Ninguna solución a través de las elecciones

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En vísperas de las elecciones del 28 de abril ya denunciamos que cómo la continua repetición de convocatorias electorales «no es ningún ejercicio de “soberanía popular”, sino una creciente crisis del aparato político de la burguesía española, incapaz de encontrar una estabilidad, que se ve constantemente saboteada por la indisciplina de sus diferentes fracciones». Y apenas seis meses después…. ¡récord superado! Nos encaminamos, para el 10 de noviembre a las cuartas elecciones en cuatro años. Por mucho que la burguesía española se encuentre en el top mundial del bloqueo político, ese mismo fenómeno de la indisciplina en el aparato político del Estado capitalista puede verse en la añeja burguesía británica o en el surgimiento de corrientes populistas en Alemania, Italia, Francia, etc. Estamos hablando de un fenómeno que trasciende lo local o lo personal, y que, por contra es expresión, como mostramos en un artículo de este mismo número de AP[1], del impasse en que se haya el capitalismo en su etapa actual de descomposición.

En esta etapa predominan en la vida política de la burguesía, el empantanamiento de las situaciones, el bloqueo, las alianzas de circunstancias, y la mayor volatilidad e inconsistencia de éstas. Por ello, cuando aún no se habían abierto las urnas de las elecciones generales del 28 de abril, pudimos barruntar que: «Quizá el PSOE aspire a aprovechar el derrumbe de Podemos para forzar el gobierno de los “guapos” entre Sánchez y Rivera – esta parece la opción con más bendiciones entre financieros e importantes capitalistas – como ya intentó en 2015 y que fracasó por el sabotaje de Podemos (…) Quizás se vuelva al punto de partida anterior a esta convocatoria electoral y se reedite, aunque sea en la sombra, la coalición que respaldó la moción de censura. Quizás pase todo lo contrario y se asiente la coalición que respaldó la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Quizás no pase nada y entremos en un largo período en que no haya posibilidad de formar gobierno y haya que repetir las elecciones. Lo que sí es seguro es que esta tendencia al estancamiento, al caos y la inestabilidad va a ir en aumento.».

Y ¿ahora? Nada permite ver un horizonte distinto. Quizás el PP, rehabilitado ahora como un partido “serio” – en el país de los ciegos el tuerto es el rey – recupere escaños a costa de un Ciudadanos que se pierde en bandazos incongruentes, y un Vox que ha demostrado ser más un guiñol agitado por el PSOE para aprovechar el miedo al “fascismo” que una fracción fiable para la burguesía. Quizás el PSOE pueda aprovechar un nuevo desplome de Podemos agujereado desde dentro (los anticapitalistas sobre todo desde sus feudos en Andalucía) y desde fuera (parece llegada la hora en que el PSOE va a despertar a sus células durmientes en Podemos: Errejón y Carmena, pero también Compromís en la Comunidad Valenciana, etc.). Nada es seguro. Todo está al albur de circunstancias como el apoyo de partidos nacionalistas vascos y catalanes, tampoco demasiados fiables como pudo comprobar Rajoy con ocasión de la moción de censura de mayo 2018, o el propio Pedro Sánchez con los presupuestos de 2019.

Es todo ese sórdido puzle de intereses particulares, de “ajustes de cuentas”, de puñaladas por la espalda lo que se juega en las elecciones. Todo eso no puede producir más que asqueo y hastío en los explotados. Por eso la propaganda de la burguesía, y en especial la de sus formaciones coloreadas de “izquierda” tratan de convencernos de que las elecciones son “decisivas” para “cerrar el paso al fascismo”, “para hacer políticas pensando en la gente”, para dar “soluciones progresistas” a los problemas de la miseria, la emigración o el desastre climático. ¡Puras patrañas, y una criminal ilusión! Con el PSOE o con el PP se aprobaron las reformas laborales que no piensan derogar. Con Almeida o con Carmena en el ayuntamiento de Madrid se han perpetrado atentados urbanísticos especulativos como la Operación Chamartín en Madrid. Con Bolsonaro o con Evo Morales la Amazonia se quema en provecho de las leyes capitalistas de la mercancía y la acumulación.

En un reciente mensaje en redes sociales, Extinción Rebelión, una de las más radicales entre las organizaciones que convocan las movilizaciones contra la crisis climática, reclama que, puesto que “la casa está en llamas”, dejen de pelearse por el extintor”, llamando a que los grupos parlamentarios se comporten como “adultos responsables”, y no se convoquen nuevas elecciones. Se pone así nuevamente de manifiesto como el objetivo de este tipo de organismos es devolver al redil de la mistificación democrática y electoral a los descreídos en la política burguesa, a quienes piensan que el Estado capitalista no puede actuar de forma “responsable” ante el desastre social, económico y medioambiental, precisamente porque es el responsable, o sea el causante, de ello.

La solución no está ni en las urnas ni en los gobiernos, la solución está en la lucha masiva y autoorganizada del proletariado en todo el mundo. A contribuir a que acabe emergiendo dedicamos todas nuestras energías y llamamos a dirigir a ello la actividad de todos los combatientes de la clase obrera.

Valerio, 20 de septiembre 2019

 

[1] Ver Contra el espectáculo repugnante de la política burguesa existe una respuesta: la política revolucionaria del proletariado https://es.internationalism.org/content/4464/contra-el-espectaculo-repugnante-de-la-politica-burguesa-existe-una-respuesta-la

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