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Razones para luchar no faltan, la burguesía ha declarado una autentica guerra a nuestras condiciones de vida, es su forma de enfrentar la crisis mortal de su sistema de explotación. Nada se salva a sus siniestras intenciones: recorte de sueldos, pensiones y subsidios; despidos, precariedad, aumento de las tasa universitarias... Ningún sector de la clase obrera queda al margen de los ataques, todas las generaciones son igualmente golpeadas por los planes de austeridad: jóvenes estudiantes, parados de todas las edades, trabajadores en activo, pensionistas, inmigrantes... todos igualmente victimas de un sistema que no tiene nada que ofrecer a la humanidad más que miseria y destrucción.
Todos los trabajadores sentimos que hay que luchar, pero la gran pregunta es ¿cómo luchar? Esta misma pregunta ha estado muy presente en el movimiento que ha sacudido Francia los últimos siete meses[1]. Son muchas las lecciones que este episodio de lucha de nuestros hermanos de clase en Francia ha dejado para todos los trabajadores y no podemos tratarlas todas en este artículo. Aquí nos conformaremos con abordar dos cuestiones:
- ¿Cómo podemos tomar a cargo nuestra lucha? ¿Cómo organizarnos en y para nuestra lucha?
- ¿Qué podemos hacer las minorías obreras y los grupos revolucionarios para contribuir a que este proceso de desarrolle y fortalezca?
Para tratar de responder a esta primera cuestión publicamos a continuación dos artículos que forman parte de un suplemento editado por nuestra sección en Francia en el curso de la lucha y difundido ampliamente en las manifestaciones.
El movimiento contra la reforma de la pensiones dura ya 7 meses. La primera jornada de acción se produjo el 23 de Marzo y reunió a 800 000 personas en un ambiente sobretodo átono y algo desesperado. Pero después la lucha ha ido creciendo. Al movimiento se han ido agregando, poco a poco, cada vez más trabajadores, parados, precarios, familias obreras enteras, estudiantes de bachiller y secundaria, universitarios, hasta alcanzar los ¡tres millones! manifestándonos en la calle.
Esta reforma de las pensiones se ha convertido en el símbolo de la degradación general y brutal de nuestras condiciones de vida. Los jóvenes se enfrentan a un muro infranqueable cuando tratan de encontrar un trabajo. La oferta pública es prácticamente cero y en el sector privado los escasísimos puestos que se les ofrecen son en unas condiciones de precariedad insostenibles a cambio de un salario de miseria.
La congelación salarial, la subida de los precios, la caída drástica de de la parte reembolsable de las recetas médicas y de todas las ayudas sociales... son ataques crueles que nos conducen progresiva pero inexorablemente a una miseria creciente.
En esta situación, para muchos de nosotros, lo que nos permite soportarlo es la perspectiva de la jubilación, del "bien merecido descanso" tras años de explotación, putadas y bloqueos salariales. La jubilación parece la luz al final del túnel. Los trabajadores de los años 1950 y 1960 pudieron beneficiarse de ese relativo "Eldorado". Pero tras 20 años sus pensiones no han cesado de mermarse, hasta tal punto que hoy en día son tan misérrimas que muchos jubilados tienen que hacer pequeños trabajillos para poder llegar a fin de mes. Todos sabemos que esta reforma agravará aún más esta situación dramática. Como coreaban muchos manifestantes, lo que nos depara el futuro es "Metro, Trabajo, Tumba". La crisis económica mundial del capitalismo lleva a toda la humanidad hacia el abismo de la miseria. La situación es grave, y esta gravedad de refleja en la cara de las gentes. Siete meses de luchas... múltiples jornadas de acción, sectores enteros en huelga reconducible, polígonos industriales bloqueados por obreros fieros y combativos enfrentándose a la represión. "los jóvenes en la mierda, los viejos en la miseria". No cabe la menor duda, la cólera es inmensa y afecta a toda la clase obrera. Pero el gobierno no retira su reforma de la jubilación. No basta con que 3 millones salgan a la calle. Todos sentimos que a este movimiento "le falta algo". Y "eso que le falta" es que los trabajadores mismos tomemos a cargo nuestra lucha. Si nos conformamos con seguir como borregos las consignas de la intersindical iremos a la derrota como en 2003 y 2007. Además, en nuestra filas crece la desconfianza en los sindicatos. Pero hoy solo una minoría osa dar el paso, osa tratar de autorganizarse en asambleas generales soberanas y no sindicales. Que sepamos hoy hay una decena de asambleas interprofesionales de este tipo en toda Francia. Por ejemplo, hay una asamblea que reúne regularmente ferroviarios y profesores, parados y precarios en la Estación del este en París. En Toulouse también hay regularmente asambleas en la calle ante la Bolsa de Trabajo, así como al final de las manifestaciones. Pero esto aún es sumamente minoritario.
El proletariado debe recuperar la confianza en sí mismo, en su capacidad de luchar y organizarse colectivamente como clase. ¿Cómo?, ¿Cómo puede tomar a cargo SUS luchas?. A esta cuestión crucial y determinante para el futro pretendemos dar una algunos indicios de respuesta con estos artículos.
Un movimiento de lucha se organiza a través de mil meandros. Los piquetes informativos, los panfletos, los bloqueos, las ocupaciones, las manifestaciones espontáneas, entre otros muchos de los medios posibles para el desarrollo del movimiento. Y a ciencia cierta la clase obrera, desarrollará otros en futuros combates.
Sin embargo, debemos destacar que en el centro de toda lucha se sitúan las Asambleas Generales. En ellas, podemos debatir y decidir colectivamente. Las Asambleas Generales son EL LUGAR de discusiones abiertas y eventuales tomas de decisión del rumbo que deben tomar las luchas. Por ello, son el objeto de todo tipo de sabotajes por parte de nuestros enemigos de clase.
Fuera de los momentos de lucha abierta, las asambleas sindicales se realizan por doquier. Todas son iguales: los delegados sindicales las convocan, en ellas participan los especialistas sindicales y algunos "afiliados de base" y, el papel de los no sindicados se reduce al de meros espectadores a los que en ocasiones se les hace tal o cual consulta. En general no son muy concurridas ya que la mayor parte de los obreros saben que en ellas no se decide nada.
Cuando estallan las luchas, como ha ocurrido recientemente en Francia, los sindicatos se adaptan a la situación y utilizan varias estratagemas para neutralizarlas:
* Hacen todo lo posible para que asistan cuanto menos trabajadores mejor, ya sea convocándolas de tapadillo, avisando a última hora, o dándoles la menor difusión posible.
* Cuando la cólera obrera es grande y no les queda más remedio que organizar asambleas masivas para evitar que estas se produzcan espontáneamente y fuera de su control. Sin embargo, estas asambleas en caso de producirse, están organizadas por sectores, corporación profesional, empresa, etc. Esto no es ninguna casualidad ya que de esta forma organizan la división, parcializan las respuestas y hacen todo lo posible para evitar la unificación de las asambleas y por extensión de la lucha. En las recientes luchas en Francia hemos visto a los sindicatos organizar, por ejemplo en los ferrocarriles, asambleas de conductores, de administrativos, de controladores. Igualmente en los hospitales, en especial en la región de Toulouse, este sabotaje ha alcanzado sus más altas cotas de cinismo: cada planta del hospital tenía su propia asamblea.
* Para mantener el control a toda costa de las asambleas, los sindicatos están dispuestos a cualquier tipo de artimaña. En la estación del Este, en París, tenía que haber tenido lugar una Asamblea masiva el 14 de Octubre por la mañana. Los conductores debían decidir acerca de la reconducción de la huelga. Pero los permanentes sindicales decidieron tomar la decisión en miércoles 13 por la tarde. De esa forma consiguieron que ya no hubiera motivos por los que asistir masivamente en la mañana del jueves ya que, a espaldas de los trabajadores, se había tomado la decisión. Y así ocurrió, prácticamente nadie apareció por la asamblea el jueves. ¡Véase aquí un claro ejemplo de cómo los sindicatos matan a la verdadera vida obrera!, ¡Aquí tenemos un nuevo ejemplo de las artes del sabotaje sindical!
En un artículo reciente titulado ¿Qué es una Asamblea General?, la CNT de Gers señalaba con razón otra serie de peligros que amenazan siempre a las Asambleas Generales:
* "...la monopolización del debate: las asambleas generales no son democráticas. El caso clásico es cuando el delegado sindical monopoliza la palabra y el turno de la misma y se erige en moderador, contestando a todo lo que se plantea y sin dejar de parar de dar su punto de vista....".
* "... a menudo el voto no es respetado en las asambleas. Manipulando el orden del día se plantean a votación cuestiones que ya se habían decidido previamente hasta agotar a los participantes en la mayor de las confusiones. A menudo esta manipulación se produce al final de la asamblea con el fin de destruir su coherencia y sus acciones más decididas...".
* "...Neutralización de las Asambleas Generales: cuando una asamblea es muy viva y rica en debates y decisiones, lo que se hace es no darle continuidad. Es decir, se las neutraliza haciéndolas un momento parcial que sirve para que la cólera obrera se desahogue y que las decisiones tomadas se conviertan en papel mojado...".
Las verdaderas Asambleas Generales obreras deben de ser todo lo contrario. De entrada han de romper cualquier tipo de división corporativa o sectorial. Deben estar abiertas a todo el personal de los centros en lucha, sin ningún tipo de distinción y, además, a los trabajadores de otras empresas, a los jubilados, a los compañeros con trabajo eventual, a los desempleados, a los estudiantes y, a todos aquellos que quieran participar a la extensión del movimiento y se planteen y quieran responder a la cuestión de ¿Cómo luchar? Tal y como señala la organización de la CNT-AIT citada anteriormente:
* ".... la Asamblea General es democrática y por ello garantiza el turno de palabra, un turno equitativo repartido adecuadamente entre todos los temas en discusión. El turno de palabra está garantizado por el moderador elegido por la Asamblea...".
* "... las Asambleas Generales son decisorios y los acuerdos se toman por el voto a mano alzada...".
* "....la Asamblea General es perenne, se toman actas de sus acuerdos y se realiza un resumen del contenido de la misma efectuado por un secretario elegido a tal efecto al principio de la misma, que se encarga de anotar y difundir los debates y acuerdos adoptados por la Asamblea General. La propia Asamblea debe decidir la fecha, hora y lugar de la siguiente Asamblea.."
Todos estos puntos son primordiales. Una Asamblea General no es una simple caja de resonancia, un lugar "...donde desahogar la cólera obrera..". Es mucho más que eso. Es un lugar de debate y reflexión colectiva. A menudo es uno de los pocos lugares en donde los trabajadores pueden expresarse libremente. Pero es, sin duda, sobre todo el lugar en el que se decide como construir y mantener la unidad de la lucha obrera:
* Es en ese contexto donde nuestra clase puede tomar sus decisiones colectivamente. Es vital para ello que la realización de tales asambleas se acompañe por la adopción de decisiones (utilizando el voto a mano alzada) y de textos o acciones a realizar.
* Es en el Asamblea donde se puede decidir y organizar la extensión de la lucha, desplazándose o enviando delegaciones masivas hacia otros centros obreros (fábricas, hospitales, administraciones,...) cercanos geográficamente y combativos para llamarlos a la unión de la lucha.
* Es en la Asamblea General donde se construye la coordinación entre los diferentes sectores en lucha. Las Asambleas Generales deben de coordinarse entre ellas por medios de Comités Elegidos y Revocables en todo momento que deben responder ante las mismas de los mandatos y acciones que se le hayan encomendado.
El movimiento de lucha desarrollado por nuestra clase en Francia contra la reforma del sistema de pensiones, ha mostrado la profundidad de la cólera que recorre a toda nuestra clase. Ha mostrado el hartazgo ante los ataques sin fin que sufrimos y lo que es más importante, ha mostrado la determinación y la capacidad para movilizarse masivamente luchando como clase. Pero hay que reconocer que nuestra clase no ha conseguido aún, en esta movilización, organizarse colectivamente en la lucha por medio de Asambleas Generales soberanas y autónomas. He aquí la principal lección y la principal debilidad del movimiento que acabamos de vivir. He aquí la etapa y el camino que el proletariado debe superar en el futuro si quiere tomar las luchas en sus propias manos y hacer frente de forma unida y solidaria al Capital.
Suplemento al número 417 (Octubre 2010) de REVOLUTION INTERNATIONALE, publicación en Francia de la CCI.
En el transcurso de la lucha, al final de las manifestaciones convocadas por los sindicatos sobre todo después del verano, pequeños grupos de trabajadores sentían que manifestarse en la calle y luego irse cada uno a su casa no basta, que ese momento colectivo tenía que aprovecharse para discutir, reflexionar, sacar lecciones y preparar como continuar el combate. Así en muchas ciudades de Francia (Toulouse, París, Tours, Lyon, etc) algunas decenas de personas se quedan discutiendo al final del recorrido en improvisadas asambleas en la calle, en ellas una idea surge con claridad: ¡hay que seguir reuniéndose sin esperar a la próxima manifestación convocada por los sindicatos!, pero ¿cómo hacerlo? Lo muchas veces impensable se hace evidente: ¡hacer hojas que convoquen a nuevas asambleas! Así por ejemplo los participantes en la "Asamblea General de la Estación del Este", que reúne a cerca de 100 personas desde principios de Septiembre, realizan una hoja y la difunden llamando a todos los trabajadores a volver a reunirse los días 12 y 13 de Octubre porque dejar a los sindicatos "decidir en nuestro lugar es dejar la puerta abierta a nuevas derrotas...La forma que tome el movimiento es asunto nuestro... Nos corresponde a nosotros decidir los medios de acción, las reivindicaciones... a nosotros y a nadie más".
En el mismo sentido, a iniciativa de la CNT-AIT y secundada por nuestra organización, al final de la manifestación del 2 de Octubre en Toulouse y bajo la pancarta "Asalariados, desempleados, estudiantes, jubilados, tomemos la lucha en nuestra propias manos" se reagruparon algunas decenas de personas abriendo una dinámica de asambleas populares que a su vez dirigieron llamamientos similares para dar una alternativa a la frustración de las convocatorias sindicales "las experiencias del pasado nos han mostrado que estas `Jornadas de Acción´ [se refieren a las convocatorias sindicales] a repetición no son más que mascaradas estériles... Por ellos os invitamos a venir a debatir para romper el aislamiento, la atomización y el desamparo al que estamos sometidos... Encontrémonos el lunes 11 de Octubre a las 13h en los mercados exteriores de Arche para debatir juntos y juntos encontrar una respuesta a cómo podemos desarrollar nuestra respuesta. ¡Combatamos la dispersión!, ¡Aprovechemos este momento para crear un lugar de discusión fraternal y solidario, abierto a todos y cada uno de nosotros".
Por nuestra parte la CCI, como organización revolucionaria internacional segregada por nuestra clase, hemos intervenido activamente en todo este movimiento in situ, contribuyendo con nuestra prensa y hojas al desarrollo de la reflexión y de la conciencia de nuestra clase en lucha, participando en la medida de nuestras fuerzas -codo a codo con otras organizaciones legítimamente proletarias y con minorías activas de trabajadores- en las asambleas y reagrupamientos obreros que han florecido por doquier. Hemos tratado, en el curso del propio movimiento, de sacar las lecciones de las fuerzas y también de las debilidades de este episodio del combate de nuestra clase. Lecciones que aún deben ser, necesariamente, completadas.
Y finalmente, en tanto que organización internacional y firmemente internacionalista, estamos tratando de poner todos los medios a nuestro alcance para que el proletariado mundial se beneficie de la rica experiencia de este combate, que desde luego va mucha más allá de lo que la burguesía nos presenta en sus medios de "comunicación": obreros desfilando tras las banderas sindicales y jóvenes "descerebrados rompe-lo-todo". Como señala el Manifiesto Comunista "Los comunistas no tienen intereses propios, separados de los intereses del conjunto del proletariado. No establecen principios especiales a los que pretendan amoldar el movimiento proletario... por una parte en las diversas luchas nacionales de la proletarios resaltan y hacen valer de modo especial los intereses comunes a todo el proletariado, independientemente de su nacionalidad; por otra parte en cada uno de las fases del desarrollo que recorre la lucha entre el proletariado y la burguesía, defienden siempre los intereses del movimiento en su conjunto... El objetivo inmediato de los comunistas es el mismo que el de los restantes partidos proletarios: la constitución del proletariado como clase, el derrocamiento de la dominación burguesa, la conquista del poder político por parte del proletariado" ("El Manifiesto Comunista", apartado "Proletarios y Comunistas").
Como no podía ser de otra forma, el reciente movimiento de los trabajadores en Francia ha suscitado gran interés y reflexión dentro del medio de los grupos y minorías internacionalistas, y ha dado lugar a múltiples tomas de posición que, desgraciadamente por razones de espacio, no podemos reproducir en este articulo paro que nuestros lectores pueden ver en nuestra web[2].
Animamos a nuestros lectores a visitar nuestra web donde alimentando la reflexión sobre las lecciones del movimiento en Francia, especialmente respecto al sabotaje sindical de la lucha.
15/11/2010
Alba/Vyborg.
[1] Ver en nuestra web https://es.internationalism.org/node/2965 [2] el articulo "Francia: movilizaciones obreras contra el ataque total a nuestras condiciones de vida"
[2] Ver en nuestra web /cci-online/201011/2971/solidaridad-con-la-lucha-de-los-trabajadores-en-francia [3] "Solidaridad con los trabajadores en Francia" las tomas de posición de Oposición Obrera (OPOP) de Brasil, GEC de Perú, Núcleo de discusión internacionalista de Ecuador, LECO de Costa Rica, GLP de Perú, etc
Durante bastante tiempo ha dado la impresión de que la clase obrera en Gran Bretaña permanecía en silencio, aturdida por la brutalidad de los ataques del nuevo gobierno: obligar a volver al trabajo a los enfermos, forzar a los desempleados a trabajar por nada, aumentar la edad de jubilación, recortes salvajes en los gastos del sector de la Educación, amortización de cientos de miles de empleos en el sector público, aumento al triple de las tasas de matrícula universitaria y retirada de los bonos de ayuda para la manutención de los estudiantes de 16 a 18 as..., la lista es interminable. La luchas obreras que han tenido lugar recientemente - British airways, Metro, bomberos- han sido reducidas al aislamiento.
Pero somos una clase internacional y la crisis de este sistema es también internacional. En Grecia, España y más recientemente en Francia, han habido luchas masivas contra las nuevas medidas de austeridad. En Francia, la reacción contra la "reforma" de las pensiones ha focalizado un descontento creciente que atraviesa toda la sociedad, pero que es especialmente intenso en los jóvenes.
La gran manifestación del 10 de Noviembre en Londres mostró que en Gran Bretaña existe el mismo potencial de resistencia. El mero tamaño de la manifestación, la implicación, tanto de los estudiantes como de los trabajadores del sector de la educación, el rechazo a limitarse a una dócil procesión prefigurada de antemano, todo esto expresa un amplio sentimiento de que no podemos aceptar la lógica tras el asalto del Estado a nuestras condiciones de vida. La ocupación momentánea de la sede del partido Conservador no fue resultado de la conspiración de un puñado de anarquistas, sino el producto de un malestar mucho más amplio, y la gran mayoría de estudiantes y obreros que apoyaron la manifestación se negaron a secundar la condena de estos actos que habían hecho la dirección del NUS (National Union Students -Sindicato Nacional de Estudiantes) y los media.
Muchos lo han dicho: Esta manifestación era sólo el principio. Ya se ha organizado una segunda Jornada de acción y manifestaciones para el 24 de Noviembre. Por el momento las movilizaciones están convocadas por organizaciones "oficiales" como el NUS, que ya han mostrado que forman parte de las fuerzas del orden. Pero esta no es una razón para no participar masivamente en las manifestaciones. Al contrario, acudir conjuntamente y masivamente es poner las mejores bases para crear nuevas formas de organización que puedan expresar las necesidades reales de la lucha.
Antes de estas manifestaciones y Jornadas de lucha, ¿Cómo podemos avanzar? Necesitamos convocar reuniones y asambleas generales en las universidades, institutos y colegios, abiertas a todos los estudiantes y trabajadores, para discutir los objetivos de las manifestaciones y para apoyarlas.
Hay que apoyar la iniciativa que han tomado algunos compañeros de formar "grupos de estudiantes y obreros radicales" en las manifestaciones; pero donde sea posible, habría que reunirse antes para discutir exactamente cómo expresar la independencia respecto a los organizadores oficiales de las Jornadas.
Tenemos que aprender de las experiencias recientes en Grecia, donde las ocupaciones (incluyendo la de la sede de los sindicatos) se usaban para crear espacios de discusión donde pudieran celebrarse asambleas generales. ¿Y cual ha sido la experiencia de Francia? En muchas ciudades vimos una minoría importante de obreros y estudiantes que celebraban asambleas, no sólo al final de las manifestaciones, sino regularmente mientras continuaban las movilizaciones.
También hemos de ser claros sobre que, en el futuro, las fuerzas del orden no van a mantener el tono "bajo" del 10 de Noviembre. Serán puestas en alerta y buscarán provocarnos para que emprendamos enfrentamientos prematuros y les demos un pretexto para desplegar sus fuerzas -esta ha sido una táctica común en Francia. La organización de nuestra autodefensa y solidaridad contra las fuerzas de represión tiene que surgir de la discusión y la decisión colectiva.
La lucha no es sólo del sector de la educación. Toda la clase obrera está siendo atacada y la resistencia necesita extenderse conscientemente al sector público y privado. Controlar nuestras luchas es la única forma de extenderlas.
Corriente Comunista Internacional, 15/10/10
Después de más de tres años de recesión abierta, que la propia burguesía llama La Gran Recesión, la situación de degradación de la clase trabajadora y del resto de la población laboriosa no ha hecho más que agravarse en todo el mundo, donde proliferan los despidos y el paro masivo y los ataques a los sistemas de pensiones y seguridad social.
Ya sean gobiernos de "izquierda" tipo Zapatero, Papandreu o Chávez, ya sean de derechas tipo Zarco, Berlusconi o Merkel, Estalinistas a la cubana o a la china o islamistas... Todos entonan la misma canción de los planes de austeridad, de los recortes en sanidad y educación, de reducciones de salarios ya de por sí degradados por la inflación, de reconversiones laborales que aumentan el paro de forma escandalosa tanto en los países del tercer mundo como en el primero. Como es lógico y normal la austeridad trae más austeridad puesto que el mercado solvente se va estrechando a nivel mundial, confirmándose el Marxismo una vez más puesto que como decía Engels: "Pero, del mismo modo que la manufactura, al llegar a una determinada fase de desarrollo, chocó con el régimen feudal de producción, que ha venido a sustituir a aquél. Encadenada por ese orden imperante, cohibida por los estrechos cauces del modo capitalista de producción, hoy la gran industria crea, de una parte, una proletarización cada vez mayor de las grandes masas del pueblo, y de otra parte una masa creciente de productos que no encuentran salida. Superproducción y miseria de las masas -dos fenómenos, cada uno de los cuales es, a su vez, causa del otro- he aquí la absurda contradicción en que desemboca la gran industria y que reclama imperiosamente la liberación de las fuerzas productivas, mediante un cambio del modo de producción"[1].
Aunque los mandamases de las grandes potencias mundiales llevan tres años de reuniones en el famoso G20, no han sido capaces de tomar ninguna medida efectiva que mejore la situación: los grandes financieros y bancos siguen con sus especulaciones aún más sangrantes, los paraísos fiscales son ahora más paraísos que nunca... la burguesía y sus dirigentes ponen la guinda de la degeneración a cien años en que han batido el récord mundial de matanzas y de barbarie de la historia de la humanidad. Habían acordado evitar el proteccionismo comercial y las devaluaciones competitivas de los años Treinta para no caer en el "sálvese quien pueda", pero las últimas medidas de la Reserva Federal de Estados Unidos de darle a la máquina de imprimir billetes por un importe de más de 600.000 millones de dólares para monetizar deuda y devaluar el dólar persigue el aumento de las exportaciones a costa sobre todo de China y la Unión Europea. China es de destacar que mantiene artificialmente bajo el yuan para favorecer sus exportaciones: "El G-20 concluye sin acuerdo: resurge la sombra de una guerra comercial. La cumbre del G-20 en Seúl pospone para 2011 la resolución de la guerra de divisas y los desequilibrios comerciales entre grandes potencias. El G-20 admite el riesgo de "apartarse de las soluciones globales", es decir, un sálvese quien pueda que podría derivar en más proteccionismo comercial"[2] .
Todo este hundimiento del capitalismo en sus contradicciones y miserias amenaza con llevarse a la humanidad por delante, y es una reflexión que comienza a desarrollarse en las masas obreras y laboriosas de todo el mundo (las últimas luchas en Francia demuestran que el proletariado se ve y se verá obligado a responder a la declaración de guerra por parte de la burguesía para hacerle pagar una crisis de la que no es culpable y mantener sus hirientes privilegios caiga quien caiga).
Las consecuencias de estos ataques y de esta declaración de guerra están hundiendo en la más sombría de las miserias a un sector cada vez más grandes de la población: "Cada semana 800 propietarios pierden sus casas al no poder pagar la hipoteca... Además, habría 1,4 millones de créditos susceptibles de no poder ser pagados, la mayoría de ellos firmados durante el llamado "boom inmobiliario"[3].
La desesperación está llevando al suicidio a muchas personas que no ven ninguna salida ni ningún futuro ( "un vecino de Hospitalet de Llobregat se suicidó este jueves en plena calle tras haber sido desahuciado con su familia hace una semana..")[4] Todo esto contrasta con los privilegios hirientes de la clase dominante: "Contrasta esta noticia de entrega de millones para organizar jornadas y juegos que supuestamente pidió el yerno del rey y nunca se celebraron con la del parado que se ha suicidado víctima del paro y la desesperación cuya lectura hace que un escalofrío recorra el cuerpo de las personas sensibles y nos planteemos, por la proximidad del caso ya que diariamente mueren personas de hambre que como no vemos ni los medios de comunicación comentan son una nebulosa ajena... La codicia de las clases altas, el reparto del dinero público por ser vos quien sois, los sobres de adjudicaciones, el lujo exhibido, las mariscadas, los coches oficiales, políticos de varios salarios y elevados, etc. Y con qué poco ese hombre podría haber seguido cuidando de su familia..."[5] .
Ante este callejón sin salida al que la burguesía y la sociedad capitalista en descomposición y quiebra histórica está llevando a la clase obrera y a toda la humanidad, donde se desarrollan ataques inmisericordes los cuales a su vez agravan más aún la crisis económica de sobreproducción relativa y la miseria de las masas, la única respuesta la tiene el proletariado pues al ser una clase explotada y revolucionaria al mismo tiempo sus luchas en defensa de sus condiciones de vida y trabajo son portadoras de la semilla revolucionaria que liberará a toda la humanidad (luchas que aunque todavía se desarrollan con grandes dificultades como últimamente en Francia y Grecia, los trabajadores de Tekel en Turquía, los estudiantes en Londres..., expresan una reflexión y una toma de conciencia por todas las generaciones obreras que frente al no futuro de un capitalismo terminal la única respuesta es la lucha revolucionaria para terminar con este sistema moribundo que amenaza con acabar con la vida en la Tierra):"El proletariado ya no puede emanciparse de la clase que le explota y oprime sin emancipar, al mismo tiempo y para siempre, a la sociedad entera de la explotación"[6] .
[1] ENGELS, "Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana".
[2] Libertad Digital 12-11-2010.
[3] El Economista.es 14-11-2010
[4] El Confidencial.com 12-11-2010
[5] El Confidencial.com 13-11-2010
[6] ENGELS, "Prólogo" de 1883 al Manifiesto Comunista.
Por si a estas alturas no estaba claro, no hace falta esperar a las elecciones generales de 2012 para saber lo que le espera a las condiciones de vida de la clase obrera española, gane la izquierda o la derecha. La campaña de las elecciones en Cataluña muestra que los aporreados y los aporreadores serán los de siempre: los obreros y la burguesía respectivamente; la promesa de "salida" de la crisis y las medidas a emplear apuntan en una sola dirección aunque no se diga: atacar sin contemplaciones las condiciones de vida de la clase obrera. En esto, el bandidaje burgués no tiene fisuras, aunque se enfrenten en carnicerías como la de Irak o Afganistán, están de acuerdo en ser brutales y estar unidos, a la hora de tomar las únicas medidas posibles para intentar salir de una crisis económica, aguda, sin precedentes: Atacar profunda y rápidamente a la clase obrera en todas sus facetas: Fijos, eventuales, pensionistas, funcionarios, etc. ya nadie está a salvo. En la campaña para las elecciones de Cataluña, como ejemplo, los que han gobernado, los que gobiernan y los que gobernarán con todo el sequito de los que no aparecen en la campaña, izquierdistas y sindicalismo, tienen preparada una auténtica declaración de guerra contra el proletariado. Este, para afrontar este desafío total, se encuentra solo pero tiene armas poderosas de la que aún no es consciente: la unidad, la conciencia y la organización
No se trata ni de una visión fatalista ni de un punto de vista elaborado en base a prejuicios ideológicos, es simplemente una constatación de lo que está pasando en la vida real. Desde que en 2007 la crisis mundial crónica de sobreproducción, mostró que al capitalismo se le habían agotado los paliativos, en especial el de un crecimiento basado en un progresivo endeudamiento tanto público como privado[1], la posición económica de España en el ranking mundial, como potencia capitalista, no ha hecho más que retroceder. No vamos a mencionar las cifras que todo el mundo sabe o que se puede encontrar fácilmente en la prensa burguesa, nosotros mismos hemos publicado artículos sobre la crisis económica[2]. La economía española se encuentra entre las más débiles de la llamada eurozona, junto con Irlanda, Portugal y Grecia, aunque también otros países como Italia pueden ser engullidos por el torbellino de la deuda; en el caso español, los factores de esta debilidad son muy difíciles de superar a medio plazo: Un desempleo monumental, una deuda privada enorme con altas tasas de morosidad, gran parte de todo ello a causa de la llamada burbuja inmobiliaria, donde los precios de las viviendas y de los terrenos alcanzaron precios irracionales. Todos los expertos mundiales[3] coinciden en que estos precios inmobiliarios deben bajar de forma drástica para que pueda haber un principio de saneamiento, lo cual significa un gran problema tanto para los que adquirieron las viviendas como para los acreedores bancarios, endeudados hasta las cejas en el mercado internacional, que concedieron préstamos hipotecarios y de consumo. Buena prueba de lo que decimos, a nivel general, es que la bolsa española, el famoso Ibex 35, es el que más ha caído en lo que va de año, casi un 15%, en comparación con los mercados bursátiles de otros países, por ej. el Dax alemán que ha subido en ese tiempo un 13%.
Ahora bien, con ser muy importante, ese problema, por así decirlo, está ligado a otro no menos importante: La deuda de los Estados y su posible quiebra. El Estado español está fuertemente endeudado, también en el mercado internacional, la caja del Estado está prácticamente vacía, la deuda que en estos momentos está emitiendo España es para pagar los vencimientos de la deuda contraída con anterioridad. Los mercados internacionales saben perfectamente, que si el pago de la deuda privada falla, especialmente las convenidas entre la banca española y los mercados internacionales, el Estado no tiene dinero para socorrer a la banca privada ni en efectivo ni concediendo avales. Una causa importante de esta falta de liquidez del Estado en todas sus vertientes, central autonómica, local, etc. precisamente estriba en el estallido de la burbuja inmobiliaria, que ha secado, directa e indirectamente, la principal fuente recaudatoria del Estado y que le permitía sacar pecho a la hora de financiarse internacionalmente. No vamos a explicar las consecuencias de todo esto, más o menos la pescadilla que se muerde la cola.
¿Cómo puede el capitalismo y su Estado escapar de esta situación o al menos disminuirla? Solo atacando profundamente las condiciones de vida de los trabajadores, sea cual su posición: parados, fijos, funcionaros, precarios, pensionistas, subcontrataciones en varios grados, o como finamente se dice externalizaciones, etc.
Con el panorama antes expuesto ¿Significa eso que la burguesía va tirar la toalla? Nada de eso, ni puede ni quiere. La burguesía sabe perfectamente lo que tiene que hacer, en contra de algunos "radicales bien pensantes" que dicen que el capital está desorientado y no sabe qué camino seguir, la burguesía ha declarado la guerra al proletariado, a sus condiciones de vida: trabajo, salud, enseñanza, pensiones y un largo etcétera. Además la burguesía española tiene mucha experiencia histórica en combatir a la clase obrera, tiene claro cómo hacerlo, no confundamos su patente debilidad económica, con debilidad política frente al proletariado, está armada y lista para la lucha. Sobre todo ha aprendido muy bien que los ataques deben ir siempre cubiertos con la mistificación democrática: la negociación mejor que la imposición, la lucha sindicalista mejor que la lucha independiente, el inmediatismo mejor que la reflexión obrera, el interés nacional de todos en lugar del interés de clase, de esta crisis se saldrá como siempre se ha salido de las anteriores, con el esfuerzo de otros, etc. Cada uno de estos aspectos daría lugar para escribir un extenso artículo. Pero nosotros escribimos y debatimos para el proletariado y en especial para la minorías internacionalistas que van surgiendo, no pretendemos dar lecciones de ortodoxia revolucionaria, sino abrir la discusión; desde este enfoque y en relación con la situación en España, aunque nosotros defendemos estas posiciones en el ámbito internacional, a nuestro juicio, se imponen dos observaciones urgentes de cara a entender y enfrentar los ataques:
1) La idea de que la crisis es como otras crisis cíclicas pasadas, que se superara mediante las políticas capitalistas empleadas durante los últimos 40 años, casi todas basadas en un mayor incremento del endeudamiento público y privado, esa solución, o paliativo como nosotros le llamamos, ya hemos intentado explicar de la manera más clara que esa salida a alcanzado sus límites, la única solución ahora para enderezar la crisis consiste en el ataque urgente y profundo a la clase obrera, aunque ello no es garantía de superación de la crisis, si bien la burguesía no puede hacer otra cosa.
2)Ataque a la reflexión de la clase obrera como una medida al elemento más peligroso que ve la burguesía no solo española sino internacional, el que la clase se vaya dando cuenta, de que todas las "soluciones" pasan por atacar sus condiciones de vida, que se consolida su no creencia en el futuro prometido por el capitalismo, su desafecto a la mistificación democrática en todos los órdenes, es de lo más peligroso para la burguesía; no es la respuesta inmediatista, como se produce como cuando se convocan huelgas generales como la del 29-S, una huelga burguesa con vestiduras obreras, sino reflejos, intentos de tomar la lucha a cargo a través de las asambleas, como sucedió de manera breve e insegura por parte de los compañeros del metro de Madrid en junio de este año, son lo que nos enseñan el camino a seguir.
La burguesía no tiene otra salida a su crisis que atacar a las condiciones de vida de la clase obrera, y el timón de ese ataque lo lleva directamente el Estado, es decir Gobierno central, oposición, gobiernos autonómicos; los ataque son de tanta profundidad, que la burguesía necesita movilizar todo el aparato sindical como en el 29-S, para crear una sensación de oposición y de lucha obrera, pero los trabajadores no olvidan que hasta este momento, todos los ataques que se han hecho a lo largo de la democracia llevan el sello de los sindicatos, por muy radicales que se quieran presentar en la defensa de los intereses de los obreros, son los mismos que en su momento firmaron los grandes marcos que permitieron los ataques que se han sucedido hasta hoy, Pactos de la Moncloa, Estatutos de los Trabajadores, el Acuerdo Marco de 1980, etc. Hablamos de los grandes acuerdos, pero también está el día a día de la negociación, el menudeo sindical, el ataque cotidiano, especializado, rapaz y cicatero del que ningún sindicato sindicatos se ha desligado.
13-11-2010
1. La Señora Carmen Reinhart, una nueva gurú, que ha escrito un célebre libro junto a Kenneth S. Rogoff, titulado "Esta vez es diferente", en una entrevista publicada en el "País, Negocios" del 31 de octubre del 2010, decía respecto a al enorme endeudamiento: "A pesar de todo, EE.UU aún tiene margen para lidiar con su deuda. Europa está peor: una combinación nunca vista de deuda pública y privada con los sistemas financieros muy dañados....y con una combinación de deuda pública y privada que no se ha dado nunca en esta escala que yo sepa.
El los felices años veinte se acumulo una cantidad de deuda privada barbara, pero no publica; luego llegó la guerra y generó montañas de deuda pública pero no privada. La combinación actual es más peligrosa. Y ahí una deflación sería terrible".
2. Ver: ¿Crisis del neoliberalismo o crisis del capitalismo? En https://es.internationalism.org/node/2380 [7]. Para un análisis de la crisis económica actual ver: /content/2903/las-ensenanzas-de-la-fase-actual-de-la-crisis [8]
3. Ente ellos Nouriel Roubini, el venerado gurú que "vio" venir la crisis financiera. Entrevista en la publicación semanal "El País Negocios" antes citada.
A menos de 2 años de las históricas elecciones que auparon a la casa Blanca al primer presidente afro-americano -acabando con 8 años de gobierno de G. W. Bush-, la administración Obama tiene serios problemas. El circo electoral trabaja a toda máquina para preparar las elecciones al Congreso de 2010, que los analistas políticos y los sondeos nos dicen que casi con seguridad darán de nuevo el control al Partido Republicano, si no en las dos cámaras, al menos en una. Los comentaristas de los media están atónitos de que, sólo dos años después del colapso económico que amenazó con hundir la economía, el pueblo americano esté a punto de votar mayoritariamente al partido cuya política "fundamentalista" en defensa de los mercados mientras estaba en el gobierno, hizo inevitable ese colapso. Las tendencias antidemocráticas y anti-Obama, son tan apabullantes, nos dicen, que el presidente podría no superar la prueba de su reelección en 2012
¿Qué impacto tiene en la clase obrera todo este murmullo electoral? ¿Han perdido completamente la cabeza los votantes como parece concluir una parte de los media del aumento de la popularidad de los Republicanos y el Tea Party? ¿Cuál es la estrategia global de la burguesía frente a estas elecciones y para el 2012? ¿Los problemas del gobierno Obama reflejan una inquietud creciente en la burguesía sobre su capacidad para llevar a cabo las medidas para superar la crisis económica más seria desde la Gran Depresión, o expresan la incapacidad de la burguesía para gestionar su aparato político en el contexto de la descomposición social?
En primer lugar, como revolucionarios, hemos de señalar que para la clase obrera no hay nada en juego en el resultado de estas elecciones independientemente del partido que gane. Como trabajadores, el resultado electoral no concierne a nuestras condiciones de vida; todas las fracciones de la burguesía en el periodo actual de decadencia del capitalismo son igualmente reaccionarias. Sea cual sea el partido (o facción del mismo) que esté en el gobierno, se verá obligado a adaptar su política a las necesidades del capital nacional para imponer la austeridad a la clase obrera y gestionar la administración del Estado. Eso por supuesto no quiere decir que todos los partidos puedan cumplir estas tareas con la misma eficacia. Por tanto, insistimos, los trabajadores tiene que resistir los cantos de sirena de los diferentes partidos burgueses y sus aparatos de propaganda para que participen en las elecciones. Es fácil denunciar el Tea Party -prácticamente indistinguible del ala derecha del Partido Republicano- que promueve el libre mercado por encima de todo, las leyes anti-inmigración, el populismo más demagógico y extrañas teorías sobre conspiraciones "socialistas" o "comunistas" y complots islamistas de la Casa Blanca para "vender la patria" a AlQaeda.
Sin embargo, si es evidente el rechazo de los trabajadores al programa descaradamente antiobrero de la derecha, no pueden por eso caer presos de la propaganda de la izquierda burguesa, que trata de usar el asqueroso extremismo de una derecha cada vez más beligerante y paranoica, para asustarnos y llevarnos a una estrategia defensiva de protección del Estado contra la retórica anti-solidaria de la derecha. Hemos de condenar todas las facciones de la burguesía independientemente de su barniz ideológico y de su discurso político. Es cierto que el Partido Republicano y sus aliados del Tea Party están desplegando actualmente un registro particularmente asqueroso y que sin duda muchos políticos de la derecha creen realmente en el discurso que sueltan, pero esto no puede cegar a la clase obrera para que asuma los llamamientos de los Demócratas de defender el Estado burgués. Si caemos en esa trampa, nos veremos atrapados en el terreno del enemigo de clase.
Internationalism ha desarrollado un análisis de las crecientes dificultades de la burguesía USA remontándose como mínimo a las disputadas elecciones del 2000, en las que perdió el candidato de consenso de la burguesía por el voto de los distritos electorales más reaccionarios de la América "profunda", dando paso a 8 años más de presidencia de G.W. Bush en los que se vio comprometido el prestigio imperialista de Estados Unidos y la economía doméstica rodó literalmente por los suelos. La burguesía USA fue finalmente capaz de manipular efectivamente su aparato electoral en 2008, con la elección de Barrack Obama a la presidencia. La campaña electoral de 2008 ayudó a la burguesía a revitalizar la ilusión electoral y aupó al gobierno un equipo más capaz de poner en marcha la política para gestionar el hundimiento en la crisis económica y el reforzamiento de la imagen imperialista USA en la escena internacional. Con una machacona campaña electoral centrada en la elección del primer presidente afro-americano, la burguesía fue capaz de instilar confianza en el electorado (particularmente en las generaciones más jóvenes) y asegurar que Obama derrotaría al decrépito tandem McCain-Pain.
El empeño de la burguesía en sacar adelante la maniobra electoral de 2008 era aún más importante puesto que tenía lugar en medio del colapso casi total de la economía USA, en el momento en que el estallido de la burbuja especulativa afectaba al sistema financiero y cuando asistíamos a un aumento masivo del desempleo. Pero a pesar de todo el sarao que ha rodeado la "histórica" presidencia de Obama, en los dos años trascurridos desde su reelección la burguesía USA se ha mostrado incapaz de contener las fuerzas centrífugas de la descomposición que han estado desgarrando su sistema político como poco durante la última década.
En cuanto Obama fue investido, las fuerzas de la derecha se organizaron en el Tea Party para retar al presidente y en realidad a todo lo que ellos llaman el "establishment de Washington"[1] . Obligados a complacer el discurso viperino del Tea Party para mejorar sus propias expectativas electorales, muchos miembros del partido Republicano han asumido un comportamiento político cada vez más extraño y teñido ideológicamente y así hemos visto a los Republicanos en el Congreso hacer todo lo que pudieran para obstruir la puesta en marcha de la agenda doméstica del gobierno Obama. Los dos últimos años, la burguesía USA ha tenido que vérselas con una situación en la que fracciones significativas de la clase política han obstruido activamente las iniciativas del presidente para estimular la economía, racionalizar el sistema sanitario ineficaz y abotargado de la nación, dinamizar las leyes de inmigración para que ésta no resulte una carga improductiva y restaurar cierto nivel de supervisión efectiva del gobierno sobre Wall Street.
Sin embargo el obstruccionismo político del partido Republicano a la política nacional no está totalmente aislado del sentimiento político de la sociedad USA. Los rescates bancarios que marcaron los últimos meses del gobierno Bush y que continuaron durante la presidencia de Obama han sido profundamente impopulares para el electorado, puesto que la población ve que el dinero de sus impuestos se gasta para sacar de apuros a los ricos banqueros mientras la gente pierde el empleo. Más aún con el desempleo en tasas del 9,6% durante casi los dos últimos años. Realmente hay un profundo cabreo en la clase obrera. Por el momento, el partido Republicano y sus aliados del Tea Party han tenido éxito al conseguir movilizar gran parte de ese malestar tras una revuelta populista contra Washington y el gobierno supuestamente ilegítimo de Obama.
Con todo este caos a nivel nacional, ¿Se puede detectar una estrategia dominante de la burguesía para las elecciones legislativas (Midterm) de 2010 que podamos proyectar a las elecciones presidenciales de 2012? Es difícil de decir. Parece haber un consenso general en la burguesía de que Obama defiende eficazmente los intereses imperialistas de la nación en la escena internacional: disminuyendo poco a poco la implicación militar en Irak sin comprometer la posición imperialista USA allí; haciendo esfuerzos de nuevo para imponer la voluntad americana en el conflicto palestino-israelí; negociando un tratado de armamento con Rusia; aumentando los recursos militares disponibles en Afganistán y en general, reparando la imagen imperialista de USA en el mundo. En el terreno de la estrategia imperialista -aunque Afganistán sigue siendo un foco de preocupación- la burguesía parece que está bastante contenta con el gobierno Obama, como lo pone en evidencia la nada controvertida destitución del general al mando en Afganistán, Stanley McChrystal.
Sin embargo, en el terreno doméstico, la burguesía USA está desgarrada por profundas divisiones respecto a cómo responder a la persistente crisis económica, que amenaza con tensar la estructura política y social del país hasta el punto de ruptura. El gobierno Obama ha sido incapaz de reducir la tasa de desempleo, dar la vuelta a la economía y vender su programa a la población. El programa de estímulo y la legislación sanitaria siguen siendo profundamente impopulares, y no solo sirven para alimentar el frenesí del Tea Party, sino que también preocupan a los aliados "progesistas" del gobierno, que ven que Obama está demasiado cercano a los banqueros. La dificultad del gobierno Obama para enrolar lo suficiente a la población tras su política es un factor que la burguesía tiene que considerar para determinar el destino de su gobierno.
No obstante, hay una seria preocupación entre las fracciones de la burguesía sobre cómo gestionar la creciente crisis de endeudamiento nacional, que se hunde en espiral más y más profundamente, tanto bajo gobiernos republicanos como demócratas. Entre ciertas fracciones de la burguesía se va extendiendo la opinión de que, para gestionar la crisis fiscal del Estado, se necesita una política concertada de austeridad contra la clase obrera; aunque hasta ahora la burguesía ha sido incapaz de crear las condiciones políticas para poner en marcha este tipo de austeridad, como si ha ocurrido en Gran Bretaña con la coalición conservadora-liberaldemócrata. Sería particularmente arriesgado para la burguesía USA poner en marcha esas medidas de austeridad con el Partido Demócrata en el gobierno. Eso pondría en peligro en mito de que el partido Demócrata es el partido de la clase obrera y posiblemente revigorizaría el Tea Party y otros movimientos de derecha. Si se ponen en marcha esas medidas de austeridad bajo un gobierno Demócrata, se corre el riesgo de alterar la tradicional división ideológica del trabajo en el sistema político vigente más aún de lo que ya se está haciendo.
Y la burguesía USA no tiene la misma urgencia inmediata de aplicar esas medidas de austeridad que otras potencias no hegemónicas. Los economistas burgueses en USA están profundamente divididos sobre cómo gestionar la crisis económica y muchos expertos bien conocidos -como Paul Krugman y Robert Reich- continúan haciendo llamamientos a más medidas Keynesianas de estímulo para reactivar los ingresos y prevenir un nuevo hundimiento de la economía. Por el momento parece que la perspectiva de que el Congreso caiga en manos republicanas en Noviembre no serviría los intereses de la burguesía nacional y sólo serviría para profundizar aún más el obstruccionismo en Washington. Sería casi imposible, con la actual realidad política, una "reforma" de las leyes de inmigración llevada a cabo por un Congreso Republicano. Para comprender completamente la posibilidad de una victoria republicana en Noviembre, tenemos que volver a nuestro análisis de la política de la burguesía USA cuando las elecciones del 2000 opusieron a Bush y Gore: la dificultad creciente de la burguesía para controlar su aparato electoral y político en el contexto de la descomposición.
Como hemos argumentado desde el 2000, la burguesía USA cada vez tiene más dificultades para manipular su sistema electoral y llevar al mejor equipo posible según el momento al gobierno. Vimos como la tendencia creciente de ciertas fracciones de la burguesía a adoptar una mentalidad de "cada uno a la suya", junto a ciertos rasgos arcaicos del sistema electoral presidencial en USA, permitieron que la torpe administración de Gorge Bush llegara al gobierno en la elección presidencial del 2000 superando al candidato de consenso de la burguesía, que ocupaba entonces el puesto de Vicepresidente, Al Gore. Aún más, la creciente dificultad de la burguesía USA para establecer una estrategia de consenso antes de las elecciones, permitió a G.W. Bush ganar la reelección en 2004, a pesar del daño que su gobierno infligió a la posición imperialista de Estados Unidos.
Por eso fue un momento importante de la reciente historia de la burguesía USA que fuera capaz de organizar la exitosa campaña electoral de 2008, que de un solo golpe, revigorizó la ilusión electoral y dio nueva vida a la idea de USA como una potencia benevolente en la escena internacional. Sin embargo, en los dos años trascurridos desde esas elecciones, ha quedado claro que la burguesía ha sido incapaz de mantener este "ratito de gloria". Casi desde el mismo momento de su estreno, el gobierno de Obama ha servido para engendrar una mayor descomposición del sistema político en USA; particularmente al proveer un punto de focalización para el discurso paranoico del Tea Party. La presidencia de Obama ha reavivado los posos raciales en la sociedad americana y los ha inyectado a la vida política de la burguesía, de una manera que no se había visto desde el movimiento de los derechos civiles de los años 1950 y 1960..
El partido Republicano, por su parte, se ha aposentado en el cabreo permanente con el gobierno Obama, para mejorar sus propias perspectivas electorales para Noviembre y para 2012. Sin embargo, para recoger la recompensa de este enfado, el partido Republicano ha tenido que consentir el discurso del Tea Party, garantizando al mismo tiempo en este proceso, la legitimidad de su locura. Sin embargo, las relaciones entre el partido Republicano y el Tea Party están lejos de resultar problemáticas para el GOP (abreviatura de Gran Old Party, el partido Republicano). Los activistas del Tea Party han infiltrado las organizaciones locales del partido Republicano por todo el país y varios puestos prominentes de funcionario del Estado han ido a parar a candidatos respaldados por el Tea Party en las primarias.
Si el partido Republicano se ha beneficiado en su posición electoral de la animación del Tea Party, ha sido ampliamente a expensas de su credibilidad como partido burgués de gobierno. Si el gobierno de G.W. Bush fue un desastre para el Estado norteamericano, ¡se puede imaginar los desastres que causaría un gobierno encabezado por uno de estos charlatanes! En este momento es improbable que un gobierno republicano tuviera la habilidad y la credibilidad política para imponer eficazmente la austeridad nacional a la manera de la coalición Conservadora-liberal en Gran Bretaña. Por esta razón, podemos concluir que la posibilidad de una captura republicana de una o de las dos cámaras del Congreso no parece coincidir con los intereses globales de la burguesía nacional en este momento. Si los republicanos conquistaran una o las dos cámaras, eso haría casi imposible gobernar eficientemente los dos próximos años para la administración Obama.
Henk, 10 de Julio de 2010
[1] Sobre este tema puedes leer en nuestra web en inglés, en Internationalism nº 154: "The Tea Party: capitalist ideology in Decomposition"
Esta serie de artículos tienen como objetivo demostrar que los miembros de la Izquierda Comunista y los anarquistas internacionalistas no solo deben discutir, también han de colaborar. La razón es simple: compartimos, más allá de nuestras divergencias -importantes incluso-, posiciones revolucionarias esenciales: el internacionalismo, el rechazo de cualquier colaboración o compromiso con fuerzas políticas burguesas, la defensa de que "los obreros se apoderen de sus luchas",... [1]
A pesar de esta evidencia, durante mucho tiempo las relaciones entre estas dos corrientes revolucionarias han sido casi nulas (aunque justo ahora y tras muchos años comenzamos a esbozar un debate y una colaboración). Sin duda, esto es resultado de la dolorosa historia del movimiento obrero; por ejemplo, la actitud de la mayoría del Partido bolchevique durante los años 1918-1924 (prohibición sin distinciones de toda prensa anarquista, enfrentamiento con el Ejército de Makhno; masacre de los marinos insurgentes de Kronstadt...) abrió un abismo entre los revolucionarios marxistas y los anarquistas.
Pero lo más terrible fueron las consecuencias que tuvo el estalinismo, que masacró a millares de anarquistas[2] en nombre del "comunismo" y causó un auténtico traumatismo que duró décadas[3]; traumatismo que hace que todavía hoy persistan, de una parte y de otra, ciertos miedos para debatir y colaborar.
Para superar estas dificultades hay que estar totalmente convencidos, pese a las divergencias, de pertenecer al mismo campo: el de la revolución y el del proletariado. Como seguramente eso no será suficiente, deberemos hacer un esfuerzo consciente para cultivar la calidad de nuestros debates, teniendo en cuenta que "alzarse de lo abstracto a lo concreto" es siempre la etapa más arriesgada.
La CCI procurará precisar en este artículo con qué estado de espíritu va a abordar esta posible y necesaria relación de la Izquierda comunista y el anarquismo internacionalista.
En nuestra prensa hemos afirmado numerosas veces y de diferentes formas, que la ideología pequeño burguesa es algo propio del anarquismo. Esta crítica, efectivamente radical, es frecuentemente tildada de inaceptable por los militantes anarquistas, incluso por los habitualmente más abiertos a la discusión; de tal manera que la etiqueta "pequeño-burgués" que todavía adherimos al término "anarquismo" es motivo suficiente para que algunos no quieran ni oír hablar de la CCI. Recientemente, en nuestro foro Internet, un participante que se dice anarquista ha definido también esta crítica de auténtica "injuria". Desde luego que en nuestro pensamiento no hay en absoluto tal intención. Por muy profundos que sean los desacuerdos recíprocos no deben hacernos perder de vista que los militantes de la izquierda comunista y del anarquismo internacionalista debaten entre revolucionarios. Los anarquistas internacionalistas, por su parte, también tienen al marxismo en el objetivo de sus numerosas críticas, comenzando por lo que ellos llaman la inclinación natural de los marxistas por el autoritarismo y el reformismo. El Sitio Web de la CNT-AIT en Francia contiene múltiples pasajes de esa índole:
"Los marxistas se han convertido progresivamente (desde 1871) en embaucadores de los explotados y firman el acta de nacimiento del reformismo obrero"[4]
"El marxismo es responsable de la desviación de la clase obrera hacia el parlamentarismo [...]. Solo cuando se haya comprendido eso se podrá ver que la vía de la liberación social nos lleva al mundo venturoso del anarquismo, pasando por encima del marxismo"[5].
No se trata de "injurias" sino de críticas radicales... con las que estamos, evidentemente, ¡en total desacuerdo! Por tanto nuestro análisis de la naturaleza del anarquismo debe ser considerado como una crítica abierta. Merece por tanto la pena recuperar aquí este análisis, aportando algunas citas, cortas. En un capítulo titulado "El núcleo pequeño burgués del anarquismo" escribimos, en 1994:
"El crecimiento del anarquismo en la segunda mitad del siglo XIX fue producto de la resistencia de las capas pequeño burguesas (artesanos, intelectuales, tenderos, pequeños campesinos) a la marcha triunfal del capital. La resistencia al proceso de proletarización que les privaba de su "independencia" social original fue más fuerte en aquellos países donde el capital industrial llegó tarde, en los países de la periferia en el Este y Sur de Europa, y expresaba tanto la rebelión de estas capas contra el capitalismo, como su incapacidad para ver, más allá, el futuro comunista. El anarquismo se hizo así portavoz de su anhelo por un pasado semi-mítico de comunidades locales libres y productores estrictamente independientes sin el estorbo de la opresión del capital industrial o de la centralización del Estado burgués.
El "padre" del anarquismo, Pierre-Joseph Proudhon, era la encarnación clásica de esta actitud, con su odio feroz no solo al Estado y a los grandes capitalistas sino al colectivismo en todas sus formas, incluyendo los sindicatos, las huelgas y expresiones similares de colectividad de la clase obrera. El ideal de Proudhon, contra las tendencias que se desarrollaban en la sociedad capitalista, era una sociedad "mutualista" fundada en la producción artesana individual y ligada por el libre intercambio y el libre crédito"[6].
También en "Anarquismo y comunismo: Carta abierta a los militantes del Comunismo de Consejos (Izquierda comunista libertaria)" fechado en 2002 decíamos:
"En la génesis del anarquismo lo que se expresa es el punto de vista del obrero recién proletarizado y que rechaza con todas sus fuerzas la proletarización. Estos obreros, recién salidos del campesinado y del artesanado, generalmente mitad obreros mitad artesanos (el caso de los relojeros del Jura suizo) expresaban la añoranza del pasado ante el drama que para ellos era el haber caído en la condición obrera. Su aspiración social era que diera marcha atrás la rueda de la historia. En el meollo de esa concepción está la nostalgia de la pequeña propiedad. Por eso es por lo que, siguiendo a Marx, nosotros analizamos el anarquismo como la expresión de la penetración de la ideología pequeño burguesa en el proletariado."[7]
Dicho de otra manera: reconocemos que, desde su nacimiento, el anarquismo se caracteriza por un profundo sentimiento de revuelta contra la barbarie de la explotación capitalista pero, también, que hereda la visión de los "artesanos, comerciantes, granjeros,..." que fueron su origen. Esto no significa en absoluto que, hoy, todos los grupos anarquistas sean "pequeño burgueses". Es evidente que la CNT-AIT, el KRAS[8] están animados de la llama revolucionaria de la clase obrera. Yendo más lejos aun, a lo largo de los siglos XIX y XX numerosos obreros abrazaron la causa anarquista y lucharon auténticamente por la abolición del capitalismo y la llegada del comunismo, desde Louise Michel a Durruti pasando entre otros por Voline o Malatesta. Durante la oleada revolucionaria de1917 gran número de anarquistas incluso formaron, en las filas obreras, batallones de los más combativos.
Siempre ha habido en el movimiento anarquista una batalla contra la tendencia originaria de dejarse influenciar por la ideología de la pequeña burguesía radicalizada. Por esto en parte es por lo que hay profundas divergencias entre anarquistas individualistas, mutualistas, reformistas, comunistas nacionalistas y comunistas internacionalistas (solo los últimos pertenecen realmente al campo revolucionario). Pero incluso los anarquistas internacionalistas sufren la influencia de las raíces históricas de su movimiento. Esta es la causa de su tendencia a reemplazar la lucha de la clase obrera por la "resistencia popular autónoma".
Para la CCI es una responsabilidad exponer honestamente a la luz del día todos estos desacuerdos para contribuir de la mejor manera al refuerzo general del campo revolucionario. De igual manera que debe ser una responsabilidad de los anarquistas internacionalistas expresar sus críticas al marxismo. Esto no tiene por qué ser un obstáculo para desarrollar nuestros debates de manera fraternal ni tiene por qué ser un freno a futuras colaboraciones sino al contrario.[9]
Desde luego que no es la relación del "maestro que corrige al alumno".
Las intervenciones en nuestro foro han reprochado a nuestra Organización su tono "magistral".
Dejando a un lado el gusto por uno u otro estilo literario, entendemos que lo que se oculta tras estos comentarios es una cuestión teórica.
¿Cuál es el papel de la CCI respecto a la CNT-AIT y en general el papel de la Izquierda comunista respecto al anarquismo internacionalista? No es ni el de "guía" ni el de "modelo"; tampoco el de una minoría iluminada que se ha dado la tarea de insuflarle la verdad y la buena conciencia a quien sea.
Si no fuese así nuestra relación estaría en total contradicción con los principios de la Izquierda comunista y con su trayectoria. Es una relación y son unos principios que se sitúan en el ámbito de lo que une a los revolucionarios comunistas con su clase.
Marx afirma en los "Anales franco-alemanes: "No nos presentamos ante el mundo como unos doctrinarios armados con un nuevo principio: ¡Aquí está la verdad, arrodíllate! Nosotros desarrollamos para el mundo principios nuevos sacados de los principios mismos del mundo. No le decimos: "renuncia a tus luchas, son chiquilladas; nos corresponde a nosotros hacerte entender la verdadera divisa del combate". Lo que hacemos es mostrar al mundo por qué lucha realmente"[10].
Los revolucionarios, marxistas o anarquistas internacionalistas, no se ponen por encima de la clase obrera sino que son parte integral de ella a la que están unidos por miles de lazos. Su organización es un producto natural -un destilado- del esfuerzo colectivo del proletariado.
La CCI jamás se ha considerado una organización con vocación de imponer su punto de vista a la clase obrera o a otros grupos revolucionarios. Asumimos plenamente estos párrafos del Manifiesto comunista de 1848: "los comunistas no son parte distinta ni opuesta a otros partidos obreros. No ponen su interés en lo que les separa del conjunto del proletariado. No establecen principios singulares en los que modelarían el movimiento obrero". Este mismo principio es al que Bilan, órgano de la Izquierda comunista italiana, hizo vivir en toda su obra desde la aparición de su primer número en 1933: "Efectivamente, nuestra Fracción se considera parte de un largo pasado político, de una tradición enraizada en el movimiento italiano e internacional, de un conjunto de posiciones políticas fundamentales; pero no presume de sus predecesores políticos para pedir la adhesión a las soluciones políticas que preconiza para la situación actual. Por el contrario, invita a los revolucionarios a someter a la verificación de los acontecimientos las posiciones que defiende actualmente así como las posiciones políticas contenidas en sus documentos básicos"
Desde su nacimiento, nuestra Organización intenta cultivar este mismo deseo de apertura y esta misma voluntad de debatir. En1977 escribimos:
"En nuestras relaciones con [los otros grupos revolucionarios], cercanos a la CCI, nuestra intención es clara; intentamos establecer con ellos una discusión fraternal y de profundización sobre las diferentes cuestiones a las que se confronta la clase obrera.
"No podremos asumir realmente nuestra función (...) respecto a ellos si no somos al mismo tiempo capaces:
-de pararnos a considerar que no somos el único grupo revolucionario existente hoy en día;
- de defender con firmeza nuestras posiciones frente a ellos;
-de mantener en relación a ellos una actitud abierta a la discusión; que debe llevarse a cabo públicamente y no en entrevistas confidenciales"[11].
Para nosotros se trata de una norma de conducta. Estamos convencidos de la validez de nuestras posiciones (aunque abiertos a una crítica razonada) pero no nos lo tomamos como que tenemos "la solución para los problemas del mundo". Para nosotros, se trata de una aportación al combate colectivo de la clase obrera. Por esto es por lo que concedemos una importancia muy particular a la cultura del debate.
En 2007, la CCI dedicó todo un texto de orientación solamente a este tema: "La cultura del debate: un arma de la lucha de la clase": "Si las organizaciones revolucionarias quieren cumplir su papel fundamental de desarrollo y de extensión de la conciencia de clase, la cultura de la discusión colectiva, internacional, fraterna y pública es absolutamente esencial"[12]
Por tanto, el atento lector habrá percibido que todas las citas contienen, además de la idea de la necesidad de debatir, la afirmación de que la CCI debe defender firmemente sus posiciones políticas. No se trata de una contradicción. Querer discutir abiertamente no significa creer que todas las ideas son iguales, que todas las posiciones valen. Como señalábamos en nuestro texto de 1977: "Lejos de excluirse, firmeza en los principios y apertura e la actitud van a la par: no tenemos miedo de discutir, precisamente porque estamos convencidos de la validez de nuestras posiciones".
Tanto en el pasado como en el futuro el movimiento obrero tuvo y tendrá necesidad de debates francos, abiertos y fraternales entre sus diferentes tendencias revolucionarias. Esta multiplicidad de puntos de vista y de aproximaciones será una riqueza y un aporte indispensables para la lucha del proletariado y al desarrollo de su conciencia. Nos reiteramos pero en el interior del territorio común de los revolucionarios puede haber divergencias profundas. Estas deben expresarse y debatirse en su totalidad. No pedimos a los anarquistas internacionalistas que renuncien a sus propios criterios ni a lo que consideran su patrimonio teórico; al contrario, les exhortamos vivamente a que lo expongan con claridad, en respuesta a las cuestiones que se nos planteen, y que acepten la crítica y la polémica; de la misma manera que nosotros no consideramos nuestras posiciones como "la última palabra", sino como una contribución abierta a argumentos contradictorios. No les decimos a estos camaradas: "rendid las armas ante la superioridad proclamada del marxismo".
Respetamos profundamente la naturaleza revolucionaria de los anarquistas internacionalistas, pues sabemos que combatiremos codo con codo cuando los movimientos de luchas masivas se hagan presentes; pero también defenderemos firmemente y con convicción (deseamos que a la vez seamos convincentes) nuestras posiciones sobre la revolución rusa y el partido bolchevique, la centralización, el periodo de transición, la decadencia del capitalismo, el papel antiobrero del sindicalismo, ... No tratamos de ocupar un espacio en la relación maestro-alumno o aguardar a que, convertidos, algunos anarquistas se sumen a nuestras filas sino de participar plenamente en el necesario debate entre revolucionarios
Como veis, camaradas, este debate corre el riesgo de animarse y de ser ¡apasionante!
Concluiremos esta serie de tres artículos sobre la Izquierda comunista y el anarquismo internacionalista con estas palabras de Malatesta:
"Si los anarquistas pudiésemos hacer la revolución nosotros solos o los socialistas[13] pudieran hacerla ellos solos, nos podríamos permitir el lujo de actuar cada uno por su lado e incluso llegar a las manos. Pero es el proletariado entero quien hará la revolución; el pueblo entero, del que los socialistas y los anarquistas no son numéricamente más que una minoría, por mucha que sea la simpatía de la que parecen gozar unos y otros entre el pueblo. Dividirnos, incluso donde podemos estar unidos, sería dividir al proletariado o, más exactamente, enfriar sus simpatías y hacerle menos proclive a seguir esa noble orientación socialista común que en conjunto socialistas y comunistas podrían hacer triunfar dentro de la revolución. Los revolucionarios, particularmente los socialistas y los anarquistas, deben vigilar que no se agudicen los desacuerdos que mantienen entre ellos y, sobre todo, ocuparse de hechos y de objetivos que pueden unirles y alcanzar el mayor resultado revolucionario posible" (Volontá: 1º de mayo de 1920).
CCI, setiembre 2010
[1] En el Capítulo I de esta serie vean: "Lo que tenemos en común"; Acción Proletaria nº 214, Julio/Septiembre 2010. /accion-proletaria/201007/2900/la-izquierda-comunista-y-el-anarquismo-internacionalista-lo-que-tenemo [12]
[2] Como miles de marxistas y millones de proletarios en general además.
[3] Ver capítulo II de esta serie: "Nuestras dificultades para debatir y los medios para superarlas"; Acción Proletaria nº 215, setiembre/noviembre 2010 /accion-proletaria/201009/2953/izquierda-comunista-y-anarquismo-internacionalista-ii-nuestras-dificul [13]
[4] cnt-ait.info/article.php3?id_article=472&var_recherche=r%E9formisme+marxisme
[5] Se trata concretamente de una cita de Rudolf Rocker que la CNT-AIT hace suya.
[6] En "El comunismo no es un bello ideal sino una necesidad material"; Revista Internacional nº 102, 2002.
[7] "Anarquismo y comunismo: Carta abierta a los militantes de Comunismo de Consejos -Izquierda Comunista Libertaria"; Rev. Int. nº 102; 2000. /revista-internacional/200602/773/anarquismo-y-comunismo-carta-abierta-a-los-militantes-del-comunismo [14]
[8] Se trata de la sección en Rusia de la AIT con quien mantenemos muy buenas relaciones de camaradería y a quienes hemos publicado varias tomas de posición en nuestra prensa.
[9] Dicho esto, durante el debate que hemos mantenido estos últimos meses los compañeros anarquistas han protestado, con justicia, contra los términos exagerados que sentencian definitiva e injustificadamente respecto al anarquismo. Repasando nuestros viejos textos hemos encontrado infinidad de pasajes que no escribiríamos hoy. Por ejemplo:
--"Algunos elementos obreros pueden pensar adherirse a la revolución a partir del anarquismo pero para adherirse a un programa revolucionario hay que romper con el anarquismo"
https://es.internationalism.org/node/771 [15]
--"Por eso es por lo que el proletariado debe desviarse resueltamente de estos mercaderes de ilusiones que son los anarquistas" https://fr.internationalism.org/ri321/anarchisme.htm [16]
--Nuestro artículo "Anarquismo y comunismo" que desmenuzaba meticulosamente la lucha de los "Amigos de Durruti" en la CNT de la España de los años treinta, repite hasta la caricatura la visión que la CCI tiene del anarquismo, afirmando que ya en 1936 se había apagado "la llama revolucionaria" en el seno de la CNT. Nuestra más reciente serie de artículos sobre anarcosindicalismo, aunque siguen denunciando la integración de la CNT en los engranajes del Estado y su contribución al desarme político de los obreros anarquistas (lo que facilitó el trabajo a los asesinos del estalinismo) nos ha enseñado el nivel de complejidad de la situación. En la CNT había, a nivel internacional, verdaderos combate en los que se defendían posiciones verdaderamente proletarias y contra la traición que supuso la integración de esta organización en el Estado español (lean nuestra serie sobre sindicalismo revolucionario desde el "motor de búsqueda" en nuestra Web https://es.internationalism.org [17] ).
[10] Citado por Franz Mehring en su biografía de Karl Marx.
[11] "Los grupos políticos proletarios" en Revista Internacional nº 11, oct/dic 1977.
[12] Consultad: Revista Internacional nº 131, 2007. -- /revista-internacional/200711/2088/la-cultura-del-debate-un-arma-de-la-lucha-de-la-clase [18]
[13] Cuando Malatesta escribe este artículo, el partido socialista italiano agrupaba todavía, junto a los reformistas, a los elementos revolucionarios que fundaron el PCI en enero de 1931 en el congreso de Livorno.
*
Publicamos a continuación el intercambio de posiciones entre dos lectores que ha tenido lugar en nuestra página Web en español (dentro del epígrafe "Comentarios") a propósito de nuestro artículo "La Izquierda comunista y el anarquismo internacionalista: lo que tenemos en común"[1].
El primero de ambos dice, claramente, tener puntos de desacuerdo con nuestro análisis de la naturaleza del anarquismo internacionalista; a la vez que pone seriamente en duda la argumentación de que la colaboración con los anarquistas, incluso los "internacionalistas", pueda estar, de alguna manera, fundamentada.
El segundo compañero intenta responder a estas críticas al mismo tiempo que plantea nuevas cuestiones para el debate.
No vamos a responder, hoy y aquí, a estos interrogantes y planteamientos; lo dejaremos para otro momento -remitimos entretanto a nuestros lectores a la serie de tres artículos sobre "La izquierda comunista y el anarquismo internacionalista" que hemos publicado en sucesivos números de Acción Proletaria, etc.; a partir del número citado). En esta serie de artículos hay, a nuestro parecer, una importante contribución para un debate abierto y fraternal que, más allá de desacuerdos, debería desarrollarse a escala internacional.
Queridos camaradas:
Antes de nada reciban desde aquí lejos un sincero y fuerte abrazo.
Les escribo para manifestarles algunas cosas: entre ellas un breve comentario a un artículo suyo que fue publicado recientemente en "ACCIÓN PROLETARIA. Nº 214" titulado: "La Izquierda Comunista y el anarquismo internacionalista: Lo que tenemos en común". Lo que me llamó la atención de este artículo fue la sana cultura de debate que vosotros tenéis con otros movimientos proletarios cuando se busca "... comprender las posiciones del otro y de concretar honradamente los puntos de convergencia y de divergencia" y saber siempre "distinguir los revolucionarios (aquellos que defienden la perspectiva del derrocamiento del capitalismo por el proletariado) de los reaccionarios (aquellos que, de una manera o de otra, contribuyen a la perpetuación de este sistema),"; esto último, para mantener siempre, ante todo, los principios revolucionarios comunistas. Sin embargo, y quisiera que lo tomasen como una crítica saludable, hay un punto en dicho artículo que no comparto del todo: Es el que se refiere al anarquismo como a un movimiento compuesto de "..., los elementos esenciales que aproximan a los revolucionarios.", ya que considero que no son elementos esenciales los que comparten mutuamente el comunismo y el anarquismo, sino mas bien perspectivas generales para la humanidad o en su caso ciertos objetivos inmediatos que puedan aparentemente hacer tolerables ciertas intervenciones conjuntas. Creo que bregarse por la revolución comunista en el océano de las turbias, frías y traicioneras aguas del capitalismo con movimientos que dicen ser y que se muestran aparentemente como revolucionarios es siempre peligroso a largo plazo. Es más, no sé si podría catalogarse al anarquismo "revolucionario" de revolucionario. En todo caso habría que ver la práctica, a largo plazo, a la que tiende el anarquismo "revolucionario" para sacar las conclusiones debidas y poner, a banderas desplegadas y desde un principio, la delimitación que el comunismo guarda con el anarquismo antes de realizar una intervención conjunta. Lo anterior no significa que me oponga a que se deban hacer ciertas "alianzas" con los anarquistas para luchar por los intereses generales del proletariado, sino lo que quiero expresar es que se deberían distinguir con más precisión los elementos fenoménicos y esenciales de los que está formado dicho movimiento. Ya que lo que considero que del anarquismo se aproxima al comunismo no son elementos esenciales sino más bien elementos aparentes y pasajeros por más honesto que sea dicho anarquismo. No estaría de más recordarles a los propios anarquistas que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Esto, en razón de que una organización realmente revolucionaria será tal no solo si no pierde jamás la perspectiva revolucionaria de transformar cualitativamente el régimen de producción actual que genera tanta opresión; sino también si permanente y continuamente se desarrolla en base a principios programáticos que necesariamente tienen que ser homogéneos; principios programáticos que tengan por objetivo ineludible la abolición de todo lo existente y la estrategia para llevarla a cabo; estrategia que el anarquismo no comparte en cuanto a su forma y mucho menos, en cuanto a su esencia, con el comunismo. Es decir, perder de vista los principios comunistas que animan y dan vida a una estructura política verdaderamente revolucionaria traería como consecuencia no saber tallar las diferencias políticamente trascendentales con otros movimientos cuando llegase la hora de salvaguardar a la revolución misma del proletariado organizado en soviets.
Me gustaría que lo anterior lo tomasen como una crítica fraternal, ya que es con vosotros con los que comparto no solo gran cantidad de principios sino también posiciones concretas sobre determinados hechos.
Leon's.
Agosto 2010
Un saludo para el compañero Leon's por su crítica al artículo de Acción Proletaria nº 214 sobre el anarquismo.
Tanto en el artículo como en la crítica de Leon's se aborda como frontera del campo proletario, tanto de los marxistas como de los anarquistas, "EL INTERNACIONALISMO". Lo que pasa con frecuencia es que se habla de internacionalismo de manera difusa, abstracta, y eso da lugar a numerosos equívocos ¡ojo! no me refiero a los perros amaestrados de la burguesía ya se denominen a sí mismos marxistas o anarquistas, eso es otra cosa, hablo de los compañeros que piensan lealmente, sean anarquistas o marxistas, que están en el campo del internacionalismo. Aquí y ahora, personalmente, se me plantean dos reparos:
1) Conozco a algunos compañeros anarquistas honestos, que no creen en la lucha de clases como hecho determinante de la marcha de la historia; hablan de opresores y oprimidos, de pueblo explotado por los ricos y las multinacionales, pero no hablan de la lucha de clases como algo central y, hasta cierto punto, es lógico ya que históricamente esta cuestión no ha estado del todo clara en el campo anarquista. Por tanto mi pregunta concreta, y que se omite tanto en el artículo de la CCI como en el comentario del compañero Leon's, es si se pueden integrar en el campo del internacionalismo aquellos elementos que no creen en la lucha de clases como elemento esencial del cambio histórico. Es solo una idea que planteo a efectos de que se discuta.
2) Por otro lado, pienso que el internacionalismo, al igual que Lenin decía de la verdad, siempre es concreto; yo diría que casi tasado. Sí que hay una vara de medir respecto del internacionalismo ¿o es que hay diferentes formas de internacionalismo proletario? Por este motivo me permito llamar la atención a los compañeros como Leon's y a la propia CCI respecto a la Introducción al folleto "Nación o clase" de ésta Organización[2] , donde se dice que el internacionalismo proletario se concreta en una serie de puntos que me tomo la libertad de citar en parte, y disculpad si la exposición del debate es ruda o simplista; no sé plantearla de otro modo. Ahí va la cita:
"Pero ¿Cuál es entonces el verdadero internacionalismo? ¿Cómo lo podemos poner en práctica? El Internacionalismo Proletario se concreta en:
1. La denuncia total de los dos bloques imperialistas, de las ideologías que les sirven de banderín de enganche y de los partidos que les apoyan.
2. La denuncia del "neutralismo", del "tercermundismo", de las "terceras vías", etc., que no son sino camelos inventados por las naciones de segundo orden para defender sus propios apetitos imperialistas.
3. La oposición radical a todo planteamiento de lucha nacional, autonómica, federalismo, racismo (o su simétrico la lucha "racial"), cuya función es siempre dividir al proletariado y diluirlo en toda clase de frentes interclasistas.
4. La lucha intransigente contra toda guerra imperialista localizada, practicando frente a ella el derrotismo revolucionario; es decir, fraternizando los obreros y oprimidos de ambos bandos, volviendo ambos los fusiles contra sus propios mandos, contra su respectivo Capital Nacional.
5. La oposición de nuestros intereses de clase contra el Interés Nacional del Capital, luchando de forma intransigente contra todo despido, sacrificio, agresión, etc., que nos pretende imponer el capital en nombre de la "salvación de la economía nacional" y demás engañifas.
6. El apoyo total a las luchas obreras de los demás países. Desarrollando la única forma de solidaridad con ellas: unirse al combate abriendo un nuevo frente de luchas contra nuestro propio capital nacional.
7. La búsqueda de la coordinación y centralización internacional de las luchas.
8. La unidad en una organización internacional y centralizada de todas las fuerzas de vanguardia del proletariado.
9. Dar a todas las luchas que hoy se libran la perspectiva de la REVOLUCIÓN PROLETARIA MUNDIAL que destruya el Estado Burgués en todos los países, levante el PODER MUNDIAL DE LOS CONSEJOS OBREROS, abra el proceso de abolición de la mercancía, el salariado y las fronteras nacionales y dé lugar a la COMUNIDAD HUMANA MUNDIAL, al Comunismo. Está claro que la Revolución se iniciará probablemente en un país, pero deberá darse como primera tarea LA EXTENSIÓN MUNDIAL DE LA REVOLUCIÓN, sin la cual estará condenada al fracaso."
German
Setiembre 2010
[1] Acción Proletaria; Nº 214: /accion-proletaria/201007/2900/la-izquierda-comunista-y-el-anarquismo-internacionalista-lo-que-tenemo [12]
[2] "Nación o Clase" (Introducción a la 1ª Edición en español): /cci/200606/969/introduccion-a-la-1-edicion-en-espanol [21]
Como hemos puesto de relieve en diferentes artículos de nuestras publicaciones territoriales y en nuestra WEB, desde hace algunos meses hay una tendencia creciente a que grupos de trabajadores se reúnan para debatir y reflexionar juntos sobre la situación social y, muy especialmente, sobre las consecuencias de la crisis económica en nuestras condiciones de vida y trabajo. Hemos vivido la experiencia de los trabajadores de TEKEL en Turquía, las asambleas de obreros en varias ciudades de Francia, las reuniones de trabajadores en Alicante o Valencia en España, los encuentros de obreros y jóvenes en Bélgica. En todas estas reuniones obreras el asunto central de discusión ha sido, muy a menudo: ¿Cómo podemos luchar? , ¿Cómo debemos trabajar para reforzar nuestra unidad, nuestra conciencia y nuestro combate como clase obrera?.
Publicamos a continuación un artículo de nuestra sección en Italia que confirma esta tendencia, cada vez más general e internacional, de reuniones de minorías obreras que se esfuerzan por reagruparse y participar activamente en la lucha de nuestra clase. Esperamos que esta experiencia aporte nuevos elementos para desarrollar una voluntad e implique cada vez más y más trabajadores.
Los pasados 9 y 10 de Octubre de 2010 celebramos en Milán, una importante reunión convocada en torno a la necesidad de "...La coordinación de los trabajadores en la lucha contra los despidos y precariedad..." conocida como "2° Encuentro Nacional Auto Convocado en la lucha contra la crisis y la precariedad generalizada..."[1]. En el artículo "Italia: la maduración de la lucha de clases" publicado en el número 167 de nuestra revista se puede encontrar el contexto social y político en el que se inscribe esta reunión en Milán.
En la convocatoria de dicho Encuentro[2] se planteaba que "... La crisis internacional del capitalismo no ha acabado, ni mucho menos,. En consecuencia, se está produciendo un ataque sin precedentes a nuestras condiciones de vida, trabajo, y salarios de extrema gravedad..." "..Ante esta situación que estamos viviendo aún con enorme desorientación... todos nosotros, trabajadores, tenemos que encontrar la capacidad de reunirnos, la capacidad para organizarnos eficazmente de manera autónoma e independiente, para debatir lo más ampliamente posible cómo luchar contra los planes de despidos de Patronos y Gobiernos"
En esta reunión, participaron unas 500 personas que debatieron los diferentes asuntos que se propusieron abordar en el orden del día, si bien, se abordaron por áreas temáticas y no todas en las reuniones plenarias[3]. En los momentos del pleno de todos los que participamos como "Trabajadores Unidos contra la crisis" pudimos constatar que la sala estaba llena de trabajadores de diferentes ciudades del centro y norte de Italia. En los debates constatamos la presencia de representantes de los sindicatos oficiales y, también, del sindicalismo de base. Sin embargo, el planteamiento del debate desde la convocatoria fue muy claro y , casi todos ellos, intervinieron como trabajadores para responder con sus propuestas a la cuestión de cómo responder ante los ataques de la Patronal y el Estado a nuestras condiciones de vida. Ese es el terreno de reflexión que logramos imponer para el desarrollo de las discusiones.
La discusión fue introducida por una presentación sobre la situación económica y social muy interesante en la que que se afirmaba entre otras cosas que:
* Nos encontramos ante una crisis de naturaleza internacional y permanente y, que es una crisis de sobreproducción, producida por la saturación de todos los mercados a nivel histórico y mundial.
* No debemos tenemos ninguna confianza en que los sindicatos y la llamada oposición puedan defender nuestros intereses.
* Por lo tanto, debemos crear órganos de base controlados directamente por los trabajadores.
* Es necesario comprender y reconocer la importancia de la solidaridad de clase entre los trabajadores, esencial para evitar la derrota de las luchas aisladas y para reagrupar a los obreros inmigrantes, a los estudiantes, los trabajadores precarios, etc.
* La necesidad de demostrar en las calles y en la práctica la solidaridad de clase. En este contexto es importante participar en la manifestación del 16 de Octubre en Roma para mostrar una gran presencia de clase trabajadora e impulsar un debate sobre lo que los sindicatos están haciendo, es decir, debatir como organizan la división en nuestras filas.
* Trabajar menos y trabajar todos con igualdad de remuneración.
* Ninguna separación entre empleos precarios y fijos, entre trabajadores del sector público ó privado, todos estamos sufriendo el ataque de la burguesía y su Estado.
* Ningún trabajo está garantizado, todos somos precarios en potencia.
El debate posterior se organizo con intervenciones de un máximo de10 minutos por parte de todos los asistentes que quisieron intervenir para pronunciarse sobre los temas en debate y, para contar su propia experiencia personal. La discusión expresó el claro sentimiento de que no hay una solución capitalista a la crisis, que no hay ningún sector privilegiado, y que los ataques llegarán a todos tarde o temprano. Igualmente quedó claro que todavía hay una gran influencia de los sindicatos y de la ideología sindical y por ello, los proletarios no han tomado todavía conciencia de su fuerza y su capacidad para tomar las riendas la gestión de su lucha.
Algunas intervenciones plantearon la necesidad de ir más lejos en la reflexión señalando que no basta con la denuncia de la situación actual, debemos dar un salto cualitativo para ir hacia adelante, hoy en día, la lucha es por el trabajo y para vivir; debemos luchar por nuestro futuro y decir "...¡ basta ya de que los trabajadores se queden sin techo o que no vean más salida que cometer un suicidio!....".
Como analizamos en el artículo del número 167 de Revoluzione Internazionale, esta tendencia a reunirse para discutir y coordinar la acción en todo el país y entre todas las categorías de trabajadores, desempleados, precarios, inmigrantes, estudiantes, etc., es en sí mismo un elemento de gran fuerza y ánimo para todos. La dinámica de trabajo seguida hasta el momento es la que nos permitirá reforzar nuestra lucha y nuestra unidad. Pero esto no significa que todo haya sido un camino de rosas y que no debamos reflexionar sobre los problemas que hemos encontrado y como debemos luchar para superarlos. En este sentido debemos reflexionar sobre algunas cuestiones.
La primera cuestión se refiere a la idea de que una repetición de huelgas generales sería la perspectiva para desarrollar la unidad y la fuerza de la clase obrera. Esta idea, se repitió varias veces en el debate y ya estuvo presente en el panfleto de convocatoria de la reunión. De hecho se decía: "...es necesario organizar la participación conjunta en la manifestación del 16 de Octubre en Roma para hacer de ese acto un día de reorganización y encuentro de toda la oposición de clase en nuestro país, para promover una movilización desde abajo hacia arriba, para poner en pie y articular la auto organización de la Huelga General como un momento final y decisivo, como una gran movilización masiva contra los agentes gubernamentales y patronales...".
Desde nuestro punto de vista, el deseo evocado de conseguir la unidad en la lucha a nivel territorial y entre todas las categorías diferentes es absolutamente necesario y vital para el desarrollo de la lucha. No podemos estar más que de acuerdo con esta legítima aspiración. Sin embargo, debemos ser conscientes de que quedarnos ahí, sin más puede convertir un legítimo deseo en una gran debilidad. ¿Por qué?, la experiencia histórica, en muchos países y en muchos momentos, nos demuestra que una huelga general es una consigna y una acción que puede ser fácilmente recuperada por los sindicatos que utilizan esta movilización para "dormir" el malestar y el descontento de los trabajadores hasta convertirlo en un desfile vacío de contenido. Huelgas generales organizadas, controladas y operadas por los sindicatos hemos visto cientos y nunca han sido decisivas en la lucha contra el Capital y su Estado. Al contrario, siempre son el acto final que entierra una dinámica de luchas. Son un arma de la burguesía contra los trabajadores.
Un segundo elemento de debilidad, para nosotros fundamental, más allá del espíritu apasionado y absolutamente fraternal que se vivió en la reunión de Milán fue la parte final del debate sobre la resolución adoptada. En la resolución final[4] no fue abordada realmente la cuestión relativa a la crisis del capitalismo como una crisis de sobreproducción y de saturación de los mercados, como se mencionó en la presentación y ante la cual no hubo enmiendas. En su lugar, el documento adoptado se refirió a la especulación financiera como la principal causa del cierre y reubicación de las fábricas. Para nosotros, una visión de la crisis basada en juegos del capital financiero, así como una interpretación de la realidad basada en la existencia de capitalistas "malos" (especuladores) que convivirían con otros capitalistas "buenos", es una visión que no nos permite comprender la naturaleza de los problemas a los que se enfrenta nuestra clase a escala histórica y mundial.
Creemos firmemente que estos dos temas, entre otros, deben ser el objeto de mayores y más profundos debates entre los trabajadores para alcanzar una claridad y una visión sobre el sentido y lo medios de nuestra lucha por el futuro. Sin duda estas debilidades pueden superarse si hay detrás el empuje hacia la unidad y la solidaridad. Por eso, hoy en día es tan importante el debate entre los diferentes sectores. Así construimos la solidaridad y ponemos las bases para actuar como una sola clase contra un único enemigo: la burguesía y el Estado.
Oblómov 5 /12/2010
Artículo adaptado de REVOLUZIONE INTERNAZIONALEnº 168 (publicación en Italia de la CCI).
[1] Ver: www.precario.org/aseemblea-metropolitana-stati-generalli-della-precariet... [22].
[2] Ver: www.precaria.org/stati-generali-2010/ii-incontro-nazionale-dei-lavorator... [23]
[3] Ver: Il Incontro Nazionale dei Lavoratori Contro la Crisi - Welfare europei: una panorámica- EuroMayDay: General Assembly- La lotte dei precari- Saperi, Formazione e reti- Gandi Eventi- Safety or Security?- Laboratorio sulla Precarietà.
[4] Ver: https://uniti.gnumerica.org/2010/10/12/comunicato-finale-ii-incontro-naz... [24]
En el Norte, la guerra jamás fue oficialmente considerada como terminada y las tensiones resurgen periódicamente. Estas últimas son muy peligrosas en el período actual de militarismo ascendente, con una mayor afirmación del imperialismo chino y una situación en la que Estados Unidos, la única superpotencia mundial, se ve obligada permanentemente a afirmar su predominio.
Después del ataque del 23 de noviembre, el presidente Obama ha considerado a Corea del Norte como una "amenaza seria y constante con la que hay que tratar" (BBC News del 23 de noviembre). Anteriormente Estados Unidos lo había caracterizado como "estado gamberro" y Bush lo había colocado dentro del "eje del mal". Varios miles de soldados norteamericanos están desplazados permanentemente en Corea del Sur y Japón, además Estados Unidos está constantemente comprometido en los ejercicios militares desarrollados en las aguas disputadas por las dos Coreas. El envío de una escuadra alrededor del portaviones USS George-Washington (que llegó a la zona el 29 de noviembre) no puede más que atizar todavía más vivamente las tensiones. La decisión del ministro de defensa surcoreano de no responder rápidamente al lanzamiento de misiles -el fuego duró 13 minutos- es otra fuente de tensión. El gobierno ha decidido que él "redefinirá las reglas del enfrentamiento" que permitan evitar la escalada (The Guardian del 26 de noviembre). Hace aproximadamente cinco años, el Pentágono discutió dos posibilidades de ataques nucleares contra "blancos" norcoreanos y, actualmente, al menos dos centros nucleares americanos han sido cargados de misiles apuntando permanentemente contra el régimen de Pyongyang. Su plan de "paciente estrategia", es decir de hacer presión sobre Corea del Norte a base de sanciones reforzadas y de provocaciones militares, exigiendo una desnuclearización inmediata, es en realidad el que Estados Unidos emplea contra Irán: garrote y más garrote.
Pero no hay ningún signo de caída inminente del régimen norcoreano como esperaba Washington, el cual parece más fuerte y brutal que nunca. Los lazos entre Corea del Norte y China son además estrechos; ésta última, aplaudiendo con ostentación la ascensión al poder del hijo del "Gran Líder", Kim Jong Eun, y ofreciendo su apoyo a largo plazo. Corea del Norte juega un papel estratégico vital de zona tampón para China y ésta lo apoya igualmente para impedir que millones de refugiados vayan a derramarse a lo largo de las fronteras.
Todos estos "enfrentamientos" pretenden buscar la "estabilidad", pero ellos juegan un juego peligroso donde el futuro es todavía más incierto a través de un "orden" mundial imperialista que se ha desarrollado cada vez más caóticamente estos últimos veinte años.
(TRADUCCIÓN DE RÉVOLUTION INTERNATIONALE Nº 418, PUBLICACIÓN DE LA CCI EN FRANCIA).
En Noviembre- Diciembre de 2010 han tenido lugar protestas contra recortes en la educación que han puesto de manifiesto las resistencias a la imposición de las medidas de austeridad en Gran Bretaña. Publicamos a continuación extractos de un más extenso informe interno realizado a la CCI, y que hemos adaptado, lógicamente, para que aparezca en nuestras publicaciones. Se trata de una contribución a una discusión lo más amplia posible a propósito de estos acontecimientos. Queremos publicar, más adelante, un texto aparte sobre la intervención desplegada por la CCI.
Esta consiga fue coreada en una de las muchas manifestaciones que se desarrollaron espontáneamente por todo el país durante el 24 de Noviembre. Decenas de miles de estudiantes de escuelas, institutos y universidades tomaron las calles en protesta contra las medidas adoptadas por el gobierno de coalición consistentes en recortar las becas EMA (Education Maintenance Allowance, una especie de ayuda semanal de 30 £ para estudiantes de secundaria de las capas más desfavorecidas), así como aumentar las matrículas universitarias de 3000 a más de 9000 £ anuales (casi 10500 euros), y reducir las ayudas para la enseñanza universitaria, en un 100% para el caso de las Humanidades, y el 95% para las demás. Una parte muy importante de la joven generación comprende que le están hurtando su futuro y no están dispuestos a resignarse pasivamente ante ello.
Esta generación que se enfrenta a una crisis cada vez más lacerante está también profundamente convencida de que necesita obtener buenas calificaciones para, al menos, poder continuar sus estudios. También son plenamente conscientes de que la alternativa a eso, es decir agregarse a ese 1.000.000 de jóvenes menores de 18 años que carecen de formación, subsidios o trabajo que el sistema deja, literalmente, en el más completo abandono, (pues no puede solicitarse ayuda alguna hasta no cumplir los 18 años), o abocados irremisiblemente a un contrato-basura. Esta amenazante disyuntiva es la que desde muy jóvenes han estado sintiendo, y ahora resulta que se les dice que no hay dinero para subvencionar la educación secundaria no obligatoria, y que si quieren ir a la universidad deberán endeudarse en cerca de 50 mil £ (más de 60 mil euros) que deberán estar devolviendo durante décadas.
El hachazo sobre el EMA ha tenido una especial relevancia en este movimiento puesto que representa una parte esencial del salario social para muchas familias obreras, ya que cubre gastos de transporte escolar, libros y material escolar, así como manutención de los alumnos, o al menos parte de ellos. Y con un transporte tan caro como el que hay en las principales ciudades, y también en las áreas rurales de este país, suprimir tales ayudas equivale a que los estudiantes más pobres se vean imposibilitados para proseguir sus estudios. Los estudiantes más jóvenes han percibido estos recortes como una agresión no sólo a ellos sino también a sus familias, y muchos de ellos han comprendido claramente que se trataba de un ataque a toda la clase obrera. Y eso ha favorecido que el movimiento se extendiera a ciudades y pueblos de toda Inglaterra. Los alumnos de los últimos años de los colegios, y los de educación secundaria (16-18 años)[1], se han echado a las calles de las ciudades en las que no hay universidades. Estos también se han movilizado puesto que aunque no se vean capacitados, o simplemente no quieran ir a la universidad, si aspiran a que ellos, o sus familiares o amigos, puedan aspirar a esa educación superior. Estos sectores más jóvenes del proletariado han sido la vanguardia de este movimiento.
Hace apenas unas semanas los media británicos se burlaban de las luchas sociales de Francia atribuyéndolas a esos "vehementes" latinos que enseguida se echan a la calle, mientras alababan el "sentido común", el pragmatismo y la pasividad de la clase obrera en Gran Bretaña. Así lo atestigua la siguiente viñeta [2] publicada en el periódico The Independent, el pasado 21 de Octubre.
Pero el 10 de Noviembre, esa oleada de protestas de jóvenes estudiantes que veíamos desarrollarse desde el año 2006 en Francia, Grecia, Alemania, Estados Unidos, Puerto Rico e Italia, alcanzó las costas de las islas británicas inundando de combatividad las filas de los hijos de la clase obrera. El asedio al cuartel general del partido conservador ("tory") que se produjo espontáneamente durante la primera protesta estudiantil contra los ataques a la enseñanza superior encendió la mecha del barril de pólvora de un descontento que se venía incubando desde hacía años. Espoleados por el ejemplo de los estudiantes que se negaban a que sus manifestaciones quedaran cercadas entre tal y cual punto; tomando ellos mismos, por el contrario, el control del devenir de sus protestas con la toma del cuartel general "tory", e indiferentes a la rabiosa respuesta desatada en la clase dominante y sus medios de comunicación;... estos estudiantes han llevado a cabo 4 semanas de manifestaciones, ocupaciones de colegios, institutos y universidades, y un creciente desafío a las fuerzas represivas del Estado.
Una marea de combatividad obrera ha recorrido, con flujos y reflujos, todo el país, donde muchachos de enseñanza media y superior han demostrado su capacidad para organizarse ellos mismos. En algunos institutos los alumnos convocaron reuniones para discutir las medidas del gobierno, y se han dado casos de coordinación de estos debates y de distintas acciones entre diferentes centros de enseñanza, y de diferentes localidades. Las manifestaciones se publicitaban vía Facebook. Hemos visto como las universidades ocupadas abrían los debates que tenían lugar en ellas a todo aquel que quisiera participar, y como muchos de éstos se retransmitían a través de internet. Y también como se montaban foros de debate en los que la gente podía desde enviar mensajes de solidaridad hasta participar en las discusiones. En Londres, unos cuantos estudiantes acudieron a solidarizarse con los piquetes de la huelga del Metro, y éstos devolvieron el gesto acudiendo a la última manifestación estudiantil que tuvo lugar en Londres, mientras quienes ocupaban la University College London (una de las universidades de esa ciudad), acordaron el pago al personal de limpieza del salario mínimo, que era una de las reivindicaciones de este colectivo[3].
Aunque estas expresiones de auto-organización no han tenido el grado de extensión y de claridad que vimos, por ejemplo, en el movimiento de los estudiantes en Francia contra la CPE, sí van en esa misma dinámica hacia movilizaciones masivas de la joven generación obrera para defenderse de los ataques que les llueven desde todas partes.
En el plazo de un mes esta explosión de combatividad ha pasado del asedio al cuartel general del partido "tory" a la manifestación del 9 de Diciembre en Londres, en la que cerca de 30 mil personas, no sólo estudiantes, desafiaron abiertamente una represión cada vez más brutal. Este día los manifestantes consiguieron, al menos inicialmente, burlar la masiva presencia policial que protegía el emplazamiento del Parlamento (la famosa Parliament Square), que había sido obviamente cerrado y parapetado (es ilegal manifestarse a las puertas del santuario de la democracia si no se tiene un permiso de la policía), para ahorrarle al Primer Ministro tener que escuchar la indignación de sus víctimas, mientras se votaban los ataques que contra ellas se descargaban. Pero no sólo oyó los gritos quienes protestaban si no también el ruido de los helicópteros de la policía, las sirenas de sus coches, las cargas de la policía a caballo y los apaleamientos de los manifestantes que resistieron el cerco y las embestidas de la policía atacándoles durante más de cuatro horas por un solo motivo: que habían osado defenderse.
El odio de la clase dominante hacia quienes se niegan a mostrarse sumisos ante su represión se ha puesto de manifiesto en la cobertura mediática de estos acontecimientos, en la que las emisiones "en directo" como los noticiarios elaborados han carecido de la más mínima objetividad, dedicándose, más bien, a denigrar a los universitarios, a los estudiantes, a los padres de éstos, y a otros que, como ellos, trataban de defenderse unas "fuerzas del orden" que, tal y como se ha filtrado de algunas informaciones, actuaba aterrorizando a la gente para "quitar las ganas" de volver a manifestarse otra vez. Por ello, si quince días antes los principales medios informativos habían tratado por todos los medios de ocultar la utilización de cargas a caballo de la policía contra algunas de las manifestaciones que tuvieron lugar el 24 de Noviembre; en esta ocasión, el 9/12, las mostraron con profusión, incluso en esas en las que más de 15 caballos cargan a la vez contra la multitud. Tampoco se recataron a lo hora de mostrar imágenes de policías apaleando brutalmente a los manifestantes, ni en alabar el cumplimiento de su deber por parte de estos defensores de la democracia. Se repetía una y otra vez el recuento de los policías heridos, mientras que la cantidad de manifestantes heridos se mencionaba como algo secundario o como piadosa rogativa por una democracia "menos represiva".
A cierta distancia de lo que estaba sucediendo en Parliament Square, los estudiantes, que habían aprendido de anteriores protestas que lo que buscaba la policía era tenerles cercados, se dedicaron a romper ese intento de cerco y a separarse en otras manifestaciones más pequeñas que se dirigieron hacia distintas direcciones. Diferentes informaciones dan cuenta de que estas manifestaciones lejos de encontrar rechazo por parte de la población, fueron por el contrario aplaudidas por la gente que las encontraba por la calle.
Fue una de estas manifestaciones desgajadas de la principal la que se topó con el príncipe Carlos y esposa que hacían una de sus salidas nocturnas. Su rostro refleja el sentimiento de toda la clase dominante: la plebe se ha rebelado y no somos capaces de controlarlos.
La idea de la existencia de cierta forma de paz social en Gran Bretaña se desvanecía a golpes, como los que indiscriminadamente descargaban las fuerzas del Estado contra las cabezas de los manifestantes. Y, lo que es más importante: muchos de los que han participado en estas manifestaciones se han desengañado de sus ilusiones en la democracia, comprendiendo que la única vía para ser escuchado es defenderse y desafiar al Estado, no sometiéndose a él.
Tras las elecciones generales que se celebraron el pasado año, la burguesía esperaba utilizar el gobierno de coalición entre conservadores y liberal-demócratas (los Lib Dem) para mantener y reforzar un ataque ideológico contra la clase obrera:
Los acontecimientos de estas últimas semanas ponen seriamente en entredicho la posibilidad de que la burguesía pueda mantener esta ofensiva ideológica. El hecho de que la primera expresión de una lucha masiva se focalizara contra la sede central de partido conservador, coreando a voz en grito consignas como "Tory scum" ("escoria Tory"), por parte de miles de personas que jamás han vivido la experiencia de un gobierno conservador, viene a socavar cualquier esperanza que la burguesía pudiera tener en un lavado de imagen de los Tories. El odio de la clase obrera por estos es tan grande que se transmite de generación en generación. Y, en lo tocante, a los Lib Dems, lo cierto es que su presunta acción "moderadora" ha quedado desacreditada cuando su líder acabó votando las medidas tomadas por el gobierno cuando, antes de las elecciones, prometió repetidas veces que no se aumentarían las tasas de la educación. En ciertos aspectos el líder de los liberal-demócratas resulta más odiado aún que los tories, pues de éstos podría esperarse todo, pero no del "simpático" Mr. Clegg y de ese "encantador anciano" Vince Cable, que tanto se habían esforzado para que los estudiantes les votaran. Será interesante comprobar el impacto que tienen las recientes revelaciones aparecidas en el periódico Telegraph, cuyos reporteros han captado secretamente conversaciones de ministros liberal-demócratas en los que no se pone muy bien a sus cofrades de coalición.
El "mantra" que el gobierno repite una y otra vez («Vamos todos en el mismo barco»), suscita un generalizado desprecio. Este movimiento se ha visto animado por una profunda y vehemente indignación contra los ricos, que se benefician de miles de millones de libras en bonos, exenciones fiscales,... mientras están privando de un futuro a los estudiantes, y en general a toda la clase obrera. Para la inmensa mayoría de los estudiantes de las distintas modalidades de enseñanza, y una parte muy importante de los universitarios, no hay duda de que forman parte de la clase trabajadora, y que es toda la clase obrera la que está siendo atacada.
Otro tanto cabe decir de la supuesta "imparcialidad" de estas medidas. Hasta los estudiantes más jóvenes se dan cuenta de que mientras ellos son sacrificados, los ricos se salen con la suya, pagando los menores impuestos posibles.
Por supuesto que esta indignación contra los ricos es una baza muy importante para un futuro desarrollo, más profundo y generalizado, de la conciencia de clase. Pero también es cierto que, en este momento, supone la principal puerta de entrada de la influencia ideológica de la propia burguesía en el movimiento. Esta rabia primaria, carente de una clara visión sobre la verdadera naturaleza del capitalismo, se mezcla con un sentimiento de injusticia que reclama a los ricos que paguen también su parte. Lo que resulta más peligroso aún es ver como la Izquierda se está dedicando a alimentar la idea de que estos ataques no tienen más motivación que la ideológica, ya que, según ellos, la clase dominante sí podría sufragar la educación superior y la EMA, si se aumentaran los impuestos a los poderosos, si se dedicara el dinero a la educación y no a la guerra, que nada de esto podemos esperar de los "tories",...
No podemos ignorar el peso de este tipo de ilusiones ideológicas, aunque también es verdad que son muy pocos los participantes en estas movilizaciones que esperan algo del Partido Laborista, ya que no se olvida que fue este partido el primero en instaurar tasas en la enseñanza. Además, tampoco los laboristas han respaldado este movimiento ni han anunciado que retirarán los aumentos de tasas si resultan reelegidos.
La culminación de este movimiento que tuvo lugar el pasado 9 de Diciembre también planteó, en toda su crudeza, la cuestión de la democracia. Hasta ese momento había una creencia muy arraigada en que si las protestas alcanzaban bastante intensidad, el gobierno habría de recular. Pero las votaciones en el parlamento demostraron lo contrario. Pero no solo se han venido abajo ilusiones sobre la capacidad de la burguesía de "escuchar" a los ciudadanos, sino que también ha resultado muy revelador ver a las fuerzas represivas dando duro y, literalmente, a la cabeza, de los manifestantes. Esto está dando mucho que pensar a quienes participaron en estas movilizaciones y al conjunto de la clase trabajadora.
Desde sus inicios, estas movilizaciones han desafiado la capacidad de contención y control político que la clase dominante quería ejercer sobre ellas. Durante cerca de un mes, ninguna de sus numerosas fuerzas políticas ha sido capaz de asegurarle dicho control:
En esta situación el NUS, y sus diferentes organizaciones universitarias, han convocado tres marchas nacionales, en las que quedaba en evidencia que su influencia iba a menos, al mismo tiempo que los choques con la policía iban a más.
En las mismas fechas en que tenían lugar estas marchas nacionales, se desarrollaban también numerosas manifestaciones locales convocadas por reuiones de estudiantes de centros de Educación Superior o de institutos, e incluso convocatorias realizadas por particulares a través de Facebook, o mediante redes que coordinaban diferentes centros escolares como la que se creó en Oxford. O, simplemente, la gente salía de los centros educativos a la calle. Como esos tres adolescentes que salieron de su colegio llamando a sus compañeros a que les siguieran, y lo hicieron.... ¡800 alumnos! En muchos casos los profesores trataban de retenerlos y la policía les amenazaba con detenerlos por "absentismo escolar". Eso condujo a situaciones paradójicas como que en las grandes ciudades, como Manchester por ejemplo, los asistentes a las manifestaciones apenas alcanzaron unos centenares, mientras en pequeñas capitales o pueblos, como por ejemplo en Bury, llegaron a contarse hasta 1200 escolares manifestándose. En Brighton más de 2000 estudiantes de distintas edades salieron a la calle el 24 de Noviembre. Al final de esta manifestación, cerca de 400 alumnos intentaron asaltar la comisaria de policía donde se estaban detenidos algunos de sus compañeros.
Las siguientes citas, que hemos extraído de The Guardian y del portal libertario Libcom[6], dan idea del carácter espontáneo de estas movilizaciones:
«Cientos de jóvenes de la secundaria obligatoria abandonan ahora mismo el Instituto de Allerton Grange en Leeds para unirse a la protesta...
«Se trata de una acción bien preparada en la que la mayoría de la escuela ha salido tras las pancartas que tenían cuidadosamente preparadas y almacenadas convenientemente.
«Los estudiantes se dirigen ahora hacia el cercano instituto de Roundhay con la idea de animar a los alumnos de éste para que se les sumen. Se trata de una zona relativamente próspera de Leeds, y son dos centros de gran prestigio académico cuyos alumnos suelen conseguir entrar en Oxbridge [7].
«Los estuantes están coreando: "si ellos dicen recortar, nosotros decimos luchar". Dos muchachos de 16 años nos han dicho que el problema es la pérdida de la EMA. Uno de ellos afirma: "sin la EMA jamás podré ir a la Universidad. Y yo quiero seguir peleando por mi sueño"» The Guardian [8].
«Bristol era, posiblemente, más grande que la semana pasada. Si te guías por Facebook. Si te guías por Facebook más de 700 personas (incluyendo la policía de Avon & Somerset) se habían agregado. Según un informe eran quizás más de 2 mil, de los que una parte muy importante estaba formada por estudiantes de 14 a 18 años, e incluso un chaval con pasamontañas que aparentaba 12. Uno de los institutos en el que la semana pasada los profesores impidieron la salida de los alumnos, permanecía ahora abierto. Como sucedió en Brighton, los anarquistas facilitaban información legal
«Había una enorme vitalidad. La manifestación se movía con rapidez recorriendo círculos cada vez más amplios, y durante más de tres horas seguidas, consiguiendo las más de las veces eludir a la policía, y, en ocasiones, rompiendo sus barreras ( no así la que protegía la M32). Esto significó un caos circulatorio que a su vez impidió que los vehículos policiales pudieran llegar a la manifestación para cerrarla.
«Pasamos por Cabot Circus y el centro comercial un par de veces. Paramos para hacer un breve descanso en medio de la zona comercial. Creo que se acertó al elegirla como un sitio seguro, pues no creo que la policía quisiera provocar disturbios en mitad tantas tiendas tan caras.
«Hubo una breve tentativa de entrar en una tienda de Vodafone. La policía recibió una lluvia de mostaza procedente del mercado navideño que se había instalado. También se produjeron un par de intentos dubitativos de ocupar la sede del Consejo y el centro administrativo de la Universidad de Bristol. Se lanzaron bolas de nieve contra la policía y sus caballos (lo que no les gustó).
«Al final se acabó en la Universidad de Bristol. Muchos, al ver venir la manifestación, salieron a encontrarse con ella, aunque para ello tuvieran que saltar setos, o descolgarse con cuerdas, tal y como dijimos con anterioridad.
« La policía a caballo cargó contra la gente que estaba fuera de la concentración, lo que desde luego podría haber acabado en una desgracia. Un par de personas resultaron golpeadas en los aledaños de la manifestación. Cuando ya se dispersaba la manifestación se produjeron 10 detenciones, creo que en su mayoría de estudiantes universitarios.» (Libcom.org [30] [9], 30/11/10).
La información sobre cómo se extendieron y ampliaron estas manifestaciones locales es, no obstante, muy limitada pues la mayoría de los media han tratado de relativizar la participación de los estudiantes de secundaria. Pero es evidente que muchos de éstos han tomado parte en ellas. En muchos casos han sido incluso los propios organizadores.
Aquí es necesario destacar el papel jugado en este movimiento por internet y los modernos "smartphones". Está claro que la jóven generación ha utilizado a fondo sus conocimientos de estos medios de comunicación. Facebook ha jugado un papel capital en la coordinación de las luchas; Twiter ha servido igualmente para que la gente pudiera mantenerse en contacto. Los ocupantes del University College of London, utilizaron los mapas de Google para señalar donde estaba apostada la policía para que los manifestantes del 9 de Diciembre pudieran esquivarla. Internet también ha servido para colgar fotos y videos de manifestaciones y de la represión policial. Así, por ejemplo, videos insertados en YouTube han servido para desenmascarar los embustes de la policía que pretendía negar que el 24 de Noviembre hubiera cargado a caballo contra la gente. También así se ha dado a conocer a todo el mundo el vídeo de la policía maltratando a un manifestante que iba en silla de ruedas y cómo éste fue arrastrado por el pavimento.
Todo esto no ha hecho más que acrecentar la desconfianza de la gente hacia los grandes media, a los que se ha visto distorsionar y manipular la realidad. Por ello la gente prefería otras fuentes de información. Sobre todo los jóvenes que han apostado claramente por crear y confiar en sus propias fuentes de información y de organización.
Para poner de manifiesto las dificultades que se ha encontrado la burguesía británica para controlar este movimiento, basten las declaraciones siguientes del jefe de la policía de Bristol que suspira por que aparezca un dirigente de esa movilización:
«Mr Jackson pidió que alguien, de entre los estudiantes, diese un paso al frente y coordinase mejor lo que calificó como una protesta "sin liderazgo"» (cita de la prensa local publicada en Libcom).
En el último mes hemos asistido a una escalada del uso de la represión a medida que avanzaban las movilizaciones. Incapaz de hacerse con el control del movimiento mediante sus aparatos políticos, el Estado ha ido recurriendo cada vez más a una creciente violencia represiva.
Ha habido quien ha comparado la confrontación con la policía que se desencadenó en el momento culminante del 9 de Diciembre con las revueltas contra la Poll Tax[10] de 1990. Pero esta comparación obvia las diferencias fundamentales de contexto histórico. La batalla final tuvo lugar cuando acababan las movilizaciones y en una situación marcada por el retroceso en la conciencia de clase. Los choques con la policía que han tenido lugar en las recientes movilizaciones, y que no se han limitado únicamente a Londres si no que se han extendido a otras ciudades, tienen lugar, en cambio, en un momento de auge internacional de las luchas tras cinco años de ataques draconianos a las condiciones de vida de la clase obrera. El movimiento actual supone la primera movilización masiva en Gran Bretaña de decenas de miles de jóvenes trabajadores y de otra gente, desde que tuviera lugar la reemergencia de las luchas en el año 2003.
Esta confrontación entre clases no se había manifestado con tanta crudeza desde las luchas de los mineros y los impresores de mediados de los años 1980. La burguesía se pasó el último cuarto de siglo alardeando de su capacidad para mantener la "paz social", con la lucha de clases en niveles muy bajos. Pero en las últimas semanas, la guerra de clases ha vuelto a atraer la atención prioritaria de la clase obrera.
El asalto a la sede central del partido "tory" no implicó apenas violencia contra la policía y solo se produjo la ruptura de unos pocos ventanales. Cuando algunos arrojaron un extintor desde el tejado del edificio, fueron rápidamente conminados por la gente para que dejaran de hacerlo al grito de "¡Dejad de tirar mierda!".
Apenas unos pocos policías bastaron para impedir una invasión masiva del edificio. Y, en cambio, quince días más tarde esos mismos estudiantes sufrían repetidas cargas de la policía a caballo y los porrazos de los antidisturbios.
El aumento del uso de una violencia descarnada por parte del Estado contra lo que, en muchos casos, no eran más que muchachos de 15 años, pone de manifiesto la inquietud que ha sentido la burguesía. En la manifestación del 24 de Noviembre se puso de manifiesto el empleo por parte de la policía del método de la "encerrona" consistente en mantener cercados a los manifestantes en áreas que son selladas para impedir que nadie pueda escapar de ellas. Esa táctica ya había sido aplicada por la policía en las manifestaciones contra el G-20 del año 2009[11], y resultó criticada incluso por sectores de la burguesía que la consideran contra-productiva pues enciende aún más los ánimos. Pero volvió a usarse y a mayor escala aún contra la manifestación del 30 de Noviembre, y, de forma totalmente sistemática en las del 9 de Diciembre, cuando la policía fragmentó la concentración en varios "encierros" simultáneos. Había uno en el centro de Parliament Square que se encontraba rodeado de otros, de forma que cuando creías que habías podido salir de una, te encontrabas recluido en otra encerrona. Al final de la manifestación se puso en evidencia esta estrategia policial, pues se "liberó" a los que habían quedado recluidos durante horas en las inmediaciones del Parlamento, para a continuación quedar encerrados en el puente de Westminster, varias horas más, helados de frío y hacinados como el ganado cuando se transporta al matadero.
Y además de estas encerronas hemos visto un aumento bestial de la violencia policial. Ya antes de la manifestación del 9 de Diciembre se habían producido choques con la policía de quienes intentaban desesperadamente encontrar una escapatoria a las encerronas policiales. También había habido situaciones en que se apaleó a gente que participaba en las protestas pero estos "incidentes" habían sido cuidadosamente ocultados por los media. Desde el 9 de Diciembre, en cambio, esos mismos media han mostrado descaradamente a la policía cargando a caballo contra la multitud, a los antidisturbios aporreando a la gente,... obviamente desde el punto de vista de la policía que actuaría "para defenderse", etc. El mensaje que se quería trasladar con estas imágenes es meridianamente claro: si protestáis os tendréis que enfrentar a toda la fuerza del Estado. Y aunque los programas que cubrieron estos acontecimientos insistieron histéricamente en que la actuación de la policía pretendía "proteger" el derecho democrático a "protestar pacíficamente", y que la violencia provenía únicamente de una pequeña minoría, bla, bla, bla; la gente entendió claramente que lo que se les estaba diciendo era que si la policía había consistido actuado tan brutalmente era para disuadirlos de que acudieran a futuras manifestaciones.
Es evidente que el 9/12 hubo gente que acudió preparada para enfrentarse a la policía, pero la gran mayoría de quienes acudieron a la manifestación lo hicieron para expresar con total determinación, y a sabiendas de la creciente represión, su indignación por los ataques que sufrían sus condiciones de vida. Es verdad también que, sobre todo los jóvenes, habían aprendido la lección de jornadas anteriores y se negaban a dejarse recluir desde el principio mismo de la manifestación y que no se les permitiera acercarse a Parliament Square. Y aunque consiguieron hacerlo, la verdad es que la policía tenía preparadas nuevas encerronas y más cargas contra ellos. En muchos casos la policía les cercaba para impedirles escapar de las propias cargas policiales, lo que no les dejaba otra salida que enfrentarse a la policía, si no querían verse pisoteados por los caballos (como puede verse en este vídeo de la BBC - pincha aquí [31] - [12]), o apaleados por los policías. Hasta en ese momento, muchos manifestantes supieron ir más allá de ese clima de violencia que estaban viviendo:
«Marchábamos todos juntos, cuando vimos que los caballos se nos echaban encima, y empezaron a llovernos porrazos sobre la cabeza y la espalda. Tuve verdaderamente miedo de perder la vida. De hecho cogí mi móvil y empecé a teclear el número de mis padres para enviarles un mensaje amoroso.
«A mi lado hay una bonita muchacha rubia de 17 años que se pone a llorar y a correr indignada por la brutalidad policial que le ha golpeado en la cara. Los manifestantes comienzan a gritar "¡Qué vergüenza!", Pero incluso en el fragor de la batalla, estos jóvenes recuerdan lo que se juega este movimiento y, ante el cordón policial, gritan: "¡Estamos luchando por vuestros hijos!", "¡Luchamos porque tengan un trabajo!" (Citado en un blog del magazine New Statesmen [13] )
En los videos y los reportajes sobre estas manifestaciones se insiste en las imágenes de jóvenes enmascarados luchando con la policía, pero lo cierto es que la inmensa mayoría eran jóvenes a cara descubierta que trataban de defenderse de las cargas de las fuerzas del "orden".
Y en medio de todo ese caos, aún hacían gala los jóvenes de toda su inventiva. Algunos, siguiendo el ejemplo de los estudiantes italianos, se fabricaron escudos con forma de libros, con algunos títulos de Marx al frente, e incluyendo "obras" como Un Mundo Feliz, Sin Blanca en París y Londres de Orwell, o la Dialéctica Negativa de Adorno. Al parecer ésta jugó un importante papel ¡para tirar del caballo a uno de los policías montados!
Tomado de The Really Open University [32] [14].
Y aunque estaba claro que el Estado iba a ganar estas batallas, pero los resultados, a largo plazo, de esta represión son extremadamente importantes. De entrada, la idea de que el Estado y el Gobierno de Coalición podrían ser "justos y buenos" ha saltado por los aires. En su lugar lo que han vivido miles de jóvenes - y de no tan jóvenes-, ha sido la experiencia de la violencia del Estado, y lo que han visto es que sus amigos, familiares eran no sólo atacados, sino tratados como criminales. La policía grababa constantemente las manifestaciones, incluso las que tenían lugar en los pueblos más pequeños. No dudaba siquiera en meterse hasta el centro de las concentraciones para fotografiar a los que tomaban parte en ellas. Una generación entera ha podido comprobar que la única respuesta del Estado cuando se le pide que escuche sus reivindicaciones es una violencia descarnada. Es pronto aún para saber cuáles pueden ser las implicaciones de esto.
Este movimiento ha significado los primeros pasos de la superación de la desmoralización que infligió al proletariado británica la derrota de los mineros, los impresores y otros sectores obreros en los años 1980. Una generación de jóvenes proletarios se ha alzado y ha dicho "Aquí estamos". Muchos trabajadores más "veteranos" han mirado con admiración este movimiento con una sensación de "por fín volvemos a luchar". La cuestión de la violencia ha adquirido una nueva dimensión. Durante años los medios de comunicación han presentado una imagen de la población - sobre todo de los trabajadores - como gente pasiva y sumisa. En los primeros días de este movimiento, los media aún eran capaces de encontrar estudiantes que censurasen el uso de la violencia; pero tras la batalla del 9 de Diciembre, Newsnight [15] no pudo mostrar ni un solo estudiante que condenara la violencia de su lado, aunque muchos de ellos preguntaron a distintos reporteros. "¿Y vosotros por qué no denunciáis la violencia de la policía?". La propaganda estatal para presentar el programa de austeridad como un esfuerzo "justo" y "compartido por toda la sociedad" ha quedado totalmente desprestigiada como un fraude que no consigue ocultar que la única respuesta a las protestas ha sido la represión y la violencia. Lo que ha pasado este último mes dará mucho que pensar a la clase obrera.
La aprobación, el 9 de Diciembre, de esa ley de aumento de las matrículas, junto a las vacaciones navideñas, ha producido un inevitable parón en las movilizaciones, aunque muchos estudiantes se han comprometido a continuarlas en Enero. Ya empezamos a ver una cierta radicalización del tono que emplean los sindicatos, como se aprecia en el artículo que escribió Len McCluskey, jefe de Unite el principal sindicato del sector público, en las páginas de opinión de The Guardian del 20 de Diciembre [33] [16], y que este periódico no dudó en destacar:
«Los estudiantes de Gran Bretaña han emplazado indudablemente al movimiento sindical. Sus protestas masivas contra el aumento de las tasas han sido más estimulantes que las disquisiciones políticas, los debates, las conferencias y las resoluciones. Los sindicatos hemos de estar a la altura. Los estudiantes han de saber que estamos a su lado. Debemos condenar sin contemplaciones la actitud que ha mostrado la policía en las recientes manifestaciones. Las encerronas, los apaleamientos y las cargas a caballo contra adolescentes no tienen cabida en nuestra sociedad.
«Resulta irónico que jóvenes a los que se despreciaba por su "pasotismo" y su despreocupación por la política, se les quiera convertir de repente en el enemigo interior a batir. Recuerda mucho lo que nos pasó a nosotros en las luchas de los años 1970 y 1980.
«Debemos de trabajar pues en estrecha colaboración con aquellos que se están viendo más afectados por estos ataques. Por ello Unite ha decidido apoyar la amplia Coalición por la Resistencia creada el mes pasado, y que pretende agrupar a los sindicatos y a los miembros de las campañas anti-recortes que surgen por todo el país.
«La manifestación convocada por la TUC[17]para el 26 de marzo será un hito fundamental en el desarrollo de nuestra resistencia, que proporcionará a los afiliados sindicales la confianza para luchar en defensa del empleo y los servicios».
La web de The Guardian informaba ese mismo día que tanto Unite como la GMB [18] respaldarían la jornada de acción convocada por la EAN Y la NCAFC (ver notas 4 y 5) para el 29 de Enero.
Al mismo tiempo el líder de la RMT [19], Bob Crow, reclamaba «huelgas, desobediencia civil y millones de personas en las calles», para poder elevar el perfil de combatividad de la Izquierda y los sindicatos, posibilitándoles así poder hacer su función de recuperación de cualquier movimiento contra la austeridad.
En perspectiva se atisban enfrentamientos de clase mayores y más multitudinarios. La burguesía está preparando su aparato sindical para controlar la situación, pero no está ni mucho menos claro que pueda conseguirlo.
WR, 23/12/10.
[1] Es difícil "traducir" el sistema educativo británico a los diferentes modelos de los distintos países de lengua española. A partir de los 16 años existe la posibilidad de cursar una enseñanza secundaria no obligatoria (que se conoce como "Sixth Form") que abarca hasta los 18 años y puede conducir a la universidad. También es posible a esa edad cursar estudios superiores no universitarios, en lo que se denomina Further Education. (Nota de la traducción al español).
[2] Traducción: Cuando la radio anuncia severos recortes, en Francia dicen: "Es hora del cóctel molotov", pero en Inglaterra,... "Es la hora del té". Cabe decir que en España hay una versión parecida de ese mensaje desmoralizante que reza: "En Francia movilización, y en España,... botellón" (los jóvenes beben en la calle ante la imposibilidad - por su coste - de consumir en bares, pubs),...(Nota de la traducción)
[3] https://www.bbc.co.uk/news/education-11427323 [34]
[4] Red de Activistas de la Educación. Ver https://educationactivistnetwork.wordpress.com/ [29]
[5] Campaña Nacional contra las Tasas y los Recortes. Ver anticuts.com.
[6] https://libcom.org/ [35]
[7] Se trata de un modismo por el que los ingleses se refieren a las Universidades de Oxford y Cambridge, las más prestigiosas del país. (Nota de la traducción).
[8] "Second day of student protests - how the demonstrations happened [36]".
[9] https://libcom.org/news/november-30th-day-action-against-cuts-fees-30112... [37]
[10] Movilizaciones masivas contra un impuesto a los alquileres decretado por el primer gobierno de Thatcher. Los choques con la policía más importantes tuvieron lugar el 11 de Marzo, en las inmediaciones de Trafalgar Square, por lo que a menudo se alude a ellos como la "Batalla de Trafalgar". (Nota de la traducción).
[11] Una táctica similar fue empleada por la policía de Sarkozy contra las movilizaciones recientes contra la reforma de las pensiones en Francia, por ejemplo en la encerrona de Lyon que denunciamos en: "Un témoignage sur la répression lors de la manifestation du 19 octobre 2010 à Lyon [38]". (Nota de la traducción).
[12] Véase https://www.bbc.co.uk/news/uk-11962905 [31]
[13] Véase https://www.newstatesman.com/politics/2010/12/young-protesters-police [39]
[14] Véase https://reallyopenuniversity.wordpress.com/ [32]
[15] Se trata de un programa de reportajes en profundidad de la BBC. (Nota de la traducción).
[16] Véase "Unions, get set for battle [33]".
[17] Trades Union Congress es la federación que agrupa la mayoría de los sindicatos británicos. (N de la T)
[18] Se trata de otro sindicato implantado sobre todo en trabajadores municipales y de la salud. (N de la T)..
[19] Se trata de un sindicato implantado en el sector transportes.(ídem)
2011 empieza con más amenazas, muy serias, de que Portugal se incorpore rápidamente a esa siniestra lista: su deuda pública a finales de 2010 es ya del 82% del PIB. Si no ha caído ya, en las primeras semanas de este nuevo año cuando ha tenido que "colocar" en el mercado sus primeras remesas de deuda, no es porque "Portugal no tiene nada que der con Irlanda" como quiere hacer creer a los trabajadores su Primer Ministro socialista, sino porque el Banco Central Europeo ha parado este primer golpe a base de talonario en los días previos o como dicen los expertos "debido a la intervención del BCE con copras de bonos de Portugal, Grecia e Irlanda para rebajar la rentabilidad del bono portugués a 10 años" (Periódico "Expansión" 11/01/11). Más miles y miles de euros inmolados en la "hoguera de las vanidades" del pozo sin fondo de la deuda, solo para parar un primer golpe, porque la propia burguesía da ya por seguro el "rescate" de Portugal: "Portugal será el siguiente en la lista. No sé si será antes de Navidad, de todas formas será inevitable el año próximo" según palabras del Consejero financiero portugués en el Gabinete de Información de servicios financieros, Felipe García. Y no es el único es hacer tales sombrías previsiones: "Cristian Tegllund Blaabjerg, jefe de estrategia de renta variable de Saxo Bank, prevé que Portugal solicite el rescate en el primer trimestre" (Expansión, 11/01/11).
Para Portugal, como para otros tantos países, las deudas son una pesada bola de hierro atada a sus pies que les hunde irremediablemente en el abismo. Su caída y el necesario rescate supondrían un golpe mayor para la unión europea de lo que ya han supuesto los de Grecia e Irlanda. Pero esa no es su peor pesadilla....
¿Y España?.
Lo que produce autentico sudor frio a los dirigentes europeos ya no es Grecia o Irlanda, ni siquiera Portugal, es España. El reputado economista americano, Nouriel Roubini, que debe su fama a ser el primer economista que ya en 2007 alertó sobre la crisis mundial, lo dice palmariamente "España es demasiado grande para hundirse y demasiado grande para salvarla". Efectivamente y en eso están todos de acuerdo: si España cae (la península ibérica supone el 10% del PIB europeo) su "rescate" no podría hacerse solo con cargo al fondo de rescate, pues valdría 800 mil millones de euros, ¡10 veces más que el de Grecia!. "Los inversores miran de reojo a España como la siguiente ficha del dominó europeo que podría caer. La mayoría de los expertos señala coinciden en que en el caso de que España necesitase ayuda se articularia de forma diferente". Eso si nadie se atreve a aventurar cuál sería esa forma, ya que las consecuencias tanto para la moneda europea como para la propia estabilidad de la Unión Europa asusta al más pintado.
Tampoco aventuran -a diferencia que respecto a Portugal- cuando podría producirse esa fatídica eventualidad. Es más Zapatero trata, contra viento y marea, de tranquilizar a los mercados sobre la solvencia de la economía patria, pero su "todo va bien" (tan parecido, que aburre, a ese "España va bien" de Aznar e sus tiempos de Presidente del Gobierno del PP) pero tanta insistencia resulta más que inquietante, sobre todo visto lo visto por parte de los gobernantes helenos o irlandeses que aseguraban exactamente lo mismo antes de su caída.
Tampoco son nada tranquilizadoras -aunque lo pretenden- las declaraciones de Antonio García Pascual, economista de Barclays Capital, cuando afirma que "La situación en España es sostenible, e incluso aunque el Gobierno tuviera que inyectar 90 mil millones de euros en las entidades financieras, la deuda pública sólo llegaría a un máximo del 85% del PIB". Más allá del alivio relativo -muy relativo- al haber podido "colocar" la primera remesa de deuda del año "sin más problemas" que un diferencial de entre 250 y 300 puntos básicos, es decir que los intereses de la deuda ahora colocada son mayores de los que tenia la misma deuda antes de colocarse, la "tranquilidad" no es tal. "España, a diferencia de los países ya intervenidos (Grecia e Irlanda) y los que junto a ella están en el punto de mira (Italia, Bélgica, Austria...) el problema no está tanto en el volumen de la deuda pública y su necesaria refinanciación [España afronta tres pruebas de fuego en 2011: en mayo, agosto y octubre, meses en los que se concentra el mayor volumen de vencimientos de su deuda pública, por encima de los 20 mil millones de euros en cada caso (Nota de redactor)] como en la deuda privada, especialmente de los bancos y cajas de ahorros, que se eleva a más del 50% del PIB" (Carmen Alcaide, analista y ex presidente el Instituto Nacional de Estadística. "El País" 16/01/11).
En el mismo sentido el Fondo Monetario Internacional insiste en que en España "no es descartable el hundimiento del sistema bancario", y cuando el FMI, gran institución internacional burguesa que se caracteriza por escoger siempre el escenario más optimista, utiliza eufemismos como "no es descartable..." es que la cosa ¡es inevitable!.
Y en cuanto a las previsiones de reducción del déficit público para 2011 que presenta el Gobierno socialista del Sr Zapatero son el cuento de la lechera ya que se basan en un previsión de crecimiento del PIB de entrono al 1'2% mientras que los organismos internacionales no dan más allá del 0'6%.
Pero la lista de países amenazados continúa...
Italia se ahora bajo el peso gigantesco de una de las deudas públicas más altas del mundo, que alcanza el 120% de su PIB. Para el economista canadiense y premio Nobel de economía, Robert Mundell, Italia "es la mayor amenaza" para la moneda única europea.
Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España forman ya parte del club de los PIIGS, mote que ya hace tiempo sacaron los economistas para referirse a los "países en quiebra". Hoy hay más países de la zona euro amenazados por la bancarrota que corren el riesgo de engrosar sus filas.
Las dudas sobre la solidez de los Países Bajos crecen cada día, y Bélgica está ya en el banquillo. Según el periódico británico The Guardian es el candidato perfecto para ser el siguiente en la lista de países a los que la crisis económica golpeará con mayor fuerza.
En cuanto a Francia, si oímos a sus gobernantes "no está amenazada" pero la realidad es que a pesar de que por ahora la agencia de calificación Standard&Poor´s aún le da la calificación de "AAA" reservada a los países "solventes", tiene problemas para ¡pagar a los funcionarios y empleados públicos!. Ocho ministerios (entre ellos el de Educación) han tenido que pedir un crédito para pagar a sus empleados la paga de Diciembre, y miles de trabajadores precarios llevan sin cobrar la prima de "salida" (10% del sueldo) desde la primavera.
Y queda el pilar de la zona euro, Alemania que con una tasa de crecimiento del 3% y un endeudamiento público relativamente limitado parece ser el único país europeo que aguante el tipo. En todo caso eso es lo que dicen los expertos... Pero si lo miramos de carca veremos que sus bases están podridas. Alemania es el país que, después de Irlanda, más dinero inyectó en 2008 a sus bancos con problemas: 180'94 miles de millones de euros. Así el Financial Times insiste desde Septiembre en que el sistema bancario más tocado no es ni el portugués ni el español sino el Aleman. "En su conjunto es casi insalvable y el gobierno tiene que decidirse a sacrificar alguna de sus partes si no quiere problemas aún mayores" dice el conocido periódico inglés. La caída de Irlanda agudiza el problema y lo hace más urgente ya que los bancos alemanes detentan 205 mil millones de dólares de activos irlandeses... y eso no es todo los bancos alemanes junto a los franceses tienen muchos activos invertidos en deuda española y de otros países con dificultades. Todo un record en la zona euro. Además su aparato industrial es totalmente dependiente de las exportaciones cuando las salidas exteriores se van a reducir mucho en los próximos meses y años.
En resumen, toda la Unión Europea tiene graves problemas. La propia Sra Merkel, cancillera alemana, lo dejo bien claro, antes de retractarse, cuando dijo que la zona euro "está en una situación muy delicada". Junto al francés Nicolas Sarkozy empieza a decir que hay que implementar progresivamente una estructura paliativa que permita la declaración oficial de quiebra de Estados europeos con una "restructuración de la deuda". Aunque Angela Merkel se ve obligada a añadir "No veo que Estados estarían hoy ya en esa situación". "Hoy"... pero ¿y mañana?.
Fuera de la zona euro las cosas no van mejor.
En Gran Bretaña la deuda pública es del 100%, más alta que la media de sus vecinos europeos, y los sucesivos planes de austeridad destinaos a reducir el déficit no han arreglado nada.
Japón se hunde desde hace décadas la recesión y las ultimas noticias muestran que empeora. Su deuda pública roza ¡el 200%!.
Estado Unidos, la primera potencia mundial, es sin lugar a dudas el enfermo más grave. Basta con un dato: la tasa real de paro el del 22% (durante la Gran Depresión de los años 30 era del 25%). 33 millones de ciudadanos americanos hoy no tienen trabajo.
Para los economistas hay, afortunadamente, un clavo ardiendo al que asirse: China. China hoy es el equivalente al Japón de los años 70/80, a los tigres asiáticos de los años 80/90, a Islandia e Irlanda de los años 2000: un dinamismo increíble, un crecimiento apabullante, un paraíso para los chicos de oro (golden boys), Eldorado para los jóvenes inversores y emprendedores... en una palabra, una burbuja que acabará como las otras... explotando. Ya empiezan a verse los primeros signos: una gigantesca burbuja inmobiliaria que no cesa de crecer, una inflación galopante (4'4% oficialmente y más del doble oficiosa), tensiones cada vez más insostenibles entre el yuan y el dólar, un crecimiento cada vez más anémico....
Los escépticos nos dirán que es abusivo comparar China con los tigres asiáticos. Es cierto, la caída de China hará muchos más estragos.
El capitalismo un sistema en quiebra.
"Los remedios empleados son diferentes -por no decir opuestos- de un país a otro, pero todos tienen una cosa en común, su ineficacia. Experimentando con todo tipo de mezcolanzas entre esos remedios -apostando por la intervención de los bancos centrales y los planes de relanzamiento, o por el contrario proscribiéndolos- los gobernantes tiran en cualquier dirección [...] Una era está acabándose, la del crédito fácil, tanto para las familias como para los Estados. Un crecimiento dopado en el que no preocupaba saber de que estaba hecho siempre que pudiera continuar alegremente" (François Leclerc, Economista francés)
« D'un pays à l'autre, les potions utilisées sont différentes - pour ne pas dire opposées - mais elles ont en commun d'être inefficaces. Essayant toutes les combinaisons de remèdes - panachant des interventions des banques centrales et des plans de relance, ou les proscrivant au contraire - les gouvernements tirent dans tous les sens [...]. Une ère est en train de se clore, dans laquelle le crédit était facile, aussi bien pour les ménages que pour les Etats. L'ensemble dopait une croissance dont on ne se souciait pas trop de savoir de quoi elle était faite, tant qu'elle se poursuivait allégrement. » (François Leclerc, économiste français).
Ahi está. El capitalismo ha vivido a crédito y esa era "se está acabando"
Desde los años 60 este sistema ha vivido de la inyección cada vez más masiva de créditos. El sueldo de los obreros no podía ser suficiente para absorber todo eso, el mercado mundial está saturado de mercancías. Para no quedar paralizado por la sobre producción, para dar salida a los productos fabricados, el capitalismo ante cada crisis 1967, 1973, 1986, 1993, 2001, 2007 ... el capitalismo ha abierto más la espita del endeudamiento.
El resultado de años de tal huida hacia delante era inevitable: las familias, las empresas, los bancos y los Estados están con el agua al cuello por las deudas.
El capitalismo hoy ya no puede dar ninguna solución. Ni acuñar más moneda como en estados Unidos, Japón o Gran Bretaña, ni los planes de austeridad europeos, ni las trampas chinas con el valor de su moneda.... aunque todos estos países tomen atajos diferentes, todos ellos se dirigen al mismo atolladero inexorablemente.
Hoy día hay dos elementos que muestran la ausencia total de perspectivas para la economía capitalista: el aumento del proteccionismo y la guerra monetaria.
Tras el crak del 29 y la gran depresión de los años 30, todas las naciones sacaron una lección esencial: el proteccionismo genera un caos mundial indescriptible. Desde entonces su prohibición era más o menos respetada. Hoy todas las grandes potencias se libran a una carrera desatada y están dispuestas a todo. Si en la última cumbre del G20, en Seul, Merkel ha tenido que pedir a todos un compromiso firme recordando esa lección "Tenemos que hacer todo los posible para evitar el proteccionismo" es para responder a las presiones internacionales crecientes, con Estados Unidos a la cabeza, para limitar las exportaciones alemanas y chinas. "Exportar o morir" vuelve a ser el grito de guerra económico de todas las burguesías nacionales.
Y en cuanto a la guerra de las monedas. ¿De qué se trata?. En el mercado monetario lo que se enfrentan no son las divisas, como tratan de hacernos creer, sino las naciones. Un ejemplo basta: cuando los Estados Unidos imprimen y ponen en circulación cantidades inmensas de nuevos billetes a fin de sostener artificialmente su economía, el valor de la moneda $ baja. Pero para los países, como China, que detentan miles de millones de la divisa americana ven como su tesoro se derrite como la nieve bajo el sol. Ya sea la libra inglesa, el yuan chino, el yen japonés o el euro, todas esas monedas son armas en manos de cada Estado para mantener su demanda interior y tratar de favorecer sus propias exportaciones. Esa "guerra de las monedas" conlleva el riesgo de una desestabilización inertancional incontrolada: devaluaciones masivas, inflación galopante, explosión del euro...
Quiebras bancarias, de las cajas de ahorros, de multinacionales, de regiones o de estados, estallido de la burbuja china, aumento del proteccionismo, desaparición de euro, devaluación masiva del dólar o de la libra esterlina... nadie sabe cuál de esos tablones podridos cederá primero bajo nuestros pies, ni cuando lo hará. Lo bien cierto es que el futuro nos depara sacudidas económicas devastadoras en todos los países. Y que el capitalismo conduce progresiva pero inexorablemente a la humanidad a la miseria y la guerra.
Hoy, como ayer, los gobernantes de todos los países, sean del color político que sean, de izquierda o de derechas, llaman a los trabajadores a apretarse el cinturón, a aceptar sacrificios para "relanzar la economía y reencontrar la senda del crecimiento"-. ¡Mentiras! Los sacrificio de hoy solo preparan mayores sacrificios mañana.
Únicamente la lucha de clases puede permitir ralentizar los ataques. Solo la revolución proletaria internacional podrá poner fin al suplicio que este sistema de explotación infringe a la mayoría de la humanidad.
Articulo adaptado de Revolución Internacional nº 418, publicación de la CCI en Francia.
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La burguesía occidental, de izquierdas o de derechas, que ha andado de compadreo con todos estos dictadores durante décadas, alaga hoy hipócritamente a estos "pueblos corajudos que combaten por la democracia". Pero los halagos no sirven de nada, la miseria y la represión que han provocado la revuelta siguen ahí, tan presentes como lo están en el mundo, en todo el mundo, sometido al capitalismo y a la clase dominante.
El "efecto dominó", que ha llevado al derrocamiento o a la puesta en cuestión de muchos regímenes tiránicos en África del Norte o del Medio Oriente, evoca en muchos el hundimiento en cadena de los regímenes del bloque del Este a principios de los años noventa y les viene a la memoria aquella situación en la que se alimentaban también falsas esperanzas democráticas en las poblaciones liberadas de décadas de terror. Existe sin embargo una diferencia capital entre los dos movimientos, entre los dos periodos. El 1989-90 la burguesía fue quien más se benefició de todo aquello; permitiéndose desarrollar su engañosa ideología sobre la muerte del comunismo, en la que equipara "la implosión de los regímenes estalinistas en descomposición" con "la muerte del comunismo". Los proletarios no tenían entonces conciencia clara de que, en realidad, era un bloque entero del sistema capitalista lo que se hundía; de manera que toda esta propaganda asestó un fortísimo golpe a la moral y la combatividad de nuestra clase. Concretamente: durante los años noventa hubo muy pocas luchas en el mundo; sin embargo hoy, la liberación de poblaciones enteras del yugo y la losa de plomo que imponían odiados dictadores es, por el contrario, un estímulo para la lucha en todo el mundo, a pesar de que estas sublevaciones continúen secuestradas por las perniciosas ideologías nacionalistas y por grandes ilusiones democráticas, electoralistas. La presencia en de obreros en este movimiento que se posicionan en torno a sus propias reivindicaciones y que las sitúan en un terreno de clase es, sin duda, su factor más positivo. Es precisamente esto lo que inspira más temor a la burguesía en todo el mundo. Las luchas obreras, que en un principio quedaron anegadas por la explosión general de cólera, han jugado, sobre todo en Egipto, el papel de un verdadero acelerador de los acontecimientos. Es muy significativo que, solamente cuarenta y ocho horas después de la extensión de estas huelgas a la región industrial del Canal de Suez, Obama persuadiera al ejército de que Mubarak debía salir inmediatamente del Gobierno. Y aun más edificante ver que, tras eso, el movimiento de huelgas continúa extendiéndose; apremiando así al ejército, nuevo gendarme de la nación, a difundir un mensaje inequívoco en el que está exigiendo que ¡Acaben las huelgas y obreros y empleados vuelvan al trabajo!
Hossam el-Hamalawy[1] explica, en un artículo publicado en el The Guardian del 14 de febrero, el recrudecimiento de las luchas obreras al que nos referimos: "Todas las clases en Egipto han tomado parte en la insurrección. Mubarak ha logrado poner en su contra a todas las clases sociales. En la plaza Tahrir se encontraban los hijos y las hijas de la élite egipcia colaborando con los trabajadores, los ciudadanos de clase media y los pobres de las zonas urbanas; pero no olviden que fue cuando comenzaron las huelgas masivas cuando el Régimen comienza a desmoronarse y cuando el ejército obliga a Mubarak a dimitir porque el sistema se hundía... Desde el primer día de la insurrección, el 25 de enero, la clase obrera tomó parte en las manifestaciones. Sin embargo, al comienzo los trabajadores participaban únicamente como "manifestantes" y no como "obreros"; es decir, no actuaban autónomamente. No fueron los manifestantes quienes pararon la economía sino el Gobierno con su Toque de queda, el cierre de los bancos y de las empresas. Se trata de una huelga capitalista con la que se intenta aterrorizar al pueblo egipcio."
David McNally[2], en su artículo en www.pmpress.org [43], nos da una idea de la extensión de las luchas obreras: "Decenas de miles de personas entran en acción, durante la semana del 7 de febrero. Miles de ferroviarios se ponen en huelga bloqueando las vías. Seis mil trabajadores del Servicio del Canal de Suez paralizan el trabajo y organizan ocupaciones y "sentadas "en Suez y otras dos o tres ciudades. En Mahalla, mil quinientos trabajadores de "Abul Sebae Textiles" hicieron huelga y bloquean la carretera. En el hospital de Kafr al-Zayyat, enfermeras y enfermeros organizan una sentada a la que se unen centenares de empleados de otros hospitales. En todo Egipto otros miles de trabajadores -empleados de autobús en El Cairo, los de "Telecom Egypt", periodistas de algunos diarios, trabajadores de empresas farmacéuticas y metalúrgicas se han sumado a la oleada de huelgas. Exigen la mejora de los salarios, el despido de los directores de empresa sin escrúpulos; reclaman los salarios que se les deben, mejores condiciones de trabajo y sindicatos independientes. En numerosos casos han llamado también a la dimisión del presidente Mubarak. En otros, como el de los dos mil obreros de de la seda "Helwan Factory", han exigido la supresión del Consejo de administración de su sociedad. Está también el caso de los miles de miembros del cuerpo profesional de la Universidad de El Cairo que se han sumado a las manifestaciones, se han confrontado a las fuerzas de seguridad y han impedido al Primer ministro Ahmed Shariq reintegrarse a su despacho en el Gobierno."
Podríamos referir numerosos ejemplos más: alrededor de 20.000 trabajadores de Al-Mahalla Al-Kobra -la mayor fábrica de hilatura y tejidos de Egipto, situada a más de cien kilómetros al Norte del Cairo- vuelven a la huelga, tras una pausa de tres días, exigiendo la destitución de sus corruptos patrones; los conductores de ambulancias utilizando sus vehículos bloquean las carreteras para protestar por su bajo salario; trabajadores que se manifiestan ante la sede de la Federación de los sindicatos egipcios a los que denuncian de "Pandilla de rufianes", de "Banda de golfantes" y llaman a su disolución (evidentemente, el fuerte brazo del servicio de orden sindical respondió estos trabajadores con golpes y balas).
Sin duda, habrá muchos ejemplos que añadir a esta pequeña lista.
Ahora que las manifestaciones masivas se han dispersado, circulan informaciones según las cuales las reuniones de trabajadores están siendo prohibidas. Ya sabemos que, durante todo el periodo en que el ejército decía ser el protector de las personas, cientos de militantes han sido arrestados y torturados por esta misma institución "popular" y que no hay ninguna razón para pensar que este tipo de represión "ordinaria" no vaya a continuar, incluso en el caso de que el movimiento consiga evitar los enfrentamientos directos.
Sin embargo, la ilusión de que el ejército pertenece al pueblo está presente. Es una ilusión muy peligrosa, ya que impide a los oprimidos ver quién es su enemigo, de dónde le va a llegar el próximo golpe. Es una ilusión que no va sola sino que forma parte de una ilusión más amplia: la "democracia"; es decir, la ilusión de que los cambios en la forma de Estado capitalista harán cambiar la función de este Estado y lo pondrán al servicio de los intereses de la mayoría. El llamamiento a formar sindicatos independientes, que ha recorrido muchas de estas huelgas, hunde sus raíces en una variante del mito democrático: se basa concretamente en la idea de que el Estado capitalista, cuyo verdadero papel es proteger un sistema que no tiene nada que ofrecer a los trabajadores ni al conjunto de la humanidad, podría permitir a la clase explotada mantener sus propias organizaciones independientes de forma permanente.
Hoy, solo se puede hablar de revolución en un sentido, en el de la perspectiva de la revolución proletaria internacional: pero aún estamos lejos de ella. La conciencia auténticamente revolucionaria, necesaria para conducir esta revolución a la victoria, sólo puede desarrollarse si se hace a escala mundial y no se puede plasmar sin la contribución decisiva de los trabajadores más experimentados de los países capitalistas más antiguos de Europa. Los proletarios (y otras capas oprimidas) de Oriente Medio y África del Norte desarrollan en estos momentos luchas que alumbran enseñanzas esenciales para el proletariado mundial: sobre la manera de llevar adelante sus propias luchas, sobre la organización de la ocupación de las calles, sobre la solidaridad y la ayuda mutua. En la plaza Tahrir se expresó toda esta creatividad, toda esta capacidad de autoorganización de la lucha obrera. Así lo describe McNally: "En la plaza Tahrir, centro neurálgico de la "revolución", la multitud se implica en la toma directa de decisiones, a veces incluso con centenares de miles de manifestantes. Organizados en pequeños grupos, los congregados discuten y debaten; después envían delegados elegidos a hacer consultas relacionados con las exigencias del movimiento [...] Después los delegados de estas mini-concentraciones se reúnen y valoran la situación antes de plantear las potenciales reivindicaciones discutidas al resto de los concentrados, utilizando megáfonos improvisados. La adopción de cada proposición se hace en función de los abucheos o de los aplausos que recibe del conjunto de la multitud.". También se sacan lecciones sobre la manera de defenderse colectivamente de los asaltos de la policía y de los pillastres, la manera de superar las divisiones sectarias entre comunidades religiosas y laicas. Lecciones acerca de cómo propagar las luchas fuera de las fronteras de cada país; la revuelta de territorio en territorio con las mismas exigencias y métodos, con el convencimiento de que, por todas partes, los proletarios mismos van descubriendo que ellos también están confrontados a iguales ataques contra su nivel de vida, a la misma represión y al mismo sistema de explotación.
Interrogados por la prensa a lo largo de los últimos días, los trabajadores en Egipto han expresado la verdad simple que motiva sus huelgas y sus manifestaciones: no pueden alimentar a sus familias porque sus salarios son muy bajos, porque los precio son demasiado altos, porque el paro causa estragos,...
La clase obrera de todos los países va a hacer frente progresivamente a la degradación de sus condiciones de vida, ya que ninguna "reforma democrática" las va a aliviar. La clase obrera solo tiene: por defensa su lucha y la perspectiva de una nueva sociedad por solución.
AM/W (26febrero 2011)
[1] Periodista egipcio que "bloguea" en arabawy.org.
[2] Profesor de ciencias políticas en la Universidad de York en Toronto.
Pero volvamos al inicio de los acontecimientos: Todo empezó con una manifestación masiva contra Gadafi inspirada en los movimientos que se habían producido en Egipto y Túnez[1], la chispa inicial fue la manifestación de unos sesenta jóvenes en Bengasi, el 15 de Febrero, que fue brutalmente reprimida y condujo a una fuerte explosión de ira en otras ciudades que a su vez fueron reprimidas con saña. Ante el asesinato de decenas de jóvenes, miles de personas salieron a la calle librando batallas campales contra las fuerzas del Estado, demostrando una gran valentía. La población de Bengasi al saber que el aeropuerto había sido tomado por mercenarios acudió masivamente y logró retomar su control, aún a costa de cuantiosas pérdidas. En otra ocasión, civiles requisaron excavadoras y vehículos para asaltar un cuartel que estaba fuertemente armado. En otras ciudades la población civil hostigó a las fuerzas represivas del Estado. La única respuesta del régimen fue redoblar la represión, hacerla cada vez más salvaje, provocando que elementos entre los soldados y oficiales se negaran a acatar las órdenes de masacrar a los manifestantes. Un soldado, ante la orden de su comandante de disparar a matar, le pegó un tiro.
Todo apunta a que este movimiento partió en un principio de una explosión de ira popular, especialmente por parte de la juventud urbana, frente a la brutal represión y la agravación de la miseria.
La agravación de la crisis económica y un creciente rechazo a aceptar la represión es el telón de fondo que explica lo que ocurre en Túnez, Egipto y otros lugares de Oriente Medio y África del Norte. Mientras que, durante años, la clase obrera y la población civil sufría cada vez mayor pobreza y explotación, la clase dominante acumulaba inmensas riquezas.
Pero ¿por qué la situación en Libia es diferente de la de Túnez y Egipto? En Túnez o Egipto, más allá de la represión, el instrumento principal para manejar el descontento social ha sido la mistificación democrática. En Túnez, las crecientes manifestaciones obreras y de la población en general contra el desempleo han sido desviadas, de la noche a la mañana, hacia el callejón sin salida de quien reemplazará a Ben Ali. El ejército tunecino, bajo los auspicios del estadounidense, emplazó al presidente de Túnez a quitarse de en medio. En Egipto costó algo más que Mubarak hiciera lo mismo, aunque su resistencia permitió focalizar el descontento social en forzar su dimisión. Pero es importante destacar que una de las cosas que le empujó a tomar las de Villadiego fue que se desencadenaban huelgas exigiendo mejores condiciones de vida y mejores salarios, lo que mostraba que los trabajadores pese a haber participado en manifestaciones masivas contra el gobierno, no habían olvidado sus propios intereses y no estaban dispuestos a dejarlos de lado por dar una oportunidad a la democracia.
En Egipto y Túnez, el ejército es la columna vertebral del Estado y fue capaz de poner los intereses del capital nacional por encima de sus intereses particulares de camarilla. En Libia, el ejército tiene un papel diferente. El régimen de Gaddafi ha mantenido deliberadamente durante décadas el ejército débil así como a cualquier otra parte del Estado que pudiera hacerle sombra. Como señala justamente Paul Sullivan, experto en el norte de África de la Universidad de Defensa Nacional de Washington, "Gadafi ha tratado de mantener a los militares en un estado de debilidad tal que no puedan derrocarlo como él derrocó al rey Idris,". El resultado es "un ejército mal dirigido por oficiales que están en la cuerda floja, con personalidades inestables y con muchas armas a su alcance". (Bloomberg, 02 de marzo) Esto significa que la única respuesta del régimen frente al descontento social es la represión pura y dura.
La brutalidad de la respuesta del gobierno ha llevado a la clase obrera a una explosión de rabia desesperada ante la masacre de sus hijos. Pero los trabajadores que fueron a las manifestaciones lo hicieron, en gran medida, como individuos: a pesar del coraje que mostraron frente a las armas pesadas de Gaddafi, los trabajadores no han podido hacer valer sus propios intereses de clase.
En Túnez, como hemos dicho, el movimiento lo comenzó la clase trabajadora y los pobres contra el desempleo y la represión. Después, en Egipto, el proletariado se movilizó con la experiencia acumulada durante varias oleadas de luchas libradas en los últimos años y esta experiencia le dio confianza en su capacidad para defender sus propios intereses. Prueba de ello es que una vez acabadas las manifestaciones estalló una oleada de huelgas.
El proletariado libio entró en lucha en una posición mayor debilidad. Sabemos que hubo una huelga en un yacimiento petrolífero, pero no hay noticias de otras expresiones de actividad de la clase obrera. Quizá las haya habido, no lo sabemos, pero lo bien cierto es que el proletariado como clase ha estado, en gran medida, ausente. Esto muestra que la clase obrera desde el principio ha sido vulnerable a los venenos secretados en la situación de caos y confusión ideológica. La aparición en escena de la vieja bandera monárquica y su aceptación, en tan sólo unos días, como el símbolo de la revuelta, es signo de lo profundo de esa debilidad. Esta bandera ondeó a coro del lema nacionalista "Libia libre." También hubo expresiones de tribalismo en apoyo a la oposición al régimen de Gaddafi movidas, en algún, caso por intereses regionales o tribales. Los líderes tribales han utilizado y siguen utilizando su autoridad para ponerse a la cabeza de la rebelión. Parece que hay una fuerte presencia del Islam: en muchas manifestaciones se entona el canto "Allahu Akbar"[2].
Esa maraña ideológica hace que decenas -si no cientos de miles- sientan la necesidad de huir del país. ¿Por qué los trabajadores extranjeros deberían desfilar tras una bandera nacional sea del color que sea? Un verdadero movimiento proletario habría incorporado desde el principio a los trabajadores extranjeros, ya que las reivindicaciones habrían sido comunes: mejores salarios, mejores condiciones de trabajo y fin de la represión contra los trabajadores. Eso les habría unido con independencia de la nación, tribu o religión de cada uno.
Gadafi ha empleado a fondo este veneno para tratar de conseguir el apoyo de los trabajadores y la población civil, contra la supuesta amenaza a su "revolución": los extranjeros, el tribalismo, el islamismo, Occidente ...
La mayoría de la clase obrera odia al régimen. Pero el verdadero peligro para la clase trabajadora es dejarse arrastrar tras la "oposición". Esta oposición liderada por el nuevo "Consejo Nacional" es un conglomerado de diferentes fracciones de la burguesía: desde miembros del antiguo régimen o monárquicos hasta líderes tribales o religiosos. Todos han aprovechado al máximo que este movimiento no tiene una dirección proletaria independiente para tratar cada uno de reemplazar a Gadafi al frente del Estado libio.
El Consejo Nacional tiene claro su papel: "El objetivo principal del Consejo Nacional es ser la cara política ... de la revolución ","Vamos a ayudar a liberar a otras ciudades de Libia, Trípoli, en especial, a través de nuestro ejército nacional, nuestras fuerzas armadas, algunos de cuyos miembros han anunciado su apoyo al pueblo "(Reuters África, 27 de febrero) "Es impensable una Libia dividida" (Reuters, 27 de febrero). En otras palabras, su objetivo es mantener la dictadura capitalista actual, pero con una cara diferente.
Sin embargo, la oposición no está unida. El ex ministro de Justicia de Gaddafi, Mohamed Mustafa Abud Ajleil, anunció a finales de febrero la formación de un gobierno provisional, con sede en Al-Baida, con el apoyo de algunos ex diplomáticos. Esta iniciativa fue rechazada por el Consejo Nacional con sede en Bengasi.
Esto demuestra que hay profundas divisiones en el seno de la oposición, que inevitablemente van a explotar, tanto por ver quién logra alzarse con el poder si finalmente consiguen deshacerse de Gadafi como por su pellejo si Gadafi vence.
El Consejo Nacional muestra su mejor cara poniendo a su cabeza a Ghoga, un famoso abogado de derechos humanos que no está muy quemado por vínculos con el antiguo régimen, a diferencia de Ajleil que está mucho más pringado. Es mejor estrategia para vender su imagen. Los media se han encargado de hacer publicidad de los Comités surgidos en las ciudades en las que Gadafi había perdido el control. Aunque algunos Comités surgieron realmente de la revuelta popular, parece que en muchos casos fueron autoproclamados por los popes locales de la oposición, bajo el auspicio del Consejo Nacional.
El esfuerzo del Consejo Nacional para establecer un ejército nacional está provocando tanta muerte y desolación a la clase obrera y la población civil en general como si formara parte de las fuerzas de Gadafi. La confraternización social que en un principio contribuyó a socavar los esfuerzos represivos del régimen ha dado paso a batallas campales en un frente puramente militar, mientras se pedía sacrificios a la población para que el ejército pudiera hacer su trabajo.
La transformación de la oposición burguesa en un nuevo régimen se acelera con el apoyo cada vez más abierto de las potencias mundiales: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia, ... todos ellos gánsteres imperialistas que ahora se distancian de su antiguo amigo Gadafi para garantizarse que si un nuevo equipo llega al poder, tendrán alguna influencia sobre él. ¡La pelea imperialista por el botón libio está servida!. El bienestar de la población libia les importa lo mismo que a Gadafi o al Consejo: nada en absoluto. Lo único que les interesa a todos ellos es defender sus propios intereses imperialistas en una zona que es un avispero[3].
La clase dominante de Libia y del resto del mundo ha utilizado para sus fines lo que en un principio fue, según parece, una respuesta desesperada de la población contra ante la represión, y el movimiento que comenzó como un estallido de indignación y rabia contra la masacre de unos jóvenes se ha convertido con el tiempo en un baño de sangre pero... en nombre de una "Libia libre"
La única respuesta que le cabe al proletariado en Libia y en el resto del mundo es no dejarse enredar en las batallas sangrientas que libran entre sí fracciones de la clase dominante en nombre de la democracia o de la nación libre. En los próximos días y semanas la lucha entre estas fracciones va a ser despiadada, de un lado Gadafi aferrándose al poder y de otro la oposición que cuenta con apoyos internacionales cada vez más fuertes. Si finalmente cae Gadafi habrá una estruendosa campaña sobre el triunfo de la democracia, el poder popular y la libertad. Y si él se va, habrá una campaña tan fuerte sobre el triunfo de la democracia, el poder popular y la libertad. Sea cual sea el resultado lo bien cierto es que la burguesía va a restregarnos hasta la nausea sus dos temas predilectos contra la conciencia obrera: la democracia y el nacionalismo.
Articulo adaptado de WR nº 342 Marzo 2011 (Phil)
[1] Ver en nuestra prensa los artículos "Egipto, Túnez, Argelia: El espectro visible de los combates de clase" (https://es.internationalism.org/ccionline/2010s/2011_egipto [45] web) y "Egipto: la lucha de clases toma el centro de la situación" (https://es.internationalism.org/node/3056 [46])
[2] Allahu Akbar (Alá es Grande o Dios es Grande)es el himno nacional de Libia.
[3] La diplomacia mundial está permanentemente reunida al "más alto nivel" para dar -dicen- una respuesta unida a la crisis Libia. Las dificultades del Consejo General para concretar el "hacer algo ante el genocidio de Libia" en nombre de la comunidad internacional, muestra que tras la fachada del acuerdo general todos los estados tratan de sacar a delante alianzas que beneficien sus intereses imperialistas.
De hecho esta vez, el PP y el PSOE están de acuerdo en hacer esta guerra y únicamente Izquierda Unida se opone desde una especie de pacifismo testimonial, sin hacer demasiado ruido para no molestar, pero levantando la voz lo suficiente como para desmarcarse y aparecer como una alternativa "de oposición".
Pero ¿En qué se diferencia esta guerra de la de Irak para que de repente al PSOE y sus consortes artísticointelectuales les haya entrado el ardor guerrero que denunciaban entonces en el PP? ¿Por qué ésta es una guerra "de izquierdas"?
Nos dicen que Gadafi es un dictador que masacra a la población; pero es el mismo argumento que, una vez aclarado que las armas de destrucción masiva fueron una excusa, USA esgrimió para la invasión de Irak: "defender a la población de Saddam Hussein"; "defender la democracia";
Habría que evitar un baño de sangre en la confrontación entra bandos rivales; pero eso sirvió también de coartada para la ocupación militar americana: contener los enfrentamientos entre sunitas y chiitas, combatir el caos.
También insisten en que no van a haber, ni ha habido, bajas civiles, a causa de la intervención de la coalición internacional; pero ese rollo de los "bombardeos quirúrgicos" ya hemos visto lo que significa en Afganistán, donde los aviones no tripulados han destrozado poblados enteros en la frontera con Pakistán.
Finalmente, la única justificación que les queda es que esta es una intervención militar "aprobada por la ONU", es una "guerra legal". Por supuesto que para la población embarcada en alguno de los bandos en conflicto, o víctima del fuego cruzado, que esta sea una guerra "con papeles" no le protege de entregar su vida en una pelea entre bandas de la burguesía que la explota.
Pero el apoyo de la ONU, ¿Significa la defensa de una "legalidad internacional"? La única "legalidad internacional" es la que imponen las relaciones de fuerza entre los diferentes rivales imperialistas, y la ONU, esa "cueva de ladrones" como la llamaba Lenin, sólo es el reflejo de esas rivalidades. Como lo muestran las disensiones entre los diferentes rivales imperialistas. De entrada Alemania se ha desmarcado de la operación, junto con China y Rusia; pero incluso entre los participantes de la operación militar, las rivalidades son evidentes: USA ha mostrado su disgusto por el protagonismo que pretende arrogarse Francia y GB está empujando abiertamente a derribar a Gadafi, cosa que los demás no comparten demasiado ni siquiera Francia. Para el capital español, la presencia militar en la operación supone una tentativa de no perder pie en todo el trabajo que ha desarrollado por tener una presencia en el mundo árabe.
El cinismo de la burguesía no tiene límites. El mismo Gadafi al que estigmatizan hoy como tirano y asesino, era no hace tanto, desde 2004 una vez olvidado el atentado Lockerbie, objeto de seducción de las diferentes potencias. En 2007 plantó su Haima en los jardines del Eliseo en París (que mantiene sustanciosos contratos de venta de armamento a Libia) y recibió igualmente delegaciones norteamericanas. (en 2005 las principales beneficiarias de contratos de gas y petroleo eran compañias USA).
Las "guerras de izquierdas" son también guerras imperialistas a las que el proletariado tiene que oponer una guerra de clases contra la burguesía en cada capital nacional. Contra el "sí a la guerra" de Libia, lucha de clases.
Hic Rhodas, 21.03.11
A la sombra indirecta de Izquierda Unida y de ATTAC, que aspira a ser algo así como una Internacional Ciudadana, el día 19 de febrero se reunieron en Madrid una serie de mediáticos promotores intelectuales de izquierdas, que han lanzado una especie de manifiesto-programa dirigido a la ciudadanía del país y al que cualquiera puede dar su apoyo, vía internet, con solo enviar el nombre completo, el mail e indicando la localidad. Entre los numerosos convocantes había gente que, aunque la mayoría no pertenece nominalmente a ningún partido, sus análisis sobre los problemas y opiniones son tenidas en cuenta por lo que nosotros llamamos "La Izquierda del Capital"[1].
Reformar el capitalismo ¿Cómo? A través de medidas "progresistas" de capitalismo de Estado contra la ofensiva neoliberal, contra el poder de las multinacionales, de la banca, de la corrupción como norma y de los paraísos fiscales, mediante unas medidas de corte "radical", pero que en el fondo solo constituyen un reforzamiento, aún mayor del Estado para, aparentemente, mantener sus prestaciones sociales y de esa manera realizar una hipotética "redistribución de la renta" que beneficiaría a los obreros. Pero ¿Cuál ha sido la experiencia? En realidad y durante los últimos 40 años, se ha operado una "redistribución de la renta" consistente en desposeer crecientemente a los trabajadores en beneficio de los capitalistas; la parte proporcional de la renta de numerosos países, desde USA hasta España, ha evolucionado en el sentido de ser cada vez mayor la parte atribuida a los más ricos y cada vez menor la asignada a los más pobres, así la participación de los salarios en la renta nacional baja continuamente desde 1973. Esa tendencia general del capitalismo durante los últimos 40 años, del paso a paso, ahora se ha precipitado con la crisis y su expresión dramática son los profundos y rápidos ataques a las condiciones de vida y futuro de la clase obrera. Precisamente las medidas que pretende el Manifiesto se presentan como un punto de inflexión en esa tendencia, como un medio de volver del creciente e imparable "Estado del malestar" al mítico "Estado del bienestar", que se fue
En el breve espacio de lo que es un artículo, no podemos entrar a criticar el llamamiento que hacen y el programa que patrocinan estas mesas de convergencia ciudadana, solo esbozaremos unas breves pinceladas.
El primer golpe ya lo dan en la frente. El llamamiento se hace para "despertar la conciencia de la opinión pública" pero ¿qué clase de conciencia es esta? ¿Existe esta clase de Conciencia? ¿Esa "opinión pública" no es algo que se cocina mediante los medios llamados de comunicación que repiten hasta la nausea sus campañas para abandonarlas a los 4 días y cambiarlas por otras? Nosotros creemos que la única conciencia verdaderamente trasformadora y revolucionaria es la del proletariado como clase, que se basa en la destrucción de las relaciones capitalistas de producción, mientras tanto todo lo demás no es más que el dominio de las ideas de las clase explotadora, aunque tengan, como en este caso, el barniz de la ciudadanía, lo que estamos dispuestos a debatirlo de manera rigurosa y argumentada.
También en el llamamiento dicen que las grandes empresas, los bancos y el poder financiero "extorsionan a los gobiernos elegidos" ¡pobrecitos ellos! En realidad lo que vemos en el tablero capitalista mundial, por encima de los personajes que en un momento u otro ocupen los cargos gubernamentales, son estados nacionales que defienden como un todo su capitalismo nacional y que se enfrentan, de forma directa o indirecta, en los diferentes conflictos y que lo que funciona es el arruina a tu vecino en tu provecho. Lo que hace cada Estado, que es la personificación del interés global del capital nacional es procurar, sino puede aumentar su poder e influencia en las relaciones internacionales a costa de otros, es por lo menos no perder posiciones también a favor de otros. Así funciona el sistema capitalista ya sea una democracia o un régimen autoritario.
Ya dentro de los diez puntos que forma lo que podríamos llamar el programa, hay todo un panel de reivindicaciones que van desde medidas contra el desempleo, la violencia de género, reformas del sistema fiscal hasta el saneamiento de las finanzas y la "elaboración y dotación presupuestaria de un plan de urgencia por la igualdad como base de la lucha contra la crisis..." "Renegociación del pago de la deuda pública...". Al parecer todavía hay gente que se cree estas quimeras. Decimos sobre esto lo mismo que antes respecto a la soberanía nacional, pero referido a la crisis. Esta crisis afecta a la economía privada, a las monedas y a las finanzas de los propios Estados, todos endeudados hasta las cejas, los fuertes y los débiles; Los Estados están atiborrados de deudas y sus arcas exhaustas, para pagar las deudas que vencen necesitan volver a endeudarse, viven casi al día y es una pura ilusión señalar que el Estado capitalista va emplear algún medio a favor de los pobres, la realidad es totalmente la contraria, su única posibilidad de ir tirando es atacar las condiciones de vida de los trabajadores en todos los ámbitos: salarios, desempleo, sanidad, jubilación, etc. Las pomposas reivindicaciones de las mesas de convergencia son incompatibles con el capitalismo en esta época de su total estancamiento. En los últimos 40 años el crecimiento capitalista ha podido ir tirando gracias a un continuo endeudamiento a todos los niveles, la verificación de este fenómeno es fácil de ver en las estadísticas de la burguesía. También encontramos descabellados los lamentos que se hacen en contra de la economía especulativa y a favor de la economía productiva, señalando una serie de medidas de Capitalismo de Estado objetivamente inviables. Billones de dólares se han desplazado de la economía productiva a la especulativa en base a la lógica capitalista que busca máximos beneficios y, por otra parte, la economía real de bienes y servicios no tiene salida rentable, menos ahora con la crisis generalizada de la deuda[2]. Si estos señores, en vez fijarse en un momento histórico del capitalismo, analizaran un poco la historia de este sistema se darían cuenta que el capitalismo hace mucho tiempo que perdió las señas de identidad que le caracterizaban en su época de desarrollo, ese periodo de esplendor no puede volver de la misma manera que no existe el rejuvenecimiento en las personas, está hundido en la decadencia, es un cadáver histórico. Pero este personal político está al servicio de la burguesía y es imposible que de ahí surja ninguna meditación en este sentido, mejor dicho deben envenenar el menor brote de reflexión que nazca en la clase obrera, precisamente por eso hacen lo que hacen.
La época de las reivindicaciones ciudadanas ya han pasado a la historia, es cosa de una época capitalista que se fue para no volver: la verdadera división de poderes, la lucha por los derechos de la mujer, el llamado "estado del bienestar", la erradicación de la corrupción como norma etc., es un esfuerzo baldío en el actual capitalismo, porque el sistema ya no tiene margen para asimilar medidas de corte progresista, por tanto todos los esfuerzos que vayan en esa dirección no solo serán un despilfarro sino que acarrean la desmoralización de los trabajadores que participen.
Como siempre en este tipo de parloteos tramposos, se cuidan mucho de no hablar y denunciar cosas sensibles para los Estados, para algo lo que se pide es más Estado; puestos a proponer cosas imaginativas, ya que están en plan "anticapitalista", y que sí podrían hacer los "gobiernos elegidos y extorsionados", los artífices del llamamiento lo eluden en todo momento: Por ejemplo no estaría nada mal que se publicaran todos los tratados secretos que tiene España y se prohibiera la diplomacia secreta, que se televisaran en directo los Consejos de Ministros, que las declaraciones de guerra, la intervención en cualquier conflicto armado, la firma de la paz, se hiciera de forma electoral y democrática ¿conocemos algún caso de que se hagan estas prácticas u otras análogas en las más rancia y reputadas democracias burguesas del mundo?. Ni las "candorosas" y envidiadas democracias, como Suecia o Noruega, contemplan poner en práctica semejantes medidas u otras más modestas, son incompatibles con la naturaleza del capitalismo y con la democracia burguesa.
Vamos a terminar con unas líneas escritas por un obrero concienciado de Barcelona que conocemos y que no es militante de la CCI, pero que se da cuenta del montaje en curso, un compañero mas práctico que teórico. Escribió estas líneas saliendo al paso de una convocatoria de debate promovida por el Colectivo kaosenlared sobre las próximas elecciones municipales de mayo y a la que están invitados los representantes de varios partidos catalanes de izquierdas: Candidatura d'Unitat Popular, Revolta Global, Esquerra anticapitalista, Partit Comunista del poble de Catalunya, Esquerra Unida y Corrent Roig. Las líneas que escribió este obrero, con las que solo en una parte estamos de acuerdo, son una reflexión que se puede aplicar al montaje de las Mesas de Convergencia Ciudadanas. Se cita una parte del texto tal cual está escrito:
"Compañeros en la actualidad ya no vale los frentes unidos que aceptan el sistema capitalista ni la colaboración de clases ni los sindicatos que negocian con explotadores y mafiosos.
Hace falta la unión de los partidos revolucionarios comenzando por la creación de los consejos obreros Hay que desmarcarse de las posiciones burguesas que colaboran con el sistema..."
Al contrario hemos de denunciar los partidos que colaboran y respetan a los capitalistas
Hemos de exigir que se repudien todos los partidos que no condenen el capitalismo y negarnos a participar en las elecciones
"........Y hacer una campaña denunciando todas las aberraciones del sistema reaccionario....." (Parfeta)
10-03-11
[1] "El conjunto de partidos y grupos que defienden, incluso condicionalmente o de manera "crítica", ciertos Estados o ciertas fracciones de la burguesía contra otras sea en nombre del "socialismo", de la "democracia", del "antifascismo", de la "independencia nacional", del "frente único" o del "mal menor"; que participan, de la forma que sea, en el juego burgués de las elecciones, en la actividad antiobrera de los sindicatos o en la mistificación autogestionarias son órganos del aparato político del capital". Cita sacada del punto XIII de nuestra Plataforma
[2] El Nobel de economía Joseph E. Stiglitz, una autoridad de la burguesía en materia de economía y defensor de una mayor intervención estatal frente a la crisis, dice: "El desfase acumulado entre la producción real de la economía y su producción potencial asciende a billones de dólares". Stiglit: "Caída Libre". Edit. Taurus 2010, pág. 49.
Primero fue el recorte del 5% a los funcionarios, luego vino la Reforma Laboral, recientemente la Reforma de las Pensiones a través del Pacto Social firmado por los sindicatos. Pero las cosas no acaban ahí: siguen, siguen y siguen ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo?
En esta situación, que se ve acompañada por el incremento de la inflación y del paro así como del recorte de las ayudas a los parados, vemos que ahora el Gobierno Central y los Gobiernos autonómicos conjugan sus esfuerzos para imponer recortes en la enseñanza.
A nivel nacional, el Gobierno ha reducido la Oferta Pública de Empleo en educación a un 30% de reposición de funcionarios mientras que en la Comunidad Valenciana la oferta pública de empleo ha caído en picado: de 1800 puestos ofertados en 2007 pasamos a ¡110 en 2011!
El Gobierno autonómico ha suprimido entre 1200 y 1500 puestos correspondientes a interinos, todo ello forma parte de una reducción tremenda en los presupuestos educativos que repercute directamente en la propia calidad de la enseñanza a través de la reducción de puestos de trabajo (además de los salarios de los funcionarios docentes). Ello hará que muchos programas educativos desaparezcan de los centros escolares, que aumenten los ratios profesor-alumno y que incrementen el número de horas lectiva con cargo a los profesores (se habla de que quieren hacernos trabajar el mes de Julio y de que en Secundaria el próximo curso pasaremos de 18 a 20 horas lectivas). Al mismo tiempo las comisiones de servicio se ven sometidas a la arbitrariedad y el enchufismo más descarados por parte de los gobernantes del PP.
Para satisfacer sus escandalosos vínculos clientelares, para propiciar divisiones y enfrentamientos entre padres, profesorado, alumnado etc., el Gobierno autonómico, refuerza la enseñanza privada lo que no significa mejora de la calidad de la educación sino degradarla aún más mientras al mismo tiempo se calcula en 900 los centros donde se da la enseñanza en barracones.
Necesitamos la unidad y la auto-organización.
Unidad: los trabajadores de la enseñanza necesitamos ganar a padres, vecinos, alumnos, estudiantes... Luchar solos y aislados es facilitar a los políticos su política populista (como con los controladores) que ponga a los "indignados" padres y demás personas en nuestra contra con el discurso de que tenemos trabajo fijo, un buen salario y trabajamos menos que los demás y con más vacaciones. Todo eso es demagogia: no solamente estamos afectados TODOS por la reforma de las pensiones, los recortes salariales, la inflación, la amenaza del paro, el no futuro..., sino que a todos nos afecta la degradación de la enseñanza, el aumento de ratio de profesores por alumno, los barracones, el desastre de los planes educativos. Necesitamos unirnos y no ir cada cual por su lado.
Auto-organización: para que la lucha sea eficaz debe ser organizada, controlada y dirigida por Asambleas Abiertas donde en unidad con padres, alumnos y vecinos, podamos discutir cómo podemos responder, qué medidas tomar, cómo ganar la simpatía de los demás trabajadores. Si Gobierno Central y Gobierno Autonómico, aunque estén en manos de distintos partidos, llevan una política anti-social mancomunada, ¿hemos de ofrecerles el regalo de actuar cada cual encerrado en su sector, profesores, padres y alumnos cada uno a la suya?
Si compartes estas propuestas y estas inquietudes, si quieres romper el aislamiento y la pasividad, si estás harto de lamentarte de todo y no hacer nada, te animamos a unirte a nuestras reuniones. Tenemos muchas ideas e iniciativas que entre todos podemos impulsar.
Colectivo de Trabajadores de Valencia
Nos reunimos en Laboratorio de Arte en Vivo, junto a Museo Benlliure c/Blanquerías 22 Bajo. Nuestro correo es [email protected] [49] próxima reunión miércoles 9 de marzo a las 19 horas. Escríbenos con tus ideas, tus propuestas y comentarios. Pasa esta nota a más gente. Participamos en la Red de Solidaridad de ESPAREVOL: Espacio Revolucionario de Debate y Encuentro. esparevol.forumotion.net
Economías nacionales endeudadas a tope, socorridas las más débiles para evitarles la bancarrota a ellas y a sus acreedores; planes de austeridad para intentar frenar el endeudamiento que lo único que hacen es incrementar los riesgos de recesión y, por lo tanto, de quiebras en serie; intentos de relanzamiento mediante el recurso a la máquina de fabricar billetes, con lo que se relanza, sí..., la inflación; atolladero a nivel económico que hace aparecer a una burguesía incapaz de proponer una política económica con algo de coherencia.
El "rescate" de los estados europeos.
En el momento que Irlanda negociaba su plan de "rescate", las autoridades del FMI reconocían que Grecia no podría reembolsar el plan que FMI y Unión Europea pusieron en marcha en abril de 2010, y que, por mucho que evitaran usar la expresión, habría que reestructurar la deuda de ese país...
Evidentemente, ese nuevo regalo a Grecia debe acompañarse por nuevas medidas de austeridad. Tras el plan de austeridad de 2010 (supresión del pago de dos meses de pensión, baja de indemnizaciones en el sector público, subida de precios, debida entre otras cosas a la subida de las tasas sobre la luz, los carburantes, alcohol, tabaco, etc.), se están preparando decisiones para suprimir empleos públicos.
En Irlanda, el guión es parecido. Los obreros están soportando su cuarto plan de austeridad: en 2009, los salarios de los funcionarios ya soportaron una baja entre 5 y 15%, se suprimieron subsidios sociales, no se sustituyó a jubilados. El nuevo plan de austeridad negociado a cambio de un plan de "rescate" del país contiene la baja del salario mínimo de 11,5%, la baja de los subsidios familiares, la supresión de 24.750 plazas de funcionarios y el aumento del IVA del 21% al 23%. Y, como en Grecia, es evidente que un país de 4,5 millones de habitantes, cuyo PIB era en 2009 de 164.000 millones de euros, no conseguirá reembolsar un préstamo de 85.000 millones de euros. Para ambos países no cabe la menor duda de que esos planes de austeridad tan brutales lo único que conseguirán es hundir a la mayoría de la población en la miseria más absoluta.
La insolvencia acecha a otros países como Portugal y España, y para hacer frente a su deuda han adoptado planes de austeridad draconianos, que como en Grecia e Irlanda son antesala de otras medidas de ataque suplementarias.
La gravedad de lo que acarrearía una incapacidad de las economías griega e irlandesa para asumir su deuda va mucho más allá de las fronteras de esos países. Es precisamente eso lo que explica el pánico que se apoderó de las altas esferas de la burguesía mundial. Así como los bancos irlandeses poseían créditos considerables en toda una serie de países del mundo, los bancos de los grandes países desarrollados poseen créditos colosales de los estados griego e irlandés (los bancos franceses estarían expuestos a una altura de 21.100 millones de euros en Irlanda, los alemanes 46.000 millones, los británicos 42.300 millones y los estadounidenses 24.600).
Sin el reflotamiento de Grecia e Irlanda, la situación habría sido de lo más difícil para los bancos acreedores y, por lo tanto, de los estados de los que dependen. Así ocurre muy especialmente con países cuya situación financiera ya es muy crítica como Portugal y España, y que, también ellos, están muy implicados en Grecia e Irlanda.
Y no solo eso. Si no se hubiera reflotado a Grecia e Irlanda, eso habría significado que las autoridades financieras de la UE y el FMI no garantizan las finanzas de los países en dificultades, sean Grecia, Irlanda, Portugal o España, etc. La consecuencia habría sido una estampida al grito de "sálvese quien pueda" de los acreedores de esos estados, la quiebra garantizada de los más débiles, el hundimiento del euro y una tempestad financiera comparada con la cual, las consecuencias de la quiebra del banco Lehman Brothers en 2008 habrían parecido una suave brisa marina. En otras palabras, al acudir en auxilio de Grecia e Irlanda, las autoridades financieras de la UE y del FMI, no iban con la preocupación de salvar a esos dos estados y menos todavía a la población de esos dos países, sino la de evitar la desbandada del sistema financiero mundial.
Los países de la zona Euro se encuentran, sin embargo, ante una dificultad suplementaria pues al estado que se endeuda no le queda la posibilidad de crear por su cuenta los medios monetarios para "financiar" sus déficits, ya que tal posibilidad es únicamente incumbencia de una institución exterior, o sea, el Banco Central Europeo. Otros países como Reino Unido o Estados Unidos, muy endeudados también, no tienen ese problema pues tienen autoridad para fabricar moneda propia.
Sea como sea, las cotas de endeudamiento de todos esos países demuestran que sus compromisos superan con creces sus posibilidades de reembolso a unos niveles delirantes. Se han hecho cálculos que demuestran que Grecia debería, como mínimo, alcanzar un excedente presupuestario del 16 o 17% para estabilizar su deuda pública. En realidad, todos los países del mundo están endeudados hasta el punto de que su producción nacional no permite reembolsar la deuda. Eso significa que los estados e instituciones privadas poseen deudas de créditos que nunca serán pagados.
Nos encontramos, pues, a la vez...¡con planes de austeridad y con planes de relanzamiento! ¿Qué explicación tiene semejante contradicción?
Como demostró Marx, el capitalismo sufre por naturaleza de una insuficiencia de mercados pues la explotación de la fuerza de trabajo de la clase obrera acarrea necesariamente la creación de un valor mayor que la suma de los salarios pagados, debido a que la clase obrera consume mucho menos de lo que produce. Durante los años que van hasta finales del siglo XIX, la burguesía pudo solventar ese problema mediante la colonización de territorios no capitalistas, territorios en los que forzaba a la población, por múltiples medios, a comprar las mercancías producidas por su capital. Las crisis y las guerras del siglo XX ilustraron que esa manera de solventar el problema de la sobreproducción, inherente a la explotación capitalista de las fuerzas productivas, había alcanzado sus límites. O sea que los territorios no capitalistas del planeta ya no eran suficientes para permitir a la burguesía dar salida a sus excedentes de mercancías que la acumulación ampliada produce y que son resultado de la explotación de la clase obrera. Los desajustes de la economía que se produjeron a finales de los años 1960 y que se concretaron en crisis monetarias y en recesiones, confirmaron que se habían agotado prácticamente los mercados extracapitalistas como medio para absorber el sobreproducto de la producción capitalista. La única solución que se impuso entonces fue la creación de un mercado artificial alimentado por la deuda. Eso permitía a la burguesía vender a estados, a familias y a empresas unas mercancías sin que dispusieran de medios reales para comprarlas.
Tarde o temprano las deudas deben ser progresivamente reembolsadas y sus intereses sistemáticamente pagados, pues el acreedor no sólo va a salir perdiendo, sino que encima él también corre el riesgo de quebrar.
Ahora bien, la situación de una cantidad creciente de países europeos demuestra que ya no pueden seguir saldando la parte de la deuda que les exigen sus acreedores. Esos países se encuentran ante la exigencia de tener que reducir su deuda recurriendo sobre todo a la reducción de gastos, pero resulta que lo que han demostrado los cuarenta años de crisis es que el aumento de la tal deuda es el requisito ineludible para que la economía mundial no entre en recesión. Esa es la misma contradicción insoluble ante la que se encuentran, con mayor o menor crudeza, todos los estados. Las sacudidas financieras que circulan por Europa en estos últimos tiempos, son así el resultado de las contradicciones básicas del capitalismo, haciendo aparecer el callejón sin salida de ese modo de producción.
En el momento mismo en que muchos países del mundo instauran políticas de austeridad más o menos duras, con su efecto de reducir la demanda interior, incluidos los productos de primera necesidad, se incrementan fuertemente los precios de las materias primas agrícolas: más del 100% el algodón en un año, más del 20% el trigo y el maíz entre julio de 2009 y julio de 2010 y el 16% el arroz entre abril de 2010 y octubre de 2010, y la tendencia es parecida para los metales y el petróleo.
El despegue de la inflación no es un fenómeno exótico reservado para los países "emergentes" (en China entre el 8 y el 10%, en India del 8,6% y en Rusia del 8,5%) pues los países desarrollados también la sufren: el 3,3% en Reino Unido, el 1,9% en Alemania...
Las inflación no siempre está causada por un desfase entre la oferta y la demanda. Otro factor muy diferente, que actúa desde hace décadas, es el aumento de la masa monetaria. En efecto, el uso de la máquina de fabricar billetes, o sea, la emisión de más masa monetaria sin que la riqueza nacional correspondiente aumente, desemboca inevitablemente en una depreciación de la moneda de que se trata, lo que se traduce en aumento de precios. Y todos los datos comunicados por los organismo oficiales hacen aparecer desde 2008, fuertes aumentos de la masa monetaria en las grandes zonas económicas del planeta.
Otro factor que explica el alza de los precios es la especulación. Al ser demasiado floja la demanda, sobre todo a causa del estancamiento o de la baja de los salarios, las empresas ya no pueden aumentar los precios de las mercancías en el mercado por el riesgo de no poder darles salida y registrar pérdidas. Esas mismas empresas o inversores se separan así de la actividad productiva, demasiado poco rentable y por lo tanto demasiado arriesgada, y se van a dedicar a hacer inversiones: compra de productos financieros, de materias primas o monedas con la esperanza que podrán revenderlas con una ganancia sustanciosa; así, van a transformar esos "productos" en activos con los cuales especulan. El problema es que una buena parte de esos productos, especialmente las materias primas agrícolas, son también mercancías que entran en el consumo de la mayoría de los obreros, de los campesinos, de los desempleados, etc. En fin de cuentas, además de la baja de sus ingresos, una gran parte de la población mundial va a tener que vérselas con el aumento del precio del arroz, del pan, de la ropa, etc.
Lo que, sin embargo, expresa mejor la guerra comercial actual es la guerra de las monedas. El "Quantitative Easing nº 2" es una necesidad para el capital de EE.UU., pero, la mismo tiempo, la creación de moneda que entraña significa que va a bajar su valor y, por lo tanto, de los productos "made in USA" en el mercado mundial (en relación con los productos de otros países), lo cual es una medida proteccionista especialmente agresiva. Y los objetivos de la infravaloración del yuan chino son los mismos.
Pero a pesar de la guerra económica, los diferentes estados se han visto obligados a entenderse para evitar que Grecia e Irlanda suspendieran pagos por su deuda. Eso significa que también en ese ámbito, lo único que puede hacer la burguesía es tomar medidas muy contradictorias, dictadas por el atolladero en que está metido su sistema.
En realidad, a la burguesía no le queda sino la alternativa entre dos políticas, algo así como entre la peste y el cólera:
. O hace como con Grecia e Irlanda fabricando moneda, pues tanto los fondos de la Unión Europea como los del FMI provienen de la máquina de fabricar billetes de los diferentes estados miembros; y en ese caso, vamos recto a una depreciación de las monedas y una tendencia inflacionistas que será cada vez más galopante.
. O practica una política de austeridad muy draconiana con vistas a estabilizar la deuda. Alemania preconiza esta solución para la zona euro, pues las particularidades de esa zona hacen que sea, a fin de cuentas, el capital alemán el que tiene que pagar la mayor parte del apoyo a los países en dificultad. La conclusión de tal política sólo podrá ser la caída vertiginosa en la depresión, como se ha visto con la caída de la producción en 2010 en Grecia, Irlanda y España tras los planes de "austeridad" que en esos países se adoptaron.
La única y verdadera solución al callejón sin salida capitalista es la que se despejará de las luchas, cada día más numerosas, masivas y conscientes que la clase obrera se ve obligada a llevar a cabo por el mundo entero, para resistir a los ataques económicos de la burguesía. La solución requiere evidentemente que se acabe con este sistema cuya contradicción principal es producir para la ganancia y no para la satisfacción de las necesidades humanas.
De la Revista Internacional nº 144
"¡Nos tememos lo peor!". Tal es la tonalidad que domina los titulares de los periódicos, de las televisiones o que se expresa en la boca de los dirigentes del planeta. Sin embargo, ¡lo peor lo estamos sufriendo ya! Porque atrapada en la sucesión de terremotos, tsunamis y accidentes nucleares que no parecen acabarse, la población japonesa se encuentra en una situación espantosa. Pero igualmente porque son también millones de personas en el planeta que viven bajo la espada de Damocles de una nube nuclear provocada por los reactores de Fukushima Esta vez, no estamos ante un país pobre como Haití o Indonesia sino uno de los Estados más industrializados del mundo altamente especializado en tecnologías punta. Un país cuya población ha sido la primera en sufrir los peligros de la energía nuclear con las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945.
Una vez más, la locura del capitalismo y la irresponsabilidad de la burguesía, se muestran abiertamente. Hoy, el mundo toma conciencia de que 127 millones de personas han sido amontonadas en un territorio minúsculo, especialmente superpoblado en las costas, donde predominan casas de madera en áreas permanentemente expuestas a terremotos y olas gigantes que pueden tragárselo todo en unos minutos. Esta densidad de población aumenta evidentemente las pérdidas humanas en caso de catástrofe[1].
Como si esto no fuera bastante, las centrales nucleares que constituyen auténticas bombas de relojería, se han construido sin tener en cuenta el elevado riesgo de terremotos, la mayoría se ubican en zonas costeras fuertemente pobladas por lo que son muy vulnerables a los tsunamis. De los 55 reactores instalados en territorio japonés 11 de ellos se han visto afectados por accidentes. Se ha hablado de los accidentes nucleares pero apenas se ha comentado de complejos petroquímicos, construidos a orilla del mar y que algunos de ellos se han incendiado lo que ha venido a sumar a la catástrofe nuclear catástrofes ecológicas de difícil evaluación[2].
Se nos insiste que es un fallo de la naturaleza, que no se puede prever la fuerza de los seísmos y la amplitud de los tsunamis. Es verdad. Pero lo que resulta chocante es que el capitalismo que durante dos siglos ha desarrollado espectaculares avances científicos y técnicos -que podrían ser aprovechados para prevenir este género de catástrofes- siga haciendo sometiendo a la humanidad a situaciones de alto riesgo. El mundo capitalista actual cuenta con enormes medios tecnológicos pero es incapaz de utilizarlos para el bienestar de la humanidad, a sus ojos solo cuenta la ganancia capitalista... en detrimento de nuestras vidas.
Un ejemplo: tras la catástrofe de Kobe en 1995, el Estado japonés había desarrollado una política de construcción de edificios anti-sísmicos que se han mantenido muy bien... pero la mayoría se destinaron a viviendas de alto nivel y a inmuebles de oficinas.
La población se ve sometida a tasas de radiación que oficialmente[3] son 40 veces la normal en la línea de 250 kilómetros desde Fukushima hasta Tokio. Sin embargo, ¡esa tasa de radiación ha sido declarada"sin riesgo" por el gobierno japonés!
Abundan las comparaciones con los precedentes de grandes accidentes nucleares, Three Mile Island (Harrisburg, Pensilvania) en Estados Unidos en 1979 y Chernobyl (Rusia) en 1986. Se nos asegura que "por el momento" en Japón se está muy lejos de la gravedad de este último.
¿Podemos sentirnos seguros antes estos razonamientos tan ostensiblemente optimistas? ¿Cómo podemos evaluar el peligro real que suponen los accidentes de Fukushima?
Hoy por hoy, Japón sufre una polución nuclear de altas proporciones, los responsables de TEPCO -la empresa que explota las centrales nucleares- trastean sin rumbo para evitar la explosión exponiendo desvergonzadamente a empleados y bomberos a tasas de radiación fatales. Provoca náuseas que el gobierno japonés califique a estos trabajadores kamikaze de héroes cuando es el principal responsable de esta política totalmente desorganizada. La impotencia de la burguesía es de tal calibre que tras una semana de tentativas desesperadas de enfriar los reactores dañados, tras haber proyectado conectar cables para servirse de los reactores en fusión para sacar electricidad -lo que los expertos han calificado de empresa de alto riesgo- han acabado por recubrir la central más afectada de arena y cemento... ¡haciendo lo mismo que en Chernobyl![4]
En 1979, Washington había mentido sobre las consecuencias radioactivas del accidente, a la vez que evacuaba 140 mil personas de la zona; si bien es verdad que no hubo que lamentar ninguna muerte, los cánceres se han multiplicado a continuación por centenares, lo que el gobierno norteamericano jamás ha querido reconocer.
Respecto a Chernobyl, afectada por graves deficiencias en su estructura y su mantenimiento, el gobierno ruso había escondido durante semanas la urgencia de la situación. Solamente cuando explotó un reactor y se liberó una inmensa nube nuclear que se extendió tanto en altura como en longitud, el mundo entero captó la amplitud de la catástrofe. Pero no creamos que se trate de una especificidad estalinista. Los responsables occidentales hacen exactamente lo mismo. En esa época el estado francés lanzó una mentira XXL diciendo que la nube radioactiva procedente de Chernobyl ¡se había detenido en las fronteras orientales de Francia!. Hoy todavía la OMS (Organización Mundial de la Salud), estrechamente ligada a la AIEA (Agencia Internacional de la Energía Atómica), saca un balance ridículo de la explosión de Chernobyl: habla solamente de 50 muertos, 9 muertes de niños por cáncer y ¡4000 cánceres potencialmente mortales! En realidad, según un estudio de la Academia de Ciencias de Nueva York, 985 mil personas perecieron a causa del accidente[5].
Pero son precisamente esos organismos los que se encargan de sacar un balance de Fukushima y de informarnos sobre los riesgos en curso. ¿Cómo darles un mínimo crédito? Por ejemplo, ¿qué va a ser de los que se llama "liquidadores" de Fukushima (los que intervienen en las centrales para tareas de urgencia) cuando sabemos que «los 830 mil "liquidadores" que intervinieron en Chernobyl, tras los hechos murieron entre 112 y 125 mil de ellos?»[6]. Todavía hoy, los medios de comunicación insisten en ocultar que el núcleo de la central sigue en situación de alto riesgo porque no paran de añadirse nuevas capas de cemento. Igualmente se oculta que la central de Fukushima registró más de 200 incidentes en los últimos 10 años.
Todos los países mienten sobre la realidad del peligro nuclear. El Estado francés no cesa de declarar con aplomo que los 58 reactores nucleares del hexágono están en perfecto estado de revista, cuando resulta que la mayoría de las centrales están encima de zonas sísmicas y en áreas marítimas o fluviales con riesgo de inundación. En 1999, el curso de una tempestad que causó importantes estragos en el territorio francés y 88 muertos, la inundación de la central de Blayais, próxima a Burdeos, estuvo a punto de provocar la fusión del reactor. La central de Fessenheim cuya obsolescencia es tal que ya debería estar cerrada. Sin embargo, mediante piezas de recambio (muchas de ellas no homologadas) continua funcionando a trancas y barrancas lo que debe provocar tasas de radiación muy nocivas para el personal de mantenimiento. ¡En eso consiste el "control" y la pretendida "transparencia"!
Desde el 11 de marzo, los medios de comunicación nos habían insistido sin mover una pestaña que las centrales nucleares japonesas eran las más seguras del mundo. Dos días después nos decían que la empresa TEPCO había ocultado en el pasado ciertos incidentes nucleares con efectos radioactivos. ¿Por qué serían no menos "seguras" las centrales francesas donde «en el espacio de 10 años, el número de incidentes menores o anomalías en las instalaciones se ha doblado»[7]? , «Alrededor del 20% de los 440 reactores civiles en actividad en el mundo están situados en zonas calificadas de "importante actividad sísmica", según la Asociación Mundial de lo Nuclear (World Nuclear Association, WNA), una agrupación de industriales. Algunos de los 62 reactores en construcción están igualmente situados en zonas de riesgo sísmico, al igual que otros 500 proyectos, en particular dentro de economías emergentes. Numerosas centrales- incluidos los 4 reactores dañados de Fukushima- se encuentran cerca del "círculo de fuego", un arco de 40.000 kilómetros de fallas tectónicas que engloba el Pacífico»[8]
Informaciones serias «dejan entender que los elementos radioactivos circulan sueltos cada vez más. Por ejemplo, mientras el plutonio no existía en la naturaleza antes de 1945, hoy los encontramos en los dientes de leche de los niños británicos»[9], ¡y eso que Gran Bretaña ha cesado su programa nuclear civil!
En Japón junto con la catástrofe nuclear hay en curso una catástrofe humanitaria. La tercera potencia económica mundial se halla sumida en una situación de crisis sin precedentes desde la 2ª Guerra Mundial.
Los mismos ingredientes aterradores están presentes: destrucciones masivas, muertes por millares, irradiaciones que podrían ser comparables a las de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki.
Millones de personas sobreviven en el nordeste del Japón sin electricidad ni agua potable y con alimentos que escasean, la mayoría contaminados. 600 mil personas están desplazadas y sobreviven precariamente expuestas al frío y la nieve. Mientras el gobierno nipón subestima la situación y da las informaciones en cuentagotas, se pueden contar por decenas de miles el número de muertos. El mar no cesa de arrojar cadáveres sobre las costas. Las destrucciones en viviendas, escuelas, hospitales etc., son gigantescas.
Pueblos, trenes, inmuebles, ciudades enteras, han sido arrasadas por el tsunami que ha golpeado la costa nordeste. Algunas poblaciones, atrapadas en estrechos valles como es el caso de Minamisanriku, han visto perecer o desaparecer la mitad de sus 17 mil habitantes. Con el tiempo de alerta de 30 minutos anunciado por el gobierno, las carreteras se han visto rápidamente embotelladas y los más atrasados han perecido a la merced de las olas.
La población ha sido saludada por los media occidentales por su "ejemplar coraje" y su "disciplina"; una población a la que el primer ministro japonés ha llamado a «reconstruir el país a partir de cero», lo que puede traducirse en palabras claras que la clase obrera de ese país debe ahora aprestarse a nuevas privaciones, a una explotación redoblada, a una agravación de la miseria.
Todo esto hace las delicias de los que nos presentan a los trabajadores japoneses como una población servil, que hace deporte con su patrón por las mañanas, que se calla y aceptar ser explotada sin rechistar y que espera pasivamente órdenes mientras los edificios se hunden. Estamos seguros del coraje extraordinario de la población de Japón, pero la realidad de su "estoicismo" que tanto cantan los periódicos es diferente. Centenas de miles tratan de huir de Tokio. Pero los que se quedan no es para hacerse los héroes sino porque no tienen otra elección. Por falta de medios financieros pero también por no saber adónde ir o no tener a nadie que les pueda acoger.
Ser refugiado medioambiental no tiene ningún estatus según la convención de las Naciones Unidas aunque sea por una catástrofe reconocida. Se calcula que 50 millones de personas tienen que emigran anualmente debido a catástrofes medioambientales en el mundo.
Este sistema de explotación furiosa es cada vez más inhumano. Como decía el Foro de nuestra publicación «nosotros no tenemos otra opción frente a este infierno capitalista que Socialismo o Barbarie. Luchar contra él o morir».
Traducido de Révolution Internationale, publicación en Francia de la Corriente Comunista Internacional
[1] Según Google la densidad es de 340 habitantes por Km2, una de las más altas del mundo. Sin embargo, esta cifra es equívoca puesto que de los 127 millones de habitantes, 80 millones se concentran en 14 áreas metropolitanas cuya extensión es apenas de 30.000 km2
[2] Una muestra: «La región de Tohohu, al noreste del país, la más afectada por el seísmo, aporta el 8% del PIB de Japón. Sólo la zona de Sendai, parte de Tohohu, aporta casi un 2% del PIB, en parte a través de su producción agrícola, pero muy especialmente por concentrar varias plantas de fabricación de automóviles y complejos petroquímicos. Sendai, con más de un millón de habitantes, ha quedado anegada prácticamente en su totalidad. La reconstrucción de las viviendas, plantas industriales, reparación de estaciones hidroeléctricas, centrales nucleares y refinerías de petróleo afectadas en distintas zonas del norte del país puede suponer un trabajo de años». Fuente: sur.elargentino.com/notas/la-recuperacion-economica-tendra-que-esperar-anos.
[3] La experiencia nos muestra el escaso crédito que puede acordarse a las cifras oficiales y muy particularmente a la cuestión nuclear: la mentira, la manipulación y la subestimación de peligros constituyen la regla de oro en los dirigentes de todos los países.
[4] La catástrofe había sido prevista: según informa Le Canard Enchaîné del 16-3-11 «Muy cuerdamente, los 8 ingenieros alemanes de Areva que se encontraban en la central de Fukushima sorprendidos por el terremoto en plena operación en un tramo del reactor número 4, desde el viernes 11 de marzo fueron enviados a 40 kilómetros para ponerse al abrigo de lo que pudiera pasar y el domingo 13 enviados a Frankfurt»
[5] Fuente: Le Monde 19-3-11, artículo La inquietante discreción de la Organización Mundial de la Salud.
[6] Fuente: https://www.monde-diplomatique.fr/2010/12/KATZ/19944 [51]
[7] Fuente: "En France, les incidents nucléaires en hausse [52]".
[8] Fuente: https://www.lemonde.fr [53]
[9] Fuente: https://blog.mondediplo.net/2011-03-12-au-Japon-le-seisme-declenche-l-alerte-nucleaire [54]
Han transcurrido efectivamente 90 años desde que los trabajadores de esa ciudad se levantaran contra el Partido Bolchevique, reclamando, entre otras cuestiones, que el poder real volviera a los Soviets sin el Partido Bolchevique. El Partido Comunista tomó entonces la terrible decisión de reprimir este movimiento.
Una de las participantes en este debate, en el que ha firmado como Youhou, nos ha remitido el texto que publicamos a continuación y que queremos saludar encarecidamente. En él busca sintetizar los distintos puntos de vista que se han expresado en el debate y, al mismo tiempo, tomar posición sobre él.
No se trata en manera alguna de darlo por acabado. El espíritu que nos parece apreciar en su texto es, más bien, que sirva como etapa de ese debate. Finalmente queremos unirnos al llamamiento que lanza al final de su carta: "¡Venid a sumaros a este apasionante debate! El debate fraternal es nuestra mejor arma contra la ideología burguesa" [1].
En el fórum de la CCI se está desarrollando actualmente, con ocasión del 90º aniversario de la represión de Kronstadt, una discusión muy animada que merece ser comentada. Es muy interesante pues resulta muy representativa de las posiciones que, sobre este tema, existen en la clase obrera. En este debate se ha expuesto, sin tabúes ni ambages, cómo el ejército rojo, a las órdenes del Partido Bolchevique, aplastó en 1921 la revuelta obrera del Sóviet de Kronstadt. Todos los participantes en este debate compartimos también la voluntad de sacar lecciones de esta masacre, enormemente valiosas para la futura revolución pues tal y como dejo escrito Rosa Luxemburgo a propósito de la revolución rusa: «Queda claro que sólo una profunda crítica y no una apología superficial es lo que puede servirnos para sacar de estas experiencias las valiosas lecciones que conllevan.». A lo largo de las últimas décadas, el debate sobre Kronstadt ha visto marcado por la expresión de dos tendencias diametralmente opuestas: los trotskistas que defienden que este aplastamiento fue una "trágica necesidad", y los anarquistas que creen que el Partido Bolchevique, por el simple hecho de ser un partido, contenía ya los gérmenes de esta degeneración, lo que les lleva a poner en entredicho la necesidad misma de la existencia de un partido de la clase obrera.
Veamos una de las ideas expuestas por Jeannotrouge: «El proletariado no puede constituirse en clase, y consiguientemente tras la revolución en clase dominante, si no es a través de una lucha tenaz en su seno, contra las influencias burguesas que inoculan las diferentes instituciones, organizaciones y partidos, presuntamente "obreros", lucha que no puede eludir el estallido de episodios de confrontación y violencia».
El compañero Mouhamed insiste, aunque de forma algo más matizada, en que los bolcheviques no podían actuar de otra forma.
Pero sobre este punto, yo comparto más bien lo que dicen Tibo y Underthegun: que el aplastamiento de Kronstadt no iba en el sentido del progreso de la revolución. Que esa masacre no era en absoluto necesaria sino que, más bien, precipitó la derrota de la revolución rusa. Y ¿eso por qué? Pues porque quienes fueron masacrados fueron trabajadores y no contrarrevolucionarios de cuello blanco, como el propio Trotsky tuvo que reconocer: «Esperamos todo el tiempo que nos fue posible, para que los marineros, nuestros camaradas ofuscados, abrieran los ojos y vieran donde les conducida el motín». La sociedad comunista no puede nacer de luchas fratricidas. Una masacre así no puede formar parte del arsenal de los revolucionarios. Tibo señala acertadamente: «Sí. Tenemos un mundo "por fin humano" que construir. Y este no puede tener como cimientos cadáveres de trabajadores aniquilados por otros trabajadores». A lo que yo me permito añadir: Y menos de esa manera, tomando rehenes entre sus familiares, condenando a los soldados del ejército rojo que se negaran a disparar,... La violencia de clase es necesaria, por supuesto, pero para la clase obrera esta violencia viene determinada por el objetivo final de su lucha, que no es otro que la liberación de la humanidad del yugo de la explotación. Los camaradas que no están de acuerdo con esta posición han recordado, muy justamente, la contribución de los bolcheviques a la clase obrera. El Partido Bolchevique, liderado por Lenin, jamás traicionó el interés de la clase obrera, y rechazó cualquier alianza para formar un partido de masas, lo que le supuso seguir quedándose en una posición minoritaria entre los trabajadores defendiendo, una y otra vez, la necesidad de no confiar en los socialdemócratas. Este partido defendió el internacionalismo hasta sus últimas consecuencias y apoyó a los trabajadores en su lucha, permaneciendo a su lado incluso cuando sabía que los obreros se equivocaban.
Pero entonces: ¿cómo es posible que este partido, que era plenamente consciente de que el socialismo no podía imponerse por la fuerza sobre la clase obrera, y que el deber del partido era combatir al lado de la clase, tomase las armas contra ella?
Mouhamed plantea: «Para mí que si hubiera habido revolución mundial no habría tenido lugar Kronstadt ni nada parecido». Es verdad que el aislamiento de Rusia fue una de las causas fundamentales de la debacle de la revolución. Muchos trabajadores murieron en la guerra civil, y los Soviets se vieron parcialmente abandonados reduciéndose, en muchos casos, a comités militares poco numerosos que se cernían a decisiones sobre cuestiones estratégicas. Así por ejemplo, cuando el presidente del Bund (el partido comunista judío) preguntó durante el VIIº Congreso de los Soviets, dónde estaba su Comité Ejecutivo Central, Trotsky les respondió: «El CEC está en el frente». A esto cabe sumar los racionamientos alimentarios draconianos por la pérdida de Ucrania auténtico granero de trigo de Rusia, lo que supuso hambrunas, etc. La incorporación del proletariado alemán contagiando a otros proletariados de Europa, y después del mundo, habría representado un segundo aliento para la revolución en Rusia. La CCI escribe en su folleto sobre el período de transición: «Pero el principal peligro de contrarrevolución no provenía ni de los "kulaks", ni de los obreros lamentablemente masacrados en Kronstadt, ni del "complots de los blancos", que los bolcheviques creían ver detrás de esta revuelta. Fue sobre los cadáveres de los obreros alemanes masacrados en 1919 cómo pudo triunfar la contrarrevolución, y fue a través del aparato burocrático de lo que se suponía era el "semi-Estado" del proletariado, como ésta se expresó más poderosamente.». El agotamiento de los Soviets que representan los fundamentos de la dictadura del proletariado, y el confinamiento de la revolución en las fronteras nacionales de Rusia, hizo que el Partido Bolchevique se viese confrontado a disyuntivas enormemente graves y optó por la peor de ellas: eliminar físicamente a su hermanos de clase.
El aislamiento de Rusia en el curso de la revolución mundial nos permite entender, en parte, la actitud de los bolcheviques, pero no explica por qué los Soviets se volvieron contra ellos. Si no hubiese existido tal rebelión esta cuestión ni siquiera se habría planteado. Como yo misma he defendido, al igual que Underthegun, se ve muy claramente, tanto en las reivindicaciones del Soviets de Cronstadt ("Todo el poder a los Soviets"), como en la oleada de huelgas que sacudieron Moscú y Petrogrado, (estamos hablando de 3 de las regiones a la vanguardia de la insurrección de Octubre, dicho sea de paso), que una fosa se estaba abriendo entre la clase obrera y el Partido Bolchevique. He aquí un mensaje de radio destinado "a todos los obreros del mundo" y difundido el 6 de Abril de 1921: « Somos partidarios del poder de los Soviets y no de los partidos. Estamos por la libre elección de los representantes de las masas trabajadoras. Los Soviets fantoches manipulados por el Partido Comunista han sido siempre sordos a nuestras necesidades y reivindicaciones, y no hemos recibido más una única respuesta: la metralla [...]. ¡Camaradas! No sólo os engañan, sino que además desfiguran la realidad y nos difaman de la forma más despreciable [...]. En Kronstadt todo el poder está, exclusivamente, en manos de los marinos, los soldados y los obreros revolucionarios [...]. ¡Vivan el proletariado y el campesinado revolucionario! ¡Viva el poder de los Soviets libremente elegidos! ».
Se puede estar de acuerdo o no con estas reivindicaciones, pero lo que resulta incontestable es que los Soviets se opusieron directamente al Partido al que veían además como a un enemigo. Mi parecer es que la absorción del Partido por el Estado, un órgano que es, por naturaleza, reaccionario y conservador, implicó el alejamiento de los bolcheviques de la clase obrera. En definitiva: el aislamiento en el aislamiento. El Partido se convirtió a la vez en juez y parte, y no pudo comprender que significaba la rebelión de sus camaradas de los Soviets. Underthegun razona acertadamente que: «el "gobierno bolchevique" constituye el verdadero problema de esta revolución aislada y sitiada por todos lados. La urgencia de la situación y los múltiples peligros condujeron a los bolcheviques, a partir de Brest Litovsk en 1918, a asegurar el ejercicio del poder. Pero [...] la dictadura del proletariado no es la dictadura del partido.» Más el partido no representa los intereses de un Soviet o de una parte de la clase obrera, sino que ha de defender los intereses del proletariado mundial. De ahí que la confusión entre partido y Estado, le impidiera ver claramente cuáles eran las orientaciones derivadas del movimiento obrero mundial. Entrampado por las exigencias inmediatas de organización de la revolución, perdió de vista el objetivo final: la liberación de la humanidad. Por eso no estamos hablando de un mero tropiezo en el camino sino de la necesidad de comprender que la dictadura del proletariado debe ser ejercida por los Soviets y en un proceso revolucionario mundial. Hasta aquí hemos analizado las causas materiales y objetivas de este crimen fratricida, pero también ha quedado claro que, al contrario de lo que plantean Prodigy, Jeannotrouge y Mouhamed, evocar únicamente esas condiciones materiales no basta, sino que hemos de integrar en ellas la dimensión ética.
El compañero Underthegun ha insistido mucho en no existe determinismo alguno, y que en el seno de los revolucionarios del Partido Bolchevique, y en idénticas condiciones de urgencia, algunos optaron por defender a sus hermanos los trabajadores de Kronstadt. En cambio Lenin y Trotsky, pudieron elegir, y optaron por masacrar a sus camaradas. Desde mi punto de vista es necesario plantearse esta cuestión, pero los compañeros Mouhamed y Prodigy han objetado en sus intervenciones que: «un análisis marxista no consiste en hacer un balance moral, sino en hacer un balance objetivo y materialista. No se trata de condenar o no, o de decir si es o no es inmoral. Se trata de sacar lecciones sin sentimientos humanistas». Pero balance moral y análisis contextual no se oponen sino que se complementan. No estamos hablando de la moral maniquea de la burguesía, sino del resultado de una larga evolución derivada del hecho de que el ser humano ha desarrollado la civilización, lo que se expresa en la preservación de la especie mediante la solidaridad. Así pues la moral es inherente a las condiciones materiales. El Partido Bolchevique fue degenerando y se encontró ante situaciones inéditas para las que no había receta alguna. Y entonces sí es verdad que eligió la vía que condujo a su perdición, y no es verdad que el aplastamiento de Kronstadt favoreciera la revolución. Pero ¿podría haberse actuado de otra forma? Quizás. ¿Habría que haberlo hecho? ¡Eso es seguro! ¿Por qué algunos dieron la orden de la masacre y otros, en cambio, se opusieron? Pues simplemente porque ante una misma situación la conciencia no es homogénea, y la relación entre conciencia y condiciones materiales no es, en absoluto, mecánica. Por esa razón no debemos examinar la represión de Kronstadt con los ojos de la suficiencia y la superficialidad. Los revolucionarios habrán de enfrentarse a alternativas igualmente cruciales en las luchas futuras. Ahí Kronstadt seguirá siendo un "profundo tesoro de enseñanzas", pues esa desgraciada experiencia seguirá enseñándonos que "no puede haber violencia en el seno de la clase obrera" y que el fin no justifica los medios pero sí los determina.
No habríamos podido debatir de esta cuestión, sin clarificar al mismo tiempo nuestras posiciones sobre el marxismo y también sobre el trotskismo y el anarquismo. ¡Venid a sumaros a este apasionante debate! El debate fraternal es nuestra mejor arma contra la ideología burguesa.
Fraternalmente, Youhou
[1] Por esta misma razón no hemos querido responder aquí a esta compañera. Primeramente porque compartimos lo esencial de su análisis. Y también porque pensamos que esta discusión puede y debe continuar. Para conocer la posición de la CCI sobre este trágico acontecimiento reenviamos a los lectores a dos de nuestros artículos : "La represión de Kronstadt en 1921: un error trágico del movimiento obrero". "1921: Comprender Kronstadt", en la Revista Internacional nº 104 (/revista-internacional/200510/211/entender-cronstadt [57]).
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Las asambleas del 15M han planteado en todas partes una reflexión sobre la democracia. Detrás de la consigna de ¡Democracia Real Ya! caben, desde los planteamientos reformistas parlamentarios del PSOE, IU y consortes, hasta una verdadera voluntad de cambiar el mundo, de buscar una perspectiva revolucionaria. El movimiento de los indignados ha desencadenado un torrente de discusiones, de reflexión, de búsqueda de claridad, sobre si es posible cambiar la sociedad y cómo habría que organizarla. La experiencia colectiva de las acampadas, las asambleas, las manifestaciones, empuja a tomar a cargo la organización de las protestas y a pensar si sería posible igualmente tomar a cargo la organización de la sociedad. ¿Se puede construir la sociedad que queremos, sin explotación, donde "la vida se antepone a las necesidades de la economía" -como decían algunas consignas-, sin clases, de educación y cultura, simplemente reformando las leyes electorales para que se nos escuche? ¿O se debería entrar a formar parte del Estado, formando una candidatura a la conquista de los órganos de gobierno?¿O en realidad el Estado democrático es el enemigo y hay que acabar con él para tomar a cargo la organización revolucionaria de la sociedad?
Este año se cumplen 140 años de La Comuna de París de 1871, cuando en una verdadera revolución popular, las capas oprimidas, dirigidas por la clase trabajadora, se lanzaron a "asaltar el cielo" (como Dijo Marx), desafiando a la República democrática, destruyendo el Estado burgués y organizando la Comuna. La revolución terminó aislada en París y fue derrotada, y la burguesía reprimió con saña brutal de venganza a los obreros, hasta el punto que tuvo que ser interrumpida so pena de diezmar la mano de obra en Francia. En nombre del partido del proletariado, la AIT, Marx redactó varios Manifiestos, que son la base del libro conocido como La Guerra civil en Francia, que trataba de sacar lecciones de este episodio heroico. Este es un buen ejemplo y materia de reflexión sobre cómo, por primera vez en la historia, en la práctica, los trabajadores se planteaban tomar a cargo la organización de la sociedad, frente a una República democrática mucho más llena de vitalidad política y social que cualquier Estado en el periodo actual. Es pues, un buen ejemplo para reflexionar sobre la democracia, el Estado y la revolución.
Pero no publicamos aquí el libro de Marx, sino extractos de dos capítulos (III y IV) de otro libro, precisamente El Estado y la Revolución, de Lenin, donde, en vísperas de la otra gran tentativa revolucionaria de nuestra época, la Revolución rusa de 1917 (), éste reflexiona sobre la experiencia de La Comuna y las lecciones de la AIT, justamente preguntándose qué hay que hacer para desarrollar una revolución y polemizando contra las "viejas glorias" de la socialdemocracia como Kautsky o Plejanov, que defendían la conquista parlamentaria del Estado, apoyada por la "huelga general". A nadie se le escapa la actualidad de estos planteamientos, que son una contribución a las reflexiones que bullen estos días en muchas discusiones.
La única "corrección" que Marx consideró necesario introducir en El Manifiesto comunista fue hecha por él a base de la experiencia revolucionaria de los comuneros de París.
El último prólogo a la nueva edición alemana de El Manifiesto comunista, suscrito por sus dos autores, lleva la fecha de 24 de junio de 1872. En este prólogo, los autores, Carlos Marx y Federico Engels, dicen que el programa de El Manifiesto comunista está "ahora anticuado en ciertos puntos".
"... La Comuna ha demostrado, sobre todo -continúan-, que "la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en marcha para sus propios fines"..." .
Las palabras puestas entre asteriscos, en esta cita, fueron tomadas por sus autores de la obra de Marx La Guerra civil en Francia.
Así, pues, Marx y Engels atribuían una importancia tan gigantesca a esta enseñanza fundamental y principal de la Comuna de Paris, que la introdujeron como corrección esencial en El Manifiesto comunista.
... El pensamiento de Marx consiste en que la clase obrera debe destruir, romper la "máquina estatal existente" y no limitarse simplemente a apoderarse de ella.
El 12 de abril de 1871, es decir justamente en plena Comuna, Marx escribió a Kugelmann:
"...Si te fijas en el último capítulo de mi ‘18 Brumario', verás que expongo como próxima tentativa de la revolución francesa, no hacer pasar de unas manos a otras la máquina burocrático-militar, como se venia haciendo hasta ahora, sino romperla [subrayado por Marx; en el original "zerbrechen"], y ésta es justamente la condición previa de toda verdadera revolución popular en el continente. En esto, precisamente, consiste la tentativa de nuestros heroicos camaradas de Paris" (pág. 709 de la revista Neue Zeit, t. XX, I, año 1901-1902).
En 1847, en El Manifiesto comunista, Marx daba a esta pregunta una respuesta todavía completamente abstracta, o, más exactamente, una respuesta que señalaba las tareas, pero no los medios para resolverlas. Sustituir la máquina del Estado, una vez destruida, por la "organización del proletariado como clase dominante", "por la conquista de la democracia": tal era la respuesta de El Manifiesto comunista.
Sin perderse en utopías, Marx esperaba de la experiencia del movimiento de masas la respuesta a la cuestión de qué formas concretas habría de revestir esta organización del proletariado como clase dominante y de qué modo esta organización habría de coordinarse con la "conquista de la democracia" más completa y más consecuente.
En su Guerra civil en Francia, Marx somete al análisis más atento la experiencia de la Comuna, por breve que esta experiencia haya sido. Citemos los pasajes más importantes de esta obra:
En el siglo XIX, se desarrolló, procedente de la Edad Media, "el poder centralizado del Estado, con sus órganos omnipresentes: el ejército permanente, la policía, la Burocracia, el clero y la magistratura". Con el desarrollo del antagonismo de clase entre el capital y el trabajo, "el poder del Estado fue adquiriendo cada vez más el carácter de un poder público para la opresión del trabajo, el carácter de una máquina de dominación de clase. Después de cada revolución, que marcaba un paso adelante en la lucha de clases, se acusaba con rasgos cada vez más salientes el carácter puramente opresor del Poder del Estado". Después de la revolución de 1848-1849, el poder del Estado se convierte en un "arma nacional de guerra del capital contra el trabajo". El Segundo Imperio lo consolida.
"La antítesis directa del Imperio era la Comuna". "Era la forma definida" "de aquella república que no había de abolir tan sólo la forma monárquica de la dominación de clase, sino la dominación misma de clase..."
¿En qué había consistido, concretamente, esta forma "definida" de la república proletaria, socialista? ¿Cuál era el Estado que había comenzado a crear?
"... El primer decreto de la Comuna fue... la supresión del ejército permanente para sustituirlo por el pueblo armado..."
"... La Comuna estaba formada por los consejeros municipales elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de París. Eran responsables y podían ser revocados en todo momento. La mayoría de sus miembros eran, naturalmente, obreros o representantes reconocidos de la clase obrera...
"... La policía, que hasta entonces había sido instrumento del gobierno central, fue despojada inmediatamente de todos sus atributos políticos y convertida en instrumento de la Comuna, responsable ante ésta y revocable en todo momento... Y lo mismo se hizo con los funcionarios de todas las demás ramas de la administración... Desde los miembros de la Comuna para abajo, todos los que desempeñaban cargos públicos lo hacían por el salario de un obrero. Todos los privilegios y los gastos de representación de los altos dignatarios del Estado desaparecieron junto con éstos... Una vez suprimidos el ejército permanente y la policía, instrumentos de la fuerza material del antiguo gobierno, la Comuna se apresuró a destruir también la fuerza de opresión espiritual, el poder de los curas. ... Los funcionarios judiciales perdieron su aparente independencia ... En el futuro debían ser elegidos públicamente, ser responsables y revocables..."
Por tanto, la Comuna sustituye la máquina estatal destruida, aparentemente "sólo" por una democracia más completa: supresión del ejército permanente y completa elegibilidad y amovilidad de todos los funcionarios. Pero, en realidad, este "sólo" representa un cambio gigantesco de unas instituciones por otras de un tipo distinto por principio. Aquí estamos precisamente ante uno de esos casos de "transformación de la cantidad en calidad": la democracia, llevada a la práctica del modo más completo y consecuente que puede concebirse, se convierte de democracia burguesa en democracia proletaria, de un Estado (fuerza especial para la represión de una determinada clase) en algo que ya no es un Estado propiamente dicho.
Todavía es necesario reprimir a la burguesía y vencer su resistencia. Esto era especialmente necesario para la Comuna, y una de las causas de su derrota está en no haber hecho esto con suficiente decisión. Pero aquí el órgano represor es ya la mayoría de la población y no una minoría, como había sido siempre, lo mismo bajo la esclavitud y la servidumbre que bajo la esclavitud asalariada. ¡Y, desde el momento en que es la mayoría del pueblo la que reprime por sí misma a sus opresores, no es ya necesaria una "fuerza especial" de represión! En este sentido, el Estado comienza a extinguirse.
En vez de instituciones especiales de una minoría privilegiada (la burocracia privilegiada, los jefes del ejército permanente), puede llevar a efecto esto directamente la mayoría, y cuanto más intervenga todo el pueblo en la ejecución de las funciones propias del Poder del Estado tanto menor es la necesidad de dicho Poder.
En este sentido, es singularmente notable una de las medidas decretadas por la Comuna, que Marx subraya: la abolición de todos los gastos de representación, de todos los privilegios pecuniarios de los funcionarios, la reducción de los sueldos de todos los funcionarios del Estado al nivel del "salario de un obrero ". Aquí es precisamente donde se expresa de un modo más evidente el viraje de la democracia burguesa a la democracia proletaria, de la democracia de la clase opresora a la democracia de las clases oprimidas, del Estado como "fuerza especial " para la represión de una determinada clase a la represión de los opresores por la fuerza conjunta de la mayoría del pueblo, de los obreros y los campesinos.
... La completa elegibilidad y la movilidad en cualquier momento de todos los funcionarios sin excepción; la reducción de su sueldo a los límites del "salario corriente de un obrero": estas medidas democráticas, sencillas y "evidentes por sí mismas", al mismo tiempo que unifican en absoluto los intereses de los obreros y de la mayoría de los campesinos, sirven de puente que conduce del capitalismo al socialismo. Estas medidas atañen a la reorganización del Estado, a la reorganización puramente política de la sociedad, pero es evidente que sólo adquieren su pleno sentido e importancia en conexión con la "expropiación de los expropiadores" ya en realización o en preparación, es decir, con la transformación de la propiedad privada capitalista sobre los medios de producción en propiedad social.
"Al suprimir las dos mayores partidas de gastos, el ejército y la burocracia, la Comuna -escribe Marx- convirtió en realidad la consigna de todas las revoluciones burguesas: un gobierno barato"...
"La Comuna -- escribió Marx -- debía ser, no una corporación parlamentaria, sino una corporación de trabajo, legislativa y ejecutiva al mismo tiempo..."
"... En vez de decidir una vez cada tres o cada seis años qué miembros de la clase dominante han de representar y aplastar [ver-und zertreten ] al pueblo en el parlamento, el sufragio universal debía servir al pueblo, organizado en comunas, de igual modo que el sufragio individual sirve a los patronos para encontrar obreros, inspectores y contables con destino a sus empresas".
Esta notable crítica del parlamentarismo, trazada en 1871, figura también hoy, gracias al predominio del socialchovinismo y del oportunismo, entre las "palabras olvidadas" del marxismo. Los ministros y parlamentarios profesionales, los traidores al proletariado y los "mercachifles" socialistas de nuestros días han dejado íntegramente a los anarquistas la crítica del parlamentarismo, y sobre esta base asombrosamente juiciosa han declarado toda crítica del parlamentarismo ¡como "anarquismo"!
... Decidir una vez cada cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el parlamento: he aquí la verdadera esencia del parlamentarismo burgués, no sólo en las monarquías constitucionales parlamentarias, sino también en las repúblicas más democráticas.
Pero si planteamos la cuestión del Estado, si enfocamos el parlamentarismo como una de las instituciones del Estado, desde el punto de vista de las tareas del proletariado en este terreno, ¿dónde está entonces la salida del parlamentarismo? ¿Cómo es posible prescindir de él?
... La salida del parlamentarismo no está, naturalmente, en la abolición de las instituciones representativas y de la elegibilidad, sino en transformar las instituciones representativas de lugares de charlatanería en corporaciones "de trabajo". "La Comuna debía ser, no una corporación parlamentaria, sino una corporación de trabajo, legislativa y ejecutiva al mismo tiempo". "No una corporación parlamentaria, sino una corporación de trabajo": ¡este tiro va derecho al corazón de los parlamentarios modernos y de los "perrillos falderos" parlamentarios de la socialdemocracia! Fijaos en cualquier país parlamentario, de Norteamérica a Suiza, de Francia a Inglaterra, Noruega, etc.: la verdadera labor "de Estado" se hace entre bastidores y la ejecutan los ministerios, las oficinas, los Estados Mayores. En los parlamentos no se hace más que charlar, con la finalidad especial de embaucar al "vulgo"... La Comuna sustituye el parlamentarismo venal y podrido de la sociedad burguesa por instituciones en las que la libertad de crítica y de examen no degenera en engaño, pues aquí los parlamentarios tienen que trabajar ellos mismos, tienen que ejecutar ellos mismos sus leyes, tienen que comprobar ellos mismos los resultados, tienen que responder directamente ante sus electores. Las instituciones representativas continúan, pero desaparece el parlamentarismo como sistema especial, como división del trabajo legislativo y ejecutivo, como situación privilegiada para los diputados. Sin instituciones representativas no puede concebirse la democracia, ni aun la democracia proletaria; sin parlamentarismo, sí puede y debe concebirse, si la crítica de la sociedad burguesa no es para nosotros una frase vacua, si la aspiración de derrocar la dominación de la burguesía es en nosotros una aspiración seria y sincera y no una frase "electoral" para cazar los votos de los obreros...
... Organizaremos la gran producción nosotros mismos, los obreros, partiendo de lo que ha sido creado ya por el capitalismo, basándonos en nuestra propia experiencia obrera, estableciendo una disciplina rigurosísima, férrea, mantenida por el Poder estatal de los obreros armados; reduciremos a los funcionarios del Estado a ser simples ejecutores de nuestras directivas, "inspectores y contables" responsables, amovibles y modestamente retribuidos (en unión, naturalmente, de técnicos de todas clases, de todos los tipos y grados): he ahí nuestra tarea proletaria, he ahí por dónde se puede y se debe empezar al llevar a cabo la revolución proletaria. Este comienzo, sobre la base de la gran producción, conduce por sí mismo a la "extinción" gradual de toda burocracia, a la creación gradual de un orden -- orden sin comillas, orden que no se parecerá en nada a la esclavitud asalariada --, de un orden en que las funciones de inspección y de contabilidad, cada vez más simplificadas, se ejecutarán por todos siguiendo un turno, acabarán por convertirse en costumbre, y, por fin, desaparecerán como funciones especiales de una capa especial de la sociedad.
... ¿Cómo Engels, veinte años después de la Comuna, resumió sus enseñanzas para el proletariado militante?.
He aquí las enseñanzas que Engels destaca en primer plano:
"... Precisamente la fuerza opresora del antiguo gobierno centralista: el ejército, la policía política y la burocracia, que Napoleón había creado en 1798 y que desde entonces había sido heredada por todos los nuevos gobiernos como un instrumento grato, empleándolo contra sus enemigos; precisamente esta fuerza debía ser derrumbada en toda Francia, como había sido derrumbada ya en París.
"La Comuna tuvo que reconocer desde el primer momento que la clase obrera, al llegar al Poder, no puede seguir gobernando con la vieja máquina del Estado; que, para no perder de nuevo su dominación recién conquistada, la clase obrera tiene, de una parte, que barrer toda la vieja máquina represiva utilizada hasta entonces contra ella, y, de otra parte, precaverse contra sus propios diputados y funcionarios, declarándolos a todos, sin excepción revocables en cualquier momento..."
Engels subraya una y otra vez que no sólo bajo la monarquía, sino también bajo la República democrática, el Estado sigue siendo Estado, es decir, conserva su rasgo característico fundamental: convertir a sus funcionarios, "servidores de la sociedad", órganos de ella, en señores situados por encima de ella.
"... Contra esta transformación del Estado y de los órganos del Estado de servidores de la sociedad en señores situados por encima de la sociedad, transformación inevitable en todos los Estados anteriores, empleó la Comuna dos remedios infalibles. En primer lugar, cubrió todos los cargos administrativos, judiciales y de enseñanza por elección, mediante sufragio universal, concediendo a los electores el derecho a revocar en todo momento a sus elegidos. En segundo lugar, todos los funcionarios, altos y bajos, sólo estaban retribuidos como los demás obreros. El sueldo máximo abonado por la Comuna no excedía de 6.000 francos. Con este sistema se ponía una barrera eficaz al arribismo y la caza de cargos, y esto aun sin contar los mandatos imperativos que introdujo la Comuna para los diputados a los organismos representativos..."
Engels llega aquí a este interesante límite en que la democracia consecuente se transforma, de una parte, en socialismo y, de otra parte, reclama el socialismo, pues para destruir el Estado es necesario transformar las funciones de la administración del Estado en operaciones de control y registro tan sencillas, que sean accesibles a la inmensa mayoría de la población, primero, y a toda la población, sin distinción, después. Y la supresión completa del arribismo exige que los cargos "honoríficos" del Estado, aunque sean sin ingresos, n o puedan servir de trampolín para pasar a puestos altamente retribuidos en los Bancos y en las sociedades anónimas, como ocurre constantemente hoy hasta en los países capitalistas más libres.
El desarrollo de la democracia hasta sus últimas consecuencias, la indagación de las formas de este desarrollo, su comprobación en la práctica, etc.: todo esto forma parte integrante de las tareas de la lucha por la revolución social. Por separado, ningún democratismo da como resultante el socialismo, pero, en la práctica, el democratismo no se toma nunca "por separado", sino que se toma siempre "en bloque", influyendo también sobre la economía, acelerando su transformación y cayendo él mismo bajo la influencia del desarrollo económico, etc. Tal es la dialéctica de la historia viva Engels prosigue:
"... En el capítulo tercero de La guerra civil se describe con todo detalle esta labor encaminada a hacer saltar [Sprengung ] el viejo poder estatal y sustituirlo por otro nuevo realmente democrático. Sin embargo, era necesario detenerse a examinar aquí brevemente algunos de los rasgos de esta sustitución, por ser precisamente en Alemania donde la fe supersticiosa en el Estado se ha trasplantado del campo filosófico a la conciencia general de la burguesía e incluso a la de muchos obreros Según la concepción filosófica, el Estado es la "realización de la idea", o sea, traducido al lenguaje filosófico, el reino de Dios sobre la tierra, el campo en que se hacen o deben hacerse realidad la eterna verdad y la eterna justicia. De aquí nace una veneración supersticiosa del Estado y de todo lo que con él se relaciona, veneración supersticiosa que va arraigando en las conciencias con tanta mayor facilidad cuanto que la gente se acostumbra ya desde la infancia a pensar que los asuntos e intereses comunes a toda la sociedad no pueden gestionarse ni salvaguardarse de otro modo que como se ha venido haciendo hasta aquí, es decir, por medio del Estado y de sus funcionarios retribuidos con buenos puestos. Y se cree haber dado un paso enormemente audaz con librarse de la fe en la monarquía hereditaria y entusiasmarse por la República democrática. En realidad, el Estado no es más que una máquina para la opresión de una clase por otra, lo mismo en la República democrática que bajo la monarquía; y en el mejor de los casos, un mal que se transmite hereditariamente al proletariado que haya triunfado en su lucha por la dominación de clase. El proletariado victorioso, lo mismo que lo hizo la Comuna, no podrá por menos de amputar inmediatamente los lados peores de este mal, entretanto que una generación futura, educada en condiciones sociales nuevas y libres, pueda deshacerse de todo ese trasto viejo del Estado".
En las consideraciones corrientes acerca del Estado... se olvida constantemente que la destrucción del Estado es también la destrucción de la democracia, que la extinción del Estado implica la extinción de la democracia.
A primera vista, esta afirmación parece extraordinariamente extraña e incomprensible; tal vez en alguien surja incluso el temor de si esperamos el advenimiento de una organización social en que no se acate el principio de la subordinación de la minoría a la mayoría, ya que la democracia es, precisamente, el reconocimiento de este principio.
No. La democracia no es idéntica a la subordinación de la minoría a la mayoría. Democracia es el Estado que reconoce la subordinación de la minoría a la mayoría, es decir, una organización llamada a ejercer la violencia sistemática de una clase contra otra, de una parte de la población contra otra.
Nosotros nos proponemos como meta final la destrucción del Estado, es decir, de toda violencia organizada y sistemática, de toda violencia contra los hombres en general. No esperamos el advenimiento de un orden social en el que no se acate el principio de la subordinación de la minoría a la mayoría. Pero, aspirando al socialismo, estamos persuadidos de que éste se convertirá gradualmente en comunismo, y en relación con esto desaparecerá toda necesidad de violencia sobre los hombres en general, toda necesidad de subordinación de unos hombres a otros, de una parte de la población a otra, pues los hombres se habituarán a observar las reglas elementales de la convivencia social sin violencia y sin subordinación.
Para subrayar este elemento del hábito es para lo que Engels habla de una nueva generación que, "educada en condiciones sociales nuevas y libres, pueda deshacerse de todo este trasto viejo del Estado", de todo Estado, inclusive el Estado democrático-republicano.
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Primero "nadie" era Grecia que había engañado falseando sus cuentas públicas, pero cayó Irlanda. Luego "nadie" era Irlanda con su sistema bancario agujereado por su exposición a la burbuja inmobiliaria, pero cayó Portugal. Más tarde "nadie" era tan pequeño como Portugal. Los demás países eran "too big to fall" (demasiado grandes para caer), pero vemos hoy a España o Italia (5ª y 4ª economías de la Unión Europea, respectivamente) sacudidas por el encarecimiento de la droga crediticia que necesitan para siquiera levantarse cada día.
Al compás de los sucesivos "rescates" (¿?) y planes de ayuda (¿¿??), se acumulan también criminales hachazos a las condiciones de vida de los trabajadores de todos los países. En Grecia acaban de aprobar el segundo que incluye despidos masivos de funcionarios y expoliaciones de los salarios vía impuestos. En Portugal amén de estos ataques han expropiado directamente la mitad de la paga de Navidad y se prepara un nuevo ajuste aún más duro. En Italia se merman los salarios haciéndoles sufragar el pago de servicios sanitarios. En España, las autoridades autonómicas están procediendo a despidos de trabajadores públicos (como los 1500 de Cataluña) o a eliminación de contratos de trabajadores interinos (como en Valencia,...). La supervivencia del capitalismo se realiza sobre la base de la inmolación de las necesidades de los trabajadores.
Pero éstos se alzan cada vez más indignados, como se ha visto recientemente en Grecia y España. En estas luchas se abre paso también una reflexión para clarificar la magnitud del combate. Una reflexión articulada en torno a multitud de preguntas: ¿es una crisis de algunos países periféricos capaces de poner en jaque a las grandes potencias, o una crisis que afecta al sistema capitalista en su conjunto? ¿es una crisis de un sector - el financiero o el inmobiliario - que hipoteca a sus cofrades de las industrias "productivas"; o una crisis terminal que afecta a la esencia del funcionamiento del modo de producción capitalista?. Y sus consecuencias políticas. ¿podríamos salir de la crisis si el Estado democrático pusiera coto a la avaricia de los plutócratas? ¿podría salvarse la humanidad del caos resultante del capitalismo, con regulaciones "democráticas" de su funcionamiento?
Una de las principales preocupaciones de nuestro reciente Congreso Internacional ha sido, como no podía ser de otra forma, alimentar esa reflexión y debate, con documentos como la Resolución sobre la Situación Internacional, de la que a continuación publicamos, precisamente, los puntos dedicados a la crisis capitalista mundial.
1. La resolución adoptada por el precedente Congreso de la CCI ponía de entrada en evidencia, cómo la realidad asestaba un duro golpe y desmentía rotundamente las previsiones optimistas de los dirigentes de la clase burguesa a principios de la última década del siglo XX, particularmente tras el hundimiento de ese "Imperio del mal" constituido por el bloque imperialista supuestamente socialista. Citaba la declaración, ahora famosa, del presidente George Bush padre de marzo de 1991, anunciando el nacimiento de un "Nuevo Orden Mundial" basado en el "respeto del derecho internacional" y ponía en evidencia su carácter surrealista de frente al caos creciente en el que se está hundiendo hoy la sociedad capitalista. Veinte años después de ese "profético" discurso, y particularmente desde principios de esta nueva década, el mundo ha dado una imagen de caos como jamás la había dado desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Con unas semanas de intervalo, hemos asistido a una nueva guerra en Libia que se ha añadido a todos los conflictos sangrientos que han tocado el planeta durante el último periodo; hemos asistido a nuevas masacres en Costa de Marfil y también a la tragedia que ha afectado a Japón, uno de los países más potentes y modernos del mundo. El terremoto que asoló parte de ese país puso en evidencia, una vez más, que no existen "catástrofes naturales" sino consecuencias catastróficas a fenómenos naturales. Mostró que la sociedad dispone hoy de medios para construir edificios que resisten a los seísmos y que permitirían evitar tragedias como la de Haití el año pasado, pero mostró también la falta de previsión de la que es capaz un Estado tan avanzado como Japón. En sí mismo, el seísmo produjo pocas víctimas, pero el tsunami que lo siguió mató unas 30000 personas en unos minutos. Más aún, al provocar un nuevo Chernóbil, puso en evidencia no sólo la falta de previsión de la clase dominante, sino también su enfoque de aprendiz de brujo, incapaz de dominar las fuerzas que pone en movimiento. La empresa Tepco, que explota la central atómica de Fukuyama, no es la primera, y menos aún, la única responsable de la catástrofe. Es el sistema capitalista en su conjunto -basado en la búsqueda desenfrenada de ganancia, así como en la competencia entre sectores nacionales, y no en la satisfacción de las necesidades de la humanidad- el que es el responsable fundamental de las catástrofes presentes y futuras sufridas por la especie humana. A fin de cuentas, "el Chernóbil japonés" es una nueva ilustración de la quiebra definitiva del modo de producción capitalista, cuya sobrevivencia es una amenaza creciente para la sobrevivencia de la misma humanidad.
2. Es evidentemente la crisis actual del capitalismo mundial lo que expresa más directamente la quiebra histórica de este modo de producción. Hace dos años, la burguesía de todos los países fue invadida por un tremendo pánico ante la gravedad de la situación económica. La OCDE no vacilaba en escribir: "La economía mundial está presa de la recesión más profunda y sincronizada desde hace décadas" (Informe intermediario de marzo del 2009). Cuando se sabe con qué moderación se expresa habitualmente esta venerable institución, uno puede hacerse una idea del pavor sentido por la clase dominante frente a la quiebra potencial del sistema financiero internacional, la caída brutal del comercio mundial (más de 13 % en 2009), la brutalidad de la recesión de las principales economías, la oleada de quiebras que golpea o amenaza a empresas emblemáticas de la industria tales como General Motors o Chrysler. Ese pavor de la burguesía la condujo a convocar cumbres del G20, como la de marzo del 2009 en Londres, que decidió en particular duplicar las reservas del Fondo Monetario Internacional y la inyección masiva de dinero por parte de los Estados en la economía, para salvar un sistema bancario moribundo y relanzar así, la producción. El fantasma de la "Gran Depresión de los años 30" aparecía en las mentes, lo que llevaba a la misma OCDE a conjurar esos demonios escribiendo: "A pesar de que se haya calificado a veces esta severa recesión mundial de "gran recesión", estamos muy lejos de una nueva "gran depresión", como la de los años 30, gracias a la calidad y la intensidad de las medidas que los gobiernos toman actualmente" (ídem). Pero como decía la resolución del XVIII Congreso, "lo propio de los discursos de la clase dominante hoy, es olvidarse de sus discursos de ayer", y el mismo informe intermediario de la OCDE de la primavera del 2011 expresa un verdadero alivio con la restauración de la situación del sistema bancario y la reanudación económica. La clase dominante no puede hacer otra cosa. Incapaz de dotarse de una visión lúcida, de conjunto e histórica, de las dificultades de su sistema -puesto que esa visión la conduciría a descubrir el callejón sin salida definitivo en el que éste se encuentra- no puede sino comentar día a día las fluctuaciones de la situación inmediata intentando encontrar en ésta motivos de consuelo. Entretanto, está obligada a subestimar, a pesar que de cuando en cuando los medios de información adoptan un tono algo alarmista sobre el tema, el significado del fenómeno mayor que ha salido a la luz desde hace dos años: la crisis de la deuda soberana de varios Estados europeos. De hecho, esta quiebra potencial de un número creciente de Estados, es una nueva etapa en el hundimiento del capitalismo en su crisis insalvable. Ésta pone de relieve los límites de las políticas por las que la burguesía logró frenar la evolución de la crisis capitalista durante varias décadas.
3. Hace ahora más de cuarenta años que el capitalismo está confrontado a la crisis. Mayo del 68 en Francia y el conjunto de luchas proletarias que siguieron internacionalmente, alcanzaron semejante amplitud porque estaban alimentadas por una agravación mundial de las condiciones de vida de la clase obrera, agravación resultante de las primeros perjuicios de la crisis capitalista, en particular, el aumento del desempleo. Esta crisis conoció una brutal aceleración en 1973-75 con la primera gran recesión internacional de posguerra. Desde entonces, nuevas recesiones siempre más profundas y ampliadas golpearon a la economía mundial hasta culminar con la del 2008-09 que rememoró en las mentes el fantasma de los años 30. Las medidas adoptadas por el G20 de marzo del 2009 para evitar una "Gran Depresión", son significativas de la política de la clase dominante desde hace varias décadas: se pueden resumir por la inyección de masas considerables de créditos en las economías. Tales medidas no son nuevas. De hecho, desde hace más de 35 años, están en el corazón mismo de las políticas llevadas por la clase dominante para intentar escapar a la principal contradicción del modo de producción capitalista: su incapacidad para encontrar mercados solventes capaces de absorber su producción. La recesión de 1973-75 fue "superada" por los créditos masivos dedicados a los países del Tercer Mundo pero, desde principios de los años 80, con la crisis de la deuda de esos países, la burguesía de los países más desarrollados tuvo que renunciar a ese pulmón de su economía. Fueron entonces los Estados de los países más avanzados, y en primer lugar el de Estados Unidos, los que tomaron el relevo como "locomotoras" de la economía mundial. Los "reaganomics" (política neoliberal de la administración Reagan) de principios de los años 80, que habían permitido un relanzamiento significativo de la economía de ese país, se basaban en una erosión inédita y considerable de los déficits presupuestarios mientras que Ronald Reagan afirmaba que "el Estado no era la solución, sino el problema". Al mismo tiempo, los déficits comerciales igualmente considerables de esa potencia, permitían que las mercancías producidas por otros países encontraran salidas. Durante los años 90, los "tigres" y "dragones" asiáticos (Singapur, Taiwán, Corea del Sur, etc.) acompañaron por un tiempo a los Estados Unidos en ese papel de "locomotora": su tasa de crecimiento espectacular los convertía en destino importante para las mercancías de los países más industrializados. Pero esta "historia exitosa" se fabricó al precio de un endeudamiento considerable que condujo a esos países a mayores convulsiones en 1997, de la misma manera que la "nueva" y "democrática" Rusia, que estuvo en suspensión de pagos, decepcionó cruelmente a los que habían apostado por "el fin del comunismo" para relanzar duraderamente la economía mundial. A principios de los años 2000, el endeudamiento sufrió una nueva aceleración, en particular gracias al desarrollo asombroso de los préstamos hipotecarios a la construcción en varios países, en particular en Estados Unidos. Entonces este país acentuó su papel de "locomotora de la economía mundial" pero al precio de un crecimiento abismal de las deudas -particularmente en la población norteamericana- basadas sobre todo tipo de "productos financieros" supuestamente considerados para prevenir contra los riesgos de cese de pagos. En realidad, la dispersión de los créditos dudosos no suprimió en nada el carácter de espada de Damocles suspendida encima de la economía norteamericana y mundial. Muy por contrario, esa dispersión no hizo sino acumular "activos tóxicos" en el capital de los bancos, que estuvieron en el origen del hundimiento de éstos a partir del 2007 y estuvieron en el origen de la brutal recesión mundial de 2008-2009.
4. Así, como decía la resolución adoptada por el precedente congreso, "no es pues la crisis financiera lo que ha originado la recesión actual. Muy al contrario, lo que hace la crisis financiera es ilustrar que la huida hacia adelante en el endeudamiento, que permitió superar la sobreproducción, no puede proseguir eternamente. Tarde o temprano, la "economía real" se desquita; es decir, que lo que está en la base de las contradicciones del capitalismo -la sobreproducción, la incapacidad de los mercados de absorber la totalidad de las mercancías fabricadas- vuelve a la escena." Y esta misma resolución precisaba, tras la cumbre del G20 de marzo del 2009, que: "la huida ciega en la deuda es uno de los ingredientes de la brutalidad de la recesión actual. La única "solución" que la burguesía es capaz de instaurar es... una nueva huida ciega en el endeudamiento. El G20 no ha podido inventar una solución a la crisis por la sencilla razón de que ésta no tiene solución."
La crisis de las deudas soberanas que se está propagando hoy, el que los Estados sean incapaces de saldar sus deudas, constituye una ilustración espectacular de esa realidad. La quiebra potencial del sistema bancario y la recesión, obligaron a todos los Estados a inyectar sumas considerables en su economía mientras que las ganancias estaban en caída libre debido al retroceso de la producción. Por eso, los déficits públicos conocieron, en la mayoría de los países, un aumento considerable. Para los más expuestos de entre ellos, como Irlanda, Grecia o Portugal, esto significó una situación de quiebra potencial; la incapacidad de pagar a sus funcionarios y de rembolsar sus deudas. Los bancos ahora se niegan a concederles nuevos préstamos si no son a tasas exorbitantes, ya que no tienen ninguna garantía de que les sean rembolsados. Los "planes de salvación", por parte de la Banca Europea y del Fondo Monetario Internacional, no son sino nuevas deudas cuyo rembolso se añade al de las deudas precedentes. Es algo más que un círculo vicioso; es una espiral infernal. La única "eficacia" de esos planes está en el ataque sin precedentes contra los trabajadores que representan; contra los funcionarios cuyos sueldos y efectivo son drásticamente reducidos, pero también contra el conjunto de la clase obrera por intermedio de recortes tremendos en la educación, la salud y las pensiones de jubilación así como por aumentos mayores de los impuestos. Pero todos esos ataques anti-obreros, al reducir masivamente el poder de compra de los trabajadores, no podrán sino ser una contribución suplementaria para una nueva recesión.
5. La crisis de la deuda soberana de los PIIGS (Portugal, Islandia, Irlanda, Grecia, España) no es sino una parte ínfima del seísmo que amenaza la economía mundial. No es porque se benefician todavía, por el momento, de la nota AAA en el índice de confianza de las agencias de notación (esas mismas agencias que, hasta la víspera de la desbandada de los bancos en el 2008, les habían dado la nota máxima), que están mucho mejor las grandes potencias industriales. A finales de abril del 2011, la agencia Standard and Poor's emitía una opinión negativa con respecto a la perspectiva de un Quantitative Easing no 3, o sea un tercer plan de relanzamiento del Estado federal norteamericano destinado a apoyar la economía. En otras palabras, la primera potencia mundial corre el riesgo de perder la confianza "oficial" en cuanto a su capacidad a rembolsar sus deudas, si no es con un dólar fuertemente devaluado. De hecho, de forma oficiosa, esa confianza empieza a fallar con la decisión de China y Japón, desde el otoño pasado, de comprar masivamente oro y demás materias primas en lugar de bonos del Tesoro americano, lo que obliga hoy al Banco Federal Americano a comprar entre el 70 y 90 % de su emisión. Y ésta pérdida de confianza se justifica perfectamente cuando se constata el increíble nivel de endeudamiento de la economía norteamericana: en enero del 2010, el endeudamiento público (Estado federal, Estados, municipios, etc.) representa cerca del 100 % del PIB, lo que no es sino una parte del endeudamiento total del país (que comprende también las deudas de las familias y de las empresas no financieras) que alcanza un 300 % del PIB. Y la situación no es mejor para los demás grandes países en que la deuda total representa, en la misma fecha, importes del 280 % del PIB para Alemania, 320 % para Francia, 470 % para el Reino Unido y Japón. En este país, la deuda pública sola alcanza un 200 % del PIB. Y desde entonces, para todos los países, la situación no ha hecho sino agravarse con los diversos planes de relanzamiento.
Así, la quiebra de los PIIGS no es sino la punta saliente de la quiebra de una economía mundial que no puede sobrevivir, desde hace décadas, mas que por una huida desesperada en el endeudamiento. Los Estados que disponen de su propia moneda como el Reino-Unido, Japón y evidentemente Estados Unidos, pudieron enmascarar esa quiebra haciendo funcionar la máquina de hacer billetes a todo vapor (contrariamente a los de la zona Euro, como Grecia, Irlanda o Portugal, que no disponen de semejante posibilidad). Pero ese trampeo permanente de los Estados, que se han convertido en verdaderos falsificadores tras su jefe de banda que es el Estado norteamericano, no podrá proseguir indefinidamente del mismo modo; así como no pudieron proseguirse las trampas al sistema financiero, como lo demostró su crisis en el 2008, que casi lo hizo estallar. Una de las manifestaciones visibles de esta realidad está en la aceleración actual de la inflación mundial. Al volcarse de la esfera de los bancos a la de los Estados, la crisis del endeudamiento no hace sino marcar la entrada del modo de producción capitalista en una nueva fase de su crisis aguda en la que se van a agravar, aún más considerablemente, la violencia y la extensión de sus convulsiones. No hay "salida del túnel" para el capitalismo. Este sistema no puede sino arrastrar a la sociedad hacia una barbarie siempre creciente.
cci, mayo del 2011
Se ha cumplido un año del mayor ataque de la etapa democrática contra las condiciones de vida y trabajo de toda la población laboriosa: bajada del 5% de los salarios de los empleados públicos, congelación de pensiones, ataque brutal al sistema de jubilación, enésima reforma laboral, todo ello aderezado con un continuo aumento del desempleo que supera ya ampliamente los 5 millones, donde el estado democrático muestra su verdadero rostro de dictadura más perfecta y brutal de la clase dominante: los trabajadores parados no pueden pagar las hipotecas de sus viviendas y les ejecutan los embargos de forma inmisericorde. Al mismo tiempo se desarrolla un aumento de los precios de los bienes de primera necesidad (alimentos, electricidad, gas, etc.) que erosionan unos salarios y pensiones ya de por sí escasos.
Los propios economistas burgueses tienen que reconocer que estos planes de austeridad no sólo no resuelven la crisis económica sino que a su vez en una espiral infernal hunden el consumo y la inversión, y además tampoco solucionan la bancarrota de los estados y la crisis de las monedas.
"La economía española se ahoga asfixiada por las deudas. En particular el sector público, que al contrario que los agentes económicos privados continúa tirando del endeudamiento para salir de la crisis. Mientras que familias y empresas han reducido sus deudas en 37.038 millones de euros durante el primer trimestre del año respecto de diciembre de 2010, el sector público ha añadido otros 49.709 millones. O lo que es lo mismo, la deuda total de la economía española crece hasta alcanzar los 3,098 billones de euros, la cifra más alta jamás alcanzada" (El Confidencial, 21-7-2011).
Aunque el peso principal de los ataques ha sido asumido por el gobierno del PSOE, sin embargo la burguesía se ha dado una estrategia en la que se ha implicado todo el aparato estatal: el decreto ley que atacaba a funcionarios y pensionistas fue apoyado y votado por los nacionalistas catalanes de CIU, mientras que el PP aparentaba mantenerse al margen con una actitud crítica. Los restrictivos presupuestos de 2011 que se transformaron en una auténtica fábrica de parados al paralizar las obras públicas fueron apoyados por PNV y Coalición Canaria, y el brutal recorte al sistema de pensiones fue firmado por CCOO y UGT que pasaron de gritar en septiembre "Zapatero dimisión" a reforzar y sostener al gobierno en los mayores ataques de la democracia. El montaje del estado de alarma de las navidades de 2010 donde utilizaron a los controladores aéreos como chivos expiatorios, dirigido por el siniestro Rubalcaba, donde la única y verdadera alarma la crearon el gobierno y sus secuaces (fue votado por todos los partidos). La burguesía trató de golpear ideológicamente a la clase obrera: el estado democrático sería implacable con las luchas obreras...
De todas maneras y como ha demostrado el movimiento del 15M y a pesar de los esfuerzos de la burguesía, el estado democrático ha quedado muy deteriorado frente a un amplio sector de la población, y a pesar del famoso decálogo de regeneración democrática propiciado por Democracia Real Ya (que por cierto ha asumido el incombustible Rubalcaba, que después de llevar más de treinta años sin bajarse del coche oficial, en el más difícil todavía de los travestimos políticos pretende venderse como el nuevo Robin Hood fustigador de los bancos y la corrupción política), en su toma de conciencia por parte de la clase trabajadora la mistificación democrática empieza a entreverse como una auténtica engañifa detrás de la cual se esconde la dictadura más criminal de la clase enemiga.
"...Precisamente Marx, que aquilató mejor que nadie la importancia histórica burguesa y del parlamentarismo burgués, bajo los cuales las clases oprimidas tienen el derecho de decidir una vez cada determinado número de años qué miembros de las clases poseedoras han de "representar y aplastar" al pueblo en el parlamento... Los marxistas siempre han dicho que cuanto más desarrollada y más "pura" es la democracia, tanto más franca, aguda e implacable se hace la lucha de clase, tanto más "puras" se manifiestan la opresión por el capital y la dictadura de la burguesía. El asunto Dreyfus en la Francia republicana, las sangrientas represalias de los destacamentos mercenarios, armados por los capitalistas contra los huelguistas en la libre y democrática República de Norteamérica, estos hechos y miles de otros análogos demuestran la verdad que la burguesía trata en vano de ocultar, o sea, que en las repúblicas más democráticas imperan de hecho el terror y la dictadura de la burguesía, que se manifiestan abiertamente en cuanto a los explotadores les parece que el poder del capital se tambalea..." (Lenin, "Tesis e informes sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado").
Todo el aparato político de la burguesía lleva meses trabajando para colocar a la derecha en el gobierno, desde el PSOE hasta el señor Cayo Lara. El PP dice que tiene 100 medidas de choque para luchar contra la crisis económica, pero ni explica estas medidas ni el señor Rajoy entusiasma a la población. Lo que si se está concretando es la brutalidad inmisericorde del plan de austeridad en Cataluña desarrollado por CIU y apoyado por el PP, que nos muestra lo que nos espera al resto de trabajadores en España: cierres de plantas hospitalarias, despidos de médicos y profesores y demás empleados públicos ("Las amenazas del gobierno catalán empiezan a materializarse. La Generalitat ya advirtió hace dos días a los funcionarios de que deben trabajar más por menos. El trabajo extra les llegará, en parte, porque deberán asumir el de empleados no funcionarios (con contratos eventuales o laborales indefinidos) que serán despedidos. Las empresas de la Generalitat, que cuentan con cerca de 16.000 empleados, presentarán expedientes de regulación de empleo (ERE) para un total de 1.475 personas..."El País, 16-7-2011). Parafraseando una famosa comedia española del absurdo, tenemos el ejemplo de "Rajoy y un señor de Murcia", donde el PP de Valcárcel ha aplicado hace unos meses un plan de austeridad suplementario al de Zapatero, rebajando un 7% el salario a los empleados del gobierno murciano que se une a la rebaja zapateril del 5%, aparte de toda una serie de recortes sociales. También vemos el ejemplo de los conmilitones de Rajoy en Europa con planes de austeridad terribles como Cameron en Inglaterra y Berlusconi en Italia... La pinza del estado democrático se completará con el pase del PSOE a la oposición donde tratará de hacer olvidar su política antiobrera de 8 años, dándose un fuerte maquillaje de radicalismo y cambiando lo más pronto posible a toda la camarilla de los decretos ley antiproletarios. Los sindicatos también seguirán con sus movilizaciones para desmovilizar encerrando a los trabajadores en sus centros de trabajo o autonómicos, dividiéndolos y aislándolos para llevarlos a la derrota.
Frente a este no futuro al que nos lleva la burguesía, con planes de austeridad que únicamente pretenden conservar todos los privilegios y prebendas de la clase dominante, caiga quien caiga, y que de aplicarse llevarán a la humanidad a la barbarie, hay todo un proceso de toma de conciencia y de indignación a nivel internacional como hemos visto en las luchas que se han desarrollado y se desarrollan en Grecia, Francia, Inglaterra, en el norte de África y el movimiento del 15M en España, luchas que son la única semilla del porvenir que a la larga pretenden acabar con el capitalismo y sembrar una sociedad verdaderamente humana donde no haya explotación del hombre por el hombre ("Un fantasma recorre Europa: es el fantasma del Comunismo. Todas las potencias de la vieja Europa se han aliado en una sacrosanta cacería de este fantasma: el Papa y Putin, la Señora Merkel y Zarcoci, los radicales franceses y los policías alemanes...").
De las múltiples cuestiones que se han debatido vamos a comentar 3 de ellas: el papel de las Asambleas y su oposición a la democracia; la necesidad de destruir el capitalismo y ¿sería una alternativa el cooperativismo?
En ambos debates la inmensa mayoría de quienes intervenían defendían las Asambleas como medio de lucha, organización y clarificación. Incluso los que de forma minoritaria se hacían ilusiones sobre las posibilidades que pudiera ofrecer la democracia resaltaban que para ellos el marco de debate y decisión eran las Asambleas.
Una compañera hizo una denuncia muy clara de la democracia: «Yo he nacido en democracia y la rechazo. La democracia te individualiza y te atomiza, el voto se plantea como un asunto egoísta de interés individual. El segundo principio de la democracia es la delegación del poder. Tu capacidad de decisión se limita en confiar ciegamente en un político que hace y deshace en tu nombre. La democracia te hace individualista e irresponsable».
Frente a ello, la compañera resaltaba que «lo que he visto en las Asambleas es lo contrario. Aprendemos a vernos como parte de un colectivo. Tu criterio personal se refuerza con el de los demás tanto si es contrario como si es coincidente. Te sientes dentro de una comunidad. Participas y te haces responsable de lo que se dice y lo que se decide».
Las Asambleas son un lugar de encuentro, un espacio colectivo de pensamiento, discusión, decisión y acción. Un compañero señalaba la necesidad de que el cambio revolucionario se acompañe de un "cambio individual": «si no nos cambiamos interiormente, si cada uno de nosotros no actúa de manera solidaria, la sociedad no cambiará», a lo que otro compañero le respondía: «las asambleas no son solamente un lugar para discutir y decidir, las asambleas cambian a los participantes, se sienten solidarios, aprenden, se atreven a pensar, a confiar en si mismos. Es el cambio también de las personas».
¿Habría oposición entre lo que puedan pensar pequeñas minorías y lo que piensa la masa de la asamblea? ¿La posición mayoritaria de la asamblea serviría para aplastar las diferentes posiciones minoritarias?
En la democracia las votaciones son como una foto de lo que piensan individualmente en un momento dado millones de personas. Ese momento es cuidadosamente elegido y preparado por la burguesía: con campañas electorales y maniobras ideológicas se hace lo imposible para que esa foto estática de lo que piensan atomizada y separadamente millones de individuos refleje lo que a la burguesía le interesa y ¡a eso le llaman voluntad popular!
Las decisiones de las Asambleas no se pueden sacralizar evidentemente. La clase obrera sufre el impacto permanente de la ideología burguesa, las fuerzas de la burguesa con coloración "obrera" (los sindicatos, los partidos de izquierda y de extrema izquierda) no se van de las Asambleas sino que intervienen activamente para desnaturalizarlas y desviarlas de un terreno de clase. Por las razones anteriores y por la inexperiencia y las vacilaciones que inevitablemente existen en las filas obreras, las Asambleas toman y tomarán decisiones que van en contra de los intereses de la clase obrera y de la liberación de la humanidad -ambos van juntos. O adoptarán decisiones ambiguas o contradictorias.
Pero a diferencia de la democracia, las decisiones de las Asambleas son revocables, pueden cambiar mediante el debate, reflejan una evolución en la conciencia de la clase obrera y en las relaciones de fuerza entre las clases. Las Asambleas permiten que los obreros piensen colectivamente, ya no es la opinión de cada cual en un momento dado, sino la interacción entre los pensamientos, las iniciativas, pero igualmente los sentimientos y las pasiones, de muchos obreros.
En ese terreno, las pequeñas minorías que expresan las posiciones más claras del proletariado deben mantenerse organizadas y unidas, deben poder expresarse. Ya hemos denunciado la trampa del apoliticismo[1] que en realidad es la hoja de parra con la que fuerzas burguesas se ocultan para dominar las asambleas y destruirlas desde dentro. Las minorías revolucionarias deben poder expresarse con entera libertad en las asambleas, hacer circular su prensa sin restricciones. Sus posturas sin embargo no pueden imponerse por golpe de mano o por manipulación, ganarán a la mayoría por la convicción, por la clarificación, por la capacidad de ayudar a que la mayoría proletaria exprese sus verdaderas posiciones e intereses.
Tanto en Valencia como en Alicante ha habido intervenciones que insistían en que la lucha debe orientarse hacia la destrucción del capitalismo. Un compañero afirmaba «El capitalismo lleva 100 años de decadencia y eso se ha plasmado en guerras, en constantes crisis económicas, paro endémico, hoy todo se agrava y la gente comprende que no hay futuro bajo este sistema». Una compañera que había manifestado ilusiones sobre la posibilidad de una reforma del sistema, añadía sin embargo que «cuanto más busco un capitalismo social más me doy cuenta que el capitalismo no es necesario». A un compañero que decía que «de todos los sistemas existentes el capitalismo es el menos malo y si alguien me ofrece una alternativa que me convenza yo le seguiré», otro compañero le respondía: «no es una cuestión de elegir en un laboratorio entre un sistema y otro sistema, es una cuestión de necesidad. Se hace necesario destruir el capitalismo por que no ofrece otra cosa que paro, guerras, destrucción ecológica, es un atolladero bárbaro para la humanidad».
Mientras un compañero hablaba de «darle un rostro humano al capitalismo» mediante medidas como imponer una tasa a los bancos, otros compañeros insistían en que las raíces de la miseria, el paro, las guerras, que el capitalismo provoca, no están en los bancos[2] sino en todo el sistema de relaciones de producción en su conjunto que al caer constantemente en la sobreproducción y haber alcanzado sus límites históricos, niega cualquier futuro a la humanidad.
Este debate sobre "reforma del capitalismo o revolución contra el capitalismo" retoma en la práctica el viejo eslogan de la Tercera Internacional: «para que la humanidad pueda vivir el capitalismo debe morir». Evidentemente no es aún ni mucho menos un debate de masas sino que se halla circunscrito a pequeñas minorías, pero tiene una significación profunda: se está desarrollando una conciencia de que los problemas no se resuelven con cambios de gobierno, reformas, medidas etc., se empieza a comprender que el problema está en el capitalismo mismo, en la necesidad de destruirlo «a finales de los 60, la idea de que la revolución era posible podía estar relativamente extendida, pero la idea de que fuera indispensable no podía imponerse. Hoy, al contrario, la idea de que la revolución sea necesaria puede tener un eco nada desdeñable pero que sea posible está poco extendida»[3].
En la reunión de Alicante hubo una animada discusión sobre el cooperativismo y la autogestión. Se estaba de acuerdo en que había que destruir el capitalismo pero ¿cómo hacerlo?
Varias intervenciones insistieron en la necesidad de ejemplos y acciones concretas. El hecho de que pequeños colectivos organizaran la producción, los servicios, la sanidad, la enseñanza, de forma autogestionada y sin buscar una ganancia, podría servir para "visualizar" en masas más amplias que una alternativa al capitalismo es posible. Se habló de redes de empresas autogestionadas como en Argentina, las cuales intercambiaban entre si y se salían del circuito capitalista. Se comentó sobre bancos de tiempo, comercio de barrio donde directamente se compre lo producido en huertos urbanos ecológicos etc.
Otros compañeros no estaban de acuerdo. Señalaban que las cooperativas más allá de las buenas intenciones de sus promotores se habían convertido en empresas capitalistas tan explotadoras como las demás y produciendo el mismo tipo de mercancías que las demás. Se puso ejemplos como Eroski o Consum[4]. Se señaló que no podían eludir las leyes no escritas de la competencia a muerte por el mercado, ni tampoco las reglamentaciones escritas del capitalismo de Estado -la regulación exhaustiva que el Estado ejerce sobre la economía incluidos los regímenes como USA que se dicen ultraliberales- y que a partir de ahí tenían que explotar a los trabajadores, establecer jerarquías y distinguir entre la masa explotada y la minoría privilegiada "gestora" y todo esto se imponía en medio de divisiones y enfrentamientos crecientes entre los "socios". Un compañero en Alicante dijo con toda franqueza que las cooperativas y demás espacios libres autogestionados debían "ser muy competitivos y emplear las mismas armas que las empresas constituidas" pues de lo contrario sucumbirían. Es decir, reconocía que tanto las cooperativas como cualquier espacio autogestionado no podía eludir el "terreno de juego" que imponen las relaciones capitalistas de producción y la intervención totalitaria del Estado, por lo que, con mayor o menor resistencia, tenían que ser absorbidos por ellos.
Pero un compañero dio un argumento a nuestro juicio crucial: «el feudalismo pudo desarrollarse dentro del esclavismo y el capitalismo dentro del feudalismo pero el comunismo -la sociedad a la que aspira el proletariado- no. Es imposible el socialismo en un solo país y menos aún el socialismo en una sola empresa o barrio. El comunismo tiene que construirse a escala mundial porque parte de lo que es ya el capitalismo un sistema mundial pero desgarrado por Estados, fronteras y clases».
Los compañeros que abogan por cooperativas y autogestión avanzan el siguiente argumento: «una alternativa de cambio global y mundial resulta muy abstracta para la gran mayoría que necesitan ver y tocar ese cambio revolucionario. En lugar de alternativas abstractas hay que dar medidas concretas».
Sin embargo, la lucha del proletariado por el comunismo -la comunidad humana mundial- tiene necesariamente una primera etapa de destrucción del Estado capitalista en todos los países, a partir de la cual se inicia el proceso de transformación social. Esa lucha política no se basa en nada abstracto sino en reivindicaciones, medios de organización y de lucha que anuncian embrionariamente, que son la semilla, de la nueva sociedad.
Cuando los obreros se rebelan contra los despidos, cuando propugnan que cualquier parado o jubilado aunque no tengan trabajo dispongan de un subsidio suficiente, están rechazando la presente sociedad donde si el capital no obtiene beneficios la mayoría se ve condenada al paro y el hambre. Frente a ello van en el sentido de una sociedad diferente donde toda la actividad productiva esté orientada a la plena satisfacción de la necesidades humanas y no a la ganancia y la guerra.
Cuando en las luchas y en las asambleas se desarrolla la solidaridad ésta no es únicamente un medio de unión es igualmente la prefiguración embrionaria de la nueva sociedad que tendrá como pilar la solidaridad frente a esta sociedad que tiene la competencia y el "todos contra todos" como pilares.
Las propias Asambleas llevan en germen una organización de la sociedad sin estado puesto que se basan en romper con lo que denunciaba Engels -la veneración supersticiosa del Estado- que significa la pasividad de la mayoría que todo tiene que confiarlo en burócratas y especialistas.
Todo esto puede parecer "ideales" o "abstracciones" pero no lo son en un doble sentido: primero porque expresan la fuerza colectiva de la clase revolucionaria, el proletariado; segundo, porque anuncian y desarrollan los pilares de la nueva sociedad: la solidaridad, la confianza, la acción consciente y colectiva.
Smolni 22-7-11
[1] Ver https://es.internationalism.org/node/3148 [66]
[2] En Sobre Proudhom Marx señala «es una fantasía genuinamente filistea considerar que el capital que produce interés es la forma principal del capital y tratar de convertir una aplicación particular del crédito -una supuesta abolición del interés- en la base de la transformación de la sociedad. En efecto, esa fantasía ya había sido minuciosamente desarrollada por los portavoces económicos de la pequeña burguesía inglesa del siglo XVII» webs.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/oe2/mrxoe204.htm.
[3] Resolución sobre la situación internacional del 18º Congreso de la CCI, Revista Internacional nº 138, https://es.internationalism.org/node/2629 [67]
[4] En el Manifiesto Inaugural de la Primera Internacional (1864) Marx analiza de forma comprensiva a la vez que crítica el cooperativismo «Pero estaba reservado a la Economía política del trabajo el alcanzar un triunfo más completo todavía sobre la Economía política de la propiedad. Nos referimos al movimiento cooperativo, y, sobre todo, a las fábricas cooperativas creadas, sin apoyo alguno, por la iniciativa de algunas «manos» audaces. Es imposible exagerar la importancia de estos grandes experimentos sociales que han mostrado con hechos, no con simples argumentos, que la producción en gran escala y al nivel de las exigencias de la ciencia moderna, puede prescindir de la clase de los patronos, que utiliza el trabajo de la clase de las «manos»; han mostrado también que no es necesario a la producción que los instrumentos de trabajo estén monopolizados como instrumentos de dominación y de explotación contra el trabajador mismo; y han mostrado, por fin, que lo mismo que el trabajo esclavo, lo mismo que el trabajo siervo, el trabajo asalariado no es sino una forma transitoria inferior, destinada a desaparecer ante el trabajo asociado que cumple su tarea con gusto, entusiasmo y alegría. Roberto Owen fue quien sembró en Inglaterra las semillas del sistema cooperativo; los experimentos realizados por los obreros en el continente no fueron de hecho más que las consecuencias prácticas de las teorías, no descubiertas, sino proclamadas en voz alta en 1848. Al mismo tiempo, la experiencia del período comprendido entre 1848 y 1864 ha probado hasta la evidencia que, por excelente que sea en principio, por útil que se muestre en la práctica, el trabajo cooperativo, limitado estrechamente a los esfuerzos accidentales y particulares de los obreros, no podrá detener jamás el crecimiento en progresión geométrica del monopolio, ni emancipar a las masas, ni aliviar siquiera un poco la carga de sus miserias. Este es, quizá, el verdadero motivo que ha decidido a algunos aristócratas bien intencionados, a filantrópicos charlatanes burgueses y hasta a economistas agudos, a colmar de repente de elogios nauseabundos al sistema cooperativo, que en vano habían tratado de sofocar en germen, ridiculizándolo como una utopía de soñadores o estigmatizándolo como un sacrilegio socialista» webs.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/oe2/mrxoe201.htm.
Las obras "¡Indignaos!" y "¡Comprometeos!", del escritor, poeta y diplomático francés Stéphane Hessel[1], son ya dos auténticos "best-sellers" y una referencia para aquellos que quieran reflexionar sobre la injusticia de este mundo. Es más, al movimiento de protesta social que recorre España (y en bastante menor medida otros Estados de Europa) se le ha llamado de los Indignados, refiriéndolo explícitamente al primero de estos libros.
"¡Indignaos!" es un librito de unas treinta páginas que ha sido traducido a varios idiomas; del que se han vendido, a un precio irrisorio para su más amplia difusión, millones de copias en todo el mundo y que ha alcanzado un gran éxito casi inmediatamente. Sin la menor duda su título es en sí mismo un grito de rebelión contra la barbarie de este mundo y coincide perfectamente con el sentimiento generalizado, que crece en las filas de los oprimidos, de que los horrores que arrasan el planeta, desde la miseria a la guerra, se hacen cada vez más insoportables y más indignantes. La "primavera árabe", en Túnez y en Egipto y el movimiento de los Indignados son una clara expresión de ese sentimiento y del hartazgo.
Stéphane Hessel es un hombre de 93 años que saca todavía fuerzas para gritar su indignación frente a este mundo inicuo. Como tal, no nos puede sino inspirar admiración y provocar simpatía; pero en fin de cuentas ¿por qué tipo de mundo quiere S. Hessel que luchemos?
Desde el comienzo de su libro, Stéphane Hessel hace apología de los principios y valores que llevaron al Consejo Nacional de la Resistencia (CNR)[2] a desarrollar, al final de la Segunda Guerra Mundial, un programa económico adecuado a las circunstancias.
A la pregunta "¿siguen estando de actualidad estas medidas?", Hessel responde: -"Por supuesto que las cosas han cambiado en sesenta y cinco años"; los retos no son las mismos que conocimos en la época de la Resistencia. El programa que propusimos entonces no se puede aplicar plenamente hoy ni tampoco debemos seguirlo a ciegas. Sin embargo, los valores que planteamos son constantes y debemos adherirnos a ellos. Son los valores de la República y la democracia y creo que debemos juzgar a los sucesivos gobiernos en relación a estos valores. En el programa del Consejo de la Resistencia había contenida una manera de ver las cosas que sigue siendo válida hoy: Rechazar la dictadura -el diktat- de la ganancia y el dinero, indignarse contra la coexistencia de la pobreza extrema y la riqueza arrogante, rechazar los sistemas económicos feudales, reafirmar la necesidad de una prensa verdaderamente independiente, garantizar la seguridad social en todas su formas... Muchos de estos valores y adquisiciones que defendimos ayer están hoy en dificultades y corren peligro. Muchas de las medidas que han adoptado los gobiernos recientemente les sorprenden a mis camaradas resistentes, ya que son contrarias a esos valores fundamentales. Creo que hay que indignarse, en particular los jóvenes. Y ¡resistir!"[3],
¿A quién hace S. Hessel responsable de esta situación? Dice: -"...el poder del dinero, tan combatido por la Resistencia nunca fue tan grande, tan insolente, egoísta, incluso en las más altas esferas del Estado. Los bancos, sucesivamente privatizados, están más preocupados por sus dividendos y por los altos salarios de sus dirigentes que por el interés general. La brecha entre los ricos y los pobres nunca ha sido tan abismal; y la carrera tras el dinero jamás tan feroz, tan competitiva"[4].
Para Hessel, la democracia debe guiar la acción de los dirigentes; una democracia preocupada por el interés general frente al egoísmo de los financieros y otros banqueros: "los responsables políticos, económicos, intelectuales y el conjunto de la sociedad no deben abandonar, ni dejarse impresionar por la actual dictadura de los mercados financieros que amenaza la paz y la democracia"[5]. He aquí el sacrosanto interés general que uniría a los políticos, a los patrones de la industria codo con codo con los trabajadores, desempleados, estudiantes, jubilados, los precarios... En otras palabras, la democracia de Stéphane Hessel es el mito, la estafa, que da por hecho que explotadores y explotados se sitúan, como por arte de magia, en un espacio de igualdad de condiciones, donde se supone que tendrían los mismos "derechos y deberes" y los mismos intereses democráticos, en tanto que ciudadanos, frente a la dictadura de los financieros. ¿Para alcanzar qué y cómo? Hessel nos sugiere -"Confiamos en que reflexionando, escribiendo, participando democráticamente en la elección de los gobernantes es como se puede hacer hoy evolucionar de manera inteligente las cosas... en fin, por medio de acciones a muy largo plazo"[6]. Y ¿qué campo propone Hessel que hemos de defender? -"Siempre me he considerado socialista; es decir, en el sentido que yo doy a este término, consciente de la injusticia social. Pero los socialistas deben ser estimulados. Espero ver surgir una izquierda valiente, contestataria si es necesario, que pueda hacerse fuerte y defender una visión y una concepción coherente de las libertades de los ciudadanos; además, me parece importante que haya Verdes en las instituciones, para que se extienda la idea de preservar el planeta"[7]. Finalmente, para Hessel nuestra indignación debe conducir a una consigna ya conocida, el famoso "Hay que ir a votar"... por un nuevo programa alternativo (que será objeto de una nueva publicación) inspirado en el CNR, que reúna a toda clase de elementos, desde los de la izquierda radical a los de "otromundoesposible" pasando por los sindicalistas; en fin, a partidos y organizaciones que asumen como suyo el interés general.
Afortunadamente estos millones de jóvenes a los que Hessel se dirige, particularmente en Portugal y España, han hecho oídos sordos a esos discursos ciudadanos de izquierda y han rechazado las urnas. Hay que decir que han tenido la oportunidad de ver a los gobiernos Socialistas de sus respectivos países manos a la obra; han podido ver qué medidas drásticas de austeridad eran capaces de adoptar los partidos socialistas, de forma totalmente democrática (lo mismo que en Grecia); han probado en sus carnes las porras de la policía ¡del muy democrático Gobierno socialista de Zapatero!...
Sin embargo, Hessel persiste en su apoyo a estos partidos, declarando: "¿Cuál es la tarea que deben imponerse los miembros de la generación más joven? Tomarse en serio los valores sobre los cuales basan su confianza o desconfianza en quienes los gobiernan - este es el principio de la democracia, con el que podemos influir en quienes toman las decisiones "[8].
¿Qué influencia puede tener esta joven generación en los Estados democráticos que le imponen tanta miseria? Puede sustituir a un ministro cuya impopularidad es escandalosa... ¿y después qué pasa? ¿Habrá un cambio real? ¡No, ninguno! En todos los países, sean los gobiernos de derechas o de izquierdas (o de extrema izquierda, como en América Latina), la brecha es cada vez más profunda entre la gran mayoría de la población que padece un deterioro generalizado de las condiciones de vida y el poder democrático del Estado burgués, que preconiza duras políticas de austeridad con las que evitar la quiebra económica. No puede ser de otra manera: ¡Detrás de la máscara democrática del Estado se oculta siempre la dictadura del Capital!
"Mi generación ha contraído una verdadera alergia a la idea de la revolución mundial. En parte porque hemos nacido con ella. En mí caso -nací en 1917, año de la Revolución Rusa- es una característica de mi personalidad. Siempre he tenido la impresión, tal vez injusta, que no es mediante la acción violenta, revolucionaria, cómo se puede derrocar a las instituciones existentes ni cómo se puede hacer avanzar la historia."[9]. Hessel sigue en sus trece: "En todas las sociedades existe una violencia latente que es capaz de expresarse sin restricciones. Lo hemos conocido con las luchas de liberación colonial. Debemos ser conscientes de que las revueltas, las de los trabajadores por ejemplo, siguen siendo posibles pero es poco probable que resurjan dada la forma en que la economía se ha desarrollado y globalizado. El biotipo Germinal ha quedado ya superado "[10]. Este es el llamamiento que hace Hessel a la generación más joven: ¡Quitaos de la cabeza cualquier idea de una revolución mundial, la idea de la lucha de clases! ¡Eso está anticuado! En lugar de eso, tratad de mejorar el funcionamiento de este sistema. ¿Cómo? Aquí es donde Hessel dice tener una idea "brillante e innovadora" obviando que ha sido pregonada, una y mil veces, por toda la izquierda desde hace un siglo: la creación de un Consejo de Seguridad Económico y Social, que reúna a los estados más poderosos del mundo; una especie de gobierno mundial. Este organismo mundial tendría como objetivo regular la economía. Y según Hessel esto es lo que evitaría las crisis el ejercer un control eficaz sobre todas las grandes instituciones financieras, ansiosas de ganancias y poder. Simplemente, recordemos que la Sociedad de Naciones (SDN), que más tarde se convirtió Naciones Unidas (ONU), fue creada tras la Primera Guerra Mundial siguiendo un razonamiento formal casi idéntico al de este ideólogo: impedir el retorno de la guerra por medio de una organización internacional que conciliase los intereses de las naciones. ¿Cuál fue el resultado? ¡La Segunda Guerra Mundial y... 14 días de paz en el mundo desde 1950! De hecho, este mundo está dividido en naciones capitalistas que compiten entre sí; que libran una guerra económica sin concesiones y, cuando es necesario, a punta de pistola. Todos los "gobiernos mundiales" que existen (OMC, FMI, ONU, OTAN...) son refugio de granujas en el que los Estados prosiguen su lucha sin cuartel. Pero admitir esto significaría reconocer lo que quiere eludir a toda costa Stéphane Hessel: ¡la necesidad de un nuevo sistema mundial y por lo tanto una revolución internacional! Él prefiere encarrilar a los jóvenes a un callejón sin salida en lugar de mostrarles el camino que les conduzca a una puesta en cuestión, demasiado radical según su punto de vista, del sistema de explotación en el que están inmersos; y por el contrario les anima a que presionen a sus estados para asegurarse de que lleven una nueva política en su Consejo de Seguridad Económico y Social. Para él, bastaría con la intervención masiva de la sociedad civil, la movilización ciudadana de gran amplitud para influir en las decisiones de los Estados; compromiso que debería combinarse también con una mayor participación en las organizaciones no gubernamentales (ONG) y otras redes asociativas; porque claro, los retos como los combates son múltiples: ecológicos, sociales, anti-racistas, pacifistas, economías solidarias ...
De hecho, en lo fundamental, Hessel nos pone en el menú la vieja sopa reformista con algunos ingredientes bien elegidos (la implicación ciudadana de la población, el voto inteligente...): la idea de que el capitalismo podría dejar de ser lo que es, un sistema de explotación y podría llegar a ser más humano, más social.
-"La historia está hecha de conflictos sucesivos y hay que contar con los retos que plantean. Las sociedades progresan con la historia y al final el hombre alcanzará su plena libertad; es el Estado democrático en su forma ideal", nos dice Hessel en "¡Indignaos!". Sí, es cierto, la humanidad se encuentra ante un reto: encontrar la solución a todos los males o desaparecer. En el núcleo de este dilema: la necesidad de transformar la sociedad. Pero ¿qué transformación se necesita? ¿Es posible reformar el capitalismo o hay que destruirlo para construir otra sociedad?
La reforma del capitalismo es una ilusión, es someterse a sus leyes, a sus contradicciones que llevan a la humanidad a la miseria, la guerra, el caos, la barbarie... El sistema capitalista es un sistema de explotación. ¿Podemos hacer que la explotación sea humana? ¿Podemos hacer humano un sistema cuyo único propósito es permitir que una clase acumule riquezas en su provecho a costa del esfuerzo de millones de trabajadores? Cuando la competencia entre capitalistas se agudiza porque la crisis económica mundial hace estragos, es la clase obrera quien paga el precio más alto: el desempleo masivo, la inseguridad generalizada, la sobreexplotación en el lugar de trabajo, salarios más bajos...
Por tanto, para que los seres humanos puedan satisfacer sus necesidades elementales deben construir una sociedad sin clases, sin injusticias ni barbarie guerrera, en la que hayan sido abolidas las fronteras, De alguna manera un objetivo así se va gestando en el movimiento de los Indignados: una perspectiva que se expresa en ayudarse mutuamente, en compartir, en la solidaridad, la dedicación y la acción desinteresada, la alegría de estar juntos... El gran movimiento social que hemos vivido en España no es humo de paja, lo que anuncia son las batallas futuras que se desarrollarán en todo el mundo, las luchas en las que la clase obrera estará movilizada masivamente y arrastrará con ella a las capas oprimidas por este sistema. Luchas que van a afirmarse contra la inhumanidad del capitalismo y de donde emergerá una conciencia más clara de un necesario cambio de sociedad para construir una nueva humanidad.
Antoine (02 de julio)
[1] Stéphane Hessel es casi tan conocido en España como en Francia. Vive allí y es amigo de José Luis Sampedro, escritor y economista español y, por encima de todo, iniciador de Democracia Real Ya. José Luis Sampedro ha escrito un folleto inspirado por su alter ego y prologado la edición en español de "¡Indignaos!".
[2] Para Stéphane Hessel el CNR es la referencia histórica, el ejemplo a seguir. Vamos a volver pronto y con más detalle sobre este tema.
[3] "¡Indignaos!" , p. 15.
[4] Ídem, p. 11
[5] Ídem, p. 12
[6] ¡Participa! , p. 16.
[7] Ídem, p. 43 y 44.
[8] ¡Participa! , p. 22.
[9] Ídem, p. 20
[10] Ídem, p. 21
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A principios de Agosto se desató una verdadera tormenta de malos augurios sobre la economía internacional. "¡Calma!", nos decían entonces. "Recuperemos la confianza, y esos nubarrones se alejarán". Y proliferaban, las cumbres, y las declaraciones de todos los mandamases para asegurarnos que disponen de los medios para atajar la bancarrota de la economía mundial. También pululaban las propuestas de los sostenedores más "críticos" de este sistema - la Izquierda del capital en sus versiones clásica o moderna - que nos vendían sus "soluciones" a la crisis: recuperar la supremacía de los Estados democráticos para "atar en corto" a los tiburones financieros, a esos esotéricos "mercados" que, según ellos, son los causantes de los movimientos especulativos que han llevado al mundo al borde del abismo. Nosotros, en cambio, afirmábamos donde residía la verdadera causa de la crisis de la deuda: « En verdad, la economía se hunde bajo las deudas que no puede devolver ni gestionar. Esto devalúa las monedas, empuja al alza el precio de las mercancías y abre la puerta a un proceso de quiebra de los particulares, los bancos, los seguros y los estados. Esto entraña el riesgo de paralizar los bancos centrales en un momento dado. Pero este endeudamiento no tenía como razón fundamental la avidez insaciable de los financieros y otros especuladores, y todavía menos el consumo de los explotados. Al contrario. Este endeudamiento generalizado era necesario y vital para la supervivencia del sistema desde hace más de medio siglo, como medio de evitar una sobreproducción cada vez mayor. El desarrollo progresivo de la especulación financiera no es pues la causa de la crisis, sino la consecuencia de las medidas que los Estados han tenido que utilizar para intentar hacer frente a la crisis en los últimos 50 años. Sin esta política de crédito fácil y de endeudamiento creciente hasta el descontrol, el capitalismo no habría podido vender las mercancías en cantidad siempre creciente. De hecho, aumentar de este modo la deuda les ha permitido sostener el crecimiento de la producción durante todo este tiempo. El desarrollo monstruoso de las finanzas especulativas, convirtiéndose en un cáncer para el capitalismo, no es más que el producto de la dificultad creciente del sistema para invertir y vender con beneficio. El agotamiento histórico de esta capacidad, a finales de 2007 y comienzos de 2008, ha abierto de par en par las puertas de la depresión»[1]
Semanas después asistimos a una nueva cascada de desastres en la economía mundial. Eso prueba, en primer lugar, que los mensajes "tranquilizadores" son más bien discursos cara a la galería para atajar el pánico que se extiende incluso en la misma clase explotadora ante la constatación de que a pesar de haber gastado ingentes cantidades de recursos, su mal se ha visto agravado y no se ve luz ninguna la final del túnel. En efecto en Estados Unidos, después de haber recurrido con fruición a la máquina de hacer billetes, resulta que el paro sigue en un inconcebible (en USA) 9%, y la economía vuelve a dar síntomas de estancarse, avecinándose nuevos despidos, como por ejemplo los 30 mil previstos en el Bank of América, y nuevos recortes sociales... Por la brevedad de sus efectos "ansiolíticos", el llamado "twist" sobre la deuda norteamericana (un mecanismo para incentivar a los acreedores para que retrasen la reclamación de su pago), debería ser mejor bautizado como "vals del segundo". Su puesta en marcha ha sido interpretada, maliciosa pero acertadamente, como una negativa de la Reserva Federal ha seguir regando con dólares para tratar de reactivar su economía.
Y eso sucede en un país que dispone de plena soberanía monetaria y cuya divisa sigue siendo clave para el comercio mundial. Qué no decir de la economía europea, donde se multiplican los conflictos de intereses. Tras haber dilapidado miles de millones de euros en los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal (no en rescatar a esas poblaciones, lógicamente, sino en salvar a los bancos de parte de sus créditos fallidos concedidos en esos países), resulta que la economía de estos países sigue avanzando hacia la bancarrota, y que ésta amenaza ya a Italia y España, hasta el extremo de obligar al BCE a comprar diariamente 2 mil millones de euros de deuda de estos dos países, ¡sólo para intentar contener la sobrepuja de intereses! Pero, ni por esas. Esos mercados, tan necesarios para las exportaciones de los "paganos" europeos -sobre todo Alemania -, se están secando como consecuencia de las medidas de austeridad que imponen, precisamente, para poder pagar las deudas,... Y no por ello se sale del agujero. El "nuevo peligro" del que se habla hoy no es ya el de la quiebra de los países "periféricos", sino el de los bancos principales de Francia y Alemania. Las necesidades para "recapitalizar" estos organismos se estiman en cerca de 400 mil millones de Euros que es, por ejemplo, el equivalente a toda la caja actual del FMI.
Por todo ello no cabe hacerse ninguna ilusión sobre el futuro que nos puede deparar este sistema, que se mantiene a flote a base de hundir y asfixiar a la humanidad en cotas cada vez más infernales de miseria. En todas partes se preparan planes de austeridad de una dureza nunca antes vista. Se trata de una verdadera declaración de guerra a las condiciones de vida y trabajo de la clase trabajadora:
Despidos... Tras una primera oleada que ha llevado el desempleo a cotas históricas (9% en USA, 10% en la UE, 16% en Grecia, ¡más del 21% en España!), se anuncian nuevos recortes de plantillas, con la reaparición del espectro de los ERE's (caso de la Opel de Figueruelas- Aragón-). A estos sectores ya atacados en el pasado, se suman otros que parecían algo más "protegidos", como es el caso del sector farmacéutico que calcula en 14 mil nuevos parados las consecuencias de los recortes en Sanidad,...
Pero sin duda es el sector de los empleados públicos el que va a concentrar el grueso de nuevos parados, bien directamente como en el caso de Grecia -donde acaban de anunciar 30 mil nuevos despidos entre los funcionarios- , o a través de la eliminación de interinos[2], como es el caso de los profesores de enseñanza secundaria en España (14 mil supresiones de empleo conllevan los recortes en materia de Educación).
Y junto a los despidos, el aumento de la precariedad, verdadero castigo sobre todo para las generaciones más jóvenes (el paro juvenil alcanza el 46% de la población activa en esas edades), y que se va a ver reforzada por el llamado "contrato único" que quiere impulsar el, muy probablemente, nuevo equipo del gobierno del PP, aprovechando y rematando la faena que previamente ha realizado el gobierno del PSOE con su reforma laboral del 2010, o el reciente "regalo de despedida" de Zapatero a los jóvenes trabajadores españoles, que prorroga ¡hasta los 30 años! el encadenamiento de los contratos precarios. Como consecuencia de todo ello estamos asistiendo a un terrorífico endurecimiento de las condiciones de trabajo que son impuestas abiertamente con amenazas de despido o de no renovación de contratos, negándose a cubrir las bajas por jubilación, por enfermedad,... Hay que decir que esto tampoco lo han inventado las "damas de hierro" del PP (Aguirre y Cospedal), sino que ha sido la "mosquita muerta" - la ministra Salgado - del PSOE quien introdujo ya en los Presupuestos Generales del año 2009 la norma de cubrir únicamente 1/10 de las bajas en la Administración.
... Y otros hachazos a salarios y prestaciones sociales: Y no hablamos únicamente de la reducción de salarios de los funcionarios decretada en 2009 y que se prorrogará y/o empeorará con los nuevos planes de reducción del déficit. Pensemos también en la pérdida de poder adquisitivo de todos los salarios, santificada por el acuerdo Sindicatos- Gobierno- Patronal del año pasado, y que muy probablemente sea aún más encarnizada de lo previsto. El vínculo de sangre, de mala sangre cabría decir, que une a este trío anti-obrero quedó de manifiesto cuando los primeros reiteraron su ofrecimiento de recortes salariales en vísperas precisamente de la presentación de la reforma constitucional que va a servir de plataforma para los "tijeretazos" a la asistencia sanitaria y la educación, pero también a los planes de ayudas a personas mayores, discapacitados, rentas mínimas,... que están siendo liquidados o, más subrepticiamente, impagados, como sucede con la famosa "prestación por dependencia"[3].
Una ola de tremendos sufrimientos se abate sobre la clase trabajadora cuya vida cotidiana es cada vez más una pesadilla.
Pero no todo es pesadilla. Asistimos también a un radiante despertar de la combatividad. Frente a esta criminal degradación de las condiciones de vida, la respuesta de la mayoría de la población trabajadora no ha sido ni la aceptación entusiasta de los sacrificios exigidos por la patria (lo que sí sucedía en momentos históricos de derrota de la calase obrera como en los años 30), ni la resignación impotente ante las barbaridades que perpetra el capitalismo. Al contrario, desde hace unos cuantos años se suceden movimientos masivos de protesta - como los movimientos de los estudiantes franceses en 2006, las luchas del 2008 y 2011 en Grecia, las movilizaciones de masas en Túnez y Egipto, o el movimiento 15M en España - que ponen precisamente de manifiesto la generalización de un sentimiento de "indignación" contra el presente, y sobre todo el negro futuro que espera a la humanidad de continuar sometida a las leyes del capitalismo.
No podemos volver a explicar aquí nuestra visión sobre las potencialidades y los riesgos que también se ciernen sobre este tipo de movimientos[4] Lo que nos interesa sobre todo ahora es exponer nuestra propuesta para el desarrollo de sus potencialidades positivas. Para ello hemos de fijarnos primero en las maniobras ideológicas de los defensores - eso sí "críticos" del sistema - para embarrancar esa lucha, y que hemos visto plasmarse recientemente en la campaña democrática en pro de un referéndum sobre la reforma constitucional.
Esta campaña, encabezada por los sindicatos y los partidos de izquierda, pretendía reforzar el peso - que es aún muy fuerte, reconozcámoslo -, de la mistificación democrática en el movimiento 15M, pero no a través de su versión más burda como el electoralismo[5], sino a través de una vía más sibilina como es la "defensa de la Constitución" (como si la Carta Magna de 1978 no fuese una colección de engañifas como el derecho al trabajo o a la vivienda,...), o de la reivindicación del referéndum como "verdadera expresión" de la voluntad popular. Se trata pues de redorar el blasón de la criminal ilusión en una "democracia, pero real", que es la forma de ocultar que, en el capitalismo, la democracia es la máscara de la dictadura del capital.
Como expresión de la fuerza latente de las movilizaciones de Mayo- Julio, podemos decir que la inmensa mayoría del 15-M reaccionó bien contra esta maniobra: tomó nota de la enésima demostración de la complicidad real de los principales gánsteres capitalistas - PP y PSOE - y no secundó apenas las convocatorias de Izquierda Unida y sindicatos. Es más acudió a ellas sobre todo para recriminarles. Así en Valencia se les gritó: "CCOO y UGT primos hermanos del PSOE y del PP". Y en Barcelona donde las fuerzas que se oponen a las patrañas sindicales parecen más fuertes y organizadas, se reagruparon en torno a pancartas que señalaban "Deja el Sindicato y Únete a la lucha", o "¡Sindicatos no. Asambleas Sí" .
Desde luego los sindicatos y sus cofrades de IU y otros izquierdistas no van a dejar de intentar recuperar influencia en un movimiento que les ha ignorado o despreciado (recordemos por ejemplo los abucheos a Lara cuando quiso sumarse a una movilización contra los desahucios en Madrid), y han preparado una auténtica ceremonia de confusión con convocatorias que compiten o se solapan con las del 15M, para aparentar una "combatividad" fingida y postiza, sino sobre todo para atacar las verdaderas armas de la clase obrera. Saben, en efecto, que no pueden contar con el beneplácito de los trabajadores que tienen muy presente su complicidad con medidas anti-obreras (el citado pacto de congelación salarial, o el retraso de la edad de jubilación por citar las más recientes), o la inanidad de sus movilizaciones (como la huelga parcial de los funcionarios el 8 de Mayo del 2010, o la huelga general del pasado 29 de Septiembre), pero se apoyan en la impericia y en la falta de confianza de los trabajadores en sus propias fuerzas, para usurparles la autorganización de la lucha, para atacar la unidad de la clase obrera, y para encadenar las reivindicaciones obreras a consignas plenamente capitalistas como son la "defensa" de la propiedad pública de la enseñanza o la sanidad, como se ha puesto de manifiesto en la reciente lucha de los profesores de instituto de Madrid[6].
Lo que quieren imponernos con la ayuda de todo el aparato de Estado capitalista es el modelo sindical en el que los trabajadores esperan sumisamente al toque de corneta de sus "representantes" que les dicen no sólo cuando "luchar", sino por qué "luchar" y cómo "luchar",... Con ese modelo la "lucha" se ve, como estamos hartos de ver, condenada al fracaso; y los trabajadores somos reducidos a la categoría de masa de maniobra en conflictos entre dos fracciones del mismo Estado capitalista, que, acordémonos del cántico del 15 M, son la "misma mierda".
La fuerza de las auténticas luchas de los trabajadores por sus reivindicaciones, de los movimientos masivos como los del 15 M han residido precisamente en todo lo contrario: en fomentar y asentarse en la mayor implicación posible de todos los participantes. Por ello es vital volver a revitalizar las asambleas como centros vitales de la lucha:
- Donde se recogen y se conocen en amplios debates, las distintas reivindicaciones que plasman ese terreno común de lucha contra la explotación. Nos parece muy positivo que, por ejemplo, en la próxima Asamblea General del 1 de Octubre en Plza Cataluña de Barcelona se ceda la palabra a los distintos frentes de lucha (Trabajadores indignados, asambleas contra los recortes en Sanidad, la comisión que impulsa desde la Universidad Autónoma de Barcelona una huelga en las Universidades,...) para reforzar la idea de que son distintas expresiones de una misma lucha contra un mismo enemigo: la miseria que quiere imponernos el capitalismo.
- Que sirven como crisol precisamente de esa solidaridad, como también ha quedado mostrado en positivo por ejemplo en la lucha contra los recortes sanitarios en Cataluña, donde se han celebrado asambleas de trabajadores sanitarios de hospitales como el del Mar o el 2 de Maig, abiertas a pacientes, vecinos, asambleas de trabajadores de empresas en lucha.
- Donde se deciden nuestras movilizaciones. Hemos de rechazar la manipulación habitual de izquierdistas y sindicalistas que quieren hacer de los asambleístas meros espectadores de sus discursos, o a recibir la notificación de la siguiente movilización, sino a discutir que está pasando, por donde nos están lloviendo los ataques, como podemos solidarizarnos con los sectores que luchan contra ellos,...
Junto al instrumento de las asambleas, es necesario reactivar la práctica de los debates. Con la dispersión de las acampadas de las plazas, y de las distintas convocatorias de movilizaciones, hemos visto también como los debates se han ido confinando en búsqueda de alternativas locales o parciales, o bien, a escuchar a tal o cual experto que exponía su propuesta de solución. Ninguno de estos dos aspectos es necesariamente negativo en sí mismo, pero es enormemente insuficiente. Nosotros estamos convencidos de que la liberación de la humanidad no depende de la aplicación de las ideas de tal o cual reformador del mundo, sino del desarrollo de una lucha y una conciencia masivas que necesita la confrontación de ideas, el desarrollo de un debate a fondo sin prohibiciones de todos los aspectos de la vida social. De la misma forma pensamos que este sistema no tiene reforma posible, ni a escala planetaria ni, mucho menos, a escala de nación o de barrio. Lo que debemos hacer es comprender las distintas manifestaciones de la dictadura del capital sobre la humanidad para reforzar la unificación del combate, no su dispersión.
Y eso es algo que también debe relanzarse: la perspectiva internacionalista, que estuvo muy presente en los momentos álgidos del movimiento antes del verano en protestas contra la represión de la acampada en París, o en solidaridad con las movilizaciones en Grecia, cuando en la manifestación de Madrid se gritó "Atenas aguanta. Madrid se levanta". O en la preocupación de muchos debates del 24 de Julio por las convocatorias internacionales.de lucha.,... Fomentar esa visión internacional de la luchas contra los sacrificios que quiere imponernos el capitalismo es necesario y también posible pues vemos como las luchas y las movilizaciones tienden a surgir y a reclamarse de ese esfuerzo común de combatividad como hemos visto recientemente en Italia o en Israel. Pero tampoco en esto debemos conformarnos con aguardar expectantes la convocatoria marcada para el 15 de Octubre. Debemos ser activos en la solidaridad y la lucha con nuestros hermanos y hemos de discutir y asimilar en profundidad las lecciones de estas luchas, para aprender de ellas.
23 de Septiembre 2011
[1] "Crisis económica mundial: Un verano de infarto" en https://es.internationalism.org/node/3184 [71]
[2] Esos despidos se hacen sin indemnización alguna para el trabajador aprovechando el enorme colchón de precariedad laboral (cercana al 40%) que tanto las administraciones "socialistas" como las del PP han ido acumulando desde los años 80. Un dato éste para echárselo a la cara a quien pide que los trabajadores "defiendan lo público".
[3] Gran parte de las cacareadas "medidas sociales" de los últimos 10 años en España (con gobiernos del PP y del PSOE) han consistido, como se ve en el caso de la asistencia a los mayores, en ahorrarse la construcción de residencias o contratar personal para su cuidado, y en cambio subcontratarlas a empresas privadas o a familiares a cambio de una exigua compensación económica (que en el caso de éstos últimos constituye una de las pocas fuentes de ingresos familiares). Es imaginable el drama que sucede cuando el Estado retrasa el pago de tales subvenciones (atrasos de salarios o despidos en los centros concertados) o compensaciones a los familiares.
[5] Sólo los menos inteligentes - entre los que se incluyen los propios Stephane Hessel, o Stiglitz - propugnan abiertamente votar al PSOE.
[6] Ver artículo en este mismo número de AP
Después de año y medio de ataques inmisericordes contra toda la población laboriosa, la burguesía necesita preparar su aparato político y sindical para profundizar en esos ataques, que si consigue llevar a sus últimas consecuencias acabarán provocando en la mayoría de la población la pauperización absoluta y la más negra de las miserias.
La reforma express de la constitución es un auténtico pacto de sangre de las dos grandes mafias burguesas para atacar a muerte al proletariado. Como decía Engels la lucha de clases se desarrolla a tres niveles: económico, político e ideológico. La burguesía necesita acompañar política e ideológicamente sus brutales ataques económicos para hacer pagar la crisis a la clase trabajadora. Pero estos últimos años (y hasta ahora mismo), el PSOE (con el acuerdo de IU, SINDICATOS y demás ralea...), siguiendo la tradición anterior[1] ha llevado a cabo los peores ataques de la democracia dejando al mismo tiempo desguarnecido el frente ideológico y por tanto al descubierto la dictadura brutal pero hipócrita que supone el estado democrático, creando un caldo de cultivo propicio para que surgiera el movimiento del 15M y de los Indignados cuyos lemas: "PSOE y PP la misma mierda es", "no hay pan para tanto chorizo", "¿dónde está la izquierda?, al fondo a la derecha"..., son muestras de una indignación y toma de conciencia en las filas obreras.
Desde el verano todos las maniobras políticas muestran que el gobierno se pone la careta social y hace de oposición mientras el PP ataca a muerte a los trabajadores con los recortes en educación y sanidad (por primera vez en los últimos 50 años estamos asistiendo a despidos masivos de profesores, médicos, personal sanitario, empleados públicos, mientras se cierran centros de salud y plantas hospitalarias...); desde la convocatoria electoral haciendo coincidir la farsa con la fecha en que murió el viejo dictador, hasta un Rubalcaba que ha pasado de ser el Fouché maquiavélico[2] del estado de alarma al farsante "perseguidor" de ricos y banqueros, y donde todos los viejos (Felipe González, Aznar..) y jóvenes actores (la pacifista ministra de la guerra, la señorita Cospedal...) realizan el más difícil todavía, el salto mortal de pasar a la oposición estando en el gobierno y viceversa, de oponerse a las medidas que ellos mismos han auspiciado[3]
En una situación que se cierran hospitales y se despiden médicos sin embargo la clase dominante mantiene todo el circo electoral, las diversas mafias sindicales, la más deleznable de las telebasuras, toda la burbuja absurda del fútbol ... Se recorta en servicios esenciales para la mayoría de la población, como en las pensiones de los ancianos o las prestaciones sociales en un país con más de 5 millones de parados y se mantiene un andamiaje costoso y corrupto, cuya misión es tratar de engañar con mentiras repetidas mil veces siguiendo las directrices de Goebbels, ministro de propaganda Nazi. La burguesía ante la quiebra histórica del modo de producción capitalista se ve obligada a desarrollar los peores ataques a las condiciones de vida y trabajo de la mayoría de la población, pero es consciente de que se enfrenta a un proletariado que no está derrotado y que toma conciencia de la gravedad de la situación histórica, y por tanto tiene que seguir propiciando la ideología y mistificación democrática por muy desgastada que se encuentre (hemos visto como en los movimientos sociales del norte de África tras una represión criminal en Túnez y Egipto ha maniobrado para jubilar a los dictadores, tratando de ilusionar a la población con más democracia...).
En el capitalismo decadente las diferencias entre la dictadura descarnada y la dictadura con careta democráticas son puramente formales. En España la llamada transición democrática supuso una mera continuidad del estado franquista al democrático, y todas las elecciones en que se han turnado la derecha y la izquierda del capital han proseguido las mismas políticas antiobreras. La burguesía es consciente de este desgaste de su aparato político e ideológico pero se ve obligada por las circunstancias históricas a tratar de mantener la mistificación democrática, por lo que probablemente colocará al PP en el poder y tratará con la colaboración de todos los sectores de que la columna vertebral del sistema que es el PSOE no salga muy dañado para que pueda proseguir su sucia labor antiobrera desde la oposición.
Ante todo este pudrimiento económico, político e ideológico del capitalismo a la clase trabajadora no le queda otro remedio más que seguir profundizando en su toma de conciencia y en su lucha en defensa de sus condiciones de vida y trabajo, lucha que lleva las semillas de una nueva sociedad en la que la humanidad esté libre de la explotación del hombre por el hombre.
[1] Es obvio que del PP los obreros sólo pueden esperar ataques y recortes; pero desde la transición democrática ha sido el PSOE en el gobierno quien ha llevado a cabo los ataques más brutales contra nuestras condiciones de vida en nombre de la "reforma" y la "modernidad"; así fue durante las llamadas "reconversiones industriales" y después.
[2] Joseph Fouché político francés que ejerció su poder durante la Revolución francesa y el imperio napoleónico. Fue el fundador del espionaje moderno. La carrera política de Fouché se caracteriza, sobre todo, por su habilidad para asegurarse su propia supervivencia y por mantenerse en el poder a toda costa, independientemente de quien ocupe el poder; no destacaba por su presencia en la vida pública, no es de los que hablan a voces en las tribunas ni los que proclaman discursos grandiosos, más bien actúa por detrás moviendo los hilos de la política con movimientos silenciosos e inapreciables a simple vista (Tomado de Wikipedia)
[3] Son el gobierno socialista y los sindicatos quienes han pactado la reforma laboral que hoy hace posible que CiU en Cataluña y Esperanza Aguirre en Madrid despidan "barato" a los interinos en la sanidad y la enseñanza
Cada día que pasa la crisis económica hace más estragos más bestiales en las condiciones de existencia de los trabajadores. Recientemente se ha conocido como en Estados Unidos la población por debajo de umbral de la pobreza representa ya el 15% del total (50 millones de personas). En Europa, las "viejas democracias" que hasta hace poco nos presentaban como la la antítesis de los "neocons" exigen sin vergüenza los más terribles sacrificios de la población - véase Grecia, por ejemplo - como "garantía" de sus préstamos. En España, esa epidemia mortífera consecuencia de la gangrena del sistema capitalista, se extiende cada vez más a todos los sectores obreros. Y a los 5 millones de desempleados, van a sumarse, si la lucha no lo impide, una nueva oleada de despidos provenientes en gran medida de la liquidación de contratos interinos en la Administración (3200 solo en la Enseñanza secundaria de la Comunidad de Madrid). Pero lo mismo se prepara en Galicia y Castilla la Mancha, añadiéndose a los que ya habíamos visto con en otras regiones como Murcia, u otros sectores como los centros sanitarios en Cataluña etc. Este brutal recorte supone despidos de miles de compañeros y sobrexplotación de los "afortunados" que siguen - de momento - trabajando [1].
Frente a ese hachazo se ha levantado una masiva demostración de combatividad de los trabajadores que se niegan a sacrificar sus condiciones de vida en el altar del "equilibrio de las finanzas públicas". Esa resistencia no nace únicamente de comprobar que los sacrificios - como por ejemplo la rebaja salarial del año 2010 - sólo conducen a más sacrificios. Es, sobre todo, expresión del sentimiento de fuerza que ha arraigado en los trabajadores en España desde que arrancaran las movilizaciones del 15M[2]. Hace poco más de un año, cuando la Huelga General de los empleados públicos del 8 de Mayo, la burguesía española aún pudo jugar con las divisiones y rencillas entre los trabajadores del sector privados y los "funcionarios". Hoy, en cambio, padres, estudiantes, vecinos de los institutos se han acercado a los profesores de Enseñanza Media de Madrid para mostrarles su simpatía, a pesar de las "molestias" que puedan derivarse de sus movilizaciones. En algunos institutos padres y alumnos han decidido crear cajas de resistencia para aminorar el quebranto económico que suponen los días de huelga. No sólo eso, sino que en muchas asambleas de barrio del 15 M se han presentado mociones de solidaridad con los enseñantes, y se han enviado delegaciones para participar en las asambleas,... Estas luchas pueden servir como reactivo para cristalizar la difusa contestación social del 15 M, en torno a reivindicaciones y métodos de lucha proletarios. Pero ese peligro no se le escapa tampoco a la clase enemiga, por lo que las ataca a muerte.
Cuando hablamos de ataque no nos referimos únicamente a la denigración y el insulto a los trabajadores perpetrados sistemáticamente por gobernantes de la derecha como la ínclita Esperanza Aguirre, "lideresa" del PP y presidenta de la comunidad de Madrid, que ha señalado a los enseñantes sucesivamente como vagos, irresponsables, sindicalistas o "infiltrados del PSOE". O es rematadamente obtusa o miente a conciencia. Y como se le supone una cierta astucia al menos para sobrevivir en la charca de cocodrilos que es la política burguesa habrá que deducir que sabe calcular para qué sirven sus exabruptos, que no es para mermar la combatividad de los enseñantes ni la solidaridad con ellos, sino para redorar el blasón de sus "odiados" sindicalistas e intelectuales de izquierdas que, sin las diatribas de Aguirre, tendrían más dificultades para presentarse como "amigos" de los trabajadores. Con ello se comprueba, una vez más, que la apuesta de los explotadores para conseguir imponer sus hachazos a las condiciones de vida obreras no pasa tanto por convencerles de su necesidad, sino por quebrar, desde dentro, la resistencia de los explotados. A eso se dedican no los enemigos descarados, sino los "falsos" amigos.
¿Y cómo? En primer lugar falseando las verdaderas razones de los recortes sociales. En la reciente presentación de un manifiesto de solidaridad de intelectuales de izquierdas (conocidos popularmente como "los de la ceja") con las luchas contra los recortes en educación, se ha afirmado sin rubor que los recortes son, en realidad, un ataque "ideológico" de la Derecha que apuesta por favorecer los beneficios de los empresarios privados de la enseñanza, o de la sanidad,... etc.[3] Escapa, desde luego, de las posibilidades de este artículo explicar como la historia demuestra que el capitalismo de Estado (como el que existía en los países llamados "socialistas") no es más progresista ni más favorable a los trabajadores que el capitalismo "privado". Preferimos concentrarnos, en cambio, en denunciar como esta polarización de la combatividad hacia la "defensa de lo público" viene a alimentar las nefastas y alicaídas ilusiones en un imaginario "capitalismo de rostro humano", gestionado eso sí, por los partidos de Izquierda. Y tienen el tremendo cinismo de hacerlo cuando gobiernos, de derecha y de izquierdas, están llevando a cabo en todo, el mundo, el mayor hachazo de la historia al llamado "Estado del bienestar". Cuando saben, pertinentemente, que no ha sido la "derechista" y "neoliberal" Aguirre quien ha ideado los recortes en educación. ¡Acordémonos, sin ir más lejos, como el "izquierdista" Maragall del gobierno tripartito catalán (PS, ERC, IU) promulgó hace 2 años recortes de plantillas y de gastos de los centros educativos, así como incrementos de las jornadas laborales de los profesores (lo que en Cataluña se llamó la 6ª hora) así como los ratios de alumnos/profesor,... hasta llevar a la calle a decenas de miles de trabajadores de la enseñanza en Marzo de 2010! ¿No es hoy el gobierno "socialista" de Papandreu en Grecia el que quiere reducir a la mitad las plantillas de empleados públicos, o va a hacer que los enfermos de cáncer de ese país deban comprar directamente sus tratamientos a la multinacional Roche?
Llevar las reivindicaciones de los trabajadores contra los recortes sociales al terreno de la "defensa de lo público" no es sólo un atentado contra la determinación y la combatividad de los trabajadores pues les hace confiar en su enemigo de clase. Se trata también de un falseamiento del verdadero terreno de clase de la solidaridad. El deterioro de la atención sanitaria, o de la educación de sus hijos supone en realidad, nuevas dentelladas al salario (en este caso al llamado salario "social") de todos los trabajadores. El terreno de una lucha común contra los despidos o el aumento de la jornada laboral es el terreno propio y compartido de todos los trabajadores contra toda explotación. Por el contrario, el terreno de la "defensa de lo público" es una apuesta por una forma de gestionar esa explotación. En lo primero se resalta lo sustancial de las reivindicaciones obreras: la negativa a sacrificar sus necesidades como seres humanos a la implacable lógica de las necesidades del capital nacional. El segundo planteamiento abre la puerta a aceptar tales sacrificios en interés de ese mismo Estado capitalista. ¿Cuántas veces no habremos visto a los políticos - ¡y a los sindicatos! - exigir sacrificios a los trabajadores para que empresas o servicios públicos fueran competitivos?
En esta ocasión, sin embargo, están dejando que sea la Derecha quién hable "el lenguaje de la verdad" sobre la necesidad de los sacrificios, y son esencialmente los sindicatos quienes se encargan de sabotear desde dentro la propia lucha, atacando sobre todo la unidad y las asambleas.
Como hemos dicho el movimiento de los enseñantes se ha beneficiado del impulso y la fuerza contagiada por los movimientos masivos del 15 M. Pero no solo de ese aliento. También de experiencias y lecciones concretas. En primer lugar que la fuerza se consigue a través de las movilizaciones unitarias. Lo que expandió un sentimiento de masividad de la respuesta a los ataques, para enfrentar la represión, para salir de la atomización y la resignación fue ver la ocupación simultánea de todas las plazas de España, el oir gritar en las manifestaciones consignas como "Sí tocáis a uno nos tocáis a todos", o como cuando en la asamblea de Plaza Cataluña se retransmitían las manifestaciones que tenían lugar en Madrid, o como el día en que el parlamento griego aprobaba una oleada de brutales recortes sociales, se hacía una manifestación al grito de "Atenas aguanta, Madrid se levanta". Jornadas como el 19 de Junio en todas las capitales españolas, o la concentración en Madrid del 24 de Julio, han servido a muchos compañeros para volver a confiar en la capacidad para unirse por encima de todas las divisiones de nacionalidad, sector,... [4]
Todo lo contrario a lo que plantean ahora los sindicatos, que han procedido a una verdadera dislocación de la lucha en diferentes fechas para diferentes regiones, en semanas alternas a los de Galicia y los de Madrid, por ejemplo, aplazando una movilización "unitaria" hasta el 22 de Octubre. Con esta dislocación hay una clara voluntad que aislar la lucha que ahora mismo tiene las mayores potencialidades, que es la de los profesores de Madrid. En Cataluña donde, como antes veíamos, han habido luchas por motivos muy similares en la educación, los sindicatos han convocado movilizaciones... ¡contra el ataque a la lengua catalana ¡ El secretario de CCCO en la educación del País Valencia, ha llegado incluso a afirmar - tras 2 años de tabarra en pro del "ensenyament públic"- que ahora no convocan movilizaciones porque en Valencia, "los ataques no son tan fuertes como en Madrid" (sic). He aquí la enésima demostración de cómo los explotadores utilizan el nacionalismo para dividir a la clase obrera.
Lo que permite a los sindicatos organizar concienzudamente la desunión y la desmovilización, es el hecho de haberse adueñado de la organización de la lucha usurpando ésta a las asambleas. Como acreditan numerosos testimonios [5], los sindicatos no han vacilado en utilizar todo su repertorio de artimañas para ello: desde hacerse con el control de la circulación de información impidiendo cualquier asamblea general, a negar cualquier representatividad a los delegados enviados por las propias reuniones de los trabajadores, a los que han negado cualquier representatividad, mientras el Comité de Empresa se la arrogaba en exclusividad por el hecho de haber sido elegido en la elecciones sindicales. ¡Curiosa coincidencia argumental con las soflamas de los locutores más ultraderechistas contra el 15.M! Pero es que tampoco han tenido el más mínimo rubor en saltarse sus propias pamplinas "democráticas". Así, por ejemplo, en lugar de hacer una asamblea general donde calibrar efectivamente la fuerza y la combatividad reales, decidieron organizar una encuesta sobre el calendario de movilizaciones. Cuando tampoco los resultados de esa encuesta les cuadraron, se ciscaron en ella (¡ellos que tanto se habían desgañitado en pro de un referéndum sobre la Reforma constitucional!), y adujeron entonces la necesidad de un "consenso" con el sindicato más conservador para moderar el calendario de movilizaciones espaciándolo y dislocándolo como veíamos antes.
Desde esa plataforma del control de la organización de la lucha y de sabotaje de las asambleas, los sindicatos atacan la unidad obrera. En los enseñantes de Madrid hemos visto por ejemplo a CCOO, que es además el sindicato mayoritario, convocar en solitario una tercera jornada de huelga que sólo ha sido seguida por una parte de los docentes y que ha generado divisiones entre ellos. Es lo mismo que han hecho en la sanidad catalana, convocando huelgas en casi todos los hospitales públicos de Barcelona, mientras médicos y enfermeros del Hospital Clinic votaban en referéndum un preacuerdo sindical que recoge la aceptación de recortes salariales.
Usurpando la organización de la lucha, los sindicatos desarman la combatividad, adjudicando por ejemplo a los estudiantes un papel específico y separado. Así, el "ultraradical" Sindicato de Estudiantes ha convocado una huelga ¡para el 6 de Octubre!, casi un mes después del inicio de la lucha, y al día siguiente de los dos paros programados por los sindicatos de docentes. Así los familiares de los alumnos y los simpatizantes con la lucha de los profesores son encauzados hacia "eventos" más espectaculares que efectivos (encierros, cadenas humanas, pitadas a Aguirre,...), como herramienta auxilar al servicio del plan sindical de "movilización" (¿?), y siempre en el terreno falseado, como veíamos antes, de la defensa de la enseñanza pública.
Nos jugamos mucho, la miseria del presente y la posibilidad de un futuro, para dejar la lucha en manos de estos saboteadores profesionales de la combatividad obrera. Para que esta sea efectiva y refuerce la determinación de luchar contra los recortes ha de estar en nuestras propias manos a través de ASAMBLEAS SOBERANAS en las que se decidan las movilizaciones, la extensión de la lucha a otras comunidades y otros sectores, así como al incorporación de compañeros que están efectivamente a nuestro lado para hacer frente a la oleada de ataques que se nos viene a todos encima. Esto no sólo es necesario, sino que como demuestran las recientes movilizaciones del 15 M en España, como las que tuvieron lugar antes en otros países, es una posibilidad patente.
Desi 27 de Septiembre
[1] Los propios maestros han explicado muy bien en multitud de foros sociales y en asambleas abiertas que la ampliación de las horas lectivas supone, en la práctica una ampliación - no pagada - de la jornada laboral. Por otra parte la supresión de profesores de refuerzo, de educación compensatoria, etc, va a hacinar a más y más alumnos cada vez más desmotivados, con mayores problemas de integración, de fracaso escolar, lo que va a hacer de las aulas un mayor infierno.
[2] Para un análisis más pormenorizado de las potencialidades y debilidades de este movimiento remitimos a los lectores interesados a /revista-internacional/201108/3175/las-movilizaciones-de-los-indignados-en-espana-y-sus-repercusiones [72]
[3] Ese "razonamiento" concuerda lógicamente, con las patrañas que señalan que la actual crisis económica es, en realidad, una maquinación de misteriosos entes (los "mercados", el "neoliberalismo",...) para tener una justificación con la que empobrecer a las gentes y sacar mayor tajada. Hemos desmontado esta falacia en nuestro artículo "Crisis económica: un verano de infarto". Ver https://es.internationalism.org/node/3184 [71]
[4] Ver nuestras tomas de posición sobre estas dos fechas en https://es.internationalism.org/node/3133 [75],
[5] Uno de los que más ha circulado por Internet ha sido esta crónica de la Asamblea general del 8 de Septiembre en Madrid: "Los docentes se reorganizan tras la traición de los sindicatos amarillos", que puede verse en la web de kaos en la red.
Después de 6 meses de combates, los "rebeldes" libios festejan su victoria contra el todopoderoso Gadafi, que hasta hace poco era miembro de la Internacional socialista y que desde hace 42 años se burlaba de las democracias occidentales jugando al gato y al ratón. Democracias que, después de haber intentado año tras año ganarse los favores del "Guía" libio, han aportado su más activo apoyo militar al Consejo nacional de transición de Libia, desde que la verdadera revuelta popular contra el régimen de la "Yamahiriya" del dictador libio se ha transformado en una siniestra lucha de jefes de tribus coaligados para la ocasión contra aquel. Democracias que han orquestado y dirigido todas las operaciones de los "rebeldes" ¿Cuántos muertos, heridos y tullidos de por vida ha dejado esta guerra entre fracciones burguesas que los medios han intentado hacer pasar por la continuación de "la primavera árabe"? Desde hace meses que no aparece ningún dato claro del número de víctimas de esta carnicería en la prensa, que sin embargo para justificar la intervención de la OTAN no dejó de publicar, durante los primeros meses de la guerra, las masacres provocadas por las fuerzas gadafistas. Desde la primera Guerra del Golfo, nos cuentan la mentira repugnante de los "ataques selectivos", que sólo matan a los "malos" y no a los civiles, cuando miles de ejemplos muestran lo contrario. Según sus propias estimaciones, la OTAN ha efectuado 20000 operaciones aéreas y 8000 misiones de ataques "humanitarios" desde el 31 de Marzo. Y a pesar de que la OTAN ha bombardeado las ciudades para "preparar el camino a los rebeldes", solamente se reconocen oficialmente 9 muertos. Pero a pesar de la censura oficial, se han arrasado barrios y ciudades enteras en diferentes batallas, como en Trípoli y otras ciudades "liberadas"; como ocurre todavía, con los bombardeos en Sirte, donde la población sufre actualmente una verdadera masacre por ser "culpable" de que el ejército lealista y puede que el mismo Gadafi, se hayan retirado allí. Además de todo esto, se perfila una catástrofe humanitaria: en Trípoli no hay agua potable ni electricidad ni provisiones, y los cadáveres se pudren en las calles. Eso es la "liberación" de Libia.
Además, las fuerzas de la OTAN no se han contentado sólo con bombardear para dar, según dicen, "cobertura" a los rebeldes, también han enviado fuerzas sobre el terreno: 500 comandos británicos y cientos de franceses. Y no solamente esto, también han armado a las fuerzas militares anti-Gadafi: Francia ha reconocido haber enviado como "medios de autodefensa" (sic) armas como ¡lanzamisiles, fusiles de asalto, metralletas y misiles anticarro! Y eso sin contar la presencia de fuerzas de la CIA; aunque USA presuntamente se hubiera retirado de la intervención militar.
En esta guerra donde la mentira, la desinformación generalizada, la inhumanidad y el odio a los "pueblos" han sido las palabras clave, la hipocresía asesina, tanto de los jefes tribales libios, como de las grandes y medianas potencias ha mostrado que era una marca de fábrica del pos-Gadafi. Por supuesto que nadie echará de menos a este odioso dictador sanguinario, que desde hace meses exhorta a la población a sacrificarse y arbitra lo que le queda de poder tras verdaderos escudos humanos tomados como rehenes; pero la continuación de los acontecimientos sólo puede estar a la altura de la cacofonía nacional e internacional que ha dominado y aún dominará más, tras los discursos de fachada. Una vez más, después de Irak, de la exYugoslavia, de Afganistán, Costa de Marfil, etc., la "ayuda internacional" a los "oprimidos", abre las puertas de par en par a una situación de caos que no tendrá fin. Nunca antes en la historia tantas regiones y países han sido pasto permanente de la guerra y los atentados, de la destrucción humana y material: desde ahora Libia se une a ese concierto mundial del infierno imperialista.
En efecto, nos cuentan que los "combatientes por la libertad" del Consejo Nacional de Transición van a trabajar ahora por un régimen "de estabilidad, de democracia y de respeto", con el apoyo de la comunidad internacional, que estaría dispuesta a descongelar (con cuentagotas) los haberes libios para financiar el nuevo régimen. Esta coalición (que prevé elecciones en... ¡20 meses!) es un amasijo más que heteróclito, compuesto de jefes de tribus, de islamistas militantes y de antiguos miembros eminentes del gobierno de Gadafi. El jefe del Consejo militar del CNT es un exyhadista, cercano a Al Qaeda, con un pasado afgano y americano más que turbio; el presidente del CNT era hasta hace muy poco el ministro de Justicia de ese régimen execrado, quien había condenado a muerte a las enfermeras búlgaras; el actual Primer ministro es un amigo de la infancia del dictador derrocado...
La breve historia del CNT muestra con creces ya una sombra sobre el escenario. Se trata del asesinato de Younes, jefe del estado mayor y jefe de una potente tribu, fallecido a finales de julio en circunstancias oscuras. Todos estos ingredientes, a los que hay que añadir las rivalidades tribales ancestrales que el "Guía verde" había conseguido acallar, se suman para configurar una verdadera batalla campal. Y por si esto fuera poco, la rapiña a la que van a lanzarse los buitres europeos, americanos y árabes (como Qatar, Jordania, o incluso Argelia), para defender cada uno su parte de pastel de este país petrolífero, va a agravar aún más la inestabilidad.
Francia, cuyo jefe de Estado saca pecho y se aúpa mas que nunca, autoproclamándose salvador del pueblo libio, ha organizado con Gran Bretaña, la "Conferencia internacional de apoyo a la nueva Libia" en París, el 1º de Septiembre. Bella imagen engañosa, porque tras la unidad de fachada de las 60 delegaciones que representan a los "amigos de Libia", se avecina un porvenir lleno de nubarrones. El maná petrolero libio es un asunto de enjundia. París y Londres, jactándose de su apoyo activo a la rebelión, pretenden obtener contratos preferenciales con el nuevo "gobierno", y lo mismo USA, que ya está presente en el país con dos compañías petroleras. Parece que Sarkozy habría negociado la atribución del 35% del crudo libio al Estado francés a cambio de sus buenos y leales servicios al CNT.
Pero detrás vienen empujando países como Italia, Alemania, Rusia y China. Antes o durante el conflicto, hemos visto a estos países mostrar una oposición más o menos abierta. Italia, donde el 21% de las exportaciones están destinadas al antiguo gobierno libio (frente a 4% de Francia por ej.) y que teme que se revisen a la baja sus acuerdos petroleros, no ha cesado de intentar impedir la intervención (¡"por razones humanitarias"!), tanto antes como después de la resol 1973 de la ONU del 31 de marzo; aunque se ha visto obligada a participar so pena de perder toda su influencia. En efecto, como ha dicho el portavoz del CNT en esta Conferencia: "el pueblo libio sabe quien ha apoyado su batalla por la libertad y quien no lo ha hecho". El mensaje es bien claro para Rusia y China, aunque la suerte no está echada.
Puesto que estratégicamente, el territorio de Libia es un elemento de envergadura, no solamente por el petróleo, sino también por lo que concierne al control geográfico de la región. Para empezar, se supone que la misión de la OTAN tendría que durar hasta finales de septiembre y está claro que debería acelerar el derrocamiento de Gadafi (o su muerte -se ha puesto un alto precio a su cabeza- como han preconizado Juppé o Bernard Henri Levy entre otros) a fin de que las fuerzas militares de los países que ha participado en las operaciones encuentren un pretexto para instalarse, como "estabilizar" el país. Un documento de la ONU prevé el envío -oficial esta vez- de una fuerza militar y policial "para el desarme de la población", en el cuadro "del establecimiento de un clima de confianza".
Está claro pues, que la ONU y sus protagonistas principales no van a soltar la pieza: "El mandato de "protección de los civiles" del Consejo de Seguridad aplicado por las fuerzas de la OTAN no se acaba con la caída del gobierno Gadafi". Si la batalla campal en el seno de la guarida de bandidos del CNT está asegurada, no es menos cierta la de las grandes potencias que al mismo tiempo van a atizar las tensiones. Los cuarenta últimos años y sobre todo los últimos diez, nos han mostrado lo que quiere decir eso: aviarse cada uno lo mejor que pueda e inflamar las disensiones entre las diferentes fracciones en presencia, que son numerosas en este país fundamentalmente tribal. Pero las viejas potencias imperialistas, como Francia o Gran Bretaña, así como los USA, tienen una notoria experiencia para sembrar la cizaña y dividir para mejor reinar. Excepto que en esta ocasión aquí no va a reinar nadie, sino el caos y el cada uno a la suya.
La inestabilidad permanente que se anuncia en Libia es una nuevo ejemplo de la locura del sistema capitalista
Wilma ( Septiembre), traducido de Revolution Internationale. Publicación de la CCI en Francia
Enlaces
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