Segunda Internacional

La Socialdemocracia Alemana (1872-1914): la lucha contra el oportunismo organizativo, parte I

El proletariado sufre la influencia permanente de la ideología burguesa y pequeña burguesa. Esta influencia afecta igualmente a sus organizaciones comunistas empujándolas al oportunismo, es decir, la tendencia a capitular ante las posiciones y la política de la burguesía. Esto hace necesaria una lucha constante contra el oportunismo dentro de las organizaciones comunistas, esta lucha es la condición de su capacidad para cumplir su función revolucionaria dentro del proletariado. El Partido Socialdemócrata Alemán fue el escenario de lucha enérgica y rica de lecciones de su ala revolucionaria contra los constantes peligros de oportunismo. Presentamos aquí, la primera parte de nuestro artículo que abarca el periodo 1872-1891.

Navidad en el asilo de noche (Rosa Luxemburgo 1907)

Los obreros en huelga en Francia son sometidos a una campaña denigratoria acusados de "estropear las fiestas navideñas" a los "ciudadanos". Es una expresión más de la hipocresía y el cinismo de la burguesía que estropea no solamente las fiestas navideñas sino TODO EL AÑO a millones de obreros con la explotación asalariada y sus consecuencias, que estropea la vida a millones de personas a causa de la guerra imperialista, las hambrunas, la emigración, la destrucción medioambiental, la criminalidad. Para denunciar esa campaña anti-obrera nuestra sección en Francia ha publicado un artículo de Rosa Luxemburgo de 1907 sobre el tema.

Las corrientes centristas en las organizaciones políticas del proletariado

Este artículo es una contribución del camarada MC escrita en los años 1980 para el debate interno, con el objetivo de combatir las posiciones centristas que, aproximándose al consejismo, se estaban desarrollando en el seno de la CCI. MC son las siglas con las que Marc Chirik (1907-1990), antiguo militante de la Gauche communiste (Izquierda Comunista) y principal miembro fundador de la CCI (ver la Revista Internacional, números 61 y 62), firma su artículo.

1914 – El camino hacia la traición de la socialdemocracia alemana

De todos los partidos de la II Internacional, el Sozialdemokratische Partei Deutschlands (SPD) era de lejos el más poderoso. En 1914, contaba con más de un millón de miembros y había recibido más de 4 millones de votos en las elecciones parlamentarias de 1912 ([1]): era, de hecho, el único partido de masas de Alemania y el Partido con más presencia en el Reichstag –aunque bajo el régimen autocrático imperial del Káiser Guillermo II no tenía posibilidad alguna de formar gobierno.

Jean Jaurès y el movimiento obrero

¿Quién fue pues Jean Jaurès? ¿Qué representó, qué representa hoy todavía, para la clase obrera internacional? ¿Qué papel desempeñó en la Internacional y en las lucha de ésta por la emancipación de los obreros y contra la guerra? ¿Por qué, en fin de cuentas, lo asesinaron?

 

Los socialistas traicionan el socialismo

Difícilmente podemos escapar este año a toda una variedad de expertos historiadores que nos dicen cómo inició y qué fue en realidad la Primera Guerra Mundial. Pero muy pocos de ellos –ni siquiera los ideólogos de izquierda que critican a más no poder las sórdidas ambiciones de las dinastías reales contendientes y las clases dominantes de la época– nos dicen que la guerra no podía ser desencadenada hasta que las clases dirigentes tuvieran la confianza de que hundir a Europa en un baño de sangre no llevaría a su vez a desencadenar la revolución.

¡Socialismo o barbarie!

Cuando la guerra estalló el 4 de agosto de 1914 era apenas una sorpresa para las poblaciones europeas y para los trabajadores en particular. Ya habían pasado años desde el comienzo del siglo, que las crisis se suceden unas a otras: las crisis marroquíes de 1905 y 1911, las guerras balcánicas de 1912 y 1913, para citar solo los más graves. Estas crisis conducen  directamente a las grandes potencias a embarcarse en una frenética carrera armamentista...

Documento - La Primera y la Segunda Internacional ante el problema de la guerra

Documento

 

Fue respecto a la guerra de los Balcanes, en vísperas de la Iª Guerra mundial, cuando los revolucionarios, especialmente Rosa Luxemburg y Lenin, afirmaron, en el Congreso de Basilea en 1912, la posición internacionalista característica de la nueva fase histórica del capitalismo: «Ya no hay guerras defensivas ni ofensivas». En la fase imperialista, decadente, del capitalismo, todas las guerras son igualmente reaccionarias. Contrariamente a lo que ocurría en el siglo XIX, cuando al burguesía llevaba todavía a cabo guerras contra el feudalismo, los proletarios no tienen ya ningún campo que apoyar en las guerras. La única respuesta posible contra la barbarie guerrera del capitalismo decadente es la lucha por la destrucción del capitalismo mismo. Estas posiciones, ultraminoritarias en 1914, en el momento del estallido de la Iª Guerra mundial, iban a ser, sin embargo, la base de los mayores movimientos revolucionarios de este siglo: la Revolución rusa en 1917, la Revolución alemana en 1919, que pusieron fin a la sangría iniciada en 1914. Hoy, por vez primera desde el final de la IIª Guerra mundial, la guerra se ceba en Europa, otra vez en los Balcanes, y es indispensable volver a apropiarse de la experiencia de de la lucha de los revolucionarios contra la guerra. Por eso publicamos aquí este artículo que resume perfectamente un aspecto crucial de la acción de los revolucionarios frente a una de las peores plagas del capitalismo.

XV - 1895-1905 - La perspectiva revolucionaria oscurecida por las ilusiones parlamentarias

Al final del último artículo de esta serie, examinábamos el principal peligro que acechaba a los partidos socialdemócratas que intervenían en el período cumbre del desarrollo histórico del capitalismo: el divorcio entre el combate por las reformas inmediatas y por el objetivo final del comunismo.

El marxismo contra la francmasonería

Como consecuencia de la exclusión de uno de sus militantes ([1]), la CCI ha sido llevada a profundizar cuáles fueron las posiciones de los revolucionarios frente a la infiltración de la francmasonería en el movimiento obrero. En efecto, para justificar la creación de una red de iniciados” dentro de la organización, ese ex militante daba a entender que su pasión por las ideologías esotéricas y los “conocimientos secretos” permitía una mejor comprensión de la historia, “más allá” del marxismo.

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