Barbaria contribuye a quemar la lucha obrera

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La fuerza del proletariado

Las luchas actuales en Gran Bretaña, Grecia, Dinamarca, Estados Unidos, México, España y sobre todo en Francia muestran cual es el secreto de la verdadera fuerza de nuestra clase: la masividad, la búsqueda de la unidad y la solidaridad de clase, el afirmar claramente ante la sociedad que SOMOS LA CLASE OBRERA. Queda un largo y muy difícil camino, hay que romper el control sindical y afirmar en su contra las Asambleas Generales, la unificación real de las luchas, su politización revolucionaria, sin embargo, esa es la única forma de hacer retroceder al Capital y su Estado y poder crear finalmente las condiciones a escala mundial que permitan al proletariado pasar a la ofensiva y lograr la destrucción del Estado capitalista en todos los países.

La brutal campaña represiva del Estado francés

En Francia, frente al movimiento masivo de nuestra clase, el Estado desencadena una feroz represión que hemos denunciado en nuestra hoja Represión, insultos, agresiones sexuales, gases y porrazos a mansalva... ¡No debemos caer en la trampa de las provocaciones policiales! | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) la cual hemos repartido lo más ampliamente posible en manifestaciones y huelgas.

El que un Estado que se reclama de los “derechos del hombre”, desencadene una salvaje represión no es ninguna novedad. El Estado francés fue el verdugo de la Comuna de París con miles de muertos y más de 30000 obreros desterrados a campos de exterminio como la Guayana1.

Es lo que hicieron la socialdemocracia y los sindicatos alemanes en 1918-23 frente a la tentativa revolucionaria del proletariado causando 100000 muertos. Es lo que hizo la Segunda República en España con 1500 muertos en las luchas obreras cuando la conjunción republicano-socialista de 1931-33 y muchos miles más en la represión de la insurrección minera en Asturias en 1934.

La trampa de la violencia minoritaria

El Estado democrático nada tiene que envidiar en barbarie represiva al Estado descaradamente dictatorial de partido único o de dictadura militar. Sin embargo, tiene una diferencia muy importante que hace su represión mucho más eficaz: le da un contenido y una orientación política.

En Francia, la campaña represiva del gobierno Macron tiene un objetivo político muy concreto que denuncia nuestra hoja antes citada:

- arrastrar a los jóvenes más enfurecidos a un enfrentamiento estéril con la policía;

- asustar a la mayoría de los manifestantes, para disuadirles de salir a la calle;

- impedir toda posibilidad de discusión, pudriendo sistemáticamente el final de las manifestaciones, momento habitualmente propicio a corrillos y debates;

- hacer impopular el movimiento, dando a entender que toda lucha social degenera automáticamente en violencia ciega y caos, mientras que las autoridades serían las garantes del orden y la paz”.

Y una vez más, esta maniobra no es nueva. Recordemos una experiencia trágica del proletariado en España. En 1919, los obreros en Cataluña mediante una huelga masiva, basada en la extensión de la lucha por solidaridad de clase, alcanzan una fuerza que obligan al gobierno central y la patronal a retroceder. Es la famosa huelga de La Canadiense2.

El capital español se tomó una bárbara venganza. Desde 1920, organizó una provocadora campaña de asesinatos de militantes cenetistas realizadas por bandas armadas pagadas por la patronal y por el gobierno civil. Una parte de la CNT mordió el anzuelo: se organizaron grupos de pistoleros que a cada asesinato respondían con atentados contra policías, políticos o patronos. Se produjo una espiral interminable de asesinatos y contra asesinatos. El proletariado, al verse apartado del terreno de clase de la lucha masiva y solidaria, al quedar atrapado en esa espiral de violencia minoritaria e individualista, se desmoralizó, perdió toda la fuerza conseguida, y las condiciones fueron preparadas para en 1923, la burguesía española instaurar la Dictadura de Primo de Rivera, la cual fue apoyada por el PSOE3.

El apoyo de Barbaria a la trampa de la violencia minoritaria

Los llamados “medios de comunicación” presentan las luchas en Francia como movimientos sindicales y sobre todo como acciones de violencia minoritaria, sus retransmisiones y noticieros reproducen sin descanso escenas de enfrentamiento entre los robocop policiales y unos cuantos encapuchados, el apedreamiento de tiendas de lujo etc. Con ello, dan una idea falsa y deformada de lo que está sucediendo, tratan de hacer ver que lo que más teme el Capital son esos actos ridículos de violencia retransmitidas por TV. Como denuncia nuestra hoja “Nuestra fuerza no reside en el enfrentamiento estéril con los batallones ultrapertrechados y sobreentrenados de CRS, gendarmes móviles y demás pistoleros del "orden" de los explotadores. Como tampoco nuestra lucha consiste en andar rompiendo escaparates y quemando contenedores. La violencia de minorías no fortalece el movimiento. Al contrario, ¡lo debilitan!”.

Sin embargo, Barbaria defiende todo lo contrario, exalta esos actos estúpidos de violencia, muchos de ellos impulsados por provocadores policiales4. De entrada, el título de su artículo es significativo, pide que “incendiemos el capitalismo”, frase equívoca, que da a entender que el objetivo de nuestra lucha no sería el acto consciente de destruir el capitalismo, sino la barbarie nihilista de “incendiar el capitalismo”.

¡Es ridículo y estúpido! El gran maestro, el experto consumado en incendiar es el propio capitalismo, su voracidad imperialista le lleva a incendiar viviendas, seres humanos, tierras de cultivo, en guerras interminables como la de Ucrania. Sus contradicciones, su sed inagotable de ganancias, le lleven a la destrucción ecológica que incendia la Amazonía, Australia, o, en pleno mes de marzo, la verde Asturias.

En su apología del fuego “purificador”, Barbaria proclama “Arde París, arde Nantes…”. Ese fuego minoritario “anticipa lo que, como proletarios, aún no podemos expresar masiva y unitariamente en palabras, asambleas, como clase. La rabia no es suficiente, necesitamos organización, recuperar nuestras posiciones, nuestro programa”.

Es decir: en lugar “de organizarnos, de solidarizarnos, de unirnos, de debatir y levantarnos juntos contra las autoridades para rechazar la continua y pertinaz degradación de nuestras condiciones de vida y de trabajo, para rechazar este sistema que hunde a la humanidad en la miseria y la guerra”, la quema de contenedores, el dar unas bofetadas al pope izquierdista Varufakis5, serían el medio para llegar a las asambleas, a la lucha como clase, a desarrollar “nuestro programa”.

Es una trampa vil. En 1921-22 en España, el enfrentamiento de grupos cenetistas con el capital en una espiral de choques entre pistoleros destruyó la fuerza alcanzada por la huelga de La Canadiense, no llevó “más lejos” esta lucha, ni permitió “recuperar el programa de la clase obrera”, sino que muy contrario, supuso una grave derrota del proletariado en España. Las acciones minoritarias de violencia estúpida no abren ningún camino a la lucha masiva ni a las Asambleas, ni a romper el control sindical, al contrario, dispersan a la clase, la desmoralizan, pudren su combate, la disgregan en una desbandada individualista.

La negación del proletariado

Los fuegos de Barbaria no incendian el capitalismo, lo que hacen es ayudar a quemar la lucha obrera. Eso se ve claro en el otro veneno que Barbaria pretende inocular: la negación del proletariado.

Barbaria se llena la boca de “proletariado”, “clase” etc., sin embargo, como ya denunciamos en ¿Barbaria o Comunismo?, Barbaria nos presenta un “proletariado” que es en realidad una masa amorfa de ciudadanos rebeldes, es decir, la más ponzoñosa negación del proletariado como clase.

En primer lugar, para Barbaria “El proletariado tiene un largo camino para reencontrarse con su programa histórico, con su capacidad revolucionaria, es un camino que empezó desde que el primer ser humano se levantó contra el poder y la explotación”. ¡Parece ser que el “programa histórico” del proletariado habría comenzado con el hombre de Cromañón o con el Homo Sapiens! Desde que surgieron las sociedades de clase, existe “poder y explotación”, sin embargo, solamente con el proletariado existe la posibilidad real no solamente de “levantarse” contra la explotación, sino sobre todo y ante todo, de abolirla. Como dijimos en ¿Barbaria o Comunismo?Esta visión hace desaparecer al proletariado, diluido en todas las clases explotadas de la historia. Si bien el proletariado es solidario con ellas e integra lo mejor de su lucha, el proletariado es diferente pues no solo es la clase explotada bajo el capitalismo, sino que es igualmente la clase revolucionaria. Los esclavos y los siervos no podían acabar con la explotación, en cambio, el proletariado es la primera clase explotada de la historia que tiene la capacidad y la conciencia para acabar con el capitalismo y crear la nueva sociedad, el comunismo”.

En segundo lugar, Barbaria amalgama el proletariado con la lucha ecologista. La brutal violencia policial contra un activista del ecologismo en una acción contra los embalses en Solline (Francia), le lleva a una proliferación de comunicados donde se dice, por ejemplo, “Solidaricémonos con todo lo que Darmanin [el actual ministro de Interior] quiere erradicar, disolver, encerrar, mutilar: desde el movimiento de las pensiones hasta los comités antirrepresión, desde las futuras ZAD hasta el movimiento de los bloqueos”. Esto son palabras de los padres de la víctima que Barbaria reproduce de manera entusiasta. Aquí lo que se ve es que la lucha obrera se mezcla y por tanto se encadena en los comités anti- represivos, las ZAD, los bloqueos verdes etc. El proletariado es disuelto y atado de pies y manos a movimientos abiertamente burgueses, disfrazados de “anticapitalistas”.

El 13 de mayo de 1968 los estudiantes en Francia fueron víctimas de la barbarie policial. El proletariado se solidarizó con ellos, PERO no lo hizo en el terreno democrático de la “anti- represión”, sino en el terreno proletario de su lucha como clase contra la explotación en la perspectiva de abolirla. Es una repugnante manipulación canalizar la justificada indignación por la barbarie policial contra ese militante hacia una amalgama de “lucha anticapitalista” donde el movimiento de clase contra la reforma de las pensiones se ve encadenado y por tanto negado en la compañía de movimientos burgueses como la protesta ecologista, la “anti represión”, el wokismo etc.

 

Omar 12-4-23

1 Ver nuestra colección de artículos sobre la Comuna de París Dossier sobre la Comuna de París en su 150 aniversario | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)

2 Sobre esta lucha ver el tercer artículo de nuestra Serie sobre la historia de la CNT: Historia del movimiento obrero - El sindicalismo frustra la orientacion revolucionaria de la CNT (1919-23) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)

3 Ver el primer artículo de nuestra serie Los gobiernos de izquierda al servicio de la explotación capitalista: Los gobiernos de izquierda en defensa de la explotación capitalista (I) | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)

4 El proletariado necesita ejercer su violencia masiva de clase, sin embargo, esta NO TIENE NADA QUE VER ni con las picaduras de mosquito en la piel de un elefante que son esas gamberradas ni, por supuesto, tampoco con el terror y el terrorismo. Ver https://es.internationalism.org/revista-internacional/197806/944/terror-terrorismo-y-violencia-de-clase y https://es.internationalism.org/revista-internacional/197810/2134/resolucion-sobre-el-terror-el-terrorismo-y-la-violencia-de-clase

5Aprovechamos para saludar a “los/as encapuchados/as” de Exarquia que le partieron la jeta a Varoufakis, el penúltimo pelele izquierdista de la burguesía y alentamos para que estos ejemplos se extiendan” dice Barbaria.

Corrientes políticas y referencias: 

Herencia de la Izquierda Comunista: