El crimen policial en USA de George Floyd ha desatado una oleada de indignación con numerosas manifestaciones en todos los estados de la Unión. Pero esta indignación ha sido desviada y canalizada por la burguesía hacia el terreno del antiracismo y de la defensa de la democracia. Carniceros patentados como el ex presidente Bush o el organizador de la primera guerra del Golfo, Colin Powell, junto con el ex presidente Obama, bajo cuyo mandato hubo numerosos asesinatos policiales de personas de raza negra, se "han sumado a la indignación" y "han dado su apoyo" a las protestas. La inmensa mayoría de fracciones burguesas, con Amazon o Facebook a la cabeza, viste el traje "antirracista"

Los exabruptos, las salidas de tono, los rapapolvos en todas las direcciones han pasado a formar parte del anecdotario de la actualidad mundial. Sin embargo, dos cosas deben estar claras: primera, no es Trump quien provoca este espectáculo delirante sino la descomposición creciente del sistema capitalista, sus contradicciones cada vez más brutales, las que llevan a la cabeza de la primera potencia mundial a semejante individuo, de la misma forma que la decadencia del Imperio Romano llevó a que se intentara proclamar un caballo como emperador. Segunda, Trump es un criminal xenófobo que está causando muertes y sufrimientos por doquier en USA y en muchas partes del mundo, sin embargo, una vez más, tan siniestro personaje le va como anillo al dedo a la actual evolución del capitalismo mundial.

El proletariado en Estados Unidos es un gran desconocido para sus hermanos del resto del proletariado mundial. Durante años se le ha presentado como aburguesado y cómplice del imperialismo. Sin embargo, como muestra el artículo escrito por nuestra sección allí, los problemas que le afectan, las preocupaciones que tienen, sus experiencias, son comunes a las del conjunto del proletariado mundial y forman parte de su lucha. Agradecemos a un compañero muy próximo la cuidada traducción que ha realizado.