La lucha del proletariado

La necesidad de la solidaridad obrera contra la lógica del capitalismo en bancarrota

¿Cuál es el medio más efectivo de lucha cuando “nuestro” puesto de trabajo o la planta de producción ya no se consideran productivos? ¿El arma de la huelga pierde su efectividad cuando el capitalista intenta cerrar la fábrica a toda costa o cuando la empresa está al borde de la bancarrota?

Estas cuestiones se han planteado de forma muy concreta, no sólo en Opel, Karstadt o en Wolkswagen sino en todos los lugares donde, como resultado de la crisis económica del capitalismo, las fábricas o las empresas se hallan inmersas en un proceso de “salvamento” o simplemente cierran. Esto no ocurre únicamente en Alemania sino también en Estados Unidos o en China. Y no se limita tampoco a la industria, también los hospitales o las administraciones públicas están afectadas.

Un giro en la lucha de clases

La aceleración de la crisis mundial está reduciendo cada día más el margen de maniobra de la burguesía, a la que, en su lógica de explotación capitalista, no le queda más solución que la de atacar cada vez más violenta y frontalmente el nivel de vida de la clase obrera en su conjunto.

Ataques violentos y frontales contra la clase obrera

Cada burguesía nacional adopta por todas partes las mismas medidas: planes de despidos que afectan a todos los sectores de la actividad, deslocalizaciones, incremento del tiempo de trabajo, desmantelamiento acelerado de la protección social (pensiones, salud, subsidios de desempleo), ataque contra los salarios, aumento acelerado de la precariedad en el empleo, en la vivienda, creciente deterioración de las condiciones de vida y de trabajo. Todos los obreros, tengan trabajo o estén desempleados, activos o jubilados, trabajen en el sector público o en el privado, están amenazados por esa situación.

Resolución sobre giro en la lucha de clases

En su reunión plenaria del otoño de 2003, el órgano central de la CCI puso de relieve la existencia de un giro en la evolución de la lucha de clases internacional: “Las movilizaciones a gran escala en la primavera de 2003 en Francia y Austria han significado un giro en la lucha de clases desde 1989. Son el primer paso significativo en la recuperación de la combatividad obrera tras el período más largo de reflujo desde 1968.” El informe adoptado en esta reunión plenaria resaltaba, sin embargo, que “Tanto a escala internacional como en cada país, la combatividad sigue siendo todavía (…) embrionaria y muy heterogénea “ y dicho informe proseguía afirmando que: “Más en general, hay que saber distinguir entre unas situaciones en las que, por decirlo de alguna manera, el mundo se despierta un buen día siendo diferente, y los cambios imperceptibles a primera vista para la gente en general, un poco parecido al cambio casi invisible entre la marea entrante y la marea saliente. La evolución actual es, sin la menor duda, de este segundo tipo. Las recientes movilizaciones contra los ataques al sistema de pensiones no han significado en manera alguna un cambio inmediato y espectacular de la situación...”

Revueltas populares en América Latina: La indispensable autonomia de clase del proletariado

La explosión masiva de luchas obreras de Mayo 68 en Francia, seguida por los movimientos en Italia, Gran Bretaña, España, Polonia y otros lugares, puso fin al periodo de contrarrevolución que tanto había pesado sobre la clase obrera internacional desde la derrota de la oleada revolucionaria de 1917-23. El gigante proletario volvió a alzarse en la escena de la historia y no únicamente en Europa. Estas luchas tuvieron un inmenso eco en América Latina, empezando por “el cordobazo “ de 1969 en Argentina. Entre 1969 y 1976, en toda la región, de Chile, el sur, hasta México en la frontera con Estados Unidos, los trabajadores llevaron a cabo un combate intransigente contra las tentativas de la burguesía de hacerles pagar la crisis económica. En las oleadas de luchas que siguieron, entre la de 1977 hasta 1980, que culminarían en la huelga de masas en Polonia, las de 1983 a 1989 marcadas por movimientos masivos en Bélgica, Dinamarca e importantes luchas en otros numerosos países, el proletariado de América Latina también siguió luchando, aunque no fuera de manera tan espectacular, demostrando así que, cualesquiera que sean las condiciones, la clase obrera dirige un único y mismo combate contra el capitalismo, que ella es una sola y misma clase internacional.

Informe sobre la lucha de clases... en el contexto de los ataques generalizados y la avanzada descomposición

Publicamos aquí el Informe sobre la lucha de clases presentado y ratificado en la reunión del otoño de 2003 del órgano central de la CCI (1). Una vez confirmados los análisis de la organización sobre la permanencia de un curso hacia enfrentamientos de clase (abierto con la reanudación internacional de la lucha de clases en 1968) y a pesar de la gravedad del retroceso sufrido por el proletariado en su conciencia desde el desmoronamiento del bloque del Este, este Informe se dio la tarea particular de estimar el impacto hoy y a largo plazo de la agravación de la crisis económica y de los ataques capitalistas contra la clase obrera. El Informe dice, por ejemplo, que “Las movilizaciones a gran escala de la primavera de 2003 en Francia y Austria han significado un giro en la lucha de la clase desde 1989. Han sido un primer paso significativo en la recuperación de la combatividad obrera tras el más largo período de reflujo desde 1968”.

Un continuo empeoramiento de nuestras condiciones de vida

Los explotadores necesitan recurrir a las mentiras más esperpénticas con tal de dar una imagen de fortaleza de su sistema de explotación y de bienestar de la población sojuzgada por éste. Si hace unos años Aznar acuñó el ridículo “España va bien”, ahora resulta, según lo dicho por Rubalcaba (portavoz parlamentario del  PSOE), en el reciente debate sobre el Estado de la Nación que “estamos plus cua satisfechos"

¿Quién podrá cambiar el mundo? II - El proletariado sigue siendo la clase revolucionaria

En la primera parte de este artículo despejábamos las razones por las cuales el proletariado es la clase revolucionaria en la sociedad capitalista. Vimos por qué es la única fuerza capaz, al instaurar una nueva sociedad liberada de la explotación y capaz de satisfacer plenamente las necesidades humanas, de resolver las contradicciones insolubles que están socavando el mundo actual. Esta capacidad del proletariado, ya puesta en evidencia desde el siglo pasado, especialmente por la teoría marxista, no es el simple resultado del grado de miseria y opresión que sufre cotidianamente.

¿Quién podrá cambiar el mundo? I - El proletariado es la clase revolucionaria

«¡El comunismo ha muerto! ¡El capitalismo ha vencido porque es el único sistema que puede funcionar. Es inútil y peligroso soñar con otro tipo de sociedad!». Estos mensajes forman parte de la gigantesca campaña con la que la burguesía nos atiza desde el hundimiento del bloque del Este y la caída de los regímenes supuestamente «comunistas».

Derrumbe del Bloque del Este: Dificultades en aumento para el proletariado

En el presente artículo que escribimos en noviembre de 1989 anunciábamos que los acontecimientos en la URSS y países satélites eran "pan bendito" para el Capital pues daban la idea de que el comunismo ha muerto, la clase obrera ha fracasado etc. Esto dijimos que iba a constituir un fuerte golpe para el proletariado que se veía sin confianza en si mismo, sin idea clara de una sociedad propia alternativa al capitalismo, en una pérdida de identidad. El peso de ello es importante y todavía hoy se sufren las consecuencias

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