Hace 130 años cuando las tensiones entre potencias capitalistas crecían en Europa, Federico Engels planteó la disyuntiva para la humanidad: Socialismo o Barbarie. Esta se concretó en la Primera Guerra Mundial que estalló en 1914 y causó 20 millones de muertos, otros 20 millones de inválidos, y en el caos de la guerra se produjo la pandemia de la gripe española con más de 50 millones de muertos. La revolución en Rusia 1917 y las tentativas revolucionarias en varios países acabaron con la carnicería y mostraron la otra cara del dilema histórico planteado por Engels: el derrocamiento del capitalismo a nivel mundial por la clase revolucionaria -el proletariado- abriendo la posibilidad de la sociedad comunista.

Llevamos siete meses de matanza guerrera en Ucrania y ya no sale tanto en las primeras planas. La clase dominante quiere habituarnos al olor de los cadáveres, de las ruinas, de las bombas, banalizar la guerra, hacer del asesinato en masa que representa algo normal. Contra esa barbarie que justifica el camino hacia la Destrucción de la Humanidad, alzamos nuestra voz de denuncia, analizando la marcha de la guerra, las consecuencias que está teniendo que son muy crueles para todos los trabajadores del mundo.

Desde que estalló la guerra en Ucrania la burguesía ha emprendido una serie de campañas ideológicas para obtener apoyo la guerra y para lograr el “consentimiento” de los sacrificios que el proletariado enfrenta a raíz de las calamidades surgidas por ella. De la misma manera, estas campañas buscan ocultar el verdadero significado de esta guerra imperialista y sus crímenes, desarrollando una propaganda sutil y elaborada para esconder esta sangrienta empresa.

Con Madrid tomada por la policía, los lideres de los países de la OTAN se han reunido con Biden a la cabeza. Sus declaraciones y decisiones tienen una clara dirección: por y para la guerra.