quedó claro que Kautsky quería evitar la lucha contra el revisionismo, y que sólo se le pudo convencer de que se posicionara en contra de Bernstein tras una considerable presión de Rosa Luxemburgo. Después de 1903-1905 se comportó de forma cada vez más abiertamente centrista, mientras que en el extranjero fue considerado durante mucho tiempo como un líder teórico, incluso como el "Papa del marxismo". La delimitación de tales fuerzas "teóricamente" reconocidas, pero centristas, es una empresa difícil. Y personalidades conocidas como líderes, como Bebel y Wilhelm Liebknecht, que siempre se habían ganado un gran prestigio por su aparición en el parlamento, se mostraron incapaces de dirigir una oposición decidida contra los revisionistas[75]. Rosa Luxemburgo, que resistió a los revisionistas con la mayor fiereza y valentía, y cuyos puntos de vista programáticos formaban la antítesis más clara a ellos, fue escuchada a menudo con mucho entusiasmo en las reuniones, a pesar de toda la campaña de desprestigio contra ella[76], pero los "mejores", los "más claros" y los más conocidos líderes no son suficientes para establecer una oposición efectiva. Es necesario un trabajo de fracción organizado y conjunto. Debe haber un esfuerzo consciente para unir las distintas fuerzas de la resistencia. Rosa Luxemburgo nunca formó una corriente de izquierda independiente a su alrededor. Ella y su grupo no lograron reunir a las distintas fuerzas de Alemania en torno a sí. ¿Se debió a que quizás ella misma subestimó la necesidad de unir a las fuerzas de izquierda?[77] En cambio, se mantuvo una distancia y, en algunos casos, prevaleció cierta desconfianza entre las diversas fuerzas de izquierda. Hubo varios factores que influyeron. A continuación, analizaremos algunos de ellos.

El peligro del seguidismo

Hasta bien entrada la primera década del siglo XX, el SPD gozaba de una enorme reputación internacional dentro de la Segunda Internacional, especialmente en Rusia. La socialdemocracia alemana estaba "a la cabeza de todos los partidos socialdemócratas en cuanto a la organización y la unidad del movimiento, la riqueza y el contenido de la literatura marxista"[78]. "Entre otras cosas, por ser el partido de masas más fuerte en términos de número y de mayor éxito electoral, se le consideraba un modelo. A nivel internacional, las impresionantes cifras de votos ocultaron también el hecho de que el gusano ya estaba en el cogollo del partido[79] La mayor parte de la II Internacional no había visto o había subestimado el proceso de degeneración del SPD. La experiencia demuestra que la idealización de una parte del movimiento obrero es siempre problemática, sobre todo cuando se convierte en un seguidismo totalmente acrítico. Este fue en parte el caso de los mencheviques con respecto a las fuerzas derechistas y centristas del SPD, pero, como se mencionó anteriormente, el propio Lenin estuvo durante mucho tiempo lleno de elogios hacia el SPD y hacia Kautsky en particular[80].

La política de la II Internacional hacia el Partido Ruso

Ya nos hemos referido en otros artículos a las particularidades de las condiciones y el funcionamiento de la II Internacional, y hemos mostrado que un proceso de decadencia no puede detenerse en un país por sí solo, sino que requiere la unión internacional de las fuerzas de izquierda.

En el plano programático, había una gran heterogeneidad entre las fuerzas de izquierda: por un lado, en Holanda y en Alemania se criticaba el "parlamentarismo único" y la podredumbre de los sindicatos. Estas eran cuestiones en las que los revolucionarios de Rusia no se centraban especialmente, ya que en la propia Rusia no se enfrentaban tan directamente al peso abrumador del parlamentarismo y del trabajo sindical.

En el plano organizativo, hasta 1900 no hubo un Buró Internacional en la Internacional, y dentro de la II Internacional, aparte de la cuestión de la guerra, casi no hubo cooperación conjunta entre las fuerzas de izquierda.

Cuando, por ejemplo, Lenin fue duramente atacado por los mencheviques y también por Trotsky después de 1903, las divergencias entre Luxemburgo y Lenin le impidieron ciertamente defender a Lenin contra los insultos y calumnias de los mencheviques, trotskistas y social-revolucionarios. Y mientras el SPD azuzaba una campaña contra Rosa Luxemburgo, Lenin no acudió en su ayuda. Tal vez se habría comportado de otra manera si hubiera conocido el verdadero alcance de esta campaña. En resumen, hay que hablar de una falta de solidaridad y de un insuficiente sentido de pertenencia común entre la izquierda de la II Internacional. Por ejemplo, las fuerzas de "izquierda" en los Países Bajos actuaron en su mayoría sólo a nivel local o sin la suficiente coordinación con las voces de izquierda en el SPD y en el conjunto de la II Internacional[81]. Cuando la lucha en el II Congreso del Partido del POSDR en 1903 se conoció en la II Internacional, el SPD propuso en 1905 que se llevara a cabo un "intento de unificación" entre mencheviques y bolcheviques con la ayuda de un "tribunal de arbitraje". Los mencheviques apoyaron la propuesta de un tribunal de arbitraje con la esperanza de que la posición mayoritaria de los bolcheviques pudiera ser derrotada. Lenin rechazó este planteamiento e insistió en que estas cuestiones debían ser decididas por la propia conferencia del partido y no por un tribunal de arbitraje internacional, ya que se trataba de tendencias políticas "que son aceptadas o rechazadas por el partido, pero que no pueden ser justificadas o condenadas por un tribunal de arbitraje del partido"[82] Finalmente, la propuesta del SPD de un tribunal de arbitraje fue abandonada. Incluso después de que fuera renovada por la ISB en junio de 1905, los bolcheviques volvieron a rechazarla por las mismas razones.

En los enfrentamientos de casi una década entre mencheviques y bolcheviques, el SPD impulsó repetidamente la "reunificación" de las dos alas, aunque sus dos direcciones eran irreconciliables.

Incluso cuando la escisión entre bolcheviques y mencheviques se llevó a cabo en la VII Conferencia del POSDR en Praga, en enero de 1912, el SPD, y sobre todo las fuerzas en torno a Rosa Luxemburgo, seguían presionando por la reunificación de las dos alas[83], por lo que se oponían explícitamente a la posición de Lenin. En marzo de 1912, Vorwärts también publicó un artículo en el que se calificaba a los bolcheviques de usurpadores y divisores. El SPD se negó a publicar la respuesta de Lenin. Lenin escribió entonces un panfleto en alemán[84].

Las divergencias entre el "ala izquierda" de Polonia y el POSDR sobre la cuestión nacional - un factor agravante

Desde finales de la década de 1890 había surgido una divergencia en la II Internacional en torno a la cuestión de las nacionalidades, que tuvo especial importancia para la relación entre los revolucionarios de Polonia y Lituania y el posdr, especialmente los bolcheviques. El grupo en torno a Rosa Luxemburgo había sido el primero en rechazar la posibilidad de la autonomía nacional de Polonia[85] Los años siguientes estuvieron determinados por la persistencia de estas divergencias, especialmente entre Lenin y Luxemburgo[86] Aunque estas divergencias nunca impidieron a los bolcheviques y al ala en torno a Rosa Luxemburgo defender el internacionalismo, actuaron sin embargo como un obstáculo en la relación entre ambas partes. En el II Congreso del POSDR, en 1903, esta cuestión iba a ser incluida en el orden del día. Sin embargo, debido al debate sobre los estatutos y la cuestión del espíritu del círculo, este debate no se celebró en el II Congreso del Partido.

La importancia de esta divergencia para la relación entre los bolcheviques y el ala en torno a Luxemburgo/Jogiches es difícil de evaluar; en cualquier caso, contribuyó a que los camaradas del SPD, procedentes de Polonia, mantuvieran las distancias con los bolcheviques.

El peso de las divergencias en el tratamiento de las "cuestiones de comportamiento" y los conflictos en la organización

La relación entre las fuerzas de izquierda de Polonia y los bolcheviques también se vio obstaculizada por otro factor: a partir de 1904 Karl Radek fue acusado de mala conducta en el SDKPL polaco; en los años siguientes también fue acusado de otras faltas menores. Tras la primera investigación del caso -el robo de un abrigo a un camarada- fue expulsado del partido polaco años después del delito. Como Radek vivía ahora en Alemania y era miembro del SPD, la ejecutiva del SPD inició un procedimiento para expulsarlo del SPD ante la insistencia de Luxemburgo/Jogiches, entre otros; pero los camaradas de Bremen se resistieron. Entre ellos estaban Frölich, Knief, Pannekoek, es decir, miembros del ala izquierda del SPD en la ciudad hanseática. Crearon una comisión de investigación que "absolvió" a Radek, a diferencia de la Conferencia del Partido SPD. En 1913, el partido ruso también había investigado el caso de Radek y lo había "absuelto". De este modo, Radek fue considerado rehabilitado por el partido ruso y la sección de Bremen (o partes de ella), pero excluido por la dirección del SPD y el Comité Central del Partido Polaco[87] Al no existir una acción conjunta en los distintos partidos de la II Internacional, y al no saber nadie cómo proceder con las conclusiones contrarias de las comisiones de investigación en estos temas, la relación entre el grupo de Luxemburgo, la Izquierda de Bremen, y los bolcheviques, en particular, se hizo aún más difícil.

Transmisión y espíritu de lucha...

Como ya se ha mencionado, en el desarrollo de la socialdemocracia habían surgido varias lagunas en la transmisión de la experiencia y el espíritu de lucha:

- las lecciones del Congreso de La Haya (1872) no tuvieron continuidad;

- la generación de militantes que había mantenido la organización en la época de la Ley Socialista no pudo transmitir este espíritu de lucha a la generación siguiente, paralizada por el veneno del parlamentarismo y la democracia;

- las lecciones de la lucha bolchevique de 1903 no fueron comprendidas ni transmitidas.

Además, como ya se ha mencionado, a medida que el revisionismo y el oportunismo de todo tipo ganaban más y más influencia, las jóvenes fuerzas en torno a Rosa Luxemburgo (que sólo tenía 30 años al comienzo del enfrentamiento con Bernstein en 1899) sólo podían contar con unos pocos partidarios. En su mayoría, los viejos fracasaron en la prueba; el espíritu de lucha ya estaba roto en muchos camaradas

A pesar de sus casi 40 años de existencia, en el SPD no existían textos básicos significativos sobre la cuestión organizativa. Por el contrario, se había dejado llevar y absorber por la posibilidad de convertirse en un partido de masas. La experiencia en la lucha por la defensa de la organización nunca fue sintetizada y resumida en textos específicos. Sin embargo, no faltaron textos sobre la historia de la organización, y ya en 1890 se propuso elaborar una historia del partido[88], pero el libro de Mehring sobre la historia de la socialdemocracia, publicado en 1897, o su biografía de Marx, o Mi vida, de Bebel, ofrecían muy pocas afirmaciones claras sobre las principales lecciones de la lucha por la organización. Por el contrario, en su texto "Un paso adelante, dos pasos atrás", Lenin defendió muy pronto y rápidamente las principales lecciones de la lucha en el Partido. Como ya se ha dicho, aparte de las críticas de Rosa Luxemburgo, este texto no tuvo casi ningún eco.

Paul Frölich, que se había politizado a principios del siglo XX y se había afiliado al partido en su juventud, escribió: "Me parece casi como si hubiera habido una brecha entre los trabajadores activos del partido que habían comenzado a desempeñar un papel durante la época de la ley socialista y poco después de su derogación y nuestra generación. (...) También sentíamos que éramos una nueva generación que miraba por encima del hombro a la generación anterior con cierto orgullo descarado"[89].

En 1904, en el Congreso del Partido en Bremen, se propuso una moción para la formación de organizaciones juveniles proletarias[90], pero fue rechazada por falta de apoyo en la Conferencia. Los camaradas de Stuttgart pidieron en el mismo Congreso del Partido en Bremen que se mejorara la labor educativa en el Partido y se fundaran organizaciones juveniles proletarias[91], pero el problema no podía resolverse sólo con esos métodos.

Se subestimó la importancia de la cuestión organizativa como tal. Por ejemplo, aunque la revista Neue Zeit trataba un gran número de temas, descuidaba el tratamiento de las experiencias organizativas fundamentales, y en general faltaban fuentes para la cuestión de la organización[92].

La fundación de la escuela del Partido tenía como objetivo la formación de los camaradas (dirigentes)[93] Aunque muchos temas históricos figuraban en el programa, el plan de estudios no abordaba las luchas organizativas.

Por lo tanto, las experiencias organizativas del periodo comprendido entre la década de 1870 y 1914 no se registraron en ninguna parte con más detalle por escrito en el SPD, y la generación cuyo espíritu de lucha seguía intacto no logró transmitir estas experiencias[94].  

Dino

 

[1] Alemania superó a Gran Bretaña, alcanzando el segundo lugar detrás de Estados Unidos

[2] Historia de la Segunda Internacional, Editorial Progress, Moscú 1983, p. 277

[3] Rosa Luxemburg, Gesammelte Werke, Dietz Verlag, Berlín, 1974, Vol 1/1, p. 572, traducción al inglés https://www.marxists.org/archive/luxemburg/1899/10/11.htm

[4] Bebel en una carta a Kautsky, 9.9.1903, en Dieter Fricke, Handbuch zur Geschichte der deutschen Arbeiterbewegung, 1869-1917, Dietz Verlag, Berlín 1987 p. 249, IISG, NL Kautsky, D III 87

[5] Carta de Wilhelm Liebknecht del 10 de agosto de 1899 al Congreso Anual del Partido Obrero Francés (Le Parti ouvrier francais) sobre la entrada de A.E. Millerand en el gobierno burgués y la unidad del partido, en Dokumente und Materialien zur Geschichte der deutschen Arbeiterbewegung, Dietz Verlag, Berlín, 1974, volumen IV, p. 31

[6] Bernstein, "Party Discipline and Belief in Conviction", Socialist Monthly Bulletins, 1901, H.11, p.848 f ver también Fricke, ibid p. 247

[7] Rosa Luxemburg, "Gefährliche Neuerungen" (Innovaciones peligrosas), Leipziger Volkszeitung, 9.5.1911, Gesammelte Werke, Dietz Verlag, Berlín 1972, vol. 2, p. 508

[8] Rosa Luxemburg, "Parteidisziplin", (Disciplina del Partido), 4.12.1914, Gesammelte Werke, Dietz Verlag, Berlín 1974, vol 4 p. 15

[9] Fricke, ibíd., p. 247

[10] Congreso del partido del SPD en Hannover 1899, Rosa Luxemburg, Gesammelte Werke. Dietz Verlag, Berlín 1974, vol. 1/1, p. 574

[12] "Se considerará miembro a toda persona que reconozca los principios del programa del partido y contribuya regularmente con fondos al mismo" (Maguncia, Estatutos, 1900), es decir, los miembros del SPD no tenían que estar necesariamente implicados de forma constante en el trabajo del partido y sólo debían reconocer los principios (no el programa en sus detalles): "1 Se considerará que toda persona pertenece al Partido si se adhiere a los principios del Programa del Partido y apoya al Partido de forma continua mediante fondos". En los estatutos de 1909 (aprobados en el Congreso del Partido de Leipzig), no había ni una palabra sobre la participación activa en las actividades: "1: Toda persona que profesa los principios del programa del partido y es miembro de la organización del partido pertenece al partido"

[13] "Hasta ahora, en el partido hemos sido de la opinión de que todo tipo de elecciones públicas nos sirven para ganar a las masas para la socialdemocracia y su programa, sus puntos de vista, sus objetivos. En la campaña electoral para la alcaldía de Stuttgart no hubo nada de eso (...). En este caso sólo se hizo campaña en torno a la persona del candidato. Sus ventajas, sus méritos, sus intenciones, su programa (...) No se habló del programa general de la socialdemocracia, de las aspiraciones de clase política del proletariado (...) No se han visto todavía elecciones así en la socialdemocracia alemana. Hasta ahora, para nosotros la cosa, el partido lo era todo, la persona nada. Aquí el partido no era nada y la persona lo era todo". (Rosa Luxemburg, "Der Disziplinbruch als Methode", 15.5.1911, Leipziger Volkszeitung, en Gesammelte Werke, Berlin Dietz Verlag, 1972, vol. 2, p. 512)

[14] Ya en julio de 1910, el grupo parlamentario estatal del SPD de Baden había aprobado el presupuesto, desafiando así la decisión sobre el Congreso del Partido de Nuremberg de 1908, según la cual los presupuestos de los gobiernos debían ser rechazados en principio. Las fuerzas más radicales quisieron oponerse a esta ruptura de la disciplina en el Congreso del Partido de Magdeburgo (1910), "oponiendo al bloque revisionista un bloque radical". (Heinz Wohlgemuth, Die Entstehung der Kommunistischen Partei, Dietz Verlag, Berlín, 1978, p. 38). No disponemos de ninguna documentación sobre sus acciones.  No se sabe si Pannekoek y Luxemburgo, que estaban presentes en la conferencia del partido, trabajaron juntos y de qué manera

[15] Bernstein habló de que "el partido se convertía en [una parte del] Estado (...) [lo que a su vez exigía nuevas normas] para el alcance y los límites de sus pretensiones de soberanía sobre los miembros", es decir, que los miembros tendrían que someterse a un partido integrado en el Estado. (Fricke, ibid, p. 288, Bernstein, "Party Discipline", Monthly Socialist Issues, 1910, H 19/20, p. 1218)

[16] Bebel, Ausgewählte Reden und Schriften, Dietz-Verlag, Berlín, 1978, vol. 2/2, p. 379-384

[17] Fricke ibid, p. 246

[18] "Directrices para los funcionarios del partido socialdemócrata del distrito de agitación, provincia del Alto Rin", Colonia, octubre de 1913, p. 5, en Fricke, ibid, p. 283. Es de suponer que personas como Friedrich Ebert, líder y posterior jefe de gobierno, cumplían estos criterios

[19] Heine an Haenisch, 9.2.1915, Zsta Potsdam NL Haenisch, nº 134, BI.39 y 44, Fricke, ibid, p. 289

[20] Fricke, ibid, p. 239

[21] "Resolución contra el revisionismo", Dresdner Parteitag, septiembre de 1903.https://library.fes.de/parteitage/pdf/pt-jahr/pt-1903.pdf

[22] Mehring, nacido en 1846, sólo se unió a la socialdemocracia ya mayor. En los años 1870 incluso había luchado contra el SAPD. Después de haberse convencido de las posiciones socialdemócratas no había publicado un balance suficientemente claro de sus propias posiciones políticas. Véase también Paul Frölich: Im radikalen Lager - Politische Autobiographie 1900 - 1921, Basis Druck, Berlín, 2013, S. 36

[23] "Bebel declaró públicamente en los congresos de su Partido que no conocía a nadie que fuera tan susceptible a la influencia del ambiente como el camarada Bernstein (no Mr. Bernstein, como el camarada Plejánov le llamaba en una ocasión, sino el camarada Bernstein): acojámoslo en nuestro entorno, hagámoslo miembro del Reichstag, combatamos el revisionismo, no con una dureza inadecuada (a la manera de Sobakevich-Parvus) hacia el revisionista, sino 'matándolo con amabilidad' -como dijo el camarada M. Beer, recuerdo que lo dijo en una reunión de socialdemócratas ingleses al defender la conciliación, la pacificación, la suavidad, la flexibilidad y la prudencia alemanas frente al ataque de los Sobakevich-Hyndman ingleses. Y del mismo modo, el camarada Plejánov quiso 'matar con amabilidad' el pequeño anarquismo y el pequeño oportunismo de los camaradas Axelrod y Mártov" (Vladimir Ilich Lenin, Un paso adelante, dos pasos atrás" (LA CRISIS EN NUESTRO PARTIDO) : "P. Las pequeñas molestias no deben interponerse en el camino de un gran placer":https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1904/onestep/p.htm

[24] Victor Adler y Kurt Eisner, 6.9.1903, IML, ZPA, NL 60/59, Fricke, S. 251

[25] Fricke, ibid, S. 251

[26] Kautsky, Rede auf dem Parteitag der SPD in Lübeck, September 1901, Dokumente und Materialien, Berlin, 1974, IV, S. 80

[27] Bebel 8.10.1912 en Fricke, ibid, S 294

[29] "El centrismo es una variedad del oportunismo, una manifestación, que tiende a situarse y oscilar entre el oportunismo franco y abierto y las posiciones revolucionarias”. Lenin describió el centrismo como 'inconsistente, irresoluto, camuflado, vacilante, hipócrita, oportunismo harinoso, flotante, indeciso'". Para una comprensión más profunda, ver los siguientes artículos de la CCI: Debate: oportunismo y centrismo en la clase obrera y sus organizaciones https://es.internationalism.org/content/4749/debate-oportunismo-y-centrismo-en-la-clase-obrera-y-sus-organizaciones ; Resolución: Oportunismo y centrismo en el período de decadencia https://es.internationalism.org/content/4778/resolucion-oportunismo-y-centrismo-en-el-periodo-de-decadencia ; Las corrientes centristas en las organizaciones políticas del proletariado https://es.internationalism.org/revista-internacional/201509/4115/las-corrientes-centristas-en-las-organizaciones-politicas-del-prol

[30] Kautsky a Bernstein, 2.2.1900, IISG, NL Kautsky, C 691, Fricke, ibid, p. 293

[31] Kautsky, (Der Weg zur Macht - El camino al poder), Buchhandlung Vorwärts, Berlín, 1909

[32] Kautsky, Parlamentarismo y democracia, p. 17F, Fricke, ibid, p. 292

[33] Lenin, Carta a Schlapnikow, 27.10.1914, Lenin, Cartas, Editorial Progress, Moscú, volumen 35, p. 142 f

[34] Rosa Luxemburg, Die Theorie und Praxis, Gesammelte Werke, Dietz Verlag, Berlín, 1974, Bd. 2, S. 404, Die Neue Zeit, 1909/1919, ibid, S. 564. Véase también nuestra serie sobre Los Consejos Obreros, principalmente el primer artículo de la Serie: https://es.internationalism.org/revista-internacional/201002/2769/que-son-los-consejos-obreros-i ; https://es.internationalism.org/revista-internacional/201005/2865/que-son-los-consejos-obreros-2-parte-de-febrero-a-julio-de-1917-re ; https://es.internationalism.org/revista-internacional/201008/2910/que-son-los-consejos-obreros-iii-la-revolucion-de-1917-de-julio-a- ; https://es.internationalism.org/revista-internacional/201012/3004/que-son-los-consejos-obreros-iv-1917-21-los-soviets-tratan-de-ejer ; https://es.internationalism.org/revista-internacional/201104/3086/que-son-los-consejos-obreros-v-los-soviets-ante-la-cuestion-del-es.

[35] Rosa Luxemburg, "Zum kommenden Parteitag", Jena, 1911, 29.6.1911, Gesammelte Werke, Dietz Verlag, Berlín, 1974, Bd 2, S. 555

[36] Fricke, ibid, S. 308

[37] Rosa Luxemburg, "Taktische Fragen", 1913, Gesammelte Werke, Dietz Verlag Berlin, 1974, Bd 3, S., 253. Si bien es cierto que enfatiza mucho el papel de la movilización de las bases, sobreestima el nivel de vitalidad, la vigilancia y los esfuerzos de los dirigentes

[38] R. Luxemburg, "Geknickte Hoffnungen", 1903, Gesammelte Werke, Dietz Verlag, Berlín, 1974 Bd. ½, S. 399ss

[39]"Zehn Jahre Revisionismus", Julian Marchlewski (Karski), 1.9.1908 Leipziger Volkszeitung, 1.09.1908, en Dokumente und Materialien, Dietz Verlag, Berlín, 1974, Bd. IV, S. 242.Mientras Marchlewski consideraba que los revisionistas habían sufrido una derrota tras otra, en realidad los revisionistas sólo se habían contenido temporalmente, en realidad ganaban cada vez más peso y se convertían en algo así como una fuerza autónoma dentro del Partido

[40] Brief von Hermann Duncker an seine Frau, 14.09.1910 IML, ZPA, NL 45/125, en Fricke, ibid, S. 287

[41] Engels an W. Liebknecht 24.11.1894, Marx-Engels-Werke 39, Dietz-Verlag, Berlín, 1967, S. 330, véase también Fricke, idid, S. 288

[42] IISG 183/12-17, Fricke, S. 250

[43] Wolfgang Heine, "Sonderkonferenz", Sozialistische Monatshefte, 1912, H. 18/20, S. 1 142 y ss.; en Fricke, ibid, S. 289

[44] R. Luxemburgo, "Geknickte Hoffnungen", 1903. Gesammelte Werke, Dietz Verlag, Berlín, 1972, Bd. ½, S. 399ss

[45] Fricke, ibid, S. 289

[46] Alexandra Kollontai escribió en su libro Ich habe viele Leben gelebt: (He vivido muchas vidas) (1912 Krieg): "En 1912 se publicó mi libro A través de la Europa de los Trabajadores. En este libro señalé la inclinación del aparato del partido de la socialdemocracia alemana hacia el oportunismo y su creciente burocratización. A veces despreciaba el comportamiento militar, la displicencia y la arrogancia de los dirigentes y había contrastado la condescendencia burocrática y el conservadurismo de la dirección del partido con el sano instinto de clase de los miembros de base. (...) La dirección del partido estaba indignada". (p. 157). Kollontai también informó de que Karl Liebknecht escribió una crítica de su libro. En respuesta a esto, un escritor anónimo escribió: "¿Por qué la policía alemana tolera a un emigrante político ruso en Berlín? Hay algo que no funciona". (Kollontai, p. 159

[50] Lenin, "Ein Schritt vorwärts, zwei Schritte zurück", Werke, Dietz Verlag, Berlin, 1962, Bd. 7, S. 403, 404) en Die Geschichte der Zweiten Internationale, Verlag Progress, Moksau, 1983, S. 789, véase también Neue Zeit, Jahrgang 22, 1903-1904, Bd. 2, Nr. 28, S. 37

[51] En cambio, el Congreso del POSDR comenzó en Bruselas, pero debido al acoso policial tuvo que ser trasladado a Londres

[52] Rosa Luxemburg, Gesammelte Werke, Dietz Verlag Berlin, 1974, Bd. 1/2, S. 422, (véase también Neue Zeit, 1903/1904, I, S. 484-492, II, S. 529-535,)

[53] Lenin "Ein Schritt vorwärts, zwei Schritte zurück. Antwort an R. Luxemburg", 1904, Dietz Verlag, Berlín, 1962, Bd. 7, S. 480-491.  (Edición en alemán). En 1882 Kautsky fundó Neue Zeit, del que fue director hasta 1917. Reisberg, S. 62

[54] Geschichte der 2. Internationale, Verlag Progress, Moskau 1983, S. 790

[55] "Cuando los alemanes [socialdemócratas] escriben, suelen evitar la cuestión del desacuerdo. Cuando los rusos escriben en los órganos de prensa socialdemócratas alemanes, vemos o bien una alineación de todos los grupos de ultramar con los liquidadores hasta la más grosera despotricarían contra los 'leninistas' (como ocurrió en la primavera de 1912 en Vorwärts) o bien el escrito de un tyszkiano, de un trotskiano o de otro miembro de un círculo extranjero oscureciendo deliberadamente la cuestión. Durante años, ni un solo documento, ni un solo resumen de resoluciones, ni un solo análisis de ideas, ni un solo intento de reunir el material de los hechos. Lamentamos que los dirigentes del partido alemán (...) no se avergüencen de escuchar y repetir los cuentos de hadas de sus fuentes liquidacionistas" (Lenin, Ges. Werke, vol. 19, "Una buena resolución y un mal discurso", Proletarskaja Prawda no. 6, 13 de diciembre de 1913).

[56] Geschichte der 2. Internationale, vol. 2, p. 791

[57] El PS de Francia (guesdistas) se limitó a afirmar que "el partido se compone de grupos políticos cuyos miembros tienen carnés y pagan una contribución mensual a la organización central del partido". El Partido Socialista Francés (Jaurès), el SD austriaco y el Partido Obrero Belga no definieron en absoluto la afiliación. Los estatutos de los partidos de la II Internacional no contienen ni una palabra sobre el carácter vinculante de las decisiones de los órganos centrales para las organizaciones locales del partido. Geschichte der 2. Internationale p. 699

[59] ] R. Luxemburg, "Organisationsfragen der Russischen Sozialdemokratie", Gesammelte Werke, Dietz Verlag, Berlín, 1974, "Cuestiones organizativas de la socialdemocracia rusa", vol. ½. S. 422, 424

[60] Lenin, "Ein Schritt vorwärts, zwei Schritte zurück. Antwort an R. Luxemburg", Lenin, Werke, Dietz Verlag, Berlín 1962, vol. 7, 1904, inglés: https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1904/sep/15a.htm

[61] Ebenda, ibid, p. 365

[62] Rosa Luxemburg, Taktische Fragen, Gesammelte Werke, Dietz Verlag, 1974, vol. 3, p. 253

[63] Congreso del Partido de Jena de 1911, p. 161, 319, https://library.fes.de/parteitage/pdf/pt-jahr/pt-1911.pdf

[64]"Durante 20 años, desde el final de la Ley Socialista, nuestro aparato organizativo y nuestra táctica de partido se han adaptado básicamente a una tarea principal: las elecciones parlamentarias y la lucha parlamentaria. Ahí es donde nos hemos esforzado al máximo y ahí es donde hemos crecido. Pero la nueva era del imperialismo nos plantea cada vez más nuevos retos que no pueden ser resuelto sólo con el parlamentarismo, con el viejo aparato y la vieja rutina. Nuestro partido debe aprender a poner en marcha acciones de masas en situaciones apropiadas y a dirigirlas.  (...) El proletariado no puede reunir sus fuerzas y aumentar su poder para la victoria final más que poniéndose a prueba en la lucha, en medio de las derrotas y de todas las vicisitudes de la lucha. Una gran lucha librada, ya sea que termine en victoria o en derrota, en un corto período de esclarecimiento de clase y de experiencia histórica, rinde más que miles de escritos y reuniones de propaganda". (Rosa Luxemburg, Taktische Fragen, junio de 1913, Leipziger Volkszeitung, Gesammlte Werke, Dietz Verlag, 1974, vol. 3, p. 256)

[65] Internationalisme, Gauche Communiste de France, n°4, 1946 P. 73

[66] En el congreso sindical de Colonia de 1905, la discusión sobre la huelga de masas se consideró "censurable" y se rechazó

[67] Claudie Weill - Marxistes russes et social-démocratie allemande 1898-1904, París, 1977

[68] La trayectoria del camino hacia la Primera Guerra Mundial fue bien trazada por Rosa Luxemburg en su folleto Junius

[69] "La fraction dans les partis socialistes de la Seconde Internationale", Bilan Oct.-Nov. 1935, n° 24, p. 814

[70] En su autobiografía, Frölich también informó sobre las fuerzas de la oposición en varias ciudades alemanas, en las que la generación más joven se distinguía a menudo de las fuerzas más antiguas, reformistas y revisionistas

[71] Reisberg, Lenins Beziehungen zur deutschen Arbeiterbewegung, Dietz Verlag, Berlín, 1970, p. 125

[72] P. Frölich, Im radikalen Lager, BasisDruck, Berlín, 2013 , p. 54

[73] Poco a poco, el Partido perdió el hábito del trabajo ilegal, aunque en 1908 todavía se tomaron medidas represivas contra él. "En 1908 se aprobó en Alemania una ley sobre sindicatos y asambleas que restringía su derecho a celebrar reuniones en idiomas distintos del alemán, daba vía libre a la policía para reprimir la propaganda socialdemócrata y prohibía a los menores de 18 años afiliarse a sindicatos políticos y asistir a reuniones políticas. También se prohibió a los socialdemócratas acceder a determinados puestos de trabajo, como los ferrocarriles". (El movimiento obrero internacional, Editorial Progress de Moscú, 1981, vol. 3, p. 317)

[74] Hay que añadir que, aunque el ala en torno a Rosa Luxemburgo se había desarrollado en condiciones de ilegalidad y exilio, ella misma no tenía experiencia en el trabajo de Fracción, ya que la ruptura entre el SDKP y el PSP fue relativamente rápida

[75] Personas como Bebel, un líder muy respetado del SPD, criticaron el revisionismo, pero no llegaron realmente a las raíces. O también, personas como Mehring aportaron textos valiosos, pero no demostraron ser luchadores suficientemente decididos

[76] Hay muchos informes de ella y de la prensa que informan de miles de participantes entusiastas en las reuniones en las que a menudo hablaba durante más de una hora

[77] ]"De este modo, Rosa Luxemburgo tuvo antes vía libre, pero nunca tuvo la oportunidad de adquirir experiencia en la lucha de una fracción en defensa de un partido amenazado de degeneración. Por eso nunca logró desarrollar y comprender realmente el concepto de fracción. Esta fue una debilidad que se pagaría muy cara durante la heroica lucha de los espartaquistas contra la degeneración del SPD alemán, y sería en gran medida responsable del fatal retraso en la constitución del Partido Comunista Alemán en 1918." (La relación Fracción-Partido en la tradición marxista" 3ª parte - De Marx a Lenin 1848-1917, IR 64, p. 29, https://es.internationalism.org/revista-internacional/199204/1052/la-relacion-entre-fraccion-y-partido-en-la-tradicion-marxista-iii- )

[78] Lenin, "El Congreso del Partido de Jena del SPD, septiembre de 1905", Werke, Editorial Progress, Moscú, vol. 9, p. 285, Reisberg, ibid, p. 60

[79] En las elecciones al Reichstag de 1912, el SPD fue el claro vencedor con el 34,8% de los votos y 110 escaños en el Reichstag

[80] La confianza en la fiabilidad del SPD, o más exactamente en ciertas fuerzas del SPD, queda atestiguada por el hecho de que después de 1905 el POSDR confió una gran suma de dinero al SPD. Esto volvió a bloquear cualquier acercamiento. Véase Dietrich Geyer, Kautsky's Russian Dossier," Deutsche Sozialdemokraten als Treuhänder des russischen Parteivermögen, 1910-1915", Frankfurt/Nueva York, 1981

[81] Pannekoek, que había vivido en Alemania durante años, no empujó en la misma dirección que Rosa Luxemburg en cuestiones organizativas

[82] Lenin, Werke, Dietz Verlag, Berlín 1962, vol. 7, p. 600

[83] Reisberg, ibid. p.130

[84] En este panfleto, del que se trajeron 600 ejemplares a Alemania desde Francia ("Zur gegenwärtigen Sachlage in der Sozialdemokratischen Arbeiterpartei Russlands" - Lenin, julio de 1912, Gesammelte Werke, vol. 18, p. 191-209), Lenin subrayó que los bolcheviques eran la fracción parlamentaria legal; había todo tipo de asociaciones obreras legales, pero la organización ilegal del partido era la base.   Por cierto, Alemania era un "punto nodal" central para el transporte de literatura ilegal a Rusia, que a menudo se contrabandeaba desde Suiza y Gran Bretaña a través de Alemania a los camaradas en Rusia

[85] Véase Rosa Luxemburg "The Industrial Development of Poland", Inaugural Dissertation on Poland - Die industrielle Entwicklung Polens, Inaugrual Dissertation, Gesammelte Werke, Dietz Verlag, Belin, 1974, vol. 1, p. 113

[86] Incluso durante la Primera Guerra Mundial, después de la publicación del folleto de Junius por parte de Luxemburgo y la polémica de Lenin con ella, el debate continuó; e incluso después del estallido de la revolución, Rosa Luxemburgo mantuvo su crítica a la actitud bolchevique. Un factor adicional que resultó ser un obstáculo entre el ala que rodeaba a Rosa Luxemburgo y los bolcheviques surgió en 1913 en un momento en que la ISB y el SPD querían impulsar una reunificación del POSDR

[87] Karl-Ernst Moring, Die Sozialdemokratische Partei in Bremen, 1890-1914, Reformismus und Radikalismus in der Sozialdemokratischen Partei Bremens, Hannover, 1968, publicado por la Friedrich-Ebert-Stiftung; Lenin, The Splits in the Polish Social Democracy" (Werke, Editorial Progress, Moscú, volumen 18, p. 476 versión alemana, 12 de enero de 1912), Lenin "También los unificadores", (15 de noviembre de 1913, Werke, volumen 18, p. 493, versión alemana) Lenin, "Al Secretariado de la JIS", Werke, Editores del Progreso, Moscú, volumen 19, 21 de noviembre de 1912, p. 266)

[88] Solicitud de los socialdemócratas de Dresde para la elaboración de una historia del movimiento obrero alemán. Se debe escribir una historia completa del movimiento obrero alemán. Motivo: "Este interés sólo quedará plenamente salvaguardado si la investigación requerida no equivale a una glorificación de nuestro partido, sino que examina los lados claros y oscuros con el rigor y la imparcialidad de los métodos científicos. Por lo tanto, exigimos un trabajo científico, que debe estar escrito en un lenguaje bello y generalmente comprensible". (Dokumente und Materialien, Dietz Verlag, Berlín, 1987, Vol. III, p. 348, Congreso del Partido Halle, 1890 (https://library.fes.de/parteitage/pdf/pt-jahr/pt-1890.pdf

[89] Paul Frölich: Im radikalen Lager - Politische Autobiographie 1900 - 1921, Basis Druck, Berlín, 2013, p. 43

[90] "La ejecutiva del partido tiene instrucciones de fundar asociaciones juveniles socialistas". (Dokumente und Materialien, Dietz Verlag, Berlín, 1974, vol. IV, p. 120)

[91]"El congreso del partido debe decidir que el congreso del partido de 1905 debe tratar la cuestión de cómo hacer posible que con el creciente número de simpatizantes del partido se mantenga el ritmo de la educación y la formación de los mismos, lo que es tanto más necesario cuanto que las condiciones actuales conducen a un aplanamiento [teórico-político]. Habría que examinar si se puede encontrar una solución a esta cuestión en relación con la creación de organizaciones juveniles que deberían ser lo más amplias posible". (Dokumente, ibid, IV, p. 120). Esta moción también fue rechazada, pero se aprobó un año después, en 1905

[92] En las publicaciones de los bolcheviques, en cambio, en el período comprendido entre 1903 y 1912, se encuentran constantemente artículos sobre la cuestión de la organización

[93]"El trabajo de organización absorbía toda la energía, no quedaba tiempo para el estudio. Las exigencias inexorables del trabajo práctico debilitaban la pasión por el conocimiento. Las pequeñas industrias clamaban por nuevos poderes, los obreros más agresivos exigían la medida completa; y todo joven que mostraba algo de afán y capacidad se ponía inmediatamente a trabajar, y en adelante no encontraba tiempo para el estudio teórico. Sucedió además que los partidos burgueses dejaron de luchar con teorías, principios y argumentos. El abuso, los ataques personales y la tergiversación de los hechos ocuparon su lugar. Por lo tanto, para hacer la guerra a los burgueses, no eran necesarios los conocimientos teóricos, sino la agilidad polémica y el conocimiento de los hechos; al menos la necesidad de conocimientos fundamentales se hacía sentir poco en una contienda de este tipo" http://www.marxists.org/archive/pannekoe/1907/social-democrat.ht [20], Anton Pannekoek, "The Social Democratic Party School in Berlin", 1907 Fuente: The International Socialist Review, Nueva York, vol. VIII, nº 6 (diciembre de 1907), pp. 820-824

[94] Por ejemplo, en los escritos de Bebel se puede encontrar mucho material sobre el periodo de la Ley Socialista y antes, pero después de 1891 apenas hay explicaciones

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