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Este texto es el resumen de una discusión con simpatizantes de la CCI en Chile. La discusión propuesta por ellos fue muy animada y se plantearon numerosas cuestiones. Por ello la publicamos.
¿Qué es la conciencia de clase?[1]
Todas las clases de la historia se han dado una conciencia para defender sus intereses y en el caso de las clases históricas[2] el proyecto de sociedad que llevan consigo. En todos los cambios de modo de producción que han precedido al proletariado la conciencia ha sido un factor secundario o complementario, el motor de los cambios revolucionarios fue sobre todo las condiciones objetivas que impulsaron y facilitaron la acción egoísta de las nuevas clases explotadoras.
En cambio, la Revolución Proletaria Mundial es la primera revolución de la historia donde el factor dominante es la CONCIENCIA, aunque esta se apoye sobre la evolución objetiva de la sociedad expresada en la contradicción entre el desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas y las relaciones capitalistas de producción, según la formulación clásica de Marx: “Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social”[3].
La conciencia de clase es el conocimiento por el proletariado de los medios y los fines de su lucha tanto su lucha inmediata contra la explotación capitalista como su lucha histórica por abolir la explotación capitalista y crear el comunismo como sociedad que crea la comunidad humana mundial sin clases, sin estado, sin fronteras.
¿Cómo crea el proletariado su conciencia revolucionaria?
La conciencia de clase del proletariado es el producto histórico del conjunto del proletariado como clase histórica y mundial, es decir, como la continuidad crítica de todas sus generaciones en todos los países. Por tanto, no es creada desde fuera del proletariado por intelectuales burgueses como pensaba Kautsky ni es el producto de los individuos obreros forzados por las condiciones objetivas, como dicen los consejistas.
La conciencia de clase no viene únicamente de las luchas inmediatas, sino del conjunto de la lucha de clase del proletariado que, como decía Engels, tiene varias dimensiones: lucha económica, lucha política y lucha ideológica, a las que debe añadirse la lucha moral y la lucha organizativa.
En la elaboración de la conciencia de clase tienen un papel central las organizaciones comunistas que contribuyen a ella mediante su elaboración teórica, la defensa de la continuidad histórica crítica del proletariado, la denuncia de las trampas, maniobras y mistificaciones de la burguesía, la propaganda y la agitación cuando hay luchas de la clase. Como dice nuestro texto Función de la Organización Revolucionaria, ésta “es, más que en el pasado, el lugar privilegiado de la resistencia de las débiles fuerzas proletarias contra la presión gigantesca del capitalismo, fuerte éste de cincuenta años de dominación contrarrevolucionaria. Es por eso por lo que, aunque la organización no exista por y para sí misma, le es vital conservar de modo resuelto el órgano que le confío la clase, fortaleciéndolo, trabajando por el agrupamiento de revolucionarios a escala mundial”[4]
Esta contribución no sustituye a la clase, sino que expresa de forma avanzada y permanente el esfuerzo de toma de conciencia que existe en toda ella y que, como dijo Marx, tiene una forma subterránea, por ello hablamos de maduración subterránea de la conciencia en la clase. Las organizaciones comunistas expresan de forma abierta y pública lo que existe de forma poco visible en el conjunto del proletariado[5]. Como decía Liebknecht, “los revolucionarios expresan en voz alta lo que los obreros dicen en voz baja; de manera clara lo que está aún confuso en la cabeza de muchos obreros; de forma general lo que existe parcialmente en diversos sectores obreros”. Esto expresa lo que dice el Manifiesto Comunista “Los comunistas no forman un partido aparte de los demás partidos obreros. No tienen intereses propios que se distingan de los intereses generales del proletariado. No profesan principios especiales con los que aspiren a modelar el movimiento proletario. Los comunistas no se distinguen de los demás partidos proletarios más que en esto: en que destacan y reivindican siempre, en todas y cada una de las acciones nacionales proletarias, los intereses comunes y peculiares de todo el proletariado, independientes de su nacionalidad, y en que, cualquiera que sea la etapa histórica en que se mueva la lucha entre el proletariado y la burguesía, mantienen siempre el interés del movimiento enfocado en su conjunto”
Las dos dimensiones de la conciencia del proletariado
La conciencia de clase tiene dos dimensiones:
- Conciencia de clase que es la expresión avanzada de los principios y medios de lucha del proletariado. Las organizaciones comunistas tratan de expresarlos mediante la Plataforma, los Estatutos y los textos de orientación y la elaboran prácticamente con su actividad regular: participación e intervención en las luchas, elaboración teórica, reagrupamiento de los revolucionarios, defensa de la organización etc.
- Conciencia en la clase que es la extensión que toma la conciencia proletaria dentro los obreros en cada época. Es MUY REDUCIDA en momentos de derrota, dificultad o confusión. En cambio, es ENORMEMENTE EXTENSA en momentos prerrevolucionarios o revolucionarios donde, como decía Marx, “la teoría se adueña de las masas” o, como decía Rosa Luxemburgo, “hasta el más prudente padre de familia se transforma en un revolucionario romántico”. En los años 30 en plena contrarrevolución la conciencia de clase era extremadamente minoritaria. En cambio, en la oleada revolucionaria mundial de 1917-23 millones de obreros participan activamente en su desarrollo.
El peligro que representa la descomposición en la toma de conciencia del proletariado
La época actual, los últimos 30 años, la hemos caracterizado como la Descomposición del capitalismo. Hasta la fecha la Descomposición capitalista ha tenido dos grandes acontecimientos: el hundimiento del bloque imperialista ruso en 1989 presentado como “el fin del comunismo” y la actual crisis pandémica mundial.
La entrada del capitalismo en su Decadencia planteó la posibilidad y la necesidad de la revolución proletaria mundial. En cambio, la Descomposición, fase terminal de la decadencia capitalista, no es una etapa necesaria para la revolución proletaria, se levanta más bien como un obstáculo y esto se expresa especialmente en la toma de conciencia de la clase y el desarrollo de su conciencia de clase.
En las Tesis sobre la Descomposición[6] escritas en 1990 decimos:
Tesis 8:
“La ausencia total de perspectivas de la sociedad actual se expresa con todavía mayor evidencia en lo político e ideológico. Por ejemplo:
-la increíble corrupción que está aumentando, prosperando en los aparatos políticos, la oleada de escándalos en la mayoría de los países;
-el aumento del terrorismo, de las capturas de rehenes como medio de guerra entre Estados, en detrimento de las "leyes" que el capitalismo se había dado en el pasado para "reglamentar" los conflictos entre fracciones de la clase dirigente;
-el aumento constante de la criminalidad, de la inseguridad, de la violencia urbana;
-el aumento del nihilismo, del suicidio de los jóvenes, de la desesperanza, como así lo expresaba el "no future" de las revueltas urbanas en Gran Bretaña, del odio y de la xenofobia que animan a "skinheads" y "hooligans”;
-la imparable marea de la drogadicción, fenómeno hoy de masas, poderosa causa de la corrupción de los Estados y de los organismos financieros, que afecta a todas las partes del mundo y, en especial, a la juventud, un fenómeno que expresa cada vez menos la huida hacia mundos quiméricos, que se parece cada día más a la locura y al suicidio;
-la profusión de sectas, el resurgir del espíritu religioso, incluidos algunos países avanzados, el rechazo hacia un pensamiento racional, coherente, construido, incluso en algunos ámbitos "científicos”;
-la invasión en los media del espectáculo de la violencia, del horror, de la sangre y de las matanzas, incluso en programas para niños;
-el "cada cual a lo suyo", la marginalización, la atomización de los individuos, la destrucción de las relaciones familiares, la exclusión de los ancianos, la aniquilación de lo afectivo y su sustitución por la pornografía, el deporte comercializado y mediatizado, las concentraciones de masas de jóvenes en plena histeria colectiva a modo de canción y baile, sustituto siniestro de una solidaridad y de unos lazos sociales totalmente ausentes.
Todas esas manifestaciones de la putrefacción social que, hoy, a una escala desconocida en la historia, invaden por todos sus poros a la sociedad humana, expresan no sólo la dislocación de la sociedad burguesa, sino y sobre todo la destrucción de todo principio de vida colectiva en el seno de una sociedad sin el menor proyecto, la menor perspectiva, incluso a corto plazo, incluso la más ilusoria”.
Sería la peor ceguera negar que este ambiente social no tiene efectos negativos sobre la toma de conciencia del proletariado ni sobre sus organizaciones comunistas. Del conjunto de rasgos de putrefacción social e ideológica que acabamos de enumerar podemos destacar algunos por su especial impacto sobre la conciencia de clase del proletariado:
El cada cual a la suya exacerba el individualismo y la competencia que siempre han estado en la estructura misma del capitalismo afectando especialmente a las capas pequeñoburguesas, al mismo tiempo exacerba la desconfianza y la rivalidad entre individuos. Este virus se infiltra en las filas del proletariado y de las organizaciones comunistas atacando la noción misma de clase, reemplazada por la de “suma de individuos” y por ende ataca la naturaleza profundamente colectiva y solidaria del proletariado y de los principios de sus organizaciones comunistas.
La falta de perspectivas lleva al inmediatismo, al empirismo, al localismo, refuerza la visión pequeñoburguesa de concebir el mundo como un “eterno presente” donde cada pequeño hecho deviene un “acontecimiento histórico” que a la semana siguiente es arrinconado en el olvido sustituido por otro “nuevo acontecimiento histórico”. En tales condiciones la conciencia de clase del proletariado se ve atacada en su raíz pues resulta muy difícil ver los hechos, las luchas, los sufrimientos etc., tanto en función del porvenir revolucionario del proletariado como a la luz de las lecciones del pasado.
El irracionalismo atiza el fanatismo, la creencia en toda clase de teorías místicas, la negación de lo más evidente etc., todo lo cual dificulta construir un pensamiento coherente, un análisis lúcido con previsión de futuro, rasgos de la conciencia proletaria. Un ejemplo evidente es el auge que están tomando las teorías conspiranoicas, por ejemplo, respecto a que la pandemia habría sido creada por extraños “poderes ocultos”[7].
Tesis 13
El proletariado se ve afectado por la descomposición porque “la pequeña burguesía, con la que convive, es uno de sus principales vehículos. Puede incluso decirse que estas capas se identifican muy bien con la descomposición, pues al dejarlas su propia situación sin la menor posibilidad de porvenir, se amoldan a la causa principal de la descomposición ideológica: la ausencia de toda perspectiva inmediata para el conjunto de la sociedad”
La descomposición nace de la falta de perspectivas. La burguesía no tiene ningún futuro que ofrecer, mientras que el proletariado tiene una enorme dificultad para afirmar su propia perspectiva revolucionaria la única que puede significar un porvenir para la humanidad. Tales condiciones dan a la pequeña burguesía “su minuto de gloria”. La pequeña burguesía es una clase mezquina, localista, de mentalidad cerrada, cobarde, rastrera e idealista a la vez[8], atormentada alternativamente por el cinismo unas veces y la culpabilidad otras, incapaz de plantear la más mínima perspectiva como no sea refugiarse en lo inmediato, lo circunstancial, lo local, lo afinitario. La influencia de la pequeña burguesía sobre el proletariado, con el que convive en los barrios, pero igualmente en los centros de trabajo como encargados y pequeños funcionarios de la burocracia capitalista, se amplifica, oponiendo toda clase de trabas a la lucha proletaria que se basa en la conciencia, la solidaridad, la confianza, la visión de futuro, la amplitud de miras, la entrega desinteresada.
“Los diferentes factores que son la fuerza del proletariado chocan directamente con las diferentes facetas de la descomposición ideológica:
-la acción colectiva, la solidaridad, encuentran frente a ellas la atomización, el "sálvese quien pueda", el "arreglárselas por su cuenta" ;
-la necesidad de organización choca con la descomposición social, la dislocación de las relaciones en que se basa cualquier vida en sociedad;
-la confianza en el porvenir y en sus propias fuerzas se ve minada constantemente por la desesperanza general que invade la sociedad, el nihilismo, el "no future" ;
-la conciencia, la clarividencia, la coherencia y unidad de pensamiento, el gusto por la teoría, deben abrirse un difícil camino en medio de la huida hacia quimeras, drogas, sectas, misticismos, rechazo de la reflexión y destrucción del pensamiento que están definiendo a nuestra época”.
- Hacer una huelga, una manifestación, una asamblea, son expresiones de la acción colectiva y de la solidaridad de clase. La descomposición ataca esos pilares de la lucha.
- El proletariado necesita la organización y en su seno las organizaciones comunistas. La descomposición ataca el principio de organización y fomenta la actividad anarquizante, caótica e individualista.
- Tanto la lucha inmediata contra la explotación como la lucha histórica por abolir la explotación necesitan de un cierto grado de confianza en el futuro, de la comprensión -aunque sea elemental- de la necesidad de una perspectiva revolucionaria, y todo esto se ve atacado por el nihilismo, el no futuro, la desesperación…
- La conciencia de clase se basa en la clarividencia, la coherencia y unidad de pensamiento, todo lo cual se ve atacado a fondo por el misticismo, el irracionalismo, la creencia en teorías conspirativas, las sectas.
La conciencia de clase proletaria arma de lucha contra los efectos de la descomposición
Frente a estos peligros muy reales que hacen más difícil la lucha del proletariado hemos de ver que SOLO EL PROLETARIADO TIENE LAS BASES PARA LUCHAR CONTRA LOS EFECTOS DE LA DESCOMPOSICION.
Tesis 13
“Únicamente el proletariado lleva en sí una perspectiva para la humanidad, y por eso es en sus filas en donde existen las mejores capacidades de resistencia a la descomposición”
El proletariado como clase histórica ofrece la perspectiva del comunismo. Es verdad que, si miramos sociológicamente a la suma de individuos obreros, la inmensa mayoría de ellos no se reconocen en la perspectiva comunista. Sin embargo, pertenecen a una clase en la cual las generaciones que les han precedido han participado masivamente, a través de la acción conjunta de millones de proletarios, en la conciencia comunista. Y esto es lo que las organizaciones comunistas y sus militantes hemos de defender con uñas y dientes. Como dice La Sagrada Familia de Marx y Engels: “No se trata de saber lo que tal o cual proletario, o aun el proletariado entero, se propone momentáneamente como fin. Se trata de saber lo que el proletariado es y lo que debe históricamente hacer de acuerdo con su ser. Su finalidad y su acción histórica le están trazadas, de manera tangible e irrevocable, en su propia situación de existencia, como en toda la organización de la sociedad burguesa actual”
Tesis 16:
“Para acabar con la amenaza que es la descomposición, las luchas obreras de resistencia a los efectos de la crisis no son suficientes: únicamente la revolución comunista podrá destruir esa amenaza. Del mismo modo, en todo el período venidero, el proletariado no podrá utilizar en beneficio propio el debilitamiento que la descomposición está provocando en el seno de la burguesía misma. En este período, su objetivo será resistir ante los efectos nocivos de la descomposición en su propio seno, no contando más que con sus propias fuerzas, con su capacidad para luchar colectiva y solidariamente, en defensa de sus intereses como clase explotada, aunque, eso sí, la propaganda de los revolucionarios deberá insistir constantemente en los peligros de la descomposición”
En la situación actual, el proletariado debe resistir el peso de la descomposición. Frente al nihilismo debe buscar perspectiva histórica. Frente al irracionalismo conciencia. Frente al individualismo desbocado acción colectiva y solidaridad. Es una batalla muy grande para sacar incluso la más pequeña lucha adelante. Sin embargo, esas batallas no son inútiles, preparan el futuro. Las grandes luchas masivas de nuestra clase se preparan hoy: por un lado, con una multitud de pequeñas luchas obreras en su terreno de clase -como por ejemplo en Francia o algunas reacciones frente al COVID-, por otra parte, con la intervención y la actividad permanente de las organizaciones comunistas.
Tesis 17:
“A pesar del golpe en su toma de conciencia dado por el hundimiento del bloque del Este, el proletariado no ha sufrido derrotas importantes en el terreno de sus luchas. Su combatividad sigue intacta. La agravación inexorable de la crisis del capitalismo es un estímulo esencial de la lucha y de la toma de conciencia de la clase, condición misma en su capacidad para resistir al veneno ideológico de la putrefacción de la sociedad”
Reconocemos de manera realista las dificultades actuales de la gran mayoría del proletariado. Sin embargo, esa lucidez no debe hacernos perder de vista que el proletariado mundial no está derrotado y sigue conservando un enorme potencial de combatividad y toma de conciencia.
Ese punto de partida fundamental debe ser la guía para combatir los efectos de la descomposición y, por tanto, contribuir a superar las dificultades presentes del proletariado.
Esta conciencia nos debe alertar contra uno de los principales peligros que depara la descomposición: “Si bien las luchas parciales contra los efectos de la descomposición no pueden ser un terreno de unificación de clase, en cambio la lucha contra los efectos de la crisis misma es la base para que se desarrolle su fuerza y su unidad de clase. Y esto es así porque: si bien los efectos de la descomposición (la contaminación, la droga, la inseguridad...) afectan de modo relativamente indiferenciado a todas las capas de la sociedad y son un terreno idóneo para las campañas y trampas aclasistas (ecología, colectivos y movimientos antinucleares, movilizaciones antiracistas...), en cambio, los ataques económicos (baja del salario real, despidos, aumentos de cadencias...) resultados directos de la crisis, afectan de modo específico al proletariado, o sea, a la clase que produce la plusvalía y que enfrenta al capital en ese terreno” En los dos últimos años se han dado situaciones sociales que muestran los peligros para la autonomía política y la capacidad de lucha propia del proletariado.
En primer lugar, se han dado las revueltas populares multiclasistas (Ecuador, Chile, Líbano[9]) en las cuales vemos cómo reivindicaciones elementales de clase son deformadas y conducidas a terrenos de lucha como ciudadanos, de protesta impotente, de violencia nihilista, de “más democracia” y “más unidad popular”.
En segundo lugar, hemos visto el movimiento de los Gilets Jaunes en Francia[10] donde el descontento e incluso reivindicaciones proletarias eran totalmente capturadas por planteamientos de defensa de reivindicaciones de “menos impuestos”, “subvenciones a las pequeñas empresas” etc., claramente situados en un terreno nacionalista y pequeño burgués.
En fin, tenemos los movimientos claramente burgueses como el “movimiento por el clima” o el Black Lives Matter de USA y aún más la pretendida respuesta “antifascistas” al bochornoso espectáculo del asalto al Capitolio USA[11].
Esos movimientos son un peligro para el proletariado. Rechazar las luchas multiclasistas, denunciar los movimientos burgueses como el del clima o del “antirracismo” es contribuir a la autonomía de clase del proletariado, resistir los peores efectos de la descomposición y, por tanto, ir construyendo pacientemente las bases de la conciencia de clase.
“La crisis económica, al contrario de la descomposición social, la cual concierne esencialmente las superestructuras, es un fenómeno que afecta directamente la infraestructura de la sociedad en la que se basan aquéllas; por eso, la crisis pone al desnudo las causas primeras de toda la barbarie que se cierne sobre la sociedad, permitiendo así al proletariado tomar conciencia de la necesidad de cambiar radicalmente de sistema y no ya de pretender mejorar algunos aspectos de él”.
Las cuestiones climáticas, la criminalidad, la corrupción, la opresión de la mujer, el racismo etc., son lacras pestilentes del capitalismo en descomposición, sin embargo, muestran efectos de su barbarie y no permiten comprender sus causas. Al mismo tiempo, por su propia naturaleza llevan a una “respuesta como ciudadanos y como suma de individuos” ocultando la única lucha realista y que tiene una perspectiva: la lucha de clase del proletariado. Propician más bien una estéril lucha contra símbolos, personajes, casos extremos, pero que no van jamás a las raíces del capitalismo, su explotación y su barbarie. En consecuencia, la denuncia intransigente de las luchas parciales y la defensa de la lucha del proletariado en su terreno de clase, constituyen una tarea fundamental en la contribución a la conciencia de clase del proletariado.
Situación revolucionaria y descomposición
Tesis 16:
“Sólo será en el período revolucionario, cuando el proletariado esté a la ofensiva, cuando entable directa y abiertamente el combate por su propia perspectiva histórica, cuando entonces podrá utilizar ciertos efectos de la descomposición de la ideología burguesa y de las fuerzas del poder capitalista, como punto de apoyo para volverlas contra el capital”.
Si hoy la burguesía utiliza contra la conciencia y la lucha del proletariado los efectos de la descomposición, en una situación prerrevolucionaria y revolucionaria la situación se invertirá: el proletariado podrá revolver contra la burguesía y especialmente su estado, los efectos de corrupción, barbarie, nihilismo etc., que hoy lo agobian.
Tesis 17:
Pero, para poder avanzar en esa dirección es necesario romper claramente con el consejismo y el sindicalismo revolucionario que pretenden atar al proletariado a únicamente la lucha económica encerrada en la empresa.
“la conciencia de la crisis por sí sola no puede resolver los problemas y las dificultades ante los que se enfrenta y deberá enfrentarse cada día más el proletariado. Únicamente: la conciencia de la importancia de lo que se está jugando en la situación histórica de hoy y, en especial, de los peligros mortales que la descomposición entraña para la humanidad;
Su determinación en proseguir, desarrollar y unificar su combate de clase;
Su capacidad para desactivar la cantidad de trampas que la burguesía, incluso afectada por su propia descomposición, no dejará de tenderle en su camino;
permitirá a la clase obrera responder golpe a golpe a los ataques de todo tipo desencadenados por el capitalismo para finalmente pasar a la ofensiva y acabar de una vez con este sistema cruel y despiadado.
La responsabilidad de los revolucionarios es participar activamente en el desarrollo de ese combate del proletariado”
CCI 16-1-21
[1] Texto para la discusión: La conciencia de clase y el papel de los revolucionarios https://es.internationalism.org/revista-internacional/197510/2059/la-conciencia-de-clase-y-el-papel-de-los-revolucionarios
[2] El marxismo llama clases históricas a aquellas capaces de instaurar un nuevo modo de producción social, son pues clases históricas los patricios esclavistas, los feudales, la burguesía y, finalmente, en el pleno sentido del término, el proletariado.
[3] Prólogo de la Contribución a la crítica de la economía política https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/criteconpol.htm
[4] https://es.internationalism.org/revista-internacional/198204/135/informe-sobre-la-funcion-de-la-organizacion-revolucionaria
[5] Hay que tener en cuenta, además, que en el capitalismo decadente con el carácter totalitario que toma el Estado -tanto si es democrático como abiertamente dictatorial- la propaganda machacona de los “medios de comunicación” y la ocupación de las Redes Sociales hacen aún más subterráneo y difícil el esfuerzo de toma de conciencia que existe en la clase. La maduración subterránea de la conciencia en el proletariado es aún más subterránea que en el pasado.
[6] Ver nuestras Tesis sobre la Descomposición https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[7] Ver Las teorías conspiranoicas una expresión de la descomposición ideológica del capitalismo https://es.internationalism.org/content/4590/las-teorias-conspiranoicas-una-expresion-de-la-descomposicion-ideologica-del
[8] Engels decía que el pequeño burgués se acuesta creyéndose un demonio y se levanta considerándose un ángel, o viceversa.
[9] Por tomar el caso de Chile ver Chile: EL DILEMA NO ES DICTADURA – DEMOCRACIA SINO BARBARIE CAPITALISTA O LUCHA DE CLASES PROLETARIA https://es.internationalism.org/content/4615/chile-el-dilema-no-es-dictadura-democracia-sino-barbarie-capitalista-o-lucha-de-clases
[10] Ver Balance del movimiento de los "chalecos amarillos": Un movimiento interclasista, un obstáculo para la lucha de clases https://es.internationalism.org/content/4484/balance-del-movimiento-de-los-chalecos-amarillos-un-movimiento-interclasista-un
[11] Ver Asalto del Capitolio en Washington: Los Estados Unidos en el centro de la descomposición mundial del capitalismo https://es.internationalism.org/content/4635/asalto-del-capitolio-en-washington-los-estados-unidos-en-el-centro-de-la-descomposicion