Oriente Medio

Rivalidades imperialistas - Los «humanitarios» al servicio de la guerra

Rivalidades imperialistas

Los «humanitarios» al servicio de la guerra

Durante estas últimas semanas, el intenso tira y afloja diplomático y las declaraciones contradictorias que se han multiplicado en torno a la «fuerza de ayuda a los refugiados» de la región de los Grandes Lagos, ha acabado en farsa macabra: ¿se desplegará?, ¿se efectuarán lanzamientos de víveres? ¿quedarán todavía refugiados?. Esa comedia hipócrita y repugnante sobre la «ayuda humanitaria» no sirve, una vez más, sino de cortina de humo con la que ocultar las intervenciones de las grandes potencias en la defensa de sus sórdidos intereses imperialistas y ajustar sus cuentas sobre los cuerpos de las poblaciones locales. Las atrocidades en el este de Zaire no tienen nada de «exóticas», nada tienen que ver con no se sabe qué costumbres tribales, como tampoco los bombardeos y las matanzas a repetición en Oriente Medio son «algo típico» de la región. No son más que otras ilustraciones de un mundo capitalista que se agrieta por todas partes. Desde Oriente Medio a África, desde la ex Yugoslavia a la ex URSS, el «nuevo orden mundial» tan cacareado hace seis años por los «grandes» no es sino el terreno de maniobras de la lucha a muerte entre potencias imperialistas y un gigantesco depósito de cadáveres para partes cada vez mayores de la población mundial.

África Negra, Argelia, Oriente Medio - Las grandes potencias, responsables principales de las matanzas

África Negra, Argelia, Oriente Medio

Las grandes potencias, responsables principales de las matanzas

 

«Más aún que en el ámbito económico, es en las relaciones entre los Estados en donde el caos típico del período de descomposición ejerce sus efectos. En el momento del desmoronamiento del bloque del Este que desembocó en la desaparición del sistema de alianzas surgido tras la Segunda Guerra mundial, la CCI puso de relieve:

Irak, Palestina y Ucrania. Las elecciones no anuncian la paz sino más caos y barbarie

La elección de Mahmoud Abas, a principios de enero a la presidencia de la autoridad palestina ha sido saludada por la burguesía internacional como una nueva oportunidad para reiniciar las negociaciones de paz con Israel. George Bush ha presentado estas elecciones como una “prueba de que los pueblos de Medio Oriente quieren la democracia”. Para ocultar sus veleidades guerreras, la burguesía está lista a cualquier mensaje con un cinismo ilimitado. El nuevo jefe palestino desearía una política moderada, cuando no es más que un vulgar jefe de guerra, fiel lugarteniente de Arafat.

Oriente Próximo : sólo el proletariado mundial podrá acabar con la barbarie capitalista

NO SE HABÍAN terminado todavía las operaciones militares en Afganistán cuando ya se estaba desencadenando otra matanza en Oriente Próximo. Y en pleno degolladero tanto en Cisjordania como en Jerusalén, se está preparando ya una nueva intervención contra Iraq. Irremediablemente el mundo capitalista se hunde en el caos y en la barbarie bélica. Y cada nuevo baño de sangre pone más todavía al desnudo la locura asesina que genera este sistema. Oriente Próximo se ha vuelto a precipitar en la guerra. El conflicto palestino-israelí, cuyos orígenes hay que ir a buscar en el reparto imperialista de la región en 1916 entre Gran Bretaña y Francia, ha estado ya marcado por cuatro guerras "declaradas" en 1956, 1967, 1973 y 1982. Pero desde que empezó la segunda Intifada en septiembre de 2000, el conflicto ha alcanzado una dimensión nunca vista en violencia y matanzas a destajo. Ante la presión de los hechos, los difíciles acuerdos de Oslo y los años de negociación para instaurar un proceso de paz se han hecho añicos. Este conflicto se inscribe claramente en una espiral sin fin de locura asesina marcada por un desencadenamiento de caos y de barbarie.

Crisis económica, Oriente Medio - Las aberraciones del capitalismo 'democrático'

A favor o en contra de la "globalización" o "mundialización", tranquilizadores o alarmantes, los discursos sobre la situación internacional y sus perspectivas son unánimes en una cosa: la democracia sería el único sistema que permitiría hacer progresar y prosperar a la sociedad, y el capitalismo sería la forma acabada de la organización económica, política y social de la humanidad: "El 2000 no ha sido el verdadero primer año del siglo XX. En términos sustanciales, el siglo XXI empezó en 1991 con la caída del comunismo soviético, el hundimiento del orden bipolar y el esplendor del capitalismo global como ideología incuestionable de nuestra era" (1).¿Y qué ocurre con la multiplicación de las guerras locales y de las matanzas? ¿Por qué aumenta incuestionablemente, por qué se generaliza la miseria en el mundo? ¿Por qué se incrementa el desempleo y la degradación de las condiciones de existencia del proletariado? ¿Cómo habrán de entenderse las hambrunas, el incremento de las epidemias, la corrupción y la inseguridad crecientes? ¿A qué se deben las catástrofes "naturales" y las amenazas sobre el medio ambiente a escala planetaria? Todo ello se debe a que el capitalismo sigue ahí, por las relaciones sociales y las relaciones de producción que impone, en las que las necesidades humanas importan un comino y que solo persiguen un único objetivo: la ganancia y "no simplemente la obtención de ganancias en oro contante y sonante, sino la obtención de ganancias en una progresión cada vez mayor" (2).

Guerra sin fin en Oriente Medio: el verdadero responsable es el capitalismo

Todos los grandes burgueses de este mundo capitalista nos han invitado a conmemorar con ellos el 60 aniversario del desembarco en Normandía del 6 de junio de 1944. Los Bush, Schröder, Chirac, Blair, Poutine…, en un mismo arrebato, aliados o enemigos de ayer, en una pretendida unidad que quisiera parecer muy emotiva, nos han invitado a no olvidar lo que, según ellos, fue una epopeya heroica por la defensa de la libertad y de la democracia. Según el discurso ideológico dominante, esa unidad de la que alardeaban aliados y enemigos de ayer debería llevarnos a pensar que si se reflexiona en los «errores» del pasado, corrigiéndolos, será entonces posible construir un mundo de paz, un mundo estable y controlado. Un mundo de paz, algo así como aquel “nuevo orden mundial” que ya nos prometieron tras el desmoronamiento del bloque de la URSS en 1989.

Notas sobre los conflictos imperialistas en Oriente Medio (III)

Los dos primeros artículos de esta serie sobre los conflictos imperialistas en Oriente Medio ponían en evidencia la manipulación por parte de las grandes potencias, de Gran Bretaña en especial, de los nacionalismos sionista y árabe para dominar la región. Pero también fueron utilizados de arma contra la amenaza que la clase obrera representaba en el período que siguió a la Revolución rusa. Este artículo prosigue hoy el estudio de las rivalidades imperialistas en la región durante el período precedente a la IIª Guerra mundial y durante la guerra misma poniendo en evidencia el insondable cinismo de la política imperialista y de todas las fracciones de la burguesía.

Conflictos imperialistas en Oriente Medio (II): La utilización del sionismo para sembrar la división en la clase obrera

Al final del anterior artículo de esta serie (ver Revista Internacional nº 115), vimos cómo, al final de la Primera Guerra mundial, el desarrollo del nacionalismo sionista y su utilización por Gran Bretaña para combatir a sus rivales imperialistas en el dominio de Oriente Medio, introdujo un nuevo y creciente factor de inestabilidad en dicha región.

En este artículo vamos a analizar el papel cada vez más importante que tuvieron los nacionalismos sionista y árabe en Oriente Medio, tanto como peones de la compleja relación de fuerzas entre las grandes potencias imperialistas, pero también como instrumentos contra la amenaza que representó el proletariado en el período posterior a la Revolución rusa.

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