Enviado por Accion Proletaria el
A mediados de diciembre, tras las convocatorias de huelga lanzadas en la SNCF1 por los sindicatos (UNSA, CGT y SUD-rail2), particularmente en el sureste de Francia, los medios de comunicación adoptaron un tono alarmista ante la amenaza de una nueva parálisis del transporte ferroviario en las celebraciones de fin de año. Tras el duro y largo movimiento de huelga aislado de 2018 y el enfado expresado durante el movimiento contra la reforma de jubilaciones durante el invierno de 2019-2020, este sector muy combativo que tiene un peso político importante por su experiencia, preocupa a la burguesía. Esto, sobre todo porque esta última tiene que afrontar una difícil situación marcada al mismo tiempo por la crisis sanitaria, por el desarrollo de la campaña electoral y por un descontento muy fuerte de la población por la crisis económica.
Una escalada internacional de luchas
El movimiento en la SNCF se inscribe en gran parte de este contexto de coraje que existe en toda la clase trabajadora, en Francia, como a nivel internacional: en los Estados Unidos con las luchas que tuvieron lugar en las fábricas de Kellog's, John Deere, PepsiCo, en Corea con grandes huelgas contra las condiciones laborales y los bajos salarios, en España, en la región de Cádiz, con la pugna en el sector metalúrgico, en Bélgica con la huelga de la fábrica de Volvo, Italia, etc3.
Esta insatisfacción también se expresa en Francia. Lo hemos visto en el transporte público, entre los basureros en varias de las grandes ciudades, como Lyon, Montpellier o Marsella, en los hospitales, pero también en numerosas pequeñas o medianas empresas o en el comercio, como en Leroy Merlin, por ejemplo, empresas en las que los trabajadores rara vez hacen huelga. Las razones de todos estos movimientos son en su mayor parte las mismas: la inflación que disminuye el “poder adquisitivo” y salarios que no aumentan, aunque los Estados siguen hablando de “recuperación económica” después del difícil período de encierros y toques de queda. Los salarios de los trabajadores ferroviarios han estado congelados durante ocho años; diversas medidas como la eliminación de las líneas de tren, la apertura a la competencia o la creación de filiales de bajo costo han tenido como resultado el deterioro de las condiciones laborales y la reducción de salarios. Es por ello, por ejemplo, que la última huelga en el sector Oeste de la SNCF del 23 y 24 de octubre involucró, como era de esperar, demandas vinculadas al poder adquisitivo.
El sabotaje de la lucha por los sindicatos
Esta dinámica en el seno de la SNCF no podía sino alertar y preocupar a la burguesía escaldada por la fortísima combatividad que se expresó en este sector contra la reforma de las pensiones4. La burguesía tiene mucho interés en hacer olvidar las lecciones de esta lucha, en tanto el peligro de una movilización más amplia es ahora muy real, a pesar de las dificultades y de los numerosos obstáculos, el movimiento en la SNCF corre el riesgo de extenderse y/o de animar a otros sectores dispuestos a luchar. Por eso, en plena complicidad con la dirección de la SNCF, a espaldas de los trabajadores, tras las negociaciones y el cumplimiento de un cierto número de reivindicaciones, la CGT y SUD-rail mantuvieron inicialmente su preaviso de huelga... para retirarlo al día siguiente. La burguesía y sus sindicatos querían entonces hacer aparecer el siguiente hecho: las bonificaciones de 600 y 300 euros para los conductores y controladores en el sureste se supone que son una “victoria”. Por tanto, ya no habría motivos para la movilización. En realidad, lo que se ha logrado dista mucho de compensar los salarios perdidos durante años y el aumento del costo de la vida. Sobre todo, esta “victoria” se orquestó entre bastidores para generar el máximo número de divisiones: 600 euros para unas, 300 para otras, distintas evoluciones en la escala salarial en función de la antigüedad, dividiendo entre jóvenes y viejos, etc.
Izquierdistas, como los del NPA o la LO5, muy presentes en el terreno por su compromiso con la acción sindical, han sido los principales artífices de estas divisiones, su monserga habitual para lavar la cara a los sindicatos es echarle toda la culpa a las “direcciones sindicales” quienes tomaron sus decisiones “antidemocráticas” sin recurrir a la “base”: “A los dirigentes sindicales no se les ocurrió pedir la opinión de los primeros afectados, los que iban a hacer la huelga”. Este tipo de discurso hipócrita sólo sirve para exculpar a los sindicatos y su trabajo sucio, enmascarando la naturaleza burguesa de estos organismos cuya función es encuadrar y contener las luchas en nombre del Estado. De hecho, lo que este tipo de falsa crítica pretende en primer lugar es arrastrar y encerrar cada vez más a los trabajadores en la lógica sindical, haciéndoles creer que el sindicato sigue siendo una herramienta de lucha de la clase obrera a pesar de lo “blandos” que serían los jefes sindicales6.
De esta manera, los izquierdistas preparan y anticipan a su manera las luchas futuras: están limpiando de antemano las tablas ya podridas por la acción de los sindicatos utilizando una fachada de radicalismo. Así, toda la burguesía se las ha arreglado para tomar la delantera y obstaculizar la movilización, mientras trata de dar un poco de credibilidad a la acción sindical.
¿Qué lecciones sacar?
La primera lección que debemos sacar no es la de los izquierdistas o la de los periódicos burgueses, donde se supone que los trabajadores se contentan con migajas y sólo deben “desconfiar de la dirección sindical”. ¡No! El proletariado no puede confiar en los sindicatos, ni en los izquierdistas para conducir sus luchas. Estos órganos del Estado y organizaciones burguesas son falsos amigos y defienden los intereses de la clase capitalista y su Estado. Como lo ha demostrado el movimiento contra la reforma de las pensiones, de ninguna manera podemos confiar en los sindicatos que, al tomar el liderazgo de la lucha, automáticamente han impuesto asambleas obreras falsas, han dividido y cortado las luchas multiplicando las movilizaciones esparcidas en el tiempo, jugando maniobras dilatorias para desanimar y agotar a los más combativos, llevándolos a un callejón sin salida con acciones totalmente aisladas. Todo esto explica en gran parte por qué los ferroviarios, en lugar de retirarse ordenadamente durante el flujo y reflujo de la lucha contra la reforma de las pensiones, permanecieron aislados y finalmente fueron derrotados (incluso si la reforma se pospuso debido a la pandemia). Los trabajadores en realidad sólo pueden contar con ellos mismos, con su solidaridad y sus iniciativas creativas para hacer realidad verdaderas asambleas generales, en las que el principio de apertura a todos los proletarios, activos, desempleados o jubilados, sea el epicentro de la lucha. Esto, con el fin de discutir colectivamente y de manera autónoma las modalidades de la lucha. Sólo tomando en manos la lucha de forma consciente, con una reflexión colectiva a través de debates animados que conduzcan a decisiones políticas concretas, podrá extender y hacer avanzar la lucha sin quedar aislado en el corporativismo, en un solo sector, donde la burguesía siempre busca encerrarlos. Tal enfoque, aunque sea difícil de implementar en el contexto actual, debe nutrir toda nuestra reflexión para preparar los futuros combates de clase.
WH, 31 de diciembre de 2021
1 SNCF, siglas traducidas al español de: Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses
2 Siglas en su traducción al español: UNAS: Unión Nacional de Sindicatos Autónomos; CGT: Confederación General del Trabajo
3 Ver Luchas obreras en Estados Unidos, Irán, Italia, Corea... ¡Ni la pandemia ni la crisis económica han roto la combatividad del proletariado! https://es.internationalism.org/content/4736/luchas-obreras-en-estados-unidos-iran-italia-corea-ni-la-pandemia-ni-la-crisis y Huelga del metal en Cádiz: nuestra fuerza es luchar como clase obrera https://es.internationalism.org/content/4738/huelga-del-metal-en-cadiz-nuestra-fuerza-es-luchar-como-clase-obrera
4 Ver nuestro balance de las luchas vividas en el invierno de 2019-20 en Francia: La perspectiva que plantean las recientes luchas obreras en Francia https://es.internationalism.org/content/4540/la-perspectiva-que-plantean-las-recientes-luchas-obreras-en-francia
5 NPA: Nuevo Partido Anticapitalista; LO: Lucha Obrera
6 Ver Los sindicatos contra la clase obrera (V): la táctica de los izquierdistas para hacerlos tragar a los trabajadores https://es.internationalism.org/content/4645/los-sindicatos-contra-la-clase-obrera-v-la-tactica-de-los-izquierdistas-para-hacerlos