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Revolución Mundial nº 116, Mayo-Junio 2010

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Cooperación México-EU: más represión a los explotados

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El 23 de marzo una importante comitiva de los Estados Unidos, como nunca se había visto en la historia - el Secretario de Defensa, la Secretaria de Estado, el Presidente de las fuerzas armadas conjuntas, la Secretaria de Seguridad de la Patria, y el director de Inteligencia Nacional- bajo un extraordinario despliegue de seguridad, se reunió con el presidente mexicano para tratar asuntos relacionados con la violencia derivada del narcotráfico. Esta visita fue acelerada por el asesinato de dos funcionarios del Consulado Norteamericano en Ciudad Juárez a mediados de marzo (lo cual no ha intimidado a nadie pues después a principios de abril, el consulado de Estados Unidos en Nuevo Laredo fue atacado con un artefacto explosivo).

 

La solución de la burguesía a la violencia es más violencia

El encuentro ratificó el plan Mérida firmado en 2007 con George Bush con el cual los EU se comprometieron a entregar a México mil 400 millones de dólares en equipos y tecnologías a lo largo de tres años para la lucha contra el crimen organizado y el tráfico ilegal de estupefacientes. Esa inversión parece que, al contrario, ha recrudecido la violencia y aumentado el consumo de la droga. Desde inicios del 2008 a la fecha, ha habido más de 15 000 ejecuciones pese al despliegue de aproximadamente 50 000 elementos de seguridad principalmente en la frontera norte. Tal es el grado de violencia que se desarrolla en México que incluso se ha hablado de ‘Estado fallido' y se piensa que será imposible llevar a cabo elecciones municipales en este clima.

En dicho encuentro, los representantes de cada país se esforzaron ya no por deslindarse de sus responsabilidades en el tráfico de droga, de armas y de la exacerbación de la violencia, porque ya no se pueden ocultar, sino en definir las responsabilidades que a cada uno corresponden y para "luchar unidos" en contra de estos males. Así, Hilary Clinton aceptó la responsabilidad de los Estados Unidos en la venta de armas a los grupos de narcotraficantes y Calderón la responsabilidad de México en la venta de droga a ese gran país consumidor. La solución que ambos proponen es reforzar a la policía y al ejército y aumentar el control sobre toda la población. Es decir, que quieren combatir la violencia y el terror con más violencia y terror: "...el procurador general de la República confirmó que en el marco de la ‘guerra' a las drogas, el crimen organizado y el terrorismo, México y Estados Unidos vienen negociando un multimillonario paquete de seguridad ...que superará los alcances del Plan Colombia...estimado entre 700 y mil 200 millones de dólares para los dos primeros años de ejecución, incluiría tecnología para espionaje y vigilancia -entre la cual destacan equipos para intercepciones telefónicas y radares para rastrear envíos de traficantes por aire-, aeronaves para transportar grupos de elite, así como ‘diversos tipos' de entrenamiento militar y policial...siete helicópteros artillados, ideales para el transporte de las tropas, y un incremento de recursos para el desarrollo de centrales de inteligencia."[1]

 

Es decir, más represión a la población como ya lo muestra la situación en Ciudad Juárez donde los habitantes, sobre todo las masas trabajadoras, están presas en medio del terror que imponen por un lado las bandas de narcotraficantes y por el otro los policías y militares que están reprimiendo y asesinando a la población civil.

 

El veneno de la campaña nacionalista

Esta reunión y sus acuerdos han sido aprovechados por muchos ideólogos de la burguesía para desatar una campaña mediática que intenta fomentar los sentimientos chovinistas en los trabajadores con la campaña nacionalista de la "defensa de la soberanía". ¿Y cómo no sacarle partida a la situación aludiendo a la ‘soberanía nacional' y a los ‘derechos del pueblo mexicano' ahora que hay gran descontento entre la población por la terrible situación que se vive a todos a los niveles y que es necesario ocultar al verdadero responsable de la barbarie cotidiana?

 

Los grupos y personajes de la izquierda del capital e izquierdistas claman por la ‘defensa de la soberanía nacional' o culpan al ‘espurio' gobierno de Calderón por su fallida lucha contra el crimen y exigen además de las armas, "mejores oportunidades de inversión para generar trabajos", como lo hace Manuel López Obrador. De esta manera se completa la comparsa para ocultar tanto las verdaderas causas de esta podredumbre, así como la única solución posible para ponerle fin. "El perredista Jesús Zambrano calificó de ‘preocupantes' las declaraciones del ex zar antidrogas de los Estados Unidos, Barry McCaffrey que calificó el problema de narcotráfico en México como algo más peligroso que lo que está pasando en Irak, lo que consideró una señal de que los norteamericanos podrían intervenir aquí. ‘No estamos especulando cuando advertimos que no debemos poner en riesgo nada, absolutamente nada de nuestra soberanía', advirtió". "La solución a este grave problema no provendrá de fáciles estrategias mediáticas, ‘internacionalistas' (como el ingreso a la OTAN) o militares, ni mucho menos del sacrificio de nuestra soberanía, sino que se construiría a partir de una renovada voluntad política que recupere lo mejor de nuestra larga tradición de lucha ciudadana y debe partir de las exigencias actuales de transparencia, rendición de cuentas y de un compromiso irrestricto con los derechos humanos y el estado de derecho."[2]

 

En el capitalismo no hay solución al narcotráfico y la inseguridad

Ya hemos denunciado los vínculos que existen entre ‘los señores de la droga' y el gobierno mexicano,[3] y que salen a la luz continuamente en la prensa burguesa como resultado de pugnas entre las diferentes fracciones. Esa misma relación simbiótica existe en los Estados Unidos donde prevalece la alianza estatal con los ‘señores de las armas' pues la droga y las armas son los negocios más lucrativo en estos tiempos, negocios de los cuales, por supuesto, los grandes burgueses no se quieren separar. "El surgimiento de sindicatos de la droga es un fenómeno internacional...los nuevos capitalistas ‘ilegales' vienen de todos los rincones del mundo...la sombra del narco que es casi un mismo cuerpo con la clase gobernante de México y Colombia, se extiende a los espacios legales de los tentáculos internacionales del capitalismo, haciendo su presencia en instituciones ‘respetables' de América y Latina y Los Estados Unidos...el lavado de dinero del narcotráfico no sólo se lleva a cabo en negocios pequeños, sino en el propio corazón de las finanzas de los EU, en los grandes bancos. En abril de 2008 The Wall Street Journal reportó que más de 11 millones de dólares de las cuentas de conocidos traficantes fueron lavados en el banco Wachiovia. El Departamento de justicia también reportó numerosos bancos, incluyendo American Express International, que lavaron más de 55 millones de dólares... el apoyo monetario de EU para contrarrestar a los traficantes de drogas a través del ‘Plan Colombia' fue utilizado por el propio gobierno de Colombia para proteger y animar a cuerpos paramilitares del ala derecha relacionados con el narco".[4]

 

De esta forma, los susodichos acuerdos entre los representantes de la burguesía de los dos países, ‘para combatir la delincuencia organizada' son sólo la tapadera de su complicidad en el aumento de la represión a la población y son tapadera de la cloaca que esconde los intereses de la misma clase a la que representan; ganancia a cualquier precio, aún a costa de la salud y de la vida de las personas de todas las edades y clases sociales.

 

El desarrollo de bandas criminales que promueven la drogadicción y la violencia en la guerra por los mercados para sus productos, son una expresión de la descomposición capitalista que se presenta en la forma de ‘gangsterización' de la sociedad. Un signo más de que la decadencia del sistema capitalista se ha prolongado demasiado; de que su agonía se prolonga después de que ya ha manifestado su incapacidad para seguir rigiendo a la sociedad. Es un testimonio más de que el capitalismo debe ser destruido antes de que destruya a la humanidad entera hundiéndola en un mar de barbarie aún más sangrienta.

 

Ni la drogadicción, ni la inseguridad, ni la violencia gangsteril tienen solución en este sistema putrefacto como tampoco lo tienen el desempleo, el hambre, o la guerra. Para terminar con esas calamidades hay que destruirlas desde la raíz y la raíz es el capitalismo. Pero la clase burguesa hará todo para salvar a su sistema y así salvarse a ella misma. Por eso le conviene mantener a los trabajadores y a todos los explotados engañados sobre la posibilidad de que "la situación en el capitalismo puede mejorar, todo depende de que se encuentren las soluciones correctas". Por eso, también, le conviene mantener al proletariado y a todos los explotados separados con cualquier motivo: por lengua, raza, religión o nacionalidad.

 

Por eso el nacionalismo le viene tan bien a la burguesía. La Nación fue el marco por excelencia en el que se fue desarrollando la sociedad capitalista. Además que la Nación es la unidad a través de la cual los capitalistas organizan la explotación del proletariado y rentabilizan su producto en el mercado mundial en competencia con los demás capitalistas, el nacionalismo le sirve para mantener dividida a su clase enemiga, a la clase proletaria que tiene como tarea histórica construir una nueva sociedad.

 

"En nombre de la Defensa de la Patria y la Independencia Nacional millones de obreros han sufrido la muerte en el frente y el hambre en la retaguardia en las numerosas guerra imperialistas que han ensangrentado el mundo; La ‘liberación nacional de los pueblos' ha sido la bandera empleada por los bloques imperialistas para repartirse el mundo; las luchas contra la ‘opresión nacional' han sido trampas para dividir a los obreros y hacerles perder su autonomía de clase; la ‘salvación de la economía nacional' ha sido la trampa para imponer a lo obreros toda clase de sacrificios, miseria y austeridad."[5]

 

La perspectiva del proletariado

Al nacionalismo burgués debemos oponer el internacionalismo proletario, única forma de construir la unidad de los trabajadores para transformar realmente esta sociedad. "Desde 1848 quedó bien sentado en el movimiento obrero que LOS OBREROS NO TIENEN PATRIA y la frase final del Manifiesto Comunista, PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES UNÍOS, ha sido un verdadero grito de guerra que han ido recogiendo generaciones en sus sucesivos combates... Por eso nuestra mejor arma es el INTERNACIONALISMO, es decir, la solidaridad internacional de todos los proletarios, nuestra unidad mundial de clase. La Patria, sea ésta ‘opresora', ‘oprimida' o ‘socialista' es siempre la falsa comunidad detrás de la cual se esconde la explotación y los negocios de los capitalistas, nuestra única y verdadera comunidad es la que formamos todos los obreros del mundo, la que nace de nuestras luchas y nuestra unidad de clase."[6]

 

Los trabajadores de Estados Unidos sufren las mismas calamidades del desempleo, la miseria y la inseguridad que sufrimos en México. Ellos sufren también las consecuencias desastrosas del capitalismo en descomposición. Ellos también, al igual que los trabajadores en todo el mundo sufren los ataques de la ideología burguesa que impone la defensa nacional, la guerra y la división entre explotados. Por eso ante la falsa unidad de las burguesías de ambos lados de las fronteras, que pretende imponer peores condiciones de vida y de trabajo a los explotados, empecemos a construir con nuestras luchas -en contra de los despidos y por mejor salario- la unidad de la clase trabajadora a nivel mundial.

Héctor / abril de 2010.

 



[1] La Jornada.

[2] Ídem.

[3] Ver Revolución Mundial num.11.

[4] https://en.internationalism.org/inter/151/drug-violence [1]

[5] Nación o Clase, folleto de la CCI.

[6] Ídem.

Situación nacional: 

  • Situación económica [2]
  • Posición imperialista [3]

Gobiernos de Porfirio Díaz: momentos necesarios para el capitalismo

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El siglo XIX representó un momento importante para el capitalismo a nivel mundial ya que durante ese período se definió el marco del Estado nacional y las formas de producción modernas, lo cual es condición indispensable para el delineamiento del mercado internacional, en donde la mercancía marca su dominio, imponiendo su presencia y por efecto de la misma competencia, defina la diferenciación en los niveles de desarrollo. De manera que el siglo XIX para la economía mexicana también es un momento fundamental para la consolidación del modo de producción capitalista en tanto que la revolución industrial, desarrollada de manera amplia en algunas regiones y con retrasos en otras, definirá la configuración de la dinámica y la estructura que tomará el sistema capitalista en el siglo XX y XXI.

En México, como en gran parte del planeta, el siglo XIX se caracterizó por el avance en la definición del dominio de las relaciones sociales capitalistas, impulsada de manera importante en el período de los gobiernos liberales, principalmente mediante la Reforma y el marco definido por la llamada República restaurada. Todo el período que va de la consolidación de los gobiernos independientes, hasta la presencia de los gobiernos liberales, fue imposible cohesionar y definir una unidad de la burguesía, es hasta que la fracción liberal asume el poder que se percibe el inicio de un avance consistente hacia ese objetivo. No obstante la consolidación de ese proceso se encuentra con amplias dificultades que se expresan aún con disturbios internos, que van a encontrar un plano de expresión mayor cuando se desatan los conflictos bélicos, con la presencia de fuerzas externas. Por eso, la aún joven burguesía cuando se restaura la República, se da a la tarea de dar continuidad a este proceso unificando a su clase en torno del Estado y expandiendo, en el plano económico las relaciones de producción capitalista, y los períodos de gobierno de Porfirio Díaz dan continuidad a estas tareas.

La historia oficial, creada por los ideólogos a sueldo de los gobiernos constitucionalistas (la de 1917), se empeña en borrar la continuidad histórica del llamado "Porfiriato" con el sistema capitalista contemporáneo, pretendiendo que hay una diferencia entre los primeros años del gobierno de Díaz, con aquellos en los que, se dice, se ha de convertir en un "dictador". Y hay por supuesto la contraparte que pretende glorificar a "Don Porfirio", destacando su preocupación por el desarrollo y su búsqueda de la unidad nacional (que lo ejemplifican con la actitud que toma al final, renunciando y exiliándose). Pero olvidan en señalar que ambas formas son parte de la historia del capitalismo, en donde existe una preocupación central, a saber: la eliminación de las viejas formas de producción, la búsqueda de mejores mecanismos de explotación y la consolidación de los modernos mecanismos de dominación. Por ello no es posible entender la historia simplemente glorificando o censurando, de lo que se trata es de reflexionar su significado real; es imposible olvidar que el capitalismo -como dice Marx- nace (y se desarrolla) chorreando sangre y lodo, y el "Porfiriato" es parte de esa historia del capitalismo, no es de ninguna manera una expresión particular.

Porfirio Díaz: héroe de la burguesía

Las actuaciones llevadas a cabo por los gobiernos de México a mediados del siglo XIX, mostraban una verdadera incapacidad para asegurar la cohesión de la burguesía e instaurar un Estado nacional. Para importantes fracciones de la burguesía era claro que ninguna tarea económica y política consistente podía llevarse a cabo sin asegurar la unidad de su clase. Es la fracción definida dentro del movimiento liberal quien pugna por crear ese proyecto. Este movimiento tiene fases diversas, inicia de manera más visible con el Plan y la revolución de Ayutla (1854), y continúa en etapas superiores con el arribo de los liberales al gobierno, y con ello la proclamación de la constitución de 1857 y de las leyes de Reforma que proclaman la separación de los poderes civiles de los eclesiásticos, expropiación de tierras en propiedad de la iglesia y despojo violento de la propiedad comunal de comunidades indígenas...

Y aunque son los liberales, encabezados por Juárez (presidente en varias ocasiones de 1858 a 1872), los que levantaban un proyecto político muy claro para permitir la consolidación de un Estado-nación y aseguraban la amistad de los EUA que ya se dejaban sentir como la fuerza dominante de América, no tenían en cambio la visión para acelerar un proceso de desarrollo industrial. Suena paradójico que la fracción de la burguesía aglutinada en torno a los proyectos conservadores, fuera la que sostuviera una propuesta para incorporar a la región en un proceso de amplia industrialización, eliminando las viejas formas de producción artesanales y protegiendo el mercado interno. No desarrollaremos el debate presente en esos momentos, pero es importante señalar que la actitud del gobierno de Díaz, tanto en el plano de la política como en el de la economía, es en realidad una continuidad del proyecto liberal.

De la misma forma que lo hicieran los primeros gobiernos liberales, el accionar violento en el despojo de tierra está presente con Porfirio Díaz (aún cuando se considera que el mayor número de comunidades indígenas destruidas se da en el período del gobierno de Juárez) por ejemplo, hay un feroz ataque en contra de las comunidades Mayas en el sur y contra los Yaquis en el norte del país. El conocido libro México bárbaro, escrito por el periodista estadounidense John Kenneth Turner (1878-1948), describe las atrocidades cometidas por el gobierno de Díaz para cumplir la misión de exterminio y despojo de estas comunidades, por ejemplo, sobre el ataque que se lleva en contra de los Yaquis, nos narra: "... el gobernador Rafael Izábal [...] hizo una incursión en la isla Tiburón, donde se habían refugiado algunos yaquis pacíficos, y sin más trámite ordenó a los indios Seris (otra comunidad indígena originaria también del norte del país) que trajeran la mano derecha de cada uno de los yaquis que allí hubiera..."

En algunas regiones del planeta, como en Inglaterra, la fuerza de la revolución industrial permite que el desarrollo capitalista tome una marcada aceleración, en el caso de México, las propuestas levantadas por los liberales impiden que en México los efectos de esa revolución tomaran una dimensión en ese mismo sentido y el gobierno de Díaz se inscribe en esa línea, en tanto que buscan impulsar a la economía mexicana pero en el terreno de la exportación de mercancías surgidas de la agricultura y la minería, sin buscar la ampliación y diversificación de la planta industrial. Lo cual por supuesto, no significa lanzar suspiros de lamento por lo que no hizo, o por lo que hizo mal, sino se refiere para marcar la estrategia utilizada por Díaz en tanto definiría el perfil de la economía mexicana, a partir de esto es posible comprender que la competencia internacional delinea conductas que la burguesía de cada nación podía asumir o enfrentar de acuerdo a sus fuerzas o a sus intereses, y el proyecto seguido por Díaz, busca integrar a la economía mexicana con una definición productiva muy limitada, pero bien aprovechada por los Estados con los que establece una estrecha relación política, no siendo justamente los EUA los mejores aliados de Díaz, sino Estados europeos.

Partiendo de la idea anterior, se comprende que la preocupación de los gobiernos "porfiristas" por atraer capitales foráneos para el impulso y desarrollo capitalista. Un ejemplo de esta actuación se percibe con su política ante el Petróleo, no sólo por las facilidades que ofrece con lo expuesto en la Ley de 1901, sino con su sistemática complacencia con los inversionistas norteamericanos (principalmente la Waters Pierce Oil Company, subsidiaria de Standard Oil de la familia Rockefeller) y con la compañía inglesa Pearson and Son.

Esta es la misma estrategia que se sigue con los ferrocarriles, el cual se abre inicialmente al capital externo para su extensión y en la medida en que se acrecientan las necesidades de transporte por parte de industrias (como la del petróleo) y en general por la expansión que va cobrando el mercado interno, las vías del ferrocarril se vuelven propulsores e instrumento imprescindible para tal fin, por ello el ferrocarril se va convirtiendo en objetivo de grandes disputas. La historia oficial suele esconder el hecho de que siendo los ferrocarriles un proyecto de tanta importancia, el Estado rompe con su "ortodoxia liberal" de no intervención del Estado en la economía (tan defendida por el ministro de Hacienda José Yves Limantour), consolidando un proyecto de nacionalización de esta actividad, alcanzándose en 1908 con la creación de los Ferrocarriles Nacionales de México. El secretario de Hacienda expresaba que esta acción se llevaba a cabo para limitar la depredación de los monopolios norteamericanos. Lo cual es relevante señalar para reconocer el pragmatismo con el que actúa la clase dominante, y sobre todo para mostrar que esta medida considerada como de uso exclusivo de los gobiernos de izquierda (o "progresistas"), se encuentra también en los de derecha o "reaccionarios" como el de Porfirio Díaz; después de todo las nacionalizaciones y estatizaciones son mecanismos para impulsar la acumulación de capital.

 

"Paz, orden y progreso", lema del porfiriato, sueño eterno de la burguesía

El espacio de este artículo no permite extenderse, pero es necesario referir al menos que unas de las grandes tareas que la burguesía mexicana requería para posibilitar la inversión y el mercado interno era instaurar la pacificación y el orden. Por un lado existían diversas fracciones en pugna de la burguesía que impedían asegurar una dinámica estable de los gobiernos por lo que la administración de Díaz será pionera de los pactos con las diferentes fuerzas locales (que será una práctica sistemática en los gobiernos constitucionales del siglo XX), los cuales estaban formadas lo mismo por hacendados y caciques adinerados que por militares, de manera que les otorga un poder regional pero a la vez los compromete a defender las orientaciones surgidas del poder ejecutivo central. De esta manera crea un grupo dominante disciplinado pero heterogéneo, lo cual, ya entrado el siglo XX será motivo de fisuras.

Por otra parte el caos existente y la falta de caminos alienta la presencia de bandoleros de mercaderes y el dominio de mafias locales; una actuación que lleva a cabo este gobierno es la persecución feroz, cumpliendo la sentencia que extenderían para todo problema social: "mátenlos en caliente"... Pero si para el lumpen, que hacía de las suyas en los caminos maltrechos que comunicaban las ciudades, las acciones del gobierno eran bestiales, las respuestas en contra de los trabajadores cuando reclamaban mejoras a sus condiciones de vida no era menor.

Es evidente que las penosas condiciones en que sobreviven los trabajadores en el campo y la ciudad, los va llevando a reflexionar y a organizarse y expresar su descontento, no podremos en esta entrega abundar sobre esas expresiones, en otro lo momento lo abordaremos, pero es importante señalar que aún cuando estas manifestaciones exponían dificultades, por un lado la presencia minoritaria de un proletariado y por otro por la carga ideológica pesada sobre las espaldas de muchos asalariados que habitan dentro de las haciendas, que los hace seguir sumisamente los dictados de su patrón (en las revueltas de inicios de siglo XX, muchos de estos peones defenderán al hacendado), empero pese o todo son muestra de su experiencia y de su presencia activa en el escenario social.

 

La riqueza de la burguesía se sustenta en la explotación de los trabajadores

Mientras el desarrollo de la acumulación toma niveles de aceleración y las arcas de los empresarios nacionales y extranjeros se llenan, la miseria se extiende por todos lados. Es indudable que la aparición de las formas de producción capitalista, traen consigo masas despojadas que se ven obligadas a vender su fuerza de trabajo. Las fábricas y talleres que se han instalado en las principales ciudades van aglutinando a esos despojados, otros asalariados más se encontrarán en las haciendas y ranchos (junto a otros explotados que van a sobrevivir de las viejas formas de producción, como los medieros[1] e incluso esclavos), pero todos ellos, sin importar el tipo de labor, van a cubrir jornadas extenuantes.

Lo mismo en las industria minera, manufacturera, de la construcción o el comercio, la jornada laboral era de 15 horas y corría de domingo a domingo. El peso de la inflación, los malos salarios y las pesadas cargas van empujando a respuestas importantes que la burguesía después se ha encargado de asimilar, convirtiéndolas en simples fechas de calendario, pero las huelgas de 1906 y 1907 en el mineral de Cananea en Sonora y en la fábrica textil de Río Blanco, Veracruz, son expresiones incipientes del coraje y la combatividad obrera en contra de la explotación capitalista.

Ante los festejos y los huecos discursos de la burguesía en sus fiestas centenarias que celebran efectivamente siglos de explotación capitalista contra el proletariado, es necesario reflexionar que las gloriosas efemérides triunfales del capitalismo se han expresado siempre en mayores penurias para los trabajadores en México y en el mundo.

Rojo/abril-2010

Notas

 



[1]Personas que trabajaba en una parcela y que al final, previo acuerdo con el propietario de la tierra, recibía la mitad de la producción. Uno aportaba la tierra, el otro el resto de los "insumos" e iban a "medias"

 

Situación nacional: 

  • Mexico [4]
  • Conflictos interburgueses [5]

La fragilidad de los Estados ante la crisis económica mundial, Respuesta a Michael Aglietta

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Tras el estallido en el 2007, de la burbuja inmobiliaria conocida a nivel mundial como la crisis de las "subprime" (préstamos hipotecarios de alto riesgo), la crisis económica mundial no ha dejado de agravarse. En todo el mundo, la burguesía está tratando de responder a esta situación. Reuniones de todo tipo (los denominados G7, G8, G20, FMI, BCE, y un largo etcétera) y todos los "especialistas", Premios Nobel de Economía incluidos, intentan encontrar una solución mágica, que reinicie a cualquier precio la senda del crecimiento económico. Han aparecido muchos libros que, supuestamente, explican todas las causas de esta brutal crisis, ofreciendo recetas para salir de ella.

Uno de ellos es La Gran Depresión, ¿Por qué hemos llegado aquí? ¿Cuál es la forma de salir? del economista francés Michael Aglietta el cual ha recibido el premio a la "excelencia económica" y mucho prestigio entre los "especialistas".

 

¿Por qué hemos llegado aquí?

Aglietta desarrolla acertada y extensamente, los mecanismos financieros y monetarios que han ocasionado la crisis financiera y la quiebra de bancos en el verano de 2007. Según él, después de la explosión de la burbuja especulativa de las industrias Punto Com en 2001, «...EUA se embarcó en una política expansiva para apoyar la coyuntura (...). Asistimos desde entonces a un crecimiento espectacular de la deuda de las empresas y los hogares... ». En efecto, para apoyar a cualquier precio la demanda, y por tanto el crecimiento artificial para evitar una grave recesión, las autoridades de EUA permitieron la desregularización del mercado del crédito y, animaron sin reservas a su uso, nos dice «...Todo el mundo se benefició del sistema. Los banqueros, reguladores, inversores, políticos, imbuidos por la ideología de la eficiencia del mercado (...), se embarcaron sin reservas en esta huida hacia adelante de los costes de crédito creyendo a pies juntillas en las ventajas de los riesgos de propagación, la diversificación de los activos y, el aumento de la rentabilidad sobre activos con poca fiabilidad.... ». Esta "huida hacia adelante" en la deuda generalizada, que no se basa en un desarrollo real de la producción tenía, necesariamente, que acabar mal. El creciente endeudamiento de todos los "jugadores" (en especial los hogares de norte América) no podía tener más salida que, ¡la bancarrota a mediano plazo! En seguida Aglietta, señala cómo la crisis financiera se ha extendido a la "economía real" y ha causado una cadena de quiebras, cierres de fábricas, el desempleo en masa.

Sin embargo, ni por un solo instante, este gran "experto" se pregunta con rigor las siguientes cuestiones: ¿Cuáles son las causas reales y profundas de esta crisis generalizada de endeudamiento? ¿Por qué el sistema financiero y todas las instituciones políticas (Estados, Bancos Centrales, FMI...) se han visto afectados por esta loca huida hacia adelante? Y sobre todo, ¿la crisis financiera es la causa o el síntoma de una crisis más profunda?

Al no plantear las preguntas adecuadas, este gran "especialista" se detiene en la apariencia de los hechos. Su análisis, a pesar de basarse en hechos reales, es esencialmente superficial. Por ello no puede o no quiere ver: a) que la loca huida hacia adelante de todo el sistema financiero mundial, el crédito fácil y la desregulación sin límites, no son la causa sino el efecto, b) que el capitalismo sufre una enfermedad mortal, c) y que su economía está profundamente afectada por el veneno de la sobreproducción. Por eso no ve que la única "solución" temporal con la que cuenta el capital para evitar la parálisis a que le condena la sobreproducción es precisamente crear un mercado artificial, para poder adquirir bienes a crédito. En consecuencia, M. Aglietta, no quiere ver, que la crisis de sobreproducción no afecta al capitalismo desde 2007 sino desde hace décadas, por lo cual durante tanto tiempo, la deuda mundial está aumentando y las recesiones y los descalabros financieros se suceden una vez tras otra, cada vez más graves.

 

¿Cómo hacer frente a esta situación?

Esta miopía, que le impide mirar la realidad del ¿Por qué hemos llegado aquí? se convierte en una ceguera total cuando llega la fatídica pregunta ¿Cómo salir de este atolladero?

Inicialmente, nos repite las mismas "soluciones" ridículas de siempre, «...es importante adoptar una reglamentación que amortigüe las convulsiones cíclicas (...) Para ello, debemos primero mejorar el control del mecanismo de la deuda en el sistema bancario (...). Es necesario un control más estricto sobre el creciente volumen de crédito...». La lista de reglamentaciones no cabrían aquí. Algunos jefes de Estado (en particular, N. Sarkozy) ya han dicho en el foro del G-20, lo que M. Aglietta nos viene a decir: «...Lo más importante es, sin embargo, que para lograr la normalización de las transacciones y créditos(...) Tenemos que reformar las finanzas e impedir que escapen a nuestro control...». En fin, solo palabras que se lleva el viento.

Tras estas propuestas vacías de todo contenido, M. Aglietta lanza SU "solución" original: «Es necesario que los poderes públicos actúen de manera coordinada a fin de que la recesión no se convierta en una depresión. Pero esto no será suficiente porque los bancos que, normalmente transmiten los impulsos de los Bancos Centrales están paralizados. Las empresas y los hogares no pueden ni deben aumentar más sus deudas. Por lo tanto, un aumento coordinado de los gastos de los Presupuesto de los Estados, es esencial. Es la deuda pública la que debe reemplazar a la deuda privada para que esta no arrastre a la economía a un pozo sin fondo. En cualquier caso no se puede escapar de una contracción de la deuda privada y, por ello es necesario, un aumento muy grande, pero legítimo, de la deuda pública... ».

Bravo por el Sr. M. Aglietta, ¡bien hecho! Sólo que los Gobiernos de los principales países capitalistas ya han seguido (sin saberlo), sus "originales" recomendaciones. Cierto que hay algunas pequeñas diferencias entre los discursos y la realidad: cada vez hay menos coordinación económica y más guerra comercial. Pero más allá de los detalles, en unas circunstancias de enorme gravedad, e insolvencia generalizada, sólo los Estados pueden hacer frente al hundimiento general de la economía, endeudándose al incrementar enormemente sus déficits públicos y, por otra parte, utilizando la máquina de hacer billetes (poniendo moneda en circulación), es decir, ¡Ninguna novedad respecto de lo que hace tiempo nos ha enseñado la historia¡

Al menos M. Aglietta, tiene razón en este punto: son los Estados quienes han apoyado la economía para evitar que ésta quebrara. Esta es la única razón por la que la economía mundial, el crecimiento y el sistema financiero no se han hundido después de la crisis de 2007. No obstante, esta "medicina", su "solución" pronto se convertirá en una terrible enfermedad. Hoy en día, ante la evolución de la crisis económica mundial debemos preguntarnos: ¿Cuáles van a ser en los próximos meses y años las consecuencias políticas y sociales que vamos a tener que pagar por la situación de dificultades brutales cuando no de quiebra potencial de muchos Estados a nivel mundial?

 

¿Quién vendrá al rescate de los Estados fallidos?

M. Aglietta no puede eludir plantearse esta cuestión porque está claro que los Estados están con la espalda contra la pared no podrán sostener mucho tiempo la economía a costa de elevar sin límites sus déficits, ya de por sí astronómicos.

Consciente de este "pequeño problema", Aglietta trata de tranquilizarnos, ofreciendo una vez más sus "soluciones". Nos dice que los Estados podrán apoyar el crecimiento económico el tiempo suficiente para permitir que el sector privado, incluidos los bancos y los particulares, puedan reducir en gran medida sus deudas y con esto que el crédito privado reiniciará y tomará el relevo de los Estados[1]. Principalmente dice que el centro de gravedad del mundo económico y financiero pasará de Occidente a los países emergentes de Oriente es decir ¡La misma quimera de siempre! Pero, ¿cómo podemos tomarnos en serio que China o India serán capaces de evitar una posible quiebra del país más poderoso del planeta...los Estados Unidos? ¿De dónde van a sacar esa financiación para soportar el colosal déficit de EUA si un país como China ha perdido este año el 25 % de sus ventas a la exportación y las burbujas especulativas se desarrollan como en cualquier otro Estado Capitalista?

Al final Aglietta no puede responder a la cuestión «¿Cómo salir de la situación actual?», en el mejor de los casos nos dice cosas que nada tienen que ver con la realidad económica actual o futura. No hay ningún fundamento serio en sus análisis y respuestas. Nuestro eminente interlocutor se convierte en un vulgar economista más del montón.

Llegados a este punto nos preguntamos ¿Cómo es que M. Aglietta puede explicar acertadamente todas las complejidades del mundo financiero y, ser tan poco realista a la hora de proponer soluciones para escapar de la depresión? Simplemente porque él, como la burguesía, no saben responder cómo salir de la crisis. No pueden aceptar que para evitar que la economía se hunda demasiado rápido en la depresión, la burguesía no tiene otra opción que seguir inyectando dinero, aumentando el déficit y el presupuesto público y, todo ello es como lanzar sin parar dinero a un pozo sin fondo con inevitables consecuencias: los Estados avanzan hacia situaciones de insolvencia. Ciertamente un Estado Capitalista no se declara en quiebra, cierra la puerta de su negocio y se va a su casa, como lo hacen muchas empresas. La "quiebra" de un Estado significa, concretamente, nuevos y más brutales sacrificios para el conjunto de la sociedad y, en particular, un fuerte deterioro de las condiciones de vida de la clase obrera. Todos los Estados, frente a una situación de déficit abismal, tendrán que: privilegiar un aumento de los impuestos; reducir drásticamente sus costes despidiendo decenas o cientos de miles de trabajadores, reducir drásticamente las pensiones, y la asistencia social, etc; luchar contra una situación de inflación y de pérdida de poder de sus monedas que a buen seguro no van a poder controlar durante mucho tiempo. Tal es la realidad que podemos observar en EUA y Gran Bretaña lo que se ha traducido en una pérdida del 20% del valor del dólar frente al euro y una continua disminución de la libra esterlina. En concreto el eventual regreso de la inflación supondrá un aumento significativo de los precios con la certeza de que los salarios no aumentarán para nada[2].

Ya a finales de 2008 y principios de 2009, Islandia, Bulgaria, Lituania y Estonia fueron la imagen por excelencia del "Estado fallido", le seguirían a finales de noviembre y principios de diciembre 2009, Dubai y Grecia. Por ahora, todos han sido rescatados (por otros Estados o el FMI...). ¿Pero qué sucederá cuando los países más grandes, con un peso más "determinante" en el equilibrio económico mundial, se hundan?, ¿Quién los rescatará?: ¡Nadie! En estos países, la economía está paralizada, y por ello las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera sufrirán un terrible declive aún más dramático del que conocemos hasta hoy. Ya hoy España y Portugal muestran signos de debilidad importante, con su corolario de paro y miseria cada vez más evidente.

En Marzo de 2009, se conoció una lista con los diez países más amenazados por la quiebra por ahora, esta lista que no ha dejado de aumentar está compuesto por los ya mencionados más Letonia, Rumania, Gran Bretaña, EUA, Irlanda y Hungría.

En efecto Gran Bretaña y EUA se encuentran en una situación muy delicada y el posible empeoramiento del estado de su economía, supondrá una enorme aceleración de la crisis mundial.

Cuando el Sr. Aglietta como especialista pide que los Estados acudan en apoyo de la economía, hace lo mismo que cualquier burgués aprestándose a realizar ¡un viaje a bordo del Titánic! Ningún Estado del mundo en última instancia, puede impedir que la economía mundial continúe hundiéndose en la depresión más profunda y grave de la historia del capitalismo.

Artículo de Revolution Internationales nº 408 (Enero 2010)

1. Pues sí, ... después de haber explicado que la causa de la recesión actual es la loca huida hacia adelante "hacia cualquier crédito", M. Aglietta propone como remedio ¡nuevos créditos, primero del Estado y luego privados otra vez! Y ¿cómo no llevaría esto una vez más a la economía mundial al mismo callejón sin salida? Esto no lo explica el Sr. Aglietta.

2. No se excluye que, a pesar de todos los esfuerzos de los Estados para prevenir esta catástrofe, si el crédito privado y la demanda no reaparecieran en la escena económica, la deflación podría establecerse de forma permanente.

Cuestiones teóricas: 

  • Economía [6]

La obesidad: el nuevo rostro de la miseria bajo el capitalismo

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Han quedado en el pasado aquellas imágenes idílicas donde el sobrepeso era presentado como signo de bonanza, de salud y de prosperidad. La obesidad era entonces sinónimo de "abundancia de alimentos". Los EUA, un país con gran número de obesos, eran presentados como la expresión positiva de un país desarrollado. Hay quienes atribuyen la obesidad a problemas de analfabetismo, genéticos, producto de la mala información, de la comodidad de la vida sedentaria, etc., etc. La realidad muestra que la pandemia de la obesidad está ligada estrechamente al desarrollo implacable de la miseria mundial.

 

La crisis es mundial, la obesidad es una de sus consecuencias

Los años 80 nos presentaron aquellas dramáticas imágenes del hambre en África (niños esqueléticos con vientres abultados), los años 80 también se conocen como la "década perdida para América latina", los 90 fueron la explosión del bloque del Este, el fin de los "milagros económicos" en los países en "vías de desarrollo", el nuevo milenio nos ha traído, desde el 2008, la peor crisis en la historia del capitalismo. Más de 40 años de crisis mundial han acarreado desempleo y empeoramiento de las condiciones de vida de millones de trabajadores en el mundo, tanto en los países desarrollados como en los "emergentes". Estas 4 décadas de ataques al salario, de miseria sin fin, han tenido por consecuencia un aumento de precios en los alimentos. Parafraseando al Manifiesto Comunista de Marx y Engels, tenemos que decir que "un fantasma recorre el mundo, el fantasma del hambre". Si bien el hambre planea sobre muchas regiones del planeta, otro fenómeno ligado a una nutrición deficiente y mala empieza a corroer a la población mundial: la obesidad. Hambre y obesidad son dos caras de una misma realidad de miseria.

La crisis mundial del capitalismo viene acompañada por cambios drásticos en la alimentación de los trabajadores. Cuando los revolucionarios denunciamos los ataques a las condiciones de vida y de trabajo del proletariado nos referimos al empeoramiento de su situación: alargamiento de las jornadas laborales, incremento de años para la jubilación, menos seguridad social, menos servicios y, en general, menos salario lo cual redunda en una reducción de todo lo necesario para vivir. Los científicos aún no saben las consecuencias que tendrá en la salud humana tantos años de sometimiento a una alimentación industrializada donde el único interés es la ganancia.

 Los alimentos industrializados baratos están saturados de grasas y azúcares y son muy bajos en nutrientes (amen de agentes cancerígenos que muchos de ellos contienen en los conservadores). Después de dos generaciones sometidas a este hábito obligado tenemos niños y adultos obesos. En los últimos 30 años los alimentos calóricos se han abaratado y su consumo ha aumentado (refrescos, panes, etc.).  La crisis del capitalismo nos conduce a vivir al límite de la salud, al límite de lo necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo. La obesidad no es una "elección", tampoco es una "mala suerte" o resultado mecánico de "malos hábitos", es un producto directo de la pobreza, de la incapacidad de las masas trabajadoras para acceder a una alimentación de calidad. Los trabajadores deben comer mal porque el salario no alcanza para comprar frutas y legumbres frescas, para comprar productos orgánicos o proteínas de alta calidad, para ir a un gimnasio para lo cual los ritmos del trabajo asalariado no dejan tiempo disponible, muchos trabajos no tienen ni siquiera horario para comer y los empleados deben consumir sus alimentos en tiempos de traslados, es decir, bajo estrés y lo más rápido posible. Para muchos obreros sus fuentes calóricas son los refrescos azucarados (¡nulos en nutrientes!). Un fenómeno de los últimos años es el incremento indiscriminado de alimentos llamados "chatarra" o "fast food", una combinación de grasa reciclada con harinas refinadas: llenan el estómago pero su consumo cotidiano acelera la obesidad y con ello se aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades degenerativas (hipertensión arterial, diabetes melitus, osteoporosis, cáncer de colon, etc.).  La alimentación a la que la crisis condena a la mayor parte de la población mundial está provocando nuevos flagelos contra las clases oprimidos.

 

Ningún plan de la burguesía revertirá la obesidad mundial

Tanto la OMS, la FAO y la OPS (Organización Panamericana de la Salud) han empezado a poner en marcha planes contra este "síndrome metabólico", como eufemísticamente llama la burguesía a la obesidad. Según la FAO, el año pasado había 53 millones de hambrientos en América Latina y el Caribe,  es decir, personas que comerán lo que sea, de mala calidad y en condiciones higiénicas dudosas. Para la OMS hay 300 millones de personas en el mundo con obesidad. En México (que en este año le ha quitado a los EU el primer lugar en obesidad) en los próximos 5 años, la carga financiera que representará el atender a los obesos y las enfermedades que éste cataliza o desencadena será superior a los 100 mil millones de pesos (¡más que el rimbombante "programa de combate a la pobreza"!). ¡Es una contradicción insalvable! Este círculo vicioso es una muestra palpable del atolladero en el que se encuentra esta sociedad basada en la explotación, un ejemplo más de su decadencia.

Países como Guatemala, Bolivia y Ecuador, presentan altos índices de desnutrición infantil (menores de 5 años), Perú presenta un 35% salvo en Lima y Tacna. En México este renglón se disparó en un 77%  y el 70% de adultos mayores de 20 años tiene sobrepeso. Los planes de los organismos gubernamentales y "no gubernamentales" tratarán de evitar un gasto enorme al sector salud. La preocupación de la burguesía no está en la salud de las personas. No, la burguesía está preocupada por dos cosas:

-la disminución real de las capacidades productivas de la población que hay que explotar; los niños de hoy serán la fuerza laboral de mañana y su mayoría tendrá problemas de salud. Para el capital no son buenas noticias a nivel de sus capacidades productivas y competitivas. Tendrá una fuerza de trabajo con enormes problemas de sobrepeso;

-los colosales gastos médicos que implicará atender a una población obesa va a reventar los sistemas de salud pública y no habrá plusvalía social capaz de solventar tan tremenda erogación. De por si la infraestructura sanitaria del capitalismo está al límite de su eficacia, una pandemia de obesidad mundial puede colapsar, lenta pero seguramente, los sistemas de salud.

La burguesía no puede humanizar la vida, no puede mejorar las condiciones de existencia de sus explotados. Toda la deshumanización de este sistema (angustia, depresión, atomización del individuo, guerras, hambre, obesidad, etc.) marca la necesidad de su destrucción. Hoy los voceros del capital mundial llaman a "mejorar los hábitos alimenticios", a "bajar de peso" como forma de prevención, a eliminar de las escuelas la comida chatarra... ¡Ni una palabra sobre aumento salarial!, ¡Nada sobre mejorar las condiciones materiales de los oprimidos! Parlotean sobre hábitos, recetas de temporada o males congénitos... Todos esconden la verdadera causa de la degradación alimenticia de la humanidad: una crisis de un sistema que existe sólo para la ganancia.

Marsan / 8-04-10

Situación nacional: 

  • Mexico [4]

Noticias y actualidad: 

  • Foros sociales [7]

La “reforma laboral”: más ataques contra los trabajadores

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Después de más de tres lustros de diseño y ajustes de la llamada "reforma laboral" prácticamente ya está lista. La burguesía la presenta, para variar, como la nueva panacea para resolver la crisis y sobre todo para remediar el problema del desempleo; pretendiendo que con la "flexibilización" que propone la nueva ley los jóvenes que se agregan al mercado laboral podrán tener más facilidad de ser contratados. Todos los discursos se afanan en "demostrar" que es para bien de la economía nacional puesto que son reglas que ya se practican en otros países y de no hacerlo el país no podrá competir en el mercado internacional, pero y, sobre todo, que beneficiará a todos los sectores sociales por igual (los medios de la burguesía se esfuerzan siempre en evitar la mención de clases sociales, y con mayor razón la lucha de clases). Sin embargo, la reforma laboral o la también catalogada "nueva cultura laboral" significan cruda y llanamente la implementación de métodos más eficaces de explotación contra los trabajadores para extraerles una cuota mayor de plusvalía, lo que en la práctica se traduce inmediatamente en una degradación mayor de las condiciones de trabajo y de vida del trabajador y de su familia por un lado, y en un incremento de las ganancias del capital por el otro. No hay términos medios.

Esta nueva reforma laboral, como las habidas anteriormente, se ensaña contra los trabajadores como se muestra en sus principales medidas:

- nuevos contratos de trabajo de carácter eventual que exime a los patrones de hacer pagos por antigüedad, prestaciones como seguro social o vacaciones, indemnización, etc;

- destaca el trabajo de ‘capacitación inicial' o ‘periodo de prueba' para explotar a los jóvenes y nuevos trabajadores por un periodo de hasta seis meses, también sin ninguna prestación; simulando que al ser contratados después las prestaciones (que son en realidad parte del salario) serán retroactivas, pero nada obliga al patrón a contratar, de tal suerte que al no ser contratados después, el patrón se habrá ahorrado las prestaciones;

- la contratación ‘outsourcing' que es una subcontratación mediante empresas intermediarias que tienen más posibilidad de evadir el pago de salarios y prestaciones; los trabajadores que realizan la limpieza del Metro, por ejemplo, legalmente no son trabajadores de esta paraestatal, sino de una compañía que aparece como prestadora del servicio a las autoridades del gobierno del Distrito Federal, la cual no ofrece ninguna prestación a estos trabajadores.

- reducción al mínimo de la indemnización por despido de los trabajadores;

- nuevas obligaciones para los obreros en el sentido de hacer tareas complementarias a sus labores y también de aceptar eventuales aumentos de la jornada diaria sin el pago correspondiente por tiempo extra;

- flexibilizar la estabilidad en el empleo no sólo facilitando los despidos sino también permitiendo la libre movilidad de un puesto a otro e incluso entre sedes de trabajo, a criterio del patrón;

-en fin, la introducción del concepto de pago por hora que todavía no está muy claro pero que sin duda se orienta a eliminar los llamados "tiempos muertos" y limitar el pago al "trabajo efectivamente realizado"; es decir, negar al trabajador la satisfacción de sus necesidades básicas como humano. En suma, se trata pura y llanamente de elevar la productividad del trabajo para aumentar la acumulación capitalista y eso sólo es posible atacando las condiciones de vida y de trabajo del proletariado.

 

En los hechos, el grueso de estas medidas ya está en marcha y ahora se está buscando rematar el golpe con un marco jurídico actualizado que elimine algunas trabas molestas para la burguesía. Este nuevo apretón de tuercas que va a agravar dramáticamente las condiciones de vida y de trabajo, tiene que entenderse en el marco de la agudización de la crisis económica capitalista que se ha profundizado de manera dramática en los últimos años y donde todos los países del mundo están siendo afectados, en primer lugar las potencias económicas, lo que está dando al traste con el cuento machacón de los gobiernos y sus medios de que "ya estamos saliendo de la crisis".

Estos ataques tienen un contexto internacional pues todos los gobiernos del mundo están implicados en hacer aceptar a los trabajadores estas medidas despiadadas para hacerles pagar los costos de la crisis capitalista. Efectivamente, las medidas que toma el Estado capitalista son muy conocidas y se concretan con: más despidos, inflación (aumento de precios), reducción de los salarios pues los topes de los "aumentos" salariales van siempre atrás de la galopante inflación que devora de manera implacable la capacidad de consumo de los sueldos, ampliación de la edad de jubilación (y mayores cotizaciones), recortes presupuestarios, reforma laboral..., es decir, ataques directos a los trabajadores y sus familias.

El proletariado, debe liberarse de la ilusión de que el Estado es neutral y que protege a todos por igual, cuando es un aparato al servicio de los patrones. Y, por lo mismo, no pueden esperar que las medidas adoptadas ante la crisis van a repartir de manera equitativa las cargas entre ricos y pobres. El Estado y sus instituciones como el gobierno, los partidos políticos en el gobierno y en la oposición, los sindicatos oficialistas o independientes, la iglesia, etc., trabajan diariamente para defender a la burguesía y garantizar las mejores condiciones para continuar la explotación de los obreros y el aumento de las ganancias de las empresas capitalistas sean privadas o públicas.

Los partidos políticos y los sindicatos están en primera línea para hacer aceptar a los trabajadores este hierro candente de la reforma laboral. Por un lado, los partidos políticos amplificando su juego parlamentario, discutiendo propuestas y contrapropuestas de la derecha a la izquierda del espectro político de la burguesía para hacer creer que verdaderamente se buscan las mejores medidas para beneficiar tanto a patrones como a los trabajadores; por el otro lado, los sindicatos se reparten también el trabajo para maniatar a los obreros, así, algunos de ellos, elaboran "sesudas" propuestas pretendidamente favorables a sus agremiados y retoman su protagonismo para mostrar que "luchan" legalmente por los intereses laborales; otros ponen el grito en el cielo ante la "ofensiva del neoliberalismo", y se aprestan a "movilizarse" contra estas medidas cuando en realidad lo que hacen es montar falsas luchas para evitar que los trabajadores desplieguen sus propios y verdaderos medios de lucha.

 

Tenemos que luchar pero sin los sindicatos

No hay otra alternativa, hay que luchar para oponernos a estos nuevos ataques; en primer lugar hay que retomar la discusión y la reflexión colectiva que clarifique las causas de estos ataques, así como los medios políticos y sindicales que tiene el Estado burgués para maniatarnos y hacernos tragar los ataques, y también discutir sobre los medios de lucha y de organización que tenemos como clase, y que han sido retomados en la lucha obrera de diferentes partes del mundo. En primer lugar esta discusiones obviamente deben ser convocadas fueras de las instancias sindicales. Nos atacan a todos, por lo tanto debemos reflexionar cómo desarrollar una lucha que implique al conjunto de los trabajadores no importando el sector, empresa privada o pública a que pertenezcan. Solamente asumiendo una lucha generalizada con los medios de lucha propios, oponiéndonos desde el principio a las maniobras sindicales, podremos estar en posibilidad de rechazar de manera exitosa este tipo de medidas. Que esto es posible, nos lo demuestran las experiencias de combate de nuestra clase a lo largo de la historia del movimiento obrero a escala internacional y en particular las luchas recientes de nuestros hermanos de clase que por similares causas se han movilizado, por ejemplo, en España, en Grecia, en Turquía y en otros países, comprobando que es el único camino que tiene futuro para oponernos a este sistema de opresión y explotación absolutas y empezar a plantearnos su destrucción revolucionaria.

RR/16-abril-2010

 

 

 

 

Situación nacional: 

  • Mexico [4]
  • Lucha de clases [8]

Los fenómenos naturales no tienen un responsable… los desastres sociales son provocados por el capitalismo

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Hemos publicado en nuestro sitio en Internet un artículo titulado Las catástrofes devastadoras no son causa de la naturaleza sino del capitalismo en descomposición donde se presenta e incluye un texto de denuncia sobre los desastres naturales del GLP/ORGAP y expresamos que compartimos su denuncia del capitalismo ante los desastres naturales, que como en todos los casos de desastres naturales, son y serán las masas obreras las mas afectadas, gente de nuestra clase que no tendrá los recursos para salir de los lugares siniestrados, y que tendrán que sufrir hambre y sed, esperando sin mucha esperanza que se les proporcione ayuda, lo cual sólo agravará con creses las ya miserables condiciones de vida que padece bajo la explotación y la opresión capitalista.

 

¿Quien es el culpable?

En todo el mundo la situación social generada por los terremotos es similar, la diferencia sólo es de grado debido a las circunstancias especificas de los países involucrados, por ejemplo en el sur de Chile, en las regiones del Maule y Bío Bío, se ha demostrado, como dicen los compañeros, "como un huracán en pocos feroces minutos no sólo se cayeron casas y edificios SINO SE VINO ABAJO TAMBIEN EL MITO DEL CRECIMIENTO Y DE LA PROSPERIDAD ECONOMICA DEL SUR CHILENO QUEDANDO AL DESCUBIERTO LA INFAME MISERIA DE LOS PROLETARIOS."  En efecto el tan aclamado "modelo  capitalista chileno" ha logrado que este país sea capaz de tener submarinos nucleares, helicópteros y tanques de guerra modernos, pero no un sistema de comunicación telefónica y radial que pueda enfrentar situaciones de "catástrofes. La infinidad de edificios derrumbados muestra que fueron construidos pensando sólo en la ganancia y nunca para que resistieran estos movimiento sísmicos, exactamente igual como sucedió en el terremoto de 1985 aquí en México, y recientemente en Haití. Es cierto, un terremoto tiene bastantes probabilidades de dejar víctimas, pero ¿Cómo justificar que la clase trabajadora no pueda habitar viviendas construidas con buenos materiales debido a que sus recursos apenas les permite medio comer? ¿Cómo explicar que los edificios que se supone son modernos también se hayan derrumbado o estén por hacerlo? Así por mucho que se nos diga que en Haití las víctimas alcanzaron un numero muchísimo mayor que en Chile, (o en Mexicali, en la frontera norte de México, después del terremoto del 4 de abril) debido al desarrollo desigual alcanzado en estos países, surge una verdad elocuente, siempre los proletarios son los más afectados en cualquier terremoto inundación, etc. y siempre los gobiernos estarán dispuestos encontrar "su oportunidad de generar millonarias ganancias. Para la burguesía una situación de terremoto, trae un situación de reconstrucción (desfile de jugosos contratos con empresas constructoras, empresas de materiales de construcciones" (texto del GLP/ORGAP) y por otro lado, en pos de hacer respetar la sacrosanta propiedad privada, preferirán disparar y asesinar a la población hambrienta que luchando por sobrevivir  "viola" el derecho y las instituciones... burguesas.

Efectivamente el equipo gubernamental saliente de Chile (Bachelet) como el entrante (Piñera), inmediatamente derramando lagrimas de cocodrilo se encaminaron a restablecer el orden capitalista justo como en Haití, para evitar que la población se autorganizara (algo similar hizo el gobierno mexicano en el sismo de 1985), se provocó y jugó con el temor y la histeria sobre los "saqueadores", justificando la presencia de la policía y la soldadesca, que reprimía a los trabajadores que entraban a los supermercados buscado no morirse de hambre y proveer algo a sus familias, ¿debían cruzarse de brazos y esperar religiosamente la muerte?

 

¿Puede la clase obrera autoorganizarse?

Ahora bien, mientras los medios nos muestran como lo hicieran en  Haití los "saqueos", una intervención desde chile en nuestro sitio de Internet da testimonio  de lo ocurrido, (véase "Sobre la situación en el Sur de Chile", CCI Online 2010 [9]), contrariamente a la propaganda burguesa, que ha denigrado el comportamiento de la población local atribuyéndole la autoría de todos los "escandalosos saqueos", se restablece la realidad de los hechos, afirmando que ante la precariedad y desgracia de la situación es el espíritu proletario de solidaridad y ayuda mutua el que anima a los obreros en la distribución de los productos de primera necesidad, de acuerdo a las necesidades de cada familia.

El comentario agrega que después aparecieron bandas armadas, que se dedican a saquear no sólo pequeños establecimientos, sino viviendas particulares incluso incendiándolas. Los vecinos, que al principio se encontraban en la más completa indefensión, han empezado a organizarse para la auto-defensa, haciendo rondas de vigilancia, levantando barricadas para protegerse, continuando en algunos barrios la colectivización de los víveres entre todos los vecinos.

Mientras los medios burgueses nos invaden con explicaciones de sicología de cocina acerca del despertar del lado oscuro del hombre para explicar los saqueos y el origen de las bandas armadas, nuestro comentarista, nos llama la atención a no poner en el mismo costal la necesidad de la población de apropiarse espontáneamente y comunitariamente de los medios para subsistir, con las fechorías de estas bandas que tiene su origen en las mafias ya existentes que intentan monopolizar el mercado negro; compartimos con nuestro comentarista que estos elementos mafiosos son aliados naturales del Estado y de la clase empresarial, demostrado por el hecho de que sus indignas fechorías están siendo usadas por los medios masivos de comunicación para desmoralizar aún más a los trabajadores, y justificar por otro lado la militarización y el toque de queda. Además agrega: ¿Qué otro escenario podía ser más propicio para nuestros amos políticos y empresariales, que ven en esta crisis catastrófica nada más que otra buena oportunidad para hacer buenos negocios estrujando con ganancias redobladas a una fuerza de trabajo doblegada por el miedo y la desesperación?

Es temprano emitir un juicio sobre los intentos de autoorganización de la clase en estos eventos tan dramáticos, pero si podemos afirmar que esta actitud es fundamental aún cuando sea apenas un germen de la autoorganización, sin embargo, la intención de la clase trabajadora pende de un hilo puesto que hasta donde sabemos las fuerzas izquierdistas, apéndices de la izquierda del capital, claman que sean los sindicatos los que encabecen esta acciones de acopio, solidaridad, auto-defensa y autoorganización, intentando así entrampar a los trabajadores en falsos actos de solidaridad en tanto intentan cortar la iniciativa espontánea de la clase para autoorganizarse y proponen dejar en manos de "expertos" un papel que debe ser llevado acaba por los propios trabajadores, eso sin contar que estas estructuras sindicales son en todo el mundo independientemente de su color y lenguajes, armas del capital incrustados en el interior de la clase obrera.

Por último, debemos llamar la atención sobre un punto que los compañeros del GLP/OGRAP plantean así: ¿Las situaciones que crean los terremotos, como la que acontece en Chile, con toda su magnitud, generan toma de conciencia? ¿Son situaciones similares a las guerras imperialistas, donde es menos posible la toma de conciencia, debido al pánico, terror y desmoralización que estas causan en el proletariado? Queda abierta la discusión que abordaremos próximamente.

Christian/15-04-2010

 

Noticias y actualidad: 

  • inundaciones en Perú [10]

Cuestiones teóricas: 

  • Medio ambiente [11]

Más de 40 años de crisis económica mundial… la única salida es la destrucción del capitalismo

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El capitalismo vive desde finales de los años 60 del siglo XX, una feroz crisis económica a la que la burguesía no le ha podido encontrar solución. Son ya más de cuarenta años en los que se extiende esta crisis, sin dejar a un solo lugar del planeta exento de las secuelas recesivas. La clase dominante continuamente decreta en sus discursos el fin de ésta y con ello la llegada de años de prosperidad, pero embellecer al sistema mediante palabras es lo único que puede hacer, porque la realidad se presenta más pesada que sus simples deseos y en sentido contrario a ellos, los problemas toman mayor agudeza, exponiendo, sin duda la pobreza teórica de la burguesía y lo poco consistente de sus "recetas económicas", pero fundamentalmente se resalta el hecho que el sistema capitalista se levanta sobre contradicciones que irremediablemente estallan y provoca la crisis y con ello la mayor degradación de la vida de los asalariados. Y aunque los expertos del capital buscan negar y esconder esta realidad, han tenido que reconocerla, de manera muy sutil lo hacen cuando comparan los efectos y la magnitud de cada recesión, ya que sistemáticamente suelen caen en la cuenta de que cada vez que estallan lo problemas y se presentan las secuelas recesivas lo hacen con una violencia mayor.

Por eso, cada período recesivo que se presenta no hace sino revelarnos que la crisis capitalista avanza sin parar, y que lo único que la burguesía puede hacer para acompañar sus lamentos es trasladar los efectos hacia los trabajadores, arreciando los ataques y degradando sus condiciones de vida.

 

Viejas convulsiones del capital, nuevos golpes contra los trabajadores

Cuando a fines de los años sesenta reaparecía la crisis en el plano mundial, y más aún durante los 70 cuando la aceleración que toma conduce al derrumbe de los acuerdos de Breton Woods, adoptados desde fines de la 2ª Guerra Mundial, la burguesía explicaba el fenómeno usando lo mismo el argumento de que era un momento pasajero debido al incremento de los precios del petróleo, o bien aduciendo que se debía a la irresponsabilidad de los gobernantes en el tratamiento de la oferta de dinero. De manera que para la burguesía se enfrentaba a un problema que no comprendía y menos aún podía resolverlo, por eso sus respuestas exponían una gran desesperación. Herbert Stein, quien era asesor económico del presidente norteamericano Richard Nixon (1969-1974), pinta bien el desazón presente entre la clase dominante; en una entrevista realizada en 1996 confiesa que "... el consejo de asesores económicos del presidente lucharon contra problemas para los cuales la profesión económica no estaba preparada..." La crisis que habían presumido se había quedado como un problema del pasado, volvía a presentarse haciendo que sus sueños de prosperidad continua y los "modelos de crecimiento" creados en los años de posguerra se vayan a la basura, teniendo que recuperar su vieja receta para dar soporte temporal a la estructura económica, a saber: el crédito. Así el endeudamiento de los Estados y de los capitalistas individuales, aparece otra vez como el "gran salvavidas". A partir de 1975 el endeudamiento toma altas dimensiones, aunque en comparación con lo que vendrá décadas posteriores estas cifras no son sino una minucia. Para ilustrar este proceso, bien se puede recordar que si los EUA desde 1914 era el primer acreedor mundial, a partir de 1985 se torna en deudor neto y, desde 1988, en el primer deudor mundial.

Pero estas medidas no hubieran tenido un efecto ante la caída de la economía, si no son combinadas con una elevación de los niveles de explotación de la clase trabajadora: Un ejemplo claro de cómo los asalariados empiezan a cargar la crisis sobre sus espaldas, es el incremento del desempleo, mientras que en los países pertenecientes a la OCDE en 1968 contaban (según los datos oficiales)  con 7 millones de cesantes, para 1979, la cifra ya alcanza los 18 millones, al tiempo que va expandiendo la degradación en forma intensa de los salarios y los procesos de trabajo.

 

Ni keynesianismo, ni neoliberalismo... destrucción del capitalismo

Ante la agudización de la crisis, las viejas medidas keynesianas se convirtieron en un inservible zurrón para la burguesía por lo que requería deshacerse de ellas. En su obnubilada asimilación de la realidad, sectores de la clase dominante suelen asegurar que fueron las políticas keynesianas las causantes de la crisis, por ejemplo, el economista muerto recientemente, Paul Samuelson, afirmaba: "La del capitalismo es una historia de auges y depresiones. La diferencia es que esta recesión ‘la de los 70' ha sido deliberadamente fabricada por los gobiernos." (La economía mundial a finales del siglo. Comercio Exterior, nº 8, 1980). Otros miembros de la clase en el poder, en forma opuesta afirman (con el coro de voces de su aparato de izquierda) que la aplicación de las medidas ortodoxas neoliberales son las que han traído la crisis, por lo que siguen esperando el retorno de las políticas del pasado. Pero una y otra afirmación son caras de la misma moneda con la que se busca confundir a la clase obrera y hacerle creer que el capitalismo puede ofrecer otra salida que no sean la miseria y la explotación.

Es cierto que a partir de la recesión de los años 1980-82, las medidas "neoliberales" tomaron el control del escenario económico y político y los golpes contra los trabajadores se aceleraron, pero esto no significa que las política económica puestas en práctica anteriormente tuvieran como objetivo mejorar la vida de los trabajadores, sino que en la medida en que la crisis se agudiza las políticas aplicadas son cada vez más brutales y tienden a degradar de forma aguda a la clase obrera. No se trata por ello de añorar o tomar partido por algún tipo de políticas aplicadas por la clase dominante, las estatistas-keynesianas o las ortodoxas liberales, buscan lo mismo, es decir, perpetuar el sistema de explotación. Y si en su formalidad tienen instrumentos diferenciados y discursos de color aparentemente opuestos, se debe a que responden a necesidades del capital en diferente momento. Si no fuera así ¿cuál es la razón para que la burguesía vuelva a invocar ante la recesión iniciada en 2007 a Keynes?. El economista Josph Stiglitz (ex asesor de Clinton, ex vicepresidente del Banco Mundial y premio Nobel) dibuja la actitud de la clase a la que representa, cuando reconoce que en la práctica de los gobiernos, a partir de la "crisis hipotecaria" se ven urgidos de estrategias anti-recesión, y la encuentran en Keynes: "ahora somos todos keynesianos, incluso la derecha en Estados Unidos se sumó al bando keynesiano con un entusiasmo desenfrenado..."

 

La crisis expone claramente la posibilidad y necesidad de la revolución comunista

La crisis que se abrió desde fines de los 60, aunque ha tenido momentos en los que las secuelas más perversas parecen limitarse, la verdad es que no son sino períodos en que se esconden algunos efectos pero que al reaparecer lo hacen con una fuerza mayor. En ciertos momentos los efectos aparentes que el crédito ha provocado, ha hecho creer a muchos que la crisis había sido eliminada, por ejemplo el crecimiento de la economía de los EUA durante los años 90, sustentado en la deuda[1], no hizo sino alimentar la recesión que se presentaría en 2001 y nuevamente las medidas que aplacaban la "furia de los dioses de la economía", preparaban, aún sin quererlo, la recesión marcada por los subprime (hipotecas de alto riesgo).

Es un hecho irrefutable que el sistema capitalista sustenta su existencia en la explotación y sometimiento de los trabajadores, la riqueza que gozan los patrones esta sustentada en la miseria de los millones de asalariados; por eso cuando la crisis aparece, y más aún cuando se prolonga por tantos años profundizándose cada día, la esencia del capitalismo queda desnuda y su rostro sanguinario se descubre cada vez aplicando sus feroces medidas para salvaguardar su ganancia y al sistema en general. Los trabajadores de todo el mundo son testigos cotidianos de este hecho: el despido o incluso la amenaza de ser lanzados al desempleo es una realidad que muestra lo que ofrece el capitalismo.

Los trabajadores de la electricidad en México, son ejemplo claro de lo que importa un trabajador en el capitalismo: de un día para otro son despedidos más de 40 mil trabajadores y para poner en claro que esto no es sino un pequeño golpe, personeros del capital exigen mayor "flexibilidad" para poder despedir a trabajadores. Pero estos golpes que recibe la clase trabajadora no son exclusivos de un país, los trabajadores por el mundo entero viven la misma realidad. En EUA, siendo el corazón de la economía mundial, cuenta con una tasa de desempleo (oficial) que se ubica en el 9.7%, por arriba incluso de Alemania, que cuenta con una altísima tasa de cesantes de 8.5%, o de Gran Bretaña, que contabiliza como desempleados al 7.8% de la Población Económicamente Activa. Solamente España rebasa con mucho estos niveles, alcanzando tasas de desempleo que oscilan entre el 19 y 21%.

Pero si el desempleo es ya un severo castigo con el que se golpea la vida de los requieren vender su fuerza de trabajo para poder vivir, se tienen preparados nuevos ataques mediante las medidas de austeridad que se plantean por diversos gobiernos. Por ejemplo, en España y Grecia se pretende comprimir el salario y afectar nuevamente las condiciones de jubilación, y en México, la elevación continua de precios y de impuestos comprime aún más las condiciones de vida de los explotados... pero son estos sólo algunos ejemplos de los diversos ataques que en cada país reciben los trabajadores.

Pero ante las degradantes condiciones de vida que impone el capitalismo, ya se han visto en algunas partes del planeta, incipiente respuestas de los explotados. En Inglaterra, Grecia y Turquía son lugares en los que los obreros han llevado a cabo importantes movilizaciones, y aún cuando el efecto que puedan tener es reducido, muestran claramente que ante la miseria creciente y sin fin que impone el sistema capitalista a los explotados no hay más camino que la movilización masiva y conciente.

Tatlin/15-abril-2010

 

 

 

 

 

 

 



[1] Para ilustrar el argumento recordemos que entre 1987 y 1997 el endeudamiento total de EUA creció a un ritmo diario de 628 millones de dólares y en 1996 se reveló un hecho, que no había ocurrido desde hacía 53 años: la tasa de ahorro tomó valores negativos.

Vida de la CCI: 

  • resoluciones de Congresos [12]

Cuestiones teóricas: 

  • Economía [6]

¡Una sola clase, un solo combate!

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¡Una sola clase, un solo combate!

Año y medio después de la crisis de las subprimes (hipotecas de alto riesgo), la clase obrera a escala internacional permanece aún golpeada e incapacitada bajo la avalancha de golpes que le asesta cada burguesía nacional y todos los gobiernos tanto de izquierda como derecha. Sin embargo, no se resigna ni permanece sin reacción durante estos últimos meses como prueban varias luchas de las que hicimos eco en anteriores artículos: en la refinería de Lindsey en Gran Bretaña, los astilleros de Vigo en España o a través del combate de los obreros de Tekel en Turquía[1]. En estas luchas, demostró no sólo su combatividad sino también su solidaridad y su capacidad para responder a las campañas ideológicas (en particular xenófobos) de la clase dominante para dividirla uniendo en un mismo combate a obreros de distintas corporaciones, sectores, etnias o nacionalidades. Del mismo modo, es necesario recordar que el levantamiento de los jóvenes proletarios organizados en asambleas generales en diciembre de 2008 en Grecia asustó mucho a la burguesía, haciéndole temer el "contagio" del ejemplo griego a otros países europeos entre las jóvenes generaciones escolarizadas; no es una casualidad si aún hoy la vista de la burguesía vuelve hacia las reacciones de los proletarios en Grecia ante los salvajes niveles de austeridad impuestos por el gobierno y los demás Estados de la Unión Europea. Por otra parte, el anuncio casi simultáneo de planes similares precipitó también a la calle a manifestarse a decenas de miles de proletarios en España o Portugal. Sin embargo, aunque las dificultades siguen pesando excesivamente, los planes de despidos masivos que contribuyeron a acentuar el sentimiento de impotencia de los trabajadores y a frenar las huelgas y su movilización se confirma también que se opera un cambio de estado de ánimo en la clase obrera. Por todas partes en el mundo, la exasperación y la cólera se profundizan y generalizan en las filas trabajadoras. La burguesía no se equivoca: organiza un extenso black-out sobre estas luchas que se desarrollan de un lado a otro del planeta lo que demuestra que la clase obrera en ninguna parte renuncia a su suerte ante la miseria y a los ataques crecientes.

En Argelia[2], Rusia, la mano de obra inmigrada sobreexplotada en los Emiratos y privada de toda protección social, los proletarios ingleses así como los estudiantes reducidos a la miseria en el estado más rico de EUA, California, la situación actual da prueba de un estremecimiento alentador que indica una tendencia de fondo hacia la reanudación de la lucha de clases a escala internacional que proporciona los ingredientes para la explosión de luchas más masivas. Es para contribuir a romper este black-out - incluso sobre las luchas en Grecia - que informamos de algunos recientes ejemplos significativos del desarrollo de este combate internacional de nuestra clase y animamos a nuestros lectores a enviar a nuestro sitio web información que la burguesía pretende encubrir sobre los combates que llevan nuestros hermanos de clase.

 

Grecia

Los acontecimientos que siguieron al anuncio de nuevos ataques a principios de marzo de este año por el gobierno socialdemócrata mostraron con claridad que el proletariado se movilizaba: "A sólo unas horas del anuncio de las nuevas medidas, trabajadores despedidos de Olympic Airways atacaron las brigadas de la policía antidisturbios que resguardaba la sede de la compañía y ocuparon el edificio, en lo que llamaron una ocupación por tiempo indeterminado. La acción condujo al cierre de la principal calle comercial de Atenas por varias horas." (blog en libcom.org)

En los días que preceden la nueva huelga general del 11 de marzo, se produjeron una serie de huelgas y ocupaciones: los trabajadores despedidos de Olympic Airways ocuparon durante 8 días la sede del Tribunal de Cuentas, los trabajadores de la compañía de electricidad ocupaban las agencias de empleo en nombre del "derecho de los futuros desempleados que somos" según uno de ellos. Los obreros de la Imprenta nacional ocuparon su lugar de trabajo y se negaron a imprimir los textos legales de las medidas económicas con la idea de que en tanto la ley no sea impresa, no tiene validez... Los agentes del fisco suspendieron el trabajo durante 48h, los asalariados de las autoescuelas en el norte de Grecia efectuaron 3 días de huelga, mientras  los jueces y otros funcionarios de justicia suspendieron su actividad durante 4 horas cada día. La basura no se recogió durante varios días en Atenas, Patras y Salónica ya que los barrenderos bloquearon los grandes depósitos de las tres grandes ciudades.

El clima de miedo y pasividad que parecía reinar cuando la crisis económica tomó un giro dramático en 2008 comienza a ser sustituido por la indignación, y los trabajadores se preguntan abiertamente: ¿Por qué debemos pagar por la crisis del capitalismo

La burguesía tomó precauciones para oscurecer lo que está en juego y borrar esta experiencia desviando la cólera y la combatividad hacia callejones sin salida políticos e ideológicos retomando los aspectos más negativos y más superficiales de las luchas de finales de 2008 para implicar a los obreros en acciones falsamente radicales que vacían todas las potencialidades de toma en manos de la lucha y solidaridad proletaria.

Pero hoy, el PC griego ha puesto de manifiesto que aún es un instrumento esencial de la soberanía burguesa colocándose a la vanguardia de las huelgas, manifestaciones para desvirtuarlas junto con los izquierdistas y los anarquistas.

Pero esta niebla ideológica tiene que disiparse ante la realidad. El 11 de marzo, toda Grecia se paralizó en un 90% por el movimiento de cólera de la población por 24 horas a raíz de la segunda llamada a huelga general en menos de un mes por dos de los principales sindicatos. En total, más de 3 millones de personas (sobre una población total de 11 millones) participaron en la huelga general a pesar de la campaña antihuelga orquestada por los medios de comunicación burgueses, la manifestación del 11 de marzo fue la más masiva en Atenas desde hace 15 años y mostró la determinación de la clase obrera de responder a la ofensiva capitalista

 

Rusia

Miles de manifestantes (3000 según la policía, 5000 según los organizadores) se reunieron el sábado 20 de marzo en una cincuentena de ciudades de Rusia al llamado de la oposición, para protestar contra la política económica del gobierno de Vladimir Putin y reclamar su dimisión. Organizado por una letanía de partidos políticos, de movimientos de opositores y organizaciones de defensa de los derechos humanos, encuadrado por el Partido comunista, el partido liberal "reformador" Iabloko y el movimiento de oposición Solidarnost, este "día de cólera", como lo bautizó la oposición, reunió, en particular, a 1000 personas en San Petersburgo, 1500 en Vladivostok, varios miles en el enclave de Kaliningrado. Numerosos participantes pedían la dimisión del gobierno de Vladimir Putin y querían que este se declarara culpable de hacer bajar considerablemente el nivel de vida. El pistoletazo de salida de este día de protesta se dio en Vladivostok, dónde más de mil manifestantes se reunieron en el centro. En Moscú, la manifestación, prohibida, a pesar de todo reunió a 200 personas 70 de las cuales fueron detenidos por la policía. También se detuvo a algunos manifestantes en Arkangelsk y Novossibirsk. Hubo también entre 500 y 700 personas reunidas para una manifestación silenciosa a Kaliningrado, aunque los líderes de la oposición tuvieron que decidir cancelar la reunión y la manifestación fue prohibida. Es por otra parte en este enclave a orillas del Mar Báltico que las autoridades rusas se habían dejado sorprender en enero por un movimiento similar que había visto a 10000 personas manifestarse, cuando tal movilización es excepcional en Rusia.

El aumento de precios desde año nuevo condujo a la gente a salir en la calle y a hacer frente a la represión policial

La clase obrera en Rusia, al concentrarse sobre la persona realmente detestable de Putin esperando encontrar una alternativa a través de la otra fracción burguesa rusa nombrada "oposición", da prueba de sus ilusiones democráticas. Pero, al atrever a manifestarse, bajo la amenaza de la represión, que puede ser sangrienta, estos obreros revelan sobre todo la amplitud de su cólera y su valor. Se trata de un primer paso para romper el yugo de hierro que los oprime.

 

Estados Unidos

El principio del nuevo trimestre escolar (4 de marzo) se ha caracterizado, en las universidades en California y en otros lugares en Estados Unidos, por una ola de protestas por parte de los estudiantes, profesores y empleados del sector de la educación. Realmente, el movimiento ya había comenzado el año pasado a partir de septiembre con la ocupación de varios locales en los campus para protestar contra los planes de austeridad del Gobierno californiano: éstos prevén cortes de mil millones de dólares en la financiación del sistema universitario (una reducción del 20% de las subvenciones concedidas por el Estado californiano con relación al año pasado), a lo que las universidades respondieron con aumentos de los gastos de escolaridad del 32% y de reducciones salariales entre el cuerpo de enseñanza. Para muchos estudiantes, que deben acumular varios empleos para financiar sus estudios y que terminan con una carga aplastante de deudas para poder reembolsarlos, estos aumentos fueron la gota de agua que derramó el vaso. De septiembre a diciembre las ocupaciones, generalmente muy minoritarias, tuvieron lugar en UCLA (Los Ángeles), Berkeley (dónde más de 2000 estudiantes ocuparon el edificio principal para exigir la supresión del aumento de 32%, la reintegración de 38 guardias despedidos, la dimisión del Presidente de la Universidad y que no hubiese ninguna sanción judicial cuando la ocupación finalizara), Santa Cruz, Fresno y San Francisco State. A partir de California, el movimiento se extendió rápidamente en marzo. Hubo manifestaciones a través de una gran parte de los Estados Unidos: en Milwaukee, Denver, Nueva York, en Maryland. California vio también manifestaciones de profesores de las escuelas públicas contra los despidos impuestos por el plan de austeridad.

 

Bahrein

Miles de empresas obtienen ganancias anuales astronómicas, sobre la espalda de catorce millones de obreros que trabajan noche y día, sin duración legal del trabajo, sin la menor protección social, sin salario mínimo, en condiciones tan terribles como las del inicio del capitalismo. La policía atacó el 27 de febrero a un grupo de 150 trabajadores emigrados chinos de la empresa de Estado china State Construction Engineering Corporation, en huelga salvaje desde la víspera, que secuestraron a nueve capataces durante varias horas cerca de una obra en construcción en Zallaq, a 25 km al sur de la capital Manama. Los huelguistas protestaban contra las condiciones de trabajo inhumanas, pedían aumento a los salarios ridículos y la repatriación a China de los capataces secuestrados. Después de seis horas de negociaciones con un diplomático chino y el Ministro del Interior de Bahrein y un cerco que duró varias horas, ArabNews.com anunció que la policía terminó por realizar el asalto devastando el campamento de barracas que les servía de alojamiento, liberando a los secuestrados deteniendo al mismo tiempo a 26 obreros, en particular, los considerados "líderes".

 

Gran Bretaña

A pesar de todos los esfuerzos de los sindicatos como el conjunto de la burguesía para impedirlas desde el final del año pasado, las azafatas de la compañía British Airways comenzaron huelgas intermitentes contra las reducciones de personal (BA quiere reducir el número de personal a bordo de todos los vuelos largos). Varios miles de ellos estaban en huelga el fin de semana del 20 de marzo. El sindicato de los ferroviarios RMT, se vio obligado bajo la presión de la cólera creciente a anunciar una huelga general de cuatro días para el fin de semana santa - la primera desde hace 16 años - contra un plan que prevé la supresión de 1500 puestos en Network Carril (gestor de los ferrocarriles).

La crisis es obviamente mundial y por todas partes los dirigentes llaman a los mismos sacrificios para salvar su sistema moribundo. Al desarrollar su resistencia a estos llamados, los trabajadores en todos los países deben reconocer sus intereses comunes y desarrollar una sola lucha.

CCI/abril del 2010

 

 

 


 

[1] Leer, en particular, los artículos siguientes en nuestro sitio Web: es.internationalism.org :

- sobre la lucha de los obreros en las refinerías de Lindsey: "Huelgas salvajes: los trabajadores de Gran Bretaña nos muestran el camino" RM 110. ;

- sobre Turquía: "¡Trabajadores de Tekel luchan contra gobierno y sindicatos!" [13] en RM 115

 

[2] Leer, en particular, los artículos siguientes en nuestro sitio Web: es.internationalism.org :

 


URL de origen:https://es.internationalism.org/revolucion-mundial/201004/2840/revolucion-mundial-n-116-mayo-junio-2010

Enlaces
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