2.- Como señalamos en el mencionado artículo sobre el significado histórico de los atentados del 11-M: «Hemos dicho que el atentado de Atocha, al igual que el ataque contra las Torres Gemelas, ha sido un acto de guerra. Pero ¿de qué guerra? En el primer período de la decadencia del capitalismo, las guerras imperialistas aparecían claramente: las grandes carnicerías imperialistas de 1914 y 1939 enfrentaron a Estados de grandes potencias, con todo su arsenal nacional, militar, diplomático, ideológico. En el período de los bloques imperialistas (1945-1989) los bloques rivales se enfrentaban por peones interpuestos, y ya era más difícil entonces identificar a los verdaderos comandatarios de unas guerras que a menudo se presentaban como ‘movimientos de liberación nacional’. Con la entrada del capitalismo en su fase de descomposición, hemos identificado varias tendencias que hoy aparecen enredadas en los atentados terroristas:
‘- el aumento del terrorismo, de las capturas de rehenes como medio de guerra entre Estados, en detrimento de las “leyes” que el capitalismo se había dado en el pasado para ‘reglamentar’ los conflictos entre las fracciones de la clase dirigente;
‘- el aumento del nihilismo, del suicidio de los jóvenes, de la desesperanza, (...), del odio y de la xenofobia (...);
‘- la profusión de sectas, el resurgir del espíritu religioso (...) el rechazo hacia un pensamiento racional, coherente,...’
Estas tesis (se refiere al texto “La descomposición: fase última de la decadencia del capitalismo” que publi-camos en la Revista Internacional nº62) fueron publicadas en 1990 cuando la utilización de los atentados se debía sobre todo a países del tercer o cuarto orden: el terrorismo era, por decirlo así, “la bomba atómica de los pobres”. Casi 15 años más tarde, veíamos en el terrorismo llamado ‘islamista’ la aparición de un fenómeno nuevo: la disgregación de los propios Estados, la aparición de “señores de la guerra” que utilizaban a jóvenes kamikazes, cuya única perspectiva en la vida es la muerte».
La propaganda interesada de la clase explotadora pretende hacernos creer que esta proliferación del terror y de las matanzas es obra de unos actores “particulares” (los “fanáticos” religiosos, los “violentos”,...) que atentarían contra la paz mundial y contra la “civilización”,etc. La realidad es muy otra: es la propia “civilización” capitalista la que conduce al género humano a la destrucción y la barbarie. Los “terroristas” no hacen más que imitar los métodos de terror y destrucciones masivas que sus hermanos mayores, las grandes democracias del mundo, llevan décadas aplicando.
Por otro lado la profusión de todo tipo de grupúsculos cuyas acciones pueden condicionar incluso la política de poderosos Estados, expresa esa creciente tendencia a una disgregación general de la sociedad en bandas armadas, un fenómeno que se aprecia nítidamente en Afganistán o Irak, reflejando sin embargo en realidad lo que acontece a escala planetaria, donde asistimos también a una acentuación de la pelea de todos contra todos, en la que los Estados Unidos tratan de mantener su supremacía mundial y frenar cualquier posible avance de otras potencias que tratan de desafiarlo (Alemania, Francia,...) aunque sea multiplicando las guerras y los conflictos en todo el orbe. Por su parte, los “aspirantes” a desafiar tal hegemonía, tratan de sabotear en la medida de lo posible esa supremacía absoluta del antaño “aliado”.
3.- Por ello resulta aún más repugnante si cabe el cinismo de los líderes de las grandes democracias - con su “espanto” ante los atentados terroristas o su “solidaridad” con las víctimas -, cuando en realidad el sistema capitalista que ellos gobiernan es el responsable último de tales atrocidades, cuando ellos mismos no vacilan en emplear la guerra, el terror y la barbarie en defensa de sus intereses imperialistas. Esa criminal hipocresía de la clase dominante, representa además un peligrosísimo veneno contra la lucha y la conciencia del proletariado, la única clase capaz de derribar este orden de explotación y guerra, por cuanto impulsa a los trabajadores a defender precisamente el Estado capitalista, y a hacerles creer que tomando partido por una u otra banda de la clase dominante puede solucionarse la grave crisis terminal de este sistema. En el artículo citado de la Revista Internacional nº 117, ya denunciamos: «La burguesía española no ha sido directamente responsable de los atentados de Atocha. En cambio sí que se ha echado sobre los cadáveres de los proletarios cual banda de zopilotes. Incluso en la muerte, los obreros han servido a la clase dominante para alimentar su maquinaria de propaganda por la nación y la democracia. A los gritos de ‘España unida jamás será vencida’, toda la clase burguesa, derechas e izquierdas juntas, ha utilizado la emoción provocada por los atentados para llevar a los obreros a unas urnas que muchos de ellos habrían desdeñado en otras circunstancias. Independientemente de los resultados, la alta participación electoral ya es una victoria para la burguesía, pues significa que, al menos por ahora, una gran parte de los obreros españoles creen que hay que dejar al cuidado del Estado burgués su protección contra el terrorismo, y, para ello, tenían que defender la unión democrática de la nación española.
Más grave todavía, y más allá de la unidad nacional en torno a la defensa de la democracia, las diferentes fracciones de la burguesía española han querido usar los atentados para granjearse el apoyo de la población, y de la clase obrera, a sus opciones estratégicas e imperialistas. Al acusar, contra lo que pronto pareció inverosímil, al separatismo vasco de ser el responsable, el gobierno de Aznar intentaba asociar al proletariado al fortalecimiento policíaco del Estado español. Al denunciar la responsabilidad del alistamiento de Aznar junto a Bush, y la presencia de tropas españolas en Irak, los socialistas han querido imponer otra opción estratégica, la de la alianza con el dúo franco-alemán.»
Por mucho que la gran mayoría de los medios de propaganda de la burguesía nos presenten el ascenso del “socialista” Zapatero a la presidencia del gobierno (catapultado por un atentado en el que se ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del capital español), como un alivio frente a las torpezas y la crispación del gobierno anterior, que “alejaría” la amenaza de atentados terroristas, que “atemperaría” las tensiones entre las diferentes fracciones de la burguesía española, que “atajaría” la degradación de las condiciones de vida de los trabajadores de este país,... lo cierto es que ZP es apenas un exiguo “paño caliente” ante las turbulencias que cada vez con mayor gravedad van a sacudir el mundo y con mayor fuerza aún a los capitalismos más débiles como es el caso de España.
4.- El debilitamiento de las posiciones imperialistas del capital español que ya se constató con el excesivo entreguismo al gendarme mundial USA durante los gobiernos de Aznar, se continúa manifestando hoy en el vasallaje al eje Berlín-Paris.
Bush aprovechó las ridículas ansias de “grandeza” de Aznar (completamente fuera de la realidad por cuanto el potencial del capital español tanto económico como militar y diplomático no pueden respaldar una política imperialista de alcance mundial), para, a cambio de un poco de adulación como “valiente líder mundial de la lucha antiterrorista”, encontrar una imagen de respaldo “internacional” a la invasión de Irak, y para introducir un verdadero “caballo de Troya” en la construcción europea, el terreno privilegiado de la acción de sus rivales alemanes y franceses.
Pero las intenciones de los “nuevos padrinos” no quedan muy lejos. También a cambio de otro poquito de “jabón” esta vez como “estandarte de la paz y el derecho internacional”, Schroeder y Chirac empujan a ZP para que juegue ese mismo papel de “tonto útil”, pero ahora desacreditando la “coalición internacional” en Irak, o enardeciéndole para que destaque en sus críticas y gestos de “desafío” a la política norteamericana, precisamente porque ni Alemania ni Francia, ni juntas ni por separado, son capaces de desafiar abiertamente a la superpotencia estadounidense.
Ese nuevo papel del capital español no frena en absoluto la guerra ya que como hemos denunciado, la retirada de las tropas españolas de Irak debía de entenderse dentro de este análisis de la pugna imperialista entre las grandes potencias y constituía por ello, a pesar de su apariencia “pacifista”, como una verdadera acción de guerra en un conflicto, que con presencia de tropas españolas o sin ellas, no ha dejado de agravarse. Ni tampoco pone a salvo al capital español de la amenaza de nuevos atentados terroristas, como ha podido verse recientemente con los planes para atentar contra la Audiencia Nacional. Y, sin embargo, coloca al capital español en el centro de las iras del peligroso gangster norteamericano, por lo que no han sido pocas las voces (entre otras la del propio Felipe González, anterior presidente de gobiernos “socialistas”) que han advertido a ZP de la necesidad de templar su contestación a USA, ya que los mecanismos de presión de estos son demasiado poderosos y demasiado “cercanos” a los intereses del capital español, por ejemplo en América latina, y sobre todo en el Magreb que ha representado históricamente un quebradero de cabeza para la burguesía española y donde hoy se juntan, por un lado el origen de una fuerte emigración donde se ocultan y reclutan mártires e “iluminados” para la “guerra santa”; pero también por otro lado las ambiciones imperialistas de países como Argelia y sobre todo Marruecos, a quién USA han nombrado “aliado privilegiado” en un claro signo de amenaza al capital español.
5.- Esa tendencia al cisma, al “cada uno a la suya”, que en la etapa de descomposición capitalista alcanza su punto culminante, afecta también a las relaciones entre las distintas fracciones del capital nacional. Que en los países más desarrollados esa tendencia no alcance el grado de cuasi guerra civil que vemos en Oriente Medio u otras zonas, no significa que sean inmunes a esa presión de la descomposición social que se manifiesta en la proliferación de tendencias centrífugas en cada capital nacional, en una creciente irresponsabilidad de sectores del aparato político de la burguesía, etc. Esta presión de la descomposición afecta más, como es lógico, a capitales nacionales como es el caso del capitalismo en España, donde ya históricamente ha habido problemas de mala soldadura nacional.
Frente a esas tendencias centrífugas el gobierno PSOE intenta trocar la estrategia del anterior gobierno consistente en acentuar las tensiones del “españolismo” contra el “separatismo”, y que en realidad alimentaba a éste, pero la realidad es que el famoso talante ZP no ha conseguido rebajar las pretensiones soberanistas del nacionalismo vasco, todo lo contrario, pues Ibarreche se ha ratificado en su órdago al gobierno español. Otro tanto cabe decir de la situación en Cataluña donde la tentativa de controlar a los sectores más radicales de ERC a través del gobierno tripartito encabezado por Maragall está desembocando en que Maragall aparezca (de grado o a la fuerza es difícil de saber) como un rehén del ultra nacionalista Carod Rovira.
Los problemas de cohesión del capital español tienden a agravarse, por cuanto la política de “gestos” de ZP sin contentar a nacionalistas vascos y catalanes (que califican su propuesta de reforma constitucional de estafa), está sirviendo más bien para estimular en otros nacionalismos periféricos ese mismo sentimiento de “irredentismo”, “de agravios comparativos”, etc., lo que a su vez lleva a destapar la caja de truenos del nacionalismo español que no se circunscribe únicamente al PP, sino que cuenta con ramas importantes dentro del propio PSOE (Bono, Ibarra, etc.). Los problemas históricos de mala soldadura del Estado nacional que no han podido ser solucionados a lo largo de la etapa de decadencia del capitalismo, tienden en la fase terminal de ésta - cuando se recargan más aún las tendencias al cada uno a la suya- no sólo a enquistarse sino a agravarse.
6.- Y otro tanto cabe decir del problema de la debilidad crónica de la derecha española. A lo largo de toda la historia del capitalismo en España, sus fracciones de derecha se han caracterizado por una fuerte tendencia al fraccionamiento en auténticos reinos de taifas (desde el caciquismo del siglo XIX, al estallido por ejemplo de la UCD a principios de la década de los años 80). Esta tendencia a la dispersión ha tratado de ser compensada por una tendencia, aparentemente contradictoria aunque en realidad complementaria, a una uniformidad más formal que real en un partido único monolítico galvanizado en torno a la defensa de la “unidad de la patria”, etc. El Partido Popular, que es fruto de un importante esfuerzo de todas las fracciones de la clase dominante en España desde la Transición, por dotarse de un partido de derechas con marchamo democrático para poder manejar la alternancia electoral y fortalecer la propia mistificación democrática, arrastra sin embargo esos vicios congénitos de la derecha de los países más atrasados, y esa debilidad crónica se agudiza aún más ante el empuje de la descomposición, de modo que tras la salida del gobierno asistimos a una multiplicación de las querellas internas dentro del PP que ponen de manifiesto que la “cohesión” que se había logrado obedecía sobre todo a las ubres del poder. Por otro lado las tentativas de Rajoy o de Gallardón por intentar desligar progresivamente al PP de las torpezas del gobierno Aznar (entre ellas las que le costaron la debacle electoral del 14-M) es sistemáticamente saboteada por la propia fracción Aznar, que ante el riesgo de una dislocación del partido reacciona con mayores dosis de monolitismo, con más nacionalismo español “ultramontano”, con más obcecación en los errores,... lo que abre la puerta bien a una cascada de escisiones (habida cuenta de la rigidez del “partido único” de la derecha española), o bien a una deslegitimación del PP como partido democrático capaz de gobernar con modales adaptados a la mistificación democrática. Esta hipótesis alarma al conjunto de la burguesía española, ya que obligaría a que en todo momento y condición fuera el partido “socialista” quien se viera obligado a ejecutar las necesidades del capital tanto en cuanto a la implicación en las guerras como consecuencia de la agravación del caos imperialista, como en el ataque a muerte a las condiciones de vida de los trabajadores como consecuencia de la imparable agravación de la crisis económica mundial.
7.- Y no es que la clase capitalista tenga motivos para dudar que al PSOE no le temblará la mano al enviar tropas a los conflictos (ya lo hizo en la primera guerra del Golfo en 1991, y posteriormente en los Balcanes), ni de promover auténticas oleadas de despidos (recordemos las reconversiones siderúrgica, naval,... de los años 80), de eventualidad (el Plan de Empleo Juvenil padre putativo de ese 33% de temporalidad que sufren hoy los trabajadores españoles), o de recortes de subsidio de desempleo (el decretazo de 1995) de prestaciones sanitarias (los primeros medicamentazos,...). Cuando nos dicen que la situación de hoy no puede compararse con la que heredó F. González en 1982, tienen toda la razón: la situación es peor, la crisis económica se ha prolongado veinte años más, y todas las artimañas con las que el capitalismo mundial ha tratado de ir capeando su crisis mortal, no han hecho sino agravar el problema, al mismo tiempo que recortaban aún más el margen de maniobra de los distintos capitales nacionales, y en mayor medida de los capitalismos más débiles como el español.
Pero en la carrera que se ha desatado entre los distintos capitales nacionales por ver quien ataca más fieramente a la clase obrera (véanse por ejemplo los recortes sociales en Alemania, Francia y Holanda; el chantaje de las deslocalizaciones para hacer que los obreros trabajen más horas por menos salarios), el capital español está acumulando ya bastante retraso. ¿Por qué? ¿Será por la supuesta posición “aventajada” de la economía española, con “tasas de crecimiento superiores” a las europeas? En absoluto. El retraso en la aplicación de las medidas necesarias para frenar la caída en picado de la competitividad de la economía española no es un signo de “fortaleza” de ésta, sino más bien de su debilidad.
En primer lugar, la pertenencia a la Unión Europea que ha representado desde luego una tabla de salvación para protegerse mejor de los efectos más brutales de la crisis, supone al mismo tiempo una camisa de fuerza que debilita aún más su margen de maniobra. Tomemos el ejemplo de los nutridos “fondos de cohesión europeos” que las administraciones españolas han venido recibiendo desde 1986, a cambio, eso sí, de abrir puertas y ventanas a los grandes competidores alemanes y franceses que han arrinconado a sus “colegas” españoles. Estos fondos han permitido al capital español disimular el deterioro de su tejido productivo, pero con la agudización de la crisis y la ampliación a 25 miembros de la UE, este “maná” va a ir desapareciendo.
En segundo lugar, la economía española se está colocando en cuanto a competitividad se refiere, en un “terreno de nadie”. En los años 80, precisamente a cambio de su inclusión en el “club europeo”, se desmanteló la industria básica donde el capital español tiene poco que vender. En cuanto a las industrias de bienes de consumo de tecnología media y baja, en la que la economía española se ha ido “especializando” desde mediados de los años 60 (mueble, textil, calzado,...) también se haya muy debilitado por la competencia de China, Corea, y otros países de bajos salarios.
En tercer lugar el peso de la eventualidad de la fuerza de trabajo es descomunal (más del 30% de los asalariados, y ese porcentaje es mayor aún en el sector público). A base de “contratos basura”, el capital español ha ido “engañando” la eclosión de un desempleo masivo, pero comprometiendo al mismo tiempo la productividad que no cesa de bajar año tras año.
En cuarto lugar la economía se ha mantenido en pie sobre todo mediante la droga de la especulación. Si en los 90 asistimos a la llamada “cultura del pelotazo”, desde hace unos años ha aparecido una desbocada “burbuja” inmobiliaria que ha puesto por las nubes el precio de la vivienda (desde 1997 ha crecido un 130%), haciendo imposible su adquisición para la mayoría de jóvenes trabajadores y provocando un endeudamiento fuera de control (en 1996 las familias españolas estaban empeñadas en 200 mil millones de euros; en 2003 la cifra alcanzó los 506 mil millones). Esta deuda y este “crecimiento” podrido y drogado se han convertido en una pesada carga de la cual no puede librarse el capital español pues, al mismo tiempo, es la única vía para mantener a flote su economía. Por eso las promesas del gobierno ZP de “resolver el problema de la vivienda” se han evaporado rápidamente, y la ministra del ramo se ha convertido en la “metepatas” de turno.
Todo esto configura un panorama muy complicado para el capital español que corre el riesgo de convertirse en “el enfermo de Europa”, y que además le obliga a lanzar ataques de gran envergadura contra el proletariado. Estos ataques pueden ser aún más bestiales y profundos que los que están empezando a sentirse en Austria, Holanda, Francia, Alemania, y pueden reducir las condiciones de vida de los trabajadores a niveles que se asemejarán a los que actualmente sufren sus hermanos del Tercer Mundo.
Por ello, ante un proletariado que no está derrotado y que no está por ello dispuesto a sacrificarse de forma extrema por “la salvación de la economía nacional”, el gobierno ZP trata de proceder con tiento, preparando políticamente el terreno para tratar de impedir que tales ataques susciten una respuesta masiva de los trabajadores. En los principales países capitalistas europeos, han sido los gobiernos de izquierda los que han llevado a cabo esa estratagema, justificando por ejemplo los recortes en pensiones en la necesidad de garantizar el futuro de estas, los hachazos a los subsidios de desempleo como medidas para estimularlo, o apareciendo “neutrales” en las propuestas que han hecho los empresarios de despidos, aumentos de las jornadas, bloqueos salariales,...
El “talante” ZP es sin duda una adaptación de la burguesía española a ese lenguaje que vemos en el resto de los gobiernos de “izquierda”. Por las propias condiciones en que el PSOE se ha visto aupado al poder como consecuencia del 11-M, el Gobierno no podía descargar en los primeros meses los ataques que le exige la gravedad de la situación de la economía española, y sí debía en cambio instaurar un clima de “anestesia” general, de ridícula esperanza en que ZP “no nos va a fallar”,...
Esa anestesia por potente que sea su efecto inmediato, que se apoya además en el shock que supusieron los atentados, y sus secuelas de miedo a luchar, y por el contrario a buscar refugio en ese Estado que ahora tiene más credibilidad con el talante “humano” y cordial del ZP que con la acritud de Aznar, esa anestesia decimos será de corta duración, y más pronto que tarde, el gobierno ZP mostrará como lo que es: digno servidor de los criminales intereses de la burguesía. Los trabajadores de Astilleros, a pesar del juego de “amagues” con el que el gobierno acompaña el plan de despidos, ya han empezado a ver las orejas del lobo tras la risa de cordero de Zapatero, la misma cínica sonrisa de González cuando prometió los 800 mil puestos de trabajo.
8.- La situación de la lucha de clases en España participa plenamente en el viraje internacional de la lucha de clases que hemos constatado (ver “Resolución sobre la lucha de clases” en Revista Internacional nº 114). Las diferentes luchas, desde Puertollano el año pasado a las luchas de los trabajadores de Astilleros, pasando por las movilizaciones contra los cierres de empresas en Cataluña a principios de 2.004, han mostrado un lento y difícil desarrollo de la combatividad y han visto nacer esfuerzos de toma de conciencia todavía muy tímidos y minoritarios. Hemos visto manifestaciones de solidaridad con los trabajadores, aunque todavía la izquierda y los sindicatos conducen ese sano sentimiento de solidaridad hacia el terreno engañoso y burgués de la defensa de la supervivencia de tal o cual localidad, del sector, la región, etc. Pero lentamente también en muchos elementos jóvenes se empieza a manifestar preocupación e interés por el significado de estas luchas. Basta recorrer los foros de Internet para ver como muchos de estos jóvenes, educados en la “propaganda” oficial de la desaparición de la lucha de clases, se preguntan como ayudar a las luchas obreras, cuales son sus enemigos,... Esta repercusión de las luchas que aunque aisladas y controladas por los sindicatos, encuentran eco en otros trabajadores y otros sectores sociales, es una expresión aún muy tímida y minoritaria de la tendencia a que la lucha de clases, la lucha de defensa de los intereses obreros contra los del capital vaya ganando cada vez mayor peso en la vida social, lo que sin duda redundará en una recuperación de la confianza de la clase obrera en sí misma, en una preparación, a través de ese esfuerzo, de los próximos combates.
Sin embargo sería erróneo esperar un desarrollo sin trabas de la combatividad y la conciencia en la clase obrera. Al contrario, la burguesía está preparada y ha desplegado un importante arsenal de armas de combate:
· Los sindicatos no pierden el control de la situación pese a que progresivamente se irán viendo cada vez más expuestos. Si en el 20-J de 2002 los sindicatos aparecían como los adalides de la “lucha obrera” contra los planes del Gobierno, en Puertollano o en Astilleros han empezado a emerger expresiones de denuncia de su compadreo con la degradación de las condiciones de vida, los despidos, etc.
· Para cubrirles el frente y frustrar las tentativas de los obreros más combativos, el sindicalismo de base está desplegando sus armas con fuerte intensidad, reproduciendo los mismos mensajes reaccionarios que sus cofrades “mayoritarios” (especialmente el encadenamiento de los trabajadores a la defensa de “su” empresa, sector o región), aunque con formas de “lucha” más radicales, que aparentemente, sólo aparentemente, les “diferencian” de los mangoneos de CCOO y UGT.
· Los movimientos anti-globalización y el anarquismo se movilizan también para sabotear los esfuerzos de toma de conciencia de los elementos más combativos de la clase, sobre todo de aquellos que se cuestionan abiertamente el orden capitalista y se empiezan siquiera a preguntar si hay una alternativa a este sistema de explotación, guerras y barbarie.
9.- Precisamente esa es la tarea central de los revolucionarios en la situación actual: contribuir a que los trabajadores comprendan la gravedad de la situación histórica actual, y la inmensa responsabilidad que incumbe a la clase obrera mundial portadora de la única alternativa al pudrimiento social que es el único futuro que puede deparar el capitalismo. Como señalamos en la parte final del artículo de la Revista Internacional que dedicamos a analizar los atentados del 11-M en Madrid: «Comprender la situación que genera la descomposición capitalista es pues algo de lo más necesario para el proletariado, si quiere volver a encontrar y defender su independencia de clase política frente a la propaganda burguesa que quiere transformar a los proletarios en simples ‘ciudadanos’ tributarios del Estado democrático (...) Frente a la barbarie de la guerra y la descomposición capitalista, la clase obrera mundial puede y debe ponerse a la altura de los peligros que la amenazan, no sólo en el plano de su resistencia inmediata a los ataques económicos, sino sobre todo en la comprensión general y política de la amenaza mortal que el capitalismo hace planear sobre toda la especie humana».
Acción Proletaria (01.11.2004).
En efecto, como ha revelado el Financial Times: “Es preferible confiar las operaciones militares a las fuerzas iraquíes a fin de minimizar las consecuencias políticas” y así se puso ya en práctica en la toma de Samarra (ciudad a 100 Km al norte de Bagdad). En esta operación tuvieron lugar encarnizados combates casa por casa y calle por calle, y en la que mujeres y niños perecieron asesinados aunque, sin estadística fiable alguna, no puede darse una apreciación exacta del calibre de la masacre. Pero Samarra no fue más que el aldabonazo de la ofensiva sobre Falluja. En esta ciudad más de diez días de bombardeos artilleros y aéreos, con los tanques disparando contra hospitales, arrasando barrios enteros,... se han producido, una vez más según estadísticas “oficiales”, más de 500 muertos y más de 200 mil “desplazados”, en lo que ha constituido la matanza más sangrienta desde que, en Mayo del pasado año, se diera por “concluida” la guerra de Irak. Desde entonces en este país dominado por la anarquía se han producido, como mínimo, 2300 ataques contra las fuerzas de la coalición, la policía iraquí y la población civil, en una vasta zona geográfica que va desde Mosul en el norte, pasando por el Kurdistán y el “triángulo sunnita” (Tikrit, Samarra, Bacuba, Ramadi, Falluja y Bagdad), hasta Basora al sur.
El lodazal iraquí es de tal magnitud que países que tienen allí tropas desplegadas se están planteando cada vez con menos tapujos el seguir manteniéndolas. Así el ministro polaco de defensa, Jerzy Somajdzinski, ha anunciado en una entrevista en Gazeta Wybotez, una posible retirada de las tropas a principios de 2.005. Por su parte el ministro italiano de defensa declaraba hace poco al diario La Stampa: “Una vuelta anticipada de nuestras tropas respondería a la demanda del primer ministro iraquí Allaui”(citado por Courrier International del 19 de octubre). Ni uno sólo de los estados imperialistas embarcados hoy en la guerra de Irak al lado de las fuerzas angloamericanas, esta a salvo del callejón sin salida en que se ha metido el imperialismo norteamericano.
Esta nueva ofensiva militar no va a frenar en absoluto la pérdida de control de la situación por parte de Estados Unidos. Es más: el estallido de la futura entidad iraquí aparece como una perspectiva cada vez más probable. De hecho, la ofensiva sobre Falluja ha supuesto el abandono del gobierno provisional por parte del partido sunnita, y la exacerbación de los llamamientos a la “guerra santa" por parte de clérigos de esa confesión. En Mosul, la situación también se deteriora muy rápidamente e insurgentes sunnitas se están dedicando a atacar sedes de partidos kurdos. Al norte de Irak, la ciudad de Kirkuk es actualmente reivindicada, de manera cada vez más agresiva y belicosa por árabes, kurdos y turcomanos. Pero lo que resulta aún más significativo es que tres provincias del Sur amenazan permanentemente con la secesión. “Los miembros del consejo municipal de Basora, segunda ciudad de Irak, de mayoría chiíta, habrían entablado negociaciones con sus homólogos de las ciudades vecinas, Maysan y Dhicuar, con el fin de considerar la creación de una región federal en el sur” (Courrier International del 9 de octubre). Aunque en Irak no se haya materializado aún ese estallido, lo bien cierto es que en todos aquellos sitios donde la guerra imperialista hace sus estragos, estamos asistiendo cada vez más a un desmantelamiento de las entidades nacionales burguesas. Si el control del petróleo, como arma estratégica y militar, es importante, hay que darse cuenta de lo que representan las veleidades “autonomistas” de estas regiones del sur donde se hayan precisamente el 80% de las reservas petroleras de Irak. Y en esta zona los chiítas están bajo la influencia de Irán. La evolución real del caos en esta región del mundo lleva a dudar de la capacidad del imperialismo americano de acabar controlando las zonas petrolíferas iraquíes.
Pero la actual ofensiva guerrera de Estados Unidos tiene un objetivo prioritario e inmediato. La burguesía americana tiene una débil esperanza de que las elecciones previstas para el 31 de enero próximo estabilicen momentáneamente la situación, y en ello empeña todos los medios a su alcance. Sin embargo incluso la celebración misma de esas elecciones se ve hoy comprometida. Las propias autoridades iraquíes y los representantes de Naciones Unidas, que se esfuerzan en organizarlas, creen que será muy difícil que puedan hacerse. Un miembro del comité organizador declaró recientemente: “Los Balcanes en comparación a esto parecen Noruega”. La Casa Blanca se conformaría incluso con que se celebraran tales elecciones sólo en las zonas seguras. Ante el desprestigio de los comicios, las autoridades iraquíes se han visto inmediatamente obligadas a reaccionar asegurando, como ha hecho el ministro iraquí Iyad Alaui, que no serán en ningún caso elecciones parciales. Pero este deseo tropieza con la realidad de una creciente pérdida de control de cada vez más zonas del país por parte de Estados Unidos. Para limitar los estragos, además de la ofensiva militar, Estados Unidos se ha visto obligado a inyectar discretamente 100 millones de dólares en “la educación de los electores” (Courrier International). Además, el Estado americano ha pedido más ayuda a Gran Bretaña: “Para ir en ayuda de los americanos las tropas británicas han sido desplazadas a una de las zonas más violentas de Irak... 650 soldados del batallón Black Watch han debido tomar posición en la ciudad de Iskandariya situada al sur de Bagdad, donde los extranjeros y las fuerzas oficiales iraquíes son regularmente el blanco de los rebeldes”. (The Independant).
Los sondeos muestran que solamente el 2% de los iraquíes consideran al ejército americano como los liberadores. Actualmente los chiítas están a la expectativa, puesto que al ser mayoritarios en Irak esperan aprovecharse de este proceso electoral. El odio que, en Irak y en el mundo árabe en general, existe contra Estados Unidos se debe a la política imperialista que éstos han desarrollado en esta parte del mundo. Hasta 1.967 y la Guerra de los Seis Días, era más el imperialismo francés el que concentraba las iras de la población habida cuenta de sus matanzas en Argelia, su participación en la agresión militar a Egipto, y al hecho de ser entonces el principal proveedor de armas del estado hebreo. Las alianzas imperialistas hoy han cambiado sin duda. El debilitamiento del liderazgo americano alcanza hoy tal punto que, sea cual sea el grado de control o de “credibilidad” de las elecciones de enero próximo en Irak, no es que no vaya a cambiar nada; es que todo irá a peor.
“Ningún gobierno iraquí podrá durar mucho tiempo después de la salida de las tropas americanas si antes no hadado pruebas de oponerse a la ocupación”. (John V.Whisbeck en el diario Asharq al-Awsat).
Los atentados terroristas que acaban de tener lugar en el Sinaí en Egipto marcan una agravación clara del caos en Oriente Medio. Esta región balnearia de Egipto se había convertido en el último lugar donde árabes y judíos podían convivir sin riesgos de violencia o atentados. Estos últimos atentados, cualesquiera quienes sean sus autores, manifiestan abiertamente que no hay ningún santuario protegido de la barbarie y del horror capitalista. Para los israelíes Egipto es un “aliado” cada vez menos fiable: aparecía como un aliado cada vez menos fiable:“No necesitábamos haber sufrido la grosería, la indolencia, la indiferencia rayana en hostilidad que han indignantemente han demostrado las autoridades egipcias la noche de los atentados, para darnos cuenta que la seguridad de Israel y de los israelíes no figura entre las prioridades de los egipcios”. (Martin Sherman en el Yediut Aharunut). Egipto que desde hace años aparecía como uno de los países más cercanos a las tesis norteamericanas, que ha sido también durante muchos años interlocutor privilegiado de Israel en el mundo árabe, y que sin embargo es el refugio de organizaciones terroristas como la Hamás palestina, vuelve a estar hoy en el centro de los enfrentamientos, haciendo de todo Oriente Próximo un hervidero de conflictos. La continuación de la ofensiva militar israelí en la banda de Gaza y en Cisjordania con su cortejo de masacres cotidianas, muestra igualmente la vorágine belicista en que se adentra, imparablemente, el capitalismo en plena quiebra, así como la total irracionalidad de este sistema nauseabundo.
La muerte de Arafat, un servidor incondicional de los intereses de la burguesía palestina, peón de todos los conflictos imperialistas de la zona desde los años 50, responsable directo del alistamiento de la población palestina como carne de canon en estas peleas de gángsteres imperialistas, va a suponer además un factor añadido de conflictos entre las diferentes fracciones palestinas lo que, sin duda, intentarán aprovechar por su parte otras burguesías de la zona y también las principales potencias imperialistas del mundo.
Para empeorar más si cabe la situación, el país que se ha convertido indiscutiblemente en la bestia negra de Tel Aviv, Irán, va a poder aprovecharse de las consecuencias de los enfrentamientos de mayor o menor calado que, desde hace diez años, sacuden esta región. La caída de los talibanes en Afganistán y el hundimiento del régimen de Saddam Hussein, le han despejado el camino de concurrentes religiosos y militares. En un momento de ascenso del caos y el “cada uno a la suya”, cuando ninguna potencia puede imponer su ley de forma duradera a otros Estados imperialistas, Irán esta buscando a cualquier precio hacerse con un arsenal nuclear, armamento del que ya disponen países vecinos y rivales como son Israel y Pakistán. “Los responsables de los servicios de seguridad israelíes se enfrentan pues a una situación paradójica: por un lado se sienten satisfechos de la desaparición de un enemigo jurado gracias a la invasión americana de Irak, pero se muestran cada vez más inquietos por las oportunidades que esto proporciona al otro enemigo. Están viendo bascular Oriente Medio de un estado de rivalidades convencionales a otro, infinitamente más peligroso, de rivalidades nucleares”. (Stevens Erlanger, The New York Times). Esto explica las declaraciones cada vez más beligerantes de altos funcionarios israelíes que no debemos tomar como unas declaraciones altisonantes más de políticos burgueses, sino como una amenaza más de barbarie y descomposición capitalista. Por su propia dinámica esta perspectiva es tan inevitable como la del riesgo de una guerra nuclear entre India y Pakistán.
El proletariado no puede “acostumbrarse” al horror y la barbarie capitalistas que una y otra vez aparecen en las pantallas de televisión del mundo. Es necesario que reaccione con indignación frente a esta oleada de masacres, atentados y otros enfrentamientos guerreros imperialistas. La aceleración del debilitamiento del liderazgo americano es un estímulo para que sus principales rivales pongan todos los medios de que dispongan al servicio de la defensa de sus propios intereses imperialistas. Esto aguijonea aún más a cada Estado, e incluso a cada señor de la guerra, hacia cada vez más violencia. La clase obrera, la única clase que puede unirse y organizarse a escala mundial, es la única fuerza que puede ofrecer otra perspectiva a la humanidad. Para ello debe tomar conciencia de la naturaleza capitalista de los enfrentamientos imperialistas en curso, en Irak y en todo Oriente Medio. El proletariado debe oponer la revolución comunista a la barbarie capitalista.
Adaptado de Révolution Internationale (órgano de la CCI en Francia). nº 351,
El fondo de los acontecimientos es una degradación continua y profunda de las condiciones laborales en el sector del calzado en toda esta región de Elche y Elda. Desde hace tiempo, el trabajo precario está ampliamente generalizado en la mayoría de las empresas, y muchos obreros trabajan clandestinamente, en pequeños talleres, o a domicilio, sin cotizar a la seguridad social, y sin ningún derecho a cobrar nada en caso de despido, ni a subsidio de desempleo. Según los datos oficiales, más del 60% del sector funciona así, y precisamente esta penuria de las condiciones de los trabajadores ha sido hasta ahora la clave de la competitividad de las empresas de la región.
Pero con la agudización de la crisis económica y por consiguiente de la lucha por el mercado, el desembarco de las empresas asiáticas ha puesto muy alto el listón. “Los chinos”, no solamente trabajan clandestinamente, sino que muchos son inmigrantes ilegales, y se ven obligados a trabajar jornadas de más de 12 horas cobrando salarios ridículos comparados con los de los obreros españoles; por no hablar del coste de los zapatos que se importan de China, y que se producen allí con precios de mano de obra mucho más bajos todavía.
Evidentemente las fábricas de calzado de Elche no pueden competir con los precios “chinos”, a menos que consigan imponer a sus trabajadores peores condiciones laborales aún, condiciones casi “tercermundistas”. Y no pueden hacer eso sin despidos masivos, cierres de talleres y ataques brutales a los salarios, es decir empeorando cualitativamente y significativamente las condiciones de vida obreras. Por eso las grandes empresas plantean la perspectiva de “deslocalizar”, y los pequeños talleres la de la quiebra y el cierre, y ambos chantajean con esto a sus trabajadores para que acepten reducciones de salario y más precariedad, para «salvar las empresas».
Toda esta situación genera una inquietud y un creciente descontento en los trabajadores, que ven perfilarse la perspectiva del desempleo, sin cobrar subsidio, sin jubilaciones, y con pocas perspectivas de encontrar otro trabajo. Pero ese malestar aún no ha generado una combatividad, una voluntad de luchar como clase, un sentimiento de que en esa lucha el enemigo es el propio patrón, y no la competencia de otros trabajadores. Este sector de la clase obrera, está muy marcado por la dispersión en pequeñas empresas de muy pocos trabajadores, a veces familiares, y una tremenda inseguridad de las condiciones laborales, y aún no ha encontrado la seguridad en sí mismo y la fuerza para lanzarse a un combate en el que se juega mucho.
No han sido los obreros, sino los pequeños empresarios desesperados e impotentes para defenderse de la competencia de “los chinos”, los que han desencadenado los disturbios el día 16 de septiembre. Las grandes empresas pueden cerrar y marcharse incluso a China; pero los pequeños empresarios no pueden hacer otra cosa que pedir al gobierno regional y central que les apoye, que «salve sus empresas», y desencadenar su rabia contra los almacenes chinos. Bien es cierto que la combinación de malestar, inquietud y falta de confianza en las propias fuerzas, ha permitido que los trabajadores se dejen arrastrar a este terreno, pero está claro que esta no es nuestra lucha, ni son nuestras reivindicaciones. «salvar el calzado de Elche», «salvar la región», o «salvar el tejido industrial de la Comunidad» sólo puede significar empeorar nuestras condiciones de vida, bajar los salarios y trabajar más horas y más precario.
Luego del día 16, se genera un movimiento ciudadano interclasista, manipulado por diferentes fuerzas políticas, que contribuyen notablemente a impulsarlo. No estamos en presencia de una lucha obrera, sino de una tensión social, a partir de la cual, se estructura ese «movimiento para salvar el tejido industrial de Elche», que se plantea directamente en el terreno de la burguesía, de la «defensa de la competencia de las empresas regionales y nacionales», de la «lucha contra la competencia desleal» y «contra la falta de protección del Estado a las empresas regionales», por mucho que algunos de sus organizadores quieran presentarlo como una lucha obrera autónoma.
En el momento en que los empresarios se retiran del primer plano, emitiendo un comunicado de condena de los sucesos del 16 y dejando a los obreros a su suerte, bajo las acusaciones de “racismo”, aparece el MUP, que reconduce el malestar de los trabajadores arrastrados fuera de su terreno de clase, desde la “xenofobia” directamente al asamblearismo radical y “autónomo”, pero guardándose bien de conservar las consignas de «defensa de la industria regional» y de la «competitividad».
«Y es que el pasado jueves 23 (de septiembre –NdR) los militantes y simpatizantes del MUP fueron los únicos, de entre la izquierda organizada, que acudieron a la protesta convocada, de manera informal y confusa, por desconocidos» (del periódico Revolución edición digital). Muy bien. ¿Y qué dice el MUP en su primera aparición en escena? Distribuye un comunicado en la misma manifestación, donde se puede leer: «Aunque sabemos que, en esta lucha, los trabajadores podemos coincidir con los pequeños empresarios en la defensa de la industria ilicitana, y de hecho llamamos a la movilización unitaria para defenderla, tenemos bien presente que los trabajadores tenemos unos intereses concretos y diferenciados por los que debemos luchar».
No podemos pasar por alto que, desde el mismo día 23, el MUP llama a una movilización interclasista, conjuntamente con los empresarios, eso sí, «los pequeños»; pero bueno, también dicen que los trabajadores tenemos unos intereses «concretos y diferenciados»; así que veamos cuales son. Tras la manifestación del 23, el MUP distribuye una convocatoria para una nueva manifestación el día 30, donde podemos informarnos de que «la manifestación del día 30 se convoca “en defensa del tejido industrial de Elche”»...¡Más de los mismo!
Fuera de su terreno de clase, los obreros son llevados de Herodes a Pilatos, del “asalto a los chinos” a las “protestas contra los sindicatos mayoritarios”, pero siempre sin salirse del guión de la «lucha contra la competencia desleal», y la «defensa de la economía nacional» (¡Vaya!, esto ya no son los pequeños empresarios). Y es que, francamente, las consignas del MUP, como por ej, la de «No a la constitución europea que condena nuestra independencia económica», no tienen mucho que envidiar al nacionalismo de la extrema derecha.
¿Qué lecciones tenemos que sacar de los acontecimientos de Elche?
Los sindicatos mayoritarios, que no tienen prácticamente representatividad en el sector de precarios, parados y jóvenes, han tratado con el desprecio más absoluto la gravedad de la situación vital que se plantea a los obreros del calzado en estas empresas, considerándolos como «insolidarios» y «egoístas», que nunca han acudido antes a las convocatorias en contra de la ilegalidad de las condiciones de trabajo en este sector (fundamentalmente para no poner en juego sus medios de vida), y que ahora pedirían su mediación sindical.
Con el mayor cinismo, CCOO y UGT, culpan a los obreros de sus penurias, despreciándolos, y por eso apoyan la versión de que esos «miserables» serían capaces de venderse por cualquier cosa, y de participar en actos xenófobos.
Desde el terreno sindical pues, hay un ataque a la unidad de la clase obrera, oponiendo a los fijos y los subempleados y desempleados; hay un ataque igualmente a la confianza de los trabajadores en sus propias fuerzas, y a la identidad de la clase obrera. La participación de estos sindicatos en la convocatoria de las manifestaciones más numerosas no es para lavar su imagen, sino para amplificar esos ataques.
Ante esa actitud de los grandes sindicatos, y la pasividad del gobierno, las instituciones regionales y los partidos parlamentarios, el MUP propugna una lucha radical, que se aferra a las formas asamblearias, pero con un contenido interclasista, donde «los intereses de los trabajadores» sólo aparecen como un latiguillo en las proclamas, para tratar de dar un contenido “obrero” a la defensa de los intereses burgueses y la economía nacional. Esta vía, no sólo lleva a que se impongan la precariedad y la “tercermundialización” de las condiciones obreras que exige la defensa de la competencia; sino que es también un ataque a la confianza del proletariado en sus fuerzas, sembrando la desmoralización, puesto que se implica a los obreros en una lucha en contra de sus propios intereses; y más aún, un ataque a sus tradiciones de lucha, a las asambleas y los delegados, que son verdaderas armas de la lucha obrera.
Por eso, la respuesta obrera al terreno que plantea el MUP no puede ser una sobrepuja de radicalismo formal, reivindicando “más autonomía” o “más autoorganización”, sino la toma a cargo de la lucha por el proletariado, planteando sus verdaderas reivindicaciones y buscando la solidaridad con el conjunto de la clase obrera.
La aparente confrontación entre el MUP y los sindicatos y partidos mayoritarios, que finalmente se ha saldado con la unidad en las manifestaciones más masivas, podría dejar desprender que la lección de los acontecimientos de Elche es la necesidad de que los trabajadores elijamos entre “los cauces democráticos” o el “asamblearismo y la lucha autónoma” para «defender el tejido industrial de Elche»; pero la verdadera cuestión para la clase obrera no es esa, sino romper con el terreno de la «defensa de la competencia», de la «defensa de las necesidades de la economía», para plantear la defensa de nuestras necesidades, la defensa de la solidaridad.
Queda finalmente una cuestión por dilucidar. A diferencia del naval, donde las diferentes fuerzas políticas de la burguesía aplicaban una estrategia para hacer colar los despidos y el cierre de empresas frente a la resistencia obrera, en Elche no había, ni un ataque concreto que llevar a cabo (más bien un deterioro general), ni una resistencia obrera claramente planteada en un terreno de clase que hubiera que vencer. ¿Para qué hacer jugar pues toda esta estrategia política del MUP y los sindicatos y grupos políticos mayoritarios?
Como hemos demostrado, en ambos casos hay un ataque político a la clase obrera, utilizando un sector debilitado. Y tenemos que reflexionar más sobre el sentido de ese ataque.
La progresiva amplificación del movimiento, de manifestaciones de 500 personas, a más de 6000 (sin que sepamos aún de la asistencia a la macromanifestación prevista en Valencia), la cada vez mayor implicación de los sindicatos, partidos e instituciones burguesas, hasta el extremo de que la Generalitat misma respalde las convocatorias, es evidente que no expresa ninguna búsqueda de la solidaridad del movimiento obrero, ni tampoco la tentativa de apagar un incendio social. Si el MUP, y con su apoyo, CCOO, UGT, el Ayuntamiento de Elche, etc no hubiera tomado a cargo este episodio de tensión social, probablemente se habría agotado con el estallido mismo del día 16, como los petardos de las fiestas valencianas. ¿Qué interés puede tener la burguesía en organizar este movimiento y elevarlo a la primera plana de la actualidad?
Fundamentalmente plantear un “modelo” de respuesta social ante el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores y la población. Frente al ejemplo de lucha obrera (aún incipiente y con todas las dificultades) del naval, la burguesía opone «la movilización ciudadana» de Elche. En sí mismo esto ya es un ataque a la reflexión (a partir de la lucha de Izar), en muchos elementos de la clase, sobre los problemas que plantea desarrollar una lucha obrera, como hemos demostrado; pero sobre todo es una estrategia con vistas a la perspectiva de vacas flacas y degradación económica que barrunta la burguesía en España para la economía nacional.
Efectivamente, el problema que se ha planteado a los empresarios del calzado en Elche, es el mismo, a escala muy reducida, que se plantea al conjunto del capital nacional. Por mucho discurso europeista que nos vendan, debido a la agravación de la crisis y la desindustrialización, el capital español es incapaz de competir con las grandes potencias, y desde el otro lado, las mercancías de las economías del llamado “tercer mundo”, que han conseguido atraer capitales por los precios ridículos de la fuerza de trabajo y la sobreexplotación están ganándole terreno. La verdadera competencia para los productos españoles no viene de Francia, Alemania, o USA, sino de China, Corea, etc.
Y eso le plantea que, para sobrevivir en el mercado mundial, la economía nacional tiene que llevar a cabo ataques de envergadura a las condiciones de vida obrera, y de la población en general. Ataques que van a suponer una verdadera degradación de su situación. Salvando las distancias, porque la burguesía en España no puede plantearse instaurar de golpe condiciones similares a las de los países de la periferia del capitalismo, ya denunciamos como en Argentina 2001, o Bolivia, frente a ataques masivos y un deterioro evidente de las condiciones de vida del conjunto de la población, el proletariado no ha sido capaz de ponerse a la cabeza de un movimiento de luchas, y ha sido arrastrado a movilizaciones interclasistas, que a pesar de la radicalidad, no han planteado una alternativa de clase al gobierno de la burguesía. Frente a la necesidad de desencadenar ataques masivos del capital español, a la burguesía le interesa sobremanera fomentar ese falso terreno de respuesta y embaucar en él al proletariado.
En los años 80, la desindustrialización del naval, la siderurgia, y la minería, se hizo bajo la cobertura de la “modernización” del capital español, y las ilusiones democráticas en “el gobierno socialista”. Hoy en día no quedan ilusiones ni mejoras económicas que vender; la dura confrontación es inevitable; pero la burguesía intenta preparar un terreno ideológico entrampado, en el que la clase obrera se vea arrastrada al interclasismo del «movimiento ciudadano», como en Elche.
Hic Rhodas, 13.11.2004
1 “Moviment per l’Unitat del Poble”, escisión de Izquierda Unida sobre rencillas cortesanas de política municipal
Es precisamente esa singularidad lo que justifica que antes de dar cuenta del debate y de los argumentos intercambiados entre el BIPR[1] y la CCI sobre el análisis de la guerra en Irak, dediquemos la primera parte de este artículo a la cuestión del "trabajo común" entre el BIPR y la FICCI, anunciado en el Bulletin nº 27 de la FICCI (ver "Compte-rendu d'une discusión entre le BIPR et la fraction")
Esta cuestión nos parece tanto más importante de tratar que en el cartel anunciador, colgado en su sitio Internet, la FICCI presentaba así esta reunión pública:
"Desde el inicio de la crisis que actualmente soporta la CCI, que ha sido la causa de nuestra formación como "fracción interna" de esa organización, no hemos cesado de subrayar una penosa realidad –el grave debilitamiento de un polo político proletario importante, lo cual se ha plasmado, en particular en la región parisina, en que sus reuniones públicas pretendidamente "abiertas" al público están desiertas o prohibidas a algunos y, sobre todo, ya no son lugares para el debate y la confrontación entre puntos de vista en el seno de la clase.
También hemos subrayado que, ante los retos abiertos por la situación actual, el reforzamiento y agrupamiento necesarios de las fuerzas revolucionarias del campo proletario solo podían hacerse en torno al único polo serio existente, el BIPR (…)
Por sugerencia nuestra y con nuestro apoyo político y material, el BIPR va a organizar una Reunión Pública en París (RP que, esperemos, no será la última) a la que llamamos a todos nuestros lectores a participar" (subrayados nuestros)
Puede constatarse, en ese cartel publicitario, que a la FICCI no le pareció útil escribir ni una sola frase de análisis de denuncia de la guerra en Irak (contrariamente a la hoja publicada por el BIPR). En cambio, eso sí, ese llamamiento está exclusivamente dedicado a un tema: cómo reconstruir en la capital francesa un polo de agrupamiento de revolucionarios tras el hundimiento de la CCI, hundimiento comprobado (según la FECCI) en que nuestras reuniones públicas estarían "desiertas" y ya no serían un lugar de debate. Todo eso no son más que mentiras. Todos los simpatizantes de la CCI que acuden regularmente a nuestras reuniones públicas, y entre ellos la decena que acudió a la del BIPR, pueden confirmarlo.
En esta reunión pública estaban presentes, además de la delegación del BIPR y cuatro miembros de la FICCI (solo el individuo Jonás estaba ausente):
- dos seguidores de la FICCI (uno de ellos es antiguo miembro de ella)
- un viejo nómada del medio consejista antipartido, al que conocemos desde hace más de treinta años.
Otras tres personas se dieron un garbeo por allí, abandonando la sala sin participar en el debate.
Así, esta reunión pública, que debería ser la prueba, según la FICCI, de que el BIPR es hoy el "único polo serio" de discusiones y de referencia de la izquierda comunista habría sido un fiasco total si a ella no hubiera acudido la CCI y ésta no hubiera invitado a sus contactos a participar en ella. Estaban presentes, efectivamente, una importante delegación de militantes de la CCI y unos diez simpatizantes de nuestra organización.
O sea que, a pesar de la ruidosa publicidad que hizo de la reunión pública, lo que la FICCI logró demostrar es el vacío que ha hecho en torno suyo. La CCI y sus simpatizantes eran las dos terceras partes de los presentes, lo cual permitió que se llenara la sala. Esto era tan evidente que:
- antes de la exposición, un militante del BIPR se acercó a uno de nuestros camaradas para preguntarle: "¿Por qué habéis venido tantos?"[2]
- al final de la reunión, la presidencia se vio obligada a preguntar: "en fin de cuentas, ¿qué camaradas no son de la CCI?" Aparte de nuestros simpatizantes y los miembros de la FECCI… ¡sólo se alzaron tres manos!
La audiencia de esta reunión pública fue la prueba de que la FICCI (¿quizás también el BIPR?) se toma sus deseos por la realidad: la CCI no está ni muerta ni enterrada como "polo serio" del campo proletario. Y es precisamente porque sí que estarían desiertas por lo que la FECCI no organiza sus propias reuniones públicas y no le queda otra política que la de andar parasitando las de los grupos de la Izquierda Comunista.
Más importante todavía: ¿por qué, a pesar de la estridente publicidad hecha por la FICCI, esta reunión pública, anunciada como un scoop, fue boicoteada por los lectores del Boletín de la FECCI y por nuestros suscriptores?
Pues precisamente porque estos se enteraron de que tal reunión se había organizado tras la "sugestión" y con el "apoyo político y material" de un grupúsculo parásito cuya actividad principal consiste en volcar las peores calumnias sobre la CCI. Así, uno de nuestros contactos nos dijo que no asistiría a esa reunión pública con el argumento de que no quería "pisar la mierda".
Los únicos elementos que la FICCI podía atraer eran sus propios secuaces y la experiencia demostró que no eran muchos.
Si la FICCI no hubiera cacareado que el BIPR organizaba la reunión pública "con su apoyo político y material", puede que otros elementos en búsqueda (de entre los cuales bastantes no están de acuerdo con nuestras posiciones) habrían acudido a participar en el debate.
Una lección que el BIPR deberá sacar de esta grotesca experiencia: nunca está uno mejor servido que por sí mismo. Su alianza con la FICCI, que ha volcado toneladas de calumnias sobre la CCI, que se ha portado abiertamente como una banda de soplones, que le ha robado material y dinero a la CCI, todo eso ha provocado, sin lugar a dudas, una reacción de repulsa en los elementos cercanos a la Izquierda Comunista.
El exceso de celo por parte de la FICCI (y también la coba zalamera que le ha dado) no han servido más que para ridiculizar al BIPR.
Lo que la FICCI quería poner en evidencia en su cartel publicitario es que, sin ella, aquella organización de la Izquierda Comunista que existe a escala internacional y es conocida desde hace décadas, ¡habría sido incapaz de tomar la iniciativa y organizar la reunión pública!
Es lamentable que el BIPR no se diera cuenta de la burla que le hacía la FICCI en su Bulletin nº 27 donde esa pretendida "fracción" afirmaba que para la construcción del partido…"la fracción defiende posiciones más categóricas que el BIPR" ("Compte-rendu d'une discussion entre le BIPR et la fraction") Lo cual significa hablando claramente que la FICCI, con la pretensión de defender posiciones mucho más "radicales", se presenta a sí misma como grupo a la izquierda del BIPR.
En realidad, ese grupúsculo parásito ha utilizado al BIPR de testaferro para su propia publicidad (obteniendo así el certificado de "respetable"), a la vez que le hacía aparecer como el apéndice trasero de la FICCI. Si el BIPR hubiese tomado en serio a la CCI no habría necesitado esta experiencia para comprender que, como dice la fábula de La Fontaine, "todo adulador vive a expensas de quien le escucha".
Al dar su "apoyo político y material" al BIPR para organizar la reunión pública, la FICCI lo que buscaba claramente es que se la reconozca como grupo perteneciente al medio político proletario. Por desgracia, la consecuencia del casamiento entre la FICCI y el BIPR no solo la sido la de cubrir de ridículo al BIPR. También ha contribuido a desprestigiar a una organización de la Izquierda comunista que, hasta ahora, no había pisoteado nunca un principio elemental del movimiento obrero: el de rechazar todo tipo de comportamiento que incluya el robo de material de las demás organizaciones comunistas.
Así, durante la reunión pública, la CCI pidió la palabra para dar lectura a una carta que uno de nuestros suscriptores dirigió al BIPR y que nos pidió que hiciéramos pública. Este camarada, y no es el único, recibió a su nombre y señas personales la hoja del BIPR de llamamiento a la reunión pública. Nos comunicó su extrañeza (como la de otros contactos de la CCI que recibieron por correo ese documento del BIPR): ¿cómo se hizo el BIPR con su dirección si solo la había dado a la CCI? Antes esta pregunta hecha por varios suscriptores nuestros, la CCI decidió, en vísperas de la reunión pública del BIPR, dirigir una carta de protesta al BIPR a la que esperamos que esta vez nos dé una respuesta y no como ha ocurrido en otras ocasiones.
En cuanto abordamos la cuestión del robo de nuestro fichero de direcciones, la presidencia intentó en un primer momento cortarnos la palabra con el argumento de que el BIPR "no quería tomar partido" entre la CCI y la FICCI, pues se trataba de un asunto "interno" de la CCI. Luego, ante nuestras protestas, la presidencia nos aseveró que el BIPR no poseía el fichero de direcciones de los abonados de RI, añadiendo: "Si nos lo hubieran propuesto, lo habríamos rechazado". "¿Significa eso que condenáis el robo de ese fichero de direcciones?", les preguntamos entonces a los camaradas del BIPR A esta pregunta, la presidencia se negó a contestar a pesar de nuestra insistencia, declarando: "Esclareceremos este asunto nosotros con la FICCI después de la reunión pública"
Este incidente exige varias aclaraciones:
1. El BIPR nos toma por tontos cuando tiene la cara de afirmar que no quiere "tomar partido" en un asunto "interno" de la CCI. Cuando resulta que esta primera reunión pública del BIPR en París fue organizada con el "apoyo material y político" de la FICCI, cuando nos enteramos (por el Bulletin nº 27 de la FICCI) que el BIPR y la FICCI han empezado a "poner las bases para una labor en común", y mientras que el BIPR se ha negado desde hace siete años a cualquier trabajo en común con la CCI (con el pretexto falaz de que nuestras divergencias serían demasiado importantes), habría que ser sordo y ciego para no darse cuenta de que el BIPR se ha puesto del lado de la FICCI.
2. En cuanto al robo del fichero de direcciones perteneciente a la CCI, el BIPR sabe perfectamente que eso no es algo "interno" de nuestra organización: ¡hace ya más de dos años que lo denunciamos en nuestra prensa y que hicimos público el asunto!
3. Cuando el BIPR afirma que incluso si la FICCI le hubiera propuesto nuestro fichero de direcciones, "lo habría rechazado de todas maneras", eso significa sencillamente que reconoce y condena ese robo de material perteneciente a la CCI. Así que si el BIPR quiere ser coherente, debe sacar las conclusiones que se imponen: ha puesto las bases de un trabajo común con unos hampones.
4. El BIPR declaró que iba a "esclarecer" este asunto con la FICCI después de la reunión. A nosotros nos parece que ese esclarecimiento no debe quedar como "un asunto interno" del BIPR, sino que debe hacerse público, pues:
- Se ha visto involucrado en el robo de un material que pertenece a la CCI, pues ese material ha sido utilizado para el envío de la hoja del BIPR de llamamiento a su reunión pública;
- Debe rendir cuentas a nuestros suscriptores que le hicieron la pregunta: ¿cómo llegó la hoja del BIPR a sus buzones?
Por parte nuestra, tomamos nota de la declaración según la cual el BIPR no habría aceptado nunca que la FICCI pusiera en la lista de regalos de su boda el "tesoro de guerra" robado a la CCI.
Parece claro (y creemos la palabra de los camaradas del BIPR cuando nos aseguran que no poseen nuestro fichero de direcciones), que los miembros de la FICCI le han asestado una puñalada trapera al BIPR, del mismo modo que nunca cesaron de hacerlo cuando eran todavía miembros de nuestra organización y hacían reuniones secretas para intentar "desestabilizarnos".[3]
Esperemos que el BIPR sea capaz de sacar las lecciones de esta lamentable experiencia que nosotros habíamos intentado evitarle con múltiples avisos. Cuando alguien se acuesta con prostitutas[4] no debe extrañarse si agarra una blenorragia.
El comercio entre el BIPR y la FICCI es, de manera patente, una estafa. Al haber aceptado los servicios de esa pretendida "fracción", al haber cedido a sus halagos, por haber tomado por verdades sus burdas mentiras, el BIPR se expuso no solo a perder su credibilidad sino su honor de grupo de la Izquierda comunista.
Invitamos al BIPR a tomar posición sobre nuestras "Tesis sobre el parasitismo" (publicadas en nuestra Revista Internacional nº 94) en las que poníamos de relieve que la principal actividad de los grupos parásitos es desprestigiar a las organizaciones comunistas. Usando unas veces la calumnia, otras el halago, esas ladillas solo pueden vivir a expensas y chupando la sangre de los grupos del campo proletario. Parece evidente que la función de parásito de la FICCI va más allá de la CCI. Utilizando al BIPR de testaferro (como lo hizo con Le Prolétaire en 2002)[5], desprestigiando hoy al BIPR, esa pretendida "fracción" no solo es un parásito de la CCI, sino de toda la Izquierda Comunista.
El BIPR podrá seguir su trabajo común con la FICCI si quiere seguir siendo el tonto de la feria, no vamos a poder impedírselo naturalmente. Lo que en cambio la CCI no puede tolerar es que utilice (aunque sea de manera indirecta, gracias a sus trapicheos con la FICCI) el robo y la calumnia contra nuestra organización y nuestros militantes para hacer su política de agrupamiento.
La CCI siempre ha criticado el oportunismo del BIPR, un oportunismo que le ha llevado desde su fundación a llevar a cabo una política de agrupamiento sin principios. En varias ocasiones le prevenimos contra el peligro de enredarse con elementos y grupos de la extrema izquierda del capital (como el SUCM iraní) o que habían realizado una ruptura incompleta con el izquierdismo (como el grupo Los Angeles Workers' Voice) La actual colaboración oportunista del BIPR con la FICCI revela el peligro que amenaza a aquella organización de la Izquierda comunista. Cuando, por oportunismo, se acaban utilizando los métodos de reclutamiento de los grupos izquierdistas (que se basan no en la clarificación abierta y leal de las divergencias políticas, sino en la pesca con anzuelo), el BIPR podrá acabar alejándose por completo de los métodos y la tradición de la Izquierda Comunista para acabar acercándose a los del trotskismo[6]. El BIPR creía que iba a servirse de la FICCI para atrapar en sus redes una buena pesca en la reunión pública. Y no solo volvió de vacío de una pesca que creía que iba a ser milagrosa, sino que además se le rompieron en ella muchas redes.
Y más grave todavía es que la deriva oportunista del BIPR lo ha llevado hoy a avalar una práctica, totalmente ajena al proletariado, basada en el robo y la calumnia. Esos métodos son corrientes en los grupos burgueses, pero siempre fueron rechazados y condenados por las organizaciones del campo proletario.
El oportunismo es "la ausencia de todo principio" (Rosa Luxemburgo, Reforma o revolución). Por haberse aliado con individuos que usan métodos de la burguesía (robo de material perteneciente a la CCI), el BIPR ha perdido totalmente de vista un principio que fue todavía capaz de defender cuando, tras la estafa de la que fue víctima por parte de un grupo ficticio de Ucrania (cuyo objetivo era la extorsión de fondos), escribía: "Cuando están separados los medios y los fines (…) la vía de la contrarrevolución queda abierta" (Declaración del BIPR sobre los "Comunistas radicales de Ucrania", 9 de septiembre de 2003)
En efecto, en su combate por el derrocamiento del capitalismo, los revolucionarios siempre han rechazado la moral burguesa jesuítica según la cual "el fin justifica los medios", oponiéndole una ética proletaria conforme a la esencia de la clase portadora del comunismo, como Trotski, entre otros, lo puso de relieve en su libro Su moral y la nuestra. Por eso las organizaciones revolucionarias deben rechazar firmemente toda política de agrupamiento que utilice el robo de material perteneciente a las demás organizaciones comunistas.
Este lamentable lance ha demostrado que el BIPR ha sido rehén de una banda de hampones, y puede uno preguntarse cómo va a poder librarse el BIPR de las mallas de la FICCI. Esperemos que acabe al menos obligándola a quitarse los lentes oscuros para enterarse al fin de lo que es esa pretendida "fracción"[7].
Lo que determina el carácter proletario de un grupo político no es solo el programa que defiende o que pretende defender. Es también su comportamiento político, o sea, su práctica basada en principios. Esta visión nuestra no tiene nada que ver con la "psicología" (como pretende la FICCI). Y eso, porque, como decía Marx en sus Tesis sobre Feuerbach, "es en la práctica donde debe probar el hombre la verdad, o sea la realidad y la potencia de su pensamiento".
Ante la deriva peligrosa del BIPR, es deber de los militantes comunistas llamar a los camaradas de esa organización a sus responsabilidades. Deben tomar la medida de lo que implica, para el porvenir de las organizaciones revolucionarias, cualquier colaboración oportunista con grupos parásitos, con aventureros, hampones, y hasta grupos fantasma que solo existen en un sitio de Internet.
Aunque la CCI, en defensa de sus principios, seguirá prohibiendo la entrada a sus reuniones públicas a unos parásitos desaforados que se han portado como soplones, no cree, en cambio, que sea el único polo de referencia de la Izquierda Comunista. Por eso nuestras reuniones públicas siguen abiertas al BIPR y lo invitamos calurosamente a participar en ellas.
NOTAS:
[1] Es el Buró Internacional para el Partido revolucionario, que agrupa a dos organizaciones de la Izquierda Comunista, Battaglia Comunista (BC) de Italia y la Communist Workers' Organisation de Gran Bretaña.
[2] Además, como veremos en la segunda parte de este artículo, no sería en torno a los análisis del BIPR, sino los de la CCI que sirvieron de base al debate sobre la cuestión de la guerra.
[3] Palabras textuales de un miembro de la FICCI, Olivier, en una de esas reuniones secretas (cuyas notas descubrimos por casualidad)
[4] En realidad comparar a las prostitutas con la FICCI es una ofensa para aquéllas.
[5] Ver nuestro artículo "A propósito de un artículo publicado en Le Prolétaire nº 463, el Partido Comunista Internacional a remolque de la "fracción" interna de la CCI", en Révolution Internationale nº 328.
[6] Como ya lo dijimos hace cuatro años en nuestro artículo "La visión marxista y la visión oportunista en la construcción del partido", publicado en nuestra rRevista Internacional nº 103.
[7] Los métodos de la FICCI, típicos del hampa, aparecen todavía más claramente en el vocabulario que ahora está tomando del lumpen (ver el artículo publicado en su sitio Internet "L'ignomignie n'a pas de limite !"y que es un verdadera llamada al pogromo contra nuestras pretendidas "cabronadas" y contra nuestros militantes calificados hoy de…"cabrones"). Se le han caído las caretas y la pretendida "fracción" muestra su verdadero rostro.
Siempre hemos defendido la absoluta necesidad de desarrollar un debate público (en especial en la prensa) por parte de las organizaciones que se reclaman de la Izquierda Comunista. Del mismo modo, siempre hemos apoyado la necesidad de confrontar posiciones con objeto de que los elementos en búsqueda de nuestra clase puedan hacerse una idea clara y precisa de las diferentes posiciones que existen en el seno del Medio Político Proletario.
Si bien es cierto que el BIPR (así como las organizaciones que lo han constituido, el Pcint y la CWO) siempre han defendido el internacionalismo proletario ante los peores horrores nacionalistas desencadenados por la burguesía, su análisis de las causas de los diferentes conflictos guerreros a lo largo de los últimos veinte años, ha pasado muy lejos de lo esencial.
Así respecto de la actual guerra en Irak el BIPR, en su introducción de la presentación de la reunión pública, reiteró su análisis indicando que esta nueva guerra tendría una racionalidad económica (la renta petrolera y la voluntad de los Estados Unidos por controlar las fuentes del “oro negro”).
Este mismo análisis fue defendido en el pasado por el BIPR, en particular a propósito de la guerra de Afganistán en 2002: «… Estados Unidos tiene la necesidad de que el dólar siga siendo la moneda de referencia en el comercio mundial si quieren seguir manteniendo su posición de superpotencia mundial. Así, por encima de todo, los Estados Unidos buscan desesperadamente asegurarse de que la continuidad del negocio mundial del petróleo se haga en su moneda. Esto quiere decir que luchan por tener una influencia determinante en el itinerario de los convoyes de petróleo y gas antes incluso que la implicación comercial americana en la extracción de sus fuentes. Esto es así porque incluso las decisiones comerciales más insignificantes están siendo determinadas por el interés dominante del capitalismo americano en su conjunto y, como se puede observar, el Estado americano se impone política y militarmente en el interés de objetivos más vastos, objetivos que muy a menudo se oponen a los intereses de otros Estados y, en especial de los de sus aliados europeos. Con otras palabras, este es el centro de la concurrencia capitalista en el siglo XXI…»(Revista Internacional nº 108, 1er Trimestre de 2002, en una polémica con el BIPR a propósito de las guerras).
Un análisis similar fue el que defendió el BIPR durante la primera guerra del Golfo en 1.991: «… la crisis del Golfo se ha producido verdaderamente por el petróleo y por la lucha entre los que lo quieren controlar. Sin petróleo a buen precio los beneficios caerían. Los beneficios del capitalismo occidental están siendo amenazados y por esa razón, y por ninguna otra, por lo que los Estados Unidos preparan un baño de sangre en Oriente Medio… ) (Ver Revista Internacional nº 64).
Ante la terca evolución de la realidad, el BIPR se ha visto obligado a evolucionar un poco en su análisis. Así, en la presentación de su reunión pública el BIPR planteó tres razones esenciales que permitirían explicar el desencadenamiento de esta nueva guerra en Irak:
1) Razones geoestrategicas.
2) La defensa del dólar como moneda dominante para la renta petrolera.
3) El control de zonas de producción petrolera para dentro de veinte años.
Tras la presentación, la CCI intervino para poner en evidencia que, esencialmente, la ofensiva americana en Irak ha sido motivada por razones estratégicas. Si la cuestión del petróleo juega un papel importante no es por razones económicas, sino fundamentalmente por razones estratégicas y militares. En este sentido, recordamos que la importancia estratégica del petróleo no data de hoy en día, ni tampoco de los años 60, sino que viene de antes de la Primera Guerra Mundial, justo tras la mecanización de las armas de guerra.
En nuestras intervenciones, destacamos que la presentación del BIPR representaba un pequeño avance ya que reconocían explícitamente como primera causa de la ofensiva americana en Irak la existencia de razones “geoestrategicas”. A pesar de su visión mecanicísta y reduccionista de la relación entre la crisis económica y la guerra (que revela el peso del materialismo vulgar), el BIPR no puede volver la cara ante la evidencia de los hechos: tras diez años de guerra las zonas de influencia petrolífera no han sido aseguradas con la guerra, sino todo lo contrario, han sido en gran parte destruidas.
Desgraciadamente, hemos subestimado un tanto optimistas al afirmar que el BIPR había realizado un pequeño avance en sus análisis. El camarada del BIPR que hizo la presentación “corrigió” nuestra intervención afirmando que habíamos mal comprendido (o mal interpretado) el contenido de su presentación puesto que… las “causas estratégicas” de la ofensiva americana en Irak son, para el BIPR, totalmente “secundarias” y esto sería así porque tales motivos fueron situados (en la presentación) en ¡tercer lugar!. Es más, el camarada insistió en que deberían habernos entregado su presentación por escrito para evitar cualquier tipo de “malentendido” por nuestra parte. Días después el BIPR publicó sobre su página Internet en francés esta exposición por escrito. Cualquier lector que quiera consultar la citada página podrá observar que el primer factor puesto de relieve en la presentación fue precisamente el que nosotros habíamos entendido y destacado: «….Si bien es cierto que el oro negro figura en los cálculos iraquíes de Washington, es más como recurso estratégico que económico. Con esta guerra, se trata ante todo de perpetuar la hegemonía americana – y esto en el sentido de conseguir posiciones de garantía para el futuro – y no tanto de hinchar de golpe los beneficios de la Exxon…». No se puede ser más claro en el análisis (y nosotros estamos totalmente de acuerdo con este análisis).
Podrá verse que esta pequeña contorsión consistente en afirmar que la CCI habría “comprendido mal”, o “malentendido”, ha permitido al BIPR, a lo largo de la discusión en la reunión pública, silenciar totalmente una posible discusión sobre las “causas estratégicas” de la guerra en Irak. No encontramos más que dos razones para tal actitud: o bien los análisis del BIPR son de naturaleza variable, o bien, que algunos de los camaradas del BIPR no están totalmente de acuerdo con los análisis “oficiales” de su propia organización.
En nuestras intervenciones insistimos sobre el hecho de que, con la entrada del capitalismo en su período de decadencia a principios del siglo XX, la guerra ha perdido toda racionalidad económica para el capital considerado como un todo, e incluso, para cada capital nacional en sí mismo. Recordamos que el concepto de decadencia del capitalismo no es una invención de la CCI, puesto que fue la Internacional Comunista, la que en 1.919, adoptó este análisis. En el mismo sentido, el análisis de la irracionalidad de la guerra en este período de decadencia, tampoco es una idea fantasiosa nacida de la cabeza calenturienta de los “idealistas” de la CCI. Fue la Izquierda Comunista de Francia (GCF) de la que la CCI siempre se ha considerado heredera la que desarrollo este análisis afirmando que «….la producción está centrada esencialmente sobre la producción de medios de destrucción, es decir, en vista de la guerra. La decadencia de la sociedad capitalista encuentra su expresión más evidente en el hecho de que las guerras en vistas del desarrollo económico (periodo ascendente) se hayan limitado esencialmente, en el periodo actual, a actividades en vistas de la guerra (periodo decadente)…» ( Informe a la Conferencia de Julio de 1.945, de la Izquierda Comunista de Francia, citado en nuestra REVISTA INTERNACIONAL nº 18, artículo sobre “El Curso Histórico”) (2).
Con la misma preocupación pusimos en evidencia que el rechazo del carácter irracional de la guerra, en el plano económico, de las guerras en el periodo de decadencia (y en particular en el de la descomposición del capitalismo) lleva al BIPR a no hacer ninguna distinción entre la función de las guerras coloniales y de construcción de Estados nacionales a lo largo del siglo XIX y las guerras que se desencadenan después de 1.914. Por ello, recordamos nuestro análisis sobre la “rentabilidad” de las guerras en el siglo XIX. Tenían una racionalidad económica (puesto que entre otros factores permitieron la expansión del capitalismo a escala planetaria), mientras que en el siglo XX estas guerras han tomado un carácter cada vez más irracional. Y este hecho, es más evidente hoy en día: con la entrada del capitalismo en su período de descomposición (abierto tras la dislocación de los bloques imperialistas surgidos tras la Segunda Guerra Mundial), esta irracionalidad en el plano económico alcanza un nivel superior, como hemos podido observar, por ejemplo, en las guerras en los Balcanes o en Chechenia.
Así, el orden mundial instituido por la Conferencia de Yalta en 1.945 ha cedido la plaza hoy día a una era de desorden mundial marcado por el desencadenamiento del “cada uno para sí” sobre la escena imperialista mundial.
La miopía del BIPR le lleva a no percibir que la lógica imperialista del capitalismo en el periodo de decadencia tiende cada vez más a obedecer a una única lógica: la de la huida hacia delante, sin limites y desenfrenada, en la guerra y la barbarie creciente.
En la discusión nuestra Corriente intento poner en evidencia las implicaciones del análisis del BIPR, según el cual, la guerra de los Estados Unidos contra Irak tendría aún alguna racionalidad económica (en particular el famoso argumento de la “renta petrolera”). Esta visión conduce al BIPR, en realidad, a subestimar la extrema gravedad de la situación histórica actual (marcada por el desarrollo de un caos sangrante) y, por tanto, a subestimar la gravedad de las disyuntivas que se plantean a la clase obrera y al porvenir de la humanidad. Por ello, en la reunión pública del BIPR recordamos el cuadro de análisis en el que situábamos las causas de la guerra en Irak: «….en el contexto de la crisis histórica del capitalismo y en la fase de la descomposición de la sociedad burguesa, la realidad nos muestra que la única política posible para cada gran potencia es la de intentar colocar a los rivales en dificultades para intentar imponerse ella misma. Es la ley del capitalismo. Así, esta inestabilidad, esta anarquía creciente y este caos que se extiende no son la especificidad de tal o cual zona exótica y atrasada, sino el producto del capitalismo en su fase actual e irreversible de descomposición. Y como el capitalismo domina el planeta, es el planeta entero, el que cada vez más se sume en el caos…» (Ver Revista Internacional n º 118).
El BIPR no fue capaz de rebatir nuestros argumentos con un mínimo de rigor y seriedad. Así, respecto a nuestro análisis sobre la descomposición del capitalismo el único “argumento político” que escuchamos fue, una vez más, el estigmatizar, con sarcasmo innecesario, el supuesto “idealismo” de la CCI: «...con vuestro análisis de la descomposición, todo esta relacionado con todo, el caos, Dios, los ángeles,... (sic) ¡!!!!!...».
Pero no acaba aquí el esperpento. Al escuchar otros “argumentos” nos quedamos asombrados con “argumentos” que harían revolverse a Marx y Engels en sus tumbas:
1) Cuándo planteamos la cuestión “ .... ¿ el BIPR defiende aún el análisis según él cual si la tercera guerra mundial no ha estallado con el hundimiento del bloque del Este es a causa de la existencia de la bomba atómica y del ´equilibrio del terror`?.....”, ningún militante del BIPR ha querido, en un primer momento, responder a esta concreta pregunta. Sólo cuando lo hemos planteado por tercera vez, uno de ellos se decidió a responder de forma sucinta (y sin ninguna argumentación) lo siguiente: el equilibrio del terror es “UNO de los factores” que explica que la burguesía no haya podido desencadenar una tercera guerra mundial. En suma, el análisis clásico de sectores de la burguesía dominantes que, durante decenios, han vendido a los proletarios la necesidad de una brutal carrera de armamentos en nombre de la “preservación de la paz”, ....! Sin comentarios ¡. El hecho de que el BIPR se dedique, a su manera, a retomar y repetir argumentos falaces que utiliza la burguesía, ha hecho que todos los elementos en búsqueda presentes en esta reunión pública se quedaran “hambrientos” puesto que, salieron de la reunión sin conocer cuales eran los “otros factores” (y sobre todo cual sería el factor determinante) que, según, el BIPR constituiría un obstáculo central al desarrollo de la tercera guerra mundial. Muy al contrario, estos mismos elementos, pudieron escuchar claramente que para la CCI el factor esencial reside en el hecho de que, tras el fin de los años 1.960, se abrió un nuevo Curso Histórico (hacia los enfrentamientos de clase decisivos), hecho que marcó el fin del largo período de contrarrevolución que sufrió el proletariado mundial tras la derrota de la oleada revolucionaria de 1.917-23. Si no ha estallado una tercera guerra mundial no ha sido a causa de la existencia del arma atómica y del “equilibrio del terror”, sino porque la clase obrera mundial no está dispuesta a verter su sangre tras las banderas nacionales.
2) Sobre el análisis marxista de la decadencia del capitalismo, hemos escuchado a un portavoz del BIPR respondernos en los siguientes términos: «....estoy cansado de discutir con la CCI desde hace 25 años....». Parece ser que la CCI es tan “corta” en su comprensión del ABC del marxismo, ya que este nos enseña (en palabras del portavoz del BIPR) que «.... En el capitalismo hay que distinguir dos cosas: la formación social y el modo de producción. Podemos considerar que hay una decadencia de la formación social (aceptando entre comillas el término decadencia que no me gusta), pero el modo de producción no es por ello decadente. Si no interviene una revolución social, tendremos los dos fenómenos, y la realidad del hundimiento de la sociedad en la barbarie....». Tomando todas las precauciones oportunas en la interpretación de tales palabras (y estando de acuerdo conque si no interviene una revolución, la perspectiva es un hundimiento en la barbarie), el BIPR afirma tranquilamente que el capitalismo puede entrar en decadencia en tanto que “sistema social” a nivel de su superestructura (ideologías dominantes, cultura, valores morales,...) pero no necesariamente como “sistema económico”, es decir, en el plano de sus infraestructuras (a nivel de su modo de producción y de la manera en la que los hombres se organizan para producir los medios de su existencia). Y, como no podía ser de otro modo, esta parrafada de “dialéctica” se nos presenta por parte del BIPR como una verdadera lección de “marxismo y materialismo” opuesto cien por cien a la visión “idealista” de la CCI. Por nuestra parte, preferimos que sea el propio Marx quien se ocupe de rebatir una ineptitud tan escandalosa: «....Resulta que un modo de producción o un estadio industrial determinado esta siempre ligado a un modo determinado de cooperación ó a un estadio social bien definido y este modo de cooperación es, en sí mismo, una fuerza productiva...», «...la producción de sus ideas, de las representaciones, de la conciencia está ante todo directamente ligado a la actividad y al comercio material entre los hombres, y este es el lenguaje de la vida real....» (la Ideología Alemana, Marx y Engels). Es evidente que, “el lenguaje de la vida real” es ignorado por el BIPR. Pero, como decía Spinoza ¡ “ la ignorancia no es un argumento “ ¡. Para el marxismo la decadencia, tanto como la ascendencia, de un modo de producción afecta a todos los aspectos de la sociedad, ya que la infraestructura (la economía) es la que determina las superestructuras (la vida social) incluso si la evolución o la involución de una civilización no se desarrolla de manera homogénea en todos sus aspectos. Afirmar lo contrario, como hace el BIPR, no es ni materialista, ni marxista. Es caer de bruces en el idealismo más estúpido.
3) A lo largo de la discusión, uno de nuestros simpatizantes planteó lo siguiente al BIPR «....si seguimos vuestro análisis del ciclo ´ crisis /expansión/nueva crisis/, etc... ¿cual es vuestra posición sobre las luchas de liberación nacional?. ¿están aún a la orden del día?, ¿significa también que los sindicatos aún tienen una naturaleza obrera?...». Ante esta pregunta, el BIPR no ha aportado ninguna respuesta precisa a la cuestión de las luchas de liberación nacional. Sobre la cuestión del trabajo en los sindicatos, un camarada de la presidencia de la mesa en nombre del BIPR ha afirmado que esta organización no esta por el trabajo en los sindicatos porque «... la experiencia ha demostrado que no hay nada que hacer y la razón no es porque el capitalismo está en decadencia....». En ese momento, nuestra Corriente ha intervenido para pedir al BIPR si rechazaban explícitamente la posición defendida por el PCInt en 1.947, recogido y citada claramente en sus «Tesis sobre los sindicatos de hoy día y la acción comunista» (adoptadas en el IV º Congreso del PCint) que señalan: «....En la actual fase de decadencia de la sociedad capitalista, el sindicato está llamado a ser un instrumento esencial de la política conservadora y en consecuencia a asumir una función precisa de organismo del Estado...» (el subrayado es nuestro). El compañero de la presidencia, que había respondido a la cuestión sindical, se quedo muy sorprendido al conocer que el BIPR o el PCInt defendiera teóricamente tal análisis. Evidentemente parecía haber descubierto, en ese momento, una posición programatica de su propia organización ( ¡qué puede, incluso, encontrarse en la página WEB del BIPR¡).
Evidentemente, la puesta en cuestión del análisis de la decadencia del capitalismo elaborada por la Internacional Comunista, conduce al BIPR a “revisar” ciertas posiciones de su propia Plataforma Política.
A parte de nuestras contribuciones al debate y, también de las cuestiones planteadas por nuestros simpatizantes (a los que el BIPR o bien no ha respondido o, si lo ha hecho, ha sido de forma confusa), queremos señalar la intervención de un elemento del medio consejista (que conocemos desde hace tiempo) que intentó criticar nuestro análisis de la decadencia del capitalismo (basado en la teoría de la saturación de los mercados desarrollada por Rosa Luxemburgo en La Acumulación del Capital). De nuevo tuvimos que soportar una “lección de marxismo” cuando este interviniente defendió la idea de que el capitalismo global está todavía hoy día en plena fase de acumulación ampliada como lo testimoniaría ¡ el formidable desarrollo económico de China!.
Este análisis (hoy día muy extendido entre los “expertos” de la clase dominante) no ha dado lugar a la menor crítica por parte del BIPR en su reunión pública. Visto lo visto, la CCI ha intervenido para demostrar que la pretendida ”expansión económica” de China es un castillo de naipes (ver en nuestra WEB en francés un artículo sobre el particular en Revolutión Internationale n º 350).
Otra de las intervenciones que se hubieron de soportar fue una larga, incomprensible e incoherente perorata de uno de los seguidores de la FICCI, intentando “demostrar” que el análisis de la CCI (y por extensión el de la Internacional Comunista) sobre la decadencia del capitalismo es una absurdidad y que se sitúa fuera del marxismo. Igualmente, fue muy significativa la rapidez con la que dos “jefecillos” de la FICCI se lanzaron al debate, no para tomar posición sobre el análisis del BIPR expresado por la presidencia, sino para intentar “demoler” los análisis de la CCI (3).
La ausencia completa de seriedad de la FICCI quedó más claramente de relieve por el comportamiento adoptado por dos de sus miembros (e igualmente la de sus seguidores) que, en lugar de tomar la palabra para desarrollar una argumentación política, se limitaron a adoptar una actitud irreverente, llena de sarcasmo (hasta el punto de dedicarse a aplaudir las críticas a los análisis de la CCI, como sí de un partido de fútbol se tratase). Esta falta de seriedad chocó profundamente a los elementos en búsqueda de una clarificación política que estaban presentes. Uno de ellos tomo la palabra para señalar explícitamente que actitudes de ese tipo “...no le animaban a participar en la discusión..”.
Es evidente que si la CCI no hubiera participado en la discusión y no hubiera aportado los elementos que planteó al debate, hubiéramos asistido a un “debate” contradictorio y carente de confrontación entre diferentes posiciones. La FICCI (que se presenta como la “verdadera defensora de la Plataforma de la CCI”) se guardo muy mucho de presentar la más mínima divergencia o crítica a los análisis del BIPR.
Sobre el concepto de decadencia del capitalismo (que el BIPR pretende “redefinír”, y de hecho lo que hace es rechazar) los miembros de la FICCI no dijeron ni palabra. Del mismo modo de evitaron cualquier confrontación con el BIPR sobre la cuestión ¿por qué la burguesía no ha estado en condiciones de desencadenar una tercera guerra mundial antes del hundimiento del bloque del Este?.
Así, la pretendida apertura a un debate público, por la “clarificación” y la “confrontación” de los diferentes puntos de vista existentes en el seno del medio proletario, algo de lo que tanto se reivindica la FICCI no es más que un montaje vacío condimentado con altas dosis de hipocresía. En realidad, con tal de construir a cualquier precio un “frente único anti-CCI” el BIPR y la FICCI prefieren ocultar sus desacuerdos y discutirlos en ¡ sus reuniones “privadas”!.
Por nuestra parte, si coherentemente con nuestras posiciones hemos rechazado mantener el más mínimo “debate” con los elementos de la FICCI (y ello a pesar de sus intervenciones provocadoras), es porque la CCI ha ido a una reunión pública del BIPR y no estaba dispuesta a consentir a estos individuos sabotear el debate. En ese sentido hemos intervenido en todo momento para rebatir los argumentos del BIPR y no los de esta supuesta “fracción” que en realidad es una banda de bribones.
Precisamente porque no tenemos ningún temor a la confrontación pública de nuestras divergencias con el BIPR, hemos participado en su reunión. En ese sentido, una vez más, no compartimos la posición del BIPR (repetida al final de esta reunión pública) que dice que el debate entre la CCI y el BIPR “...no sirve para nada...”. Nuestra posición sobre el debate público entre organizaciones de la Izquierda Comunista no tiene nada que ver con la visión de un “choque” entre grupos para saber quien es él “más fuerte” o quien va a “conseguir conquistar a más elementos”. Estamos interesados en la discusión pública de las divergencias, porque entendemos que es vital para que los elementos en búsqueda de una clarificación política puedan conocer las posiciones de la CCI y la del resto de grupos del medio proletario. Sólo con esta actitud podremos conseguir una clarificación de estos elementos y evitaremos que se equivoquen de puerta si quieren convertirse en militantes comunistas.
Ante los elementos en búsqueda de una perspectiva de clase, incumbe a las organizaciones revolucionarias aportar una respuesta a todas las cuestiones que planteen, convencerlos con el máximo de claridad, de rigor y de seriedad en la argumentación. Del mismo modo que les incumbe defender, en las reuniones públicas, la seriedad del debate político rechazando enérgicamente cualquier tipo de actitud parásita que pretenda contaminar el debate con sarcasmos, risotadas o algarabías.
CCI (18/ Octubre / 2004)
(1) Por razones de espacio y de equilibrio en nuestra publicación, no publicamos en este número de Ación Proletaria la primera parte de este artículo titulada “El BIPR rehén de unos bandidos” (artículo que se puede localizar en nuestra pagina en Internet). En caso de que alguno de nuestros lectores no pueda consultar este medio, nos lo puede solicitar para enviárselo en texto escrito. Nos ocuparemos de enviar una copia gratuitamente de tal documento. Aprovechamos para invitar a nuestros lectores a leer la respuesta del BIPR a nuestro documento (que igualmente se puede localizar en su pagina en Internet) titulado “Respuesta a una organización en vía de desintegración”.
(2) Un miembro de la FICCI realizó una intervención que tenía por objeto “ridiculizar” nuestra visión sobre la irracionalidad de la guerra acusándonos de “revisionistas” y llegando a afirmar que éramos unos “Kautsky” cualquiera. En realidad son los tenores de esta pretendida “fracción” los verdaderos “revisionistas” ya que han abandonado completamente el análisis desarrollado por la Izquierda Comunista de Francia (GCF) y que la CCI jamás ha dejado de reivindicar. Estos renegados que pretenden ser los “ verdaderos defensores de las posiciones programaticas de la CCI” rechazan hoy día (con el objeto de acariciar al BIPR en el sentido del pelo) esta posición elemental de nuestra Plataforma sobre la cual esta fundado nuestro cuadro de análisis sobre la decadencia del capitalismo.
(3) Y para combatir los análisis “kautskistas” y “revisionistas” de la CCI hemos podido oír de la boca de los que el BIPR define como los “antiguos dirigentes de la vieja guardia de la CCI” (¡sic¡) algunos “argumentos” que rozan el cretinismo. Hemos podido escuchar (entre otras “joyas” de la CCI) que:
· «...La guerra en Irak representa una ganancia económica enormemente importante para los Estados Unidos...»
· En el lodazal iraquí «....el Ejército americano se refuerza...».
· «...Antes que comprender la cuestión de la guerra, el proletariado debe sufrirla en sus propias carnes...». SIN COMENTARIOS.
Esta campaña está orquestada a escala internacional no solo por un grupo parásito (la FICCI), sino también por el BIPR y por un grupo argentino que se dice llamar “Circulo de Comunistas Internacionalistas” y que se pretende sucesor del Núcleo de Comunistas Internacionalistas de Argentina (grupo del que hemos publicado en nuestra prensa diversas contribuciones). De hecho, los camaradas pueden ver:
- en la web de la FICCI, dos declaraciones de ese “Circulo” que son una sarta de mentiras y calumnias contra la CCI.
- En la web del “Circulo” (http:/1www.geocities.com; [9]’ cci_1917.) tres textos de denuncia de la CCI en los que se retoma los temas clásicos de la FICCI: denunciar a la CCI como una organización estalinistas.
- En la web del BIPR (http:’iwww.ibrp.org [10]) la declaración del 12 de Octubre de ese “Circulo” en la que se denuncia el “mauseabundo método de la CI”.
Además el BIPR acaba de publicar, en su web, una respuesta a nuestro artículo, “El BIPR rehén de unos hampones”, titulada “Las estúpidas acusaciones de una organización en vía de desintegración” que (al igual que el textos calumnioso del “Circulo”) constituye una auténtica declaración de guerra de guerra contra la CCI. En esa respuesta a la CCI, el BIPR afirma que sus relaciones con la FICCI “existen y resisten”. Este texto no solo toma partido por la FICCI sino que, además, cauciona el robo del fichero de direcciones de nuestros abonados que perpetró esa supuesta “fracción” justificándolo. El BIPR afirma claramente que no tiene que dar cuenta de sus acciones ni a la CCI ni a nadie. De hecho rechaza responder a lo que le habíamos planteado en nuestra carta (carta que difundimos en su RP del2 de Octubre y que hemos publicado en nuestra web): “¿Cómo ha llegado la hoja de convocatoria de esa RP a la dirección de algunos de nuestros contactos cuando éstos sólo habían confiado su dirección a la CCI?”.
Nuestros antiguos abonados han recibido en sus buzones esos textos nauseabundos del supuesto “Circulo” enviados por la FICCI aprovechando, para su campaña de calumnias, el fichero de direcciones que nos robaron. Hoy esa campaña de calumnias contra la CCI, en la que sedan la mano el BIPR, la FICCI y ese “Circulo”, nos fuerza a emprender un nuevo combate contra prácticas ajenas al proletariado como el robo, la delación y la calumnia.
Por ello queremos afirmas aquí, como hemos hecho en nuestra web que:
1.- Las tres declaraciones del “Circulo” de Argentina son una sarta de mentiras vergonzosas.
2.- Ese “Circulo” no es el sucesor del NCI. Ese “Circulo” ha salido de la nada y en ningún momento ha dado el más mínimo argumento para explicar porqué el NCI habría cambiado de nombre y de posiciones. Tampoco ha hado ningún argumento para explicar su “giro de 180º” sobre la Toma de posición del NCI en la que denunciaba el comportamiento destructivo de la FICCI (toma de posición que hemos publicado en nuestra prensa). A día de hoy no podemos dar más información sobre este “Circulo”, tomaremos posición públicamente cuando hayamos esclarecido totalmente ese misterioso “grupo”. Lo que si podemos decir ya es que ese “Circulo”, que se solidariza con la FICCI y el BIPR, tiene relaciones establecidas en su web con todo tipo de grupos estalinistas e izquierdistas. Invitamos a los camaradas a que visiten su web donde podrán comprobar, por si mismos, lo que decimos. Este “Circulo” estaría en continuidad con “autores maristas” que van de Marx a ... Stalin, pasando por Mao o el Che Guevara. La CCI reafirma que jamás ha tenido relación con ese “Circulo”, al contrario lo hemos denunciado desde su aparición.
3.- El oportunismo del BIPR (que es una organización de la Izquierda Comunista) es lo que hace que hoy se alíe a las campañas que la FICCI viene lanzando desde hace más de dos años contra la CCI. El oportunismo del BIPR es lo que le lleva hoy a forjar una alianza con los grupos parásitos (como la FICCI).
En ese sentido debemos hacer una distinción entre la naturaleza oportunista del BIPR de un lado y la naturaleza parásita de la FICCI de otro.
La CCI, pese a las calumnias que se lanza a su alrededor, no se deja intimidar por toda ese jaleo internacional. No es un fenómeno nuevo. De echo la historia del movimiento obrero está plagada de episodios en que militantes (como Marx, Lenin, Trotsky) y organizaciones revolucionarias han sido víctimas de calumnias. Eso forma parte del combate no solo contra el capitalismo sino contra la infiltración de métodos burgueses dentro de organizaciones del campo proletario (como hoy es el caso del BIPR). La CCI librará sin concesiones, con paciencia y tenacidad, el combate por la defensa de las principios proletarios. Nuestra responsabilidad es llevar ese combate , no solo para defendernos de ese tipo de ataques sino también para tratar de salvar al BIPR (aunque sin hacernos muchas ilusiones ya que no podemos obligar al BIPR a tomar otro camino) a través de la crítica y el método marxista.
A los camaradas que están, hace tiempo, a nuestro lado los animamos a seguir teniendo confianza en la CCI y a que nos apoyen en este combate como siempre han hecho.
También invitamos a los nuevos lectores a que escriban expresando sus dudas o sus desacuerdos. Le responderemos y podrán comprobar que la CCI no es una organización “estalinista” y que, por el contrario, se puede discutir con nosotros.
CCI (21 de Octubre 2004)
El NCI desmiente rotundamente las declaraciones que la ficci ha publicado el 2 de octubre del 2004 y otras en fechas posteriores en relacion al NCI, que son venenosas y peligrosas para nuestra clase el proletariado mundial.
1.-NCI no ha roto con la CCI en ningun punto de vista y sigue a paso firme y confortablemente.
2.-El NCI politicamente no ha roto con la CCI al contrario sigue manteniendo sus relaciones mas firme en la discusion con la CCI.
3.- En el mes de agosto el NCI no presento desacuerdo con la CCI sino todo lo contrario. Esta en acercamiento muy importante discutiendo con la CCI.
4.-El NCI desmiente que la CCI empujara al NCI a una integracion precipitada. Era el individuo B. el que queria ya una integracion y los otros camaradas del NCI pensaban que habia que ir a paso mas lento pero firme, idea en la cual la CCI estubo de acuerdo.
5.-El NCI sigue existiendo y lejos de desaparecer sigue comprometido en la discusion con la CCI y reprueba los comportamientos indignos de B y "su circulo" que los miembros del NCI no conocen.
NCI 7-11-04
En nuestro artículo titulado “Circulo de comunistas internacionalistas: una extraña aparición” (1) publicado en nuestra página Web el sábado 16 de Octubre llamábamos la atención de nuestros lectores sobre que:
- ese “Circulo”, que se presenta públicamente como “sucesor” del NCI de Argentina, ha aparecido súbitamente, de la nada, con una curiosa “Declaración” de apoyo a los elementos de la llamada “Fracción interna de la CCI” (Declaración fechada el 2 de Octubre que la FICCI difundió, en forma de hoja, ese mismo día durante la Reunión Pública del BIPR en París);
- ese “Declaración” solo ha aparecido, hasta el presente, en la Web de la FICCI. Si dimos la Web de ese “Círculo” argentino (http/www.geocities.com/cci_1917/ [13]), es precisamente para que nuestros lectores puedan constatar, por ellos mismos, que dos semanas después de que la FICCI pusiera en circulación esa “Declaración” no aparecía en la Web del “Círculo”. Por eso es completamente legítimo, por nuestra parte, preguntar “¿A quién quiere ocultar ese violento ataque contra la CCI el autor de esos escritos más recientes? ¿Debemos pensar que quiere ocultarlo a aquellos de los que dice ser portavoz?”.
El lunes 18 de Octubre dos días después de la publicación de nuestro artículo, el autor de ese “Declaración” se decide finalmente a publicarla en la Web del “Círculo” (colgada hacia las 18 horas GTM), es decir, dos semanas después de que la FICCI la hiciera pública. Podemos deducir fácilmente que ese misterioso Web master (que se proclama “Círculo de comunistas internacionalistas”) al verse puesto en evidencia se apresura a colgar esa “Declaración” del 2 de Octubre en su Web.
Al mismo tiempo que el “Circulo” publica la declaración del 2 de Octubre publica otra “Declaración”, del 12 de Octubre (que llevaba ya algunos días colgada en la Web de la FICCI y también del BIPR). Por nuestra parte, afirmamos que esta segunda “Declaración” es una sarta de mentiras y calumnias, de la misma caradura que la repugnante prosa de la FICCI.
Aquí nos vamos a limitar a señalar solo algunas pequeñas cosas sobre ella:
1).- Esta nueva “Declaración” que denuncia el método “nauseabundo” de la CCI emplea los mismos calificativos que el texto publicado por la FICCI en su Web (“La ignominia no tiene límites”) donde se dice “Eso da nauseas”. Las analogías entre los dos textos podemos verlas, entre otros ejemplos, en:
- “voluntad de destrucción de los que se le oponen, hacer una política de tierra quemada a su alrededor” (“FICCI”); “Todo aquel que no está de acuerdo conmigo debe ser destruido. Esa es la sentencia pronunciada por la actual CCI contra todos aquellos que no están de acuerdo con sus orientaciones políticas fundamentales (...) [la CCI emplea] la táctica estalinista de `tierra quemada” (“Círculo”);
- “ante todo se trata de desacreditar, romper, destruir, cualquier dinámica de discusión y de reagrupamiento” (“FICCI”); “la CCI trata de sabotear cualquier tentativa de reagrupamiento revolucionario” (“Círculo”).
2).- Esta “Declaración” se apoya en los hechos siguientes: varios militantes de ese “Circulo” habían “recibido llamadas telefónicas por parte de la CCI. Sin embrago, esas llamadas no se han hecho con una intención inocente, sino con la intención de destruir ese pequeño núcleo”.
Cualquier lector puede darse cuenta (¡a menos que esté “convencido” de antemano de la “culpabilidad” de la CCI!) de que la burda trama que cuenta ese “pequeño núcleo” no es más que una historia que se cae por su propio peso. Si esos militantes, que han recibido nuestras llamadas telefónicas, hubieran roto con la CCI (como afirma, entre otros, la FICCI en el texto antes mencionado) ¿porqué no, simple y sencillamente,... no nos han colgado el teléfono?
Además, lo más “extraño” de esa nueva “Declaración” es que para demostrar el carácter “nauseabundo” del método de la CCI no dicen ni una sola palabra sobre el contenido de esas llamadas telefónicas.
¿Cabe pensar que esos “nauseabundos” hechos solo existen en la mente de su redactor? Si no es así ¿por qué oculta el contenido de esas llamadas? ¿Quizá porque ese “pequeño núcleo” va a sacar ahora una... tercera “Declaración” en la que, finalmente, nos desvele la verdad (2)?
Lo que se dice en esa “Declaración” es tan absurdo que quien se lo trague no es que tenga el cerebro del tamaño de “una pequeña nuez” sino de una gran caja de serrín.
Más adelante volveremos sobre esa “nauseabunda declaración”, así como sobre el (ridículo!) escándalo “internacional” que quiere provocar.
CCI (19/10/2004).
(1) El mismo día en nuestra Web en castellano “A propósito de la FICCI: El Núcleo Comunista Internacional condena la llamada FICCI”.
(2) O que dará lugar, como es la práctica habitual de la FICCI, a toneladas de jabón hacia el BIPR que ha publicado su llamamiento.
Cuando aparece un nuevo grupo (o cuando realiza un cambio importante de posiciones) es necesario analizar de donde viene, con qué ha roto y hacia donde se propone ir. Es una mínima cuestión de responsabilidad pues no podemos dar cancha a cualquier recién llegado. Este rigor es aún más imprescindible ante un grupo cuyos primeros pasos consisten en atacar brutalmente a la CCI a través de 2 declaraciones[1]: una repartida por la FICCI el 2 de octubre en la Reunión Pública del BIPR en París y otra, cuya fecha es el 12-10-04, que ha sido publicitada en las Web de la FICCI y del BIPR[2].
Conforme a un viejo principio del marxismo –enunciado ya en La Ideología Alemana- no vamos a partir de lo que este Círculo dice ser sino de lo que es realmente, conforme a sus posiciones y, sobre todo, a sus actos.
Hacia fines de septiembre, el Círculo apareció como de la nada lanzando una nueva publicación –REVOLUCION COMUNISTA nº 1 (Segunda Época) y un documento de “Perspectivas del proletariado en Argentina y en las naciones periféricas para el presente periodo” -. Esta actitud choca frontalmente con lo que ha sido siempre la tradición del movimiento obrero, lo que pusimos de relieve en el primero de los documentos antes citados: « Hoy un grupo, aparentemente nacido de la nada, que no explica en ningún momento su relación con el NCI, se proclama como el “NCI segunda época” rechazando las posiciones del NCI que a continuación publicamos. Tal fenómeno consideremos que requiere cuanto menos una profunda explicación política por parte de ese nuevo “Circulo” (se presenta en Internet como “Circulo de comunistas internacionalista”) cosa que hasta el presente no ha hecho».
¡Sorprendentemente un día después de hacer esta denuncia, en la Web del “Círculo” aparecía una breve declaración titulada «¿Quiénes somos?», llena de errores gramaticales y redaccionales que denotan su realización apresurada, donde se afirma: « El Círculo de Comunistas Internacionalistas es un grupo de militantes revolucionarios provenientes de Argentina, que se constituye luego de un largo proceso de debate y de decantación primeramente como Núcleo Comunista Internacional, y luego en Círculo de Comunistas internacionalistas, este cambio de nombre se debió porque comenzó en el interior de este grupo una nueva fase de su desarrollo que estaba basada en la perspectiva de la construcción a través del reagrupamiento revolucionario del PARTIDO COMUNISTA MUNDIAL, y de reapropiación absoluta del programa comunista »[3].
Estas frases tan ampulosas como evasivas siguen sin aclarar nada sobre los orígenes del Círculo, aunque parecen indicar que procedería del Núcleo Comunista Internacional. Se impone pues ver si entre uno y otro hay algún vínculo de continuidad. Dicho de otra forma: ¿el nuevo “Círculo” supone realmente una “nueva fase de desarrollo” del NCI o, por el contrario, supone una ruptura con este grupo y un ataque a todo lo que ha aportado?
El programa de las organizaciones comunistas no se limita a un conjunto de posiciones políticas sobre la guerra, los sindicatos, la crisis etc. Incluye también y de forma preponderante, una conducta basada en los principios de la moral proletaria[4] y un funcionamiento acorde con los principios de unidad, solidaridad y confianza que no solo permiten la actividad organizada de los militantes comunistas sino que constituyen las bases de la futura sociedad.
Un examen de algunos de los actos iniciales del “Círculo” pone en evidencia una conducta que fácilmente se puede encuadrar en las “metodologías nauseabundas” que dicho “Círculo” quiere atribuir a la CCI.
El “Círculo” ha surgido en el escenario internacional de la Izquierda Comunista bajo el manto protector de la FICCI que lo introdujo en sociedad repartiendo la ya mencionada declaración del 2 de octubre donde aquel se retracta de la condena que el NCI había hecho de la FICCI y se dedica a llenar de calumnias a la CCI.
Este bautismo constituye un testimonio elocuente de la catadura moral del recién nacido que da sus primeros pasos de la mano de un grupúsculo cuya base de fundación es la delación, el robo y la calumnia[5].
Esta catadura podemos comprobarla en la “metodología” con la que dicho “pequeño grupo” –por emplear una de sus frases preferidas - justifica un cambio tan grave como es el de blanquear la conducta de un grupo al que unos meses antes, con “conocimiento a través de la lectura de las publicaciones, tanto de la CCI, como de la Fracción Interna de la CCI” , consideraba con una conducta “extraña a la clase obrera y a la Izquierda Comunista”, para tratarlo ahora de “camaradas” y lanzarse a una colaboración entusiasta con él[6]. Esta actitud revela una desenvoltura que nada bueno puede augurar a los militantes proletarios que saben pertinentemente que sólo puede construirse algo positivo desde la lealtad, la sinceridad y la transparencia más plenas.
Las propias relaciones del “Círculo” con la FICCI plantean dudas inquietantes. Obra en nuestras manos un mail procedente del Círculo en el cual se dirige a la FICCI afirmando lo siguiente: « ESTIMADOS CDAS: Ante la información que dimos cuenta a uds en un mail anterior, y consultados los camaradas se decidió y se consignó que uno de ellos redactara un repudio no solo a la declaración de mayo de 2004 del NCI, sino también que se procediera hacer una DECLARACION solidarizándonos con la FICCI, tiene fecha del 2-10-04, porque supuestamente será ubicada en el sitio web de la CCi en estos días, no sabemos la razón porque nos informaron esto aun. ASIMISMO AUTORIZAMOS SU DIFUSION SI LO CONSDIERAN CONVENIENTE O UTIL A TODO EL MPP Y MILITANTES COMUNISTAS ».
De este mail se deduce la existencia de contactos precedentes entre el “Círculo” y la FICCI antes del 2 de octubre, fecha de esa declaración de “repudio”. Esto pone de relieve el dudoso comportamiento de alguien que había participado en la condena a la FICCI como grupo “ajeno al proletariado y la Izquierda Comunista” y, sin embargo, colabora con ella como si tal cosa.
El autor de las declaraciones tiene un olfato de geometría variable. Cree percibir “metodologías nauseabundas” en la CCI y sin embargo no huele nada en las mentiras nauseabundas de la presentación que hace la FICCI de su Declaración del 2-10-04:
1º: «La más reciente (a finales de septiembre) de sus extravagancias [se refiere a la CCI] es la publicación, en su prensa y su sitio Web, de una toma de posición donde se nos denuncia, fechada 22 de mayo pasado, que manifiestamente le han sonsacado, mediante la artimaña y el chantaje, a los militantes del NCI de Argentina»
Salvo que sufra una amnesia selectiva, el impulsor del “Círculo” sabrá muy bien que no hubo ninguna artimaña o chantaje por nuestra parte.
2º: «es conveniente subrayar que fue verdaderamente "en la precipitación" -según los propios términos de los camaradas del Círculo- que el NCI adoptó aquél texto. Es decir, bajo la presión e incluso el dictado -como lo prueba la redacción- de la delegación de la "CCI" enviada ante los camaradas argentinos».
En este pasaje hay casi tantas mentiras como palabras. ¿Precipitación? El NCI conocía a la FICCI desde finales de 2003 y para informarse sobre sus “argumentos” contra la CCI le bastaba con pedirle sus boletines (la FICCI los envía por todas partes, incluido a aquellos que no quieren recibirlos). Por otro lado, el 22 de mayo no había ninguna delegación de la CCI en Argentina. Finalmente, nadie dictó nada a los miembros del NCI. Esta mentira encierra además una ofensa a la capacidad e independencia de criterio de estos compañeros.
3º: « En fin, la voluntad de indecente manipulación y de chantaje hacia los camaradas argentinos se muestra claramente en el último punto del texto, el punto 14, que se les ha hecho votar: "Autorizar a la CCI, si lo estima conveniente, la publicación del presente texto, con el fin que considere pertinente" ¿No es esto un cheque en blanco, un vale pagadero a futuro, con miras a arrinconar a los camaradas para siempre?»
Ese punto 14 fue introducido voluntariamente por el NCI sin que mediara ninguna petición ni explícita ni implícita por nuestra parte.
Esta colección de mentiras muestra al NCI como grupo poco responsable que se deja influir y engañar fácilmente. Sí fuera cierta la pretensión del “Círculo” de constituir un “nuevo desarrollo” del NCI denunciaría con indignación estos embustes. Mucho nos tememos que su respuesta será un embarazoso silencio o quizá una nueva de lluvia de ataques contra la CCI, dotados de “toda una policromía de adjetivos calificativos” (por emplear una de sus plásticas expresiones).
En nuestro documento Círculo de Comunistas Internacionalista, de nuevo otra extraña aparición preguntábamos: « ¿Quizá porque ese “pequeño núcleo” va a sacar ahora una... tercera “Declaración” en la que, finalmente, nos desvele la verdad? O –añadíamos en una nota- dará lugar, como es la práctica habitual de la FICCI, a toneladas de jabón hacia el BIPR que ha publicado su llamamiento»
Las dos previsiones que aquí apuntamos se están cumpliendo. Veremos después como el “Círculo” rivaliza con la FICCI en los esfuerzos por darle jabón al BIPR. Sin embargo, una pequeña parte de la verdad sobre el “Círculo” empieza a revelarse. Desde luego no toda pues en nuestro documento la verdad que esperábamos era que nos explicara el contenido “delictivo” de las llamadas telefónicas que hicimos a miembros del NCI («Además, lo más ‘extraño’ de esa nueva “Declaración” es que para demostrar el carácter “nauseabundo” del método de la CCI no dicen ni una sola palabra sobre el contenido de esas llamadas telefónicas.»). Sobre esto el autor de la Declaración del 21-10-04 continua guardando silencio pese a que ello hubiera sido el único medio de probar el carácter “nauseabundo” de los métodos de la CCI. Este silencio puede deberse a que si nuestro Webmaster hubiera revelado su contenido no habría podido pretender con un mínimo de credibilidad que “dichos telefonemas no tenían ninguna intención inocente, sino la artera intencionalidad de destruir a este pequeño núcleo, o caso contrario a sus militantes en forma individual , generando desconfianzas mutuas o sembrando las semillas de la división entre las filas de este pequeño grupo”. Cabe sin embargo otra hipótesis, nuestro indignado Webmaster no conoce el contenido de dichas llamadas telefónicas. No obstante, para su imaginación enferma estas llamadas no pueden tener otro sentido que destruir “el pequeño grupo basado en Argentina”. Sí es así, estaríamos ante un caso de paranoia.
La parte de la verdad que aparece es sobre qué es realmente el “Círculo”. Cuando se sigue la Web del “Círculo” se observa un activismo desenfrenado. Un tráfico de textos y declaraciones que aparecen y desaparecen nos muestran una notable agitación. Esta impresión es plásticamente reforzada por una proliferación de hoces y martillos centelleantes que recuerdan las luces de los árboles de Navidad[7]. Una “Biblioteca de Autores Comunistas” con 4 o 5 textos colgados se presenta como un atractivo seductor. Sin embargo, junto al enlace de la Biblioteca aparece la “sorpresa”: otro enlace, disimulado en una etiqueta “New” que lleva como tal varios días[8] nos conduce a una página llamada “Argentina Roja” donde aparece la “Escuela Nacional de Cuadros del Partido Comunista de Argentina”, fotos del Ché Guevara y podemos encontrar textos de Mao, Stalin etc. y, en medio de estas edificantes compañías, se encuentra el “Círculo” que se ha hecho un hueco en ese medio estalinista con el pretexto de ser una «Pagina la cual contiene un Archivo de Autores Comunistas» (sic)[9].
¿Con qué objetivo se ha realizado este comadreo diplomático con el estalinismo, uno de los más feroces enemigos del proletariado[10]? Es difícil saberlo, quizá en una de sus prolíficas declaraciones, el Webmaster del “círculo” aporte una explicación. Sin embargo, podemos apuntar una: se quiere aparentar una vida inexistente.
En el mismo sentido, las diferentes declaraciones pretenden dar a entender que los compañeros del antiguo NCI apoyarían sin reservas los nuevos aires del “pequeño círculo”. Se insiste hasta la nausea en que todas las decisiones se toman “colectivamente”. Esta obsesión enfermiza por demostrar el carácter “colectivo” del “Círculo” lleva a su autor a cómicas redundancias. Veamos algunas perlas.
«Es así, que estando alertados de dicha metodología nauseabunda por parte de la actual dirección de la CCI, los militantes del Círculo de Comunistas Internacionalistas denunciamos a la CCI por decisión unánime de cada uno de los militantes que integran este pequeño núcleo»
¡Los militantes denuncian a la CCI por decisión unánime de los militantes! Es evidente que cada militante es unánime consigo mismo y cada militante decide por decisión unánime de cada militante. ¿No será que tal proliferación de “militantes unánimes” solo existe en la “unánime” imaginación del autor?
Unos párrafos más adelante nos enteramos que « Es por ello que unánimente (sic) a instancias de los camaradas que fueron llamados telefónicamente por la CCI para que fueran el germen de la desconfianza y la destrucción de este pequeño grupo proponen al conjunto de los miembros del CIRCULO DE COMUNISTAS INTERNACIONALISTAS el total rechazo a la metodología política de la CCI».
¿Cómo es que ahora “unánimemente”, o sea, el conjunto de camaradas, propone al conjunto de camaradas el rechazo de la metodología de la CCI? ¿No se había decidido unánimemente por unánime decisión de los unánimes militantes denunciar “la metodología nauseabunda” de la CCI? De dos cosas una: o en el “Círculo” existe un barullo de decisiones unánimes de considerables proporciones o el calenturiento autor se ha embarullado en su imaginación.
Dicha imaginación es bastante fértil pues resulta que el “Círculo” además de militantes “unánimes” cuenta con “estrechos contactos”: «Por mal que le pese a la CCI, las declaraciones del 2/10/04, y del 12/04/04 no fueron un producto individual, sino colectivo, incluso más luego de la primera declaración consultada la misma con nuestros más estrechos contactos, podemos decir que los mismos manifestaron un repudio a la actitud y accionar de la CCI en la Reunión Pública de París»
La avaricia rompe el saco. En su afán de “demostrar” lo “colectivo” que es el “Círculo” nuestro autor se ha puesto sencillamente en ridículo: además de tener “militantes unánimes”, el “Círculo” contaría con “estrechos contactos” a los que la “consulta” de una Declaración cuyo contenido es repudiar la condena del NCI a la FICCI, llevaría a “repudiar la actitud y el accionar de la CCI” ¡en la Reunión Pública de París sobre la que no se habla para nada en la declaración entre otras cosas por que se escribió antes de dicha reunión!
El refrán dice «Dime de qué presumes y te diré de qué careces». Tanto empeño en mostrar el carácter “colectivo” y “unánime” del “círculo” esconde con toda probabilidad la cruda realidad de que el “Círculo” es un bluff, detrás de él no hay nada más que la imaginación desbocada y el desbocado activismo del autor y Webmaster[11].
Que este individuo se obstine en engañar al mundo –e incluso en engañarse a sí mismo- sobre la “unánime colectividad” del “círculo”, no nos haría perder el tiempo pues hay muchos locos que se creen Napoleón y no vamos a convencerlos de su error. Ahora bien, el problema está en que sus febriles agitaciones tienen como objetivo llenarnos de calumnias y, por otra parte, se basan en una impostura: arrogarse la “continuidad” del NCI cuya aportación al proletariado argentino e internacional no puede perderse.
En una reciente carta al NCI hacíamos balance de su contribución subrayando como aportes: «- rechazar, junto con la CCI, la peligrosa mistificación de las revueltas interclasistas defendiendo la lucha genuina del proletariado, poniendo en evidencia la inconsistencia y el peligro de los análisis del BIPR sobre dicha cuestión;
- defender el papel decisivo del proletariado de los países centrales del capitalismo contra las mistificaciones anti-“eurocentristas” del GCI;
- poner al desnudo la mistificación del “movimiento piquetero”;
- condenar con energía el sucio trabajo de la pretendida FICCI que existe únicamente para desacreditar a la organización más coherente de la Izquierda Comunista, en beneficio de la clase dominante».
Junto a esas aportaciones debemos destacar la defensa de análisis como la decadencia y la descomposición del capitalismo, la irracionalidad de la guerra imperialista etc.
Analizando el barullo de textos aparecidos en la Web se pueden percibir dos líneas contradictorias que coexisten tranquilamente.
Por un lado, posiblemente como guiño a los nuevos aliados de la Web estalinista “Argentina Roja”, en la declaración ¿Quiénes somos? encontramos posiciones de una peligrosa ambigüedad política: nos habla de “capitalismo monopolista” una fase ya muy remota del capitalismo que constituye el análisis preferido de los autores estalinistas. Propone la vaguedad de « la socialización de la industria, los servicios y la planificación de base de la producción y de la riqueza colectiva», frase deliberadamente ambigua que puede abrir la puerta a cualquier política o programa de capitalismo de Estado (el cual es ignorado como cuestión central al igual que la denuncia de los regímenes estalinistas). Los partidos estalinistas, trotskistas «no son más que órganos de dominación que intenta mantener la lucha de clases dentro de los ámbitos institucionales». El término “ámbitos institucionales” es lo suficientemente elástico para indicar cualquier cosa pero lo significativo es lo que oculta semejante análisis: donde esos organismos son más eficaces es precisamente en plantear objetivos capitalistas mediante luchas y movimientos “radicales fuera de los ámbitos institucionales”.
Junto a esta línea de flirteo con el estalinismo, se abre la puerta a posiciones que caben dentro del campo político proletario pero que constituyen una regresión respecto a las posiciones defendidas por el NCI.
Ni en REVOLUCION COMUNISTA 1 (Segunda Época) ni en un documento titulado «Perspectivas para el proletariado en Argentina y en las naciones periféricas para el presente periodo» se citan dos análisis capitales que habían sido el punto fuerte del NCI: la denuncia de las revueltas de diciembre 2001 y del movimiento piquetero. ¿Qué “perspectivas” se pueden ofrecer al proletariado argentino ocultando estos dos análisis?
Del mismo modo, se echa un tupido velo sobre dos posiciones plenamente coherentes con el marxismo y que el NCI había defendido con convicción, particularmente en polémicas con otros grupos del medio revolucionario: la decadencia y la descomposición del capitalismo. Este marco de análisis es reemplazado por otro muy peligroso que es el de ¡la globalización del capitalismo!, un análisis muy de moda en los medios burgueses tanto en los oficiales como en los “radicales” de la altermundialización[12].
Todos estos cambios de posición han aparecido de repente sin ningún debate ni desacuerdo político expresado previamente. Por eso no deja de extrañarnos que el “pequeño grupo radicado en Argentina” nos acuse en su segunda Declaración que «todo aquel que no acuerde en sus líneas políticas fundamentales, o que resuelva romper con dicho grupo por desacuerdos políticos, o no se avienen a aceptar las calificaciones absurdas contra otros grupos y/o camaradas de la izquierda comunista, merece ser destruido y no existir jamás»
No vamos a gastar teclado para rebatir esa calumnia. Los que conocen nuestra actitud y nuestra trayectoria pueden desmentirla fácilmente. Pero en el caso del “Círculo” hay algo que falla: para que este nuevo David enfrentado al Goliat CCI, tuviera el honor de ser perseguido «por una Corriente reconocida internacionalmente que ataca a un pequeño grupo», ¡debería comenzar por plantearle de forma clara y valiente sus desacuerdos! Sin embargo, la realidad es que:
· El NCI enviaba regularmente artículos a nuestra prensa que publicábamos con gran alegría apreciando la validez de sus contribuciones, mientras que el “nuevo” REVOLUCION COMUNISTA Segunda Época nos ha sido cuidadosamente ocultado de tal forma que nos hemos enterado de su existencia al descubrir en los enlaces del BIPR un “Colectivo Comunista Internacionalista” que ha resultado ser el famoso y “pequeño” círculo.
· Del mismo modo, la Declaración del 2 de octubre se ha autorizado «SU DIFUSION SI LO CONSDIERAN CONVENIENTE O UTIL A TODO EL MPP Y MILITANTES COMUNISTAS»,… ¡excepto la CCI a la que jamás se ha enviado!
· Lo mismo cabe decir de la Declaración fechada el 12-10
El “pequeño círculo” pone la venda antes de la herida. Primero nos acusa de “perseguir a aquellos que se atreven a expresarnos desacuerdos políticos”… pero se le olvida tener el “atrevimiento” de expresarnos claramente sus desacuerdos políticos.
En su tercera declaración, el “Círculo” desarrolla una acusación complementaria: otro de nuestros terroríficos pecados sería el de intentar destruir el reagrupamiento internacional de los revolucionarios y particularmente los esfuerzos del BIPR: «los recientes ataques llevados a cabo por parte de la CCI contra el Buró Internacional por un Partido Revolucionario, motivada por la Reunión Pública que desarrollo en París el 2 de octubre de 2004, y en el cual tomó activa participación, en dicha reunión, la Fracción Interna de la CCI». Acusa a la CCI de utilizar “toda clase de ardides” contra la Reunión Pública en París del BIPR.
Hemos consultado la Web del BIPR para encontrar información sobre esos repudiables ardides y lo que dice una breve reseña publicada en italiano es que hubo una presencia masiva de militantes y simpatizantes de la CCI que protagonizaron “numerosas intervenciones”[13].
¿Acudir ampliamente a una Reunión Pública de un grupo proletario es un “ardid”? ¿Realizar numerosas intervenciones constituye un “ataque”? ¿Animar a nuestros simpatizantes a que acudan sería una “maniobra”? Es posible que para el calenturiento autor de las Declaraciones, tratar de aportar claridad sea una “agresión” y una “maniobra”. Lo decimos por la llamativa reacción que ha tenido ante la publicación de artículos del NCI en nuestra prensa: «La CCI ha realizado una sistemática campaña contra este pequeño grupo, sea comenzando a editar viejos artículos en su prensas territoriales, como el caso de World Revolution de G.B sobre las luchas de los hospitales municipales, o por parte de Acción Proletaria, y Revolución Internacional de Francia, con los recientes suplementos editados, y que se hallan en su sitio Web».
¡De modo que dar a conocer al proletariado internacional contribuciones producidas dentro de su fracción en Argentina (denuncia del movimiento piquetero, huelga de hospitales de Buenos Aires, denuncia de la FICCI, denuncia del engaño de la seguridad ciudadana etc.) formarían parte de una “sistemática campaña”!
En la Web del antiguo NCI ha habido toda una serie de extrañas desapariciones. ¡Dos enlaces, uno sobre la decadencia y otro mostrando el carácter interclasista de las revueltas de diciembre 2001, han sido borrados y no conducen a ninguna parte! Los enlaces vacíos en Internet recuerdan los huecos de las fotos correspondientes a los viejos bolcheviques eliminados por Stalin.
Esta nueva maniobra nos permite entender mejor el enfado por la publicación de artículos del NCI. Nuestro Webmaster debe considerar el NCI como su “propiedad privada” lo que le otorgaría bula para quitar todo lo que le venga en gana y le llevaría a protestar por que otros publiquen sin su copyright.
Existe un motivo suplementario para las iras de nuestro autor. Los textos del NCI contradicen radicalmente las nuevas posiciones que ahora defiende el “Círculo” que se pretende “desarrollo superior” del NCI. Resulta muy embarazoso para nuestro Webmaster que le recuerden lo que defendía hace unos pocos meses.
Las actitudes de este individuo denotan un universo mental podrido y ajeno al proletariado: las posiciones y análisis políticos no las ve como una expresión del proletariado sino como su propiedad privada; los cambios de posición no los adopta en función de una convicción sino según un cálculo de conveniencias.
Ya hemos visto antes que el cambio de posiciones políticas tiene dos direcciones incoherentes entre si: uno de seducción hacia el estalinismo, otro de seducción hacia el BIPR. ¡Ya se aclarará el Webmaster con qué carta se queda o si prefiere “unánimemente” mantener las dos!
En lo que se refiere a la aproximación hacia el BIPR, esta imita servilmente la “metodología” de la FICCI de echar toneladas de vaselina sobre la piel del BIPR. El Webmaster extiende una pomada balsámica sobre las heridas causadas por los espantosos ardides de la CCI en el cuerpo del BIPR perpetrados en la Reunión Pública de París, unas heridas que, como hemos visto antes, el propio BIPR desconoce…
Debemos precisar que, en contra de la falsa acusación del Webmaster, para nosotros “no merece ser destruido” el compañero o grupo de compañeros que, por convicción y sobre la base de una argumentación más o menos desarrollada, se acerca a las posiciones del BIPR. Sí esta evolución se produce con ese método nos parece que se puede desarrollar un debate que lleve a la clarificación.
Totalmente diferente es un cambio de posición arbitrario ajeno totalmente a la convicción que se acompaña con maniobras de aproximación a los estalinistas, la alianza con la FICCI, una rociada de insultos a la CCI y la pretensión de destruir la contribución del NCI. Esa “metodología” es ajena y antagónica al método proletario.
Nuestro autor y Webmaster proclama en su tercera declaración que «la esencia del NCI permanece inalterable». Vamos a dejarle el frasco de las esencias “inalterables” y “unánimes”, lo va necesitar para paliar un poco el olor fétido que despiden sus “metodologías”. Nosotros nos dedicamos a defender las adquisiciones positivas del NCI y a discutir con todos los compañeros interesados en avanzar hacia la clarificación.
Corriente Comunista Internacional 27-10-04
[1] Hay una tercera declaración a la que haremos referencia en este documento titulada Respuesta al Suplemento Revolución Internacional de Francia fechado el 21-10-04.
[2] En sendos documentos que aparecen en nuestra Web (tanto en francés como en español) hemos desenmascarado las calumnias y falsedades de ambas declaraciones. Ver Círculo de Comunistas Internacionalistas: una extraña aparición (en español dentro de la Toma de Posición de militantes de Argentina contra la FICCI) y Círculo de Comunistas Internacionalista, de nuevo otra extraña aparición
[3] El autor del tercer documento del “Círculo” pretende “demostrar” que este no surge de la nada pues el documento ¿Quiénes somos? lo “probaría”. Este individuo quiere reírse del mundo: el texto ¿Quiénes somos? se colgó en la Web al día siguiente de nuestra denuncia. El mismo procedimiento de “apariciones milagrosas” cual nueva Virgen de Fátima se repite frente a otra denuncia nuestra: a fecha 16-10-04 las 2 declaraciones del “Círculo” ¡no aparecían en su propia Web! Dos días después fueron apresuradamente colgadas. En su tercera declaración, el “Círculo” aduce que la CCI: «Asimismo intenta falsamente endilgar o sembrar dudas que se busca “ocultar” las declaraciones de repudio. Pues bien la respuesta esta a las claras, esta incluidas en el sitio web del Círculo en la sección declaraciones». ¡Lo que se ve “a las claras” es la desfachatez del autor que pretende que algo colgado dos días después de nuestra denuncia estaba allí desde el principio de los siglos!
[4] La importancia que el movimiento obrero ha acordado siempre a las cuestiones morales la podemos ver por ejemplo en el combativo libro de Trotski Su moral y la nuestra.
[5] En su tercera declaración, el “Círculo” pretende que la FECCI, el GCI y la FICCI «poseen el común denominador de mantener diferencias políticas con la CCI». Responderemos con lo que decía el NCI hace 4 meses sobre las pretendidas “diferencias políticas” de la FICCI: ««la fracción interna a pesar de sus malabarismos de “crear” diferencias con la CCI, es solamente un conjunto de personas agrupadas con un solo objetivo fundamental, destruir a dicha organización con una serie de argumentaciones que no ha podido ni comprobar, ni demostrar en modo alguno».
[6] Remitimos al lector al análisis que hacemos de dichas justificaciones en “Círculo Comunista Internacionalista: una extraña aparición” en francés y en español.
[7] Es posible que estos “efectos especiales” impresionen a aquellos que creen en Papá Noel o en los Reyes Magos. Los militantes de la CCI ha tiempo que dejamos de creer en estos mitos.
[8] Es revelador del carácter retorcido y manipulador de nuestro Webmaster la forma en que ha establecido el enlace con Argentina Roja: no ha puesto claramente y sin tapujos el enlace a esta Web estalinista sino que la ha disimulado detrás de una anodina etiqueta”New”. Esto nos recuerda los palacios de los nobles donde el acceso a las mazmorras estaba disimulado tras un cuadro o la estantería de una biblioteca. ¡En este extraño “Círculo” todo resulta tenebroso!
[9] El enlace en la Web del “Círculo” apuntando a “Argentina Roja” y el enlace en esta Web apuntando al “Círculo” estaban presentes a fecha 27-10-04. Por si el astuto Webmaster del “Círculo” se le ocurre borrar esos enlaces hemos hecho copias fidedignas para recordárselo.
[10] El autor de las Declaraciones nos obsequia con numerosos calificativos de “estalinistas”, “émulos de Stalin” etc., sin embargo, con tal de dar la apariencia de un círculo hiperactivo no duda en mantener oscuros tratos con estalinistas de verdad.
[11] La voluntad de mostrar que el nuevo grupo que habría sucedido al NCI no está compuesto de un solo miembro sino que reagruparía al conjunto de miembros del NCI aparece en el mismo nombre que se ha dado, puesto que éste sugiere (contrariamente al término “Núcleo” que puede designar una sola persona) que está compuesto de VARIOS “comunistas internacionalistas”. Sin embargo, dado que el autor de las declaraciones se ha destacado por su duplicidad (pretendía estar de acuerdo con la CCI al mismo tiempo que había establecido un contacto amistoso con la FICCI) podríamos suponer que está afectado por un desdoblamiento de personalidad: Webmaster nº 1 y Webmaster nº 2. Cuando el primero decide redactar y publicar una declaración la somete al segundo y la discute con él y de forma “unánime” W1 y W2 adoptan el documento.
[12] ¡En su entusiasmo de converso el Círculo llega hasta mostrar a Lenin como un pionero del análisis de la globalización!
[13] En su primera Declaración (2-10-04), el Webmaster, para explicar por qué se realizó la declaración de repudio a la FICCI nos dice que el NCI «ha actuado con una gran dosis de impresionismo” debido a que “este pequeño núcleo [está] situado en un lugar muy aislado, y sin información de ninguna características sobre las vicisitudes por la que atravesaba el MPP». Hoy vemos que el “pequeño núcleo” ha mejorado notablemente sus fuentes de información hasta el extremo de conocer mejor que el propio BIPR lo que ha pasado… ¡en una reunión del BIPR! Por otra parte, cabe destacar que una semana después de la aparición de la tercera declaración del “Círculo” (realizada el 21-10-04) esta no aparece ni en la Web del BIPR ni en la de la FICCI (esta última suele darse mucha prisa en reproducir y traducir textos que atacan a la CCI). ¿Cuál es la razón de esta tardanza? ¿Habría que creer que el exceso de celo del Webmaster agitado (para darle jabón a la FICCI y al BIPR y en enlaces con los estalinistas) comienza a inquietar a sus amigos europeos que prefieren guardar silencio ante sus últimas hazañas?
Esta toma de posición se refiere a las acciones de la autodenominada “Fracción interna de la CCI”, un grupúsculo parásito compuesto por antiguos miembros de la CCI excluidos de nuestra organización por sus comportamientos de soplones (y no por desacuerdos políticos que habríamos querido acallar, como ellos pretenden). Los últimos episodios de la ofensiva de la FICCI dirigidos no solo contra nuestra organización sino que comprometen al conjunto de la Izquierda Comunista nos mueven hoy a publicar esa toma de posición del NCI. La FICCI en el número 27 de su publicación en Internet (por demás enviado a las direcciones de abonados de RI cuyo fichero robó un miembro de esa pretendida “fracción”) publica un documento titulado “Información de una reunión entre el BIPR y la fracción” donde puede leerse, entre otras cosas, que “Esta reunión es una concretización suplementaria y significativa de los lazos que nuestra fracción trata de establecer con el BIPR, y más ampliamente con las organizaciones y elementos del campo proletario” (...) “Esta reunión ha permitido, en su parte final, poner las bases para un trabajo común en el que el debate debe ocupar un lugar destacado”.
En realidad lo que menos le preocupa a la FICCI es el desarrollo del medio proletario y de los debates en su seno. Lo que mueve a este grupúsculo (como puede constatarse mes tras mes en su publicación) es dañar lo más posible a la CCI (ya que no pudieron destruirla tal y como intentaron sus miembros cuando aún estaban dentro de nuestras filas). Para ello sus miembros precisan procurarse de otros grupos de la Izquierda Comunista un certificado de respetabilidad para blanquear su comportamiento de golfos y soplones. A tal efecto la FICCI no duda en emplear cualquier medio para granjearse las simpatías de esos grupos, especialmente del BIPR: “Se impone una constatación política para nuestra fracción: solo hay hoy un polo de reagrupamiento entre los grupos que se reivindican de la izquierda (...) La única organización que tiene capacidad de jugar ese papel de polo de referencia y reagrupamiento, armada de una experiencia en la que apoyarse, es el BIPR (...) Aún contando con fuerzas poco numerosas, el BIPR es la única organización capaz de defender en la clase, de forma práctica a través de la intervención en las luchas, las posiciones comunistas, internacionalistas contra la propaganda burguesa y que, al mismo tiempo, es capaz de ser un polo de reagrupamiento (...) Esta organización es activa tanto en el plano de su capacidad para impulsar el debate y empujar hacia una autentica clarificación política en el seno de lo que llamamos campo proletario, el medio internacionalista, como respecto a lo que tienen una voluntad de inscribirse en la dinámica de construcción del partido”.
Para no cansar al lector, solo reproducimos una mínima parte de las toneladas de vaselina que la FICCI extiende sobre la piel del BIPR. Perece que el BIPR no conoce la famosa fábula de La Fontaine en la que el lobo adula al cuervo para arrebatarle su queso. Por eso el BIPR cede a la FICCI su...queso, el certificado de buena conducta que tanto anhela, sin ser capaz de comprender el autentico juego de ese grupúsculo.
Esa es justamente la trampa en la que no han caído los compañeros del NCI. Tal y como afirman, expresan las opiniones que a continuación reproducimos tras haber examinado atentamente los documentos publicados tanto por la FICCI como por la CCI (y no por haber creído a ciegas en nuestra palabra).
Hoy un grupo, aparentemente nacido de la nada, que no explica en ningún momento su relación con el NCI, se proclama como el “NCI segunda época” rechazando las posiciones del NCI que a continuación publicamos. Tal fenómeno consideremos que requiere cuanto menos una profunda explicación política por parte de ese nuevo “Circulo” (se presenta en Internet como “Circulo de comunistas internacionalista”) cosa que hasta el presente no ha hecho.
Publicamos la Resolución adoptada por el Nucleo Comunista Internacional el 22-5-04 y a continuación el texto de reflexión en la que se basa dicha Resolución
En virtud de lo señalado precedentemente, el grupo con asiento en Argentina Revolución Mundial ha decidido y en forma unánime ha resuelto lo siguiente:
1) Rechazar las acusaciones lanzadas por la Fracción Interna de la CCI contra la Corriente Comunista Internacional.
2) Rechazar enfáticamente las sombras y sospechas que maliciosamente la FICCI ha sembrado contra una serie de camaradas de la CCI, solidarizándonos con éstos plenamente.
3) Considerar métodos dignos del estalinismo las acusaciones sin fundamentos realizadas por la CCI.
4) Considerar que dichas acusaciones estuvieron motivadas por un espíritu de secta o de clan por parte de la fracción producto de lealtades personales, y no programáticas.
5) Repudiar el robo de dinero, y materiales de la organización por parte de la FICCI.
6) Considerar a la FICCI una organización fuera de la clase obrera, la cual propugnamos por su exclusión y expulsión del proletariado, por conductas de carácter burgués.
7) Consideramos a la FICCI una organización influida cien por ciento por la ideología burguesa.
8) Rechazar los métodos utilizados por la FICCI para evitar el debate político en el XV Congreso de la CCI, repudiando la actitud liquidadora y destructiva de aquella.
9) Considerar a la conducta asumida por la FICCI como extraña a la clase obrera, y a la izquierda comunista, siendo cercana a la mostrada por Stalin en sus campañas difamatorias contra militantes bolcheviques.
10) Considerar por unanimidad que la FICCI es una organización provocadora al servicio del estado burgués
11) Considerar que la FICCI no es heredera de los principios programáticos fundacionales de la CCI, al contrario es su antagónico.
12) Considerar a la CCI como una organización que a pesar de las dificultades , que no oculta, lleva a cabo los principios fundamentales del programa y del manifiesto de la CCI como asimismo de las otras adquisiciones teóricas que surgieron a la luz de la lucha de clases.
13) Rechazar la falsa acusación formulada por la FICCI de que la CCI ha abandonado la lucha de clases y haya perdido confianza en la revolución comunista.
14) Autorizar a la CCI si estima correspondiente la publicación de la presente, a los efectos que considere pertinente.-
Buenos Aires mayo 22 de 2004.-
Desde la conformación de este pequeño núcleo con base en la Argentina – Núcleo Comunista Internacional, hoy Revolución Mundial- hemos tomado conocimiento a través de la lectura de las publicaciones, tanto de la Corriente Comunista Internacional , como de la Fracción Interna de la CCI, de un conflicto el cual, conforme lo expone la fracción podemos resumirlo esquemáticamente en los siguientes puntos:
a) abandono por parte de la CCI de las concepciones fundamentales previstas en sus pautas programáticas y en el manifiesto fundacional.
b) un degeneramiento de carácter estalinista, lo cual impide a sus militantes, de la fracción, expresar libremente sus discrepancias y discutir libremente sus diferencias.
c) En los últimos ejemplares de Boletín Comunista es dable a observar también una crítica cerrada a las tesis sobre la descomposición del capitalismo publicada en la Revista Internacional Nº 107.
Pero la realidad ha demostrado una situación totalmente diferente, a lo que se pretende mostrar, por parte de la FICCI. Ello así, ya que lo podemos denominar la prehistoria de la fracción interna comienza con la renuncia de un miembro destacado de la organización – CCI- hasta ese momento, por razones de salud, según sus manifestaciones. Pero asimismo éste realizó – y realiza- una serie de ataques de una extrema dureza y gravedad sobre otros miembros de la organización, lo cual implicaba necesariamente una investigación y lógicamente el derecho de defensa de parte del acusado o los acusados.
La acusación realizada es a nuestro entender una simple pantalla para realizar una tarea de ruptura y de destrucción de la organización, ¿cómo? Fácilmente creando la desconfianza entre los distintos camaradas entre sí, o sea quebrantando uno de los pilares básicos de toda organización revolucionaria.
La actitud adoptada por dicho miembro, y los futuros miembros de la llamada fracción interna de la CCI fue adquiriendo a lo largo del tiempo características cada vez más peligrosas, es así, que pasó de la denuncia sin fundamento alguno contra camaradas, por el simple hecho de no acordar con estos, a quebrantar la disciplina revolucionaria que debe tener toda organización centralizada, pasando a negarse a debatir abiertamente las diferencias con la CCI , o defender sus posturas de cara al conjunto de la organización, concluyendo, a denunciar o publicitar nombres de miembros de la CCI para que pudieran ser identificados más fácilmente por las fuerzas represivas.
Pero resulta indispensable aquí proceder a analizar alguno conceptos que no es invento de la CCI, sino que nos es legado por la experiencia histórica de las organizaciones y militantes que nos han precedidos, y es el estatuto.
Consideramos al estatuto de una organización revolucionaria, no como un cuerpo o un conjunto de cláusulas formales, o un plexo normativo muerto, todo lo contrario un estatuto es un cuerpo vivo, que junto a las pautas programáticas conforman un todo único, que es fruto de la experiencia histórica de la clase obrera.
Uno de los grandes aportes de Lenin a las organizaciones revolucionarias, fue la dura lucha que sostuvo contra la fracción menchevique con relación al partido, cuando en su obra Un paso adelanta dos pasos atrás, realiza no solamente críticas a sus oponentes por su conducta de círculo, o de amiguismo, sino también, que deja sentado las bases sobre las cuales deben asentarse toda organización revolucionaria: centralización, organización y disciplina. Pero esta disciplina no es algo ciego o inconsciente, todo lo contrario la disciplina de toda organización revolucionaria debe ser consciente, por ser proletaria, cuyo objetivo final es el comunismo, a diferencia de la disciplina burguesa que es ciega, oprobiosa y basada fundamentalmente a través de la coerción física y/o moral que le da sustento a la misma. A la disciplina inconsciente de la burguesía el proletariado le opone la disciplina consciente y voluntaria, único método de unidad y de organización.
La organización revolucionaria se halla en lucha constante contra el enemigo de clase, o sea el capitalismo, y es por ello que la lucha política que se libra, hace indispensable la existencia de reglas claras – el estatuto- , éste no es un cuerpo de normas destinadas a defender o mantener el privilegio de tal o cual individuo, todo lo contrario, el estatuto es el arma defensiva que posee las organizaciones revolucionarias, contra el oportunismo en materia organizativa, y asimismo, es el medio adecuado que regirá la vida militante, y que significará también que esta no este en contradicción con su vida personal. Pero también significa fundamentalmente los derechos y deberes que poseen cada uno de los integrantes de una organización revolucionaria.
La fracción interna no constituye una fracción, en el sentido estricto del término y tal como nos ha sido legado por la experiencia de Bilan, ello así, ya que la misma, a pesar de intentar incorporar en un plexo único una serie de diferencias o de discrepancias de índole político, no es más que un círculo, o una camarilla de personas que han “perdido” sus “posiciones”, lo que implica asimismo una adaptación a la ideología burguesa.
Ello así, ya que si bien las divergencias en el seno de toda organización revolucionaria es síntoma de salud, o sea que posee vitalidad, estas divergencias nunca podrán ser resueltas vía sanciones disciplinarias, o exclusiones de sus miembros, pero ello no implica en absoluto el abandono de la disciplina y el no respeto de las reglas establecidas por el estatuto de la organización.
Incumplimiento de los estatutos y no aportes económicos son puntales de la destrucción de una organización política, si la FICCI no lo cree así, que manifieste que es entonces dicha actitud.
Los estatutos de la CCI plantean claramente la cuestión de las fracciones, las divergencias que puedan surgir en el seno de una organización política es síntoma de salud política, pero ello implica necesariamente un debate franco abierto de las divergencias que existan entre diversas posiciones. Pero la FICCI no lo vio así, ya que abandono y se rehusó defender sus posiciones en la instancia superior de toda organización: el Congreso, y la actitud de la CCI fue la correcta siguiendo el ejemplo de Bilan con relación a la organización que se desprendió de ella en 1936 con relación a la guerra civil española.
Las divergencias que eventualmente puedan existir en el interior de una organización , no implica calumniar a militantes, tal cual la FICCI lo ha realizado, y que no fue objeto de rectificación, esta actitud tendiente a minar la confianza y a sembrar la sospecha, debe traducirse simplemente como una actitud útil para el estado burgués, lo que implica el carácter contrarrevolucionario de la FICCI.
Falsa son las manifestaciones de la FICCI, que expresan “defender los principios de la CCI”, cuando ellos mismos violentan las reglas establecidas en el estatuto.
Falsa son los dichos de la FICCI, que dicen que la CCI esta degenerada por una tendencia estalinista, cuando son ello mismos, que utilizan dichos métodos, como la delación, y las sospechas infundadas.
Falsa resulta su dichos reintentar “recuperar a la CCI”,cuando no se apersonan al Congreso a defender sus posiciones, e intentar “convencer” o “rescatar” a la organización que esta presa de una secta estalinista y liquidadora.
Ello lleva concluir que la fracción interna a pesar de sus malabarismos de “crear” diferencias con la CCI, es solamente un conjunto de personas agrupadas con un solo objetivo fundamental, destruir a dicha organización con una serie de argumentaciones que no ha podido ni comprobar, ni demostrar en modo alguno desviación de la CCI de sus principios consagrados en la plataforma programática ni en el manifiesto fundacional de dicha organización.
La política de demolición que llevo a cabo la llamada FICCI, es similar en cierta manera la que Bakunim llevó a cabo en la AIT, con calumnias , sospechas, mentiras, etc., lo que provocó a que Engels planteara acabar con toda dicha situación excluyendo a Bakunin.
Las calumnias y los ataques a la CCI, destinados a la destrucción de la organización, es típica de la propaganda de la burguesía, la cual manifiesta que ninguna organización obrera puede pervivir, ya que los principios comunistas, de solidaridad, confianza mutua entran en conflicto con la “naturaleza humana “ de egoísmo, desconfianza, etc.
Las organizaciones revolucionarias, son débiles es cierto, y muchas veces sufren la influencia directa de la sociedad burguesa dominante, es por ello que toda organización en su construcción y defensa es una tarea constante y de combate permanente contra las influencias del sistema dominante que intenta corromper a las organizaciones obreras.
Y, ello es lo que se extrae de la conducta de la FICCI, excluidos del SI, se sintieron que “perdieron prestigios”, “poder”, “influencia”, por ende si la organización le quitaba dichos “fueros”, su “orgullo herido” decía que debían destruir a la organización.
Sus pretendidos reclamos de “libertad de critica”, de no “cumplir con sus obligaciones de militantes” es algo que ya Lenin, lo refutó con su obra “Un paso adelante dos atrás”, en su voraz y didáctica critica que realizó a las pretensiones mencheviques en contra del partido centralizado , disciplinado y de combate.
Para la fracción centralización y disciplina se contraponen con la posibilidad de debatir las divergencias. Es evidente que se hallan plenamente influenciados por la ideología burguesa, han abandona del campo proletario.
Como sus posiciones no han logrado convencer al conjunto de la necesidad de derrocar a los “liquidacionistas” y como son miopes para ver las bondades de la FICCI, entonces merecen ser destruidos.
Esta fracción ha demostrado con su accionar concreto que se hallan objetivamente al servicio del estado burgués, jugando el rol de provocador con todo lo que este termino significa.
Falso nos resulta a este pequeño núcleo las divergencias que se planteaban con relación a la descomposición del capitalismo ( tesis que RM-A- aprueba), ya que los miembros de la FICCI cuando se comenzó a debatir este tema mostraron su aprobación, y nunca jamás plantearon disconformidad alguna. Pero consideramos que la fracción como un conjunto de individuos unidos bajo ningún principio, sino solamente por la ambición personal, y con el deseo de destruir a la CCI han utilizado dicha bandera para poder engañar a las futuras camadas de militantes revolucionarias que vayan asomando.
Volviendo a las experiencias históricas, debemos mencionar que las fracciones que existieron , ya sea en el seno de la Tercera Internacional Comunista, o frente a la degeneración de la misma, tarea que tomó en su manos, entre otros, la Fracción Comunista italiana, la fracción jugaba en ambos caso y se conformaba ante situaciones de extrema gravedad o de suma importancia para la clase obrera.
La fracción es un término que es utilizado para definir o caracterizar como bien lo podemos observar en Bilan cuando establece que cuando una organización revolucionaria se halla en un proceso de degeneración, es indispensable sacar las lecciones y las enseñanzas de dicho proceso, es decir, a los efectos de un esclarecimiento político. Es decir que a diferencia del revolucionario ruso León Trotsky que planteaba la fracción interna como paso previo a la conformación de un nuevo partido, la experiencia de Bilan, y de la izquierda comunista italiana, era que la fracción tenía una naturaleza de reflexión , esclarecimiento político y profundización. Es por ello, que la actividad que lleve a cabo la fracción debe estar íntimamente ligada a la relación de fuerzas, y a la lucha de clases, ya que el proceso degenerativo de un partido demuestra la debilidad de la clase.
Es útil consignar aquí la propuesta de Jacobs, y que fue publicada en Bilan Nº 17, que dice: “ Es evidente que la necesidad de la fracción es también la expresión de la debilidad de un proletariado que ha sido desarticulado, o gangrenado por el oportunismo, mientras que , por el contrario, la creación del partido es la plasmación de un curso con etapas ascendentes, en las que el proletariado, una y otra vez , se vuelve a encontrar a sí mismo, se va concentrando. Y mediante las luchas parciales y globales va abriendo brechas para acabar derribando la estructura del capitalismo…”
Frente a las acusaciones que consideramos falsas por parte de la FICCI, que la CCI impidió el debate en ciernes, cabe manifestar que si dicho debate no se dio en toda la extensión que desearía la fracción se debió pura y exclusivamente por su responsabilidad (FICCI). Ello así, ya que no tenían la menor intención de debatir con el colectivo dichas diferencias, sino todo lo contrario el objetivo central era la destrucción de la CCI, o sea si los “preclaros” no son comprendidos o aceptadas sus posiciones, la CCI merece morir.
Es así, que realizaron toda clase de tropelías, que en definitiva están todas y cada una de ellas, incluidas en un libro escrito hace 80 años de Victor Serge acerca de la represión, delaciones, crear confusión, desconfianza, etc., pero si bien no actúan a nombre de un servicio del estado burgués, su conducta es objetivamente provocadora, y al servicio de la burguesía.
La FICCI, en su accionar liquidador y destructor, es, salvando las distancias y las diferencias, una actitud similar a lo sucedido en las experiencias históricas, tanto de la AIT- Alianza, como la escisión en 1903 del POSDR, además de utilizar metodologías típicamente estalinistas como sembrar dudas, sospechas sobre militantes de una organización, de igual manera cuando Stalin acusó a León Trotsky de agente imperialista cuando este último era oposición a la degeneración estalinista y al socialismo en un solo país propugnado por el primero.
El espíritu de secta, basados en el amiguismo, las conformaciones de tendencias o fracciones de carácter secreto, el quebrantamiento de la disciplina revolucionaria que toda organización centralizada y única posee, es producto de la influencia de ideologías extrañas a la clase obrera, es decir ideas pequeñas burguesas y burguesas.
Es así, que las acusaciones , falsas por cierto, lanzadas por miembros de la FICCI, hacia camaradas de la CCI, su rechazo a debatir las diferencias políticas que pueden poseer, hacen recordar a la actitud asumida por Mencheviques y Martov en el congreso del POSDR ruso, el cual Lenin lo acusó de llevar a cabo una política liquidadora de la organización revolucionaria.
Es así que cuando en dicho congreso se resolvió modificar el cuerpo editorial de Iksra, Martov, fiel al espíritu de secta o de circulo, rechazó el mismo planteando la posición antimarxista de que harían tales miembros desalojados de la editorial en el partido. Conducta similar adopta la FICCI, ya que fuera de los órganos de centrales de la CCI, por parte de miembros de la FICCI, la pregunta es ¿qué deben hacer esto? La respuesta la hallaron fácilmente, destruir la CCI, igual que los mencheviques en 1904.-
Los miembros de la FICCI plenamente influidos por parte de la ideología ajena de la clase obrera, al ser removidos de los órganos centrales de la CCI, actuaron de la misma manera, casi una copia exacta como lo describe Lenin en un paso adelante dos pasos atrás acerca de la crisis del POSDR, ya que los integrantes “removidos” plantearon que si son sacados de los órganos centrales, la CCI debe ser destruida, ello así, ya que entienden la llegada a un órgano central, como haber alcanzado el máximo escalón de poder y de prestigio, conducta típicamente de la pequeña burguesía, y para lograr ello, y mantenerse en la “cima” no escatiman de medio alguno, injuriar camaradas, visualizados como “enemigos”, denunciar camaradas a la burguesía, sea publicitando sus verdaderos nombres, denunciar la realización de reuniones, etc.
Es por todas las circunstancias señaladas que provocan que este pequeño núcleo basado en la argentina repudie la política de la FICCI, considerándola contraria a la disciplina revolucionaria y al servicio del estado burgués.
Ello se debe fundamentalmente a lo siguiente, cuando éste pequeño núcleo se pregunto:
Consideramos que es imprescindible, para comprender mejor la situación suscitada entre la CCI y la FICCI, evaluar no sólo lo que es el estatuto, sino también, conocer que plantea el estatuto de la CCI, sea cuando hay diferencias políticas, saber si es permitido la formación de fracciones o no sea cuando conductas de carácter que atente no contra la incolumidad de la organización, sino en sus cimientos básicos, entendido esto como seguridad, etc.
En primer lugar, consideramos al estatuto de una organización revolucionaria, no como un cuerpo o un con junto de cláusulas formales, o un plexo normativo muerto, todo lo contrario un estatuto es un cuerpo vivo, que junto a las pautas programáticas conforman un todo único, que es fruto de la experiencia histórica de la clase obrera.
Uno de los grandes aportes de Lenin a las organizaciones revolucionarias, fue su dura lucha que sostuvo contra la fracción menchevique con relación al partido, cuando en su obra Un paso adelanta dos pasos atrás, realiza no solamente críticas a sus oponentes por su conducta de círculo, o de amiguismo, sino también, que deja sentado las bases sobre las cuales deben asentarse toda organización revolucionaria: centralización, organización y disciplina. Pero esta disciplina no es algo ciego o inconsciente, todo lo contrario la disciplina de toda organización revolucionaria debe ser consciente, por ser proletaria, cuyo objetivo final es el comunismo, a diferencia de la disciplina burguesa que es ciega, oprobiosa y basada fundamentalmente a través de la coerción física y/o moral que le da sustento a la misma. A la disciplina inconsciente de la burguesía el proletariado le opone la disciplina consciente y voluntaria, único modo método de unidad y de organización.
La organización revolucionaria se halla en lucha constante contra el enemigo de clase, o sea el capitalismo, y es por ello que la lucha política que se libra, hace indispensable la existencia de reglas claras – el estatuto- , éste no es un cuerpo de normas destinadas a defender o mantener el privilegio de tal o cual individuo, todo lo contrario, el estatuto es el arma defensiva que posee las organizaciones revolucionarias, contra el oportunismo en materia organizativa, y asimismo, es el medio adecuado que regirá la vida militante, y que significará también que esta no este en contradicción con su vida personal. Pero también significa fundamentalmente los derechos y deberes que poseen cada uno de los integrantes de una organización revolucionaria.
De la lectura y estudio de los estatutos de la CCI, podemos manifestar sin hesitación alguna, que los mismos es una clara traducción metodológica del programa de la CCI, es decir, existe un paralelo entre estatuto y programa, y que en el mismo existen capítulos enteros destinados a que los camaradas que poseen disconformidad con tal o cual punto o consideración programática tenga todas las garantías para debatirlas y hacerlas conocer al conjunto de la organización. La FICCI no utilizó dichos derechos, solamente se limitan a expresar su disconformidad y lanzar epítetos y calumnias del “estalinismo” de la CCI, pero la pregunta que nos manifestamos a continuación es la fracción quebrantó los estatutos de la CCI
De la lectura de los antecedentes que este núcleo posee, hemos podido observar y constatar en los mismos, que ha existido una acusación de carácter muy grave contra integrantes de la CCI, puede suceder que frente a los embates del estado burgués, y de sus aparatos coactivos exista entre los integrantes de una fuerza de sospechas que uno de ellos pueda tener sobre otro, pero es imprescindible actuar debidamente ante los órganos correspondientes, como le compete a toda organización revolucionaria, a los meros efectos, no solo de no calumniar al militante sospechado, sino también evitar transformar dicha situación en un “circo” a pedir de boca de la burguesía.
La historia ha enseñado y no has dado muchas lecciones de la manera en como actúa el estado burgués sembrando la desconfianza, minando la solidaridad, la confianza mutua que debe existir en una organización, e incluso empujando a que readopten postura democratistas típicas de la burguesía.
Lenin decía que:”…los conceptos de democracia en general y dictadura en general , sin plantear la cuestión de qué clase… es una mofa…. Porque en ningún país capitalista civilizado existe la democracia en general, porque lo que existe en ellos es únicamente la democracia burguesa.”
En los párrafos precedentes hemos dado cuenta, de las diversas actitudes que han adoptado los miembros de la CCI, desde la separación de un miembro de la misma que tendía no precisamente a plantear diferencias, a enriquecer el debate, todo lo contrario, la misma estaba destinada a destruir a la organización, ya sea creando dudas, desconfianzas, etc., a través de métodos dignos del capitalismo, como la calumnia la injuria, etc.
Ello se debe a que la ideología del enemigo de clase ha inficcionado profundamente en los ex militantes de la CCI, llamados ahora FICCI, ya que incurrieron en conductas típicamente estalinistas, como la calumnia, en espíritu de clan, o de circulo de amigo, y vizualizaron a una organización revolucionaria como medio de ascenso, de poder , etc. Dificultades estas que la CCI había observado y había alertado al respecto desde mucho tiempo atrás, tal como dan cuenta los documentos y artículos de los diversos medios de propaganda de la CCI.
Toda organización revolucionaria debe basarse en estas tres piedras angulares para su propia subsistencia. Un grupo, corriente, y/u organización revolucionaria, se halla bajo el fuego cruzado de la influencia de la ideología burguesa, que intenta a cada paso destruir ello.
Es así, que las usinas propagandísticas de la burguesía, enemigo de clase del proletariado, intenta a cada paso propagandizar que el “fracaso” de las organizaciones comunistas se deben que no atienden a la “naturaleza humana”, es decir, egoísmo, individualismo, etc. Todas estas lacras que le son propias al capitalismo, la burguesía intenta generalizarlas.
La clase obrera, es la única clase que posee una visión histórica consciente, lo mismo que la revolución proletaria se diferencia de las otras producidas en el pasado por ser plenamente consciente. La clase obrera es el sujeto de la revolución, y la diferencia de los otros sujetos del pasado, es que aquella no es explotadora y esta interesada en acabar la explotación del hombre por el hombre.
Pero el sujeto revolucionaria, entendido como clase revolucionaria debe basar su fuerza en la confianza no solo de sus experiencias actuales, sino también de las experiencias del pasado, de las lecciones dadas por la lucha de clases, y es a través de la misma que el proletariado, como sujeto revolucionario, que podrá aprender de experiencias para así lograr la destrucción de la sociedad capitalista.
La clase obrera por ser clase explotada debe desarrollar y tomar conciencias de la necesidad de la lucha colectiva contra este sistema y para tales efectos es indispensable que posea confianza en si misma y en la tarea histórica que le ha sido encomendada, dicha confianza es sobre el conjunto de la clase sobre la totalidad de la misma y no sobre un parte integrante de la misma, tal como sucedió con la burguesía y otras clases explotadoras cuando en un pasado fueron clases revolucionarias.
Pero la confianza de la clase no es algo estable , tiene altibajos y fluctuaciones, lo mismo sucede con las organizaciones revolucionarias que en épocas de derrotas solo conservan la confianza en la clase pequeñas minorías.
El pasado, las experiencias históricas dan un gran contribución a la confianza, porque ella enseña a las nuevas generaciones obreras de las luchas del pasado y de los logros de la clase obrera, es así que la burguesía ataca los hitos fundamentales de la clase como la revolución rusa, con el objetivo claro de hacer perder al proletariado confianza en sí mismos. La clase obrera puede lograr la victoria definitiva luego de una serie de derrotas, las cuales extraídas las enseñanzas correspondientes de los errores pasados antes de la victoria final.
Pero junto a la lucha de clases la teoría juega un rol de vital importancia en la confianza del proletariado, ya que la revolución es un acto consciente, y la victoria de la revolución proletaria solo será posible en cuanto sea conquistada la mayoría de la clase obrera.
Es así, que lucha practica y teoría revolucionaria son factores fundamentales para la confianza del proletariado, o sea no hay practica revolucionaria sin teoría revolucionaria, y no hay teoría revolucionaria sin practica.
Las piedras basamentales en la construcción de una organización revolucionaria, son la claridad programática, que constituye la personificación de la confianza de las tareas históricas que le compete a la clase obrera mundial.
Ninguna organización revolucionaria puede jamás construirse sin confianza, o sea, confianza en el programa que defiende, confianza en la misión histórica de la clase obrera, en el método científico del marxismo, en el funcionamiento de los militantes, confianza en las distintas partes de la organización, pero asimismo, es necesario que la confianza en dichas partes , se traduzca también en confianza en la unidad de los objetivos a lograr y los medios para alcanzarlos.
La confianza , la solidaridad, constituye una unidad dialéctica, el quebrantamiento de uno de ellos ira en desmedro de la unidad de la organización revolucionaria en contra del espíritu del partido, lo que implica poner entredicho la existencia misma de la organización.
Pero este espíritu del partido no es una adquisición permanente, debe ser recreado constantemente en forma permanente , hay ejemplos históricos, el partido bolchevique, la izquierda italiana que en un momento encarnaron las mejores tradiciones revolucionarias desde el punto de vista programático degeneraron.
Es por ello, que para conservar este espíritu de partido es necesario no solo una estrecha vigilancia de carácter revolucionario del colectivo, sino también es fundamental la responsabilidad que le compete a cada un de los militantes individualmente, caso contrario una organización revolucionaria puede traicionar programaticamente e incluso desaparecer.
Los acontecimientos del XIV Congreso, entre la fracción y la CCI, demuestra claramente además de lo expresado en los párrafos y acápites precedentes, un espíritu de clan, o de secta por parte de un grupo - la fracción- que de hecho habían perdido la confianza y la solidaridad con la organización, y sus actitudes pequeña burguesas, al negarse a debatir claramente sus diferencias, lo llevo a degenerar rápidamente hasta llegar a transformarse en un apéndice del estado burgués, al denunciar nombres en la prensa, originado la inseguridad de los camaradas mencionados, a calumniar gratuitamente a camaradas, algo típico de Stalin, en su lucha contra Trotsky, e incluso a agruparse sin principios alguno, con el objetivo central de destruir a la CCI, ejemplo de ello es observado en su boletín, donde se destila mentiras e injurias, siendo totalmente falso sus manifestaciones de “salvar” a la CCI de la “degeneración”, ya que nadie puede creer ello cuando fueron ellos mismo quienes por voluntad propia abandonaron el congreso.
No deseamos reiterar conceptos expresados en párrafos precedentes, pero de la lectura atenta de los materiales que poseemos podemos manifestar sin hesitación alguna, que la FICCI a pesar de gozar de todas las garantías estatutarias, han decidido por voluntad propia abandonar el debate y pasarse con armas y bagajes al campo del enemigo.
Prueba de ello esta determinada por sus conductas antes y durante el congreso, como asimismo actualmente. La actitud asumida por la FICCI es análoga a la postura que adoptó la fracción menchevique durante el congreso del POSDR y que Lenin maravillosamente la retrató en “un paso adelante dos pasos atrás”.
Es así , que la actitud de este pequeño núcleo es de solidaridad política con la CCI, de confianza programática con la CCI, y de rechazo y repudio con relación a la FICCI.
NCI.
Las posiciones defendidas por el NCI en los textos que el lector acaba de leer, así como sus argumentos, no dejan ninguna duda en cuanto a la condena de los comportamientos ajenos al proletariado y la denuncia de quienes los practican: Como dicen los compañeros del NCI después de haber tomado “conocimiento a través de la lectura de las publicaciones, tanto de la CCI, como de la Fracción Interna de la CCI” decide “repudiar el robo de dinero, y materiales de la organización por parte de la FICCI (...), considerar la conducta asumida por la FICCI como extraña a la clase obrera y a la Izquierda Comunista (...), considerar a la FICCI como una organización fuera de la clase obrera”. Esta apreciación del NCI que data de Mayo 2004, se refrenda en Junio 2004, en su contribución sobre el movimiento piquetero (publicada en Acción proletaria nº 177 y 178) cuando afirma que: “La FICCI, solamente ha llevado a cabo un política de calumnias e injurias contra la CCI”.
Hoy ha hecho su acto de presencia, en la Reunión Publica del BIPR del 2 de Octubre un “Circulo de Comunistas Internacionalistas” que, sin aclarar su relación con el NCI, manifiesta mediante una declaración distribuida como panfleto por la FICCI que “los integrantes de este pequeño núcleo no coincidimos con las mismas” y decide “rechaza el tenor del documento [del NCI] de mayo del 2004 publicado por la CCI”. Declaración que, solo tras la RP del BIPR, aparece publicada ¡exclusivamente en la pagina Web de la FICCI! Declaración en la que se dice que va a ser enviada a los grupos del medio político (entre los cuales la propia Declaración incluye a la CCI) pero que nunca hemos recibido, ni antes ni después de su distribución por parte de la FICCI.
Un giro de tal amplitud, de 180 grados, y tan súbito, ante cuestiones de una importancia tan vital para el movimiento obrero como es la condena de comportamientos de chivato y ladrón, no merece para “este pequeño núcleo” la más mínima explicación política, solo en guisa de “justificación”, en contradicción abierta con la posición que había defendido el NCI, desliza la idea de que el NCI la habría adoptado “sin información de ninguna característica sobre las vicisitudes que atravesaba el MPP y más específicamente la CCI a partir de la expulsión de miembros fundadores de aquella corriente, y que hoy conforman la FICCI”, insinuando que la CCI le habría dado una información interesada y unilateral. [1]¡El que no se contenta es porque no quiere!, dice el refrán. Cualquier lector puede comprobar fácilmente que en Mayo del 2004 la FICCI había publicado profusamente en Internet la mayoría de sus boletines. Y nos consta que la FICCI no duda en enviárselos a todo aquel que se lo solicita (es más sigue mandándolos a quienes les han dicho reiteradamente que no desean recibirlos). Frente a tamaña tergiversación nos limitaremos a recordar lo que afirmaba el NCI respecto a sobre qué bases había tomado posición: “a través de la lectura de las publicaciones, tanto de la CCI, como de la Fracción Interna de la CCI”.
Es más a tenor de lo que se dice en esa “nueva Declaración” es su autor quien está realmente mal informado ya que, como pueden comprobar nuestros lectores a través de nuestra prensa territorial, Revista Internacional y nuestra página Web, la CCI jamás ha afirmado que los miembros de la FICCI son “policías” ni “agentes del Estado burgués” a diferencia de lo que afirma ese “Círculo”. Llamamos a todo lector interesado a comprobar tal extremo tanto en la Advertencia publicada sobre la exclusión del elemento llamado “Jonás” como en los artículos posteriores sobre la FICCI. Este nuevo “Círculo” esquiva interesadamente pronunciarse sobre lo que si se pronunció el NCI, es decir, que el comportamiento de delación y robo son ajenos e incompatibles con el proletariado y su Medio Político. De hecho, observamos que hasta la fecha (15 de octubre), 2 semanas después de la puesta en circulación por parte de la FICCI de la declaración del « Círculo », esta declaración sigue sin aparecer en la Web de este último. ¿Qué podemos pensar de semejante « discreción »? ¿Quizá que el redactor de este violento ataque a la CCI quiere esconder sus escritos más recientes? ¿Quizá que quiere esconderlo a los ojos de los que se presenta como su portavoz?
Por último no deja de ser “curioso” que el motivo de esa “Declaración” sea “la publicación en la prensa territorial de la Corriente Comunista Internacional, y en su sitio Web de una declaración efectuada por el entonces NCI en el mes de Mayo del 2004”, cuando el NCI había manifestado expresamente “Autorizar a la CCI si estima correspondiente la publicación de la presente, a los efectos que considere pertinente” y en ningún momento había manifestado ningún cambio de posición o reserva a ese respecto.
CCI.
[1] Hay que hacer notar que la FICCI, en sus comentarios acompañando la publicación de la « Declaración » del « Círculo » afirma que la toma de posición de mayo 2004 condenando la FICCI, fue «sonsacada mediante la artimaña y el chantaje a los militantes de NCI» que habría adoptado este texto « bajo la presión e incluso el dictado de la delegación de la CCI enviada ante los camaradas argentinos » . Parece claro que la FICCI aporta algo de su propia cosecha, demostrando con ello el profundo desprecio que tiene hacia los miembros de la FICCI que, según ella, no serían más que marionetas « escribiendo bajo los dictados de la CCI ». Además, el 22 de mayo de 2004, no había ninguna delegación de la CCI en Argentina. ¡Otra invención de la FICCI!. Por otra parte, podemos observar otra mentira flagrante de la FICCI que acusa a la CCI en los términos siguientes: "la CCI publica ese texto [la toma de posicion del mayo 2004] sin mencionar que el exNCI lo rechaza, rechazo del que sin embargo tiene conocimiento. Otra marrullería y 'omisión' que equivale a una mentira deshonesta.". Los datos hablan por si mismos: la Toma de Posición del NCI de mayo 2004 fue publicada por Revolución Internacional en el Sitio Web en francés de la CCI el 27 de septiembre, cuando el texto del „Círculo“ rechazando esta toma de posición data del 2 de octubr. Por otra parte, la CCI jamás ha tenido conocimiento de un rechazo de la Toma de Posición del 22 de mayo por parte de alguien del NCI. Las mentiras desvergonzadas son la gran especialidad de la FICCI que tiene mucha tendencia a atribuir a los demás sus propias canalladas.
La CCI al BIPR
París, 30 octubre 2004
Camaradas,
El 22 y 26 Octubre, enviamos a la dirección mail de todas vuestra secciones dos correos pidiendo que publicarais en vuestra web la posición de la CCI sobre la « Declaración del Circulo de Comunistas Internacionalistas (Argentina) contra el método nauseabundo de la Corriente Comunista Internacional » fechada el 12 Octubre que vosotros publicasteis en vuestra web. Hasta este momento no habéis hecho caso a nuestra solicitud, ni siquiera os habéis dignado responder a nuestros correos. Al contrario, mientras que hasta ahora esa mentirosa declaración solo aparecía en inglés y francés en vuestra web, tras nuestro primer correo aparece también en castellano.
Ante vuestro silencio y ante vuestra actitud que parece indicar una negativa a publicar en vuestra web nuestra toma de posición; no tenemos más remedio que publicar, en nuestra web, el correo que os enviamos con anterioridad.
Compañeros, una vez más queremos llamar vuestra atención sobre que vuestro silencio solo puede interpretarse como apoyo a las infames calumnias que lanza contra nuestra organización el llamado «circulo ».
Saludos comunistas,
La CCI
La CCI al BIPR
París, 26 octubre 2004
Camaradas,
Hace ya 4 días que os mandamos una carta, el 22 de Octubre, cuya parte principal reproducimos a continuación:
Desde hace más de una semana aparece publicada en la web, en francés e inglés, del BIPR una « Declaración del Círculo de Comunistas Internacionalistas (Argentina)" fechada el 12 octubre con el título de "Contra el método nauseabundo de la Corriente comunista internacional". Tal título resume en sí mismo la cantidad de calumnias que ese « Circulo » lanza contra nuestra organización, sobre las que no vamos a volver aquí. Como hemos dicho en nuestra toma de posición titulada "El Círculo de Comunistas Internacionalistas' (Argentina) Una nueva y... extraña aparición: "Respecto a esta última declaración (del 12 de Octubre, la CCI afirma que es una sarta de mentiras y embustes". Hasta ahora este tipo de calumnias y ataques, como los que nos lanza el « Circulo », eran obra de la « FICCI » (o esta se hacía eco en su página web), es decir por un grupo cuya única razón de existir es desacreditar a la CCI, lo que evidentemente no atenúa el alcance de sus ataques. Que hoy en día ese tipo de ataques provenga del BIPR (además de la FICCI) y sin estar acompañados por el menor comentario que exprese al menos un distanciamiento de lo que ahí se dice (lo que solo puede interpretarse como que el BIPR lo avala) es, evidentemente, mucho más grave. Sois libres de tomar como moneda corriente, sin verificarlas, las calumnias vertidas por el « Circulo ». Por nuestra parte y a titulo de « derecho de réplica » queremos que se publique en vuestra página web, tras la declaración de « Circulo » y en su lengua correspondiente, la siguiente toma de posición:
«La CCI declara que las acusaciones contenidas en la declaración del « Circulo de Comunistas Internacionalistas » del 12 de Octubre, en las que se atribuye a la CCI « el empleo de prácticas que no corresponden a la herencia legada por la Izquierda Comunista, sino más bien propias a los métodos de la izquierda de la burguesía y al estalinismo », para « destruir a nuestro pequeño núcleo [salido del NCI], o a sus militantes individualmente » son una completa mentira. La CCI recomienda a los lectores que consulten la página web (https://world.internationalism.org [14]) para obtener más información al respecto. La CCI llama a una encuesta independiente a realizar por una comisión formada por elementos pertenecientes a las organizaciones de la Izquierda Comunista, o próximos a ella, para que se puedan esclarecer totalmente las acusaciones que pesan sobre nosotros. A tal fin, la CCI ha empezado a tomar contacto con personas y organizaciones que serían susceptibles de participar en esa encuesta ».
Pedimos que esta toma de posición se publique lo antes posible.
A fecha de hoy no hemos visto publicada esta toma de posición en ninguna de las páginas del BIPR ¿es por problemas técnicos o porque rechazáis publicar nuestro corto texto?
Si obedece a un retraso técnico os instamos a solucionarlo para que nuestra toma de posición aparezca lo antes posible: cada día que pasa nuevas personas que visitan vuestra web se topan con esa declaración plagada de mentiras del « Circulo » sin ni siquiera poder saber que la CCI rechaza las acusaciones que contiene.
Si el motivo es que rechazáis publicarla, se trata de algo mucho más grave y os invitamos a que penséis sobre lo que tal actitud significa: no solo participáis en la difusión de infames calumnias contra una organización del campo proletario, además la hacéis con plena conciencia.
En todo caso, sea cual sea la razón por la que no habéis publicado nuestra toma de posición, esperamos que nos la comuniquéis rápidamente.
Respecto a las demás cuestiones planteadas en nuestra carta del 22 de Octubre igualmente esperamos una respuesta aunque comprendemos que necesitéis un tiempo para pensarla.
Saludos comunistas,
La CCI
La Conferencia Territorial de Acción Proletaria, sección en España de la Corriente Comunista Internacional, ha tomado conocimiento de la campaña de calumnias abominables contra la nuestra organización perpetrada por el llamado “Círculo de Comunistas Internacionalistas”.
Tras una discusión a fondo, la Conferencia considera que:
1.- Dichas declaraciones son “un tejido de mentiras y calumnias” como dice la respuesta de nuestra organización
2.- Apoya sin reservas las respuestas adoptadas por ella
3.- Condena los procedimientos del llamado “Círculo” por ser ajenos y antagónicos a la actividad y las relaciones entre grupos proletarios
4.- Denuncia la activa participación en estos manejos de la banda de hampones llamada FICCI
5.- Protesta de forma indignada ante el hecho de que un grupo proletario como el BIPR haya dado cobijo a todos estos ataques que independientemente de a quién vayan dirigidos son incompatibles con el medio de la Izquierda Comunista
6.- Llama a los contactos y simpatizantes de nuestra organización a discutir estos documentos y a adoptar de forma consciente tomas de posición ante ellos
7.- El medio de la Izquierda Comunista necesita unas relaciones sanas y leales donde las calumnias, las mentiras y otros procedimientos incompatibles con el proletariado, sean claramente condenados y proscritos.
Acción Proletaria 31-10-04
En resumidas cuentas: estamos antes los “usos” habituales entre los gángsteres, los Estados burgueses, los partidos de la burguesía… Es decir, prácticas absolutamente ajenas y antagónicas a las que deben reinar en el proletariado y entre revolucionarios.
Eso es precisamente contra lo que lucha la CCI, y eso nos vale, lógicamente, el ataque de los que basan su existencia en la maniobra y la patraña (este es el caso del mencionado “círculo”), los que han sido expulsados de nuestra organización por su comportamiento de ladrones y soplones (por mucho que ellos quieran aparecer como una “escisión”, como es el caso de la denominada FICCI). A este ataque frontal y descarado, se une por lo visto el ataque sórdido, desde las alcantarillas de la cobardía, de los ataques “anónimos” y “secretos”. El remitente del este correo sabrá qué o a quién trata de encubrir. Nosotros lo que tenemos que decir lo podemos decir bien alto y a la cara.
Somos conscientes que la defensa de los principios proletarios que han de regir la vida de las organizaciones revolucionarias no resultan fáciles de comprender, precisamente porque la ideología dominante, en este terreno de los principios de funcionamiento de las organizaciones revolucionarias, es también la ideología de la clase dominante, y nuestro deber es justamente el de luchar contra la influencia de esta ideología extraña a la clase obrera. Por ello, si existen dudas o críticas sobre el comportamiento seguido por nuestra organización, estamos no sólo dispuestos sino muy interesados en discutirlo de manera franca y abierta, como siempre han hecho los revolucionarios. Eso es lo que la CCI ha planteado una u otra vez en sus publicaciones. Lo “otro”, el anónimo, el chantaje, el insulto, la amenaza, etc., son precisamente reflejos del mundo que el proletariado pretende abolir.
Corriente Comunista Internacional
Los trabajadores tenemos que discutir la situación y el futuro de nuestra lucha
Se trataba de responder a las siguientes preguntas ¿Dónde estamos en el desarrollo de la lucha de clases? ¿Hacia donde evoluciona la relación de fuerzas entre las clases a escala mundial? En la presentación insistimos en algunas características del actual momento histórico: aceleración de los ataques a las condiciones de vida de la clase obrera en todos los países del mundo incluidos los más desarrollados y, al mismo tiempo, acentuación de la barbarie guerrera. Estos dos hechos son expresión de la decadencia capitalista y de la descomposición de este sistema que vivimos hoy. Frente a ellos el proletariado retoma el camino de la lucha, un camino plagado desde luego de dificultades.
¿Cuales son las potencialidades de esta reanudación de la combatividad obrera? Es muy importante tener una perspectiva histórica para poder comprender lo que está sucediendo actualmente, pero también para preparar, a través de las luchas actuales, la única solución histórica que puede acabar con la barbarie capitalista: su destrucción mediante la revolución proletaria mundial. Acordémonos que la clase obrera ha manifestado abiertamente todas sus potencialidades sólo en momentos muy precisos: las revoluciones de 1848 en Europa, la Comuna de París en 1871, la Huelga de Masas en Rusia en 1905, la Revolución Rusa de 1917 a la que sucedió la terrible contrarrevolución estalinista, las luchas de 1968-69 que pusieron de manifiesto la finalización de este período de contrarrevolución y la irrupción de nuevo de la lucha de clases. Para comprender la importancia de lo que hoy se está poniendo nuevamente en marcha debemos recordar igualmente que la dinámica que se abrió en 1968 sufrió posteriormente un parón y un retroceso en la conciencia en la clase obrera como consecuencia del hundimiento del bloque del Este. La burguesía utilizó el hundimiento del estalinismo para intensificar sus campañas ideológicas que, fraudulentamente, identificaban estalinismo con marxismo y comunismo. La reanudación actual de la lucha de clases significa precisamente que los efectos de estas campañas se van difuminando. Esta reemergencia de la lucha de clases se ve concretamente a través de las movilizaciones en Francia y Austria contra la “reforma” de las pensiones, jubilaciones, en las movilizaciones de los conductores de tranvías en Italia, de los trabajadores de Correos y los bomberos en Inglaterra durante el invierno pasado, y después en las luchas de los obreros de la Fiat en Melfi (sur de Italia); en los combates de los proletarios alemanes de la Siemens, Porsche, Bosch, Alcatel y también en mercedes-daimler-chrysler; se ve igualmente en las luchas de los trabajadores de los astilleros españoles en Ferrol (Galicia), en la bahía de Cádiz, en Sestao (cerca de Bilbao), pero también en las manifestaciones del 2 de Octubre en Berlín (45 mil personas) y de ese mismo día en Amsterdam, donde una gigantesca manifestación con 200 mil participantes se opuso a los proyectos gubernamentales. Después, el 14 de Octubre, ha estallado la huelga de los 9400 trabajadores de la factoría Opel en Bochum (Alemania) contra los planes de despidos.
Una de las características más importantes de estos movimientos, como se ha visto sobre todo en el de Daimler-Benz, es el surgimiento de una solidaridad obrera entre trabajadores de empresas o de regiones que la Patronal intentaba enfrentar unos con otros. Al calor de ese esfuerzo aparece también una reflexión política en profundidad originada sobre todo por una creciente pérdida de ilusiones en lo que el capitalismo puede ofrecer como perspectiva a los trabajadores. En estos movimientos se va tomando poco a poco conciencia de que todos los sectores obreros, en todos los países, se están viendo atacados, y empieza a balbucear una búsqueda, aún muy confusa desde luego, de otra sociedad diferente a la basada en la explotación capitalista. Lo que empieza a desarrollarse de nuevo es pues la conciencia de pertenecer a una misma clase que está siendo atacada, y por tanto el sentimiento de la necesidad de una solidaridad que es indispensable para el avance de la lucha de clases.
La burguesía responde, desde luego, mediante los sindicatos que intentan precisamente dividir e impedir, precisamente, el desarrollo de esa solidaridad. Y al mismo tiempo, frente a la reflexión sobre el futuro, desarrolla el cortafuegos del «altermundialismo» que se ajusta a ese papel de ofrecer falsas respuestas al incipiente cuestionamiento del capitalismo. Las organizaciones revolucionarias, así como trabajadores más conscientes tienen pues la importante responsabilidad de intervenir en este movimiento y hacerlo madurar. Para ello, las minorías más avanzadas del proletariado deben encontrarse, reunirse, para debatir, discutir y avanzar en la comprensión de lo que está en juego, para poder así intervenir ante el conjunto de la clase y acelerar la necesaria toma de conciencia y la no menos imprescindible unidad de los trabajadores. Las potencialidades de lo que está madurando en el seno de la clase obrera son muy importantes.
Los participantes en esta Reunión Pública – los miembros del Núcleo Comunista Internacional (NCI), así como otros elementos – agradecieron la información que se les daba sobre las luchas obreras en Europa, puesto que eso les permitía comprender que las luchas que se están dando también en Argentina – se mencionó la de una cooperativa de la industria cárnica, pero hay más – toman todo su significado al inscribirlas dentro de esta dinámica internacional. Ellos mismos señalaron que hay muchas luchas sobre las que los medios de “comunicación” no informan absolutamente nada. Uno de los asistentes sostuvo que desde mediados de los años 90 se habían desarrollando en Argentina, frente a ataques muy duros a las condiciones de vida, multitud de luchas “populares” que habrían llegado incluso a poner en cuestión el propio Estado. Los compañeros del NCI no comparten este punto de vista. La CCI, por su parte, intervino para destacar que sólo la clase obrera puede poner en cuestión verdaderamente el Estado capitalista mediante una lucha masiva, unida y consciente de lo que se está jugando, e insistió en los peligros de las luchas interclasistas en las que el proletariado se encuentra difuminado entre el resto de capas de la población y donde, por tanto, pierde su fuerza de clase. La única vía para que la clase obrera pueda desarrollar una relación de fuerzas que le favorezca frente a la burguesía y su Estado, es a través del desarrollo de su autonomía y su unidad de clase. En el año 2001 asistimos efectivamente a una multiplicación de revueltas interclasistas en las que los trabajadores se diluyeron entre otros sectores sociales, y por ello en esas revueltas no se quebrantó en manera alguna el Estado burgués. Debemos decir que el asistente que había planteado esta visión siguió atentamente nuestra argumentación puesto que le animaba una sincera preocupación por desarrollar la fuerza del proletariado.
La otra cuestión que también ocupó una parte importante de la discusión fue: ¿Cómo luchar contra la dispersión de las luchas obreras y desarrollar la unidad en el proletariado? Sobre este sujeto, todos los asistentes a la Reunión Pública estuvimos de acuerdo en que los enemigos de esa unidad son los sindicatos. La CCI puso el ejemplo de las luchas en Polonia en 1980 para mostrar que si esta lucha pudo desarrollarse hasta alcanzar todo el país, fue precisamente porque los trabajadores percibían a los sindicatos (entonces los sindicatos del régimen estalinista) como representantes descarados del Estado. Fue entonces necesario que los sindicatos de los países occidentales, más arteros en disimular esta identidad, acudieran en auxilio del Estado polaco y pusieran en práctica todas sus “habilidades”, para conseguir confundir a los trabajadores y hacerles parar el combate haciéndoles creer que la solución era precisamente la construcción de nuevos sindicatos democráticos. Walesa resultó el héroe de esta maniobra y la burguesía le está desde luego muy reconocida. Se expuso también que la perspectiva debe ser el desarrollo de la solidaridad de clase a escala internacional ya que el capitalismo debe ser destruido a escala mundial y porque la base misma de la lucha de clases es el internacionalismo.
Uno de los asistentes pidió a la CCI que explicáramos como creíamos que debían organizarse las luchas. Nosotros recordamos el debate que tuvo lugar en el movimiento obrero de comienzos del siglo XXº, tras la Huelga de Masas en Rusia en 1905, y las lecciones que de esta experiencia se sacaron. Una lección central de estos movimientos del período en el que el capitalismo entraba en su fase de decadencia es que las luchas ya no podían quedar circunscritas a la empresa sino que debían extenderse, y que la propia lucha hacía surgir la organización que necesitaba: las Asambleas generales que elegían comités revocables. Los sindicatos de la época que ya se opusieron enérgicamente incluso al debate mismo, rechazaron desde luego esta lección y acabaron traicionando al proletariado y absorbidos por el Estado. Desde entonces son los propios sindicatos quienes luchan contra esta organización autónoma de la clase que desaparece con la lucha cuando ésta cesa. Es esta organización la que permite a la clase obrera controlar verdaderamente su lucha y la que hace posible su auténtica extensión a otros trabajadores.
Al final del debate se suscitó también, igualmente por parte del asistente que había planteado lo anterior, la cuestión del carácter de clase del movimiento de los “piqueteros”. Este asistente pensaba que se trataba de una lucha auténtica de los desempleados, y por tanto de una verdadera lucha obrera, puesto que los parados forman parte de la clase obrera. La CCI, así como los compañeros del NCI, respondieron que si bien es cierto que los desempleados forman parte de la clase trabajadora, y si desde luego hay muchos parados encuadrados en el movimiento “piquetero”, eso no basta para atribuir a este movimiento un carácter proletario. También hay muchos trabajadores afiliados en los sindicatos y sin embargo estos no son una organización de la clase obrera. El movimiento de los “piqueteros” divide al proletariado entre activos y parados, y a los propios parados puesto que no hay una sino varias organizaciones de “piqueteros”. Por otra parte, los trabajadores atrapados en estos movimientos carecen de autonomía y no deciden absolutamente nada, puesto que son una simple masa de maniobra totalmente manipulada. Por todo ello, los 150 pesos que reciben mensualmente del Estado no son el resultado, en contra de lo que pensaba este compañero, de una relación de fuerzas que se le ha impuesto al Estado, sino el precio de unos servicios prestados, aunque los propios trabajadores no sean conscientes de ello. Este movimiento es una forma sindical de “lucha”, que en vez de desarrollar la unidad de la clase y su toma de conciencia, fomenta en realidad su división y ofrece una falsa imagen de lo que es de verdad la radicalidad de la lucha obrera (su enfrentamiento a las necesidades de la economía nacional) confundiéndola con operaciones espectaculares como acciones de comando, cortes de carreteras, etc. Este compañero disintió de lo que señalamos aunque añadió que seguiría reflexionando y que está dispuesto a seguir discutiendo sobre esta cuestión. La CCI quiso saludar expresamente esta actitud del compañero.
Las conclusiones presentadas por la CCI sobre el curso del debate señalaron los puntos de acuerdo sobre el aspecto internacional de la lucha de clases, sobre la necesidad de desarrollar las luchas, el rechazo de los sindicatos, la necesidad de un combate para desarrollar la unidad de la clase obrera y su toma de conciencia de lo que históricamente se juega el proletariado. Pero también mencionamos el desacuerdo de uno de los asistentes en la discusión sobre el movimiento “piquetero”, así como su voluntad de continuar discutiendo sobre este sujeto. Este compañero agradeció que las conclusiones mencionaran explícitamente los puntos de acuerdo y de desacuerdo e igualmente solicitó a la CCI si podía conseguirle los libros de Rosa Luxemburgo: “Introducción a la economía política” y “La acumulación del capital”. La CCI va a intentar responder a esta petición.
Durante todas las discusiones los compañeros del NCI intervinieron mucho más que en la anterior Reunión Pública. Sus intervenciones por ejemplo en la discusión sobre el tema de los “piqueteros” se situaban en plena continuidad con sus precedentes tomas de posición (ver AP nº 177 y 178) Señalaron igualmente su reconocimiento a la CCI por las clarificaciones históricas que aporta.
Es igualmente reseñable que los asistentes contribuyeron económicamente al pago del alquiler de la sala de reunión.
Esta reunión ha significado un verdadero debate en el seno de la clase obrera, un debate sumamente útil puesto que la confrontación de posiciones se desarrolla con objeto de una clarificación política que es necesaria para luchar.
CCI. 11 de Noviembre de 2004.
Un participante en el Foro atribuye la responsabilidad de la actual crisis a « ese tipo siniestro, prototipo de numerario del Opus Dei, que cuando era presidente del gobierno, llamaba a las familias a tener más hijos: Aznar».
Aznar y sus ministros eran servidores del Capital y como tales atacaban a muerte a los trabajadores pues el Capital no tiene otra política posible. Zapatero está haciendo lo mismo. Pero ¡no olvidemos! ¿Quién inició la política de reconversiones y despidos en el sector naval y en otros muchos sectores? Pues el Gobierno de Felipe González ilustre predecesor de ZP. Las reconversiones y otras “políticas industriales” del gobierno “socialista” entre 1982 y 1996 SUPUSIERON LA PERDIDA DE UN MILLON DE PUESTOS DE TRABAJO.
El siniestro señor del bigote no hizo otra cosa que continuar la senda del dicharachero González pero el angelical Zapatero está demostrando que va a dejar corto a sus dos predecesores.
El Gobierno es el seguro servidor del Capital. Su política no es producto de una ideología sino de las necesidades del capital. Es el capital quien “orientando” el voto de los “ciudadanos” elige el gobierno más apropiado para sus necesidades en cada fase de la evolución de su crisis histórica.
Esto es lo que plantea un participante en el Foro: « las empresas, como todo, nacen, crecen, y mueren. La defensa a ultranza del puesto de trabajo va en contra de esa ley de vida y no creo que siempre esté relacionado con las contradicciones del sistema capitalista».
Como le responde otro compañero eso no es “ley de vida” sino la ley de la jungla del capitalismo. El ser humano no es competitivo y depredador por naturaleza. Durante la época más larga de la historia de la humanidad esta vivió en lo que se llamó el comunismo primitivo: pequeñas tribus donde los individuos cooperaban solidariamente entre ellos para su reproducción. Se calcula que este régimen social sobrevivió más de 50.000 años. Es evidente que se disolvió y que ello era inevitable dando lugar a las sociedades de clase: esclavismo, feudalismo y capitalismo, aproximadamente unos 8.000 años en la historia de la humanidad. Sin embargo, con el capitalismo la humanidad ha llegado a una contradicción que solo puede ser resuelta con la instauración de la COMUNIDAD HUMANA MUNDIAL, el auténtico comunismo. Con el capitalismo se está produciendo algo que en épocas anteriores de la historia de la humanidad habría parecido absurdo: la gente muere de hambre, se va al paro, padece miseria etc., no por SUBPRODUCCION, es decir, por penuria de medios de vida y producción, sino A CAUSA DE LA SOBREPRODUCCION, es decir, por exceso de medios de vida y producción. La lucha del proletariado, aboliendo la competencia en su seno y desarrollando la solidaridad y la unidad, es la que permitirá llegar a esa nueva sociedad.
La respuesta es negativa. Los obreros de astilleros se defienden contra el despido y el ataque a sus condiciones de vida. Por tanto, están defendiendo los intereses de toda la clase obrera. Si les echan a la calle o si les bajan los salarios (o las dos cosas a la vez) el resultado se hará sentir sobre todos los trabajadores de forma directa o indirecta, más pronto o más tarde. Cuando en un sector obrero se imponen los despidos, las bajas de salarios o los aumento de horario o ritmos, eso tiene una repercusión general en toda la economía bajo la forma de más precariedad, peores salarios, más despidos…, es decir, el empeoramiento general de las condiciones de vida de toda la clase obrera.
Cada obrero no elige la empresa que le va a explotar sino que son las leyes ciegas que mueven el capitalismo las que hacen que tal obrero sea de astilleros y otro repartidor de pizzas precario, parado etc. Los obreros son explotados por el capitalismo en su conjunto. Ser funcionario o ser empleado público no es un privilegio sino una forma determinada de explotación.
¿De donde ha nacido la precariedad? ¿De la mala voluntad de los obreros del sector público? ¡En absoluto! Ha nacido de las leyes y necesidades del Capital. Está de moda la ideología según la cual los obreros precarios o los de pequeñas empresas culpan de sus males a sus compañeros “privilegiados” de empresas públicas, funcionarios etc. La raíz del mal está en la crisis del capitalismo y en la política correspondiente que realizan su Estado. Hemos de dirigir nuestra indignación contra esa clase social y no contra los que son nuestros hermanos con los que debemos construir nuestra UNIDAD DE CLASE para que todos tengamos fuerza.
La crisis ha ido agravándose durante los últimos 30 años. En los años 80 ello obligó al capital y su estado a cerrar numerosas empresas. Ante las luchas obreras, el Estado, con la complicidad clara de los sindicatos, desarrolló una “medida social y no traumática”: prejubilar o jubilar a los obreros mayores de 50 años e incluso menos. La realidad ha demostrado que eso no era tan privilegiado como lo pintan: en la práctica los “privilegiados” que tienen esa situación apenas tienen unos 600 € mensuales y la pensión puede ser incluso peor.
Pero el problema es más grave y profundo: como consecuencia de los despidos que enmascaraban esas jubilaciones o prejubilaciones no traumáticas (¿) el resultado es que globalmente el empleo ha disminuido o bien se ha precarizado. Por tanto, para la clase obrera en su conjunto eso ha significado un deterioro de sus condiciones de vida. Por ejemplo, los hijos de esos jubilados o prejubilados “de lujo” tienen que vivir en casa de sus padres pues la vivienda es inaccesible y si tienen trabajo es precario.
Las jubilaciones y la prejubilaciones son una medida cínica de Estado y Sindicatos para imponer el hundimiento en la crisis del capital a los trabajadores. Como dice muy bien un compañero en el Foro: «no me parece que las prejubilaciones sean precisamente una defensa del puesto de trabajo, sino una compra de la paz social como bien has dicho, que significan pan para hoy y hambre para mañana, porque se asegura el futuro del trabajador que accede a ellas pero significa dejar en un hilo el futuro de l@s hij@s (condenad@s a un trabajo de mierda) y un retroceso para el movimiento obrero (…)La filosofía de "el/la que venga atrás, que arree". Si permitimos cosas como esa, adiós definitivamente al movimiento obrero».
Ahora esa supuesta bicoca ya no la ofrecen o la ofrecen en condiciones mucho peores que antes. ¡No caigamos en esas trampas!
Como decía un compañero en el Foro: «Los trabajadores lo que quieren no es ser prejubilados, sino mantener sus empleos. Las prejubilaciones son estrategias de los sindicatos oficiales y del Estado para llegar a la consecución de sus fines: cerrar determinado tipo de empresas, privatizar otras».
Jubilados, prejubilados, activos fijos, activos precarios, desempleados, emigrantes: TODOS SOMOS CLASE OBRERA. No nos veamos unos a otros como “privilegiados”. ¡Rompamos con las divisiones que no nacen de nuestro ser de clase sino de las maniobras de división del Capital, el Estado y los Sindicatos!
Es un factor a tener en cuenta. En el capitalismo hay una concurrencia feroz entre capitales nacionales y entre los diferentes capitalistas individuales.
Ahora bien, la solución no es que los obreros nos sometamos a las leyes de la competencia capitalista sino que luchemos contra ellas. El primer paso es abolir la competencia en nuestras propias filas. Hemos de construir nuestra unidad y solidaridad rompiendo las barreras de la empresa, la región, la nacionalidad (catalana, vasca etc.) y la nación (española, coreana, USA).
Sí planteamos las cosas en términos de salvar la empresa, salvar el sector, salvar la región, salvar la nación, entonces nos sometemos a los intereses de los capitalistas y somos esclavos de ellos y, en consecuencia, somos juguetes de la competencia feroz que libran entre ellos.
¿Cómo se puede hacer viable la empresa, el sector, la región o la nación? Pues solo existe un medio bajo el capitalismo: MEDIANTE EL SACRIFICIO DE LOS TRABAJADORES. Bajarse el salario para hacer más competitiva la empresa, admitir despidos para hacer más competitiva la empresa, trabajar más horas para hacer más competitiva la empresa.
Como muy bien dice un compañero en el Foro: «¿defender la "viabilidad de la empresa", su "competitividad", su "buena gestión", protestar por la "competencia desleal" forma parte de las reivindicaciones obreras o de las patronales????».
Debemos rechazar este planteamiento que nos hace solidarios con los que nos explotan e insolidarios con los demás trabajadores. Nuestra lucha debe ser por defender nuestros intereses de clase: nuestras condiciones de vida, ningún despido, ninguna rebaja de salarios, ningún aumento de ritmos…
La competencia, esa ley de la selva del capitalismo, está hundiendo a la humanidad en guerras, crisis, despidos, desempleo, precariedad. Pero la competencia no resuelve nada sino que agrava la crisis del capitalismo y, por tanto, agrava los sufrimientos, la miseria y la sobreexplotación.
Como dice otro compañero: « La crisis de los Astilleros españoles es un producto necesario del sistema capitalista. Cuando se produce una crisis, los capitalistas siempre intentan que los que paguen los platos rotos, sufran la reconversión y soporten el peso de esa crisis seamos los trabajadores, ya sea en nuestra faceta de consumidores o de productores (precios y salarios). Y nos piden "moderación" y llaman a sus "brazos largos", sindicalistas profesionales y políticos, a que capeen el temporal y les hagan el trabajo sucio. En último extremo, mano dura, y si tiene que morir algún currito o quedarse sin un ojo, que sea por bien del país».
La solución para el proletariado y la humanidad es abolir el capitalismo y por tanto abolir sus abortos siniestros: la competencia y la guerra. En su lugar establecer la COMUNIDAD HUMANA MUNDIAL de los hombres libres e iguales que trabajan de manera consciente y colectiva para si mismos y para el progreso de la humanidad.
Esto es lo que plantea un compañero en el Foro con muy buena voluntad: « ¿Que el sector naval español no es productivo? ¿Que el Estado sufre mucho para amortiguar sus pérdidas? ¿Que hay que hacer muchos ajustes para que sea competitivo? ¡De acuerdo! Pero que a los trabajadores no nos hagan pagar el pato. Es su problema ¡que lo solucionen ellos y que sean ellos los que se aprieten el cinturón! De los "intereses comunes" entre capitalistas y currelas solo se acuerdan este hatajo de criminales cuando de socializar pérdidas se trata, nunca cuando llega el reparto de beneficios»
El problema es que ESO NO ES POSIBLE. ES UNA UTOPIA. El capitalismo está hecho para el beneficio de los capitalistas individual o colectivamente. En el capitalismo jamás será posible un reparto justo de las cargas de la crisis. En épocas de vacas gordas el capitalismo suelta algunas migajas a los obreros y en muchas ocasiones no las suelta voluntariamente sino como resultado de fuertes luchas. Cuando el capital entra en la crisis, como la época actual que dura más de 30 años, entonces sólo tiene una solución posible: atacar a muerte las condiciones de vida de los obreros y de toda la población laboriosa. NO HAY OTRA SOLUCION BAJO EL CAPITALISMO. Lo contrario sería pedirle que dejara de ser capitalismo y fuera otra cosa.
Hay que orientar las luchas obreras en la defensa intransigente de sus intereses de clase y aprender de sus derrotas y fallos para orientarse hacia la UNICA SOLUCION POSIBLE que es DESTRUIR EL CAPITALISMO Y LEVANTAR DE FORMA UNIDA Y SOLIDARIA LA COMUNIDAD HUMANA MUNDIAL, EL COMUNISMO.
Tal es la cuestión que plantea un compañero cuando dice: « El Capital ha proclamado su autonomía sobre el Estado-Nación, y sus decisiones sobre la oferta y la demanda, mano de obra barata etc etc escapan sobre los gobiernos y su soberanía: no tienen competencia para favorecer a la competitividad de las empresas, para su promoción. De esta manera si en Corea del Sur se fabrican barcos más baratos, las cargas de trabajo se harán allí y no en Sestao o en Puerto Real».
La máxima unidad a la que puede llegar el capital es la NACION. La nación es la finca privada del conjunto de los capitalistas. El Estado nacional gestiona los intereses del capital en su conjunto.
Todo eso que hablan de multinacionales, trasnacionales, especuladores internacionales etc., es un cuento. Las grandes empresas dependen de su Estado nacional que es quien les asegura a menudo hasta el 50% de sus ventas y quien a través de gestiones diplomáticas etc., les aseguran sus intereses en el extranjero. El capitalismo en el siglo XX ha tendido al capitalismo de Estado que puede tener dos formas: capitalismo fuertemente estatizado (los regímenes mal llamados “comunistas” o “socialistas”) o combinación entre la burguesía privada clásica y la burocracia estatal que es lo que predomina en los llamados países “democráticos” o “neoliberales”.
El capital deslocaliza ciertas partes de sus procesos de producción buscando la reducción de costes apretado por el peso de la crisis. La deslocalización no es el producto de un capital “apátrida” que se opondría al Estado nación sino una política consciente del capital nacional y de su Estado para aligerar costes.
Los obreros y la población laboriosa no podemos caer en la trampa de elegir entre el Estado Nación y el capital “apátrida” pues entonces caeremos en manos del Capital a través del supuesto manto protector del Estado nacional democrático. La nación y el estado como emanaciones que son del capitalismo son nuestros peores enemigos.
Un compañero del Foro pone en duda la eficacia de tales métodos de lucha: «Que no por mucho fuego y espectáculo la lucha es más radical. Sin principios, y dejándose manejar por los traidores de siempre, el fuego vale para calentarle los pies al capital y que pase mejor el invierno».
Pensamos que tiene toda la razón y un debate debe ser abierto sobre la validez de tales métodos de lucha.
Radical quiere decir ir a las raíces no organizar un ruido o un escándalo muy grande. Los obreros debemos buscar en la lucha la forma de establecer una relación de fuerzas que nos sea favorable contra el capital.
La fuerza de los obreros es forjar su unidad de clase. Extender la lucha, hacer que otros sectores obreros se incorporen a la lucha. En astilleros hay que ganar a los compañeros de subcontratas, los precarios, los de las empresas auxiliares y a todos los trabajadores sin distinción de sector, de raza, de origen, de ciudad, de región…. Si afirmamos la unidad y la solidaridad de clase entonces el capital tiembla pues ve como los hombres y mujeres que hacen funcionar la máquina de su explotación se rebelan, se unen, piensan, se organizan, son solidarios… En esas condiciones su dominación empieza a estar amenazada.
Pero que se quemen cuatro neumáticos en una autopista o se levanten cuatro traviesas en una vía de tren no hace ningún daño al capital. Los obreros están aislados, son cercados por la policía, están lejos totalmente del resto de la clase. No se afirma la solidaridad y la unidad sino un enfrentamiento desesperado y condenado a la derrota.
Cada uno en su casa y el Capital en la de todos (a través del Estado y sus omnipresentes medios de ¿comunicación?, sus sindicatos etc.). Eso es lo que hay que romper buscando y logrando la UNIDAD Y LA SOLIDARIDAD OBRERAS.
Un compañero pide como arma de lucha algo muy importante: LA SOLIDARIDAD OBRERA.
Pero ¿cómo deforman y desvirtúan los Sindicatos la búsqueda de la solidaridad? Ellos proponen la Solidaridad Ciudadana. Eso es una estafa pues consiste en pedir apoyo a alcaldes, autoridades, empresarios, Gremios de comerciantes etc. Es decir, pedir ayuda a los que viven y medran a costa de nuestros sufrimientos, de nuestra explotación… HACER QUE LA VICTIMA PIDA AYUDA AL VERDUGO. (O, al menos, a los cómplices de los verdugos).
Con la historia de la “solidaridad ciudadana” los obreros son disueltos en una masa interclasista, dejan de ser obreros para convertirse en “ciudadanos”… ¡futuros parados!
Solidaridad obrera quiere decir otra cosa: es buscar el apoyo de los desempleados, de los obreros de otros centros de trabajo, de la población trabajadora. Es ir en delegaciones o en manifestaciones a recorrer polígonos industriales, barriadas obreras, centros de trabajo, institutos de enseñanza etc., gritando como se decía en las grandes huelgas de 1976: SOMOS OBREROS ¡UNETE!
Solidaridad obrera es hacer valer nuestra fuerza de clase unida, colectiva, productora asociada de la mayoría de las riquezas sociales. Pero solidaridad obrera es igualmente afirmar un principio de solidaridad humana y social, base de una futura sociedad frente a esta sociedad basada en la competencia, él todos contra todos y la insolidaridad más brutal (escondida con las hipocresías de la “solidaridad ciudadana” o la “solidaridad humanitaria”).
Como decía un compañero en un Foro «Con los obreros de Astilleros ¡Solidaridad de clase! ¿Que es eso de "solidaridad ciudadana"? Manifestarse con los politicastros, los obispos,... como en Ferrol?».
Corriente Comunista Internacional. 12-10-04
La indeterminación de los sondeos y las alertas ante “posibles irregularidades” permiten mantener el “suspense”, como la incertidumbre que rodeo las anteriores elecciones entre Bush y Gore cuando aún tres semanas después de las votaciones no se sabía quien iba a gobernar, teniéndose incluso que recontar uno a uno los votos en algunos estados. Rara vez se había visto un duelo electoral en los Estados Unidos tan áspero. Da la impresión que el elector pudiese, de verdad, elegir entre un “candidato de derechas” y un “candidato de izquierdas”. Sin embargo, las diferencias entre Bush y Kerry son mínimas y residen sobre todo en el “estilo”. Los desacuerdos más significativos se refieren a temas como el aborto, la homosexualidad, el medio ambiente o la bioética, es decir cuestiones a las que se les puede poner sin mayor problema la etiqueta “conservador” o el logotipo “progresista” sin mayor problema. En lo esencial, sin embargo, comparten los mismos objetivos y anuncian que proseguirán con la misma política belicista con el objetivo de defender, cueste lo que cueste, la nación americana. Es más, encontramos en Kerry los mismos tonos histéricos ultra patriotas que en su competidor Bush: “La bandera americana –dice-es para nosotros el símbolo que mejor representa lo que somos, aquello en lo que nosotros creemos. Representa nuestra fuerza, nuestra diversidad, nuestro amor al país. Todo lo que América hace es grande y bueno. Esta bandera no pertenece a un presidente, a una ideología, a un partido. Pertenece al pueblo americano.” (Discurso de Kerry citado en Internationalism nº 131, set-oct 2004).
Uno y otro intentan mantener con la misma determinación e idéntica obstinación la amenazada hegemonía del imperialismo americano sobre el mundo, frente a las grandes potencias rivales. La crítica de Kerry a la intervención guerrera de Bush en Irak se refiere únicamente a tres puntos: En primer lugar le recrimina el haber recurrido a una propaganda falsaria (la“fórmula de choque” del candidato demócrata era acusar a Bush de “una campaña de trapacerías masivas”) sobre la presencia de armas de destrucción masiva en Irak. En segundo lugar le censura haber intervenido en la guerra de Irak sin implicar previamente a todas las potencias europeas (hay que señalar que esta crítica no es exclusiva del “campo de los demócratas” sino que salió hace meses de una parte de mismísimo “clan republicano”). Reprocha, por último, a Bush que careciera de un plan sólido para lograr el control y la ocupación efectiva de Irak. En resumen, lo que distingue a Kerry de Bush es el “cómo” realizar la guerra y no el fondo de la cuestión. Conviene recordar que Kerry, como senador, no solamente votó sin reserva alguna los créditos de guerra y apoyó totalmente la invasión de Irak, sino que no tiene otra política que proponer que la de continuar e intensificar el esfuerzo de guerra en Irak; o sea que no sólo defiende los mismos objetivos que Bush sino que no le queda otra elección que la de proseguir la estrategia de ocupación en Irak e intensificar la huida adelante de los Estados Unidos en sus aventuras guerreras para defender los intereses imperialistas de la burguesía norteamericana. Ya en el propio discurso de investidura en la Convención Demócrata, el candidato Kerry lanzaba a otros Estados y a la ONU un desafío calcado al de Bush: “No dudaré en emplear la fuerza si es necesario. Frente a todo ataque el nivel de respuesta será el más adecuado. No concederé jamás a ninguna nación u organismo internacional derecho de veto sobre cuestiones que afectan a nuestra seguridad nacional”. En relación con la matraca y la cruzada antiterrorista de Bush no duda en superarla en demagogia añadiendo de su cosecha que está decidido a “acabar hasta con el último de los terroristas”. Si ambos hacen las mismas declaraciones es porque están metidos en el mismo barco, en la misma política belicista. Hasta tal punto es así que es Kerry quien declara querer construir y formar un ejército americano más fuerte y quien preconiza aumentar sus efectivos en 40.000 hombres, doblando la cifra de fuerzas especiales, para conducir las operaciones antiterroristas; dotar al país de nuevas armas y favorecer el desarrollo de la más moderna tecnología militar. ¡No está mal para un candidato apoyado por los movimientos “antibelicistas”! En lo referente a intensificar la militarización de la sociedad estadounidense ambos defienden proyectos encaminados a reforzar el arsenal represivo: Bush mediante la Patriot Act; Kerry mediante su proyectada aplicación inmediata de las recomendaciones de la “Comisión del 11 de Setiembre” que propugnan mejorar los servicios de información y, con objeto de “reforzar la seguridad de las fronteras” dar prioridad a los medios dedicados al espionaje y a la vigilancia de las personas, en nombre de la defensa de la seguridad de los ciudadanos.
Dos candidatos pero un mismo programa anti-obrero
En cuanto a “lo social”, aunque a Kerry le gusta remarcar que Bush es el primer presidente en setenta y dos años que carga en su mandato con la pérdida de 1,6 millones de empleos, y que en un segundo mandato de su rival las pensiones podrían verse recortadas en un 45%; lo bien cierto es que no tiene ninguna perspectiva de mejora que proponer. Cuando declara que Bush es el presidente responsable de los déficits económicos más voluminosos de la historia americana, y que él, en cambio, se propone reducir inmediatamente el tremebundo endeudamiento del país, lo que intenta es enmascarar que eso sólo puede hacerse recortando, más aún, los presupuestos sociales, tal y como hacen todos gobiernos del planeta. Kerry ataca la política fiscal de Bush, porque “favorece a los más ricos”, pero las modificaciones fiscales que él preconiza ni redundarán jamás en beneficio de los más pobres ni mejorarán en absoluto la suerte de la clase obrera. Es verdad que se ha producido un brutal hundimiento en la miseria de cada vez mayor número de norteamericanos: sólo en 2003 cerca 1’5 millones de americanos han caído por debajo del umbral de la pobreza, lo que eleva el número total de pobres “oficiales” a 36,3 millones de personas viviendo (el 12 % de la población), entre ellos 12,9 millones de niños o adolescentes menores de 18 años (un 18% de la población infantil); y hay 45 millones de personas que carecen de cualquier clase de cobertura social. Hay algo que Kerry oculta celosamente, y es que estas cifras no han dejado de aumentar desde los tiempos de Reagan, tanto con predidentes “republicanos” como con “demócratas”, y que fue el demócrata Clinton quien redujo salvajemente la cobertura social de los programas “Medicare” y “Medicaid” (para los ancianos, y para los pobres respectivamente).
La fiereza de esta campaña electoral sirve para enmascarar que ningún candidato puede ofrecer a la población algo positivo para el porvenir. No hay ninguna mejora posible de la situación ni en lo que se refiere a la crisis económica ni en lo que concierne al campo de los conflictos imperialistas. Ninguno de los dos contendientes tiene otro “recurso” que inspirar en los potenciales electores el temor a que el otro candidato sea el elegido.
Poco importa quien venza en las elecciones. Los obreros no tienen absolutamente nada que ganar dejándose atrapar en el voto; puesto que, sea quien sea el elegido, éste no renunciará nunca a empujar a los hijos de los proletarios a dejarse agujerear la piel en los campos de batalla repartidos por todo el mundo, para defender la política imperialista de la burguesía nacional. Ni uno ni otro pueden sino agravar y hacer más feroces las condiciones de explotación, ellos no pueden más que hacer pagar a la clase obrera la agravación de la crisis económica mundial. Y esos ataques seguirán socavando el nivel de vida y hundiendo en la miseria a una parte creciente de la clase obrera americana.
Wim 20/10/2004
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