¿Qué futuro para la humanidad? ¿Guerra imperialista o solidaridad de clase?
En 1867, en el prefacio de la primera edición de su famosa obra, El Capital, Carlos Marx observaba que las condiciones económicas de Inglaterra, primer país industrializado, eran un modelo para el desarrollo del capitalismo en los demás países. Fue así Gran Bretaña el “país referencia” de las relaciones de producción capitalistas. A partir de entonces, el sistema capitalista ascendente iba a dominar el mundo. Cien años más tarde, en 1967, la situación en Gran Bretaña volvía a ser simbólicamente significativa y profética con la devaluación de la libra esterlina: esta vez, lo que simbolizaba era el declive del mundo capitalista y su creciente quiebra. Los acontecimientos del verano de 2005 en Londres han mostrado una vez más que Gran Bretaña ha vuelto a ser una especie de jalón indicador para el capitalismo mundial. El verano londinense ha sido precursor en dos planos: el de las tensiones imperialistas, o sea el conflicto mortífero entre los Estados nacionales en el ruedo mundial y el de la lucha de clases internacional, o sea el conflicto entre las dos clases principales de la sociedad: la burguesía y el proletariado.