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La historia del mundo es cada vez más una historia única y es muy difícil comprender la evolución de un país si no se sitúa en el contexto de la situación internacional.
El populismo le hace daño a la propia burguesía...
Nuestra organización ha señalado repetidamente la existencia de un fenómeno de dimensión global, el populismo[1], que no sólo es una trampa para el proletariado, sino también un problema para la propia burguesía en diferentes países, hasta el punto de que a veces se requiere la contribución de la llamada “comunidad internacional” para abordarlo:
"Ya sea que las corrientes populistas estén en el gobierno o simplemente trastornando el juego político clásico, no corresponden a una opción racional para la gestión del capital nacional o, por lo tanto, a una carta deliberada jugada por los sectores dominantes de la clase burguesa que, particularmente a través de sus medios de comunicación, denuncian constantemente estas corrientes. (...) El ascenso del populismo es una expresión, en las circunstancias actuales, de la creciente pérdida de control de la burguesía sobre el funcionamiento de la sociedad como resultado, fundamentalmente, de lo que se encuentra en el centro de su descomposición: la incapacidad de las dos clases fundamentales de la sociedad para dar una respuesta a la crisis insoluble en la que se está hundiendo la economía capitalista.”[2]
Sólo por recordar los ejemplos más sobresalientes, citemos el de Donald Trump, un individuo inconstante y caprichoso, presidente del Estado más poderoso del mundo, Estados Unidos, que se dedica a tomar decisiones que dejan con el paso cambiado a la llamada “comunidad internacional”: denuncia y retira al país de una serie de acuerdos sobre medio ambiente, pone en sordina a instituciones como la Alianza Atlántica, proclama que los acuerdos bilaterales prevalecen sobre los multilaterales e instaura una política proteccionista imponiendo aranceles no sólo a China, sino a Europa. A lo que hay que añadir todos los aspectos de la política más específicamente imperialista, con la que pretende recuperar el empañado prestigio de la superpotencia norteamericana mediante iniciativas de incierto futuro, como la de un posible ataque a Irán y otras aventuras imprudentes.
Un segundo caso bien conocido por los medios de comunicación es la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, sancionada por referéndum popular en junio de 2016, el llamado Brexit. También en este caso, y quizás más todavía, las consecuencias de aquel acto estúpido, montado por fuerzas populistas e irresponsables para los intereses de la propia burguesía, se hicieron sentir de inmediato. Los gobiernos que han intentado dirigir el Brexit salen escaldados uno tras otro, sin encontrar solución a una situación en la que la burguesía británica aparece totalmente impotente[3].
Y, evidentemente, en este rápido resumen de tales ejemplos, no podía faltar Italia con el ex gobierno populista de Salvini y Di Maio y el títere Conte de primer ministro:
"El año de vida del gobierno de Conte confirma todas sus dificultades para gestionar la situación italiana, con importantes repercusiones también a nivel europeo. Las divisiones en la mayoría del gobierno están al orden del día, con la Liga y el M5S arrimando cada uno la ascua a su sardina para intentar realizar las promesas a sus votantes. Este gobierno se basa esencialmente en el continuo regateo entre el M5S y la Liga: te dejo que cierres los puertos a los inmigrantes si aceptas mi “renta ciudadana”, tu impuesto fijo contra mi salario mínimo, todo ello amenizado con enfrentamientos que Conte acaba resolviendo con la amenaza de su propia dimisión. Ante el estancamiento económico, la amenaza de cierre de grandes empresas (ILVA, Alitalia, Almaviva, Whirlpool...) y muchas otras empresas más pequeñas que ya ni siquiera son noticia, el gobierno muestra una incoherencia desconcertante a nivel económico, especialmente en lo que se refiere a las medidas a tomar para evitar que la deuda pública se dispare y evitar el aumento del IVA, mientras que en lo que se refiere a la UE, hay un balanceo entre los "puñetazos en la mesa sobre los inmigrantes" y el "no es Europa la que decide por los italianos" de Salvini por un lado, y, por otro, los intentos del ministro Tria y del primer ministro Conte de llegar a un acuerdo con la Comisión Europea para evitar el procedimiento por infracción incoado por la UE y las sanciones correspondientes, sin que, sin embargo, se retroceda del todo sobre la cuestión de la renta de ciudadanía y la de los impuestos fijos para no poner en aprietos a los dos vicepresidentes del Consejo de Ministros.”[4]
Ese es el marco en el que puede entenderse la caída del gobierno y los factores que lo han causado.
... pero la burguesía no se queda de brazos cruzados!
El desarrollo de esas fracciones populistas irresponsables expresa cierta pérdida de control por parte de la burguesía sobre su acción política, - y en especial para orientar el "voto popular", pero eso no significa, ni mucho menos, que haya agotado todos sus recursos. La burguesía no se queda de brazos cruzados e intenta, en la medida de lo posible, oponerse y/o domesticar a los partidos populistas. Y para ello intenta utilizar todos los recursos posibles, incluyendo, entre otros, el desarrollo del movimiento ecologista, el "descubrimiento" de tramas internacionales en las que participan los distintos líderes populistas, hasta el uso de procedimientos penales contra ellos porque se habría “descubierto” tal o cual tráfico de capitales.
La primera medida de alcance internacional ha sido la promoción de una muchacha de 16 años llamada Greta como líder del movimiento ecologista. Después de décadas de protestas inútiles, pero también de informes muy preocupantes por parte de respetados equipos de investigadores en ese ámbito, ahora la burguesía se descubre verde y ecologista, recibiendo a Greta en todas las más altas instituciones del mundo (UE, ONU, el Papa, etc.) y eso que la muchacha, regañona, los pone a caldo diciéndoles “¿cómo se atreven a hablar de economía?”, "¡ustedes nos han robado el futuro"), a lo que los presentes, condescendientes, responden con fuertes aplausos. ¿Cómo es esto posible? Una buena razón puede ser que la burguesía necesite desplazar la atención de la población hacia otros temas, como el medio ambiente, el cual es, por un casual, una de las bestias negras del populismo (ver las posiciones de Trump, Bolsonaro y compañía). No es casualidad si en las recientes elecciones europeas ha habido un aumento significativo de la popularidad de los Verdes y un crecimiento por debajo de las expectativas de los populistas. Entre otras cosas, esto permite gestionar un problema real de sufrimiento de la población mediante un movimiento totalmente dirigido por la burguesía[5].
A esa primera maniobra se añaden operaciones que podríamos definir ad personam. En el caso de Trump, desde su elección, los sectores más responsables de la burguesía norteamericana han tratado de contener el activismo descabellado del presidente populista mediante la espada de Damocles del impeachment, juicio político que se basaría en sospechas de influencias extranjeras en los asuntos internos de Estados Unidos. Del caso de Boris Johnson, actual Primer Ministro inglés partidario de un Brexit sin negociación con la UE lo que equivale a una acción de fuerza, se ha ocupado el Tribunal Supremo del Reino Unido. Este tribunal rechazó como ilegal, con un juicio político muy duro, la medida de suspensión durante cinco semanas de la actividad legislativa del parlamento, cuyo fin era rematar el Brexit sin molestias. En Austria, hemos sido testigos del escándalo de las negociaciones secretas en Ibiza entre Strache - líder político del populismo austríaco, el FPÖ, y vicecanciller austríaco- y una falsa hija de magnate ruso, que se ofreció a invertir unos 250 millones de euros en acciones de la prensa austríaca con dinero negro de origen desconocido. En realidad, todo era mentira, la joven servía de anzuelo seductor y Strache se tragó anzuelo, sedal y caña: una cámara oculta lo grabó cuando le aconsejaba a la atractiva rubia que comprara un periódico austriaco enemigo suyo y lo convirtiera en órgano oficial de su partido. A cambio, prometió darle todos los contratos que se otorgaban a la empresa constructora Strabag, cuyo propietario es enemigo del FPOE. El vídeo se grabó en julio de 2017, pero sólo en mayo de 2019 recaló en el Spiegel y el Suddeutsche Zeitung, justo a tiempo para desencadenar la crisis gubernamental en Viena en vísperas de las elecciones europeas. El epílogo de esta historia es que Strache ha decidido dejar la política desde el 1º de octubre de 2019.
Cómo ha actuado la burguesía italiana contra Salvini
En el caso de Italia podemos decir que la fracción más responsable de la burguesía ha intentado domar a Salvini. En un plano judicial, con investigaciones sobre los 49 millones de euros de la Liga que desaparecieron por arte de magia; y también, en lo judicial pero con posibles consecuencias para las relaciones internacionales, con las revelaciones en la prensa de la implicación de Savoini, brazo derecho de Salvini, en una negociación de compra, por parte de ENI, de una gran partida de petróleo vendido por Rusia con un fuerte descuento de 65 millones de dólares que habría entrado, en negro, en los bolsillos de la Liga[6] a nivel de su acción como Ministro del Interior, tratando de ponerlo en dificultad en su lucha contra los inmigrantes[7].
Pero al final no fue necesario recurrir a ninguna de esas soluciones -que quedan como bazas de reserva para el futuro- porque lo que determinó la caída de Salvini fue la acción vigilante del partido más responsable de la burguesía italiana, al que podemos identificar con todo el aparato de la presidencia de la República Italiana, que simplemente se aprovechó del primer error sin posible vuelta atrás de Salvini, su torpe decisión de derribar el gobierno. Veamos los diferentes episodios de cómo se consumó la tragedia leguista
Fortalecido por el consenso obtenido con sus campañas mediáticas y convencido de que podía transformar en votos su fuerte incremento de popularidad que se había concretado ya en las elecciones europeas, en las que logró darle la vuelta a la relación de fuerzas con su aliado de gobierno M5S, Salvini decidió a mediados de verano romper la baraja y pedir la dimisión del jefe de gobierno Conte, un gobierno del que aquél y otros ministros de la Liga formaban parte, sin por ello presentar su propia dimisión. Sin embargo, Salvini, cuya ingenuidad equivale a su engreimiento, no tuvo en cuenta el juego político que permite aplicar la aritmética y considerar la posibilidad de componer mayorías diferentes. Así, con la santa bendición de la presidencia de la república, surgió un nuevo gobierno compuesto por M5S, PD, LEU. En vano Salvini intentó primero volver atrás, incluso ofreciendo la Presidencia del Consejo a Di Maio, para después acabar acusando a sus ex aliados de haber establecido acuerdos bajo mano para repartirse los ministerios. En realidad, Salvini es el único responsable de lo ocurrido, y la burguesía italiana e internacional ha suspirado aliviada por el resultado de los acontecimientos. Por otra parte, si se observa la evolución de la prima de riesgo en agosto, se ve claramente que cuanto más se desmoronaba el gobierno de Salvini-Di Maio, más se reducía la diferencia lo que mostraba claramente la expectativa de los mercados de que el gobierno anterior estaba llegando a su fin.
De modo que Salvini, que se había convertido, de hecho, en quien dictaba la línea al gobierno, saliendo siempre él en los medios de comunicación y granjeándose más y más popularidad, acabó quedando en el rincón, con “maneras” eso sí. Hay que reconocer la gran experiencia y capacidad de maniobra de los más altos poderes de la burguesía italiana, que, aunque no haya sido de manera visible, han ido tejiendo el lienzo del nuevo gobierno.
¿Qué se puede esperar de la formación del gobierno del Conte bis?
En este punto surge la pregunta: ¿qué podemos esperar de este nuevo gobierno? ¿Cuál será su duración y estabilidad? ¿Cuál será la política hacia el proletariado? Mientras tanto, podemos decir que la acogida en la “comunidad internacional” ha sido de lo más favorable. Que Salvini no era sólo un problema para Italia, sino para toda la llamada comunidad internacional, lo demuestra todo lo ocurrido tras la formación del gobierno de Conte-bis. La satisfacción de la UE con el nuevo gobierno y la promesa de ayudarle lo confirman. El cambio de actitud hacia la UE ha obtenido resultados inmediatos, con la distribución de los migrantes desembarcados entre los diferentes países europeos. De hecho, la política de "puertos cerrados" era más un eslogan propagandístico de Salvini que una política real capaz de abordar el problema de la llegada de inmigrantes: de hecho, los puertos estaban cerrados sólo a las ONG, cuando el número de inmigrantes recuperados por ellas era sólo el 10% del total de los desembarcados en Italia.
También a nivel económico la burguesía italiana podrá contar con la ayuda de la burguesía europea, que podrá otorgarle mayor flexibilidad para incrementar el déficit, algo de lo que Europa había culpado al gobierno de Salvini-Di Maio.
Trump también saludó esta conclusión, lo cual puede parecer extraño, pero dada la posibilidad de que la Liga exprese cada vez más abiertamente una orientación prorrusa, para EE.UU es mejor tener una Italia vinculada a la UE que una Italia leal a la Rusia de Putin. Y, tras el increíble cambio de Conte, pasando de títere en manos de Salvini y Di Maio a figura política de primer plano, es posible que haya habido asesoramiento y apoyo por parte de los gobiernos europeos. Esta conclusión anti -populista de la crisis política en Italia se suma a la baza de Macron, utilizado en Francia contra la amenaza de una presidencia populista de Le Pen y todas las demás políticas ya mencionadas.
La fuerza de este gobierno radica en que ha recuperado la participación del PD, un partido histórico con gran experiencia política, con gran responsabilidad y lealtad al estado burgués, que también influirá en el M5S, una formación con fuertes rasgos populistas, pero de una naturaleza muy distinta al populismo de derecha. La colaboración con el PD limitará tales rasgos populistas y ya estas primeras semanas de gobierno lo están demostrando.
Dicho lo cual, las perspectivas de este Gobierno no son tan halagüeñas. Todo lo contrario. Los problemas son, por una parte, el de su cohesión política y, por otra, el de las medidas económicas que se verá obligado a tomar. De hecho, pocos días después de su formación, se produjo la separación de Renzi del PD y la formación de "Italia viva". Con la formación de este grupo, que se encuentra en una posición central, entre el PD y Forza Italia, Renzi expresa la ambición de desvalijar a este partido ahora a la deriva, además de arramblar con todos los moderados del PD, siguiendo ambiciones totalmente personales e irresponsables. A pesar de las reiteradas declaraciones de apoyo al gobierno del Conte y de no beligerancia hacia el PD, es evidente que la formación de un partido personal de Renzi responde a la idea de actuar como fiel de la balanza y dedicarse a chantajear al gobierno de Conte. Por otro lado, el M5S es incapaz de quitarse de encima la inconstancia antojadiza populista del “pensamiento-Grillo”, por lo cual sigue estando sometido a constante observación.
Pero el problema mayor que enfrenta este gobierno será quizás lo que está obligado a hacer en lo económico. Italia debe tomar decisiones importantes para revitalizar la economía ahora con un crecimiento cero y con fábricas que cierran un tras otra, como Whirlpool entre otras, y ciertamente no será fácil resolver esos problemas ante una recesión que se perfila en el horizonte y que dejará aún menos margen de maniobra que la de hoy. Al mismo tiempo, las difíciles condiciones económicas y las dificultades a las que se enfrentará este gobierno pueden constituir una base para la reanudación de la acción populista, con el apoyo a Salvini por parte de Fratelli d'Italia de Meloni.
Cualquiera que sea el resultado de esta historia, lo cierto es que los trabajadores, los jóvenes, los pensionistas, los desempleados, los inmigrantes y los proletarios en general no tendrán paz y no podrán contar con un futuro mejor, eso si no toman su destino en sus propias manos.
Ezequiel 10 de octubre de 2019
[3] Ver Brexit: La burguesía británica está perdiendo el control de su juego político https://es.internationalism.org/content/4450/brexit-la-burguesia-britanica-esta-perdiendo-el-control-de-su-juego-politico
[4] L’Italia nel quadro delle elezioni europee: difficoltà per la borghesia e trappole per i proletari in Rivoluzione Internazionale n°183 (publicación en italiano de la CCI)
[5] Ver Hoja internacional de la CCI: Solo la lucha de clases internacional puede poner fin al curso del capitalismo hacia la destrucción https://es.internationalism.org/content/4465/hoja-internacional-de-la-cci-solo-la-lucha-de-clases-internacional-puede-poner-fin-al
[6] Este episodio, que fracasó, arroja una nueva luz sobre las orientaciones en política exterior de la Liga. En la propaganda contra "la Europa de la austeridad", "la Europa de los burócratas", se revela una actitud sustancialmente antieuropea, llegando incluso a la amenaza de abandonar el euro. Por otro lado, está la exaltación de la Rusia de Putin, al que consideran como "uno de los mejores líderes de la historia". Entre otras cosas, el poder judicial está llevando a cabo un proceso penal por una posible subvención rusa a la Liga.
[7] La ovación que Carola Rackete recibió el 3 de octubre ante la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior (Libe) del Parlamento Europeo es muy significativa. Rackete era la capitana de Sea Watch 3 que permaneció con su tripulación y 53 inmigrantes rescatados del mar durante más de dos semanas en Lampedusa. Una vez más, otra alabanza a quienes acusan a los poderosos "¿Dónde estaban ustedes cuando pedimos ayuda por todos los medios de comunicación y canales diplomáticos para poder atracar?" parece ser sobre todo un aguijón contra todo el populismo.