Mientras la gran lucha de los jóvenes proletarios en Francia contra el
“CPE” se ganaba la simpatía e incluso el apoyo del resto de la clase obrera en
ese país, la imagen que los “media” burgueses ofrecían sobre la situación social en la vecina
Alemania parecía sacada de otro planeta. El agotamiento de la lucha de los
basureros y otros trabajadores del sector público, de la huelga nacional de los
médicos, y de las movilizaciones de preaviso de los trabajadores del metal, han
puesto en bandeja a los voceros de los explotadores el discurso “lastimero” de
que: «ya no existe solidaridad», que «el espíritu que reina en las filas obreras
es que cada uno se preocupa de lo suyo», etc. Arguyen, para ello, que los
trabajadores del sector público se han movilizado para mantener el privilegio
de la jornada de 38 horas y media, que los médicos no han protestado por tener
que hacer jornadas de 60 horas o más sino para se las paguen. Y así parece que
lo único que les preocupa a los trabajadores del sector público es la cuantía
de la reducción de sus ingresos, a los trabajadores del metal el aumento del 5%
de sus salarios, y a los médicos hasta el 60%.