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Después de un serio retroceso en la lucha durante el primer año de la pandemia de Covid, los trabajadores de Europa, Estados Unidos y otros lugares1, están empezando a reaccionar a los ataques contra los salarios y las condiciones de trabajo. Mientras la pandemia alcanza nuevas cotas con la aparición de la variante Ómicron, los trabajadores se enfrentan a ataques aún más severos a su nivel de vida a través del aumento de la inflación y del costo de la energía.
En el Reino Unido, hemos visto brotes de huelgas pequeñas pero significativas durante el otoño. Comenzando en septiembre con las huelgas de los repartidores de Uber, las huelgas han continuado en diferentes sectores: los trabajadores sanitarios de las residencias de ancianos de SAGE, los trabajadores de la basura en Glasgow, el personal universitario a nivel nacional. Y las huelgas continúan: trabajadores de la distribución, trabajadores del metro en Londres, trabajadores del transporte en el noroeste y en Yorkshire, trabajadores de la industria del automóvil, de los supermercados, de la producción y distribución de alimentos.
Hoy en día todos los sectores de la clase trabajadora del Reino Unido -desde los sectores tradicionales como los trabajadores del automóvil hasta los funcionarios públicos y los empleados universitarios- se enfrentan a los mismos ataques a su nivel de vida. Como hemos señalado en nuestra Resolución sobre la Situación Internacional del verano pasado "La clase obrera está pagando un duro tributo a la crisis. En primer lugar, porque es la más directamente expuesta a la pandemia y es la principal víctima de la propagación de la infección, y en segundo lugar porque la caída en picado de la economía está desencadenando los ataques más graves desde la Gran Depresión, en todos los niveles de las condiciones de trabajo y de vida, aunque no todos se verán afectados de la misma manera."2
La pandemia ha creado, tanto directa como indirectamente, una situación aparentemente paradójica: el desempleo en algunos sectores junto con la escasez de mano de obra en otros, combinado con el aumento de la pobreza debido a la subida de los precios. El resultado de dos años de paquetes de rescate, de "dinero helicóptero" repartido por todas las burguesías nacionales, tratando desesperadamente de salvar la economía de los peores efectos de la pandemia -principalmente a través de la impresión de dinero- ha llevado a un aumento drástico de la inflación en todo el mundo, y a un aumento de los costos de las necesidades básicas como los alimentos y la electricidad. Además, los trabajadores se enfrentan a una continua reducción de sus ingresos, mediante la reestructuración y el aumento de la precariedad.
Las primeras recientes expresiones de combatividad de la clase trabajadora, como hemos visto en varias partes del mundo, se ilustran claramente con lo que está ocurriendo en el Reino Unido. En un número creciente de sectores, el descontento de los trabajadores se ve alimentado por los recortes salariales y el empeoramiento de las condiciones de vida. Esto demuestra que la clase empieza a afirmarse en su propio terreno de clase, sin estar inmersa en el caos general de la pandemia, el comportamiento cada vez más errático de la clase dominante y el terreno burgués de las protestas "populares" contra las medidas de encierro.
Los sindicatos sólo llevarán las luchas a la derrota
Los sindicatos han saboteado sistemáticamente las protestas y otras acciones de los trabajadores, ya sea dispersándolas en el tiempo, ya sea concluyendo acuerdos con los patrones incluso antes de que se produzcan las huelgas. Los sindicatos han obligado sistemáticamente a los trabajadores en huelga a volver al trabajo con recortes salariales y peores condiciones laborales.
Ya lo vimos en abril de 2021, cuando los sindicatos pusieron fin a una huelga de seis semanas en British Gas, donde los trabajadores tuvieron que aceptar un recorte salarial del 15% o ser despedidos. En mayo, los sindicatos pusieron fin a una huelga de once semanas en los talleres de autobuses de Manchester, tras un acuerdo que implicaba descansos para comer no pagados y una reducción de la paga por enfermedad. Los trabajadores de Douwe Egberts, en Oxford, tuvieron que aceptar un recorte salarial anual de 9.000 libras, después de que los sindicatos declararan que esto impediría el traslado de la fábrica a otro país. En British Telecom, en julio, el Sindicato de Trabajadores de la Comunicación aceptó un recorte de 13.000 puestos de trabajo.
Durante el otoño, el Sindicato Unison convocó huelgas para defender el sector sanitario financiado por el Estado, el NHS, en lugar de luchar por las reivindicaciones de los trabajadores. Los sindicatos se apresuraron a frenar las posibles huelgas y paros, cerrando acuerdos que suponen francos recortes salariales. En el transporte público, el sindicato Unite ha resuelto veinte conflictos diferentes en toda Gran Bretaña en la empresa Stagecoach, llegando a acuerdos salariales que no eran suficientes para compensar la inflación. Lo mismo ocurrió con los trabajadores de la distribución antes de Navidad, donde los sindicatos bloquearon la huelga de miles de trabajadores de los grandes centros de distribución de las grandes cadenas de supermercados, para llegar a un acuerdo salarial por debajo de la tasa de inflación. Por el momento, el sindicato RMT, que organiza a los trabajadores del metro de Londres, es el único ejemplo en el que el sindicato ha llegado a un acuerdo que se ajusta a la inflación prevista, tras amenazar con el caos en el metro de Londres en diciembre.
El aumento de la actividad sindical, cuyo papel es agotar la combatividad de los trabajadores a través de acciones separadas y aisladas, es una señal de que la clase dominante está teniendo en cuenta el aumento de la combatividad de la clase obrera, sabiendo que los ataques de hoy son sólo el presagio de ataques sin precedentes en los próximos años. Hasta ahora, la burguesía de los principales países no ha lanzado programas masivos de austeridad, pero sin duda tendrá que hacerlo.
Los sindicatos son los perros guardianes de la clase dominante en el espacio proletario y lo han sido desde principios del siglo XX. La verdadera naturaleza de los sindicatos se muestra tanto en sus intentos de dividir a la clase trabajadora como en sus intentos de detener las huelgas y las movilizaciones mediante acuerdos rápidos con los patrones. Esta es su función básica, y todos los diversos argumentos izquierdistas que culpan a tal o cual dirigente sindical traidor no son más que una forma de fortalecer la ideología sindical, una verdadera trampa para el proletariado. Estos argumentos intentan radicalizar y al final fortalecer la ideología sindical criticando a la dirección del sindicato o llamando a los trabajadores a formar sindicatos de base, una estrategia clásica de movilización de los trabajadores radicalizados amordazados tras las banderas sindicales, desplegada desde los años 80.
El aumento de la inflación puede ser un factor de unión de la clase obrera
"Incluso antes de que se produjera la pandemia, los trabajadores británicos habían sufrido los más bajos aumentos en los salarios reales desde las guerras napoleónicas en 1810-15. Mientras que 2022 se distingue por un golpe especialmente fuerte en el nivel de vida, el Instituto de Estudios Fiscales calcula que los ingresos apenas se moverán hasta 2026. Esto significa un golpe sin precedentes a los ingresos que abarca dos décadas, y dejará los ingresos de los hogares un 42% más bajos de lo que habría sido el caso si los salarios hubieran aumentado a las tasas de la crisis financiera de antes de 2008"3.
El periódico The Observer (8/1/22), citó a un empleado universitario que participó en la acción de tres días a principios de diciembre, diciendo que "no ha habido una subida salarial por encima de la inflación desde que Gordon Brown era primer ministro". Esta es la realidad, desde hace más de una década, para todos los sectores de la clase trabajadora.
Con un 5,4%, el nivel oficial de inflación en el Reino Unido está en su nivel más alto en casi 30 años. El Banco de Inglaterra espera que aumente hasta el 6% en abril, y algunos analistas prevén un 7% si no se invierten miles de millones en el sector energético para frenar el aumento de los costos de calefacción. El Índice de Precios al por menor ya se sitúa con un aumento del 7,5%.
El artículo del The Observer también cita a un economista: "Hasta hace unas semanas, el experto en ingresos Ken Mulkearn estaba convencido de que un pico de inflación pasaría sin mucha reacción por parte de los 32 millones de trabajadores británicos. (...) 'Ahora no estoy tan seguro. Hay señales de que el aumento de los precios está teniendo un impacto". Los representantes de la clase dominante también se han dado cuenta del creciente descontento de la clase trabajadora. Conocen los efectos del aumento de la inflación en el polvorín social.
Los trabajadores deben luchar contra su aislamiento
Las acciones más destacadas de los sindicatos son una clara señal de que la clase dominante es consciente del peligro potencial de la lucha de la clase obrera. Los sindicatos están presentes en todas partes para evitar que las luchas se desarrollen y se extiendan a otros trabajadores. La tarea real de los sindicatos se centra en el aislamiento y el descarrilamiento de las luchas en callejones sin salida.
¡Pero las luchas no deben permanecer aisladas, sector por sector! ¡Todas las partes de la clase trabajadora están bajo ataque, y esto exige una respuesta unificada! La lucha que tuvo lugar en Cádiz en España es un ejemplo importante para todos los trabajadores: un intento de extender su huelga a otros sectores e industrias4. La única manera de que la clase obrera luche en su propio terreno es combatir el aislamiento, que los sindicatos están imponiendo.
A pesar de que los sindicatos siguen teniendo un férreo control de la situación, las recientes luchas en el Reino Unido son una señal de que la clase obrera aún mantiene reservas de combatividad. Como en otras partes del mundo, su lucha defensiva de hoy contiene las semillas de la lucha revolucionaria de mañana contra el capitalismo.
Edvin, 25/1/22
1 Ver: Luchas obreras en Estados Unidos, Irán, Italia, Corea... ¡Ni la pandemia ni la crisis económica han roto la combatividad del proletariado! | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)
2 Resolución sobre la situación internacional XXIV Congreso de la CCI (2021) https://es.internationalism.org/content/4720/resolucion-sobre-la-situacion-internacional-xxiv-congreso-de-la-cci-2021
3 Free market, tax-cutting economics will not ease the UKs cost of living squeeze, The Guardian, 9 de enero de 2022 (La economía de libre mercado, la reducción de impuestos no aliviará la presión del coste de la vida en el Reino Unido, artículo sólo en inglés)
4 https://es.internationalism.org/content/4738/huelga-del-metal-en-cadiz-nuestra-fuerza-es-luchar-como-clase-obrera