Se cumplen 100 años de la tentativa revolucionaria del proletariado en Alemania. Venimos publicando una serie de artículos con objeto de suscitar un debate para que los revolucionarios y el conjunto de nuestra clase pueda sacar lecciones de estos acontecimientos y aplicarlos no solamente para el dificil presente inmediato sino para preparar el porvenir. La tentativa revolucionaria acabó en una derrota, sin embargo, las derrotas son para el proletariado, una clase explotada y revolucionaria a la vez, una fuente de lecciones, el secreto de su fuerza, las derrotas, si son analizadas seriamente con la claridad del método marxista, pueden ser la clave del éxito de sus tentativas revolucionarias del futuro.

Presentación

En la Revista internacional nos 98 y 99, hemos hablado de la revolución alemana como manifestación de la derrota de la revolución mundial. Al publicar esta correspondencia entre Bordiga y Trotski, dos de los principales dirigentes de la Internacional comunista (IC), queremos aportar elementos complementarios sobre las luchas que se desarrollaron en ésta sobre aquella derrota.

En los artículos anteriores de la Revista internacional vimos como tras el punto más alto de la oleada revolucionaria, en 1919, el proletariado ruso quedó aislado. Al tiempo que la Internacional comunista (IC) trata de reaccionar contra el retroceso de esa oleada de luchas con un giro oportunista que la conduce a un proceso de degeneración, el Estado ruso se hace cada vez más autónomo del movimiento obrero y trata de hacer que la IC dependa de él.

La conquista victoriosa del poder en Rusia por la clase obrera en octubre de 1917 encendió una antorcha que iba a iluminar el mundo entero. La clase obrera de los países vecinos recoge inmediatamente el ejemplo de los obreros en Rusia. Ya en noviembre de 1917, la clase obrera en Finlandia se une al combate. En 1918, se producen oleadas de huelga que hacen temblar a los regímenes respectivos en los territorios checos, en Polonia, en Austria, en Rumania y Bulgaria.