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Argentina en estos momentos es el segundo país con mayor inflación después de Venezuela en la región. Actualmente cierra 2022 con una inflación del 94%, la más alta desde 1991. La guerra en Ucrania1 seguida de la pandemia del covid, está generando efectos brutales en ese sentido, la inflación se manifiesta deteriorando más las condiciones materiales de la clase trabajadora de todos los países. La inflación erosiona el poder adquisitivo de los trabajadores con una fuerte presencia de estancamiento salarial. No es casualidad que el pasado 26 agosto el gobierno argentino oficializó una subida del 21% del salario mínimo, vital y móvil en tres tramos pasando de los actuales 47,850 pesos mensuales (unos 348 dólares) a 57,900 pesos (421 dólares) a partir de noviembre del presente año2.
Ante la crisis capitalista que golpea Argentina, han habido muchas luchas en los últimos meses como la de los trabajadores de neumáticos de las empresas Bridgestone, Fate y Pirelli, que paralizó a la industria automotriz Argentina por varios meses, afectando la producción de dichas fábricas. El pliego de reclamos se dio en torno a aumentos salariales. después de una larga negociación entre el sindicato Sutna3, las empresas y el gobierno, lograron un acuerdo de aumentar el salario a los trabajadores afiliados a la Sutna4. Un incremento salarial que se dará por tramos, además que las empresas se comprometieron a otorgaran un bono extraordinario a cada trabajador de 100 mil pesos.
La burguesía argentina se prepara ante una posible ola de huelgas en diferentes sectores, por eso desplazan sus medidas apoyándose de los sindicatos y gobierno para apagar de inmediato cualquier llama que pueda ser encendida por los trabajadores ante su precarización y los efectos de la inflación ocasionados por la crisis capitalista mundial. Y aunque estas medidas de aumentos salariales por tramos están muy de moda últimamente, no serán suficientes para contener la pérdida del poder adquisitivo que viene ocasionando la inflación en todos los países del mundo incluyendo Argentina.
Como vimos anteriormente con las luchas de los trabajadores de los neumáticos, hay otras luchas que se han venido dando desde antes de la pandemia, pero que han sido sofocados y controlados por los Partidos, sindicatos, piqueteros y el gobierno mostrando como todos ellos actúan de forma coordinada contra los trabajadores.
A inicio del 2022, la agencia de prensa alemana DW dijo: “El presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció este viernes (28.01.2022) que se llegó a un "acuerdo" con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar el préstamo de más de 44.000 millones de dólares que el organismo otorgó al país en 2018, cuando gobernaba el liberal Mauricio Macri.”5 Previendo y adelantándose a este anuncio a inicios de enero del 2022, el señor Eduardo Belliboni, dirigente de Polo Obrero y cabeza de la Unidad Piquetera, ya anunciaba que el 2022 será mucho más movido que el 2021.
Pues así ocurrió. “La mayor movilización por reclamos al gobierno de Alberto Fernández”, llamada “marcha federal”, fue preparada por organizaciones y movimientos sociales (Coordinadora por el Cambio Social, Polo Obrero (PO), Movimiento Barrios de Pie (MBP), etc.) nucleados en la Unidad Piquetera. La movilización que partió desde diferentes estados comenzó el 10 de mayo en las ciudades la Quiaca y Ushuaia y culminó el jueves 12 en la capital Buenos Aires.
Las consignas de la convocatoria fueron: “Por trabajo y por salario; contra el hambre y la pobreza”. Eduardo Belliboni, dijo que: “La marcha federal piquetera se está convirtiendo en una marcha del pueblo trabajador contra el ajuste y por sus reivindicaciones. Está uniendo trabajadores desocupados, ocupados y jubilados con importantes sindicatos a la cabeza…se abre un camino de unidad y lucha para el movimiento popular con el inicio de esta gran marcha federal que levanta los reclamos elementales de una clase obrera golpeada por el acuerdo del gobierno con el FMI…Reclamamos por trabajo genuino y un salario equivalente a la canasta familiar que nos permita vivir. Marchamos contra el hambre y la pobreza que alcanza niveles escandalosos en la Argentina”.
La “protesta” “encontró” su pretexto con la decisión del gobierno de no extender el programa “Potenciar Trabajo” a más beneficiarios que en la actualidad son aproximadamente 1,200,000 personas por el cual perciben 19,470 pesos mensuales (equivalente a 166 dólares aproximadamente).
Estas manifestaciones de protestas aparecen cuando algo más evidente se asoma a la realidad argentina. Y es que las distintas facciones burguesas exhiben abiertamente sus pugnas, más aún cuando se aprestan a poner sus fichas en las elecciones legislativas de noviembre. Las facciones burguesas concentradas en el Peronismo dentro de la Casa Rosada se han polarizado en aquellos que continúan apoyando al Kirshnerismo y otros alrededor de Fernández, pugna que lleva años. “La pareja presidencial lleva dos meses sin hablarse y se dispara dardos sin disimulo. Los voceros informales de la expresidenta tratan de usurpador del trono, a Fernández y le recuerdan que está en ese sitio de prestado. “El Gobierno es nuestro”, advirtió, con honestidad brutal, Andrés Larroque, ministro en la provincia de Buenos Aires y hombre fuerte de La Cámpora, la agrupación que lidera Máximo Kirchner, hijo de Cristina. “Nadie es dueño del Gobierno, el Gobierno es del pueblo”, le contestó Fernández, sin usar intermediarios.” A las puertas de estas elecciones de noviembre la pelea por la troncha incrementa las pugnas entre las distintas facciones burguesas: Peronistas, los moderados de centro, los derechistas alrededor de Macri y el surgimiento de un populista psicodélico nacionalista autocalificado de “Libertario”, como Javier Milei, que se presenta como anti: socialista, comunista, peronista, partidos políticos tradicionales, y abiertamente se declara admirador acérrimo de Trump y Bolsonaro.
Ya lo hemos dicho desde hace mucho tiempo sobre el movimiento piquetero: Entre junio y agosto (2005) hemos asistido a la mayor oleada de huelgas desde hace 15 años.” Afirmábamos aquello, porque el proletariado argentino se mostró combativo, luchó en su terreno de clase y mostró una tendencia a reconocerse como proletario encaminándose a adquirir una identidad propia. En ese mismo artículo analizamos y denunciamos cómo estas luchas obreras que se recuperaban con dificultad eran aún muy débiles y fueron eclipsadas por “…un ruidoso e hiper mediatizado enfrentamiento entre las organizaciones piqueteras y el Gobierno.”6
Los piqueteros, movimiento esencialmente conformado por desempleados, tras las luchas interclasistas de finales del 2001, adquirió ribetes de gran notoriedad gracias a los medios de comunicación masivo que los catapultó a la palestra política como los verdaderos portaestandartes de las “luchas justas” del pueblo que busca mejoras en sus condiciones de vida. A esta manipulación por parte del establishment del estado burgués, se sumaron los copartícipes en la mistificación de las luchas obreras, nos referimos a toda esa cromática de grupos izquierdistas: estalinistas, troskistas, maoístas, etc., contribuyendo en darles sustento seudo teórico revolucionario progresista, engañando y confundiendo aún más a estos trabajadores desocupados y a los sectores de la sociedad enormemente empobrecida, llevándolos al callejón sin salida del parlamentarismo, la democracia y las elecciones, apoyando a uno u otro mesías de la burguesía, como fue en su momento con el señor Kirshner7
Desde finales del 2001, año a año, los piqueteros han protagonizado movilizaciones apuntando siempre a exigir mayores recursos económicos para los programas de asistencia social destinados a sobrellevar la precariedad, o fortalecer los programas y políticas sociales que viabilicen trabajos precarios, sin cambiar nada sustancial en las condiciones de vida de los trabajadores.
¿Y qué se ha ganado entonces? Absolutamente nada. Argentina es uno de los peores países de la región en relación a condiciones de vida y salarios. Muchas veces comparado con Venezuela incluso. Los trabajadores sufren los embates de la inflación y la precariedad. La burguesía argentina a través de todo su aparato que incluye las pútridas “organizaciones populares”, somete al conjunto social y en particular a la clase trabajadora a mayores sacrificios. Y para que se facilite esa labor están las organizaciones sindicales, los partidos políticos de la llamada izquierda y toda esa variopinta gama de organizaciones populares que trabajan desde lo ideológico y político introduciendo falsos preceptos e ideas, llevando a los trabajadores suavemente hacia donde la burguesía los quiere tener: parados o sentados gritando contra el FMI, contra el gobierno de turno, defendiendo la democracia y la patria. Llevarlos a votar a las urnas, apostando sus vidas por el Mesías de turno.
Está claro que el FMI es un instrumento del capitalismo, concretamente de los países más fuertes del planeta frente a los más débiles. Sin embargo, la explotación es de todos los capitalistas del mundo sobre todos los trabajadores del mundo. Es decir, en la explotación participa no solo en FMI, el capitalismo norteamericano etc., también participa y de lleno el capital argentino y el Estado argentino.
Es una trampa canallesca presentar una oposición “antimperialista” frente al FMI con lo que se quiere atar al proletariado en Argentina a la nación, al capital argentino, a la defensa de la explotación con el color blanquiazul de la bandera argentina. Las movilizaciones de piqueteros, Polo Obrero, peronistas, sindicatos, presentan elegir VERDUGO entre los capitalistas: o el verdugo FMI o el verdugo Capital argentino “independiente”.
El FMI es un instrumento del Capitalismo, que hace su trabajo, así como el gobierno de los Kirshner, los Fernández, los Macri, como lo fueron todos los gobiernos anteriores, y que sus socios son todos los partidos políticos, desde la derecha hasta la izquierda, incluido todos aquellos que se suman a la corriente populista y sicodélica de Milei, unidos a los sindicatos y a estos últimos: Los piqueteros, con la única finalidad de: ALEJAR AL PROLETARIADO DE SU ENCUENTRO CON SU LUCHA REAL EN SU TERRENO DE CLASE.
Por tanto, es muy claro que este movimiento orquestado por “La Unidad Piquetera”, es un movimiento que juega en contra de los interés de clase del proletariado argentino, todo lo contrario, su actividad hunde en mayores confusiones al proletariado. Sus métodos de lucha no son los métodos de lucha proletaria, su método conduce a diluir al proletariado en la categoría amorfa de pueblo, su método apunta a la defensa de la Nación argentina y a la defensa de la democracia y las elecciones como mecanismo para legitimar el poder, y esa política coincide con todo el programa burgués de las organizaciones izquierdistas, que sustentan el Estado burgués por excelencia.
Finalmente, la burguesía ha utilizado también el fallido atentado contra Cristina Kirchner en un intento de movilizar a la población en torno de la defensa de la democracia y la unidad nacional, a la unidad con sus verdugos. La burguesía viene explotando más su maquinaria ideología contra los trabajadores. Con esta campaña la burguesía continua sembrando más confusión en las mentes de los trabajadores y empujarlos aún más a tomar posición entre un bando de la burguesía. Empujan a los trabajadores al terreno de luchas burguesas.
El proletariado argentino debe luchar contra debe luchar con todas sus fuerzas para liberarse de todas estas trampas ideológicas que defienden y difunden estas organizaciones de programa burgués, en defensa del Estado burgués y el orden capitalista al final de cuentas. La clase obrera en Gran Bretaña está demostrando el camino a seguir en el campo de las luchas de clase, contra la crisis económica, la inflación, la precariedad y la explotación, situaciones que se agudizan en la descomposición capitalista8.
Dédalus.
1 Ver Dossier: Contra la Guerra Imperialista en Ucrania por la Lucha de Clases Internacional https://es.internationalism.org/content/4820/dossier-contra-la-guerra-imperialista-en-ucrania-por-la-lucha-de-clases-internacional [2] .
2https://www.dw.com/es/argentina-subir%C3%A1-un-21-el-salario-m%C3%ADnimo... [3].
3Sindicato Único De Trabajadores Del Neumatico Argentino.
4 Es escandaloso y una muestra contundente de cómo los sindicatos dividen y enfrentan a los trabajadores que el aumento salarial solo vaya a los trabajadores afiliados al sindicato
5 https://www.dw.com/es/presidente-de-argentina-anuncia-nuevo-acuerdo-crediticio-con-el-fmi/a-60586751 [4]
6 https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200509/149/oleada-de-l... [5] argentina-el-proletariado-se-manifiesta-en-su-terreno.
7 https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200601/422/desde-argentina-contribucion-sobre-la-naturaleza-de-clase-del-movimient [6]
8https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo [7].
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El Gobierno PSOE – Podemos que presume de ser “el gobierno más progresista de la historia” demuestra cada día con sus hechos y decisiones que es TODO LO CONTRARIO: es un agente activo de la dinámica del capitalismo hacia la destrucción de la humanidad.
Su última aportación ha sido el incremento gigantesco de los gastos en armamento, “Nunca un gobierno había invertido tanto en defensa. Un país que tradicionalmente se había situado en el vagón de cola entre los aliados de la OTAN en este tipo de gasto dio el verano pasado, con motivo de la cumbre de la OTAN de Madrid, un giro que el sector empresarial considera histórico. Se avecina una edad dorada para la industria militar nacional y todas las empresas aspiran a multiplicar su cartera de pedidos en la nueva era geopolítica”1.
Los datos son terminantes: “El primer paso se dio en los presupuestos de Defensa de este año, con un compromiso de 14.453 millones de euros, un 23% más que en el 2022. Son 39,5 millones al día o 304 euros por habitante”. Una lluvia de millones se derrama sobre la industria militar en “programas especiales de modernización son el catalizador y Defensa ha activado la compra de cazas, blindados, fragatas y submarinos”.
Mientras el conjunto de los trabajadores nos vemos aplastados por la inflación, la precariedad, el recorte en sanidad, educación y pensiones, los despidos en masa, el Gobierno de la “sensibilidad social” escala a niveles estratosféricos los armamentos y la economía de guerra.
Esto no debe ser ninguna sorpresa conociendo la historia de los Gobiernos de Izquierda en España y en el mundo.
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Los gobiernos de izquierda en defensa de la explotación capitalista
Las tensiones imperialistas que se venían agudizando desde la década pasada, se han agravado brutalmente con la guerra de Ucrania. La orgía de destrucciones, de matanzas, de hambrunas, de barbarie, que allí se da (y en otras 52 zonas del planeta) se ha acompañado con una descomunal carrera armamentística. Todos los gobiernos del mundo, cualquiera que sea su coloración (izquierda, derecha, populista, dictatorial etc.), compiten entre sí para ver quién produce más armas, quién importa más ingenios de la muerte, quién vende más drones, tanques y demás artefactos de destrucción masiva. El gobierno PSOE-Podemos es uno más en esta escalada del asesinato y la aniquilación.
El SIPRI2 proporciona unos datos que ponen los pelos de punta: en Ucrania las importaciones de armas se han multiplicado por 60 en un año, sin embargo, los demás gobiernos que dicen “buscar la paz” han escalado las importaciones de armas en un 285% en Noruega, en un 300% en Holanda, en un 93% en el conjunto de países europeos. “Polonia que pretende poseer el primer ejército europeo entre hoy y 2030: 5% de su PIB dedicado a la defensa. Desde 2018, agárrense, Polonia ha pedido: 1400 tanques, 672 cañones, 278 lanza granadas, 80 aviones, 80 helicópteros…a su proveedor principal: Corea del Sur”. “En Asia, Indonesia, Japón, Corea del Sur, registran un alza espectacular de sus importaciones: más de 60 % para Corea del Sur, 170% para Japón, país que a mediados de diciembre anuncio la duplicación de su presupuesto de defensa. Y eso que el Informe no menciona a los países que producen sus propias armas, piénsese en China que produce cada vez más localmente, 2º presupuesto militar en el mundo”. “En total, los gastos militares en el mundo superan los 2 mil de miles de millones por año (2 billones: 2.000.000.000.000), una cifra vertiginosa, un fenómeno anterior a la guerra de Ucrania. Ni siquiera la pandemia de Covid frenó el fenómeno. La recesión mundial no afectó a la venta de armas. Esta evolución va a acentuarse en los años venideros, con más producción local tanto en China como en Europa” 3
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Militarismo y descomposición
La visión materialista vulgar ve los armamentos como el negocio de las empresas del sector o de los gobiernos exportadores de armas. El gobierno de izquierdas se esfuerza por que veamos el “lado bueno” del asunto. Pedro Sánchez “celebró” que con el programa armamentístico se crearán “1500 nuevos puestos de trabajo en los astilleros de Ferrol, Cartagena y Cádiz”.
Esta falsificación de la realidad nos oculta que la producción de armas no es un MAS para la acumulación capitalista sino un MENOS. La producción de armas solo tiene dos destinos: o destruir o convertirse en chatarra. Es decir, expulsa enormes recursos del ciclo de la economía capitalista. Con ello, la acumulación capitalista se realiza sobre bases más frágiles y empobrecidas.
Y ello tiene consecuencias. Provoca un endeudamiento monumental de los estados y se traduce en una inflación cada vez mayor. La inflación tiene como raíz la gigantesca carga de gastos improductivos (y el armamento es el mayor de ellos) que pesa como una losa sobre la economía capitalista llevándola, como estamos viendo ahora, al doble estrago de inflación por un lado y recesión por el otro, lo que llaman “estanflación”.
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Debate con un lector sobre la guerra de Ucrania y la relación de fuerzas de clase en la situación actual
La producción de armamentos y la economía de guerra agravan la tendencia, que dura ya más de medio siglo, al empobrecimiento de las condiciones de vida de los trabajadores en todo el mundo. Es lo que Marx llamó la pauperización absoluta de la clase obrera, tesis de la cual los economistas burgueses, los sindicalistas y hasta grupos izquierdistas que dicen reclamarse del “marxismo” se han reído a mandíbula batiente. Sus sarcasmos se están desmintiendo de forma acelerada en el mundo y en ese supuesto “oasis de paz y prosperidad” que serían los países centrales (Europa, USA…). Millones de trabajadores lo sufren de forma cotidiana con la precariedad, el desempleo, la inflación, los ritmos de trabajo, la carestía de la vivienda y tantos otros estragos.
Y la guerra es un factor acelerador de esa destrucción de las condiciones de vida. En los países en guerra, como Ucrania, con la aniquilación de la vida, pero en el resto del mundo, con la caída vertiginosa de las condiciones de vida.
Hitler presentaba el esfuerzo de guerra según el dilema “Cañones o Mantequilla”. Su rival Churchill lo traducía en el eslogan “Sangre, sudor y lágrimas”. La producción de guerra absorbe enormes recursos productivos robándolos a la producción de alimentos, a la salud, a la educación. En la manifestación de obreros en huelga en Gran Bretaña del 11 de marzo un cartel decía “Wages not weapons”, Salarios, no armas. En España un trabajador sanitario en huelga decía “lo que se va a la guerra lo quitan a la salud”.
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Tercer Manifiesto Internacional de la CCI
La guerra imperialista y la carrera armamentística no son una tempestad en un cielo azul. Su furia destructiva refuerza otras muchas contradicciones que asaltan el capitalismo mundial: la crisis económica que se agrava con la inflación y la crisis bancaria; la destrucción ecológica; la pandemia que se prolonga con el colapso de los sistemas sanitarios; las hambrunas… Es el polo que lleva a la destrucción de la humanidad y del planeta.
Pero el otro polo, aunque por el momento aún sea muy débil, es el polo de la lucha de clase del proletariado. En Gran Bretaña, en Francia, pero también en Dinamarca, Grecia, Alemania, Portugal, aquí en España, la clase obrera ha vuelto. Su combatividad se despierta y tiende a desarrollarse. Tiene enfrente una burguesía ultra - preparada con los sindicatos a la cabeza, va a pasar por grandes dificultades y arrastrar muchas debilidades, sin embargo, la lucha de clase del proletariado, su generalización y politización, es la única alternativa posible frente el capitalismo en su loca carrera a la destrucción.
En ningún gobierno está la alternativa. El gobierno “social y progresista” PSOE- Podemos lo ha demostrado. La alternativa está en la lucha de clase del proletariado.
Ver
Los años 20 del Siglo XXI: La aceleración de la descomposición capitalista plantea abiertamente la cuestión de la destrucción de la humanidad
Hoja internacional de la CCI: Por todas partes la misma pregunta: ¿Cómo desarrollar la lucha? ¿Cómo hacer retroceder a los gobiernos?
C. Mir 19-3-23
1 La industria militar crece al calor de la guerra (lavanguardia.com) [21]
2 Instituto Internacional de estudios para la paz, con sede en Estocolmo.
3 Fuente : France Inter, 13/03/2023
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Ante el anuncio de la adopción inmediata de la reforma de las pensiones, la reacción fue fulgurante. En toda Francia estalló la cólera. En los centros de las ciudades, trabajadores, pensionistas, parados, jóvenes futuros asalariados, nos reunimos por miles para gritar nuestro rechazo a ser explotados hasta los 64 años, en condiciones de trabajo insoportables, para acabar con una pensión miserable. "Erupción", "rabia", "conflagración" fueron las palabras de la prensa extranjera. Las imágenes de la multitud que crecía hora tras hora en la plaza de la Concordia de París dieron la vuelta al mundo.
El mensaje es claro:
- ¡No aceptaremos más sacrificios!
- ¡No nos doblegaremos más ante las órdenes de la burguesía!
- ¡Volvemos a la lucha!
- ¡Somos la clase obrera!
Desde el principio, algunas figuras políticas, de Hollande a Bayrou, han advertido a Macron sobre el "timing" de la reforma: "no es el momento adecuado", "hay riesgos de fractura social". Y tenían razón.
Este ataque ha provocado un movimiento social de una magnitud no vista desde hace décadas. Las huelgas se multiplican y, sobre todo, las manifestaciones nos reúnen a millones de personas en las calles. Gracias a esta lucha, ¡empezamos a comprender quién es ese "Nosotros"! Una fuerza social, internacional, que lo produce todo y que debe luchar unida y solidaria: ¡la clase obrera! "¡O luchamos juntos o acabaremos durmiendo en la calle!". Esto es lo que se expresó claramente el jueves pasado en la manifestación de apoyo a los basureros de Ivry que la policía vino a desalojar: ¡juntos somos más fuertes!
Y estos reflejos de solidaridad no sólo se dan en Francia. En otros países aumentan las huelgas y los movimientos sociales. En el Reino Unido frente a la inflación, en España frente al hundimiento del sistema sanitario, en Corea del Sur frente a la prolongación de la jornada laboral... en todas partes, la clase obrera se defiende.
En Grecia, hace tres semanas se produjo un accidente de tren: 57 muertos. Obviamente, la burguesía quería culpar a un trabajador. El guardagujas fue encarcelado. Pero la clase obrera comprendió inmediatamente la estafa. Miles de manifestantes salieron a la calle para denunciar la verdadera causa de este accidente mortal: la falta de personal y la ausencia de medios. Desde entonces, la cólera no se ha calmado. Al contrario, la lucha crece y se amplía: con gritos de "no más salarios bajos", "hartazgo". O también: "desde la crisis no podemos trabajar como personas decentes, ¡pero no nos matéis!”.
Nuestro movimiento contra la reforma de las pensiones participa en este desarrollo de la combatividad y de la reflexión de nuestra clase a nivel mundial. Nuestro movimiento demuestra que somos capaces de luchar masivamente y de hacer temblar a la burguesía. Ya todos los especialistas y doctores de la política anuncian que será muy complicado para Macron aprobar nuevas reformas y grandes ataques de aquí al final de su quinquenio.
La burguesía es consciente de este problema. Por eso nos tiende trampas, nos desvía de los métodos de lucha que nos alientan y nos hacen fuertes, tratando de encerrarnos en callejones sin salida.
Desde el anuncio del 49-3, los partidos de izquierda y los sindicatos nos instan a defender la "vida parlamentaria" frente a las maniobras y la "negación de la democracia" de Macron.
Pero décadas de "democracia representativa" han demostrado definitivamente una cosa: desde la derecha a la izquierda, desde los más moderados a los más radicales, una vez en el poder, todos llevan a cabo los mismos ataques e incumplen sus promesas. Peor aún, la convocatoria de nuevas elecciones es la más taimada de las trampas. No tiene otra función que robar al proletariado su fuerza colectiva. Las elecciones nos reducen al estado de "ciudadanos" atomizados frente a la apisonadora de la propaganda burguesa. ¡La cabina electoral tiene un nombre muy apropiado!
Intentan hacernos creer que otro capitalismo es posible, un capitalismo más humano, más justo e incluso, por qué no, más ecológico. Basta con que esté bien gobernado. Eso es mentira. El capitalismo es un sistema de explotación decadente que arrastra poco a poco a toda la humanidad hacia una miseria y una guerra cada vez mayores, hacia la destrucción y el caos. El único programa de la burguesía sea cual sea su color político, sea cual sea la máscara que lleve, ¡es siempre más explotación!
La democracia burguesa es la máscara hipócrita de la dictadura capitalista.
Ante la "sordera" del gobierno, crece la idea de que la única manera de "hacernos oír" es bloquear la economía. Es la comprensión cada vez mayor del papel central de la clase obrera en la sociedad: a través de nuestro trabajo combinado, producimos toda la riqueza. La huelga de los basureros de París lo demuestra claramente: sin su actividad, la ciudad se vuelve inhabitable en pocos días.
Pero la izquierda y los sindicatos están convirtiendo esta idea en un callejón sin salida. Impulsan acciones de bloqueo, cada uno en su empresa, cada uno en su lugar de trabajo. Esto deja a los huelguistas aislados en su rincón, separados de los demás trabajadores, privados de nuestra principal fuerza: la unidad y la solidaridad en la lucha.
En el Reino Unido, los huelguistas llevan casi diez meses reducidos a la impotencia, a pesar de su rabia y determinación, porque están divididos en "piquetes", cada uno bloqueando su centro de trabajo. La derrota histórica de los mineros ingleses durante la lucha de 1984-85 contra Thatcher ya fue el resultado de esta misma trampa: empujados por los sindicatos, habían querido bloquear la economía provocando una escasez de carbón. Habían resistido más de un año y terminaron exhaustos, aplastados y desmoralizados. Su derrota había sido la de toda la clase obrera británica.
Algunos manifestantes empiezan incluso a decir que hay que pasar a modos de acción más duros: "Yo no soy nada violento, pero podemos sentir que hay que hacer algo para que el gobierno reaccione". Cada vez se insiste sobre el ejemplo de los chalecos amarillos. Se extiende una cierta simpatía por las acciones de saqueo de los black-blocks.
Pensar que el Estado burgués y su inmenso aparato represivo (policía, ejército, servicios secretos, etc.) podrían asustarse lo más mínimo quemando contenedores de basura y rompiendo escaparates es ilusorio. No son más que picaduras de mosquito en la piel de un elefante. Por otra parte, todas estas acciones de apariencia "hiperradical" son perfectamente explotadas por la burguesía para quebrar... la fuerza colectiva del movimiento:
- Poniendo de relieve la más mínima ventana rota, los medios de comunicación asustan a toda una parte de los trabajadores que querrían unirse a las manifestaciones.
- Provocando sistemáticamente incidentes, las fuerzas del orden gasean, dispersan e impiden así toda posibilidad de reunión y debate al final de la manifestación.
La acción violenta minoritaria de unos cuantos gamberros es, de hecho, exactamente lo contrario de lo que realmente constituye la fuerza de nuestra clase.
En los últimos días, los periódicos han señalado la posibilidad de un "escenario CPE". En 2006, el gobierno se vio obligado a retirar su Contrat Première Embauche (Contrato Primer Empleo), que iba a sumir a los jóvenes en una precariedad aún mayor. En aquel momento, la burguesía se asustó ante la creciente envergadura de la protesta, que empezaba a ir más allá del movimiento juvenil, de los estudiantes precarios y de los jóvenes trabajadores, para extenderse a otros sectores, con consignas unidas y solidarias: "jóvenes lardons, viejos croutons, ¡todos la misma ensalada!", se leía en las pancartas.
Esta capacidad de extender el movimiento era el resultado de los debates en verdaderas asambleas generales soberanas y abiertas a todos. Estas AG eran los pulmones del movimiento y buscaban constantemente, no encerrarse en las universidades o en los lugares de trabajo con un espíritu de ciudadela sitiada, bloquearlas a toda costa, sino extender la lucha, con delegaciones masivas a las empresas vecinas. ¡Esto es lo que hizo retroceder a la burguesía! ¡Esto es lo que hizo fuerte a nuestro movimiento! ¡Estas son las lecciones que debemos reapropiarnos hoy!
La fuerza de nuestra clase reside en nuestra unidad, en nuestra conciencia de clase, en nuestra capacidad para desarrollar nuestra solidaridad y extender así el movimiento a todos los sectores. Este es el acicate que debe guiar nuestras luchas.
En la lucha, ¡sólo podemos confiar en nosotros mismos! Ni en los políticos, ni en los sindicatos. Es la clase obrera y su lucha la que lleva una alternativa, la del derrocamiento del capitalismo, ¡la de la revolución!
Hoy sigue siendo difícil reunirse en asambleas generales, organizarse. Sin embargo, es la única manera. Estas AG deben ser lugares donde decidamos realmente la dirección del movimiento, donde nos sintamos unidos y confiados en nuestra fuerza colectiva, donde podamos adoptar juntos reivindicaciones cada vez más unificadoras y salir en delegaciones masivas al encuentro de nuestros hermanos y hermanas de clase en las fábricas, hospitales, escuelas, tiendas, administraciones más cercanas.
Hoy o mañana, las luchas continuarán, porque el capitalismo se hunde en la crisis y porque el proletariado no tiene otra opción. Por eso, en todo el mundo, los trabajadores se lanzan a la lucha.
La burguesía continuará sus ataques: inflación, despidos, precariedad, escasez... Frente a este deterioro de las condiciones de vida y de trabajo, la clase obrera internacional retomará cada vez más el camino de la lucha.
Así pues, allí donde podamos, en las calles, después y antes de las manifestaciones, en los piquetes, en los cafés y en los lugares de trabajo, debemos reunirnos, debatir, aprender las lecciones de las luchas pasadas, para desarrollar nuestras luchas actuales y preparar las luchas venideras.
¡El futuro pertenece a la lucha de clases!
Corriente Comunista Internacional, 20 de marzo de 2023
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En numerosas ocasiones, con ocasión de catástrofes climáticas o industriales que causan numerosas víctimas, la CCI ha denunciado sistemáticamente las lágrimas de cocodrilo de los gobiernos, responsables políticos o económicos que invocan siempre la "fatalidad", la mala suerte, los "errores humanos", la "irresponsabilidad" de tal o cual técnico, empleado o estructura local encargada del mantenimiento, o la "imprevisibilidad" de los episodios climáticos...
Cada vez, ante tales catástrofes, inundaciones, gigantescos incendios forestales, el derrumbamiento de un puente, como en Génova, la caída de un teleférico, el hundimiento de una fábrica, un corrimiento de tierras, etc. (y estos trágicos acontecimientos se han acelerado con el paso de los años), la hipocresía y el cinismo desvergonzados de la burguesía no tienen límites. Siempre ha tratado de encontrar un chivo expiatorio ideal, de encontrar una explicación poco convincente para justificar lo injustificable, para hacer olvidar quiénes son los verdaderos culpables: los representantes y defensores de un sistema capitalista decadente y moribundo que en todo el mundo respira muerte por todos sus poros1.
Hoy de nuevo en Grecia, con la catástrofe ferroviaria del choque frontal de dos trenes, el gobierno y las compañías ferroviarias han intentado echar la culpa a un jefe de estación inexperto que cometió un error fatal que él mismo reconoció y asumió.
Pero, a diferencia de otros accidentes igualmente dramáticos, incluso en Grecia con ocasión de los gigantescos incendios de 2018 y 2021 que causaron decenas de muertos, la conmoción, el dolor y la tristeza de la población, ante la muerte de estas 57 víctimas, no se limitaron al recuerdo íntimo, a los homenajes solemnes bajo la égida del Estado burgués, y no se volvieron contra este jefe de estación designado como "culpable" por el gobierno y por el primer ministro Mitsotakis.
Rechazando la "fatalidad", la indignación y la inmensa cólera de la mayor parte de la población, especialmente de la clase obrera, estalló en las calles, en Atenas, en Salónica, en las empresas, en manifestaciones masivas que reunieron a decenas de miles de personas, por huelgas espontáneas entre los ferroviarios, con un llamamiento a parar el trabajo el miércoles 8 de marzo en gran parte de los sectores públicos y privados, desde la sanidad a los profesores, marineros, trabajadores del metro, estudiantes... ¡nunca visto desde hace más de diez años!
Como en Gran Bretaña desde hace más de 9 meses, como en Francia hoy frente a la reforma de las pensiones, la clase obrera en Grecia grita: "¡Basta ya! ¡La copa está llena!”
Ante la delicuescencia de los servicios públicos, tras más de diez años de planes de austeridad, la calle respondió al Gobierno con este lema que se escuchó en todas las concentraciones: "No fue un error humano, no fue un accidente, fue un crimen". "¡Abajo los gobiernos asesinos! "Mitsotakis, ministro del crimen"... La publicación de las disculpas apocadas del primer ministro Mitsotakis tras sus primeras declaraciones de pacotilla sobre el "error humano" del jefe de estación, se vivió como una provocación más, sacando espontáneamente a la calle a más de 12.000 personas.
La clase obrera griega grita su solidaridad con todas las víctimas de la explotación capitalista, su rechazo a pagar la crisis, su rechazo a los repetidos planes de austeridad, o a la prolongación de la jornada laboral como en Francia, su rechazo a morir utilizando los transportes cotidianos que se han convertido en una máquina de muerte: falta de personal, infraestructuras deterioradas, autobuses o trenes arruinados, sistemas de seguridad ausentes u obsoletos, escasez de material... ". Este accidente de tren ha sido la gota que ha colmado el vaso. Nada funciona en Grecia. La educación, el sistema sanitario, el transporte público, todo está en ruinas. Este gobierno no ha hecho nada para rectificar la intolerable situación del sector público, pero ha gastado dinero en el ejército y la policía" (una profesora griega).
Esta es la realidad cotidiana del mundo capitalista, del empeoramiento de nuestras condiciones de vida y de trabajo, ¡en todas partes, en todos los países!
Esta combatividad masiva de la clase obrera hoy en Grecia se une a la del proletariado en Francia, en Gran Bretaña, que ya lucha y se moviliza desde hace semanas, desde hace meses, a través de luchas que expresan una gran rabia y determinación.
La indignación ante la hipocresía del Estado, ante la búsqueda desenfrenada de beneficios por parte de las empresas privatizadas o no privatizadas, expresa la misma rabia, la misma solidaridad, el mismo rechazo a doblegarse, a sufrir una y otra vez la explotación y a pagar con la vida la descomposición cotidiana del pútrido sistema capitalista.
Es el mismo "reflejo" de clase que resurge aquí en Grecia, en la continuidad de otras expresiones masivas de cólera en todo el mundo ante la crisis, la mala gestión y la negligencia del Estado. También aquí, hace años que la combatividad de los trabajadores en Grecia no se expresa a tal nivel.
Este "reflejo" de solidaridad en las filas de los trabajadores rompe con años de repliegue, apatía o expectación por la clase obrera. Un ejemplo elocuente y muy significativo: durante la jornada de huelga del 8 de marzo en Atenas, los trabajadores del transporte público, en huelga, ¡decidieron poner en marcha autobuses y líneas de metro durante unas horas, para facilitar el transporte y la participación de los manifestantes en las concentraciones! Así es como la lucha puede dar vida a la movilización y a la solidaridad, ¡frente a los "bloqueos" propuestos por los sindicatos como en Francia!
La burguesía, en Grecia, desestabilizada durante un tiempo por la reacción masiva de los trabajadores, intenta por supuesto limitar la movilización y la reflexión: grita "haro" sobre la corrupción, el clientelismo, el retroceso del "Estado de derecho», la austeridad impuesta por Europa, ¡y llama a la movilización electoral para las próximas elecciones legislativas! Todo vale para encubrir la realidad de la descomposición del mundo capitalista y su verdadera responsabilidad, en Grecia como en todas partes.
Pero sea cual sea el resultado de este movimiento de lucha, su expresión abierta hoy, masiva, solidaria, es ya una victoria, una etapa, que participa directamente en toda la renovación de la lucha obrera internacional.
Stopio, 10 de marzo de 2023
1 Para comprender el marco histórico en el que se producen las múltiples catástrofes de todo tipo que asolan el mundo ver Los años 20 del Siglo XXI: La aceleración de la descomposición capitalista plantea abiertamente la cuestión de la destrucción de la humanidad https://es.internationalism.org/content/4897/los-anos-20-del-siglo-xxi-la-aceleracion-de-la-descomposicion-capitalista-plantea [19]
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La situación de protestas que se abrió el pasado 7 de diciembre, luego de la salida del gobierno de Pedro Castillo, ha continuado y producto de la violencia desatada, la Fiscalía peruana indicó que, hasta el 20 de enero, había una cifra de 55 fallecidos y más de 1200 heridos. De igual manera, se mantienen hasta ahora 78 bloqueos de carreteras y acciones de protesta en 28 provincias, sobre todo en el sur del país. El pasado 15 de enero, se declaró en estado de emergencia a las regiones de Puno, Cusco, Lima y el Callao por un plazo de 30 días calendario. El actual gobierno de Dina Boluarte sigue firme en su decisión de poner “mano dura” a las protestas e iniciar investigaciones judiciales apoyándose en los aparatos de inteligencia policial, con lo cual, intenta evitar un escenario como el vivido en años recientes en países como Chile o Colombia. Por otro lado, los manifestantes reclaman la liberación del ex presidente Pedro Castillo (a quien ponen como la víctima de un golpe de Estado), la renuncia de Dina Boluarte, adelanto de elecciones y la celebración de una consulta popular para aprobar el inicio de un proceso constituyente.
En diciembre del año pasado, publicamos un artículo en nuestra prensa web, en el cual indicamos lo siguiente: “Las revueltas populares que se levantan como acciones organizadas de las facciones enfrentadas de la derecha y la izquierda burguesa, son expresión de la desesperación de estas mismas facciones por mantener o volver a controlar el Estado [dando lugar a una polarización que] ha permeado a la sociedad, con toda su carga de confusión y envenenamiento ideológico. Ejemplo de ello, son las demandas de “cierre del congreso”, “que se vayan todos”, “nuevas elecciones”, “nueva constitución”, que no son más que demandas democráticas, que solo buscan seguir manteniendo el statu quo del Estado burgués. Estas demandas, nada tienen que ver con los intereses de la clase trabajadora y su proyecto histórico. Por el contrario, lo lleva al encierro en la sociedad de la explotación y las clases sociales. Ellas se alejan de aquellas demandas inmediatas, que se dan la perspectiva de defender sus condiciones de vida y que también, cumplen una función como experiencia de lucha necesaria para la maduración política de sus fuerzas. […] Aunque no dudamos que existen elementos de la clase obrera, envueltos en estas revueltas populares, que tratan de expresar su indignación frente a la decadencia de la clase política, lo hacen en un terreno que no es el suyo, donde la burguesía y la pequeña burguesía imponen sus banderas democráticas, a fin de mantener intacta la sociedad de la explotación y la defensa de sus propios intereses de lucro y ganancia gracias a la feroz explotación de la fuerza de trabajo de los trabajadores. Esos elementos de la clase trabajadora y otras capas no explotadoras se ven arrastrados por la violencia irracional y putrefacta que produce un sistema que ya no tiene más que ofrecer a la humanidad.”1
Es necesario insistir, que estas protestas han desembocado en algunas regiones del país en revueltas de carácter interclasista, donde los trabajadores son llevados a defender banderas de la pequeña burguesía, quedando atomizado y envuelto en una confrontación que está fuera de su terreno de clase. Además, en estas revueltas se han dado actitudes más identificadas con el lumpen, como el incendio de edificios, empresas, minas, ataque a buses, a ambulancias, el cobro de cupos (extorsiones en las carreteras tomadas) y lo que es peor, el ataque a muchos obreros como los de salud, obreros mineros y agroindustriales, que vieron robadas sus pertenencias o atacada su integridad física al no querer plegarse a la revuelta.
Más allá de la indignación y el resentimiento social que históricamente ha existido en provincias del sur del Perú, como Huancavelica, considerada por la Cámara de Comercio como la segunda más pobre (41.2%), seguida por regiones como Puno o Ayacucho2, y del hecho de que la ideología izquierdista ha cultivado la narrativa del derecho de las más pobres a rebelarse, de los derechos conculcados a los pueblos originarios, o de los campesinos a la tierra, lo que parece estar de fondo en toda esta situación, son las aspiraciones, hasta ahora frustradas, que aquellos sectores de la pequeña burguesía, urbana y rural, creían posibles de conseguir una vez llegado Pedro Castillo al poder, frente a la gran burguesía peruana, que posee el control no solo de actividades como alimentos, banca, construcción, minería, turismo, materiales, combustibles, educación, entre otros, con ingresos anuales en miles de millones de dólares e inversiones en gran parte de América del Sur, Europa y los USA3, sino también, posee el control político, con fuerte representación de partidos en el Congreso, además de que ha echado profundas raíces en el aparato de Estado. Es por ello, que, en algunos momentos de esta confrontación, se ha planteado como una lucha del “sur rico en recursos, pero pobre”, contra la burguesía limeña, “corrupta, excluyente y centralista”. La apropiación de los grandes recursos naturales-materiales por parte de esa burguesía limeña, es otra de las aristas que, desde hace largo tiempo, sustenta el discurso de los protagonistas de estas movilizaciones.
Los sectores de la pequeña burguesía que impulsan estas acciones de tomas de carreteras, movilizaciones y marchas en las provincias y de algunas de estas hacia Lima, se han apoyado en Asociaciones de pequeños comerciantes, Federaciones campesinas, sindicatos, gobernadores regionales, autoridades universitarias, colegios de abogados provinciales, ronderos y gremios de estudiantes, en gran parte, permeadas por la ideología izquierdista, combinada con elementos nacionalistas y regionalistas, que reflejan la defensa de los intereses particulares de estos grupos, que es, a fin de cuentas, la defensa del capital nacional.
Según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística e Información (INEI), en el año 2021, el 25.9% de la población peruana se encontraba en situación de pobreza (8.5 millones de personas), y un 4.1% en pobreza extrema (1.3 millones de personas), tomando en cuenta que para esta medición, se consideró pobre a aquella parte de la población que tiene una capacidad mensual para adquirir una canasta de bienes y servicios inferior a 378 soles (97 US$) y en pobreza crítica, a quienes esa capacidad es inferior a 201soles (52US$)4. A esto hay que agregarle, el impacto económico de los años de la pandemia COVID-19 y más recientemente de la guerra en Ucrania. Es evidente que la crisis económica mundial castiga al conjunto de la burguesía nacional, pero con más fuerza a los sectores más vulnerables del aparato productivo, ni hablar de los informales.
Son estos hechos, los que nos llevan a plantear que estas movilizaciones constituyen una acción desesperada de aquellos sectores hundidos hasta el cuello por el deterioro progresivo de la economía, que han aspirado una mayor participación política en el aparato de Estado, y desde allí, ejercer acciones que les permitan salvaguardar sus intereses. Han aprovechado el empobrecimiento general para azuzar al espantajo de la exclusión social por razones de raza o región de origen, de la “democracia solo para unos pocos”. La Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) y el Ministerio del Interior, han afirmado que estas movilizaciones “están financiadas por la minería ilegal, el narcotráfico y otros agentes que buscan sembrar miedo”. Además, acusa a organizaciones políticas y sindicales, como Movadef, Fenate y facciones de Sendero Luminoso, Central Única de Rondas Campesinas, SUTEP, así como a la Federación Regional de Productores Agrarios y Medio Ambiente.5
Por su parte, los sectores de la burguesía tradicional y sus partidos, han aprovechado también la situación, agitando la bandera de la lucha anti comunista, para que “no se repita el terrorismo en el país”, lo cual les ha dado la excusa perfecta para desatar la represión y el terror de Estado, matando dos pájaros de un solo tiro, al criminalizar también la protesta y presentar todo reclamo o reivindicación social como vandalismo. El gobierno de Dina Boluarte desplegó 11.000 funcionarios policiales para el control de las movilizaciones en esta ciudad y el 21 de enero, intervino en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la principal universidad pública del país, usando un importante contingente policial, derribando la puerta principal con una tanqueta, usando también drones y helicópteros, deteniendo a 200 personas aproximadamente, muchas de ellas manifestantes que habían venido de otras regiones y se encontraban pernoctando en esa institución, enviando un mensaje claro al sector estudiantil, al que acusó de estar preparando acciones terroristas. Más allá de que aquellas organizaciones políticas y gremiales de la pequeña burguesía y de las facciones de la izquierda estén motorizando las movilizaciones e incluso, que haya un supuesto financiamiento proveniente de actividades ilegales, esto no cambia nada la posición que los trabajadores deben mantener frente a esta situación, que ilustra el impacto de la descomposición del capitalismo en la vida de la burguesía peruana.
Otra forma a través de la cual las distintas facciones de la burguesía atacan ideológicamente al proletariado, es a través de una campaña en la que se exalta el nacionalismo, la defensa de la democracia y la nación. Esto refleja otra dimensión de la crisis política, como son las acciones en las que se evidencia la competencia geopolítica en la región. El 23 de enero, la Cancillería peruana emitió un comunicado rechazando las declaraciones del presidente de Bolivia, Luís Arce, en las cuales manifestó su “apoyo a la lucha del pueblo peruano por recuperar su democracia y por elegir un gobierno que los represente”6. Hay que recordar, que el presidente del Consejo de ministros de Perú, acusó a Evo Morales de “alentar la insurrección […] y de ingresar proyectiles al Perú desde Bolivia”. Las intenciones de Pedro Castillo de favorecer a Evo Morales en cuanto al tema del acceso al mar, fueron rechazadas por la derecha peruana y apoyadas por otros gobiernos de izquierda de la región. Toda esta situación, llevó a que el gobierno peruano impidiera el ingreso de Evo Morales y de ocho funcionarios bolivianos al país.
De igual manera, la cancillería peruana, rechazó las declaraciones del presidente de Colombia, Gustavo Petro7, a propósito de los sucesos ocurridos en el campus de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Una de las cuestiones que más preocupaba a las facciones de la derecha peruana, era la relación con otros gobiernos de izquierda de la región, aunque aparentemente Castillo no tuvo tiempo de concretar estrategias o acciones concretas con estos, lo cual podría haber afectado los intereses que históricamente comparten la burguesía americana y peruana. Dicho interés, fue ratificado por la embajadora estadounidense, Lisa Kenna, quien reitero “el pleno respaldo de su país a la institucionalidad democrática en el Perú y a las acciones del gobierno constitucional para estabilizar la situación social”. El patrioterismo es un veneno ideológico, del cual las diferentes burguesías del mundo han echado mano, en el caso peruano, no hay que olvidar que tanto la guerra del Pacifico con Chile (1879-1884), en la cual perdió la provincia litoral de Tarapacá, así como la Guerra del Cenepa (1995), por delimitación fronteriza (cuenca del río Cenepa), siguen siendo hitos o referentes de una narrativa histórica orientada a el sentimiento de pertenencia nacionalista.
En síntesis, la realidad actual demuestra que la burguesía peruana, al igual que lo han hecho otras de derecha e izquierda de la región, no le ha temblado el pulso para ordenar la represión y mantener de cualquier forma sus intereses, enviando un claro mensaje para estimular el miedo en el proletariado. Es difícil saber si estas manifestaciones y bloqueos de carretera se prolongarán por más tiempo, lo que si es evidente, es que la burguesía peruana parece haberse convencido de que la única forma de lograr una cierta estabilidad política y control de la situación, será a través de aplicar la “violencia legítima” del Estado a la población y de purgar su aparato político de gobierno, un comportamiento que no es ajeno al que la burguesía mundial aplicó durante la decadencia del capitalismo y que se mantiene y profundiza en su actual fase de descomposición. Tal como afirmamos en nuestro artículo de diciembre 2022: Lo que está pasando en Perú en estos momentos, no es una expresión o reacción de los trabajadores, no es la lucha de clases. Lo que está pasando en Perú, es una lucha por intereses netamente burgueses, donde una de las dos facciones enfrentadas de la burguesía finalmente se quedará con el manejo del Estado, para continuar con la explotación de los trabajadores. […]El terrorismo ejercido por las burguesías de ambos bandos sigue costando vidas humanas. Los métodos usados de fuego y violencia indiscriminada se contraponen a aquellos con que la clase trabajadora echará abajo al capitalismo, basados más en la capacidad de construir una organización que pueda incorporar al resto de capas no explotadoras a su programa, dirigiendo las acciones políticas de transformación contra las clases dominantes. El terror de las acciones de la burguesía y de sus ambos bandos en plena revuelta constituye un ataque a la toma de conciencia de la clase obrera8.
Ismo Perú- Sección de la Corriente Comunista Internacional
Contacto: [email protected] [32]
Febrero 2023
1Perú: la clase trabajadora se encuentra en el fuego cruzado de las facciones burguesas enfrentadas. Diciembre 2022.
2Los departamentos más pobres a nivel multidimensional y su avance en la ejecución de inversión pública. (noviembre 2022). https://www.comexperu.org.pe/articulo/los-departamentos-mas-pobres-a-niv... [33](53.6%25).
3Durand, F. (2017). Los doce apóstoles de la democracia peruana. Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú.
4INEI (2022). Pobreza afectó al 25,9% de la población del país en el año 2021. https://m.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/noticias/nota-de-prensa-no-072... [34]
5Quiénes serían los supuestos azuzadores identificados por la DINI en las protestas en Perú para crear caos y violencia. https://www.infobae.com/peru/2023/01/18/protestas-en-peru-y-los-azuzador... [35]
6Cancillería entregó nota de protesta a embajador de Bolivia por declaraciones de presidente Luis Arce. https://rpp.pe/politica/estado/cancilleria-entrego-nota-de-protesta-a-em... [36]
7Gobierno expresa “enérgica protesta” por “injerencia” del presidente Gustavo Petro. https://elcomercio.pe/ [37]
8Ibidem
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Huelgas generales y manifestaciones gigantescas el 7 de marzo en Francia, el 8 en Italia, el 11 en Gran Bretaña. Por todas partes, la combatividad crece y se extiende.
En el Reino Unido, ¡una histórica oleada de huelgas dura ya nueve meses! Tras haber sufrido décadas de austeridad sin rechistar, el proletariado británico ya no acepta los sacrificios. "Basta ya", grita. En Francia, es el aumento de la edad de jubilación lo que ha incendiado el ambiente. Las manifestaciones sacaron a millones de personas a la calle. "Ni un año más, ni un euro menos", es el grito de guerra. En España, hubo grandes concentraciones contra el colapso del sistema sanitario y estallaron huelgas en numerosos sectores (limpieza, transporte, informática, etc.). "La indignación viene de lejos", dice la prensa. En Alemania, estrangulados por la inflación, los trabajadores del sector público y sus compañeros de correos se declararon en huelga para reclamar aumentos salariales, lo que no se veía desde hace muchos años. En Dinamarca, estallaron huelgas y manifestaciones contra la supresión de un día festivo para financiar el aumento del presupuesto militar. En Portugal, los profesores, los ferroviarios y los trabajadores de la sanidad también protestan contra los bajos salarios y el coste de la vida. Países Bajos, Estados Unidos, Canadá, México, China... las mismas huelgas contra las mismas condiciones de vida insoportables e indignas: "La verdadera penuria: ¡no poder calentarse, comer, cuidarse, desplazarse!”
Esta simultaneidad de luchas en todos estos países no es casual. Confirma un verdadero cambio de mentalidad en el seno de nuestra clase. Tras más de treinta años de resignación y abatimiento, con nuestras luchas decimos: "No nos dejaremos aplastar. Podemos y debemos luchar".
Este retorno de la combatividad de la clase obrera nos permite estar juntos en la lucha, ser solidarios en la lucha, sentirnos orgullosos, dignos y unidos en la lucha. Una idea muy simple pero extremadamente valiosa está germinando en nuestras cabezas: ¡todos estamos en el mismo barco!
Empleados de bata blanca, de mono azul o en corbata, desempleados, estudiantes precarios, pensionistas, de todos los sectores, públicos y privados, todos empezamos a reconocernos como una fuerza social unida por las mismas condiciones de explotación. Sufrimos la misma explotación, la misma crisis del capitalismo, los mismos ataques a nuestras condiciones de vida y de trabajo. Llevamos la misma lucha. Somos la clase obrera.
"Los trabajadores luchamos juntos", gritan los huelguistas en el Reino Unido. "O luchamos juntos, o acabaremos durmiendo en la calle", confirman los manifestantes en Francia.
Algunas luchas del pasado demuestran que es posible hacer retroceder a un gobierno, frenar sus ataques.
En 1968, el proletariado francés se unió tomando las riendas de sus luchas. Tras las grandes manifestaciones del 13 de mayo para protestar contra la represión policial sufrida por los estudiantes, los paros y las asambleas generales se extendieron como la pólvora en las fábricas y en todos los centros de trabajo para desembocar, con sus 9 millones de huelguistas, en la mayor huelga de la historia del movimiento obrero internacional. Ante esta dinámica de extensión y unidad de la lucha obrera, el gobierno y los sindicatos se apresuraron a firmar un acuerdo de aumento salarial general para frenar el movimiento.
En 1980, en Polonia, ante el aumento de los precios de los alimentos, los huelguistas llevaron la lucha aún más lejos reuniéndose en enormes asambleas generales, decidiendo sus propias reivindicaciones y acciones y, sobre todo, esforzándose constantemente por extender la lucha. Ante esta fuerza, no fue sólo la burguesía polaca la que tembló, sino la burguesía de todos los países.
En 2006, en Francia, tras sólo unas semanas de movilización, el gobierno retiró su “Contrato de Primer Empleo”. ¿Por qué? ¿Qué asustó tanto a la burguesía que dio marcha atrás tan rápidamente? Los estudiantes precarios organizaron masivas asambleas generales en las universidades, abiertas a trabajadores, parados y pensionistas, y lanzaron una consigna unificadora: la lucha contra la precarización y el paro. Estas Asambleas fueron el pulmón del movimiento, donde se celebraron debates y se tomaron decisiones. El resultado: cada fin de semana, las manifestaciones reunían a más y más sectores. Asalariados y jubilados se unieron a los estudiantes bajo el lema: "Joven despensa, viejo picatostes, todos la misma ensalada". La burguesía francesa y el gobierno, ante esta tendencia a la unificación del movimiento, no tuvieron más remedio que retirar su CPE.
Todos estos movimientos tienen en común la toma en mano de su lucha por los propios trabajadores.
Hoy, trabajadores asalariados, desempleados, jubilados, estudiantes precarios, seguimos sin confiar en nosotros mismos, en nuestra fuerza colectiva, para atrevernos a tomar nuestras luchas en nuestras manos. Pero no hay otro camino. Todas las "acciones" propuestas por los sindicatos conducen a la derrota. Piquetes, huelgas, manifestaciones, bloqueo de la economía... no importa mientras estas acciones permanezcan bajo su control. Si los sindicatos cambian la forma de sus acciones según las circunstancias, es siempre para mantener mejor el mismo fondo: dividir y aislar a los trabajadores entre sí para que no debatamos y decidamos por nosotros mismos cómo llevar la lucha.
Durante nueve meses en el Reino Unido, ¿qué han estado haciendo los sindicatos? Han estado dispersando la respuesta de los trabajadores: cada día, un sector diferente en huelga. Cada uno en su rincón, cada uno en su piquete. Sin manifestación común, sin debate colectivo, sin unidad real en la lucha. No se trata de un error de estrategia, sino de una división deliberada.
¿Cómo consiguió el gobierno Thatcher en 1984-85 romperle la espalda a la clase obrera en el Reino Unido? Mediante el trabajo sucio de los sindicatos que aislaron a los mineros de sus hermanos de clase de otros sectores. Los encerraron en una huelga larga y estéril. Durante más de un año, los mineros ocuparon los pozos para "bloquear la economía". Solos e impotentes, los huelguistas agotaron su fuerza y su coraje. Y su derrota fue la derrota de toda la clase obrera. Los obreros del Reino Unido no levantan cabeza hasta ahora, más de treinta años después. Esta derrota es, pues, una costosa lección que el proletariado mundial no debe olvidar.
Sólo unidos en asambleas generales abiertas y masivas, autónomas, que decidan realmente sobre la conducción del movimiento, podemos levantar una lucha unida y que se extienda, llevada por la solidaridad entre todos los sectores, todas las generaciones. Asambleas donde nos sintamos unidos y confiados en nuestra fuerza colectiva. Asambleas donde podamos adoptar juntos reivindicaciones cada vez más unificadoras. Asambleas desde las que podamos partir en delegaciones masivas al encuentro de nuestros hermanos de clase, los trabajadores de la fábrica, el hospital, la escuela o la administración más cercanos.
"¿Podemos ganar?" A veces. Pero, sí, y sólo sí, tomamos nuestras luchas en nuestras propias manos. Solo así, podemos detener los ataques momentáneamente, podemos hacer retroceder a un gobierno.
Pero lo cierto es que la crisis económica mundial empujará a sectores enteros del proletariado a la precariedad. Para desenvolverse en la arena internacional del mercado y de la competencia, todas las burguesías de todos los países ya sean gobiernos de izquierda, de derecha o de centro, tradicionales o populistas, van a imponernos condiciones de vida y de trabajo cada vez más insoportables.
La verdad es que, con el desarrollo de la economía de guerra en todos los rincones del planeta, los sacrificios exigidos por la burguesía serán cada vez más insoportables.
La verdad es que el enfrentamiento imperialista de todas las naciones es una espiral de destrucción y caos sangriento que puede llevar a toda la humanidad a la muerte. Cada día en Ucrania un torrente de seres humanos es acribillado por los abominables instrumentos de muerte rusos y occidentales.
La verdad es que simples epidemias de gripe o bronquiolitis están poniendo de rodillas a los colapsados sistemas sanitarios.
La verdad es que el capitalismo seguirá asolando el planeta y causando estragos en el clima, provocando inundaciones, sequías e incendios devastadores.
La verdad es que millones de personas seguirán huyendo de la guerra, el hambre, la catástrofe climática, o las tres cosas a la vez, sólo para toparse con los muros de alambre de espino de otros países o hundirse en el mar.
Entonces surge la pregunta: ¿qué sentido tiene luchar contra los bajos salarios, contra la falta de personal, contra tal o cual reforma? Pues que la lucha obrera tiene como objetivo el derrocamiento del capitalismo y de todos sus males, el advenimiento de un mundo sin clases ni explotación, sin guerras ni fronteras: el comunismo.
La verdadera victoria es la lucha misma. El simple hecho de entrar en la lucha, de desarrollar nuestra solidaridad, ya es una victoria. Luchando juntos, rechazando la resignación, preparamos las luchas de mañana y creamos poco a poco, a pesar de las inevitables derrotas, las condiciones de un mundo nuevo.
Nuestra solidaridad en la lucha es la antítesis de la competición a muerte de este sistema dividido en empresas y naciones competidoras.
Nuestra solidaridad entre generaciones es la antítesis del no futuro y de la espiral destructiva de este sistema.
Nuestra lucha simboliza el rechazo a sacrificarnos en el altar del militarismo y la guerra.
La lucha de la clase obrera es inmediatamente un desafío a los fundamentos mismos del capitalismo y la explotación.
Cada huelga lleva en sí el germen de la revolución.
¡El futuro pertenece a la lucha de clases!
Corriente Comunista Internacional, 1 de marzo de 2023
Para las luchas actuales y futuras, necesitamos reagruparnos, debatir. En el trabajo, en las manifestaciones, en los piquetes, pensar cómo la clase obrera puede tomar sus luchas en sus propias manos, cómo puede autoorganizarse en asambleas generales autónomas, cómo puede extender un movimiento También con este propósito organizamos reuniones públicas tanto presenciales como por Internet. Para ver lugar, fecha y hora, consulta nuestra Web o dirígete a nuestro mail. |
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CCOO y UGT han hecho una propuesta salarial del 4,5% este año, del 4,5% en 2024 y del 4% en 2025 en el marco del Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC).
¡Una propuesta miserable que nos vende ante la inflación desbocada! En 2022 el aumento oficial de precios ha sido del 8,1 %. En los últimos meses la inflación ha vuelto a ponerse por las nubes y si miramos los alimentos estos han escalado un 15%, no hablemos de la luz, la gasolina, el gas…
Cómplices de Patronal y Gobierno, los sindicatos participan en la imposición de la miseria, contribuyendo a que el Capital español pueda ser competitivo en la guerra comercial que se libra en el mercado europeo y mundial y pueda seguir reforzando su armamento y economía de guerra en un mundo devastado por la guerra (Ucrania y 52 conflictos más), la catástrofe ecológica, la pandemia, las hambrunas etc.
Pero si ese 4,5% es de por sí un golpe bajo a nuestras condiciones de vida, peor aún es la cláusula que han añadido. Según esta 50% del aumento estaría supeditado a que el sector haya tenido beneficios. Traducción: si el sector o la empresa no tienen beneficios el “aumento” es AUN MAS RIDICULO, un 2%. ¡La miseria pura y dura!
Esta cláusula nos envía un mensaje. Si la empresa o el sector van mal, hay que tragar con todo y aceptarlo mansamente: baja de salarios, ritmos más fuertes, más trabajo con menos personal, precariedad... Nos atan de pies y manos al Capital y a la Nación aceptando su destino, sufriendo mansamente si le va mal y conformándose con sus migajas si le va bien.
¿Y cuál es el destino del capitalismo? Llevan más de 50 años diciéndonos “Salimos del túnel” y lo que vemos es que el túnel de la crisis es cada vez más oscuro e incierto, el capital no va hacia la recuperación, sino hacia una crisis que muchos expertos dicen que será la peor de la historia del sistema, peor que la crisis de 1929. ¡Y en estas condiciones, los sindicatos, esos impostores que se presentan como “defensores del trabajador” tienen la cara dura de ligar el aumento salarial a que “el sector tenga beneficios”!
Con esa cláusula niegan la lucha obrera que no consiste en aceptar resignados lo que el capital “nos podría dar”, sino luchar por lo que necesitamos, por la defensa de nuestras condiciones de vida, defensa que frente a la lógica del capital (sacrificarnos por la economía nacional y por la guerra) ofrece la perspectiva de liberarnos de la explotación y de la penuria, por la plena satisfacción de las necesidades de toda la humanidad.
Con esta cláusula nos educan en el SACRIFICIO POR LA ECONOMIA NACIONAL. Sacrificarse para que el capital español sea competitivo en el mercado mundial, una inmensa jungla de hienas dispuestas a despedazarse sin piedad. ¡Pero no nos engañemos! Sacrificarse por la economía nacional lleva a aceptar el sacrifico supremo: morir en las guerras imperialistas por la Patria que nos explota. La cláusula sindical del sacrificio de las condiciones de vida lleva al sacrificio de la vida en la guerra imperialista.
¡No aceptemos que los sindicatos lleven la lucha! ¡Si nos ponemos en sus manos vamos a la derrota segura! Ellos nos convocan a la lucha cuando somos menos fuertes o cuando nuestra rabia no los deja otra opción. Ellos nos convocan a la lucha para hacer que vayamos a ella DIVIDIDOS: por empresa, por sector, por corporación, un día en un sitio y otro día en otro. Ellos nos convocan a la lucha con “reivindicaciones” que nos venden, como el hecho de que los convenios que han firmado van incluso por debajo de ese tacaño 4%, hasta enero de 2023 los aumentos salariales acordados eran del ¡2,81%!
Pero ¿Podemos luchar por ser nosotros mismos fuera del control sindical?
Es difícil, pero tenemos elementos de fuerza para librar la batalla.
En primer lugar, estamos asistiendo actualmente a una recuperación de la combatividad obrera a nivel internacional. Gran Bretaña, Francia, Dinamarca, Alemania, Portugal, la clase obrera empieza a luchar, “Tras más de treinta años de resignación y abatimiento, con nuestras luchas decimos: "No nos dejaremos aplastar. Podemos y debemos luchar". Este retorno de la combatividad de la clase obrera nos permite estar juntos en la lucha, ser solidarios en la lucha, sentirnos orgullosos, dignos y unidos en la lucha. Una idea muy simple pero extremadamente valiosa está germinando en nuestras cabezas: ¡todos estamos en el mismo barco!” (Hoja Internacional de la CCI1). Esta vuelta de la combatividad nos da fuerzas, ánimos, decisión, para no dejar la lucha en manos de los sindicatos.
En segundo lugar, los sindicatos siempre nos dividen, solo luchando nosotros mismos podemos unirnos. ¿Qué han hecho en Gran Bretaña con las huelgas que se suceden desde el verano de 2022? “Han estado dispersando la respuesta de los trabajadores: cada día, un sector diferente en huelga. Cada uno en su rincón, cada uno en su piquete. Sin manifestación común, sin debate colectivo, sin unidad real en la lucha. No se trata de un error de estrategia, sino de una división deliberada” (hoja internacional). Esto no es nuevo, “¿Cómo consiguió el gobierno Thatcher en 1984-85 romperle la espalda a la clase obrera en el Reino Unido? Mediante el trabajo sucio de los sindicatos que aislaron a los mineros de sus hermanos de clase de otros sectores. Los encerraron en una huelga larga y estéril. Durante más de un año, los mineros ocuparon los pozos para "bloquear la economía". Solos e impotentes, los huelguistas agotaron su fuerza y su coraje” (hoja internacional).
En tercer lugar, la experiencia histórica de las diferentes generaciones obreras desde hace más de un siglo nos enseña claramente que solo cuando tomamos la lucha en nuestras manos abrimos una posibilidad de hacer retroceder al capital y su estado. Tenemos los ejemplos de Mayo 68 en Francia, de Polonia 1980, del movimiento anti-CPE en Francia 2006, “movimientos tienen en común la toma en mano de su lucha por los propios trabajadores (…) Sólo unidos en asambleas generales abiertas y masivas, autónomas, que decidan realmente sobre la conducción del movimiento, podemos levantar una lucha unida y que se extienda, llevada por la solidaridad entre todos los sectores, todas las generaciones. Asambleas donde nos sintamos unidos y confiados en nuestra fuerza colectiva. Asambleas donde podamos adoptar juntos reivindicaciones cada vez más unificadoras. Asambleas desde las que podamos partir en delegaciones masivas al encuentro de nuestros hermanos de clase, los trabajadores de la fábrica, el hospital, la escuela o la administración más cercanos” (hoja internacional).
Si los sindicatos cuando negocian lo que tienen en la cabeza es el interés nacional del capital, los intereses de los empresarios y atar a ellos de pies y manos a los trabajadores, ¿qué hacen cuando llaman a la lucha? LO MISMO. Plantear una lucha donde andamos divididos, desorganizados, por reivindicaciones donde ya perdemos de antemano, es decir, NOS LLEVAN A LA DERROTA.
Por eso lo que necesitamos es pelear por nuestra AUTONOMIA POLITICA DE CLASE. Plantear reivindicaciones que nos defiendan contra el empeoramiento de nuestras condiciones de vida, tomar la lucha en nuestras manos mediante Asambleas Generales, extender la lucha para romper el aislamiento y la división, ver cada lucha como un jalón de combate contra la explotación en la perspectiva de abolir la explotación.
“La verdadera victoria es la lucha misma. El simple hecho de entrar en la lucha, de desarrollar nuestra solidaridad, ya es una victoria. Luchando juntos, rechazando la resignación, preparamos las luchas de mañana y creamos poco a poco, a pesar de las inevitables derrotas, las condiciones de un mundo nuevo” (hoja internacional).
Omar 8-3-23
1 Por todas partes la misma pregunta: ¿Cómo desarrollar la lucha? ¿Cómo hacer retroceder a los gobiernos? | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org) [20]
La sección en México de la CCI organiza regularmente reuniones públicas y permanencias en diferentes ciudades. Las concebimos como un lugar abierto al intercambio de puntos de vista, de orientación y elaboración de la reflexión política y teórica, y como un medio de reapropiación de la historia de nuestra clase.
El tema de nuestra próxima Reunión pública es: “No estamos solos en nuestra movilización... Hay luchas obreras en muchos países”
Fecha y hora: sábado 25 de marzo, 13hrs
Dirección: Av. Álvaro Obregón 185, piso 4. Col. Roma Norte, CDMX.
(Entre Monterrey y Tonalá)
A dos cuadras y media - a 3 minutos caminado- de Estación Álvaro Obregón, Metrobús Línea 1, Aprox. a 6-7 cuadras de la Estación Metro Insurgentes, a 15 minutos caminado
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Millones de trabajadores, estudiantes y jubilados han estado luchando durante semanas contra la reforma de las pensiones. En las marchas, los manifestantes expresan mucho entusiasmo y un gran orgullo de estar en la calle por millones: “¡juntos somos más fuertes!” Las luchas que están teniendo lugar simultáneamente en muchos países, particularmente en todo en el Reino Unido y Francia, se caracterizan por un nuevo hecho: por primera vez en mucho tiempo, los trabajadores de los sectores público y privado, los empleados con bata (blanca o azul) y los de corbata, los estudiantes precarios, los parados y los trabajadores temporales, empiezan todos, de forma aún muy confusa e incipiente, a reconocerse como una fuerza social unida por las mismas condiciones de explotación: la clase obrera.
Nosotros lo producimos todo. Sin nuestro trabajo, no hay beneficios, no hay mercancías, nada funciona, ni las fábricas, ni los hospitales, ni las escuelas, ni los centros comerciales. Sin nuestro trabajo, los desechos se amontonan, nadie puede comer ni beber, vestirse ni curarse. Sin nuestro trabajo, nada sale de las fábricas y de los puertos, ni los coches, ni los aviones, ni las latas de alimentos... Esta es esencialmente la idea que empieza a surgir en la mente de los trabajadores. Por eso muchos piensan con razón que nuestra mayor fuerza en la lucha reside en nuestra unidad.
El descontento es inmenso, el sentimiento de tener que luchar todos juntos es igual de grande. Pero todo el mundo percibe también que las “caminatas” sindicales, por muy numerosos que sean los que están en las calles, no son suficientes. Esta movilización masiva no parece hacer temblar al gobierno, que está decidido a imponer su reforma. Para muchos, sin “endurecer la respuesta”, cuanto más dure el movimiento, menos gente estará en la calle y en huelga.
Entonces, ¿qué hacer? ¿Cómo pueden los explotados transformar, a largo plazo, la fuerza colectiva que se percibe cada vez más claramente, en una verdadera relación de fuerza contra la burguesía?
Los sindicatos y los partidos de izquierda lanzaron inmediatamente una consigna que, a primera vista, parece formar parte de una lucha unitaria masiva: si el gobierno no retrocede, a partir del 7 de marzo habrá que “bloquear la economía” y “paralizar Francia”. Algunos incluso llaman a la “huelga general”.
Estas consignas han sido tomadas por huelguistas y manifestantes. Después de todo, ¿esta táctica no se basa en la fuerza principal de los trabajadores en lucha? ¿No podemos arrodillar a la burguesía dejando de trabajar masivamente si nosotros producimos todo?
No es la primera vez que los sindicatos utilizan esta táctica de bloqueo. En 2010, durante la anterior reforma de las pensiones, las manifestaciones se sucedieron, reuniendo cada vez a millones de personas. Mientras las marchas callejeras por sí solas parecían, a ojos de todos, impotentes y estériles, las minorías buscaban métodos de lucha más radicales y eficaces. Impulsado, en aquel momento, por la CGT, el cierre del “sector estratégico” de las refinerías apareció como una forma de presionar concretamente a la burguesía paralizando el transporte y el conjunto de la economía.
Los trabajadores de las refinerías se declararon en huelga, bloqueando la producción y distribución de gasolina. Sin embargo, la burguesía francesa no retrocedió. Y por una buena razón: tenía capacidad de sobra para hacer frente a los bloqueos. Francia, como muchos otros países, tiene varios millones de toneladas de petróleo en reserva, lo que garantiza muchos meses de suministro. También puede apoyarse en una red internacional de oleoductos para importar gasolina o simplemente trasportándola desde el extranjero por camión. El gobierno de Fillon jugó así al pánico durante algunas semanas, provocando una avalancha en las gasolineras. El riesgo de escasez de gasolina y de parálisis de la economía nacional no era más que una picadura de mosquito en la espalda de un elefante, un cuento de hadas para dormir a los trabajadores.
De hecho, detrás de este estancamiento corporativista, es que ha surgido una amarga derrota para la clase obrera. La burguesía trabajó para aislar a algunos de los huelguistas más combativos y dividir al proletariado. Por un lado, los sindicatos, apoyándose en su control absoluto del movimiento, aislaron a los trabajadores de las refinerías del resto de su clase. Su justificado coraje no fue en absoluto el punto de partida de una extensión de la lucha. En lugar de organizar piquetes volantes frente a las empresas de otros sectores para ganarlos para el movimiento, la CGT encerró a los bloqueadores en sus lugares de trabajo, con una parodia de solidaridad a través de fondos de huelga para “apoyar a los trabajadores en lucha”. Como todo debía jugarse en el único bloqueo de las refinerías, se trataba de resistir, costase lo que costase, en un ambiente de ciudadela sitiada.
Por otra parte, mediante una intensa campaña sobre los riesgos de la escasez de gasolina, el gobierno y sus medios de comunicación crearon deliberadamente un clima de pánico entre la población. Si, en general, los proletarios no estigmatizaron a los trabajadores de las refinerías e incluso mostraron cierta simpatía, la propaganda mediática histérica contribuyó en gran medida a romper toda reflexión sobre la posibilidad de ampliar la lucha. Al final, la represión policial cayó sobre las refinerías aisladas, dejando a la clase obrera francesa parada durante toda una década.
La huelga de mineros de 1984 en el Reino Unido es otra ilustración del carácter ilusorio del bloqueo de la producción de un solo sector. En aquella época, el proletariado más antiguo del mundo era también uno de los más combativos. En dos ocasiones, el Estado tuvo incluso que retirar sus ataques. En 1969 y 1972, los mineros consiguieron crear una correlación de fuerzas favorable a la clase obrera dando a la huelga una dinámica de extensión que superaba la lógica sectorial o corporativista. Decenas o centenares de ellos se desplazaron a los puertos, acerías, depósitos de carbón y centrales eléctricas para bloquearlos y convencer a los trabajadores de que se unieran a ellos en la lucha. Este método se conoció como piquetes volantes y simbolizaba la fuerza de la solidaridad y la unidad de los trabajadores.
Decenas o centenares de ellos se dirigieron a los puertos, acerías, depósitos de carbón y centrales eléctricas para bloquearlos y convencer a los trabajadores de que se unieran a ellos en la lucha. Este método se hizo famoso con el nombre de “flying pickets” (“piquetes volantes”) y simbolizaba la fuerza de la solidaridad y la unidad de los trabajadores.
Cuando llegó al poder Thatcher en 1979, se propuso doblegar a la clase obrera aislando en una huelga interminable y agotadora a uno de sus sectores más combativos, los mineros. Durante meses, la burguesía inglesa se preparó para el enfrentamiento acumulando enormes reservas de carbón para hacer frente al riesgo de escasez. En marzo de 1984, se anunciaron brutalmente 20,000 despidos en las minas. Como era de esperar, la reacción de los mineros fue tajante: el primer día de huelga se cerraron 100 de los 184 pozos. Pero un blindaje sindical rodeó inmediatamente a los huelguistas para evitar cualquier riesgo de contaminación. Los sindicatos de los demás sectores apoyaron el movimiento muy platónicamente, es decir, dejaron que los mineros se las arreglaran solos, saboteando activamente cualquier posibilidad de lucha conjunta.
El Sindicato Nacional de Mineros (NUM) completó este trabajo sucio encerrando a los mineros en interminables ocupaciones estériles de los pozos durante más de un año. A fin de evitar el envío de piquetes volantes a las puertas de las empresas vecinas, toda la atención de los trabajadores se centró en la necesidad de ocupar los pozos, todos los pozos, nada más que los pozos, a toda costa. El bloqueo de la producción de carbón se había convertido, bajo la dirección sindical, en el objetivo central y único, en una cuestión en sí misma. En lugar de volar de fábrica en fábrica, los piquetes volantes se quedaron allí, en el mismo lugar, frente a los mismos pozos, mes tras mes.
La represión policial también acabó por hacer mella en los mineros, totalmente exhaustos y aislados. Esta derrota marcó un punto de inflexión, el de una decadencia de la combatividad obrera en el Reino Unido. Anunció incluso el reflujo general de la combatividad de los obreros en todo el mundo y el retroceso de su conciencia a partir de los años noventa.
A diferencia de los ejemplos de las refinerías en Francia o de las minas en el Reino Unido, los sindicatos parecen llamar hoy a millones de personas a participar en una “huelga reconducible”[1]. Pero la realidad es que, en nombre de la fuerza colectiva del proletariado, los sindicatos ya están intentando organizar una retirada corporativista. Hoy se ven obligados a ceñirse a un movimiento de lucha que aspira a la solidaridad y no pueden llamar caricaturescamente a un sector particular para que luche en nombre de los demás.
Sin embargo, desde hace semanas, los sindicatos presionan para que los ferrocarriles (SNCF), la administración del transporte de Paris (RATP), las refinerías, los basureros o algún otro sector “endurezcan el movimiento”, es decir, que se comprometan en huelgas sectoriales. Para el 7 de marzo, los sindicatos convocan huelgas reconducibles “según las modalidades propias de cada sector”. Para el 8 de marzo, convocan “una jornada de huelga feminista”, buscando así dividir a los trabajadores y trabajadoras, como han hecho desde el principio del movimiento repitiendo hasta la saciedad que las mujeres, las carreras largas, tal o cual categoría son más víctimas de la reforma.
Por el momento, los trabajadores no se han dejado atrapar en masa, pero es efectivamente el encierro corporativista lo que los sindicatos intentan imponer bajo el nombre de “huelga general”.
El culto al bloqueo siempre ha sido utilizado por los sindicatos contra la unidad y la masificación de la lucha. Está muy claro que “paralizar Francia”, aparte del trasfondo nacionalista que contiene la fórmula, significa para ellos: encerrar a los trabajadores en su empresa, aislarlos de sus hermanos de clase, de toda discusión, de toda solidaridad real y concreta, y de toda capacidad de extender la lucha. Un movimiento de bloqueo masivo sólo puede tener éxito a través de un verdadero poder de decisión en el seno de asambleas generales soberanas, a través de una verdadera toma en mano de la lucha por los propios trabajadores, a través de la búsqueda activa de la extensión de la lucha a otros sectores, no encerrando a cada uno en su lugar de trabajo.
Sí, el bloqueo de la economía se basa en una idea profundamente correcta, la que empiezan a percibir los manifestantes: la clase obrera obtiene su fuerza por el lugar central que ocupa en la producción. El proletariado produce casi toda la riqueza de la que se apropia la burguesía. Haciendo huelga, los trabajadores son potencialmente capaces de bloquear toda la producción y paralizar la economía.
Durante los acontecimientos de mayo de 1968 en Francia y agosto de 1980 en Polonia, enormes huelgas paralizaron estos países. Pero los bloqueos no eran en sí el objetivo de los trabajadores. Si estas dos luchas son históricas y permanecen grabadas en nuestra memoria, es porque el proletariado supo construir una relación de fuerzas a su favor gracias a la autoorganización y a la masividad de sus luchas. Cuando los trabajadores toman las riendas de su lucha, se reúnen espontáneamente en asambleas generales para debatir y decidir colectivamente las acciones a emprender, buscan la solidaridad de sus hermanos de clase yendo a su encuentro, intentando arrastrarlos al movimiento con la ayuda de delegaciones masivas.
Durante estas dos grandes luchas, los huelguistas intentaron sobre todo poner la economía al servicio de la lucha y de sus necesidades. En 1968, por ejemplo, los ferroviarios mantuvieron los trenes en funcionamiento para que la población pudiera desplazarse a las manifestaciones. En 1980, en los momentos más fuertes de este movimiento, la toma de control de los medios de producción fue mucho más lejos todavía: el comité de huelga interempresarial (llamado MKS) organizó el abastecimiento de los huelguistas y de toda la población controlando y haciendo funcionar a las compañías eléctricas y alimentarias o suministrando gasolina a los medios de transporte necesarios para la lucha.
También es muy significativo que los objetivos del bloqueo presentado por los sindicatos sean refinerías, estaciones, aeropuertos, carreteras o transporte público sistemáticamente. El sector del transporte es de hecho un elemento estratégico para la lucha de los trabajadores, pero por razones invertidas exactamente a las mencionadas por los sindicatos: el bloqueo de trenes, metros o autobuses es a menudo un obstáculo para la ampliación de la lucha y puede fomentar el juego de la burguesía porque dificulta la movilidad de los trabajadores que ya no pueden moverse para llevar su solidaridad a los huelguistas, yendo a sus reuniones generales o participando en las manifestaciones. Los movimientos de delegaciones de huelguistas a otras compañías también se dificultan. De hecho, el bloqueo total casi siempre promueve el confinamiento en el corporatismo y el aislamiento.
No existe una receta mágica de lucha lista para usar y válida en todas las circunstancias. Cualquier método de lucha (bloqueo, piquetes, ocupación...) puede a veces servir al movimiento, a veces ser un factor de división y aislamiento. Sólo una cosa es cierta: la fuerza de la clase obrera reside en su unidad, en su conciencia de clase, en su capacidad para desarrollar la solidaridad y extender así la lucha a todos los sectores. Este es el aguijón que debe guiar nuestras luchas.
Tr.Bo, 20 de febrero de 2023
1[] La “huelga reconducible” es un mecanismo tramposo del sindicato para dividir y aislar a los trabajadores. Todos los días, los trabajadores son convocados por el sindicato a "asambleas" para decidir si reanudan la huelga al día siguiente. Dado que en Francia la ley exige un aviso de huelga, bajo esa modalidad no están obligados a presentar un nuevo aviso, pero es una forma que el sindicato aprovecha para evitar que las huelgas confluyan, el descontento obrero se extienda y se unifique.
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En ningún modo de producción del pasado, se había desarrollado tanto la tecnología como en el capitalismo, sin embargo, las catástrofes y “accidentes” son cada vez más letales, cobrando miles de vidas, que en su mayor parte corresponden a trabajadores.
Edificios que se derrumban, trenes que se descarrilan, minas que se colapsan… esto sucede sistemáticamente, lo mismo en las ciudades depauperadas de India, América Latina o Medio Oriente, que en las industrializadas de los Estados Unidos o Europa. Ningún país está exento de que se presenten estos eventos…
Terribles casos como el ocurrido en Bangladesh en 2013, con el derrumbe del edificio Rana Plaza, en el que se alojaban fábricas textiles o los edificios colapsados recientemente en Turquía ilustran lo dispuesto que está la burguesía a ofrecer la vida de los asalariados a cambio de mantener sus ganancias. Pero como ya lo decíamos, estas circunstancias no son exclusivas de los países de menor industrialización, en los países centrales la burguesía es tan brutal como en la periferia, lo mismo cuando desata la represión, que en su celosa defensa de la ganancia, por la que tampoco duda en sacrificar la vida de los trabajadores. Podríamos hacer una larguísima lista de esos “accidentes”, pero nombremos solo algunos de relativa cercanía en el tiempo, ocurridos en países industrializados: el incendio de la torre Grenfell en Londres en 2017, que cobró varias vidas como resultado de haber usado en la construcción de este edificio (habitado por trabajadores), materiales inflamables y así reducir costos. Otro hecho es el colapso del puente Morandi en Génova en 2018, por la falta de mantenimiento. Recientemente en Ohio, EE. UU., durante la primera semana de febrero, sucedió que, debido al incremento de la carga a las máquinas y de los ritmos de labor, se descarriló un tren que llevaba una carga de productos industriales altamente tóxicos. Así, el proceso de explotación es llevado al extremo, poniendo en peligro la vida de los trabajadores, pero además con el derrame de los tóxicos, se convirtió en una amenaza de los habitantes cercanos y una destrucción masiva de la fauna de los ríos y lagos de la región...
Como queda ilustrado, la burguesía en todo el planeta, al abandonar el mantenimiento de la infraestructura urbana, al continuar utilizando tecnología anticuada y peligrosa o, al elevar los ritmos de trabajo, pone en peligro la vida de los trabajadores. Por esa misma razón, fenómenos como los sismos o las inundaciones, que parecieran simples expresiones naturales sin control, tienen en la raíz de sus efectos destructivos la falta de materiales y tecnologías adecuadas. Pero para la clase dominante y su Estado, todo gasto que no esté conectado en generar ganancias, debe minimizarse o posponerse su desembolso… hasta el momento en que las estructuras urbanas se colapsen.
En la ciudad de México, la presencia continua de este tipo de “catástrofes” están muy presentes, particularmente los que tienen que ver con el transporte público. Los vehículos usados en ese servicio –tanto el que cubren capitales privados concesionados, como el controlado por el Estado–, por el abandono de su mantenimiento, son vistos como verdaderos ataúdes rodantes.
El metro de México tiene una condición especial, en tanto que moviliza diariamente 44.8 millones de personas, por eso cuando se presenta un desperfecto (que acontecen a cada momento) son cientos de miles los que sufren las consecuencias. La evidente y probada causa de esos desperfectos es la falta de mantenimiento. Pero no solo son retrasos e incomodidades lo que provoca ese descuido, son también accidentes mortales. Basta recordar el desplome de un tramo de vías elevadas de la línea 12 del metro, ocurrido en mayo de 2021, dejando un trágico resultado de 26 muertes y más de una centena de heridos. En este caso como los diversos “accidentes” que se han presentado en el metro, aun cuando el saldo pudiera ser menos dramático, han sido por efecto de la falta de mantenimiento, que siempre van acompañado de actos de corrupción y de desprecio de la vida de los miles de trabajadores que están obligados a usar ese medio de transporte. Es indudablemente un acto criminal, en el que está involucrado directamente el Estado, incluyendo por tanto al gobierno federal y local, pero también a las mafias sindicales y demás sectores de la burguesía involucrados en la construcción o en su mantenimiento.
Pero si la negligencia y abandono se expone como un acto criminal, el sabotaje, que según afirman los voceros del Estado, fue la causa del choque de dos trenes del metro el 7 de enero de este año, (que provocó la muerte de una pasajera y dejó con lesiones a más de cien personas), así como el “desacople de dos vagones” en la Línea 7, nueve días después del choque referido, es igual de criminal y pone en evidencia el cinismo y la generalización del actuar de la burguesía al estilo gansteril.
No podemos asegurar que el peritaje del gobierno, en el que concluye que hubo sabotaje en el metro, sea cierto o no, en tanto que además de colocar en las estaciones del metro a la policía militar (llamada guardia nacional y que hasta ahora su tarea principal ha sido la contención de la migración), adjudicarle cargos por homicidio al conductor del metro que envistió al otro tren y detener a una señora a la que se le cayó una refacción de su lavadora a las vías, por lo que la acusaron de sabotaje (aunque luego de varios días fue exonerada), no se presentan más elementos para apoyar la hipótesis de sabotaje. Sin embargo, lo cierto es que la división que está presente en la burguesía, muy marcada desde finales de la década de los ochenta, ha evidenciado escandalosamente, la forma en que opera la clase dominante. Algunos ejemplos de esos actos son los ajusticiamientos políticos presentes durante la primera mitad de la década de los noventa del siglo XX, como los cometidos contra el obispo Posadas Ocampo, contra Colosio, Ruiz Massieu… o las respuestas violentas, colocando en medio a la población, como en los llamados “culiacanazos”[1], (en su versión de 2019 y el operado el 5 de enero de este año), no hacen sino mostrar que esta disputa va escalando en su violencia, teniendo una afectación cada vez más directa, exponiendo peligrosamente la vida de la población.
El escalamiento de la violencia con la que actúan todas las pandillas de la burguesía en su disputa, evidencia la dificultad que tienen para unificarse en torno al Estado y, por tanto, para controlar y direccionar su política. En esa violenta disputa se entrecruzan temporalmente intereses de los capitales industriales o financieros con los de grupos de las mafias de la droga, que a su vez establecen pactos con las fuerzas militares y policiacas, los aparatos políticos y los gobiernos en todos los niveles del poder, construyendo un escenario jamás conocido, con sangrientos arreglos de cuentas entre los clanes rivales, que terminan enfrentándose todos contra todos. En este escenario, en el que va escalando la violencia y la degradación, en el que “resulta cada día más difícil distinguir al aparato de gobierno y al hampa gansteril…”[2] es que las pugnas burguesas han llegado al grado de usar a la población civil como rehén de sus disputas.
Es altamente probable que los “accidentes” recientes en el metro sean el resultado de la falta de mantenimiento y del sabotaje, son ambas prácticas verdaderos actos criminales de la burguesía. Son movidos por la lógica de la competencia capitalista, que exige reducir los gastos que afectan las ganancias, pero además se mezcla con la dinámica de descomposición acelerada que vive el capitalismo y que en su pudrimiento afecta indudablemente a la burguesía, pero arrastra con ella a la clase trabajadora en su torbellino mortífero. En ese sentido es que se hace necesario para los proletarios comprender el carácter destructivo del capitalismo, reconociendo que ninguna de las pandillas burguesas y ningún gobierno puede ofrecer una alternativa, pues para éstas salvaguardar sus intereses es su único objetivo, aún y cuando requieran sacrificar más y más vidas de los explotados.
RM, 28-febrero-2023
1 Se le da ese nombre a la toma militar de la ciudad de Culiacán realizada por la mafia de la droga, ante la detención de su jefe.
Links
[1] https://es.internationalism.org/files/es/argentina_la_crisis_golpea_a_los_trabajadores_con_inflacion_precariedad_y_miseria.pdf
[2] https://es.internationalism.org/content/4820/dossier-contra-la-guerra-imperialista-en-ucrania-por-la-lucha-de-clases-internacional
[3] https://www.dw.com/es/argentina-subir%C3%A1-un-21-el-salario-m%C3%ADnimo-ante-la-elevada-inflaci%C3%B3n/a-62940436#:~:text=El%20Gobierno%20argentino%20oficializ%C3%B3%20este,de%20noviembre%2C%20informaron%20fuentes%20oficiales
[4] https://www.dw.com/es/presidente-de-argentina-anuncia-nuevo-acuerdo-crediticio-con-el-fmi/a-60586751
[5] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200509/149/oleada-de-luchas-en-
[6] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200601/422/desde-argentina-contribucion-sobre-la-naturaleza-de-clase-del-movimient
[7] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[8] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/argentina
[9] https://es.internationalism.org/en/tag/2/30/la-cuestion-sindical
[10] https://es.internationalism.org/en/tag/2/29/la-lucha-del-proletariado
[11] https://es.internationalism.org/files/es/espana_el_gobierno_mas_progresista_de_la_historia_dispara_el_gasto_de_guerra.pdf
[12] https://es.internationalism.org/content/4521/los-gobiernos-de-izquierda-en-defensa-de-la-explotacion-capitalista-i
[13] https://es.internationalism.org/content/4562/los-gobiernos-de-izquierda-en-defensa-de-la-explotacion-capitalista-ii-los-gobiernos
[14] https://es.internationalism.org/content/4625/los-gobiernos-de-izquierda-en-defensa-de-la-explotacion-capitalista-iii-la-trampa-esta
[15] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201410/4046/militarismo-y-descomposicion
[16] https://es.internationalism.org/content/4867/militarismo-y-descomposicion-mayo-de-2022
[17] https://es.internationalism.org/content/4905/debate-con-un-lector-sobre-la-guerra-de-ucrania-y-la-relacion-de-fuerzas-de-clase-en-la
[18] https://es.internationalism.org/content/4893/el-capitalismo-lleva-la-destruccion-de-la-humanidad-solo-la-revolucion-mundial-del
[19] https://es.internationalism.org/content/4897/los-anos-20-del-siglo-xxi-la-aceleracion-de-la-descomposicion-capitalista-plantea
[20] https://es.internationalism.org/content/4926/por-todas-partes-la-misma-pregunta-como-desarrollar-la-lucha-como-hacer-retroceder-los
[21] https://www.lavanguardia.com/economia/20230312/8816785/industria-militar-crece-calor-guerra.html
[22] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/espana
[23] https://es.internationalism.org/en/tag/2/36/los-falsos-partidos-obreros
[24] https://es.internationalism.org/en/tag/3/45/descomposicion
[25] https://es.internationalism.org/en/tag/3/47/guerra
[26] https://es.internationalism.org/files/es/francia_huelgas_manifestaciones_49-3._y_ahora.pdf
[27] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/francia
[28] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/intervenciones
[29] https://es.internationalism.org/files/es/la_combatividad_y_la_solidaridad_de_los_proletarios_se_expresa_tambien_en_grecia.pdf
[30] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/grecia
[31] https://es.internationalism.org/files/es/peru_frente_a_la_continuacion_de_las_protestas_la_burguesia_responde_con_represion_y_muerte.pdf
[32] mailto:[email protected]
[33] https://www.comexperu.org.pe/articulo/los-departamentos-mas-pobres-a-nivel-multidimensional-y-su-avance-en-la-ejecucion-de-inversion-publica#:~:text=Por%20otro%20lado%2C%20seg%C3%BAn%20el,y%20San%20Mart%C3%ADn%20
[34] https://m.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/noticias/nota-de-prensa-no-072-2022-inei.pdf
[35] https://www.infobae.com/peru/2023/01/18/protestas-en-peru-y-los-azuzadores-que-estan-detras-de-las-manifestaciones-para-crear-caos-y-violencia/
[36] https://rpp.pe/politica/estado/cancilleria-entrego-nota-de-protesta-a-embajador-de-bolivia-por-declaraciones-de-presidente-luis-arce-noticia-1461847
[37] https://elcomercio.pe/
[38] https://es.internationalism.org/en/tag/4/400/peru
[39] https://es.internationalism.org/files/es/volante_internacional.pdf
[40] https://es.internationalism.org/files/es/propuesta_salarial_de_ccoo-ugt_los_sindicatos_nos_venden_frente_a_la_inflacion_0.pdf
[41] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/mexico
[42] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/reuniones-publicas
[43] https://es.internationalism.org/files/es/puede_hacer_retroceder_a_la_burguesia_el_bloqueo_de_la_economia.pdf
[44] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/gran-bretana
[45] https://es.internationalism.org/files/es/accidentes_o_sabotajes_en_el_metro_de_la_ciudad_de_mexico.pdf
[46] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/mexico
[47] https://es.internationalism.org/en/tag/2/25/la-decadencia-del-capitalismo