"Semana de Acción" de Praga: Algunas lecciones, y algunas respuestas a las calumnias

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Uno de los primeros signos del despertar de la clase obrera tras la traición de sus organizaciones y el primer año de matanzas en la guerra imperialista de 1914-18 fue la conferencia celebrada en Zimmerwald, Suiza, en septiembre de 1915, que reunió a un pequeño número de internacionalistas de diferentes países. La conferencia fue un foro en el que se expusieron diferentes puntos de vista sobre la guerra, la mayoría de ellos tendentes al pacifismo, y sólo una minoría de la izquierda que defendía una oposición abiertamente revolucionaria a la guerra. Pero aquellos elementos de la Izquierda de Zimmerwald siguieron presionando para la clarificación en esta conferencia y en otras posteriores conferencias; y este trabajo, combinado con la reactivación de la lucha de clases a un nivel más general que culminó en los estallidos revolucionarios de Rusia y Alemania, daría origen a un nuevo partido político mundial basado en posiciones claramente revolucionarias: la Internacional Comunista fundada en 1919[1].

Hoy estamos aún lejos de la formación de tal partido, sobre todo porque la clase obrera tiene aún un largo camino por delante antes de poder plantearse de nuevo la cuestión de la revolución. Pero, frente a un sistema mundial que se tambalea hacia la autodestrucción, frente a la intensificación y proliferación de las guerras imperialistas, estamos viendo pequeños signos de una conciencia reemergente sobre la necesidad de una respuesta internacional e internacionalista a la guerra capitalista. Como dijimos en nuestro anterior artículo sobre la “Semana de Acción” de Praga[2], la reunión de Praga fue una de esas señales, no menos heterogénea y confusa que la conferencia inicial de Zimmerwald, y mucho más desorganizada, pero una señal, al fin y al cabo.

Para nosotros que somos una organización que tiene sus orígenes en la izquierda comunista de los años 20, y antes de eso, en la izquierda de Zimmerwald en torno a los bolcheviques y otras agrupaciones, era necesario estar presentes en la medida de lo posible en la manifestación de Praga para defender una serie de principios políticos y métodos organizativos:

  • Frente a la desorganización imperante, que convirtió parte de la “Semana de Acción” en un fiasco activista, la necesidad de un debate organizado y abierto en torno a agendas definidas y con el objetivo de obtener resultados claros. Esto significa que las reuniones deben estar presididas, que deben tomarse notas, que deben extraerse conclusiones, etc.
  • Contra el afán inmediatista de hablar sólo de “qué podemos hacer ahora mismo”, la necesidad de debatir en un marco histórico más amplio para comprender la naturaleza de las guerras actuales, el equilibrio de fuerzas entre las dos clases principales y la perspectiva de futuros movimientos masivos de clase.
  • Contra la idea de acciones “ejemplares”, sustitucionistas, de pequeños grupos encaminadas a sabotear los esfuerzos bélicos de diferentes Estados, la necesidad de reconocer que sólo la movilización masiva de la clase obrera puede constituir una oposición real a la guerra imperialista; y que, en primera instancia, es más probable que tales movimientos surjan de la lucha contra el impacto de la crisis económica (exacerbada, por supuesto, por el crecimiento de una economía de guerra) que de la acción directa de masas contra la guerra.
  • Para exponer estos puntos de vista, fue necesario oponerse a las pretensiones de excluir a los grupos de la izquierda comunista por parte de los elementos que están detrás de la organización de la Semana de Acción. Volveremos sobre esta cuestión más adelante.

En nuestro primer artículo, que pretendía dar cuenta del resultado caótico de la Semana de Acción, y sugerir algunas de las razones subyacentes, señalábamos también el papel constructivo desempeñado por los grupos de la izquierda comunista, pero también por algunos otros elementos, al intentar construir un marco organizado para un debate serio (lo que se ha dado en llamar la “Asamblea Autoorganizada”). La delegación de la CCI apoyó esta iniciativa, pero no nos hacíamos ilusiones sobre las dificultades a las que se enfrentaba esta nueva formación, y menos aún sobre las posibilidades de que hubiera algún tipo de continuidad organizada del evento y, como primer paso, la organización de una página web que pudiera servir de foro para los debates que no pudieron desarrollarse en Praga. Ahora parece que incluso esta mínima esperanza se ha quedado en nada y que será necesario empezar de cero para definir los parámetros y las posibilidades de futuros encuentros.

Otros balances del evento

Desde que terminó la semana de Praga, ha habido muy pocos intentos de describir lo ocurrido, y menos aún de extraer las lecciones políticas de este evidente fracaso[3]. La Red Comunista Anarquista ha escrito un breve relato[4], pero parece centrarse principalmente en los problemas causados por la división en el seno de los anarquistas checos entre los “defensistas de Ucrania” y los que buscan una posición internacionalista sobre la guerra. Esto fue ciertamente un factor en la desorganización del evento, pero, como argumentamos en nuestro primer artículo, es necesario habría que ver más en profundidad y analizar el enfoque activista que todavía domina a los anarquistas que se oponen a la guerra sobre una base internacionalista[5].

Que sepamos, quienes más palabras han gastado han sido los más hostiles a los grupos de la izquierda comunista. En primer lugar, un grupo alemán que se focaliza en solidaridad con los presos[6]. Este grupo sólo asistió al final del primer día de la Asamblea Autoorganizada y a una parte del segundo, antes de dirigirse a la conferencia oficial[7], en la que según ellos se celebraron algunos debates interesantes, aunque no nos dicen nada en absoluto sobre lo que se debatió. Pero son muy claros sobre a quién culpan de sabotear la Semana de Acción:

“No nos dimos cuenta en ese momento, pero ya estaba claro que en la ya caótica situación había grupos que intentaban reventar la reunión desde dentro, además de los ataques de los anarquistas pro-OTAN. En ese momento se libraban otros conflictos entre grupos y sobre todo los comunistas de izquierda”.

Así que, en lugar de intentar ofrecer salidas a la caótica situación legada por los organizadores oficiales, ¡los grupos comunistas de izquierda sólo estaban allí para empeorarla!

Las deformaciones y calumnias de Tridni Valka

El relato más “sustancial” de lo sucedido es el del grupo checo Tridni Valka, al que la mayoría de la gente creía implicado en la organización de la Semana de Acción, puesto que su página web albergaba todos los anuncios al respecto[8]. Pero lo más sustancial de este artículo son las numerosas deformaciones y calumnias que contiene. En nuestra opinión, este artículo tiene tres objetivos principales:

 - Quieren ocultar su propia responsabilidad en el fiasco culpando de él a lo que presentan como un “Comité Organizador” completamente separado, cuya composición sigue siendo un misterio al día de hoy. Tridni Valka afirma que sólo estaba a favor del Congreso Antibélico no público del final de la semana y que pensaba que los organizadores carecían de recursos para gestionar toda una semana de actos. Critican especialmente la “manifestación contra la guerra” prevista para el viernes de la semana, que el día anterior había sido rechazada por quienes estábamos, por el contrario, por continuar el debate político (es decir mantener la Asamblea Autoorganizada) y no ir a una manifestación que carecía de sentido y representaba una amenaza para la seguridad de quienes participaran en ella. Y, sin embargo, en la página web de Tridni Valka[9] todavía se puede encontrar el anuncio llamando a la gente a marchar en la manifestación. Esta confusión es el resultado inevitable de una concepción que evita o rechaza una demarcación política clara entre las diferentes organizaciones y, por tanto, hace imposible saber qué grupo o comité es responsable de qué decisión, una situación que sólo puede sembrar la confusión y la desconfianza.

 - Pretenden justificar su política de excluir a la izquierda comunista del Congreso, primero con un argumento terminológico sobre la etiqueta “izquierda comunista”, y después con una serie de ejemplos históricos que acusan a los grupos existentes de la izquierda comunista de intentar construir un “partido de masas” según el modelo bolchevique; afirmar que todos los grupos de la izquierda comunista defienden la firma por los bolcheviques del tratado de Brest Litovsk en 1918 (“¡una verdadera puñalada por la espalda para los proletarios de Rusia, Alemania y Austria-Hungría, una “traición” dirían algunos!”); denunciar la conferencia de Zimmerwald y la Izquierda de Zimmerwald, a la que también se refiere la izquierda comunista, como un simple puñado de pacifistas, e incluso afirmar que “el llamado ‘comunismo de izquierda’ defiende (más o menos, según los matices que exhiben cada una de estas organizaciones) la posición de la III Internacional sobre la cuestión colonial”. Todos estos argumentos se ofrecen para demostrar que las posiciones de la izquierda comunista serían incompatibles con la participación en el Congreso Antibélico. No podemos responder aquí a todos estos argumentos, pero hay que señalar sin duda uno o dos puntos, ya que revelan la profundidad de la ignorancia (o de la tergiversación deliberada) del artículo de Tridni Valka: en primer lugar, la crítica a la idea socialdemócrata del partido de masas fue desarrollada en primera instancia nada menos que por los bolcheviques a partir de 1903[10]; en Rusia, en 1918, fue precisamente la oposición al Tratado de Brest-Litovsk lo que dio origen a la fracción comunista de izquierda en el partido ruso (aunque es cierto que más tarde algunos comunistas de izquierda, en particular la fracción italiana, argumentaron -correctamente en nuestra opinión- contra la posición de “guerra revolucionaria” que los comunistas de izquierda ofrecían como alternativa a la firma del Tratado); y en cuanto al argumento de que los grupos actuales de la izquierda comunista siguen defendiendo todos la posición de la Tercera Internacional sobre la cuestión colonial, podemos remitir a Tridni Valka a cualquiera de los artículos de nuestro sitio web que argumentan exactamente lo contrario.

- Por último, quieren excluir definitivamente a la CCI del campo proletario. ¿Por qué? Pus porque afirmamos que el grupo que más ha influido en Tridni Valka, el Grupo Comunista Internacionalista (GCI) acabó coqueteando con el terrorismo y que Tridni Valka nunca ha aclarado qué diferencias tenía con el GCI. La respuesta de Tridni Valka: “es muy probable que los servicios de seguridad del Estado checo (y de otros países) se deleiten con este tipo de “revelaciones” e “informaciones” sobre los supuestos vínculos de nuestro grupo ‘con el terrorismo’. ¡Gracias a los soplones de la CCI, que harían mejor en rebautizarse como CCI-B, ¡con B de ‘bolchevique’ pero sobre todo de ‘traidores’ (betrayer)! ¡¡¡Malditos traidores!!!”

Lo cierto es que la CCI asumió hace tiempo su responsabilidad política denunciando las pretensiones del GCI de ser el nec plus ultra del internacionalismo, pero dando un apoyo cada vez más grotesco a acciones y organizaciones terroristas presentándolas como expresiones del proletariado: empezando por el Bloque Popular Revolucionario en El Salvador y Sendero Luminoso en Perú, y culminando por ver una resistencia proletaria en las atrocidades de Al Qaida[11].  Tales posiciones políticas exponen claramente a todas las organizaciones revolucionarias auténticas a la represión por parte de los servicios de seguridad del Estado, que lo utilizarán para hacer una equiparación entre internacionalismo y terrorismo islámico. Además, hemos mostrado otra faceta de la capacidad de la GCI para hacer el trabajo de la policía: sus amenazas de violencia contra nuestros camaradas en México, algunos de los cuales ya habían sido agredidos físicamente por maoístas mexicanos[12]. Si Tridni Valka tuviera algún sentido de la responsabilidad ante la necesidad de defender el campo internacionalista, se habría distanciado públicamente de las aberraciones del GCI.

No hemos dicho todo lo que queremos afirmar sobre las lecciones del evento de Praga, ni sobre otros intentos de desarrollar una respuesta internacionalista a la guerra, pero no podíamos evitar responder a estos ataques. Al presentar la tradición de la izquierda comunista como un obstáculo al esfuerzo por reunir a las modestas fuerzas internacionalistas actuales, los autores de estos ataques revelan que son ellos los que se oponen a este esfuerzo. En futuros artículos nos proponemos responder al balance de la conferencia hecho por la CWO y retomar algunas de las cuestiones clave planteadas por la conferencia. Eso significa, en particular, profundizar en por qué insistimos en que sólo el movimiento real de la clase obrera puede oponerse a la guerra imperialista, por qué sólo el derrocamiento del capitalismo puede poner fin a la creciente espiral de guerra y destrucción, y por qué las propuestas activistas de la mayoría de los grupos que participan en la Semana de Acción sólo pueden conducir a un callejón sin salida.

Amos

 

[1] Véase, por ejemplo, nuestros artículo Zimmerwald: de la guerra a la revolución en Revista Internacional 44

[3] La Communist Workers Organisation también ha escrito un breve informe, pero queremos responder a él en un artículo aparte.

[5] https://www.leftcom.org/en/articles/2024-08-13/internationalist-initiatives-against-war-and-capitalism (Iniciativas internacionalistas contra la guerra y el capitalismo), Revolutionary Perspectives 24

[6] La Conferencia de Praga, el comienzo de una catástrofe.

Soligruppe für Gefangene

[7] Es decir, el “Congreso Antiguerra” no público convocado por el Comité Organizador original, que excluía a los grupos de la izquierda comunista. Esta reunión dio lugar a una breve declaración común que puede encontrarse aquí: https://anarcomuk.uk/2024/06/15/declaration-of-revolutionary-internationalists/

[10] Ver por ejemplo, “1903-04: el nacimiento del bolchevismo, Revista Internacional 116

[11] Cómo el Groupe Communiste Internationaliste escupe sobre el internacionalismo proletario, CCI Online; https://es.internationalism.org/revista-internacional/200602/516/para-que-sirve-el-grupo-comunista-internacionalista-gci

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Defensa del Internacionalismo