Los grupos izquierdistas ante las elecciones: “critican” al PSOE-Podemos para seguir defendiendo el capitalismo

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Hace más de 100 años la burguesía se llevó un susto mortal con la revolución de 1917 en Rusia y toda la oleada revolucionaria mundial que sacudió el mundo en 1917-23[1]. Desde entonces su Estado se ha reforzado en todos los países no solamente con la represión que cada vez es más bestial, sino, sobre todo, con el despliegue de todo un aparato político y sindical que tiene como función dividir a la clase obrera, arrastrarla ideológicamente al terreno del capitalismo y sabotear su lucha y su toma de conciencia.

Dentro del aparato político del capitalismo hay unas corrientes políticas (trotskistas, anarquistas oficiales, maoístas, estalinistas, “nueva izquierda”) que se presentan como “revolucionarios” y “amigos” de la clase obrera[2]. Critican de manera “incendiaria” al PSOE-Podemos, también a los grandes sindicatos que consideran “burocratizados”, pero su función es sabotear la toma de conciencia de los elementos más conscientes de la clase obrera que buscan una alternativa de lucha contra este sistema cada vez más destructivo.

Cara a la convocatoria electoral del 23 de julio vamos a denunciar sus planteamientos tramposos. Tomaremos 3 “muestras”: la primera -El Militante- nos llama a votar con la nariz tapada por Podemos; la segunda -CRT- nos llama a no votar mientras no haya una “Izquierda de Verdad”; la tercera -Corriente Roja- nos llama a un “cambio de régimen” que es puro capitalismo de Estado disfrazado de “democracia obrera y popular”.

El Militante insiste en que votemos a la Izquierda del Capital que nos engaña y aplasta

Izquierda Revolucionaria es el órgano de El Militante, un grupo trotskista[3]. No podemos explicar aquí los orígenes del trotskismo y su función actual[4]. En un análisis de las elecciones municipales y regionales del 28 de mayo, reconocen que el gobierno PSOE-Podemos ha decepcionado a los trabajadores, que la pobreza, la precariedad laboral, la crisis de la vivienda, la carrera armamentista, el compromiso con la guerra de Ucrania, la barbarie con los emigrantes etc., se han acentuado como nunca bajo el “gobierno más progresista de la historia”.

Partiendo de este hipócrita reconocimiento de la evidencia, Izquierda Revolucionaria lanza 3 engaños para impedir que los trabajadores actúen en consecuencia.

Primer engaño: Podemos sería la gran esperanza de “renovación de la izquierda”. Muchos trabajadores hace tiempo que han perdido las ilusiones en el PSOE, en el movimiento de indignados se gritaba PSOE-PP la misma mierda es, Entre rosas y gaviotas nos toman por idiotas o ¿Dónde está la Izquierda? Al fondo a la derecha.

Para cubrir esa brecha en el aparato estatal de izquierdas, politólogos, universidades, antiguos miembros de partidos estalinistas, medios de comunicación -incluso de derecha y extrema derecha- montaron a toda prisa Podemos como denunciamos en su momento[5]. El Militante, muy a su pesar tiene que reconocer el comportamiento anti obrero de Podemos: “La Ley de Vivienda que han esgrimido como un gran logro es un fraude colosal. Lo mismo sucede con ese engendro del que nadie habla ya, el Ingreso Mínimo Vital, un montaje incapaz de enfrentar la pobreza y la marginalidad que ha sido un rotundo fiasco. O la gestión de Alberto Garzón al frente del Ministerio de Consumo, incapaz de hacer nada por combatir y movilizar contra la escalada de precios de los alimentos y productos básicos

Pero esta “crítica” es “entre amigos” pues como dice el artículo “los amigos de verdad siempre dicen lo que piensan honestamente”. Es decir, que Izquierda Revolucionaria sigue considerando a sus “amigos” de Podemos como la “esperanza” de los trabajadores frente a las “vacilaciones socialdemócratas” del PSOE.

Segundo Engaño: habría que votar a la Izquierda para cerrar el paso a la derecha y la extrema derecha. Después de “denuncias fuertes” al gobierno de coalición PSOE-Podemos ¿que conclusión saca Izquierda Revolucionaria? ¿Qué son ENEMIGOS DEL PROLETARIADO Y SERVIDORES DEL CAPITALISMO? ¿Que el único camino es la LUCHA AUTONOMA DE CLASE?

¡Todo lo contrario! Su respuesta es elocuente: “No somos sectarios, es más, hemos sido criticados innumerables veces por las sectas por apoyar críticamente en las urnas a Podemos, por negarnos a defender la abstención o el voto nulo. Por eso tenemos el derecho para señalar que esta estrepitosa derrota es la constatación del fracaso del Gobierno de coalición, y especialmente del fracaso de esa política “realista” de los dirigentes de Podemos con la que pretendían frenar a la extrema derecha y obligar al PSOE a girar a la izquierda”.

Es decir, Izquierda Revolucionaria llama a votar. ¿Votar a quién?  No lo dice abiertamente, pero el voto que pide se deduce de esta frase: “Las elecciones del 23 de julio serán una nueva prueba, y obviamente nos movilizaremos para frenar a la extrema derecha y a la reacción”.  Habría que seguir votando a Podemos “para frenar a la extrema derecha”. Izquierda Revolucionaria quiere que olvidemos una lección marcada con la sangre de muchos millones de trabajadores asesinados bien por la represión bien por las guerras imperialistas: cuando los trabajadores eligen campo entre las fracciones de la burguesía el resultado es siempre el reforzamiento del capitalismo y, por tanto, más explotación, más miseria, más guerras, más barbarie. La alternativa no es Derecha – Izquierda, Fascismo – Democracia etc., sino LUCHA AUTONOMA DEL PROLETARIADO CONTRA EL CAPITALISMO EN TODAS SUS VERSIONES.

Tercer engaño: adulterar la lucha de clases. Este es el peor de los engaños que propaga Izquierda Revolucionaria. Denuncia a Podemos, PSOE y los grandes sindicatos porque “su apuesta, en los hechos, [es] ¡Nada de lucha colectiva, nada de combatir en las calles, nada de organizarse! ¡Búscate la vida y trata de sobrevivir! Con este mensaje, que le viene como anillo al dedo a la derecha ayusista y a Vox, es inevitable que la clase obrera se desmovilice, como hemos visto en los barrios obreros de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona”. Su conclusión es que “no se puede acabar con el capitalismo sin primar la lucha en las calles, en las fábricas y empresas, en los centros de estudio y barrios

Pero ¿en qué consiste esa “lucha en las calles”? Pues consiste, en primer lugar, en poner la lucha obrera al servicio de los intereses del capitalismo. “El impresionante movimiento de masas que vivió el Estado español: las marchas de la dignidad, las huelgas generales, las mareas en defensa de la sanidad y la educación públicas, el levantamiento del pueblo de Catalunya, las grandes huelgas feministas

¡Eso no es la lucha autónoma de la clase obrera! Eso es un conjunto de movimientos burgueses: defensa de la nación, defensa del feminismo, defensa del Estado a través de la falsa dicotomía público – privado…

La lucha de la clase obrera es la lucha en su terreno de clase por sus reivindicaciones contra la explotación, es la lucha contra la guerra imperialista oponiéndose a todos los bandos en conflicto, es la lucha orientada a la Revolución Mundial para destruir el capitalismo en todos los países etc. Es una lucha de AUTONOMIA POLITICA rechazando elegir entre “lo público y lo privado”, entre “Cataluña o España”, entre “el feminismo y la armonía intrafamiliar”, entre Derecha e Izquierda.

Izquierda Revolucionaria en sus reproches a Pablo Iglesias le acusa de olvidar “como la lucha revolucionaria de los obreros y los campesinos impuso la Segunda República, y como los trabajadores, con las armas en la mano, combatieron el fascismo durante tres años. Y también olvida que los trabajadores y la juventud se levantaron contra la dictadura franquista, desafiaron a su aparato policial y militar, y con su lucha abnegada arrancaron las libertades democráticas que hoy disfrutamos y nos están arrebatando”.  

La Segunda República, que solo en sus 15 primeros meses, asesinó a más 1500 huelguistas, la guerra “antifascista”, una carnicería con un millón de muertos, la “conquista de la democracia” que desde hace casi 50 años nos ha llevado a situación insoportable que hoy padecemos … ¡esos serían los objetivos de la lucha de clases según Izquierda Revolucionaria!

En segundo lugar, la “lucha en las calles” para Izquierda Revolucionaria es meter en el mismo saco la lucha genuina de la clase obrera (la que hemos visto en Gran Bretaña o en Francia recientemente) y movimientos interclasistas o de violencia desesperada: “Francia asiste a una sublevación juvenil en los barrios populares y empobrecidos de las grandes ciudades que, como en el caso de los chalecos amarillos o la batalla de las pensiones, se dirige contra el corazón de las instituciones capitalistas republicanas”. Izquierda Revolucionaria mezcla el agua con el fuego: la lucha obrera como la de Francia o Gran Bretaña es la única perspectiva posible, lo otro, los Chalecos Amarillos, la revuelta desesperada de los suburbios franceses, van en dirección contraria. Al hacer esas mezclas, Izquierda Revolucionaria adultera y desarticula la lucha obrera.

CRT nos vende la trampa de la “renovación” de la Izquierda del Capital

Izquierda Diario es el órgano de otro grupo trotskista: el CRT (Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras). En un artículo titulado Europa. Estado español: contra el avance de la derecha, no caigamos en la trampa del mal menor (laizquierdadiario.com) denuncia la trampa del “mal menor”: seguir votando a la izquierda para cerrar el paso a la derecha.

Izquierda Diario trata de responder a toda una franja de trabajadores que están hasta las narices de que les hagan tragar la política de miseria capitalista asustándoles con el mantra de ¡qué viene el lobo fascista! Reconoce que “la mejor alfombra roja para el ascenso de la derecha siempre es un gobierno que se dice progresista y aplica en esencia sus mismas políticas”.

En los últimos 100 años la política del “mal menor” ha sido letal para el proletariado. La practicó en los años 20 del siglo XX la Internacional Comunista en degeneración con todas sus propuestas del Frente Unido con la socialdemocracia y los “gobiernos obreros” lo que acabó de dar la puntilla a la oleada revolucionaria proletaria de 1917-23. Después en nombre del “mal menor” frente al fascismo en los años 30, el proletariado fue enrolado en la segunda guerra mundial para defender la “democracia” y, previamente, en España para oponerse a Franco en defensa de la República que se había manchado con la sangre de miles de obreros asesinados[6].

Sin embargo, la denuncia del “mal menor” por parte de la CRT tiene truco. Su posición es que “El programa reaccionario del PP y Vox supone una grave amenaza para la clase trabajadora, los sectores más empobrecidos y los derechos de mujeres, personas LGTBI e inmigrantes. Una agenda que pretende avanzar en la precarización del trabajo, los recortes sociales, la reversión de conquistas democráticas y el avance de una línea autoritaria contra todas las disidencias, sean independentistas o luchadores sociales”.

Aquí vemos en primer lugar, que la CRT defiende la misma trampa que sus colegas de El Militante: encerrar la lucha obrera en la cárcel de las “conquistas democráticas”, el “independentismo” y la “disidencia social”.

CRT sigue cultivando el engaño de que el capitalismo se reduciría a la Derecha y la extrema derecha. Con ello oculta que el Estado capitalista cuando se da la fachada democrática cuenta con un dispositivo para ocupar todo el terreno social en el cual forman parte Derecha y Extrema Derecha, Izquierda y Extrema Izquierda. Si examinamos la historia reciente de España, desde 1975, la agenda de “precarización del trabajo”, de “recortes sociales” etc., fue iniciada e impulsada por los Gobiernos PSOE, lo que hicieron los gobiernos de derecha fue continuar y profundizar esas políticas. Lo mismo ocurrió en la Segunda República donde fue el PSOE quien desató, en la coalición con los republicanos, una brutal represión contra las luchas obreras. El gobierno de derechas que le sucedió en 1933 continuó fielmente esa línea llevándola más lejos[7]. Esto es igualmente cierto a nivel mundial, bastaría recordar cómo el partido socialista italiano y los graves errores de la IC hicieron la cama a Mussolini y como tanto socialdemócratas como” comunistas” contribuyeron a que Hitler alcanzara democráticamente el poder[8].

CRT nos entrampa con otro engaño: habría que rechazar una “izquierda de mentira” para conseguir una “izquierda de verdad”: “la supuesta alternativa a la derecha que presenta el “progresismo” y con la que está comprometida la burocracia sindical, condena a la clase trabajadora a confiar en un nuevo gobierno que seguirá gobernando para los grandes capitalistas y que pasará, en el nombre de frenar a la derecha, gran parte de su agenda. No se puede enfrentar a la derecha de verdad con una izquierda de mentira”.

¿No nos presentaron a Podemos como la “izquierda de verdad” frente a la “izquierda de mentira” del PSOE? Ya hemos visto unos pocos años después en qué ha quedado esa “renovación”.

Pero el CRT sigue vendiendo la misma moto trucada: “en las próximas elecciones generales, consideramos que la mejor opción sería poder constituir un agrupamiento de la extrema izquierda y sectores de vanguardia bajo esta perspectiva de independencia de clase, un programa anticapitalista y una posición claramente antiimperialista respecto al imperialismo español y su escalada militarista como parte de la OTAN”.

CRT quiere que nos estrellemos una y otra vez en la “renovación de la izquierda”. Si Podemos ha sido un fraude repugnante ¿qué pasó con Syriza en Grecia? ¿Qué está pasando con Boric en Chile o con Petro en Colombia?

Esto nos lleve a denunciar el tercer engaño de la CRT: esa “izquierda de verdad” opondría “a la agenda reaccionaria de la derecha un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, para reducir la jornada laboral y repartir las horas de trabajo entre ocupados y parados, para expropiar los pisos vacíos en manos de la banca y los fondos buitre, para prohibir los desahucios y pasar a plantilla fija a todos los contratos temporales y externalizados”.

Este “programa” es el mismo que el de la “izquierda de mentira” disimulado con sobrepujas radicales. ¿En qué consiste que la crisis la paguen los capitalistas? ¿En ponerles más impuestos? Ya hemos visto como el gobierno de la “izquierda de mentira” ha puesto un impuesto a la banca o un impuesto a las eléctricas. También han rebajado el IVA en algunos alimentos y están topando alquileres supuestamente para “luchar contra los fondos buitre”. Sin embargo, la inflación ha seguido campando a sus anchas, la luz no ha bajado y los bancos nos ahogan con hipotecas cada vez más usureras. El eslogan de “hacer pagar la crisis a los capitalistas” es la tapadera radicaloide de medidas de capitalismo de Estado que el capitalismo necesita para hacer frente a la agravación de la crisis. Esas medidas no alivian la situación de los trabajadores, sino que la agudizan todavía más.

Lo de “repartir las horas de trabajo entre los obreros ocupados y los parados” parece muy “solidario”, pero es la excusa que el capitalismo ha tomado para imponer la precarización. En nombre de “dar trabajo a los parados” la señora Yolanda Díaz ha convertido los contratos fijos en contratos absolutamente precarizados.

Las medidas de CRT de “lucha contra el capitalismo” encierran dos engaños: 1º hacer creer que sería posible un capitalismo ideal donde se pondría coto a los fondos buitres o se repartiría solidariamente el trabajo; 2º hacer creer que el Estado que no es otra cosa que la dictadura del capital sería un órgano neutral que podría tomar medidas favorables a los trabajadores.

Corriente Roja nos vende otro régimen capitalista

Aunque actualmente está afiliada a una de las ramas del trotskismo (LIT-CI)[9], Corriente Roja viene de una escisión de IU, es decir, indirectamente del estalinismo. En apariencia va más lejos que El Militante y que CRT. Sin decirlo claramente no llama a votar: “Frente al llamado al voto “útil” o al “mal menor”; o sea, a votar al PSOE, en directo o en diferido, desde Corriente Roja nos reafirmamos en que no hay atajos basados en construir aparatos electorales. Sin enfrentar la desigualdad social, acabar con los privilegios, lucros de los multimillonarios y poner sus propiedades y toda la economía al servicio de la mayoría social y del reequilibrio ambiental, la propaganda de la izquierda reformista continuará siendo palabras vacías”.

Pero Corriente Roja defiende el mismo terreno que sus colegas rivales de CRT y El Militante: el mal mayor sería la Derecha y la Extrema Derecha, pues “Los resultados de este 28 de mayo, tendrán como primera consecuencia, un ataque aún mayor a nuestras libertades democráticas y una ofensiva ideológica que vamos a tener que enfrentar. Pero la derecha y ultraderecha solo será derrotada a través de la movilización y organización de la clase trabajadora y la juventud”. PSOE y Podemos, pese a las “críticas incendiarias” que Corriente Roja les dirige, serían en realidad “tontos útiles” de la Derecha, no serían lo que son en realidad: defensores acérrimos del capitalismo y enemigos jurados de los trabajadores.

Corriente Roja agita otra de las trampas de los izquierdistas: dicen luchar contra el capitalismo, pero para ellos “los amos del país”, serían “la Banca y las grandes empresas del Ibex 35”. Reduciendo el capitalismo a las grandes empresas y a los bancos ocultan lo que es en realidad el capitalismo: un sistema de relaciones sociales basados en la explotación del trabajo asalariado, un monstruoso engranaje donde el Estado juega un papel esencial. Quieren que solo veamos la punta del Iceberg (las empresas del Ibex 35) para que no veamos el Iceberg capitalista en su totalidad.

Esta ocultación de la realidad del capitalismo fundamenta la “alternativa” tramposa que Corriente Roja agita. Primero nos embauca con “¡Necesitamos organizarnos para imponer un programa de cambio real, de ruptura con este Régimen y este sistema!”, para decirnos que “el objetivo” sería “sustituir el actual sistema corrupto por una verdadera democracia obrera y popular, por un gobierno de los trabajadores y trabajadoras”.

¿En qué consistiría esa “verdadera democracia”? En la página Web de Corriente Roja encontramos una respuesta: “Necesitamos un cambio inmediato de este mundo y el sistema que lo maneja, por ello queremos expropiar al gran capital y que la economía esté al servicio de la clase obrera. Tenemos claro que esta es una lucha internacional y que debemos acabar con la Europa capitalista y colonialista, esa Unión Europea que es un arma de guerra social de los banqueros y las multinacionales, y construir una Europa unida de los trabajadores y los pueblos”.

Eso de poner la economía al servicio de los trabajadores son buenas palabras que todo el mundo predica, empezando por el gobierno PSOE-Podemos que Corriente Roja tanto critica. La Ley de la Vivienda, la Reforma Laboral, el Ingreso Mínimo Vital… han sido presentados como “medidas sociales” en beneficio de los trabajadores.

Expropiar al “gran capital” es una vieja medida de capitalismo de Estado que han practicado todos los capitalismos, tanto de derechas como de izquierdas. Franco, De Gaulle, Mussolini, Bush, Hitler… han “expropiado” grandes capitalistas según las conveniencias del capital nacional en su conjunto. Es una medida que nada tiene ver con el socialismo sino con el capitalismo de Estado, Engels recordó en el Anti – Dühring que “El Estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina esencialmente capitalista: el Estado de los capitalistas, el capitalista colectivo ideal. Cuantas más fuerzas productivas pone bajo su propiedad, y cuanto más se convierte en capitalista colectivo de hecho, más ciudadanos explota. Los trabajadores siguen siendo asalariados, proletarios. La relación capitalista no se suprime, al contrario, se lleva al límite”.

Corriente Roja plantea una “lucha internacional”, pero esta se acaba en los límites de la Unión Europea. La revolución proletaria no es posible en un solo país o en un grupo de países, ha de ser mundial o será derrotada como demostró la tragedia de la revolución en Rusia. Para colmo, Corriente Roja nos habla de una Europa “de los trabajadores y de los pueblos”. Una vez más nos engaña mezclando el agua con el fuego, la clase obrera es la clase antagónica con el capitalismo, en cambio, el “pueblo” es una entelequia sin contenido detrás de la cual el capitalismo disfraza sus intereses particulares a la vez que ataca la noción vital de clases y lucha de clases.

C.Mir 7-7-23

 

[2]El conjunto de corrientes llamadas “revolucionarias”, tales como el maoísmo –que es una simple variante de los partidos pasados a la burguesía-, el trotskismo– que tras haber constituido una reacción proletaria contra la traición de los PC’s se ha visto atrapado en un proceso similar de degeneración –o el anarquismo tradicional –que se sitúa hoy en una postura política de defensa de un cierto número de posiciones de los partidos socialista o comunistas pertenecen al mismo campo que ellos, el campo del capital. El que tengan menos influencia o el que utilicen un lenguaje más radical no quita para nada el carácter burgués de su programa y su naturaleza que hace de ellos útiles recogedores o suplentes de los grandes partidos de izquierdaPlataforma Política de la CCI, punto XIII, Plataforma Política de la Corriente Comunista Internacional | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)

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