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CASAL OBRERO Y POPULAR calle Olympia Arozamena Torres 42 bajo VALENCIA 46018, metro Avenida del Cid.
sábado 7 de marzo 2020 a las 17:00 horas
En Francia la “reforma” de las pensiones supone un golpe muy duro para todos los trabajadores. A pesar de que los sindicatos de manera preventiva organizaron un dispositivo para llevar a los obreros a la derrota, estos han mostrado una gran combatividad, una voluntad de unirse, de solidaridad, de juntarse todas las generaciones.
La lucha ha sido finalmente derrotada. Sin embargo, la clase obrera aprende no solo de sus victorias sino aún más de sus derrotas. Este debe ser el objetivo de la Reunión: cómo luchar, cómo organizarse, como romper el control sindical, como lograr una auténtica unidad, quiénes son nuestros falsos amigos y nuestros enemigos declarados.
Esas lecciones son necesarias para la clase obrera en todos los países pues los golpes propinados en Francia no son un hecho aislado, expresa ataques que bajo diferentes formas y envolturas sufrirá la clase obrera en todo el mundo.
Animamos a participar para desgajar orientaciones para luchar.
LOS COMPAÑEROS QUE DESEEN PARTICIPAR VIA INTERNET NOS TIENEN QUE ENVIAR SU DIRECCION MAIL Y MEDIA HORA ANTES LES ENVIAREMOS EL ENLACE PARA PARTICIPAR
Agregamos a continuación la Presentación que hemos elaborado para la Reunión:
En diciembre de 2019 y enero de 2020, tuvieron lugar importantes luchas obreras en Francia. El sector del transporte se vio particularmente afectado: los trenes y el transporte urbano de la capital y sus suburbios estuvieron en huelga durante casi dos meses, lo que constituye un "récord" en cuanto a duración. Las movilizaciones no se limitaron a este sector: los sindicatos convocaron numerosas "jornadas de acción interprofesional" con huelgas y manifestaciones en las que participaron numerosos sectores, entre ellos los docentes, los trabajadores hospitalarios, los empleados de los servicios públicos, la energía (electricidad y refinerías...). Incluso se vio a abogados tirando sus togas frente a los tribunales para expresar su ira y participar en las manifestaciones.
Tras un decenio de apatía de la clase obrera en Francia, como en la mayoría de los demás países, este movimiento supuso un importante resurgimiento de la combatividad de la clase obrera. Es cierto que este movimiento sólo afectaba a un país, Francia. Pero es un país importante desde el punto de vista de la lucha de clases. Recordemos la enorme huelga de mayo de 1968, la mayor huelga de la historia: 9 millones de huelguistas durante casi un mes. Una huelga que dio la señal para una histórica reanudación internacional de las luchas obreras después de la terrible contrarrevolución que había caído sobre la clase obrera tras la derrota de la ola revolucionaria de 1917-1923. Además, la burguesía de todos los países es muy consciente de la importancia de las luchas del proletariado en Francia para los proletarios de otros países y por eso observa con gran atención los movimientos sociales de este país. Y organiza un apagón selectivo sobre estos movimientos para tratar de dar una imagen negativa de ellos en los medios de comunicación: usuarios de transporte a los que se les impide ir al trabajo o a las vacaciones, escenas de tiendas saqueadas por los black-blocks durante las manifestaciones, etc.
Actualmente, el movimiento está casi terminado. Cada vez son menos los trabajadores que participan en las jornadas de movilización y manifestaciones convocadas por los sindicatos. La clase obrera ha vuelto al trabajo sin haber obtenido nada de sus demandas. Es hora de hacer un balance de este movimiento. Para analizar sus fortalezas y debilidades. Para considerar las perspectivas que puede anunciar. Examinar las trampas que la burguesía ha tendido a la clase obrera para poder evitarlas en el futuro y responder a la pregunta: ¿CÓMO LUCHAR?
El origen de este movimiento fue un proyecto de ley del gobierno para reformar el sistema de pensiones. Esta "reforma" formaba parte del programa de Macron para las elecciones presidenciales de 2017 y se presentó como un "Big Bang" para crear un sistema de pensiones más "justo" y "equitativo". Se trata de una "pensión por puntos" en lugar de la pensión por reparto que ha existido hasta ahora, en la que los trabajadores contribuyen a pagar las pensiones de los jubilados. Es un sistema basado en el sistema de pensiones de capitalización que hace felices a los fondos de pensiones anglosajones y a los jubilados infelices cuando los precios del mercado de valores caen en picado. Sobre todo, es un ataque masivo a toda la clase obrera: obligación de trabajar más tiempo y reducción de las pensiones.
Algunos ejemplos:
- En la actualidad, para un trabajador del sector privado, la cuantía de la pensión se calcula sobre la base de los salarios de los 25 años más ventajosos. Con esta "reforma", esta cantidad se calculará sobre la base del total de los salarios recibidos. Esto incluye, por supuesto, los bajísimos salarios al principio de la carrera y los irrisorios ingresos de los períodos de desempleo. Para los funcionarios, el ataque es aún más brutal ya que hoy en día su pensión se calcula sobre el salario de fin de carrera que es, la mayoría de las veces, el más alto, mientras que los salarios al principio de su carrera son ridículos. ¡Para un maestro, la "reforma" daría una pérdida de ingresos del 30%!
- Asimismo, con esta "reforma" se prevé introducir una "edad pivote" de 64 años. Los trabajadores tendrán derecho a jubilarse a la edad de 62 años, pero en ese caso no recibirán su pensión completa. ¡Tendrán que trabajar hasta los 64 años!
- Pero más que eso: el proyecto mantiene la abolición de varios criterios para el trabajo arduo que anteriormente permitían a los trabajadores que sufrían las condiciones de trabajo más duras jubilarse a una edad más temprana. Este es el caso, por ejemplo, de la manipulación manual de cargas o de la exposición a agentes químicos peligrosos, al polvo y al humo, condiciones de trabajo que afectan gravemente a la salud y a la esperanza de vida de los explotados.
Este ataque masivo está lejos de ser el primero que sufre la clase obrera en Francia, como en otros países. De hecho, desde la crisis financiera de 2008, el proletariado de todos los países se ha enfrentado a ataques cada vez más brutales: como siempre, la burguesía hace pagar a los explotados por el agravamiento de la crisis económica. Cada burguesía nacional tiene el deber de garantizar la competitividad de sus empresas frente a una competencia mundial cada vez más feroz. Y la única manera es bajar los "costos de producción", es decir, aumentar la explotación de los trabajadores, y eliminar los "gastos inútiles". Después de todo, lo ideal, para cada burguesía nacional, sería que los explotados mueran lo antes posible en cuanto dejen de ser productivos. Por supuesto, los capitalistas y los políticos encargados de defender sus intereses no lo dicen abiertamente, pero a eso apuntan todas las políticas de alargamiento de la edad de jubilación adoptadas en muchos países en los últimos años. Y si los trabajadores jubilados tienen la mala idea de vivir más tiempo, sus pensiones se reducirán para que le cueste lo menos posible a la economía nacional.
El "Big Bang" de las pensiones era la medida estrella del mandato del Presidente Macron, pero fue precedido por toda una serie de pequeños "Big Bangs" desencadenados desde que asumió el cargo: el objetivo era hacer de Francia una "nación emergente" en sintonía con el siglo XXI y la "globalización". Inmediatamente, Macron abolió el Impuesto sobre la Fortuna introducido en 1989 por Mitterrand, una medida que ni siquiera el presidente derechista Sarkozy se atrevió a cuestionar. Al mismo tiempo, Macron decretó, sin pasar por el Parlamento, toda una serie de medidas destinadas a dar más "libertad" a los jefes de empresa, es decir, a permitir a los capitalistas explotar aún más duramente a los trabajadores. En segundo lugar, suprimió muchas de las subvenciones estatales a las asociaciones que ayudan a los más pobres. Por último, en nombre de la "abolición de los privilegios", atacó a los trabajadores del ferrocarril (la SNCF), eliminando una serie de pequeños beneficios que habían obtenido en el pasado, en particular gracias a su espíritu de lucha.
Frente a estos ataques, la ira de los explotados ha aumentado mes a mes. Los sindicatos han organizado "movilizaciones" para que "se desahogasen". Pero en 2018 y la primera mitad de 2019, tanto en los movimientos de huelga como en las manifestaciones, lo que dominaba entre los obreros era la resignación, el sentimiento de que, una vez más, el gobierno y la burguesía tenían las manos libres para atacar sus condiciones de vida, sobre todo por la falta de unidad de la clase obrera. Esta falta de unidad fue particularmente visible durante las huelgas de los trabajadores del ferrocarril contra el cuestionamiento de sus pequeñas ventajas. Su movimiento permaneció aislado y el gobierno impuso su "reforma".
Esta ira se amplificó aún más por la actitud arrogante y despectiva de Macron hacia los más desfavorecidos. Por ejemplo, cuando era Ministro de Economía bajo el presidente "socialista" François Hollande, llamaba "analfabetas" a las trabajadoras de la alimentación. Cuando se convirtió en presidente, su arrogancia se agravó hasta el punto de que ahora se le apoda "Júpiter".
La profunda ira contra Macron y su gobierno no sólo se dirigió a la clase obrera. De hecho, muchos segmentos de la población no pertenecientes a la clase trabajadora (artesanos, pequeños empresarios, tenderos, campesinos, profesionales) estaban cada vez más exasperados por el deterioro de su situación económica y por una política que favorecía abiertamente a los ricos. Y Macron justificó esta política en nombre de la "teoría del goteo": cuanto más ricos son los ricos, más su riqueza "gotea" hacia los más pobres. ¡Como si la riqueza de los burgueses hubiera caído del cielo y no fuera, precisamente, el fruto del trabajo de los explotados! El ex presidente de la derecha Sarkozy había sido descrito como el "presidente de los ricos". Macron se ganó rápidamente el título de "presidente del ultrarrico", que era bastante merecido para un ex empleado de alto rango del Banco Rothschild.
Este enorme descontento que se había desarrollado en toda la sociedad explotó con el movimiento del "chaleco amarillo" a partir de noviembre de 2018.
Este movimiento se inició tras la difusión viral en las redes sociales de llamadas de protesta contra el aumento de los impuestos a los combustibles decidido por el gobierno en nombre de la "transición ecológica". El aumento del precio de la gasolina y el gasóleo ha enfurecido a la gran mayoría de la población, especialmente a los sectores que dependen de sus automóviles para ir al trabajo o acompañar a sus hijos a la escuela debido a la falta de transporte público. Por eso el movimiento ha sido particularmente fuerte en las zonas periurbanas, en las pequeñas ciudades de provincia y en el campo. Por eso también es un movimiento interclasista en el que encontramos pequeños jefes, artesanos, enfermeros autónomos, campesinos, etc., así como pequeños agricultores. Obviamente no es casualidad que este movimiento de chalecos amarillos haya recibido, desde el principio, el apoyo de los partidos de la derecha y del Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen con el lema: "hay demasiados impuestos". Así, podemos ver al líder del partido de derecha "Les Républicains" (el partido de Chirac y Sarkozy) con un chaleco amarillo. Incluso Brigitte Bardot, conocida por sus simpatías por Le Pen, publica una foto suya con un chaleco amarillo.
Muy rápidamente, los reclamos van más allá de la mera cuestión del aumento del precio del combustible. Esta medida fue retirada por el gobierno después de un mes, pero sin calmar la movilización. Entre las demandas más populares estaba el aumento del salario mínimo, una medida que no fue apoyada por la derecha, obviamente, ni por Marine Le Pen porque los pequeños empresarios constituyen una gran parte de su clientela electoral. Una de las demandas en las que insisten los chalecos amarillos es la introducción del Referéndum de Iniciativa Ciudadana (RIC), algo parecido al modelo suizo. Esta demanda subraya el carácter interclasista y de inspiración democrática del movimiento. Pero este carácter interclasista y no proletario del movimiento es particularmente evidente en los métodos que emplea: los manifestantes se reúnen en rotondas alejadas de las concentraciones de trabajadores y cuando marchan por las ciudades, lo hacen detrás de las banderas nacionales y cantando "Le Marseillaise", es decir, los dos símbolos de la represión de la Comuna de París de 1871. En París, todos los sábados intentan ocupar los Campos Elíseos donde se encuentran las tiendas de lujo, algunas de las cuales son saqueadas por algunos de los "chalecos amarillos" que se dejan arrastrar por los "bloques negros" que imaginan que están luchando contra el capitalismo atacando sus símbolos. También intentan acercarse al Palacio donde reside el presidente con el lema "¡Macron renuncia!". ¡Como si la salida de Macron cambiara algo en la cada vez más insoportable miseria que están sufriendo!
El movimiento del chaleco amarillo recibe un apoyo muy fuerte entre la población: 80% de opiniones favorables durante muchos meses a pesar de la violencia y los saqueos que han sido muy publicitados en los medios de comunicación. Aunque este movimiento involucra a un cierto número de trabajadores, son principalmente los sectores más atrasados e inexpertos de la clase obrera. La mayoría de la clase obrera, aunque sienta simpatía por el movimiento, está al margen.
Este movimiento le costó mucho a la economía francesa: el gobierno tuvo que soltar casi 15 mil millones de euros para calmarlo. Causó una importante pérdida de popularidad a Macron: en las elecciones europeas de 2019, su partido, "La République en Marche" quedó en segundo lugar detrás del de Marine Le Pen. Dicho esto, el movimiento del chaleco amarillo nunca ha sido una amenaza real para la burguesía francesa y sus intereses. Una buena prueba de que este tipo de movimiento no preocupaba realmente a la burguesía es que recibió una considerable cobertura mediática internacional, hasta el punto de que incluso en Basora, Irak, tuvo eco y que el gobierno egipcio prohibió la venta de chalecos amarillos.
Incluso hoy en día, todavía hay demostraciones de chalecos amarillos, pero aparecen cada vez más como una reunión de unas pocas personas nostálgicas. Una de las razones de esto es que la escena social ha sido ocupada por una fuerza mucho más grande e históricamente más peligrosa para la burguesía, la clase obrera.
El ataque masivo en las pensiones, el "Big Bang" anunciado por Macron, fue cuidadosamente preparado por todos los sectores de la burguesía. Era necesario que la clase dominante evitara que la enorme ira de toda la clase obrera explotara incontrolablemente en el momento de este ataque. Los sindicatos estaban obviamente en primera línea en las maniobras para controlar sistemáticamente a la clase obrera. Así vimos:
- La creación de un "Intersyndicale" para liderar el movimiento contra la "reforma" de las pensiones. Reunía a la Confederación General del Trabajo (CGT, cercana al Partido Comunista), Force Ouvrière (tradicionalmente cercana al Partido Socialista), "Solidaires" (sindicato dirigido por corrientes de izquierda y bastante poderoso en los ferrocarriles), la FTUU, el principal sindicato de la educación, además de los sindicatos de estudiantes y de la escuela secundaria.
- Se creó previamente una división sindical, ya que uno de los principales sindicatos (el que obtiene más votos en las elecciones profesionales, la Confederación Democrática Francesa del Trabajo - CFDT) no participa en la Intersyndicale.
- La elección por parte de la Intersyndicale de la fecha del 5 de diciembre para lanzar el movimiento, es decir, menos de 3 semanas antes de las fiestas de fin de año que, en el pasado (en 1986 y 1995), habían permitido poner fin a los movimientos de huelga.
El 5 de diciembre de 2019 la escala de la movilización sorprende a todos. Es la movilización más fuerte desde 2010. El número de huelguistas en muchas áreas, el número de manifestantes en las calles de las ciudades grandes y pequeñas son impresionantes. Además, la atmósfera de estas manifestaciones no se parece en nada a la de las procesiones de años anteriores. Es una atmósfera feliz, marcada por la alegría de ser tantos, "todos juntos", para levantar la cabeza después de años de sumisión. Hay un gran sentido de solidaridad en las manifestaciones entre sectores y entre generaciones. Los que no se ven afectados por la "reforma" están presentes para mostrar su apoyo a las generaciones más jóvenes que sufrirán toda la violencia de este ataque. Escuchamos el lema: "Los jóvenes en la galera, los viejos en la miseria". La "galera" es el término utilizado para referirse al desempleo juvenil. Esta búsqueda de unidad y solidaridad entre todos los sectores y todas las generaciones es una indicación de que, a pesar de todas sus limitaciones y debilidades actuales, el proletariado puede recuperar su identidad de clase.
Entre los manifestantes, también hay una fuerte voluntad de discutir y entender. Las hojas que distribuye la CCI se reciben con gran simpatía. En las ciudades en las que se distribuyen, vemos a los manifestantes volver a dirigirse a nuestros militantes para expresar su acuerdo, comprar nuestra prensa o pedir un paquete de hojas para difundirlas ellos mismos.
Por último, no hay banderas tricolores en las manifestaciones. No se canta la "Marsellesa" sino la Internacional.
La movilización no se detiene después de ese día. Los trabajadores de los ferrocarriles y de la RATP (transporte parisino) continúan la huelga. Prácticamente no hay más trenes, metro o autobuses. La televisión informa de los inconvenientes causados por la huelga de transportes a muchos trabajadores. En las encuestas, la mayoría de la población sigue apoyando la huelga y culpa al gobierno por los inconvenientes, no a los huelguistas. Los huelguistas dicen que no están en huelga para ellos mismos sino para todos aquellos que no pueden ir a la huelga o se enfrentan a represalias. Se trata de la "huelga por poder" y la gran mayoría de los trabajadores apoyan a los huelguistas, en particular contribuyendo a los fondos de solidaridad.
La Intersyndicale llama a nuevas jornadas de movilización que, en general, son menos concurridas que la del 5 de diciembre, pero en las que se sigue afirmando una fuerte determinación. La movilización del 10 de diciembre es menos masiva que la del 5 de diciembre, pero el 17 de diciembre hay casi la misma cantidad de gente y en París la manifestación reúne a más gente que el 5 de diciembre. Es cierto que el 11 de diciembre el Primer Ministro pronunció un discurso en el que anunció las líneas generales de la "reforma" y confirmó la magnitud del ataque. El CFDT, el sindicato más "moderado", que apoya la "pensión por puntos", simula “rebelarse”. Considera que el gobierno había "cruzado la línea roja" manteniendo la "edad pivote" y llamó a unirse a la movilización del 17 de diciembre.
De hecho, la CFDT llevó a cabo una maniobra clásica utilizada en numerosas ocasiones por la burguesía, en particular en las huelgas del otoño de 1995, con un escenario y una división de roles bien definidos:
- en la lista de sus ataques, el gobierno anuncia una medida particularmente provocativa, la “edad pivote”;
- todos los sindicatos denuncian esta medida;
- el gobierno la retira, permitiendo que los sindicatos más moderados reclamen la victoria;
- los sindicatos "radicales" siguen llamando a la movilización, pero la unidad de los trabajadores se ha roto, provocando resentimientos e incluso enfrentamientos entre los explotados.
Ese es exactamente el teatrillo que se volvió a representar. El 11 de enero, el Primer Ministro anunció la retirada temporal de la edad pivote de 64 años, permitiendo a la CFDT gritar "¡victoria!"
El sórdido juego de la CFDT ha hecho que muchos trabajadores se enfaden con este sindicato. Algunos de ellos, alentados por los otros sindicatos, han participado en varias "acciones" contra la CFDT, incluyendo la ocupación pacífica de su sede en París mientras los miembros de este sindicato rompían sus cartas de adhesión. Pero la política de los sindicatos contra la clase obrera no se limita al comportamiento "amarillo" de la CFDT. En realidad, los demás sindicatos, en particular la CGT, aunque mostraban una postura "radical", contribuyeron a la derrota final de la clase obrera.
La "tregua de los confiteros" (como se denomina en Francia a las fiestas de fin de año) no puso fin a la movilización de los trabajadores. A pesar de las pérdidas salariales y de los llamamientos a la suspensión de la huelga por parte de los sindicatos "moderados", la huelga continuó en los ferrocarriles y el transporte en París. Esto fue una prueba de la existencia de una enorme combatividad en estos sectores y también en otros, ya que la huelga mantuvo su popularidad a pesar de las molestias a los usuarios que salían de vacaciones. Por lo tanto, la huelga continuó en 2020, durante buena parte del mes de enero. Y a medida que se fue agotando gradualmente (en particular debido a las pérdidas salariales cada vez más insoportables), la CGT pidió que la huelga se extendiera a otros sectores, como las refinerías, la electricidad, los puertos, el tratamiento de residuos, lo que provocó un amontonamiento de basura en varias ciudades.
La extensión de la lucha a otros sectores es vital para la fuerza de la clase obrera contra la burguesía. Pero cuando esta extensión tiene lugar en el momento de la decadencia de un movimiento, no es la lucha lo que se extiende sino la derrota. Los sindicatos lo saben perfectamente. El "radicalismo" mostrado en enero por la CGT no era en absoluto una política al servicio de los intereses de la clase obrera, sino todo lo contrario:
- llamando a la continuación de la huelga en una situación de debilidad, trataban de hacerles rechazarla en el futuro;
- al pedir la extensión del movimiento en el peor momento posible, pretendían provocar un sentimiento de desmoralización y la idea de que "luchar es inútil".
En Francia, la clase obrera no pudo evitar el ataque del gobierno. Por lo tanto, fue una derrota. Pero como el movimiento obrero ha señalado desde hace tiempo: "El camino al socialismo (...) está pavimentado de derrotas. (...) ¿Dónde estaríamos hoy sin todas estas 'derrotas', de las que hemos sacado nuestra experiencia, conocimiento, fuerza e idealismo?" (Rosa Luxemburgo, "El orden reina en Berlín", artículo escrito en la víspera de su asesinato).
También hay que aprender lecciones de esta derrota.
1°) La peor derrota habría sido no luchar, no reaccionar a los ataques de la burguesía. La frustración y la desmoralización habrían sido mucho peores si la clase obrera no hubiera reaccionado, si hubiera inclinado la cabeza. En la lucha del proletariado contra los ataques de la burguesía, no sólo hay una dimensión económica. También hay siempre una dimensión moral, una afirmación de su dignidad. Por eso uno de los lemas más cantados en las manifestaciones fue: "Estamos aquí por el honor de los trabajadores y por un mundo mejor". Como escribimos en nuestra hoja del 4 de febrero:
"Este movimiento social, a pesar de todas sus limitaciones, debilidades y dificultades, es ya una primera victoria. Después de años de parálisis, desorden y atomización, ha permitido que cientos de miles de trabajadores salgan a las calles para expresar su voluntad de luchar contra los ataques del Capital. Esta movilización les permitió expresar su necesidad de solidaridad y unidad. También les permitió experimentar las maniobras de la burguesía para superar este ataque."
2°) Una vez más se ha constatado que los sindicatos son los peores enemigos de la clase obrera, incluso y sobre todo cuando se dan una imagen "radical". Y esto, aunque la mayoría de los trabajadores sindicalizados no lo sepan. En este sentido, una de las condiciones para una lucha victoriosa de la clase obrera es que sea asumida directamente por los trabajadores, que su conducción no se ponga en manos de "especialistas" sindicales. Concretamente, esto significa:
- asambleas generales masivas y soberanas;
- la formación de comités de huelga con delegados elegidos y destituidos por las asambleas;
- el envío por las asambleas de delegaciones masivas a otros lugares de trabajo para lograr la indispensable extensión del movimiento, y esto desde el principio de la lucha.
En efecto, las huelgas de diciembre de 2019 y enero de 2020 en Francia han confirmado una vez más que, en el período histórico actual, la duración de una lucha no constituye una fortaleza. Durante mucho tiempo, la clase dominante se ha organizado para entablar una prolongada lucha armada con los trabajadores a fin de "dejar que su lucha se pudra" en un aislamiento cada vez mayor. En este sentido, la creación de "fondos de huelga", si bien fue a principios del movimiento obrero en el siglo XIX uno de los medios para el éxito de las luchas, hoy en día ha perdido este papel. Al contribuir a estos fondos de huelga, generalmente promovidos por los sindicatos, los trabajadores que no están directamente involucrados en la lucha quieren expresar su solidaridad con los que están en huelga para que puedan "aguantar". Por supuesto, no podemos condenar su acción, pero debemos tener claro que la única solidaridad efectiva es unirse a ellos en la lucha, participar en su rápida difusión.
Para concluir estas lecciones podemos citar lo que escribimos en nuestra hoja del 4 de febrero:
"Los jóvenes trabajadores que participaron en el movimiento contra el "Contrato de Primer Empleo" en la primavera de 2006, cuando aún eran estudiantes o bachilleres, deben recordar y transmitir esta experiencia a sus compañeros de trabajo. ¿Cómo pudieron hacer retroceder al gobierno de Villepin obligándolo a retirar su "CPE"? Gracias a su capacidad de organizar su lucha por sí mismos en sus masivas Asambleas Generales en todas las universidades, y sin ningún sindicato. Los estudiantes habían hecho un llamamiento a todos los trabajadores, activos y jubilados, para que vinieran a debatir con ellos en sus asambleas generales y participaran en el movimiento de solidaridad con las jóvenes generaciones que se enfrentaban al desempleo y la precariedad. El gobierno de Villepin tuvo que retirar la CPE sin ninguna 'negociación'".
Estas son algunas de las lecciones que la clase trabajadora tendrá que apropiarse o reapropiarse para futuras luchas con el fin de hacerlas más efectivas. Y también para que permitan el desarrollo de la unidad y la conciencia del proletariado en sus luchas decisivas contra el capitalismo, con vistas a su derrocamiento.
Nuestra sección en Francia se movilizó plenamente para participar en las luchas de diciembre y enero en ese país. Incluso antes de la fecha del 5 de diciembre, volvimos a publicar en nuestro sitio web un artículo en el que se extraen lecciones de la lucha masiva del otoño de 1995, lecciones que podrían ser útiles para la lucha actual. A lo largo del movimiento, publicamos varios artículos en el sitio web tomando posición sobre la lucha y las maniobras de las diversas fuerzas de la burguesía, así como un número de nuestro periódico dedicado en gran parte a este movimiento. Con motivo de las diversas manifestaciones organizadas por la Intersyndicale publicamos 4 hojas que, si tenían el mismo contenido político, trataban de dar cuenta de la evolución del movimiento:
Se distribuyeron varias decenas de miles de ejemplares de esas hojas, en particular en las cuatro ciudades más grandes de Francia: París, Marsella, Lyon y Toulouse, así como en Lille, en el corazón de la concentración de trabajadores más antigua del país, y en Nantes, ciudad en la que la clase obrera siempre ha estado en la vanguardia de las luchas (en particular en 1968). Como ya se ha mencionado, estas hojas fueron recibidas muy positivamente por muchos manifestantes. En la del 13 de enero llamamos a celebrar reuniones públicas el 18 de enero y el 8 de febrero en cinco ciudades. En estas reuniones públicas tuvimos, en su mayoría, una asistencia mayor que la habitual, especialmente en París. Y varios participantes vinieron justo después de leer nuestras hojas.
Obviamente, el objetivo de la CCI con esta intervención no podría ser influir en el curso de los acontecimientos. En el período actual, las organizaciones revolucionarias tienen la responsabilidad de participar en la reflexión de los elementos más avanzados de la clase obrera, que, por el momento, representan una muy pequeña minoría. Es esta perspectiva la que se da en nuestro folleto del 4 de febrero que hace una evaluación del movimiento:
"Los trabajadores más combativos y decididos ya sean activos o desempleados, jubilados o estudiantes, deben tratar de formar 'comités de lucha' interprofesionales abiertos a todas las generaciones para prepararse para futuras luchas. Debemos aprender las lecciones de este movimiento, entender cuáles han sido sus dificultades para poder superarlas en futuras luchas".
A esta reflexión, a estas discusiones, invitamos a todos los asistentes.
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La aparición de este nuevo virus y la reacción de la burguesía muestra cómo el desarrollo de las fuerzas productivas se ha enfrentado a la muerte y la destrucción causada por el capitalismo. Así, mientras China ha escalado hasta convertirse en la segunda potencia económica del mundo, se ve abatida sin embargo por una epidemia viral; y mientras que la ciencia médica avanza, el capitalismo no puede proteger a su población de las enfermedades, como tampoco puede protegerla de las crisis económicas, las guerras o la contaminación.
El Covid-19 es una de las muchas nuevas enfermedades infecciosas que han surgido, particularmente en los últimos 50 años, incluyendo el VIH (SIDA), el Ébola, el SARS, el SERM, la fiebre de Lassa, o el Zika. Como tantas nuevas enfermedades, Covid-19 es una infección vírica animal que ha saltado a la especie humana y que se extiende entre la gente a consecuencia de las condiciones de vida alteradas por el capitalismo en este período. Vemos hoy procesos de producción y distribución cada vez más globales. Por vez primera en la historia la mayoría de la población mundial vive en ciudades, y en condiciones de hacinamiento e infraestructuras higiénicas muy deficientes. Y, como sucede en China, muchos trabajadores no sólo se concentran en las fábricas, sino que descansan (¿?) en dormitorios de fábricas atestados, por ejemplo, los trabajadores de Foxconn viven 8 por habitación. A esto se suma el uso de carnes de animales silvestres. En Wuhan se cree que un mercado ilegal de animales salvajes fue el origen de la nueva infección. Además, la destrucción del medio ambiente natural y los efectos del cambio climático están forzando a que masas de animales silvestres invadan las ciudades en busca de alimentos. Las ciudades atestadas son un potencial caldo de cultivo para las epidemias, como muestra Wuhan, y el aumento de las conexiones internacionales un medio para transmitirlas al resto del planeta.
Estas condiciones son el resultado de que el sistema capitalista en decadencia se ve impelido a alterar y polucionar hasta el último rincón del planeta cómo vía para hacer frente a su crisis de sobreproducción. El impacto destructivo de esta expansión global quedó claramente demostrado por la Primera Guerra Mundial que marcó precisamente el inicio de esta época de decadencia del capitalismo. Al final de esta contienda se produjo la pandemia de la llamada “gripe española” que se estima que infectó a cerca de un tercio de la población mundial y mató a más de 50 millones de personas en tres fases. La tasa de mortalidad estaba vinculada a las condiciones de la guerra imperialista, incluyendo el hambre y la malnutrición, la falta de higiene y el movimiento de los soldados enfermos desde las trincheras, lo que generó un virus más mortal en la segunda oleada.
En el período más reciente podemos ver que como el VIH ha matado a 32 millones de personas, principalmente en África, dónde ahora se ha vuelto endémico. A pesar de los avances médicos que han hecho que el VIH pase de ser una enfermedad mortal a una crónica, el SIDA mató a 770.000 personas en 2018 debido a la falta de acceso a la atención médica[1]. Muchas otras enfermedades que la ciencia médica puede prevenir siguen causando enfermedad y muerte. Oímos hablar de los casos de sarampión en los EE.UU., tal vez en Samoa, y la importancia de la inmunización para prevenir su transmisión. Pero los medios de comunicación apenas mencionan los casi 300.000 casos de sarampión en la República Democrática del Congo, con la muerte de casi 6.000 niños[2], donde centros de salud en un estado lamentable deben también hacer frente al Ébola. Estas muertes no son de gran interés para la clase dirigente porque, a diferencia de la pandemia de gripe porcina de 2009 o de la actual epidemia de Covid-19 en China, no amenazan su producción y sus beneficios en la misma medida. Pero el capitalismo es responsable de las condiciones que dan lugar a estas epidemias: en este caso, un país inestable, resultado del desmembramiento de África por las potencias imperialistas, constantemente asolado por una lucha por sus recursos naturales (oro, diamantes, petróleo y cobalto) que se ha cobrado millones de vidas. El 50% de las exportaciones de la RD del Congo van a China. Es un ejemplo particularmente gráfico de lo que entendemos por descomposición del capitalismo: un período en el que la clase dominante no puede imponer su “solución” a la crisis - una nueva guerra mundial -, porque la clase obrera no está derrotada; pero en el que tampoco la clase obrera tiene la fuerza para llevar su lucha a un nivel que pueda amenazar al capitalismo. Anunció este período el colapso del bloque imperialista ruso, y se caracteriza, entre otras cosas, por una caótica proliferación de guerras localizadas[3].
La persistencia de la poliomielitis también está directamente relacionada con la descomposición, puesta que la lucha o los preceptos fundamentalistas impiden la inmunización, con el asesinato por los yihadistas de trabajadores sanitarios, por ejemplo, en Pakistán. Toda la propaganda sobre esto está plagada de hipocresía por cuanto las grandes potencias que lo “condenan” no vacilan en emplear esos mismos combatientes irregulares y terroristas, como Occidente utilizó a los muyahidines en Afganistán contra los rusos en los años 80 y, desde entonces, en muchos otros conflictos. De hecho, el aumento del terrorismo es una característica de los conflictos imperialistas en el período de descomposición[4].
En lugar de destinar recursos a la salud o la educación, el gasto mundial en armamento y “defensa” en 2019 fue un 4% superior al de 2018. En el caso de EE. UU. y China creció más del 6%. En Alemania más de un 9%. Para dar una idea de las escalofriantes prioridades de la burguesía, mientras el presupuesto del CDC (Centro para el Control de Enfermedades) en los EE. UU. se redujo de 10.800 millones de dólares en 2010 a 6.600 millones en 2020, ese mismo país acaba de aprobar un presupuesto de rearme de 738.000 millones de dólares. El presupuesto anual de defensa de China se estima en 250.000 millones de dólares. La OMS tenía un presupuesto de sólo 5.100 millones de dólares en 2016-2017.
Hoy existen muchas enfermedades mucho más mortíferas que el Covid-19, sin embargo, la burguesía se toma ésta como una amenaza, como lo hace con cada nueva enfermedad que puede convertirse en una pandemia y, por lo tanto, poner en peligro su productividad y beneficios, por ejemplo, a través de las bajas médicas por enfermedad – como vemos con este nuevo virus en China -, más allá del peligro que pueda representar para la salud y la vida humanas. Hay muchos aspectos de la enfermedad que pueden contribuir a su potencial pandémico: la infecciosidad, la naturaleza de la enfermedad. También es importante que haya surgido en una gran ciudad de 11 millones de habitantes en una zona bien conectado internacionalmente para el comercio y el turismo, y esto hace más difícil contener la propagación del virus. Es más difícil de contener que si hubiera surgido, como sucede en el caso del Ébola, en África, con muchas menos oportunidades de viajes al extranjero, o si hubiera surgido en 2003, como en el caso de la epidemia de SRAS, cuando la economía y los intercambios comerciales con China eran menores.
Gran parte de la respuesta inicial del Estado chino a este nuevo virus fue criminalmente negligente y carente de escrúpulos. Desde el 26 de diciembre se disponía de datos genéticos preliminares que indicaban la existencia de un virus similar al del SRAS, pero las autoridades chinas acosaron al Dr. Li Wenliang por alertar de este peligro el 30 de diciembre. Al mismo tiempo, informaban a la Organización Mundial de la salud sobre el virus. Pero las autoridades de Wuhan siguieron escamoteando información sobre la epidemia, organizando una gran comida comunitaria y un baile de Año Nuevo Lunar los días 18 y 19 de enero, aduciendo que no se transmitía de persona a persona. El 23 de enero, sin embargo, procedieron a aislar la ciudad cuando 5 millones de personas, casi la mitad de la población, ya se habían marchado para el día de Año Nuevo.
Todo esto ha provocado una enorme ira en la población, enfurecida por el hecho de que el gobierno ocultase la enfermedad al público e hiciese firmar a un médico una falsa confesión por "difundir rumores", cuando en realidad estaba alertando sobre ella. Esto ha engendrado una campaña por la libertad de expresión dentro de China. Los medios de comunicación y los políticos de los países occidentales se han hecho eco de esta campaña con sermones sobre los beneficios de la democracia, la “transparencia” y la libertad de expresión. Sin embargo, no debemos pensar, ni por un momento, que nuestra propia clase dirigente tiene el menor escrúpulo moral en mentir u ocultar la información cuando le conviene, aunque eso suponga poner en peligro vidas humanas. Las compañías farmacéuticas suprimen los ensayos clínicos que ponen en riesgo sus beneficios, incluso cuando implique ocultar que ciertos antidepresivos comportan un mayor riesgo de suicidio en adolescentes y adultos jóvenes[5]. Y los gobiernos de EE.UU. y el Reino Unido mintieron descaradamente sobre las armas de destrucción masiva para justificar la invasión de Irak en 2003.
El estado chino antepuso con completa frialdad su preocupación por mantener su autoridad sobre la vida y la salud de la población. Ha puesto en evidencia su naturaleza de rígida burocracia estalinista jerárquica, para encubrir el inicio de una epidemia cuando lo que se necesitaba era una acción oportuna para reducir y frenar la propagación del virus. Esto demuestra la brutalidad del régimen que no duda en sacrificar vidas humanas, pero también su irracionalidad, ya que la adopción de medidas oportunas en respuesta a la epidemia no sólo habría salvado vidas, sino que también habría ahorrado gran parte de las pérdidas que podemos esperar en la economía y gran parte del daño al prestigio de China como potencia mundial en ascenso a través, por ejemplo, de las Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda[6]. Esta irracionalidad del régimen chino en su respuesta a la epidemia está vinculada a su paranoia ante cualquier pérdida de poder o control, paranoia que se manifiesta en sus grandes campos de trabajo y "reeducación" para los uigures y otros pueblos, en su fruición por aplicar tecnologías de reconocimiento facial, o en su sistema de Crédito Social para mantener el control sobre la población en línea. Para preservar su autoridad no puede admitir la existencia de peligro o problema alguno.
Poner en cuarentena una ciudad de 11 millones de personas, cerrando todas las conexiones en los transportes y bloqueando todas las carreteras es algo nunca visto. Pero hacerlo después de que la mitad de la población haya sido autorizada a irse, empeora las cosas. Construir dos nuevos hospitales para 2600 nuevos pacientes en sólo 10 días es una impresionante pieza para la propaganda e incluso una formidable hazaña de ingeniería prefabricada (aun cuando no estaban listos cuando se necesitaban). Pero eso no significó que estuvieran dispuestos los médicos y enfermeros necesarios, ni aun contando con médicos del ejército y voluntarios de otras regiones. Los hospitales de Wuhan se han visto desbordados, al igual que los centros de cuarentena equipados con 10.000 camas. Los enfermos con coronavirus no pueden entrar en los centros de cuarentena y mucho menos en los hospitales. Los pacientes con otras afecciones, incluyendo el cáncer, no pueden recibir tratamiento hospitalario ya que todas las camas están ocupadas. Los pacientes enfermos y moribundos en los centros de cuarentena no tienen atención de enfermería. En los centros de cuarentena hay cientos de personas hacinadas en camas o colchones en el suelo con mascarillas de papel de dudosa eficacia, y con instalaciones sanitarias y de higiene muy deficientes, incluyendo baños y duchas portátiles en el exterior. Está claro que quien entre en un centro de cuarentena sin Covid-19 pronto lo tendrá. Aquellos sospechosos de ser portadores del virus son trasladados a la fuerza a los centros de cuarentena. Se ha sabido del caso del fallecimiento por hambre de un menor discapacitado después de que los parientes de los que dependía fueran trasladados a uno de dichos centros. Se trata más de medidas policiales que de medidas sanitarias.
Hacinar a la gente en centros de cuarentena que sólo pueden convertirse en centros de transmisión del virus recuerda a los hospitales para pobres que existieron hasta el siglo XIX en Europa y que eran fuentes de infección, por ejemplo, el aumento de la mortalidad materna por fiebre puerperal desde el siglo XVII hasta el XIX antes de que se comprendiera la necesidad de la higiene.
Se carece de equipo, incluida la ropa de protección para el personal de los hospitales; los médicos y las enfermeras trabajan durante muchísimas horas, lo que los hace más vulnerables a las enfermedades. Más 1700 de ellos han sido infectados y 6 han muerto.
En estas circunstancias está claro que morirán muchos pacientes que podrían haberse salvado con una atención médica adecuada. El Covid-19 parece tener más del doble de mortalidad en Wuhan que en otros lugares debido a esto. Sin embargo, independientemente de que las autoridades chinas sigan mintiendo sobre las cifras de infectados, tales cifras están en cuestión porque en muchos casos no se pueden contrastar con análisis. De ahí que se produjera un brusco aumento de los casos notificados en Wuhan el 11 de febrero, cuando se incluyeron los diagnosticados clínicamente – por los síntomas, pero sin prueba alguna-, con lo que el total de casos registrados supera los 60.000.
Pero esta inexactitud de las cifras no sólo afecta a China. A diferencia de Singapur, un país rico con muchos intercambios comerciales y que lleva preparándose para una epidemia desde el SRAS en 2003, muchos otros países más pobres no están preparados. "Cualquier país en el que abunden los viajes a o desde China, y no haya encontrado casos debería preocuparse", dice un profesor de epidemiología de Harvard[7]. Indonesia, por ejemplo, evacuó a 238 ciudadanos de Wuhan y los puso en cuarentena durante dos semanas, pero no les hizo pruebas de la enfermedad porque resultaba demasiado caro. Más aún, ¿qué pasa con el comercio y los clientes africanos de China y de su Nueva Ruta de la Seda? Habrá muchos lugares sin la infraestructura de salud para diagnosticar y atender a los pacientes con el virus.
Lo que resulta impresionante es que el nuevo virus ya ha sido secuenciado el 12 de enero. A continuación, la Coalición para la Innovación en la Preparación para las Epidemias (CEPI), creada en 2017 tras el brote del Ébola en África occidental, ha estado trabajando en la elaboración de una vacuna, con la esperanza de que pueda estar lista si el Covid-19 se propaga, y en particular si se convierte en una enfermedad estacional como la gripe. De hecho, mientras escribimos este artículo, el trabajo sobre la vacuna está ya en marcha, utilizando un nuevo método basado en la secuenciación de genes, que es más seguro que trabajar con un virus mortal, y ya ha servido para acelerar la producción de vacunas para Zika, el Ébola, el SARS y el SERM. Por supuesto, se requerirán pruebas de seguridad y eficacia antes de que pueda ser utilizada, y esto llevará tiempo. Pero este sorprendente potencial de las fuerzas productivas no significa nada por sí solo. Faltan fábricas para producir suficiente vacuna, y dado que ante el riesgo de pandemia los gobiernos no exportarán la vacuna hasta que hayan almacenado suficiente para su propio uso "invocando la defensa o la seguridad nacional"[8] el CEPI necesita planificar para que pueda ser fabricada en varios sitios.
La economía de China ha sufrido un parón concentrada como está en la necesidad de contener el nuevo virus. Para responder inyecta dinero a la economía mediante una relajación de las reglas que controlan las deudas de dudoso cobro. Pero hoy China representa el 16% del PIB mundial, cuatro veces más que cuando la epidemia de SARS en 2003 que redujo su PIB en un 1%. Hoy la economía de China está mucho más integrada en las cadenas de suministro mundiales que hace 17 años. Esto ya ha obligado a Hyundai a cerrar plantas de automóviles en Corea del Sur, a Nissan a cerrar una en Japón y a Fiat-Chrysler a advertir que podría cerrar alguna producción europea. La producción de teléfonos inteligentes podría bajar hasta un 10% este año. Los textiles (China produce el 40% de las exportaciones mundiales), los muebles y los productos farmacéuticos podrían verse afectados. Al igual que el turismo. Y China ahora representa casi el 20% de las importaciones mineras mundiales, y está tratando de cancelar las entregas de petróleo, gas y carbón que no necesita. Las acciones de las empresas estadounidenses con alta exposición a las ventas chinas caen un 5%. Tras su guerra comercial con los EE.UU. no resuelta, este es un mal momento para China y la economía mundial.
A largo plazo, esto puede hacer que China sea un socio que parezca menos fiable para las inversiones de las empresas multinacionales. Le hará desde luego aparecer como un socio comercial más frágil y un aliado imperialista menos poderoso para sus clientes en la Nueva Ruta de la Seda. Quizás dependa de la rapidez con la que pueda volver a la normalidad su economía.
Pase lo que pase con este nuevo virus Covid-19, que se convierta en una nueva pandemia, que desaparezca como sucedió con el SARS, o que permanezca como un nuevo virus respiratorio estacional, esta nueva enfermedad es otra advertencia de que el capitalismo se ha convertido en un peligro para la humanidad, y para la vida en este planeta. Las enormes capacidades de las fuerzas productivas, incluida la ciencia médica, para protegernos de las enfermedades chocan con esa criminal búsqueda de beneficios, con el hacinamiento de una gran proporción de la población humana en ciudades invivibles, y los riesgos de nuevas epidemias que eso supone. Pero la amenaza capitalista no termina ahí, sino que abarca también los riesgos derivados de la contaminación, la destrucción ecológica y las guerras imperialistas cada vez más caóticas.
Alex, 15.2.20
Traducido de World Revolution (órgano de la CCI en Gran Bretaña) nº 385.
[2] stories.msf.org.uk/contagion-in-congo/index.html.
[3] Ver nuestras "Tesis sobre la descomposición", https://en.internationalism.org/ir/107_decomposition [8]
[4] Ver El terrorismo, un arma de guerra del capitalismo https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200512/302/el-terrorismo-un-arma-de-guerra-del-capitalismo [9] y El terrorismo: arma y justificación de la guerra https://es.internationalism.org/revista-internacional/200604/832/el-terrorismo-arma-y-justificacion-de-la-guerra [10]
[5] Véase el libro de Ben Goldrace titulado Bad Pharma que denuncia esta trapacería. https://www.researchgate.net/publication/235432984_Bad_Pharma_-_Ben_Goldacre [11]
[6] Ver La ruta china de la seda hacia la dominación imperialista https://es.internationalism.org/content/4366/la-ruta-china-de-la-seda-hacia-la-dominacion-imperialista [12]
[7] Citado en The Economist 15.2.20
[8] The Economist 8 de febrero de 2020
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En su novela de 1957 "On the beach” convertida en película[1] un par de años más tarde, Nevil Shute imaginó a Australia como el último lugar de la Tierra donde los humanos sobrevivirían después de que una guerra nuclear destruyera el hemisferio norte. Se trataba de un efímero refugio mientras la radiactividad mortal avanzaba hacia el sur. La historia describe cómo los diversos personajes afrontaban la desaparición del planeta, así como su propia e inminente tragedia.
Pero hoy, en vez de albergar los últimos vestigios de la civilización tal y como los describiera Shute, el continente australiano se ha convertido en un presagio y un microcosmos (un microcosmos particularmente significativo puesto que es tan grande como toda Europa o los Estados Unidos), de un planeta Tierra convertido en desierto por la avidez insaciables del capitalismo por el beneficio. Todo lo relacionado con el cambio climático de origen antrópico, el calentamiento global y la absoluta incapacidad del capitalismo para ni siquiera empezar a hacer frente a esta amenaza mortal para la humanidad, se pone de manifiesto hoy en Australia. Y también la falsedad de todas las soluciones propuestas incluidas la de los Verdes.
Podríamos entrar en muchas cifras detalladas, gráficos, tasas de aumento de las temperaturas, escalas del alcance y la amplitud de los incendios que actualmente asolan Australia. Podríamos indicar la cantidad de hogares perdidos, de muertes y enfermedades causadas, etc. Nos limitaremos, en cambio, a señalar que se alcanzan niveles récord y que estos aumentan cada día más en cada vez más zonas del continente, alcanzando en ciertos lugares niveles de contaminación atmosférica superiores a los de Pekín o Delhi. En Sídney, capital de Nueva Gales del Sur, esas cifras son 11 veces superiores a las habituales, se disparan continuamente las alarmas de incendio, los transbordadores y otros sistemas de transporte están atracados en tierra y las escuelas están cerradas. Las personas con enfermedades respiratorias severas están colapsando los hospitales y consultorios médicos. Nadie advierte de que las mascarillas al estilo de Pekín que están haciendo su aparición son más que inútiles. La gente señala que el humo está entrando en sus casas y que temen por los efectos sobre su salud tanto a corto como a largo plazo. Las condiciones en las que deben actuar los bomberos – recordemos que el 85% de ellos son voluntarios, tras el recorte de las plantillas de “profesionales” – son cada vez más peligrosas: sin apenas descansos, intoxicados por el humo y con peligro de accidentes mortales.
Es cierto que siempre ha habido incendios de la maleza en Australia, pero el alcance, la duración y la intensidad de estos últimos los sitúan a un nivel inédito y peligroso. Y si "siempre ha habido incendios de matorrales", también han existido siempre cambios climáticos y fluctuaciones en el fenómeno del Dipolo del Océano Índico (IOD) que afecta a Australia y más allá de ésta. En este caso recalentando todo el sureste mientras se incrementan las precipitaciones en África. Pero, al igual que sucede con otros fenómenos meteorológicos de escala mundial (El Niño, por ejemplo), estos se distorsionan e intensifican hasta niveles "sin precedentes", según los expertos. Y ello se debe al aumento del calentamiento global provocado por los efectos del incremento del dióxido de carbono en la atmósfera de la Tierra.
Por graves que sean, la quema de maleza y la escasez de agua no son las únicas manifestaciones de los peligros que corren, tanto a corto como a largo plazo, las poblaciones de Australia y otros países. La deforestación está creando auténticos desiertos de polvo. El gobierno australiano no va a la zaga del brasileño (y otros), en cuanto a su complicidad con una explotación implacable y extensiva del suelo. Existen áreas vastísimas que la vista no alcanza en las que se ha arrasado cualquier forma de vegetación. Los icónicos koalas ya estaban siendo diezmados antes de los incendios. Extensísimas llanuras se han dedicado a la agricultura intensiva que requiere grandes volúmenes de agua y toneladas de fertilizantes. Se las despoja de cualquier brote lo que reduce la humedad del suelo impidiendo así aún más la formación de nubles sobre ellas. A medida que estas llanuras se secan con el calor, lo que queda son enormes extensiones de tierra árida que se descompone en polvo, que se esparce con el viento mezclado con pesticidas, lo que representa una preocupación adicional para las comunidades vecinas. Al igual que en Brasil de Bolsonaro, se toleraron los desmontes ilegales y la deforestación. Incluso fueron fomentados por las diversas autoridades australianas. Todo ello en aras del capitalismo y su irrefrenable afán de más y más ganancias. Dadas las advertencias de los expertos sobre la futura evolución del clima, y que nada va a cambiar en cuanto a la necesidad de beneficios del capitalismo, hace que uno se pregunte ¿cuánto tiempo seguirán siendo habitables vastas extensiones de Australia para las generaciones futuras?
El gobierno de coalición dirigido por el "hombre del pueblo", el Primer Ministro Scott Morrison, admite, a diferencia de su predecesor Tony Abbot, que el "calentamiento global" existe, pero que está "bajo control"[2] (¡como lo está en Australia en este momento!). Su posición y la de su gobierno no es esencialmente diferente de la de Abbot, quien dijo que el calentamiento global "probablemente sea bueno" puesto que estaba "reverdeciendo el planeta y aumentando los rendimientos agrícolas haciendo la vida más segura y agradable" y que, de todas formas, no había muchas posibilidades de detenerlo. Morrison ganó las elecciones afirmando “no tener miedo al carbón”, y asegurando que no antepondría la lucha contra el cambio climático a la defensa de los empleos. Y que la relación de este cambio con los incendios de la maleza era el de “un factor entre muchos otros”, pero en todo caso "una cuestión secundaria" respecto a la cual “no hay por qué preocuparse". El gobierno y su sector energético carecen de una política coherente sobre el cambio climático y en eso no difieren de la gran mayoría de las grandes potencias. Actualmente están utilizando los llamados créditos del carbono como contabilidad creativa para aparentar que están haciendo algo para reducir las emisiones tal y como se comprometió el gobierno australiano. El Gobierno Federal transfiere el problema a las autoridades locales, estatales y territoriales, "descentralizando" la cuestión imposibilitando cualquier responsabilización ni enfoque coherente. Esta táctica de "descentralización" es un viejo truco del Estado democrático que aplica así el viejo “divide y vencerás”. Mientras tanto, el parlamento de Nueva Gales del Sur está tratando de impulsar una legislación que minimiza las consideraciones climáticas en la producción de carbón. Las muy lucrativas exportaciones de carbón australianas ascienden a 36.000 millones de libras esterlinas al año, según algunos informes. Siete nuevas minas a cielo abierto se han puesto en marcha en Queensland. Fundamentalmente, como todos los gobiernos sea cual sea su color, la respuesta del gobierno australiano ha sido negar, desviar y oscurecer la cuestión del cambio climático mientras continúa a toda marcha el expolio del territorio en nombre del interés nacional y los beneficios.
La respuesta de los Verdes consiste en hacer mucho ruido sobre el cambio climático, pero cuando se entra en el meollo de la cuestión, se sitúan claramente en el mismo saco que el gobierno y sus políticos. El "movimiento Verde" se parece mucho al movimiento pacifista. Y en Australia, como en todas las demás grandes democracias, los dos movimientos, sus estructuras y su personal, son intercambiables y se intercambian de hecho en ciertos momentos de la historia.
La principal similitud entre ambos movimientos es que existen para abogar por lo que el capitalismo no puede proporcionar: un sistema sin beneficios, sin competencia y sin guerras. No sólo desvían al proletariado de la necesidad de enfrentarse al capitalismo en su conjunto, sino que significan importantes soportes para la perpetuación del sistema y son, por lo tanto, en parte responsables de los efectos acumulativos de su descomposición. Según los Verdes, la lucha del trabajo contra el capital debe ser evitada, para que puedan conseguirse sus "reformas", cuando estas no tienen ninguna posibilidad de éxito ya que el capitalismo es, por su naturaleza, un sistema de explotación destructor.
Para los Verdes, en general, la situación "requiere la atención del gobierno" y la "intervención" del “sector bancario”[3]. También piden la intervención del Estado para crear "nuevos puestos de trabajo a partir de fuentes de energía neutras en carbono", y el parlamento (los Verdes, al igual que los pacifistas, están muy implicados en el parlamento y la democracia) debería "salvar al pueblo", cuando ese mismo parlamento es, en realidad, quién representa los intereses del capital contra "el pueblo" en general y la clase obrera en particular. Para los Verdes, la clase obrera debe apoyar a su enemigo, sacrificarse por él, y renunciar a luchar en defensa de sus propios intereses de clase.
Para algunos Verdes en Australia, y en otros lugares sin duda, los incendios deben ser vistos como “una última llamada de atención" (de una larga lista de "últimas llamadas de atención"). La idea de estos activistas es que, dados los crecientes estragos ocasionados por los incendios y las inundaciones, las compañías de seguros se negarán a suscribir estos y otros riesgos críticos relacionados con el calentamiento de la Tierra y, en consecuencia, los bancos dejarán de prestar a las empresas que produzcan energía fósil combustibles fósiles, invirtiendo en cambio en las basadas en “soluciones ecológicas".
El problema fundamental de este enfoque es que se basa en la suposición de que el capitalismo es esencialmente un sistema "razonable", que adoptará un enfoque lógico y hará lo mejor para el mundo. Lo cierto es, en cambio, que no es así. Desde principios del siglo pasado disponemos de numerosas pruebas como dos guerras mundiales y las numerosas guerras irracionales e ilógicas que se suceden desde entonces a medida que el capitalismo se hunde cada vez más en su decadencia. Poco importa la radicalidad que quieran aparentar los Verdes. Su único propósito es hacernos creer que es posible reformar el sistema a través de la banca, las compañías de seguros y la "explotación verde". Pero la función principal de la ideología verde, como su gemela pacifista, es confundir y desmovilizar a la clase obrera, alejarla de su lucha contra el capital y encarrilarla en defensa del "interés nacional".
Lo que realmente desenmascara al movimiento de los Verdes (y ocasiona muchas disensiones internas en los distintos grupos) es el desarrollo del militarismo y la guerra. Si los Verdes alardean de pacifismo ¿cómo abordan la cuestión de la guerra imperialista? Pues dado su apoyo al interés de cada capital nacional, su enfoque se refleja en el adoptado por el influyente partido ecologista de Alemania que no dudó en apoyar a su Estado en la "guerra contra el terrorismo" en Afganistán y otras tantas "expediciones" militares en el extranjero. Los Verdes, en general, quieren el aparato militar/represivo del estado no sólo intacto sino fortalecido, agresivo y a toda marcha, incluso con combustibles fósiles.
Los incendios forestales australianos, así como todos los embustes políticos que los han acompañado son una prueba más del curso del capitalismo en su conjunto hacia la destrucción. El capitalismo no actúa en pro del bien de la humanidad sino para la acumulación de capital y la conquista militar. La razón no tiene nada que ver en ello: “El capital es una relación global entre clases, basada en la explotación del trabajo asalariado y la producción para la venta con el fin de obtener ganancias. La búsqueda constante de salidas para sus productos conduce a una competencia despiadada entre los Estados-nación por el dominio del mercado mundial. Y esta concurrencia exige que cada capital nacional se desarrolle o muera. Un capitalismo que no busque penetrar hasta el último rincón del planeta y a expandirse sin límites no existe. Del mismo modo, el capitalismo es totalmente incapaz de cooperar a escala mundial para responder a la crisis ecológica, como ya ha demostrado el funesto fracaso de las diversas cumbres y protocolos climáticos”[4].
En el "otro lado" del capital se encuentra el trabajo, que ya demostró una vez que puede lanzarse al asalto del cielo, y que tendrá que volver a hacerlo como la única fuerza capaz de proporcionar una alternativa de lucha al sombrío futuro que nos depara el capitalismo.
Baboon 28.12.2019
Adaptado de World Revolution, publicación de la CCI en inglés.
[1] Estrenada en España como “La hora final” (nota del traductor)
[2] citado del periódico The Guardian de Australia
[3] Como vimos, esta "intervención de la banca" significo la nacionalización de grandes bancos tras el "crash" de 2008.Para la clase obrera significo años de agobiante austeridad a fin de pagar esa política.
[4] De nuestra hoja internacional "Sólo la lucha de clases internacional puede poner fin al curso del capitalismo hacia la destrucción" [16]
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Unos días después de que la CCI publicara en español, francés, inglés y alemán (al menos, que yo sepa), por la importancia y seriedad del asunto, un llamamiento serio a la defensa del medio proletario[1] contra las actividades de un elemento de actividad muy siniestra la cual se negó siempre sistemáticamente a aclarar, la IGCL (exFICCI) ha publicado un comunicado en defensa de dicho elemento[2] y, sobre todo, atacando a la CCI[3].
En solidaridad, comentaré algunos de los pasajes de dicho comunicado de la IGCL:
“Lo mismo ocurre con su único reproche "político": Nuevo Curso no ha respondido a las críticas, incluidas las nuestras, de su reivindicación histórica con la Oposición de Izquierda Trotskista de los años 30. Pero ¿qué autoridad puede tener la CCI en esta materia, cuando se niega obstinadamente a responder públicamente a aquellos, de los que también somos parte, que apuntan su sucesivos y gravísimos abandonos de los principios marxistas?”
Esta es la lógica del ojo por ojo diente por diente. Según IGCL la CCI no tiene el derecho a que le responda Nuevo Curso porque ella misma no responde públicamente a la IGCL, o a “aquellos de los que también somos parte” cuyo nombre ni siquiera menciona. Para empezar, es una gran mentira que la CCI no haya respondido al IGCL (y se puede ver en la propia web[4]), y para acabar, este ‘ojo por ojo diente por diente’ es un principio totalmente ajeno a la clase obrera. Sería muy importante que ciertos elementos del medio proletario llamaran al debate sobre determinados asuntos, aunque en la evolución de su coherencia interna se negaran a responder a otros provisionalmente.
“Como señalamos el verano pasado: « la CCI está lanzando ahora un verdadero ataque parasitario – por utilizar sus propias palabras – contra estas fuerzas, en particular el Gulf Coast Communist Fraction, tratando de convencerles de que debaten en prioridad del parasitismo. Poco importaba para la CCI que el GCCF haya expresado su desacuerdo sobre esta cuestión, el hecho mismo de haber logrado a hacerle aceptar una reunión sobre este tema, en lugar de cuestiones políticas relacionadas con la experiencia y las lecciones programáticas de la Izquierda Comunista, ya es en sí mismo una trampa para nuevas fuerzas sin experiencia”
La CCI buscaba discutir prioritariamente este tema importante para buscar la claridad en torno a una divergencia importante con el GCCF (sin ni mucho menos dejar de lado “cuestiones políticas relacionadas con la experiencia y las lecciones programáticas de la Izquierda Comunista”, ¡como si hubiera alguna contradicción! ¡Esta es, incluso, una de esas cuestiones!), y que piensa que amenaza urgentemente a dicho grupo: su contacto próximo con el parasitismo. La CCI busca fomentar la discusión y la clarificación, y si el GCCF expresaba un desacuerdo no es algo negativo que cierra el debate de una vez por todas. La CCI no “hizo aceptar” nada al GCCF, ellos mismos decidieron aceptar en principio y finalmente cerrarse a la discusión. La CCI no tiene los medios ni la intención de hacer aceptar a la fuerza ni de confundir, sino que buscó la continuidad del debate para encontrar la mayor claridad[5]. La IGCL trata a los elementos del grupo GCCF como si fueran unos seguidistas sin fuerza de voluntad ni valentía ni responsabilidad para ser coherentes consigo mismos. Este es el doble trato que merecen quienes están en estrecho contacto con el parasitismo.
Por otro lado, ¿cómo puede un grupo que se presenta como “coherente consigo mismo” utilizar conceptos con los que no está de acuerdo: “un ataque parasitario – por utilizar sus propias palabras”? Solo puede tratarse de un objeto arrojadizo. Esto entra dentro de la típica dinámica parasitaria de acusar a otros de seguir su propia lógica, lo que ellos mismos se dedican a hacer. Lo dicen incluso de las formas más enrevesadas, acusando a la CCI de lo mismo. Quizás algunos elementos lo hagan de forma consciente, y otros presos del círculo vicioso de la lógica de ojo por ojo diente por diente. Es importante salir de este círculo de acusaciones fáciles y desmembradas para distinguir las denuncias serias y fundadas en defensa del medio proletario de las calumnias. En toda esta humareda de acusaciones, todas podrían parecer lo mismo. La CCI, sin embargo, no niega la necesidad de denuncias serias, rigurosas, fundamentadas y valientes, en defensa del medio, y declara que este es un asunto serio que no tomar a la ligera y que necesita de discreción y de una profunda investigación. Esto no es algo nuevo de la CCI sino de la tradición de la clase obrera (contra Vogt, Lassalle, Schweitzer, la Alianza de Bakunin, etc) y no es una herramienta para hundir personas, sino de clarificar las actitudes que pertenecen a la clase obrera y las que no, e investigar seriamente a elementos con actitud siniestra, en defensa del medio. La CCI también busca la necesidad de distinguir esto de las calumnias, y por tanto las dos cosas no son una unidad confusa sino su extremo opuesto.
Los elementos del medio político proletario debemos buscar la clarificación de qué hay detrás de este ataque de la IGCL no a través del método del desprecio prejuicioso, sino del análisis y la búsqueda de claridad. No sacando sus palabras de contexto, sino de la mayor claridad posible y la lectura detenida de su texto en contraste con el documento de la CCI y su actividad general. Así como seguir el resto de los textos publicados por la CCI sobre el IGCL o la FICCI, y los publicados por estos últimos sobre la CCI. Solo así podremos enfrentar la confusión y el empantanamiento del medio. El rigor y la seriedad son de lo más necesario. Este rigor y seriedad metódicos llevan a mi juicio a una denuncia clara de este tipo de actividad parásita, y a distinguir quién es parte del medio proletario y quién, aunque lo pretenda por otros motivos, no. La búsqueda de claridad es fundamental, y esta es imprescindible para la clase obrera. La CCI no busca tergiversar las palabras ni de los grupos parásitos, ni de la burguesía.
“Es difícil ver qué interés tendrían el PS y el Estado español en crear desde cero un grupo como Nuevo Curso cuya denuncia del carácter capitalista del propio PS es sistemática. Y que, por otra parte, ha desempeñado un papel activo en la aparición y reagrupación internacional de nuevas fuerzas revolucionarias y comunistas, en particular en el continente americano”.
La CCI en ningún momento ha dicho que el PSOE haya creado a Nuevo Curso. Cualquiera que lea el artículo de la CCI puede verlo. Por tanto, esto es una mentira[6]. No es que el IGCL esté confundido o sea incapaz de distinguir. El IGCL no tiene más método que aquel para mantener sus apariencias y atacar a la CCI. Aquí transmite la idea de que todo lo que aparentemente agrupa fuerzas revolucionarias es tal cosa. Está contra la naturaleza del IGCL distinguir entre dichos grupos (las agrupaciones que a la vez que denuncian el sistema capitalista, no pertenecen a la clase obrera, aunque lo pretendan, como la Alianza de Bakunin, o ellos mismos) y buscar una claridad al respecto, por eso incluyen todo en el mismo saco, para camuflarse ellos mismos. La superficialidad con la que defienden a Nuevo Curso (aunque no sea NC sino Gaizca el eje principal de las investigaciones del documento de la CCI) es la misma que la que podría usarse incluso para defender al izquierdismo (aunque NC no sea ni parte del izquierdismo ni de la Izquierda Comunista). ¿Qué ocurre pues? No le importa lo más mínimo si este elemento es honorable o no. Encontrar las herramientas para investigar y entender ayudaría a despejar la humareda de confusión tras la cual se esconde el IGCL mismo. El IGCL añade, con gran hipocresía, por cierto, que hablar de individuos concretos es entrar en "psicología de los comportamientos individuales" y que este es un terreno de por sí "nauseabundo y destructivo" donde es imposible verificar nada. Una vez más la IGCL ataca a la clase obrera impidiéndole distinguir y metiendo un gran miedo a entender los comportamientos individuales.
Además, la CCI claramente alerta también a “aquellos participantes en el blog Nuevo Curso que lo hacen de buena fe”. El fin de la CCI es recuperar la mayor claridad, y la mayor cualidad de elementos al medio proletario, no destruir, tumbar o derribar organizaciones, tal y como lo expresa la IGCL. En su denuncia del parasitismo, la CCI ofrece una perspectiva positiva.
“¿No emitió una resolución interna pidiendo la destrucción de la TCI (ex-BIPR) en su 16º Congreso en 2005? Hoy es el turno de Nuevo Curso”.
La IGCL no pone enlaces web a los textos de la CCI, citan solo las partes que les conviene, sacadas de todo contexto. Quieren incluso mezclar el último Congreso de la CCI[7] pero, para empezar, se equivocan totalmente en que la CCI niegue la lucha de clases. Solo que ni entienden ni buscan entender la teoría del curso histórico, simplemente lo usan como un arma arrojadiza.
Además, aluden a, y deforman los asuntos internos de la CCI ¡de 2005! Pero la IGCL, ex FICCI fue excluida de la CCI en 2003. ¿Cómo se habrían hecho con estos documentos? ¡Y afirman que la CCI pidió la destrucción de la TCI![8] Ante esto, pido, como simpatizante de la CCI y miembro de la Izquierda Comunista, a la TCI su solidaridad con la CCI en nombre de la defensa del medio proletario.
No me detendré más en el documento, que debe ser analizado en profundidad. Mi intención es expresar lo antes posible mi solidaridad con la CCI.
Fraternamente,
TV (19/02/2020)
[2] Más que en defensa de dicho elemento sale en defensa del grupo Nuevo Curso, haciendo un ‘hombre de paja’ con el texto de la CCI. Luego sus acusaciones de “personalizar lo político” significan en realidad disfrazar al individuo en el grupo, reinventándose los argumentos de la CCI. La IGCL, convenientemente, no tiene interés en teorizar una distinción entre la investigación rigurosa del honor de los individuos justificadamente sospechosos en defensa del medio, y por otro lado los ataques personales. Sin embargo, no tuvo problema alguno en hacer lo que ella misma denuncia, pero hacia la CCI (ver por ejemplo aquí una cita textual en la que revela nombres personales- apartado: Las verdaderas «divergencias políticas» de los amigos de Jonás: https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200512/306/los-metodos-policiales-de-la-ficci [20] La CCI ha investigado seriamente a un individuo dándole la oportunidad de explicarse numerosas veces. Si este fuera honrado y considerara un error las investigaciones de la CCI, sería su responsabilidad clarificar su más que sospechosa actividad, así como su negativa a explicarse en el pasado.
[4] Ha respondido a los ataques de la IGCL, aunque por supuesto no ha entrado en el juego de incluirlo en la Izquierda Comunista tratándolo como tal. Pese a ello, se ha defendido de sus ataques respondiendo a sus calumnias y tergiversaciones desde que hizo su falsa fracción interna de la CCI. Basta con escribir “ficci”, “giic” o “igcl” en el buscador de la web de la CCI español e inglés para ver que la CCI no ha ignorado a la IGCL, sino que ha buscado la más profunda claridad sobre sus comportamientos.
[5] La CCI, y se puede ver la madurez al respecto en las resoluciones del último 23er Congreso, comprende que la lucha contra el parasitismo es una de las luchas políticas fundamentales de este período de la descomposición. Este fenómeno, no es nada fuera de lo común en la sociedad burguesa, no es ni mucho menos un cuerpo extraño a ella. Ante aquel, es necesaria la lucha en defensa de la organización contra grupos que aparentan, pretenden ser parte del medio político proletario (con orígenes diversos, heterogéneos) cuya actividad colectiva (pese a incluir elementos contrariados) está dirigida a destruir las verdaderas organizaciones revolucionarias lo más veladamente posible, no necesariamente con ataques frontales continuos que les harían perder sus apariencias. Su origen no es necesariamente el de agentes burgueses a sueldo, como pretende tergiversar la IGCL para hacer de la CCI un muñeco de paja (aunque es un buen terreno para la infiltración de estos elementos, así como para aventureros políticos, y elementos desclasados). Distinguir estos grupos de las verdaderas organizaciones es un tema que abordar de forma metódica y rigurosa, buscando claridad y discusión con elementos en búsqueda que les cuesta distinguir las apariencias.
Es importante distinguir, por ejemplo, el parasitismo tanto del izquierdismo, por un lado, como del pantano por el otro, o de elementos en búsqueda, ya que la confusión real se podría confundir con el aprovechamiento y propagación de la misma. Las herramientas para distinguir son fundamentales y no son un invento de la CCI.
[6] La deformación es clarísima para quien haya leído ambos textos. La CCI declara que “él es animador principal de Nuevo Curso” y que “hoy Gaizka pretenda crear con Nuevo Curso un vínculo “histórico” con una supuesta “Izquierda Comunista Española”, pero en ningún momento dice que el PSOE haya creado a NC. Que un individuo con contacto mantenido, pero alternante (también con la derecha) con altos cargos de la burguesía en su trayectoria mientras estaba en contacto con la CCI haya sido el animador principal de NC no significa necesariamente que la burguesía haya creado este grupo.
[7] “En particular el de su último congreso que liquida el principio fundamental y central del marxismo de la lucha de clases como motor de la historia : « la dinámica general de la sociedad capitalista (...) ya no está determinada por la relación de fuerzas entre las clases » (Resolución del 23° congreso de la CCI).”-IGCL https://igcl.org/Nuevo-ataque-de-la-CCI-contra-el [21]
[8] Para la CCI, ¡la TCI es una organización de la Izquierda Comunista! Si hubiera habido algún debate interno entonces sobre la TCI (seguramente, aunque no en estos términos que expresa la IGCL) y esto fuera la resolución de la CCI, esto se habría publicado. ¿O se trata de una contribución sacada de contexto? No sabemos. No conozco dicha discusión interna, sea ficticia o real, ni su contenido. Lo que está claro es el carácter malicioso de la IGCL, que hace equivaler el documento de la CCI a una anterior supuesta conspiración interna y encubierta contra la TCI, ¿para qué sino para romper la necesaria solidaridad entre ambas organizaciones?
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Tras una gestación complicada, llena de intrigas, maniobras, pulsos y puñaladas traperas[1], se ha formado el primer “Gobierno de coalición” desde que en 1975 el Estado capitalista cambió de disfraz y pasó de la dictadura franquista al engaño democrático.
Este gobierno “social” y de “progreso” no parece haber suscitado demasiadas ilusiones, sin embargo, nos dicen que “es preferible a un gobierno de derechas”, que “alguna mejora traerá” y según Pablo Iglesias sería “la mejor vacuna contra la extrema derecha en toda Europa”[2].
Sin embargo, la experiencia histórica del proletariado en todos los países dice todo lo contrario:
Como se decía en las asambleas del movimiento de indignados en 2011: “PSOE y PP la misma mierda es”, “¿Dónde está la izquierda? Al fondo a la derecha”[5].
Vamos a ver concretamente la historia de los gobiernos de Izquierda en España. En un primer artículo veremos los gobiernos de la Conjunción Republicano -Socialista de 1931-33 y los del Frente Popular (1936-39). Nos apoyaremos en el legado de nuestros antepasados de Bilan de la Izquierda Comunista[6].
En 1923 el capital español, sumido en graves contradicciones y urgido de acabar la interminable sangría de la guerra de Marruecos, propició de forma casi unánime la dictadura de Primo de Rivera. La misión de esta fue, por una parte, desarrollar estructuras de capitalismo de Estado, requeridas por la decadencia del capitalismo, y, sobre todo, como recuerda Bilan, hacer frente al peligro proletario, pues los obreros en España, con la huelga de 1917, la huelga de La Canadiense de 1919 y el Trienio Bolchevique de 1917-20, habían intentado, de forma lamentablemente dispersa, unirse a la oleada revolucionaria mundial de 1917-23: “Las grandes huelgas de 1.917-18, los movimientos sociales que han seguido a la guerra hasta 1.923, obligaron al capitalismo a recurrir a la dictadura de Primo de Rivera que, bajo un feroz terror militar, debía impedir que el movimiento proletario consiguiera el desmoronamiento del sistema económico burgués. Solamente a este precio la burguesía pudo dirigir los beneficios realizados durante la guerra hacia el desarrollo de la red bancaria, de los medios de comunicación y de la electrificación”
El PSOE en 1921[7] eliminó definitivamente todo vestigio proletario y se erigió en uno de los apoyos más contundentes de una dictadura que, como acabamos de ver, tenía en su agenda tres de las piezas básicas de la barbarie capitalista: desarrollo del capitalismo de Estado, aplastamiento de la lucha proletaria y participación en la guerra imperialista marroquí. El PSOE inauguraba por todo lo alto su hoja de servicios a la explotación capitalista.
La UGT, el sindicato del PSOE, se convirtió en sindicato del régimen y ejerció como delator de obreros combativos. Largo Caballero, jefazo de la UGT y alto personaje del PSOE, fue promovido a consejero de Estado del dictador. Este puesto que legitimaba al régimen fue justificado diciendo “Me parece que sería un error que, porque haya dictadura, como si no la hubiera, nosotros abandonásemos los sitios de lucha... porque cuando más aprieta el enemigo nosotros debemos defendernos más”[8]. El PSOE estuvo a punto de participar en una Asamblea Nacional Consultiva que había montado el dictador. Sin embargo, su pretensión de que los representantes socialistas acudieran a título individual frustró la colaboración.
El PSOE comenzó a cambiar de chaqueta en 1929 cuando arreciaban las huelgas obreras y amplios sectores de la burguesía, incluidos los monárquicos, veían necesario no solo desprenderse del dictador sino igualmente del propio monarca, Alfonso XIII. De repente, los líderes del PSOE descubrieron que “era suicida colaborar con la dictadura” y que “el intervencionismo reformista se había agotado” (sic). Aun así, gran parte del conglomerado PSOE-UGT siguió apoyando al dictador y a su sucesor, el general Dámaso Berenguer, quien incapaz de controlar la situación, sobre todo frente a las huelgas obreras, su régimen fue llamado humorísticamente la “dictablanda”.
Los políticos republicanos, secundados por monárquicos como Alcalá Zamora, conspiraron abiertamente en el famoso Pacto de San Sebastián celebrado en agosto de 1930 al que finalmente se sumó el PSOE dos meses después tras no pocas vacilaciones. Aprovechando su aparato partidista y sindical implantado en toda España, el PSOE se puso al frente de la alianza pro - República, proclamando en un viraje de 360 grados “la organización de una huelga general que fuera acompañada de una insurrección militar que metiera a la Monarquía en los archivos de la Historia y estableciera la República sobre la base de la soberanía nacional representada en una Asamblea Constituyente” (Manifiesto de diciembre 1930).
Estos radicalismos de pacotilla tenían como fin borrar las huellas de su apoyo al dictador, ponerse al frente de las fuerzas antimonárquicas y, especialmente, tratar de desviar la marea de huelgas hacia objetivos políticos burgueses, tales como la “Asamblea Constituyente” y la República.
De la prometida “huelga general” nunca más se supo y la “insurrección” no pasó de lamentables intentonas golpistas rápidamente reprimidas con fusilamientos por los responsables de la “dictablanda”. Se organizó un “comité revolucionario” (sic) donde figuraban republicanos, monárquicos conversos, catalanistas y autonomistas gallegos, y donde quien “cortaba el bacalao” eran los representantes socialistas, Largo Caballero, Fernando de los Ríos e Indalecio Prieto.
Las elecciones municipales convocadas a la desesperada por la monarquía dieron el triunfo en las grandes ciudades a las candidaturas del “comité revolucionario”. Alfonso XIII puso pies en polvorosa y en medio de una euforia ilusa fue proclamada la República el 14 de abril de 1931. El “comité revolucionario” se autoproclamó Gobierno provisional. Había nacido el gobierno de coalición Republicano Socialista.
Una vez más, el PSOE se ponía al servicio del Capital. No hay ninguna incoherencia entre su anterior apoyo a una dictadura feroz y su nueva imagen de “promotor” de una República demagógicamente presentada como “República de los Trabajadores” a cuyo frente figurará Niceto Alcalá Zamora un terrateniente andaluz, monárquico de toda la vida. En 1923 y en 1931 un solo interés guía la acción del PSOE: la defensa del Capital Español.
Entre 1931-33 el poder es ejercido por socialistas y republicanos. Su demagogia “social” y “democrática” oculta la brutalidad de sus ataques a las condiciones de vida obreras y la bárbara bestialidad de la represión de las huelgas empleando masivamente el ejército y un nuevo cuerpo de represión bendecido como “republicano”, los Guardias de Asalto.
El nuevo gobierno tenía que hacer frente a los graves efectos de la Gran Depresión de 1929 que había traducido en el plano económico la Decadencia del Capitalismo que la Primera Guerra Mundial había expresado en el plano imperialista. Frente a la crisis tenía que desmovilizar las luchas obreras y proseguir las medidas de Capitalismo de Estado que había iniciado la dictadura de Primo de Rivera. Igualmente, debía hacer frente a un problema crónico en la España de la Decadencia Capitalista: el separatismo, principalmente catalán y vasco[9].
Las llamadas “medidas sociales” iban encaminadas a reforzar el poder de los sindicatos como órganos de control de la clase obrera. Pese a la oposición incendiaria de Derecha y terratenientes que las presentaban como “revolucionarias”, eran la “cara social” del Capitalismo de Estado que se materializó en 3 leyes:
Se extendió un miserable “Seguro Obrero” (un programa estatal anticipo de la actual Seguridad Social) a casi 5 millones de trabajadores que mejoró algo la situación de los jornaleros. Sin embargo, el gobierno republicano – socialista degradó con brutalidad la situación de los trabajadores: desempleo, caída de salarios, endurecimiento de las condiciones laborales y una represión omnipresente fueron el pan amargo que tuvo que tragar el proletariado en España.
La llamada “Reforma Agraria” presentada como la “solución” a la terrible miseria de los jornaleros y una gran mayoría de campesinos, resultó ser un gigantesco fraude. “A pesar de las grandes expectativas que había levantado, los efectos de la Ley de Reforma Agraria fueron muy limitados: a finales de 1933 sólo se habían ocupado 24 203 Has., repartidas entre 4339 campesinos, a los que habría que añadir otros tres o cuatro mil en las tierras previamente expropiadas a la Grandeza de España (las previsiones eran de entre 60 000 y 75 000 campesinos instalados por año)”[10].
Este gobierno “de los trabajadores” adoptó la Ley de Defensa de la República en octubre de 1931, preparada por el Estatuto Jurídico del Gobierno Provisional que otorgaba a éste, sin necesidad de aval judicial, la facultad de anular las libertades y derechos constitucionales «si la salud de la República, a juicio del Gobierno, lo reclama» (ídem.).La siniestra ley se presentó como “baluarte” contra fascistas y monárquicos (alfonsinos o carlistas) pero en realidad iba dirigida contra las huelgas obreras y contra anarquistas y comunistas, los cuales tuvieron “serios obstáculos para ejercer [el derecho a la libertad de asociación] pues se tolerarán, y no siempre, sus reuniones en locales cerrados pero se les prohibirá su ejercicio en lugares públicos. Por ejemplo, una manifestación que se formó a la salida de una reunión que el Partido Comunista de España celebró el 1 de mayo en San Sebastián fue disuelta contundentemente por la fuerza pública, produciéndose numerosos heridos (…) Más significativo aún fue lo que ocurrió el 28 de mayo de 1932. Aquel día unos huelguistas de Pasajes que se dirigían a San Sebastián fueron bloqueados por la Guardia Civil en el puente de Miracruz. Ante la negativa de aquellos a disolverse, los guardias civiles comenzaron a disparar ocasionado la muerte a ocho personas y más de cincuenta heridos.” El jefe del Gobierno, el republicano Azaña, gritó en las Cortes de forma muy “marcial” que contra esa Ley “ningún recurso será posible, una decisión adoptada por el ministro de la Gobernación no se va a recurrir ante un juez ni ante el Tribunal Supremo tampoco”. A esta ley la sustituyó la Ley de Orden Público (1933) del mismo calado, y se añadió otra “Ley de Vagos y Maleantes” que siguió vigente bajo el franquismo.
Dada la debilidad de la burguesía española, el régimen liberal necesitó del concurso activo de los militares. Durante el siglo XIX, O’Donnell, Narváez, Prim, Serrano, Martínez Campos y un larguísimo etcétera capitanearon los gobiernos como expresión del peso desmesurado del Ejército en el Estado burgués. Bilan lo explica: “A partir de este momento [1834, instauración definitiva del régimen liberal] aparecerá un fenómeno que una y otra vez encontraremos a lo largo de la evolución española, puesto que el desarrollo económico de la estructura de la sociedad española no contiene los fundamentos que permiten sentar las bases del estado capitalista moderno; es a través de la violencia, del ejército, como los liberales intentaron instaurar el régimen “del pueblo”, al igual que por medio del ejército serán aplastados tanto el propio liberalismo como los movimientos sociales que se desencadenaron en reacción a sus tentativas”. El gobierno republicano – socialista quiso apartar los militares de la política. Sin embargo, siguió confiando al ejército no solo la represión de las huelgas sino igualmente encargó a la justicia militar los juicios sumarísimos contra huelguistas y “agitadores”. Un socialista, Juan Simeón Vidarte, reconoció que “aunque ello parezca extraño, no llegó a modificarse el Código de justicia Militar y en todos los choques que se produjeron entre el pueblo y la Guardia Civil, siguieron interviniendo los Consejos de guerra” [11].
Como hemos visto, la “República de los trabajadores” ofrecía mucho circo, pero, a diferencia de los emperadores romanos, les quitaba el pan a los trabajadores. Esto provocó una creciente desilusión tanto en los obreros urbanos como agrícolas. Las huelgas no se hicieron esperar y ante ellas el Gobierno Republicano – socialista desplegó una salvaje represión.
La huelga de Telefónica iniciada el 4 de julio de 1931 suscitó una huelga de solidaridad que tuvo especial éxito en Sevilla que quedó paralizada el 20 de julio. “La respuesta del gobierno fue declarar el estado de guerra dos días después, por lo que las fuerzas militares ocuparon la ciudad llegando a utilizar la artillería contra el local de la CNT donde estaba reunido el comité de huelga. Hubo 30 muertos y 200 heridos” (ídem.). A estos muertos cabe agregar cuatro más a los que se aplicó la Ley de Fugas el 23 de julio, según reconoció el propio Manuel Azaña. “A esta huelga siguieron otras, no sólo en las ciudades (como la del metal en Barcelona el 4 de agosto de 1931) sino también en el campo, donde además se produjeron ocupaciones de fincas por jornaleros en demanda de la reforma agraria” (ídem.), de nuevo, el Gobierno “de los trabajadores” respondió a sangre y fuego.
En Castilblanco, un pueblo agrario de la provincia de Badajoz, la UGT convocó a manifestaciones para pedir trabajo para los jornaleros el 30 y 31 de diciembre de 1931. La Guardia Civil entró a tiros en la Casa del Pueblo donde se celebraba una reunión masiva causando un muerto, en respuesta jornaleros y mujeres acabaron linchando a 4 guardia civiles. Pocos días después “en Zalamea de la Serena, la intervención de la Guardia Civil —en lo que parecía, para algunos, un escarmiento por los sucesos de Castilblanco- mató a dos campesinos e hirió a tres más”[12]
El 2 de enero de 1932, los obreros de una fábrica azucarera de Épila (Zaragoza) se declararon en huelga hallando inmediatamente la solidaridad de los jornaleros de la localidad, una asamblea en la plaza del pueblo fue atacada por la Guardia Civil causando 2 muertos. “Al día siguiente, lunes 4 de enero, una manifestación de campesinos en Jeresa (Valencia), enfrentados a los patronos que no aceptaban las bases de trabajo propuestas, recibió a la Guardia Civil a caballo con insultos y piedras. Hubo una carga de sables y disparos. El resultado fue cuatro muertos y trece heridos, dos de ellos mujeres” (ídem.) El 5 de enero en la localidad industrial riojana de Arnedo una manifestación de obreros que acompañaba a los delegados sindicales de la UGT que trataban de negociar el fin de la huelga fue de nuevo atacada por la Guardia Civil provocando 11 muertos.
La huelga del Alto Llobregat (Barcelona), protagonizaba por mineros y trabajadores industriales iniciada el 19 de enero, culminó en una insurrección obrera con la toma de varios pueblos mineros donde se proclamó la “comuna libertaria”. El gobierno envió el ejército desencadenando una nueva oleada represiva. 204 obreros, considerados “cabecillas”, fueron deportados a las colonias de Marruecos y Guinea en condiciones espantosas, uno de ellos murió enfermo en la travesía.
“Justo un año después de la insurrección del Alto Llobregat se produjo un nuevo movimiento insurreccional anarquista, esta vez general, que provocó graves incidentes en Cataluña, Aragón, Valencia y Andalucía, expeditivamente reprimidos por las fuerzas gubernativas, que causaron numerosos muertos. Los sucesos más graves tuvieron lugar en la aldea de Casas Viejas (Cádiz) donde la intervención de las fuerzas de orden público provocó una matanza” (ídem.). Casas Viejas, un poblado de jornaleros de la provincia de Cádiz, sufrió una verdadera carnicería: los sucesivos destacamentos de Guardia Civil y Guardia de Asalto, siguiendo instrucciones directas de las autoridades de Madrid[13], acabaron asesinando a 22 personas, una choza fue incendiada deliberadamente causando 6 muertos, “Mataron a un anciano que se negó a abrirles la puerta de su casa y detuvieron a doce personas a las que condujeron esposadas a la choza calcinada de Seisdedos. Les mostraron el cadáver del guardia de asalto muerto y a continuación el capitán Rojas y los guardias los asesinaron a sangre fría” (ídem.)
En el Bienio “progresista” de 1931-33 1500 obreros fueron asesinados en la represión de las luchas. El currículo del PSOE había pasado del sostén a la Dictadura de Primo de Rivera al copo del “comité revolucionario” que promovería el engaño de la Segunda República (la demagógicamente proclamada “Republica de los Trabajadores”) para desembocar en la participación en un gobierno que durante 2 años derramó ríos de sangre proletaria.
Tras el paréntesis del gobierno de derechas de 1933-36, quien prosiguió las matanzas de obreros, la más grave la represión de la insurrección obrera de Asturias (octubre 1934) con cientos de muertos, torturados y encarcelados, en febrero de 1936 una nueva coalición de izquierdas, el Frente Popular, subió al poder.
Los gobiernos de Frente Popular surgieron en aquellos países de Europa donde la clase obrera no estaba totalmente derrotada a diferencia de Rusia y Alemania donde, respectivamente, el estalinismo y el nazismo, habían sellado el aplastamiento del proletariado. Su misión era alistar al proletariado para la guerra imperialista utilizando como banderín de enganche el antifascismo. Las dos experiencias más significativas de Frente Popular se dieron en Francia y España.
En Francia, en 1934 se tomó como pretexto los incidentes causados por los fascistas de la Croix de Fer para desatar una campaña histérica de “qué viene el fascismo”. A ello concurrió el pacto de la URSS con las grandes potencias “democráticas” “1934 es el año en que la URSS firma los acuerdos con Francia integrándose con todos los honores en la "alta sociedad" imperialista lo que se verá formalmente reconocido con su admisión en la Sociedad de naciones (precedente de la actual ONU). Los PC operan un cambio radical: la política "extremista" del "tercer periodo" caracterizada por una burda parodia del "clase contra clase" es reemplazada de la noche a la mañana por una política "moderada" de mano tendida a los socialistas, de formación de Frentes populares interclasistas en cuyo seno el proletariado debe someterse a las fracciones burguesas "democráticas" para conseguir el objetivo "supremo" de "cerrar el paso al fascismo"[14]. El 14 de julio de 1935, fiesta nacional francesa, se organizan manifestaciones gigantescas donde se mezcla el agua con el fuego: la bandera roja del proletariado con la bandera tricolor francesa, retratos de Marx con retratos de Robespierre, se canta La Internacional y La Marsellesa. Esta farsa monumental tiene como fin atar a los obreros al carro de la defensa nacional, su disolución en la masa amorfa del “pueblo de Francia”, todo ello sobre la base del antifascismo. “Bajo el signo de imponentes manifestaciones de masas se está disolviendo el proletariado francés en el régimen capitalista. A pesar de los miles y miles de obreros desfilando por las calles de París, se puede afirmar que, en Francia, ni más ni menos que en Alemania, no subsiste ya una clase proletaria que luche por sus propios objetivos. Y en esto, el 14 julio ha sido un momento decisivo en el proceso de disgregación del proletariado y en la reconstrucción de la sacrosanta unidad de la nación capitalista. (…) Así pues, los obreros han tolerado la bandera tricolor, han cantado La Marsellesa e incluso han aplaudido a los Daladier, Cot y demás ministros capitalistas, los cuales, junto con Blum, Cachin[15], han jurado solemnemente que “darán pan a los trabajadores, trabajo a los jóvenes y paz al mundo” o sea, dicho con otras palabras: plomo, cuarteles y guerra imperialista para todos” (Bilan n° 21, julio-agosto de 1935).
En el caso de España, se fue fraguando tras arduas negociaciones una nueva alianza entre republicanos y PSOE, aunque este último aportó dos partidos situados a su izquierda: PCE y POUM. Azaña aclaró en una declaración parlamentaria que “el Frente Popular no es la revolución social, ni es la labor de entronizamiento del comunismo en España”[16]. Su programa se limitaba a una amnistía de los numerosos represaliados de Asturias 1934, una vaga alusión a proseguir las “reformas sociales” de 1931-33, la continuación de las medidas de autonomía de las regiones españolas, y abandonaba las referencias a la “reforma agraria” sustituidas por medidas muy tímidas de “apoyo a los campesinos”. Su énfasis más importante era la “alianza contra el fascismo” donde en nombre de “cerrarle el paso” se buscaba la disolución del proletariado en el “pueblo español” y su sometimiento a unas fracciones burguesas pretendidamente “liberales” y “progresistas”.
El gobierno es confiado a los partidos republicanos, mientras que PSOE y sus adláteres apoyan desde el parlamento. Esta división de tareas tiene como fin desmovilizar y finalmente amordazar a la clase obrera “Izquierda – Derecha, República – Monarquía, apoyo a la izquierda en contra de la derecha y la Monarquía; he aquí los dilemas y las posiciones que han defendido los diversos movimientos que actuaban en el interior de la clase obrera. El verdadero dilema estaba en la oposición Capitalismo o Proletariado; Dictadura de la burguesía para aplastar al proletariado o Dictadura del proletariado para erigir un baluarte de la revolución mundial y suprimir el Estado y las clases” (Bilan).
El Frente Popular prosiguió la misma política anti obrera de sus predecesores. El desempleo y la carestía de la vida subieron sin descanso y las medidas “sociales” se redujeron. Hubo una oleada de huelgas de grandes proporciones, entre marzo y junio de 1936 tantas huelgas como en todo 1933[17], en general, las autoridades fueron más prudentes en el uso de la fuerza, aunque una huelga general para reclamar la readmisión de los despedidos por la insurrección de Asturias y la liberación de los presos detenidos fue reprimida por los Guardias de Asalto causando un muerto. El 8 de marzo con el gobierno ya definitivamente constituido, la Guardia Civil asesinó a 4 jornaleros en una manifestación en Escalona (Toledo) que pedía el reparto de tierras. “Entre el 1 de mayo y el 8 de julio se contabilizaron 192 huelgas agrarias. La repuesta de los jornaleros, entre los que el paro y el pauperismo alcanzaban proporciones alarmantes, fue a veces violenta y dio pie a incidentes sangrientos, como el de Yeste (Albacete) donde a finales de mayo la detención de unos campesinos que pretendían talar árboles en una finca particular condujo a un sangriento enfrentamiento entre la Guardia Civil y los jornaleros, en los que murieron un guardia y 17 campesinos, varios de ellos asesinados a sangre fría por los agentes” (ídem.)
Desde el mismo día de la formación del Gobierno del Frente Popular, un grupo muy representativo de militares (Mola, Goded, Sanjurjo, Franco etc.) conspiraba descaradamente para dar un golpe de Estado. La gran mayoría de la Derecha le apoyaba “Al día siguiente de formarse el gobierno de Azaña el periódico de la Comunión Tradicionalista El Pensamiento Alavés ya afirmaba “que no sería en el Parlamento donde se libraría la última batalla, sino en el terreno de la lucha armada” y esa lucha partiría de “una nueva Covadonga que frente a la revolución sirviera de refugio a los que huyeran de aquélla y emprendiera la Reconquista de España” (ídem.).
El gobierno trasladó a regiones periféricas a los generales más significados (Franco fue destinado a Canarias), sin embargo, la conspiración siguió su curso sin grandes obstáculos. Mola, máximo dirigente, desarrolló sus famosas instrucciones secretas que programaban una verdadera caza del hombre en las filas obreras, y fue tejiendo enlaces en los distintos cuarteles; si el golpe se retrasaba era más bien por las disensiones entre los conspiradores puesto que José Antonio, capitoste de la Falange, exigía un poder desmesurado y lo mismo sucedía con los carlistas. El gobierno “popular” se ufanaba de “tenerlo todo controlado”, "Azaña y muchos elementos de su partido, y el propio Casares Quiroga, jefe del gobierno, no creyeron que después de haber neutralizado con facilidad el golpe de Sanjurjo en 1932 en el ejército hubiera capacidad para preparar una acción seria, estimando además que tenían controlados a los posibles cabecillas y que en el caso de que esa rebelión se produjese sería fácil abortarla” (ídem.).
En realidad, pese a ser rivales, golpistas y Frente Popular, estaban unidos por el mismo enfrentamiento de clase contra el proletariado, “El Frente Popular en España, se revela ser, como demuestran los hechos actuales, no una fuerza de la que los obreros puedan servirse, sino un arma poderosa del enemigo que tiene por función su aplastamiento. Bajo su gobierno se ha podido organizar metódicamente toda la acción de la derecha, donde las ayudas no consistían solamente en la conspiración (este aspecto muy teatral es el menos importante), que han tenido facilidad para preparar” (Bilan).
Cuando por fin, el 18 de julio, los militares se sublevan, lo primero que hará el Frente Popular es intentar pactar con ellos, puesto que los republicanos de izquierda temían "tanto o más que el golpe militar de signo antirrepublicano, el desbordamiento del orden social por obra de una acción de masas"[18]
Fueron los obreros los que con su rebelión espontánea impidieron a los militares realizar sus propósitos, mientras que el principal propósito del gobierno del Frente Popular fue paralizar a los obreros: “encargó a Diego Martínez Barrio, presidente de las Cortes y líder de Unión Republicana, que formara un gobierno con el mayor apoyo político posible, dejando fuera a los dos extremos (la CEDA y el Partido Comunista de España), cuyo objetivo era conseguir "detener la rebelión" sin recurrir al apoyo armado de las organizaciones obreras. Martínez Barrio formó un gobierno que, aunque difería poco del anterior (no consiguió que se integraran en él los socialistas), incluyó a políticos moderados y dispuestos a llegar a algún tipo de acuerdo con los militares sublevados, como el líder del Partido Nacional Republicano Felipe Sánchez Román, que abandonó la coalición del Frente Popular cuando se integró en ella el Partido Comunista, o Justino de Azcárate” (ídem.)
El General Mola, contactado por Martínez Barrio, se carcajeó de éste cuando pretendió ofrecerle una transacción, “Ustedes tienen sus masas y yo tengo las mías”, le espetó. El fracaso de la negociación obligó a la burguesía republicana a realizar la maniobra más arriesgada: formar un nuevo gobierno, presidido por Giral, con el objetivo de encuadrar a los obreros en las redes de los Sindicatos, contando para ello con la colaboración fundamental de la CNT que, consumando definitivamente sus bodas de sangre con el Estado burgués, proclamó su defensa incondicional de la República. El anarquismo que se presentaba -y sigue presentándose- como el “gran enemigo del Estado” capitulaba vergonzosamente ante él enarbolando argumentos demagógicos: “El gobierno en la hora actual, como instrumento regularizador de los órganos del Estado, ha dejado de ser una fuerza de opresión contra la clase trabajadora, así como el Estado no representa ya el organismo que separa la sociedad en clases. Y ambos dejarán aún más de oprimir al pueblo con la intervención en ellos de elementos de la CNT”[19]
En la traición definitiva de la CNT y su integración irreversible en el Estado burgués, el PSOE jugó un papel esencial. Primero a través de su sindicato UGT que, tras haber sido el chivato que delataba a los militantes cenetistas durante la dictadura de Primo de Rivera y el bienio 1931-33, no cesó de ofrecer “alianzas” y “unidades de acción” a la CNT, logrando finalmente arrastrarla al terreno capitalista. Segundo con los “buenos oficios” de Largo Caballero que, tras haber sido consejero de Estado de Primo de Rivera y ministro de Trabajo en el gobierno republicano-socialista, tuvo la caradura de proclamarse “el Lenin español” lanzándose desde 1934 a una sobrepuja de “declaraciones revolucionarias”[20].
Contando con el apoyo de la CNT y “moviendo hacia la izquierda” el gobierno del Frente Popular, la burguesía republicana logrará sacar a los obreros de su terreno de clase (la lucha contra el Capital sin distinguir entre fascismo y República) para desviarlo y encerrarlo en el terreno capitalista de la lucha militar únicamente contra Franco cerrando filas detrás de la burguesía republicana. “Tras el derrumbe del gobierno de José Giral, el 4 de septiembre de 1936, Francisco Largo Caballero fue designado jefe del gobierno y ministro de la guerra. Su gran preocupación, aparte del curso de la contienda, fue intentar mantener la disciplina en el ejército y la autoridad dentro de la zona republicana a cualquier precio”[21].
La burguesía, especialmente en Cataluña, Valencia, Aragón, dejará manos libres a la CNT para encerrar a los obreros en la “incautación de fábricas y tierras” donde se expulsará a los patronos, terratenientes y curas y se implantará el “comunismo”, empresa en la que colaborarán gustosos los “reformistas” del PSOE, UGT y PCE. Una farsa escandalosa pues lo que significa esa “toma del poder” es que los obreros, rígidamente encuadrados por los sindicatos, se auto explotan al servicio de la producción capitalista[22]. El Estado, más fuerte que nunca, permite ese festival de demagogia, mientras como dice la cita anterior, el Gobierno de Largo Caballero se dedica a restablecer “la autoridad” y conducir todas las fuerzas hacia la guerra imperialista.
La farsa permitirá apagar en pocos meses las luchas reivindicativas y autoorganizadas de los obreros, lo que dominará es que, alistados por la CNT, el POUM, el PSOE, el PCE, los obreros aceptarán, por un lado, que sus milicias se integren y disuelvan en el ejército regular de la República -lo que Largo Caballero llamaba “imponer la disciplina en el ejército”- y, por otra parte, sacrificar sus necesidades humanas en el altar de la producción para la guerra. Así, las mejoras salariales y la semana de 40 horas serán borradas en unos pocos meses, por consejo de la CNT, para que los obreros pongan todo su sudor en sacar tanques, ametralladoras, cañones, para el asesinato mutuo entre obreros: en un bando los encuadrados por Franco, en el otro los alistados por la República.
Los líderes republicanos, sin desaparecer de las palancas de mando, pasarán a un segundo plano, los focos se centrarán en la “izquierda más radical”: Largo Caballero; Federica Montseny y García Oliver por la CNT; La Pasionaria por el PCE, ocuparán el centro de la escena para hacer de los obreros la carne de cañón de una contienda imperialista que opone, en un bando, la República española, tibiamente secundada por Francia y Gran Bretaña y de manera cada vez más decidida por la URSS que quiere aprovechar la ocasión para implantar su feroz dictadura en territorio español y, en el otro bando, la fracción fascista de Franco, Falange, los carlistas, la derecha en general, respaldados por Alemania e Italia. España 1936 será el teatro de operaciones donde se prepara el nuevo baño de sangre que ocasiona el capitalismo en decadencia: la Segunda Guerra Mundial con sus 60 millones de asesinatos.
“En Barcelona la fachada oscurece la realidad. Parece que la burguesía se retira provisionalmente de la escena política, parece que la burguesía no está a la cabeza de ciertas empresas, se ha llegado a considerar que el poder burgués no existe. Aquí la respuesta trágica de los hechos es cruel: todas las formaciones políticas, hasta la más extremista, la CNT, proclaman abiertamente que ponerse detrás de la máquina del estado capitalista sería útil para la clase obrera. Dos principios se oponen, dos clases, dos realidades: una, la de la colaboración y la traición; la otra de la lucha. Si de cara a una conflagración social del tipo de la de Barcelona los obreros son encaminados no a atacar la máquina estatal capitalista, sino a su salvaguarda, entonces es la colaboración y no la lucha de clases lo que triunfa. La socialización de una empresa dejando intacto el aparato estatal es un eslabón de la cadena que bloquea al proletariado detrás de su enemigo tanto en el frente interior como sobre el frente imperialista del antagonismo fascismo-antifascismo, al igual que el desarrollo de una huelga por la misma reivindicación de clase dentro de una industria socializada es un anuncio que puede conducir a la defensa y a la victoria del proletariado español e internacional” (Bilan).
La supeditación de toda la sociedad a la guerra imperialista significa terror policial, militarización draconiana (toque de queda), racionamientos, jornadas de trabajo de 12 y 14 horas, prohibición de toda huelga con los sindicatos CNT-UGT como primeros represores… En la vida social, si en los primeros meses tras la respuesta obrera de julio 1936, los señoritos habían desaparecido de los cafés, las propinas habían sido prohibidas, los burgueses habían adoptado vestiduras “proletarias” …, todo eso fue desapareciendo gradualmente para volver por sus fueros el lujo provocador de los burgueses, la restauración de las propinas, la expresión descarada de la división en clases.
Las milicias espontáneamente creadas por los obreros en julio de 1936 sufrieron un proceso de adulteración por etapas sucesivas: primero fueron encuadradas en los sindicatos “obreros” CNT y UGT, que encaminaron gran parte de ellas hacia el frente militar y fueron sometidas gradualmente a la disciplina del Ejército Regular. Se las “centralizó” en un Comité Central de Milicias Antifascistas con objeto de borrar de ellas toda orientación proletaria y dirigirlas vía la mistificación de la “lucha contra el fascismo” hacia la defensa del Capital bajo su etiqueta republicana. Pero, aún quedaban restos de resistencia proletaria en las milicias en las llamadas Patrullas de Control que intentaban, cada vez más aisladas, defender intereses obreros, por ejemplo, oponiéndose a patronos o a políticos republicanos o “comunistas”, demasiado descarados en la defensa del capital.
El gobierno republicano, espoleado por el Partido “comunista” que cada vez ganaba más terreno, debido a la influencia rusa, quería acabar con estos últimos focos de resistencia. La Central telefónica de Barcelona, ocupada por los obreros, resistía en todos los planos y, especialmente, intentaba controlar las llamadas de los altos dirigentes del Estado republicano. El 3 de mayo de 1937 “un grupo de 200 policías mandados por el consejero de Orden Público de la Generalidad de Cataluña, Rodríguez Salas, se dirigió a la central de la Telefónica y se personó en el departamento de censura (situado en la segunda planta) con la intención de tomar el control del edificio. Aquello pareció a los anarquistas una provocación, pues la Telefónica estaba ocupada legalmente por un comité anarcosindicalista de acuerdo a un decreto de la propia Generalidad acerca de las colectivizaciones”[23]. En defensa de los atacados una gran masa obrera se congregó en la plaza de Cataluña y pronto se generalizaron los enfrentamientos con los Guardias de Asalto y demás fuerzas represivas. Al día siguiente, una huelga masiva se extendió por las industrias de Barcelona, Tarragona y otros centros industriales catalanes. Los obreros recuperaron las últimas armas de que disponían y los choques armados se extendieron por el territorio. “Los obreros de Barcelona han tomado nuevamente, el 4 de mayo de 1937, el camino que iniciaron el 19 de Julio, y del que el capitalismo los había podido separar apoyándose en las múltiples fuerzas del Frente Popular. Provocando la huelga por todos lados, incluso en los sectores presentados como «conquistas de la revolución», se han enfrentado contra el bloque republicano-fascista del capitalismo. Y el gobierno republicano ha respondido con el mismo salvajismo con el que actuó Franco en Badajoz e Irún. Si el Gobierno de Salamanca no ha explotado esta conmoción del frente de Aragón para impulsar un ataque es porque ha intuido que su cómplice de izquierda ejecutaba admirablemente su papel de verdugo del proletariado” (Bilan).
Los ministros anarquistas corrieron a desmovilizar los obreros: “los dirigentes anarquistas García Oliver y Federica Montseny y el ejecutivo de la UGT Carlos Hernández Zancajo leían por la radio un llamamiento a sus seguidores para que depusieran las armas y volvieran al trabajo” (ídem.).
Hay que subrayar que “en el Frente de Aragón, unidades de la 26.ª División anarquista (anteriormente llamada la Columna Durruti) a las órdenes de Gregorio Jover, se congregaron en Barbastro para emprender la marcha sobre Barcelona. No obstante, al oír la alocución radiada por García Oliver permanecieron donde estaban. Pero la 28.ª División (la que fuera la Columna Ascaso) y también la 29.ª División del POUM, capitaneada por Rovira, no desistieron de la proyectada marcha sobre Madrid hasta que el jefe de la aviación republicana en el frente de Aragón, Alfonso Reyes, amenazó con bombardearles si la marcha se efectuaba” (ídem.). “Una fuerza de aproximadamente 5000 miembros, la mayoría de ellos guardias de asalto, parten de Madrid y Valencia hacia la capital catalana. Por la noche dos destructores republicanos, acompañados por el acorazado Jaime I llegaron al puerto de Barcelona procedentes de Valencia y cargados de hombres armados” (ídem.)
El Gobierno de la República no duda en dejar de lado momentáneamente la “guerra antifascista” para masacrar a sus huestes, por la sencilla razón de que éstas son sus “tontos útiles” y no puede consentir que se rebelen. Con esta movilización gigantesca y con el apoyo descarado de la CNT que el 6 de mayo hace un nuevo llamamiento solemne a abandonar la huelga, desde la mañana del 7 de mayo Barcelona es sometida a una ocupación militar en toda regla, el 8 de mayo los últimos focos de resistencia son aplastados. “Las fuerzas expedicionarias que entraron en Barcelona iban bajo el mando del teniente coronel Emilio Torres, que gozaba de cierta simpatía entre los anarquistas y precisamente por ello la CNT había propuesto que se le asignara a él dicha tarea para facilitar la vuelta a la normalidad” (ídem.). El 7 de mayo, la CNT repitió el llamamiento a la vuelta al trabajo, proclamando por la radio: «¡Abajo las barricadas! ¡Que cada ciudadano se lleve su adoquín! ¡Volvamos a la normalidad!»
¡La normalidad capitalista de la guerra, los racionamientos y la represión! Una normalidad impuesta con más de 500 muertos, más de 1000 heridos, miles de detenidos, torturados, desaparecidos. El gobierno republicano se reestructura, el “radical” Largo Caballero cede el mando a Negrín, quien da carta blanca a la jauría de los estalinistas para desencadenar la represión y a los mandos militares para imponer una disciplina de hierro en el ejército.
“El 19 de Julio los proletarios de Barcelona, con sólo sus puños desnudos, aplastaron el ataque de los batallones de Franco, armados hasta los dientes. Ahora, en las jornadas de mayo de 1937, cuando sobre los adoquines han caído muchas más víctimas que cuando en Julio rechazaron a Franco, ha sido el gobierno antifascista - incluyendo hasta los anarquistas y del que el POUM es indirectamente solidario - quien ha desencadenado la chusma de las fuerzas represivas contra los trabajadores” (Bilan).
La lección de la experiencia trágica de 1931-39 de Gobiernos de Izquierda es contundente: no es solo el PSOE como en 1931-33 sino todas las fuerzas que dicen “hablar en nombre de los trabajadores” (PCE, CNT, POUM) quienes cierran filas con el Capital y cubiertos con la máscara del “antifascismo” imponen la Guerra, la explotación capitalista, la represión y la miseria.
En el siguiente artículo analizaremos la experiencia de los gobiernos de izquierda desde 1975 con la “restauración” de la democracia.
C.Mir 16-2-20
[1] Para un análisis de las negociaciones, más bien auténticas guerras, entre PSOE y Podemos, ver Contra el espectáculo repugnante de la política burguesa existe una respuesta: la política revolucionaria del proletariado https://es.internationalism.org/content/4464/contra-el-espectaculo-repugnante-de-la-politica-burguesa-existe-una-respuesta-la [25]
[2] https://www.20minutos.es/noticia/4102257/0/para-iglesias-sera-el-gobierno-del-si-se-puede-y-la-mejor-vacuna-contra-la-extrema-derecha/ [26]
[3] Dos ejemplos: Podemos que se dice “republicano” se ha vuelto el más furibundo monárquico, no solo han dejado de denostar al rey Borbón, sino que lo elogian descaradamente. En los “debates” electorales, Pablo Iglesias, el mandamás de Podemos, se presentaba como el más aplicado defensor de la Constitución de 1978.
[4] La medida que tomó el gobierno socialista en 2019 para controlar los horarios de los trabajadores se presentó como un medio de evitar que se hicieran horas extras no pagadas y ha resultado ser todo lo contrario: con ella se están haciendo miles de horas extras que no se remuneran.
[5] Ver nuestra hoja internacional 2011: de la indignación a la esperanza, /content/3349/2011-de-la-indignacion-la-esperanza [27]
[6] Ver sobre todo nuestro libro ESPAÑA 1936: FRANCO Y LA REPUBLICA MASACRAN AL PROLETARIADO, capítulo I, https://es.internationalism.org/cci/200602/497/1la-leccion-de-los-acontecimientos-de-espana [28] . Mientras no se indique lo contrario las citas son tomadas de este libro.
[7] En 1921 se celebró un Congreso Extraordinario del PSOE que rechazó la adhesión a la Tercera Internacional, abandonando el partido las últimas tendencias proletarias (aunque muy confusas y de orientación centrista) que formarían inmediatamente el Partido Comunista Obrero Español, PCOE, que se fusionarían sin debate alguno, obligados por el Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, con los grupos que habían constituido un año antes un primer partido comunista.
[9] Para un análisis más detallado ver de nuestro libro antes citado España 1936, Franco y la República masacran al proletariado, el Capítulo I: Bilan ante los acontecimientos de España
[13] “Pasada la medianoche, llegó a Casas Viejas una tercera unidad de orden público-compuesta por cuarenta guardias de asalto al mando del capitán Rojas, que había recibido la orden del Director General de Seguridad en Madrid, Arturo Menéndez, para que se trasladara desde Jerez de la Frontera y acabara con la insurrección, abriendo fuego «sin piedad contra todos los que dispararan contra las tropas». (ídem. Nota 9).
[14] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200806/2278/historia-del-movimiento-obrero-el-antifascismo-el-camino-a-la-trai [32]
[15] Líderes respectivamente del Partido Socialista francés y del PCF.
[16] https://es.wikipedia.org/wiki/Frente_Popular_(Espa%C3%B1a)#El_gobierno_del_Frente_Popular:_de_febrero_a_julio_de_1936 [33]
[17] Hay que señalar que los estalinistas del PCE rechazaron abiertamente las huelgas: “Una prueba de que la polarización política no era definitiva fue la actitud del Partido Comunista de España (uno de los representantes del "bolchevismo" que tanto temía la derecha), que mostró un firme apoyo al Gobierno republicano, e incluso moderó su exigencia de una reforma agraria revolucionaria e hizo llamamientos a los dos sindicatos, UGT y CNT, para que detuvieran la escalada de huelgas que se produjo a lo largo de la primavera de 1936”.
[18] Aróstegui, citado en https://es.wikipedia.org/wiki/Frente_Popular_(Espa%C3%B1a)#El_gobierno_del_Frente_Popular:_de_febrero_a_julio_de_1936 [33]
[19] Declaración del periódico de la CNT Solidaridad Obrera, citada por Burnett Bolloten Revolución y Contra – Revolución en España.
[20] Ver El antifascismo el camino a la traición de la CNT, https://es.internationalism.org/revista-internacional/200806/2278/historia-del-movimiento-obrero-el-antifascismo-el-camino-a-la-trai [32]
[21]https://valencia.cnt.es/que-es-la-cnt/historia/noviembre-de-1936-la-cnt-entra-en-el-gobierno/ [34]
[22] Ver El mito de las colectividades anarquistas, https://es.internationalism.org/cci/200602/755/3el-mito-de-las-colectividades-anarquistas [35]
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El 14 de enero de 2020 tuvo lugar una explosión en la Empresa IQOXE “Industrias Químicas del Óxido de Etileno” en Tarragona que dejó 2 trabajadores muertos y 7 heridos en el lugar, y otro muerto más, que fue alcanzado por un material lanzado por la onda expansiva, que impactó en una vivienda a 3 kilómetros de distancia.
¿La explosión en Tarragona es un fenómeno local, una casualidad, el producto de la corrupción de un empresario, de un político; un accidente desgraciado o un fallo técnico etc.?
NO!!!. Para nosotros esa explosión es el resultado de la crisis y descomposición del capitalismo. Lo que está pasando en China con el coronavirus, los incendios en Australia y en la Amazonía, el accidente de Zaldíbar en el País Vasco, y la explosión mortal de Tarragona; no son fenómenos aislados que se explicarían por causas específicas. Como tampoco son hechos nuevos, recordemos San Juanico en México y Bhopal en India ambos en 1984; Chernóbil en 1986, la explosión de AZF en Toulouse en 2001, el accidente nuclear en Fukushima en 2011 etc., la lista sería interminable. Todos llevan la huella de la barbarie creciente del capitalismo.
Tarragona no es un caso especial, se repite lo que ha pasado en muchos otros accidentes en el lugar de trabajo, en infraestructura, en el transporte y comunicación etc. Recordemos los accidentes ocurridos en el metro de Valencia en 2006[1], que costó 43 muertos; las minas en República Dominicana[2], la caída del puente Morandi en Génova[3], entre muchos otros. En todos ellos se repite la complicidad que hay entre las autoridades del Estado y las empresas, y el ahorro de costes para el mantenimiento de infraestructuras, instalaciones y seguridad en áreas de trabajo. Por ejemplo:
En Brasil, el 17 de julio, un avión Airbús de la compañía TAM derrapó en la pista de aterrizaje del aeropuerto Congonhas, en plena zona residencial de Sao Paulo. Tras barrer materialmente una avenida muy frecuentada fue a chocar contra una estación de servicio y un depósito de la TAM que se incendiaron por el impacto. El trágico balance fue de por lo menos doscientos siete muertos. La mayor catástrofe ocurrida en Brasil en toda su historia.
[…] Desde hace años, el personal de aeropuertos de Brasil protesta contra el deterioro de sus condiciones de trabajo: casi ausencia de verificaciones en los aviones por razones de ahorro financiero, aviones repostados con combustibles de bajo precio y calidad, materiales obsoletos, tráfico aéreo parejo a una política de eliminación de mecánicos y controladores aéreos, para lograr así la máxima rentabilidad […].
En Sao Paulo la investigación ha revelado multitud de anomalías: la pista era notoriamente conocida desde hace años como muy peligrosa ya que no cumplía las condiciones de seguridad, el área de aterrizaje era demasiado reducida y el tráfico demasiado denso […].
La víspera del accidente el Gobierno había denegado el cierre de la pista reclamado por los controladores aéreos del aeropuerto. Es más, el avión de la TAM estaba desprovisto de uno de sus dos inversores de propulsión que permiten al aparato reducir la velocidad de aterrizaje[4].
Lo que muestra el caso de Brasil y los demás, es que el capitalismo estrujado por la crisis económica que le afecta desde hace años, responde con el ahorro en los costes para el mantenimiento, la seguridad etc., ocasionando que las ya de por sí deterioradas condiciones de la infraestructura y las instalaciones se vuelvan una bomba de relojería.
La agravación de la crisis hará que el capitalismo abandone aún más el mantenimiento de las infraestructuras, lo que significa una siembra masiva de bombas contra la vida de los trabajadores.
En la Resolución sobre la situación internacional de nuestro 19º Congreso Internacional a propósito de la doble catástrofe de Fukushima en Japón (2011), decimos: “Es el sistema capitalista en su conjunto –basado en la búsqueda desenfrenada de la ganancia, así como en la competencia entre sectores nacionales, y no sobre la satisfacción de las necesidades de la humanidad– el que es el responsable fundamental de las catástrofes presentes y futuras sufridas por la especie humana”[5]
Desde 2015 una institución del Estado, la Generalitat de Cataluña, tenía conocimiento de que la Empresa Iqoxe[6] había infligido normas de seguridad en el trabajo y en las instalaciones “Sin embargo, según la Generalitat, la empresa tenía los planes de seguridad industrial actualizados”[7]. Esto muestra su complicidad, dejando que la empresa siga funcionando poniendo en peligro la vida de los trabajadores, cubriendo las apariencias con multas que son calderilla para la empresa, y cuyo importe no redunda ni mucho menos en una mejora de las condiciones de seguridad en el trabajo o a atenuar los riesgos que se ciernen sobre las viviendas de los trabajadores. Así la izquierda española sacó pecho en la reciente cumbre de Madrid “por el clima” y, sin embargo, acumula multas y expedientes de las autoridades europeas pro la contaminación atmosférica de Madrid y Barcelona, por la mala depuración de las aguas en 17 ciudades de más de 15 mil habitantes. No solo el trabajo y la explotación, sino también la mala salud y la insalubridad de las condiciones de vida obreras financian la acumulación y los negocios de los capitalistas.
Lo mismo ha sucedido en Zaldibar, donde dos trabajadores han resultado sepultados por el derrumbe de toneladas de basura de un vertedero del que el propio gobierno vasco (PNV-PSOE) conocía su peligrosidad desde al menos un informe de junio de 2019, sabían que podía derrumbarse en cualquier momento y que no cumplía los estándares medioambientales mínimos[8],Para poner coto a los atentados del capitalismo siempre hay prórrogas y dilaciones. A los miles de personas de las poblaciones (Éibar, Ermua, Zaldibar…) afectadas por el colapso de ese vertedero y que han estado días y días respirando humos tóxicos, sin poder beber agua de los grifos por su alta contaminación, la única respuesta que les ha llegado del Estado ha sido un “mea culpa” hipócrita y, eso sí, mucho llamamiento a la calma. Nada de sublevarse. ¡¡¡Confiad en el Estado!!!
En Tarragona, los sindicatos también sabían que la empresa infringía las normas, y que la reducción de plantilla provocaba más carga laboral y más riesgos de accidentes[9].
Nos dicen que el Estado está al servicio de los ciudadanos y que busca su protección, ESTO ES UN ENGAÑO, como muestra los diferentes ejemplos en todo el mundo, el Estado sabía lo que pasaba y no hacía nada. El Estado no informaba, dejando a los trabajadores y a la población indefensos. Esto demuestra que el Estado protege los intereses de los capitalistas, y NUNCA de los trabajadores.
El capital Español presume de Tarragona como el principal polígono petroquímico del sur de Europa[10]. ¿A qué precio? Por una parte, estamos viendo que la seguridad en el trabajo y en las instalaciones están cada vez más deteriorado, lo que significa el desprecio de la vida de los trabajadores.
En segundo lugar, hay cada vez más precariedad, plantillas reducidas, aumento y carga de las jornadas de trabajo, lo que significa mayor explotación y un estrés laboral que favorece los accidentes.
En tercer lugar, alrededor del polígono petroquímico de Tarragona hay una serie de barrios proletarios (La Canonja, Vilaseca, Torreforta, entre otras). Dónde el aire está muy contaminado y los vecinos tienen que tener las ventanas permanentemente cerradas. Eso sin contar, que a pesar de estar en un perímetro de distancia por lo menos de 3 kilómetros, entre el polígono y la vivienda, sufren una constante amenaza de explosión.
Mientras tanto, en las declaraciones de Javier Pacheco[11] presidente de CCOO de Cataluña, le es más importante resaltar la necesidad de un puerto petroquímico que la vida de los trabajadores. Al sindicato le importa más las inversiones del capital español en petroquímica, que las necesidades de la seguridad de los trabajadores. Los sindicatos utilizan la memoria de los trabajadores muertos para canalizar y desviar la preocupación y la rabia de los trabajadores y sus familias hacia el objetivo de “una petroquímica fuerte”, lo que realmente le interesa al capital español.
El Estado no nos protege, los sindicatos -otro pilar del Estado capitalista- tampoco, por ejemplo CCOO sabía los recortes de plantilla, los incumplimientos de la empresa y las condiciones de inseguridad en las que laboraban los trabajadores. Sin embargo, no movió ni un dedo. Y de repente cuando la tragedia se produce, se lamenta de la situación y pide a los lobos que cuiden más a los corderos, o sea que el estado garante de la explotación se preocupe por la salud y el bienestar de los explotados. En Tarragona además han tenido el nauseabundo cinismo de convocar una huelga general, pero sólo en la petroquímica y ¡1 mes después del accidente! cuando se habían borrado de la memoria la indignación y la preocupación que se expresaron en concentraciones espontáneas de protesta de las horas siguientes a la explosión. Y tienen, además, la caradura de reivindicar en ella que “Las comarcas de Tarragona necesitan un equilibrio de la industria, el turismo y la cultura que dé oportunidades de progreso".( https://www.elnacional.cat/es/sociedad/huelga-general-petroquimica-tarragona-despues-explosion_471531_102.html [42] ) Patria y orden capitalista: el ideal de civilización de los sindicatos.
Los trabajadores no podemos confiar ni en el Estado Democrático ni en los sindicatos.
Tenemos que tomar la lucha en nuestras manos, organizando asambleas generales, donde podamos discutir, decidir y actuar unidos. Siempre llamando a todos los trabajadores a sumarse a la lucha, porque nuestros intereses son los mismos en todos los sectores y en todos los países.
La humanidad no puede depositar sus esperanzas en ninguna fracción de la clase explotadora, sino en la clase explotada, el proletariado, que constituye siempre la primera víctima de los desastres ocasionados por el capitalismo. La solidaridad, y la toma conciencia sobre la verdadera naturaleza del capitalismo, representan las semillas de una sociedad en la que el trabajo, la ciencia y la creatividad humana ya no estén al servicio de la guerra y los beneficios, sino de la vida y el pleno disfrute de ella[13].
Marjane
20 de Febrero 2020
[1] Ante la tragedia de Valencia. Consultado en: https://es.internationalism.org/cci-online/200607/984/ante-la-tragedia-de-valencia [43]
[2] Accidentes laborales: la vida no vale un peso para el capitalismo. Consultado en: https://es.internationalism.org/cci-online/200801/2159/accidentes-laborales-la-vida-no-vale-un-peso-para-el-capitalismo [44].
[3] Morti di Stato a Genova, ostaggi di Stato sulla nave Diciotti. Il cinismo e l’ipocrisia senza ritegno della borghesia. Consultado en: https://it.internationalism.org/content/1424/morti-di-stato-genova-ostaggi-di-stato-sulla-nave-diciotti-il-cinismo-e-lipocrisia [45]
[4] Catástrofes durante el verano. Quien mata es el capitalismo. Consultado en: https://es.internationalism.org/content/catastrofes-durante-el-verano-quien-mata-es-el-capitalismo [46]
[5] Resolución sobre la situación internacional XIX Congreso de la CCI. https://es.internationalism.org/revista-internacional/201108/3171/resolucion-del-xixo-congreso-de-la-cci-sobre-la-situacion-internac [47]
[6] “2015: sanción de 2.000 euros por infracción grave en materia de inadecuación del lugar de trabajo en relación con la normativa de seguridad y salud laboral. 2016: sanción de 1.250 euros por ofrecer condiciones de trabajo inferiores a las del convenio colectivo. 2017: sanción de 8.200 euros por infracción grave por falta de formación de los delegados de prevención de riesgos laborales. 2017: sanción de 6.000 euros por infracción grave por no tener actualizada la evaluación de los riesgos laborales”. Consultado en: La empresa química de Tarragona sumaba multas por inseguridad laboral. Consultado en: https://www.lavanguardia.com/local/tarragona/20200117/472927984172/explosion-empresa-quimica-iqoxe-tarragona-multas-inseguridad-laboral.html [48]
[7] La reducción de plantilla, uno de los motivos de la explosión de la planta química de Tarragona según CC.OO. https://www.niusdiario.es/sociedad/reduccion-plantilla-motivos-explosion-planta-quimica-tarragona-ccoo_18_2885145052.html [49]
[8] Una montaña de mierda sobre otra montaña de mierda: El PNV conocía el gran peligro de Záldivar. Consultado en: https://www.elespanol.com/reportajes/20200220/montana-mierda-pnv-conocia-gran-peligro-zaldibar/468704402_0.html [50]
[9] La reducción de plantilla, uno de los motivos de la explosión de la planta química de Tarragona según CC.OO. https://www.niusdiario.es/sociedad/reduccion-plantilla-motivos-explosion-planta-quimica-tarragona-ccoo_18_2885145052.html [49]
[10] Complejo de Tarragona: el mayor polo petroquímico de España. Consultado en: https://www.abc.es/espana/catalunya/abci-complejo-tarragona-mayor-polo-petroquimico-espana-202001142000_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.es%2F [51]
El mayor complejo petroquímico del sur de Europa provoca pesadillas. Consultado en: https://catalunyaplural.cat/es/el-mayor-complejo-petroquimico-del-sur-de-europa-provoca-pesadillas/ [52]
[11] Declaracions de Javier Pacheco a la vaga a la petroquímica de Tarragona. Consultado en: https://www.youtube.com/watch?v=PSJqqhu6uek [53]
[12] Evolución de la huelga en la petroquímica de Tarragona. Consultado en: www.ccoo.cat/aspnet/noticia.aspx?id=228311 [54].
[13] Huracán Katrina: El capitalismo conduce la humanidad al desastre. Consultado en: https://es.internationalism.org/cci-online/200509/120/huracan-katrina-el-capitalismo-conduce-la-humanidad-al-desastre [55]
Links
[1] https://es.internationalism.org/files/es/invitacion_rp_balance_luchas_francia.pdf
[2] https://es.internationalism.org/content/4517/francia-el-gobierno-y-los-sindicatos-trabajan-juntos-para-imponer-la-reforma-de-las
[3] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/francia
[4] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/reuniones-publicas
[5] https://es.internationalism.org/en/tag/2/29/la-lucha-del-proletariado
[6] https://es.internationalism.org/files/es/covid19.pdf
[7] https://www.who.int/data/gho/data/themes/topics/topic-details/GHO/deaths
[8] https://en.internationalism.org/ir/107_decomposition
[9] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200512/302/el-terrorismo-un-arma-de-guerra-del-capitalismo
[10] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200604/832/el-terrorismo-arma-y-justificacion-de-la-guerra
[11] https://www.researchgate.net/publication/235432984_Bad_Pharma_-_Ben_Goldacre
[12] https://es.internationalism.org/content/4366/la-ruta-china-de-la-seda-hacia-la-dominacion-imperialista
[13] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/china
[14] https://es.internationalism.org/en/tag/2/25/la-decadencia-del-capitalismo
[15] https://es.internationalism.org/files/es/australia.pdf
[16] https://es.internationalism.org/content/4465/hoja-internacional-de-la-cci-solo-la-lucha-de-clases-internacional-puede-poner-fin-al
[17] https://es.internationalism.org/en/tag/3/45/descomposicion
[18] https://es.internationalism.org/files/es/solidaridad_con_la_cci_ante_ataque_de_igcl.pdf
[19] https://es.internationalism.org/content/4519/quien-es-quien-en-nuevo-curso
[20] https://es.internationalism.org/accion-proletaria/200512/306/los-metodos-policiales-de-la-ficci
[21] https://igcl.org/Nuevo-ataque-de-la-CCI-contra-el
[22] https://es.internationalism.org/en/tag/vida-de-la-cci/cartas-de-los-lectores
[23] https://es.internationalism.org/en/tag/corrientes-politicas-y-referencias/izquierda-comunista
[24] https://es.internationalism.org/files/es/gobierno_de_coalicion.pdf
[25] https://es.internationalism.org/content/4464/contra-el-espectaculo-repugnante-de-la-politica-burguesa-existe-una-respuesta-la
[26] https://www.20minutos.es/noticia/4102257/0/para-iglesias-sera-el-gobierno-del-si-se-puede-y-la-mejor-vacuna-contra-la-extrema-derecha/
[27] https://es.internationalism.org/content/3349/2011-de-la-indignacion-la-esperanza
[28] https://es.internationalism.org/cci/200602/497/1la-leccion-de-los-acontecimientos-de-espana
[29] https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Largo_Caballero
[30] https://es.wikipedia.org/wiki/Primer_bienio_de_la_Segunda_Rep%C3%BAblica_Espa%C3%B1ola
[31] https://es.wikipedia.org/wiki/Sucesos_de_Castilblanco
[32] https://es.internationalism.org/revista-internacional/200806/2278/historia-del-movimiento-obrero-el-antifascismo-el-camino-a-la-trai
[33] https://es.wikipedia.org/wiki/Frente_Popular_(Espa%C3%B1a)#El_gobierno_del_Frente_Popular:_de_febrero_a_julio_de_1936
[34] https://valencia.cnt.es/que-es-la-cnt/historia/noviembre-de-1936-la-cnt-entra-en-el-gobierno/
[35] https://es.internationalism.org/cci/200602/755/3el-mito-de-las-colectividades-anarquistas
[36] https://es.wikipedia.org/wiki/Jornadas_de_Mayo_de_1937
[37] https://es.internationalism.org/en/tag/situacion-nacional/historia-movimiento-obrero
[38] https://es.internationalism.org/en/tag/geografia/espana
[39] https://es.internationalism.org/en/tag/2/36/los-falsos-partidos-obreros
[40] https://es.internationalism.org/en/tag/3/47/guerra
[41] https://es.internationalism.org/files/es/articulo_tarragona.pdf
[42] https://www.elnacional.cat/es/sociedad/huelga-general-petroquimica-tarragona-despues-explosion_471531_102.html
[43] https://es.internationalism.org/cci-online/200607/984/ante-la-tragedia-de-valencia
[44] https://es.internationalism.org/cci-online/200801/2159/accidentes-laborales-la-vida-no-vale-un-peso-para-el-capitalismo
[45] https://it.internationalism.org/content/1424/morti-di-stato-genova-ostaggi-di-stato-sulla-nave-diciotti-il-cinismo-e-lipocrisia
[46] https://es.internationalism.org/content/catastrofes-durante-el-verano-quien-mata-es-el-capitalismo
[47] https://es.internationalism.org/revista-internacional/201108/3171/resolucion-del-xixo-congreso-de-la-cci-sobre-la-situacion-internac
[48] https://www.lavanguardia.com/local/tarragona/20200117/472927984172/explosion-empresa-quimica-iqoxe-tarragona-multas-inseguridad-laboral.html
[49] https://www.niusdiario.es/sociedad/reduccion-plantilla-motivos-explosion-planta-quimica-tarragona-ccoo_18_2885145052.html
[50] https://www.elespanol.com/reportajes/20200220/montana-mierda-pnv-conocia-gran-peligro-zaldibar/468704402_0.html
[51] https://www.abc.es/espana/catalunya/abci-complejo-tarragona-mayor-polo-petroquimico-espana-202001142000_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.es%2F
[52] https://catalunyaplural.cat/es/el-mayor-complejo-petroquimico-del-sur-de-europa-provoca-pesadillas/
[53] https://www.youtube.com/watch?v=PSJqqhu6uek
[54] http://www.ccoo.cat/aspnet/noticia.aspx?id=228311
[55] https://es.internationalism.org/cci-online/200509/120/huracan-katrina-el-capitalismo-conduce-la-humanidad-al-desastre