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chile_contaminacion_por_metales_pesados_el_capitalismo_es_el_unico_cancer.pdf | 105.98 KB |
Este 2021, hemos presenciado terribles olas de calor sin precedentes desde Canadá hasta Siberia, las inundaciones en el norte de Europa y China, las sequias e incendios en California y las nuevas señales de derretimiento del hielo ártico1. El aumento de la deforestación del Amazonas en Brasil y parte de Perú, así como la contaminación por relaves mineros también en algunas zonas del Perú.
El crimen del modo de producción capitalista contra el medio ambiente y el planeta es resultado de que su lógica económica es la acumulación de capital y la defensa de los intereses imperialistas del capital nacional. La barbarie a la que se enfrenta cada vez más la clase obrera, como clase explotada por ser en la mayoría de los casos la primera en sufrir los efectos del desastre ecológico producido por este sistema, es una preocupación permanente mientras se siga agudizando y profundizando la descomposición del capitalismo decadente2.
En Chile, por ejemplo, existen al menos 12 mil personas afectadas por la contaminación de metales pesados en Arica. Testimonios como el de María José Bejares que llegó a vivir a la población Los Industriales, ubicada en Arica, en el norte de Chile, en 1991. Recuerda bien cómo ella, de apenas 5 años, y sus amigos, jugaban entre unos montículos de distintos colores ubicados a pocos metros de su casa, donde se deslizaban colina abajo y moldeaban la tierra con sus propias manos, como si fuera arcilla. Más tarde, volvían a sus viviendas empapados de este material, sin saber que estaban jugando sobre un verdadero basural de desechos tóxicos. Arsénico, plomo, cadmio y mercurio abundaban en ese informal patio en el que jugaron cientos de niños Ariqueños. 30 años después, las consecuencias son evidentes.
Desde Los Industriales, donde aún vive, María José enumera las enfermedades de sus cercanos (y las propias): sus padres murieron de cáncer—su mamá, al útero con falla multisistémica en 2015, y su papá, al pulmón con metástasis cerebral en 2012—, su hermana mayor tuvo cáncer de mamas y su hermana menor tiene fibrosis pulmonar. Su marido sufre la enfermedad de Perthes, que afecta los huesos de la cadera, su hijo mayor es autista, y ella tuvo un embarazo molar en 2013, por lo que estuvo un mes hospitalizada. La historia se repite en el pasaje donde vive. Varios vecinos tienen cánceres de distinto tipo, lesiones cutáneas, enfermedades cardiovasculares, mujeres con abortos espontáneos y con dificultad para concebir, y niños con una serie de trastornos neurológicos, entre otras dolencias. "Llevamos 36 años muriendo", dice la mujer. "Esto no puede ser casualidad. Uno va viendo cómo los vecinos van cayendo enfermos de a poquito, es muy doloroso", agrega3.
¿Como empezó toda esta pesadilla capitalista?
Primero que nada, queremos manifestar nuestra solidaridad con estos trabajadores víctimas de la barbarie capitalista, de la lógica de la acumulación del capital que sacrifica millones de vidas humanas al dios Ganancia y al dios Acumulación de Capital.
Entre 1984 y 1985 la empresa minera sueca Boliden trasladó casi 20 mil toneladas de residuos tóxicos desde su planta Rönnskär, en Suecia, a la ciudad de Arica. El relave fue recibido por la desaparecida empresa chilena Promel que, supuestamente, se encargaría de procesarlo a cambio de más de 1 millón de dólares de la época. Los acopios tóxicos fueron abandonados en el Sitio F en 1984. Sin embargo, el trabajo nunca se hizo y el material fue abandonado sin medidas de protección en una zona conocida como "sitio F", que estaba a 250 metros de Sica Sica, la población más cercana. El problema se agudizó un par de años después, en 1989, cuando se autorizó la construcción de viviendas sociales a pocos metros del lugar.
Eran una especie de "casetas", con cocina, baño, luz eléctrica, agua potable y alcantarillado, pero el suelo era de tierra. Y la tierra estaba contaminada. Poco a poco, algunos pobladores comenzaron a experimentar picazones, alergias y erosiones en la piel. Pero nadie sospechaba del relave. En un informe en que Promel le solicita al Servicio Nacional de Salud de Chile de la época autorización para desembarcar el contenido proveniente de Suecia, este no era "tóxico" y cualquier persona podía manipularlo4.
El Estado Capitalista Chileno de aquel entonces fue cómplice en esta situación, junto con la empresa Promel, que permitió el pase de los residuos tóxicos depositados en esta zona de Arica. Vemos el predominio de las leyes del capital, sobre la salud de la población sobre todo de la población trabajadora y la contaminación de vastos territorios producto de la actividad industrial capitalista como parte de su dinámica salvaje y depredadora, consecuencia de la presión de la competencia por mercados y recursos.
La acumulación capitalista nos está llevando a la barbarie, que se manifiesta en la contaminación ecológica, el cambio climático, la pandemia del covid 19, la destrucción del planeta y la humanidad en su conjunto. Nuestras tesis de la descomposición en su punto 7 señalan claramente y con mucha vigencia que la degradación del medio ambiente que está alcanzando cotas impresionantes (agua corriente asquerosa, ríos muertos, océanos basura, aire irrespirable de las ciudades, decenas de kilómetros cuadrados contaminadas por la radioactividad en Ucrania y Bielorusia), que está amenazando el equilibrio del planeta entero con la desaparición de las selvas ecuatoriales, como la amazónica, los "pulmones de la Tierra", con el llamado efecto invernadero, con la destrucción de la capa de ozono (ver nota 2).
La ilusión democrática
Para acabar con esta locura destructiva del capitalismo, no podemos esperar nada de los Estados, sean estos dictatoriales o “elegidos democráticamente”. Los Estados son el órgano de cada Capital Nacional y están al servicio de sus necesidades de acumulación y de sus intereses imperialistas.
De la misma manera, nada puede esperarse de las conferencias internacionales, G20, COP26 etc., Estas son espectáculos donde el cinismo y la hipocresía de los gobernantes alcanzan cotas inauditas. El capitalismo se basa en la competencia a muerte entre capitalistas y a nivel mundial en la guerra de cada Estado nacional contra los demás, tanto en el plano económico como imperialista. El Capital no tiene un “interés mundial”, su único interés es nacional y empresarial, es decir, egoísta, depredador y competitivo.
Tampoco podemos esperar nada de los partidos verdes y los movimientos ecologistas que tanto proliferan actualmente. Para darse una idea ¿qué ha hecho el partido verde más famoso, el de Alemania, que estuvo en el gobierno en 1999-2005 y ahora vuelve otra vez como miembro de la coalición semáforo?
Pues se dedicó a apoyar empresas guerreras del capital alemán, como, por ejemplo, en Yugoslavia y en el terreno del medio ambiente no hizo absolutamente nada, retrasó por ejemplo toda medida sobre las centrales nucleares. Utilizó la ecología como argumento para hacer tragar despidos masivos de trabajadores a los que se tachaba de “enemigos del medio ambiente” por luchar contra los despidos.
Los partidos verdes ocultan la responsabilidad del capitalismo proclamando que la culpa de la destrucción del planeta es de los obreros que consumen “demasiado”, que “trabajan en industrias contaminantes”, “lavan la ropa”, “se duchan”, “usan calefacción cuando hace frío” etc. Su “solución” es que ACEPTEMOS los despidos y la miseria en nombre del “futuro del planeta”.
Las campañas de la burguesía a favor de las reformas en el modo de producir (políticas ambientales, modelos de sostenibilidad, industria del reciclaje, autos eléctricos o verdes, reducción de plásticos, etc.) no detendrán los daños muchos de ellos irreversibles causados a la tierra, el aire y al agua y con ello a la humanidad. La ilusión democrática de creer que desde las instituciones burguesas o ejerciendo un voto se podrá cambiar esta situación, solo nos lleva a perpetuar esta situación de explotación, miseria y enfermedades como en el caso de Arica, Chile y sus más de 12 mil personas contaminadas con metales pesados.
Desde partidos, medios de comunicación, redes sociales etc., nos invitan a participar en los “movimientos por el clima” si “queremos hacer algo por el planeta”. Esto es otra trampa del Capital, pues estos movimientos:
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Visten de verde los planes del capital de “transición ecológica” y “renovación digital” cuyo objetivo es aumentar la explotación y los despidos de trabajadores, para salvar la continuación de la acumulación capitalista y modernizar los armamentos (drones, armas más pequeñas, pero más mortíferas…)
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Plantean como solución que cada cual se aplique a sí mismo la austeridad capitalista: no utilizar la calefacción, no lavar demasiadas veces la ropa, no “abusar de la ducha”, no caer en el “consumismo”, es decir, aceptar comer menos, vestir peor etc. Es además un medio culpabilizarnos de la destrucción ecológica cuyo único causante es el capitalismo
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Proponiendo “reformas” y “parches” que no solucionan nada y que agravan los problemas ocultan las verdaderas causas del desastre ecológico. Por ejemplo, lo que han sufrido los habitantes de Arica es resultado de esas “reformas” ecológicas del capital que consisten en que los residuos tóxicos son vendidos por los países más ricos a los países más pobres a cambio de unas subvenciones de las cuales se aprovechan los capitalistas de estos últimos países y el propio Estado.
El capitalismo está hundiendo al mundo en una barbarie generalizada.
Un ejemplo concreto de lo que aquí decimos lo hemos vivido en plena pandemia del covid 19 cuando la desaceleración económica y las restricciones de movilidad, provocadas por la pandemia global del nuevo Coronavirus, han dado un pequeño respiro al planeta, con una constatada disminución de emisiones contaminantes. Mas los expertos advierten que esto impactará levemente el avance del cambio climático y que, si no se toman las medidas adecuadas, se podría experimentar un efecto rebote5.Esto quiere decir que hay una relación entre el modo de producción capitalista y los niveles de contaminación, que se han visto reducidas, producto de las restricciones de movilidad y el paro de la producción.
Marx, Engels y otros pudieron advertir desde muy temprano que el capitalismo estaba envenenando el aire y agotando el suelo, no pudieron ser testigos de las consecuencias ecológicas de un mundo en el que el capitalismo ha penetrado ya en casi todas las regiones de los cinco continentes, sometiendo toda la Tierra a la urbanización rampante y a sus métodos de producción y distribución. La expansión capitalista, impulsada por las contradicciones económicas resultantes de la relación entre el capital y el trabajo asalariado, ha llevado al extremo la alienación de la humanidad frente a la naturaleza (ver nota 1).
El proletariado es la única clase capaz de detener esta barbarie
Solo la lucha de la clase obrera, con su unidad y solidaridad internacional como clase explotada podrán acabar con la anarquía de la producción capitalista y su desastre ecológico, climático y humano. Solo las luchas obreras en defensa de sus condiciones de vida, que implican también el deterioro del planeta y por consecuencia de su salud, serán las que por su desarrollo internacional masivo impondrán las condiciones para la Revolución Proletaria Mundial que destruya el capitalismo y abra el proceso de construcción del comunismo, la comunidad humana mundial, donde se puede establecer una relación armoniosa y de verdadera transformación revolucionaria entre el hombre y la naturaleza.
En esa lucha tendrá que enfrentar también las manifestaciones ciudadanas ecológicas que con sus luchas parciales solo responden y hacen el juego a la lógica mercantil capitalista, perpetuándola.
“En efecto, si bien las luchas parciales contra los efectos de la descomposición no pueden ser un terreno de unificación de clase, en cambio la lucha contra los efectos de la crisis misma es la base para que se desarrolle su fuerza y su unidad de clase. Y esto es así porque :
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si bien los efectos de la descomposición (la contaminación, la droga, la inseguridad...) afectan de modo relativamente indiferenciado a todas las capas de la sociedad y son un terreno idóneo para las campañas y trampas aclasistas (ecología, colectivos y movimientos antinucleares, movilizaciones antiracistas...), en cambio, los ataques económicos (baja del salario real, despidos, aumentos de cadencias...) resultados directos de la crisis, afectan de modo específico al proletariado, o sea, a la clase que produce la plusvalía y que enfrenta al capital en ese terreno ;
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la crisis económica, al contrario de la descomposición social, la cual concierne esencialmente las superestructuras, es un fenómeno que afecta directamente la infraestructura de la sociedad en la que se basan aquéllas; por eso, la crisis pone al desnudo las causas primeras de toda la barbarie que se cierne sobre la sociedad, permitiendo así al proletariado tomar conciencia de la necesidad de cambiar radicalmente de sistema y no ya de pretender mejorar algunos aspectos de él.
Sin embargo, la conciencia de la crisis por sí sola no puede resolver los problemas y las dificultades ante los que se enfrenta y deberá enfrentarse cada día más el proletariado. Únicamente:
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la conciencia de la importancia de lo que se está jugando en la situación histórica de hoy y, en especial, de los peligros mortales que la descomposición entraña para la humanidad;
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su determinación en proseguir, desarrollar y unificar su combate de clase;
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su capacidad para desactivar la cantidad de trampas que la burguesía, incluso afectada por su propia descomposición, no dejará de tenderle en su camino;
permitirá a la clase obrera responder golpe a golpe a los ataques de todo tipo desencadenados por el capitalismo para finalmente pasar a la ofensiva y acabar de una vez con este sistema cruel y despiadado” (tesis 17, Tesis sobre la Descomposición, ver nota 2).
CCI (con la colaboración de un simpatizante muy próximo de Chile) 260122
1Ver Desastre ecológico: La necesidad de una transición… ¡al comunismo! https://es.internationalism.org/content/4734/desastre-ecologico-la-necesidad-de-una-transicion-al-comunismo
2Ver nuestras Tesis sobre la Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
3BBC News Mundo
4BBC News Mundo
5https://www.tec.ac.cr/hoyeneltec/2020/07/03/reduccion-emisiones-provocada-pandemia-no-respuesta-sostenible-cambio-climatico