Descomposición

Tras el hundimiento del bloque del este, inestabilidad y caos

El hundimiento del bloque del Este que acabamos de presenciar, es, junto con la reanudación histórica del proletariado a finales de los años 60, el hecho más importante desde la segunda guerra mundial. En efecto, lo ocurrido en la segunda mitad del año 1989 ha significado el final de la configuración del mundo tal como había sido durante décadas. Las Tesis sobre la crisis económica y política en URSS y en los países del Este (véase Revista Internacional nº 60), redactadas en septiembre del 89, proporcionan el marco para comprender lo que

Caos imperialista, desastre ecológico - El capitalismo a la deriva

Caos imperialista, desastre ecológico

El capitalismo a la deriva

Hace más de un siglo, Friedrich Engels predijo que, dejada a su aire, la sociedad capitalista arrastraría a la humanidad a la barbarie. Y así es: durante los últimos cien años, la guerra imperialista no ha cesado de aportar su serie de hechos cada vez más graves y abominables, desgraciada ilustración de aquella previsión. Hoy, el mundo capitalista ha abierto una nueva vía al desastre que se avecina, por así decirlo, a rematar la ya bestial de la guerra imperialista: la de una catástrofe ecológica “man-made” –  o sea “fabricada por el hombre”– que en el espacio de unas cuantas generaciones, podría transformar la Tierra en un planeta tan inhóspito para la vida humana como Marte. Por muy conscientes que sean los defensores del orden capitalista de semejante perspectiva, nada en absoluto podrán contra ella, por la sencilla razón de que es la propia perpetuación contra natura de su modo de producción agonizante lo que provoca tanto la guerra imperialista como la catástrofe ecológica.

Crisis y militarismo

La burguesía presenta la guerra en el Golfo de manera contradictoria: unas veces es causa de la crisis y otras es el medio para superarla al instaurarse un «nuevo orden internacional» de «prosperidad» y de «estabilidad».

Última hora: la “revolución serbia” - Una victoria de la burguesía, no de la clase obrera

Cuando íbamos a cerrar este número, la situación ha conocido una nueva conmoción en Yugoslavia. Queremos aquí expresar inmediatamente nuestra postura. Lo exige nuestra responsabilidad como organización revolucionaria del proletariado que somos, por muy breve que haya de ser nuestra toma de posición. Seguros podrán estar nuestros lectores de que muy rápidamente hemos de exponer nuestros análisis y nuestra intervención en general sobre esta cuestión, en particular en nuestras publicaciones territoriales.

Reflexión sobre las revueltas en Francia

Publicamos dos artículos de intervención de Révolution Internationale, nuestra sección en Francia, sobre las revueltas de los suburbios de las ciudades francesas. Como primera intervención , Révolution Internationale publicó Revueltas en la periferia de ciudades francesas: ante la desesperación, sólo la lucha de clases puede ofrecer un porvenir que se puede encontrar en nuestra Web y también en nuestro periódico Acción Proletaria nº 185. La discusión que este acontecimiento suscitó en el Foro Internacionalista motivó una contribución nuestra titulada Debate sobre las revueltas en Francia que también puede encontrarse en nuestra Web. En respuesta a este documento recibimos 3 contribuciones diferentes de nuestros lectores y simpatizantes. Una de ellas, por los temas que plantea, requiere una respuesta más detallada que vamos a efectuar, mientras que las preocupaciones que expresan las dos primeras pueden ser respondidas por los documentos de nuestra sección en Francia que publicamos a continuación.

Un texto muy interesante sobre los problemas actuales de la clase obrera

Presentamos a continuación un texto remitido por un joven compañero adonde reflexiona sobre algunos problemas, esencialmente de tipo subjetivo, que sufren muchos trabajadores. Esos problemas son, como dice el compañero, despreciados y relegados como secundarios. Nosotros compartimos con él la importancia que tienen y que nuestra clase debe abordarlos para poder desarrollar su conciencia, su unidad y su lucha contra el capitalismo. En contra de lo que predican los seudo-marxistas, el marxismo jamás ha reducido la lucha proletaria a un mero determinismo economicista. Al contrario, siempre ha tenido muy en cuenta los factores subjetivos: la confianza, la solidaridad, la fraternidad, la integridad moral, el compañerismo, el combate contra la alienación y la atomización. Siguiendo esa tradición nosotros hemos contribuido con un Texto sobre la solidaridad y la confianza, publicado en REVISTA INTERNACIONAL números 111 y 112.

Atentados de julio en los transportes londinenses, Huelga espontánea el 11 de agosto de los obreros del aeropuerto de Londres

¿Qué futuro para la humanidad? ¿Guerra imperialista o solidaridad de clase?

 

 

En 1867, en el prefacio de la primera edición de su famosa obra, El Capital, Carlos Marx observaba que las condiciones económicas de Inglaterra, primer país industrializado, eran un modelo para el desarrollo del capitalismo en los demás países. Fue así Gran Bretaña el “país referencia” de las relaciones de producción capitalistas. A partir de entonces, el sistema capitalista ascendente iba a dominar el mundo. Cien años más tarde, en 1967, la situación en Gran Bretaña volvía a ser simbólicamente significativa y profética con la devaluación de la libra esterlina: esta vez, lo que simbolizaba era el declive del mundo capitalista y su creciente quiebra. Los acontecimientos del verano de 2005 en Londres han mostrado una vez más que Gran Bretaña ha vuelto a ser una especie de jalón indicador para el capitalismo mundial. El verano londinense ha sido precursor en dos planos: el de las tensiones imperialistas, o sea el conflicto mortífero entre los Estados nacionales en el ruedo mundial y el de la lucha de clases internacional, o sea el conflicto entre las dos clases principales de la sociedad: la burguesía y el proletariado.

 

Huracán Katrina : El capitalismo es el responsable de la catástrofe social

La catástrofe que ha golpeado el sur de Estados Unidos y sobre todo la ciudad de Nueva Orleáns no ha sido, contrariamente a lo machacan los medios de la burguesía, consecuencia de la irresponsabilidad del presidente Bush y de su administración. Esta propaganda antiamericana, tan difundida en esta ocasión por los medios europeos para desprestigiar la potencia estadounidense oculta, en realidad, a la vista de los proletarios, al verdadero responsable de las consecuencias dramáticas del huracán Katrina a su paso por esa región del mundo. Los trastornos climáticos, provocados en parte por el efecto invernadero, son la consecuencia de una economía capitalista cuya única razón de ser es la ganancia. Esos desajustes hacen que las “catástrofes naturales” sean más numerosas y mucho más devastadoras que en el pasado. Y además, la ausencia de auxilios, de equipos especiales y médicos, son también la expresión inmediata de la quiebra del capitalismo.

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