Pensemos en un funcionario medio que ganaba, hasta hace unos meses, 1.200 euros. Con ellos mantenía una familia de cuatro miembros, uno de ellos estudiante y que vive fuera del domicilio familiar. A excepción de la hipoteca, con ese dinero tenía que solventar todos los gastos mensuales para que luego, a finales de mes, su cuenta bancaria quedase al descubierto. Pero el señor Rodríguez Zapatero quiso ponérselo un poquito más difícil, y anunció que recortaría un promedio de un 5% a los funcionarios en el marco de un Plan de Ajuste que nos permita llegar al 2013 con un déficit fiscal del 3% (actualmente ronda el 11.2%). En el caso particular que estamos tratando, 1.100 euros es la nueva nómina que este funcionario posee para pagar al mes su libertad; y siguen siendo cuatro personas que mantener y una de ellas sigue estudiando fuera.
El revuelo que levantó las medidas adoptadas por el Ejecutivo Zapatero fue enorme. Y no es de extrañar al ser éste uno de los mayores recortes de los derechos de los trabajadores desde la llegada de la falsa democracia. No dejaba de ser un lugar común esta cantinela que ponía de acuerdo a todos los sectores de la izquierda, comenzando con los sindicatos del sistema que no bien se dieron a conocer las medidas ya estaban preparando movilizaciones para lograr expresar el descontento ciudadano. Cuando en amplios sectores de los trabajadores empezaba a fermentar un verdadero descontento ante la nueva situación, CCOO-UGT se vieron abocados a atender oportunistamente esa insatisfacción, con afán de intentar recuperar la legitimidad perdida tras años de ‘Paz Social', de juego fascistoide mediante el pisoteo sistemático de las reivindicaciones de los trabajadores. Para lograrlo, primer dieron tiempo al Ejecutivo para "explicar sus medidas". En el momento en el que estuvieron convencidos de que el Plan de Ajuste era una auténtica declaración de guerra y un ataque frontal a las condiciones de millones de trabajadores y personas dependientes, los sindicatos no tuvieron más opción que convocar un nuevo desfile militar de veinticuatro horas para acallar las voces discrepantes con lo que había sido su histórica gestión.
Como dar pie a una Huelga General, aunque fuese de 24 horas, era servir en bandeja las cabezas de Cándido Méndez y Toxo Fernández; se optó por focalizar la convocatoria de la jornada de lucha al sector del funcionariado, donde el grado de heterogeneidad salarial es considerablemente más elevado. Volvían a programar una división de las fuerzas de la clase trabajadora al pretender falazmente discernir el ataque entre "los jodidos del sector público" y "los jodidos del sector privado". La lógica de esta práctica atiende a un lavado de imagen de los sindicatos del Régimen llamando a las movilizaciones a la vez que se evitaba poner en jaque al Gobierno, que ni se inmutó ante una convocatoria con un seguimiento desigual y bastante limitado para según qué servicios. Ni hubo asambleas de trabajadores, ni verdaderas campañas informativas ni nada que incitara realmente a pensar que hubo un disposición a lograr algo con una movilización que se hacía de esperar por parte de CCOO-UGT (una y la misma central sindical, al más puro estilo de la sindicalización obligatoria franquista).
Pese a lo anteriormente expuesto, la Huelga de funcionarios pactada con el Gobierno no fue criticada prácticamente por ningún grupo o partido "izquierdista". En su mayoría, optaron por hacer el juego a los perros de presa del Régimen y apoyaron resueltamente la convocatoria; intentando, sin embargo, curarse en salud lanzando consignas acerca de una Huelga general total vacías de contenido en la praxis. CNT, anarcosindicalista y sección de la AIT en el Estado español, fue el único grupo que realmente se opuso a la convocatoria, condenándola de interesada y estéril. Aunque de escasa capacidad de movilización, su contenido programático parecía gozar de la seriedad necesaria de un grupo proletario revolucionario. Luego apoyó la convocatoria del 29-J en Euskal Herria y cayó todo por la borda. También el Sindicato de Estudiantes apoyó el 8-J y vino a poner de manifiesto, una vez más, su verdadera condición de agentes colaboracionistas de los sindicatos mayoritarios. Los trotskistas de EL MILITANTE, quienes controlan el Sindicato de Estudiantes, no dudaron en defender con uñas y sangre la convocatoria de CCOO-UGT y poner a disposición de la central sindical española todas sus fuerzas para continuar con una Huelga General y un plan de lucha obrero. Las declaraciones del Secretario general, Tohil Delgado, eran realmente clarificadoras, pues aún confían en un "viraje a la izquierda de Zapatero" o que la presión de las bases logre "hacer que la burocracia convoque Huelga general".
Lo que más nos debe de llamar la atención como estudiantes que somos es el hecho de que no dudaron en pretender arrastrarnos hacia una jornada de lucha fútil y servil a pesar de encontrarnos en mitad del periodo final de exámenes. No entendemos muy bien qué pretendían convocando a los estudiantes el 8 de junio, cuando la Selectividad estaba a punto de empezar o ya había empezado en muchas comunidades y los universitarios estábamos a una semana vista de los exámenes de junio. El frustrado Pacto de Educación, la subida de tasas o el Artículo 27[1] no fueron motivos suficientes como para llamarnos a intentar organizar una respuesta estudiantil seria y decidida. Tuvo que ser la burocracia a la que dicen combatir la que viniera a despertar en sus conciencias la necesidad de actuar y llamarnos a la lucha tras un año de postración y continuos ataques y engaños.
Es por todo ello que rechazamos resueltamente la convocatoria del 8 de junio en todos sus extremos. Ahora que la combatividad obrera empieza de nuevo a renacer, esta jornada de lucha convocadas desde arriba y sin ningún ánimo de tener una repercusión real no es expresión de la fuerza que los trabajadores y estudiantes vamos adquiriendo con el curso de los acontecimientos; sino justo al contrario son manifestaciones de nuestra debilidad, ya que dependemos de un llamamiento de las putas de lujo del capital absolutamente interesado y que no se corresponde a los verdaderos intereses del momento de la clase obrera. También rechazamos el papel adoptado por el resto de sindicatos y partidos políticos de "la izquierda", que como mansas ovejitas siguieron el camino marcado por el sindicato del patrón; aceptando, con mayor o menor reticencia, que la Huelga de funcionarios del 8 de junio era necesaria y hasta deseable.
No quiere decir esto que el Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil no defienda los derechos de los trabajadores en general, y las reivindicaciones de los funcionarios en particular; sino que las formas en las que las reivindicaciones fueron llevadas a la calle nos parecen oportunistas e interesadas. En vez de constituirse grupos de trabajo, asambleas y demás que permitiesen a los trabajadores responder de modo contundente a la declaración de guerra del Gobierno Zapatero; lo que vivimos fue indefensión, desconocimiento, delegacionismo y, finalmente, frustración; tanto del trabajador que vio perder un día de salario para que no sirviera de nada como de aquel que seguía trabajando mientras a su alrededor, los referentes del proletariado se daban un paseíllo triunfal y ensalzaban las loas de los perros de Zapatero Fernández Toxo y Cándido Méndez.
[1] El Artículo 27 fue una medida adoptada en el Reglamento General de la Universidad de Sevilla en el que se nos obligaba a matricularnos de todas aquellas asignaturas que tuviésemos suspensas de años anteriores. Si bien es cierto que la medida, planteada desde la perspectiva de la necesidad de una matriculación ordenada, era correcta; sus consecuencias no lo fueron tanto: matrículas con precios desorbitados, estudiantes que trabajaban que no podían compaginar su vida estudiante y laboral, y un largo etcétera. Aún estamos a la espera de escuchar lo que el Sindicato de Estudiantes tuviese que decir.
Como es sabido, estamos inmersos en un proceso continuo de ataques a nuestras condiciones de vida. Estos, llueven sobre mojado pues se suman a una violentísima degradación que se ha producido últimos dos años, caracterizada especialmente por una brutal explosión del desempleo. Los ataques se suceden sin descanso: en febrero se adoptaron las primeras medidas, entre otras la eliminación casi total de las prejubilaciones1; después ha venido la congelación de las pensiones y la bajada del 5% en el sueldo de los funcionarios; el 16 de junio han adoptado la 6ª Reforma Laboral desde 19842 que en la práctica reduce la indemnización por despido de 45 a 20 días por año trabajado y lo hace muy fácil a los empresarios; se anuncia el copago en la sanidad; sube el IVA en 2 puntos; sube el gas en un 6%; aplican nuevos impuestos sobre los míseros ahorros y; tras un amago de retirada, el Gobierno vuelve a la carga con el retraso de la edad de jubilación a los 67 años.
El calvario al que el "socialista" Zapatero somete a los trabajadores y a la gran mayoría de la población es el peor de toda la democracia y empieza a retrotraernos a las condiciones imperantes en los años 40 y 50, en lo más duro del franquismo. ¡Y este señorito tiene la cara dura de repetir, cual disco rayado, que "los derechos de los trabajadores van a ser preservados"! Zapatero sigue el método Goebbels: pretende, con una mentira repetida mil veces, tapar la verdad de un ataque despiadado.
No estamos ante un problema "made in Spain". Como subraya nuestra reciente hoja internacional3: la clase obrera es atacada en todos los países, en Alemania, Gran Bretaña, Francia, Holanda, Italia..., por no hablar de Grecia, Portugal, Irlanda, etc.
¿En qué situación de conciencia y combatividad pillan estos ataques a los trabajadores?
Está claro que la capacidad inmediata de respuesta de los trabajadores está muy por debajo de la gravedad de los ataques lanzados contra ellos. Sin embargo, hacer de esto una foto fija, sin comprender el pasado ni ver la dinámica hacia el futuro, constituye un serio error.
Tras los acontecimientos de 1989 -caída del Muro de Berlín y la enorme campaña anti-comunista que le siguió-, los trabajadores sufrieron un importante retroceso de su combatividad y su conciencia. Pero desde 2003 -luchas en Francia y Austria-, asistimos al comienzo de una recuperación y a partir de ahí la lucha obrera sigue una serie de etapas:
2004-2005: luchas minoritarias que expresan fuertes tendencias a la solidaridad (Alemania, metro de Nueva York, Seat de Barcelona)
2006: movimiento de los estudiantes en Francia y huelga de Vigo, que expresan tendencias a la masividad y la auto organización
2007-2008: huelgas masivas en Egipto y en Dubái; huelga minera en Perú; en enero-marzo de 2008 huelgas en 30 países; revuelta social en Grecia diciembre 2008
Es cierto que en 2008-9, cuando la primera etapa de la crisis actual provoca un violento electroshock, se produce una situación de miedo e intimidación que lleva una pasividad social (salvo luchas como Linsdey en Gran Bretaña).
Sin embargo, desde principios de 2010, las luchas vuelven tímidamente a relanzarse: Tekel en Turquía, numerosas luchas en Argelia y también en Grecia, Bahréin, China, Marruecos y Rumanía (en España es significativa la lucha de Vigo)4.
Estamos entrando en otra etapa de la lucha de clases, una etapa que podríamos denominar "de transición": si durante todo un tiempo han predominado el miedo y la parálisis, ahora empiezan a desarrollarse otros sentimientos: decepción, no solo porque no salimos de la crisis sino porque entramos en otra etapa peor; indignación, porque cuanto más se intensifica la crisis el polo minoritario de riqueza es más ostentoso mientras que el polo de pobreza es más mayoritario y lacerante, y porque se constata con amargura que "el peso de la crisis siempre cae sobre los de abajo". Estos sentimientos alimentan posturas más activas, de maduración de la combatividad, de reflexión, de búsqueda.
Ahora bien, no cabe esperar un estallido rápido y vertiginoso de las luchas obreras. En primer lugar porque -como veremos más adelante- la clase dominante está muy vigilante y desarrolla activamente una estrategia de sabotaje de las luchas. Pero en segundo lugar, hay 3 elementos generales de nuestra época que hacen más difícil y compleja la lucha obrera:
1º En los últimos 100 años, que caracterizamos como de decadencia del capitalismo5 se han profundizado y extendido hasta sus últimos límites las relaciones mercantiles y salariales; con ellas, la atomización, la competencia, el "cada uno a la suya" se agudizan hasta extremos jamás vistos en la historia.
2º La descomposición social e ideológica del capitalismo6, además de agudizar los rasgos arriba expuestos, acentúan una suerte de "pesimismo antropológico" que contamina a los propios trabajadores y que empuja a ideas tales como "el hombre es malo por naturaleza", a una crisis de confianza de la humanidad que se traduce por una desconfianza de los trabajadores en sus capacidades como clase.
3º El lastre ideológico de la contrarrevolución estalinista, aunque más atenuado que en 1968, sigue activo, avivando fuertemente el problema de la falta de confianza.
El mundo actual se enfrenta a la siguiente contradicción dialéctica:
-por un lado, el capitalismo en descomposición lleva a la aniquilación del bien más preciado de la humanidad, el arma que le permitió sobrevivir a las condiciones más extremas y a animales mucho más poderosos: la solidaridad, la confianza, en definitiva, su ser social. La atomización y el grado de desconfianza en el que viven la inmensa mayoría de los trabajadores actuales, produciría el mayor asombro a sus antepasados de principios del siglo XX. Pero...
-de otro lado, el proletariado representa la recomposición y expresión a un nivel superior de ese ser social. Sin embargo, estas capacidades no son innatas (no están en el genoma de cada trabajador considerado individualmente) sino que solamente viven como adquisiciones sociales conquistadas al precio de un duro combate.
La presencia de los factores antes descritos, requiere de una lucha mucho más obstinada y perseverante que en otras etapas de la historia de nuestra clase. La comprensión de ese conjunto de elementos es vital para tener plena conciencia del camino doloroso y difícil que habrá que recorrer hasta el estallido de las luchas masivas.
La ocupación del terreno social por parte de los sindicatos
La burguesía y sus gobernantes son conscientes de esos "talones de Aquiles" del proletariado y cuando lanza sus ataques los acompaña con un enorme dispositivo político-ideológico que tiene como fin hurgar en ellos. Una pieza clave de ese dispositivo es la ocupación sindical del terreno social.
Esto lo podemos ver, concretamente, analizando cómo han planteado en España los ataques contra los funcionarios y contra los jubilados.
Una vez anunciado el ataque, se estableció una cuidadosa distinción: excepto el Gobierno y el PSOE, todas las fuerzas políticas se han declarado en contra de la medida contra los jubilados pero a favor del ajuste a los funcionarios. Esto ha sido reforzado con encuestas, ad hoc, que vendrían a "demostrar" que la mayoría de ciudadanos están a favor de que se aplique el recorte a los funcionarios -considerados "vagos y privilegiados"- y en contra de la congelación de pensiones.
Se ha creado pues una división. División de doble filo: del resto de trabajadores frente a los funcionarios; y, viceversa, de los funcionarios que se han visto "solos frente a todos", sumergidos en una suerte de psicosis, rodeados de un espeso ambiente de "linchamiento social"; lo que cultiva en ellos sentimientos irracionales de "fortaleza asediada", reflejos aislacionistas, el virus corporativista. Los sindicatos han rematado la faena convocando a la huelga únicamente a los funcionarios.
Junto a la división, los sindicatos han concentrado sus baterías en provocar la máxima desconfianza de los obreros en sí mismos, en propagar el sentimiento de culpa. Han actuado de tal forma que la huelga resultara un fracaso: no han hecho ni una sola asamblea; la propaganda de la convocatoria ha sido mínima; sí en anteriores "huelgas generales"7 discutían los leoninos "servicios mínimos" impuestos por el Gobierno y reclamaban al menos que no se descontara dinero a los trabajadores, en estos han aceptado sin rechistar todo lo que han impuesto las autoridades. Por otra parte, las reuniones "informativas" eran deliberadamente rutinarias y sin dejar espacio siquiera para ruegos y preguntas.
La huelga se ha planteado como un acto individual, en el más puro estilo de la "huelga democrática". Cada trabajador tenía que "decidir", aislado en su rincón, si ir o no ir a la huelga y como prenda de su "responsabilidad cívica" comunicar al jefe su decisión para que le fueran descontando el dinero correspondiente en su salario. De la huelga lo que quedaba era: "irse a casa" y encerrarse en ella como individuo ciudadano.
Semejante planteamiento, típico del sindicalismo, ha sido acentuado hasta la caricatura. Se trata de la negación más escandalosa de lo que es la lucha obrera cuyos rasgos definitorios son la búsqueda de la unidad, la conjunción de fuerzas, el desarrollo del compañerismo, la acción colectiva... Todo eso ha sido sustituido por los "valores democráticos": individualismo, atomización, decisión como "acto de heroicidad individual" de "declararse en huelga", descuento del salario como contrapartida ciudadana al ejercicio del derecho de huelga...
Tal acentuación hasta la náusea de los rasgos desmovilizadores e inmovilizadores de la "huelga sindical" ha sido plenamente consciente. Los grandes gerifaltes sindicales -en descarada combinación con el Gobierno y la Patronal, apenas disimulada con la comedia de la "ruptura" de las conversaciones- buscaban agravar los sentimientos de pasividad, de parálisis, intentaban dificultar todo lo posible el desarrollo de las precondiciones que antes hablábamos de la lucha obrera: solidaridad, confianza en sus propias fuerzas...
El seguimiento de la huelga ha sido muy bajo: entre el 11 y el 15%. La prensa, la TV, los tertulianos radiofónicos, los partidos, han desatado una enorme campaña para "demostrar" que los trabajadores NO QUIEREN LUCHAR. Los sindicatos, que habían anunciado una "huelga general" como "respuesta" a la Reforma Laboral, se han apresurado a "reconsiderar" esa perspectiva dado "el fracaso de la huelga de funcionarios". Al final la han convocado para las calendas griegas del 29 de septiembre.
En segundo lugar, un sindicato descaradamente reaccionario y abiertamente corporativo -el CSIF- ha "roto relaciones con los sindicatos de clase" (CCOO-UGT) acusándolos de pretender "utilizar a los funcionarios como calentamiento de la huelga general". Se pretende con ello acentuar los sentimientos corporativos en los funcionarios, prolongar su aislamiento y su focalización victimista contra el resto de los trabajadores.
En tercer lugar, el PP ha lanzado una campaña demagógica contra las medidas del gobierno, erigiéndose a través de su número 2 (la superpija Señora De Cospedal) en defensora de los trabajadores y presentándose como "Partido de los Trabajadores" (el colmo de la comedia ha sido la acusación de "marxismo-leninismo" al PP por parte de la señora Fernández de la Vega). El objetivo va más allá de la captura de votos, tiene como fin avivar el desarraigo, las dudas, la desconfianza de los trabajadores en sí mismos, la pérdida de referencias propias.
Agrupamiento de minorías obreras contra la ocupación sindical
Si nos dejamos llevar por la imagen superficial que agigantan los medios llamados de "comunicación", este episodio habría demostrado "por enésima vez" que los trabajadores SON INCAPACES SIQUIERA DE SEGUIR LA MODERADA MOVILIZACION PROPUESTA POR LOS SINDICATOS. Sin embargo, tenemos que mirar por debajo de esa capa de plomo con la que nos agobia la ideología oficial.
Los trabajadores estaban empujados a un dilema cuyos dos términos son PEOR: o no hacer huelga, rumiando el malestar y cargados de sentimientos de culpa; o seguir pasivamente a los sindicatos tras algo que, hasta los sindicalistas más contumaces reconocían abiertamente, NO SERVIA PARA NADA.
Esto hacía difícil la lucha y abocaba a la expectativa y la parálisis. Sin embargo, hemos podido constatar algunas reacciones:
Muchos trabajadores hacían una crítica a los sindicatos: "nos están tomando el pelo", "lo que proponen no sirve para nada", "están vendidos"...
Muchos se preguntaban: ¿Por qué se limita la huelga únicamente a los funcionarios? ¿No se trata de problemas más generales?
¿Dónde va a acabar esto de la crisis? ¿Vendrá alguna vez la tan anunciada salida?
¿Por qué siempre somos los de abajo quienes pagamos la crisis? ¿Por qué los ricos no se ven afectados y viven hoy mejor que antes?
¿Qué podemos hacer? ¿Cómo habría que desarrollar una lucha de verdad?
Tres elementos se han podido desgajar:
1º En una serie de centros, donde no se hacía huelga, surgían reuniones espontáneas en las que se discutía sobre qué hacer, la actitud de los sindicatos,...
2º También se decidía acudir a las manifestaciones convocadas. El seguimiento de éstas ha sido bastante superior al de la huelga
3º El clima social es más combativo: últimamente hemos visto: luchas en Correos por toda España; en Auto Res -empresa de autobuses de alcance nacional- movilización contra 14 despidos; en La Línea (Andalucía) frente a despidos en la construcción; en Asturiana del Zinc frente a la negativa de la empresa a admitir reivindicaciones salariales....
Una muestra de la situación y de la estafa sindical es lo ocurrido en el Metro de Madrid. El 8 de junio los sindicatos no convocaron arguyendo que no estaban afectados por la reducción del 5%. A los pocos días el gobierno regional aplicaba dicho recorte. La indignación de los trabajadores es tal que imponen una asamblea donde acuden 600 la cual ha decidido la huelga para el 28 al 30 de junio. Los sindicatos, en una de sus habituales volteretas, se ponen "de parte de los trabajadores" y culpan de todo a la presidenta regional, del PP.
Vemos pues que ante la ocupación sindical del terreno social hay tentativas obreras, minoritarias, de tomar iniciativas. Las apoyamos con todas nuestras fuerzas proponiendo:
1º La realización de Asambleas Abiertas. Para romper la atomización, el individualismo, el "cada uno a la suya" que vomita esta sociedad y que reproducen los sindicatos con sus "propuestas de movilización" hemos de desarrollar Asambleas donde aprendamos a unirnos, a construirnos como colectivo, a ver que nuestra fuerza está en que cada cual aporta lo mejor de sí mismo y los demás le hacen fuerte.
2º Recordar las experiencias de la clase; demostrar, con análisis ponderados y argumentados, que la clase puede unirse incluso en las condiciones más difíciles.
3º Animar al agrupamiento de minorías obreras. Los trabajadores que están dispuestos a:
romper con la atomización y la pasividad, buscar la unión, la solidaridad, el debate
zafarse del dilema impuesto por los sindicatos de "no hacer nada o hacer algo que no sirve para nada"
discutir sobre cómo luchar, cuál es realmente la situación
proponer iniciativas de lucha entre sus compañeros: hoja para difundir, encuentros de los más decididos, contactar con otros,...
deben reunirse en comités de lucha, grupos de acción, el nombre es lo de menos, lo importante es romper la pasividad, la duda y el finalmente no hacer nada.
Hay ejemplos recientes: a nivel internacional, trabajadores de diferentes sectores en Turquía se han unido en torno a los trabajadores de Tekel (ver nota 3) para formar un Comité de Trabajadores en Lucha. En España estamos viendo la aparición de blogs de trabajadores en lucha o que apoyan a compañeros en huelga, afectados por despidos etc.
Perspectivas
En esta primera etapa de los planes de austeridad, la burguesía adopta toda clase de disposiciones políticas, sindicales e ideológicas para debilitar al máximo la respuesta obrera. Los obreros tienen que combatir en unas condiciones inmediatamente muy difíciles:
Porque están todavía en una etapa de transición
Por la campaña agobiante contra la confianza en ellos mismos y contra el desarrollo de una verdadera solidaridad
Por la ocupación gigantesca del terreno social por medio de los sindicatos
En tales condiciones es difícil el desarrollo de una lucha obrera significativa. Lo hemos visto en Grecia: mientras en diciembre de 2008 estalló un descontento masivo, las luchas se hayan sometidas ahora a la camisa de fuerza sindical -con su panoplia de ¡10 huelgas generales!
Sin embargo esta etapa, donde el dominio de la burguesía y su control de la situación social aparecen imponentes y agobiantes, contiene en el subsuelo social importantes elementos que van socavando ese dominio. Si los trabajadores luchan, reflexionan, se confrontan una y otra vez contra el muro sindical, promueven iniciativas aunque sean minoritarias, buscan por aquí y por allá romper la atomización y la pasividad, cultivan la solidaridad, el debate,... todo ese esfuerzo irá forjando lenta y penosamente un medio ambiente favorable a su combate de clase. Ese esfuerzo, en condiciones difíciles, proporcionará los cimientos para el surgimiento de luchas genuinas que marquen un avance de la lucha obrera. La experiencia, el descontento, las tentativas de solidaridad y agrupamiento, la conciencia más clara de la situación, la intervención decidida de los comunistas y de otras minorías internacionalistas, etc., todo ello puede que cristalice en movimientos donde se verá una mayor capacidad de la clase obrera, una fuerza, una presencia social. El hoy enano David de la lucha obrera, frente al temible Goliat del Estado Capitalista, empezará a tener la dimensión que hoy se nos antoja imposible.
Acción Proletaria 25-6-10
1 Conviene señalar que estas en su día constituyeron un grave ataque pues abocaban a que un trabajador de 50-55 años se viera obligado a subsistir con unos ingresos "puente" hasta la jubilación definitiva extremadamente bajos (entre 600 y 800 € según los casos). Todo eso que fue una medida de transición para hacer tragar los despidos desaparece ahora pues el trabajador en edades sensibles (de 50 en adelante) ya no le queda ni esa miseria, se ve obligado a aceptar una indemnización rebajada (los 20 días) y un subsidio de paro devaluado (420 €).
2 5 de ellas elaboradas por Gobiernos del PSOE y 4 de ellas abiertamente pactadas con los sindicatos
3 Ver /cci-online/201006/2883/frente-a-las-curas-de-austeridad-respondamos-con-la-lucha [3]
4 Ver, entre otros, La lucha de los trabajadores en Grecia frente a una brutal austeridad -https://es.internationalism.org/node/2781 [4] , Solidaridad con la huelga de los trabajadores de Tekel en Turquía (/cci-online/201002/2778/solidaridad-con-la-huelga-de-los-trabajadores-de-tekel-turquia [5] ); Somos una clase, tenemos el mismo combate (https://es.internationalism.org/node/2835 [6] ); Vigo: acción conjunta de desempleados y trabajadores del Naval (https://es.internationalism.org/node/2770 [7] ).
5 Ver en nuestra Web la serie Comprender la decadencia del capitalismo, https://es.internationalism.org/series/227 [8]
6 Ver Tesis sobre la Descomposición en Revista Internacional nº 62 /revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [9]
7 Las de 2002, 1994 y 1988.
Como lo dice el GSL, los medios de la burguesía se desgañitan tratando de "demostrar" la culpabilidad de las lluvias, sin embargo, esconden lo fundamental: el hecho de que los estragos devastadores son responsabilidad directa y completa de la burguesía que ha ido abandonando por décadas la infraestructura de ciudades y pueblos por el costo que representan, es decir, para no perjudicar sus niveles de ganancia no importándoles en lo más mínimo el bienestar y la seguridad de la población, en particular la inmensa mayoría de los explotados que son los que siempre resultan más perjudicados.
El ejemplo de Monterrey es ilustrativo. El desarrollo capitalista ha orillado por años a miles de trabajadores a vivir en lugares poco adecuados y además peligrosos dada su incapacidad para adquirir viviendas de buena calidad. En esta ciudad, además, la irresponsabilidad criminal de la burguesía aparte de consentir el asentamiento urbano en zonas de alto riesgo por razones de ahorro y de proselitismo político (los partidos de todos los colores han liderado por años las llamadas invasiones urbanas en este tipo de áreas), también se ha negado a construir diques adecuados para proteger la vida humana. Así ha pasado también en Tabasco, en Chalco Estado de México, etc., donde estos dramas se viven frecuentemente y tienen la misma causa: la supervivencia del capitalismo.
La causa principal de la devastación por los fenómenos naturales es el capitalismo
Muchas familias del estado de Nuevo León y Tamaulipas, principalmente, ahora han quedado en las ruinas. Las casas que poseían y las pocas pertenencias que tenían para su existencia, han sido arrasadas por el tan conocido y catastrófico fenómeno natural Alex1.
A estas alturas, sin embargo, en donde diversos fenómenos naturales han sucedido en todo el mundo, como el terremoto en Haití, en Chile y justamente en otros estados de México, es necesario preguntarnos: ¿la catástrofe que afecta nuestras condiciones de existencia es realmente producto de los fenómenos naturales?
En la sociedad capitalista la vida gira en función del lucro y la ganancia. Esto es así porque las mismas condiciones económicas son desarrolladas para acrecentar, a todo lugar, las ganancias de la burguesía.
Al proletariado lo que le queda es la ruina y la peor carga de las desgracias de la naturaleza; a él el sistema capitalista le impone la paga de los platos rotos que ha tirado el capital al suelo.
A pesar de que en la Tierra los fenómenos naturales no son pocos, no son a ellos a quienes debe culparse por la miseria que dejan tras su rastro. La situación que vive el proletariado bajo el sistema capitalista está en constante fluctuación de caída: los sueldos bajan, los alimentos y productos necesarios para la vida ven un aumento considerablemente alto en su costo; las jornadas de trabajo acrecientan cuantiosamente y la fuerza en el trabajo empleada es aún mayor debido a que la ganancia de la burguesía pesa sobre nuestros hombros; la pobreza va en línea ascendente, y quienes se ven obligados a hacer otro tipo de actividades para subsistir también se ven grandemente afectados.
Considerablemente ha crecido el desempleo, pese a que la burguesía se galardone por los medios de comunicación -que están, sin duda, al servicio de las necesidades de su clase- de sus «maniobras» para salvar «la economía nacional» y el «bolsillo de los que menos tienen». La realidad, sin embargo, es contraria.
Por eso, aún existiendo fenómenos naturales constantes por la misma condición de la naturaleza, nuestra situación de desgracia continua no es debido, principalmente, a tal o cual acto que ha propiciado un fenómeno natural, sino las condiciones que son impuestas bajo el capitalismo.
Al proletariado no le queda más que una salida a esta catastrófica situación impuesta por el capitalismo y acrecentada por los fenómenos naturales: luchar por la defensa de nuestra vida, por el desarrollo integral de nuestras capacidades, y por una sociedad sin clases sociales, o marchemos a la creciente barbarie capitalista de destrucción, pobreza, explotación y opresión.
¡A la lucha, proletarios!
¡Nuestra emancipación será obra de nosotros mismos!
¡Organicémonos por la defensa de nuestras condiciones de vida, opuestas a las necesidades del Estado y del Capital!
7 de julio del 2010.
Grupo Socialista Libertario.
1 Fenómeno meteorológico que sacudió la parte noreste de México.
El tratamiento que se ha dado al campeonato mundial de futbol durante más de un mes ha consistido en despertar y estimular las pasiones más insanas, entre ellas el patriotismo agresivo jaleado por todos los medios. En realidad no ha sido un campeonato del mundo de futbol, sino una serie de confrontaciones nacionalistas que ha desnaturalizado de principio a fin lo que es un deporte colectivo, en si noble, como es el futbol, objeto de toda clase de manipulaciones y negocios turbios en los que se sustentan. No hemos asistido a una lucha entre equipos sino entre naciones, para ser más exactos entre Estados, que han encontrado en este deporte una manera, aunque sea efímera en sus manifestaciones, de cohesionar a la población en torno a "su" patria, olvidando las divisiones de clase que en última instancia determinan la vida de cada cual: o perteneces a la minoría privilegiada y explotadora o perteneces a la gran mayoría cada vez más empobrecida.
El futbol de club y de las selecciones nacionales, está sujeto a una política de manejos económicos, mafiosos y de influencias políticas de gran calado, como ejemplo señalar que multinacionales como Coca-cola, Sony, McDonald´s patrocinaban a jugadores de elite como Rooney, Kaka, Ribéry, respectivamente, esto a título de ejemplo; en el caso de España una corporación tan poderosa como El Corte Inglés, patrocinaba al jugador Fernando Torres.
Desde aquí denunciamos con todas nuestras fuerzas el repugnante silencio cómplice de los medios de comunicación de todos los colores, acallando la muerte de casi cien personas que veían el partido en la capital de Uganda, Kampala, víctimas de un atentado, y por las que nadie ha pedido ni un segundo de silencio, a fin de evitar que los fastos chovinistas no se deslucieran ¡malditos seáis todos!
De la misma manera, el triunfalismo sobre el Mundial ha hecho pasar desapercibido un informe de Caritas sobre el aumento espectacular de la pobreza en España. Según este informe y por citar solamente un par de cifras el número de pobres ha pasado de 8 millones en 2007 a 9 millones en 2009 (un 22,7% de la población total, casi la cuarta parte) mientras que lo más escalofriante es el aumento de lo que se llama la pobreza severa (ingresos anuales inferiores a 3000 €) en la cual entre 2007 y 2009 han caído 2 millones de personas.
Los revolucionarios alzamos nuestra voz contra este ruido ensordecedor hábilmente utilizado por Capital y Estado para ocultar la dura y cruel realidad que nos afecta.
Cuando el campeonato de Europa de 2008, que ganó el Estado español, tomamos posición contra la inmunda ola de integrismo patriotero con un artículo que titulamos "pan y circo" que nos parece que sigue estando vigente y que a continuación reproducimos.
CAMPEONATO DE EUROPA DE FUTBOL: PANEM ET CIRCENSES
"Pan y circo". Con esta frase definía Juvenal[1] la manera (reparto de trigo y acceso a los espectáculos circenses, gratuitos) con la que, en la decadencia del Imperio romano, los emperadores distraían al pueblo de Roma, a fin de mantenerlo adormecido y evitar que fiscalizara sus excesos.
Después de dos milenios, tal vez lo más apropiado, adaptándolo a un lenguaje más de hoy y a lo que es el tema de este comentario, sería decir: "Futbol y Pizzas". Lo demás tiene total actualidad.
En este caso no se trata solo de una ciudad y de su imperio circundante, hoy algo irrisorio si se compara con la extensión territorial del imperio mundial del capital y la capacidad mediática de éste, que en nuestros tiempos alcanza al mundo entero sobre todo cuando de lo que trata es de ocultar su crisis, su barbarie y su decadencia.
Con el triunfo de la selección española en la Eurocopa de naciones hemos asistido por unos días a una matraca insistente de manifestaciones ideológicas y de manejo propagandístico de los sentimientos más insanos que suele utilizar la burguesía: el del patrioterismo más aborrecible y el del triunfalismo más ilusorio; alentados ambos por el gobierno socialista y por todo el aparato del estado español en su conjunto, desde la leal Oposición del insípido Rajoy hasta los sindicatos y las puyas de los dirigentes nacionalistas periféricos; con el único objetivo de encubrir el miserable día a día de la población en general y particularmente de la clase obrera.
Dieciocho millones de personas siguieron por Televisión, además de los que lo hicieron por Radio, "la Final" entre Alemania y España. Los Medios españoles más que comentar el acontecimiento deportivo, empleaban un repugnante lenguaje nacionalista e incitaban al público con el eslogan "A por ellos..." como si de una guerra, en lugar de un partido de futbol, se tratara y acababan animándolo con el Himno nacional. Faltó, cosa rara, el "Suspiros de España".
No había ninguna diferencia con la Final de Copa -que ganó la selección española- en el Bernabéu en 1964: la emoción del Caudillo Franco no se diferenció en nada de la euforia de todos los partidos políticos -incluido el "alternativo" Llamazares- encabezados por el presidente Rodríguez Zapatero ("ZP") -si acaso la superaban. Éste último, en el informativo de Tele-5 del 1 de julio dijo literalmente, en el palacio de la Zarzuela ante el rey y la Selección, que "los españoles estamos satisfechos y unidos junto a nuestra bandera". Más claro imposible, sobre lo que en realidad venía a decir con su mensaje: "españoles todos: olvidad las dificultades diarias, estamos todos unidos bajo la misma bandera, la patria común es lo más importante. Pobres y ricos, abrazaos bajo el manto de nuestra insignia nacional. Olvidaos de las penalidades diarias, de llegar a final de mes sin deudas, del Euribor, de la inflación galopante y de los salarios de miseria, de la hipoteca impagable. De las duras condiciones de vida y trabajo, de la explotación diaria y la inseguridad futura.... Todos unidos tras la defensa del interés nacional. Unidos bajo un solo estandarte, el de la "Roja y Gualda" por nuestro triunfo y la derrota del enemigo exterior".
El tratamiento dado al campeonato de futbol ha sido el de enfrentar españoles contra rusos, italianos, alemanes,...,; hacerse sentir confrontadas unas poblaciones contra otras. Se ha utilizado el lenguaje televisivo para exacerbar los sentimientos más venenosos y criminales; aquellos que utiliza la burguesía para enfrentar a un bloque nacional con otro; a base de alegatos agresivos y nacionalistas; casi como si de una guerra imperialista se tratara, con la diferencia de que en lugar de utilizar tropas militares se ha usado una selección de jóvenes futbolistas, azuzada por el medio de la TV y la Radiodifusión.
Puede que La Eurocopa sea durante unos días el "Balón de oxígeno" que haga olvidar durante cierto tiempo los graves problemas a los que se enfrentan la clase obrera y los propios capitalistas; pero los hechos son testarudos y volverán tal cual a la realidad inmediata de una vida insoportable.
La burguesía española con su gobierno socialista a la cabeza no ha tenido inconveniente en utilizar este Campeonato para hacer de un evento deportivo un plataforma de manipulación ideológica y agitación nacionalista, igual que fue capaz de manipular el execrable atentado del 11 de marzo del 2004 para decirnos que todos somos ciudadanos, que todos tenemos los mismos derechos (del grado de su fortuna y del lugar que ocupa en la realidad social desde luego que nada dicen), que todos somos españoles y que la nación está por encima de las clases sociales; que el "triunfo de España en la Eurocopa" es un triunfo histórico y que de los verdaderos problemas... ¡en fin, ya veremos! Pues la crisis es cada vez más clara, los ataques serán cada vez más duros y sobre todo la precariedad laboral, los bajos salarios, la inflación galopante habría que relativizarlos porque los españoles son ya ¡Campeones de Europa!
No hay que olvidar que de manera análoga, aunque en otra situación, las olimpiadas chinas se van a utilizar para infiltrar en las masas el veneno nacionalista y el triunfalismo de los vencedores y de los organizadores; no solo con grandes inauguraciones y actos propagandísticos de las excelencias de la "naciente China, locomotora del mundo" sino con los propios acontecimientos deportivos.
Prórroga y reflexión
El fútbol no sólo es una de las muchas religiones que han ganado y continúan ganando espacio en un mundo en descomposición, es un gran negocio multinacional con una ideología propia no exenta de connotaciones económicas y políticas claramente destructivas; un deporte-industria inserto en una cloaca mafiosa e impregnado de un nauseabundo aderezo localista y nacionalista. Lo que lo sitúa a años luz de la verdadera práctica del deporte, del disfrute del cuerpo y del logro de la satisfacción que supone juntarse para "echar un partido", charlar, tomar unas cervezas, hablar de la situación, hacer planes con los amigos y los compañeros,....
CCI 8-7-08
[1] Escritor satírico romano que vivió el comienzo de la decadencia del Imperio Romano, siglos I y II después de Cristo.
Agradecemos profundamente esta colaboración y animamos a proseguirla. Todos sabemos que los medios de información no son neutrales y sirven desvergonzadamente a sus amos: el Estado y el Capital, ejerciendo unas veces una censura total sobre las luchas obreras en especial sobre aquellas que muestran tendencias interesantes de solidaridad, auto-organización, combatividad etc., y otras veces organizando escandalosas campañas de calumnia como se ha visto recientemente con la huelga del Metro de Madrid. Por ello es de la mayor importancia que al menos, minorías avanzadas de la clase realicen una labor de información rápida sobre luchas obreras[1].
No se trata de "darse ánimos" resaltando solamente lo positivo. La clase obrera no necesita palmaditas en la espalda. Lo que necesitamos son informaciones veraces con análisis donde no haya miedo a expresar las debilidades, los obstáculos y las dificultades.
Entrando ya en el conflicto mismo de Panamá quisiéramos resaltar que a pesar de las debilidades y limitaciones todavía muy grandes que hoy tienen las luchas obreras, vemos sin embargo, un elemento muy positivo: las luchas se dan con mayor o menor coincidencia tanto en los llamados países "ricos" (Gran Bretaña, Grecia, Francia, China, España...) como en los denominados países "pobres" (Rumania, Panamá, Bangla Desh, India...), es decir, se hace posible -aunque habrá que vencer enormes obstáculos para alcanzarla plenamente- la unidad internacional del proletariado, rompiendo las divisiones entre obreros de países "ricos" y países "pobres", que tanto han utilizado las clases dominantes.
La huelga estalló a partir del 1 de julio en la provincia bananera de Bocas de Toro, limítrofe con Costa Rica. Sus motivaciones eran por una parte, el reclamo de los salarios pendientes y, por otro lado, el problema político planteado por la nueva Ley promovida por el Gobierno Martinelli, llamada Ley 30, la cual « restringe el derecho de huelga y las negociaciones colectivas, habilita la contratación de "rompehuelgas" y da inmunidad a la policía, otorgándole fueros por encima de la Constitución panameña»[2]. Esta Ley incluye igualmente artículos que anulan el descuento automático de las cuotas sindicales por parte de los patronos. Además, se acompaña de medidas represivas tales como la legalización del chivatazo y el soploneo porque un decreto del ministerio de la Seguridad Pública establece la figura del "agente encubierto" que tiene manos libres para espiar y acusar a quien "realice actividades contra la Seguridad Nacional, los bienes del Estado, la convivencia social, es decir, cualquiera puede ser denunciado".
La agitación provocada por estas medidas hizo que más de 10000 personas se manifestaran el 29 de junio en ciudad de Panamá. Pero pronto la combatividad de los obreros bananeros ocupó el primer plano de la situación social. La huelga se extendió rápidamente a toda la provincia. "Más de cuarenta piquetes bloquearon desde el 1º de julio los veinte puntos de acceso a Bocas del Toro, recogiendo una enorme adhesión popular, Grupos de indígenas de todas las fincas de la zona se sumaron rápidamente a la lucha iniciada por el sindicato de bananeros, sumándose a los retenes organizados por los trabajadores y a la ocupación del aeropuerto, que se bloqueó completamente". Los trabajadores se reunieron en la entrada de las principales poblaciones de la provincia desde los que partían en manifestación pidiendo a todo el mundo unirse a la lucha. Estas acciones encontraron un rápido eco puesto que la solidaridad de la población se hizo patente con manifestaciones y concentraciones diarias de apoyo. Ante los ataques policiales de un ensañamiento brutal, se levantaron barricadas tanto en avenidas urbanas como en carreteras rurales. Pese a las presiones de las autoridades los padres decidieron no enviar a sus hijos a la escuela y del mismo modo los estudiantes de secundaria se solidarizaron con la lucha siendo total la paralización de los centros educativos.
«Además de los grupos indígenas y de los vecinos, a la huelga de los bananeros, rápidamente, se unió la de los maestros y los trabajadores de la construcción que trabajan en la ampliación del canal de Panamá, que enfrentan un recorte de sus salarios y despidos de los principales dirigentes obreros. Del mismo modo se manifestaron los estudiantes de la Universidad de Panamá, que cerraron la vía Transísmica en apoyo a la lucha de los bananeros y contra la Ley 30, debiendo enfrentar también una brutal represión que concluyó con la detención de 157 estudiantes del Colegio Artes y Oficios que participaban del cierre de la vía Transístmica junto a estudiantes de la Universidad de Panamá».
El gobierno descargó una salvaje represión. Especialmente bárbara fue en la ciudad de Changuinola, centro de la huelga bananera. Según diferentes fuentes hubo hasta 6 muertos y cientos de heridos, víctimas de los disparos del cuerpo anti-motines directamente enviado por el Presidente de la República. Se emplearon perdigones que provocaron graves daños en la vista de numerosos manifestantes. Según un testimonio «Niños murieron asfixiados por causa de los gases lacrimógenos lanzados contra áreas residenciales. Murieron por problemas respiratorios, dicen las autoridades, y no los registran como víctimas de la brutalidad policial», lo que elevaría aún más el número de muertos. Otro testimonio incide en que «La Policía sacó a heridos de casas y hospitales para llevárselos presos. Sin orden judicial alguna, efectuaron allanamientos a residencias y hasta a la Casa Cural y realizaron arrestos. Torturaron, golpearon, humillaron, insultaron...»
Los sindicatos apuñalan por la espalda a los trabajadores
Ante esta brutal represión, los jefes sindicales ofrecieron inmediatamente su ramo de olivo al gobierno. El 11 se iniciaron conversaciones entre delegados gubernamentales y el sindicato convocante, SITRAIBANA[3]. Este desconvocó la huelga gracias a un acuerdo ¡DONDE LO ÚNICO CONSEGUIDO ES QUE SE RETIRABAN LOS ARTICULOS DE LA LEY 30 QUE SUPRIMÍAN EL COBRO PATRONAL DE LAS CUOTAS DE AFILIACIÓN A LOS SINDICATOS! ¡El sindicato fue A LA SUYA y se olvidó descaradamente de las reivindicaciones obreras y de la brutalidad de la Ley 30!
Hubo sectores de trabajadores que rechazaron volver al trabajo y se mantuvieron en huelga hasta el 14 de julio, las manifestaciones diarias de toda la población no fueron desconvocadas y el 18 de julio hubo manifestaciones en todo el país en señal de duelo con los trabajadores asesinados.
Para calmar los ánimos "Martinelli y su comitiva asistieron a Bocas del Toro como si todavía estuvieran en campaña electoral, haciendo regalos, falsas promesas y fingidas disculpas, sin reconocer la magnitud de la responsabilidad que como Gobierno tiene en esta masacre contra el pueblo. Los medios tampoco difundieron las numerosas muestras de rechazo de valientes bocatoreños a lo que fue, sin duda alguna, una ofensa a la dignidad del pueblo".
También, el presidente organizó una "Comisión de Investigación", compuesta por delegados gubernamentales, patronales, eclesiásticos y sindicales, para "investigar los hechos ocurridos en la provincia de Bocas del Toro, entre el 5 y 13 de julio de 2010" y una Mesa de Concertación para "analizar las condiciones laborales de los trabajadores de la banana" que como dice uno de los mensajes recibidos "es una comisión de yo con yo".
Combinando el palo con la zanahoria, una represión feroz con shows de diálogo y acción parlamentaria, la burguesía panameña parece que ha logrado salirse con la suya, endureciendo y degradando las condiciones de vida obrera y reforzando la represión y la arbitrariedad patronal. Sindicatos disidentes han prometido la celebración de una "huelga general" a la que no han puesto fecha determinada.
Algunas enseñanzas
El control sindical de la lucha acaba poniendo a los trabajadores a los pies de los caballos. Al principio, el SITRAIBANA se mostró muy combativo y todas las organizaciones de izquierda y sindicales lo exaltaban como un "ejemplo". Este "aval radical" permitió a sus líderes dar un viraje de 180º y pactar con el gobierno un "acuerdo" que acabó desmovilizando a los trabajadores pese a las resistencias que se manifestaron. Esto nos muestra que los trabajadores, afiliados o no afiliados, necesitan controlar colectivamente su lucha arrancándola de las manos tramposas de los sindicatos, Asambleas masivas abiertas a los demás trabajadores que lleven cotidianamente el seguimiento de la lucha, las negociaciones, las medidas de acción etc., son vitales para que la solidaridad, el compañerismo, la fuerza colectiva, el heroísmo y la conciencia que se generan en la lucha no se vean malgastados y echados a perder provocando desilusión y desmoralización.
Al mismo tiempo en esta lucha ha tenido mucha presencia, desviándola de una auténtica y autónoma fuerza proletaria, el hecho de que la provincia de Bocas de Toro es uno de los territorios más relegados del país, con numerosas tribus indígenas oprimidas y empobrecidas. La huelga ha sido la señal para una importante expresión de descontento. Esto es positivo si el proletariado logra canalizarlo hacia su propio terreno de clase contra el Capital y el Estado. Es sin embargo, negativo y debilita tanto al proletariado como la liberación de esas capas sociales, si -como ha sucedido en esta lucha- lo que domina es una movilización interclasista por "el restablecimiento de las libertades democráticas conculcadas por la Ley 30", "la demanda de implementación por el gobierno central de inversiones en la provincia abandonada", "el reconocimiento de los derechos ancestrales de los pueblos indígenas"...
Cuando la lucha cae en ese terreno popular e interclasista EL UNICO QUE GANA ES EL CAPITAL. Este jamás presenta sus intereses como lo que son -intereses egoístas en detrimento de la gran mayoría- sino que siempre los envuelve en los ropajes engaños del pueblo, la ciudadanía, los derechos sociales y demás palabrería vacía. Con estas trampas hace que el proletariado pierda su identidad y autonomía de clase y de esa manera consigue derrotarlo tanto a él como al conjunto de la población oprimida.
CCI 27-7-10
[1] En el Foro ESPAREVOL hay una meritoria labor de recopilación de noticias y comunicados sobre luchas obreras que saludamos calurosamente. Ver https://esparevol.forumotion.net/noticias-informaciones-y-comunicados-ob... [13]
[2] Las citas que se exponen proceden de informaciones recibidas de diferentes compañeros.
[3] SITRAIBANA: Sindicato de Trabajadores de la Industria Bananera.
Sirvan estas líneas para expresar la más calurosa y fraternal solidaridad con los trabajadores del Metro de Madrid.
En primer lugar porque ejemplifican que la lucha masiva y decidida es la única respuesta que cabe a los explotados contra los ataques criminales que quieren imponernos los explotadores. En este caso un recorte salarial del 5%. Un hachazo anti -obrero que es además, incluso desde el propio punto de vista de la legalidad burguesa, completamente ilegal, pues supone una violación unilateral de un convenio colectivo firmado con anterioridad. ¡Y aún se atreven a tildar a los obreros del metro de "delincuentes"!.
Pero solidaridad también contra la campaña de difamación y de tentativa de "linchamiento social" de estos compañeros. Campaña que ha sido, desde luego, lanzada por los políticos y los medios de comunicación de la derecha más rancia que ha presentado a los huelguistas como peones de una campaña del PSOE contra la "lideresa" del PP (Esperanza Aguirre), y que ha reclamado con toda su rabia - y toda su bilis - : "¡Sanciones!", "¡Despidos!". No olvidemos, sin embargo, la destacada colaboración de la Izquierda a esta campaña de aislamiento y desprestigio de los trabajadores. Si la mismísima Aguirre o Rajoy reivindicaban firmeza y mano dura contra esos "vándalos", el ministro de Fomento ofrecía una movilización masiva de otros medios de transporte para "reventar" la huelga, y el ministro de Interior ponía a disposición de Aguirre, ¡hasta 4500 policías! En cuanto a los medios de comunicación, de "izquierdas", si bien con menos odio y sí con más hipocresía, han reforzado la idea de "una huelga con rehenes" como titulaba El País el 30 de Junio. Entre Esperanza Aguirre y una lucha obrera contra las exigencias de los explotadores, estos lacayos - dizque "rojos" - del sistema capitalista, saben de sobra qué deben elegir,...
Lo que les ha indignado a todos ellos no han sido las "molestias" ocasionadas a los usuarios. Baste ver las condiciones en las que han de viajar esos usuarios en días "normales" y el creciente caos que cada vez más sufrimos los "ciudadanos", como consecuencia del cada vez mayor descuido de las infraestructuras incluidas, en muy destacado lugar, las del transporte público. Tampoco les irrita especialmente, las pérdidas ocasionadas a las empresas por los retrasos o las inasistencias de sus empleados. ¡Se necesita tener caradura para acusar a los huelguistas del metro de Madrid de atentar contra el "derecho al trabajo" cuando el capital español ha privado de ese "derecho" a casi cinco millones de proletarios!
No. Lo que de verdad les molesta y les preocupa de la lucha de los trabajadores del metro de Madrid, es precisamente eso, que haya estallado la lucha; que los trabajadores no hayan aceptado resignados los sacrificios y los ataques que nos llueven desde todos los lados; y que para tratar de hacer retroceder las imposiciones de la empresa, los obreros no se han conformado con un pataleo estéril como el de la Huelga de los Funcionarios del 8 de Junio[1], sino a un ejemplo de unidad y determinación. Como reconocía la editorial de El País antes mencionada: «El comité de empresa alega que existía un convenio en vigor hasta 2012 que la decisión de la Comunidad de Madrid rompe unilateralmente. Pero también lo tenían los funcionarios [y ellos se han conformado con la patochada del 8-J, parece que le falta decir]. Es posible que haya faltado una explicación más pedagógica de la gravedad de una situación que obligaba a estos sacrificios a cambio de la seguridad en el empleo [¡para que luego tachen a los huelguistas de chantajistas!], y mayor claridad para explicar cómo encajar la reducción salarial del 5% con la garantía posterior de mantenimiento del poder adquisitivo,...».
Como expresión de esa respuesta de clase de los trabajadores, la lucha de los compañeros del metro de Madrid está llena de enseñanzas válidas para todos los obreros. Hoy la lucha ha entrado en una especie de paréntesis y es difícil prever cómo va a evolucionar, por lo que aún es pronto para hacer un balance exhaustivo de todas estas lecciones. Pero hay algunas que son especialmente llamativas:
Las asambleas: corazón y cerebro de la lucha obrera.
Una de las características de la lucha de los compañeros del Metro de Madrid ha sido la de apoyarse en asambleas verdaderamente multitudinarias. Si ya en la del 29 de Junio cuando se decidió la no aceptación de los servicios mínimos, mucha gente no pudo entrar en la sala, cuando el día 30 arreció aún más la campaña de desprestigio de la lucha, la asistencia aún superó la del día anterior. ¿El motivo? Como respondieron los propios trabajadores del metro: «Para demostrar que estamos unidos como una piña».
Mediante esas asambleas se han tratado de evitar muchas de las triquiñuelas habituales de los sindicatos. Por ejemplo la dispersión y la confusión de las convocatorias. Por eso aunque estaba previsto que a partir del 1 de Julio, sólo un sindicato (Solidaridad Obrera) mantenía la convocatoria de huelga total, la plantilla se ha guiado por la decisión de la asamblea del 30 de Junio de aplicar los servicios mínimos el 1 y 2 de julio. También la asamblea ha reconducido el radicalismo verbal del anterior portavoz del Comité, cuyas declaraciones ("Vamos a reventar Madrid") servían más bien a los enemigos de la lucha para su campaña de difamación y de aislamiento de los trabajadores del Metro.
Pero las asambleas no han servido sólo para atemperar exaltaciones o para tratar de evitar caer en las provocaciones. Han servido sobre todo para infundir coraje y determinación a todos los compañeros, y calibrar así el verdadero estado de la combatividad de la plantilla. Así por ejemplo, en lugar de las usuales votaciones secretas e individuales de los referéndums sindicales, la huelga del metro se ha decidido y organizado con votaciones a mano alzadas, en la que la determinación de los demás compañeros ha servido para impulsar a los más indecisos. Por mucho que la prensa haya querido airear el fantasma de unos obreros del metro "coaccionados" por los piquetes, saben positivamente que lo que ha animado a los obreros a sumarse a los paros ha sido una decisión consciente y voluntaria, fruto de una discusión abierta y franca en la que se han podido exponer temores y también razones para la lucha. En una de las páginas que ha servido para manifestar la solidaridad con esta huelga (usuariossolidarios.wordpress.com [16]) una joven trabajadora del metro afirmó francamente que acudía a la asamblea del 29 de Junio: «para perder el miedo a la lucha».
La trampa de los "servicios mínimos".
En el caso de la huelga del metro, lo que ha servido de plataforma para bombardear a los huelguistas e intentar intimidarlos para que desistieran de luchar ha sido el decreto de servicios mínimos.
Por mucho que Dª Esperanza Aguirre guste de presentarse cual indefensa doncella en manos de desalmados huelguistas, lo cierto es que la ley permite que sean las autoridades (así pues en el caso de los empleados públicos, la propia patronal), las que fijen los servicios mínimos. Sabedora, por experiencia, de este margen de maniobra legal y, sobre todo, sintiéndose respaldada por ese coro que antes veíamos que abarca desde Intereconomía a la Sexta, la presidenta de la Comunidad de Madrid organizó una auténtica provocación: dictar unos servicios mínimos del 50% de la plantilla.
Con esa trampa se trata de coger a los trabajadores entre la espada y la pared. Si los aceptan se quebranta su voluntad de no resignarse a los dictados de la patronal. Si los desoyen se les carga con la responsabilidad de todas las adversidades que puedan sufrir sus hermanos de clase que son los principales usuarios del servicio de metro,... Además, esa ley de huelga, que según todos los defensores del orden burgués o "no existe" o "hay que endurecerla" (¿¿??) faculta al gobierno, que en este caso, insistimos, es el patrón, a establecer las sanciones por el cumplimiento de dichos servicios mínimos, lo que le ofrece una baza extra para la negociación. Dos días después de retirada la negativa a los servicios mínimos por parte de los trabajadores del Metro, la dirección de la compañía ha aumentado el número de expedientes sancionadores de 900 a 2800 compañeros.
La única vía para salirse de esa ratonera es romper la trampa hacia el lado de la solidaridad de clase.
La solidaridad de clase es el sustrato para que crezca la combatividad y la fuerza de los trabajadores.
La fuerza de las luchas obreras no reside en su capacidad de ocasionar pérdidas a las empresas capitalistas. Para eso, como bien puede verse en el propio metro de Madrid, se bastan y se sobran los propios directivos de dichas compañías. Tampoco en su capacidad para paralizar una ciudad o un sector. También en eso es cada vez más difícil rivalizar con el propio Estado burgués.
La fuerza de las luchas obreras se fundamenta esencialmente en que enuncian, más o menos explícitamente, un principio universal válido para todos los explotados: que las necesidades humanas no deben sacrificarse en aras a las leyes del beneficio y la competencia propias del capitalismo.
Por radical que pueda ser la confrontación de tal o cual sector de trabajadores con su patrón, si la burguesía consigue presentarla como algo específico o particular, acabará derrotándola y asentando un golpe de desmoralización a toda la clase obrera. Si, por el contrario, los trabajadores consiguen ganar la solidaridad de los demás obreros, si les convencen que sus reivindicaciones no son una amenaza para los demás explotados, sino la expresión de unos mismos intereses de clase, si hacen de sus asambleas y manifestaciones instrumentos útiles para que puedan sumarse más trabajadores,... se estarán reforzando a sí mismos y al conjunto de la clase obrera.
Para la lucha de los compañeros del metro de Madrid, lo más importante no es dedicar los piquetes a impedir la salida de tantos o cuantos trenes - aunque desde luego la asamblea debe asegurarse de que sus decisiones se cumplen - sino, más aún, explicar a los compañeros, empezando por los de EMT, o de Telemadrid, o a los funcionarios, el porqué de su lucha. Para el futuro de su lucha lo trascendental no es cumplir tal o cual porcentaje de "servicios mínimos", - aunque la mayoría de los trabajadores han de estar liberados de obligaciones laborales para mantener las asambleas, los piquetes, las concentraciones, etc.,- sino que lo más importante es ganar la confianza y la solidaridad de otros sectores obreros, acudir a los barrios para explicar porque las reivindicaciones de los obreros del Metro no son un privilegio ni una amenaza para los demás obreros, sino una respuesta a los ataques derivados de la crisis capitalista.
Estos ataques van a acabar afectando a todos los trabajadores, de todos los países, de todas las condiciones y de todas las categorías,... Si la burguesía consigue enfrentar a unos trabajadores con otros, o aún siquiera conseguir que luchen aislados, incluso muy radicalmente pero cada uno en su rincón, acabará imponiendo las necesidades de su orden de explotación. Si por el contrario las luchas obreras empiezan a fermentar la unidad y la masividad de los combates contra esas criminales exigencias estaremos en condiciones de impedir la aplicación de nuevos y más brutales sacrificios de las condiciones de vida de los trabajadores. Y eso será un paso muy importante para el desarrollo de la alternativa proletaria a la miseria y la barbarie capitalistas.
12 de Julio de 2010
ANEXO: Carta de solidaridad de un grupo de carteros de Madrid
SOLIDARIDAD TOTAL CON LOS HUELGUISTAS DE METRO DE MADRID
Hola compañeros:
Os escribimos este texto desde el distrito 43 de Madrid de Correos. Nosotros como carteros que estamos diariamente en la calle, como trabajadores que vivimos a tantos kilómetros de nuestro puesto de trabajo como cualquiera [la deslocalización la han impuesto precisamente los empresarios, ¿acaso tiene lógica que nos desplacemos hasta Hortaleza trabajadores de Vallecas, Parla, Guadalajara, Orcasitas y un largo etcétera?], nosotros que estamos sufriendo y pagando como sector público el festín al que el gobierno ha invitado a los bancos, nosotros que estamos en proceso de privatización que somos trabajadores laborales, discontinuos y contratados, que como vosotros no somos funcionarios. Nosotros solo queremos mandaros nuestro mayor apoyo, queremos que sepáis que acudimos en autobuses durante largo rato con la sonrisa dibujada en la cara. Porque nos habéis demostrado que SE PUEDE, que no tenemos por qué ser indefinidamente los jodidos de este mundo, nos habéis devuelto un poquito de la dignidad perdida desde hace ya incontable tiempo.
Queremos que sepáis que nosotros, que hablamos diariamente con centenares de personas en nuestro puesto de trabajo, sabemos que la imagen no es la que están dando los medios de comunicación, que los hay enfadados y los hay ilusionados, que hay discusiones en los autobuses, en las plazas y en los bares. Que esto no es una sola línea monocorde.
Vamos a estar con vosotros porque vosotros nos dais esperanza. En nuestro distrito mientras trabajamos se oyen comentarios: "Siempre pagamos los mismos" y es contestado por un "Esto es una huelga con un par de cojones", hay quien dice que "Esto sí es una huelga y no nuestros paros de un día", nos estáis enseñando.
Estamos recibiendo lecciones. Lecciones como que cuando las huelgas son convocadas a mano alzada por los trabajadores no estamos vendidos de antemano, nosotros estamos muy hartos de nuestros sindicatos, hartos y hartos de mil y una veces que nos han vendido.
Por eso terminamos esta carta diciéndoos que el corazón nos late más rápido desde el lunes, que estamos aquí haciendo frente con vosotros defendiendo vuestra huelga ahí donde vamos.
No os dejéis achantar, que ya sabemos que Aguirre o Zapatero, la COPE o Prisa, tienen intereses diferentes a los nuestros. Que están acostumbrados a cargar contra nosotros. Es lo que quieren, saben que miles de trabajadores estamos posando nuestra mirada sobre vosotros porque sois FUTURO, y no el futuro gris que ellos nos venden.
Si nos necesitáis saber que aquí estamos, mientras tanto seguiremos defendiéndoos frente a cualquiera que se atreva a denigraros.
CARTEROS Y CARTERAS DEL DISTRITO 43 TARDE
1 DE JULIO DE 2010.
[1] Ver nuestro Balance del 8 de junio en https://es.internationalism.org/node/2891 [17]
Hemos leído con interés el documento de los compañeros de Alternativa Proletaria "Frente a los ataques del capital Huelga General en la Unión Europea".
Los compañeros se plantean "mirar a Europa y preparar la lucha internacional", se manifiestan solidarios con los trabajadores en lucha, denuncian con firmeza no solo al Gobierno PSOE sino también a su pretendida "oposición de izquierda", IU, de quien evidencian que "cuando ha tocado el poder se ha adaptado totalmente a las necesidades del capital". Ponen el dedo en la llaga al apuntar "la labor de desmovilización social que llevan a cabo las organizaciones que se autodenominan representantes de los trabajadores".
Los compañeros plantean en la hoja 3 retos: "RECUPERAR LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES", "ACCIONES UNITARIAS", "PREPARAR LA LUCHA INTERNACIONAL". Son tres objetivos que compartimos plenamente y que forman parte del esfuerzo que están realizando minorías proletarias para responder a las cuestiones cruciales de ¿cómo luchar? ¿Cómo unirnos? ¿Cómo organizarnos?
Se trata de un debate práctico y militante que gira en torno a la pregunta fundamental de ¿cómo responder con fuerza y eficacia a la brutal política de ajuste del Gobierno Zapatero? ¿Cómo unirnos a escala internacional dado que somos atacados en todos los países? Es un debate en el que poco a poco se van inscribiendo trabajadores no politizados a quienes los sufrimientos y las incertidumbres de la situación empujan a preocuparse por estas cosas hasta ahora reservadas a ínfimas minorías.
Queremos hacer nuestra aportación al debate abordando un solo aspecto: la cuestión de la huelga general, ¿se trata de un método de lucha válido? ¿Hay alternativas al mismo? Esperamos que la prosecución del debate permita tratar otras cuestiones planteadas por los compañeros.
¿Qué hacer ante la convocatoria de huelga general para el 29 de septiembre?
La idea de hacer una huelga general se viene debatiendo desde que el gobierno anunció las medidas de austeridad; las noticias de Grecia, con una sucesión de huelgas generales (hasta 10 han sido realizadas) contra los salvajes ataques gubernamentales, la han hecho popular en los medios obreros.
Expresa una primera respuesta a la necesidad de unirse, a la urgencia de superar lo que los compañeros de Alternativa Proletaria denuncian: "la división ficticia creada por el capital entre funcionarios y no funcionarios, autóctonos /emigrantes, sexo, región, nacionalidad, parado/activo"; manifiesta la voluntad de hacer visible y, por tanto, fortalecerse alrededor de ello, que "solo hay trabajadores y capitalistas, es decir, burgueses y proletarios".
De manera más concreta, bastantes trabajadores se han indignado ante la convocatoria sindical el 8 de junio de una huelga estrictamente encerrada en el ámbito de los funcionarios. Les ha parecido una maniobra de división y han opuesto a ella la consigna de "huelga general"[1].
Hay pues en esos planteamientos un deseo de unidad, una búsqueda de cómo dar una respuesta unidos como clase, crear una fuerza que pare los pies a la interminable cadena de ataques a nuestras condiciones de vida.
Ahora bien, lo que debemos preguntarnos es si efectivamente la huelga general y más concretamente la convocatoria del 29 de septiembre, constituye un medio de crear o al menos avanzar hacia esa unidad y esa fuerza colectiva como trabajadores.
Cuando vemos la experiencia amarga del 8 de junio, comprobamos que precisamente la convocatoria de "huelga general" un día D, está hecha precisamente para crear todos los obstáculos posibles a la materialización de esa unidad. Ir a la huelga se plantea como un asunto individual de ciudadanos que "ejercen el derecho constitucional a parar el trabajo" A CAMBIO del correspondiente descuento en su salario. Vemos que en los centros de trabajo no se promovieron ni antes ni durante la huelga la más mínima asamblea como vehículo imprescindible para empezar a sentir y a vislumbrar la unidad, sino que todo se limitó a carteles, mails o a lo sumo a reuniones rutinarias del responsable sindical sin derecho siquiera a ruegos y preguntas. El único momento adonde a los trabajadores se les permitía "unirse" era durante la manifestación pero esta "unión" constituía en realidad otra puñalada trapera de división: cada mochuelo tenía que ir a su olivo, cada cual encerrado en su sector o centro de trabajo, en un acto donde era imposible la comunicación y la discusión pues todo el espacio estaba ocupado por el estruendo de los pitos y la constante repetición desde los altavoces de engañosas consignas.
La "huelga general" del 29 de septiembre será con toda probabilidad una repetición de la estafa del 8 de junio, como lo fueron igualmente las mascaradas de 2002, 1994 y 1988 -hoy tan mitificadas por la prensa. En esas convocatorias, los sindicatos montan una parodia de "unidad" que en la práctica divide y dispersa todavía más a los trabajadores. Se trata de ceremonias de la división que reproducen, amplían y profundizan, el corporativismo, la atomización, que la sociedad actual produce cotidianamente. Son especialmente frustrantes porque se supone que serían momentos para combatir ese modo de vida capitalista cuando en realidad no hacen sino prolongarlo en nombre de la "unidad" y de la "lucha".
Pero ¿no valdría la pena la asistencia masiva a la huelga general para dar un "aviso" a la patronal y al gobierno? ¿No sería el paro de millones de huelguistas una "demostración" de cabreo frente al cual "los de arriba" deberían tomar nota para rectificar?
El planteamiento de la huelga como "advertencia democrática", como "voto del descontento", permite mantener la ilusión de que podemos hacer recapacitar a los "socios" de la Patronal y el Gobierno y, de esa forma, difuminar la realidad de la sociedad actual donde no hay "socios" ni "ciudadanos iguales ante la ley" sino una minoría dominante y explotadora que acumula riquezas a costa de la miseria de la inmensa mayoría.
La huelga general no está pensada para desarrollar la identidad y la conciencia de clase sino, muy al contrario, para afianzar el engaño de que todos vamos en el mismo barco de la "comunidad nacional". La huelga general sindical desnaturaliza y priva de todo contenido de clase al arma de la huelga para convertirla en un ritual más de la gran comedia democrática.
¿Huelga general o huelga de masas?
Por su propio planteamiento, la huelga general siembra la pasividad y la desmovilización. Todo se fía a un día D donde "todos echaremos el resto". El mensaje que cuela la "huelga general" es que vivimos en una sociedad en desarrollo donde ante los desajustes, abusos y demás contradicciones eventuales, hay que lanzar un aviso para corregirlos. Más allá de los mitos radicales con los que pudo rodearse en sus orígenes, las "huelgas generales" en la sociedad actual están concebidas para transmitir una imagen de normalidad democrática y ciudadana, de sociedad que permite el ejercicio "libre y responsable" de ese "derecho" para corregir injusticias o ayudar a superar crisis coyunturales. No es un arma de combate contra la barbarie y miseria de la sociedad capitalista, sino muy al contrario un medio normalizado de conservación de la misma.
Hace más de 100 años se desarrolló en el movimiento obrero un debate apasionante sobre la cuestión. Era un periodo donde la larga prosperidad del capitalismo de entonces empezaba a verse perturbada por crisis comerciales y sobre todo por una acumulación de tensiones guerreras que acabaron desembocando en la terrible carnicería de la Primera Guerra Mundial.
Rosa Luxemburgo, en un folleto clásico -Huelga de masas, partido y sindicatos[2]- acertó a formular la cuestión de una manera muy nítida: ¿Huelga general o huelga de masas?
Explicó que la huelga general correspondía a los medios de acción que tenían validez para la lucha obrera en un periodo de crecimiento y desarrollo del capitalismo, y de consolidación y afianzamiento del sufragio universal, el parlamento, los derechos civiles, expresiones en el terreno político del apogeo del capitalismo.
Pero, su aportación fue más lejos: empezó a vislumbrar que no solamente dicha herramienta quedaba obsoleta, sino que el conjunto de métodos sindicales y políticos adaptados a esa etapa histórica, se volvían caducos y contraproducentes en el horizonte de la nueva época. Más concretamente, planteó que junto con la huelga general se quedaba definitivamente caduco las convocatorias un día D, las acciones meramente demostrativas y de presión, las huelgas parciales limitadas a un sector, la organización previa minuciosa antes de lanzarse a la lucha, la idea de que esta solamente sería posible si con antelación los obreros han sido organizados en estructuras estables y con una cuantiosa caja de huelga...
Esta comprensión no era resultado de una especulación abstracta o de un pronóstico atrevido sino que tenía el suelo de granito de dos hechos históricos de gran magnitud.
En primer lugar, la comprensión de la evolución del capitalismo. Rosa Luxemburgo señaló que el capitalismo había llegado a su apogeo, que comenzaba un declive que iba a producir graves catástrofes y enormes sufrimientos a toda la humanidad. «La Revolución Rusa actual estalla en un punto de la evolución histórica situado ya sobre la otra vertiente de la montaña, más allá del apogeo de la sociedad capitalista»[3]
En segundo lugar, se inspiró en el examen de la Revolución Rusa de 1905 donde los trabajadores habían desarrollado nuevos métodos de lucha, formas completamente diferentes de plantear su combate. La huelga masiva que abarcaba todo el imperio ruso no surgía de una convocatoria previa sino de una extensión solidaria del movimiento. La organización colectiva se creaba en la lucha, por la lucha y para la lucha. De los análisis de Rosa se desprende claramente que frente a la huelga general se levanta la huelga de masas basada en la acción directa de los obreros fuera y en contra de la máquina gubernamental burguesa. Frente al sindicalismo, su ideología, su concepción de la organización y de la lucha, se oponen las Asambleas y Consejos Obreros, no tanto como meras formas sino como expresión de una tendencia a la lucha revolucionaria.
Las lecciones de la Revolución Rusa de 1905 (que se confirmaron con mucha mayor fuerza política en la Revolución de 1917 y en toda la oleada revolucionaria mundial que le siguió) y la comprensión de la evolución económica e imperialista del capitalismo, plantearon que desde entonces hemos entrado en una época diferente, la decadencia del capitalismo, y que en esa nueva época los viejos métodos políticos y sindicales se han vuelto contra la clase obrera, por lo que esta, en su lucha, tiene que emplear nuevos métodos y planteamientos.
En contra del tópico mil veces repetido, los nuevos métodos y planteamientos, de los que Rosa Luxemburgo fue adalid, nada tienen que ver con el "espontaneismo" del que ha sido acusada sin descanso.
La huelga de masas, las asambleas directas, los delegados elegidos y revocables, la extensión de la lucha mediante el contacto directo entre trabajadores etc., no son algo que surge de la nada ni constituye una especie de "reacción instintiva" frente a una presión intolerable. Un análisis más atento que va más allá de las constataciones superficiales, muestra que tales estallidos son el resultado de una labor callada y sistemática de organización, de toma de conciencia, de debates y clarificación.
Este aspecto de labor callada de preparación es cuidadosamente tratado por Rosa Luxemburgo. «Está fuera del alcance de la socialdemocracia[4] el determinar por adelantado la ocasión y el momento en el que se desencadenarán las huelgas de masas, porque está fuera de su alcance el hacer nacer situaciones por medio de simples resoluciones de Congreso. Pero que si está a su alcance y constituye su deber es precisar la orientación política de esas luchas en cuanto se producen y traducirla en una táctica adecuada y resuelta. No se pueden dirigir a voluntad los acontecimientos históricos imponiéndoles reglas, pero se pueden calcular por adelantado sus consecuencias probables y regular acorde con ellas la propia conducta».
Los compañeros de Alternativa Proletaria hablan con razón de militantes anónimos que se dan como tarea "animar a la gente a hablar, a opinar, a criticar a quien sea, esa es la lucha obrera diaria que tenemos que aprender y hacer".
Preparar la lucha es impulsar el agrupamiento de minorías obreras -Comités de Lucha, Plataformas de Acción, el nombre es lo de menos- que combaten por la unidad, una unidad no basada en cárteles o frentes de organizaciones políticas y sociales, sino en asambleas y reuniones abiertas, lo más amplias posible, donde participen todos, sindicados o no sindicados.
Preparar la lucha es animar un debate lo más amplio posible sobre las muchas cuestiones cuyo esclarecimiento va soldando voluntades, va contribuyendo a luchar, va despejando falsas ilusiones que impiden la lucha, va contrarrestando con argumentos sólidos las mentiras y demagogias de los explotadores y todo el abanico de partidos y sindicatos que les defienden. El debate masivo es un arma al servicio de la maduración de la lucha y un poderoso factor de desarrollo una vez surgida.
Otra arma vital es la SOLIDARIDAD. Solidaridad con trabajadores emigrantes cuya contratación los somete a condiciones esclavistas y hace caer las condiciones generales de todos los trabajadores. Es lo que hicieron por ejemplo los trabajadores del Naval en Vigo en febrero de 2010 o anteriormente los trabajadores de Linsdey en Gran Bretaña[5]. Cada vez que un grupo de trabajadores entra en lucha se debe producir una doble movimiento: por una parte, dar a conocer, extender su lucha, de tal forma que no se vea como un conflicto particular o aislado en el que el Capital y su Estado omnipotentes tienen todas las de ganar, sino que se avance en el sentido de un combate de clase, de la mayoría explotada contra la minoría privilegiada. Y, simultáneamente, en los demás trabajadores se debe desarrollar una corriente de simpatía y apoyo, de sumarse a la lucha incorporando sus propias reivindicaciones y planteamientos.
En fin, en el camino hacia luchas masivas, las Asambleas abiertas como en Vigo en 2006[6], o, como formulan los compañeros a su manera: "crear ASAMBLEAS POPULARES abiertas, democráticas, en las plazas públicas, donde la gente pueda expresar su opinión y discuta qué se puede hacer"
La convocatoria del 29 de septiembre está concebida como una barrera contra el desarrollo de la lucha obrera. Pero el que triunfen en ese objetivo, dependerá muy mucho de cómo se encare la situación desde ahora: si en los trabajadores cunde una actitud de expectativa, de dejarse llevar, de pasividad ante el día D, entonces sus manipulaciones habrán triunfado. Pero si ya desde ahora en los trabajadores -o al menos en minorías de ellos- se desarrollan agrupamientos, se toman iniciativas, se hace una labor de reunión y asamblea, debate, propuestas etc., entonces los trabajadores podrán limitar los efectos de la convocatoria desmovilizadora del 29 y seguir avanzando hacia el desarrollo de luchas masivas y unitarias organizadas y controladas colectivamente.
Acción Proletaria 12-7-10
[1] Ver en nuestra Web ¿Qué balance podemos sacar de la huelga de funcionarios del 8 de junio? https://es.internationalism.org/node/2891 [17]
[2] En Internet se puede encontrar en la siguiente dirección: https://www.marxists.org/espanol/luxem/06Huelgademasaspartidoysindicatos_0.pdf [18]
[3] Huelga de masas, partido y sindicatos, Obras Escogidas tomo I página 360 edición española.
[4] El partido proletario de aquella época.
[5] Ver en nuestra Web https://es.internationalism.org/node/2493 [19] y https://es.internationalism.org/node/2770 [7]
[6] Ver Vigo: los métodos proletarios de lucha, /content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha [20]
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/tag/vida-de-la-cci/correspondencia-con-otros-grupos
[2] https://es.internationalism.org/tag/2/30/la-cuestion-sindical
[3] https://es.internationalism.org/cci-online/201006/2883/frente-a-las-curas-de-austeridad-respondamos-con-la-lucha
[4] https://es.internationalism.org/node/2781
[5] https://es.internationalism.org/cci-online/201002/2778/solidaridad-con-la-huelga-de-los-trabajadores-de-tekel-turquia
[6] https://es.internationalism.org/content/2835/somos-una-misma-clase-tenemos-un-mismo-combate
[7] https://es.internationalism.org/cci-online/201002/2770/vigo-accion-conjunta-de-desempleados-y-trabajadores-del-naval
[8] https://es.internationalism.org/series/227
[9] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[10] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/lucha-de-clases-0
[11] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/mexico
[12] https://es.internationalism.org/tag/3/41/alienacion
[13] https://esparevol.forumotion.net/noticias-informaciones-y-comunicados-obreros-f9/
[14] https://es.internationalism.org/tag/geografia/america-central-y-sudamerica
[15] https://es.internationalism.org/tag/noticias-y-actualidad/luchas-obreras-en-america-central
[16] https://usuariossolidarios.wordpress.com/
[17] https://es.internationalism.org/content/2891/que-balance-podemos-sacar-de-la-huelga-de-funcionarios-del-8-de-junio
[18] https://www.marxists.org/espanol/luxem/06Huelgademasaspartidoysindicatos_0.pdf
[19] https://es.internationalism.org/content/2493/huelgas-en-las-refinerias-y-de-las-centrales-electricas-los-trabajadores-empiezan
[20] https://es.internationalism.org/content/910/huelga-del-metal-de-vigo-los-metodos-proletarios-de-lucha