Respuesta a la Communist Workers Organisation - Una política de agrupamiento sin orientación

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La siguiente carta fue enviada a la CCI y a otros grupos e individuos en respuesta a la polémica aparecida en el periódico de la CCI en Gran Bretaña (World Revolution), titulada “La CWO cae víctima del parasitismo político”. Esta polémica defendía que la desaparición del periódico de la CWO Workers Voice, su aparente reagrupamiento con el CBG y su negativa a contribuir a la defensa de una reunión pública de la CCI en Manchester, eran concesiones al parasitismo. Tales concesiones tenían su origen en las bases inadecuadas de la formación de la CWO y en las debilidades organizativas de su reagrupamiento con Battaglia communista en la formación del Buró internacional para la creación del partido revolucionario (BIPR).

Carta de la CWO a World Revolution

Hemos leído con sorpresa vuestro ataque a nosotros en World Revolution nº 190. La ferocidad de la polémica no es sorprendente desde el punto de vista de lo que se debate (la organización revolucionaria) sino desde el hecho de que las bases de la polémica reposan sobre una serie de errores factuales que podrían haberse evitado fácilmente preguntándonos simplemente cuál era la situación real. Cuando leímos vuestro confuso informe público del XIº Congreso internacional no quisimos lanzarnos a la polémica sobre las últimas rupturas habidas en la CCI basadas en su supuesto estalinismo. Al contrario, el BIPR discutió ese informe con camaradas de RI en París el pasado mes de junio y se le aseguró claramente que el funcionamiento futuro de la CCI iba a discurrir dentro de las normas de los principios políticos proletarios. Estuvimos enteramente de acuerdo en considerar que la existencia de clanes (basados en lealtades personales), contrariamente a la existencia de facciones (basadas en diferencias políticas sobre nuevas cuestiones), es algo que una organización sana debe evitar. Sin embargo, pensamos que el tratamiento posterior que habéis hecho de esta cuestión os va llevar a una caricatura de la organización política actual. Hablaremos de ello en un futuro artículo de nuestra prensa. Entretanto querríamos que se publique esta carta en vuestra prensa, como medio de corrección, para que los lectores puedan juzgar por sí mismos.

1. Vamos a escribir la historia de CWO para nuestros miembros y simpatizantes, pero podemos asegurar a vuestros lectores que mucho antes de que la CCI o la CWO existieran, la cuestión de derechos federalistas había quedado zanjada a favor de una organización internacional centralizada. La reivindicación de «derechos federalistas» se encuentra en una simple carta particular escrita antes de que la CWO o la CCI existieran, en tiempos de Revolutionary Perspectives, ¡por una sola persona!

2. En septiembre 1975 para entrar en la CWO se requería que la Revolución de Octubre 1917 ([1]) fuera reconocida como proletaria y esto se mantuvo en los 3 años siguientes.

3. La reevaluación que hizo la CWO de la contribución de las Izquierdas comunistas alemana e italiana a la clarificación de la actual Izquierda comunista internacional no se verificó de la noche a la mañana sino que tuvo lugar tras 5 años de debates, a menudo penosos, difíciles, con continuos cambios en la argumentación. Los textos de la CWO con dicho debate se pueden encontrar en los números 18 al 20 de Revolutionary perspectives. Nuestras discusiones con el Partido comunista internacionalista (Battaglia comunista) empezaron en septiembre 1978 cuando criticaron fraternalmente nuestra Plataforma y no formalizamos la constitución del BIPR hasta 1984. ¡No se puede hablar de un rápido agrupamiento oportunista!

4. Los “maoístas” iraníes de los que habláis eran los Students Supporters of de Unity of Communist Militants (Estudiantes en apoyo de la unidad de militantes comunistas). No debían ser “maoístas”, puesto que la CCI llevó discusiones secretas con ellos (sin que nosotros lo supiéramos en ese momento) hasta que tomaron contacto con nosotros. Pero, además, no podían ser “maoístas” porque aceptaron los criterios proletarios fijados como básicos de las Conferencias internacionales de la Izquier­da comunista. Su evolución posterior les llevó a integrarse en el Partido comunista de Irán que estaba formado sobre la base de principios contrarrevolucionarios. Se puede encontrar una crítica de esa organización en la Communist Review nº 1.

5. El Communist Bulletin Group no estaba compuesto únicamente por ex militantes de la CWO como dais a entender. Incluía también a otros que no han sido nunca miembros de CWO, entre ellos un miembro fundador de World Revolution (que, a su vez, había estado, como otros fundadores, en el grupo Solidarity). Para conocimiento de vuestros lectores queremos añadir que el CBG ya no existe, excepto en las páginas de WR.

6. La CWO no ha tenido ningún reagrupamiento, ni formal ni informal, con el ex CBG, ni con ninguno de sus miembros individuales. En realidad, aparte de recibir el anuncio de su desaparición no hemos tenido ningún contacto directo con el CBG desde que les enviamos en junio 1993 un texto sobre la organización. El cual parece haber precipitado su crisis final.

7. Miembros de la CWO han participado en el Grupo de estudio de Sheffield donde inicialmente había anarquistas, comunistas de izquierda sin afiliación, Subversion y un ex-miembro del CBG. Sin embargo, como hubo miembros de la CCI procedentes de Londres que también asistieron (¡en respuesta no a nuestra invitación sino a la de los anarquistas!), nosotros no nos preocupamos de ser absorbidos por los parásitos. Eso terminó en la primavera de 1995 donde se vio que sólo la CWO estaba interesada en proseguir un trabajo de estudio. El Sheffield Study Group se transformó en Reunión de formación de la CWO que está abierta a todos los que simpatizan con la política de la Izquierda Comunista y preparan para su estudio los temas acordados para cada reunión. Desde entonces ninguna otra organización ha participado en ellas.

8. Jamás hemos excluido a la CCI de ninguna de nuestras iniciativas. Cuando la hemos invitado a participar en reuniones conjuntas de todos los grupos de la Izquierda comunista, la CCI se ha negado a participar so pretexto de que “no podrían compartir una plataforma con los parásitos” (sin embargo, asistió a la reunión). Lejos de temer la confrontación política con la CCI fuimos los únicos que iniciamos una serie de debates celebrados en Londres a finales de los años 70 y a inicios de los años 80. Además, hemos asistido a docenas de reuniones públicas de la CCI tanto en Londres como en Manchester, pese a los problemas geográficos. En 15 años, la CCI sólo ha asistido a una de nuestras reuniones públicas en Sheffield (y sólo para vender WR).

9. No había ningún miembro de CWO en la Reunión pública de Manchester en la que se basa todo ese ruidoso ataque. El único asistente a dicha Reunión pública fue un simpatizante de CWO hasta que llegaron dos individuos más. Todo lo que se dice sobre la Reunión pública es una exageración. Nuestro simpatizante actuó de forma absolutamente correcta en la Reunión. Se disoció específicamente de toda crítica a la CCI como “estalinista” y esperó hasta que el “resto del público” se fuera antes de criticar el comportamiento de la Mesa (...).

10. Nosotros no hemos liquidado nuestro periódico sino que hemos adoptado una nueva estrategia de publicaciones que pensamos nos permitirá llegar a más comunistas potenciales. La CWO no ha abandonado ninguna existencia organizativa ni en la “apariencia” ni de ninguna otra forma. Al contrario, 1996 se ha abierto con nuestro reforzamiento organizativo. Teniendo en cuenta la condición actual de World Revolution, que su polémica sectaria ha puesto en evidencia, es más necesario que nunca que continuemos nuestro trabajo por la emancipación de nuestra clase. Ello incluye naturalmente un debate serio entre los revolucionarios.

CWO

Respuesta a la CWO

Para responder a la carta de la CWO y hacer inteligibles los desacuerdos mutuos ante el medio político proletario, debemos ir más allá de una respuesta, una detrás de otra, a las “rectificaciones”. No creemos que nuestra polémica esté basada en “errores factuales”, como demostraremos. Pensamos que las “refutaciones factuales” de la CWO no hacen más que oscurecer las cuestiones que se debaten. Dan la impresión de que los debates entre revolucionarios son simples querellas insustanciales, lo cual hace el juego a los parásitos que dicen que la confrontación organizada de divergencias es inútil.

Argumentamos en nuestra polémica que la debilidad de la CWO frente al parasitismo estaba basada en una dificultad fundamental para definir el medio político proletario, para comprender el proceso de reagrupamiento que debe desarrollarse y, más aún, las bases de su propia existencia como grupo separado dentro del medio. Esas confusiones organizativas quedaron confirmadas en el propio nacimiento de la CWO y de su comportamiento político con Battaglia comunista así como en las Conferencias de los grupos de la Izquierda comunista (1977-80).

Por desgracia, la CWO no toma en cuenta en su carta esos argumentos -los cuales no son nuevos y han sido desarrollados en la Revista internacional durante los últimos 20 años- y prefiere esconderse detrás de cortinas de humo acusándonos de “errores factuales”.

La fundación incompleta de la CWO

La CWO se formó sobre la base de las posiciones programáticas y el marco teórico desarrollado por la Izquierda comunista y constituye una expresión real del desarrollo de la conciencia de clase y de su organización, durante el período que se abre tras la contrarrevolución. Sin embargo, la CWO se creó en 1975 al mismo tiempo que se creaba otra organización (con la que había tenido estrechas discusiones) con las mismas posiciones y el mismo marco general: la Corriente comunista internacional. ¿Por qué crear una organización separada cuando se partía de la misma política? ¿Cómo podía justificarse esta división de las fuerzas revolucionarias cuando su unidad y reagrupamiento tiene una importancia decisiva para el papel de vanguardia en la clase obrera?. Para la CWO una política de desarrollo separado se hacía necesaria debido a diferencias importantes pero de naturaleza secundaria frente la CCI.

La CWO tenía una interpretación diferente a la de la CCI sobre cuándo quedó rematado el proceso de degeneración de la revolución rusa y de ahí los camaradas deducían que la CCI no era para nada un grupo comunista sino un organismo de la contrarrevolución.

Una confusión sobre las bases por las cuales una organización revolucionaria separada debe ser creada y sobre cómo relacionarse con otras organizaciones, refuerza inevitablemente la presión del espíritu de capilla que se ha esparcido ampliamente durante la reemergencia de las fuerzas comunistas desde 1968.

Una de las ilustraciones de este espíritu sectario fue la reclamación de derechos federales dentro de la CCI por parte de la CWO.

En su carta, los camaradas de la CWO aseguran creer en la centralización internacional y rechazan el federalismo. Esto es desde luego muy justo, pero no responde a la cuestión que se debate: ¿fue o no esa reclamación (que los camaradas no niegan haber hecho) una expresión de la mentalidad sectaria? ¿fue o no un intento para preservar artificialmente la identidad de grupo a pesar de su acuerdo fundamental con los principios centrales del marxismo revolucionario con la CCI? El error de la carta no fue tanto las concesiones al federalismo como el intento de mantener viva una mentalidad de tendero.

Sin embargo, podemos ver que un espíritu sectario puede llevar a debilitar ciertos principios que la organización podría de otra forma mantener en pie. A pesar de su firme creencia en la centralización internacional el agrupamiento de la CWO con Battaglia comunista en 1984 condujo a la formación del BIPR (en el cual, al menos 9 años después, los derechos federales se han seguido manteniendo) que ha permitido a la CWO mantener una plataforma separada diferente tanto de la de Battaglia como de la del BIPR, manteniendo su propio nombre y determinando su propia actividad nacional.

Aquí el problema no es que la CWO no crea en el espíritu de la centralización internacional sino que la confusión sobre los problemas organizativos del agrupamiento hacen la carne débil.

Es cierto que la propuesta sobre derechos federales no fue probablemente el signo más importante de confusión sobre los problemas de agrupamiento. Sin embargo, pensamos que la CWO se equivoca cuando deja de lado su significado una vez más.

Si la CCI no hubiera rechazado firmemente esta propuesta es harto posible, en vista de la naturaleza federalista del reagrupamiento con Battaglia comunista, que su reclamación de derechos federales no se hubiera quedado simplemente en tinta sobre el papel.

Es estúpido que los camaradas se lamenten que la carta se hubiera redactado antes de que tanto la CWO como la CCI existieran y por lo tanto no sería nada relevante. Una carta así no podía haberse escrito después de la formación de la CWO porque una de las bases de la misma fue ¡que la CCI había caído en el campo del capital!

En otra “rectificación” tangencial de nuestra polémica original, los camaradas de la CWO insisten en que el reconocimiento de la naturaleza proletaria de la Revolución de Octubre de 1917 fue una condición para ser miembro de CWO desde septiembre 1975.

Lo sabemos, camaradas, y sobre ello no oponíamos nada en nuestra polémica. La CCI recuerda muy bien las largas discusiones que hubo entre 1972-74 para convencer a los elementos que luego fundarían la CWO del carácter proletario de la Revolución de Octubre. Mencionábamos en nuestra polémica que el grupo Workers Voice, con el cual se juntó Revolutionary Perspectives para formar la CWO, no era homogéneo sobre esa cuestión vital, para ilustrar una vez más que ese agrupamiento fue, en el mejor de los casos, contradictorio. Esto se pudo confirmar con las escisiones de CWO un año después entre las 2 partes constituyentes, y la escisión que hubo de nuevo no mucho tiempo después. No solo la CWO elevaba cuestiones secundarias a la categoría de fronteras de clase, sino que minimizaba las cuestiones fundamentales.

La CWO, las Conferencias Internacionales y el BIPR

El problema de entender lo que es el medio político proletario y cómo puede unificarse se planteó también en las Conferencias internacionales. El llamamiento para un foro por parte de Battaglia comunista y la respuesta positiva dada por la CCI, la CWO y otros grupos, expresaba indudablemente el deseo de eliminar las falsas divisiones en el movimiento revolucionario. Desgraciadamente el intento se frustró tras 3 conferencias. La principal razón de este fracaso fueron serios errores políticos acerca de las condiciones y al proceso de reagrupamiento de los revolucionarios.

Los criterios de invitación de BC para la primera conferencia no eran claros dado que grupos izquierdistas como Combat communiste y Union ouvrière fueron invitados y, en cambio, organizaciones del campo político proletario como Programma comunista no fueron invitadas. Tampoco fue claro el motivo para reunir a los grupos comunistas. En el documento original de invitación, BC proponía como tema el viraje de los partidos comunistas europeos hacia la socialdemocracia.

Desde el principio la CCI insistió en que se estableciera una clara delimitación sobre quién podía participar en las Conferencias. En ese momento, la Revista internacional nº 11 publicaba una Resolución sobre los Grupos políticos proletarios que emanaba del IIº Congreso de la CCI. En la Revista Internacional nº 17 publicamos una Resolución sobre el proceso de reagrupamiento que fue sometida a la consideración de la IIª Conferencia internacional de grupos de la Izquierda comunista. Para proseguir el proceso de reagrupamiento hacía falta tener una clara idea de quién formaba parte del medio político proletario. La CCI también insistió en que la conferencia examinara las diferencias políticas fundamentales que existieran entre los grupos con objeto de que se produjera una progresiva eliminación de falsas diferencias, especialmente aquellas que habían sido creadas por el sectarismo.

Una medida de los diferentes enfoques existentes acerca del objetivo de las conferencias la dio la discusión que abrió la sesión inicial de la IIª Conferencia internacional (noviembre 1978). La CCI propuso una resolución para criticar el sectarismo de grupos como Programma y FOR que se habían negado a participar de forma sectaria. Esta Resolución fue rechazada tanto por BC como por CWO quien dijo: “Lamentamos que alguno de estos grupos haya juzgado inútil asistir. Sin embargo, sería improductivo gastar nuestro tiempo en condenarlos. Puede que alguno de esos grupos cambie de parecer en el futuro. Además, la CWO está discutiendo con alguno de ellos y sería poco diplomático adoptar semejante resolución” (IIª Conferencia internacional de los grupos de la Izquierda comunista, p. 3, Volumen 2).

Aquí residió el problema de las conferencias. Para la CCI debían continuar basadas en claros principios organizativos, cimiento del proceso de agrupamiento. Para CWO y BC eran cuestión de... diplomacia, aunque la CWO fue lo suficiente torpe como para decirlo abiertamente ([2]).

Al principio, tanto BC como la CWO no tenían claridad sobre quién debía estar en las conferencias. Pero más tarde cambiaron bruscamente hacia un fuerte incremento de los criterios, lo cual expusieron repentinamente al final de la IIIª Conferencia. El debate sobre el papel del partido, el cual era el punto de mayor confrontación entre los diferentes grupos, fue cerrado. La CCI, que no estaba de acuerdo con la posición adoptada por BC y CWO, fue excluida.

El error de esta maniobra se comprobó con la IVª Conferencia en el cual BC y CWO relajaron los criterios de nuevo y el lugar de la CCI fue tomado por los Estudiantes en apoyo de la unidad de militantes comunistas (SUCM), los cuales habían roto solo aparentemente con el izquierdismo iraní.

Sin embargo, de acuerdo con lo que dice la carta de la CWO, la SUCM no era “maoísta” porque la CCI había discutido con ella “secretamente” y porque aceptaba los criterios para participar en las conferencias.

La CWO adopta un desafortunado “argumento” consistente en decir “nuestros errores son los vuestros” que no constituye un método apropiado para comprender los hechos. Volveremos sobre ese argumento más tarde.

“1.1. La dominación del revisionismo sobre el Partido comunista de Rusia ha dado como resultado una derrota y un retroceso de la clase obrera mundial desde uno de sus más importantes baluartes” ([3]). Por “revisionismo” esos maoístas iraníes entienden, como explican en todos los puntos de su programa, la “revisión kruvchevista del marxismo-leninismo”, o sea, del estalinismo. Según ellos, el proletariado fue derrotado definitivamente no cuando Stalin anunció la construcción del socialismo en un solo país, sino después de que Stalin muriese. El proletariado fue derrotado según ellos mucho después de haber sido crucificado en los gulags o en los campos de batalla imperialista de la IIª Guerra mundial, después de la destrucción del Partido bolchevique, después de la derrota de la clase obrera mundial en Alemania, China, España. Después de que 20 millones de seres humanos fueran arrojados al matadero de IIª Guerra mundial...

En sus comienzos, la CWO juzgaba a la CCI contrarrevolucionaria, porque consideraba que la degeneración de la Revolución Rusa no se había completado en 1921. Siete años más tarde, la CWO tiene una discusión fraterna para formar el futuro partido con una organización que consideraba que la revolución había terminado en ¡1956!

Según el SUCM la revolución socialista no está al orden del día de la historia ni en Irán ni en ninguna otra parte, sino una “revolución democrática” que supuestamente sería una etapa hacia aquélla.

Negando la naturaleza imperialista de la guerra Irán/Irak, el SUCM ofrecía los argumentos más sofisticados para que el proletariado fuera sacrificado en aras de la defensa nacional. El SUCM parecía de acuerdo con CWO/BC sobre el papel del partido. Pero el papel organizativo que tenían en mente era el de movilizar a las masas tras el poder burgués.

En la IVª Conferencia, sin embargo, podemos ver algunas muestras de su verdadera naturaleza:

“Nuestra verdadera objeción es sin embargo la teoría de la aristocracia obrera. Pensamos que es el último germen de populismo en la UCM y su origen está en el maoísmo” ([4]).

“La teoría del SUCM del campesinado revolucionario es una reminiscencia del maoísmo, algo que nosotros rechazamos totalmente” ([5]).

Demasiado para una organización de la que ahora dice la CWO que “podría no haber sido maoísta”.

El gran interés y la seudo fraternidad mostrada por el SUCM hacia el medio político proletario de Gran Bretaña y su ocultamiento del maoísmo detrás de la pantalla del radicalismo verbal, ciertamente explica que en un primer momento la CWO y BC se dejaran engañar por tal organización. También, la sección de la CCI en Gran Bretaña, World Revolution, pensaba inicialmente que el SUCM podría ser una posible expresión del surgimiento obrero de 1980 en Irán, antes de comprender su naturaleza contrarrevolucionaria. Pero esto no explica satisfactoriamente la automistificación de la CWO, particularmente desde que WR advirtió a la CWO de la auténtica naturaleza del SUCM y criticó su inicial apertura hacia él. También trató de denunciar a esta organización en una Conferencia de CWO pero fue interrumpida por las vociferaciones de la CWO antes de acabar ([6]).

El debate entre los revolucionarios no puede basarse en la filistea moral de las “culpas compartidas”. Hay errores y errores. World Revolution trató de evitar errores mayores y sacó las lecciones. CWO y BC cayeron en un grave desatino cuyos efectos todavía se siguen sufriendo en el medio político proletario. La farsa de la IVª Conferencia acabó con las conferencias como puntos de referencia para las fuerzas revolucionarias emergentes. Y sin embargo, la CWO se sigue negando a reconocer el desastre y sus orígenes. Estos se basan en una ceguera sobre la naturaleza del medio político proletario causada por una política de agrupamiento basada en la diplomacia.

La formación del BIPR

En la polémica de WR pusimos en evidencia que el reagrupamiento entre CWO y BC para formar el BIPR sufría de las mismas debilidades que las que se manifestaron en las Conferencias Internacionales.

En particular, este reagrupamiento no ocurrió como resultado de una clara resolución de las diferencias que separaban los distintos grupos de la Izquierda comunista, ni tampoco de las que existían entre BC y CWO.

Por una parte el BIPR afirma que no es una organización unificada ya que cada grupo tiene su propia plataforma. El BIPR tiene unas cuantas plataformas: la de BC, la de la CWO y la del propio BIPR que es una suma de las dos primeras menos los desacuerdos que tienen entre sí. Además, la CWO tiene una plataforma de Grupos de trabajadores desempleados y otra de Grupos de fábrica. También está en proceso de redacción una “plataforma popular” con el CBG, como veremos más adelante.

El BIPR se declara “por el partido” pero contiene una organización, BC, que manifiesta ser el partido internacional: Partito comunista internazionalista.

Por otro lado, jamás hemos visto, ni en la prensa de estas dos organizaciones ni en la prensa común, el más mínimo debate sobre sus desacuerdos. Y sin embargo existen diferencias importantes entre ambas: sobre la posibilidad del “parlamentarismo revolucionario”, sobre la cuestión sindical o la cuestión nacional. En todos esos aspectos hay un contraste muy fuerte entre el BIPR y la CCI, que es una organización internacional unificada y centralizada y que, siguiendo la tradición del movimiento obrero, abre sus debates al exterior.

Sobre el problema de su vínculo con BC, la CWO afirma en su carta que el reagrupamiento con BC no ocurrió de la noche a la mañana y que no puede hablarse de un rápido reagrupamiento oportunista.

Sin embargo, nuestra polémica no planteaba la cuestión de la velocidad de dicho reagrupamiento sino que criticaba la solidez de sus bases políticas y organizativas.

El BIPR estaba basado en una autoproclamada selección de las fuerzas que deberían llevar al partido del futuro. Sin embargo, 12 años después de la formación del BIPR no han permitido unificar siquiera a las dos organizaciones fundadoras.

La tentativa de reagrupamiento de la CWO con el CBG

La política de reagrupamiento de la CWO (caracterizada por la falta de criterios serios de definición del medio político proletario y de sus enemigos) ha conducido de nuevo hacia potenciales catástrofes en el comienzo de los años 90. No han sido sacadas las lecciones de la desgraciada aventura con los izquierdistas iraníes. La CWO se lanzó a una aproximación hacia los grupos parásitos, el CBG y la FECCI, anunciando un posible “nuevo comienzo” para el medio político proletario en Gran Bretaña. La carta de la CWO dice que no hay reagrupamiento con el CBG y que no hay contacto directo con ese grupo desde 1993. Estamos muy contentos de oírlo. Sin embargo, cuando escribimos la polémica en WR 190 dicha información no había sido hecha pública y nosotros nos basamos en la información más reciente proveniente de Workers Voice que decía:

“Dada la reciente cooperación práctica entre miembros de la CWO y el CBG en la campaña contra el cierre de pozos, los dos grupos celebraron una reunión en Edimburgo en diciembre para discutir las implicaciones de dicha cooperación. Políticamente, CBG aceptó que la plataforma del BIPR no es una barrera para el trabajo político mientras la CWO clarifique qué entiende por organización centralizada en el periodo actual. Una serie de malentendidos fueron aclarados entre ambas partes. Se decidió hacer más formal la cooperación práctica. Se llegó a un acuerdo que la CWO en su conjunto debe ratificar en enero (después del cual un informe más completo será expuesto) que incluye los puntos siguientes:
1) El CBG podría producir contribuciones regulares a Workers Voice y recibir los informes de edición (lo mismo se aplicaría a los panfletos, etc.).
2) Las reuniones trimestrales de la CWO se abrirán a la presencia de miembros del CBG.
3) Los dos grupos discutirán una “plataforma popular” que debe ser preparada por un camarada de la CWO como instrumento de intervención. CBG dará respuesta escrita antes de una reunión en junio de 1993 para seguir el progreso en el trabajo conjunto.
4) Los camaradas de Leeds de ambas organizaciones prepararán esta reunión.
5) Será bien recibidas reuniones públicas conjuntas con otros grupos de la Izquierda comunista asentados en Gran Bretaña.
6) Se dará información de este acuerdo en el próximo Workers Voice” ([7]).

Desde entonces ningún acuerdo (o desacuerdo) ha sido manifestado en Workers Voice, de forma breve o de otra manera. Y como desde entonces se desarrolló una actividad común, sería válido suponer que algún tipo de agrupamiento habrá tenido lugar entre CWO/CBG. La rectificación de la CWO da la equívoca impresión de que este agrupamiento fue una pura invención por nuestra parte. Pero no es así, de la misma manera en que la CWO pensaba transformar una organización maoísta en vanguardia del proletariado, pensó también que se puede convertir a los parásitos en militantes comunistas. De la misma forma en que tomó la aceptación por parte del SUCM de los “criterios básicos del proletariado” como moneda cantante y sonante, pensó que bastaba con que la CBG aceptara la plataforma del BIPR, dejando de lado que muchos de los miembros de ese grupo, capitaneado por un elemento llamado Ingram, rompieron con la CWO en 1978 y después intentaron destruir la sección inglesa de la CCI en 1981.

La CWO pensó que se había clarificado la noción de “organización centralizada” con un grupo que contribuyó a la formación de una tendencia secreta dentro de la CCI, con el objetivo de convertir sus órganos centrales en un mero apartado postal (buscando el mismo objetivo que Bakunin y su Alianza con el Consejo general de la Iª Internacional). Pensó que podría confiar en un grupo que había robado material a la CCI y que cuando ésta intentó recuperarlo la amenazó con llamar a la policía.

La iniciativa de la CWO con los parásitos, unos enemigos declarados de las organizaciones revolucionarias, ha tenido como efecto el dignificarlos como auténticos miembros de la Izquierda comunista y ha legitimado sus tropelías contra las organizaciones del medio. El daño causado por el intento de reagrupamiento de la CWO con el CBG incluye el que ha causado a la propia CWO. Estamos convencidos de esto por las siguientes razones.

En primer lugar, porque el parasitismo no es una corriente política en el sentido que tiene para el proletariado. El parasitismo no se define por un programa coherente sino que su verdadero objetivo es corroer esa coherencia en nombre del antisectarismo y de la “libertad de pensamiento”. El trabajo de denigración de las organizaciones revolucionarias y de promoción de la desorganización pueden continuarlo por vías informales como ex miembros de esas organizaciones como es el caso del CBG que ha continuado su labor de zapa después de haber dado por terminada su existencia formal.

En segundo lugar, el parasitismo si es admitido en el medio político proletario puede debilitar la vertebración de las organizaciones revolucionarias existentes y reducir su capacidad para definirse a sí mismas y a los demás grupos de forma rigurosa. Los resultados pueden ser catastróficos incluso aunque conduzcan en un primer momento a un crecimiento numérico.

Aunque finalmente el reagrupamiento con el CBG haya sido abortado, hay serias cuestiones que quedan pendientes de responder por la CWO. ¿Por qué se ha desarrollado una relación con tal grupo si su única razón de existir es denigrar a las organizaciones del medio político proletario? ¿Por qué en lugar de hacer nada no se ha planteado seriamente el análisis de las debilidades e incomprensiones que han conducido a semejante error?.

Las consecuencias de la aventura con el CBG

La polémica de WR con CWO la escribimos en respuesta directa e inmediata para tratar de explicar dos acontecimientos recientes muy preocupantes: la incapacidad para defender una reunión pública de WR contra el sabotaje del grupo parásito Subversion y, por otra parte, la liquidación del periódico Workers Voice.

Esto indica desde nuestro punto de vista una peligrosa ceguera frente a los enemigos del medio político proletario y además una tendencia a tomar algunos aspectos de la actividad del parasitismo político en detrimento de una militancia comunista.

Por desgracia, la carta de la CWO no considera los argumentos de la polémica sobre esta cuestión de la misma forma que ha tomado en cuenta los argumentos sobre las demás.

En lo que concierne a la reunión pública, para la CWO no hay nada que responder porque el resumen de la CCI es una “grosera exageración”.

La cuestión fundamental que la CWO evita responder es la siguiente: ¿fue o no saboteada la reunión pública por los parásitos? La CCI ha expuesto las evidencias de ello en dos números de World Revolution, su periódico en Gran Bretaña. Este sabotaje consistió en interrupciones de la reunión, repetidas provocaciones físicas y verbales contra los militantes de la CCI, insultos típicos de los parásitos tales como estalinismo, autoritarismo etc., creando un clima donde la discusión se hizo imposible consiguiendo finalmente que la reunión se clausurara antes de tiempo. El simpatizante de la CWO no fue capaz de luchar contra el sabotaje de la reunión y en lugar de defender a la CCI prefirió sumarse con sus críticas al juego parásito. La CWO habría hecho lo mismo. Porque se niega a pronunciarse sobre si tal sabotaje tuvo o no tuvo lugar y prefiere echar en cara a la CCI unas indeterminadas “exageraciones groseras”.

Otro tanto con Workers Voice. La carta nos dice que la CWO no ha liquidado este periódico sino que ha adoptado una nueva estrategia de publicaciones con Revolutionary Perspectives.

Sin embargo, las cosas deben quedar claras: la CWO ha detenido la publicación del periódico Workers Voice y la ha sustituido por una revista teórica, Revolutionay Perspectives.

La carta no responde a nuestro argumento: detrás de esa “nueva estrategia” se esconden serias concesiones al parasitismo político. La CWO declara que Revolutionary Perspectives está por la “reconstitución del proletariado”. Del mismo modo, sugiere, sin entrar en detalles, que “el colapso de la URSS ha creado un amplio conjunto de nuevas tareas teóricas”.

En el momento mismo en que es importante insistir en que la teoría revolucionaria sólo puede desarrollarse en un contexto de una intervención militante en la lucha de clases, la CWO hace concesiones a las ideas propagadas por ciertos grupos parásitos de la tendencia academicista, que disfrazan su impotencia y su falta de voluntad militante con la pretensión de zambullirse en las «nuevas cuestiones teóricas». Sin duda la CWO no ha llegado hasta ahí, pero puesto que es un grupo del medio político proletario, sus debilidades pueden servir de tapadera a los grupos que parasitan ese medio. Cabe señalar además que la gran preocupación de la CWO sobre la «reconstitución del proletariado» recuerda bastante la obsesión de la FECCI sobre el mismo tema, obsesión inspirada en doctores en sociología como Alain Bihr, sutil portavoz, pagado por los media de la burguesía, de la idea de que el proletariado ya no existe o que ya no es la clase revolucionaria ([8]). El propósito de los parásitos con tales cuestionamientos no es favorecer la clarificación en el seno de la clase obrera sino denigrar la teoría política y organizativa del marxismo y erosionar sus bases. No es eso desde luego lo que quiere CWO, pero el abandono de su periódico y la limitación de su intervención a la publicación de una revista teórica no es, desde luego, coherente con la apremiante necesidad de un periódico revolucionario como “propagandista colectivo” y como “agitador colectivo”.

En su nueva publicación la CWO, no ha sido capaz, hasta el nº 3, de publicar unos principios básicos. Esto da por sí mismo una idea de lo que es como organización. No tiene nada de accidental sino que representa un serio debilitamiento de su presencia militante en la clase obrera.

La CWO y la CCI

La dificultad de la CWO para abordar la cuestión del medio político proletario la ha conducido a una peligrosa apertura hacia los enemigos del medio, los parásitos y los izquierdistas. La otra cara de esa política ha sido una política de hostilidad sectaria hacia la CCI. En Gran Bretaña ha tratado de evitar una sistemática confrontación de las diferencias políticas con World Revolution y ha tratado de proseguir una política de “desarrollo separado” a través particularmente de grupos de discusión con criterios de participación extremadamente confusos cuyo único criterio claro era la exclusión de la CCI.

Según la carta de la CWO, este grupo ha participado en el Grupo de estudio de Sheffield junto con anarquistas, elementos de la Izquierda comunista y parásitos como Subversion y un ex miembro del CBG. Recientemente el grupo de estudio se habría transformado en reunión de formación de la CWO.

Esa no es la realidad: la CWO organizó el Grupo de estudio de Sheffield como un club sin criterios políticos claros sobre participación y propósitos y todo ello parece haber llevado a su defunción en una vía tan confusa como su origen.

La “reunión de formación” no ha cambiado demasiado respecto a su antecesor: ¿a quiénes se ha excluido? ¿a los parásitos, a los anarquistas, o sólo a aquellos que no quieren estudiar? En todo caso la no asistencia de la CCI continúa siendo la única condición existente. En la última reunión, aparentemente sobre la Izquierda comunista en Rusia, la CCI como organización fue específicamente no invitada aunque una camarada de la CCI fue invitada ¡pero sobre la base de que ella era la compañera de uno de los participantes más destacados del grupo! Naturalmente, dado que los miembros de la CCI son responsables ante la organización y no van por libre, esta simpática invitación fue rechazada.

Pese a lo que la CWO dice en su carta, ninguna nueva invitación ha sido cursada a la CCI para participar en las reuniones de formación. Por ello, por lo que podemos conocer, esas reuniones no son un punto de referencia para la confrontación político-teórica en el medio político proletario sino un tinglado sectario donde la discusión es alimentada por las necesidades de la “diplomacia” y no por claros principios.

Es evidente que la CWO jamás ha admitido su política de desarrollo separado y que, por el contrario, clama, contra toda evidencia, que siempre ha mantenido una apertura hacia la CCI, restringida únicamente por contingentes dificultades geográficas.

Es cierto que desde la formación de una tendencia de la Izquierda comunista en Gran Bretaña, la CWO ha asistido a una docena de reuniones públicas de la CCI, pero el número de estas en los últimos 20 años asciende a varios cientos.

Desde que la CWO escribió su carta, la CCI ha celebrado reuniones públicas en Manchester y Londres sobre temas tales como las huelgas en Francia o la cuestión irlandesa, acerca de las cuales la CWO mantiene puntos de vista diferentes, y, sin embargo, la CWO no ha sido capaz de asistir a ninguna de ellas para defender su posición. Tampoco la CWO se preocupó de asistir a la reunión pública sobre la defensa de la organización revolucionaria celebrada en enero de 1996. En ese período la CWO ha tenido una reunión abierta en Sheffield sobre el tema “Racismo, sexismo y comunismo” y tanto su anuncio en Revolutionary Perspectives nº 3 en las librerías como su carta de comunicación a World Revolution llegó una semana después de su celebración.

La actitud sectaria de la CWO hacia la CCI no se explica por razones geográficas a no ser que creamos que internacionalistas como los miembros de la CWO son incapaces de recorrer las 37 millas que separan Sheffield de Manchester o las 169 que hay hasta Londres.

He aquí la verdadera razón. Según la CWO:

“El debate es imposible con la CCI, como ocurrió en una reciente reunión pública en Manchester donde los camaradas no podían entender cualquier hecho, argumento o idea que no cupiera en su famoso ‘marco’. Pero ese marco es puramente idealista y como declaró uno de nuestros camaradas consiste en las cuatro paredes de un manicomio” ([9]).

O sea: el debate es imposible con la CCI pero ¡es posible con izquierdistas, anarquistas y parásitos!

Es hora de que la CWO reconsidere su errática política sobre el reagrupamiento de los revolucionarios.

Según la carta de la CWO la polémica de la CCI es una muestra de “sectarismo sin precedentes”. Pero un crítica seria y profunda de una organización revolucionaria hacia otra que ponga en cuestión su posiciones erradas ¡no es sectarismo!. Las organizaciones revolucionarias tienen el deber de confrontar sus diferencias y eliminar si es posible las confusiones y la dispersión entre ellas para acelerar la unificación de las fuerzas revolucionarias en el futuro partido mundial del proletariado.

Lo que caracteriza al sectarismo es precisamente evitar esa confrontación, bien sea a través del aislamiento o a través de maniobras oportunistas con objeto de preservar la existencia separada de un grupo a toda costa.

Michael,

agosto de 1996


[1] Es cierto que durante ese mismo período, los camaradas que iban a publicar World Revolution y que formarían la sección de la CCI en Gran Bretaña (y que procedían en parte del grupo consejista Solidarity, al igual que el grupo Revolutionary Perspectives) no eran claros sobre la naturaleza de la Revolución rusa. Pero los demás grupos constitutivos de la CCI, en particular Révolution internationale, habían defendido muy claramente su carácter proletario a lo largo de las conferencias y discusiones que se verificaron entonces.

[2] La carta de la CWO da la impresión de que la CCI ha inventado cosas para atacar a la CWO. ¡Pero eso no es necesario aunque quisiéramos!. Durante años los errores de la CWO que han expresado su confusión organizativa y política han sido transparentemente claros.

[3] Ver el Programa del Partido comunista adoptado por la Unidad de militantes comunistas. Este programa que la UCM adoptó junto con Komala (una organización guerrillera vinculada al Partido democrático del Kurdistán) salió a la luz en mayo de 1982, 5 meses antes de la IVª Conferencia. Este programa se basaba a su vez en el que la UCM publicó en marzo de 1981 y fue presentado como contribución a la discusión de la IVª Conferencia.

[4] Ver las actas de la “IVª Conferencia de los grupos de la Izquierda Comunista”, septiembre 1982.

[5] Idem.

[6] World Revolution nº 60, mayo 1983.

[7] Workers Voice nº 64, enero/febrero 1993.

[8] Revista internacional nº 74, «El proletariado sigue siendo la clase revolucionaria».

[9] Workers Voice, invierno de 1991-92.

 

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